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MÁSTER UNIVERSITARIO EN FORMACIÓN E INVESTIGACIÓN

LITERARIA Y TEATRAL EN EL CONTEXTO EUROPEO

Las edades de Lulú: una novela de


(des)aprendizaje
Narrativa española actual
Curso 2017/2018
Primer cuatrimestre
Jose Manuel Corrales Castilla
Email: josemancc@gmail.com
Noviembre de 2017
Índice

Apartado Pág.

Introducción .......................................................................................................... 2

1. La novela de aprendizaje como subgénero literario ......................................... 2

2. Argumento/ acción ........................................................................................... 3

3. Personajes ....................................................................................................... 4

4. Temas fundamentales ..................................................................................... 5

5. Conclusión ....................................................................................................... 7

Bibliografía y webgrafía ....................................................................................... 9

Las edades de Lulú: una novela de (des)aprendizaje


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Introducción

En el presente trabajo se procede a analizar la novela Las Edades de Lulú,


publicada por Almudena Grandes en 1989 y que narra la evolución de la protagonista
desde sus primeras acercamientos al mundo del amor y el sexo, pasando por un
proceso de degradación y desengaño en el que intervienen diversos personajes de su
entorno. Este análisis se hará a la luz del concepto novela de formación o novela de
aprendizaje, intentando desentrañar de forma precisa los puntos en los que las
características principales de la novela coinciden o disienten con respecto a los tópicos
de este subgénero literario

La primera etapa de la obra de Almudena Grandes se inscribe en un momento


histórico caracterizado por un ostensivo avance del proceso de transición política, ya
prácticamente concluida en el caso de Las edades de Lulú, dados los once años
transcurridos entre la muerte de Franco y la publicación de la novela. En cualquier
caso, se ha llamado repetidas veces la atención sobre cómo el ambiente, la
mentalidad y los postulados ideológicos del franquismo siguen influyendo en la
sociedad española y en sus manifestaciones literarias mucho tiempo después, como
en el caso de esta novela.

En ese sentido, la evolución del género se ha querido ver como un reflejo de


los cambios acaecidos en la sociedad de la época, un fenómeno en cierta medida
paralelo a los avatares de un pueblo que comenzaba a crecer, que estaba
aprendiendo en democracia, proceso de crecimiento que puede observarse en alguno
de los personajes de las novelas más paradigmáticas del momento. No obstante, esta
evolución o cambio personal, tiene sus propios matices en cada figura literaria, de
manera que los protagonistas de las diferentes novelas no siempre son capaces de
gestionar su libertad para mejorar sus condiciones.

A veces las novelas de aprendizaje, desembocan en un final que no favorece a


sus protagonistas (Cf. García Oliveros: 57), con lo que esa vuelta atrás, ese
"desaprendizaje" adquiere un doble sentido: positivo, como un despojarse de los
miedos y los valores pretéritos en favor de la individualidad, y uno negativo, como a
veces ocurre en aquellas novelas que presentan a personajes incapaces de gestionar
su libre albedrío.

1. La novela de aprendizaje como subgénero literario

Si hay un género literario cuyas características se antojan inmarcesibles y


difusas, ése es la novela. Por ello, además, se trata del género que ha merecido
mayor cantidad de calificativos pospuestos para especificar su extensión (novela corta/
novela larga); la procedencia de su temática (novela bizantina); o según el diverso
tratamiento que reciben el acontecimiento, el personaje y el espacio, criterios tomados
en cuenta por Kayser (Aguiar e Silva: 207) para distinguir hasta tres clases de novelas:

a) Novela de acción o acontecimiento


b) Novela de personaje
c) Novela de espacio.

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Paralela a esta clasificación, se ha generado una gran variedad de subgéneros y
subdivisiones tipológicas, de entre las cuales nos vamos a centrar en un tipo concreto:
la novela de aprendizaje. que puede ser definida con las características propuestas
por de Diego (p. 293). Según este autor, una novela de aprendizaje es aquella:

a) en la que se narra el desarrollo de un personaje -generalmente un joven- a


través de sucesivas experiencias que van afectando su posición ante sí mismo, y ante
el mundo y las cosas; por ende, el héroe se transforma en un principio estructurante
de la obra;

b) que cumple -o busca cumplir- una función propedéutica, ya sea positiva -


modelo a imitar- o negativa -modelo a rechazar-, independientemente de la
mayor o menor presencia de la voz autoral;

c) a cuya caracterización pueden ser asociados textos de diferentes épocas y


de diversa procedencia;

d) que no cumple un papel fijo en los debates ideológicos, ya que su grado


de reformismo o conservadurismo depende de los modos de relacionarse los textos
con los contextos históricos de producción.

