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fracasado y desmoralizado, busca una vida de descanso.” (Maeztu, ----) Es por esto, que
hidalgo don Quijote de la Mancha. En ella se atisba, casi como exacto reflejo, la vida de
su autor, por lo que “cuando se piensa en la vida de Cervantes es cuando se siente mejor
sus aventuras, tiñen todas las páginas del libro, y don Quijote es el mismo Cervantes...”
(Maeztu, ----) Además, Saavedra impregna en su obra un campo variado de temas que se
A los fieles y ansiosos lectores, les ha de constar que nuestro ingenioso hidalgo
Rocinante, y sus armas. Pero más adelante, Cervantes le atribuye al manchego un fiel
escudero, Sancho Panza, quien será su nuevo compañero; es aquí donde se da principio a
una nueva amistad. Cabe mencionar, que don Quijote ya contaba con dos grandes
amigos: Pero Pérez, el Cura, y Maese Nicolás, el barbero, que de un comienzo hasta la
muerte del aventurado se hacen presentes en su vida, mas quiero destacar la primera. Al
comienzo de las aventuras, según Sáiz Ripoll (----) se percibe que “Sancho le acompaña a
su amo sólo por interés.” Esto se da a mostrar en conversaciones tales como cuando el
campesino replica por su ínsula –“Mire vuestra merced, señor caballero andante, que no
Parte, Capítulo VII, página 43). Así mismo, en ciertas ocasiones pareciese que “don
porque a quien se humilla, Dios le ensalza”- (Aventuras de Don Quijote, Primera Parte,
obra. Para sustentar lo dicho, debo decir que las ideas de Sáiz Ripoll se contraponen con
lo planteado porque “ya no será una relación de caballero a escudero, sino una relación
entre dos hombres que se necesitan recíprocamente porque Sancho descubre poco a poco
que el mundo de don Quijote tiene unos valores que él no conocía, que es un mundo
digno, que no rinde beneficios, pero sí satisfacciones. Don Quijote a su vez, se acerca a
Sancho, le va dando más crédito, acepta sus opiniones y lo valora”. Este proceso abre
aprender mutuamente. Incluso, podemos vislumbrar cómo no hay “ni Quijote sin
Sancho, ni Sancho sin Quijote” (Don Quijote de la Mancha, I, Introducción, página 11)
porque “apenas se hubo partido Sancho, cuando don Quijote sintió su soledad”
(Aventuras de Don Quijote, Segunda Parte, Capítulo XLIV, página 246) y como Sancho
dice “no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna…y por esta
sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más
disparates que haga.” (Aventuras de Don Quijote, Segunda Parte, Capítulo XII, página
160) A lo cual Ripoll expone que “todo eso es un magnífico canto a la amistad y
solidaridad humana, nos demuestra que hombres de pensamiento muy opuesto pueden
con Sancho Panza, quien es uno temeroso, interesado, que no lucha por nada que no
brinde beneficios, y realista –aunque llegado un tiempo se torna fantasioso al igual que su
Quijote y Sancho Panza. Durante esta continuación de las aventuras del caballero
andante y su escudero, Marrero Aizpurúa comenta que “el carácter del hidalgo está más
muestra con tanto énfasis en su locura, pero aún continúa sumergido en su mundo
que en las provenientes aventuras se muestra poco a poco la transformación, debido a que
nuestro ingenioso hidalgo actúa con más sensatez a pesar de su desmedida imaginación.
gobernar la supuesta ínsula dada por los duques. Según Ripoll, “el contraste mayor es
que un loco, don Quijote, se convierte en ejemplo de valores humanos: fe, el ideal, la
muestra en páginas del libro Aventuras de Don Quijote tales como en el capítulo XLII de
la segunda parte: -“Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está, ¡oh hijo!,
atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a
seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes
cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones”- (página 238).
Sancho se va acercando al del Quijote. Ya el hidalgo dice algunos refranes que antes
comprobación de este proceso se muestra más bien en los últimos capítulos donde
Sancho Panza dignamente y poniendo en orgullo a Don Quijote, gobierna con excelencia,
discursos, va citando refranes –no tantos como los de su amigo-, ensartándolos con
coherencia.
esta relación no hubiese pasado los límites de la caballería andante, ya que con el silencio
habían de ser, sin distinción ninguna, sólo Don Quijote de la Mancha, famoso caballero
andante, junto con su fiel y discreto escudero, Sancho Panza. Es más, me tomo el
derecho de deducir que la amistad tan famosa que mantiene actualmente vivos a estos dos
caballerescos. Por otro lado, es de saber que éstos, antes de conseguir su amistad,
pasaron por algunos momentos que para el lector le es notable la indiferencia con la que
aunque con las discusiones y discrepancias no habían de faltar. Pero, para Bloom (----)
esto abrió paso porque “por más que discutan a menudo, Don Quijote y Sancho siempre
podemos utilizar como ejemplo la escena en que “viendo, pues Quijote que Sancho hacía
burla de él, se corrió y enojó en tanta manera, que alzó el lanzón y le asentó dos palos,
tales, que si como los recibió en las espaldas los recibiera en la cabeza, quedara libre de
pagarle el salario, si no fuera a sus herederos. Viendo Sancho que sacaba tan malas veras
de sus burlas, con temor de que su amo no pasase adelante en ellas, con mucha humildad
dijo: -Sosiéguese vuestra merced; que me burlo-.” (Aventuras de Don Quijote, Primera
siempre con algún acuerdo mutuo. “Aunque en el Quijote pasa prácticamente todo lo que
puede pasar, lo que más importa son las conversaciones que Sancho y don Quijote
mantienen sin cesar”. (Bloom, ----) No es menos cierto, que sus aventuras y los sucesos
son importantes, pero he de decir que en los intercambios de ideas por parte de ambos
que “aun en los momentos más feroces, ambos muestran una cortesía inquebrantable, y
cierta manera es admirable como Saavedra le dio un toque especial al tema de la amistad
en su obra, permitiendo que la misma sucediera entre lo que era hidalgo y plebeyo,
caballero y escudero, y lo que ahora es y seguirá siendo por los siglos de la literatura,
amistad invaluable.
debe ser por ello totalmente recíproca.” (Anónimo, ----) Verdaderamente, el reflejo de
esta reflexión lo han de ser Don Quijote y Sancho Panza tras el largo recorrido de toda
una obra, enfrentando bien y mal, en acuerdos y diferencias, en paz y guerra, en vida y en
muerte... De manera que en el “estilo cervantino inimitable, que brilla en sus mejores
Cervantes nos dejó escrita de la inmortal pareja es, en sí misma, una relación tan íntima y
tan profunda amistad que difícilmente se encuentra otra igual –a mi parecer- en obras
Bibliografía
De Cervantes Saavedra, M. (2008). Aventuras de Don Quijote. San Juan, Puerto Rico:
Editorial Panamericana Inc.