•

Traducción de Joandomenec Ros,

catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona
 • ¿QUÉ ES EL ÁRBOL DE LA VIDA? 98
n Ice LUCA: el último antepasado común universal
•
Introducción ¿SOY REALMENTE UN MONO? 108
6
De la biología a la cultura
¿QUÉ ES LA EVOLUCiÓN? 8
El concepto central y unificador de la biología ¿QUÉ NOS DICE EL REGISTRO FÓSIL? 120
La vida ha existido sobre la Tierra durante la mayor parte
¿TENíA RAZÓN DARWIN? 17 de la historia de nuestro planeta
La evolución es un hecho
¿QUÉ ES EL ESLABÓN PERDIDO? 130
¿QUÉ ES LA SELECCiÓN NATURAL? 28 El relato de los antepasados humanos
Diseño sin diseñador
¿SE HEREDA LA INTELIGENCIA? 140
¿QUÉ ES LA SUPERVIVENCIA DE LOS MÁS APTOS? 38 La inteligencia individual depende sólo en parte de los genes
La síntesis evolutiva
¿CONTINUARÁN EVOLUCIONANDO LOS HUMANOS? 150
¿ES LA EVOLUCiÓN UN PROCESO ALEATORIO? 47 Evolución biológica y cultural
Azar y necesidad
, ¿PUEDO CLONARME? 159
¿QUE ES UNA ESPECIE? 56 Los genes pueden clonarse; una persona no
•

Mantenerse separados
¿DE DÓNDE PROVIENE LA MORALIDAD? 168
¿QUÉ SON LOS CROMOSOMAS, LOS GENES Y EL DNA? 63 Biología frente a cultura
La doble hélice
, ¿ES EL LENGUAJE UN ATRIBUTO EXCLUSIVAMENTE
¿COMO CONSTRUYEN CUERPOS LOS GENES? 72 HUMANO? 179
Del huevo al adulto, del cerebro a la mente Los humanos hablan; hormigas y abejas se comunican

¿QUÉ ES LA EVOLUCiÓN MOLECULAR? 80 ¿ES VERDAD EL CREACIONISMO? 190

El reloj molecular Ciencia y religión no tienen por qué estar en contradicción

¿CÓMO EMPEZÓ LA VIDA? 89 Glosario 202

Una cuestión del huevo y la gallina Notas 204
,
In dice analítico 204

•
~ vivió hace unos 25-30 millones de años, con los chimpancés hace
• I
10 O la a a cu tura
umanos y chimpancés compartieron antepasados comunes en
fecha reciente, hace seis o siete millones de años. Humanos,
simios y monos son primates, pero los humanos son un tipo muy
especial de primate. Tenemos andadura bípeda, un cerebro grande
y pulgares oponibles que hacen posible la manipulación precisa de
utensilios y otros objetos. Además, y más importante, los humanos
poseen una inteligencia y una cultura superiores, que incluye
lenguaje, tecnología avanzada e instituciones sociales y políticas
complejas, así como ética y religión.
No hace falta una gran cantidad de pericia biológica para darse cuen-
ta de que los humanos poseemos órganos y extremidades parecido a
los de otros animales; que parimos nuestras crías como otros manúfe-
ros; que, hueso a hueso, hay una correspondencia precisa entre los
esqueletos de un chimpancé y un humano. Pero tampoco hace falta
reflexionar mucho para advertir la singularidad distintiva de nuestra
especie. Las diferencias anatómicas conspicuas incluyen la andadura
bípeda y el cerebro grande. Mucho más perceptibles que las diferen-
cias anatómicas son los comportamientos diferentes. Los humanos
tenemos instituciones sociales y políticas complejas, códigos legales,
literatura y arte, ética y religión; construimos carreteras y ciudades,
viajamos en automóvil, barco y avión, y nos comunicamos mediante
teléfonos, ordenadores y televisión.
