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Salud sin límites.

Datos para una sociología


del proceso de medicalización (*)

Fernando ALVAREZ-URIA

«Los hombres -escribía K. Marx en la determinación del objeto de análisis.


El 18 Brumario de Louis Bonaparte­ Con frecuencia la sociología sirve para
hacen su propia historia, pero no la engrosar y recubrir de aureola al con­
hacen por decisión libre, bajo circuns­ junto de las representaciones simbó­
tancias elegidas por ellos mismos, sino licas acantonadas en el mundo acadé­
bajo aquellas circunstancias con que se mico. Dichos análisis, dotados espe­
encuentran inmediatamente, que están cialmente de valor de cambio, son ven­
dadas y se heredan del pasado». La didos en el mercado de los bienes
sociología, en tanto que ciencia de las simbólicos en el que, como todo el
relaciones sociales, pretende precisa­ mundo sabe, existen trusts, oligopo­
mente poner al descubierto el haz de líos, monopolios y maffias. Existe igual­
fuerzas que determinan la estructura y mente una sociología aplicada, predic­
las funciones de un campo social espe­ tiva y práctica, capaz de sondear las
cífico. Conocer las determinaciones opiniones y deseos de una población
sociales -las circunstancias de que determinada. Dichos sondeos y en­
habla Marx- parece no sólo un paso cuestas están con frecuencia más al
necesario para que los hombres se servicio de quienes los demandan -Es­
conozcan a sí mismos sino también tado, partidos políticos, empresas,
para que decidan sobre su propio des­ etcétera- que al de los encuestados.
tino. La sociología es la «ciencia que Sociología académica y sociología prác­
pretende entender, interpretándola, la tica constituyen en nuestro país los ti­
acción social para, de esa manera, pos de sociología dominante. Entre una
explicarla causal mente en su desarrollo y otra existen mlJltiples imbricaciones y
y efectos» (Max Weber). Conviene no formas mixtas. El hecho de que soció­
olvidar sin embargo que el destíno que logos instalados en este ámbito recu­
se pretenda dar a las explicaciones rran en ocasiones a fórmulas huecas
encontradas incide en el propio proce­ extraídas de catecismos revoluciona­
so de inv~stigación y, por supuesto, en rios no altera la función de legitimación
y reforzamiento que tales sociologías
representan. En otra perspectiva se si­
(*) Este texto corresponde a la Lección
inaugural del XVI Congreso Nacional de la
túan algunas corrientes sociológicas
Asociación Española de Neuropsiquiatría. Ovie­ que intentan poner al descubierto los
do, 16 de noviembre de 1983. distintos mecanismos de violencia y

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explotación que pueblan el espacio por el derecho. Ello ha supuesto, ade­
social. Este trabajo pretende, de un más de relegar a lo superestructural o
modo todavía un tanto provisional y secundario el estudio de otras instan­
deficiente, mostrar precisamente que cias sociales, desconocer nuevas for­
el dolor y el sufrimiento se fragua mas de legitimidad de carácter técni­
también en instituciones, y se basa en co-científico que sirven de soporte a
relaciones, que tienen por finalidad nuevos modos de dominación. En este
explícita pacificar, curar, restablecer y punto radica, a mi parecer, la debilidad
hacer el bien. . de la sociología marxista de la medici­
Vivimos en una sociedad industrial na. Esta sociología, al no poner en'
avanzada en donde priman las relacio­ cuestión la legitimidad técnico-cien­
nes de producción de carácter capita­ tífica, al aceptar como válidos los có­
lista, en donde las desigualdades so­ digos teóricos y las prácticas médicas
ciales se ven permanentemente natu­ se ha limitado a exigir la extensión y
ralizadas -y por tanto justificadas como generalización de los cuidados mé­
incuestionables-; vivimos, en fin, en dicos a las clases más desfavorecidas
una sociedad caracterizada por plurales de la sociedad. «iContra la medicina del
formas de dominación que en gran capital, la medicina popular, la salud
medida se perpetúan porque su lógica para todos!». De tales planteamientos
permanece desconocida. Como muy han surgido sin duda luchas impor­
bien ha mostrado Pierre Bourdieu del tantes que han aglutinado a los de­
desconocimiento de los mecanismos fensores de una medicina progresista.
de dominación se deriva generalmente Reivindicaciones tales como la inclu­
su reconocimiento y aceptación. Estu­ sión de la asistencia psiquiátrica en la
diar su carácter histórico, poner de re­ Seguridad Social, al aborto gratuito o
lieve sus condiciones de aparición y una mayor cubertura sanitaria para las
sus funciones, significa a la vez eviden­ zonas rurales siguen teniendo vigencia.
ciar su carácter efímero y relativo -fren­ Pero es preciso ir más allá porque no se
te a su naturalización- y abrir la puede combatir la lógica de la do­
posibilidad de que los hombres deci­ minación exigiendo su generalización.
dan libremente transformar esas rela­ Para transformar la sociedad en que
ciones de poder. vivimos es necesario transformar los
Toda empresa de dominación nece­ campos sociales que la conforman y el
sita para poder subsistir que los domi­ campo médico constituye una región
nados acaten la autoridad que se abro­ importante de nuestra vida social.
gan quienes en ese momento dominan. Transformar este espacio implica no
Max Weber ha analizado los funda­ sólo que la medicina esté al servicio de
mentos de la legitimidad de la domi­ los enfermos -yen particular al de los
nación. Como es sabido distingue tres más desasistidos-, sino y sobre todo
tipos de legitimidad: la tradicional ba­ cambiar la lógica del funcionamiento
sada en la costumbre, la carismática y de las instituciones sanitarias, poner en
la legitimidad fundada en la legalidad. cuestión la desigual relación médi­
Durante años la sociología crítica, an­ co/paciente, preguntarse las razones
clada en el phylum marxista, se ha cir­ que han conferido el estatuto de «ver­
cunscrito a la denuncia de las formas de daderos» a los códigos teóricos por los
explotación económicas legitimadas que ha discurrido el saber médico,

