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TRASTORNO PARAFILICOS ASOCIADOS AL DELITO

PARAPHILIACS DISORDER ASSOCIATED WITH CRIME

1 TOLENTINO VERA ROSA GLADIS

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1 Estudiante de Psicología, Universidad Católica los Ángeles de Chimbote, Perú. E- mail: rosse_gladyz@hotmail.com
Introducción
En el presente trabajo de investigación trataremos un tema de gran importancia como es
trastornos parafilicos asociados al delito, en donde definiremos la parafilia
CONTENIDO
CAPITULO I.-

1.1.- Definición de parafilia

1.2.- Subtipos de la parafilia

1.3.- Características de las principales parafilias

1.4.- Causas de las parafilias

CAPITULO II.-

2.1.- Parafilia y conducta delictiva

2.2.- Delitos relacionados con las parafilias

2.3.- Definición de delito

2.4.- Características de los delincuentes sexuales paralíticos


Definición de parafilia
Proviene de las palabras para que significa desviación y filo amor. En 1980 se aceptó
internacionalmente el término “parafilia” para denominar a todo estado en que la exaltación
sexual y la gratificación del individuo, están supeditadas por entero a la fantasía recurrente
de una experiencia sexual insólita que se convierte en el foco principal de la conducta
sexual. Para la DSM-IV “consisten en impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o
comportamientos que implican objetos, actividades o situaciones poco habituales” .
Comentando sobre la parafilia se distingue por la práctica exagerada, compulsiva y
excesiva de una sola actitud sexual (en ocasiones inusual), teniendo posibilidad y acceso
para ejercer otras actividades sexuales
Normalmente, en los manuales aparecen las parafilias como un trastorno sexual. Sin
embargo, desde la Psicología de la sexualidad deben ser consideradas como una forma
explícita de orientación del deseo erótico. En el capítulo 4, se han descrito los componentes
del deseo sexual y la importancia de la configuración del mismo. El deseo sexual es una
experiencia emocional subjetiva que marca una tendencia de acción hacia la búsqueda de
satisfacción sexual. Esta búsqueda está orientada hacia diversos ámbitos cuyos objetos son
portadores de estímulos que poseen valor erótico. El deseo sexual se proyecta hacia tres
grandes ámbitos:
1.- Hacia personas del sexo contrario.
2.- Hacia personas del mismo sexo.
3.- Hacia otro tipo de intereses.
Subtipos de la parafilia
Después de revisar las generalidades sobre las parafilias, podemos abordar en detalle las
diferentes formas de manifestación de estos trastornos.
1) exhibicionismo
El exhibicionismo consiste en la necesidad imperiosa y recurrente de exponer los genitales
a la vista de un extraño o de sorprender a otra persona mediante esta práctica. La excitación
sexual es anterior a la exposición, y el orgasmo se produce mediante la masturbación,
durante o después del acto. Prácticamente en el 100% de los casos se trata de hombres que
exhiben sus genitales a mujeres. Cuando el individuo lleva a cabo sus impulsos,
generalmente no hay ningún intento de actividad sexual posterior con la persona extraña.
En algunos casos, la persona es consciente del deseo de sorprender o espantar al espectador.
En otros, el individuo tiene la fantasía sexual de que el observador se excitará sexualmente.
Es la parafilia más frecuente (1/3 del total). Puede darse en la psicopatía, las demencias, el
retraso mental, la manía y la esquizofrenia. Suelen ser personas con muchas dudas sobre su
propia valía sexual.
2) fetichismo
La característica esencial del fetichismo consiste en el uso de objetos no animados
(fetiches). Entre los más comunes se encuentran los sujetadores, la ropa interior femenina,
las medias, los zapatos, las botas o cualquier otra pieza de vestir. El individuo con
fetichismo se masturba frecuentemente mientras sostiene, acaricia o huele el objeto fetiche,
o bien puede pedir a su compañero sexual que se lo ponga durante las relaciones. En
general, el fetiche es necesario e intensamente preferido para la excitación sexual, y en su
ausencia se pueden producir trastornos de la erección en el hombre. El diagnóstico no debe
hacerse cuando los fetiches se limitan a prendas de vestir femeninas utilizadas para
travestirse, como ocurre con el fetichismo travestista, o cuando el objeto es estimulante
desde el punto de vista genital porque ha sido diseñado especialmente para ese propósito.
3) fetichismo travestista
La característica esencial del fetichismo transvestista consiste en vestirse con ropa del otro
sexo. En general, el individuo guarda una colección de ropa femenina que utiliza
intermitentemente para travestirse. Cuando lo ha hecho, habitualmente se masturba e
imagina que a la vez es el sujeto masculino y el objeto femenino de su fantasía sexual. Este
trastorno ha sido descrito sólo en hombres heterosexuales. Los fenómenos travestistas
comprenden desde llevar ropa femenina en solitario y de forma ocasional hasta una extensa