Primates y homínidos
Monos, simios y humanos pertenecen a la categoría de mamíferos
denominada primates. Es decir, los simios son nuestros primos her-
manos, por así decirlo, mientras que los monos son nuestros primos
108
¿S OY REALMENTE UN MONO?
segundos o terceros. Nuestro último ancestro común con los monos
unos seis o siete millones de años, con los gorilas hace unos ocho a
diez millones de años, y con los orangutanes hace más de diez millo-
nes de años. Sabemos estas cosas de tres maneras: mediante la compa-
ración de los primates vivos, incluidos los humanos, entre ellos; me-
diante el descubrimiento y la investigación de restos fósiles de
primates que vivieron en el pasado, y mediante la comparación de su
DNA, proteínas y otras moléculas. El DNA Y las proteínas nos pro-
porcionan la mejor información acerca de lo estrechamente empa-
rentados que estamos con cada uno de los primates, y éstos entre sí.
Pero con el fin de saber de qué manera la estirpe humana cambió en
anatomía y comportamiento a lo largo del tiempo, a medida que
nuestros antepasados se hacían cada vez más humanos, hemos de es-
tudiar los fósiles y los utensilios y otros restos de sus actividades. Esta
información se revisa en ¿Qué es el eslabón perdido?
Nuestros parientes biológicos más cercanos son los grandes
simios, y entre ellos los chimpancés, que están más estrechamente
emparentados con nosotros que los gorilas, y mucho más que los
orangutanes. La estirpe de los homínidos divergió de la del chimpan-
cé hace 6-7 millones de años (Ma) , y evolucionó exclusivamente en
el continente africano hasta la aparición de Horno erectus,
,
algo antes de
hace 1,8 Ma. Poco después de su aparición en el Africa Oriental tro-
pical o sub tropical, H. erectus se expandió a, otros continentes. Se
conocen fósiles de H. erectus (sensu lato) de Africa, Indonesia Gava),
China, Oriente Medio y Europa. Fósiles de H. erectus de Java se han
datado en 1,81 ± 0,04 y 1,66 ± 0,04 Ma, y de Georgia en 1,6-1,8 Ma.
En España se han encontrado fósiles de H. erectus anatómicamente
distintivos, depositados antes de hace 780.000 años, los más antiguos
de Europa meridional.
La transición de H. erectus a H. sapiens tuvo lugar hace unos
400.000 años, aunque esta fecha no está bien determinada debido a la
incertidumbre acerca de si algunos fósiles son de H. erectus o bien
formas «arcaicas» de H. sapiens. H. erectus persistió durante algún tiem-
po en Asia, hasta hace 250.000 años en China y quizá hasta hace
100.000 años en Java, y así fue coetáneo de los miembros más anti-
guos de su especie descendiente, H. sapiens. En Europa se han hallado
restos fósiles de horrúnidos de Neandertal (Horno neanderthalensís) , con
109
¿S OY REALM E NTE UN MONO? ¿SOY REA LM ENTE UN MONO?

Homo sapiens
~ (humanos actuales)
Homo neanderthalensis ----;
- Homo heidelbergensis
Homo erectus (hombre de Java) ---:
- Homo ergaster
- Homo habilis
'---- Australopithecus africanus
- - Australopithecus afterensis (Lucy)
- - Australopithecus anamensis
dernos está respaldado por gran cantidad de pruebas genéticas recien-
tes y, por lo tanto, es el que muchos evolucionistas prefieren.
Algunos de los defensores de este modelo de «sustitución afri-
cana» afirman además que la transición del H. sapiens arcaico al mo-
derno estuvo asociada con un cuello de botella muy estrecho que
consistió únicamente en dos o muy pocos individuos, que son los
ancestros de toda la humanidad moderna. Esta afirmación particular
de un cuello de botella estrecho viene respaldada, erróneamente, por
la investigación de una pequeña fracción peculiar de nuestra herencia
genética, el DNA mitocondrial (mtDNA).

