You are on page 1of 4

ELOGIO DE LA SOMBRA

1La vejez (tal es el nombre que los otros 25Pero es una dulzura, un regreso.
le dan)
26De las generaciones de los textos que
2Puede ser el tiempo de nuestra dicha. hay en la tierra
3El animal ha muerto o casi ha muerto. 27Sólo habré leído unos pocos,
4Quedan el hombre y su alma. 28los que sigo leyendo en la memoria,
5Vivo entre formas luminosas y vagas
6que no son aún la tiniebla. 29leyendo y transformando.
7Buenos Aires, 30Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
8Que antes se desgarraba en arrabales 31Convergen los caminos que me han
traído
9hacia la llanura incesante,
32a mi secreto centro.
10ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro,
33Esos caminos fueron ecos y pasos,
11las borrosas calles del Once
34mujeres, hombres, agonías,
12y las precarias casas viejas
resurrecciones,
13que aún llamamos el Sur.
35días y noches,
14Siempre en mi vida fueron
36entresueños y sueños,
demasiadas las cosas;
37cada ínfimo instante del ayer
15Demócrito de Abdera se arrancó los
ojos para pensar; 38y de los ayeres del mundo,
16el tiempo ha sido mi Demócrito. 39la firme espada del danés y la luna
del persa,
17Esta penumbra es lenta y no duele;
40Los actos de los muertos,
18fluye por un manso declive
41el compartido amor, las palabras,
19y se parece a la eternidad.
42Emerson y la nieve y tantas cosas.
20Mis amigos no tienen cara,
43Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi
21las mujeres son lo que fueron hace ya
centro,
tantos años,
44a mi álgebra y mi clave,
22las esquinas pueden ser otras,
45a mi espejo.
23no hay letras en las páginas de los
libros. 46Pronto sabré quién soy
24Todo esto debería atemorizarme,
Borges escribe este poema a sus 70 años, razón por la cual se entiende que hable sobre su
condición, el tiempo que siente y su futuro. Pero no habla de esto en forma dolorosa pues en
las primeras palabras del poema, más precisamente en el segundo verso /Puede ser el tiempo
de nuestra dicha/ Él no se lamenta sino que acepta sus años en un estado apacible.

Continua reflexionando acerca de su alma, ‘’fortalecida’’ por los años en contraposición con sus
fuerzas físicas, y continúa hablando de sus circunstancias haciendo alusión a su ceguera, Vivo
entre formas luminosas y vagas/Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar/el tiempo
ha sido mi Demócrito; tomándola como una herramienta del destino que le permite abstraer la
realidad de manera más profunda. /Esta penumbra es lenta y no duele/ Aquí podemos señalar
que la forma progresiva y lenta en la que Borges perdió el sentido de la vista le permitió
sobrellevar esto con mucha tranquilidad.

Del verso siete al trece, leemos como él mira a su Buenos Aires, lleno de mistificadas calles por
las que aun transita su memoria y su amor.

En el verso veinticuatro (Todo esto debería atemorizarme), se puede notar otra vez y como se
mencionó al inicio que su condición de invidencia y vejez, las toma con tranquilidad

En el veinticinco / Pero es una dulzura, un regreso/. El regreso. Expresa la idea que es parte de
muchos de sus otros poemas; la idea del retorno, del regreso al inicio, que es también un inicio
descubierto.

Luego, en /Convergen los caminos que me han traído/a mi secreto centro/Todas sus
experiencias, todas las cosas de su vida se vierten en su ser (o su centro). Él forma parte de todo
y todo lo conforma a él. Así /Cada ínfimo instante del ayer/ y de los ayeres del mundo/el
compartido amor, las palabras/ Lugares, personas, palabras, sentimientos, saberes, pasado,
futuro, su tiempo y el de otros. Todo lo conforma.

Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas habla de todo por cuanto a pasado, y que le ha
permitido aprender.

En su vida, él replantea la idea del pasar del tiempo y del tiempo último (la muerte). La lucidez
de verse siendo, sabiendo y viviendo le da la conciencia para encontrarse tranquilo viendo la
muerte física como el término de su contemplación de la vida .Todas las cosas que han sido parte
de su vida, se olvidan al llegar a ese nuevo inicio que constituye encontrarse/Ahora puedo
olvidarlas. Llego a mi centro/

El sino de la vida es la muerte, empero la muerte Borgeana es aquella que, se expresa en una
suerte de inmortalidad metafísica que trasciende el destino físico de la materia. Llega un final
que es más bien un reinicio /a mi álgebra y mi clave/a mi espejo. El símbolo del espejo es el
destino; es el ‘’verse ser’’ en la vida.

Todo esto le permite, en un tiempo límite (el tiempo de la vida biológica) llegar a descubrirse
/Pronto sabré quién soy…/ y concluye anunciado su próximo descubrimiento.

Encontramos entonces en este poema a un Borges que roza la inmortalidad metafísica, que
comprende y está en calma con todo y todo. Un Borges que se vacía en su centro y reposa y se
entiende y comienza.
JORGE LUIS BORGES (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de junio de 1986)
A Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo se le recuerda como un escritor cuyas
manías más notoria es el tiempo, la eternidad y los infinitos caminos bifurcados. Infinito
expresado simbólicamente por la figura del círculo. Políticamente disperso (y cuyas
ideas el mismo menciona que no debieran tomarse tan enserio) y dedicado 18 años a
cuidad de la biblioteca Nacional de su Buenos Aires querido. Jamás ganó el nobel aunque
fue candidato por más de tres décadas.
Los relatos de Borges se conforman como enigmas con trasfondo metafísico. Entre sus
obras destacadas tenemos Ficciones (1944), El Aleph (1949), entre otros…
Sus estructuras narrativas alteran tiempo y espacio para crear mundos alternativos de
gran contenido simbólico, construidos a partir de reflejos, inversiones y paralelismos.
Murió el 14 de junio de 1986, en la ciudad de Ginebra, víctima de un cáncer hepático.
Sus restos yacen en el cementerio de Plainpalais, bajo una lápida que nos dice mucho
de su forma de pensar, pues muchas veces afirmó no temer a la muerte.
La lápida es de una piedra blanca y áspera y en la parte superior se lee "Jorge Luis
Borges"; debajo, su epitafio, escrito en inglés antiguo: "And ne forhtedon na" que
significa "Y que no temieran", junto a un grabado circular con siete guerreros que han
arrojado sus escudos y con la espada rota se dirigen al combate -y al encuentro con la
muerte’’.

FUENTES:

(Fotolog, Inc, Fotolog ® y Flodo, 2017)

(Borges, 1976)

(© Instituto Cervantes (España), 1991-2017. Reservados todos los derechos., 2017)

You might also like