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Naitza M.

Santiago Sánchez Trabajo sometido como requisito parcial del curso:


14/I/2009 Español Avanzado
12-2 Sra. B. Flores

Don Quijote de la Mancha


Monografía
(La amistad)

Miguel de Cervantes Saavedra, “no sólo estando cansado y desilusionado, sino

fracasado y desmoralizado, busca una vida de descanso.” (Maeztu, ----) Es por esto, que

en la desesperada persecución de reposo, concibe su obra clásica y célebre El ingenioso

hidalgo don Quijote de la Mancha. En ella se atisba, casi como exacto reflejo, la vida de

su autor, por lo que “cuando se piensa en la vida de Cervantes es cuando se siente mejor

el Quijote, porque el recuerdo de la propia vida, de sus ambiciones, de sus sueños y de

sus aventuras, tiñen todas las páginas del libro, y don Quijote es el mismo Cervantes...”

(Maeztu, ----) Además, Saavedra impregna en su obra un campo variado de temas que se

hacen notar. No empero, se desarrolla un tema sumamente importante, básico y claro

durante la historia del Caballero de la Figura Triste: la amistad.

A los fieles y ansiosos lectores, les ha de constar que nuestro ingenioso hidalgo

comenzó sus caballerescas aventuras acompañado solamente de su rocín, el valiente

Rocinante, y sus armas. Pero más adelante, Cervantes le atribuye al manchego un fiel

escudero, Sancho Panza, quien será su nuevo compañero; es aquí donde se da principio a

una nueva amistad. Cabe mencionar, que don Quijote ya contaba con dos grandes

amigos: Pero Pérez, el Cura, y Maese Nicolás, el barbero, que de un comienzo hasta la

muerte del aventurado se hacen presentes en su vida, mas quiero destacar la primera. Al
comienzo de las aventuras, según Sáiz Ripoll (----) se percibe que “Sancho le acompaña a

su amo sólo por interés.” Esto se da a mostrar en conversaciones tales como cuando el

campesino replica por su ínsula –“Mire vuestra merced, señor caballero andante, que no

se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido”- (Aventuras de Don Quijote, Primera

Parte, Capítulo VII, página 43). Así mismo, en ciertas ocasiones pareciese que “don

Quijote le trata a su escudero como esclavo”. (Anónimo, ----) Entre algunas

conversaciones, el valeroso caballero le comentaba –“Con todo eso te has de sentar;

porque a quien se humilla, Dios le ensalza”- (Aventuras de Don Quijote, Primera Parte,

Capítulo XI, página 53).

Aunque en un principio sólo era amo y escudero, es notable el cambio durante la

obra. Para sustentar lo dicho, debo decir que las ideas de Sáiz Ripoll se contraponen con

lo planteado porque “ya no será una relación de caballero a escudero, sino una relación

entre dos hombres que se necesitan recíprocamente porque Sancho descubre poco a poco

que el mundo de don Quijote tiene unos valores que él no conocía, que es un mundo

digno, que no rinde beneficios, pero sí satisfacciones. Don Quijote a su vez, se acerca a

Sancho, le va dando más crédito, acepta sus opiniones y lo valora”. Este proceso abre

paso a la confianza entrambos, permitiéndose, de casi igual manera, aconsejarse y

aprender mutuamente. Incluso, podemos vislumbrar cómo no hay “ni Quijote sin

Sancho, ni Sancho sin Quijote” (Don Quijote de la Mancha, I, Introducción, página 11)

porque “apenas se hubo partido Sancho, cuando don Quijote sintió su soledad”

(Aventuras de Don Quijote, Segunda Parte, Capítulo XLIV, página 246) y como Sancho

dice “no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna…y por esta

sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más
disparates que haga.” (Aventuras de Don Quijote, Segunda Parte, Capítulo XII, página

160) A lo cual Ripoll expone que “todo eso es un magnífico canto a la amistad y

solidaridad humana, nos demuestra que hombres de pensamiento muy opuesto pueden

llegar a coincidir y a complementarse.” De manera que don Quijote siendo valiente,

noble, desinteresado, luchador y fantasioso –hasta el día de su muerte-, se complementa

con Sancho Panza, quien es uno temeroso, interesado, que no lucha por nada que no

brinde beneficios, y realista –aunque llegado un tiempo se torna fantasioso al igual que su

amo-. No obstante, estas características evolucionan en el transcurso del Quijote.

