You are on page 1of 13

CAPITULO 5: PERSONALIDAD ANTISOCIAL

Criterios DSM- IV para diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad

A- Un patro general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se


presenta desde los 15 años, tal como lo indican tres, o más, de los siguientes ítems:
1- Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al
comportamiento legal, como lo indica la repetida perpetración de a actos que son
motivo de detención
2- Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros
por beneficio personal o por placer
3- Impulsividad e incapacidad para planificar el futuro
4- Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas o agresiones repetidas
5- Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
6- Irresponsabilidad persistente indicada por la incapacidad de mantener un trabajo
con circunstancia o de asumir obligaciones económicas
7- Falta de remordimientos como lo indica la indiferencia o la justificación por haber
dañado, maltratado o robado a otros.
B- Sujeto tiene al menos 18 años
C- Existen pruebas de trastorno disocial que comienza antes de los 15
D- El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia o un episodio maniaco

DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA

Ni todos los antisociales son criminales ni todos los criminales son antisociales. Muchas veces
es complicado recordar en este punto al considerar a la personalidad antisocial, que hay intervalo
de normalidad, que son objeto de admiración y que son potenciados en nuestra sociedad
competitiva. Muchos lectores se sorprenderán al comprobar que algunas de sus mejores
cualidades son una manifestación característica de la personalidad antisocial, aunque de menor
intensidad. Los rasgos adaptativos del estilo más normal son la capacidad de autosuficiencia, la
ambición, la competitividad, así como la consecución constructiva de la individualidad y la
autodeterminación. Los aventureros se describen como individuos intrépidos que viven al límite
desafiando las restricciones y las barreras. LA aventura les proporciona una manera socialmente
aceptada para ser libres.

La personalidad disidente es una variante un poco diferente de la personalidad antisocial, que


entra en el rango de la normalidad, pero es ligeramente más patológica. Las personalidades
disidentes son poco convencionales, hacen las cosas a su manera, están dispuestas a asumir
las consecuencias de sus actos, sea cual sea la opinión de los demás. A veces parecen moverse
al límite de la ley para conseguir sus propios objetivos y deseos. En lugar de asumir las
responsabilidades tradicionales se perciben a sí mismos como personas independientes.
Desprecian la autoridad. Tienen gran motivación y muchos recursos y toman la iniciativa para
hacer que las cosas funcionen a su manera. Algunos son líderes eficaces, preparados para
ejercer autoridad y tomar decisiones.

En el verdadero límite de la normalidad y patología encontramos a personas que nunca han


tenido problemas con la ley porque han borrado sus huellas con gran habilidad. Estos individuos,
al igual que los antisociales, no sienten culpabilidad por explotar a los demás, aunque no lo
lleguen a demostrar abiertamente.

Es posible describir las características de un estilo de personalidad antisocial normalizando los


criterios diagnósticos del DSM. Mientras que en el trastorno se violan una y otra vez las normas
sociales mediante actividades ilegales, el estilo antisocial establece su propio sistema de valores
por encima del sistema de valores del gripo y, como consecuencia, en ocasiones se ve atrapado
en conflicto. SI bien en el trastorno el sujeto utiliza varias formas de engaño para conseguir sus
propios fines, en el estilo es escurridizo y tiende a burlar los puntos críticos y dar vuelta los
acontecimientos objetivos para su propio beneficio. Mientras que en el trastorno el individuo es
demasiado impulsivo como para considerar las consecuencias de sus actos, en el estilo es más
espontanea e indulgente consigo misma, pero es consciente de los momentos en los que no
lograr esperar a que se produzca gratificación puede violar las normas sociales o causar daño a
otras personas. Mientras que en el trastorno aparece irritabilidad y agresividad, que se ponen de
manifiesto con repetidas peleas y agresiones, el estilo es asertivo con actitudes predecibles.

Los criterios diagnósticos restantes de la personalidad también se pueden situar en un constructo


con la normalidad. Mientras que en el trastorno muestra una despreocupación imprudente por su
seguridad y bienestar o de los demás; los individuos con este estilo simplemente se consideran
a si mismos como más resistentes al riesgo en comparación con el resto, pero su imprudencia y
temeridad no son impulsivas. Mientras en el trastorno existe irresponsabilidad persistente para
mantener trabajo o tener obligaciones económicas, en el estilo prefiere mantenerse libre de
limitaciones externas u despilfarrar en los placeres del momento. Por último, mientras que en el
trastorno hay falta de remordimientos el estilo crea ciertas restricciones éticas, sociales, legales.

VARIANTES DE LA PERSONALIDAD ANTISOCIAL

El antisocial codicioso

Es una variante que se aproxima al patrón prototípico puro. La grandeza y el deseo de dominar
y poseer se aprecian de forma depurada. Sienten que la vida no les ha ofrecido lo que se
merecen, que han sido privados de apoyo emocional y de las recompensas materiales que
merecían, que otros recibieron mucho más. Celosos de aquellos con quienes la vida ha sido
generosa.
Sea mediante engaño o destrucción, su objetivo es compensar la sensación de vacío que
experimentan, que justifican afirmando que ellos solo pueden restaurar el desequilibrio porque
son víctimas.