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cuestionar en fin el monopolio médi­ interior de la estratificación social dis­
co de la enfermedad que cada vez putaron a la medicina el poder del que
más tiende en la actualidad a hacerse actualmente goza. Los denominados
extensivo al terreno de la salud. curanderos, charlatanes, vendedores
Hoy sabemos que no existe una base de remedios, saludadores y otros, fue­
material separada de las representa­ ron perseguidos como intrusos que se
ciones y valoraciones que los hombres adentraban subrepticiamente y sin tí­
hacen de sus condiciones de existencia. tulos de respetabilidad en el templo de
Transformar esas condiciones, alterar Esculapio. A su vez la Iglesia, en cuyo
su curso significa poner en cuestión las seno moran los poderes sobrenatu­
representaciones dominantes sobre la rales, ha pretendido ser la depositaria
vida y la muerte, la salud y la enfer­ perenne de la fuente de la salud y de los
medad. Dicho en otros términos, no se mil y un elixires de larga vida concen­
pueden cambiar las condiciones mate­ trados en sus sacramentos, sacramen­
riales de vida sin incidir en las repre­ tales y reliquias. Dotada de este bagaje
sentaciones sociales acerca de la exis­ sobrenatural supo igualmente estar
tencia que son en gran medida repre­ atenta a las miserias terrenales hasta el
sentaciones médicas sobre la vida punto de convertir el socorro de los
precisamente porque la vida se ve cada pobres en una fuente de innumerables
día más enmarañada y sometida a las ingresos. Aún hoy, tras las desamor­
categorías médicas en. vistas a una tizaciones y en el seno de una sociedad
progresiva medicalización de la vida secularizada, la Iglesia controla sec­
cotidiana. Señalar el desarrollo y los tores importantes de la beneficencia:
efectos de esta medicalización es pre­ ancianos, subnormales, infancia aban­
cisamente el objeto central de esta donada, locos... Y por si esto no
intervención. Ahora bien, dicho desa­ bastase, en su contraofensiva para
rrollo y dichos efectos son únicamente apropiarse de la enfermedad, orquestó
visibles y explicables en el interior del contra la medicina las apariciones de la
campo médico que es en gran parte el Virgen que sirvieron para erigir san­
resultado de procesos históricos pre­ tuarios milagrosos en donde los en­
cisos por los que ha pasado la ciencia fermos recobraban la salud perdida. En
de curar. estos dos frentes no obstante logrará la
La medicina es, en nuestra sociedad, medicina imponerse de forma rotunda.
la única ciencia legitimada para curar. Claro está que en su lucha contra el
Este monopolio de legitimidad lo ha intrusismo -conviene no olvidar que
conquistado a través de una larga los prácticos del arte de curar gozaban
sucesión de enfrentamientos que tuvie­ de una tradición mucho más antigua que
ron lugar a lo largo de los siglos XVIII y los advenedizos profesionales de lo
XIX especialmente en dos frentes: patológico- el arte de Esculapio contó
1. El frente contra las prácticas de con la inestimable ayuda de la justicia
los denominados charlatanes y penal y de las fuerzas represivas del
brujos. Estado. Por su parte la lucha contra los
2. El frente contra la asistencia re­ poderes carismáticos resultó favorable
ligiosa. a la medicina, no tanto por victorias
Dos grupos sociales con poder des­ obtenidas tras enfrentamientos direc­
igual y posiciones distintas en el tos, cuanto por un proceso creciente de

