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CACIQUES Y CAPITANEJOS DE LA LLANURA


DEL PLATA

PRESENTACIÓN

Es un honor presentar este trabajo histórico,


extenso y bien documentado por fuentes originarias
que el Padre Meinrado Hux ha reunido. Muchos lo
conocen por sus precedentes publicaciones.
Aquí presenta y amplía sus conocimientos de los
“paisanos” (aborígenes) y presenta en orden
alfabétco los caciques y capitanejos. Me decía que
quería presentar un primer ensayo de un
Diccionario Biográfico de caciques, que presentan
casi todos una tribu con su histora.
Poco a poco ha reunido esta frondosa
información. Inició su búsqueda de datos para
rescatar la historia de la Tribu de Coliqueo, pues
desde que vino en 1948 a este vecindario, dice, que
se interesó por la población aborigen del Cuartel
segundo y llegó a publicar ya en cuarta edición el
libro “ Ygnacio Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos”.
El Padre Meirado vino de Suiza pues perteneció
al grupo fundador de la muy conocida Abadía de
Santa María de Los Toldos, en el cuartel tercero del
Partido de General Viamonte.
Entrando en la investigación de Los Toldos, veía
que debía y podía investigar en los mismos Archivos
y Bibliotecas, la historia de otras tribus, pues había
mucha documentación aún no aprovechada. Aquí en
el CD vemos la gran cantidad de informaciones que
evocan la verdad histórica geográfica de zonas del
Interior de nuestro país. Se las agradecemos y .
como él, deseamos que se aproveche este trabajo y
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que más de uno continúe y perfeccione este
ensayo.
Buenos Aires, 15 de Mayo de 2007

CACIQUES Y CAPITANEJOS DE LA LLANURA DEL


PLATA

Í N DI C E G EN E RAL:

INTRODUCCIÓN

CACIQUES Y CAPITANEJOS:

Se ha optado por el orden alfabético de los caciques reseñados


siguiendo la idea de realizar un diccionario biográfico de los mismos.
Consideramos que este ordenamiento permitirá un fácil acceso a cada cacique.
Dentro del trabajo se han creado hipervínculos de acceso a una serie de caciques
que creemos oportuno destacar, permitiendo desde ellos acceder a anteriores y
posteriores.-

SECUENCIA DE ACCESOS A CACIQUES DESTACADOS:

ANCA NAMÚN
BAIGORRITA MANUEL
CABRAL RAMÓN
CALFUCURA JUAN
CALPISQUIS LORENZO
CAÑIUQUIR JUAN IGNACIO
CARRIPILÚM
CATRIEL, La gran estirpe
CAYUPULQUI PASCUAL
COLIQUEO IGNACIO
CONUEPAN VENANCIO
EPUGNER
GRANDE MANUEL
GUZMANÉ
LEPNOPAN PABLO
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LOS PINCHEIRAS
LLANQUELÉN
LLANQUETRUZ IIO
MELÍN JUAN JOSÉ
NAHUELPÁN IIO
NAMUNCURÁ
NEGRO IO (CHANEL)
ORKEKE
PAINÉ GNERR
PAINEQUEO JUAN
PICHIHUINCA MANUEL
PICHUN GUALÁ
PISÉÑ o PINCÉN
PINCHEIRAS
PURRAN FELICIANO
QUEUPÚMIL JUAN
QUILAPÁN JOSÉ SANTOS
RAYLEF JOSÉ MARÍA
RANINQUEO ANDRÉS
REUMAY ALVARITO
ROCO Cacique Gobernador
RONDEAO MARIANO
ROSAS MARIANO
SAYHUEQUE VALENTÍN
TRIPAYLAF RAMÓN
VALDEBENITO JOSÉ
YAHATTI
ZUÑIGA JOSÉ ANTONIO

SECUENCIA CRONOLÓGICA DE HECHOS SOBRESALIENTES


FOTOGRAFIAS DE CACIQUES
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CACIQUES Y CAPITANEJOS
DE LA LLANURA DEL PLATA

INTRODUCCIÓN

Hace muchos años desde los primeros contactos de la raza blanca con los aborígenes
de América y recién, con la llegada de los españoles empezó la historiografía escrita. La presencia
del hombre y sus huellas Arqueológicas, empero, se calculan en miles de años. Las
transformaciones geológicas han provocado no sólo cambios del hábitat de los primeros hombres y
animales, sino también su estructura y su vida. Se han clasificado en distintas razas.
En este trabajo queremos dar a conocer hombres sobresalientes en la restringida zona de la
llanura del Plata, zona central de clima moderado que encuadra desde Melincué hasta el Río Negro
y desde Buenos Aires hasta Mendoza y aún pasando la Cordillera de los Andes hasta el Océano
Pacífico, si ,hablaremos de la raza araucana, utilizando casi exclusivamene documentación
etnohistórica asi coetánea de los acontecimientos.. Mi enfoque es sobre caciques y capitaenjos
contando mucha historia de tribus aborígenes de la zona araucanizada en la Argentina.
Al estudiar y escribir la historia de la tribu de Coliqueo, población de Los Toldos en la
Provincia de Buenos Aires, experimenté una alegría por haber rescatado para sus descendientes, mis
vecinos en primer lugar, su digna historia, quienes, por complejos de inferioridad o de sentirse raza
vencida, la habían olvidado o desechado. Creían, quizás, que en la larga guerra de la Conquista del
blanco, se habían enterrado con sus muertos su honor y sus esperanzas. Pero desde que vine a
radicarme en el Monasterio Benedictino, sentí más que simpatía, una sincera conmiseración, que me
impulsó a estos trabajos de investigación.
Durante aquella lenta búsqueda de documentos con referencias a esa historia particular, se
me amplió un campo de investigación insospechado. Casi sin notarlo, entré en esta nueva búsqueda
de testimonios sobre caciques y jefes más destacados de los indios en la Llanura del Plata. Mi
trabajo etnohistórico tiene sus límites, no sólo por mi propia limitación, sino también por la
posibilidad reducida que tengo de extender mi búsqueda solitaria y sin suficientes medios para
poder documentarme. Pero esperaba que estimularía a muchos profesionales o interesados a ampliar
lo que aquí espero presentar.
He buscado documentarme por libros y formé una rica bibliografía que finalmente pude
editar en dos volúmenes : Guía Bibliográfica sobre El Indio en la Llanura del Plata, unas diez mil
fichas ordenadas alfabéticamente por autores con un índice extenso por temas. El primer volumen
se extiende en publicaciones hasta 1980 y el segundo volumen incluye los libros más recientes hasta
el año 2000. Posteriormente he reunido unas cuantas fichas más.
Pero puedo decir que mucho más he trabajado sobre manuscritos en archivos oficiales y
privados y hay material inmenso poco o nada aprovechado. Los Archivos de la Nación, del Ejército,
del Estado Mayor (Sección de Estudios Históricos del Ejército), del Museo de Mitre; de los Padres
Jesuitas, los Padres Salesianos, los Padres Lazaristas, los Franciscanos de Río Cuarto, de la
Provincia de Córdoba, de la Provincia de San Luís, de la Provincia de Mendoza, de Bahía Blanca,
del Museo de Luján, el Archivo Nacional en Santiago de Chile, de Temuco y de los Capuchinos de
Las Casas, etc., que he visitado y consultado. Mis anotaciones, casi todas a mano y pocas
fotocopias, como ahora se puede hacer, están volcadas en sendos cuadernos clasificados
cronológicamente. Todo esto podrán hacer investigadores modernos, equipos becados, aunque el
acceso a ciertos repositorios está accesible con restricciones, por la seguridad y mayor control. No
cabe duda que coleccionistas e investigadores se quedaron con documentos que deberían volver a
su carpeta o estantería.
Mi documentación es amplia, pero no exhaustiva. Incluí principalmente noticias sobre
caciques y capitanejos y tribus araucanas o mapuches, como dicen ellos. Incluí a veces personajes
de zonas adyacentes por frecuentes contactos con los habitantes de la Pampa y con el Gobierno de
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Buenos Aires u otras Provincias; también por la inmigración y emigración de grupos o tribus de
indios.
El “cristiano” que, en los siglos pasados se internaba a “Tierra Adentro”, en las pampas sin
límites y de amplios horizontes, se encontraba con el misterio de la raza desconocida. Esta pampa
guarda aún muchos secretos. Lugares que otrora estaban bien poblados recuerdan quizás por sus
topónimos al poblador primitivo; caminos por los que transitaban los indios de aguada en aguada,
de toldería a toldería distantes, se han transformado en rutas pavimentadas o son borrados de todo.
Andando por esas pampas (llanuras) el turista puede encontrar muchas caras de mestizos,
descendientes de aquellos primitivos habitantes y hasta de ciertas poblaciones prehistóricas. Se
dice que tanto la Provincia de Buenos Aires, como la pampa habían sido muy pobladas y por pestes
y guerras han sido reducidos a menos. Pero ya no hay memoria de esa historia, a no ser que uno
hurgue y los busque en anaqueles de hojas amarillentas datitos desperdigados.
Así lo hice. Y agradezco a todos los que me han ayudado y orientado. Entre muchos, el Dr.
Ricardo Piccirillo (en el AGN), a la Srta. Rosa Meli (en el AEM) y mis amigos historiadores Dn.
Pepe Mayo, Dr. Jorge L. Rojas Lagarde, Dn. Carlos Moncaut y la Prof. Celia Priegue.
Mi estudio quisiera abarcar todo el tiempo que duró la conquista de la llanura del Plata, los
cuatro siglos de lucha de los indios en defensa de sus vidas y de su suelo, si no luchaban
enganchados por una acción del blanco. Pero no enfoqué mucho al conquistador, sino a los indios,
especialmente de los caciques, responsables de la conducción de los pueblos aborígenes. No me
propuse escribir un libro de cuentos, sino relatos basados en fuentes auténticas del tiempo
designado. Este CIDI resulta ser así como un léxico-biográfico de consulta sobre los jefes indígenas
que actuaron en esa Llanura del Plata. Las figuras más importantes he presentado en libros
ordenados por zonas. Una parte importante de los testimonios se deben a los informes de los
militares que actuaron en la lucha contra los indios. Sabemos que los puntos de vista del vencedor
no concuerda siempre con el del vencido. Esto ocurre hoy en el periodismo actual que favorece a
tal o cual fracción política. Viajeros, especialmente viajeros extranjeros, nos han dejado narraciones
y descripciones más explícitas, pero tampoco en todo fiables. Los libros más interesantes han sido
traducidos y publicados en castellano. Otras notas son de pobladores, de misioneros, de
investigadores y no faltan cartas y memorias de algunos jefes aborígenes, necesarias para dilucidar
la veracidad de otros documentos y para completar aspectos desconocidos. Los caciques solían
tener escribientes y traductores a sueldo a quienes dictaban sus cartas. Los tratados de paz y las
cartas que los acompañaban son otras Fuentes importantes para esta historia. El testimonio de
pobladores viejos de ahora son menos confiables, dada la gran distancia histórica que los separan de
los hechos y de las personas estudiadas. El indio tiene mucha inventiva para cuentos.
En fin, buscamos con gran empeño todo lo que podía enriquecer estas historias biográficas
de los caciques de la Llanura del Plata. Algunos ensayos de geneoalogía enriquecen los relatos.
Hasta hace poco, pocas figuras del “Desierto” habían encontrado un biógrafo que les dedicara un
libro, excepto Calfucurá y Namuncurá, Painé y Catriel. Ellos fueron caciques de mucha actuación
en el siglo XIX. Creo haber aportado nuevos datos también para mayor comprensión de su historia.
Pienso haber desenterrado muchos tesoros de la historia de nuestra llanura pampeana, o sea del
interior del país. Los indios solían enterrar a los caciques fallecidos con todos sus pequeños tesoros
de platería y utensilios de su pertenencia y hasta sacrificaban a su caballo preferido y a veces
también a su mujer. Yo no busqué profanar ninguna tumba. Con todos quiero ser respetuoso. Pero
desenterré hasta los nombres de sus familiares y listas de sus subordinados, porque daban a la
biografía más vida y color. Pero quise excluir todo rasgo novelesco y toda generalización, cediendo
ese terreno a los poetas, payadores y novelistas.

PARA MAYOR COMPRENSIÓN ACLARAMOS ALGUNOS CONCEPTOS:


A) EL CACIQUE es un término importado por los españoles de Centroamérica, y
significa jefe destacado entre indios. Los indios de la Llanura del Plata lo usaban constantemente; a
veces el término LONCO o Ulmen para un jefe reconocido por un grupo de familias. En su
concepción significa noble y rico; debía ser de noble estirpe, rico en bienes materiales y con
capacidad de dirección y conducción del grupo humano que le obedecía, sobre todo en tiempo de
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guerra, sino deliberaban democráticamente sus asuntos. El cacique solía tener un don para la
oratoria. El cacicazgo era hereditario; pero no siempre sucedió el hijo mayor al padre, sino el que
demostraba la mayor capacidad para el cargo. Lo designaban el padre o el concejo de los
principales de la tribu.
B) TRIBU es en castellano un concepto que se conoce por la Biblia. Los indios
llamaron así con el nombre del cacique al clan o a la agrupación de familias que se sometía a la
autoridad de un cacique, quien formaba un concejo con los principales de la agrupación, casi
siempre en un lugar donde había aguada. En tiempo de sequía o inundación mudaban su lugar de
residencia. Sabían elegir lindos lugares. En tiempo de guerra se agrupaban y confederaban grandes
contingentes bajo un cacique general o Toqui, nombre que tomaba de un signo de mando, más tarde
un bastón tallado, bastón de mando. Esto ocurrió en todas las épocas de la guerra de conquista. En
esas agrupaciones se formaban particularidades de costumbres y de idiomas en el sentido de
dialectos que vemos también en las distintas provincias. El cordobés no habla como el porteño y el
mendocino no habla como el jujeño.
Muchas veces los caciques descollaban por su talla física y más por su habilidad guerrera.
Era hombre de buen consejo, de palabra convincente y de rica memoria. Los hijos de los caciques
fueron educados con esmero; padre y madre contribuían para que su heredero fuese un portador de
la tradición de su raza y de su tierra. El cacique era respetado y consultado; hacía justicia y disponía
en el reparto de la propiedad para cada familia o a lo menos de los capitanejos. Y la gente confiaba
en que los defendería del mal. A veces creían que estaría de dotes sobrenaturales o lo tenían por
brujo. En las ceremonias religiosas le cupo un gran papel, pues presidía la oración, cuando no se
hacían delegar por otros.
Cuando varias tribus se confederaban, ya por voluntad o por necesidad, el cacique principal
asumía el título de cacique gobernador o cacique general y les halagaba tratar algún gobernador de
provincias argentinas o a jefes militares como de igual a igual o parecía como de potencia a
potencia.
Creo que a través de la documentación presentada en este trabajo podremos conocer lo que
era el cacique de las tribus de la Llanura del Plata, conoceremos algunas figuras de gran talla
espiritual, hombres nobles y vigorosos, justicieros y de nobles anhelos, padres de largas
descendencias, grandes conductores y gobernantes. No callaremos sus errores probados, pero
demostraremos que, en algunos casos, los errores cometidos no habían provenido de su parte.

C.
EL TÉRMINO CAPITANEJO, que arriba denominé como principales de la tribu. Designaba
a un jefe subordinado, responsable de cierto número de familias en la tribu. Los capitanejos eran
convocados al consejo o parlamento (“traún” o “Coyag”), que solían ser juntas solemnes y
prolongadas en los cuales se decidía democráticamente los asuntos públicos de la tribu. A los
capitanejos solían llamar “gutantur”, cuya traducción sería hombre grande (de vuta y huentrú). En
Los Toldos (Part. de Gral. Viamonte) recogí otra designación con la palabra araucana “zumún”. Los
capitanejos casi siempre provenían de familia cacical o eran hijos de un capitanejo, es decir,
provenían de la clase dirigente, de la nobleza. A veces un capitanejo fuerte se independizaba,
asumiendo las responsabilidades de un cacique. Se conocen también algunos casos que un gaucho
refugiado en una toldería ha sido reconocido como capitanejo, por su valentía.

LA CHUSMA: Dijimos que las familias de los jefes araucanos formaban la nobleza
en su sociedad. La otra parte de las familias se llamaba la chusma, “la gente común”
(Huedaqueche / gente común). En documentos militares se usaba este término para designar
mujeres, niños y ancianos, que no intervenían en las guerras. La chusma la formaban las familias
que se habían agregado al clan; se habían sometido a un cacique o han sido sometidas y asumidas
en su ruta de migración. Resultaba, entonces, que las tribus eran conglomerados humanos de varios
elementos raciales. En algunas páginas de este trabajo se leerá, por ejemplo, que los caciques
generales de Malalhué (Mendoza) regían sobre pehuenches y puelches. Al cacique general de los
ranqueles de Barbarco (Neuquén) obedecían también huilliches del Neuquén. En la zona de Carmen
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de Patagones, desde tiempo, había convergencias de puelches, pampas y tehuelches, y no pocas
veces se encontraban indios bilingües o trilingües. Mezcla de sangre se daba también con los
prisioneros hechos en acciones bélicas. De algunos malones se traían hasta 200 cautivos,
principalmente mujeres, indios de luchas intertribales o blancos de ataques de las fronteras. Y si
algunos escuadrones de indios amigos (sometidos en la frontera y militarizados) acompañaban a
una expedición, era frecuente que les entregaban como gratificación a indias prisioneras, cuando no
eran repartidas en las chacras y estancias de poblaciones adelantadas.

LOS PATRONIMIOS Y ONOMÁSTICOS DE LOS CACIQUES Y CAPITANEJOS


ARAUCANOS:

Antiguamente el apellido no se transmitía de padre a hijo, excepto en algunos casos.


En realidad de apellido consistía de dos elementos: la parte 2da. fija ; es el nombre de la cünga
(característico de la familia) y la parte primera, casi siempre un adjetivo, es el nombre propio
individual; además desde tiempo empezaron a llamarse con un nombre cristiano. Ejemplo: Juan
Calfucurá o Ignacio Coliqueo. Y como practicaban la poligamia, los hijos algunas veces adoptaron
el apellido materno; con más frecuencia si la madre era cristiana. Observamos también que,
salteando una generación, el nombre del abuelo se repetía en el nieto. Después de frecuentes
contactos con los cristianos, adoptaron la costumbre de cambiar sólo el pronombre para sus hijos,
de llamarlos con un nombre de santo. En el siglo XIX recién se afianzó la costumbre europea y
mantenía en sus hijos el apellido (patronimio) del padre. Muchas veces los hijos tenían su
sobrenombre familiar, que se anotaba con un “alias”. A veces algún hijo asumía en su nombre el
apellido de un militar a quien querían honrar. Un ejemplo es Benito “Villar” Chingoleo Cheuqueta.
El Comandante B. Villar era su padrino. Otros ejemplos son: Venancio “Campos” Coñuepán; otro
Victoriano “López” Nahuel. En Chile se han dado casamiento de cacique con una dama de la
nobleza española, y que los hijos y nietos llevaban acoplados a sus apellidos indios el de la madre
española. Entre la gente común, de la “chusma” hubo no pocos casos que se adoptaron un apellido
criollo español por diferentes afinidades y razones. El cacique Mariano Rosas y hermanos o
descendientes llevaban el nombre del Gobernador Juan Manuel de Rosas y en Mendoza los Roco, el
apellido de un viejo poblador de esa Provincia.

ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN ETIMOLÓGICA DE LOS PATRONIMIOS ARAUCANOS

Para entender el significado etimológico de los apellidos araucanos hay que reconocer los
elementos constitutivos y su interrelación con el adjetivo (nombre propio) con el sustantivo (el
apellido) algunas veces se constituye por dos sustantivos, uno antepuesto ( si se señala la
pertenencia pospuesto) en función de genitivo. Ese sustantivo desempeña entonces la función de un
adjetivo. Un ejemplo: Antü Pan (Pan en este caso puede ser el apócope de Pangui (puma) del sol;
pero en la mente del mapuche pensaría en un puma divino, sin que se podría deducir que el
araucano haya adorado el sol. Hasta nosotros decimos en castellano de un niño: “Qué divino”. La
parte pospuesta (el sufijo del nombre es el apellido. Se encuentra en muchísimos casos acopocado,
abreviado. Por ejemplo “Pan” puede provenir de Pangui “Puma”; pero puede también provenir de
Payún, que significa “Barba”.De Pangui he encontrado otra forma abreviada: Bi, que es la primera y
la última letra de Bangui. Los documentos a veces dan la forma completa o también la traducción.
En momentos solemnes, como en parlamentos o para firmar tratados de paz usaban el nombre
completo. Esos documentos, pues, nos dieron la pauta para asentar la verdadera etimología del
patronimio. Conociendo el árbol genealógico o el parentesco, pudimos esclarecer otros apellidos
dudosos. Esto ocurrió por ejemplo con el apellido Catriel, pues consta que provenía de Catri-Nahuel
y quedó en Catri-el. Los “Man” aparecen en forma completa como manqui, que traducido significa
cóndor y los “ñán” honran al ñancú, el aguilucho, que en ciertas regiones se veneraba como pájaro
protector. A veces este “ñan” se señala con una sola “ñ” final, como en Piseñ, que los cristianos
transformaron en Pincén. Ciertamente los oídos de los cristianos no han oído siempre correctamente
esos nombres o topónimos y los anotaron incorrectamente.
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En mi trabajo original puse todos los nombres en orden alfabético y agregué los variantes de
los nombres que había encontrado en documentos referidos a los mismos caciques. No todas las
grafías eran lógicas ni querían serlo. Si, por ejemplo, se pronunciaba en Maliqueo, pudo haber sido
una transformación maliciosa, usando la palabra castellano similar “malo”, de manera que
jocosamente le dirían “Malote”.
Los diccionarios o vocabularios que conocemos actualmente no permiten interpretar todos
los nombres. Algunas palabras pueden tener su origen en otro idioma que no es el araucano. He
puesto mis interpretaciones etimológicas al fin de las notas biográficas como simple agregado..
Los araucanos tenían la costumbre de inventar un “tayel”, un canto, para honrar el nombre
de tal o cual familia. Carmona Binayán, quien estudio los apellidos araucanos de la Pampa, llegó a
hablar de la “heráldica araucana”, refiriéndose a estos cantos familiares que evocan símbolos
propios o ensalzaban la historia de los antepasados de la familia. (C.N. Binayán: ¿ Existe una
heráldica araucana? En Revista Hidalguía, Madrid Nº 75, 1966 p. 281 – 288)
Esteban Erize en su Diccionario Mapuche – Español (p.404, 1963) da cuenta de la
existencia de una fiesta de la imposición del nombre entre los mapuches; fiesta que se llamaba
“ülcantún”, para la cual se elegía los padrinos correspondientes. No sé si ésta era una costumbre
antigua o si era una imitación de la ceremonia del bautismo cristiano.

EL RECONOCIMIENTO DE LAS ZONAS ETNOLÖGICAS

Para este trabajo sobre Caciques y Capitanejos de la Llanura del Plata he asentado unos
4000 jefes indígenas, los que me han ampliado los conocimientos etnográficas y clarificado su
clasificac.ión; de manera que a cada nombre le agregué la designación que se encontró en los
documentos de su época. Es cierto que agregué también nombres cuyo hábitat original no era
precisamente la Llanura del Plata. Los nombré por su presencia temporaria y su influencia sobre
algún grupo de dicha zona. Así nombré a algunos caciques tehuelches que hicieron tratados con los
gobiernos de la Provincia de Buenos Aires y chilenos que inmigraron o invadieron la zona o
tuvieron influencia en su parentela emigrada.
En Chile distinguen subgrupos entre los araucanos y lo mismo nosotros en la Argentina.
Allá hablan de los abajinos, chollchollinos, arribanos y costinos. O hablan de los boroanos,
huilliches, pehuenches, maquehuenos y chilotes. En la historia de los argentinos hablan de otro
grupo más, los “aucas”, gente que participó en la guerra, que trajo más de una contienda a la zona
neuquina. De los borogas, si bien toman el nombre del topónimo (Fuerte y Misión de Boroa o Voro
hue), constatamos que grupos de los antepasados eran considerados como puelches argentinos y que
en su momento se trasladaron a Chile, formando una cuña entre arribanos y huilliches, pues se
ubicaron entre los ríos Imperial y Tolten. Pero luego, durante la Guerra a Muerte volvieron a
emigrar a la Argentina en grandes contingentes. No los movió un tal nomadismo, sino el deseo de
poder vivir en paz; demasiado habían sido marcados por las guerras.
Se ha afirmado muchas veces que después de 1750 se había iniciado un proceso de
araucanización en la Llanura del Plata. La documentación del siglo XVIII no da pie para afirmar
esto en forma generalizada. Hubo, en cambio, fuertes desplazamientos hacia Chile antes y después
de la Guerra Pehuenche (1750 – 1798). Además no tenemos mucha información sobre la “Guerra
Lucrativa”, o sea de las expediciones que buscaban recoger esclavos, haciendas y sal. Ellas salían
de Buenos Aires, de Córdoba y de Mendoza, como también de Concepción de Chile. En más de una
época hubo proyectos de conquista total, con entradas generales y combinadas, como las realizaron
en el siglo XIX las tropas de Adolfo Alsina, de Julio A Roca y de Villegas. Creo que los principales
desplazamientos de los grupos étnicos se debieron a las guerras.

En mi largo listado incluí también caciques comechingones, como elementos comparativos.


Los documentos de Jerónimo L. De Cabrara, fundador de Córdoba de 1573 y su gobernación se
conservan cuadros demográficos muy ricos, pues hizo levantar censos de pueblos y caciques en las
sierras. Pero después de 1600 desaparecieron todos esos nombres. Creo que la desaparición de ese
grupo étnico fue causado por pestes fulminantes y por “malos tratos” de los conquistadores para con
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los indios. Además podemos pensar que en esa época en Córdoba hubo escribanos más activos que
en años posteriores. Las noticias sobre esa población proviene en su mayoría de documentos legales
de encomenderos.

Algo semejante debemos decir de los primitivos habitantes de la zona de Buenos Aires en la
primera época de la conquista. Los querandíes (nombre que significa “habitantes de los
palmerales”) fueron sometidos a servicio y vasallaje de los encomenderos del Distrito de Buenos
Aires. Pero no sólo ellos, sino los que Juan de Garay trajo consigo, indios sometidos del Paraguay y
de Santa Fe, fueron asentados en las estancias de los españoles. Otros, sobre todo los gobernadores
buscaron en recogidas en el interior de la Llanura del Plata, “donde había un hervidero de indios”,
manos de obra, avisando a la Reina Católica, que los buscaban porque así sueltos no podían ser
catequizados. De esta manera la zona del Distrito de Buenos Aires presentó una población indígena
confusamente mezclada, en cuanto a etnia e idioma. Esto se comprueba leyendo el importante
documento de la distribución de las encomiendas de Juan de Garay, de 1582.

La arqueología pampeana, ciertamente nos da algunas noticias de la presencia de etnias


prehistóricas, del hombre pampeano, pero no de caciques ni de capitanejos. Recién la
documentación histórica, escrita por el conquistador nos da noticias de ellos y de sus tribus.
No cabe duda que los caciques (los nobles araucanos) iban incorporando algunos restos de
etnias prístinas. Se comprueba la presencia de araucanos ya en los primeros documentos de la
conquista , ya en la zona de Buenos Aires, ya en la región cuyana. En Chile se toparon los
conquistadores con fuertes contingentes y grandes figuras. Debido a esa guerra de la conquista
tenemos más noticias de ese lado de la Cordillera. Pero queda en pie la discusión de los
investigadores, en qué lado aparecieron primero los araucanos y en que época invadieron nuestro
continente. Yo personalmente distingo entre los araucanos de la nobleza que me dijeron ha llegado
desde la tierra de Abrahán, que son blancos, esbeltos, no achinados, que traídos en algún barco por
el Atlántico a las costas de nuestro continente (esto ya antes de los viquingos) .La otra corriente
trajo los rasgos de los peloponeses, también en barcos por el Océano Pacífico. Son más morochos
(cobrizos), más bajos, pómulos resalientes y ojos achinados. Aquí estamos ante problemas de
hipótesis que no me corresponde explicar.

También el cuadro lingüístico de la Llanura del Plata tiene su historia que es difícil explicar
. A su tiempo el araucano llegó a predominar en la Llanura del Plata como allende de la
Cordillera. Pero hubo derivaciones dialectales, como antiguamente ocurrió en todos los países y
palabras incorporadas de otros idiomas. Es interesante lo que anotan algunas narraciones que hubo
caciques bilingües y hubo esposas de otra extracción. Pero gran parte de los nombres de caciques y
capitanejos son de raíz araucana, Creo que la transcripción de los muchos caciques y capitanejos
nos ofrecen un interesante cuadro etnográfico. Pero creo que más que estas aclaraciones
preliminares, interesarán las historias de los caciques que tratamos reconstruir con los elementos de
los documentos históricos que pudimos consultar. Hayan triunfado o no, estos jefes aborígenes
podrían darnos una lección de humanidad y valentía. Han luchado por justas aspiraciones de su
pueblo. Muchos han tratado de convivir con los “hermanos blancos”. Se les ha impuesto la guerra y
luego se les imputó el calificativo de “salvaje”. ¿Quién no es o era salvaje en la guerra? La
actuación de los cacique muchas veces nos habla de justos reclamos. Sabían que hay un derecho a la
vida, a la tierra y a la posibilidad de progresar.
Muy distinta habría sido la historia argentina en su primer siglo de libertad y de
independencia, si hubiésemos reconocido la igualdad de derechos en la nueva Patria. Lo ofrecimos
al inmigrante, al “gringo”, se la negamos al aborigen. En vez de ofrecerle a éste la protección que
prescribía la Constitución Nacional, le mantuvimos en un estado de continua sublevación, excepto
los momentos en que los políticos y militares querían aprovecharlo.
Hoy, que admitimos la declaración de los derechos humanos y los convenios internacionales
sobre los derechos de los pueblos indígenas, - (ver: Isabel Hernández: Derechos Humanos y
Aborígenes. El Pueblo Mapuche. Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, 1985) – debemos animar a
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nuestro pueblo mapuche. En la zona cordillerana del Sur Argentino y en Chile se han censado unos
650.000 representantes, restos de las tribus de la Llanura del Plata y de la Araucanía chilena, cuando
en el primer momento de la conquista los estimaban en más de un millón.
Su historia es nuestra historia. Tenemos que descubrirla en su justa dimensión. El mapuche
debe conocer de nuevo lo que más de una generación ha tratado olvidar, unos por el complejo de
inferioridad, sintiéndose una raza vencida. Cada hombre y cada mujer tiene su valor y su dignidad.
Esto demuestra también este trabajo sobre Caciques y Capitanejos de la Llanura del Plata, que abre
nuevos caminos de comprensión y de futuro.
El hermano indio en gran parte vive pobre, -sobrevive-, en rincones apartados. Debemos
tenderle nuestra mano y darle la oportunidad que pueda progresar. Creo que la sociedad conciente
ha elaborado ya algunos proyectos. Sabemos que los indios necesitan tierra o lugar de trabajos que
le den alimentación, salud , cultura y educación y necesita seguridad legal.
La acción social y la caridad cristiana deberán remediar los errores históricos.

UNA NOTA SOBRE ESTIRPES Y LINAJES ARAUCANOS

Hubo entre los araucanos (mapuches) nombres patronímicos que señalaban un determinado
linaje de la “nobleza”. El Dr. Estanislao S. Zeballos inventó el término “dinastía” al publicar sus
famosos libros “Calfucurá y la Dinastía de los Piedra” y “Painé y la Dinastía de los zorros”. Los
araucanos hablan de “cünga” que señala la estirpe, la alcurnia a la que pertenecen. Inserto una lista
de apellidos o nombres de linajes, cuyo primer elemento constitutivo es sacado del reino animal. El
nombre evoca al espíritu del aguilucho, del tigre, del puma, por ejemplo.
LINAJE DEL SOL (Antí, Antu, Antig, An) frecuente entre los pehuenches.
Ante (boroga) – Ante-che (boroga) –Ante choique (pehuenche) Ampall-ante (de Cautín) –
CANI-antig (pampa puelche) – Caullam-antu (ranquel ) – Cayu-án
Cupai-antu (araucano) – Curu-ante (pehuenche) – Ech-ante (pehuenche) – Fragi-Antig
(pampa) – Huenu-án (ranquel) – Güilli-án (ranquel) – Levi—ante ( pehuenche) – Lien-án (ranquel y
boroga) – Amri-antu (pehuenche) – Pu-ante (araucano)
LINAJE DE LA PIEDRA (CURÁ) : Predomina entre huilliches y salineros
Anti-curá (salinero) – Calfu-curá (huilliche) – CANI-curá (Huilliche y poya) – Carre-curá
(boroga) – Catri-curá (salinero) – Cayan-cura (araucano) – Cubil-curá (huilliche) – Cura-(hu)incul
(1582 en Bs.As.)- Curá (salinero) – Cura-leo (pehuenche) – Huente-cura (araucano) – Huicha-cura
(araucano) - Levi-cura (huilliche y salinero) – Lien-cura (araucano) – Llan-curá (salinero) –
Manque-curá (boroga) – Meli-curá (salinero) – Milla-curá (pehuenche) – Nahuel-cura (araucano –
Namun-curá (huilliche y salinero) –Paylla-curá (huilliche) – Pichi-curá (salinero) – Quila-cura
(chileno) – Quintu-curá (huilliche) – Reuque-curá (huilliche).
LINAJE DEL TIGRE (Nahuel) Predomina entre pampa ranqueles.
A-güel (pampa ranquel) – Ame-nagüel (pampa ranquel) – Añe-ñuel (salinero) – An-güel
(pehuenche) – Cachu-l (pampa puelche) – Caña-huel (huilliche) Catri-nahuel y Catri-el (pampa
puelche) – Cayu-nahuel (pampa puelche) – Colpi-nahuel (araucano) Curri-el (serrano) – Curi-
nahuel (araucano) – Cuyenn-nahuel (araucano) – Chañi-l (huilliche) – Hue-nahuel ( araucano) –
Huenchu-nahuel (araucano)- Güente-nahuel (pampa ranquel) – Huinca-nahuel (ranquel) – Linco-
nahuel (huilliche) – Linco-n (pampa serrano) – Linco - nabal (araucano) – Llami-el (huilliche)
LINAJE DEL TIGRE: (Nao) Predomina también en la Pampa
Amu-nao (ranquel) – Anca-nao (pehuenche) – Angue-nao (pehuenche) – Ante-nao (pampa
ranquel) – Ar-nao (ranquel) – Calcu-nao (pampa) – Calfu-nao (salinero) – Cani-nao (pehuenche –
Cari-nao (pehuenche) – Carrique-nao (ranquel) – Catri-nao (pehuenche y boroga) – Cayu-nao
(pehuenche ranquel) – Coli-nao (araucano) – Copia-nao (salinero) – Cumi-nao (chileno y pampa) –
Cupai-nao (salinero) – Curru-nao (pampa puelche) – Huenchu-nao (huilliche) – Güente-nao
(puelche) – Dugui-nao (ranquel) – Epi-nao (pehuenche) – Lami-nao (pehuenche) – Linco-nao
(boroga) – Llanca- nao (araucano) – Meli-nao (araucano) – Tucu-nao (pampa ranquel)
LINAJE DEL ZORRO (gnerr,ñer,ñir,guor,gurú) predomina en el Norte de la Pampa
11
Anca-mir (pampa ranquel) – Ane-gner (salinero)- Ante-ñer (ranquel) –Anü-guru (araucano)
– Aquí-ner (salinero) – Auca-ner (salinero) Ay-ñer (pampa ranquel) –Guayqui-gner pampa ranquel)
–Calfi-gner (pampa r.) Calfu mor (huilliche) – Calfu-nir (huilliche) – Calvai-ñ (ranquel) – Caniu-
guri (pehuenche) – Caniu-mir (pehuenche) – Cata-gur (araucano) – Catri-gur (araucano) – Cayu-
nirre (pehuenche) – Coli-gur (pehuenche) - Cantren-gor (ranquel) – Echa-gnerr (ranquel – Epu-gner
(ranquel) Epumur (ranquel) Huenchu-gner (ranquel) – Huenchu-nirre (boroga) – Huenu-gner
(boroga y r.) – Huicha-gner (ranquel) – Lemunier (ranquel) – Linco-guir ((araucano) – Llanca-ñer
( pehuenche) – Manque-gner (ranquel) – Meli-gur (boroga) – Milla-gur (araucano) – Nahuel-nirre
(pehuenche) – Paine-gner (ranquel) – Puel-gner (ranquel) –
LINAJE DEL AGUILUCHO (Ñancú, ñan) pehuenche de ambos lados
Alca-ñancú (pampa r.) – Ane-ñan (pehuenche) –Ani-ñán (pehuenche) – Anti-ñancú
(pehuenche) Cadi-ñ (araucano) – Cai –ña (peh.) – Calfui-ñ (araucano y boroga) – Caniu-ñancú
(pehuenche) – Cari-ñancú (peh.) – Cle-ñán (boroga) – Col-ñanco (peh.) – Cumi, ñán ( peh.) – Curi-
ñán (peh.) - Checu-ñán (bor.) Epu-ñán (peh.) Huenu-ñancú (peh), etc.
LINAJE DE LA VÍBORA (Vilú , vilo, filú, fil) preferentemente en Maquehua Chile.
Alca-filú (Maquehua) – Anca-filú (pampa) – Anti-filú (pampa y Maquehua) – Auca-filú
(auca) – Aina-vilo (araucano) – Carre-filú (ranquel) – Coli–filú (pampa) – Curi-filú (salinero) –
Chaña-filú (pampa) – Cheuque –filú (salinero) – Güenu-filú (huilliche) – Guinul-bilú (poya y
huill.) – Ina-vilú (araucano) – Linco-filú (Maquehua) – Lonco-vilú (Maquehua) – Mari-fil
(huilliche) Ñanca-vil (auca y Maquehua) – Paine- filú (Maquehua) – Vilu-Milla (Maquehua,Chile)
LINAJE DE LOS QUEO (Traducido por “siendo, el que es o queupú (pedernal)
Ane-queo (boroga) – Ante-queo (salinero) – Calfu-queo (araucano peh.) – Capa–queu (peh.)
– Carriqueo (ph. y boroga) Cayu-queo (huilliche) – Cla-queo (boroga) – Coli-queo (boroga) –
Curri-queo (boroga) . Huechu-queo (bor. peh.) – Huenu-queo (bor) – Güicha-queo (ranquel) –
Huilli-queo (manzanero) – Janca-queo (bor.) – Lican-queo (peh.) – Llanca-queo (peh) – Mali-queo
(ranquel) – Man-queo (huill.) – Mari-queo (bor.) – Meliqueo (bor.) – Milla-queo (boroga y salinero)
– Molfi-queo – (huill.) – Necul-queo (bor.) – Peine-queo (boroga) – Ranin-queo (bor.) Une-queo
(bor.)
HAY OTROS LINAJES: Calqui (cal) de – Manque (man) de Cóndor – Milla (mil) de oro-
Bangui (pan) de puma – Hualá (hual de pato) – Huanque (guán) de Avestruz – Lemu de bosque –
Luán de guanaco – Llanca (llan) de collar o perla – Lauquen (laf o lao) de Lago – Leufú (leo o lef
de Río)
12
13

NOTAS SOBRE FUENTES ORIGINALES Y BIBLIOGRAFÍAS CITADAS

Para las Fuentes archivistas (originales de documentos) se usan las siglas convencionales:
A.G.Ind. : Archivo General de Indias en Sevilla
A.G.N. : Archivo General de la Nación (Buenos Aires)
A.E.M. : Archivo del Estado Mayor, hoy Dirección de Estudios Históricos del Ejército
A.M.H.N.: Archivo del Museo Histórico Nacional (hoy A.G.N.)
A.H. La Plata: Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires , La Plata
Archivo de Geodesia de la Provincia de Bs. Aires, La Plata
A.Cord.. : Archivo de la Provincia de Córdoba (Córdoba)
A.Mend. : Archivo Histórico de la Provincia de Mendoza (Mendoza)
A.S.Luis : Archivo Histórico de la Provincia de San Luís (San Luís)
Archivos Municipales de Azul, Bragado, Bahía Blanca, Junín y Nueve de Julio

Guía Bibliografía : El Indio en la Llanura del Plata del P.Meinrado Hux 2 vol.
Algunos libros se citan al pie de las biografías importantes.

Abreviaturas :
Cac.. : cacique
bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
: página
14
CACIQUES Y CAPITANEJOS
DE LA LLANURA DEL PLATA
(Apellido – año de la documentación – grupo étnico –fuente de información: )

ABACHIN, 1573, cac. comechingón de Paya Sacate, Aguada Xeques. Fue sometido por el
fundador de Córdoba y encomendado a Cabrera. (Montes, A. 1954 p.50)
ABANTAY, 1616, cac. comechingón de Cosconoje; encomendado a Ardiles (Montes ib.
p.85)
ABAS COSTIN, 1575, cac. comechingón de Chabas Panaholva, Córdoba; encomendado de
Luna. (Montes ib. P.67)
ABAS PITIN, 1575 cac. Comechingón de Civicinta; encomendado de Bustamante. (Montes
ib. p.85)
ABULNE (ver Avuné)
ABACABEABA, 1575, cac. comechingón del Valle de Punilla, Córdoba.; encomendado de
Jerónimo Luís de Cabrera (G.A. Terrera)
ACAMPOLO, 1594, cac. comechingón de Chogo Pitepín, Salacate, Córdoba; encomendado
a de Las Casas.
ACAMUMU, Juan, 1596, cac. puntano (prob. Michilingüe) (Arch. Mendoza)
ACAÑAO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
ACAZUZO, José , 1740, cac. pampa carayhel o serrano; uno de los cinco caciques
fundadores de la Reducción Jesuítica de Ntra. Señora de la Concepción. (Lozano, en ESTUDIOS
t.26 y Sánchez Labrador (Furlong) p.227) El nombre parece castellanizado.
ACEVEDO, s. XVI, cac. sometido en Alto Alberdi, en las inmediaciones de Córdoba.
Recibió su tierra por una cédula del Rey. El nombre es castellanizado.
ACEVÍN, 1567, cac. huarpe de Guaymallén, cerca del Pucará. En encomienda de Diego de
Velazco.
ACIDUAM, 1831, cac. pampa que figura en la lista de los parlamentarios en Tandil. (AGN.
Biedma VII 10-4-14; 19.11.31)
ACLARICHIÁN (o Aclarichicán) 1620, cac. comechingón del Valle de Punilla, Córdoba (G.
Terrera)
ACOYOP, s. XVII. Cac. puntano junto con Gultiunta (Cabrera: Aborígenes del país de
Cuyo p.226)
ACÚN, 1847, cac. huilliche, segundo del cac. Cheuqueta. Ese año estuvo en comisión de su
cacique en Azul. El Comandante de ese Fuerte prefirió dar regalos y no llegar a guerra. Obsequió
con vacas y caballos a los enviados de Calfucurá: Llusquen, Unaiché, Acún y dos de Cheuqueta y al
capitán Guichal de Bahía Blanca. (Capdevilla,R :Pedro Rosas y Belgrano, Tapalquén 1973 p. 80-
82) Dos años más tarde P. Rosas y Belgrano informó que Acún había fallecido en Bahía Blanca, de
muerte natural. (Capdevilla, R,: Rosas y Belgrano 1973 p.90)
ACHAU(H)UENTRÚ) (o Achaventrú, Achagüentrú) 1870, capitanejo ranquel de Mariano
Rosas. Trató con L.V. Mansilla por el acuerdo de paz. Y encabezó varias comisiones diplomáticas
(Etim.:Achau = gallina; huentrú = macho, e.d. gallo) Se llamaba también Manuel López
ACHAGÜENTRÚ, 1820, cac. de la agrupación de Chulilaquín (puelche) adictos al
guerrillero chileno J.M.Carreras. Según éste, aquel vivía en Mocleo.
ACHALA COBININTA, 1573, cac. comechingón de Ychila Cubininta, Bosque alegre,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes p. 89)
ACALA COBINÍN, 1598, cac. comechingón, de Achala Sacate, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p 84)
Achala Charaba, 1573, cac. comechingón de Achala Sacat, en Chocho Conahal, Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes p.72)
15
ACHALA UMBA, 1585, cac. comechingón de Tiquín Casta, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 72)
ACHANCAY, 1596, cac. Michilingüe de Tacala Ahme, Morro, San Luís. Encomendado de
Maldonado. (Montes p.79)
ACHANQUE, 1643, araucano que colaboro fuertemente con los españoles. (Gay,
Doc.II.1876 p.384).
Acha Tulía, 1588, cac. comechingón de Pula Olaen, Córdoba, encomendado de Olmedo.
(Montes p.87)
ADELAÚN, 1845, cac. puelche del Río Diamante (Mendoza)
AGA TOE TOE, 1598, cac. comechingón de Ocompach, Cruz del Eje, Córdoba,
encomendado de Peralta. (Montes p. 59)
AGELUPI (o Angue lupi), 1667, cac. araucano, quien junto con Aillam mamil y 2000
indios atacó la plaza de Tolpán. (Gay, Historia III. 1847 p. 249)
AGNERR (o Agneén o Huanhegüer) ver ANEGNERR
AGUANTAY, Francisco, 1691, cac. mendocino, nieto del cacique Alonso Sasetan (Arch.
Mend. doc 7, carp.29)
AGUANTAY, 1627, en Uco, Mendoza o Río Uco. (Strube Erdmann)
AGUARÁ, 1582, cac. de nación Chanás, por el repartimiento de Juan de Garay,
encomendado de Ortigosa en el Distrito de Buenos Aires. (Aguará es un perro – lobo).
AGUARATÍN, 1582, cac. de nación guaraní, por el repartimiento de Garay, encomendado
de Pedro Alvarez Gaetán.
AGUARINÉ, (o Guarinez) 1563, cac. tunuyán del Valle de Uco. Villagra lo encomendó a
Diego de Velasco (Latcham: Rev. Chilena 66, 1929 p.263)
AGUEL (prob. de Angue Nahuel: Cara de Tigre) 1770, cac. auca entre el Río Sauces y R.
Negro.
AGUELIPI, 1664, cac. araucano de Quilaco, Chile, de la falda de la Cordillera. Un día
pidió en el Fuerte de Virguenco doce soldados para maloquear con ellos a los pehuenches. Pero
llegado a su toldería, los hizo matar y luego atacó a aquella comandancia. Con un oportuno refuerzo
los sitiados lo vencieron y lo victimaron. (Gay. Historia III, 1847 p.248)
AGUIPÁN, 1833, cac. pampa, amigo de Rosas, al que acompañó en la Expedición al R.
Colorado. (Capdevilla, Tapalquén I. P.77)
AGUIRRE, Cornelio, 1770, cac. pampa en Baradero (Prov. B.A.) En ese año solicitó al
Gobernador de Buenos Aires el permiso para reedificar la iglesia de la reducción. (Barbich: Historia
de Santiago de Baradero, 1980 p.29) En 1800 reclamaron el goce de sus antiguos derechos y tierras.
Y pidieron la facultad de elegirse un cabildo en su pueblo. (Arch. La Plata, caja 13.2-7-28)
AICANTA ( o Aycanta),1561, cac. huarpe del valle Cuentota, hijo del cacique Acevín;
encomendado a Gabriel Sosa.
AIGO, Juan y Amaranto caciques huilliches de Hue Culle (Ruca Choroy, Prov. Neuquén.
Su resto de tribu (30 familias) es una de las 23 agrupaciones indígenas Nº 13 del Neuquén con
reserva reconocida por decreto en 1964 (Lit. Hassler, W. Nguellipún Lonco, Ruca Choroy mapú
meú, en Neuquenia 1956 y Rev. ETNIA Nº 12, Olavaria 1970 .Hay una foto de 1956.
AIGO, Hilario el abuelo de Amaranto, 1879, J.A.Roca lo empleó para su Campaña, porque
era un buen vaqueano en la Cordillera. Antiguamente vivía en Guillén. Juan Aigo era su sucesor y
quedó con una de las dos mujeres del padre. El cacique no solicitó dádivas, sólo reclamó un apoyo
racional que permitiese que la comunidad progrese. El padre obtuvo 2000 hectáreas (Rev. CRISIS
Agosto 1976 p.45-47)
AIGUAL, Tránsita (o Aingual) ,1857, cacica ranquel que residía en Fiumal. Era hermana
del cac.. Nahuelchó y tía del capitanejo José Victorio Nahuel. Era independiente con numerosa
indiada, heredada de su padre. Visitó personalmente al Presidente J.J. de Urquiza (AGN. VII. 14-1-
15 y 14- 2-2)
AILLAVILÚ, 1550, jefe toqui, que presentó batalla en Andalien. (Lista de P. Ojeda p 45)
AILLAVILU II.; sucedió a Huenecura. Abdicó en su dignidad y se eligió a Ancanamón
(Pavez: lista p.44 2004)
16
AILLA FILÚ, 1811, cac. pehuenche mendocino. Murió en octubre de ese año durante un
malón. (véase Unafilú. Nombre: araucano, de aillá = 9 y filú= víbora) .
AILLÁN , cac. boroga. Éste y el cac. Panguilef han derrotado en una batalla a Calfucurá en
Malal Kahuel. La fuente no precisa la fecha (Paez,J. : Conquist del Desierto Nº 10 ,Rev. Popular,
Bs.As. 1970) No sé si es el mismo que Ayllá que en 1824 vivía en las Sierras de la Ventana.
AILLAL, (o Ayllal) ,1845, cac. pehuenche
AILLA MAMIL, cac.. araucano que se unió a Aguelipi para atacar el fortín Tolpán. (Gay)
AILLA PANGUI, 1776, cac. araucano (peh.) quien, después de la muerte de O`Higgins por
el cac. Lebián (Leviantu) fue decapitado. Su cabeza fue llevada a Los Ángeles. (González p. 128)
AILLAPI, cac. pampa quien 1740 avisó que venía un malón contra Luján.
AILLAPÍ, cap. Salinero, 1878 perseguido con Querenal por el Cnel. Nicolás Levalle.
Lasc. . p. 122)
AIMÉ PAINE (sobrenombre de la cantante en idioma mapuche (1990)
AIMINUNA, Don Juan (o Aminuna), 1698, cac.. michilingüe de San Luís, encomendado de
C.Chirinos (Arch. Mendoza)
AINGÓN, 1857, capitanejo huilliche quien en Noviembre de ese año desempeñó una
misión diplomática con carta del cac. Calfucurá para el Cnel. Iturra en Bahía Blanca (Arch.
Salesiano, Bah. Blanca)
AINVILÚ, 1617 cac. araucano Toqui chileno, sobrino del famoso cac Palantaré. Su hijo se
llamaba Calfumanque, llamado también Don Lope, a quien bautizó el Padre Valdivia y se casó
cristianamente.(M. Campos Menchaca: Nahuelbuta 1972 p. 367)
AJÓ, 1750, cac. tehuelche de la zona del Tuyú, Prov. Bs. As. Era rico e inteligente. Tenía
hasta riego en sus campos. El mapa del Padre Thomás Falkner señala sus toldos. Un arroyo y luego
un partido (hoy Gral. Lavalle) perpetuó su nombre, Sus tierras se extendieron desde el Rincón de
Ajó hasta Manantiales.
AL CHABABA, 1583 cac. comechingón de Coqueques, en Tillán Cabiche, Córdoba.
Encomendado de Coria (Montes p.56)
AL CHUCHABA, 1573, cac. comechingón, de Caja Sacat, Río IIº, Córdoba. Encomendado
de Villegas. (Montes p.84)
ALALE, 1564, cac. huarpe de Mendoza. Encomendado de Velasco.
Anales, 1609, cac. huarpe cerca de Mendoza, sobre el camino a San Juan (Arch. Mend.)
ALANQUEPEIS, cac. pehuenche, pariente de Llanquelén y Ancain (Arch Mend. Doc.39)
ALPANTA, Lorenzo, 1608, cac. huarpe de Mendoza (Arch. Mend.)
ALAPÓN, 1831, cac. pampa. Vino con el cac. Anguelén a Tapalquén (R.Capdevilla,
Tapalquén I. P.70)
ALAYO,1658, cac. puelche, sujeto al cac. Mucsa. Maloqueó con el cac. Yoyarri las
estancias de los Jesuitas en Uco (Mend.). Buscó alianza con los pehuenches y fue a malonear en
Maule (Chile). Finalmente fue capturado y ahorcado en San Juan. (Cabrera, el país del Cuyo p.340)
ALVARRACÍN (Alvacín),Filiberto, 1868, capitanejo del cacique Raninqueo separados de
la tribu de Coliqueo en Los Toldos y establecidos en La Verde (Part. 25 de Mayo). Su nombre es
castellano. (Comisión Investigadora: Las Tierras de Coliqueo 1940 p. 382)
ALBELIS CHARABA, 1573, cac. comechingón de Albetis Sacate o Salasacate, Córd.
Encomendado de Yrobe (Montes p.65)
ALCA (O TALCA) 1579, cac. pampa del Río Vº, empadronado por Abreu en Amari.
ALCA CHOROY, 1750, cac. de la zona de Luján y Las Conchas, dice Falkner, quien lo
señala como taluhet (De Angelis I. 1910 p.332) Etimol. araucana “Loro macho”.
ALCA CHORROY, 1837, cac. pampa. Figura en una lista de indios amigos AGN.S.X. 25-
5-1)
ALCA FILÚ, León, 1821, cac. araucano de Maquehua, Chile, que participó en la Guerra a
Muerte, junto con Ancafilú, Loncofilú y Painefilú (T.Guevara, Los araucanos en la Revolución de la
Independencia, Santiago 1910 p.90 y 197) 1827 vino de Chile a Bahía Blanca a reforzar el
contingente patriótico del cacique Venancio Coñuepán. Llegó hasta Salinas Grandes y allí mató al
cac.. boroga Huircán. Etimol. Víbora macha.
17
ALCAIL,1781, cac. huilliche que fue a Bs. Aires de visita (León 1991 p 53)
ALCA LUÁN, (o Alcán) serrano. 1770, participó con 12 caciques y 300 indios (y 171
vecinos de Luján) en la expedición de Pinazo contra los tehuelches (Diario de Hernández, J.A. en
De Angelis, 1838 T.Vº.1778, cac. pueche pampa ; residía del Río de los Sauces (Colorado) hacia la
Cordillera. Actuó anteriormente con el cac. Lorenzo Calpisquis en la frontera y residía en Salinas
Grandes. Etim.. Guanaco macho.
ALCA MAN, 1770, cac. pampa. Celebró con 12 caciques un tratado de paz y acompañó la
expedición de M. Pinazo contra los tehuelches.
ALCA MAN, 1838, cac. pehuenche de Limen Mahuida. Lo nombra Man. Baigorria en sus
Memorias. Etimol. Manque : Cóndor macho.
ALCA MAN (o Alcamayn), 1854, capitanejo ranquel del cac. Llanquetruz (h). Desempeñó
misiones diplomáticas, señal que sabía castellano. En enero de 1853 llevó tres cartas al Gobernador
de San Luís. (Arch. San Luís)
ALCAN ver Alcaluán
ALCA ÑANCÚ (o Alcanán) 1797, cac. pampa ranquel, quien visitó con otros caciques al
Virrey en Bs. Aires. (Mariluz Urquijo, El Virreinato..Marques de Avila, Bs.As. 1964 p.229) (AGN
IX 1-6-6 Comandancia de Luján).
ALCA ÑANCÚ (o Alcaú) cac. pampa que en 1781 fue a bagualar con los caciques Negro,
L.Calpisquis, Toro, etc. (Extraigas: Fuerte del Río Negro p.147)
ALCAÑÓ, 1872, capitanejo ranquel “rebelde”, dice el misionero Fray A. Álvarez.
ALCA PANGUI (o Alcapán), 1648, cac. principal araucano de Quinchilea, Chile. Quiso
vengar la muerte de los caciques ajusticiados en Quilín, Chile. (Gay, Historia III. 1847 p. 79)
Etimol. Puma macho.
ALCAPÁN, 1800, cac. principal de la costa de Chile, padre del cac. Neculpán, alias José
Antonio Zúñiga, 1802- 1851 muy comprometido con los Pincheira (Arch. Mend. doc. 12 carp. 123).
Sobrevivió a su hijo y por eso José Antonio no llegó a ser sucesor de la tribu de Alcapán (ver
Zuñiga)
ALCA TRIPAY, cac. araucano del siglo XVI. Acompañó al cac. Caupolicán en la lucha
contra los invasores.
ALCOR, 1787, cac. pehuenche de Malalhue, quien intervino en la Guerra Pehuenche (Hux:
Caciques Pehuenches 2004)
ALEJANDRO, 1785 cac. tehuelche. En Mayo de este año tomó parte en la repulsa de la
expedició, de de la Piedra y parlamentó con los españoles que los han sitiado. (Extraigas: Fuerte de
Río Negro, p. 288)
ALEJO, (EL MESTIZO ALEJO), hijo del cac. Puane y de la cautiva Beatriz Gutiérrez e
Albornoz. 1657 organizó una sublevación contra los españoles, por haber infligido vejámenes a los
araucanos. El cac. Cleantaru lo eligió como segundo cacique y después de la muerte de ese gran
cacique fue elegido Toqui. Luchó durante varios años. Según Gay (Historia III, 1847) fue muerto,
estando ebrio. Según el Padre Campos Menchaca murió del mal de ausencia en 1661, porque le
habían muerto a su cautiva favorita. Esta fue asesinada en 1661 por dos de sus mujeres.
ALEMANTABAL, Don Francisco, 1615, cac. huarpe, de Tabalqué, a una legua de
Mendoza. Le sucedió su hija, la cacica Clara, quien donó su tierra a los Padres Jesuitas. (Arch.
Mend.)
ALEATU, Francisco, 1751, cac. araucano de Huera Covud, Chile, donde lo visitó el Padre
B. Haevstadt, el 21 de diciembre de 1751. (Haevstadt: Chilidungú )
ALEPÍN, 1765, cac. principal de los aucas (ver Lepín) Etimol. Dice que hay paz)
ALQUETE (o Sequete), 1770, cac.. tehuelche en las Sierras. Era suegro del cac. Yahati
(Priegue Nota 44). Tenía 15 toldos y obedecía al cac. Guayquitripay. La expedición de Manuel
Pinazo sorprendió, el 29 de noviembre de 1770, sus toldos e hizo una gran mortandad. Al cac. lo
ubicaron luego cerca de la Guardia del Monte( Diario de la Expedición por J. A. Hernández. Y AGN
IX. 1-4-1 y 1-5-1 Pinazo)
ALFONSO, Manuel, 1870, capitanejo del cac. Baigorrita (Lista del R.P. M.Donati cuyo
original poseemos)
18
ALGUANUZ, Francisco, 1606, cacique mendocino del Valle de Uco. Encomendado de
Artiz de Urbina. (Arch. Mend.)
ALIVE (o Alibe), 1598, cac. comechingón de Tutupital y en zona cordobesa. Le sucedió el
cac. Ona (Cabrera, país del Cuyo p. 231)
ALMADA, 1767, cac. pehuelche que acompañó la invasión de Lepín y Antepán. (Correa
Luna, Villa Luján p.22)
ALMADA, Santiago, 1834, ranquel de la tribu de Llanquelén en Junín (Pérez, Apuntes
p.31) El 25 de Junio de 1838 sostuvo con Calfunao una encarnizada lucha contra las tropas de
Bragado, 25 de Mayo y Junín. Perdieron 90 indios. (Sánchez, J.:Efemérides Militares I. p.212) ver
Llanquelén

ALÓN o ALÚN, cac. boroga de Chile, 1800 - 1837. Era uno de los muchos emigrados a la
pampa argentina durante la Guerra a Muerte. Era hermano del cac. Rondeao, de Guayquil y de
Melín. Cuando, en 1818, después de la Campaña Libertadora de San Martín en Chile, estalló la
llamada “Guerra a Muerte”, este grupo boroga acompañó a los realistas en todas las batallas, desde
la del Río Bío Bío (1.1.19) hasta el año 1824. También apoyaron las excursiones de los Hermanos
Pincheira en la Argentina. Algunos representantes estuvieron, por ejemplo, el día del masacre en
Chacay (Mendoza) en junio de 1830. El Gobernador Juan Man. de Rosas estaba forjando sus
proyectos para dominar o eliminar a las tribus de la Llanura del Plata. Quiso ante todo suprimir la
influencia chilena de los pincheirinos y atrajo con dádivas o por amenazas a los borogas, tratando
así comprometerlos en la lucha contra los ranqueles,
El cac.Alón fue llevado a varias expediciones. En el arroyo Pelicura
(Guaminí) resultó herido (AGN X. 27-7-69 desde entonces se halla siempre junto a los grandes
caciques borogas –Rondeao, Melín, Cañiuquir Cániullan-, tanto en los parlamentos como en la
guerra. Así su presencia se destaca en el parlamento con Rosas, el 23 de junio de 1833, al avanzar
en su campaña por Bahía Blanca (AGN. X. 27-5-6). Terminada esa expedición, Rosas continuó su
proyecto por medio de las tropas estacionadas en Bahía Blanca y en 25 de Mayo y los mismos
indios. Por compromiso secreto una coalición de indios patriotas de Cheuqueta, Juan Calfucurá,
Antonio Namuncurá y Tranamán cayó un malón sobre los campamentos de Guaminí y Masallé en
repetidos asaltos entre el 8 y 13 de Septiembre de 1834. El asalto de Masallé, que puede
interpretarse también como una de las postreras manifestaciones de la Guerra a Muerte, enlutó
especialmente a la familia de Rondeao. El Excautivo Santiago Avendaño atribuye la traición al
deseo de que Calfucurá llegase al rango de cacique general.
Rosas dirigió los deseos de los borogas de vengarse de los invasores hábilmente para su
lucha contra los ranqueles y los borogas que se habían refugiado entre ellos. Alón también habría
preferido mantener buenas relaciones con ellos, pero tuvo que marchar a la guerra fratricida. En
Febrero de 1835 los caciques Guayquil y Alón acompañaron con un escuadrón de sus indios la
expedición de las tropas de Bahía Blanca y las del Fuerte de 25 de Mayo guiados por el excautivo
Sargento Eugenio del Busto contra los indios ranqueles de Llanquetruz y de Pichún. El 7 de Marzo
los expedicionarios llegaron a Coiclure, pero Pichún había huído. No obstante, las divisiones
alcanzaron a los fugitivos y acuchillaron unos 300 indios y apresaron más de 350, entre chicos y
adultos. Esta acción disgustó grandemente al cacique Cañuquir, porque entre los caídos había
parientes. Bastó su resistencia, para que Rosas decretara su exterminio, que le llegó el 26 de Abril
de 1836. Gran parte de su tribu fue liquidada. Alón se había separado ya de él y vivió, por gracia de
Rosas, cerca de 25 de Mayo, en el paraje de la laguna La Botija (cuartel 2º de 25 de Mayo. C. Grau,
Fuerte 25 de Mayo. p. 158 y 161). No mucho después, otra tribu fue eliminada a pesar de sus
grandes servicios, la del cacique Venancio Coñuepán. en el ataque del 25 de agosto de 1836. Por
eso, en Agosto de 1837, llegó de Chile el cacique patriota Juan Raylef. uniéndose al malón sobre
Bahía Blanca los indios salineros. Llegaron también a la tribu del cacique Alón. 23 caciques
chilenos se habían unido. Invitaron pues a Alón a un parlamento. Este acudió con 250 soldados,
fueron saludados y aplaudidos, pero luego los rodearon y los mataron. excepto algunos que
escaparon a Bahía Blanca. Tomaron prisioneras a sus familias y les arrebataron sus haciendas. El 14
de agosto de 1837 lanzaron el ataque al Fuerte Argentino (Bahía Blanca), pero el comandante M.
19
Rodríguez, estando sobre aviso, logró rechazar los ataques. (AGN.S.X. 25-5-1 y La Gaceta
5.10.37). La mujer del coronel Iturra, había sido capturada, luego pudo escapar. Ella contó más
tarde cómo ha sido la muerte del cacique Alón.
ALONSO, 1629, cac. “ladino” (sabía castellano), encomendado en San Luis. Uno de los
que Pedro Pérez Moreno subyugó en sus 25 años, que iba “pacificando y ayudando a reducir indios
de la comarca”. (Barrionuevo, Historia de Río IVº I . p. 30)
ALONSO = ANTEMÁN
ALOSER QUELMENU, 1678, cac. serrano que cayó en una de las expediciones del
Gobernador Robles de Bs. Aires (Robles, 1876, p. 313)
ALCOSTAN, 1573, cac. comechingón de Tucuma Sacat, en Quilosite, Córdoba,
encomendado de Cabrera. (Montes, p.51)
ALQUETRAL, 1882, capitanejo pehuenche del Bajo del Aluminé, Neuquén. Una partida
del capitán Sat. Torres lo atacó y él tuvo que entregarse prisionero.
Etimol.: Quetrel : fuego;
ALTAHUENI ( o Altaoemi) cac. pampa quien participó en juntas de paz, el 13 de
Diciembre de 1825 en Bahía Blanca y en 1826 en Tandil. Etim.: alta: feo; hueñi: muchacho
ALTANÚ,1673, cac. serrano, encomendado al Capitán I. Fernández de Agüero, en la
jurisdicción de Bs. Aires. (Reg. Estado de Bs.Aires 1862 I. P. 128 y Arch.G.Ind. 135, Charcas 283).
ALUQUÉN, s. XVII, cac. puntano, junto con Gultiunta y Acyop. (Cabrera, país del Cuyo
p.226) Etim..: Ale = luz, quen = ser)
ALTIS (o Altic) cac. pampa de Quimi, Río 5º, Córdoba; encomendado de Berrú (Montes
p.84)
LUCHIRA CHARABA, 1582, cac. comechingón de Alunchira, Río 2º, Córdoba;
encomendado de Berú. (montes p.84)
ALLALME (O ALLALINÉ), 1561 cac. de la zona de Mendoza. Este, más los caciques
Ocoyunta, Guaymare, Amato y Tabalaste fueron al encuentro del conquistador Pedro de Castillo
(Arch.Mend. Y Latcham Rv. 1929 p 263)
ALLALME, 1586, un documento mendocino habla de su conversión, diciendo:”murió
cristianamente”.
ALAPEN, 1582, cac. de la nación Locultis, por el repartimiento de Juan de Garay,
encomendado de Juan Fernández Enciso, en el distrito de Bs. Aires.
ALLAIME, 1561 cac. huarpe de Mendoza. Tenía canales de riego (L. Funes 1931 p.)
ALLE, 1562, cac. huarpe de Mendoza, sucesor del cac.. Acevín, en la encomienda de
F.Peña. (Cabrera país de Cuyo p. 233
ALLIPIL, 1878, capitanejo salinero. En noviembre huyó a Chepucó (Olascoaga 1930 I.
P.125)
ALMACAN, 1575, cac. comechingón de Ame, al Este de Soto, Córdoba. Encomendado de
Bustamante (Montes p.55)
AMANCASTA, cac. huarpe, alias Yocacalú, 1632 de San Juan. (Cabrera, país de Cuyo
p.233
AMANTUCA, 1598, cac. comechingón de Cocoyan Hene, Los Llanos, Córd. Encomendado
de Díaz. (Montes p. 66)
AMARO, 1875, capitanejo salinero (Diar. América del Sur 16.9.77) Era sobrino carnal del
cacique Namuncurá. (Estuvo estudiando con los Padres Lazaristas de Luján y figura en una
fotografía)
AMASAP, 1833, cac. tehuelche, enemigo de los chilenos, según una nota del Gral. Pacheco.
(Diario de Rosas, 1965, p. 154)
AMAGUA, 1593, cac. mendocino, hijo de Ubciquian (Arch. Mend.)
AMBALA AMINTA, 1577, cac. comechingón de Ambia, Saldan, Córdoba. Encomendado
de Gallegos (Montes p.84)
AMBOLI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Amboli Sacat, Chila, Córd.
Encomendado de Yobre (Montes p.65)
20
AMBULO NAGUAN, 1585, comechingón de Pess Tuspi, Rique Lene, Córdoba.
Encomendado de Jaymes. (Montes 70)
AMBULO YANQUI, 1573, cac. comechingón de Ambulo Catna, Rique Hene, Córdoba.
Encomendado de Jaymes (Montes p.65)
AMBURETA, 1850, cac. pehuenche de Neuquén
ANCHAM,1573, cac. comechingón de Viinchin chin, en Quilino, Córdoba, Encomendado
de Cabrera. (Montes p. 51)
AME NAGÜEL, 1822, cac. pampa que se presentó en la junta de paz al Cnel. Pedro A.
García. (De Angelis IV 131) Etim..: Ami-se fue y nagüel- el tigre.
AMIAL, 1590, cac. huarpe de San Juan, compañero del cac. Pillao. (Cabrera, país de Cuyo
p.233)
AMIN CHINTA, 1573, cac. comechingón de Ami Sacat, Río 2º, Córdoba. Encomendado de
Villegas. (Montes p.84)
AMOLEPI,1750, cac. pehuenche, según Falkner (1774 p. 126); auca o araucano, según
Lozano (1740 p. 297) Vivía entre los tehuelches del Río Negro o era su aliado.
AMOTRIPAY, 1773, cac. pehuenche, del otro lado del Río Bueno. Murió envenenado por
su capitanejo Necultripay. Obedecían al cac. mendocino Pascual (en RJEHM, Mend. XI. )
AMPALL ANTE,1645, cac. araucano de Chile en Cautín. Ese año se sublevó junto con el
joven cac.. Huenchuquirque, porque el cap. Catalán había muerto a su comisión de paz, estando en
tratados de paz. (Campos Menchaca, Nauelbuta p.115)
AMPACAME,1761, cac. huarpe de Jáchal, San Juan. (RJEHM, Mend. II p.319).
AMPUS NAVIRA, 1579, cac. pampa de Campusuni, Río 5º, Córdoba. Empadronado por
Abreu (Montes p. 78)
AMSAL, 1608, cac. huarpe de San Juan. (Cabrera, país de Cuyo p.234)
AMUNAO, 1878, cap. Ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas de Leuvucó, del que habla
L.V.Mansilla en su libro famoso. Estaba casado con Juana Cardoso. Era inteligente. Sabía leer y
escribir. Después de la persecución de la Conquista de 1879 logró ubicarse en la Pampa Central. Sus
hijos fueron: Rosa (1878), Mariano (1880 en Mercedes), Marcos (1883 en Fte. Sarmiento)
Etimol.: Amuí-se fue y nao-el tigre)
Anagner ver Anegner
AMYLLÁN, 1879, hija del cac. Calfucurá, bautizada en Bs. Aires a los 30 años de edad.
ANAPILCÓ,1822, cac. del Norte de la Patagonia.(J.J.Biedma; Crónica Hist. Del Río
Negro, 1905 p. 484)
ANATO, 1561, cac. huarpe de Amaycate (llamado Don Diego Anato), era uno de los
principales jefes de la vecindad de Mendoza (J.T.Medina : Coll, de Historiadores de Chile T.V. p.76
y T.VI. p.250
ANCABIL , 1787, cac pehuenche amigo de Mendoza fue muerto en junio de ese año junto
con Carripil y Ñancucheo. Antimán había sido 2º cac. de Ancabil (Arch Mend. Doc. 36 y De
Angelis IV 110 p. 385
ANCAFILÚ: Era un cacique pampa, actuó ya en 1800 por la zona de Kakel Huincul. Vivía
en paz y criaba hacienda a orillas del Arroyo Chapaleufú. Su toldería se había hecho un punto
estratégico y muy frecuentado. Cerca de la Sierra Tinta (Estación Parker) pampas, pehuenches y
tehuelches se reunían anualmente en una "feria de ponchos", donde trocaban sus productos y no
pocos vianderos porteños acudían a la reunión.
Como es frecuente, la primera noticia de su presencia era una acusación. En Crónica Militar
II. p.94 se dice que en 1800 los indios de Ancafilú habían robado en la estancia Kakel. No decía
cómo se había formado esta estancia en tierra india.
Al formarse el gobierno patrio, Ancafilú acompañado por otros jefes llegó a Buenos Aires,
cumpliendo un deseo de Mariano Moreno. Feliciano Chiclana los recibió en el Cabildo y allí
firmaron un primer pacto de paz y reconocimiento del nuevo Gobierno. El mismo cacique había
estado en contacto con los blancos en oportunidad de las expediciones a Salinas Grandes.
Acompañó a varias de ellas. Su nombre figura también en las actas del Cabildo porteño, en
oportunidad de la primera invasión inglesa. Había ofrecido sus tropas para rechazar a los invasores
21
"colorados". Pero la paz no era tan segura. Hubo muchas tentativas y aún decretos para avanzar las
estancias sobre las feraces campiñas del sur. Estos avances dieron ocasión a malocas a los recientes
establecimientos de aventureros. El gobernador M. Rodríguez estaba decidido a avanzar e intimó a
algunos caciques exigiendo la devolución de haciendas robadas. Acusó a los caciques Ancafilú,
Anepán y Cachul de hacer daño a la Provincia. Que si no devolvían las haciendas, él les declararía
la guerra; el cacique Avouné contestó, el 7 de enero de 1820, que los caciques, alertados, pedían la
devolución de prisioneros y pasaportes "contra los cristianos ladrones y pulperos" (AGN. Biedma
VII 10-4-13). Devolvieron 500 vacas: pero la piedra de la discordia estaba tirada ya.
Para tranquilizar a los pampas, el gobernador M. Rodríguez comisionó al estanciero
Francisco Ramos Mejía, amigo de los pampas, a convocar a los caciques a un parlamento de paz en
su estancia Miraflores. El 7 de marzo de 1820 se reunieron con él los caciques Ancafilú, Tacumán y
Tritrinín en representación de todos los demás caciques pampas y firmaron un pacto de paz que
entró en nuestra historia como Pacto de Paz de Miraflores.

Tratado de paz de la estancia Miraflores, 7-3-1820

1° Se reconoce a este propósito en la persona del Brigadier General D. Martín Rodríguez la


representación del gobierno y provincia de Buenos Aires.
2º Igual representación de los indios reconoce éste en las personas de los caciques Ancafilú,
Tacumán y Tritrinín, por sí y como autorizados por públicos parlamentos en el campo de las
tolderías del Arroyo Chapaleufú, por los otros caciques:
Currunaquel, Aunquepán, Saun, Trintri Lonco,. Albumé, Lincón, Huletrú, Chañas,
Calfuyllán, Tretruc, Pichilongo, Cachul y Limay, que no se han apersonado sino por medio de ellos.
3º La paz y la buena armonía que desde tiempo inmemorial ha reinado entre ambos
territorios queda confirmada y ratificada solemnemente sin que los motivos que los impulsan a esta
manifestación pueda perturbarla en lo sucesivo.
4º Se declara por línea divisoria de ambas jurisdicciones el terreno que en esta frontera los
hacendados (han alcanzado), sin que en adelante pueda ningún habitante de la Provincia de Buenos
Aires internarse más al territorio de los indios.
5° Los caciques se obligan a la devolución de las haciendas que se llevaron y existen de esta
parte de las sierras. El cacique Tacumán se encargará de arrear dichos animales hasta la estancia de
Miraflores.
6° Los hacendados de esta frontera franquearán su territorio y el necesario auxilio a todos
los indios que quieran venir a ellos a los comunes trabajos de nutriar y otros semejantes, con tal que
entre ellos venga siempre un encargado para evitar todo daño a los hacendados.
7° Con la misma ocasión se compromete el Gobierno de Buenos Aires a recomendar a sus
súbditos la mejor comportación con los indios en sus tránsitos comerciales.
8º Los indios respetarán las posesiones y territorios de los hacendados del sur, como
propiedad de la Provincia de Buenos Aires y ésta, la de los indios ultra de las posesiones
territoriales expresadas en el artículo cuarto, en que se demarcan los límites respectivos-
9° Los caciques se obligan, para lo sucesivo, prender y entregar criminales que vayan a
refugiarse en sus campos.
l0º Las partes contratantes se obligan a guardar religiosamente cuanto contienen los
precedentes artículos y, porque así los cumplirán, firmados de un mismo tenor (las copias), una para
cada una de las partes contratantes y haciéndolo a nombre de todos los caciques el ciudadano
Francisco Ramos Mejía..." (figura en el Registro Nacional I p. 545).

Este tratado será admitido por breve tiempo, porque no pudo detener el avance de los
estancieros blancos, incluyendo al mismo gobernador, quien un año después pisotearía los derechos
creados. Había entrado en la pampa el hábil guerrillero J. M. Carrera quien conquistó para las
actuaciones que realizaba con un grupo de chilenos a gran parte de las tribus ranqueles y pampas.
Hasta se había aliado con el gobernador de Santa Fe y el ex gobernador de Buenos Aires, el general
Alvear. A estos comprometió con un tratado de paz interprovincial- Cuatro días antes de firmarse
22
este tratado de paz, llegó el cacique Ancafilú al Campamento del general López (gobernador de
Santa Fe), acompañado de 16 capitanejos y algunos conas, dispuestos a hacer los arreglos para
ayudar a Carrera. A medianoche del día 24 de noviembre, Carrera y sus parciales y también el
cacique pampa desaparecieron sigilosamente. En realidad, el general López se había resistido a
entregar al gobernador de Buenos Aires a Carrera y sus 300 chilenos. Estos habían partido a tierra
ranquel. Allá celebraron grandes parlamentos. El secretario inglés de J.M.Carrera. describe, en sus
Memorias las ceremonias. (Yates. W.-.José Miguel Carrera, 1820-1821. Bs. As. 1941). Dos mil
indios se alistaron bajo el mando de Llanquetruz para el malón sobre Salto que se efectuó el 3 de
diciembre, que fue un terrible degüello. No me consta que Ancafilú haya intervenido en aquel
malón ni en el que. casi simultáneamente. se llevó sobre Lobos. Es natural que en Buenos Aires
haya estallado una tremenda indignación. El gobernador convocó a la guerra; quería perseguir a los
indios vándalos. No marchó contra los ranqueles ni buscó a Carrera, sino se dirigió contra los
pampas del sur. Desde Montes salieron dos columnas para hallarse en la Laguna de Los Huesos. El
4 de enero de 1821, 2.500 soldados rompieron la marcha y el día 8 estuvieron sobre las tolderías del
Arroyo Chapaleufú que, al parecer, estaban en silenciosa quietud. Cayeron por sorpresa, dice el
parte, mataron diez hombres, apresaron a niños y mujeres y se apoderaron de mucha hacienda.
Muchos indios se salvaron huyendo a nado por el río: otros no estaban en esos momentos. (La
Gaceta, Bs. As. 24.1.21).
Los indios no iban a abandonar a sus familias ni las haciendas y empezaron a hostigar a las
tropas por los flancos. Al día siguiente, los caciques pidieron un parlamento. Se presentaron pues
los caciques Ancafilú, Anepán, Pichiloncó y Catriel. El Gobernador les exigió que se incorporaran
para perseguir a los ranqueles. Los caciques prometieron juntar a sus indios y acompañarlo, así él
les devolvió a sus familias. Se cumplía el plazo, pero los indios no aparecían. Sí, llegó un chasque
para invitar al Gobernador avanzar con sus tropas al Arroyo Los Huesos (Forohuelu Leuvú). Pasó la
tarde. El día 15, el cacique Ancafilú mandó una carta que revelaba su desconfianza. Ese día llegó un
caciquillo pampa muy ladino para avisar al Gobernador que los indios tramaban una traición. El día
16 se presentó el cacique Pichiloncó con conas para conversar con el Gobernador sobre la
incorporación de sus contingentes. Llamó la atención que estuviesen pintarrajeados con colores de
guerra. Pero el General se hizo el zonzo. Terminado el parlamento, el ejército estaba sitiado por
indios. Se hizo el choque en que 150 naturales dejaron sus vidas. Pero durante todo el día
mantuvieron la guerrilla. El día 17, algunos caciques se presentaron con la bandera blanca
prometiendo la paz. Para mayor seguridad, el Gobernador ordenó la retirada, consciente que no
había logrado sus objetivos. A su regreso en Kakel Huincul, el Gobernador mandó apresar la familia
de Ramos Mejía e indios de la-estancia. Tales actitudes provocaron la indignación aún de J. M. de
Rosas quien, el 23 de enero, renunció a su cargo. El capataz J. Molina de la estancia huyó hacia
donde estaban los indios pampas y los incitó a la venganza. Con 1500 indios caerían en malón sobre
la incipiente población de Dolores y las estancias avanzadas. Durante una semana se veían las más
execrables escenas (Dorcas Berro, R.: Nuestra Señora de los Dolores).

El Gobernador llamó entonces al coronel Pedro Andrés García que tenía fama por sus éxitos
frente a los indios; el 15 de noviembre le comisionó para proponer a los pampas un nuevo tratado de
paz. Debía conseguirse la seguridad para la campiña y la perspectiva de poder adelantar las
propiedades. Sin entrar en mayores detalles de la arriesgada expedición de paz (Diario de la
Expedición de 1822 escrito por el oficial de ingenieros. D. José María de los Reyes, en Colección
De Angelis VI, 1838, p. l78ss); con todo puede decirse que no fue un éxito,
Ancafilú se mostró molesto ya en el primer parlamento, el 6 de marzo de 1822. en casa del
cacique Antiguan. La Junta Grande de 2500 indios y 43 caciques fue una gran demostración
indígena. El acto y la celebración de la paz se hizo en la toldería del cacique Lincón, el 18 de mayo.
Este fue, sin duda, la gran figura del acto. Cuando García al regresar se acercó a los toldos de
Ancafilú y Pichiloncó. ellos los evacuaron por temor que les ocurriera algún trastorno. García había
propuesto la fundación de un fuerte en Tandil y se negaron. García llegó a Buenos Aires el 3 de
febrero de 1823 e informó del resultado de su larga gestión y las condiciones que habían
23
manifestado los indios. El gobernador, nada satisfecho, resolvió salir a una segunda campaña con
rumbo a Tandil y lograr sus objetivos a la fuerza.
Iniciaron esta vez la marcha 269 hombres desde Montes, el 6 de marzo de 1823. El 17
estuvieron de nuevo sobre el Chapaleufú y el 27 en Tandil. El Gobernador invitó a los indios a un
parlamento para el mes de mayo. El 5 presentó una delegación de 20, anunciando la llegada de los
caciques. El día 7 llegaron 400 y 800 se mantuvieron ocultos. El cacique Ancafilú se hizo excusar
que no iba, por viejo, porque había peste en su tribu. El general Rodríguez fue víctima de una
emboscada, el 8 de mayo, en la Laguna "La Perfidia" (bautizada entonces con este nombre), donde
perdió dos capitanes, dos tenientes, etc. Y el gobernador, nuevamente acobardado, mandó regresar a
sus tropas.
Como respuesta del desierto, los indios organizaron una grandísima invasión a territorios
cristianos. Desde Chascomús hasta Melincué y el Arroyo del Medio se sintieron sus alaridos.
También los indios de Ancafilú y los pampas más mansos participaron junto con el gaucho J.
Molina. El coronel Arévalo organizó dos columnas para perseguir a los maloneros. En la Laguna
Pila les dio dos cargas. (Gaceta, 31 de Oct.-23) El 30 de octubre avistaron a un escuadrón de indios
en la Laguna Arazá, y el 1º de noviembre, en la Laguna Sucia (Part. de Dolores). Al día siguiente,
una numerosa partida de indios atacó a las tropas del Comandante de la Campaña (recién
nombrado), J.M. de Rosas. El choque fue feroz y los pampas fueron derrotados por los blandengues
y 300 milicianos de la Provincia- Allí, el cacique Ancafilú y unos 50 más perdieron sus vidas;
Pichimán y otros huyeron, abandonando unos 150 mil animales (La Gaceta 6 y 25 de Nov.1823)
Ancafilú había sido una de las grandes figuras patriarcales entre los indios pampas. Amaba
la paz y la prosperidad de sus tribus. Pero las agitaciones políticas y las ambiciones del blanco
llegaron a enturbiar sus últimos años. En enero de 1827, la tribu de Ancafilú, entonces unida a la de
Lincón, sufrió otro desastre, por la segunda campaña arrasadora del coronel F. Rauch quien,
uniendo sus tropas de 900 tehuelches, aniquiló las tribus de Ancafilú, Neculhueque y Patraguá.
(Gaceta 23.1.27)
(Etimología: Anca: cuerpo [de] filú: víbora).

ANCAFILU (IIº) en 1821 era cacique araucano de Maquehua. Chile. Pertenecía a una
familia cacical "Filú" como Ñancufilú, Filumilla, Loncofilú y Painefilú, que en la Guerra a Muerte,
primero buscaron mantener la neutralidad. Pero en 1821 se adhirieron al bando patriota del cacique
Venancio Coñuepán y Melipán; 1827, hecha ya la paz en Chile, vino con Ñancufilú a reforzar los
contingentes de esos dos caciques que por encargo del gobierno chileno, perseguían en la llanura
del Plata a los indios chilenos realistas. (T.Guevara, Los Araucanos 1810-1827; Santiago 1910, p.90
y Cap. VII). Les costó mucho. En 1830 estuvo en un parlamento de Tandil con 32 caciques
(Fernández,200, p. 18) Aquellos caciques prefirieron incorporarse a las tropas de Rosas: Ancafilú,
en cambio, volvió a sus lares. Pero, cuando en 1836 fue muerto traidoramente el cacique V.
Coñuepán,. cruzó de nuevo los Andes con el cacique Juan Raylef y más de mil indios para vengar a
sus compatriotas caídos. En alianza con otras tribus argentinas cayeron en Malón sobre Bahía
Blanca y sobre Tapalquén.
Ancafilú llegó también a Salinas Grandes, donde halló a su rival, el cacique Huircán, al que
dio muerte en el acto. Al volver por la Cordillera cayeron en una emboscada de los indios de
Calfucurá y del cacique mendocino Guzmané, donde hubo gran masacre y despojo del botín
(Guevara, ib.p.580)
ALCAIÑ, (alias Bartolomé Güelecal) 1769, cac. pehuenche. Se le nombra entre los
pehuenches sublevados Estaba unido al grupo de Malalhué y en guerra con los huilliches de
Malbarque. 1787, estando con el cac. Roco. Cayó muerto en un ataque de éstos, como también los
caciques Antemaíñ, Ñancucheo y Carrupil. Así se informó el Comandante Gral. José de Amigorena
en el parlamento del 11 de Octubre de 1787. (Arch. Mend. Doc.36)
ANCAN, 1787 cac. puelche de Malalhué (Mendoza). Estuvo en el ya nombrado parlamento.
Era hermano del cac. Llinquenquén, quien fue muerto el 14 de marzo de 1780 , junto con el cac..
Güentenao, por la expedición del Gral. Amigorena (Arch. Mend. Carp.29) . Ancán logró huir a los
24
pehuenches amigos del Gobernador Amigorena. Con ellos siguió los destinos de la Guerra
Pehuenche. 1790 el campamento de Malalhué (Diario de F.Barros, Arch. Mend.)
ANCALAN, 1575, cacique principal de los comechingones en Cuchi Corral, Sierras
Grandes de Córdoba. Era el padre de los caciques Tamacat, Cochu Charaba y Valacta (G.A.
Terrera).
ANCALAO. Francisco, 1860 es llamado cacique boroga. Era sometido al gobierno de la
provincia de Buenos Aires ya en tiempo de Rosas. Su tribu y la de Guayquil se ubicaron en las
inmediaciones de Bahía Blanca, a orillas del río Napostá. Eran indios amigos por largos años.
Pancho Ancalao con sus indios escaparon, en 1836, al malón que aniquiló a V. Coñuepán. Después
de la muerte de este cacique y después de la partida de las tribus de Collinao y Melinao,
conservaron sus campos en Punta Alta ( hoy Cementerio) hasta fines del siglo XIX. Rosas los
racionaba como indios amigos y realmente fueron los primeros defensores de Bahía Blanca, los que
daban el aviso de peligros y aumentaron la importancia al comercio bahiense (AGN.S.X.. 18-4-8).
Derrotado Rosas en la batalla de Caseros, el cacique Calfucurá invitó a todas las tribus de la
llanura del Plata, y en particular a los indios "amigos", a participar en la formación de una
confederación indígena. Se adhirieron los de Catriel, los de Bragado y también los de Bahía Blanca.
En marzo hubo una suerte de corte diplomática. Los indios de Ancalao ya no acudían al Fuerte, ni
para comprar víveres; en cambio hubo atropellos y robos en las estancias. El 3 de Abril 1852 se
acercó un malón bajo la orden de Calfucurá. El 6 estuvo a las puertas de Bahía Blanca. Si no
hubiese sido por el aviso del capitanejo Felipe Ancalao, los invasores habrían entrado en la
población, pero por el aviso hubo tiempo de organizar la defensa. La tribu de Ancalao, 100 lanzas y
300 familias fueron presas del malón e incorporados al contingente invasor. Naturalmente se decía
que se habían sublevado, pero en realidad fueron llevados por la fuerza hasta Salinas Grandes (R.
Capdevilla: Rosas y Belgrano. p. 101). El Comandante de Bahía Blanca le escribió a Calfucurá:
“Sabrás que una indiada tuya ha venido a robar a Ancalao, Lorenzo y otros dueños. Fueron
Ñanquetruz, Chocorí y chilenos de Traiqueo, Mulfinqueo y Guay Guilhi, 520 soldados y 300
güiliches. Nosotros seguimos el rastro hasta cerca de Salinas “ (AGN X. 18-10-6) Calfucurá
rspondió altaneramente mostrándole que tiene muchas fuerzas. (La Confederación Indígena)
En junio de ese mismo año, el gobierno de Buenos Aires inició intensas gestiones para
lograr un convenio de paz con el cacique Calfucurá. En un intercambio de prisioneros, éste entregó
unos indios del cacique Ancalao, entre ellos la propia familia del mencionado cacique (8.6.52). El
Cnel F. Olivencia quien se había internado a Salinas Grandes, al volver de su gestión por la paz
pudo traer junto con el capitanejo Necurril a esa familia que desde la invasión en Bahía Blanca
habían sido prisioneros. (AGN X. 8-4-8) Las autoridades de Bahía Blanca los admitieron de nuevo
en su vecindad, donde dieron pruebas de fidelidad por largos años. En Febrero de 1854. el
capitanejo más anciano de la tribu, llamado Güichal, que era compadre del cacique Ancalao, llevó a
su hijo a un colegio de Buenos Aires para que lo bautizaran, y lo educasen. Ese mismo año sufrieron
un atropello de los indios del cacique José María Llanquetruz (LIanquetruz IIIº), de Chocorí y 350
chilenos, que les robaron sus haciendas y las llevaron hacia Salinas Grandes (AGN.S.X.. 18-10-6).
Cuando en 1855 la provincia de Buenos Aires, en plan de expansión y para contrarrestar las
influencias de la Confederación, atacó a las tribus de Catriel en Tapalquén, Calfucurá y Coliqueo
humillaron al ejército y al propio general B. Mitre en Sierra Chica. Ancalao luchó entonces en las
filas del ejército porteño, como también en los enfrentamientos sucesivos, en la batalla de Pigüé
(18.2.58; Arch. Mitre XVIII p. 16) y en Carhué. Por el parte de esa última batalla (25.2.58) Nicolás
Rodríguez nos informa, que 100 indios amigos, unidos a una corta fuerza de Bahía Blanca,
chocaron contra 200 indios salineros. Se perdió un caciquillo Ancalao y otros seis indios. Al año. un
nuevo infortunio cayó sobre esta tribu amiga: el terrible malón de 3.000 indios contra la zona de
Bahía Blanca, el día 19 de mayo de 1859. Los Ancalao no se plegaron, sólo perdieron crédito ante
los blancos que desconfiaban ya de todo indio. El mismo año, el pintor y viajero ingeniero Carlos
Pellegrini escribió con tono algo despectivo sobre los indios amigos de Ancalao y de Linares. Habla
de su indolencia y atraso; de su poligamia y sus supersticiones. "No buscan para sus hijos ni pilas
(bautismales), ni escuelas. (y agrega) Nadie se las brinda tampoco" (En: Nueva Provincia, edición
del Sequiscentenario de Bahía Blanca, 1978, p. 35).
25
Opino que merecieron mejores calificativos, tanto el alférez y cacique Francisco Ancalao,
como su hijo Andrés Ancalao que sería su sucesor; como Adriano Ancalao, el subteniente y Melipil,
el cuñado del cacique y buen baqueano que se dejaba conchabar (S.III. 35-8-32) Andrea Ancalao se
casó con Pascual Cañiú en la tribu de Melinao en Bragado. Tengo una carta de Rita Ancalao, que
dice que es bisnieta de Rafael Ancalao, hijo de Francisco Ancalao.