Ardiendo en cólera y resentimiento, su mayor placer reside en apropiarse de lo que otros poseen.
Muchos se mueven por impulso de venganza.

Con independencia de su éxito, los antisociales codiciosos por lo general se sienten siempre
inseguros de su poder y de sus posesiones, nunca tienen suficiente para resarcirse de las
privaciones que sufrieron. Pueden buscar ostentar.

Algunos son ladrones comunes, otros se convierten en empresarios manipuladores, que explotan
a los demás y los tratan como objetos para satisfacer sus deseos. Aunque no tienen casi en
cuenta las consecuencias de su comportamiento y sienten poca o ninguna culpa por sus actos,
nunca llegan a considerar que poseen lo suficiente, son insaciables, no consiguen tener un
sentimiento profundo de satisfacción y siempre se sienten incompletos a pesar de los éxitos que
hayan podido alcanzar.

El antisocial que defiende su reputación

No todos los antisociales desean llenar su sentimiento de vacío con posesiones materiales o
poder. La motivación de los antisociales que presentan rasgos de la personalidad narcisista es
defender y potenciar su reputación de fuerza e invulnerabilidad. Las acciones de los antisociales
están diseñadas para asegurarse de que los demás se fijen en ellos y les reconozcan el respeto
que merecen. Como consecuencia, están en guardia permanente ante la posibilidad que los
menosprecien.

El antisocial que defiende su reputación es alguien importante, alguien a quien no se puede


mantener al margen con facilidad ni tratar con indiferencia. Si esto sucede reaccionan con
intensidad hasta reducir a sus rivales. Ser duro y asertivo es en esencia un acto defensivo que
pretende demostrar su solidez y garantizar una reputación de coraje indomable.

El antisocial arriesgado

El comportamiento arriesgado proporciona excitación y búsqueda de sensaciones que esta


dentro de la normalidad. Sin embargo, existen individuos para los que el riesgo consiste en
impresionar a los demás mostrando una actitud de indiferencia intrépida de consecuencias que
pueden ser muy lamentables.

Combinan rasgos antisociales e histriónicos. Su principal motivación es que los demás los vean
impasibles ante experiencias que para la mayoría son peligrosas. El riesgo es la propia
recompensa. Son buscadores de excitación enamorados ante la oportunidad de comprobar su
valor reclamando atención y asombro del público. De no ser así, se verán atrapados por las
responsabilidades. EL principal factor que los convierte en antisociales es la irresponsabilidad de
sus actos y el desdén por las consecuencias que estos puedan tener en los demás y en ellos
mismos.

El antisocial nómada

Búsqueda de huir de una sociedad en la que se sienten despreciados o abandonados. Se limita


a instalarse en la periferia de la sociedad y allí busca entre los restos y aprovecha cualquier
pequeño recurso que encuentra en su camino.

Combina la vertiente antisocial con esquizoide o evitadora. Muchos se sienten malditos y


predestinados al fracaso. Se trata de personas sin hogar que suelen hacer de la prostitución y el
abuso de sustancias su forma de vida.

Comparados con otros antisociales parecen inofensivos debido a su actitud de indiferencia y


desarraigo vital. Algunos son, en efecto, indiferentes y temerosos, pero otros tienen profundo
resentimiento y son insaciables.
Bajo efectos de alcohol o otras sustancias pueden actuar de forma impulsiva y descargar mas
frustraciones mediante ataques brutales o agresiones sexuales a personas más débiles que
ellos.

El antisocial malevolente

Combinación de antisocial y paranoide o sádica. Personifica la variante menos atractiva.


Beligerantes, rencorosos, depravados, insensibles, vengativos, truculentos, llevan a cabo
acciones cargadas de odio y de un desafío destructivo hacia la vida social convencional. Al igual
que los paranoides, esperan de antemano que los traicionen. Desconfían de la buena voluntad
de los demás, deben mantenerse en estado de alerta.

En lugar de emplear amenazas verbales, tratan de asegurar sus límites mediante una crueldad
que se caracteriza por sangre fría y deseo de venganza por el mal trato que ellos consideran que
han recibido por los demás en el pasado. Disfrutan presionando a sus oponentes hasta que estos
se acobardan y abandonan.

ANTECEDENTES HISTORICOS

El conocimiento de la personalidad antisocial se remonta al menos a la Grecia clásica, A


principios del siglo xix el origen del comportamiento antisocial se asoció al debate filosófico sobre
la libre voluntad y el determinismo, se preguntaban si las personas antisociales eran capaces de
comprender las consecuencias de sus actos. Pinel lo asocio a una tendencia a actuar de manera
impulsiva y autolesiva, con una capacidad de razonamiento intacta y conciencia total de sus
actos.

Otros médicos consideraban que presentaban defectos de carácter por lo que merecían la
condena moral: pese a entender las opciones con las que contaban, estaban dominados por
compulsiones irresistibles.