'---- Ardipithecus ramidus

El mito de la Eva mitocondrial
El razonamiento según el cual los humanos modernos descienden de
sólo una o muy pocas mujeres ancestrales se basa en el análisis del
' - - Ardipithecus ramidus kadaba DNA mitocondrial de individuos étnicamente diversos. Las filogenias
•
de secuencias del DNA mitocondrial de humanos modernos se con-
. Periodo de tiempo glutinan en una secuencia ancestral, la «Eva mitocondrial», que existió
estimado en el ,
.que las especies en Africa hace unos 200.000 años. Esta Eva, sin embargo, no es la
existieron - - - Sahelanthropus tchadensis (Toumai) madre única de la que todos los humanos descendemos, sino una
molécula de mtDNA (o la hembra por-
tadora de dicha molécula) de la que des-
IBsta Eva no es la madre
• cienden todas las moléculas de mtDNA
LAS ESPECIES DE HOMíNIDOS, QUE MUESTRAN VARIAS ESPECIES INTERMEDIAS ENTRE
moderno. El mtDNA se hereda sólo de única de la que todos los
SAHELAN THROPUS TC HAOEN S/S (ABAJO), QUE VIViÓ HACE 6-7 MILLONES DE AÑOS, Y LOS
HUMANOS MODERNOS (ARRIBA). (9) la madre, que lo transmite tanto a los hi- humanos descendemos, sino
jos como a las hijas, pero sólo las hijas lo una molécula de mtDNA
un cerebro tan grande como el de H. sapiens, que aparecieron hace transmiten a sus propios hijos. (o la hembra portadora
unos 200.000 años y persistieron hasta hace 30.000 o 40.000 años. El mito de la Eva mitocondrial se
Existe controversia acerca del origen de los humanos moder- basa en una confusión entre las genealo-
de dicha molécula) de la
nos. Algunos antropólogos afirman que la transición de H. erectus a gías génicas (filogenias) y las genealogías que descienden todas las
H. sapiens arcaico y posteriormente a los humanos anatómicamente individuales. Las genealogías génicas se moléculas de mtDNA
modernos tuvo lugar en consonancia en varias partes delViejo Mun- juntan gradualmente hacia una única se- moderno.
do. Los defensores de este «modelo multirregional» destacan las prue- cuencia de DNA ancestral (de la misma
bas fósiles que demuestran continuidad regional en la transición. manera que las especies vivas, como los humanos, chimpancés y go-
Otros, en cambio, aducen que los humanos modernos surgieron pri- rilas, se conglutinan en una especie ancestral). Las genealogías indivi-
,
mero en Africa o en Oriente Medio, algo antes de hace 100.000 años, duales, por otra parte, aumentan por un factor de dos en cada gene-
y desde allí se extendieron por todo el mundo, sustituyendo en todas ración ancestral: un individuo tiene dos padres, cuatro abuelos, y así
partes a las poblaciones preexistentes de H. erectus o de H. sapiens ar- sucesivamente. La conglutinación de una genealogía génica en un gen
caico. El origen africano (o de Oriente Medio) de los humanos mo- ancestral, originalmente presente en un individuo, no niega la exis-
110 111
¿SOY REALMENTE UN MONO?
tencia contemporánea de otros muchos individuos, que también son
nuestros antepasados, y de los que hemos heredado los demás genes.
Esta conclusión puede ilustrarse con una analogía. Mi apellido,
Ayala, lo comparten muchas personas en España, México, las Filipinas y
otros países. Un historiador de nuestra familia ha llegado a la conclu-
sión de que todos los Ayala descienden de Don Lope Sánchez de Ayala,
nieto de Don Vela, vasallo del rey Alfonso VI, quien estableció el señorío
de Ayala en el año 1085, en lo que en la actualidad es la provincia vasca
de Álava. Don Lope es el Adán del que todos descendemos en la línea
paterna, pero también descendemos de otros muchos hombres y mu-
jeres que vivieron en el siglo XI, así como antes y después.
La inferencia que el análisis del mtDNA garantiza es que la
llamada Eva mitocondrial es la antepasada de los humanos modernos
en la línea materna. Cualquier persona tiene un único antepasado en
la línea materna en cualquier generación dada. Así, una persona here-
da el mtDNA de la madre, de la abuela materna, de la bisabuela de la
línea materna, y así sucesivamente. Pero también hereda otros genes
•
de otros antepasados. El mtDNA que hemos heredado de la Eva mi-
tocondrial representa un cuatrocientos milésimo del DNA presente
en cualquier humano moderno (16.000 de 6.000 millones de nu-
cleótidos). El resto del DNA, 400.000 veces más que el mtDNA, lo
hemos heredado de otros contemporáneos de la Eva mitocondrial.
