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Este trabajo tenía por objetivo realizar una lectura territorial de los procesos sociales y políticos,
identificando específicamente la territorialidad y la territorialización de los actores y agentes
ubicados en el territorio de estudio para finalmente develar el sentido de ese territorio. En este
caso se abordó el tema de Naranjal un barrio cercano al centro de Medellín que está
comenzando a sufrir un proceso de gentrificación por medio de la inserción de un gran proyecto
urbano que se materializa en el primer plan parcial con estas características en el país.
Como anota Ismael Blanco (2009) en su texto Gobernanza urbana y políticas de regeneración: el
caso de Barcelona la gobernanza urbana viene siendo articulada desde modelos bottom-up
inclusivos y pluralistas como modelos top-down restrictivos y elitistas. El caso Naranjal ilustra
principalmente el modelo top-down debido a que ha sido un proyecto de agentes públicos de la
administración municipal, la Empresa de Desarrollo Urbano – EDU -, la Alcaldía de Medellín, así
como agentes privados representados en el sector inmobiliario desde la promoción y venta del
proyecto, que han sacado adelante su visión del territorio por medio del proyecto Nuevo
Naranjal, Parque Residencial, Plan Parcial que generaría un precedente en la ciudad y el país por
tratarse de una re densificación y gentrificación del espacio.
El barrio Naranjal tiene una tradición de medio siglo en la consolidación de un barrio con trabajo
de reparación de vehículos automotrices, recuperación de residuos sólidos y demás actividades
económicas que dentro del marco legal de la ciudad se consideran “informales”, tanto en
comercio como en oferta de servicios. La ubicación estratégica del barrio, cercano al centro de
Medellín y el centro Administrativo la Alpujarra, ubicado dentro de una comuna mayormente
de estrato 4 y en medio de dos vías principales de la ciudad, San Juan y La 65, ha significado que
los ojos de los inmobiliarios y las administraciones locales fijen sus ojos en este territorio
aludiendo a un deterioro y obsolescencia debido al estado de las edificaciones, la ausencia de
espacios públicos, las bajas densidades de vivienda, el insano uso del suelo.
Los imaginarios que los agentes inmobiliarios y administrativos promulgan del barrio riñen con
el proceso de territorialización que defienden los habitantes de Naranjal en torno al derecho al
trabajo y la vivienda. Los procesos barriales y comunitarios que se han gestado a lo largo de este
lustro dan cuenta de una organización y defensa del sentido territorial que han hecho de
Naranjal un barrio de tradición mecánica y que de una u otra forma lo han mantenido a flote
dando solución a las necesidades por lo menos económicas de quienes no solo lo tienen como
su lugar para morar sino también el sustento para sí y sus familias.
Naranjal tiene casi 20 años en este debate con el proyecto de Plan Parcial, en primera instancia
caracterizado por una resistencia y defensa del territorio. Lo cual nos remite a Blanco
nuevamente para ejemplificar en Naranjal un caso, aunque modesto del modelo top-down de
gobernanza integrando la base comunitaria de los distintos actores que confluyen en el
territorio: residentes, mecánicos, “informales”, recuperadores. Aunque los habitantes de
Naranjal han tenido un rol intermitente de agente en este territorio, es importante señalar esta
intermitencia, cuando menos para reconocer su nivel de organización y la construcción de una
planeación alternativa del territorio, conservando la tradición económica y social que el barrio
ha labrado desde mediados del siglo XX.
Durante este período de disensos entre los agentes y actores con distintos intereses en el
barrio, se han dado pasos administración tras administración, para consolidar el modelo de
territorio que se piensa el Plan Parcial para Naranjal. Con momentos de negociación y otros de
conflicto y fuerte tensión que han llevado incluso al uso de la fuerza por parte del Estado.
El caso Naranjal se enmarca en Medellín, una ciudad que Rogério Haesbaert llamaría de
múltiples territorialidades, porque si bien se impone un modelo de glocalización que la perfila
como ciudad de la innovación y de importantes proyectos urbanos, los actores de sus territorio
resisten a estas miradas y son aun visibles en el territorio.
El plazo para entregar las propuestas de posters y ponencias es hasta el 10 de junio de 2016