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Universidad Rafael Landivar

Campus Regional San Roque de Santa Cruz S.J. Huehuetenango


Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales
Catedrático M.C.s.F.s. Erick José Castillo López
. Introducción al Derecho I

Normas de Conducta

Luis Augusto Castillo Urbina 22616-13


Gladis Mishel Castillo López 22432-18
Ana Julia Samayoa López 22532-18
Olvyn Roseli Zamorano Vásquez 24063-18
Alejandra Isabel Pérez Rodríguez 24654-18
Carlos Daniel Recinos Villatoro 22228-18
Darolinne Dayana Palacios Herrera 22222-18
Dmitriev Victor Manuel Herrera M. 21828-18
Karla Alejandra Agustín Villatoro 23048-18

Huehuetenango, 5 de febrero 2017


Índice

I. Introducción
II. Normas de conducta
1. Características De Las Normas
1.1. Unilateralidad, y Bilateralidad,
1.2. Interioridad, y Exterioridad,
1.3. Coercibilidad e Incoercibilidad,
1.4. Autonomía Y Heteronomía
2. Clasificación de las normas de conducta
2.1. Normas de trato socia.
2.2. Normas religiosas
2.3. Normas morales
2.3.1. Moral individual, personal o autónoma.
2.3.2. Moral social o moral media
2.4. Normas jurídicas
2.4.1. Exterioridad de las normas jurídicas y sus excepciones
A. Derecho penal: culpa-dolo.
B. Derecho Civil: exigencia de “ánimos especiales”.
2.4.2. Heteronomía de las normas jurídicas y sus excepciones
A. La Democracia
B. Validez y eficacia: teorías sobre relación entre ambas
C. Objeción de conciencia
D. Costumbre, contratos; fuentes principales del derecho internacional público
2.4.3. Bilateralidad de las normas jurídicas y sus excepciones
A. Obligaciones naturales:
B. Derechos constitucionales desprovistos de garantías procesales:
2.4.4. Coercibilidad, coacción y sanción. Excepciones a la coercibilidad del derecho.
A. La coercibilidad se caracteriza por ser una “posibilidad” del uso de la fuerza.
B. Se trata de una posibilidad “legítima”.
C. Debe tratarse de una fuerza “socialmente organizada”.
D. El objetivo de la coercibilidad es el cumplimiento forzado de lo prescrito por la
norma.
E. La sanción jurídica y sus diferencias con las sanciones de otros sistemas
normativos.
a. Derecho penal: penas
b. Derecho privado en general, derecho civil en particular
c. Derecho procesal: nulidad procesal; costas; preclusión
d. Derecho público: nulidad de derecho público, sanciones
administrativas
e. Normas jurídicas sin sanción
2.4.5. Amplitud de conductas reguladas por el derecho
2.4.6. Cuadro comparativo de las características de las normas de conducta
III. Conclusiones
IV. Recomendaciones
V. Referencias Bibliográficas
VI. Anexos
I. Introducción

La palabra norma viene del latín norma; con ella se designa el primer término aunque
no exclusivamente un mandato, un orden, aunque esto no supone que sea la única
función de la norma pues autorizar, permitir, derogar también son funciones de las
normas

Tener buenos modales es indispensable en nuestras vidas ya que tenerlos nos abren
las puertas de muchos lugares y nos conducirán a una vida llena de éxitos laborales y
estudiantiles.

Tener buenas normas de conducta nos hará sentir lleno de felicidad. Los buenos
modales hay que tenerlos y practicarlos en la comunidad con la familia con los amigos y
demás personas en todos los lugares en los que estemos
II. Normas de Conducta
Las Normas de Conducta son formas de comportamiento, prescripciones para actuar de
una manera determinada en unas situaciones específicas. Cualquier sociedad, por el
hecho de serlo, tiene una serie de Normas de Conducta Sociales, convencionales y
externas al individuo, que limita y orientan el comportamiento de sus miembros: leyes,
costumbres, prohibiciones, etc.

Las Leyes Naturales: Comprenden todos los criterios y principios supremos de la


conducta humana, considera ésta en dos aspectos, uno individual y otro social. De este
modo la Ley Natural comprende juicios enunciativos cuyo fin es explicar y demostrar las
relaciones que existen entre los fenómenos. La Ley Natural es válida cuando es
verdadera; en consecuencia, el derecho natural es el intrínsecamente justo, el que es
valioso por sí mismo, el que atiende al fondo y no a la forma. Todas las leyes, en
sentido estricto, son naturales debido a que expresan relaciones necesarias derivadas
de la naturaleza de los seres.

Las Leyes Naturales, ya sean físicas, químicas o biológicas, tienen el rasgo común de
ser manifestaciones varias de la materia. Estas leyes pertenecen al mundo del ser,
debido a que expresan las relaciones existentes entre los fenómenos de la naturaleza y
explican además cómo ocurren las cosas. De este modo regulan relaciones de carácter
necesario y son inviolables

1. Características de las Normas:

 unilateralidad, bilateralidad,
 interioridad, exterioridad,
 coercibilidad, incoercibilidad,
 autonomía y heteronomía.
1.1. Unilateralidad y Bilateralidad.

Unilateralidad
Que es referida solo a una parte o a unas acciones, es una de las partes, o que se
refiere a un aspecto determinado de una cuestión.
La unilateralidad de las reglas éticas consiste en que frente al sujeto a quien obligan no
hay otra persona autorizada para exigirle el cumplimiento de sus deberes.

