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VOLUMEN I
QUITO, 2013
Volumen I
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
ADMINISTRACIÓN DE:
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
PREFACIO
La red vial del Ecuador es un pilar básico para el fomento de la productividad basada en los
principios de equidad, equivalencia, excelencia, sostenibilidad ambiental y competitividad, que
hace posible el cumplimiento del plan nacional de desarrollo y los principios del Buen Vivir o
Sumak Kawsay.
En este marco, el Gobierno Nacional del Econ. Rafael Correa, cumpliendo el mandato de la
Constitución del 2008, a través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, ha desarrollado e
implementado un plan estratégico para el mejoramiento y la excelencia en la planificación,
diseño, construcción y mantenimiento de los proyectos viales, basado en la aplicabilidad en el
Ecuador del conocimiento científico desarrollado en las mejores normativas internacionales y las
experiencias tecnológicas ecuatorianas, a través de un proceso de generación de la Norma
Ecuatoriana Vial NEVI-12, cuyo objetivo es la revisión, actualización y complementación de
normas y especificaciones técnicas del sector del transporte vial, para factibilizar y garantizar el
desarrollo nacional.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
INTRODUCCION NEVI-12
Las afectaciones de la red vial antes señaladas a su vez, de forma directa, han incidido
negativamente al proceso de desarrollo económico y productivo del Ecuador, fomentando la
pobreza y limitando el acceso a bienes, productos y servicios vitales garantizados por la
Constitución.
Las regulaciones técnicas del MTOP (MOP-001-F y MOP-001-E), generadas en 1974 han
contribuido tibiamente en solucionar los aspectos antes mencionados, en 1993 fueron
actualizadas con mínimos cambios por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. A través
de Acuerdos Ministeriales se ha tratado de homologar y regular aspectos no contemplados en las
regulaciones antes señaladas y la formulación de Normas Interinas de 1999 (Ex
CORPECUADOR) ha llegado a constituir una guía técnica referencial para reducir las
probabilidades de fallas de las obras de reconstrucción de la red vial.
En este sentido, el Ecuador a partir de la Constitución del 2008, y el gobierno del Presidente
Rafael Correa Delgado, ha generado e implementado el cumplimiento de las regulaciones
necesarias para garantizar los derechos ciudadanos relacionados con la seguridad, protección de
la vida y la salud humana, animal y vegetal, la preservación del medio ambiente y la protección
del consumidor contra prácticas engañosas, entre ellas la Ley del Sistema Ecuatoriano de la
Calidad, (publicada en el Registro Oficial No. 26 el 22 de febrero de 2007).
Este nuevo marco regulatorio hace indispensable armonizar el ordenamiento jurídico con los
convenios internacionales de los cuales el Ecuador es signatario y establece los requisitos y los
procedimientos para la elaboración, adopción y aplicación de normas, reglamentos técnicos y
procedimientos de evaluación de la conformidad;
Por lo dicho, corresponde a las entidades e instituciones públicas que en función de sus
competencias, tienen la capacidad de expedir normas, reglamentos técnicos y procedimientos de
evaluación de la conformidad; ante lo cual El Ministerio de Transportes y Obras Públicas, como
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El proceso antes señalado ha generado La Norma Ecuatoriana Vial, NEVI-12 que constituye
un documento normativo técnico aplicable al desarrollo de la infraestructura vial y del transporte
en el Ecuador bajo los principios de equidad o trato nacional, equivalencia, participación,
excelencia, información, sostenibilidad ambiental y competitividad sistémica.
Las disposiciones de Norma Ecuatoriana Vial, NEVI-12, deberán ser observadas por
proyectistas, constructores y por cualquier persona que desarrolle estudios y trabajos para el
Ministerio de Transporte y Obras Públicas, MTOP. Estas disposiciones constituyen el
reconocimiento de las prácticas, procedimientos y reglamentos técnicos internacionales, por ser
convenientes para el Ecuador. En este sentido, la norma NEVI-12 ha sistematizado el
conocimiento y criterio técnico de los diversos especialistas nacionales respecto de las mejores
prácticas, procedimientos y normativa de otros países aplicables a realidad y necesidades
tecnológicas ecuatorianas con proyecciones a largo plazo para un servicio vial sustentable y
seguro.
El NEVI-12 está estructurado de tal forma que pueda prestar el soporte tecnológico necesario en
campo y en gabinete para la solución de los problemas viales, aún para los más complejos;
dentro de un marco científico adecuado para la intervención de los especialistas de alto nivel.
Además, considerando que la ciencia de la ingeniería vial está en permanente cambio por las
necesidades de servicio y seguridad, el NEVI-12 facilita la innovación del conocimiento
ingenieril; mejorando, ampliando, sustituyendo y actualizando las disposiciones contenidas en
esta normativa que se desarrollaron en forma consistente con las prácticas y principios de las
normativas y especificaciones internacionales.
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INDICE GENERAL
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1. INTRODUCCIÓN
La falta de evaluación económica convencional se suple a veces con el recurso retórico a los
efectos de desarrollo económico que tienen los proyectos de inversión en infraestructuras de
transporte. La descripción cualitativa de supuestos efectos indirectos y otros supuestos beneficios
adicionales que se derivan de la construcción de infraestructuras que reducen los costes de
transporte, ocupan el lugar del análisis coste-beneficio convencional, donde lo que se mide son
los beneficios directos y los indirectos (por ejemplo, los intermodales) que no son doble
contabilización.
La aplicación del coste-beneficio requiere algunas condiciones previas que el técnico debe tomar
en consideración. La aplicación de la metodología que contiene este Volumen requiere que el
proyecto sea "pequeño", en el sentido de que sus efectos más significativos puedan
circunscribirse al mercado primario y a unos pocos mercados relacionados con impactos
fácilmente identificables y significativos. En segundo lugar, es necesario que existan mercados
para los “outputs” del proyecto o, no existiendo mercados, que se disponga de técnicas para
valorarlos con ciertas garantías. En tercer lugar, se requiere que la incertidumbre sea tolerable y
los periodos de tiempo en los que hay que evaluar no sean exageradamente prolongados.
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Hay proyectos cuyos costes y beneficios suelen repartirse entre la población sin originar
problemas de equidad significativos. Otros proyectos perjudican o benefician de manera
asimétrica según el nivel de renta o la zona geográfica. Aunque lo ideal sería el tratamiento
explícito de la equidad con la ponderación social de los beneficios según el grupo afectado, esto
no está al alcance del evaluador en muchas ocasiones.
Cuando la inclusión en el análisis de los efectos redistributivos del proyecto no es posible, una
buena alternativa consiste en identificar, cuando sea pertinente, los grupos relevantes afectados,
desagregando beneficios y costes por grupos y zonas geográficas, de manera que los
responsables de tomar la decisión sobre la aprobación o rechazo del proyecto tengan, junto con
los efectos sobre la eficiencia, las repercusiones distributivas que implica su ejecución. Además
de incrementar la información para la toma de decisiones, esto puede permitir identificar quiénes
deben ser compensados y quiénes pueden contribuir en su caso a la financiación del proyecto.
El éxito del análisis coste-beneficio está ligado a su función como ayuda a la toma de decisiones.
Es un instrumento de análisis, no un requisito administrativo que hay que superar para que el
proyecto se apruebe. Cuando el análisis coste-beneficio se convierte en un requisito
administrativo pierde todo su potencial como herramienta de decisión pública. Por ello, el reto
consiste en que el sistema de incentivos asociado al proceso de evaluación de inversiones
favorezca la utilización del análisis coste-beneficio en su concepción original, es decir, como
ayuda a la toma de decisiones en beneficio del interés general de la sociedad.
En primer lugar, los proyectos de inversión deben sujetarse a criterios estrictos de evaluación
económica. La obligatoriedad de presentar un análisis coste-beneficio a partir de cierto volumen
de inversión o de cambios significativos en la regulación, debe ir unido a la garantía de
independencia e imparcialidad de los informes mediante la separación entre el organismo que
propone el proyecto y el que lo evalúa. Asimismo, el informe de evaluación debe hacerse público
y accesible a todos los interesados con el fin de facilitar el debate social y la aportación de nueva
información de los agentes sociales beneficiados o perjudicados.
