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Siendo el montaje la etapa de trabajo a pié de obra, es imprescindible una organización previa que
estructure dicha etapa en las siguientes actividades principales:
1. Diseño
2. Planificación
3. Realización
De esta manera, la ausencia de un diseño o planificación previos, por pequeña y sencilla que
pueda parecer la instalación, afectará directamente y de forma negativa al montaje de la misma,
pudiendo causar molestias al cliente e insatisfacción del mismo por incumplimiento de plazos,
desagrado con el aspecto final de la instalación, etc.
En los apartados siguientes se van a dar una serie de recomendaciones para las siguientes
operaciones:
La estructura soporte
La estructura soporte de los paneles es un elemento auxiliar, por lo general metálico (acero
galvanizado, aluminio o acero inoxidable), semejante a otros muchos con análogas características
que pueden encontrarse en innumerables aplicaciones constructivas.
El técnico fotovoltaico debe limitarse a comprobar, en lo que a la estructura respecta, que ésta ha
sido realizada con las suficientes garantías para que cumpla su misión en condiciones de absoluta
seguridad, exigiendo del diseñador o suministrador de la misma el cumplimiento de la normativa
vigente, pero no debe asumir la tarea del diseño y cálculo de la estructura, labores que deben ser
realizadas por un especialista.
Por lo tanto, los aspectos que más nos interesan serán los que atañen al montaje de la estructura,
una vez aprobado el diseño de la misma. Este montaje puede ser dispuesto sobre el suelo o sobre
una cubierta.
Recuerda:
En un proyecto de instalación fotovoltaica el montaje constituye la fase práctica
del mismo, independientemente de su envergadura, características y aplicación.
Autoevaluación
En el montaje sobre suelo, existen dos diferentes tipos de estructuras: las de único
apoyo, en las que un poste metálico o mástil sostiene a los paneles y los soportes de
entramado longitudinales (rastrales o racks).
El primer sistema está reservado por lo general para pequeñas instalaciones, si bien también
existen grandes campos de paneles que constan de muchos mástiles independientes.
También es utilizado el sistema de poste en el caso de estructuras dotadas de algún mecanismo
de movimiento (sistemas de seguimiento solar o trackers) para conseguir que los paneles sigan lo
mejor posible el curso del Sol y obtener así una apreciable ganancia neta de energía en
comparación con los sistemas estáticos. Este tipo de estructuras se compran siempre
prefabricadas y ya vienen con instrucciones de montaje muy precisas.
El proceso de montaje de uno u otro sistema es muy similar y, salvo ligeras variaciones, se puede
dividir en diferentes etapas que se describirán en detalle a continuación, bien entendido que estas
explicaciones por sí solas no pretenden suplir los conocimientos y, sobre todo, la experiencia de un
profesional experto en este tipo de obras.
Anclaje de la estructura.
Terminación y orientación.
Recuerda:
En general, los paneles fotovoltaicos se apoyaran en estructuras soporte
diseñadas específicamente para este fin o, en su defecto, sobre elementos
arquitectónicos de los edificios.
Otro de los sistemas de instalación de los módulos solares consiste en aprovechar las
cubiertas de los edificios.
Tanto la propia cubierta, bien sea ésta plana o inclinada, como el edificio o construcción al cual
pertenezca deberán soportar sin problemas las sobrecargas que produzca la estructura de paneles,
por lo cual antes de acometer la instalación deberá existir un informe favorable a la misma por parte
del arquitecto o técnico competente.
Para el caso de cubiertas planas, y si la resistencia de la misma lo permite, una técnica apropiada
es el anclaje de la estructura sobre una losa de hormigón con un peso suficiente para hacer frente a
vientos fuertes. La losa puede, simplemente, descansar sobre la cubierta, sin necesidad de anclaje
con la misma.
Para tejados inclinados siempre hay que utilizar esta segunda opción, o recurrir a una integración
arquitectónica de los paneles, técnica todavía sin mucho desarrollo, que ha de perfeccionarse.
Recuerda:
En el montaje de estructuras soporte para paneles fotovoltaicos sobre suelo,
existen dos diferentes tipos de estructuras: las de único apoyo, en las que un
poste metálico o mástil sostiene a los paneles y los soportes de entramado
longitudinales (rastrales o racks).
Una vez preparada la estructura del soporte de los paneles, se debe asegurar que la
orientación e inclinación de la base de fijación son las determinadas según cada caso.