La transformación de simio a humano
Con la «transformación de simio a humano» quiero decir el misterio de
cómo una estirpe simiesca concreta se convirtió en una estirpe homí-
nida, de la que emergieron, después de sólo unos pocos millones de
años, humanos capaces de pensar y amar, que han desarrollado socieda-
des complejas y que defienden valores éticos, estéticos y religiosos.
La transformación de simio a humano es una gran preocupación
para muchas personas. ¿Acaso afirman los científicos que los humanos
son sólo otro tipo de simio, no más diferentes de los chimpancés de lo
que lo son los gorilas y otros simios? ¿Acaso ello implica que la consi-
deración de los humanos como animales muy especiales carece de nm-
damento? La respuesta a estas preguntas es que en algunos aspectos
biológicos somos muy parecidos a los simios, pero que en otros somos
muy diferentes, y estas diferencias proporcionan un fundamento válido
para considerar que los humanos son animales muy especiales.
112
¿SOY REALMENTE UN MONO?
El Proyecto del Genoma Humano
¿Cómo son de parecidos humanos y simios, y cómo de diferentes? La
herencia biológica tanto en humanos como en otros animales se basa
en la transmisión de información genética de padres a hijos. El DNA
de los seres humanos está empaquetado en dos cor~untos de 23 cro-
mosomas, una dotación heredada de cada progenitor. El número total
de letras de DNA (los cuatro nucleótidos representados por A, C, G y
T) en cada conjunto de cromosomas es de unos tres mil millones. El
Proyecto del Genoma Humano ha descifrado la secuencia de los tres
mil millones de letras en un genoma humano (es decir, en un conjun-
to concreto de cromosomas; la secuencia del genoma humano varía
entre genomas en aproximadamente una letra de cada mil).
Los dos genomas (conjuntos de cromosomas) de cada indivi-
duo son diferentes entre sí, y de los genomas de cualquier otro ser
humano (con la excepción trivial de los gemelos idénticos, que com-
parten los mismos dos conjuntos de genes porque los gemelos idén-
ticos se desarrollan a partir de un único óvulo humano fecundado) .
Se estima que la Biblia del rey Jaime contiene tres millones de letras,
signos de puntuación y espacios. Escribir la secuencia del DNA de un
genoma humano requeriría 1.000 volúmenes del tamaño de la Biblia.
Desde luego, la secuencia del genoma humano no está impresa en
libros, sino almacenada en forma electrónica en ordenadores de los
que los investigadores pueden recuperar fragmentos de información.
Pero si se quisiera una impresión de dicha secuencia, se necesitarían
2.000 volúmenes para un solo individuo, 1.000 para cada uno de los
dos conjuntos de genes. A buen seguro, existen maneras más econó-
micas de presentar la información del segundo conjunto que listar
toda la secuencia de letras completa; por ejemplo, indicando la posi-
ción de cada letra variante en el segundo conjunto con relación al
primero. El número de letras diferentes entre los dos conjuntos de un
individuo es de unos tres millones, o 1 de cada 1.000.
El Proyecto del Genoma Humano de los Estados Unidos se
inició en 1989, financiado mediante dos agencias, los Institutos Na-
cionales de Salud y el Departamento de Energía. (Una empresa pri-
vada, Celera Genomics, empezó algo más tarde en los Estados Uni-
dos, pero llegó, de manera en gran parte independiente, a resultados
parecidos.) El objetivo era la secuencia completa de un genoma hu-
113
¿S OY REALMEN TE U N M O N O?
mano en 15 años a un coste aproximado de 3.000 millones de dólares,
lo que suponía aproximadamente un dólar por letra de DNA. Antes
de lo previsto, en 2001, se completó un borrador de la secuencia del
genoma. En 2003 se terminó el Proyecto del Genoma Humano.
Conocer la secuencia del DNA humano es un primer paso,
pero no más que esto, hacia la comprensión de la constitución genéti-
ca de un ser humano. Piense el lector en los 1.000 volúmenes del ta-
maño de la Biblia. Ahora conocemos la secuencia ordenada de los tres
mil millones de letras, pero dicha secuencia no proporciona un cono-
cimiento de los seres humanos, de la misma manera que no compren-
deríamos el contenido de 1.000 volúmenes del tamaño de una Biblia
escritos en un idioma extraterrestre, del que sólo supiéramos el alfabe-
to, sólo porque llegáramos a descifrar su secuencia de letras.
