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LIMITACIONES ETICAS

A LAS INVESTIGACIONES
H *

Aquilino M.llilaino-Lorente
EL LÍMITE COMO APERTURA. nocer y, en relación a las técnicas investiga-
torias, como el elemento que señala la ade-
La idea de límite aparece ligada a la idea cuación en relación con el objeto que preten-
de naturaleza, a la que hace referencia. La den desvelar.
naturaleza señala y fundamenta el límite y Por eso el límite de estas técnicas ni su-
ello no es algo negativo, sino positivo; por- pone ni debe entenderse como algo que de
que hay algo natural que desvelar, precisa- suyo restringe, limita o disminuye las posi-
mente por eso es posible investigarlo. bilidades del conocimiento, sino muy contra-
Pero a la vez, el qué de esa posibilidad riamente, lo que hace posible ese conoci-
-la esencia de la misma-, impone unas res- miento, lo amplía y sale garante de sus
tricciones al qué y al cómo de la investiga- conclusiones, evitándole perderse en el vaCÍo
ción; señala un límite que es necesario res· de la búsqueda, mientras le orienta durante
petar si se desea aprehender lo que aquélla la búsqueda en el vaCÍo.
encierra sin destruirla. El límite no es clausura sino apertura,
Puede decirse que lo mismo que hace ampliación del horizonte y no hermetismo
que haya la posibilidad de investigar, eso empobrecedor, condición obligatoria de la
mismo señala e impone los límites a esas po- posibilidad y no mero condicionamiento que
sibilidades. la imposibilita.
El qué de la realidad a descubrir no es El límite regula y armoniza el ordena-
indiferente al cómo, al dónde y al para qué miento del encuentro entre investigador y
del descubrimiento. realidad investigada, adecuando el uno a la
La naturaleza se comporta, respecto a la otra y facilitando la articulación eficaz entre
investigación, como la esencia de lo por co- ellos.

* Comunicación presentada a las Primeras Jornadas de Deontología, Derecho y :Medicina. Madrid,


febrero de 1976.
486 AQUILINO M. POLAINO-LORENTE

Sería estúpido emplear la microscopia una tarea justo en la medida en que posee
electrónica en la investigación de las relacio- su peculiar libertad» 2. El último término, la
nes interpersonales entre el médico y el pa- libertad es una dimensión -objetiva- de la
ciente, o emplear las encuestas sociológicas propia naturaleza humana. El problema on-
como tratamiento del cáncer, o la psicotera- tológico del hombre se centra, pues, en la
pia como bisturí para estirpar un apéndice. verdad de que la persona humana posee un
Nadie que sea verdaderamente un inves- cierto ser, independientemente de lo que so-
tigador encontrará en estos límites un freno bre sí pueda pensar cada individuo.
u obstáculo que recorte o disminuya sus ho- De no tenerse en cuenta la libertad huma-
rizontes científicos. Por el contrario, si lo es, na, el objeto de la investigación, el hombre
estará muy agradecido a la existencia de és- mismo, se deshumaniza y deviene en algo
tos . Pues de no existir esa adecuación que reificado que ya no es él. La experimentación
aquéllos regulan, su trabajo sería estéril, sus así proyectada investigará cualquier cosa
esfuerzos baldíos, confundidas sus pretensio- menos algo que pertenezca al hombre con-
nes. creto y, por consiguiente, habrá fracasado en
Pues bien, estos límites se prolongan, na- sus pretensiones.
turalmente, en la ética -que también tiene Los que reclaman el absoluto de la liber-
una fundamentación natural-, siempre que tad para la experimentación con el hombre
sea el hombre el objeto de la investigación. - ¡sin límite alguno! - no caen en la cuenta
La libertad de investigación en el hombre de que además de pedir un imposible social,
no puede construirse de espaldas a la inves- solicitan también la realización de un im-
tigación de la libertad humana. Si se des- posible metafísico.
atiende ésta, se frustra aquélla. Si el objeto a investigar, el hombre, es
y es que como dice Millán Puelles, «so- algo que tiene límites -los que derivan de
mos, o sea, no estamos hechos del todo; pero su condición indigente, finita y contingen-
somos, o sea, no todo lo tenemos que ha- te-, el diseño investigador se verá afectado
cer» 1. también por los límites propios del objeto a
A diferencia de Dios, el hombre no es investigar y del sujeto investigador. Si no
libertad, sino que tiene libertad; y, al mis- fuera así, lo absoluto -la misma investiga-
mo tiempo, una esencia permanente recibida ción o las técnicas empleadas, que, por otra
de Dios. La libertad -insiste Millán- «es parte, jamás pueden ser un absoluto- esta-
un poder que nos hace, en cierto modo, aúto- rían al servicio de lo relativo; lo infinito
res de nuestro ser, aunque sobre la base de pasaría a servir a lo finito. Tal inadecuación
una inmutable esencia metafísica, cuya ente- señala la forzosa necesidad de admitir los
ra realidad nos viene dada. (De manera que) naturales límites.
el hombre, efectivamente, es para sí mismo De ahí que o los métodos experimentales