Para ello, se deberán respetarán las decisiones y cálculos del dimensionado de la instalación. En
concreto, cuando la estructura permita su manipulación, habrá que realizar dos acciones:
Así, variando los distintos puntos de orientación de la estructura soporte se conseguirá dotar al
campo solar del ángulo de inclinación de su diseño.
En el apartado siguiente se van a analizar ciertas consideraciones sobre el conexionado de los
paneles fotovoltaicos.
Autoevaluación
Hay fabricantes que proporcionan kits de interconexión, que se componen de tubo no metálico
flexible con prensaestopas en ambos extremos y ya listos para adaptarse a las cajas de conexión
de sus módulos.
También conviene señalar que aunque las cajas de conexiones tengan el grado de protección
apropiado para su ubicación a la intemperie, es una buena práctica sellar todas las juntas y orificios
con algún tipo de cinta, o sustancia especial para esta función.
Uno de los errores más frecuentes en el conexionado eléctrico de los módulos fotovoltaicos es no
considerar las posibles implicaciones de la forma en que éste se realiza, y limitarse a asegurar que
la conexión lógica serie-paralelo sea la correcta.
Ejemplo I
Por otro lado, un posible problema en un módulo, puede afectar a todos los situados a su izquierda,
hasta el punto de que toda la corriente del campo fotovoltaico puede depender del buen
funcionamiento del módulo (y sus conexiones) situado más a la derecha.
Por último, y relacionado con lo que se acaba de decir, cabe destacar la poca flexibilidad del
esquema de la izquierda, con el que no es posible desconectar (para mantenimiento, sustitución,
etc.) las distintas ramas en paralelo sin interrumpir con ello la corriente de otras ramas del campo
fotovoltaico.
En este esquema se evitan todos los inconvenientes descritos anteriormente, siendo suficiente
para ello un replanteo del cableado y la utilización de una caja de conexión exterior principal.
La conexión serie-paralelo de los módulos también debe realizarse atendiendo a su
colocación dentro del campo fotovoltaico.
Ejemplo II
En este esquema, en el caso de un sombreado que anule prácticamente los módulos inferiores
(más susceptibles al mismo), los módulos superiores también quedarán anulados en la misma
proporción, ya que se encuentran conectados en serie con los inferiores.
Sin embargo, obsérvese el siguiente esquema:
En este, aunque los módulos inferiores no funcionasen, los de la fila superior no se verían
afectados, manteniéndose así una tensión de 24 V, aunque la intensidad total del campo sería la
mitad que la que se obtendría si los cuatro módulos funcionasen normalmente.
Autoevaluación
Estos son:
Veamos ahora ciertas consideraciones respecto al montaje y ubicación de las baterías del
subsistema acumulador.
Recuerda:
Las instalaciones solares fotovoltaicas no deben generar riesgos ni para las
personas, ni para los edificios ni para la red eléctrica, lo que obliga a,
independientemente de las medidas de protección contra sobreintensidades,
establecer protecciones frente al contacto indirecto.
Autoevaluación
2. Las características del lugar que albergará los acumuladores: El lugar, ya sea una sala, caja,
contenedor, armario, etc., debe tener unas características muy concretas:
1. Seco, fresco y protegido de la intemperie: recuérdese lo dicho en la primera parte del
curso acerca del efecto de la temperatura sobre la capacidad y la vida de las baterías.
2. Provisto de ventilación adecuada: recuérdese también la necesidad de evacuación de
los gases desprendidos durante los procesos de carga de baterías no selladas.
3. Suficientemente alejado de aparatos que puedan provocar chispas o llamas: en relación
con lo anterior.
4. De acceso restringido: puerta, tapa, etc.
5. Con las señalizaciones pertinentes: "peligro eléctrico", "prohibido fumar", "material
corrosivo", etc.
Muchas veces será necesaria la construcción de un local específico para este fin.
Recuerda:
El dimensionado del subsistema acumulador estará en función de la energía
necesaria que debe recibir el grupo de baterías, E, y el número de días de
autonomía, N, sin radiación solar que se desee asumir.
Autoevaluación
Al igual que sucede con los módulos fotovoltaicos, en el conexionado de las baterías
hay que tener en cuenta ciertas consideraciones que van más allá de la propia
configuración lógica serie-paralelo.
La tarea del conexionado abarca tanto el diseño del cableado como su realización práctica.
Hay que tener bien presente que conexionados lógicos válidos sobre el papel, pueden presentar
distintas complicaciones en la práctica. En este sentido, uno de los aspectos que merecen mayor
atención es el conexionado en paralelo.