ANCALAO. Andrés, nac. en 1809, también es llamado cacique boroga. Es hijo del cacique
Francisco Ancalao en Bahía Blanca. Encontré una carta del cac. Andrés dirigida al Presidente
Urquiza en 1859 diciendo: Sr. Presidente, he llegado a este punto (25 de Mayo) con el Gral.
Calfucurá echándole al Comandante González un nuevo sitio pàra convencerle que no hiciera
resistencia, porque ellos (4000) venían en nombre del Presidente Urquiza y no iban a robar ni a
matar (Arch. Juzgado de Paz de Bragado y Moya: Contribución a la historia de Bragado p. 95) “…
Mi familia se halla (aún) la mitad en Buenos Aires y espero de V.E. me la haga entregar..” Esto me
comprueba que desde el Asalto de Masallé estaban los Ancalao junto con Caniullán, Lorenza
Coliqueo y otros borogas que huyeron al Fuerte 25 de Mayo; estaban allí militarizados, como otros
se plegaron con el cac. Cristo a Calfucurá y la Confederación y entre tanto habían sido apresadas
sus familias y sequestrados sus bienes por el Comandante Valdebeníto.
El malón de revancha de Calfucurá por lo que habían hecho a los caciques Cristo, Andrés y
Lorenzo, se disolvió por la intercesión del cura Francisco Bibolini (ver en la bografía de Calfucurá:
La batalla de Cepeda y los hermanos Cristo)
A partir de 1860, la tribu de Ancalao fue creciendo en importancia, bajo la dirección del
capitán teniente Andrés Ancalao. Hay una lista de revista del 9 de Enero de 1861 (AGN.S.X. 20-71-
1). En 1861 Calfucurá promovió de nuevo las gestiones por la paz. Por eso mandó una comisión
importante al Gobernador de Buenos Aires,encabezada por el cac. Huenchuqir, el Mayor Andrés
(Ancalao) Llanquimán, Pinas y Cayuqueo, Pichipuel, Mrillán y Ciríaco que era su hijo.
El 27 de Diciembre de 1863 el cacique Ancalao celebró un tratado de paz con el Gobierno
Nacional probablemente por la ayuda que le prestó el capitán de Indios Amigos, coronel Juan
Cornell. Quería vivir cerca de los cristianos como Coliqueo.Encontraron también los consejos de
los agrimensores Christián Heusser y Jorge Claraz y el pastor F. Hunzikcr de la South American
Missionary. Encontré una carta amable del cac. Juan Calfucurá del 2 de abril de 1863, fechada en
Chilué., diciendo: “Querido pariente: Deséole buena salud al lado de su padre.. No me moví nada de
mis toldos, cuando vino el cacique Coliqueo (a la Prov. de Buens Aires) Con él somos amigos,
como soy amigo con Ancalao. Todo somos vestidos de carne humana”. (AEM. Nº 2187: 2.4.63)
Ancalao solicitó entonces del gobierno provincial dos leguas de campo sobre el Arroyo
Parejo, distante dos leguas al sudeste de Bahía Blanca. El 14 de abril de 1863 renovó su solicitud,
pero recién el 29 de mayo de 1865 se le concedió 2.200 hectáreas, las que midió el agrimensor
alemán Christián Heusser, (duplicado en Arch. de Geodesia. Part. Bahía Blanca Nº 27. La Plata).
Por ley de la Cámara del 12 de Octubre de 1866 se le otorgó el título de propiedad de dos leguas
cuadradas (Muzlera. J.M,: Leyes, decretos y resoluciones de la Provincia de Buenos Aires. 1810-
1895 II. p. 69 y p. 156). Un año después de la gestión de Ancalao, el cacique Pedro Guayquil fue
atendido igualmente. (Arch. Mitre Vol. 23 p.119; ratificado el 27.1.65. Arch. Est. Mayor Nº 9085)
El coronel O. Llanos había hecho este tratado sin autorización expresa de sus superiores; por ello el
Club 9 de Julio de Bahía Blanca se responsabilizó de los gastos (13.368 $) hasta la obtención del
correspondiente decreto.
Ancalao era muy hospitalario tanto con el blanco como con el indio. Así recibió al cacique
Cañumil, cuando este se evadió con su familia de Salinas Grandes y aceptó al cacique Manuel
Grande, cuando salió de la prisión de Martín García.
M. G. Mullhall dedicó, en 1868, una página a esta tribu (Handbook I, p. 189). Dice que
unos 70 lanceros prestaban servicios y que el hijo mayor de Ancalao tenía un trabajo respetable en
la Casa de Gobierno de Buenos Aires, que el cacique era teniente coronel.
Tristes son las noticias de las dos invasiones de 1870 que cayeron sobre Bahía Blanca y sus
adyacencias. Después de un atropello por las tropas de Bahía Blanca al cacique Cañumil, Calfucurá
26
envió una expedición punitiva hacia ésa. El 23 de Agosto de 1870 los indios invadieron también la
estancia del cacique Ancalao, cerca de la costa del mar, arreando todas las yeguas, además de las de
otros vecinos. Ancalao y parte de su gente emprendieron la persecución, pero no lograron
alcanzarlos. El cacique Linares que vivía entre Sauce Grande y el Arroyo Parejas también perdió
uno de sus peones y 1.000 vacas. El Cnel. O. Llanos los alcanzó en Los Leones. Eran 40 indios, a
los que escarmentó antes del anochecer (The Standard. 15 de Septiembre de 1870). El 23 de octubre
llegó el gran malón de unos 2.000 indios en protesta por la actuación del comandante O. Llanos
(Noticias en el mismo periódico inglés,. traducidas en el libro: El Malón de 1870 a Bahía Blanca y
la Colonia del Sauce Grande, por Jorge L. Rojas Lagarde. Ed. ECA. 1984).
La tribu quedó muy empobrecida y pocas noticias había ya de ella. Finalmente fueron
despojados de su tierra y "su gente se perdió entre la gente".
A través de la tramitación o venta de las dos leguas del campo al sur de Bahía Blanca
(sucesión no se hizo, sino maquinación de escribanos), conocemos la esposa de Francisco Ancalao,
llamada Micaela Nieve y su hijos legítimos: Luis, Rafael, María Manuel y Andrés Ancalao. Como
viuda de Andrés Ancalao se señala a Dña. Gervasia Aldao de Ancalao. Algunos descendientes se
trasladaron a Ñorquinco, Provincia de Río Negro.
Andrés Ancalao estuvo en la tribu de Melinao en Bragado, cuando el Padre Salvaire efectuó
una exitosa misión. También Ancalao de 65 años quiso ser bautizado, como así su hermana Andrea.
(Lib. baut. Fol. 316, fecha 29.8.74, de Bragado). El libro de baut. Nº 32 anota a Andrea Ancalao (de
31 años) y su esposo Antonio Pascual Cañiú (de 32 años).
(Etimología: Anca: en medio del: [lauquen] mar).
ANCALAO, Felipe, (1863), capitanejo boroga de Bahía Blanca.
ANCALAO, Luis, (1863), capitanejo boroga de Bahía Blanca
ANCALEF, 1884, cac. araucano de Chile. Después del último levantamiento de 1881, se
entregó en la vecindad del lago de Villarrica al capitán Barbosa. 1891 se reconstruyó la ciudad de
Villarrica sobre el terreno en que este cacique tenía su toldería. La ciudad había sido destruida ya en
1602.
Etimol: de cuerpo ágil (dice Moesbach)
ANCALICÁN, 1787, cac. principal de Boroa en Chile. Vivía sobre el río Tirúa. 1767
saqueó junto con los caciques Huenteneú y Ancatenú al Obispo Francisco Borja Marán. El cac..
Carumilla lo defendió, mientras los otros habían decretado su muerte. Finalmente convinieron jugar
su vida con un partido de chueca. Carumilla y los suyos le ganaron así la vida. (Campos Menchaca:
Butanahuel p.244) Etimol.: licán es piedra de cristal de cuarzo.
ANCALIGÜEN, Don Andrés, 1693, cac. pampa, llamado lagunero, porque ocupaba la zona
de las lagunas del Oeste bonaerense.
ANCALIGÜEN, 1822, cac. pampa, llamado también Ancal. 1822 tenía 21 toldos y 500
indios y 180 guerreros. Así lo dice el diario de la Expedición pacífica del Cnel. Pedro A. García al
sur de la Prov. De Buenos Aires (De Angelis 1910 IV p.126). Este cacique parlamentó con el
comisionado del Gobierno de Buenos Aires. Era muy ceremonioso; preparaba la gran reunión.
Participó también en el rechazo de la Expedición del Gobernador Rodríguez y en el malón de
venganza. Pero en 1826 se halló de nuevo en una gran junta sobre el Arroyo Epecuén (AGN.X. 27-
7-6 Etimol. Anca-cuerpo; lig nguén-ser = lig: blanco)
ANCA LOÁN, 1776, cac. pampa. De las Casas lo anotó como pehuenche que vivía en
Chadiló. (De Angelis, 1910 IV. P. 586) Un excautivo decía en 1778 en Mendoza, que sus indios
tenían nada con los pehuenches ni con los pampas y con los tehuelches estaban en guerra; que
vendían tejidos y alhajas. 1781 se supo que iba a bagualar con el cac. Lorenzo Calpisquis, Guchulep
y Alcaú (Extraigas, R.:El Pinto)
ANCAMILLA Fuerte del Río Negro p. 147)
Etimol.: “cuerpo de guanaco”
ANCALÚ s/d. Dicen que era un cacique que dio origen al topónimo Ancalú o Ancaló (hoy
Gral., Don Alonso, 1709, cac. araucano de Tolten, Chile. Según el Padre Olivares, era uno de los
pocos que no practicaba la poligamia. (Gay, Historia III. 262)
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ANCAMILLA, Juan, 1751, cac. araucano que residía en Dencol, Chile. Allí fue visitado, el
2 de diciembre de 1751 por el Padre Bernardo Haevstadt.. (en Chilidungú)
ANCAMILLA, Ramón, 1821, cac. chileno ya viejo. Era hijo del cac.. Coñemilla y suegro
del famoso cac.. Colipí. Vivía en la zona de Petoeve de Maquehua, Prov. De Cautín. Tenía fama de
ser muy belicoso. En la Guerra a Muerte se ladeó a los patriotas. Dice un historiador que, cuando
fue a Nacimiento, lo recibieron con petardos, disparos y música. En Mayo de 1819 luchó a las
órdenes del Gral. Alcázar. Se enfilaron también sus sobrinos, los caciques Ancafilú, Filú milla,
Linco pilú y Lonco milla. (T. Guevara, 1910. p. 197 y 255) A ellos se unieron también los caciques
Calfuqueo y Trecamán. Se llevaban mal con los vecinos borogas y con los caciques Ven. Coñuepán,
Melipán y Neculmán, los persiguieron por encargo del gobierno patriótico hasta la pampa argentina.
Etim.: Mitad oro.
ANCANAMÓN (Anca Namún), cac. araucano toqui de 1610 – 1613, de Pellahuen, en
Chile. Es una de las figuras más vigorosas de la Guerra Araucana. El fin del siglo XVI resultó
humillante para el Gobernador Martín García Oñes de Loyola. El Pelantaró o Payllatarú organizó en
1598 una rápida concentración mapuche, atacó y venció a dicho Gobernador en Curalaba. Ese
levantamiento iba extendiéndose rápidamente y así arrasaron las siete ciudades fundadas por los
españoles en tierra araucana, al sur del río Bío Bío. Ancanamún sitió La Imperial (1600) y la
destruyó.; luego rindió a Villarrica (en Febr. De 1602) y lo mismo a Valdivia, Santa Cruz, Osorno,
Angol y Arauco echándolas en ruinas.
El misionero jesuita R.P.Luis de Valdivia, de gran prestigio entre los araucanos, impuso
todo su talento para pacificar de nuevo las tribus araucanas y a sus jefes. Les prometió remedio a los
abusos de los españoles y con la aprobación y firma del Rey de España abolió la guerra ofensiva.
Luego convocó a los caciques a un imponente parlamento de paz en Paicavó (1612), en el cual se
comprometieron a respetar la frontera del río Bío Bío y que recibirían a los misioneros de Cristo en
su territorio.
Aunque Ancanamún no estuvo presente, se adhirió `poco más tarde a las resoluciones del
tratado, prometiendo que iba a ganar para la paz a los demás caciques hasta de allende de la
Cordillera (23.11.1612).
Un incidente fatal trocó la esperanza en luto. El cacique, estando en presencia del
misionero, fue noticiado que el Sargento Torres le había arrebatado a su mujer preferida, la cautiva
María de Joquera y hallando que a dos mujeres más le habían robado, airado fue Paicaví a
reclamarlas . Pero a la cautiva María no la devolvieron. Entonces a gritos y juramentos proclamó la
guerra, cuyas primeras víctimas fueron tres misioneros de Elicura (el 14.12 de 1612). Al mismo
tiempo arremetió al cacique Tereulipe, quien había querido defender a los sacerdotes. También otros
caciques cayeron en manos de los ebrios de sangre y furor: Coñuemanque, Caniumanque y
Calbuñancú. Ancanamún se hizo proclamar “Toqui”, es decir Señor de la Guerra.
El Padre Valdivia, sin embargo, volvió a sembrar esperanzas, reanudando las
gestiones por la paz con los mapuches. Mandó a Ancanamún un enviado especial para decirle que
todo quedaría olvidado si aceptaba la paz.. Pero “el Renguito” no depuso su lanza, ni la coraza y
audazmente se enfrentó en arriesgado desafío al temido cacique Pelantarú, quien se había
pronunciado por la paz. Recién quince años más tarde, estando enfermo y viejo, Ancanamún mandó
al cacique Quepú-ante a Concepción prometiendo al Maestre de Campo la paz. El Gobernador
aceptó este ofrecimiento, pero le propuso la malvada condición de que él y su gente debían salir de
su tierra y afincarse entre los españoles como medida de seguridad.
Los caciques se reunieron y contestaron que, cuando años atrás, el Padre Valdivia les había
ofrecido la paz en nombre del Rey, no les exigía el abandono de su tierra. De esta manera fueron
impulsados de nuevo a la guerra. En el primer choque (1631) Queupú Ante perdió su vida. Y
Ancanamún murió ese mismo año de cáncer.
Lit. Campos Menchaca, Buta Nahuel p. 345-390; Enrich: Hist. de la Compañía de Jesús en
Chile, 1893 I p.267 s.) Etimol.: Namún-garrón ;Anca- cuerpo.
ANCA NAMÚN O ANCAN (mal escrito: ANCAN AMUN), murió en 1787. Era cacique
Gobernador de Malalhué. El tuvo una actuación especial durante la larga Guerra Pehuenche. Era
jefe de los indios amigos del Sur de Mendoza, opuesto al grupo de huilliches y ranqueles del Río
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Neuquén. Ignoro el nombre de su padre, cacique de la misma zona, quien ha sido muerto por los
huilliches. El era hermano de los caciques Canihuán, Pichintur y Lingay y sobrino de los caciques
Bergamain y Malgamain.
Cuando, en 1769, estalló una sublevación general entre los indios chilenos y los pehuenches
de este lado oriental de la Cordillera, Ancanamún adhirió al movimiento. Los jefes militares de
Mendoza organizaron entonces una enérgica expedición, en combinación con tropas de San Luis,
Córdoba y Buenos Aires (Arch. S. Luis, Doc. 208 del 10 de abril de 1769 y Acevedo. E.,
Documentación histórica relativa al Cuyo. Catálogo Nº 445). Apenas establecido el Fuerte San
Carlos (5.2.70). fue destruido por los indios, quienes se opusieron al avance de la frontera y mataron
al capitán Salvador Ibarburú, que debía ser el primer comandante del Fuerte y de la Frontera del
Sur. Esto provocó una nueva reacción: el Capitán General de Chile. D. Francisco Javier Morales y
Castejón. y el general Ruiz salieron a campaña al sur de Mendoza. Desde San Luis (4.7.1772: Doc.
236) llegó la noticia de que los pehuenches y huilliches habían salido a malonear por la provincia de
Buenos Aires. El Rey de España. con estas noticias, aprobó entonces la “guerra a muerte” contra los
indios rebeldes. El flamante Virrey de Buenos Aires, D.S. Ceballos, envió al experto Maestre de
Campo D. Manuel Pinazo a “emplear el último recurso aconsejable: expedicionar contra los indios
con la orden de degollar hasta a los rendidos (Walther J.: La Conquista del Desierto. ed. 1964.
p.l00).
En 1776, los españoles de Chile hicieron un tratado de paz con los pehuenches para que
atacaran o ayudasen a combatir a los huilliches. El cacique Curiñancú, cacique general de Angol, se
adelantó para dar muerte al cacique general Coligurú y a su hijo. (Latcham. R.: en Rey. Chilena de
Hist. y Geografía. 1930, N 67). También en el sur mendocino prosiguió la guerra. El 25 de Agosto
de 1776, los pehuenches volvieron a destruir el Fuerte de San Carlos reconstruido (Acebedo,
Catálogo. Doc. N 776) y mataron al Maestre de Campo D. Gregorio Morel y trece soldados. (Funes:
Historia breve de Mendoza, p. 39). Como no he revisado esta documentación, no puedo afirmar que
Ancanamún haya participado en esas acciones.
El mismo año. 1776, el Rey de España creó el Virreinato del Río de la Plata, con sede en
Buenos Aires, incluyendo en su territorio las tres provincias cuyanas. que hasta entonces se
contaban bajo el gobierno de Chile. Ese año, llegó a Mendoza un hombre de mano firme,: el vasco
Comandante General Don José F. de Amigorena. quien fuera designado como gobernador y Maestre
de Campo de Mendoza. Su acción se prolongó hasta fin del siglo, tanto, como perduró la guerra
pehuenche que él. como veremos, dirigió y fomentó.
En 1778 se designó a un nuevo comandante para el Fuerte de San Carlos, nuevamente
reconstruido, el capitán Francisco Esquivel Aldao, experto también en dirigir campañas en tierra
india. En Febrero y Marzo de 1779, Amigorena hizo su primera expedición al Sur, con el fin de
escarmentar y someter a los indios del Río Diamante.
Contaba con la aprobación del Virrey: más todavía, porque de Chile había llegado la noticia
de que pehuenches, huilliches y pampas se estaban aprontando para el malón. De esa expedición
mendocina se conserva en Brasil el Diario: “Noticia diaria de todo lo acaecido en la expedición
efectuada contra los indios bárbaros, al mando del Maestre de Campo Don José F. de Amigorena,
Febrero-Marzo de 1779”. (Manuscrito depositado en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro: de la
Colección De Angelis). En la Biblioteca Nacional de Chile hay otro diario de una acción
simultánea: “Diario de la expedición contra los Indios Bárbaros por el Comisario de Guerra, D.
Pedro Núñez de Guzmán, 29 de marzo de 1779. (Acevedo: Catálogo N 1029). Además, existe en la
Colección de De Angelis, en Río de Janeiro, otro Diario del mismo año, prueba de que Amigorena
hizo una segunda expedición: “Diario de la persecución de los indios en la invasión que hicieron en
la provincia de Mendoza, el día 1º de Abril de 1779 por el Maestre de Campo, D. José F. de
Amigorena”. Como no leí estos documentos, no puedo dar detalles. Sé que las actuaciones de
Amigorena fueron aprobadas (Arch. Mend. Carp. 107: 10.12.79) y que el Virrey planeaba una
entrada general y formal en el interior de la pampa.
José de Amigorena organizó, entonces, en el año 80. una expedición bien equipada, con la
meta de llegar al lejano sur. Reunió a 650 hombres y partió a la nueva guerra.
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Su primer ataque fue sobre las tolderías del cacique Ancanamún. (Arch. Mend. Doc. 26:
fha.27.1.80). El diario de la campaña, que abarca los días 8 de Febrero hasta el 31 de Marzo de
1780, fue publicado (en la Colección De Angelis. Ed. 1910 XV.p. 587-594): “Diario de la
expedición que de orden del Exmo. Virrey hizo D. José F. de Amigorena contra los indios bárbaros
pegüenches”.
El 18 de Marzo lanzó un sorpresivo ataque sobre la toldería del Corral de Guanacos. En la
refriega murieron 106 indios, 28 de los principales, entre los cuales se hallaron los caciques
Llingüeque, hermano de Ancanamún, y Güentenao, el más anciano del grupo puelche, que vivía
entre los pehuenches. Entre los prisioneros se hallaba la cacica Ignacia, aquella que más tarde se
casaría con el cacique Roco e integraría el grupo fundador de la villa de San Rafael. Los soldados
mendocinos hallaron unas mil ovejas y 200 cabras. Ancanamún y gran parte de la indiada logró
escapar huyendo a la Pampa.
La expedición llegó hasta El Campanario, paraje distante 800 kilómetros de Mendoza. En el
resumen del Diario se nombran 700 muertos y 705 prisioneros. Los indios, por mucho tiempo,
rememoraron la acción como un atropello injusto. Así lo recordaron en 1810 al coronel Pedro A.
García, cuando llegó con su expedición pacífica a Salinas Grandes.
Recuperados del “susto”, los pehuenches de Ancanamún delegaron una comisión a Mendoza
para pedir perdón y gracia. Amigorena les contestó que prescindía de su amistad y que los abrazaría
a balazos. Pero, como tal actitud fue desaprobada, ofreció al cacique Ancanamún un tratado de paz
que ratificaría en San Carlos, el 16 de Octubre de 1780 (Arch. Mend. Carp. 30, Doc. 11). Los
huilliches, aprovechando la ausencia del cacique Ancanamún y sus principales, invadieron sus
toldos y les robaron hacienda.
Amigorena envió al Virrey el tratado de paz celebrado con Ancanamún y otro firmado con el
cacique Marcos Roco, el 15 de Abril de 1781. Este último se comprometía a fijar su residencia y la
de sus indios en la orilla del Río Diamante. Se conserva también una notable carta de Ancanamún a
Amigorena, fechada el 8 de Octubre de ese año, por la que se pone a disposición del gobernador.
(Arch. Mend. Carp. 107). Desde entonces, esos pehuenches y puelches serán los indios amigos más
leales al gobierno de Mendoza y utilizados para sus contiendas futuras. (Torre Revello, J.:
Aportación para la biografía de Amigorena, RHAA. Mend. Nº 3/4. 1958. 59 p.).
El gobernador J. de Amigorena remitió entonces una carta al Virrey de Buenos Aires
diciéndole que proponía una “conquista pacífica” de 17.000 leguas cuadradas situadas en la mejor
tierra del universo... Y ya iba organizando una expedición tras otra. Su cuarta campaña salió el 24
de Mayo de 1781 con indios amigos y 60 hombres bien equipados y buenos baqueanos. Salió para
Mamuil Mapú (en lengua araucana: País de Montes). Quería enfrentarse con los huilliches y
ranqueles. Desconozco el resultado de esta expedición. Sólo sé que Llanquetruz fue desplazado y
por ello se hizo su peor enemigo. Amigorena realizó, el 16 de Agosto de 1781, un parlamento en la
toldería del cacique Roco. (fide: Comando General del Ejército, Política seguida con el Indio, vol.
II. p. 55).
En Abril de 1782. el cacique Bergamain intentó sustraer a los indios amigos de la influencia
de Mendoza; pero el comandante de San Carlos defraudó tales intentos, lo que agradecieron los
indios de Ancanamún y de Roco. (Arch. Mend. Carp. 107). La comisión de Ancanamún estaba
compuesta por los caciques Tercupí. Lincopí. Ligñam y Millaquir (chileno), hermanos de
Ancanamún, de los cuales el documento dice que eran chilenos.
En Julio de 1783, se creó la Intendencia de Córdoba, que abarcaba también las Provincias de
San Luis y San Juan. Amigorena aspiraba ampliar su territorio hacia el Sur. Pero ésta vez salió a su
quinta expedición con rumbo a las provincias de San Luis y Córdoba. En su informe de Diciembre
afirma que ha destruido a varias tolderías (Torre Revello, 1959 p. 103). El Diario de esta expedición
no está editado aún; se halla en Río de Janeiro. Terminada esta expedición, realizó un nuevo
parlamento con los pehuenches (20. de Oct. de 1783), para afianzar su compromiso de paz con el
gobierno de Mendoza. En esa reunión proclamó al cacique Ancanamún como “Padre de la Nación
Pehuenche”. (Arch. Mend. Carp. 107). El documento nombra como hermanos del cacique Anca
Namún a Pinchitur, Curripán, Caniguán, Velgomain, Calbiquén y Ligüequén.
30
Allí en un tratado de paz figuraron Pichintur, Curripán, Caniguán, Velgomain y Calfiqueo,
hermanos de Ancanamún y los cuñados Limpay y Ligüeque.
La reacción de los indios huilliches era de esperar. De nuevo irrumpieron al sur de Córdoba
y en la provincia de Buenos Aires. De nuevo, el Virrey quiso organizar una batida general; pero la
aprobación del Rey llegó recién en 1784.
Entonces, el Comandante General J. de Amigorena convocó a los pehuenches de Anca
Namún a una nueva Junta de Guerra y organizó con ellos una sexta expedición, cuyo Diario
principia el 10 de Marzo y termina e14 de Mayo de 1784. También este manuscrito está en la
Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, como tantos otros que Pedro de Angelis había reunido para
su colección. La campaña llegó hasta el Río Atuel y el Desaguadero; destruyó todas las tolderías
que halló a su paso, pues tenía 900 hombres a su mando que podían hacer frente a cualquier
enemigo. Aquellos indios, sin embargo, tuvieron aviso de su aproximación y huyeron a tiempo. En
cambio, del ataque a la toldería de Llanquetruz derivarían en el futuro graves consecuencias. (Torre
Revello, ob. cit. p. 21, y Arch. Mend. Carp. 107).
Ancanamún manifestaba entonces muchas pruebas de adhesión y fidelidad. Llanquetruz,
empero, se constituyó en su rival y enemigo del gobierno de Mendoza. En Noviembre de 1784,
Ancanamún llegó a Mendoza para comunicarle al gobernador Amigorena que Llanquetruz y sus
indios, entre los que se contaban ranqueles y huilliches, estaban preparando un malón contra ellos y
sus tolderías en Río Grande y Malalhué. Informó, además, cómo el cacique Creyú (antes de su
obediencia, ahora adicto de Llanquetruz) había querido traicionarlos,, haciendo espionaje entre
ellos, pero que, descubierto, había escapado. Amigorena envió, entonces, el 8 de Enero de 1785, 30
hombres en apoyo de los indios de Malalhué para que atacaran al cacique Creyú, prometiendo, a su
vez, 200 yeguas al que trajera la cabeza del traidor a Mendoza. La expedición resultó exitosa. El 29
de Enero dieron el asalto a su toldería y allí mataron al cacique Creyú. Resultó fácil, porque lo
hallaron ebrio. Y Amigorena pagó las doscientas yeguas, pues el cacique Antepán cumplía la
condición, el 7 de Febrero de ese año.
Ignacio Creyú o Quereyú había sido yerno del cacique Payllantur, quien era el hermano de
Llanquetruz. Cuando éstos supieron que los de Ancanamún habían muerto a su pariente y a su
familia y que Mendoza había premiado la acción, les juraron guerra.
El cacique Llanquetruz, astuto y diplomático, como otros muchos caciques, viajó a Chile y
solicitó (22.3.85) un tratado de paz con los españoles a nombre de sus 600 huilliches. Se dio ese
acuerdo como “singular acto de justicia”. Pero el Presidente de Chile exigió que tal paz debía ser
firmada también por el cacique gobernador de los pehuenches chilenos de Vilacura, de nombre
Caullant. y el de Malalhué, Ancanamún. Pero esta reconciliación no prosperó. (Señalo la
intervención de autoridades chilenas en asuntos del territorio argentino, que será una constante en la
Guerra Pehuenche).
Efectivamente, el 25 de Octubre de ese año, se supo en Mendoza, esta vez por aviso del
cacique Ancapán, que los caciques Llanquetruz y Payllatur se aprestaban a invadir las fronteras de
Mendoza con grandes contingentes En consecuencia. Amigorena envió un refuerzo de 400 hombres
al Fuerte San Carlos. Poco después, se presentó el cacique Ancanamún al Comandante General de
Amigorena para avisarle que sabía, por información secreta, que en Chimpay se hallaban 5000
huilliches reunidos, prontos a invadir a Mendoza y a Buenos Aires (12.1.86).
Amigorena informó entonces al Virrey (9.2.86) sobre esta visita y el anuncio de un malón en
ciernes, cuyos jefes serían los caciques Payllantur, Llanquetur, Laupan., Coñumilla y Coñiuhui,
Curilacay, Cheuquepán, Caranagüel y Curruhueque (AGN VI 3-1-2). Ancanamún no sólo avisó
sobre el proyectado malón, sino protestó también, porque el gobierno chileno quería levantar un
fortín en su territorio. Esto era una cuestión grave de consecuencias internacionales. Ciertamente no
era fácil aceptar el decreto de la separación del Cuyo de la Intendencia General de Chile. Pero
Amigorena fue el hombre fuerte que quiso mantener esas disposiciones reales y no le faltaron ganas
de extender la misma situación hasta el Neuquén.
Llanquetruz y los suyos se adelantaron, como se había informado, y atacaron como primer
objetivo la toldería del cacique Currilipí, cuyo campamento se hallaba sobre la orilla izquierda del
Río Negro, porque estaba muy ligado y vinculado con los pehuenches de Malalhué. El jueves 20 de
31
Febrero de 1787 fue sitiado, pues estaba dentro de un “malal” fortificado. El capitán Pichintur,
hermano del cacique Ancanamún, condujo casi de inmediato a 150 malalches en ayuda de los 300
que tenía Currilipí. No sólo lo liberaron del asedio, sino que organizaron juntos un contra-ataque a
las tolderías de Llanquetruz en el país de los manzanos. Con los caciques Pichintur, Cañimain,
Calfiqueo y Pituimáin, se reunieron 400 pehuenches y los caciques Manquel, Cayucal y
Collihuincá. Además, se les unió el comandante del Fuerte San Carlos, D. Francisco Esquivel
Aldao, con tropa para apoyar a sus “indios amigos”. Entre tanto hacía estrago en Malalhué y en
Corral de los Guanacos una peste fatal de viruela que afectó las familias y segó muchas vidas. El
mismo cacique gobernador Ancanamún fue atacado de la viruela.
Antes que avanzara esta expedición al país de los manzanos, Llanquetruz cruzó con sus
tropas ligeras el Neuquén y atacó la toldería del cacique Lincopí en el Río Diamante y el 23 de
Junio, invadió no “sin perros”, como se dice, al querer decir sin preaviso, con 600 huilliches y
ranqueles las tolderías de Malalhué. Habían salvado haciendas y las familias huían a las montañas.
No obstante, los invasores les hicieron mucho daño. Ancanamún, entre tanto, estaba postrado y en
agonía por su viruela, mientras sus enemigos sitiaban las tolderías, arreaban haciendas o
churrasqueaban lo gordo y peleaban a los que encontraban. Allí mataron a los caciques Ñancucheo.
Curripil, Antemáin y Ancain. Fueron muertos también el cacique Lingay,. hermano de Ancanamún
y su sobrino, el cacique Malgamáin. y mucha más gente. Fue un verdadero desastre.
Pero no terminó ahí la Guerra Pehuenche. El comandante F. Esquivel Aldao solicitó
entonces al gobernador un refuerzo de cien arcabuceros, pero éstos no llegaron a tiempo para
auxiliar a los amigos de Malalhué. Y los huilliches,. al retirarse con mucho botín, cautivos y
haciendas, pasaron cerca del toldo del cacique gobernador. gritándole que ahora ya conocía la
falsedad de los cristianos y que los mendocinos, sus amigos. eran unos flojones y que ellos los
esperaban en sus tierras.
El moribundo, humillado aun más con estos insultos, depositó en aquellos momentos el
mando de su tribu en manos de su hermano, encareciéndole desagraviara a su tribu y vengara tal
injusticia. (Arch. Mend. Doc. 35). Ancanamún murió el 25 de Julio de 1787 y fue enterrado por los
soldados que lo habían cuidado en sus últimos días, agotado por su enfermedad contagiosa.
Realmente un triste fin para un gran cacique. El gobernador J. de Amigorena sintió la muerte de este
cacique leal y así lo expresó en carta a Ambrosio O’Higgins (11.10.87).
Los hermanos de Ancanamún y los pehuenches de Malalhué solicitaron, entre tanto, al
gobernador de Mendoza un nuevo parlamento y una nueva expedición para escarmentar y castigar a
los huilliches que les habían invadido. (Arch. Mend. Doc. 31: 29.7.1787). Pero aun antes que F.
Esquivel Aldao transmitiera esta solicitud, y antes que Amigorena se movilizara para su séptima
expedición, Pinchitrur y sus indios habían realizado una ardua jornada, cumpliendo el deseo del
cacique desaparecido. El 16 de Julio acudieron al campamento del cacique Currilipí. su primo, pues
nuevamente se encontraba sitiado por Llanquetruz. El día 20 de ese mes estuvieron sobre el Río
Neuquén y con la ayuda de algún piquete chileno, al mando del capitán Francisco Vivanco,
liberaron una vez más a sus amigos, después de apresar a 200 enemigos. (Arch. Mend. Doc. 35).
El cac, Anuaie, pariente de los caciques gobernadores Ancanamún y Pichintur, vio morir a
sus hermanos y saió su sed de venganza especialmente en la expedición de febrero de 1788 Diario
de Esquivel Aldao publ. En Rewv. J:E:H:Mendoza VIII) otro hermano era Canuán.
La historia siguiente a estos hechos.- pues la Guerra Pehuenche proseguirá hasta el año
1799-. ha de ser contada al narrar la historia de los caciques Pinchitur y Llanquetur, Millaguín y
Rayguán.
Gustosamente habría relatado otros aspectos que no fueran militares, por ejemplo el de
Ancanamún como padre, ganadero, comerciante, de sus actos sociales y religiosos, de su familia, de
sus dotes personales. pues estamos convencidos de que fue un gran personaje. Pero la
documentación histórica no presta atención a este tipo de datos.

ANCANAO, 1787, cac. pehuenche del vecindario de Malalhué (Mendoza)


ANCANAO,1840, cac. ranquel mencionado en las Memorias de M. Baigorria.
ANCAÑIR, (Ancagnerr), 1820, cac. pampa ranquel Etim.: Medio Zorro
32
ANCAÑAS, 1872, capitanejo ranquel
ANCAO, 1873, capitanejo de la tribu de Pincén (ver tratado de paz de éste).
ANCAPÁN, 1785, cac. pehuenche del grupo de Malalhué, indios amigos de Mendoza.
Intervino en la Guerra Pehuenche. Por ej. Después de la muerte del cacique espía Creyo, avisó al
Gobernador de Mendoza que los caciques Payllatur y Llanquitur se preparaban para invadir de
nuevo (Oct. 1785) (A.Mend.)
ACATEMU (prob. Anca lemu), 1787, cac. araucano de Chile. Se hizo famoso por el
saqueo del Obispo Marán de Concepción y de su comitiva, el 28 de Noviembre de 1787. Este, al
cruzar el Río Tirúa, al entrar en tierras de los borogas, fue atrapado por los caciques Ancatemú y
Huentenú, su hermano y sus indios. Les hicieron esta emboscada, porque les habían llegado
rumores de que el Obispo venía a repoblar la Plaza de La Imperial que sus antepasados habían
destruido. El cac. Curadilla de la costa, en cambio, quiso proteger la vida del prelado, mientras los
otros jefes habían decidido matarlo. Finalmente, tras largas deliberaciones y según una vieja
costumbre, jugaron sus vidas por un partido de chueca. El Padre M.J. Menchaca describe la escena
en su libro Nahuel Buta (1972 p. 244-255), según las crónicas de la época. El día 4 de Diciembre
Curadilla y Catrilén dieron al obispo la noticia que ellos habían ganado y que su vida y la des
acompañantes están a salvo, pues todos atacaron religiosamente el fallo del juez, que lo fue en esa
circunstancia el cac.. Tereulipe.
ANCAPÍ, 1820, cac. angolino (araucano) de Loncomay, Chile. El participó de la Guerra a
Muerte en el bando de los patriotas con el cac.. Venancio Coñuepán y con Colipí (T.Guevara, 1910,
p. 124, 255 y 295). En el año 1820 expedicionó contra los indios de Marimán y contra los
pehuenches. Al año siguiente, el Cnel. M. Bulnes los incorporó a su ejército para la campaña del
sur. Estaba entonces en Pellomenco. A la par se afiliaron los caciques Minche Payllamilla y sus
hermanos Tromo, Millaleo, Quiñtre, Calvuén, Lincogür, Calvugür, Meligür y Raiñancu. Estas
tropas llegaron, en noviembre, hasta el Río Imperial, replegando las fuerzas del Coronel realista
Pico. Allí les hizo frente el famoso cac. Ignacio Curry queo con sus indios borogas y … Bulnes tuvo
que retroceder y fue perseguido hasta Concepción (Campos Menchaca: Nahuel Buta p.164). Pero la
guerra siguió adelante y los patriotas ganaron de nuevo el terreno. Cmo otras tribus, la de Ancapí
emigró a la Argentina. Donde aún fueron perseguidos por los patriotas chilenos. Según las actas del
parlamento de paz en la Laguna Guanacos, Ancapí asistió allí, el 20 de diciembre de 1825 a la junta;
es el Nº 34 de la lista de caciques. En 1834, los patriotas chilenos, contratados por el Gobierno de
Buenos Aires, atacaron a los borogas de Guaminí y Masallé. Y como éstos clamaron por venganza,
la División de Bahía Blanca los incorporó en su expedición, no contra Calfucurá y sus indios que
les habían hecho daño, sino fueron dirigidos contra los ranqueles y los chilenos que se habían
afincado con ellos en La Pampa: estos pertenecieron a las tribus de Ancapí, Marileo, Antivil,
Choiquefilú y Maniqueo. Ancapí logró escapar. (AGN S.X. 24-8-6 y 24-9-1) Estos fueron atacados
por la expedicíón del Cnel Sosa de Bah. Blanca, en la Travesía. Luego sorprendieron la tribu de
Cañiuquir. Ancapé siguió viviendo entre los ranqueles.
En 1847 se recibió la última noticia de él: Calfucurá decía en una carta (24.1.1847: Arch
Mend. Doc. 12)
“Los indios chilenos venían a buscar indios amigos nuestros” Otra misiva del Gral. Pedro
Rosas y Belgrano del 11 de aosto del mismo año, decía: Calfucurá tiene visita en su toldería; los
caciques Lemunao y Chicagul de Colicó con 800 indios de lanzas, mientras que los ranqueles
Pichún u Painé) tienen a los caciques de Mariguán, Quilapí y Ancapé con mil indios, haciendo
comercio de tejidos” Ancapé había llegado al Azul con 1000 ranqueles para comerciar sus tejidos
(Rev. Azul p.130) Etim.: anca en quechua- águila; Pi (Pichún)- “pluma del águila”.
ANCAPÍ, cac. pampa vivía en la zona de Salinas. Fue muerto allí en un 2º asalto por las
tropas del General M. Bulnes en 1830 (Periódico La Gaceta 11 de Febr. De 1835)
ANCAPICHUÍ, 1776, cac. pehuenche de la Pampa, según el censo de Diego de las Casas
(cac.. Nº6 Pedro de Angelis 1910 IV, p. 584). Vivía en Chadi Lauquen, a un día de Maipil. Tenía 10
toldos y 15 familias. Cerca de su casa tuvo cinco pozos y su pequeño rebaño de ovejas. Era pariente
del cac. Curugüilli.
33
ANCATRUZ, 1776, (Ancatú o Anquetú). Según el censo de Diego de las Casas, era
pehuenche de la pampa. Pienso que los Ancatruz de Ruca Choroy en Neuquén son sus
descendientes.
ANCATRUZ, Damián 1908 – Últimamente aún era poblador de Ruca Choroy, (Dtº
Aluminé, Neuquén), descendiente de los caciques que vamos a nombrar a continuación. Martha
Borruat de Bun publicó en la Revista ENIA Nº 12, Olavaria 1970 y la foto de su familia. Era
casado con Isabel Peña, quien se dice ser mapuche como él. Según que averiguó, él nació en 1808.
El abuelo, -dice- se llamaba Caitruz, Juan y era de la tribu de Quepú. Su mamá se llamaba Luisa
Huenupí (alias Allicán), su padre, Cecilio Caitruz y era capitanejo con importante “molfuinche”
(e.d. parentela). En realidad lo mencioné más por el caso curioso de presentar datos de su
autobiografía. Se lo conoce también en cineteca folklórica: “Araucanos de Ruca Choroy” por el
Fondo Nacional de las Artes. W.A. Hassler describe un “Camaricó” de Zaina Yegua (Neuquén
1943 ) o el Loncomeo de Ancatruz.
ANCATRUZ, Diego, 1886, cac. pehuenche del Sur. Era hijo del cac.. María Llanquilef,
nieto del cacique patriota chileno Llanquilef. 1881, cuando la Conquista del Desierto entró en su
última fase, él vivía a orillas del Río Limay. Y con el cacique Sayhueque y su tribu fue objeto de
vejámenes de nuestras tropas. 1886 se entregó al General Enrique Godoy, al que tuvo que servir con
70 conas de su tribu. Luego gozaba de una pacífica radicación en la Provincia de Neuquén, como
otras tribus que se habían entregado. El 20 de Mayo de 1917, el Poder Ejecutivo acordó “el permiso
de ocupación de Ancatruz y su familia de las 500 hectáreas con la obligación de `plantar 500
árboles útiles y cultivar no menos que 150 hectáreas. (Academia Nac. Congreso de la Conquista
T.III p.629). Pocos años después murió el cacique “y desde entonces la tribu vivió en continuas
reyertas, porque todos querían ser jefes..(1921) Ciertamente la tribu ha progresado poco, quizá
debido a la pobreza del suelo que no da más que sustento para pobres crianceros.
Etim.: Anca- del águila; truz-ojo (según el R.P.Rosales)
ANCATRUZ, Marcelino, 1943, cac. pehuenche de 70 años en Zaina Yegua (según C.
Rusconi 1944: Un empadronamiento de aborígenes de Neuquén eran 400 pehuenches. En Rev.
Univ. Nac. De Córdoba Nº 33 de 1946 p. 519) Su secretario era Hilario Paillalef, hijo de Diego
Ancatruz. Marceliono falleció a mediados de 1949.
ANCATRUZ, Francisco ,1970, cac. pehuenche de Zaina Yegua. Se ha hecho famoso a
través de la película que se filmó en Ruca Choroy. Es una de las familias que conservan y cultivan
las antiguas tradiciones.
ANCINA o Encina, 1565, cac. huarpe de Paraguaya, encomienda de Velazco. Según C.
Rusconi IV. P.43.
ANCULAN, 1875, capitanejo pampa que firmó el gran documento de Namuncurá (A,E,M,
Doc. 1232)
ACHINA, Flipe, 1618, cacique de Paclin.
ANDICÁN, 1900, caciquilla pehuenche rendido en la Conquista del Desierto, traído por el
Gral. Ortega al Sud de Malalhué, Falleció en San Rafael.
ANDRÉS ver cac. Andrés Ancalao
ANEGNERR, MARTÍN (variantes Anher, Aneneh, Hanegüer, Añenür o Alvarito Anegüer)
tenía el sobrenombre MECAL. Era un caciquillo de la tribu de Calfucurá, uno de los más temidos
saloneros. Primero, en 1866 figura como capitanejo perteneciente a la tribu de Coliqueo. Y para
sellar su unión con esa familia, se casó con una hermana del capitanejo Francisco Coliqueo. 1868 se
fue con el cac. Raninqueo a La Verde, Part. de 25 de Mayo. En Noviembre de 1869 participó en un
malón de protesta junto con los cacs. Huenteleo, Ñancufilú y Tacunao hacia Chañar, Ancalú (Part.
Líncoln) y hacia el fortín Chiquilof (Part. De Junín), y hasta el éjido de Junín, después que el Cnel.
Charras había adelantado la frontera hasta Ancalú.( Arh. Municipal de Junín,carpeta Juzgado de Paz
(que pude consultar antes que fuera secuestrado) en fechas 21 de oct., 5 de nov., 7 de dic. de 1869 y
Arch Hist. Nac. doc. 4337). La Guaria Nacional de Junín los derrotó. En diciembre en una invasión
contra el avance de Charras y Cezt a Lavalle Norte ( o Fuerte San Martín o Ancalú) se apresó al
hermano del cac. Baigorrita, el José María Baigorrita con el nombre indidio Güirichal (J.L.Rojas
Lagarde 2004 p. 42) 1870 se sublevó en La Verde, preparando la invasión grande de Calfucurá. Un
34
hijo encabezó en Diciembre de 1869 una invasión de 700 indios de Chadicó, al Norte de Las Salinas
Grandes. El 23 de Octubre de 1870 participó en el malón de protesta en nombre de Calfucurá sobre
Bahía Blanca. Allí se hallaron también sus hijos. Uno de ellos fue muerto en otra guerrilla llevada,
en 1871, a la zona de Junín. El Cnel. M. Charras los batió en Chiquilofo (R.Pérez: Apuntes para la
Historia de Junín p.100) Tuvo otro choque con el cac. Justo Coliqueo, en Diciembre de 1871, quien
decía en su informe: “El y Piseñ han pertenecido a mí; al menos fuimos compañeros de armas”.
En vísperas de la gran batalla de San Carlos de Bolívar (el 8 de marzo de 1872), Anegnerr
sublevó la tribu de Raninqueo, según afirmó éste en carta del 28 de Mayo de 1872 (AEM. Nº
6150) : “Anegnerr me traicionó, pero Calfucurá me salvó la vida”. Lo llevaba prisionero a Salinas
Grandes. Pero Calfucurá tuvo que abandonar la batalla replegado por las tropas y los indios amigos
de Coliqueo y Catriel. Anegnerr, poco tiempo después, volvió en malón a la zona del Partido de
Nueve de Julio, con el fin de desquitarse en la Tribu de Coliqueo. El 19 de Septiembre de 1872
sorprendió en malón la Tribu en la Tapera de Díaz y apresó aún de noche, toda la población,
llevando la tribu a la madrugada con todo su arreo hacia el Oeste. El Cnel. F.Borges cuenta en un
largo documento como, en audaz ataque, rescató la tribu. (ver Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los
Toldos, capítulo 20)
El Cnel. F.Borges nos informa sobre el fin de este cacique “que sólo la muerte pudo
sujetar”.El 11 de Julio de 1874 escribió: “una familia de siete miembros vino huida de los toldos de
Pincén, castigados por la miseria y el cólera y llena de miedos. Todas las cautivas se habían largado
a la huída, cuando había ocurrido la muerte del cac. Anegnerr. (Hay que saber que en tales
oportunidades hubo horribles matanzas de mujeres). Hacía poco se había tomado una cautiva de
Rojas, cuyo marido había muerto, hacía poco. Anegnerr era un indio bravo y temido. Etim.: angué-
cara y gnerr-zorro.
ANEGNERR, 1875, Capitanejo de Salinas Grandes (La Pampa) Es probablemente un hijo
del anteriormente nombrado cacique. El Padre Jorge Ma. Salvaire lo halló allí. Más tarde sufrió la
persecución de la Conquista del Desierto. Los documentos consultados no lo nombran hasta el fin
de la Campaña. Huyendo en 1878, se unió a los capitanejos Querenal y Aillapí. La columna del
Cnel. Nicolás Levalle no los alcanzaron. (Olasc. I.I. p.122) Otra columna, la de la División Va. pasó
la noticia (el 11 de Junio) que Anegnerr, compañero de Querenal, había sido apresado por F.
Monteagudo. Luego se dijo que fue muerto, después de haber sido apresado. (Olasc. I. 100,202,
251, 256 donde dice que Anegner y Querenal fueron muertos en Choique Mahuída, a 4 legas del
paso del Salado. A los demás indios decían que no huyeran a Chile, que debían morir en la Pampa.
Es5os murieron con una lanza en una mano y el puñal en la otra, defendiendo con el fuego de una
pasión salvaje el Desierto que creían dominar eternamente. (Olasc. II. P.31)
El periódico de Dolores La Patria publicó el 14 de Junio siguiente artículo: El cacique
Atener. Nuestros lectores recordarán un episodio publicado en La Prensa de la última campaña del
Comandante Freyre. En las “Sierras del Cero” (Sañó Mahuida) cuatro cabos del 2º Regimiento de
Caballería de Línea fueron sorprendidos y batidos en detalle por un indio ranquel que con ira feroz
les gritaba: Yo soy Atener. Dos de los cabos, apellidados Vega y Brandan murieron y otro quedó
herido, tocando al cuarto el negro Roas, la última parte de la jornada. El asestó a Atener tal sablazo
en el cráneo, que el indio saltó en pelo y huyó hacia la tierra ranquelina. Tres días después
anunciaba unos indios tomados, que Anegner había pasado por sus toldos Y bien Anegner está
prisionero hoy día. Es un indio gigantesco de los más valientes que han militado bajo las banderas
de Mariano Rosas , Epumer y Baigorrita(?).
ANÚGURU, JUAN (ANEGNERR), 1751, cac. araucano, bautizado con el nombre Juan.
Residía en Reivú, Chile. Allí lo visitó el 28 de Noviembre de ese año el Padre Jesuita B. Haevstadt.
Anügurú era entonces cac.. principal “general o prefecto de armas, como lo llaman”.
ANE ÑÁN (Añe ñandú), 1814, cac. pehuenche. Una orden de San Martín al Administrador,
en fecha 22 de Noviembre de 1814, le manda a los caciques Lemón, Añeñán, Carecí y 24 indios.
(Draghi en R.J.E.H. Mend. 1944 II. 139)
Etim.: Cara de aguilucho
AÑEÑUEL, 1870, cac. de la tribu de Calfucurá quien participó n el malón sobre Bahía
Blanca (Schoo Lastra: El Indio del Desierto p. 142 – 144)
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Etim.: cara de tigre
ANEPÄN es Anguepangui
ANEQUEO, 1838, capitanejo boroga, refugiado entre los ranqueles. Tomó parte en el asalto
de la Tribu de Llanquelén, en Junín, en Junio de 1838. S. Avendaño en sus Memorias, cuando
describe el asalto del malal de S. Llanquelén, dice que el cac.. Anequeo ha degollado a ese cacique.
Así mismo participó en el asalto de Pergamino, en Diciembre de 1841, con Baigorria, Coliqueo y
Meliqueo. Sólo esto dicen los documentos que he podido consultar.
ANGACO, 1561, cac. huarpe de Mendoza. Su hija, Juana de Ascensión se había casado con
Juan E. De Mallea, uno de los fundadores de Mendoza, cuya descendencia perdura hasta hoy. Un
valle y un pueblo cuyano llevan su nombre. Etimol: lo interpretan del quechua: Nido de Águila.
ANCALÁ, (prob. Ancalú) 1858, figura como cacique salinero de Cañumil.
ANGUE LÉN, 1831, se sumó a los indios amigos de Tapalquén (pampas). En otro
documento se dice que se hallaba con Llanquelén. Etim.: angué-cara; len-ser (máscara)
ANGUENAO, 1785, capitanejo pehuenche del grupo de los amigos de Mendoza. El 7 de
Febrero de ese año, el Comandante Telles Meneses informó al Gobernador que el cac.. traidor
Creyó había muerto por mano del capitanejo Anguenao (“Cara de Tigre) y que se hacía acreedor de
las 200 yeguas prometidas. Anguenao murió el 3 de marzo de 1787 en el Corral de los Guanacos,
poco antes de que su cacique gobernador Ancanamún.
ANGUE ÑÁN, 1806 Luis de la Cruz lo menciona como cacique huilliche; pero creo que fue
ranquel quien vivía entre los huilliches. En la Guerra Pehuenche se entregó; los de Malalhué lo
esperaban con regalos (De Angelis 1910. I. 207). En 1806 vivía a tres leguas al Norte de la laguna
Gualicó o al Este de Meucó. Tenía una fuente de agua dulce y algarrobos cerca de su casa. Allí se
reunió con de la Cruz el cacique Naupayán (Nahuelpayán), sometido al cac.. Carripilún. Acudió
también la mujer del cac.. Pilquillán. Cf. Añeñán.
ANGUE PÁN, alias “León” (o Anepán, añepán) ,1765. Era uno de los caciques puelches o
pampas más respetados. Un documento de la época lo llama hermano del cac. Lepín. 1767 los dos
vivían en Güaminí. Contra ellos marchó una expedición de mendocinos. En cambio, en 1798, en un
parlamento en San Carlos, lo acusaron haber ido a talonear con 400 indios. 1820 vivía sobre el Río
Chapaleufú, de la jurisdicción de Tandil y era amigo del los estancieros J.M. de Rosas y de Ramos
Mejía. En esa época la pampa se iba poblando cada vez más con indios venidos de Chile, huídos de
la Guerra a Muerte. Cuando el caudillo chileno J.M. Cabrera hacía sus vandálicas excursiones en la
Provincia de Buenos Aires y en el interior, corrió la voz que los indios pampa de Chapaleufú eran
sus partidarios (ver Ancafilú). El Gobierno de Buenos Aires comisionó entonces a F. De Ramos
Mejía para celebrar un parlamento de paz en esa región. También Anguepán aceptó el tratado de
Miraflores (marzo de 1820), el que celebraron con una fiesta en su toldería. Pero pocos meses
después, el Gobernador Rodríguez salió en expedición al sur de Buenos Aires y los atracó el 10 de
Enero de 1821, en Chapaleufú. Fue una fatal sorpresa. Pero rehechos, lo pelearon a Rodríguez de
manera que tuvo que abandonar su campaña, al menos por el momento. En 1822 el Gobernador
comisionó al Cnel Pedro A. García para que concordara nuevas paces con los indios pampas y
ranqueles. Existe un extenso diario de esa su expedición de paz y un mapa en el que se ubicaron las
principales tolderías. La de Anguepán se hallaba próxima a la del capitán Antiguán y del cac..
Llanquelén. En el congreso, el 27 de Abril, se presentaron 22 caciques, cada uno con un con un
contingente. Antiguán trajo 260 indios y aceptó l paz propuesta, bajo algunas condiciones. Pero el
Gobernador no las aceptó y él mismo salió de nuevo para atacarlos. Así quería forzar el avance de la
frontera y la fundación de Tandil. En Diciembre de 1825, los hermano Oyuelas reunieron en nombre
del Gobierno de Buenos Aires a 40 caciques pampas para proponer nuevamente la paz. Tras largas
discusiones, el 13 de Diciembre de 1825 aceptaron las propuestas. También Anguepán estuvo
presente en el congreso de paz sobre el Arroyo Pecuén, el 25 de Abril de 1826. Pero de nuevo hubo
una tremenda infracción e invasión militar en sus tierras. El Cnel. Federico Rauch, persiguiendo un
malón de chilenos (pincheirinos) atacó muchos indios en paz, y no se habían incorporado en las
filas de los chilenos. Anguepán parece haber sido llamado por Rauch y en 1833 acompañó al Gral.
J.M. de Rosas en su campaña al Río Colorado. En Tapalquén, pues, se le incorporaron los indios de
Anguepán, Catriel, Cachul, Pablo, Nicasio y Llanquelén y fueron puestos bajo las órdenes del
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Sargento Eugenio del Busto, Pero no hay partes que lo mencionen particularmente. (AGN X. 40-7-
10; 16.6.33) . Allí terminan las noticias que de él pudimos averiguar. Por lo visto, podemos afirmar
que era un hombre que buscaba vivir en paz.
Etim.: facha de puma.
ANIGULEO, capitanejo boroga (es quizás Aniqueo de la tribu de Coliqueo) 1834 fue
apresado en el asalto de Masallé y llevado a Salinas Grandes, donde hizo méritos. El 1º de
Diciembre de 1857, el cac.. Calfucurá lo mandó con cartas al Presidente J.J. de Urquiza.
ANGUISA, 1584, cac.. comechingón. Vivía en La Mala, Córdoba, encomendado a Funes
(Montes 1954 p.69)
ANHUEPÁ,1875, cac. salinero que firmó el tratado de paz o el proyecto de tratado de
Namuncurá (AEM. Doc 1232).
ANI CHARABA, 1575, cac. comechingón de Anisacat, en el Valle de Calamuchita,
Córdoba. Estaba encomendado a Martín (Montes, p.77
ANI HUEQUE, 1797, capitanejo pehuenche de Malalhué. Participó en la Guerra Pehuenche
y en los parlamentos de paz (Arch. Mend. 12.8. 1797 p.77)
ANIME, 1573, cac. comechingón de Quilinón, Córdoba, encomendado de Cabrera (Montes
p.50) .
ANIMI, 1598, cac. comechingón de Gualmira, localidad Camín Yaga, Córdoba;
encomendado de Lossa. (Montes p.48) .
ANI ÑÁN, 1823, cac. pehuenche que ese año llegó a Mendoza para reafirmar la paz.
(Morales Guiñazú: Habitantes primitivos de Mendoza, 1937 p.96)
ANIMISEL, Martín, 1871, capitanejo ranquel del cac.. Mariano Rosas. El Cnel. M. Charras
lo acusa por haber preparado el malón (arch. Municipal de Junín, Juzgado de Paz)
ANI TOC TOC, 1579, cac.. comechingón de Tiltilo Poncho, Tamahalon, Córdoba.
Encomendado de Velásquez (Montes p. 72)
ANILLATUR, 1797, capitanejo pehuenche de Malalhue, de los indios amigos de Mendoza.
Actuó en la Guerra Pehuenche y asistió a los parlamentos de paz (Arch. Mend. 13.8.97)
ANIQUEO, 1857, capitanejo de Calfucurá, llevado con los borogas de 1834 a Salinas; tuvo
que llevar en 1857 una carta del cacique al Presidente Urquiza.
ANITANCA, 1573, cac. comechingón de Quilotes, Mar Chiquita de Córdoba. Encomendado
de Villegas (Montes p.91)
ANONE, 1858, cac. pampa. En una carta del 1.l.1858, el Cnel Pío Iturra de Bahía Blanca le
escribió: “Deseamos tu fidelidad y la de Angalá, Bilchal, Juancha, Inaré, Comilla, Anone, Bermina
y de los demás indios, tus amigos…” (Arch. Salesiano de Bah. Blanca.
ANQUE LEO, capitanejo boroga. 1834 fue atacado por los indios chilenos y llevado a
Salinas Grandes, donde hizo mérito. El 1º de diciembre 1857 Calfuicurá le mandó con cartas al
Presidente J.J.Urquiza.
ANQUE LEMUR, 1766, cac. pampa ranquel. Diego de las Casas dice en su Censo que era
de paz.
AQUIEL, 1564,cac. puelche que residía en el Valle del Diamante, en el paraje llamado Ullo
Alla (Mendoza). Encomendado de Antonio de Cambranes (Cabrera: país de Cuyo p. 238)
AQUÍ NAURE, 1573, cac. comechingón de Anqui Velato, Sal Vinacanche, Córdoba.
Encomendado de Castañeda (Montes p. 77).
ANTE, 1839, cac.. boroga. Hijo del cac. Cañiuquir. Fue muerto en la batalla de Tapalquén,
el 20 de Agosto de 1839. (Ver Cañiuquir o Antivil) antü-sol
ANTÜ ANQUE, 1779, Tenía entonces 20 soldados (Censo de Diego de las Casas. De
Angelis 1910 IV. P.584)
ANTE CUÉ, 1827, cac. Gobernador de los pehuenches del Río Barrancas. Ese año llegó a
su toldería en la jurisdicción de Mendoza el general chileno Beauchef e invitó a los caciques
principales que se engancharan con 150 hombres (-tenían 600-) para perseguir a las hordas de los
Pincheira. Primero se negaron; pero luego, ante las insistencias del general, cedieron para luego
abandonarlo durante la marcha. (J.Beauchef: Memorias Militares de…Santiago Ch. 1964 p.258)
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ANTE CUERO, 1714, cacique del sur de Mendoza (pehuenche). Ese año fue implicado en
un malón. Era la época de caza de indios entonces. Antecuero, su hijo Chiqueyú y el cac.. Quereyú,
unidos a dos caciques ubicados en Casuhati en la pampa, llamados Cucaltima y Don Pascual,
invadieron el Valle de Agua Dulce y la zona de Jauría, en la Prov. De Mendoza (Arch. Mendoza)
ANTE CHE, Andrés, 1869, cap. del cac. A. Raninqueo; antes de la tribu de Coliqueo. Pero
al separarse de la tribu de “Los Toldos”, fueron a vivir en La Verde (Part. De 25 de Mayo) . Más
tarde la familia de Anteche volvió a Los Toldos, donde se conserva buena descendencia. Etim.:
gente divina (del sol).
ANTE CHOIQUE1776, cac. pehuenche del Río Chadileo en la Pampa, donde fue censado
por Diego de las Casas.
ANTE GNERR, 1872, capitanejo ranquel de la lista de Mariano Rosas.
Etim.: zorro divino
ANTE GUÁN, José (Antiguanque, Antiguán) 1776, cac. ranquel (creo) que viía en Congai.
Tenía 20 soldados (De Angelis 1910 IV. P. 584). Después de una expedición del Gobernador
Amigorena a Salinas Grandes y a la Pampa, Anteguán asistió a un parlamento que ese Gobernador
convocó a San CarlosEl tenía conexión con los pehuenches de Malalhuá y parientes entre los indios
de Valvarco, de manera que era más bien neutral en la Guerra Pehuenche. Después de la muerte del
cac.. Anca Namún, se presentó el 2 de Diciembre de 1787 en Salinas Grandes con el cac.. Carriguán
a los expedicionarios porteñospiiendo paz y protección (AGN VI 7-8-1)
1798 asistió un capitanejo Anteguán, probablemente un hijo, al último parlmento de paz con
el Gobierno de Mendoza. Entonces lo eniaron con la misión diplomática d reconciliar a los indios
de Varvarco (Neuquén).
1810, en oportunidad de la expedición pacífica del Cnel. Pedro A. García a Salinas Grandes,
AntegUán (no sé si el padre o el hijo) concurrió también a la cita. El Coronel en su Diario menciona
hasta a su buena mujer que le había cebado unos mates excelentes. 1920 intervino él y su hermano
Güilletrú en el nuevo parlamento de paz y quizás en la lucha contra el Gobernardor invasor Martín
Rodríguez en el Arroyo de Chapaleufú. Nuevamente jugó gran papeldurnte la excursión pacificador
del Cnel. P.A. García, en 1822, en la zona de Tandil, pues fue su intérprete. Había estado poco antes
con el cac.. Cayupulqui, en Buenos Aires. El Cnel. García, sabiéndolo, lo envió como mensajero a
las tribus pampas de la zona de la Ventana para que preanuncia ra su llegada y sus propósitos o
misión. Convocó, pues, a los caciques a un parlamento. Al volver el Cnel. García, Antiguán lo
acompañó como baquiano. El 17 de Mayo, egún el Diario del Coronel, lo llevó a conocer su propio
toldo, a su hermano Huillitur y las 14 familias más próximas. Tmbién el mapa levantado entonces
eñala el lugar de su toldería. En el congreso general (el 27 de Abril de 1822) se mostró sin
vacilación como amigo del Coronel García. (De Angelis, 1910 IV p.93 ss.) Pasados unos años, tuvo
que acompañar al Cnel. Federico Rauch (como Calfiao, Catriel, Pichiloncó y Huillitur) en su
segunda expedición a Epecuén y Guaminí. Y en 1833, acompañó así mismo al Gral J.M. de Rosas
en su campaña al Río Colorado. El 5 de Abril de ese año lo alcanzó la orden de marchar con cien de
sus indios hasta el Fuerte Argentino en Bahía Blanca (AEM. Doc. 214). Luego fue agregado a la
División del Sargento Eugenio del Busto, excautivo de los indios pampas. En Julio le tocó
acompañar al Mayor Ibáñez hasta el Río Valchitas, más allá del Río Negro. En el cuaderno de
contabilidad J.M.de Rosas anotó algunos familiares del cac.. Anteguanque: cac., Cañiu Antig y el
lenguaraz Bernardo Antig ücolá (AGN X. 40-7-10) La última noticia que de él hallé dice que en
Enero de 1834 marchó al Río Sauce Chico para esperar allí nuevas órdenes. Etimol:
Guanque-Avestruz; antí –divino
ANTIG, 1834, familiar del cac. Anteguanque, Cañiu Antig y el lenguaraz Antig ücolá (AGN
X. 40-7-40
ANTEGUÁN, José o Antiguanqui 1776, cac. puelche vivía en Congai.; tenía 20 soldados
(De Angelis 1910 IV. p. 584) Desopués de una expedición de. Gobernador Amigorena de Mendoza
a Salinads Grandes y la Pampa, Anteguán asistió a un parrlamento. Tenía conexión con os
pehuenches amios de Malalhué. Asistió a un parlamento en San Carlos. Pero tenía parientes también
entre los de Barbarc; de manera que quiso ser neutral. Después de la muerte de Ancanamún se
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presentó el 2 de dic. de 1787 en Salinas Grandes con el cac. Carriguán a los expedicionarios de
Buenos Aires que buscaban sal. El buscaba paz y protección (AGN VI (vieja denominación) 7-8-1)
ANTIGUAL, Carmen, viuda de Moyano, 1979, es considerada como madre espiritual de
los mapuches actuales del Neuquén. Ella afirma que es nieta del cac.. ranquel Painé (J.Raone, 1980
publicó su fotografía). Ella murió en Octubre de 1980 en la reducción de Caichihué (Dep. Catán
Lil)
ANTEIL1874, capitanejo salinero del cac. Lamen. Obedeció a Namuncurá. Pero en 1874,
durante la Revolución Mitrista, huyó de la toldería de Salinas y pasó al campamento de Catriel,
envuelto justamente en esa lucha civil. A.Ej. 23. 9. 74)
ANTE LEF (o Antiglefi), 1825, cac. huilliche. Era hijo del cac. Chocorí. Ese año se halló en
el parlamento de paz, convocado por los hermanos Oyuela. Con su padrehabrá pasado mil peligros
en la perecución de Rosas, especialmente en la campaña del año 1833. Recién en 1845 se atrevió a
ponerse en contacto con el Cnel. Pedro Rosas y Belgrano en Azul, del que había oído que era muy
amigo de los indios. El 1º de Diciembre de ese año vino pues con el cac.. Payllanquir y 60 indios.
Allí recibió raciones, como otros tantos. Parece que vivía en Chimihuín, en el país de las manzanas.
Más tarde fue mandadero de Calfucurá. Este se molestó pedir en su carta al Ministro de Guerra mil
pesos para Antelef, “porque es pobre”..Que se junten los ricos de ese pueblo y los puebleros y hagan
una suscipción… “.(Carta reproducida por Schoo Lastra: El Indio del Desierto p.114).
ANCHI LEVI,1825, cac. auca, según el documento del Archivo de Biedma (AGN VII. 14-
10-4) s probablemente el mismo que señalamos arriba
Andrés, 1857, capitanejo boroga, hijo del cacique Lorenzo Coliqueo en 25 de Mayo. Era
lenguara . conf. Antivil, Andrés
ANTE LEMI, 1853, cac. salinero. Vivía en Puán. En Mayo de ese año viajó a Buenos
Aires, conduciendo una comitiva de Salinas Grandes a “Don Gobierno”. Entre ellos iba también un
hijo de Calfucurá. Los Coroneles Federico Olivencio e Hilario Lagos los atendieron en San José de
Flores; los regalaron y les dieron un pasaporte de salvoconducto para su regreso. Poco más tarde
desempeñó otra misión, llegamndo a Bahía Blanca donde presentó su pasaporte. Decía que venía a
conocer y que deseaba vivir en paz. (AGN X. 18-8-1 y 20-7-2). Etim.: Lema-bosque; antí-divino.
ANTE LÉN,1834, cac. boroga subordinado qal cac.. general M. Rondeao; era su suegro. En
oportunidad del Asalto de Masallé, el 8 de Septiembre de ese año, logró fugarse con Maniqueo,
Marileo, Ancapí, Inaipil, Antivil y Choiquevil, internándose a dos jornadas al país de los ranqueles.
Todos ellos fueron más tarde perseguidos por las tropas de Bahía Blanca y sus propios parientes,
quienes, en vez de poder perseguir a los huillichesa que los habían ultrajado, tuvieron que doblar
hacia el país de los ranqueles y precisamente contra aquellos. El cac.. Cañumil se sublevó. Y en una
segunda expedición que debía perseguir al cac.. Llanquetruz y a sus indios ranqueles, volvieron a
encontrar por segunda vez ese grupo de borogas refugiados. Ciertamente fue un grupo que mantenía
estrechas relaciones con los ranqueles Y por eso, Rosas los había condenado al anatema. Entonces
el Cnel Maza los hizo atacar de nuevo y luego los indios del gran cacique Ignacio Cañiuquir, quien
tantas veces había demostrado fidelidad para con el Gobierno de Buenos Aires. El primer asalto dio
como resultado 400 indios muertos; en otro ataque 1000 muertos y en abril 250 más, entre los
cuales cayeron 11 caciques en Languillú, el 26 de Abril de 1836. Allí sucumbió tmbién el cac..
Anteleo (ver Cañiuquir). Etimol: Río asolado
ANTEL o Antelén, 1835, fue sometido por Calfucurá, dice S.Avendaño en sus Memorias y
a la vez también los caciques Quiñel, Chihuaylaf y Puravil. Pero fue muerto en el asalto de la tribu
de Cañiuquir, el 24 de abril de 1836, el segundo asalto de la tribu. (ver Cañiuquir)
ANTELEO, Feliciano, 1870, capitanejo boroga que vivia entre los ranqueles. Lucio V.
Mansilla lo conoció allí; pertenecía a la tribu del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati). Cayó con los
ranqueles, que buscaban realmente la paz, bajo la rueda de la Conquista del Desierto. La expedición
de la columna del Gral. Rudesindo Roca a Poitahué, en Noviembre de 1878, recogió a 78 indios de
pelea y 230 de chusma. Entre los prisioneros enumera a los cac.iquillas Maniqueo, Maniqueo,
Luanher, Pinchintruz y F. Anteleo. (Rev J.E.H.Mndoza VII. p. 157)
ANTILÍ, 1775, cac. araucano del Río Bueno en Chile, Junto a Queupul, Levicurá y
Guayquipangui.
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ANTE LOÁN, 1825, capitanejo (entre) tehuelches que vivían entre el Río Negro y el
Colorado. El 20 de Diciembre de 1825 estuvo en el parlamento de paz en la laguna Guanaco. 1830,
Rosas lo aprovechó, lo hizo marchar con 90 hombres a las órdnes del Cnel. Villalba contra los
indios pampas. El 29 de ese año atacaron las tolderías de Calfiao, Maicá, Pety, Caniuante, Vilcay y
Llanquel´3en. Entre los muertos se hallaron a los caciques Vilcay y Llanquelén. En premio recibió
algunos animalitos y unos prisioneros “por ser parientes” (AGN X. 40-7-10 y 14-3-1) En 1833
demostró su adhesión al Generalísimo J.M. de Rosas, animando en el Arroyo Chico a otros caciques
que lo acompañaran y le mandó también a su hijo. (ib. X. 27-5-5) Etim.: Loán-Guanaco; divino.
ANTE LLANCA,1674, cac. araucano que vivía en la región de los tehuelches. Cuando el
15 de Febrero de 1674 el misionero llegó en su gira apostólica hasta el puerto Deseado,
acompañado por el cac. Ranqueunai y escolta, los indios de Antellanca interceptaron a los ginetes,
mataron primero al cacique y su escolta y luego mataron tmbién a hachazos al santo misionero,
quien quiso ofrecer su vida por la salvación de estos bárbaros. Uno sólo de la escolta logró escapar.
(R.P. Diego Rosales: Historia General del Reino de Chile) Etimol.: Llanca: collar; antü divino o
aquí brillante
ANTE LLÁN(CA), Andrés, 1861, capitanejo ranquel (?), Capitán del Regimiento 7º de
Caballería de Línea, fundado por el Coronel Man. Baigorria, encargado de custodiar la frontera sur
de Córdoba con asiento en el Fuerte Tres de Febrero. (AEM. Nº 1510, 2º68 y 8622 Lista de Rev.)
ANTI LLANCA, 1908, cac. araucano de Pucollan (T.Guevara)
ANTI MAIN (o Antimán, Antumán, Antemanque), 1776, cacique pehuenche, según el
censo de Diego de las Casas. Tenía 11 soldados. En su toldería había tres pozos. Según otro
documento, lo habían apresado en 1766, cuando venía a hacer una visita a Córdoba. Pero no
sabemos lo que le pasó entonces. Estuvo presente también en la Guerra Pehuenche. En Junio de
1787 fue atacado por el malón de Pichintur y muerto junto con los caciques amigos de Mendoza
Ancaiñ, Carripil y Ñancuché. El cac. Antimain había sido cacique segundo de ese último. (Acta del
parlmento de Julio de 1887. (Arch. Mendoza doc. 36.: 17.10.87 y De Angelis 1910 IV. P. 385)
Etim.: Cóndor divino
ANTI MAN, Alonso, (el Gral. Beauchef lo nombra como cacique Alonso de Arauco) ¿Será
el mismo que en 1776 Diego de las Casas enumera en su censo como pampa puelche en Chadilé(o).
1787 nombran a un Antimán como cac. puelche que se hizo boroga y más tarde volvió a la pampa
argentina. A lo menos hasta 1810 este vivía en Salinas Grandes. Allí lo encontraron las expediciones
a esos yacimientos de sal, en 1787, 1789 y 1799. Este canjeó en Médano de Gaona, dos cautivos por
telas, espuelas y víveres. 1800 la expedición de Manuel de la Piedra lo encontró en Salinas grandes
junto con el cac. Curruqueo (Mariluz p.231) En 1800 la expedición de Manuel de la Piedra lo
encontró junto con el cac. Curuqueo. (Mariluz p. 231). En otra expedición de 1805, una patrulla
alcanzó la toldería de Quentrepí y de Antemán. También el Cnel P.A.García calificó en su relato a
Antimán como indiferente. El 13. 11, 1810 lo halló junto al cac. Coluqueo, hijo del cac.
general.Curriqueo Más tarde los dos caciques intervinieron en la Guerra a Muerte en Chile. En
Diciembre de 1825 estuvo de nuevo en la Argentina y participó en el parlamento de paz que los
hermanos Oyuela habían convocado en nombre del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires
(AGN. X. 27-7-6). En 1832 figura su nombre en el proceso que los caciques borogas Rondeao,
Melín, Caniullán y Cañiuquir entablaron contra el cac. huilliche Toriano. Con estos borogas
compartió los trágicos sucesaos que les tocó vivir, después de la Campaña de Rosas al Desierto:
1834 y 1835 la masacre de Masallé y luego la aniquilación de varias tribus. Antimán se cuidó de no
oponerse a Rosas. Cuando éste exigió la entrega de cautivos, él las entregó. Rosas lo llama con el
Nombre Alonso. Más tarde, el nombre Alonso pasó a ser apellido de varias generaciones. 1838 se
nombra un hermano de él llamado Lefi Huadá en Reny, sometido al cacique general Payné de los
ranqueles (AGN S,IX 19-9-4 y Memorias de Beauchef p.385)
ANTU MÁN, Manuel, 1831, cac. pampa. Lo conocemos por un solo documento el 24 de
Noviembre de 1831, D.Prudencio Rosas mandó desde Tandil a Dn.M. Morillo a entregar ovejas a
este cacique. Puede ser de la familia anteriormente nombrado.
ANTIMAN, Martín, cuya hermosa fotgrafía de 2006 inserto entre las primeras en la galería
de fotografías. n. Este se asentó en la colonia de Coliqueo de Los Toldos (Prov. de Bs.As.) Como
40
vimos arriba había lazos familiares entre la familia de Curriqueo y su hijo Coliqueo con los
Antimán.
Martín Antimán asumió una jefatura en Los Toldos. Se autodenominó “Lonco” y formó la
“Comunidad Hermanos Mapuches De Los Toldos”. En Los Toldos y los alrededores hay arriba de
tres mil descendietes de los mapuches de la Tribu de Coliqueo; pero los más no se dejaron
incorporar en esa nueva agrupación y paralelamente se formó otra agrupación bajo la dirección de
Corón. Hace 100 años, ambas familias, la de Antimán y la de Corón eran nombrados entre los
familiares de los borogas de Curriqueo y de Coliqueo. Dejemos esas historias y retengamos algo del
“Lonco” Martín Antimán. Su sede era su casa en la calle Ignacio Coliqueo 564 en Los Toldos.
Luego creó en el terreno de la excarnicerá una casa cultural que denominó “El Sol” (Antí).Instaló
en ella salas de multiuso. Consiguió crear una Radio FM. Y según sus propias palabras tiende a la
difusión de los derechos contitucionales de los pueblos originarios. Un grupo promueve la
“Revolución Mapuche”. Pero esta “Revolución” es tan nueva aquí, que no puedo opinar sobre ella.

ANTE MILLA, 1767, cac..araucano de Maquegua, hermano del cac. Antivilu (León
Solís,L. 1991 El malón de Curiñamku p. 90) Era comerciante en Nacimiento y estaban implicados
en el tráfico ilegal.
ANTE MILLA,(o Antemil) 1767, cac. araucano de Maquehua que, durante la Guerra
Pehuenche (1788), enemistado con sus propios hermanos, hijos de Vuta Colemilla, vivía entre los
huilliches en Treca Malal sobre el Río Neuquén. Su hermano era el cac. Colemilla, otro Callfullán y
otro Antemilla. Se menciona ya en 1767 implicado también en el tráfico de de haciendas. Ese se
había casado con una mujer huiilliche. En verano de 1788, el Comandante F. Esquivel Aldao llevó
una fatal expedición contra los pehuenches sureños acompañado de los pehuenches del Norte (de
Malalhué). En el choque que se produjo el 19 de Enero, atacaron al cac.. Lepnopán, haciéndole
unos 200 muertos. También sus auxiliares perdieron más de 100 hombres. Durante la retirada de
éstos pasando por Treca Malal , el 21 de enero , venía el cac.. Calbuillán con 60 indios batiendo
banderas, pidiendo que lo incorporasen, porque –decía- temía un ataque de su hermano Antemil.
Los recibieron con todo ceremonial. 1788 vivía Antemil (-será él-) en Treca Malal. Y en 1790 figura
junto a los caciques Canighuán y Guanchocal. No sabemos cuál ha sido su fin. Etim.: Milla-oro;
“oro brillante”
ANTE MIL, Juan Andrés, 1869, cac. salinero, hermano del cac.. Juan Calfucurá. No tuvo la
misma vitalidad que sus demás hermanos. Era comerciante de caballos y hacía algunos mandados
en las plazas de Buenos Aires, Bahía Blanca y Carmen de Patagones. Por los años 1869/ 70,
estableció sus oldos en la frontera Oeste de la Provincia de Buenos Aires, cerca de los toldos del
cac.. Vicete Pincén. Juan Calfucurá los recupró con regalos e incluso pidió al Gobierno
racionamiento especial para él (carta del 25.2.71). En 1873 murió Calfucurá y Manel Namuncurá,
su hermano, entró a gobernar las tribus salineras y definía las relaciones de paz o de guerra con el
Gobierno argentino. Con gran empeño procuró un tratado de paz. Y cuando, en 1875, había
allanado todos los obstáculos de parte de las tribus, le falló el Gobierno de Buenos Aires, porque los
indios habían recibido noticias de que los estaban entreteniendo, engañando y preparando la guerra
ofensiva contra ellos (la avanzada de A.Alsina). Entonces los indios con un gran malón pensaban
que podrían prevenirse a los acontecimientos. Fue el “Malón Grande” de Diciembre de 1875 en
unión con los indios de Catriel que habían sido expulsados de su tierra. Juan Andrés Antemil había
viajado a Buenos Aires para mover las gestiones por el tratado de paz. El 2 de Junio de 1875
escribió al Comandante P. Iturra de Bahía Blanca, diciéndole que ciertamente debía tener ya
órdenes para hacer los arreglos de paz. “Estamos todos dispuestos”. El documento de la propuesta
de paz con muchísimas firmas de caciques está en AEM. Nº 1232 y la carta en el Arch. Salesiano de
Bahía Blanca). Quince días más tarde le decía al mismo Cnel. Iturra que andaban nuevos emisarios
en Buenos Aires. “Yo estoy viejo en estos arreglos”. A continuación le habla de sus negocios
comerciales. En Noviembre, estando el misionero Padre Jorge Ma. Salvaire en Salinas, se lo
menciona en una cartita de Namuncurá, diciendo: “Vino el cac.. Antemil, al que respeto mucho, no
como capitán, sino como cacique de estimación y agrado…Este quiere saber, cuando regresa. Ahora
41
se halla a mi lado. Yo soy su sobrino…El era hermano de mi finado padre, el cacique general
Calfucurá”. (Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios p. 12).
Luego vino el avance de Alsina, la Conquista del Desierto en su penúltima fase. Antemil fue
tomado prisionero en uno de los ataques; fue llevado a Carmen de Patagones y luego a Martín
García. Allí, en 1877, recibió el sacramento del bautismo de mano del R.P.Birot C.M.
Parece que en 1894 fue liberado y andaba buscando a su familia. El 13 de Julio se
dirigió a su amigo comercial, el Cnel Pío Iturra, diciéndole: “De mi familia no he podido saber nada
por el motivo que las Cordilleras no dan paso a causa de grandes nevadas”. Sabemos que más tarde
se estableció en Junín de los Andes, como él mismo informa en carta del 18 de Abril de 1895
dirigida al mismo Cnel. P.Iturra. Le dice que estaba haciendo diligencias para conseguir del Sr.
Presidente un pedazo de tierra. “Dice éste, que por el momento no se puede; no dispone de tierra,
sino el Congreso Nacional. Había hablado con J.E. Uriburu, con Bartolomé Mitre, conm E. Balsa y
F. Vivot. Todos se hacían los sotas frente a este indio vencido, aunque era de la más poderosa
estirpe. Habrá muerto en pobreza él de noble estirpe araucana y muy viejo ya. Entre sus hijos
conocemos a Juan José Antimil o Marivil y Francisco A. Antemil.
ANTENAO, 1872 , hijo del cac. Cayupán, hermano de Millao , capitanejo del cac. Mariano
Rosas.
ANTENAO, 1810, cac.pampa. Según el diario del Cnel. Pedro A. García, éste vivía y
trabajaba en la zona de Salinas Grandes. Hacía poco, había perdido a su padre (De Angelis III, 1910
p. 232) . Tenía muchas familias en la zona de Salinas Grandes. Cuando se acercaba la expedición
numerosa de García, se puso en acecho; pero luego tomó actitudes de amistad, hasta que dio
informes y consejos. Decía que su finado padre le había aconsejado vivir en paz con todos y que no
hiciera nunca la guerra, sino fuese en defensa propia. García dice que “ni su modo , ni su
razonamiento mostraba pesadez y no era molesto en peticiones. Llamó a su gente, previniéndoles
que no fuesen gravosos”. Aún en los años de agitación de la pampa, causada por el chileno J.M.
Carrera, él se mantuvo fiel a la Provincia de Buenos Aires, como los caciques Nic. Quintana,
Coñuepán, su padre, y otros. Pero en 1822 desconfió de la sinceridad del Gobierno, cuando mandó
al Cnel. García a realizar una junta cerca de Tandil, porque el Gobernador Rodríguez antes había
atropellado a los indios pampas en Chapaleufú.
En 1833, sus indios estaban banándose en la laguna del Chañar, cuando un malón los atacó y
casi todos fueron muertos en la sorpresa. Según C.Rusconi, Antenao (no sé si es el mismo) vivía en
1860, entre los pehuenches del Neuquén. En 1866 hizo un tratado de paz con el Comandante de
Carmen de Patagones, junto con Reuuecurá (AEM Nº 895 del 12.10.66)

ANTINAO, Nicasio Carmelo, 1980, cacique contemporáneo, segundo jefe de la


Confederación indígena argentina.
ANTI ÑANCÚ, (o Antimán o Antnán), 1776, cacique pehuenche pampa que vivía en Trobal
(Las Tunas) con 20 indios en 10 toldos, según el censo de Diego de las Casas. (De Angelis, 1910 IV.
485) 1814 lo hallamos en la lista de caciques sufragáneos del cacique gobernador Ñeycuñán de
Malalhué (Mendoza). Allí, el 22 de Noviembre de ese año celebraron un parlamento de paz en
nombre del General José de San Mar tín. Indirectamente apoyaron la Campaña Libertadora de
Chile. Per en 1820, fueron envueltos en los movimientos bárbaros del guerrillero chileno J.M.
Carreras.
ANTE NÁN, 1845. Este es otro Antenán o Anteñancú “Aguilucho divino o de arriba,
conocido como cac. pampa. Su hijo, el caciquilla Oquimán llegó 1845 a Azul con algunos
tehuelches para comerciar (Rev. A.Azul p.14). En enero de 1852, el cac. Antiñancú figura entre los
caciques obsequiados en Bahía Blanca por orden de Rosas. (AGN X. 18-4-8)
ANTE NÁN, 1878, capitanejo pampa, hermano de Nicacú, ambos hijos del cac.. Pincén.
Cuando, en 1878, éste había sido tomado prisionero, los dos hijos se presentaron de a pie (el 15 de
Diciembre) en Trenque Lauquén, entregándose a las tropas nacionales, como lo hiciera
Nahuelpayún, su tío y casi toda la tribu. (Olascuaga (Galíndez) IV p.98)
42
ANTE N, 1836, cacique boroga que fue muerto en Languillú, donde las tropas bahienses
hicieron un tremendo masacre en la tribu de Cañiuquir. (Comando Gral del Ejército: Política
seguida con el Indio IV p. 374)
ANTENEQUÉN, 1795 “recibió –en Chascomús- el bautismo con mucho amor”. (Informe
del Virrey Arredondo, citado en Tabossi p. 141)
ANTE ÑER (o Anteñir, Antegnerr), capitanejo ranquel. Cuando en 1878 la Conquista del
Desierto expulsó y perseguía a los ranqueles, éste huyó a los picunches del Neuquén. 1880 vivía
sobre el río Lileo, Curileo y tuvo toldería en Caicayén. Sabemos que el Gral. Roca, después de su
primer avance, hizo hacer expediciones de conquista también más al sur del Río Neuquén y
R.Negro. Sus columnas, la IIª Bigada lo alcanzó en su huída en el Río Quenquentreu, donde le
quitaron sus majaditas. Pero él en esta primera sorpresa se le escapó a la tropa del Cnel. E. Godoy
(el 5 de Dic. De 1880), como también en la segunda intentona de apresarlo, el 27 del mismo mes.
Después perdemos sus rastros. Etim.. Zorro divino.
ANTE ÑIR, 1980, cac. picunche contemporáneo de la Prov. De Neuquén. 1964 obtuvo un
terreno fiscal por decreto del gobierno provincial. (A.C. Hist. Nac. III, 1980 p 633)
ANTENOR, 1882 vivía en el sur de Neuquén. (Es quizás el cac.. Anteñer cap. ranquel ya
visto.)
ANTEPÁN (o Antepayún, alias “Barbas”, 1782, cac. puelche que vivía crca de Corral de los
Guanacos, sur de Mendoza, Su padre, el “distiguido” cac. Güentenao fue muerto por una expedición
militar en 1780. Hubo al mismo tiempo un Antepán y es difícil saber a quién se refier tal o cual
documento.
En abril de 1781 los caciques Antepán y Roo y cuatro más se presentaron en la Sala
Capitular de Mendoza pidiendo paz (ver Roco). 1782 aceptó el tratado de paz ofrecido por el
Gobernador y Comandante General D.José de Amigorena y fue a situarse sobre la margen del Río
Diamante.. Había entrado en varias acciones de la Guerra Pehuenche, siempre del lado de los indios
amigos de Amigorena. Por ej. En 1785 él y el capitanejo Tolay Anguenao avisaron en Mendoza que
el cac.. Creyo había muerto a quien su puso el precio de 200 yeguas. Estuvo en San Carlos espués
de una larga expedición en la junta de paz; él y su homónimo. Figura también en otros actas de
1792, 1794, 1796 y n 1797 es nombrado como segundo cacique de la agrupación de Malalhué,
siendo el cacique gobernador el cac. Millaquín. 1801, es decir , después de haber logrado la paz
entre los pehuenches del Sur y del Norte y también de los de Chile, visitó una vez más al
gobernador de Mendoza y fue recibido en el Cabildo de la ciudad. Poco después, Catrepán, su
pariente, llegó a Mendoza para avisar que el cacique Antepán, alias “Barba” había sido muerto y
que su hijo se encargaba de la dirección de su tribu (Arch. Mend.1801 y Morales Guiñazú:
Aborígenes de Mendoza p.77)) Etimología: Pan aquí es “barba” barba-divina
ANTE PAN, 1782 figura con su padre en el tratado de paz. 1787, cac. pehuenche del cac..
Goico. También él actuó en la Guerra Pehuenche del lado de los indios amigos de Mendoza. Su
nombre figura en las actas de varios parlamentos que el Gobernador Amigorena había convocado,
para asegurarse la subordinación de los pehuenches. En 1800 fue muerto su pariente, el cac.. Roco.
Entonces Antepán y el hijo de aquel, el cac. Pañechiñe, creyendo en el fallo de la adivina, quien
decía que el culpable de esa muerte hbía sido el vecino cacique pampa Bartola Güelecal, reunieron
sus conas y fueron a maloquearlo. Sólo por la intervención del Comandante de San Carlos, D.
Francisco Barros, se evitaron mayores peligros de guerra. Astutamente convocó a todos los caciques
de la zona a un parlamento e indmnizó a Güelecal por los daños ocasionados en el atropello.
Catripán, no era su hijo, era su más fiel capitanejo. Etim.: Ante-pangui: Puma o león divino.
ANTE PAN, (alias “León de Bangui”), 1767 era considerado como cac. pampa puelche. El
y el cac. Lepín fueron encontrados por una expedición de 60 hombres a las órdenes del Comandante
Vague, que se internaba en busca de sal. Antepán tenía 300 indios en Cabeza de Buey (Part. De
Bolívar) A la vista de la tropa huyeron. El pertenecía al grupo de los puelhes de Guaminí. (Carlos
Correa Luna: Villa Luján p. 20-22). 1775 Antepán pidió permiso para poder negociar con sal en
Mendoza. Son pocas las noticias que de éste cacique tenemos.
1782, en diciembre, estuvo con sus parientes en el parlamento de Paz, con los caciques
Rampan, Llanyüpan, Iñalef y otros del cac. Roco (Funes: Mendoza colonial p 60). 1810 lo encontró
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en Salinas Grandes el Cnel. Pedro A. García. (Diario de la expedición grande en De Angelis 1910
IV. p. 250)
ANTE PÁN, 1802, cac. boroga que vivía en el Valle de Las Animas, cerca de Talca y luego
en Santa Fe (Chile). Ese año lo visitó D. José S. De Cerro y Zamudio en su viaje de reconocimiento.
En su informe anota: “Me recibió con agradso. Están fuera de las Cordilleras, en lomadas pastosas,
desde los cuales se divisan los llanos de las Pampas de Buenos Aires”. 1813 figura como patriota;
pero tuvo que emigrar al Sur con Cuminao y Marinao. Luego fue molestado por Huichacura y
Curamil. De esta manera se ladeó al bando de los realistas. Y cuando. En 1820, el Gral. M. Bulnes
quiso invadir la tierra mapuche del Sur del Bío Bío, ellos y Rondeao defendieron sus tierras de
Boroa. (T.Guevara y Diccionario Histórico G eográfico).
ANTE PÁN, 1846 cac. boroga que vivía entre los ranqueles. Era hijo del cac. Meligüer y su
propio hijo se llamaba Chechel. 1852, en vísperas de la batalla de Caseros, fue obsequiado en Bahía
Blanca por orden de J.M. de Rosas. Pero después de la caída de éste, en Abril de 1852, concurrió al
malón que organizaron entonces los indios ranqueles y borogas con los unitarios. Arch. Córd.,
seción Gobierno T. 204 E)
ANTI PÁN, 1970, cac. contemporáneo y es el nombre de una de las 23 agupaciones
indígenas del Neuquén, reconocidas por decreto 9770/ 64.
ANTE PUENTA, 1788, cac. huilliche o ranquel del Sur. Obedecía al cac. Llanquetruz (I) y
con él intervino en la Guerra Pehuenche. El Diario de la expedición de Esquivel Aldao lo menciona
el 20 de Febrero de ese año. Dice que fue muerto cerca del Río Agrio. (ARch. Mend)
ANTE QUÉ, 1705, capitanejo auca quien con otros caciques pidió licencia (ayuda) en San
Luis para destruir a dos caciques agresores, a Yahatti y Mayupulqui. (Arch. S. Luis).
ANTE QUÉ, 1834, cxapitanejo boroga, agregado entonces a los ranqueles. Según un
documento, participó el 13 de Enero de 1834 en un malón sobre el Fortín La Esquina (Sta. Fe) junto
con los caciques Marileo y Mulato. Fueron rechazados. (AGN S.X. 24-9-1). “Anchequé” (podría ser
el mismo) fue muerto por la IIa. División de la Conquista del Desierto, el 11 de Abril de 1879.
ANTE QUÉN (o Antequene), 1796, cac. puelche, Durante la expedición del Capitán Juan
Antonio Hernández a Salinas Grandes con sus Blandengues, llegó a celebrtar un tratado de paz con
el cac. principal Callfilqui (Lorenzo Calpisqui o Cayupulqui) y sus parciales (14 caciques). Entre
ellos figuraron Antequene, Catetilla, Quintín y Huechal. Antequene murió el año siguiente, según
una nota de la Comandancia de Chascomús del 6 de Septiembre de 1791. /AGN S. IX. 1-4-3)
ANTE QUEO ( o Antuqueo), 1870, capitanejo salinero. 1875 firmó el proyecto de tratado
de paz (Doc. 1232 AEM.) Etimol: que-ser; antü –divino
ANTE QUERA, 1833, capitanejo pampa que participó en la campaña de Rosas al Río
Colorado (AGN X. 40-7-10) 1925 el Padre Salesiano Pozzoli visitó a sus descendientes en la
Pampa. Estaban, como dice en su relato, en gran miseria.
ANTE QUÍN, capitanejo pehuenche del Sur, cuyo hermano se llamaba Caminillaquín.
ANTIBIL : Ver Antivil
ANTICAL (o Anti Calquín) 1814, cac.. pehuenche de la zona de Malalhué (Mendoza) En
octubre de ese año asistió a un parlamento en San Rafael, que el cac. Neycuñán había convocado en
nombre del Gral. San Martín. Años más tarde se sublevó y se adueñó de la tribu de Neycuña´n,
gobernador de los pehuenches del Sur de Mendoza. Antical era amigo del cac. Chocorí ; pero no
hacía caso a los hermanos Pincheira. Éstos mataron a Neycuñán. Pero el hermano de éste desbarató
su éxito efímero. (ver Neycuñán)
ANTI CURÁ, 1860, cac. salinero, hijo del gran cac. Juan Calfucurá. No se destacó
mayormente, según la documentación consultado. Figura en el gran proyecto de tratado de paz, en
1875. AEM. 1232).
ANTIGUÁN, 1820, enviado por gestiones de paz a la toldería de Lincon
ANTIGÜENU, 1564, Toqui araucano, surgido de simple soldado. 1564 se ahogó en el Río
Bío Bío, después de haber logrado varias victorias.
ANTIG LEFI, 1845, cac. huilliche. Era hijo del cac. Chocorí. 1845 y 1846 estuvo en Azul
en gestiones de paz y comercio.
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ANTI LEF, 1864, capitanejo del cac. Quiñiforo que figura en el tratado de paz del 3 de Oct.
De ese año.
ANTI LEGHEN, 1860, cac. pehuenche en Caleufú (ver Huincahual)
ANTI LIEN, 1653, cac. pehuenche, el primer cacique que el Padre Rosales bautizó. Estaba
enfermo y quería asegurarse el cielo. (Rosales: Historia del Reino de Chile p. 203). Vivía en
Epulafquén, en la zona del Lanín. (G.Alvarez señala dos Epulafuén) Etim.: Lien-plata; anti-
brillante.
ANTI-LÍ, 1775, cac. pehuenche. Tenía su toldería entre las tribus del Río Bueno (Chile),
junto a los caciques Quepul, Leficura y Guayquipangui. Era uno de los que afirmaban que la ciudad
de los Césares existía (1782).
ANTI MILL, 1870, cac. pehuenche de Chilachalguín, Neuquén. (RusconiC.: Población
Prehist..de Mendoza, IV p.47)
ANTI NAL, 1873, capitanejo picunche del cac. Llancaqueo. Figura en el tratado de paz del
11 de Agosto de 1873, que el Gobierno hizo con el cacique Purrán y los demás picunches.
ANTIL, cacique ranquel , 1835 fue capturado su padre ,el cac. Lamuín (ver éste)
ANTEMONES 1622, cac. puelche, del toqui Ruya o Rua estuvo en el parlamento con el
Marqués (según D. Rosales)
ANTI NEA, 1870, capitanejo ranquel que obedecía al cac. Mariano Rosas (lista del
R.P.Donati)
ANTI VILÚ, (o Anribilú) 1648, pampa. Lo bautizó el Padre D. Rosales, misionero jesuita.
El cacique vivía en Nahuel Mapú, es decir, en la Pampa.
ANTI VILÚ, Juan, 1766, cac. araucano – llanista de Maquegua. Era comerciante en
Nacimiento (León Solís,L. 1991 p.124). Cuando en 1766 estalló la sublevación general de los
mapuches, porque el Gobernador chileno quiso obligarlos a reunirse en reducciones vigiladas por
los españoles, el cac. Antivil participó activamente en la guerra; haste apresó al Padre Javier Puga,
lo que el cac. Nahuelantú de Imperial le reprochó (según el P. D.Rosales) Luego, el Gobernador
Francisco Javier de Morales abrió negociaciones de paz. Sus guerreros se sumaron a los indios
huilliches para expedicionar contra las haciendas trasandinas. En marzo de 1767, el Cacique
Goberndor de Moquegua se emparentó con el capitán de amigos Juan Romero y con él fugó. Ese
mismo año estuvo presente en el Parlamento de Nacimiento con el Obispo. Los documentos
denuncian también que Antivil y su hermano Intimilla estaban implicados en tráfico de hacienda
(León Solís p.190). Un disgusto entre los indios de Marivilú y los del Llano y los de Mamuelmapú
(La Pampa) impidió que en 1772 se produjera un gran malón a las Pampas argentinas. Algunos se
interesaron más por su guerra contra los españoles invasores (León Solís p.42)
ANTI VIL (o Antibil o Antifilú), 1827, cac. boroga, hijo del cac. Cañiuquir. Después de
haber sufrido algún revés en Chile durante la Guerra a Muerte, cruzó los Andes. El Gral J.Beauchef
cruzó con sus tropas “patriotas” los Andes por el Valle de Maule y Girones, llegando a alcanzar la
toldería de Antibil; eligió entre los 600 conas a 150 para su vanguardia para que lo guiasen en su
persecución de los Pincheiras. Pero el ataque a su campamento, el 24 de Febrero de 1827, fue
frustrado.
Nuevas noticias de Antivil nos llegaron del año 1831; porque, durante la Campaña
combinada al Desierto fue atacado por una División cuyana al mando del Gral. F. Aldao, quien
venía con 800 hombres. Se hallaba en Chilqué (La Pampa) según Rev.J:E:H:Mendoza V. p.144.
Antivil se había separado del grupo boroga de Güaminí, igual que los caciques Marileo, Mariqueo,
Huele y Mulato. Pero poco después volvieron con el cac. Payné Carrané, pidiendo vida y perdón.
Entonces, el 10 de junio de 1833, Rosas exigió al Cnel. Manuel Delgado que realizara un
parlamento con los caciques borogas Cañiuquir, Rondeao, Melín, Caniullán, Maniqueo, Calfutruz y
Antivil. Pero el desacuerdo entre ellos exigía una nueva separación. Rosas quiso apaciguar los
ánimos, enviándoles a los caciques algunos sueldos o gratificaciones, como lo había hecho con los
pampas. Antivil recibió 200 $.
Después ocurrieron muchos y graves acontecimientos que contaré en la biografía de los
principales caciques borogas, entre ellos Cañiuquir, el padre de Antivil: el asalto de Masallé (8.9.34)
y las siguientes y violentas expedicioenes. (Ver Hux, M. :Caciques Borogas ed. El Elefante Blanco)
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l0a expedición de Bahía Blanca y los borogas que se incorporaron esperando poder vengarse de los
chilenos que los habían invadido. Algunas tribus se habían refugiado entre los ranqueles: las tribus
de Ancapí, Mariqueo, Marileo, Antivil y Choiquefilú .