involucración en la subcultura travestista. Algunos hombres llevan una prenda femenina
bajo su ropa masculina, y otros visten completamente como una mujer y llevan maquillaje.
El grado en el que el individuo travestido parece ser una mujer varía en función de los
gestos, del hábito corporal y de la habilidad para travestirse. Cuando el individuo no está
travestido, en general tiene un aspecto completamente masculino. Aunque la preferencia
básica es heterosexual, estas personas tienden a tener pocas compañías sexuales y a veces
han llevado a cabo actos homosexuales. Un rasgo asociado a este trastorno puede ser la
presencia de masoquismo sexual. El trastorno se inicia típicamente con el travestismo en la
infancia o al principio de la adolescencia. En muchos casos, el acto travestista no se hace en
público hasta llegar a la edad adulta. La experiencia inicial puede representar un
travestismo parcial o total. Cuando es parcial, progresa a menudo hacia un travestismo
completo. Un artículo favorito de vestir puede transformarse en un objeto erótico por sí
mismo, y utilizarse habitualmente primero para la masturbación y después para las
relaciones sexuales. En algunos individuos, la excitación que produce el hecho de
travestirse puede cambiar a lo largo del tiempo de manera temporal o permanente, y tiende
a disminuir o desaparecer. En estos casos, el travestismo se convierte en un antídoto contra
la ansiedad o la depresión, o contribuye a obtener una sensación de paz y tranquilidad. El
diagnóstico no debe hacerse en los casos en que el travestismo aparece en el trascurso de un
trastorno de la identidad sexual.
4)frotteurismo
La característica esencial del frotteurismo implica el contacto y la fricción con una persona
en contra de su voluntad. En general este comportamiento se produce en lugares con mucha
gente, en los que es más fácil huir de la detención: transportes públicos, aglomeraciones,
centros comerciales, etc. El individuo aprieta sus genitales contra las nalgas de la víctima o
trata de tocar los genitales o los senos con sus manos. Mientras lo hace, se imagina que vive
una verdadera relación con la víctima, pero es consciente de que para poder evitar una
posible detención tiene que escapar inmediatamente después de tocarla. En general, esta
parafilia se inicia en la adolescencia. La mayoría de los actos de frotteurismo se dan cuando
el individuo tiene entre 15 y 25 años. Después, la frecuencia declina gradualmente. Suele
tratarse de individuos pasivos o aislados, cuya única vía de gratificación sexual es ésta. Por
ello este sujeto suele repetir muy a menudo sus actos frotteuristas. El estudio de Freund
(1990) señala que el 61% de los frotteuristas tiene conductas exhibicionistas, el 30% admite
haber practicado la escopofilia y el 22% había cometido violación. No es cierto, por tanto,
que sean sujetos poco peligrosos.
5) pedofilia
La característica fundamental de la pedofilia radica en actividades sexuales con niños
prepúberes (generalmente de 13 años o menos). La gente que presenta pedofilia declara
sentirse atraída por los niños de un margen de edad particular. Algunos individuos prefieren
niños, otros niñas, y otros, los dos sexos. Las personas que se sienten atraídas por las niñas
generalmente las prefieren entre los 8 y los 10 años, mientras que quienes se sienten
atraídos por niños los prefieren un poco mayores. La pedofilia que afecta a las niñas como
víctimas es mucho más frecuente que la que afecta a los niños. Algunos individuos con
pedofilia sólo se sienten atraídos por niños (tipo exclusivo), mientras que otros a veces se
sienten atraídos por adultos (tipo no exclusivo). La gente que presenta este trastorno y que
se acerca a niños siguiendo sus impulsos puede limitar su actividad sólo a desnudarlos,
observarlos, exhibirse o masturbarse ante ellos, acariciarlos y tocarlos suavemente. Pero
otros hacen actos más intensos (penetraciones, felaciones, etc.), utilizando diversos grados
de fuerza para lograr estas finalidades. El paciente puede justificarse a sí mismo diciendo
que el niño lo ha provocado o que el niño ha experimentado placer. Los individuos pueden
limitar sus actividades a sus hijos, sus ahijados o sus familiares, o bien pueden encontrar su
víctima entre los niños de otras familias. Muchos pedófilos heterosexuales están casados.
No es raro que la víctima forme parte del entorno del pedófilo.
6) masoquismo y sadismo sexual
Aunque el DSM-IV describe el masoquismo y el sadismo como dos entidades clínicas
independientes, la clínica muestra que muchas veces aparecen juntas. Suele hablarse, en ese
caso, de sadomasoquismo. Se calcula que un 30% de los masoquistas tienen fantasías
sádicas. En ambas situaciones es fundamental la asociación del dolor y la humillación con
la estimulación y/o satisfacción sexual. En la gran mayoría de los casos, las interacciones
sexuales sadomasoquistas son de mutuo acuerdo, y muchos sujetos se pueden alternar el
papel de recibir o infligir sufrimiento. Golpes, sensación de esclavización, sujeción,
