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Los Empiristas, representados por Bacon, sostenían que el proceso cognoscitivo, y por
lo tanto el sujeto, alcanzan el conocimiento mediante la experiencia de los órganos de
los sentidos. Decían que las impresiones de los objetos externos llegan a la conciencia
de manera intensa e imperecedera y, las representaciones que el sujeto hace de la
realidad dan lugar a las ideas y los conceptos que se reflejan en experiencias procesadas
por el razonamiento. Nada está fuera del sujeto, él es quien construye su propia
realidad, de acuerdo a la información que recibe por medio de sus órganos de los
sentidos.
Los Racionalistas, seguidores de Descartes, afirmaban que la base del conocimiento son
las ideas innatas. Para Descartes, el sujeto es quien descubre el pensamiento y el
pensamiento da lugar a Dios y al mundo material.
Kant, por su parte, cree resolver el conflicto entre empiristas y racionalistas. En su obra
“Crítica de la Razón Pura” propone que la razón con crítica conduce a la ciencia y la
razón sin crítica al escepticismo. La experiencia se efectúa a través de todos los
mecanismos de la razón, a través de un sujeto trascendental, mediante el juicio sintético
a priori. (experiencia sensible + experiencia conceptual). Para Kant las leyes científicas
contienen principios racionalistas “sustentación racional”. Los juicios científicos se
sustentan sobre dos bases, lo sensible (experimentación) y lo conceptual
(comprobación). En otras palabras, la experiencia sensible y la racional conforman al
sujeto trascendental.
Para Hegel todo transcurre mediante un proceso histórico (lo que la humanidad ha
formado) y retoma el concepto de espíritu de la religión cristiana. Para él la razón se
reflexiona a sí misma, pero también reflexiona al mundo. La razón es espíritu,
consciente de sí mismo y de su mundo, y del mundo como de sí mismo. Los sujetos
conjugan la razón con la práctica y con la experiencia histórica, por lo tanto, la mente
del hombre está condicionada por la sociedad. Para Hegel la historia es un retorno
continuo, en círculo, donde sólo cambian los actores.
Marx, basado en la obra de Hegel, afirma que la esencia del hombre está en su trabajo.
El trabajo de Marx es la máxima expresión del materialismo, él transforma la filosofía
contemplativa e interpretativa del mundo por una disciplina de aplicación práctica,
aunque hace notar que el trabajo alienado aleja al hombre de la realidad. La
∆
Profesor-investigador del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo.
Tel. 01 (595) 952-15-00 ext. 5384 plantasmedicinaleschapingo@yahoo.com.mx
1
hermenéutica se puede remontar a Marx quién desmitifica las relaciones sociales
despojándolas de sus disfraces para revelar el fondo oculto que se esconde bajo diversas
formas. Si, para Hegel, la historia es un círculo, para Marx es una espiral.
Descartes aplicó la idea de máquina a los seres vivos, dividió la naturaleza de manera
tajante en mente y materia. El universo, al ser una máquina, respondía a las leyes de la
mecánica física y todo era explicable en términos materiales. Cada parte del universo,
una galaxia, un sistema solar, un planeta o un organismo, era parte de un mecanismo
con una función específica dentro de un engranaje.
Las plantas y los animales eran simples máquinas-organismos y la vida podía explicarse
en términos mecánicos. Sólo los seres humanos estaban dotados de un alma racional,
pero separada del mecanismo orgánico.
El organismo fue separado del cerebro y, el cerebro escindido de la mente. Fue negada
la existencia del alma y del espíritu. El fenómeno de la vida y las funciones orgánicas y
cerebrales fueron reducidos a interacciones bioquímicas y fisicoquímicas, explicadas
en términos de acción y reacción, considerando sólo a las partes y olvidando el efecto
sinérgico de todo sistema viviente donde la suma es mayor que las partes. La física y el
determinismo filosófico separaron al ser humano de la naturaleza.
La fragmentación del conocimiento fue útil para el avance de la ciencia que impulsó el
desarrollo acelerado de una tecnología basada en instrumentos y aparatos mecánicos, lo
cual ayudó a consolidar la idea mecanicista del universo.