En la segunda parte de la obra, es donde más se puede apreciar la amistad de don

Quijote y Sancho Panza. Durante esta continuación de las aventuras del caballero

andante y su escudero, Marrero Aizpurúa comenta que “el carácter del hidalgo está más

perfeccionado, más cuerdo, más humano, más comprensivo”, debido a que ya no se

muestra con tanto énfasis en su locura, pero aún continúa sumergido en su mundo

fantasioso de la caballería andante. “Sancho, en cambio -dice Aizpurúa-, se idealiza y

pierde su primitiva tosquedad”, ya que al pasar el tiempo junto a su amo, es comprensible

que de él aprendiese algo y tomara parte de su actitud. De acuerdo a lo expuesto, diré

que en las provenientes aventuras se muestra poco a poco la transformación, debido a que

nuestro ingenioso hidalgo actúa con más sensatez a pesar de su desmedida imaginación.

Por otro lado, el campesino muestra su amplio entendimiento y elegante hablar al

gobernar la supuesta ínsula dada por los duques. Según Ripoll, “el contraste mayor es

que un loco, don Quijote, se convierte en ejemplo de valores humanos: fe, el ideal, la

libertad, la justicia, la razón…y Sancho, interesado y malicioso a veces, se convierte en

un ejemplo de sencillez, de bondad y lealtad; contrastes que se van cambiando y dan


lugar a una gran amistad. Sancho dulcifica a don Quijote y su melancolía, y Quijote

educa a Sancho con su conocimiento y sus consejos.” Ciertamente, lo mencionado se

muestra en páginas del libro Aventuras de Don Quijote tales como en el capítulo XLII de

la segunda parte: -“Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está, ¡oh hijo!,

atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a

seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes

cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones”- (página 238).

Éste, es un desarrollo y proceso, aunque lento, bonito y digno de imitarse porque

se muestra la aceptación y amor al prójimo. Entonces, de esta manera en que el proceso

y cambio tomó su lugar se le ha designado como “quijotización” y “sanchización”.

Aizpurúa, explica que “el carácter del Quijote se va acercando al de Sancho, y el de

Sancho se va acercando al del Quijote. Ya el hidalgo dice algunos refranes que antes

criticaba a Sancho, y Sancho se va haciendo más discreto, inteligente e idealista”. La

comprobación de este proceso se muestra más bien en los últimos capítulos donde

Sancho Panza dignamente y poniendo en orgullo a Don Quijote, gobierna con excelencia,

reflejando las enseñanzas de su amo. Mientras, el hidalgo, en poco de los muchos

discursos, va citando refranes –no tantos como los de su amigo-, ensartándolos con

coherencia.

Evidentemente, todo esto ha conllevado la conversación entre estos famosos e

inseparables compañeros de aventuras y amigos de corazón. Explico, que sin la plática

esta relación no hubiese pasado los límites de la caballería andante, ya que con el silencio

habían de ser, sin distinción ninguna, sólo Don Quijote de la Mancha, famoso caballero

andante, junto con su fiel y discreto escudero, Sancho Panza. Es más, me tomo el
derecho de deducir que la amistad tan famosa que mantiene actualmente vivos a estos dos

personajes no lo hubieran conseguido si su creador, Cervantes, no rompiera las barreras

de silencio y regularidad que se muestran en los otros tantos aborrecidos libros

caballerescos. Por otro lado, es de saber que éstos, antes de conseguir su amistad,

pasaron por algunos momentos que para el lector le es notable la indiferencia con la que

se trataban. Más adelante, vislumbramos que caballero y escudero comienzan su trato,

aunque con las discusiones y discrepancias no habían de faltar. Pero, para Bloom (----)

