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INTRODUCCION

Este trabajo está destinado a personas que quieren saber qué es la depresión y qué
hacer al respecto. La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes. En
diferentes momentos es normal enfrentar etapas difíciles en el plano emocional. Sin
embargo, existen diversos síntomas a los que tenemos que estar atentos y, en caso de
que persistan, merecen atención psicológica o psiquiátrica.

Se estima que afecta a 1 de cada 5 peruanos en algún momento a lo largo de su vida,


teniendo mayor predominancia en las mujeres que en los hombres. Si piensas que tú o
alguien que tú conoces tiene depresión, tómalo en serio y busca ayuda.

El trabajo se centra en la depresión (trastorno depresivo mayor) en adultos y comprende


la depresión leve, moderada y grave.

OBJETIVOS

- Proporcionar información sobre el trastorno de la depresión.


- Concientizar a nuestro salón de clases la gravedad que implica tener este
trastorno o que alguien en nuestro alrededor lo padezca.
- Identificar a alguien de nuestro entorno con signos de depresión y así poder
otorgarle el apoyo necesario.

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I. DEFINICION DE LA DEPRESION

Según la definición de la OMS, la depresión es bastante más que un exceso de


melancolía. Se trata de un trastorno mental en el que el afectado muestra "una tristeza
permanente y una pérdida de interés por las actividades que la gente suele disfrutar,
acompañadas por la incapacidad de llevar a cabo tareas diarias durante dos semanas
o más".

La depresión también puede provocar sentimientos de culpa o falta de autoestima,


trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Y
en los casos más graves puede conducir al suicidio.

La caída de la productividad y otras dolencias médicas vinculadas a la depresión tienen


un alto coste global, que la OMS cifra en un billón de dólares al año.

El número de personas con depresión ascendía en el 2015 a 322 millones, un 18,4%


más que en el 2005, indicó la entidad.

"Estas nuevas cifras son un toque de atención para que todos los países se replanteen
su visión de la salud mental y la traten con la urgencia que se merece", dijo la directora
general de la OMS, Margaret Chan, en un comunicado.

Shejar Saxena, director del departamento de salud mental y abuso de sustancias de


la OMS, recordó que tanto los tratamientos psicosociales como los médicos pueden
tener una gran eficacia, e insistió en la importancia de atender a más personas que
necesitan ayuda.

En los países más desarrollados casi la mitad de las personas con depresión no
fue diagnosticada ni recibe, por lo tanto, ningún tratamiento, una cifra que está entre el
80% y 90% en las naciones menos desarrolladas, según el organismo de salud.

El tratamiento puede ser de difícil acceso, y el temor a sufrir un estigma impide a menudo
que los afectados busquen ayuda.

La reducción de los casos de depresión también tiene un gran impacto sobre el número
de suicidios. "Una identificación y un tratamiento precoz de la depresión son una manera
muy eficaz de reducir el número de muertes por suicidio", recordó Saxena.

Casi 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo, lo que equivale a un suicidio
cada cuatro segundos. Y la relación con la depresión es clara.

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II. SEÑALES PARA PEDIR AYUDA MÉDICA

El presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, Juan Isaac, explica al medio


colombiano El Tiempo, que hay síntomas que si persisten más de dos meses, deben
ser atendidos de manera profesional.

“La depresión, la ansiedad, el insomnio, el encierro, el abuso de drogas y de alcohol,


conductas autoagresivas, impulsivas y la angustia sin razón específica son razones para
asistir al psiquiatra, quien tiene la capacidad de medicar en casos más complejos como
estos”, añade Isaac.

Depresión: Cuando la tristeza afecta su vida, su rutina, su capacidad de trabajo o


cuidado personal. O se vuelve estado permanente que supera el mes.

Ansiedad: Si hay una permanente sensación similar a los nervios o a la intranquilidad,


acompañada de taquicardia.

Constantes pensamientos negativos: Cuando ya no hay un sentimiento de placer o


disfrute de la vida, ni los buenos momentos ni las relaciones sociales lo logran ayudar.