A fines del siglo xix, la psiquiatría comenzó a apartarse d la clasificación moral para acercarse a
la investigación observacional. EL termino insania moral se sustituye por inferioridad psicopática,
inferioridad en la constitución cerebral. Sus intenciones eran las mismas que Pinel: efectuar
clasificaciones científicas en lugar de morales. Sin embargo, la elección del termino no fue muy
acertado por lo que desaparece.

PERSPECTIVA BIOLOGICA

De todos los trastornos es la que cuenta con una base más amplia y concluyente de pruebas
biológicas que la sostienen. Desde el nacimiento, algunos niños exploran el ambiente de manera
mas asertiva, son mas resistentes al control y no se los puede disuadir de su conducta mediante
el castigo o a través de los intentos de parte de los progenitores.

Factores biológicos pueden dividirse en dos tipos: los que afectan directamente el desarrollo del
organismo y los que suelen acompañar la aparición de un síndrome, pero con una función incierta
en el desarrollo. Los primeros incluyen el temperamento y algunas enfermedades genéticas, los
segundos factores congénitos, constitución física, patrones hormonales, patrones de
neurotransmisión.

Los antisociales y psicópatas parecen tener, de forma innata, un temperamento fuerte, agresivo,
intrépido, impulsivo, y son buscadores de sensaciones. Como es natural, estos rasgos tienden a
facilitar que el individuo adopte una determinada trayectoria en la vida; es decir, los impulsan a
comportamientos delictivos y antisociales alejándolas de los comportamientos altruistas.

Un comentario sobre la socialización a antisociales y psicópatas: Los pares suelen referir que ya
son impulsivos desde chicos, no respetan el castigo. Esperanza en que la paciencia, disciplina
adecuada y modelos de socialización generan sistemas de valores internalizados lo bastante
fuertes como para contener una agresividad de origen biológico o al menos, canalizarla en formas
aceptables.
Cleckley afirmaba que los individuos a los que hoy se llama psicópatas presentaban una afasia
semántica. Es decir, incapacidad innata para entender y expresar el significado de las
experiencias emocionales, incluso aunque se comprensión de lenguaje sea normal. Incapaces
de entender el sufrimiento que genera su comportamiento, no desarrollan una conciencia y por
tanto carecen de empatía o remordimientos. Muchos son perspicaces y calculadores, tratan de
aprender la mecánica emocional de la comunicación interpersonal con lo que consiguen
enmascarar su trastorno. Sin embargo, son incapaces de entender términos como vergüenza o
miedo, por ej. Para los psicópatas, frases como pido disculpas son convenciones sociales sin
sentido, Muchos estudios concuerdan con esta hipótesis.

Otros investigadores han estudiado la actividad cerebral desde un punto de vista mas amplio. En
el caso de los psicópatas, tiene sentido estudiar el lóbulo frontal, debido a que está implicado en
las funciones ejecutivas, como planificar. Los patrones de electroencefalograma en psicópatas
adultos son similares a los niños mas pequeños, lo que sugiere retirado de desarrollo de la
madurez física del cerebro.

Otra línea de investigación tradicional sugiere que los psicópatas tienen problemas de activación
fisiológica. Las reacciones fisiológicas están muy relacionadas con las experiencias de
emociones, sobretodo del miedo. Incapaces de activarse estos individuos parecen no sentir
miedo ante situaciones de amenaza objetiva y no pueden aprender de la experiencia.

Se han propuesto otros sustratos biológicos para la psicopatía o la personalidad antisocial.


Cloninger considera que el psicópata primario presenta una elevada búsqueda de novedad, un
bajo grado de evitación al daño y poca dependencia de la recompensa social las tres
dimensiones principales de su modelo neurobiológico en la personalidad. Estos individuos son
agresivos, hostiles, oportunista, similares a los psicópatas de Cleckley.

Gray sostiene que existen tres sistemas cerebrales que controlan el comportamiento emocional.
Ls diferencias individuales en uno de ellos, inhibición conductual, hace que algunos reaccionen
con intensidad ante experiencias asociadas a acontecimientos aversivos del pasado mientras
que otros reaccionan muy poco.

Otros datos neuroquímicos. Concentración baja de serotonina se asocia a muestras de


agresividad, violencia, impulsividad.

PERSPECTIVA PSICODINÁMICA

Desde esta perspectiva, el desarrollo normal va encaminado a demorar la gratificación inmediata


y centrada en uno mismo. En primer lugar, la propia realidad impone ciertas limitaciones y a la
libre actuación, que hacen necesaria esta demora. Algunas veces se puede conseguir una
recompensa siguiendo una secuencia determinada de comportamientos (por ej para un auto
nuevo es necesario tener plata, para esto, tener trabajo.) La tarea de relacionar las necesidades
del organismo con las limitaciones prácticas y las oportunidades del mundo real pertenece al yo,
que opera según el principio de realidad.