esto abrió paso porque “por más que discutan a menudo, Don Quijote y Sancho siempre

se reconcilian y nunca flaquean en cuanto a afecto mutuo, lealtad y equilibrio entre la

gran insensatez del caballero y la sabiduría de su escudero.” En cuanto a esto trata,

podemos utilizar como ejemplo la escena en que “viendo, pues Quijote que Sancho hacía

burla de él, se corrió y enojó en tanta manera, que alzó el lanzón y le asentó dos palos,

tales, que si como los recibió en las espaldas los recibiera en la cabeza, quedara libre de

pagarle el salario, si no fuera a sus herederos. Viendo Sancho que sacaba tan malas veras

de sus burlas, con temor de que su amo no pasase adelante en ellas, con mucha humildad

dijo: -Sosiéguese vuestra merced; que me burlo-.” (Aventuras de Don Quijote, Primera

Parte, Capítulo XX, página 86)

Continuamente, así transcurre de forma variada en la obra, actitud que se remedia

siempre con algún acuerdo mutuo. “Aunque en el Quijote pasa prácticamente todo lo que

puede pasar, lo que más importa son las conversaciones que Sancho y don Quijote

mantienen sin cesar”. (Bloom, ----) No es menos cierto, que sus aventuras y los sucesos

son importantes, pero he de decir que en los intercambios de ideas por parte de ambos

personajes es donde se muestra la importancia de la comunicación, el valor y peso de la


palabra para fomentar y abundar profundamente la amistad. Aparte, Bloom (----) expone

que “aun en los momentos más feroces, ambos muestran una cortesía inquebrantable, y

escuchándose aprenden constantemente. Escuchar los cambia.” Es por esto, que de

cierta manera es admirable como Saavedra le dio un toque especial al tema de la amistad

en su obra, permitiendo que la misma sucediera entre lo que era hidalgo y plebeyo,

caballero y escudero, y lo que ahora es y seguirá siendo por los siglos de la literatura,

amistad invaluable.

“La amistad es un valor fundamental en una relación de dos o más personas y,

debe ser por ello totalmente recíproca.” (Anónimo, ----) Verdaderamente, el reflejo de

esta reflexión lo han de ser Don Quijote y Sancho Panza tras el largo recorrido de toda

una obra, enfrentando bien y mal, en acuerdos y diferencias, en paz y guerra, en vida y en

muerte... De manera que en el “estilo cervantino inimitable, que brilla en sus mejores

páginas” (Aventuras de Don Quijote, contraportada) ha de perdurar “el Quijote, y muy

especialmente, la relación Don Quijote-Sancho; porque la humanísima relación que

Cervantes nos dejó escrita de la inmortal pareja es, en sí misma, una relación tan íntima y

tan profunda amistad que difícilmente se encuentra otra igual –a mi parecer- en obras

literarias” (Pérez, 2004)

Bibliografía

De Cervantes Saavedra, M. (1999). Don Quijote de la Mancha, I. España: Ediciones


Escolares

De Cervantes Saavedra, M. (2008). Aventuras de Don Quijote. San Juan, Puerto Rico:
Editorial Panamericana Inc.

Sáiz Ripoll, A. “Don Quijote de la Mancha”. El ingenioso Hidalgo don Quijote de la


Mancha (palabras para un centenario). ____. ____________.
<http://www.islabahia.com/perso/anabel>.
___________. “La amistad presente en la obra Don Quijote de la Mancha”. Don
Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes. ____. __________.
<http://rincondelvago.com>.

Montelongo, P. “La amistad de Don Quijote y Sancho Panza”. El Quijote y Sancho,


escuchar los cambia. 1947. Julio-Agosto 2005. <http://istmoenlinea.com.mx>.

Pérez, M. J. “La amistad de Don Quijote y Sancho Panza”. Don Quijote-Sancho/Sancho


Don Quijote: enseñanza-aprendizaje entre el diálogo y la aventura. 9 de
diciembre de 2004. <http://www.cervantesvirtual.com/srvlet/siweobras>.

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