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DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS: 1er PARCIAL

INTRODUCCION
El eje central de la materia es el estudio de la protección del individuo a través de la plena vigencia
de sus derechos y de sus garantías. Las normas que expresan el contenido y alcances de los
derechos humanos generan obligaciones exigibles a los Estados tanto a nivel interno como
internacional.
Ya en el Siglo XIX a expansión del constitucionalismo liberal jerarquizó los derechos y garantías
individuales como normas fundamentales dentro de las jurisdicciones nacionales.
Los antecedentes del tratamiento a nivel internacional de los derechos esenciales de las personas
se remontan a mediados del Siglo XIX con la aparición de convenios tendientes a la abolición de la
esclavitud y a proteger a las víctimas de los conflictos armados. El siguiente antecedente se
relaciona con las consecuencias de la Primera Guerra Mundial a través de la creación de la
Sociedad de las Naciones y de la Organización Internacional del Trabajo. La creación del Tratado de
Versalles de 1919 de la Organización Internacional del Trabajo incorporó el tratamiento del
derecho al trabajo y los derechos de los trabajadores a nivel supranacional.
La Carta de las Naciones Unidas fue el disparador de un movimiento institucionalizado a consolidar
las libertades fundamentales del individuo a través de su promoción y protección. El fundamento
de esta creciente internacionalización surge como una necesidad de contrarrestar las actitudes del
Estado como potencial violador de los derechos humanos dentro de su propio jurisdicción interna.
Los sistemas regionales europeas (Convención Europea para la Protección de los Derechos
Humanos y Libertades Fundamentales, Roma 1950) y americano (Convención Americana sobre
Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 1969) implementaron la constitución de tribunales
regionales con competencia para entender en presuntas violaciones imputables a los Estados
parte de esos Convenios.
Una de las características primarias del derecho internacional de los derechos humanos es su
condición de derecho subsidiario respecto de los derechos internos.
En consecuencia, para recurrir a los mecanismos internacionales o regionales de protección es
necesario por regla general el agotamiento de los recursos internos.
DEFINIICION DE DERECHOS HUMANOS: Son derechos humanos aquellos que tutelan el
ordenamiento jurídico internacional, de acuerdo con la cultura predominante en un lugar y tiempo;
que corresponden con su naturaleza de tal a todo ser humano y, por ende, de los que no se puede
ser privado sin generar responsabilidad internacional del Estado violador.
CLASIFICACION DE LOS DERECHOS HUMANOS
Dado que se condice con la evolución histórica de la humanidad, pueden distinguirse al menos tres
categorías: a) derechos individuales, b) derechos sociales y c) derechos colectivos; en ellos varia
esencialmente la conducta que se espera asuma el Estado.
a) DERECHOS INDIVIDUALES: o llamados también “civiles y políticos” o de “primera
generación”. Se aguarda que un Estado democrático se abstenga de intervenir y/o de
limitar y/o cercenar las libertades esenciales de la persona, además de asegurarse su
participación en los procesos de formación de la voluntad (derecho a elegir y ser elegido,
etc.). Su origen histórico está atado primordialmente a los primeros movimientos
revolucionarios contra las monarquías absolutas europeas. Por ejemplo, Revoluciones
británicas (Bill of Rights de 1689) la Revolución estadounidense de 1776 y la Revolución
francesa de 1789. A su vez también se espera que el Estado “hago algo” y no solo que se
abstenga, por ejemplo de protegerlo frente a hechos de particulares y/o investigar y
esclarecer los delitos que aunque cometidos por terceros implique una transgresión a esos
derechos.
b) DERECHOS SOCIALES: “derechos económicos, sociales y culturales” o de “segunda
generación”. Se le exige al Estado un rol de proveedor principal de esos bienes. Su origen
histórico se vincula con el nacimiento del socialismo europeo a partir de la Revolución de
Paris de 1848, la Alemania unificada de Bismark, la Revolución Soviética en la Rusia de los
zares de 1917 y la Constitución de México de 1919. En este aspecto, el Estado no es
solamente el prestador de los servicios, sino a su vez es el que debe auditar que si un
particular/privado tiene el servicio a cargo, no lo viole. La Corte Interamericana de
Derechos Humanos fija tres aspectos en estos derechos: 1) progresividad, 2) titularidad
individual y posibilidad consecuente de reclamarlos judicialmente y 3) inderogabilidad de
una vez adquiridos.
c) DERECHOS COLECTIVOS: “tercera generación”. El compromiso no se extiende ya
solamente al Estado, sino que abarca a la sociedad también. Son ejemplo de estos
derechos, los derechos al medioambiente, e la información, a la intimidad o de defensa
del consumidor, exigen actividades concretas y positivas no solo por parte del propio
actuar de la comunidad políticamente organizada, sino de todos los habitantes.
LOS DERECHOS HUMANOS COMO NOCION SURGEN CON EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
LOS ESTADOS TIENEN LA OBLIGACION DE PREVENIR – INVESTIGAR – SANCIONAR - REPARAR

CARACTERISTICAS DEL SISTEMA DE DERECHOS HUMANOS


a) Inherentes: afirma que ellos son innatos a todos los seres humanos sin distinción alguna.
Se nace con ellos y su titularidad.
b) Universales: se extienden a todo el género humano en todo tiempo y lugar.
c) Absolutos: porque su respeto se puede reclamar indistintamente a cualquier persona o
autoridad.
d) Inalienables: no se puede ser despojados de ellos por autoridad alguna pero tampoco se
puede renunciar.
e) Inviolables: ninguna autoridad o persona puede vulnerar legítimamente tales derechos.
f) Indivisibles: no tienen jerarquía entre sí, no se permite poner unos por encima de otros.
g) Irreversibles: porque todo derecho reconocido formalmente como inherente a la persona
humana queda irrevocablemente integrado a la categoría de derecho humano, categoría
que no puede perderse.
h) Progresivos: dado el carácter evolutivo de los derechos humanos, se han ido incorporando
a esta categoría potestades que antes carecían de tal reconocimiento y protección
internacionales.
FUENTES DEL DERECHO
Las normas jurídicas de los Derechos Humanos se crean y expresan en los ordenamientos internos
como en el derecho internacional, a través de determinados “medios” o “fuentes”: Fuentes
Formales y Fuentes Materiales.
Las fuentes materiales son los fundamentos extrajurídicos de una norma jurídica, es decir, las
causas que la motivan u originan.
Las fuentes formales en sentido restringido serian los medios o procesos para la creación del
derecho; en sentido amplio serian aquellas “a través de las cuales el derecho se manifiesta y
formula y en razón de ser su expresión visible y concreta, se definen como los modos de verificación
de la existencia de normas jurídicas”.
Son fuentes formales de creación deliberada de derecho las emanadas de los órganos
competentes: la Constitución Nacional, las leyes sancionadas por el Congreso de la Nación, las
leyes y constituciones provinciales, los decretos del Poder Ejecutivo, las resoluciones ministeriales,
etcétera. La Costumbre es una fuente formal de creación espontanea del derecho.
La LEY en sentido “formal” se llama al acto emanado del Congreso de la Nación (ley nacional) o de
las legislaturas provinciales (ley provincial), en sentido material, toda norma jurídica, es decir la
conducta debida por el derecho, sea cual fuera el medio utilizado o el órgano competente para su
creación.
LAS FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL
Las fuentes principales –creadoras- del derecho internacional son: los tratados internacionales, la
costumbre internacional y los principios generales del derecho.
La doctrina y la jurisprudencia internacionales son medios auxiliares en la determinación de las
reglas de derecho, no son creadoras de derecho. Los fallos judiciales son obligatorios solo respecto
de los casos en los cuales se han dictado pero no son obligatorios para casos futuros. Un tribunal
internacional puede recurrir a jurisprudencia sentada por dicho órgano ara determinar con su
auxilio si ha surgido realmente una costumbre jurídica sobre el punto dado o si existe un principio
general de derecho generalmente recibido.
TRATADOS INTERNACIONALES
Son acuerdos de voluntades entre Estados, entre Estados y organizaciones internacionales o entre
organizaciones internacionales entre sí, cuya finalidad es crear modificar o extinguir derechos y
obligaciones internacionales, regidos por el derecho internacional. Todo lo relativo a la celebración
y validez de los tratados está regido por dos convenciones: la CONVENCION DE VIENA SOOOBE EL
DERECHO DE LOS TRATADOS (1969) (SOLO ENTRE ESTADOS) y la CONVENCION DE VIENA SOBRE
EL DERECHO DE LOS TRATADOS ENTRE ESTADOS Y ORGANIZACIONES INTERNACIONALES O ENTRE
ORGANIZACIONES INTERNACIONALES (1986).
Proceso para celebrar un tratado:
1. Negociación
2. Adopción del texto
3. Firma (con el fin de autenticar lo que se acaba de adoptar)
4. Ratificación (forma de manifestar el consentimiento en obligarse por el tratado)
Si el tratado es abierto, los Estados que no participaron de la negociación podrán manifestar el
consentimiento mediante la “adhesión” y formar asa parte del tratado.
Los tratados son OBLIGATORIOS a partir de su entrada en vigor. Esta entrada en vigor la establece
el tratado o la acuerdan las partes. Puede ser una fecha determinada, o cuando se produzcan
ciertas condiciones como que el tratado reciba un número de ratificaciones y/o de adhesiones. No
basta con que un Estado haya manifestado su consentimiento en obligarse para que sea
obligatorio para él, sino que es necesario, además su entrada en vigor.
Si un Estado no está de acuerdo con alguna clausula de las disposiciones puede hacer una
RESERVA con el fin de modificar o excluir tales normas, estas no pueden ir en contra del objeto y
fin del tratado. La reserva será aplicable a los Estados que la acepten.
Un Estado no podrá invocar su derecho interno para justificar el incumplimiento de un tratado. Si
se viola un tratado, el Estado causante se ve expuesto a responder internacionalmente y a tener
que reparar los daños y perjuicios causados.
COSTUMBRE INTERNACIONAL
Los Estados crean normas a través de sus conductas.
Es la práctica común y reiterada de dos o más Estados aceptada por estos como obligatoria.
Una norma consuetudinaria debe repetirse en el tiempo, este dependerá de la frecuencia con que
se reitere la práctica o de la necesidad de aplicar dicha norma.
Cuenta con dos elementos: 1) Material u objetivo: la misma conducta que se repite a lo largo del
tiempo. 2) Subjetivo o Inmaterial: esa conducta es parte de una obligación jurídica.
Para que la costumbre tenga vigencia, los Estados la tienen que haber aceptado, sino objetar
PERSISTENTEMENTE la regla que se está formando.

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO


Son postulados, máximas rectoras del derecho general. Se encuentran en todos los ordenamientos
jurídicos internos, en el sistema jurídico de todos los Estados. Por ej. El principio de la cosa
juzgada, el principio “ley posterior deroga ley anterior”, el principio de buena fe, el principio de
igualdad ante la ley.
Aquellos principios que sean “comunes” es decir, que sean reconocidos como tales en los más
importantes sistemas jurídicos del mundo, son fuente creadora de derecho internacional y podrán
ser utilizados en la resolución de controversias internacionales y en casos sobre derechos
humanos.
NON BIS IN IDEM: prohíbe que un acusado sea enjuiciado dos veces por un mismo delito.
PRO HOMINEN: implica que la interpretación jurídica siempre debe buscar el mayor beneficio para
el ser humano, es decir, que debe acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva
cuando se trata de derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.
ESTOPPEL: inadmisibilidad de actuar contra los propios actos hechos con anterioridad, es decir se
prohíbe que una persona pueda ir contra su propio comportamiento mostrado con anterioridad
para limitar los derechos de otra, que había actuado de esa manera en la buena fe de la primera.

