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Esponsales
Los esponsales son la promesa de matrimonio mutuamente aceptada; quienes
contraen esponsales son esposos (esposo y esposa). Jurídicamente, los
esponsales son un contrato, de naturaleza preparatoria, ya que conducen al
contrato definitivo del matrimonio.
Entre los cónyuges existen varios derechos y deberes recíprocos, esto es que
los debe tanto el marido respecto de su mujer como a la inversa. A estos se les
engloba bajo la denominación de las relaciones personales que existen entre
marido y mujer.
Los deberes matrimoniales, regulados a partir del artículo 131 del C.C., son:
c) Deber de socorro: como resulta de los artículos 132 y 321 nº1 del C.C. los
cónyuges están obligados a socorrerse lo que jurídicamente significa que se
deben alimentos, esto es auxilios económicos para su subsistencia.
INTRODUCCIÓN
Sobre el régimen matrimonial en general, pertenece a la historia y, según
COLIN y CAPITAN, descansaba en la idea de que la mujer, por el hecho del
matrimonio, caía bajo la autoridad de su marido y entraba en su familia lo
mismo que los hijos que nacían dentro del matrimonio. Por ello todos los bienes
que aportaban nacían dentro del matrimonio. Por ello todos los bienes que
aportaban al casarse, o que pudiera adquirir durante el matrimonio, pasaban a
ser propiedad del marido, constituyéndose así un solo patrimonio perteneciente
a este1.
1 Colin y Capitán. Derecho Civil. Madrid Editorial Reus. 1926. Tomo VI, Pág. 6
2 Echecopar García, Luis. El Régimen Legal de Bienes en el Matrimonio. Lima.
Compañía de Impresiones y Publicidad. 1952. P. 73.
Ocurría así en Roma, donde en los primeros siglos, en virtud de la “manus” o
potestad marital, la mujer era consideraba habitualmente como una hija de la
familia sin derecho patrimonial alguno. Pero a partir de la ley de las doce
tablas, que permitía a la mujer, en el matrimonio por “usus”, interrumpir la
posesión marital pasando tres noches cada año fuera del hogar haciéndose
cada vez más frecuente el matrimonio sin “manus” en que cada cónyuge tenia
su propio patrimonio. Derivo de allí la constitución de una dote, por el marido,
por la mujer, o por extraños, a fin de que la mujer contribuyera a las cargas de
la familia2.
Por régimen patrimonial debemos entender el conjunto de reglas que regulan la
relación patrimonial entre los cónyuges y frente a terceros, así tenemos que el
patrimonio generalmente está formado por un conjunto de bienes y derechos,
obligaciones y deudas, que son valorables económicamente y que tiene toda
persona. Las relaciones patrimoniales entre los cónyuges esta regulado en el
Código Civil de 1984, Libro III, Derecho de Familia Título III y se inspira en los
Principios de Igualdad y el mandato de no discriminación consagrado en la
Constitución de 1979, habiéndose concretado estos Principios en los artículos
292, 313, 315 y 317 del Código Civil, habiendo sido elaborado el Libro de
Familia por el Dr. Héctor Cornejo Chávez, así como la exposición de motivos
de dicho libro.
Los aspectos básicos que debe regular el régimen patrimonial son: a) El
derecho de propiedad sobre los bienes de los cónyuges, b) Las facultades de
disposición y administración de los bienes, c) Los derechos de terceros frente a
las deudas de los cónyuges; y d) La extinción del régimen y su liquidación.
El Código Civil organiza económicamente el matrimonio en dos regímenes
patrimoniales: el de separación de patrimonios y la sociedad de gananciales.
En cuanto a la elección del régimen, los cónyuges pueden elegir uno de ellos
antes o después del matrimonio.
1. CONCEPTOS GENERALES.
1.1. PATRIMONIO.
Conjunto de bienes muebles e inmuebles susceptibles de valoración
económica, de utilidad primordial o superflua, sobre los cuales una persona
física o los representantes de una persona jurídica tienen la garantía estatal de
ejercer todos y cada uno de los derechos inherentes a la propiedad, sin más
limitaciones que las establecidas a favor de terceros por la ley, la
administración de justicia o la contratación, sean o no acreedores3.
1.2. PATRIMONIO CONYUGAL.
El patrimonio conyugal es indiviso, pudiendo determinarse la copropiedad
mediante sentencia judicial únicamente4.
1.3. PODER DOMÉSTICO.
Es aquel poder por el cual cualquiera de los esposos podrá realizar los actos
encaminados a atender las necesidades ordinarias de la familia y a la
conservación de su patrimonio, conforme al uso del lugar y a las circunstancias
de la misma5.
1.4. MATRIMONIO.
El matrimonio, es un acto eminentemente consensual, en la medida en que
requiere la concurrencia de voluntades de los futuros esposos. Dicho
consentimiento debe recaer sobre un proyecto de vida en común y se presta
mediante el cumplimiento de las formalidades. Se trata además de un
consentimiento que es acogido y correspondido por el otro contrayente,
formándose de este modo el concierto a que se refiere el texto del artículo bajo
comentario6.
Su finalidad es hacer vida en común, tiene su raíz en la corriente
institucionalista que trata de explicar su naturaleza jurídica. El objetivo de hacer
vida en común se orienta al deber de cooperación y asistencia de los
cónyuges, así como a la conformación de una
CONCEPTO DE REGIMEN PATRIMONIAL.
Por régimen patrimonial debemos entender el conjunto de reglas que regulan la
relación patrimonial entre los cónyuges y frente a terceros, así tenemos que el
patrimonio generalmente esta formado por un conjunto de bienes y derechos,
obligaciones y deudas, que son valorables económicamente y que tiene toda
persona.
