La progresiva implantación de las semillas transgénicas en la agricultura, al margen de otras
consideraciones, supone la desaparición de los cultivos tradicionales, patrimonio común
de la humanidad, y su sustitución por otros cuyo control está en manos de unas pocas empresas multinacionales, las cuales están empezando a manejar y dirigir el mercado mundial de alimentos y cultivos vegetales de interés comercial . En la actualidad ya se han dado infinidad de casos que muestran claramente los perversos efectos que el sistema de pate ntes de semillas y su explotación por empresas privadas tiene sobre la economía de los pequeños y medianos agricultores.