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Esteban Peicovich

Argentino, 1930. Publicó primeros poemas en "El


Día" de La Plata, y en "El Hogar", dirigida por Ernesto
Sábato. En 1950 obtuvo el Gran Premio de Poesía en
los Juegos Florales de Buenos Aires. En 1951 el mi-
nisterio de Educación premió su libro "Primera Ele-
gía y otros poemas”. En l952, entre 500 poetas del
Concurso Nacional de Novísimos, integró la tríada
premiada junto a Tomas Eloy Martínez y Oscar
Hermes Villordo. Sobre su obra, dice: "Soy un cam-
pesino de palabras. Las cultivo para vivir. Sigo su
música, merodeo sus bordes y atiendo sus relámpa-
gos. Por ella sé que el ojo muestra, la inocencia pro-
vee y la lengua escoge. No hay poetas príncipes. To-
do ser humano lo es. San Pablo fue su primer evan-
gelista al vocear por los caminos “Sois como dioses y
no os dais cuenta”. Siempre sentí que toda vida es
"biografía". O sea, “vida a escribir” Y que es de la
poesía de quien espero anuncie un incierto día (o
noche) lo porvenir/me.

Poemas Plagiados es milagro heredado de mi padre.


Un marinero dálmata a quien le costaba pronunciar
el español. Eso daba a sus frases un destino original.
Su diccionario residía en su inocencia. “Esa mucha-
cha es saludable. Saluda a todo el mundo”, fue su
primera perla verbal. Mi madre María mutaba de
nombre, de “sol mío” a “manzana” o “jazmín”, se-
gún él la sentipensara de mañana o de noche. Y fue
su prístina creación oral que me inspiró ir en resca-
te de la poesía rehén, plagiada y oculta en los replie-
gues del idioma.

Su obra poética comprende: Primera elegía y otros


poemas, Palabra limpia de mí, La vida continúa, In-
troducción al camelo, Instrucciones al pavo real, La
bañera azul y Poemas plagiados (sexta edición). Pró-
ximos a editarse: Textos de espuma y Fauna íntima.
Título: Poemas plagiados (sexta edición)
Autor: Esteban Peicovich
© Esteban Peicovich 2013

El diseño editorial de este libro lo realizó Esteban


Peicovich. El tipográfico, Sol Matas, creadora de Bit-
ter, fuente que optimiza la lectura de textos en pan-
talla (ebooks). Por la misma, Sol Matas fue distin-
guida en la 5ta. Bienal de Tipografía de 2012. Alace-
na Roja es la primera editorial digital española que
utiliza esta novísima fuente, en sus variables Regu-
lar, Italic, Bold y Bold Italic.

Edición eBook: Alacena Roja

Todos los derechos reservados. Prohibida la repro-


ducción total o parcial de este libro sin permiso pre-
vio por escrito del autor.

Primera edición digital


Marzo 2013 –Ceutí-
Depósito legal: MU-119-2013
ISTC: A02-2013-00000004-4
POEMAS PLAGIADOS

Esteban Peicovich
7

Palabras de más *

Mi padre —un obrero de lo real, y emigran-


te— solía dañar con inocencia al idioma
castellano. Cuando un día, al señalarme a
una muchacha, comentó «es saludable, sa-
luda a todo el mundo», pensé que estaba
más cerca de la poesía que yo y muchos de
nosotros. Su fervor nombrador, sin él sa-
berlo, lo matrimoniaba con la poesía, ha-
ciéndolo tocar el río oculto del idioma. Sen-
tí entonces que más de un soneto —mío o
de cualquiera— era menos poético que esa
invención de mi padre. También, que su
técnica de la obviedad no era inocente y
que tenía carozo adentro. Lo comprobé más
tarde, al encontrarme dedicando algún li-
bro en la forma más perogrullesca del
mundo. Diciendo a unos «porque espera un
hijo», a otros «porque sos bueno» o «porque
sos joven». Advertía en estos casos gran
sorpresa y una aceptación pura, como si en
ese instante resucitaran una novedad: des-
cubrirse recién padres, o jóvenes, o buenos.
En verdad yo no inventaba nada: sólo pla-
giaba de ellos lo que no parecían haber sen-
tido en plenitud. Este fenómeno —unido a
la anécdota de mi padre— algún día se sis-
tematizó. Tal vez al detenerme a matar mu-
8

letillas periodísticas como «precipitación


pluvial», o escribanas como «a folios 22 del
día de autos», o judiciales como «por con-
trario imperio de la ley». Así me nació el te-
rror por las palabras metidas en zoológico,
momificadas, viviendo fuera de su propia
naturaleza. En consecuencia, la necesidad
de saber qué razones movían a ciertas pa-
labras a permanecer en disciplinas no poé-
ticas conservando atributos poéticos.

Surgió entonces una veta apasionante: des-


cubrir toda aquella poesía no convencional,
ese caudal de poesía que nadie sabe que usa
y vive en la más cruda realidad. Una vuelta
de tuerca, apenas un desenfoque, y la súbi-
ta aparición de una zona familiar, aunque
desconocida. Junto con ella la prepotente
irrupción de la sátira, producto de una épo-
ca en crisis, y por lo mismo, de una belleza
en crisis. La elección no fue ardua. O seguir
escribiendo poesía literaria —suplantando
hechos poéticos con palabras — o simple,
llanamente, desnudar la belleza, plagiarle
poemas a la realidad.

Y de eso se trata, en suma. Un elefante con-


quistador y frágil, por un lado. Realidad, la
9

loca, por el otro. Ésa es la pareja en donde


podrán bucearse los padres de este libro.

Esteban Peicovich

*Prólogo a la primera edición, Introducción


al camelo, Editorial Jorge Álvarez, 1967,
Buenos Aires.
11

Palabras de Manuel

Imagino a Esteban Peicovich en la primera


caravana caminando hacia el este del Edén.
Probablemente había sido expulsado del
paraíso como todos los que presumen de
ser mortales. En el paraíso Esteban había
ejercido el oficio de palabrista desafiando
el poder de Dios: con las palabras creaba las
cosas. Iba por en medio de la floresta pen-
sando la palabra serpiente y de pronto un
reptil le salía al paso; otras veces unía al
azar varias letras que formaban un león y
entonces el león que aún no había conocido
la fiereza le lamía los pies. Todos los árbo-
les, plantas, ríos, cascadas, fueron nombra-
dos por los palabristas en el paraíso pero
Dios previamente se había reservado la pa-
labra barro y con ella creó a un ser culpable
que tuvo mucha descendencia.

Cuando Esteban Peicovich caminaba hacia


el Este del Edén, antes que nada se encon-
tró con el silencio. El desierto de arena era
este silencio y en él sólo se veían huellas de
pies descalzos de otros fugitivos que le pre-
cedieron. En los infinitos cruces de cami-
nos en la arena a veces también aparecía la
figura de un cero trazado con un dedo en la
12

arena junto a un dado que era la brújula de


aquel tiempo. Por medio de uno de estos
dados Esteban Peicovich se orientó hacia
un lugar que no era un espacio físico sino
sólo una ciudad que Caín había construido
con palabras heréticas, heterodoxas, mar-
ginales. Se llamaba Babel y todos sus habi-
tantes se dedicaban sólo a hablar, a forjar
cuchillos, a tocar variados instrumentos de
música, creando con ellos otros sonidos que
introducían en el interior de las palabras
formando sus ritmos. Babel sólo se regía
por una ley: las palabras eran propiedad de
todos. El genio consistía en repetirlas con
amor, aunque otro las hubiera inventado.
En eso consistía el desafío que Caín planteó
y por eso fue castigado y no obstante pro-
fundamente respetado por Dios. Como uno
de aquellos viajeros al Este del Edén ahora
Esteban Peicovich nos recuerda que las pa-
labras son un acervo común. Cada una de
ellas constituye el adobe con el que se cons-
truye la torre interior que nos mantiene en
pie. No somos sino un sueño de palabras, el
eco de tu nombre que suena en el valle de
arena. Junto al nombre hay un cero. Junto
al cero hay un dado. Tal vez ambos elemen-
tos están depositados en un cruce de calles
de Manhattan al pie de un cubo de basura
donde un mendigo toca el saxofón. Su me-
13

lodía también nos pertenece. Con ella se ha


construido Nueva York o Buenos Aires o
cualquiera de nosotros. Esteban Peicovich
sabe todas estas cosas.

Manuel Vicent
Esa muchacha es saludable
Saluda a todo el mundo

Andrés Peicovich
Poemas plagiados - 17 -

1
LA OTRA CARA

Yo amo

tú amas

él ama

nosotros amamos

vosotros amáis

ellos aman.

(Del presente de indicativo de un


verbo)

2
UN GOLPE DE DADOS

El salto de una casilla a otra al capricho del


azar, pasando sobre el puente, alojándose
en la posada, perdiéndose en el laberinto,
cayéndose en el pozo, quedando prisionero
en la cárcel, tropezando con la cabeza del
muerto, visitando las casillas del marinero,
del pescador, del puerto, del ciervo, del mo-
Poemas plagiados - 18 -

lino, de la serpiente, del sol, del casco, del


león, del conejo, de la maceta de flores, etc.

(Explicación sobre el juego de la Oca)

3
LA POESÍA

Mar del frío, mar de las lluvias, mar de los


vapores, mar de las nubes, mar de la hume-
dad, mar de la serenidad, mar de la crisis,
mar de la fertilidad, mar de los néctares.

(Nombres dados por la ciencia a dis-


tintas zonas de la cara de la Luna que
se ve)

4
FROU FROU

Muselinas, lienzo de género para cortinas,


pañuelos blancos y de color, gorras para
señoras y niñas, flores artificiales, alambres
para gorras, bramantes, telas para ponchos,
cintas para cinchas, cintas de lana punzó,
Poemas plagiados - 19 -

agua de Colonia, espejos, paraguas, boto-


nes, brines para calzoncillos y pantalones,
peines, jamones, alquitrán, pianos, escrito-
rios portátiles, chocolates, fósforos, mache-
tes, resmas de papel, pimienta, esteras, cla-
vos, almidón, té, café, canela, baldes, azú-
car, tabaco, ginebra, cuchillos...

(De las importaciones de la Argentina en


1849)

5
LA ÚNICA DIMENSIÓN

Todas las cosas tienden a ser redondas.

(Dicho por el indio sioux Alce Negro


al etnólogo Joseph Epes Browne que
lo entrevistaba para un estudio de la
raza)

6
CORAZÓN DE PALO

Oeste salió con la dama de trébol y el de-


clarante calculó que cumpliría su contrato:
entró al muerto. El declarante terminó su
Poemas plagiados - 20 -

arrastre, jugó los corazones, terminando


con el muerto. Sur fue culpable de esa de-
rrota ya que se tentó de jugar pique chico
del muerto en la primera baza, con el obje-
to de crear así una tenaza en el muerto que
lo protegiera. Aquí se imponía no tentarse
sino abarcar toda la mano como una uni-
dad, calculando los posibles peligros, espe-
cialmente el corazón.

(Del análisis de una partida de brid-


ge)

7
LA HUMILDAD

Aquí no se come a gusto del cliente sino a


gusto del mar.

(Anuncio de un restaurante de Cale-


ta Córdoba, en la provincia de San-
ta Cruz)
Poemas plagiados - 21 -

8
LA COSA POPULAR

Te espero donde el árbol del viernes.

(Oído frente a un teléfono público)

9
FREUD

Cuando el viento sopla en direcciones dis-


tintas a la de las nubes, se aproxima, nor-
malmente, una depresión.

(Tomado de un texto básico de Meteo-


rología)

10
EPITAFIO

El hijo de la tierra murió cuando se hallaba


en camino hacia su planeta natal.
Poemas plagiados - 22 -

(Anuncio de la revista rusa Nedelia


sobre la muerte del cosmonauta Vla-
. .dimir Komarov)

11
EL INOCENTE

Una botella de Caña Legui, una postal de La


última cena y un vaso conteniendo dos es-
pigas de trigo, tres monedas de un peso,
una estampa de San Cayetano y un tubo de
pegamento Poxipol.

(Objetos agrupados ––al parecer des-


de hace tiempo y sin conflicto–– so-
bre un estante de vidrio del bar de la
calle Ríobamba 438, de Buenos Aires.
Preguntado su dueño quién los había
reunido así, respondió: «Fue la cos-
. tumbre»)

12
EL ARTE POP

Hombre que huye de la sociedad


campo dispuesto para la lid
expongo al fuego un manjar crudo
Poemas plagiados - 23 -

de la naturaleza del hueso


Especie de cuervo
mamífero carnicero plantígrado
que produce azúcar
muy inhumana y despiadada
Árbol de sombra y buena madera
piedra de sacrificios
reo a quien se aplica la pena de
muerte
con ira, coléricamente
Marinero que gobierna el timón
camina de un lado a otro
comprometido en amores
de una raza pura

(Algunas indicaciones de «Palabras Cruza-


das»)

13
EL PALABRISTA

Sándalo
Jacarandá
Penumbra
Cristal
Poemas plagiados - 24 -

Sombra
Anhelar
Runa
Arena
Hexámetro
Ámbar

(Las diez palabras más bellas de la


. lengua castellana según Borges)

14
EROS

Como sabemos de los años escolares, casi


todos los cuerpos aumentan de volumen
con el crecimiento de la temperatura y, vi-
ceversa, se contraen al bajar ésta. El metal
fundido penetra, inyectado a presión, en
todos los rincones de la matriz y llena sóli-
damente todo el espacio del molde. El metal
expulsado es un paralelepípedo recto, con
la imagen de una letra en relieve y al revés
en uno de sus extremos.
Poemas plagiados - 25 -

(De Técnica Gráfica. Capítulo: «Tec-


nología de los tipos de imprenta»)

15
SOL Y SOMBRA

Durante el día, por el sol y por la sombra:


Por indicios, por árboles, por musgos, por
nieve, por iglesias.

Por el sol:
Para los habitantes del norte de la tierra
el sol aparece por el este y se oculta en el
oeste.
A las seis de la mañana el sol está en el es-
te.
A las nueve, al sudeste.
A las doce, al sur.
A las tres de la tarde, al oeste.

Por la sombra:
Un hombre de pie produce sombra.
A las seis de la mañana la sombra indica el
oeste.
A las nueve de la mañana, el noroeste.
A las doce, el norte.
Poemas plagiados - 26 -

A las tres de la tarde, el nordeste.


A las seis de la tarde, el este.
Al este le llamamos Levante.
Al oeste Poniente.

(Indicaciones para viajeros perdidos


tomadas de un manual de la Real So-
. ciedad Geográfica Española)

16
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS

Posibilidades impresionantes: cohetes balís-


ticos intercontinentales (ICBM), cohetes ba-
lísticos lanzados por submarinos (SLBM),
cohetes balísticos de alcance medio (MRBM),
cohetes balísticos de alcance intermedio
(IRBM), cohetes balísticos de corto alcance
(SRBM), cohetes balísticos de trayectoria
deprimida, sistemas balísticos semiorbita-
les, bombas tácticas de caída libre, bombas
estratégicas de caída libre, cohetes de aire-
tierra, misiles de aire, proyectiles de artille-
ría de tierra, proyectiles de artillería naval,
proyectiles de obús, torpedos, torpedos-
Poemas plagiados - 27 -

cohetes, cargas de profundidad, artefactos


de demolición, minas terrestres, minas ma-
rinas, cohetes antibalísticos, etc.

(Especies del Reino Atómico, cuarto


en la escala, tras el Animal, Vegetal y
. Mineral. O el primero. O el último)

17
NOTICIA DE VERANO

Vino a morir. Una enorme tortuga de mar


vino a morir en las playas de Necochea. La
enterraron los niños.

(Leyenda de una fotografía. Diario


. Crónica, enero 10 de 1966)

18
LOS OJOS

El oficio ha cambiado. Antes se los amor-


tajaba e iban a la tumba completamente
vestidos, con toda su ropa interior, inclui-
das las medias y, por supuesto, con el mejor
Poemas plagiados - 28 -

traje que tenían. Hoy sólo llevan el sudario,


una sábana blanca. Hace años, yo me en-
cargué una temporada de dar clase a los
empleados novatos para que aprendieran a
vestir convenientemente a los muertos.
Aquí había ropa femenina y masculina de
todo tipo. Se trataba de ponérsela con la
mayor facilidad posible, sin contorsionar al
muerto. Era un arte, y lo hacíamos muy
bien. No crea que es un asunto fácil vestir a
un cadáver rígido.

Los muertos que se entierran en profundi-


dad se mantienen más tiempo «enteros»
que los que quedan a poca distancia de la
superficie. Siempre son los ojos lo primero
en desaparecer. Luego lo sigue el resto de la
cara.

(Declarado a El País por Julián Parra,


director técnico de una funeraria de
Madrid)
Poemas plagiados - 29 -

19
VECINOS DE BUENOS AIRES

Entre mis vecinos de Buenos Aires hay mi-


les de Pérez pero también tres Chaplin. Hay
uno que se llama Bueno, hay otro que se
llama Casanova y en el medio uno más que
firma Malo. Entre mis vecinos de Buenos
Aires hay cien Corderos, treinta Novillos y
veinte Vacas. Pero también un Conejo. Hay
treinta Carpinteros y algunos Kennedy, una
señora que se llama Guía y un doctor Fran-
kestein, que es de niños. Entre mis vecinos
de Buenos Aires hay un Papa pero también
seis Cristos.

(Lectura ociosa de la guía telefónica


de Buenos Aires de 1966)

20
JONÁS

No quiero dejar la mar porque no hay tie-


rra donde buscar la vida. He estado perdido
en la mar dos o tres veces. Ni me acuerdo
Poemas plagiados - 30 -

ya. Un pescado me tiró un bocado en la


pierna y me la rajó. Me recogieron de la
mar desangrado y con un dedo menos. Pero
yo, al agua. De la tierra no se puede vivir.
Del agua no me saca nadie. Quiero seguir
en la mar.

(Confesión de un marinero de Cádiz)

21
EL COME COCO

Yo soy el que compra lo que la gente no


compra y por esto me siento un buen com-
prador.

Si yo comprara lo que la gente compra no


sería el comprador que compra lo que la
gente no compra.

Ya no sé si soy un buen comprador o un


mal comprador.

Cuando veo a la gente comprar lo que yo


no compro no sé si son buenos compra-
dores o malos compradores.
Poemas plagiados - 31 -

Por esto de no saber si soy un buen com-


prador o un mal comprador no sé si com-
prar o no comprar.

(Espontáneo ejercicio de lógica que se


planteara y escribiera tal como apa-
rece ––y con igual título–– mi hijo
Alexis, en octubre de 1979, a los 12
. años de edad)

22
LA FALTA DE RIGOR

Según los verbos, los almaceneros almace-


nan, los pintores pintan, los abogados abo-
gan, los asesinos asesinan, los cantores
cantan, los amantes aman y los vivos vi-
ven. Sin embargo, los niños no niñan ni los
ladrones ladran. Y los muertos no mueren.

(Inevitable reflexión ante los verbos


que no verban)
Poemas plagiados - 32 -

23
EL TERCER OJO

En el desierto hay que mirar las grandes


verdades a ras de tierra, por el mismo lugar
donde el viento cambia en pocas horas la
geografía, tragando dunas antiguas y le-
vantando dunas nuevas. El desierto es co-
mo un espíritu que te penetra y lo amas,
según dicen. Te empuja a pensar de otra
forma. Te hace otro. Un ejemplo para que
esto se comprenda: en la ciudad, al hablar,
se usa siempre el sustantivo, porque tene-
mos mil cosas al lado. Y decimos: vaso, tele-
visión, muchacha, sillón. En el desierto,
donde no tienes nada, se usa el verbo: mi-
rar, cantar, caminar, dormir.

(Del final de una crónica sobre el Sa-


hara escrita por el enviado especial
Pedro Mario Herrero y publicada en
la página 9 del periódico madrileño
. Ya, el 2 de julio de 1975)
Poemas plagiados - 33 -

24
LA ESFINGE

Si pasáis raudo, no veréis la sombra.

(Pintada vista en una calle de Sevilla


en marzo de 1985)

25
POÉTICA EXTREMA

––¿Qué haces solo a esta hora de la noche?


––Pedir.

(Respuesta que dio un niño de 8 años


a las 2 de la madrugada, bajo la llu-
via, en Madrid, a dos poetas que
deambulaban obsesionados en des-
entrañar las diferencias existentes
entre la metonimia, la sinécdoque y
. la metáfora.)

26
EL HORIZONTE MÁS ANTIGUO

«Mira, papá, bueyes».


Poemas plagiados - 34 -

(Las tres palabras con las que a


sus 9 años sorprendió a su pa-
dre Marcelino –– y luego al
mundo–– la niña María Sainz
de Sautuola al descubrir por
azar las cuevas de Altamira en
. el año 1875)

27
LA MULTIPLICACIÓN DE LA PAREJA

Cuando ella se tocaba la cabeza con la cofia


blanca, y él vestía la estameña humilde, es-
taban los dos muy lejos de soñar que un
día amasarían un imperio de 5 mil kilos de
panes destinados a aplacar la primera den-
tellada del hambre recién despierto de cada
mañana.

Él trazaba surcos y sembraba la almendra


dulce de la tierra que transformada en pa-
tata, llevaba en carro tirado por una pareja
de bueyes.

En pleno noviazgo soñaron con abrir una


panadería. Tuvieron quince hijos y abrieron
cinco panaderías al mismo tiempo.
Poemas plagiados - 35 -

Ella tenía unas manos extraordinarias. Hay


quien recuerda no haber visto nada pareci-
do a las tostadas que hacía por Navidad.

(Así recordó el periódico Alerta el 10


de junio de 1985 a Aquilina Gutiérrez
y Manuel Fernández, fundadores del
. Horno de Pan San José)

28
OTRO EVANGELIO

Cuando hay trabajo recogemos fruta.


Cuando no, salimos a pintar.
Tenemos los dedos deshechos,
nos sangran las yemas por el roce de las ti-
zas.
Empleamos el amarillo, el gris
y el color carne.
Nosotros pintamos más bien cosas tristes.
Algo como lo que está pasando en el mun-
do:
Cristo clavado en la cruz
y tormentas.
Poemas plagiados - 36 -

(Confesión hecha por Ricardo Soto,


gallego de Santiago de Compostela, y
Marino Rivera, madrileño, ambos
campesinos temporeros, al periodista
Mauro Muriedas de Alerta de San-
tander, quien los entrevistó, el 11 de
junio de 1985, en pleno trabajo, sobre
. el asfalto)

29
VECINOS DE MADRID

En Madrid hay 2 Zorros, 4 Ovejas, 15 Le-


chones, 16 Cabras, 43 Caballos, 46 Patos,
110 Conejos, 130 Borregos, 144 Gallos, 350
Lobos y 800 Pastores.
Hay 2 Pimientos, 25 Cebollas, 45 Lechugas y
una Col.
Hay 27.360 Rodríguez y sólo 39 Claveles.
Hay 44.160 García, pero también 10 Ena-
morados.
Hay 6 Hombrebueno y un Hombría.
Hay 7 Mujeriegos y ninguna Mujer.
Hay 125 Niño y apenas una Niña.

(De una lectura ociosa y gozosa de la


Guía Telefónica de Madrid, 1985)
Poemas plagiados - 37 -

30
EL ARREPENTIMIENTO DE EURÍDICE

«Voy a suicidarme y así podremos volver a


vivir como solíamos hacerlo», escribió, en
1981, la joven inglesa Sandra Killington an-
tes de arrojarse bajo un tren para reunirse
con su amante, SirThomas Fans Hawe, que
vivió entre 1628 y 1705.

Obsesionada por el juego parapsicológico


«ouija» (tabla con alfabeto dibujado y agu-
ja de madera que involuntariamente se
mueve sobre las letras formando palabras
y frases con mensaje), Sandra «dialogó»
con Sir Thomas, «creyó» en él y finalmente
fue a su encuentro hundiéndose tres siglos
en el tiempo.

(Una noticia cotidiana de 1981, publi-


cada en la página policial de un pe-
riódico de Londres, 275 años des
. pués de la muerte de Sir Thomas)
Poemas plagiados - 38 -

31
EL OTRO AMOR

Los elefantes supervivientes parecen llorar


la muerte de otros elefantes. Los estudios
realizados demuestran que cuando los ele-
fantes encuentran esqueletos de su misma
especie, se inquietan terriblemente. Algunos
de estos gigantescos mamíferos levantan
los huesos de sus muertos con los colmillos
y los acunan brevemente.

(Cable de la agencia EFE del 11 de ju-


lio de 1980)

32
LA APARICIÓN

Subimos a la terraza una de estas últimas


noches y con la ayuda de un modesto cata-
lejo buscamos el cometa en el cielo, en la
trayectoria donde este fugitivo peregrino
del espacio nos había sido indicado. Y lo
observamos atentamente. Podríamos decir
que el cometa no tiene nada de especial. Un
punto brillante en el espacio, mayor que los
Poemas plagiados - 39 -

diminutos puntos del firmamento y del cer-


cano planeta Venus, siempre brillante pero
menos espléndido esa noche compara-do
con su pasajero rival.

Una vez más admiramos la escena infinita


del cielo oscuro salpicado de chispas relu-
cientes y enriquecido por el astro pasajero
anunciado con precisión cronométrica infa-
lible. Una vez más hemos comprobado el
sentido del misterio cósmico: el espacio in-
finito, el tiempo sin fin, la incalculable be-
lleza sideral, su movimiento perfecto e
inagotable, su silencio profundo y aterra-
dor.

(Así reveló el Papa Paulo VI, ante tres


mil peregrinos que lo escuchaban en
la plaza de San Pedro en su alocución
dominical del 13 de enero de 1974,
cómo había observado desde la te-
rraza del Vaticano al controvertido .
. cometa Kohoutek)
Poemas plagiados - 40 -

33
RESTOS

Un mono (overall), dos camisetas, un jersey,


una camisa, un calzoncillo, una correa, dos
fundas de almohada, una toalla, una servi-
lleta, dos pañuelos, un par de calcetines,
una manta, una cazuela.

(Relación de los únicos efectos per-


sonales de Miguel Hernández, tal
como consta en el libro de la enfer-
mería de la cárcel de Alicante, en la
página correspondiente- al 28- de
marzo- de 1942, día en que fallece
afectado de fiebre tifoidea y otros .
. males)

34
EL POETA

Sol. Sol. Sol.

(Única palabra- que -repitió Robert


Graves en una entrevista de dos ho-
Poemas plagiados - 41 -

ras en su casa de Deià, Mallorca,


mientras me tomaba de la mano y
me pedía que lo paseara entre los
. almendros de su finca)

35
METÁFORA EN LA CUMBRE

V. G.: ¿La primavera ha llegado con retraso


también a Moscú?
L. B.: Sí, está muy retrasada.
V. G.: ¿Eso tendrá consecuencias?
L. B.: Es muy pronto para saberlo. Hay du-
das con algunas siembras.
A. G.: Es la Europa occidental la que le ha
dado muy tarde su visado a nuestra prima-
vera.
V. G.: Sin embargo, el viento frío viene más
bien de la Europa oriental.
A. G.: En mi opinión procede del norte del
Atlántico...

(Diálogo textual con el que comenza-


ron su rueda de charlas Valery Gis-
card d’Estaing y Leónidas Breznev el
18 de mayo de 1980 en el castillo po-
laco de Wilanow, cerca de Varsovia,
Poemas plagiados - 42 -

junto a una mesa redonda y un rami-


llete de azaleas. Andrei Gromy-ko es
. quien interviene en la parte final)

36
EN UN PRINCIPIO FUE LA LUZ

Aguardiente de manzana.
Zumo de limón.
Hombre de las nieves.
Estrépito.
Pistola cargada.
Paso ligero.
Casa redonda.
Vista doble.
Apagón.

(Contraseñas de los nueve grados de


alarma atómica del ejército norte-
americano ante un eventual ataque
ruso. «Apagón» significa «la película
. ha terminado»)
Poemas plagiados - 43 -

37
LA VERDAD

Sólo las hierbas marchitas de aquel lugar


pueden explicar cómo cayeron.

(Frase final de un comunicado chino


relacionado con las causas de la caí-
da, explosión e incendio del avión
Trident que conducía a Lin Piao, ocu-
rrida el 13 de septiembre de 1971 .
. en Mongolia Exterior)

38
LA LEJANA

––María, cuánto te quiero. Todavía me


acuerdo de ti.

(Únicas palabras que pronunciaba de


continuo en sus sueños durante sus
últimos meses de vida ––ya amnési-
co, ya perdida la razón–– Víctor Díaz
Jiménez, en su casa de Mejorada del
Campo, donde murió a los 92 años,
tras haber sido marino y durante 12
Poemas plagiados - 44 -

años [1918-1930] hortelano en la


pampa argentina.)

39
BELLO Y BENEVOLENTE

No vivimos tantos años sino tantas respi-


raciones. Todos los seres humanos viven el
mismo tiempo, aunque uno muera a los 50
y otro a los 70 años. A cada uno le corres-
ponde vivir un número igual de respiracio-
nes. Unos las realizan antes y mal, y otros
más armónicas y bien. Cada vez que respiro
estoy orando el Vaha Guru. Ello significa
«Bello y benevolente». Aspiro «Bello» y ex-
piro «Benevolente». Toda la vida es orar
respirando. Morir es dejar de respirar lo Be-
llo.

(Así me contó un guía sij en Nueva


Delhi en qué consistía para él su re-.
. ligión)
Poemas plagiados - 45 -

40
SINTAXIS, LA BELLA

Jerseys para niños de lana.

Camas para matrimonio de bronce.

Sillas para niños plegables.

(Anuncios comerciales tomados del


periódico Clarín de Buenos Aires)

41
FRAGMENTOS DE BRUEGHEL

1. El hueco del cañón y el hueco del centro


de la rueda.
2. El remiendo del pantalón y la parte infe-
rior derecha de la ropa del hombre en el
camino.
3. El hueco del balde y la nariz del hombre
en el carro.
4. La muñequera del marinero y el adorno
en una pierna del hombre en el carro.
5. El pájaro a lo lejos y la boca de uno de
los hombres.
Poemas plagiados - 46 -

6. La nariz junto con la boca del marinero


chico y el signo de interrogación.
7. El brazo izquierdo del marinero grande y
un pliegue de la capa.

(Soluciones del conocido entreteni-


miento visual «Busque las siete seme-
janzas» que suele aparecer en perió-
. dicos y revistas)

42
«LA LECCIÓN» DE CHEJOV

––¿Está usted preparado?


––No.
––De todas maneras, empezamos lo mismo.
No le imponemos ningún término para res-
ponder. Va la primera: ¿Quién, por primera
vez, se elevó por los aires?
––Ícaro.
––No, es sólo una leyenda. Proponga otra
respuesta.
––Leonardo da Vinci.
––No. Pero para ayudarle sepa que el nom-
bre quedó ligado al tipo de aparato que fue
utilizado. Trate de contestar nuevamente.
Poemas plagiados - 47 -

––Mongolfier.
––Bien. Pero tenga cuidado con la ortogra-
fía: Montgolfier lleva una «t». Usted no está
afligido, al menos, por esto...
––No.
––Bien, prosigamos...

(Cuestionario realizado por un pro-


gramador de la Facultad de Ciencias
de París para mostrar a los estudian-
tes cómo se desarrolla el diálogo con
el computador bautizado «Mitsi», si-
gla que corresponde a Monitor de Ins-
trucción Técnica y Científica Indi-
vidual. Fuente: Science & Avenir, nú-
. mero 279 de junio de 1970)

43
LAS PARTES DEL TODO

En este Relicario hay un Brazo y Mano de


San Jorge Mártir, enviado por la Reyna de
Chipre.

En este Relicario hay Reliquias de las Once


mil Vírgenes.
Poemas plagiados - 48 -

En este Relicario hay un Tobillo del Pie de


San Matías Apóstol.

En este Relicario hay una Reliquia de San


Sebastián, y una de las Saetas con que le
asaetaron.

En este Relicario hay una Vértebra del Es-


pinazo de San Luis Obispo de Tolosa, ex-
traída mediante Indulto Apostólico de la
Urna en que existe el Cuerpo del Santo, y se
venera en su Capilla.

En este Relicario de San Bartolomé Apóstol


hay un pedacito de la Piel del Santo, y un
hueso.

En este Relicario hay una Canilla del Brazo


de San Valero Obispo de Zaragoza; en la
palma de la Mano dos Huesos de la Mano
izquierda de San Lucas Evangelista; y un
Diente de San Estévan Proto-Mártir.

En este Relicario está el Manto de San Vi-


cente Ferrer, sin apolillarse, y la misma Bi-
blia que llevaba el Santo en sus Misiones,
cuando iba por el Mundo, la cual contiene
algunas Notas al margen escritas de su pu-
ño.
Poemas plagiados - 49 -

En este Relicario hay un Niño Inocente de


los que mandó degollar el Rey Herodes.

En este Relicario están las Quijadas de San


Estévan Proto-Mártir.

(Relación escogida de algunas de las


reliquias existentes en los estantes de
la Iglesia Metropolitana de Valencia,
según fueron catalogadas en el año
1828 para conocimiento de los fieles)

44
SÍ/SÍ

Yo, Juan Manuel/Alicia,


te quiero a ti, Alicia/Juan Manuel,
como esposo/esposa,
y me entrego a ti,
prometo serte fiel en el amor de
esposo/esposa
en las alegrías y en las penas,
en la salud y en la enfermedad,
todos los días de mi vida.
Poemas plagiados - 50 -

(Texto de la expresión del compro-


miso matrimonial que los católicos se
. dicen, de viva voz, ante el altar)

45
EL HERMANO DE ROBINSON

«Yo, Jean-François Deau, declaro:

Primero. No es cierto que el hombre sea de


una u otra manera, ni que exista una moral
o ley naturales o divinas. El hombre no es
nada. Sólo es lo que la necesidad y la cir-
cunstancia le mandan. A bordo de la balsa
éramos como un pez o una gaviota heridos,
buscando preservar nuestras vidas sin pen-
sar en nada, emitiendo gruñidos y luchan-
do.

