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Se disponen 7 carteles con signos de pregunta en el pizarrón, estos se voltean o remueven para dar
paso a la competencia a la par que se habla de cada una de ellas. El encargado del tema habla y es
ayudado por tres personas que ilustran actuando los puntos que trata.
2.Estar atento: la segunda competencia corresponde a la capacidad de estar atento a las emociones
que nos suceden, poder nombrarlas y ponderarlas, es decir, reconocer su "color" y su intensidad. Es
el poder reconocer nuestro estado emocional y responsabilizarse de ello como algo propio.
Sujeto B (respira profundamente, calmado): estoy agitado, me arde la cabeza, tengo los brazos
tensos. Siento rabia
Sujeto B (con franqueza): Me alegro por ti. Siento envidia, necesito conseguir pareja
4.Sintonizar con lo racional: la cuarta competencia trata sobre sintonizar la dimensión emocional con
la mental, es el poder comprender y analizar estas informaciones que nos llegan del mundo
emocional, por ejemplo conocer que circunstancias gatillan que emociones en nosotros o en los
demás, conocer la historicidad de la emoción, que pensamientos sostienen la emoción, etc.
Acto: De pequeño fui humillado en el colegio por mis atrasos reiterados, ahora descargo desde la
otra cara de la moneda, me duele mas porque el me es importante como madre decia el respeto es
la base del afecto
5.Regular la emoción: la emoción, como energía vital que es, no es buena ni mala, es una energía
pura y neutra que se tiñe según que pensamientos le acompañen. Por ejemplo la rabia puede
tornarse destructiva si la alimentamos con el pensamiento de que cierta acción se cometió con mala
voluntad, o constructiva si logramos tocarla puramente. Esta competencia hace referencia a la
capacidad de regular la intensidad de la emoción y depurarla de pensamientos condicionados.
Sujeto A (enfadándose): lo hiciste a propósito, vi como lo disfrutaste, hace rato que tu quieres
hacerme mal
7.Acoger y sostener: la última competencia esta referida a los otros, una vez somos conscientes de
nuestra emocionalidad y competentes en el trato con ella, somos capaces de verla en los demás y
ayudarlos en su sufrimiento mediante el reconocimiento de sus necesidades. Acoger y sostener al
otro en su emoción implica hacernos presentes a nosotros mismos para estar plenamente disponible
para el otro.
No es la simpatía:
Sujeto A (triste) : Que penca, a mi también me pasó hace unos años algo parecido, te cuento...
Ni la lástima
Sujeto A (trae al otro hacia sí y lo abraza sobándole la cabeza): ya, ya, tranquilo, ya pasó.
Sujeto A : Ah, lo que pasa es que sientes una gran pena, pero pasará en cosa de semanas. Lo que
tienes que hacer es salir y hacer nuevos amigos.
Sino la empatía