En la biología y en la medicina aún predomina la idea de que los seres vivos están
constituidos como una máquina con partes separadas y con funciones independientes.
El Pensamiento Orgánico, representado por Fritjof Kapra, postula que antes del
pensamiento moderno (mecánico) existió una concepción holística del mundo a la que
se debe retornar para lograr la unidad con la naturaleza, para reintegrar a la ciencia
con la filosofía y a la filosofía con la religión.
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totalmente, la verdad es una aproximación de la realidad. La verdad tiene parte de
misterio.
Para el pensamiento indígena ancestral nada está aislado, nada es único, nada
permanece inalterado, todo el universo está interconectado y en movimiento
permanente, desde las partículas mínimas, pasando por los seres vivos, hasta el cosmos
completo.
La Crisis Social
Actualmente, cada ser humano vive su propia realidad, una realidad donde cada
individuo conviven con desconocidos, incluyéndolo a él mismo, una realidad donde
todos luchan todos contra todos… incluso consigo mismos.
La humanidad atraviesa por una grave crisis propiciada, entre otras causas, por el
dominio científico, tecnológico e ideológico de los países desarrollados, lo cual está
aniquilando la individualidad. Una globalización económica que está eliminando
3
aceleradamente las tradiciones y costumbres de los pueblos y su identidad colectiva.
Una globalización donde lo importante no es el “ser”, sino el “tener”.
Los países que carecen de ciencia propia, como México, son totalmente dependientes de
los países desarrollados, por ello las crisis ambientales, alimentarias, energéticas y
financieras del mundo repercuten con mayor intensidad en los países pobres y se
reflejan en reducción de empleos, disminución del poder adquisitivo, mayor pobreza,
ignorancia y enfermedades, entre otros efectos negativos.
Es así que, durante los últimos siglos, los médicos egresados de las universidades han
sido preparados para tratar los padecimientos corporales a través del análisis de tejidos y
órganos aislados, pero no se les ha enseñado a diagnosticar ni tratar a las enfermedades
como manifestaciones de un desequilibrio interno, con el entorno y, en general, con el
todo, por eso se trata a las enfermedades, o sus síntomas, de manera separada, de la
misma forma que el motor de un automóvil donde, las piezas defectuosas debe repararse
o sustituirse.
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Es inaplazable cambiar la actual concepción del mundo o, más bien dicho, es necesaria
la revaloración del pasado para entender el presente y avanzar con confianza hacia un
futuro certero donde la paz y la armonía individual y social, sean los fundamentos
sólidos para una renovada forma de convivencia humana con la naturaleza.
Todo organismo, desde la más pequeña bacteria, pasando por toda la gama vegetal y
animal hasta los seres humanos, constituye una totalidad integrada y, por lo tanto, un
sistema viviente. Las células son sistemas vivientes al igual que los tejidos y órganos
del cuerpo, siendo el cerebro humano el ejemplo más complejo.
Pero los sistemas no se limitan a los organismos individuales y sus partes. Las mismas
características de totalidad pueden apreciarse en los sistemas sociales -como la familia o
la comunidad- y en los ecosistemas, conformados por una gran variedad de organismos,
y materia inanimada, en interacción constante.
Lo anterior coincide con la concepción indígena que considera al ser humano parte
integral de la naturaleza; donde el universo contiene al hombre y el hombre al universo.
En las ciudades muchas personas consideran a la tierra como algo “sucio”, algo que los
niños no deben tocar porque corren el riesgo de enfermarse y, probablemente, no les
falte razón pues se ha contaminado con infinidad de productos químicos, pero la
concepción de la tierra debe cambiar, la gente debe ser consciente de que nuestro
planeta es un bien inapreciable que se debe respetar y preservar puesto que no tenemos
otro proveedor de alimento, vestido y medicamentos, entre otros satisfactores básicos
que hacen posible la vida.
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Un aspecto importante de los sistemas vivientes es su tendencia a formar estructuras de
sistemas dentro de otros sistemas. Por ejemplo, el cuerpo humano contiene sistemas
compuestos por varios órganos; a su vez, cada órgano está constituido por tejidos y cada
tejido, por células.
