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De acuerdo con la autora, es necesario realizar una entrevista con los padres, la
cual debe realizarse sin que esté presente su hijo, pero si informado de la
consulta. En esta entrevista generalmente acude la madre, en ocasiones el padre
y muy pocas veces los dos.
Los datos básicos que necesitamos conocer antes de ver al niño son:
a) motivo de la consulta
Cuando se pregunta a los padres sobre la sexualidad del hijo suelen asombrarse
por la pregunta, pero generalmente nos informan con facilidad sobre este punto,
salvo cuando niegan cualquier actividad sexual del hijo. Trataremos aquí de
averiguar lo que han observado al respecto. La actitud consciente o inconsciente
de los padres frente a la vida sexual de sus hijos tiene una influencia decisiva en la
aceptación o rechazo que el niño tendrá de sus necesidades instintivas.
La descripción detallada de las actividades que realiza el niño nos sirve para tener
una visión de su neurosis o de su normalidad. Un niño que no juega no elabora
situaciones difíciles de la vida diaria y las canaliza patológicamente en síntomas o
inhibiciones.
Las condiciones actuales de vida favorecen la moda de que niños desde muy
pequeños sean enviados al jardín de niños. En muchos casos cuando la vivienda
es extremadamente pequeña o la madre trabaja, ésta puede ser una medida
favorable para el desarrollo del niño, pero no cuando pudiendo y deseando
permanecer en su casa siente que lo envían al jardín de niños para deshacerse de
él.
d) como es la relación de los padres entre ellos, con sus hijos y con el medio
familiar inmediato.
Las mesas y sillas deberán ser cómodas y simples, suficientemente fuertes para
resistir el desgate. Es necesario un mueble con cajones en los que se guarde el
material que dedicamos a cada paciente. Cada cajón debe quedar cerrado al final
de la sesión, para ser abierto al inicio de la siguiente.
Existe material standard para niños de hasta cuatro o cinco años como son:
cubos, plastilina, lápiz, papel, lápices de color, goma, goma de pegar, algunos
muñecos pequeños, trapitos, tijeras, autos, tacitas, platitos, cubiertos, cortaplumas
y tijeras. Además durante la primera entrevista se puede preguntar a los padres
con que suele jugar el niño en su casa y siempre que es posible se agrega a la
caja. Cuando observamos un niño para diagnóstico le ofrecemos un material de
juego que guardamos en un cajón destinado a este fin.
La primera acción que realiza el niño y el tiempo que transcurre hasta que la inicia,
nos enseña muchísimo sobre su actitud frente al mundo; y el grado de inhibición
de juego que manifieste es un índice de la gravedad de su neurosis. En esta
primera sesión el niño muestra cuál es su fantasía inconsciente de enfermedad y
de curación y cómo acepta o rechaza nuestro papel de terapeuta. Al despedirse se
le recordará el día y la hora de la siguiente sesión.
Acontece con frecuencia que un niño quiere llevar a su casa algo del material del
cajón, esto debe ser evitado con la interpretación adecuada. Si no lo logramos,
trataremos de hacérselo dejar sin violencia o podemos negarnos a su pedido,
señalando que todo eso es material para el trabajo y conviene dejarlo en el
consultorio. A veces suele robarlo y esto será motivo de interpretación en la sesión
siguiente.
También es frecuente que el niño traiga algún juguete u objeto de su casa, con lo
que suele querer mostrarnos algo de su vida familiar de ese momento. En ese
caso se le dará la libertad de dejarlo en el cajón, siempre que sea posible, o
llevarlo nuevamente, interpretando el significado de una u otra decisión. Suelen
dejarlo por un tiempo y a veces definitivamente, incorporándolo al material que le
hemos ofrecido inicialmente, lo que es por sí mismo muy revelador. Los niños que
reaccionan así suelen vivir en un gran desamparo y satisfacen de ese modo su
anhelo de transformar el consultorio en su hogar.