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En segundo lugar, el marco institucional tiene que evitar la disociación actual entre decisión de
inversión y financiación. En la medida de lo posible habría que vincular la decisión de llevar un
proyecto adelante con el coste del mismo, al menos parcialmente para que el organismo, o el
gobierno regional promotor del proyecto, tengan incentivos a presentar proyectos socialmente
rentables.
En tercer lugar, debe favorecerse la participación privada mediante contratos que repartan el
riesgo de una manera eficiente, y que permitan los precios más bajos posibles para su utilización
o la menor carga a los contribuyentes.
2 RENTABILIDAD ECONÓMICA
Cuando se pretende resolver un único problema se han de analizar todas las diferentes
alternativas para su resolución. El planificador de infraestructuras, tanto en los sistemas de
gestión a la hora de decidir qué actuación se ha de realizar, como en cualquier otro problema que
se le presenta, recurre a estudios de rentabilidad para poder elegir las alternativas más adecuadas.
Mediante los estudios de la rentabilidad económica lo que se busca es conocer si se logran los
objetivos fijados y comparar las distintas alternativas propuestas por el administrador para elegir
la más adecuada. El problema principal radica en la cuantificación de los logros conseguidos por
cada alternativa y en el peso de cada uno de los objetivos sobre el total de los que se van a
valorar.
La cuantificación del logro de los objetivos puede realizarse utilizando diversos criterios.
Anteriormente se utilizaron criterios monetarios. De esta manera, los distintos objetivos pueden
compararse y además queda ponderado su peso frente al resto de las finalidades. Los actuales
sistemas de gestión se acogen a este criterio de cuantificación para calcular la rentabilidad
económica. Éste es el motivo del análisis en los términos aquí utilizados.
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Accidentes de tráfico.
Cada día se valora más la inclusión de otro tipo de variables en los estudios de rentabilidad
económica. Anteriormente, se citaron varios aspectos a considerar como son las emisiones de
contaminantes atmosféricos, los ruidos, los daños sobre el entorno y los impactos visuales, que
son los denominados impactos.
Una vez calculados los CPK (costos por kilómetro) de cada tramo (CPK por la longitud del
tramo) y multiplicados por el volumen de tráfico que soportan al año, se obtiene el coste anual de
cada tramo.
El coste anual - Ci - de cada alternativa se obtiene como la diferencia de los costes de inversión y
conservación-rehabilitación de ese año entre la alternativa proyectada y la opción inicial en cada
uno de sus tramos.
El beneficio anual - bi - de cada alternativa se obtiene de restar el coste anual de los costes del
transporte entre la opción inicial y los de la alternativa proyectada.
Estos costes y beneficios se dan en unidades monetarias constantes (dólares en nuestro país).
Debiera ser publicada anualmente por el gobierno, aunque en caso de ausencia de la misma se
tomará el valor entre 0,05 y 0,06 (del 5% al 6 %).
Esto es discutible ya que, por definición, la tasa de descuento o coste de oportunidad del capital
que se emplee debe tener en cuenta dos tipos de factores: el valor temporal del dinero (ésta es la
tasa de actualización que puede publicar el gobierno) y además el riesgo asociado al negocio
cuya rentabilidad se analiza (a mayor riesgo, mayor valor de la tasa de descuento).
2.2 INDICADORES
El V.A.N. se define como la diferencia entre el beneficio actualizado neto y el costo actualizado
neto.
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∑ ∑
( ) ( )
Según este criterio, una inversión se puede ejecutar cuando el VAN > 0 porque se genera
riqueza. Este método sirve para la valoración y toma de decisiones en las inversiones, pero
también se utiliza para la ordenación y jerarquización de las mismas.
Al planificador de carreteras le interesa realizar aquellos proyectos que tengan una VAN
positivo. Sin embargo, puede ocurrir que debido a la limitación de recursos financieros o de otra
índole, sólo se puedan acometer una parte de los proyectos con VAN positivos. En un principio,
el planificador debe realizar en primer término aquellas inversiones en las que el VAN sea
mayor.
La gran ventaja del método del V.A.N. respecto a otros métodos de valoración de inversiones es
que reúne estas tres condiciones:
Es un valor adimensional que expresa el rendimiento obtenido por cada dolar invertido.
Es un método basado en datos contables de fácil comprensión. Sin embargo, este criterio
presenta las siguientes ventajas:
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El mayor problema de este índice es que no se puede sumar y, por tanto, no permite analizar
conjuntos de pequeños proyectos.
Es el año para el cual el conjunto de beneficios actualizados hasta la fecha iguala y supera a los
costes actualizados.
P.R.I. = j cuando:
∑ ∑
( ) ( )
Según este método, las inversiones que deben tener preferencia son aquellas cuyo plazo de
recuperación esperado es el más corto. De ahí que este método sea el preferido en épocas de
inestabilidad política y económica.
1) No actualiza los flujos netos de caja. No sólo no los actualiza, sino que además ignora
totalmente los flujos que se producen una vez recuperada teóricamente la inversión.
2) Al dar preferencia a las inversiones de plazo de recuperación más corto, este criterio está
inspirado en una política de liquidez más que de rentabilidad.
El T.I.R. es aquella lasa de actualización o descuento para la que el valor actualizado neto
(V.A.N.) es nulo, o lo que es lo mismo, se iguala el beneficio actualizado neto (B.A.N.) con el
coste actualizado neto (C.A.N.)
T.I.R. = r cuando:
∑ ∑
( ) ( )
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de valoración del VAN se puede establecer una jerarquía de los proyectos y se dará prioridad de
ejecución a aquéllos en los que la tasa de descuento sea mayor.
La principal limitación que tiene dicho método es la estimación del coste de capital o de
oportunidad. Otra limitación se produce cuando un proyecto tiene inicialmente flujos de caja
positivos, seguidos de flujos de caja anuales negativos. En este caso, el V.A.N. se incrementa al
aumentar el coste de oportunidad, y el proyecto debe aceptarse cuando la T.I.R. es menor que la
tasa de oportunidad utilizada.
La T.I.R. puede ordenar de mejor a peor de forma errónea proyectos en el caso de que sean
mutuamente excluyentes y que difieran en vida útil o en escala de la inversión requerida.
Finalmente, los tipos de interés previstos a corto plazo pueden variar de forma importante de los
previstos a largo plazo. El método del V.A.N. permite modificar para cada año el coste de
oportunidad, cosa que no ocurre con la T.I.R.
En primer lugar, hay que excluir aquellas alternativas que no cumplan alguna de las cuatro
alternativas anteriores. Con las que quedan es recomendable hacer un análisis de sensibilidad.
Después se procede a la jerarquización de las alternativas restantes.
El V.A.N. (Valor actualizado neto) es el criterio óptimo siempre que existan recursos suficientes.
Pero si se está en una economía de recursos limitados, entonces es mejor utilizar la relación B/C
(relación beneficio-coste), ya que se busca el mejor rendimiento del dinero. Esto mismo sucede
con el P.R.I. (período de recuperación de la inversión).
Aunque como conclusión se indica que el V.A.N. siempre es el criterio óptimo si se ha valorado
en el coste de oportunidad el riesgo del proyecto.
Los criterios de rentabilidad económica permiten desechar aquellas alternativas que no son
rentables y dar una jerarquización de las alternativas restantes según criterios estrictamente
económicos. Se deja la puerta abierta a la inclusión de nuevos parámetros como valoraciones de
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impactos negativos por contaminación ambiental, acústica por la realización de una nueva
infraestructura, etc.
Si aparecen otras razones que aconsejen la elección de una alternativa no óptima siempre será
necesario acompañarla de las debidas justificaciones.