En Enero de 1836, Antivil fue apresado en Bahía Blanca. Su padre protestó enérgicamente
(AGN X. 24-9-1). Pero, cuando después de los malones de los chilenos (patriotas de Calfucurá) ,en
connivencia con los jefes militares de Bahía Blanca, habían atacado a los borogas de Güaminí y
Masallé, Marivil y Maniqueo fueron desacreditados como traidores, porque habían huído entre los
ranqueles. Cuando el Cnel. F.Sosa de Bahía Blanca llegó a unir a los borogas sobrevivientes “para
perseguir a los matadores de los borogas”, los llevó primero, el 25 de Octubre de 1834, a la
Travesía, no para perseguir a los agresores chilenos, sino para atacar los indios de Ancapí, Marileo,
Ancafil (creo Antivil) y Mariqueo. Al concluir una nueva expedición, las tropas bahienses cayeron
sorpresivamente sobre la tribu de Cañiuquir, haciendo una espectacular matanza, en la que perdió su
vida el cacique Cañiuiquir. A Antivil se le ardía el corazón y en venganza convocó a chilenos,
ranqueles y los restos de borogas a un gran malón. Los condujo sobre Tapalquén ese año y
nuevamente el 20 de Agosto de 1839. Pero no llegó a saciar su sed de venganza porque las tropas
del Cantón y los indios pampas enganchados los rechazaron. No tengo más datos sobre el resto de la
vida del cac. Antivil. Quizás los Antivil que anoto a continuación sean de su familia.
ANTI VIL, Manuel, 1866, capitanejo de la tribu de Rondeao en 25 de Mayo. (Comisión
Investigadora de las tierras de Coliqueo y su tribu, 1940 p.401)
ANTIVIL,Andrs, 1868, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo. Ese año se incorporó al
elenco de sus oficiales, cuando se había separado el grupo de indios que acompañaría al cac..
Raninqueo a La Verde (Part. De 25 de Mayo). Antivil tenía 35 familias a su cargo. Se recomienda su
conducta en el parte de Coliqueo sobre el combate de Las Toscas (20 de Oct. De 1868. Hux,
Coliqueo ed 1980 p. 90) En Mayo de 1869 estuvo con Raninqueo; pero poco más tarde se hallaba
de nuevo con Coliqueo. Allí figura en la lista del censo de 1874.
ANTITRIPAI, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Manuel Baigorrita (Lista del
P.Donati)
ANTONA (prob. Antenao), pehuenche, 1802, visitó las autoridades de Mendoza para
renovar la paz (Arch. Mend).
ANTONIO, 1852, cac. tehuelche. No se conoce otro nombre o apellido de él. Actuó en la
zona de Carmen de Patagones y más al Sur. Con el cac. José María Llanquetrux, solía acudir para
recibir raciones. 1865 él y el cac. Chiquichano hicieron un nuevo tratado de paz con el Gobierno de
Buenos Aires. En ese año lo visitó el explorador suizo Jorge Claraz, como cuenta en su Diario del
viaje al Chubut (ed. Marymar).
ANTU ÁN, 1833, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. En 1830 asistió con 32 caciques a
un parlamento en Tandil (Fernándes, 2000 p.18). Era primo de Catriel. Participó en la Campaña de
Rosas al Río Colorado. Estuvo en la vanguardia. Y con el Cnel. Ibáñez llegó expedicionando más al
Sur del R. Negro, hasta Valcheta. En Enero de 1834 estuvo de regreso y acampó con su gente en
sobre el Arroyo Sauce Chico. En Noviembre tuvo que situarse en Tandil. Allí murió el m ismo año,
el 3 de ese mes.
ANTRÚ (prob. Huentrú), 1873, capitanejo picunche de la agrupación del cac. Purrán.
ANTUÁN, cac ranquel que había tenido como cautivo a Blas Pedrosa (Escribió una
memoria)
ANTU CO, 1751, cac. pampa. Era hijo del cac. Flamenco (AGN IX. 1-4-2). Se integró en la
Misión Jesuítica de Nuestra Señora de la Concepción, fundada en 1740 sobre la embocadura del R.
Salado. 1751 se nombra también a Antuco chico. El Padre Falkner, en su libro La Patagonia, lo
menciona: “un cacique joven, a quien conocí muy bien. Ed. Inglesa de 1774 p. 126) <<un
documento de 1771 dice de él, que había llegado a Buenos Aires.
Etimol. “Agua-co y antü- divina
ANTU CO (alias “el Bulnes”, 1884, capitanejo huilliche que, el 28 de Mayo de ese año
llegó a rendirse a las tropas expedicionarias, en Ñorquín, junto a los capitanejos Millapí y Vidal.
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ANTU CHE (ver Ante che), 1750, cac. pehuenche a quien conoció el Padre T.Falkner en sus
andanzas misioneras.
ANTÜ HUENU, (o Antu güeno) 1564, cac. araucano, a quien las crónicas chilenas llaman
“feroz”. Pués de grandes batallas y vehementes expediciones de los españoles hasta el Cuyo, los
caciques Millalemo y Antühuenu sublevaron a las tribus araucanas hasta en la zona de Mataquito.
Durante los meses de Febrero y Marzo de 1564 peleó cerca de Penco (Concepción) y luego
pusieron sitio a la ciudad de Arauco. Algunos lo llaman “El Cid de Arauco”, porque en un arrojo de
Valentía provocó a los jefes contrincantes, en particular al muy afamado Maestre de Campo D.
Lorenzo Bernal del Mercado. Al pie del cerro Colo Colo, tuvo lugar la escena singular y, dice la
crónica-, lucharonm con tanta igualdad que se agotaron sin que hubiese vencedor ni vencido
(Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 60)
Etimol: “Sol del cielo”
ANTU HUENU, 1639, cac. araucano de Purén, de las faldas de Nahuel Buta, al Sur de
Angol. Mientras que, en 1639, grandes caciques como Lientur, Vuta Pichón, Liencura y
Lincopichún, entablaban negociaciones de paz con el gobernador D.Francisco López de Zúñiga,
Antehuenu adiestró a gran número de guerreros, seguro que no había terminado aún la guerra de su
independencia. Al fin, asistió él también al Parlamento de Quillan el 6 de Enero de 1641,
convocado por el Gobernador, Marqés de Baides, en cuyo séquito había 2350 hombres. Los 170
caciques reunidos presentaron a su vez a 4000 indios. Ese fue el primer parlamento así notable entre
muchos mapuches e huincas. Antehuenu fue proclamado Vice Toqui (Gay, Historia v.III. cap.V.)
Pero los indios exigieron que fuera una paz digna y no de sometimiento. Efectivamente una
cédula ral del 29 de Abril de 1643 ratificó esta paz que, en realidad, había sido un triunfo para los
mapuches. Sin embargo tuvieron que volver a la guerra, y no por culpa de los mapuches. El año
1655 fue muy duro. (Campos Menchaca:Nahuel Buta p. 120 y 391)
ANTU LÁN, (prob. Antullán), 1852, cac. pehuenche, sobrino del cac. Meli-llán. El 26 de
Febrero de 1852 estuvo en un parlamento de los pehuenches de Mendoza, con Caepí. (Arch. Mend.)
ANTU NAHUEL, 1561, cac. araucano de Chile (j.Tellez: Una raza p. 141)
ANU LIÉN, 1651, cac. principal de los pehuenches en Pintullanca, que reconcilió el
P.Diego Rosales con sus enemigos mortales, los puelches del cac. Malopara ( de Epulafquén
puelche.Ver Paillamach). El misionero jesuita pudo bautizar al cac. Antulién; estaba muy enfermo y
él mismo pidió el sacramento (Rosales: Historia del Rerino de Chile, ed. 1877 p.203). Hubo
parlamentos en Villarrica y en Epulafquén, donde se presentaron pehuenches hasta de las pampas
de Córdoba y desde El Nacimiento.
ANUAIE,1788, cac. pehuenche de Malalhué, pariente de los caciques gobernadores
Ancanamún y Pichintur. También a él le tocó participar en la Guerra Pehuenche con triunfos y
reveses. Vio morir a sus hermanos y sació su sed de venganza especialmente en la expedición de
Febrero de 1788 (Diario de Es1quivel Aldao, en Rev. J.E:H:Mend VIII. 1937) Uno de los hermanos
se llamaba Caniuán.
ANUGURU, Juan, 1751, cac. araucano que residía en Reivu (Chile). Allí lo visitó el Padre
Bernardo Haevstadt, el 28 de Nov. de ese año. Anaguru se consideraba como cac. principal o
general. No obstante no tenemos más datos de él.
ANUQUEO, 1843, cacique entre los ranqueles reunidos para el malón a Achiras. (Memorias
de Santiago Avendaño).
AÑAY, 1802, cac. pehuenche que figura en un documento de Mendoza, porque había
visitado al Gobernador.
AÑEÑÁN, 1814, cac. pehuenmche. El 22 de nov. San Martín mandó al Administrador los
caciques Lemón, Añeñán, Caepí y 24 indios al Administrador (Draghi, Rev JEH Mendoza II 1944
p. 139)
AÑI HUAL,1908, cac. mapuche de Quepé, Cautín, Chile, donde lo visitó el historiador
T.Guevara. Tenía una familia numerosa. Etim.:”Cara de Pato”
AÑITALBA, 1573, cac. comechingón de Ana Sacat, Escoba Sacat, Córdoba Encomendado a
Luna (Montes 1954 p. 46)
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APELES,1806, capitanejo ranquel sujeto al cac. Naupayún. De ellos habla D.Luis de la
Cruz en su Diario del viaje por la pampa a Buenos Aires. Este le acompañó hasta Meucó para vsitar
al cac. gobernador Carripilún.
Etimil: Apel: tocayo
APÚ, 1815, cac. araucano que durante la Guerra por la Independencia chilena entró a la
Pampa y maloneó.
AQUÍ NER,1852, capitanejo salinero. Ese año fue tomado preso. Entonces se presentó en
Azul el cac. Felipe y solicitó su liberación, porque era su sobrino AEM. Bs.As. 7. 6. 1852)
ARAQUÍ, 1582, cac.. de la nación Chana, quien por el reparto de Juan de Garay fue
encomendado a Dn. Francisco Pantaleón, en la cercanía de Buenos Aires. (Doc. De Garay)
ARCEAPEL, 1788, cac. huilliche del grupo del cac. Llanquetruz Iº. Durante la Guerra
Pehuenche fue atacado especialmente en la expedición de Esquivel Aldao y sus indios amigos de
Malalhué, el 18/19 de Febrero, como anotó en su Diario. Era vecino de la tribu de Lepnopán, lo que
nos hace pensar que era ranquel como éste.
ARCHI MÁN (alias “Huilli Calquín”), 1833 cac. huilliche, compañero del cac. Cayupán
que fue atacado por una patrulla de la columna expedicionaria de Rosas al Río Colorado. El
capitanejo Mariano Calderón atacó a su toldería, dispersó a sus indios y los persiguió hasta no
verlos más. (AGN. X. 27-5-5)
ARCHIQUIL ver Huenchuquir.
ARIAS, 1881, capitanejo pampa de la tribu de Manuel Grande en Carhué. Allí Mons..
Espinosa les hizo una visita misionera. Más tarde estos indios ya reducidos fueron trasladados a
General Acha en La Pampa (ver Manuel Grande)
ARMADA, Juan, 1761, cac. querandí con nombre español. Entonces vivía en la jurisdicción
de Luján, sobre la laguna de Juncal junto al cac. Tambo (Tambo Nahuel). A mediados del año 1761
fue atacado por el cac. Culquín (Calquín seguramente). El cac. Armada sabía ir a Buenos Aires a
comerciar (AGN S. IX. 1-4-2 :Salto 9.7.61)
ARMSAL,1596, cac. querandí. Vivía en las afueras de Buenos Aires en el campo que
lindaba a la Chacarilla que Don Diego Lucero había donado a los Padres Dominicos (Abad
Santillán: Enciclopedia Argentina II. P.507)
AR NAO, 1879, capitanejo ranquel de la tribu del cac. M. Baigorrita. Cayó prisionero
durante la campaña de la Conquista del Desierto por la IIIa. División (R.Pastor: Guerra contra el
Indio en la Jurisdicción de San Luis p.507) Etim.: Are-celeste; nao- tigre
ARTI LLANCA, 1774, cac. pehuenche chileno de la Reducción Guinchilca.
Aseguró al Capit. Pinuer que existía la Ciudad de los Césares.
ARVUELQUE NER, 1802 , cac. pehuenche quien ese año acudió a Mendoza para
reafirmar la paz (Arch. Mend)
ASAHUATE, Barolomé (Asaguate), 1688, cac. huarpe de San Juan de la encomienda de
Diego Jufré de la Guardia. Vivía en Tecunuco; más tarde huyó a Córdoba. Su mujer se llamaba
Bartola Quilapay (Arch. Mend).
ATAN CHCHUCTAV, 1591, cac. comechingón de Tambi, Cruz del Eje, Córd.:
encomendado de Astudillo. (Montes, 1954 p. 60)
ATANU, 1673, cac. serrano (puelche) que había sido “Cazado” y llevado a una encomienda
de la jurisdicción de Buenos Aires (Lehman Niche:Chechehet p.250).
ATEN CO, 1852, capitanejo. Ese año se presentó en 25 de Mayo con una comisión de
Salinas randes, donde fue atendido po el Cnel. Olivencio. (Allende : Fronteras 121) Etimol: “Agua
fría”.
ATENTARO, Don Juan, 1658, cac. Chiquillán (puelche). Vivía en la región de Malalhué
(Mend.) y ocupó el cacicasgo interinamente, hasta que el joven príncipe puelche Yovirrie alcanzara
la edad reglamentaria.
ATNI MINTA, 1596, cac. comechingón de Cosnata, Córdoba, encomendado a Maldonado
(Montes p.77)
ATISYAMA, 1576, cac. querandí, establecido en Singlitón, Prov. De Sta. Fe
48
En su pueblo o toldería vivía también el cac. Totamo. Según el P. Alonso Barzana, estos
tenían su propio idioma. (Outes,F.: Luz sobre los Querandíes. 1936 p.11)
ATOREY, 1836, capitnejo boroga quien fue muerto en el gran ataque a la toldería de
Cañiuquir, el 26 de Abril de 1836 (ver Cañiuquir).
ATOREY, 1878, capitanejo boroga, quizás descendiente del que nombramos anteriormente.
Lo conocemos por la noticia de su muerte. 1878 obedecía a Namuncurá. Entonces las tropas
expedicionarias de la Campaña de la Conquista del Desierto lo persiguieron y alcanzaron su gente.
El Tnte. Cnel. Marcelino Freyre lo sorprendió en Utracán, al Sur de Santa Rosa. Según el parte del
7 de Oct., murieron en la acción los capitanejos Canolo, Atorey y Calfumur y 23 indios de lanza. Al
mismo tiempo fueron tomados prisioneros el capitanej Laiquelén con 35 indios de lanza y 135 entre
mujeres y niños. (Olasc. I. P.70 y Del Valle: Recordando el Pasado I. 366 y el Diario “La Patria” de
Dolores Nº 529 consultado en la Bilioteca de C. Moncaut) .
AUCAL (o Auca Llanca) 1810, cac. puelche que vivía en la zona de Cabeza de Buey (Part.
de Bolívar). Allí lo encontró el Cnel. P.A.García, durante su famosa expedición a Salinas Grandes
de 1810: lo obsequió. Poco después (el 1 de Nov.) se le presentó al Coronel el hermano del cac..
Aucal, quejándose de que los indios del cac. Lincón les habían quitado los agasajos y regalos que
habían recibido de él y los llevaban para ofrecerlos a su padre. Esto demuestra que los indios con
frecuencia vivían en rivalidades. Aucal, más tarde, vivía en Tromen Lauquén (Part. de Puán). 1820
se dejó enganchar en las operaciones del exiliado político chileno J.M. Carrera. Desde tiempo era
conocido comerciante de sal, pues llevaba cargamentos a la frontera hasta Navarro. Se le pedía por
un lenguaraz Juan Verdugo, que se interpusiera para conseguir la liberación de cautivos. Juan
Verdugo y otro lenguaraz, llamado Manuel Valdebenito se internaron hasta sus toldos en busca de
cautivos/cautivas. Allí les informaron de que les habían sido arrebatados y habían sido entregados a
Carreras que en ese momento actuaba en tierras cordobesas. La última notita de Aucallanca es, creo,
que asistió al parlamento de paz celebrado con 40 caciques pampas en la zona de Bahía Blanca.
AUCA LUÁN, 1837, cac. pampa que figura en la lista de los caciques amigos con Calfiao,
Canuanté y Petí, el 15 de Febrero de ese año.
AUCÁ N, (o Aucanahuel) , 1792, cac. huilliche que fue perseguido por los expedicionarios
de Francisco Esquivel Aldao y los indios pehuenches de Malalhué, igual como Quilapán,
Llancamán y Millaluán (Arch. Mend.).
AUCÁ N, 1825, cac. pampa que participó en el parlamento de paz, convocado por los
hrmanos Oyuela, cerca de Bahía Blanca. Etim.: N-nahuel : auca- bravo.
AUCA ÑÁN, 1872, capitanejo ranquel de la tribu del cac. Mariano Rosas. Ese año asistió al
parlamento que trataba el tratado de paz propuesto por los Padres M. Alvarez y T.M.Gallo. (Arch.
Río IV Convento franciscano )
AUCA NAMÚN, 1872, capitanejo ranquel que asistió al mencionado parlamento por la
paz.
AUCA NER, 1871, cac. salinero. En Julio de ese año vino en comisión a la frontera con 30
indios. Le acompañó un sobrino del cac. Calfucurá. Se presentaron al Coronel Juan C. Boer y
pidieron un tratado de paz y la posibilidad de comerciar. (AEM. Nº 73772: 1.Agosto de 1871)
Etim.: “Zorro salvaje”.
AUCA PÁN, 1980, cac. pehuenche del Neuquén. En esa Comunidad Casamiquele (1995
p.59) encontró a Delfina Collihual de Antinao y Antonio Huenufil.
AULETA, 1570 a 1590, cac. comechingón que vivía en la zona de Villa Dolores, en las
Sierras Grandes de Córdoba (Terrera, G.)
AUCA VILÚ, 1809, cacique de la nación auca que visitó al Virrey en Buenos Aires junto
con el cac. Catrimilla. Etim.: Víbora brava.
AUMADA, 1765, cac. “auca”, cuyo nombre derriba probablemente del apellido español
Ahumada, El 14 de septiembre de ese año, se presentó en el Fortín Zanjón con el cac. Lepín. Ellos
informaron que había muchos pehuenches en ambos lados de la Sierra (Cordillera). (AGN IX. 1-5-
9)
AVARO NAURE, 1594, cac. comechingón de Vascaquimira, Casan Catich, Córdoba;
encomendado de Nadal (Montes p. 73)
49
AVARO NAURE, 1594, cac. comechingón de Asan, Torol Córdoba; encomendado de
Ruesgas (Montes p.65)
AVELDAÑO, Ignacio, 1863, cac. salinero del cac. Juan Calfucurá. Este lo presenta en una
carta del 8 de marzo de ese año, dirigida al Presidente Bartolomé Mitre con estas palabras: “Va mi
yerno: se llama Ignacio Aveldaño. Este en un hombre de los mayores principales y…Son de mi
confianza”. En varias oportunidades ha demostrado su deseo de vivir en paz y armonía con los
blancos. Así dice una nota del jefe de la frontera: “El cuñado de Calfucurá, Ignacio, quiere servir en
algún punto de la frontera, como lo estaba haciendo su tocayo, el cacique Ignacio Coliqueo”. 1866,
cuando Calfucurá insistía ante el Cnel. J.Murga en el deseo de establecer la paz, mandó una buena
comisión y una carta que decía: “También el cacique Abeldaño los acompañó con una carta. Fue
probablemente la última misión de su vida (Arch B.Mitre Vol.24 p. 82. AEM 30.12. 62 y 22.12.66).
AVENDAÑO, Fermín, 1837 – 1929, capitanejo ranquel del cac. Ignacio Coliqueo (ver
Neculhual) . Es interesante como adoptó el apellido de su madre; pues era hijo de María Avendaño
y de Hualá (chileno) y tuvo una larga vida y una amplia descendencia en Los Toldos. Fue bautizado
en Nueve de Julio en 1892. En el cementerio hay una fotografía suya sobre su tumba. Sus hijos son
anotados ya como Neculhual Aveldaño, ya como Avendaño. Así Martín, Manuela, Justo, Lorenza,
Venera, Isidoro y Francisca, todos casados en Los Toldos y con muchos hijos. (Hux. Carpeta de
genealogías ) Franciaca Avendaño estaba casada con Thomás Morales .
AVOUNÉ (o Abulne, Abune, Afuné,Ajuené son sus variantes), 1810, cac. pampa, sucesor
del cac. Currutripay. Era hermano de los caciques Calfiao, Huilletrú y Antiguán y del capitanejo
Erna (Colecc. De Angelis, 1910 IV. P.119)
Avouné aparece en un documento de 1780 por primera vez; en oportunidad de un
parlamento de paz con el Maestre de Campo de Mendoza, J. de Amigorena y luego por una entrada
ofensiva a la Pampa. Amigorena había unida tropa de Mendoza, de Córdoba y de Buenos Aires e
hizo una campaña, con mucho suceso. En esta acción sorprensiva mataron a 706 indios y tomaron
unos 800 prisioneros de guerra. Entre los muertos debía hallarse el cacique Curritripay. Finalmente
se hizo un trtado de paz en 1790, considerando como límite el Río Salado del Sur (Bs.As.) (ver
Calpisquis).
Después hay para nosotros un largo silencio. 1810 lo encontró el Cnel. Pedro Andrés
García, según su Diario de la Expedición a Salinas Grandes. Avouné no titubeó en desacreditar la
brutal ofensiva de los años 80, que les habían hecho los cristianos a los pampas y pehuenches.
García reconoció el prestigio de este cacique y aconsejó, en 1820, al Gobernador Soler convocar un
parlamento general de paz. A principios de 1820 hicieron devolución de hacienda robada, así lo
había exigido el Gobierno, sino les haría la guerra. El lenguaraz que cumplía con el recado decía,
que ellos pedían la libertad de indios presos y que el cacique principal de las tolderías del Sur pedía
amparo contra los cristianos ladrones y pulperos (AGN VII. 10-4-13 (7.1) y 30-1-20). Avouné en
Chimalafquén. Incluso pedía 50 hombres para someter a una tribu sublevada. También pidió la
libertad de su sobrino, el cac. Pitriloncó (Pichiloncó). Se alegró por el tratado de Miraflores (del
7.3.1820), el que lamentablemente tenía poca duración, primero por la invasión del chileno Gral.
J.M. Carrera y luego, la expedicióndel Gobernador Martín Rodríguez quien atacó sorpresivamente a
los indios pampas en Chapaleufú (como explicamos más extensamente en la biografía del cac.
Ancafilú). Los pampas lucían entonces sus dotes guerreros y el Gobernador tuvo que volver con
sus tropas, reconociendo su fracaso. 1822, el Cnel. P.A. García fue delegdo a proponer a los pampas
de nuevo la paz. La voz de Avouné fue una de las más potentes en la junta de 2500 indios, cerca de
Tandil. Pero también criticó con toda claridad la deslealtad de los cristianos y exigió el desalojo de
todos los establecimiemntos al oeste del Río Salado, e hizo la historia de sus tribus, remontando
hasta el siglo anterior. Expresó al Coronel que ellos, los pampas, las tribus aucas y las tehuelches
tenían el deseo de vivir en paz.
Pocos días después de la gran reunión se tuvo la noticia de que los ranqueles no aceptarán
la paz y que planeaban una emboscada al convoy del comisionado del Gobierno. Se reunieron
rápidamente los indios de los caciques Avouné, Pichiloncoy, Ancaliguén, Chanafil, Neculpichuí,
Pitrí, Llanquelén, Chanepán, Epuán y Calfiao; resolvieron enfrentar a los ranqueles, si intentaban
esos atropellos. Para mayor eficacia solicitarían al Gobierno de Buenos Aires 200 hombres. Pero no
50
se produjo el enfrentamiento y el Cnel. García pudo regresar tranquilamente a la Capital. El nos
dejó un interesante Diario de la Expedición y un mapa precioso que publicó B. Muñoz en 1824, que
señala más de veinte tolderías en la zona de la Sierra de Ventana al Sauce Grande. Avouné había
traído 180 conas a la reunión. (Coll. De Angelis 1910, IV p.110, 121 y 131) Etimol.:posiblemente
de allvün-lastimada, Né o ngué: cara “Cara lastimada”
AYADO, 1880, capitanejo tehuelche cuyos toldos se hallaban a diez leguas de la confluencia
de los ríos Sehuen y Río Chico.
AYAL (o Aillal, Ayllal, Bayllal, 1824, cac. Pehuenche entre los huilliches. Vivía entonces en
la Sierra de la Ventana junto con las tribus de los caciques Pablo, Curritripay y Quinchán. Un
documento cuyano de esa época decía que éstos eran favorables al Gobierno de Mendoza. En 1845
otro documento mendocino lo nombra en oportunidad del proceso de la muerte del cac.. Guzmané,
quien era cac. gobernador mendocino. (A.Mend. carp. 123. J. Bengoa, Historia 1985 p.93 y 192
habla de un tratado de paz con Domingo Salvo, jefe del Ejército chileno. Es probablmente el mismo
que nombrmos a continuación.
AYLLAL (Aylla llancá), cac. picunche, suegro del cac. Guzmané; casado con una hija de
éste. Vivía sobre el Río Neuquén. El cac.Guzmané era cac. gobernador de los pehuenches
(picunches) del sur de Mendoza. Su tribu eran indios amigos de Mendoza.Había participado en un
malón de venganza en 1794 cuando habían muerto a su cac. general Pichintur. Después de un
tiempo de silencios sobre Guzmané, se dijo que el nuevo Gobernador de Mendoza Pedro Pascual
Segura había favorecido al cac. Guzmané. Éste - dice S.Avendaño en sus Memorias del Excautivo
(ed. 1999 p. 288 ss)- tuvo noticias que los indios de uno de sus departamntos habían hecho una
incursión a la Provincia de Chillán, cuyo robo había sido encabezado por el subalterno Purrán”;
preparó unos 120 conas para ir a castigar al que los había incomodado con el Gobierno Chileno.
Encontró la toldería desprotegida, porque los varones habían salido a cacerío. Hicieron un sacrilegio
de destrucción y muertes y llevaron cautivos y cautivas consigo. De allí surgió el malón de la
revancha, donde comprometieron también a Ayllal, recompensa y pomoción. Sobre este malón,
léase lo que escribi sobre Guzmané.
1845 unido con el cac. Purrán, hizo una traición (vengando el malón tras la Cordillera) .
Mataron al cac. gobernador Guzmané del Sur de Mendoza , y saquearon su toldería en un momento
descuidado. El malón se extendió favoreciendo la recogida de haciendas pera el comercio (ilegal)
en Chile en él que estaban comprometidos hasta los comisarios y capitanes de indios amigos: José
Ant.Zúñiga, Joé María Surita y Domingo Salvo. Decían que los picunches eran chilenos,recibían
sueldos y protección del Gobierno de Angol y propusieron al cac. Ayllal como cac. general de los
picunches y sucesor de Guzmané. Eso propusieron en un parlamento en Angol.
El Gobierno de Mendoza hizo una larga investigación. El cac. Cristiano declaró entonces
que el cac.(era Sargento Mayor) Zúñiga lo había mandado para conquistar a la tribu de Ayllal en
venganza, para que no apoyara más a los mendocinos. Surita, otro interrogado declaró que había
venido de Chile para ver las haciendas de los súbditos chilenos y para comprobar los daños que les
habían hecho las tribus de Ayllal, Yaupí, Fori y el Cristiano, aliados de Mendoza como Caepí,
Melillán y Currián. El Gobernador de Mendoza expresó en su informe el temor de que el refugiado
Manuel Baigorria hiciera causa común con Ayllal y los demás damnificados. El Gobernador E.
Segura mismo salió a campaña y convocó a los caciques a un parlamento en San Carlos. El 11 de
Octubre conferenció con el cac. Tripaiñám y emisarios de Ayllal, Caepí, Llaupí y Llancaner para
restablecer la paz y para recibir más información sobre el asesinato de Guzmané. Todos los indios
prometieron seguir en paz, de manera que el gobernador sin temor prosiguió su reconocimiento
hasta el extremo de la provincia. Tenía también el propósito de establecer algún fuerte más al sur
contra las pretenciones chilenos.
A principio de 1846 el Comiario de (Indios) Amigos , José Antonio Zúñiga, invitó a los
indios picunches a un gran parlamento. Todos eran aliados del Gobierno de Mendoza, pero
recibían sueldos de Chile. Participaron los caciques Ayllallanca, Yaupí, Torri, Cristiano, Coliné,
Lefino, Llankañir, Carpi, Lallilán. Currian, Pichimán, Alcapán Zuñiga, el padre de J.A.Zúñiga) y
como 3000 indios (Morris / Rojas Lagarde, J.L.: Robo de Ganado en la Argentina. Santa María de
51
los Angeles 2oo1 p. 48-85). Y Rojas Lagarde : El comercio de ganados robados, en Morris, ed. El
Faro, Los Angeles 2000)
Me falta documentación sobre la actuación del cac. Ayllal por largo rato.
1870 era Mayordomo de la hacienda al Este de la Cordillera del Gral. Bulnes. 1873 figura
Ayllal entre los que en San Rafael habían hecho la paz con el Gobierno Nacional, reconociendo la
soberanía argentina en su territorio. (Arch Mend. Carp.123 Doc. 45)

AYALLEPE, Pedro, 1742 , cac. pehuenche-picunche. Era pariente del cac. Cangapol, alias
cac. Bravo. Así dice un documento de 1741 que Mayu(pilquiyá) y los Yahatti, Güenulepe y Ayalepe,
sobrinos del cac. Bravo se apersonaron al Gobernador Miguel de Salcedo pidiendo un tratado de
paz. También llamaron al cac. Calelián. Al año volvieron con 20 caciques pampas-serranos y aucas
y trajeron 14 cautivos. Hay que tener en cuenta los disgustos, malones y “expediciones punitivas”,
que durante los años anteriores habían sufriodo. El viejo Cangapol había convocado a una
sublevación general, por los atropellos del Maestre de Campo Juan de San Martín. En 1739, los
indios asolaron la zona de Magdalena y en 1740 llegaron con el malón hasta Luján. 1842 bajaron
entonces dos comisiones del cac. Bravo a la ciudad de Buenos Aires “donde hicieron las paces”
(ver Cangapol)
Entre tanto, en 1740,los Padres Jesuitas Matías Ströbel y Manuel Querini habían fundado la
primera Misión de la Pampa, “Nuestra Señora de la Concepción”, sobre el margen Sur del Río
Salado y habían reunido en ella más de 300 indios pampas. 1741, los Padres Tomas Falkner y José
Cardiel fundaron una segunda Misión cerca de Mar del Plata, “Nuestra Señora del Pilar” y en 1748
agregaron a esas una tercera, “Nuestra Señora de los Desamparados, entre la laguna de los Padres y
Tandil.
Pero, si bien contribuyeron en la pacificación de la pampa, por la matanza injusta de la tribu
de Calelián, volvió a poner a los indios en pie de guerra bajo la conducción del cacique Cangapol.
Hasta desconfiaron de los Padres Jesuitas, cuando uno de ellos vino con séquito de 500 hombres
armados, si bien con propuestas de paz del Gobernador. El cac. Bravo decidió arrasar con la
reducción de Nuiestra Señora de los Desamparados.El cac. Ayalep, su pariente, se opuso a esta
decisión y le desaconsejó hacerlo. El Padre Sánchez Labrador dice en su relato que Ayalep era más
racional y de mejor corazón que Cangapol. Ayalep decía que no estaba dispuesto a pelear a los
españoles y menos a los misioneros, de los cuales nunca había recibido agravios, sino sólo bienes.
Esta respuesta sosegada y prudente no amansó al cac. Bravo, pues determinó acabar con Ayelep y
su gente. Animó para eso a su tropa que tenía juntada y marchó contra dicho cacique pariente, Para
lograr su traición, le envió primero unos mensajeros que le entretuviesen con palabras amigables.
Sobrevino después de sorpresa el cac. Bravo con su gente cargando de improviso sobre Ayalep y su
gente desarmada; quitóle cruelmente la vida, como también a otros cincuenta vasallos, llevando a
los restantes prisioneros y prisioneras a sus toldos. (Sanchez Labrador 1772 p. 132, g. Furlong:
Sanchez Labrador; Falkner 1774 p.126; Arch. G.Ind. 163 Charcas 317 (paces) e ib. 168 Charcas
AYALEPE, 1761, cacique baquiano de los tehuelches de Flamenco que vino a establecerse
en Vitel a cinco leguas del Fuerte Zanjón. Era quizás un hijo del que nombramos arriba. El
Comandante del Zanjón (Part. de Chascomús) le permitió incorporarse a su tropa. En el Censo de
1776, realizado en la pampa por D.Diego de las Casas figura en La Pampa y en 1787 estaba bajo la
jurisdicción del cacique Roco, probablemente desde la expedición del Gobernador de Mendoza José
de Amigorena en 1780. Allí, sobre el Río Diamante, estuvo entre los indios puelches participando
en la Guerra Pehuenche con los indios amigos de Malalhué. Es probable que haya sucumbido en
1787 en el ataque que les hizo el cac. huilliche Llanquetruz. Etim.: Aillá-nueve,; lep- leufú (ríos)
posiblemente.
AY AY, Don Juan: 1606, cacique mendocino del Valle de Uco.
AYANTA, 1594, cac. mendocino (huarpe?) del Valle de Uco. Un hermano se llamaba
Chiguti y otro Motú. Tuvieron sus “casas” y sus maizales y bosques de algarrobo. Arch. Mend.
26.5. 1594)
AYCONTA, 1593, cacique mendocino en Tecatucut (Canals Frau: Pleito 1945 p.130)
52
AYEN (Hayen o ayenquen) 1836, capitanejo boroga que fue sacrificado por la Expedición
Maza junto con el cacique Cañiuquir y tantos otros en la sorpresa de Languellú (ver Cañiuquir)
AYEN (o Hayen), capitanejo del cac.iquilla Ramón Tripailaf en La Verde (25 de Mayo)
quien conspiró en 1872 contra su propio cacique A. Raninqueo, en vísperas de la Batalla de San
Carlos de Bolívar. (ver Raninqueo)
AYGO PILLÁN , 1776, cac. pampa de Colulauquén, donde tuvo 20 indios y diez toldos,
según el Censo de Diego de las Casas (Coll. De Angelis 1910 Iv p.584) Era vecino de los caciques
Rainao, Llancán y Catruén.
AILLÁ es Ayllá sognifica 8 ver Ayllallanca
AYLLAPÁN, Francisco , 1775, cac. (lonco) de Malleo
AYLLA PÁN, dice un artículo en el periódico El Siglo del 13 de dic. de 1978, que este
cacique había sido el padre del famoso cac. Vicente Piseñ y de su hermano mayor Francisco Piseñ
nacidos en Carhué 1829 y 1824 respectivamente(Desconozco la fuente; creía que el padre era Vuta
Piseñ casado con (N) Catrinao)
AYLLAPÍ, 1780, cac. pehuenche, hijo del cac. Huequemilla (Cuequemilla) que vivía al sur
de Mendoza. M. Pinazo trabó relaciones con él, en oportunidad de alguna de sus expediciones por
sal a Salinas Grandes. 1776 fue censado por Diego de las Casas y también su pariente Cheuquemilla
(De Angelis, 1910 IV. P. 586)
AYNAVI, Antonio, 1616, cac. pampa de la reducción de San Esteban de Bolón, erigida ese
año al Sur de Córdoba en la estancia de D.Gerónimo Luis de Cabrera. En el empadronamiento que
se hizo entonces, él está señalado como de 34 años.
AYNAVILO,, 1605, cac. araucano del cac. Pellahuen, Chile. Ese año el R.Padre Luis de
Valdivia lo invitó a un parlamento de paz. Pero entre tanto el Gobernador había preparado otra
campaña a sangre y fuego, y destruyó así la obra pacifivicadora del Misionero. 1615 se encontró de
nuevo en un parlamento. (Gay, Documentos, 1876 p. 229 y 258)
AYNER, Vicente, 1833, cac. pampa-ranquel. Ese año, durante la Campaña al Desierto, su
toldería estaba en la orilla del Río Colorado. Fue atacado por la Vanguardia del General Juan
Manuel de Rosas, al mando del Capitán José Alvarado, cerca del Cerro Cheuque Mahuída. Etim.:
Ayllá- nueve; gnerr-Zorros
AYOPAR, 1575, cac. comechingón de Chiquisacate, Córdoba; encomendado de Villalba
(Montes p.91).
AYOXANA, 1579, cac. comechingón de Camin Sasan, Asenuza, Córdoba; encomendado se
Jaymes (Montes p. 91).
AYTI QUEUPÚ, 1612, cac. arauicano que vivía en la zona de Elicura, Chile. El 7 de
Diciembre de 1612 asistió al parlamento de paz en Paicaví; porque había participado en la
sublevación de Arauco. (ver Utablame)
AYSO, 1776, cac. tehuelche de Santa Elena, Patagonia. Lo menciona el piloto A. Viedma
(Diario p.65)
AYUQUEL, Juan, capitanejo boroga del cac. Coñuepán. Después de la muerte de éste,
pertenecía a la tribu de M. Collinao en Bahía Blanca, en Tandil y en Bragado (ver Collinao)
AZEVIN (Cevín) 1561, cac. huarpe que vivía en Macanota (Mend.) Le sucedió su hijo
Aycanta en el cacicazgo.
AZEVÍN, 1593, cac. huarpe mendocino, que vivía en tierras lindsantes de Tundra,
encomendado de Antonio Chacón
53
BADIA, José. 1873, capitanejo del cacique V.Piseñ, mencionado en el trtado de paz (AEM
doc. 1209)
BAGUAL, Juan (Yagual, Cangual, alias Miní), conocido en 1580 como cacique pampa. La
historia del Río de la Plata y la del Cuyo señalan para las últimas decadas del siglo XVI una
actividad conquistadora notable. Los españoles entraron con vigor y fundaron pueblos que serían
nuestras ciudades. Esto trajo también consigo que subyugasen a los primitivos habitantes,
reduciéndolos y repartiéndolos en las chacras y estancias. Otros eran deportados, desarraigados o
también expulsados. Esta actividad poco humana suscitó reacciones y, en algunos momentos o
zonas, sublevaciones generales. Juan de Gnray, al fundar, en 1580, la ciudad de Buenos Aires, echó
mano al mismo procedimiento de dar y repartir a cada español propietario un cierto número de
indios (prácticamente esclavos) bajo el concepto de “encomendados para la instrucción y
evangclización”. Al año de iniciar la fundación, el mismo salió a una expedición “para castigar a los
indios, de los cuales se han domesticado algunos y vienen al puerto de la paz”. Hermosa frase, pero
triste fue la realidad. El cacique Juan Bagual y sus indios, en el reparto de chacras e indios fueron
entregados a Dn. Cristóbal Altamirana. Deben haber sido de los que han sido “cazados” y
“domesticados” en la pampa. (En el documento, fechado el 28/3/1582 figuran 65 caciques con sus
familias encomendados).
A los baguales se los ubicó en la zona norte de Buenos Aires, en la zona de los querandíes,
es decir, en la zona de los palmerales, pues querandi significa palmera; era la zona fronteriza con los
indios guaraníes a orillas del Paraná.
No sólo el servicio forzoso, sino también el espanto de una viruela fulminante. impulsó al
cacique Bagual y a su gente, en 1599, a escapar a la pampa. Desde allí incitó a los demás indios a
disparar de las chacras. En 1604 quemaron al rancho destinado a capilla y mataron a varios
españoles, al sacudir de sus hombros el yugo de la servidumbre. Entonces el nuevo Gobernador de
Buenos Aires, Dn. Diego Marín Negrón, en combinación con el de Córdoba, Dn. Alonso Ribera,
mandaron sendas expediciones punitivas a la pampa. En la laguna que más tarde llevaría el nombre
del cacique Bagual (Dep. Pedernera, San Luis) hallaron la toldería de este cacique. (Cabrera, P.:
Tesoros del Pasado. La Cruz en la Pampa 1927, I p. 12: Arch. G. Ind. Charcas 27). El licenciado
teniente Luis del Peso atacó, pues, con sus tropas cordobesas a los indios de Bagual y Capaquén.
Según el parte, mataron a tres caciques y numerosos indios y llevaron a 212 prisioneros a la ciudad
de Córdoba. Los Padres Jesuítas y el mismo Obispo reclamaron por su libertad hasta amenazando
con echar la excomunión sobre los responsables. Juan Bagual y sus parientes Tubichaminís se
dirigieron al Visitador General Alfaro para que interviniera en el pleito. Del Paraguay vino entonces
la orden de reducir a Mbagual (sic. en versión guaranizada) sobre el río Luján en el distrito de
Buenos Aires. Pero después, en realidad, lo asentaron en la Reducción de San Josef sobre el río de
Areco, a 18 leguas de Buenos Aires. El encomendero beneficiado informó entonces al Gobernador:
“.. .Me han traido a un cacique, llamado Cangual. con diez vasallos...” Ciertamente eran más de
diez vasallos.." Según el estudio de José Peluso (“La Reducción de San José del cacique Don Juan
Bagual”. Capilla del Monte 1954: folleto). Juan Bagual y quizás su pariente Cagual se habían
sublevado de nuevo: por lo cual salió el capitán Francisco Salas a perseguirlos y los derrotó el 13 de
febrero de 1812. Luego de escarmentarlos “ahorcó a tres caciques y a 20 indios más”. El cacique
Bagual y 70 indios fueron apresados, a pesar de que vinieron a su encuentro llevando una cruz por
delante y pedían paz y misericordia. (Doc. 4085 y 4093 Biblioteca Nacional)

El cacique Bagual era bautizado ya, por eso le perdonaron la vida. dice el documento. (J.
Peluso. ob. cit.p.5). Fue llevado pues de nuevo a su reducción. En 1820 había allí 83 indios varones.
35 mujeres y 70 niños. El Gobernador D. de Góngora reforzó este número con otros “traídos” de la
pampa hacia la Sierra (de la Ventana). (Arch. G. Ind.: Charcas 27: 28 Charcas 139: 1-7 Charcas 27).
Ya en 1810. el Gobernador pidió al Rey Padres jesuítas para la Reducción: "son soldados
muy propios para esta guerra”. (C. Bruno, Historia de la Iglesia Argentina II. carta del 30/4/1610).
En 1815 Heniandarias visitó las tres Reducciones en el distrito de Buenos Aires. Trajo consigo al
Guardián de los Franciscanos, quien mandó luego uno de sus frailes a la Misión. Pero como no
había subsistencia, éste se retiró algún tiempo después. La iglesia que levantó era un aposento con
54
dos tapias, cubierto de paja. En el relato que hizo el Gobernador en 1619 sobre su visita, esta
Reducción era lamentable. Había 228 personas reducidas sin sacerdote: 59 eran bautizados, entre
ellos cuatro caciques o capitanejos.
Bagual, bautizado, tenía dos mujeres. Fray Juan Báez bautizó entonces a 20 niños.
“Están vestidos con mantas y camisetas de lana. Usaban sombreros que los españoles les
trocaban por caballos. Algunos se cubrían con pellejos de animales (guanacos)..., usan botas y
flechas. Los toldos son cubiertos de cueros de caballos. fijados sobre palos...” (Arch. G. Ind.
Charcas 27 Relación del 2/1/1620)
Bagual se portó bien y por eso le llamaron “Don”. Lo establecieron con algún piquete en
“La Dormida” (hoy Pergamino), posta sobre el camino de Buenos Aires a Córdoba, con el encargo
de impedir robos y asaltos. Recibía en cambio, una tercera parte de los impuestos (peaje) cobrados.
La Reducción de Bagual en San José de Areco y la de Caguané en la confluencia del río,- que tomó
el nombre de ese cacique,- con el río Arrecifes, se iban menguando. En 1640 el misionero
franciscano entregó la atención de la Reducción de San José al Licenciado Bartolomé Lencinas,
designado cura de indios en la Doctrina de Santiago de Baradero. Pero éste presentó su renuncia en
diciembre de 1642, la que aceptó el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires (9/1/43). En 1643 San
José fue extinguido, porque el cacique Bagual, en un nuevo intento de liberación fue muerto.
(Piccirilli. Diccionario Hitórico-biográfic argentino}. Ciertamente muchas páginas de la vida de este
cacique quedan sin escribir. Su sucesor para el resto de la tribu sería el cacique Ignacio. Una de las
hijas de Juan Bagual se casó en 1630 con el cacique Tubichaminí, jefe de otra Reducción. llamada
de San Juan Bautista en el Valle de Santa Ana, pago de Magdalena.
(ETIMOLOGIA: Se cree que bagual es la palabra castellana que significa caballo cimarrón.)

Bibliografía: José Peluso ob. cit.: C. Bruno, ob. cil.: P. Cabrera, ob. cit. y El país del Cuyo;
R. Laboulage, Reducciones franciscanas de la Jurisdicción de Buenos Aires, en Archivum (Rev.)
VIII; Burgueño.J.: San Antonio de Areco. 1972, La Plata; J. de la Peña: Reseña histórica de
Pergamino, p. 485-490; Pastells, Historia de la Compañía de Jesús, Madrid. 1912 1. 284: Trelle:
Registro Estadístico de la provincia de Buenos Aires. Bs. As. 1860,11 p. 26 y 288; Actis. F.: Actas y
Documentos del Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires. 1943. .Trelles: Memoria sobre el origen de
los querandíes, Bs.As. 1865.

BAIGORRIA, Luis: (1850-1933). alias "Lucho" era cacique ranquel, hijo del cacique
Pichún Hualá, nieto del famoso cacique Llanquetruz IIº. Llevó el apellido del padrino, el coronel
Manuel Baigorria. En 1879 heredó el cacicazgo, cuando las tropas expedicionarias del Desierto
habían muerto a los grandes caciques, entre ellos a su hermano, el cacique Manuel Baigorrita y
cuando sus tribus estaban despedazadas y diezmadas.
Nació por el año 1850. A temprana edad perdió a su padre, en 1855. Por eso el coronel
Manuel Baigorria, refugiado unitario en La Pampa y amigo de Pichún Gualá se hizo cargo de él y
de sus hermanos. Manuel, Quinchán, Cayomuta, Epuhueque, Caispán y Luis (Lucho); sus
hermanas Josefa (del primer matrimonio),María y Celia. Esta se casó con Juan Zabala, hijo de
Gabino Zabala que era de la tribu del cac. Raninqueo. Les dio hasta su apellido, mientras que a su
madre, la cautiva Rita Castro, la dejó ir a San Luis. "Lucho" frecuentó la escuela, cuando su
padrastro salió de su destierro, porque el Presidente general J.J. de Urquiza lo había nombrado jefe
de la frontera sur de Córdoba y San Luis. El Cnel. Manuel Baigorria era para ellos su padre y
Lorenza Coliqueo, su esposa, era su madre.
Más tarde, Lucho vivió en Poitahué, junto a su hermano, cacique ya de esa parcialidad de
ranqueles. Vivieron en paz, hasta después de la muerte del Cnel. Baigorria ocurrida en San Luis en
1875. Habían firmado ya tres tratados de paz con el Gobierno nacional, cuando en 1878 fueron
atacados, expulsados, perseguidos y aniquilados por los avances de la Conquista del Desierto de los
Coroneles Rudecindo Roca y Eduardo Racedo. Estos acontecimientos bélicos los contaremos en la
biografía de Manuel Baigorrita. "Lucho" Baigorria fue tomado prisionero, en Junio de 1879 en
55
Cochicó (Olascoaga II. 245 y 273). El 19, se les escapó. Cuando supo que su hermano había sido
muerto, sintióse responsable de su gente. Los que sobrevivieron la prueba y la peste de viruelas, se
dispersaron. El fue apresado nuevamente y fue llevado primero a Chosmalal,. así también sus
hermanas. Más tarde los llevaron a Buenos Aires. Durante la Revolución del 80 los sacaron de los
cuarteles para que combatiesen en Los Corrales. Fue herido y llevado al hospital. Todo esto cuenta
su hija Josefa Baigorria de Manquillán (Josefa Poncela: La cumbre de nuestra raza, Santa Rosa
1942, vol. III). Mejorado, le fue dado la libertad , como lo hicieron con el cacique Francisco Piseñ,
pasó a Los Toldos, donde estaba la tribu de Coliqueo que no había sufrido la persecución de la
Conquista del Desierto y donde tenía amigos de su infancia. Recordemos que el Cnel. M. Baigorria
había tomado como esposa a Lorenza Coliqueo, quien para "Lucho" era como una madre. Allí
quedó algún tiempo. Más tarde se internó nuevamente en la tierra ranquelina y obtuvo en 1889 el
permiso del gobierno para ocupar un campo en Miaucó Grande, provincia de La Pampa. Más tarde
lo cambiaron por otro en Limay Mahuida No 21 letra C secc. XIX.,- dice su nieta en su libro.
Tengo en mi poder una carta de Luis Baigorrita dirigida al cacique Simón Coliqueo de Los
Toldos (Bs. As.), fechada en 1897 en Potriló, La Pampa, topónimo que se conoce en esa sección
XIX b. Luis Baigorria se había casado con Juana Galván, nieta del cacique Galván (Calvaín) y de
ella tuvo cinco hijos varones: Francisco, Juan, Santos. Pedro y Julián. y tres mujeres: Josefa 1º,
Cecilia y Marcelina. "Lucho" murió en su campo el 3 de Febrero de 1933, a los 83 años. José
C.Depetris de Santa Rosa me mandó el árbol genealógico que el elaboró dede Pichón Gualá y Rita
Castro hasta 1950 con muchos datos. Algunos descendientes viven aún en la Colonia Emilio Mitre.
Se conservan fotografías de “Lucho”. En Marzo de 1990 falleció “la última princesa ranquelina”,
Marcelina Baigorrita de Urquiza, hija de Luis Baigorria. Sabía que su abuelo ha sido el cacique
Pichún Gualá. Su hijo Benjamín alcanzó más de cien años. Ellos vivían desde 1880 en Epuló
(Bs.As.). Y finalmente en la Colonia Mitre (La Pampa), vecino de la tribu de Cabral.No eran
amigos. (Los datos saqué del periódico La Arena de Sta. Rosa (L.P.), artículo de J.C. Depetris y W.
Catzenave. El Padre Pozzoli visitó en 1925 su familia en Pichi Maricó e hizo una foto.
FAMILIA DEL CAC. LUIS BAIGORRITA ( LUCHO BAIGORRITA)
Bisabuelo : cac. Llanquetruz 1770 - 1838
Abuelo: Pichú Guala 1830 – 1855 cas.c. Rita Castro (cautiva)
Encomendado al Cnel. Manuel Baigorria 1809 – 1875 cas.c. Lorenza Coliqueo 1845-1921.
Man. Baigorria 1862 la devolvió a Los Toldos, cuando Lucho tenía 10 años
LUIS BAIGORRITA 1850 – 1933 casad. 1º Rita Achá y 2ºcon Juana Galván
1º Hijos de Lucho y Rita : Josefa Baigorrita 1877- cc. Justo Manquillán
Los nietos son numerosos.
2º Hijos de Juana Galván 1870 – 1942 llamada “Quinchui Rosá”, nieta del cac.
Calvaiñ
l, Pedro Baigorrita vivía en Epuló Bs.As.
2.José Gregorio Baigorrita cc. Ramona Orozco (sin hijos)
3. Francisco Baigorrita cc. Gabina Zabala (prima sanguínea ) en Epuló :muchos hijos
Un sobrino nieto Pedro Eugenio Vigne publicó en Memorias de las Jornadas Ranquelinas
1998 p. 157 dos páginas con fotos. Hoy vive en Toay
4. Juan Baigorrita cc. Avelina Urquiza 1901 estuvo en Toay y Loventuel Tuvo varios hijos
5. Santos Baigorrita cc Aurora Campú 1903 , en El Odre (varios hijos)
Carlos Campú fue designado cacique e introdujo el Nguillatún
6.Julián Baiorrita (soltero) 1904 en El Odre, 1954 en Telén
7. Celia Cecilia Baigorrita (soltera) en Epuló, Trenque Lauquen, Bs.As 1890, en el Odre
1913
8. Marcelina Baigorrita cc. Braulio Urquiza (sin descendencia) en Catriló 1897 y Victorica
1994, donde murió en 1999 en el asilo de ancianos.
9. María Baigorrita (sin datos) en EL Odre 1906
10.Guillermina Baigorrita cc. Graciano Zárate en El Odre 1906 ; m. 1997:numerosos hijos
11. Fausto Baigorrita (soltero) en El Odre 1905 y en Santa Isabel 1950
12. Yo detecté un 12º Benjamín Baigorrita en Epuló y en Colonia Mitre. Más de 100 años
56
Celso Valle en su libro Salesianos en la Pampa p. 34. Publica su foto. Luis F. Ruez: Los
indios araucanos en la República Argentina B.A. 1929, incluye fotos de caciques p. Ej. Del cac.
Antonio Campo y señora. 1825 el Padre Pozzoli visitó a las familias del cacique Luis Baigorria e
hizo fotos en Pichi Mericó secc XVIII c. 2 (R.P. Enrique Pozzoli: Tres misioneros salesianos.
Relato de una gira misionera por el dilatado yermo pampeano; cronista y fotógrafo. En Obra de
Don Bosco. Casa del Boletín Salesiano Bs.As. 1950 110 pp) . Memorias del Cnel Manuel Baigorria,
ed.El Elefante Blanco con notas del P. M-Hux, 2006.

BAIGORRITA (1837 – 1879)


El cacique BAIGORRITA, Manuel ( o Manuel Baigorria Hualá, alias Maricó): (1837-1878),
era un célebre cacique ranquel. Era hijo del cacique Pichuín Hualá, muerto en 1855, y de Rita
Castro, cautiva puntana de El Morro, y era nieto del cacique Llanquetruz IIº, fallecido en 1838. Sus
hermanos eran los capitanejos Quinchan, Cayomuta, Epu(h)ueque, Caispán( y Luis (Lucho). Sus
hermanas: María, Celia y Josefa.
Nació, pues, en 1837 en La Pampa. Como perdió a su padre a temprana edad, el Cnel.
M.Baigorria, militar refugiado en La Pampa, que era muy amigo de Pichuín Hualá, y según el deseo
de éste, expresdo antes de morir; este cuidó de Manuel y sus hermanos y de su educación (en Río
IVº). Cuando Lorenza Coliqueo, su segunda madre, no quería convivir más con Baigorria, porque
éste (en 1864) se casó en San Luis con otra Lorenza (Barbosa), ella volvió a su tribu en Los Toldos
(Bs.As.). Habían vivido en Poitahué, (laguna) en el departamento de Leventué, segundo centro de
los ranqueles.
En 1855, el Coronel Baigorria, que era su padrino y por eso le había dado su nombre y su
apellido, fue indultado de su actuación de unitario y fue nombrado jefe de la frontera sur de
Córdoba y de San Luis con sede en el Fuerte de Tres de Febrero. Ese mismo año, el 25 de Mayo de
1855, había muerto su amigo Pichuín Hualá. El cacique Llanquetruz, hijo de ese otro Llanquetruz
IIº, asumió la jefatura de la tribu de Poitahué hasta que Baigorrita tuviese más edad. Así lo había
dispuesto su padre (Arch. Córd. Sccc. Gob. T. 239. p. 148). El coronel Baigorria organizó el
Regimiento de Dragones No 7 y le agregó a los indios amigos de los caciques Canué y Coliqueo.
Recomendó también al Presidente J. J. de Urquiza a su ahijado Baigorrita. al que ya iba
encomendando misiones diplomáticas (AGN. VII. T. 119: 5.6.1857). Se conserva también una carta
del coronel al cacique Juan Calfucurá de Salinas Grandes, de 1857: "Mando con la carta a
Baigorria, mi tocayo, para que lo aconseje y de este modo no pierda la amistad con usted, como la
tenía mi hermano, el difunto Pichún". (Maguire. J.: Loncahué. p. 143)
En 1862 Baigorrita había asumido ya la jefatura de su tribu, lo que dice el cacique Mariano
Rosas en su carta al general Emilio Mitre, el 29 de octubre de ese año: “Llanquetruz... queda bajo
Baigorria Chico, hijo de Pichún” (Arch. de Veda y Mitre y Arch. Est. May. 29. Nov. 62). Poitahué
distaba unos 50 kilómetros de Leuvucó, sede del cacique principal Mariano Rosas. Si Baigorrita
capitaneaba las familias de Llanquetruz, es casi seguro que éste había muerto. Baigorrita estuvo en
pie de guerra con el jefe de la frontera puntana. Tenía 360 indios cerca de Villa Mercedes. Ya en la
invasión del 15 de Septiembre de 1863 desafió a personal duelo al coronel Íseas. Este destacó al
valeroso teniente Díaz para observarlo, pero los indios lo emboscaron y no volvió más. A pesar de
que Mariano Rosas por intermedio de su comisionado, el capitanejo Cayupán, concertara un
tratado de paz con el Gobierno nacional por intermedio del coronel Baigorria y que firmara
Baigorrita en Poitahué, el 18 de Junio de 1865, (en una carta del 17 de junio de 1865 avisó que
Calfucurá estaba preparando una invasión; la hubo en el Sur)-; bien pronto los indios de Baigorrita
y de Epugner apoyaron los montones del interior que, disconformes con la política de Buenos Aires,
lucharon por un federalismo a ultranza. Atacaron en 1867 la Villa Mercedes y en 1868 La Paz. en
Mendoza: Allí el saqueo fue más devastador. Nada quedó en pie. ni la iglesia del pueblo.

RETRATO
Sin embargo, guardaríamos de Baigorria una imagen equivocada si lo viésemos como un
vulgar malonero. Lucio V. Mansilla nos lo describe, nos lo pinta en su famoso libro “Una Excursión
a los Indios Ranqueles”, pues lo trató y visitó en su toldería en Quequén (Poitahué, La Pampa) en
57
1870. En la misma oportunidad. fray Moisés Alvarez celebró una misa en su casa y bautizó al hijo
mayor de 3 años con el nombre de Lucio Baigorria. El misionero atestigua en su crónica que el
cacique le había solicitado el bautismo de este hijo y prometió educarlo cristianamente. Y escribe:
"Estoy seguro de que Baigorrita se inclina a ser bautizado. También el Padre Moisés Burela,.
dominico de Mendoza, llegó a la misma toldería, como anota en su informe al ministro Avellaneda
(25.5.1870). Mansilla. en el cap. 45, dice: "Baigorrita tiene talla mediana; predomina en su
fisonomía el tipo español (de su madre, de la que le hablaba muy bien). Sus ojs son negros, grandes,
redondos y brillantes; su nariz respingada y abierta: su boca regular; sus labios gruesos; su barba
corta y ancha. Tiene cabellera larga, negra y lacia y una frente espaciosa que no carece de nobleza.
Su mirada es dulce; bravía, algunas veces. En este conjunto sobresalen los instintos carnales y cierta
inclinación a las emociones fuertes, envuelto todo en las brumas de una melancolía genial... Tiene
reputación de valiente, de manso y de prestigio militar entre sus indios. Sus costumbres son
sencillas. No es lujoso ni en los arreos de su caballo... Tiene 32 años..." Ignacio Páez pintó su
retrato (Mus. Hist. Nac.).

TRATADO DE PAZ

Lucio V. Mansilla, pues, quiso concertar de nuevo el tratado de paz,. turbado por el avance
de la frontera hasta el Río Quinto. El tratado no fue aprobado por el Presidente que se había
disgustado con el coronel, siempre algo extravagante. Dos años más tarde, los padres M. Alvarez y
T. Gallo realizaron otro viaje hasta Leuvucó y Poitahué y concertaron, autorizados por el gobierno,
el nuevo contrato de paz ( el 20 de Octubre de 1872). En su relación escribe el P. Alvarez: "De
Leubucó a los toldos de Baigorrita sólo habrá 12 a 13 leguas... Así que llegamos, (Baigorrita) salió a
recibirnos, sin aparato ni ceremonias. Este es el indio más sincero que he encontrado en Tierra
Adentro: Dice lo que siente, sin rodeos, y manifiesta sus temores sin reservas..." Entre los
capitanejos principales nombra a Yanquetruz y a Cayupán. En una gran junta en estos toldos,
incluyendo también los representantes de Mariano Rosas, el 20 de Octubre ratificaron el tratado de
paz de 23 artículos (Copia Doc. 256 en el Arch. del Convento de Río Cuarto, original en Arch. Est.
May. No 1188). Por el artículo 3° se lo reconoció como oficial del ejército con un sueldo de 150
pesos. El gobierno aceptó este tratado el 6 de Diciembre del mismo año, y el coronel Arredondo fue
autorizado a racionar a los indios de Baigorrita como tropa regular (Doc. Mus. Hist. Nac. N o 10,
380). Desde entonces, los indios fueron pacíficos y no incursionaron más hasta que nuestras tropas
expedicionarias los atacaron, en 1878.
Ya en 1875, el general Roca quiso dar por anulado el tratado, pero había otro campo de
guerra en el sur que reclamaba ser solucionado primero. Para conseguir los beneficios del pacto
tuvieron que movilizarse. En 1874 partieron comisiones de Mariano Rosas y de Baigorrita junto con
el Padre Donati para reclamar las raciones en Buenos Aires. Pero cuál no fue su estupor, cuando se
les ofreció tierra entre los cristianos; es decir, que los querían desalojar de sus terruños. La política
de siempre, desde la época de la conquista española (Arch. Mus. Hist. Nac. N o 8449 y 8458). Otra
decepción ya habían experimentado en Mayo de 1872, porque el general D. Teófilo Rey de
Ibanowski había invadido sus tierras. Si no hubiera sido por la intervención del Coronel Manuel
Baigorria, los hechos habrían salido diferentes . Se llevaron consigo a la tribu del cacique Martín,
culpándolo de una invasión del año 1870. (Arch. Est May. No 1260)
Julio A. Roca, quien sustituyó después de la Revolución del 74 al jefe de la frontera, el
general J. M. Arredondo, renovó el tratado con los ranqueles, el 8 de Mayo de 1876, en Río IVº ante
los representantes de M. Rosas y de M. Baigorrita.
En 1877 murió el cacique principal Mariano Rosas (cuya biografía complementa muchos
datos aquí registrados). Baigorrita creció entonces en categoría e importancia, aunque no ha
superado al cacique Epugner. En la lista de los indios de lanza de las diversas tribus leemos que
Baigorrita tenía 600: Epugner. 600: y Yanquetruz, 300 soldados de lanza. En 1875 falleció en San
Luis su gran amigo, el Cnel.Manuel Baigorria, y descansó de sus azorosas campañas y andanzas.

LA PERSECUCION
58
La historia de los años siguientes es tenebrosa y a veces oscura, difícil de explicar.
Mientras, en Julio de 1878, el Presidente N. Avellaneda firmaba la renovación del tratado de paz,
los militares prepararon sus expediciones de la Conquista del Desierto, también a las tierras
ranquelinas. En el Archivo de Río IVº hay una carta de Baigorrita, del 3 de Julio de ese año, dirigida
al Padre Donati, en la que le dice ,que no se les da lo estipulado por los tratados. "Algunos jefes
piensan invadirnos.
¿ Por qué?" (Doc. 893, Río IV). El 20 de Junio le ha escrito "al Excmo. Sr. Ministro de Guerra y
Ministro de la República Argentina, General Julio A. Roca. Mi apreciado compadre: ...hoy mando a
mi cuñado Cayupán y a mi cuñado Millacedo (Millaqueo) y a mi hijo mayor para visitarlo... para
asentar nuevos tratados... A mi hijo lo mando para más constancia de sus tratados y espero que ¡mi
Dios!, mientras yo viva, no he de apartarme de mis banderas argentinas. Compadre, pues desde que
yo he tenido tratados, me parece no haber faltado yo a ninguno, porque yo no les permito.., y es que
no salen a robar". (Piana. E. L.: Toponimia pampeana, p. 267)
Los militares argumentaron: "No han cumplido los tratados". Y otro decía: "Para estos pillos
el pan en una mano y el garrote en la otra" (27.X.78). Cumpliéndose el término en que debían
presentarse en Villa Mercedes para recibir las subvenciones, se acercó una nutrida comisión. El 23
de Octubre, en una singular sorpresa, el ejército rodeó la comisión y apresó a 94 indios, ocho
mujeres y seis niños. (La Comisión de Epugner fue apresada el 26 de Octubre.) A unos decían que
sus familias debían venir a ubicarse donde el ejército les indicara, y a otros, que habían sido
apresados por robos. El 26 del mismo mes. el general E. Racedo y sus tropas llegaron ya a las
tolderías ranquelinas. En ocho días, -informó el general-, eliminaron a 250 indios de pelea. Ya la
viruela había hecho estragos entre ellos, los meses anteriores.
El 11 de Noviembre marchó el coronel C. Villegas a los campos de Baigorrita en Toay.
Racedo le había avisado "oficiosamente" de que vendría a buscarlos y que debía situarse donde él
les indicara. El 14 de Noviembre, el general Rudecindo Roca atacó con su Regimiento 9º de
Caballería los toldos de Leuvucó. De allí escribió una carta a Baigorrita, engañándolo, que venía a
estipular un nuevo tratado de paz. En realidad era un ardid para entretenerlos y ganar tiempo para
caer al día siguiente, con las primeras luces, sorpresivamente sobre sus toldos. El coronel R. Roca
logró alcanzar a Poitahué, el día 18 de Noviembre a las cuatro de la mañana, y capturó en la
sorpresa al cacique Melideo (hermano de Mariano Rosas), a 5 capitanejos y 70 indios de lanza y
230 de la chusma. Epugner fue capturado el 18 de Diciembre con 300 de su gente.
Baigorrita y "Lucho" se aprestaron a la resistencia, mientras desmontaban los
toldos: presentaron combate a los invasores en Nahuel Mapú y luego movieron a su gente hacia el
país de los pehuenches. Por más mal, los castigó un fuerte temporal (Informe de E. Racedo al
Ministro. 7.1.79). El 8 de Enero escribió Levalle: "Han de buscar sometimiento o deben morirse de
hambre". Durante 1879 el cerco de la persecución se hizo cada vez más estrecho y su gente se fue
desgranando. El 11 de Enero escribió M.J.Olascoaga al Dr. Zeballos, que había reunido todos los
partes de las operaciones y que cree que sólo en las operaciones de Villa Mercedes y Sud de
Mendoza se habían hecho unos 3.000 prisioneros. El mismo escribió el 7 de Febrero de 1879 al Dr.
Zeballos, que le había reservado un cajón de las curiosidades pampas, pero que temía que se había
perdido en el camino.
En Febrero, Baigorrita supo que las columnas del coronel Marcelino Freire venían en su
persecución. Efectivamente, el 15 de ese mes se acercaba desde Trecán hacia Quenquez, donde
acampaba Baigorrita. En la sorpresa le apresó 103 indios de lanza y 296 de la chusma (Olascoaga. I,
p. 117). Entre los muertos se enumeran un cacique , a los capitanejos Lenqué. Lincopán, Chincol y
45 indios más. Baigorrita se retiró quemando campos tras sí para protegerse. Pensaba volver en
Mayo, porque creía que durante el invierno lo dejarían tranquilo. En sus buenos tiempos invernaba
a sus caballos en Quentr Maraco, Merrucó, Trehua Lauquen y Chicalcó. Pero los perseguidores
siguieron sus pasos aún en el invierno.
El 13 de Mayo lo atacó el mayor Ilescas a la izquierda del río Agrio. Murieron 30 indios.
Taboada mató el caballo blanco del cacique; pero montando otro, se escapó. Quedaron prisioneros 7
indios de lanza y 57 de la chusma. (Olascoaga. II, 40 y 171) Llama la atención que no se notifica el
número de los indios muertos, ni se dan otras noticias, como la tenemos de de la Sra. Mariqueo
59
quien dijo al historiador Stieben: “En Leventuel trajeron un gran malón, mataron a muchos
paisanos; nos llevaron la hacienda y destruyeron los toldos”. El Dr.Dupont, quien acompañó la
columna del Comandate Racedo, anotó en su diario cuánto sufrieron los pobres perseguidos:
viruela, sífilis,hambre y diarrea. Los prisioneros morían de hambre y de frío. Cada día se cavaron
fosas para enterrar a los muertos..
El día 23 de Mayo, Baigorrita llegó con el grueso de su gente a Cochicó, donde lo atacó la
tropa de Rudccindo Roca, y le apresó a los capitanejos Fortuna y Colunao, en la margen derecha del
río Colorado. El Comandante Rudecinda Roca llevaba a Baigorria ya cerca y con solo un resto.En
Malbarco apresaron 13 más (12.6.79). A mediados de Junio, la división de R. Roca reanudó la
persecución. El 14 de ese mes el Tnte. Torres sorprendió un grupo que estaba huyendo y apresaron
al cacique Neculqueo y 27 indios de lanza y 80 de la chusma. El mayor A. Ilescas trajo entre los
prisioneros parte de 1a propia familia de Baigorria y a su secretario José "Vuta" (Viejo), a quien
quitaron cartas y pasaporte (Olascoaga, II. 141). El ayudante Amieva hizo 145 prisioneros. Era una
cacería de indios. El capitanejo Ramón Calfumén, yerno del cac. Baigorrita fue tomado preso por el
Mayor Taboada, el 16 de junio de 1879 y 300 más. Murió en el campo de concntración por las
condiciones inhumanas (Olascoaga II 157 y A. Vuletín: La Pampa p. 125)
El día 20 de Junio de 1879 también el sargento J. Alvarez volvió a emprender la
persecución, porque los exploradores habían visto al cacique sobre el Colorado. Se creyó que iba al
Neuquén. El 25 le dieron nuevo combate en Luancó y Ranquilcó. en el momento en que iban a
pasar el río. En esta acción le apresaron 22 indios y 102 de la chusma. Entre ellos se hallaba la
cautiva francesa, artista y secretaria personal, María Carriére de Omer.
Baigorrita nuevamente se escapó, mientras R. Roca regresaba de su expedición al
Chadileufú. Le habían quitado 229 indios, dice el Documento No 1034 del 20 de Junio de 1879
(Arch. Río IV). No es exacta la cuenta y tampoco dice el número de los muertos. Baigorria y
Cayupán estaban dispuestos a perderlo todo. "Lucho" Baigorria escribió a Mariqueo: "Dile al
Comandante Roca que sé muy bien que estoy rodeado por todas partes: Con todo no me rindo". Por
el momento los caballos de "los blancos" estaban rendidos.

SU MUERTE
El 12 de Julio, los temidos sargentos mayores Saturnino Torres y Zacarías Taboada salieron
a una nueva persecución. En Auca Mahuída se entregó el cacique Huillipán y su yerno Calfunao
con 8 indios y 38 de la chusma. El día 13 de Julio, el sargento Adrián Ilescas apresó a 230 indios de
Baigorrita (parte del 15. VII.). El día 15 de Julio, S. Torres, el jefe del 2° batallón de Choiqueros,
derrotó al mismo cacique Baigorrita y lo hirió gravemente: mataron 18 indios y apresaron a 150
(Parte de Ilescas), también al mismo cacique y lo hicieron montar después de vendarle las
heridas.Pero él, rompiendo las ligaduras, echando lejos el poncho, quiso morir peleando. Y lo
mataron, y a cinco más con él. Un gran silencio y nadie más le hizo el duelo al difunto jefe ranquel.
El día 16 de Julio, S. Torres volvió al campamento llevando al recinto entre los 300
prisioneros a la propia familia del cacique Baigorrita. Era un recinto de piedras, donde dominaba la
más espantosa miseria, hambre, desesperación y la viruela mortífera. El Constitucional, periódico
de Mendoza, resumiendo la campaña, dice: "Aquí hay 800 prisioneros".
Según el informe del sargento M. Torres, del 19 de Julio enviado al coronel Uriburu, el
cacique Baigorrita había intentado huir, con poca escolta, por el río Neuquén. Allí los sorprendieron
en la mañana del día 15. Los apresaron en la mañana siguiente. entre ellos también al cacique. Este
había sido herido "y falleció en el camino". (Olascoaga, II, 192: y Ocampo: Regimiento 7º, p. 143)
Torres Ibáñez, en su libro Pichi Calquín (1930, Revista del Suboficial) completa la
información, diciendo que, herido el cacique, lo pusieron arriba de una cabalgadura. Se lanzó al
suelo y pidió una lanza. Murió en manos del sargento Avila.
Otro informe del gobernador de Mendoza. D. Elias Villanueva, dirigido al ministro de
Guerra, decía: "Cayó el cacique Baigorrita en poder de las fuerzas, después de combate reñido. El
mayor Torres lo mató, porque no quiso rendirse". Es de notar que este informe difiere del expresado
por Torres.
60
El Periódico “La Patria” de Dolores, transmite el 30 de Agosto de 1879: “Comunica el Cnel.
Uriburu: El 13 de Julio salieron partidas en persecución de los (ranqueles) dispersos. Herido
Baigorrita, murió el 17 de resultas de las heridas.. Toda la tribu deshecha.”
Hay dos versiones más sobre estos hechos, de dos testigos oculares. El primer testimonio es
del expedicionario José Zabala: “Una patrulla perseguía a Baigorrita. Lo alcanzaron. Entonces los
indios saltaron de sus caballos y huyeron de a pie monte arriba. De lejos los fusilaron y mataron a
algunos. Luego le tiraron a uno a quien le habían destrozado el muslo izquierdo y el brazo derecho.
Luego lo alcanzaron. Por orden de Avila lo remataron. Cuando rejuntamos a los restantes, les
preguntamos cuál era el cacique. Contestaron que el que estaba allí muerto. Así terminó el famoso
Baigorrita”.
Félix de San Martín, en su libro “Neuquén”, da otra versión o variante: “Tenemos la versión
directa de uno de los actores en la tragedia final de los ranqueles, es del choiquero Diego Castillo,
mendocino, que falleció hace pocos años -–dice en 1919-, a una avanzada edad. Sorprendido por la
partida del Sargento Avila, en la madrugada siguiente al día del encuentro, Baigorria no quiso
montar a su caballo de batalla que uno de sus capitanes le alcanzara enfrenado. Quitóse el poncho
que vestía y esperó a pie firme, con la larga lanza en la mano y su puñal en la izquierda (rodeado
de ) la partida de choiqueros. Perdida sus tierras, su familia prisionera, muertos o dispersos sus
lanceros, el último soberano ranquelino debió sentir lo irreparable de su tragedia, de su destino y del
de su raza. Y grande, aunque bárbaro, supo ser digno de su rango en aquel momento supremo de la
vida; hizo pie en el propio deslinde de aquella pampa en que sus mayores y él, a su vez, reinaron,
cayendo con las armas en la mano. Si Baigorrita hubiera muerto en una carga al frente de sus
hordas, allá en los campos natales, su fin no tendría la grandeza trágica con que se presenta...Murió
peleando...a un año de firmar por tercera vez (4ª) un tratado de paz con el Gobierno Argentino. Lo
aniquilaron junto con su pueblo”.
BAIGORRIA, José María (su nombre indio era Güirichal) era hermano del cac. Baigorrita.
No tengo más datos que éste: Fue apresado en diciembre de 1869, en la invasión del cacique
Anegnerr en protesta del avance de la frontera por el Cnel Charras y el Ing. Cnel. Juan F. Czetz de
Junin a Fuerte Lavalle Norte “Ancalú” o San Martín. Mem. (De Guerra 1870 p. 268)

CAPITANEJOS DEL CAC. MANUEL BAIGORRITA


ARNAO 1879 fue apresado por la IIIª división
ANTITRIPAY, 1872, Lita del Padre Donati (ahora en el Museo del Indio de Los Toldos

BAIGORRIA, Coronel Manuel


Mencionamos al que sería el Coronel Manuel Baigorria, porque tuvo tanto que ver con los
caciques ranqueles y sus tribus, especialmente en los veinte años de su permanencia como refugiado
político. Algún autor le ha llamado cacique Manuel Baigorria, vale sólo en sentido figurativo. El
escribió sus Memorias que por parte han sido editados y yo he preparado una nueva edición,
corregida y ampliada por cartas suyas que encontré en los archivos y por noticias que le afectan
principalmente. La editorial El Elefante Blanco publicó este trabajo en 2006 .Mucho queda todavía
en el misterio. He estudiado su familia y genealogía y sólo el testamento me ha revelado el secreto
de su nacimiento. Estas Memorias son una importante fuente para conocer sobre todo a los indios
ranqueles y su historia.

BALDEBENITO ver Valdebenito


BALQUE VELLÁN, Cristóbal, 1856, capitanejo boroga de 25 de Mayo. Recibió un indulto
de traición y le entregaron su mujer, el 2 de Noviembre de 1852 (AGN S.X. 19-4-5).
61
BALTA MAURE, 1574, cac. comechingón de Pisis Cara, Altautina, Córdoba; encomendado
de Nieto (Montes, 1954 p. 70).
BALYA MAIN, Juan Antonio, 1833, cac. pehuenche que vivía a pocas leguas de Chacal y
Malalhué. El 23 de Marzo de ese año fue sorprendido por la columna expedicionaria de Felix
Aldao.
Barbas o Barbitas ver Antepán. (payún, abreviado pan es en castellano barba)
BARBÓN 1822, cac. ranquel (o puelche) en Marilincó. Más tarde vivió en Butanilgué, a 30
Km. del Paso de los Algarrobos (Dep. Leventué, La Pampa) Allí lo sorprendió, en 1833, un
escuadrón de expedicionarios de la División del Gral. F.Aldao, al mando del Tnte. José A.
Rodríguez. Pues, en la persecución que hicieron al cac. Llanquetruz y a los ranqueles, llegó a las
Islas del Río Salado (Dep. Limay Mahuída). Esos ranqueles habían huído a tiempo. Las tropas
mendocinas, en cambio, habían descubierto unas tolderías de indios puelches y los atacaron.; eran
los indios d los caciques Painequeo, Cayún, Quililan y Quinchao. El 4 de Abril sorprendieron al
cac. Barbón junto a los caciques Pichón, Leivan y Güellef . Según información tomada, el cac.
Barbón tenía entonces, más de noventa años. Lo hicieron prisionero. Al cac. Guellef lo mataron y
también a 11 indios y 6 mujeres. Los otros dispararon, pero fueron perseguidos y batidos en
Jumecitos, cerca del lugar, donde hoy conocemos Butaló (Dep. Chalileo). Allí murieron también los
caciques Pichón y Leivan, 43 indios de lanza y 13 mujeres. Los presos sumaron 73. Los
concentraron en el campamento en Butanilagüe.
A pocos días, llegó hasta allí el cac. amigo Juan Goico, que formaba parte de la División de
F. Aldao. Le ordenaron que diese muerte al cac. Barbón y se hiciese cargo de las cautivas. El no
quiso hacerlo. La documentación no nos señalan sus razones; pero nosotros podemos deducir
bastantes. Entre tanto el anciano cacique fue interrogado y dio informaciones precisas sobre la
pampa y sus pobladores y sobre la guerra de entonces. Parecía que el General le iba a llevar con
vida. El Diario que escribía Jorge Velazco, le carga con una enormidad de culpas, aunque
documentalmente no podemos probarlos. El 15 de Mayo, los indios de Goico solicitaron licencia
para ir a casarse con las prisioneras. Pero el día anterior, el escuadrón segundo había sufrido una
sorpresa india en el Paso de la Balsa, al pie del Liman Mahuída, que fue un desastre. Por eso se
enardecían los ánimos de los mendocinos y destruyeron a todas las prisioneras. También entregaron
al cac. Barbón al cac. Goico y a sus indios para ajusticiarlos. El cac. anciano “murió en sus lanzas”,
el 15 de Mayo de 1833. Su cabeza fue expuesta en un atalaya a orillas del Río para escarmiento de
los ranqueles. (Velazco, Jorge: Diario de la expedición sobre los indios del Sur en 1833, en R:J:E:H:
Mend. V. 1937).
BARBÓN, 1879, cac. ranquel que tuvo su toldería en Paso de los Puntanos con los indios de
Guitarro (Olascoaga II. 285)
BARTOLO: ver Yogarri, Don Bartolo.
BARTOLOMÉ, 1615, cac. de una reducción del Padre Francisco Arena en la jurisdicción
de Buenos Aires. “Don Bartolomé” había sido “cazado” y traído desde unas 22 leguas de la ciudad
por el Gobernador Hernand Arias de Saavedra. Este había fundado la Reducción de Santiago del
Barradero. Allí los indios labraban la tierrs y se familiarizaban con los españoles, tanto que
llamaron al cacique “Don”. En la Reducción había un sacerdote doctrinero. Parece que el primero
ha sido el Padre Bolaños, quien se quedó con ellos hasta el año 1625; luego, muy viejo, se retiró. D.
Diego de Góngora en su informe anotó los siguientes datos demográficos: 63 indios varones, 11
infieles; 58 indias, 7 infieles (e.d. no bautizadas) y 58 niños. En 1621 hubo allí 200 confirmaciones.
La iglesia era de gran tamaño de tapias cubiertas de maderas. Los indios no vivían ya en toldos, sino
en ranchos cubiertos de pajas sobre palos..Todavía usaban arcos y flechas hasta que aprendieron de
los querandíes usar la boleadora. Don Bartolomé era de raza guaraní. Pero los vecinos eran de
diferentes razas. Esto trajo consigo algunas dificultades, pero más sufrían por los abusos tan
frecuentes en el empleo en las estancias de los españoles. Muerto este cacique principal, les hacían
pleitos por sus tierras y la tribu iba reduciéndose en número. En 1655 hubo sólo 25 feligreses. La
Reducción, entonces, fue reforzada por indos de la Reducción de San José de Bagual. (Lit:
C.Bruno, Historia de la Iglesia en la Argentina II p.193 y J.A. Barbich: Historia de Santiago del
Baradero, BA. 1980 p.18)
62
BARROS, Miguel, 1872, capitanejo picunche perteneciente al cac. Udalmán. Figura en el
tratado de paz de los picunches realizado en San Rafael, el 27 de Agosto de 1872 (Ver Caepí). Pero
la Conquista del Desierto no los ha respetado y tuvieron que luchar a orillas del Río Barrancos; no
sé con que suerte. Su nombre o apellido es castellano.
BASILIA, 1783, “cacica” huilliche de la región de Coluna, jurisdicción de Carmen de
Patagones. Según el Diario de Fary Francisco Menéndez, iba a las tierras de las manzanas a juntar
frutas para elaborar chicha.
BASILIO, 1825, cac. tehuelche unido al cac. Llerequen (AGN. Biedma. VII. 10-4-14)
BERGA MAIÑ (o Bergamay, Belgamain) 1750, cac. pehuenche, sobrino del cac.
gobernador de Malalhué de nombre Ancanamún). 1750 acompañó y auxilió al gran convoy de
carretas que partió de Mendoza a Buenos Aires. Fue gratificado por esta gauchada, llamándosele
“leal vasallo y servidor de su Majestad” (Arch. Mend.) Durante los trájicos acontecimientos de la
Guerra Peheuche, se le nombra especialmente en los actas de los parlamentos realizados en San
Carlos en 1782, 1787 y 1792 (Arch. Mend. Carp107). En Julio de 1787 murió por la viruela que
hacía estragos en Malalhué. Al mismo tiempo falleció también el cac. Ancanamún.
BEMA, N. 1879, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita. Compartió con ellos tiempos
de paz y la deshadada Conquista del Desierto. Pues, ante la persecución, huyeron al sudoeste. En
Junio de 1879 fue alcanzado por una patrulla de la División quinta. Fue apresado por tropas del
Tnte. Coronel Godoy, junto con los capitanejos Huillegal, Gualaquín y Güerni y 270 indios.
Etimología: enigmatica)
BERGAMAIN, 1782, cac. pehuenche del grupo de Barbarco. En abril de ese año intentó
sustraer a los indios amigos de la influencia de Mendoza; pero el Comandante de San Carlos
defraudó tales intentos, lo que agradecieron los indios de Ancanamún y de Roco. (Arch Mend.
Carp. 107) Era hermano del cac. Ancanamún.
BERNARDO, cac. huilliche. En 1878 la Conqista del Desierto llegó a su toldería en Curicó
(Río Negro) (Olasc. I. 246)
BERRE NAMÓN, 1826, cac. pampa que figura en el acta del tratado del Arroyo Pecuén
AGN X. 27-7-6)
BIBIANA GARCÍA (o la Reina Bibana), 1880 actuó como cacica y machí del resto de la
tribu de Catriel que, expulsado de Azul y Olavaria, vivía en Piedra Blanca, un rincón inhóspito de
Río Negro. Ella mantenía el ánimo de su gente, revitalizó su tradición y formó apóstoles de su raza.
Tenemos su foto con un grpo de esta población que estos indios “vencidos” que viajaron a Buenos
Aires, estando en compañía del capitán Rufino Solano y los capitanejos Juan Centenera y Máximo
Jérez. (ver Miguel H. González en su libro Catri Mapú).
BICOLA, 1590, cac. Comechingón de Asagasta, al Nor Oeste de San Luis, en la encomienda
de Ruegas (Montes p.77).
BIENAURE, 1573, cac. comechingón de Canunta Naure, “camino de Cuyo”, encomendado
de Montánez. (Montes p.77)
BIEN NAVIRA, 1586, cac. comechingón de Casambo o Cuyo (Abreu)
BIGUÄ es el cac. Casimiro-
BIHI NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Cocha Sacat, Cruz del Eje, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes p.56)
BILCHAL,1858, cac. pampa de la agrupación de Bahia Blanca, bajo el cac. Ancalao.
BIBLISMI, 1573, cac. comechingón (principal) de Biliblas Anleta, Cord. Vivía y actuaba en
las Sierras Grandes; encomendado a Montáñez (Montes 1954 p. 79)
BINAGA (Binaca) 1596, cac. comechingón que residía en las tierras llamadas “Holcoty”,
San Carlos de Mendoza. Fue sometido a García de Urbina con otro cacique llamado Etitian. El
sucesor del cac. Binada se llamaba Filian.
BLAN (Blancón) ,1833, uno de los caciques ranqueles que, después de la Campaña del
Desierto de Rosas, inició la forzosa peregrinación, porque las tropas rosistas aprovecharon a los
borogas de Bahía Blanca y de Guaminí; los perseguían, hasta que ellos fueron victimados. Sus
reacciones en 1836 en Tapalquén y de 1839 en el mismo campo, resultaron inútiles. Según los
partes de la batalla del octubre de 1836, el cac. Blan habría muerto en la persecución. Si fuese
63
verdad, el cac. Blán, mencionado en la segunda contienda en Tapalquén,en 1839, sería un hermano
o un hijo del primero. Etim.: Plang es blnco.
BLANCO, José, 1870, capitanejo entre los ranqueles de Leuvucó. Lucio V. Mansilla, en su
libro Una Excursión a los Indios Ranqueles dice, que “el famoso cacique Blanco ha vivido mucho
tiempo en la laguna del Cuero y que ha sido el azote de las fronteras de Córdoba y San Luis; terror
de los caminantes, de los arrieros y troperos”. Mansilla dice también que éste “no era ni cacique ni
capitanejo, sino lo que los indios llaman “indio gaucho”, es decir, un indio sin ley ni sujeción a
nadie.” Era temido como nadie, muy conocedor de la Pampa y con ocho o diez compañeros supo
hacer proezas notables. El camino de Río Cuarto a Achiras estaba bajo su control. El Cnel.
Mansilla, al tener noticias de una invasión a La Carlota, fue a buscarlo a él, suponiendo que él había
sido el autor de esa invasión. El pudo escapar, porque le habían llegado noticias del movimiento
militar.
Mientras se esperaba la definitiva aprobación del tratado propuesto por Mansilla y los
sacerdotes franciscanos de Río IVº, el primero fue depuesto de su cargo. Entonces el Cnel.
Arredondo llevó una expedición sobre las tribus ranquelinas, que duró quince días. En la sorpresa
hizo muchos prisioneros. El capitanejo José Blanco, como era experto guerrillero, realizó un
sorpresino contraataque al Fuerte Sarmiento, sabiendo que estaba desguarnecido; lo sitió con 200
indios y logró penetrar en la población a fuego y saco. El 28 de enro de 1871 se dirigieron también
a Las Tunas (Fuerte Gainza), pero sin éxito. El Tnte. Coronel Egidio Sosa despachó al capitán
Morales en persecución de los indios saloneros. Encontrando los rastros, los siguieron hacia El
Cuero. Como el Capitán no volvía, ni llegaban noticias de ellos, mandaron un piquete hacia El
Cuero. Este, al otro día, halló en la Posta de Chemecó (Estación Washington, Dep. de Río IVº), los
restos mutilados de cinco oficiales y 60 de tropas de Morales. Había algunos sobrevivientes heridos
(Parte del 4. 3. 1871). Habían caído en una emboscada del grupo del capitanejo Blanco. En cambio,
los caciques ranqueles, ajenos de tales movimientos, reclamaban el cumplimiento del tratado. El
Cnel. Tejedor halló bien mandar algún racionamiento; pero el Cnel. Antonio Baigorria, uniendo sus
tropas con las del Cnel. Gordillo en Villa Mercedes, solicitó permiso para ir a atacar a los ranqueles
(10.4.71). En Mayo nuevas guerrillas en las tierras del capitanejo Blanco y exitosos avances de las
fronteras hasta El Cuero.
Al año, el Cnel. Arredondo lanzó otra ofensiva contra los indios ranqueles. Entoncs el Indio
Blanco volvió a atacar el Fuerte Sarmiento con 250 indios. El Regimiento 7º estaba en campaña. La
escasa guarnición estaba a cargo del Mayor Cristóbal Báez, a quien faltaba la mano izquierday aún
la derecha estaba medio inválida. Después de una ruda arremetida, el Capitán Blanco se aproximó
al reducto y gritó: “¡Rindiendo, hermano, que ya Laconcha está embromado. Perdonando la vida a
todos!” A lo que Báez contestó con un balazo y una caustica imprecación. El Indio Blanco había
terminado para siempre sus fechorías; había caído de un balazo en el vientre. Los indios lo llevaron
en ancas y luego reanudaron sus cargas. Pero la guarnición mantuvo el fuego hasta que los indios
agresores abandonaron su intento de violarlos.
H. Greslebin, quien indagó sobre el cac. Blanco entre los viejos ranqueles (Interrogatorio
Ranquel en Cuad. Investig. Folkl. 1961) escuchó del lenguaraz D.Severo Cochao, que él había
conocido al cac. Blanco de franco color blanco, aún rosado y que era patilludo. Supo que era el
cacique más rico de la región. En cambio es inadmisible lo que dice Filiberto de Olivera César en
su novela que “el Cacique Blanco” había sido desertor inglés cuyo nombre verdadero habría sido
Jorge Mac Donell.