Se puede observar, pues, que la característica predominante en estas novelas


es precisamente la transformación, los cambios operados en el protagonista y que
pueden relacionarse directa o indirectamente con las acciones en las que se ve
involucrado. Ahora bien, estas acciones y la evolución del protagonista van a
determinar a su vez la forma en que se presenta a los lectores. En ese sentido, se
observa, pues una notable diferencia entre los héroes épicos y, por ejemplo, los
protagonistas de la denominada novela picaresca, cuya obra paradigmática El lazarillo
de Tormes describe precisamente el proceso de corrupción moral de su protagonista,
a cambio de un beneficio puramente material.

Es precisamente, la novela anónima la que suele destacarse como un hito en el


desarrollo histórico del género novelístico, tanto por la condición de su héroe, un
simple criado, siempre dependiente del servicio a los demás, como por su propia
trayectoria vital, que concluye con una "cumbre de toda fortuna" (en palabras del
propio protagonista) cuanto menos cuestionable. Es la historia de un perdedor, un
superviviente, como tantos otros personajes que se han ganado su lugar en la historia
de la literatura.

2. Argumento/ Acción

Centrándonos en la obra que es objeto de este estudio, la novela Las edades


de Lulú, de Almudena Grandes, narra el proceso de degradación a través del erotismo
de una joven en cuya trayectoria vital pueden diferenciarse diversos estados que van
desde la inocencia a la autodestrucción, pasando por el descubrimiento de si misma,
de su propia sexualidad de la mano de Pablo, personaje omnipresente en toda la
novela:

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Ahora me besaba y me abrazaba, haciendo ruidos extraños y divertidos. Me peinaba
con la mano, estirándome el pelo hacia atrás, y se detenía un instante, de tanto en tanto, para
mirarme.
Era delicioso. Notaba su piel fría y dura, su pecho desnudo —a pesar de lo
establecido al respecto, siempre me han repugnado los hombres peludos—, e intuía por primera
vez que aquello acabaría pesando sobre mí como una maldición, que aquello, todo aquello, no
era más que el prólogo de una eterna, ininterrumpida ceremonia de posesión. (pág. 32)

El párrafo anterior corresponde a la primera relación erótica que se describe en


la novela, un contacto que si bien podemos deducir no es el primero en la vida sexual
de Lulú, la protagonista, sí adquiere especial importancia por ser con Pablo, el amigo
de su hermano mayor, a quien Lulú ha idealizado durante toda su infancia y parte de
su adolescencia.

Desde la curiosidad, a lo largo de la novela, percibimos cómo Lulú va


evolucionando y experimentando diferentes juegos eróticos, en los que intervienen
diferentes protagonistas e incluso en los que ella misma es una mera espectadora, a
pesar de que paga por ellos, lo que acaba atribuyéndole una sensación, e incluso una
posición efectiva de poder que sorprende e incluso puede acabar desconcertando al
lector.

En este sentido, podemos coincidir con Marina Villalba en que "Las edades de Lulú y
Te llamaré viernes pueden considerarse novelas de aprendizaje, aunque sea de un
aprendizaje parcelado. En la primera, el aprendizaje del erotismo sirve para analizar
un proceso de búsqueda o de autoafirmación de la propia identidad por parte de Lulú -
en esto consiste su crecimiento" (Villalba Álvarez: 280)

3. Personajes

Lulú, se muestra claramente como la protagonista y voz narradora de la novela.


En ese sentido, se trata indudablemente de un relato autobiográfico, visto desde un
único punto de vista. Sin embargo, la narración nos permitirá observar que su papel,
en la primera parte de la novela, no es totalmente activo, no tiene una completa
capacidad de decisión sobre lo que ocurre a su alrededor.

En este sentido, se antoja paradójico el sentido que cobran las relaciones


sexuales que Lulú mantiene con Pablo, ya que si bien son una expresión de libertad
sexual, de desinhibición, el modo en que éstas se desarrollan, suponen más bien todo
lo contrario, de manera que, como destaca Jill Robbins (163) "the paradox is [...] the
ways in which the representation of sexual acts and sexual relations reflects the
complex process of subjection, in the dual sense of subject-formation and submission".
Así la manera en que Lulú expresa y vive su sexualidad puede parecer estereotipada,
propia del punto de vista del hombre, cuyas fantasías eróticas y sexuales hasta hace
muy poco eran las únicas que tenían cabida en la literatura, de manera que el punto
de vista patriarcal, no es en ningún momento cuestionado ni desafiado (Corbalán :64).