LA INCORPORACION DEL TRATADO INTERNACIONAL


Dos formas de incorporación: automáticamente o a través de un acto forma del Estado que lo
recepte, transforme o integre al derecho interno. La incorporación automática o directa de los
tratados o de la costumbre internacional es tenida en cuenta por lo que la doctrina la denomina
“teoría monista” que considera al derecho internacional y al derecho interno como dos
subsistemas que pertenecen a un mismo ordenamiento jurídico. Por oposición, la “teoría
dualista”, considera que ambos derechos pertenecen a dos ordenamientos distintos, requiere la
transformación del derecho internacional para poder ser aplicado en el orden jurídico interno.
INCORPORACION DE LOS TRATADOS A NUESTRO DERECHO INTERNO.
Los tratados celebrados “buena y debida forma” atraviesan distintas etapas:
5. Negociación
6. Adopción del texto
7. Firma (con el fin de autenticar lo que se acaba de adoptar)
8. Ratificación (forma de manifestar el consentimiento en obligarse por el tratado) A través
de la ratificación “el órgano competente de un Estado causa la vinculación obligatoria de
este a un tratado”
Para nuestro derecho, el tratado es un ACTO COMPLEJO FEDERAL ya que intervienen los Poderes
Ejecutivo y el Legislativo de la Nación. ARTICULO 99 INC. 11 DE LA CN establece que el PEN firma
tratados.
Nuestra CN exige que los tratados con las Naciones extranjeras sean aprobados por el Congreso
Nacional. Art. 75 Inc. 22.
Para el derecho argentino, la celebración de los tratados comprende las siguientes etapas:
9. NEGOCIACION
10. ADOPCION Y AUTENTICACION DEL TEXTO (PEN a través de la cancillería)
11. APROBACION DEL TEXTO (efectuada a través de una ley del Poder Legislativo)
12. RATIFICACION (PEN – Presidente de la Nación)
La aprobación que realiza el Congreso no implica la incorporación al derecho interno puesto que
aun nuestro Estado no ha prestado su consentimiento en obligarse.
Hasta ese momento solo es un tratado inconcluso, el PEN puede ratificarlo o no.
Los tratados adquieren fuerza cuando se hayan dado dos requisitos: 1) que el tratado entre en
vigor 2) que el Estado se haya obligado, a través de la ratificación o la adhesión.
Una vez ratificado o adherido, el tratado se incorpora automáticamente a nuestro derecho, sin
necesidad de ser receptado, transformado a través de una ley u otro acto interno formal.
LA INCORPORACION DEL DERECHO INTERNACIONAL CONSUETUDINARIO EN EL DERECHO
ARGENTINO
La costumbre internacional integra directamente nuestro ordenamiento interno. No se requiere
de un acto formal interno para incorporar al derecho internacional.
RELACION JERARQUICA ENTRE EL DERECHO INTERNACIONAL Y EL DERECHO INTERNO.
Dicho orden, prevalece sobre el interno. Convención de Viena de 1969 se establece que “Una
parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado” La primacía del derecho internacional sobre los ordenamientos
internos de los Estados es corroborada por la jurisprudencia internacional.
SOLUCION EN EL DERECHO ARGENTINO
El Articulo 31 le otorga a la Constitución, las leyes de la Nación y los tratados internacionales rango
de “ley suprema de la Nación” sin establecer jerarquía alguna entre ellos.
LA CONSTITUCION NACIONAL Y LOS TRATADOS INTERNACIONALES.
La reforma del 94 produjo modificaciones notables. Por una parte, se diferencian distintas
categorías de tratados: 1) según su objeto y 2) según los sujetos intervinientes (con Estados de
Latinoamérica, con otros Estados)
Articulo 75 inciso 22 de la CN
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes.
1. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
2. Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos
Humanos;
3. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
4. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo;
5. Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio;
6. Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial;
7. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer;
8. Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes;
9. Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia,
Tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta
Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás
tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso,
requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara
para gozar de la jerarquía constitucional.
Condiciones de su vigencia: el tratado deberá aplicar tal como fue ratificado y con las mismas
interpretaciones que se le dio en el Derecho Internacional.
JERARQUIA DE LOS TRATADOS FRENTE A OTRAS FUENTES DEL DERECHO
La Convención es un tratado internacional, constitucionalmente valido, que asigna prioridad a los
tratados internacionales frente a la ley interna en el ámbito del derecho interno.
JERARQUIA DE LA COSTUMBRE INTERNACIONAL FRENTE A OTRAS FUENTES DEL DERECHO
INTERNO.
La costumbre tendrá el mismo rango otorgado a los tratados y que está subordinado a la
Constitución Nacional.
LAS DECLARACIONES SOBRE DERECHOS HUMANOS CON JERARQUIA CONSTITUCIONAL
El articulo 75 inciso 22) otorga jerarquía constitucional, junto con ciertos tratados, a dos
declaraciones: DECLARACION AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE y la
DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. Si bien estas declaraciones no constituyen
un tratado, se les reconoce valor vinculante a su contenido.
El término “declaración” se utiliza para designar distintos instrumentos internacionales. No
obstante, las declaraciones no son siempre jurídicamente vinculantes. Este término se usa a
menudo deliberadamente para indicar que las partes no desean establecer obligaciones
vinculantes sino simplemente dan a conocer determinadas aspiraciones.
Una declaración interpretativa es un instrumento que se anexa a un tratado con el fin de
interpretar o explicar sus disposiciones.
LA APROBACION POR EL CONGRESO
El resto de los tratados sobre derechos humanos no enumerados en el inciso 22) para gozar de
jerarquía constitucional deben ser aprobados por el Congreso por el voto de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
Solo podrá DENUNCIAR (desvincularse de un tratado) el PEN, previa aprobación de las 2/3 partes
de la totalidad de los miembros de cada Cámara
OPERATIVIDAD DE LOS TRATADOS
Dos tipos de tratados
Operativos: son aquellos cuyas normas resultan aplicables en el ordenamiento interno de forma
directa por contener en sí mismas todas las medidas necesarias al efecto. Una norma es operativa
cuando está dirigida a una situación de la realidad en la que puede operar inmediatamente, sin
necesidad de instituciones que deba establecer el congreso.
Programación: hay clausulas que no son susceptibles de aplicación inmediata, sino que requieren
para su efectividad la adopción de medidas legislativas o reglamentarias internas, a fin de fijar sus
ámbitos de aplicación (limites).
Ambos tipos de tratados que se encuentren en vigor son igualmente obligatorios.

LIMITACIONES A LOS DDHH: RESTRICCIONES


LEGÍTIMAS. SUSPENSION EN EL EJERCICIO DE
DETERMINADOS DERECHOS HUMANOS.
CONVENCION AMERCIANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: ARTÍCULO 27. SUSPENSIÓN DE
GARANTÍAS

1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o


seguridad del Estado parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo
estrictamente limitados a las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas
en virtud de esta Convención, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las
demás obligaciones que les impone el derecho internacional y no entrañen discriminación
alguna fundada en motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.

2. Las disposiciones precedentes no autorizan la suspensión de los derechos determinados en los


siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la
Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitud y la Servidumbre); 9
(Principio de Legalidad y de Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17
(Protección a la Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la
Nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos) ni de las garantías judiciales indispensables para la
protección de tales derechos.

3. Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá informar inmediatamente
a los demás Estados partes en la presente Convención, por conducto del Secretario General de la
Organización de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación haya suspendido,
de los motivos que hayan suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada
tal suspensión.
En la actualidad el derecho internacional de los derechos humanos si bien permite a los Estados
separarse de sus obligaciones internacionales para hacer frente a las situaciones de emergencia,
limita la suspensión de determinados derechos y condiciona la suspensión de otros al
cumplimiento de ciertos requisitos establecidos en los tratados internacionales.
Con la sola y única finalidad de restablecer la normalidad y garantizar el goce de los derechos
humanos fundamentales.
El Pacto de San José contiene un catálogo más extenso de derechos que no pueden suspenderse y
es el primer instrumento internacional que prohíbe la suspensión de las “garantías judiciales
indispensables” para la protección de los derechos que no pueden ser suspendidos.
El objetivo principal de un Estado Parte que suspende ciertos derechos autorizados por la
Convención debe ser el restablecimiento de una situación en la que se pueda asegurar de nuevo el
pleno respeto de la Convención, ésta es la lectura que deber de hacerse del artículo 27 en el
contexto del régimen de protección de los derechos humanos de la Convención.
Situaciones que autorizan la declaración de estado de excepción
Se señalan los siguientes motivos que los Estados suelen invocar para declarar un estado de
excepción: amenaza a la seguridad del Estado, al orden público, a la vigencia de la Constitución y
de las instituciones democráticas, existencia de actos de violencia, subversión o terrorismo,
intento de golpe de Estado, asesinato de miembros del gobierno, vandalismo, ataque o amenaza
de ataque del exterior, motines o rebeliones internas, etc. También se invoca con frecuencia la
necesidad de hacer frente a calamidades públicas, catástrofes naturales (particularmente ciclones,
terremotos, etc.) o provocadas por el hombre.
Condiciones para la suspensión de obligaciones
El artículo 27.1 establece la posibilidad de suspender ciertas obligaciones contraídas bajo la
Convención siempre y cuando se cumplan con determinados requisitos:
1. Que exista una amenaza excepcional;
2. Proporcionalidad entre las medidas adoptadas y la gravedad de la crisis;
3. Limitación temporal y geográfica de la suspensión de las obligaciones;
4. Compatibilidad con otras obligaciones internacionales;
5. Que las medidas adoptadas no discriminen.
Amenaza excepcional
Una guerra, el peligro público u otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del
estado, conforma el concepto de “circunstancias excepcionales” que autorizan a suspensión de
determinadas obligaciones. El peligro debe de ser actual o al menos inminente, en cuanto a sus
efectos la situación debe de afectar a toda la población, a la totalidad de territorio o una parte del
mismo y constituir una amenaza a la vida organizada de la sociedad.
Proporcionalidad entre las medidas adoptadas y la gravedad de la crisis
Debe de existir una adecuación entre las medidas adoptadas y la gravedad de la situación, este es
un requisito cuyo cumplimiento tendrá que analizarse caso por caso. Para que las restricciones
sean legítimas deben de ser proporcionales a la gravedad del peligro.
La proporcionalidad de las medidas guarda una relación directa con la duración, el ámbito
geográfico y alcance material del estado de excepción.
Limitación temporal y geográfica de la suspensión de las obligaciones
La limitación temporal se encuentra implícita en la naturaleza misma del estado de excepción, es
fundamental señalar una limitación en el tiempo de la duración de la medida para evitar que la
misma se vuelva una situación permanente. En cuanto a la limitación geográfica, si bien la misma
no se desprende del texto del artículo 27, la misma debe de entenderse incluida en el contexto de
la exigencia de proporcionalidad de las medidas.
Compatibilidad con otras obligaciones internacionales
Este requisito busca compatibilizar las diversas normas internacionales que regulan la materia,
puesto que un mismo estado puede ser parte de varias convenciones, universales y regionales que
regulan los estados de excepción. Los términos “demás obligaciones que impone el derecho
internacional” abarcan las obligaciones convencionales y consuetudinarias impuestas por el
derecho internacional de los derechos humanos como por el derecho humanitario. Los Estados
parte no pueden invocar el artículo 27 de la Convención como justificación de actos que violan el
derecho humanitario o normas imperativas de derecho internacional, por ejemplo, la toma de
rehenes, la imposición de castigos colectivos, la privación arbitraria de la libertad o la
inobservancia de los principios fundamentales de juicio imparcial, en particular la presunción de
inocencia.
Que las medidas adoptadas no discriminen
El artículo 27.1 de la Convención Americana al igual que el artículo 4 del PIDCP exige que la
restricciones impuestas no entrañen discriminación alguna fundada únicamente en motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión u origen social. La Corte ha señalado que el principio de igualdad
y no discriminación forma parte del derecho internacional general, es decir al ser una norma de jus
cogens no puede ser suspendido ni derogado.
Derechos no susceptibles de suspensión
El objetivo y fin de los tratados de derechos humanos no es el intercambio recíproco de derechos
y obligaciones entre los Estados sino la protección de los derechos de todos los seres humanos. En
los tratados de derechos humanos existen derechos que no pueden derogarse ni suspenderse por
causa de emergencia pública, y puede afirmarse de ellos que formar parte del objeto y fin del
tratado.
El Habeas Corpus bajo suspensión de garantías.
El hábeas corpus constituye el medio idóneo para garantizar la libertad de la persona como para
controlar el respeto a la vida y proteger la integridad personal del individuo, a través de dicho
recurso, la presentación del detenido ante el juez le permite a éste la constatación de la legalidad
de la detención y protegerlo contra la tortura u otras penas o tratos crueles y degradantes. Es por
ello que constituye el Es por ello que constituye el recurso idóneo para la protección de una buena
parte de los derechos protegidos por el artículo 27.2.
Garantías judiciales en estados de emergencia
Las garantías judiciales indispensables deben de subsistir para verificar la necesidad, razonabilidad
y proporcionalidad de las medidas específicas adoptadas durante los estados de excepción. Dichas
garantías judiciales consagradas en los artículos 7.6 y 25 de la Convención Americana no pueden
entenderse y ejercerse sin el cumplimiento del “debido proceso legal” consagrado en el artículo
Por lo que el debido proceso legal no puede suspenderse en cuanto constituye una condición
necesaria para que los instrumentos procesales, regulados por la Convención puedan considerarse
como garantías judiciales, como sería el caso del amparo y el hábeas corpus.
Notificación del estado de excepción
Los Estados partes de la Convención se han comprometido a observar un régimen de notificación
internacional. La notificación es una medida de publicidad que tiene la función de informar a la
comunidad internacional de la imposibilidad de cumplir con ciertas obligaciones de manera
excepcional y transitoria. Dicha notificación es un requisito indispensable que habilita a los Estados
a recurrir a las normas internacionales que le autorizan suspender ciertos derechos en
circunstancias excepcionales.
La comunicación, del establecimiento de un estado de excepción, a los demás Estados partes de la
Convención, se hará por conducto del Secretario General de la OEA y deberá de reunir los
siguientes requisitos:
1. Debe ser inmediata; 2. Debe señalar de manera expresa las disposiciones que se suspenden;
3. Debe expresar las razones que motivan dicha suspensión; 4. Deben notificar por el mismo
conducto el levantamiento del estado de excepción.
Constituye una salvaguardia para prevenir el abuso de las facultades excepcionales de suspensión
de garantías y permite a los otros Estados parte apreciar que los alcances de esa suspensión sean
acordes con las disposiciones de la Convención. Por ende, la falta de este deber de información
implica el incumplimiento de la obligación contenida en el artículo 27.3.28
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: ARTÍCULO 30. ALCANCE DE LAS
RESTRICCIONES.
Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos
y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se
dictaren por razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: Artículo 32. Correlación entre Deberes
y Derechos.
1. Toda persona tiene deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad.
2. Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad
de todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática.

