¿Cómo es que la «comprensión» y la «interpretación» son un fenómeno unitario en Ser

y tiempo?

Heidegger nos presenta La «disposición afectiva» y el «comprender» como dos modos de

«estar-en-el-mundo», o bien, como las dos estructuras existenciales en las que se mueve el
Dasein; éste se encuentra constituido por ambas, por lo que, al constituirlo cooriginariamente,
se tiene que toda disposición afectiva es ya comprensiva, y a su vez, todo comprender es
siempre un comprender afectivamente. Al presentarse como un modo del «estar-en-el-
mundo», el «comprender» no debe entenderse como un acto intelectual por el que se llega a
captar el sentido o significación de una cosa, sino que, entendido como un existencial
fundamental —de acuerdo con las propias palabras del autor—, el «comprender» es un acto
que se identifica con el ser mismo del Dasein: como menciona el mismo Heidegger, la
expresión «comprender» se usa en el sentido de “ser capaz de una cosa”, de “poder hacer
frente a ella”, de “saber hacer algo”; así pues, «comprender» designa un saber hacer que, de
acuerdo a las circunstancias, puede adoptar la forma de cierta desenvoltura ante una situación
determinada, por lo que no se trata de la comprensión de una cosa cualquiera, sino más bien,
de la comprensión del ser en cuanto existir, del propio ser en cuanto posible. En este punto
entra de nuevo una distinción importante: de acuerdo con Heidegger, en el «comprender» se
da existencialmente ese modo de ser del Dasein que es el poder-ser; este poder-ser no debe
entenderse como una cierta facultad que posee el Dasein por añadiría, sino más bien que el
Dasein es originariamente un ser-posible: “El Dasein es siempre lo que puede ser y en el
modo de su posibilidad”, de esta manera puede identificarse el «comprender» como un
experimentar el propio ser como posibilidad existencial, es decir, al ser este «comprender»,
el Dasein “sabe” lo que pasa consigo mismo, empero, dicho “saber” no proviene de una
especie de autopercepción, sino que forma parte del “Ahí” del Dasein que es siempre un
comprender. De acuerdo con todo esto puede decirse que el «comprender», en sentido
existenciario, es un saber de las propias posibilidades, una exploración constante de dichas
posibilidades.

Heidegger afirma que “el comprender tiene en sí mismo la estructura existencial que nosotros
llamamos proyecto; ¿qué quiere decir esto? Proyecto significa lo que está lanzado hacia
adelante, el Dasein, por tanto, está anticipándose a sí mismo; el proyectar es efectivamente
la estructura en que se mueve el poder-ser. Escudero propone un ejemplo por más aclarador
para esto: cuando bebo café en mi taza, estoy proyectando la taza en su posibilidad de ser
utilizada para tomar café, así pues, decir que el proyecto es la estructura existencial del
comprender quiere decir que el saber o la exploración de las propias posibilidades se da,
precisamente, en el dirigirse hacia ellas: el Dasein comprende su ser-posible en cuanto se
dirige o se lanza hacia sus posibilidades. Empero este proyectar no debe entenderse como un
comportamiento planificador, por medio del cual el Dasein organice su ser, sino que el
Dasein, en tanto que ser-posible, ya siempre se ha proyectado y es proyectante mientras
existe.

De esta manera, queda claro que el «comprender» no debe entenderse como un posible modo
de conocimiento, sino, como un saber de sí mismo