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SANTIAGO TIANGUISTENCO
Tipos de vendajes
Quemaduras
Heridas
Fracturas
Hemorragias
Epilepsia
TIPOS DE VENDAJES
Los vendajes son el recubrimiento con vendas de alguna parte del cuerpo que ha sido afectada por
una lesión, para así evitar complicaciones.
Existen diferentes tipos de vendajes:
1. Circular: para realizar este vendaje, se debe realizar una vuelta completa de la venda
sobre sí misma.
3. Inversos: esta técnica se realiza doblando la venda sobre sí misma, utilizando el dedo
pulgar o el índice para guiarla en el punto donde se dobla. Al igual que el espira, se utiliza
en extremidades.
Las quemaduras pueden causar hinchazón, ampollas, cicatrices y, en los casos más severos,
shock e incluso la muerte. También pueden conducir a infecciones porque dañan la barrera
protectora de la piel. El tratamiento de las quemaduras depende de la causa, qué tan profunda es y
qué grande es el área del cuerpo afectada. Las pomadas con antibióticos pueden prevenir o tratar
las infecciones. Para quemaduras más graves, es posible que se necesite tratamiento para limpiar
la herida, reemplazar la piel y asegurarse que el paciente recibe suficiente líquidos y nutrición.
Quemaduras menores:
Dolor intenso
Tipos de fracturas.
Fractura transversal
La ruptura se produce a través del hueso, es decir, formando un
ángulo recto respecto al eje largo del hueso.
Fractura oblicua
La fractura describe una trayectoria oblicua respecto al eje
longitudinal del hueso. En otras palabras el hueso se fractura en un
ángulo.
Fractura en espiral
Este tipo de fractura se confunde fácilmente con la fractura oblicua. Es una
lesión que recorre el hueso describiendo una trayectoria en espiral.
Fractura conminuta
La lesión resulta en múltiples rupturas, que son visibles
como diferentes fragmentos de hueso. Además de esto,
la fractura puede ser desplazada o no desplazada. Si los
fragmentos óseos permanecen juntos manteniendo la
alineación estructural del hueso, se denomina fractura no
desplazada. Pero si los fragmentos del hueso se mueven de su posición original y se
separan, entonces se trata de una fractura desplazada.
Fractura segmentaria
El hueso se fractura en dos niveles distintos. En estos casos la recuperación es
difícil.
Fractura impactada
Una fractura impactada es una fractura ósea en la que las partes del hueso roto
son comprimidas entre sí por la fuerza. Este tipo de fractura a menudo se
produce como resultado de una caída o un impacto.
Las fracturas impactadas generalmente ocurren cuando se aplica fuerza
extrema a ambos extremos de un hueso y ocurren con mayor frecuencia en
niños que en adultos.
Fractura de compresión
Esto se produce cuando una carga axial excesiva comprime
el hueso más allá de sus límites. Por lo general ocurre en las
vértebras.
Fractura deprimida
Esta es la fractura del hueso cortical causada por una fuerza localizada que rompe y deprime un
segmento por debajo del nivel del hueso circundante.
HEMORRAGIAS
El sangrado o hemorragia es la pérdida de sangre. Puede ocurrir afuera o dentro del cuerpo. Usted
puede sangrar tras sufrir un corte u otra herida. El sangrado puede ocurrir también por una lesión
a un órgano interno.
-Capilar: afecta a vasos superficiales que irrigan la piel y se cierra por sí misma. Está causada por
traumatismos y se suelen formar hematomas.
-Venosa: su salida es constante, es sangre roja oscura. Es más fácil de controlar que la arterial.
-Exteriorizadas: internas que salen al exterior a través de un orificio corporal, como oído, nariz,
boca, ano, vagina…
Es muy importante saber cómo actuar o qué medidas tomar ante cada tipo de hemorragia.
*Ante una hemorragia externa: hay que realizar una compresión directa, aplicando gasas sobre la
herida y haciendo presión fuerte. La presión directa se puede sustituir por un vendaje cuando la
herida pare de sangrar, cuando la superficie sea amplia o si hay más heridos para atender.
Si la hemorragia se produce en las extremidades, se debe elevar la parte lesionada por encima del
corazón, disminuyendo la presión de la sangre en el lugar de la herida y haciendo, en cambio,
presión directa sobre la arteria correspondiente, según sean brazos o piernas, comprimiendo con
la yema de los dedos el vaso sanguíneo contra el hueso situado debajo de la arteria.
Si sangran los miembros superiores, haremos presión con la palma de la mano sobre la arteria
braquial o humeral (situada en el brazo; hay que presionar a la altura de la flexura o parte
delantera del codo).
Si el sangrado se produce en los miembros inferiores, presionaremos con el talón de la mano en la
ingle, sobre la arteria femoral, que recorre la pierna desde el muslo hasta la parte posterior de la
rodilla.
*Ante una hemorragia interna: si es capilar, basta aplicar frío local sobre la piel (protegiéndola con
un paño o una gasa), ya que el frío contrae los vasos sanguíneos y reduce el hematoma. Si es
venosa o arterial, tendremos que vigilar si el abdomen está sensible o rígido, si hay sensación de
mareo o desvanecimiento, palidez extrema, pulso débil o imperceptible, o si aparecen
hematomas, sangre en vómito o sangre por recto o vagina.
* Ante una hemorragia exteriorizada: Otorragia (hemorragia en el oído): es la única que no hay
que intentar detener, puesto que si no dejamos que salga la sangre, ésta se acumula en el interior
del cráneo y puede ocasionar graves lesiones. Hay que tumbar al afectado del lado por el que se
produce la hemorragia, colocar una gasa que empape y trasladarlo al hospital.
Epistaxis (hemorragia nasal): colocar a la persona sentada y con la cabeza inclinada hacia delante;
tranquilizarle y comprimir con dos dedos las fosas nasales durante al menos 2 minutos. Si al
levantar la compresión, la hemorragia no ha cesado, será necesario reanudar la compresión.
Cuando la hemorragia es importante, se utiliza el taponamiento con gasa enrollada y mojada en
vaselina o agua oxigenada mientras se traslada a la persona un centro sanitario. Hemoptisis
(hemorragia proveniente de bronquios o pulmones): colocar al afectado semisentado (sentado
con la espalda reclinada hacia atrás en un ángulo de unos 45 grados), aplicarle hielo en el tórax,
conservar la materia expulsada tras los golpes de tos y acudir a un centro sanitario.
EPILEPSIA
Es una enfermedad del sistema nervioso, debida a la aparición de actividad eléctrica anormal en la
corteza cerebral, que provoca ataques repentinos caracterizados por convulsiones violentas y
pérdida del conocimiento.
Existen dos tipos fundamentales de crisis epilépticas, las crisis generalizadas y las crisis parciales
que también se llaman crisis epilépticas focales.
El que se produzcan unas u otras depende de que el grupo de neuronas que se irrite sea más o
menos amplio. En ocasiones, no se puede saber con precisión si se trata de una crisis epiléptica
focal o generalizada, y se denominan crisis sin clasificar, en espera de que datos posteriores
permitan hacerlo.
CRISIS GENERALIZADAS
Existen múltiples tipos de crisis epilépticas generalizadas. Las más frecuentes son:
Espasmos epilépticos.
Aparecen en niños con meses de edad, y son raras tras el segundo año de vida. Consisten en una
flexión o extensión brusca del cuerpo y de la cabeza durante 1 a 5 segundos. Suelen aparecer en
salvas y habitualmente son muy frecuentes, a veces de forma casi permanente.
¿QUÉ HACER EN CASO DE EPILEPSIA?