Si aparecen otras razones que aconsejen la elección de una alternativa no óptima siempre será
necesario acompañarla de las debidas justificaciones.
Un análisis coste-beneficio "ofrece un método por el cual puede ser analizada la rentabilidad
social de los proyectos de forma racional y comprensible" (Barrios González, C; Martínez
Navarro, M.A. 1998).
Tanto en los estudios de las diferentes opciones de conservación como en los análisis de
implantación de nuevas infraestructuras o de ejecución de otras actuaciones como las de
acondicionamiento, la dinámica a seguir será muy similar. A continuación se describen los
componentes generales de los costes.
Los costes totales se obtienen de la suma de los costes de la administración más los costes de los
usuarios.
Los dos primeros también se llaman costes de primera inversión. Los costes para el usuario (o
del transporte) son:
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A estos costes hay que añadir los costes de los accidentes y los costes medioambientales. Estos
dos últimos se suelen incluir junto con los costes del usuario dentro del término general de coste
del transporte.
Una buena conservación del sistema de carreteras supone una reducción en los costes de los
usuarios, del propietario del sistema y de la sociedad en su conjunto. Es decir, cuando se realiza
un gasto de conservación se produce una reducción de los costes del usuario (tarda menos y se
estropea menos su coche).
Los sistemas de gestión analizan, para cada actuación a estudiar, los ahorros en los costes
(beneficios) que se obtienen para esas determinadas propuestas de actuación. Para poder realizar
el análisis de estos costes, que interaccionan entre ellos, deben reunirse y evaluarse durante los
distintos años del estudio. Los gastos atribuidos a los diferentes años deben referenciarse siempre
a un solo año mediante el uso de una tasa de actualización para evitar que se distorsionen los
resultados.
El cálculo de estos ahorros permite al sistema de gestión desarrollar su potencial para poder
acometer la última etapa del proceso, conocida como estrategias de actuación.
Según autores como Balaguer, Sánchez Blanco, Navacerrada, (1995) o Bennett, (1985), el buen
conocimiento de los costes de funcionamiento de los vehículos es fundamental para poder actuar
de una manera justificada y más racional, cuando se realizan inversiones en el sistema de
carreteras.
Como es sabido existe un presupuesto de ejecución material -P.E.M.- y otro de ejecución por
contrata -P.E.C.-, que es el primer presupuesto con gastos generales y beneficio industrial. Se
utilizará el presupuesto de ejecución por contrata al que habrá que añadir el coste de las
expropiaciones. El P.E.C. no incluye la parte correspondiente a los impuestos ya que sólo supone
una transferencia y no una movilización de recursos.
La construcción de un kilómetro de carretera de doble sentido de nuevo trazado cuesta una media
de 1 millones de dólares por kilómetro. En el caso de una autovía, estos valores se incrementan
superando los 10 millones de dólares por kilómetro en autovías que discurran por terreno
montañoso. Como valor representativo cifra en 4 millones de dólares el coste medio de un
kilómetro de autovía.
En la siguiente tabla se resumen los datos extraídos del artículo “kilómetros a precio de oro”
(Menéndez, J.M. 2000) anteriormente mencionados.
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* Puede alcanzar y superar esa cifra cuando el trazado discurre en gran medida por viaductos,
puentes y túneles.
Tabla. Algunos costes de primera inversión. Realizada a partir del artículo "Kilómetros a precio
de oro" (Menéndez, J.M. 2000).
Otra forma de tratar estos gastos es como un tanto por ciento anual del valor de la obra, que será
del orden del 1,5% anual del valor de la misma. El primer método se adapta más a la realidad.
Para el análisis de las distintas alternativas habrá que utilizar siempre el mismo método.
La reducción de los costes del transporte (costes a soportar por los usuarios) frente a una
situación inicial genera unos beneficios, que se valorarán para poder comparar las alternativas.
La reducción es la diferencia entre los costes del transporte en la situación inicial y los que se
esperan de cada alternativa estudiada. Básicamente estos costes pueden desglosarse en:
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En una carretera donde los vehículos no pueden circular de manera fluida se producen
retenciones y cambios de marcha. Esto implica un aumento de los costes del funcionamiento de
los vehículos, del tiempo, mayores emisiones contaminantes, etc.
Para desarrollar los costes hay que definir primeramente unos vehículos medios representativos,
tanto entre los turismos como entre los camiones. Los programas de gestión más potentes están
adaptados para utilizar todos los datos disponibles llegando a tratar por separado más de 15 tipos
de vehículos motorizados.
Previamente a desarrollar el proceso que se sigue para calcular el coste del transporte, es
necesario citar los parámetros que utilizan los distintos modelos:
Junto a la información anteriormente citada es necesario disponer de datos relativos a los costes
de los elementos que componen y gastan los vehículos (coste de los neumáticos, coste del litro
de carburante, coste del litro de lubricante, coste de las distintas piezas que lo componen, etc.).
Una vez conocidos estos datos previos ya se puede presentar el proceso a seguir para analizar el
problema. El proceso se descompone en las siguientes fases:
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b) Cálculo del coste de funcionamiento de los vehículos. Para hallarlo se deberá sumar el
coste de cada uno de sus componentes. Se suelen estudiar los siguientes:
Consumo de combustible.
Consumo de lubricante.
Coste del desgaste de los neumáticos.
Coste de mantenimiento.
Coste de las reparaciones.
Amortización.
c) Cálculo del coste del tiempo. Se calcula a partir de la valoración que el coste por hora
supone al viajero. Este coste será diferente según se considere que el tiempo empleado
corresponda a horas de trabajo, de vacaciones, de camino al trabajo, etc.
d) Cálculo del coste de los accidentes. Conocida la geometría, el estado y el tráfico que
soporta ese tramo de la infraestructura, mediante el uso de modelos es posible predecir el
número de accidentes, de heridos y de muertos que se pueden provocar en ese tramo. Con
la valoración de éstos se obtiene el coste de los accidentes.
e) Cálculo de los costes medioambientales asociados al transporte. No se suelen tratar en los
programas de gestión por la dificultad de valorarlos.
f) Cálculo del coste total. El siguiente paso es sumar el cómputo de costes del transporte
para el tramo a estudiar y en cada una de las condiciones supuestas.
g) Cálculo de los incrementos del coste del transporte. Con los distintos costes del
transporte para cada una de las condiciones supuestas de ese tramo ya se pueden
comparar, y almacenar para próximos análisis.
Tras una breve explicación del proceso que siguen los programas de gestión a continuación se
pasa a describir con más detalle.
Winfrey (1963) realiza una exhaustiva recopilación de los datos obtenidos en diversos análisis
realizados desde 1939. En su estudio (Motor Vehicle Running Cost for Highway Economic
Studies) muestra datos del consumo de combustible, lubricante y neumáticos, costes de
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Una vez que se van conociendo los costes de funcionamiento de los vehículos surge la necesidad
de relacionarlos con el coste de la construcción de la infraestructura y con los gastos de su
mantenimiento. Los primeros trabajos realizados para tratar estas relaciones se llevan a cabo en
el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M1T) (Claffey, 1971). Se pone de manifiesto el
desconocimiento que existía de muchas de las relaciones entre los costes necesarios para poder
establecer las estrategias económicas a la hora de construir y mantener las infraestructuras.
En la siguiente tabla pueden verse otros estudios realizados a lo largo del siglo 'XX para poder
definir los costes de funcionamiento de los vehículos.
Tabla 3.2 Costes de funcionamiento de los vehículos según algunos estudios realizados.
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Como en apartados anteriores hay que citar el HDM-4 como una de las herramientas más
completas para calcular los costes de funcionamiento de los vehículos.
Además se destacan los siguientes modelos para el cálculo de los costes de funcionamiento de
los vehículos:
Los costes del funcionamiento de los vehículos más estudiados son los siguientes:
Tabla 3.3 Efectos y sensibilidades de los Costes del funcionamiento de los vehículos
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En la tabla 3.3 elaborada en el HDM – 4, se muestra el efecto sobre el costo total, la sensibilidad
al tipo de pavimento y a su estado de conservación de los costos citados anteriormente.
