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A01731355
Francia había tenido una mejor industrialización antes de 1800, que los nuevos
industriales de Gran Bretaña. Tal vez esa es la razón por la cual apostaban a una
revolución política que a una revolución industrial como los ingleses. Una importante
diferencia entre la transición de ambos países es la siguiente: Inglaterra aposto a la
explotación de los recursos de la tierra y la innovación de tecnología que le
permitiera este fin, es decir, el aprovechamiento de la materia prima agrícola. Por
otro lado Francia, compartía con su contraparte el hecho de utilizar las formas de
comercio tradicional como la comercialización del azúcar, esclavos, etc.
Para 1889 ambas revoluciones, a ojos de los historiadores y sociólogos, estaban
relacionadas y compartían similitudes a pesar de lo dicho anteriormente. La palabra
revolución fue sinónimo de novedad y los cambios tecnológicos suscitados en Gran
Bretaña como los cambios políticos y sociales de Francia, resultaban igual de
importantes. Podemos citar la declaración de los derechos humanos de 1789 como
una de las piedras angulares de la palabra revolución en la época. Otro aspecto
importante a destacar es el hecho de la no conclusión de ambas revoluciones. Para
Gran Bretaña era un gran avance que el continuo desarrollo de tecnología industrial
cambiara la forma de vida de la sociedad. Nueva tecnología y procesos de
producción continuaban bombardeando el día a día. Para los franceses esta forma
de pensamiento era muy diferente. Después de todos los cambios políticos de la
época hubiera sido más conveniente que no transcurrieran acontecimientos como
la llegada al poder de Napoleón.
1.3 Revolución
Esta decisión no era del agrado del rey por lo que cuando finalmente se disponía a
formarse la asamblea solo por integrantes del tercer estado, esta fue aplazada para
fechas posteriores. Las altas cúpulas sabían del poder del pueblo por lo que tenían
de disolverlo y en las sesiones previas se dispuso que a pesar de que no
participaran presencialmente los tres estados, todos podían trabajar desde lugares
distintos y poder reunirse provisionalmente. Dentro de los logros que tuvo la nueva
asamblea fue la abolición del sistema feudal y por ende, una reestructuración de los
sistemas municipales. Podemos imaginar como todos estos cambios repercutieron
en la sociedad francesa. Los campesinos se habían levantado y exigían los
derechos correspondientes a lo largo de tantos años de opresión por parte de una
monarquía.
La gota que derramo el vaso fue la huida del rey de su palacio en Paris, cuando fue
capturado el afirmo que en Francia ya no existía un rey. Tal vez su destino no fue el
más propio de los desenlaces pero de una cosa se podía estar seguro: la
reestructuración social ya no era un sueño y estaba aconteciendo en el presente.
Ahora podemos tener claro porque esta revolución se trató de una revolución
política y social, desde el levantamiento del tercer estado hasta la promulgación de
una nueva constitución y pasando por la instauración de nuevas asambleas que
representaban al pueblo.