Materiales Autóctonos, originados en el medio marino, que pueden ser:
fragmentos o restos fácilmente reconocibles de plantas y animales que derivan de
las cadenas alimentarias marinas, y carbono orgánico particulado (COP) formado in situ a través de un complejo equilibrio entre el carbono orgánico disuelto (COD) y el COP. Aunque en la naturaleza se encuentra un gradiente continuo de tamaño de partículas desde pequeñas moléculas orgánicas, pasando por coloides, hasta partículas de varios milímetros de largo, el material disuelto se define, generalmente, arbitrariamente como aquel material orgánico que pasa a través de filtros con tamaños de poro de 0,2 ó 0,45 µm, mientras que el particulado queda retenido. En los océanos, la materia orgánica disuelta, la orgánica particulada muerta y la biomasa viva se encuentran frecuentemente en las proporciones 100:10:2. La concentración promedia del carbono orgánico particulado en una columna de agua que mida 4.000 m desde la superficie al fondo asciende a 100 g/m2, y el COP en todos los océanos del mundo debe ser aproximadamente 2*10 16 g. Esta cantidad es cinco veces la cantidad de biomasa fitoplanctónica (4*1015 g) y 10 veces menor que el COD (2*1017 g).
Irwin 1965, estudiando los depósitos Mississipienses de la cuenca de Williston, en
América del Norte, ideó un modelo teórico para la sedimentación carbonatada en plataformas. Estos depósitos están caracterizados por presentar tres tipos distintos de facies, que representan entre sí sendos cambios laterales. Estas son: a) evaporíticas cíclicas; b) calizas bioclásticas u oolíticas y dolomías, y c) calizas arcillosas finamente estratificadas.
Facies a) Consta principalmente de dolomías y anhidrita y cantidades menores de
halita, arcilla y arenisca. Estos materiales se hallan distribuidos rítmicamente en la siguiente secuencia: se inicia con pel- y biomicritas, que hacia arriba pasan a dolomías microcristalinas con fragmentos de conchas dispersos (estas dolomías contienen venillas de anhidrita y, hacia el techo, nódulos) y el ritmo culmina con anhidritas con venillas de dolomía.
Facies b) Está compuesta por calcarenitas libres de fango, bien clasificadas, a
veces dolomitizadas o cementadas por esparita, pero reteniendo a menudo porosidad primaria intergranular. Estas rocas son frecuentemente oolíticas, y a veces arenosas esqueléticas compuestas, en su mayor parte, de restos de crinoides. Hacia arriba pasan a pelesparitas que, con aumento del fango calcáreo, pasan a las pelmicritas de la facies a). Como fragmentos fósiles incluyen crinoides, braquiópodos, briozoos, corales, foraminíferos y algas.
Facies c) Son calizas arcillosas grises oscuras, laminadas o finamente
estratificadas; localmente son silíceas y están interestratificadas con cherts. La fauna es similar a la de la facies b) pero menos abundante y mejor conservada, con pocos corales o algas. Los fósiles están, a veces, silicificados. Un arrecife es un depósito calcáreo de restos de organismos que poseían un potencial ecológico suficiente para mantener en posición de vida, en estructura rígida y resistentes al oleaje, y que originan acumulaciones de geometría característica. Existen muchos términos para designar los diferentes tipos de depósitos, de los que sólo citaremos: biohermo, caracterizado por ser estructuras de crecimiento con tendencia a forma de domo, rodeados por otras litologías, y biostroma, correspondiente a geometría de tendencia estratificada. Los organismos que originan arrecifes son muy diversos y han tenido importancia variada a lo largo de la columna estratigráfica, destacando los corales, algas calcáreas, estromatopóridos, rudistas, ostreidos, briozoos, e incluso algunos gusanos secretores de carbonato, puesto que el potencial ecológico necesario para dar una construcción, es un valor relativo a la energía del medio capaz de destruir la construcción. Por su geometría y relaciones de facies se suelen distinguir los arrecifes marginales, adosados a la costa y de tendencia linear; los atolones, de geometría circular encerrando un lagoon protegido en su interior; y el arrecife barrera, de tendencia linear, pero que origina, por su papel protector, un lagoon en su zona posterior, y es la forma más generalizada. Son frecuentes los cambios laterales entre diversos tipos. Un arrecife origina tres tipos de facies fundamentales:
a). La facies de construcción formada por los esqueletos calcáreos de los
organismos creciendo interconectados y dando una estructura muy porosa que se rellena con detritus originados por la destrucción parcial de los esqueletos y fango calcáreo de origen diverso. Con frecuencia las algas coralinas, o estromatopóridos laminares, actúan como cemento o ligantes de la construcción. b). La facies de frente arrecifal, clástica, que pasa lateralmente a los sedimentos marinos de plataforma. Si el crecimiento del arrecife es muy rápido pueden aparecer deslizamientos y estructuras que recuerdan medios de turbiditas, siendo los principales componentes grandes fragmentos rotos del arrecife empastados en sedimentos bioclásticos de tamaños finos. c). Facies postarrecifales (back-reef), caracterizadas por un ambiente energético muy débil, por la protección mecánica de la construcción que individualiza un lagoon a veces sin límites definidos, caracterizado por arenas bioclásticas y fangos calcáreos con pellets fecales que indican una fuerte actividad biológica. En casos de arrecifes de crecimiento rápido se pueden desarrollar facies clásticas similares a las del frente arrecifal, pero de menor dimensión. Dentro del lagoon pueden desarrollarse construcciones arrecifales independientes del arrecife principal.