Todos ellos son sistemas vivientes formados por partes más pequeñas que, al mismo
tiempo, actúan como partes de conjuntos mayores. Los sistemas vivientes, por lo tanto,
exhiben un orden estratificado con interconexiones e interdependencias entre todos los
niveles del sistema, donde cada nivel interactúa y se comunica con su entorno total.
Para devolver la salud a una sociedad enferma, ésta debe devolverse a cada una de sus
partes, a cada individuo y, para ello, es necesario considerar que el ser humano no es
una máquina, sino un ser vivo, de materia y energía, con sentimientos y emociones, un
ser vivo que debe reencontrar la armonía interior, con los seres que comparten su
destino y con la naturaleza a quien le debemos abrigo, alimento y salud.
La historia de la medicina se remonta varios milenios atrás, desde antes del comienzo de
la humanidad; por ejemplo, el hombre de Neanderthal, aunque no pertenecía a la
especie Homo sapiens, ya usaba plantas medicinales hace 60 000 años. Los
antecedentes escritos más antiguos, referentes a la medicina, provienen del otro lado de
los Océanos.
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En el siglo X de nuestra era nació el sacerdote-dios Quetzalcóatl, guía del pueblo
Tolteca, bajo cuyo mandato los toltecas alcanzaron su máximo desarrollo material y
espiritual, floreciendo las ciencias y las artes. Quetzalcóatl impulsó las prácticas de la
meditación, la penitencia y el ayuno, como medios para conservar la salud y desarrollar
el potencial mental; asimismo, se lograron grandes avances en el conocimiento de las
plantas medicinales y su uso terapéutico.
Los chichimecas que llegaron al Valle de México, acolhuas y tenochcas, heredaron los
conocimientos de los toltecas y, en la época de la conquista, las ciencias y las artes,
entre ellas las referentes a las ciencias de la salud, se encontraban en un alto nivel,
incluso mayor que en la España de aquella época.
Los jardines del México antiguo eran elementos importantísimos del paisaje, para la
obtención de alimentos, medicamentos, para la cacería, etcétera, de tal forma que no
eran construidos al azar sino que había un gran conocimiento de la flora, incluso existía
una clasificación donde cada jardín específico recibía un nombre particular. “El nombre
de un jardín en general era xochitla (lugar de flores), y una variante de este nombre
xoxochitla, lugar de muchas flores. Un jardín amurallado llamábase xochitepanyo. Los
jardines de placer para las clases gobernantes eran designadas con el vocablo
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xochiteipancalli o palacio de flores, y al humilde jardín indio llamóse y se llama
xochichinancalli, sitio de flores rodeado por una barda hecha de cañas o de ramas.” 1
La construcción de jardines era una costumbre que, al parecer, inició desde la época de
los toltecas y continuó en el Valle de México hasta la llegada de los conquistadores. El
establecimiento de dichos jardines, desde ese entonces, no era únicamente por placer
estético, sino que tenían como objetivo primordial el aseguramiento de su sustento,
como se puede observar en las descripciones de los cronistas antiguos.