En el Perú los regímenes patrimoniales en el matrimonio son la sociedad de
gananciales y el de separación de patrimonios.
SEPARACIÓN DE BIENES. El régimen de separación de bienes, a que quedó
hecha referencia, se fundada en la independencia absoluta del patrimonio de
los cónyuges, como si fueran solteros; respondiendo, entonces, cada uno de
las obligaciones que contraigan13.
DEFINICIÓN RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO.
En el Perú existen dos regímenes patrimoniales en el patrimonio: el de
sociedad de gananciales y el de separación de patrimonios, y cada uno se
encuentra definido.
El Régimen de Bienes de la SOCIEDAD DE GANANCIALES se encuentra
definido en el artículo 301 del Código Civil, el mismo establece que en el
régimen de sociedad de gananciales puede haber bienes propios de cada
cónyuge y bienes de la sociedad.
Éste se impone como un límite natural a la administración y disposición de
bienes propios y sociales, según el caso; se constituye, pues, en la medida
necesaria para afectar patrimonialmente a la familia y que, de hecho, los
cónyuges utilizan en un matrimonio normal. Por ello y ante su inobservancia
por uno de los cónyuges, el interés familiar es el argumento para restringir o
suprimir algún acto de gestión de los bienes que lo perjudica o para verificar la
realización de uno que demanda.
La sociedad de gananciales es un ente jurídico autónomo, titular del derecho
de propiedad sobre los bienes sociales, no constituyendo un régimen de
copropiedad. Por ello, para disponer de dichos bienes se requiere el
consentimiento de ambos cónyuges, no pudiendo haber disposición por parte
de uno de ellos de porcentajes de los bienes sociales, por cuanto no existen
alícuotas sobre las que cada cónyuge ejerza el derecho de propiedad20
El Régimen de SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS se regula en el artículo 327
y siguientes del C.C., el cual indica que en el régimen de separación de
patrimonios, cada cónyuge conserva a plenitud la propiedad, administración y
disposición de sus bienes presentes y futuros y le corresponden los frutos y
productos de dichos bienes.
Plácido21 indica que la separación de patrimonios constituye un régimen
patrimonial del matrimonio con carácter autónomo y originario.
Este es un régimen convencional que también puede ser impuesto por decisión
judicial o por imperio de la ley.
Las cargas de familia son compartidas.- Cualquiera que sea el régimen
patrimonial vigente ambos cónyuges están obligados a contribuir al
sostenimiento del hogar, según sus respectivas posibilidades y rentas; esto es,
tienen el deber de levantar las cargas de la familia.
IMPORTANCIA DE LOS REGIMENES PATRIMONIALES
La elección de régimen patrimonial, a escoger normalmente es dejada de lado
a la hora de decidir los detalles del matrimonio. No suele considerarse la
importancia y los efectos que la elección informada y libre de un régimen
patrimonial va a acarrear al nuevo matrimonio, tanto en sus relaciones
recíprocas, como respecto de sus descendientes, ascendientes y terceros.
La elección de uno u otro régimen patrimonial del matrimonio tendrá efectos en
cuanto a quien va a administrar los bienes de los cónyuges, cuando se
requerirá algún tipo de autorización especial, va a definir la posibilidad de
celebrar todo tipo de contratos entre los cónyuges, tendrá igualmente efectos
en cuanto a la situación en que quedarán el o los cónyuges a la hora de poner
término al régimen (ya sea por muerte, cambio de régimen patrimonial cuando
proceda, disolución del vínculo matrimonial) etc.
RELACIÓN JURÍDICA EN RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
La relación jurídica es aquel vínculo intersubjetivo con relevancia jurídica que
surge de un acto jurídico, el mismo general derechos y obligaciones entre los
agentes. En el presente caso se presentan los derechos y obligaciones que
surgen de los diversos regímenes patrimoniales del matrimonio.
DERECHOS
En el Régimen de Sociedad de gananciales existen bienes propios, respecto de
los cuales cada cónyuge conserva la libre administración de sus bienes propios
y puede disponer de ellos o gravarlos. Son bienes propios de cada cónyuge:
1.- Los que aporte al iniciarse el régimen de sociedad de gananciales.
2.- Los que adquiera durante la vigencia de dicho régimen a título oneroso,
cuando la causa de adquisición ha precedido a aquélla.
3.- Los que adquiera durante la vigencia del régimen a título gratuito.
4.- La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños
personales o de enfermedades, deducidas las primas pagadas con bienes de la
sociedad.
5.- Los derechos de autor e inventor.
6.- Los libros, instrumentos y útiles para el ejercicio de la profesión o trabajo,
salvo que sean accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien
propio.
7.- Las acciones y las participaciones de sociedades que se distribuyan
gratuitamente entre los socios por revaluación del patrimonio social, cuando
esas acciones o participaciones sean bien propio.
8.- La renta vitalicia a título gratuito y la convenida a título oneroso cuando la
contraprestación constituye bien propio.
9.- Los vestidos y objetos de uso personal, así como los diplomas,
condecoraciones, correspondencia y recuerdos de familia.
Conforme al artículo 323 del Código Civil, los cónyuges tienen derecho a
percibir la parte que les corresponde de las gananciales, las que se dividen por
mitad entre ambos cónyuges o sus respectivos herederos.
En el Régimen de Separación de bienes, el artículo 327 del Código Civil
establece que cada cónyuge tiene el derecho de conservar a plenitud la
propiedad, administración y disposición de sus bienes presentes y futuros y le
corresponden los frutos y productos de dichos bienes.
