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Aprende a Aprender

SEMANA 1: Pensamiento Enfocado versus Difuso


Introducción a los modos enfocado y difuso
¿Qué haces cuando no puedes entender algo? Para los zombies es muy fácil. Simplemente
siguen golpeando sus cerebros contra la pared. Los cerebros vivientes son mucho más
complejos. Resulta que si entiendes solo un poco acerca de la información más básica de
cómo funciona tu cerebro, podrás aprender más fácilmente y con menos frustración. Los
investigadores han descubierto que tenemos dos modos de pensamiento
fundamentalmente diferentes. Aquí los llamaré modos Enfocado y Difuso.
El modo enfocado es cuando nos concentramos intencionalmente en algo específico que
intentamos aprender o entender. El modo difuso es un estilo de pensamiento más
relajado, está relacionado con un conjunto de estados de descanso neural.
Utilizaremos una analogía del juego conocido como pinball para entender estos dos modos
de pensamiento. Por cierto, las metáforas y las analogías son realmente útiles cuando
intentamos aprender algo nuevo.
Recuerden que el juego de pinball empieza al halar la palanca y soltarla, enviando la bolita
que salta y rebota contra cojines de goma, y así ganas puntos. Entonces, aquí está el
cerebro, aquí las orejas y los ojos mirando hacia arriba.
Y podemos ubicar la máquina de pinball allí dentro. Ahí lo tienen. Aquí
está la analogía para el modo enfocado. Los cojines azules de goma se
encuentran muy cerca entre sí. ¿Pueden ver este patrón de color naranja
en la parte superior? Representa un patrón de pensamiento familiar,
relacionado de pronto con algo sencillo como una suma o con ideas más
complejas como la crítica literaria o el cálculo de ondas
electromagnéticas. Piensas un pensamiento y boom, arranca y se mueve
fácilmente. Y después, mientras rebota contra los cojines azules, logras resolver el
problema que estás intentando solucionar o el concepto que estás intentando entender,
que está relacionado con algo que te es bastante familiar.
Vean como ese pensamiento se mueve fluidamente por toda la difusa vía neural
anaranjada que está por debajo. Es como si estuviera recorriendo una carretera familiar,
bien pavimentada.
¿Y si el problema en el que estás trabajando necesita nuevas ideas o enfoques? Conceptos
en los que no has pensado antes, que están simbolizados aquí por este patrón neural
ubicado hacia el área inferior de la máquina de pinball. Pero si no has pensado ese
pensamiento antes, entonces no sabes cómo se siente ese patrón ni dónde está. Entonces,
¿cómo vas a desarrollar ese nuevo pensamiento inicialmente? No sólo no sabes dónde
está el patrón ni cómo luce, sino que tampoco puedes ver todos los cojines azules que
están bloqueando tu acceso en cualquier dirección en la que decidas moverte.
Para llegar a este nuevo patrón de pensamiento, necesitas una nueva forma de pensar,
que está representada aquí por el modo difuso. Observa cuán separadas están los cojines
de goma. El pensamiento arranca, miren cómo se mueve y rebota por todas partes. Puede
viajar un largo trecho antes de se interrumpa al golpear un cojín. En este modo difuso de
pensamiento, puedes ver las cosas más ampliamente, desde un punto de vista mucho más
amplio. Puedes hacer nuevas conexiones neuronales que recorren nuevos caminos. No
puedes concentrarte tan fijamente como sueles hacerlo para finalizar cualquier tipo de
resolución de problemas o para entender los aspectos más sutiles de un concepto. Pero
puedes, al menos, llegar al sitio inicial en el que tienes que estar para encontrar una
solución.
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Tal como lo entienden hoy en día los neurocientíficos, solo puedes estar en el modo
enfocado o en el modo difuso de pensamiento. Parece que no puedes estar en ambos
modos de pensamiento al mismo tiempo. Piensa en una moneda. Podemos ver un lado de
la moneda, o el otro, pero no podemos ver ambos lados al mismo tiempo. El estar en uno
de los modos parece que limita tu acceso al otro modo de pensamiento.