Ejemplo:
Obsérvese el esquema del siguiente subsistema de acumulación.
En él se puede apreciar cómo la corriente que atraviesa las baterías no se
distribuye por igual en todas las series conectadas en paralelo, debido al efecto
resistivo de los cables de conexión y, aunque el desequilibrio es
cuantitativamente muy pequeño, provoca que las baterías de las dos filas
inferiores se carguen en menor medida, lo que supone, al cabo de los años, un
desgaste desigual de las baterías.
Obsérvese ahora el siguiente esquema.
Igual de importante es la unión entre el terminal y el cable, lo que requiere cierta técnica,
experiencia práctica y el empleo de herramientas específicas.
Estas conexiones deben estar protegidas contra los efluvios corrosivos que desprenden los
acumuladores durante su funcionamiento mediante manguitos termo-retráctiles de características
adecuadas.
En cuanto a los cables de interconexión de las baterías, debe evitarse que su conexión con los
bornes suponga un esfuerzo o tensión que provoque su movimiento en caso de desconexión
accidental, o intencionada, con el riesgo de producirse cortocircuitos de consecuencias fatales.
Autoevaluación:
a)
b) La corriente que atraviesa las baterías no se distribuye por igual
en todas las series conectadas en paralelo.
c) La corriente entregada por la fila superior depende de la
entregada por la fila inferior.
d) La fila superior se cargará en mayor medida que las filas
inferiores.
Por consiguiente, el mantenimiento es algo más que una simple conservación de equipos, en este
caso de las instalaciones solares fotovoltaicas.
Son objetivos de un buen mantenimiento:
Plan de vigilancia
Mantenimiento preventivo.
Mantenimiento correctivo.
Recuerda:
Un sistema fotovoltaico, es un conjunto de elementos cuyo propósito es la
generación de energía eléctrica aprovechable a partir de la energía radiante del Sol.
Autoevaluación
Plan de vigilancia
El plan de vigilancia se refiere básicamente a las operaciones que permiten asegurar
que los valores operacionales de la instalación son correctos.
Es un plan de observación simple de los parámetros funcionales principales (energía, tensión etc.)
para verificar el correcto funcionamiento de la instalación, incluyendo la limpieza de los módulos en
el caso de que sea necesario.
Para contrastar la efectividad del plan de vigilancia elaborado, es muy interesante realizar un
seguimiento de todas las facturas emitidas a la compañía eléctrica suministradora con el fin de
comprobar esta secuencia como dato de buen funcionamiento de la instalación.
Recuerda:
Se entiende por mantenimiento el conjunto de operaciones necesarias para
asegurar el funcionamiento de una instalación de manera constante y con el mejor
rendimiento energético posible, conservando permanentemente la seguridad del
servicio y la defensa del medio ambiente.
Autoevaluación
Un buen mantenimiento preventivo, entendido como aquel que se realiza antes de la aparición de
las averías y cuyas acciones estarán en función de las características de la instalación, tiene como
fin el conseguir unas prestaciones idóneas de la instalación, con lo cual se logrará un menor número
de averías y prolongación de la vida útil de los elementos que la componen.
Todo esto se obtendrá mediante una serie de comprobaciones, mediciones y acciones periódicas
sobre las instalaciones de centrales fotovoltaicas.
Existen una serie de operaciones o procedimientos que deben realizarse para evitar que el paso
del tiempo haga las instalaciones antieconómicas en su explotación. Son operaciones de
inspección visual, verificación de actuaciones y otros, que aplicados a la instalación deben permitir
mantener dentro de límites aceptables las condiciones de funcionamiento, prestaciones, protección
y durabilidad de la instalación.
El mantenimiento debe realizarse por personal técnico competente que conozca la tecnología solar
fotovoltaica y las instalaciones eléctricas en general. La instalación tendrá un libro de
mantenimiento en el que se reflejen todas las operaciones realizadas así como el mantenimiento
correctivo.
En el menor tiempo posible en obra: Esto significa que no se debe de tratar de reparar un
componente particular en obra, sino tender a la sustitución de bloques funcionales e
independientes, para realizar las reparaciones en taller posteriormente.
Ejemplo:
A continuación se especifican más detalladamente las operaciones del plan de mantenimiento
preventivo que deberán realizar en la instalación de energía solar fotovoltaica, la periodicidad
mínima establecida y observaciones a realizar. Este mantenimiento preventivo incluirá al menos una
visita anual para el caso de instalaciones de MENOR K 5 kWp y semestral para el resto.
