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Edición 223 | enero 2018

“Tu casa es el mundo”, promete Airbnb a su ideal de viajeros


exploradores y cosmopolitas. Sin embargo, el crecimiento de la
compañía genera nuevos problemas y cuestiona cómo y quién
tiene el poder de imaginar nuestras ciudades.

Los riesgos de las plataformas

Debates
del
Airbnb y las ciudades
futuro como postales de Disney
por Paz Peña*

Q ¿
ué es una smart city, o una ciu- Cuál es la película que inspira hace más que capitalizar las experien- su modelo de negocios como su inusual
dad inteligente, esa etiqueta a una empresa como Airbnb, la cias de viajes imaginadas en una ofici- atractivo para los viajeros han cambia-
que sirve para que los alcaldes plataforma de alquiler de alo- na de Silicon Valley a través de la inte- do para siempre el mercado del hospe-
del mundo muestren las luces jamientos que está invadiendo ligencia de datos. En el camino, no sólo daje. Es cierto, por supuesto, que el pre-
de su progreso frente a otros gobiernos y el mercado turístico e inmobi- está creando nuevas pautas de cómo de- cio es una de sus ventajas competitivas
ciudades? Por ahora, son algunas grandes liario del mundo? La opción obvia sería be ser un hospedaje; también está cam- principales, aunque con matices. En
empresas de tecnología vendiéndoles sus una road movie donde los protagonis- Buenos Aires, alojarse a través de Air-
avances a los funcionarios, tal como hace tas cambian sus vidas durante un viaje. bnb puede llegar a ser un 40 por ciento
un siglo y medio se ofrecían los inventos ¿Qué más se podría esperar de una em- más barato que reservar un hotel o utili-
del futuro en las Exposiciones Universales presa que se jacta de ayudar a encontrar La inteligencia del zar una plataforma como Booking.com
“una experiencia” sin importar qué lu- (1), pero siempre dependerá de la zona:
del colonialismo.
Las mega plataformas tecnológi- gar uno elija para alojarse? Tal vez ru- modelo de negocio en los barrios tradicionalmente turísti-
tas, autos y locura. Pero las suposiciones cos como Palermo la diferencia se redu-
cas como Airbnb y Uber, pero también
las Amazon que están comenzando a pueden estar equivocadas. La película
de Airbnb está en ce a apenas 12 por ciento.
desplegar sus drones para entregar pa-
quetes en todos los rincones del mundo,
que inspira a Airbnb es más parecida a
un cuento clásico: Blancanieves.
el consumo de “la Jaqueada por Airbnb, la industria
tradicional del hospedaje sostiene que
están avanzando sobre los espacios pú- Érase una vez el CEO de Airbnb, experiencia”, donde el la diferencia de precio se basa en com-
blicos urbanos. También, como interme- Brian Chesky, que comenzó a leer la petencia desleal, ya que para la plata-
diarias de nuevas formas de economía biografía de Walt Disney en busca de estatus se traslada de forma los costos fijos principales están
y trabajo, que ellas mismas denominan inspiración para la nueva etapa de cubiertos por los anfitriones, no hay
“economía colaborativa”, pero que mu- expansión de su startup. En esas pági- comprar cosas a ser gastos laborales ni tampoco inversión
nas se enteró de que la producción de en infraestructura (y, en general, tam-
chas veces encubren la evasión tributa-
ria y los empleos precarizados. Blancanieves había sido una innovación visto haciendo cosas. poco pago de impuestos).
Frente a esto, algunas ciudades em- para la propia Disney. Con esa película, Pero el precio es sólo un aspecto del
pezaron a reunirse con una pregunta vi- la empresa dejó atrás las animaciones atractivo de Airbnb. La inteligencia del
tal para el futuro: ¿cómo lograr que el cortas y comenzó a utilizar storyboards, modelo disruptivo está sobre todo en
beneficio de la tecnología sea más co- es decir, una secuencia de ilustracio- biando el turismo y definiendo la sus- adoptar el consumo de “la experien-
lectivo y no quede privatizado en unas nes que determinan los tiempos clave tentabilidad de las ciudades. cia”, donde el estatus se traslada de
pocas manos? En Barcelona, durante el de una historia. Fascinado con el mé- comprar cosas a ser visto haciendo co-
verano de 2017 se realizó el encuentro todo, Chesky inició “Blancanieves”, un El turista local sas (2). La felicidad del consumidor ya