Segundo. La muerte sólo se reviste de terri-


ble trascendencia en las poblaciones, en el
interior de las casas, o sea dentro de lo que
ha construido el hombre. El hombre que,
envuelto entre sus propiedades, se cree in-
dividualizado e importante. Y sacado de su
artificioso ambiente, no es nada. En la bal-
sa, la muerte sólo era una insignificante
Poemas plagiados - 51 -

partícula del gran proceso de mutabilida-


des que es el mundo.

Tercero. La felicidad es una fantasía inven-


tada por el hombre entre sus propios artifi-
cios. Desde que estuve en la balsa, sueño
cada noche en el mar proceloso, en los fos-
forescentes filamentos submarinos, en sel-
vas lujuriantes, en montañas volcánicas.
He perdido, en mi interior, la costra de la
civilización, y oigo la lejana llamada de las
viviendas ancestrales, el magma de los
pantanos...»

(Texto que dejó escrito Jean-François


Deau, superviviente de la fragata
francesa Medusa que naufragó el 17
de junio de 1816. Deau no superó
nunca el espanto vivido. Hasta su
muerte, las noches de temporal se
convertían en martirio pues entraba .
. en trance al recordarlo)

46
A UNA MUJER DESCONOCIDA

Cada mañana, cuando salgo a la calle y me


dirijo al trabajo, te veo. Siempre allí, en dos
Poemas plagiados - 52 -

años ni un solo día has faltado a mi cita,


porque cada día te ruego que vayas, que te
encuentre, desde el fondo de mi corazón.

Me llamó la atención al principio tu atrac-


tivo, pero luego, poco a poco, he ido obser-
vándote, estudiando tu carácter a través de
tus gestos, tu expresión, tu modo de vestir.

Ya sé que la lluvia y el frío te entristecen y


que en los días de sol te encuentras tú tam-
bién radiante. Sé los colores que te agradan
y la clase de libros que te interesan, por la
atención que les prestas en ese escaparate
de la librería, mientras esperamos el auto-
bús. Estoy seguro de que eres muy sensible
a la poesía, y que te atrae especialmente
todo lo referente a educación, niños.

Te gusta la montaña en invierno; se nota


en el color de tu piel los lunes por la ma-
ñana.

Hay, sin embargo, algunas cosas de las que


no estoy demasiado seguro: ¿Eres feliz? Yo
diría que andas todavía en busca de una fe-
licidad que crees puedes encontrar.
Poemas plagiados - 53 -

Puede que haya sido esta convicción la que


me ha hecho escribirte y deseado tanto co-
nocerte.

Yo soy un hombre tímido y muy observa-


dor. Por ello quizás no te haya hablado
nunca, pero te he estudiado detenidamente
porque me interesabas.

Ahora es mucho más que interés lo que


siento por ti; es un vivo deseo de conocerte
mejor, de hablarte, de quererte...

Me ha sido difícil dar con tu dirección, tu


casa, que no podía estar lejana a la mía,
pero que no lograba encontrar.

Ahora ya sé cuál es, y cómo te llamas. Mi


nombre es....

Mañana, cuando te vea, te hablaré, y espero


que tú me respondas y que comencemos a
hablar, a hablar de nosotros, de ti y de mí.

Me ha parecido adivinar que me conoces tú


también perfectamente. Que tu mirada bus-
ca la esquina por la que aparezco; tus ojos
están siempre mirando hacia allí cuando
yo paso y me sonríen.
Poemas plagiados - 54 -

Hasta mañana, mi querida [...], hasta ma-


ñana.

(Carta modelo que aparece en la pá-


gina 23, del libro Cómo se escribe una
carta de amor eficaz, de R. M. MATA,
Editorial de Vecchi-Barcelona, 1976)

47
LA FALTA DE PASIÓN

Lo que ocurrió es que apenas el hierro atra-


vesó las primeras capas blandas de la mu-
ñeca, el pulgar se dobló, saltando hasta co-
locarse en dirección opuesta a la de los cua-
tro dedos que solo se doblaron ligeramente.

La herida en la muñeca es la mejor de-


finida. Sus bordes son netos y la sangre
brota oblicuamente de ella. La muñeca de-
recha fue la más torturada mientras que la
izquierda quedó clavada con rapidez y pre-
cisión. Una vez clavadas las muñecas, el
madero fue izado, lo que provocó la caída
del peso del crucificado hasta que fue fre-
nado por los hierros que atravesaban sus
Poemas plagiados - 55 -

muñecas. El frenazo dejó tenso el brazo, a


un ángulo de 65 grados, con el palo verti-
cal. Si repartimos el peso del cuerpo entre
ambos brazos ––40 kilos cada uno–– la
fuerza de tracción ejercida sobre el brazo
equivale a 95 kilos.

El hundimiento del hombro derecho pudo


deberse a una deformación profesional de-
rivada del trabajo ejercido por el galileo
durante veinte años como carpintero. El
ver-dugo se valió de dos clavos: uno para
cada pie.

(Extracto del informe de los doctores


Cordiglia, Ricci y Barbet sobre las ra-
diografías tomadas a la Sábana Santa
. de Turín)

48
OTRO GÉNESIS

El Sol del mar


el Sol del amor
el Sol que se mueve
el Sol de las flores
Poemas plagiados - 56 -

el Sol de los saludos


el Sol de los marcianos
el Sol de mamá y papá
el Sol del mudo y del solo
el Sol que se saca los rayos de encima

(Nombres dados por mi hijo Alexis, a


los siete años, a nueve dibujos sobre
el sol, hechos en un cuaderno escolar)

49
NO LA TOQUEN YA MÁS

Foliolos 4. Tugados, inequilátero, oblongos,


obovado, cuspidado-acuminados, glandulí-
feros en la base, con las flores racemosas. El
involucro y el cáliz muy tenuemente hirto-
tomentosos.

Cáliz con cinco lóbulos.

(Descripción botánica de una rosa)


Poemas plagiados - 57 -

50
EL MEJOR PASTOR

Al preparar su pesebre hogareño incluyen


junto a los demás pastores de terracota a
otro pastor que a diferencia de los anterio-
res no lleva nada consigo. Va con las ma-
nos vacías, muy abiertas, y mira con ojos
estupefactos al misterio. A este pastor de
insólito papel en el pesebre se le denomina
«el sorprendido». Un villancico recoge las
respuestas de cada uno de los pastores so-
bre los dones que lleva al portal. Uno dice
«manteca», otro «cordero», aquél «miel»,
éste «ramos de olivo». En un momento de
la canción se le pregunta al desubicado
pastor qué le trae él al Niño. Y es así como
responde en la canción:

––Yo le traigo mi sorpresa.

(Tomado del folclore navideño belga)


Poemas plagiados - 58 -

51
ABEL

La vida no mejorará hasta que no haya una


ley mundial que obligue a todos los países
a enseñar a las gentes a ser buenas.

Digamos que hasta los 12 años sólo se de-


biera aprender a ser bueno y después de
esa edad que cada uno empiece a estudiar
lo que quiera. Los eslabones ya no se rom-
perían más. El mundo sería otro mundo y
la vida, otra vida.

(Declaración absoluta de principios


que me diera un taxista de Madrid,
como al pasar, ante las noticias que . .

. nos traía su radio)

52
EL ARCA DE NOÉ

Cisnes blancos, patos de diversas razas, fai-


sanes, dorados, gigi, elliot, blancos, nepal,
orejudos, azules, marrones, himalaya mo-
Poemas plagiados - 59 -

nal, palomas de fantasía, gallinas enanas,


Guinea, etc. Canarios cantando, diamantes,
baberos, ruficauda, mandarines, cotorras,
etc. Jaulas comidas, etc. Carne, arroz para
perro, tansportines, casetas, etc. Cachorros
y adultos, cocker dorados, negros, pequine-
ses, teckel pelo duro, dogos negros, canelas,
grises, san bernardos, mastines, manes, co-
llies, perdigueros de Burgos, setter irlande-
ses. Abierto sábado tarde.

Envíos a provincias.

(De un anuncio en el periódico ABC


de Madrid.)

53
LOS VECINOS DEL CIELO

El Hornillo químico, la Retícula romboide,


el Buril del grabador, el Dorado, el Relox, la
Regla y la Escuadra, el Compás, el Triángu-
lo austral, la Paloma, el caballete del Pintor,
el Unicornio, la Brújula, la Máquina neu-
mática, el Solitario, la Cruz Austral, la Abe-
ja, el Camaleón, el Pez volante, el Teles-
Poemas plagiados - 60 -

copio, el Ave del Paraíso, la Montaña, el Es-


cudo de Sobieski, el Indio, el Pavón, el Oc-
tante, el Microscopio, la Grulla, el Tucán, la
Hiedra, el Taller del escultor y el Fénix.

(De las constelaciones del hemisferio .


. austral)

54
LAUTRÉAMONT

Traje de novia por juego de cubiertos.

Farol a mantilla por carillón a péndulo, o


grabador.

Bomba de agua y pecera por máquina de


coser.

Horno eléctrico por guitarra.

Traje de novia por tocadiscos.

Colección «Mundo Uruguayo» del año 1919


por discos long play de 45 revoluciones.

Triciclo para lisiado a pedal por carro de


mano bien construido, un corral de alam-
Poemas plagiados - 61 -

bre malla chica, un cajón para la cría de


pollitos BB y un conejo grande.

(De la sección «El Club del Canje» del


diario El Bien Público de Montevideo,
Uruguay, 1966)

55
FALTA OFICIO

No toda mirada está cerca


ninguna aldea es tarde
un camino es bueno
todo conde es ligero
tampoco toda iglesia es furiosa.

(Poesía cibernética realizada por el


grupo de Stuttgart y un cerebro elec- .

. trónico)

56
PETITE HISTOIRE

Imaginemos la Historia de la vida terrestre


comprimida en un año. En esa escala, los
Poemas plagiados - 62 -

ocho primeros meses estarían desprovistos


de vida.

En septiembre, virus y bacterias. En octu-


bre, las medusas. Los mamíferos recién en
la segunda semana de diciembre. Y el hom-
bre, tal como lo conocemos, entraría en la
escena, aproximadamente sobre las 23.45
del 31 de diciembre.

(Un símil de la edad de la Tierra dado


. en un libro de historia para niños)

57
MODA NÁUTICA

Es saludable consejo que antes que embar-


que se haga alguna ropa de vestir que sea
recia y aforrada, más provechosa que vis-
tosa, con que sin lástima se pueda asentar
en crujía, echar en las ballesteras, arrimar-
se en popa, salir a tierra, defenderse del ca-
lor, ampararse del agua y aún para tener
para la noche por cama; porque las vesti-
duras en galera más han de ser para abri-
gar que no para honrar.
Poemas plagiados - 63 -

(Del tratado De muchos trabajos que


se pasan en galeras, escrito por Fray .
. Antonio de Guevara en 1539)

58
TEBAS

Me reduzco a mí mismo en tres y un tercio


y me añado a mí mismo un quinto de mí,
me vuelvo a mí mismo y me encuentro
completo.

(Traducción literaria del texto mate-


mático contenido en un fragmento
del papiro de Rhind descubierto en
. Tebas en 1858)

59
BOTELLA AL MAR

Tú escuchas la voz del que te quiere,


tú escuchas los pájaros cantar,
tú escuchas las abejas en el aire.
Todo eso tus oídos pueden escuchar.
Oyes los gozos de la música,
los violines, las arpas, las zarabandas,
y hablar del amor y de la política,
Poemas plagiados - 64 -

de mil cosas pequeñas y muy grandes.


Todo eso se encuentra bajo llave
para nosotros. Absolutamente, para siem-
pre.
¿Puedes imaginar un mundo que siempre
calle?

(Poema impreso en siete idiomas,


junto a un alfabeto manual, que un
sordomudo re-partía en la Costa del
Sol española en el verano de 1980, so-
licitando, a cambio, «la voluntad de .
. los turistas»)

60
LA ESPERA

Una taza de té, que se renueva todos los


días, da la sensación de que el escritor ha
abandonado su trabajo por unos pocos mi-
nutos y regresará en cualquier momento.

(Detalle de ambientación en la Casa


Museo Dostoievsky, en Moscú)
Poemas plagiados - 65 -

61
LAS MUSAS

Oh poeta,
sonrojarse como una piel descompuesta;
abrillantarse como una torre polvorienta;
gemir como una feliz lombriz;
soñar como una enorme inundación;
temblar como una locomotora roja;
¡venirse abajo como una puerta húmeda!
Las playas están orando.
¡Escucha como ahogan sus enormes la-
bios!...
El río parpadea
y yo estoy arrobado.

(Estos poéticos arrebatos surrealistas


pertenecen a «La meditación de una
IBM 7094-7040 DCS», obra maestra
de una computadora alimentada con
950 palabras que seleccionó la profe-
sora de inglés Marie Borroff, de la- . -
. Universidad de Yale)
Poemas plagiados - 66 -

62
LA NATURALEZA

Divídese la naturaleza en tres reinos: reino


mineral, reino vegetal y reino animal. Al
reino mineral pertenecen: el oro, la plata, el
hierro, el plomo, el níquel, el cobre, el esta-
ño, las piedras, etc. Al reino vegetal perte-
necen: los perales, los manzanos, las higue-
ras, las hierbas, los yuyos, las verduras, las
flores, las frutas, etc. Al reino animal perte-
necen: los caballos, las vacas, las ovejas, los
tigres, los leones, los perros, los conejos, las
gallinas, los peces, las arañas, etc.

También el hombre pertenece al reino ani-


mal; pero el hombre posee un alma inmor-
tal dotada de inteligencia y voluntad.

(De Mi Libro. Método de lectura para


primer grado, 1945)

63
LA ETERNIDAD

¿Qué tiempo tiene?


Poemas plagiados - 67 -

(Pregunta argentina referida a la


edad de los niños)

64
EL AMOR PURO

Preñada por Carapálida: Calulu por Seduc-


tor y Calalu. Preñada por Merchant Ventu-
rer: Princess Royal por Carapálida y Queen
Victoria. Preñada por Taurus: Caramba, por
Montmartre y Obamba. Preñadas por Ara-
bian Night: Miss P, por the Phoenix y No
Nonsense; Tillegui, por Aguijón y Bastille.
Preñadas por Escipión: Kapunda, por Ara-
bian Night y Lucky Bell; Alfie, por Arabian
Night y Sociedad; La Solana, por Milon y
Michunga. Preñadas por Gold Medalist: La
Madrileña, por Arabian Night y Silver Bri-
de; Taraeni, por Enigmatic y Tarazana.
Preñadas por The Champ: Siempre bien, por
Valparaíso y Sociedad; Auge, por Arabian
Night y Asiria. Preñadas por Idle Hour: Ma-
riloca, por Nyalgal y Málaga. En trai-ning:
Luna Lunera, por Seductor y Clair de Lune.
Poemas plagiados - 68 -

(De un remate de yeguas sangre pura. La


Nación, julio 12 de 1966)

65
LAS TRES SEÑORAS

«Señora, de la tienda la llaman.»

«Señora de la tienda, la llaman.»

«Señora de la tienda la llaman.»

(Ejercicio gramatical para valorizar la im-


portancia de la «coma»)

66
AL VOLEO

Blanca Pintada de Amarillo.

Pascualina Masa de Papa.

Candil de Luz.

Viva Alemania.

Confesor.
Poemas plagiados - 69 -

Abstinencia.

Gaucho Punteador.

Periscopio.

Ataúd.

(Algunos nombres inscriptos en el


Registro Civil de Montevideo, Uru-.
. guay)

67
DE BUENA FUENTE

El faisán ha tenido siempre detractores y


acérrimos partidarios.
La faisana, más redonda y menuda, está
revestida de un plumaje pardo mucho me-
nos bello.
La faisana es siempre más tierna que el fai-
sán.

(De un tratado de Gastronomía)


Poemas plagiados - 70 -

68
UN DESTINO

Hacer de campesino en Sri Lanka, de ani-


mador en un campo belga de vacaciones,
aprender arqueología medieval en Guisa
(Francia), restaurar castillos en Antibes,
abrir caminos en Portugal, hacer de jardi-
nero en España, tejer tapices en Manlleu,
aprender a cocinar en Surrey, estudiar hu-
manidades en Bulgaria, hacer cualquier
práctica marítima en la isla de Wright, cur-
sos de interpretación musical en Peruggia,
hacer quesos como los pastores en la ingle-
sa Lampeter Velfrey, seminarios sobre eco-
logía en Líbano, perfeccionar el billar en
Heddersfield (Inglaterra), descender el Allier
en canoa, recorrer el desierto argelino a
lomos de una moto, aprender hockey en la
Universidad de Exeter, practicar el monta-
ñismo en Irlanda, vivir en casa de una fa-
milia canadiense, «veranear» con Picasso,
aprender alemán en Kassel, participar en
una marcha internacional antimilitarista
no violenta, arreglar autobuses en Bir-
mingham, trabajar en una librería londi-
Poemas plagiados - 71 -

nense, vivir unas semanas en una casa de


payés de la provincia de Santander.

(Sugerencias veraniegas de la revista


catalana ¿Què farem aquest estiu?)

69
ESTADO DE SITIO
1

Vuelvo a lo mismo: que no hay uno sino


dos. No un «sí» y un «no». Los dos un «no».
El primer «no» es el que alimenta a desga-
no la caldera. El segundo sólo echa humo.
No hay fogonero en serio y el humo no al-
canza el esperado grado del azul. Con la
chimenea en erosión, y el barco varado, el
fogonero solo administra humo en una
playa vacía.

Preocuparse por el humo cuando ahora son


la 13.55 y hay que ir a rendir cuenta en una
hora. No hay palabras y sólo flotan frases
de corcho, en anestesia. La falta de memo-
ria y ese como cuchillo subiendo por los
pies hacia la columna a velocidad tal que
Poemas plagiados - 72 -

en una hora llegará a las vecindades de la


nuca.

El fogonero está sentado en la playa con


cara de luna llena. El paquidermo se con-
forma con llorar sobre el cada día más alto
grosor de su piel. El pájaro pierde plumas.
No hay hilo que anude las palabras a la
boca.

El fogonero entra en las tripas del barco. Se


echa en el fondo de la sentina, llega al lu-
gar mismo donde nace la chimenea. Ahora
mira hacia arriba y ve el único azul posible.
Ya no hay humo. El fogonero descubre el
sombrero del cielo. Ahora sí, por fin, puedo
empezar el bla-bla-bla.

(Texto de ayudamemoria que escribí, como


paciente, antes de acudir a una sesión de .

. psicoanálisis)
Poemas plagiados - 73 -

70
OTRO PADRE

Padre nuestro que estás en los cielos;


padre de todos los hombres,
eres padre también de los drogados.
¡Nos hemos convertido en el desecho de la
sociedad,
Padre nuestro!
Tu nos tienes en tus manos.
Nosotros somos tus criaturas caídas.
Padre nuestro...
Tu voluntad se hará en el cielo
porque eres el que da de comer a los ham-
brientos,
de beber a los sedientos
y a aquellos que por su deseo de un mundo
mejor
han llegado al vicio, a la droga.
A estos les abrirás los ojos
y les harás ver todo tu amor.
Padre nuestro,
perdónanos la culpa que hemos contraído
cuando nos hemos hecho dependientes de
la droga
sabiendo que no podía ser tu voluntad,
Poemas plagiados - 74 -

sino que se convertiría en nuestra culpa.


Te ruego que perdones
a todos los que nos han facilitado la droga.
Perdónales, aunque sabían lo que hacían.
Perdónanos nuestras culpas.
Ayúdanos a no caer en la tentación
de querer instrumentalizar a los demás
para nuestra comodidad,
para satisfacer nuestra culpa.
Padre de los cielos,
líbranos de la droga;
líbranos de este mal que trae consigo tan-
tas consecuencias.
Líbranos de nosotros mismos.

(«Padrenuestro» de un drogadicto,
hecho llegar al cardenal Jubany, ar-
zobispo de Barcelona, quien lo glosó .

. el, 11 de agosto de 1982)

71
HAGO SABER

Que en este Juzgado de mi cargo se tramita


sumario ordinario número 113, de 1975, por
Poemas plagiados - 75 -

hallazgo del cadáver de un hombre en la


margen derecha de la carretera de Ventas
de Santa Lucía, en el paraje «El Abejar», a
unos dos kilómetros de la localidad de
Quinto de Ebro (Zaragoza), sobre las 17 ho-
ras del día treinta y uno de julio pasado,
que vestía chaqueta de sport, de color gris,
a rayas y dibujos gruesos; camisa blanca,
pantalón gris liso, zapatos negros de punta
intensa, calcetines gris oscuro a franjas
transversales, calzoncillos de algodón, jer-
sey amarillo y otro gris, el cual no ha resul-
tado identificado hasta la fecha. Y, a fin de
proceder a su posible identificación, se libra
el presente, para que, quien tenga algún da-
to que pueda contribuir al reconocimiento
del cadáver o el esclarecimiento de los he-
chos y sus circunstancias lo comunique.

(Edicto dado en Zaragoza, el 2 de


agosto de 1975)
Poemas plagiados - 76 -

72
PAPARAZZI

En ellas se ve al Papa acercándose al borde


de la piscina en traje de baño negro, santi-
guándose antes de echarse agua, nadando,
saliendo del agua con un gorro de baño y,
finalmente, vestido con una camisa de
manga corta y pantalones largos blancos,
mientras retuerce el traje de baño al borde
de la piscina.

(Epígrafes de fotos tomadas con tele-


objetivo, de la revista Gente de Italia,
el 20 de agosto de 1981)

73
A FUEGO LENTO

Más testimonios: crecen aún más las evi-


dencias

Más testimonios: botes

Más testimonios: «Los botes hacían agua...»


Poemas plagiados - 77 -

Más testimonios: crece el número de evi-


dencias

Más testimonios: aumenta el número de


evidencias

(Proyecto de título encontrado en la


redacción de Clarín cuando el hundi-
. miento del Ciudad de Asunción)

74
EL TIMBRE

Los cadáveres que llegan al depósito del


cementerio bilbaíno de Derio disponen de
un «timbre de la vida» para el caso de una
resurrección inesperada. Si el muerto no es
tal ––casos de muerte aparente–– puede
apretar el dispositivo eléctrico para alertar
a los empleados del depósito quienes, si no
se atemorizan, acudirán a deshacer el mal-
entendido. La sala del depósito dispone de
32 mesas de mármol y cada una de su co-
rrespondiente «timbre de la vida», denomi-
Poemas plagiados - 78 -

nación que dieron a este tradicional siste-


ma los enterradores del cementerio.

Los «timbres» han funcionado más de una


vez, pero no por tratarse de una «repentina
resurrección», sino simplemente porque la
hinchazón de las manos de los cadáveres
había alcanzado los pulsadores.

(Cable de la agencia EFE, fechado en


Bilbao, el 9 de noviembre de 1973)

75
HOMENAJE A FELLINI

Los 104 hijos de «Julito» fueron probados


con los siguientes resultados: se compara-
ron sus 104 hijos con 517 hijos de doce pa-
dres diferentes de «La Paz», con igual ma-
nejo y a la misma edad superó a sus com-
pañeros de prueba en un tres por ciento, o
sea que los hijos de este gran toro pesaron
al destete un promedio de seis kilos más
que sus contemporáneos.
Poemas plagiados - 79 -

(Del anuncio hecho por la cabaña ar-


gentina «La Paz» sobre su toro «Black
Prince» 2715 Doblón, alias «Julito»,
«El toro de mayor potencial genéti-
co», tal como apareció en Clarín Ru-
ral de Buenos Aires, el 29 de setiem-.
. bre de 1979, página 4)

76
ODA

Helicópteros de la división cuyo emblema


es la cabeza de un caballo volaron sobre la
selva transmitiendo a través de altavoces:
«Éste es el año de la división de caballería.
Escuchen los cañones. El caballo va a ga-
nar». Las transmisiones estaban dirigidas a
los guerrilleros supersticiosos. Aludían al
hecho de que el nuevo año lunar asiático,
que comenzará a fines de enero, será cono-
cido como «el año del caballo».

(De un cable de United Press, de ene-


ro de 1966)
Poemas plagiados - 80 -

77
PARA UNA TEORÍA DEL OLVIDO

Sobre con radiografías, pulsera de plata,


llaveros con llaves, dos camisas (una verde,
otra blanca), bolsa con tela, agenda de no-
tas, ceniceros de cristal, relojes de señora
con cadena blanca, rollo de planos, libro de
ajedrez, cadena de plata con pequeña cruz
de madera labrada, cintas de música, bolsa
con calcetines, carretes de fotografías, sobre
con dentadura, talonario de cheques, piti-
llera con encendedor, bolsa con botellines
de cerveza, tres billetes de lotería, botas de
piel, carpeta con fotos de familia toledana,
tres cartas (una a Francia, una a Portugal y
otra a Filipinas), un collar blanco, un reloj
de bolsillo, un llavero con emblema de la
Cibeles, un paraguas roto.

(Relación de objetos perdidos y depo-


sitados en la alcaldía de Madrid en
. un día: 9 de agosto de 1980)
Poemas plagiados - 81 -

78
EL BIENAVENTURADO

Por corregir los Diez Mandamientos.


Por embellecer a Poncio Pilato y ponerle
una cinta al sombrero.
Por reemplumar y dorar el ala derecha del
Ángel de la Guardia.
Por renovar el cielo, pintar y ajustar las es-
trellas y limpiar la Luna.
Por avivar las llamas del Purgatorio y res-
taurar almas.
Por volver a encender el fuego del infierno,
poner una cola al Diablo, componer su pe-
zuña y hacer varias menudencias a los
condenados.
Por poner un Cardenal y varios arañazos al
hijo de Tobías y limpiar su saco de viaje.
Por limpiar las orejas a la burra de Balán y
herrarla.
Por remendar la camisa al hijo de Tobías.
Por poner una piedra nueva a la honda de
David, manchar la cabeza de Goliat y alar-
garle las piernas.
Poemas plagiados - 82 -

(Texto de la factura que un pintor co-


nocido como Potriquín pasó al cura
de Corullón ––España–– por restaurar
santos e imágenes de la Iglesia de Vi-
llafranca del Bierzo en 1931 y por lo .
que cobró la suma de 314 pesetas)

79
LA REPRESIÓN

El pescado ha de ser siempre blanco.

Quedan prohibidos los pescados azules.

(De una dieta dada por el endocrinó-.


. logo Basilio Moreno Esteban)

80
LA METAFÍSICA

El tiempo ha terminado.

(Una de las respuestas que da una co-


cina fabricada en Estados Unidos do-
Poemas plagiados - 83 -

tada de voz sintética a través de orde-


nadores)

81
EL REMEDIO

Tome media libra de grasa de jabalí, media


libra de grasa de verraco, y la misma canti-
dad de grasa de oso macho. Reúna una
buena cantidad de lombrices de tierra, de-
posítelas en una vasija, selle el recipiente y
caliente las lombrices hasta que queden re-
ducidas a cenizas. Tome tres medias cásca-
ras de huevo llenas de estas cenizas, agre-
gue un poco de moho de cráneo, al que se
habrá dado la forma de cuatro nueces, y
que haya crecido sobre el cráneo de un
ahorcado o de un hombre muerto en la
rueda. Tome dos onzas de heliotropo y dos
onzas de sándalo rojo, reducidas a polvo
fino; mezcle todo esto con la grasa, agregue
un poco de vino.

(Receta del Unguentum Armarium,


ungüento de guerra, de un manuscri-
.. to húngaro del siglo XVII.)
Poemas plagiados - 84 -

82
ESTAS CRUELES PROVINCIAS

La multitud de deudas que tenía, el caudal


que quedó debiendo, la absoluta destitución
y pobreza en que se vio, reducido al triste y
frágil socorro que con mi personal trabajo
pude dispensarle para alimentarlo en el día
vemos haver fallecido con la mayor infeli-
cidad y pobreza en las inmediaciones del
Reyno de Chile, por donde como aburrido
de sus miserias se conducía a Lima, o Pro-
vincias interiores...

(Testimonio sobre el final de la vida


de Manuel Saénz de Hermua ––18 de
diciembre de 1787–– en cuya filiación
descubrió el escritor argentino To-
más Platero, en 1985, el más antiguo .
. rastro de su familia)

83
LA SEÑAL

Cayó como Jesús, con los brazos abiertos, de


espalda, mirando hacia lo alto. Sin mover
Poemas plagiados - 85 -

las piernas ni nada, entregado a la fatali-


dad. Ahora sólo deseo que se me aparezca.
Que me diga que hay un mañana. Que me
dé una señal.

(Así contó Nancy Herrera el 10 de


marzo de 1988, la cabriola final de su
marido, Alberto Olmedo, quien cayó .
. desde el balcón de un décimo piso)

84
EL DESENCAJADO

Antes mi cabeza era una caja de dominó.


Yo sólo visualizaba esa caja y las 28 fichas
del juego. Las veía fuera de la caja: revuel-
tas, boca arriba unas, del revés las demás.
Con más fichas de seis dobles que las que
trae el juego. Las 28 me parecían 380. Pese
a mi deseo resultaba imposible ordenar
aquello. No sé cuánto tiempo viví en esta
única imagen de la realidad. Porque allí no
transcurría el tiempo. Ahora sí. Y ellas, las
fichas, están todas en la caja. Ellas son
ellas. La caja es la caja. Y yo soy yo.
Poemas plagiados - 86 -

(Así resumió un enfermo su proceso


de recuperación tras ser intervenido .

. en el lóbulo frontal del cerebro)

85
MARCA DE AGUA

––¿Su profesión?
––Soy poeta. Supongo.
––Nada de supongos aquí. Ponte derecho.
No te apoyes en la pared. Mira al tribunal.
¿Tienes una profesión estable?
––Creía que eso era una profesión estable.
––Pero en términos generales, ¿cuál es tu
especialidad?
––Soy poeta, traductor poeta.
––¿Quién te ha reconocido como poeta?
¿Quién te ha metido en las filas de los poe-
tas?
––Nadie. ¿Quién me ha metido en las filas
de la especie humana?
––¿Has estudiado para serlo?
––¿Para ser qué?
––Poeta. ¿No has encontrado la manera de
proseguir tus estudios en el instituto, donde
podías prepararte y aprender?
Poemas plagiados - 87 -

––Nunca he creído que eso fuera materia de


enseñanza.
––Entonces, ¿qué?
––Creo que eso... viene de Dios.

(Diálogo que tuvo lugar en la maña-


na del 18 de febrero de 1964 en el
juzgado de distrito de Leningrado en-
tre la jueza Irina Savaleva y el «pa-
rásito social y vago maleante» de 24
años Joseph Brodsky, quien 23 años
después ––1987, y a sus 47–– alcanzó .
. el Premio Nobel de Literatura)

86
SE OFRECE DIOS

Ver la vida. Ver el mundo. Ser testigo de


grandes sucesos.

Contemplar los rostros de los pobres y los


gestos de los altivos.

Ver cosas extrañas: máquinas, ejércitos,


multitudes, sombras en la selva y en la lu-
na. Ver la obra de los hombres: sus pin-
turas, torres y descubrimientos. Ver cosas
Poemas plagiados - 88 -

que están ocultas tras los muros y en el in-


terior de las habitaciones. Ver cosas peli-
grosas que pueden acaecer. Ver las mujeres
de las que se enamoran los hombres. Y mu-
chos niños. Ver, leer y complacerse en ver.
Ver y maravillarse. Ver y aprender.

(Texto de un folleto de venta ––To see


the life–– de un número especial de
Time/Fortune al que por el asombro-
so eco obtenido se considera una
obra maestra de la apelación publi-
. citaria)

87
ANÓNIMO

Fulano
Mengano
Zutano
Perengano
Susodicho
N. N.

(Nombres de la gente cuando no los


tiene)
Poemas plagiados - 89 -

88
EL TÚNEL

Digo que, encerrado en este hospital,


hoy lluvia, veintisiete de abril,
quieto el vivir a las seis y tristeza,
al no encontrarme los costados,
tan que grande me sobra la existencia,
que sólo viene a quedarme
como calor y compañía,
el clavo de mi cigarro.

(Mensaje dado por un paciente a su


psiquiatra de Madrid y citado por
José Luis Coll en Diario 16)

89
RETRATO DE CONTRALUZ

Vida de hombre
Niño y fósforos
Vida de pintor
La caja de cerillas

Encuentro fortuito en el basural


Poemas plagiados - 90 -

Un bulto abandonado
El loco, la vigilia
Naturaleza muerta
Desperdicios
Donde el ángel desciende.

(Títulos sueltos de óleos y acrílicos de


la exposición de Pedro Pont Verges,
1978, Madrid.)

90
CIELO CONTRA RELOJ

1 Comienza por saber escuchar. El Cielo


emite noche y día.
2 No ores para que Dios realice tus planes,
sino para que tú interpretes los planes de
Dios.
3 Pero no olvides que la fuerza de tu debili-
dad es la oración. Cristo dijo «Pedid y reci-
biréis».
4 El pedir tiene su técnica. Hazlo atento,
humilde, confiado, insistente y unido a
Cristo.
Poemas plagiados - 91 -

5 ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de


vuestros mutuos intereses. Muchas veces. Y
a solas.
6 No conviertas tu oración en un monólogo,
harías a Dios autor de tus propios pensa-
mientos.
7 Cuando ores no seas engreído, ni dema-
siado humilde. Con Dios no valen trucos. Sé
cómo eres.
8 ¿Y las distracciones involuntarias? Des-
cuida. Dios, y el sol, broncean con sólo po-
nerse delante.
9 Si alguna vez piensas que, cuando hablas
a Dios, Él no te responde..., lee la Biblia.
10 No hables nunca de «ratos de oración»;
ten «vida de oración».