Bilateralidad
Son las normas que a la vez que imponen deberes, conceden facultades.
Las normas jurídicas son bilaterales imponen deberes correlativos de facultades o
conceden derechos correlativos de obligaciones.

1.2. Interioridad y Exterioridad.

Interioridad
Que tiene su propio fondo estructural de validez. Las normas son generalmente de
carácter colectivo, pero también existen normas de carácter persona o individual que
cada sujeto se compromete a seguir. Así por ejemplo una persona que realiza un
régimen para adelgazar sigue una norma personal o individual mediante la cual no
consumirá determinado tipo de alimentos.

Exterioridad
Son las que se determinan tomando en cuenta, únicamente, la conducta externa de los
individuos. Las normas externas son las que regulan sólo los actos exteriorizados, es
decir, aquellos actos que podemos percibir por los sentidos.

Las normas externas no alcanzan el fuero interno del sujeto. por lo tanto, no consideran
los motivos que el sujeto tuvo para actuar conforme a la norma o contra ella. Estas
normas se dan por cumplidas siempre que el comportamiento externo se adecue a lo
que la norma prescribe; careciendo de importancia la motivación que haya tenido el
sujeto para actuar. De esta definición, podemos inferir que las normas exteriores no son
muy exigentes, ya que no importa si el sujeto se adhiere al valor protegido por la
norma.

1.3. Coercibilidad e Incoercibilidad.

Coercibilidad
En caso de inobservancia, es posible hacer valer la norma mediante la fuerza (se
entiende que se trata de una fuerza legal y legítima).

Incoercibilidad
Los deberes morales son incoercibles, es decir, su cumplimiento ha de efectuarse de
manera espontánea. Por el contrario, el Derecho tolera y en ocasiones incluso ordena
el empleo de la fuerza, como medio para conseguir la observancia de sus preceptos.

Los deberes morales son incoercibles porque su ejecución debe darse de forma
espontánea, por el convencimiento que el sujeto de la norma debe tener de ella, caso
contrario, estaríamos frente a una norma que no tiene valor para el individuo y que de
todas formas resulta incoercible, puesto que debemos entender la coercibilidad como la
posibilidad de recurrir a la violencia, con el fin de lograr el cumplimiento de una norma y
además dicha facultad de la autoridad es totalmente legítima.

1.4. Autonomía y Heteronomía

Autonomía
Es la facultad de la norma para actuar y sin jurisdicción a una norma superior dentro de
una marca de valores jurídicos.

La autonomía consiste en que el sujeto de la norma moral o ética, se otorga a sí mismo


su sistema de normas, de acuerdo a su crianza, a sus experiencias y costumbres, pero
proviene finalmente de su voluntad todo el conjunto de normas.
Heteronomía
Las normas son creadas por un sujeto (poder legislativo) distinto al destinatario de las
mismas, a quien le son impuestas independientemente de su voluntad

El derecho es heterónomo porque la fuente de donde emana la norma es distinta de la


voluntad del sujeto, las normas son creadas por un poder estatal que las impone para
todos los gobernados, sin importarle o tomar en cuenta que los particulares están en
desacuerdo en su establecimiento.

2. Clasificación De Las Normas De Conducta

Dentro del universo “normas de conducta” encontramos varias clases: las normas de
trato social, las normas religiosas, las normas morales (subdividida a su vez en
moral individual, moral social y moral religiosa) y normas jurídicas. Todas estas
normas tienen peculiaridades o rasgos distintivos que las caracterizan.

2.1. Normas de trato social


Las normas de trato social son una especie de normas de conducta, originadas en un
grupo social determinado, que tienden a la realización de ciertos fines como la
urbanidad, el decoro, la cortesía y cuya infracción trae como consecuencia el repudio
social. A las normas de trato social se les llama también usos normativos o reglas
sociales.

La finalidad de los convencionalismos sociales es facilitar las relaciones humanas,


haciendo más grata y llevadera la convivencia entre los hombres, la comunicación entre
ellos y el trato mutuo. Como ejemplo de esta clase de reglas podemos citar a los
preceptos de decoro y cortesía, etiqueta y en general a todas las normas de origen
consuetudinario y de estructura unilateral.

Estas normas se dan dentro de grupos sociales determinados, pudiendo existir varios
dentro de un país, de una ciudad, etc. Ejemplo: clubes, profesiones, etc. Estas normas
tienen una vigencia limitada. Las normas de trato social se asocian a determinados
hábitos o costumbres sociales. Ante situaciones similares los hombres tienden actuar
de la misma manera. Cambian según tiempo y lugar.

La sanción en caso de transgresión es difusa y consiste en el rechazo del grupo social


al sujeto infractor. Este rechazo será mayor o menor según la gravedad de la
transgresión. Puede consistir incluso en la marginación de ese grupo social
determinado.

Los valores o fines que pretenden alcanzar este tipo de normas son el decoro, la
cortesía, la urbanidad, etc. En general, todo valor que haga más agradable la vida
social. Su fundamento descansa en la tradición y costumbres de un grupo social dado.
Son cambiantes según la sociedad y la época. No están claramente establecidas y su
período de vigencia exacto es difícil de delimitar.

Estas normas necesitan de la sociedad. No podemos imaginar normas de trato social


sin otros individuos. Esto porque están establecidas en función de sujetos distintos del
obligado. Las normas de trato social son exteriores, regulan sólo la conducta
exteriorizada y no regula el fuero interno del sujeto. Por esto, son poco exigentes, sólo
exigen correspondencia entre la norma y la conducta exteriorizada, los móviles y el
fuero interno quedan fuera de su ámbito de regulación.

