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1.2.1 Influencia de la obra en el arte contemporáneo.

Marcel Duchamp fue un artista que había cambiado por completo la forma de
mirar el arte, siendo una de las grandes influencias para el siglo XX. Se trataba de
una “negación de los valores que construyeron la moderna concepción del arte” 1,
que cambió la conciencia estética de final de los años 1950. El cambio y el
desvanecimiento del paradigma estético moderno, anunciaban el comienzo de una
nueva era en el arte. La insensatez política y social de la época después de la
guerra, hizo que los artistas se manifestaran criticando a toda la institución del
arte. Algunos bien fundamentados en negar la moderna noción de obra de arte, y
otros en conceder nuevas funciones al arte, es decir, este arte se apropió de la
crítica y de la transgresión de los valores tradicionales. Dicha caída de los
paradigmas estéticos modernos, también se pronunciaban contra la idea de
modernidad. Era indudable que la crisis de la visualidad o de la representación
estética era un resultado del traslado del concepto de progreso de la cultura, a la
economía y la tecnología. El intento de fijarle identidad al sujeto racional por parte
de la ilustración, se detuvo al momento en que la misma libertad y autonomía que
se le otorgaba destruida por sí mismo. Estos eran los reflejos de la modernidad en
una sociedad que plasmaba en su historia visual, la conducción a la
autodestrucción del sujeto en tanto a lo cultural, económico, lo social, lo político y
por sobre todo lo estético.

Por otra parte, hasta 1917 nadie se había atrevido hacer lo que hizo Duchamp,
eliminar la técnica del artista plasmada en un objeto. Estas ideas que surgían en el
continente norte americano, empezaron a considerarse una forma de anti-arte el
cual han prevalecido ya por un siglo en la historia del arte. Después de que Marcel
Duchamp tomara el camino del arte para la mente, los artistas posteriores de los
años cincuenta y sesenta utilizaron este principio para sus creaciones. El fundador
del arte conceptual había alterado el concepto de lo que debía ser el arte hasta el
momento, abriendo paso al debate conceptual después de que existiera una
tensión entre lo que era arte y no. Al prescindir de la técnica del artista y plasmar
en objetos la idea del arte, el artista no quería decir que cualquier objeto que se
escogiera por simple deseo se convierta en obra de arte. El objeto debe
“resignificar” o transmitir un “concepto” artístico. La dualidad objeto-idea que
surgía en la obra de Duchamp, fue tomado como un principio importante para el
arte que se desarrollaría posteriormente. Esta dualidad fue tomada como un
parámetro exclusivo para la obra de arte contemporánea, aunque también la ironía
y el humor, la resignificación, el reciclaje de objetos de uso cotidiano, el uso del
movimiento, la crítica al concepto de autor, el uso de la acción y del gesto y la
crítica al concepto de la originalidad de la obra se tomaron como aportes a la
creación. Con esto demostraba que se podía hacer un arte que contenga una
crítica hacia la misma obra de arte, dejando a un lado la historia del arte tradicional

1
Juan Alegría Licuime: “Duchamp, el posmodernismo y la muerte del arte” en:
http://critica.cl/artes-visuales/duchamp-el-posmodernismo-y-la-muerte-del-arte
sustituyendo conceptos, actitudes e intenciones por obras carentes de belleza y
técnica.

La obra de Duchamp es un elemento para pensar nuevos métodos y


experimentaciones artísticas, dando paso a infinitas posibilidades en la forma de
concebir el arte. Fue el origen de muchos movimientos en artes plásticas del siglo
XX, tales como el minimalismo, el arte ecológico, el happening, el arte povera, la
escultura abstracta, el arte conceptual, etc. Al cambiar de objetivo el arte
contemporáneo, no significaba que arte al abandonar la belleza llegara a su fin. No
significaba que el arte haya muerto, sino que ha asumido nuevas formas en las
que las ideas del arte son el producto o el resultado de la transformación del
objeto en la mente del observador. En el siglo XX se revolucionó la esencia de
todas las ramas artísticas, comenzando por las artes plásticas. La concepción del
arte de Duchamp representa un intento de negación del pasado. Un dejar atrás
todas las grandes ideas occidentales. Las 1ra y 2da guerra fueron el contexto para
dirigir su arte. Pues estas estas guerras corresponden a una manifestación del
exceso del racionalismo y de una exagerada confianza en los antiguos ideales de
progreso, belleza, bondad y verdad. Para estos artistas, esos ideales incluso los
del proyecto ilustrado, deben ser demolidos, porque eran demasiado ambiciosos y
totalizantes, hay que reemplazarlos por otros más modestos que valoren la
singularidad en contrapeso de la universalidad de los valores.

