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Así, es posible encontrar a lo largo de la cordillera Central rocas metamórficas situadas en las bases,
intruidas por rocas ígneas de diversas edades, composiciones y tipos: plutónicas, entre las que se
pueden mencionar el Batolito de Ibagué, el Batolito de Sonsón y el Batolito Antioqueño;
hipoabisales; y volcánicas, de edad reciente (volcanes del Ruiz, Tolima, Santa Isabel, etc.),
localizadas en las zonas de mayor altura de la cordillera. Se presentan, además, zonas donde se han
desarrollado cuencas de depositación continental, específicamente valles intermontanos, con la
consecuente formación de rocas sedimentarias continentales, las cuales generalmente presentan
intrusiones de grandes masas de rocas ígneas produciendo metamorfismo de contacto.
cretáceo. En esta época se formó, entre otros, el Batolito Antioqueño, el cual se emplazó en el núcleo
de la cordillera, produciendo efectos en Esquema de Ordenamiento Territorial, Municipio de Carolina
del Príncipe arolina del Príncipe 53 las rocas circundantes (aureola de contacto). Esta gran masa de
roca ígnea aflora en una extensión aproximada de 7.221 km 2 , al cual se le suman diversos stocks que
se consideran consanguíneos a él, en una superficie de 322 km2 (Feininger y Botero, 1982).
Según los mismos autores, dicha zona puede ser considerada cataclástica, incluso cuando ésta es
intensa se presenta una disminución de tamaño en los cristales, tomando tonalidades oscuras y un lustre
opaco. Las evidencias del confinamiento de las zonas de cizalla en el Batolito Antioqueño, y su gran
espesor, implican zonas con prolongados movimientos, activados probablemente durante las últimas
fases magmáticas del cuerpo ígneo. Como pruebas observables en campo que evidencian el carácter
intrusivo del Batolito, se anotan las siguientes (Feininger y Botero, 1972):
Estos cambios indican, de acuerdo a los análisis químicos, que el material perdido por el intenso
cizallamiento se encuentra como venas de albita-cuarzo y cuarzo lechoso en las rocas adyacentes
moderadamente cizalladas.
GEOLOGÍA LOCAL
En la zona afloran rocas del Batolito Antioqueño; sedimentos Cretácicos de la formación San Pablo en
forma de pequeños lentes que presentan metamorfismo de contacto debido al efecto intrusivo del
cuerpo plutónico, evidenciando una edad de formación anterior a la intrusión; y depósitos no
consolidados de edad cuaternaria tanto coluviales como aluviales. El Batolito Antioqueño constituye el
tipo de material predominante en la zona. De la meteorización de este cuerpo ígneo se formaron suelos
residuales de gran espesor (40 a 80 metros) en zonas del altiplano caracterizadas por presentar colinas
suaves y redondeadas; en las vertientes se forman depósitos coluviales compuestos por suelos
residuales y fragmentos de rocas del mismo cuerpo ígneo; en las vegas de los ríos y quebradas se
presentan depósitos aluviales con material derivado de la erosión de las rocas del batolito. Además esta
gran masa ígnea produce un metamorfismo de contacto en las rocas anteriores a él. De todo ello se
deduce la importancia del Batolito Antioqueño.
hacen una aproximación al modelo genético del Batolito Antioqueño. Según estos autores, en el
cretácico se produjo un evento magmático que emplazó cuerpos graníticos de diversos tamaños como
el Batolito Antioqueño. Posteriormente, como una continuación de la actividad orogénica y tectónica,
se presentaron diversas estructuras de rompimiento, tales como grandes fallas de rumbo y algunas
fallas normales. Estas fracturas, que se caracterizan por no presentar regularidades, tuvieron su origen
en dos efectos: uno de contracción, debido al enfriamiento durante la lenta cristalización del magma, y
otro de esfuerzos tectónicos regionales y locales. Formadas así, en las últimas etapas de segregación y
diferenciación magmática, las estructuras de rompimiento se rellenaron con sustancias residuales de
composición diferente a la del magma original, formando diques, aplitas y pegmatitas.
En la actualidad se presentan lineamientos y fracturas con direcciones NE, NW y E-W, lo que pone en
evidencia la variación de esfuerzos a lo largo de la historia geológica dentro de las rocas del Batolito.
Las venas y filones explotables presentan dirección predominante E-W, lo cual se explica en el hecho
de que cuando se dieron los primeros pulsos que rellenaron las fracturas, éstas eran de dirección E-W
con buzamientos verticales y de alto ángulo. Inicialmente se rellenaron las fracturas de mayor abertura,
originando lo que se conoce como vetas madres; posteriormente se depositaron estas mineralizaciones
en diques de menor espesor junto con cuarzo. Las vetas se caracterizan por presentar, como sulfuro
dominante, pirita y, en menor cantidad, calcopirita, contenidos de oro en su mayor parte ocluidos, y
cuarzo como ganga (material estéril).
Las mineralizaciones iniciales sirvieron como superficies de debilidad natural, especialmente en los
contactos de las vetas con la roca madre, lo que ocasionó un encajonamiento de las mineralizaciones en
zonas completamente alteradas y fragmentadas, dando como resultado bandas de salvanda (roca
totalmente cizallada, con disminución de tamaño de cristales y apariencia de jabón), ubicadas en las
paredes de las vetas. Paralelamente a estas deformaciones en estado sólido se produjo la reactivación de
pulsos magmáticos, movilizados por fracturas y grietas menores que comunican vetas madres. La
configuaración de las zonas de cizalla se caracterizan por la presencia de molibdenita en poca cantidad
y calcopirita asociada a oro como mineral explotable y a cuarzo y calcita como ganga, mostrando estos
últimos cristales de gran tamaño y bien cristalizados. Durante el último pulso magmático se formaron
los lentes en las intersecciones de las grietas menores con las fracturas principales; dichos lentes
presentan tenores altos de oro.
Todos estos eventos modificaron las propiedades mineralógicas y mecánicas de los respaldos de las
vetas originando minerales de alteración: calcita, sericita, clorita, caolín y feldespato potásico con el
consecuente cambio de color y tonalidad de la roca, pasando a ser verde clara a oscura. Por lo demás, el
alto fracturamiento ocasionó que la roca perdiera competencia con presencia de brechas fácilmente
erosionables. Por último, ocurre un fracturamiento NW con buzamiento de alto grado (subverticales),
con presencia esporádica de pequeñas fallas con desplazamientos que no sobrepasan los 0,5 metros,
con la presencia de salbanda gris clara. La meteorización y posterior erosión debido a los agentes
atmosféricos ha modelado el actual relieve, dando ugar a depósitos cuaternarios, algunos con altos
contenidos de oro debido al desgaste y transporte de los sedimentos de las vetas.
La extracción de materiales de construcción (áridos) se lleva a cabo en tres sitios de explotación
reciente
• Paraje Miraflores, en la vía a Santa Rosa de Osos, cerca al límite municipal. En este punto se extrae
material arenoso, producto de la alteración de un dique pegmatítico.
• Paraje la Curva del Diablo, en la vía a Guadalupe. Sobre un deslizamiento cercano a la quebrada El
Porvenir se extraen materiales procedentes de una falla que da lineamiento a esta quebrada.
• Paraje Guanacas, cerca a la desembocadura de la quebrada del mismo nombre. Se extrae material de
playa de los depósitos aluviales.