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Nuevo perfil Así es la gente que pone en riesgo tu vida: el perfil de los conductores

temerarios
Centro Crímina para el estudio y prevención de la delincuencia
Universidad Miguel Hernández

“Nadie que no haya pasado por ello puede llegar a imaginarse por un momento cómo se
sufre. Han pasado dos años y en ese tiempo nos hemos ido recomponiendo poco a poco,
pero siempre estará allí. No se puede superar. Aprendes a vivir con ello, pero sigues
sufriendo”.

Miguel Martín perdió a su hija de 19 años, “la pequeña de la casa”, comenta, en un


accidente de tráfico en Madrid. La mayoría de los ciudadanos seguramente lo recuerdan
por su gravedad, pero también porque el conductor era el futbolista Marcos Alonso (20
años), jugador del Real Madrid vendido al Bolton inglés. Junto a él viajaban otros tres
jóvenes que resultaron heridos de gravedad. El siniestro se produjo en mayo de 2011 en
la confluencia de las calles Sinesio Delgado y Ribadavia. Al parecer, el coche ocupado
por los cinco jóvenes circulaba por Sinesio Delgado hacia el Paseo de la Castellana
cuando se salió de la vía, cruzó el carril contrario, volcó y colisionó contra un muro. La
hija de Miguel Martín resultó la herida más grave. Sufrió un traumatismo
cranoencefálico severo y fue trasladada al Hospital Universitario La Paz. Media hora
después, falleció.

A los jóvenes peligrosos al volante se les acaban de sumar ahora, tal y como acaba de
poner de manifiesto una nueva investigación de Criminia (Centro para el estudio y
prevención de la delincuencia) de la Universidad Miguel Hernández de Elche, un nuevo
tipo de conductor temerario. Su perfil: varones relativamente maduros que cogen el
coche bajo los efectos del alcohol o las drogas y que además incluso tienen
antecedentes delictivos.

Mientras en las zonas de ocio los jóvenes de 19 a 25 años y en las noches de los viernes
y sábados son los desgraciados protagonistas de la temeridad, ahora hay infractores de
entre 35 y 45 años que sufren accidentes en otras zonas de la ciudad. Basta con citar
algunos ejemplos de lo que está ocurriendo en las carreteras españolas: el pasado 10 de
diciembre, un vecino de Madrid de 30 años era sorprendido a 214 km por hora por la
autopista AP-51 en Ávila, a la altura de Mediana de Voltoya. Otro conductor fue
sorprendido cuando circulaba a 228 km por hora por la autovía Jerez-Los Barrios el
pasado septiembre. A las velocidades de vértigo, se suman también otro tipo de
infractor: los que circulan en sentido contrario, conocidos como kamikaces. El abanico
de ‘delincuentes al volante’ lo completan automovilistas como el conductor temerario
de Vigo, conocido como "Makelele", que está acusado de provocar accidentes y que
incluso atropelló mortalmente a un matrimonio en 2008.

El perfil psicológico de los conductores temerarios


Se trata de un caso reincidente, como sucede en el 70% de los conductores por
delitos al volante, según un estudio realizado con 93 presos de la Modelo, en 2010.
De las 771 personas que cumplen penas de prisión en España por un delito de la
seguridad como causa principal, el 26,2% (202 personas) lo hacen por conducción bajo
los efectos del alcohol y el 33,4% (258) por conducir sin carné, según la Fiscalía de
Seguridad Vial. Las condenas por delitos contra la seguridad vial rondan las 100.000.El
70% de los conductores condenados por delitos al volante son reincidentes
Los expertos consultados por El Confidencial destacan que este tipo de conductores
suelen ser personas temerarias y competitivas, sin escala de valores y con fuerte
desarraigo. Sin respeto a las normas y con baja autoestima. Se suma a todo ello, que la
conducción es una actividad estresante y que cualquier situación (atascos, semáforos en
rojo…) incrementan la tensión y la agresividad. Pero, sobre todo, porque también hay
conductores que buscan intencionadamente el riesgo, como un mecanismo de
recompensa rápida cerebral que conduce a la excitación. Por otro lado no es menos
cierto que muchos varones se identifican con el coche. Representa posesión, estatus
social, fuerza, velocidad, seducción, además del sentimiento de libertad o
independencia.