El genoma del chimpancé
El 1 de septiembre de 2005 se publicó un borrador del genoma del
chimpancé. En las regiones del genoma que comparten humanos
y chimpancés, las dos especies son idénticas en un 98-99 por ciento.
Las diferencias parecen ser muy pequeñas o muy grandes, según
como uno prefiera considerarlas: 1 por ciento del total parece muy
poco, pero supone una diferencia de 30 millones de letras de DNA de
un total de 3.000 millones en cada genoma. El veintinueve por cien-
to de los enzimas y otras proteínas codificadas por los genes son idén-
ticos en ambas especies. De un total de cien a varios cientos de ami-
noácidos que constituyen cada proteína, el 71 por ciento de proteínas
no idénticas difieren entre humanos y chimpancés por término me-
dio en sólo dos aminoácidos. Si se tienen en cuenta los segmentos de
DNA que se encuentran en una especie, pero no en otra, los dos ge-
nomas son idénticos en cerca de un 96 por ciento, en lugar del 98-
99 por ciento idénticos como en el caso de secuencias de DNA que
comparten ambas especies. Es decir, una gran cantidad de material
genético (alrededor del 3 por ciento, o unos 90 millones de letras de
DNA) se ha insertado o ha sido eliminado desde que humanos y
chimpancés iniciaron sus rutas evolutivas diferentes, hace entre seis y siete
millones de años. La mayor parte de este DNA no contiene genes que
codifiquen proteínas.
La comparación de los dos genomas proporciona algunas indi-
caciones de la tasa de evolución de genes concretos en las dos espe-
114
¿SOY REALMENTE UN MONO?
cies. Un hallazgo significativo es que los genes activos en el cerebro
han cambiado más en el linaje humano que en el del chimpancé.
También es significativo que los genes humanos que evolucionan más
rápidamente son los que codifican «factores de transcripción», es de-
cir, proteínas «conmutadoras», que controlan la expresión de otros
genes, determinando cuándo tienen que conectarse o desconectarse.
En total, se han identificado 585 genes que evolucionan más rápida-
mente en los humanos que en los chimpancés, entre ellos genes im-
plicados en la resistencia a la malaria y a la tuberculosis. (Adviértase
que la malaria es una enfermedad grave para los humanos, pero no
para los chimpancés.)
Los genes situados en el cromosoma Y, que se encuentran úni-
camente en el macho, han sido mucho mejor protegidos por la selec-
ción natural en el linaje humano que en el del chimpancé, en el que
varios genes han incorporado mutaciones incapacitadoras que hace
que los genes no sean funcionales. Asimismo, varias regiones del ge-
noma humano parecen contener genes beneficiosos que han evolu-
cionado rápidamente en los últimos 250.000 años. Uno de ellos es el
gen FOXP2, implicado en la evolución del habla.
A buen seguro, las comparacio-
nes ampliadas de los genomas huma-
no y de los chimpancés y la explora-
ción experimental de las funciones los rasgos humanos más
asociadas con genes importantes ha- distintivos son los que se
rán progresar de manera considerable expresan en el cerebro,
nuestra comprensión, a lo largo de la los que explican la mente
década o dos décadas próximas, de lo
que sea que nos hace distintivamente
humana y la identidad
humanos. Las características que nos humana.
distinguen como humanos empiezan
temprano en el desarrollo, mucho antes del nacimiento, a medida
que la información lineal codificada en el genoma se expresa gra-
dualmente en un individuo tetradimensional, un individuo que
cambia su configuración a medida que pasa el tiempo. En un sentido
importante, los rasgos humanos más distintivos son los que se expre-
san en el cerebro, los que explican la mente humana y la identidad
humana.
115
¿SOY REALMEN T E UN MONO?
Singularidad humana
Los rasgos anatómicos humanos más distintivos son la postura erecta
y el cerebro grande. Somos la única especie de vertebrado con una
marcha bípeda y postura erguida; las aves son bípedas, pero su colum-
na vertebral se sitúa más cerca de la horizontal que de la vertical. El
tamaño del cerebro es generalmente proporcional al tamaño del
cuerpo; en relación a la masa corporal, los humanos poseen el cerebro
mayor (y más complejo). El cerebro del macho humano adulto tiene
un volumen de 1.400 centímetros cúbicos (cm3) y un peso aproxima-
do de 1,5 kilogramos, tres veces mayor que el cerebro del chimpancé.