Abuso de sustancias psicoactivas y alcohol: Aumento del consumo habitual de estas


sustancias y la pérdida del control al hacerlo.

Angustia permanente: Negatividad anticipatoria y predisposición frente a diversas


situaciones de la vida.

Insomnio: Si las constantes preocupaciones no le permiten dormir bien por más de tres
noches seguidas. O cuando el sueño no es reparador; es decir, que no obstante dormir
varias horas, amanece exhausto.

Cambios en el apetito: Pérdida casi completa del apetito o, por el contrario, aumento
impulsivo de comidas no saludables.

Estas son razones para consultar a un psicólogo.

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III. TIPOS DE DEPRESION

3.1. El trastorno depresivo grave.

También llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de


síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y
disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave
incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de
depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona,
pero mayormente, recurre durante toda su vida.

3.2. El trastorno distímico.

También llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos
años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí
impedirle desarollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia
también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de
sus vidas.

3.3. El trastorno bipolar.

También llamado enfermedad maniaco depresiva, no es tan común como la


depresión grave o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios
ciclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por
ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión).

Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente


diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo
circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en
cómo caracterizar y definir estas formas de depresión. Estas incluyen:

Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está
acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad,
alucinaciones, y delirios.

Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz


recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes
después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen
depresión posparto luego de dar a luz.

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El trastorno afectivo estacional, se caracteriza por la aparición de una enfermedad
depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz
solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano.

El trastorno afectivo estacional puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero
aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no
responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la
psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea
de forma independiente o combinados con la terapia de luz.

IV. SINTOMAS DE LA DEPRESION

 Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío.


 Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo.
 Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia.
 Irritabilidad, inquietud.
 Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso
las relaciones sexuales.
 Fatiga y falta de energía.
 Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones.
 Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
 Comer excesivamente o perder el apetito.
 Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
 Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas
digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.

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V. FACTORES DE RIESGO

La depresión es un proceso multifactorial y complejo cuya probabilidad de desarrollo


depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido
posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos.

Se desconoce el peso de cada uno de ellos en relación a las circunstancias y al


momento de la vida en que se desarrolla.

La investigación de los factores de riesgo de la depresión cuenta con algunas


limitaciones: primero, es difícil establecer diferencias entre los factores que influyen en
el inicio y/o el mantenimiento de la depresión; segundo, muchos de los factores de riesgo
interactúan de tal manera que podrían ser causas o consecuencias de la misma.
Además, pocos estudios han valorado su grado de influencia.

Las variables que incrementan el riesgo de depresión se pueden clasificar en factores


sociales, familiares, psicológicos, biológicos.

5.1. Factores Biológicos:

Dentro de lo que es la niñez y adolescencia en una edad pos puberal, antes de la


adolescencia; los trastornos depresivos son prácticamente iguales en niños que
en niñas, parte de su desarrollo, cambios hormonales, tienden a ser mas
susceptibles a la depresión.

También si en esta etapa presentan algún tipo de incapacidad física o mental, o


tener algún tipo de enfermedad que limite al niño a adolescente desarrollarse
como el resto de sus compañeros, conlleva a presentar baja autoestima, soledad
, ser objeto de burla llevando todo esto a la depresión.

En la Adultez, las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales y la posible


asociación con el consumo de alcohol y tabaco, también enfermedades como el
cáncer o VIH, son factores de riesgo importante para llegar a la depresión.

Se ha descrito una asociación entre migraña y depresión, de manera que los


pacientes con depresión mayor presentaban mayor riesgo de sufrir migraña y a su
vez, los que presentaban migraña (no otro tipo de cefalea) tenían mayor riesgo de
depresión mayor.

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Los descendientes de pacientes con depresión constituyen un grupo de riesgo
tanto para enfermedades somáticas como para trastornos

¿Cómo experimentan las mujeres la depresión?