humillación física y verbal, etc., pueden formar parte del repertorio de conductas
sadomasoquistas. En los casos en que el sadismo vaya de la mano del trastorno antisocial
de la personalidad, se pueden dar actos muy violentos y agresivos (violaciones, asesinatos
con componente sexual, etc.). Las fantasías sadomasoquistas no suelen llevarse a la práctica
hasta la adolescencia o principios de la vida adulta. No existen datos muy fiables sobre la
prevalencia de estos trastornos, pero la gran cantidad de publicaciones y clubs
sadomasoquistas induce a pensar que no se trata de un fenómeno extraño. Suelen asociarse
con el fetichismo y el fetichismo travestista.
7) voyeurismo
La característica esencial de la escopofilia implica la observación oculta de personas, en
general desconocidas, cuando están desnudas, cuando se quitan la ropa o en plena actividad
sexual. Esta parafilia se lleva a cabo sin el consentimiento de las víctimas. El acto de mirar
se hace para lograr una excitación sexual y, en general, no se busca ninguna relación sexual
con la persona observada. El orgasmo, habitualmente producido mediante la masturbación,
puede aparecer durante la actividad escopofílica o después, como respuesta a lo que se ha
observado. A menudo estas personas se divierten con la fantasía de tener una experiencia
sexual con la persona observada, pero en realidad eso pocas veces sucede. En su forma más
grave, la escopofilia constituye la forma exclusiva de actividad sexual. La observación a
través de ventanas, el uso de prismáticos y telescopios, deambular por las zonas donde hay
coches aparcados con parejas dentro, etc., suelen ser las conductas más frecuentes de estos
sujetos.
Características de las principales parafilias
Exhibicionismo
Generalmente esta conducta se inicia en la adolescencia con máxima prevalencia entre los
20 y 30 años de edad, la personalidad del sujeto de exhibicionismo es tímido, retraído y
dependiente con dificultad en las habilidades sexuales. Dicha conducta puede darse en
hombres mayores solitarios, sin pareja o abandonados por estas, generalmente con
problemas de impotencia.
Fetichismo
Los fetichistas desarrollas sus actividades en forma solitaria. Por lo general los fetichistas
coleccionan estos objetos y pueden llegar muy lejos Incluso al robo, para añadir a su
colección la prenda o objeto concreto0 que lo obsesiona, en la mayoría de los casos los
fetichistas no tienen costumbres peligrosas para los demás, persiguiendo el uso de objeto
fetiche en privado.
PAIDOFILIA
Los pedófilos son hombres menos agresivos que los violadores, muchos de ellos son
alcohólicos o psicóticos de mente torpe o asociales y su edad fluctúa entre los 30 y 40 años,
generalmente, de fuertes convicciones religiosas. En general son hombres débiles,
inmaduros, solitarios y rellenos de culpa. El trastorno empieza generalmente en la
adolescencia aunque muchos sujetos manifiestan que el comienzo que se produjo en la
medad media de la vida. El curso habitual es crónico, especialmente en los pedófilos que se
sienten atraídos por niños de su propio sexo, siendo además en ellos índice de resididas del
doble que en los casos de preferencia heterosexual.
Sadomasoquismo sexual.-
Puede hallarse fácilmente en el sujeto normal, pero a veces esta asociado a una persona
antisocial, por ejemplo la sexualidad de la mayor parte de los hombres muestra una mezcla
de agresión y de tendencia a dominar y a veces está asociado a una personalidad
antisociales fantasías masoquistas se dan probablemente desde la infancia, mientras que las
practicas masoquistas con la pareja comienzan al principio de la edad adulta. Las fantasías
sexuales sádicas comienzan asimismo ya desde la infancia, mientras que las actividades
suelen surgir ya en la edad adulta, y siendo desde la instauración, de curso crónico,
aumentando por su gravedad a lo largo del tiempo por lo general.
TRANSVETISMO.-
estas personas tienden a poseer escasos compañeros sentimentales y en ocasiones has
realizado actos homosexuales. En algunos individuaos la excitación se produce el
travestirse puede cambiar a lo largo del tiempo, tendiendo a disminuir o desaparecer, en
estos casos el travestismo se convierte en un antídoto para la ansiedad o la depresión
contribuye a obtener una sensación de paz y tranquilidad. En otros individuos pueden
parecer disforia sexual, especialmente en situaciones de estrés con o sin síntomas
depresivos, convirtiéndose esta para algunos individuaos en una arte fija el cuadro clínico,
con búsquedas de un cambio de sexo hormonal o quirúrgico.
Voyeurismo.-
Esta conducta es predominante en hombres generalmente en homosexuales. La
personalidad de los voyeristas parece no mostrar rasgos patológicos, pero se caracteriza por
su inhibición o inseguridad que lo hace incapaz o crea dificultad en establecer relaciones
heterosexuales. No le interesa establecer comunicación con su víctima y generalmente no
representa peligro para esta.
Causas de las parafilias

