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Título:

“Características de la Dieta de las alumnas del VI y VII ciclo de la


escuela profesional de enfermería – Universidad Privada Antenor
Orrego (2017-I)”.

Autores:

Ingrid Lilibeth Infante Martìnez

Nombre del asesor:


Rosa Lau Cabanillas

Tipo de investigación:
4.1 Por su finalidad:
Aplicada

4.2 Por su profundidad:


Descriptiva

lugar donde se desarrollará el proyecto:

Universidad Privada Antenor Orrego

Duración del proyecto:

plan de investigación

7.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÒN DEL ESTUDIO:

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

Los hábitos de vida y consumo alimentario se desarrollan desde la infancia


y comienzan a afianzarse en la adolescencia y la juventud. La dieta de los
jóvenes y en especial de los estudiantes universitarios plantea un
importante reto, ya que puede suponer cambios importantes en su estilo de
vida. Además de los factores emocionales y fisiológicos, el periodo de
estudios universitarios suele ser el momento en el cual los estudiantes
asumen por primera vez la responsabilidad de su alimentación. Estos
aspectos junto a factores sociales, económicos, culturales y las preferencias
alimentarias configuran un nuevo patrón de alimentación que en muchos
casos es mantenido a lo largo de la vida.
Es conocida la vulnerabilidad de este grupo desde el punto de vista
nutricional y su caracterización por omitir comidas, picar entre horas, abusar
de la comida rápida, del alcohol, de las bebidas azucaradas, de las dietas
de cafetería y por seguir una alimentación poco diversificada. Suelen ser
receptivos a dietas de adelgazamiento, a la publicidad y al consumo de
productos novedosos. Los estudiantes universitarios normalmente forman
parte del grupo de jóvenes cuya edad está comprendida entre los 18 y los
24 años y se diferencian de los adultos en que el pico de masa ósea todavía
no se ha alcanzado (se llega después de los 25 años). En muchos casos, la
nueva situación de convivencia, el comportamiento alimentario de los
compañeros de piso o de residencia, el consumo de alcohol, los apuros
económicos y la mayor o menor habilidad para cocinar hacen que cambien
sus hábitos de alimentación. Por tanto, se trata de un periodo crítico para el
desarrollo de estilos de vida que tienen mucha importancia en su futura
salud.

El recordatorio de consumo de 24 horas es un método de evaluación de la


ingesta de alimentos y nutrientes referido al consumo de todo un día o a
una ingesta determinada. Es sencillo y rápido, aunque requiere
procedimientos rigurosos que disminuyan las fuentes de variabilidad de
error. Este método consiste en definir y cuantificar todos los alimentos y
bebidas ingeridos durante un periodo de tiempo anterior a la recogida de
datos, generalmente un día. Si la recogida de datos se realiza durante tres
días de una misma semana incluyendo uno en fin de semana, nos revela la
dieta actual mientras que si el proceso se lleva a cabo en tres ocasiones
distribuidas a lo largo del año (con el fin de minimizar la variabilidad
interestacional) nos proporciona una estimación la dieta habitual. Esta
última forma se puede utilizar como gold standar para validar otro tipo de
encuestas de consumo alimentario.

Existen muy pocos estudios sobre la calidad de la dieta de estudiantes


universitarios, reflejando la mayoría un inadecuado seguimiento de las
recomendaciones de consumo que establece el patrón de dieta
mediterráneo. Aunque en general se encuentran en normo peso y con una
dieta deficiente en energía, la omisión del desayuno, el abuso de snacks y
refrescos y la monotonía alimentaria caracterizan la dieta de este importante
grupo de población joven, llegando a originar deficiencias de
micronutrientes.

FORMULACION DELL PROBLEMA:

¿Cuáles son las características de la dieta en los estudiantes del VI


y VII ciclo de la escuela profesional de enfermería de la universidad
privada Antenor Orrego?

JUSTIFICACIÓN

Abordar sobre la dieta en el espacio universitario significa avanzar en la


educación integral de los futuros profesionales, aún más en el área de las
Ciencias de la salud. Ya que los estudiantes de ciencias de la salud tienen
conocimiento de la relación entre comportamiento y salud, así como el
origen de las enfermedades y su tratamiento, por ende evitarán conductas
que dañen su salud. Más aún el personal de enfermería debido a que tienen
un amplio conocimiento en promoción de una dieta saludable.

