Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCIÓN
Se ha definido la nutrición parenteral (NP) como el conjunto de técnicas de administración por
vía intravenosa a pacientes que tienen excluida la unción del tracto gastrointestinal. Los
nutrientes administrados son hidratos de carbono, lípidos, aminoácidos, electrolitos,
oligoelementos, vitaminas y agua. Desde la década de los años 60 del pasado siglo en que
Dudrick y cols realizaron las primeras infusiones de nutrientes hipertónicos en los EEUU el
conocimiento sobre este tema ha tenido un gran desarrollo tanto en los distintos tipos de
soluciones a administrar como en las técnicas y dispositivos de administración, también se
tiene mejor conocimiento de las posibles complicaciones asociadas a este tratamiento y de su
prevención. En esta revisión intentaremos poner al día las características principales de la
NP, tanto para la vía central como para la periférica, haciendo hincapié en cómo seleccionar
el mejor tipo de soporte según el tipo de acceso y la situación clínica a tratar, y describiremos
las principales ventajas y desventajas de una técnica de administración frente a la otra.
La composición tipo de una NPP aporta generalmente entre 6-10 g de nitrógeno y entre 900-
1500 cal, siendo su volumen entre 1500-2500 ml, su relación Kcal no proteicas/ g nitrógeno
suele estar entre 130-150/1 (aunque ya existen algunas en el mercado con relaciones
menores de 120/1 como el SmofKabiven periférico) y su relación entre hidratos de carbono y
lípidos se sitúa normalmente en 60/40. Su composición debe contener lípidos por el efecto
beneficioso de los mismos (tabla 2), así como las RDA de vitaminas y minerales y en caso de
añadir electrolitos estos no deben superar ciertos límites (sodio y potasio 150 mmol/L,
magnesio 5,6 mmol/L y calcio 5 mmol/L).
En términos generales, para conseguir el éxito de cualquier tratamiento intravenoso hay que tener
en consideración los siguientes factores:
• La terapia a administrar (su pH, osmolaridad, velocidad de administración, la naturaleza de su
composición, duración y propósito...).
• Valorar el sitio de inserción (limitaciones, dificultad de la técnica de inserción, estado de la piel,
tamaño de la vena...).
• Seleccionar el clínico y su habilidad en la colocación del acceso venoso.
• Técnica de inserción (control de la infección, vena y piel, ángulo de inserción...).
• Consideraciones del paciente (edad, movilidad, diagnóstico, alergias, necesidad de educación).
• Selección del acceso venoso (según terapia a infundir, material, relación seguridad/riesgo,
coste/beneficio esperado, preferencia del paciente).
• Preparación del punto de inserción (presencia de vello, necesidad de anestesia local, profilaxis
antitrombótica. Protocolos).
• Mantenimiento del acceso venoso (técnica aséptica, estabilización, tipo de apósito utilizado,
sellado, juicio clínico. Protocolos).
Se considera que la elección del tipo de acceso venoso a utilizar para administrar el soporte
nutricional parenteral depende principalmente de las características del paciente
(patología/situación clínica) y de la previsión de tiempo del soporte, y en menor medida, de la
experiencia del hospital con cada tipo de acceso venoso. Los tipos de accesos venosos y sus
indicaciones principales las exponemos en la siguiente tabla (tabla 3)
• Las NPP permiten una rápida disponibilidad de acceso cuando hay que iniciar de manera
inmediata el soporte nutricional y no se dispone de vía central o acceso entérico.
• La colocación de los catéteres periféricos es de muy sencillo manejo por lo que puede ser
realizado por el personal de enfermería en la misma habitación del paciente y no requiere
comprobación radiológica de su colocación.
• En general, las NPP tienen menos complicaciones que las NPc, sobre todo de tipo mecánico e
infeccioso asociadas al catéter venoso central.
• Puede no cubrir los requerimientos de los pacientes al 100%, sobre todo si se presenta
alguna de las siguientes situaciones:
- necesidades elevadas de nutrientes y/o electrolitos
- restricción de volumen a administrar,
- estrés metabólico importante,
- desnutrición significativa
• Suele presentar como complicación frecuente la tromboflebitis, que limita su uso.
