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2017 – 2018
1. INTRODUCCION
En la actualidad la comercialización de alimentos callejeros constituye un fenómeno que
recubre gran importancia sociocultural, económica y sanitaria (M., 2010). Pero este tipo de
venta ha aumentado debido a numerosas causas; crecientes poblaciones urbanas marginales,
el desempleo que crea innumerables vendedores ambulantes, las grandes distancias
recorridas diariamente entre el lugar de trabajo y el hogar; la demanda de alimentos baratos
y culturalmente apropiados cerca de los lugares de trabajo y la escasez o ausencia de
establecimientos permanentes que sirvan este tipo de alimentos (Arambulo, 2009).
Sin embargo se han venido desarrollando diversas tácticas para asegurar la calidad e
inocuidad de estos productos al mismo tiempo que se han consolidado la utilización de
productos tradicionales y locales en la preparación de estos productos, se ha promovido al
desarrollo de microempresas o cooperativas que faciliten las acciones de capacitación y
comercialización, y se ha logrado una mayor coordinación entre autoridades de nivel nacional
y municipal, y una participación activa de vendedores, consumidores y organizaciones no
gubernamentales (M., 2010).
Con respeto con la contaminación microbiana con estos productos, la venta de alimentos en
la vía pública es debatida porque las incorrectas prácticas de higiene en la preparación de
estos alimentos tienden a presentar riesgos considerables para la salud (FAO, 2011). Los
alimentos que se consumen en la calle como las bebidas de morocho corren alto riesgos de
contaminación más frecuentemente en las superficies mediante el contacto directo con las
manos sucias, utensilios contaminados o el agua usada para prepararlos. Son portadores de
gran cantidad de bacterias y parásitos, que pueden encaminar enfermedades, como Síndrome
Urémico Hemolítico, salmonelosis y shigelosis entre otros, desde diarreas y vómitos a
insuficiencia renal y muerte (Marona, 2010).
Las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA) se producen por la ingestión de
alimentos y/o bebidas contaminados con microorganismos patógenos que afectan la salud
del consumidor en forma individual o colectiva. Sus síntomas más comunes son diarreas y
vómitos, pero también se pueden presentar otros como choque séptico, hepatitis, cefaleas,
fiebre, visión doble, etcétera (Arenaz, Salerno, Rodríguez Ganduglia, & Esperanza, 2010).
Un alto porcentaje de los casos de ETA no puede asociarse con algún alimento en particular
o no es factible identificar al patógeno responsable, debido, fundamentalmente, a que los
resultados de los análisis bacteriológicos demoran; asimismo, el vehículo alimentario
implicado ya no se encuentra disponible para su análisis, lo que sugiere la necesidad de
establecer métodos rápidos y eficientes de detección del agente causal (Arenaz, Salerno,
Rodríguez Ganduglia, & Esperanza, 2010).
En la sierra del Ecuador el cultivo de maíz (Zea mays) es uno de los más importantes.
Debido principalmente a la amplia área dedicada a su producción y por ser un
componente básico en la dieta de la población.
Ecuador es uno de los países con mayor diversidad genética de maíz por unidad de superficie,
el preservarla representará el recurso natural renovable más importante para la
supervivencia, sostenibilidad rural y seguridad alimentaria de las futuras generaciones
(Yánez, Zambrano, Caicedo, Sánchez, & Heredia, 2007).
Energía 57
Proteína 1.60
Grasa Total (g) 0.10
Colesterol (mg) -
Glúcidos 12.50
Fibra (g) 0.30
Calcio (mg) 25
Hierro (mg) 2
Yodo (µg) -
Vitamina A (mg) 0
Folato (µg) 0
Fuente: (Funiber, 2017)
2.5. La leche
La leche es la secreción natural de las glándulas mamarias de vacas sanas, excluido
el calostro, y además es un producto nutritivo complejo que posee más de 100 substancias
que se encuentran ya sea en solución o emulsión en agua (Badui, 2006).