1. MILLÁN PUELLES, A.: Economía y Libertad, Madrid, 1975.


2. MILLÁN PUELLES, A . : El pr(}blema ontológico del hombre como criatura. Conferencia pronunciada en
el CRIS y la Asociación ARES de Roma (Italia), en octubre de 1974. Cfr., también el curso dictado por el
mismo Profesor en el Club Zayas de Madrid en 1973, con el titulo de Superación del Subjetivism(}o
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se adecúan al objeto experimental y al sujeto del cáncer, el descubrimiento de la «píldora


experimentador -he ahí el límite que en- de la felicidad», o el de la «piedra filosofal».
grandece y hace posible la investigación mis- Los nuevos descubrimientos - ¡cuántas
ma- o se cae en el experimentalismo que a alarmantes noticias sensacionalistas no con-
nada conduce, a no ser a empañar y oscure- tribuyen sino a la neurotización de los pa-
cer todavía más lo que en un principio se cientes deshauciados y de sus parientes!-,
trataba de esclarecer. mejor aún, las viejas informaciones sensa-
Así como el ojo se ordena a la luz y el cionalistas son devoradas con la veleidad del
oido al sonido, al investigador le es obligado consumismo pseudotrascendente.
- ¡engrandecedora obligación ésta! - orde- Todo parece estarle permitido a la cien-
narse a la naturaleza del objeto. cia, una vez que se la ha entronizado y pare-
Pero es precisamente en este ordenamien- ce suplantar a la religión. Entonces se sacri-
to regulador en lo que consiste la ética. Es fican al nuevo índolo la salud o la vida toda
decir, también la adecuación a la naturaleza apenas estrenada de niños recién nacidos 4,
de que venimos hablando tiene un conteni- mientras tal vez se espera de ella - ¡oh para-
do. La naturaleza de esa adecuación no es doja! - un remedio mágico que prolongue
sino la ética, en donde se prolonga y de quien la vida ajada en el cansancio perseverante de
depende en última instancia los límites de la una biografía personal ya cumplida 5.
experimentación humana. Pero una ciencia que se confunde con la
Ciertamente, lo que acontece en determi- magia, la astrología y el horóscopo, una
nados sectores de la investigación científica ciencia pseudoreligiosa, en el mejor de los
es la extraña pretensióón de la divinización casos sólo será una regresión a lo mítico y,
de la ciencia 3. por consiguiente, habrá que seguir dudando
Me explico: se trata de hacer de la ciencia de la improbada cientificidad de sus conclu-
una religión para nuestro tiempo en crisis. siones.
El hombre de la calle ha puesto sus esperan- Cuando el científico se instala en este fal-
zas en el afán de satisfacer expectativas: so absoluto, sólo consigue pregonar más in-
expectativas de salud, de dinero, de rendi- tensamente la indigencia de su «ciencia».
miento y de éxito social. Cada mañana busca Rebasado aparentemente el límite -que
en los diarios la ansiada noticia: la curación no trascendido- el investigador se zambulle