Marcelo es el hermano mayor de Lulú, lo que cabría esperar una relación


diferente con respecto a la que ésta mantiene con Pablo. Lo transgresor en este caso
estriba en todo lo contrario, es decir, en la presencia latente del incesto a lo largo de
toda la novela, como finalmente acaba ocurriendo (p. 46). Incluso Pablo se lo sugiere
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abiertamente desde el principio, en un claro síntoma de objetualización del personaje,
es decir, desde las primeras páginas se sugiere que Lulú está totalmente sexualizada,
por los personajes que están a su alrededor.

La influencia de Pablo sobre la vida de Lulú es si cabe más significativa. De


hecho, se trata de un referente central en los primeros años que se describen en la
novela ("yo le conocía desde que tenía memoria y le amaba de una manera vaga y
cómoda, sin esperanza") y con él acabará contrayendo matrimonio, aunque se trate
de una unión sin éxito. Esta relación de pareja, por otro lado, resulta disfuncional, en
tanto que Lulú busca en Pablo un cierto paternalismo que no es propio de quien debe
ser su pareja.

Por otro lado, el control o la influencia de Pablo sobre la vida de Lulú excluía la
violencia física, situación por la que sí pasa Chelo, amiga de la protagonista y que
constituye por ello un contrapunto. Una figura antagónica a la que se atribuye un
"blando y ambiguo, lacrimoso concepto de la amistad" como ambigua es también su
sexualidad, según se nos sugiere en determinados fragmentos (pág. 45)

En el proceso de degradación personal emprendido por Lulú junto a Pablo, uno


de sus principales "juegos" lo constituía recorrer la noche en busca de hombres
travestidos, a quienes involucrar en sus juegos sexuales. Una de esas noches,
conocen a Ely, otra figura despojada de su individualidad, excluida e incomprendida. Si
bien en un momento Lulú reconoce tener dudas sobre la educación que está dando a
Inés, su hija, precisamente por frecuentar la compañía de Ely, es cierto que notamos
una cierta simpatía, una atracción personal que va más allá del morbo erótico de
involucrar a un personaje de sexualidad conflictiva en su juegos de pareja.

4. Temas fundamentales

Una vez esbozados los rasgos fundamentales de los principales personajes


que intervienen en la novela, resulta pertinente señalar, cómo las relaciones que se
establecen entre ellos pueden servirnos a su vez para desentrañar algunos de los
principales temas de la novela, en concreto los que guardan más íntima relación con el
proceso que hemos llamado de (des)aprendizaje, operado en la protagonista. Para
ello, se utilizará el esquema actancial ideado por Greimas (1987: 198 - 204), que
considero se adapta adecuadamente a la estructura de la mayoría de los relatos
novelísticos.

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Para aplicar el esquema actancial de Greimas a la novela Las edades de Lulú
debemos considerar, en primer lugar que no todos los elementos llegan a
materializarse en figuras o personajes concretos. De esta manera, si bien el sujeto de
esta historia es fácilmente identificable con Lulú, los ayudantes y oponentes de ésta en
su búsqueda de la autoafirmación como persona, en el encuentro con su propia
individualidad van cambiando sus papeles a lo largo de la novela.

Lulú conoce a Pablo desde que era una niña, de hecho, como figura siempre
presente que ha guiado sus pasos, que le ha hecho perder su virginidad. Desde este
momento, Pablo se nos presenta como ayudante de la protagonista en su proceso de
degradación, aunque a su vez pueda concebirse como un destinatario ya que, según
Lulú, sólo abandonando los prejuicios y actitudes infantiles, acabará llegando a él.