OBLIGACIONES
En principio, existen obligaciones comunes de los cónyuges, sin importar el
régimen patrimonial que se hubiere adoptado en el matrimonio. Así, el artículo
300 del Código Civil establece que “Cualquiera que sea el régimen en vigor,
ambos cónyuges están obligados a contribuir al sostenimiento del hogar según
sus respectivas posibilidades y rentas. En caso necesario, el juez reglará la
contribución de cada uno”.
Respecto del régimen de sociedad de gananciales, conforme lo establece el
artículo 316 del Código Civil, son de cargo de la sociedad:
1.- El sostenimiento de la familia y la educación de los hijos comunes.
2.- Los alimentos que uno de los cónyuges esté obligado por ley a dar a otras
personas.
3.- El importe de lo donado o prometido a los hijos comunes por ambos
cónyuges.
4.- Las mejoras necesarias y las reparaciones de mera conservación o
mantenimiento hechas en los predios propios, así como las retribuciones y
tributos que los afecten.
5.- Las mejoras útiles y de recreo que la sociedad decida introducir en bienes
propios de uno de los cónyuges con consentimiento de éste.
6.- Las mejoras y reparaciones realizadas en los bienes sociales, así como los
tributos y retribuciones que los afecten.
7.- Los atrasos o réditos devengados de las obligaciones a que estuviesen
afectos tanto los bienes propios como los sociales, cualquiera que sea la época
a que correspondan.
8.- Las cargas que pesan sobre los usufructuarios respecto de los bienes
propios de cada cónyuge.
9.- Los gastos que cause la administración de la sociedad.
Son obligaciones sociales las asumidas por cualquiera de los cónyuges en el
ejercicio del poder doméstico (artículo 292 del Código Civil) y también las
contraídas por ambos por actos de administración y disposición que exceden
de tal potestad (artículo 315 del Código Civil). Debemos precisar que, en el
régimen de sociedad de gananciales, el poder doméstico se circunscribe a las
cargas sociales; por tanto, las obligaciones contraídas por ambos cónyuges por
actos que sobrepasan tal potestad, son las deudas sociales propiamente. Vale
decir, que en nuestro régimen se distinguen las cargas y las deudas sociales
propiamente dichas.
Asimismo, el artículo 317 del Código Civil señala que respecto de los bienes
sociales y, a falta o por insuficiencia de éstos, los propios de ambos cónyuges,
responden a prorrata de las deudas que son de cargo de la sociedad.
El artículo en mención se encarga de desarrollar las condiciones en las que se
hace efectiva la responsabilidad patrimonial del o de los cónyuges por las
denominadas deudas comunes, estableciendo que en tales casos, de manera
principal, esa responsabilidad se hace efectiva con cargo a los bienes
comunes, y de manera subsidiaria y limitada sobre los bienes propios de cada
uno de los cónyuges.
Conviene advertir prontamente que aún cuando el artículo en comentario se
refiere a "las deudas que son de cargo de la sociedad" (la de gananciales) y a
que son los bienes sociales o, en su caso, los propios los que responden por
dichas deudas, lo cierto es que ni existe una sociedad deudora ni puede
predicarse respecto de los bienes una condición: la de responsables, que solo
puede ser atribuida a las personas. En efecto, la sociedad de gananciales "no
puede ser propiamente deudora por carecer de personalidad jurídica. Deudores
personales lo son siempre los cónyuges, aislada o conjuntamente, como
personas individuales, y lo que importa es saber si de la deuda de uno o de los
dos cónyuges puede nacer responsabilidad directa sobre los bienes legalmente
calificados de gananciales".
INSTITUCIONES AFINES AL RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL
MATRIMONIO:
CONCUBINATO
Es la unión de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varón y
una mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y
cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de
bienes que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere
aplicable, siempre que dicha unión haya durado por lo menos dos años
continuos.
Se deben alimentos los concubinos durante la convivencial.26
El mismo legislador, que fue reticente y retrechero con las familias no
conyugales, no pudo evitar reconocer que las parejas no casadas se unen para
forjar una comunidad de vida, desde el momento mismo en que el artículo 326
del Código Civil señala que la unión de hecho se decide para alcanzar
finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio.
ARTÍCULO 295 DEL CÓDIGO CIVIL
Antes de la celebración del matrimonio, los futuros cónyuges pueden optar
libremente por el régimen de sociedad de gananciales o por el de separación
de patrimonios, el cual comenzará a regir al celebrarse el casamiento.
Si los futuros cónyuges optan por el régimen de separación de patrimonios,
deben otorgar escritura pública, bajo sanción de nulidad.
Para que surta efecto debe inscribirse en el registro personal.
A falta de escritura pública se presume que los interesados han optado por el
régimen de sociedad de gananciales.
ARTÍCULO 296 DEL CÓDIGO CIVIL
Durante el matrimonio, los cónyuges pueden sustituir un régimen por el otro.
Para la validez del convenio son necesarios el otorgamiento de escritura
pública y la inscripción en el registro personal. El nuevo régimen tiene vigencia
desde la fecha de su inscripción.
ARTÍCULO 297 DEL CÓDIGO CIVIL
En el caso de hallarse en vigencia el régimen de sociedad de gananciales,
cualquiera de los cónyuges puede recurrir al juez para que dicho régimen se
sustituya por el de separación, en los casos a que se refiere el artículo 329.