En segundo lugar, las limitaciones a la gratificación inmediata están impuestas por el superyó.
La socialización es un proceso largo y complejo que inicia con las primeras experiencias de
apego y que prosigue hasta las primeras etapas de la vida adulta. Mediante modelos firmes pero
cariñosos, los niños normales aprenden que los otros son seres diferentes, pero igual valiosos.
Superyó madura a medida que se internalizan los valores y las prohibiciones parentales como
conciencia e ideal del yo. La conciencia consiste en restricciones y prohibiciones, lo que uno no
debería hacer. Ideal del yo consiste en los valores que dirigen la propia realización, lo que uno
debe hacer para tener autoestima y cumplir con su potencial idiosincrásico como ser humano. El
proceso a través del cual se forma el superyó se denomina introyección. Dado que el superyó
funciona según el principio moral, romper los códigos morales provoca sentimientos de culpa y,
el hecho de satisfacer el ideal del yo provoca sentimientos de afirmación y respeto hacia uno
mismo.
En la personalidad antisocial, el yo se desarrolla, no así el superyó. Toda la personalidad sigue
dominada por el ello infantil y su principio de placer. Dado que sus funciones intelectuales y
prueba de realidad están intactas, parecen “personas con locura moral”. Dado que el ello esta
centrado en sus propias necesidades inmediatas, los antisociales violan impulsiva y
egocéntricamente las normas convencionales de la vida social. Ello está dominado por el sexo y
la agresividad, lo mismo ocurre con el comportamiento de estas personas. Debido a la
satisfacción inmediata que impone el ello, se centran a corto plazo, sin poder prever las
consecuencias de sus actos. Además, como el ello esta apartado del mundo externo, son
egocéntricos e incapaces de apreciar la realidad de los demás.

Dado que el ello solo conoce sus propios impulsos, solo saben de la persecución egoísta de su
propia satisfacción y actúan sin reflexionar, sin remordimientos, sin tener en cuenta a los otros.

Falta de conciencia, dado que faltan los controles inhibidores que suele proporcionar el superyó.
No tienen voz interna que modere sus actos. Al no tener conciencia, los demás se convierten en
mera materia prima a partir de la cual pueden obtener gratificación. (ej. Antisocial condenado por
violación decía “ella tenía bonita cola por lo que me serví mi ración”) Es posible que la
consecuencia social y legal de las violaciones de los derechos humanos nunca entre en la
conciencia.

Sin bien parece que todos los antisociales y psicópatas tienen conciencia deficitaria, existen
diferencias individuales en cuanto al desarrollo del principio de realidad diferencias que afectan
el modo de manifestación.

Aunque la mayoría consideran incomprensibles las emociones de ternura, aprenden a adaptarse


a un mundo en el que la expresión emocional es un pilar de la comunicación, y desarrollan
conciencia intelectual con relación a esto, de manera que les permite fingir empatía cuando es
necesario, engañar y manipular. Fríos y calculadores, su existencia nos demuestra lo que ocurre
cuando el ello se empareja con la astucia intelectual.

Presentan escasos mecanismos de defensa. Debido a que su personalidad funciona a partir del
principio de realidad, tienen poco que defenderse. La mayoría de las personas experimenta
ansiedad frente a los demás, tememos decepcionar a alguien, estas son muestras de
introyecciones parentales. La ansiedad requiere capacidad para la empatía, para adoptar la
perspectiva de los demás. Muchos antisociales son impermeables a la vergüenza o al
desconcierto, afectos que presuponen la existencia de una capacidad de entender como pueden
considerar los demás algún aspecto poco atractivo de uno mismo en comparación con el ideal
del yo.

Cuanto experimentan ansiedad se asocia al miedo a ser atrapados y castigados, ansiedad real
del yo, y no ansiedad moral del superyó. Cuando se les hace responsables de sus actos, suenen
minimizar importantes violaciones de las normas sociales (fue una diferencia de opiniones por
ej).

Interpretan que detrás de los motivos de los demás se esconde malevolencia, por lo tanto, se
defienden contratacando. La necesidad de reparación justifica los actos que realiza el antisocial,
que acaba considerándose a sí mismo como víctima.

PERSPECTIVA INTERPERSONAL

Mientras la psicodinámica se centraba clásicamente en el conflicto interno, la tradición


interpersonal subraya las relaciones entre las personas y el impacto que tienen sus
comunicaciones, tanto desde un punto de vista evolutivo como en el aquí ahora.

Esta personalidad representa hostilidad interpersonal casi en estado puro. Son personas que
discuten con facilidad, ignoran sentimientos de los demás, se resisten a cooperar, generan
peleas.

