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BASE BIOLOGIGA DE LA HISTORIA Somos animales—La evolucion orgdnica,—El hombre es su mas alto resul- tado.—Los factores de a evolucién: 1a herencia, 1a variacion, 1a multiplicaci6n, la lucha por la vida, la seleccién—Asi _adquirimos Jas manos, la inteligencia, el lenguaje y habitos de asociacion,—Las sociedades humanas son sociedades animcles.—Un mito brahménico adoptado por los sociblogos.—La consagracién de las castas,—Den- tru de Iu especie, (odo eruzamfento es fecundo.—En el hombre Ja evolucion organica tiende 4 concentrarse en el cerebro—La exten- sion y Ia diversificacion del ambiente favorecen 1a variacion. —La técnica y la divisi6n del trabajo dan 4 la especie humana inmensas ventajas.—La propiedad privada trastorna en las sociedades mo- dernas 1a lucha por Ja vida en detrimento de la clase despo- seida,—La mortalidad infantil en las diferentes clases sociales, Desarrollo fisico de ricos y pobres.—La mortalidad segin las ocupa- ciones y 1a posicién social.—En Jos barrios ricos y en los popres.— jColosal desatino! Gumplovicz parece creer que los cuerpos orgdnicos~se forman de la nada, é ignora que un nuevo peso de materia viva representa necesariamente un peso igual substrafdo al mundo inorgdnico. La planta transforma y vivifica los cuerpos que toma del suelo y del aire. El hombre se multiplica sobre el suelo exhausto de Europa abondndolo con el guano y el salitre de las costas del Pacifico, y alimentandose del trigo en que se transforma el humus de las pradetas americanas. ak 8 Lejos de tender 4 aumentar mds pronto que los medios de alimentarse, la poblacién puede crecer menos que la riqueza, como ha sucedido en Europa y América durante el siglo pasado, Debido 4 la seleccién artificial, las plantas cultivadas y los animales domésticos son mas fecundos que las mismas especies en estado salvaje. En el hombre, la civilizacin obra en el sentido inverso. Parece que la mayor tensién intelectual que impone at individuo y el consiguiente desarrollo del sistema nervioso. se acompanan de la moderacién del poder prolifico, anta- gonismo entre la expansién individual y la capacidad de reproduccién que ha sido presentado como una ley bio- légica general. Al contacto de la civilizacién europea, que trastorna todas. sus costumbres y creencias, les impone nuevos articulos de comercio y nuevos modos de comerciar, y les da el ejemplo de extrafas normas de conducta, los pueblos primitivos del Pacifico han sufrido tan grande conmocién mental, que han dejado de procrear, y, sin ser directamente maltratados, se extinguen rdpidamente. Asi han desapa- recido los indigenas de Tasmania, asi los islefios de Ta- hiti, de Hawaii y los maorfes de Nueva Zelandia caminan. répidamente A su total extincién, éNo podrfamos atribuir la diminucién de la natalidad en los pueblos cultos 4 una inhibicién andloga del poder prolifico, determinada por el choque continuo con Jas nuevas condiciones de vida que resultan de su rapida evolucién ? Ello es que se observa mds alta natalidad en los paises atrasados, de costumbres mas estables, en Rusia mds que en Alemania, en Méjico y Cuba mas que en los Estados Unidos, en la Argentina mAs que en Australia; y en los paises donde la estadistica ha registrado el movimiento de la poblacién, ha habido durante el iiltimo medio siglo un descenso del ntimero proporcional de nacimientos como si el rdpido progreso de las tiltimas décadas hubiera embargado el sentido genésico de los pueblos. Notase esta baja de la natalidad en Espafia y Portugal como, en los paises escandinavos, en Servia y Rumania como en Bélgica y Holanda, en las ciudades como en 39 los distritos rurales de Inglaterra, en Norte América como en Europa, como una tendencia sostenida y universal, que si no se traduce en una detenciéa del aumento de la poblacién es porque se acompaiia en general de un descenso de la mortalidad, ae 8K Acentuandose con la accleracién del progreso econémico, ja diminucién del nimero proporcional de nacimientos se explica en parte por la creciente proporcién de mujeres ocupadas en la industria, el comercio y las diversas profesiones. Y