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Humildad
El principio de una vida de oración es la humildad. Si creo que puedo manejar mi vida sin Dios, enfrentarme a
cada día sin declararle que lo necesito desesperadamente, si creo que algo puede funcionar bien sin Él,
entonces nunca tendré la verdadera necesidad de orar. Una reconocida mujer de Dios dijo una vez: “A veces me
siento tan desesperada y débil. Creo que por eso me usa Dios. Porque no dependo de mi propia fuerza”. La
oración diaria comienza con una pregunta: ¿Qué tanto considero que necesito a Dios el día de hoy? ¿Podría ser
que la falta de oración fuera un reflejo del orgullo en nuestro corazón?
No veas la oración como un deber, como lo correcto que tienes que hacer.
No queremos orar porque lo vemos como una obligación, como lo que todo cristiano debe hacer para ser “buen
cristiano” por lo tanto cada vez que nos equivocamos o pecamos, nos sentimos tan malos como cristianos que
lo menos que queremos hacer es orar, porque nos sentiremos tan falsos al hacerlo. Pero olvidamos que la
oración es el poder y la potencia que necesitamos para dejar de pecar y dejar de equivocarnos como cristianos.
Es como si un enfermo rechazara la medicina pensando que “ya para qué si ya me enfermé” siendo que es para
dejar de estar enfermo. Uno ora no sólo porque necesita sino porque la oración es lo único que puede hacer la
diferencia y generar la victoria que tanto anhelamos.
Convicción + Expectativas
Jesús siempre vivía con una fuerte convicción y expectativa de que su Padre siempre estaba trabajando, “Señor
gracias porque me escuchas” (Fragmento tomado de Juan 11 cuando oró por Lázaro). El verdadero trabajo del
reino que hacía Jesús no era la liberación de los endemoniados o la sanidad de los paralíticos, era la oración
que hacía todo esto posible cuando se presentaba. Oramos para que cuando algo se presente en el día tengamos
la fuerza, la fe, la convicción y la autoridad para enfrentarlo y resolverlo. Si viéramos la oración como el poder
para ver los milagros, orar por enfermos y ver sanidades, vencer nuestros hábitos y adicciones ¿no oraríamos
más? El asunto es que consideramos el orar como un deber, no como un Poder.
Conclusiones
¡Debemos entender que orar afecta el futuro! John Wesley decía: “Nada sucede hasta que oramos por ello”. La
oración del justo puede mucho, no dice debe, parece, aparenta o se siente mucho, dice puede mucho.
Motivación y Conciencia
Lo que necesitas saber para comenzar tu oración diaria con Dios
1) Se necesita Amor y el amor empieza a crecer cuando uno encuentra placer por estar en compañía de alguien,
es decir, en su Presencia. La relación de Jesús con su padre era una relación de amor, habían estado juntos
desde antes de la creación del mundo. Apenas se iba a dormir o se alejaba de las multitudes lo primero que
quería hacer era pasar tiempo con su padre. Una característica de alguien que ama es que no puede esperar
para pasar tiempo con su amado. Cuando hay amor de por medio nadie necesita recordarte que pases tiempo
con la persona que amas. Cuando se le preguntó a la Madre Teresa cual era el secreto de su devoción a Dios,
ella contestó: “Mi secreto es simple: Oro. A través de la oración me hago una con Cristo. He encontrado que
orar con Él es amarlo a Él”.
¿Si pudieras regresarte en el tiempo y pasar una hora con cualquier personaje de la historia con quién la
pasarías? ¡La mayoría sino es que todos diríamos que a Jesús! La realidad es que ¡podemos pasar una hora con
Él cuando queramos! Pero no lo hacemos. Nadie nos conoce mejor que Él, y aún así nos ama a pesar de
nuestras debilidades, fracasos, egoísmo e inconsistencias. Tú y yo podemos lograr querer estar con Dios por
amor a Él. Su amor puede capturar nuestro cariño. Nuestro amor por Dios puede llegar a ser tan tangible e
intenso que prefiramos estar con Él que en la mejor fiesta o el mejor concierto de la ciudad. La oración fue
creada originalmente para ser disfrutada. No hay nada como experimentar su amor, seguridad, sanidad y
fortaleza.
Conclusiones
Por increíble que parezca, Dios está ansioso por encontrarse contigo y escucharte cada mañana cuando te
levantas más temprano para estar con Él. Imagínatelo esperando, a un lado de tu cama, pensando en el
momento en que abrirás los ojos. Él tiene tanto amor que compartir contigo. Está esperando para escucharte,
para escuchar tus problemas, alegrías, temores y tristezas. Está esperando para hablarte, reconfortarte,
consolarte, decirte todo lo que siente por ti. Está esperando para conectarse con tu corazón. Dios está
totalmente interesado en atraerte a una relación de amor con Él.
Una característica de alguien que ama es que no puede esperar para pasar tiempo con su amado.
Cuando hay amor de por medio nadie necesita recordarte que pases tiempo con la persona que amas.
sucedido en el día, siempre tengo derecho a hacerlo, siempre necesito hacerlo, es parte de mi vida,