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secularización resultado de la materia­ almas. Las prácticas médicas no pue­
l ización en el seno de la sociedad del den por tanto gozar de un estatuto de
espíritu del capitalismo. neutralidad social ya que contribuyen e
Situados entre las clases bajas y los inciden a su manera en la conformación
más elevados depositarios de las ver­ que actualmente adopta la estructura
dades divinas -perennemente váli­ social. Dichas prácticas tienen su tiem­
das- los médicos, en tanto que nue­ po de emergencia y su historia lo que
vos profesionales pertenecientes, en implica igualmente la posibilidad más o
general, a la capa intermedia de la clase menos remota de que algún día lleguen
media, no han cesado de incrementar a su fin. En realidad su constante
su poder social en estrecha relación transformación contribuye a desplazar
con el proceso de consolidación de la el concepto de salud y de enfermedad.
burguesía. El éxito de tan rotundos Hasta ahora este proceso adopta de
triunfos no se basa simplemente en el forma predominante una dirección de
carácter curativo de sus técnicas sino y, refuerzo de la medicalización, lo que no
fundamentalmente, en que la medicina deja de ser un motivo de alarma. En
ha sabido mantener con osadi'a una otros términos, los médicos se han
estrategia de desarrollo en perpetua convertido en los agentes privilegia­
relación recíproca de reconocimiento dos, autorizados y reconocidos por el
de los poderes públicos. No es una poder polftico, para definir lo que es la
casualidad que en los momentos ac­ verdadera salud, constituyéndose así
tuales, cuando al menos de forma en poderosos especialistas de la nor­
programática parecen triunfar los pro­ malización.
yectos de cambio, una nutrida repre­ Yo quisiera defender, de forma ne­
sentación del cuerpo médico desen­ cesariamente esquemática, el deseo
tierre el hacha de guerra contra un razonado de acelerar la desaparición de
tímido Partido Socialista en el poder ese poder -o al menos su relativiza­
que promueve más tímidas reformas. ción- porque creo que los instrumen­
En numerosos Colegios Provinciales de tos utilizados por los Gobiernos en las
Médicos tos candidatos elegidos como sociedades industriales avanzadas pa­
presidentes defendi'an en sus campa­ ra la promoción de la salud y, en
ñas las posturas más conservadoras y particular, la extensión totalitaria de la
corporativistas. Y ello ha ocurrido así medicalización, constituyen en el mo­
porque una parte importante de estos mento presente un serio peligro para
profesionales han percibido perfecta­ «la salud» de los pueblos. Aún más, y
mente que el cam'bio "social 'en una siempre a mi juicio, el crecimiento de
perspectiva socialista podría poner en un poder medicalizac;ior constituye un
peligro privilegios corporativos con­ eficaz dispositivo de dominación po­
quistados en el pasado. lítica.
Conviene recordar, porque aun per­ Para comprender la significación de
vive la rentable creencia de que la los actuales mecanismos de la medi­
medicina es una ciencia natural, que las calización conviene recordar, aunque
prácticas ter~péuticas son prácticas so­ sea brevemente, el proceso que la ha
ciales que contribuyen a conformar y a hecho posible, proceso que está ínti­
definir los usos sociales del cuerpo y a mamente ligado al reconocimiento po­
otorgar una identidad concreta a las lítico con que el Estado ha avalado el

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poder social de los médicos, recono­ tencia destinados fundamental­
cimiento que no ha dejado de agran­ mente a indigentes y misera­
darse en progresión geométrica desde bles. Sin embargo, estas institu­
el siglo XVIII hasta nuestros días. ciones totalitarias, utilizando la
Toda clasificación implica subsumir terminología de Goffman, desti­
en lo arbitrario algunas dimensiones de nadas al recogimiento y correc­
los procesos reales, es decir, entraña ción de pobres han sido en ge­
un cierto reduccionismo. Sin embargo, neral fabricadas por los ecle­
intentaremos ser fieles a la realidad del siásticos a partir del modelo con­
proceso histórico de la medicalización ventual. Eso implica, en parte,
condensándolo en cuatro fases de su­ que tan poderoso y eficaz ins­
cesivas dominancias que se desarro­ trumento de curación haya here­
llaron a partir del siglo XVIII. Las fases o dado un marcado carácter jerar­
modelos privilegiados del ejercicio de quizado y disciplinado que los
la medicina desde la Ilustración hasta médicos han sabido conservar
hoy se suceden, y en cierta medida se para perpetuar en él poderes que
superponen, siguiendo el orden si­ detentaban con anterioridad las
guiente: órdenes religiosas. En estos es­
Primera fase: dominancia del pacios de regulación de reclusión,
modelo hospitalario. que fueron durante siglos salas
Segunda fase: dominancia de la de caridad y antesalas de la
medicina social. muerte en las que enfermos y
Tercera fase: especialización de achacosos debían prepararse
la mediciná e integración en los para la vida eterna, los médicos
programas de Seguridad Social. han ejercitado sus poderes y
Cuarta fase: tecnificación de la desarrollado sus saberes. Mi­
medicina y emergencia de la chel Foucault ha descrito sufi­
medicina en salud. cientemente, en páginas difíciles
de superar, el nacimiento de la
Recordemos rápidamente las tres clínica, la disección de los cadá­
primeras fases para centrarnos en la veres y el gobierno absoluto ejer­
última que constituye la forma hegemó­ cido en tales espacios cerrados
nica en la que se aglutinan hoy las por médicos y cirujanos, lo que
estrategias de medicalización puestas evita insistir más en este aspecto.
a punto tras la Segunda Guerra Mundial.
Conviene no obstante subrayar
que el orden piramidal que se
BREVE GENEALOGIA DEL ARTE DE instaura en estas instituciones se
CURAR asemeja a un calco de la repú­
blica platónica en la que reina
a) El hospital absoluto. una notable estratificación: en la
El hospital no es una invención cúspide el médico-jefe, en la
médica. En realidad el hospital base los enfermos desposeídos
~n tanto que institución de cu­ de su enfermedad y de su cuerpo
ración surge de la recomposición que será troceado y diseccionado
a, partir de códigos médicos de después de la muerte. A los
los espacios de resolución y asis­ enfermos les corresponde la si­