A pesar de que el balance de seguridad vial de 2012 (aún no definitivo) facilitado por la
Dirección General de Tráfico destaca que la mortalidad por accidentes en vías
interurbanas se ha reducido en un 12%, 1.304 personas perdieron la vida y 6.161
resultaron heridas graves el año pasado. Es el noveno año consecutivo que desciende la
siniestralidad. Las cifras son provisionales y se refieren sólo a los accidentes mortales
ocurridos en vías interurbanas y tomadas hasta 24 horas después de producirse el
siniestro. La mayoría de los grupos de edad han descendido en el número de fallecidos
con excepción de los niños menores de 14 años y los mayores de 75 donde han
aumentado las cifras. Sin embargo, el grupo donde más ha aumentado la mortalidad es
entre los 35 a los 44 años y la mayoría de siniestros se produjo entre las siete y las ocho
de la mañana.

Según la Memoria Social del Seguro Español 2012 de la Unión Española de Entidades
Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA) el perfil de la víctima de tráfico en España
es de un varón de 38 años y medio de edad, que no tiene hijos ni cónyuge. No obstante,
este varía según las zonas geográficas, ya que en Madrid la media de edad de la víctima
es de un menor de 30 años, mientras que en otros lugares como Asturias, superan los 45
años de media.

El coste humano y económico de la siniestralidad en la carretera

Francisco Canes, presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA),


cree que el nuevo perfil de víctima de siniestros tiene “en parte su lógica. Los varones
de edad media son los que más desplazamientos por trabajo realizan a diario, además de
ser los que trasladan a sus familiares y, por tanto, a más tiempo en la carretera, más
probabilidades de sufrir accidentes. Además, sabemos que ellos tienen más conductas
de riesgo al volante que las mujeres, que suelen ser más prudentes”. Su asociación lleva
diez años trabajando por y para las víctimas y familiares de los accidentes de
tráfico.Este tipo de conductores suelen ser personas competitivas, sin escala de valores y
con fuerte desarraigo
“En todo este tiempo hemos atendido 10.000 consultas. Nuestro trabajo es dar atención
integral especializada, de manera totalmente gratuita, a víctimas, familias y
profesionales en la fase aguda después del accidente tanto si hay heridos como
fallecidos. El enfoque es multidisciplinar con trabajadores sociales, psicólogos, juristas,
pedagogos, sanitarios… para lograr la mejor y más rápida reincorporación a la vida
diaria de las víctimas. Asimismo formamos a profesionales de emergencias para la
atención a víctimas en todo lo relacionado con el colectivo y en muchas cuestiones
relacionadas con su labor. Somos especialistas en seguridad vial laboral para empresas,
trabajadores, jóvenes y niños”, insiste el presidente de DIA.

Aunque los vehículos son ahora cuatro veces más seguros que en 1970 y se han
reducido en un 50% el número de muertes en la UE, los siniestros provocan 40.000
muertes al año y tienen unos costes directos e indirectos estimados de 180.000 millones
de euros. Es decir, el 2% del PIB de la UE.

En España, un estudio encargado por la DGT a la Universidad de Murcia constata que el


coste de que una persona fallezca en la carretera es de 1,4 millones de euros. “El valor
monetario de una vida estadística”, ha sido realizado por un equipo de profesionales
estadísticos de dicha universidad, y servirá para hacer estudios de cálculo viales. Según
Jorge Martínez, uno de los implicados en el proyecto, este valor se obtiene de sumar el
valor de una vida estadística en España (1,3 millones de euros) y las pérdidas de
producción neta y los costes médicos y de ambulancia.

Pero por encima de las cifras está el sufrimiento de las víctimas. Luis Cendrero,
psicólogo en DIA, explica el drama al que se enfrentan las víctimas de accidentes de
tráfico. “Los accidentes son una realidad diaria pero todo el mundo piensa que a ellos no
les va a tocar. Las víctimas de siniestros son todas, las que la sufren y los que la rodean.
La familia también es la víctima. El impacto es tremendo, la muerte de un familiar en un
accidente es como una muerte súbita. Lo importante es estar con ellos desde el primer
momento, en la fase aguda. Ayudarlos a elaborar el duelo, y acompañarlos para que
aprendan a vivir sin la persona querida que les falta”.