Los ecos del artista conceptual en la actualidad, permiten entender el arte


contemporáneo, gran parte del arte actual se debe directamente a la obra del
artista. La aportación del ready-made a la estética contemporánea, de crear
nuevas obras con objetos seleccionados y extraídos de su contexto actual, era un
nuevo fundamento para la nueva obra de arte. Este principio puede ser
considerado como algo que perjudico y a la vez, favoreció al arte actual porque en
cierta medida daba paso a la experimentación artística. Planteando que estas
obras no se hacían basadas en producir obras materiales, sino que lo que
aportaban era las ideas que se podía hacer sobre el concepto. “Así se ha pasado
de un arte completamente material a un arte de concepto, en el que no importa si
una obra es única y original o se trata de una réplica, ya que el concepto y la idea
perdurarán en el tiempo”2. Las estructuras del arte del siglo pasado, habían sido
demasiado restrictivas y cerradas, y los preceptos de Duchamp desafiaban a la
naturaleza del arte. Sin embargo, es común encontrar una falsa interpretación
sobre la teoría de Duchamp, sobre si el ready-made y el arte con objetos
encontrados traen consigo decadencia y degeneración en la cultura, pese a que
cualquier objeto puede ser obra de arte. Apoyándose en el discurso creado por el
concepto estético, se crean muchas veces teorías de falsa intelectualidad.
Aunque, muchas veces se necesitaba un respaldo institucional para que las obras
de arte consigan estar en un museo y ser posicionadas como obra de arte, esto
era lo que precisamente Duchamp quería criticar, todos los preceptos que se
conocían como arte. Después de capacitarse desde su juventud en un conjunto de

2
Blanca Arranz: “Porque no estornudar? Duchamp y el ready made. Entre lo cotidiano y lo
extraordinario” en: https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/13082/1/TFG-N.238.pdf
habilidades que le inclinaban a la creación del arte, llega a la conclusión de un
tema que concierne al a naturaleza del arte y su esencia.

Por otra parte sus ideas han tenido inmensidad de seguidores, de manera que su
teoría llega incluso a tomarse de un modo extremista, en el sentido en que toman
al arte conceptual para justificar la compra y venta del arte en el mercado. Este
reflejo del detrimento de la cultura está adquiriendo cada vez más fuerza, cuando
los artistas crean obras de arte sólo para la subastación de las mismas apoyados
bajo el principio del arte conceptual establecido por Duchamp. Este sería un
importante punto por revisar, si la investigación tratara acerca de los efectos del
arte conceptual sobre el valor económico que representaría para la sociedad de
consumo la obra en venta. Por lo que más bien es conveniente estudiar a quienes
han hecho obras de arte, basados ya en otra obra de arte. Esta es una
característica común en el arte de la posmodernidad y un ejemplo podría ser una
estampa de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci seleccionada por Duchamp en
1920 para modificarle parte de sus rasgos. Primero le pinto un mostacho a lápiz y
unas letras en su parte inferior con las iniciales de “L.H.O.O.Q.” que traducido del
francés significaría “ella tiene calor en el culo”. Esta postal era considerada una
forma de irrumpir el mito de la Gioconda que se había creado alrededor de la
insuperable arte de la pintura, y del retrato de Da Vinci. La postal no pasó
inadvertida, al cambiar de sexo a la Gioconda cumplía con el propósito de
desmitificar el cuadro que históricamente se ha considerado como una obra
maestra. Quienes tomaron el mismo urinario como referente para la creación de
una nueva obra. El ready-made de Duchamp “L.H.O.O.Q.” cobraba fuerza para la
segunda mitad del siglo XX, dejando huella innegable en el panorama artístico de
la posmodernidad.