Las reglas sociales son heterónomas; se originan dentro del grupo social, la cual es la
autoridad normativa y se encuentra por encima de los obligados. Además, si el sujeto
adhiere o no a dichas normas es irrelevante para su obligatoriedad. Sin embargo,
puede haber cierta autonomía de imperio cuando el sujeto voluntariamente ingresa a
ciertos grupos y se somete voluntariamente a las normas de trato social que imperan en
dicho grupo.

Los usos normativos son incoercibles; es decir, no existe la legítima posibilidad de


aplicar la fuerza socialmente organizada para obtener su cumplimiento o aplicar la
sanción que corresponda. Las normas de trato social son unilaterales, ya que, si bien
obligan, no facultan a un sujeto distinto a exigir forzadamente su cumplimiento.

2.2. Normas religiosas:


La religión está constituida por un conjunto de creencias y prácticas relacionadas con
Dios. La religión se basa en la fe y en las revelaciones. De la religión derivan normas
que se traducen en deberes de culto y también preceptos de carácter moral. Toda
religión implica una cosmovisión, una forma general de ver y entender toda la realidad.
Las normas religiosas son una especie de norma de conducta que tienen por objeto
agradar a Dios y lograr la santidad por medio de los cumplimientos de mandatos
divinos. La amplitud de conductas reguladas por las normas religiosas es enorme ya
que regula toda conducta que pueda ser catalogada de buena o mala, incluyendo los
pensamientos y las motivaciones. Además, se contemplan normas especiales relativas
al culto.

El valor perseguido es la santidad y el premio, la recompensa del paraíso. La


transgresión a sus normas se denomina “pecado” y la sanción puede consistir en el
remordimiento, la pérdida del paraíso, el infierno o la excomunión. A diferencia de las
otras categorías normativas, las normas religiosas no necesitan de sociedad.
Las normas religiosas son unilaterales, interiores, heterónomas de origen y autónomas
de imperio.

2.3. Normas morales: Distintos ámbitos de la moral


Las normas morales son una especie de norma de conducta, que señalan qué
debemos hacer para comportarnos correctamente según los criterios de bien y mal que
tenga el propio individuo, una determinada sociedad o cierta religión o sistema
filosófico.

De la definición podemos colegir que la moral no es un ámbito normativo unitario.


Cotidianamente puede constatarse que existen tres tipos de moral. En efecto, podemos
distinguir varias clases de moral: individual, social y religiosa o de sistemas filosóficos.
Estos distintos niveles o clases de moral no son compartimentos estancos, hay una
permanente y fluida relación entre ellos. Indudablemente, en la formación de la moral
individual influye la moral socialmente dominante y la de las religiones predominantes,
principalmente a través de la educación y el proceso de socialización.

2.3.1. Moral individual, personal o autónoma:


Las normas morales individuales son una especie de norma moral que señalan que
debemos hacer para comportarnos correctamente según los criterios de bien y mal que
tenga el propio individuo. La moral individual, es una subespecie dentro de las normas
morales, que son a su vez una especie dentro del género “normas de conducta”.

Las personas, con el paso del tiempo, se forman una idea acerca de lo que es correcto
y lo que es incorrecto; al margen de lo que establezca la sociedad y digan las religiones
o los sistemas filosóficos. A pesar de la independencia de la moral individual de la
religión y los sistemas filosóficos, son referentes que se consideran por los individuos al
momento de formar sus propias convicciones morales.

Se trata de normas autónomas ya que los conceptos de bien y mal radican en la


conciencia del propio individuo. Es éste quien crea sus propias normas morales
individuales. Él es destinatario y autoridad normativa a la vez. Además, es el propio
individuo el juez y ejecutor de la sanción. La sanción es interna y muy íntima: la culpa o
remordimiento, cargo de conciencia, etc.

2.3.2. Moral social o moral media:

La moral social o media es una especie de norma moral que señala que debemos hacer
para comportarnos correctamente según los criterios de bien y mal que tiene una
sociedad dada en una época determinada.
Cada sociedad tiene una idea acerca de lo que es bueno y lo que es malo dentro del
comportamiento social de sus miembros. Esta convicción se expresa en un conjunto de
exigencias que esta sociedad dirige a cada uno de los individuos que forman parte de
ella. Es la moral compartida por la mayoría de los miembros que componen la sociedad.
Estas ideas varían según tiempo y lugar.

La mayoría de los miembros de una sociedad comparten ciertos valores y determinados


criterios acerca de lo que es correcto e incorrecto. Estos criterios de corrección e
incorrección, se manifiestan en actuaciones estandarizadas. Estos criterios acerca de
qué es actuar correcto o incorrecto provienen de la propia sociedad. Por lo tanto, ésta
es la autoridad normativa y los individuos miembros son los destinatarios. La sociedad
se comporta como juez y ejecutor de la sanción. La sanción en caso de transgresión es
el repudio y el aislamiento.

2.4. Normas jurídicas:


Las normas jurídicas son una especie de normas de conducta, esenciales para la vida
en sociedad, que persiguen las realizaciones de ciertos valores generales como la
justicia y la seguridad jurídica. Estas normas son coercibles, predominantemente
heterónomas, de regulación externa y bilateral. Sólo en sociedad podemos concebir la
existencia de normas jurídicas. El conjunto de las normas jurídicas es lo que
denominamos derecho.

