You are on page 1of 2

óiRECETA 'SENTIMIENTOS DE HOJALDRE CON AJOS MUY TIERNOS DE RICARDO

CODORNÍUN EN TEMPURA con TARTA DE LA ABUELA E INFUSIÓN DE


TRANQUILIDAD'

Se busca un recipiente grande, como un colegio lleno de niños más o menos. Se mezclan con mucha
sal, con mucha salsa y gracia los siguientes ingredientes.
1 kilo de alegría infantil, dejando la piel y la tristeza aparte.
Mucho amor con abrazos y sonrisas siempre y cuando sea de temporada y bajo en calorías y odio.
El uso continuado del odio puede causar diabetes.
Se añade Felicidad en tiras, mejor si está cortada a la juliana, quitándole las pepitas y el enfado.
Se recomienda que todo vaya aliñado con sonrisas y algún que otro 'te quiero'.
No se ha de olvidar poner todo a cocer a fuego lento mientras se espolvorea el afecto libre de
desprecio.
A continuación añadiremos dos gotas de aceite y tres terrones de amabilidad. Todo muy
cortésmente y sin envidia. La envidia, según indica el gran chef naturalista Ricardo Codorníu ha de
evitarse en todas las dietas.
No se ha de olvidar poner dos cucharadas de gratitud muy sazonada. Aparte, se pela el rencor y se
guarda para otro día.
Se apaga el fuego y en una bandeja de barro, se hornea a 150º durante 30 minutos. No sin antes
añadir unas cortezas de naranja y de euforia de temporada, separando las hojas de pena y
desechándolas.
Mientras el horno toma la temperatura adecuada se habrá de preparar un litro de entusiasmo puro,
sin conservantes ni colorantes ni pesar.
Se baten dos huevos con ternura, siempre vigilados por un adulto, porque la ternura en exceso... ya
se sabe. La rabia se pone en un bote y se deja macerar durante dos o tres siglos.
Cuando los ingredientes se hagan una masa compacta con olor a emociones verdaderas se añaden a
la bandeja de barro y se sube el horno a 180 º. Espolvorear un poco de simpatía. Sin antipatía, por
supuesto y siempre controlando que no se queme el hojaldre.
Si tenemos esperanza podemos sofreírla aparte con un poca sal y nada de temor.
La satisfacción ha de cortarse muy fina y rebozada sin nada de disgusto.

Para acompañar se recomienda una ensalada ligera de lechuga, col y Aceptación fresca y bien
lavada. Rechazamos el rechazo .
Se cortan dos tomates rojos como corazones, mucho respeto sin hojas, ajos tiernos al gusto y la
intolerancia se deja reposar pero no para hoy, para mañana.
Se ha de bailar entre paso y paso para mantener el ritmo y mucha mucha marcha. Para eso,
pondremos alguna canción bonita y así el plato obtendrá la cantidad de diversión necesaria.
Aburridos y diabéticos, abtenerse. También se recomienda encender la luz y abrir las ventanas para
evitar los grumos y el terror.
Se sirve todo recién hecho. Aceite y humor, al gusto. Si siente un poco de dolor al masticar, puede
pasar al postre directamente.
El postre consiste en un plato sencillo. Tarta de chocolate de la abuela. Entre capa de chocolate y
capa de chocolate se unta un poco de justicia bien caliente para que no se cuaje la violencia.
Dos bolitas de helado de nata con gozo a 0º, azucarado o en almíbar. Si en el envase se lee que
contiene gluten o furia puede usarse crema de vainilla.
Para acabar vamos a preparar una infusión de tranquilidad con menta. Déjese la ira en el vaso,
porque no suele hacer buena mezcla con el menú que estamos preparando.
Por último, si se han seguido todos los pasos de manera correcta notará que hay en su plato, los
restos de amor, cariño y mucha ilusión. Todo le sabrá sabroso y para nada sentirá ni el más remoto
asco en el paladar.
Esta receta es baja en calorías, rica en amor y baja en colesterol. Está indicada para dietas pobres en
afecto y sodio. Esta receta, además, se ha pensado para un millón de niños pero puede usted invitar
a más comensales y nunca faltarán raciones. Disfrútenla y no se olviden de fregar los platos cuando
se marchen a jugar. Y no se preocupen: Engordar de emociones jamás ha causado un infarto,
obesidad o un enfado entre amigos.

You might also like