( «Aprenda a orar en diez minutos»,


extraído de la hoja semanal Iglesia de
Zaragoza)

91
LA COMPULSIÓN

1 violonchelo solo 1 viola solista, 2º violín


solista, 1 contrabajo solista, 1 ayuda de
Poemas plagiados - 92 -

concertino, 1 flauta solista, 1 oboe solista, 1


clarinete solista, 1 fagot solista, 1 trompa
so-lista, 1 trompeta solista, 1 trombón solis-
ta, 1 arpa, 1 timbalero-percusionista solista.
2 flautas con obligación de flautín, 2 oboes
con obligación de corno inglés, 2 clarinetes
con obligación de clarinete bajo, 2 fagotes
con obligación de contra-fagot, 3 trompas, 2
trompetas, 2 trombones, 1 tuba, 2 timbale-
ros-percusionistas. Violines de fila, violas
de fila, violoncelos de fila, contrabajos de
fila.

(De un anuncio del Departamento de


Cultura del Gobierno Vasco convo-
cando a cubrir plazas en la Orquesta .
. Euskal-Herria)

92
SIN RUMBO FIJO

Los hombres son todos iguales


¿En qué sentido?
Siempre nos están martirizando con una
cosa u otra
Poemas plagiados - 93 -

¿Puede usted dar un ejemplo concreto?


Bueno, mi novio me hizo venir aquí
¿Su novio la hizo venir aquí?
Se da cuenta de que la mayor parte del
tiempo estoy deprimida
Siento oírle decir que usted está deprimida
Está en lo cierto, no soy feliz
¿Cree usted que el venir aquí la ayudará a
no ser desgraciada?
Necesito alguna ayuda, esto es evidente
¿Qué significaría para usted si obtuviera
alguna ayuda?
Quizás podría llegar a convivir mejor con
mi madre
Dígame algo más sobre su familia
Mi madre se ocupa de mí
¿Quién más en su familia se ocupa de us-
ted?
Mi padre
¿Su padre?
En cierto modo usted es igual que mi padre
¿Qué parecido ve usted entre ambos?
Usted no es muy agresivo, pero yo creo que
usted no quiere que yo me dé cuenta
¿Qué es lo que hace pensar que no soy muy
agresivo?
Poemas plagiados - 94 -

No discute conmigo
¿Por qué cree que no discuto con usted?
Usted me tiene miedo
¿Le agrada pensar que yo le tengo miedo?
A mi padre le gusta pensar que yo le tengo
miedo
¿Qué otras cosas pasan por su mente cuan-
do usted piensa en su padre?
Matones
¿Tiene esto algo que ver con el hecho de que
su novio la haga venir aquí?

(Intercambio entre una persona y


una computadora IBM 7090 que hace
de psiquiatra. El programa lo redactó
Joseph Weizenbaum, profesor de in-.
. geniería eléctrica del MIT)

93
CAJA BLANCA

Desde una edición en castellano de El Qui-


jote, abierto por la página 367, hasta una
cinta con canciones en inglés de Barbra
Streissand, un carrito de minusválido, un
juego de palos de golf, numerosas botellas
Poemas plagiados - 95 -

de licores, joyas y abalorios, libros, paque-


tes de tabaco, un bono del hotel residencia
Gran Vía de Madrid, monedas de varios
países, cerámicas del Lladró, un plato con
un escudo de Navarra, un instrumento de
música árabe, pasaportes, carnés y un sin-
fín de objetos de la más variada índole.

(Descripción de objetos encontrados


en una catástrofe aérea en Málaga. El
. País, septiembre 15, 1982)

94
A TODA VELA

1 El patrón arriba hasta que el foque inten-


ta trasluchar a orejas de mulo.

2 El patrón vuelve a orzar hasta que el fo-


que retorna a su banda. El proel coloca la
orza en la posición de trasluchar.

3 El patrón y el proel se avisan mutuamen-


te de estar preparados para efectuar la ma-
niobra.
Poemas plagiados - 96 -

4 El patrón caza la escota hasta que la bo-


tavara está cerca de la aleta, tira de la caña
hacia sí y gira el cuerpo hacia popa.

Mientras, el proel larga el foque y coge la


nueva escota del foque.

5 Al pasar la botavara a la otra banda, el


patrón se traslada a la crujía, pone la cuña
a la vía y se sienta en la otra banda.

El proel equilibra el barco lo necesario.

6 El patrón amolla escota de mayor. El


proel amolla el foque.

Ambos comprueban que la derrota del bar-


co está despejada al nuevo rumbo.

(Los seis movimientos básicos de la


trasluchada, del libro Navegación a
vela, Blume Ediciones)
Poemas plagiados - 97 -

95
NOSTALGIA

Cuando usted vuelva de Irlanda, llevará


montones de Irlandas en la cabeza.

La gran Irlanda romántica que arroja sus


montañas al Atlántico para mayor diver-
sión de las aves marinas.

La pequeña Irlanda tranquila, con prados


de un verde ilegal y animales pastando li-
bres, claramente ignorantes de que el pa-
raíso terrenal está cerrado.

La Irlanda del atardecer, de aquel viejo ho-


tel, perdido en las fucsias, donde le recibie-
ron como al hijo pródigo.

La Irlanda de la noche, donde todo el mun-


do (usted también) se puso a cantar una
melodía terriblemente triste.

(De un folleto de la Oficina de


Turismo Irlandés en Madrid)
Poemas plagiados - 98 -

96
LA FAMILIA

Hay palabras que forman una familia. En


esta familia de palabras hay una que es la
madre. De ella nacen otras, que son, por lo
tanto, las hijas.
Palabra madre es carro.
Palabras hijas de carro son: carreta, carreti-
lla, carrero, carretero, carromato, carretera,
carricoche, carretela...

Palabra madre: puerta.


Palabras hijas: portero, portería, portal,
portada, portalillo, puerto, portillo, portón.

A la palabra madre se la llama primitiva.


A las palabras hijas se las llama derivadas.
Vamos a tomar la palabra caballo.
Ahora escribimos todas la palabras que se
derivan de caballo: caballero, caballería,
caballito, caballista, cabalgadura... Y luego
todas las palabras que tengan relación con
el caballo: belfo, casco, crin, herraduras...
bridas, silla, trote, galope... caballo inglés,
árabe, percherón... Babieca, Rocinante, Bu-
Poemas plagiados - 99 -

céfalo... Y tendremos un conjunto de pala-


bras que refieren al caballo.

Todo conjunto de palabras referentes a un


asunto forma su vocabulario. Hay vocabu-
larios especiales de un animal, de un oficio,
de una ciencia, de un lugar determinado.

(De una Gramática para el ciclo de


Educación Primaria Argentina, 1940)

97
APORTES

90.03.00.00 . ….. . .Impertinentes y quevedos


90.17.01.18 . . .… . .Estimulófonos
90.17.03.01 . .. .. . .Represores
90.17.03.05 . … .. .Hendiduras y agudezas
90.18.00.02 . ... . .Masajes
90.20.00.00 . .... .Generadores de tensión
90.20.00.05.02 . .Tierras raras
90.28.01.01.30 . .Tiempo real
90.28.02.01.00 . .Peores resoluciones
Poemas plagiados - 100 -

(Del Código Arancelario Argentino,


1990: Posición arancelaria [los núme-
. ros] y subítems [las palabras])

98
DARWIN TRAS LA MARIPOSA

Los últimos dinosaurios perecieron al apa-


recer las primeras flores. Cada especie de
ave desciende directamente de pequeños
dinosaurios. Se sabe que hubo dinosaurios
de colores brillantes, ágiles y capaces de
cantar canciones amorosas para cortejar a
sus parejas. Los dinosaurios no se extin-
guieron. Puede decirse, con certeza que los
únicos descendientes vivos de los dinosau-
rios son los pájaros.

(Doctor Robert Bakker, paleontólogo


de la Universidad de Colorado, según
cable de Reuter y datos aparecidos en
. La Nación,8 de octubre de 1989)
Poemas plagiados - 101 -

99
UN POETA NOCTURNO

En la casa abandonada

duerme con la boca abierta

la mujer abandonada.

Afuera la luna llena

se abandona en el reflejo

de una lata abandonada.

(Aporte telefónico de quien dijo lla-


marse Don Luis, ser de Carapa-chay,
afueras de Buenos Aires, «jubilado y
poeta nocturno», al programa radial
Noche Abierta, dedicado en la oca-
sión al problema de la margina-
. ción femenina)

100
LAURELES

Dos oros más


Poemas plagiados - 102 -

y un pesista sumó
tres platas

(Título del suplemento deportivo de


La Prensa, 14 de marzo de 1995; sobre
resultados en los Juegos Panamerica-
nos)

101
AVISOS

El zapatero de los pobres, J. A. A. hace un


llamado a la caridad pública y pide trabajo
para su oficio de zapatero. Es padre de tres
hijos que están en la miseria y él recluido
en la cárcel. Cobra las composturas de za-
patos de la siguiente manera: mediasuela y
taco hombre 1,40; mediasuela y taco señora
0,80; mediasuela y taco niños 0,70. Zapato
de hombre teñido de negro 0,50; de señora
0,40. Tacos de suela solamente, para señora
0,20. Lustre gratis.

El almacén Adolita de don S. Luna, ubicado


en calle Dalmacio Vélez 800, frente al Re-
gimiento 15, compra cabras para carrear en
Poemas plagiados - 103 -

cantidad y vende varios artículos útiles y


baratos como ser palas corazón cabo largo,
horquillas de 8 dientes, pecheros, monturas
sanjuaninas para carros, una «chatita con
arneses y una mula nuevita y mansita para
andar, todo en buen estado».

(De La Gaceta de La Rioja, Argentina,


2 de julio de 1989)

102
LA MIRADA

Ojos de hombres que corren, que caen, que


chillan,
Ojos de hombres que gritan, que sudan, que
sangran,
Los ojos de los que temen, los de los que es-
tán tristes,
Los ojos del agotamiento, y los de la locura,
Ojos de hombres que piensan, que confían,
que esperan,
Ojos de hombres que aman, que maldicen,
que odian,
Poemas plagiados - 104 -

Los ojos de los heridos, inyectados en san-


gre,
Los ojos de los moribundos, y de los muer-
tos.

(Escrito por un miembro desconocido


del batallón inglés de las Brigadas In-
ternacionales durante la guerra Civil
Española y citado en Diario 16, 15 de .
. junio de 1986)

103
LA EXALTACIÓN

Negra aplastada de Egipto (1)


Holandesa de pie corto (2)
Rosa semilarga de Amsterdam (3)
Primeriza de Nantes (3)
Tardía de Cuaresma (4)
Enana verde (4)
Non plus ultra (4)
Verde lleno de Pascua (5)
Bandera de Londres (6)
Maravilla (7)
Oreja de mulo de Zaragoza (7)
Poemas plagiados - 105 -

Cornicabra (8)
Teléfono enano (9)
Rey de los finos verdes (9)
Amarilla paja virtudes (10)
Redonda morada acostillada (11)
Colosal de Connover (12)
Monstruosa de Viroflay (13)
Cabello de ángel (14)

(Variedades de hortalizas, selecciona-


das de la guía Como cultivar hortali-
zas, de Ann Bonar, Editorial Blume
1981. (1) Remolacha, (2) Repollo, (3)
Zanahoria, (4) Coliflor, (5) Apio, (6)
Puerro, (7) Lechuga, (8) Pimiento, (9)
Guisante, (10) Cebolla, (11) Berenjena,
(12) Espárragos, (13) Espinaca, (14)
. Calabaza)

104
EN EL AIRE

Los híbridos están cruzados entre sí para


hacer conferencias sin tocar el retorno.
Poemas plagiados - 106 -

(Advertencia técnica a los operadores


del control central de Radio Nacional,
. Argentina)

105
ETIMOLOGÍA

La hermosa dama ha llegado.

(Significado de la palabra «Nefer-


titi»)

106
UN VERSÍCULO

Llévate el gris que el gris va a ser la tierra

(De un electricista a otro, a propósito


de un cable a colocar)

107

EL ESTUDIO DE LA GALLINA

En la reproducción por huevos no es sufi-


ciente que la hembra los produzca. Es nece-
Poemas plagiados - 107 -

sario el concurso del macho. Fíjate como el


gallo se pone sobre una gallina, la sujeta
por la cresta con el pico e introduce una se-
creción en el orificio por donde salen los
huevos.

¿Cómo es el pico?
¿Para qué sirven los dos orificios que hay
sobre el pico?
¿Abre el pico? ¿Qué hay en su interior?
¿Qué posición tienen los ojos?
¿Dónde están los oídos?
¿Se ven bien?
¿Cómo se llaman las partes rojas que hay
sobre la cabeza?
¿Cómo están dispuestas las plumas?
¿Qué observamos si tiramos unas gotas de
agua en la espalda de una gallina?
¿Qué tipos de plumas podemos ver?
Sopla sobre el ala desplegada. ¿Sentimos el
aire desde el otro lado del ala?
Estudia el huevo, fíjate en el color. ¿Es igual
a todos los huevos que has visto?
Fíjate que cuando el pollito ha de nacer se
rompe el huevo. Cuando el pollito sale del
huevo ¿está seco o mojado?
Poemas plagiados - 108 -

Observa cómo van apareciendo las plumas


en las alas. ¿Para qué sirven las alas?

(De un trabajo de metodología para


alumnos del ciclo medio de EGB. Pág.
47 Cuadernos de Pedagogía , 138. Ju-
nio 1986. Barcelona.)

108
RIMA LEONINA

El Consejo de Ministros / en su reunión de


hoy día / ha aprobado dos decretos / para
nuestra agronomía. / El primero de los dos
/ trata de comida y piensos, / de cómo de-
ben de hacerse / para que sean inmensos /
los animales de granja / que se alimenten
con ellos.

Con buenas materias primas, / como qui-


siera cualquiera / que aun no comiendo
esos piensos / buen estómago tuviera. /
Que puedan analizarse / con técnicas muy
modernas / para tener la certeza / de que
sean buenas piernas / las de cordero y de
vaca, / las de pollo y de ternera, / las pe-
Poemas plagiados - 109 -

chugas y los lomos / y cualesquiera otra


pieza.

En el segundo decreto / que el Consejo hoy


aprobaba / se incluyen las condiciones / de
eficacia comprobada / que ha de cumplir el
esperma / bovino de la cabaña / que quiera
cruzar fronteras / de Europa comunitaria.

Para tener descendencia / de carneros y de


ovejas / se acostumbraba a dejarlos / en re-
baños por parejas. / De esta manera prima-
ria / ellos solos por costumbre / perpetua-
ban la especie / con contento y mansedum-
bre.

Quiere la modernidad, / para mejorar la ra-


za, / que las parejas se escojan / con batas
entre la paja./ Que no decidan los bichos/
según su pobre albedrío, / sino los especia-
listas / aunque todo sea frío. / Por-que de
frío se trata / y de la conservación / que
para ser primaria / cumple la eyaculación.

(Decretos sobre el esperma bovino y


los piensos, difundidos en verso por
Poemas plagiados - 110 -

el Ministerio de Agricultura de Espa-


ña. Madrid 1995).

109
HIMNO

Mientras
el corazón suena y atrae
la partitura de la mandolina,
allá adentro
tú filtras
y repartes,
separas
y divides,
multiplicas
y engrasas,
subes
y recoges
los hilos y los gramos...

(Fragmento inicial del texto leído por


el médico Jaime Quintanilla Ulla, al
inaugurarse en El Ferrol, España, un .
. monumento al hígado)
Poemas plagiados - 111 -

110
EFEMÉRIDES

La domesticación de vacas y ovejas


en avance.
El hombre descubre los cereales.
Bebe leche.
Come pan, pescado, queso.
Ya conoce la sal y la miel.
Se peina.
Ya pinta piedras y entierra a sus
muertos.
Trabaja los huesos pacientemente.
Toca la flauta en ellos.

(Hábitat del Homo Sapiens, hace dos


mil años)

111
LA RONDA

––Pichingallo monta a caballo


con una pierna cortada al tallo.
––¿Quién se la cortó?
––La perra vieja.
––¿Qué s’hizo la perra vieja?
Poemas plagiados - 112 -

––Se jue a’uscar agua.


––¿Qué s’hizo l’agua?
––Se la tomaron los güeyes.
––¿Qué se hicieron los güeyes?
––Se jueron a arar.
—¿Qué s’hizo lo arao?
—Se le sembró trigo.
—¿Qué s’hizo el trigo?
—Se lo comieron las gallinas.
—¿Qué s’hicieron las gallinas?
—Se jueron a poner güevos.
—¿Qué s’hicieron los güevos?
—Se los comieron los frailes.
—¿Qué s’hicieron los frailes?
—Se jueron a decir misa.
—¿Qué s’hizo la misa?
—¡Se volvió ceniza!

(Ronda infantil de origen pehuenche,


habitantes de la región de Neuquén,
Argentina)

112
CURRÍCULUM

Pensar, leer, escribir, charlar, discutir de


buena fe; fumar, beber, tomar mate, cami-
Poemas plagiados - 113 -

nar, la temperatura de 25 grados, el pirón,


pescar, criar animales y plantas, los colores
verdes y ocre, los olores a nafta, a bota fres-
ca, a limón, a humo de madera; el razona-
miento de los niños, las posaderas de mi
mujer, buscar un acorde en la guitarra, mis
buenos recuerdos, los malos también cuan-
do son claros; estar sentado, tranquilo; via-
jar en ómnibus por la ciudad, el truco y la
carambola, mi perro, mis manos —a ve-
ces— que se parecen a las de mi hija; algu-
nos objetos que conservo: cajitas, huesos,
dibujos, papeles escritos, libros que he leído
mucho...; mil cosas más; el campo a toda
hora, el ruido de un motor afinado, las
ciencias naturales, algunas voces humanas
(la mía no), mi lugar de trabajo, la gente
honrada, sincera y generosa: los limpios, y
por sobre todo, compartir con ellos lo que
más aprecio y hasta casi todo lo que amo.

(Respuestas dadas por el cantautor


uruguayo Alfredo Zitarrosa, cuando
se le preguntó sobre lo que más le .
. gustaba de la vida)
Poemas plagiados - 114 -

113
PARALELAS

El destino está congestionado.

(Mensaje al usuario de la compañía


de teléfonos de Argentina Telecom,
cuando las líneas están saturadas)

114
EL HUECO DE LA CABEZA

Tras la noche, vuelve a su ser.

(Así me transmitió un empleado de El


Corte Inglés, de Madrid, la excelencia
—heideggeriana— de una almohada
. que no perdía su forma.)

115
METÁFORAS

Tic tac del reloj / paso del tiempo.


Canto del búho / noche.
Poemas plagiados - 115 -

Gaviotas / costa.
Goteo de agua / angustia.
Canto del gallo / amanecer.

(Sonidos que se utilizan en radiofo-


nía para figurar convencionalmente
un suceso externo o un estado de áni-
mo)

116
OSTINATO RIGORE

Se ruega el mayor de los silencios porque


cualquier movimiento equivocado e impre-
visto puede causar la muerte del artista.

(Anuncio de advertencia que se hace


en los circos antes de iniciarse un
ejercicio riesgoso)

117
LA MANNEQUIN

Alta. Elegante. Pie blanco sedoso. En la base


una volva en forma de saco. Carece de ani-
llo. Sombrero marrón gris a blanquecino.
Poemas plagiados - 116 -

Láminas claras que se tornan rosa salmón.


El borde del sombrero joven está unido al
pie por un velo fino.

Cuerpo fructífero, hendido radialmente. Se


encuentra solo en primavera, nunca en
otoño.

(Descripción de las setas Volvaria vis-


tosa, San Jorge y Psatirela llorona)

118
JANO

Alguien que engendre la semilla de la se-


milla, dios gutural para los ritos nuevos del
vocablo, para la boda simple de la lechuza
y de la alondra, del ángel y el batracio, del
hombre-dios, la vid y el hormiguero.

(Texto hallado en un bar de Jaén, Es-


paña, escrito a mano sobre un papel
en cuyo reverso, con otra letra, apa-
recían apuntados domésticos artícu-
los «a comprar»: calabacín, panceta,
Poemas plagiados - 117 -

vino San Asencio, limones, pata-tas, .


. pan bollo, rodaballo, uvas, etc.)

119
DEMIURGOS

—¿Y usted qué está haciendo?


—Nitrógeno.
—¿Pero eso no lo hace Dios?
—Aquí también lo hacemos.

(Minidiálogo que en carácter de pe-


riodista mantuve con la técnico quí-
mica Marta Averbus, en el Instituto
de Hidrología de Ezeiza, Argentina)

120
EL NICTÁLOPE

Su ojo hace visible la luz invisible. Detrás


de la retícula está situado el llamado «tape-
tum lucidum» (Tapiz luciente), que funciona
como un amplificador de la luz residual, re-
fleja la luz incidente y estimula así, una se-
gunda vez, las células de la retina. Durante
Poemas plagiados - 118 -

los primeros meses de vida se deposita en


el «tapetum» el pigmento colorante que ha-
ce que la luz ultravioleta, invisible, se con-
vierta en luz visible. Su ojo concentra en un
punto rayos irreconocibles para el ojo hu-
mano y con ello irradia esa luz estremece-
dora.

(Descripción de la función y las carac-


terísticas del ojo del gato, según la re-
vista Die Welt)

121
SIETE LEGUAS

Pies triples, articulados, semiarticulados o


de goma. Para adaptarse a todo terreno.
Piernas que permiten esquiar, bailar, subir
y bajar escaleras de hotel con normalidad.
Todos los modelos con sujeción de succión
neumática, sin correajes. Duración infinita.
Poemas plagiados - 119 -

(De un anuncio de la casa «Miembros


artificiales Habermann», de Munich,
Alemania)

122
LA MIRADA DEL VISIR

Es de color amarillo, como si llevase una


túnica de narciso, y huele como el almizcle
de penetrante aroma. Tiene el perfume de
la amada y su misma dureza de corazón;
pero tiene el color del amante apasionado y
macilento. Su palidez es un préstamo de mi
palidez. Su olor es el aliento de mi amiga.

Cuando se irguió fragante en la rama y las


hojas le habían tejido mantos de brocado,
extendí mi mano suavemente para tomarlo
y colocarlo como perfumero en el centro de
mi sala. Tenía un vestido de pelusa ceni-
cienta que revoloteaba sobre su liso cuerpo
de oro. Y cuando quedó desnudo en mi
mano, sin más que su camisa color narciso,
me hizo recordar a quien no puedo decir, y
el ardor de mi aliento lo marchitó entre mis
dedos.
Poemas plagiados - 120 -

(Así describió al fruto del membrillo


Chafar ben Utman al-Mushafi, visir
de al-Hakam II, del siglo X)

123
HETERÓNIMO

Primero extraña. Después es extrañable.

(Primera frase publicitaria para la Co-


ca Cola en Portugal, ideada por el poe-
ta Fernando Pessoa, cuando se desem-
peñaba como redactor publicitario, se-
gún está registrado en el volumen 65
años de publicidad, editado en Lisboa)

124
EL ALQUIMISTA

Mezclar el canturreo de un nido de coli-


bríes, el silencio de los champiñones, el so-
nido de las pequeñas águilas salvajes cre-
ciendo, el rugido del océano en una concha
marina, el zumbido de una chaqueta ama-
rilla, un dado para la oportunidad, el jugo
de una cereza para trazar notas, un trébol
Poemas plagiados - 121 -

de cuatro hojas para tener suerte y una bo-


la de cristal para ver lo que te dicen las no-
tas.

(Texto escrito por el fotógrafo Duane


Michals, Pensilvania, EE UU, 1932, al
pie de su «Retrato de una naturaleza
muerta» y que su autor considera su
receta « para contar de forma lite-
raria o fotográfica cuentos y cancio- .

. nes de hadas»)

125
QUANTUM

Hoy vas a entrar en mi pasado.


El futuro ya no es lo que era.
Es urgente esperar.

(Travesuras que le hacen las palabras


al tiempo. La primera es del tango tal
y cual. Las dos siguientes, del habla
popular)
Poemas plagiados - 122 -

126
LA METÁFORA

Orquídea.

(Del griego orkhis, testículo. La forma


de la raíz de esta planta, con dos bul-
bos ovalados y simétricos, sugirió es-
ta designación. Del mismo origen es
orquitis, vocablo que para un poeta
debería significar inflamación de .
. «las orquideas»).

127
GLOBALIZACIÓN

Amor
Vocación
Rumba
Hamlet
Rhodesia

(Nombres de galletitas argentinas)


Poemas plagiados - 123 -

128
EL DEMIURGO

Almendras turcas muerte.

(Pintada aparecida en Barcelona, Es-


paña, el 28 de marzo de 1996, tras el
incendio intencionado de una fábri-
ca de frutos secos de origen portu-
gués, por importar nueces, avellanas
y almendras de Turquía a precio bajo
y perjudicial para los productores ca-
talanes. Otros son los datos que le o-
torgan perturbadora belleza al sinies-
. tro:

1 «durante horas, toneladas de


avellanas ardientes impregna-
ron la zona de un profundo y
embriagador perfume»

2 el establecimiento se llama
«Borges»)

129
LOS BATIDORES LÍBEROS

Hacer el callejón.
Poemas plagiados - 124 -

Abanicar bien el juego.


Pelota al claro con circulación al pie.
No hubo equilibrio en los ventilado-
res.
El túnel concluyó con una perfecta
pared.

(De la crítica de un partido de fútbol)

130
EL DURMIENTE VIRTUAL

En la esquina oeste existe una colchonería


iluminada cuyas amplias vidrieras de cris-
tal dejan ver su variada mercancía de sue-
ño. Al pie del voladizo principal del comer-
cio, aun en noche de invierno hostil, el
mismo pordiosero arma con cartón y pe-
riódicos su artesanal colchón de supervi-
vencia urbana. Quienes transitan por allí,
no miran al conjunto sino al dormido a la
intemperie o al interior del local o a ningu-
na parte. Sobre todo, a ninguna parte. Rara
vez al durmiente sin colchón y a los col-
chones sin durmiente, en simultáneo. El
Poemas plagiados - 125 -

puzzle visual contiene un enigma. El dor-


mido no lo sabe pues descansa fuera de la
posible solución.

(Rescate de una imagen urbana en la


noche del 5 de agosto de 2000 en Co-
rrientes y San Martín)

131
IL MEGLIO FABRO

Arte y esmero

(Texto que le bastó a un peluquero ba-


rrial de Buenos Aires para anunciar
sus calidades de artista capilar)

132
LA PAREJA

Una tarde de junio de 1966 el intendente


Pancho Rabanal y la Gioconda permanecie-
ron juntos, mejilla a mejilla, expuestos a
miles de personas que pasaban a su lado
sin dedicarle siquiera una mirada.
Poemas plagiados - 126 -

(De dos afiches, uno contra la comu-


na y otro de una editorial de libros,
pegados en la ciudad, superpuestos y
desflecados por la intemperie)

133
LA CORONACIÓN

El rey del bosque.

(Así llaman sus amigos, en Buenos


Aires, al mecánico italiano Pipo Ra-
pponi, considerado el mejor técnico
en árboles de levas de Buenos Aires y
que pasa el día en su taller rodeado .

. de estos artefactos.)

134
EL ARTE OCULTO

Anoche estuve en el Reino de las Tinieblas.


Si pudieran saber cuán extraño es estar allí.
Es un mundo sin sonido y sin color. Allí to-
do —la tierra, los árboles, la gente, el agua
y el aire— está sumergido en un gris monó-
tono. Grises rayos de sol a través del cielo
Poemas plagiados - 127 -

gris, ojos grises en rostros grises y las hojas


de los árboles son gris ceniza. No es la vida
sino su sombra. No es el movimiento sino
su espectro mudo.

(Primera impresión de Máximo Gorki


sobre el cinematógrafo registrada en
un artículo periodístico publicado en
1896)

135
PIROPOS

Colette (en 1982)


Selma Lagerloff (en 1985)
Emily Dickinson (en 1985)
Gertrude Stein ( en 1991)
Margaret Mead (en 1994)
Sara Teasdale (en 1994)
Alice B. Toklas (en 1994)

(Algunos de los nombres de mujeres


célebres con los que desde 1973 la So-
ciedad Astronomica Mundial identi-
fica cráteres, accidentes geográficos
Poemas plagiados - 128 -

y otros rasgos físicos del planeta Ve-.


. nus)

136
COLAPSO

Esta cita tiene lugar en el pasado.

(Frase que utiliza el Microsoft Out-


look para señalar al usuario que la
fecha de una cita agendada ya ven-
ció)

137
FIN DE LA UTOPÍA

Hay lugar.

(Texto habitual en los carteles de las


playas de estacionamiento argenti-.
. nas)
Poemas plagiados - 129 -

138
RESTOS I

Un grupo de cinco animales músicos de


bronce, perro galgo y cara masculina.

Tres figuras de cristal verde con domador,


elefante sentado sobre mármol blanco, gato
en dos patas y niño silbando.

Un bastón cerbatana y una cornamenta de


alce.

(Remates de la casa Castells & Cas-


tells, de Montevideo, Uruguay)

139
ÍCAROS

De las seis mil millones de personas que


pueblan la tierra, treinta y dos millones es-
tán siempre fuera de ella.
Poemas plagiados - 130 -

(Inferido de un dato estadístico aéreo


de la I.A.T.A. que informa sobre la
cantidad media de pasajeros en vue-
. lo)

140
LA AMBIGÜEDAD

Tocador de señoras.

(y otros)

141
LA BRUMA

1 Continente de todos los objetos sensibles


que existen.
2 Parte de este continente que ocupa este
objeto sensible.
3 Capacidad de sitio.
4 Transcurso de tiempo.
5 Tardanza, lentitud.
6 Lugar descampado.
7 Recreo, diversión.
Poemas plagiados - 131 -

(Acepciones de la palabra «espacio»


según el Diccionario de la Real Aca-
demia en su 21a edición)

142
TRACTACTUS

«Por no saber poner los nombres a estas


cosas, no las expreso.»

(Hernán Cortés, en carta a Carlos V,


ante el asombro que le causa Améri-
ca)

143
EL ENIGMA

—Mamá... ¿Te acordás que ayer, hoy era


mañana?

(Comentario del niño Juan Montene-


gro, de 4 años a su madre Ximena)
Poemas plagiados - 132 -

144
LA MIEL DEL PODER

Yo soy el amigo, el rey, y el esclavo. Aquí se


nace, se enferma, se muere. Aquí suceden
los romances y se arman conspiraciones.

Aquí, a veces, debo hacer de Moisés e im-


partir justicia.

Pero en el fondo somos una familia.

(Así describió Franz Czeisler al circo


Tihany de su propiedad, al presen-
tarlo a la prensa en Buenos Aires, en
agosto de 1996).

145
CATEQUESIS

Hace 2000 años, un óvulo fue milagrosa-


mente fecundado por la acción sobrenatu-
ral de Dios. De esta unión resultó un zigoto
(célula producida por la fusión de un es-
permatozoide y un óvulo) con un patrimo-
Poemas plagiados - 133 -

nio cromosómico propio. Pero en este zigoto


es-taba el Verbo encarnado.

Después de siete días tuvo lugar el implan-


te y Dios se convirtió en un embrión hu-
mano. Este embrión era el Hijo de Dios y en
El residía la salvación de todos los hombres
El óvulo fecundado se fue desarrollando
lentamente y, a medida que procedía la di-
visión, comenzó su diferenciación y el cre-
cimiento de sus primeros, tejidos, órganos y
aparatos.

Al primer mes de embarazo (cuando el feto


medía entre 0,8 y 1,5 cm, el corazón de Dios
comenzó a latir con la fuerza del corazón de
María y Cristo comenzó a utilizar el cordón
umbilical para alimentarse a través de su
madre, la inmaculada Virgen. Era total-
mente dependiente de un ser humano, pero
tenía una total autonomía genética.

Durante los nueves meses, el verbo de Dios


vivió en el líquido amniótico, en la placenta
de su madre, para luego nacer en Belén.
Poemas plagiados - 134 -

(Teoría sobre Jesús que presentó en el


Vaticano el cardenal colombiano Da-
río Castrillón Hoyos en ocasión de la
conferencia del Pontificio Consejo de
. la Salud del 2000)

146
EL RIVAL

¿Y quién la duerme?

(Modo como preguntan los hombres


de Salta —norte de la Argentina—
cuando ven pasar una mujer que les
interesa)

147
LA RELATIVIDAD

En los nidos del año pasado no veo pájaros


este año.

(Comentario que me hizo un cam-


pesino de Tandil, Argentina)
Poemas plagiados - 135 -

148
LA DESCRIPCIÓN

Un mueble papelero de mesa español en ja-


carandá, hueso y carey con nicho central de
una puerta arquitectónica y personajes,
flanqueado por seis cajones de líneas geo-
métricas y florales, bocallaves de bronce,
manotones de hierro y patas lenteja. Un
cuerpo de lápiz de oro con diamante rosa.
Un guardapelo dama flor de lis. Un par de
caravanas antiguas. Una pulsera pelo de
elefante con nueve zafiros azules. Una talla
de marfil personaje con escoba, anciano
con ramas y frutos, divinidad sobre perro,
gallina con pollitos, hombre con calabaza.
Una jarra con cara personaje Falstaff. Un
anillo solitario.

(De un catálogo de antiguedades de la


casa Castells & Castells, de Uruguay)
Poemas plagiados - 136 -

149
CAJA CHINA

El fracaso de la película «Aleluya»


ante el público argentino o mejor dicho
el fracaso del público argentino
ante la película «Aleluya»

(Modo como inició Borges una de sus


criticas de cine en sus tiempos de pe-.
. riodista cultural)

150
CHUANG TZU

El 25 de mayo de 1810 se reunieron los pa-


triotas en el Cabildo para festejar el 25 de
Mayo.

(Texto sobre el día de la patria escrito


por un alumno primario de Florencio
Varela, Argentina, tras pedirle su
maestro, Jorge Paladini, pasar al
frente y redactar en el pizarrón una .
. composición alusiva)
Poemas plagiados - 137 -

151
GILGAMESH

Había unos científicos. Estaban combinan-


do dos asustancias. Vino corriendo un se-
ñor, se tropezó, se cayó a la asustancia
¡aaaaaaa! se convirtió en Super Planta.
Ningún villano la detenía hasta que llegó
Puño de Fuego y la capturó a Super Planta.
Los científicos crearon A Super Agua. Su-
per Agua fue a donde estaba Super Fuego.
Super Planta le tiraba hojas y Super Agua
le tiraba agua. Así Super Agua capturó a
Puño de Fuego y liberó a Super Planta.