Lo anterior es una conceptualización preliminar del fenómeno que llamamos derecho.


Existen múltiples definiciones del término derecho, el que incluso tiene varias
acepciones según la doctrina filosófica que se tenga.

A continuación, veremos las principales características de las normas jurídicas y sus


excepciones:
2.4.1. Exterioridad de las normas jurídicas y sus excepciones
Por regla general, las normas jurídicas son exteriores, ya que regulan las conductas
externas. Por lo tanto, para darse por cumplidas necesitan sólo la concordancia entre la
conducta externa y la norma, quedando normalmente fuera las motivaciones, los
pensamientos y el fuero interno. El derecho sólo regula lo esencial para la vida social y,
por lo tanto, los pensamientos quedan fuera de su ámbito, ya que, por quedar en el
fuero interno, no interfieren con la sociedad.
Sin embargo, existen excepciones; hay casos especiales en que, para calificar
jurídicamente un acto dado, es necesario determinar cuál fue el motivo que indujo al
sujeto actuar de tal manera. Es decir, debemos penetrar en la esfera psicológica del
individuo, averiguar sus motivaciones o móviles o penetrar en su fuero interno o estado
mental para calificar jurídicamente un acto. Por ejemplo:

A. Derecho penal: culpa-dolo.


El derecho penal es un área de la ciencia jurídica que estudia los delitos y las penas.
Los primeros son graves infracciones que atentan contra el orden social y que son
descritos como tales por ley. Las penas son una especie de sanción jurídica, las más
graves, y están siempre asociadas a los delitos. Las penas implican la privación o
restricción importante de un derecho fundamental como la vida, la libertad, el
patrimonio, etc. El derecho penal sólo sanciona “conductas” tipificadas como delito por
la ley, los “pensamientos” (las ganas de matar a alguien) y los “estados permanentes”
(el ser homosexual) nunca se sancionan.

Para que estemos en presencia de un delito es necesario que un individuo, con el


desarrollo y salud mental suficiente, ejecute libremente una conducta considerada como
delito por la ley, contraviniendo el ordenamiento jurídico. La doctrina define delito como
una conducta típica, antijurídica y culpable. Es este último elemento, la culpabilidad, el
importante para estos efectos. Para establecer si estamos en presencia de un crimen
debemos averiguar el estado mental del sujeto al cometer el hecho que reviste
caracteres de delito.
Para que estemos en presencia de un delito la conducta debe ser ejecutada con dolo
(intención positiva de ejecutar la conducta delictiva y querer su resultado) o culpa
(negligencia al ejecutar una conducta, por ejemplo, un conductor que maneja a alta
velocidad). Establecer la intención o la negligencia implica indagar sobre el estado
mental del individuo. La pena será distinta si el hecho delictivo se comete con culpa o
dolo.
En cuanto al desarrollo mental, algunas veces debemos averiguar si el sujeto es lo
suficientemente maduro para saber realmente qué estaba haciendo y el mal que causa
o puede ocasionar. Si el sujeto es menor de edad o no tiene el desarrollo mental
suficiente, no estamos en presencia de un delito.

En cuanto a la salud mental, es posible que un adulto tampoco tenga conciencia de lo


que está haciendo si padece de locura (por ejemplo, esquizofrenia) o de privación
temporal de razón por causas ajenas a su voluntad (por ejemplo, está drogado o ebrio).

B. Derecho Civil: exigencia de “ánimos especiales”.

En algunas instituciones de derecho civil, el legislador también exige la existencia de


ciertos “ánimos especiales”, claramente revelador de que se está haciendo referencia a
algo que está en el fuero interno. Esta exigencia implica el tener en cuenta la
disposición anímica de los individuos.

La institución de la buena fe implica una persuasión de carácter psicológico de


encontrarse en una situación regular, conforme a derecho, aunque en el hecho no sea
así. Es una actitud mental que consiste en ignorar que se actúa antijurídicamente o se
perjudica el interés ajeno.

2.4.2. Heteronomía de las normas jurídicas y sus excepciones


Las normas jurídicas son heterónomas ya que, en su mayoría, tienen su origen en una
autoridad o fuerza social distinta del sujeto que quedará sujeto a la norma (heteronomía
de origen). Además, es irrelevante si se adhiere a la norma jurídica para efectos de su
obligatoriedad (heteronomía de imperio). De este modo, no es necesario que el sujeto
normado adhiera a la norma para que ésta sea obligatoria.

No obstante, esta heteronomía de las normas jurídicas reconoce algunas excepciones:


de tipo político, como la democracia; otra de tipo sociológico, si se aceptan las teorías
que subordinan la validez de una norma a su eficacia; además, existen también fuentes
de producción de normas jurídicas de carácter autónomo. Por último, hay excepciones
de carácter moral a la heteronomía del derecho: la objeción de conciencia.

Analizaremos someramente estas excepciones a la heteronomía del derecho:

A. La Democracia
Esta es una excepción a la heteronomía del derecho de carácter político. La
democracia es una forma de gobernar que puede adoptar un estado. No es una
excepción que esté siempre, ya que hay estados con estructuras autoritarias (los
gobiernos militares latinoamericanos) o totalitarias (los regímenes fascistas o
comunistas). Todo estado necesita tomar decisiones colectivas, en el caso de la
democracia, es la mayoría ciudadana la que toma las decisiones.