“Fearless Cities” (Ciudades sin miedo), en proyecto que establece los momentos Es simple: Airbnb es una compañía que no pasa por “tener”, sino por tomarse
el que participaron los responsables de emocionales que deben ser parte de una permite a la gente común alquilar sus una foto por acá, un video por allá, o un
políticas urbanas y activistas de Lisboa estadía en Airbnb y los transforma en propias residencias como alojamiento posteo que registre –y permita exhibir–
(Portugal), Nueva York, Pensilvania (Es- sus propias stories con la ayuda de Nick turístico. En el marco de la “economía nuestras experiencias.
tados Unidos), Belo Horizonte (Brasil), Sung, el responsable de Toy Story, Rata- colaborativa”, se basa en los intercam- Con la masificación de los vuelos y el
Berkeley (California), Attica (Grecia), Ná- touille y otros éxitos de Pixar. bios Peer-2-Peer (P2P), donde los indi- turismo, el estatus del viajero radica en
poles (Italia), Valparaíso (Chile) y Rosario Esos guiones gráficos cuelgan hoy viduos se saltan a los intermediarios e la posibilidad de establecer con los lu-
(Argentina), entre otros. en las paredes de las oficinas de Airbnb, interactúan directamente entre sí para gares que visita una actitud más abier-
Bajo el lema “Nuestras ciudades no como una forma de visualizar la expe- –en este caso– arrendar servicios. ta y libre, que no sea sólo la mera re-
son una mercancía”, en el encuentro se riencia de los clientes, tanto anfitrio- Las tecnologías digitales han potencia- producción de las reglas implícitas del
compartieron experiencias para garan- nes como huéspedes, desde el momento do la eficiencia y el alcance de este tipo de turismo tradicional. Estamos ante los
tizar medidas contra la especulación in- que escuchan algo acerca de la compa- economía, que es justamente la base del “post-turistas”, aquellos que, según el
mobiliaria y la invasión de las grandes ñía hasta que dejan un mensaje de califi- modelo de negocio de Airbnb: provee una urbanista Dennis R. Judd, “no desean
plataformas que van quitando derechos cación posterior a la vista. “Es como ver plataforma tecnológica para estos inter- fijar la mirada en los sitios turísticos
a los habitantes locales. En Barcelona, la una película. Estás sentado en esta sa- cambios, por lo que es vista como epítome sancionados oficialmente, en parte por-
alcaldesa Ada Colau impuso una regula- la mirando cada uno de los cuadros, ha- de la “economía colaborativa”. que ya han sobrellevado un continuo
ción de la oferta de alquileres turísticos, blando de lo que están pensando y de lo Sin embargo, el modelo Airbnb ge- aluvión de objetos e imágenes turísti-
estableciendo un registro a los pisos de que sienten los personajes. A veces has- nera polémica. La crítica apunta a que cas proyectadas por la televisión, el ci-
alquiler por Airbnb y multas a quienes ta llegamos a actuarlos. Y esa es una ex- la idea de economía colaborativa que- ne, las revistas y otros medios de comu-
comercien con la plataforma sin contar periencia diferente cuando venís de tra- da en un eslogan vacío: la compañía no nicación”. Airbnb es la plataforma ideal
con el catastro y los impuestos al día. La bajar en una hoja de cálculo”, dice Joe cumple con las condiciones técnicas para este nuevo turista local.
empresa ya recibió una multa de seis- Gebbia, el cofundador de Airbnb en una (como descentralización y uso de códi-
cientos mil euros. Pero, ¿podrá la políti- entrevista con Fast Company, una de las go abierto) ni comparte la perspectiva Pos-turistificación
ca del bien común ponerle límites al po- revistas que registran el rápido avance ideológica de desafiar al sistema econó- La “experiencia Airbnb” se globaliza
der de las grandes plataformas? g de la industria de Silicon Valley. mico capitalista. y la actitud cool, más relacionada con
Storyboards y hojas de cálculo. Ésa Pero quizás donde hay más unani- la hospitalidad que con el turismo tra-
Natalia Zuazo parece ser la composición que define el midad es en asociar a Airbnb a la idea dicional, se vuelve más o menos igual
corazón del negocio de Airbnb, que no de “innovación disruptiva”, pues tanto para un hipster de Brooklyn o para una
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trabajadora de Ciudad del Cabo. La em- la información. Para asegurar esto, se