Cómo acompañar a las víctimas y familiares

No es un camino fácil. Muchos de ellos, requerirán ayuda psicológica durante más


tiempo y otros se enfrentarán al síndrome de estrés postraumático. “Un sentimiento
común en todas las víctimas de accidentes de tráfico es el de culpa. El padre que te
comenta ‘si no le hubiera comprado la moto; ‘si le hubiera ido yo a buscar’… Tratamos
de que comprendan que los acontecimientos se han producido al margen de estas
situaciones, buscamos librarlos de esa culpa que agudiza el dolor y entorpece la
recuperación”, insiste Cendrero.1.304 personas perdieron la vida y 6.161 resultaron
heridas graves el año pasado
Tanto Cendrero como su colega psicóloga Irene De Ancos reconocen que la primera
acción en cualquier accidente y las más complicada es la comunicación de malas
noticias. Irene lo explica: “Todavía hoy muchos familiares reciben la trágica noticia por
teléfono. Nosotros hemos estado acompañando a la Guardia Civil a las casas de los
afectados para hacer una buena comunicación de malas noticias. No es fácil, pero los
afectados lo agradecen. Hay que procurar que tengan apoyo familiar o de vecinos, que
no estén solos en ese momento, sentarles y explicarle lo sucedido. Toda la información
que rodee al acontecimiento es necesaria. También se les explica los momentos por los
que van a pasar, lo que van a sentir, se trata de que sepan qué es el duelo, qué fases tiene
y orientarles para que pidan ayuda porque solos no van a poder salvar la situación”.

Miguel Martín no tuvo la fortuna de saber de su hija de la mano de gente preparada. “Lo
que más grabado tengo es cómo me lo contaron. Fue muy frío y distante. Me sentí muy
solo en esos momentos y eché en falta más cercanía y sensibilidad. Sin embargo,
gracias a DIA y a la Fiscalía de Seguridad Vial tengo que reconocer que me he sentido
apoyado en todo momento. Es cierto que al principio todo el mundo se vuelca contigo, y
luego con el tiempo te quedas solo, tu caso se olvida, pasa a un segundo plano. Yo he
estado hundido, pero no quería darme cuenta porque tenía que mantener a la familia en
pie. Mi mujer lo ha pasado realmente mal, ha tenido que acudir a varios psicólogos. No
es imaginable vivir una tragedia como esta. Y ahora nos queda la otra parte: el juicio.
Por un lado estamos deseando que salga y, por otro, nos produce una sensación de
vértigo horrible. Volver a revivir todo, pensar si la sentencia será justa…”, explica.

La familia Martín lleva dos años esperando el juicio del accidente de su hija. “Creo que
estos casos deberían dictarse con más rapidez. Es la prolongación del sufrimiento.
Sabemos por nuestro abogado que el conductor tiene retirado también el carné en Reino
Unido, pero no tenemos sentencia. También nos damos cuenta de que la Justicia
prioriza la resolución de otro tipo de casos, algo que me resulta incomprensible”, insiste
Miguel Martín.

Las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico reclaman también mayor celeridad


de los juicios por siniestros con víctimas. Pero, sobre todo, insisten en que “en España
se han adoptado múltiples medidas para frenar la siniestralidad pero no se están
realizando estudios que evalúen la eficacia de las mismas o su impacto. Antes de
plantearnos nuevas estrategias se hace necesario evaluar las que ya están en marcha”,
recalca Francisco Canes.

Hoy cuando usted haya terminado de leer esta esta noticia se solidarizará con las
víctimas. Pero, aunque todos los días, los medios de comunicación le recuerden el
número de víctimas de accidentes de tráfico, probablemente, seguirá pensando que a
usted no le va a ‘tocar’. Puede ‘tocar’ a todos, por eso todos debemos interiorizar el
concepto de conducción responsable.

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