La depresión es más común en mujeres que en hombres. Hay factores biológicos,


de ciclo de vida, hormonales, y psicosociales que son únicos de la mujer, que
pueden ser relacionados con que las tasas de depresión sean más elevadas entre
las mujeres. Investigadores han demostrado que las hormonas afectan
directamente las sustancias químicas del cerebro que regulan las emociones y los
estados de ánimo. Por ejemplo, las mujeres son particularmente vulnerables a la
depresión luego de dar a luz, cuando los cambios hormonales y físicos junto con
la nueva responsabilidad por el recién nacido, pueden resultar muy pesados.
Muchas mujeres que acaban de dar a luz padecen un episodio breve de tristeza
transitoria, pero algunas sufren de depresión posparto, una enfermedad mucho
más grave que requiere un tratamiento activo y apoyo emocional para la nueva
madre. Algunos estudios sugieren que las mujeres que padecen depresión
posparto, a menudo han padecido previos episodios de depresión.

En el Adulto Mayor, Con respecto a la autonomía del adulto mayor, al igual que lo
hallado por algunos autores este estudio encontró que la mayor prevalencia de
riesgo de depresión estuvo asociada con la dependencia por parte del adulto
mayor para realizar las actividades diarias.

Situación que parece clara, teniendo en cuenta que la incapacidad en la


realización de actividades, la condición de dependencia, la pérdida de control, la
sensación de vulnerabilidad y el sentimiento de ser una carga para el otro generan
malestar y frustración en el adulto mayor .se ha observado que la pérdida de las
capacidades de la vida diaria ocurre en un orden jerárquico.

En consecuencia, primero se pierde la capacidad de efectuar de forma


independiente las actividades llamadas instrumentadas y luego las básicas; de
estas últimas, las tareas como la capacidad de deambular o usar el baño de forma
independiente son las primeras para las cuales los individuos tienen dificultades
en su realización, mientras que la capacidad para alimentarse sin necesidad de
ayuda es la última que se pierde.

También, la presencia de enfermedad cardiaca y diversas patologías endocrinas,


como la diabetes, el hipo o hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, la enfermedad

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de Adisson y la amenorrea hiperprolactinémica, parecen aumentar el riesgo de
depresión mentales.

5.2. Factores cognitivos y Psicológicos:

5.2.1. Cognitivos:

La investigación sobre el papel de los factores cognitivos en la depresión se


ha guiado predominantemente por el modelo de Beck, en el que los
esquemas negativos, pensamientos automáticos, distorsiones cognitivas y
creencias disfuncionales tienen un papel fundamental en el procesamiento
de la información.

Estos y otros factores como la reactividad cognitiva hacia los eventos


negativos, el estilo rumiativo de respuesta y los sesgos atencionales se
consideran claves en el desarrollo y mantenimiento de la depresión.

5.2.2. Psicológicos:

Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor


incidencia de casos y recaídas de depresión mayor y probablemente,
aumentan la posibilidad de desarrollar depresión ante los acontecimientos
adversos de la vida.

También se asocian a otras formas de psicopatología, especialmente con


los trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son en general
factores de riesgo para el desarrollo del primer episodio de depresión mayor
y también la distimia se ha visto como un importante predictor del desarrollo
posterior de un cuadro depresivo mayor.

Por otra parte, se ha observado que pacientes, fundamentalmente varones,


con antecedentes de ataques de pánico, tienen mayor riesgo de desarrollar
depresión mayor. Dicha correlación no se ha encontrado con otros
trastornos mentales.

El patrón de presentación del cuadro también puede ser diferente,


encontrando como señal más temprana un trastorno de ansiedad.

5.3. Factores Sociales:

5.3.1. Sociales: Niñez y Adolescencia:

La depresión juvenil se asocia en muchas ocasiones con la existencia de


conflictos interpersonales y de rechazo de diferentes miembros de su

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entorno social, lo que incrementa los problemas de relación social. De esta
manera, los niños y adolescentes con pocos amigos presentan una
mayor probabilidad de desarrollar depresión, así como trastornos de
conducta y mayor aislamiento social.