BLANCO, 1874, en realidad son tres los hermanos del anterior nombrado capitanejo o
cacique José Blanco. Quienes actuaron entre los ranqueles como jefes y maloneros. En diciembre de
1874 llevaron una patrulla a la Carlota. Un año más tarde estuvieron entre los indios del llamado
Malón Grande en Azul y Tapalquén; pero fueron batidos por la tropa del Tnte. Ruibal. Ante el
avance de la Conquista del Desierto en 1878, tuvieron que huir como todos los ranqueles que aún
quedaron. Pero parece que no aflojaron así no más las tierras de El Cuero. En Julio de 1879 habían
vuelto para invadir por el Tres de Febrero. Fueron sentidos a tiempo y perseguidos. Rudecindo Roca
trajo a uno de “Blanco” y 150 prisioneros más (Doc. 1028 y 1033, Arch. Río IV:13.6.799). A los dos
64
años, otro resto de los ranqueles que se había refugiado en la Patagonia, dio un último coletazo a la
vanguardia de la tercera Brigada del Cnel. Villar: Indios de Painé y Blanco sorprendieron, el 27 de
Agosto de 1881, a una patrulla en Renancó.

BLANQUILL0 o Blanco, 1857, cacique segundo de la toldería del gran Calfucurá. Era su
hijo .Vivía en la Quebrada de Pigüé. En octubre de ese año capitaneó con el cacique Manuel Grande
a sus indios en Quequén. Al día siguiente fueron batidos en Huinca leufú (Cristiano Muerto) y
Tapera de Villalba por el Ejército de Operaciones del Sur. Habían sido 500 indios en dos fracciones.
Blanquillo fue derrotado y murió el 2 de noviembre con unos 60 indios (Montferrán Montferran, El
Ejército de Operaciones del Sur p.51/52) El cacique principal Juan Calfucurá noticiado, se apresuró
a escribir al Cnel. Iturra de Bahía Blanca que se había enterado “de la derrota de Cañiumil,
Blanquillo y Manuel. Han ido sin orden mía…Sobre los que han muerto, yo no tomo mal, porque
han ido a robar a estancias (6.ll.1857) (Monferrán Monfrrán,E: Fundación de Pigüé 1955 p.56 y
J.Walther: Conquista del Desierto ed 1964 p. 549)
Otro Blanquillo se hallaba en la Batalla de Pigüé en febrero de 1858 y después de la
frustrada expedición contra los indios de Salinas Grandes, se hallaba con los caciques Colecal y
Cayunán (AGN S.X. 19-9-4)

BLANQUILLO, Ignacio, 1860, cac.salinero de Calfucurá, sobrino de Quentrel, quizás


hermano del que fue muerto en 1857. En octubre de 1864, el Cnel. J. Murga, comandante de
Carmen de Patagones, firmó una especie de tratado de paz con Calfucurá, Cañumil e Ignacio
Blanquillo. Se dice en el documento respectivo que Blanquillo era hijo del cacique Epuar y
sobrino del cac. Quintrel, hermano de Calfucurá. Toda su historia está involucrada en la de los jefes
salineros Calfucurá y Namuncurá. Después del avance de Alsina, en 1877,empezó la persecución de
él y su tribu Ese año Blanquillo fue atacado dos veces, pues en octubre salió a sorprenderlo el Sarg.
Mayor Camilo García con 45 hmbres y regresaron a Guaminí a los seis días con 80 prisioneros y
muchos animales. La segunda campaña contra él la hizo el Comandante Godoy con 100 soldados y
20 indios amigos. Prácticamente destruyron la tribu. Entre los muertos se halló el capitanejo Samuel
González, quien había trabajado con los obreros en la Zanja de Alsina, pero luego se sublevó.
Blanquillo escapó de la hecatombe. Pero la persecución continuó y en enero de 1879 lo alcanzaron
(Telegr. 8.1.79) de Levalle). Lo han buscado en Maesayú; se había establecido en Malal Huacá, a 20
leguas de Trarú Lauquén (La Pampa). Lo trajeron con 9 indios de lanza y 46 de chusma. Los
embarcaron en el vapor “Santa Rosa” para Buenos Aires y luego…no se supo más nada de ellos
(Olasc. I.1º6 y Walther ob.cit. p. 549)

BLIN BLINA CHARABA (o Bol Bol Charaba), 1575, cac. comechingón de Blin Bllin
Sacat, Salsacate, Córdoba, encomendado de Bustamante (Montes, 1954 p. 65)

BOLITAS. Puede ser una traducción de un nombre indígena, algo como Pichi Pül Pül. En
marzo de 1820 llegaron varios avisos a las fronteras de Buenos Aires de que 800 a 1000 indios se
habían reunido en los toldos del cacique Bolito para invadir los pagos de Luján, Navarro o Lobos.
Que eran de Quinteleo y Pablo. J.M. Carrera (chileno) estaba aún en la Pampa en pie de guerra.
Efectivamente hubo un malón en abril, que dejó a Dolores en cenizas; otro en Lobos (29.11.1820) y
el peor de todos en Salto (el 2 de 12 de 1820). Entonces el Gobernador Rodríguez convocó las
milicias a la primera campaña al sur. Allí había paz desde que se había hecho el gran tratado de paz
con el Rey de España. (AGN, Biedma, S.VII. 10-4-13)

BRABIL, 1859, capitanejo salinero; pues el cac. Calfucurá en su comunicación al


Presidente J.J. de Urquiza, pedía un vestuario para él. ETIMOL: Bil (vilú) =víbora y bra (prá) =
erección

BRAVO ver Cacapol o Cangapol


65
BRAVO, Nusanach, 1677, cac. puelche o auca. Al mismo tiempo que los caciques Cacapol
y Cangapol, comúnmente llamado Bravo. Aparece este cacique Nusanach Bravo en el escenario del
Sur y es probable que fuese un pariente de éstos. N.Bravo había nacido en 1642. El Gobernador
Robles (1678 p. 298) anotó que dos (caciques) vinieron a entregarse. “Son de la nación serrana,
llamados caciques Bravos. Nunca habían bajado de las sierras”. La historia dice que fue capturado
con su gente por el Maestre de Campo Andrés Robles y llevados a la Reducción de Santo Domingo
Soriano (en el Uruguay) “para reducirlos a nuestra Fe Católica” “Se habían entregado en el paraje
Siuien y su mujer se llamaba Quisqueyupel “ En la Reducción fueron empadronados. (AG.Ind.142
Charcas). El cacique Nusanach Bravo tenía 35 años; un hijo Josef Garro tenía 6 años y su hermana
se llamaba Isabel. Bravo se escapó de la Reducción. “No quería reducirse; no tenía amo”,-decía.
Podemos decir como los italianos :”Bravo”. (Cabrera, Tesoro del Pasado I p.55 y Robles, 1678 p.
313) El año 1690 se hallaba reducido en “El Espinillo”, Río IVº.

BUCHA PANG, significa el “Puma viejo” , buta o bucha es el padre

BUTA COLEMILLA (VER COLEMILLA PADRE) 1804 Lo nombra … con fecha 24 de


Junio, cuando pasó por sus toldos. Estaba convalescente; en la desembocadura del Liu Cullin en Río
Grande, cerca del pueblo El Manzano (C.Della Mattia p.6)

BUTA PICHÚN (ver Vuta Pichún)

BUENO CAL (ver Huenu Calquín) BUENA MILL (Ver HUENU MILLA) 1776
en el Censo de Las Casas de los ranqueles.

BULNES PAINEMAL, 1819, cac. boroga en Chile, hijo del cac. Melillán, quien intervino
con toda su familia en la Guerra a Muerte. Sus hermanos se llamaban: Necul, Curriqueo, Painemal,
Mulato y Salas, todos jefes de tribus. Algunos vinieron a la Pampa argentina. Véase sus historias.

BUSTOS, 1874, capitanejo ranquel. Lo conocemos por un telegrama que mandó al Padre
Donati desde San Luis, avisándole que venía con seis indios y siete mujeres para ir a vivir en la
Reducción del Fuerte Sarmiento (Arch Franciscano de Río IVº)

BUTRAY ÑAM, 1797, cac. pehuenche de Malalhué. Tomó parte en la guerra pehuenche.
También está anotado en actas de parlamentos que el Gobernador de Amigorena de Mendoza
celebró con frecuencia en el Fuerte San Carlos.

CAABARA, 1600 cac. comechingón del pueblo Pinturón, Río IIIº, Córdoba, encomendado a
Avila. (Montes 1954 p 79)

CAAITA, 1597 cac. mendocino en la tierra de “Lolma”, encomendado a Coria Bohorques


(Cabrera: País de Cuyo p. 215)

CAARE, 1582 por el repartimiento de J.de Garay fue asentado en la jurisdicción de Buenos
Aires, encomendado a Lázaro Griveo (nación caltis)

CABAHÍN, Cac. comechingón, 1579, cacique de Lume Sacat, Córdoba, encomendado de


Jaymes (Montes )

CABALO CHARABA, 1573, cac. comechingón de Cabala Sacat, Salsacate, Cord.


Encomendado de Jaimes
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CABANON CHARABA, 1594, cac. comechingón de Seguepel, Río IIIº, Cord.
Encomendado de Jaymes (Montes p.80)

CABILI NAVIRA, cac. comechingón 1586 de Larisa Camchira, Sierra de Achala Córd.
Encomendado de Tejeda (Montes 69)

CABRAL, 1780, capitnejo puelche del grupo del cac. Negro, cerca de Carmen de Patagones
(García Enciso: Gesta de Patagones p.23) 1781 estuvo con el cac. Lorenzo Calpisquis con indios
tehuelches.

CABRAL, LINCONAO (o Ludovico Linconao) , 1870 capitanejo ranquel, hermano del


cac. Ramón Cabral. (Arch. Convento Franciscano Río IVº Doc. 646) Con éste y los ranqueles ha
hecho el doloroso proceso, pasando de la libertad al sometimiento a las fuerzas militares. En varias
oportunidades integró comisiones de su hermano por gestiones de la paz. El 12 de enero de 1870
tuvo 100 indios. El Coronel Lucio V. Mansilla lo recuerda también en su libro “Una Esxcursión a
los Indios Ranqueles” (Ed. Estrada p.18): “El cacique Ramón me envió a su hermano mayor, como
muestra de ser amigo. Linconao, que así se llama, es un indiecito de unos 22 años; alto vigoroso, de
rostro simpático, de continente airoso, de carácter dulce y que se distingue de los demás indios que
no es pedigüeño”. Luego relata como fue atendido en Villa de Concepción (Río IVº), cuando allí se
enfermó. En 1872 figura en el tratado de paz (doc. arch. est. mayor 1188, 20.10.1872) en 1874 tuvo
correspondencia con los misioneros de Río IVº.(Arch Franciscano Doc. 479 y 646).
Los hermanos Cabral, indios ricos, casi estancieros, siempre habían estado a favor de la paz.
Más tarde se ubicó en La Pampa, donde perdura su apellido como también en la tribu de Coliqueo.
Existe una foto de “Lucho Cabral “ y José Depetris (de Santa Rosa) reunió más datos y fotografías

CABRAL, Ramón (o el cacique Ramón , el Platero): era un cacique ranquel muy conocido
Este cacique prestigioso entró en nuestra historia como cacique Ramón (Platero) por los
recuerdos que Lucio V. Mansilla le dedicó en su libro “Una Excursión a los Indios Ranqueles”. Yo
creo que su padre fue el cacique Lorenzo Cabral,. quien en 1841 hizo gestiones de paz ante el
gobierno de la provincia de San Luis a nombre del cacique principal Painé (Arch. S. Luis, 8.11.41).
Según una carta de José León Romero desde las tolderías ranqueles, los caciques Painé y Pichún
pedían en 1838 al Gobernador de San Luis, J.Gr. Calderón, una paz general y canje de prisioneros.
“En caso que quiera venir a pasear (regresar) el cautivo (prisionero) Platero Ramón, permítale
licencia”. (Núñez, Urbano, 1980 Monogr. Nº 2 p.11)
Mansilla, en 1870,. escribiendo sobre el cacicazgo que era hereditario, agrega: "Existe
abdicación del padre a favor del hijo. Por eso, actualmente, viviendo el padre del cacique Ramón, es
éste quien gobierna las indiadas de Carrilobo". El hermano de Ramón fue el capitanejo Linconao
(Linconao Cabral, firma en sus cartas). El cacique Coliqueo era su cuñado y el cacique Nagüel, su
tío.
Ramón Cabral vivía, pues, en el Rincón de Carrilobo, a tres leguas al norte de Leuvucó y
algún tiempo en Ruca Lauquen (Dep. Conhelo, lote 22. Frac. C Secc. VII). Según el Diario de
Martín Rivadavia, tuvo su toldo en una altura, un gran jagüel, mucha caballada y yeguada y una
majada de 200 ovejas. Cerca de todos los toldos criaba ganado y cultivaba sementeras de maíz,
zapallos y sandías. Dedicaba sus horas al oficio de orfebre (platero). El coronel L. V. Mansilla, a su
regreso de Leuvucó, lo visitó en su toldo. Lo describe así:
"En Tierra Adentro yo no había pernoctado bajo techumbre mejor. El toldo del cacique
Ramón superaba a todos los demás. Mi alojamiento era un galpón de madera y paja de 12 varas de
largo y 4 de ancho y tres de alto. Estaba perfectamente aseado. En un costado se veía la fragua y al
lado una mesa de madera tosca y un yunque de hierro. Yo he dicho que Ramón es platero y que este
arte es común entre los indios".
Mansilla opina, que Ramón debía haber sido el indio más aseado, inteligente, despierto y
activo en la República. Alrededor de su casa había cultivos y toldos. "Hablamos de agricultura y
ganadería, era un entendido. El ama a los cristianos y tiene en su toldería algunos. Una de sus
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mujeres, dona Fermina Zárate, era muy de posición de la Villa Carlota, donde fue hecha cautiva,
cuando tenía unos 20 años. Tiene tres hijos. Ahora ya es vieja: es muy buena señora." Mansilla la
invitó a salir con él. diciéndole:
"?Por qué no se viene conmigo?
- Oh! ¿ Qué he de hacer entre los cristianos? ¿Y mis hijos? No quieren que los lleve.
Francamente soy más india que cristiana. Creo en Dios. Todos los días le encomiendo a mis hijos y
a mi familia."
El cacique Ramón tuvo cinco mujeres, de las cuales le nacieron siete hijos varones,
dice Mansilla. y tres hijas mujeres. El recordaba los nombres de las hijas púberes que las halló
graciosas y coquetonas, bien vestidas: a Comeñé (ojos lindos) y Pichi Cayún (boca pequeña).
"El cacique Ramón es hijo de indio y de una cristiana de La Carlota, dice Mansilla más
adelante. Predomina en él el tipo de nuestra raza. Es alto, fornido: tiene ojos pardos, cabello algo
rubio, ancha la frente y habla muy ligero. Es en extremo aseado. Viste como un paisano rico. Tendrá
40 años. Todo su aspecto es el de un hombre manso y sólo en su mirada se sorprende a veces como
un resplandor de fiereza... Montaba un caballo bayo domado por él... No hubo ranquel más rico que
él. Tiene grandes corrales, sementeras vastas y hacienda mansa." Mansilla estima que tenía unos
600 indios de lanza a sus órdenes. Otros creen que su número era superior aún. Su tribu compartía
con los ranqueles de Mariano Rosas los grandes acontecimientos del fin del siglo pasado. El cacique
Ramón, como también el cacique mayor Mariano Rosas, deseaba vivir en paz y no en guerra. Pero
el clásico procedimiento del desalojo forzoso por los conquistadores provocó violentas reacciones.
Estos ranqueles fueron objeto de violentas invasiones o expediciones. Primero en 1858. la del
coronel Emilio Mitre, casi al mismo tiempo que la expedición de N. Granada hasta Salinas Grandes:
pero ambas fracasaron. La segunda expedición a tierra ranquel fue llevada a cabo por el coronel
Julio de Vedia en combinación con el coronel Baigorria. Si no hubiera estado el cacique Coliqueo
con él, habría sido otro fracaso. Así, fue una molesta persecución, sin enfrentamiento directo (M.
Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos. Cap. XI) y M-Hux: El General Julio de Vedia 1826-
1892. Su vida y trayectoria Militar). Los ranqueles se inquietaron de tal modo que el Gobierno
nacional, después de la unión de la nación, quiso que el coronel Manuel Baigorria, jefe de la
frontera sur de Córdoba, concertara un tratado de paz con ellos. Efectivamente, este tratado se juró
en Leuvucó el 24 de mayo de 1865 (ver Mariano. Rosas). Al mes lo aprobó y ratificó el Gobierno
Nacional. En ese documento, después de los caciques Mariano Rosas y de Nagüel Quintuy. figura
como tercero en la lista el cacique Ramón. Ningún documento comprueba de que el cacique Ramón
haya participado de las agitaciones de los montoneros o del levantamiento de los revolucionarios
del Cuyo, como lo hiciera Epugner Rosas. 1867 el Congreso votó la ley 215 “del avance de las
fronteras hasta el Río Negro”, aún en plena guerra con el Paraguay.
En 1869, el gobierno hizo un primer gran avance de las fronteras. También el cacique
Ramón fue afectado por el mismo al llevarse la frontera (interior del país) hasta El Cuero y al
establecerse el Fuerte Necochea en los Cerrillos del Plata. Al mismo tiempo, tanto los militares,
como los misioneros franciscanos de Río IVº y el padre dominico Moisés Burela de Mendoza,
hicieron grandes esfuerzos para mantener la paz entre los ranqueles con regalos y grandes
promesas. Los caciques obraron con cautela y no omitieron reclamos por las tierras recientemente
ocupadas. El coronel L. V. Mansilla quiso concertar con el cacique Cabral el tratado de paz. Lo
firmó primero con los representantes en Fuerte Sarmiento y luego se animó, acompañado por dos
frailes, a la tierra "vedada" de Leuvucó y Poitagüé, para ratificar allí el pacto. Lucio V. Mansilla no
omitió reconocer prolijamente las tierras ranquelinas, editando luego con su libro un precioso
documento cartográfico, señalando accidentes y tolderías. La de Ramón Cabral está marcada con
letras grandes al norte de Leuvucó.
A pesar de este tratado, fueron objeto de dos invasiones militares del coronel Arredondo
primero, con el objeto de ocupar El Cuero y Río Vº, y luego, en Mayo-Junio de 1872, los coroneles
expedicionarios Roca y Racedo invadieron las mismas tolderías ranqueles. Hubo varios encuentros.
El sargento mayor Saturnino Undavarrena atacó la tribu del cacique Ramón Cabral. Los indios se
defendieron y lograron arrebatar la caballada a la tropa. Entonces ésta se volvió a su campamento.
Pero los ranqueles temían nuevos ataques. El gobierno, aprovechando la confianza que habían
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logrado los misioneros, encargó al P. Moisés Alvarez y su compañero, el Padre T. Gallo, renovar o
lograr nuevamente un tratado de paz que tuviera vigencia por seis años. Efectivamente, aceptaron
esta proposición, el 16 de Octubre de 1872. (Ver la biografía del cacique Mariano Rosas)
Tendría que contar mucho para aclarar aquellos acontecimientos previos a los avances de la
Conquista del Desierto y los ocurridos en ellos, pero resumo algunos que tienen que ver
directamente con el cacique Ramón.
En 1874, el hermano del cacique Ramón, Linconao Cabral y el capitanejo
Villareal,también lenguaraz del cacique Cabral, aceptaron ubicarse en la Reducción del Fuerte
Sarmiento. Sus tierras fueron vendidas y las promesas de que recibirían otrás en la nueva ubicac.ión
nunca se cumplieron. Había en la reducción más de 200 mayores y 70 niños, para los cuales los
misioneros habían instalado una escuela. Pero también hubo allí brotes de la peste de viruela.
Ya en 1875. el coronel Julio A. Roca escribió al ministro de Guerra Adolfo Alsina que debía
considerarse roto el tratado para establecer la nueva línea sobre El Cuero (Publicación del Museo
Roca, Bs. As., Documentos Vº. p. 102). Se ve que los tratados eran nada más que un
entretenimiento, antes de emprender acciones bélicas. El cacique Ramón quedó aún "sosegado" en
Carriloó con 50 conas. Pero en 1876, después del gran avance de Alsina en el Sur, llegó la hora "de
sometimiento": es decir. de la Conquista de esas tierras ranquelinas del oeste.
En 1877, el teniente Alberto Capdevilla fue destacado para arrebatar las caballadas al
cacique Ramón. Las tropas del Fuerte Sarmiento salieron, pues, "en persecución de indios que
habían robado la caballada del Regimiento 4º, y el 18 de Septiembre de 1877, volvieron con 600
animales que habían pertenecido al cacique Ramón. Este se presentó de inmediato en la
Comandancia para reclamarlos. Pero el coronel Racedo, quien había previsto el jaque de la
maniobra, le impuso como condición de la entrega de los animales, que se viniera con su tribu a
vivir en la zona denominado "Sarmiento Nuevo", prometiéndole paz. tierras y más animales. El
cacique, después de reflexionar un rato, aceptó la propuesta, porque de lo contrario iba a exponerse
a nuevos ataques y a la creciente pobreza. Tan sólo pidió una escolta de protección para venirse, por
si acaso el cacique Epugner (Mariano Rosas había muerto) quería impedirle la salida. El coronel
Racedo salió a su encuentro con unos 300 hombres y el cacique trajo más de 400 indios al Fuerte.
Los diarios festejaron este "sometimiento", como un nuevo triunfo, agregando a la noticia la célebre
frase del coronel Roca: "Los indios tienen que ir comprendiendo poco a poco su importancia para
luchar con las fuerzas de la Nación y ver que les es más conveniente venir a vivir a su amparo y a su
servicio que permanecer en el desierto".
Los indios del cacique Ramón, en consecuencia, fueron obligados a servir como "auxiliares"
en las fronteras y expediciones militares contra sus propios hermanos de raza. El gobierno quiso que
el cacique Cabral revistiese como teniente coronel de indios; su hijo mayor, capitanejo en su tribu,
debía revestir como alférez. A los indios se les daría sueldos y raciones. A su llegada al Fuerte les
entregaron 600 vacas y 1.000 ovejas y 500 pesos para comprar géneros para las chinas. Formaron
pues el "Escuadrón de Ranqueles" con 245 indios en diez cuerpos, integrados en la división del
coronel E. Racedo. Establecieron sus toldos en El Tala, 5 kilómetros al norte del Fuerte Sarmiento.
Los demás ranqueles fueron perseguidos, expulsados, derrotados, apresados o muertos, en sucesivos
ataques y expediciones durante los años 1878 y 1879.
En 1880. los indios del cacique Ramón fueron trasladados a Villa Mercedes que por
entonces se estaba fundando. Ocuparon los terrenos al este de lo que es ahora la Avenida Mitre y el
norte de la calle San Luis. Al año, no obstante la oposición de los capellanes franciscanos, fueron
obligados a trasladarse al lugar llamado "Las Tres Esquinas", a una legua del centro hacia el sur. En
Febrero de ese año tuvieron que colaborar en la ocupación de Poitahué. las tierras del cacique
amigo Baigorrita. En 1882, Cabral y sus indios integraron la expedición fundadora del fortín y
pueblo Victorica. El 31 de Julio de 1883, Fray Quirino Porreca escribió un relato sobre la miseria de
los indios amigos (Depetris, J.C. En:Crónicas Ranquelinas II 1990)
En 1884, en virtud de la ley de colonización (Ley 2, de Octubre de 1884). se les concedió
unas tierras áridas para establecer la Colonia Emilio Mitre (I Dep Chalileo), denominado así por
aquel coronel ,que en 1858 los quiso invadir, pero derrotado por la sequía tuvo que volver con
grandes pérdidas de hombres y animales.
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En 1885 se bautizaron dos hijos del cacique Ramón en la capilla de Villa Mercedes (o están
anotados en los libros bautismales de esa capilla), llamados Francisco Melí y Pegüe. Hasta 1886
vivían aún en “El Cuero” y luego fueron trasladados a Gral. Acha.
En 1900. finalmente, les midieron sus tierras, que en nada se parecían a los antiguos predios
en Carrilobo, Millancó (Manantiales) o El Cuero. La signación geodésica es entonces Dep,.
Chalileo Sccc. XVIII Frac. D-C.
El l6 de Abril de 1900 Ramón Cabral fue bautizado “in artículo mortis”. No mucho después
murió el cacique tan estimado y tan perseguido. Murió, en “La Blanca”, viejo en años (unos 80) y
madurado en tristes experiencias. José Depetris que investigó el árbol genealógico de este cacique,
encontró en el libro de defunciones que “El Platero murió el 1º de Mayo en Gral. Acha, La Pampa y
fue sepultado en el antiguo cementerio de la Guarnición.
Sus hijos Curunao y Caleo Cabral con Santos Morales reunieron los restos ranquelinos en la
Colonia Emilio Mitre. En 1925 el Padre Pezzoli y otros tres Salesianos visitaron la Colonia Mitre y
hallaron la familia del cacique Cabral y de Santos Morales. En Pichi Mericó hicieron 31 bautismos,
entre ellos el de Rosa Cabral, hija mayor de Ramón Cabral, casada con Carripilún. De ella sacó
una fotografía. Otra foto, de la anciana Manuela Cabral, hermana de Crianza del cacique Ramón
Cabral
Otros de la familia Cabral aparecen en la Tribu de Coliqueo; especialmente entroncados con
descendientes de Manuel Díaz.
Bibliografía
Mansilla, L. V.: Una Expedición a los Indios Ranqueles. Barrionuevo Imposti: "Una
apostilla para una excursión". 1961, en RUNC. Fray Porreca. Q.: Relación sobre las misiones
franciscanas, Río IV, 1894. Album del Centenario de Victorica (1982), p. 24,ss. Casamiquela. R.:
Informe sobre la Colonia Emilio Mitre (Geodesia, Sta. Rosa, mimeografiado). Platería reproducida
en J. Maguire: Loncagüé. p. 119, Lain. XX).

CABRERA, Bartolo, 1862, capitanejo ranquel, hijo del del cac. Bartolo Gómez Quiñehuán.
Figuró entre los capitanejos del cac. Ignacio Coliqueo. Un documento de Azul del 27 de septiembre
de 1847, posiblemente se refiere a él mismo, pues habla de un capitanejo Cabrera (A.Azul Nº2
p.144)
CABUCOTE, 1582, cac. Guaraní que quedó reducido en el distrito de Buenos Aires por el
reparto de Juan de Garay.
CAC. ACHÚ, 1747, cac. Puelche que se integró a la misión jesuítica de Nuestra Señora del
Pilar en el Sur bonaerense, junto con el cacique Chanel y Tayocho (Dobrizhofer,M. Hist. de los
Abipones T.I.)
CAC. ÁN, 1573, cac. Comechingón de Ciquei, localidad de Xeques, Córdoba; encomendado
a Cabrera. (Montes p.47)
CAC. ANA,1606, cac. araucano que vivió en Tutupital y Natupital y Natiloque. Era sucesor
del cac. Alive; encomendado de Larrea (Cabrera, país del Cuyo p. 241)
CAC.AÑA, 1560, cac. Michilingüe de Nali Tonguie, Sierra de San Luis; encomendado de
Lemos.
CAC. CACAPOL, Juan ca. 1650 – 1740, cac. pampa pulche.
Resulta casi una aventura escribir la vida del cacique Cacapol y de su hijo Cangapol,
llamado también el cacique Bravo. Nos faltan testimonios y los pocos que tenemos, a veces se
contradicen. Según el Padre jesuita Falkner, quien conoció personalmente a Cacapol, éste habría
sido hermano del cacique Cangapol. Pero en otra página dice luego, igual como los demás
historiadores de la época, que el cac. Cacapol, alguna vez llamado cac. Juan Bravo, era padre del
cac. Nicolás Cangapol, también llamado cac. Bravo. (Falkner 1774 p.109 y 140) En cuanto a la
denominación etnográfica hay aún mayor contradicción. El Padre jesuita Lozano los llama “pampa
- serranos, al igual que los caciques Marique y Yahatti. El Padre T. Falkner los clasifica como
taluhet o tehuelche y hay documentos que dicen que hablaba en idioma tehuelche (17.1.1754) Los
nombres (patronimios) probablemente proceden de ese idioma. El apodo “El Bravo” podría
70
señalarlos como “aucas”, ya que vivían cerca del Río Sauce (Río Negro o Choele Choel). Les
obedecían los caciuqes pampas Colcocac y Gualinecó y los aucas Colopichún y Nicolasquén.
Cacapol (padre) nació por el año 1670, en una época en que las tropas militares de Buenos
Aires, Mendoza y Córdoba salían, como casi anualmente, a “recoger” ganados e indios, desoyendo
decretos papales y reales. Hasta de Chile venían a cazar indios y los vendían como esclavos. En
1649, la expedición de Ponce de León, por ejemplo, cautivó a 300. Al año, los Padres Jesuitas
devolvieron la libertad a 500. Se calculó que en 1663 se han vendido 14.000 esclavos indios en el
mercado chileno de Chiloé. ¿qué nos extraña que los indios (libres) se hayan sublevado. En 1655
hubo una sublevación general. 1672 irrumpieron los indios serranos la Provincia de Buenos Aires
contra los avances de los blancos, soldados y vaqueros. Estas malocas fueron pagados por nuevas
“ recogidas y trasaplantes a mejor clima”.
En 1677, el Gobernador Robles trajo al regreso de una “entrada” al cac. Bravo y 300 indios
de la pampa. El informe oficial decía: “Se vinieron a entregarse de la nación serrana los caciques
llamados bravos que nunca habían bajado de la Sierra (Robles, 1678 p. 298) El Maestre de Campo
Juan de San Martín efectuó otra cruel expedición e hizo arcabucear tribus pacíficas, como al pasar,
provocando reacciones en la pampa. Además los indios sufrieron espantosas epidemias que ellos
atribuían al gualicho de los blancos. En 1719, por ejemplo, sucumbieron sólo en la Provincia de
Córdoba unos 17.000 indios. Eso no obstante, documentos de 1730 decían todavía que la pampa era
“un hervidero de Indios”.
Cacapol vivía entonces al pie de las Sierras de Tandil (Casuhatti) principal escenario de los
pampas. Aunque conservaba relaciones comerciales y de amistad con los españoles, con vaqueros y
expedicionarios, fue perseguido en 1734 y de 1737 a 1740. (Arch.G.Ind. 165 Charcas 317:
1744:AGN.S.VI 19-6-8). Fueron perseguidos también sus amigos, los caciques Calelián. Tolmichiá
y Mayupilquiyá. Mataron en Buenos Aires a cuatro emisarios que iban por gestiones de paz. Los
caciques Bravo se retiraron entonces para no ser alcanzados. (Falkncr ib. p.134).
Después de la muerte de Mayu Pilqui Ya, Cangapol ordenó que diesen muerte a todas las
hechiceras para ver si de este modo cesara la peste (fide Falkner y C. Moncaut: Ranchos p. 35).
En 1740 murió el cacique Cacapol: no sabemos cómo. Los documentos que nos traen esta
noticia, sólo anotan que. muerto este. Cangapol, su hijo se ha lanzado en terrible malón sobre los
pagos de Magdalena, sobre Lujan y sobre la Misión de Nuestra Señora de la Concepción, donde se
hallaba una hermana suya. A causa de estos eventos, el Maestre de Campo J. de San Martín fue
depuesto de su cargo y una comitiva de 300 españoles al mando del Cap. Cristóbal Cabral fue a su
encuentro en Casuhatti para proponerle la paz nuevamente. Este se presentó, el 8 de diciembre de
1840, en la Misión y, aceptando las razones del Padre Matias Stroebel, aceptó la paz. El mismo se
presentó más tarde al nuevo Gobernador Ortíz de Rozas en el paraje de La Matanza.
Cacapol, que vivía en sus años mozos en Huichín, en la margen izquierda del Río Negro, a
corta distancia de la confluencia de los ríos Limay y Neuquén (Falkner, p.26 y 80). podía
considerarse como leuvunche o guennaken, como su hermano Sausimián. Era serrano, desde que
vivía en las Sierras Casuhatti. Según el Padre Falkner. tenía siete mujeres: entre las cuales tenía sus
preferencias. No conozco más nombres de hijos que el del sucesor Nicolás Cangapol.
El Padre Florián Paucke, quien conoció al cacique Cacapol en Buenos Aires en oportunidad
que vino a pedir la libertad de 13 prisioneros de su gente, conforme al don de observación que ha
demostrado en su libro “Hacia Allá”, relata: ".. .Ha venido su cacique, llamado Juan Bravo, cuyo
distintivo consistía en una piel de llama, en lugar de manta.... con el pelo hacia adentro y adornada
por fuera con muchas figuras rojas. Alrededor del alero del sombrero tenía una pluma de avestruz
teñida de rojo y de un palmo de largo. Este cacique estaba completamente ciego: y a pesar de ello,
supo dirigir a sus indios en sus luchas contra los españoles con tanta destreza que no solamente
gozaba de gran reputación entre los suyos, sino que era muy temido por los españoles:
Especialmente Buenos Aires había sufrido muchos daños en hombres y reses de parte de los indios
serranos. El cacique fue varias veces a la casa de los misioneros: alegrábase cuando le tocaron algún
instrumento musical; lamentaba que no podía ver los instrumentos. Manifestaba deseos de llevar
misioneros a su tribu. Le contestaron que aún no podía ser..." (Regensburg 1770 p.52/53 y ed.
castellana Baucke,F. 1942, Bs.As.).
71

CANGAPOL. Nicolás o cacique Bravo, 1670, Era hijo del ya nombrado cacique Cacapol.
Ha nacido en Huichín sobre el Río Negro por el año 1670. pues tuvo 70 años cuando murió su
anciano padre en 1740, cuyo cacicazgo asumió entonces de derecho, cuando lo había ejercido ya de
hecho. El cacique Bravo fue el de más fama de su tiempo, reconocido y temido por su valentía y
ferocidad, según el caso. dice el padre Sánchez Labrador. El Padre Tomás Falkner habla de él en
muchas páginas de su libro :Descripción de la Patagonia... (edición inglesa en 1774) hasta incluyó
en él un ya famoso mapa y una litografía de la figura del cacique Cangapol y de su esposa Huenec.
"He tratado de dibujar su retrato, -dice Falkner, por lo que me acuerdo de él... (pues el P.Jesuita
había sido expulsado de la Argentina como todos los jesuítas en 1767). Este caudillo. llamado
cacique Bravo por los españoles, era alto, bien proporcionado. Debía medir unos siete pies y
pulgadas de alto... No me acuerdo de haber visto indio alguno que le aventajara a Cangapol en más
de una o dos pulgadas..." A su vez, Isaac Morris un inglés náufrago, fue huésped en la toldería del
cacique Bravo, como cuenta en su libro en que recuerda su odisea: “ A narrativ of the dangers..”.
(traducido por N. A. Vignatti 1956: original London 1750) dice: "Su magestad (el cacique
Cangapol, al que consideran Choelechel o habitante de Choele Choel) nos recibió en su choza.
sentado en el suelo con una lanza a su costado y arco y flecha del otro. Un manto suelto rodeaba su
cintura y una especie de vincha de plumas de avestruz en la cabeza. Fumaba una larga pipa de caña.
Después de rendirle nuestra obediencia, él empezó a hacernos preguntas en español, pues todos
hablaban un poco el castellano... Se distingue por ser el hombre más alto. Llevaba una faja notable
en su cintura..." Completa estas descripciones una tradición recogida de labios de los caciques
Catriel por el Cnel. Barbará: "...Cangapol era en esa época el más poderoso de las tribus nómades,
imponiendo respeto y temor a los demás caciques. Cuando algunos de éstos contravenía sus
dispociciones, hacía degollar a hombres. mujeres y niños, haciendo montones de huesos y cráneos
etc. teniendo que presenciar esta horrible escena aquéllos que escaparan de ser inmolados (Usos y
Costumbres. 1930.p.80).
Mientras vivía su padre, lo secundaba en todo, haciendo galas de sus destrezas. Muerto
Cacapol, organizó una peligrosa coalición de serranos (taluhets) che-cheches, Güilliches.
Pegüenches y Diviches —dice el Padre Falkner—para vengar las injusticias que los españoles
habían infligido a varias parcialidades: (AGN VI 19-6-8) sobre todo las que habían hecho con las
tribus de Tolmichiyá. Mayupulquiya y Calelial. El Gobernador de Buenos Aires comprendió
entonces que debía emprender otra diplomacia con el indio y encargó a los Padres jesuítas a
establecer unas reducciones entre ellos. Efectivamente, la primera se fundó en febrero de 1840 al
sur del Río Salado con 300 indios y cinco caciques: se llamaba Nuestra Señora de la Concepción.
Cangapol estaba sublevado y empeñado en su campaña, organizó ese mismo año, en
septiembre, una primera invasión a Arrecifes y otra al pago de Luján, donde mató unos 800 vecinos
(Arch. Mus. Hist. Nac. No 10.897: Acuerdos Capit. de Buenos aires T. VIII p. 190,202,212,259 y
264). Esto originó una expedición punitiva desde Buenos Aires con 800 hombres al mando del
Maestre de Campo Juan de San Martín. Pero Cangapol, en otro intento, irrumpió, el 26 de nov. de
1740 .sobre las estancias de Matanza. donde fue rechazado: pero en Magdalena mataron otro
centenar de pobladores. (Molinari, José L. en BANH. 1967 p. 39 y Arch. de la Merced. Bs. As. Lib.
7). Iba a atacar también la Reducción de la Concepción: pero vio que estaba defendida y al disparo
de un cañón, abandonó el proyecto.
En Buenos Aires se originó una fuerte reacción. Se hizo una colecta para equipar una fuerte
expedición punitiva al mando del Maestre del Campo Cristóbal Cabral. Pero el Gobernador propuso
que se buscase en primer lugar un acercamiento para lograr la paz. Designó al Padre Mathías
Stroebel de la Reducción que acompañase como capellán la expedición a la Sierra de la Ventana y
reunió muchos regalos para los principales caciques a quienes iba a proponer un tratado de paz. El
Padre Stroebel pudo reunirlos en un parlamento en la Reducción y se juraron los españoles y los
indios respeto y paz. El Padre Stroebel reconoció la jefatura del cacique Cangapol sobre las demás
tribus pampas y serranos y fijaron límites como división entre las tierras indias y las de los
españoles. ("Capitulaciones de las paces hechas entre los Indios Pampas de la Reducción de la
Concepción y los Serranos, Aucas y Pehuenches que el Gobernador Salcedo mandó publicar, en
72
presencia de Cangapol y otros caciques. Consta de 10 artículos en: ARAH. Madrid col. Mata
Linares T. 80. f. 197 – 199 y AGN VI 19-6-8 paces de 1742, cac., Mayú, Casuhatti, Yahatti,
Calelián y Cangapol).
Cangapol permitió a los Padres Jesuítas establecer otras dos Reducciones Misioneras: Decía
a los españoles: "Ustedes no nos quieren, los Padres Jesuítas. sí". La primera se había fundado al
Sur del Río Salado en 1740, con el nombre Nuestra Señora de la Concepción. La segunda para los
serranos, será en 1746, la de Nuestra Señora del Pilar, cerca de Mar del Plata y la tercera para 500
tehuelches. en 1749 a 4 leguas más al sur que llevaría el nombre de Nuestra Señora de los
Desamparados.
Cangapol. en 1744 se puso en camino "para rendir obediencia, hacerse amigo y establecerse
en Tandil y Cayrú y ofrecía ricos comercios". (Arch. G. Ind. 169 Charcas 317). Se le exigió que
entregara a los cautivos que tuviera y se le invitó a guardar esa frontera y a pelear contra el cacique
Calelián, condiciones que —creo— no le habían de agradar: pero no rechazó los regalos. El 23 de
junio de 1748 visitó la Misión del Padre José Cardiel. Allí estaba esperando las 50 vacas que le iban
a dar. A los indios que iban a Buenos Aires se les exigió que trajeran consigo la cabeza de Calelián y
sus cautivos, si querían seguir el tratado de paz. sino los atacarían con sus armas. (Actas Cabild. Bs.
As. vol. IX p. 183s.: Arch. G. Ind. 348 Charcas 317. y 67 - 221). En realidad se desconfiaba de los
indios. El Padre Stroebel acusó que el cacique Cangapol hacía la guerra a los misioneros, pues les
socavaba los indios reducidos: de 500 se redujeron a 9. cuando los regalos y la yerba se les había
acabado.
Efectivamente, apenas se había establecido la tercera Reducción, en 1750 apareció Cangapol
con una comitiva de 500 indios, acompañado también del cacique Piñacal. Se portó muy
correctamente y fueron regalados. Pero en el diálogo con los indios reducidos allí —dice el Padre
Sánchez Labrador—. inició su campaña contra la Misión. Luego se supo que no había vuelto a su
toldería, sino que había quedado a orillas del Arroyo Tinto, a diez leguas al Oeste de Nuestra Señora
del Pilar. Por un neófito de la Misión, los Padres se enteraron de que el cae. Cangapol les había
hecho ver a los indios reducidos que los blancos venían usurpando sus tierras desde Buenos Aires
hasta el Río Negro y recordándoles las injurias sufridas, los instigó a la sublevación: fijó el 28 de
agosto (de 1750) como día de su sorpresa a la Misión.
Pero la Misión así alertada, organizó la defensa y de esta manera los malones volvieron
derrotados y el cacique Bravo se alejó, pero sólo para convocar a otros caciques e indios más para
volver al ataque. Así invitó a su pariente, el cacique Ayalep y a su tribu a concurrir: pero cuando
éste se negó a acompañarlo, lo atacó de sorpresa y mató al cacique y 50 indios más.
Entre tanto se disolvió la Misión de los tehuelches y el cacique Cangapol inició sus ataques
a la Misión del Pilar. Entonces los cacique Sacachú sacó a sus indios a tiempo. Ya se habían visto
bomberos de los maloneros. El cacique Bravo quiso engañar a los misioneros y a sus indios amigos:
envió a un cacique amigo con escolta para invitar a los Padres a volver al establecimiento en el
Volcán. Estos se dieron cuenta de la falacia; sin embargo los regalaron y los mandaron de vuelta con
buenas palabras. La misma noche, del 1° de septiembre de 1750. los Padres se encaminaron hacia el
otro establecimiento de la Padres solicitaron urgentemente una mayor protección militar, que el
Gobernador no quiso concederles. Los indios cristianos de la Reducción empezaron a huir para no
caer víctimas del cacique Bravo. En Concepción, más cerca de la frontera. El cacique Bravo,
desconociendo la partida de los religiosos, atacó recién a los dos días la Misión y la saqueó. Los
Padres llegaron a la Reducción del Salado tras dura marcha de diez días. bajo lluvias.
En diciembre de 1750. cinco caciques de la Misión del Pilar llegaron a Bs. As. para
recuperar a los Padres Misioneros: pero el Gobernador los trató de tal modo que se volvieron
escandalizados y, en consecuencia, se unieron a los maloneros. Asimismo el Gobernador cuestionó
la Misión de los pampas, Nuestra Señora de la Concepción. Destacó allí al Maestre de Campo
Mendiuneta con 150 soldados. Ellos molestaron y atacaron a los indios cristianos allí reducidos. Al
cacique José Yahatti lo martirizaron arrancándole del altar de la capilla, donde había buscado asilo
cristiano. (Ver Yahatti. Sánchez Labrador p. 129 -134). Los sobrevivientes se encaminaron a los
hermanos serranos buscando ayuda. Estos vinieron y dieron a la Misión el primer ataque, el 13 de
enero, que fue rechazado por los Padres, el cacique Felipe Yahatti, hermano del cacique fallecido, y
73
12 soldados. Pero el 18 del mismo mes apareció el cacique Bravo. Adueñóse de las familias y de sus
haciendas y desapareció el día 13 de febrero. Los Padres pudieron salir con 25 familias cristianas.
El socorro pedido al Gobernador llegó tarde. Los maloneros no se contentaron con el saqueo y la
destrucción de estos establecimientos, sino extendieron sus tropelías hasta el pago de Magdalena y
Salto de Arrecifes (29.1153). El Gobernador llegó a escribir al Rey que "el bautismo que más les
conviene a los pampas es el de sangre". Y la expedición que estaba a cargo del Maestre de Campo
Cristóbal Cabral de Meló, trató de poner en práctica la "nueva evangelización". Yo creo que la mala
política seguida con los indios de la pampa inutilizó los admirables esfuerzos de los Padres Jesuítas
por atraerlos al cristianismo.
Las últimas noticias del cacique Cangapol, dominador de las pampas y vengador de la raza.
nos las transmite el indio viajero Hilario Tapary, que nos dejó un interesante relato. El también fue
atendido en el toldo del cae. Bravo durante unos quince días. Estaba acampado en el paraje de
Zanjón. El cacique se había presentado en Buenos Aires acompañado de 20 indios para protestar por
la matanza de julio de 1753: muchos indios fueron muertos entre ellos tres caciques. Finalmente en
1755 el cacique Nicolás Bravo reanudó la paz ratificando en su campamento el nuevo tratado de
paz. (Colecc. De Angelis IV. le) 10. p. 544). Después los militares ya no hablan prácticamente de
Cangapol. En 1757 (9.10.57) llegaron unos indios del cae. Bravo, diciendo que eran "rancacheles".
Vino a su vez, el "Capitán Brabo" que los gobernaba, acompañado de 7 caciques.
Seguramente me escaparon algunos documentos que darían testimonio de algunos
acontecimientos más. Pero resalta que era una figura señera en la primera mitad del siglo XVIII y
en tiempos y condiciones distintas habría actuado de modo diverso. diría el Padre Falkner que lo
trató mucho e íntimamente y que habían hecho juntos vida campera como amigos.
Bibl.: T. Falkner: Descripción de la Patagonia. Sánchez Labrador. J. Paraguay Católico. ed.
por G. Furlong Cardif. Los libros de Padre M. Stroebel y de Pedro Lozano y J. Cardiel. Isaac Morris
en edición de M. A. Vignatti y en Rev. Austral XV Nº145, Julio 1943. No consulté: G. Furlong
Cardif: "El cacique Cangapol, llamado «El Brabo»". en Rev. Humanidades, Bs. As.II N o 2 1962 p.
67 - 76. Etimol: Luis de la Cruz, 1806, opina que viene de Canig Colo: cachorro de "gato montés
(Colo Colo).
CACOMEL,1582, cac. de “nación Caltis”, quedó encomendado a Juan Ruiz de Ocaña, en el
distrito de Buenos Aires, según el repartimiento de Juan de Garay.
CACUTI 1582, según el mismo repartimiento de chacras e indios en el distrito de Buenos
Aires por Juan de Garay, fue encomendado a Baltasar de Carbajal.
CACTUQUÍ o Cactuí, 1778, cac. unido al cac. puelche pampa Cheuquehualá. Atacó la
Guardia del Monte. (AGN. S.IX. 1-4-6 y 1-6-2) 1779 participó de un parlamento en Salinas
Grandes con Calpisquis.
CACHANA OCAN, 1585, cac. comechingón de Yagtatuspi, Salsacate, Córdoba,
encomendado de Mitre.
CACHANAN, 1576, cac. comechingón de Yalga Henen, Sierra de Soto, Córd.;
encomendado de Velásquez.(Montes p.73)
CACHANILLA, cac. huilliche. 1834 fue tomado preso en Bahía Blanca, cuando Calfucurá
y sus chilenos habían muerto al cac. boroga Rondeao. (Gaceta 11 de Febrero de 1835)
CACHAMÁN, 1863, capitanejo picunche del cac. Laca Laca. Se presentaron ese año al
Cnel. Julián Murga en Carmen de Patagones para celebrar con el Gobierno un tratado de paz (el 17
de Junio de 1863: AEM Nº 2045 y Doc. 693)
CACHERICÓN, Pascual, 1783; cac. chileno quien, en agosto de ese año se presentó con
recomendaciones del Comandante del Fuerte de Nacimiento en la Comandancia de Luján (AGN IX.
1-4-6)
CACHI NAGAN (o Cacho Nazcan), 1594, cac. comechingón de Cla, Achola, de Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p.66)
CACHIMILLA (o Cachamilla), 1806, cac. huilliche, como decía el cac. pehuenche
Payllacura al viajero Luis de la Cruz. Decía que había vivido cerca de Luján; luego fue a reunirse
con los huilliches (y ranqueles desplazados) Payllacán, Quidulef y Carritripay y sobre el camino a
Salinas Grandes hacia el Chadileufú, al sur de la reducción del cac. Carripilún. Cachamilla nos
74
podría contar muchas historias de las guerras del fin del siglo XVIII, de la llamada Guerra
Pehuenche y de la Guerra a Muerte al inicio de la independencia chilena. En 1834 participó con
Calfucurá y su hermano Antonio Namuncurá en el Asalto de Masallé a los borogas (realistas).
Cachimilla con una escolta de 100 indios fue a dar cuenta de los acontecimientos a los jefes rosistas
(prevenidos ya de antemano) en Bahía Blanca, porque para ello, parece, tuvieron el visto bueno del
Gral. Juan Manuel de Rosas .(ver las biografías de Rodeao y Melín)
CACHIN CHICAN, 1585, cac.. comechingón de Halón Tuspi, Córd.; encomendado de
Mitre. (Montes p.68)
CACHICHA, 1598, cac. comechingón de Montavile, Rines, Córd.; encomendado de
Ceballos (Montes p. 69)
CACHINO, 1552, cac. del Valle de “Nahuel Turata” o sea “tras la Cordillera de Nieve” . El
17 de Noviembre de ese año, Valdivia lo encomendó a Juan Cuevas (T. Medina Doc. XV p.308).
1575 se encontró entre los huarpes de Guantada en la misma encomienda.
CACHO CHARABA, 1573, cac. comechingón del pueblo de Cacho Sacat, Punilla, Cord.
Encomendado a Pérez (Montes p. 84)
CACHUA NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Colomiche, Panaholva, Córd.
Encomendado de Luna. (Montes p. 66)
CACHUACHÉN, 1783, cac. auca, según el diario de B. Villarino. Era enemigo del cac.
Chulilaquín por la muerte del cac. Guchumpilqui (Diari en Coll. De Angelis V. p.580)
CACHU COCHA, 1598, cac. comechingón de Chistina, Valle de Cantapas, Córdoba;
encomendado de Astudilla (Montes p.57)

CACHUL, Juan Manuel, 1800-1868. cacique puelche-pampa. Vivía en la zona de Azul y


Tapalquén asociado en todo a los devenires de las tribus amigas de Catriel. Ha nacido en uno de los
últimos años del siglo XVIII. y, según algún documento, habría sido hijo del cacique Curunahuel.
Documentalmente lo hallé por primera vez en el año 1819, asociado a los caciques Ancafilú
y Anepán, sublevados por el chileno general José Miguel Carrera. Pero en 1820 consintió que
Ancafilú hiciera también en su nombre el tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires, que se
firmó en la Estancia Miraflores, el 7 de Marzo de ese año. Estaba acampado, entonces, en Ranchos,
donde había estado el cacique Sayñancú (Rayñancú). El Gobierno de Buenos Aires era muy
exigente con los pampas. Primero se debían responsabilizar de los vacunos robados y devolverlos.
Luego, en diciembre, llegó a sus toldos el lenguaraz P. Pérez con una comisión del Gobierno,
invitando a Cachul para cooperar con el Gobierno en la persecución de Carrera y sus afiliados. Sólo
porque lo intimidó, prometió una amistad perpetua para Buenos Aires y su Gobierno, y creo que la
mantuvo hasta el fin de su vida, a pesar de ataques y malos tratos.
Cachul participó en varios congresos de paz. Como dije, asistió al tratado de Miraflores en
1820; asistió al parlamento al pie de las Sierras de Tandil, en 1822, convocado por el coronel Pedro
A. García, después que la expedición del gobernador M. Rodríguez hubo fracasado. Cachul y
Catriel presentaron entonces 366 indios y firmaron la paz. En 1824, Juan M. de Rosas, encargado
de la “pacificación de los indios”, convocó a Cachul, Linares y Chañil a una entrevista previa al
gran parlamento que en 1825 se celebraría en Laguna del Guanaco. No obstante las convulsiones y
guerras entre los indios y contra los indios, Cachul y sus 600 pampas mantuvieron la paz y su
compromiso para con el Gobierno de Buenos Aires. En 1827. el sargento Torres y Fabián González
buscando a los indios chilenos que ofrecían sus servicios, fueron apresados y salvados por Cachul y
por eso su tribu fue atacada. Llegaron a los toldos de Cachul, le dieron hospedaje y mostraban que
eran amigos. Ese mismo año, en fecha 18 de Julio, el coronel R. Estomba elevó al Gobierno una
relación de las familias de Cachul que decía, estaban detenidas en Buenos Aires y que deseaba
canjear con otros cautivos: eran éstas dos mujeres suyas, tres hijos varones y una mujer, una
hermana y cuatro hijos; cinco entenados y las madres de éstos; dos hijos varones y dos mujeres del
hermano del cacique. En total 21 personas. (Crespi Vals, A.: El Cnel. R. Estomba, 1954, p. 51)
Cachul tiene el honor de haber colaborado, en enero de 1828, con el coronel J. M. de Rosas
en la fundación del Fuerte de la Laguna Blanca Grande. Rosas lo empleó también en toda clase de
75
contactos con otros indios. En ese año, lo mandó a los ranqueles. Y durante la sublevación unitaria
lo llevó con 200 indios en ayuda del gobernador Dorrego.
En 1832 lo llama en una carta "cacique mayor"; pero con bastante engaño desalojó a sus
indios de las tierras sobre el Arroyo Azul para poder realizar la fundación del Fuerte y pueblo de
Azul. Les aumentó las raciones y vicios (“aguardientes y frioleras”, carta del 8.7.32). Eran así
prácticamente indios amigos militarizados. Rosas le asusta con noticias de que estaba rodeado de
muchos indios malos (AGN. X. 27-8-3). Rosas utilizó también los servicios de Cachul para llevar a
cabo su exigente y engañosa política para con los borogas de Guaminí y Bahía Blanca. Cachul era
figura descollante en los parlamentos preparatorios a la Expedición al Desierto, en Bahía Blanca, en
Palermo, en Tapalquén y en Junín. El 3 de Abril de 1833, Rosas incorporó una selección de sus
indios de Catiel, Cachul, Pablo, Nicasio y Llanquelén bajo las órdenes del Sargento Eugenio del
Busto (AGN X.40.7-10: 16.6.33) a la columna expedicionaria. El diario de la expedición llevado
por Rosas lo nombra en grandes momentos de la Campaña, como por ejemplo, el 9 de julio de
1833. El 29 de Diciembre, sus indios estuvieron de regreso en el Napostá, donde recibieron su
gratificación: $ 6.300.
Durante los tres años siguientes, Cachul queda comprometido en las acciones contra los
ranqueles y luego contra los borogas. Cachul es destacado entre estos últimos para que su presencia
sirviera de control y él de agente político de Rosas. Con ellos marchó, pues. contra los ranqueles
(27.3.35). En 1835 dedicó en algunos discursos expresiones apoteóticas al gobernador J. M. de
Rosas durante las fiestas que en Azul y Tapalquén se realizaron, en oportunidad de la reasunción del
poder. Decía: “Juan Manuel es mi amigo muy bueno... y yo y todos mis indios hemos de morir por
él... Mientras viva Juan Manuel, todos le seremos fieles” (La Gaceta. 31.7.35). Por esta opción
política tuvo que sufrir persecuciones de sus enemigos: así los malones de 1836 y 1839. Ese mismo
año participó en la represión de la Revolución de los Libres del Sur. Cachul fue premiado con una
medalla de honor (18.7.40) “Por la jornada de Tandil contra los unitarios”.
Naturalmente participó también en la campaña de Caseros en 1852. Indignado por la derrota
de su amigo, cometió en la campaña atropellos y desmanes, como Calfucurá. En 1852, pues, Cachul
y Catriel iniciaron una etapa nueva, fluctuando entre la política de Calfucurá y la de los jefes
porteños. Estos creyeron que sería fácil “pelar la gallina”, pues en 1855, después de divulgar
noticias de supuestas sublevaciones en Azul, los militares porteños (en pugna ya contra la
Confederación de las demás provincias argentinas) lanzaron un ataque contra estos pampas amigos.
El general B. Mitre condujo el Ejército de Operaciones del Sur contra las tribus de Catriel y el
coronel Laureano Díaz, comandante de Bragado, atacaría la tribu de Cachul en Tapalquén. Pues, en
la madrugada del 30 de mayo (1855), sorprendió esa tribu con unos 600 hombres y apresó también
unos 600 indios. El cacique se hallaba junto a Catriel a diez leguas. Pero, al fin, la sorpresa más
grande la sufrió el coronel Díaz y su tropa, cuando de pronto aparecieron los caciques Calfucurá y
Coliqueo con sus indios, liberando a los prisioneros y derrotando a la tropa fronteriza. Los mismos
indios arrollaron también al ejército del general B. Mitre, sitiándolo en Sierra Chica. A duras penas
salvaron sus vidas, escapando en la oscuridad de la noche, dejando fogones encendidos y
abandonando las caballadas y los pertrechos bélicos. Así se liberaron los caciques Cachul y Catriel
y sus indios. Parece que Cachul entonces se estableció en San Quilcó (Ranquilcó) sobre la
rastrillada chilena a Salinas Grandes. El mapa de F. Czetz señala más tarde un arroyito y unas
lagunitas con el nombre de “Tapera de Cachul”.
Los hombres de Buenos Aires, al ver fracasados sus esfuerzos bélicos y ante la creciente
tensión con la política del general J. J. de Urquiza, iniciaron gestiones de paz con estas mismas
tribus y otras que se prestaron para ellas. El general Escalante logró este nuevo convenio o tratado
de paz, en 1856. Cachul (en 1857) volvió a ser el cacique amigo de Tapalquén. El nuevo
comandante de Azul, el coronel Rivas prefirió el comercio y no la guerra con los pampas. Para
halagar al cacique, ofreció a Cachul una casa paga en Azul. En adelante fueron racionados como en
los tiempos de Rosas. Pero no se le cumplió el deseo de obtener el título de propiedad de sus tierras,
temiendo el avance de los blancos leguleyos.
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Juan Manuel Cachul murió en su toldería en Tapalquén a principios de 1868 (Arch. Est.
Mayor: Nº 4414: 4.12.68). El libro de bautismos de Azul señala en 1875 el bautismo de Máximo
Cachul, de 55 años de edad. Había nacido en Sauce Grande.

(Etimología: Cachü. amigo: “I”: apócope de nahuel “Tigre Amigo”)

Bibliografía consultada:
Archivo Mitre, ed. La Nación, vol. XV y XVII.
Arena, José y otros : Olavarría ayer y hoy .1964
Bárbará, F. : Usos y costumbres de los indios pampas. Azul 1856.
Capdevilla, R. R. :Tapalqué en la historia. 1965
Durán, J.G.: En los Toldos de Catriel y Raylef, 2002
Hux, Meinrado : Los Orígenes de Bragado.
González, Fabián Sarg. Mayor. Reseña Militar de..(Manuscrito de 1878)
Sarramone, Alberto: Catriel y los indios pampas de Buenos Aires, 1993.

CACHUL, Juan. 1868, cacique pampa. Era hijo de Juan Manuel Cachul. que tratamos
arriba. No tuvo ni la talla, ni la estima de su antecesor. Vivía cómodo de las ventajas del trabajo en
paz y dándose a la bebida. Heredó pues en 1868 el cacicazgo. En el Ejército revistó como capitán.
Las intrigas militares de un lado y las disensiones de sus indios con los de los jóvenes
Catrieles, provocaron peligrosas divisiones entre los pampas amigos. El coronel Elía aprovechó la
situación y llevó, el 3 de mayo de 1871, un ataque contra la parcialidad de Chipitruz y Manuel
Grande. La Revolución del año 1874 agravó también la situación para los de Cachul, más aún la
sublevación general y el Malón Grande de 1875. Había quedado sólo un resto y se les suspendió el
aprovisionamiento militar. En un ataque sorpresivo, el 9 de enero de 1875, el capitán Lasciar con 40
soldados del Regimiento 5º. apresó a casi todos: al cacique, a 7 capitanejos, 57 indios de lanza y
165 de la chusma. Y con la salida de la tribu de Catriel al Desierto, en diciembre de 1875,
desapareció esta parcialidad pampa.
CADE HUALA, 1580, cac. toqui araucano, gran caballero. 1584 encabezó una sublevación
contra los españoles invasores, en cuyo desarrollo se dio un duelo individual (Campos Menchaca:
Buta Nahuel p. 64, 72 y 228). Cadehuala, según la tradición, 1586 se batió en las puertas de Purén a
duelo con el Gobernador Ramón Alonso García. Antes de enfrentar al español, le habría dicho:
“Hártate de ver el sol; pues ya no lo verás”. Pero su lanza se quebró al chocar contra la coraza del
adversario y éste, de un espadazo, lo derribó ante una muchedumbre de indios estupefactos.
Etimol: “Pato gris”
CADÍN, 1821, cac. mapuche chileno. Era pariente del cac. Colipí; ambos eran patriotas.
Pero “por harina tostada” tuvo una desavenencia con éste y se pasó a las filas de los realistas del
cac. Mangüín. Sacaron luego a Colipí de Lumacó y lo empujaron hacia Renaico. Igual suerte
sufrieron los caciques de Angol, Huequen y Trarulemu. Hasta el famoso Venancio Coñuepán tuvo
que retirarse. Cadiñ y Catrileo vivían en Purén. (T.Guevara, 1910 p. 193 y 197)
Etimol: “Ñandú gris”
CADU LAF, 1832, capitanejo araucano. Ese año era de mucho movimiento de indios en la
pampa. En Bahía Blanca se supo que 200 indios chilenos al mando de Quilapán y del capitanejo
Cadulaf venían hacia la Sierra de la Ventana a reforzar los contingentes de los caciques Cumú y
Quiñegual. Andaban rumores de posible invasión. Entonces el Cnel. Manuel Delgado, por orden de
Rosas, con una tropa de 400 soldados, salió, el 2º de julio del Fuerte 25 de Mayo en busca de los
invasores. El 9 de Agosto los hallaron y les dieron batalla; un recio combate en el que les mataron
unos cien indios; entre ellos los jefes chilenos (AGN S.X. 27-7-6) Etimol: Lafquén-laguna;
verdosa
CADU PANGUI,1770, uno de los 12 caciques, que asistieron al parlamento de paz en la
Laguna de Los Huesos (creo Part. De Gral. Viamonte) y luego acompañó la expedición de Pinazo
(ver diario de Hernández)
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CAEN,1883, cac. pehuenche que conocemos por las investigaciones de Carlos Rusconi. De
él le dio noticias el viejo indio Cacuer. Caen tuvo su toldería en el Oeste de Neuquén, casi en el
límite con Chile. Su gente, unos 1700 indios, fueron apresados y deportados por el Gral. Ortega.
Entre ellos se hallaban los cacique Yaraum, Huincán y él mismo informante. Fueron llevados al
Campo de Concentración en Rodeo del Medio (Mendoza) y luego al campo del mismo militar
expedicionario. Allí lo ultimaron los mismos indios, porque sospecharon que él, el cacique, los
había “vendido”. (C. Rusconi: Poblaciones Pre y Posthisp.vol. IV. P.69)
CAEPÉ, 1880 según Olascoaga, el cac. Ayllál, cac. general de los picunches, desde la
muerte de Guzmané, era mayordomo de las vacadas del Gral. Bulnes en los Pinares del Neuquén y
Caepé era juez de la población
CAEPÍ (o Caipí), 1776, cac. pehuenche de la pampa, según el censo de Diego de las Casas.
Vivía en Colcó con diez indios de lanza.
1845, en oportunidad del atropello a la tribu de Guzmané, en venganza a su anterior
atropello a la tribu de Purrán; el capitán Zúñiga reunió en Angol a los caciques picunches Yaupí,
Fori y Cristino con Ayllal, Caepí, Melillán y Currián, Coliné, Lefino, Llancañir, Currimán y
Pichimán, haciéndoles ver que habían hecho daño a los hacendados chilenos al Este de la
Cordillera, que se consideraban aliados del gobierno de Mendoza, pero que recibían sueldos del
gobierno chieno. Y les hicieron el plan de una invasión importante. También el Gobernador Segura
de Mendoza llamö para un parlamento a San Carlos; quería informarse sobre la invasión y para
afianzar la paz. El 11 de octubre conferenció con el cac. Tripayñán y emisarios de Ayllal, Caepí,
Llaupí y Llancaner. (ver Ayllál)
CAIPÚ GUEYU, 1793, es probablemente el mismo como el de la pampa. Ese año se juntó
con el cac. Lorenzo Cayupulqui (Calpisquis), él y el cac. Sayi Ñandú ((Rayü ñancu) y Granin
Nahuel, pues Lorenzo Calpisquis había hecho un tratado de paz con el Gobierno del Virreinato
(AGN S.IX. 1-5-1); Ranchos 7.8.1793)
CAEPÍ (o Caipí), 1846, cacique pehuenche o picunche del valle del Río Barbarco y
Curileufú; llegó a ser el principal de los picunches del sur de Mendoza y Norte de Neuquén. Era
probablemente un descendiente del homónimo de 1776. Sus hijos se llamaban José Caepí y
Curalcó, y un hermano, Calquiñ Marucho. R. Morris en su libro de 2001 sobre Los Angeles dice en
p. 49, que este cacique era emparentado con la familia del Gral. Bulnes y se había desempeñado
como Mayordomo en la hacienda del Presidente Manuel Bulnes. En 1846 pertenecía a la obediencia
del cacique gobernador de los indios amigos de Mendoza, del cacique Guzmané, que fue asesinado
por el cacique Porrán y sus indios. Los caciques Ayllal y Caepí aparecen en los informes del
sumario como alzados, contra la autoridad, cuando en realidad fueron puestos bajo control de los
invasores chilenos. Estos los invitaron también a trasladarse a Chile. Ciertamente les prometieron
más de lo que habían recibido del gobierno de Mendoza, el cual sólo les había obsequiado
vejámenes. Pero, en Febrero del mismo año, se les presentó en sus toldos el capitán Plácido
Zeballos, comisionado por el gobernador de Mendoza para reconciliarlos y preparar un tratado de
paz que se ofreció a Caepí, así como a los caciques Nahuel Nirre, Goyo Filú, Ñancamil, Llaupi y
otros. Allí encontró también al capitán chileno de Indios Amigos, Manuel Palacios. Caepí le dijo
entonces, que le extrañaba que un caballero mendocino se encontrase en esos lugares. (La cuestión
internacional de límites ya era motivo de guerra entre los pehuenches 60 años antes). Explicados los
motivos y presentados los documentos, le respondió: “No sirven para nada. Yo no me fío de eso,
pues el papel admite lo que quieren poner”. Zeballos, no obstante, les leyó el proyecto de un tratado
de paz. Hubo airadas protestas de desacuerdos. Caepí replicó: “Lo que quiere el gobierno de
Mendoza es concluir por traición con los indios de las Barrancas y seguir después aprisionando sus
familias para hacerlos servir en las casas de la ciudad”. Se multiplicaron las protestas hasta ser un
fuerte griterío; pero intervino oportunamente el cacique Nagüel Nirre para evitar al capitán Zeballos
mayores inconvenientes. (Arch. Mendoza, doc. 15: 1846)
A pocos meses, los caciques ‘arribanos” (así llamaban los chilenos a los pehuenches de
Barbarco) fueron invitados a participar en la guerra de Chile; pero ellos no aceptaron la propuesta.
Por ello se dijo en Mendoza que Yaupi, Caipé, Purrán, Millallán, Fori y Nagüel Nirre eran amigos.
(Arch. de Mendoza. Doc. 16)
78
Desde entonces mejoraron las relaciones con Mendoza. El 26 de Febrero de 1851 el
gobierno mendocino selló con ellos el primer tratado, es decir, con los caciques Caipí, Rancamil,
Pichulán, Laupi y Porrán (Arch. Mendo., Doc. 15, Carp. 123). En 1862 firmaron un nuevo tratado
en Chacay (Malalhué). Vivían entre los picunches varios hacendados chilenos que insistían ante sus
autoridades que se realizara un tratado de paz que los protegiera. Así invitaron a los caciques
picunches a enviar a sus delegados a Angol, donde se concretaría un tratado. Efectivamente, el lº de
Enero de 1870, el general Basilio Urrútia, propietario también al este de la Cordillera y activo
comerciante de hacienda argentina, firmó como representante del gobierno de Chile y general en
jefe de Arauco, un tratado de 10 artículos con los comisionados del cacique general F. Purrán,
Huente por Llancaqueo, Huenchulaf por Cheuquel, Juan Agustín Filú y Curaleo por Caepí y
Licanán por el cacique Zúñiga, con Aillal, un hermano de Odal y 51 entre capitanejos y lanzas. El
Art. 1º estipulaba:
“Las tribus pehuenches de Ultra Cordillera reconocen el Gobierno de Chile como fiel
amigo: ayudarán a mantener buenas relaciones, darán protección a los chilenos del otro lado y
recibirán en gratificación sueldos: Purrán. 120$: Caepí y Llancaqueo, 100$” (Doc. 6464 del lº de
Enero de 1870: el documento está en caja 20, entre documentos del año 1872, probablemente por lo
que explicaremos a continuación. Arch. Est. Mayor). Señalo que el tratado no exigía
reconocimiento de soberanía chilena en el Este de la Cordillera.
Olascoaga, en su introducción a Topografía de la Pampa decía, hablando de los estancieros
chilenos que mantenían comercio ilegal con los indios: “...el cacique Juan Agustín de Las Barrancas
era en Chile el señor don Juan Agustín Terrada, honrado propietario, nombrado por aquel gobierno
subdelegado y juez de la población indio- chilena, sita en la costa de nuestro río de Barrancas..
El antiguo cacique Caepe del Neuquén (ya fallecido) tan conocido por sus invasiones y
cruldades, era también persona considerable en Chile. Estaba emparentado nada menos que con la
familia del General Bulnes. Y como esto pudiera parecer increible, voy a copiar aquí a la letra un
párrafode la declaración prestada amte el juzgado Federal de Mendoza por don Camilo Acuña,
acusado de complicidad en una invasión de indios al sur de dicha Provincia.
Dice así: “...Acuña, ratificándose en la declaración anterior, agrega: que es de 30 años de
edad, natural de Concepción, casado con doña Adelaeida Solar y de profesión comerciante; que
tiene relación, pero no parentezco con Caepe, quien contínuamente va a su casa, en Chile, con
varios artículos de regalo, que unas veces lo trata de compadre, otras, de hijo, porque dicho cacique
se supone ser pariente del General Bulnes, en razón de que su esposa es sobrina de Bulnes; que
dicho cacique es el que entiende todas las cuestiones de robo de haciendas, porque ha de saber el Sr.
Juez, que el General Bulnes tiene en los Pinares más de 4000 cabezas de ganado a cargo de un
capataz, el cual, como los demás jueces que hay allí chilenos, están bajo la autoridad de Caepe,
estando éste dependiente de las autoridades de Chile, a pesar de estar en territorio argentino, por
estar en los Pinares de este lado de la línea de la Cordillera.
“El cacique Aillal, es decir, el que conoce, como cacique de este nombre, es el mismo
mayordomo del establecimiento de vacas de Bulnes, arriba indicado”. (Ob. cit de Olascoaga en
J.Rojas Lagarde, 1992, p.9)
Caepí mantenía también buenas relaciones con los comandantes de los Fuertes de San
Rafael y de San Martín (El Alamito). El 8 de febrero de 1870. el general Arredondo elevó el pedido
de paz que el cacique Caepí había hecho llegar al coronel Segovia de la frontera sur de Mendoza.
Sea que los militares habían sido informados de lo actuado, sea porque a Caepí no se lo reconoció
como cacique principal, o sea por simple “viveza”, había pedido un tratado de paz con las
autoridades argentinas. El 24 de Febrero del mismo año, el ministro de Guerra, Martín de Gainza,
remitió en respuesta un proyecto de tratado como base de las negociaciones. que fue publicado en
las Memorias del Ministerio de Guerra de 1870. Habría que tener en cuenta muchos
acontecimientos que forman parte de la acción de la Conquista del Desierto. Felix Frías, cónsul
argentino en Chile, que se interesaba mucho por la cuestión de límites entre Chile y la Argentina,
informó al gobierno argentino, que el general Urrútia había obrado sin instrucciones.
El comandante de la Frontera Sur de Mendoza convocó a los caciques picunches a un nuevo
parlamento que se celebraría el 27 de Agosto de 1872 en el Fuerte de San Rafael. Se presentaron
79
como representantes: el cacique Agustín Terrada y Filú, el capitanejo José Caepí, como
representante de su padre, el cacique principal,: el capitanejo Necull y el lenguaraz principal Miguel
Castro, por el cacique Tranamán, el capitán Manuel Barros, por el cacique Udalmán. Allí aceptaron
el tratado de paz propuesto por el gobierno nacional (Arch. Mend. Carp. 123, Doc. 42 y 43 y Arch.
Est. May. Nº 1181/82, 1355 y 1455. J. Raone 1991 p.222). El tratado duraría 5 años en vigencia,
durante los cuales seis caciques recibirían sueldos y racionamientos. Un año más tarde, el cacique
Purrán, Llancaqueo y Ayllan firmaron en el mismo sitio, el 11 de Agosto de 1873, un tratado de paz
con idéntico tenor. Por el artículo lº los caciques se comprometen “guardar con sus tribus la más
completa paz con el gobierno y pueblo de la República Argentina; y por su parte, el Gobierno
Argentino se compromete a proteger y amparar la residencia tranquila.., en el territorio que
actualmente poseen. El Gobierno podrá establecer fortines y fijar los límites y dar permiso a
pobladores a establecerse en terrenos contíguos. Art 10º: Los caciques signatarios de este tratado
reconocen la soberanía de la República Argentina sobre todo el territorio de la República...” El Art.
11 detalla sueldos y racionamientos para los caciques y tropas; es decir que de una forma estaban
incorporados al Ejército Argentino y bajo su control.
El primer tratado fue ratificado por el Gobierno nacional el 23 de Mayo de 1873 y debía
renovarse en 1878. Efectivamente se presentó entonces ante el Comandante Luis Tejedor una
delegación de los caciques picunches, pidiendo la renovación del tratado. El coronel pidió
instrucciones y luego invitó a los caciques a un parlamente para Septiembre en Malargüe, pero los
caciques no aparecieron. Hubo una inferencia chilena. Por eso el coronel Tejedor encomendó al
sargento mayor Saturnino Torres una expedición punitiva, como se hacía entonces, durante la
Conquista del Desierto.
El cacique Caepí no la vería ya, pues murió antes a causa de la viruela y. según investigó
el Dr. Gregorio Alvarez, fue enterrado en Huerín Chenque (al Norte de Neuquén), en el Cerro
Caepe Malal. (Alvarez: Tronco de Oro. p. 187) Su hijo José Caepí asumió entonces la jefatura de la
tribu.
CAESPEN, 1582, cac. “de la nación Yotos serenes”, que por el reparto de chacras e
indios, fue encomendado a Antonio Bermeday, en el distrito de Buenos Aires.
CAGAPAS CHARABA, 1573, cac. comechingón de Cagapas Naure, Calamuchita,
Córdoba. Encomendado de Castañeda. (Montes 1954 p. 78)
CAGUANAÜEN (o Caguananagüen, Cahanagüen, Cayenagüen), 1812, cac. pampa ranquel.
Era sobrino del cac.. Seiman (Raymán). Vivía en las sierras del sur, al pie del Volcán. El 17 de
Enero de 1812, se presentó con el cacique ranquel Epumur y el Coronel P.A. García ante el Cabildo
de Buenos Aires, para testimoniar su amistad con el Gobierno Patrio y dar su conformidad por los,
trabajos en las fronteras. Ya en 1810 se había encontrado en Salinas Grandes con el Coronel García,
en oportunidad de su expedición pacífica a los yacimientos de sal.
Creo que se identifica también con CAHENAO, a quien menciona un documento
mendocino de fecha 18 de Mayo de 1790, pues llegó a Malalhué, sede de los indios amigos del
Gobernador J. de Amigorena, para pedir junto con los caciques Canighuán y Antemil auxilio contra
sus enemigos. Así empezó a participar también en la Guerra Pehuenche. (Lit. Rob. Marfany: La
guerra con los indios nómades,1939, en Hist. De la Nación Argentina T. VI.)
CAGUANÉ, Don Juan, 1642, cac. puelche serrano, reducido con el cac. Juan Bagual en la
Reducción de Santiago de Barradero. Como su colega, no se sentía nada cómodo en esta forma de
esclavitud, si bien tenía una atención espiritual de un doctrinero cristiano. Este se quejó entonces de
que el cac. Caguané era muy andariego. . Ya en 1582 fue sometido por el reparto de Juan de Garay y
lo signó como de “nación de caguanén, junto a la bocas del Río Luján. Don Ignacio Ponce de L,
había recibido la posesión “en primera vida” de 15 indios “del cacique serrano Caguani-Suca”; es
decir de la Ruca (casa) de Caguaní. (Arch G. de Ind.134 Charc.283) Su nombre se perpetúa como
nombre de un arroyo, confluente del arroyo Arrecifes en Capitán Sarmiento (Prov.de Buenos
Aires). Tengo ante mí algunos recortes del periódico local escritos por el Dr. Luis Paccusse.
Etim.: Cague-pato; né-nariz. “Nariz de pato”.
CAGUAYE (o Caguayo), 1567, pehuenche o serrano; figura en un documento de Sancho de
Medrano, correspondiente a aquel año. (J.T.Medina, Doc. 1901) Etimol: Nariz de pato, prob.
80
CAICAL (o Caycal, Cayacal), 1584, figura entre los indios reducidos en el distrito de
Buenos Aires y se consideraba caciquillo de la Tribu principal del cacique Telomián. Ambos pedían
posesión de su tierra. (Arch.G.Ind. 178 vta. Charcas 104 y F.F. Outes, 1936: Una luz sobre los
querandíes) Etimol: Cai-cayú (seis); cal-Calquín (aguilucho o caial-loro).
CAI CO (o Caiecó), 1794, cac. huilliche o tehuelche. “Gente del sur que no entendía la
lengua veliche”. 1791 lo vio Fray Fracisco Méndez durante su viaje a los puelches, junto con el cac.
Macúvunai (F. Fonk 1900 p. 301). 1794 lo encontró la expedición chilena de Joaquín Sánchez,
cerca del lago Nahuel Huapí. Le entregó una carta de “puel hinca”, es decir de los pobladores de
Carmen de Patagones y decía que, hacía poco, había sufrido una maloca por la que había perdido
siete caballos.(AGN IX. 16-4-10) Etim.: “Seis Aguas”.
CAICHURÉ, 1835, cac. ranquel de la obediencia del cac. Llanquetruz. La expedición del
Sarg. Mayor Eugenio del Busto con 190 borogas de Cañiuquir lo enfrentaron en la Pampa Central,
el 26 de Febrero de 1835 (Periódico La Tarde, 30.3.35 y Anschütz: Algunas expediciones a los
ranqueles 1944 p.104)
CAIDANE, Diego, 1600, cac. chilote, que ese año, junto con los caciques Levihuán y
Cheuquel pidió protección al Gobernador Francisco de Quiñones. Etimol: “seis nidos”
CAILA, 1658, se conoció como cac. puelche, cuyas tierras estaban junto a los orocoiambes
y era de la obediencia del toqui B. Yoyarric. De él dice un documento mendocino que fue elegido
cacique por su don de gente.
CAI MÁN (Cayumán) ,1777, se prestó para reforzar las Guardias de Luján y de Areco
(AGN IX. 1-6-1; 18.9.1774 y Bras Harrott p.39)
CAI NAMÚN, 1792, cac. norpatagónico que vivía sobre el arroyo Sauces (prob. Río
Colorado) Allí vivían también los caciques Guanquene, Yojuanche y Guichulef. Estas noticias las
recogió Dn. Vicente Colomer en los toldos del cac. Lorenzo Cayupilqui (Calpisquis) (AGN IX 1-5-
1 y C. Rusconi, Poblaciones vol.IV. p.70)
CAI ÑAM (o Cainán), 1797, cac. pehuenche del grupo de Malalhué que obedecía al cac.
Gobernador Millaquín. Vivió con éste los malhadados acontecimientos de la Guerra Pehuenche.
Figura en los actas de los parlamentos de paz que en esa época eran frecuentes (Arch. Mend. Y
Hux: caciques pehuenches) Etimol: “seis aguiluchos”
CAIPE GÜEYU, cac. araucano vino a la Argentina
CAIQUI GUOR, 1830, cac. ranquel. Probablemente era el padre del cac. Painé Guor .
CAITI LLANCA, 1563, cac. cuyano del pueblo de Olvo, compañero del cac. Layo;
encomendado de Diego Velasco. (J.T.Medina, Doc. 1901)
CAITRUZ, Damián ver Ancatruz
CALA CALA (o Coacala), 1599, cac. de Paranoa, tierras de “Chuliquia”; encomendado de
Juan de Coria Bohórquez (C.Rusconi, ob cit. T.IV. p.70)
CALACHA, 1880, cac. tehuelche de Santa Cruz. Ese año pidió misionero. (C.Bruno:
Salesianos en la Argentina p.83)
CALAQUA (Cala cuá), 1584, capitanejo del cac. Condie, llamado Telomián, junto al cac.
Cayacal o Caical. (Arch G. Ind 178, Charcas 104 y A.Robles 1678 en: Documentos Hist.
Geogr.f. ,Bs.As. 1941)
CALA HUINCA,1847, cac. tehuelche del Neuquén (G. Terrera) “Cristiano rubio o
colorado”
CALAHARA HUANCHIQUIN, 1550 – 1600, cac. principal de los comechingones,
sobrino del gran curaca de Salacate, Sierra Grande de Córdoba.
CALAMBEL, 1594, cac. puntano (michilingue quizás) de la encomienda de Gabriel de
Cepeda en Cambalac (Arch. Mend. 29.11.1594)
CALAMUCHITA, 1785, cac. pehuenche, señalado como amigo de Curilef. Tiene el
nombre como el topónimo cordobés.
CALANA CHARABA (Calana), 1575, cac. comechingón de Cala Navira, Córdoba;
encomendado de Villalba en Sierra Grande (Montes p.78).
CALA PALHUITA (o Calapalchita), 1573, cac. comechingón del Valle de Vera Cruz,Prov.
De Conlara, San Luis (J.T.Medina, Doc. Ined. II. 1959 p. 399)
81
CALAT CHARABA, 1573, cac. comechingón de Sat Lara, Sierra de Calamuchita, Córd.
Encomendado de Yrobi (Montes p.79)
Calbán ver Galván o Calvaiñ Calbical es Calfu (Calbu)
CALBULERI, 1833, cac. boroga del grupo de Güaminí a las órdenes del cac. Cañiuquir
(AGN S.X. 27-5-7: 16.9.33)
CALBUILLÁN, 1789, cac. pehunche huilliches implicado en la Guerra Peuhuenche. Era
hermano del cac. Antemilla que se había disgustado con sus propios hermanos Colemilla y
Antemilla. El Comandante F. Esquivel Adao llevó en 1788/89 una fatal expedición contra los
indios sureños. En el choque del 19 de enero de 1789 atacaron la toldería del cac. Lepnopán
(ranquel- huilliche), haciéndole unos 200 muertes. Durante la retirada de éstos hacia Treca Malal, el
21 de enreo, vino el cac. Calbuillán con 60 huilliches batiendo banderas, pidiendo que los
incorporara, porque –decía- temía un ataque de su hermano el cac. Antemill. Los recibieron con
todo ceremonial.
( Esquivel Aldao: Relación de la Campaña de 1788 publicado en Rev.J.E.H.Mendoza VIII
1938)
CALCUFURA VER CALFUCURÁ
CALCU GUEY, 1875, capitanejo salinero, tío de Namuncurá (Hux: Una Excursión
Apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes p.13) Etim.: Calcu- brujo
CALCU NAO,1852, cac. pampa que figura entre los caciques obsequiados en Bahía
Blanca, 1.de enero de 1852 Etimol: “Tigre brujo”
CALCHINO (o Cachino), el 17 de diciembre de 1552 fue encomendado por Valdivia a Juan
Cuevas (R.Latcham: Los indios de la Cordillera y la Pampa, 1929 en Rev. Chil. Hist y Geogr.)
CALCHIRA, “curaca” de la encomienda de Diego Muñoz (Cabrera: país del Cuyo p.243)
CALDERÓN, Carlos ,1869, capitanejo y escribiente del cac. Andrés Raninqueo (boroga) en
la tribu de Coliqueo y con Raninqueo salió el capitanejo Carlos Calderón de Los Toldos, para
trasladarse a La Verde (en 25 de Mayo) con la tribu (nueva) de Raninqueo. Tres años más tarde
fueron invadidos por los salineros de Calfucurá que se presentó en la Batalla de San Carlos de
Bolívar. Esa pequeña tribu fue deportada hacia Salinas Grandes. Más tarde, parece, acompañó al
caciquillo Tripailaf, quien era caciquillo en La Verde.
CALDERÓN, Mariano, 1833, capitanejo boroga es una figura de la tribu de Melinao. Ese
año (el 28 de Nov. De 1833) sorprendió al cac. Cayupán; era tropa de Rosas que expedicionó más
allá del Río Negro. Más adelante lo encontramos en Bragado con Melinao y Collinao.Era
escribiente 1851 repelió un malón en el Pozo Pampa (Part. De Bragado). 1868 pertenecía “aún” al
cacique José María Raylef junto con Francisco Coñequir (AEM doc 9217) Creo que era pariente de
Carlos Calderón, ya nombrado. 1874 estaba boleando avestruces. En un documento decía el cautivo
José Flores, que él había sido capturado en San Carlos (de Bolívar) y que lo habían vendido los
captores ranqueles a los indios de Salinas Grandes y que luego pudo escapar. Decía que había
estado con Calderón, “indio de mucha importancia y ya de edad, que tenía un gran tajo en la cara”
(Arch. Hist. Nac. –AGN. Doc. 8039). Otro documento nombra a un Domingo Calderón como
primo hermano de M.Namuncurá. En la Tribu de Coliqueo, está anotado Mariano Calderón, nacido
1846: Calderón Severo era un secretario de Ignacio Coliqueo. Entre los muchos Calderones
anotados en mi registro de habitantes de la Tribu de Coliqueo nombro algunos: Ana Calderón
casada c. Beníto Baldebenito (caciquillo de 25 de Mayo. Tenía en la tribu 400 hectáreas). Bartolo
Valdebenítez Calderón, se casó con Agustina Coliqueo, hija del cac. Ignacio Coliqueo. Hubo un
Antonio Calderón cas. c. Micaela Canales y Braulio Calderón, cas.c. Florentina Cayuqueo. Pancho
y Domingo Calderón eran primos hermanos del cac. Manuel Namuncurá, según una carta de éste
del 11 de junio de 1873. Y no olvidamos que Carlos Calderón que nombramos aparte era
capitanejo de la tribu de Ignacio Coiqueo.
CALDERÓN, Pancho (Francisco), 1873, capitanejo entre los salineros. Ese año estuvo
preso en Buenos Aires. El cac. Namuncurá solicitó entonces su libertad, aduciendo que era su primo
hermano.
CALDERÓN, Luciano, 1855 figura entre la tropa de Bragado como Teniente 2º (AGN
X.19-3-3)
82
CALDERÓN NAUCUPIL, Francico, 1899, cac. de los puelches de la pampa. El 10 de
Julio de ese año solicitó al gobierno provincial las tierras que después debían ser la Colonia “de los
Puelches”, Secc. XV Frac. A y D, tierras que fueron medidas y entregadas por el agrimensor Lázaro
R. Molin ari, el 20 de Agosto de 1900. Allí se halla la laguna Urre Lauquen. El cacique decía que
era hijo de un capitanejo de Namuncurá y de madre chilena. Tuvo entonces 50 años de edad
CALEÁN, 1864, cac. chileno que participó con los ranqueles de Epugner en una invasión a
la Provincia de Córdoba. Tuvieron un encuentro con el Comandante Ogorman en Las Tunas, el 19
de Octubre de 1864. En la persecución murió el cac. Caleán (AEM Bs.As)
CALEI, 1848, cac.. ranquel, hermano del cac. Canué, Una de las mujeres del Cnel. Manuel
Baigorria, llamada Huechuofán, era en 1848 recientemente casado con él. Era hija del cac. Calei
(Memorias del Excautivo Stgo. Avendaño ed. El Elefante Blanco 1999)
CALELIÁN Iº (o Quelelián.Caleliyan.Alquelelian). Creo haber encontrado los primeros
rastros de los Calelianes, en 1620, en San Luis. y en 1666. entre los diaguitas, vecinos de los
Quilmes en la Pampa de Aconquija. Pero, mientras éstos fueron capturados y transportados a
Buenos Aires (Quilmes de hoy), los “Calelianes” huyeron a tiempo. El gobernador de Tucumán fue
también tras sus huellas para capturarlos; alcanzó a 40 de ellos, los que fueron llevados a los
Quilmes de Buenos Aires. En 1699 existían aún algunos de ellos en la Prov. de Tucumán, en la
localidad de Yerba Buena. (Juan A. Carrizo: Cancionero Popular de Tucumán. 1933.1)

CALELIÁN IIº (o Qulelián). En 1707, cacique serrano-pampa-cordobés. A este cacique lo


conocemos a través de la documentación del proceso de Córdoba, llevado contra los principales
caciques serranos, que se decía, estaban sublevados. En 1705, en una de las frecuentes “entradas”,
los españoles habían capturado y deportado al cacique Pedro Mayupulqui, que gozaba de singular
popularidad en el desierto y a su tribu de la Sierra de Casuhatti. Esto causó una gran consternación
entre muchas tribus, especialmente entre los que tenían lazos de parentesco con ellos. Dos años más
tarde se internó el estanciero Antonio de Garay a la zona de Río Quinto para plantar allí su estancia
con vacas arreadas en las cercanías de las tolderías. Los indios se congregaron y mataron a los
“intrusos”. Reunidos aún en Río Quinto, deliberando qué debían hacer en adelante, parece que se
conjuraron actuar unidos los serranos, pampas y araucanos (aucas) de Chile. Quelelián había sido
muy amigo de Mayupulqui y estaba particularmente sensibilizado.
Entonces, una expedición punitiva logró sorprenderlo y aprehender a siete caciques, entre
ellos al mismo cacique Calelián (Quelelián). Fueron juzgados y condenados a prisión perpetua o
trabajos forzados en las minas en el Valle de Calchaquí. Pocos días después, los siete caciques
lograron escapar de la prisión y corrieron a la Iglesia de la Merced en Córdoba invocando allí el
derecho de asilo. Las autoridades militares no estaban dispuestas a reconocerlo.
Los sacaron violentamente del recinto sacro; pero por mediación del comendador del
Convento, Fray Agustín Alvarez, los dejaron entretanto en el claustro. Luego, por modos más
diplomáticos y garantías juradas de que no los matarían, volvieron a la cárcel. Pero. a pocos días,
los mataron ignominiosamente según orden del Maestro José Cabrera y Velasco,. tirando sobre
ellos, desde los techos abiertos, una lluvia de balas.