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tuación que Platón asigna a los decir, ha de gobernar con un
esclavos: como a éstos su cuerpo poder que resulta más resplan­
no les pertenece en razón de su deciente si cabe al ejercerse sobre
ignorancia y de su posición de los desechos de una sociedad en
clase. la que abunda la miseria. No es
Coqueau, uno de los teóricos una casualidad que la medicina
franceses de la reforma y reor­ moderna haya asumido en el
ganización de la vigilancia hospi­ momento de su implantación
social un modelo jerarquizado y
talaria, escribía poco antes de
centralizado en estrecha analo­
que se produjese la Revolución:
gía con la organización eclesial
«La administración interior de
y la estructura de poder carac­
un hospital se divide naturalmente
terística del despotismo ilustra­
en varias secciones principales.
do. Parece por tanto lógico que
Estas.se subdividen asimismo en
la categoría de orden (orden
departamentos secundarios; es­
corporal, orden hospitalario, or­
tos últimos en otros aún más
den mental y orden social) cons­
pequeños y así sucesivamente
tituye la pieza esencial de su
hasta los más nimios detalles.
subsuelo epistémico.
Esta división ofrecida por la na­
turaleza de las cosas se presta en
sí misma a una jerarquía capaz de b) Medicina social y pauperismo
mantener a la vez la repartición El isomorfismo existente entre el
más precisa del trabajo y la su­ orden hospitalario y la organiza­
bordinación mejor graduada y la ción del poder tiránico y absoluto
más activa. En esta jerarquía cada del monarca -caracterizado
empleado será personalmente también como poder disoluto­
responsable ante la administra­ no pasó desapercibido a los ilus­
ción general encargada de vigilar trados y más tarde a los revolu­
sus funciones: pero para facilitar cionarios. El Conde de Cabarrús
y asegurar el establecimiento de en una de sus Cartas opina que
la vigilancia convendría estable­ jamás la tiranía más ingeniosa
cer de forma gradual y jerarqui­ pudo reunir en el exiguo espacio
zada entre los empleados una de los hospitales más insultos a
responsabilidad recíproca... Por la humanidad: «allí -afirma­
este medio no podrá cometerse lejos de distraer al enfermo, con­
ninguna negligencia sin desper­ curren como a porfía todos los
tar al instante el interés excitado objetos capaces de atormentar
en cadena por el móvil poderoso su imaginación: las quejas de los
y coercitivo de la responsabilidad compañeros de sus dolencias;
recíproca. Cada sección será para los cuidados asquerosos que exi­
la vigilancia lo que es para la gen; el pronóstico fatal de su
araña cada hilo de su tela». éxito; losmoribundos, los muertos,
El médico-jefe, como el monarca el semblante encallecido, las al­
absoluto, como la sensible araña mas férreas de aquellos sirvien­
de que habla Coqueau, controla tes, que un largo hábito ha en­
todos los hilos de la trama, es durecido contra toda sensibilidad

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y que reducen a un mecanismo o se aglomeran poblaciones hete­
tráfico vil la sublime ocupación rogéneas, son lugares de degra­
de aliviar a sus semejantes; todo dación y de contagio. Al igual que
parece destinado a rodear de los hospitales, los hospicios, las
martirios a los enfermos, y a cárceles, las casas de corrección,
hacerles beber las heces amargas los navíos y las manufacturas son
de la vida antes de permitirles con frecuencia considerados co­
que la dejen». Críticas en la misma mo focos privilegiados de la en­
línea serán formuladas por Jove­ fermedad al tiempo que teatros
llanos y otros ilustrados para de todas las miserias humanas.
arreciar tras la Revolución. En muchos de estos espacios
En realidad la crisis de los hospi­ diferentes sexos, edades y con­
tales es previa al desmorona­ diciones se dan cita en una pro­
miento del Antiguo Régimen y miscuidad que ofende no sólo a
está íntimamente ligada al naci­ la decencia sino también a la
miento y desarrollo de la econo­ salud que deja de existir allí
mía pol(tica. La idea de que la donde falta el decoro, la morali­
riqueza de las naciones es co­ dad y la honestidad de costum­
rrelativa al florecimiento de su bres.
población va a suponer una re­ 3. Higiene de las ciudades. Du­
composición profunda de los dé­ rante el último tercio del siglo
biles programas hasta entonces XVIII desde los ámbitos guber­
existentes sobre la salud públi­ namentales crece la necesidad
ca. Tres dimensiones de la rea­
socio-política de desinfectar las
lidad social cobrarán desde esta
ciudades. Los habitantes se ve­
óptica un inusitado interés:
rán obligados a adoptar nuevos
1. Política contra la mortalidad usos y costumbres que se im­
infantil. La infancia no debía ponen en nombre de la salud
simplemente subsistir sino desa­ pública. La lucha contra la prác­
rrollarse sana y fuerte. De ahí la tica habitual de los enterramientos
enorme importancia que va a en el interior de las iglesias, la
cobrar la medicina domiciliaria. distribución de medicamentos, el
De ahí también los enconados ornato de las calles, la invención
esfuerzos por neutralizar las pla­ de nuevos métodos de ventila­
gas exterminadoras de niños y, .ción, la recogida de basuras, la
en particular, la viruela. La lucha persecución de perros callejeros,
contra Ja viruela que encontrará la emergencia de nuevos modelos
su punto de anclaje en la exten­ arquitectónicos en busca de luz y
sión de la inoculación -experi­ aire, regalos de la naturaleza y
mentada en un primer momento por tanto dones gratuitos del
sobre niños expósitos- implica Altísimo, se verán justificados
el primer gran despliegue de la por razones de salud y buena
medicina en campo abierto. política. Es justamente en nombre
2. Recomposición de los espa­ del orden social como se impone
cios de concentración de hom­ una política nueva de vigilancia y
bres. Los lugares cerrados, donde control de las poblaciones. Con­