Otros factores también asociados con un número mayor de síntomas


depresivos son el vivir en estructuras familiares diferentes de las de los
padres biológicos, problemas de salud en los adolescentes, o una mala
adaptación a la familia, amigos, escuela, trabajo y pareja.

No parece existir asociación entre vivir en el medio rural o urbano.

El acoso por parte de iguales o bullying y la humillación (como el trato


degradante, la burla delante de otros o el sentirse ignorado) son también
factores de riesgo de depresión.

Deberían considerarse niños y adolescentes con riesgo elevado de


presentar trastornos mentales, incluida la depresión, aquellos sin hogar, los
internos en centros de acogida, refugiados y aquellos con antecedentes de
delincuencia, especialmente los recluidos en instituciones de seguridad.

Por último, la adicción a la nicotina, el abuso de alcohol o el consumir drogas


ilícitas son considerados también factores de riesgo asociados con la
depresión.

5.3.2. Sociales: Adulto y Adulto Mayor:

La prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos es mayor en


mujeres que en hombres, comenzando en la adolescencia y manteniéndose
en la edad adulta.

Además, aunque la depresión es una importante causa de discapacidad


tanto en hombres como en mujeres, se ha estimado que la carga de la
depresión es 50% más alta en las mujeres que en los hombres.

Desempleo y Bajos Recursos Económicos:

Dentro del papel atribuido a las circunstancias sociales se ha destacado el


bajo nivel de recursos económicos y las circunstancias laborales.

Las personas en desempleo y baja laboral presentan depresiones con mayor


frecuencia.

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En un estudio de cohortes prospectivo publicado recientemente se
desprende que las personas de los grupos socioeconómicos y
ocupacionales más desfavorecidos tienen índices más altos de depresión,
indicando que el riesgo de depresión sigue un gradiente socioeconómico,
especialmente cuando el trastorno es crónico.

Estado Civil:

El estado civil (estar soltero, divorciado o viudo) y el estrés crónico parecen


relacionarse con una mayor probabilidad de desarrollar depresión, y también
se observa que la exposición a adversidades a lo largo de la vida está
implicada en el comienzo de trastornos depresivos y ansiosos.

También los siguientes factores: edad, sexo, nivel educativo, historia familiar
de problemas psicológicos, salud física y mental, dificultades económicas y
experiencias de discriminación.

5.4. Factores familiares y genéticos:

5.4.1. Niñez y Adolescencia:

Los factores familiares y el contexto social podrían jugar un importante papel


en el desarrollo de la depresión, fundamentalmente aquellos que están fuera
del propio control, que ocurren como un acontecimiento no predecible y que
son recurrentes a lo largo del tiempo.

La depresión en los padres se considera un factor de riesgo importante, que


se asocia con depresión en su descendencia, por lo que habría factores
genéticos asociados. Se ha visto que los hijos de padres con depresión
presentan una probabilidad entre tres y cuatro veces mayor de desarrollar
trastornos del humor.

El alcoholismo familiar también se ha asociado a una mayor probabilidad de


depresión.

El contexto familiar en el que vive el niño o el adolescente parece jugar un


papel trascendental en el desarrollo de depresión. Los factores de riesgo
más comunes son la existencia de conflictos conyugales o las dificultades
emocionales entre uno de los padres y el niño.

Son también factores de riesgo asociados con la depresión, las distintas


formas de maltrato como el abuso físico, emocional, sexual y la negligencia
en el cuidado, así como los eventos vitales negativos, el divorcio o

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separación conflictivos de los padres, la pérdida de amistades y la muerte
de un familiar o amigo.

El trabajo de los padres fuera de casa, ingresos económicos bajos o vivir en


áreas desfavorecidas, si ocurren de forma independiente, no parecen
presentar una fuerte asociación con el desarrollo de depresión en los niños
o adolescentes.