Todo vehículo desde el momento en que se adquiere hasta que se vende sufre una depreciación.
La depreciación es una pérdida de valor del vehículo debida, entre otros, a los siguientes
factores:
Uso de vehículo.
Tiempo de posesión.
El uso del vehículo se refiere a los kilómetros recorridos por las diferentes carreteras (distinta
geometría, composición del firme, tráfico, estado de conservación y mantenimiento).
En algunos programas como el HDM-4 se intenta considerar, además de la depreciación, la
pérdida de dinero por la menor utilización del coche debido al mal estado de una carretera. En
este programa también se introduce un término de interés que evalúa el coste de oportunidad de
la propiedad del vehículo, que sería el dinero que el propietario habría obtenido al invertir el
dinero en vez de gastarlo en la adquisición del vehículo.
Se expresa el coste por kilómetro estableciendo el coste medio de un vehículo tipo, su vida útil,
su precio al final de la vida útil y la depreciación imputable al recorrido.
El gasto en el mantenimiento y reparaciones del vehículo supone una parte importante del coste
de funcionamiento de los vehículos. Este coste se descompone en dos partes: el coste de los
elementos consumidos y el coste de las horas de trabajo.
Los costes de carburante, lubricantes y neumáticos no se incluyen en este punto. Estos serán
tratados en los siguientes apartados.
El tipo de vehículo.
La edad del vehículo.
El tipo de tráfico por donde realiza el recorrido. Según la velocidad a la que circula y los
ciclos de cambio de velocidad que experimenta (aceleraciones, desaceleraciones) el
vehículo tiene menores o mayores costes por kilómetro de mantenimiento y de
reparaciones.
El estado superficial de la carretera.
El coste debido al tipo de tráfico está relacionado con el consumo del carburante del vehículo.
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Este componente del coste de funcionamiento de los vehículos es el más estudiado de todos. Esto
es debido a que su la parte fundamental, representando alrededor del 50% del gasto de
funcionamiento de los vehículos.
El consumo de combustible se ve afectado entre otros por las características del vehículo, el
estado superficial de la carretera, su trazado geométrico, el tráfico y el estilo de conducción.
La energía del combustible se distribuye en energía:
Pérdida por el sistema de refrigeración y de escape de gases.
Pérdida interna por rozamiento del motor.
Para alimentar a los accesorios (aire acondicionado, dirección asistida).
Transmitida a las ruedas.
Esta última es la que se emplea en mover el coche y en vencer a las fuerzas que se oponen a ello
(aire, inercia).
El modelo propuesto por el HDM-4 se apoya en el ARFCOM (Biggs 1988) que considera las
fuerzas que se oponen al movimiento, las fuerzas internas, los efectos de la velocidad en el
consumo del motor y además permite estudiar los efectos de los ciclos de aceleración y
desaceleración y la transferencia del modelo entre diferentes vehículos.
En general, los modelos para predecir el consumo de combustible, al igual que otros modelos, se
pueden obtener de manera empírica a partir de experimentos en tramos de ensayo y a partir de
modelos teóricos-mecanicistas que intentan predecir el consumo del vehículo en función de las
fuerzas que se oponen a su movimiento. Los modelos teóricos ofrecen mayor libertad de análisis
frente a los empíricos, pues permiten predecir los efectos que producen los cambios a introducir
en las características de la carretera y de los vehículos.
Potencia tractora.
Potencia para vencer las fuerzas internas del motor.
Potencia para hacer funcionar los accesorios del vehículo.
Adicionalmente se necesita más combustible a causa de los ciclos de cambio de
velocidad (ciclos de arranque/parada), composición y congestiones de tráfico, presencia
de vehículos no motorizados, estado superficial de la carretera y variación del trazado
geométrico (en planta y alzado). Estos nuevos condicionantes también pueden ser
contemplados en modelos de simulación.
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El modelo VETO utiliza un modelo mecanicista para analizar las influencias de la geometría y
del comportamiento del conductor.
Por otra parte están los modelos empíricos que intentan relacionar la velocidad de los vehículos
con el consumo de carburante. Los consumos mayores se producen a bajas y altas velocidades,
estando los consumos más contenidos a velocidades intermedias para vehículos ligeros este
intervalo está entre los 60 y 80 km/h.
Los modelos empíricos calculan el consumo de carburante a partir de los siguientes parámetros:
Históricamente los modelos de consumo de carburante utilizaban este tipo de modelos empíricos.
Entre los citados anteriormente están el Transport Economics el Note, el HEN2, el FINVOC y el
BELMAN.
El consumo de aceite suele tratarse en casi todos los modelos como una función del consumo de
combustible. Hay que considerar dos tipos de consumos:
Como el consumo de lubricante está ligado al consumo de combustible se puede decir que éste
depende de la velocidad y de los ciclos de arranque/parada (aceleración/desaceleración).
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Otros costes debidos al funcionamiento de los vehículos son los gastos en impuestos, tasas y
seguros, que ha de soportar el usuario por el solo hecho de poseer un vehículo. Éstos no se
suelen considerar dentro de los sistemas de gestión por no depender directamente del sistema de
infraestructuras a gestionar.
También existen otros gastos que el usuario ha de soportar que sí están relacionados con el uso
del vehículo, como son los peajes y los gastos del uso de aparcamientos de pago.
A gran escala un gestor puede plantearse ejecutar una infraestructura más apetecible para sus
usuarios (que tarden menos y consuman menos), buscando que la utilicen más usuarios y por
tanto aumentar sus ingresos. Esto le permite incluso bajar el coste de la utilización de los
usuarios (peaje más barato).
Otro de los costes de transporte es el llamado del tiempo. En los sistemas de gestión es necesario
valorar el coste horario de las personas que se desplazan para así poder analizar el coste que
produce un incremento o reducción en su tiempo de viaje entre dos puntos. Las disminuciones de
tiempo se deben en general a las inversiones de mejora introducidas en la infraestructura (gasto
en conservación, nuevo trazado, carril adicional, etc.).
Una mala conservación de la carretera puede provocar que sus usuarios tengan que reducir su
velocidad de circulación y por tanto necesiten invertir más tiempo en recorrer ese trayecto. La
valoración del coste del incremento del tiempo para recorrer ese trayecto se analiza en un sistema
de gestión para ayudar en la toma de decisiones (realizar la conservación de un tramo frente a
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otro, construir un nuevo carril en una determinada zona, etc.) encaminadas a optimizar los
recursos de que se dispone (buscar dónde son más rentables las inversiones).
La construcción de una nueva infraestructura suele producir la reducción del tiempo de viaje
entre dos puntos. Esta reducción se puede evaluar económicamente como un beneficio frente a la
situación inicial en la que no existía la infraestructura. Este mismo razonamiento puede utilizarse
para evaluar el beneficio que se produce por la disminución del tiempo de recorrido de un
trayecto al realizar sobre él inversiones de mejora (mejoras de trazado, carriles adicionales, etc.).
Por lo tanto, es necesario conocer el valor del tiempo de los usuarios que transitan por una
infraestructura, así como el ahorro o aumento de tiempo que se produce por realizar o no unas
determinadas inversiones. El cálculo del coste del tiempo se obtendrá del producto del tiempo
ahorrado o perdido (signo negativo) de cada usuario por el valor horario del tiempo de cada
usuario. No hay que olvidar que el usuario no es sólo el conductor sino también los
acompañantes que viajan con él en su vehículo.
3.2.3.1 Valoración de tiempo
El tiempo, como bien escaso, tiene valor económico. Normalmente el objetivo de la realización
de una nueva infraestructura o de una inversión de mejora es reducir el tiempo para recorrer ese
trayecto. Por ello es de gran importancia la valoración de esas reducciones de tiempo para así
realizar un correcto análisis de un proyecto de transporte.