Uso de los modos Enfocado y Difuso... O bien, algo de Dalí te vendrá bien.
Veamos a algunas personas famosas en la historia que usaron modos diferentes de pensar
para ayudarlos a resolver sus problemas. Si ven a este sujeto de ahí, era Salvador Dalí, un
pintor surrealista muy conocido del siglo XX. Fue la definición clara de un personaje libre
y loco. Lo pueden ver aquí con su mascota, un ocelote llamado Babou.

Dalí solía usar una técnica interesante que lo ayudaba a crear sus pinturas surrealistas
fantásticamente creativas. Solía relajarse en una silla y dejar que su mente estuviera libre,
pensando vagamente en algo en lo que se había concentrado previamente. Solía tener una
llave en su mano, moviéndola justo por encima del suelo. Cuando comenzaba a entrar en
sus sueños, quedándose dormido, la llave se le caía de la mano y el ruido lo despertaba,
justo a tiempo para que pudiese recoger esas conexiones e ideas difusas que estaban en
su mente. Después, regresaba al modo de concentración, incorporando las conexiones
nuevas que había hecho mientras estaba en el modo difuso.

Ustedes quizá piensen que eso está bien para un artista, pero ¿cómo se relaciona esto con
los procesos de pensamiento más científicos o matemáticos? Vean aquí abajo. Este
personaje era Thomas Edison, uno de los inventores más brillantes de la historia. Según la
leyenda, lo que Edison solía hacer era sentarse y relajarse en su silla, sosteniendo
rodamientos en su mano. Se relajaba liberando sus pensamientos y su mente, aunque a
menudo terminaba pensando en lo mismo en lo que antes estaba pensando concentrado,

pero más relajadamente. Cuando Edison se dormía, el rodamiento se caía y hacía ruido en
el piso, tal como sucedía con Dalí. Esto despertaba a Edison y él arrancaba con las ideas
generadas en el modo difuso, listo para llevarlas al modo concentrado y construir a partir
de allí. Entonces, la conclusión es que cuando estás aprendiendo algo nuevo,
especialmente algo que es un poco más difícil, tu mente necesita poder ir de un modo de
aprendizaje al otro. Eso te ayuda a aprender de forma eficaz. Esto puede compararse un
poco a fortalecer tus músculos levantando pesas. Nunca planearías participar en una
competencia de levantamiento de pesas esperando justo hasta el día antes para pasar
todo el día ejercitándote como un loco. Quiero decir, esto no sucede así. Para fortalecer

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tu estructura muscular, hay que hacer un poco de trabajo cada día, permitiendo que tus
músculos vayan creciendo. Igualmente, para construir una estructura neuronal, hay que
trabajar un poco cada día, construyendo poco a poco un andamio de neuronas para ir
colocando allí tus pensamientos, un poquito cada día. Este es el truco.

En resumen, aprendimos que usar analogías es una técnica poderosa para el aprendizaje.
Aprendimos sobre los dos modos de pensamiento diferentes del cerebro, enfocado y
difuso. Cada uno nos ayuda a aprender, pero de formas muy diferentes. Por último,
aprendimos que aprender algo difícil puede tomar tiempo. Tu cerebro necesita alternar
sus formas de aprendizaje, mientras lucha con el material nuevo y lo asimila.

¿Qué es el aprendizaje?

