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De muñeca sexi a niña buena

Una australiana lava la cara a las Bratz de segunda mano y las vende por cientos de euros.
Su proyecto reabre el debate sobre la hipersexualización de los juguetes

ElPaís. Madrid, 16 marzo 2015

La misma muñeca, antes y después de ser


transformada por Sonia Singh. BRATZ / TREE
CHANGE DOLLS

Donde antes solo había


gruesos labios perfilados, ahora
caben los dientes de una inocente
sonrisa. Sin maquillaje, los ojos de las
muñecas parecen más pequeños,
pero miran de frente, no de seductor
soslayo. Y el atuendo… tan distinto
como el de una estríper y el de una
catequista. El cambio es obra de la madre australiana Sonia Singh, que tras ser despedida
del CSIC de su país decidió “rescatar y rehabilitar” viejas muñecas Bratz para darles un
estilo más “sensato”, según explica en su cuenta de Tumblr, Tree Change Dolls, donde
empezó a colgar fotos del antes y el después a mediados de enero. En cuestión de días
sus muñecas se hicieron virales. Vendió las 20 primeras en segundos. El 8 de marzo, Día
de la Mujer Trabajadora, subastó una por 1.334 euros. Prensa de todo el mundo se hizo
eco. Tanto, que Sonia ya solo habla con medios australianos. “Estoy sobrepasada”, se
disculpa por correo electrónico. No para de trabajar: el pasado sábado puso a disposición
de sus fans 20 nuevas muñecas. Su hobby ya es un pequeño negocio.

De tanto en tanto, surge una muñeca


maniquí “normal” que reabre el debate sobre
la hipersexualización de los productos para
niñas. A la eterna Barbie, las Bratz en su
momento (hace 10 años eran las divas del
sector) o las Monster High después, les han
surgido rivales más realistas. En 2013, el
diseñador Nickolay Lamm dibujó la “Barbie
normal”, con las proporciones de la
americana media de 19 años. Tantos padres
preguntaron dónde se podía comprar que
Lamm empezó a fabricar la hasta entonces
virtual Lammily. “En 2014 tuvimos 1,3
millones de euros de beneficios”, explica por
correo. “Lo más difícil del sector es darse a
conocer”.
Lammily, apodada "la Barbie normal".

Para hacerlo rodó un vídeo en un colegio: niñas con una Lammily y una Barbie en
cada mano. “Esta no es tan flaca”, “se sostiene de pie porque no lleva tacones”, “se parece
a mi hermana”... ¿Cuál quieres? “La Lammily”, dicen todas las niñas. Y añaden: “Barbies ya
tengo muchas”.
“Lo que quieren las niñas sobre todo es jugar
con cosas nuevas y diferentes”, explica la pedagoga
María Costa, del Instituto Tecnológico del Juguete. “No
hay nada malo en jugar con una muñeca muy
maquillada, el problema es jugar solo a eso”. Sexis,
exageradas, horteras... Según Costa, estos
significados los ponemos los adultos. Donde una
madre preocupada ve una estríper, “las niñas solo ven
fantasía, muñecas que se parecen a las mujeres que
ven en la tele y las revistas”.
La muñeca británica Lottie.

“Las Tree Change Dolls responden más a lo que buscan las madres que a lo que
quieren las niñas”, dice Costa. Las relaciona con dos tendencias sociológicas: active
parenting, “progenitores implicados que buscan valores alternativos”, y mumpreneurs,
“mamás emprendedoras con hobbies en torno a la crianza”. ¿Por qué no desmaquilla
Mattel a Barbie para contentarlas? “Porque Mattel vende a las niñas, no a las madres”, dice
la pedagoga. “Las muñecas realistas tienen su público, pero son un segmento”.

La británica Lottie es una de las mejor posicionadas en él: desde 2012 ha vendido
300.000 muñecas en 30 países (Bratz vendió 125 millones en sus primeros años). Lottie
tiene pecas y el cuerpo de una niña de nueve años. “Muchos padres sentían que las otras
muñecas forzaban en las niñas una agenda para crecer demasiado deprisa”, explica por
correo su creadora, Lucie Follet.

En el debate alrededor de estas muñecas realistas también hay críticas. Algunos


blogs feministas dicen que simplemente se ajustan a un estándar distinto: menos loco, más
doméstico, que trata de fijar lo que es una “niña normal”. “Lavarle la cara a una Bratz en pro
del realismo”, dice una bloguera, “es como cortarle el cuerno a un unicornio”.

Varias de las muñecas transformadas por Sonia ingh. TREE CHANGE DOLLS

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