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ALGÚN DÍA

Capítulo I. La vida de un vagabundo, no uno cualquiera, sino de uno que no sabe que es un
vagabundo.

Origen, un concepto no tan sencillo de explicar, entenderlo resolvería algunos de los porqué que
surgieron en nuestra mente y que tanto nos cuesta sacar, el origen es precisamente eso, el
nacimiento de una idea, pero una cualquiera, sino de una que nos define como persona, que nos
hace despertar a diario para llevarla a cabo y que por más que queramos no podemos sacar, se
convierten en nuestros objetivos, nuestra única y sencilla razón de ser, esta idea, origen, nace de
la misma forma que las demás, pero al crecer toma fuerza, por distintas razones que tienen algo
en común, son posibles… para las personas, la posibilidad es esperanza y mientras exista, la idea u
origen perdurará en nuestras mentes, de forma positiva, como una relación mutua en la que
mente-idea se complementan dando a la persona el sentimiento de que puede llegar a donde
quiera, lograr lo que la idea propone, pero la vida no es tan sencilla, la mente lo es menos y en
ocasiones no vemos solución, un camino o sencillamente ninguna posibilidad y es cuando el origen
empieza a rebotar en la mente, buscando una razón, la respuesta a un porqué que no podemos
encontrar, allí es cuando el origen nos cambia, nos hace diferentes, donde hace daño al llevar
nuestra concentración a aparentes callejones sin salida, esta situación nos hace sentir desespero,
decepción, nos encierra en un bucle del que no todos pueden salir… solo un selecto grupo de
personas puede escapar de allí, aprendiendo grandes lecciones sobre superación y fracaso, las que
dominan la relación subconsciente-mente, aquella relación en la que la humildad es la llave,
porque sólo teniendo esta habilidad de incalculable valor se pueden despejar los sentimientos
que nos encierran en el bucle, nos hace ver la situación de forma calma, fría y nos muestra la
salida, a veces la que queremos y otras veces no, pero en definitiva la salida, la que corrije el
origen, o la que nos muestra como dejarlo atrás… tuve que pasar un camino muy interesante
antes de entender ese concepto, el que me mencionó alguna vez un viejo amigo con el que hablo
constantemente y que hace tiempo no veo, no sé cuál es su origen, de donde salió o donde
terminará, solo sé que Dios, el que él me mencionó una vez sin tener idea de quien era, nos
presentó, en el momento que lo necesité, los caminos difíciles no deben recorrerse solos, y Dios sí
que estuvo allí, con su fiel estilo de dar sus mensajes de formas curiosas, con personas, extrañas
casualidades, o incluso con sueños que sólo nosotros podemos entender.

En la vida uno puede ver muchos tipos de personas, pienso que las puedo clasificar de diferentes
formas, aunque yo diría que generalmente las hay de dos tipos, orgullosas y humildes, todas
pueden tener ideas u orígenes, gozarlos, sufrirlos, cumplirlos o simplemente dejarlos atrás, podría
decir que todos queremos algo, no todos lo hacen con la misma pasión y hay quienes no saben lo
que quieren, siempre son más interesantes este tipo de personas, en sus mentes retumban
problemas y prejuicios que no les permiten darse a la posibilidad de luchar por algo, en ocasiones
este tipo de personas podrían perderse en ese camino y sin la ayuda necesaria, no podrían
encontrar rumbo alguno, a veces solo se rinden y esperan que la parca llegue hacia ellos, to que
sus almohadas y puedan finalmente ir hacia lo realmente desconocido, donde ya no puedan
finalmente ir hacia lo realmente desconocido, donde ya no puedan volver atrás… un vagabundo
vive de esa manera, les llaman locos por dormir a la intemperie en cualquier esquina,
consumiendo sustancias que les impide sentir hambre, y que las lleva a sensaciones imposibles de
alcanzar de forma natural, solo se sienten probando la manzana del Edén, atravesando los límites
que Dios nos puso dejando que nuestro libre albedrío nos permita decidir, para un vagabundo no
hay nada que perder, la calle es tu hogar, el hambre lo que quieres evitar, sientes que Dios se
olvidó de ti, que no existe, que la vida e injusta y desafortunada contigo, quizás nunca escuches su
nombre, pero un vagabundo conoce su historia, sabe cómo llegó hasta allí, probablemente sea
orgulloso y culpe de todo a Dios y a la vida, probablemente sea humilde y acepte que hubieron
errores que le hicieron llegar hasta donde está, lo seguro es que saben que son vagabundos, sólo
depende de ellos salir o no de su mundo, pero cómo una persona que vive en los ambientes más
hostiles de la calle, no sabe ni entiende el sistema que rige la vida, no sabe lo que es la pobreza,
riqueza, matemáticas o poesía, amor u odio, felicidad o tristeza, orgullo o humildad, se debe tener
la más mala suerte del mundo al perder la memoria por completo y que te quedes solo, no sabes
quién fuiste y por qué te abandonaron, no sabes por qué te abandonaron, no sabes por qué tienes
que dormir con frío en las calles mientras otros, descansan en acogedoras casas, resguardándose
del inmenso cielo nocturno, esa es mi historia, la historia de un vagabundo que su memoria perdió
y con ella el significado de la vida, de todo, la calle me esperaba, y con ella todo lo que implica, sin
embargo, a lo alto el buen Dios me observaba, me enseñó la vida desde una perspectiva diferente,
dándome un regalo que pocos tienen.

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