Otro aspecto importante es si debemos o no reponer el material que incluimos
inicialmente en el cajón del niño. Papeles, goma de pegar y plastilina son, junto
con el agua, elementos que deben estar siempre a disposición del niño. Su uso
deber ser controlado por el analista y en líneas generales diría que si se utilizan
adecuadamente deben estar siempre a su alcance, pero no si el niño los usa para
una destrucción incontrolable, en tal caso, luego de observar suficientemente las
características del juego, se le impedirá y se le interpretara el significado de usar
algo expresivo y constructivo para hacer de ello materia inútil y destruida.
Papel, lápices de colores y lápices, son los materiales con los que
preferentemente se comunica un niño de entre 6 y 12 años, y deben por lo tanto
estar siempre a su disposición con tal fin, lo mismo acontece con la plastilina.
Al finalizar la sesión guardamos los juguetes en su cajón (con su ayuda o sin ella)
y le señalaremos:
Con frecuencia un niño pide que el material con el que ha jugado quede fuera del
cajón sin que nadie lo toque hasta la sesión siguiente. En cada caso, este pedido
tendrá un significado diferente que debe ser interpretado, pero además, no
podemos acceder a su pedido porque si bien la angustia subyacente suele ser el
miedo a un cambio, no puede imponerse a otros niños la visión de ese material,
que despertara su curiosidad, quizá celos o rabia, complicando innecesariamente
su vinculo con el terapeuta. Se interpreta aquí su necesidad de ponernos a prueba
para ver si lo defenderemos, o su necesidad de exhibirse y causar celos a otros
niños. Cabe señalar que este pedido puede esconder el deseo de hacer que otros
niños hagan lo mismo y ver así lo que tienen, también suelen insistir en que se
habrán las cajas de otros niños y ver lo que tienen dentro, esto es similar a que un
adulto nos pida que le contemos los problemas de otros pacientes.
Es también común que un niño no quiera irse cuando se termina la sesión, en este
caso se debe cerrar la caja individual y pedir al familiar que va con el que entre a
buscarlo, cuando se trata de niños más grandes es suficiente con cerrar la caja.
Por otro lado cuando se va a interrumpir el análisis por vacaciones es importante
recordarle al niño con anticipación y estar pendientes de su reacción hacia la
separación, ya que esto nos dirá mucho sobre su forma de desprenderse de los
objetos.
Finalmente es importante que el niño sepa sobre el precio y días de pago de las
sesiones, así como ser el que se encargue de entregar el dinero al terapeuta.
Para esta terapia se pueden modificar los lineamientos durante el proceso, esto
puede ocurrir cuando aparecen patrones de interacción y dinámicas nuevas.
También el terapeuta decidirá, a qué miembros de la familia debe incluir en base a
la consideración de los objetivos. Las actividades que se llevarán a cabo en las
sesiones se revisan de acuerdo a los lineamientos del análisis de la actividad.
Existen ciertos estudios que indican que los niños de edades muy pequeñas, o
niños con retraso mental, o que funcionan en un nivel muy bajo o psicóticos, no
son tan responsivos a esta técnica.
La terapia de juego familiar no somete a una técnica específica que pueda ir o no
de acuerdo a una familia en particular y sus problemas. Está diseñada para ser un
método conjunto y usarse a criterio del terapeuta. Tiene flexibilidad de uso,
localización y forma, por lo que se convierte en una técnica altamente práctica, de
corto plazo, flexible y para sacar a las familias de ciclos recurrentes de fracasos y
temores respecto al cambio.
En el encuadre de esta terapia cabe resaltar que el terapeuta sólo actúa como
facilitador, facilita la autodirección, autoexploración y el autocrecimiento del niño.
Además de que se le explican los límites de su conducta, a lo largo de las
sesiones se pueden ir estableciendo algunos otros límites, estos deben ser pocos,
pero muy claros, definidos y aplicables. Los límites deben establecerse para el
bienestar y la seguridad de ambos.
De acuerdo a los estudios realizados por Lebo y Fishbein, los juguetes y los niños
de diferentes edades, no poseen alguna característica por la cual sea diferente el
juego con estos, para la primera sesión, sin embargo, para las sesiones siguientes
los niños se sintieron más cómodos jugando con juguetes acordes a su edad.
