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PROPORCIÓN
Es esencial una República de tamaño proporcionado: ni demasiado extensa para que sus
ciudadanos puedan cumplir sus funciones en primera persona y todos conocerse entre todos
de manera que no esté oculto ni el vicio ni la virtud; ni de extensión limitada, de lo
contrario, sería dependiente de sus vecinos y la República ideal, por principio, es autárquica
y auto-suficiente.
SOBERANÍA POPULAR
Pueblo y soberano son la misma persona, por esto, comparten el mismo interés y ese
interés solo puede ser el bien común.
LIBERTAD
El pueblo es libre porque se auto-legisla, porque no está sometido a la voluntad arbitraria de
un particular, antes bien, la voluntad general, que es también la suya. Así, la ley funciona
como condición para la libertad. El pueblo obedece sus propias leyes.
LA VOLUNTAD ES INTRANSFERIBLE
La dedicación a la cosa pública es fundamental. Todo soberano participa en primera
persona en la asamblea y en la trinchera. La voluntad no puede representarse: no se puede
transferir a otro el poder legislativo ni la defensa armada; lo que se transfiere es el poder
de gobernar: el poder ejecutivo está subordinado al legislativo.
Introducción
Rousseau distingue dos clases de desigualdad: una que llama natural o física porque ha
sido establecida por naturaleza; otra que puede denominarse desigualdad moral o política,
pues depende de una especie de convención y está establecida, o cuando menos autorizada,
por el consentimiento de los hombres.
Dice Rousseau:
“Todos los filósofos que han examinado los fundamentos de la sociedad han
sentido todos la necesidad de remontarse al estado de naturaleza, pero ninguno
de ellos arribó a él. Algunos [en alusión a Grocio] no han titubeado en suponer
para el hombre en este estado la noción de justo e injusto, sin preocuparse de
mostrar que él haya debido tener tal noción ni incluso si le fue útil. Otros [en
alusión a Pufendorf] han hablado del derecho natural que cada uno tiene de
conservar lo que le pertenece, sin explicar lo que entienden por pertenecer.
Otros [inequívoca alusión a Hobbes], otorgando desde el comienzo al más
fuerte la autoridad sobre el más débil, han hecho nacer inmediatamente el
gobierno sin pensar en el tiempo que debió pasar antes que el sentido de las
palabras de autoridad y gobierno pudiese existir entre los hombres. Todos, en
fin, hablando sin cesar de necesidad, de avidez, de opresión, de deseos y de
orgullo, han trasplantado al estado de naturaleza ideas que habían tomado de la
sociedad: hablaban del hombre salvaje, pero dibujaban al hombre civil.”
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En el HOMBRE CIVILIZADO el “amor de sí” degrada en “amor propio” o
“egoísmo” y la piedad deviene “indiferencia” o “desinterés”.
DIALÉCTICA DE LAS PASIONES Y LA RAZÓN <<No se puede desear lo que uno
no está en condiciones de conocer>>
En el hombre natural no hay un deseo sin su objeto. Sus necesidades son físicas y están
satisfechas, a saber: el alimento, la hembra y el descanso; por otra parte, los males son
limitados: el dolor y el hambre. El hombre natural no prevé la carencia, tampoco tiene
preocupaciones ni curiosidades; incluso el amor es exclusivamente físico.
El progreso o retroceso es efecto de la dialéctica entre las pasiones y la razón. La razón
se define por la búsqueda del conocimiento; así pues, opera como un instrumento que
multiplica las pasiones que esclavizan al hombre: el goce de un objeto y el temor a
perderlo. Solo se puede desear lo que se conoce.
En estado de naturaleza, sin embargo, esta dialéctica no funciona. Ahora bien, ¿cómo se
produce la salida del estado de naturaleza? El hombre natural, no disponía de las
motivaciones ni de los medios para salir de tal estado. Esta distancia, dice Rousseau, se
atraviesa por el estímulo de la necesidad y por el auxilio de la comunicación. Hay
también un elemento de azar.
PACTO
ETAPA DEL PACTO INICUO O “El primer hombre a quien, habiendo cercado un
INJUSTO terreno, se lo ocurrió decir: Esto es mío y
encontró gentes bastante simples para creerlo,
ése fue el verdadero fundador de la sociedad
civil.”
El pacto es un invento del rico: un pacto inicuo,
ilegítimo y asimétrico, que hace de una
usurpación un derecho. Por una parte, hay una
motivación utilitaria y, por otra parte, una
habilidad de convencimiento. Se trata de un
intercambio entre particulares: el rico ofrece
protección y el pobre acepta desigualdad.
Cada uno suscribe creyendo que le conviene;
pero el pobre calcula mal y se equivoca. Así, se
legaliza la desigualdad precedente, ya que el
pobre llegó tarde al reparto de la tierra.
El problema no es para Rousseau la
propiedad privada, sino su distribución
desigual.
CUERPO POLÍTICO (SOCIEDAD CIVIL)