5.4.2. Adulto y Adulto Mayor:

Los familiares de primer grado de pacientes con trastorno depresivo mayor


tienen el doble de posibilidades de presentar depresión que la población
general, proporción también importante en los de segundo grado.

Así como lo mencionado líneas más arriba, los problemas familiares,


divorcios, tener en casa un pariente alcohólico o drogadicto, maltrato o
violencia familiar, la parte económica, etc, son desencadenantes a cuadros
de depresión, es importante el contexto familiar en el que se vive.

Los adultos mayores que poseen escasa red de apoyo familiar y social, así
como poco interés en la realización de actividades que involucren
estrategias de socialización tienden a presentar más síntomas depresivos
que quienes cuentan con una adecuada red de apoyo.

No obstante, estos estudios familiares por sí mismos no pueden establecer


qué cantidad de riesgo proviene de los factores genéticos y qué cantidad del
ambiente familiar compartido.

De entre todas las variantes genéticas estudiadas, un factor que podría


influir en su desarrollo es la presencia de un polimorfismo del gen que
codifica el transportador de la serotonina, lo que produciría una disminución
del transporte de este neurotransmisor. Este gen podría ser un predictor de
la respuesta al tratamiento antidepresivo.

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VI. ENFERMEDADES RELACIONADAS CON LA DEPRESIÓN

La depresión es una enfermedad muy recurrente en nuestro país pero el


tratamiento puede ayudarnos a vivir lo mejor, aun si teniendo otra enfermedad.

Sentirse triste o desalentado después de un infarto o un diagnóstico de cáncer,


o si está en tratamiento para una afección crónica, como el dolor. Puede que
esté afrontando nuevas limitaciones en lo que puede hacer, y se sienta ansioso
por los resultados del tratamiento y lo que le espera en el futuro. Tal vez sea
difícil adaptarse a una nueva realidad y hacer frente a los cambios y el
tratamiento continuo que acompañan el diagnóstico. Tal vez se le dificulte hacer
sus actividades preferidas, como salir de excursión o trabajar en su casa.

6.1. PERSONAS CON ENFERMEDADES CON MAYOR RIESGO DE DEPRESION

Los efectos de la depresión sobre la salud van más allá que un trastorno
en el estado de ánimo que incluso se somatizan y se vuelven en síntomas
físicos.

Por ejemplo, algunas afecciones como el mal de Parkinson y los derrames


cerebrales causan cambios en el cerebro. En algunos casos, estos cambios
pueden tener una función directa en la depresión. La ansiedad y el estrés
relacionados con la enfermedad pueden desencadenar síntomas de
depresión.

La depresión es frecuente en las personas con enfermedades crónicas


como:

 Cáncer
 Enfermedad coronaria
 Diabetes
 Epilepsia
 Esclerosis múltiple
 Derrame cerebral
 Enfermedad de Alzheimer
 VIH o SIDA
 Mal de Parkinson

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 Lupus eritematoso sistémico
 Artritis reumatoide

Algunas veces, los síntomas de la depresión pueden presentarse después


de un diagnóstico clínico reciente, pero desaparecen en la medida en que
la persona se adapta o en que se trata la enfermedad. En otros casos,
ciertos medicamentos que se usan para tratar la enfermedad pueden
provocar depresión, la cual puede continuar, aunque la salud física mejore.

Actuales investigaciones indican que las personas con depresión y otras


enfermedades tienden a tener síntomas más graves de ambas
enfermedades. Tal vez tengan más dificultad para adaptarse a sus
enfermedades concurrentes y mayores costos médicos que aquellas sin
depresión.

6.2. PERSONAS CON DEPRESION CON MAYOR RIESGO DE TENER OTRAS


ENFERMEDADES

El riesgo de presentar algunas enfermedades físicas es mayor en las


personas con depresión.