3. Cfr., a este respecto, THOMAS, CH.: Experimentation in Man, Springfield, 1959. Una obra más ac-
tualizada es la de PAPPWORTH, M. H.: Human Guinea Pigs, Penguin Books, 1969.
4. Puede consultarse: LEYS, D.: Lancet, 1953, 2, 1044; KENNEDY, C. and SOKOLOFF: Journal 01 Clinical
Investigation, 1957, 36, 1131; Moss, DUFFIE and EMMANOOUILIDES: Pediatrics, 1963, 32, 175; RAY, R. N. and
el.: Bulletin 01 the World Health Organization, 1964, 30, 51; FREUND, P. A .,: New England Journal 01 Me-
dicine, 1965, 273, 687; BURNARD, E. D. and. col.: Clinical Bcience, 1966, 31, 121.
5. BIERMAN, H. R. and col: Proceedings 01 the Bociety lor Experimental Medicine and Biology, 1952,
79, 550; IBER, D. and col.: JournaZ 01 ClinicaZ Investigation, 1960, 39, 1201; BACHMAN, ACKERMAN and MAc-
KEN: Annals 01 Burgery, 1961, 153, 344; BEECHER, H. K.: Clinical Invesfigation in Medicine (legal, ethical
ana m'Oral aspects), Boston University Research Institute Publication, 1963; FREUND, P. A., in Gay Lecture,
HARVARD LAW SCHOOL, New England Journal 01 Medicine, 1965, 273, 687.
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en los límites herméticos de 10 ilimitado y cifra en saber si el hombre seguirá permane-


fantástico. La ciencia que fabrica, al no dis- ciendo -o volverá a ser- un ser sagrado» 6.
poner de ninguna referencia orientadora se
degrada en sofística, en ideo sofía abaratada
y consumista, en ingeniería del disparate ma- DE LA NATURALEZA DE LA INVESTIGACIÓN A LA
nipulador de lo humano, en último término, INVESTIGACIÓN DE LA NATURALEZA.
en anticiencia. Una anticiencia que acaso va-
ya ornamentada con el adorno de lo super- o hay una naturaleza humana a investi-
fluo y de la ficción, pero que no convence ni gar o no se entiende cuál pueda ser la natu-
satisface -a pesar del costoso precio que raleza de la investigación humana. O se res-
hay que abonar, toda vez que se intentó la peta aquélla, o ésta deviene en mero artificio
manipulación de la naturaleza- al consu- an tina tural.
midor que la prueba, ni al experimentador La experimentación, aun cuando, sobre
que la proyecta y realiza. todo, se ayude del concurso de la técnica, no
Como acertadamente escribe Jean Mou- por ello dejarará de bucear entre los soterra-
roux, «cuanto más se profundiza en el hom- dos lazos que manifiestan la causalidad rela-
bre, tanto más se nos revela como un ser cional interfenoménica en que aquélla debe
paradójico, misterioso y, para decirlo todo, consistir: Felix qui potuit rerum cognoscere
sagrado ( ... ). El hombre es un misterio por- causas.
que representa una especie de límite entre Ahora bien, estos fenómenos responden
dos mundos. Está sumergido en la carne, pe- a una naturaleza concreta, por mucho que
ro estructurado por el espíritu, inclinado ha- nos empezinemos en describirlos positiva-
cia la materia y, al mismo tiempo, atraído mente. De ahí que la naturaleza de las técni-
por Dios, viviendo en el tiempo y respirando cas que se aplican en la tarea profunda de
ya en la eternidad; ser natural y del mundo desvelarlos, deban también ajustarse a la na-
pero también trascendiendo al universo por turaleza de esos fenómenos.
su libertad ... , un espíritu a la vez inmerso y Cuando no se trabaja así, acontece enton-
emergente, inmanente y trascendente al ces la caída en el experimentalismo, en el ar-
cuerpo ( .. .) no es ni un animal ni un ángel, ticio (de arte fácil) sin posibilidad de legiti-
participa de ambos y sintetiza todas las pa- mación: una quimera caleidoscópica que
radojas de una esencia compuesta de princi- por vaciar al hombre de sentido, conduce al
pios contrarios y de un ser situado fuera del investigador al sinsentido del vaCÍo investi-
espacio y del tiempo, pero que tiene que gatorio.
desarrollarse en ellos ( .. .), el hombre es ra- El pensamiento investigador se hace en
dicalmente un misterio que se degrada si lo esas circunstancias un pensamiento que se
entendemos como problema. El enigma de piensa a sí mismo, a orillas de las realida-
nuestra civilización y de nuestras luchas se des metamorfoseadas por su propio artifi-