DERECHO A LA IGUALDAD
CONSTITUCION NACIONAL - ARTÍCULO 16. La Nación Argentina no admite prerrogativas de
sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus
habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad.
La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.

CONSTITUCION NACIONAL - ARTICULO 75 INCISO 23: Legislar y promover medidas de acción


positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de
los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre
derechos de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad. Dictar un régimen
de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el
embarazo hasta la finalización del periodo de enseñanza elemental, y la madre durante el
embarazo y el tiempo de lactancia.
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: ARTICULO 24 IGUALDAD ANTE LA LEY
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación,
a igual protección de la ley.

(DES)IGUALDAD ESTRUCTURAL – Roberto Saba.


Propone un marco para discutir la “igualdad ante la ley” que establece la Constitución Nacional.
Hay dos visiones: una cercana al pensamiento liberal, la “individualista” y la otra “estructural” que
incorpora datos históricos y sociales explicar el fenómeno de sometimiento y exclusión sistemática
a la que se encuentran sometidos amplios sectores de la sociedad. Esta visión “estructural” del
principio de igualdad ante la ley, se apoya en la idea de que el derecho no puede ser “ciego” a las
relaciones existentes en un determinado momento histórico entre diferentes grupos de personas.
Existen grupos que carecen de acceso a ciertos empleos, funciones, actividades, espacios físicos o
a la empresa colectiva del autogobierno. Estas distinciones son el resultado de una exclusión social
o de “sometimiento” de estos grupos por otros que, desplazan a mujeres, discapacitados,
indígenas, y otros grupos de personas que conforman minorías.
El Estado puede realizar distinciones entre las personas por medio de las leyes que sanciona el
Congreso y que reglamento el PEN. Hay que lograr identificar cuáles son los criterios que permiten
diferencias las “distinciones” permitidas por nuestra CN de las que no lo son. Puede establecer
criterios regulatorios. La igualdad de trato ante la ley establecida en la CN en al artículo 16 no
requiere del Estado tratar a todas las personas del mismo modo. TRATAR IGUAL no significa tratar
a todos los individuos como si fueran lo mismo. El Estado está constitucionalmente facultado para
tratar a las personas de modo diferente siempre que ese trato diferente se funde en un criterio
justificado. La igualdad ante la ley establecida por el artículo 16 de la Constitución (...) no es otra
cosa que el derecho a que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo
que en iguales circunstancias se concede a otros. La IGUALDAD ANTE LA LEY solamente no es
suficiente.
Hay que interpretar la validez constitucional del criterio escogido para hacer la distinción.
[Ser mujer] generalmente no provee ningún n ̇ fundamento relevante para un trato diferenciado. El
estándar igualdad ante la ley como igualdad de trato en igualdad de circunstancias requiere ser
completado, si intentamos que sea capaz de responder adecuadamente a situaciones como la del
último ejemplo. Es necesario algo más, y ello es una calificación de la circunstancia seleccionada
como relevante para realizar la distinción que el Estado desea llevar a cabo al regular el ejercicio
de un derecho. De este modo, y con la aspiración de perfeccionar el principio de igualdad de trato
en igualdad de circunstancias, debemos agregar un segundo estándar que prescriba que esas
circunstancias deben ser razonables, entendiendo por irrazonables, por ejemplo, que ellas
guarden una relación de funcionalidad o instrumentalidad entre el fin buscado por la norma y el
criterio o categoría escogido para justificar el trato diferente. Cualquier clasificación debe ser
razonable, no arbitraria, y debe descansar sobre algún ṅ tipo de base de diferenciación que tenga
vinculación, sustancial y justa, con el propósito de la legislación, de manera tal que todas las
personas en similares circunstancias sean tratadas de igual forma.

TEST DE LA IGUALDAD para decidir si una distinción es admisible o no

Debe haber una justificación objetiva de la norma, esto es, que ella persiga un FIN LEGITIMO y que
exista proporcionalidad entre los medios empleados y el fin buscado. La restricción no debe excluir
a más personas de las necesarias. El medio para llegar al fin (legitimo) sea el menos lesivo para el
derecho en juego. La medida debe ser RAZONABLE y PROPORCIONAL.

“CATEGORÍAS SOSPECHOSAS”
Son aquellas distinciones que en principio se considerarían discriminatorias y que requiere que se
invierta la demostración de lo contario. Aquel que sostenga la legitimidad de la citada distinción
debe acreditar la existencia de un interés estatal urgente para justificar aquella, y no es suficiente,
a tal efecto, que la medida adoptada sea razonable.
El Estado está facultado para tomar MEDIDAS DE ACCIÓN POSITIVAS (por ejemplo LEY DE CUPO)
y así crear una IGUALDAD REAL DE OPORTUNIDADES. EQUIPARAR OPORTUNIDADES PARA
ASEGURAR UN PISO DEL QUE PARTAN TODOS Y LUEGO ASCENDER POR MERITO.

DEBIDO PROCESO LEGAL – GARANTIAS


Las garantías son los mecanismos que permiten proteger los derechos amparados por la
Constitución y Tratados.
Artículo 8. Garantías Judiciales de la CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si
no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de
su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor
de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí
mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener
la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz
sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses
de la justicia.
El artículo 8 de la Convención Americana contiene un conjunto de pilares, que sostienen la tutela
de los demás derechos de las personas. Ellos son, entre otros y sin perjuicio de las particularidades
de su ámbito de aplicación y de la extensión que le ha dado a cada uno la jurisprudencia nacional e
internacional, las garantías de acceso a la jurisdicción, intervención de juez natural, independiente
e imparcial, presunción de inocencia, igualdad de las partes y equidad de los procedimientos,
inviolabilidad de la defensa en juicio y decisión justa, conforme a derecho, dictada dentro de un
plazo razonable.
El artículo 8 consagra EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO LEGAL.
Este es un LIMITE AL ABUSO DEL PODER ESTATAL.
El debido proceso legal es una garantía irrenunciable de la que gozan todas las personas, que al
establecer límites y condiciones al ejercicio del poder de los distintos órganos estatales frente a los
individuos, representa la protección más fundamental para el respeto de sus derechos.
Se exige, básicamente, que dichas decisiones estén debidamente fundadas y ajustadas a ciertos
parámetros mínimos de razonabilidad. (Para que una decisión esté ajustada a un criterio básico de
razonabilidad, debe tener como mínimo: a) sustento fáctico suficiente; b) proporcionalidad del fin
perseguido a los hechos que lo sustentan; y, c) congruencia y proporcionalidad de los medios
empleados tanto con el fin razonablemente perseguido como con el sustento fáctico suficiente
que los fundamentan.)
El objetivo del debido proceso legal es que las personas puedan proteger de manera efectiva y
eficaz sus derechos. Representa un instrumento fundamental para garantizar los demás derechos
de las personas. Requisito sine qua non para la existencia de un verdadero Estado de Derecho.
Los principios del debido proceso legal no pueden suspenderse con motivos de las situaciones de
excepción.
No se puede considerar que la garantía del debido proceso legal sólo deba ser respetada por un
juez o tribunal, con exclusión de los otros órganos del Estado. En este sentido hay que entender
que todo el elenco de garantías procesales establecido en el artículo 8 de la Convención es
aplicable, en cuanto sea compatible, a la determinación de los derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
JUEZ O TRIBUNAL COMPETENTE se refiere CUALQUIER AUTORIDAD PUBLICA, sea administrativa,
legislativa o judicial que a través de sus resoluciones determine derechos y obligaciones de las
personas. TODOS LOS ORGANOS DEL ESTADO deben cumplir con el debido proceso legal.

1. Toda persona, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter tiene derecho a:
a) Ser oída con las debidas garantías
El derecho a ser oído implica, la posibilidad cierta de recurrir ante los órganos del Estado que
resulten competentes para adoptar una decisión que pueda afectar derechos o intereses, a los
fines de hacer valer una o más pretensiones, y explicar sus razones. En el procedimiento
administrativo el derecho a ser oído implica que, antes de la emisión de un acto de alcance
particular, se otorgue al individuo la posibilidad de tener acceso y ser tenido por parte en el
expediente. El derecho a ser oído es sinónimo de tutela judicial efectiva, y significa que toda
persona tiene derecho a acceder a un tribunal para que éste pueda pronunciarse.
b) Dentro de un plazo razonable
La razonabilidad del plazo comprende, tanto los plazos máximos —para evitar atrasos
injustificados—; como mínimos que den a los individuos la posibilidad de ejercer eficazmente su
derecho de defensa. Criterios para analizar la razonabilidad del plazo: i) complejidad del asunto, ii)
actividad procesal del interesado, y iii) conducta de las autoridades judiciales.
c) Por un juez o tribunal
la expresión bajo análisis consagra el derecho a la jurisdicción o a la tutela judicial efectiva, que
implica no sólo que toda persona tiene derecho a acudir ante un tribunal judicial para la resolución
de los conflictos que afectan sus derechos, sino además, que todos los actos de los órganos del
Estado —sin privilegios por su carácter gubernamental, político, institucional o como sea que se
los denomine—son susceptibles de control o revisión plena de la autoridad de un magistrado
judicial y en un proceso judicial.
d) Competente
La competencia, entendida como el conjunto de facultades y atribuciones conferidas por el
ordenamiento jurídico a un órgano estatal para el ejercicio de sus funciones, y es exigible no sólo
respecto de aquellas emitidas por jueces o tribunales, sino también a las decisiones de los órganos
administrativos y legislativos. La noción de competencia se asocia con el concepto del juez natural
que exige no solo el establecimiento del tribunal por ley previa, sino también contiene dos
prohibiciones: la creación de fueros personales y también prohíbe que se cambie o altere la
competencia del tribunal que al momento de ocurrir los hechos debían entender en la causa
judicial de acuerdo a la ley anterior.
e) Independiente
La garantía de independencia de los órganos del Estado implica tanto la autonomía que debe regir
sus relaciones mutuas (437) —exigida por el principio de división poderes—, como también la
inexistencia de intereses privados —ya sean propios de las personas que integran los órganos
estatales, o ajenos— que puedan tener tal incidencia en sus decisiones, que conduzcan a una
desnaturalización de la defensa de los intereses públicos por los que deben velar.
f) Imparcial.
La imparcialidad supone que las personas integrantes de los órganos estatales con competencia
para adoptar decisiones públicas, no tengan prejuicios o intereses personales de ningún tipo en
relación con las partes en un proceso, que puedan afectar la rectitud de su pronunciamiento. Los
mecanismos más usuales para resolver estas cuestiones son la recusación y la inhibitoria. La
imparcialidad es exigible tanto en el proceso judicial como en el procedimiento administrativo, y
en el proceso de sanción de leyes constituye, por su parte, un presupuesto indispensable para
concederle un valor epistémico a la democracia deliberativa.
g) Establecido con anterioridad por la ley
Está íntimamente vinculada con la competencia, y que tiene por objetivo impedir la creación de
tribunales ad hoc. También asociado al concepto de JUEZ NATURAL

2 (i) Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad.
La presunción de inocencia, al igual que todo el elenco de garantías procesales previsto en los
incisos 2o a 5o del artículo 8 de la Convención, está dirigida expresa y principalmente a los
procesos penales. No obstante, la interpretación amplia sobre el ámbito material de aplicación del
debido proceso legal que surge de la jurisprudencia de la Corte IDH, permite concluir que todas
estas garantías procesales, en cuanto sean compatibles, son exigibles no sólo en los procesos
penales, sino también en todo tipo de proceso en que esté en discusión la determinación de los
derechos y obligaciones de las personas, ya sean de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter. Puede afirmarse que la presunción de inocencia es una garantía procesal aplicable a
todos los tipos de proceso. Esta garantía supone, que es la parte demandante o acusadora la que
tiene la carga de probar la responsabilidad del acusado o demandado. En materia penal, la
garantía de presunción de inocencia exige que se pruebe fuera de toda duda razonable la
culpabilidad del acusado, quien debe gozar en todo momento del beneficio de la duda, y debe ser
tratado como si fuera inocente hasta el momento en que sea declarado culpable de los hechos
que se le imputan, por sentencia judicial firme.

