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El reglamento de protección ambiental minero, aprobado años antes de que se dictara la ley del
sistema nacional de evaluación del impacto ambiental, señala en sus definiciones que el EIA debe
efectuarse para la realización de actividades en concesiones mineras, de beneficio, de labor
general y de transporte minero. Es necesario precisar que por su antigüedad el reglamento no
identificó categorías de estudio de EIA.
Específicamente, en el desarrollo del reglamento ambiental se señala que el EIA es exigible a:38
Inicialmente, las actividades de exploración minera quedaron fuera del ámbito de regulación del
EIA. Posteriormente, en 1998, mediante decreto supremo 038-98-PCM se estableció que dichas
actividades también se sujetaban a la presentación de una evaluación ambiental, una figura muy
similar al EIA, con la diferencia de que en su reglamentación se excluyó el tema de la audiencia
pública en la fase de revisión por la autoridad.
Con posterioridad, con el decreto supremo 020-2008-EM, se planteó un nuevo régimen con
respecto a las actividades de exploración minera. Estas se clasifican en dos categorías
dependiendo del número de plataformas de perforación, del área efectivamente disturbada y de
la longitud de los túneles a construir. Según la categoría, se presenta una DIA para la categoría I o
un EIA-sd para la categoría II.
El contenido del EIA se encuentra detallado en el anexo 2 del reglamento para la protección
ambiental en la actividad minero-metalúrgica. Asimismo, en los casos en los cuales los EIA de
actividades, proyectos u obras se desarrollen en un área natural protegida (ANP) o su zona de
amortiguamiento (ZdA), sin perjuicio de lo exigido por cada sector competente y considerando el
nivel de su ejecución, los EIA deberán considerar los siguientes contenidos:
• Estado del área de influencia al momento de elaborar el documento (análisis de agua, suelos y
aire, y otros que sean pertinentes según el caso).
• Evaluación de la biodiversidad del área de influencia de la actividad, proyecto u obra.
Por su parte, el MEM ha publicado la guía para elaborar los EIA en este sector. En un principio, las
guías formuladas por el MEM tuvieron la finalidad de orientar el cumplimiento de las obligaciones
legales en materia ambiental y, por tanto, no tenían carácter obligatorio o vinculante. Sin
embargo, mediante decreto supremo 053-99-EM se dispuso posteriormente que la estructura de
los EIA debe ser formulada sobre la base de las guías del sector minero.
Los EIA serán aprobados por la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros (DGAAM) del
MEM, en un plazo máximo de 120 días calendarios desde que es presentado. En aplicación de lo
establecido por la primera disposición transitoria, complementaria y final de la ley del silencio
administrativo, se aplicará el silencio administrativo negativo a los procedimientos sujetos a
evaluación en los que se afecte significativamente el interés público, incidiendo en la salud, el
medio ambiente, los recursos naturales, entre otros; ello significa que transcurrido el plazo sin que
se emita ninguna resolución, el administrado puede optar por: (i) esperar que la autoridad
administrativa resuelva, entendiendo que el vencimiento del plazo no le exime de su obligación, o
(ii) entender que existe una resolución denegatoria ficta y plantear un recurso impugnatorio.
De existir observaciones en el EIA o sus modificaciones, la DGAAM notificará por escrito al titular
de la actividad para que en un plazo máximo de 90 días pueda levantar las observaciones
planteadas, después de los cuales la autoridad podrá declarar en abandono la solicitud. Si en un
plazo máximo de 30 días calendarios, contados a partir de la recepción del levantamiento de las
observaciones, la DGAAM no se pronuncia sobre dicho levantamiento, el administrado puede
optar por: (i) esperar que la autoridad administrativa resuelva, entendiendo que el vencimiento
del plazo no le exime de su obligación o (ii) entender que existe una resolución denegatoria ficta y
plantear un recurso impugnatorio.
Para efectos de la aplicación del reglamento, las actividades de exploración minera se dividen en
dos categorías.
Para esta categoría, el reglamento dispone que el titular debe someter a consideración del MEM
una DIA.
La DIA debe incluir la información que se consigne como términos de referencia comunes para la
categoría I, aprobados mediante resolución ministerial 167-2008-MEM-DM.
La DIA estará sujeta a un procedimiento de evaluación previa, en el caso de que los proyectos de
exploración a ejecutar se localicen en ANP o en su ZdA, cuando la exploración tenga por objeto
determinar la existencia de minerales radiactivos, y en otros casos especiales.
b. Categoría II: comprende proyectos que impliquen cualquiera de los siguientes aspectos:
Para esta categoría el reglamento dispone que el titular debe someter a consideración del MEM
un EIA-sd.
El EIA-sd debe incluir la información que se consigne como términos de referencia comunes para
la categoría II, aprobados mediante resolución ministerial 167-2008-MEM-DM. El EIA-sd para
actividades de exploración minera está sujeto a un procedimiento de evaluación previa.