Algunas de las relaciones entre los componentes son muy estables y pueden ser utilizados
para indicar si ha ocurrido alguna adulteración en la composición de la leche (Walstra,
Geurts, Noomen, & Jellema, 2012)
2.5.1.2.Carbohidratos
La lactosa (beta-D-galactopiranosil(1-4)-beta-D-glucopiranosido) es el carbohidrato en
la leche vacuna. Está formado por glucosa y galactosa. La lactosa presenta 2 formas α y β
y esta última es más soluble. La concentración de la lactosa varía entre un 40 % y 50
%. Debido a la regulación osmótica, el contenido en lactosa de la leche es inversamente
proporcional al contenido de sales (sodio y potasio).
La lactosa es una fuente de energía en la dieta diaria y promueve la absorción de calcio, para
los mamíferos en periodo de desarrollo constituye el 40 % de la energía consumida, se
hidroliza por la lactasa (una β-galactosidasa) (ORTIZ RAMIREZ, 2010)
2.5.1.3.Proteínas
La leche contiene de 30 a 36 g/L de proteína total. Dentro de las más abundantes se
encuentran: αs1-caseínas, αs2-caseínas, β-caseínas, κ- caseínas, β-lactoglobulinas y α-
lactoalbúminas. Las proteínas de la leche se clasifican como caseínas o proteínas del suero.
La caseína supone el 80 % de las proteínas de la leche, un distintivo clave de las caseínas es
su alto contenido de residuos fosfoserilios y su moderadamente grande contenido de prolina;
las proteínas restantes son retenidas en el suero del queso y estas proteínas contienen
considerablemente mucho más residuos de cistina que las caseínas. La separación de las
caseínas de las restantes proteínas se realiza mediante la precipitación a su punto isoeléctrico
(pH 4.6) o por aglomeración de las micelas de caseína inducidas enzimáticamente, como
en la fabricación de queso. La β-lactoglobulina y α-lactoalbúmina, que son productos
genéticos de la glándula mamaria, están contenidos en el suero, el cual contiene también
albúmina sérica e inmunoglobulinas que proceden de la sangre. (ORTIZ RAMIREZ, 2010)
2.5.1.4.Grasa
La molécula de grasa está formada por un núcleo de glicerol y tres moléculas de ácidos
grasos.
Los triglicéridos representan el 96-98% del total de lípidos de la leche, los cuales están
presentes en forma de glóbulos de 2 a 6 μm de diámetro, recubiertos de un material
membranoso derivado de la membrana de proteínas y fosfolípidos, que protege la grasa
emulsionada del ataque de enzimas lipolíticas presentes en la leche. Los glóbulos de grasa
son las partículas más grandes en la leche (ORTIZ RAMIREZ, 2010).
Los lípidos y ácidos grasos de la leche exhiben el mayor porcentaje de variabilidad y son los
elementos que más fácilmente pueden ser alterados de todos los componentes de la
leche (cambio o modificación), por factores ambientales o por la misma dieta del animal.
Los lípidos contenidos en la membrana de glóbulo graso constan del 20% de fosfolípidos,
siendo los tipos principales: fosfatidiletanomina (22.3%), fosfatidilcolina (33.6%) y
esfingomielina (35.3%) (ORTIZ RAMIREZ, 2010).
2.5.1.5.Vitaminas
La leche contiene vitaminas, todas ellas esenciales, pero en cantidades variantes y a
veces insuficientes. El contenido de vitamina en la leche cruda puede ser modificado por
diferentes tratamientos, como por ejemplo los tratamientos térmicos. Algunas son vitaminas
liposolubles como: vitamina A, D, E, F, K y otras son vitaminas solubles en agua como:
vitamina B2, B6, B1, B12, H, ácido pantoteico, fólico y la vitamina C (ORTIZ RAMIREZ,
2010).