2 (ii). Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas:
a) Derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o
intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal
El propósito de este derecho es asegurar que las personas cuyos derechos u obligaciones estén
siendo discutidos en el marco de un proceso, conozcan y entiendan las actuaciones que se están
llevando adelante, la situación en que se encuentran, y que puedan ser oídos y entendidos por los
órganos es estatales correspondientes.
b) Comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada
Ordena a las autoridades judiciales competentes notificar al inculpado la acusación formulada en
su contra, sus razones y los delitos o faltas por los cuales se le pretende atribuir responsabilidad,
en forma previa a la realización del proceso. Para que este derecho opere en plenitud y satisfaga
los fines que le son inherentes, es necesario que esa notificación ocurra antes de que el inculpado
rinda su primera declaración. es un requisito inexcusable, en todo tipo de proceso, que los
litigantes tengan noticia o conocimiento tanto de su promoción como de cada una de sus etapas,
en las cuales el ejercicio de alguno de sus derechos pueda ser afectado.
c) Concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la
preparación de su defensa
Parecen perfectamente aplicables a este punto los criterios sentados por la Corte IDH para analizar
la razonabilidad del plazo de duración del proceso, es decir, i) la complejidad del asunto, ii) la
actividad procesal del interesado y iii) la conducta de las autoridades judiciales.
los medios adecuados para la preparación de la defensa incluyen, además del derecho a ofrecer y producir
prueba, el conocimiento completo de los cargos, la realización de todas las diligencias probatorias
conducentes para ejercer el derecho de defensa , así como el acceso a todos los documentos y testimonios
que el acusado necesite para preparar su defensa .

d) Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un


defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor
Consagra el derecho de toda persona a elegir si desea defenderse personalmente o si prefiere contar con un
abogado defensor, y, en este último caso, a escogerlo sin restricciones

e) Derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,


remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí
mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley

Cuando una persona no opta por ninguna de las dos opciones dentro del plazo establecido por la ley, el
Estado tiene la obligación de proporcionarle un abogado. También debe darse cumplimiento a esta garantía
en aquellos casos en que, si bien la persona acusada ha elegido defenderse a sí misma, no posee las
capacidades técnicas necesarias para hacerlo eficazmente.

f) Derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de


obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos.

Consagra el principio de contradicción, en virtud del cual, cada parte en un proceso, debe ser puesta en
condiciones de conocer y rebatir los argumentos y las pruebas aducidos por la contraria, garantizándose el
derecho de los litigantes de ofrecer, y exigir la producción, de todas las medidas de prueba que estimen
conducentes en sustento de sus fundamentos. El derecho de ofrecer y producir prueba es básico para la
preparación de la defensa.

g) Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable

La confesión del acusado obtenida compulsivamente, obligándolo a declarar contra sí mismo, es una especie
-junto con, por ejemplo, la violación del domicilio o de la correspondencia epistolar y los papeles privados-
dentro del género de pruebas ilegales, las que, en virtud de la regla de la exclusión, no pueden ser utilizadas
por el Estado para condenar o proseguir un proceso penal en contra de una persona. No puede otorgarse
valor a la prueba obtenida como consecuencia de la violación de garantías constitucionales y apoyar en ella
una sentencia judicial. la regla de la exclusión de la prueba obtenida ilegalmente comporta un verdadero
mandato constitucional, hallando su fundamento normativo en el artículo 18 de la Carta Magna y en las
diversas garantías procesales allí previstas

h) Derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.

Las personas inculpadas tienen el derecho a una segunda instancia, en aras de garantizar que una sentencia
adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica, con anterioridad
a que ella adquiera calidad de cosa juzgada. La garantía de la doble instancia tiene por objeto proteger los
derechos humanos de las personas, y no los intereses del Estado en la persecución penal. La Corte IDH ha
indicado que “la posibilidad de ‘recurrir del fallo’ debe ser accesible, sin requerir mayores complejidades que
tornen ilusorio este derecho”

3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza

Falta de toda presión física o psicológica, ya sea directa o indirecta, y como comprensiva de determinadas
condiciones mínimas para poder otorgarle validez a las declaraciones efectuadas ante autoridades públicas,
en especial, a las fuerzas policiales. no se restringe sólo a otorgar ciertas garantías mínimas en relación con
la prueba confesional, sino que su ámbito de aplicación se extiende a todo tipo de elemento probatorio que
pueda ser obtenido del cuerpo de una persona sin su consentimiento

4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos
Consagra la garantía del non bis in idem, que impide que una persona pueda ser sujeta a un proceso penal
en más de una oportunidad, por la imputación de los mismos hechos. Independientemente de si resultaron
absueltas o condenadas.

5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia.

“[l]a publicidad del proceso tiene la función de proscribir la administración de justicia secreta, someterla al
escrutinio de las partes y del público y se relaciona con la necesidad de la transparencia e imparcialidad de
las decisiones que se tomen. Además, es un medio por el cual se fomenta la confianza en los tribunales de
justicia. La publicidad hace referencia específica al acceso a la información del proceso que tengan las partes
e incluso los terceros” el principio de publicidad puede estar sujeto a algunas limitaciones, a los fines de
“preservar los intereses de la justicia”, “aun en los casos en que el público quede excluido del proceso, la
sentencia, con algunas excepciones estrictamente definidas, debe hacerse pública”

ARTICULO 18 CONSTITUCION NACIONAL:

Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho
de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden
escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El
domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan
abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las
cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y
toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará
responsable al juez que la autorice.

- La Orden de allanamiento tiene que contener exactamente lo que se va a buscar y tiene que
estar firmada por un juez, sino no se puede arrestar.
- Debe haber una ley anterior tipificada por la cual te estén aprehendiendo, la cual debe ser clara
para evitar la discrecionalidad de quien la aplica.
-

LIBERTAD DE EXPRESION Y ACCESO A LA


INFORMACIÓN PÚBLICA
Artículo 13. Libertad de Pensamiento y de Expresión.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho
comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por
cualquier otro procedimiento de su elección.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa
censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley
y ser necesarias para asegurar:
a. el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o
b. la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.
3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el
abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias
radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera
otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo
objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin
perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio
nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción
ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de
raza, color, religión, idioma u origen nacional.
La plena vigencia de esta garantía es uno de los requisitos indispensables para la subsistencia de
los modernos estados democráticos.
El derecho de informar, el derecho a informarse y el derecho a buscar información. En concreto, el
derecho a informar alude a la expresión pública de ideas y opiniones sin prohibiciones de censura,
explícita o encubierta. El derecho a ser informado, por su parte, supone el libre acceso a las
fuentes de información desde las cuales es posible la obtención de la noticia u opinión.
Finalmente, la libertad de expresión alcanza también a quien investiga o busca información a
través de los distintos medios concebidos de expresión.
La censura previa
La única excepción prevista a la prohibición precedente se encuentra contemplada en el mismo
artículo y sólo permite ser interpretada en un sentido muy limitado. Así, la norma de la convención
autoriza la regulación por parte del Estado del acceso a los espectáculos públicos para la
protección moral de la infancia y adolescencia.
A los jueces les está vedado solicitar a los medios de prensa que les sea sometido el material en
publicación para su control en forma anticipada, ni expedir órdenes de no publicar determinado
material. Afirmó asimismo, que la intervención judicial debe ser ex post facto (posterior al hecho),
y que debe permanecer a salvo el derecho de los afectados a reclamar la eventual responsabilidad
siguiente a la publicación.
Existen también formas más sutiles en que puede afectarse la libertad de los medios y la
independencia editorial. Estas se relacionan con abusos, por parte de las autoridades públicas, del
poder financiero y regulatorio sobre los medios, así como con otras interferencias basadas en
contenidos, que equivalen a lo que generalmente se denomina censura indirecta.
La responsabilidad ulterior
La consagración del derecho de expresión no implica reconocer que sea absoluto ni que cualquier
restricción a los medios de comunicación o, en general, a la libertad de expresión sea
necesariamente contraria a la norma internacional vigente.
El abuso de la libertad de expresión, si bien no puede ser objeto de medidas de control preventivo,
si por el contrario puede ser fundamento de responsabilidad ulterior para quien lo haya cometido.
El artículo 13 de la Convención prevé en forma explícita la posibilidad de que el Estado, en
ejercicio de su poder reglamentario, pueda establecer válidamente normas internas que regulen la
responsabilidad en la medida de que se reúnan varios requisitos: definición previa, expresa y
taxativa, de las causales que configuran tal abuso. En segundo lugar, es imprescindible atender a la
legitimidad de los fines perseguidos al establecerlas. Las sanciones tienen que estar fijadas por
ley de acuerdo a lo que señala la Convención, se consideraran fines validos el respeto de los
derechos o la reputación de los demás y la protección de la seguridad nacional, el orden público
o la salud o la moral pública. FIJADAS POR LEY, RAZONABLES Y PROPORCIONADAS. Finalmente,
esas causales de responsabilidad deben “ser necesarias para asegurar los mencionados fines”. El
juicio sobre si una restricción a la libertad de expresión impuesta por el Estado es necesaria para
atender a los fines previstos en la convención, debe guardar estricta relación con la satisfacción de
un interés público imperativo, que se vincule con necesidades legítimas de las sociedades e
instituciones democráticas y que resulte proporcional y razonable al interés o finalidad que la
justifica.
CASO “KIMEL” la Corte Interamericana de Derechos Humanos sancionó al Estado argentino por la
condena penal a un periodista y ordenó que modifique en un tiempo razonable la legislación sobre
calumnias e injurias de un modo que fuera compatible con los estándares fijados por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Según la Corte Interamericana, la forma en que
están tipificados esos delitos en el Código Penal argentino vulneraba la libertad de expresión.
DERECHO DE RECTIFICACION: cuando la información es falsa, además del resarcimiento civil
también se puede rectificar la información en el mismo medio con el mismo tamaño de la noticia
falsa original. Si es opinión injuriosa también hay derecho de respuesta. Las expresiones injuriosas
deben aludir directamente a una persona.
CALUMNIAS: Una calumnia es una acusación falsa que se realiza con el objetivo de provocar un
perjuicio. En el plano jurídico, se llama calumnia al hecho de imputar un delito a un sujeto
sabiendo que aquello de lo que se lo acusa nunca existió o no fue realizado por el imputado.
INJURIAS: es toda expresión proferida o acción ejecutada en deshonra, descrédito o menosprecio
de otra persona. Es considerada, en Derecho penal, un delito contra el honor o la buena fama,
contemplado en la mayor parte de las legislaciones.

Se sancionó la ley que deroga de las penas de prisión para los delitos de calumnias e injurias y, así,
adecuó la legislación a un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que
condenó al Estado argentino a modificar sus normas de libertad de expresión. reforma al Código
Penal mantiene multas de dinero para las injurias (de tres a 30 mil pesos) y para las calumnias (de
1.500 a 20 mil) pero establece que no serán sancionadas cuando se trate de “las expresiones
referidas a asuntos de interés público o las que no sean asertivas”. “Tampoco configurarán delito
de injurias los calificativos lesivos al honor cuando guardasen relación con un asunto de interés
público”, completó la reforma.
Así, quedan a salvo las expresiones y opiniones sobre los funcionarios públicos, un constante
reclamo de los periodistas por considerar que las figuras de calumnias e injurias amenazaban la
libertad de expresión, y solo se mantienen como pasibles de llevar a la Justicia los dichos sobre
particulares.

El Estado tenía otras alternativas de protección de la privacidad y la reputación menos restrictivas