(Texto de Nicolás de Carli, de seis


años, en el taller literario que coordi-
na María Victoria Morana, Argentina)

152
ANÓNIMO PANADERO

Pan flauta.
Poemas plagiados - 138 -

(Ejemplos de la más cruda y cotidia-


na incursión de la poesía en el inte-
rior de la vida de la gente)

153
EL LEVITADOR

El límite es el cielo.

(Lema que presidió todos los proyectos de


Ogisa Otis, inventor del ascensor)

154
LA PROTESTA

Bombas de crema.
Cañones de dulce.
Vigilantes.
Bolas de fraile.
Suspiros de monja

(Nombres que el gremio de los pana-


deros —anarquistas— consiguieron
imponer en las facturas —o «ma-
Poemas plagiados - 139 -

sas»— que trajeron de Europa a la ..


. Buenos Aires del 1900)

155
SOMOS

El que florece entre cerros.


El que canta.
El que cuida y crece la palabra antigua.
El que se habla
El que es de maíz.
El que habita en la montaña.
El que anda la tierra.
El que comparte la idea.
El verdadero nosotros.
El hombre verdadero.
El ancestro.
El señor de la red.
El que respeta la historia.
El que es gente de costumbre humilde.
El que habla flores.
El que es lluvia.
El que tiene conocimiento para mandar.
El cazador de flechas.
El que es arena.
El que es río.
Poemas plagiados - 140 -

El que es desierto.
El que es mar.
El diferente.
El que es persona.
El rápido caminador.
El que es gente.

(Inicio del discurso pronunciado por


el subcomandante Marcos el 11 de
marzo de 2001 en el Zócalo de la ciu-.
. dad de México)

156
LA CAÍDA

Es tan bello como es porque se formó con


los trozos del cielo que cayeron a la tierra
cuando el paraíso se rompió.

(Leyenda chilena sobre el origen del


lapislázuli)
Poemas plagiados - 141 -

157
LA PUERTA DEL PARAÍSO

Macis, cinamomo, cardamomo, pimienta


larga, jengibre, comino, clavo, azafrán, es-
pliego, ámbar gris, agáloco, musgo, estora-
que líquido, incienso, mirra, aceite de azu-
cena, grasa de pato y semillas de ortiga.

(Receta de ungüento para el placer


sexual tal como la registra el Tracta-
tus de Sterilitate, texto anónimo de la
escuela de Montpellier, del siglo XIV)

158
LA PALABRA

Un sonido de pie.

(Significado de la palabra «hombre»


en el idioma guaraní)

159
EL POETA SERIAL

Cortadora de margaritas.
Poemas plagiados - 142 -

(Nombre dado por el ejército de Esta-


dos Unidos a la más pesada bomba
convencional de su armamento aéreo
. : 6.800 kilos)

160
LA EXPIACIÓN

1 Hiroshima
2 Las flores.

(1 Nombre de un local de carnes asa-


das en Galicia, España

2 Nombre de una carnicería, en Pi-


riápolis, Uruguay.)

161
BOTELLA AL MAR

«Amigos del espacio ¿Cómo están todos?

¿Han comido ya? Si tienen tiempo, vengan


a visitarnos»
Poemas plagiados - 143 -

(Mensaje escrito por dos niños chinos


que llevó al espacio la nave Voyager
lanzada en 1977)

162
POLEN BUSCA POLEN

En los pastizales de la depresión del Salado


se dan regímenes de disturbio: inundacio-
nes, sequía, salinidad, pastoreo. Una fami-
lia bien representada en el área, las Iridá-
ceas, parece responder a distintas intensi-
dades de pastoreo con cambios en su siste-
ma reproductivo. Estos cambios se explican
por la disminución de polinizadores dispo-
nibles en la comunidad.

Esto altera los flujos de polen favoreciendo


a los individuos autocompatibles sobre los
que no lo son.

(Síntesis de la tesis presentada a la


Cátedra de Botánica Agrícola de la
UBA por el estudiante Mariano Devo-.
. to durante el curso 1997)
Poemas plagiados - 144 -

163
ARTE DE TRABAR

Me han dicho que tú has dicho


un dicho que yo he dicho.
Ese dicho está mal dicho
pues si yo lo hubiera dicho
estaría mejor dicho
que el dicho que a mí me han dicho
que tú has dicho que yo he dicho.

(De autor anónimo)

164
QUE ASÍ SEA

—Decime mamá... ¿amén es como enter?

(Pregunta de un niño argentino de 10


años tras ser llevado por primera vez
. a una misa católica)
Poemas plagiados - 145 -

165
EL PROCESO

1. De esta tierra te creamos.

2. A esta tierra te devolvemos.

3. Y de esta tierra te traeremos nuevamente.

(Las tres oraciones sucesivas de rigor


que recitan los hombres —sólo ellos—
en un sepelio musulmán en el acto de
tirar a la fosa tres puñados de tierra).

166
EL DEMIURGO

Clavado en una plaza o en un campo liso,


tan alto como los pinos ausentes, el artefac-
to tendrá en la madrugada al aire como
músico compositor. Comenzará quieto a
moverse lento, a jugar al encuentro fingido
en dibujos silenciosos contra el cielo y en su
sombra escurridiza en el suelo contra el sol,
Poemas plagiados - 146 -

y el primer roce casi callado de dos lanzas


del norte o del sur nos dirá sin mirarlo qué
viento está llegando desde el sur o desde el
norte y enredará el cañaveral con sus som-
bras, con sus gritos, en un lenguaje como el
de las banderas en el mar pero donde algu-
nos mástiles transmitirán los significados
fríos y otros, los delgados, los tonos tim-
bres, matices, las pasiones que los desmien-
ten o multiplican. Badajos para campanas,
baquetas para tambores, agujas para tejer
garúas, peines para rastrear dibujos perdi-
dos en el aire, cuchillas para cortar delga-
das o entrecortadas rebanadas transparen-
tes, sábanas que abriguen o flameen como
invisibles banderas perseguidas, O desar-
marlo, destrozarlo, cortarlo en pedazos afi-
lados, templados: navajas, dardos, flechas,
floretes, sables, arpones, lanzas, jabalinas.

(Texto con el que León Ferrari explica


la función de la primera de sus escul-
turas de alambre que activadas por el
público se transforman en instru-
mentos musicales y que presentó en
Poemas plagiados - 147 -

la Muestra de Escultura Lú-. .


dica de San Pablo, en 1979)

167
EL CANON UNIVERSAL

Italiano: la poesia è l’arte di far entrare il


mare in un bicchiere
Albanés: poezia është arti i futjes së detit
në një gotë
Alemán: Poesie ist die Kunst, in einem Was-
serglas das Meer rauschen zu lassen
Aragoné: poyesía ye l’arte de ficar o mar en
un baso
Asturiano: la poesía ye l’arte de meter el
mar nun vasu
Boloñés: la puveSî l’é l’èrt ed sfrucèr al mèr
int un bichîr
Bresciano: la poesia l’è l’arte de faga stà el
mar en de ‘n bicer
Bretón: ar varzhoniezh eo an arz a lakaat
ar mor en ur werenn
Calabrés: a’poesia è sapiri fari trasi u’mari
dintra nu bicchieru
Catalán: la poesia és l’art de fer entrar el
mar dins d’un got
Poemas plagiados - 148 -

Croata: poezija je umjetnost smje?tanja


oceana u ca?u
Danés: poesi er kunsten at få hele havet til
at rummes i ét nkelt glas
Español: poesía es el arte de introducir el
mar en un vaso
Esperanto: poezio estas arto enirigi ocea-
non en glason
Euskera: poesia, itsasoa edalontzi baten ba-
rruan sartzeko artea da
Ferrarés: la poesia l’è l’art ad far star åL
mar dentar in’t un biciér
Finlandés: runous on taitoa mahduttaa
meri vesilasiin
Flamenco: poëzie is de kunst om het water
van de zee in een glas te krijgen
Francés: la poésie est l’art de faire rentrer
la mer dans un verre
Friulano: la poesie jè l’art di fâ jentrâ il
mâr dentri une tace
Gallego: a poesía é a arte de introducir o
mar nun copo
Griko Salentino: i poesia ene i arta ca icàn-
ni na’mbi ti ttàlassa ‘cessu na mmiùli
Holandés: poëzie is de kunst, de zee in een
glas te vangen
Poemas plagiados - 149 -

Húngaro: a költészet az a muvészet, amivel


a tenger belerakható egyetlen pohárba
Inglés: poetry is the art of putting the ocean
into a glass
Latín: poesis ars mare ponendi in poculum
est
Limburgués: powezie da’s de kins van de zei
sjaun èn e pintsje te krijge
Modenés: la poesìa l’è l’êrt ed màtter tòtt al
mêr in d’un bicêr
Napolitano: ‘a puisìa è ll’arte ‘e fà trasì ‘o
mare int’a nu bicchiere
Papiamento: poesía ta e arte pa pone e
osean den un glas
Parmesano: la poesia l’é l’ärta ‘d fär enträr
al mär in t’un bicier
Piamontés: la poesìa a l’é l’art ëd fé intré ël
mar ant un bicer
Polaco: poezja jest sztuka zmieszczenia
morza w kieliszku
Portugués: a poesia é a arte de pôr o mar
dentro de um copo
Portugués de Brasil: a poesia é a arte de pôr
o mar dentro de um copo
Romano: ‘a poesia è l’arte de fa’ entra’ er
mare dentro a ‘n bicchiere
Poemas plagiados - 150 -

Romañolo: la puisìa l’è l’erta ad custrinzar


e’ mer dintr’on bicìr
Sardo: sa Poesìa est s’arte de fagher bintra-
re su mare ind’una tatza
Siciliano: ‘a poesia è l’arti ri fari tràsiri u
mari n’un bicchieri
Sueco: poesi är konsten att få ett helt hav
att rymmas i ett dricksglas
Veneciano: la poexìa la xe l’arte de far en-
trar el mar int’un bicer

(Pensamiento de Italo Calvino en 41 idio-


mas)

168
EL TIMONEL

Apretar botón naranja;


suena el pito de las puertas
mirar por los espejos
que no haya nadie en las puertas;
Si hay alguien en las puertas,
esperar.

Apretar botón celeste oscuro


del lado derecho.
Poemas plagiados - 151 -

Se cierran las puertas.

Darle al botón blanco


de puesta en marcha.
(está en el centro del panel de man-
dos)

El tren comienza a andar y acaba pa-


rando
en la siguiente estación

Apretar botón celeste claro


del lado derecho;
Se abren las puertas
y sale y entra la gente.

(Texto del manual que sigue el con-


ductor de un tren ligero de superfi-
cie, como los que van desde Tower
Gateway hasta Greenwich, en Lon-
dres)
Poemas plagiados - 152 -

169
ICNREILBE

No ipmotra el odren en el que las ltears


etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es
que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsri-
tas en la psiocion cocrrtea.

El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun


pordas lerelo sin pobrleams.

Etso es pquore no lemeos cada ltera por si


msima snio la paalbra cmoo un tdoo.

(Juego óptico sobre letras atribuido a


un estudio de una universidad ingle-.
. sa que circula por Internet)

170
EL CONVERSO

Nuestra Señora de Correos.

(Modo como León Trotsky en tránsito


hacia México rebautizó al Palacio de
Poemas plagiados - 153 -

Comunicaciones de Madrid, impre-. .


. sionado por su majestuosidad)

171
PLEGARIA DEL BUEN HUMOR

Dame, oh Señor, una buena digestión, y


también algo para digerir. Dame la salud
del cuerpo y el buen humor para mantener-
la. Dame oh Señor, un alma santa que haga
tesoro de todo lo que es «bueno y puro», a
fin de que no se asuste del pecado, sino que
frente a él, tome el camino para poner las
cosas nuevamente en su lugar. Dame un
alma, oh Señor, que no conozca el aburri-
miento, los rezongos, los suspiros y los la-
mentos, y no permitas que me pero-cupe
demasiado de eso tan absorbente que se
llama «Yo». Dame, oh Señor, el sentido de
lo ridículo. Concédeme la gracia de com-
prender un chiste, una broma, a fin de que
experimente en la vida un poco de alegría y
pueda participarla a los otros. Amén.
Poemas plagiados - 154 -

(Oración de Tomás Moro, canciller de


Inglaterra, mártir y santo, 1478-1535)

172
LOS CAMINOS

de la Luna.
del Monaguillo
de los Tres Peces
de Mira el río que baja
de Válgame Dios.

(Nombres antiguos de algunas calles


de Madrid)

173
HIJO

Ponete el pullover que tengo frío.

(De una madre)


Poemas plagiados - 155 -

174
ENTRELÍNEA

No tire sus periódicos. Pueden serle de ayu-


da para limpiar sus cristales y sacar brillo
a sus cacerolas. Enrolle fuertemente sus pe-
riódicos. Mójelos, enjabónelos con detergen-
te y écheles unas gotas de amoníaco para
eliminar restos de polución.

Vuelva a apretarlos y déjelos secar, si es


posible con un peso encima. Obtendrá un
papel prensado que será excelente combus-
tible para su chimenea.

(De -Diccionario -de -la -limpieza, los


trucos y las chapuzas, de Ana Torán,
Alianza Editorial)

175
HOMO HABEMUS

El cardenal indicó la reina y me dijo:


Poemas plagiados - 156 -

––Observa el poder de las hembras en la so-


ciedad.

(Comentario que según el jardinero


Rupert Hofbauer le hiciera el Papa
Benedictus XVI en 1998 al visitar jun-
tos un club de apicultores, cerca de
Regensburg, Alemania, en donde el
entonces cardenal Ratzinger posee
una casa que éste cuida desde 1980)

176
EL ESPEJO

Y a cada palabra que decía uno, como «te-


soro», «batalla», «lobo», «hermano»,
«amantes», otro respondía narrando su
propia historia de tesoros, batallas, lobos,
hermanos, amantes.

(Así se sorprendió Marco Polo al es-


cuchar contar a los mercaderes en el
zoco -de la ciudad de Eufemia, por la
noche, en torno de la hoguera, sobre
barriles y alfombras)
Poemas plagiados - 157 -

177
MI NOCHE TRISTE

Scortum, me irretivisti/ in florida aetate


mea/ suciam animam fecisti/ et tribulatum
meum cor,/ sciens quantum te amabam,/
quod tu eras mea laetitia/ et meum ardens
somnium./ Mihi iam nil est solacii;/ quare
ego me inebriabo/ ad amorem oblivis-
cendum.

(Traducción al latín del comienzo del


tango «Mi noche triste» de Samuel
Castriota y Pascual Contursi y reali-.
. zada por Raúl Lavalle)

178
EL INSTANTE

––Sí, de la Librería. ¿ podría traerme una


lágrima?.

(Así escuchó la poeta Mónica Claus


pedir por teléfono un café con un po-
co de leche a la librera que acababa
de darle el libro de Adorno «No se
Poemas plagiados - 158 -

puede escribir poesía después de


Auschwitz»)

179
EL ARÚSPICE

Pues veamos, ahora, el tiempo que nos hará


mañana.

(Lapsus de un locutor del servicio meteoro-


lógico)

180
LA DIETA

Esta noche en la mesa, al cenar, lea en voz


alta algo a su familia. Mañana por la noche
permítale a otro miembro leer algo. Una
noticia, un verso bíblico, un poema de Ro-
bert Frost, la etiqueta de una caja de ce-
reales, historia, humor, cualquier cosa.

Todas las noches, un miembro diferente de


la familia puede leer una pieza elegida.
Imagine la gran variedad de temas que su
Poemas plagiados - 159 -

familia leerá en 365 días. Es una forma de


hacer que sus hijos se acostumbren a leer.

Tenemos millones de adultos iletrados en


América. No tendríamos ni siquiera uno si
cada cual se hubiera servido de la lectura
en su dieta de todas las noches.

No engorda, pero enriquece. Y no cuesta un


centavo.

(Texto de un afiche de United Tech-


nologies Corporation)

181
EL VIAJE

Más rápido, más rápido, no puedo volver


atrás. Insignificante, soy insignificante.
Dios a mi izquierda, nada a mi derecha y
súbitamente, por doquier, luz, más luz.

(Palabras que pronunció en el instan-


te de ingresar en el espacio el cosmo-
Poemas plagiados - 160 -

nauta Alfred Worden tal como las re-


. gistró la Nasa)

182
AMOR ANÓNIMO

Si no traes una herida en el pecho,


seré indiferente, aunque lleves la espalda
agujereada como un colador.

Rehago mi lunar y ennegrezco mis pesta-


ñas,
si me vieras ahora
perdería luces para siempre tu razón.

Me vuelvo más y más loca.


Cuando paso junto a la tumba de un santo,
le tiro piedras,
por todos mis deseos insatisfechos.
Poemas plagiados - 161 -

Si mi amante muere, que sea yo su mortaja.


Así nos desposaremos juntos con el polvo.

Tómame primero entre tus brazos,


estréchame,
solamente después podrás anudarte
a mis muslos de terciopelo.

(Cinco poemas anónimos de las mu-


jeres afganas llamados «landays»
que por serles prohibido el amor can-
tan así sus romances furtivos con
riesgo de ser lapidadas si se las des-.
. cubre)

183
MORALEJA

La apatía en el presente
y la miopía hacia el futuro
hacían de este adolescente
Poemas plagiados - 162 -

un representante puro.

El tiempo transcurría
con progresivo abandono
y ninguna idea caía
de su cráneo perezoso.

Hasta que un día la luz se hizo,


aparecieron los proyectos
y ya listo para la acción
se lo impidió su cuerpo inútil.

Es que después de tanto vegetar

debido a la pereza
una atrofia muscular
le quitó la fuerza.

(Mensaje impreso contenido en sobre


blanco que una «estatua viviente»
completamente negra —caperuza,
rostro y túnica— entregaba la tarde
del domingo 5 de junio de 2005 a los
paseantes de la calle Florida de Bue-
nos Aires que se inclinaba a dejarle
una moneda a los pies, junto a un
Poemas plagiados - 163 -

cartel donde era bien visible su . .


. nombre: La oscuridad)

184
EL ARTE MORDAZ

l Sólo a «Diosbussy» adorarás y copiarás.


2 Nunca serás melodioso.
3 Te abstendrás de planificar para compo-
ner con más facilidad.
4 Con gran cuidado violarás las reglas bá-
sicas aprendidas.
5 Usarás quintas y octavas paralelas.
6 Nunca, pero nunca, resolverás una diso-
nancia.
7 Jamás concluirás una pieza con una con-
sonancia.
8 Acumularás acordes de novena sin nin-
guna discriminación.
9 No desearás nunca una consonancia per-
fecta, salvo en el matrimonio.

(De Mandamientos para el catecismo


del conservatorio de Eric Satie, que
tradujo Pablo Kohan, tras recordar
los siguientes sarcasmos en los títu-
Poemas plagiados - 164 -

los del provocador y original Satie:


«Embriones deshidratados», «Prelu-
dios fláccidos para un perro», «Sona-
tina burocrática», «Descripciones au-
. tomáticas» y «Piezas frías»)

185
LA LIRA MATEMÁTICA

Dos por dos son cuatro


Cuatro y dos son seis
Seis y dos son ocho
Y ocho, dieciséis,
Y ocho veinticuatro
Y ocho treinta y dos
¡ánima bendita
me arrodillo yo!

(De una canción de ronda para niños


entre 1930 y 1950)
Poemas plagiados - 165 -

186
LA VOZ DEL AMO

¡Oh Señor! Haz que mi amo sea fiel a sus


semejantes. Que sea sincero como yo, y no
hipócrita. Dale un rostro alegre como el agi-
tarse de mi cola. Nútrelo de una paciencia
igual a la mía. Consérvale el corazón siem-
pre joven, y que sea un buen hombre, de la
misma manera que yo fui con él.

(Texto de la tarjeta personal del pa-


seador de perros José Luis, de la ciu-
dad de Buenos Aires)

187
PRÓLOGO ORAL

Sí, sé vagamente de qué trata su libro... us-


ted dice que es mío y no suyo; pero, ¿cómo
puede ser mío lo que yo he dicho ya? No
vaya a creer que no me divierte tener una
especie de tradición oral Borges, como los
pueblos primitivos... Apócrifa, desde luego.
Poemas plagiados - 166 -

Pero prologarla yo mismo me parece dema-


siado; me parece una obscenidad, qué quie-
re que le diga. Perdone, por favor, ¿me
acompañaría al baño? Dígame... ¿no hablá-
bamos ayer de John Thomas? Ah, ¿no? ¿No
sabe usted quién es John Thomas...? A ver...
Vamos al baño. Gracias. Es el nombre colo-
quial del pene en inglés y Lady Jane, lo de
la mujer... John Thomas and Lady Jane...
John solo, no tendría gracia. Pero John
Thomas, sí... Nadie se llama John Thomas
en Inglaterra. ¿Qué curioso, no? Es el nom-
bre que quería ponerle Lawrence al amante
de Lady Chaterley... ¿No cree que un prólogo
sería algo impúdico? Usted dice que si no se
hubieran registrado las palabras de Home-
ro, la Ilíada y la Odisea no existirían. Puede
ser, puede ser... Pero, ¿Sabe?, yo no hablo de
hexámetros... Los prólogos no son necesa-
rios. Tal vez el único prólogo necesario fue
el Génesis.

(Palabras de Borges grabadas en


magnetófono, el día 25 de abril de
Poemas plagiados - 167 -

1980, en la suite 401 del Hotel Palace


. de Madrid, España)

188
POSMO

Cero: No ser

(Hamlet)

(Graffiti repetido en muros de la


Avenida Alem, de Buenos Aires)

189
LA HUMILDAD

Lo intenté, pero no pude hacer a la vida fe-


liz.

(Inscripción de una tumba en Filadel-


fia, Pennsylvania, Estados Unidos)
Poemas plagiados - 168 -

190
HOMILÍA

Cuando no nos conocíamos, bebíamos.

Ahora que nos conocemos, bebemos.

Bebamos hasta que no nos conozcamos.

(Brindis irlandés)

191
ULTIMO MOMENTO

Jesús, que el domingo entró triunfante en


Jerusalén, se retira ahora a Betania, a la ca-
sa de Lázaro. Durante la cena, una mujer
ungió los pies de Jesús con un perfume de
nardo, muy costoso, y se los secó con su ca-
bellera. Al ver eso, Judas Iscariote pro-testó
diciendo por qué no se había vendido ese
perfume y entregado el dinero a los pobres.
Jesús le contestó que esa mujer había anti-
cipado la unción del día en que sería sepul-
tado.
Poemas plagiados - 169 -

(Dato bíblico dado como noticia en


presente dos mil años después, en la
sección Culto Católico de La Nación,
de Buenos Aires, la Semana Santa de
2005)

192
ZOOLOGÍA MANUAL

Osos de trapo
Ranas de lata
Leones de lana
Patos de goma
Gatos de porcelana
Caballos de cartón
Oveja recortable
Hombre plegable

(Una aproximación de los niños a la


fauna)
Poemas plagiados - 170 -

193
DE OTRO MUNDO

Creo que he desaparecido y no justamente


por un acto que me pertenezca. Ellos, que
deberían hacer algo, tan orgullosos, porque
entre tantos, algo, parece, han visto. Sé que
no pertenezco a este mundo y que habiendo
querido desaparecer de él no fue por la su-
ma de los tremendos y terribles actos neu-
tros, sino por la mierda impecable que mis
semejantes han cagado sobre las aspas en-
cendidas de un ventilador gigante. Y que no
debería escribir más, salvo que fuese tan
claro que no pareciera escritura sino un
disparo sobre esas bocas gesticulantes. Un
fogonazo, pero es evidente que nada de eso
es necesario ahora. Ya he desaparecido.

Letra del grupo punk galés Todos


muertos, todos muertos (en caste-
llano). Único disco editado Londres,
1976.
Poemas plagiados - 171 -

194
OCHO VECES NADA

00000000.

(Código secreto de lanzamiento de


misiles nucleares de los Estados Uni-
dos durante la Guerra Fría, compues-
to por ocho dígitos de igual y mortí-
fero número)

195
EL INCIDENTE

De mi muerte no se culpe a nadie, y por fa-


vor, sin comentarios. Al difunto le molesta-
ban enormemente. Mamá, hermanas, cama-
radas, perdonadme –no es un método– (no
se lo aconsejo a nadie), pero no tengo otra
salida.

Lila, ámame.
Poemas plagiados - 172 -

Camarada Gobierno: familia se compone de


Lila Brick, mamá, mis hermanas y Verónica
Vitóldovna Polóbskala.

Si les haces la vida soportable, gracias.

Envíen los versos sin terminar a los Brick.


Ellos sabrán descifrarlos.

Como se dice, “el incidente” ha terminado,


“la barca del amor” se estrelló contra la vi-
da cotidiana”. Estoy a mano con la vida, y
es inútil recordar, dolores, desgracias y
ofensas recíprocas. Sigan felices.

Camaradas, saludos. En serio, no hay nada


que hacer. no me siento falto de espíritu.
Díganle a Ermilov que lamento no haber
terminado la discusión.

En mi mesa hay 2.000 rublos, envíenlos al


erario público. Lo demás cobradlo en las
ediciones del Estado.

(Vladimir Maiacovski, el 12 de abril


de 1930, dos días antes de quitarse la
vida con un pequeño revólver, en su
Poemas plagiados - 173 -

estudio del pasaje Lubianski, en Mos-


cú).

196
EL DESTINO

Vencer al monstruo.
Ir de pobre a rico.
La búsqueda.
La comedia.
La tragedia.
El renacimiento.
El viaje de la sombra a la luz.

(Las 7 causas matrices, o plots, que


según el teórico Christopher Broker,
dan su base argumental a la literatu-
ra, el teatro y el cine)

197
LA INSPIRACIÓN

1/ El repollo y los nabos hicieron que yo me


fuera. De cocinar carne mi madre, me ha-
bría quedado.
Poemas plagiados - 174 -

2/ Estuve tanto tiempo lejos de ti, acércate,


acércate.

(Títulos de las dos tonadas populares


en las que se basó J. S. Bach para com-
poner el cierre de las Variaciones . .
. Goldberg).

198
LOS DIVINOS DETALLES

01 - Preséntense, con gran detalle.


02 - Su primer amor, con gran detalle.
03 - Sus padres, con gran detalle.
04 - El día, con gran detalle.
05 - Un momento, con gran detalle.
06 - Sus creencias, con gran detalle.
07- ¿Qué hay en tu bolso, con gran detalle?
08 - Esta semana, con gran detalle.
09 - Sus sueños, con gran detalle.
10 - Su primer beso, con gran detalle.
11 - Este mes, con gran detalle.
12- Algo que le molesta, con gran detalle.
13 - Algo que le hace llorar, con gran deta-
lle.
Poemas plagiados - 175 -

14 - Su lugar favorito, con gran detalle.


15- Algo que se olvida, con gran detalle.

(De un ejercicio para escritores nove-


les).

199
EL EMBELESADO

--Usted es un hombre... tan... tan entera-


mente.

(Única frase que atinó a pronunciar


un afiliado del Partido Radical argen-
tino al presidente Hipólito Yrigoyen al
tenderle la mano y manifestarle su . .
. admiración).

200
LA LENGUA BISEXUAL

Zorro = Héroe justiciero


Zorra = Pu-ta

Perro = Mejor amigo del hombre


Poemas plagiados - 176 -

Perra = Pu-ta

Aventurero = Osado, valiente, arriesgado


Aventurera = Pu-ta

Cualquier = Fulano, Mengano, Zutano


Cualquiera = Pu-ta

Callejero = De la calle, urbano


Callejera = Pu-ta

Hombrezuelo = Hombrecillo, mínimo.


Mujerzuela = Pu-ta

Hombre público = Personaje prominente


Mujer pública = Pu-ta

Hombre de la vida = Experimentado


Mujer de la vida = Pu-ta

Héroe = Ídolo
Heroína = Droga
Poemas plagiados - 177 -

(De un recorrido por las catacumbas


del Diccionario de la Academia)

201
MORALEJA PARA ADULTOS

Era un pobre lobo muerto de hambre en


medio del bosque.

Y la madre muy inconsciente al mandarla


donde había tal peligro.

(Opinión sobre Caperucita Roja dada


por un niño de 9 años, a su maestra
Laura Devetach)

202
PLATÓNICO

¡Little heaven!" (¡Pedacito de cielo!)

(Elogio de un turista norteamericano


a un "bife de chorizo" servido en "El
Establo" de Buenos Aires. El hallazgo
Poemas plagiados - 178 -

del "poema" es del lector Jorge Luis . .


. Cao quien también lo tituló)

203
LA LECCIÓN

Maestra.- Los 5 sentidos son la vista, la


audición, el olfato, el gusto y el tacto.

Alumno.- ¿Y el habla qué es?

Maestra.- El habla es el aparato distribuidor


de los sentidos.

(Respuesta espontánea de una maes-


tra argentina al verse desbordada por
la pregunta de un alumno)

204
LA ANTIPOESÍA

y/o

(Compleja disyuntiva del idioma cas-


tellano, habitual entre los argentinos)
Poemas plagiados - 179 -

205
ELLA

Mientras la silla trabaja el hombre descansa.


La silla es la dimensión espacial dentro de
todas las casas.
La silla es el eje cartesiano del hombre
occidental.
La silla es un lugar de marginación para la
mujer.
La silla es la garantía de que tienes un
puesto de trabajo.
La silla es 16 horas de Roma a Tokio.
La silla es el obrero delante de la máquina.
La silla es la excusa para comer en familia.
La silla es el lomo de un caballo que corre.
La silla es como todo el mundo puesto
debajo de uno.
La silla es balancear las piernas sobre el
Gran Cañón del Colorado.
La silla es el tronco de un árbol cortado por
la base.
La silla es un invento para entablar
conversaciones.
Poemas plagiados - 180 -

La silla es como una cama en la que es


imposible dormir.
La silla es el Cuerpo de una persona amiga.
La silla es un sinónimo de Thonet.
La silla es ponerse en cuclillas sobre el pro-
pio cuerpo cuando falta una silla.
La silla es el espejismo de los viejos.
La silla es el taburete en la esquina de una
celda.
La silla será el vacío detrás de mí si me tiro
por la ventana.
La silla es un columpio para ahuyentar los
pensamientos.
La silla es donde morir electrónicamente.
La silla es aquella cosa que te acecha cada
mañana.
La silla es cruzar las piernas.

(Parte del texto del arquitecto Alessan-


dro Mendini leído por su autor en el
acto de homenaje al Aniversario de las
Veinte sillas en Veinte años de Vico
. Magistreti)
Poemas plagiados - 181 -

206
LA PARADOJA

Minas "a cielo abierto"

(Modo de denominar la extracción de mi-


nerales desde la superficie terrestre)

207

Pensar que...
Ya es la hora.
Ni se enteró.
Está amaneciendo.
Quién lo diría.

(Frases comunes que según sea el he-


cho que las motiva se pronuncian con
indiferencia o pena)
Poemas plagiados - 182 -

208
¡AD RELATIVUM!

"Pronto estaré con mi amorcito para darle


besitos, abrazarla, retarla, reírme con ella,
caminar con ella, charlar con ella, preparar
café con ella....ad infinitum!"

(De una carta de Albert Einstein a Mi-


lena Maric, compañera en el politéc-
nico de Zurichy primera mujer, de . .
. quien se divorciaría en 1918)

209
LA ARMONÍA

Yo soy el que siempre he sido.


El que siempre he sido soy.
No me hago ni me deshago.
En un mismo ser estoy.

(Copla anónima de la provincia de


Salta, Argentina)
Poemas plagiados - 183 -

210
LA CANIBAL

Algunos días después llevé un macho de


Mantis carolina a un amigo que tenía una
hembra solitaria como mascota. Al ponerlos
en el mismo tarro, el macho, alarmado,
intentó escapar. En pocos minutos, la
hembra consiguió atraparle. Primero le
arrancó el tarso delantero izquierdo, y
consumió la tibia y el fémur. Seguidamente
devoró su ojo izquierdo. Al ocurrir esto, el
macho pareció percibir su proximidad a un
miembro del sexo opuesto y empezó a in-
tentar, en vano, copular. La hembra devoró
después su pata delantera derecha, y
después le decapitó, comiéndose su cabeza y
royendo hasta el tórax. No se detuvo hasta
que hubo devorado el tórax completo, a
excepción de unos tres milímetros. Durante
todo este tiempo, el macho había continuado
sus vanas intentonas por acceder a las
valvulillas de la hembra, lográndolo ahora al
abrir ella las partes voluntariamente, con lo
que se consumó la unión. Ella permaneció
quiescente durante cuatro horas, y lo que
que-daba del macho dio, durante tres horas,
signos ocasionales de vida, con movimientos
esporádicos de uno de los tarsos que que-
Poemas plagiados - 184 -

daban de él. A la mañana siguiente la


hembra se había librado de su esposo. Sólo
quedaron sus alas.

(Descripción del sexo y la muerte en la


mantis religiosa publicada por...¡el
científico! L.O.Howard, en Londres en .
. 1886)
Textos críticos
- 187 -

Nota editorial

La primera edición de «poemas plagiados»


apareció en Buenos Aires en 1969 y, a ins-
tancias de Jorge Álvarez, editor de aquel vo-
lumen, llevó el título de Introducción al
camelo.

En 2000 la editorial española Germanía


publicó, ya con el título definitivo de Poe-
mas plagiados, una edición de 123 poemas,
que agregaba los textos que Peicovich com-
piló durante su periodo de residencia en
España, entre 1973 y 1988.

En esta nueva edición se reúnen los poemas


que formaron parte de la edición española
(en la sección I), junto a una serie de 66
inéditos (sección II). El libro se completa
con un prólogo del autor, el prólogo y el epí-
logo a la edición española —de Manuel Vi-
cent y José María Parreño respectivamen-
te— y dos textos críticos de José Tono Mar-
tínez y Ricardo Ibarlucía.
Borges y Poemas Plagiados
José Tono Martínez
Borges y Poemas Plagiados - 191 -

El Descubrimiento

El origen de esta estética, de este sentir,


pues de eso se trata, de una manera de sen-
tir las cosas que nos rodean, obedece, como
tantas veces, a una razón de azar entraña-
ble. Este libro, y este prólogo es la historia
de ese azar.

