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Esto es lo más preciso que puedes poner, ya que englob todo lo que es la

música y obvio dentro igual la estetica

Características generales…
Para comenzar a hablar del tema de la música en el contexto de la estética, vale
la pena realizar una primera aproximación a partir de su significado general.
Hablamos de que la música es un arte, de que es bella, y discutimos sobre temas
relacionados con la música sin contar como tal con una definición precisa dentro
de nuestras vidas cotidianas. Así pues, ¿Es el canto de los pájaros, música? Son
las olas del mar música? O incluso, ¿puede llegar a considerarse la risa de un
niño, o el palmoteo que hace cuando escucha una canción, música?
La música por lo general se define como un tipo de arte, específicamente
relacionando la combinación de sonidos de forma artística, realizada por seres
humanos. Al igual que todo tipo de arte, se considera fundamental que el ejecutor
y creador de la misma sea un ser humano, lo cual descarta muchos sonidos que
aunque podrían ser considerados como “bellos”, no entran dentro del contexto
del “arte”.
Algunas de las características de la música están representadas por la escritura,
las claves, las notas, la afinación, el timbre de los instrumentos, los intervalos,
las alteraciones, etc. A continuación me detendré en algunos de los elementos
generales de la música.

El sonido…
El sonido el primer elemento general de la música, y se define como el resultado
de la vibración de un cuerpo. Así, el fenómeno del sonido se transmite por medio
de ondas, las cuales son captadas por el oído humano y más adelante por el
cerebro, generando las percepciones que nos permites orientarnos en el
espacio, reconocer fuentes sonoras, comunicarnos, y finalmente disfrutar de la
música.
De acuerdo con características específicas, los instrumentos musicales con los
cuales se generarán los sonidos, pueden clasificarse según:
a) Familias de instrumentos: La clasificación más común que se realiza sobre los
instrumentos musicales es así: De cuerda: Frotada, como el violín; pulsada como
la guitarra; y percutida como el piano. De viento: Metal, como la trompeta;
madera, como el clarinete; y de acción mecánica como el acordeón y la
armónica. De percusión: Afinados como la marimba, y no afinados como el
tambor.

b) Fuente sonora: Idiófonos: El sonido es producido por el propio material del


instrumento, como las castañuelas, o la voz humana. Aerófonos: Aquí el
elemento vibratorio es el aire, como la flauta. Membranófonos: una membrana
tendida sobre una abertura es la que genera el sonido, como en el tambor.
Cordófonos: Una o varias cuerdas son las que producen el sonido, al ser
tensadas entre dos puntos fijos, como el arpa. Electrófonos: Son los
electromecánicos o radioeléctricos, como el sintetizador.

El ritmo…
Existen diferentes definiciones del ritmo dentro del contexto de la música. Este
elemento general puede definirse, por ejemplo, como una sucesión de sonidos
que se repiten en el tiempo de forma organizada. También puede definirse como
una fuerza dinámica que le da sentido a la música a través de la repetición de
estructuras básicas.
Como aspecto fundamental del ritmo, podemos analizar el pulso para
comprender mejor este concepto. El pulso es una forma de organizar los sonidos
de una pieza musical a partir de una métrica particular que da sentido a las frases
de la obra. Esta métrica se caracteriza por lo general por tener pulsos estables,
que se repiten teniendo la misma duración, y que dan lugar al compás. Los
compases, así, organizan los sonidos en extractos particulares, todos los cuales
se componen de la misma cantidad de pulsos, la cual puede variar según la obra.
El ritmo de una pieza musical tiene una amplia relación con el valor estético de
la misma. En general, el ritmo tiene el carácter de estar sumamente ligado a las
emociones; esa combinación de sonidos en el tiempo suele crearse con el
objetivo de transmitir diferentes estados de ánimo, y del mismo modo puede
transformar las emociones del oyente. Así, la estética de una pieza musical
puede juzgarse en gran medida de acuerdo con los parámetros con los cuales
se organiza el ritmo; no obstante en general se considera que hay música más
compleja o menos compleja, si bien la belleza o carácter estético de las obras no
es un aspecto en el cual los diferentes críticos musicales se pongan de acuerdo
fácilmente. Así, se alude a las teorías subjetivistas para juzgar este tema.

La melodía…
Al igual que el ritmo, la melodía también se compone de una sucesión de
sonidos, sin embargo el valor fundamental de esta última no se refiere a la
manera en la cual se organizan en el tiempo, sino a la altura de los mismos. Así,
en la melodía la sucesión de sonidos tiene una altura determinada.
Se habla entonces de notas con una duración particular, pero caracterizadas por
tener un timbre que las caracteriza y además, esencialmente, una altura. Existe
una gran variedad de alturas que van desde las más graves hasta las más
agudas, y todas ellas se organizan teóricamente dentro del pentagrama, el cual
indica qué sonido se está refiriendo de acuerdo con una respectiva altura.

La armonía…
Es uno de los temas más complejos de la música, y también es posiblemente el
que muchos críticos relacionan de forma más amplia con la estética de la música.
La armonía se define como la organización de sonidos, ya no de forma sucesiva
como se hace en el ritmo y la melodía, sino de forma simultánea, y su relación
con los sonidos más próximos.
La armonía siempre está relacionada con la belleza de una obra musical. Una
obra de la cual difícilmente se pueda decir que es armónica, y cuya construcción
con base en los elementos teóricos de la disciplina de la armonía sea
incoherente, inconexa o inexistente, del mismo modo tendrá un carácter estético
sumamente cuestionable.
Por el contrario, las obras que se basan en las leyes de la armonía y que las
respetan, organizando los sonidos simultáneos y sus relaciones dentro del todo
de la pieza, a partid de los parámetros musicales establecidos por la disciplina
de la armonía, es una pieza cuyo valor estético no es fácilmente cuestionable.
Así, las teorías objetivistas tienen mucho que decir a este respecto, puesto que
parecieran existir unos parámetros universales que determinan lo que se debe o
no hacer con una pieza musical para que esta sea bella y pueda considerarse
estética.

