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El presente proyecto responde a un requerimiento que es hoy prioritario: de evaluaciones diagnósticas y prospectivas de
la educación universitaria, tanto desde el punto de vista de su eficiencia académica, acorde a los avances científicos-
tecnológicos, como desde el punto de vista de su eficacia o pertinencia social. (UNNE, Secretaría General Académica,
1995, Pérez Lindo, 1993).
A partir de esta nueva realidad, que se plantea a los sistemas de justicia y, en gran medida al ámbito de la seguridad de
la sociedad, y teniendo presente el valor central que se otorga hoy a la formación y planificación estratégica de los
recursos humanos, para la transformación y mejoramiento de las instituciones y los servicios públicos, en sentido
general, se tornan indispensables las investigaciones diagnósticas y prospectivas que sirvan de base para la formulación
y ejecución de tales políticas de recursos humanos, como los pertenecientes a la justicia, en este caso.
Esta importancia que se asigna a la formación de recursos humanos, para la transformación de los modelos
profesionales, se sustentan en el rol de las universidades como potenciales formadoras de valores y actitudes, además de
las funciones de transmisión de conocimientos científicos y tecnológicos. (Bordieu 1989)
Este trabajo de investigación surgió a partir de una pregunta inicial: ¿Los profesionales egresados del Instituto de
Criminalística y Criminología se encuentran preparados de manera competente para desenvolverse en el mundo
laboral ?, ¿Las competencias adquiridas durante el cursado de la carrera son las requeridas por la profesión? Las
preguntas antes formuladas configuraron la problemática central que fundó la presente investigación.
Con respecto a los requisitos mas valorados en el momento de la selección, los empleadores señalan en todos los casos
aspectos que se vinculan especialmente con competencias referidas a habilidades –“Saber hacer”- (capacidad para
trabajar en equipo, capacidad para organizar y planificar, capacidad para tomar decisiones) y actitudes –“saber ser”-
(honestidad, responsabilidad, pro-actividad / dinamismo, creatividad / innovación, flexibilidad / capacidad para
adaptarse a los cambios) (Barbetti-2001).
El enfoque de la competencia laboral surge como respuesta a la necesidad de mejorar permanentemente la calidad y
pertinencia de la formación de recursos humanos, frente a la evolución de la tecnología, la producción y, en general, la
sociedad, y elevar así el nivel de competitividad de las empresas y las condiciones de vida y de trabajo de la población.
La educación orientada de esta manera ha implicado para los distintos países iniciar procesos de reforma de sus
sistemas de educación; para las empresas, modernizar las formas de capacitación de sus trabajadores; y para el
individuo, adaptarse a nuevos perfiles ocupacionales, al trabajo en equipo, a una mayor flexibilidad, creatividad y
capacidad de aprendizaje, y a la actualización continua de conocimientos y habilidades que le permitan lograr un
desempeño eficiente y un desarrollo integral.
Pero en realidad, que es objetivamente la Competencia Laboral?. Son muchas las enunciaciones que se tienen, para
mejor compresión del trabajo se trascriben algunas de las ya establecidas:
“Conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para ejercer una profesión, resolver problemas de forma autónoma y
flexible, colaborar con su entorno profesional y en la organización del trabajo”. (Bunk, 1994)
“Conocimientos, habilidades y destrezas observables y medibles, así como características asociadas a un desempeño
excelente en el trabajo y en el logro de resultados”. Consejo Federal de Cultura y Educación
Estudios recientes sobre la Oferta y Demanda de Nuevos Perfiles Profesionales en el Contexto Regional y Nacional de
los Profesionales de la Criminalística y la Criminología, plantean la necesidad de estudiar las características y
tendencias de la demanda de profesionales por parte de los servicios de justicia y determinar las percepciones de los
actores sociales de los servicios de Justicia respecto al rol de la profesión. De igual modo, se plantea la necesidad de
evaluar el grado de adecuación entre el modelo profesional que forma la universidad, en las disciplinas Criminalísticas
y Criminología y el modelo profesional que se requiere actualmente con vistas al futuro, para el mejoramiento de la
calidad de los servicios de administración de justicia (Humberto de Espínola, 1996, Melis de De los Reyes 2000).