El momento básico se produce cuando An-


drés Peicovich, padre del poeta que nos
ocupa, sorprende a su hijo con una aprecia-
ción singular acerca de una muchacha que
pasaba por la calle: «Esta muchacha es sa-
ludable, saluda a todo el mundo». Andrés,
que aprendió tarde el castellano, se tomó
una libertad con el idioma. Pero lo cierto es
que su hijo Esteban captó de inmediato la
gran verdad que esconde la frase de su pa-
dre: la posibilidad de encontrar poesía en
las cosas más simples mediante un ejerci-
cio de extrañamiento o alejamiento, va-
riando el sentido primero de la palabra o
frase sorprendida.

Se trata de hallar nuevos sentidos, de unir


nuevas cópulas semánticas en aquellos te-
rrenos de la realidad que casi nos están ve-
Borges y Poemas Plagiados - 192 -

dados porque nos resultan demasiado pró-


ximos.

Esteban Peicovich quedó deslumbrado por


la sencillez del descubrimiento. Y pronto
comenzó a ejercitarse en estos distancia-
mientos que con el tiempo llamó Poemas
Plagiados. Y este plagio de lo real tomó ran-
go de arte mediante la práctica continua,
mediante el ejercicio metódico en el juego
de distancias y perspectivas sobre un obje-
to. Y en este cometido le ayudó no poco su
afición viajera y su dedicación periodística
a lo largo de los años, que no es sino una
forma de licenciarse en Antropología Vital.

La poesía de Peicovich introduce a un nue-


vo orden, una nueva lente con la que des-
nudar esos sucesos que corrientemente se
nos escapan. Sucesos a los que prestamos
nula atención porque los consideramos
irrelevantes, henchidos como estamos a
menudo de tanta vanagloria y afán por co-
nocer el último suceso, la última moda. El
poema plagiado enfrenta lo monocorde de
la realidad sobre la base de un texto, o de
un sentimiento cotidiano, que está a la
Borges y Poemas Plagiados - 193 -

vuelta de la esquina pero que, por estar tan


cerca, pasa desapercibido, como las motas
de polvo que ensucian el cristal de la ven-
tana y que nos parecen invisibles, inexis-
tentes, sólo por el hecho de que hemos ade-
cuado nuestra pupila a su distancia, de que
no hemos hecho consonar el suceso de
nuestra mirada con el suceso del polvo en
el cristal, de que no hemos, en definitiva,
reparado nuestro pensamiento poético en
ese diminuto apéndice de la realidad que es
una mota de polvo, una frase manida, un
giro sobre entendido, y que no por común
resulta mejor conocido.

El poema plagiado consta de dos partes, de


dos servicios. El primero es el texto en sí,
elegido según estos criterios que he venido
comentando. El segundo es el contexto de
donde ha sido extraído. Es una parte a pos-
teriori, y está destinada, con su desvela-
miento, a mostrarnos lo fallida que había
sido la lectura del primer texto. Veamos un
ejemplo fácil: el poema se titula La Poesía y
dice: «Mar del frío, mar de las lluvias, mar
de los vapores, mar de las nubes, mar de la
humedad, mar de la serenidad, mar de la
crisis, mar de la fertilidad, mar de los néc-
tares». Y a pie de página se nos ofrece el
Borges y Poemas Plagiados - 194 -

contexto: Nombre dados por la ciencia a


distintas zonas de la cara de la luna que se
ve.

En los siguientes apartados de este prólogo


analizo la mecánica interna de esta poética.
Ofrecemos también una conversación del
autor con Borges acerca del tema. En la cita
de ejemplos me remitiré a las páginas del
libro.

Sus Aledaños

«Para Platón, lo mismo que para Santo To-


más, el hombre científico es un hombre que
va de caza, venator». Esta frase de Ortega y
Gasset resume a mi juicio el con-junto de lo
recopilado en este libro. En él hay incursio-
nes en los terrenos más insospechados, las
batidas de caza del poema no tienen límite.
Desde la guía tele-fónica a los libros de lec-
turas infantiles hasta las diversas muestras
de lo que la ciencia pura nos ofrece hoy. La
actividad hurgadora de Peicovich es ince-
sante: el mejor exponente es aquel poema
en donde el poeta sorprende la conversa-
Borges y Poemas Plagiados - 195 -

ción de un usuario del teléfono público. La


sencillez y la originalidad se aúnan: el ca-
zador del poema ha cobrado su pieza,

En la poesía plagiada distinguimos cuando


menos dos metafísicas. Una se acerca al
tema machadiano del volver, del releer. La
segunda, ya lo he anticipado, se aproxima a
la doctrina del punto de vista de Ortega, y
ambas, en cierto modo, confluyen, puesto
que examinar las diversas perspectivas
desde donde se puede aprehender un mis-
mo suceso es una de las formas de volver a
mirar. Peicovich nos hace volver a tener en
cuenta aquellas lecturas y circunstancias
por las que tan desconsideradamente ha-
bíamos pasado. Se trata de reparar, v. gr.,
en una nota de prensa, marginal, que de
repente cobra a nuestros ojos un sentido
inusitado. Así tenemos los ejemplos del
comunicado chino o del comunicado sovié-
tico, (ver pag. 43 y pag. 21 respectivamen-
te). El solo acto de separarlo de su contexto
para integrarlo en otro nuevo su-pone la
operación artística de creación del poema.
Pero este aspecto lo analizaré con detalle en
las partes III y IV de este prólogo. Peicovich
hace suya, y la extremiza, la opinión orte-
guiana que dice que «quien quiera ense-
Borges y Poemas Plagiados - 196 -

ñarnos una verdad, nos ha de situar de mo-


do que la descubramos nosotros». El poema
plagiado, con su juego de ópticas, me re-
cuerda el situacionismo del actor en el tea-
tro. El poema, víctima de la máscara, aisla-
do, nos impone un esfuerzo. Es un juego
que nos pone en apuros: los poemas plagia-
dos de Peicovich nos apuran, nos urgen,
nos llevan hasta un vértigo que nos arras-
tra, sometidos a la lujuria de la palabra y
del poema redescubierto.

El poema plagiado, se va viendo, consta de


dos partes: el cuerpo y sus atribuciones. El
cuerpo son los versos o la prosa que el poeta
quiere destacar, aquello que pertenece a
una situación particular pero que nos es
presentado alejado de su contexto. Como
una goleta en un trigal de Castilla. Como un
niño con capelo cardenalicio. Las atribu-
ciones, a pie de página, representan la clave
y el contexto que nos había sido, en princi-
pio, burlado, para que nosotros pudiéramos
alcanzar esa otra perspectiva inusitada fru-
to de la separación. Claro que existen otros
componentes en los poemas plagiados, y
excepciones, pero no es mi intención ago-
tarlos en un catálogo previo.
Borges y Poemas Plagiados - 197 -

Postulamos dos niveles en el poema plagia-


do, el de paradigma y el de sintagma, el de
lo atemporal y el de lo temporal y casi, no
sé si atreverme, el de lo sagrado y el de lo
profano. El cuerpo del poema, su texto, es
aquello que permanece: lo que ciertamente
leemos y lo que de por sí nos seduce como
cualquier otro poema. Este es el nivel para-
digmático, establecido. Pero a pie de página
nos encontramos con las atribuciones, el
contexto que habíamos, o no, intuido. Esta
es la parte temporal, sintagmática, fugiti-
va: lo que ciertamente nos ata a la tierra y
nos recuerda nuestra condición. Entre uno
y otro enunciado se sitúa el verdadero sig-
nificado del poema plagiado.

Es en el paso que va de lo atemporal a lo


temporal donde hallamos la última con-
secuencia estética de estos poemas. Este
cruce se produce a modo de transforma-
ción, de exilio, y cuanto mayor sea el con-
traste mayor será el goce estético produci-
do. Decimos, pues, que cuanto más atempo-
ral e inesperado sea el cuerpo del poema,
más arrebato nos inducirán sus atribucio-
nes, su secuencia temporal. la matriz de es-
te doble efecto es contradictoria; se trata de
un ir y venir al texto, de lo paradigmático a
Borges y Poemas Plagiados - 198 -

lo sintagmático, puente del remirar del re-


ver. Percibimos un código a sabiendas de
que existe otro, a sabiendas de que el signi-
ficado más amplio del poema plagiado se
establece en un puente sobre dos realida-
des, en el aire, en una monada. Por ello de-
cimos de los poemas plagiados que son an-
dantes, activos, sólo posibles merced a la
complicidad del lector, merced a un código
que acaba siendo sólo tiempo. Y son poe-
mas abiertos porque el espacio de esta
transformación no viene delimitado sino
que el propio lector se lo dictamina a sí
mismo: de ahí el profundo democratismo
de esta poesía.

Resumo. El nivel auténticamente simbólico


se produce en ese darse cuenta que supone
el paso del poema a su correlato temporal.
Es el instante del cruce el que condensa el
máximo de emoción: el licor que nos sube
por las venas y nos hace respirar más hon-
do, ahondarnos, (ver ejemplo de la carta
anónima, pág. 51).
Borges y Poemas Plagiados - 199 -

Orden en los Poemas Plagiados

Quiero comenzar recordando dos frases


que Lévi-Strauss nos permite leer en el Pen-
samiento Salvaje. La primera es a su vez
una cita de Lévi-Strauss a Simpson: «la ta-
xonomía, que es el poner en orden por exce-
lencia, posee un inminente valor estético».
Y más adelante dice el propio Lévi-Strauss:
«la clasificación, aun arbitraria, salvaguar-
da la diversidad del inventario». El papel
del poema plagiado es aquel que Lévi-
Strauss reserva para el pensamiento míti-
co, para el hombre adicto del bricolaje, eso
es, para el que trabaja con los elementos he-
teróclitos que ya están, que tiene al alcance
de la mano. Aquí se inscribe el que-hacer de
Peicovich: reorganiza la realidad con un
universo constreñido; los signos que em-
plea proceden de otras construcciones: li-
bros, periódicos, conversaciones, recuer-
dos, etc. Siguiendo el símil del pensador
francés, decimos que el poema plagiado es
la primera voz que surge tras el vendaval
que ha arruinado la ciudad. Es una actitud
liberadora, opuesta al sin sentido.
Borges y Poemas Plagiados - 200
-

«Este acontecimiento ––y nosotros aquí


leemos poema plagiado––, no es más que un
modo de la contingencia cuya integración
(percibida como necesaria) a una estructu-
ra, engendra la emoción estética», (Lévi-
Strauss). El poema plagiado nos induce a
creer en la absoluta necesariedad de su ca-
pricho que, al ser desgarrado de su común
entorno, deja de ser capricho y azar y pasa
a ser objeto imprescindible, verso, palabra
cuestionable pero autosuficiente. Peicovich
convierte en poema la banalidad de un lu-
gar común, de una frase manida, la insig-
nificancia de la palabra más cotidiana: ––
Sol––, (ver poema pag 40). Peicovich nos di-
ce que cualquier cosa es susceptible de tras-
tornarse en poema. En definitiva, la nueva
clasificación de las cosas (bautismo) que
realiza Peicovich, es decir, la elección del
suceso y su separación en dos partes: cuer-
po y atribuciones, es ya en sí la declaración
de un nuevo significado.

La Arbitrariedad

Todo lo que usamos, decimos, animamos,


implica una elección. Una toma de postura
Borges y Poemas Plagiados - 201 -

acerca de las cosas que nos rodean, un jui-


cio. Elegir es enjuiciar las cosas, sopesarlas,
y más cuando lo que elegimos es una pala-
bra, un poema. Y esta facultad, común a to-
da sociedad humana, en el caso de Peico-
vich se enuncia hasta lo infinito, hasta lo
arbitrario. El poema plagiado nos reta en la
arena, como un astado. Nuestra audacia
nos ha de permitir esquivar la suerte e
imaginar el sentido del poema, con el ir y
venir sobre la capa, entre el poema y la es-
pada del lector.

El poema clásico parte de la propia referen-


cia del poeta. O bien acude a circunstancias
y antecedentes que casi podemos controlar.
Pero el poema plagiado de Peicovich es dis-
tinto. La querencia del poeta se ha esparci-
do sobre todas las cosas, hasta sobre esas
nimiedades en las que nunca hubiéramos
sospechado el poema. De forma que cada
elección de Peicovich nos induce dos senti-
res. El primero nos altera (irrita, seduce,
emociona), al comprobar la arbitrariedad
de procedimiento, el insensato mecanismo
que poetiza toda realidad. El segundo nos
burla: el poema plagiado parece decirnos
que la belleza ya estaba ahí, y que somos
Borges y Poemas Plagiados - 202
-

nosotros los que hemos tenido la impericia


de no verla.

Pero esta arbitrariedad tiene también su


regla interna. Una norma de elección que
se basa primordialmente en la descontex-
tualización de un suceso para producir un
efecto estético: su razón es intuitiva. A esta
razón le basta una mirada, un fotograma
detenido, aquello que transforma la reali-
dad cotidiana en realidad transfigurada de
arte. Esta elección, y aunque parezca lo
contrario, es un intento de regular el caos
para aprovecharse de la irregularidad que
supone la propia descontextualización. Es-
ta irregularidad se llama poema plagiado.
Algún estructuralista podría decirme que
este corte estético es una ficción, que la de-
tención (atemporal) de una parte de la
realidad bruta (poema plagiado) es ilusoria.
Yo lo acepto porque lo que tiene de ficticio y
de ilusorio este verso es justo lo que tiene
de perdurable.
Borges y Poemas Plagiados - 203
-

Ejercicio de Humildad. Antecedentes.

Es preciso tener mucha fe y mucho opti-


mismo vital para decidirse a tropezar con
la poesía en todas partes, para gozar del he-
cho en sí, imaginado sin tiempo. Este tro-
piezo, tan evidente en el poema plagiado
que nos deja sin aliento, nos hace ver al
menos dos caracteres inmediatos en el poe-
ta Peicovich y en su actividad de venator
que, dicho sea de paso no es única, puesto
que también se complace en otro tipo de
versos. Los poemas plagiados son un gran
ejercicio de humildad y su correlato, estos
dos caracteres, son la ternura y la observa-
ción.

En primer lugar vemos ternura en esa bús-


queda incesante de la belleza secreta que
encierra lo obvio, en parte de lo minucioso,
de lo desvaído, en esa orfebrería de la pala-
bra que supone dar con lo lírico hasta en
una lista de las importaciones de la Argen-
tina del siglo pasado, o en el verbo infantil
que todos hemos aprendido. Las Pirámides
de Giza, en Egipto, pueden ser grandiosas
pero nunca tiernas o humildes. Su desme-
Borges y Poemas Plagiados - 204
-

sura es una caricatura de lo tierno: nos so-


brecogen pero no nos enternecen, pueden
humillarnos pero no hacernos humildes.

En segundo lugar, en esta poesía se nos re-


vuelve un psicólogo de lo cotidiano, un
Monsieur Dupin del arte. Los poemas pla-
giados son fruto de una observación impla-
cable pero ¡ojo!, una observación que no se
dirige a lo evidente, a lo enorme, sino a lo
que esconde el discurso tácito, a eso que no
nos importa porque lo sobreentendemos,
que no significa que hayamos entendido
algo en demasía sino, al contra-rio, que
hemos pasado por encima del entender sin
habernos dado cuenta de nada. Y este saltar
para no entender, este llegar sin saber, y
por tanto no llegar, es lo que pone de mani-
fiesto el poema plagiado mediante su acier-
to.

Paso a otro tema: los antecedentes de esta


poesía. Estos los encontramos de forma
evidente en el lenguaje plástico. Así, el
poema plagiado es una suerte combinato-
ria del arte pop, de la greguería de Ramón
Gómez de la Serna y del ready made de
Borges y Poemas Plagiados - 205 -

Marcel Duchamp. Comencemos por el más


reciente. El arte pop y el poema plagiado
coinciden en ser un arte de lo inmediato, de
lo cotidiano y de lo presente. Se parte de la
intuición de que el arte ya está (otra vez
humildad), de que sólo se trata de a elegir
una parte de lo real para introducirla en un
contexto irreal —por lo menos arbitrario—:
un lienzo, una galería de arte, una hoja de
papel, o bien al revés, para introducir un
orden (elección) en una globalidad caótica y
descompuesta. Pero mientras la pintura de
Warhol —ejemplo reciente en Madrid— nos
deja casi fríos (hay que estar en un estado
próximo a la ebriedad, de euforia o de furia,
para que nos diga algo), la poesía plagiada
de Peicovich nos estremece, esto es, nos
mece entre los extremos, función media-
dora y liminar de todo auténtico arte.

El segundo antecedente plástico es el ready


made de Marcel Duchamp. El ready made
es un objeto ya hecho, listo, que elegido por
el artista pasa a ser expuesto ante el públi-
co: un corcho, una silla vieja, una rueda de
bicicleta sirven para este propósito. La
coincidencia con los poemas plagiados de
Peicovich es casi más firme que en el caso
del arte pop. Del ready made dice (de nue-
Borges y Poemas Plagiados - 206
-

vo) Lévi-Strauss que su objetivo es romper


la relación significado-significante para
provocar una nueva fusión entre el signifi-
cante (ya poema, ya corcho) y el nuevo con-
texto, destacando particularidades y des-
cubriendo propiedades latentes pero reales.
Coincido con el antropólogo francés y des-
taco una palabra de la cita, (esto es: hago un
mini poema plagiado o un ready made):
provocar. Pues ¡qué duda cabe que una in-
tención de esta poética es el conmovernos
mediante la provocación, mediante el mí-
nimo escándalo!

En el ensayo titulado La Novia y sus Solte-


ros, acerca de la obra de Marcel Duchamp,
Octavio Paz nos indica una nueva propie-
dad de esta forma del arte: «En El Gran Vi-
drio culmina el movimiento de la ironía de
afirmación que anima a los ready made».
Ciertamente, la ironía y la provocación son
una cualidad de este arte que ya está, que
ya estaba: el ready made o el poema plagia-
do imponen una ruptura en nuestro conti-
nuum vital. Ruptura que, a modo de defen-
sa, a veces acompaña la sonrisa. Pero son-
reímos porque nos sentimos burlados, por-
que vemos que nos escamotean algo que es-
taba al alcance de cualquiera. Los poemas
Borges y Poemas Plagiados - 207 -

plagiados y el ready made emiten un juicio


sobre nosotros, ironizan sobre nuestras co-
sas, en parte nos desnudan y en parte, en su
claridad, se burlan de nosotros.

El tercer antecedente-coincidente es la gre-


guería de Ramón Gómez de la Serna. La
greguería es una metáfora con humor, co-
mo una intuición ingeniosa y explosiva de
las relaciones que existen entre las cosas,
definición que se acerca a muchos de los
poemas plagiados. Así podemos llamar sin
embarazo poema plagiado a cierto número
de greguerías. Recordamos, no viene mal,
dos de estas: «Los porteros leen el periódico
como si estuviesen enterándose de los
chismes de vecindad», y «la T es el mar-tillo
del abecedario». Pero no podemos dejar de
comentar que la ruptura provocada por la
greguería depende más del sesgo trasfor-
mar del poeta y de su intención humorísti-
ca, mientras que en el poema plagiado la
ruptura viene de la mano del nuevo contex-
to donde se ha introducido el fragmento
elegido por el poeta. Por otro lado, la diver-
sión en la greguería es sólo un hecho anec-
dótico en el poema plagiado. Esto es: mien-
tras que Ramón Gómez de la Serna se afir-
ma en lo pasajero y en lo contingente, la re-
Borges y Poemas Plagiados - 208
-

lación que establece Esteban Peicovich se


nos aparece como absolutamente necesa-
ria.

En primer lugar voy a ofrecer el texto de


una conversación inédita que mantuvo el
autor con Jorge Luis Borges en la que se
aborda, entre otros poemas, la cuestión de
los poemas plagiados. Después realizaré mi
comentario:

EP: ¿Cuál es el fin último de la poesía?

JLB: El agrado, la felicidad, la emoción. Si


un poema no es leído no existe. Una serie
de símbolos en una página, cuando es leída
ya existe y cada vez de un modo distinto. Yo
creo que un poema tiene que ser recreado
por el lector. El lector tiene que colaborar.
El poema está trabajando con él y no sólo
con la memoria o con los recuerdos o con
las imágenes del autor, sino con las del lec-
tor también. De otra forma el lector no po-
dría entrar en el poema, participar en él. Es
muy raro . . . cuando leemos el poema como
si fuéramos el autor, porque nosotros so-
mos los protagonistas del poema que lee-
mos. Y si rehusamos a ser protagonistas
nos quedamos sin el poema. Si no entramos
en ese juego, digo.
Borges y Poemas Plagiados - 209
-

EP: Lautremont dijo que «la poesía debería


ser hecha por todos y no por uno sólo».
¿Qué quiso decir, según usted?

JLB: la poesía popular está hecha por todos,


en el sentido que es la más trabajada. Por
ejemplo, esa colección de baladas inglesas
del obispo Percy hecha a mediados del siglo
XVIII. En ella hay dos versiones de la bala-
da, que es una obra épica muy linda. Las
dos tienen la misma fecha, las dos son anó-
nimas y es muy curioso ver cómo la prime-
ra es bastante tosca y cómo la última tiene
rasgos muy felices. Como si cada cantor de
la balada se hubiera dado cuenta de lo que
estaba mal y fue puliéndolo. De modo que
lo que se llama poesía popular es la más pu-
lida de todas, y además no ha sido pulida
por una sola persona sino por generacio-
nes. La gran poesía anónima no es una poe-
sía espontánea sino todo lo contrario, la
más trabajada. Mucho más trabajada que la
de Joyce o la de Mallarmé o la de Góngora,
pues está trabajada por generaciones que
han limado lo que no convenía y acentuado
lo que convenía, que ha ido sintiendo que
tal era una frase muerta, de peso muerto.
Supongo yo que eso es lo que quería decir
Lautremont. Salvo que quisiera decir que
Borges y Poemas Plagiados - 210 -

toda persona tenía que ser poeta, pero no


creo que esa fuera la idea, ¿no?

EP: No sé... Usted escribió en el prólogo de


«El oro de los tigres»: «Para un verdadero
poeta de la vida cada hecho debería ser poé-
tico ya que profundamente lo es».

JLB: Claro.

EP: Entonces ¿no habrá querido decir Lau-


tremont que el fin último de la poesía no es
literario, sino fáctico? ¿Que la utopía es al-
canzar el poeta vivido, no escrito?

JLB: Eso puede ser. También habrá personas


que vivieron cada momento de su vida con
plenitud estética.

EP: Es decir, la vida vivida como un acto de


poesía total.

JLB: Ojalá. Quizás las personas religiosas


puedan vivir así, ¿no?

EP: El «religare» es eso, vivir todos en uno.

JLB: Quizás una persona religiosa sienta la


vida así.

EP: Le ruego Borges atienda una pequeña


consulta poética que debo hacerle. Sé que
es muy generoso y lo comprenderá. Le
Borges y Poemas Plagiados - 211 -

cuento: soy hijo de un inmigrante croata


que llegó a la Argentina sobre 1925. Mi pa-
dre nunca consiguió hablar bien el caste-
llano. Diría más, lo castigaba, lo desarticu-
laba al hablar. Eso, a mí, poeta incipiente,
llegó a preocuparme mucho como fenó-
meno. Me refiero al hecho de no poder rela-
cionarme más profundamente con mi pa-
dre a través de una lengua común. Pero fí-
jese que un día descubrí que en el desespe-
rado lenguaje que usaba mi padre para co-
municarse en español había perlas miste-
riosas. Esto es, había poesía. Cierta vez que
una muchacha vecina muy hermosa pasó
frente a nuestra casa y nos saludó, mi pa-
dre, con ese castellano que le digo, comen-
to: «Esa muchacha es muy saludable, salu-
da a todo el mundo».

JLB: Ah, qué lindo.

EP: También decía, por ejemplo, en días de


tormenta, que había muchos «tronos y fusi-
lamientos», por truenos y refusilos.

JLB: Tronar, sí, eso es un juego involuntario.


Diciendo el trueno era también un trono,
era dios, era Azor, por ejemplo.

EP: Bien, pero alguna vez yo le corregía esas


palabras a mi padre y recibí de él una res-
Borges y Poemas Plagiados - 212 -

puesta inolvidable: «Para qué me corregís si


nos entendemos».

JLB: Y tenía razón.

EP: Allí descubrí que detrás de esa actitud


verbal de mi padre había algo así como una
arte poética que había que profundizar.

JLB: Es cierto, sí.

EP: Con el tiempo reflexioné sobre esta in-


quietud que movilizó mi padre, lo cual me
llevó a intentar el rescate de la poesía sa-
cándola del simple hecho literario y bus-
cándola en lo real o en textos ajenos a lo li-
terario. ¿Me comprende?

JLB: Pero yo no creo que convenga eso, ¿por


qué?

EP: Porque me parece que hay una enorme


cantidad de poesía en la vida cotidiana y en
la realidad que nos rodea y que solemos no
ver precisamente por el mismo tipo de vida
que llevamos.

JLB: ¿Pero a usted le parece que no habría


que escribirla?

EP: Al contrario, creo que habría que confe-


sarla y darla a conocer como se da a cono-
cer el poema escrito.
Borges y Poemas Plagiados - 213 -

JLB: Los sueños formarían parte de eso que


usted dice...

EP: Le voy a dar un ejemplo que incluyo en


mi libro «Poemas Plagiados» para que usted
lo juzgue. Este poema se llama «El inocen-
te», y en él yo no he creado nada sino que
me limité a transcribir lo que en un mo-
mento vi en la realidad. Dice así: «En un bar
de la calle Riobamba al 438, de Buenos Ai-
res, hay una repisa de vidrio donde cohabi-
tan, al parecer desde hace tiempo y sin con-
flicto, una botella de caña Legui y una pos-
tal de la Última Cena. Están junto a un vaso
que contiene dos espigas de trigo, tres mo-
nedas de un peso, una estampita de San
Cayetano con un niño en brazos y un tubito
de poxipol. Cuando le pregunté al mozo
quien había reunido eso así, me respondió
que él no era, que eso se había juntado allí
“por la costumbre”».

JLB: Está bien, aunque yo diría «conviven»,


porque cohabitan sonaría a otra cosa. Pues
está bien, es lindo.

EP: Entonces pensé que el rescate de situa-


ciones como ésta, o una lectura extraña,
distinta, de textos de otro origen, podría
generar una actitud poética, una nueva lí-
nea poética.
Borges y Poemas Plagiados - 214 -

JLB: Yo creo que si uno fuera sensible sentí-


ría todo el tiempo cosas como esas, se ex-
trañaría continuamente de los hechos.

EP: ¿Y no sería una buena actitud de salu-


bridad poética andar por el mundo dando
testimonio de esto, descubriendo esta otra
realidad de la poesía?

JLB: Yo creo que es cuestión de cada uno.

EP: No digo que lo hagan todos, sino que al-


guien señale ese tipo de situaciones poéti-
cas que tiene la vida, situaciones frente a
las cuales pasamos y no vemos, en vez de
imaginarlo.

JLB: Es que es lo mismo. La poesía está de-


dicada a eso. Porque quizás, quizás, la poe-
sía exigiera algo más. Por ejemplo, si a mí
se me hubiera ocurrido eso, yo lo habría es-
crito pero cambiando los objetos. Me pare-
cería que yo no tengo derecho a transcribir
algo. Me parece que siendo un poeta yo ten-
go que modificar de algún modo. Quizá sea
un error mío.

Aquí termina la conversación: un texto


muy útil para comprender el poema plagia-
do. Lo primero que destaco es el momento
inicial en el que Borges se niega a aceptar
un poema extraído de la realidad no litera-
Borges y Poemas Plagiados - 215 -

ria. Borges es un suceso literario, su primer


gran acontecimiento fue la bibliografía de
su padre, los libros le han sido más fieles
que las personas, de ahí que le disguste una
poesía tan callejera, tan a la mano de cual-
quiera. Sospecho que Borges se disgusta por
lo azaroso de esta poesía. De un modo o de
otro, con laberintos, cárceles, bibliotecas,
repeticiones y eternos regresos, o hasta con
dioses dementes, Borges ha querido dome-
ñar el caos y evadirse del azar y de la incer-
tidumbre del mundo: elegir causalidad
contra casualidad. De ahí que emita su re-
serva acerca de una poesía que se aleja de la
erudición y de la tradición literaria, una
poesía que depende del hallazgo, de la suer-
te, de la perspicacia del poeta viajero. Tanta
promiscuidad de origen no puede satisfa-
cer el celo íntimo de Borges.

La segunda parte del comentario de Borges


insinúa que el poeta debe modificar, que no
puede limitarse a transcribir. Yo creo que el
suceso artístico se produce en el mismo
momento en el que «algo», (dejando las ca-
lidades aparte), es destacado en el papel, o
en el lienzo, en el momento en el que algo
es arrebatado de su lugar común, trasto-
cado su ambiente. Ahí está ya la modifica-
ción. Porque lo decisivo es el criterio, la in-
Borges y Poemas Plagiados - 216 -

tencionalidad del poeta. Además, la trasla-


ción del poema plagiado es ya una muy sus-
tanciosa transformación. En rigor, ambas
visiones, la de Borges, la de Peicovich, no se
oponen, y ambas se suceden en los libros de
uno y de otro. Simplemente vemos que en
la obra de Borges los hechos narrados sue-
len tener un origen literario. Pero lo que ca-
lifica una poética no es su fuente originaria
de experiencias sino el método empleado
en descubrirlas. Y aquí, Borges y Peicovich,
me temo, coinciden. Como ejemplo somero
nos basta con consultar el Índice de las
Fuentes de la Historia Universal de la In-
famia. Las fuentes donde bebe Peicovich,
que no es cartaphilus, son menos remotas
pero, no por ello, menos importantes, o
menos poéticas.

Donde se distingue a un gran hombre no es


en la opinión que mantiene sino en la que
cambia. Este cambio opera como provoca-
dor para los seres rígidos. Borges es un gran
amigo de este tipo de opiniones contra-
puestas, en función del país donde esté, de
con quien esté hablando. Esta duda volun-
taria o no, expresa la conciencia resbaladi-
za del mundo. Mis dos párrafos de este
apartado creo que bastan para atenuar la
tímida censura que Borges insinuó a Peico-
Borges y Poemas Plagiados - 217 -

vich. Sin embargo, voy a ofrecer un texto


poco conocido de Borges en el que el autor
razona el poema plagiado (no lo llama así),
e incluso recoge uno de estos.

Lo doy sin comentario mío pues de por sí es


elocuente, y a las alturas de este prólogo el
lector ya sabe suficiente millones», y lo
preparó Fernando Godoy para Ediciones
Corregidor de Buenos Aires. Yo tengo la
primera edición de 1978. En el libro Borges
es entrevistado con largueza e interés. Las
respuestas de Borges formaron el núcleo
del guión de una película que recibió el
mismo título del libro pero que yo no he
visto nunca en España. En la página 19
Borges está comentando acerca de dos ins-
piradores suyos: Chesterton y Séneca. Del
cordobés dice que aunque no hubiera escri-
to nada más podría salvarse por la siguien-
te frase a propósito del incendio que arrasó
la ciudad de Lyon: «Una nox fuit urban ma-
xima net nulam», que traduce por «Hubo
una sola noche entre la máxima ciudad y
ninguna». Por fin, al pie de la página, co-
mienza lo que tanto nos importa: «Ahora
bien, contrariamente a los que su-ponen
que la belleza es algo raro, yo creo que la be-
lleza está esperándonos en cada momento.
Voy a recordar una anécdota personal: yo
Borges y Poemas Plagiados - 218 -

salía del subterráneo un día de lluvia; re-


cuerdo exactamente la esquina: Florida y
Corrientes. Yo salía, todos enarbolaban sus
paraguas, yo salí con mi bastón, y entonces
un compadrito que estaba vendiendo dia-
rios me dijo: «Se vino con el abuelito el pa-
raguas, el bastón». Sí, inventó una metáfo-
ra y no se dio cuenta de que era una metá-
fora, y sin duda la olvidó instantáneamen-
te. Bueno, pues ahí tenemos un ejemplo de
belleza literaria, un ejemplo que surge es-
pontáneamente y el cual es inconsistente
en la persona que lo dice. De modo que yo
creo esto: recuerdo una frase de mi maes-
tro (he debido mencionarlo antes, pero la
memoria es un poco arbitraria), de mi
maestro Rafael Cansinos- Assens, que le
pedía a Dios: ¡Oh, Señor, que no haya tanta
belleza! Otros se quejan de la miseria del
mundo, de la pobreza, de la tristeza, y él se
quejaba, al contrario, de que hubiera en el
mundo demasiada belleza».

La mejor apología del poema plagiado per-


tenece, sin duda, a la pluma de Borges.
Borges y Poemas Plagiados - 219 -

Recomendaciones

Lo primero que deseo recomendar al lector


sensato es que no se deje llevar por la impa-
ciencia, por la prisa, que lea todo lo inge-
nuamente que pueda el cuerpo del poema y
que sólo luego se atreva con la atribución,
con el pie de página. Esta poesía nos hace
descansar la imaginación en su anhelo de
lo simple y hermoso. Así hay que verla, aca-
tamiento lírico del cosmos y de la naturale-
za tal como la encontramos en el Cántico de
Guillén o en los delgados versos de Salinas.