2.5.1.6.Minerales
Los principales minerales constan de cloruros, fosfatos, citratos y bicarbonatos de sodio,
potasio, calcio y magnesio. La digestibilidad del calcio y el fosforo es generalmente alta, en
parte debido a que se encuentran asociados a la caseína de la leche. En la leche, el
33% del calcio esta solubilizado, el 45% está ligado en la leche en forma coloidal, y el
resto ligado a la caseína. Los análogos de los fosfatos están en niveles del 33% (solubilizado),
38% (ligado en forma coloidal) y 20% (ligado a la caseína) con 1% ligado a lípidos (en la
membrana de glóbulos grasos) (ORTIZ RAMIREZ, 2010).
2.6.1. Carbunco
La infección carbuncosa del hombre por vía oral se debe casi siempre a la ingestión
de carne poco cocida proveniente de animales infectados y rara vez al consumo de leche.
Cierto es que el Bacillus anthracis puede pasar de la sangre a la leche, pero ese paso exige
que la bacilemia sea muy elevada, circunstancia que se produce cuando la muerte del animal
está próxima. Durante la fase aguda del carbunco la secreción láctea se interrumpe o la
leche toma un aspecto tan anormal que impide su consumo. (Magariños, 2011)
No obstante lo anterior, siempre persiste el peligro que los bacilos carbuncosos procedentes
de las secreciones de los animales enfermos o del establo penetren en la leche. (Magariños,
2011)
Las shigellas que contaminan la leche proceden de las manos de los operadores o bien de las
heces, siendo transportadas por el agua y las moscas. (Magariños, 2011)
2.6.3. Brucelosis
La brucelosis constituye un ejemplo clásico de zoonosis transmitida por la leche. El hombre
puede contraer esta enfermedad a través del consumo de leche cruda. Además de esta vía
puede contraerla directamente por el contacto con tejidos y secreciones de animales
infectados o por la inhalación de productos secos infectados, mecanismo que en algunas
zonas parece tener más importancia que la infección mediante la leche. (Magariños, 2011)
Cualquiera de los tres tipos de brucelas (melitensis, abortus y suis) puede provocar la
infección en el hombre, resultando ser la melitensis la más virulenta para el ser humano.
(Magariños, 2011)
La Brucella abortus predomina en todos los países, con excepción de los escandinavos,
donde ha sido posible su erradicación. Por otra parte, la cantidad de leche infectada por
Brucella que llega a las industrias lecheras suele ser mayor que la contaminada con
bacilos tuberculosos. La causa de esto se explica por el hecho de que la brucelosis produce
lesiones en las ubres con mayor frecuencia que la tuberculosis. (Magariños, 2011)
2.6.4. Cólera
En algunos casos la leche actúa como vehículo del vibrión colérico. Este germen puede llegar
a ella por las manos sucias de un enfermo o de un portador convaleciente, aunque es más
frecuente que llegue a través de aguas contaminadas. (Magariños, 2011)
2.6.7. Fiebre Q
Enfermedad producida por una rickettsia, la Coxiella burnetti, se halla muy difundida en todo
el mundo. En lo que a la infección humana se refiere, los principales reservorios se
encuentran principalmente en tres especies de animales lecheros: la vaca, la oveja y la
cabra. La infección humana se produce sobre todo por inhalación del polvo contaminado con
líquido amniótico o con membranas fetales de animales infectados, pero también se
observan casos causados por la ingestión de leche cruda contaminada. (Magariños, 2011)
La Coxiella burnetti pasa de la leche cruda a los productos lácteos, si antes no se efectúa una
pasteurización adecuada. (Magariños, 2011)
2.6.8. Botulismo
Es muy raro que la leche y los productos lácteos intervengan en la transmisión del botulismo.
El Clostridium botulinum y el Cl. parabotulinum tienen esporas resistentes que se
encuentran muy difundidas en el suelo y frecuentemente contaminan la leche y los
productos lácteos. La pasteurización y otros tratamientos térmicos ordinarios no suelen
destruirlos. Se han encontrado esporas viables en el queso, aunque generalmente sin las
toxinas. (Magariños, 2011)
Aunque no se sabe con exactitud cuáles son los factores que provocan la inhibición de
estos microorganismos en la leche y el queso, es posible que la acidez de la leche y de algunos
productos lácteos desarrollen un importante papel. (Magariños, 2011)
Bibliografía
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