presa anunció inversiones millonarias crearon las licencias Data Commons,
en África y los países del Asia Pacífico que permiten a los ciudadanos llevar
para fortalecer el “turismo inclusivo”, el control de quién y cómo utiliza sus
para que las comunidades tradicional- datos personales, pero también com-
mente marginadas de la industria de la partirlos para el bien común. Así, por
hospitalidad puedan ser parte del mer- ejemplo, nació en Amsterdam FairBnB,
cado. La inversión incluye capacitacio- un movimiento liderado por los pro-
nes en asuntos de hospitalidad y tecno- pios vecinos que busca facilitar el alqui-
logía, tales como entrenamientos para ler vacacional entre particulares, pero
poner en vitrina las mejores “experien- cumpliendo los principios de la econo-
cias auténticas” (3). mía colaborativa: transparencia y parti-
En el marco de esta “estandariza- cipación en las decisiones.
ción de la autenticidad”, Airbnb creó
Trips, una plataforma que busca reu- Las fantasías de Disney
nir actividades locales que hagan pa- Es cierto que el turismo siempre se ha
sar una experiencia única al turista. sostenido en lógicas de explotación. El
En su comunicado de prensa, invita a panorama no difiere mucho ni con el go-
compartir pasiones e intereses propios rro de orejas de Mickey Mouse ni con las
del destino: desde trabajar al lado de un “experiencias auténticas” de Airbnb. La
lutier de violines de París o correr una diferencia es que, con esta última em-
maratón en Kenia. presa, esas lógicas entran con una fuer-
Para ofrecer más alternativas al za inusitada en espacios y en barrios que
post-turista, Airbnb orienta su oferta –para bien o para mal– se habían mante-
de hospedaje en lugares alejados de los nido al margen.
circuitos turísticos tradicionales. La Pero hay caminos para contener y
empresa activa su maquinaria de re- orientar esta situación. Muchos ven con
laciones públicas para mostrar que en optimismo el acuerdo de Airbnb con las
su modelo no hay perdedores: los ha- alcaldías de Londres y Ámsterdam: allí,
bitantes de los barrios periféricos de la compañía aceptó controlar los lími-
los grandes centros turísticos tienen tes en el número de días por año que un
la oportunidad no sólo de ganar un di- hospedaje puede ofrecerse a través de su
nero extra alquilando sus hogares, sino sistema. Esto, sin embargo, no ha impe-
también de mejorar entornos margina- dido que operadores comerciales espe-
dos de los beneficios de la millonaria cializados, dueños de muchas unidades,
industria del turismo. El objetivo pare- sigan administrándolas a través de Airb-
ce adecuado para ciudades que no tie- nb, que es lo que afecta mayoritariamen-
nen una gran infraestructura hotelera te el mercado de la vivienda.
y, por ende, precios solo asequibles pa- Este tipo de problemas se suman a
ra una elite. No obstante, mirado desde la discusión en torno a los derechos la-
cerca, la idea admite matices. borales de los integrantes de la indus-
Un ejemplo es el caso de África. De tria del turismo y la privacidad de los
acuerdo con un estudio elaborado por datos de los usuarios de la plataforma.
Airbnb (4), unos 100 mil alquileres Inmune a estos debates, Airbnb sigue
concretados en el continente en 2016 ofreciendo postales. Hace unos años,
se han traducido en ganancias por 139 de hecho, una campaña publicitaria in-
millones de dólares. Sin embargo, en la vadió el Metro de Nueva York con fotos
ciudad más popular de Airbnb en Áfri- de personas sonrientes bajo el eslogan:
ca, Ciudad del Cabo, los dueños de los “Los neoyorquinos están de acuerdo:
hospedajes –y, por lo tanto, los benefi- Airbnb es excelente para la ciudad de
ciarios directos– no son sudafricanos Nueva York”. No pasó mucho tiempo
sino mayoritariamente europeos, que antes que los carteles fueran vandali-
alquilan casas concebidas como vivien- Carlos Ara Monti y Gustavo Pérez Cabriada, 2007 zados con grafitis: “Airbnb no acepta
das vacacionales o simples inversiones responsabilidad” y “La economía cola-
inmobiliarias. borativa es una mentira”, decían. Qui-
Pero aun cuando se cumpla la prome- zás la postal perfecta para retratar el
sa de Airbnb de mejorar entornos depri- estado de la discusión mundial en tor-
midos, otro inminente peligro acecha: la tá dominada por operadores comerciales ¿cómo podemos imaginar nuestras ciu- no a Airbnb. g
turistificación. Efectivamente, los habi- especializados en alquileres (6). Es más, dades si las autoridades democrática-