Al existir soberanía popular, las decisiones son tomadas directamente por la ciudadanía
(plebiscitos) o por las autoridades electas. De este modo, entre la autoridad normativa y
el destinatario no existe una diferencia tan tajante. La autoridad normativa es generada
a partir de los destinatarios y las normas jurídicas debieran reflejar al menos los
contenidos que las mayorías quieran darles.

Otra característica de la democracia que mitiga la heteronomía del derecho es que


tanto gobernantes como gobernados se encuentran limitados en su actuar por el
derecho. La autoridad no, por ser tal, se encuentra eximida de cumplir las normas que
ella misma genera.
En síntesis, al existir un sistema democrático habría cierta autonomía de origen ya que
los destinatarios, a través de sus representantes, generarán las normas que los
regularán.

B. Validez y eficacia: teorías sobre relación entre ambas


Si hay relación entre la validez y la eficacia de las normas jurídicas, estamos en
presencia de una excepción a la heteronomía del derecho de carácter sociológico; si no
la hay, no existirá excepción alguna. Si existe o no excepción depende de la teoría que
adoptemos al respecto. Primero debemos definir validez y eficacia de una norma.

La validez de una norma implica la existencia de ésta y su consiguiente pretensión de


obligatoriedad. Por lo tanto, debe ser obedecida por sus destinatarios y aplicada por los
tribunales de justicia. Se trata pues de una simple pretensión de obligatoriedad que se
concreta en la sola existencia de la norma. Una norma válida debe ser obedecida, pero
en el hecho puede que nadie la acate.

Existen a lo menos tres teorías acerca de la relación entre eficacia y validez de una
norma, sólo si aceptamos dos de ellas estaremos en presencia de una excepción a la
heteronomía del derecho. La primera teoría dice que entre eficacia y validez no hay
relación alguna. Si aceptamos esta afirmación, no hay ninguna excepción a la
heteronomía del derecho. La división entre la autoridad normativa y los sujetos
obligados es tajante. Ni siquiera la contravención masiva por los obligados y la no-
aplicación generalizada de los tribunales influye en la validez de la norma, de modo que
ésta sigue siendo obligatoria. Los destinatarios de la norma carecen de poder sobre la
obligatoriedad y existencia de ésta.

Para una segunda teoría, si no hay eficacia, se pierde la validez. En otras palabras, la
eficacia es el fundamento de validez de la norma. Como vimos anteriormente, de
aceptarse esta teoría, estaremos en presencia de una excepción a la heteronomía del
derecho. Los destinatarios de la norma con su querer reflejado en la infracción masiva
de la norma disminuirán la validez de la norma hasta quitarle su obligatoriedad porque
los destinatarios con su propia conducta hacen perder validez a la norma. La
desobediencia implica no-aceptación de la norma y el consecuente poder de los
destinatarios de la norma para quitarle obligatoriedad. A la inversa, si la norma es
altamente eficaz (lo que determina su validez), significa que, en alguna medida, los
destinatarios están de acuerdo con la norma. Habría autonomía de imperio.

La tercera teoría es de Hans Kelsen. Esta teoría establece que la relación entre eficacia
y validez no es total ni inmediata. Según Kelsen, la norma nace válida y, si en un
principio es ineficaz no importa, pero si esta ineficacia se prolonga en el tiempo, la
validez desaparece. Si se acepta la teoría kelseniana, también estamos en presencia
de una excepción a la heteronomía del derecho.

Un importante problema de la filosofía del derecho es determinar la validez y la


legitimidad de una norma resistida por la comunidad y aplicada por la fuerza por los
tribunales.

C. Objeción de conciencia
La objeción de conciencia es una excepción a la heteronomía del derecho de carácter
moral. Según ésta, un sujeto obligado a realizar una determinada conducta en virtud de
una norma jurídica, puede excusarse legítimamente de cumplir ese deber jurídico, si
ello contraviene su conciencia moral.

Esta objeción de conciencia es aplicable sólo cuando el derecho la reconoce y sólo


respecto de determinados deberes. Por ejemplo: en algunos países, quienes profesan
determinadas religiones están exentos del servicio militar. En Alemania, más
específicamente el estado de Baviera se contemplan ciertos tributos para sustentar a la
Iglesia Católica local, sin embargo, cualquiera se exime de pagarlos si declara bajo
juramento ser ateo; hay una sentencia de la Corte Suprema de los EE. UU que permite
sacrificar animales sin respetar las normas sanitarias a determinados cultos que
contemplan esta “ofrenda” como parte del rito.
D. Costumbre, contratos; fuentes principales del derecho internacional
público
Las fuentes formales del derecho son métodos de producción de normas, así como
medios de exteriorización de éstas y continentes normativos donde es posible hallarlas
y tras tales métodos de producción es posible identificar una autoridad, fuerza social o
sujetos de derecho que se encuentran autorizados por el ordenamiento para producir
normas jurídicas. La mayoría de las fuentes formales del derecho son heterónomas,
partiendo por la ley, hoy la fuente más importante.

La costumbre es una fuente formal del derecho, en la cual las normas jurídicas
provienen de la repetición constante y uniforme de un determinado comportamiento
colectivo, unido a la convicción de que se trate de un comportamiento jurídicamente
obligatorio. De la definición colegimos que la costumbre es una fuente autónoma, ya
que la comunidad misma crea el derecho con el cual se va a regir.

El contrato es un acuerdo de voluntades destinada a crear derechos y obligaciones. Los


contratos son fuentes autónomas, ya que es la voluntad de los sujetos que sean partes
en dicho contrato los que crearán las normas por las cuales ellos mismos se regirán.
Además, esta norma tendrá vigencia relativa y sólo afectará a las partes de dicho
contrato y no a un tercero ajeno a él.