Empleando su Análisis Estructural del Comportamiento /AECS) Benjamín describe un cuadro


parecido. SU modelo sugiere que los antisociales también tratan de controlar a los demás
resistiéndose de forma enérgica a cualquier intento que estos hagan por controlarles. Los
comportamientos criminales son antisociales solo cuando contienen un elemento interpersonal
adicional que consiste en establecer y perpetuar alguna forma de control sobre los demás, sin
tener en cuenta las consecuencias de sus actos. Por lo tanto, los actos criminales encaminados
exclusivamente a obtener beneficios personales no se consideran evidencia de la personalidad
antisocial. La explotación de los demás los hace sentir orgullosos. La voluntad que tienen los
antisociales de atacar con gran violencia a los demás tiene un importante objetivo instrumental:
hacer que los demás se lo piensen dos veces antes de intentar tomar el control o antes incluso
de exigir que se respeten sus derechos o su bienestar. A su vez, piensan que los demás deben
adoptar automáticamente su actitud de dominación.

Muchos perciben el mundo como si estuviese suspendido “estado de naturaleza”: la competición


es la regla, la supervivencia el objetivo, no se puede confiar en nadie. Así consideran a las
personas como criaturas inherentemente egoístas cuyas motivaciones son el poder y el control.
La moralidad es una ilusión, la bondad una debilidad, la confianza ingenua. Partiendo de un modo
así, la falta de remordimientos es una adaptación funcional, si se rinden al sentimiento de culpa
solo conseguirán ser vulnerables.

¿Cómo se desarrolla la personalidad antisocial desde esta perspectiva? Los niños expuestos a
negligencia, indiferencia, hostilidad, abuso físico tienen muchas probabilidades de aprender que
el mundo es un lugar frío e inclemente. No tienen modelos normales de ternura y afecto
empáticos. Desarrollan resentimientos prolongados y no desean reflexionar sobre las
consecuencias de sus actos. Sin los controles parentales adecuados, los antisociales futuros
nunca aprenderán a controlar la agresividad de una manera adecuada.

La negligencia y el abuso son factores bastante inespecíficos, implicados en la primera infancia


de muchos trastornos ¿Qué cambios experimenta el niño para llegar a la conducta antisocial?
Para Benjamín la respuesta reside en el contexto de la educación familiar. Aunque suelen ser
negligentes, los padres de los futuros antisociales esporádicamente se convierten en educadores
rigurosos. Como desposta ignorantes, compensan en exceso sus negligencias previas
convirtiéndose en personas muy autoritarias que controlan, degradan y culpan, el lugar de
persuadir con amor. Una disciplina cruel genera resentimiento y, como se aplica de una manera
incoherente, hace que parezca arbitraria y que se ejerza con afán de dominar desde una posición
de fuerza. En consecuencia, desarrollan un resentimiento desbordante ante cualquier
intromisión, mientras que dan un valor enorme a la independencia.

Cuando los antisociales jóvenes llegan a la adolescencia y entran en la delincuencia sobreviven


desarrollando una imagen de si de independencia y fortaleza. Su deseo fundamental es liberarse
de todas las limitaciones, incluyendo vínculos personales, responsabilidades, rutinas. Lo que
otros definen de irresponsabilidad para ellos es libertad y autonomía.

 Muchas veces se pide a los psicólogos que evalúen peligrosidad. Es difícil determinar
que personas pueden volverse violentas, aunque la lista para psicopatía revisada de
Hare suele resultar de utilidad. La psicopatía consiste en dos dimensiones subyacentes.
La primera refleja los aspectos interpersonales y emocionales del trastorno e incluye
rasgos como la insensibilidad, egoísmo, uso explotador de los demás, falta de
remordimientos. La segunda, se acerca más a la definición de antisocial del DSM, que
hace referencia a un estilo de vida socialmente desviado. Los delincuentes violentos
suelen obtener las puntuaciones mas elevadas en este cuestionario. Otros autores
asocian con disfunción del mecanismo de inhibición de la violencia. Esta supuesta
incapacidad tiene implicaciones en el área de la violencia doméstica.

PERSPECTIVA COGNITIVA

Se centra en creencias, expectativas, atribuciones, evaluaciones, en la forma única y subjetiva


que tienen los individuos de construir su mundo.

Difieren en capacidad intelectual. Muchos tienen capacidad de lucidez y lógica, sin embargo, su
fracaso para planificar el futuro, para prever las consecuencias de sus actos, suele revelar un
punto de mira mucho mas estrecho que el que cabria esperar si se tiene en cuenta únicamente
capacidad intelectual. Para ellos, correcto e incorrecto son abstracciones irrelevantes.

Su estilo cognitivo es desviado, egocéntrico, impulsivo, características que se derivan de la


arquitectura mental de su maduración. En los individuos normales, los acontecimientos vitales
suelen sugerir posibilidades que requieren deliberación. Dado que el corto plazo se alimenta del
largo plazo, es necesario evaluar estas posibilidades del contexto de un sistema global de
objetivos de autorrealización más intangibles y de orden superior, incluso aunque su
cumplimiento descanse en un punto indeterminado del futuro. Los objetivos de orden superior
desempeñan un papal importante, guian la acción a corto plazo, ayudan a que el organismo
controle lo que de otra forma seria una cantidad indefinida de posibilidades de orden inferior.
Cuando se emprende una reflexión consciente, la atención se dirige hacia delante y hacia atrás
pasando por consideraciones de orden superior, consideraciones practicas del contexto
inmediato, seleccionando, ordenando.