Esta misma autora (Melis 2002) en otro estudio se plantea como objetivo de estudio establecer las evaluaciones de los
graduados de medicina y de los empleadores de los servicios de salud, acerca de los cambios en el sector salud y el
ejercicio profesional de la medicina y los nuevos perfiles profesionales que se requieren, en términos de nuevas
competencias.
Por su parte, Barbetti (2001), en un estudio realizado sobre la evaluación de los empresarios de Corrientes con respecto
a la formación de profesionales universitarios, analiza los criterios valorados en la selección de profesionales
universitarios y posición de los empresarios frente a la formación superior, en donde plantea específicamente un análisis
de las opiniones de los empleadores en la ciudad de Corrientes. Este autor distingue como algo importante a tener en
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Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2003
Resumen: S-002
cuenta que algunas competencias laborales que son consideradas propias de los profesionales (tales como: “la capacidad
para conducir grupos”, “la capacidad para trabajar en forma autónoma”, “la capacidad para realizar procesos de análisis
y síntesis” ), fueron poco mencionadas a la hora de la selección. Concluye su trabajo asegurando que los empleadores
en el momento de seleccionar a los profesionales universitarios privilegian por encima de los aspectos cognoscitivos,
otro tipo de competencias, especialmente aquellas vinculadas a actitudes y habilidades que garanticen un desempeño
eficiente dentro del ámbito laboral. Las opiniones de los empresarios denotan que este tipo de competencias parece no
estar siendo cubiertas, al menos totalmente, por la actual oferta académica universitaria. Lo mismo queda de manifiesto
en las apreciaciones sobre el desempeño inicial de los profesionales, en las evaluaciones que los mismos realizan sobre
la formación teórico-prácticas.
En relación con la evaluación acerca de la formación universitaria recibida Pérez Rubio y otros (2000) en su estudio
sobre la situación de los egresados de la UNNE, manifiestan que existe una evaluación positiva en cuanto a la
formación general y teórica y negativa en relación a la actualización de los conocimientos instrumentales y adecuación
entre los conocimientos y el mundo laboral.
MATERIALES Y METODOS
A. Objetivo de la investigación
§ Conocer las percepciones de los nuevos profesionales respecto a la formación académica recibida en el instituto de
Criminalística y Criminología, desde el punto de vista de las competencias laborales exigidas a todo profesional en
el momento de insertarse en el mundo laboral.
B. La población en estudio
La unidad de análisis estuvo compuesta por los graduados universitarios de la carrera de Licenciatura en Criminalística
y Criminología, que cuentan con el ciclo intermedio cumplido y aprobado y están graduados como Accidentólogos y
Documentólogos, los mismos forman parte actual como alumnos del ciclo superior del Instituto de Criminalística y
Criminología de la Universidad Nacional del Nordeste. (N= 50).
En relación con la percepción que los profesionales tienen acerca de la actualización y utilización de conocimientos
instrumentales prácticos es negativa, coincidente también con lo que piensan otros egresados en un estudio respecto del
mismo motivo
Por otra parte, resulta importante distinguir que algunas competencias laborales que son consideradas propias de los
profesionales (tales como las capacidades para conducir grupos, la capacidad para trabajar en forma autónoma y la
capacidad para realizar procesos de análisis y síntesis) son pocos mencionados por los empleadores. Lo que podría estar
indicando que los profesionales Accidentólogos y Documentólogos estarían con las condiciones adecuadas a la
calificación.
Así, se podría agregar que los profesionales egresados de esta institución al día de la fecha recibieron durante su
formación académica una enseñanza basada en competencias o actitudes acorde a las exigencias del moderno mundo
laboral. Lo que responde de alguna manera las preguntas formuladas que configuraron la problemática central de la
investigación.