2. Equipos electrónicos:
Se debe realizar de un informe técnico de cada una de las visitas en el que se refleje el estado de
las instalaciones y las incidencias acaecidas y registrar las operaciones de mantenimiento
realizadas en un libro de mantenimiento.
Autoevaluación
Mantenimiento correctivo
Se inicia, una vez extinguido el periodo de garantía, cuando el usuario detecte un defecto de
funcionamiento en la instalación, o bien como resultado de una inspección preventiva.
El contrato incluye la mano de obra empleada en la reparación o reposición, así como los gastos,
de tiempos de desplazamiento, medios de transporte, amortización de vehículos y herramientas.
La reposición, reparación de los componentes y las piezas que han sufrido la avería quedan
excluidos del presente contrato, así como cualquier otro gasto asociado a su reparación y/o
sustitución.
Recuerda:
El mantenimiento preventivo tiene por objeto prevenir el funcionamiento
ineficiente de un sistema, manteniendo las mismas condiciones óptimas que
existían en su puesta en marcha inicial y minimizando el riesgo de aparición de
averías.
Autoevaluación
Manual de usuario
Autoevaluación
a) La memoria descriptiva.
b) Las características del funcionamiento de la instalación
c) El coste económico de la inversión inicial.
d) Las recomendaciones de uso.
En general, se puede afirmar que un peligro, entendido como todo aquello que puede
ocasionar un daño o un deterioro en personas, animales o cosas, no se puede evitar
salvo que se evite la situación que lo conlleva.
Así, trabajar en un tejado, o en una cubierta, siempre resulta una tarea peligrosa, puesto que una
caída puede ocasionar un daño considerable tanto para el operario como para los objetos que se
manipulen.
En esta parte final del módulo de Instalaciones Solares Fotovoltaicas se va a analizar la seguridad
en el montaje, instalación y manipulación posterior de estas, teniendo en cuenta que la seguridad
desde el punto de vista eléctrico se ha descrito en cada una de las unidades dedicadas a los dos
tipo de instalaciones fotovoltaicas tratadas: aisladas y puestas a red.
Autoevaluación
Por transporte se entenderá la operación de trasladar los distintos elementos (paneles, baterías,
regulador, aparamenta eléctrica, etc.) desde el origen hasta el lugar de la instalación.
En esta operación se han de tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar posibles
daños y deterioros del material. Los elementos sin duda más susceptibles de sufrir algún daño son
los paneles y las baterías. Los primeros deben ir debidamente embalados y protegidos contra
golpes, vibraciones y caídas, siendo la rotura del cristal el daño con más probabilidad de ocurrir.
Respecto a las baterías de electrolito líquido, conviene destacar sobre todo la posibilidad de
derramamiento del mismo durante el transporte, debiéndose prever su transporte en seco, es decir,
sin electrolito, y proceder a su llenado en la propia instalación.
Por último, señalar que la colocación de los distintos elementos dentro del medio de transporte
utilizado debe hacerse de forma ordenada, con la carga equilibrada, y de modo que facilite y
simplifique las tareas de descarga.
En el lugar de instalación, se debe prever y planificar las operaciones de descarga del mismo,
aportando los medios materiales y humanos necesarios para esta operación. La ausencia de esta
previsión puede provocar de accidentes que ocasionen daños tanto en el material como en las
personas participantes en la operación, debidos a golpes, caídas, esfuerzos, etc.
El almacenamiento de los distintos elementos previo a su montaje, también requiere cierta
planificación. Atendiendo a esta cuestión, son los paneles los elementos que más se deben
proteger contra posibles caídas, debiendo colocarlos horizontalmente y convenientemente
protegidos contra golpes y rayados, aportando en caso necesario algún medio seguro y fiable de
apoyo que evite el deslizamiento y posterior caída provocado por algún motivo, como la propia
inestabilidad, la manipulación, etc.
Por lo que respecta a las baterías, como ya se ha dicho, se deben tomar medidas de precaución y
seguridad oportunas durante su movimiento, condicionadas principalmente por el peso
considerable de las mismas. Conviene recordar que no es recomendable que las baterías queden
expuestas a la luz directa del Sol, algo frecuentemente ignorado durante su almacenamiento
temporal.
