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AÑO X I . - V O L . X I . - N Ú M . 128. Madrid, a g o s t o 1933.

Las corrientes vagabundas y su acción destructiva


Por V. DE BUEN

los efectos corrosivos producen, en cambio, daños


considerables y pueden incluso envolver g r a v e s pe-
ASPECTO GENERAL DEL PROBLEMA ligros por llegar a producir la r o t u r a de cañerías de
agua o la explosión del g a s conducido por tuberías
Ya a fines del pasado siglo comenzó a observarse, subterráneas.
especialmente en Norteamérica, que las masas metá- Teóricamente, u n a corriente de un amperio des-
licas e n t e r r a d a s en las proximidades de las líneas de compone en u n a h o r a 0,697 gm. de Fe, 3,858 gm.
tracción eléctrica que utilizaban el carril como con- de Pb, 2,355 gm. de Cu, etc.; imagínese, pues, el efec-
ductor de retorno, sufrían u n a rápida destrucción, to destructivo que puede producir u n a corriente va-
cuyo origen pudo precisarse en la c o r r o s i ó n ^ l e c t r o - gabunda localizada sobre la delgada capa de plomo
lítica originada a expensas de las corrientes eléctri- de un cable telefónico o el débil espesor de u n a tu-
cas que, escapando de los carriles, derivaban al suelo. bería, y se comprenderá asimismo que Mr. Robert
L a producción de estas corrientes, denominadas Hadf ield calculase en 700 millones la pérdida anual
"vagabundas", se explica fácilmente, y a que nos en- de hierro y acero originada por corrosión electrolí-
contramos en el caso de un conductor con tensión, el tica, destacándose desde luego como hecho evidente
carril, en íntimo contacto con un medio, el suelo, que cuan grave perjuicio encierra la presencia de las des-
no es ni con mucho u n aislante, y que por ser de sec- t r u c t o r a s corrientes vagabundas en las concentracio-
ción infinita h a de ofrecer al paso de la corriente, nes urbanas.
en cuanto ésta se extienda, u n a resistencia poco apre- L a ausencia casi total de trabajos españoles sobre
ciable, que podrá ser fácilmente vencida por la ten- este problema hace siempre interesante el abordarlo,
sión del carril, de valor t a n t o m á s alto cuanto m a y o r aunque nos obliga a llevarlo a cabo con alguna exten-
sea su caída de tensión, produciéndose u n a deriva- sión; pero es además en estos momentos asunto de
ción de la corriente eléctrica que por él circula y en- actualidad ante las derivaciones del pasado Congre-
gendrándose en el suelo un campo de corrientes va- so de Circulación y a la vista de las o b r a s del túnel
gabundas, que siguiendo líneas de máxima conduc- de enlace, que h a b r á n de colocar bajo el suelo de Ma-
tibilidad se r e i n t e g r a r á n m á s t a r d e a los carriles pa- drid tendidos dé líneas de grandes consumos, po-
r a volver a la b a r r a negativa del generador y com- niendo sobre el tapete la normalización de los servi-
pletar el circuito eléctrico. cios de t r a n v í a s en los cascos urbanos y el intere-
Si las corrientes vagabundas encuentran en su ca.- sante aspecto de los servicios de tracción eléctrica
inino un elemento metálico enterrado, lo que proba- subterráneos, de facetas t a n características, que he-
blemente ocurrirá en los núcleos urbanos surcados mos podido estudiar experimentalmente. Todos estos
por canalizaciones de todo género, se producirá un aspectos nos h a n movido a t r a t a r nuevamente del
paso de corriente entre dos m a s a s metálicas—carril estudio de las corrientes vagabundas, t e m a que y a
y canalización—a t r a v é s de un medio como el suelo abordamos extensamente hace algunos años (1), p a r a
húmedo, que contiene g r a n número de productos quí- exponer en líneas generales s u s principios y recoger
ínicos disueltos en el agua retenida, lo que d a r á ori- éstos m á s t a r d e en el estudio de los t e m a s de actua-
gen a un proceso de electrólisis y a la subsiguiente lidad que hemos señalado. Con esta orientación abor-
corrosión del material metálico que actúe como áno- damos previamente la cuestión del r e t o m o en los ser-
do o que obre como cátodo, según la clase de aque- vicios de tracción eléctrica, ya que de él depende la
llos productos. Si la corrosión se produce en el ca- generación de corrientes vagabundas en casi todos
rril, el efecto destructivo no es m u y considerable, de- los casos, p a r a t r a t a r m á s adelante de la acción elec-
bido k su g r a n sección, aunque sí peligroso por lo- trolítica de estas corrientes y los medios de evitarla
calizarse en general en los enlaces y pernos; si la o mitigarla y, finalmente, del problema a que da lu-
acción electrolítica se produce en u n a canalización.
(1) V. de B u e n : "Estudio de l a s corrientes v a g a b u n d a s y s u
a c c i ó n sobre l a s m a s a s m e t á l i c a s en c o n t a c t o c o n tierra".—Téc-
cí) I n g e n i e r o in.Justrial. nica, 1929, n ú m e r o s de m a r z o , abril, m a y o , junio, julio y o c t u b r e .

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