El beneficio asignado al tiempo ahorrado suele ser la parte más importante del beneficio total de
la realización de la inversión. Este beneficio a menudo representa más del 70% del total. Por
ejemplo, en el "Estudio de la rentabilidad económica de la A-92" (Díaz Pineda, J.; Arranz
Cuenca, A.; Diego Barrenechea, G., 1999) consideran que el ahorro del tiempo supone más del
80% del beneficio total.
El tiempo como valor económico no es fácil de valorar. Numerosos estudios relacionan el tiempo
del viaje con su valor en el mercado laboral. Aun así la gran disparidad de salarios no permite
calcular con sencillez un valor representativo que simule fielmente la realidad. El valor del
tiempo depende de las siguientes variables:
Conductor (su renta, su edad, etc.). Según la renta el valor horario es mayor o menor. La
edad es representativa de la situación laboral. Un joven de 18 años suele tener un salario
(si lo tiene) menor que el de una persona más adulta. Un jubilado cobra menos que una
persona más joven en edad laboral.
Viaje. El valor del tiempo varía según el tipo de viaje (viaje durante el trabajo, viaje al
trabajo, viaje al médico, viaje de ocio), la tarifa, la comodidad, la seguridad, la hora de
realización, etc.
Actividades a realizar tras el viaje. La disponibilidad o no de tiempo después de un
viaje es la última variable que marca el valor del tiempo perdido o ganado al realizar un
recorrido. Una pérdida de tiempo en un viaje en vacaciones se valora más si se corre el
riesgo de, por ejemplo, perder un avión que si no se corre ese riesgo. Si se acude al
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
trabajo y se tiene una reunión con la dirección de la empresa se valora más que si no se
tiene.
Todo lo anteriormente mencionado muestra lo complicado que resulta elegir una cantidad
monetaria representativa del valor del tiempo.
Para simplificar la mayoría de los modelos sólo distinguen entre valor durante el trabajo y valor
fuera del trabajo. En el valor durante el trabajo se suele diferenciar según el tipo de vehículo
considerado. El valor fuera del trabajo se suele considerar igual para todos los vehículos.
Además, tampoco se puede dar el mismo tratamiento al valor del tiempo en un vehículo
particular que al de uno comercial. En los vehículos comerciales una disminución en el tiempo
de viaje produce un menor coste de personal, de amortización del vehículo y de inmovilización
de las mercancías. Todo esto se traduce en la posibilidad de hacer más servicios y de ofrecerlos a
un precio más competitivo.
Como resumen de los trabajos consultados se presentan unas tablas de los siguientes estudios:
En este estudio sólo se diferencia el valor según vehículos en los viajes realizados durante la
jornada laboral. La valoración de la hora de viaje se realiza en función del sueldo que recibe ese
empleado por hora de trabajo
Del Highway Development & Management 4, más comúnmente llamado HDM-4, se extrae la
siguiente tabla. Esta proviene de un estudio realizado en la India (NDL1, 1995) donde, a partir de
variables como pueden ser los viajes en jornada laboral, el valor de los desplazamientos fuera del
horario de trabajo, las personas por vehículo y los pasajeros por vehículo, se calcula el coste
horario según diferentes tipos de vehículos.
Tabla 3.5 Valor según los usuarios dados en euros y dólares de 1995
C) Harmonising Parameter Values in Transport Project Appraisal; The values of time and
Safety (Vilain, 1996).
Este estudio realizado para el Banco Europeo de Inversiones calcula el coste horario de los viajes
por carretera según sea el motivo del viaje, de trabajo o no, en los países de la Unión Europea
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Tabla 3.6 El valor del tiempo según el motivo del viaje (Vilain,1996)
Según las características de diseño de un tramo de carretera la velocidad media de cada vehículo
representativo será mayor o menor. Entre las características de diseño que influyen en la
velocidad se pueden destacar las siguientes:
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
El estado de conservación de una carretera hace que la velocidad media de los vehículos que
circulan por ella sea más alta o más baja.
Un mal estado superficial de una carretera además de producir un coste mayor en el
funcionamiento de los vehículos y de hacer esa carretera menos segura, obliga a sus usuarios a
reducir su velocidad.
Una mala gestión en conservación provoca además que sea necesario intervenir en más
ocasiones para arreglar la carretera. Esto ocasiona pérdidas de tiempo adicionales producidas por
las obras de conservación.
Un mal dimensionamiento o previsión del tráfico que circula por una vía puede desembocar en
problemas de congestión, conocidos comúnmente como atascos.
Cuando una carretera tiene que soportar intensidades de tráfico mayores de aquellas para las que
fue dimensionada, se produce una reducción en su nivel de servició. Esta reducción conlleva una
disminución de la velocidad de los vehículos que circulan por ella.
Por lo tanto, de manera general, a mayor tráfico menor velocidad. Los sistemas de gestión han de
adelantarse a los problemas de congestión (cuando éstos se producen asiduamente) de las vías
que gestionan mediante el aumento de capacidad de éstas. Este aumento de capacidad se puede
conseguir mediante la incorporación de nuevos carriles, el ensanche de los existentes, el
ensanche de los arcenes, el aumento de las zonas de adelantamiento, etc.
La vialidad está directamente ligada con la explotación de la carretera. Según cómo se lleve a
cabo se podrán producir descensos o aumentos en la velocidad media de recorrido de los
usuarios que circulan por ese tramo.
Una rápida actuación en la ejecución de las operaciones de la vialidad invernal permite ahorrar
mucho tiempo a los usuarios de esa vía, frente a una respuesta lenta que les impedirá hacer el
viaje o circular a velocidades mayores.
Se puede concluir que una mala explotación afecta directamente al tiempo de recorrido y, como
se verá más adelante, en la seguridad de sus usuarios.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
La realización de obras en un tramo de carretera abierto al tráfico afecta a la circulación que por
ella transita, siendo necesario realizar una correcta planificación de las mismas.
Normalmente a lo largo del año hay ciertas fechas en las que las carreteras suelen soportar sus
mayores intensidades de tráfico. En esos períodos se intentará no tener obras en marcha o en su
caso que afecten lo menos posible al tráfico que circula por ellas. Lo mismo sucede a
determinadas horas del día en las que la intensidad aumenta fuertemente, como a primera hora de
la mañana cuando muchas personas acuden a sus trabajos.
Los sistemas de gestión ayudan a controlar las variables anteriormente citadas. Una vez
conocidas y controladas, su uso facilita el análisis de esas variables ayudando a los gestores de la
infraestructura a conocer los efectos en el tiempo de recorrido que tienen las distintas
inversiones. Esto les ayuda a desarrollar las estrategias más adecuadas para obtener las
reducciones de tiempo más rentables con los fondos destinados.
Tradicionalmente se han considerado tres factores que definen la circulación vial, que son:
El factor humano.
La carretera y su entorno.
Los vehículos que circulan por la carretera.
Cuando se produce un accidente se dice que uno o más de estos factores están implicados.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
El conductor es el único causante en más del 60% de los accidentes. El conductor y la carretera-
entorno provocan más de un 25% de los accidentes. El problema de estos factores es que "...son
fluctuantes en el tiempo, el espacio, la situación, en la regulación,..." (Zaragoza Ramírez, A.
2001).
Actualmente se tiende a diseñar carreteras que se adapten mejor al conductor. Esto quiere decir
que se está intentando considerar en los proyectos las situaciones especiales de peligro
(normalmente provocadas por el conductor) para ayudar al conductor a evitarlas o a salir de ellas
lo mejor posible. En función de un Plan de Seguridad Vial.
Homogeneizar itinerarios por tramos de acuerdo con una jerarquización previa de la red y
conseguir una buena percepción por el usuario de las características de la carretera y de su
entorno (legibilidad de los itinerarios).