Karpan (1975) plantea que las parafilias derivan de la atmósfera familiar y social enferma
en que se desarrolla el niño. Cuando los padres tratan con represión enfermiza, evasiones,
racionalizaciones y prohibiciones estrictas a la ingenua curiosidad sexual infantil y a los
juegos sexuales de los niños, cierran el camino a un desarrollo sexual normal e inclinan al
niño a que en su adolescencia tenga manifestaciones

Para filicas. Kolosimo (1974) sigue este planteamiento teórico y postula que las parafilias
nacen en la infancia y la primera adolescencia, edad en que los deseos secretos son
inevitables, aunque éstos podrían dejar de serlo si se educara con el diálogo y el
conocimiento de estas posibilidades. La ignorancia que preserva la inocencia infantil es un
error que ha traído muchos males a la humanidad, entre ellos, las parafilias. Enfrentar la
sexualidad con inteligencia, amplitud, apertura y naturalidad, previene las parafilias.

Según Flores Colombino (1999) no existe ninguna teoría que explique todos los casos de
parafilia o todas las parafilias en su conjunto. Pero hay teorías que son válidas para
determinados casos. Este autor hace un recorrido de las teorías que considera tienen mayor
relevancia en el campo clínico al respecto de las parafilias: Experiencias accidentales.

Para Tiefer (1980) las experiencias accidentales vividas por el niño y el adolescente pueden
ser determinantes en la psicogénesis de las parafilias. Algunas veces una experiencia de
excitación, aunque sea única, puede ser suficiente; pero en otros casos debe ocurrir
constantemente para provocar la fijación.

Money y Ehrhardt (1982) dicen que estos años tempranos son de fundamental importancia
para sentar las bases precedentes de todas las parafilias, aunque no se puede definir de
modo más explícito el efecto a largo plazo de las experiencias eróticas sobre la función
psicosexual y erótica definitiva. Las experiencias infantiles repetidas. Como ser vestidos
con ropa del otro sexo por sus padres que esperaban tener un hijo del sexo contrario, o por
las niñeras; el mirar los genitales de los adultos o las actividades sexuales y también la
ridiculización de sus genitales por feos o pequeños, o de sus capacidades eróticas, se
reviven en la adolescencia con formaciones parafílicas. Las humillaciones o castigos físicos
de los padres a los hijos, se pueden transformar luego en agresiones sádicas o masoquistas,
así como la urolagnia o erotización de la micción, o la clismafilia o erotización del enema,
o el travestismo, son formaciones que compensan su vergüenza o humillación anterior. La
parafilia permite conquistar y superar la ansiedad vivida en la infancia.