Es de imaginarse cuál fue el eco del infausto episodio entre los indios de la pampa, cuando
fue ya grande la consternación entre los cristianos. De la documentación que transcribe Mons. Pablo
Cabrera en su libro: 'Tesoros del Pasado Argentino; la cruz en la pampa" (1927, cap. VI,) no se
desprende con claridad que Quelelián haya estado entre los ultrajados en la cárcel como Liquid,
Ereguereyán, etc., pero presupone su muerte, cuando concluye el capítulo, diciendo: “D. Vicente G.
Quesada ha atribuido a la prisión y destierro del cacique Cayupulquiá (Mayupilqui) y el asesinato
de Quelelián desacertadamente consumados por los españoles, las depredaciones ingentes y los
degüellos horrorosos de que fueron víctimas por parte de los indios en desquite de aquellos
atentados”, (ib.. p. 102)
83
CALELIAN IIIº, José, 1720, cacique serrano, pampa, taluhet o tehuelche, o sea, de
insegura denominación etnográfica.
Tras haber sufrido nuevas expediciones “punitivas” —siguiendo la historia de la biografía
anterior—. algunos caciques de la pampa aceptaron el ofrecimiento de tratados de paz por parte del
Gobierno de Buenos Aires y de Córdoba: Cacapol, el llamado cacique Bravo, en 1820. y el cacique
José Calelián y Mayuluque, en 1726. El comandante general Juan de Argüello había sitiado a estos
con 300 hombres en su recinto fortificado del Río Sauces (Córdoba, La Carlota).
Ellos no querían pelear, parlamentaron con el militar, quien les ofreció garantías de paz,
bajo la condición de que trasladaran sus toldos al descampado de Cruz Alta. Calelián —no sabemos
por qué convenio— se retiró hacia el este y se estableció cerca de unas lagunas, hoy del cuartel 8º
del Partido de Alberti (B.A.), donde perdura su nombre en el topónimo “Manantiales de Calelián”.
A raíz de una invasión que hubo, en Agosto de 1734, en Las Pulgas (V. Mercedes) y otra que
hicieron indios chilenos en las estancias de Arrecifes, en Agosto de 1737, salieron nuevos
contingentes en expedición punitiva y no se respetó ni tratado ni relación de amistad de tribu
alguna.
El Maestre de Campo Juan de San Martín, jefe de una columna expedicionaria, atacó la tribu
del cacique Cacapol (Bravo) y la del capitán Juan de Melo y del alférez Esteban del Castillo,
sorprendió la tribu de José Calelián, mientras dormían pacíficamente, y los exterminaron
completamente. Así murió el “viejo y buen Caleliyán” (Cabrera. P.: Tesoros del Pasado I. p. 89;
Acuerdos del extinto Cabildo de Bs. As. II y VII. p. 746; T. Falkner: Descripción de la Patagonia.
ed., 1911, p. 55 ss.)

CALELIAN. Manuel IVº, .nac. 1707 y murió en. 1745, serrano-pampa. Era hijo (o
sobrino) del cac. José Calelián. Había estado ausente, cuando se hizo, en 1737, aquella matanza. A
su regreso sólo encontró cadáveres mutilados y todo saqueado. Herido profundamente, juró
venganza y buscó para ella posibles alianzas. Reunió a 300 indios y con ellos llevó un malón sobre
el pago de Luján, donde sacrificaron a 22 cristianos y volvieron a la pampa con algún botín. Más
tarde reunió a 2.000 indios, entre ellos también a chilenos e hizo con ellos nuevas invasiones. Pero
los españoles respondieron con sendas expediciones punitivas, sobre todo el Maestre de Campo de
Buenos Aires, Dn. Juan de San Martín, cuyos detalles no conocemos.. El Cabildo Abierto, llamado
Junta General de Defensa, del 27 de Noviembre de 1840, estudió los medios para aplacar las
sublevaciones indígenas. Por consejo del gobernador, el mismo año iniciaron los Padres Jesuítas las
Misiones o Reducciones de la Pampa, primero la de Nuestra Señora de la Concepción, al sur del
Río Salado. Y viendo que para tranquilizar la pampa y restablecer la seguridad de las estancias no
había otro medio mejor que ofrecer a los indios nuevas garantías, se buscó reanudar los tratados de
paz.
En 1741, se internó el teniente maestre de campo D. Cristóbal Cabral con 700 soldados a
campaña pacífica, acompañado también del Padre Mathías Strobel de la Misión. Hizo tratados de
paz con Calelián. con Cangapol y con F. Yahatti (Arch. G. Ind. 169, Charcas 317: “El Procurador
General ha celebrado paz con todos los caciques y en especial con Calelián y el Bravo que rigen
sobre ellos”). Un documnto de 1741 dice que el cac. Pedro Ayelepe, paiente del cac. Cangapol, alias
Bravo, Mayúpilquiyá y los sobrinos de Cangapol Yahatti, Güenulepe y Ayelepe se apersonaon al
Gobernador Miguel de Salcedo pidiendo un tratado de paz. (ver Ayalepe)En 1742 hubo un
parlamento grande en Buenos Aires con 29 caciques. En síntesis se prometieron respeto mutuo y
reconocerían como límite divisorio el Río Salado. Parece que Calelián no estaba entre ellos. Hasta
se exigió a algunos caciques traer su cabeza a Buenos Aires. Algunos indios habían hecho algún
robo de hacienda y en la pesquisa fueron arrestados tres indios “ladinos” de Calelián. Manuel
Calelián mismo se acercó a la ciudad, exigiendo su devolución. Y como de nuevo hubo un malón en
Luján y Cañada de la Cruz, se hizo averiguaciones sobre los autores. Aunque no hubo pruebas de
que Calelián hubiese participado en el malón del 27 de Julio de 1744, el teniente maestre Cristóbal
Cabral fue a atacar a su tribu y apresó a los que pudo y a los que se resistían los mataron allí. El
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cacique también fue hecho prisionero. Se le describe en el proceso: “Que es delgadito, de poco
cuerpo y muy ladino” (Arch. G. Ind. 165 vta. Charc. 317 y AGN, S. IX. 19-2-2, foja 6). Vivía
entonces a una legua de la frontera de Luján, donde se le había admitido por haber manifestado
deseos de paz”. (Arch. G. Ind. 41 Charc. 125)
Unos sesenta prisioneros fueron llevados a Montevideo a trabajos forzados en la
fortificación de la Plaza; las mujeres fueron llevadas a la Misión de Santo Domingo Soriano y
Manuel Calelián con doce de los más bravos y cuatro niños fueron embarcados engrillados en el
barco “Asia” para ser enviados a España. Así lo había decidido el Acuerdo del Ayuntamiento de
Buenos Aires. (Arch. G. Ind. 170, Charcas 317 el l9. 7 45)
Estando ya en alta mar, el capitán Gaspar Vélez los alivió de sus amarras, pensando que ya
no podrían ocurrir inconvenientes y pudieran pasear por la cubierta. Ellos, empero, se confabularon
y decidieron atacar a la tripulación y apoderarse del barco. Hallaron balas de cañón y las
transformaron en boleadoras. Entonces se echaron sobre los marineros e hirieron a unos treinta.
Pero. éstos los atacaron “a balazos y alfanges y viéndose los indios al fin perdidos, se arrojaron al
mar con tal salvaje temeridad como la que les indujo al levantamiento, donde se ahogaron todos”.
(Trelles, M. R. en Revista Patriótica III. 1890. p. 13 - 215. Acuerdos del Cabildo II. IX. p. 184 y
III.1 258: 53 y 475). El Padre Sánchez Labrador, que en 1772 (p. 97) cuenta en su libro {El
Paraguay Católico} estos hechos, agrega que todo esto inquietó a las tribus de la pampa y turbó su
trabajo en la Misión. Yo pienso que este cacique y sus indios con otra política habrían sido indios
amigos y de paz.

Bibliografía consultada:
Sanchez Labrador. J.: Paraguay Católico. Los indios pampas, puelches y patagones: ed. por
el P. Guillermo Furlong. B.A. 1936.
Colección de Viajeros y Memorias Geográficas. ed. por Fac. de Fil. y Letr. B.A. I. p.174
Domenech, G.: Pampas y otros indios en la Banda Oriental, en Rev. Soc. Arqueologica,
Montevideo T. IX. 1939. p. 227 ss.
Revista del Archivo Gral. Nación. II, p. 329.
Acuerdos del extinguido Cabildo. AGN. S. III (ed. Acc.Hist.Arg.:1931).

CALELIAN, Tomás 1748, hermano del difunto Manuel Calelián IVº. Pues también esta vez
hubo sobrevivientes de la familia tan notoriamente castigada, quienes se mantuvieron en estado
hostil. Lo sabemos por medio de los misioneros. El 17 de Septiembre de 1749 avisó el P. Stróebel
que estos hermanos habían atacado una tropa de carretas y que en la laguna que llaman (Mar)
Chiquita se han juntado de nuevo 2.000 indios, capitaneados por dos hermanos del difunto Calelián
(Arch. Gral. .Ind. 222 vta. B.A. 60) para invadir de nuevo a Areco y el pago de Luján.
Luego se unieron con el cac. Cangapol (Bravo)... En fin, en 1761 ya no estuvieron en las
tierras de sus Manantiales (Part. Alberti), sino en Salinas Grandes, en compañía del cac. “León”
(pangui). (AGN. S. VI. 1-3-7 y S. IX. 1-4-2: 1.4.61)

CALELIÁN, Diego, Vº, l777. cacique reducido en la Reducción franciscana del Río IVº,
donde llegó a ser alcalde (Arch. G. Ind. 256, B.A. 244 y P.Grenón: Pampas del Río IVº, 1924.
Etimología: Quzás de Calül: cuerpo humano, cadáver; y: Llanca: adornos, collar...).
CALENTUR, 1790, cac. puelche de la obediencia del cac. Lorenzo Calpisquis, con quien se
presentó en paz al Comandante Juan Antonio Hernández . (AGN. IX.24-1-6) Etim.: Calel-gaviota;
tur-ojo de.
CALE PAY, 1835, cac. ranquel adicto a los Pincheiras. Murió en una acción del Sur de
Córdoba. (M.Rivas:Historia del Mangrullo de Melincué 1968 p.16)
CALERIANO, 1759, cac. pampa, cuya toldería se hallaba instalada en las Isletas a 10 u 11
días distante de Salto. (AGN.IX. 1-4-2; Salto 1.9.59)
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CALFIAO, (o Califan, Calfuiyán, Callfellao), 1822, cac. pampa. Era hijo del cac.
Carritripay (ranquel), quien en los primeros años del siglo XIX vivía entre los huilliches neuquinos.
Calfiao aparece siempre junto a los caciques pampas. En marzo de 1820 aceptó con el cac. Ancafilú
el tratado de paz propuesto a nombre del Gobierno de Buenos Aires por el estanciero Francisco
Ramos Mejía. Luego sufrieron el atropello de la expedición del Gobernador M.Rodríguez, después
del asato de Carrera a Salto. En 1822, el cac. Calfiao era uno de los primeros que el Cnel.
P.A.García encontró en su expedición de paz (en 25.4.1822, según su Diario)) y estuvo en el
solemne parlamento entre los 24 caciques: los cacs. Avouné, Pihiloncóy, Ancaiguén, Chanafilú,
Neculpichuí, Pitrí, Huilletrú, Llanquelén, Chanepán, Epuán y C a l f i a o.
Así mismo, el 25 de abril de 1826, estuvo en la junta de paz de 72 jefes indígenas en el
Arroyo Pecuén (Güaminí) y precede en la lista al cac. Curritripay, (AGN.S,X. 27-7-6)
Pero luego tuvo que acompañar con otros caciques pampas (Pichiloncoy, Catriel y Huillitur,
al Cnel. F. Rauch en su segunda expedición a Epecuén y Sierras de la Ventna.
Rosas en 1830, hizo marchar al capitanejo Anteloán con 90 hombres a la orden del Cnel
Villalba contra los indios pampas. El 29 de abril de ese año atacaron las tolderías de Calfiao, Maicá,
Petí, Caniuante, Vilcay y Llanquelén. Entre los muertos hallaron a Vilcay y Llanquelén (AGN X.
40-7-10)
Luego estuvo, en el mismo año, en el Parlamento de Tandil (AGN X. 23-9-4) El 30 de
Septiembre de 1831 marchó con el Cnel. Del Valle contra los caciques invasores: Calfuán, Petú,
Maicá, Checanain, Puelluán, Catrerén, Chacalaf, Quiñindo, Chanavil, Currugüequé y Felipe
Calfuán. El 19 de Noviembre de 1831 estuvo en el parlamento en el Fuerte Independencia de
Tandil con muchos militares, los caciques mayores Torián y Califán, los caciques Tucumán,
Antuán, Güillitur, Aciduam, Charman, Quiñegual, Chócorí, Chamanil, Huincán, Goñoantig, Epuán,
Nacuiluán y Felipe Calfuán y los capitanbejos: Nicasio, Amagual, Marincoul, Llancalén, Voluán,
Candel, Llimellín, Gené, Quiñeguan, Guailé, Llaiquimil, Trarual, Ranpuiviñanque y por Chaqueta,
Chamanil (FIDE Palumbo)
Calfiao vivía entonces en el partido de Rauch.. A pesar de ser de la amistad de Juan Manuel
de Rosas, el Cnel. Del Valle, volviendo de una expedición realizada contra la toldería de Chocorí,
en Abril de 1830, hallándose en la toldería de Calfiao, Maycá, Petí y Cañuanoi, no los miró con
buenos ojos. Se le presentaron reunidos, rogándole que no los atacara, que ellos no habían robado.
Hospedaron a sus tropas y les entregaron 200 vacas; pero a los cinco días, -dice el documento-,
mandó el Mayor Villalba con 90 hombres y sus indios tehuelches a atacarlos y –continúa el parte-
“los castigaron ejemplarmente” entre el 29 y el 30 de abril; les mataron 10 indios, entre los que se
hallaban caciques, y les sustrajeron 180 chinas; además recogieron 87 chicos y 37 chicas. Calfiao
escapó gracias a su caballo extrordinario (AGN S.X. 40-7-10 y 27-7-6)
El Sargento Mayor Juan Cornell nos ha dejado un relato de la hazaña del cac. Calfiao y de
su zaino pangaré, que en esa oportunidad mostró qué valiente debía ser el caballo del indio
guerrero. “Asaltados los toldos por las fuerzas cristianos, el cacique tuvo tiempo de montar su
caballo, llevando a su hijo, mocetón ya, en ancas. Lo persiguieron Pancho, “El Ñato”, Zelarrayán y
otros más que iban parejos. El cacique, entre tanto, había conseguido ganar los campos, corriendo
como gama, a pesar de que bolas potreadoras le maneaban las patas. Así continuó por espacio de
tres leguas. Sus perseguidores debían hacer un alto por haberse aplastado sus cabalgaduras. Al día
siguiente apareció el indio a la vista de la columna que llevaba cautiva a su familia; pero no
intentaron darle caza, visto que iba montado en el mismo orejano de pelea. Tres días después,
Calfiao se presentó en Tandil a parlamentar, pudiéndose entonces contemplar el famoso caballo”
Cita en “La Revista” 39, Bs.Aires 1880 p. 185) Efectivamente volvió el 19 de Nov. de 1831, a
proponer la paz con 15 caciques y 15 capitanejos en una junta general en Tandil ante el Cnel.
Gervasio Rosas (AGN Biedma VII 10-4-14) Ya se estaban elaborando planes para la Campaña del
año 33, donde se utilizaría los servicios de los pampas, una vez más. Acompañó a Rosas con el
caciquillo pampa CaniAntig (19.7.1833; y AGN X 24-9-1)
¿Cuál habrá sido el destino de este valiente cacique y el de su familia? Lo ignoro. En
adelante los documentos hablan sólo de su hijo, llamado Pichi Calfiao.
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CALFIAO (hijo), llamado Pichi Callfellao), capitanejo pampa. Era hijo del cac. Calfiao. Al
heredar el gobierno de la tribu, se hizo cacique. Era de la obediencia del cac. J. Catriel. El General
Juan Manuel de Rosas lo estimó por su valentía y su don de diplomático. Intervino en el importante
parlmento en Azul y en Buenos Aires, en 1840, cuando los ranqueles del cac. Painé se avinieron a
celebrar un tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires, entonces ocupado por la Revolución
unitaria. (Copia del tratado en Rev. Del Museo de Azul, Nº 2 p.75 ss.) Idéntico servicio de
medianero hizo en Diciembr del año 1841, con respecto de las tribus salineras. Aparece más tarde
en la documentación y correspondencia de Calfucurá. De esto se desprende que era indio inteligente
con capacidad de lenguaraz y parlamentario. Su nombre figura en muchas listas de suministros de
raciones. (Bart. Ronco, en Rev. Azul Nº 3 p. 134; 1839 – 1867). No sé nada de su muerte.
Etim.: Calfu y auca: Yegua parda.
CALFICAL, 1796, cac. pehuenche. Participó en la Guerra Pehuenche con el grupo de
Malalhué y figura en los actas de los prlamentos del 16.5. 1796 y en 1814. Un cac. Calfical tomó
parte en el combate de Tapalquén, en 1839. (AGN X. 27-7-6) ETIM:: Cal-lana; calfú -más que
azul, parda, casi negra

CALFI GNER ( “Zorro Negro” o Calvugur, Calfigüer, Calfunir) , 1770, cac.. pampa, que
tras un tratado de paz en la Lag. de Los Huesos, acompañó con otros caciques al Maestre de Campo
Manuel Pinazo, contra las tribus tehuelches del Sur de la Provincia de Bs.Aires. (Hay un Diario de
A. Hernández en Col. De Angelis, 1938 T.V. p.71 ss.). El 29 de Mayo de 1774, un chasque del cac.
Nahuelpán, quien pasó por el campamento de Escóbar, hablaba del cac. Calfi, alias “Zorro Negro” y
decía que había que quitarlo del medio. (AGN S.IX 1-4-2 y 1-4-4., del 28 de Agosto de 1774). En
Julio del mismo año se había transmitido al Gobernador la siguiente nota: “Ayer llegó a esta (a
Escóbar) el cac. Calfig(ñ)ere, alias “Zorro Negro” con la noticia de que Nahuelpán y Canupí
avanzaban contra las tribus ranqueles de Toriano (Toroñan, Millán, Cateuca y Guayqui lauquen,
“cuatro ranqueles y malditos”. Toroñam, en realidad, había hecho alianzas con los tehuelches. Se ve
el enredo de las noticias y de las alianzas. 1776, en diciembre, el cac. “Zorro Negro” con 300 indios
vino en malón sobre la frontera de Matanza, entrando por Cañada de la Paja y saliendo por la
laguna de los Lobos. Hizo 23 muertes y 47 mujeres y niños fueron llevadas como cautivas. Esta fue
en respuesta de una invasión de las tropas porteñas al mando de Diego Salas y Francisco Balcarce
(Tambossi, R., p. 110)
1778 los documentos hablan del hijo de Calfi, alias “Zorro Negro”, y que él estaba en paz
con Buenos Aires: pero no con las demás provincias. (Me pregunto si Calfigner o “Zorro Negro
tiene que ver algo con el cac. Chanel o Tampilco, llamado “Negro”(?).
CALFIGÑERE, alias Zorro Negro, 1774 cac. araucano. 1821 (probablemente el mismo)
cac. de Malecó, cac. patriota quien guerreó junto a Colipí, Lincogür y Meligür. (T.Guevara, 1910, p.
255 y 295)
CALFINAR (o Calfigur) de 1793, cac. araucano, Gobernador de Thumagh (Valdivia); fiel
amigo de los misioneros. Al sellar o jurar la paz en el parlamento de Rahue, dice el acta- enterró un
fusil, una lanza y una macana e hizo un gran discurso (R.Lagos: Historia de las Misiones del
Colegio de Chillán entre los araucanos. 1908 p.159).
CALFÍN (o Calfuín) Juan, 1628, cac. araucano de Quill(a)cura, Chile. Fue desplazado por
los españoles.
CALFI TRUZ, 1833, cac. boroga en Guaminí. Firmó el 8 de marzo de ese año una carta
con los grandes caciques de su parcialidad.
CALFU COI (o Calvucoi), 1869, cac. araucano chileno, dueño de Pía (Victoria). En abril de
ese año Bernardo Calfucurá (pariente y escribiente de Calfucurá) escribió al Ministro de Guerra que
unos 3000 indios venían con Reuquecura, Quilapán, Calfucoi, Marihual y Calfuén para defender la
zona de Choele Choel, oponiéndose al avance de las tropas argentinas. El documento (en
AEM.Bs.As.) hace alarde de su número y de sus éxitos habidos en la lucha contra las tropas
chilenas. (A Barros: Fronteras y territorios p.86 y
87
CALFUCURÁ "El Viejo" o "El Gordo" (Iº) fue muerto en 1822. Era cacique huilliche
chileno, de Pitrufquén (T. Guevara, 1910, p. 340). Muchos llamaban a este cacique Calcufurá, es
decir "El Brujo" o " Piedra del Brujo". Tenía fama por sus dotes hipnotizantes y por la riqueza y la
obesidad. En tiempo de guerra, por ejemplo durante la Guerra a Muerte, vivía en un malal
fortificado. Era enemigo de los borogas. Durante el enfrentamiento de patriotas y realistas,
Calfucurá actuó primero en complicidad con el montonero Vicente Benavides; pero el coronel
Beauchef en su expedición sobre los borogas y también sobre Pitrufquén, en Diciembre de 1822,
obligó al "cacique gordo" a plegarse al bando patriota. Calfucurá, teniendo noticias de la
proximidad de esas tropas (800), se refugió en el monte; pero lo buscaron y hubo un combate, el 21
de Diciembre, en el que murieron más de 40 indios. El cacique no logró huír por su excesiva
corpulencia y edad. Fueron apresados también su mujer, sus hijos y su yerno. Prometió entonces
enmienda y hasta ofreció entregarles al sargento F. Palacios, temido realista montonero. Como "El
Brujo" ejercía mucha influencia entre las tribus diseminadas entre Cruces y Tolten, "indios más
mansos que los borogas entre el Cautín y el Bío Bío", el coronel Beauchef le dio la libertad. Pero no
pasó mucho tiempo que volvió a hostilizar a los indios patriotas a los que llamaba "pachecos". T.
Guevara, que investigó la participación de los indios araucanos en la Guerra por la Independencia,
afirma que murió poco después de los eventos contados y muy viejo. "Lo habían devorado sus
gastronomías". (Ob. cit., p.433).
Bibliografía :
J. Beauchef, Memorias Militares (1817-1829), ed. 1964; T. Guevara, Los araucanos en la
Revolución de la Independencia (1820-1827); B. Vicuña Mackenna, La Guerra a Muerte, 1868,2a
ed. 1972; J.Miers, Travels in Chile and La Plata (1819-1824), II.471.

C A L F U C U R Á ( 1790 – 1873), UN GRAN CACIQUE GENERAL

CALFUCURÁ, Juan nació en Pitrufquén, Prov. De Valdivia, Chile, el año 1790 y murió
1873 en Salinas Grandes, La Pampa , Argentina. Era pues de la zona de los huilliches. El periódico
El Meteoro de los Angeles Nº 141 del 31 de Mayo de 1869 dice: “..Ese Cac. Calbucura es de la
provincia de Valdivia de un lugar Pituviquen, habiendo allí también boroanos, las guaridas más
avanzadas de los chilenos. Más tarde fue cacique general de las tribus salineras en la Prov. La
Pampa..”
Su padre era el cac. Huentecura. Su nombre procede de su tío, "El Gordo" Calfucurá de
Pitrufquén, y no, como afirma el ex cautivo Augusto Guinnard, que su nombre provenía de una
piedra azul que siendo niño había encontrado y que nunca dejó de acompañarle y que los indios la
miraron como talismán. El tronco, la cünga de los Cura (en la Argentina Curá) es de una familia de
siglos atrás. Pero este Calfu Cura alcanzó fama legendaria entre indios y blancos; tenía algo de
fascinante, pero también de fascineroso, de genio y político y de corajudo militar; además de una
intuición de brujo, dándose aires de serlo.
Hay gran acopio de datos sobre este cacique, libros y relatos ocasionales de personas que lo
han tratado, pero creo que un estudio estrictamente histórico, basado sobre documentos de la época,
pueden realzar la verdadera figura de Calfucurá y ubicarlo dentro del proceso histórico que ha
vivido. Ciertamente será siempre útil consultar las obras clásicas del Dr. Estanislao S. Zeballos:
Calvucurá y la Dinastía de los Piedra; su fuente principal, las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño, la de Alvaro Yunque: Calfucurá y la Conquista de las Pampas-, la de Adalberto A.
Clifton Goldney: El Cacique Namuncurá, el último soberano de la pampa o la de Manuel Galvez:
El Santito de la Toldería; la vida de CeferinoNamuncurá. Hay en ellas páginas estrictamente
históricas, pero encontramos también epítetos y rasgos novelescos que deberemos evitar o matizar.

1. Origen, procedencia y la familia de Calfucurá


Calfucurá emerge entre los "huilliches", es decir entre aquellos indios chilenos "de más al
sur del Bío Bío", de prosapia araucana de la zona del Departamento Villarica, entre Pitrufquén, el
lago Colicó y el hermoso volcán Llaima. Aquellos, aliados con los ranqueles y pampas, se
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enfrentaron en continuas luchas y con diversas suertes a los pehuenches de ambos lados de las
Cordilleras. No era boroga, aunque más tarde se incorporara a muchos elementos boroganos.
Su abuelo Nahuelcura,(Según T. Guevara 1910 cap.IX) como dije, era cacique de
Pitrufquén. Allí actuaron también algunos de sus hermanos, particularmente Quilapán y Antumill.
Su padre era Huentecurá, según T. Guevara (Véase Colicheu); (Huichacura, según otros). Avendaño
dice: Güentecurá, huilliche emigrado a Collicó y su madre se llamaba Anuizeo, hermana del cacique
Catriel (IIº) Zeballos afirma que tuvo 10 mujeres. Y Avendaño dice que tuvo cuatro mujeres, dos
que siempre lo acompanaban, Columaiñ y Lienlang. La madre de Juan Manuel Calfucurá era Juana
Nampuical, la primera. En 1834 tomó como mujer a la esposa del cacique Mariano Rondeao,
llamada Zuguillang. El esposo de ella había sido muerto en el Asalto de Masallé.. Además se
nombran como mujeres de Calfucurá a Rupaillancatú, Juana Pitriley y Lengney. Vivía al este de
Maquehua; es decir, al pie del volcán Llaima, después de haber echado al cac. boroga Curriqueo.
Allí mismo, en 1818, el coronel Angel Pacheco conoció a los hermanos Antonio Namuncurá y Juan
Calfucurá, quienes entonces se habían hecho partidarios de los patriotas en fuerte oposición a los
mapuches borogas, que en la Guerra a Muerte defendían al bando realista. El joven "Piedra Azul"
(en realidad calfú muchas veces significa también de color negro), vivía a orillas del Arroyo Llaima,
al pie del Cerro Yeltué —dice Jorge Claraz en 1866—, cerca del Paso del Llaima, de Nabal de la
Puerta —dice A. Pacheco—, o como hoy dicen: de Pull Mari. A su gente se la llamaba Llaima-che
(por el sitio en que se hallaban) o huilliches, sureros, con respecto al grupo fuerte de araucanos. Su
clan, su parentela, rica y poderosa, le daban importancia y respaldo en todo momento, aun cuando
había emigrado a la Argentina.
Sus hermanos eran Antonio Namuncurá, Reuquecurá, Quentriel, Quinchugnerr
(Quindugnerr), Quilapán y Piquelmán, todos caciques de sendas tribus, según sus costumbres y
leyes, casados con hijas de caciques de influencia, de la nobleza araucana.
Asimismo, Calfucurá es padre de numerosa prole; a algunos los conocemos
documentalmente por su actuación. Su biógrafo, el Dr. Zeballos, nos da una lista (Calvucurá, Ed.
Hachette, 1961, p. 146). Algunos nacieron en Pullmarí y otros ya en la pampa:
1. José Millaqueo o Millacura
2. Juan Morales Catricurá
3. Manuel Namuncurá, quien sería el heredero principal
4. Alvarito Reumay (Rumay)
5. Mariano Carrumain (Carumanque o Carmón)
6. Manuel Pastor (Cura)
7. Pereyra Carupán (Cura)
8. Neli Cura o "Chico"
9. Juan Miauin Cura
10. Vicente Milla Cura o Llanca Cura
11. Antu Cura o Quiñé Ante
12. Pulqui Cura
13. Huicha Curá
14. Lefi Cura (Libi o Lief Cura)
15. Benito Pichi Cura
16. Bernardo "El Guacho" Cura
17. Juan Miguel Carmaro
18. Pascual
19. Juancito Calfucurá
20. Lenguin, según la carta del 15 .2. 1871: “Mando a mis hijos Namuncurá, Catricura y
Lenguing (AEM)
Calfucurá nombra también a un hijo Platero: "mi hijo el Platero"
1857 se nombra a Blanquillo como hijo de Calfucurá

Entre sus hijas conocemos sólo a:


1. Josefa Canayllancatú Cura
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2. Rupaillancatú Cura
3. Amillancatú Cura que se bauti<ó a los 30años en 2879
4.Inay Canghé
5. Manuela Rufina

Una hija —dice. Yunque—bellísima, se enamoró de un conde inglés y fue a vivir a


Inglaterra.
Esta lista daría tema para muchas interpretaciones aún etimológicas e históricas. No sé qué
le dio a Calfucurá más fama: su parentela, sus hazañas, su astucia, su valor o sus numerosos indios
de lanza que le servían. Quizás más su habilidad política y diplomática, su facilidad de formar
alianzas y su entusiasmo justiciero en la defensa de los intereses de sus indios, de su familia, de su
raza. Además, ejercía una cierta magia religiosa. Suscitaba cierta animosidad, o sufría alguna de sus
tribus vecinas un atropello injusto, sabía concentrar ligerísimos ejércitos y demostraba a las claras
que conocía las tácticas y aun los ardides de la guerra araucana.

Entre los relatos de los que lo han visitado y tratado personalmente, pocos hallamos que nos
lo describan en realidad. Augusto Guinnard, cautivo bien acogido en su tribu, dice en su relato:
"Después de haber galopado el día entero llegué al campo de Calfucurá —"Piedra Azul'— gran
cacique de la confederación indígena... Nada, al llegar, hizo adivinar, cuál entre los indios que tenía
por delante podía ser el gran cacique, porque ninguna.seña lo distinguía de sus subditos. Pero
cuando empezó a hablar dando órdenes, reconocí al jefe por el aire imperioso de su voz.
“Era un hombre más que centenario [NB. Esto es una exageración que alguien quizás le ha
hecho creer. La continuación concuerda con otros testimonios], pero que parecía tener, a lo sumo.
sesenta años, su cabellera negra todavía daba marco a una vasta frente sin arrugas, que los ojos
vivos y escrutadores lo mostraban muy inteligente. El conjunto de la fisonomía de este jefe, aunque
de cierta dignidad, recordaba perfectamente al tipo de los patagones occidentales (huilliches), a
quienes remontaba su origen. Como ellos, era de alta estatura; tenía los hombros muy anchos,
arqueado el pecho; la espalda algo agobiada; el paso pesado, casi dificultoso (debido a que, por
andar continuamente y desde niño a caballo, los indios tenían las piernas arqueadas); pero gozaba
todavía de todas sus facultades: con la excepción de los dientes perdidos en un combate en que le
habían partido el labio superior, este viejo los poseía todos los demás intactos..."
Alvaro Yunque cita un verso de La Araucana de Ercilla, en los que describe al famoso
cacique chileno Lautaro. Yo citaré otro verso del mismo autor que quizás mejor le cuadra a este
noble de la raza araucana:
"Era este mozo de alto hecho,
varón de autoridad, grave y severo,
amigo de guardar todo derecho;
áspero, riguroso, justiciero,
de cuerpo grande y relevado pecho,
hábil, diestro, fortísimo y ligero,
sabio, astuto, sagaz, determinado
y en casos, de repente reportado..."

No hemos encontrado mejor descripción, ni tampoco sabemos nada de su juventud en Chile,


excepto la frase que él mismo dictó en una carta del 22 de Abril de 1861 dirigida al general Justo J.
de Urquiza (AGN, Arch. Urq., T. 224. p. 110)" "...Cuando era joven, era diablo; ahora soy hombre
de edad con experiencia; no hablo mal de ningún cacique ni de ningún infeliz."
Avendaño añade: “era temido, querido, franco, generoso, genio, de carácter embustero y
salamero, jugador y comerciante..”

2. La Guerra a Muerte y Su aparición en la Argentina


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Desde tiempo, los "Cura" vigilaban el comercio que venía de la pampa argentina a la zona
mapuche. José de San Martín, valorando sus fuerzas y habilidades, quiso comprometerlos en su
Campaña Libertadora y en la guerra de zapa anteriormente. De esta manera se adhirieron al bando
patriota en la guerra prolongada que continuara en otra Campaña que se llamaba Guerra a Muerte.
Pues en largas guerrillas y batallas se enfrentaron los partidarios realistas del sur con los patriotas
del norte. Calfucurá, por su vieja rivalidad con los borogas, no adoptó la línea política de su abuelo
"El Viejo" Calfucurá.
En 1817, Calfucurá era un caciquillo huilliche, mozo de 20 o 25 años. (Pacheco lo encontró
entonces en Nabal de la Puerta, como dije) y no aparece en los documentos de la época, porque lo
eclipsaban los grandes caciques Coñuepán, Colipí. Mariluán, Lempi, Peñoleo y otros. Sin embargo»
luchó a la par de las tropas de los jefes "de la Patria", Freire, Beauchef y Bulnes. Se enfrentaron
juntos a los indios de Imperial, Boroa, Trutrú y Purén. Desde Enero de 1819, fecha de la batalla de
Nacimiento, se sucedieron combates y embates hasta Enero de 1825, cuando en el parlamento de
Yumbel se juraron las paces generales para todo Chile.
Durante esa guerra, buena parte de los indios borogas se desplazó a la pampa argentina, a la
zona lacustre del oeste de la Provincia de Buenos Aires, concentrándose en compactas tolderías
sobre el Arroyo Guaminí, el llano de Masallé y el lago de Carhué. Ejércitos chilenos e indios
partisanos vinieron a perseguirlos aún en la nueva patria, como lo decimos en la biografía de
Coñuepán, Melinao, Melín y otros. También Calfucurá se hizo perseguidor de ellos, no tanto por
encargo del gobierno chileno, sino invitado por el gobernador de Buenos Aires, como diré, y por
propias venganzas demoradas.
Hacia 1830, los borogas de Panguilef y Aillán habían derrotado a Calfucurá en la batalla de
Malal Kahuel (Paéz, J. Conquista del Desierto, N° 10). Desde entonces buscaba alianzas y
oportunidad para una revancha, como lo hacían anteriormente en la Guerra Pehuenche del siglo
anterior, pues la venganza para los araucanos es cosa sagrada y exigida por el honor .
Calfucurá confesará más tarde, que vino "conchavado" con 200 indios suyos para perseguir
a los indios alzados. Los hermanos Pincheira que prolongaron la guerrilla realista aquí y allá de las
Cordilleras, se incorporaron escuadrillas de los borogas de Rondeao, Caniuquir, Melín y Cañiullán.
Juan Manuel de Rosas hizo todo lo posible para separar a los borogas de los vandálicos planes de
aquéllos. Lo consiguió y los pincheiras desaparecieron combatidos también por ejércitos chilenos,
aún en nuestro territorio. Subyugó Rosas a los borogas a tal punto que los comprometió a luchar
contra los ranqueles o aquellos indios que él les señalaría como sus enemigos (véase la biografía de
Rondeao o Caniuquir). Fiel a la política tradicional de mantener a los indios en guerra, azuzando los
unos contra los otros, negoció en secreto con sus amigos por medio del cacique pehuenche Martín
Toriano quien, en varias oportunidades, habíase declarado amigo de Rosas (véase la biografía de
Toriano). Justamente, en 1831 Martín Toriano hizo un tratado de paz con el coronel Martiniano
Rodríguez, comandante de Bahía Blanca. Y en Agosto de 1831 Gervasio Rosas convocó a los indios
amigos de Rosas a Tandil a un nuevo parlamento, después que el coronel Rodríguez había hecho el
suyo con 4.000 indios. Además de Toriano estuvieron los caciques amigos de Chile: Chocorí,
Quiñehual, Cheuqueta, Cumiú, Namuncurá y Calfucurá, quienes se retiraron luego a Salinas
Grandes o al Río Colorado. Era éste probablemente el primer contacto de Calfucurá con las
históricas Salinas Grandes de la Pampa. Más tarde dirá: "Bajé cuando el gobernador Rosas me
mandó llamar" (carta de Calfucurá del 25 de Agosto de 1863, en Arch. Mitre, T. 24). Hay otro
documento en el cual, en 1832. se declara "amigo de Rosas" (C. Grau, Fuerte de 25 de Mayo, en
Cruz de Guerra, p. 120). La intriga alcanzó luego al cacique Toriano, después que, en Noviembre,
había comunicado que los caciques Cheuqueta, Namuncurá y Calfucurá se habían sublevado y
marchado a su territorio. Rosas, aprovechando esta circunstancia, lo hizo atacar, fue capturado y ya
pedían los borogas poder lancearlo, cuando "por humanidad" —dice Rosas—, lo hizo fusilar, el 30
de Agosto de 1832. De los otros chilenos decíase que se habían ido para regresar con un fuerte
contingente a fin de invadir; que serían los indios de Cumiú, V. Quiñehual, Luciano, Nahuelcurá
(léase Namuncurá), Calcucura (léase Calfucurá) y Cheuqueta. Rosas empleó una nueva táctica y por
otros indios hizo difundir la falsa noticia de que en Chile estaban atacando sus familias. De los
2.000 en camino, volvieron de inmediato 1.500. Calfucurá se quedó a la expectativa en el país de
91
los manzaneros. Los borogas expresaron entonces su temor de que aquellos indios los invadieran,
porque los culpaban de la muerte de Toriano.
ASALTO DE MASALLÉ (8.9.1834)
Durante la campaña combinada al Río Colorado en 1833, Calfucurá permaneció quieto. En
cuanto a los borogas, algunos acompañaron al general J. M. de Rosas, otros fueron comprometidos
por el coronel Delgado, pues no querían ser considerados enemigos. No obstante, terminada la
campaña en 1834, el edecán Corvalán y el "ladino" Eugenio del Busto les "echaron una sarta de
retos" en nombre del general Corvalán, en un parlamento en Bahía Blanca, acusándolos de haber
prestado auxilio a los ranqueles sin poder ser vencidos. El año 1834 llegó el turno a ellos de ser
atacados y para ello Calfucurá sería el instrumento, ya que era su enemigo. Fue "conchavado",
según su propia expresión, "yo bajé cuando el gobernador me mandó llamar" Su hermano Antonio
ya había concretado un tratado secreto con Rosas.
Santiago Avendaño, en el primer capítulo de sus Memorias informa mucho sobre como se
adueñó Calfucurá de los borogas y se estableció su hegemonía en la Pampa. Dice: “Calfucurá quiso
trepar, eliminar a los caciques borogas y suplantarlos.” Describe con detalles como preparó el golpe
para apoderarse del dominio sobre los borogas que vivían en Carhué, Masallé,Ygüem,Guaminí y
Pinhué (Pigüé). Invitó a mayor número de hombres y muchachos para ir a comercio a la Pampa.
“Reunió lanzas, tejidos, harina de trigo, cruda y tostada, habas, alverjas, también tostadas, pañitos y
paños finos, punzoes comprados en Valdivia, Entuco y Chillán; objetos de plata fabricadas allí y
otros comprados en la frontera de Chile; pintura para darse color a la cara, etc” (volverían con
muchas vacas y con caballos)
“Y como era la regla avisar la visita al cacique soberano, antes de entrar en el territorio
poblado, hizo avisar que los nampulcan-che o sea comerciantes viajeros venían a una feria grande..
Calfucurá desde un arroyo, llamado Chilihué, desprendió dos indios mensajeros, para que
notificasen al Cacique Rondeau, como de costumbre, que venían con su comercio inocente y que se
juntara en su campo mucha gente de las tribus vecinas para la feria.
Uno sólo de los mensajeros iba enterado del proyecto (secreto) de Calfucurá y llevaba el
encargo de quedarse en el toldo de Rondeau para inspirarle confianza; mientras el otro regresaría
con la venia de éste para que la inocente caravana avanzase, aunque los “comerciantes viajeros” se
convertirían en furiosos invasores.
No quiero abusar del texto original; es extenso y como lo averiguó Santiago Avendaño.
Calfucurá reunió sus muchachos y les reveló su plan y proyecto y sus sueños que le transmitían esa
misión de Dios. Ya no sería un viaje por comercio, y les hizo esperanza de rico botín.... “Cuando
llegaremos al arroyo Pul, mudaremos los caballos y nos echaremos a correr sobre los toldos de
Masallé.
A la madrugada del 8 de Septiembre de 1834, se echaron en marcha a todo escape,
diseminándose por las tolderías provocando una tremenda confusión. Los caciques que lograron
montar a caballo y refugiarse, aunque perseguidos de cerca, fueron Curu-thripay, Nahuel-quintuí,
Calfuthrú, Mari-leofú, Curu-angué, Milla-bozó y Milla-pulqui. Éstos llegaron al toldo del (cacique
principal) de Rondeau, casi al mismo tiempo que sus perseguidores. El indio emisario había
asesinado ya al cacique Rondeau, al tiempo que pretendía ponerse en fuga. Los caciques
mencionados fueron rodeados y lanceados y, un momento después, los invasores se repartieron en
grupos en todas las direcciones para sorprender a los que aún ignoraban estos sucesos."”Algunos
grupos de indios, como el del cacique Melín fueron sorprendidos en su marcha a Masallé. Algunos
se entregaron a los invasores, según hizo propagar el cacique Calfucurá. Otros huyeron a 25 de
Mayo, otros a los ranqueles.
Este 8 de septiembre de 1834, fue un día funesto, un día de masacre. Los caciques invasores
que acompañaron al cacique Calfucurá fueron Tranamilla, Cheuqueta, Namuncurá y otros,con más
de 800 huilliches chilenos. "Vinieron con recomendaciones del cacique Venancio Coñuepán
(también patriota) y el comandante Francisco Sosa de Bahía Blanca", decían luego, y con anuencia
de Rosas, como éste lo confiesa en carta al Gral. T. Guido (véase Hux, M: Coliueo, p. 15): "Los
anunciados araucanos... sorprendiendo a los boroganos, han muerto a los primeros jefes de éstos
92
que son Rondeao y Melín, han hecho gran mortandad, cautivándoles las familias y llevando todas
sus haciendas".
Durante varios días los tenían rodeados, mientras reunían el botín. El 27 de Octubre,
Calfucurá y Tranamilla estuvieron en Bahía Blanca informando acerca de la acción y avisando que
habían sometido unos diez mil borogas. Estos "insultados" a su vez, mandaron chasquis a Bahía
Blanca y a 25 de Mayo para avisar lo ocurrido y para pedir auxilio para poder perseguir a los
malones, lo que astutamente se les prometió. Calfucurá, anoticiado antes, se retiró prudentemente a
cierta distancia y la expedición fue desviada hacia los ranqueles con quienes los borogas debían
luchar. Así encaró Rosas la eliminación de los indios y el avance de las fronteras (Documentos en
AGN, S.X, 24-8-6 y otros detalles en biografía de Rondeao y de Cañiuquir. G. Cuadrado
Hernández, en su artículo "El mito de la masacre de Masallé", en Todo es Historia, N° 172, p. 73-
87, minimiza esta acción). En el "Mitos de Rosas o sus secretos en la política seguida con los
indios", publica el mismo autor una carta de Rosas dirigida, el 25 de Septiembre de 1834, al general
J. Aldao en la que confiesa su consentimiento y aprobación de la conducta de Calfucurá, pero
introduce una modificación diciendo que había sido llamado por los ranqueles. "...Cuando éstos le
mandaron decir que viniesen a robar, me lo avisaron, pidiéndome al mismo tiempo permiso a
situarse por Salinas (Grandes). Mandaron caciques a Tapalquén, en solicitud de este permiso,
asegurando que no vendrían. si yo no se lo permitía. Yo creí conveniente dárselo... Esto es en
sustancia lo que hay respecto de la venida de estos indios (que aún existen cerca de Salinas
Grandes), cuya aparición ha metido por esa parte tanto ruido..."
EXPEDICIÓN A LOS RANQUELES
Con permiso de Rosas, salió en Noviembre una fuerza de Bahía Blanca a la orden del
coronel Francisco Sosa ("Pancho el Ñato"), 420 hombres de la Guarnición y 60 indios amigos de V.
Coñuepán, a los que se agregaron en Puán 400 indios borogas de Meligur, agregándose también el
cacique Caniuquir con 60 indios. Se dirigieron primero hacia Salinas Grandes, pero no hallaron ni a
Calfucurá ni a esos chilenos invasores, como consta en un interesante legajo del Archivo General de
la Nación (S.X. 24-8-6 y Gaceta 1.XII.34). Partiendo más hacia el norte, el país de los ranqueles,
sorprendieron a éstos el 3 de Noviembre en cuya acción apresaron 192 "chinas" (no se habla de los
muertos) y se apoderaron de mucha hacienda. Aquellos indios no eran los huilliches chilenos, sino
de los mismos borogas que se habían refugiado cerca de los ranqueles, a quienes Caniuquir quiso
defender. Se armó allí una gresca, poqrue los borogas "querían apadrinar las chinas y los indios
diciendo, que eran sus parientes". Caniuquir casi no regresó, decía Zelarrayán en nota a J. M. de
Rosas, fechada el 11 de Noviembre en Salinas Grandes, agregando: "A él (Caniuquir) y a todos sus
aliados puede usted considerar como los primeros enemigos de la Provincia". En Enero partió una
nueva expedición hacia Salinas al mando del sargento mayor Eugenio del Busto, guiando a los
borogas (Anschütz, C., "Algunas expediciones a los ranqueles, después de la campaña
expedicionaria de 1833-34", en Rev. Militar Nº 526, 1944). Calfucurá y sus indios tampoco fueron
hallados. En realidad él gozaba del favor de las autoridades de Bahía Blanca y de Rosas, mientras
que los borogas estaban condenados a ser perseguidos (véase Caniuquir y Coñuepán. El primero fue
eliminado el 26 de Abril de 1836 y el segundo cacique, el 24 de Agosto del mismo año).
Varios documentos afirman que Juan M. de Rosas celebró "las paces" con "Piedra Azul",
pero no hay copia de ese tratado ni concuerdan las fechas señaladas. El Dr. Zeballos habla del
contrato de la Estancia del Pino que habría tenido lugar en 1835 (se equivoca también en ubicar el
asalto de Masallé en ese mismo 1835). Calfucurá se comprometió a no llevar malones sobre la
frontera y a defenderla contra las incursiones de los indios chilenos. Rosas le ofreció
espontáneamente 1.500 yeguas y le prometió suministrarle mensualmente 500 vacas y le dio el
permiso de instalarse en Salinas Grandes. La carta de Rosas a Aldao ya menrionada podría
permitirnos suponer que tal contrato se había hecho antes del asalto de Masallé.
Calfucurá no intervino en el ataque a Cañiuquir, pero sí, en el asalto que llevó
sorpresivamente a la tribu amiga de Coñuepán, en Bahía Blanca. Destacada personalidad en la
Guerra a Muerte en Chile, desde la fundación de Bahía Blanca, Coñuepán había dado muchas
pruebas de fidelidad. Pero el 24 de Agosto de 1836 cayeron 2.000 indios sobre la zona bahiense y se
ensañaron en los indios amigos establecidos a orillas del Napostá, matándoles 400. Se hizo circular
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la noticia de que Venancio Coñupán se había sublevado con sus indios. (Ese día anota el cura
párroco en el libró de difuntos el título "Día de susto y carnicería".)
Tal versión reflejan también las Memorias del capitán de Indios Amigos Juan Córnell; esto
es, que los indios se sublevaron y mataron al cacique Dn. Venancio "y a 24 horas de movidas las
tropas y en combinación con los de Calfucurá atacaron la tribu. (Relato oficial, AGN, S.VII, 10-4-
14).
Nuevamente el Excautivo Santiago Avendaño nos cuenta en sus Memorias (ed. 1999
p.39):“Sucedió tal como Calfucurá lo había planeado. Cuando se presentó la ocasión, Calfucurá
reunió a su gente y se dirigió a Bahía Blanca; se echó sobre las posiciones de Coñue-pang. Muchos
de los indios que estaban con éste, no ignoraban la trama y se guarecieron en la población. Los
amotinados hicieron como estaba convenido: se presentaron en tropel a las puertas de su Cacique,
pidiendo que les permitiera refugiarse allí, pues la invasión amagaba de cerca (24.8.1836).
Venancio, queriendo amparar a su gente, abrió la puerta, y allí mismo fue degollado, quedando su
casa y su familia a discreción de los amotinados e invasores. Calfucurá triunfó nuevamente y arreó
con cuanto hallaba a mano; cautivó las familias del difunto y destruyó su casa.

Otro ásunto misterioso en la historia de Calfucurá es el malón sobre Tapalquén. Parecía


que Calfucurá no tenía participación en ese otro malón, que cayó sobre los indios amigos de Catriel
y Cachul en Tapalquén, el lº de Octubre de 1836 (ver Catriel). Las noticias llevadas a Chile
provocaron allí tal indignación que el cacique (patriota) Juan Railef lanzó un malón a la pampa para
vengar.la masacre de Bahía Blanca, pues las víctimas habían sido de su parentela. Invadió primero a
Salinas Grandes, pero no tenemos noticias de que se haya enfrentado allí con Calfucurá. El 14 de
Agosto de 1837, exactamente un año después de la muerte de su amigo el cacique V. Coñuepán,
apareció con 1.700 indios chilenos en la zona de Bahía Blanca y casi simultáneamente atacaron el
pueblo de Bahía Blanca y las tribus de Alón y Guayquil (AGN, S.X, 25-5-1: AGN, S.X, 20-10-1; y
Gaceta, 5.10.37). En Bahía Blanca fueron rechazados y Rosas ordenó a los coroneles N. Del Valle y
R. Maza perseguirlos con sus divisiones y a Calfucurá que cargara a Railef antes de cruzar la
Cordillera. Zeballos cuenta que les cayeron de sorpresa, en Quintuco, cerca del Paso de Llaima,
mientras estaban descansando; que mataron como 500, recuperaron los cautivos y quitaron los
arreos (Calvucurá, ed-.Hachette 1961, p. 38s; y Ramón Capdevilla, Tapalquén, Vol. I, p. 88, fecha
5.10.37). Los documentos no dicen dónde llevaron o vendieron la hacienda. De todos modos, por
todas estas acciones Calfucurá creció en poderío, en gente y ya no quiso volver a su país de origen.
También le fue ventajosa la buena relación que mantenía con el gobernador de Buenos Aires, Dn.
Juan Manuel de Rosas, que seguía proporcionándole racionamientos, aunque hiciese algunas
"travesuras". Hay mucho que investigar todavía sobre esta historia.
En el Mensaje a la Legislatura bonaerense del año 1838, Rosas lo señala públicamente
como "amigo". Por esto no intervino en la Revolución del Sur, en Octubre de 1839. Pero sí,
intervino, unido a los ranquelés, el 20 de Agosto de 1839 en el nuevo malón a Tapalquén (R.
Capdevilla, Tapalquén, p. 94 y AGN, S.X, 27-7-6 y Colecc. Arce Nº 49). J.M. de Rosas, por este
entonces, acosado por otros problemas políticos internos ( esp. Revolución unitaria), modificó la
política con el Indio, seguida en la década del treinta, y concedió hasta a los ranqueles la
oportunidad de tratados de paz (1840). A partir de entonces, Calfucurá mantuvo relaciones más
estrechas con los ranqueles y con los refugiados de Manuel Baigorria- Incluso, alguien escribió que
Calfucurá se habría casado con la hija del cacique Pichún, sin indicar la fuente de la noticia. “Tierra
Adentro” gozó de relativa paz y Calfucurá permaneció en la pampa, "porque me lo han pedido otros
caciques", dirá más tarde.

3. Calfucurá y la política chilena

"Yo soy chileno —decía 'Piedra Azul'—; había estado en Chile. No estoy en estas tierras por
mi gusto, sino que fui llamado por Don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno; (carta
del 27 de Abril de 1861; Arch. Mitre, T. XXII, p. 22) y ahora hace como treinta años que estoy en
estas tierras". Los contactos de los indios salineros con las tribus chilenas eran constantes,
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frecuentes los intercambios comerciales y no me extrañaría que hubiese favorecido el comercio
ilegal y la política de expansión chilena. Incluso, llamaba a su lugar de residencia Chilué (Chili
Hue, tierra chilena o lugar de Chile). En Julio de 1851, el gobernador de Mendoza envió a Rosas
una nónima de 13 caciques (tribus) chilenos que se hallaban en tierra argentina, según pedía el
gobernador de Concepción (Chile). Por el general A. Pacheco confesó a un pariente, que los indios
chilenos habían avanzado (nuevamente) mucho en territorio argentino. Pero agrega: "Hasta la fecha
se han conducido bien". (AGN, S.VII, 1-2-12: fha.15.9.41)
Otro documento que cito confirma lo antedicho; es una carta del coronel Pedro Rosas y
Belgrano, enviada el 7 de Febrero de 1841 a Juan M. de Rosas (en Capdevilla, Rosas y Belgrano,
1973, p. 62): "Ayer llegó de chasque el caciquillo Nicumil con dos capitanejos y cuatro indios
mandados por Calfucurá y Namuncurá (su hermano) a decir a S .E. y a Catrié que ya habían llegado
de regreso los chasques que ellos habían mandado hacia Chile a verse con Lincotil, cacique federal
que se halla en Maquehue, que estaba en guerra con Magüin; y con la llegada de los chasques de
Namuncurá y Calfucurá hubo un parlamento general, del cual resultó hacer las paces. Que a ese
parlamento asistieron los caciques Guillipán y Coloful que también estaban en guerra. Y asistieron
al parlamento Chocorí y Cheuqueta, como asimismo los caciques Iculmané (Guzmáné, cacique
gobernador del sur de Mendoza) y Coloné, primos hermanos de Namuncurá y Calfucurá que
estaban peleados con ellos por los campos de Salinas Grandes, pero que ahora están de amigos y les
mandan a decir que piensan venir a estar juntos con ellos... y de que pronto se abrirá el comercio de
una y otra parte..." (R. Capdevilla, P. Rosas y Belgrano, p. 62). No sé qué conocimiento tuvo
Calfucurá del atropello que en 1845 hicieran los caciques chilenos Purrán y Cristiano. De todos
modos se encontró con él un tal capitán Salvo, socio del Presidente Bulnes en Salinas Grandes
comprando hacienda. El cacique Cristiano de Antuco o Uñusquín era cuñado de Calfucurá y hacía
frecuentes viajes a la pampa. Calfucurá decía (24.1.1847, Arch. Mend., Doc. 12): "Los indios
chilenos venían a buscar indios amigos nuestros". Otra misiva de Rosas y Belgrano, del 11 de
Agosto de ese mismo año, decía: "Calfucurá tiene visita en su toldería: los caciques Lemunao y
Chicagual de Colicó con 800 indios de lanza, mientras que los ranquelés (Pichún y Painé) tienen a
los caciques Mariguán, Quilapí y Ancapé con unos 1.000 indios, haciendo comercio de tejidos"
(!?!). Quizás han acudido también al entierro de Painé. Los jefes de la frontera prefirieron dar
regalos a los indios y no sufrir malones. Así dice poco después el mismo Rosas y Belgrano a su tío
Rosas: "Cheuqueta y demás indios recibieron 1.300 yeguas y 500 vacunos"... y en otra: "He
despachado a los enviados del cacique Calfucurá, a los de Llusquen, los de Unaiché, al cacique
Acum, y dos de Cheuqueta y al capitán de Bahía Blanca, Guichal, dándoles a cada uno un número
de cabezas de ganado.." (R. Capdevilla, P. Rosas y Belgrano, 1973, p. 80,81,82)

Pero de este tiempo tenemos también noticias de malones o proyectos de malones. En las
Memorias de Juan Cornell (A.N.Hist. Conquista del Desierto, 1980, 1, p. 118) Reuque Curá,
hermano de Calfucurá proyectaba en 1847 una invasión chilena-ranquelina en combinación con
Calfucurá, por cuyo motivo el coronel Del Valle tuvo orden del gobernador (Rosas) de salir con la
Quinta División "a situarse en Cristiano (Muerto) y yo con dos escuadrones de vanguardia a
estacionarme en donde creyere conveniente. Los indios chilenos y algunos comerciantes chilenos
vinieron, efectivamente, a Salinas, para comprar haciendas. Mas como yo me entretenía en recorrer
la Ventana y el Currumalal, antes de situarme en Pillahuincó y algunas jomadas estuve muy cerca
de Carhué, fui sentido por los indios. Y a pocos días, me alcanzó en Pillahuincó una comisión de
Calfucurá a preguntarme de parte de su cacique el motivo, por qué había penetrado en sus campos
con fuerza armada. Mi contestación fue decirle que tenía orden de perseguir a muerte hasta sus
toldos a los indios chilenos que entraban a robar. Antes de un mes, el cacique Manquefú, segundo
de Calfucurá, vino con 400 lanzas hasta Pillahuincó Chico, sin duda a sorprenderme. Salió en
persona con dos de sus capitanejos y algunos indios a explorar el Campo y a divisar mis caballos
desde lo alto de un cerro precisamente donde yo tenía una guardia de vigilancia, la cual tomó y
detuvo a Manquefú y a su comitiva. Como mis instrucciones fueron las de batir a los chilenos, si
entraban a robar, y respetar a los de Calfucurá, caso de no invadir, que el cacique detenido no había
cometido ningún daño, sino la sospecha de qué había hecho, si no era la casualidad de caer en mi
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poder, creí sacar más provecho, como en efecto lo saqué, en dejarle ir en paz, que detenerlo y atacar
a sus indios que solo dos leguas distaban de mi campamento. Despedí al cacique y comitiva,
amonestándole a que se mantuviera la paz y le comunicase a Calfucurá mi modo de pensar y
Manquefú y Calfucurá me enviaron como visita a sus hijos en señal de confianza y de dar más
crédito a cuanto les hice decir. Por consiguiente no tuvo lugar la invasión de chilenos ni de
ranqueles y se convirtió en pedirme pasaporte para pasar más adentro a cambiar tejidos por yeguas,
y aun los mismos negociantes chilenos, un tal Parra y un Burgos, vinieron a visitarme en
Pillahuincó". El mismo Calfucurá vino a Azul, como dice F. Barbará (anota que tenía unos 55 años).
Rosas comisionó entonces (1847) al general A. Pacheco a Salinas Grandes para protestar y
exhortarlos a la paz. Autorizó también a Pedro Rosas y Belgrano a renovar el tratado con
Calfucurá y su hermano Namuncurá. Willam Mac Cann en “Viaje a caballo por las Provincias
Argentinas, en 1847”, describe aquella escena y resume los artículos del tratado: "Los indios se
comprometieron a mantenerse dentro de sus propios territorios sin cruzar nunca la frontera ni entrar
sin permiso en la Provincia de Buenos Aires. Obligáronse también a prestar contingentes militares,
cuando se los pidieran y mostrarse pacíficos y fieles. En compensación, cada cacique recibe hasta
ahora del Gobierno cierta cantidad de yeguas y potros para alimento de su tribu y de acuerdo al
número; además, una pequeña ración de yerba, tabaco y azúcar... con verdadera economía se ha
comprado la paz por las cláusulas del tratado encomendado a D. Pedro Rosas y Belgrano, persona
muy querida por todos tos indios, criollos y extranjeros". Se observa pues que, con todas las
relaciones con los chilenos, no quiso perder la amistad que tenía con Rosas. Y es interesante cómo
interpretaba Calfucurá los tributos de la paz: El 30.4.48 retornó un indio de Catriel con la noticia de
que se estaba gestando un malón y "dice también el cacique Calfucurá que la ración y regálos que
se hacen todos los meses, no tiene que agradecerlos porque es pago de arrendamientos por sus
tierras ocupadas" (R. Capdevilla. ob. cit., p. 89). En Rev. del Museo de Azul Nº 2 hay información
sobre racionamiento de indios amigos, entre los que figura Calfucurá. Y así lo fue, porque cuando
Rosas iba a enfrentarse con el general Justo J. de Urquiza en Caseros (1852), Calfucurá tanto como
Catriel llevaron un contingente para pelear al lado del gobernador de Buenos Aires. Un documento
del 20 de diciembre nombra entre los obsequiados a Calfucurá y a los siguientes capitanejos de él:
Catricurá, Pan, Ignacio, Martín Chiguaylao, Luán, Calfuín, Lorenzo, Don Juan, Ranghinao,
Tripainagüel, Guaynao, Maricolí, Güenülao, Yampí, Lefilao, Nagüelchén, Vunín, Güenuchu,
Güenchuquil, Frucal, Catrinao, Nicicumill, Ñancutripay, Millahal, Nahuel, Manque.
Calfucurá era chileno y mantenía una muy buena relación con sus amigos chilenos, pero se
había “ciudadanizado” como argentino e intervenía en los movimientos políticos de este país que ya
no abandonaría más.

4. Después de la batalla de Caseros - La Confederación Indígena y la Guerra


de la Confederación Argentina

Decepcionado, el 3 de Febrero de 1852, Calfucurá retornó a Salinas. Su amigo había sido


vencido. Parecía que alguien le dijera: "ahora arregláte solo". El se decía: "Solo, no. Es preciso que
nos unamos, hagamos una coalición estable". El embrujo y el prestigio de Calfucurá creció desde el
momento que iniciara la grandiosa gestión de formar una Confederación Indígena en la pampa. De
tribu en tribu anduvieron sus mensajeros, convocándo a todoas a un parlamento, a la unión, pero
también al malón.
Hilario Lagos, conciliado ya con Urquiza, le comunicó el 17 de Marzo, desde Azul. que los
indios estaban en paz, contentos de saber que el vencedor de Caseros tenía mucho interés en
continuar las buenas relaciones con los indios (AGN, S .X, 18-4-7). Pero diez días después, el
coronel Pedro Rosas y Belgrano comunicó a Lagos que Calfucurá convocaba a las indiadas para un
gran malón sobre el sur bonaerense con el grito de "¡La tierra india al indio!" (en su idioma: mapu
che ñi mapuche!) o como decía Millalef a los catrileros de Tapalquén: que Calfucurá vendría a ese
punto para unirse a esta indiada pampa y a los que no quisieran salir de entre los cristianos,
matarlos, pues hoy es cuando deben unirse todos los indios para resistir a los cristianos (27.3.52; R.
Capdevilla, Rosas y Belgrano; y M. Hux, Coliqueo, ed. EUDEBA p. 30 y AGN. S.X, 18-4-8).
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El 24 de Marzo, el coronel Lagos comunicó que los indios amigos de Tapalquén marchaban
por el camino de los chilenos (rastrillada secular) a incorporarse a Calfucurá (A. Allende, La
frontera y la campaña del Estado de Bs. As., 1851-1853, 1961, p. 117). Semejantes noticias se
enviaban de Bragado y de Junín, viendo que los indios amigos estaban alborotados.
El 6 de Abril de 1852, Calfucurá puso en marcha un formidable malón, cuyo primer
objetivo era incorporar a los indios amigos de Ancalao en Bahía Blanca y los del cacique Catriel (el
segundo) en Tandil. Bahía Blanca resistió al ataque del 8 de Abril, pero no pudieron impedir que los
indios se llevaran un inmenso botín. (Parte del comandante Manuel Leiva, AGN, S.X, 18-4-8; 4 f.)
Durante la invasión a Bahía Blanca se produjo un suceso que gravitaría sobre el futuro
inmediato: El cacique Millaqueo, hijo mayor de Calfucurá, había desaparecido. Su padre creyó que
había sido aprisionado y que estaba en la Fortaleza Argentina. Para salvarlo, inició negociaciones
ante el coronel Pedro Rosas y Belgrano. En realidad, el cac. José Millaqueo había sido muerto "en
un confuso episodio"; pero Rosas y Belgrano trató de engañar al cacique vengativo. La comitiva de
Calfucurá no podía ser más solemne; pues el 4 de Mayo de 1852, se presentaron ante Rosas y
Belgrano el capitanejo Levipí, hijo de Calfucurá: el capitanejo Marilef, por el cacique Manquefú; el
capitanejo Juan, por Millaqueo; Lincolén, por Millagüer; y Financú, por Dominí, pidiendo
formalmente la libertad de Millaqueo y Aquiner, sobrino de Calfucurá. Lagos contestó que se
informaría y propuso continuar la gestión por el tratado de paz, entregando los suministres como se
los entregaban en tiempo del gobernador J. M. de Rosas (Capdevilla, Rosas y Belgrano,p. 103).
Efectivamente, el general Urquiza encargó a los coroneles P. Rosas y Belgrano, a F. Olivencia y
Manuel Delgado gestionar la renovación del tratado de paz. El agente más activo de esta causa fue
el sargento F. Olivencia. El 4 de Mayo se internó en Salinas Grandes y obtuvo que Calfucurá le
entregara unos prisioneros. El 7 de Junio volvió con una comisión que Calfucurá había enviado al
mando del capitanejo Necurril y pudo traer en libertad a la familia del cacique Ancalao, que en la
invasión a Bahía Blanca había sido hecha prisionera. Pero los militares, para hacer más presión
sobre Calfucurá, retuvieron al hijo del capitanejo Necurril como rehén (ib.. S.X, 18-4-8). También
el comandante de Bahía Blanca, Dn. Rafael Bourgeois, envió una comisión ante Calfucurá (ib. 4 f.).
Este no entregó a ningún cristiano bahiense; sólo a indios de la tribu de Ancalao. El comandante
tuvo mucho cuidado de que Calfucurá no se enterase de que su hijo mayor había muerto. Pero él lo
averiguó por sí mismo. Su venganza sería terrible... En Agosto volvió el sargento mayor F.
Olivencia en misión de paz a Salinas Grandes. En Buenos Aires se criticó públicamente al general
Urquiza por estas gestiones, porque había gastado ya 2.500 yeguas de la provincia de Buenos Aires
en este negocio.
11 DE SEPTIEMBRE 1852: REVOLUCIÓN Y SEPARACIÓN
El 11 de septiembre de 1852 estalló en Buenos Aires la revolución por la cual la provincia de
Buenos Aires se constituyó en autónoma, sustrayéndose a la influencia de Urquiza y de la
Confederación, estableciendo por casi diez años una administración propia, un propio estado.

El sargento mayor Juan Cornell, entre tanto, estaba en Salinas, gestionando aún el tratado de
paz en nombre del general Urquiza, cuando le llegó la orden de que "todos los asuntos de los indios
serán sometidos a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano". El sargento Juan Cornell,
entonces, hizo convocar a una nueva junta a todos los caciques e informó de esta nueva, pidiéndoles
no hicieran oposición al asunto tratado. En realidad, el negocio del tratado de paz había concluido,
según las instrucciones del señor Director J. J. de Urquiza y el comandante de Bahía Blanca había
extendido pasaportes para dos caciques y cien indios que estaban por acompañar a Cornell hasta
Buenos Aires "a conocer. a tener el gusto de conocer al Sr. Director, abrazarlo y oír de su boca la
ratificación de la paz" y para comerciar allí sus tejidos, quillangos y cueros (AGN, S.X, 18-4-8; 26-
9-52). El coronel M. Delgado extendió entonces un pasaporte para Olivencia "para llevar
comunicacones importantes a S.E.,el Gobernador Provisorio". Supongo que la comisión india no ha
viajado entonces.
Semejante comitiva ranquel había llevado el coronel Manuel Baigorria ante la presencia del
general Urquiza y junto con éste tuvieron que retirarse apresuradamente de la ciudad "sublevada".
Fue entonces que el coronel Hilario Lagos movilizó la campaña y puso sitio con sus tropas a la
97
propia ciudad. En cambio, el coronel Rosas y Belgrano armó a su tropa de Azul y con 500 indios de
Catriel acudió a ayudar a los defensores sitiados, pero al vadear el Río Salado en el Rincón de San
Gregorio (Partido de Chascomús) fue vencido, el 22 de Enero de 1853. Los indios amigos huyeron
y el coronel fue hecho prisionero; pero pronto recobró la libertad, el grado y el cargo en Azul.
No cabe duda de que esa revolución inició un período negro de nuestra historia nacional. En
ella los indios fueron invitados una y otra vez a combatir a la parte opositora, pagándoles para que
hicieran barbaridades. Casi diría que en esa época se azuzó al jefe salinero, llenándole las manos
con dineros públicos (lo demostraremos a continuación y por las copias del Archivo de Calfucurá,
según dice el Dr. Zeballos, encontrado en la Pampa durante la expedición de Roca y Monsr. Juan
G. Durand en su libro: Namuncurá y Zeballos – Archivo del cacigazco de Salinas Grandes, Bs.As.
2006. Estaba guardado bajo secreto, en el Museo de Luján..NB. Lo que se dio a conocer, hace poco
en el Archivo del Museo de Luján, no satisfizo mis expectativas.
El coronel F. Olivencia retornó una vez más a Salinas por orden del coronel Hilario Lagos.
Partió el 25 de Enero de 1853, acompañado por siete soldados y un piquete de indios amigos de
Salinas Grandes. El 23 de Febrero comunicó desde Carhué al coronel Eugenio del Busto que,
llegado a ese punto se enteró de que "su gran amigo" (Calfucurá) hacía 16 días que había salido en
compañía de los caciques Pichún y Calvaíñ y sus indios a invadir al Azul, en venganza por la
muerte de un hijo y sobrino de Calfucurá, realizada en el mes de Marzo de 1852; que se hallaba
detenido como rehén; que tras largos parlamentos había conseguido que su lenguaraz Santiago
Avendaño le llevara estas noticias a Bahía Blanca. Le rogaba que tratara de comunicarse con
Calfucurá "amistosamente", sin ninguna clase de hostilidad para con él. Temía por su suerte.
Finalmente, pudo llegar a la Toldería General en Atreucó y de allí comunicó al coronel
Hilario Lagos, por intermedio de Francisco Blanco, quien iba acompañado del propio hijo del
cacique general Juan Calfucurá (Namuncurá), que los indios habían vuelto de su invasión a El
Sauce, Mostazas, Queuquén Salado, Tres Arroyos, Tres Lagunas, Cristiano Muerto, Pescado
Castigado y Queuquén Grande, trayendo unas 130.000 vacas y unos 30 cautivos hasta
Guayquileufú. Subrayaba Olivencia en su carta que Calfucurá aseguraba que el general Urquiza le
había enviado la orden para asolar la parte sur de la provincia de Buenos Aires y que en virtud de
aquélla, había llevado a cabo su invasión... Olivencia pedía a Hilario Lagos agasajara al cacique
blanco y al hijo de Calfucurá y entregara lo que éste había pedido para concluir el tratado de paz
propuesto por él a nombre del coronel Hilario Lagos.
Lagos le contestó el 16 de Mayo de 1853, que viviesen tranquilos, que ya mandaría lo
pedido (AGN, S.X, 18-8-1: fha. 24-7.53). Después de ese convenio que constituía
fundamentalmente la promesa de no invadir, Olivencia y Avendaño pudieron retornar a Buenos
Aires en compañía de un capitanejo y diez indios que venían con negocios. Olivencia volvió a
Salinas el 17 de Agosto. Pero, por no haber sido atendido su pedido de ascenso militar, después del
levantamiento del sitió, pasó al Ejército del general Urquiza de la Confederación. (R. Yaben,
Biografías Argentinas y Sudamericanas, T. IV, p. 246 [Olivencia]. Una señora historiadora de Bs.
Aires me dijo que tenía unas memorias del Cnel. Olivencia)
En realidad, no era fácil para Calfucurá discernir a qué bando debía apoyar, si a los militares
mismos resultó difícil esa opción. Cuando Pedro Rosas y Belgrano estaba primero de parte de
Buenos Aires, terminó adhiriendose a las órdenes del general Urquiza, primer presidente
constitucional de la Confederación Argentina. Lo mismo harán F. Olivencia y otros militares que,
como Manuel Baigorria y la tribu amiga de Coliqueo (M. Hux, Coliqueo, p. 25) fueron los más
activos agentes de Urquiza ante la "corte" del cacique general Juan Calfucurá y sus tribus
confederados hasta su cambio. Los salineros mandaban pues a sus comisiones al Palacio San José
de Concepción del Uruguay. Esto no impidió que mandaran otras comisiones a Bahía Blanca, donde
comerciaban regularmente. El coronel Francisco Pío Iturra (chileno), militar y comerciante en Bahía
Blanca,(en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca hay un legajo colección de cartas de Yturra con
los caciques Salineros) también los visitaba en sus toldos y llegó a ofrecerles hasta ayuda del
gobierno para que sus hijos pudiesen educarse en Buenos Aires. El gobierno de Paraná les había
ofrecido idénticas oportunidades que fueron aprovechadas. Por ejemplo, Namuncurá fue bautizado
en San José y Urquiza fue su padrino. (M. Gálvez en El Santíto de la toldería ed. 1967, p. 35 difiere
98
en la fecha con A. Clifton Goldney, Man. Namuncurá, ed. 1956, p. 37 y J. Cornelle. AGN, S.X, 18-
10-6)

EL GENERAL URQUIZA NOS MANDA

El general Urquiza, pues, tuvo más éxito en atraerse a Calfucurá para sus planes.
La Constitución de la Confederación Argentina, en su artículo 67, 15 les garantizaba
protección. Además la amistad de M. Baigorria, y a través de él la de los ranqueles, inclinó a
Calfucurá a pronunciarse a favor del general Urquiza y de la Confederación Argentina. En el
Archivo de Córdoba se conserva, entre otros documentos interesantes, una carta de Baigorria
dirigida al cacique Calfucurá por la cual le invita a hacer también un tratado de paz con el gobierno
de Córdoba a favor de los pueblos de la Confederación con la condición de no invadir sus pueblos,
ni unirse con ninguno de los enemigos de la Confederación o del señor presidente, el general
Urquiza, y "hacer la guerra a aquéllos" (Arch. Córd., Secc. Gobierno, T. 239. p. 88, fecha 18.7.54).
Aún antes de que aceptara esta invitación, obtó así. En Enero de 1854 invadió a 25 de Mayo (La
Tribuna, 17.1.59). Quizás quería subyugar a los indios amigos de la tribu del cacique Fco. Rondeao.
Al mismo tiempo buscó la adhesión de la numerosa tribu de Catriel. A mitad del año, atacó a los
indios de Ancalao en Bahía Blanca. El comandante de esa localidad sureña había escrito, el 4 de
Junio, a Calfucurá, que guardase la paz y traicionase a los indios ranqueles (AGN. S.X. 18-10-6).
En cambio, ahora le escribió: "Sabrás que una indiada tuya ha venido a robar a Ancalao, Lorenzo y
otros dueños. Fueron Ñanquetruz, Chocorí y chilenos, Traiqueo. Mulfinqueo y Guay Güilchi, 520
soldados y 300 güilliches. Nosotros seguimos el rastro hasta cerca de Salinas Grandes" (ib.). La
respuesta de Calfucurá, carta de siete fojas, escrita a lápiz, es un tanto altanera. Dice que "Hay
robos; me es preciso valerme de mis armas y se lo aviso. Tengo 100 capitanes, cuatro generales:
Pichún, Calvan Pichún, Huinca Nagüelcheo, y toda la gente innumerable y trece pueblos argentinos
bajo el general Urquiza. Tengo paz con el general Urquiza". (AGN, S.X, 18-10-6: fha. 15.8.54)
Esta era ya una declaración de guerra.
En el Partido de 25 de Mayo hubo invasiones bastante seguidas: En enero de 1854 y en
marzo de 1855 denunciaron los periódicos invasiones. Especialmente Calfucurá y Coliqueo
desbarataron la expedición de B. Mitre a Sierra Chica y el malón del Cnel. Laureano Díaz contra la
tribu del cacique Cachul. En 1856 se acercó otra vez un malón. Cuando los indios de Cristo y de
Lorenzo (Coliqueo) “se sublevaron”; es decir aceptaron la invitación de los emisarios de Justo José
de Urquiza y probablemente también sus “Propinas” para que se unieran a la política de la
Confederción. Una noche se ausentaron los indios amigos sin llevarse ni familias ni hacienda. Pero
el Comandante José Valdebenito confiscó sus bienes y deportó sus mujeres y niños. Esto sucitó un
largo proceso de reclamos y por ello hubo nuevos malones en 1857 y 1858.

A su vez, el comandante de Carmen de Patagones, J. Murga, alertó al gobierno de Buenos


Aires, el 25 de Junio del mismo año, sobre un ataque de indios chilenos y tehuelches y que el
cacique Yanquetruz le envió la noticia que habían venido por mandato del general Urquiza y mostró
las pruebas de tal afirmación. (AGN, ib.) . . También el comandante Rufino Victorica de 25 de
Mayo avisó al gobierno porteño, el 20 de Septiembre que Calfucurá le había avisado que, desde
hacía. 13 días, los indios ranqueles estaban en marcha para el malón. El escribiente agregó [creo
que en la oportunidad fue el capitán Millalicán]: "Que no le eche la culpa a él".ib.)

LA BATALLA DE. SIERRA CHICA (1855)

La política porteña para con los indios fue diferente a la del general Urquiza. Creían en la
posibilidad de aprovechar las hostilidades para adelantar sus fronteras y ganar terreno para "la
civilización". El 6 de Marzo de 1854 se decretó en Buenos Aires la creación del nuevo pueblo
Tapalquén y el adelantamiento de la frontera en ese sector, lo que significó para los indios de Catriel
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la expropiación de sus tierras y el desalojo por las armas (véase Catriel). El Juez de Paz de
Tapalquén y el comandante de Azul dispusieron el cumplimiento del decreto. Este 2º fue atacado y
preso por los indios amigos. Aquél informó, entonces, al gobierno que los indios pampas se habían
sublevado. El coronel Benito Machado aconsejó al general B. Mitre dar un golpe de mano a los
indios. El gobernador autorizó entonces al ministro de Guerra que era B. Mitre, que partiera, en
campaña, hacia Azul. Allí Mitre dividió el Ejército de Operaciones del Sud en dos fracciones: una,
600 hombres, al mando del coronel Laureano Díaz que debía sorprender la tribu de Manuel Cachul;
la otra, a su mando con 700 efectivos, atacaría a la tribu de Catriel.
Los partes de los días 1° y 2 de Junio de 1855 dan cuenta del hecho de armas y del fracaso
de la expedición, del aprieto que Mitre y sus tropas sufrieron el día 30 en Sierra Chica. Catriel,
con táctica premeditada, emboscó y arrinconó a Mitre en esa sierra. Entretanto, una indiada de 600
guerreros al mando de Calfucurá y de Coliqueo, liberó a la tribu de Cachul invadida por las tropas
del Cnel. Laureano. Díaz y le quitó el botín (que vendieron "con permiso" en Carmen de
Patagones); reforzaron luego a los sitiadores del ejército de Buenos Aires en Sierra Chica durante
una noche y un día. Sólo abandonando todo, hasta los 1.300 caballos, dejando encendidos sus
fogones, los soldados pudieron escapar a pie sigilosamente bajo la protección de una noche oscura.
Calfucurá dirá más tarde que esto lo había hecho sólo para salvar a los tapalqueneros, familias y
haciendas. (Arch. Mitre, XVIII, p. 123). Avendaño dice que Calfucurá quiso ocupar tierras de
Catriel, porque éste se había retirado al límite de las suyas. Ëste mandó una hábil embajada y hubo
un pacto de paz. Los representantes fueron los caciques Güengner, Pinás y Quiñé.
Los indios, envalentonados, invadieron entonces una vasta zona del Partido de Azul y Tandil
y Lobería, saquearon los campos hasta el Río Salado, "su vieja frontera". Los periódicos dicen que
hubo unos 5.000 indios en esa guerra y que sacrificaron unos 300 pobladores del Partido de Azul.
El ministro de Guerra dejó entonces bajo las órdenes del coronel Hornos el mando del
Ejército de las Operaciones del Sud, para que prosiguiera la guerra contra los indios, autorizándole
a movilizar más hombres.
Pero Calfucurá, con táctica superior, atrajo sus tropas astutamente a un guadal de Tapalqué,
junto a las Sierras de San Jacinto, y allí derrotó a su caballería, el 29 de Octubre de ese año (1855).
Hornos perdió 18 jefes, 25 soldados y tuvo 280 heridos.
Otro avance del coronel Nicanor Otamendi, en Septiembre, había terminado en un desastre.
En la estancia San Antonio de José G. de Iraola, su tropa fue sorprendida por la indiada del cacique
Llanquetruz de Carmen de Patagones y de Coliqueo, enganchado con un contingente de su tribu . El
13 de Septiembre, ésta sitió a los 185 hombres de Otamendi en un corral que debía servirles de
refugio y los masacraron después de un reñido combate. Uno solo se escapó.
Sólo en los encuentros de Chapaleufú, el 9 de Noviembre, y de Los Huesos, el 10 de
Diciembre, fueron humillados los guerreros de Calfucurá, en cuanto les quitaron alguna caballada
"recogida en sus malones".
Así afianzó Calfucurá su Confederación y se unió también a las tribus pampas de Catriel y a
los otros indios amigos de la provincia de Buenos Aires.

En esa lucha, algunos indios cayeron prisioneros de las tropas porteñás. Como el gobernador
de Buenos Aires desoyera los reclamos de los prisioneros, Calfucurá inició otra campaña para
vengarlos. Del día 13 al 15 de Febrero de 1856 lanzó otro malón formidable sobre 25 de Mayó y el
Azul y libró otra batalla contra las tropas de Hornos en la Sierra de Sotuyo. La población rural huyó
y en general se propagó el terror. Además, corrió la voz de que Calfucurá obedecía órdenes del
Presidente Urquiza. El Juez de Paz de Carmen de Patagones escribió entonces al general Mitre que
él había visto comunicaciones escritas, en las que Llanquetruz y Calfucurá eran estimulados por el
general Urquiza a manobriar sobre la frontera bonaerense. D. F. Sarmiento escribió entonces
vehementes artículos en El Nacional (Febrero de 1856): "...Calfucurá hace la guerra, cuando
quiere... Roban caballos y vacas...' Tienen mercado en Chile y se envalentonan cada vez más..."
Efectivamente, Calfucurá recibió refuerzos de su país para estas operaciones.
100
GESTIONES DE PAZ DE LOS PORTEÑOS

Ante tal situación, el gobierno de Buenos Aires optó por iniciar gestiones de paz ante el
cacique Calfucurá y ganarse con regalos a las tribus de la peligrosa Confederación. Las
negociaciones fueron largas. Calfucurá, naturalmente se excusaba diciendo que había obedecido
órdenes del general Urquiza (Arch. Mitre XV), y porque habían muerto a un hijo (Millaqueo) y a un
sobrino. Aun sobre el campo de la batalla escribió al general Hornos, el 15 de Febrero de 1856:
"...Si convenimos en las paces, me mandará usted cuatro jefes a que me den las manos": y agregó
una lista de pedidos de yeguas, ponchos, espadas, etc.
B uenos Aires debía pacificar la campaña y restar al gobierno rival de Paraná la adhesión de
las fuerzas indígenas. Calfucurá. astuto como siempre, atendió los ofrecimientos porteños y recibía
sus regalos, pero su corazón quiso ser "federal". Dejó incluso que los catrileros volvieran a celebrar
un tratado de paz que les garantizara sus tierras, concediendo, sin embargo, que un ejército de 3 000
hombres acantonara en lo que sería la ciudad de Olavarría.
No pude detectar mucha documentación sobre estas negociaciones con Calfucurá, ni sé
quién se internó en Saliñas Grandes para llevar las proposiciones porteñas de paz al jefe principal de
la Pampa. De allí, Calfucurá escribió el 6 de Mayo de 1856 al coronel Francisco Iturra con quien
solía comerciar en Bahía Blanca:
"Están hechos las paces. ¿Quién sabe si tratarán de tan buen corazón como nosotros?
Eduardo Clérici, el Mayor Baldebenítez, el Mayor Díaz o el Gobernador Obligado mañana o pasada
nos engañarán..." (Arch. Salesiano de Bahía Blanca, 6.8.56)
Al mismo tiempo, en un mensaje al Congreso Legislativo, Urquiza declaró, el 18 de Mayo
de 1856:
"Las tribus indígenas se mantienen en buena amistad con la Confederación... Pocos o ningún
hecho de su genial rapacidad tenemos que deplorar en nuestro territorio". (Clifton Goldney, M.
Namuncurá, ed. 1956, p. 38)
La frase de Calfucurá, "¿Quién sabe si tratarán de tan bueno corazón como nosotros?",
señala que Calfucurá era realista. En Febrero el caciquillo Cristo abandonó el campamento de 25 de
Mayo en vísperas del gran malón. Se decía que habían traicionado su deber, que se habían
sublevado y se les confiscó familias y haciendas. En cambio, Calfucurá opinaba: "Se les hizo feo
servir a los unitarios, cuándo Rosas y Belgrano, Lagos y Bustos estaban con la Confederación
(Arch. Urquiza, T. 124, p. 248, fecha 4.9.56). Los caciquillos Cristo y Lorenzo Gueray (Coliqueo)
incorporaron sus indios a las tropas de Calfucurá. En ocasión del malón, lo visitó Antonio Llorente
ofreciéndole a Cristo en nombre del gobierno de Buenos Aires el indulto por su abandono y 1.700 a
2.000 yeguas si llevaba la cabeza de Calfucurá (AGN, S.X, 19-4-5). En esos días se forzaba
también el tratado de paz del cacique Llanquetruz en el sur. (ib., S.X, 19.4-5)
Pero no cesaron de llegar noticias de Paraná, como ésa del 27 de Agosto de 1856: "Ayer
llegaron a Paraná dos caciques de mucha importancia. Fueron traídos desde el puerto hasta la Casa
del Gobierno en coche." (Arch. Mitre, XV, p. 210 y 213): o la del 5 de Octubre de 1856: "Salieron
del Paraná 75 indios... El Presidente les regaló 30.000 cartuchos y Olivencia fue con ellos." En el
Archivo Salesiano de Bahía Blanca hay una colección de cartas que Calfucurá dirigía al coronel
Francisco P. Iturra; algunas son comerciales y otras son noticias como la del 12 de Noviembre de
1856 en la que pedía por Levicurá dos pistolas que había mandado para arreglar y una libra de
pólvora. El mes siguiente acusa haberlos recibido. Iturra quiso aprovechar esa confianza, ya que le
decía: 'Trato de buena fe; estoy haciendo las paces con el Gobierno de Buenos Aires". "Yo no tengo
dos corazones, sino uno." (ib. 12.11.56), y mediaba por la paz.
El famoso y anciano maestro del Colegio al Norte de la Catedral de Buenos Aires, Dn.
Francisco Solano Larguía, inició otra gestión por un tratado de paz. El había acogido en su aula.
entre otros hijos de caciques, a Manuel Pastor Calfucurá, entonces de 19 años, con quien el cacique
mantenía correspondencia, a través de su escribiente, Elias Valdés Sánchez. Como Calfucurá exigía
el regreso de su hijo, quiso acompañarlo e iniciar la gestión humanitaria de liberar algunos cautivos,
entre los cuales había parientes suyos, y además bregar por el tratado de paz. Le acompañaron dos
hijos y el afamado lenguaraz de Azul, Santiago Avendaño, quien había hecho ya muchos méritos en
101
el rescate de cautivos. En el Archivo de Azul hay notas que hablan de colectas y gratificaciones de
tales gestiones. El general Manuel M. Escalada, jefe del Ejército del Sud, sucesor de Hornos, editó
un libro bajo el título “Suscripción para el rescate de cautivos, Buenos Aires, 1857”.
La comisión de Larguía llegó a Salinas y no halló a Calfucurá, porque estaba en campaña.
Por eso se retiraron unas leguas de las tolderías hasta Ñancú Huitró, donde esperaron el regreso del
cacique. Finalmente lo encontraron. El cacique se alegró grandemente por el reencuentro con su
hijo; pero antes de acceder a la entrega de cautivos, exigió la liberación de las familias del
caciquillo Cristo, apresadas en 25 de Mayo (Gálvez, El Santito de las Tolderías, 1943, p. 39). En
una carta del Juez de Paz de 25 de Mayo al de Mercedes, del 25 de octubre de 1856 nos informamos
qué pasó más tarde: "En estos momentos que es la una y cuarto de la tarde, aviso a usted que ha
llegado el Sr. Larguía, dejando a los indios a distancia de 50 leguas de este pueblo, dejando a sus
hijos cautivos en poder de Calfucurá. Su misión es pedir las familias de los indios del sublevado
Cristo en este punto, para rescatar los hijos de él. Trajo también un ciento de amenazas tanto de
Calfucurá como del sublevado Andrés. La contestación que preparo será, decirles: que vengan, que
vengan; pero que lo primero, antes de entrar en pelea, será acuchillar las familias de los prófugos.
Se espera por momentos al Gral. Hornos con 400 hombres y en el Bragado hay 1.500 hombres
reunidos, por lo que creo que no se las llevarán de balde". (Copia facilitada por G. Palombo).
Últimamente, en 2007. El Dr. Jorge Luis Rojas Lagarde publicó por la Editoril El Elefante
Blanco: “Viejito Porteño”. Un maestro en el Toldo de Calfucurá”. Es un testimonio singular, a base
de unas Memorias del maestro Francisco Solano Larguía. Amplía un librito del arquitecto
Alejandro Larguía, bisnieto del mencionado Francisco Solano Larguía, quien entregó los
manuscritos al Archivo Histórico de Sant Fe. Su librito lleva el título: 1856 En los toldos de
Calfucura; a través del diario de Francisco Larguïa.. El libro del Dr. Rojas Lagarde reune esas
Memorias y lasamplía con mucha información periodística y documentos del Archivo General de la
Nación, Bs.As. Muestra un cacique Calfucurá débil, borracho, gracioso y cruel. La historia de esa
misión del maestro Francisco Solano Larguía por afianzar la paz del Gobierno porteño con los
Salineros y el rescate de unos cautivos está expresado con un dramatismo singular. Incluye
observaciones de costumbres que él afirma había presenciado.