forzoso es reconocer que se debe tambien 4 Ia regu: jacién artificiosa de las relaciones sexuales en la vida matrimonial. Ya lo hacia comprender la costumbre de no tener mds de dos hijos, tan comin en la poblacién urbana y rural de Francia. Una reciente investigacion Jo ha establecido ahora numérjcamente para la Gran Bretafia, La Sociedad Fabiana, agrupacién que profesa el bien del pueblo y se ocupa de cuestiones sociales, distribuyé 4 sus socios, entre los cuales hay tanto obreros como rentistas, un cuestionario acerca de su matrimonio, en que les preguntaba si éste era «limitado» 6 «limitado», entendiéndose por lo primero la limitacién de la familia A dos nifios 6 los artificios impedientes de toda fecundidad, y por ilimitados los matrimonios que dejan 4 la fecundidad seguir su curso natural, De 316 matrimonios que contes- taron, 242 se declararon limitados, y 74 ilimitados. Los motivos mds generalmente invocados para justificar la «limitacién» eran de orden pecuniario. Plantedbase entonces el problema de si no seria espe- cialmente acentuado el descenso de la natalidad en la parte mas previsora y ahorrativa de la poblacién toda, punto que se ha resuelto por la afirmativa estudiando el movimiento de la natalidad en la mds grande sociedad briténica de socorros mutuos, Esta es la de los Corazones de Roble, que tenia en 1906 mds de 272,000 socios varones adultos, diseminados en toda la extensién del Reino Unido, y que con sus 40 familias representaban el 3 por ciento de la poblacié total. Sélo se admiten en esta socicdad personas de buena conducta cuyo salario no baje de 24 chelines por semana, lo que desde luego excluye 4 los trabajadores agricolas, 6 sin oficio determinado, y, fuera de Londres, un 4 los obreros adiestrados de categorfa inferior, Com- pénese, pues, la asociacién de artesanos, obreros adies- trados, y cierto niimero de pequefios comerciantes y gen- tes de las capas inferiores de la clase media, y asegura al socio un subsidio de 30 chelines en cada parto de su esposa. Con este motivo, de unos 49 anos 4 esta parte la sociedad ha registrado los nacimientos acaecidos en las familias de lus sucius, y aunque no dicen los registras la proporcién de los socios casados, no hay motivo de pensar que esa proporcién haya cambiado, Cuanto 4 la edad media de las esposas, que tampoco se registra, puede admitirse que se ha elevado proporcionalmente 4 la de los socios en general, que durante el perfodo estudiado. ha pasado, segtin parece, de 33 4 37.52 afios, envejeci- miento medio de las esposas que explicarfa 4 lo sumo nna baja de 15 por ciento en la natalidad. Pues bien, de 1866 4 1880 las solicitudes de subsidio por parto se elevaron de 2176 A 2472 por 10000, y de 1881 4 1904 bajaron continuamente hasta no pasar de 1165 por 10000 asociados en este tiltimo aio, Entre los Corazones de Roble, millén y cuarto de personas que sdélo se distinguen del resto. de la poblacién por la practica mis regular del ahorro, la natalidad ha bajado, pues, durante el tltimo perfodo 52 por ciento, descenso tres veces mayor que el observado en la poblacién total de Inglaterra y Gales. En otra socie- dad mas pequeiia, de 8225 socios, la proporcién de éstos que ha solicitado el subsidio por parto ha bajado 56 por ciento en el perfodo 1881-1901, ¢Degeneracién fisica 6 suicidio de raza? titula Sidney Webb los articulos del Times en que expone estos hechos. No es posible substraerse 4 la idea de que esta baja de la natalidad responde por lo menos en parte 4 practicas que, en forma atenuada, representan lo que entre los. salvajes el infanticidio sistematico, sobretodo de las nifias mujeres, horrible costumbre .que, suprimiendo violenta~ 41 mente en algunas tribus hasta dos de cada tres recién nacidos, ha contribuido 4 mantener el ntimero de in- dividuos de ciertos pueblos primitivos y miserables dentro de los limites que estos no se sentian capaces de pasar, No es también doloroso y barbaro el vano funcionamiento sin objeto, el desperdicio de energias humanas denunciado por la actual baja de la natalidad en algunos de sus aspectos? Distréiganse en buena hora hombres y mujeres de las funciones