Los estudiantes de la Escuela Profesional de Enfermería como futuros


educadores de la salud están encargados de la Promoción de la Salud del
individuo, familia y comunidad, por ende deben ser los primeros en tener
conductas saludables para que así sean modelos de las demás personas y
éstas imiten la misma conducta. La universidad como escenario saludable,
tiene la responsabilidad de brindar ambientes y servicios que promuevan la
salud, el bienestar y la calidad de vida de alumnos, profesores y
trabajadores, es decir, de toda la comunidad universitaria. Además es
importante considerar que una dieta saludable permite el desarrollo de
habilidades sociales, estimula la empatía con los pacientes hospitalizados,
favorece actitudes y valores para afrontar conflictos, fracasos y
frustraciones y, en definitiva, ayuda a generar climas de bienestar personal
y social; traduciéndose en brindar una atención al usuario del servicio con
calidad y calidez humana.
Por lo expuesto intervenir en la dieta de los estudiantes se convierte en una
de las acciones más eficaces para la promoción de la salud y la prevención
de la enfermedad.

7.2. ANTECEDENTES (FUNDAMENTO TEORICO O MARCO TEORICO)

a. Marco teórico

Una dieta sana es la considerada como la más apropiada para mantener el


cuerpo en óptimo estado de salud. Es equilibrada, cuando aporta todos los
nutrientes necesarios para nuestro organismo de forma adecuada y variada.

Para mantener un estado nutricional normal y prevenir las enfermedades


degenerativas relacionadas con la alimentación, cada persona debe consumir
las calorías necesarias para compensar su gasto energético y satisfacer sus
necesidades de nutrientes esenciales, limitando la cantidad de grasas, grasas
saturadas, colesterol, sal y alcohol. Las dietas ricas en grasas provocan más
obesidad y aumentan el riesgo de enfermar de ciertos tipos de cáncer. El
consumo excesivo de grasas saturadas y colesterol se asocia a un alto riesgo
de presentar enfermedad cardiovascular. El consumo excesivo de sodio se
asocia a una mayor prevalencia de hipertensión. El consumo excesivo de
alcohol se asocia a enfermedades hepáticas, hipertensión, accidentes y
problemas sociales (Olivares, 1996).

La alimentación y la actividad física influyen en la salud ya sea de manera


combinada o en forma separada. Una alimentación desequilibrada y una falta
de actividad física, además de los resultantes del exceso de peso y de la
obesidad, dan lugar a enfermedades degenerativas como la hipertensión
arterial, diabetes mellitus tipo II, enfermedades cardiovasculares y algunos
tipos de canceres. Pues, los efectos de la alimentación y la actividad física en
la salud suelen interactuar, pero en cambio la actividad física sola aporta
beneficios adicionales, independientes de la alimentación, siendo ésta
fundamental para mejorar la salud física y mental de las personas. (OMS,
2003).

Ahora bien, las enfermedades crónicas no transmisibles constituyen una carga


económica pesada para los sistemas de salud, baja productividad empresarial,
fuertes presiones familiares y grandes costos para la sociedad. Hay pruebas de
que las personas pueden mantenerse sanas después de los 70, 80 y hasta 90
años de edad si su dieta es óptima, tienen una actividad física regular y no
consumen tabaco. Las extensas investigaciones realizadas en los últimos años
han aportado conocimientos suficientes y cada vez mayores sobre dietas
óptimas y los beneficios de la actividad física para la salud, así como sobre las
intervenciones de salud pública más eficaces aplicables a nivel individual y
colectivo.

Una dieta sana Según recomendaciones de la Consulta Mixta FAO/OMS


(OMS, 2003) una dieta sana debe considerar:

 La ingesta energética limitada procedente de las grasas, la sustitución


de las grasas saturadas y los ácidos grasos trans por grasas
insaturadas.
 El consumo de frutas y hortalizas, así como de legumbres, cereales
integrales y nueces.
 Limitar la ingesta de azúcares libres.
 Limitar la ingesta de sal (sodio) de toda procedencia, consumir sal
yodada.
 Lograr un equilibrio energético para controlar el peso.