Xólotl, alrededor del año 1011 de nuestra era, al poblar la zona de Texcoco, durante la
repartición de señoríos a sus descendientes fundó un jardín en la región montañosa de
Texcoco. “En ese mismo año cercó un gran bosque en la sierra de Tetzcuco, en donde
entró cantidad de venados, conejos y liebres; y en medio de él edificó un cu que era
como templo, en donde la primera caza que cogían por las mañanas él y el príncipe
Nopaltzin, o su nieto el príncipe Póchotl, la ofrecían por víctima y sacrificio al sol, a
quien llamaban padre y a la tierra madre, que era su modo de idolatría, y no reconocían
ningún otro ídolo por dios; y asimismo de aquí sacaban para su sustento y de las pieles
su vestuario.”2 Lo anterior parece confirmar que “antes de establecer cualquier
población, nuestros antepasados efectuaban viajes exploratorios donde realizaban un
inventario de los recursos naturales para decidir si eran los lugares adecuados para los
futuros centros urbanos. La planeación no quedaba ahí, sino que involucraba una serie
de estrategias para que, una vez asentada la ciudad, se establecieran centros de
investigación que permitieran un desarrollo que, en términos actuales, calificaríamos de
sustentable.” 3
Troncoso, piensa que los toltecas y sus conocimientos sobre plantas medicinales fueron
los precursores de los jardines botánicos y, por ello comenta que “los farmacologistas
del siglo XVI reconocían a los toltecas como a sus maestros en el arte, dándoles la
supremacía en el conocimiento de las plantas que en aquél tiempo se empleaban todavía
para la curación de las enfermedades, lo que nos acerca más y más a la suposición de
que la civilización establecida en Tula no hubiera sido extraña a la creación de los
jardines botánicos del Anáhuac. Adoptando esta hipótesis, la fundación de
Nezahualcóyotl no debe verse sino como una reminiscencia del pasado, perpetuada de
la tradición, y que volvió a ser una realidad bajo los auspicios del filósofo coronado.”4
Cabe mencionar que los jardines botánicos no tenían como únicas funciones la
recreación o la colección de flora y fauna, sino que eran unos verdaderos centros de
investigación. La diversidad de especies vegetales, y sus variedades, aportadas por
México a la alimentación mundial no fue producto de la casualidad sino de un avanzado
desarrollo tecnológico. “La obtención de las características deseables (rendimiento,
tamaño, sabor, aroma, color, resistencia a daños, etc.) no pudieron desarrollarse
únicamente con base en la selección, sino debido a todo un conjunto de conocimientos y
1
Nuttal, Zelia. Los jardines del antiguo México. En: Antiguos jardines mexicanos. Arqueología
Mexicana. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Vol. X, núm. 57. Septiembre-Octubre 2002. pp:
16-17
2
De Alva Ixtlilxóchitl, Fernando. 1997. Obras Históricas. Relaciones Históricas. Universidad Nacional
Autónoma de México-Instituto Mexiquense de Cultura. Tomo II. Cap. VI p. 19
3
Lugo Pérez, Roque. 2001. Los jardines prehispánicos y la fundación de ciudades. En: Memorias del X
Congreso Nacional de la Crónica. Fundación. H. Ayuntamiento de Texcoco, Instituto Mexiquense de
Cultura, Academia de Historia Regional de Tezcoco, UAEM, UACh. México. pp: 115-121
4
Del Paso y Troncoso, Francisco. 1988. La botánica entre los nahuas y otros estudios. (Introducción,
selección y notas de Pilar Máynez). Secretaría de Educación Pública. México. pp: 40 - 41
8
técnicas de mejoramiento genético.” 5 “La evidencia documental nos indica que los
jardines funcionaban como centros de investigación y enseñanza: como viveros
forestales, como campos para prácticas militares, como centros de investigación médica,
como lugares donde se realizaban investigaciones botánicas y zoológicas para la
introducción de especies animales y vegetales para su cría y cultivo.” 6
5
Lugo Pérez, Roque y Guadalupe Palomino. 1996. Nezahualcoyotl... el Hacedor de Todas las Cosas.
Instituto Mexiquense de Cultura. Toluca, México. p. 55
6
Lugo Pérez, 2001. Op. cit.pp. 115-121
7
UNAM, 1986. Op. cit. p. 105
8
Cf. Estrada Lugo, E. 1996. Jardines botánicos comunitarios: plantas medicinales. En: Plantas
medicinales de México. Introducción a su estudio. (Estrada Lugo, E. Editor). Universidad Autónoma
Chapingo. México. pp 523 - 524
9
Mendoza Castelán, Guillermo, Roque Lugo Pérez y Humberto Tehuacatl Cuaquehua. 2002. La
Farmacia Viviente. Universidad Autónoma Chapingo. p. 157
9
Las Plantas Medicinales en México
La ubicación geográfica de la República Mexicana, comprendida entre los 84° 46´ y los
117° 08´ de Longitud Oeste y los 32° 43´ y los 14° 38´ de Latitud Norte coloca a
nuestro país en una zona de transición macroclimática y biogeográfica privilegiada, con
clima templado y vegetación de tipo ártico al norte del Trópico de Cáncer y clima
tórrido y vegetación tropical al sur de éste; por otra parte, los aproximadamente 9000
km. de litorales, el accidentado relieve y las diferentes altitudes en el 85% de la
superficie, el régimen de vientos y las diferencias de precipitación pluvial, desde los 33
mm hasta los 5,500 mm anuales, originan variados climas y microclimas (en México se
encuentran todos los tipos climáticos, según la clasificación de Köppen) los que
aunados a las características geoquímicas de los suelos, permiten la existencia de una
gran diversidad de flora y fauna.