Segunda semana
LA FAMILIA
La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el
elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la
protección de la sociedad y del Estado.1 Los lazos principales que definen una
familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de
un vínculo reconocido socialmente, como elmatrimonio2 —que, en algunas
sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es
posible la poligamia—, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre
padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que
descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según
el grado de parentesco entre sus miembros.
No hay consenso sobre la definición de la familia. Jurídicamente está definida
por algunas leyes, y esta definición suele darse en función de lo que cada ley
establece como matrimonio. La familia nuclear no es el único modelo de familia
como tal, sin embargo es la estructura difundida mayormente en la actualidad.
Las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de factores
sociales, culturales, económicos y afectivos. La familia, como cualquier
institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad. Esto explica,
por ejemplo, el alto número de familias extensas en las sociedades
tradicionales, el aumento de familias mono parentales en las sociedades
industrializadas y el reconocimiento legal de las familias homo parentales en
aquellas sociedades cuya legislación ha reconocido el matrimonio homosexual.
Filiación
La filiación es un derecho jurídico que existe entre dos personas donde una es
descendiente de la otra, sea por un hecho natural o por un acto jurídico. En
términos generales, se puede indicar que:
Como una relación jurídica entre un padre y su hijo, o una madre y su hijo,
por lo que siempre es bilateral; y
Como un estado civil, es decir, como una especial posición de una persona
en relación con su sociedad, tipificada normativamente.
SISTEMAS DE ATRIBUCIÓN
Existen dos sistemas teóricos para establecer la filiación:
TIPOS DE AFILIACIÓN
Esto se refiere a cuántos estados civiles filiales tiene ordenamiento jurídico, y
supone una definición específica de la ley.
Acciones de imputación
La acción de reclamación o reivindicación de la filiación. Es el derecho de toda persona de
acudir ante las instancias judiciales para resolver su estado de filiación. Sería el caso del
hijo que sabe la identidad de su verdadero padre, e inicia la acción de reivindicación para
que este sea reconocido judicialmente como tal.
La acción de adopción. Tiene por objeto constituir el estado civil de hijo, sometiéndose a los
procedimientos jurídicos respectivos que cada legislación cree.
Acciones de impugnación
La impugnación de paternidad en sede judicial.
El desconocimiento de paternidad. Por ejemplo, ante un hijo que nace dentro del matrimonio, pero
cuyo progenitor no es el cónyuge.
La nulidad o impugnación del reconocimiento. Por ejemplo, un padre que haya reconocido a un hijo
voluntariamente, puede luego pedir que se revoque este reconocimiento. Algunos ordenamientos
estipulan que el reconocimiento es irrevocable, salvo por error o falsedad a la hora de haberlo
realizado, debiendo solicitarse en sede judicial.
EFECTOS
En el ius commune a esta área se le llamaba ius personarum . La filiación tiene
importantes efectos jurídicos. Podemos citar, entre los más importantes, los
siguientes:
Bibliografía
Gandulfo R., Eduardo: "La Filiación, el Nuevo Ordenamiento y los Criterios para Darle Origen,
Factores de Determinación y Meta criterios de Decisión", en Gaceta Jurídica, n.º 314 (2006),
Santiago de Chile, pp. 35-90, también en www.legalpublishing.cl.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Las características generales de la institución del matrimonio incluidas en
algunos ordenamientos jurídicos son la dualidad, la heterosexualidad y el
contenido en cuanto a derechos y deberes. A partir del siglo XX, en las
sociedades de influencia occidental y procedente del liberalismo se recoge
también el principio de igualdad, con un peso creciente en las regulaciones
derivadas.
Efectos jurídicos
El matrimonio produce una serie de efectos jurídicos entre los cónyuges y
frente a terceras personas, de los cuales los fundamentales son los deberes u
obligaciones conyugales, el parentesco, la adquisición de derechos
susoriales entre los cónyuges y el régimen económico del matrimonio, que
tiene distintas modalidades en los diferentes países. Además, en varios países
produce de derecho la emancipación del contrayente menor de edad, con lo
cual éste queda libre de la patria potestad de sus padres y podrá en adelante
actuar como si fuera mayor, aunque posteriormente se divorcie.
Bibliografía
Luis Martínez Vázquez de Castro, El concepto de matrimonio en el Código Civil,
Aranzadi, 2008 ISBN 978-84-470-2929-7
San Román, Teresa y Aurora González Echevarría (1994): Las relaciones de parentesco,
Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra.
Salinas Araneda, Carlos (2009) El matrimonio religioso ante el derecho chileno, Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso.
Varios autores (2008). El matrimonio: ¿contrato basura o bien social?. Thomson
Aranzadi. ISBN 978-84-8355-741-9.
Viladrich, Pedro-Juan (2001). El modelo antropológico del matrimonio. Volumen 31 de
Documentos del Instituto de Ciencias para la Familia. Ediciones
Rialp. ISBN 9788432133756.
DIVORCIO
El divorcio (del latín divortium) es la disolución del matrimonio, mientras que,
en un sentido amplio, se refiere al proceso que tiene como intención dar
término a una unión conyugal. En términos legales modernos, el divorcio fue
asentado por primera vez en el Código Civil francés de 1804, siguiendo por
cierto aquellos postulados que veían al matrimonio como una verdadera unión
libre (para contraerlo basta el acuerdo libre de los esposos), y al divorcio como
una necesidad natural; en este sentido, el divorcio moderno nace como una
degeneración de un matrimonio vincular cristiano, siguiendo la lógica de la
secularización de éste, teniendo por cierto raíces provenientes del Derecho
Romano.