6. MOUROUX, J. : Sentido cristiano del hombre, Studium, Madrid, 1972.


INVESTIGACIONES HUMANAS 489

cio, que tal vez queden para siempre veladas. larga y penosa historia - ¡historia negra de
El pensamiento vacío remite a un vacío del la medicina de nuestro tiempo!-, parece
pensamiento; un proceso estéril que en su jalonarse en la segunda mitad del siglo xx.
ineficacia, se hace oculto para sí mismo, en Clínicas de abortos como la de Langham,
primer lugar, a la vez que cubre con su pro- capitalizan más tarde los residuos de las
pio ocultamiento a las realidades ahora des- acciones criminales propias, obteniendo pin-
vanecidas. gües ganancias.
La experimentación humana -¿la me-
dicina del crimen?- se comercializa, sobre-
UN NUEVO PLANTEAMIENTO DEL DESAFÍO
pasando incluso los estrictos y discutidos
CARTESIANO: BIOCRACIA CONTRA
fines científicos, subordinándose a la apoya-
PSICOCRACIA.
tura de determinado producto industrial,
como lo evidencian las nefastas investigacio-
Que estos límites naturales, a los que an-
nes llevadas a cabo con el insecticida «Va-
tes hemos aludido, se han sobrepasado,
pona» en algunos Institutos y Clínicas pe-
desatendido y vilipendiado recientemente en
diátricas italianas 7.
el campo de la investigación médica, es algo
conocido de todos. Otros como Glass y Muller 8 en su opti-
Los ensayos comenzaron dibujándose en mismo experimental y faústico en el campo
el ámbito universitario americano desde ha- de la genética, creen poder lograr super-
ce varias décadas, en donde las fáciles condi- campeones de los coeficientes intelectuales:
ciones de pesuasión económica a los estu- un experimento oscilante entre la edición
diantes, unidas a la proximidad física e inte- biológica del superhombre de Nietzsche y la
lectual de éstos a los centros de investiga- biología racista de los tiempos de Hitler.
ción, resultaban ser garantes excepcionales Mientras tanto, en países como Dinamar-
del silencio manipulador. ca 9 o Carolina del Norte 10, se practica la es-
Más tarde la noticia saltó de forma alar- terilización sistemática de posibles madres,
mante a la letra impresa de las grandes ro- cuyo CI sea inferior a 75.
tativas. Desde el trágico experimento con los Hasta aquí un recuerdo somero de algu-
430 negros sifilíticos del Estado de Alabama nas de las experiencias desgraciadas que
abandonados impunemente a la natural y fa- apoyan la Biocracia; es decir, el intento de
tal evolución de su proceso sifilítico, hasta dominar la vida humana, determinando des-
la esterilización -ni consultada ni consenti- de la biología sus funciones y sus límites,
da- de once niñas negras, todo ello puesto su duración y su utilidad, precisamente por
sobre el tapete por el senador Kenedy, una aquellos que se sienten heridos cuando oyen