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viene no olvidar que la higiene por Villermé y en España por
pública es en cierto modo here­ Monlau son, en este sentido,
dera de los comités revolucio­ paradigmáticos. La medicina que
narios de «salud pública» cuya interviene en nombre de la salud
última ratio consistía en hacer pública va a convertirse en la
funcionar repetidamente el dia­ mejor arma para combatir el pau­
bólico invento de un médico: la perismo y amortiguar así la lucha
guillotina. de clases. La intervención del
La entrada de los médicos en el arte de curar en el panorama
seno de las familias, su presencia social se debe sin duda a la lucha
en las instituciones de masas, su de los médicos para extender su
apoyo a una política amplia de radio de acción, a la feliz inde­
.higienización de la ciudad en la xación de las clases peligrosas
que ocupan una posición de ex­ como clases infecciosas y, por
pertos van a significar un fuerte último, a que la medicina en una
impulso para la implantación so­ época de mitificación positivista
cial de la medicina. La salud de de la ciencia contribuía a resol­
los pueblos y de sus ciudadanos ver científicamente un proble­
forma parte de una política de las ma político.
poblaciones que liga por vez
primera de una forma profunda a c) La especialización
los médicos con la administración. La medicina se ha visto con
Esta remodelación de espacios frecuencia revolucionada por des­
afectará igualmente a los hos­ cubrimientos que se han produ­
pitales que tienden a especia­ cido fuera de su campo: los mi­
lizarse y dejan de ser lugares de crobios de Pasteur, los Rayos X
la asistencia para convertirse en de Roentgen, el radio, la penici­
centros exclusivamente médicos. lina ... son algunos ejemplos re­
No obstante hasta el siglo XIX, levantes. Dotada de un importan­
cuando las ciudades se convier­ te material técnico y de un apoyo
ten en focos de atracción para la político la medicina especializada
mano de obra y en lugares de conoció una gran expansión a
implantación de las fábricas, no finales del siglo XIX yen el primer
aparecerá propiamente la medi­ tercio del XX. La emergencia del
cina social. Las encuestas mé­ amplio campo de las neurosis y el
dicas sobre las condiciones de desarrollo de los dispensarios
vida y trabajo de las clases la­ para combatir la tuberculosis
boriosas, los proyectos de remo­ permitieron la aparición de la
delación del hábitat, las leyes de higiene mental y una progresiva
preservación de la fuerza de tra­ especialización. Desde las en­
bajo femenina e infantil, en suma, fermedades infantiles, de la mu­
el nacimiento de lo que entonces jer, de los ancianos; desde los
se denominaba economía social accidentes de trabajo hasta las
ha sido fundamentalmente obra epidemias pasando por cada una
de los médicos higienistas. Los de las categorías socio-profe­
trabajos realizados en Francia sionales y por cada uno de los

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órganos corporales, la medicina individuos cuando se ceba sobre
conoció una importante parce­ ellos la desgracia de la enfer­
lación de sus saberes. Correla­ medad.
tivamente el cuerpo humano fue Si en la etapa de la medicina
diseccionado, desde lo exterior a social la estrategia de medicali­
lo más profundo, y cada uno de zación pasa por la ocupación de
sus órganos y sistemas ha servido la superficie de la patología so­
de soporte al despliegue de sa­ cial, ahora se trata de adentrarse
beres universitarios así como a además es la epidermis, de in­
:prácticas'terapéuticas. Hasta este troducirse de forma específica en
momento la medicina parecía el interior de los cuerpos para
haberse acantonado en la anor­ establecer una analítica minucio­
malidad, lo patológico, el dolor, sa de la enfermedad en todas las
la enfermedad, el desorden. Fue etapas de la vida y en todos los
preciso que el concepto de pre­ órganos vitales. De revistas titu­
vención alcanzase cotas hasta ladas La Alianza médica, El eco
entonces desconocidas para que de la medicina, El siglo médico o
la previsión de la enfermedad La abeja médica se pasa a los
primero y de la salud más tarde se
Archivos de ginecopatía, obste­
convirtiesen en negocios renta­ tricia y pediatría, aI Boletín de
bles y hasta lucrativos. laringología, otología y rinología,
No se debe al azar que el auge de a los Archivos de enfermedódes
las especialidades médicas coin­ del corazón y vasos. El espíritu de
cida con un importante empuje la colmena deja paso a enjambres
de la división social del trabajo y diversificados que intervienen de
con el nacimiento del taylorismo. forma totalitaria en virtud de una
En el trasfondo está el miedo a sectorización y troceamiento de
las organizaciones obreras que, los cuerpos. Pero no se trata tan
tras la Comuna, constituyen una sólo de combatir enfermedades
fuerza social cada vez más temida específicas, sino igualmente de
y combatida. La política de se­ prevenir los males antes de que
guridad social iniciada por Bis­ se manifiesten. El 1nstituto Na­
marck en Alemania y seguida cional de Previsión es en el ámbito
más tarde por liberales como social el equivalente a la higiene
L10yd George en Inglaterra y Se­ mental en el campo médico. Si el
gismundo Moret en España nace nacimiento de la institución ma­
precisamente para contener el nicomial permitió la remodelación
peligro que para la burguesía de la lógica hospitalaria, salvan­
representa el movimiento obrero do al hospital de una difícil crisis,
organizado. En el interior de esta si la medicina mental impulsó el
política de seguridad y paz social desarrollo de una medicina social
la medicina contribuirá notable­ ejercida a campo abierto, las
mente al refuerzo de una asis­ Ligas de higiene mental, que
tencia individualizada destinada tienen su origen en USA (1909),
a fragmentar la cohesión social abren el camino a lo que hoy
de las masas socorriendo a los podemos denominar ya medici­