El divorcio se diferencia de la separación de hecho en que, dependiendo
del ordenamiento jurídico de cada país, puede tener o no algunos efectos
jurídicos; por ejemplo para los casos de Chile esta situación fáctica puede ser
causal para solicitar la declaración de divorcio. Respecto a la separación
legal en tanto, ésta sí es reconocida legalmente en diversos ordenamientos
jurídicos, teniendo en consecuencia un mayor número de efectos jurídicos que
la separación de hecho, aunque a diferencia del divorcio, no pone término al
matrimonio.
Por otro lado, no se debe confundir con la anulación del matrimonio, que no es
más que el declarar que el matrimonio nunca existió, y que no solo se
encuentra normado en el ordenamiento jurídico de algunos países, sino que,
además, se encuentra regulado en el derecho canónico con larga data.
Al año 2011, solo las Filipinas y Ciudad del Vaticano no permiten el divorcio en
su ordenamiento jurídico. Por otro lado, recientemente Malta ha votado a favor
de su inclusión a través de un referéndum no vinculante realizado en el mes
de mayo de 2011, aprobándose posteriormente su legalización en
el Parlamento durante el mes de julio; así, después de Chile (que la aprobó
en 2004), Malta se transforma en el último país que la ha legalizado. En
el Congreso de Filipinas en tanto, se ha iniciado a fines del primer semestre
de2011 un debate en torno a una potencial ley que la anexase en
su ordenamiento jurídico.
CAUSAS DEL DIVORCIO
Causas psicosociales y económicas
Diversas investigaciones se han abocado a tratar de determinar cuáles podrían
ser las variables que presentan un mayor riesgo de divorcio, aunque no
necesariamente se puede presumir que son aquellas las causales directas de
éste. Entre estos factores, se pueden mencionar: matrimonios a corta edad,
pobreza, desempleo, bajo nivel educacional, convivencia con otra (o la misma)
pareja antes del matrimonio, tener un hijo o hija antes del matrimonio ya sea
propio (de ambos) o de alguno de los contrayentes, diferencias raciales, tener
un historial de otros matrimonios anteriores, divorcio en la familia de
origen, entre otros.
Otras investigaciones indican que una de las potenciales causas en el
incremento de las tasas de divorcio ha sido el cambio de roles dentro del
matrimonio, principalmente asociado a la incursión de las mujeres en el
mercado laboral gracias a crecientes oportunidades en educación y empleo en
conjunto con políticas más activas de inclusión, indicándose que en muchos
casos, la relación entre un mayor número de horas dedicadas al trabajo y la
probabilidad de divorcio es más fuerte en aquellas familias de ingresos medios
y en las que el marido desaprueba el trabajo de la esposa, o bien, en las que
el marido trabaja menos horas que la esposa haciendo que la interacción de
pareja disminuya, especialmente en el caso de los primeros años
del matrimonio. Por otro lado, y respecto a la independencia lograda por
la mujer al acceder al mundo del trabajo, varias investigaciones aluden a la
existencia de una débil relación con la probabilidad de divorcio.
Causas bastante más raras pero a veces no menos frecuentes son el ronquido
insoportable de uno de los cónyuges, falta de higiene personal, adicciones a
distracciones, política, deportes o hobbies.
Causas jurídicas
Según el ordenamiento jurídico de cada país, las causas de divorcio pueden
ser varias, entre las que se pueden mencionar el mutuo disenso, la bigamia,
existencia de alguna enfermedad física o mental que ponga en riesgo la vida
del otro cónyuge, la violación de los deberes inherentes al matrimonio,
abandono malicioso, entre otros.
Por ejemplo, dentro de las causas del rompimiento matrimonial que están en el
Código Civil de Puerto Rico, se encuentran: la primera es por la muerte de uno
de los cónyuges; la segunda, si el matrimonio se declara nulo y la última por el
divorcio legalmente obtenido y también si existe agresión hacia la pareja. Se
obtiene el divorcio si hay adulterio, si uno de los cónyuges es condenado por
un delito grave, por embriaguez habitual o uso constante morfina o cualquier
otro narcótico. Trato cruel o injurias graves, abandono por un término mayor de
un año, disfunción eréctil permanente sin solución presentada después del
matrimonio. El conato del marido o de la mujer para corromper a sus hijos o
prostituir a sus hijos, la propuesta del marido para prostituir a su mujer, la
separación de ambos cónyuges por un periodo de tiempo sin interrupciones de
más de dos años y la enfermedad mental incurable de los cónyuges
sobrevenida después del matrimonio, por un periodo de más de siete años,
cuando impida gravemente la convivencia.
LA FAMILIA Y EL DIVORCIO
El divorcio no es el problema, sino el resultado de un conjunto de
inconvenientes, desavenencias y problemáticas vividas en el contexto
del matrimonio que puede radicar con uno u ambos cónyuges, catalogándose
por un sinnúmero de investigadores como el segundo proceso más estresante
durante la edad adulta, inmediatamente después de la muerte de uno de los
cónyuges.
Algunos autores, tomando como elemento de análisis al adulto divorciado que
es padre y/o miembro de la familia, indican que el divorcio es el gran
responsable de las profundas alteraciones que sufre el sistema familiar post
divorcio, obligando a sus subsistemas a reorganizarse estructuralmente; en
efecto, para el caso de los hijos/as por ejemplo, se señala que la capacidad
que estos tienen respecto a su funcionamiento adaptativo dependen no solo de
las características del sistema familiar existente durante el matrimonio, sino que
también de las relaciones co-parentales que se dan después de finalizado el
proceso de divorcio.