Por ejemplo, las personas con depresión tienen un mayor riesgo de


padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, derrames
cerebrales y la enfermedad de Alzheimer. Las investigaciones
también indican que las personas con depresión tienen un mayor
riesgo de osteoporosis comparadas con otras. Las razones todavía no
están claras. Un factor con algunas de estas enfermedades es que
muchas personas con depresión quizás tengan menos acceso a una
buena atención médica. Tal vez tengan más dificultad para cuidar de
su salud, por ejemplo, al buscar atención médica, tomar
medicamentos recetados, alimentarse bien y hacer ejercicio.

Los cambios fisiológicos que se observan en la depresión pueden


desempeñar una función en el aumento del riesgo de enfermedades
físicas. Los científicos han encontrado que las personas con
depresión tienen cambios en la manera cómo funcionan varios
sistemas del cuerpo, los cuales pueden afectar la salud física:

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Signos de mayor inflamación

Cambios en el control de los latidos del corazón y la circulación de la


sangre

Anomalías en las hormonas del estrés

Cambios metabólicos típicos de las personas con riesgo de diabetes.

VII. PREVENCIÓN DE LA DEPRESIÓN

Procura rodearte de aquellas personas que te valoren y te aporten bienestar y aléjate


de las que te perjudiquen y te hagan sentir infeliz.

La depresión es una enfermedad mental que puede tener consecuencias graves en


nuestro organismo, llegando a ocasionar incluso la muerte. A grandes rasgos, se trata
de un complejo proceso que, entre otros factores, está desencadenado por aspectos
psicológicos y químicos. Por lo tanto, es muy importante prestar atención a esta
enfermedad y buscar ayuda ante los primeros síntomas. Así, a continuación, te
presentamos cinco ideas para prevenir la depresión.

7.1. CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS

Un consejo muy importante es que siempre confiemos en nosotros mismos y en


nuestras capacidades. Por lo tanto, debemos valorarnos por nuestras aptitudes y
capacidades que nos hacen únicos. Por supuesto, cada uno de nosotros tenemos
características diferentes que, en el fondo, no son mejores ni peores. De esta
manera, debemos ser conscientes de lo que somos y de las oportunidades que
podemos tener a partir de ello. En la actualidad, tener confianza en nosotros puede
ser difícil porque requiere de dedicación y atención. Algunas estrategias para ello
son: ponernos un nivel adecuado de exigencia en las tareas que desempeñamos,
considerar los errores como normales y tomar conciencia de que son el mejor
campo de aprendizaje, celebrar los éxitos que logremos al menos de manera
proporcional al trabajo que nos han costado, etc.

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7.2. RODEARNOS DE LAS PERSONAS ADECUADAS

Para prevenir la depresión es muy importante rodearnos de personas que nos


hagan sentir bien. Por lo tanto, debemos estar junto a personas que nos valoren,
respeten y nos hagan sentir mejor, reconociendo nuestras aptitudes y también
defectos, pero siempre de una manera constructiva. Dedica un rato a pensar sobre
las personas que forman parte de tu vida, lo que te aportan y si son rentables
emocionalmente para ti.

7.3. ALEJAR LOS MALOS PENSAMIENTOS

Para evitar un posible cuadro de depresión, también es importante alejar o


deshacerse de los malos pensamientos. En este caso, la recomendación es
cambiar dichos pensamientos negativos, si es que se tienen, por unos positivos
que se relacionen con cosas que te gustaría realizar, elevando tu energía para
concentrarte en las cosas positivas que tienen que hacer para mejorar tu estado
de ánimo.

7.4. TRATAR DE DAR SOLUCIÓN A TODOS TUS PROBLEMAS

Evitar los problemas no es algo recomendable para la autoestima ni para evitar


una depresión. Por el contrario, lo mejor es solucionar los problemas que
tengamos, de la mejor manera posible. Dejarlos para después nos puede provocar
muchos problemas, elevando nuestros niveles de estrés y, por consiguiente,
desatando en algunos momentos cuadros de depresión.