La musicoterapia, la estética y el arte

Para finalizar esta investigación, es sumamente interesante abordar el tema de


la musicoterapia desde el punto de vista de la estética. La musicoterapia parte
de la música, del arte de los sonidos descrita anteriormente en esta
investigación. Y busca beneficiar a diferentes personas a través de su utilización.
Pero entonces, ¿qué importancia tiene el factor estético dentro de la
musicoterapia?

Para resolver esta pregunta, comencemos por determinar de qué hablamos


cuando hablamos de Musicoterapia.

La Federación Mundial de Musicoterapia (FMM) plantea que la Musicoterapia es


el uso de la música y/o los elementos musicales (sonido, ritmo, armonía y
melodía) por un musicoterapeuta calificado, con un usuario o grupo, en un
proceso diseñado para facilitar o promover comunicación, aprendizaje,
movilización, expresión, organización y otros objetivos relevantes, con el fin de
lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales
y cognitivas. En este orden de ideas, la Musicoterapia busca desarrollar
potenciales y/o restaurar funciones del individuo para que éste alcance una mejor
integración intra e interpersonal y consecuentemente, una mejor calidad de vida
a través de la prevención, la rehabilitación o el tratamiento.

Actualmente la Musicoterapia es considerada una disciplina académica y


práctica que toma herramientas de la Medicina, la Psicología y la Música. En
Europa, Estados Unidos, y Latinoamérica, la Musicoterapia es una carrera
universitaria de pregrado y/o posgrado, que cuenta con programas curriculares
en instituciones reconocidas como la Universitat de Barcelona, la Universidad de
Roehampton, la Universidad de Temple, la Universidad de Buenos Aires, la
Universidad del Salvador y la Universidad Nacional de Colombia, entre muchas
otras en todo el mundo.

Personas con diferentes edades y necesidades pueden obtener beneficios


importantes por medio de la Musicoterapia. En sus orígenes este abordaje
terapéutico tuvo grandes desarrollos en su aplicación con pacientes con
patologías severas, como el autismo, el retardo mental, la psicosis, y las
demencias. Desde hace algunas décadas, la Musicoterapia ha estado
expandiendo su campo de acción, y además de las áreas mencionadas cuenta
con desarrollos que incluyen la rehabilitación física, la salud preventiva y
comunitaria, y el desarrollo personal.

Hoy en día la Musicoterapia cuenta con desarrollos teórico y prácticos amplios


en el abordaje de diferentes poblaciones. Algunas de las metas de trabajo más
frecuentes en son: Desarrollo de autoestima, habilidades sociales, y
expresividad en niños; estimulación de la atención en niños con TDAH;
prevención del consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes; desarrollo de
proyecto de vida en jóvenes y adultos; manejo del estrés laboral; desarrollo de
habilidades de liderazgo, solución de problemas y trabajo en equipo; preparación
y acompañamiento del retiro laboral; atención a cuidadores de pacientes con
enfermedades crónicas; entre otros.

Profundizando en el tema de las características estéticas de la música en el


contexto terapéutico, cabe preguntarse: ¿Es necesario saber cantar o tocar un
instrumento para participar en una sesión de musicoterapia? Para lo cual la
respuesta inmediata es: No. La producción musical hecha en sesión no tiene una
finalidad estética, por lo cual la calidad de tal producción en términos formales
no es relevante. Para la participación en las sesiones de musicoterapia no es
necesario ser músico, sino permitir la expresión musical que cada persona lleva
consigo misma. Se considera que todos los seres humanos poseen la capacidad
de expresarse a través del sonido producido por instrumentos, cuerpo y voz. La
manera en la cual el sujeto se expresa musicalmente de forma natural y
auténtica, tiene una perfecta validez en sesión. La producción musical adquiere
relevancia únicamente por el significado que tal experiencia musical tiene para
el sujeto o grupo.

Y entonces, surge la duda sobre el tiempo de música se utiliza en Musicoterapia.


La música varía en cada grupo o sujeto, porque se selecciona u ocurre
espontáneamente en sesión de acuerdo con las necesidades, preferencias o
intereses de los participantes. Por sí sola, la música no es considerada un agente
sanador ni un medio místico para curar. Tampoco puede usarse a manera de
recetas, seleccionando ciertas canciones como remedios para enfermedades
correspondientes.

Relacionando entonces este carácter de la musicoterapia, con las teorías


subjetivistas de la estética, podríamos decir que la perspectiva que favorece la
existencia y la utilización de la música en este sentido terapéutico, es la que
considera que su valor estético es sumamente subjetivo.

Así, una misma música adquiere significados únicos para cada persona. Según
su historia personal, experiencias y momento de vida, la persona confiere a
distintos géneros musicales, instrumentos y canciones, la capacidad de evocarle
recuerdos, facilitarle un estado emocional o conectarlo con alguna parte de su
identidad.

En ese sentido, la música que se utiliza en Musicoterapia, es aquella que se


selecciona estratégicamente o espontáneamente, de acuerdo a su relación con
la historia e intereses del sujeto o grupo a tratar, para movilizar al sujeto y
promover experiencias con criterios terapéuticos. La subjetividad es entonces el
factor determinante del valor estético de una pieza musical utilizada en
musicoterapia, sea ésta creada allí o no, con coherencia con los teóricos que
defienden el subjetivismo como determinante de las impresiones estéticas de
una obra.

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