7. Cfr. European Journal o/ Toxicology, 1973.


8. ETTINGER, R.: Man into Buperman, New York, sto Martin's Press, 1972.
9. LEACH, G.: The Biocrat8, Baltimore, Md.; Penguin Books, 1972.
10. WOODSIDE, M.: Bterilization in N orth Carolina, London, Geoffrey, Cumberlege, 1950.
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hablar de los límites de la experimentación cuando se sabe con certeza 10 satisfactorio


humana 11. de los resultados clínicos consiguientes al
Si tal intento reduccionista puede pare- empleo de determinados psicofármacos aso-
cernos penoso, mayores motivos tenemos pa- ciados a ciertas técnicas de psicoterapia.
ra apenarnos frente a esa pequeña parcela - El empleo de psicoterapias de grupo
de psiquiatras y de psicólogos que se empe- en las que no han sido rigurosamente con-
ñan en la absurda pretensión de alzarse troladas las situaciones, originando conflic-
como funcionarios de la nueva Psicocracia, tos interpersonales más graves que los que
reguladora de la vida humana 12. se proponían en un principio corregir, como
Veamos algunas de las manifestaciones cambios profundos en la estructuración de
en que puede concretarse el experimentalis- los valores personales, regresiones transfe-
mo psicócrata. renciales imprevistas, sentimientos de agre-
- El abuso de drogas como el LSD, la sividad, de culpabilidad, etc., de los que el
mes calina, etc., que son empleadas en parte paciente ninguna información previa re-
como pruebas de exploración psíquica (cho- cibió.
que anfetamínico, análisis psicodélico, nar- - Empleo de técnicas como la hipnosis,
co-análisis), y en parte como coadyuvantes el yoga, la relajación, la modificación de con-
de procedimientos psicoterapéuticos, cuando ducta, o las llamadas de «contacto perso-
sus efectos son imprevisibles a corta y larga nal», por personal no médico y/o insuficien-
distancia, además de existir por su uso in- temente instruido, incapaz de valorar el
fundado la grave amenaza de la posibilidad alcance de las mismas, y cuya aplicación o
toxicómana. entrenamiento se realiza sin un examen mé-
- El uso imprudente de técnicas psico- dico, psicológico o psiquiátrico previos.
quirúrgicas, cuyos efectos son en gran medi- Las referencias podrían multiplicarse
da ignorados, y cuyas indicaciones no siem- muy extensamente además de apoyarlas con
pre son del todo oportunas. la pertinente selección bibliográfica.
- La pasividad y el abandono de toda La escisión del hombre introducida por
terapia, como propone la antipsiquiatría, el cartesianismo se replantea hoy con reno-

11. La moderna ingeniería genética y molecular constituye uno de los caminos más actuales que intenta
resolver todos los problemas humanos desde la tecnología. Cfr., por ejemplo: BLOMQUIST, C.: Medical Ethics.
Natur och Kultur, Stockholm, 1971; CHANG, T. M. S.: Artificial Oe11s, Charles C. Thomas, Springfield, 1972;
Ibídem: Biomedical Applications of Artificial Cells, Biomedical Engineering, Aug. 1973, p. 334; COONEY, C.:
Thermal Sensors, Eng. Found. Conf. Enzyme Engeniring. Henniker, N. H., Aug. 5-10, 1973.
12. Cfr.: HITCHCOCK, E.: Psychosurgery today, Ann. Olin. Res., 1971, 3:187-198; KATZ, J.: Experiments
with Human Beings, New York, Russell Sage, 1972; JASPER, H.: Neurophysiology Studied in Man, G. C.
Somjen, Ed. Amsterdam, Excerpta Medica, 1972, pp. 467-476; MARK, V. H. and col.: The Neurobiology of
the Amigdala, B. E. Eleftheriou, New York, Plenum, 1972, págs. 485~507; FUSEK, l. and KUNC, Z.: Present
Limits of Neurosurgery, Amsterdam, Excerpta Medica, 1972; BRANSON, R.: The secularization of American
Medicine, Hasting Cen Stud 1 (2): 17-18; CHOROVER, S. L.: Big brother and psychotechnology, Psychl. To-
day, n.O 5, 7:43-45; FALCONER, M. A.: Reversibility by temporal-lobe resection of the behavioral abnormali-
ties of temporal-lobe ·e pilepsy. New Eng. Jour. Med., 1973,289: 451-455; MOTHNER, l.: The real and urgent
problems of science and ethics, lntellectual Digest, 1973, 4 :66-69.
INVESTIGACIONES HUMANAS 491