Sin embargo, en los antisociales, estos niveles de objetivos de orden superior y las limitaciones
éticas, lo que en perspectiva psicodinámica seria yo ideal y conciencia, solo se desarrollan de
forma vaga, o no se desarrollan. Dependen de la internalización de modelos parentales. Así,
cualquier actuación que parezca satisfactoria puede realizarse, siempre que lo permitan las leyes
de la física. El curso del pensamiento esta compuesto por una serie discontinua de fijaciones y
frustraciones que tiene por único horizonte las consideraciones del presente. De ahí su falta de
introspección, escaso control conductual, acciones indulgentes.

O bien son deficientes para la creación de modelos mentales que relacionen los actos con las
consecuencias, o bien dichos modelos son muy vulnerables a la influencia de las recompensas
y gratificaciones inmediatas. Son incapaces de alejarse de sus propios deseos egocéntricos
suficiente como para procesar sus posibles consecuencias. No pueden ser personas
consideradas, son incapaces de acumular conocimientos, lo que implicaría tener la capacidad
de obtener provecho de su experiencia. En lugar de esto, están a merced del momento.

Otros dos rasgos de los antisociales (intolerancia al tedio y necesidad de excitación) pueden
entenderse desde este esquema conceptual. Para las personas normales gran parte de su vida
consiste en actividades que les sirve a objetivos de orden superior pero los antisociales conocen
solo circunstancias y deseo inmediatos, cuando el momento esta vacío la vida esta vacía. Para
los antisociales, el tedio hace referencia a aquellos periodos de tiempo en los que no existe
estimulación a corto plazo (por esto el consumo de sustancias es tan atractivo para ellos) No
debe sorprender entonces que muchos consideren que la mejor manera de salir del aburrimiento
sea que ellos mismos fomenten algo emocionante. Los actos insensibles y predatorios, violación
de normas sociales, engaños, son diversiones que les ayudan a generar excitación.

Creencias básicas organizadas entorno a la necesidad de verse a si mismas como


independientes. Debido a que el mundo es hostil, la supervivencia exige creencias básicas como
“tengo que cuidar de mí mismo”, “si no soy el agresor seré la víctima” Ojo por ojo, diente por
diente. Además, pueden percibir a las personas normales como que piden ser explotados, en
este caso la creencia básica seria “esta bien que te aproveches de alguien que lo permite”.

En resumen, desde esta perspectiva, su estilo cognitivo es desviado, impulsivo y egocéntrico. La


hipótesis explicativa es que estos sujetos son incapaces de generar modelos mentales para las
consecuencias de sus actos o que son tan susceptibles al deseo de obtener recompensas
inmediatas que no pueden anticipar sus consecuencias.

PERPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO

Aunque el DSM- IV presenta los trastornos de personalidad como síndromes separados, en la


teoría evolutiva, las personalidades antisocial y narcisista se encuentran en un continuo. En el
intervalo de la normalidad ambas están orientadas hacia la satisfacción de sus propias
necesidades y deseos; en intervalo patológico, además de ponerse a si mismos en primer lugar,
satisfacen sus propias necesidades y deseos excluyendo a los demás, a expensas de ellos o
perjudicándoles.
Pese a sus similitudes, ambas personalidades presentan diferencias. Los narcisistas se vuelcan
en sí mismos de forma pasiva para obtener gratificación, ponen de manifiesto confianza sublime
en si mismos, arraigada con la fuerza de la creencia que son superiores. En cambio, antisociales
están orientados de forma activa hacia la propia satisfacción, manipulan el entorno social, a
menudo con agresividad, amenazas. Su independencia no se origina tanto en una convicción
sobre su propia valía como personas, sino en una desconfianza hacia los demás, que les inducen
a proteger su propia autonomía o a controlar a los demás como medida preventiva. Por último,
narcisistas suelen tener antecedentes infantiles de indulgencia parental, a diferencia de los
antecedentes de negligencia o abuso de los antisociales, estos últimos presentan antecedentes
de trastorno disocial antes de los 15.

Cualquier individuo que este orientado hacia si mismo esta expuesto a chocar con las normas
sociales. En el intervalo de la patología, el interés esclarecedor por uno mismo acaba derivado
hacia un interés total hacia uno mismo, y cuando esto ocurre y se manifiesta de una forma
criminal, pueden dominar o bien las características narcisistas o las antisociales. Algunos
individuos serán más narcisistas que antisociales y algunos más antisociales que narcisistas.

Por otra parte, la distinción entre psicopática y sociopatía, entre causas constitucionales internas
frente a causas socializadoras externas, no tiene porque ser mutuamente excluyente. El modelo
evolutivo sostiene que la personalidad es un patrón de variables en la matriz entera de la
persona. En algunos individuos antisociales dominaran los determinantes biológicos (por ej
capacidad deficitaria para procesar significado de experiencias emocionales puede llevar a una
psicopatía, aunque el individuo provenga de un buen hogar) Sin embargo, en muchos
antisociales, ambiente y biología interactúan en forma inextricable.