La tromboflebitis se suele manifestar por la aparición de tumefacción, enrojecimiento calor y
dolor en la zona de inserción de la vía periférica. Su incidencia es muy variable (2,3-70%
según Payne-James JJ et al 1993, 3-31% según Perkiewicz M et al 2009), esta variabilidad
seguramente es debida a las diferentes maneras de cuantificar las tromboflebitis por lo que se
recomienda seguir para su detección el uso de escalas de puntuación para determinarla (tabla
4). La etiología de la tromboflebitis generalmente se inicia con la inserción del catéter que
provoca daños en el endotelio generando vasoconstricción y la activación de mediadores de
la inflamación, el reiterado recambio de catéteres puede formar un ciclo que finaliza con la
oclusión de la vía de acceso.
Las tromboflebitis puede verse favorecida por varios factores como son:
• Tamaño del catéter. Mejor utilizar catéteres de 22-24 Ga y longitud media (15-20 cm).
• Material del catéter. Preferibles los catéteres de poliuretano que, con el mismo grosor, tienen
mayor tamaño de diámetro interno.
• Tamaño de la vena. Es mejor utilizar las venas grandes del antebrazo como la basílica o
cefálica.
• Sitio de colocación del catéter. Se deben evitar puntos de flexión y en la medida de lo
posible es preferible utilizar el brazo no dominante del paciente.
• Traumatismos durante la inserción del catéter. Usar una adecuada técnica de inserción
retarda la aparición de tromboflebitis.
• Colonización bacteriana de los catéteres. El uso de técnica aséptica en la inserción del
catéter retarda la aparición de tromboflebitis.
• Fármacos. Es muy recomendable utilizar de manera exclusiva una vía para la NPP.
• Duración de la infusión. El daño parece menor cuando se infunden las NPP de manera
cíclica.
• Tipo de NPP administrada. Las fórmulas con lípidos permiten un mayor aporte calórico sin
aumentar la osmolaridad de la nutrición.
Se dice que la nutrición artificial (enteral o parenteral), debe de instaurarse en todo paciente
que no puede, no quiere o no debe comer por vía oral, sobre todo porque sabemos que la
desnutrición puede tener efectos perjudiciales sobre los pacientes.
Concretando, las indicaciones generales del soporte nutricional artificial, sea parenteral o
enteral, van a depender de si el paciente se encuentra en alguna de estas situaciones:
• Pacientes sin desnutrición, pero en el que se espera no recibir ninguna clase de soporte
nutricional durante al menos 7 o 10 días.
• Pacientes con desnutrición que, según la ESPEN, son aquellos que presentan al menos uno
de los siguientes criterios:
- Albumina < 3g/dL (sin fallo renal o hepático).
- Pérdida de peso > 10-15% del peso habitual en 6 meses.
- IMC < 18 kg/m.
- Valoración Global Subjetiva de grado C.
• Pacientes con riesgo de malnutrición. Son pacientes asociados a patologías/situaciones
clínicas en las que se encuentra alterada la absorción de nutrientes, existe necesidad de
reposo intestinal o están aumentadas las necesidades de nutrientes (tabla 5). También se
dice que la única indicación de la NP es la imposibilidad de utilización del tubo digestivo, es
decir que son indicaciones del soporte nutricional por vía parenteral, bien sea central o
periférico, todas aquellas situaciones en las que se considera contraindicado el soporte
nutricional por vía enteral. Un algoritmo para la selección del soporte nutricional podría ser el
expuesto en la gráfica 1.
Existen situaciones consideradas como indicaciones absolutas de NP:
• Vómitos persistentes e incontrolables;
• Hemorragias digestivas;
• Íleo paralítico;
• Obstrucción intestinal;
• Perforación intestinal;
• Isquemia intestinal.
Otras situaciones que se consideran indicaciones relativas de NP:
• Fístulas yeyunales altas;
• Enfermedad inflamatoria en fase aguda;
• Síndrome de intestino corto grave (en el postoperatorio inmediato y crónicamente si
presenta fallo intestinal completo);
• Mal digestión o malabsorción intestinal grave;
• Pancreatitis aguda grave.
Entre las indicaciones según el tipo de acceso, central o periférico, en general un
paciente es candidato a NPP cuando presenta alguna de estas situaciones:
• Íleo no quirúrgico;
• pre-cirugía de cirugía mayor, si hay malnutrición y neoplasia;
• Post-cirugía si existe una previsión de ayuno de entre 7-14 días y un grado de estrés leve-
moderado;
• Previsión de ayuno mayor de 7 días o en caso de duración incierta pendiente de un
diagnóstico definitivo.