Parafilia y conducta delictiva


En las patologías sexuales hay que distinguir entre los trastornos de la identidad sexual
(transexualismo y travestismo no fetichista), las disfunciones de la ejecución sexual
(trastornos del deseo inhibido, del orgasmo y del dolor) y los trastornos de la inclinación
sexual o parafilias. La parafilia se caracteriza por actos o fantasías sexuales intensas o
recurrentes que suponen la presencia de objetos no humanos o de parejas que no
consienten. En el diagnóstico de las parafilias hay que distinguir entre las variaciones
normales de la conducta y los trastornos que se suponen cuando estos actos o fantasías son
«intensos o recurrentes» y se convierten en medios casi únicos de excitación o interfieren
en la vida de la persona. El primer criterio establece un periodo de al menos seis meses de
duración y el segundo se refiere a que el individuo ha actuado de acuerdo a estas
necesidades o se encuentra marcadamente perturbado por ellas. Por ello, el diagnóstico
diferencial debe establecerse con:
— Variaciones normales de la conducta.
— Conductas asociadas a un proceso psicopatológico (esquizofrenia, manía, retraso
mental, trastorno antisocial de la personalidad, demenciación).
Para este diagnóstico diferencial hemos de evaluar al menos tres áreas de funcionamiento
del sujeto:
— Historia clínica.
— Examen de su estado mental, descartando otras patologías asociadas a la conducta
problema.
Clásicamente se consideraban las parafilias como compartimientos estancos, pero los
estudios actuales revelan que hasta en un 50 % de los pacientes con parafilias se produce un
sobresolapamiento de varios diagnósticos parafílicos (Abell y col., 1986).

Respecto a la etiología de estas conductas se han postulado básicamente tres


aproximaciones: biológicas, psicoanalíticas y conductuales-cognitivas. Como factores
biológicos se han estudiado alteraciones del lóbulo temporal y niveles anormales de
andrógenos, pero los resultados son poco definidos. Las teorías clásicas han venido del
ámbito psicoanalítico y defienden que el origen estaría en las ansiedades de castración
durante la fase edípica, que conducen a la sustitución de la madre por un objeto simbólico
(fetichismo, travestismo), o la búsqueda de parejas sexuales «seguras» no apropiadas
(pedofilia y zoofilia) o conductas sexuales «seguras» (exhibicionismo y voyerismo). La
parafilia sería un intento de recrearse y vencer la humillación o el castigo de la primera
infancia (Stoller, 1975). Las teorías del aprendizaje y cognitivas insisten en el carácter
aprendido de estas conductas. El origen se encontraría en periodos críticos de la
adolescencia, cuando un alto nivel de arousal-excitación se puede asociar a un estímulo
apropiado; posteriormente, la conducta sexual puede ser reforzada por la excitación y
mantenida por fantasías y masturbaciones. A nivel cognitivo encontramos no sólo las
imágenes y fantasías sino también las creencias e ideas distorsionadas, usadas como
racionalización y justificación de su comportamiento (Abel y col. 1986). La segunda
formulación conductual insiste en la incapacidad de mantener relaciones sociales y
heterosexuales adultas, por lo cual se elegirían objetos sexuales inapropiados, mientras que
desde un enfoque cognitivo se ha insistido en la presencia de falsas creencias y cogniciones
respecto a sí mismo, la sexualidad y los demás en estas personas. Por lo general, no acuden
a recibir tratamiento excepto por las presiones familiares o de autoridades legales, cuando
estos comportamientos suponen una alteración de su nivel de adaptación o una transgresión
de las normas penales. La gran mayoría de los estudios se efectúan con sujetos de ámbito
forense donde la negación de la conducta puede estar presente, determinando una actitud a
disimular cualquier trastorno, ya que la defensa se establece en base a: a) b) c) negar los
hechos, negar la identificación de la víctima, establecer que hubo consentimiento.
delitos relacionados con las parafilias

Definición de delito
“Etimològicamente la palabra delito proviene del termino latino delictun que significa

culpa, crimen, quebrantamiento de una ley imperativa” 4 En Derecho natural según

Carrara, el delito es una "infracción de la ley del Estado, promulgada para proteger la

seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto extremo del hombre, positivo o negativo,

moralmente imputable y políticamente dañoso".Para el derecho penal delito es aquel

comportamiento que ha causado daño y que está tipificado como tal en el Código Penali .

Es una acción genérica, típica, antijurídica y culpable, acto vinculado con la sociedad. El

delito, en sentido dogmático, es definido como una conducta, acción u omisión típica,

antijurídica y culpable a la que corresponde una sanción denominada pena. Con

condiciones objetivas de punibilidad. Supone una conducta infraccional del Derecho penal,

es decir, una acción u omisión tipificada y penada por la ley. En sentido legal, los códigos

penales y la doctrina definen al "delito" como toda aquella conducta (acción u omisión)

contraria al ordenamiento jurídico del país donde se produce. La doctrina siempre ha

reprochado al legislador debe siempre abstenerse de introducir definiciones en los códigos,

pues es trabajo de la dogmática.


Características de los delincuentes sexuales parafilicos

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