Los sistemas de gestión ayudan a los planes de seguridad vial a realizar un seguimiento detallado
de las actuaciones ejecutadas y así poder evaluar su eficacia. La experiencia obtenida se
aprovechará para la realización de los sucesivos programas.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
a) Señalización y balizamiento.
b) Sistemas de contención.
c) Tratamiento de travesías.
d) Iluminación.
e) Tratamiento de intersecciones.
f) Reordenación de accesos.
g) Otros tratamientos de seguridad (correcciones de trazado, mejora de la sección
transversal, tratamiento de márgenes, equipamientos de seguridad en túneles, supresión
de pasos a nivel, etc.).
h) Creación de áreas de descanso.
i) Tratamiento de firmes.
El conocimiento de las causas que provoca los accidentes, en especial su relación con la
tipología y estado de la carretera, es fundamental para realizar un correcto análisis de coste-
beneficio de las inversiones que se quieran analizar. El primer dato necesario para evaluar el
coste de los accidentes es conocer el número de accidentes que se producirán en cada uno de los
escenarios propuestos.
Resulta patente la falta de desarrollo de herramientas que permitan enlazar directamente los
sistemas de gestión (con sus estudios de vehículos tipo y características de las carreteras) y las
herramientas de análisis de accidentes. Estos estudios se resumen en sencillas tablas en las que se
analiza la jerarquía de la carretera, su tráfico y los accidentes que en ella.se producen.
Los estudios que se están realizando en los tramos de concentración de accidentes ayudan a
conocer mejor la relación que se produce entre la carretera y los accidentes.
Tal y como se citó en el apartado anterior para poder evaluar el coste de los accidentes se
necesita relacionar la carretera y su entorno con los accidentes que se producen en ella.
Si se controla la relación entre la carretera y los accidentes se podrán predecir los efectos que
tienen las distintas inversiones propuestas para una carretera sobre los accidentes que ocurran en
ella.
Se distinguen dos situaciones, la primera cuando la carretera sólo sufre un incremento de tráfico,
y una segunda cuando sufre cambios en sus características o es una carretera de nueva
construcción.
En el primer caso se suele realizar una hipótesis inicial que se supone que para una
infraestructura el número de accidentes se incrementa proporcionalmente al incremento del
tráfico. Esto implica que los índices de peligrosidad y mortalidad permanecen constantes.
El problema surge cuando se quiere predecir la cifra de accidentes en un tramo proyectado pero
todavía no ejecutado. Para ello hay que ayudarse de métodos estadísticos o de modelos de
accidentes.
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Los primeros relacionan unos índices de peligrosidad (IP) y mortalidad (IM) con el número de
muertos y heridos. Estos índices se obtienen con los datos reales del resto de infraestructuras y
dependen del tipo de vía y de la provincia. Sin embargo, los modelos de accidentes miden la
variación de accidentes apoyándose en la comparación de parámetros geométricos de la carretera
actual y de la nueva infraestructura. Estos parámetros son: inclinación longitudinal media,
cambios de rasante por kilómetro, anchura total, número de curvas por kilómetro, radio de
curvatura, regularidad y textura superficial.
Método estadístico.
Según para qué tipo de carretera (autopista de peaje, libre, carretera convencional con y sin
travesías) el Ministerio facilita por provincia el índice de mortalidad (IM) y de peligrosidad
(IP) medio. De manera general establece unos valores medios para el conjunto del país,
éstos se reproducen en la siguiente tabla.
Tabla 3.7. Valores del IP y del IM medios para España según el tipo de carretera (MOPT
1993).
Una vez conocidos el índice de peligrosidad (IP) y el índice de mortalidad (IM), propone el
cálculo total de muertos y heridos a través de las siguientes fórmulas:
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Modelo de accidentes
Es un modelo para calcular el incremento de accidentes de cada una de las alternativas en
comparación con la situación inicial.
La Federal Highway Administration (FHWA, 1998) para vías no urbanas calcula el número de
muertos y heridos según el tipo de vía a través de la siguiente tabla, siendo el orden de
importancia de las carreteras decreciente de las interestatales a las locales.
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Tabla 3.9 Muertos y heridos en accidentes de tráfico por tipo de vía no urbana (accidentes
por 100 millones de vehículos por milla recorridos). Datos extraídos de la Federal Highway
Administration (FHWA, 1998).
Tabla 3.10 Accidentes con heridos por cada millón de vehículos por kilómetro recorrido
según el tipo de carretera. Datos obtenidos del trabajo realizado por NDLI (1995) para el
HDM-4 (ISOHDM, 2000).
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En el estudio de la rentabilidad económica de la autovía A-92 (Díaz Pineda, J.; Arranz Cuenca,
A.; Diego Barrenechea, G., 1999) se define la relación entre la intensidad del tráfico y el índice
de peligrosidad mediante dos fórmulas, una para las redes de gran capacidad y otra para las
carreteras convencionales. Estas fórmulas fueron calculadas por Nofuentes, J. (1995), quien las
presentó en el artículo "Influencia en la intensidad del tráfico en la peligrosidad de las carreteras
de la red de interés general del estado" publicado en la revista de Carreteras n°78. Estas fórmulas
son:
Carreteras convencionales:
El número de accidentes con víctima se calcula a partir del índice de peligrosidad a través de la
siguiente fórmula:
Dónde:
Vistos estos métodos estadísticos, se observa la falta de modelos de accidentes en la línea del
propuesto por el Ministerio que relacionen las características de la carretera y sí entorno con la
cantidad y severidad de los accidentes. Los sistemas de gestión pueden ser unas herramientas
muy potentes que ayuden a la definición de estos modelos.
Pocos son los estudios que relacionan el estado de conservación de una carretera con la
accidentalidad que se produce en ella.
Viguetas et al (1992) cita en la revista Carreteras n° 59 que la incidencia del mal estado
superficial de la carretera puede llegar a incrementar la distancia de frenado en un 30% frente a
la distancia con una buena regularidad superficial. En este artículo expone también que las
carreteras con una mala regularidad superficial suelen tener unas mayores tasas de accidentes
que aquéllas cuya regularidad superficial es buena. Por último, también pone de manifiesto la
correlación entre las roderas y los accidentes.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Para calcular el coste total de los accidentes, una vez conocidos el número y características de los
accidentes a través de métodos estadísticos o modelos de accidentes, sólo se necesita valorar el
coste unitario de cada uno de ellos.
El coste total sería la suma del coste unitario de cada uno de los accidentes.
Para simplificar este cálculo se recurre al coste de accidentes tipo. Cada accidente tipo está
compuesto por un factor que representa los daños materiales, otro factor que representa las
víctimas mortales y uno o varios factores que representan los heridos. Estos factores son los
obtenidos en el apartado anterior (número de accidentes, número de fallecidos y número de
heridos).
Por lo tanto, la dinámica general seguida por los sistemas de gestión es valorar los costes
unitarios de los factores anteriormente mencionados.
"Esta aproximación monetarista al problema puede atentar contra ciertos principios filosóficos o
religiosos, pero parece sin duda la forma más razonable de valorar las medidas de seguridad y,
en todo caso, de establecer la prioridad de unas inversiones frente a otras" (Turró, M. 1994).
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Las compañías de seguros poseen muchos datos para valorar los costes de los accidentes. La
siniestrabilidad cuesta al año más de 9.000 millones de euros o 13526 millones de dólares
americanos. Aproximadamente se distribuyen a tercios los costes entre los relativos a las
muertes, a los daños a terceros y a los heridos.
Como resumen de los trabajos consultados se explican los costes unitarios de los accidentes
presentados por las siguientes organizaciones:
Una de las publicaciones mas recientes es la “Book for Assessing the Social and Economics
Effects of transportation Projects” (Forkenbrock,D & Weisbrod,G. 2001) realizada para la
National Cooperative Highway Research Program (NCHRP) del Transportation Research Board
(TRB) en Estados Unidos. De ella se ha extraido la siguiente tabla:
Tabla 3.11 Estimación del coste de los accidentes según la gravedad fijada en el informe de
la policía (Forkenbrock. D & Weisbrod, G. 2001).