La consecución de una alimentación saludable no es solo una decisión que


deba dejarse en manos de la población, sino que debe ser abordado como un
problema de salud pública, con una política de Estado tendiente a educar,
comunicar y empoderar a la comunidad de manera apropiada acerca de la
relación que existe entre actividad física, alimentación y salud, así como
también en el aporte y gasto energético, diversos tipos de dietas y modalidades
de actividades física que reducen el riesgo de contraer enfermedades no
transmisibles, como también sobre decisiones saludables en materia de
productos alimenticios. (OMS, 2003).

Asimismo, ésta política debería propender a una comercialización y publicidad


que desaliente los mensajes que promuevan prácticas alimentarias no
adecuadas o la inactividad física, promoviendo los mensajes positivos y
propicios para la salud; reforzando la lectura de etiquetado nutricional por parte
de la población, considerando que los consumidores tienen derecho a una
información exacta, estandarizada y comprensible sobre el contenido de los
productos alimenticios para facilitar la toma de decisiones saludables.

Es importante considerar las etapas del ciclo vital individual para entender el
concepto de alimentación saludable, pues las motivaciones para alimentarse
son distintas en cada una de ellas, así en la infancia se es dependiente, las
decisiones están tomadas por los adultos tutores responsables de su
educación, por lo que en esta etapa quien debe ser educado o reeducado es el
adulto.

Si bien en la etapa adulta, existe ya la formación de criterio, las decisiones en


cuanto a alimentación habitualmente se ven influidas por otros intereses que no
necesariamente están ligados a la salud propiamente tal. Por ejemplo, en el
caso de la madre o embarazada, la alimentación que ella decida consumir
estará en directa relación con el desarrollo de su embarazo o sus hijos; la
persona cuyo trabajo depende de la imagen corporal, se alimentará en razón
de esta variable; en la persona de escasos recursos o de estratos sociales muy
bajos, su principal motivación será satisfacer el hambre, pero por la falta de
recursos, lo hará de la forma que sus ingresos le permitan, sin considerar si
ésta es saludable o no.

BASES FISIOLÓGICAS DE LA ALIMENTACIÓN HUMANA

Calorías.

En la práctica resulta difícil consumir la cantidad adecuada de alimentos. Esto


se debe a que en condiciones de disponibilidad de alimentos, existe la
tendencia a consumir más de lo que se necesita.

El consumo excesivo de alimentos con alto valor calórico, aunque no produzca


obesidad, puede ser riesgoso. Esto significa que ser “comelón”, puede ser
inconveniente. Esto es especialmente cierto en relación al consumo elevado de
alimentos que tienen muchas grasas y azucares solubles como dulces, postres,
crema, alimentos “chatarra” (fritos, refrescos.), etc.
El efecto nocivo de comer en exceso, aun sin llegar a la obesidad, se debe
quizá a la sobrecarga brusca de partículas de grasa (lipoproteínas de baja y
muy baja densidad) que circulan durante más tiempo, lo que puede favorecer
su depósito en las arterias.

Proteínas.

En la alimentación idónea se recomienda incluir siempre una ración moderada


de algún alimento de origen animal en cada comida. En esta forma se asegura
la calidad de la proteína que se consume. Actualmente no se recomienda un
elevado consumo de los alimentos de origen animal, porque tienen grasas de
tipo saturado, las cuales son responsables de la ateroesclerosis y quizá
también de otras enfermedades crónicas.

Grasas.

Anteriormente tampoco se calculaba el consumo de grasas, ni se sugerían


cantidades; ahora es un tema de primordial importancia. A nivel internacional
se propone que su consumo total nunca debe ser mayor del 30 % de las
calorías totales, pero es posible que esta proporción sea todavía muy alta.

Debido a que las grasas proporcionan 9 calorías por gramo, (o sea que tienen
altas concentraciones de energía), entre 60 y 90g de grasa al día puede
producir entre 25 y 30% de la energía total de las necesidades diarias de un
adulto. Esta cantidad de energía se consume fácilmente, a veces sin darse
cuenta de ello; hay que considerar que una gran variedad de alimentos
contienen en su composición un alto contenido de grasa; a lo que se añade
para su preparación.