que la aplicación de dicha sanción penal, por lo que el sacrificio inherente a la libertad de
expresión resultaba exagerado y desmedido frente a las ventajas que se obtenían mediante la
limitación de ese derecho en pro del derecho a la honra.
Doctrina Campillay para que el periodista logre eximirse de responsabilidad civil debe: propalar la
información atribuyendo directamente su contenido a la fuente pertinente, utilizando un tiempo
de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de los implicados en el hecho.
La DOCTRINA DE LA REAL MALICIA en los casos vinculados con el honor de los funcionarios
públicos. La regla presenta básicamente una ponderación de los intereses del honor y la libertad
de prensa, que consiste en establecer que las reglas del derecho civil de daños no se aplican,
aunque haya existido un daño efectivo al honor, si esa aplicación puede perjudicar el margen del
ejercicio futuro de la libertad de prensa. Los funcionarios públicos no podrán obtener
indemnizaciones por la publicación en la prensa de informaciones falsas, a menos que el
afectado probase que fueron publicadas a sabiendas de su falsedad, es decir, con dolo, o con
total despreocupación —culpa grave— acerca de si aquéllas eran falsas o verdaderas. La
doctrina no se extiende a los supuestos de expresión de ideas, juicios de valor o manifestaciones
insusceptibles de verdad o falsedad.
No existen opiniones falsas = consecuencias si son injuriosas. Responsabilidad civil.
La información falsa tiene consecuencias si afectan algún derecho. Y da lugar al reclamo de una
indemnización.
“el especial factor de atribución [de responsabilidad] que exige dicha doctrina (dolo o negligencia
casi dolosa) no juega cuando en el caso se trata del reclamo de un ciudadano que no es
funcionario público, motivo por el cual se deben aplicar las reglas comunes de la responsabilidad
civil, según las cuales basta la simple culpa del agente para comprometer la responsabilidad del
órgano de prensa.”
Cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión de un individuo, no sólo es el derecho de
ese individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a recibir informaciones
e ideas. Dos dimensiones de la libertad de expresión: por un lado, que nadie sea arbitrariamente
menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un
derecho de cada individuo; pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir
cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno. La libertad de expresión
requiere que los medios de comunicación social estén virtualmente abiertos a todos sin
discriminación, Son los medios de comunicación social los que sirven para materializar el ejercicio
de la libertad de expresión, de tal modo que sus condiciones de funcionamiento deben adecuarse
a los requerimientos de esa libertad. Prohibición de la censura previa la cual es siempre
incompatible con la plena vigencia de los derechos enumerados por el artículo 13, salvo las
excepciones contempladas en el inciso 4 referentes a espectáculos públicos.
El abuso de la libertad de expresión no puede ser objeto de medidas de control preventivo sino
fundamento de responsabilidad para quien lo haya cometido. Aún en este caso, para que tal
responsabilidad pueda establecerse válidamente, según la Convención, es preciso que se reúnan
varios requisitos, a saber:
a) La existencia de causales de responsabilidad previamente establecidas,
b) La definición expresa y taxativa de esas causales por la ley,
c) La legitimidad de los fines perseguidos al establecerlas, y
d) Que esas causales de responsabilidad sean “necesarias para asegurar”; los mencionados
fines.
La “necesidad” y, por ende, la legalidad de las restricciones a la libertad de expresión fundadas
sobre el artículo 13.2, dependerá de que estén orientadas a satisfacer un interés público
imperativo. La restricción debe ser proporcionada al interés que la justifica y ajustarse
estrechamente al logro de ese legítimo objetivo.
El mismo concepto de orden público reclama que, dentro de una sociedad democrática, se
garanticen las mayores posibilidades de circulación de noticias, ideas y opiniones, así como el más
amplio acceso a la información por parte de la sociedad en su conjunto.
La libertad de expresión, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté
suficientemente informada. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no está bien
informada no es plenamente libre.
El ejercicio del periodismo profesional no puede ser diferenciado de la libertad de expresión, por
el contrario, ambas cosas están evidentemente imbricadas, pues el periodista profesional no es, ni
puede ser, otra cosa que una persona que ha decidido ejercer la libertad de expresión de modo
continuo, estable y remunerado.
La libertad de expresión no es un derecho absoluto. El artículo 13.2 de la Convención, que prohíbe
la censura previa, también prevé la posibilidad de exigir responsabilidades ulteriores por el
ejercicio abusivo de este derecho. Estas restricciones tienen carácter excepcional y no deben
limitar, más allá de lo estrictamente necesario, el pleno ejercicio de la libertad de expresión y
convertirse en un mecanismo directo o indirecto de censura previa.
DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES.
PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS Y EL PACTO INTERNACIONAL DE
DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, SE CREAN EN EL MISMO AÑO 1966.
La “primera generación” (Derechos civiles y políticos) nacen durante la transición de los Estados
monárquicos a las Repúblicas para limitar el poder del Rey.
Son derechos individuales: derecho a la vida- libertad de expresión, circulación, de pensamiento,
de culto, integridad física, prohibición de tortura, garantías del debido proceso.
Estas garantías de derecho buscaban que el Estado se abstenga ya que se venia de un Estado
absoluto, que todo lo controlaba.
Nacen las primeras constituciones en el Siglo XVIII para limitar el poder del gobernante.
Los Derechos económicos, sociales y culturales “2da generación” nacen con la nueva oleada de
constitucionalismo social en el siglo xx. Tienen su origen en los cambios de rol que adquiere el
estado y los modelos económicos. Comienza a verse un estado mas intervencionista, y por esto es
preciso asentar el reconocimiento de estos derechos en las nuevas constituciones.
Los DESC están en e PIDESC a nivel internacional, a nivel regional se encuentran contemplados en
el PROTOCOLO ADICIONAL DE SAN SALVADOR que se adiciona a la CADH ya que esta no los tenia
contemplado, salvo lo que indica su articulo 26. (Un protocolo se llama a un tratado nuevo que se
adiciona a otro tratado principal)
El PACTO contiene el derecho a la educación primaria gratuita
En el P de derechos civiles y políticos las OBLIGACIONES son de RESPETAR Y GARANTIZAR, en
cambio en el PIDES los estados se comprometen a tomar medidas para ir progresivamente
cumpliendo con la plena efectividad de los derechos.
Para armar medidas, deberá tener indicadores. El comité DESC ES UN SITEMA QUE AYUDA A LOS
ESTADOS A CUMPLIR CON EL TRATADO HACIENDO OBSERVACIONES.

Los derechos económicos, sociales y culturales son los derechos humanos relacionados con el
lugar de trabajo, la seguridad social, la vida en familia, la participación en la vida cultural y el
acceso a la vivienda, la alimentación, el agua, la atención de la salud y la educación.
Los derechos de los trabajadores, que incluyen la prohibición del trabajo forzado, los derechos a
escoger o a aceptar libremente un trabajo, a un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor,
al disfrute del tiempo libre y a la limitación razonable de las horas de trabajo, a la seguridad y la
higiene en el trabajo a afiliarse a sindicatos y a fundarlos y a la huelga;
El derecho a la seguridad social y a la protección social, que incluye el derecho a la no denegación
de la cobertura de la seguridad social de manera arbitraria o no razonable y el derecho a la
igualdad en el disfrute de la adecuada protección en caso de desempleo, enfermedad, vejez o falta
de medios de subsistencia en circunstancias que escapen al control de la persona;
La protección de la familia y la asistencia a ésta, que incluye los derechos a contraer matrimonio
mediante el libre consentimiento de los cónyuges, la protección de la maternidad y de la
paternidad y la protección de los hijos de la explotación económica y social;
El derecho a un nivel de vida adecuado, que incluye los derechos a la alimentación y a la
protección contra el hambre, a una vivienda adecuada, al agua y al vestido; generar mejores
métodos de producción, conservación y distribución de alimentos.
El derecho a la salud, que incluye el derecho a acceder a las instalaciones, los bienes y los servicios
relacionados con la salud, a condiciones laborales y ambientales saludables y a la protección
contra las enfermedades epidémicas, así como los derechos pertinentes a la salud sexual y
reproductiva;
El derecho a la educación, que incluye el derecho a la enseñanza primaria gratuita y obligatoria y
a la enseñanza secundaria y superior generalizada, accesible y progresivamente gratuita; y el
derecho de los padres de escoger la escuela de hijos;
Los derechos culturales, que incluyen el derecho a participar en la vida cultural y a compartir los
adelantos científicos y beneficiarse de ellos y el derecho a beneficiarse de la protección de los
intereses morales y materiales que correspondan por razón de las producciones científicas,
literarias o artísticas.
Contienen dos tipos de libertades: la libertad frente al Estado y la libertad a través del Estado. Por
ejemplo, el derecho a una vivienda adecuada abarca el derecho a no ser sometido a un desalojo
forzoso ejecutado por agentes del Estado (libertad frente al Estado) y el derecho a recibir
asistencia para acceder a una vivienda adecuada en determinadas situaciones (libertad a través
del Estado).
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) incluye una amplia gama de derechos
civiles, culturales, económicos, políticos y sociales enmarcados en un único instrumento
internacional de derechos humanos, sin hacer distinción entre ninguno de tales derechos.
Se considera que los derechos económicos, sociales y culturales requieren un mayor grado de
inversión, en tanto que los derechos civiles y políticos requieren que el Estado se abstenga de
interferir en las libertades individuales. No obstante, los derechos económicos, sociales y
culturales también exigen que el Estado se abstenga de interferir en las libertades individuales,
como las sindicales o el derecho a elegir el trabajo que se desee. Paralelamente, los derechos
civiles y políticos, aunque abarcan libertades individuales, también requieren inversiones para
lograr su plena efectividad. Por ejemplo, los derechos civiles y políticos exigen ciertas
infraestructuras, como un sistema judicial que funcione, un sistema penitenciario que respete
condiciones de vida mínimas para los reclusos, asistencia letrada, elecciones libres e imparciales,
etc.
¿Cuáles son las obligaciones de los Estados respecto de los derechos económicos, sociales y
culturales?
En el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se dispone que los
Estados han de "adoptar medidas" hasta el máximo de los recursos de que dispongan para lograr
progresivamente la plena efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales. Además,
en el Pacto se dispone que los Estados han de garantizar el ejercicio de los derechos económicos,
sociales y culturales sin discriminación y asegurar a los hombres y a las mujeres igual título a gozar
de tales derechos.
El contenido de las obligaciones de los Estados, éstas se agrupan en ocasiones en tres apartados:
RESPETAR, PROTEGER Y REALIZAR los derechos económicos, sociales y culturales.

El concepto de "realización progresiva" describe un aspecto esencial de las obligaciones de los


Estados. La obligación básica es la de adoptar medidas apropiadas con miras a lograr la plena
efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales hasta el máximo de los recursos de
que se disponga. La "disponibilidad de los recursos" es una forma de reconocer que la efectividad
de tales derechos puede verse obstaculizada por la falta de recursos y que puede lograrse
únicamente a lo largo de cierto período de tiempo.
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 2 1) Cada uno de los
Estados partes en el presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado como
mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas,
hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los
medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad
de los derechos aquí reconocidos.

Los tratados imponen una obligación inmediata de adoptar medidas apropiadas con miras a lograr
la plena efectividad de los derechos. La falta de recursos no puede justificar la inacción o el
aplazamiento indefinido de medidas para poner en práctica tales derechos. Los Estados han de
demostrar que están haciendo todo lo posible para mejorar el disfrute de los derechos
económicos, sociales y culturales, incluso cuando los recursos son escasos. Por ejemplo,
independientemente de los recursos de que disponga, un Estado debe, con carácter prioritario,
intentar conseguir que toda persona tenga por lo menos acceso a unos derechos mínimos y
establecer objetivos para los programas de protección de los pobres, los marginados y las
personas desfavorecidas.
¿Qué tipo de obligaciones deben cumplirse de inmediato en relación con los derechos
económicos, sociales y culturales?
Eliminación de la discriminación. En relación con la atención de la salud, la educación y el lugar de
trabajo. Por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen
nacional o social, patrimonio, nacimiento, discapacidad u otra circunstancia.
Derechos económicos, sociales y culturales no sujetos al logro progresivo de la efectividad. Las
obligaciones de garantizar el derecho a formar sindicatos y afiliarse a ellos y a la huelga, así como
la obligación de proteger a los niños y jóvenes frente a la explotación económica y social no
requieren recursos importantes y deben observarse de inmediato. Los Estados partes en el Pacto
Internacional han de atenerse rigurosamente a un plazo de dos años para formular un plan de
acción destinado a garantizar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos.
Obligación de "adoptar medidas".Si bien su plena efectividad puede lograrse progresivamente,
con miras a alcanzar ese objetivo han de adoptarse medidas dentro de un período razonable de
tiempo. Tales medidas deben ser deliberadas, concretas y orientadas a objetivos que sean lo más
claro posibles, utilizando todos los medios apropiados, particularmente, aunque no de manera
exclusiva, la adopción de medidas legislativas.
Prohibición de medidas regresivas. Los Estados no deben permitir que empeore el sistema
existente de protección de los derechos económicos, sociales y culturales a menos que esté muy
justificada la adopción de una medida regresiva.
Obligaciones mínimas esenciales. Hay una obligación inmediata de satisfacer los niveles mínimos
esenciales de cada derecho. Se denominan obligaciones mínimas esenciales. Si un Estado no
cumple tales obligaciones porque carece de recursos, ha de demostrar que ha hecho todo lo
posible para utilizar todos los recursos disponibles a fin de satisfacer con carácter prioritario tales
obligaciones básicas.
Los Estados están obligados a garantizar que las instalaciones, los bienes y los servicios requeridos
para el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales están disponibles a precios
asequibles. Eso significa que los costos directos e indirectos de la vivienda, la alimentación, el
agua, el saneamiento, la salud o la educación no deben impedir que una persona acceda a tales
servicios y no deben poner en peligro su capacidad de disfrutar de otros derechos. Los Estados son
responsables de regular y de garantizar que cualquier forma de prestación de servicios respete los
derechos humanos, por ejemplo garantizando la gratuidad de la enseñanza primaria y que los
servicios pertinentes de atención de la salud, los alimentos, el agua, el saneamiento y la vivienda
estén disponibles, sean accesibles (física y económicamente) y resulten adecuados para todos,
incluidos los grupos vulnerables y marginados. Así pues, los Estados han de regular y, cuando el
servicio pertinente no sea prestado por el sector público, controlar a los suministradores privados
mediante un sistema regulatorio eficiente y efectivo que incluya una supervisión independiente y
sanciones en caso de incumplimiento.
Las instituciones nacionales de derechos humanos, como la figura del Ombudsman, las comisiones
nacionales de derechos humanos y los defensores del pueblo, se ocupan cada vez más de
promover y supervisar los derechos económicos, sociales y culturales. Si bien las medidas que
pueden adoptar dependen de sus respectivos mandatos, las instituciones nacionales de derechos
humanos pueden promover y proteger los derechos económicos, sociales y culturales de diversas
maneras, entre las que cabe mencionar la tramitación de quejas en casos de violaciones, la
realización de investigaciones, la supervisión de la aplicación de los tratados internacionales
pertinentes de derechos humanos, el asesoramiento a los gobiernos sobre la aplicación de los
tratados internacionales en el plano nacional, la formulación de recomendaciones a los efectos de
que se modifiquen las políticas y la organización de actividades de formación y educación pública.
Es importante garantizar que la política de los gobiernos esté generalmente encaminada al logro
progresivo de la efectividad de tales derechos. Las instituciones nacionales de derechos humanos,
las organizaciones intergubernamentales, los expertos y las organizaciones de la sociedad civil se
ocupan cada vez más de examinar modos de supervisar el logro progresivo de la efectividad de los
derechos económicos, sociales y culturales mediante la utilización de indicadores estadísticos y
análisis de las leyes, las políticas y los presupuestos nacionales.
Los nueve tratados básicos de derechos humanos de las Naciones Unidas tienen sus propios
mecanismos de supervisión: comités de expertos independientes denominados órganos creados
en virtud de tratados. El órgano principal creado en virtud de un tratado para supervisar la puesta
en práctica de los derechos económicos, sociales y culturales es el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.
Los órganos creados en virtud de tratados desempeñan cuatro funciones principales:
a) Examinan periódicamente los informes sobre el cumplimiento de los tratados por los Estados;
b) Articulan el contenido de los derechos y obligaciones de los tratados en sus observaciones
generales o sus recomendaciones generales;
c) La mayor parte de los órganos creados en virtud de tratados examinan quejas denominadas
comunicaciones o peticiones de particulares y de grupos de particulares;
d) Algunos órganos creados en virtud de tratados también realizan investigaciones en
determinadas condiciones cuando reciben información fidedigna de violaciones graves o
sistemáticas de los derechos humanos.