El cerebro pesa 3 libras, pero consume 10 veces más energía por peso que el resto del
cuerpo. Es un órgano muy costoso. Es el dispositivo más complejo que existe en el universo
conocido. Todos nuestros pensamientos, esperanzas, miedos, están en las neuronas del
cerebro.
Valoramos nuestras destrezas para dominar el ajedrez y las matemáticas, pero hace falta
práctica para adquirir estas destrezas y las computadoras digitales son mucho mejores
para eso que nosotros.
Fue una sorpresa descubrir que lo que hacemos tan bien y damos por sentado como ver,
escuchar, alcanzar cosas, correr son problemas mucho más complejos que lo que
pensábamos y tienen mucha más capacidad que las computadoras digitales más rápidas
del mundo.
Esto demuestra que no estamos conscientes de cómo trabajan nuestros cerebros. Los
cerebros evolucionaron para ayudarnos a navegar en ambientes complejos y la mayor
parte del trabajo pesado se realiza por debajo de nuestro nivel de conciencia.
No necesitamos saber cómo funciona para sobrevivir.
Los psicólogos que estudian la mente inconsciente han hallado que entre las cosas que
ejercen influencia están los procesos de pensamiento, memoria, emociones y motivación.
Sólo estamos conscientes de una fracción muy pequeña de toda la actividad que hay en el
cerebro así que, tenemos que confiar en la imagenología cerebral para que nos guíe.
Existen millones, miles de billones de sinapsis en tu cerebro, donde se almacenan los
recuerdos. Antiguamente se creía que después de que el cerebro maduraba, la fortaleza
de las sinapsis se ajustaba a través del aprendizaje, pero que el patrón de la cognitividad
no cambiaba mucho a menos que existiera daño cerebral. Pero ahora sabemos que la
conectividad cerebral es dinámica y permanece así incluso después de que madura.
Con las técnicas ópticas nuevas para obtener imágenes de las conexiones que hay entre
las neuronas, llamadas sinapsis, podemos ver cómo hay una rotación constante de sinapsis
a medidas que unas nuevas se forman y otras desaparecen. Esto nos plantea un enigma.
Con tanta rotación, ¿cómo permanecen estables los recuerdos durante tantos años?. Las
sinapsis tienen un diámetro de menos de un micrón. En comparación, un pelo humano
tiene cerca de 20 micrones de diámetro.
Esta técnica nueva nos permite ver cómo el aprendizaje cambia la estructura del cerebro
con una resolución que es cercana al límite de la microscopía de luz.
Esto ilustra que, curiosamente, no eres la misma persona que eras antes después de haber
dormido toda la noche, ni siquiera después de una siesta. Es decir, nos acostamos con un

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cerebro y nos levantamos con uno actualizado. Éste es un trato mejor que el que nos
puede ofrecer Microsoft. Shakespeare, el gran poeta inglés, ya sabía esto.
El sueño que teje la maraña de las preocupaciones. La muerte de la vida cotidiana, el baño
de la fatiga. El bálsamo de las mentes lastimadas, el plato fuerte en la mesa de la gran
naturaleza. Principal alimento del festín de la vida.
Aquí, Shakespeare está haciendo una analogía entre la ropa tejida y el sueño que teje los
hilos sueltos de la experiencia y las preocupaciones del día y las va tejiendo en el tapiz de
la historia de nuestra vida.

Procrastinación, memoria y sueño.


Sinopsis de la Procrastinación
Todo el mundo tiene problemas con la procrastinación (postergar tareas). Porque si estás
trabajando en algo, significa que no estás trabajando en muchas otras cosas. Pero algunas
personas tienen más problemas con la procrastinación que otras.
Cuando hay algo que en realidad prefieres no hacer, parece que activas las áreas de tu
cerebro que se asocian con el dolor. Tu cerebro, de manera natural, busca la forma de
detener ese estímulo negativo cambiando tu atención hacia algo diferente. Pero, aquí está
el truco. Los investigadores han descubierto que poco después de que la gente comienza
a trabajar en lo que no les gusta, ese neuromalestar desaparece. Entonces, parece que lo
que sucede cuando procrastinas o pierdes el tiempo es algo así. Primero, observas y
obtienes una pista sobre algo que te provoca cierta incomodidad. Como no te gusta, para
hacer que la sensación se vaya apartas tu atención de lo que te provocó esa incomodidad.

Te diriges hacia algo más placentero. El resultado es que te sientes más feliz,
temporalmente. Hablaremos más sobre la procrastrinación más tarde. Pero, mientras
tanto, les voy a presentar una útil y pequeña herramienta mental. A esta herramienta se
le llama el Pomodoro. Fue inventada por Francesco Cirillo a principios de la década de
1980.
Pomodoro es tomate en italiano. Los relojes de cocina frecuentemente se parecen a un
tomate y, en realidad, es lo único que hace falta para poner en práctica esta sencilla
técnica. Todo lo que hay que hacer es poner el reloj en 25 minutos, apagar todas las
interrupciones y, después, enfocarse. ¡Eso es todo! Casi todo el mundo puede
concentrarse durante 25 minutos.

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