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Ecuación de Langevin.

La mayor parte de los sistemas físicos reales solo se pueden tratar a través de modelos
en el que se realza la parte más relevante del sistema y se desprecian aquellas partes
del mismo que no son tan relevantes para la propiedad que queremos tratar. Un ejemplo
prototípico es el estudio de las moléculas, donde muchas veces se desprecian algunos grados
de libertad relativos al movimiento de las mismas, o simplemente se busca una situación en
la que el estudio de esos grados de libertad no es tan relevante. Así por ejemplo, cuando se
quieren estudiar las propiedades electrónicas de las moléculas es normal considerar que los
núcleos de los átomos que las componen se quedan jos en unas determinadaas posiciones
(aproximación de Born-Oppenheimer ).
Otro ejemplo muy conocido lo encontramos en el uso de la ecuación de Langevin, que
es el objetivo de esta sección. Consideremos, por ejemplo, una solución que contiene iones
o polímeros que son mucho más pesados que las moléculas que forman el disolvente. Esto
hace que sean necesarias muchas colisiones entre las moléculas de solvente y de soluto
para que las más pesadas puedan moverse, lo que establece que el problema tenga dos
escalas de tiempo diferentes. Esto puede usarse para eliminar los detalles del movimiento
de las partículas más pesadas y representar su efecto por fuerzas que pueden tratarse de
forma simple. 7

En general, recibe el nombre de ecuación de Langevin una ecuación diferencial esto-


cástica que describe la evolución temporal de unos determinados grados de libertad de un
sistema físico. Originalmente, se planteó para el estudio del movimiento browniano, donde
una partícula inmersa en un uido sufre un movimiento aparentemente aleatorio debido
a las colisiones con las pequeñas partículas del uido. Los grados de libertad que se eligen
para describirse mediante una ecuación de Langevin son variables macroscópicas cuya
variación temporal es mucho más lenta que la de las otras variables (microscópicas) del
sistema. De esta manera, se utiliza un modelo simplicado que omite la descripción deta-
llada de algunos grados de libertad mediante el uso de una ecuación diferencial estocástica
adecuadamente elegida.
Esto se hace de la siguiente forma. Cuando una partícula pesada se está moviendo a
través del solvente, encontrará que tiene muchas más partículas de solvente delante que
detrás (esto es, la partícula va abriéndose camino entre las de solvente). Por lo que, en
promedio, el efecto de estas partículas puede ser el de una fuerza de rozamiento que es
proporcional a su velocidad, y de dirección opuesta a la misma. Esto nos lleva a sugerir
que la ecuación de movimiento de la partícula pesada debe ser:
dv
m (t) = −γv(t) + F(t),
dt
(3)
donde γ es el coeciente de fricción y F es la fuerza resultante externa, o sistemática, que
sufre la partícula debido a todas las demás interacciones que tienen lugar en el sistema.
Debe hacerse notar que es sabido que el movimiento de las partículas del uido
presenta en general correlaciones claras en magnitudes que dependen del tiempo. Por
consiguiente, las colisiones entre las partículas deben mostrar también correlaciones
temporales. Estas correlaciones deben afectar la forma que presente el término de
fricción, que se ha escrito como dependiente únicamente de la velocidad instantá-
nea. Para tener en cuenta las correlaciones, un tratamiento más aproximado debe
incluir contribuciones de las velocidades de las partículas en tiempos anteriores (que
7 Formalmente, este proceso puede llevarse a cabo de forma analítica mediante uno de los llamados
métodos de proyección.

6
automáticamente introduce un efecto de memoria en la descripción del sistema).
Una manera sencilla, pues, de incluir efectos de memoria es usando un kernel con
expresiones del tipo:
ˆ t
dv
m (t) = − dt0 γ(t − t0 )v(t0 ) + F(t),
dt −∞

Por consiguiente, si bien en un tratamiento más preciso se haría necesario incluir


los efectos de la correlación temporal, en la presente discusión no trataremos los
efectos de esa memoria temporal, de tal forma que la ecuación de movimiento será
de la forma (3).

Para simplicar aún más, la exposición se hará para partículas que se mueven en una
sola dimension ya que el análisis para dos (o más) partículas en dos (o más) dimensiones
es similar. En todo caso, para hacer la ecuación un poco más realista parece conveniente
incluir una nueva fuerza de fricción aleatoria R(t) (que suele denominarse ), que ruido
corresponde a las frecuentes colisiones que tiene la molécula pesada con las ligeras. Intro-
duciendo este término llegamos a la :
ecuación de Langevin

dv
m (t) = −γv(t) + F (t) + R(t).
dt
(4)
De nuevo, en caso de que existan correlaciones temporales en el uido estas debe-
rían reejarse de alguna manera en esta fuerza R(t). Sin embargo, consideramos que son
despreciables e imponemos que la fuerza está sujeta a las siguientes condiciones:
1. El valor medio del nuevo término debe ser nulo,
hR(t)i = 0,

ya que el efecto promedio de las colisiones se ha recogido en el término de fricción


−γv(t).