Una de las diferencias que se plantea entre los derechos civiles y políticos y los DESC es que se
considera que los primeros tienen un carácter de obligaciones negativas mientras que los
segundos implicarían el nacimiento de obligaciones positivas que en la mayoría de los casos deben
solventarse con recursos públicos. Estas distinciones están basadas sobre una visión totalmente
sesgada y "naturalista" del papel y funcionamiento del aparato estatal, que coincide con la
posición decimonónica del Estado mínimo, garante exclusivamente de la justicia, seguridad y
defensa. Respecto a muchos otros derechos "civiles y políticos": el respeto de derechos tales como
el debido proceso, el acceso a la justicia, el derecho de asociación, el derecho de elegir y ser
elegido, suponen la creación de las respectivas condiciones institucionales por parte del Estado
(existencia y mantenimiento de tribunales, establecimiento de normas y registros que hagan
jurídicamente relevante la actuación de un colectivo de personas en cuanto tal, convocatoria a
elecciones, organización de un sistema de partidos políticos, etc.). Aun aquellos derechos que
parecen ajustarse más fácilmente a la caracterización de "obligación negativa", es decir, los que
requieren una limitación en la actividad del Estado a fin de no interferir la libertad de los
particulares –por ejemplo, la prohibición de detención arbitraria, conllevan una intensa actividad
estatal destinada a que otros particulares no interfieran esa libertad, de modo tal que la
contracara del ejercicio de estos derechos está dada por el cumplimiento de funciones de policía,
seguridad, defensa y justicia por parte del Estado. Evidentemente, el cumplimiento de estas
funciones reclama obligaciones positivas, caracterizadas por la erogación de recursos, y no la mera
abstención del Estado. Puede reconocerse que la faceta más visible de los derechos económicos,
sociales y culturales son las obligaciones de hacer, y es por ello que se los denomina "derechos-
prestación". Sin embargo, no resulta difícil descubrir cuando se observa la estructura de estos
derechos la existencia concomitante de obligaciones de no hacer: el derecho a la salud conlleva la
obligación estatal de no dañar la salud; el derecho a la educación supone la obligación de no
empeorar la educación; el derecho a la preservación del patrimonio cultural implica la obligación
de no destruir el patrimonio cultural.
La obligación estatal de proteger el derecho incluye el deber de prevenir que las personas resulten
de una u otra manera privadas de sus recursos básicos para satisfacer sus necesidades de
alimentación, por otras personas, por ejemplo grupos económicos dominantes, en aspectos
diversos como acceso a la tierra, al agua, al mercado, al trabajo. La obligación de garantizar el
derecho puede cumplirse por ejemplo recurriendo a la ayuda internacional para adquirir mayores
recursos (art. 11.2, PIDESC) la obligación del Estado no siempre está vinculada con la transferencia
de fondos hacia el beneficiario de la prestación, sino más bien con el establecimiento de normas
que concedan relevancia a una situación determinada, o bien con la organización de una
estructura que se encargue de poner en práctica una actividad determinada.

INSTITUCIONES NACIONALES DE DERECHOS HUMANOS Y OTROS ORGANISMOS DE PROMOCION Y


PROTECCION (DEFENSORIA DEL PUEBLO, PROCURACION PENITENCIARIA, MPF, MPD, SECRETARIA
DE DH, INADI, CONADI, INAI, CONADIS)
¿Qué es una institución nacional de derechos humanos?
Las instituciones nacionales de derechos humanos son órganos estatales con un mandato
constitucional o legislativo de proteger y promover los derechos humanos. Forman parte del
aparato del Estado y es el Estado el que las financia. Las instituciones nacionales de derechos
humanos —al menos las que cumplen los Principios de París— son la piedra angular de los
sistemas nacionales de protección de los derechos humanos y, cada vez con mayor frecuencia,
sirven como mecanismos de enlace entre las normas internacionales de derechos humanos y el
Estado. No están bajo la autoridad directa del poder ejecutivo, del poder legislativo ni del poder
judicial aunque, por regla general, responden directa o indirectamente ante el poder legislativo.
Una INDH debe ser, y parecer, independiente del sector de las ONG de la misma manera que debe
ser independiente del Gobierno. Durante las investigaciones, una INDH debe actuar dentro de un
marco jurídico definido y debe atenerse a los principios generales de la justicia y el estado de
derecho. Actúan como puente entre los gobiernos y la sociedad civil, vinculan las
responsabilidades del Estado con los derechos de los ciudadanos y conectan las leyes nacionales
con los sistemas de derechos humanos de ámbito regional e internacional.
En los Principios de París se requiere que las INDH tengan un origen constitucional o legislativo, o
ambos. Los instrumentos de naturaleza ejecutiva no bastan.
2. Instituciones del tipo ombudsman para los derechos humanos
Las instituciones nacionales de derechos humanos que adoptan el modelo del ombudsman
(defensor del pueblo en los países de habla hispana o defensor público en algunas partes de
Europa Central y Oriental) están organizadas en general en torno a una única cabeza visible de la
institución, similar a sus contrapartes en las oficinas del ombudsman “clásicas“. No obstante, esas
instituciones se centran específicamente en la promoción y protección de los derechos humanos y
no en fomentar la buena gobernanza en la administración pública.
Las INDH “tipo ombudsman“comparten generalmente las siguientes características:
■ Son instituciones estatales con un mandato de proteger y promover los derechos humanos;
■ Normalmente están dirigidas por una única persona a la que compete la adopción de decisiones
(aunque algunos tienen adjuntos);
■ Tienen un mandato centrado principalmente en los derechos humanos, aunque pueden estar
especializados en determinadas cuestiones de derechos humanos, como los derechos de la mujer;
■ Investigan cuestiones relacionadas con los derechos humanos y a menudo pueden recibir
denuncias individuales;
■ Sus atribuciones se limitan generalmente a la formulación de recomendaciones. Más
recientemente, sin embargo, se ha conferido a algunas la facultad de dirigirse a los juzgados o
tribunales especializados en casos concretos en que sus recomendaciones se ignoren o rechacen.
Por tanto, esa distinción no siempre existe. Las instituciones del tipo ombudsman facultadas para
formular recomendaciones, que son mayoría, pueden ser más rápidas y flexibles a la hora de
tramitar las denuncias. Aunque sus decisiones han de estar fundamentadas y basadas en pruebas,
generalmente no tienen carácter vinculante.
Las INDH permiten a los Estados atender su responsabilidad internacional de “adoptar todas las
medidas adecuadas“para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en el
plano nacional.
Los Principios de París son normas internacionales y tienen el carácter de condiciones mínimas
que una INDH debe satisfacer para que sus homólogos y el sistema de las Naciones Unidas la
otorguen credibilidad.
Con arreglo a los Principios de París, las INDH están obligadas a:

■ Proteger los derechos humanos, incluso recibiendo, investigando y resolviendo denuncias,


mediando en conflictos y supervisando actividades; y
■ Promover los derechos humanos mediante la formación, la proyección exterior, los medios de
comunicación, las publicaciones, la capacitación y el fomento de la capacidad y la prestación de
asistencia y asesoramiento a los gobiernos. Los principios complementarios que se aplican
únicamente a las instituciones dotadas de competencia “cuasi jurisdiccional“ se examinan más
adelante. En los Principios de París se establece qué se entiende por una INDH plenamente
desarrollada y se enumeran seis criterios principales que esas instituciones deben cumplir para
tener éxito:
■ Mandato y competencia: un mandato amplio basado en las normas universales de derechos
humanos;
■ Autonomía del Gobierno;
■ Independencia garantizada por una ley fundacional o por la Constitución;
■ Pluralismo, alcanzado mediante la composición de la institución o mediante una cooperación
efectiva;
■ Recursos suficientes;
■ Facultades de investigación apropiadas.
En el presente capítulo se esbozan todos los requisitos establecidos en los Principios de París en
relación con cada uno de esos criterios y se examina después la importancia de la norma y, en su
caso, cómo puede cumplirse. Al final del capítulo se muestra una lista de comprobación del
cumplimiento.
DEFENSOR DEL PUEBLO EN ARGENTINA
Surgió la necesidad de prever canales que garantizaran la apertura del Estado hacia sus
ciudadanos: entidades que con la legitimidad y recursos que aporta el mismo Estado se ocuparan
de controlarlo, y -particularmente- de mediar entre la administración y el administrado, para
proteger y bregar por el reconocimiento de los derechos de este último. Como influencia para el
desarrollo de esta figura en el contexto latinoamericano corresponde destacar la aparición del
Imbud u Ombudsman en Suecia (que surge en 1713, y es incorporado a la Constitución en 1809) y
la incorporación del Defensor del Pueblo a la Constitución española (1978).
Luego de varios intentos por sancionar una norma que incorporara la figura del Defensor del
Pueblo, en 1993 finalmente se sancionó la Ley 24.284. Posteriormente, en el marco de una
reforma constitucional que incluyó mecanismos que procuraban fortalecer al Poder Legislativo, se
jerarquizó un diseño según el cual la DPN sería una entidad jurídica6 independiente y con
autonomía funcional dentro del ámbito del Congreso de la Nación.

Artículo 86 de la Constitución Nacional: “El Defensor del Pueblo es un órgano independiente


instituido en el ámbito del Congreso de la Nación, que actuará con plena autonomía funcional, sin
recibir instrucciones de ninguna autoridad. Su misión es la defensa y protección de los derechos
humanos y demás derechos, garantías e intereses tutelados en esta Constitución y las leyes, ante
hechos, actos u omisiones de la Administración; y el control del ejercicio de las funciones
administrativas públicas. El Defensor del Pueblo tiene legitimación procesal. Es designado y
removido por el Congreso con el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de
cada una de las Cámaras. Goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores. Durará en su
cargo cinco años, pudiendo ser nuevamente designado por una sola vez. La organización y el
funcionamiento de esta institución serán regulados por una ley especial.”