Por otro lado, varias investigaciones afirman que el proceso de divorcio
impactaría en el bienestar de los niños/as, pudiéndose asociar a algunos
problemas que éstos externalizan, tales como comportamientos agresivos o
tendencia a quebrar reglas, mientras que a nivel interno, con problemas de
ansiedad y depresión.
Tramitación genérica de divorcio ante juzgado o
autoridad judicial
Tipos de divorcio
En la mayor parte de los ordenamientos jurídicos se contemplan alguno de los
siguientes tipos de divorcios:
Divorcio por mutuo consentimiento
Es la disolución del vínculo matrimonial que se obtiene gracias a una sentencia
judicial que pone fin a un procedimiento, el cual se inició por una solicitud en la
que ambos cónyuges estuvieron de acuerdo en realizar y han cumplido con
todos los requisitos legales que la ley marca para lograr se dicte sentencia.
Procedimiento genérico: Estando de acuerdo ambos cónyuges comparecen o
se presentan (por escrito o de forma personal y verbal dependiendo de cada
legislación) ante la autoridad judicial competente (normalmente un juez familiar)
y solicitan se decrete en sentencia definitiva el divorcio, por lo que, una vez que
los cónyuges realizan todos los pasos legales, obtienen la sentencia de
divorcio.
Divorcio sin el consentimiento de alguna de las partes
Siempre y cuando tenga sustento en alguna de las causales que
el ordenamiento jurídico del respectivo país o estado mencione.
En general, es la disolución del vínculo matrimonial que se obtiene gracias a
una sentencia judicial que pone fin a un procedimiento el cual inició por la
petición o demanda de uno de los cónyuges en la cual dicho cónyuge
solicitante sin el consentimiento del otro pide al Juez la terminación del vínculo
matrimonial y la petición o demanda tiene apoyo en hechos que la ley
considera como suficientes para que se otorgue el divorcio (causales de
divorcio)".
En algunos países o localidades de diversos países este es conocido
como divorcio necesario. Para solicitar al Juez que se decrete el divorcio
necesario, es requisito que el cónyuge solicitante pruebe que su esposo o
esposa ha realizado o incurrido en hechos que la ley marca como suficientes
para que opere el divorcio.
Las causales de divorcio de cada país varían en función de su
propio ordenamiento jurídico, pudiéndose encontrar:
Divorcio exprés
En algunas partes del mundo, como España y la Ciudad de México, existe otra
modalidad de divorcio que es unilateral o sin causa o encausado, que no
requiere del consentimiento de ambos cónyuges, ni la expresión de una causa
concreta que lo justifique o se tenga que probar en juicio, para que el juez de lo
familiar decrete la disolución del matrimonio en el corto plazo. Esto ha motivado
que a menudo se le denomine divorcio exprés (también divorcio express). Es
equivalente a lo que en inglés se denomina no-fault divorce.
En el caso específico de la reforma en la Ciudad de México, donde el término
jurídico es divorcio por mutuo consentimiento, primero se decreta el divorcio y
después se tramitan uno o más expedientes para la resolución de los temas
relativos a la patria potestad, la guarda y custodia de los menores, la pensión
alimenticia, el derecho de convivencia o visita, la partición de bienes, y en su
caso, la compensación a favor del cónyuge que se haya dedicado
prioritariamente a las labores del hogar y a la crianza temprana de los hijos,
todo lo cual puede llevarse varios meses o años más.
Sentencia de divorcio
Los puntos que comúnmente decreta una sentencia de divorcio judicial son:
SEPARACIÓN DE HECHO
La separación de hecho es una situación en la que dos personas que han
contraído matrimonio se encuentran, de hecho, viviendo de forma separada e
independiente, sin que el matrimonio haya sido disuelto ni se encuentren en
situación de separación matrimonial.
La separación de hecho se distingue de la separación matrimonial (también
llamada separación de Derecho) por no ser una situación reconocida por
el ordenamiento jurídico.
Las personas no han realizado los trámites necesarios para la separación
matrimonial, por lo que jurídicamente siguen en vigor todos los efectos del
matrimonio, incluyendo el régimen económico matrimonial, mientras que en la
separación matrimonial dejan de estar vigentes muchos de los derechos y
obligaciones existentes para una pareja casada.
Por otra parte, la separación de hecho puede tener efectos jurídicos. Entre
otras cosas, la separación de hecho puede ser causa de divorcio o
incumplimiento de los deberes conyugales.
Es muy habitual que la separación de hecho sea un paso previo a la
separación matrimonial o de divorcio, y que ésta se encuentre todavía en
periodo de trámite.
SOCIEDAD DE GANANCIALES
La sociedad de gananciales es uno de los regímenes económicos del
matrimonio establecido por el Código Civil de España.
En la Comunidad Foral de Navarra el régimen es parecido pero se denomina
"régimen de conquistas". Es el régimen aplicable en el caso de que
el matrimonio no establezca ningún régimen. En Cataluña e Islas Baleares, al
tener su propio derecho foral en esta materia, distinto del común, el régimen
establecido por defecto es la separación de bienes
En algunos países de Hispanoamérica, como el caso de México, al régimen de
sociedad de gananciales se lo llama comúnmente régimen de bienes
mancomunados. En Chile se denomina régimen de participación en los
gananciales.
CONCEPTO DE SOCIEDAD DE GANANCIALES
Mediante la sociedad de gananciales se hacen comunes para el marido y la
mujer las ganancias o beneficios obtenidos por cualquiera de ellos, después de
contraer matrimonio.