La utilización de obras de arte tradicionales en el arte contemporáneo, es un rasgo


que define al arte de Duchamp al igual que en el arte de la posmodernidad; incluso
en esta etapa de la historia donde también se utilizan obras de la vanguardia para
proponer nuevas obras. Este rasgo fue inaugurado en especial por Duchamp
cuando seleccionó la tarjeta postal en la que cambia de sexo a la mona lisa. La
artista estadounidense Sherrie Levine toma a Duchamp como punto de partida,
con el fin de discrepar las nociones de autenticidad y originalidad en la obra de
arte vanguardista. La artista toma el urinario como referente y exhibe Fuente,
después de Marcel Duchamp (1991), para otorgar un nuevo sentido a la pieza.
Ella concibe una nueva perspectiva para el urinal, la nueva pieza consiste en un
urinario fundido en bronce, pulido hasta alcanzar un brillo perfecto, que lo
convierte en un objeto único de la estética contemporánea. A lo largo de su
carrera, la artista ha creado arte basado en obras de destacados artistas
masculinos de principios del siglo XX, por ejemplo, pintores como Malevich,
Mondrian, Matisse y el escultor Constain Brancusi, con el fin de subrayar la
ausencia relativa de las mujeres en el mundo del arte en ese momento . Aunque su
inspiración nace a partir de artistas idolatrados, genios, y sobretodo masculinos, lo
hace con el fin de imitar la crítica de las ideas en que la historia del arte ha
subyugado el papel de la mujer artista. A pesar de que no es la única artista del
género femenino en la posmodernidad, le presta importancia a la apropiación de
obras de arte fusionando imágenes de la cultura machista, para dirigirlos a
contextos más estrechos de interpretación. Dicho arte de la apropiación surge en
la década de 1980 y el término también se refiere como se decía anteriormente, al
hecho de citar la obra de otro artista para crear una nueva obra. La obra puede
alterar o no la obra original, como ya lo había hecho Duchamp. Este impacto que
tiene la apropiación de obras de arte, concedían una sustitución, un
desplazamiento y una desmitificación del sistema tradicional del arte y de los
muesos e instituciones. Su objetivo es dar por terminada la relación con el arte
tradicional y establecer un distanciamiento de las artes que se apoyan en sistemas
ideológicos basados en el pasado, no sólo estético sino también político y ético.

Dicho apropiamiento que existía en las obras de arte, tenia relación con la filosofía
de Walter Benjamín. El cual había señalado que el arte en la era moderna, sufría
un proceso de vulgarización. El filósofo considera que los medios de producción
técnica destruyen el “aura” de las grandes obras de arte, socavando su
originalidad, autoridad y autenticidad a través de la reproducción. Ya que en la
época moderna la naturaleza del avance tecnológico y cultural, transforman y
manipulan directamente la producción y el consumo de obras de arte. De modo
que el hombre crea maquinas capaces de liberar arte en sí mismas, además de
diversos modos de experimentar dichas obras. Las instituciones del mundo
capitalista han sido quienes conceden valores artísticos, dado por el resultado de
la genialidad del autor. Sin embargo, según Benjamín al involucrarse las
instituciones del capitalismo con el arte, son ellas quienes certifican la relación que
existe entre el autor-obra donde la genial del artista es la que cuenta. Pero el
“aura” se encuentra en la obra, la posee en sí misma sin contar con la presencia
del autor y sin hacerla depender de la relación autor-obra. A través del
adueñamiento de los objetos mediante la imagen o la reproducción, que se puede
introducir una copia dentro de situaciones que eran previamente inaccesibles por
razones históricas o culturales. Estas condiciones cambiantes de la modernidad
minan la existencia ubica de la obra de arte, originan y ponen en cuestión su
autenticidad. Esto permite la posibilidad de nuevas formas de arte. El hecho de
que la obra tenga identidad propia, no depende del autor sino de la interpretación
que de esta el espectador. Esto pone en duda el concepto de originalidad de la
obra, pues siempre se le ha dotado a todas las grandes obras con el adjetivo
“novedosa”. Una obra que contenga este aspecto, demostraba cuáles eran los
límites de la creatividad para dicho autor; aunque sea en esta época donde
predomina la hegemonía de la reproductibilidad tal como observamos con la Mona
lisa de Duchamp o el urinario de Levine.