meramente vegetativas, aplicando su influjo nervioso 4 elevar su vida y la de los dems; pero no se agoten en el vacfo, asediados por preocupaciones s6rdidas, que, por singular aberracién, estrechan sobretodo. da vida de los ricos. ee En todas partes, en efecto, en un mismo pais, en una snisma ciudad, quienes menos se multiplican son los que viven en la abundancia, En Népoles, de 1881 4 1892, el elegante barrio de San Fernando dié una natalidad de 25,9 por mil de la poblacién, mientras que esta fué de 42,7 por mil en el barrio pobre de San Lorenzo, El siguiente cuadro numérico, presentado en 1897 al Congreso Estadistico de San Peters- burgo por Bertillon, evidencia el mismo fenémeno para cuatro de las mds grandes ciudades europeas : NUMERO ANUAL DE NACIMIENTOS POR CADA MILLAR DE MUJERES DE 15 4 50 Afos, EN: PARIS LONDRES BERLIN VIENA Barrios muy pobres.. 1087157200 > pobres % 140 129 © 164 « acomodados.. - 2 WF 1h 155 © muy acomodados.... 65 107 9% = 158 > ricos 53 % 63107 » muy ricos.. 8h “3 47 a Para la ciudad de Buenos Aires no hay estadistica corregida de la natalidad, que relacione el ntimero de 42 nacimientos con el de mujeres en edad de concebir; sdlo se conoce el ntimero de nacimientos de la ciudad y de cada una de sus circunscripciones. Relacionandolo con la poblacién en el aiio del censo de 1904, encontramos una natalidad muy diferente en los barrios pobres y en los nicos. Los once distritos que agrupamos como relativa- mente pobres al ocuparnos de la mortalidad, dieron ese afio 18.785 nacimientos sobre 503.111 habitantes, lo que es una proporcién de 37,33 por mil, mientras que los muieve distritos relativamente ricos sobre 441.631 habitantes. no dieron mds que 13.877 nacimientos, esto es, 31,42 por mil, El contraste se acentua si comparamos en particular ciertos distritos, tomandolos, para evitar error, entre los que no tienen dentro de sus limites salas hospitalarias de: partos. La circunscripcién 15@ (San Bernardo), una de las mAs pobres, da una natalidad de 42,03 por mil, el barrio obrero de la Boca, 38,68 por mil; en cambio la circunscrip: cién 132, de gente acomodada, tuvo sélo 27,59 nacimientos por cada mil habitantes, no Negando tampoco la natalidad. sino 4 27,63 por mil en el distrito del Socorro, ya mencio- nado como cl centro de las mas ricas residencias. La clase rica se distingue en todas partes por su débil natalidad, Donde hay una gran inmigracién obrera, la poblacién inmigrada contrasta por su alta natalidad con la. poblacién nativa, en la cual hay més personas de buena posicién, As{ en Boston, en el afio 1900, la natalidad fué de 18,20 por mil entre los nativos, y de 31,06 por mil entre los inmigrados; en t9o1, la natalidad fué de 16 por mil entre los nativos y de 31,08 entre los emigrados de Providence, capital del Estado norteamericano de Rhode-Island, siendo en el Estado entero 17,01 y 30,96 para nativos é inmigrados respectivamente, El estadigrafo Bertillon ha calculado la natalidad en los departamentos de Francia, relacjondndola con ei monto de lo recolectado 4 titulo de impuestos mobiliario y de: puertas y ventanas. He aqui sus resultados: a Impuesto percibido] Nacimientos ENTOS| POF cabeza mos DEPARTAMENTOS | ge'ja poblacion | por cada 100 (en francos) | mujeres casadas 075 41,91 | 23,63 1,29 41. | 1,83 1,46 4 Be j iyo 165.41,73 | 16,66 1s0 193 | 15,84 1193 412105 | 16,83 213 4 2.42 15,94 252 4 2189 7 fosagss — | 14°78 6,78 | 13,24 A medida que en este cuadro sube la cifra del impuesto, baja en general la natalidad, que se muestra asi inversa- mente proporcional 4 la riqueza. En el departamento del Sena, donde esta Paris y la comodidad y el lujo Negan 4 su maximum, el nimero de nacimientos es infimo. Expliquese entonces la pobreza de los trabajadores por su excesiva reproduccién! Tanto valdria decir que se multiplican demasiado porque no son ricos. Los lugares habitados por gente rica son también los que dan, respecto de la poblacién totel, el mas alto por- centage de sirvientes domésticos, cuya forzada esterilidad contribuye no poco 4 la diminucién del namero de naci- mientos, ok La relativa esterilidad de las clases altas depende en parte de que sus matrimonios son tardios. En Inglaterra se ha encontrado que la edad media de easamiento de diferentes clases sociales es como sigue: HOMBRES MUJERES 24,06 aftos Mineros. ‘Tejedores.. 