Se recomienda que sólo una tercera parte de las grasas consumidas (10% de
la energía total), provenga de las grasas saturadas, cantidades en productos
animales (carne, leche, queso, y huevo) así como en formas concentradas
(crema, mantequilla, manteca y sebo).

Las únicas grasas vegetales saturadas son las de coco y en menor grado los
aceites de otras palmas. Las grasa poliinsaturadas para cocinar, como son las
de maíz y las de cártamo son recomendables, si se usan en cantidades
moderadas. También lo son las grasas de cacahuate, ajonjolí, girasol; el aceite
de oliva, tiene una mezcla de mono insaturados y polinsaturados. Antes se
consideraba que el consumo exagerado de colesterol era el principal causante
de la ateroesclerosis. Ahora se sabe que en realidad son las grasas saturadas,
sobre todo combinadas con un consumo energético elevado.

Es por ello que no se recomienda consumir huevo diariamente. Los alimentos


de origen animal tienen colesterol y ningún vegetal lo tiene, es por esto que en
la alimentación idónea sólo se recomienda el consumo de los alimentos bajos
en grasa, como son la leche semidescremada o descremada, la clara del
huevo, el pescado y otras carnes blancas, como pollo o pavo sin piel.

Antioxidantes.

Se recomienda aumentar el consumo de estas sustancias porque tienen un


importante papel en la prevención de varias enfermedades infecciosas y
crónicas. Algunos antioxidantes son vitaminas o provitaminas como la vitamina
C, la vitamina A y la provitamina beta caroteno, la vitamina E y la niacina (una
de las vitaminas del complejo B).

“Compuestos fitoquímicos ".

Estos compuestos están integrados por varias moléculas propias de los


vegetales. Se tienen ya evidencias de que puede tener efectos en favor de la
salud, como por ejemplo prevenir ciertos tipos de cánceres.

Entre estos compuestos están las flavonas, el ácido fitico, los fitatos, las
saporinas, los fitoesteroles, los ácidos fenólicos y otros más. Algunos de ellos
tienen efectos negativos, porque alteran la absorción de algunos metales como
el hierro, el cobre y el calcio. Sus efectos positivos parecen derivarse de su
semejanza química con ciertas hormonas y enzimas, con las que pueden ser
antagónicas y sinérgicas.

Fibra vegetal.

Estos compuestos no se digieren y por lo tanto no se absorben; la mayoría son


carbohidratos complejos. Algunos son insolubles como la celulosa, la
hemicelulosa o la lignina; otros son solubles como las pectinas, las gomas, así
como un número importante de diversos compuestos de las plantas. Las fibras
forman el bolo fecal, que ayuda a eliminar del organismo no sólo las sustancias
que no se absorben, sino algunos residuos tóxicos como las sales biliares.
Ciertas fibras fermentan en el intestino grueso produciendo algunos
compuestos como el ácido propiónico, que sí se absorbe. Una función
importante de la fibra es evitar la reabsorción de la bilis.

FACTORES DETERMINANTES DE LA ELECCIÓN DE ALIMENTOS

El principal factor impulsor de la alimentación es, obviamente, el hambre, pero


lo que decidimos comer no está determinado únicamente por las necesidades
fisiológicas o nutricionales. Algunos de los demás factores que influyen en la
elección de los alimentos son:

DETERMINANTES BIOLÓGICOS DE LA ELECCIÓN DE ALIMENTOS

EL HAMBRE Y LA SACIEDAD

Los seres humanos necesitan energía y nutrientes a fin de sobrevivir y


responden a las sensaciones de hambre y de saciedad (satisfacción del
apetito, estado de ausencia de hambre entre dos ocasiones de ingesta). En el
control del equilibrio entre hambre, estimulación del apetito e ingesta de
alimentos participa el sistema nervioso central.

Se ha demostrado que las dietas ricas en energía tienen un gran efecto sobre
la saciedad, aunque las dietas pobres en energía generan mayor saciedad que
aquéllas. La riqueza en energía de los alimentos con alto contenido de grasas o
de azúcares también puede conducir a un "consumo excesivo pasivo": se
ingiere un exceso de energía de forma no intencionada, y ello, sin consumir el
volumen adicional.