2. Los valores de R deben tomarse como libres de correlación:


hR(t)R(t + τ )i = 0 para τ > 0

3. Los valores de R se distribuyen según una distribución Gaussiana:


R2
 

2
−1/2
P [R(t)] = 2π R exp − .
2 hR2 i

Esas tres condiciones pueden resumirse en una prescripción para la probabilidad de que
en el lapso de tiempo entre t y t actúe sobre el sistema un conjunto de las fuerzas que
llamamos R (t). La receta es
0 1
i
 ˆ t1 
1 2
P [Ri (t)]t0 <t<t1 ∝ exp − dtRi (t) ,
2q t0

donde queda por determinar el valor de la constante q.


Al considerar la integración numérica de las ecuaciones de movimiento de la
partícula pesada, lo más sencillo es suponer que la fuerza aleatoria es constante en
cada uno de los pasos de tiempo dados por ∆t. Así, en el paso n llamamos Rn al valor

7
de la fuerza aleatoria sobre la partícula. En este caso la la función de correlación
para los Rn es:
´ 
1 Pm 2

dRn dRn+1 dRm exp − 2q
Rn Rm l=n Rl ∆t
hRn Rm i = ´   ,
1 Pm 2 ∆t
dRn dRn+1 dRm exp − 2q R
l=n l

(el denominador normaliza el cálculo de hRn Rm i). Como vemos, la correlación del
ruido es nula cuando n 6= m (esto es, sólo hay correlación cuando consideramos el
mismo paso de tiempo, de acuerdo con las condiciones que antes se expusieron). En
el caso en el que n = m llegamos a que:
q
hRn Rm i = δnm ,
∆t
que cuando ∆t → 0 (límite continuo) se convierte en la función δ de Dirac8

hR(t)R(t + τ )i = q δ(τ ). (5)

Ahora retornamos a la forma continua de la ecuación de Langevin, dada por (4),


que puede resolverse analíticamente con el resultado
ˆ t
1
v(t) = v(0)e −γt/m
+ dτ R(τ )e−(t−τ )γ/m . (6)
m 0

Como el valor esperado de R es cero, nos queda

hv(t)i = v(0)e−γt/m

(que es el valor conocido para una partícula sujeta a una fuerza de fricción que es
opuesta y proporcional a la velocidad).
El valor esperado de v 2 se determina de una forma similar, a partir de (4) y (5),
q
v(t)2 = v 2 (0)e−2γt/m + 1 − e−2γt .


2γm
Para tiempos largos, este valor medio llega a ser
q
v 2 (∞) =


.
2γm

De acuerdo con la ecuación (6), la velocidad depende linealmente de las fuerzas


aleatorias R(t); por consiguiente, para tiempos sucientemente grandes la distribu-
ción de las

velocidades será también gaussiana, con la anchura relacionada con el
valor de v(t) que hemos encontrado, esto es,
2

 2
γm
exp −mv 2 (t)γ/q .

P [v(t)] =
πq

para tiempos largos. Este resultado coincide con la distribución de velocidades de


Maxwell si se cumple que
q = 2kB T γ.
Por consiguiente, si q toma ese valor estaremos describiendo un sistema con tempe-
ratura T .
8 Nótese que este límite en el que aparece la función δ es una aproximación, ya que cualquier fuerza real
aleatoria tendrá una correlación temporal que depende de las colisiones (y del tiempo de entre colisiones)
de las partículas microscópicas del uido. Pero como la ecuación de Langevin se usa para describir el
movimiento de la partícula macroscópica (en una escala de tiempos mucho mayor), en este límite tanto
la correlación dada por la δ como la ecuación de Langevin son exactas.

8
Se puede utilizar la misma ecuación (6) para el cálculo de la autocorrelación de la
velocidad, hv(0)v(t)i, para obtener
hv(0)v(t)i = v 2 (0) e−γt/m ,

donde observamos la falta de una correlación temporal de largo alcance (la exponencial
e−γt/m
hace desaparecer rápidamente la de la correlación), como resultado de las
cola
grandes simplicaciones que hemos introducido en nuestra ecuación de Langevin.

Por el teorema de equipartición, hv (0)i ∝ k T , por lo que


2
B

hv(0)v(t)i ∝ kB T e−γt/m .

La forma de esta autocorrelación se representa en la gura, donde se observa que los


valores de la velocidad están correlacionados únicamente para tiempos aproximadamente
menores que γ , más pequeño cuanto mayor sea el valor de la constante de frición γ.
−1

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