Las Memorias del Excautivo Santiago Avendaño, completa en algo la información que me
parece interesante. Y la transcribo de las páginas 357 y 358 de ese su libro: Habló primero de la
huída del Cacique Cristo de 25 de Mayo y su temerosa presentación a Calfucurá y de las familias
apresadas y maltratadas.
“Como he dicho antes, el 5 de Marzo de 1856 me vi con S.E. (el Gobernador Pastor
Obligado) y permanecí en su alojamiento hasta el 11 del mismo mes. En las varias entrevistas que
tuve el honor de tener con el gobernador, hablamos de los indios, particularmente de Calfucurá.
Recuerdo que él me dijo:
-El gobierno tiene actualmente a un hijo de este cacique en el Colegio de Catedral al Norte,
bajo la dirección del Sr. Dn. Francisco Larguía. Y como el tal Calfucurá no está en guerra abierta
con nosotros, pero ni en paz positiva, estamos en la creencia de que mandándole al hijo (Pastor),
acompañado de su preceptor, éste podría influir en el ánimo de su padre, para que haga la paz
efectiva. Sabemos que ya está un poco apegado al bienestar, hará lo posible para que las relaciones
sean mejores para cuando vuelva. ¿Qué le parece a usted la idea?
-Señor,- le contesté- la idea sería buena, si el pupilo fuese más capaz de apreciar lo que es la
vida civilizada, pero es muy joven aún (NB. Tenía 19 años, entonces)- y lo que es peor, siendo tan
nuevo en la educación, creo, no tuvo suficiente tiempo para haberse impregnado de los beneficios
de la paz, ni de la vida social.
-Pero el Sr. Larguía me ha dicho que se ha hecho muy apegado a nuestro lujo, que ni para
acostarse hay forma de que se desnude. Tiene que dejarlo dormir con los botines, el pantalón y
levita puestos. Quiere decir que ni para dormir se saca la ropa, porque ésta le gusta.
-Señor, le repliqué yo- bien podría ser que por apego al lujo duerma vestido, pero yo creo
que eso no es más que por pereza y no por otra cosa. Si, como dice V.E., el muchacho va a su tierra,
me aventuro a predecirle que no se acordará de lo que supo vestir, ni dará señales de pesadumbre
102
por no poder volver, porque dará preferencia al vestido conocido desde un principio, antes que a un
palacio, porque el indio no es feliz sino en su tierra.
El Sr. Gobernador me manifestó que tenía esperamnza en obtener un resultado satisfactorio,
yendo el ahijado Manuel Pastor a Salinas Grandes, acompañado de su preceptor.
Yo, por mi parte, no insistí para no contrariarle más.

En efecto, poco después del regreso del gobernador a la Capital, vimos partir al venerable
anciano, Dn. Francisco Larguía, lleno de abnegación, conduciendo a su pupilo a las Salinas
Grandes. Sea que el gobernador tomara mis palabras como vicio de contradecir, sea lo que se
quiera, no hizo caso a cuanto había dicho, con el objeto de desvanecer la misión. Un poco más
tarde, tal vez, me habría dado la razón el Dr. Obligado, si es que se acordó de mí, y se habrá
convencido de que al contrariar yo la buena idea que se había formado del padre Calfucurá y del
hijo, lo había hecho con pleno conocimiento del carácter del astuto del uno y de la absoluta
incapacidad del otro.
Todo Buenos Aires sabe qué resultado ha tenido esta misión, y esto me ahorra entrar en
detalles. El Sr. Larguía, junto con sus dos hijos, tuvieron que sufrir grandes amarguras.”

Sí, he visto algún relato más; se ha encontrado el diario del preceptor Larguía, pero no me
parece todo correcto. Nos vamos a dedicar en otro momento a verificarlo. Gálvez dice que Larguía
dejó a Manuel Pastor llorando y él volvió con una comisión enviada por el cacique Catriel, quien
desde el 25 de Octubre de ese año tenía firmado su tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires
(AGN, S.X, 19-7-3). Y Calfucurá trató de guardar una imagen buena ante ese gobierno,
devolviendo unas cautivas a través del mismo cacique Catriel (ib. 30.1.57). Calfucurá no quiso que
su hijo volviera a Buenos Aires, sino lo mandó a Paraná con una carta al general Urquiza
diciéndole: "Mando a mi hijo Manuel Pastor para que esté al lado del Sr. Presidente tres o cuatro
años", (4.9.57). Este fue un momento en que Calfucurá recibió muchas embajadas de carácter
político y por canjes de prisioneros, Especialmente los de 25 de Mayo.

ATENTO A LA POLITICA NACIONAL (1857)

A pesar de estas gestiones, el clima del Desierto continuó hostil. Las noticias de los
periódicos que llegaban hasta Salinas Grandes daban al cacique la certeza de que estaba
preparándose una guerra total. Calfucurá así lo entendió. El 4 de Febrero de 1857 escribió al general
Urquiza: "Deseo saber, si S.E. está aburrido de las guerras. Yo no estoy aburrido; todos los días me
están insultando los porteños, porque yo no quiero arreglar con ellos, esperando que S.E. nos ayude
a echar ese partido abajo" (AGN, VI, 14-1-6. T. 111, p. 61). El 26 de Marzo de 1857 cayó otro
malón sobre la zona de 25 de Mayo y de Bragado por las familias del cacique Cristo, retenidas aún.
Los vecinos elevaron entonces un urgente petitorio para que se hiciera pronto una expedición
punitiva a Salinas Grandes. (AGN, S.X. 19-8-2)
El mismo día que el cacique José María Llanquetruz selló su tratado de paz en Buenos Aires,
el nuevo gobernador porteño, Dr. Adolfo Aisina, acordó en el Consejo de Ministros (18.5.57) que
las fuerzas combinadas debían caer indefectiblemente sobre Calfucurá: las fuerzas de Bahía Blanca
y la Legión Agrícola, 535 hombres, al mando del general B. Molina, los indios de Llanquetruz y
200 hombres de Carmen de Patagones y 500 del Ejército del Sur, al mando del general Nicolás
Granada (AGN. S.VIL 14-1-13, T. 124, p. 91). De inmediato se levantaron voces de protesta, como
ésta de fecha 20 de Mayo de 1857(ib.p, 124); "Por más que hagan Mitre. Hornos, Díaz, Alvarez y
Zapiola en la Provincia de Buenos Aires, no podrán resistir la terrible invasión que prepara
Calfucurá. Hasta los indios de Catriel y Cachul tomarán parte en ella".
El general Urquiza procedió de otra manera; aprovechó la habilidad del coronel Manuel
Baigorria para ganarse a los indios ranqueles y salineros. Este, a su vez, envió a su sobrino
Apolinario, a Pichún y a Baigorrita con comisiones al general entrerriano, mientras atendía los
pedidos de los caciques, aunque pidiesen "30 tercerolas. 30 paquetes de municiones y 30 sables".
(AGN, S.VII, 14-2-3, T. 119, p.85 y 14-1-15. p. 137 y J. Maguire: Loncagüé, p. 143)
103
Hubo una breve tregua entre los caciques Coliqueo y Calfucurá. porque Baigorria había
enganchado al primero en la milicia de la frontera del sur de Córdoba y de San Luis, sustrayéndolo
así de la influencia de los salineros, de cuya Confederación había sido nombrado cacique segundo.
Pero el asunto se arregló amistosamente. (AGN, S.VII, 14-2-2, T. 123,p. 46 y T. 124, p. 248)
En todo este tiempo Calfucurá continuaba enviando cartas y comisiones al Palacio de San
José: "Cuando Coliqueo y mi hijo Namuncurá vinieron a esa, me dijeron que usted había dicho que
no tomásemos los regalos que me mandaren los de Buenos Aires; que podrían hacer daño. Yo tomé
sus consejos... Todos los días me están insultando los porteños" (ib., T. 111, p. 61). Y a Baigorria le
dice: "Soy amigo suyo y del Señor Presidente; donde mande a invadir, voy al momento" (ib. T. 124,
p. 248). Y a Baigorria agradece también, porque lo había avisado sobre lo que los porteños estaban
planeando contra él. (ib. T. 121. p. 50) Como también, porque le indicaba quiénes estaban a favor de
la política de Buenos Aires, por ejemplo, Llanquetruz de Carmen de Patagones. Efectivamente, este
mismo le escribió a Calfucurá, el 3 de Agosto de 1857,comunicándole que había hecho un tratado
de paz con el gobierno de Buenos Aíres e instándole con estas palabras: "Señor Calfucurá, ¿por qué
no hace las paces? No sea cosa que esa soberbia Dios algún día se la castigue."
Pero Calfucurá estaba comprometido con Urquiza y de él esperaba protección en caso de
que los porteños le invadiesen. (J. Maguire, Loncagüé. p. 144; carta del 21.9.57). El capitanejo
Aniqueo, que había sido apresado por Calfucurá en 1834, se hizo amigo y escribiente de Calfucurá,
llevó una carta de Calfucurá al Presidente, el Gral. J.J. de Urquiza con la fecha 1º de diciembre de
1857.

DOS EXPEDICIONES PORTEÑAS FRACASADAS (1858)

Animados por una especie de euforia, los militares de Buenos Aires querían forzar la
conquista del sur de la provincia, vencer a los indios y con ellos a Urquiza y atraerse al jefe salinero
más temido. Mientras reunían las tropas para dar un golpe a los indios, Calfucurá renovó su
coalición con las diferentes tribus aquí y allende de la Cordillera y se lanzó por adelantado al malón.
Primero el mismo dio falsas alarmas de que Coliqueo atacaría a Bragado y Cañumil a Quequén
(Monferrán, Ejército de Operaciones del Sud, p. 26). A la vez envió una comisión al Azul,
encabezada en su nombre por el cacique Nahuel Pan y el capitanejo Güenu Ante y de su segundo, el
cacique Manque Fu, el cacique Marilef y otro del cacique Caniu Milla (ib). Como Catriel
desconfiaba de la sinceridad de la comisión, no se llegó a nada positivo en el parlamento. De modo
que las dos fuerzas, la del blanco y la de los indios se buscaron y chocaron en los campos de
Quequén y Tres Arroyos, en Las Flores y en Tandil. El 27 de Octubre de 1857, el coronel
Paunero enfrentó a unos 300 indios y el coronel Conesa a 700; ambos obtuvieron ventajas, según
los partes en el Combate de Cristiano Muerto (30 de oct./57) y los vencieron en la batalla de Sol de
Mayo, denominada así por un boliche de la zona (Est Echandi). Eran unos 2.000 indios al mando
del cacique Blanquillo. El coronel Machado atacó el centro del malón, Conesa la derecha y Osorno.
la izquierda y de esta manera rescataron mucho del botín y mataron a 33 indios (Arch. Mitre, XV. p.
295/96). El coronel Paunero, que también había acudido a la batalla, escribió pocos días después al
general Mitre: "Creo que no estará usted descontento de mi campaña de diez días contra los indios y
de su feliz resultado." (ib.p.294:y La Tribuna, 20 y 22 nov/ 57 y AGN. S.X, 19-7-3)
Calfucurá. entretanto, estaba en constante relación con Urquiza y arreglaba con él los
rescates de cautivas, recibiendo por cada una, según orden del General, 150 pesos. Al coronel Iturra
escribió a Bahía Blanca. antes que Paunero publicara su parte del combate: "Salinas Grandes, el 6
de Noviembre de 1857... Supe de la derrota de Cañumil, Blanquillo y Manuel. Han ido sin orden
mía. Por los muertos yo no lo tomo mal, porque han ido a robar en las estancias de los cristianos.
Mando a Calfunao y a mi mujer que quieren pasear. Usted puede mandar a su hijo o dos cristianos a
tratar, los haré escoltar... A esa guardia no he de invadir... Quiero vivir sosegado. ¡Que no salgan los
cristianos a los indios (de la comisión) a desnudarlos, cuando salgan de la Guardia!" (Monferrán.
M., ob. cit., p. 56). No obstante, esta comisión fue detenida y despojada de sus caballos, lo que
disgustó mucho a Calfucurá.
104
En Diciembre, el ministró Alsina preparó dos operaciones: una para batir a los salineros; y
otra, para invadir a los ranqueles. Calfucurá procuró entonces hacer un frente común: quería unir a
Coliqueo y las fuerzas ranqueles a las suyas, como escribió al general Urquiza, el lº de Diciembre
de 1857: "...Aconséjemelos bien y hágales conocer que yo soy el principal a quien deben obedecer...
Aquí vienen los chilenos muchos... Si vienen los porteños a ésta, puede dentrar a Buenos Aires, sin
cuidado ninguno a esos jefes D. Pedro Rosas y a Mainquellán o Hilario Lagos... En caso de ataque,
pedimos unos 400 a 500 hombres.”(Arch.Urquiza.T. 130, p. 137).
El 15 de Diciembre, el cacique Cañumil transmitió al comandante de Bahía Blanca, N.
Fourmatín, una carta en que le decía: "Hermano, anoche he soñado que venían a invadirme. Por eso
mandé una descubierta hasta Reca Pañihilqué. No piense que van a invadir. Quentriel va hacía
Mulitas y Coliqueó hacia Bragado á explorar..." (Arch. Salesiano de Bh. Blanca). Fourmatín le
contestó de inmediato: "No hagas caso de sueños; nosotros queremos la paz... Urquiza nada tiene
que hacer con nuestras cautivas... Están bien retenidas... ¿Para qué nos bombean? ¿Seguramente
porque quieren vivir con nosotros en...'?
En señal de su buena disposición, Cañumil y Galfucurá liberaron a varias cautivas que
enviaron a Bahía Blanca y el coronel Iturra les envió en canje los retenidos de Calfucurá, pero le
habló a Calfucurá en tono un poco subido, escribiéndole:
“..Mejor la paz, que robarnos 200 mil cabezas por año.... Los cristianos somos 'montones'.
Cada día vienen más de Europa; así somos muchos y tenemos muchos recursos. Cada día
inventamos máqimias para matar gente, han de concluir mal.(ib 19.12.57). A ésta contestó Cañümil,
el 28 de diciembre:
“Tenemos buenos deseos de paz. Si quiere invadir a Calfucurá... no tiene más que pasar por
mís toldos y yo y mis indios los acompañarán" (ib.). Esto era como una profecía.

Mientras tanto, el coronel Emilio Mitre había concentrado 2.000 hombres bien pertrechados
en Médano Acha (Partido de Vedia). De állí partió el 31 de Enero a tierra ranquelina. Pero no se
enfrentaron a los indios –ni los hallaron-, sino los hostigó una sequía implacable. A duras penas
llegaron hasta Chamalcó (véase la historia del cacique Calvaín) - y volvieron diezmados, después
de haber abandonado armas y municiones. En el camino fueron vigilados continuamente sin que se
hubiesen percatado. De todo ésto fue informado el general Urquiza También Calfucurá le escribió,
el 6 de Abril de 1858: "En (el campo de) los ranqueles dejaron el armamento; casi murieron de sed."
(Arch. Urquiza. T. 140)

LA BATALLA DE PIGÜE (1858)

A Calfucurá lo invadió otra columna al mando del general N. Granada. Este había
concentrado 3.000 hombres: las divisiones de Bahía Blanca con Paunero y el Regimiento Sol de
Mayo con Machado. El 7 de Febrero, llegaron hasta Sauce Corto. Traían 7 cañones, dos obuses y
cohetería. Marchaban hacia Pigüé. Los indios de Calfucurá prevenidos, vinieron a su encuentro.
Antes de entrar en batalla, Calfucurá envió parlamentarios y cartas. Una, de fecha 15 de Febrero de
1858, decía:
"Al Señor General de la División: Amigo, he llegado a éste por saber que usted tenía a
Cañumil sitiado. He llegado con 1.500 (indios); el coronel Baigorria viene con orden del Sr.
Presidente con 200 hombres y ranqueles que llevan a Baldebenítez derrotado (en 25 de Mayo) y le
han quitado dos cañones y mucha gente.
"Yo no he inbadido al Sr. Iturra y me viene a inbadir mis campos! Han llegado ayer a ésta,
unos indios de Azul mandados por Dn. Juan Catriel, diciéndome que el Gobierno ha puesto las
mujeres de Cristo y Andrés a su disposición para mandarlas. Si usted quiere hacer las paces,
mándeme usted un parlamento sobre la marcha; con confianza puede mandarme a un hombre: yo le
doy mi palabra que no le ha de suceder nada... Juan Cálfucurá." (Publicada en El Nacional, 2.3.58)
Se despachó, entonces, a Iturra con 30 hombres. Este había tratado y comerciado con
Calfucurá desde tiempo y lo había conocido de peón (¡sic!) en la estancia del coronel Pancho Sosa,
muerto en 1836:
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A Iturra adelantó una carta en la misma fecha: "Amigo, contesto a usted diciendo que, como
usted se ha tomado la facultad de invadir mis campos, he venido con toda mi gente. Ayer llegó el
coronel Baigorria, con 200 hombres. Lencopán, Lengui Güenagüén habían ido a invadir a Bahía
Blanca. Ya he mandado a hacerlos volver... Yo le mandaré los cautivos y usted me mandará a mi
mujer. (El Nacional. 2.3.58)
Ese día 15 hubo algunas escaramuzas dirigidas por el coronel Paunero por las que mataron
cinco indios y persiguieron a los emisarios diplomáticos. Pasada la noche, ya al alba, se adelantaron
los escuadrones indígenas. "Vinieron como avalanchas, trayendo una bandera argentina"; 400, al
mando del cacique Manque Fu, atacaron ya a las cinco de la mañana e irrumpieron sobre la
izquierda: pero tras recio entrevero fueron rechazados. Luego apareció la fuerza confederada: 500 a
la orden del general Calfucurá, 500 con su lugarteniente; el cacique Manque Fu y 500 de Cañumil.
Al toque de clarín se organizaron también las fuerzas expedicionarias de Nicolás Granada: 1.608
hombres al mando del coronel Conesa y 706 de reserva. El primero hizo formar cuadro.
Los indios simularon cargas, pero desbandaban al empezar el trueno de los cañones.
Calfucurá, "jineteando festivamente", no arriesgó librar la batalla en tales condiciones y retiró a su
gente. Granada avanzó tras ellos hasta Carhué, desde donde envió un parte a Buenos Aires (AGN.
S.X. 19-9-4, el 17.II.58). Los indios, ante nuevos avances, hacían a las tropas el característico vacío,
abandonando sus toldos. Incluso la zona de Salinas Grandes fue evacuada, pues la División de
Paunero se dirigía a esa tierra misteriosa. El escribió su parte el 21 de Febrero desde el
Campamento de Los Toldos de Calfucurá, Laguna de la Cordillera, a ocho leguas al Oeste de
Salinas Grandes. En él dice de una victoriosa acción que ha arrojado desde la misma guardia al
soberbio Calfucurá. Dice también que allí ha encontrado alguna correspondencia de interés. (AGN,
S.X, 19-4-4,8 f.)
El único comentario que cabe hacer es que no hubo allí encuentro alguno y que la división,
sin orden, se retiró hacia Bahía Blanca, siendo hostigada en su retirada.
El coronel Conésa también adelantó su división hasta Quetré Huitrá (hoy General Acha) y
de allí retornó sin victoria. El 6 de Marzo escribió al ministro: "Retrocedimos, porque no había buen
agua ni pasto. Comimos sus 600 vacas y 3.000 ovejas. Hemos destruído más de 300 toldos que dan
la idea de las muchas almas que las habitaban, en una extensión de 30 leguas."
Calfucnrá comentó en seguida, el 22 de Febrero, el suceso al general Urquiza, diciéndole
que la expedición porteña había sido un fracaso, pues el general Granada paralizó su marcha ya en
Carhué (A. Urq., T. 137, p. 382). Los mejores relatos de esta expedición son de M. López Osornio
en sus Memorias y E. Monferran-Monferran en su monografía: "El.Ejército de Operaciones del Sud
y la batalla de Pigüe". 1962. p. 145 ss., quien reproduce el croquis de la marcha levantado por
Felipe Caronti, señalando también las tribus. (Mus. Hist. Nac. Nº 3490, fha. 20-7-58, 3pp.
En consecuencia. hubo un cambio en la Plana Mayor de los militares porteños: ascendieron
Machado. Rivas y Julio de Vedia,.quienes habrían de tratar en los años sucesivos con Calfucurá. Él
continuó impertérrito su vieja política, conectándose ya con el jefe de la Confederación, o
buscando el diálogo con el gobierno de Buenos Aires. Y nuevamente invadieron sus indios a
Saladillo, el 3 de Julio (AGN, S.X. 19-8-2, una narración de 20 f.). y con los ranqueles invadieron,
el 13 de Agosto, la zona de Salto y Junín (ib).
Durante esos mismos meses llegaron a Paraná grandes embajadas salineras. Y en Córdoba el
gobernador Mariano Fragueiro hizo un tratado de paz con Calfucurá firmado y fechado el 29 de
Agosto de 1858. En cambio, el.capitán Huenchuquir, pariente de Calfucurá. llegó el 26 de ese mes a
Azul, encabezando una comisión del cacique general. Solicitaba un tratado de paz con el gobierno
de Buenos Aires. En todas partes fue bien atendido. En Rosario, mientras Namuncurá, Catricurá y
Carupán y el Indio Cristo aguardaban el vapor para cruzar el Paraná, les reglaron un sello; una
especie de medalla grande para el cacique Calfucurá; regalo del artesano Santiago Caccia. Fue
reproducido muchas veces, (p. ej. en Clifton Goldney: Manuel Namuncura, p. 144). pero no
encontré carta alguna sellada con esa pieza curiosa. Incluso, alguien creyó que Calfucurá había ido
él mismo a Paraná. Tropas bonaerenses interceptaron una carta fechada en Salinas Grandes, el 6 de
Agosto y dirigida al general Urquiza, que decía: "Mi,corazón está más contento desde que la
comisión que usted ha mandado ha llegado a mis toldos. Vuelve mañana y lleva 35 cautivas del
106
Salto... Como usted bien me dice, Dn. Juan Catriel juega a dos barajas; así que me tiene enojado...
Si Granada no me pelea, iré a atacar a los pampas para hacerles ver lo que vale la lanza de los
chilenos!” -Pero agrega: "Yo; deseo hacer la paz con los de Buenos Aires por tener negocios de sal
y cueros. El Jefe de Azul me ofrece la amistad." Él también ,(Arch Mitre, XVIII, p, 123). El
cpronel Ignacio Rivas en Azul le había pagado por una cautiva (Aurelia Beltrán) y su hijo 2.500
pesos. Así, quiso hacer la paz con Buenos Aires. Urquiza, no. Pero una vez más le preguntó al Sr.
Presidente, el 4 de Noviembre de 1858, cuándo iba a atacar a Buenos Aires; (Arch. Urq.. T. 152, p.
92).

VENGANDO INJUSTICIAS Y MALONEANDO (1859)

El año 1859 estaba bajo el signo de la contienda por la Unión Nacional, es decir, la guerra
entre Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. Los dirigentes de Paraná se aprontaron
para hacer todo lo posible para incorporar a Buenas Aires a la Confederación; antes que Urquiza
dejara la presidencia. También los indios debían servir a estos intereses, como Sarmiento lo escribió
en la prensa:
"Urquiza quiere valerse de Calfucurá para incorporar a Buenos Aires". Efectivamente.
Urquiza destacó para ello a los coroneles Rosas y Belgrano, y Baigorria; el uno para que dirigiera a
los lanceros del sur; el otro, para capitaneara a los indios de Coliqueo y de los ranqueles. En tales
circunstancias, Buenos Aires no pudo esperar ya apoyo de los indios, a no ser que aquellos amigos
de Catriel en Azul y los de Chingoleo en Carmen de Patagones quisieran cumplir con los tratados
hechos con Buenas Aires.
En Febrero de 1859 corrió la noticia de Cañumil, desde Bahía Blanca hasta Buenos Aires, de
que Calfucurá estaba preparando un malón. Efectivamente, en Marzo puso a 2.000 lanceros a
disposición de Urquiza, avanzó primero sobre Saladillo (16-III-59), puso sitio luego a 25 de Mayo,a
Blanca Grande y al Fortín Arévalo (22-III) (AGN,S.X, 20-2-2, legajo que contiene un sumario de
123 fojas). El coronel Rivas salió el 19 de marzo de Azul, y el coronel González avanzó desde el
Cantón de Cruz de Guerra, sin poder imponerse al malón (González Rodríguez, Orígenes y.Crónica
Vecinal de 25, de Mayo, 1940. p. 45). Al mismo tiempo invadieron los ranqueles la zona de Rojas y
el Norte de la provincia de Buenos Aires.
El golpe principal iba a darse a Bahía Blanca. Así se desató la guerra de la Confederación
Argentina contra el Estado de Buenos Aires. Los dirigentes bonaerenses presentaron ante su Cámara
el proyecto de ley, aprobado el 5 de Mayo, por el cual se autorizó invertir hasta 20 millones de
pesos "para la guerra contra la Confederación" y en sesión del día siguiente la Cámara dictaminó
"autorizar a repeler con las armas la guerra". Mitre asumió la cartera de Guerra. La guerra, .estaba
declarada.
Y Calfucurá estaba en marcha hacia la zona de Bahía Blanca, capitaneando a 3.000 indios de
guerra. Un carretero, Agustín Mora, detectó primero, el 18 de Mayo, la presencia del malón, y
corrió al Fuerte de Bahía Blanca para dar el aviso. Al principio no se le creyó, pero luego se
organizó una débil defensa. A la madrugada siguiente, los malones cayeron súbitamente sobre las
caballadas del Ejército de Granada mismo y de Paunero, vengando así su saqueo en Salinas
Grandes. Luego entraron por todos los lados hasta dentro del pueblo. Ya ardían algunas casas y el
negocio de Francisco P. Iturra. Hubo gran pánico y espanto hasta que acudió alguna tropa de la
Colonia de los "Gringos" (Legión Militar) y juntos con los granaderos "a pie", alcanzaron a
rechazar a los invasores. Estos volvieron al campo continuando el saqueo. Entre los informes del
hecho se destacan el parte del coronel Cerri, publicado por la Imprenta Nueva Provincia en el
Album del Sesquiccntenario de Bahía Blanca, p. 13. Memoria del pintor viajero C. Pellegrini de
1859. ib. p. 31-37:. Pero ante todo Crespi Valls esforzóse por reunir toda la información y hasta
pudo interrogar algunos testigos oculares, datos que volcó en dos publicac.iones: Invasiones y
malones, 1957 y El centenario de la invasión del 19 de Mayo de 1859 (1959). También escribieron
sobre el mismo A. Lattanzio y D. Pronsato, aunque quizás no captaron el significado de esa
invasión en la perspectiva de la historia de la guerra entre la Confederación y el Estado de Buenos
Aires.
107

LA BATALLA DE CEPEDA

La Legislatura Federal autorizó el 20 de Mayo al Poder Ejecutivo Nacional a que resolviese


la cuestión de la integridad nacional "por medio de negociaciones pacíficas o de la guerra." (B.
Bosch, Urquiza y su tiempo, p. 476 y p. 478). Este malón ya estaba en el plan general de la guerra.
El gobierno de Buenos Aires quiso entonces comprometer a lo menos a los indios de Catriel
para que defendiesen ese flanco del sur "en la presente guerra. Le mandó 80.000 pesos, armamentos
y honores" (AGN. S.X. 20-2-2). Los agentes del general Urquiza le ofrecieron el doble en sueldos, a
más de casacas, pantalones y aperos y 3.000 banderitas punzó para sus lanzas. (AGN, S.VII, 14-4-1,
T. 157)
Acompañado por el coronel F. Olivencía, Calfucurá "cumplió otra misión" en Cruz de
Guerra. El 25 de Agosto, 1.000 indios y 500 cristianos se acercaban desde La Verde a 25 de Mayo,
estableciendo un nuevo sitio. Parlamentaron, entregaron al comandante González una carta para
convencerle que no hiciera resistencia, porque ellos (4:000) venían en nombre del presidente
Urquiza y no iban a robar ni a matar (Arch. del Juzgado de Paz de Bragado y Moya, Contribución a
la historia de Bragado. p. 95). Otra carta del Cacique Andrés dirigida al Sr. Presidente, decía: "Señor
Presidente, he llegado a este punto con el General Calfacurá y el Cnel. Olivencia y el Sr. Gral.
Olmos. Todos nos han recibido bien. No le ha faltado nada a nadie. No han robado hacienda alguna.
Caballos que han agarrado los hizo entregar al Sr. Cnel. Dn. Justo Manquellán. Mi familia se halla
(aun) la mitad en Buenos Aires y espero de V.E. me la haga entregar."
Llama la atención la débil resistencia opuesta; seguramente faltaba unidad y comunicac.ión
en el Sur. Calfucurá estaba aun en campaña, cuando 500 ranqueles, los borogas de Coliqueo y el
coronel Manuel Baigorria y su fuerza avanzaron hacia Melincué, acercándose a la frontera Norte de
Buenos Aires. El 22 de Septiembre sitiaron el Fortín Mercedes (hoy Colón) y rindieron su
guarnición y prendieron fuego al establecimiento, como prolegómeno de la batalla de Cepeda
(AGN, S.X, 20-2-2). Calfucurá avanzaba al pié de la Sierra de la Ventana hacia el Sauce Corto,
donde incorporó parte de las tribus de Catriel.
El 23 de Octubre chocaron las tropas de Mitre y las de Urquiza en la batalla de Cepeda, de
la cual salió vencido el ejército porteño. Urquiza avanzó con alguna tropa hacia Buenos Aires,
mientras el coronel Rosas y Belgrano marchaba con algún contingente a ocupar el sur bonaerense
con sede en Azul, reemplazando al comandante porteño N. Ocampo. El día 10 de noviembre había
entrado en Azul.
Los ranqueles y Coliqueo regresaron del campo de la batalla de Cepeda, no sin saquear
algunos establecimientos en el camino (p.ej. el 28 de Octubre, en Rojas). Los indios de Calfucurá se
acercaron por tercera vez a 25 de Mayo. Desde el campamento del Médano Partido del partido de 9
de Julio, los pobladores fueron avisados de la novedad. Entre ellos se produjo tal pánico que
muchos se echaron a la fuga. Entonces el buen cura párroco presbítero Francisco Bibolini ofrecióse
a entrevistarse con el temible cacique. Desplegando una bandera blanca se acercó con algún
acompañante al campamento de Calfucurá y sus indios, en la laguna que desde entonces se llama
"del Cura". Calfucurá lo adtnitió en su presencia y le dio como intérprete a un cristiano de origen
asturiano y al joven Santiago Sopata de la Guardia de Montes, ahijado de Doña Manuelita Rosas,
ambos apreciados por Calfucurá.
El cura trató de convencerle al cac."Cura" de que, por Dios, no hiciera daño alguno a los
pobladores de su pueblo. Calfucurá le respondió primero que quería incendiarlo y arrasarlo por lo
que habían hecho con las indias de Cristo, Andrés y Lorenzo y que allí estaban presentes Abrego,
Islas Basabe, sus enemigos personales. Pero finalmente, cuando el sacerdote prometiera recibirlos
bien y obsequiarlos, el cacique aceptó diciéndole que venía a ocupar el sitio en nombre del
Presidente Urquiza, junto con Olivencia. El cura pudo, entonces, asegurarle que, desde dos días,
habíanse sometido al Gobierno nacional en un acto público. (AGN, VII, 14-5-14, T. 187, p. 76. Más
detalles en G. Bruno, Historia de la Iglesia en la Argentina, T.X,p.283s)
Efectivamente, el 29 de Mayo de 1859, Calfucurá entró en 25 de Mayo con una nutrida
comisión o escolta y fueron obsequiados por los pobladores con ropa, dinero, tabaco y aguardiente.
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El cacique se hospedó en la casa parroquial y comió con el cura en la misma mesa; lo que el
sacerdote festejó con estos curiosos versos: "El gran cacique emperador de todas las pampas
argentinas vino con tres damas de la corte de las Salinas Grandes que lo acompañaban y los
capitanejos fueron obsequiados con chocolate, tortas fritas y cominillos. El placer que demostraban
Calfucurá y los capitanejos nunca a probar alcanzaron ni Salomón ni todos los Cresos. Daba gusto
ver a los indios lamberse los labios y los dedos, las fuentes dejándolas limpias como patenas o
espejos." (González Rodríguez, 25 de Mayo, p. 46).Y el mismo cura informó: “El presbítero señor
Bibolini cumple su promesa, empleando más de cuarenta mil pesos de su capital propio en regalos a
los salvajes, salvando así a este pueblo y sus habitanmtes del incendio, del saqueo y de asesinatos”
El sacerdote editó más tarde un largo poema sobre la "Entrada del Cacique Calfucurá al pueblo 25
de Mayo" bajo el seudónimo "El Pampero" (Buenos Aires, 1884) En el Museo del Indio de Los
Toldos tenemos un ejemplar firmado por él.
Cito algunos versos porque pueden aportar ciertos rasgos de la fisonomía de Calfucurá:

"Chiripá y calzoncillos "¿Cómo estás, curita?"


Vestía el gran General. De Indio la voz gritó:
Botas potros, centillos Calvucurá visita
Por la muerte Federal. hacerte a bien tomó.

— Pañuelo colorado — Mostróse cariñoso


la melena firmaba, Estrechando mi mano
En derredor ligado, Mi espíritu reanimó.
Federación, llamaba. Por el buen asturiano
éstas palabras soltó:
— Pupilas centelleantes
De sangre embriagadas.., "De los cristianos soy amigo,
Para defender estoy
— Semblante arrugado Indios traigo conmigo
de bronce como color, La paz buscando voy...
Altamente achatado
Creces daba al terror... A Salvages Unitarios
Toditos degollaré
—Labios gruesos... A todos mis contrarios,
Pómulos tan pasmosos Quien soy yo, enseñaré..."
Visto no he en (mi) vida.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Otro pasaje es éste: Y ya amansado el cacique
“De ti, mi amigo cura hacia la plaza marchando
habló bien el ayudante, indiada (de) Calvucurá,
siempre mucha finura seis de la tarde dando
hacia los indios usaste apeóse a lo del cura

Este episodio fue evocado por un pintor anónimo en una preciosa litografía que está en el
Museo Histórico Nacional y fue publicado por John Maguire en Loncagüé.
El día 11 de Noviembre, Buenos Aires se sometió a Urquiza e integró la Confederación
Argentina por el Pacto de Flores. Ese mismo día el coronel Olivencia entró en Azul a la cabeza de la
indiada de Calfucurá a quienes hasta entonces "había distraído y retenido a las fuerzas norteñas",
mientras Urquiza avanzaba contra Buenos Aires. Pocos días antes, habían asolado el Fuerte
Esperanza (hoy Gral. Alvear. cf. R. R. Capdevilla, El Fortín Esperanza y el pueblo y Partido de
General Alvear. Tapalquén, 1968). Los indios traían un inmenso arreo.
Ante la llegada de Olivencia y los indios, el pueblo de Azul y el mismo coronel Pedro Rosas
y Belgrano se sorprendieron, porque la plaza estaba ya rendida a la Confederación Argentina.
109
Calfucurá con su gente, esta vez, se presentó “a parlamentar y ponerse a las órdenes del que en él
hubiese. Todo en el mayor orden y dando vítores a Urquiza . 14-5-16, leg 189 f.200 Rosas y
Belgrano a Benjamín Victorica 14.11. 1859). N. Ocampo logró enfrentarlo y tomar preso a
Olivencia. Poco después Rosas y Belgrano fue también suplantado por el general Flores por orden
del Sr. Presidente, lo cual aquél acató. No hay noticias de que los indios hayan hecho desmanes en
el poblado: con todo, se llevaron su rico botín. Sin embargo, Calfucurá habría echado con gusto a
todo poblador que había entrado en el territorio indio.
El 15 de Noviembre hubo todavía un episodio en Azul: Rosas y Belgrano quiso imponerse a
Juan N. Linares nombrado nuevo comandante de la plaza, en reemplazo del comandante Machado.
Al tener noticia de que éste se avecinaba con buenas tropas, aquél abandonó el pueblo “amenazando
publicamente a la población diciendo, que volvería con 100 cristianos y 500 indios para someter y
escarmentar al único pueblo rebelde, que desconocía al gobierno de la Confederación Argentina. El
17, pues. llegó el coronel Machado y el 18, una comisión de vecinos fue al campamento de Linares,
comunicándole que podía entrar con los cristianos. Al llegar con el Indio Cristo a caballo a la Plaza,
nombró al nuevo Juez de Paz y proclamó que por orden de Dn. Pedro Rosas y Belgrano debían
perseguir al coronel Machado. Cuando quisieron verificarlo con la fuerza cristiana y los indios de
Calfucurá, éstas se desbandaron en pequeñas partidas y no hicieron otra cosa que arriar hacienda
vacuna y yeguariza del Partido. Linares se marchó a Tandil, cambió las autoridades y exigió la
entrega de los dineros públicos; (el 1° de nov./59). Ante la resistencia del pueblo y la proximidad de
Machado, abandonó la población y Machado pudo restituir las autoridades. Pero el episodio costó al
partido la pérdida de unos 17.000 animales, (R. R. Capdevilla. Rosas y Belgrano, 1973, p. 162)
Fueron los últimos coletazos de la guerra que libró la Confederación Argentina por la unidad
nacional.

CALFUCURÁ ENTRE DUDAS Y LA NUEVA GUERRA (1861)

Al fin, también Calfucurá reconoció el Pacto de Flores y retor nó a Salinas Grandes: o más
exactamente, unas leguas más allá al Sudoeste. Siguió atento
a todos los acontecimientos políticos, tanto en la Confederación unificada, como entre las tribus de
aquí y allende de los Andes. Parecía que el elegido como nuevo Presidente, Dr. Santiago Derqui. no
era de su devoción. También celaba la actuación de Coliqueo. Por eso mantenía aún a 200 indios de
Reuquecurá en Salinas Grandes y renovó con nuevos regalos las alianzas con los indios chilenos.
He procurado averiguar, si Calfucurá tuvo contactos con el aventurero francés Antoine Orellie,
abogado de 30 años que llegó a afincarse entre los araucanos y logró proclamarse "Rey de la
Araucanía y de la Patagonia", a lo menos por un año, estableciéndose en Truf Truf, tierras del
cacique Quilapán. (Véase Quilapán). No tuvo contacto con Salinas Grandes.
Calfucurá inició relaciones diplomáticas con el coronel Ignacio Rivas y el coronel
Bartolomé Mitre. Aquél le aconsejó hacer por intermedio suyo un tratado de paz y Mitre le enumera
los cautivos.que ha devuelto al Azul y a los indios de Catriel (Arch. Mitre, XXII, p. 39 y 49),
naturalmente no sin haber recibido buenas gratificac.iones. Calfucurá estaba bien informado de los
nuevos incidentes en las provincias de Córdoba. San Juan y Mendoza. Se hizo leer las noticias
periodísticas de Buenos Aires y del Paraná y pudo escribir a su "compadre", el general Rivas: "...Si
Derqui y Urquiza han hecho la paz. ¿porqué pelean como muchachos mal educados?". (AGN, S.X,
20-4-6, del 20.9.60)
También supo que lo espiaban con desconfianza, porque de Chile se había cursado la noticia
de que Calfucurá invitaba a indios chilenos a un malón sobre Carmen de Patagones (AEM Nº
564).Los militares tenían estudiado con exactitud el camino y las aguadas desde Bahía Blanca hasta
sus toldos: Bahía Blanca - Leufucó - Maricó -Maillecó - Salinas - Atreucó y laguna Ñanculuché
(Memorias del coronel A. Osornio). Sabían que tenían 1.000 indios y algunas cautivas cristianas.
(AGN. S.X, 20-7-1: 5.2.61)
Emisarios de Buenos Aires y de Paraná volvieron a llevarle dinero y ésto debió complacer y
hasta engañar a unos y a otros. En una carta del 9 de Marzo de 1861 dirigida al general Urquiza dice
que había recibido noticias de él y de Santiago Derqui por F. Olivencía. "Bartolomé Mitre y Buenos
110
Aires quieren agarrarme y Rivas y Machado dicen que cuando me agarren, Calfucurá verá a donde
irá a parar [...] Pueden venir a ver si me agarran. Nunca me han de agarrar; nunca. También oí que
Coliqueo está en pacto con el Gobierno de Buenos Aires. Creo que está por jugar traición: será para
hacerme agarrar. Rivas y Machado habían querido jugar traición a Catriel, porque habían sabido que
estaba en amistad conmigo. Machado reunió a 2.000 hombres y Rivas a otros 2.000. Amigos
federales le avisaron y Catriel hizo sus preparativos para defenderse. Rivas. al saberlo, dijo: Estos
"puneteros" indios han sabido nuestro intento. Es preciso hacerles la paz. Catriel juró amistad a
federales.
"A mí también querían embromar como (a) chiquito: ellos creen que yo soy un zonzo; pero
soy más fino que ellos, que no me engañarán así no más. El coronel Rivas, bajo sus tratados de paz,
me quiere engañar para poder agarrarme o correrme; pero es más fácil que yo le engañe y lo corra.
Nos.cscribimos de vez en cuando.
“Deseo saber si usted recibió mis cartas..."
Cartas como ésta. son cada vez más frecuentes.
Un mes más tarde, el 22 de Abril de 1861, volvió a escribir al general Urquiza, justificando
su conducta, a veces ambigua. Son siete fojas (Arch. Urq., T. 224, p. 118s). Entre otras cosas, le
dice: "...Usted tiene muchos enemigos en Buenos Aires. Usted es federal, lo mismo que yo. A usted
no he de falsear. Si yo me doy ahora con los porteños, no es de corazón; tengo sangre colorada
federal, no como los porteños que hasta las puertas las tienen verdes y azules. Usted también tiene
amigos en Buenos Aires. Me mandaron regalos (frioleras). Si usted quiere, le ayudaré. Baigorria me
manda a decir que no invadiese, porque usted estaba en tratos. Obedecí y por eso pido permiso para
tratar con los de Buenos Aires.
"Voy a mandar chasques a Mitre. pediré raciones para Cañumil, Quentriel. Pinas y
Mainquevas, si no invaden. Se dirá que el Gral., Urquiza ha enviado a Calfucurá. Mandaré a mi hijo
Namuncurá... Tiempo pasado vino mi hermano de Chile con 2.000 para visitarme e invadir. Yo no le
di permiso, porque estaba en tratado de paz. El, enfadado dijo: Ustedes siempre están en tratados..."
(AGN. S.X. 15-1-13, T. 221, pág.147).
Si bien estas cartas son escritas por escribiente pago, eran dictadas por el cacique, quien de
sí decía: "Ahora soy ya hombre de edad y he adquirido mucha experiencia... Envíele a mi hijo
Pastor que está a su lado y a Namuncurá para que se hagan experiencia, que se hagan hombres".
Tanta es la familiaridad con el general Urquiza.
Pero también, casi al mismo tiempo, despachó cartas a los jefes porteños: a Rivas, Conesa,
Navarro y Hornos, los que normalmente llegaron a las manos del general B. Mitre. En una de ellas
decía: “Hemos de vivir en armonía y que la paz que hemos hecho, ha de ser duradera." (Arch.
Mitre, XXII, p. 11). En cambio, el general Gelly y Obes le comentó sobre la misma al general
Mitre: "Por las adjuntas de Calfucurá, ...recibidas ayer, verá que con sacrificios de pesos podemos
asegurar la frontera o cuando menos ganar tiempo hasta estar en otro estado."
Creo que es bueno que conozcamos un poco los trasfondos de las acciones de aquellos años.
Calfucurá, de nuevo, en otra decía que en el parlamento (los indios) se mostraron contentos
por hacer la paz. Por eso mandó una comisión importante, encabezada por el cacique Huenchuquir,
el mayor Andrés, Llanqimán,. Pinas y Cayuqueo, Pichipuel, Marilán y Ciríaco que era su hijo (ib. p.
16). También quiere explicar su conducta anterior, sus malones: "Nunca he ido a invadir por mi
orden, sino porque el Señor Presidente Urquiza me lo ha ordenado..." (ib. p. 14)
El ministro Andrés Gelly y Obes quiso acercársele en persona y llegó hasta Azul, el día lº de
Mayo de 1861. Quiso conversar con las comisiones de Calfucurá y con el cacique Catriel, pues
Buenos Aires tenía mucho interés en atraerse finalmente a esas tribus o quitarlas a la influencia de
Paraná, pues los acontecimientos políticos hacían prever un nuevo enfrentamiento entre las tropas
bonaerenses y los ejércitos del interior. '
Esto se lo dijo el general Juan E. Pedernera claramente con fecha del 12 de Junio de 1861.
La carta ha sido publicada y fotocopiada como parte de la colección privada de John W. Maguire en
su libro Loncügüé (págs. 146/47):
"Señor General Dn. Juan Calfucurá:
111
Estimado amigo y compañero: Me ha sido entregada por mano de su hijo, el coronel
Olivencia, la que fue conducida por su hemano Gabriel y su hijo Gorosito. Ellos pasaron a verse
con el Capitán General en su campo de San José: los que le llevan cartas y algunas órdenes para
usted de su hermano, el Capitán General Urquiza.
Estamos ya reuniendo nosotros un gran ejército, para echar para siempre de Buenos Aires a
los malos porteños y traidores que quieren de nuevo volver a la guerra, faltando a todos los
compromisos que tenían con-la Nación y con el general Urquiza y queriendo traicionar a nuestros
hermanos y amigos, los Yndios; por eso es que hoy los llaman a usted a la par y les ofrecen y les
llenan de grandes regalos, para después matarlos con el puñal o con el veneno, pues ellos no se
paran para sus traiciones, matan de todos modos. Así es preciso que ustedes estén prontos para que
en el momento que Olivencia les dé nuestras órdenes, les den ustedes el más pronto cumplimiento,
pues él las recibirá de nosotros y del Señor Capitán General Urquiza... Le recomiendo mucho, no se
fíe de los regalos que le están haciendo los porteños, pues usted sabe que estos hombres de Buenos
Aires son muy traidores... Le recomiendo al Coronel Olivencia y al Mayor Cristo..."

Por un fragmento de carta publicado en el mismo libro, nos informamos que Calfucurá
comunicó inteligentemente estas noticias a cierto jefe porteño; no sé si lo hizo como táctica
ordenada o para mantener la apariencia de cierta neutralidad, diciendo: “Querido hermano: esto que
te digo no son lisonjas ni mentiras; porque yo no trato de- engañar ni a usted ni a su Gobierno. Por
eso lo aviso para que usted avise a su Gobierno y que él vea lo que tiene que hacer... Después que
marchó mi hijo Millacurá adonde usted, llegaron un hijo mío y un hermano mío del Río Cuarto de
chasque y por ellos supe todo lo que le digo y me han dicho que de todas las provincias, como ser
de Mendoza, de San Luis, de Córdoba, de Tucumán y, en fin, de todas partes de a dos mil, de a tres
mil, de a cuatro mil, se vienen a reunir con el Ejército y del Paraguay también le prestan fuerzas y
hasta el Francés y el Inglés lo protegen a Urquiza. Y también me han dicho que de la gente de mi
compadre Rivas... se están pasando (a) las avanzadas de Urquiza; así, de ese modo creo que Urquiza
ganará la acción. Ustedes creen que no... pero le viene gente de toda parte como la langosta...
Olivencia no me ha mandado decir nada que los vaya a ayudar, porque me manda a decir que tiene
gente de sobra para combatir (a) los porteños... Reciba mis afectuosos recuerdos. Juan Calfucurá."
Es posible que esta carta haya sido escrita para el comandante I. Rivas, de Azul, o para el
comandante J. O. Llano, de Bahía Blanca. Este último solicitó, el 15 de Junio de 1861, autorización
para entablar nuevas relaciones comerciales con Salinas Grandes, porque se trataba de algo vital
para ellos. (AGN,, S.X, 20-7-1)

LA BATALLA DE PAVON Y DESPUES...

En Julio, el coronel Manuel Baigorria, comandante de la frontera sur de Córdoba, y su


Regimiento 7º se sublevó en la frontera de Río Cuarto y llevó consigo a los indígenas del cacique
Ignacio Coliqueo para incorporarlos al Ejército porteño que se estaba reuniendo en Rojas.
Efectivamente, los llevó hasta la batalla de Pavón. (Hux, M., Coliqueo, Cap. VII y VIII)
Este hecho impresionó a Calfucurá hondamente; lo expresa en varias cartas (p.ej.. AGN,
S.X, 20-7-2.fha.9.8.61)
Al mismo tiempo le llovían regalos de los porteños para comprometerlo con Buenos Aires y
les pudo pedir lo que quería. Hasta pidió una guitarra y cuerdas para su hijo (15.7.61) y "polvos
centarios para conquistar una chinita” (ib. 30.8.61). He visto cuentas por regalos para Calfucurá; por
ej., el 8 de Agosto $ 3.988 y $ 45.126... El 19 de Agosto mandó una vez más una comisión para
buscar en Azul 500 yeguas y para pedir,- como decía la carta de presentación,- 20 cuchillos (AGN,
S. X, 20-7-2). En otra carta de 10 fojas dio cuenta del reparto de los regalos y expresó su
agradecimiento que finalmente habían firmado un tratado de paz, de manera que hubo gran júbilo y
baile para dar gracias a Dios por la paz (ib, S.X. 20-7-1: 28.8.61 y 20.7-20). Hasta el momento no
he encontrado ningún contrato de esa fecha, como tampoco encontré el que firmara el gobierno de
Buenos Aires con Coliqueo. No han sido archivados.
112
Otros documentos más hablan de regalos: $ 37.264, el 12 de Septiembre y $9.770 el 29 del
mismo mes.
Y así Calfucurá no intervino en la contienda de Pavón, la que el 17 de Septiembre llegó a
favorecer al Ejército del general Bartolomé Mitre, más porque Urquiza, quien se había manifestado
contrario a la nueva guerra, abandonó el mismo día de la batalla el campo del encuentro. Olivencia
y Cristo debían buscar a Calfucurá y a sus indios, a principio de Septiembre, pero no los hallaron,
como dice él mismo en una carta dirigida el 22 de Septiembre al coronel Navarro: "No llegaron. Sí,
vino un capitán del cacique Cristo y dijo que Urquiza se había marchado". ¡Qué rapidez para
enterarse! Y en la época de Calfucurá no había teléfono ni telégrafo.
El Comandante Militar Juan Noguera de 25 de Mayo escribió al Comandante Militar de
Bragado, Fabián González, el 2 de Octubre de 1861, que dos cautivos habían escapado de los indios
y decían que Calfucurá con 1000 indios se hallaba en la laguna Cabeza dde Buey (Part. Bolívar),
sólo esperaba la incorporación de Olivencia y Cristo para invadir, que él concentraba sus milicias en
Fuerte Cruz de la Guerra.
El encuentro no se dio.

El general Mitre, aprovechando la ventaja obtenida en Pavón, quiso efectuar finalmente la


anhelada unión nacional y para esto envió al general Wenceslao Paunero y tropa para "pacificar"
al interior.
Allí empieza otro capítulo en la historia argentina. Los indios ranqueles adhirieron por años
a la resistencia federal, apoyaron a la montonera.
¿Y Calfucurá? Será siempre una incógnita, aunque de nuevo haya afirmado su voluntad de
mantener la paz. Lo dice en una carta dirigida al coronel Iturra de Bahía Blanca (AGN, S.X, 20-7-
2,3.10.61) y lo dijo a una comisión que envió al mismo comandante: "Usted bien sabe que yo no sé
mentir y que he dado la palabra de fidelidad de todo mi corazón y que me crean que nunca he de
faltar a ella, querido sobrino (manera de expresarse el indio). También le digo a usted que debe de
amar a su familia, su casa. su tienda y bienestar. Pues yo también quiero a mi familia y mi campo,
porque me he criado en él. Que conozco los desastres que nos trae la guerra, y por eso también
deseo la paz, porque con la paz todo el mundo prospera..." (Arch. Salesiano, Bh. Blanca)
Al comandante J. O. Llanos le escribió en la misma fecha que los ranqueles seguían
luchando con Saa y que Urquiza había ordenado no invadir Tandil, ni Azul, ni Bahía Blanca, pero
sí, la Federación (Junín).; (Arch: Salesiano, Bh. Blanca)
Al coronel N. Ocampo en Azul escribió.' "Amigó. Observo que los de Buenos Aires
persiguen mucho a los de Urquiza. Yo no sé por qué los persiguen tanto a los de Buenos Aires. Hace
cinco años que lo presencio. No lo comprendo. No he de meterme... Mandaré 200 hombres, pero no
a pelear contra Buenos Aires. Voy a defender al pueblo de Azul, porque nos viste, nos da de comer y
de beber... (ib. 2.10.61)
Pocos días después avisa al comandante O. Llanos que los ranqueles se movían con Saa
hacia Mulitas (25 de Mayo). Efectivamente, allí se produjo una invasión de montoneros que sitiaron
al pueblo, que tantas veces había sido castigado (Arch. Mitre, IX. p. 212). Calfucurá movió
entonces a l.000 indios hacia Cabeza de Buey (Partido de Bolívar); y pasó por Sauce Grande (ib.1 y
2 XII. 61).Algunos cristianos decían que Calfucurá venía invadiendo. Calfucurá, sí, estaba envuelto
en la política nacional. El era guerrero y asimismo era diplomático"

1862 a 1864 TRATA DE VIVIR EN RESPETUOSA PAZ

Mientras los ranqueles se comprometían con alma y vida con la resistencia federal o de los
montoneros contra el avance del Ejército nacional, Calfucurá recibía raciones mensuales, como lo
prueban varias notas depositadas en el Archivo del Estado Mayor (p.ej. el 17 de Enero, el 17 y 1º de
Febrero de 1862.). Calfucurá avisaba; conforme el texto del tratado, cuando se movían los ranqueles
o aun los chilenos para invadir (por ej.. Ib. 11.6 y 20.7.62); pero luego avisaba también cuando se
habían retirado. En una carta dirigida al comandante Sánchez con fecha 2 de Junio (ib. Doc. 1767),
113
agradece las raciones y hace ver que después de haber repartido todo, él nada reservaba para su
tienda, porque había sido poco para repartir.
En otra carta protesta, porque en Carmen de Patagones hayan muerto a 16 tehuelches que
habían vuelto, después de haber comerciado en Salinas Grandes (ib. Doc. 597). Se disculpa, cuando
unos indios duranrte su boleada habían robado animales. "¿Qué hago yo, cuando de esa boleada
vive mi gente? Allí entre los cristianos hay muchos ladrones y se mandan a mudar. Así tengo
ladrones entre mi gente. Hice averiguaciones... Que los agarren, cuando vayan a la Guardia y los
pongan presos. ¿Qué más quiero yo?" (ib. Doc.1767).
En Agosto volvió Rivas a la comandancia de Azul. Inició una nueva relación con Calfucurá,
que me atrevo a llamar "como entre dos zorros". Ninguno quiso quedárse corto, como veremos,
pero habrá mucho que no sabremos. Calfucurá lo visitó allí, como deducimos de su nota del 1º de
Septiembre (ib.). Dejó pues en Azul a su hijo Reumay, en señal de su confianza. En Octubre estuvo
el hermano Quentriel por cuestión de raciones; (ib.).
Calfucurá no se opuso, cuando su cuñado, el cacique Cañumil quiso salir de la zona salinera
para vivir más cerca de Bahía Blanca. Este. pues. había solicitado un tratado de paz propio y el
permiso de ubicarse, como Coliqueo y Ancalao cerca de los cristianos en el Arroyo Frías (del Agua
Fría), a 30 leguas de Bahía Blanca, pedido que le fue concedido, (ib. 26.8 y 10.11.62).
Cuando, en Noviembre, el coronel Julio de Vedia organizó una expedición contra los
ranqueles, Calfucurá no tardó en saberlo. Se inquietó especialmente porque supo que la tribu de
Coliqueo había sido enganchada (M. Hux. Coliqueo. Cap. XI). Calfucurá. entonces, hizo difundir
que preparaba una fuerte invasión y que veinte caciques habíanse reunido con él. Además, envió
unos 400 indios, en combinación con el cacique ranquel Epugner Rosas a recorrer los campos para
"bombear" los movimientos de esa expedición esperada. Aún desconfiaba de Coliqueo. Emilio
Mitre, comprometido también en esa expedición combinada, escribió entonces: "Los malditos
chilenos tuvieron informes sobre nuestros planes y en grupos de a 40 o 50 vinieron a husmear y
bombearnos". Llegaron hasta 25 de Mayo (donde estaba la tribu de Rondeao). a Olascoaga (tribu de
Melinao) y cérea de la Tapera de Díaz (tribu de Coliqueo): pero fueron advertidos y corridos (M.
Hux, Coliqueo. p. 70). Calfucurá. sin embargo, se abstuvo de intervenir durante esa campaña.
Quizás se alegraba de que ella no hubiera resultado del todo exitosa. "No avancé, cuando invadieron
a los ranqueles. Estaba bien hecho, porque no quieren vivir en paz", escribió. Calfucurá,
carteándose con el presidente Mitre, se atreve a acusar al coronel Rivas de ladrón de sus raciones y
de prepotente, porque quería ocupar las tierras de Olavarría y Blanca Grande, desplazando a los
indios de Catriel (Arch. Mitre. XXIV, p. 9 y 83; Arch. Est. Mayor. Nº 2154). El 1º de Marzo envió
a sus hijos Reumay y Blanco con una comisión de 30 indios al comandante José O. Llano para
renovarle la promesa de mantener la paz y de no disgustar al Gobierno. Hasta le hizo mostrar una
carta que había recibido del presidente. Le concede que había habido raterías, de las que no se le
podían culpar.
El 2 de abril escribió desde Chilué al cacique Andrés Ancalaó: "Querido pariente: Deséole
buena salud al lado de su padre... Allí está mi hijo Reumay... Vino Pedro Rosas (y Belgrano) a
avisar que a Juan Catriel le han comprado con dinero (¿para hacerme la guerra?). No me importa.
Estoy aquí con toda mi fuerza cumpliendo con el Sr. Presidente Mitre mi buena fe y palabra que
tengo dada y no seré falso en mis tratados, que yo tengo hechos con él. Muchos hay que quieren
robar y no les puedo dominar... No me moví para nada de mis toldos, cuando vino el cacique
Coliqueo (a la pampa). Con él somos amigos, como soy amigo con Ancalao. Todos somos vestidos
de carne humana". Después se queja de Rivas y de otros cristianos, diciendo: "Pongo en
conocimiento del Gobierno que muchos nos dan mal trato; nos miran como a perros en estos
pueblos" (Arch. Est. Mayor. Nº 2197, fha..2.4.63). Pocos días después reclamó por el
incumplimiento del tratado, (ib. 19.4.63)
Casi al mismo tiempo escribió el coronel Rivas desde Azul al general B. Mitre: "Los que
robaron en el Arroyo de los Gauchos, fueron de Calfucurá... ya es intolerable la conducta de este
indio ileal. Ya hablé con Chipitruz para operar sobro ellos. Están dispuestos". Y más tarde, el 21 de
mayo, le volvió a escribir: "...Estamos amagados por otra invasión del amigo Calfucurá. Otra,
114
porque hace 15 días, hicieron una a Tres Arroyos, e hicieron buen robo (ib.). Calfucurá me desligó
de la acusación, diciendo que habían sido ranqueles quienes habían invadido.

Entre las muchas cartas que Calfucurá dirigía al Presidente, quiero destacar la del 6 de Julio
de 1863 (Arch. Mttre, XXÍVI,,,p. 92), en, la que le dice: "Soy un hombre que tengo muchos años y
cargado de famila y no quiero quedar mal con usted. ni con sus jefes... Viviremos en paz. Yo no soy
de este campo, pues yo bajé (de la Cordillera) cuando el Gobernador me mandó llamar... yo sólo
estoy aquí, porque vivimos en paz. Al Gral. Urquiza dos veces he acompañado (en la guerra). Yo no
he hecho estragos en personas ni he muerto a.nadie;.. ayudo sujetando a los malos..."
Y Calfucurá seguía recibiendo raciones, y pedía que se las entregasen por la comandancia de
Bahía Blanca (Arch. Est Mayor 15.10.63 y 7.1.64), Allí se atendía también a los indios de Cañumil.
Distinto fue el lenguaje de algunos militares. Rívas estaba todavía con sus planes de dar
golpes, lo que B. Mitre desautorizó, por lo menos por el momento (Arch. Mitre XXIV, p. 22,9.1864
y 20.2.64), Pero el ministro Gelly y Obes le contestó: "Catriel y Calfucurá,. buen par para adornar la
horca!" (AGN. S.X. 2-2-2). Mitre estaba preparando nuevas elecciones,. Sólo aprobó el avance de
la frontera en el sector Centro Oeste y la fundación de Nueve de Julio por su cuñado, el coronel
Julio de Vedia.

¿QUIÉN AVANZARÁ PRIMERO?

Los indios del Desierto vinieron a observar este avance y los nuevos fortines que se estaban
construyendo. Y allí se produjo un incidente en el Arroyo Vallimanca. Una partida de 200 indios
(Julio de Vedia afirma que eran tapalqueneros; Otros creyeron que habían sido salineros); se
trabaron en lucha en el destacamento o fortín Vallimanca (Partido de 25 de Mayo). Los soldados
todos fueron muertos sin excepción. Julio de Vedia envió al ministro de Guerra un dramático parte y
al general B. Mitre otra carta, en la que llegó a afirmar que habían peleado al verse reconocidos
como tapalqueneros, sin duda con el objeto de que no quedara quien los delatara. (El parte fue
publicado en Memorias del Min. de Guerra 1864, p. 58-60; la carta, en R. R. Capdevilla, El Fortín
Esperanza, 1968,p, 127)
Pero Calfucurá seguía comerciando con Bahía Blanca.. De pronto corrió la voz por las
fonteras que unos 1.000 indios venían cruzando la Cordillera, porque Calfucurá había invitado al
cacique Quilapán a invadir La Argentina. Este aviso debíase a una carta del gobernador de
Araucanía, quien informaba que, unos mil indios a las órdenes de los caciques Neuquepán de
Boroa, Marivil de Maquegua, Quilapán de Cólico y Payllagüeque de Perquenco habían atravesado
la Cordillera en dirección a la Pampa. (Arch. Est. Mayor. 21.3. 64)
¿Qué ocurría? Creo que entre los indios.salineros.se sospechó que los militares estaban
preparando el avance de cinco columnas (Proyecto de Paunero) y el avance de la frontera hasta el
Río Negro, porque las tierras fuera de las fronteras habían sido declaradas Tierras Nacionales (Ley
Mitre). Por eso estaba preparándose entre los indios una acción combinada, "una invasión en seis
columnas", decía el cacique Caneupán al jefe del Estado Mayor de Córdoba, mientras hacía
gestiones de paz (de neutralización) en Córdoba, Mendoza y San Luis (Arch. Est. Mayor, 14.9.64;
Arch. Mend. Carp. 123, 21.8.64). Estarían involucradas también las tribus ranquelinas (Arch. Est.
May., 14.9.64). Estos estuvieron dispuestos a malonear. Ya en Junio, Calfucurá había avisado al
coronel Julio de Vedia, que indios chilenos habían llegado a Salinas Grandes y que un nuevo malón
ranquel estaba en marcha.
El gobierno de Buenos Aires trató de conjurar el peligro, ofreciendo nuevos regalos y
tratados a Calfucurá, Cañumil y Blanquillo a través de la comandancia de Bahía Blanca (Murgas)
(Arch. Est. Mayor, 29 .9 y 18.11.64) y el coronel Manuel Baigorria fue encargado de buscar el
mejor modo para hacer el tratado de paz con el cacique Mariano Rosas y los ranqueles. Pero los
chilenos no iban a volverse con las manos vacías. Hubo malones en la zona de Río IVº (8.12.64) a
la orden del cacique Curuín (Ocampo, Regimiento 7°, p. 26 y parte del coronel M. Baigorria, Arch.
Est Mayor, 10.12.64). Otro malón se vino sobre el centro oeste de Buenos Aires (Parte del coronel
E. Frías, 28.12.64 desde Junín) y otro más, en el sur (Parte de E. Seguí). El coronel Juan Córnell
115
cuenta en sus Memorias que había derrotado esta invasión en la Cañada de la Tigra al Norte de
Quequén Salado, quitándoles unos 20.000 vacunos. Pero que los mismos indios atacaron luego el
fortín de la laguna del Puellucalel, "y se singularizaron llevándole sólo a Rivas su ganado y su
tropilla de caballos blancos. No hizo nada este jefe, pero después le devolvieron los indios de
Calfucurá algún ganado." Curiosa anotación que insinúa que muchos acontecimientos no se
registrarán ya jamás.

EL DIPLOMÁTICO CALFUCURÁ RENOVÓ EL TRATADO DE PAZ DURANTE


LA GUERRA DEL PARAGUAY

El Dr. Zeballos escribió en el capítulo 84 de su libro Calvucurá: "Referir los cuadros de


sangre y las ruinas que los indios produjeron, desde 1862 a 1868, en las fronteras del interior y de
Buenos Aires, sería materia de un libro voluminoso apropiado para acongojar corazones". Con esta
frase sobrepasa el período importante de la vida de Calfucurá, contando en cambio, otras historias.
Yo quiero mencionar los acontecimientos que tenían referencia a Calfucurá para comprender
mejor la verdad histórica y profundizar la personalidad de este cacique tan mentado;
Ni el gran malón combinado ni la invasión planeada por el coronel Paunero y el Estado
Mayor se produjeron por entonces, cuando estaba latente la guerra con el Paraguay.
A principio del año 1865, Calfucurá envió dos comisiones para manifestar al gobierno
bonaerense y a sus jefes militares su constante voluntad de vivir en paz. Mandó primero a su hijo
Namuncurá con un grupo selecto al Azul. En el rancho del cacique Catriel conferenciaron
Namuncurá y el coronel I. Rivas y se prometieron respeto y paz. Casi al mismo tiempo, el coronel
B. Machado recibió al capitán Huenchugner en Tres Arroyos (1.3.1865; S. Romeo, Tres Arroyos, p.
66,y Machado en el Sur, p. 68-70). Le propusieron idénticos propósitos. Machado los colmó de
regalos y el capitán Huenchuquir le entregó un hijo suyo de 10 años en señal de confianza, para que
lo eduque.
A principio de abril de 1865, estalló el conflicto con el Paraguay. Por eso, el general B.
Mitre concentró la mayor parte del ejército para llevarla a esta nueva guerra, de manera que los
proyectos de la Conquista del Desierto fueron relegados para otro tiempo.
El 24 de mayo de 1865, el Gobierno nacional aceptó el tratado de paz propuesto a los
ranqueles, a pesar de que habían estado tan comprometidos con los montoneros de la resistencia
federal. En cuanto a Calfucurá: Rivas, al partir de Azul para el Paraguay, opinó que con una buena
diplomacia mantendría la paz.

Protestando contra nuevos avances

La diplomacia de Buenos Aires no suspendió sus intentos de ensanchar las fronteras, de


incorporarse respectivamente nuevos territorios vendibles y laborables. El 19 de Julio de 1865
definió los límites para 27 partidos, quitando "al desierto" diez nuevos distritos y se argumentó que
había que alejar al indio, ocupando la tierra por inmigrantes.:
A. Clifton Goldney recogió la noticia que Calfucurá mandó entonces una muy solemne
comisión a Buenos Aires, en la cual iban seis de sus hijos: el cacique Namuncurá (h), los
capitanejos Paisanán, Loncomil, Curumán (h), Livicurá,(h), .Turuín, Juan Miel, (h). Carupán (h) y
Benito Pichicurá, Pasaron por Azul y con el capitán R. Solano fueron a conferenciar con el Ministro
de Guerra. El Vicepresidente en ejercicio, el Dr. Marcos Paz, también los atendió y ordenó que se
los alojara en el Hotel Hispano Argentino, calle Piedras, entre Moreno y Belgrano y parcce que allí
permanecieron tres meses (Ob. Cit. p.45)
Entre tanto, el cacique Baigorrita avisó (AEM, 17.6.65) que Calfucurá estaba preparando
una invasión. En Agosto se supo que 2.000 indios al mando del cacique Trecán, primo hermano de
Calfucurá,había llegado a Salinas Grandes. Trecán trajo pasaporte del gobernador de Valdivia.
Según las Memorias del coronel A. Osor nio, hubo dos invasiones en la zona de Tres Arroyos,
donde actuaba el coronel B. Machado. El coronel A. Barros nos cuenta en su libro Fronteras y
116
Territorios Federales (Ed. Hachette p. 169s), que persiguió a su vez, a 400 indios. El 15 de
Noviembre los había detectado en la laguna Aposada y, aunque buscó un encuentro con ellos, no los
alcanzó, hasta Pillahuincó y Sauce Corto, porque iban fraccionados.
El 1º de Diciembre se produjo un malón importante sobre la zona aledaña del Fortín
Esperanza, Azul, Tapalquén,Saladillo y Ballimanca (fortín Hombre sin Miedo). Era un aviso de que
no se adelantasen las fronteras. Tres días actuaron en la zona de Tapalquén, al parecer en conivencia
con los indios de Catriel, reunieron unos 30.000 animales. En el naciente pueblo Esperanza;
incendieron algunas casas hasta cinco o seis cuadras de la plaza; mataron a algunos vecinos; se
llevaron a varias familias cautivas y arrearon todos los ganados que encontraron a su paso" (R.
R.Capdevilla, El Fortín Esperanza. p. 55). El coronel Barros en su libro ya citado, enjuicia al
coronel Machado, porque no movió a su tropa ,a pesar de haber sido alertado (ib. p. 178).
Se tomaron entonces represalias contra Calfucurá: le suspendieron las raciones que se le
habían dado por el tratado, aunque él quería disculparse diciendo que los que no le obedecían eran
los invasores. Cuando envió una nueva comisión al mando de dos de sus hijos y del capitán
Calfuquir para buscar sus raciones en el campamento del coronel Machado, no se los respetó. Los
despojaron de prendas y caballos y fueron encarcelados. Calfucurá, al tener noticia de ello, se
enfureció; reclamó la libertad de sus hijos y diplomáticos. En caso contrario les haría la guerra.
Ya el 22 de Diciembre de 1865 se tenía noticía de que Calfucurá estaba movilizando
indiadas para invadir (Arch. Est. May.). El coronel Machado, por su parte, propuso al Gobierno
(31.1.66) que todas las tramitaciones de paz para el cacique Calfucurá se hicieran a través de él; que
canjearía los cautivos y haría buenas migas con el Indio. (Doc. 9063). Pero justamente por su
imprudencia, empeoró la situación. Perdió su designación y entregó la comandancia al sargento A.
Barros. Antes de retirarse, escribió al cacique Calfucurá una carta, que Barros transcribe en su libro
ya citado (p. 178/79). Está fechada en Tapalquén, el 24 de enero de 1866. Echa, pues, la culpa del
despojo que se había hecho a los indios amigos de Calfuquir y Chipitruz a sus superiores. "...Me
han obligado a que ponga arrestados a todos los que trajeran los cautivos. Espero de mi hermano
amigo general que me mande la Negra. He tenido que ceder a estos indios sus pedidos a fin de que
no me maten junto con los cristianos que tienen y mayor número de su gente arrestada que no
permitirá que se haga invasión en razón de que toda la gente correría peligro y mucho, y evitando
que no se robe, podremos entrar a ratificar los tratados que usted tenía con el Gobierno".
Calfucurá le contestó amenazando con que convocaría a una nueva coalición para Marzo,
que Catriel estaría con él. En Marzo, los rehenes estaban aún presos, Además de reclamarlos y de
todo lo que habían robado a sus muertos, protestó, porque también habían muerto al chasque Pinas
(ib., Doc.. 3448, 29.3.66). Alvaro Barros creyó que era necesario enviar como intermediario al
amigo de Calfucurá, don Rufino Solano, con una partida de raciones.
Calfucurá. aunque liberó a unas cautivas, no dejó por eso de continuar reuniendo más
guerreros: llamó a su hermano Reuquecurá,(con un efectivo de 1.500 indios) y a los ranqueles. No
sin razón O. Llano sospechaba que el malon caería en primer lugar sobre Tres Arroyos, porque allí
Machado había adelantado la frontera de ese sector 40 leguas más adentro.. Efectivamente, el 14 de
Abril llegó el malón a esa zona y hubo encuentros en El Perdido y Parahüil, anticipo de una mayor
invasión (S. Romero. Tres Arroyos, p. 89). No habían venido aún los indios chilenos. Pero al fin no
se hizo el anunciado malón grande. Alvaro Barros nos da cuenta en su libro ya citado;(p. 180) qué
cambio había provocado en el ánimo de Calfucurá la sustitución del coronel Machado. A su carta y
comisión,le respondió a Barros que desistía del malón y que le mandaba las cartas de Machado,
pero que no podía garantizar que Reuquecurá con sus 2.000 indios, en camino, regresarían sin
invadir. Reuquecurá llegó.y prefirió no guerrear, sino que quiso comerciar y hacer un tratado de paz
con el comandante de la Frontera Sud. Efectivamente, de una entrevista oficial de Reuquecurá con
A. Barros, realizada en el toldo de Catriel, resultó no sólo una amistad sino también el tratado de
paz. (A. Barros. ib..p. 181, fha.10.8.66: Arch. Est. May-, 30.8.66 y La Nación, 5.9.66).

TRATADO DE PAZ ( Oct. 1866)


117
También Calfucurá llegó a la frontera, se dirigió a Tres Arroyos para comerciar sal y tejidos,
como decía, pero allí aceptó de nuevo un tratado de paz (Arch. Est. Mayor. 12.9.66). El coronel
Osornio fue autorizado a renovar el tratado de paz que transcribo como toda documentación poco
conocida referente a Calfucurá. El tratado de paz está fechado el 12 de Octubre de 1866 y consta de
9 artículos. El documento conservado en el Archivo del Estado Mayor de Buenos Aires lleva el Nº
896. Lo firmó en nombre de Calfucurá, su sobrino Bernardo Namuncurá. En la Carpeta 1054. Libro
Copiador, p. 49-53 (22.12.66) lleva también la firma del vicepresidente en ejercicio, Dr. Marcos,
Paz, y de su ministro. J. Martínez. Las raciones fueron licitadas el 27 de Diciembre.
“Convención de Paz ajustada entre el Gobierno de la Nación (Argentina) y el Cacique Don
Juan Calfucurá".
"El Gobierno de la República Argentina y el Cacique General Dn. Juan Calfucurá y demás
caciques que obedecen sus órdenes, por sí y a nombre de sus respectivas tribus, con el objeto de
poner término a la guerra y regularizar para lo sucesivo las condiciones de amistad y comercio, han
estipulado la siguiente Convención de Paz:
Art. 1°: Queda establecida la paz y amistad permanente entre el Gobierno y el cacique Dn.
Juan Calfucurá y los caciques que obedecen sus órdenes.
Art. 2°: El Gobierno de la República, a fin de proporcionarles los medios de subsistencia, les
dará cada tres meses los artículos siguientes: mil doscientas libras de yerba, seiscientas de azúcar,
quinientas libras de tabaco, quinientos cuadernillos de papel, dos mil libras de fariña, doscientos
frascos de aguardiente, ocho id. de vino, setenta y dos botellas de ginebra, setenta y dos botellas
vino de Burdeos, dos carretas de maíz y dos mil yeguas, debiendo recibir dichos artículos en el
Azul.
Art; 3º: El Gobierno permitirá a éstas tribus hacer boleadas en los campos que ocupan, para
su comercio de peletería, pero bien entendido que estas boleadas no podrán, por ningún motivo,
(hacerse) en los campos de propiedad pública o particular y mucho menos en los campos que
ocupan las tribus amigas de Catriel, Cachul, etc., en los que éstos hacen sus boleadas.
Art. 4º, Queda establecido el comercio entre el Gobierno y las tribus del Cacique General
Calfucurá y los caciques que obedecen sus órdenes, con sujeciones policiales y bajo el
conocimiento de las Autoridades de la Frontera, por el Azul, Tandil y Bahía Blanca.
Art. 5º: Los hijos del Cacique General Dn. Juan Calfucurá y demás caciques que obedecen
sus órdenes, podrán ser educados en las escuelas del Estado establecidas en el Azul y en la Capital,
bajo la protección y auxilió del Gobierno.
Art. 6°: Si algunos desertores del Ejército o criminales se refefugiasen en las Tribus del
Caciques General Dn. Juan Calfucara y demás caciques que obedecen sus órdenes, los entregarán al
jefe de la Frontera.
Art. 7º: El Cacique General Dn. Juan Calfacurá y demás caciques que obedecen sus órdenes
cuidarán que los indios de su dependencia no entren a robar á las estancias ni cometer crímenes de
otra clase, castigando con arreglo a las leyes generales, devolviéndoselo, si así el jefe de la Frontera
lo conviniere.
Art. 8º: El Cacique General Dn. Juan Calfucurá y los demás caciques que obedecen sus
órdenes se comprometen, bajo la lealtad de su palabra, a observar fielmente todo lo estipulado en
esta convención y a no recurrir a las armas jamás para hostilizar al Estado y el Gobierno, por su
parte, respeta y (da) garantías a sus personas y familias.
Art 9º: La presente convención será firmada por el jefe del Departamento del Sud, por el
Cacique General Dn. Juan Calfucurá y demás caciques que obedecen sus órdenes, por los jefes
de la División y por las Autoridades del pueblo del Azul, haciéndose tres copias, de las cuales dos
reservará el Gobierno y una será entregada al Cac.iqué Calfucura."
“Hechos en Buenos Ayres, en el palacio del Gobierno, a doce de Octubre de mil ochocientos
sesenta y seis.
“A ruego por el Sr. General Don Juan Calfucurá firmo yo (firma) Bernardo Namuncurá.
(Hay una rúbrica que dice): "Enero (sigue al dorso) 9 de 1867"
(Y abajo) "Comuníquese al Ministro de Hacienda y Comandante de Patagones a los efectos
indicados (hay dos firmas) "Paz" - "Julián Martínez"
118

Bernardo Namuncura, que probablemente es el redactor de este convenio, firmó el mismo


día otro tratado que el Gobierno celebró con el cacique Reuquecurá, hermano de Calfucurá, pero
con residencia entre los picunches del Neuquén. Bernardo Namuncura, hermano de Calfucurá,
había nacido en Chile, donde recibió una esmerada educac.ión. Tuvo mucha influencia benéfica
sobre esta tribu, aun cuando su hermano Calfucurá había muerto ya. Será el autor de varios
proyectos de tratados de paz que los indios propondrían al Gobierno, de la Nación y que no pocas
veces fueron aceptados y firmados aunque la mayoría no tuvo vigencia durante mucho, tiempo.
Calfucurá estaba contento y así lo escribió, el 22 de Diciembre al coronel A. López Osomio,
a quien decía que ya había mandado chasques con esta nueva al coronel J. Murga y al cacique
Chingoleo, cacique señalado como Principal de la Patagonia y que había enviado chasques a
Santiago de Chile y cuatro a Buenos Aires: su lenguaraz Masada, Emilio Cobical (Calfical), Raypán
y Martín Chico y al mayor Martín Colical. (Arch.Est.May. Nº 9125)

Así se restableció la relación pacífica con el Gobierno nacional. Nuevamente venían sus
comisiones a comerciar con los pueblos fronterizos o a visitar a los jefes de las comandancias; por
ejemplos, sus hijos Vicente Illacura y Alberto Reumay (ib., 7 y 13 de diciembre/66). Calfucurá
envió también una excepcional comisión al cacique Coliqueo de Los Toldos (Prov. Bs. As.).
Integraron la comisión dos hijos del jefe salinero, 12 capitanejos, un capitanejo de Catriel, un hijo
de Manuel Grande y Manuel Raylef. En la carta que los acompañó, Calfucurá lo intituló: "Señor
General y cacique Principal de las tribus amigas de la República Argentina". Este, no obstante,
recibió la comisión bastante fríamente. Desconfiaba, quizás de Calfucurá que soñaba ser grande en
la guerra y en la paz. ,
El coronel N. Granada aprovechó el paso de esta comisión por la comandancia del Fuerte
Gral. Paz para hacer una demostración de sus fuerzas militares: hizo formar a 500 hombres de
caballería y artillería; los llamó a "formación de batalla", y dijo a los indios que de un momento a
otro podía convocar a mil hombres. (Arch. Est. Mayo., 15.1.67 y La Nación, 23.1.67)
Calfucurá, siempre atento, registraba todo movimiento en las fronteras y reclamaba por
nuevos avances; el 15 de Enero, por ejemplo, por el movimiento en Pillahincó y Sauce Grande. El
coronel Granada le contestó que esto era asunto del Gobierno y no suyo. Apenas estallada la
Revolución Federal en el Cuyo, ya lo sabía Calfucurá. Si salía un grupo de "indios gauchos" a
maloquear, él lo sabía y aún lo comunicaba al Gobierno, excusándose y eludiendo
responsabilidades. Una vez felicitó al coronel A. Barros porque había tenido éxito en la correría a
un malón en "El Perdido" (a 6 leguas de Olavarría) y en "Paragüil", los días 16 y 17 de Febrero
(Arch. Est. Mayo. varias notas Febr./67 y A. Barros, ob. cit., p. 191). Sabía que 500 ranqueles
acompañaban al general Saa en su campaña revolucionaria y supo bien pronto que los coroneles
Paunero y Arredondo habían vencido en la batalla cruel de San Ignacio (1.4.67). Al comunicar estas
novedades a los comandantes Barros (en Olavarría), Granada (en 9 de Julio) y López Osornio (en
Quequén Salado), profesaba siempre su voluntad de seguir en paz. Iban y venían, pues, comisiones
y chasques volviendo con suministros y compras. En las tolderías se desarrollaba un intenso
comercio con indios y blancos. El 30 de Julio Calfucurá avisó que 500 tehuelches habían venido a
comerciar en sus toldos. En oportunidad de desempeñar una misión, su hijo Vicente Millacurá visitó
al Gobernador y otras autoridades en Buenos Aires.

Allí se contagió de cólera y falleció lejos de su padre. Debe haber sido un gran dolor para él,
porque, como buen araucano, amaba mucho a sus hijos. (AEM, 27.4.67)

LA LEY Nº 215 DE LA NUEVA FRONTERA (13-8-67)

Calfucurá se convencía cada vez más de que, si bien el Gobierno nacional le concedía
raciones y regalos, no había cambiado su táctica de ''guerra de fronteras", de avanzar palmo a palmo
en tierras indias. Comprendió que las deliberaciones, debates y resoluciones sobre el traslado de las
fronteras interiores equivalían a una nueva declaración de guerra.Quizás se hizo leer lo que
119
entonces escribiera D. F. Sarmiento: "La persecución de los indios es cuestión de progreso; triunfo
de la civilización sobre la barbarie. Si la frontera no está segura, la industria no se desarrollará,
nuestros campos, en vez de acrecer su valor, desmerecen..." El senador N. Oroño. a su vez. propuso
en la Cámara de Senadores la ocupación de Salinas Grandes y adelantar el Ferrocarril Oeste y
favorecer la inmigración. Las discusiones de los legisladores nacionales se cristalizaron así en la
Ley 215 del 13 de Agosto de 1867 (en plena guerra del Paraguay) que ordenaba que se adelantasen
las fronteras interiores hasta el Río Negro y el Neuquén. El texto preveía el otorgamiento de tierras
a los indios que se sometiesen (no precisamente en el lugar de su habitat) y autorizaba a combatir a
los que se rebelaren contra el avance. La operación había de ser ejecutada por el Ejército, cuando
regresara de la guerra del Paraguay. El plan correspondiente estaba ya elaborado por el Ministro
Martín de Gainza:
Arredondo avanzaría desde Mendoza a Malargüé y Leuvucó. Borges: adelantaría la Frontera
Oeste hasta Blanca Grande; Rivas y Murgas marcharían de Bahía Blanca sobre Salinas Grandes
hasta el Río Colorado y la Isla Choele Choel (R. Yaben, Biografías Militares, etc. II. p. 687). El
general B. Mitre, a su vez, firmó el decreto por el que debía establecerse la nueva línea fortificada
en Choele Choel y continuación hasta El Planchón. (Memorias Min. Guerra, 1868. p; 19).
El coronel Barros fundó el pueblo de Olavarría, el coronel Granada, el Fuerte Gral. Paz, que
sería Carlos Casares y Osornio, el campamento de La Verde y Loncagüé.
Esta pues, era la nueva situación que Calfucurá y las demás tribus del Desierto debían
enfrentar. De sus parlamentos no estamos informados, ni de sus contactos secretos. El enviaba
retirar los regalos que se le daba según los tratados. A veces los engañaban en calidad y cantidad.
Cuando, por ejemplo, ofreció (22.6.67) por medio de Huenchuquir dos cautivas, madre e hija, pedía
800 yeguas. Osornio propuso entonces, que se le diesen 400 y alguna bebida mezclada con "hagua"
(sic) que llamaban "0jo de gallo" y algún sueldo de capitanejo, que eso sería el mejor tratadao
(AEM).
No nos sorprenderá que en tales condiciones algunos indios exigieran de Calfucura una
intervención nueva. El mismo Calfucará se encargó de delatar que algunos indios estaban
preparando un malón. Efectivamente, de nuevo hubo pequeñas invasiones. Así en la Frontera Sur;
en Calel Huincul, el coronel Barros los enfrentó el 13 de Diciembre, quitándoles algún arreó. Parece
que Barros los comprendía, cuando escribió: “La perfidia de los indios es el resultado de nuestra
enseñanza”-(ob.cit.p. 207) No reconoció, sin embargo, que el mantenimiento de las fronteras, el
aumento de las fuerzas y el avance de las comandancias y de los fortines, a la par del de la
población, equivalía un estado de guerra inconfundible para un indio como Calfucurá.

NUEVAS TENSIONES (1868).

Por el contrario, el cacique siguió siempre los pasos cómo renovar "los pactos de amistad"
(4.4.67) diciendo que deseaba vivir con ellos en armonía, siempre que los dejasen dueños de sus
tierras; así, dejarían tranquilas las provincias avanzadas. (J. Sánchez, Efemérides II, 196)
Y aunque maloneen los ranqueles y lleguen chilenos de los caciques Quilapán y Nagüelchén
(Mayo /67 AEM), él permanece en Chilhué,. disfrutando las raciones del Estado.
El 15 de Julio envió una nueva comisión de 60 indios para recibir raciones. Les demoraron
la entrega de los artículos, les robaron en calidad y cantidad y los incitaron a vender artículos y
haciendas por un precio irrisorio; por lo que protestó ante el Gobierno el coronel Barros (AEM. Nº
4414). y escribió (a lo menos se cree que él lo escribió) un librito anónimo bajo el título “Abusos y
ruinas de la campaña, 1871 (por un viajero argentino)”. El librito critica sobre todo a las autoridades
de Azul.
Otro hecho de mayor gravedad ocurrió durante el mes de Septiembre de 1868. El Ministro
de Guerra ordenó explorar y ocupar militarmente la isla Choele Choel en el Río Negro. Esta era una
zona estratégica para el comercio y las comunicac.iones con Chile. Calfucurá, no bien tuvo noticia
del hecho, reaccionó y por poco no declaró la guerra al general B. Mitre en sus últimos días de su
presidencia.
120
Transcribo la carta que el cacique envió en esas circunstancias al coronel A. Barros. (Ob.
cit., p. 85)
"Salinas Grandes, Septiembre 17 de 1868
Señor Coronel don Alvaro Barros
Mi querido señor y compadre:
Los dos somos amigos y no me he de olvidar nunca que usted fue el padrino de mis hijos,
cuando estaban presos y les dio la libertad; pero tengo un sentimiento en usted, porque no me ha
avisado por este parte, de la población que han hecho en Choele Choel; pues me dicen que ya han
llegado las fuerzas y que vienen a hacerme la guerra. Pero yo también, ya he mandado mi comisión
para donde (está) mi hermano Reuquecurá, para que me mande gente y fuerzas. Pero si se retiran de
Choele Choel, no habrá nada y estaremos bien; pero espero (en) de que usted me conteste y me diga
de (cuáles son) los asuntos de los señores ricos y jefes del señor gobierno.
Juan Calfucurá"

Barros añade en su libro, que había recibido varias cartas de él en el mismo tono y que trató
de tranquilizarlo. Más amenazador fue el tono de la carta de Bernardo Namuncurá que Barros
publica en la misma página de su libro, sobre todo, cuando dice: "...Me dice mi general que le dé a
saber a usted de la venida del hermano Reuquecurá y que ya está en Choele Choel con 3.500 lanzas,
sin contarlas que vienen todavía (y están) en camino y la venida de ésta (fuerza) es por la población
que se iba a hacer en Choele Choel... Y también me dice mi general que le informe de las peleas con
los cristianos chilenos. El cacique Quilapán y el cacique Calfucoi, Marihual y Calfuén han peleado
cinco veces y han derrotado cuatro fortines: Gualeguaycó, Pecosquén, Rinaicó y Marfén y en toda
la pelea se cuentan 630 muertos de los cristianos y 205 mujeres cautivas... y dos jefes prisioneros,
los que han prometido al cacique Quilapán.de hacer el tratado (de paz) con el Gobierno chileno;
pero él quiere primero venir a pelear en esta parte de la Argentina... con 3.000 lanzas, dejando 5.000
en Collicó..."
El presidente Sarmiento (ya en el inicio de su gobierno) creyó que era mejor retirar las
tropas de Choele Choel y dar por terminada esa expedición.