En resumen, desde esta perspectiva, están orientados de forma activa hacia la satisfacción de
sus propias necesidades mediante la manipulación del ambiente. Su comportamiento está
dirigido por su desconfianza básica hacia los demás y, a menudo, acaba violentando incluso las
normas básicas de la vida social.
Diferencias con otras personalidades afines

Una parte importante de la formación clínica consiste en entender los diversos roles que puede
desempeñar un mismo rasgo o rasgos similares en las diferentes personalidades. Cuando dos
o mas personalidades tienen varios rasgos en común, la clave esta en entender la función que
tiene cada rasgo en el contexto de la personalidad global. Dos personalidades diferentes
pueden tener los mismos rasgos por diferentes razones, al igual que dos individuos se pueden
comportan de la misma manera con diferentes objetivos en mente.
Las personalidades antisociales y paranoides ambas son hipersensibles interpretando
comentarios inocentes como ofensas encubiertas. Ambas se encolerizan con facilidad y tienen
problemas con normas sociales de comportamiento. Ambos encuentran motivos malévolos en
las acciones de los demás para justificar su agresividad. Mientras que a los antisociales
muestran actitud indiferente ante la posibilidad de ser detenidos/castigados, los paranoides son
suspicaces e hipervigilantes, presentan grandes problemas para relajarse. Esta tensión es
poco frecuente en los antisociales. El deseo que tiene el paranoide de develar impulsos ocultos
supone un paso intermedio entre impulso y acción, del que carecen los antisociales. Mientras el
paranoide actúa de forma reflexiva a partir de sus suposiciones acerca del mundo, el antisocial
es irracional.

Antisociales, histriónicos y limite a manudo son manipuladores e impulsivos tendiendo a actuar


de forma exagerada, aunque por motivos diferentes. Antisocial por necesidad de dominar,
obtener recompensas; limite manipula como intento desesperado de suscitar apoyo y atención;
histriónicos para ser centro de atención o para conseguir que los demás aporten algún recurso.
Histriónico no suele manifestar abierta hostilidad ni comportamientos socialmente repugnantes
del antisocial. Respecto a la impulsividad, en el antisocial refleja fijación en la gratificación
inmediata, limite como respuesta a sentimientos ansiosos de vacío e histriónicos como parte de
un estilo cognitivo disperso.

Vías de expresión de los síntomas

Trastornos de ansiedad

No están dispuestos a reflexionar ni a reflejar sus sentimientos y menos a expresarlos en forma


verbal. En lugar de ello, consideran que la ansiedad es un veneno intolerable contra el que se
debe actual, por lo general, de una manera impulsiva y eficaz. De hecho, el impulso agresivo
se puede observar como energía ansiosa al servicio de la manipulación, el enfrentamiento u
dominio de los otros. Pueden experimentar temor ante a la posibilidad de ser controlados por
los demás o por las circunstancias

Abuso de sustancias

Rasgos antisociales y abuso de sustancias van de la mano. En primer lugar, no tienen


escrúpulos morales que puedan moderar el consumo y se preocupan muy poco en el futuro y
que esto dificulte el mismo. En vez de ello, la gratificación inmediata que proporcionan muchas
sustancias se ajusta a la tendencia de buscar sensaciones crudas. En segundo lugar, existen
diversas sustancias a las que se puede disponer con facilitad, con lo que proporciona un
sentido de desafío a la cultura vigente. En tercer lugar, el consumo disminuye o distrae de los
afectos negativos residuales. Estos sentimientos pueden sustituirse por confianza y poder, que
generara una imagen de si de fortaleza y permitirán poner de manifiesto la agresividad sin
muestras de temor. Por último, puede constituir forma de automedicación cuando presenta otro
trastorno, no solo de ansiedad o del estado de ánimo, sino síntomas esquizofrénicos por ej

Trastornos del estado de ánimo

Algunos presentan una larga historia de depresión. Los sentimientos vagos de indefensión e
inutilidad hacen que estos individuos sean incluso menos capaces de reflejar las
consecuencias de sus actos. El curso correcto de acción es irrelevante porque la vida no se
puede cambiar, ya se ha desperdiciado o las barreras son demasiado grandes para poder
superar con los pocos recursos que disponen. El rechazo por parte de las personas más
próximas o remordimientos residuales por acciones del pasado pueden alimentar un estado de
animo ya por si irritable y exacerbar los conflictos de relación. El efecto resultante es la
vinculación entre los sentimientos depresivos y un incremento de los comportamientos
impulsivos que caracterizan al patrón antisocial

TERAPIA
Suelen verse obligados a solicitar tratamiento como consecuencia de un ultimátum (perder
trabajo, expulsión de escuela, posible sentencia de prisión). La mayoría son refractarios al
cambio, aunque afirmen, una y otra vez haber aprendido la lección. Debido a que no tienen
conciencia o es defectuosa, los limites deben provenir del exterior. Las consecuencias de sus
actos sobre los demás no son de su incumbencia. Carecen de empatía e introspección. Lo mas
probable es que las formas habituales de terapia, sobre todo individual, sean ineficaces. La
mayoría de las intervenciones están dirigidas de forma implícita a contenerlos y se plantean
objetivos modestos de cambio. Esto tiene sentido práctico. Dado que los antisociales carecen
de cc, la sociedad solo puede hacer dos cosas: actuar como si fuera su conciencia o sufrir las
consecuencias de su comportamiento.

