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El autor expone todos los aspectos relacionados con la naturaleza de la teología desde una
perspectiva cristiana evangélica. Aborda la cuestión de la cientificidad de la teología. Analiza
las diversas perspectivas de la vivencia teológica. Debate la utilidad de la teología y su labor.
Señala los aspectos que tienen relación con la vulnerabilidad de la teología. Y finalmente, se
afirma la singularidad de la teología cristiana frente a la teología de las religiones.
Estructura para ello el material en siete capítulos o partes, que a su vez divide en siete subtemas
cada una, intentando así lograr un balance entre contenido, extensión y utilidad.
En el capítulo II nos habla de la cientificidad de la teología. Con sólo decir teología sistemática,
ya estamos ipso facto hablando de ciencia, es decir, de elaboración de conceptos lógicamente
ordenados y relacionados puestos en un sistema y siguiendo un método. Demuestra que no hay
contradicción entre la teología y el conocimiento que el mundo secular llama ciencia, puesto
que la teología se vale de las mismas herramientas. Lo único que cambia es el objeto de
estudio. Ambas se valen de axiomas. Aunque deja claro que a diferencia de la ciencia, la
teología no tienen la obligación de probar sus aseveraciones en tanto que su fuente es la Biblia,
que se limita simplemente a afirmar las cosas. Pero esto no menoscaba en ningún momento la
cientificidad de la Teología, puesto que también la ciencia secular se ve con frecuencia
imposibilitada de demostrar muchas de sus afirmaciones.
En el capítulo V: Las exigencias en la tarea de la teología nos explica que hacer teología es
recibir, creer, comprender y expresar el conocimiento de Dios en Cristo a la Iglesia y al
mundo… por medio de la fe, la oración, la iluminación del Espíritu y el estudio… Ubica al
hombre que hace teología en el contexto de la vida diaria, refiriéndose a su vida devocional, sus
ejercicios espirituales, el desarrollo de sus actividades personales y su trabajo en el quehacer
teológico.
Con el capítulo VI: La vulnerabilidad de la teología hace que la teología ponga los pies en en el
suelo, recordándonos que está sujeta a una serie de debilidades, ataques, peligros e
imperfecciones. Comienza hablando de los ataques de aquellos que la denigran, luego de
aquellos que la desprecian. Analiza después la vulnerabilidad de la Teología, afirmando que la
crisis en la que a veces se encuentra se debe más que otra cosa a la tentación frecuente de hacer
a un lado la Biblia para entregarse a la mera especulación. Luego nos habla de los peligros en
los que puede caer un teólogo, entre otros: la arrogancia y el orgullo de primar sus puntos de
vista frente a los otros sin considerar que puede estar equivocado. Finalmente nos advierte de
las desviaciones, errores y malas teologías.