La entidad se ideó para estar cercana a los administrados, tanto en las formas como en la
capacidad de estar proactivamente atenta a sus necesidades. Se incorporó con “la misión de
facilitar la participación de la población en la solución de sus problemas, brindándole una
respuesta rápida, ágil y oportuna” A su vez, se procuró blindar a quien ostentara el cargo de
inmunidad, para que no tuviera que temer las represalias de la Administración que debía controlar
en el marco de su actuación. Sería una entidad independiente que funcionaría con autonomía
funcional dentro del ámbito del Congreso de la Nación. De ello se sigue claramente que si bien el
Congreso define la elección del Defensor del Pueblo, no tiene potestades para entrometerse en la
gestión de la entidad, sus líneas de trabajo o las investigaciones que lleva adelante, más allá de
que la Ley 24.284 disponga la necesidad de que la Defensoría del Pueblo presente un informe
anual ante el Congreso. La Constitución Nacional le reconoce a la DPN competencias para
fiscalizar, controlar y proteger aquello sujeto a su universo de actuación. la Constitución delimita
este universo como “Administración Pública”, y la Ley 24.284 (anterior a la reforma) lo acota,
reglamentándolo de un modo que podría sintetizarse en el siguiente cuadro:
La ley 24.284 excluye de los organismos de defensa y seguridad. Llama la atención dado que la
Defensoría del Pueblo tiene como objetivo proteger a los desamparados ante los abusos del
Estado, y estos organismos son y han sido responsables de muchos de los casos más resonantes de
abuso de poder y encubrimiento a lo largo de la historia reciente argentina. se avance con una
reforma legal que extienda las competencias de la Defensoría del Pueblo a los organismos de
defensa y seguridad, subsanando así la potencial declaración de inconstitucionalidad de aquellos
artículos que establecen estas limitaciones.
La legitimación procesal determina la aptitud para ser parte de un determinado proceso, y está
determinada por la titularidad activa o pasiva de la relación jurídica que se somete ante el/la
juez/a, y es uno de los componentes esenciales para que exista una controversia pasible de ser
resuelta por el Poder Judicial (que no puede intervenir de oficio).
El art. 43 segundo párrafo de la Constitución Nacional se refiere a la legitimación procesal de la
Defensoría del Pueblo en el marco de las acciones de amparo.
Existen tres tipos de derechos: los individuales, los de incidencia colectiva que tienen por objeto
bienes colectivos, y de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos. Esta
novedosa categorización surge a partir de la reforma Constitucional de 1994, y la inclusión del art.
43 que al referirse a “derechos de incidencia colectiva” modifica el concepto tradicional de
legitimación procesar al expandir la titularidad de la acción e incluir ahora a la DPN y Asociaciones
civiles, además de la concepción tradicional que contemplaba al afectado directo. Respecto de la
categoría derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos, tomando el
análisis realizado por la Corte Suprema de Justicia Nacional (CSJN) en “Halabi” (2009) se requiere
que el bien que se procura proteger pertenezca a toda la comunidad, siendo indivisible y no
admitiendo exclusión alguna. A su vez, el foco de la pretensión debe estar en la incidencia
colectiva del derecho, y no en la repercusión indirecta que pueda tener sobre el patrimonio [o
algún otro derecho individual] de algún/os individuos, cuya acción le corresponde a dichos
individuos de manera individual.
Por otro lado se encuentran los derechos de incidencia colectiva referentes a intereses
individuales homogéneos, que la CSJN consideró que refieren a los casos en los que existe
afectación de derechos individuales enteramente divisibles, aunque aclara que debe existir un
hecho, único o continuado, que provoca la lesión a todos los individuos22. La homogeneidad de la
causa es fundamental en la medida que la demostración de los presupuestos de la pretensión es
común a todos esos intereses, lo cual lleva a considerar razonable la realización de un solo juicio
con efectos expansivos de la cosa juzgada, salvo en lo que hace a la prueba del daño que cada
individuo sufre. La Constitución es clara en su redacción al asignarle expresamente a la DPN la
titularidad (compartida) de las acciones tendientes a proteger derechos de incidencia colectiva
que tienen por objeto bienes comunes o colectivos.
La Defensoría del Pueblo tiene competencia para realizar investigaciones tanto de oficio o en el
marco de las actuaciones que se inician al darle trámite a una queja presentada por un individuo o
una persona jurídica. La Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo establece que es una comisión
integrada por 7 Diputados y 7 Senadores la que debe proponer, por mayoría simple, entre uno y
tres candidatos a las Cámaras, las que luego eligen por el voto de dos tercios de sus miembros a
uno de los candidatos propuestos. Salvo casos excepcionales, el mecanismo previsto requiere que
el candidato a Defensor del Pueblo cuente con el aval de la fuerza parlamentaria mayoritaria
(usualmente, la del partido gobernante). La posibilidad de ser re-elegido (por única vez, y
contando con la misma mayoría) genera una estructura de incentivos que podría atentar contra el
pleno ejercicio de sus competencias, con el objetivo de no confrontar públicamente con el partido
gobernante, cuyo aval es imprescindible para la extensión del mandato por cinco años más.

AMPARO CLASICO, AMPARO COLECTIVO Y HABEAS


CORPUS

Artículo 25. Protección Judicial de la CONVENCION AMERICA SOBRE DERECHOS HUMANOS.


1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá
sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se
haya estimado procedente el recurso.

Al igual que el artículo 8 de la Convención (Garantías Judiciales), el artículo 25 consagra también el


derecho de acceso a la justicia y, por ende, la correspondiente obligación estatal de garantizar a
toda persona el acceso a la administración de justicia para hacer valer sus derechos.
El artículo 25 “es una disposición de carácter general que recoge la institución procesal del
amparo, entendido como el procedimiento judicial sencillo y breve que tiene por objeto la tutela
de todos los derechos reconocidos por las constituciones y leyes de los Estados Partes y por la
Convención”. La obligación del Estado de proporcionar un recurso judicial no se reduce
simplemente a la mera existencia de los tribunales o procedimientos formales o aún a la
posibilidad de recurrir [ante estos]”. El sentido de la protección otorgada por el artículo 25 “es la
posibilidad real de acceder a un recurso judicial para que la autoridad competente y capaz de
emitir una decisión vinculante determine si ha habido o no una violación a algún derecho que la
persona que reclama estima tener y que, en caso de ser encontrada una violación, el recurso sea
útil para restituir al interesado en el goce de su derecho y repararlo”. Así, no basta con que los
recursos estén previstos por la Constitución o la ley o con que sean formalmente admisibles, sino
que es preciso que tengan efectividad en los términos del artículo 25.
“[e]l artículo 25 de la Convención también consagra el derecho de acceso a la justicia”, “norma
imperativa de Derecho Internacional”,26 entendido como aquél que “no se agota con el trámite e
procesos internos, sino [que] debe además asegurar, en tiempo razonable, el derecho de la
presunta víctima [o sus familiares] a obtener un control jurisdiccional que permita determinar si
los actos de las autoridades [respectivas] han sido adoptados al amparo de [sus] derechos y
garantías mínimas”. el derecho a la protección judicial se encuentra íntimamente ligado con las
obligaciones generales del Estado reconocidas en los artículos 1.1 (Obligación de respetar y
garantizar los derechos) y 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno) de la
Convención, que “atribuyen funciones de protección al derecho interno de los Estados Part[e]”.
Promover la instancia judicial es requisito necesario para la aplicación del artículo 25.
“garantizar los medios para ejecutar las respectivas decisiones y sentencias definitivas emitidas
por tales autoridades competentes, de manera que se protejan efectivamente los derechos
declarados o reconocidos”. Ello, porque “[e]l proceso debe tender a la materialización de la
protección del derecho reconocido en el pronunciamiento judicial mediante la aplicación idónea
de [éste]”. no basta que el recurso esté previsto formalmente, sino que debe ser “capaz de
producir el resultado para el que ha sido concebido: efectivamente a poner fin a una situación
violatoria de derechos; a asegurar la no repetición de los actos lesivos, y a garantizar el libre y
pleno ejercicio de los derechos protegidos por la Convención.
Es posible concluir que, para la Corte Interamericana, la efectividad tiene que ver con la capacidad
potencial del recurso, de producir, “en el hecho y en el derecho”, [...] el resultado que se requiere
para proteger el derecho, pero también se relaciona con el debido proceso, ya que tiende a
considerar que se ha infringido el artículo 25 de la Convención cuando están ausentes uno o más
elementos de los señalados en el artículo 8 de la misma”.
“puede afirmarse que el amparo es el género y el hábeas corpus uno de sus aspectos específicos”.
“que el régimen de protección judicial dispuesto por el artículo 25 de la Convención es aplicable a
los derechos no susceptibles de suspensión en estado de emergencia”. “los principios del debido
proceso legal no pueden suspenderse con motivo de las situaciones de excepción en cuanto
constituyen condiciones necesarias para que los instrumentos procesales”
El habeas corpus “tutela de manera directa la libertad personal o física contra detenciones
arbitrarias, por medio del mandato judicial dirigido a las autoridades correspondientes a fin de que
se lleve al detenido a la presencia del juez para que éste pueda examinar la legalidad de la
privación y, en su caso, decretar su libertad”. Para que el hábeas corpus cumpla con su objeto de
verificación judicial de la legalidad de la privación de libertad, “exige la presentación del detenido
ante el juez o tribunal competente bajo cuya disposición queda la persona afectada”.106
El hábeas corpus es esencial como medio idóneo para: - garantizar la libertad; - controlar el
respeto a la vida de las personas; - controlar el respeto a la integridad de las personas; - impedir la
desaparición forzada de las personas; - impedir la indeterminación del lugar de detención de las
personas, proteger a una persona contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes. el Estado “tiene tanto la responsabilidad de garantizar los derechos del individuo
bajo su custodia”, como la de proveer “una explicación inmediata, satisfactoria y convincente” de
lo que le suceda y, eventualmente, “desvirtuar las alegaciones sobre [la] responsabilidad [estatal],
mediante elementos probatorios adecuados”.116 Asimismo, la Corte ha resaltado que dicho
recurso debe ser garantizado en todo momento, aún cuando el individuo se encuentre bajo
condiciones excepcionales de incomunicación legalmente decretada. La Corte ha establecido que
“el hecho de que una sentencia se encuentre en etapa de ejecución no excluye una posible
violación al derecho a un recurso efectivo”. “la responsabilidad estatal no termina cuando las
autoridades competentes emiten [una] decisión o sentencia”, sino que se requiere, además, “que
el Estado garantice los medios para ejecutar dichas decisiones definitivas”,139 “de manera que se
protejan efectivamente los derechos declarados”.140 Así, el artículo 25.2.c de la Convención
establece el compromiso de los Estados de “garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente [un] recurso”

Art. 43.- CONSTITUCION NACIONAL Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de
amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de
autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta
Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la
norma en que se funde el acto u omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los
derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones
que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y
formas de su organización.
Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y
de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a
proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación,
confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de
información periodística.
Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso
de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada
de personas, la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en
su favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio.

La acción queda definida como expedita y rápida, lo expedito y rápido es el proceso. Prevé la
procedencia del amparo cuando no EXISTA OTRO MEDIO JUDICIAL MAS IDONEO. SI EXISTE OTRO
MEDIO MAS IDONEO, EL AMPARO NO ES PROCEDENTE.
La legitimación activa para interponer una acción de amparo significa quien puede iniciar el
proceso.
Lo que se requiere a través del amparo es el cese de la violación de un derecho. El reclamo de la
reparación va por otra vía.
Expedita = sin obstáculos.
Hay un hecho generador del acto lesivo, puede producirse por acción u omisión.
El requisito básico de que el derecho argüido por el actor padezca violación por un acto o una
omisión de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta. DEBE AFECTAR ALGUN DERECHO RECONOCIDO
EN CN, TRATADOS, O CUALQUIER NORMA. Y ESTA VIOLACION DEBE SER ACTUAL O INMINENTE.
AMPARO COLECTIVO
CASO HALABI:
Que Ernesto Halabi promovió acción de amparo re clamando que se declare la
inconstitucionalidad de la ley 25.873 y de su decreto reglamentario 1563/04, en virtud de con
siderar que sus disposiciones vulneran las garantías establecidas en los artículos 18 y 19 de la
Constitución Nacional, en cuanto autorizan la intervención de las comunicaciones telefónicas y por
Internet sin que una ley determine “en qué casos y con qué justificativos”. Alegó que esa
intromisión constituye una violación de sus derechos a la privacidad y a la intimidad, en su
condición de usuario, a la par que menoscaba el privilegio de confidencialidad que, como abogado,
ostenta en las comunicaciones con sus clientes (fs. 2/8).
11) Que los derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos (art. 43 de la
Constitución Nacional) son ejercidos por el Defensor del Pueblo de la Nación, las asociaciones que
concentran el interés colectivo y el afectado.
En estos supuestos existen dos elementos de calificación que resultan prevalentes.
En primer lugar, la petición debe tener por objeto la tutela de un bien colectivo, lo que ocurre
cuando éste pertenece a toda la comunidad, siendo indivisible y no admitiendo exclusión
alguna. Por esta razón sólo se concede una legitimación extraordinaria para reforzar su
protección, pero en ningún caso existe un derecho de apropiación individual sobre el bien ya que
no se hallan en juego derechos subjetivos. No se trata solamente de la existencia de pluralidad
de sujetos, sino de un bien que, como el ambiente, es de naturaleza colectiva. Es necesario
precisar que estos bienes no tienen por titulares a una pluralidad indeterminada de personas, ya
que ello implicaría que si se determinara el sujeto en el proceso éste sería el titular, lo cual no es
admisible. Tampoco hay una comunidad en sentido técnico, ya que ello importaría la posibilidad
de peticionar la extinción del régimen de cotitularidad.Estos bienes no pertenecen a la esfera
individual sino social y no son divisibles en modo alguno.
En segundo lugar, la pretensión debe ser focalizada en la incidencia colectiva del derecho. Ello es
así porque la lesión a este tipo de bienes puede tener una repercusión sobre el patrimonio
individual, como sucede en el caso del daño ambiental, pero esta última acción corresponde a su
titular y resulta concurrente con la primera.
De tal manera, cuando se ejercita en forma individual una pretensión procesal para la
prevención o reparación del perjuicio causado a un bien colectivo, se obtiene una decisión cuyos
efectos repercuten sobre el objeto de la causa petendi, pero no hay beneficio directo para el
individuo que ostenta la legitimación.
En este tipo de supuestos, la prueba de la causa o controversia se halla relacionada con una lesión
a derechos sobre el bien colectivo y no sobre el patrimonio del peticionante o de quienes éste
representa.
Puede afirmarse, pues, que la tutela de los derechos de incidencia colectiva sobre bienes
colectivos corresponde al Defensor del Pueblo, a las asociaciones y a los afectados, y que ella debe
ser diferenciada de la protección de los bienes individuales, sean patrimoniales o no, para los
cuales hay una esfera de disponibilidad en cabeza de su titular.
12) Que la Constitución Nacional admite en el segundo párrafo del art. 43 una tercera categoría
conformada por derechos de incidencia colectiva referentes a intereses individua les
homogéneos. Tal sería el caso de los derechos personales o patrimoniales derivados de
afectaciones al ambiente y a la competencia, de los derechos de los usuarios y consumidores
como de los derechos de sujetos discriminados.
En estos casos no hay un bien colectivo, ya que se afectan derechos individuales enteramente
divisibles. Sin embargo, hay un hecho, único o continuado, que provoca la lesión a todos ellos y
por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea. Ese dato tiene relevancia jurídica
porque en tales casos la demostración de los presupuestos de la pretensión es común a todos
esos intereses, excepto en lo que concierne al daño que individualmente se sufre. Hay una
homogeneidad fáctica y normativa que lleva a considerar razonable la realización de un solo juicio
con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo que hace a la prueba del
daño.