En Derecho Internacional Público (rama del derecho que regula las relaciones entre
sujetos de derecho internacional público, por ejemplo: los estados y los organismos
internacionales), las fuentes principales son la costumbre y los tratados internacionales.
Dichas fuentes tienen gran autonomía. Al no existir un “legislador internacional” por
sobre los estados, es muy difícil imponerles obligaciones a éstos si no las aceptan
voluntariamente.

2.4.3. Bilateralidad de las normas jurídicas y sus excepciones


Las normas jurídicas son bilaterales ya que, junto con imponer un deber, concede a un
sujeto, distinto del destinatario de la norma, la facultad de exigir ese deber. Es decir, no
sólo imponen deberes, sino que también facultan para exigir su cumplimiento. En las
normas jurídicas, por ser bilaterales, podemos distinguir a dos sujetos: un sujeto activo,
que es aquel que está facultado para exigir el cumplimiento del deber impuesto por la
norma jurídica a otro sujeto y; un sujeto pasivo que es aquel que está obligado a
cumplir lo ordenado por la norma jurídica a favor del sujeto activo.

No obstante, esta bilateralidad que caracteriza a las normas jurídicas tiene algunas
excepciones que veremos a continuación:

A. Obligaciones naturales:
son aquellas que no confieren derecho para exigir su cumplimiento, pero cumplidas,
autorizan a retener lo dado o pagado en razón de ellas. Estas obligaciones naturales se
oponen a las obligaciones “civiles” que cuentan con acción para exigir su cumplimiento
y excepción para retener lo dado o pagado en razón de ellas. En el fondo, las
obligaciones naturales sólo tienen una excepción para retener lo pagado cuando se
demanda su restitución, pero carecen de acción para exigir su cumplimiento.

B. Derechos constitucionales desprovistos de garantías procesales:


Los derechos económico-sociales consagrados en la Constitución Política no cuentan
con medios procesales destinados a salvaguardarlos. Estos derechos económicos
sociales son el derecho al trabajo, a la seguridad social, a la salud, etc.

2.4.4. Coercibilidad, coacción y sanción. Excepciones a la coercibilidad del


derecho
La coercibilidad es una de las peculiaridades más representativas del derecho. La
norma jurídica es coercible porque existe la legítima posibilidad de auxiliarse de la
fuerza socialmente organizada, ya sea para obtener el cumplimiento forzado de las
normas jurídicas, o para aplicar la sanción establecida para el caso de transgresión de
dicha norma.
Todas las normas imponen deberes y todas las normas contemplan sanciones en caso
de transgresión, pero sólo las normas jurídicas son coercibles en el sentido antes
definido y, para muchos, es su característica distintiva. El derecho tiene el monopolio de
la fuerza organizada, es él quien la organiza.

Es natural que el derecho utilice la fuerza socialmente organizada para hacer cumplir
sus mandatos, como el derecho persigue regular lo esencial para mantener la
convivencia social, la fuerza es una garantía para mantener la coexistencia humana.
Sólo con el cumplimiento de esas condiciones mínimas la vida social se desenvolverá
pacíficamente. La autoridad máxima encargada del mantenimiento del orden público es
el presidente, estas instituciones constituyen “fuerza pública” y existen para dar
“eficacia al derecho”. Para comprender correctamente el concepto de coercibilidad debe
aclararse previamente el significado de dos términos: sanción y coacción.

La sanción es la amenaza de castigo que se agrega a las prescripciones de conducta


para conseguir mayor eficacia en el cumplimiento de ella y que coloca al infractor en
una situación más gravosa que la del sujeto que cumple con la norma. Todo sistema
normativo cuenta con sanciones, no sólo el derecho. Al tratarse sólo de una amenaza
de castigo, la aplicación sanción es contingente, ya que ante una transgresión es
posible que la sanción nunca se aplique.

La coacción es el hecho cumplido de la fuerza, es la coercibilidad actualizada; la


expresión física de la fuerza. La coercibilidad es sólo “potencia”, la coacción es “acto” si
aplicamos la terminología de Aristóteles. Sin embargo, puede haber coacción, simple
uso de la fuerza, sin que exista coercibilidad. La coercibilidad es la legítima posibilidad
de aplicar la fuerza socialmente organizada para obtener el cumplimiento forzado de
una norma jurídica, o aplicar la sanción en caso de transgresión.

Si descomponemos el concepto dado, podemos decir lo siguiente:


A. La coercibilidad se caracteriza por ser una “posibilidad” del uso de la
fuerza.
Esto significa que el uso de la fuerza está latente, ella puede actualizarse o puede que
no lo haga. La coercibilidad es sólo “potencia” que puede o no transformarse en “acto”.

B. Se trata de una posibilidad “legítima”.


Desde una perspectiva positivista, esto quiere decir que es el mismo ordenamiento
jurídico el que autoriza el uso de la fuerza. Es el derecho quien establece los
procedimientos (normas del juicio ejecutivo en el CPC, normas del Código Penal sobre
aplicación de la pena de muerte, etc.) y los entes destinados a ejercer la fuerza. Si la
fuerza se ejerce en casos no autorizados por el ordenamiento jurídico, no hay
coercibilidad, puesto que no sería una fuerza “legítima”.

