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La economía maya

Época: América
Inicio: Año 300
Fin: Año 900

La economía maya gira en torno a la explotación de los recursos del bosque tropical húmedo para cubrir
las necesidades de una sociedad compleja y estratificada. El modo de producción en su conjunto viene
definido por las relaciones económicas entre el campesinado y el grupo dirigente. Tales relaciones se
traducen en pautas de comportamiento social y en la ideología que las enmarca. Podemos afirmar, con
palabras de Pedro Carrasco, que la base de la economía era una estructura de dominación derivada de
la existencia de dos estamentos fundamentales, los nobles, que formaban como personal de gobierno la
clase dominante, que controlaba los medios materiales de producción, y los plebeyos, que eran la clase
trabajadora dependiente política y económicamente de la nobleza. La primacía del factor político en la
organización de la economía se ve en que es éste el que explica los procesos de producción y distribución.

Es indudable que la economía de Mesoamérica era preindustrial, es decir, que la rama más importante
de la producción era la agricultura, de la que se obtenían no solamente alimentos, sino materias primas
para muchas artesanías. El medio de producción básico es, en consecuencia, la tierra, y tanto la tierra
como la fuerza de trabajo estaban controladas por el organismo político.

Los recursos de las tierras bajas pueden dividirse en vegetales, animales y minerales. Entre los primeros
el más importante era el maíz, al que siguen los tubérculos, el chile, las calabazas, los frijoles, el cacao,
la vainilla, el ramón o árbol del pan, los zapotes, etc., todos ellos de consumo directo e inmediato; y
como plantas destinadas principalmente al intercambio o que debían sufrir procesos de transformación,
el copal, caucho, algodón, tabaco, achiote y otras semillas colorantes, madera y hojas de varias especies
de palmas, y la corteza del ficus. Los animales que se cazaban o pescaban con destino a la alimentación
o para aprovechar sus pieles, huesos, dientes y grasa, eran venados, armadillos, pájaros de rico plumaje,
jaguares, iguanas, y en los ríos, lagos y costas de los mares, una gran variedad de peces, moluscos y
crustáceos. Entre los recursos minerales citaremos la piedra caliza, el pedernal, las arcillas y algunas
piedras duras.

Economía Maya

Se basaba en la agricultura; el principal cultivo era el maíz, al que llegaron a convertir en un ser divino.
Le seguía en importancia el algodón. Las cosechas se repartía por mitades: una que correspondía al
estado y otra a los agricultores. Debido a la escasez de agua se establecían cerca de pozos naturales que
llamaban cenotes. Los productos del tráfico eran: sal, pescado copal, mantas de algodón, plumas,
miel, cera, maíz...A cambio recibían artículos de metal, plumas, cacao...

Con el cacao fabricaban chocolatl (chocolate), bebida aceptada rápidamente por los europeos. Tuvieron
industria textil, alfarera y metalúrgica. Fabricaban las telas con algodón. Utilizaron el oro, la plata, el
cobre y el bronce en la fabricación de numerosos objetos, la mayoría de los cuales fueron sustraídos por
los conquistadores.

La base de la economía maya era la agricultura

De ella se obtenían básicamente: maíz, frijol, calabaza, chiles, tubérculos y algodón, los huertos
familiares producían legumbres, especias y medicinas

En la Cuarta sección de la Sala permanente del Museo de la Cultura Maya se puede observar además del
comercio, sus actividades económicas, incluyendo la pesca, caza, agricultura y más.
En la sala permanente se explica que la base de la economía maya era la agricultura. De ella se obtenían
básicamente: maíz, frijol, calabaza, chiles, tubérculos y algodón, los huertos familiares producían
legumbres, especias y medicinas.

La abundancia de los bosques tropical y subtropical, proveía de diversas especies animales para la caza
y la pesca; materiales de construcción y materias primas para enseres, ornamentos y vestidos. El
subsuelo calcáreo proporcionaba la piedra caliza para la construcción, de la que también se extraía cal y
el pedernal; de los bancos fluviales obtenían la arcilla para la cerámica.

El comercio a larga distancia complementaba esta economía con objetos de lujo como jadeíta, pirita,
cinabrio y plumas de quetzal o de difícil obtención como la obsidiana. Las redes locales de comercio
permitían la distribución a nivel interno de ciertos productos como las conchas marinas o la cerámica
policroma.

El conocimiento del medio ambiente, permitió a los mayas aprovechar sus recursos. La caza, la pesca y
la recolección complementaban la dieta agrícola y proporcionaban pieles, plumas, huesos, colmillos y
cuernos para adornos y vestuario. La caza se practicaba con trampas y armas tales como dardos o lanzas,
puesto que no conocieron el arco y la flecha casi hasta la llegada de los españoles. Las presas más
perseguidas eran el venado, el jabalí, el armadillo, el tepezcuintle, así como diversas aves cotizadas por
su carne y plumas.

De la pesca conocemos el uso de pesas para redes, anzuelos, arpones y trampas, auxiliadas a veces con
drogas que obtenían de las plantas para facilitar la captura. La recolección complementaba la
alimentación con frutos, raíces, tallos y productos medicinales, obteniéndose, además, materiales de
construcción y de elaboración de cestería y recipientes.

“El maíz nos fue dado por los dioses como nuestro alimento, de él fuimos hechos; en nuestras milpas
crece también el frijol y la calabaza, el chile y la yuca; cortamos y quemamos el bosque en el tiempo que
el sol seca los aguajes y agosta las plantas; sembramos cuando los vientos barren la tierra limpiando los
caminos, señal de que se acerca el dios de la lluvia, por el la tierra florecerá y dará frutos.

”En las tierras bajas, donde el agua pudre las milpas y los ríos se desbordan bañando la tierra, hacemos
canales, por ellos el agua corre y baja; con su lodo levantamos los campos, los hacemos fértiles. Grande
es nuestro trabajo, duro es bajo el rostro del sol.

”En la montaña, en las colinas, cortamos el bosque y rogamos a su espíritu, a su señor, que permita el
asiento del joven dios del maíz. Con la piedra construimos su casa, con terrazas hacemos su asiento,
hacemos su cama. La lluvia arrastra la tierra y la deposita contra el muro de piedra, para que en ella
duerma la semilla.” (Fragmento extraído de la cédula ubicada en la sección cuatro del Museo)

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