. Los evolucionistas solían plantear la pregunta de qué fue lo que
apareció primero en la evolución del linaje humano, la andadura bípeda
o el cerebro grande, o bien si evolucionaron al unísono. Actualmente la
cuestión está resuelta. Nuestros ancestros tenían, hace más de cuatro mi-
llones de años, una marcha bípeda, pero estos ancestros poseían un cere-
3
. bro pequeño, de unos 450 cm y medio kilogramo de peso. El tamaño del
cerebro empezó a aumentar notablemente con nuestros antepasados
•
3
Horno habilís, hace 2-2,5 Ma, que poseían un cerebro de 650-800 cm •
3
Horno erectus tenía cuando adulto un cerebro de unos 1.200 cm .Tal como
se mencionó anteriormente, nuestra especie, Horno sapíens, posee un ce-
3
rebro de 1.300-1.400 cm , o un kilogramo y medio de materia gris.
La postura erguida y el cerebro grande no son los únicos rasgos
anatómicos que nos distinguen de los primates no humanos. Una
lista de nuestras características anatómicas más distintivas incluye:
• postura erecta y andadura bípeda (implica cambios en la
columna vertebral, la pelvis y los pies)
• pulgares oponibles y cambios en el brazo y la mano (hacen
posible la manipulación precisa)
• cerebro grande
• reducción de las mandíbulas y remo delación de la cara
• cambios en la piel y en las glándulas dérmicas
• reducción del pelo corporal
• ovulación críptica (y receptividad sexual continua de la
hembra)
• desarrollo lento
• modificación del tracto vocal y la laringe
• reorganización del cerebro
116
¿SOY REALMENTE UN MONO?
Los humanos son notablemente diferentes de otros animales
no sólo en la anatomía, sino también, y no menos importante, en su
comportanúento, tanto individual como socialmente. Entre los rasgos
de comportamiento humano distintivos se cuentan los siguientes:
• expresión sutil de las emociones
• inteligencia: pensamiento abstracto, categorización y razo-
•
nal1llento
• lenguaje simbólico (creativo)
• consciencia de sí núsmo y consciencia de la muerte
• fabricación de utensilios y tecnología
• ciencia, literatura y arte
• ética y religión
• organización social y cooperación
• códigos legales e instituciones políticas
Evolución biológica y evolución cultural
Los humanos y otros primates viven en grupos que están organizados
socialmente. Pero las sociedades de los primates ni siquiera se aproxi-
man a la complejidad de la organización social humana. Un rasgo
social humano distintivo es la cultura, que puede entenderse como el
conjunto de actividades y creaciones humanas no estrictamente bio-
lógicas. La cultura incluye las instituciones sociales y políticas, las tra-
diciones religiosas y éticas, el lenguaje, el sentido común y el conoci-
miento científico, el arte y la literatura, la tecnología y, en general,
todas las creaciones de la mente humana. El advenimiento de la cul-
tura trajo consigo la evolución cultural, un modo de evolución supe-
rorgánico superpuesto al modo orgánico que se ha hecho dominante.
La evolución cultural se ha producido debido a cambio y herencia
culturales, un medio distintivamente humano de conseguir la adapta-
ción al ambiente.
Hay en la especie humana dos tipos de herencia, la biológica y
la cultural, que también pueden llamarse sistemas de herencia orgáni-
co y superorgánico. La herencia en los humanos es muy parecida a la
de cualquier otro organismo de reproducción sexual; se basa en la trans-
misión de información genética codificada en el DNA de una gene-
ración a la siguiente por medio de las células sexuales. La herencia
cultural, en cambio, se basa en la transmisión de información por me-
117
¿S OY RE A LM E NTE UN MONO ?
dio de un proceso de enseñanza y aprendizaje, que en principio es
independiente de la paternidad biológica. La cultura se transmite me-
•
di ante instrucción y aprendizaje, mediante ejemplo e imitación,
mediante libros, periódicos y radio, televisión y películas de cine, a
través de obras de arte y por cualquier otro medio de comunicación.