A diferencia de los estudios presentados anteriormente puede observarse la distinción entre tres
tipos de heridos. Distingue entre los heridos graves y los heridos graves que aparentemente
provocan una discapacidad al accidentado. Los datos se dan por accidentado y por accidente. Los
daños por accidente son siempre mayores pues incluyen al menos una persona afectada.
La siguiente Tabla 3.12 presenta los resultados de cuatro modelos utilizados en Estados Unidos.
De cada modelo se indica su fecha de actualización de los datos y el coste en dólares de ese año
de actualización.
Tabla 3.12 Estimación del coste de los accidentes según Cambridge Systematic Inc (CSÍ),
StratBencost 2, Stream 3 y Raildec 4. Fuente: (Booz Allen & Hamilton Inc. 1999).
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
De los dos estudios de Estados Unidos presentados se observa que la valoración de una víctima
mortal es superior a las cifras medias europeas.
Es evidente la existencia de cierta disparidad entre los valores ofrecidos por las diferentes
organizaciones, aunque, en líneas generales, todas cuantifican los costes de cada víctima mortal,
de cada herido grave y los daños materiales en cada accidente.
El análisis de este tipo de costes va más allá de los objetivos de esta investigación, por lo que
sólo se indicará en líneas generales la dirección que está tomando actualmente el estudio de los
costes externos.
Generalmente las valoraciones de costes que añaden variables medioambientales suelen incluir
las siguientes:
Contaminación atmosférica por los gases expulsados por los vehículos que se desplazan
por las infraestructuras a gestionar.
Contaminación acústica emitida por los vehículos que se desplazan por las
infraestructuras a gestionar.
Daños ecológicos por la ocupación de terrenos por las infraestructuras.
Impactos visuales por la introducción en el paisaje de las infraestructuras.
Para valorar el coste del transporte se parte de unos parámetros previos necesarios como la
geometría, las velocidades y capacidades, el estado de la carretera y el tráfico.
La mayoría de los estudios que analizan la demanda suelen tratar la elasticidad del coste de
funcionamiento (coste del viaje) y/o el coste del tiempo de viaje frente a la demanda del uso de
esa carretera. En Europa, uno de los estudios realizados últimamente es el "TRACE": Costs of
prívate road travel and their effects on demand, including short and long term elasticities,
Contract No: RO-97-SC.2035, Prepared for the European Commission, Directorate-General for
Transport" (Hague Consulting Group, 1999). Concluye que tiene mayor efecto en la demanda
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
una misma variación porcentual del tiempo de viaje frente al coste del viaje. Como se ha visto
las mayores reducciones del coste de transporte debido a una inversión en la infraestructura se
derivan del ahorro de tiempo.
Para valorar los defectos de las diferentes actuaciones a proponer, se debería tener en cuenta no
solo la reducción de costes de transporte de los usuarios de esas infraestructuras, sino que
además se tendrá que valorar la reducción de los costes del transporte de los usuarios que
utilizaban otra infraestructura y que ahora utilizaran las infraestructuras en la que se ha invertido,
además se deberán considerar los beneficios que se crean por el nuevo tráfico generado después
de realizar las inversiones en esas infraestructuras.
Estas variaciones de costos, debido a incrementos de demandas relacionadas con las inversiones
a realizar, no se suelen considerar a través de modelos en los sistemas de gestión de
infraestructuras.
4 ESTRATEGIAS
Las estrategias surgen de la necesidad de realizar una buena gestión de las redes de carreteras. La
gestión puede aplicarse de muchas formas al existir variados sistemas de actuación que además
pueden combinarse de distintas formas. Esto sucede para cada tramo de la red, por lo que la
gestión de toda la red es un proceso complicado. En la práctica las distintas soluciones posibles
se agrupan en varias familias discretas de actuaciones que simplifican mucho la gestión.
Una estrategia es el plan o método para tratar todos los aspectos de un problema sobre el que
poder tomar la decisión óptima. Esto, extrapolado a la gestión de un tramo o de toda la red, será
el método para estudiar todas las actuaciones posibles para elegir las más adecuadas en base a un
presupuesto limitado.
Las estrategias que se lleven a cabo sobre una red se realizarán a diferentes niveles, dependiendo
de la cantidad de datos que se tengan y del tipo de resultados que se necesiten. Así, la definición
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
de las actuaciones también se liga con los datos. Cuando los datos son detallados se podrán
definir las posibles acciones a realizar de manera más concreta. Normalmente en los sistemas de
gestión de firmes se suelen utilizar dos niveles de análisis:
A nivel de red.
A nivel de proyecto.
Cuando el análisis se realiza a nivel de red las actuaciones se describen de manera genérica para
una red de infraestructuras.
En el segundo caso las acciones se definirán más concretamente para uno o más tramos de una o
varias infraestructuras.
El proceso que se sigue en los sistemas de gestión para el desarrollo de las estrategias consta de
las siguientes fases:
A) DATOS DE PARTIDA.
B) MARCAR OBJETIVOS.
Limitación presupuestaria.
C) ANALIZAR PRIORIDADES.
Estrategias, tratar las distintas alternativas.
D) PRESENTACIÓN DE RESULTADOS.
Incluso con estudios de los efectos de los distintos presupuestos.
E) DICTAMINAR LOS PROGRAMAS RECOMENDADOS.
Uno de los elementos de mayor importancia de los sistemas de gestión es la posibilidad de tener
accesible en cualquier momento toda la información de la que se dispone. Según la calidad, la
cantidad, la organización y las herramientas de tratamiento de los datos, se le podrán exigir más
o menos prestaciones al sistema. Basándose en esa información disponible el gestor podrá
conocer la situación actual y definir los objetivos.
4.2 Objetivos
Todo administrador de una red ha de concretar unos objetivos (o políticas de actuación) para
empezar a gestionar la red. Estos le servirán como punto de partida para el planteamiento de las
distintas actuaciones. Una vez establecidos los objetivos el administrador ya puede analizar, en
cualquier momento, el déficit de la red actual respecto a la red imaginaria que cumpla con los
objetivos planteados.
Los objetivos responden a las necesidades actuales y futuras para dar servicio a los usuarios de
esas infraestructuras de la red.
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Volumen 1
Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
Como ya se ha comentado anteriormente la infraestructura no sólo son sus firmes. Así que a
partir de estos objetivos se deberían desarrollar fines similares que abarcasen además de los
firmes al resto de los elementos o características que definen a la infraestructura.
Como resumen se indica que el fin principal de la aplicación de las estrategias en la gestión de
una red es el empleo eficaz de los recursos disponibles. O dicho de otro modo:
"Dado que los fondos disponibles no son siempre suficientes es necesario elegir las actuaciones
más beneficiosas" (Gutiérrez-Bolivar, A. 1999).
Una vez conocidos los objetivos y los plazos para desarrollarlos, así como la disponibilidad de
los recursos, ya se puede empezar a analizar las distintas alternativas. Para simplificar el
desarrollo del análisis, se definen dos conceptos:
Priorización.
Optimización.
La priorización busca elegirla mejor opción de cada tramo. Una vez decididas las mejores
opciones para cada tramo de la red, se les da un grado de prioridad en función del beneficio, del
coste y de la relación beneficio-coste. Según el grado de prioridad se ejecutarán de mayor a
menor jerarquía hasta agotar el presupuesto.
La optimización tiene como finalidad la elección, para cada tramo, de la opción que proporcione
el mayor beneficio, no en ese tramo, sino en el conjunto de la red.
Para desarrollar estos análisis se necesita conocer el estado actual de cada tramo de la red, la
previsión de su evolución en el tiempo, las actuaciones posibles para resolver cada problema que
se plantee y los datos para poder realizar un análisis de rentabilidad económica de cada actuación
a estudiar. El análisis de rentabilidad económica puede ser del tipo beneficio/coste, donde habrá
que conocer cómo queda cada tramo por la aplicación de cada actuación y su evolución en el
tiempo, así como el electo que produce sobre sus usuarios. Una vez se disponga de esta
información, ya se podrá analizar el problema y desarrollar las estrategias planteadas.