El volumen de alimento o el tamaño de las raciones consumidas pueden


constituir una señal de saciedad importante. Muchas personas no son
conscientes de qué tamaño deben tener las raciones para considerarse
adecuadas y, por eso, ingieren un exceso de energía sin darse cuenta.

ASPECTOS SENSORIALES

El "sabor" resulta ser una y otra vez uno de los factores que más influyen en la
conducta alimentaria. En realidad, el "sabor" es la suma de toda la estimulación
sensorial que se produce al ingerir un alimento. En dicha estimulación sensorial
está englobado no solo el sabor en sí, pero también el aroma, el aspecto y la
textura de los alimentos. Se cree que estos aspectos sensoriales influyen, en
particular, sobre las elecciones espontáneas de alimentos.

Desde una edad temprana, el sabor y la familiarización con los alimentos


influyen en la actitud que tenemos hacia estos últimos. Se consideran
inclinaciones humanas innatas el gusto por lo dulce y el rechazo de lo amargo,
que están presentes desde el nacimiento.

Las preferencias por sabores concretos y las aversiones por determinados


alimentos van surgiendo en función de las experiencias de cada persona, y
además, se ven influenciadas por nuestras actitudes, creencias y expectativas.

DETERMINANTES ECONÓMICOS Y FÍSICOS DE LA ELECCIÓN DE


ALIMENTOS

COSTE Y ACCESIBILIDAD

Sin duda, el coste de los alimentos es uno de los principales factores que
determinan la elección de alimentos. El hecho de que el coste sea prohibitivo o
no depende fundamentalmente de los ingresos y del estatus socioeconómico
de cada persona. Los grupos de población con ingresos bajos muestran una
mayor tendencia a seguir una alimentación no equilibrada y, en particular,
ingieren poca fruta y pocas verduras.

No obstante, el hecho de disponer de acceso a mayores cantidades de dinero


no se traduce, por sí mismo, en una alimentación de mayor calidad, aunque la
variedad de alimentos de entre los que elegir debería aumentar.

La accesibilidad a las tiendas es otro factor físico importante que influye en la


elección de alimentos, y depende de recursos tales como el transporte y la
ubicación geográfica. Cuando están disponibles dentro de pueblos y ciudades,
los alimentos saludables tienden a ser más caros que en los supermercados de
las afueras. No obstante, el hecho de aumentar el acceso, por sí solo, no es
suficiente para que se consiga incrementar la compra de frutas y verduras, que
siguen siendo consideradas por la población en general como prohibitivamente
caras.

EDUCACIÓN Y CONOCIMIENTOS

De los estudios efectuados se desprende que el nivel de educación puede


influir en la conducta alimentaria durante la edad adulta. No obstante, los
conocimientos en materia de nutrición y los buenos hábitos alimentarios no
están fuertemente correlacionados. Eso se debe a que los conocimientos en
materia de salud no conducen a acciones directas cuando los individuos no
saben a ciencia cierta cómo aplicar sus conocimientos. Además, la información
que se difunde sobre nutrición procede de diversas fuentes y es considerada
como contradictoria o bien se desconfía de ella, lo cual desalienta la motivación
para cambiar. Por lo tanto, es importante transmitir mensajes exactos y
coherentes a través de los diversos canales de comunicación, en el etiquetado
de los alimentos y, por supuesto, mediante los profesionales del ámbito de la
salud.
DETERMINANTES SOCIALES DE LA ELECCIÓN DE ALIMENTOS

INFLUENCIA DE LA PERTENENCIA A UNA CLASE SOCIAL U OTRA

Lo que la gente come se ve conformado y limitado por circunstancias que, en


esencia, son sociales y culturales. En estudios llevados a cabo en la población
se halló que existen diferencias claras entre las diversas clases sociales en
relación con los alimentos y con la ingesta de nutrientes. Una alimentación
deficiente puede provocar tanto una nutrición insuficiente (deficiencia de
micronutrientes) como un exceso de alimentación (consumo excesivo de
energía que ocasiona sobrepeso y obesidad); se trata de problemas a los que
se enfrentan diferentes sectores de la sociedad, por lo que se requieren
diferentes niveles de especialización y pericia y diferentes métodos de
intervención.