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na en salud. La psiquiatría, fre­ gitimado a la vez el más importante
cuentemente denostada por es­ proceso de medicalización de la historia
pecialistas médicos experimen­ de la medicina, y la implantación en los
talistas y aristocráticos, ha ser­ países industrializados de una nueva
vido pues de avanzadilla para forma de filantropía diversificada propia
algunas de las innovaciones del del capitalismo asistencial (Weltare
campo médico. Por esto sería de State).
esperar que, a continuación del Detengámonos un momento ante tal
proceso de medicalización que concepción: estado completo de bien­
se incrementa a partir de los años estar. ¿Quién puede presumir de tan
cincuenta, las experiencias anti­ angélica condición? Los dolores de
psiquiátricas -especialmente las cabeza, los ardores de estómago, la
realizadas en Italia- sirvan de colitis, las molestias del embarazo, los
estímulo hoya profesiona les de dolores reumáticos, el asma, las aler­
la medicina, partidos políticos y gias, la bronquitis, los catarros, la cal­
asociaciones ciudadanas para vicie, la conjuntivitis y otros males,
emprender la búsqueda de alter­ frecuentan a cada instante nuestra
nativas que pasen por la des­ condición de mortales ya que nuestra
medicalización de nuestra so­ salud se ha perdido quizá para siempre
ciedad. en el acto del nacimiento. Y por si estas
penurias cotidianas no fuesen suficien­
tes ¿cómo no inquietarse cuando sa­
GESTION MEDICA DE LA SALUD bemos que los microbios nos acechan,
los virus nos invaden, que estamos, en
Trasla2. 8 GuerraMundialentramosen fin, en riesgo permanente de contagio?
la etapa de la gran expansión de la A los males físicos se suman los psi­
cológicos: depresiones, una tristeza
medicina al producirse un importante
inexplicable, exaltaciones súbitas, ci­
cambio cualitativo: el combate contra
la enfermedad tendencialmente deja clotimias, irritaciones injustificadas,
anemia, abulia, absentismo laboral, si­
de ser el objetivo primordial del arte de
curar para desplazarse éste a la gestión nistrosis... Añadamos a todo esto las
de la vida. Un hecho pone de relieve múltiples presiones y tensiones de la
esta mutación prefigurada ya en el vida social, la crisis, las agresiones de
concepto de prevención y en el de la gran ciudad (ruidos, contaminación,
higiene mental. Nos estamos.refiriendo incomunicación, stress), los alimentos
a la definición de salud propuesta en en mal estado, el riesgo de los trans­
1947 por la Organización Mundial de la portes y hasta la sequía pertinaz que
Salud: «estado completo de bienestar convierte en vapores mefíticos las aguas
físico, mental y social». Esta definición, residuales.
avalada por un poderoso y prestigioso Estos simples ejemplos reflejan muy
organismo internacional, ha sido acep­ fragmentariamente la gigantesca ca­
tada hasta hoy, sin problemas, por suística en la que está aprisionada la
partidos polrticos, gobiernos y sindi­ salud. En todas estas situaciones se
catos que unánimemente la han con­ precisan intervenciones sanitarias lo
siderado como un ideal a conseguir. Y que equivale a decir intervenciones
paradójicamente esta definición ha le­ predominantemente médicas en la me­

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dida en que el arte de curar tiende a otorgarle una aureola de eficacia
también a monopolizar el arte de vivir. técnica que refuerza su vieja aureola
Ello explica que los presupuestos de científica.
salud supongan en las sociedades in­ Las fábricas de afinada tecnología y
dustrializadas una parte siempre cre­ de productos farmacéuticos han finan­
ciente del producto nacional. Y es que el ciado una variada literatura médica
concepto de salud es, como un pozo sin desde la que promocionan sus produc­
fondo, imposible de saturar. Como afir­ tos. A esta costosa literatura se ha
ma el sociólogo Luc BOLTANSKI crece a sumado la de las editoriales que per­
medida que se satisface. «A medida que ciben en este nuevo terreno un fruc­
disminuye la proporción relativa de la tífero negocio. En las librerías y quios­
fuerza corporal en el conjunto de factores cos se encuentran abundantes revistas,
de producción, el cuerpo se transforma folletos, fascículos de enciplopedias
en la ocasión o el pretexto de un que inyectan la salud en las familias y
creciente número de consumos». En las conciencias. Médicos famosos
tal crecimiento intervienen una serie de aparecen en las revistas del corazón. La
intereses. En primer luqar las multi­ TV potencia programas sobre la pre­
nacionales de los productos farmacéu­ vención y lanza anuncios de medica­
ticos que, en función de sus deseos de mentos y de productos de limpieza en
expansión, han apostado por la pro­ los que la desinfección ocupa el primer
gresión ilimitada de la gestión médica plano. Un bombardeo permanente aco­
de la salud. Si las farmacias de hoy sa a los ciudadanos con recomenda­
tienen poco que ver con las de antaño ciones sobre la salud. Consejos para las
-en las que todo farmacéutico que se madres, consejos para estar en forma,
preciase inventaba al menos un ja­ consejos para prevenir el cáncer; pro­
rabe-, en parte se debe a que se ha hibición del tabaco, del alcohol, de las
pasado de los remedios contra la en­ grasas, de los excesos. El cuerpo como
fermedad a los medios para mantener un capital a preservar para mantenerse
la salud. La farmacia no obstante está esbelto, joven y sano. A ello concurren
supeditada a la medicina porque el los especialistas del cuerpo, expertos
médico es el propietario en exclusiva de la salud, que se encargan de hacer
del talonario de recetas. chequeos, de diagnosticar y tratar los
Las fábricas de remedios medica­ problemas sexuales, de transplantar
mentosos no son las únicas industrias órganos, reducir o aumentar las mamas,
que se benefician de la salud; conviene suprimir la celulitis o erradicar el estre­
tener en cuenta a los fabricantes de alta ñimiento. No se pretende tanto curar a
tecnología y aparatos de precisión que los enfermos cuanto sanar a los sanos
en las últimas décadas han revolucio­ de forma permanente. Aún más se les
nado los métodos de diagnóstico: puede hacer más sanos de lo que están
equipos de cobaltoterapia, sistemas de reduciendo sus narices, suprimiendo
vig ilancia intensiva, marcapasos, equi­ sus arrugas, rebajando sus vientres...
pos de análisis hematológicos y bio­ En nombre de la salud los especialistas
químicos, etc., están bajo el control de del cuerpo deciden sobre el peso, la
importantes monopolios internaciona­ alimentación, los horarios, el sueño, los
les que una vez más no disputan al deportes, los cánones estéticos. Va­
médico su poder sino que contribuyen cunas, análisis, chequeos, medicamen­