Para quienes no son partidarios del positivismo jurídico, la “legitimidad” va más allá de
la sola autorización del uso de la fuerza por el derecho. Si sólo bastara la autorización y
regulación de la fuerza por el derecho, la coacción ejercida por los nazis o los
regímenes comunistas podría ser considerada “legítima”. Para esta perspectiva, la
legitimidad no se agota en el solo hecho de que el propio ordenamiento autorice la
fuerza. Se requiere además que la norma, respaldada por la coercibilidad, sea justa y
racional para ser considerada “legítima”.

Si bien el estado monopoliza el uso de la fuerza, excepcionalmente los particulares


pueden ejercerla en forma “legítima” cuando el derecho lo autoriza. Por ejemplo, la
legítima defensa.

C. Debe tratarse de una fuerza “socialmente organizada”.


La fuerza que emana de la coercibilidad debe ser ejercida por entes expresamente
autorizados y creados para aplicar dicha fuerza. Por ejemplo: Carabineros,
Gendarmería, etc.
D. El objetivo de la coercibilidad es el cumplimiento forzado de lo prescrito
por la norma.
Por ejemplo: en un contrato de compraventa, una de las partes debe pagar el precio. Si
no quiere hacerlo, se le demanda y los tribunales le obligan a pagar, incluso
embargando sus bienes y rematándolos para conseguir el dinero suficiente.

Si el cumplimiento forzado de la norma no es posible, el objetivo de la coercibilidad es


la aplicación de la sanción. En el caso de un delito de robo con homicidio, la muerte
causada a la víctima no se puede revertir y hay un grave quebrantamiento al orden
social no remediable sólo con una indemnización.
La coercibilidad es un atributo de las normas jurídicas en su conjunto, no de cada
norma jurídica en particular.

El derecho, al regular las conductas más esenciales para el mantenimiento de la vida


social, debe reforzar sus sanciones con la coercibilidad, ya que así garantiza mejor su
obediencia y el consecuente mantenimiento de las condiciones básicas para la vida
social. No obstante, lo anterior, la coercibilidad del derecho tiene excepciones, como las
obligaciones naturales, vistas anteriormente. Aquí existe un deber jurídico de
cumplirlas, pero su titular no está facultado para exigir su cumplimiento forzado. En
derecho de familia se contemplan una serie de deberes jurídicos, denominados
“deberes específicos de conducta”. Por ejemplo, el deber de los hijos de respetar a los
padres. Estos deberes específicos de conducta, no son avalúales en dinero y se
caracterizan por el elemento moral que va inserto en ellos y, por las razones
expresadas, no son susceptibles de ejecución forzada. No podemos obligar a un hijo a
que respete a sus padres. En derecho internacional público se imponen obligaciones a
los Estados, pero al no existir un poder supranacional que juzgue y aplique sanciones y
al mismo tiempo una fuerza socialmente organizada de carácter internacional, es
posible que estas sanciones carezcan de coercibilidad.
E. La sanción jurídica y sus diferencias con las sanciones de otros sistemas
normativos
Todas las normas, de cualquier clase, contemplan sanciones, pero sólo las sanciones
jurídicas son coercibles. La sanción está asociada a un tema muy relevante que es la
responsabilidad, consistente en asumir consecuencias de los actos. La responsabilidad
no es sólo un tema del derecho, lo es también de la moral y la política. La sanción
jurídica es la amenaza de castigo contemplada por la norma jurídica para el evento de
su infracción, y que implica la privación y restricción importante de un derecho aplicable
por la fuerza socialmente organizada y que coloca al infractor en una posición
desmejorada frente al que cumple la norma.

Existen variadas clases de sanciones jurídicas a continuación, veremos algunas, según


ramas del derecho:

a. Derecho penal: penas


La sanción del derecho penal se denomina “pena”, y es el tipo de sanción más grave
que contempla el sistema jurídico. Siempre implican la privación o restricción importante
de un derecho fundamental como la vida, la libertad ambulatoria o el patrimonio. Éstas
se aplican conforme a la ley por los tribunales de justicia. La infracción al orden social
es tan grave que una mera indemnización es un castigo insuficiente.

b. Derecho privado en general, derecho civil en particular


En derecho privado hay varios tipos de sanciones. Una de las principales consiste en
las distintas formas de ineficacia de los actos jurídicos (inexistencia, nulidad,
imposibilidad).

En términos generales, la ineficacia implica la privación de efectos de un acto jurídico


como sanción por la omisión de un requisito de existencia o validez o por una causal
sobreviniente al perfeccionamiento del acto. Otra sanción propia de derecho privado es
por responsabilidad civil, que consiste en indemnizar los prejuicios causados por el
incumplimiento de un contrato (responsabilidad contractual) o por la ejecución de un
hecho que causa daño (responsabilidad extracontractual).

c. Derecho procesal: nulidad procesal; costas; preclusión


El derecho procesal regula el procedimiento para resolver los conflictos jurídicos ante
un tercero imparcial denominado juez. Dentro del proceso, las partes “luchan” por
imponer sus puntos de vista. Esta lucha se da dentro de ciertas reglas, si se infringen,
se originan ciertas sanciones especiales. Existen variados tipos de sanciones
procesales.

La nulidad procesal consiste en privar de efectos a un acto jurídico procesal que no


cumplió con los requisitos legales y causó perjuicios. Las costas judiciales, son los
gastos inmediatos y directos que ocasionan una gestión judicial y que por regla general
las soporta la parte vencida.