INFLUENCIAS CULTURALES

Las influencias culturales conducen a diferencias en el consumo habitual de


determinados alimentos y en las costumbres de preparación de los mismos; en
ciertos casos, pueden conducir a restricciones tales como la exclusión de la
carne y de la leche de la alimentación. Sin embargo, es posible cambiar las
influencias culturales: cuando un individuo pasa a vivir en otro país, suele
adoptar los hábitos alimentarios concretos de la cultura local de ese país.

EL CONTEXTO SOCIAL

Las influencias sociales sobre la ingesta de alimentos se refieren a las


influencias que una o más personas tienen sobre la conducta alimentaria de
otras personas, ya sea directamente (compras de alimentos) o indirectamente
(aprendizaje a partir de la conducta de otros), y ya se trate de una influencia
consciente (transferencia de creencias) o subconsciente. Incluso cuando
comemos solos, nuestra elección de alimentos se ve influenciada por factores
sociales, porque se desarrollan actitudes y hábitos mediante la interacción con
otras personas. Sin embargo, cuantificar las influencias sociales sobre la
ingesta o consumo de alimentos resulta difícil, ya que las influencias que las
personas tienen sobre la conducta alimentaria de los demás no se limitan a un
solo tipo de influencia y además, porque la gente no es necesariamente
consciente de las influencias sociales que se ejercen sobre su propia conducta
alimentaria.

El apoyo social puede ejercer un efecto beneficioso sobre las elecciones de


alimentos e impulsar un cambio hacia una alimentación saludable .El apoyo
social puede provenir del propio hogar y también de compañeros de trabajo, y
dichos apoyos se han asociado positivamente a aumentos en el consumo de
frutas y verduras y a una fase de preparación para una mejora de los hábitos
alimentarios, respectivamente. El apoyo social puede incrementar la promoción
de la salud mediante el impulso de la sensación de pertenencia a un grupo, así
como ayudando a las personas a mostrarse más competentes y eficientes por
sí mismas en este ámbito.
Es un hecho ampliamente aceptado que la familia es importante a la hora de
tomar decisiones en materia de alimentación. En las investigaciones realizadas
se ha demostrado que la conformación de las elecciones de alimentos tiene
lugar en el hogar familiar. Dado que la familia y los amigos pueden impulsar la
decisión de cambiar los hábitos alimentarios y de mantener ese cambio, la
adopción de estrategias alimentarias que resulten aceptables para los
familiares y amigos puede beneficiar al individuo y, a la vez, tener un efecto
beneficioso sobre los hábitos alimentarios de otras personas.

EL ENTORNO SOCIAL

Aunque la mayoría de los alimentos se ingieren en casa, cada vez hay una
mayor proporción de alimentos que se consumen fuera de casa; por ejemplo,
en los colegios, en el trabajo y en restaurantes. El lugar en el que se ingiere la
comida puede afectar a la elección de alimentos, especialmente en cuanto a
qué alimentos se ofrece a la gente. La disponibilidad de alimentos saludables
en casa y fuera de casa incrementa el consumo de los mismos. Por desgracia,
en muchos entornos de trabajo y escolares, el acceso a opciones alimenticias
saludables es escaso. Ese hecho afecta en especial a quienes tienen horarios
de trabajo (y por ende, de alimentación) irregulares o a quienes tienen
determinados requisitos (por ejemplo, las personas vegetarianas).

PATRONES DE COMIDAS

Las personas tienen muchas oportunidades de ingesta de alimentos al día, y


las motivaciones para cada una de dichas oportunidades difieren entre sí. En la
mayoría de los estudios se investigan los factores que influyen en la elección
de alimentos habitual, pero puede resultar útil investigar qué factores influyen
en la elección de alimentos en cada uno de los momentos de ingesta.

Se han debatido ampliamente los efectos que tiene el comer entre horas. De
las evidencias recopiladas se desprende que comer entre horas puede tener
efectos sobre la ingesta de energía y de nutrientes, pero no necesariamente
sobre el índice de masa corporal.
No obstante, es posible que las estrategias adaptativas de los individuos con
peso normal y los individuos con sobrepeso difieran cuando se da una
disponibilidad total de alimentos tipo aperitivo; además, puede que difieran
también en cuanto a sus mecanismos compensatorios en las posteriores
comidas principales. Por otro lado, la composición de los aperitivos puede ser
un aspecto importante que influya en la capacidad de los individuos para
ajustar su ingesta a fin de satisfacer sus necesidades energéticas.