24,88» Altas profesiones y rentistas. 81,22 > He aqui, segtin Fircks, la edad media 4 que se casaron en Prusia los hombres de diferentes ocupaciones durante los afios 1881-1886. 44 anos Empleados publicos. > eclesidsticos. Hoteleros ... Comercio Agricultores Industria del vestido . Mecinicos y metalirgicos. Obreros fabriles . ‘Mineros ...- trAfico. Estudiando los 18.000 matrimonios producidos en Copen- hagen en los afios 1878-82, se ha encontrado que [os trabajadores se casaron en término medio 4 los 28.8 afios de- edad, y los altos empleados, los fabricantes y grandes comerciantes esperaron hasta los 33.9 afios para contraer matrimonio, Y no siempre se llega sin taras 4 un matrimonio tardfo_ Las enfermedades adquiridas por los hombres durante su prolongado celibato, contagiadas 4 sus esposas, con- denan 4 no pocas 4 una completa esterilidad; 65 por ciento de los matrimonios tienen hijos en los arrabales berlineses Wedding y Moabit, mientras que en la magnifica Friedrichstrasse sdlo son fecundas 45 por ciento de las uniones matrimoniales. Su morbilidad venérea indica que la debil procreacién de la clases altas es consecuencia de la corrupcién y del vicio, si bien puede depender en parte de la mayor cultura y de més altas funciones men- tales, La prostitucién florece alli donde los pudientes. reducen su prole hasta el punto de no cubrir siquiera la merma de hombres debida 4 la mortalidad, como si de. la exuberancia de medios de vida resultara la degeneracién ffsica de la especie. Y la prostitucién, tributo impuesto 4 la belleza plebeya por el poder del dinero para que las mujeres de la Clase alta puedan conservar su calculada castidad, se venga de éstas enviéndoles por la via de sus maridos en retardo los gérmenes de la esterilidad y de la muerte, ¢Si las clases sociales mejor colocadas tienen en mayor proporcién hombres inteligentes y mujeres hermosas, no es su infecundidad una doble pérdida para el porvenir de la especie? seer 43 Hasta la seleccién sexual es trastornada 6 impedida por Ja desigual distribucién de la riqueza. Para seducir 4 las hembras, despliegan los pijaros sus plumas de brillantes colores, y pasan por verdaderos certamenes de canto y de piruetas. Los que triunfan en esa lucha por el amor transmiten 4 su prole los caracteres que los han hecho vencedores, y as{ se desarrolla el tipo de belleza de la especie. De este proceso de seleccién sexual, que no aniquila 4 los individuos menos favorecidos pero los exclu- ye en mayor 6 menor grado de la propagacién, han resul- tado los caracteres sexuales secundarios del hombre y de Ja mujer, la barba en aquél, la redondez y delicadeza de formas en ésta. En la especie humana, la creciente individualizacién se manifiesta en el amor sexual especffico, que hace la seleccién sexual cada vez mas rigurosa, inclinando 4 cada individuo hacia una persona déterminada del otro sexo, en quien concentra, mds 6 menos duradera y exclusiva- mente, toda su afeccién. Esta forma superior del amor, idealizada por la poesta, sobreponiéndose al ordinario instinto sexual, lo hace més delicado en las condiciones de su satisfaccién, y, en consecuencia, menos fecundo. En el grado en que la especie humana modera por la cultura su poder de reproduccién, y atentia dentro de s{ misma la lucha por la existencia y la seleccién natural, haciendo posible la vida aun para individuos muy imper- fectos, mayor importancia adquiere para ella la selec- cién sexual, como proceso de conservacién y refinamiento del tipo de la especie. Pero si el faisan deslumbra 4 la hembra con su esplén- dido plumaje y el ruisefior la encanta con sus gorjeos, para triunfar en la seleccién sexual el hombre cuenta ahora en primer lugar con un elemento extrinseco: el dincro. Cualquiera que sea el origen del que lene 1a bolsa, ésta es actualmente en los pafses comerciales el cardcter sexual secundario més apreciado, con la particularidad de que lo mismo adorna 4 uno que otro sexo, pues, asi