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Curador

Para establecer una curaduría, el tribunal debe resolver que el pupilo es incompetente para tomar
decisiones financieras. Esta decisión debe estar fundada en hechos que demuestren que la persona
es incompetente con evidencia “clara y convincente”. La persona designada se denomina “curador”
y la persona bajo su curaduría se denomina “pupilo”. El curador tiene el deber de proteger y
preservar el patrimonio (ingreso y capital). El curador debe invertir el dinero del pupilo con
prudencia y rendir cuenta de sus acciones, conforme a lo estipulado por ley. El curador también
tendrá derecho a recaudar ingresos, vender y transferir bienes personales, votar en reuniones de
empresa y recibir bienes adicionales, en la medida que el tribunal ordene. 37 Un curador debe
obtener la aprobación del tribunal para llevar a cabo acciones como invertir el capital del pupilo,
celebrar contratos de locación, realizar determinados pagos, transferir bienes inmuebles, resolver
demandas o llegar a acuerdos entre las partes, o asignar alguna parte del capital del pupilo a la
manutención de cualquier persona por la cual el pupilo es responsable ante la ley. Según el
tratadista Chileno Manuel Somarriva Undarraga, en su obra Titulada Derecho de Familia, hace una
mención a diversas clases de guardas, en las que podemos destacar sus fundamentos principales.
“a) Curadurías Generales.- Son aquellas que se extienden tanto a los bienes como a las personas de
los individuos sometidos a ellos, y están sujetos a esta especie de curadurías, los menores adultos,
los sordomudos, que no pueden darse a entender por escrito, y los que prodigalidad o demencia
han sido entredichos de administrar sus bienes, tratándose de los menores adultos se les somete a
curaduría general, por el hecho de ser tales, sin necesidad de llenar otro requisito, lo que no sucede
en los otros casos, que sólo procede el nombramiento una vez que han sido declarados en
interdicción”.

Tutor
Tanto las tutelas como las curatelas pueden ser testamentarias (señaladas en testamento), legítimas
(conferidas por ley) o dativas (conferidas por la Jueza o Juez). Cabe indicar que en nuestra (Ecuador)
legislación, las guardas solo pueden ser ejercidas por personas naturales, a diferencia de otras
legislaciones en que las personas jurídicas sin ánimo de lucro pueden ejercer este encargo siempre
y cuando tengan en sus estatutos este objeto.[9] Tutelas. El cargo de tutor puede ser ejercido en
general por todas las personas capaces, salvo aquellas que expresamente prohíbe la ley, y es
obligatorio, salvo para aquellas personas a quienes permite excusarse el Código Civil (Art. 533 del
código Civil).

Así, están prohibidos de ejercer el cargo de tutor, pese a ser legalmente capaces, las siguientes
personas: el padrastro (se entiende también que la madrastra) por su entenado/a; los acreedores o
deudores del pupilo, salvo que hayan sido nombrados por testamento y el testador, con
conocimiento de dicha deuda, los haya nombrado, y el que disputa el estado civil al pupilo. Tampoco
pueden ejercer la tutela los miembros de la Policía ni de las Fuerzas Armadas en servicio activo,
inclusive los comisarios, médicos, cirujanos y demás personas adictas a los cuerpos de línea o a las
naves del Estado; ni las personas que tienen que ejercer por largo tiempo, o por tiempo indefinido,
un cargo o comisión pública, fuera del territorio ecuatoriano. Por otra parte, quien haya ejercido la
tutela o curatela del pupilo por más de diez años puede excusarse de seguirla ejerciendo salvo que
se trate de sus ascendientes.
El cargo de tutor es recompensado con la décima parte de los frutos de los bienes pupilares que
administre, pero si el pupilo carece de bienes, debe ejercerlo en forma gratuita. En general empleará
en la administración de estos bienes, el cuidado de un buen padre de familia.

El Juez podrá establecer, en la resolución por la que se constituya la tutela, o en otra posterior, las
medidas de vigilancia y control que estime oportunas, en beneficio del tutelado. Asimismo podrá,
en cualquier momento, exigir del tutor que informe sobre la situación del pupilo y del estado de la
administración. Después del discernimiento, que es el decreto por el cual se nombra tutor a una
persona, el Juez exigirá que se forme un inventario solemne de los bienes de pupilo. Todo tutor está
obligado a rendir fianza que asegure el cumplimiento de sus obligaciones y será el Juez que efectúe
el discernimiento quien determinará la modalidad y cuantía de la misma. Solo están exceptuados
de rendir fianza las personas expresamente exoneradas por el Art. 400 del Código Civil, es decir, en
lo aplicable al tutor: Los ascendientes y, cuando el pupilo tuviere pocos bienes, el tutor que sea una
persona de conocida probidad y de suficientes facultades para responder de ellos.

La tutela se ejercerá bajo la vigilancia del Ministerio Público, que actuará de oficio o a instancia de
cualquier interesado, en especial del pupilo. En cualquier momento podrá exigir del tutor que le
informe sobre la situación del pupilo y del estado de la administración de la tutela. El “menor adulto”
(es decir el adolescente) puede insinuar a quien quiere que sea su tutor al Juez y éste tiene la
obligación de aceptarlo si es persona idónea (Art. 459 CC)

Diferencia entre curador y tutor


La diferencia se encuentra en que el sometido a tutela carece de capacidad y por ello la medida de
protección es la representación, mientras que el sometido a curatela es capaz, pero requiere de un
complemento de capacidad.

La prueba médico forense (historial de la enfermedades que padezca, etcétera) será la que
determine si la persona en concreto está afectada o no por una incapacidad total y permanente que
limite funcionalmente la capacidad para regir su persona y administrar sus bienes (TUTELA), o por
el contrario, que solo requiera la adopción de una serie de medidas que complementen la capacidad
para que pueda realizar determinados tipos de actos (CURATELA).

Semejanza Entre Curador Y Tutor


 Protección del menor
 Administración de bienes de los menores
 Asesoramiento y protección del menor
 Velar por el interés superior del menor

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