Para muchos profesionales sanitarios, ayudar a los adultos jóvenes a elegir


aperitivos sanos supone un desafío. En vez de prohibir la ingesta de aperitivos
no saludables en el hogar, puede resultar más positivo introducir opciones de
aperitivos saludables de una forma progresiva. Además, es necesario que se
facilite el acceso a elecciones de alimentos más saludables fuera de casa.
FACTORES PSICOLÓGICOS

ESTRÉS

El estrés (la tensión psicológica) es una característica frecuente de la vida


moderna y puede modificar las conductas que afectan a la salud, como el
ejercicio físico, el consumo de tabaco o la elección de alimentos.

La influencia del estrés sobre la elección de alimentos es compleja, y aún en


mayor medida a causa de los diversos tipos de estrés que una persona puede
padecer. El efecto del estrés sobre la ingesta de alimentos depende de cada
individuo, del factor o factores estresantes y de las circunstancias. En general,
algunas personas comen más de lo normal, y otras menos de lo normal,
cuando se ven sometidas a estrés.

Los mecanismos que se han propuesto como explicación de los cambios en la


alimentación y la elección de alimento motivados por el estrés son: diferencias
en la motivación (reducción de la preocupación por el control del peso),
mecanismos fisiológicos (reducción del apetito causada por los procesos
vinculados al estrés), y cambios de tipo práctico en cuanto a las oportunidades
de ingesta de alimentos, la disponibilidad de alimentos y la preparación de las
comidas.

ESTADO DE ÁNIMO

Hipócrates fue el primero en sugerir que los alimentos pueden tener poder
curativo; sin embargo, no fue hasta la Edad Media cuando se consideró que los
alimentos podían constituir una herramienta para modificar el temperamento y
el estado de ánimo. En la actualidad, se reconoce que los alimentos tienen
influencia sobre nuestro estado de ánimo y que el estado de ánimo ejerce una
gran influencia sobre la elección de alimentos.

Un hecho interesante es que parece que la influencia de los alimentos sobre el


estado de ánimo está relacionada, en parte, con las actitudes hacia alimentos
concretos. Muchas personas tienen una relación ambivalente con la comida:
quieren disfrutar de ella, pero están preocupadas por su peso, y viven esa
relación como una batalla. Las personas que se ponen a dieta, las personas
que se controlan mucho y algunas mujeres manifiestan que se sienten
culpables por no comer de la manera que piensan que deberían comer.
Además, los intentos de limitar la ingesta de determinados alimentos pueden
incrementar la apetencia por esos alimentos concretos, conduciendo a lo que
se describe como "antojos" (de determinados alimentos).

Por lo tanto, tanto el estado de ánimo como el estrés pueden afectar a la


conducta en cuanto a elección de alimentos y, posiblemente, a las respuestas a
corto y largo plazo a las intervenciones de tipo alimentario.

Los hábitos alimenticios en los estudiantes universitarios suele ser monótona,


con ausencia de variedad y equilibrio en la selección de alimentos,
desordenada y con una tendencia a pasar por alto las comidas. Se observa un
alto consumo de comidas rápidas, ricas grasas, hidratos de carbono, azúcares,
sodio y un bajo consumo de lácteos, frutas y verduras. Por otro lado, se
advierte que muchos de los estudiantes tienden a disminuir la actividad física,
aumentan el consumo de alcohol, cigarrillo y bebidas energizantes.

Una adecuada alimentación no sólo influye en el rendimiento académico, sino


también en otros factores como evitar el agotamiento y cansancio, si no se
consumen los nutrientes necesarios es difícil mantener el ánimo y las ganas de
estudiar, trabajar, hacer ejercicio físico.

Por otro lado, el exceso de comidas tampoco es una práctica recomendable ya


que induce al sobrepeso y podría provocar otras enfermedades tales como
sobrepeso y obesidad. Por ello, es necesario asegurar un adecuado aporte de
calorías y nutrientes para evitar deficiencias o excesos que puedan ocasionar
trastornos de la salud.