Las primeras estrategias de priorización datan de los años 70 y se basaban en la ordenación por
prioridades o, maximización de beneficios mediante la programación lineal. Ya en los años
ochenta se empieza a introducir el análisis de varios años para la priorización multianual.
En los sistemas de gestión los métodos que normalmente se utilizan para establecer prioridades
son los siguientes:
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
De clasificación basada en varios parámetros de los elementos que definen la red. Para el
caso del firme, esos parámetros pueden ser su deflexión, el coeficiente CTR o el nivel de
servicio. El administrador determina los parámetros y los prioriza.
Como el anterior pero definiendo la priorización a partir de un análisis económico. Estos
métodos dan buenos resultados. Los sistemas de gestión suelen quedarse en este tipo de
métodos y no utilizar los de programación matemática.
De optimización mediante la programación matemática con base anual. Son métodos más
complicados que los anteriores. Realizan el análisis de las diferentes opciones para un
solo año.
De optimización mediante la programación matemática con base multianual. Analizan las
distintas opciones para más de un año. Esto complica mucho el análisis porque se
incrementan fuertemente las posibilidades de actuación que hay que analizar. Son los más
complejos pero a su vez dan los mejores resultados.
Finalmente se establecerá un análisis de sensibilidad para cada uno de los métodos propuestos.
Es necesario considerar que la evolución de los parámetros modelados para definir el estado de
la infraestructura con el paso del tiempo, pueden ser mayores o menores de los previstos. Para
poder contemplar las variaciones posibles de los valores modelados, hay que utilizar estrategias
dinámicas. Si se obvian estas desviaciones son suficientes las estrategias estáticas.
Los últimos métodos propuestos son posibles gracias, no sólo a la disponibilidad de información,
sino también a:
La evolución de los equipos informáticos que permiten realizar los análisis a muy alta
velocidad.
Los nuevos equipos de adquisición y procesamiento de datos que permiten que el
administrador disponga de mucha más información a precios más asequibles.
El tratamiento informático de los datos que posibilita su visualización de forma más
comprensible.
El desarrollo de bases de datos con elementos interrelacionales.
La programación de modelos de prognosis cada vez más completos.
El tratamiento informático de los métodos de optimización – priorización.
Los resultados serán los provenientes del análisis de la ejecución de las actuaciones propuestas
para cada uno de los tramos, así como los efectos en ellas de las limitaciones presupuestarias.
Todos estos métodos de priorización deben ofrecer al menos los siguientes datos como
respuestas:
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A>B>C>D
Figura. 4.1 Resultados dados por el sistema para distintas estrategias planeadas.
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Una vez presentados los resultados de las estrategias y los efectos sobre ellas de los diferentes
presupuestos, el administrador ya tiene la suficiente información para decidir. Se dictaminarán
las actuaciones que deben llevarse a cabo para conseguir de manera razonada el mayor beneficio
con los fondos disponibles en el periodo de análisis.
Este proceso de elección también se llama jerarquización. La jerarquización no se realiza para las
distintas actuaciones en un solo tramo de la red, sino para todas las actuaciones contempladas y
todos los tramos de la red que se analicen.
5 CONCLUSIONES
La falta de evaluación económica convencional se suple a veces con el recurso retórico a los
efectos de desarrollo económico que tienen los proyectos de inversión en infraestructuras de
transporte. La descripción cualitativa de supuestos efectos indirectos y otros supuestos beneficios
adicionales que se derivan de la construcción de infraestructuras que reducen los costes de
transporte, ocupa el lugar de análisis coste-beneficio convencional, donde lo que se mide son los
beneficios directos y los indirectos (por ejemplo, los intermodales) que no son doble
contabilización.
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
que los beneficios esperados. Dadas las limitaciones habituales de información de incertidumbre
que afectan a los proyectos de transporte, este MANUAL no pretende estimar con exactitud la
tasa interna de rentabilidad de un proyecto cuya vida puede exceder a los 30 años; sin embargo,
no será difícil en la mayoría de los casos distinguir los “buenos” de los “malos” proyectos. Con
este propósito, se incorpora el riesgo desde el comienzo de la evaluación con el fin de trabajar
con rangos de valores y probabilidades de obtener determinados resultados en lugar de trabajar
con variables determinadas que pueden dar una idea falsa de certeza en un mundo caracterizado
por la incertidumbre.
La aplicación del coste-beneficio requiere algunas condiciones previas que el técnico debe tomar
en consideración. La aplicación de la metodología que contiene este MANUAL requiere que el
proyecto sea “pequeño”, en el sentido de que sus efectos más significativos puedan
circunscribirse al mercado primario y a unos pocos mercados relacionados con impactos
fácilmente identificables y significativos. En segundo lugar, es necesario que existan mercados
para los outputs del proyecto o, no existiendo mercados, que se disponga de técnicas para
valorarlos con ciertas garantías. En tercer lugar, se requiere que la incertidumbre sea tolerable y
los periodos de tiempo en los que hay que evaluar no sean exageradamente prolongados.
Hay proyectos cuyos costes y beneficios suelen repartirse entre la población sin originar
problemas de equidad significativos. Otros proyectos perjudican o benefician de manera
asimétrica según el nivel de renta o la zona geográfica. Aunque lo ideal sería el tratamiento
explícito de la equidad con la ponderación social de los beneficios según el grupo afectado, esto
no esta al alcance del evaluador en muchas ocasiones.
Cuando la inclusión en el análisis de los efectos redistribuidos del proyecto no es posible, una
buena alternativa consiste en identificar, cuando sea pertinente, los grupos relevantes afectados,
desagregando beneficios y costes por grupos y zonas geográficas, de manera que los
responsables de tomar la decisión sobre la aprobación o rechazo del proyecto tengan, junto con
los efectos sobre la eficiencia, las repercusiones distributivas que implica su ejecución. Además
de incrementar la información para la toma de decisiones, esto puede permitir identificar quienes
deben ser compensados y quienes pueden contribuir en su caso a la financiación del proyecto.
El éxito del análisis coste-beneficio está ligado a su función como ayuda de decisiones.
Es un instrumento de análisis, no un requisito administrativo que hay que superar para que el
proyecto se apruebe. Cuando el análisis coste-beneficio se convierte en un requisito
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administrativo pierde todo su potencial como herramienta de decisión pública. Por ello, el reto
consiste en que el sistema de incentivos asociados al proceso de evaluación de inversiones
favorezca la utilización del análisis coste-beneficio en su concepción original, es decir, como
ayuda a la toma decisiones en beneficio del interés general de la sociedad.
En primer lugar, los proyectos de inversión deben sujetarse a criterios estrictos de evaluación
económica. La obligatoriedad de presentar un análisis coste-beneficio a partir de cierto volumen
de inversión o de cambios significativos en la regulación, debe ir unido a la garantía de
independencia e imparcialidad de los informes mediante la separación entre el organismo que
propone el proyecto y el que lo evalúa. Asimismo, el informe de evaluación debe hacerse público
y accesible a todos los interesados (por ejemplo, publicado en la página web del Ministerio) con
el fin de facilitar el debate social y la aportación de nueva información de los agentes sociales
beneficiados o perjudicados.
En segundo lugar, el marco institucional tiene que evitar la disociación actual entre decisión de
inversión y financiación. En la medida de lo posible habría que vincular la decisión de llevar un
proyecto adelante con el coste del mismo, al menos parcialmente para que el organismo, o el
gobierno regional promotor del proyecto, tengan incentivos a presentar proyectos socialmente
rentables.
En tercer lugar, debe favorecerse la participación privada mediante contratos que repartan el
riesgo de una manera eficiente, y que los precios más bajos posibles para su utilización o la
menor carga a los contribuyentes.
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Manual de Evaluación Económica de Proyectos de Infraestructura del Transporte
BIBLIOGRAFÍA
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