7.5. BUSCAR AYUDA PROFESIONAL ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE

Cuando se detectan los primeros síntomas de depresión, los cuales pueden variar
de una persona a otra, lo mejor es acercarse a un profesional para que nos ayude
a hacer un buen diagnóstico y nos facilite el tratamiento adecuado. Como dijimos
al principio, hablamos de una enfermedad seria e incapacitante y, por lo tanto,
debe ser diagnosticada y tratada por un profesional, igual que una enfermedad
física.

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VIII. TRATAMIENTO PARA LA DEPRESIÓN

Más difícil de tratar: Se ha especulado que la depresión responde más


difícilmente a tratamiento en el adulto mayor que en otro grupos etéreos. Lo que
hoy está claro es que los episodios depresivos no complicados con comorbilidad
somática o daño cognitivo tiene la misma probabilidad de respuesta a tratamiento
que en pacientes más jóvenes. La comorbilidad somática, frecuente en estos
pacientes, se ha demostrado que empeora el pronóstico de la enfermedad
depresiva a cualquier edad. Obviamente al tratar adultos mayores deberemos
considerar especialmente los perfiles de efectos colaterales e interacciones de
los psicotrópicos que indiquemos.

8.1. MEDICAMENTOS

Los antidepresivos normalizan las sustancias químicas naturales del


cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente la serotonina y la
norepinefrina. Otros antidepresivos normalizan el neurotransmisor
dopamina. Los científicos que estudian la depresión han descubierto que
estas sustancias químicas en particular participan en la regulación de los
estados de ánimo, pero no están seguros de cómo exactamente funcionan.

Medicamentos Antidepresivos fluoxetina, sertralina, paroxetina,


citalopram

Con cualquier clase de antidepresivo, los pacientes deben tomar dosis


regulares durante al menos tres a cuatro semanas antes de poder
experimentar un efecto terapéutico completo. Deben continuar con los
medicamentos durante el tiempo especificado por su médico, aun si se
siente mejor, para de esta manera evitar una recaída de la depresión. Los
medicamentos únicamente deben interrumpirse bajo supervisión médica.
Algunos medicamentos deben dejarse de tomar gradualmente a fin de darle
al organismo tiempo para ajustarse. Aunque los antidepresivos no forman
hábito ni son adictivos, el dejar de tomar repentinamente un antidepresivo
puede provocar síndrome de abstinencia o una recaída. Algunos personas,
tales como aquellas que sufren depresión crónica o recurrente, pueden
necesitar medicamentos por tiempo indefinido.

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Además, si un medicamento no funciona, el paciente debe estar dispuesto
a probar otro. Investigaciones financiadas por el NIMH han demostrado que
los pacientes que no mejoraron luego de tomar un primer medicamento
aumentaron sus probabilidades de liberarse de los síntomas luego de
cambiar a otro medicamento o agregar uno nuevo al que ya estaban
tomando.26,27

Algunas veces se utilizan estimulantes, medicamentos para la ansiedad, u


otros medicamentos en combinación con un antidepresivo, especialmente
si el paciente padece un trastorno mental o físico coexistente. Sin embargo,
ni los medicamentos para la ansiedad ni los estimulantes son efectivos
contra la depresión si se toman solos y ambos deben tomarse solamente
bajo estrecha supervisión médica.

8.2. PSICOTERAPIA PSICOLÓGICAS

Varios tipos de psicoterapia o “terapia de diálogo” pueden ayudar a las


personas con depresión.

Algunos tratamientos son de corto plazo (10 a 20 semanas) y otros son de


largo plazo, según las necesidades del individuo. Existen dos tipos
principales de psicoterapia. La terapia cognitivo-conductual y la terapia
interpersonal, las cuáles han probado ser efectivas en el tratamiento de la
depresión. Al enseñar nuevas maneras de pensar y de comportarse.

8.2.1. La terapia cognitivo-conductual:

Ayuda a las personas a cambiar sus estilos negativos de pensamiento


y de comportamiento que pueden contribuir a su depresión.