Los estudios ambientales establecidos para las actividades de exploración minera pueden ser
elaborados por personal especialista en medio ambiente del propio titular o por cualquier entidad
o profesionales especializados en la materia. En los estudios ambientales deberá consignarse el
nombre completo, especialidad y colegiatura profesional de los profesionales que participaron en
su elaboración.
El PAMA es el programa que contiene las acciones e inversiones necesarias para incorporar a las
operaciones minero-metalúrgicas los adelantos tecnológicos y/o medidas alternativas que tengan
como propósito reducir o eliminar las emisiones y/o vertimientos para poder cumplir con los
niveles máximos permisibles establecidos por la autoridad competente. En tal sentido, el PAMA
constituye un instrumento de gestión ambiental exigible para aquellas empresas que venían
operando al momento de entrada en vigencia del reglamento para la protección ambiental en la
actividad minero-metalúrgica en 1993.
En aquella época, estaban obligados a presentar el PAMA ante la DGM para su aprobación, previa
opinión de la Dirección General de Asuntos Ambientales (ahora DGAAM). El plazo para la
aprobación de los PAMA era de 60 días, el cual fue posteriormente modificado a 120 días;
transcurrido dicho plazo sin haberse emitido pronunciamiento, quedaba aprobado
automáticamente. De existir observaciones, estas debían absolverse en un plazo de 60 días.
De acuerdo a lo establecido por la normatividad, los PAMA aprobados en el sector minero tenían
un plazo de cumplimiento de entre cinco y diez años, por lo que considerando el transcurso del
tiempo, los plazos de ejecución ya se encuentran vencidos a la fecha. Existen algunos casos en los
cuales se ha prorrogado el cumplimiento del PAMA, como en el de la empresa de Doe Run. En
caso de incumplimiento del PAMA, la normatividad vigente ha establecido una serie de
consideraciones, como veremos a continuación.
¿Qué es un Estudio Ambiental?
El EIA-sd así como el EIA puede ser elaborado por una empresa consultora inscrita en el Registro
de Entidades Autorizadas a realizar Estudios de Impacto Ambiental del Ministerio de Energía y
Minas, de acuerdo a la Resolución Ministerial N° 580-98-EM/VMM sus modificatorias, sustitutorias
y complementarias.Las DIA y los PMA, así como las actualizaciones de éste último, deberán ser
elaborados y suscritos por un equipo interdisciplinario de profesionales conformado según
corresponda a las características del estudio. Dichos profesionales deben estar habilitados por el
Colegio Profesional correspondiente y contar con capacitación y experiencia en aspectos
ambientales.
Para el caso de Estaciones de Servicios y Grifos, según la Resolución de Consejo Directivo Nº 204-
2006-OS/CD, Anexo I menciona que la presentación del PDJ (Procedimiento de Declaración Jurada)
será del 1 – 7 de Febrero de cada año (valido para Grifos y Estaciones de Servicios a nivel nacional
menos Lima y Callao) y del 1 – 7 de Setiembre de cada año (valido para Grifos y Estaciones de
Servicios de Lima y Callao).
Si, según el Decreto Legislativo Nº 1065 que modifica la Ley Nº 27314, Ley General de Residuos
Sólidos, los generadores de residuos sólidos del ámbito de gestión no municipal, remitirán en
formato digital, a la autoridad a cargo de la fiscalización correspondiente a su Sector, los siguientes
documentos en las siguientes fechas:
Una Declaración Anual del Manejo de Residuos Sólidos conteniendo información sobre los
residuos generados durante el año transcurrido.
El Plan de Manejo de Residuos Sólidos que estiman van a ejecutar en el siguiente periodo
conjuntamente con la Declaración indicada en el numeral anterior, de acuerdo con los términos
que se señale en el Reglamento de la presente Ley.
Fuente: Decreto Legislativo Nº 1065 que modifica la Ley Nº 27314, Ley General de Residuos
Sólidos.
Una de las propuestas que no debe demorar es la concerniente al tema de los estudios de impacto
ambiental (EIA) y a su aprobación a través de un ente gubernamental independiente. En la
actualidad, los EIA, lejos de disipar las dudas sobre los proyectos, paradójicamente, terminan por
echarles sombras y crear desconfianza –infundada o no–, porque es la propia empresa interesada
quien los encarga y paga por ellos. Y no solo esto, para su aprobación la opinión del Ministerio del
Ambiente no es vinculante y sí la del ministerio del sector correspondiente. Al final los sectores
interesados –estatal y privado– terminan de jueces y parte. Urge, pues, un ente independiente
para analizar y resolver estos importantes estudios.
Cuando a fines de la década de los 90 se sentaron las bases para lo que sería el desarrollo
del sector minero, también se establecieron nuevas exigencias ambientales para esta actividad.
Así, se consideró que cualquier nuevo proyecto minero debería presentar un estudio de impacto
ambiental (EIA) que definiera en qué medida la operación iba a alterar el espacio físico donde
operaría y los alrededores más inmediatos; además de cuáles serían las acciones de la empresa
para controlar estos impactos.