Esta es una poesía popular: se dirige a todos


y de todos viene. Es todo lo contrario de un
arte posesivo, privado. En lo íntimo, nos
pertenece. El proceder de Esteban Peicovich
es incisivo. El objeto bello está ahí, pero hay
que extraerlo, y este es el conocer del poeta,
el golpe de vista del verso. Y conste que
donde escribo bello quiero decir patético. La
intención de esta poética es la de provocar
la metáfora por medio de la sorpresa, com-
binando, más palabras, situaciones, espa-
cios, tiempos, como si de una alegoría vi-
sual se tratara.
Borges y Poemas Plagiados - 220
-

Encantar o desencantar con aquello que es


imprevisto. Provocar ese mecanismo de re-
alimentación que nos hace exclamar !ah,
no me había dado cuenta!, con el consi-
guiente juego del ir y venir en demanda de
la explicación. En algún momento, la im-
presión que nos ha dejado el verso anterior,
el hallazgo anterior, pues de eso se trata, es
tan fuerte, que en el siguiente poema pla-
giado acudimos antes al pie de página, a la
atribución, para no asustarnos, para no
sorprendernos con exceso. Pero, lo acabo de
escribir, esto no debemos hacerlo, porque
sería deshacer las condiciones del hechizo
antes de que este se produzca. Y no obra-
ríamos de justicia para con Esteban Peico-
vich, que con esta poética nos recuerda la
parte lúdica de toda vida, suministrándo-
nos, eso sí, con dosis módicas, estos versos
plagiados, como a un niño al que obse-
quiamos sólo unas cuantas piezas del rom-
pecabezas esperando que él imagine las
otras.

José Tono Martínez

Bibliografía explícitamente consultada

José Ortega y Gasset: «La Deshumanización del


Arte», «El Tema de nuestro tiempo», «Medi-
Borges y Poemas Plagiados - 221 -

taciones del Quijote» (Revista de Occidente).


Edmund Leach: «Cultura y Comunicación» (Si-
glo XXI). Víctor Turner: «La selva de los símbo-
los» (Siglo XXI). C.Lévy-Strauss: «El pensamien-
to salvaje».

F.C.E. y «Antropología Estructural» (Eudeba).


LA EPIFANÍA URGENTE

POEMAS PLAGIADOS DE ESTEBAN PEICOVICH

Jorge Monteleone

CONICET / Instituto de Literatura Hispa-


noamericana

Universidad de Buenos Aires


- 225 -

Desde los años sesenta y a lo largo de más


de cuatro décadas, Esteban Peicovich con-
cibió una forma poética particular que lla-
mó poema plagiado. Consiste en descubrir
y reproducir textos tomados de discursos
no poéticos, orales o escritos, de muy diver-
sa procedencia, de tal modo que puedan ser
leídos poéticamente mediante el artificio
de su disposición: situarlos en un libro de
poemas y estructurarlos en una forma fija,
que incluye no sólo la información de su
origen, sino también un título que induce
la interpretación estética y así modifica las
expectativas de recepción de dichos mensa-
jes. En esa descripción técnica, sin embar-
go, se pierde lo esencial. Esteban Peicovich
lo enunció en el prólogo a la primera com-
pilación de los poemas plagiados, “Palabras
de más” (Introducción al camelo, Buenos
Aires, Jorge Álvarez, 1967), que se reprodu-
ce en la última (Poemas plagiados, Buenos
Aires, Bajo la luna, 2008) con la vibración
propia de un manifiesto:

Surgió entonces una veta apasionante:


descubrir toda aquella poesía no con-
vencional, ese caudal de poesía que
nadie sabe que usa y vive en la más
cruda realidad. Una vuelta de tuerca,
- 226 -

apenas un desenfoque, y la súbita apa-


rición de una zona familiar, aun-que
desconocida. Junto con ella la pre-
potente irrupción de la sátira, pro-
ducto de una época en crisis. La elec-
ción no fue ardua. O seguir escribien-
do poesía literaria –suplantando he-
chos poéticos con palabras– o simple,
llanamente, desnudar la belleza, pla-
giarle poemas a la realidad.

Esa poética parece sencilla, pero son com-


plejas y fascinantes sus premisas estéticas.
Por ello la crítica sobre los Poemas plagia-
dos, aunque todavía escasa y en parte
reunida en la última edición del libro, está
plena de hallazgos. La escribieron José Ma-
ría Parreño, José Tono Martínez, Ricardo
Ibarlucía –además de un prólogo de Manuel
Vicent o una reseña de Gabriel Bañez–; este
ensayo aspira a continuarla, razonando, no
sin candor, el arco iris del azar y el otro la-
do del espejo

¿Es posible plagiar el mundo?


- 227 -

Cuando Charles Baudelaire escribía “Les


parfums, les couleurs et les sons se répon-
dent”(los perfumes, los colores y los soni-
dos se responden) en Les Fleurs du Mal
imaginaba las correspondencias entre las
cosas y descubría perfumes frescos como
carnes de niños, dulces como los oboes y
verdes como los prados. Imaginaba resti-
tuir una utopía: la posibilidad de que en el
mundo rigiera la ley de las semejanzas, la
analogía universal. Un mundo de ecos, don-
de las cosas participaran unas de otras en
la inmanencia de una vertiginosa fusión de
armonías. El poema era así una metonimia
del mundo: ese mundo legible como un tex-
to donde regía la metáfora, es decir, el or-
den especular de los símiles, era nombra-do
en la palabra poética. Esa era la sagrada
Harmonía que Rubén Darío supo cantar y
los modernistas de España y de América
vindicaron con una fe religiosa. Los mo-
dernistas hispanoamericanos creían que la
palabra misma era un doble verbal del
mundo y por ello había vocablos que rever-
beraban con brillo de joya: para Leopoldo
Lugones el poeta era “el Dorador”. Esa
creencia, de raíz romántica, empezaba, sin
embargo, a resquebrajarse. La ironía –lo di-
jo Octavio Paz en Los hijos del limo (Barce-
lona, Seix Barral, 1974)– era la herida por la
- 228 -

que se desangraba la analogía. La vanguar-


dia constató que el mundo no era una uni-
dad y que el horizonte estaba des-garrado y
se poblaba, para decirlo con César Vallejo,
de heraldos negros. Lo que anunciaban era
la caída del fundamento del mundo y del
Logos divino como fuente del sentido –
Nietzsche lo supo antes de enloquecer,
Rimbaud ordenaba la Alquimia del Verbo y
la abandonó para siempre al partir hacia
Abisinia, mientras Mallarmé elevaba, eclip-
sadas todas las flores del mundo, la Flor
como una pura Idea–. El orden divino ha-
bía claudicado: “Yo nací un día / que Dios
estuvo enfermo, /grave”, escribía Vallejo. Y
así los vocablos descubrían que la lengua
era un galimatías, un orden de significan-
tes espesos, hartos de tipografía, de trazos,
de literalidades: “al-fan alfiles a adherirse”
se lee en Trilce, “Aururaro ulisamento lalilá
/ Ylarca murllonía / Hormajauda marijau-
da” se lee en Altazor y no ya hay objetos en
el mundo que alcanzan esa condición de
existencia. El poema ya no podía referir el
mundo y las cosas que nombraban eran ob-
jetos enigmaticos, plurales, ideales. Objetos
que el mismo poema creaba y con los cuales
ahora comenzaba a poblar el mundo, como
las cosas soñadas y la lengua misma de
- 229 -

Tlön: “Entonces desaparecerán del planeta


el inglés y el francés y el mero español. El
mundo será Tlön”, se lee al final de “Tlön,
Uqbar, Orbis Tertius”, de Jorge Luis Borges.
La poética de los espejos se volvía la poética
de los prismas. No había dioses: ahora el
poeta, lo repitió Huidobro, era un pequeño
dios; pero acaso ese saber era antiguo: “Esta
idea del artista como creador absoluto, del
Artista-Dios, me la sugirió un viejo poeta
indígena de Sudamérica (aimará) que dijo:
‘El poeta es un dios, no cantes la lluvia, poe-
ta, haz llover’”, escribió en “La creación pu-
ra”. Borges, ya ciego, dejó de ver las orillas
en la hora indecisa del crepúsculo y el
mundo se transformó en una larga enume-
ración: cada verso es una cita, una cosa an-
tigua, un sabor recordado, un volumen; el
orbe, en lugar de acabar en un libro, se vol-
vió insomne enciclopedia. Los poetas his-
panoamericanos debieron lidiar con esa in-
cesante ruptura. Lezama Lima instauró el
imperio de la Imagen, multiplicada, crean-
do el ser en su propio despliegue hacia las
eras imaginarias. Nicanor Parra decidió
que ya no había palabras poéticas y que el
poeta debía cambiar el nombre mismo de
las cosas. En “Cambios de nombre”, el pri-
mer poema de Versos de salón (Santiago de
Chile, Nascimento, 1962), escribió que el
- 230 -

poeta ya no cumplía su palabra si no cam-


biaba el nombre de las cosas: “¿Mis zapatos
parecen ataúdes? / Sepan que desde hoy en
adelante / Los zapatos se llaman ataúdes. /
Comuníquese, anótese y publíquese / que
los zapatos han cambiado de nombre: /
des-de ahora se llaman ataúdes. / Bueno, la
no-che es larga. /Todo poeta que se estime a
sí mismo / debe tener su propio diccionario
/ y antes que se me olvide / al propio dios
hay que cambiarle nombre / que cada cual
lo llame como quiera: / ese es un problema
personal”. Aquello que predicaba la anti-
poesía de Parra –con el cual el poema pla-
giado de Peicovich tiene un claro parentes-
co–, bajo su aparente aire de juego, era una
revolución: por un lado, los poetas podían
nombrar lo real transfigurándolo en la len-
gua e instituyendo los poderes de lo imagi-
nario y, por otro, no había un sentido tras-
cendente: el mundo ya no sería nombrado
en nombre de dios alguno, sino que cada
poeta podía nombrarlo a su modo y su
vínculo era puramente individual y, en
consecuencia, contingente. “Durante me-
dio siglo / la poesía fue / el paraíso del ton-
to solemne. / Hasta que vine yo / y me ins-
talé con mi montaña rusa”, escribió Parra.
- 231 -

Los ejemplos y las variantes abundan a lo


largo de las décadas de poesía en Hispano-
américa para resolver esa abrumadora ta-
rea, que cada poeta debe hacer a su modo,
como un deber de mitógrafos: nombrar el
mundo. Describir el modo de esa resolución
–o, mejor dicho, de las formas perentorias
que luchan entre el fracaso, la iluminación
y la desdicha– supone describir su poética.
También debió hacerlo Esteban Peicovich.
Comenzar a discernir esa respuesta desde
algunos de sus poemas “tradicionales” –por
llamarlos sólo de un modo convencional
para diferenciarlos de la forma que nos
ocupa– acaso permita acercarnos, median-
te un rodeo, a algunas premisas de la poéti-
ca de sus Poemas plagiados.

En uno de sus poemas clave, “Curriculum”,


publicado en La bañera azul (Madrid, Liber-
tarias /Prodhufi, 1994), Peicovich escribió:
“Por la palabra, al artefacto que soy /le fue
dada la rosa en consideración / el cordero
en cuidado / y el silencio de Dios en cauti-
verio”. Y al final: “Veré de poner música es-
ta noche. / No vaya a ser que tope / con un
golpe de dados / y mi azar no lo sepa”. Allí
la idea de hacer del objeto artístico, como el
- 232 -

poema, un arte facto, un constructo, a la


manera vanguardista, se invierte: el arte-
facto es el sujeto y la palabra es la causa, no
el efecto, para que cerciore el mundo poéti-
camente. Pero, además, el sujeto no cuenta
con el fundamento divino para su acción:
ya no hay verbo sagrado y sólo cuenta con
el silencio de Dios. Y, en fin, el sujeto mis-
mo es azaroso; no obstante, el Universo
puede ofrecerle un golpe de dados, una
configuración que pueda hacer patente la
belleza, ofrecerse ante el sujeto como una
epifanía súbita, instantánea, ante la que
debe estar atento. El poeta no es el autor ni
el artífice de esa belleza, sino su intérprete,
pero en la epifanía no hay un dios oculto
detrás de ese misterio del mundo que debe
descifrarse, porque de hecho tal dios no só-
lo es ajeno, sino también ha cometido erro-
res y se ha retirado: “¿Qué error cometiste /
oh Dios / para que el misterio / se te cayera
de las manos / y explotara”, escribe Peico-
vich. Y además: “En el invierno de 1990 /
Dios cometió un error de sintaxis”, o bien:
“Esta es la fórmula, seguramente módica /
y sobre todo única, para borrar errores /
cometidos por Dios con el domingo”.
- 233 -

En cierto modo, el mundo ha sido proferido


pero Dios es incapaz de interpretarlo o co-
mete errores respecto del Texto del Mundo
–ese mito romántico, que los simbolistas
recuperaron, los modernistas hispanoame-
ricanos repitieron y los vanguardistas di-
namitaron para leer y escribir en sus frag-
mentos–. No es un dios particular y arbitra-
rio, como en la imagen de Parra, pero sí es
ajeno e incongruente. No ha creado el
mundo: ha plagiado la Creación. El ser lin-
güístico del Logos divino, entonces, no sería
más que el mero símil de una con-ciencia
trascendente: la creación misma produce
su propia lengua y cada cosa se manifiesta
en sí misma. El poema “La pasionaria”
afirma que la verdad de lo creado reside en
ella y la divinidad no puede fundamentarla
sino repitiéndola: “Sépase que Dios plagió
la Creación / del ojo de esta flor. / Y des-
cansó enseguida. // Así está escrito en el ci-
frado rostro de ella. / Y por eso en su belle-
za no estamos contemplados”. Ni la con-
ciencia lingüística de un dios ni la lengua
humana fundamentan la flor: su belleza se
cifra en su absoluta presencia como un
signo del Texto del Mundo, infundamenta-
do. El primer poema de La bañera azul,
“Ejercicio de oratoria”, dice:
- 234 -

En la fiesta del lenguaje hay palabras espejo


como picaflorear y colibrear.

Ambas viven su gemelo silencio en la garganta


y cuando una flor las llama liberan sinonimia.

Una se dirige hacia el polen con aguja.


Otra sobrevuela los pétalos y espera.

Un picaflor es asesino a cara descubierta.


Un colibrí el eufemismo en cómplice saqueo.

Esto es lo que hacen las palabras


con sus pájaros de azogue en la garganta.

Y tal vez sea así


como funciona el aparato locutor de la belleza.

Con este poema contundente Peicovich


ofrece de nuevo una síntesis posible: por un
lado, refiere una poética de los espejos –
propia de la ley de la analogía universal,
según la cual el mundo es un Texto regido
por el orden de las correspondencias–; por
otro, asume que ese mundo no es trascen-
dente, no depende de una conciencia tras-
cendental, ni siquiera de una conciencia
humana. El “aparato locutor de la belleza”
reemplaza entonces la semejanza metafó-
rica por el imperio de la sinonimia: es ca-
paz de nombrar dos veces la misma cosa, de
- 235 -

crear sus pájaros-espejo en la duplicidad de


las palabras “colibrí” y “picaflor” y sus ver-
bos inauditos “colibrear” y “picaflorear”.
Cada palabra propone así un golpe de da-
dos, una súbita congruencia poética en el
seno mismo de la discursividad social. No
hay entonces una poesía que se crea: lo
creado ya es poético y el acto poético de
cualquier individuo –virtualmente de cual-
quier individuo– consistiría en plagiarlo,
como un pequeño dios azorado: constatarlo
como repetición, mimetizar su capacidad
mimética, ser el locutor privado, el lengua-
raz o el ventrílocuo, del aparato locutor de
la belleza. Esa es, acaso, la utopía de Este-
ban Peicovich, su respuesta posible. Pero
entonces ¿de qué modo el poema plagia el
mundo? ¿Y qué lengua discurre para reali-
zar este acto poético? ¿Qué clase de poeta
puede ser ese “plagiario”? ¿Con qué mate-
riales del mundo y con qué procedimiento
se construye un “poema plagiado”?

La ley del Padre

En el comienzo de “Palabras de más”, Pei-


covich escribe: “Mi padre –obrero de lo real,
- 236 -

y emigrante– solía dañar con inocencia el


idioma castellano. Cuando un día, al seña-
larme una muchacha, comentó ‘es saluda-
ble, saluda a todo el mundo’, pensé que es-
taba más cerca de la poesía que yo y mu-
chos de nosotros. Su fervor nombrador, sin
él saberlo, lo matrimoniaba con la poesía,
haciéndolo tocar el río oculto del idioma”.
Esa frase de su padre, Andrés Peicovich,
encabeza como epígrafe la sección I del li-
bro. Otra (“La noche era muy mala. Había
tronos y fusilamientos”) encabeza la sec-
ción II.

La clave biográfica de estas dos citas que


ordenan las dos secciones de Poemas pla-
giados, se halla en un diálogo de Esteban
Peicovich con Jorge Luis Borges, cuyo ex-
tenso fragmento reproduce José Tono Mar-
tínez en uno de los ensayos críticos que
acompañan la edición de 2008. Conviene
recordar otra vez este diálogo y retomar la
exégesis iniciada por Martínez, porque sin
duda ilumina la poética implícita en el
“poema plagiado”. Peicovich manifiesta el
deseo de hacerle a Borges una pequeña
consulta poética a propósito de su descu-
brimiento de ese tipo de poemas. Le cuenta:
- 237 -

Soy hijo de un inmigrante croata que


llegó a la Argentina sobre 1925. Mi pa-
dre nunca consiguió hablar bien el
castellano. Diría más, lo castigaba, lo
desarticulaba al hablar. Eso, a mí, poe-
ta incipiente, llegó a preocuparme
mucho como fenómeno. Me refiero al
hecho de no poder relacionarme más
profundamente con mi padre a través
de la lengua común. Pero fíjese que un
día descubrí que en el desesperado
lenguaje que usaba mi padre para co-
municarse en español había perlas
misteriosas. Esto es, había poesía.
Cierta vez una muchacha vecina muy
hermosa pasó frente a nuestra casa y
nos saludó; y mi padre, con ese caste-
llano que le digo, comentó: ‘Esa mu-
chacha es muy saludable, saluda a to-
do el mundo’”.

Borges le dice (estas palabras hay que oír-


las, no leerlas): “Ah, qué lindo”. Y luego Pei-
covich sigue con la anécdota que ilustra el
enigmático epígrafe que abre la sección II
de Poemas plagiados: “También decía, por
ejemplo, que había ‘tronos y fusilamientos’,
por truenos y refucilos”. Y ante la aparición
del trueno, Borges deriva entonces a otra
- 238 -

zona que, acaso involuntariamente, re-


cuerda su propio prólogo a El oro de los ti-
gres –que Peicovich le había mencionado
sólo un momento antes–. Borges acota:
“Tronar, sí, eso es un juego involuntario.
Diciendo el trueno era también un trono,
era dios, era Thor, por ejemplo”. Peicovich
retoma la anécdota. Dice: “Bien, pero algu-
na vez yo le corregía esas palabras a mi pa-
dre y recibí de él una respuesta inolvidable:
‘Para qué me corregís si nos entendemos’”.
Ante la aquiescencia de Borges, Peicovich
continúa precisando su descubrimiento,
que es una poética implícita sobre los poe-
mas plagiados:

Allí descubrí que detrás de esa acti-


tud verbal de mi padre había algo así
como un arte poética que había que
profundizar. (…). Con el tiempo refle-
xioné sobre esta inquietud que movi-
lizó mi padre, lo cual me llevó a in-
tentar el rescate de la poesía sacán-
dola del simple hecho literario y bus-
cándola en lo real o en textos aje-nos
a lo literario. (…). Porque me parece
que hay una enorme cantidad de
poesía en la vida cotidiana y en la
realidad que nos rodea y que solemos
- 239 -

no ver precisamente por el mismo ti-


po de vida que llevamos.

Borges afirma que no cree que eso “con-


venga”, o le pregunta si no piensa que esa
poesía “habría que escribirla”. A lo cual Pei-
covich responde: “Al contrario, creo que
habría que confesarla y darla a conocer
como se da a conocer el poema escrito”.
Aunque Peicovich le brinda un ejemplo
contundente, que aparece en los Poemas
plagiados, Borges se niega sutilmente a re-
conocerlo y afirma que la poesía no exige
una constatación del mundo, sino una mo-
dificación. Con acuidad, Martínez cita una
anécdota contada por Borges (en Borges pa-
ra millones, Buenos Aires, Corregidor, 1978,
transcripción de Fernando Godoy de algu-
nos diálogos omitidos en el film homónimo
de 1978 dirigido por Ricardo Wullicher). Di-
cho ejemplo repite, de algún modo, el pro-
cedimiento del poema plagiado sin saberlo,
cuando Borges descubre en la calle la frase
feliz de un canillita que “in-ventó una me-
táfora y no se dio cuenta de que era una
metáfora, y sin duda la olvidó instantá-
neamente. Bueno, ahí tenemos un ejemplo
de belleza literaria, un ejemplo que surge
instantáneamente y que es inconsistente
- 240 -

con la persona que lo dice”. A partir de esta


reflexión acerca de la anécdota vivida, Mar-
tínez sostiene que “la mejor apología del
poema plagiado” pertenece a Borges. Pero
menos que esa confirmación involuntaria,
nos interesa aquí retomar aquella amable
reconvención borgeana, porque así nos
permite definir en su contraste la poética
del poema plagiado.

La respuesta de Borges es ambigua, acaso


porque su propia poética lo es, dada su as-
piración a que el arte manifieste el orden
de una belleza que se presentaría inaccesi-
ble, salvo como aspiración o sucedáneo: “La
música, los estados de felicidad, la mitolo-
gía, las caras trabajadas por el tiempo, cier-
tos crepúsculos y ciertos lugares, quieren
decirnos algo, o algo dijeron que no hubié-
ramos debido perder... esta inminencia de
una revelación, que no se pro-duce, es, qui-
zá, el hecho estético”, escribió hacia 1950
en “La muralla y los libros”, ensayo recopi-
lado en Otras inquisiciones (Buenos Aires,
Sur, 1952). Además, el nominalismo bor-
geano –como lo estudia Jaime Rest en El la-
berinto del universo. Borges y el pensa-
miento nominalista (1976, reeditado en
Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2009)– im-
- 241 -

pedía considerar que el lenguaje constatara


la objetividad del mundo y, en consecuen-
cia, que la belleza existiera más allá de una
construcción mental. Borges es agnóstico
respecto de un lenguaje de raíz mítica co-
mo, por ejemplo, el que sostiene Walter
Benjamín en “Sobre el lenguaje en general
y el lenguaje de los hombres”, tributario de
la mística judía, que considera el ser lin-
güístico de las cosas donde el mundo ha si-
do proferido por la divinidad. Es decir, Bor-
ges suspende el juicio y señala que ese len-
guaje es imposible en el mundo moderno y
que de hecho ningún poeta lo alcanzó, ni
siquiera Walt Whitman, al que veneraba.
Aquello que le señala a Peicovich corres-
pondía a lo que escribió en el prólogo a su
libro de poemas El oro de los tigres, que da-
ta de 1972:

En el principio de los tiempos, tan dó-


cil a la vaga especulación y a las inape-
lables cosmogonías, no habrá habido
cosas poéticas o prosaicas. Todo sería
un poco mágico. Thor no era dios del
trueno; era el trueno y el dios. Para un
verdadero poeta, cada momento de la
vida, cada hecho, debería ser poético,
ya que profundamente lo es. Que yo
sepa, nadie ha alcanzado hasta hoy esa
- 242 -

alta vigilia. Browning y Blake se acer-


caron más que otro alguno; Whitman,
se la propuso, pero sus deliberadas
enumeraciones no siempre pasan de
catálogos insensibles.

A eso alude precisamente cuando le respon-


de a Peicovich aludiendo a Thor con una di-
gresión ante la mención de los “tronos y fu-
silamientos” de su padre Andrés Peicovich
como una versión de la frase “truenos y re-
fucilos”. Pero, como anticipamos en la sec-
ción anterior, la utopía del palabrista de los
poemas plagiados es por completo diversa a
la de Borges. El aparato locutor del mundo se
manifiesta en la palabra y a la vez la palabra
lo repite, lo dobla, lo traduce de modos diver-
sos, como en los especulares “colibrí” y “pi-
caflor”. De ese modo podría pensarse que
“tronos y fusilamientos” es también una
forma especular, y a la vez un espejismo, de
“truenos y refucilos”. En ese hiato de pura
creatividad la belleza, otra vez, habla. La
iluminación de Peicovich reside en esa com-
prensión de la lógica del español de su padre
para los poemas plagiados. Su carácter es la
extranjería y su código no responde a una
lengua unívoca sino a una pluralidad expre-
siva: “Dálmata poco dado a los cambios
- 243 -

idiomáticos, [mi padre] emigró a la Argenti-


na y por más esfuerzos que realizó jamás
pudo situarse en algún rincón del caste-
llano”, escribió Peicovich en su texto “El pla-
giador plagiado”. El aparato locutor de la be-
lleza obra entonces de un modo a la vez
inesperado y desesperado, como el lenguaje
de ese inmigrante “obrero de lo real” al cual,
sin embargo, se le “entiende”. Esa intelec-
ción no es de orden lógico, sino poético. El
origen de los poemas plagiados reside en-
tonces en la donación paterna de un arte
poética involuntaria, que el hijo se dedicó a
profundizar: la ley poética de la inestable
lengua del padre.

El testigo hospitalario

La actitud poética de Peicovich reside tam-


bién en una de sus extraordinarias dotes: la
de ser un cronista o un testigo de los hechos
poéticos. Los reportajes realizados a lo largo
de su vida de periodista, como un modo de
ejercer la poesía por otros medios, alimenta
los procedimientos puestos en juego por los
poemas plagiados. Además de sus volúme-
nes dedicados a las conversaciones con dos
de los grandes argentinos del siglo XX, Bor-
- 244 -

ges y Perón (hay varias ediciones en di-


versos países, pero las últimas argentinas
son, respectivamente: El palabrista. Borges
visto y oído, Buenos Aires, Marea, 2006 y El
ocaso de Perón, Buenos Aires, Marea, 2008).
Peicovich publicó sus entrevistas periodís-
ticas en Gente bastante inquieta (Buenos
Aires, Simurg, 2001). Este volumen posee,
además, una sabiduría antigua, la anacró-
nica, la old fashioned, la perpetua sapien-
cia de la poesía: el libro de conversaciones
de un gran periodista que lo es porque, pre-
cisamente, en su centro cordial hay un poe-
ta que ve y escucha. En ese libro es posible
reconstruir el modo de aparición de un
poema plagiado.

La crónica “El último gran dios blanco”,


primer texto de Gente bastante inquieta,
refiere el encuentro con Robert Graves en
Deià, en el extremo norte de Mallorca don-
de vivió la mitad de su vida, hacia 1978,
cuando tenía 83 años –murió a los noventa,
en 1985–. La vejez de Graves parecía una
morosa vigilia desasida del tiempo bajo la
forma de una progresiva amnesia o, como
escribió Borges en Atlas, “un solo instante
eterno”. Peicovich lo descubre así, como si
se hallara en otro orden. “En Mallorca sólo
nievan los almendros. Seis millones de al-
- 245 -

mendros que echan sobre la isla una al-


fombra de nubes. Una primavera perpetua
rodea a Robert Graves, quien apenas habla.
Sus ojos, sí. Y lo celebran brillando”, escri-
be. Graves quiere mostrarle todo. Peicovich
le pregunta: “¿Por qué eligió España, señor
Graves?”. Y le responde: “Sol”. Esa tarde el
poeta inglés apenas hablará, pero “la cere-
monia de silencio dará sostén a la entre-
vista”. Y allí Peicovich atestigua una mani-
festación acuñada en la palabra sol que
pronuncia su interlocutor. Como un vate
anciano, que parece sublimado por la luz
mediterránea, responde a las preguntas
con el monosílabo: "Sol", y en el vocablo re-
petido reaparece un cielo de dioses y de ár-
boles como dioses y las huellas del unicor-
nio y la sombra del que perseguía a la diosa
blanca. Graves, en el espejo del relato de
Peicovich, reaparece ante los lectores en el
fulgor mismo y como material de la pala-
bra sol y un hecho poético, tiene, misterio-
samente, lugar. Ese acontecer del mundo y
del lenguaje, entonces, debe ser plagiado en
el poema número 34:

EL POETA

Sol. Sol. Sol.


- 246 -

(Única palabra que repitió Robert


Graves en una entrevista de dos ho-
ras en su casa de Deià, Mallorca,
mientras me tomaba de la mano y
me pedía que lo paseara entre los
almendros de su finca)

Teatro de fantasmas, visión de las figuras


que conservan su aura, presencia del hecho
estético, acontecer lírico, las entrevistas de
Peicovich permiten ser leídas oblicuamente
como la crónica de la emergencia de esa
particular percepción que formaliza el
poema plagiado. En esos relatos de las en-
tre-vistas hay declaraciones únicas que
tienen el brillo feliz e inmediato de la reve-
lación. Por ejemplo la conversación con
Anthony Burgess, en la entrevista “Yo soy
el auténtico Borges inglés”, cuando dice
que su ex amigo Graham Greene no es un
verdadero católico porque se ha convertido,
que la conversión individual no significa
nada y que su drama es no comprender la
verdadera naturaleza del catolicismo. Y en-
tonces Peicovich le pregunta en qué consis-
te esa verdadera naturaleza. Y Burgess res-
ponde, contumaz en la perfección: "La fe en
la tradición mediterránea. El ajo y el vino".
No el pan y el vino de la liturgia, porque no
- 247 -

eran símbolos de la transfiguración lo que


mentaba Burgess (el corpus Christi en el
pan y el vino de la comunión). Se refería al
ajo y el vino reales, y de pronto toda la his-
toria de una religión y su alto paraíso re-
aparecen en la mesa y el lar, aromados en
las cocinas al aire azul del Mediterráneo, en
el sabor del cuerpo y en la memoria del sa-
bor. Hay algo hospitalario en esa frase, pero
acaso no es obra de Burgess esa hospitali-
dad, sino de Peicovich, como el testigo y
luego el profeta de tales oráculos que su
poema plagia incesante.

En su aguda presentación de la edición es-


pañola de Poemas plagiados, luego incluida
en la argentina de 2008, Ricardo Ibarlucía
señala que la poética de Peicovich supone la
utopía ducassiana y en consecuencia la ne-
gación del concepto de inspiración román-
tica, que implica la del genio o la del talen-
to: “Nosotros no tenemos talento, decía
Breton en el primer manifiesto surrealista,
justamente agregaba que el poeta tenía que
no tanto producir o generar obras de genio,
sino ser un discípulo atento que pudiera es-
cuchar el murmullo colectivo”. ¿Y si se pla-
giara al plagiario? ¿No sería esa la mejor
confirmación de su arte para aquel que,
con Isidore Ducasse, conde de Lau-
- 248 -

trèamont, sabe que la poesía debe ser hecha


por todos y no por uno solo y que siempre
puede ser resultado de un “azar objetivo”?
¿Por qué no ensayar aquí un poema plagia-
do, que a la vez plagie –siquiera torpemen-
te– a Peicovich, para indagar su procedi-
miento poético? Por ejemplo:

EL DOGMA

La fe en la tradición mediterránea: el ajo


y el vino.

(Respuesta de Anthony Burgess an-


te una pregunta de Esteban Peico-
vich acerca de cuál es la verdadera
naturaleza del catolicismo)

Duchamp y su efecto argentino

En el epílogo a la edición española de los


Poemas plagiados –recopilado también en
la edición argentina de 2008– José María
Parreño señala: “Alguien puede pensar que
Peicovich nos ofrece el equivalente verbal
- 249 -

del ready made duchampiano y en cierto


modo es así.” Pero señala una diferencia:
“Peicovich no presenta un urinario firmado
dentro de una vitrina, para demostrar que
cualquier cosa puede hacerse pasar por ar-
te. Lo que hace es transcribir genuinos
poemas que ha encontrado, ya hechos, en
los lugares más dispares”. La observación
es algo injusta con la revolución ducham-
piana, pero advierte sobre un vínculo evi-
dente. La escritora Graciela Speranza pu-
blicó un vasto ensayo titulado Fuera de
campo. Literatura y arte argentinos des-
pués de Duchamp (Barcelona, Anagrama,
2006). Se propuso discurrir sobre las hue-
llas silenciosas y enigmáticas que ese artis-
ta extraordinario dejó en la capital de Ar-
gentina durante su corta estadía de nueve
meses, entre 1918 y 1919, a pesar de haber
declarado “Buenos Aires no existe”. En ese
“vacío”, Speranza reconstruyó –y en cierto
modo inventó– como “un legado evanes-
cente” en la literatura y el arte, el “efecto
argentino de Duchamp”. Speranza cruza lo
que llama “la paradójica cualidad excéntri-
ca de nuestra tradición central” con la
“máquina de mirar” de la elusiva y experi-
mental obra de Marcel Duchamp, especie
de piedra imán de todos los gestos van-
guardistas. No es ocioso afirmar que el li-
- 250 -

bro de Peicovich también recibe y provoca


un “efecto Duchamp” en esa dimensión y,
sin duda, respecto del ready made.

Duchamp había construido en 1913 la Roue


de bicyclette (Rueda de bicicleta) como su
primer ready made, aunque estrictamente
era un “ready made asistido” ya que combi-
naba la rueda con un taburete, sobre el cual
se hallaba. El segundo ready made fue el
Egouttoir o Porta-botellas, de 1914; Du-
champ ironizaba al registrar que ciertas
personas, al verlo, exclamaban: “¡Es bello!”.
Cumplía así, al elegir un objeto cualquiera y
con una firma, designarlo como artístico,
según su propia definición de ready made:
“objeto usual promovido a la dignidad de
objeto de arte por la elección del artista”. El
tercer ready made, de 1915, ya tenía otra in-
tervención: poseía un título que modificaba
el objeto mismo, que ya no era nombrado
literalmente: una pala para recoger nieve
tenía el título In Advance of the Bro-ken
Arm (Anticipo del brazo roto). El cuarto
ready made era un ovillo de hilo dispuesto
entre dos planchas de cobre unidas por
cuatro tornillos largos, con el título À bruit
secret (Con ruido secreto). El quinto ready
made fue el más famoso, presentado en
- 251 -

1917 con escándalo ante el jurado de la So-


ciedad de Artistas Independientes: un min-
gitorio invertido al que llamó Fountain
(Urinario), firmado con el seudónimo R.
Mutt.