Quedaría indagar si las percepciones recogidas coinciden con el real desenvolvimiento de estos profesionales en el
ámbito laboral que los compete. Para evaluar las competencias de los profesionales, se los debería confrontar con las
normas de competencia. La norma de competencia es una expectativa de desempeño en un lugar de trabajo,
describiendo las habilidades, destrezas, conocimientos y operaciones que un individuo debe ser capaz de desempeñar y
aplicar en distintas situaciones de trabajo. No incluiría solo actividades repetitivas y rutinarias, sino también la
capacidad para identificar, analizar y resolver problemas imprevistos.
En conclusión nos queda por decir, que visto desde la perspectiva de los profesionales Accidentólogos y
Documentólogos las competencias por ellos recibidas guarda relación con la formación académica recibida, cabría
aclarar que esta adecuación entre lo educacional y lo productivo solo lo podemos extenderlo al campo laboral del titulo
intermedio otorgado por esta Institución Universitaria, ya que esa era la finalidad del presente estudio. Un aspecto
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crucial en la formación basada en competencias es la correspondencia necesaria entre las competencias requeridas en
las diferentes ocupaciones y los contenidos de los programas formativos. Por esta razón el proceso de verter las
competencias identificadas en los currículos de formación es crucial para mantener la pertinencia de los programas
formativos.
CONCLUSIONES
En esta investigación se tomó como parámetro para conocer las percepciones de los principales actores sociales, el
enfoque conductista, que mas hace referencia a la formación de recursos humanos competentes.
Los resultados preliminares de esta investigación nos indican que la formación de recursos humanos competentes es
algo de fundamental trascendencia a la hora de evaluar las características educativas de una institución cuando por
ejemplo se pretende llevar a cabo un cambio curricular.
Se puede de igual manera luego de haber concluido con parte de la presente investigación, contrarrestar la hipótesis de
trabajo, lo que con lleva a pensar que las percepciones de los profesionales hacia la formación académica recibida desde
el punto de vista de las competencias laborales hoy exigidas por el mercado laboral no son tan insuficientes.
Los empresarios a la hora de seleccionar a los profesionales universitarios privilegian por sobre los aspectos
cognoscitivos, otro tipo de competencias, especialmente aquellas vinculadas a actitudes y comportamientos que
garanticen un desempeño eficiente dentro del espacio laboral, competencias que según las percepciones recogidas en
esta investigación cuentan los nuevos profesionales de la Criminalística.
También se pretende que estos resultados contribuyan a la adecuación de los perfiles profesionales que se forman en la
universidad y las actuales y futuras demandas del exigente mercado laboral.
Que existe una evaluación negativa por parte de los profesionales en relación con la actualización de los conocimientos
instrumentales y la adecuación con el mundo laboral.
Si bien es claro que este desajuste podría estar ocasionado por algunas limitaciones (que efectiva y concretamente
existen) en esta institución universitaria que no permiten acompañar los procesos de educación, no podemos dejar de
preguntarnos, si en algún punto, la solicitud de “saberes prácticos” no se vincula con el hecho de que muchos de los
nuevos puestos ocupados solo implican necesidades de saber “tipo instrumental”.
Un aspecto que requiere especial atención es el referido a la conformación de competencias actitudinales tales como al
iniciativa, la proclividad a la cooperación, la creación de un ambiente positivo de trabajo, la mentalidad creativa, la
resolución de problemas. Estas actitudes se generan más en las estrategias pedagógicas utilizadas que en los contenidos
mismos. Al cual los profesionales egresados le asignan un valor predominantemente positivo.
Adquiere un importante papel el desempeño docente dentro de la formación de estas competencias según lo
manifestado por los profesionales de la criminalística, situación que dijeron sucede dentro de su realidad académica,
con excepción de algunos casos.
Luego de todo lo desarrollado da cuenta de la imperiosa necesidad de adecuar los planes de estudios de una institución a
las exigencias del mercado laboral, lo que dentro del ámbito que nos tocó por investigar y teniendo en cuenta las
percepciones de los principales actores sociales se encuentra perfectamente adecuado, por los positivos resultados
obtenidos del análisis de los datos recogidos, aunque queda mucho por indagar en el campo de las competencias.
BIBLIOGRAFIA