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tos, consejos médicos, vida sana y farmacéuticos peligrosos, productos ra­
ordenada nos proporcionarán, en un dioactivos, mataderos clandestinos que
reciclaje sin fin, la tan ansiada salud. todo el mundo conoce, triquinosis,
Una salud siempre frágil y por tanto cementerios de residuos radioactivos...
sometida a vigilancia permanente por­ ponen en situación difícil nuestra exis­
que los enemigos de la salud, como los tencia. «¿Cómo es posible -se pre­
enemigos del hombre con los que la gunta ANDRÉ GORZ- que las asociacio­
Iglesia amedrentaba a los niños, en nes de médicos no se constituyan en
todo tiempo y lugar nos combaten y abogados públicos de la higiene ali­
persiguen. Los mil y un placeres que menticia y en acusadores públicos de la
prodigan el demonio, el mundo y la quimización abusiva de la alimentación,
carne tienden a verse desterrados del de la agricultura y de la ganadería? Y él
panorama social en nombre de una mismo avanza una respuesta: «La me­
definición de la salud que va camino de dicina ignora la necesidad de esta
congelar la vida. urgencia social. Da la impresión de que
Nuestra sociedad, regida por la com­ seempeñara en ignoraraquellosfactores
petitividad, la insolidaridad, la jerarqui­ de enfermedad que no puede combatir
zación y la avaricia recibe ahora, en sin poner en cuestión las condiciones
nombre del bienestar, una fuerte dosis existentes: presta mucha atención a la
de moralismo basado en la asepsia y en lucha química contra las infecciones
la moderación. Las sociedades liberales microbianas, a las proezas quirúrgicas,
avanzadas han elaborado una estrategia a los aparatos de diálisis, o a las
para la promoción de la salud destinada unidades de cuidados intensivos capa­
a cambiar la forma de vida de los ces en ciertos casos de salvar a ciertos
individuos sin cuestionar en lo más individuos en ocasiones excepcionales.
mínimo todo aquello que hace aborre­ En su lucha contra las causas de la
cible su existencia. Aún más, en la enfermedad no quiere conocer más
medida en que tal promoción se pre­ que aquéllas que el médico puede
senta como un servicio público consti­ atacar a nivel del organismo individual,
tuye la coartada perfecta para la inge­ sin remitirse a las determinaciones
rencia del poder público en la vida de sociales, económicas, culturales».
los ciudadanos. La salud individual se Por su parte la Seguridad Social
erige así en baluarte del orden público. continúa siendo una ingente maqui­
Hasta ahora las sucesivas reformas naria burocratizada y esclerotizada, con
sanitarias no han hecho sino intensificar un despilfarro de cientos de millones
la lógica expansión de la medicalización algunos de los cuales van a parar a
sin que ello haya supuesto en realidad la clínicas privadas que tienen con ella
resolución de los múltiples problemas conciertos leoninos. Mientras tanto en
que nos afectan por la degradación los manicomios los locos, privados de
creciente de las condiciones de vida. los más elementales derechos, viven
Biberones tóxicos, síndromes tóxicos, en la miseria. Mientras tanto cientos de
abonos y fertilizantes tóxicos, conser­ clínicas y ambulatorios carecen de los
vantes nocivos, polución del agua y del medios más elementales. Mientras tanto
aire, pollos y otras «aves» inflados a la cifra de heroinómanos en el País
antibióticos, piensos compuestos con Vasco y Navarra supera los índices de
fórmulas descompuestas, productos New York o Amsterdam.