tantes de muchas ciudades en las que los se habla de una verdadera sub-economía mente elegidas carecen de estadísticas
servicios de Airbnb se han hecho muy de Airbnb, donde compañías profesiona- fidedignas? Para el investigador Evgeny
populares denuncian la creación de una les externas venden servicios a los anfi- Morozov, es imperioso que la comuni- 1. www.clarin.com/ciudades/alojarse-
burbuja inmobiliaria que ha terminado triones para maximizar el retorno. dad tenga acceso a los datos subyacen- airbnb-sale-40_0_ryj8gjmpW.html
afectando el tejido comercial y social de tes de los servicios que se ofrecen en las 2. www.forbes.com/sites/blakemorgan/2015/06/01/
sus barrios. Y es que, básicamente, es Soberanía de datos ciudades. “De otro modo –sostiene– las nownershipnoproblem-nowners-millennials-value-
más rentable alquilar para turistas que La única forma de obtener información comunidades se quedarán estancadas experiences-over-ownership/#6cf2e4e25406
para los mismos locales, una realidad sobre el verdadero impacto de Airbnb con los modelos que les imponen los 3. https://press.atairbnb.com/airbnb-commits-
que ya existía en los barrios tradiciona- en las ciudades es a través de un análi- proveedores corporativos de esos ser- 1-million-to-boost-community-led-tourism-
les del turismo y que ahora Airbnb ma- sis en profundidad de los datos que se vicios. Entonces, en lugar de tener ser- projects-in-africa/ y https://www.nst.com.my/
sifica. Esto ha agudizado los problemas hacen públicos en la plataforma, ya que vicios de autobús personalizados, siem- business/2017/11/303460/airbnb-support-
de viviendas que han estallado con par- la compañía no suele proporcionar da- pre estaríamos atrapados con el modelo sustainable-inclusive-tourism-projects-asia-pacific
ticular dramatismo en países como Es- tos transparentes a las autoridades lo- individualista de Uber” (8). 4. “How much Airbnb says its worth to South
paña, donde los ayuntamientos de Ma- cales. De hecho, Airbnb ya fue sorpren- El desafío de las ciudades no pasa Africa economy”, businesstech.co.za, 16-5-17.
drid, Barcelona y Valencia buscan esta- dida tergiversando estadísticas en va- sólo por regular las actividades de es- 5. https://qz.com/1105557/airbnb-africa-
blecer normativas que limiten el cambio rias oportunidades. En Nueva York, la tas empresas disruptivas sino también visitors-love-cape-town-and-casablanca/
de uso residencial de una vivienda a un ciudad más importante para la empre- por la generación de datos comunes 6. www.theguardian.com/travel/2016/mar/18/
uso hotelero y comercial. sa, tanto en 2014 como en 2016 (7), fue que puedan ser utilizados de una mane- airbnb-from-homesharing-cool-to-commercial-giant
Como en Ciudad del Cabo pero a esca- encontrada responsable de manipular ra ética en la gestión, como sucede ya en 7. www.theguardian.com/technology/2016/
la mayor, hay fundadas sospechas de que la información para minimizar el pro- ciudades como Ámsterdam y Barcelo- feb/10/airbnb-new-york-city-listings-
en España son inversores extranjeros los blema de alquileres ilegales de depar- na con Decode (9), una plataforma que purge-multiple-apartment-listings
que compran viviendas para usarlas en tamentos. Lo mismo ocurrió en Lon- permite a los ciudadanos compartir de 8. www.socialeurope.eu/digital-technologies-
vacaciones y comercializarlas a través de dres, París y Barcelona. forma segura sólo los datos que están and-the-future-of-data-capitalism
estas plataformas el resto del año (5). En Todo esto abre interrogantes que po- dispuestos a donar con el fin de usarlos 9. www.decodeproject.eu/
2016, el diario inglés The Guardian, junto nen en evidencia algunos de los proble- para el bien comunitario.
con el proyecto de la sociedad civil Inside mas de la “economía colaborativa” a lo Este tipo de iniciativas se basa en la
Airbnb, reveló que, en Londres, Airbnb no Silicon Valley: ¿cómo se evalúa real- idea de que la soberanía de los datos es
funciona como una plataforma en la que mente el impacto de una plataforma de las personas, por lo que son ellas –y
*Activista y consultora en campañas de
personas sueltas ofrecen sus casas y de- como Airbnb en una ciudad si los datos no las empresas o los gobiernos– las que tecnología y derechos humanos.
partamentos como hospedaje sino que es- están en poder de la empresa? Más aun, deberían controlar en primer término © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur

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