Trampas terapéuticas

Para ellos la terapia es otro juego, otro tropiezo molesto con las fuerzas limitadoras de la
sociedad. Desde su punto de vista, el objetivo es simplemente convertirlos en una persona
diferente. Dado que su principal preocupación es saltarse las limitaciones externas, en terapia
tendrá que simular que desarrolla un sentido de conciencia. Saben además que el cambio debe
ser moderado porque si no levantar sospechas. Por lo tanto, parecerá que el antisocial ha
vuelto al rebaño y el terapeuta será el pastor orgulloso.

Terapeutas suelen presentar diversas reacciones de intensa contratransferencia ante los


antisociales. Algunos se muestran tan suspicaces, enojados, resentidos que pueden llegar a
obstaculizar cambios reales en los pocos sujetos con los que se ha conseguido establecer una
verdadera alianza terapéutica. La mayoría de los antisociales han sido rechazados por los
demás a lo largo de su vida, un terapeuta se convierte en uno más. Otro problema es que
suelen sentirse amenazados por el terapeuta, y el terapeuta amenazado por ellos. Cuando son
hombres pueden llegar a desafiarse el uno al otro en busca de dominio.

Beck sugiere que las siguientes características del terapeuta son las mas adecuadas para
trabajar con un individuo antisocial: seguridad en si mismo, objetividad fiable pero no infalible,
un estilo interpersonal relajado, pero no defensivo, un sentido claro de límites personales, un
gran sentido del humor.

Estrategias y técnicas

El objetivo final de la terapia con personas antisociales consiste en conseguir un sentimiento de


apego. Es encontrar algún modo de crear un vínculo con la persona antisocial, de desarrollar
una alianza terapéutica que trascienda el deseo de estafar al clínico. Al estar coaccionados a
someterse a una terapia, muchos antisociales sienten una hostilidad subyacente muy intensa
que debe abordarse antes de que pueda desarrollarse un sentimiento de confianza. Asimismo,
si el terapeuta se percibe como un policía, será imposible que algo llegue a ser autentico en la
terapia. En consecuencia, el terapeuta puede señalar que la terapia ha sido impuesta por
fuerzas externas, que sería conveniente aprovechar el tiempo de una manera constructiva.

No se hace referencia a tratamientos psicodinámicos, dado que los antisociales no pueden


cambiar mediante introspección.

Desde el punto de vista interpersonal, benjamín sugiere que los antisociales no han tenido
experiencias de socialización en las que hayan estado presente figuras constructivas que
aportaran dominio o calor y cuidados. Estos individuos aprenden en seguida que es mejor
adelantarse y reaccionar frente a un entorno indiferente y poco fiable con una autoestima
defensiva, cuando no con suspicacia y hostilidad. El tratamiento desde una posición de poder
benévolo, supuesto básico de la educación efectiva, probablemente implica un ambiente muy
estructurado en él, cual se conocen de antemano recompensas y castigos. Ante las
transgresiones es necesario aplicar un castigo, con reticencia, pero de manera coherente. La
reticencia modela la atención continuada y los cuidados por el bienestar del sujeto y la
coherencia demuestra que el sistema no puede explotarse a servicio de los objetivos
vergonzosos de este tipo de sujetos ni tampoco toleran su impulsividad.
Sugiere además algunos métodos que ayudan a los antisociales a internalizar valores. Un
método específicamente eficaz en niño y adolescentes es usa figuras del deporte a fin de
modelar actitudes cordiales; otro es utilizar al individuo antisocial como educador al tener que
hacerse cargo por ej de una mascota.

Respecto a la terapia cognitiva. En lugar de intentar inducir venganza y ansiedad, defienden


una estrategia que ayuda al paciente a pasar de las actuaciones concretas, propias de un
pensamiento primitivo, a un razonamiento abstracto de tipo moral. EL objetivo de la terapia
sería pasar al siguiente nivel, caracterizado por un interés a largo plazo que incluya el
reconocimiento de las consecuencias que tienen en los otros los propios actos. Las áreas
especificas de los problemas pueden identificarse mediante una exhaustiva revisión de la vida
de cada sujeto. Deben identificarse distorsiones cognitivas.

Los antisociales piensan que el mero hecho de desear alguna cosa justifica su comportamiento
anterior. El objetivo de a terapia es que el paciente reconozca las repercusiones que su
comportamiento tiene en los demás y que estas repercusiones también tienen consecuencias
para ellos mismos.

You might also like