ANTE EL AVANCE DE LAS FRONTERAS (1869)

Calfucurá no se dejó estar. Supo por nuevos avisos que el Presidente D. F. Sarmiento había
encargado al ingeniero Juan Gzetz que realizara un estudio sobre las fronteras y acompañara su
avance (su informe completo lleva la fecha 29 de enero de 1870: R. Yaben : J. Campos, p. 175). Los
indios lo habían observado; se mantuvieron en alerta y ante tales avances, realizaron nuevas
guerrillas o malones. Una de las primeras invasiones entró en Tres Arroyos, en la laguna Cuatro
Reyes, hacia el fortín Machado. El nuevo comandante de la Costa Sur, el coronel Julio Campos, les
siguió el rastro hasta la laguna Sayago (Rayecó), donde batió a unos 50 indios (Arch.Mus. Hist.Nº
4100 y R. Yaben, J. Campos p.173) El nuevo jefe de la frontera sur, coronel F.Borges, batió el 19 de
Mayo otro grupo de indios (50) que habían entrado en el pueblo Tapalquén y que se llevó un
cuantioso botín (R. R. Capdevilla, Tapalquén II p. 45). Calfucurá difundió, él mismo, la noticia de
que se preparaba una gran invasión (Arch. Mus. Hist. Nac.:31.5.69). .Mientras que Czetz marcaba
la línea de la frontera.Sud hasta Blanca Grande, hubo otro ataque al Fortín El Ciudadano (Part. de
Olavarría) (AEM, 5.6.69). No bien se dio por asentada la creación del pueblo y Partido de General
Alvear (sobre el Fortín Esperanza), Calfucurá escribió al coronel A. Osornio (AEM, 15.8.69) que
desde Chile venía su yerno, el cacique Trapell. En cambio, Namuncurá, su hijo, le ordenó al capitán
Huenchuquir con expresiones de paz, pidiendo que se entregara la porción de hacienda (ib). Ésta
comisión compuesta de cuatro caciques y 30 capitanejos, llegó, el día 27, al Campamento de
Loncagüé (ib). Desde ese instante, el coronel Osornio no se sintió seguro en aquel punto avanzado y
propuso al ministro de Guerra que su fuerza volviera al sitio anterior (ib.). En todos los rumbos, se
encontraron indios exploradores.

Nueva ocupación de Choele Choel


121
En Septiembre de 1869, el ministro de Guerra ordenó ocupar de nuevo la Isla Choele Choel
(A. Mus. Hist, Nac., Doc. 4304, fha. 6.9.69). Y para que no pareciera ser una declaración de guerra
a los indios, asentó allí primero al cacique chileno Lemunao. Este, sobrino de Calfucurá, había
solicitado un tratado de paz con el Gobierno argentino y la ubicación en el Sur. (25.8.69 AEM, y
tratado 13.10.69, ib., Doc. 997).
En el mismo momento en que una comisión de Calfucurá, encabezada por el teniente don
Andrés Ancalao y el capitán Huenchuquir, llegó a Buenos Aires, partieron dos expediciones desde
Carmen de Patagones hacia Choele Choel (AEM: 7.9.69), a las órdenes del coronel J. Murgas con
150 hombres, por tierra y del capitán Ramírez, navegando por el Río Negro. Y para que se colmase
el malestar, el comandante de Azul retuvo durante más de un mes a otra importante comisión de
Calfucurá, encabezada por Trapell, Raín (G. Rayún) y Huenchuquir a quienes se debía entregar el
racionamiento. El 19 de Septiembre, Calfucurá mandó un "expreso" al comandante de Azul,
pidiéndole: "...Trate bien a mi comisión, señor compadre. Regrese la comisión de Gabriel Raín...
Hace años que nos hemos hecho amigos. Yo nunca le he engañado a usted. Agarre a los "gauchos"
(indios ladrones)... Vivamos bien, como hermanos (por) que lo somos y tengamos abierto el camino
que recién se parecía abrir; ese camino viejo por el que el negocio corra... Desde agosto está la
comisión en Azul esperando el tercer trimestre. Me tienen engañado. En el camino han asesinado a
12... He sabido que Coliqueo no ha querido ir al parlamento de mi comisión... pero ha de cansarse.
Yo no he de ir a arrodillarme ante él. Es que yo no quiero, mi buen compadre, que estén de
enemigos los que han sido hermanos y han sido unos".
Y como para impresionar añade un pedido por dos caciques chilenos que estaban con él:
Güenchu Nahuel y Pichinlaf (AEM, 19.9.69).
En vista de esta carta, el coronel Barros escribió al ministro de Guerra: "No se puede retener
por más tiempo la comisión de Calfucurá" (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 4319, fha. 29.9.69). Se le
contestó a Calfucurá que diese explicaciones del por qué de tantos robos en la frontera. Calfucurá
no tardó en dar satisfacción en una larga carta (que se ha perdido, pues no se halla en el legajo del
Archivo del Estado Mayor; sólo quedó en el fascículo la nota que la había acompañado (29.9.69,
ib.). Juan Cornell, poco después, dio cuenta que había habido un parlamento con una nueva
comisión salinera y la que estaba aún retenida (AEM Nº 5402) y Namuncurá decía en una carta
fechada el 12 de octubre: "Nosotros también tenemos el bien pensar; queremos vivir bien y no estar
de enemigos, siendo hijos de una misma tierra que nos podíamos defender ambos nuestros. Señor,
los pícaros ladrones no nos dejan vivir tranquilos y estos pícaros son los que nos hacen correr la
fama de que todos somos ladrones. Señor, usted sabe que por 100 pícaros pagan 200 buenos; pues
así estamos sufriendo insultos por otros caciques que no nos obedecen. Mi padre y yo somos muy
sentidos en contra del Gefe del Azul por lo que está haciendo, asesinando a nuestra gente que anda
en negocios, pues no sabíamos que este Gefe quiere hacernos la guerra. Si este gefe nuevo no anda
bien, tendremos que mirar (cómo tratar con) el Sr. Gobierno. ¡Que mande de inmediato la comisión
de Raín, Güenchuquil y Trafell!"
Calfucurá buscaba aún una solución de las tensiones por vía diplomática y el diálogo —
diríamos hoy—. Pero cuando J. Czetz y el coronel Charras adelantaron en octubre la frontera y la
comandancia desde Junín hasta Ancalú Grande (se denominaría Lavalle, hoy General Pinto) ya
invadieron por esa misma zona 700 indios salineros y ranqueles al mando de Huenteleo, Ñancufilú,
Tacunao y Anguegner. Se hicieron sentir en Chañar, Ancalú y Chiquilofo y hasta el égido de Junín
(Arch. Municipal de Junín; Juzgado de Paz: 21.10; 5.11; 7.12.69 y Arch. Mus. Hist. Nac., Doc.
4337). Los prisioneros declararon que Calfucurá nada sabía de la "maloneada".

1870: DOS MALONES DE PROTESTA

En Febrero de 1870, otro malón se dirigió hacia el sur, eran los indios chilenos que habían
traspasado la Cordillera para la ocupación de Choele Choel. Así lo dijo el mismo Calfucurá. El 12
de Febrero aparecieron en la frontera por Tres Arroyos y el fortín Caleuhuincul, donde acampaba el
general Ignacio Rivas, desde que había vuelto del Paraguay (S. Romeo, Tres Arroyos, p. 91).
Calfucurá dio aviso también de esta invasión, aunque un poco tarde (AEM, 26.2.70). También
122
preanunció otra invasión para el lado de Coliqueo. Toda esa zona se puso en alerta. En los primeros
días de marzo hubo en Salinas Grandes una gran reunión de caciques y capitanejos. Allí
concertaron dar un gran malón a las fronteras. Hubo luego un gran nerviosismo en la campaña y
también en la tribu de Catriel y varias cartas alertaron al ministro de Guerra. .Había bravos jefes en
el frente y muchas tropas reunidas.
Un incidente "imprudente" agudizó la situación. Mientras el Jefe de la frontera Sur, el
general Rivas, recorría e inspeccionaba las posiciones militares, el comandante J. O. Llano de Bahía
Blanca atacó sorpresivamente a los indios amigos del cacique José Cañumil: 110 hombres y vecinos
voluntarios irrumpieron en sus toldos; mataron unos 70 indios y aprisionaron al cacique con toda su
gente. Con ellos llevaron unos 2.500 caballos. 300 vacas y un estandarte nacional, decía en su parte
el coronel. Para justificar el hecho indicaba que estos indios habían mantenido a desertores y habían
atacado una tropa de carreta de Dn. Abelardo Laborde (Memorias Min.Guerra 1870.p. 287 y The
Standart, 3 de Diciembre, reproducido en “EI malón de 1870 en Bahía Blanca” de J. Rojas Lagarde
p.54). Calfucurá era pariente del cacique Cañumil. Le había permitido que partiera a la frontera sur
para colocar su toldería entre los cristianos Pero no toleraría su vejación por éstos.
Calfucurá lanzó en consecuencia dos grandes malones para protestar y presionar al
Gobierno a un cambio de actitudes y de personal. Primero cayó sobre Tres Arroyos (del 14.al 16 de
Junio de 1870), no sobre Bahía Blanca; probablemente para que allí no matasen a los indios
prisioneros. No obstante avisó con claridad que este malón lo estaba haciendo en represalia por las
felonías cometidas con Cañumil, diciendo que, si no soltaban a los prisioneros, caería también sobre
Bahía Blanca.
Según informe de J.Catriel (AEM. fha. 22.6.85) cayeron unos 300 indios sobre la joven
población de Tres Arroyos; la destruyeron y apresaron a su guarnición. Salvador Romeo, el
historiador de Tres Arroyos, da más informes sobre la invasión y los efectos sobre su Partido.
Recuerdo sólo lo siguiente:
Por un excautivo se supo que unos 1.000 indios al mando de los caciques Liefcura y
Marihualá arrasaron una extensión de más de 20 leguas, desde el fortín Santa Isabel hasta el fortín
Machado y hasta el Arroyo Cristiano Muerto. Sorprendieron al coronel J. Campos en Fuerte
Belgrano (Pillahuincó), y en Quequén Salado, al campamento del coronel Nicanor de la Barra
(Parte de J Campos: Arch. Mus.Hist. Nac. Doc. 4588. fha.18.5.70 y 4763)
Cabía esperar una reacción de los jefes de las fronteras y grandes títulos en los periódicos de
la Capital. Los informes eran escuetos como:."Parece que las indiadas de Calfucurá, alborotadas por
los últimos sucesos de Bahía Blanca, se han coligado para ejecutar un gran malón”. La atención
del.público se fijó entonces, más en los acontecimientos de la Revolución en Entre Ríos y el
asesinato del general Justo José de Urquiza. Se esperaba un pronto movimiento militar en
cumplimiento de la Ley 215 de 1867. Para ese avance el Senado votó, el 27 de Julio, el crédito de
dos millones de pesos.
Pero Calfucurá siguió insistiendo en su reclamo. Escribió el 18 de Agosto al jefe interino de
la Frontera Sud, coronel Francisco de Elía, que debía liberar a Cañumil, su yerno y a su gente
prisionera. Por ello –decía nuevamente, había hecho la invasión a Tres Arroyos. Además solicitó el
documento, su tratado, que debía estar en Buenos Aires (AEM. Doc 6054, fha. 18.8.70)
El coronel Elía despachó entonces al Mayor R. Sosa a Bahía Blanca con la orden de que el
mayor J.O.Llano entregase al cacique Cañumil y los otros rehenes para que con ellos pudiese
canjear a 47 cautivos de Tres Arroyos.(Rojas Lagarde ob. cit. p. 40). Poco después, el coronel Elía
se quejó de que Calfucurá había entregado sólo dos prisioneros y retenido su comisión. Calfucurá
escribió al jefe, estacionado en Pillahuincó ( el 14.9.70, Arch. Mus; Hist. Nac.) que tenía en su
poder al teniente B. Rivero y a sus soldados, ponderándolos para luego exigir una gran suma por el
rescate. Dos semanas más tarde hubo un canje de prisioneros (Ib., 26.9.70 y Doc. 10.372 s/f.).
Cañumil no fue entregado aún. Así que Calfucurá siguió presionando, exigiendo que el mayor O.
Llanos fuese destituido. "Seríamos muy agradecidos que pusiera otro jefe baheno para vivir de una
vez en paz..." (Rojas Lagarde. p. 70). No halló el eco esperado y entonces preparó otro malón, para
Bahía Blanca.
123
Y así fue; el 23 de Octubre del mismo año cayeron 2.000 lanceros y unos 300 arreadores, al
mando del cacique Manuel Namuncurá y cuatro caciques más, sobre la población y zona aledaña de
Bahía Blanca. Jorge L. Rojas Lagarde, en “El malón de 1870 a Bahía Blanca” (p. 42-87),
reproduce gran cantidad de documentación sobre esa importante invasión, incluyendo notas
periodísticas de los pobladores extranjeros de la zona (entre ellas, notas de J. Claraz en The
Standard). Resumo lo que respecta a Calfueurá.
El cacique Cañumil, liberado ya, sabiendo que Calfucurá estaba preparando esta nueva
campaña, quiso disuadirlo, como también lo había intentado el cacique Ancalao. Ya no temía que
Llano fusilara a los presos, como poco antes decía (ib;, p. 56). Calfucurá quedó firme en su
propósito y quiso "dar una paliza al comandante O. Llano y al teniente Rufino Romero".Así lo avisó
al coronel J. C. Boer, en 9 de Julio (Arch. Municipal de 9 de Julio. Lib. 7, p. 136). Lo mismo supo
el coronel Charras (Arch. Municipal de Junín. Lib. 3). La comisión del capitán R. Solano quedó
retenida hasta que se liberó en Blanca Grande a 100 prisioneros (Rojas Lagarde, p. 66). G. Musters
recuerda, en su libro “Vida entre los patagones” (p.277). esta interesante nota con que Calfucurá
había invitado al cacique Casimiro y a sus tehuelches al malón: "Tengo el caballo pronto, el pie en
el estribo y la lanza en la mano, y voy a hacer la guerra a los cristianos que me tienen cansado con
su falsía." Musters agrega que el parlamento de Casimiro no aceptó el llamado de Calfucurá.
Sólo Bahía Blanca no tuvo noticias, aunque O. Llanos, sí, de manera que en la madrugada
del sábado 23 de Diciembre, día de lluvia, se acercaron las lanzas de Calfucurá y Cañumil y unos
ranqueles, cuyos jefes fueron los hijos de Calfucurá: Manuel Namuncnrá, Alv. Reumay, Leficurá,
Pichicurá, Catricurá, Juan Miguel Carumán, y los capitanejos Lincopí, Pichún, Epuñán, Quentriel,
Naipó, Lenqui, Ñamcucheo y Blanqui (AEM. Nº 1124: Rojas Lagarde, ob. cit., p. 65; y Sánchez,
Efemérides militares II. 23 de Octubre). Los indios llegaron hasta las cercanías del pueblo, a unas
dos cuadras, igual que en mayo de 1859. Con todo, en el último momento un ex cautivo pudo
alertar la población y así se organizó una defensa eficaz. Unos 500 indios atacaron la población,
mientras un destacamento luchaba en la Guardia junto al Napostá, a una legua de Bahía Blanca,
donde se destacó el teniente R. Romero. O. Llano se retiró ("huyó", dice alguno) a la vista de tantos
indios. Por suerte, llovía; esto evitó que se propagara el fuego que hubiera devastado a la población.
Ante la firme resistencia no se produjo un gran choque y la guerrilla se retiró maloneando a su paso
hasta Quequén Salado y Tres Arroyos. (AEM.23.l0.70)
J. Rojas Lagarde publica los partes de R. Romero, de J. O. Llano y cuatro notas del poblador
Jorge Claraz. (Ob. cit., p. 42, 50 y 58)
Estas noticias levantaron una gran "polvareda" en Buenos Aires. De inmediato, el Gobierno
sustituyó al Mayor O´Llano por el coronel J. Murga, quien asumió la comandancia en los primeros
días de Diciembre, y él se apresuró a comunicárselo a Calfucurá invitándolo a nuevas propuestas de
paz (Arch.Mus. Hist. Nac., Nº 10.493, nota en que se lo comunica al ministro; y AEM. Nº 5151).
"Ya he despachado chasques al cacique Calfucurá para iniciar de nuevo tratados de paz y espero que
aquí me mande sus comisiones para arreglar los nuevos tratados y ganar el tiempo necesario para
reunir los informes precisos sobre caminos, pasos y aguadas para cuando se determine
expedicionar”, es decir, atacar las tolderías. Y al mismo tiempo, remitió al ministro un croquis del
territorio que ocupaba Calfucurá. - Si éste lo hubiera sabido..(¿). Los pobladores del Sur exigían esa
expedición. "Estamos ansiosos en que (el coronel Murga) salga a los toldos” (Rojas Lagarde,p. 52).
En una reunión popular, el 6 de Noviembre, los bahienses resolvieron mandar una comisión al
gobernador para solicitar protección y ayuda.
Es interesante leer también lo que escribió Namuncura en esos días: "Mi padre quiere hacer
los arreglos con usted y lo mismo yo". Luego le hace al coronel Elía proposiciones para el
racionamiento. Otra carta, ésta de Calfucurá y despachada en la misma fecha, muestra su
preocupación por el canje de prisioneros, y le dice que si saliera con otra, ya no le contestaría más,
porque, estoy cansado. Por si de una vez hacemos los arreglos... hemos de vivir de otro modo (ib.
p.70). Le envío pues una comisión al mando del capitanejo Payllanán. “Y ya no tendrá que haber
invasión, cuando vean mis capitanejos, que recibo mi ración".
El coronel Elía mismo estaba deseoso de entrar en "negocios" con Calfucurá y lo decía en su
carta al ministro de Guerra. (AEM. 5.11.70)
124
La paz o la guerra
Sin embargo, todas estas comunicac.iones manifiestan el estado de guerra latente. El
ministro de Guerra opinó que debía hacerse la paz; por el momento, tanto con Catriel, como con
Calfucurá.
El coronel Murga, recién llegado a la frontera de Bahía Blanca, tuvo que luchar contra la
guerrilla rezagada del malón en Fuerte Belgrano sobre el Arroyo Pillahuincó (Arch. Mus. Hist. N.,
Nº 5111 y 5114, fha. 27.10.70). Pocos días después se comunicaron entre los jefes de las fronteras
acerca de que Calfucurá estaba preparando otro malón más grande. (AEM, Nº 1137 y 1138, fha. 8 y
11.11. 70)
Y otro evento desgraciado ocurrió en Tres Arroyos, que sólo puede explicarse por la guerra
latente: Allí apresaron a la comisión salinera que debía entregar a los cautivos; escaparon, pero
fueron perseguidos y muertos, seguramente en venganza por los malones sufridos (AEM, 9.11.70).
Una comisión cristiana, encargada de rescatar prisioneros en Salinas Grandes, tuvo cierto éxito: se
les entregaron 22 cautivos, pero tuvieron que pagar 10.000 pesos y chafalonías (Carta del capitán R.
Solano, AEM, 19.11.70). Calfucurá había convocado un parlamento especial para poder entregarlas
(A. Mus. Hist. N., Nº 5138). También J. Murga remitió al Ministerio una comunicación con una
carta de Calfucurá y la noticia que en Sauce Chico había derrotado a 200 indios del cacique Pincén
(el 19 de Noviembre), mandado por Calfucurá "a pelar" a los indios amigos en el Arroyo Parejas
(asiento de las tribus de Linares y Ancalao al sur de Bahía Blanca). Uno de los que lograron
aprisionar declaró que Calfucurá estaba preparando otra invasión, que vendría muy pronto a atacar
Bahía Blanca (J. Rojas Lagarde, ob. cit., p. 75ss). "Que mientras el comandante Llano esté en Bahía
Blanca, harán todo para arruinar el Partido" (The Standard, ib., p. 77). El 21 de Diciembre,
Calfucurá envió otra distinguida embajada al coronel Borges: al cacique Lemunao, al capitán
Gabriel Rayín y a Huenchuquir con una carta que decía: "Señor, mi sublevación ha sido por las
tantas picardías que ha hecho el jefe de Bahía Blanca. Doy a saber que recién ahora estamos
deseando los buenos arreglos. Por eso envío a la comisión. No tengo queja de usted, ni usted de mí.
Por eso busco la amistad. Vivimos en un campo en que podemos vivir. Yo sé muy bien de la guerra
de 'entreriyo'." Ya anteriormente, el 7 de Diciembre, el "coronel Faustino Güenchuquir" escribía al
coronel Borges desde Salinas Grandes, anunciándole su visita: "Puede usted preguntar al
comandante Raninqueo qué clase de hombre soy y que he hecho los tratados". (AEM, Nº 6256)
El 28 de Diciembre llegó la comisión al Fuerte General Paz; allí parlamentaron con el
comandante en presencia de los indios amigos Coliqueo y Raninqueo. Rayín era pariente de ellos.
Pidieron permiso para comerciar en esta parte, prometiendo que no traerían ningún malón, pues
buscaban la amistad del comandante y de estos caciques. Además, dieron explicac.iones acerca de
por qué habían invadido en el Sur. Pero el coronel Elía estaba empeñado en manejar la distribución
de raciones de los salineros por Azul.
No menciono, en estas paginas, a los vecinos de Calfucurá, los ranqueles; y sin embargo, en
1870, eran noticia a raíz de la Excursión de Lucio V. Mansilla a Leuvucó y Poitahué y las
expediciones militares que siguieron a esa (Véase Mariano Rosas y M. Baigorrita). Todo debe haber
afectado también a Calfucurá.

Mala diplomacia: 1871


Lo que sucedió en la zona de Azul fue muy perjudicial para el país. El coronel Francisco
Elía asumió y ejerció una diplomacia nueva con respecto a los indios amigos de Catriel; procuró
provocar un choque entre sus distintos grupos. Anuló pues la entrega de las raciones de los
caciquillos que el coronel Rivas había favorecido para militarizarlos. Ahora es favorecido Cipriano
Catriel y se declara sublevado a quien no se somete a él. No reitero los detalles de la biografía de
Catriel. F. Elia llevó a los catrileros a la batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de mayo de 1871,
atacando a los caciques Calfumir, Chipitruz, Mauel Grande y Varela y sus indios. Estos en realidad
no querían pelear; se reunieron para deliberar acerca de la actitud a tomar. Los que en el ataque no
fueron muertos, huyeron; las familias fueron apresadas y distribuidas; todas sus haciendas
confiscadas y buena parte de ella fue conducida a la estancia del coronel. F. Elía. De los 800
guerreros que se dispersaron, unos marcharon a Salinas Grandes, otros a La Verde, donde estaba la
125
tribu amiga de Raninqueo y. finalmente, 600 de ellos se presentaron ante el jefe de la Frontera
Oeste, coronel Juan C. Boer, reclamando por la injusticia sufrida y pidiendo protección. Aquél, con
gran astucia, apresó a todos (según la instrucción telegráfica) y los hizo conducir a Buenos Aires a
cárceles, cuarteles y buques de guerra.
Todo esto hacía hervir la sangre del justiciero jefe de Salinas Grandes. Y nuevamente
convocó a la guerra de protesta. Nada pudo detenerlo, aunque recibiera nuevamente sus raciones,
según el nuevo arreglo que el coronel Murga había hecho con él (AEM, 9.3.71). Poco antes le envió
a sus hijos Namuncura, Catricura y Lengig y una carta en la que manifestaba con expresiones
típicamente indias su desconfianza: "Le doy a saber a usted que, no hace muchos días, he soñado
(y) que se lo comunico, señor. Pues soñé que usted pensó del traysionarme; que dijo que usted me
iba a agarrarme, pero no a cortarme la cabeza, hasta que yo no hiciera bajas”.

Después de los acontecimientos de Azul, empezó a circular la noticia de que Calfucurá


estaba reuniendo una de las mayores concentraciones para una invasión; pero también los jefes de
fronteras querían invadir la tierra india. El coronel Elía pedía al ministro la autorización para ínvadir
a Cañumil en Carhué. que tendría 300 hombres y allí había "muchas caballadas". Que había
movilizado a 400 indios de Catriel, ubicados en Fuerte Lavalle (del Sur) (AEM, Doc. 7378, fha.
7.8.71). Trascendió también la noticia de que Calfucurá reunía a 2.000 indios, entre ellos
procedentes de Chile, en pie de guerra.(AEM. fha.19, 27 y 31 de Julio de 1871).
El Gobierno nacional. por su parte, incrementó los gastos en negocios de paz, tratando de
apartar a otras tribus de los planes de Calfucurá ( p. ej. a la de Reuquecurá). Bonifacio Torres, el
encargado de las raciones de los indios del sur, informó acerca de tal actitud al explorador inglés G.
Musters (ob. cit., p. 131). Le mostró un magnífico par de espuelas que el Gobierno iba a regalar a
un cacique y decía, que Calfucurá había convocado a la guerra por la muerte de uno de sus caciques
(Levín) y por el atropello a los indios de Tapalquén.
Y se presentó entonces una guerrilla para malonear en Bahía Blanca (AEM. Nº 7378, 1.8.
71).Ocho partidas habían atacado nuevamente esa zona (Memorias Min.Guerra 1872, Anexo C.p.
9). También el coronel Rivas menciona otros atropellos e invasiones (Arch. Mus. Hist. Nac. fha. 2.
9. 71..8 pág.); pero no creyó que hubiera un malón grande, porque Catriel y sus indios se mantenían
fieles (ib. Nº 5716, fha. 15.8.71). Por eso se atrevió a apresar a otra comisión "pedigüeña" de
Calfucurá, ya que no cumplían los tratados (ib. Nº 5760. 5.8.71). El jefe de la Frontera Oeste, en
cambio, acogió una comisión y gastó 2.500 pesos en regalos, sobre los cuales luego informó.
El ministro de Guerra había elegido al general I. Rivas para expedicionar contra los
salineros rebeldes; con muchas cartas le estaba preparando el ánimo. Pero hay unas observaciones
en la correspondencia entre ellos dos que yo llamaría “misterio de Rivas”. Este, general desde su
victoria sobre López Jordán en Entre Ríos. y jefe de la Frontera Sud, Costa Sud y Bahía Blanca,
podía haber marchado y actuado de inmediato; pero él retardaba y retardaba tal decisión.
El ministro Martín de Gainza se impacientó, quejándose de que faltaba apoyo al proyecto de
la expedición y que en el Congreso aun le habían restado fondos para la guerra. (Arch. Mus.
Hist.,N. Nº 5687 .2.9.71 y 7.9 y 18.9. de 1871)
Rivas lo consoló, diciéndole que Calfucurá había suspendido la invasión y renovado sus
promesas (ib,, 21.9). El ministro le contestó, que el Congreso, finalmente, había votado una partida
extraordinaria para la expedición contra los indios; por eso, que mantuviera de rehén la comisión
enviada por Calfucurá, por los motivos conocidos (ib. Nº 5742, 29.9.71). Una semana más tarde
repitió la misma orden (ib. Nº 5763, fha. 5.10.71). E1 ministro escribió también una carta a
Calfucurá con fecha de 10 de Octubre, diciéndole que había recibido su comisión, pero que las
contínuas invasiones de sus indios hacían pensar en una actitud no leal. Por lo tanto, que no le daría
lo pedido hasta que levantase tales cargos, (ib. Nº" 5767, fha. 10.10.71)
El general Rivas, como respuesta a las actitudes del ministro, informó, que estaba
preparándo la campaña (ib. 29 y 31.10 y 2.11.71); incluso solicitó la presencia del ministro en la
Frontera, a fin de que pudiesen ultimar los detalles de la proyectada expedición (ib. 9.11) y le trazó
el itinerario futuro, el que aprobó el ministro (ib. 10 y 15.11 .71); contento el Ministro Gainza,
126
ordenó al coronel F. Borges que debía secundar al general Rivas con su Regimiento 5°. (ib.
22.11.71)
Pero de pronto hubo una nueva contraorden, pues, el 24 de Noviembre Rivas comunicó al
ministro, que por el momento no era posible expedicionar contra Calfucurá, porque éste habíase
enterado de lo que estaban proyectando secretamente y que estaba alerta. Pero, en caso de que los
indios invadiesen, los batiría (ib. Nº 5872, 24.11.71). Sabemos que Gainza lamentó esta tardanza
(ib. 25 y 18.11). El coronel Borges, en cambio, propuso para que el hierro en la fragua no se
enfriase, dar una sorpresa al cacique Pincén. Gainza estuvo de acuerdo (ib. Nº 5890, 29.11.71).
Efectivamente, atacaron la tribu de Pincén con la ayuda de 60 indios de Coliqueo, en Médano del
Avestruz. Y Rivas adelantó su campamento de Pillahuincó a Sauce Corto, donde se estableció el
Fuerte San Martín. Gainza siguió animando los preparativos de la Expedición al Desierto, ya que el
gabinete ministerial estaba de acuerdo, (ib. Nº 5905, 10.12.71)
Los demás jefes de la frontera, Murga, Roca y Arredondo, dieron su aprobación, aportando
sus opiniones al proyecto, (ib. 20,22 y 30.12.71)
Pero Rivas continuó lamentándose de sus inconvenientes, sin insinuarle al ministro una
esperanza de buen fin. (Arch. Mus. Hist. N., Cartas de Diciembre /1871 y Enero /1872).

NO FUE RIVAS, QUIEN ATACÓ. FUE CALFUCURÁ,


EN LA BATALLA DE SAN CARLOS (8.3.72)

Hemos mencionado la correspondencia entre M. de Gainza y Rivas, porque este aspecto de


la historia de la Conquista del Desierto es poco conocido y porque afectó enormemente a Calfucurá.
De estas cartas se desprende también cuanto respeto y hasta miedo inspiraba Calfucurá y "su
paisanada". El estaba informado de todo cuanto sucedía. A fines de Febrero del mismo año llegóse
con 2.000 indios ofreciendo productos de su comercio: sal, cueros y plumas y pidiendo la
continuación del "negocio de paz", prometiendo no hacer daño. ¿Era ésta verdaderamente una
actitud de paz y confianza, o iba explorando el terreno?
Cuando en el mismo mes de Febrero el contraalmirante Martín Guerrico remontó el Río
Negro y ocupó nuevamente el punto estratégico Choele Choel, Calfucurá se enteró; convocó de
inmediato a los guerreros a una junta; explicó a los caciques y jefes agregados la situación y juntos
tomaron la decisión de moverse a la frontera. Calfucurá se pintarrajeó de rojo y con sangre del toro
sacrificado en el nguillatún (rogativa) enrojeció la punta de su lanza. Fue el primero en gritar el
cuádruple "¡Ya ya ya ya!" Montó a caballo; arengó á sus escuadrones y jefes y, tras unos ejercicios,
ordenó la marcha al malón, a la guerra. Iban a repeler al "huincá" (que significa usurpador de sus
tierras). Antiguamente lo había sido el inca, ahora lo era el blanco, "el cristiano". Iban a detenerlos,
quitándoles las ganas de adelantarse a Carhué y a Salinas Grandes.
Hacía ocho días que marchaban, cuando el ministro M, de Gainza tuvo noticia del avance
salinero. "Van despacio, porque esperan la incorporación de otras tribus" —telegrafeó Rivas desde
el Azul al ministro y éste contestó: "En usted confío". (AGN, S.X, 2-2-2, fha.6.3.72)
Eran las dos de la tarde del 5 de Marzo, cuando repetidos cañonazos en la larga zona
fronteriza dieron la señal de alarma. Unos 400 indios invadieron los campos de Blanca Grande; 300,
el fortín San Carlos (Bolívar) y otro grupo se dirigió a Cruz de Guerra, 25 de Mayo. Entraron por
Tapalquén y Paragüil, abarcando el malón unas 20 leguas por 10 leguas: 1.500 indios se presentaron
con Calfucurá en La Verde y sitiaron a a la tribu de Raninqueo. Al día siguiente eran 3.000 y
apresaron a esa tribu amiga. (AEM. 6 y 7 de 1872 y 28. de Mayo de 1872).
Desde La Verde, Calfucurá envío la conocida carta, transcripta por primera vez en el libro
del Cnel. Alvaro Barros, “Fronteras y Territorios Federales de las Pampas del Sur (Ed. Hachette p.
147)

“LaVerde, 5 de marzo de 1872


-"Sr. Coronel D.Juan Boerr,
127
Señor Coronel.
Hoy le participo que el día 5 vine a sorprende al cacique mayor D. Andrés Raninque(o) con
toda la indiada, así es que me vine con seis mil indios, a vengarme por la gran picardía que hicieron
con (el cacique) Manuel Grande y Chipitrus y demás capitanes; en fín, de muchas picardías que han
hecho con los soldados de Manuel Grande, y creí le mandase hacer lo mismo a Raninqueo; y por
este motivo hoy me llevo al cacique Raninqueo, porque ustedes no lo vuelvan a hacer con él; así es
que por su fuerte no me asomaré y no haré ningún daño en su parte, porque somos amigos. No se
nos ofrece otra cosa y sólo le pido se aplaca como Jefe. Lo saluda este su atento servidor. Juan
Calfucurá."

De inmediato A. Barro publica una carta del cacique.Raninqueo, dirigida al coronel Juan C.
Boer, carta que escribió con el consentimiento del cacique Calfucurá, pidiéndole que entregara los
prisioneros indios en rescate suyo y de su tribu; "de lo contrario —dice Calfucurá—, él irá a
pedirlos llevándonos a todos cautivos", lo que en efecto hizo. Y así quiso incorporar las tribus de
Catriel y de Coliqueo.
Una vez más explica Calfucurá los motivos de. su presencia beligerante en la frontera, que
no era simplemente el afán de saquear y hacer cautivas, aunque no le faltaba oportunidad de hacer
negocios con haciendas y cautivas recogidas. El es el justiciero vengador de su raza.
Ante estas noticias, el coronel J. C. Boer reunió sus efectivos de la Frontera Oeste y unos
250 indios amigos de Coliqueo y lo propio hizo el general I. Rivas, el 6 de Marzo, en Azul,
agregándose 800 indios amigos de Catriel. Estos se incorporaron bastante renuentes; lo hicieron
porque su cacique Cipriano Catriel estaba comprometido con toda su fuerza moral y persuasiva.
Ambos avanzaron de tal modo que reunidos podrían enfrentar a las fuerzas indias de Calfucurá.
Parecía que todo convergía en el campo del Fortín San Carlos, .aunque Calfucurá se propuso
impedir la unión de las fuerzas blancas. Efectivamente, allí se produjo el choque, la "gran Jomada
de San Carlos", el 8 de Marzo de 1872.
LA GRAN JORNADA DE SAN CARLOS DE BOLÍVAR 8.3.72
Con el sol naciente se levantaron polvaredas en el horizonte. Los "bomberos" volvieron a
toda carrera: "¡Allí vienen los malones!" "Es el mismo viejo Calfucurá, el que está aquí con muchos
chilenos y ranqueles". (AEM, 6477)
No hay una descripción del gran cacique en el momento culminante de su vida; gigantesco,
seguro de su empresa, atrevido y desconcertante en su actuar, admirado tanto por los de su raza,
como por los que le debían enfrentar. Bajo su mando estuvieron grandes jefes; en primer lugar sus
hijos, los caciques Catricurá con 1.000 indios salineros. Manual Namuncurá con 1.000 indios
chilenos y patagones, su hermano Reuquecurá con 1.000 indios cordilleranos y chilenos y Epugner
con 500 ranqueles, sumados 3.500 indios guerreros escogidos, tendidos en línea como los
"europeos" y en la retaguardia los arreadores con inmenso arreo.
El general Rivas organizó sus tropas y las del coronel Boer de la siguiente manera: al frente
1.300 indios amigos. 800 al mando del cacique Cpriano Catriel, el teniente coronel Palavicini con
200 indios amigos y 50 Guardia Nacionales en la vanguardia del centro y el coronel Juan C. Boer a
la derecha, con 130 lanceros del cacique Simón Coliqueo; detrás estaba el Regimiento 5º del
teniente N. Levalle y el 2º Batallón del teniente Pablo Arias y un grupo de 60 Guardia Nacionales
de 9 de Julio al mando del capitán I. Núnez.
Armonizando los partes —porque difiere el relato de Rivas del de Boer—. (Rivas, 14.3.72:
AGN, S.X, 43-7-3 (1 f.) publicado por J. Walther.ob. cit. Anexo IX; Boer, AEM, 6482,6481; Borges
ib. y Arch. Mus. Hist N. Nº 6043 [Rivas] y Arch. Municipal. de 9 de Julio, Lib. 28,p. 4 y 26, y
agregaré el del cacique Justo Coliqueo. Véase Hux, Coliqueo, 1980 p. 135-144). Compaginando los
partes y relatando sin dramatismo el momento del hecho de armas, describo: la derecha, al mando
del cacique (Gral.) Catriel. debía atacar primero el ala izquierda de Calfucurá. Pero, como el
cacique no logró despertar el entusiasmo de sus lanceros, pidió al general Rivas que pusiera un
piquete de "tiradores" detrás de su gente para que matasen a los que se mostraren cobardes, pues ya
en el camino habían querido desertar. Distinta fue la conducta de los indios de Coliqueo. al mando
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del coronel J. C. Boer y de Simón Coliqueo: Ardían de gozo por la pelea. "Parecía que el enemigo
no iba a resistir la fogosidad de su carga" (Parte de Boer).
El enemigo los recibió impasible, como diciendo: "Eh, hermanos de raza, hagamos causa
común. Cruzaron lanzas y dieron media vuelta en retirada. Pero Coliqueo rehizo la columna sobre
la marcha, mientras el Batallón 5º de Infantería barría con su fuego el flanco derecho de los
chilenos. Entonces los Coliqueos volvieron a la carga, las lanzas enristradas, y nuevamente fueron
rechazados. Un grupo de 200 indios de Námuncurá había alcanzado las caballadas del Batallón.
Entonces el coronel Boer enardeció a sus indios amigos a un tercer y cuarto ataque, al mismo
tiempo que el general Rivas atacó con fuerza formidable la línea del centro de Calfucurá reforzado
en el avance por 400 tiradores.
Entonces Calfucurá hizo apear a los suyos, trabar a sus caballos y emitiendo gritos
ensordecedores y retumbando el suelo con su pataleo, avanzaron sus lanzas consagradas al choque.
¡Yaaa, Yaaa! ¡Lape, Lape! Golpes de lanzas, golpes de boleadoras, sablazos, gritos, gemidos y
tiros...
El combate duró casi tres horas. La línea de Calfucurá estaba quebrada. Empezó entonces el
desbande del centro y de las demás falanges. Los indios de Catriel y los de Coliqueo habían
rechazado el ataque.
Calfucurá se retiró con los suyos, pues la batalla estaba perdida, quizá porque su jefe había
adoptado la inusitada táctica del blanco, la de la línea tendida, y no la tradicional guerrilla, sin
emboscada, sin otras tácticas más conocidas entre ellos. Con todo, Calfucurá se retiró enorgullecido
de su protesta, y por su manifestación de poder de convocatoria.
Los vencedores se lanzaron en tenaz persecución de los arreos de los pampas. Una tormenta
atemperó el ímpetu y sosegó las polvaredas. La División del coronel J. C. Boer volvió al mediodía.
A la tarde, Rivas continuó recogiendo la hacienda. El coronel Boer envió desde 9 de Julio el primer
mensaje al ministro de Guerra: "El general Rivas, con fuerzas de Frontera Sud y Oeste ha batido a
Calfucurá frente al Fortín, San Carlos. Se ha triunfado. Han muerto más de 200 indios y se
rescataron más de 20.000 cabezas. (Arch. Municipal de 9 de Julio, Libro Ministerios, p. 198). Los
partes sucesivos hablan de 300 pampas muertos, 200 heridos, 30 cautivos liberados, 40 indios de
Raninqueo y Chipitruz vueltos y 60 a 80.000 vacunos y 16.000 yeguarizos recuperados. Las
Divisiones Sur y Oeste solo tuvieron 15 bajas y otros tantos heridos. Los indios amigos perdieron
31 y llevaron 14 heridas (Parte de J. C. Boer).

Agrego el parte del cacique Justo Coliqueo; cacique de la tribu de Los Toldos, dirigido, con
fecha 14 de Marzo, al presidente D. F. Sarmiento, porque es un vivo relato de uno de sus actores, no
citado por los historiadores del famoso combate. Los dos relatos de Rivas han sido escritos para ser
publicados. El general A. Gelly y Obes, el 11 de .Marzo, le felicitó por su triunfo y agregó "de no
haber triunfado. mejor se hubiera pegado un tiro" (AGN, S.X, 2-2-2). También el presidente le
felicitó. Sin embargo, la prensa hacía su crítica y hasta en el Congreso hubo intervenciones "por San
Carlos", por el saqueo de los militares. También el Juez de Paz de 9 de Julio pidió una investigación
en el asunto "Rivas". (Arch. Mus; Hist. Nac. Nº6064 fha.26.3.72 y AGN. S.X, 2-2-2, 20.6.72) .

Parte del cacique Justo Coliqueo, publicado en el Boletín Oficial Nº 328, del 27 de Marzo de
1872:
Tapera de Díaz, Marzo 14 de 1872
Señor Presidente de la República Argentina
D. Faustino Sarmiento:
Me dirijo a S.E. por separado para poner en el conocimiento de S.E. que el día 6 del
corriente, recibí orden del Gefe de esta Frontera,de que me pusiere en marcha para San Carlos. En
cumplimiento (de esa) salí de mi campo como a las 11 del mismo día, como con 180 lanzas. a todo
galope; llegando al Fuerte General Paz como a las ocho de la noche. Dispuso el Señor coronel que
marchásemos al otro día, al aclarar, para San Carlos, en donde llegamos como a las doce del día.
Allí estuvimos como,hasta el 9 (día 8) que fue cuando comenzaron a cruzar recién los malones con
los arreos, como a dos leguas del Fortín. Salimos, a batirlos. Y cuando llegamos cerca de ellos, me
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ordenó el Coronel Boer de cargar a un grupo de enemigos que se venía de frente. No me
avergüenzo. S.E., de confesarle la verdad: pues la primera, segunda y tercera carga que les hicimos
fui rechazado, hasta verme en la necesidad de echar pie a tierra; entonces se pusieron en fuga. Pero
ya en los encuentros que habíamos tenido quedaron entre una y otra parte muchos muertos y
heridos: perdiendo por mi parte cinco soldados y siete heridos, inclusive dos capitanejos, como
cuatro Caballos heridos. En el segundo entrevero salió con el caballo herido mi hermano Simón, mi
segundo cacique, que (en) el tercer encuentro su caballo apenas podía correr por falta de sangre.
Después de este combate, que duró como tres horas, se quedó Simón con los heridos y con la mayor
parte de la gente, y yo con unos cincuenta hombres atravesé el centro enemigo, encontrando a poca
distancia al General Rivas y a Catriel con los caballos cansados. Me ordenó el general que buscase
la incorporación de un capitanejo de Catriel que había salido a batir a los enemigos. No me pude
encontrar con ese capitanejo y solamente con los míos pelié a un pequeño grupo de malones que de
lejos no más comenzaron. Allí maté ocho y (traje) un prisionero y una muchacha como de 9 años.
Ya me venía con los caballos cansados y rodeado de enemigos. Unos disparaban con caballos de
tiro por todas direcciones y otros comenzaron a reunirse disponiéndose a pelear, dejando todos los
arreos. Entonces no tuve más remedio que refugiarme por quedar más inmediato; pues todas las
fuezas del Coronel y del General se habían vuelto a San Carlos. La Providencia me amparó en esta
triste situación, pues cayó un golpe de agua que se puso medio oscuro y el enemigo nos perdió de
vista y yo seguí al trote hasta (el fortín) "Rifle", donde dormí. Al otro día, mi hermano Simón había
mandado una partida para buscarme, porque nos creían a todos muertos; pues no sabían qué
dirección había tomado en medio del enemigo.
Yo doy gracias a los valientes Generales Rivas y Catriel, que si no hubiesen venido estos dos
amigos, estoy seguro, mi General, que no habríamos quedado ni uno solo vivo.
Faltaría a mi deber si no hiciera una recomendación a los bravos soldados de Chipitruz y
Manuel Grande, quienes han peleado llenos de entusiasmo a la par de los míos, muriendo dos de
ellos en el combate y uno herido. Esto es para mí una gran satisfacción el haber podido dar una
prueba de lealtad y patriotismo (y) de estas desgraciadas personas que se hallan tan contentos con la
libertad que han obtenido. Yo, Simón y toda mi tribu no hemos hecho más que cumplir con S.E.
Saludo a S.E. con todo respeto y consideración. Justo Coliqueo."

CAVILANDO ENTRE EXPEDICION DEL DESIERTO


O NUEVAS GESTIONES DE UN TRATADO DE PAZ

El ministro de Guerra que tanto se había empeñado en que se hiciera la expedición al


Desierto, animó al general Rivas de nuevo y le aconsejó que partiera de inmediato para Salinas
Grandes, aprovechando el clima de triunfo (Arch. Mus. Hist. N. Nº 6042, fha.13.3.72). Lo mismo
dijo el coronel J. Murga transmitiendo la noticia de que Calfucurá estaba a 9 leguas al N.O. de
Salinas Grandes.
Calfucurá, el diplomático cacique de la pampa, no se dejó estar, ni tampoco lo dominó la
amargura como tantos afirmaron. Estoy de acuerdo con lo que dice Rinaldo A. Poggi en su folleto
"Derrotado, pero no vencido: Calfucurá después de San Carlos" (Bs. As., 1980,24 pp). De
inmediato, envió nuevas comisiones al coronel J. Murga y a I. Rivas con nuevas proposiciones de
paz con las condiciones que él exigía. Su invasión había sido una demostración de protesta, repitió.
Y Gainza aprobó el 21 de Marzo, que demorasen la expedición, mientras que el coronel Arredondo
hacía arreglos de paz con los ranqueles. (Ib.)
No había transcurrido más de un mes, cuando hubo anuncios de que Calfucurá preparaba un
nuevo malón y pensaba atacar a Catriel, seguramente en venganza por su colaboración en San
Carlos (AGN, S.X, 2-2-2,7 y 11.4.72). Murga opinaba que la mejor decisión era atacar a Calfucurá
antes de que éste volviera. Arredondo, sí, invadió a los ranqueles, a pesar de todos los esfuerzos de
ellos por lograr el tratado de paz (véase Mariano Rosas). Al mismo tiempo, Gainza comunicó que
Namuncurá estaba en marcha con rumbo a Tapalquén (A. Mus. Hist. Nac. Nº 6137, fha 21.5.72). El
coronel J. Murga escribió entonces a Calfucurá como para atemorizarlo: "La tropa se ha movido por
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temor a un malón de los chilenos que se supo que estaban por invadir (Arch. Mus. H. N. Nº 6093,
del 18.4.72). Así los beligerantes se amagaban mutuamente.
La invasión no se produjo en Azul, ni en Bahía Blanca; se dirigió en cambio a la frontera
norte y oeste, donde se enfrentaron con tropas del teniente coronel Conrado Villegas. Algo más
tarde llegarían también hasta Los Toldos de Coliqueo (AGN, S.X. 2-2-2, fha. 7.6,72). Una "flota"
pasó por Tapalquén, quitando a los catrileros 2.000 caballos (Rivas, A.M.H.N. Nº 2418 y 6234 y R.
Capdevilla, Tapalquén II, p. 67).
Otra fracción, al mando del cacique Pincén, emboscó al teniente coronel E. Heredis (A.
Martínez, “San Carlos de Bolívar” p. 129;27.6.72). También hubo invasiones en el Partido de
Lincoln. Hay dos relatos; uno de un ex cautivo Luis Lauens que se refiere a la estancia Santa
Brígida (Bayauca), del 12 de junio y otro de Lorenzo Deus del sur de Rosario (en T.H. Nº 21 del
5/16,1985). Gainza creyó o decía- que eran malones de recursos.
El cacique Calfucurá, a la vez que mantenía el estado de guerra, explica en diversas cartas su
situación y su protesta ante el proyecto del avance del ejército y de la frontera; proyecto que no
respetaba sus derechos ancestrales. El 18 de Junio, por ejemplo, escribió una larga carta al ministro.
Agradece primero la suya del 10 ppdo. y reclama por los ocho meses que retenían a sus
comisionados, los cuatro años que le regateaban las raciones, ya que sólo una vez en el año las
había recibido. Y porque a sus comisionados les hicieron vender por precios irrisorios los animales
que les pertenecían. ..Luego explica nuevamente las razones de sus grandes acciones de armas, la de
1855, la de Tres Arroyos que hizo en defensa de Cañumil y su tribu, por el apresamiento de ellos, de
sus capitanes e hijos y por el gran despojo cometido después de haber hecho un tratado de paz. Y
continúa: "No han cumplido conmigo. Estaba en nueva gestión con el coronel Murga... Vino usted a
esta frontera... que me hizo montar a caballo y me fui a traer al cacique Raninqueo. Pero esto hice,
porque él (alguno de su tribu) me reclamó que lo fuese a traer. Es que yo no iba con miras de pelear.
Tuve los encuentros con el general Rivas y mi amigo Catriel: "se han favorecido ambos. Si yo y mis
capitanes hubiésemos tenido los encuentros con los cristianos no más, me parece que habría ganado
la acción; pero Dios no lo habrá permitido. Así fue... y los motivos por qué he quebrantado mi
tratado, el que habíamos hecho con mi superior Gobierno. Yo no culpo con eso, sino a los jefes de
fronteras y a mi amigo Catriel y ese señor Avendaño. Excelentísimo señor, tengo (aquí) la comisión
de Catriel diciéndome que él no es culpable, sino los jefes de frontera; que él está lo mismo que
preso; que todos los indios de él están muy pobres, ni mate (tienen) para tomar. En fin, me pide que
seamos amigos..."
Al fin de la carta presenta a su primo hermano Gabriel Rayún como autorizado para hacer en
su nombre nuevos arreglos; "Le hablé con toda mi libertad y firme palabra." Pero no termina la
carta sin eludir responsabilidades sobre lo que hacían los ranqueles o los indios de Reuquecurá,
porque tenían otros mandos, y pide la ración: 1.000 cabezas, por Bahía Blanca. (Arch. Mus. Hist.
Nac. Nº 6169 del 18.6.72)
Una semana más tarde, Calfucurá envía otra carta al ministro de Gainza. reafirmándole que
él, Mariano Rosas y Baigorrita, todos ellos eran indios que querían la paz (y vivir) "como hermanos
que somos". Que él no mandaba a los indios como lo hacía Catriel; que los suyos eran muchos y la
mayor parte de ellos dueños de los campos que habitaban. Como observan que año tras año avanzan
las guardias (fortines y fronteras), por eso se sienten llamados a la guerrilla y al robo. Además,
Calfucurá criticaba a los jefes de fronteras que no entregaban las raciones como correspondía
(AGN. S.X,2-2-2 del 27.7 .72 y A.M.H.N.Nº 6186)
Contrastan con estas cartas las que el general I. Rivas envía al ministro Gainza. Ellas
comentan la prosecución de la lucha, la necesidad de reunir más caballadas antes de iniciar la
campaña (A.M.H.N.). Gainza contestó que consideraba "la conveniencia de tener la paz con
Calfucurá, aunque pensaba que habría que hacerlo a “lanzazos”. Prepare cañones y caballos para
abrir operaciones en Septiembre" (AGN.S.X 2-,2-2 y A.M.H.N. Nº 6201), y diez días después:
"Diga a Calfucurá, ¿cómo, estando en tratativas de paz, los indios pasan la línea de fronteras y en
Tapalquén dan muerte a cuatro? (ib.24. 8.72). Y ¿por qué había rumores de invasión? ¿Por qué
pedidos excesivos? Que, firmado el tratado de paz o no, debía estar listo para Octubre. (Ib..
24.8.72).
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Rivas le contestó al ministro que su comisión y Catriel habían vuelto de Salinas Grandes y
que Calfucurá a su vez había enviado una comisión conducida por el cacique Cañumil con el fin de
concertar la paz sobre las propuestas de Calfucurá (ib.. 9 y l0.9.72)
Rivas decía al ministro que desconfiaba del Indio y que le impondría severas condiciones y
en caso de que éste no las aceptase, pensaba atacarlo (ib. 14.9.72). Cuando Gainza se informó de
que en la pampa había sequía y hambre, le comunicó a Rivas, que aprovecharía la circunstancia
para someterlos. (Ib., 26.9.72).
Entretanto, Hilario Lagos, más corajudo que Rivas, había atacado a la tribu de Pincén con la
ayuda de indios de Coliqueo. Pincén. en cambio, fue a retrucar a la tribu de Coliqueo (Hux, M.,
Coliqueo. Cap. XXI). Pincén había sido sufragáneo de Calfucurá.
Calfucura, en cambio, porfiadamente, mantenía el intento de lograr el tratado de paz y así
poder vivir más seguro en sus campos. No cabe duda de que con él podía tratarse y llegar a una
convivencia como en el caso de los Colíqueo. Pero ese muro de soldados en la frontera, los ataques
a ésta y aquélla tribu hacía que el estado de guerra continuara y no permitía estar despreocupado,
más aún, porque las paces celebradas con los ranqueles no habían sido respetadas.
En los primeros días de Octubre se presentó de nuevo el anciano diplomático de Calfucurá,
el capitán Faustino Huenchuquir. con una importante comisión y proposiciones de paz, como
informaba La Tribuna el 2 de Octubre de 1872. Creo que fue entonces que se les sacó una
fotografía, publicada por J. Maguirre en su libro Loncagüé (lámina XV). Otra comisión se presentó
al coronel Murga con cartas y entregando cautivas (A.M.H.N. Nº6301,fha. 16. 10.72) y una más,al
general Rivas (ib., Nº 6300;15.10.72). Este, al transmitir las cartas amables de Salinas Grandes,
decía al ministro que le parecía necesario operar pronto contra Calfucurá. (Ib., 20.10. 72)
Yo, personalmente, he llegado a dudar tanto de la sinceridad de Rivas cuanto de la fidelidad
de Calfucurá.
Por entonces el coronel Hilario Lagos, quizás deseoso de echar leña al fuego, solicitó
permiso para incursionar a la zona de la Laguna del Monte para robar la caballada que Calfucurá
invernaba allí (ib., Nº 6312. fha. 21 y 24.11.72); pero Rivas y Gainza lo disuadieron: Lo
desautorizaron por el momento, previendo una reacción violenta del jefe salinero. Temieron
también algo inesperado, cuando se supo que en la frontera sur habían asesinado al cacique Lafihur,
cuñado de Calfueurá y a otros integrantes de una de las comisiones, enviadas al coronel J. Murga
(ib., Nº 6308 y/o). Calfucurá naturalmente se quejó con sentidas expresiones al coronel Murga, y no
quiso recibir la comisión de éste, porque lo "insultaron" y "me amenazan". Lafihur y su nieto
Millaluán llevaban cautivos que Calfucurá había rescatado, pagando en plata y prendas y los
mataron... pero "yo no quiero quebrar con usted" (ib., Nº 6334 y 6335, Oct. 72). De hecho,
procuraba concluir el tratado de paz como Reuquecurá y Sayhueque.
Rivas, encambio, se dirigía al ministro para hablarle de su nuevo plan para reducir a
Calfucurá: se le daría el tratado de paz, pero bajo la condición de que aceptara una guarnición
militar asentada en Guaminí y Carhué. En esa intención envió de nuevo al buen capitán y lenguaraz
R. Solano con una comisión que establecía contactos con el cacique general Calfucurá (ib., Nº
6440). "Sigamos en una armonía calculada y marchemos al fin que nos propusimos: la destrucción
de este cacique. Tal es nuestro propósito. Creo que tendremos la felicidad de ver coronada nuestra
obra..." (ib.. Nº 6365). Pero con palabras altisonantes no se conquistaba la pampa ni se destruía el
poderío de Calfucurá.
Otro hecho se sumó para entorpecer las relaciones de Calfucurá con los jefes de fronteras.
Hilario Lagos realizó otra expedición contra Pincén, obligándolo a aceptar un tratado de paz,
aunque fuera para recuperar a su familia, caída en cautiverio, (véase Pincén y A.M.H.N. 6427. El
tratado de paz de Pincén llevará la fecha del 1º de Julio de 1873)
Calfucurá se quejó de este ataque y no quiso atender la comisión de Solano, de manera que
Rivas se inquietaba por el silencio de Calfucurá. Sospechaba que podría significar la "calma chicha
antes de desatarse una tormenta". (Ib., 10 y 25 de Dic. 72 Nº 644)

ASI SE LLEGÓ AL AÑO 1873


132
Un mes más tarde, volvió R. Solano trayendo cuatro cautivas liberadas y una comisión
salinera que quería ir a Buenos Aires para tratar con el Gobierno nacional. Rivas no había
conseguido nada con respecto a Carhué y escribió al ministro que "Solano no pudo tomar Carhué".
Calfucurá, más cuidadoso, escribió a Rivas que quería cumplir con él. (AGN. S.X. 2-2-2)
La comisión que se presentó al presidente en Buenos Aires estaba al mando del cacique
Manuel Namuncurá; éste presentó una carta bastante exigente de su padre con fecha del 30 de
Enero de 1873. En ella reclamaba raciones según el tratado, unos 4.000 animales," 1,000 para
Namuncurá. 1.000 para Reumay y 2.000 yo (Calfucurá) y sueldos para cuatro capitanes. Me han
dado "lo pior':.. han muerto a sete y por cada uno pide 10.000 pesos. Yo sé el delito que una
comisión sea asesinada sin causa. Nada sacamos que estemos matando unos a otros... Es mejor que
vivamos como hermanos de una misma tierra. Pido a Usía que lo piense lo mismo, que Usía nada
saca si nos hacen la guerra.
"Exmo. Señor, tocante a la población de la que dicen que es por sus órdenes: en eso pido que
se resuelvan. Nosotros que somos dueños de esta América, no es justo que nos dejen sin campo.
Pero espero que Usía se olvide de Cargüé, si es que han dado órdenes. Y si lo han dado, es mejor,
así no me extiendo más". (A.M.H.N. Nº 6517, fha.30.1.73)
Calfucurá pidió pues la aprobación definitiva del tratado por el Gobierno nacional, como se
había dado a las tribus ranqueles, a los picunches, a Catriel y Pincén. El ministro de Gainza propuso
ofrecerle los mismos beneficios que se le habían ofrecido en el tratado de paz de 1866 (art. 2º) por
intermedio de la Compañía de J. A. Gollán. En la misma oportunidad, la comisión salinera se
presentó también al obispo D. Federico Aneiros, quien empezaba a interesarse mucho por la paz y la
evangelización de los indios pampas. Apoyó, pues, con su autoridad la solicitud de Calfucurá y
regaló a Namuncurá como recuerdo su retrato o fotografía, entregándole también una carta dirigida
al cacique general J. Calfucurá que lleva la fecha 28 de Febrero de 1873. Calfucurá quedó
encantado con la fotografía de monseñor Aneiros, más todavía porque el capitán Tapia le explicaba
que era cómo un segundo Dios (L. Copello, Gestiones de Mons. Aneiros en favor de los indios,
1945 p. 193). Sabemos que el 2 de mayo, estando ya enfermo, Calfucurá convocó a una gran
reunión de sus indios en la cual les explicó la gran esperanza que tenía de conseguir el tratado de
paz y les mostró aquel retrato que tanto le había impresionado y lo hizo pasar de mano en mano
para que lo besaran (A. Clifton Goldney. ob. cit., p. 206). Quizás pensó también en los antiguos
curacas de su raza que se vestían con largos y lujosos trajes.
Detrás de la comisión de Calfucurá, partió también Rivas a Buenos Aires "para disponer al
Gobernador de la Provincia". No dejó de decir que era preciso arrebatar la caballada de Calfucurá
que invernaba en Carhué. Aún a fines de Marzo escribió a M. de Gainza: "Calfucurá reclama
raciones; jura que todo está tranquilo en Salinas. No obstante, atacaré las caballadas de Carhué. En
primavera será mejor ocupar Carhué... La expedición la confiaré a Murga." ( A:M:H:N. Nº 6616)
De pronto corrió la noticia de que Calfucurá reunía a los indios araucanos para un malón
(Arch. Municipal de 9 de Julio, L. 28, p. 4 y 28). Y Murga supo por información de Angol que
Reuquecurá había hecho un convenio con los caciques Quilapán y Quilahueque para que viniesen a
invadir a Azul y la Guardia Blanca (AEM, 7.3.73). Estas noticias produjeron un gran revuelo y una
grande expectativa entre los jefes de la Frontera. El ministro se preocupó mucho de que Catriel y
sús indios fuesen ganados como auxiliares para el caso que se produjera el malón. Al cacique le
envió regalos extraordinarios, entre ellos una montura lujosa con estribos de plata (19 y 21.3.73).
Confió su preocupación también al gobernador M. Obligado y al general Arredondo, al que decía
que esperaba poder recibir a Calfucurá "dignamente". A éste, naturalmente no le manifestó su
inquietud, pero le volvió a escribir sobre el tema del tratado y de las raciones. (A.M.H.N., Nº 6623
y 6624)
Rivas, al parecer, estaba tranquilo, riéndose de la jugada que Calfucurá quería hacer. "No
invadirán hasta mediados de mayo; han hecho una larga marcha. Que Bernal vaya a situarse en
Choele Choel. Reuniremos las caballadas en Flores. Esta noche (29.3.73) vendrá Murga. Cada día
veo más la necesidad de hacer el golpe a Carhué. ¿Qué haré con las comisiones salineras que se
hallan aquí? Apresarlas es quebrar definitivamente; mandarlas sin raciones también es un desaire..."
(lo que no deja de ser una contradicción). (Ib., Nº 6625)
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A los dos días escribe: "Mañana marcha Murga a Carhué. Los de Catriel se incorporarán
en Sauce Corto" (ib., 6627,31.3.73). El 2 de Abril remite una carta altisonante al presidente D. F.
Sarmiento sobre motivos y esperanzas de la expedición a Carhué que será importante para el país. Y
también comunica a M. de Gainza en la misma fecha, que Murga había marchado con 200 soldados
y 300 indios amigos de Catriel a las órdenes del capitanejo Peralta. El día 5 marcharía desde Sauce
Corto (ib. N° 6631-35). Hay una gran expectativa: "Cuando reciba la carta de Murga, habrá
invadido la caballada y yo me hallaré en aptitud de emprender el movimiento combinado... a llevar
adelante la agresión a Calfucurá". (Ib. Nº 6637)
'Grande fue la desilusión de Rivas, porque la expedición fracasó. Así le informó, el 8 de
Abril al ministro: "La expedición ha sido necesaria...” Calfucurá mandó primero bomberos. Por
lluvias, los indios han retirado las caballadas al interior de Salinas. Murga suspendió la expedición.
Sólo Murga y el baqueano sabían (del objetivo) y todo quedó en silencio..." (Ib. Nº 6639)
Al otro día, es decir el 9 de Abril, escribió Rivas al presidente en sentido contradictorio: "La
expedición se retardó. Mañana será llevada a cabo con éxito sin falta; Es de preveer que Calfucurá
reaccionará y será necesaria la presencia del señor ministro..." (ib.. Nº 6644). Rivas desconcertaba y
desconcierta aún con sus cartas; pero al fin tuvo que confesar que Calfucurá estaba preparando una
invasión. "Me engaña". (Ib.. Nº 6654, fha. 16.4.73).
Ante ese avance de las tropas nacionales, Calfucurá lanzó también sus malones. El 16 de
Abril estuvieron ya en Maye Lauquen .(sobre el "camino.chileno") con rumbo a Azul; invadieron el
fuerte General San Martín (Sauce Corto). A su vez, el coronel Borges veíase,invadido y el coronel
Murga prometió continuar la negociación de la paz. El comerciante Bonifacio Torres se ofreció
como intermediario, ya que por su larga permanencia entre los salineros, lo conocían bien. (AMHN,
Nº 6646, 6651, 6662 etc.).
Por todo ello, se ve qué errados han estado los que creían que Calfucurá se consideraba
vencido y su poderío quebrado. El viejo dueño de Salinas Grandes y del Carhué defendía sus
derechos contra ejércitos combinados y el general Ignacio Rivas no se atrevió operar contra él.
Nuevamente le envió regalos, haciendo ponderaciones de él al ministro de Guerra, antes de que
fuera llamado a Entre Ríos, cuando estalló la segunda revolución de López Jordán. (Íb. 8 y 10.5.73)

La muerte del cacique general Juan Calfucurá

El cacique Calfucurá enfermó, probablemente de pulmonía en el rigor de las primeras


heladas del ano 1873. Como dijimos arriba, el 2 de Mayo, ya enfermo, realizó su última gran
reunión: quizás un nguillatún, para pedir a Dios su recuperación. Pero luego entró en un gran
silencio, porque el mal habíase agravado. Podía ir a reunirse con sus grandes antepasados con
tranquilidad. Tenía hijos grandes y valientes, que mantendrían su estandarte, su honor y que
lucharían por sus derechos y dominios. El cacique general Juan Calfucurá había realizado una vasta
obra en defensa de sus "paisanos" (mapuches) y así, como había sido gran patriota chileno, quería
ser patriota argentino. Pero con la política, seguida con el Indio en la guerra, desarrolló su genio
militar, haciendo de la guerra casi un modo de vivir y de sus gestiones de paz, un negocio. Su
última carta fue una lista de pedidos. (AMHN.fha. 12.5.73)

Si estudiamos su personalidad, hay que admitir que tenía un corazón paternal, compasivo,
nada cruel, nada salvaje, aunque frente a injustos ataques (a Catriel, 1855; a Cañumil, 1870;. a
Chipitruz, 1871) no rehuyó las consecuencias del reto y de la venganza, que para el araucano era
causa sagrada. Estando por morir en su limpio toldo, llamó al capitán Rufino Solano, el buen
lenguaraz y diplomático de Azul y le dijo con voz serena y firme:. "¡Huya, amigo, y llevate las
cautivas, antes de que yo muera, para que no las maten..!" (Alv. Yunque, “Calfucurá”. p. 224).
El 3 de Junio de 1873, moría el gran cacique. Eran las 22 horas de la noche, cuando
entregó su espíritu. Lo sabemos por las cartas que entonces escribieron sus hijos, Manuel
Namuncurá y Alvarito Reumay y el secretario Bernardo Namuncurá: Cartas dirigidas al Arzobispo
de Buenos Aires, las que llevaron el capitanejo Leviñancú, hermano de Bernardo y Payllanán con su
hijo Mariano, que encabezaron una solemne comisión a la que acompañaron los capitanes Dámaso
134
Tapia y Rufino Solano. Hacían aún, en nombre del difunto un nuevo esfuerzo por la aprobación de
un.tratado de paz.
Manuel Namuncurá agradecía al Obispo la carta del 28 de Febrero y la fotografía suya,
diciendo que la habían recibido con mucha veneración. Que desde principio de Mayo su padre iba
disminuyendo en salud y que finalmente resultó "el más triste acontecimiento, ya que falleció"...
"Nuestro Señor Padre falleció el día 3 del presente, como a las 10 de la noche... dejándonos
huérfanos." (L. Copello, Gestiones del Arzobispo Aneiros..., ob. cit., p. 193 s.). Luego manifiesta
sus exigentes pedidos que por manos del Obispo quería presentar al gobierno. También pidió la
liberación de sus indios presos en Retiro y en el Chaco.
Alvarito Reumay, en su carta, entregada por la misma comisión, le decía al mismo prelado:
"Mi muy respetable Señor Obispo: Por ésta tengo el honor de escribirle, ilustrísimo Obispo, aunque
con dolor y la gran pena que tengo en el corazón por la pérdida de mi padre, para pedir su ayuda y
amparo. Le digo que mi pobre padre recibió su regalo estando todavía con toda su salud... El Sr.
Capitán Rufino Solano y el Sr. Capitán Dámaso Tapia con su hijo Catalino sabrán explicar(lo)
mejor y además llevan un borrador de tratado de paz del gran parlamento que tuvimos al día
siguiente del fallecimiento de mi padre que son (expresa) los buenos deseos que tenemos para vivir
tranquilos y como hermanos, y mandamos ante el Superior gobierno a enterarlo del modo que
queremos marchar. Así no me extiendo más...". (L. Copello, Gestiones..., ob. cit., p, 190)

Bernardo Namuncurá había redactado el texto de un nuevo proyecto de tratado de paz y


pocos días después, el 14 de Junio, redactó otro similar para el cacique Pincén. Este último tuvo
aprobación, mientras que "ese borrador" no. A. Clifton Goldney, en su libro “El Cacique
Namuncurá” (1956. p. 201-206), lo publicó y es en sustancia y por amplitud de las firmas semejante
a ese otro documento "Tratado de paz" que en el Archivo del Estado Mayor lleva el Nº 1232, y la
fecha 3 de mayo de 1875, pues Namuncurá seguirá la misma política de su padre, con el mismo
anhelo de asegurar un futuro de paz para él y sus tribus.
Monseñor Aneiros contestó las cartas el 11 de Julio, naturalmente con expresiones de
condolencias y con promesas de promover sus pedidos, ofreciéndoles los servicios de sus
misioneros. (L. Copello, ib., p. 195/96)

EL ENTIERRO DEL CACIQUE CALFUCURÁ

El velatorio y el entierro del gran cacique fue seguramente un acontecimiento extraordinario


que convocó a gran cantidad de sus indios y representaciones de muchas tribus aún distantes, de los
indios amigos de la frontera: de Catriel, Coliqueo, Rondeao; los .ranqueles de Mariano Rosas y de
Baigorrita; los del Sur, de Reuquecurá. de Sayhueque; de Mendoza y de Chile. Se corrió la voz que
1.500 a 2.000 indios chilenos habían llegado a Salinas Grandes.
El gran gobernante, prócer y héroe indio del siglo XIX, tuvo un magnífico cortejo en su
entierro solemne. Fue una manifestación de su poder de convocatoria entre los mapuches. Y creo
que nosotros sólo podemos hablar de él con respeto, aunque hubo actos que no podemos aprobar.
Opino que no va en zaga a muchos jefes militares quienes han logrado veneración hasta sobre
pedestales en nuestras plazas y ciudades. Su secretario francés Augusto Guinnard estuvo en lo
cierto, cuando escribió: "Este hombre no fue enemigo de la civilización, pues estaba dotado de
impulsos generosos y tenía el instinto de justicia" (Tres años de esclavitud entre los Patagones). Lo
que no se comprendió entonces,debemos comprenderlo hoy: es que Calfucurá veía y sentía las
cosas con ojos y corazón indios; es decir, que la tierra era de ellos y que los cristianos eran intrusos.

Se agrega la lista de caciques y capitanejos que firmaron el "Borrador del.Tratado" el día de


la muerte y de quienes asistieron probablemente al entierro de Calfuqurá. No se da la traducción de
los nombres, porque para ellos no tenía importancia y Zeballos, cuando la hizo, en no pocos casos
se equivocó.
135
CACIQUES 1º
1 Manuel Namuncurá (hijo)
2. Alvarito Reumay (h)
3. Bernardo Namuncurá (sobrino)
4. Juan Morales Catricurá (h)
5. Juancito Calfucurá (sobrino)
6. Mariano Carimañ (h)
7. Juan Menroy Levique
8. Lorenzo Cayupil
9. Güenupán
10. Quinepán
11. Blanquillo
12. Llanquemán
13 Llanquemán
14. Millagüequen
15. Anneupán
16. Marillán
17. Pichún
18. Paztú
19. Linqué (Perucho)
20. Necu luán

CAC.IQUILLOS 2° .
21. Juan Blanco
22. Benito Pichicura (h)
23. Vicente Millaguayqui
24. Ferreira Caripán (h) •
25. Faustino Guaychuquir
26. Justo Liencurá
27. Juan Quiñehuala
28. Antonio Linares
29: Pedro Varela Melín
30. Juancito Cheuquefilú
31. Llanquelén
32. Blancuelo
33. José Platero
34. José Sánchez Clun
35. Güenchenao
36. Cayulén
37. Juan Romero
38. Antonio Necul
39. Milla Gómez
40. José Cristo

CAPITANEJOS
41. Manuel Foró
42. Ñancuchel
43. Huincafílú
44. Sarg. Ñancufilú
45. Qnintunán
46. Manquillán .
47. Dionisio Lefí
48. Domingo Cayuqué
136
49. Manuel Pichipilú
50. Gabriel Güirrín
51. Quidulef
52. Rapiñanque
53. Conue luán
54. Epuñán
55. Huincañán
56. Panguinao
57. Huihuin chanchú
58. Tapayú
59. Andrés
60. Cayupí

61. Coñulaf
62. Cayuán
63. Pichinecul
64. Namun Ñancufilú
65. Taconao
66. Justo Epuñán
67. Venancio Culuhuentrú
68. Lincón
69. Anculán (Ancaluán)
70. José María Gabriel
71. Epupán
72. Catrinao
73. Juan Tarro
74. Carruqueo
75. Manuel Pastor (Sarg.) (h)
76. Manuel Curá
77. Güichao
78. Huinca Melinher • • - .
79. Cotar
80. Curique
81; Ancaob
82. Lemunher
83. Manquenán García
84. José Carruqueo
85. Canales
86. Clencheu .'
87. Ignacio Paillán
88. Quiñetrú
89..Quentren
90. Vicente Quiñehual
91. Traipí
92. Railef
93. Painepán
94. Millanher
95. Antucurá.
96. Lantú
97. Nahuel Quintuy
98. Guanquepí
99. Güenchulaf
100. Benito
137
101 Pelqueleo
102. Queupán
103. Melimán
104. Villao (Millao)
105. Venancio
106 .Curumán
107. Florencio
108. Nahuel Chao
109. Antel
110. Marín
111. Güenumehán
112. Güenuqueo
113. José Melimán
114. Aparicio Licán
115. Ancamil
116. Rahín
117. Güichal
118. Painén
119. Montré
120. Lefihueque
121. Alecoy Toro
122. Paillao
123. Pichihuel
124. Venancio Coñuepán
125. Toro
126. Cla-luán
127. Güenunguen
128. Lemo
129. Güenún
130. Lienquén
131. Curuhuinca
132- Turá
133. Villavey Chico
134. Millapán
135. Callonao
136. Huiñol
137. Félix Catricurá
138. Manuel Pichillancá
139. Francisco Calfiqueo
140. Calfiqueo
141. Mariano
142. José Cañumil
143 Luis Gorosito
144. Mariano Cañumil
145. Ponce
146. Güenchulaf
147. Lefilco
148. Melinao
149. Pantaleón
150. Huincal
151. Carel
152. Quiñenao
153. Matías
138
154. Lapén
155. Antuqueo
156. Esteban Romero
157. Juan
158. Calfiqueo
159. Marín
160. Nienén

Por lo demás, no me aventuro a describir el entierro con datos costumbristas de los


araucanos, porque no hay descripción histórica alguna. Pero tengo que decir que la tumba de
Calfucurá ha sido encontrada y profanada por los expedicionarios del coronel Levalle. La Prensa
del 26 de Enero de 1879 habló de ese hallazgo. El cadáver tenía dos espadas al lado de sus manos,
entre otros enseres que los indios solían enterrar con el difunto. El Dr. Zeballos se hizo depositario
de los hallazgos y también de un archivo que encontró enterrado (Viaje al país de los araucanos.
Buenos Aires. 1881, p. 192 .Véase también: Monsr. Juan G. Durán :Namuncurá (1870-1880) El
arhivo del Cacigazgo de Salinas Grandes, Bs. As. 2006 p.44ss) Lo que encontré en el Archivo del
Museo de Luján era algo del archivo de Namuncurá. ). El cráneo llegó a ser depositado en el Museo
de La Plata, donde está señalado con un simple número.

Rescato el concepto que el general José Ignacio Garmendia volcara en “La cartera de un
soldado”: "En mi opinión ha sido el más grande genio de la pampa", Su historia continuó en la de
sus hijos, particularmente en lo que hemos de reseñar del cacique Manuel Namuncurá.
Dn.Bernardo González Arrili (La Prensa, 5,3.1972) habla de una fotografía de Calfucura; pero me
parece que nunca fue fotografiado.

Teniendo la Guía Bibliográfica “El Indio en la Llanura del Plata”, pueden completar la
Bibliografía para este trabajo.
Clifton Goldney, A. –Yunque,A. – Zeballos, E.S. – Avendaño, S.-Walther, J. – Bibolini, F. –
De Salvo,F. – Falconi, R.- Franco, L. – Gálvez, M. – Priegue, C. – Landaburu, Rob.:Relatos 2000, y
lo señalado en ete texto.

CALFUCURÁ, Juan (Juancito) Nació en 1833; era hijo del cac..Manuel Namuncurá y nieto
del gran cacique Juan Calfucurá, quien lo estimaba mucho. (Su pasaporte del 16.6.1853 existe en
AGN S.X. 18-8-1) Más tarde, por ej. En 1894, se llamaría Juan Namuncurá. Apareció en alguna
foto. P. Ej de 1884 en la embajda familiar a Buenos Aires del cac. Namuncurá Monsr. Durán 2006
p. 345
CALFUCURÁ,Pastor: Nació en 1837; era hijo del cacique Juan Calfucurá. Recibió en 1856
educac.ión en Buenos Aires en el Colegio de Framcisco Solano Larguía. Estuvo becado en el
internado junto con otros hijos de caciques. En 1856 su preceptor lo llevó a Salinas Grandes para
facilitar su gestión por libertad de cautivos y contactos de paz. Pero su padre, el cacique lo mandó a
Entre Ríos, para que bajo la tutela tutela del Gral Urquiza perfeccionara sus estudios. Intervino en
multiples gestiones de paz de su padre. Era, pues, un noble representante de la estirpe de los “curá”.
CALFUCURÁ, (cac.. araucano) cac.. chileno informante del lingüista del Profesor Rodolfo
Lenz, como dice en sus Estudios araucanos y Cuentos araucanos).No tengo otros datos de él.
CALFU HUAL, Esteban: cac. del Neuquén. San Martín en su libro “Neuquén” (ed. 1930 p.
195) describe uno de sus nguillatunes.
Etimol. Hualá-pato; calfú- negro o azul o pardo.
CALFUIÑ, Juan o Calbiñ) 1628, cac. araucano chileno de Quilicura. Fue desplazado por
colonos españoles de sus tierras. (Fernando Silva Vargas: Public. Universidad Católica, Chile Nº 7,
1962 p.70: “Tierras y pueblos de indios en el Reino de Chile”. Etimol: Ñancú pardo.
CALFUÉN (o Calfuín, Calfún, Callbié) 1821, cac. chileno de la parentela de Calfucurá y de
Quilapán. Era patriota e intervino en varios malones o gestiones políticas en el Sur de Mendoza y de
la Pampa en 1847 a 1869. Su hermano se llamaba Caninlao. (T.Guevara, 1910 p. 295)
139
CALFUÍN, 1836, capitanejo araucano que intervino el 1º de octubre de ese año en el
malón de Tapalquén, donde halló la muerte. (Gaceta 5.10. 1836 y Capdevilla: Tapalquén I. P.86)
CALFUIÑ, José Francisco(o Carranza, o Carranza Callfián o Canirelef) nac. 1836 y murió
el 1. de sept. de 1885. Era capitanejo boroga y pertenecía a la tribu de Ignacio Coliqueo. En el libro
Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos tengo varias noticias de él y de la historia que
compartió en la tribu de Los Toldos.
Era hijo del cacique Pedro Melín y de Gelay Ken (según las anotaciones del libro de
Bautismos de 1875) Se casó con Petrona López, hija del capitanejo Antonio Lopez Levipán y de
Lorenza Colín (en otra anotación sedice que su madre se llamaba María Alonso; era de 25 de
Mayo). Era pariente del cacique principal. Era bautizado por su propia insistencia en 1875 por el
Misionero Pablo Emilio Savino. De él narré cosas buenas en mi libro citado : Sobre su familia, su
bautismo, su ayuda en la confección del catequismo bilingüe del Misionero y su valor en la defensa
de la tribu.
“Calfuiñ y Petrona eran felices. A la primera hija le dieron el nombre Andrea. ¡Qué alegría
cuando empezaba a hablar y decir Ñuqué (mamá) y chao o chachay. Andrea Carranza sería una gran
mujer. Curandera famosa y de larga descendencia. Tres años más tarde, en 1864, nació Cecilia y
luego otra más, Gabina Carranza.
Calfuiñer, el Tigre pardo” fue un valiente capitanejo, un hacendado y soldado. Figura en las
listas de los oficiales, por ejemplo el 18 de noviembre de 1868, en tercer lugar (antes del Pancho
Calfuqueo), es llamado Caniurelef (Calfuiñ) Carranza; su mujer Petrona López y tenía 10 hombres.
Fue uno de los primeros cristianos de la Tribu. En 1875, el misionero doctor Pablo Emilio Savino
estableció entre ellos una misión, capilla y escuela. Calfuiñ bien pronto fue su mejor amigo. Era
hombre honrado y gozaba más que todos la estima del cacique Simón Coliqueo (no tanto la de Justo
Coliqueo). Era un indio “ladino”, en su primer significado, es decir, sabía el castellano casi como el
mapuche. El y su familia, desde un principio, mostraron gran interés por la religión católica. Las
niñas Andrea y Cecilia fueron los primeras en bautizarse, el 31 de enero de l876. El mismo
capitanejo acudía dos veces a la capilla para aprender las oraciones y prepararse para el bautismo.
Aún más; hacía de trductor para el Padre (de quien tenemos estas noticias) y le corregía la versión
del catecismo en idioma indio que estaba redactando y que luego ha publicado por la editorial Coni
Bs.As. en 1876.
El 4 de junio (día de Pentecostés) de 1876 el “Tigre Pardo” y doña Petrona recibieron muy
emocionados, junto con el bautismo, el sacramento y la gracia del matrimonio cristiano.
Seguramente contrastaba esa simple ceremonia a la del año 1858. Pero en estos momentos no eran
menos felices. Calfuiñ, a los cuarenta años de edad, quiso cambiarse el nombre al recibir el santo
crisma del bautismo. Hasta la muerte, ocurrida el 1º de septiembre de 1885, se llamó Jose Carranza,
añadiendo a ves el apellido Calfuiñ.
Leemos en la partida de bautismo de Andrea Carranza: 31 de enero de 1876; Yo,
infrascrito sacerdote de la Congregación de las Misiones, bauticé sub condicione y puse los santos
óleos a Andrea Carranza de Junín (pues la tribu estaba aún allí), de 16 años, hija del capitanejo José
Carranza, de cuarenta años de edad y de Petrona López de treinta y cinco años de edad, ambos
indios. Padrinos: Don Mateos Letamendi, español y su señora, doña Rafaela Morados, argentina,
domiciliados en el Partido de Líncoln; y por así lo firma Pablo Emilio Savino, C.M. – Padrinos :
Don Juan Arzuaga y Doña Irene Ferreira.
En el sacramento de Matrimonio han reconocido y legitimado a tres hijas: Andrea,
Cecilia y Gavina”
CALFULÉN, Francisco (Callfulén, Pancho, “Cola Negra”) 1833, J.M. de Rosas lo llama
cacique pampa. Participó en la Expedición del Desierto. Pertenecía entonces a la tribu de Santiago
Llanquelén; era su hermano y su segundo jefe. En el censo que se hizo en Junín en 1834, figura con
59 inios de lanza, 24 chinas y 17 chicos. Con su hermano tuvo que sufrir muchas persecuciones
entre los pehuenches y ranqueles y con él sucumbió en el fatal malón de 1838 en su “malal” en
Junín, Prov. de Bs.As. Fue degollado por el cac. Güenchuil, dice Avendaño en sus Memorias. Sus
dos mujeres fueron repartidas entre los vencedores del malón, Painé y Pichún. (ver Llanquelén)
140
CALFULÉN, Celedonio, 1911, cac. del Neuquén, al Este del cacique Painefilú, entre los
ríos Aluminé y Malleco (Gerula, 1972).
CALFULEO, 1847, cac. ranquel, quien participó de una embajada del cac. Pichón.
CALFULEO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del R.P. Donati, que me
fue donado)
CALFULEUFÚ, 1820, cac. huilliche chileno de Pitrufquén Etimol: Río Azul
CALFUI LLÁN (o Calvilan, Calbuyllan, en nov. de 1781 en oportunidad de una embajada
en la gestión de la paz fue retenido en el Fuerte Montes. Cuando le querían dar libertad,el huyó.
1790 cac. huilliche o ranquel. Según un Diario de Francisco Esquivel Aldao, 1788 se entregó
con 60 indios a la columna expedicionaria de Esquivel y de los pehuenches de Malalhué. Se
sublevó contra sus conaturales. Según el mismo Diario, él tenía dos mujeres huilliches; era hermano
del cacique Antemil. El 3 de Agosto de 1790 se incorporó a la tribu de Pichintur. Etimol: Llancá-
perla; calfú- azul o negra.
CALFU MAÍN, (o Calfumán, Calbuymain, Caltimán), 1787, cac.. puelche o pampa, que se
alió con los pehuenches, pues en 1787 se situó con el cac.. Ronco y con otros puelches, como
Guanquenecul, Ancaiñ, Llanquelén. (Ach Mend. Doc 37 de 1787). 1806 visitó al gobernador de
Mendoza con los caciques Uculmán, Nehuelquín y Equimán. Etim.: Cóndor pardo
CALFU MANQUE,,1617, llamado Don Lope, cac. chileno. Era hijo del cac. Toqui Ainvilú
y sobrino del famoso cac. Palantarú. El Padre Valdivia lo tuvo de amigo y lo llevó como rehén y
garntía de paz y también para prepararlo para el bautismo Meses más tarde recibió solemnemente
este sacramento por el cual le impusieron el nombre “Don Lope”. Desde entonces vivió
cristianamente entre los españoles y allí contrajo matrimonio. Pero en 1626, cuando rebrotó el ardor
de la guerra, no quiso quedar impasible. “Se enfermó de presión y marchó a la guerra”. En un
combate fue aprisionado, reconocido y degollado “por el crimen de haber abandonado la vioda de
paz entre los españoles”. (M.Campos Menchaca:Nahuelbuta 1972 P. 367)
CALFUMÉN, Román, 1879, capitanejo ranquel, yer no del cac. Baigorrita. En un ataque
del expedicionario Mator Toboada, el 16 de junio de 1879, fue tomado preso y 330 más y parece
que ha muerto entre los prisioneros del Campo de Concentración por las condiciones inhumanas o
por la viruela. (Olascoaga ob. Cit. II. 157 y A. Vuletín: La Pampa p. 125)
CALFUMUR, (o Calfimor, Calfinir), 1875, capitanejo huilliche de la tribu de Reuquecurá,
que en cierto momento pasó a la tribu de Namuncurá. En octubre de 1875, éste lo mandó con dos
capitanejos (Traipi y Paillanán) para gestionar ante el Gobierno Nacional un tratado de paz (AEM.
Bs.As. Doc. 320; 10.11.75) Pero el Cnel. Levalle los arrestó sin más, acto que causó una enérgica
protesta del jefe salinero, reflejada en una carta de Namuncurá al misionero R.P. Jorge Salvaire y en
la gran sublevación que inscenaron para contrarestar el avance de Ministro Alsina. No tuvieron
éxito. Pero Calfunir ha vuelto a su tribu. En 1878, durante la gran ofensiva del Gral. J.A.Roca, en
un ataque de la División del Cnel. Marcelino Freire a Utracán (La Pampa), Calfumur halló la
muerte, junto con los capitanejos Canolo, Atorey y 80 indios; al mismo tiempo fueron tomados
prisioneros el capitanejo Lanquelén, 95 indios de lanza y 153 de “la chusma”..(varían los números
en distintos informes) Olascoaga I. p.52: el 16 de oct. De 1878. Y Del Valle: Recordando el Pasado
p. 366) y el perióico “La Patria” de Dolores Nº 529, consultado en la casa de C. Moncaut) . Según
información del Dr. Carlos Rusconi, un Calfún (no dice Calfumur)habría sido tomado preso y
llevado a la Reducción de Campamentos (Rivadavia, Prov. De Mendoza) de donde habría escapado
a los montes del Rosario y donde habría muerto a los 80 años de edad.) No conuerda con lo dicho
anteriormnte.
CALFUNAO (o Calfunau, Calfonas), 1858, capitanejo de Calfucurá. Era su fiel compañero
y bastante rico. En la batalla de Pigüé, el 16 de febrewro de 1858, cayó prisionero y el Mayor
Osornio mandó lancearlo. Éste, en sus Memorias describe mismo ese dramático episodio:
“Miércoles, 17. Di orden al Comandante Susini que entregara al cacique al capitán Méndez. Lo
llevó atado de las manos. Lo llevaron tirando. Clavaron una estaca y lo ataron como quien ata un
caballo a soga, para lancearlo al tiempo de marchar. El indio estaba llorando y decía: “¿Para qué
matao? ¿No mataó, hermanos!” Marchamos a las 16.50 en dirección a Cargüe y lo lanceamos al
141
indio y lo dejamos a soga”. (Memorias Manuscritas: Extracto p.7). Sucesor de Calfunao fue el
capitanejo Coñolo.
CALFUN, José, 1819, cac. chileno realista de Huequén. Era yerno del cac. Mariluán.
CALFÚN: Según información del Dr. Carlos Rusconi, un Calfún (no dice Calfumur)habría
sido tomado preso y llevado a la Reducción de Campamentos (Rivadavia, Prov. De Mendoza) de
donde habría escapado a los montes del Rosario y donde habría muerto a los 80 años de edad.)

