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JACQUES LACAN.

"Conclusiones del IX congreso de la


EFP, 9 de julio de 1978

(publicado en Lettres de l'École Freudienne, Nº 25, junio de 1979)

Debo cerrar este congreso. Es, por lo menos, lo que se tenía previsto.

Freud se preocupó profundamente por la transmisión del


psicoanálisis. El comité al que le encargó velar por él se transformó
en la institución psicoanalítica internacional, la I.P.A. Debo decir que la
I.P.A., si le creemos a nuestro amigo Stuart Schneiderman, quien
habló ayer, no está animosa por el momento. Es cierto que este
Congreso representa, con esta sala llena, algo que equilibra a la I.P.A.

Freud, cuando nombró a lo que llamaba su (sa) “banda”, sin que se


sepa muy bien si “su (sa) banda” debe escribirse “eso” (ç-a) (1),
Freud inventó esta historia, es necesario decirlo, bien chiflada, que se
llama inconsciente, y el inconsciente es tal vez un delirio freudiano. El
inconsciente lo explica todo, pero, como bien lo articuló alguien
llamado Karl Popper, explica demasiado. Es una conjetura que no
puede tener refutación.

Se nos ha hablado de sexo sin sujeto. ¿Eso quiere decir que habría
una relación sexual que, sin embargo, no incluiría al sujeto? Sería
llegar lejos: y la relación sexual, que dije que no había, explica
supuestamente lo que llamamos neurosis. Por eso me he dispuesto a
indagar qué es la neurosis. Intenté explicarlo en lo que llaman mi
enseñanza. Debemos creer, a pesar de todo, que esta enseñanza tuvo
cierto peso, puesto que he logrado reunir a toda esta asistencia.

Esta asistencia, debo decirlo, no me asiste. Me siento


particularmente solo en medio de esta asistencia. Me siento
particularmente solo para las personas con las que tengo que ver
como analista, aquellos que se llaman mis analizantes tienen conmigo
otra relación que esta asistencia. Intentan decirme lo que anda mal
en ellos. Y los neuróticos, eso sí existe. Quiero decirles que no es muy
seguro que la neurosis histérica exista siempre, pero sin duda hay una
neurosis que sí existe, la que llamamos neurosis obsesiva.

A esas personas que vienen a verme para intentar decirme algo,


tengo que decir que no siempre les respondo. Trato de que aquello
pase; al menos lo deseo. Deseo que aquello pase, y es preciso decir
que a muchos psicoanalistas no les queda otro remedio. Por eso he
intentado obtener algún testimonio sobre la manera en que se
deviene psicoanalista: ¿qué hace que después de haber sido
analizante se devenga psicoanalista?
Debo decir que he averiguado sobre ese asunto. Por eso hice mi
Proposición, la que instaura lo que llamamos el pase, al cual he
confiado algo que se llamaría transmisión, si es que hay transmisión
del psicoanálisis.

Tal como ahora lo pienso, el psicoanálisis es intransmisible. Es muy


molesto. Es muy molesto que cada psicoanalista esté obligado —
puesto que es necesario que esté obligado a ello— a reinventar el
psicoanálisis.

Cuando dije en Lille que el pase me había decepcionado, fue por


eso, por el hecho de que es necesario que cada psicoanalista
reinvente, de acuerdo con lo que logró sacar del hecho de haber sido
psicoanalizante por un tiempo, que cada psicoanalista reinvente la
manera en que el psicoanálisis puede perdurar.

A pesar de todo, intenté darle un poco más de cuerpo, y para ello


inventé cierta cantidad de letras, tales como la S tachando la A, es
decir, aquello que llamo el gran Otro, porque es la S con la que
designo el significante que tacha a ese gran Otro; quiero decir que lo
que enuncié en su momento, a saber que el significante tiene como
función la de representar al sujeto, pero solamente para otro
significante —por lo menos es lo que dije, y es un hecho que lo dije—,
¿qué quiere decir? Quiere decir que en el gran Otro no hay otro
significante. Como ya lo dije, sólo hay un monólogo.

Entonces, ¿cómo es que, por la operación del significante, hay


gente que se cura? Porque de eso se trata. Es un hecho que hay
gente que se cura. Freud claramente recalcó que el analista no tenía
que estar dominado por el deseo de curar; pero es un hecho que hay
personas que se curan, que se curan de su neurosis, hasta de su
perversión.

¿Cómo es posible? A pesar de todo lo que dije en su momento, no


sé nada de eso. Es una cuestión de trucaje. ¿Cómo le susurra uno al
sujeto que se le aparece algo en el análisis que tiene como efecto
curarlo? Es una cuestión de experiencia, en la que lo que he llamado
el sujeto supuesto saber desempeña un rol. Un sujeto supuesto, es un
redoblamiento. El sujeto supuesto saber es alguien que sabe. Sabe el
truco, ya que he hablado de trucaje; Sabe el truco, la manera en que
curamos la neurosis.

Debo decir que nada en el pase revela eso. Debo decir que nada en
el pase demuestra que el sujeto sabe curar una neurosis. Siempre
espero que algo me aclare este asunto. Me gustaría saber por alguien,
que atestiguara sobre ello en el pase, que un sujeto —puesto que se
trata de un sujeto— es capaz de hacer más que lo que yo lo llamaría
el palabrerío común, porque de eso se trata. Si el analista no hace
sino parlotear, se puede estar seguro de que falla el golpe, el golpe
que es el de efectivamente producir el resultado, es decir, lo que se
llama el síntoma.

He tratado de señalar un poco más claramente el síntoma. Incluso


lo he escrito con su antigua ortografía. ¿Por qué la elegí? S-í-n-t-h-o-
m-a, sería un poco largo explicarles esto. Elegí esta manera de
escribirlo para sostener el nombre síntoma, que se pronuncia
actualmente, no se sabe bien por qué, “simptoma”, es decir, algo que
evoca la caída de algo, pues “ptoma” quiere decir caída.

Lo que cae todo junto es algo que nada tiene que ver con el
conjunto. Un sínthoma no es una caída, aunque lo parezca. Al punto
que considero que ustedes, todos ustedes, tienen como sínthoma
cada uno su cada una. Hay un sínthoma él y hay un sínthoma ella. Es
todo lo que queda de lo que llamamos la relación sexual. La relación
sexual es una relación intersinthomática. Por eso, el significante, que
es también del orden del sínthoma, por eso, el significante opera. Por
eso, tenemos la sospecha de la manera como puede operar; por
mediación del sínthoma.

¿Cómo comunicar el virus de este sínthoma bajo la forma del


significante? Eso es lo que me he esforzado por explicar a lo largo de
mis seminarios. Creo que hoy ya no puedo decir más.

NOTAS

(1) Juego de palabras entre sa, “su”, y ça, “eso”. Lacan alude al
verbo bander, “vendar”, “tensar”, “estar tirante”. T.

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