En el primer gesto del ready made, Marcel


Duchamp, que se resistía a definir el arte
en tanto tal, simplemente firmó un objeto
no artístico para transformarlo en arte.
“¿Se pueden hacer obras de arte que no
sean obras de arte?” se preguntaba. Cues-
tión homóloga a la que podría formular
Peicovich: ¿Se puede hallar una obra de ar-
te donde no hay obra de arte? Por ello, en-
tre el ready made y los poemas plagiados
hay tres aspectos comunes: la selección, el
título y la firma. Duchamp escribió: “El
mayor problema era la selección. Era nece-
sario que yo escogiera un objeto sin que és-
te me impresionara, un objeto lo más aleja-
do posible del placer estético y sin la menor
intervención de una idea o sugestión. Era
necesario reducir mi propio gusto a cero. Es
muy difícil seleccionar un objeto que no
tiene absolutamente ningún interés para
nosotros, no solamente el día en que se le
seleccionó, sino para siempre. Un objeto
que, por efecto de esta selección, no pudie-
- 252 -

ra ser jamás bello, hermoso, agradable o


feo...”. Y también: “[Mr. Mutt, seudónimo de
M. D.] eligió. Tomó un artículo corriente, lo
colocó de tal suerte que su significación
utilitaria desaparece bajo el nuevo título y
el nuevo punto de vista” (Marcel Duchamp
concentrado. Selección de Juan Calzadilla.
Caracas, Tropykos, 1992). El acto de elegir,
la selección de enunciados no poéticos,
también es el primer acto de Peicovich ha-
cia la realización del poema plagiado, aun-
que en su caso no es tan convincente la idea
de que todos los textos sin excepción se ha-
llen a priori tan alejados del placer es-
tético, como quería Duchamp. El título del
poema plagiado también, como en el ready
made, hace desaparecer la significación
utilitaria del enunciado y modifica el punto
de vista de su recepción, al acentuar –o
crear– su sentido poético. La firma de Este-
ban Peicovich proporciona, asimismo, una
marca de autor, que también desenfoca la
proveniencia del texto seleccionado, aun-
que también el carácter ducassiano –“la
poesía debe ser hecha por todos y no por
uno solo”– inspiró a muchos lectores, según
diversas declaraciones y mensajes, a sentir
una entusiasta inclinación para intentar
sus propios plagiados. Y algo más. Suele re-
ferirse el ready made, con una traducción
- 253 -

literal, como un objeto “ya hecho”. Por


ejemplo Alan Pauls, en un lúcido artí-culo
que comenta la biografía de Calvin
Tomkins, Duchamp (Barcelona, Anagrama,
1996), escribe: “Ready-made, es decir: un
objeto ya hecho, anodino, industrial, que es
elegido, separado de su función, arrancado
de su contexto y nombrado como objeto ar-
tístico” (en Radar, suplemento de Página
/12, 15 de agosto de 1999). Pero ready made
no significa “ya hecho” sino “listo para
usar” y, en una segunda acepción, “no ori-
ginal”. Ese es el sentido que le da Duchamp
y que inspiraría el poema plagiado de Pei-
covich: se trata de objetos y de enunciados
disponibles, no originales y listos para ser
usados, es decir, renombrados, interveni-
dos y utilizados según un nuevo punto de
vista.

El bricoleur y su método

La estructura relativamente fija de los


Poemas plagiados y la aparente sencillez de
su procedimiento distraen de su verdadera
complejidad. Esa estructura tiene siempre
- 254 -

tres elementos con una característica tipo-


gráfica repetida:

TÍTULO –siempre en letras mayúsculas–,

Texto: enunciado “plagiado” –con tipo-


grafía en redonda–,

(Contexto de enunciación) – entre parén-


tesis y en cursiva–.

El efecto estético no puede prescindir de


esa estructura, que es fija, pero que no im-
pide al lector seguir otro orden de lectura,
con lo cual el efecto lúdico podría desdibu-
jarse. Por ello José Tono Martínez reco-
mienda enfáticamente que “el lector sensa-
to” no se deje llevar por la impaciencia o
por la prisa y lea “todo lo ingenuamente
que pueda el cuerpo del poema y que sólo
luego se atreva con la atribución, con el pie
de página”. Pero acaso no sea exactamente
así, porque el efecto se mantiene aun le-
yendo el poema plagiado en cualquier or-
den, pues aquello que produce su significa-
do es la estructuración de los tres elemen-
tos. Es probable que ese cohesión de sentido
provenga me-nos del orden secuencial que
de su disposición gráfica en el espacio. El
- 255 -

ojo puede recorrer el poema plagiado en


cualquier dirección: aunque la mayor frui-
ción lúdica se obtenga de la lectura en el
orden de la página, el efecto depende me-
nos de ese orden secuencial que del dina-
mismo de la estructura y su despliegue en
la página. Porque no tiene, por ejemplo, la
estructura de una adivinanza, que dismi-
nuye su potencia significativa con el ade-
lanto de la resolución.

En los Poemas plagiados la primera atribu-


ción de significado corresponde al título,
pero no sólo el que recibe cada poema, sino
también el título del libro. En la moderni-
dad, a diferencia de otras épocas de la poe-
sía de occidente, el título adquirió en oca-
siones la soberanía de una verdadera poéti-
ca –por ejemplo, Libertad bajo palabra, de
Octavio Paz, o Le parti pris de choses, de
Francis Ponge–. Esa dimensión puede ser
constatada en tres niveles que forman par-
te de la estructuración de tal significado: el
título de un libro, el título de las secciones y
el título de los poemas. Cada uno de esos
enunciados modifica el significado de cada
poema en particular y el de su conjunto –de
hecho, también lo hace con el corpus de
una obra–. Un título con cierto grado de li-
- 256 -

teralidad obra de un modo relativa y a ve-


ces intencionadamente neutral respecto de
los textos incluidos, pero esa misma neu-
tralidad puede ofrecer en sí misma un sig-
nificado suplementario. El primer libro de
Federico García Lorca, por ejemplo, se lla-
mó Libro de poemas (1921) y aquello que su
literalidad ofrecía –no podía ser otra cosa
que aquello que era: un libro de poemas–
supuso en verdad el indicio de un comienzo
marcado y por ello intencional: se trataba
de un primer libro de poemas que, como su
autor afirmó, ofrecía “la imagen exacta de
mis días de adolescencia y juventud”. En-
tre ese y los títulos como Trilce, de César
Vallejo o En la masmédula, de Oliverio Gi-
rondo, que ya obran con el enigma o el
hermetismo vinculado a un neologismo
configurador de una poética propia, halla-
mos un variado arco de posibilidades.

El título Poemas plagiados obra, por un la-


do, con la literalidad, porque se trata, en
efecto, de un conjunto de poemas, pero su
atributo inesperado –ser poemas “plagia-
dos”– debería ser vinculado, en este caso,
con el nombre del autor. Porque ¿quién po-
dría publicar textos plagiados sin riesgo o
desdoro? ¿Quién podría firmarlos? El autor,
- 257 -

tal como lo estudió Michel Foucault en su


célebre ensayo “¿Qué es un autor?”, está
vinculado a una función. Entre las cuatro
características diferenciales de esa función
de autor en la modernidad, que Foucault
analizó, la primera corresponde a la apro-
piación. El nombre propio del autor que se
halla en la cubierta del libro es también un
nombre jurídico unido a un derecho de
propiedad sobre la obra, toda vez que esta
se transformó en un producto y una mer-
cancía –situación que, como observa Daniel
Link en las apostillas a la nueva edición de
este texto, Roger Chartier ha fechado a co-
mienzos del siglo XVIII (Michel Foucault,
¿Qué es un autor? Apostillas de Daniel Link,
Buenos Aires, El cuenco de plata, 2010).
Foucault observa que cuando la obra se si-
tuó en un sistema de propiedad, y dejó de
ser un acto para transformarse en un pro-
ducto, la idea de la transgresión en la escri-
tura vino a compensar los beneficios inhe-
rentes a dicho régimen. En tal sentido, po-
dría pensarse que el atributo “plagiados”
contamina precisamente el contrato implí-
cito en el volumen cuya tapa asegura que el
autor no es otro que Esteban Peicovich. Es
decir, la función autoral, en tanto deposita-
ria de un derecho de propiedad, se ve de
inmediato transgredida por una explícita
- 258 -

declaración que, aunque no lo quiebra, iro-


niza sobre la lógica de ese sistema cuando
es vinculado a una praxis poética. Y lo que
en esa praxis se pone en juego, no sólo nie-
ga la inspiración romántica o la idea del ta-
lento, sino su vinculación de hecho a un ré-
gimen de pro-piedad. La lectura de los
Poemas plagiados revela, al mismo tiempo,
que esos poemas “pertenecen” y a la vez
“no pertenecen” a su autor, tanto como la
poesía no se hallaría exclusivamente en el
ámbito letrado o la lengua en los límites del
bien decir. Es decir, el vocablo “plagiados”
en el título no sólo amonesta las nociones
de talento y propiedad y colectiviza poten-
cialmente la práctica para todos aquellos
que quieran realizarla; también suma una
acción que, en verdad, corresponde a otro
orden pero determina la poética elegida:
“plagiarle poemas a la realidad”.

Al título del libro, sigue la otra dimensión


del título correspondiente a cada poema –
exceptuado el número de orden–. Y es en
cada uno de estos títulos donde obra buena
parte del efecto estético del poema plagiado
y tales enunciados se hallan, si este des-
linde es adecuado, más cerca de la impron-
- 259 -

ta autoral. Tomemos dos breves ejemplos,


como el poema 137:

COLAPSO

Esta cita tiene lugar en el pasado.

(Frase que utiliza el Microsoft


Outlook para señalar al usuario
que la fecha de una cita agendada
ya venció)

O el poema 170:

EL CONVERSO

Nuestra Señora de Correos

(Modo cómo León Trotsky en tránsito ha-


cia México rebautizó al Palacio de Co-
municaciones de Madrid, impresionado
por su majestuosidad)

El título del poema 137, “El colapso”, se vin-


cula a la destrucción o ruina de un sistema
y suele usarse en el lenguaje corriente para
- 260 -

deficiencias de carácter técnico, a menudo


referidas a las computa-doras: “el sistema
colapsó”. Pero ese vocablo alude, al leer el
texto, a una paradoja temporal, mientras el
contexto de enunciación “normaliza” la re-
ferencia a un programa operativo para las
computado-ras. El título del poema 170 su-
giere un discurso de orden religioso, y el
texto parece confirmarlo pero con la ano-
malía del vocablo “Correos”, que el contexto
de enunciación aclara. Se trata, efectiva-
mente, del Palacio de Comunicaciones, pero
la alusión pertenece al líder soviético, de-
claradamente ateo. El título obra en ambos
casos desplazando la literalidad con una
irrupción de orden fantástico o sagrado y,
al mismo tiempo, con una ironía. Ese des-
plazamiento es lo que produce aquello que
en el prólogo Peicovich llamaba “desenfo-
que” y, a la vez, la “irrupción de la sátira”.

El “plagio” en estos poemas no consiste en


una apropiación, sino en la repetición de
un enunciado que ofrece un vínculo entre
texto y contexto, modificado por ese vértice
significativo que es el título. Por ello “pla-
giarle poemas a la realidad” no sólo signifi-
ca reflejar especularmente “el aparato lo-
cutor de la belleza” sino también consti-
- 261 -

tuirlo, replicarlo, recomponerlo con mate-


riales al uso, incluso desechables, en tanto
no integran ningún discurso definitivo –
por ejemplo, los que se leen en el poema 73:

A FUEGO LENTO

……………………….
Más testimonios: crecen
aún más las evidencias
Más testimonios: botes
Más testimonios: “Los
botes hacían agua…”
Más testimonios: crece
el número de evidencias
Más testimonios: aumenta
el número de evidencias.

(Proyecto de título encontrado en la


redacción de Clarín cuando el hun-
dimiento del Ciudad de Asunción)

El modelo del poeta no es entonces el del


“artista creador” (no hay una noción previa
de originalidad, ni de talento obtenido ex
nihilo), pero tampoco el del “productor”
(aquel que construye un sentido a partir de
un dispositivo significante), sino el del bri-
coleur. José Tono Martínez lo advirtió agu-
damente en su texto al mentar a Claude Lé-
- 262 -

vi-Strauss –que utiliza la noción en El pen-


samiento salvaje–: “El papel del poema pla-
giado es aquel que Lévi-Strauss reserva pa-
ra el pensamiento mítico, para el hombre
adicto del bricolaje, es decir, para el que
trabaja con los pensamientos heteróclitos
que ya están, que tiene al alcance de la
mano”. Es decir, conforma el objeto artísti-
co a partir de materiales heterogéneos que
se hallan disponibles, a mano, y que recicla
en una nueva estructura, manifestándose a
través de esa selección y combinación –
afín, como anticipamos, al ready made–:
esos materiales son siempre discursivos. El
poeta bricoleur descubre esa poesía que, al
decir de Peicovich, “nadie sabe que usa y
vive en la más cruda realidad”. Esos mate-
riales constructivos y potencial-mente poé-
ticos forman parte del segundo elemento
del poema plagiado, el texto, que proviene
de ese “caudal de poesía” utilizable, multi-
plicada y dispersa en el mundo, pero que se
halla en un contexto no poético. Escribió
Peicovich en “El plagiador plagiado”:

Lo imposible sucedió: el orangután se


hizo hombre y el plagiado, auxiliado
por su máquina [de hacer poemas pla-
giados], se convirtió en plagiador. Esto
es, en impune, nómada y pertinaz re-
- 263 -

colector de los frutos abandonados en


los baldíos de la lengua. La tarea de
rescatar poemas cautivos en textos no
poéticos, resultó entonces una aventu-
ra deslumbrante. Tanto, como lo fue,
en la infancia, descubrir que desde el
árbol de la palabra se podía tocar la
desnuda maravilla del mundo.

A partir de esta cita y respecto del bricoleur,


cabría sutilizar un aspecto. La idea del poeta
plagiado proviene de una destitución de la
figura autoral como autoridad o fuente de
sentido, pero también de una disolución del
hombre concreto en favor de una figura
poética, de un sujeto imaginario del poema.
En el texto anterior, Peicovich también
escribió:

En mi caso, vivo al servicio de las


palabras que salen de mi boca
imaginaria. Ellas me retienen a su
antojo y me mantengo fiel a esa
analogía invisible que hace de mí un
esclavo dúplice: plagiado y plagiario.
(…). Mi caso guarda patético espejo con
el orangután. Me es muy dificultoso
conocer en qué estadio de la mutación
me encuentro. En algún instante de mi
- 264 -

infancia, algún cristal humano se


quebró arrojándome fuera de la
realidad. Este accidente fue irreparable.
Por más que hicieran, fue-ron vanos
todos los intentos de reconstitución y
de regreso. Quedé atrapado en el centro
de la llaga. Por exilio de la realidad lo
imaginario ocupó su lugar. Y cada
palabra, la función de mis ojos. O de
mis piernas. Es decir, en una prótesis
para sobrevivir.

Ello significa que, por un lado, en la poesía


de Peicovich la figura del autor suele apa-
recer transmutada y usurpada por ese dú-
plice sujeto imaginario, que lo inviste y me-
tamorfosea (“Nací, es un decir. /(…)/ Que
contengo animales no es secreto. / Pavo
real, tortuga, gallo, búho”, escribió en “Cu-
rriculum”) y, por otro, consecuencia de lo
anterior, que el poeta bricoleur es entonces
el sujeto imaginario de los poemas plagia-
dos, aquel que percibe los enunciados aje-
nos, los selecciona, los titula secreta-mente
o se inscribe en alguna escena personal: en
otro vértigo de espejos, el sujeto imaginario
plagia al autor, así como Dios plagia a la
Creación y esta plagia en las palabras sus
pájaros de azogue.
- 265 -

Puesto que el carácter de los materiales re-


colectados “en los baldíos de la lengua” es
discursivo, no hay –aunque lo parezca– una
recreación de hechos y tampoco hay –
aunque pueda existir en ciernes– un relato,
sino una reproducción de enunciados. Esto
es lo que literalmente se “plagia” pero, co-
mo vimos antes, el plagio como procedi-
miento tiene un carácter más complejo. En
la última edición los Poemas plagiados los
textos son 189 –además de los inéditos que
Peicovich ya escribió–. El número es fatal-
mente limitado, pero la variedad de textos
otorga al conjunto una aguda impresión de
exhaustiva continuidad. La lectura del libro
no produce la idea de un proyecto que se
cumplimenta o de un conjunto clausurado,
sino de una proliferación que no parece
sino una breve muestra de la potencialidad
poética del mundo, gesta-dora de intermi-
nables enunciados. Sin embargo, es el suje-
to bricoleur el que los reúne y transforma
en tanto plagiario y su aspecto lúdico,
además, parece invitar a ejercitar a muchos
su microscopía perceptual y su arte combi-
natoria con los fragmentos del lenguaje
donde baten los plurales rumores de lo real.
- 266 -

¿Cuáles son los materiales que registra el


texto central de los poemas plagiados? Aquí
se abre el dinamismo de la estructura: el
carácter recolectado de esos materiales
que, para el bricoleur, se hallan disponibles
y listos para ser usados y a la vez transfor-
mados –es decir, modificados de cualquier
otro modo, muy diverso de su utilidad pri-
mordial o de su cualidad propia–, corres-
ponden a esa metáfora que refirieron tanto
Peicovich como su comentador, Ibarlucía.
El primero hablaba de los “frutos abando-
nados” en los baldíos de la lengua; el se-
gundo afirmaba que esta poesía transfor-
ma lo que es “mero canto rodado en pepitas
preciosas”, o que “una sustancia que no es
poética se transforma en una poética” –y
considera a Peicovich legítimo heredero de
la tradición que va de la “Alquimia del Ver-
bo” de Rimbaud, a Dadá y el surrealismo–.
Ese baldío, ese desierto, ese espacio de sus-
tancias impoéticas es, como anticipamos, el
espacio del inter-cambio lingüístico, que
corresponde al de la discursividad social y
en consecuencia al plano comunicativo del
lenguaje. Describir los textos, en tantos ma-
teriales utilizables, supone describir el ter-
cer elemento de la estructura: el contexto
de su enunciación.
- 267 -

Sin agotarlos, podemos agrupar esos con-


textos que refieren los discursos de donde
son recolectados los textos correspondien-
tes al “enunciado plagiado”, y dar algunos
breves ejemplos, correspondientes a esta
incompleta clasificación:

a) Pueden tener una autoría reconoci-


ble y pertenecer a un individuo: hay textos
tomados de frases de artistas, de científi-
cos, de políticos, de ciudadanos anónimos,
de personajes históricos, individuos de toda
laya en una situación particular tomadas
de testimonios o documentos ora-les o es-
critos (de Borges o de Graves; de Erik Satie o
de León Ferrari; del jardinero del Cardenal
Ratzinger o del dueño del circo Tihany; de
Hernán Cortés o de Marco Polo, de un guía
sij o del dueño de un bar; de un meteorólo-
go o de un paleontólogo, entre otros –como
el poema 84, de un enfermo convaleciente
de una operación cerebral–):

EL DESENCAJADO

Antes mi cabeza era una caja de dominó.


Yo sólo visualizaba esa caja y las 28 fichas
- 268 -

del juego. Las veía fuera de la caja: re-


vueltas, boca arriba unas, del revés las
demás. Con más fichas de seis dobles que
las que trae el juego. Las 28 me parecían
380. Pese a mi deseo resultaba imposible
ordenar aquello. No sé cuánto tiempo viví
en esta única imagen de la realidad. Por-
que allí no transcurría el tiempo. Ahora sí.
Y ellas, las fichas, están todas en la caja.
Ellas son ellas. La caja es la caja. Y yo soy
yo.

(Así resumió un enfermo su proceso de


recuperación tras ser intervenido en el . .
. lóbulo frontal del cerebro)

b) Pueden tener algún carácter pres-


criptivo o descriptivo: hay textos tomados
de recetas, de instructivos, de reglamentos,
de indicaciones técnicas, de datos estadís-
ticos, de relaciones científicas, de edictos,
de decretos, de informes, de catálogos:

NO LA TOQUEN YA MÁS

Foliolos 4. Tugados, inequilátero,


oblongos, obovado, cuspidado-acu-
minados, glandulíferos en la base,
- 269 -

con las flores racemosas. El invo-


lucro y el cáliz muy tenuemente hir-
to-tomentosos. Cáliz con cinco lóbu-
los.

(Descripción botánica de una rosa)

c) Pueden formar parte del discurso in-


formativo o cualquiera de sus derivados:
hay textos tomados de las noticias, de las
crónicas, de los suplementos o de los avisos
comerciales de los periódicos, de los epígra-
fes de fotografías o de las soluciones de los
entretenimientos visuales o las palabras
cruzadas publicadas en la prensa gráfica,
de los cables de agencias periodísticas:

SINTAXIS, LA BELLA

Jerseys para niños de lana.

Cama para matrimonio de bronce.

Sillas para niños plegables.


- 270 -

(Anuncios comerciales tomados del perió-


dico Clarín de Buenos Aires)

d) Pueden estar vinculados con la léxi-


cografía y los paradigmas de la lengua: hay
textos tomados de acepciones de dicciona-
rios, de etimologías, de códigos, de gramá-
ticas, de manuales de lectura, de conjuga-
ciones verbales y hasta se exploran las in-
congruencias de textos tomados de inter-
cambios o diálogos artificiales con las
computadoras –la Mitsi o la IBM 7090, ya
tan legendarias como la HAL de 2001, Odi-
sea del Espacio–.

LA PALABRA

Un sonido de pie

(Significado de la palabra “hom-


bre” en el idioma guaraní)

e) Pueden tener un carácter indicial:


hay textos tomados de pintadas, de car-
teles, de afiches, de indicadores, de lemas,
- 271 -

de emblemas, de anuncios, de tarjetas per-


sonales que ofrecen servicios, de folletos:

EL LEVITADOR

El límite es el cielo

(Lema que presidió todos los proyectos


de Ogisa Otis, inventor del ascensor)

f) Pueden tener un aspecto enumerati-


vo: Hay textos tomados de listas de nom-
bres dados a artículos diversos o extraídos
de las guías telefónicas, series de objetos
perdidos o reunidos para ser re-matados o
agrupados en un estante, conjuntos de per-
tenencias personales, agrupamientos de re-
liquias, variedades de hortalizas o de ani-
males, de ayudamemorias personales, de
títulos de cuadros, de nombres antiguos de
calles, de versiones en lenguas diversas:

RESTOS

Un mono (overall), dos camisetas, un jer-


sey, una camisa, un calzoncillo, una co-
rrea, dos fundas de almohada, una toa-
- 272 -

lla, una servilleta, un par de calcetines,


una manta, una cazuela.

(Relación de los únicos efectos perso-


nales de Miguel Hernández, tal como
consta en el libro de la enfermería de la
cárcel de Alicante, en la página corres-
pondiente al 28 de marzo de 1942, día en
que fallece afectado de fiebre tifoidea y
otros males)

g) Pueden responder al amplio campo


de la expresividad oral: hay textos tomados
de frases y mensajes y relatos de niños, de
dichos populares, de leyendas, de poemas
anónimos, de apodos, de expresiones coti-
dianas, de canciones de cuna o de ronda, de
refranes, de lapsus, de rezos, de fragmen-
tos de conversación oídas al pasar, de tes-
timonios, de epitafios:

LA CAÍDA

Es tan bello como es porque se formó con


los trozos del cielo que cayeron a la tie-
rra cuando el paraíso se rompió.
- 273 -

(Leyenda chilena sobre el origen del la-


pislázuli)

Pero hay otra dimensión de sentido que el


bricoleur dispone y donde los materiales se
transfiguran y allí el discurso obra poéti-
camente imantado por el título y por ese
desenfoque del que hablaba Peicovich: un
deslizamiento en el significado respecto del
contexto de enunciación. Un mundo en el
cual las cosas se multiplican en miríadas de
palabras, que reverberan como si en lugar
de dar sombra dieran ecos: “negra aplasta-
da de Egipto, holandesa de pie corto, rosa
semilarga de Amsterdam, Primeriza de
Nantes, tardía de Cuaresma, Rey de los fi-
nos verdes, monstruosa de viroflay”. Son
nombres de hortalizas en el mundo real,
pero en el doble especular que sostiene la
extraña lengua del poema parecen talis-
manes. Los objetos se acumulan, se desdi-
cen, se metamorfosean; lo real se abarrota
con formas inesperadas, que pululan: “un
grupo de cinco animales, músicos de bron-
ce, perro galgo y cara masculina, tres figu-
ras de cristal verde con domador”. En una
casa de remates son cosas muertas, pero en
el otro lado parecen la cara material de las
pesadillas. Vallejo escribió: “Mi madre me
- 274 -

ajusta el cuello del abrigo no porque empie-


za a nevar, sino para que empiece a nevar”;
una madre de los poemas plagiados dice:
“Ponete el pullover que tengo frío”. A ve-
ces, como si arreciara un viento lúbrico, to-
da la naturaleza recibe una imanación eró-
tica: en el bulbo de la orquídea late una
etimología sexual; la seta es un cuerpo
fructífero, hendido radialmente; un carde-
nal que será ordenado Papa descubre, al ver
la abeja reina en una colmena, el poder de
las hembras en la sociedad. En un rapto,
cada quien se refiere al tiempo con la lógica
del Sombrerero Loco o del gato de Cheshire
en Wonderland: “pues veamos, ahora, el
tiempo que nos hará mañana”, “en los ni-
dos del año pasado no veo pájaros este
año”, “Mamá… ¿Te acordás que ayer, hoy
era mañana?”. Un hombre solo atraviesa el
reino de las tinieblas y ve un mundo mudo
y ve los árboles, la gente, la tierra, el agua y
el aire de un color gris monótono y descu-
bre que ese reino es el espectro de la vida –
que ese hombre haya sido Máximo Gorki y
que su experiencia haya ocurrido al asistir
por primera vez a un cinematógrafo, no di-
suelve ese paisaje donde la vida se duplica
en su fantasmal doppelgänger–. Algo chi-
rría, como una risa enconada, en la lengua,
cuando el absurdo la corroe y eso puede
- 275 -

ocurrir en el corazón del habla, en un cartel


indicador, en las sugerencias veraniegas de
un magazine, en la fundada expresión de
fe de un sacerdote y en el diagnóstico de
un médico o en su acuciosa combinación:
“Hace 2000 años, un óvulo fue milagrosa-
mente fecundado por la acción natural de
Dios. De esta unión resultó un zigoto (célula
producida por la fusión de un espermato-
zoide y un óvulo) con un patrimonio cro-
mosómico propio. Pero en este zigoto esta-
ba el Verbo encarnado”. La risa, los lapsus
del humor, el sarcasmo es el arsenal que
dinamita con su anarquía la insistencia de
las reglas y la costumbre y el orden, la
creencia en la razonable compostura, los
protocolos del poder y su furiosa punición.
Allí mismo, en la escena más banal de la vi-
da común, el bricoleur descubre el velo poé-
tico de la sátira:

LA PROTESTA

Bombas de crema.
Cañones de dulce.
Vigilantes.
Bolas de fraile.
Suspiros de monja.
- 276 -

(Nombres que el gremio de panaderos –


anarquistas– consiguió imponer en las
facturas –o “masas”– que trajeron de Eu-
ropa a la Buenos Aires del 1900)

En eso consiste la alquimia del verbo, el


caudal de poesía, las locuciones de la belle-
za que estalla donde no se la espera porque
es inesperada: la inmediata y hacedera epi-
fanía urgente que irrumpe en el lenguaje
de los Poemas plagiados de Esteban Peico-
vich, como una zarza ardiente en la cual
habla entre líneas un demiurgo olvidado.
- 277 -

Presentación a la edición española


de «Poemas plagiados»*

Mi reflexión se va a recostar en lo que se ha


planteado ya por Hans Blumenberg y Hans-
Robert Jauss. Un diálogo socrático, escrito
por Paul Valery, un verdadero diálogo de
muertos entre Sócrates y Fedro, donde Só-
crates le confiesa a Fedro que en verdad se
equivocó de vocación y su verdadera voca-
ción habría sido no la de ser filósofo sino la
de ser arquitecto. Para explicarle esto relata
el hecho más significativo de su juventud,
el momento decisivo donde cree que real-
mente se equivocó. Caminaba un atardecer
junto al mar cuando se encontró entre la
resaca acumulada en la playa un objeto
ambiguo, lo tomó en sus manos, era una
cosa pequeña, lisa, blanca, de una lisura to-
tal. Ese objeto lo inquietó porque no podía
determinar de qué se trataba. Qué es este
objeto, es un objeto de la naturaleza, es un
fragmento de una obra artística, es una ro-
ca, es un sobrante de navío, de muelle. No
podía determinar la idea de ese objeto, el
concepto. Porque no podía establecer la
- 278 -

procedencia. Sócrates cuenta que su error *


Esta presentación fue leída en el I.C.I. el 29
de agosto de 2000. pasó por querer estable-
cer con el objeto una relación teórica, pre-
guntarse qué es. Ante ese fracaso no tuvo
más remedio que arrojarlo al mar. Así que
siguió por la senda equivocada de la filoso-
fía. Cuando lo que tendría que haber hecho
es establecer una relación diferente con el
objeto. Una relación, que podríamos llamar
estética o poética con ese objeto, que no es
un comportamiento teórico ni meramente
práctico sino de otra índole, que con Luis
Juan Guerrero

Creo que esa relación que se refigura en el


diálogo de Valery consiste en una actividad
constructiva de la idea de la poesía, como
poesis en sentido de producción construc-
tiva y estética. Creo que los materiales con
los que trabaja Esteban en su libro tienen
un estatuto parecido al objeto ambiguo de
Valery. Son como piedras, son piedras del
lenguaje, son incrustaciones, cosas que es-
tán, que podemos verlas con-fundidas con
la realidad. Ahora me explico en qué senti-
do. Uno puede pensar que el mundo es feo y
que la belleza y el arte pasa precisamente
por negar el mundo. La belleza y el arte es-
- 279 -

tán en un extramundo, en otro lugar. Una


mirada diferente sería la de mirar al mun-
do con otros ojos y decirse que hay poesía
en el mundo. Pero claro, el problema es que
no hay poesía en el mundo sino que esto
depende de la relación que establezcamos
con el mundo. O sea los objetos del mundo
tienen la misma indiferencia que el objeto
ambiguo de Valery, no son ni una cosa ni la
otra, se definen en la relación de lo que ha-
gamos con ellos.

Estos materiales entonces, reciben por par-


te de Esteban un tratamiento sintético y
constructivo. Hay una operación visible
que es la de introducir, en un determinado
contexto, una primera operación: la de en-
contrar, la de mirar y descubrir, arrancar-
los de ese contexto y ponerlos en otro, en-
marcarlos en la página con una etiqueta al
pie, o una referencia muy biográfica a un
prospecto o a determinada fuente, ordena-
dos en una serie y encarpetados como un
libro. Estos objetos han sido extrañados
cuando decimos que han sido sacados de
un contexto y llevados a otro. Han sido sa-
cados de un marco familiar. Aquí tenemos
el primer extrañamiento y la primera ope-
ración en sí misma inquietante. Aquí hay
- 280 -

un hecho en sí mismo, no hace falta que lo


carguemos de una connotación determina-
da para ver cómo estos objetos son trasla-
dados a un marco no familiar y en conse-
cuencia ajeno e inquietante para quien se
tope con ellos.

Pensaba en qué tradición poética se inscri-


bían estas cosas, lo comenté con Esteban un
anoche en casa, y a mí lo primero que se me
ocurrió pensar fue en una tradición que
arrancaba con Rimbaud, y que atravesaba a
los dadaístas y al surrealismo, que había
experiencias de las que él se podía reclamar
como legítimo heredero. Además al hacer
una operación totalmente refrescante la
negación del concepto romántico de inspi-
ración tiene un antecedente en Rimbaud.
Fundamentalmente en la alquimia del ver-
bo, donde justamente Rimbaud enumera
una serie de objetos extra poéticos o de mal
gusto que fueron la fuente de una relación
originaria con la poesía. En esa enumera-
ción hay: marcos de puertas, prospectos,
roblería barata, cromos, etc. Todos materia-
les caídos, malditos, despojados, carentes
de poeticidad, antipoéticos por definición.
Con todos ellos lo que hizo falta fue una
operación mágica que se definió como al-
- 281 -

quimia del verbo, de este tipo de alquimia


está hecho el libro de Esteban. Porque de
algún modo transforma lo que son mero
canto rodado en pepitas preciosas. Logra
transformar sustancias. Una sustancia que
no es poética se transforma en una poética.
La otra alusión que tuvimos en la conversa-
ción con Esteban es que esto estaba vincu-
lado a la negación del talento.

Justamente la negación contra el concepto


de inspiración romántico había tenido
ejemplarmente la negación del talento. No-
sotros no tenemos talento, decía Bretón en
el primer manifiesto surrealista, justamen-
te agregaba que el poeta tenía que no tanto
pretender generar o producir obras de ge-
nio, sino ser un discípulo atento que pudie-
ra escuchar el murmullo colectivo. Los poe-
tas deben ser como pararrayos porque en el
fondo estaba la idea de que la poesía es un
fenómeno colectivo, la utopía ducassiana
de que todo lenguaje poético debería serlo.
Procedimientos análogos son el frottage,
inventado por Max Ernst, que consiste en
plagiar formas de la naturaleza frotando la
superficie del suelo o el tronco de un árbol.
Creo que la idea de plagio, de copia aquí es-
tá en esta dirección, como si calcara ros-
- 282 -

tros, poemas que están en las cosas dichas.