Es muy importante informarse para saber elegir los alimentos que garanticen
una alimentación suficiente y equilibrada, y aprender a organizar las comidas
del día. Además, es fundamental tener en cuenta aquellas situaciones que
puedan afectar al estudiante e impliquen modificar sus hábitos alimenticios.

Es imposible establecer una regla general para aplicar en la nutrición de los


estudiantes, pero sí dar una serie de pautas para llevar una alimentación
variada y balanceada. En la edad universitaria, al haber culminado el proceso
de crecimiento, el aporte nutritivo debe ser adecuado para su edad y la
actividad que realice.

b. estudios previos

NIVEL INTERNACIONAL

Paccor (2012) - Argentina, realizo el siguiente estudio Estado nutricional de


estudiantes de 4 año de la Carrera de Nutrición. Tipo de estudio descriptivo con
enfoque transversal. Llegando a las conclusiones: La mayor parte de los
alumnos de cuarto año de la carrera de nutrición posee un índice de masa
corporal en un rango normal (77%) lo cual puede deberse a sus conductas
alimentarias son, en su mayoría saludables.

Contreras y Camacho (2013) – México, realizaron el siguiente estudio


Consumo diario de alimentos en estudiantes Universitarios. Tipo de estudio
descriptivo con enfoque transversal. Llegando a las conclusiones: La
mayoría de los alumnos refiere que ingesta alimentos de preparación rápida y
no los que se ofrecen en la cafetería, que están catalogados como “completos
y balanceados”. Sin embargo, al hacer una revisión de lo que ahí venden se
encuentra todo tipo de alimentos. De estos alimentos, la mayoría son
consumidos “por gusto” siguiéndoles la “accesibilidad y necesidad”. Llama la
atención que a pesar de las campañas que existen en los diferentes medios
sobre la problemática del sobrepeso y obesidad, de la accesibilidad a la
información que tienen y del nivel de preparación de los alumnos, la respuesta
precisa de “por gusto” se establece por encima de aquella se sustenta en la
información oficial, es decir el conocimiento.

NIVEL NACIONAL
Sánchez y De la Cruz (2011) - Lima, realizaron el siguiente estudio: Estado
nutricional y su asociación con el nivel socioeconómico del adulto mayor que
asiste al Programa Municipal de Lima Metropolitana. 2011. Tipo de estudio
descriptivo, transversal de asociación cruzada. Llegando a las siguientes
conclusiones: Los hábitos alimentarios que estuvieron asociados al NSE fueron
el consumo de carnes, cereales, y de frutas y verduras. El NSE medio alto fue
el que presentó mejores hábitos adecuados comparado con los otros NSE.

Orellana y Urrutia (2013) – Lima, realizaron el siguiente estudio Evaluación del


estado nutricional, nivel de actividad física y conducta sedentaria en los
estudiantes universitarios de la Escuela de Medicina de la Universidad Peruana
de Ciencias Aplicadas. Tipo de estudio descriptivo, transversal. Llegando a las
conclusiones Existe un porcentaje significativo de sobrepeso y obesidad en los
alumnos de Medicina participantes. En cuanto al sobrepeso se observaron
valores de 35.48% en varones y 19.13% en mujeres. Así mismo, se
presentaron casos de obesidad en el 8.61% de los varones y 4.42% de
mujeres.

7.3. OBJETIVOS

General:

Determinar en que se basa la dieta de los estudiantes de la escuela


profesional de enfermería de la Universidad Privada Antenor Orrego.

Específicos:
 Analizar el tipo de dieta de los estudiantes de la escuela profesional de
enfermería de la Universidad Privada Antenor Orrego.
 Caracterizar la ingesta diaria de alimentos de los estudiantes de la escuela
profesional de enfermería de la Universidad Privada Antenor Orrego.

“……………. de la Dieta de las alumnas del VI y VII ciclo de la escuela profesional


de enfermería – Universidad Privada Antenor Orrego (2017-I)”.

7.4. HIPOTESIS

H1: La dieta de los estudiantes de VI y VII ciclo de la escuela profesional

de enfermería – Universidad Privada Antenor Orrego es saludable.

H1: La dieta de los estudiantes de VI y VII ciclo de la escuela profesional

de enfermería – Universidad Privada Antenor Orrego no es saludable.

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