La cultura la adquiere toda persona de sus padres, parientes y vecinos,
y de todo el ambiente humano.
La herencia cultural hace posible para la gente lo que ningún
otro organismo puede lograr: la transmisión acumulativa de experien-
cia de una generación a la siguiente. Los animales pueden aprender
por experiencia, pero no transmiten sus experiencias, sus «descubri-
mientos» (al menos no en medida significativa) a las siguientes gene-
raciones. Los animales poseen memoria individual, pero carecen de
una «memoria social». Los humanos, en cambio, han desarrollado una
cultura porque pueden transmitir acumulativamente sus experiencias
.de generación en generación.
La herencia cultural hace posible
•
r- La herencia cultural I la evolución cultural, es decir, la evolu-
ción del saber, de las estructuras sociales,
hace posible para la de la ética y de todos los demás compo-
gente lo que ningún otro nentes que constituyen la cultura huma-
otganismo puede lograr: la na. También hace posible un nuevo
transmisión acumulativa modo de adaptación al ambiente que no
está disponible para los organismos no hu-
de experiencia de una
manos: la adaptación por medio de la
generación a la siguiente. cultura. En general, los organismos se
adaptan al ambiente por medio de la se-
lección natural, cambiando a lo largo de las generaciones su constitu-
ción genética para adecuarse a las demandas del ambiente. Pero los
humanos, y únicamente los humanos, también pueden adaptarse
cambiando el ambiente para que se ajuste a las necesidades de sus
genes. (Los animales construyen nidos y modifican su ambiente de
otras maneras, pero la manipulación del ambiente por cualquier espe-
cie no humana es trivial comparada con la de la humanidad.) Duran-
te los últimos milenios los humanos han estado adaptando el ambien-
te a sus genes con más frecuencia que sus genes al ambiente.
Con el fin de extender su hábitat geográfico, o de sobrevivir en
un ambiente cambiante, una población de organismos ha de adaptar-
118
¿SOY REALMENTE UN MONO?
se, a través de la lenta acumulación de variantes genéticas elegidas por
la selección natural, a las nuevas condiciones climáticas, nuevas fuen-
tes de alimento, competidores, etc. El descubrimiento del fuego y el
uso de refugios y vestidos permitieron a los humanos extenderse des-
de las cálidas regiones tropicales y subtropicales del Viejo Mundo a
toda la Tierra, con excepción de los desiertos helados de la Antártida,
sin el desarrollo anatómico de pelo o pelaje. Los humanos no espera-
ron a la aparición de mutantes genéticos que promovieran el desarro-
llo de alas; han conquistado el aire de una manera algo más eficiente
y versátil mediante la construcción de máquinas voladoras. La gente
atraviesa ríos y mares sin agallas ni aletas. La exploración del espacio
exterior se ha iniciado sin esperar mutaciones que nos proporciona-
ran la capacidad de respirar con presiones bajas de oxígeno o de fun-
cionar en ausencia de gravedad; los astronautas portan su propio oxí-
geno y sus trajes de presión,
especialmente equipados. Desde sus
oscuros comienzos en Africa, los humanos se han convertido en la
especie de mamífero más extendida y abundante sobre la Tierra. Fue
la aparición de la cultura como una forma de adaptación supraorgá-
nica la que permitió que ello ocurriera.
En la especie humana la adaptación cultural ha imperado sobre
la adaptación biológica porque es un modo más efectivo; es más rápi-
da y puede ser dirigida. Una mutación genética favorable acabada de
surgir en un individuo sólo puede transmitirse a una parte considera-
ble de la especie humana a través de innumerables generaciones. Sin
embargo, un nuevo descubrimiento científico o un nuevo logro téc-
nico pueden transmitirse a toda la humanidad, al menos potencial-
mente, en menos de una generación. Es muestra de ello la rápida
expansión de los ordenadores personales, los iPhone e Internet. Ade-
más, siempre que surge una necesidad, la cultura puede conseguir
directamente los cambios apropiados para enfrentarse al reto. La adap-
tación biológica, en cambio, depende de la disponibilidad accidental
de una mutación favorable, o de una combinación de varias mutacio-
nes, en el momento y lugar en el que sUlja la necesidad.
119