Pasados casi cien años de la exhibición del urinal, el artista francés Pierre
Pinoncelli, también utiliza como referente a Duchamp para sustentar su
interpretación sobre el la estética vanguardista. El contexto del que resulta la
estética de Pinoncelli, es el de la instalación y declaración del arte de vanguardia
en la estética contemporánea frente a una sociedad en súper desarrollo. Es la era
en la que se reflejan en las artes especialmente la decadencia de la modernidad, y
también donde artistas como Pinoncelli pronuncian y desatan una guerra contra la
misma institución, heredada por el legado de Duchamp. Esta decadencia y esta
declaración del vanguardismo en contra del orden y tradición filosófica adhieren
incluso una agresión frente a la sensibilidad del público al que se considera como
autocomplaciente, convencional y cuyo criterio estético es despreciativo. La
categoría de lo abyecto comenzó a producirse sin pretensiones artísticas, ni
morales abandonando el territorio del arte tomándose incluso como algo que a la
vez es censurado por sucio y vergonzoso socialmente. Este modo de expresión,
particularmente utiliza el cuerpo y sus secreciones, tales como materia fecal,
sangre, vómito y fue un área de gran interés para los años de 1990 por lo que su
objetivo era el de no respetar posiciones, ni reglas. Este movimiento era derivado
del surrealismo y estaba en proceso de formación con artistas como Pinoncelli
quien era un especialista del Happening.

El francés decide “orinarse literalmente” 3 en La fuente en un acto de necesidad


fisiológica. Pinoncelli dice haber completado lo que Duchamp no hizo:
autodegradarla. En una exposición de arte presentada el 24 de Agosto de 1993 en
el Museo Carré d'Art, de Nîmes, en Francia, Pinoncelli decide orinarse en la fuente
mientras esta se exponía como parte de la muestra Dada. El artista fue detenido
de inmediato por los guardas de seguridad, imponiendo sobre este una multa.
Posteriormente trató de destruir La fuente con un martillo, sin que se destruyera
totalmente. Sin embargo, el artista reclamó que lo que había hecho era una obra
de arte, al devolver el urinario su función original haciéndola de nuevo útil. A pesar
de que la posición del artista sea la de ir en contra de la institución arte, pasados
unos años la misma institución aceptó este razonamiento y determinó que el acto
de Pinoncelli era un acto de inspiración artística. Debido a los daños ocasionados
por el artista, la pieza fue retirada del museo para ser reparada por el mismo y
devolverle su apariencia original, bajo ciertas modificaciones que se le añadieron.
Se le cambió el nombre por “Reproducción de la fuente de Duchamp”, y se exhibe
orinada y golpeada por el mismo en la que expone: “el espíritu dada, es la falta de
respeto y he querido rendirle un homenaje. Quería completar la obra de Duchamp,
a la espera de más de ochenta años; un urinario en un museo debe
necesariamente esperar que alguien orine algún día en el, en respuesta a la
provocación inherente a la presentación de dicho objeto trivial en un museo. La
orina es parte del trabajo, y es uno de los componentes es el concepto mismo de
la obra. Y orinar termina el trabajo y le da su calificación. Debemos ser capaces de
utilizar un Rembrandt como mesa para planchar.” 4

Análogamente al arte de la posmodernidad, Pinoncelli se apropia de la obra de


arte de Duchamp para crear una nueva. Alterando la obra original, adiciona su
firma Pinoncelli, acompañada de la fecha 1993, frente a la firma R-Mutt. La idea de
Pinoncelli constituye una parodia cuyos antecedentes se remontan al mismo
Duchamp. Siguiendo los pasos del artista, compra la pieza La fuente para
intervenir nuevamente sobre ella. Pinoncelli, a emplear La fuente y su cuerpo
como materiales estéticos para destruirla, terminó por aportar una nueva
3
Victoria Combalia, “El urinario de Duchamp otra vez agredido”, en:
http://elpais.com/diario/2006/01/15/catalunya/1137290846_850215.html
4
Pierre Pinoncelli en http://ayudamosconocer.com/significados/letra-p/pierre-pinoncelli.php
propuesta a la estética contemporánea. Como hemos visto, algunos artistas de la
era actual se apropian de La fuente y le dan una nueva visión a la pieza. Si
algunas piezas de arte tienen la necesidad de referirse a Duchamp, se debe a que
el concepto del ready-made lo han convertido en una forma de validación para el
arte contemporáneo. En vista de que diversos artistas contemporáneos se
destacan por poseer valores heredados por la vanguardia, la herramienta de la
intertextualidad se encuentra en dichas piezas que copiaron la idea del urinal para
promover una nueva vista al urinal.

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