Caracterización del Amparo Colectivo.

El segundo párrafo del artículo 43 de la Constitución Nacional Argentina, consagra el Amparo


Colectivo en los siguientes términos:

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los
derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones
que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y
formas de su organización.

El amparo colectivo es una garantía constitucional derivada de la acción de amparo individual, que
conserva algunos de sus elementos centrales, pero presenta a su vez algunas características
específicas. Recoge del amparo clásico las siguientes notas:
el carácter sumarísimo del procedimiento,
el carácter del transgresor que puede ser público o privado, y puede manifestarse a través de un
hacer (acto) o de un no hacer (omisión)
la caracterización de la transgresión: que con arbitrariedad o ilegitimidad manifiesta, lesione,
altere, restringa o amenace, en forma actual o inminente.

Pero se diferencia del amparo clásico en tres aspectos que lo colectivizan:


Los derechos vulnerados, que son derechos de incidencia colectiva.
Los sujetos legitimados para promoverlo, que son aquellos que sin ser titulares de un derecho
subjetivo, se encuentran vinculados al colectivo sobre el que incide la vulneración: cualquier
persona afectada, las asociaciones vinculadas a esta temática, y del defensor del pueblo.
La sentencia, en caso de declarar procedente el reclamo, no puede sino tener efectos erga omnes,
es decir que establece una norma de conducta de carácter general, que se aplica no solo a quienes
fueron parte en el proceso.

Dado que las notas comunes al amparo clásico y el amparo colectivo son habitualmente tratadas
en relación al primero, cuando se analiza la versión colectiva del amparo el estudio se centra en
sus notas distintivas.

Derechos de Incidencia Colectiva.

Esta noción se encuentra referida y ejemplificada, pero no definida, en el segundo párrafo del
artículo 43 de la Constitución Nacional Argentina. Se enuncia allí que la acción de amparo colectivo
es una garantía que protege:
“contra cualquier forma de discriminación”.
“los derechos que protegen el ambiente”
derechos que protegen “a la competencia”
derechos que protegen “al usuario y al consumidor”
“así como”
“a los derechos de incidencia colectiva en general”

El uso de la conjunción “así como” y la caracterización de los derechos de incidencia colectiva


como el género del que los cuatro primeros serían especies, nos lleva a sostener que la
denominación consagrada constitucionalmente para estos derechos es la de “derechos de
incidencia colectiva”. Será labor de la doctrina y la jurisprudencia producir un concepto jurídico
adecuado para caracterizar esta categoría, cuya denominación es obligatoria.

Existe consenso acerca de que este término “derechos de incidencia colectiva” recepta el género
de los denominados derechos de tercera generación. El problema de esta caracterización es que
no se basa en una explicación jurídica, sino en una narración histórica de la genealogía de los
distintos derechos.

El párrafo segundo del art. 43.


Para comparar el amparo previsto en el segundo párrafo del art. 43 con el genérico que contempla
el párrafo primero, vamos a reiterar la transcripción:
“Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los
derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones
que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y
formas de su organización”.
El amparo del párrafo primero legitima a “toda persona” en la medida en que esa persona sufra en
un derecho suyo la violación que la norma define como acto lesivo. El amparo del párrafo segundo
también exige que exista un acto lesivo, pero circunscribe los bienes jurídicos y los derechos
protegidos por esa vía, y simultáneamente establece quiénes tienen disponibilidad de acudir al
amparo para lograr esa misma protección.
La legitimación del “afectado”.
a) las discriminaciones grupales (por motivo de raza, religión, origen étnico o social, etc.);
b) lo relativo a derechos involucrados en los arts. 41 (ambiente) y 42 (consumidores y usuarios); y
c) todo cuanto razonablemente admita reputarse como un “derecho de incidencia colectiva” en
general,
Confieren legitimación para deducir amparo a todo aquél que resulta afectado por el acto lesivo,
conforme a la interpretación amplia que hacemos del segundo párrafo del art. 43. El derecho o el
interés que se alega al iniciar la acción de amparo tienen que presentar un nexo suficiente con la
situación personal del actor, que no requiere ser exclusiva de él. Tal nexo existe aunque sean
muchas las personas que se encuentran en una situación equivalente porque comparten un
derecho o interés que les es común a todas.
LEGITIMACION DEL DEFENSOR DEL PUEBLO. Además de la mención que el art. 43 hace del
defensor del pueblo como sujeto legitimado en el amparo del párrafo segundo, conviene recordar
que el art. 86 reafirma explícitamente que “el defensor del pueblo tiene legitimación procesal”.
LEGITIMACION DE LAS ASOCIACIONES La norma las habilita con la condición de que estén
registradas conforme a la ley, pero mientras a falta de ley no estén registradas, damos por cierto
que basta que existan con alguna formalidad asociativa de la que surjan sus fines para que su
legitimación les sea reconocida judicialmente.
Igualmente, la procedencia del amparo en ambos existe tanto cuando el acto lesivo proviene de
autoridad pública como de particulares.

El habeas corpus como garantía constitucional de la libertad.


El habeas corpus es la garantía tradicional, que como acción, tutela la libertad física o corporal o
de locomoción, a través de un procedimiento judicial sumario, que se tramita en forma de juicio.
Al decir que el habeas corpus protege la libertad física, queremos significar que es la garantía
deparada contra actos que privan de esa libertad o la restringen sin causa o sin formas legales, o
con arbitrariedad. Detenciones, arrestos, traslados, prohibiciones de deambular, etc., son los actos
que, arbitrariamente, pueden lesionar la libertad física cuando carecen de fundamento y de forma.
Es de suponer que su procedencia requiere que alguien que se halla en libertad la pierda, o la vea
restringida o amenazada. Ahora ya no podemos cerrar allí el perímetro, porque en el núcleo del
habeas corpus hay algo más: también el que ya está legítimamente o legalmente privado de su
libertad (por arresto, prisión preventiva, condena penal, etc.) tiene derecho a que las condiciones
razonables en que cumple su privación de libertad no se agraven de modo ilegal o arbitrario; si
esto ocurre, el habeas corpus también procede, no para recuperar una libertad de la que no se
gozaba, sino para hacer cesar las restricciones que han agravado la privación de libertad.
LEY 23098 PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS
Art. 3° – Procedencia. Corresponderá el procedimiento de hábeas corpus cuando se denuncie un acto u
omisión de autoridad pública que implique:

1° Limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden escrita de autoridad competente.

2° Agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación de la libertad sin perjuicio de
las facultades propias del juez del proceso si lo hubiere

Auto de hábeas corpus. Cuando se tratare de la privación de la libertad de una persona, formulada la
denuncia el juez ordenará inmediatamente que la autoridad requerida, en su caso, presente ante él al detenido
con un informe circunstanciado del motivo que funda la medida, la forma y condiciones en que se cumple si ha
obrado por orden escrita de autoridad competente, caso en el cual deberá acompañarla, y si el detenido
hubiese sido puesto a disposición de otra autoridad a quien, por qué causa, y en qué oportunidad se efectuó la
transferencia.

Cuando se tratare de amenaza actual de privación de la libertad de una persona el juez ordenará que la
autoridad requerida presente el informe a que se refiere el párrafo anterior.

Si se ignora la autoridad que detenta la persona privada de su libertad o de la cual emana el acto denunciado
como lesivo, el juez librará la orden a los superiores jerárquicos de la dependencia que la denuncia indique.

La orden se emitirá por escrito con expresión de fecha y hora salvo que el juez considere necesario constituirse
personalmente en el lugar donde se encuentre el detenido caso en el cual podrá emitirla oralmente, pero
dejará constancia en acta.

Cuando un tribunal o juez de jurisdicción competente tenga conocimiento por prueba satisfactoria de que
alguna persona es mantenida en custodia, detención o confinamiento por funcionario de su dependencia o
inferior administrativo, político o militar y que es de temerse sea transportada fuera del territorio de su
jurisdicción o que se le hará sufrir un perjuicio irreparable antes de que pueda ser socorrida por un auto de
hábeas corpus, pueden expedirlo de oficio, ordenando a quien la detiene o a cualquier comisario, agente de
policía u otro empleado, que tome la persona detenida o amenazada y la traiga a su presencia para resolver lo
que corresponda según derecho.

Sus clases.
Dentro de las variadas categorías de habeas corpus, cabe mencionar:
a) el habeas corpus clásico, o de reparación, que tiende a rehabilitar la libertad física contra actos
u omisiones que la restringen o impiden sin orden legal de autoridad competente;
b) el habeas corpus preventivo, que se dirige a frenar las “amenazas” ciertas e inminentes para la
libertad física;
c) el habeas corpus correctivo contra toda forma ilegítima que agrava la condición de una persona
legalmente privada de su libertad;
d) el habeas corpus restringido contra molestias que perturban la libertad de locomoción, sin
llegar a la privación de libertad (seguimientos, vigilancias, impedimentos de acceder a
lugares como el domicilio, el sitio de trabajo o estudio, etc.).
El habeas corpus no tiene por objeto investigar ni castigar el eventual delito que pueda haber
cometido el autor de la privación ilegítima de la libertad, pero ello no exime al juez del
habeas corpus de realizar las diligencias necesarias para conocer el hecho de la restricción
a la libertad y obtener la reparación si resulta procedente.

El procedimiento de habeas corpus procede cuando se denuncia un acto o una omisión de


autoridad pública que implica: a) limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden
escrita de autoridad competente; b) agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se
cumple la privación de la libertad. La legitimación procesal activa para promover la acción no se
circunscribe a la persona que padece la restricción en su propia libertad, ya que cualquiera otra,
aun sin estar apoderada por ella, inviste esa legitimación. Y hasta es excepcionalmente procedente
el habeas corpus de oficio, es decir, por iniciativa del juez, sin necesidad de demanda. El “auto” de
habeas corpus es la orden emanada del juez que entiende en la causa, requiriendo a la autoridad
presuntamente autora del acto lesivo un informe acerca del mismo, y conminándola en su caso a
presentar a la persona detenida. La ley 23.098 no previó, para el ámbito federal, el habeas corpus
contra actos de particulares. Expresamente remite tal supuesto a lo que establezca la ley
respectiva. La circunstancia de que sólo enfoque el habeas corpus contra actos lesivos emanados
de autoridad pública no significa negarlo contra actos privados. Los jueces que en el ámbito
federal reciben una acción de habeas corpus contra actos lesivos emanados de particulares deben
imprimirle trámite sumario (como lo dispuso la Corte en materia de amparo a falta de ley que lo
reglara, en 1957-1958). la ley 23.098 previó en el orden federal un caso de habeas corpus “de
oficio” y que procede sin promoción de demanda alguna cuando el tribunal tiene conocimiento
por sí mismo de la afectación grave de libertad padecida por una persona, con riesgo de sufrir
perjuicio irreparable o de ser trasladada fuera del territorio de la jurisdicción del tribunal.
Para el supuesto de agravamiento ilegítimo en la forma o las condiciones de detención parece
quedar ahora en claro que el habeas corpus procede no sólo cuando ese agravamiento recae
sobre la libertad corporal del detenido, sino también cuando a éste, por su situación de tal, se le
cercenan, lesionan o cohíben otros derechos cuyo ejercicio le es restringido o impedido, o cuando
en su privacidad de libertad se le infligen mortificaciones innecesarias. Así, en su derecho a recibir
asistencia espiritual y religiosa, a gozar de la atención médica y sanitaria necesaria, a comunicarse
con el exterior, a expresarse, etc.
El art. 7 del Pacto de San José de Costa Rica, después de varias cláusulas de garantía para la
libertad, consagra el habeas corpus, sin denominarlo así, en el apartado 6, que dice: “Toda
persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de
que éste decida sin demora sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el
arresto o la detención fueran ilegales. En los estados partes cuyas leyes prevén que toda persona
que se viera amenazadas de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal
competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser
restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.”

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