Este tipo de terapia es aplicable a la mayoría de los casos y de los niños, sólo se
excluyen los autistas y esquizofrénicos, ya que los daños son extrem0os en sus
capacidades físicas como para que les permitan generar un concepto del yo
dentro del contexto del ambiente social.
Para la elección de juguetes dentro de esta terapia, deben ser juguetes que
propicien el “acting out”, es recomendable que los juguetes permitan la prueba de
realidad, que el niño exprese simbólicamente sus necesidades, y que promuevan
la catarsis y el insight.
El terapeuta debe comprender y tener bien claro que el enfoque es total sobre el
niño, ella o él es el objeto de principal importancia durante esa hora, todos sus
pensamientos y sentimientos son aceptables en esa hora, pero no todas sus
conductas; lo que importa a la terapia es considerar dónde se encuentra el niño,
qué piensa, siente, fantasea o actúa.
En la primera sesión, el terapeuta debe imaginar que está tratando con el niño
más sensible que pueda imaginar, y debe orientar adecuadamente sus respuestas
empáticas. La primera afirmación que se le hace es decirle que este es su tiempo
y su habitación especial “para decir cualquier cosa que desee y para hacer casi
todo”. prepara al niño para los límites que puede ser necesario establecer
posteriormente. Debe comunicarse al niño es libre de jugar con todo lo que desee,
además de que debe decírsele cuál será la posición del terapeuta durante la
sesión.
Durante las primeras sesiones, es cuando se van a probar los límites y cuando
pueden surgir las conductas agresivas. En este periodo es necesario que el
terapeuta estructure activamente su propia identidad para el niño.
Como principal herramienta utiliza las aproximaciones sucesivas. Para esta terapia
se puede jugar con cualquier cosa, ya que para los niños cualquier cosa es el
mejor juguete, además de que puede ser una terapia grupal o individual.
La terapia gestáltica parte del hecho de que el niño tiene la capacidad de ayudarse
a sí mismo, que está en constante cambio y busca adaptarse al medio, si el
ambiente cambia también su comportamiento cambia.
Es importante también que los padres entren a terapia en forma paralela, pero
separada, es decir un día se trabaja con el niño y otro con los padres, cabe
señalar que esta intervención con los padres dura poco tiempo, esto les permite a
los padres aprender a relacionarse y apoyar a su hijo en su crecimiento y
desarrollo.
Por su parte el terapeuta debe tener el consultorio preparado para cuando llegue
el paciente, si se presenta alguna situación donde sea necesario cancelar la
sesión se debe hacer con anticipación, así mismo si el terapeuta llega tarde, este
debe disculparse con el niño y debe mantener en secreto las confidencias del
niño.
Es importante que el niño se sienta cómodo en el consultorio por lo que este debe
tener colores vivos, de tal forma que no tenga la apariencia de un consultorio.
En esta terapia, el terapeuta debe enfocarse a los problemas que van surgiendo y
estar atento al proceso de cada niño, y como ya se ha dicho antes, el terapeuta
sólo trabaja como guía del niño hacia la solución de sus problemas a través del
desarrollo del pensamiento reflexivo.
En cuanto al tiempo de la terapia, esta dura 45 minutos, sin embargo el niño tiene
la liberad de terminar antes si así lo desea. Es importante hacer saber al niño que
ese tiempo es exclusivo de él y el terapeuta debe ser comprensivo, proporcionar
calor, compañía pero nuca mostrarse como líder.
Otro aspecto importante a tratar es el material que se utiliza para esta terapia. El
material se va a elegir en función del aspecto que se esta trabajando en la terapia,
algunos ejemplos de material son: pinturas, plumones de colores, barro, plastilina,
hojas de papel, cartulina, pegamento, lápices, goma, cuerdas de diferentes
tamaños, animales domésticos, marionetas, juego de tazas, biberón disfraces, etc.
En relación a los limites, estos no son tan rigurosos como en otras terapias, es
decir, se estableces los limites pero si el niño falta a alguno no se le reprende, se
trabaja con esta conducta de la misma forma reflexiva para que el niño se de
cuenta de sus actos.
PSICOANALÍTICA
HUMANISTA
COGNITIVO-
CONDUCTUAL
GESTAL