vados argumentos. Psicócratas y biócratas se sancionados por un código, que al menos


dan cita aquí, en este desafío de intentar transitoriamente, regule o determine los lí-
construir un nuevo superhombre de espal- mites de la investigación humana, y contri-
das a la naturaleza humana. buya a la ordenación autorizada de estas in-
La carrera desenfrenada del experimen- ra entrar en vigor.
talismo, a través de las dos versiones aludi- No obstante, se vienen realizando nume-
das, con tal de llegar cuanto antes a la du- rosos proyectos, a este respecto, que todavía
dosa e incierta meta, no se detienen en re- están faltos de una síntesis unitaria final pa-
conocer ningún límite a la «investigación» ra entrar en vigor.
(?) que realizan. Así, por ejemplo, el proyecto del Comité
La osadía del experimentalismo ha per- de Etica Médica, presidido por el Dr. Clegg,
dido todo respeto y cualquier vergüenza. Al que fue presentado a la XIV Asamblea Ge-
enfatizar la ciencia -una ciencia degradada neral de la Asociación Médica Mundial hace
que ni siquiera sirve a los fines humanos, ya más de diez años, y cuyo articulado ge-
pero que no tiene inconveniente en obedecer, neral reproducimos en el anexo de este ar-
dócil y servilmente, a cierta clase de fuertes tículo. En Italia, el ministro de Sanidad,
intereses económicos- hasta estos extre- Dr. Mariotti, dispuso la constitución de un
mos, llega incluso a hacerse autopropaganda grupo de trabajo encargado de la redacción
a través de los medios de comunicación so- de un proyecto de ley sobre la experimenta-
cial (también este particular debiera regular- ción clínica, del que todavía no tenemos nin-
se en un código ético de la medicina). Hoy guna noticia.
apenas si resulta asombroso que puedan En los Estados Unidos hay en la actuali-
leerse declaraciones como las del Dr. Law dad una Comisión encargada de autorizar o
en el Cambridge Evening News, o las del desautorizar cualquier proyecto experimen-
Dr. Riis, con absoluta impunidad para sus tal. En Francia, el pasado año se publicó una
declarantes. Carta de Derechos del Enfermo Hospitaliza-
No sólo se pierde así el respeto a la dig- do, en la que se regulaban las condiciones y
nidad de la persona humana, sino lo que es normas que deben cumplirse a la hora de
peor: la sociedad consumista -llevada del practicar cualquier tratamiento farmacoló-
absoluto de su permisividad- está demos- gico. Las declaraciones de Helsinki, recogen
trando tener un estómago suficiente y bien de forma muy generalizada las normativas
dispuesto para digerir cualquier clase de es- básicas más elementales que deben presidir
tas informaciones, por muy nefastas que cualquier diseño experimental en el hom-
sean. bre, pero son tan generales, que con sólo
esas declaraciones no se asegura la concre-
ción de su aplicabilidad. Otros autores han
HACIA UN CÓDIGO SOBRE LA INVESTIGACIÓN publicado algunas colecciones programáti-
HUMANA. cas de estas normas imprescindibles (véase
el anexo de este artículo), sin conseguir el
Ninguno de estos procedimientos, bio- eco deseado. Las comisiones, los proyectos,
lógicos o químicos, han sido directamente y las declaraciones se suceden unas a otras
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interminablemente sin llegar a cristalizar en encontrarse en un estado que no les permite