Cuando la sociedad de gananciales se disuelva, se atribuirá a cada uno de los
cónyuges la mitad de los bienes que forman parte de la sociedad de
gananciales, denominados normalmente bienes gananciales.
COMPOSICIÓN
De lo dicho hasta ahora, se deduce que en este sistema conviven tres
patrimonios separados: los bienes privativos de un cónyuge, los bienes
gananciales y los bienes privativos del otro cónyuge.
Según el artículo 1347 código civil español son bienes gananciales:
Si no se hace este trámite previo, la ley asume que desean establecer una
sociedad de gananciales y los bienes del matrimonio serán de propiedad de la
pareja y no de los individuos.
Si ya se realizó el matrimonio, y desean separar sus bienes, se puede iniciar el
trámite de Sustitución de Régimen Patrimonial, presentando en una Notaria
la Minuta correspondiente, indicando la forma como se dividirán los bienes y las
deudas que hayan contraído hasta el momento.
Causas jurídicas
Según el ordenamiento jurídico de cada país, las causas de divorcio pueden
ser varias, entre las que se pueden mencionar el mutuo disenso, la bigamia,
existencia de alguna enfermedad física o mental que ponga en riesgo la vida
del otro cónyuge, la violación de los deberes inherentes al matrimonio,
abandono malicioso, entre otros.
Por ejemplo, dentro de las causas del rompimiento matrimonial que están en el
Código Civil de Puerto Rico, se encuentran: la primera es por la muerte de uno
de los cónyuges; la segunda, si el matrimonio se declara nulo y la última por el
divorcio legalmente obtenido y también si existe agresión hacia la pareja. Se
obtiene el divorcio si hay adulterio, si uno de los cónyuges es condenado por
un delito grave, por embriaguez habitual o uso constante morfina o cualquier
otro narcótico. Trato cruel o injurias graves, abandono por un término mayor de
un año, disfunción eréctil permanente sin solución presentada después del
matrimonio. El conato del marido o de la mujer para corromper a sus hijos o
prostituir a sus hijos, la propuesta del marido para prostituir a su mujer, la
separación de ambos cónyuges por un periodo de tiempo sin interrupciones de
más de dos años y la enfermedad mental incurable de los cónyuges
sobrevenida después del matrimonio, por un periodo de más de siete años,
cuando impida gravemente la convivencia.
La familia y el divorcio
El divorcio no es el problema, sino el resultado de un conjunto de
inconvenientes, desavenencias y problemáticas vividas en el contexto del
matrimonio que puede radicar con uno u ambos cónyuges, catalogándose por
un sinnúmero de investigadores como el segundo proceso más estresante
durante la edad adulta, inmediatamente después de la muerte de uno de los
cónyuges.
Algunos autores, tomando como elemento de análisis al adulto divorciado que
es padre y/o miembro de la familia, indican que el divorcio es el gran
responsable de las profundas alteraciones que sufre el sistema familiar post
divorcio, obligando a sus subsistemas a reorganizarse estructuralmente; en
efecto, para el caso de los hijos/as por ejemplo, se señala que la capacidad
que estos tienen respecto a su funcionamiento adaptativo dependen no solo de
las características del sistema familiar existente durante el matrimonio, sino que
también de las relaciones co-parentales que se dan después de finalizado el
proceso de divorcio.
Por otro lado, varias investigaciones afirman que el proceso de divorcio
impactaría en el bienestar de los niños/as, pudiéndose asociar a algunos
problemas que éstos externalizan, tales como comportamientos agresivos o
tendencia a quebrar reglas, mientras que a nivel interno, con problemas de
ansiedad y depresión.
La institución del divorcio es casi tan antigua como la del matrimonio, si bien
muchas culturas no lo admitían por cuestiones religiosas, sociales o
económicas.
La mayoría de las civilizaciones que regulaban la institución del matrimonio
nunca la consideraron indisoluble, y su ruptura generalmente era solicitada por
los hombres. Aunque en algunas de ellas, el nacimiento de un hijo le otorgaba
al vínculo el carácter de indisoluble.
En muchas sociedades antiguas también era motivo de muerte, como en la
antigua Babilonia, donde el divorcio podía ser pedido por cualquiera de los
cónyuges, pero el adulterio de las mujeres era penado con la muerte.
Los celtas practicaban la endogamia (matrimonio de personas de ascendencia
común o naturales de una pequeña localidad o comarca), excepto los nobles
que solían tener más de una esposa. Era habitual la práctica de contraer
matrimonio por un período establecido de tiempo, tras el cual los contrayentes
eran libres, pero también era habitual el divorcio.
En América, los hombres Aztecas solo podían tener una esposa y se la
denominaba Cihuatlantli, Nociuauh o Áhuatlantli (esto es mujer legítima), y
aunque se aceptaba la poliginia, solo la primera mujer tenía el carácter de
esposa. En este contexto, el divorcio era consentido, pudiendo ser solicitado
tanto por el hombre como por la mujer; así, al lograrse -vía sentencia judicial-
se quedaba habilitado para contraer nuevamente matrimonio.
Entre los hebreos, los varones podían repudiar a sus esposas sin necesidad de
argumentar la causa de tal actitud; bastaba con informar al Sanedrín. También
existía el divorcio por mutuo disenso, pero las razones de las mujeres eran
sometidas a un análisis más riguroso que las del hombre.
También en la antigua Grecia existía el divorcio por mutuo disenso y la
repudiación, pero el hombre debía restituir la dote a la familia de la mujer en
caso de separación.