como el degenerado rico y disoluto suele malograr para la especie lindas doncellas, la rica fea es més solicitada que la her- mosa sin dote 6 sin futura herencia. Encontramos, pues, condicionada la accién de las leyes bioldgicas en la especie humana por las actividades inten- cionales del hombre, que, obedeciendo 4 las leyes generales de la vida, al mismo tiempo las altera, y, en bien 6, en mal, les imprime un sello peculiar. El predominio de las funciones vegetativas toma en la Humanidad una forma superior, en relacién con la altura mental del hombre, y se manifiesta en fenémenos sociales de un orden propio, que no reflejan sino mediata € indi- rectamente las leyes de la biologia. 2Es acaso por inferioridad étnica que se extinguen el fuerte iroqués y el noble araucano, mientras sobreviven las poblaciones indigenas de Méjico y del Pert? Si, donde compiten libremente, el trabajador chino desaloja al blanco y obtiene 4 su modo el triunfo de los mds aptos, ges por superioridad biolégica 6 por su mayor aptitud para vegetar en determinadas condiciones sociales? En la complexidad de su desarrollo, las sociedades humanas se dividen en clases antagénicas, y la lucha dentro de la especie toma asf una forma completamente propia de la Historia. Crecen desmesuradamente en la evoluci6n humana el ctimulo de cosas y costumbres que se transmiten de una 4 otra época, y los sentimientos é ideas ligados 4 esas prdcticas. Y esos clementos, mateziales & ideales, re- cibidos por tradicién pueden pesar sobre lo biolégico y generativo del hombre hasta aniquilarlo. ¢No vemos en la sociedades modernas la riqueza acompafiarse de esterilidad? :No ha disminufdo en la tiltima época la natalidad en los paises donde mas han subido los salarios? Si la mortalidad baja mds que el nimero de nacimientos y la poblacién no interrumpe su crecimiento, siempre es el triunfo de la vida, y un triunfo més inteligente. Pero en Francia la poblacién ya no se mantiene sino gracias 4 la inmigracién, y pronto puede suceder lo mismo en otros pueblos factores del progreso. En otras épocas histéricas civilizaciones decadentes han a7 - dejado disminuir la poblacién hasta el punto de preparar el camino 4 la dominacién de los pueblos barbaros de mayor energia vital, que las subyugaron. Los gooo espartanos de los legendarios tiempos de Licurgo se habfan reducido 4 1900 en tiempo de Aristé- teles, y de la conquista macedénica, Algunos siglos mds tarde, cuando todos los paises helénicos estaban ya bajo la dominacién romana, Grecia entera, segtin Plutarco, no podia suministrar 3000 hoplitas, soldados 4 pie, tantos como la sola ciudad de Megara mandé 4 Platea, 4 pelear con los persas. Préximo 4 su derrumbe, cl Impcrio Romano se habfa despoblado por Ja ruina de los campesinos y agricultores libres, substituidos por esclavos en los inmensos latifundios que concentraban en pocas manos la propiedad del suelo No pudo entonces resistir al embate de los pueblos ger- manos, que procreaban libremente y pasaban por una rigurosa seleccién natural. La vida est4 siempre en acecho de nuevas oportunidades, Como aquellas corruptas aristocracias de la antigiiedad, los pueblos que hoy son mds duefios de Ja tierra perderdn su predominio si persisten en su tendencie demogrdfica actual Las grandes aglomeraciones asiaticas, una vez asimilados por ellas los principales elementos de la técnica europeo- americana, desbordardn de sus dominios actuales y Henardin los vacfos que encuentren en el mundo, si conservan su poderosa natalidad. Tanto peor para las sociedades impo- tentes, sin fuerzas para poblar la tierra que les brinda la vida en ricos filones. ¢No es concebible mayor armonia entre las fuerzas tradicionales y las fuerzas generativas que se transmiten de una 4 otra edad? ¢Ser4 siempre necesaria la destruccién intencional de seres humanos para el triunfo eterno de la vida? No. Concebimos que la vida humana, sin perder nada de su fuerza expansiva, sea objeto de un cultivo cada vez més perfecto. La riqueza no es aniquiladora de vida sino por la incon- ciencia con que la acumulamos y mancjamos,

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