La preclusión, es la pérdida de una facultad procesal por no haberse ejercido dentro del
plazo correspondiente, por ya haberla ejercido, por haber ejercido una facultad
incompatible, o por no observarse el orden señalado por la ley.

d. Derecho público: nulidad de derecho público, sanciones administrativas


Dentro del área de lo público (derecho constitucional, administrativo, tributario, etc.)
destaca como sanción la ineficacia del acto jurídico público. Éste es el emanado de
autoridades como el Congreso, los Tribunales o la administración. La sanción típica es
la nulidad de derecho público. Además, los funcionarios públicos pueden ser
sancionados disciplinariamente con amonestación o censura, multas, suspensión del
empleo o destitución.

e. Normas jurídicas sin sanción


Las normas jurídicas sin sanción son excepcionales, su propósito es guiar
comportamiento. La garantía de eficacia disminuye, ya que no hay posibilidad de
represión posterior a la infracción de la norma. El mandato contenido en la norma no
aparece como una prescripción, sino con un simple carácter indicativo.

Además, el derecho no se agota en el contenido prescriptivo: no sólo hay órdenes y


prohibiciones, también hay normas jurídicas que definen, derogan, facultan, normas
meramente programáticas, etc.

2.4.5. Amplitud de conductas reguladas por el derecho


El derecho regula, o sólo debiera regular, aquellas conductas esenciales para el
mantenimiento de la vida social y que no están suficientemente respaldadas por los
demás tipos de normas.

La autoridad normativa debe decidir qué conductas deben ser reguladas por el derecho
y cuáles no. Para ello debe ponderar cuáles conductas son esenciales para la vida
social y no se encuentran suficientemente protegidas por otros sistemas normativos.
Por ejemplo, el matrimonio es una institución que en opinión de la autoridad normativa
debe ser regulada por el derecho.

Es posible que una conducta sea estimada como esencial en un lugar y tiempo dado y,
por lo tanto, el derecho la regule (blasfemia, brujería en tiempos pretéritos).
Recientemente, en el siglo XX, ha habido una desregulación de conductas por parte del
derecho. Por ejemplo, la despenalización de la sodomía y la tolerancia hacia la
homosexualidad; la despenalización del aborto, etc. No obstante, también ha habido un
proceso inverso en ciertas áreas. Por ejemplo, La preocupación por el medio ambiente;
la violencia intrafamiliar, que antes estaba dentro del ámbito de lo privado.
2.4.6. Cuadro comparativo de las características de las normas de conducta

Moral Religión Sociales Jurídicas


Interioridad Interioridad Exterioridad Exterioridad
Autonomía Heteronomía Heteronomía Heteronomía
Unilateralidad Unilateralidad Unilateralidad – Bilateralidad
Incoercibilidad Incoercibilidad Bilateralidad Coercibilidad.
Regula Regula modos Incoercibilidad Regulan modos
modos individuales Regulan modos colectivos colectivos de
individuales de conducta. de conducta. conducta.
de conducta,
III. Conclusiones

1. Las normas sociales son heterónomas; se originan dentro del grupo social, la cual es
la autoridad normativa y se encuentra por encima de los obligados. Además, si el sujeto
adhiere o no a dichas normas es irrelevante para su obligatoriedad. Las normas de trato
social se asocian a determinados hábitos o costumbres sociales. Ante situaciones
similares los hombres tienden actuar de la misma manera. Cambian según tiempo y
lugar.

2. Las normas religiosas son unilaterales, interiores, heterónomas de origen y


autónomas de imperio. en la formación de la moral individual influye la moral
socialmente dominante y la de las religiones predominantes, principalmente a través de
la educación y el proceso de socialización. Tienen por objeto agradar a Dios y lograr la
santidad por medio de los cumplimientos de mandatos divinos. Las conductas
reguladas por las normas religiosas son enormes ya que regula toda conducta que
pueda ser catalogada de buena o mala, incluyendo los pensamientos y las
motivaciones.

3.En las normas jurídicas, por ser bilaterales, podemos distinguir a dos sujetos: un
sujeto activo, que es aquel que está facultado para exigir el cumplimiento del deber
impuesto por la norma jurídica a otro sujeto pasivo, que es aquel que está obligado a
cumplir lo ordenado por la norma jurídica a favor del sujeto activo.

4.La autoridad máxima encargada del mantenimiento del orden público es el presidente,
estas instituciones constituyen “fuerza pública” y existen para dar “eficacia al derecho”.
Estas normas son creadas por el poder legislativo.

5. Todas las normas, de cualquier clase, contemplan sanciones, pero sólo las
sanciones jurídicas son coercibles. La sanción está asociada a un tema muy relevante
que es la responsabilidad.
IV. Recomendaciones

1. Dichas normas deben estar respaldadas en su cumplimiento por el poder coactivo del
estado.

2. A través de las normas de derecho obtenemos la seguridad que necesitamos para


poder anticipar el resultado de nuestros actos.

3. La autoridad normativa debe decidir qué conductas deben ser reguladas por el
derecho y cuáles no.
V. Referencias Bibliográficas

Análisis Jurídico del nombramiento de juez de asuntos municipales realizado por el


consejo municipal desde la perspectiva del derecho constitucional guatemalteco,
GUATEMALA, AGOSTO DE 2009, BRENDA ADELA CARDONA VASQUEZ

E grafía:

http://derechomx.blogspot.com/2012/04/clasificacion-de-las-normas-de-conducta.html

https://derecho.laguia2000.com/parte-general/tipos-o-clases-de-normas

VI. Anexos

Normas de conducta

Respeto al Derecho ajeno ética social


Justicia equidad

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