En el alto Imperio romano los casos más frecuentes eran los de concubinato y
la unión libre, en todas las clases sociales. El matrimonio, cuando se
practicaba, obedecía a un objetivo puramente económico: la transmisión del
patrimonio a los descendientes directos en vez de otros miembros de la familia
o la sociedad y a una política de perpetuar la casta de los ciudadanos. Si se
carecía de patrimonio era innecesario casarse, y si se era esclavo, imposible
(recién a partir del siglo III les estuvo permitido casarse a los esclavos). La
inestabilidad de las parejas parece haber sido muy frecuente y el número de
divorcios muy alto.
En el bajo Imperio romano el divorcio era algo poco común, hasta la época de
los emperadores, en donde se acuñó la máxima "matrimonia debent esse
libera” (los matrimonios deben ser libres), en donde el esposo o la esposa
podían renunciar a él si así lo querían.
Con la llegada del cristianismo, el divorcio se prohibió debido a la concepción
del matrimonio como un sacramento instituido por Dios y cuyo vínculo era
irrompible. A partir del siglo X, aunque el divorcio estaba prohibido, existía la
Nulidad matrimonial, es decir, el matrimonio se declaraba nulo si se
demostraba que no había existido por diferentes razones. Eran los tribunales
eclesiásticos quienes tramitaban las declaraciones de nulidad matrimonial.
Sin embargo, la Reforma de Lutero, admitió el divorcio aunque únicamente en
casos muy graves. Esta reforma, incluso provocó que Inglaterra abrazara la
misma debido a que su rey, Enrique VIII deseaba divorciarse de su esposa,
Catalina, y la Iglesia de Roma no se lo permitía.
En 1796, Francia incorporó la ruptura del vínculo matrimonial en la ley
promulgada el 20 de noviembre, que sirvió de antecedente a muchas de las
legislaciones vigentes.
Italia en 1970 fue de los últimos grandes países europeos en aprobarlo
definitivamente. Irlanda y Malta lo aprobaron en referéndum en 1995 y 2011
respectivamente.
El divorcio ha causado grandes polémicas en los países mayoritariamente
católicos, pues la Iglesia Católica no considera posible el divorcio. El 28 de
mayo de 2011, Malta fue el último país de la Unión Europea en legalizar, tras
referéndum, el divorcio por un 52% de apoyos.
España
En España el Fuero Juzgo lo admitía en casos de sodomía del marido,
inducción a la prostitución de la mujer y adulterio de esta. Posteriormente Las
Siete Partidas lo prohibieron.
La primera vez que se reconoció el derecho al divorcio fue en la Constitución
de 1931 de la Segunda República Española y la primera ley que lo reguló fue la
Ley de Divorcio de 1932 que aprobaron las Cortes republicanas, a pesar de la
oposición de la Iglesia Católica y de los partidos católicos integrados en la
Minoría Agraria y en la Minoría vasco-navarra. La dictadura del general Franco
abolió esa ley y hubo que esperar a la recuperación de la democracia, para que
se aprobara una nueva ley de divorcio en 1981, a propuesta del ministro
Fernández Ordóñez, y de nuevo con la oposición de la Iglesia Católica y del
sector demócrata-cristiano del partido que gobernaba entonces Unión de
Centro Democrático. Durante el primer gobierno socialista de Felipe González
Márquez se reformó la ley de 1981 para agilizar los trámites de separación y
divorcio de los matrimonios, y de nuevo la Iglesia se opuso calificando la ley de
"divorcio exprés".
Colombia
En Colombia, es posible realizar el divorcio en un día, la duración del trámite
depende de si; existen hijos menores de edad, debido a que se debe presentar
un acuerdo ante un juez de familia y este procedimiento puede tardar
aproximadamente 15 días dependiendo el juzgado. Sin embargo, el divorcio
por si solo en Colombia no es válido ya que es necesario realizar un proceso
extra; liquidación de la sociedad Conyugal, la liquidación de la sociedad
conyugal se realiza con el fin de dividir el patrimonio que se construyó durante
la unión, es decir: se dividen los activos y pasivo en 50 y 50%, los dos
cónyuges tienen exactamente los mismo derechos en la liquidación de la
sociedad conyugal. www.divorcioencolombia.co
Es importante tener en cuenta que siempre que existan hijos se debe hacer un
acuerdo donde se pacte la cuota alimentaria, visitas, vacaciones, educación y
salud.
Divorcio exprés
En algunas partes del mundo, como España y la Ciudad de México, existe otra
modalidad de divorcio que es unilateral o sin causa o incausado, que no
requiere del consentimiento de ambos cónyuges, ni la expresión de una causa
concreta que lo justifique o se tenga que probar en juicio, para que el juez de lo
familiar decrete la disolución del matrimonio en el corto plazo. Esto ha motivado
que a menudo se le denomine divorcio exprés (también divorcio express). Es
equivalente a lo que en inglés se denomina no-fault divorce.
En el caso específico de la reforma en la Ciudad de México, donde el término
jurídico es divorcio por mutuo consentimiento, primero se decreta el divorcio y
después se tramitan uno o más expedientes para la resolución de los temas
relativos a la patria potestad, la guarda y custodia de los menores, la pensión
alimenticia, el derecho de convivencia o visita, la partición de bienes, y en su
caso, la compensación a favor del cónyuge que se haya dedicado
prioritariamente a las labores del hogar y a la crianza temprana de los hijos,
todo lo cual puede llevarse varios meses o años más.
En el caso de la nulidad eclesiástica son muchas otras las causas que pueden
hacer nulo el matrimonio ante la Iglesia católica, como la inmadurez, las
adicciones u otros trastornos o excluir alguna propiedad esencial del
matrimonio