Este convencimiento, es la que la lleva a perder la virginidad con Pablo,


después de unos momentos de juego erótico, de dudas y discusión entre ambos, que
desembocan en el desconcierto de Lulú cuando acaba perdiendo la virginidad. Ante la
esperanza de un momento crítico, muestra decepción por la ausencia de un síntoma
externo

No había sangrado nada. Nada. Aquello sí era terrible. Había pasado algo
importantísimo, decisivo, algo que no se volvería a repetir jamás, y mi cuerpo
no se había dignado a conmemorarlo con un par de gotas de sangre, un mínimo
gesto dramático. Me había defraudado mi propio cuerpo. Yo había imaginado algo
más truculento, más acorde con la vertiente patética de la cuestión, toda una
hemorragia, un desmayo, algo, y solamente había tenido un orgasmo, un
orgasmo largo y distinto, incluso de algún modo doloroso, pero un orgasmo más al
fin y al cabo. (Pág 32)

Sólo hay un momento en la novela en el que Pablo abandona deliberadamente


su papel de guía de Lulú, y es cuando ambos acuden con Ely a un local clandestino,
donde la protagonista quiere dar un paso más en su proceso de perversión de la mano
- o eso cree ella - de su marido. No obstante, ante la escabrosa escena que va a tener
lugar, Pablo espeta a Lulú: «No querida, la que tiene que hacer algo eres tú, tú
te has montado todo esto, tu solita, yo me he limitado a invitar a tu amiga a
cenar». Se trata de unas palabras que bien pueden ser atribuibles a cualquier
progenitor que anima o exhorta a su hija tomar sus propias decisiones, a asumir las
consecuencias de sus propios actos.

Por tanto, Ely bajo el prisma del modelo actancial puede considerarse un
ayudante también de Lulú, que la acompaña en su proceso de descubrimiento,
mientras Pablo adopta la figura del oponente o destinatario, según los momentos,
según la manera en que se nos presente su relación con la protagonista como
salvadora o casi enfermiza. Es este punto, la cantidad de zigzagueos, avances y
retrocesos que parece tener el desarrollo vital de Lulú es lo que - pienso - dota de
originalidad a los procesos formativos de los personajes en las novelas actuales, sus
dudas sus contradicciones, ese constante poner en discusión si la vida de personajes
como Lulú va a mejor o a peor.

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Por ello, incluso nos pueden parecer plausibles opiniones como la de Santos
Alonso, para quien "La historia es en principio un retrato moral: lo que a primera vista
parece una complaciente y placentera visión del erotismo como meta de la condición
humana, se convierte a la postre en la pesimista conclusión de que el erotismo nada
aporta a la condición humana. [...] y lo que parece de entrada una narración
provocadora [... ] acaba recreando la parábola del buen samaritano" (Alonso: 172)

Además, estas peculiaridades, la ambigua individualidad de Lulú, es la que le


confiere personalidad propia, entre una multitud de personajes femeninos de
diferentes novelas, que a su vez comparten con ella unas características comunes. En
efecto, "Las protagonistas de estas obras crecen no sólo en circunstancias
políticas y económicas bien distintas, sino también en ambientes familiares que varían
entre modelos más o menos tradicionalmente patriarcales y otros que parecen
casi completamente liberados de este tipo de restricciones” (Bezhanova: 4)

Narcisismo post moderno a partir de Mayo del // transición y la movida en España.


Cultura del exceso

En cierto sentido, la opresión y el control a través del sexo se convierte en uno


de los temas fundamentales de la novela. Si bien al principio Lulú se nos presenta
como totalmente sometida a los deseos y fantasías de Pablo, conforme avance la
novela veremos cómo Lulú se aficiona a pagar a otras personas para que
escenifiquen ante sus ojos sus propias fantasías eróticas.

5. Conclusiones

Acaso pudiéramos entender que Almudena Grandes, con la presentación de la


travesía de Lulú hacia su propia destrucción, en su propio proceso de degradación,
está llamando a la atención sobre la progresiva degradación social. Coincide en este
planteamiento con el de los teórico del estructuralismo genético, de veriente marxista,
como Goldman, para quien "el verdadero sujeto de la acción no es el individuo, sino el
grupo, y la característica fundamental de la vida social es la acción colectiva" (Pizarro:
15)

El proceso de degradación moral va corriendo paralelo, aunque en sentido


opuesto al sentido de autonomía del personaje principal, la dignidad y la autonomía de
la protagonista puede considerarse así como inversamente proporcionales. Mientras
más claramente se ha deshecho de los estereotipos y tabúes que la ataban a su
anterior condición más libre creee sentirse.

En ese sentido, resulta interesante observar cómo, en una cierta venganza


personal, Lulú proyecta el rencor por haberse sentido manipulada, objetualizada en
una actitud igualmente despótica y manipuladora ante los demás, utilizando su dinero
para dar rienda sueltqa a su más íntimas fantasías.