Por ejemplo en la gramática puede ser el
presente del indicativo del verbo amar,
pueden ser prospectos de juegos. El libro de
algún modo es un juego que se arma de esta
manera. Entre las enumeraciones hay
ejemplos francamente extraordinarios. A
mí uno de los que más me gusta es la «Exal-
tación», tal vez porque es el más delirante,
en realidad esto es un soneto. Luego viene
la explicación a qué corresponde cada una
de estas metáforas. «El Amor puro también
es formidable. Realmente es como captar la
poesía que está ahí como guijarro en la pla-
ya, uno puede pasar frente a estos textos
como sujetos y hacer un bollo, tirarlos a la
basura que es lo que hacemos la mayoría
pero no es lo que ha hecho Esteban, él los ha
tomado y al recuperar estos textos ha esta-
blecido una relación diferente, creativa. Es-
ta relación diferente ha hecho afirmar cier-
tos objetos a pesar de su original valor sub-
sidiario o utilitario, que devengan por este
arte de montaje que no es sino generar una
síntesis, que lo que estaba en un lugar pasa
a estar en otro, es un procedimiento e re-
construcción o construcción del objeto, se
convierten en poéticos, son poéticos en to-
da la dimensión, con la vaga idea que te-
nemos de la poesía, pero no lo digo sola-
- 283 -

mente en el sentido literario, lo digo en la


relación misma que establece con el len-
guaje. El libro se presenta como una praxis
poética en estado puro. Esto es producir
poesía, en el sentido que trataba de mos-
trarlo al principio con el objeto ambiguo. Lo
inquietante es que ese objeto sigue estando
allí y depende de nuestra manera de mirar
el mundo y las cosas que podamos seguir
los pasos de Esteban. Y tal vez que muchos
se sorprendan diciendo yo también podría
haberlo hecho, pero eso siempre ocurre
después. Otro tuvo que mirar primero y es-
ta vez Esteban miró primero que nadie.

Ricardo Ibarlucía
- 285 -

Epílogo a la edición española

En un encuentro de escritores, en La Rábi-


da, hace quince años, asistí por casualidad
al recital de un señor alto y vehemente, que
leía poemas muy extraños. Letanías melan-
cólicas, nítidos haikus que tenían su origen,
según acabó por revelarnos, en una conver-
sación oída al pasar o en la factura de un
restaurante. Este señor alto era dueño,
pues, de una magiatan poderosa como para
transformar los sapos en príncipes o al
menos para lustrar el lenguaje común has-
ta que brillara como un poema.

No sabía nada de Esteban Peicovich y seguí


mucho tiempo sin saberlo, satisfecho por el
momento con el descubrimiento de su poe-
sía. En algún artículo prometí ofrecer a los
lectores unos poemas de Peicovich, «que no
los escribía, sino que los encontraba». Nun-
ca pude cumplirlo, porque Esteban Peico-
vich había desaparecido. Un día alcancé a
saber que había regresado a Argentina y le
mandé recados con amigos que iban hacia
- 286 -

allí, y rastreé sus libros con escaso éxito.


Pero como suele suceder en esta vida extra-
ordinariamente ordinaria, él me encontró a
mí. Una mañana, descolgué el teléfono de
la oficina y estaba al otro lado del hilo. Nos
conocimos, charlamos y me habló del libro
que estaba preparando: el que ahora, por
fin, tienes en las manos.

Estos Poemas plagiados son una colección


de sapos convertidos en príncipes, gracias a
la mirada de un poeta —por lo visto tiene
las mismas propiedades transmutadoras
que el beso de una doncella—. Alguien pue-
de pensar que Peicovich nos ofrece el equi-
valente verbal del ready made ducham-
piano y en cierto modo es así. Pero a dife-
rencia de Duchamp, la lectura de estos
poemas no sugiere que lo artístico sea una
etiqueta circunstancial, que se otorga sólo
con cumplir ciertas convenciones. Peico-
vich no presenta un urinario firmado den-
tro de una vitrina, para demostrar que
cualquier cosa puede hacerse pasar por ar-
te.
- 287 -

Lo que hace es transcribir genuinos poemas


que ha encontrado, ya hechos, en los luga-
res más dispares. Con ello prueba que exis-
ten valores estéticos en textos que no se es-
criben, o se dicen, con esa intención. Y es
que la poesía vive silvestre y muchas veces
en los libros de versos es el único sitio en
que no está.

Todo esto nos lleva a reflexionar sobre dos


cuestiones complementarias: la mirada del
artista y la recepción del espectador, dos
aspectos esenciales para entender el arte
del último tercio del siglo XX. Recepción y
mirada, términos complementarios que
sirven para señalar la importancia de la ac-
titud, pues es gracias a ella como nacen en
la actualidad muchas obras de arte. Es fácil
estar de acuerdo con la afirmación de que,
hoy en día, un espectador o un lector, si
quiere disfrutar de una obra o un texto, ne-
cesita casi tanto talento artístico como
quien los ha creado. Muchas veces, incluso,
la obra no es sino el resultado de una mira-
da que ha escogido, reorganizado o recon-
textualizado ciertos elementos, artísticos o
no, que existían previamente. En este sen-
tido podemos pensar que un creador actual
es antes que nada un espectador lúcido,
- 288 -

atrevido, informado. Siguiendo el razona-


miento, la obra de Peicovich es, pues, más
que la de un escritor, la de un paseante
atento —eso es más de la mitad de un poe-
ta—. Recoge sus hallazgos en cualquier es-
quina del discurso, les adjudica un título y
una nota al pie —urna y pedestal— y ¡ya
son obras de arte! En efecto, esos trucos le
bastan para neutralizar el valor denotativo,
que prima y conforma el sentido original
del texto, y potenciar el connotativo. Así
aparece otra faceta de las mismas palabras
y comprobamos que, en efecto, con las
mismas palabras medimos una calle y el
alma del ser querido. Por eso, estos Poemas
plagia-dos deben colocarse en la estantería
junto a los Antipoemas de Nicanor Parra y
las opiniones sobre la originalidad del pla-
gio que Borges defendiera apasionadamen-
te.

En su negativa a producir más poemas en


un mundo ya anegado por ellos, Peicovich
revela además un talante eco lógico: pro-
pone reciclar con ojos más sagaces lo ya es-
crito, apurar su sentido, en vez de seguir
despilfarrando palabras que generan ya
más ruido que significado. Leyéndolo, nos
embarga una inusitada confianza en nues-
- 289 -

tra propia capacidad creativa: la realidad


está ahora disponible ante nuestros ojos
como un cajón de tipos de imprenta. Todos
tenemos la posibilidad de hacer poemas,
separando los versos de las briznas de paja.
Las fronteras que separan la poesía de la
información, el arte de la vida, se vuelven
de pronto borrosas y permeables. Ojalá
seamos capaces no sólo de extraer poesía de
la realidad, sino de transformar poética-
mente el mundo.

José María Parreño


- 291 -

Un gesto Adánico

Uno no sabe cómo nace una vocación… pero


lo que sí sabemos es que a veces las pala-
bras tienen una vocación de verdad que ex-
cede nuestra voluntad.

De ese exceso de sentido que hay en las pa-


labras trata este libro. No es grandilocuente
decir que esta obra debate la relación entre
poesía y verdad y si le tomo el nombre a
Goethe, es también porque en el corazón de
este proyecto de Esteban que lleva varios
años ediciones y versiones late un romanti-
cismo profundo y filosófico.

Se trata de ver la palabra en el lugar donde


la palabra, repentinamente, se convierte en
objeto y donde nos muestra el límite del
lenguaje. En algún momento alguien quiso
comunicar algo, con la incertidumbre y la
convicción, con el automatismo o la indo-
lencia con la que solemos usar el lenguaje
en la vida práctica. Pero de repente, como
un rayo, porque para escuchar el lenguaje
como lo hace Esteban hay que tener la velo-
- 292 -

cidad de un chispazo en la oscuridad, al-


guien, Esteban, lo saca de su lugar digamos
común, o “comunicativo” y observa a ese
fragmento del lenguaje adquirir vida pro-
pia, un cuerpo, una intención que nada tie-
ne que ver son la recta voluntad de quien
hablaba, y, entonces, lo descubre para
siempre.

Se trata, entonces, de ver en el lenguaje


aquello que el lenguaje no muestra: que no
es un útil, que no es un instrumento, que el
lenguaje permite que el hombre se engañe
creyendo que lo domina, para mostrarnos
que en realidad apenas podemos con él.

De modo que la tarea que Esteban nos


muestra en este libro, que es el oficio y la
vocación a la que se ha entregado supone la
suprema humildad. La del que sabe que las
palabras viven fuera de nosotros, de nues-
tra intención de nuestra arrogancia, y que
se atreve a escucharlas como si estuvieran
nombradas por primera vez.

Gesto Adánico por excelencia: escuchar las


palabras como si jamás antes hubieran sido
nombradas y por eso, es también un gesto
edénico cada vez que escuchamos estos
poemas plagiados de Esteban, él nos da una
- 293 -

porción de paraíso: como si nos dijera: “Es-


cuchá cómo suena el lenguaje cuando se
pronuncia como si jamás se hubiera dicho”.

Por eso estos poemas son imposibles y son


el límite de lo que se puede decir, porque
nos dejan como en suspenso entre lo que
leemos y aquello que entendemos cuando
lo volvemos a leer. Y son un límite porque
también nos permiten ver algo que trata-
mos de olvidar continuamente para no vol-
vernos locos y para evitar que la vida sea un
universo de poesía: que no hay sentido rec-
to que no hay una verdad del sentido y que
el lenguaje hace lo que quiere con nosotros.
Y, peor, que a cada cosa que digamos, co-
rremos el riesgo de que un Esteban nos esté
escuchando y se lleve nuestras palabras al
reino de nunca jamás o al país de las mara-
villas donde todo significa siempre, otra
cosa.

Y por eso también detrás de estos poemas


acecha el chiste. No soy yo quien va a decir
la importancia que tiene el chiste para la
cultura, Freud y Bergson, entre otros, lo hi-
cieron antes. Pero no quiero dejar pasar la
oportunidad del humor que se oculta en es-
tos poemas y ese humor proviene de la cer-
teza que tenemos al leerlos que algo de lo
- 294 -

que nombran tiene la forma de una verdad


que es más esencial y más firme que lo que
esperábamos que se dijera. Como si repen-
tinamente nos viéramos enfrentados a lo
imposible, estos poemas de Esteban inevi-
tablemente nos provocan una sonrisa. Sin
dudas la sonrisa proviene de lo inesperado.
Del encuentro fortuito con un instante de
luz, de un chispazo provocado por la coli-
sión de dos cosas: el devenir de la vida y el
devenir de la literatura de la vida.

En un lugar muy recóndito, lo que nos dice


Esteban es que todo el lenguaje es poesía, y
que a veces lo olvidamos, que a veces no
queremos pensar que es así y que, a veces,
crear no es la tarea de una musa ni de un
genio sino que es la posibilidad abierta para
todos nosotros de que miremos el mundo
desde un lugar nuevo.

Por eso en estos poemas también acecha la


utopía. Dije de ellos: son románticos, son
intempestivos y flirtean con la imposibili-
dad. ¿No son esos los atributos de lo utópi-
co? ¿No es ese el modo en el que nos imagi-
namos, cuando ponemos nuestra imagina-
ción al servicio de un nuevo mundo, otra
sociedad? Ese, supongo que debe ser el es-
tado del espíritu de Esteban cuando sale a
- 295 -

la caza como un cazador de mariposas, de


un nuevo poema. Hay otros poetas que se
sientan en el escritorio a esperar que la
verdad caiga en sus manos; Esteban se po-
ne las zapatillas y sale a caminar y ver
aquello que caiga en sus manos, porque sa-
be que en esa mezcla de azar y sabiduría
que le pone a sus poemas se mezcla un tipo
de mirada angélica: aquella que se le pue-
den poner a las cosas más mundanas cuan-
do se las mira con la lente de lo utópico.

Muchos de estos poemas, en realidad, na-


cieron como noticias. En esto también ha-
bría que leer una ética de Peicovich en rela-
ción con el periodismo y con su estilo de
periodismo. Un estilo periodístico y de en-
trevistador que tiene Esteban, que sin du-
das está en retirada y que hace de su objeto,
la palabra, menos que un negocio donde se
tramitan prestigios o jerarquías, el lugar
privilegiado de la exploración social y de la
intervención sobre el presente.

Entre los inventos del mundo seguramente


los hay asombrosos y los hay memorables.
Pero cuando Galileo Galilei inventó el teles-
copio, no sólo creó un instrumento útil sino
también un universo de incertidumbre.
Desde su pequeño escritorio, Galileo pensó
- 296 -

un instrumento tal con el que pudiéramos


ver con precisión todas las estrellas y los
astros que conocíamos, pero también, dijo,
con un instrumento tal podremos también
mirar aquellos astros y objetos celestes que
no sabemos que existen. Ese salto episte-
mológico es aún mayor que la invención del
telescopio. La posibilidad de crear una he-
rramienta que nos permita descubrir aún
lo que no imaginamos que existe. En Poe-
mas Plagiados, a pesar de lo que nos dice
ese título con respecto a la originalidad y a
la copia, Esteban nos presta, por un mo-
mento las lentes con las que mira el mundo
y nos permite, como si fuera una invención
nuestra, sentir que estamos experimentan-
do el mundo que él ve y escuchando el len-
guaje que él escucha. Un mundo lleno de
equívocos, de delirio, de humor y de ternu-
ra.

No quiero dejar pasar este momento sin


nombrar esta anécdota. Hace unos días, es-
tábamos hablando con Esteban acerca del
maquiavelismo o la estupidez de los políti-
cos argentinos y yo cité a una candidata
que había hecho del nombre del Partido
donde se proponía como intendente su
“lema” y llamaba a su distrito: “Mi Matan-
za”. Demás está decir que el resultado de las
- 297 -

elecciones le dio la razón. Y en ese lugar


donde yo veía pura estupidez retó-rica, Es-
teban repentinamente vio uno de sus poe-
mas. Y entonces por un instante ambos
imaginamos a una mujer que gritaba “Mi
matanza.. mi matanza…” mientras el elec-
torado, sabio y obediente, hacía lo propio, la
sacrificaba en público.

Esteban vio en esa frase algo que excedía el


chiste, la gracia o la premonición: vio la de-
sesperación, el terror y, sin dudas la perdo-
nó. Porque en las palabras de Esteban, lo
más crudo, lo más feroz, siempre se vuelve
un episodio de la ternura. Esteban mira a la
gente hablar con la misma humildad y la
misma distancia con la que mira un cientí-
fico a su insecto. Con la que un cazador ob-
serva a su mariposa cuando la despliega y
la exhibe con un alfiler sobre el abdomen:
con la curiosidad de un niño que quiere co-
nocer el secreto de su funcionamiento y la
sabiduría de un hombre que resignado y
con una sonrisa nos explica que el secreto
del lenguaje, no lo conoceremos jamás.

Ariel Schettini
- 298 -

Palabras dichas en el Instituto Ana Arendt


el 25 de noviembre de 2008
Las excelencias de una lírica sin
copyright

Esteban Peicovich (Berisso, 1930) es poeta,


periodista, viajero, noctámbulo y palabrista
irrecuperable que ha sabido cultivar y ver
crecer el lenguaje en varios libros distintos.
“La bañera azul” es uno de ellos, el otro es
“Poemas plagiados”, recientemente editado
en España con prólogo y Edén de Manuel
Vicent y epílogo de J.M. Parreño. Lo de “dis-
tintos” es razón de originalidad y no de
abundancia, aunque a los títulos mencio-
nados pueden sumársele “Reportaje al fu-
turo”, “Yo, Perón” e “Instrucciones al pavo
real”. Entre 1974 y 1988, vivió en España y
fue corresponsal de prensa.

No obstante, Peicovich es poeta. Y poeta que


ha sabido ampliar y proyectar la profundi-
dad de campo de la poesía incursionando
en otras áreas: la periferia subyacente en
hábitos y usos coloquiales, jergas y modis-
mos, retruécanos, neologismos y tics del
lenguaje”. El, con algo de modestia, llama a
- 300 -

su exploración “poesía plagiada” o “poemas


plagiados”. Se trata, no obstante, de una
expansión del campo estético de la poesía,
de un corrimiento semántico perfectamen-
te trazado para refundar – tal y como lo ha-
ce George Pérec en el ámbito de sus juegos
narrativos y de bricolage - un espacio de re-
significación.

Claro que la expansión antedicha es con-


quista, porque Peicovich trabaja asimismo
con material de rezago, con voces y frases
olvidadas en algunas paredes, en bares, en
conversaciones dispersas o en cartelitos
arrumbados en cambalaches de San Telmo.
Es, sin duda, constructor pero no formalis-
ta. Es también humorista muy fino, pero
jamás chistoso; por el contrario, en su hu-
mor de rejunte asoma siempre ese delicado
recurso de la desesperación (“Cuando el
viento sopla en direcciones distintas a la de
las nubes, se aproxima, normalmente, una
depresión”, el texto está tomado de un ma-
nual de Meteorología, pero el poeta lo tituló
“Freud”). Hay en estos “Poemas plagiados”
espacio para el candor popular también
(“Te espero donde el árbol del viernes”), oí-
do frente a un teléfono público) y para la
usanza y mudanza de la bella sintaxis o de
- 301 -

Sintaxis, la bella (“Jerseys para niños de la-


na/Camas para matrimonios de bron-
ce/Sillas para niños plegables”, de un añejo
anuncio comercial.

Cables de agencias periodísticas, sueltos de


anuncios, traducciones literarias, recetas y
hojas parroquiales son parte del material
de descarte que Peicovich recicla en este be-
llísimo libro destinado a expandirse y a
proponer, entre otras muchas cosas, un
nuevo aunque proverbial territorio, el de
las voces anónimas, el de la lírica sin copy-
right que el poeta devuelve en versión ori-
ginal, pero compilada. En la tradición de las
vulgatas, es lo que hace Peicovich reformu-
lando el ars combinatoria de algunas alu-
siones. Un bello pasaje, casi Borges, dice así:
“Me reduzco a mí mismo en tres y un tercio
y me añado a mí mismo un quinto a mí, me
vuelvo a mí mismo y me encuentro comple-
to”. Se trata de una traducción literaria del
texto matemático contenido en un frag-
mento del papiro de Rhind descubierto en
Tebas en 1858.
- 302 -

Claro que este magnífico relevamiento poé-


tico es una trama de intencionalidad, aun-
que el autor reniegue de ella, porque asoma
siempre o casi siempre una metafísica al
bies, una confesión de existencia (“Todas
las cosas tienden a ser redondas”, dicho del
indio Sioux Alce Negro al etnólogo Joseph
Epes Browne; “El destino está congestiona-
do”, de un mensaje de Telecom. De Argen-
tina a uno de sus usuarios. Algunos hallaz-
gos brillan como genuinas perlas (“Primero
extraña. Después es extrañable”, se trata de
la primera frase publicitaria de la Coca-
Cola en Portugal, escrita por Fernando Pes-
soa cuando se desempeñaba como redactor
publicitario).

Libro inagotable, amoroso como una mo-


neda marroquí pronta a descifrarse, es ex-
celente el epílogo que propone José María
Parreño, cuando dice: “En su negativa a
producir más poemas en un mundo ya
anegado por ellos, Peicovich revela, ade-
más, un talante ecológico: está proponién-
dose reciclar con ojos más sagaces lo ya es-
crito, apurar su sentido y sus sentidos, en
vez de seguir despilfarrando palabras que
generan más ruido que significado”. Al fino
oído del poeta le corresponde esta humilde
- 303 -

coda final (‘Llévate el gris, que el gris va a


ser la tierra”, de un electricista a otro,
mientras colocaban un cable).

Gabriel Bañez

(Publicado en el “El Día” de La Plata el


19/nov/2000)
Ocho Poemas Plagiados en
inglés

Traducción G.J. Racz


- 307 -

12
POP ART

One who flees society


Field readied for battle
Expose raw food to fire
Characteristic of bone
Species of crow
Ferocious, flat-footed
mammal Sugar-producing
Inhumane and cruel
Shade tree with fine wood
Stone used in sacrifices
Convict put to death
Angrily, with rancor
Sailor who steers the ship
Walk from one side to the other
Committed in love
Pure breed

(A few Crossword Puzzle clues)


- 308 -

18
THE EYES

The profession has changed. Before, you’d


wrap them in a shroud and they’d go to
their graves completely dressed—under-
wear and all, stockings included—decked
out, of course, in the finest clothes they
owned. Nowadays they wear only the
shroud, just a whitesheet. Years ago, I took
it upon myself for a time to teach the new
employees how to dress cadavers properly.
There were all sorts of men’s and women’s
garments here, and they would have to put
these on the bodies as gingerly as they
could without wrenching the corpses. It
was an art and we brought it off quite well.
Don’t think it’s easy to dress a stiff.

The bodies buried deeper underground stay


“preserved” longer than the ones buried
just beneath the surface. The eyes are al-
ways the first to disappear, then the rest of
the face.
- 309 -

(Told to the newspaper El País by Ju-


lián Parra, the director of a funeral
parlor in Madrid.)

20
JONAH

I don’t want to leave the sea because there’s


no place on land where you can make a liv-
ing. I’ve been lost at sea two or three times
already, I can’t even remember. A fish bit
my leg once and just tore it open. They
pulled me out of the sea practically bleeding
to death and with one of my fingers missing.
Still, it’s the water for me! You can’t live off
the land. No one will ever take me from the
water. That’s where I want to be.

(Confession of a sailor from Cadiz)


- 310 -

70

ANOTHER OUR FATHER

Our father, who art in heaven, father of all


mankind,thou art the father of drug addicts,
too. We have become the dregs of society,
our father!

Thou holdest us in thy hands. We are thy


fallen creatures. Our father…

Thy will be done in heaven

for thou art the one who giveth food to


those who hunger,

drink to those who thirst

and to those who, because of their desire for


a better world,

have turned to vice, have turned to drugs.

Thou shalt open their eyes

and let them see all thy love.

Our father,

forgive us the sin we committed


- 311 -

when we became drug-dependent,

knowing this could not be thy will

but would become our trespass.

I beg thee to forgive as well

all those who have enabled our drug use.

Forgive them, though they knew well what


they were doing.

Forgive us our sins.

Help us not to be led into the temptation

of turning others into things

to be used for our convenience,

to satisfy our sinful cravings.

Father in heaven,

deliver us from drugs,

from this evil with so many consequences.

Deliver us from our very selves.


- 312 -

(A drug addict’s “Our Father,” sent


on August 11, 1982 to Cardinal Juba-
ny the Archbishop of Barcelona, who
wrote the prayer out)

72
PAPARAZZI

In these the Pope can be seen approaching


the edge of the pool in black bathing trunks,
crossing himself before jumping into the wa-
ter, swimming, stepping out of the water
wearing a bathing cap, and, finally, dressed
in a short-sleeve shirt and long black pants
as he wrings out his trunks at the pool’s
edge.

(Captions of photos taken with a zoom


lens, in the August 20, 1981 issue of
the Italian magazine Gente)
- 313 -

84
SCATTERBRAINED

Before, my head was like a box of dominoes.


I could visualize the box and the twenty-
eight game pieces. I used to see them out-
side the box—all mixed up, some upside
down and the rest backwards—with more
double-six pieces than the game actually
has. The twenty- eight of them seemed like
three hundred eighty to me. Try as I might,
it was impossible for me to put them into
any order. I don’t know how long I lived in
this particular vision of reality because time
did not elapse there. Now it does. And
they—the pieces, I mean— are all in the box.
They are what they are. The box is the box.
And I am me.

(A patient’s summary of his recovery from


a frontal lobotomy)
- 314 -

110
ON THIS DATE 2,000 YEARS AGO TODAY

With the domestication of cows and sheep


already in progress,

man discovers grains, drinks milk,

consumes bread, fish, cheese

(being already familiar with salt and hon-


ey),

combs his hair,

paints rocks, buries the dead,

carves bones patiently

and plays them like flutes.

(The Homo Sapiens environment two mil-


lennia ago)
- 315 -

119
DEMIGODS

“What are you making?” “Nitrogen.”

“Doesn’t God make that?” “We make it here,


too.”

(A mini-dialogue I had, reporter-like, with


the chemical engineer Marta Averbus at
the Hydrology Institute in Ezeiza, Argenti-
na)
INDICE
Índice - 318 -

Palabras de más……………………………………… pág. 7


Palabras de Manuel………………….……………. pág. 11

Poemas plagiados

1. La otra cara…………………………....…..……… pág. 17


2. Un golpe de dados ................................ pág. 17
3. La poesía....................................,,............ pág. 18
4. Frou frou ................................................ pág. 18
5. La única dimensión.............................. pág. 19
6. Corazón de palo .................................... pág. 19
7. La humildad ........................................... pág. 20
8. La cosa popular...................................... pág. 21
9. Freud ....................................................... pág. 21
10. Epitafio ................................................. pág. 21
11. El inocente ............................................ pág. 22
12. El arte pop ............................................ pág. 22
13. El palabrista ......................................... pág. 23
14. Eros ........................................................ pág. 24
15. Sol y sombra ........................................ pág. 25
16. El jardín de las delicias ..................... pág. 26
17. Noticia de verano ............................... pág. 27
18. Los ojos................................................... pág. 27
19. Vecinos de Buenos Aires .................... pág. 29
20. Jonás ..................................................... pág. 29
21. El come coco......................................... pág. 31
22. La falta de rigor................................... pág. 31
23. El tercer ojo .......................................... pág. 32
24. La esfinge ............................................. pág. 33
25. Poética extrema .................................. pág. 33
26. El horizonte más antiguo ................. pág. 33
27. La multiplicación de la pareja…....... pág. 34
28. Otro evangelio .................................... pág. 35
29. Vecinos de Madrid .............................. pág. 36
30. El arrepentimiento de Eurídice ….... pág. 37
31. El otro amor ......................................... pág. 38
32. La aparición ......................................... pág. 38
33. Restos .................................................... pág. 40
34. El poeta.................................................. pág. 40
35. Metáfora en la cumbre ....................... pág. 41
36. En un principio fue la luz .................. pág. 42
Índice - 319 -

37. La verdad .............................................. pág. 43


38. La lejana ............................................... pág. 43
39. Bello y benevolente ............................ pág. 44
40. Sintaxis, la bella ................................. pág. 45
41. Fragmentos de Brueghel .................. pág. 45
42. «La lección» de Chejov ...................... pág. 46
43. Las partes del todo ............................. pág. 47
44. Sí/ sí ..................................................... pág. 49
45. El hermano de Robinson ................... pág. 50
46. A una mujer desconocida ................. pág. 51
47. La falta de pasión ............................... pág. 54
48. Otro Génesis......................................... pág. 55
49. No la toquen más ................................ pág. 56
50. El mejor pastor ................................... pág. 57
51. Abel ........................................................ pág. 58
52. EL arca de Noé ..................................... pág. 58
53. Los vecinos del cielo ........................... pág. 59
54. Lautréamont ........................................ pág. 60
55. Falta oficio ........................................... pág. 61
56. Petite histoire ...................................... pág. 61
57. Moda náutica ...................................... pág. 62
58. Tebas...................................................... pág. 63
59. Botella al mar ...................................... pág. 63
60. La espera............................................... pág. 64
61. Las musas ............................................ pág. 65
62. La naturaleza....................................... pág. 66
63. La eternidad ........................................ pág. 66
64. El amor puro........................................ pág. 67
65. Las tres señoras .................................. pág. 68
66. Al voleo................................................. pág. 68
67. De buena fuente ................................. pág. 69
68. Un destino ........................................... pág. 70
69. Estado de sitio..................................... pág. 71
70. Otro padre ........................................... pág. 73
71. Hago saber ........................................... pág. 74
72. Paparazzi.............................................. pág. 76
73. A fuego lento ....................................... pág. 76
74. El timbre .............................................. pág. 77
75. El homenaje a Fellini ......................... pág. 78
76. Oda........................................................ pág. 79
77. Para una teoría del olvido ................ pág. 80
Índice - 320 -

78. El bienaventurado .............................. pág. 81


79. La represión ......................................... pág. 82
80. La metafísica ....................................... pág. 82
81. El remedio ............................................ pág. 83
82. Estas crueles provincias ................... pág. 84
83. La señal................................................. pág. 84
84. El desencajado.................................... pág. 85
85. Marca de agua..................................... pág. 86
86. Se ofrece dios ..................................... pág. 87
87. Anónimo.............................................. pág. 88
88. El túnel................................................. pág. 89
89. Retrato de contraluz ........................ pág. 89
90. Cielo contra reloj .............................. pág. 90
91. La compulsión ................................... pág. 91
92. Sin rumbo fijo …………………...……….... pág. 92
93. Caja blanca ........................................ pág. 94
94. A toda vela ......................................... pág. 95
95. Nostalgia............................................. pág. 97
96. La familia ........................................... pág. 98
97. Aportes ............................................... pág. 99
98. Darwin tras la mariposa ................. pág. 100
99. Un poeta nocturno .......................... pág. 101
100. Laureles............................................ pág. 101
101. Avisos ............................................... pág. 102
102. La mirada ........................................ pág. 103
103. La exaltación.................................... pág. 104
104. En el aire........................................... pág. 105
105. Etimología ....................................... pág. 106
106. Un versículo .................................... pág. 106
107. El estudio de la gallina .................. pág. 106
108. Rima leonina................................... pág. 108
109. Himno .............................................. pág. 109
110. Efemérides ...................................... pág. 110
111. La ronda ........................................... pág. 111
112. Currículum ...................................... pág. 112
113. Paralelas ........................................... pág. 114
114. El hueco de la cabeza ..................... pág. 114
115. Metáforas ......................................... pág. 114
116. Ostinato rigore ................................ pág. 115
117. La mannequin.................................. pág. 115
118. Jano ................................................... pág. 116
Índice - 321 -

119. Demiurgos ......................................... pág. 117


120. El nictálope........................................ pág. 117
121. Siete leguas ........................................ pág. 118
122. La mirada del visir ........................... pág. 119
123. Heterónimo ....................................... pág. 120
124. El alquimista ..................................... pág. 120
125. Quantum ........................................... pág. 121
126. La metáfora....................................... pág. 122
127. Globalización .................................... pág. 122
128. El demiurgo ...................................... pág. 123
129. Los batidores líberos ....................... pág. 123
130. El durmiente virtual ....................... pág. 124
131. Il meglio fabro .................................. pág. 125
132. La pareja ............................................ pág. 125
133. La coronación ................................... pág. 126
134. El arte oculto .................................... pág. 126
135. Piropos ............................................... pág. 127
136. Colapso............................................... pág. 128
137. Fin de la utopía................................. pág. 128
138. Restos I .............................................. pág. 129
139. Ícaros ................................................. pág. 129
140. La ambigüedad ................................ pág. 130
141. La bruma ........................................... pág. 130
142. Tractactus ........................................ pág. 131
143. El enigma ......................................... pág. 131
144. La miel del poder ............................ pág. 132
145. Catequesis.......................................... pág. 132
146. El rival ............................................... pág. 134
147. La relatividad ................................... pág. 134
148. La descripción.................................. pág. 135
149. Caja china......................................... pág. 136
150. Chuang Tzu ...................................... pág. 136
151. Gilgamesh......................................... pág. 137
152. Anónimo panadero ....................... pág. 137
153. El levitador ...................................... pág. 138
154. La protesta ...................................... pág. 138
155. Somos ............................................... pág. 139
156. La caída............................................. pág. 140
157. La puerta del Paraíso...................... pág. 141
158. La palabra ........................................ pág. 141
159. El poeta serial ................................. pág. 141
Índice - 322 -

160. La expiación ...................................... pág. 142


161. Botella al mar .................................... pág. 142
162. Polen busca polen ............................. pág. 143
163. Arte de trabar .................................... pág. 144
164. Que así sea ......................................... pág. 144
165. El proceso ........................................... pág. 145
166. El demiurgo ....................................... pág. 145
167. El canon universal............................ pág. 147
168. El timonel........................................... pág. 150
169. Icrneilbe ............................................. pág. 152
170. El converso ........................................ pág. 152
171. Plegaria del buen humor ................. pág. 153
172. Los caminos ....................................... pág. 154
173. Hijo ...................................................... pág. 154
174. Entrelínea .......................................... pág. 155
175. Homo habemus ................................. pág. 155
176. El espejo .............................................. pág. 156
177. Mi noche triste ................................... pág. 157
178. El instante.......................................... pág. 157
179. El arúspice ......................................... pág. 158
180. La dieta............................................... pág. 158
181. El viaje ................................................ pág. 159
182. Amor anónimo ................................. pág. 160
183. Moraleja ............................................. pág. 161
184. El arte mordaz................................... pág. 163
185. La lira matemática............................ pág. 164
186. La voz del amo ................................... pág. 165
187. Prólogo oral ....................................... pág. 165
188. Posmo ................................................. pág. 167
189. La humildad ...................................... pág. 167
190. Homilía ……….....................……….. .... pág. 168
191. Último momento …….................……. pág. 168
192. Zoología manual ………….................. pág. 169
193. De otro mundo ………….................. pág. 170
194. Ocho veces nada ………….................. pág. 171
195. El incidente ………….................. pág. 171
196. El destino …………………....................... pág. 173
197. La inspiración ………….................. pág. 173
198. Los divinos detalles………................. pág. 174
199. El embelesado ……..……............... pág. 175
200. La lengua bisexual……..……............ pág. 175
Índice - 323 -

201. Moraleja para adultos………............ pág. 177


202. Platónico …………………...................... pág. 177
203. La lección …………………...................... pág. 178
204. La antipoesía.......…………................. pág. 178
205. Ella..............................………………..…. pág. 179
206. La paradoja................................…… pág. 181
207……………………………............................... pág. 181
208. ¡Ad relativum!.....................………… pág. 182
209. La armonía……...........................…… pág. 182
210. La caníbal.............................…………. pág. 183

Textos Críticos

Nota editorial……………………...................... pág. 187


Estudio Crítico
José Tono Martínez …......... pág. 190
La epifanía urgente
Jorge Monteleone ….........… pág. 223
Presentación a la edición española
Ricardo Ibarlucía ………...... pág. 277
Epílogo a la edición española
Jose María Parreño ……....... pág. 285
Un gesto adánico
Ariel Schettini…………......... pág. 291
Las excelencias de una lírica sin copy-
right
Gabriel Bañez …………........ pág. 299

Ocho poemas plagiados en inglés........ pág. 305


Este libro (e-book) se terminó de editar
al cuidado de Alacena Roja
─ Edición Digital ─
en Ceutí,
01 de Marzo de 2013

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