Recuerda:
Se puede afirmar que un peligro, entendido como todo aquello que puede
ocasionar un daño o un deterioro en personas, animales o cosas, no se puede
evitar salvo que se evite la situación que lo conlleva.
Autoevaluación
Estas instalaciones, se suelen realizar en entornos soleados y muy poco sombreados, lo que en
ciertas épocas del año obligará a tomar medidas adicionales de seguridad, evitando
deshidratación, deslumbramientos e incluso quemaduras en los operarios.
Además, el montaje de los paneles en una estructura tiene añadido el riesgo de golpes y caídas.
Asimismo, y desde el punto de vista de la seguridad, la presencia de operarios realizando tareas a
distintas alturas puede considerarse una situación similar a la anterior. De este modo el uso del
casco se hace imprescindible durante estas tareas
Un gran número de instalaciones fotovoltaicas se estructuran con paneles colocados sobre el tejado
o la cubierta de edificaciones, o sobre fachadas, postes, farolas y demás, a una altura considerable
del suelo, por lo que se deben tomar las medidas de seguridad adecuadas durante su montaje,
empleando los equipos de protección individual adaptados a dichas operaciones, así como los
útiles necesarios, como escaleras, cuerdas, etc.
Respecto a la seguridad, no eléctrica, durante el montaje del resto de componentes que pueden
existir en una instalación fotovoltaica concretar que su transporte a pie de obra, almacenamiento
temporal, movimiento y el montaje en sí, han de realizarse de forma que se evite cualquier golpe o
esfuerzo que suponga un deterioro para el material o aparato en cuestión.
Por último, hay que señalar la necesidad del empleo de las herramientas apropiadas para cada
tarea, incluida la pequeña herramienta, como destornilladores, alicates, etc., a fin de evitar golpes y
magulladuras de diversa consideración, tanto en los aparatos como en los operarios
Reposición de agua.
Medición de la densidad específica.
Observación del burbujeo.
Las medidas de seguridad encaminadas a reducir el riesgo de contacto con el ácido se pueden
centralizar en la adecuada señalización y utilización de elementos de protección.
Una situación de alto riesgo es la preparación del electrolito a partir de ácido concentrado y agua.
En este caso, a las ya mencionadas medidas de seguridad mínimas de uso de guantes y gafas
protectoras, conviene añadir la utilización de un delantal, unas botas y, en general, ropa apropiada
para tal fin.
Otro aspecto a considerar, es la naturaleza explosiva de la mezcla del hidrógeno liberado durante la
carga de las baterías, tanto en las de plomo-ácido como en las de níquel-cadmio, y el oxígeno
contenido en el aire del local donde se encuentran. Las medidas de seguridad para este evento
irán encaminadas a reducir el riesgo del peligro de explosión,estableciéndose una adecuada
señalización y adopción de acciones preventivas, debiéndose colocar un cartel bien visible y
próximo a las baterías que advierta sobre el peligro de explosión y la prohibición de fumar en la
sala.
Por lo que respecta a las acciones preventivas, las dos más importantes son proveer una adecuada
ventilación y evitar la aparición de chispas o llamas desnudas en las proximidades de las baterías.
A tal efecto, la normativa vigente sobre seguridad e higiene en el trabajo exige que en los locales
que dispongan de baterías de acumuladores se mantenga una ventilación adecuada que evite la
existencia de una atmósfera inflamable o nociva. Además, cuando las baterías fijas de
acumuladores estén situadas en locales que se empleen para otros fines, aquéllas estarán
provistas de dispositivos especiales para evitar la acumulación de gases inflamables.
De forma complementaria, el vigente Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) dice en
su instrucción ITC-BT-30 ("Instalaciones en locales de características especiales"), apartado 7
("Instalaciones en locales en que existan baterías de acumuladores"):
Los locales deberán estar provistos de una ventilación natural o forzada que garantice una
renovación perfecta y rápida del aire. Los vapores evacuados no deben penetrar en locales
contiguos.
Por lo que respecta a la manipulación del resto de elementos que pueden existir en una instalación
fotovoltaica, ésta será principalmente de índole eléctrica.
Las operaciones de transporte y manejo de elementos quedan fuera de esta fase ya que, aunque
puedan considerarse como de manipulación, se realizan durante la fase de montaje o preparación
del mismo. Tampoco se incluyen en la manipulación las posibles operaciones que puedan
efectuarse una vez completado el montaje, derivadas de la necesidad de sustitución o modificación
de partes de la instalación.
Autoevaluación