resultados definitorios. Tal vez a través de decidirse libremente.
las Comisiones Deontológicas de los Cole- b) Estas experiencias de naturaleza pre-
gios Profesionales, de las Academias de Deon- ventiva sobre un ser humano, deben tener
tología Médica y de las Sociedades de Medi- como base, trabajos de laboratorio realiza-
cina Legal y Social, pueda encontrarse el ne- dos sobre animales u otra clase de datos
cesario cauce para aproximarnos a la reso- científicos.
lución de estas graves cuestiones, en un fu- e) La experiencia debe ser realizada por
turo próximo. Estas Primeras Jornadas, cons- personas cualificadas científicamente.
tituyen sin duda un buen exponente de esa
buena voluntad esperanzada. La participa- d) En el curso de la experiencia, el su-
ción de especialistas en Filosofía, Etica, De- jeto debe ser libre de interrumpirla en cual-
recho y Jurisprudencia, de destacado relie- quier momento.
ve, constituye la mejor garantía de que e) El investigador y cualquier otra per-
nuestras necesidades serán un día satis- sona científica o médicamente cualificada,
fechas. asociada al investigador, e incluso el equipo
de trabajo, debe tener libertad para inte-
rrumpir la experiencia si, a su parecer, en
caso de proseguirla, ésta podría acarrear
ANEXO consecuencias perjudiciales al sujeto.
f) Que al sujeto de la experiencia le sea
explicado cuidadosamente el riesgo al que se
I. Líneas generales para un proyecto del expone y las ventajas que ésta reportará tan-
Código sobre la experimentación humana to para él como indirectamente para otras
(XIV Asamblea General de la Asociación Mé- personas, supuesto que el sujeto conoce los
dica Mundial). riesgos y los acepta libremente.
1. «Cualquier experiencia sobre un ser g) Que en el curso del tratamiento de un
humano es una acción por la cual el investi- enfermo, el médico tenga libertad para ha-
gador cambia deliberadamente el medio in- cer una experiencia si, a su parecer, es el
terno o externo, a fin de observar los efectos único medio de salvar la vida del paciente o
de este cambio. de mitigar sus sufrimientos, una vez obteni-
do el consentimiento de éste o de su repre-
2. Un cambio de tal clase del medio, sentante legal, al tiempo de la primera inter-
como lo hemos definido, no debería realizar-
vención.
se más que dentro de las siguientes condi-
ciones: 3. Las experiencias que no se hacen en
a) La naturaleza y el motivo de la expe- provecho del sujeto, sino de un interés cien-
riencia deben ser plenamente explicados al tífico, deben ser realizadas de acuerdo con
sujeto o al representante legal de las perso- las más estrictas normas de precaución, que
nas incapaces de dar su consentimiento a exponemos aquí:
causa de su edad, debilidad mental o por a) El sujeto de la experiencia debe en-
INVESTIGACIONES HUMANAS 493

contrarse en una situación física, mental y 1. «Solicitar el asentimiento de las per-