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Para poner fin a las maffias que dicina, si se pretende ejercer una me­
hacen de la práctica médica un vil dicina liberadora se impone la trans­
comercio, para frenar la medicalización formación de esas condiciones. Jus­
no basta la buena voluntad de médicos tamente la gran estratagema de los
y gobernantes, es preciso que se creen defensores del «statu quo» consiste en
asociaciones ciudadanas, colectivos de identificar las condiciones de ejercicio
autodefensa; es preciso que partidos con la operatividad terapéutica. Esta
políticos y sindicatos junto con pro­ superposición les permite enfrentar los
fesionales de la sanidad establezcan un intereses de los enfermos con toda
control colectivo del medio de vida y medida progresista -administrativa o
trabajo, de las condiciones del hábitat, no- que pretenda neutralizar la vio­
de la utilización unilateral y partidista lencia inscrita en la relación terapéu­
de la salud. tica: «Las características específicas
La desposesión del cuerpo propio, técnicas de la relación terapéutica bas­
sobre la que se asienta la medicaliza­ tan para hacer que se convierta en una
ción, constituye un episodio de la situación asimétrica y de dependencia
desposesión humana dominante en el -afirma BOLTANSKI-, porque una de
sistema capitalista. Por esto un cambio las partes, el enfermo, cumple real­
de sociedad implica acabar con un mente en ella el papel de objeto. El
cúmulo de desposesiones reales que enfermo, desnudo, acostado, inmóvil y
subyacen al derecho formal. No habrá en silencio, es el objeto de las mani­
cambio social sin que los hombres se pulaciones físicas del médico, quien,
liberen palmo a palmo de la lógica vestido, de pie, y libre en sus movi­
reinante en los espacios en los que se mientos, lo ausculta o 16 palpa, le
opera su dominación socio-política de ordena sentarse, extender las piernas,
la que es parte crucial la dominación detener la respiración o toser. Pero
corporal. además, los médicos frecuentemente
En los últimos tiempos está de moda acompañan estas manipulaciones fí­
sicas con un conjunto de manipula­
hablar de forma indiscriminada del
poder médico sin observar que no ciones morales que, aunque ejercidas
todos los médicos tienen el mismo clandestinamente, recurren a técnicas
grado de poder, que existen algunos de manipulación comprobadas y que
apuntan a que el enfermo reconozca la
médicos sin poder y otros que lo
contestan. Por otra parte, frente a la autoridad del médico, despojándolo de
su enfermedad y también, de algún
concepción dominante entre los so­
modo, de su cuerpo y de sus sen­
ciólogos de la medicina que estudian la
saciones». No hace falta insistir en que
socialización profesional como si se
la asimetría aumenta a medida que se
tratase de un imprinting imborrable
incrementa la distancia social entre el
para los miembros de una misma pro­
médico y el enfermo.
fesión, es preciso insistir en que el
poder médico es en gran medida un La insistencia en el poder médico
poder recibido por delegación. En la puede igualmente hacer olvidar que el
medida en que dicha función de domina­ campo de la salud ~puesto que el
ción ha sido asumida de forma técnico­ bienestar no tiene límites- está abierto
científica para aparecer inscrita en las igualmente a técnicas y a tratamientos
condiciones de ejercicio de la me­ que desde la medicina, a su lado o en

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márgenes, gozan cada día más de logos, ingenieros electrónicos, etc.),
autonomía. La medicina naturista, la porque una vez más un grupo de
acupuntura, los masajes, los balnea­ especialistas decidirá, en nombre de
rios, las curas de barro coexisten con la sus saberes y de su posición social, la
expresión corporal, la expresión total, naturaleza de las necesidades que las
los grupos de encuentro, la psicodra­ ignorantes poblaciones son incapaces
matización, el control mental, la bio­ de definir. La defensa contra la salud
energía, la dinámica de grupo, las tampoco pasa por un código de los
técnicas de grito primario, la gimnasia, usuarios -que asimila los servicios
el yoga, el estudio astrológico, la médicos a los hoteleros- ya que el
quiromancia, el espiritismo e incluso el propio concepto de usuario reenvía a
coloquio íntimo con los extraterrestres. relaciones liberales de carácter con­
Se trata sin duda de los síntomas tractual y deja solos a los individuos
inequívocos de la soledad de los hom­ frente a las maquinarias sanitarias. Los
bres así como de la comercialización ciudadanos, desde los profesionales
de sus angustias. Son los síntomas de conscientes de la medicina hasta los
una sociedad insolidaria que genera la más desasistidos, han de ponerse en
frustración para inyectar a partir de ella pie y asociarse frente a quienes se
la demanda individual de la liberación. empeñan en proteger su salud y frente
Sin cuestionar esta lógica de poco a quienes los envenenan porque sólo a
sirven los equipos de salud compues­ ellos les corresponde decidir colec­
tos de un sinfín de expertos (médicos, tivamente, es decir, de forma solidaria
psicólogos, asistentes sociales, soció­ cómo quieren vivir y morir.

REFERENCIAS BIBLlOGRAFICAS

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(trad. en Ed. Siglo XXI). A. GORZ: La medicina contra la salud, Rev. El
Viejo Topo, n. o 5, extra, 1976, págs. 4-10.
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tion of Mental Patients and Other Inmates, Dou­ Periferia. Buenos Aires, 1975.
bleday, New York, 1961 (trad. en Ed. Amorrortu). 1. ILLlCH: Némesis médica. Barral Ed. Barcelona,
F. ALVAREZ-URIA: Miserables y locos. Medicina 1974.
mental y orden social en la España del siglo XIX, H. GINTIS y V. NAVARRO: Crítica de Ivan /llich,
Ed. Tsuquets, Barcelona, 1983. Ed. Anagrama. Barcelona, 1975.
J. LEONARD: Quand la médicalisation devint po­
R. CASTEL: La gestion des risques. Ed. de Minuit, pulaire. Rev. Autrement, n. 09, 19n, págs. 22fJ-207.
Paris 1981 (de próxima aparición en la Ed. Ana­ H. L. WILENSKI: The Welfare State and Equality,
grama). University of California Press, Berkeley, 19n.

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