8.2.2. La terapia interpersonal

Ayuda a las personas a entender y resolver relaciones personales


problemáticas que pueden causar o empeorar su depresión.

La psicoterapia puede ser la mejor opción para tratar la depresión leve


a moderada. Sin embargo, para casos graves de depresión o para
ciertas personas, la psicoterapia puede no ser suficiente. Estudios han
indicado que una combinación de medicamentos y psicoterapia

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pueden ser para los adolescentes la opción más efectiva para tratar
la depresión y reducir la probabilidad de una reaparición. Del mismo
modo, un estudio sobre el tratamiento de la depresión en ancianos
descubrió que los pacientes que respondieron al primer tratamiento
de medicamentos y terapia interpersonal tenían menos probabilidades
de volver a sufrir de depresión si continuaban con su tratamiento
combinado durante al menos dos años.

Las herramientas psicoterapéuticas deben ser consideradas en el


manejo de duelos, aceptación de los cambios de roles que esta etapa
trae consigo, e importantemente el manejo de la desesperanza como
elemento perpetuador de los cuadros depresivos del anciano. La
consideración del sistema en que el paciente se desenvuelve,
habitualmente la familia, debe siempre tenerse en cuenta, ya que el
funcionamiento sistémico puede estar íntimamente relacionado con el
funcionamiento y roles del sujeto.

8.3. LA FAMILIA

El apoyo y la participación de la familia y amigos pueden desempeñar un


papel crucial para ayudar a alguien con depresión. Las personas en el
sistema de apoyo pueden ayudar a alentar al ser querido deprimido a seguir
el tratamiento y a poner en práctica las técnicas de afrontamiento y tácticas
para la resolución de problemas que aprenda mediante la psicoterapia.

Vivir con una persona deprimida puede ser muy difícil y estresante para los
familiares y amigos. El dolor de ver a un ser querido con depresión puede
provocar sentimientos de indefensión y pérdida. La terapia familiar o de
pareja puede resultar beneficiosa para reunir a todas las personas
afectadas por la depresión y ayudarlas a aprender formas eficaces de
sobrellevarla juntos. Este tipo de psicoterapia también puede brindar una
buena oportunidad para que las personas que nunca han tenido depresión
aprendan más al respecto e identifiquen formas constructivas de apoyar a
un ser querido que tiene depresión.

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CONCLUSION

La depresión es un problema mundial. En el Perú, un 6,7% de la población en


todo el país padece de este trastorno que no tiene vínculo alguno a la fortaleza
de carácter. En total, aproximadamente 2 millones de peruanos tienen depresión.

Lo que pasa es que, en nuestro país, y en general en todo el mundo, todavía se


mantiene ese estigma hacia los problemas psiquiátricos que nos llevan a decir
que son irremediables o, en el otro extremo, a minimizar la enfermedad y a no
darle la importancia como tal.

Esta enfermedad no discrimina, la depresión no discrimina edad, sexo, condición


económica, credo religioso o núcleo familiar. Está en toda la población y puede
afectar a cualquiera.

La gravedad de esta enfermedad radica principalmente en lo poco predecible


que es, incluso cuando ya ha sido detectada. Un caso de depresión leve pude
complicarse y terminar en un suicidio en cuestión de horas. La evolución
depende de cada caso y de muchos factores que pueden estar alimentando el
problema.

REFERENCIAS

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https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/oms-casos-depresion-aumentan-
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 Salud Mental: Señales para pedir ayuda médica. (2017 ) . El Comercio.
Recuperado de : https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/salud-mental-
senales-pedir-ayuda-medica-noticia-475725
 Vincere, el videojuego que ayuda a diagnosticar depresión. (2017) . El
Comercio. Recuperado de:
https://elcomercio.pe/tecnologia/videojuegos/videojuego-creado-
estudiantes-diagnostica-depresion-noticia-469077

19
 Depresión: la grave enfermedad que afecta a 2mlls. de peruanos. (2017)
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