Según Bezhanova (2009) “La pregunta que parece ser central para los
estudiosos que se dedican a esta novela es si la obra de Grandes representa un paso
adelante en cuanto a la liberación femenina o si sólo sirve para reforzar la mentalidad
patriarcal.” Se trata de un aspecto que no puede resolverse o que nos permite
decantarnos por una de las dos opciones con ligereza. Si bien, en un cierto sentido
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Pablo representa la figura hegemónicamente masculina, según la terminología
acuñada por Cornwell, también se convierte en el aliado de las fantasías eróticas de
Lulú.

En cualquier caso, se ha se ha señalado en repetidas ocasiones que, si bien en


Las edades de Lulú asoma un tipo de mujer que lucha contra la postura tradicional de
silencio y rechazo ante lo erótico, también es cierto que en los actos sexuales
explicitados en la novela la protagonista aparece "sometida a estereotipos y a figuras
del poder masculino, que administran mecanismos de control, aun si éstos no son
exactamente los de antes" (Bellver: 39)

Desde otro punto de vista, si recuperamos ahora las características atribuidas


por de Diego al subgénero novela de aprendizaje se pueden extraer las siguientes
conclusiones:

a) las sucesivas experiencias en las que se ve envuelta Lulú, si bien la hacen


cambiar su modo de entender el mundo, la van llevando a un proceso de cierta
alienación, en el que se convierte en espectadora de experiencias ajenas, aunque
éstas sean organizadas por ellas misma, para su propio placer;

b) el fin propedéutico de la novela queda difuminado por la coincidencia entre la


voz autoral y la de la propia protagonista, que nos hacen percibir los diferentes
acontecimientos tal y como el personaje los vive en ese momento, con lo que el efecto
retrospectivo, propio del bildungsroman queda igualmente difuminado;

c) se trata de una novela que nos confirma la validez y actualidad permanente


de la ficción autobiográfica como estructura narrativa, por todo lo que supone para
ofrecer al lector experiencias diversas con las que puede sentir identificación o
extrañamiento, según los casos; y

d) la elección de una postura u otra dependerá, evidentemente, de los lectores


pero igualmente de un uso común en la novela contemporánea, que va abandonando
el carácter aleccionador para mostrar cada vez con más frecuencia personajes
conflictivos, ambiguos que a menudo dificultan al lector la tarea de descubrir la
ideología del autor bajo el planteamiento narrativo.

Para concluir debe advertirse, sin embargo, que el estudio de Las edades de
Lulú como novela de aprendizaje no debe ocultar su clasificación genérica más
evidente, la de novela erótica, uno de los géneros más característicos de la transición
y de los primeros años de la democracia (Langa Pizarro: 77) dentro del cual se yergue
como uno de sus ejemplos más representativos.

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Bibliografía:

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Alonso, Santos (2003): La novela española en el fin de siglo. Madrid, Mare nostrum

Bellver, Catherine (2005). "Las Ambigüedades de la novela feminista española."


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Bezhanova, Olga (2009): "La angustia de ser mujer en el Bildungsroman femenino


Varsvsky, Boullosa y Grandes." Revista de Estudios Literarios, pp. 1-14.
<http://webs.ucm.es/info/especulo/numero41/bromfeme.html>. Recuperado el 16 de
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Corbalán, Ana (2006): "Contradicciones inherentes a Las edades de Lulú: Entre la


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Octubre de 2017.

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Recuperado el 16 de Octubre de 2017.

García Oliveros, Elena: "Yuxtaposición entre la sumisión y la liberación sexual en Las


edades de Lulú como reflejo de la realidad española durante la transición". Theses and
Dissertations. Paper 316. <
https://dc.uwm.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1321&context=etd>. Recuperado el 8
de Noviembre de 2017.

Grandes, Almudena (2010): Las edades de Lulú. Versión epub de curso legal.
Tusquets editores. <https://www.casadellibro.com/ebook-las-edades-de-lulu-
ebook/9788483836415/2054617> Descargado el 2 de Octubre de 2017

Greimas, Algirdas Julius (1987): Semántica estructural. Investigación Metodológica.


Madrid. Editorial Gredos.

Langa Pizarro, Mª del Mar (2000): Del franquismo a la posmodernidad: la novela


española. (1975 - 1999). Murcia. Publicaciones de la Universidad de Alicante.

Olmo Iturriarte, Almudena del (2000): "Malena es un nombre de Tango, de Almudena


Grandes" en Villalba Álvarez, Marina (coord.): Mujeres novelistas en el panorama
literario del siglo XX. Edics. de la Universidad de Castilla-La Mancha. pp. 281-294

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Antonio Machado Libros.

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