jurídica tal que sea capaz de decidir por sí sonas a las que se va a someter a la prueba.
mismo. Todos deben ser voluntarios, y no es lícito
b) Hay que evitar que el sujeto se en- ejercer coacción de ninguna especie.
cuentre en una situación de dependencia res-
2. Hay que basar el experimento en otros
pecto del investigador, como, por ejemplo, el
ensayos efectuados con animales y en el só-
estudiante de medicina y su profesor, el pa-
lido conocimiento de la historia de la enfer-
ciente y su médico, el técnico en laboratorio
medad que se quiere estudiar. Debe aplicar-
y su jefe de servicio.
se de tal manera que los resultados espera-
c) Los prisioneros de guerra no deben dos justifiquen el empeño. El experimento
jamás ser utilizados en estas experiencias. debe aportar conocimientos que no pueden
d) Las personas detenidas en prisiones, obtenerse por otros métodos y que son ne-
penitenciarías y otros correccionales, por ser cesarios para el bien de la comunidad.
grupos de prisioneros, no deben ser utiliza-
dos como sujetos de experiencia. 3. Realizarán el experimento investiga-
e) El médico responsable de una inves- dores cualificados, a fin de que se eviten to-
tigación realizada con enfermos confiados a dos los padecimientos físicos innecesarios,
su asistencia directa debe cuidar de no abu- así como daños duraderos».
sar de la confianza depositada en él, en aque-
llas experiencias que no reportan un prove- * * *
cho inmediato para el paciente.

* * * IV. Para no alargar innecesariamente


este Anexo, presentamos a continuación una
II. Otros autores como el Dr. Riis, van selección bibliográfica en donde se contem-
demasiado aprisa en el reduccionismo que plan intentos muy variados de regular los
proponen en estas materias. Su criterio es límites de la experimentación humana:
único, y está salpicado de un cierto subjeti-
vismo, aunque recuerde también algún viejo - Medical Research Council Memorandum
principio de la ética kantiana, ahora extra- 649, issued 16 Oc. 1953.
polado al campo de la Medicina, y que es -Cahn, E.: New York Law Review, 1961,
manifiestamente insuficiente. 36, 1.
Dice así: «Hay una norma práctica y rá- - Proceedings of the Royal Society of Me-
pida: no hagas correr a un paciente un ries- dicine, 1951, 44, 189.
go que tú no correrías». - Irving Ladime, S.J.D.: lour. of Public
Law, 1955, 3, 467.
* * *
- Lancet, 1958, 1, 944.
III. Un teólogo como Franz Bockle, de - Guttentag, O. E.: Science, 1953, 117, 207.
la Universidad católica de Bonn, resume así - Ivy: lour. of the American Medical Asso-
las condiciones imprescindibles: ciation, 1949, 139, 131.
494 AQUILINO M. POLAINO-LORENTE

~ Clínical Research (Washington), 1966, 14, Arztezeitung. Bulletin des medecins suis-
193. ses, 1969, n.O 16, 50: 431-432.
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-Meyers, D. W.: The human Body and the - Stagnara, P.: Le Médecine de l'homme,
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- Brit. Med. Jour., 1973, 213-216. - Chauchard, P.: Le Croix, 29 aout 1973.
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23 March 1973, p. 82. - Toulat, M. J.: La Croix, 5 juillet 1973.
- German texts appeared in Schweizerische - Herald Tribune, 10 janvier 1973.
Throughout thls article, the author revlews the implications which on the part
of human nature are compromised by the fact of experimentation with man. These
natural conditlons can not be overlooked nor set aside by the researcher; to do
so would entail the grave effect of making the whole experimental work sterile.
The concept of Iimit is studied here from both the scientiflcal and methodo-
logical points of view, staving off thus possible paradoxes which have been orga-
nized with regard to this concept in certain scientific circles in today's society.
Further on, the author puts forth the dlfferent relationships which are to be
found between the nature of investigation and the investigation of natura, maklng
explicit the relations of dependency and of convergence which exlst between
the twO.
After bringlng to the light the new editions of erratic cartesianism (Biocracy and
Psychocracy) which are based upon an abundant bibliographical foundation which
is very up-to-date. the author ends thls paper by proposing the necessity of esta-
blishing acode of laws on human research which would arbitrate and regulate the
relations between the experimenter and the patients who submit themselves to
research, as well as the circumstances under which such experimentatlon should
take place.

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