• Problemas relaciones con el acceso central (mecánicos y/o infecciosos, trastornos de la
coagulación, dificultades técnicas en el acceso);
• Pancreatitis aguda (los primeros 5-10 días);
• Otras situaciones: nutrición complementaria (si no se alcanzan por lo menos el 60% de las
necesidades nutritivas vía oral o enteral), nutrición hipocalórica, imposibilidad de colocación
de acceso enteral.
HEPATOLOGÍA:
• Comenzar la NP de forma inmediata en pacientes con hepatitis alcohólica moderada o en
severamente malnutridos que no puedan ser alimentados suficientemente por vía oral o
enteral.
La NP complementaria es aquella que se utiliza conjuntamente con la NE para corregir el
déficit de nutrientes. Está indicada cuando con el soporte enteral no alcanzamos al menos el
60% de los requerimientos del paciente y con ella debemos intentar cubrir por lo menos hasta
el 80% de los mismos, siendo lo ideal cubrir el 100%. No hay muchos ensayos clínicos que
hayan estudiado su uso, pero los que se han hecho en pacientes críticos utilizando la NP
Complementaria como preventiva/correctiva dan resultados no concluyentes en cuanto a su
eficacia (Kutsogiannis et al 2011, Singer P et al 2011).
LA NP HIPOCALÓRICA es una estrategia de alimentación por debajo de necesidades
(generalmente 20 kcal/Kg/día) en las que se pretenden alcanzar beneficios mediante la
modulación de la respuesta metabólica y la corrección de la hiperglucemia. Recientemente se
ha publicado un metaanálisis (Jiang H et al 2011) sobre este tipo de soporte nutricional en
pacientes quirúrgicos en el que se concluye que pueden reducirse las complicaciones
infecciosas y la estancia hospitalaria en el post-operatorio de dichos pacientes.
CONCLUSIONES
• Las fórmulas de NP aptas para vía periférica o para vía central difieren esencialmente en su
osmolaridad. El límite de tolerancia está en 900 mosm/l.
• La indicación de la NP, tanto central como periférica depende de que no pueda usarse la
nutrición enteral o de que esta no pueda cubrir adecuadamente las necesidades nutricionales de
los pacientes.
• Las limitaciones para el uso de NPP dependen en la frecuencia de tromboflebitis de las vías
periféricas que impide que pueda administrarse durante periodos prolongados y de la situación
clínica del paciente. Cuando las necesidades proteicas son elevadas o está limitado el aporte de
líquidos intravenosos.
• La NPP puede utilizarse como complementaria de la nutrición enteral u oral, en el peri-operatorio
de cirugía no complicada con desnutrición y en situaciones sin diagnóstico preciso.
• la NPc es preferible, cuando ha de usarse, en pacientes con pancreatitis grave con indicación de
NP, en pacientes críticos y en pacientes con nutrición artificial domiciliaria.
NUTRICIÓN PARENTERAL
http://www.pisa.com.mx/publicidad/portal/enfermeria/manual/4_3_2.htm
a) Carbohidratos (dextrosa hipertónica): Cubre los requerimientos calóricos, permite que los
aminoácidos sean liberados para síntesis proteica (no energética) presentación al 5, 10 y
50%.
b) Proteínas: Son esenciales en la construcción, conservación y reparación de los tejidos
del organismo, interviene en las funciones hormonales y enzimáticas.
c) Grasas: Además de ser fuente de energía, además son necesarias para la absorción de
las vitaminas liposolubles.
d) Electrólitos (potasio, calcio, magnesio y cloruro de sodio): Proporciona el equilibrio
hidroelectrolítico apropiado, transporta glucosa y aminoácidos a través de las membranas
celulares.
e) Vitaminas: Elementos que carecen de valor calórico, precursoras de coenzimas.
f) Oligoelementos: coadyuvan en el metabolismo corporal.
PACIENTE
CATÉTER Y EQUIPO
Los cuidados del catéter (apósito, punto de inserción,…) se realizarán según protocolo de la
unidad.
Realizar la conexión entre sistema de infusión y catéter de forma aséptica, las desconexiones
serán las menores posibles.
La unión entre el sistema de infusión y catéter se protegerá siempre para disminuir la
colonización de la zona.
Los sistemas de infusión se cambiarán cada 24 horas.
No añadir soluciones en “Y” en la misma luz.
Nunca extraer muestras de sangre ni medir presión venosa central en la misma luz.