País Especies
Brasil 120-130,000
Colombia 80,000
Venezuela 70,000
México 35,000
Guatemala 14,000
Del total de especies que se encuentran en nuestro país se estima que el 50% son
medicinales. La Organización Mundial de la Salud (OMS), define a las plantas
medicinales como aquellas que, de cualquier modo que sea, introducidas o puestas en
contacto con un organismo humano o animal, desarrollan en éste una terapia que
podría denominarse “suave”.
En cuanto a plantas medicinales registradas taxonómicamente, México ocupa el
segundo lugar con 3,352 especies, después de China que tiene 5,000 inventariadas.
Las plantas medicinales mexicanas se han utilizado en forma directa o como materia
prima para la preparación de ungüentos, pomadas, extractos, infusiones, etcétera. Han
sido la base para la fabricación de medicamentos de patente, comercializando las
sustancias contenidas en los vegetales o como base para la síntesis de derivados; razón
por la cual siguen siendo muy importantes no sólo en la medicina tradicional, sino en
general en la medicina moderna.
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La amplia utilización de las plantas medicinales en la industria farmacéutica
transnacional, desde hace varias décadas, se ha basado en la recolección de especies
silvestres, ocasionando la drástica reducción de las plantas explotadas, llevando a varias
al borde de la extinción. Los menos beneficiados son los recolectores a quienes se pagan
precios muy bajos y sólo aumentan su pobreza, puesto que, al agotarse los recursos
tienen que caminar distancias muy grandes para recolectar cada vez menos cantidades
de las especies requeridas por la industria; por ello es urgente implementar programas
de cultivo y aprovechamiento racional de este recurso terapéutico.
Por otra parte, el auge de la llamada medicina naturista, incluyendo la herbolaria, está
ocasionando una mayor depredación de los bosques y selvas mexicanas, a un ritmo cada
vez mayor conforme aumenta la demanda de medicamentos naturales y la gente busca
una mayor “armonía con la naturaleza”. La flora mexicana está en grave peligro, hay
especies que, probablemente, se hayan extinguido sin que se haya detectado su
existencia y su potencialidad para solucionar problemas de salud para los cuales, hasta
el momento, no hay cura.
La Farmacia Viviente
El auge de la herbolaria y la problemática ecológica del país son los principales factores
que nos deben motivar para regresar a nuestras raíces; retornar a ese sentimiento de
unidad con la naturaleza, como base que norme nuestros actos cotidianos, tal como se
practicaba en el México Antiguo. Debemos respetar la naturaleza y estar conscientes de
que lo que le pase a ella le sucederá al ser humano.
Las plantas no son objetos, sino seres vivos y, como tales, debemos tratarlas con
respeto, pues hemos olvidado que son el enlace entre la materia inerte y la materia viva.
Las plantas no sólo son fuente de alimentos, son seres que nos acompañan en nuestro
viaje por el mundo y están al cuidado de nuestra la salud, es por ello de debemos
cambiar nuestra manera de pensar con respecto a la naturaleza en general y con las
plantas en particular. No sólo debemos preocuparnos, sino ocuparnos en trabajar para
preservar este valioso recurso que es un patrimonio de los mexicanos.
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recursos naturales. Es urgente cambiar el concepto y la práctica de “explotación de los
recursos“, por el de aprovechamiento racional y sustentable.
Se concibe como la interacción que se establece entre los seres humanos y las
plantas medicinales, a través de un proceso de reproducción equilibrado en un
espacio, tiempo y ambientes determinados.
La Farmacia Viviente, como recurso didáctico, es una alternativa para que grupos
escolares incrementen sus conocimientos y aprendan a relacionarse respetuosamente
con la naturaleza.
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