A medida que avanzaron los años, este criterio se ha ido afinando y haciendo más exigente, a tal
punto que hoy hasta la exploración minera debe presentar un estudio de impacto ambiental
semidetallado (EIASD) para conseguir una autorización.
Asimismo, los EIA deben ser presentados a las poblaciones cercanas a través de la realización de
talleres de información. Este mecanismo no existía antes de la década anterior.
CUESTIONAMIENTOS
Sin embargo, hoy los EIA están siendo cuestionados. La polémica tiene muchas aristas, la primera
es el hecho de que sea el Ministerio de Energía y Minas (MEM) el que los apruebe cuando a la vez
desarrolla una labor promotora del sector.
Isabel Calle, directora del Programa de Políticas y Gestión Ambiental de la Sociedad Peruana de
Derecho Ambiental (SPDA) indica que en este caso,el MEM se ha constituido en una especie de
juez y parte, aspecto que está siendo cuestionado por la población. “Por eso es que desconfían de
los resultados de los EIA”, explica.
En general, los EIA de los sectores productivos (pesca, industria, energía) han sido delegados a los
ministerios que los controlan. Calle señala que la entidad que los evalúe debería ser el Ministerio
del Ambiente sin embargo, esto no sucede pese a que el tema cae en su cancha.
El ex presidente de Antamina y empresario minero, Augusto Baertl, concuerda que debería ser así;
sin embargo, indica que independientemente de quién los evalúe se debe buscar que sean buenos
profesionales los que tengan a cargo esta responsabilidad.
“Todo sistema es perfectible, se puede mejorar, pero me parece que no se están tomando en
cuenta todos los avances que se han logrado hasta el momento en los EIA”, señala.
Fredesbindo Vásquez, ex director general de Asuntos Ambientales Mineros, confirma que hoy no
existen recursos humanos capacitados para evaluar los EIA en el MEM sobre todo en aspectos
como hidrogeología e hidrología. En ese sentido, los EIA no están siendo revisados a profundidad.
Por lo que considera que estos deben ser evaluados y refrendados por organismos ambientales
internacionales.
Una fuente del MEM, explica que esto es relativo. “Este ministerio ha sido criticado por las
empresas porque se está demorando mucho en la aprobación de los EIA. Si no los revisáramos a
profundidad las empresas no se quejarían”, señala.
TERCERIZACIÓN
El ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, ha adelantado la posibilidad de tercerizar
la evaluación de los EIA. Esa posibilidad ha sido cuestionada, pues la mayoría de empresas que
podrían dar este servicio son justamente las que hacen los EIA de las empresas mineras, con lo
cual se crearía un claro conflicto de intereses.
La directora ejecutiva de Coperacción, Julia Cuadros, indica que, si bien esa podría ser una salida
inmediata, se debería apuntar a crear capacidades en el Ministerio del Ambiente para que sea este
sector el que, no solo los evalúe, sino el que los desarrolle, tal como se hace en otros países.
“De esta manera se tendría una mayor confianza. Si las mineras encargan a otras empresas los EIA,
es muy fácil que esos estudios se realicen a la medida y gusto del cliente”, dice Cuadros.
Ante la desconfianza en torno a los EIA, Isabel Calle considera que las mineras deben tomar una
actitud responsable y hacer estudios complementarios. “En el caso de la construcción del
gasoducto de Camisea, hicieron estudios complementarios porque entendieron que los EIA suelen
ser bastante generales. En Camisea se realizaron estudios biogeológicos, de repoblación, de
revegetación etc.”, señala.
Otra crítica que se hace al MEM es el hecho de que usualmente no desaprueba los EIA. En el MEM
niegan esa afirmación. Según nuestra fuente, los EIA reciben un gran número de observaciones y
las empresas tienen que rectificarlos hasta que sean satisfactorios.
Augusto Baertl indica que no se trata de desaprobar y declarar inadmisible un EIA, sino que se
debe intentar encauzar su viabilidad, pero siendo muy exigentes.
DESPUÉS DE APROBADO
Cuadros señala otro defecto: los EIA son casi documentos de trámite, es decir, que una vez que se
otorga la certificación ambiental, nadie hace un seguimiento sobre si lo que se dijo en el EIA se
cumple a lo largo de la vida del proyecto minero.
Además, estos estudios suelen ser voluminosos y repetitivos. El EIA del proyecto Las Bambas fue
de siete mil folios los que fueron entregados a las comunidades para su revisión, siendo por
supuesto incomprensibles para los pobladores. La empresa tuvo que presentar otra versión más
amigable.
Cuadros indica que se han hallado casos en que varios tomos son copiados de otros EIA porque se
considera que tienen una misma línea de base.
En general, se requiere un replanteamiento de los EIA para que estos sean instrumentos que
permitan darles confianza a los pobladores de que los impactos de los proyectos mineros serán
controlados.