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Actitudes del demandado.

El demandado puede asumir dos actitudes fundamentales frente a la demanda instaurada en su


contra: la actitud pasiva y la actitud activa.

La actitud activa tendrá lugar cuando el demandado se apersona a defender sus derechos ante el
juzgado, o bien, pone de manifiesto que el actor tiene derecho a lo que reclama. En especie, las
actitudes activas del demandado son las siguientes:

 Allanamiento.- que es cuando el demandado lisamente reconoce las prestaciones que


reclama el actor.

 Confesión.- Implica que el demandado admita que los hechos narrados en la demanda son
ciertos.

 Negación de Hechos.- Implica que el demandado no reconoce los hechos narrados en la


demanda o los redarguya de falsos.

 Reconvención.- Que es la actitud más agresiva del demandado, e implica una


contrademanda respecto del actor, es decir, el demandado se constituye en actor y el actor
en demandado en un juicio doble que habrá de resolverse en una sola sentencia,

 Oponerse a las prestaciones reclamadas por el actor.- Es decir, a través de defensas y


excepciones, busca desvirtuar las pretensiones del actor.

 Denuncia.- Pedir que un tercero sea llamado a juicio para que le afecte la sentencia que se
dicte en el mismo. Un ejemplo de este caso es cuando en un juicio ordinario ejercitando la
acción reivindicatoria (donde el actor pide que se le declare propietario de un bien y se le
dé la posesión del mismo) el demandado manda llamar a quien le vendió la propiedad,
para que en caso de que pierda, pueda reclamarle a su vendedor el pago de daños y
perjuicios respecto del bien que perdió en juicio.

Estas actitudes no son privativas o limitativas, es decir, se puede allanar respecto de las
prestaciones, pero negar los hechos, o a la inversa, confesar los hechos pero oponerse a las
pretensiones. Dependerá de la estrategia jurídica y la voluntad del demandado, la forma de
contestar una demanda.

La actitud pasiva del demandado se denomina en el foro jurídico "rebeldía", e implica que el
demandado no haya contestado en tiempo o en forma la demanda instaurada en su contra, y
provoca, en primer lugar, que se tiene por perdido su derecho para contestar la demanda, se
tienen por confesados los hechos en que el actor funda su pretensión, y por último todas las
notificaciones posteriores, aún las de carácter personal se le harán y surtirán sus efectos a través
del boletín judicial.
La rebeldía no implica que el demandado pueda comparecer posteriormente a juicio, o bien, que
no pueda ofrecer pruebas, pero sí implica la confesión respecto de los hechos y ello le da una clara
desventaja respecto del actor en el juicio.

Bibliografía:

OVALLE FAVELA, JOSÉ, Derecho Procesal Civil, 9a edición. Oxford. México 2011.

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, Manual del Justiciable en Materia Civil, SCJN, México
2011.

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