CALFU NAO, 1872, capitanejo ranquel de la tribu del cac. Man. Baigorrita (quizás
hermano. Lista del P.Donati). 1881, el cac. Calfunao desplazado ya al Neuquén, fue sorprendido en
su nueva toldería por la tropa del expedicionario el Sarg. M.Ruibal, poco después de la captura del
cac.. Purrán. (J.Raone: Fortines II. 80) Etimol: Nao-tigre; calfú- pardo
CALFUNER, 1781, cac. huilliche que con otros fue a Buenos Aires (León 1991 p. 53)
CALFU PÁN (o Calfoipán), 1800, cac. puelche que visitó a Mendoza (Rusconi )
CALFU PÁN, cac.chileno, 1820 de Cholchol, padre del cacique Venancio Coñuepán,
famoso combatiente contra los realistas en la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1900 p. 124 y 1920 p.
595) Etim.: Pangui-puma
CALFU QUEO (o Calfuquen, Calbuquen, Calfiqueo). Este nombre aparece en distintos
lugares y a veces no sabemos a quien señala el documento.
Entre 1757 y 1787 actuó el cacique gobernador Calvuquen en Cudicó, al Sur de Valdivia, del
que tenemos noticias buenas anotadas por el misionero Fonseca. Sus indios aceptaron con
entusiasmo la instalación de la Misión y aprendieron no sólo la doctrina, sino tambien a leer y
escribir. (Campos Mancheca: Nahuelbuta p. 452 y R. Lagos: Chillán p. 301) “El Negro”
CALFU QUEO, 1787, cac. pehuenche. En Junio de ese año el hermano del cacique
gobernador Ancanamún de los pehuenches de Malalhué , vio avanzar a 2000 huilliches contra ellos,
y eran del Cacique Calbiquén, cuñado de Limpay. El cac. Pinchitur, a duras penas, salvó su
hacienda.
Calfiqueo vivía sobre el lago de Antuco, al pie del volcán de ese mismo nombre. El río Laja
se vuelca desde grandes alturas sobre fantásticas cascadas hacia el lado chileno, hacia Los Angeles.
Bajo los títullos de Ancanamún, Pichintur, Currilipi, Rayguán, etc. veremos los vaivenes de esa
Guerra Pehuenche de avances y revanchas. Calfuqueo vio morir a muchos jefes y soldados de uno
y otro lado. El hacía contactos y correo con las tropas chilenos y tomó parte en varias expediciones
al Norte. En 1788 se peleó con el cac. Carripilún, entre el Fortín Primero de Mayo y Esperanza del
Zorro; lo atacó porque le había cautivado una hija en 1769, cuando Calfuqueo se negó a participar
en la sublevación general. Calfuqueo le exigió ahora que se retirase a Mamuil Mapú (La Pampa) y
él quedaría en Calvián Malal, en el Cerro Caicayén (En: Neuquenia II 1952 Nº 12 :Rendición
pehuenche por amor paterno).
El mismo sufrió el primer ataque de la Expedición de Esquivel Aldao, en 1792, mientras
acampaba sobre el río Picún Leufú. En el choque murieron 60 de sus indios, entre ellos los caciques
Millaluán, Quilapán y Llancamán y 160 cayeron prisioneros. Además perdieron 1500 caballos y
2000 ovejas. Pero Calfuqueo escapó y fue a dar la alarma a sus aliados. En enero de 1796,
Calfuqueo regresó de la otra banda de la Cordillera, enviado por los caciques Inaimán y Rayguan.
Hablaba de un segundo malón. (Arch. Mend. Doc. 18:28.1. 1796. El documento 21 del 17 de abril
habla de este fatal malón que trajeron los indios de Barbarco. Junto con ellos Calfuqueo y
Conuemain de Antuco irrumpieron las tolderías de Pichintur y mataron a este cac. gobernador, a
Ñancutripay, Güenucal y Cuntrurs y 6 mocetones más. Llevaron a muchas familias y haciendas;
dejarton destrizados los toldos y majadas, dejando a los sobrevivientes en una gran miseria. Pero el
8 de diciembre hubo un nuevo malón “de la Reducción del Capitán Salazar (como revancha);
saquearon y se llevaron haciendas y familias y mataron al cacique Catrielo y no saben cuántos más,
dice el parte del cacique. Los jefes que le atacaron fueron los caciques Maniqueo, Buchapang y
Levinirre (Arch Mend. Doc. 31 de 1797)
En 1806, el explorador Luis de la Cruz, que buscaba el camino a Buenos Aires por la
Pampa, en su informe nos da nuevas noticias del cac. pehuenche Calbuqueu de Antuco. Conoció su
toldo; habla de su mujer Petuy y de Trecalán. Su hijo, que ya era famoso, Calfuqueu, contó de sus
142
desgracias sufridas en la guerra y señaló como culpable principal al cac. ranquel Carripilún. Contó
cómo le cautivó una hija y que le exigió por su rescate, que se retirase de los huilliches. De la Cruz
convocó a los caciques pehuenches a un congreso para el 1º de Abril de ese año. Lo presidió el cac.
Calbuquen. Asistieron los caciques Pilquiñan, Levinirre, Manquelipe, Pichintur, Layló,
Puelmanque, Paillacurá, Trecalán y Carrilón. Calfuqueo fue el primero en ofrecer su ayuda al
expedicionario chileno y así el célebre viaje se hizo posible. Fue notable su discurso en el congreso,
en que recordaba los benficios recibidos por los españoles (De Angelis I. P. 127-130)
CALFUQUEO, 1819, cac. boroga, parinte del cacique mayor Ignacio Curriqueo. Su madre
era de la noble familia Quillahueque; su hijo se llamaba Manguiñ. Cuando la Guerra a Muerte
inflamaba de nuevo el área araucano, Calfuqueo y Curriqueo lucharon con sus indios del lado de los
realistas. Sin embargo T. Guevara (1910 p.134/36) averiguó que en Mayo de 1820 Calfuqueo,
Huancamilla, Treca y Lailó aceptaron un convenio de paz que les ofrecía en una conferencia el
Brigadier P.A. del Alcázar. Quiso ganarlos para la causa de los patriotas y romper así la resistencia
realista.. Ricardo Yaben cuenta que tuvo éxito. En cambio los realistas al mando de Vicente
Benavides fueron a atacarlo y pegarle una tremenda derrota. Benavides lo entregó traidoramente a
los indios enemigos, “los cuales a todo correr de sus caballos se lanzaron sobre Calfuqueo
ensartándolo en cien lanzas, esparciendo luego sus ensangretados miembros en medio de una
algazara infernal”. (R.Yaben: Biografías Militares I. p.80)
CALFUQUEO, Francisco (Pancho), capitanejo boroga, nacido en chile en 1795 y muerto
en Los Toldos (BA.) en 1885. Era pariente del cacique Ignacio Coliqueo, hijo de Curriqueo de
Huincul (Boroa). Lo acompañó duranten toda su vida. Vencidos en la Guerra a Muerte, emigraron a
la pampa argentina. Pero cerca de Guaminí, en el Asalto de Masallé, en Septiembre de 1834,
Calfuqueo huyó a 25 de Mayo pidiendo protección. Más tarde fue a vivir como Y.Coliqueo entre
los ranqueles y de allí en más conocemos su historia como miembro de la Tribu de Coliqueo y
llegó, en 1862, a La Tapera de Dïaz, el pimer Los Toldos (hoy cuatel del Partido de Gral.
Viamonte). Ya se radicaron en las seis leguas de tierras donadas por el Gobierno, debido a su
colaboración en la Guerra por la Unificación de la Argentina. Está también en la foto familiar del
Cac. Ignacio Coliqueo. Como indios amigos figuraban en listas del Ejército, él como capitanejo. En
el censo de 1868 le asignan 10 indios y sus familias. Su esposa se llamaba Rosa Railef, quien era de
Azul. En el entierro del Cacique Ignacio Coliqueo, en febrero de 1871, el hizo un discursao de
despedida. En 1873 también fue enviado como representante al entierro del cacique general Juan
Calfucurá en Salinas Grandes y asistió al gran parlamento del 3 de Junio de ese año. En 1874,
cuando se dirigió como otras embajadas para concertar la Paz con el gobierno en Junín, fue tomado
preso y enviado a la Isla García. Por insistencia de los Coliqueo fue liberado. En los libros
bautismales, en los que el misionero Pablo Emilio Savino en 1875/76 hacía sus anotaciones,
encontramos las anotaciones de los hijos de Pancho Calfuqueo: Carmela (nac. 1867), Anastasia
(nac. 1873) y Rosa Hueche. Angel Calfuqueo fue bautizado en la iglesia del Pilar con varios indios
compañeros del Batallón de Artillería, el 20 de Julio de 1879. En la tribu de Coliqueo hubo larga
descendencia de esta familia. Según el Dr. Max Castro, el capitanejo Pancho Calfuqueo habría
muerto en Los Toldos, en 1880. (vr el libro:Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos )
CALFUQUEO, Francisco,1961, capitanejo del cac. Feliciano Linares en Ancapán, en la
Agrupación mapuche Nº 17, a 15 Km. Al Oeste de San Martín de Los Andes (Neuquén), en una
zona inhóspita. Habían sido desplazados de San Javier. En 1961, la investigadora Mabel R. De
Bianchi lo conoció y calculaba su edad en 80 años y nombra a sus esposas, las hermanas Manuela y
Margarita Tropán. (En Cuad. Instit. De Investig. Folklor. 1961 p. 208)
CALFUQUÉN (Calfuquil, Calfuquir), 1870, cac. pampa. De este cacique tenemos una
descripción en las Memorias del estanciero Juan Fugl, quien visitó en 1870 su toldo cerca de Azul.
Por otra fuente sabemos que el 25 de marzo de 1834, Juan Man. De Rosas le había hecho
prisionero, llevándolo al naciente Fuerte de Azul. En 1870 vivía en una casa de ladrillos. Frente a la
entrada había unas siete u ocho lanzas clavadas en el suelo. Fugl debe errar al dar al cacique solo 40
años. Era un hombre grueso y algo desalineado, dice Fugl. Saludó al huésped, se sentó sobre una
cabeza de toro que cubrió un coginillo. Y para el huésped había tendido unas matras sobre el suelo.
La conversión se hizo en castellano, entre mate y mate. Después de un rato, el cacique mostró al
143
visitante sus dependencias; el toldo bajo de las mujeres, detrás de la casa. Estaba dividido con
tabiques de cuero y había lugar para la cocina. Unos días más tarde, el cacique devolvió la visita al
estanciero en Tandil. “No mucho tiempo después fue muerto con otros indios en una contienda con
la guarnición de Azul”. (Fugl: Abriendo Surcos, ed. 1955 p.127)
Efectivamente fue muerto en la Batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de 1871. Por
instigación del Cnel. Elías hubo ese enfrentamiento en el que sucumbieron los caciques Chipitruz y
Calfuquir; 700 indios fueron apresados y 600 se presentaron en el Fuerte Gral. Paz (Hoy Carlos
Casares) donde también fueron apresados (ver Chipitruz o Cipriano Catriel)
Calfuquir había sido un fiel indio amigo de la zona de AzuL.
CALFUQUIL (o Calfilqui) ver CALPISQUI, Lorenzo.
CALFUQUIR (o Calfunquir), 1819, cac. araucano de Río Bueno y Valdivia (Chile) ver T.
Guevara, 1910 p. 90.
CALFUQUIR, 1906, el Padre salesiano Juan Muzio visitó a un cacique Calfuquir en el
valle de Chubut. Etim.: Quirque-lagarto; calfú-pardo.
CALFU TRIPÁN (o Calboitripán), 1800, cac. pehuenche que vivía en el Sur de Mendoza,
sobre la ruta que llevaba a la ciudad. Había sufrido la Guerra Pehuenche. En 1800 llegó una gran
comitiva (tres capitanejos y 46 indios) a la ciudad, para visitar al gobernador y para reafirmar la
paz. 1806 lo visitó el explorador chileno Luis de la Cruz en Maucol, cerca de la Cordillera de Picón,
Mahuída (Neuquén). Lo señala como viejo y agradable (De Angelis I. p. 167)
CALFUTRUZ (o las variantes:Calfutú, Calbitur, Calbitruz, Cailbuthrur (Avendaño) 1832,
cac. de la agrupación boroga en Guaminí, con la que compartió los dramáticos acontecimientodos
entre 1832 y 1839 que se explayan en los títulos Rondeao, Cañiuquir y Melín. 1833 asistió a varios
parlamentos convocados por orden del Gral Juan Manuel de Rosas por el Cnel. Manuel Delgado
con los caciques Cañiuquir, Rondeao,Melín, Caniullán, Mariqueo, Calfutruz y Antivil. No se
pusieron de acuerdo. 8.6.33 firmó una carta con los grandes caciques. Rosas lo quería remediar
mandando algunas gratificaciones (200 $ p. Ej.) Luego los invadieron los chilenos. Figura en los
documentos aún después del Asalto de Masallé contra los indios borogas en sept. de 1834, pues
había logrado huir. Pero poco después, sobre todo después de la Matanza en Languayú, se sublevó
con los borogas sobrevivientes, lanzándose junto a los ranqueles al malón sobre Tapalquén, el 20 de
Agosto de 1839. Dos meses más tarde fueron rechazados por las tropas de Rosas.Ya antes, en 1837
la expedición de Ramírez y Eugenio del Busto a Leuvucó hallaron sus toldos y los del cac. Maulín
(Hux: Orígenes de Bragado).
CALFUY (Calfuimán), 1774, cac. pehuenche; con Marimán animaron al capitán chileno
D.Ignacio Pinner a buscar la Ciudad de los Césares. (C.Rusconi ib. IV. P.75 y 223).
CALHA LLÁN, 1787, cac.. pehuenche de Malalhue (Mendoza)
CCALHUEQUE o Cal-güeque, Calmege), 1790, cac. pampa o puelche, hermano de
Neculgüeque. 1820 se hizo famoso por su resistencia que hizo a las invasiones de M.Carrera y de
sus indios chilenos. Vivía entonces en Chaicalegú con un centenar de indios de guerra. En Enero de
ese año se hallaba asociado a los caciques Nicolás Quintana e Hipólito. Calhueque avisó entonces al
Comandante que tenían cercado cinco caciques (a Uñol, Coñuepán, Millao, Coapil y Huincatrú) y
que devolvían la hacienda robada en Salto (AGN S.VII. 10-4-13) En 1822 Calhueque asistió al
parlamento de paz convocado por el Cnel. P.A.García en Tandil. En enero de 1827 su tribu fue
atacado por la expedición del Cnel. Federico Rauch en el valle de las Sierras de la Ventana. En
1833, en vísperas de la Expedición de Juan Man. De Rosas, éste convocó a los indios pampas a un
nuevo parlamento de paz; primero en su estancia de San Martín y luego en Chacarita, en Buenos
Aires, al que asistieron además de Calhueque, los caciques Juan Catriel, Venancio Coñuepán y
Llanquelén, comprometiéndose a participar en la campaña. (AGN.S.VII. 10-4-13; Comando Gral.
Del Ejército: Diplomacia seguida III p. 298) Etimol: Lana de carnero indio.
CALI HUEQUE (Quzás Colihueque), entre 1555 – 1633, cac. araucano que actuó junto con
Colicheu en la Guerra Araucana de Chile. Su compañero fue muerto en una batalla que libró el
Gobernador D.Diego González y Montero. Calihueque huyó y más de 4000 indios pidieron en 1563
la paz (Gay: Documentos, 1876 vol. 22 p. 452)
144
CALIGÜINCA (o Colihuinca) 1787 a 1797, cac. pehuenche chileno quien participó en la
gran contienda de los pehuenches norteños y los sureños (Guerra Pehuenche) Para 1792 trajo de
Chile un equipo armado de fusil y a los caciques Lingamain y Caricón con sus indios (Diario de
Esquivel Aldao de la expedición de San Carlos hasta Zapala) Etimol: “Gringo rubio”
CALIMACÚ (o Calimacuy) , 1820, cac.ranquel de la agrupación del cac. Pablo y como
éste, se dejó envolver en la guerra devastadora de J.M.Carrera (1820/21). Pero en 1822 asistió al
parlamento de paz convcado por el Cnel. P.A.García en nombre del Gobierno de Buenos Aires.
CALIN, 1550, cac. huarpe de Calingasta de San Juan.
CALIQUEO ver Coliqueo
CALOANI (o Calloani), 1776, según el Censo de Diego de las Casas, era cac. pampa (De
Angelis IV. p.584) Vivía en Checalgo, cerca de Trobalauquen. En 10 toldos había 17 indios.
CALOA NAURE, 1573, cac. comechingón de Loclo Olaeta, Sierra de Vinacamche,
Córdoba; encomendado de Castaño (Montes, 1954 p.78)
CALO CHARABA (ver Calvi Charaba), 1587, cac. comechingón de Cachinan, en Tulián-
Cabiche, Córdoba; encomendado de Peralta (Montes 55)
CALOETRUZ, 1820, cac. ranquel que figura en la lista de los adictos de J.M.Carrera.
CALOPAN , 1881, cac. pehuenche de Neuquén, cautivado por el Gral. Ortega. Más tarde se
radicó o lo radicaron en Cuadro Benega, San Rafael, Mendoza (C.Rusconi ib. IV p.75) Etim.:
Pangui- puma; colü- colorado
CALPE ver Caipé.
CALPEMENU, 1678, cac. serrano (Robles p. 313).
CALPIA, 1771, cac. ranquel que vivía en el paraje “Isletas del Río Salado” en La Pampa.
Llevaba como apodo el nombre “León” o “Petizo Lincopán”. En septiembre de 1768 había invadido
en India Muerta (AGN S:IX. 1-4-1; 6.10.71) Etim.: Calpe-antü :”Sol de la Quebrada”
CALPI CHILIN, 1578, cac. comechingón de Cala Cara, valle de Concorán, Córdoba:
encomendado de Cámara (Montes p. 77)
CALPI NAURE, 1581, cac. comechingón del pueblo Calpi Naure, Bosque Alegre, Córdoba;
encomendado a la familia Mitre. (Montes p.84).
CAPI NAURE, 1581, es otro cac. comechingón del pueblo de Chaca Olaeta, Anisacate,
Córdoba; encomendado de Hernández (Montes p.85)

C A L P I S Q U I S, LORENZO

CALPISQUIS O CALFILQUI, alias Lorenzo (o Cayupulqui), cac. serrano.


En la segunda mitad del siglo XVIII ha sido uno de los más poderosos caciques puelches
que hacía sentir su influencia aun sobre huilliches y ranqueles y los españoles lo llamaban
"poderoso enemigo y dueño de los más vastos campos que conocemos por estas partes" (Arch.
G.N.S. IX, 1-7-5). Sin embargo, durante toda su vida buscó un equilibrio y más bien la paz, sin
desmentir su voluntad de mantener el Río Salado como frontera con el blanco. Lo llamaban a veces
Calpisquis, que significa "Fiscal de una Reducción", supervisor y liturgo en un pueblo de los
misioneros. Pero no hay documento que señale que el cacique Lorenzo Calfilqui haya integrado una
Misión (G. Guarda: El apostolado seglar en la cristianización de América. La institución de los
"fiscales" o "Calpisquis". en Rev. Inst. Hist. Univ. Católica. Chile 1968). Es probable que el cacique
Calfilqui haya sido el heredero del famoso cacique pampa Mayupulqui (Mayupilquiyá). a quien la
expedición de Cristóbal Cabral expulsara en 1741 injustamente de sus territorios. Su apresamiento
causaría una serie de malones.
Lorenzo Calpisquis o Cayupulqui apareció como hombre de paz. Tenía a sus órdenes más de
mil "lanzas". Y Zizur, que lo trató personalmente, decía que su "nación" se había reducido en las
refriegas sostenidas con parcialidades autóctonas y con los cristianos. Su padre, el cacique
Guayquitripay fue muerto en 1770 su hermano Inacayal en 1877. Es entonces que se hizo jefe de
esa tribu Sus tolderías principales se hallaban sobre el Río Quequen Salado, entre los actuales
partidos de Tres Arroyos y Dorrego (Est. Irene). Pablo Zizur, uno de los principales militares y
expedicionarios de esa época, lo halló en 1781, al pie de las Sierras de la Ventana y en la llanura del
145
Tapalquén (Su Diario: De Buenos Aires por tierra al Río Negro en 1781, en Colecc. de Angelis y
otro diario que quedó inédito hasta que fue publicado en 1973 en la Rev. del Arch. Gral. Nac.).
Varias expediciones a Salinas Grandes en busca de sal lo encontraron en paz junto a su hermano
Pascual Cayupulqui, cuando otras parcialidades habían buscado atacarlos o lanzar en represalia
algún malón a la frontera. Después designaron al cacique Lincopán para gestionar un tratado de
paz en Buenos Aires. (Debemos recordar que era una época que tanto en Mendoza como en Los
Angeles y en Negrete en Chile se hacían solemnísimos tratados de paz para garantizar conquistas y
avances).
El Virrey de Ceballos ataca – Calpisquis responde
Al asumir Pedro de Cevallos como primer Virrey del Río de la Plata en 1876 a 1778, se
inició una dura política para con los indios serranos. El Comandante Manuel de Pinazo y Clemente
López Osornio hicieron una primera incursión a las Sierras de Cairo y la Laguna Blanca que dejó
como saldo a 300 muertos. (Crivelli, 1991 p.16). En Salinas Grandes mataron al hermano del cac..
Guchulep. Este planeó entonces un malón sobre el pago de Magdalena, donde se estacionaron sus
adversarios. Para contrarestarlo, Ceballos mandó una excursión militar y consiguió que el cac.
Flamenco hiciera de baqueano. Pero luego, éste tuvo que constatar que su indiada había sido
deportada a la Banda Oriental (Ras, 1994, p.467).
Después del asesinato del cac. Inacayal , su hermano, muerto en 1777, hijo del cac.
Guayquitripay, muerto 29 de nov. de 1770, el cac. Calpisqui se presentó en la Guardia de Luján
(hoy Mercedes, B.A.), reafirmando los tratados de paz que Inacayal había concertado con las
autoridades coloniales. Entregó dos cautivos y pidió que los españoles no se metieran en sus
disputas, ni de él ni de Tomas Yahatti , quien había murto a su hermano. (AGN, S.IX. 1-6-1, leg.
732/33: 18.12.1777)
De 1778 sabemos que Calpisqui ha hecho un pedido de ayuda militar al cac.
Nahuelpán, con el fin de vengar la muerte de su hermano. Calpisqui, desde Guaminí, donde tenía su
toldería, avisó sobre su expedición al Río Colorado y Negro; pero decía que quería mantener la paz
con los crstianos.

En marzo de 1779, Calpisquis que vivía en las sierras de Casuhatti. Cuando se acercó una
expedición a Salinas grandes los indios de la pampa convocaron a una Junta General. Lorenzo
Calpisquis participó en ese parlamento, una demostración de fuerzas, en los montes de Salinas
Grandes con los caciques Catruén (ranquel que vivía en Salinas Grandes), Lincopangui (vivía en
Cairo), Toró, Cactuquí , Catumilla y Cheuque huala (Changuegualá dice el doc.) con 600 indios
para impedir que fuera ya expedición de sal alguna a Salinas Grandes, prefirieron hacer ellos
incursiones a las fronteras; y delegaron al cac. Lincopán para que gestionara en Buenos Aires la paz
y libre comercio. A éste lo apresaron en la Guardia de Luján, porque lo tomaron como espía y lo
mandaron a las Isls Malvinas. (AGN,S.IX. 1-6-2 p.37s Y IX. 1-4-4 Doc 485). También el cac.
Cayupulqui fue apresado, cuando llegó hasta Buenos Aires (AGN. S.Ix. 1-6-5 p.164 y 1-4-3, p.39 y
83).
Y Buenos Aires prohibió todo comercio en la ciudad, lo que los indios tomaron como
declaración de guerra.
Sí, en Buenos Aires hubo clima de guerra y se abogaba por cerrar las fronteras con los
indios, impidiendo el comercio que solían hacer con el blanco. Betbezé, Sardén, Nicolás de
Quintana y Escribano propusieron establecer un Cantón en la Laguna de los Ranchos (Moncaut:
Ranchos p.75)
La alianza del cacique Lorenzo Calfilqui (AGN S. IX. 1-4-4) no pudo prosperar. El 10 de
diciembre de 1779 el virrey aprobó una formal entrada combinada (Ach.Mend-.Carp. 107). Vértiz
había consultado a los jefes miliares y prácticamente todos se inclinaron a llevarles a los indios una
guerra de exterminio. Sólo el fiscal decía que una propuesta de paz no podía desoírse. (AGN. S. IX.
1-6-2; Crivelli: Malones ¿Saqueo o estrategia?. en TH. No 283, Bs. As. enero 1991. p. 18)
Lincopangui había sido apresado como espía, para que no diese aviso a sus indios que una
expedición militar ya había salido a sorprender indios y estaban en las lagunas Cabeza de Buey y
Blanca Grande.
146
Los indios, conociendo los hechos, iniciaron entonces acciones vengativas. El 24 de
noviembre cayó el primer malón sobre la zona de Chascomús: otro sobre Río IVº (AGN. S. IX. 1
-4-3). En Navidad de 1879 700 indios con el cacique Cactuqui atacaron la Guardia del Monte. En
julio de 1780, Calfilqui maloneó por Cruz Alta (Córdoba). porque los pampas y ranqueles habían
hecho una alianza. (AGN. S. IX, 1 -4-3,f,61)
En agosto de 1780 tuvo lugar una junta general de 1.500 indios bajo la presidencia de
Calfilqui y de Guchulep (“valdiviano”) por los agravios y resolvieron dar golpes a la frontera y
luego enviar propuestas de paz. Así el 27 de agosto cayó un formidable malón sobre la zona de
Lujan al mando de Calfilqui, el Negro y el ranquel Quiliner; hasta indios chilenos y pehuenches se
les habían agregado; así eran unos 1000 indios, de los cuales mataron 50. (El Padre Salvaire:
Historia de la Virgen de Lujan, atribuyó la protección a laVirgen que los indios no hayan atacado el
poblado de Lujan. Se perdieron en la neblina. El cura anotó en el libro de difuntos 40 fallecidos,
agregando: "Los indios vinieron a vengarse."). El producto del malón se vendió en Carmen de
Patagones y en Chile.
Desde entonces, los indios se mantenían en estado de alerta haciendo ejercicios de armas
(Crivelli en Todo es Historia 1991 y AGN. IX. 1-7-4.
Al mismo tiempo la masa de ranqueles forcejó contra la agresividad del Gobernador de
Mendoza, Gral. José de Amigorena. Pero éste los desplazó de la Pampa y provocó la Guerrra
Pehuenche (Hux, Caciques Pehuenches, Ed. El Elefante Blanco, Bs. As. 1991) También hubo
malones en Melincué y Rojas.
Por la reinante sequía no hubo expedición punitiva. Efectivamente, los indios volvieron a
enviar emisarios para avisar a las autoridades de Lujan que ellos estaban dispuestos a concertar un
tratado de paz con la condición de que pusieran en libertad los presos en Buenos Aires, si no,
continuarían sus irrupciones". (AGN. S. IX. 1-6-2, f. 170) También Calpisqui mandó al cautivo
Zamora a Buenos Aires y el Virrey Vértiz lo reenvió con la propuesta de 16 artículos “inaceptables”
(Levaggi 1995 p.122ss) Desde las Sierras de Casuhatti Calfisqui mandó al cac. Guachán, alias
Maciel al piloto F. Viedma; pero su respuesta eran sólo barriles de aguardiente (Nacuzzi, 1998
p.150) .Otra visita a Carmen de Patagones, en junio de 1781 decía que Calpisqui estaba reunido con
los caciques Toro, Maciel, Catumilla, Villaviqui, Pancacín y Talquaquia. Pero después apareció
Juana, sobrina de Calpisqui para vender caballos y dar noticias del tío. Entonces mandaron peones
para rescatar cautivos. En otra oportunidad, Calpisqui ofreció ganado que había podido adquirir de
los ranqueles “nación amiga”, y daba noticias de sus desplazamientos y mudanzas de toldos.
(1781) El Gobierno de Buenos Aires no aceptó el ofrecimiento y por eso se preparó otro
malón. Calfilqui, Guchulep con el agregado de indios tehuelches del cacique Cabral se reunieron a
orillas del "Arroyo Pantanoso" (Tapalquén). En noviembre avanzaban bien armados y con cautela
hacia la tronera de Chascomús. No obstante, las tropas estaban alertas. Juan de Sardén los enfrentó
el 24 de noviembre y fue rechazado y salvó a la tropa del quemazón entrando en una laguna desde
donde se defendían a tiros. Los indios se retiraron al trote sin ser perseguidos. Por eso Sardén tuvo
que responder a un juicio militar y fue deportado a España.
Los indios presionaron, porque no habían aceptado propuestas de paz y por vengar afrentas
recibidas (Crivelli en TH 1 ..1991 da más detalles). Después de otro ataque a la frontera de
Melincúe (23.2.81), hubo nuevamente una gran junta de caciques de la zona: Catumilla, Falci,
Pañancio, Cayumán y 4 más con el cac. Toró (Zizur p.80), luego también Guachán (alias Maciel) y
Alcaluán, Chumiante, Llancagré y el hijo del difunto cac.. Lepín. Zizur menciona a Catruén de
Salinas Grandes quien había sufrido el secuestro de su padre; ese era emparentado con Calpisquis.
También Lorenzo López su sobrino intervino en las discusiones (Zizur p.80-92) Se ofrecieron
obsequis. Los ranqueles le dieron a Calpisqui un precioso poncho. Cayupulqui tenía sus toldos cerca
de las Sierras de la Ventana, algo distante de su hermano.
CALPISQUIS , EL LIDER INDISCUTIDO CONVOCA
En Febrero de 1780 Calpisquis, el lider indiscutible, renovó sus propuestas de paz, por un
cautivo enviado como emisario. Si no volvía antes de un mes con propuestas de paz, "Buenos Aires
sería atacado por todas partes".
147
El Virrey, que tuvo noticias de la Sublevación del cac. Tupac Amaru en Perú, mandó a
algunos prisioneros y una carta que contenía las condiciones para un tratado de paz. El 5 de abril
este emisario volvió con cautivas liberadas y como el Virrey se inclinó a hacer la paz, el Consejo de
Guerra aprobó que se hiciera un tratado de paz. Calfilqui pudo proponer sus condiciones. En
agosto de 1781 18 caciques hicieron una propuesta de paz. Entonces Vértiz envió al lenguaraz ofiial
Luis Ponce, a Sierra de la Ventana, anunciando que se haría de inmediato la paz. Entre tanto
Calpisqui hizo un viaje de dos días a las tolderías del Río Sauce para conseguir más cabllos.
En un comunicdo del 3 de Noviembre de 1781 leemos que el lenguaraz Faustino Medina
que en su oportunidad le habían entregado en Buenos Aires para hacer una gestión en la toldería, 11
chinas cautivas y tres indios, siendo el primero el cacique Cayupulqui, el segundo un sobrino de
éste y el tercero un indio llamado Lorenzo; además la mujer de Lorenzo, dos chinas y un indio más.
Que esto sucedió en la Guardia del Monte, de donde Cayupulqui y su sobrino se huyeron; que la
comitiva antes de llegar al arroyo del Salado fueron recibido por unos 30 indios armados de coleto y
lanza. Con ellos caminaron a los toldos. Estaban en peligro de ser atacados. Los indios no creyeron
en las proposiciones de paz y decían que los cristianos estaban siempre engañándolos Uno decía
que había que cortarle la cabeza por la matanza en “Los Cerrillos” donde murieron su padre y su
madre. Y lo agredió con un cuchillo, pero el emisario pudo escapar. (C.Moncaut Ranchos p. 130 s.)
El 12 de octubre partió hacia las tolderías de Casuhatti el piloto Pablo Zizur para devolver al
cacique Cayupulqui, para sellar un acuerdo de paz con los caciques de las Sierras, y explorar el
camino desde Luján al Fuerte de Carmen de Patagones. -La tropa de Biedma de Carmen de
Patagones expedicionaban en la Cordillera-. En realidad el cac. Pascual Cayupulqui había logrqado
escaparse de la prisión de la Guardia del Monte, donde le habían retenido. (Zizur 1781) De ese viaje
de Zizur tenemos un relato extenso (publicado en 1973 por Vignati). Dice que había encontrado
unos 60 toldos, 1000 indios de armas y otro tanto de chusma; mucha caballada y muchas vacas. Dos
meses permaneció Zizur allí: hubo parlamentos y momentos críticos. El 27 de julio de 1782 recién
se haría el acuerdo. Por el agravio hecho a Cayupulqui, su hermano, Lorenzo Calfilqui puso sus
objeciones. (AGN, S. IX. 16-3-6 Diario de Zizur y IX 9-8-3)
(1782)Finalmente se firmó el Tratado de paz, reproducido en Juan Mario Raone: Fortines
del desierto. 1969.1. p. 289)

"En la ciudad de la Santísima Trinidad, Puerto de Sta. María de Buenos Aires, a 27 días del
mes de julio de 1782. En consecuencia de lo dispuesto por el Exmo. Sor. Virrey con fecha del 15 del
corriente sobre los puntos que propone el cacique Pascual Cayupulqui en nombre de su hermano
Lorenzo Calpisquis para que se le conceda como preliminares de la que se está tratando. Hice
comparecer... y al cacique Cayupulqui para que en presencia de todos propusiera nuevamente los
partidos que por ahora solicitaba, para establecer la paz; y habiendo ejecutado por medio del
lenguaraz Almirón y reduciéndose a que se le permitiera a los indios de su nación "aucar" y potrear
en las campañas inmediatas (a la frontera) sin que se les incomode ni se les haga perjuicios por las
partidas exploradoras y guardias de la frontera, se acordó de común acuerdo en señalarle a dicho
cacique y a los suyos los parajes y límites hasta donde deben (pueden) llegar, con tal que no se
excedan de ellos que, con otras condiciones que se le propusieron, aceptó dicho cacique: son los
siguientes:
148
Respecto a que la extensión de estas campañas es dilatada y que franquea su utilidad a todas
las naciones de indios que las pueblan, sin perjuicio de nuestros usuales territorios, siempre que se
contengan en los que son a ellos proporcionados. se le concede al referido cacique y a su hermano
Lorenzo el que pueden potrear en las campañas incultas que "están a los frentes de los Fuertes de
Chascomús hastael Rincón de Tuyú y Corral de Vezino, desde el frente de los Ranchos hasta la
lguna de Camarones, del Fuerte del Monte hasta la Laguna Blanca y desde el frente de la Guardia
de Luján hasta el paraje llamado Palantelén en esta forma sin poder ocypar otras extensiones fuera
de los límites referidos por motivo alguno, y si lo hicieren, principalmente si pasaren de Palentelén
que es el camino de Salinas, deberán tenerse y tratarse como enemigos y como que fallasen a lo
estipulado.
"...Será del cargo del referido cacique y su hermano y desde luego se obligan a darnos avisos
anticipados siempre que los Indios Rancacheles (enemigos suyos) con quienes estamos en guerra,
intenten atacar nuestras fronteras y se comprometerán desde ahora a auxiliarnos recíprocamente
para hacerles la guerra a esta nación, atento a que, siendo contrarios de ambos partidos, sean
castigados con más facilidad por nuestras superiores fuerzas o reducidos a una paz general...
"Instruido por el lenguaraz palabra por palabra de lodo lo relacionado, ofrece el referido
cacique en prueba de su agradecimiento y satisfecho del buen trato, hacer venir a su hermano
Lorenzo a concluir enteramente las paces, trayendo en su compañía todos los cautivos y cautivas
que están entre ellos y cangearlos por los indios e indias que hay en esta Capital, aptos para
entregárselos y que no se comprendan los de clase de cristianos que por ese tratado queda negada su
extracción. Y asimismo ofrece auxiliar, por sí y por los suyos hasta el paraje de su destino, al
chasque que con pliego del Exmo. Sor.Virrey se dirige a los establecimientos de la Costa de
Patagones, asegurando que no debe quedar recelo en su conducción.
"De todo lo que aquí va expresado ha dado muestras dicho cacique de estar entendido,
haberlo aceptado y ofrecido su cumplimiento, sintiendo y manifestando con vivas demostraciones
no poder el mismo venir con su hermano Lorenzo y demás amigos a formalizar la paz por ser
preciso quedarse en los Toldos, para que sus indios se mantengan pacíficos. Y no teniendo que
agregar firmamos este tratado en dicho día. mes y año.
Diego de Salas - Jhp. Miguel Salazar - Matías Corro - Juan José Sarden - Francisco Leandro
Sosa" (AGN, S. IX, 30-8-3)

Los indios de Calfilqui exigían se reconociera como límite el río Salado y el Gobierno de
Buenos Aires quería vía libre a Carmen de Patagones, y ayuda en la guerra contra los ranqueles, al
mismo tiempo que el Gobernador de Mendoza. F. de Amigorena, quien llevaba la guerra con los
pehuenches.
Calfilqui mantenía, entretanto, buenas relaciones con Buenos Aires. En enero de 1783 visitó
al explorador capitán Basilio Villarino y le prometió acompañarlo desde su tierra hasta Valdivia ida
y vuelta y franquearle los caballos que necesitara. En marzo se hizo la expedición (AGN. IX. 16-4-
6). En cambio, se opusieron junto con los ranqueles a la nueva entrada de Juan José Sardén, quien
se disponía ir con 199 hombres a Salinas Grandes. Incluso, se produjo un choque armado en
Bragado, "batalla sin éxito", decía Salas al Virrey. (AGN. S. IX. 30-1-2)
Pero el Gral. Amigorena de Mendoza había realizado ya 4 expediciones contra los indios del
sur y Pinazo y Balcarce proponían una entrada general combinada de exterminio. Pero quizás por
eso los indios puelches y los ranqueles lanzaron nuevos malones contra la frontera: atacaron las
rutas de tránsito, en Chascomús y Magdalena (en mayo), en la Guardia de Lujan y Navarro y “La
Choza” (en agosto) y en septiembre a Río Cuarto. Se suspendió la expedición a Salinas Grandes.
Pero este era el año en que se exportaron más de un millón de cueros. Además el Gobernador de
Chile avisó que entre los hulliches y los de Maquehua se preparaba un malón a la pampa de Buenos
Aires.
VARIAS TENTATIVAS de los militares combinados
El 20 de agosto de 1783. al mismo tiempo que el Virrey Vértiz elaboraba un plan de entrada
general combinada, se confederaron ranqueles, pampas y tehuelches en malón sobre la frontera de
Lujan y Navarro, exigiendo la devolución de prisioneros notables y suspensión de expediciones a
149
Salinas Grandes, "sino allí nos veremos las caras" (AGN. S. IX, 1-5-1 y 1-6-2). Y el cacique
Charaví avisó al alcalde de Navarro que si no le enviaba su hermano, en Salinas Grandes "yo les
daré sal"(ib. 1-4-6). En tanto, el piloto Manuel Pinazo propuso efectuar una fuerte expedición:
batida grande con milicias de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, exactamente como lo iba a hacer
Manuel de Rosas y J. A. Roca un siglo más tarde. Pero la aprobación del Rey tardó un año. Así se
frustró por el momento la gestión por un tratado de paz.
Pero el Cnel. Balcarce entró con un total de 2.800 hombres (875 de Córdoba a las órdenes de
Sobrcmonte y 959 a las del comandante Amigorena de Mendoza) "para castigar a los indios".
Acusaban principalmente al cacique Calfilqui de haber violado el tratado de paz.
A pesar de que se había estudiado perfectamente la ubicación de sus toldos y el número de
sus indios (AGN. S. IX. 1 -7-4), pudo evadir el enfrentamiento. Desde Sierra de la Ventana mandó
una propuesta formal para concertar la paz (ib. 1-6-2. Carta de Balcarce al Virr ey Loreto). La tribu
de Catruén, sí, tuvo grandes pérdidas: como 100 bajas y 80 mujeres cautivadas
Y no desistió de esa su propuesta, aunque fueron invadidos otra vez por Juan de la Piedra
desde Carmen de Patagones, quien creó que sería tarea fácil sorprender a los serranos. A éste le
salió mal la cometida. Fue rodeado por los indios, los jefes apresados y sacrificados y los demás
soldados auxiliados con carne y escoltados para su regreso, a Carmen de Patagones, exigiendo canje
de prisioneros. Esto ocurrió en la segunda mitad de enero de 1784 (Documentación AGN. S. IX. 8-
1-16 y 16-4-2. Una época de muchos acontecimientos que aquí no pudimos detallar). El alférez
Lázaro Gómez era el que condujo la tropa de sobrevivientes a C. de Patagones y celebró allí un
último parlamento. Meses más tarde el cac. Calpìsqui dio libertad a los cautivos, entre ellos el padre
de J.M. de Rosas, el Tnte León Ortiz de Rosas.
Podría enumerar muchos tratados de paz que en esos años se han celebrado entre los
pehuenches y en Chile. Pero el de Lorenzo Calpisquis se sellará definitivamente en el año 1790 y
quedó en vigencia para todo el resto del gobierno colonial. Los indios, pues. toleraron las anuales
expediciones a Salinas Grandes.

En Junio de 1784 llegó una carta de España que decía que el Rey deseaba el exterminio de
esos bárbaros infieles (AGN. S.IX. 25-4-8), cuando anteriormente había recomendado buen trato y
amistad con los grupos indígenas. El Virrey Loreto, sucesor de José de Vértiz dispuso encarar el
exterminio. Al mismo tiempo que llegó esa carta, el cac. Calpisqui envió una de sus esposas, a
María Francisca, junta con un indio criollo de la Reducción que habían puesto los Padres Jesuitas
que se llamaba Joseph Llampallo y otros, para pedir el tratado de paz en nombre del cac. Calpisquis
y que los demás caciques estaban conformes. Que con él estaban los caciques Negro, Toró, Calfiao,
Catumillán y el sobrino Lorenzo que se llamaba también Catumillán, Pinsumia, Aculia, hermano del
cac. Negro y Maciel. Que 2000 indios estaban con Lorenzo Calpisquis.
En agosto llegó otra comitiva al Fuerte Ranchos con propuestas similares y pidiendo canje
de la mujer de Calpisquis, retenida como rehén, trayendo dos cautivos.
Entre tanto, el Virrey exigió la presencia de los caciques principales, enviando una propuesta
de paz de cuatro artículos. (AGN. IX. 1-7-4). También los caciques del Sur con Churlaquí pedían la
paz; que ya eran amigos los serranos. Que Lorenzo quería establecerse en Tapalquén, el Negro en
Sierra del Bolcán y otros en Sierra de la Ventana. El documento Nº 52 del Libro Ranchos de
C.Moncaut, fechado el 17 de Junio de1784. Que una comisión venía de la Sierra de la Ventana,
donde residía la tribu de Calpisquis y del cac. Negro, quien vivía con sus indios en otra sierra, más
adelante. Venían a pedir la paz . Avisaron que los indios de la parte de las Salinas querían hacer una
entrada, pero que el cac. Calfiqui los había “sostenido”. Retuvieron a los emisarios en Luján “hasta
que V.M. me avise qué debo hacer con ellos”.
Otro documento del 10 de Octubre de ese año, que otra partida había llegado, enviada por el
cac. Catumilla para que averiguasen si el Virrey hacía la paz solo con el cac. Lorenzo Calpisqui o
para todas “las naciones” y para rescatar dos sobrinas del cac. Catumilla.(C. Moncaut ib. p.175) El
documento Nº 55 el 1 de Noviembre del mismo año dice, que en la Sierra de la Ventana se habían
reunido todos los caciques principales y envíaron al cac. Negro, su hermano, también cacique, y
una respetable comitiva y que pedían permiso para ir a Buenos Aires a verse con el Sr. Virrey.
150
1787 Manuel Pinazo hizo una gran expedición a Salinas Grandes y nos dejó un notable
diario. Intervinieron 336 carretas, 22 carretillas y 9 carretones. El cac. Catruén, hermano del cac.
Calpisquis, con sus indios vino a su encuentro y les mandó un recado diciendo que los esperaba
para el trueque y comercio. Acudieron también los caciques Antonio y Truenquene. Sí, hubo
frecuentes encuentros pacíficos (Moncaut. p. 203 y 230)

Recién en 1790 se llegó a firmar la paz, coincidiendo con una expedición anual a Salinas
Grandes. Y ésta paz durará hasta 1810.
Uno de estos jefes expedicionarios camino a Salinas Grandes, el Capitán de Blandengues
Juan Antonio Hernández, tuvo un largo encuentro con el cacique Lorenzo Calfilqui. El 3 de mayo
de 1790 parlamentaron en la laguna Cabeza de Buey (Partido de Bolívar). El cacique traía 500
guerreros. Luego fueron al campo de Guaminí, donde convino el Capitán Juan Antonio Hernández
con 14 caciques (entre ellos Antequén, Catemilla, Quintún y Huechal AGN IX. 1-4-3))- en cinco
puntos, el principal, el reconocimiento de su territorio hasta el Río Salado. Para la redención de
cautivos usaron dineros provenientes de las limosnas reunidas por los Padres Mercedarios. El
juramento de los jefes españoles e indios se hizo según usanza de los indios '"dándose la mano y
levantándolas hacia el cielo". Los expedicionarios prometieron respetar sus tolderías al norte del
Bolcan, de Tandil, Sierra del Cuello, Cairo, Arroyo de Tapalquén (Tapalchén) y de la laguna
Tenemiche (Blanca Grande), donde criaban sus invernadas. El cacique Calfilqui (Calpisqui) será
reconocido como jefe de todas las pampas y "de esta nueva República" (sic). reconociendo como
límite el Río Salado y garantizando la libertad de comercio en la frontera, como se había estipulado
ya en un tratado de paz en 1742. (AGN IX 13-8-12 y 24-1-6; el Acuerdo de la Junta Superior de
Buenos Aires a su Majestad RAH Academia)
El 15 de Septiembre de 1890, el cacique Lorenzo Calfilqui (Calpisqui) viajó también a
Buenos Aires, donde se ratificó este tratado. Le acompañó el excautivo Blas Pedrosa, quien había
sido cautivo del cac. ranquel Antuán Este tratado de paz selló y concluyó la Guerra Puelche
Serrana de 1779 a 1790, figura entre los tratados internacionales de España. (AGN IX 24-6-8. un
diario de siete fojas. Abregú y Bertondo: Gran colección de tratados de paz: de España)
Juan A. Hernández, al elevar la documentación de su actuación, hacía ver al Virrey que era
necesario darles lo que les habían prometido, que así se avendrían otros caciques y tribus a la paz.
Recuerda que en Chile se hacían grandes gastos y esfuerzos en favor de la paz con los indios: que
allí funcionaba a expensas del Rey un colegio para los hijos de caciques y gastaban anualmente
muchas sumas en regalos durante los parlamentos, (ib.)
El Gobierno de Buenos Aires se alertó, ya en 1791, cuando supo que desde Villa Rica (en
Chile) habían llegado refuerzos a Calpisqui: los caciques Caneculú, Tapalasquén, Mari Coly,
Filungún y 96 huilliches que se asentaron junto a ellos en Tapalquén. El año siguiente se les unió
otro contingente: los caciques Sayi Ñancu (Román), Grani Hagüel y Caipe Güeyu (Priegue, en
ETNIA II 1. p. 6). Estos, durante la guerra pehuenche buscaron protección y ayuda. Hubo también
grandes parlamentos en San Carlos de Mendoza y en Negrete en Chile. Asimismo, el cacique
Calpisqui convocó a Salinas Grandes una gran junta de caciques, a la que acudieron, entre otros:
Tintibur. Caniupayún, Toro, Caripilún. Guayquiné, Quintrepí, Trecalén (el hijo de Calfuqueo),
Nahuelpán. Llancabuena, Gualquiné. Oquinagüel.y Epumer. Venían con pasaportes y señas: "Un
Peso Fuerte taladrado, colocado sobre el poncho a la altura del corazón" (Arch. Mendoza. 21-
3.1794). Deliberaron cómo pacificar a los pehuenches de Malargüé que estaban a las órdenes del
cacique Pichintur. apoyado por el gobierno mendocino. Este cacique, a su vez. había convocado a
una junta de paz. Pero estos movimientos pacifistas sirvieron sólo para reforzar las alianzas para la
guerra. Entonces, el gobierno de Mendoza mandó al Cap. F. Barros a una nueva expedición contra
las tribus del cacique gobernador de Barbareo, cac. Rayguán. El choque tuvo lugar en marzo de
1896 y el ataque de revancha en Malalhue, en abril del mismo año. Un grandioso parlamento
general, celebrado en Chillan en 1797, parecía haber finalizado la guerra pehuenche de medio siglo.
El gobernador Amigorena de Mendoza convocó, además, dos parlamentos, uno en 1798 en San
Carlos y otro, en 1799. en Malalhue (Malargüé).
151
Lorenzo Calfilqui en marzo de 1794 hizo una junta grande para dar su respuesta a los
caciques pehuenches animándo a los caciques Caniupayún y Carripilún, sus embajadores, a hacer la
paz. Más adelante ya no figuró entre los caciques : el cac. Lorenzo Calpisqis había fallecido en
1796. Su pariente,el cac. Quentrepí envió entonces un chasque a Buenos Aires para dar aviso de la
muerte del Cacique Lorenzo Calpisquis (AGN.IX. 1-5-2.p.2 y 1-6-5 p.570).
Bien merecería una biografía más completa. Sé que mis investigaciones no han sido
completas, ni se ha estudiado bien a fondo esa documentación de la época colonial, que a su vez
nunca fue asentada completa ni totalmente objetiva. Al parecer el sucesor inmediato de Calpisquis
era el cac. Quentrepí.
CAYUPULQUI, Lorenzo , hijo del cac. Lorenzo Calpisquis, arriba reseñado, aparece como
cacique en 1810 en el Diario del Cnel. P.A.García en oportunidad de su viaje a Salinas Grandes. (De
Angelis III p.231). A partir de la década del año 1820 se lo nombra con frecuencia. Después de la
malograda primera expedición del Gobernador Rodríguez contra los pampas, éstos, temiendo otras
medidas de fuerza, enviaron al cacique Cayupulqui, diplomático y versado en castellano a
entrevistarse con el Gobernador. Propuso un Parlamento de paz. P. A. García decía entonces que "el
cacique Cayupulqui hablaba con generalidades sin determinar el número de concurrentes ni el punto
en que encontrarse..." Por eso el Coronel mandó a su capitanejo Antiguán para que convocara a los
caciques a un parlamento en la Sierra Curacó (Olavarría) en la toldería del cacique Lincón.
Cayupulqui entre tanto quedaría detenido como rehén. Antiguán volvió muy pronto diciendo que
más de 15 caciques estaban dispuestos a concurrir. Por eso el Cnel. García emprendió su famosa
expedición pacífica a las Sierras de Tandil para proponer a los caciques pampas un tratado de paz.
Cayupulqui pudo acompañarlo e intervino favorablemente en las reuniones. (16.5.22)
Lamentablemente esa paz jurada duró poco. El "güinca Rodríguez" los hizo atacar de nuevo para
quitarles las tierras del sur hasta Tandil (Véase Lincón y Ancafilú). Otro hijo se llamaba Chisca,
1825 (AGN Biedma VII 10-4-14
Sabemos que a la par de la anarquía política la pampa fue convulsionada por diferentes
movimientos, particularmente por los chilenos J. M. Carrera y los hermanos Pincheira„ pero
también por la inmigración de varias tribus chilenas durante la Guerra a Muerte, la que
prácticamente se vino a proyectar sobre nuestras llanuras. El Gobernador M. Rodríguez quiso
dominar la situación por la fuerza. Al asumir J. M. de Rosas la Comandancia General de las tropas
bonaerenses, desempeñó también una gestión de pacificación por medio de "negocios de paz" o
parlamentos de paz. Efectivamente durante 1825 y 1826 se celebraron importantes concentraciones
y parlamentos de paz: Rosas en Tandil: (Arch. Hist. La Plata: Primer Congreso. v.III p.135). los
Hnos. Oyuelas en la zona de Bahía Blanca, en Epecuén y en la laguna de Guanaco. Cayupulqui
estuvo en Tandil donde fue regalado por Rosas. También Quilapán y Victoriano, caciques que son
llamados hijos del cacique Lorenzo, tíos(¿?) de este Cayupulqui. participaron en estos movimientos
pacifistas (AGN.Biedma S.VIII 10-4-14). Pero por la irrupción de unos 4.000 indios adictos a los
guerrilleros chilenos rompieron el orden y la paz. También el Gobierno chileno había mandado unos
1.000 indios patriotas a las órdenes de los caciques Melipán y Coñuepán, acompañados de un
regimiento de coraceros chilenos y vinieron en persecución de los realistas (Pincheirinos). El primer
choque se dio en Salinas Grandes y otro el 11.9.1826 en Los Toldos Viejos, en la cercanía de
Dolores. En el choque murieron más de un centenar. Allí yacía también el cadáver del cacique
Pascual Cayupulqui y otros parientes de Lorenzo Cayupulqui. Haciendas y familias fueron
arrebatados por los pincheiristas.
Poco después, el Cnel. Federico Rauch en su expedición punitiva alcanzó también a este
resto de indios, aunque no habían sido infieles a su compromiso.
(Etimología: Cayú- "seis flechas").
CALQUILLÁN, 1823, cac. ranquel que pertenecía al grupo del cac. Llanquetruz (IIº). El 25
de abril de 1823 firmó entre otros en la toldería de Hilgüe una solicitud dirigida al Gobernador
J.B.Busto de Córdoba, pidiendo interviniera para restablecer la paz turbada por el Gral. Carrera y la
indiada del Gral. Estanislado López de Santa Fe. En diciembre de 1825 asistió al parlamento de paz
en la Laguna del Guanaco, al sur de Córdoba y más tarde, en el Arroyo Pecuén. Pero durante la
Expedición al Desierto combinada en tres fracciones, le tocó luchar con Llanquetruz en la batalla de
152
las Acollaradas, el 16 de marzo de ese año. Más tarde lo encontramos nuevamente en gestiones de
paz y por consejo de J.M. de Rosas se radicó cerca del Fuerte Federación (hoy Junín) junto a su
suegro, el cac.Santiago Llanquelén.(AGN Biedma S.VII 10-4-14 y R.Pérez: Apuntes para la Hist.
De Junín p. 31) En un censo de dicha tribu figura con 26 indios de lanza, 21 mujeres y 20 niños; es
decir, la guerra los había reducido. Le esperaban aún grandes sufrimientos, porque en 1838 y en
1861 su gente fue atacada (ver Llanquelén). Sus últimos descendientes Manuela, Martín y Lorenza
Calquín estaban incorporados en la tribu del cacique Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs. As.).
Etim.: “Perla del Águila”
CALQUÍN (o Güille Calquen), 1830, cac. tehuelche. Para distinguirlo del homónimo
ranquel tenemos que tomar en cuenta su habitat al sur del Río Negro. Vivía junto al cac. Cayupán en
gran pobreza. Durante la Expedición al Desierto, la columna de J. M. de Rosas los atacó. Cayupán
fue muerto y Güillicalquín fue tomado prisionero por la campaña del Sarg. Mayor L. Ibáñez al
mando de 250 hombres. La sorpresa tuvo lugar el 16 de octubre de 1833. Mataron, según el parte, a
20 indios y apresaron a 75. En el primer momento Cayupán y Calquín escaparon, pero poco después
cayeron en la red. El hambre y el amor a las familias no les dejaron huir más lejos. Así se entregó
un centenar y los jefes indios, Catruén, Calfuén y Nahuelán. (AGN X. 27-5-5)
CALQUÍN, Martín, 1834, capitanejo del cac. Juan Catriel en Azul. Era sobrino del cacique
pampa. Algunos documentos lo nombran, señal de que se destacaba por su valor. El Gral I. Rivas lo
llamó “forajido”. (A.Valverde:Antecedentes.de Olavaria p.229). En 1856 se presentó con una
embajada en Salinas Grandes para conversar con Calfucurá (S.Avendaño: Memorias de un
Excautivo)
CALQUINCA, Don Nicolás, 1690, cac. huarpe de Mendoza, de la encomienda de Catalina
Roco (Arch. Mend.) Estaba casado con Pascuaza, originaria de las lagunas. Vivía en Cruz Alta
(Doc.13 de 1698) a orillas de la laguna de Guanacache; encomendado al Maestre de Campo D.
Francisco de Herraso. Tenía unos 40 años y le llamaban también Nicolás Talquinca.
CALQUITRÍN, capitanejo ranquel. 1840 se dice que era hermano de Quirón.
CALUBI NAVAN, 1573, cac.. comechingón del pueblo Calaba, Coscorrón, Córdoba
encomendado de Yrobe
CALUENDE, 1834, cac. tehuelche que figura en un tratado de paz concertado con el
Comandante S. Olivera (AGN. Biedma S.VII 10-4-14: 26.9.34)

CALVAÍN (CALVAÍN GUOR. Galván. Galbán, Calvan): 1844-1857 cacique general de los
ranqueles de Leuvucó. Era hijo mayor del famoso cacique Painé (Guorr) y hermano de los caciques
Mariano Rosas y Epugner. Esas biografías pueden completar los datos que aquí asentamos. En
compañía de su padre había sufrido la larga persecución que J. M. de Rosas a sus tribus, hasta que
Painé aceptó en 1840 un tratado de paz que los comisionados le ofrecieron en Azul. Las fuerzas del
cacique padre iban declinando, entonces Calvaín y Pichún (de la tribu de Toay) atendieron los
asuntos públicos. Después de la inesperada muerte del cacique Painé, organizó el espectacular
entierro con una inusitada turba de mujeres, que él señaló como brujas responsables de la muerte de
su padre. Así empezó su gobierno con autoridad indiscutida.
Desde que J. M. de Rosas tomó como blanco de sus guerras a los ranqueles y más desde que
éstos admitían la presencia y actividad política del refugiado Manuel Baigorria, hubo una serie de
expediciones, malones y choques; pero también muchos intentos de restablecer la paz que Painé
había firmado por sus emisarios en Azul y con Rosas, acosado por la guetrra sucitada por los
llamados unitarios. Sólo brevemente iremos señalando esa época infausta.
Poco antes de la muerte de Painé unos 70 ranqueles conducidos por Manuel Baigorria
invadieron la Provincia de Buenos Aires y fueron rechazados en el combate de Chañarito. Poco
después de la muerte de Painé (Sept. de 1844) trajeron un malón a Cabeza de Tigre.
Entre tanto, el cacique Calvaín reanudó las gestiones de un tratado de paz con el
Gobernador de Buenos Aires y más con el Gobernador de Córdoba, quien le pidió en carta del 21 de
Marzo de 1846 “continúe las paces como las llevaba su finado padre. Tengan cuidado de no invadir
en esta Provincia ni en San Luis; que las invasiones que ellos deben hacer han de ser sobre las
Provincias de Buenos Aires y Santa Fe, como Baigorria lo ejecutaba con una masa de novecientos
153
Indios y han regresado hoy, desde Güa Güaca a consecuencia de falta de agua y la mucha caballada
que se le murió”(Arch Córd. Gobº.T.200 p.438
El 1º de Febrero de 1845 se presentó en Azul una comisión encabezada por el hermano
menor del cacique, llamado Guichal con otros capitanejos. Pero las gestiones durarían más de un
año.
En el mismo mes Baigorria con los indios del cacique Pichún invadieron el sur de Santa Fe
(combate en el Zapallar, el 19.2.45); en Abril malonearon en la Provincia de San Luis; en
Septiembre (900 indios con Baigorria, Saa y puntanos refugiados) sobre el Arroyo del Medio y el
mismo mes en San José del Morro. Era la época en que el malón juntaba hacienda para el trueque
ilegal con Chile y para debilitar los recursos de las posiciones rosistas, a la vez que avanzaban las
tropas unitarias.
Parece que el cacique Calvaín no se dejó envolver en estos negocios. En Abril de 1846, el
cacique Quechusdeo había invadido a Achiras. El cacique Calvaín, entonces, ordenó apresarlo,
porque no quería perder las buenas relaciones con Córdoba. Pero dos meses más tarde, bajo la
influencia de los unitarios (Baigorria). se dispuso a invadir a Río Cuarto, acompañado de Pichún,
Guayquignerr y sus indios (Arch. Córd. Secc. Gob. T. 204 E, leg. 5 f. 273).
El 13 de Junio de 1846 se avisa que hacía quince días que los indios ranqueles tuvieron un
gran parlamento en lo del cacique Calvaín, decidiendo que se abstendrían a invadir especialmente a
la Provincia de Córdoba. (A.G.N. VII 1-3-2)
Rosas hizo un gran gesto con los unitarios puntanos, refugiados como Baigorria en la
pampa. En Octubre les dio un indulto general; así los tres hermanos Saa, Juan, Felipe y Francisco y
compañía abandonaron los toldos, dejando a Baigorria en gran confusión, como lo cuenta Avendaño
en sus Memorias (ed. 1999 p.133 ss). Calvaín se disgustó con Baigorria y pensaba matarlo; pero
Pichuín y Coliqueo se le opusieron vehementemente.
El 21 de Diciembre de 1846, volvieron al Azul importantes comisiones para ultimar las
gestiones de la paz ante el coronel Pedro Rosas y Belgrano; allí recibieron raciones, mientras
esperaban la respuesta del Gobernador Juan M. de Rosas. (AGN S.X. 20-10-2); al informar de la
llegada de la comisión, comunicó aquél a Rosas que ésta era conducida por "el hermano de Galván
y Güenchugnerr, hijo del finado cacique Painé". Ellos pidieron perdón y esperaban ponerse bajo la
protección de Su Excelencia. Además solicitaron 500 yeguas, porque tenían que obsequiar a los
caciques que habían venido de Mendoza y de Chile. Calvaín, al asumir la jefatura de las tribus
ranquelinas, parecía ser un hombre, de paz.
La respuesta de Rosas fue tajante: “Si no entregan a Baigorria, en vano piden protección”.
Ellos dijeron que no tenían instrucciones. Y Güichal, el hijo del cacique Pichún, como
cuñado del “Salvaje Unitario” Baigorria, propuso que éste se quedara entre ellos, ya que lo habían
abandonado los cristianos que habían estado con él y que lo consideraban “como una mujer” desde
que ellos eran las cabezas principales y los que se obligaban a guardar fidelidad, haciéndolos
obedecer. (A.G.N. S.VII 1-3-2 y 4-3-2; allí se hace relación de las cautivas que tanto Calvaín como
Pichún remitieron al Azul).
Los partes militares siguen también en 1848 informando sobre choques con invasiones
ranquelinas en la Provincia de Buenos Aires. El 28 de Febrero, el Cnel. Prudencio Arnold había
corrido una invasión en Horquetas de Saladillo del Rosario; el 1º de Marzo del mismo año el mismo
Coronel y el Cnel Vicente González rechazaron con su tropa el malón en El Zapallar . También en
Río Quinto y Laguna del Sarco maloneaban estos indios y fueron rechazados; pero en la
persecución toparon con el Regimiento de Dragones puntanos y masacraron a los desprevenidos de
San Luis.
Reinaldo Pastor, en su libro La Guerra con el indio en la Jurisdicción de San Luis (1942,
p.431) narra de otro malón del 17 de Febreo de 1849, en el Paso del Molle y Paso Lechuzo que
derrotó las tropas del Cnel Meriles. “Terrible derrota” llama a aquel encuentro. Y, página seguida,
cuenta de otra invasión del 26 de Diciembre del mismo año en Achiras y Pugios donde 300
soldados tuvieron que retroceder ante el empuje de 60 o 70 indios. En noviembre, mientras que los
indios avanzaban hacia San Luis, el Cautivo Santiago Avendaño huyó apresuradamente y llegó a
154
tiempo para dar el aviso en San Luis. En los capítulos IX y X de sus Memorias él mismo cuenta
con vivos colores su aventura en el camino a la libertad.
Durante la revolución libertadora de Urquiza (1851) el cacique Calvaín no quiso
apoyar a Rosas como otras tribus, y después de la caída de Rosas, durante el sitio de Buenos Aires,
tomó parte contra los porteños, lo que sería una constante en la historia ranquelina. En adelante
obedecería al coronel Manuel Baigorria. que fue destinado como jefe de la frontera al sur de
Córdoba y de San Luis (1854). Dada la amistad de Baigorria con los indios ranqueles y con la tribu
de Coliqueo en particular, esa frontera, comprometida con el Gral. J.J. de Urquiza y la
Confederación, quedaba en paz..No así el estado de Buenos Aires.
Los ranqueles no participaron en la batalla de Caseros, el 3 de Febrero de 1852. Pero
Urquizo, el vencedor de Caseros buscó en seguida el contacto con Baigorria y los indios ranqueles.
Lo llamó a Buenos Aires para un encuentro. En el día 11 de Septiembre estalló la Revolución
porteña contra Urquiza, Baigorria había llegado con cien indios y varios capitanejos, entre ellos el
capitanejo Coche, primo del cacique Calvaín. Después de largas conferencias le dijo en
confidencia: “Lo encargo de la frontera...” ( Memorias del Cnel. Manuel Baigorria.)

Desde entonces, Baigorria será el hombre que favorecería la paz con los indios. Según sus
consejos, Calvain y los ranqueles hicieron en 1854 un tratado de paz con el gobierno de Córdoba y
el Gobierno nacional (Arch. Histórico de la prov. de Córdoba, Gob. Tom. 239. p. 97s.).
En sus Memorias Baigorria detalla los difíciles parlamentos con el cacique Calvaín.
Finalmente el Gobernador de Córdoba pudo exclamar: “No habrá invasiones; Urquiza hizo un
tratado de paz”. En Mayo del año anterior Baigorria escribió al Gral Urquiza, que no pudo impedir
el último malón. Que estaba seguro solamente de Canué y de Coliqueo. El cacique Pichuín murió
el 25 de Mayo de 1855. Lo avisó el cacique Calvaín a Baigorria para que informara al Gobernador
de Córdoba. Baigorria estaba organizando su Regimiento 7º de Caballería para el servicio en la
frontera.
Buenos Aires que se había separado como estado propio de la Confederación, seguía
rechazando las invitaciones del Presidente J.J. de Urquiza a volver a la unidad nacional. Quiso
apoderarse de las indiadas , porque veía que Urquiza estaba en buenas relaciones con ellos.
Formó el Ejército de Operaciones del Sur e inició una serie de expediciones para someter las
tribus del Sur y del Oeste.1855 el mismo Cnel. Bartolomé Mitre quiso sorprender las tribus de
Catriel y de Cachul, pero fue él el sorprendido. Desde allí hubo una serie de batallas. El año 1857
se prepararon dos campañas, una contra los indios de Calfucurá a cargo del Cnel. N. Granada , que
tuvo que volver sin haber encontrado a los indios en Salinas Grandes. Y la otra expedición, a cargo
del Cnel Emilio Mitre, mientras los indios se comprometían a invadir la Provincia de Buenos Aires.
Dos veces invadieron la zona de Rojas y la de Pergamino, llegando hasta la plaza de ese pueblo.
Reunieron a 100 cautivos y 40.000 animales. En el Fortín Mercedes , el 30 de Agosto de 1857,
vencieron la guarnición, dejandolos en cueros.

El 10 de Enero de 1858 salió desde Médano Acha (Part. De Vedia) una columna de 2000
soldados al mando del Cnel Emilio Mitre para invadir a los ranqueles. Pero la sequía reinante y el
desconocimiento geográfico de los baqueanos y jefes les causaron grandes frustraciones. El 2 de
Febrero los indios de Coliqueo y de Calvaín estuvieron sobre los rastros de las tropas y de los
rodados de su artillería. Los observaron desde un monte, a 20 leguas de los toldos de Nagüelcheo.
Los vieron cansados, sedientos y con sus monturas aplastadas; pero no los atacaron. De todo dieron
aviso al Gral. Urquiza. El día 7, los vieron en Carrilauquen, a una legua del punto anterior. Les
tomaron un prisionero para llevarlo a presencia del cacique Calvaín. Vieron que tenían pocos
caballos, porque iban muriendo de sed. Ya habían abandonado seis piezas de artillería, armas y
municiones.. Luego los vieron retirarse desde Chamalcó, a 25 Km. al Sur de Río IVº. los sitiaron,
poniéndolos en hartos apuros.
De allí se produjo un fatal accidente: Los indios y caciques fueron a inspeccionar lo que los
porteños habían abandonado. Encontraron cañones, fusiles, cajones de munición, etc. El cacique
Calvaín quiso probar algún revólver e ingénuamente tiró sobre un envase de pólvora, lo que produjo
155
una gran explosión que causó la muerte a él y a 23 de sus compañeros. Esto ocurrió el 23 de Enero
de 1858. Grande fue el duelo del cual no tenemos descripción segura, como la mencionamos en el
terrible entierro de Painé, padre del cacique Calvaín. Sabemos que la mujer de Calvaín se escapó a
tiempo. (La Tribuna 17.4.58) Y los indios del capitanejo Llanquetruz y de Coliqueo se lanzaron en
persecución de los “brujos huincas”, y el 3l de enero rodearon la tropa deshecha de Emilio Mitre,
pero luego dejaron que la tropa diezmada se fuera.
A raíz de esta inesperada muerte, los jefes ranquelinos eligieron al hermano menor Mariano
Rosas como cacique general de ellos.
Los documentos nombran pocos de los hijos del cacique Calvaín; entre ellos al capitanejo
Manuel Pineda y a Felipe Mariano Rosas, habido de la Rosana Saa de cuya vida informa la revista
Todo es Historia, Nº 130 (1978. p. 23) Juana Calván 1870-1942 se casó en segundas nupcias con el
cacique Luis Baigorria ( ver Lucho Baigorrita) El árbol genealógico de J.C. Depetris enumera 12
hijos. (W. Cazenave: "La última princesa ranquelina. Marcelina Baigorria de Urquiza", en Rev.
Universitaria, Sta. Rosa. La Pampa. Nº 7. 1984)
CALVEZ, 1751, cac. araucano chileno a quien visitó el P. Haevstadt (Jesuita)
CALVI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Calli Hula Sacat, en Chila, Córdoba;
encomendado de Yrobe (A.Montes, 1954 p.66)
Callanque ver Cayanque
Callaupacatapa, 1574, cac. huarpe de un pueblo de las lagunas de Guanacaze (sic);
encomendado de Juana de Cueva (J.T. Medina, 1901 T.XV p.405)
CALLIMIL (Cayumill), 1790, capitanejo serrano de la agrupación del cac. Lorenzo
Calpisquis. Lo encontró Hernández en su expedición en Cabeza de Buey. 1832 estuvo entre los
borogas, acompañando a los caciques Rondeao y Melín en una expedición dirigida por el Cnel. M.
Delgado. (AGN.S.X. 27-7-6)
Etim.: Solo oro; oro puro
CALLÓN THUEREN, 1833, cac. pampa que estuvo en el Arroyo Cahuinca, en el combate
de Pelicura (Del Valle: Recordando el Pasado P.13)
CA MA, 1573, cac.. comechingón de Lama Sacat en Quitecito, Córdob; encomendado de
Cabrera. (Montes p.49)
CAMARGO,1868, capitanejo ranquel, lenguaraz de la tribu de Mariano Rosas En Nov. de
1868 participó en un malón sobre La Paz (Mend.), dirigido por el cac.. Epugner. (Pastor: La guerra
con el indio..San Luis p. 107).
CAMBIS CAMBIS, 1783, cac. de los manzaneros (Neuquén), que conocemos por
testimonio de un cautivo (Extraigas: Fuerte del Río Negro p.239)
Camié ver Canué
CAMILEO, 1870, cac. ranquel de la agrupación del cac.Baigorrita. 1878/79 fueron
desplazados de su tierra pampeana, Tenía sus toldos entonces cerca de Yguén Cayupen (Olascoaga
1930 II p.31) Etimol: Ca-otro; leo-leufú-río.
CAMONALLAQUEN o Camillaguien), 1780, cac. huilliche. Vivía al Oeste del Río Negro.
Era hermano del cac. Antequín (Terrera). Luis de la Cruz lo encontró en 1806 con el cac. Carripilún.
CAMIN CHARABA, 1584, cac. comechingón de Chirin Yaco, Copacabana, Cord.;
encomendado de Yames. (Montes p. 46 ).
CAMIN, 1573, cac. comechingón de Camincis Sacat, localidad de la Higuerita, Córdoba:
encomendado de Espinosa (Montes p. 46)
CAMINCHA, 1562, cac. huarpe o comechingón de las lagunas del Rosario (S. Luis);
encomendado de Juan de Cuevas (J.T.Medina, T. XVI p.208)
CAMINTA, 1612, cac. comechingón de Malacara, Malancha, San Luis; encomendado de
Quevedo (Montes p.78)
CAMINTA NAURE, 1602, cac. de la nación “Savaletes o Jauleres”. Algunos indios de su
tribu fueron trasladados a la estancia de Guaclira (hoy Nono) en la Sierra Grande de Córdoba. (P.
Cabrera: País de San Luis p.242)
CAMPAMPEN, 1582, figura en el repartimiento de los indios de la Jurisdicción de Buenos
Aires por Juan de Garay. Su tribu se llamaba Nación Ajay”.
156
CAMPAYÚN ver Caniupayún
CAMPIN, 1830, cac. pehuenche que entonces actuó con los hermanos Pincheiras en la zona
de Mendoza (Rusconi IV p.78)
CAMPO AYLO, 1573, cac. comechingón de Escoba Sacat, Cruz del Eje, Córdoba;
encomendado de Luna (A. Montes p.48)
CAMPOS, Luciano, 1850, capitanejo de la tribu del cacique Melinao. Era Teniente de
caballería y lenguaraz siempre fiel. (AGN. S.X. 19-8-2)
CAMPO, 1928, cac. ranquel en La Pampa (ver Depetris)
CAMPUMIL (o Diempumil) 1863, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo (A.Mitre
T.XXIV p. 103) Desempeñó varias comisiones y durante la fundación de 9 de Julio (1863)
exploraba los horizontes del Oeste.
CANÁ, 1825, cac. tehuelche (AGN. Biedma S.VII. 10-4-14)
CANABALLÓN, 1790, cac. puelche serrano que figura en el tratado de paz del cac..
Lorenzo Calpisqui.
CANA HENÁ, 1852, capitanejo salinero. Figura en la lista de los caciques y capitanejos
obsequiados en Bahía Blanca, el 7 de enero de ese año, en vísperas de “Caseros”..
CANALES, Juan (apellido español), 1877, capitanejo de los carrileros; luego servía al cac.
Namuncurá. En 1877 se separó de él “por malos tratos”. 1881 figura con un piquete de sus conas en
el Regimiento de Exploradores del “Desierto”. Los misioneros Mons. Espinosa y el P. Salvaire los
hallaron con sus familias junto a la tribu de Manuel Grande. Entre los bautizados nombra también al
capitanejo Juan Canales (Espinosa: Diario p. 121). Concluyó sus días en Carhué o en Gral Acha.
CANALES, Martín, 1871, capitanejo de los carrileros o sea del cac. Chipitruz. Después del
atropello que sufrieron con su cacique en la batalla de la laguna de Burgos, en Mayo de 1871, huyó
a Salinas Grandes. Figura también en el gran documento de Bernardo Namuncurá con fecha 3 de
Junio de 1873, que debía ser un tratado de paz.
CANCHAL, 1710, cac. puntano a quien se acusó de haber atacado la tropa de carretas de
Francisco Quiroga (Arch, de San Luis: 20.12.1710) Se dice en el testimonio del excautivo que
estaban en tren de maloquear a Yahatti y a Mayupilquiyá.
CANCHULETA (o Archuleta) 1562, jefe de varias tribus de la provincia de Conlara
(S.Luis) Fue tomado en encomienda por Francisco Muñiz. 1605 residía cerca de San Luis (a no ser
que ese era un cacique homónimo) Cabrera:Aborígenes del País del Cuyo p.96 y Núñez: San Luis I.
p.60
CANECULÚ, 1791, cac. chileno de Villa Rica quien se incorporó en Tapalquén a la
obediencia del cac. Lorenzo Calpisquis. (Colomer en Lehmann)
CANEU PAYÚN (o Canapaiún, Caniupayún, Comepayún), 1774, cacique ranquel,
Gobernador en la Pampa muy respetado. Caneupí y él avanzaban con Nahuel Payún. Ese año
apresaron a Nahuel Pan en Buenos Aires y saquearon sus toldos. Caneupayún se presentó como
rehén y ofrecióse con la promesa canjear cautivas por los prisioneros
Caneupayún vivía en 1776 en Ampiel, junto a Güigüiante en Chin, donde lo censó Diego de
las Casas. Tenía 15 toldos. Tucante y Rutilante eran dos de sus hermanos. Participó también en la
Guerra Pehuenche e invadió una vez la Provincia de Córdoba. (De Angelis IV. p.584). Durante esa
guerra fue expulsado, igual como Llanquetruz y sus tribus por la expedición brava del Gobernador
de Mendoza José de Amigorena auxiliado por los indios de Malalhué, en 1800. A partir de allí
vivían entre los huilliches del Neuquén. Llanquetruz se constituyó toqui y lider en esa guerra; pero
fue muerto el 16 de diciembre de 1788. Caniupayún fue elegido su sucesor con residencia en
Barbarco, de Neuquén. (Arch Mend. Carp 39:Julio de 1788). Inmediatamente organizó una
expedición de venganza, sin estimar el rigor del invierno. Atacaron a Currilipi en El Campanario; le
robaron haciendas . El Piloto Manuel Pinazo de Buenos Aires , en 1786 y 1788 hizo sendas
expediciones a Salinas Grandes. Allí encontró al cac. Caneupayún e hizo un tratado de paz con él y
sus indios (AGN IX 1-5-9).No sé en qué momento se unió con el cac. Gobernador de Barbarco
Apenas le informaron del malón al cac. gobernador Pinchitruz de Malalhué, salió con 300
hombres en auxilio de sus parientes en el Campanario. Parece que no entraron en batalla; pero
salvaron lo que se podía salvar. El 9 de Julio de 1790 se tuvo noticia de otro avance de los huilliches
157
y ranqueles con un contingente de 1500 indios y un refuerzo de las tribus de Valdivia y del Fuerte
Santa Bárbará. El Capitán Francisco Barros de Mendoza, en cambio, acompañó a los pehuenches de
Malalhué, apoyándolos con 50 trabuqueros en su búsqueda del enemigo. Fue esa la época de mayor
intensidad del encono de los pehuenches y la guerra no amainó hasta que no habían eliminado a los
caciques principales.
En 1792 y en 1794 encabezó una célebre embajada para ofrcer la paz de parete de los
huilliches y ranqueles. En Mayo de 1794, Canuepayún pudo intervenir para que los ranqueles del
cacique Carripilún aceptaran también la paz que se había sellado con los de Malalhué. (Arch.
Mend. Carp 39: 10.3.94). En Chile se inició un gran movimiento para lograr la paz entre todos los
araucanos.
Ese mismo año murió Caniupayún, víctima de la peste y también su lenguaraz Julián de
Valdivia. El 27 de noviembre llegó la noticia a Mendoza (Arch Mend. Doc. 7 y 13) .
Le sucedió el cac. Rayguán como cacique gobernador de los ranqueles y huilliches en
Barbarco. El Virrey Arredondo escribió en su informe a su sucesor que la paz daba frutos, que el
cacique Caniupayún, sintiéndose en transe de muerte, se presentó a la Guardia de Luján (hoy
Mercedes Bs.As.), donde pidió el bautismo. Fue sepultado en la capilla del Fuerte (Tabossi,
Ricardo; Historia de la Guardia de Luján, La Plata 1969 p. 141)
Etimol.: Payún-barba; caniu- nueva o come-hermosa.
CANEOVELLÁN, Ignacio, 1859, capitanejo boroga del cac. Andrés Raninqueo (AGN
S.VII 14-4-1 T.157)
CANGAPOL ver Cacapol
CANGUAL, cac pampa (querandí) 1582 o un poco más tarde. El encomendero de la
Reducción de San Josef sobre el Río de Areco, a 18 leguas de Buenos Aires escribió al Gobernador:
“..Me han traído a un cacique,llamado Cangual con diez vasallos” Habrán sido más. Quizás era
hermano del cac . Cagual junto al cac. José Bagual (José Peluso: La Reducción de San José del cac
Don Juan Vagual, ed. Capilla del Monte 1954 folleto)
CANI ANTIG (o Canü ante, Canián), 1833, caciquilla pampa, quien acompañó a J.M. de
Rosas en su Expedición al Desierto. Este habla de su gratificación en su Diario, el 19 de Julio de
1833 (AGN S.X. 25-5.1). También otros documentos lo mencionan como cacique amigo junto al
cac.. Calfiao (S.X. 24-9-1) Etimol: antü-sol; caniú- nuevo (“sol nuevo”)
CANICUL, Francisco, 1970, cac. de Huechulafquén, Lago Paimun y Lago Epulafquén en
la Prov. de Neuquén. con 30 familias. (Sister Hilger p.351)
CANI CURÁ, Bartolomé, 1703, capitanejo puelche-poya ya anciano de Nahuel Huapí. El
Misionero R.P. Felipe Laguna (o van der Meeren) le enseñó las oraciones y la doctrina y luego fue
bautizado. El sacerdote aprendió de él algo de su dialecto (Campos Menchaca: Nahuel Buta p.412)
CANIG COLO (o Caneculu), 1806, cac. huilliche de Guechuguebún, al que conoció el
explorador Luis de la Cruz durante su viaje por la pampa. En su relato o diario habla de él, de sus
vestidos, armas y costumbres. Canigcolo le contó también detalles de la Guerra Pehuenche. Había
guerreado junto con los huilliches y llanistas, enfrentándose con los pehuenches mendocinos. 1791
se encontró con el cacique Lorenzo Calpisquis en Tapalquén. Hacía cuatro meses que habia venido
de Villa Rica con los caciques Topolasquén, Maricoly y Fitugún. (De Angelis I. p. 153 y Revista
ETNIA Nº 3, 1966 Nota 16) El cacique Manquel decía al viajero Dupuy que sus antepasados
habían peleado a los huilliches a los que gobernaba en esos años el cac. Canigcolo.
El 13 de febrero de 1825, el francés Dupui, al visitar cerca de Patagones los toldos del
cac. Chulaquín, encontró también siete toldos de Canicó y cuatro de Maricol, que creo, se
identifican con los ya nombrados (AGN S.VII 10-4-14)
Etim.: Colo Colo- gato montés; caniu-pichón de, nuevo.
CANI GUÁN (o Cani huán, Caniuán), 1792, cac. pehuenche de la gran familia del cac.
Ancanamún. Era hermano del cac. Pichintur y de otros famosos caciques de la Guerra Pehuenche.
Vivía por Malalhué (Mend.) De él se dice que era muy inteligente y que sabía castellano. A través
de documentos mendocinos del gobernador de Amigorena y de Esquivel Aldao sabemos bastante de
la historia que le tocó vivir. (ver Amigorena, Pichintur..) Esas tribus fueron sometidos violentamente
por las primeras expediciones del Maestre de Campo y gobernasdor José de Amigorena. Luego fue
158
integrado en las expediciones contra los indios pampas y contra los huilliches de Llanquetruz.
Durante un malón de revancha de los huilliches a Malargüé, 1787, murió el gran cacique
Ancanamún, afectado de viruela. Amigorena dirigió la elección de su sucesor que sería Pichintrur
(hermano de Canighuán). Ése rogó entonces a su hermano que él aceptase el gobierno. Pero ese le
replicó, que siendo mayor entre los hermanos, le correspondía el cargo y la insignia. Bajo la jefatura
de Pichintur (1787 – 1796) hubo una serie de malocas y expediciones militares. 1788, a las órdenes
de F. Esquivel Aldao; en 1790 con F. Barros y 1792 con su primo, el cacique Currilipí. Asistió
también a varios parlamentos de pacificación. Pero en 1795, estando en comisión y de visita en los
toldos de Barbarco, Canighuán murió a manos traidoras del cac. Rayguán (Arch Mend.
16.12.95). Rayguán aprovechó este hecho para mayores venganzas, pues, “desde que había muerto
el cacique Caniguan, no ha cesado Rayguán de mandar correos a Pichintur, invitándolo que viniera,
porque quería matar “ a los brujos” que habían envenenado a su hermano Caniguán. Así éste fue
con cien hombres, pero Rayguán le tendió una celada: lo atacó con 30 conas”. Pinchitur escapó
herido en su cuerpo, pero más herido en el alma. En seguida buscó auxilio para vengarse. Rayguán
a su vez, buscó nuevas alianzas y se presentó a las autoridades chilenas de Los Angeles, porque
estaba en guerra desde la visita de Caniguán en sus toldos. Las tensiones de los dos bandos y de las
dos autoridades, de Mendoza y de Los Angeles, de Chile y del Virreinato de la Plata, -que no es el
lugar para reseñar éstas-. Caniguán murió en 1796 y poco después su hermano Pichintur. En 1797
murió también el cac..gobernador de los huilliches, J. Rayguán (Arch. Mend. Carp. 30 Doc. 1; 9;
15; y 32)
CANI GURRI (Canigner, Canugur, Coñegner), 1776, cac. pampa ranquel, que vivía en
Renancó (Huinca Renancó) Prov. de Córdoba. Según el censista Diego de las Casas tenía entonces
20 toldos (De Angelis IV 584). 1797 asistió al parlamento de reconciliación entre ranqueles y
pehuenhes en Malalhué. Con el mismo fin acompañó, en 1799, al cac. Carripilún. Las noticias de
Canigner son ralas. En 1826 aparece el mismo nombre, quizás el hijo de éste, pues el Cnel.
Federico Rauch en su expedición a la Sierra de la Ventana y al Río Sauce Grande (Pecuén),
Canigner estuvo con el cacique Calü Macum; pero creo que se escapó del masacre de Rauch y de
sus indios aliados.
Etimol: “Cachorro de zorro”
CANI HONA 1573, cac. comechingón de Anquila, en Cruz del Eje, Córdoba; encomendado
de Espinosa. (Montes p.55)
CANI HUAN, 1792, cac. huilliche de Neuquén. F. Esquivel Aldao lo nombra como cacique
rebelde del Neuquén, de manera que no debe confundirse con Caniguán de Malalhué (Arch Mend.
5.5.1792).
CANILAO, 1830, cac. que participó en el parlamento de Tandil (Fernández, 2000 p.18
CANILEM,, 1748, cac. serrano (puelche). Lo nombra el misionero R.P.Stroebel en su
memoria sobre la Reducción de los Pampas y la Historia de los Abipones. Vol.II p.72 y su carta del
14 de enero de 1748.
Etimol: “Renuevo de bosque”
CANILIÉ, Caniló), 1822, cac. huilliche de la agrupación del cac. Negro al que acompañó
ese año al parlamento de paz, ofrecido por el Cnel. P.A.García en nombre de la Prov. de Buenos
Aires, al pie de la Sierra de la Ventana. En las discusiones mostraba aversión a los indios aucas y
reclamaba como propiedad las tierras del Tuyú y de San Antonio. Era compañero de los caciques
Napolo y Sebastián (Terrera).
CANILIPAIGUEN, 1785, según el Diario del piloto Manuel Pinazo sobre la expedición a
Salinas Grandes, este cacique se hallaba en Salinas Grandes (AGN S.IX. 1-4-2)
CANILÓ (o Canolo,Cañolo) 1852, capitanejo salinero. Murió en Pichi Carhué (Atracán)
junto a los capitanejos Anoney y Calfumor en el ataque del Cnel. M.Freyre, el 17 de octubre de
1878 (Del Valle:Recordando el Pasado p. 366; Olascoaga II p.52
CANIUMUR (o Caniu gner), 1760, estuvo en Lonquimay, igual que Traypayán.
(Reducciones de Chile)
CANI PIL,1787, cac. pehuenche, amigo del cac. Llanquetruz Iº
Etimol: Caniú- pichon o pequeño; pillán-diablo
159
CANISIÁN, 1788, cac. pehuenche que cita Esquivel Aldao en su diario de la expedición de
1788.
CANISOLO,1582, cac. que figura en el repartimiento de indios de Juan de Garay en el
distrito de Buenos Aires. Lo anotan como “chana”
CANIÚ, 1793,cac. araucano de Rahué (Chile), quien favoreció mucho al misionero
R.P.Alday. Era la época de grandes parlamentos para alcanzar la paz definitiva. En un parlamento
público decía que cedía un pedazo de tierra para el establecimiento de su misión. (A. Noggler:
Vierhundert Jahre Araucanermisisión (400 años de Misión Araucana) 1973 p. 207)
CANIÚ, 1833, cac. ranquel de la Pampa. Durante la Expedición combinada al Desierto fue
tomado preso por la División que capitaneaba Juan M. De Rosas. En sus Memorias, Juan Cornell
precisa que los caciques Cañuante y Calfiao vivían a 7 leguas distantes de Tandil cerca del Arroyo
Colongueyú. Para atacarlos se decía que se habían alzado o querían alzarse. Las tropas de Bahía
Blanca al mando de Del Valle y Francisco Sosa (Pancho el Ñato) les dieron una sorpresa en sus
tolderías; prácticamente mataron a toda la indiada, fuera de unos seis u ocho: Cautivaron a los
caciques y familiares. El Arroyo se llama desde entonces “de las Calaveras”. Cornell finaliza su
relato diciendo: “Pancho cometió desórdenes sin que Del Valle pudiera estorbarlo, con las familias
desgraciadas, que ruboriza el decirlo” Yo creo que hay engaño y falsedad en estos testimonios. Ya
en 1830 habían sido estos indios por las tropas de Bahía Blanca, que venía de regreso de una
expedición contra el cac.Chocorí. Calfiao, Maycá, Petí y Cañuante se presentaron en paz a los
expedicionarios y, a sus acusaciones de haber robado, se excusaron y afirmaron de no haberlo
hecho. Además los aprovisionaron con 200 vacas. Pasados cinco días, el Mayor Villalba con 90
hombres y los indios tehuelches del cac.. Felipe los atacaron, el 29 y 30 de Abril de 1830. Esa
madrugada hicieron una gran matanza: 140 indios, entre ellos mataron a los caciques Vilcay,
Yanquelén y el capitanejo Tralca y apresaron 180 chinas, 87 chicos u 37 chicas. El parte de la
acción hace notar que hasta las mujeres habían peleado. Cañiuanti no había estado en su toldo del
Arroyo Colangueyu, pero sufrió esa otra afrenta 1a que arriba mencionamos.
CANIÚ, 1830, hijo menor del cac. picunche Raihue (Raique) que poblaba Chacal Mallín, de
Mendoza.
De éste cacique tenemos hermosa información por las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño. De él pues citaré las partes que me parecían más intresantes: Página 89 de la Edición de
1999 dice en una página autobiográfica: “Fui raptado por una invasión de indios ranqueles, el día 15
de Marzo de 1842, en un establecimiento rural al sur de la Provincia de Santa Fe. Tenía entonces
exactamente 7 años, 7 meses y 21 días, cuando fui arrancado a mis padres. Papá se llamaba
Domingo Avendaño y Mamá, Felipa Lefebre. Eramos cinco hermanos, Juan, José, Andrés, Fausto y
yo. Los mayores me enseñaon a leer, porque no había escuela en el vecindario. Yo era el menor de
la familia. Había nacido el 24 de Julio de 1834. Luego supe que la invasión había sido encabezada
por los caciques Coliqueo, Painé, Nahuelcheo, Anequeo, Quechudeo, Caniu Cal, Llemulhué,
Guenucal y otros, cuyos nombres olvidé
Al cabo de unos días de angustia y padecimientos llegué a parar en la casa del cacique
Caniú (o Caniu Cal). Este llegó a quererme como a un hijo y yo también le daba el nombre de
padre. La india que me crió se llamaba Pichi Quintuy. Tenía un hijo de unos 20 a 25 años de edad,
fruto de su primer matrimonio Fue esposada en segundas nupcias con su cuñado Caniú Calquín
(hermano legítimo del primer marido). De éste tenía cuatrto hijos: el primero, llamado Llanquei,
tenía entonces 12 o 13 años de edad. Enfermó de repente..no se pudo parar la infección. El segundo
se llamaba Ñandú Anté, Este vive aún. A este siguió una mujer, llamada Güomay-Calquin, que
quiere decir llora el aguilucho. El último y curto hijo se llamaba Mulai Ñandú. Le dieron también
un nombre castellano Antonio Lucero. Estos que sobreviven forman hoy un Lof (caserío o
vecindario), asociados a sus deudos más inmediatos: Levipang, Huentú y Quintulem. Estos son tres
cabezas de familias (lonco) y residen en las faldas del bosque llamado Quenquinor Mamuil (Monte
Rodeado), cuyo distrito está lindando por el Este con el de Vicha Trumé (Juncal Grande); por el
Nor Este con Tromé Rau; por el Nor Oeste con Poitá Güé; por el Oeste con Palao manca
(Mancarrón gateado) y por el Sur Oeste con Mutrénquelú (clavado). Y por el Sur lindan con la costa
160
del gran bosque, que se extiende hasta más allá de Bahía Blanca. En otras páginas contaré mis
convivencias y mis muchas observaciones o averiguaciones entre estos indios.
Permanecí en esta tribu 7 años, 7 meses y 14 días, hasta que busqué mi salvación en la
fuga, que emprendí el 1º de noviembre de 1849, año venturoso y felñiz. Bendita la Divina
Providencia que me condujo en una veloz carrera a caballo hasta la patria…...”
En la pagina 99 habla del padre del cac. Caniú, cuya triste historia le ha contado.
“Rahué , un cacique de mucha nombradía, se había segregado de la nación picunche y pobló las
tierras de Chacal Mallín, al sur de Mendoza . Este cacique tenía dos esposas. De la mayor tenía dos
hijos. La menor no tuvo hijo alguno. …El hijo segundo del cac. Raihué se llamaba Caniú. Cuando
tenía unos 15 años, fue solicitado por el General Dn. José de Aldao para que fuese educado en la
ciudad de Mendoza y sirviera de “regüel”. Allí se lo trató a Caniú de un modo muy satisfactorio
durante tres años de paz…Su padre estaba lejos de pensar que el cúmulo de riquezas que se había
acumulado lo arrastraría tan pronto a la perdición.” Después habla de un movimiento entre los
indios y una revolución y cambio de gobernador en Mendoza. El joven Caniú se encaminó para
incorporarse a su padre. De lejos veía polvaredas en el llano grandes polvaredas de un malón y en el
patio encontró a su padre asesinado; su toldo hecho pedazos, las petacas abiertas y rotas. No halló ni
vestigios de la hacienda , ni halló alma viviente en aquel recinto, hecho un cuadro de horror.
Después de enterrar a diez de los muertos en tormo a su casa, se encaminó a buscar a sus parientes y
encontró a su madre, a su hermano Epiú y a la famila de él, en el Cerro Nevado. Habla brvemente
de la desastrosa traición de Neculmán y los Pincheirs en Chacay, el 11 de Junio de 1830 y del
Asalto de Masallé y la destrucción de las tribus de borogas (1834/36, vuelve, en página 155 a hablar
de su padre adoptivo, el cac.. Caniú, quien entre tanto se había ubicado entre los ranqueles de
Poitahué, pues su esposa era viuda en su primer matrimonio, cuyo esposo había sido primo del cac.
Llanquetruz.
También dice que Caniú era hermano del cac. Calei, que ambos eran poderosos. Su
mujer se llamaba Huechofán
Al empezar el capulo de la fuga (p.155) habló que extrañaba a su verdadera familia;
pero también recordaba como lo estimaba el cacique Caniú Calquín. “ En momentos de familiaridad
me decía o una sola vez: Hijo, vos vas a ser un gran hombre. Cuando seas maduro vas a tener una
palma en tus manos. Nuestra suerte va depender de vos. Sabes hablar en la lengua nuestra como si
fueras indio y hablas con el papel (lees) como si hablaras con alguien…Hoy sos un hijo tan querido
que te dejo comer de mi plato conmigo; te duermes cuando te da la gana y antes, cuando vivía la
finada esposa te dormías con la cabeza en sus faldas. Te llamamos nuestro hijo y te enseñamos que
dijeras padre y madre a nosotros…Como más de una vez mi padre adoptivo me había dicho que
cuando me casara, sería hombre libre y entonces podría ir a visitar a mis padres; yo creía que esto
no era más que un chiste. Y la sola consideración de que mis padres tal vez habían sucumbido por la
pesadumbre de mi cautiverio, me hacía renunciar a la idea de verlos otra vez.
Omitimos más textos, porque ya está caracterizado el cac. Caniú, Santiaguito decía (en
p. 159) “no omití mis plegarias a Dios desde que fui cautivado, el 16 de marzo de 1842 , hasta que
salí a la ciudad de San Luis el 7 de noviembre de 1849.
En su segunda parte que titulamos Usos y Costumbres de los indios de la Pampa, a
partir de la p. 111 en más de 30 páginas habla de lo que ha sufrido la esposa de Güenucal, hijo de
Caniucal, en 1843 por tomarla como bruja; pues cuando brotó una epidemia de viruela en su
vecindario y su toldo no sufrió nada, la declararon bruja y la martirizaron muy cruelmente. Es
hermoso oír como Caniú y su hijo se preocuparon en ayudarla y hasta el refugiado Manuel
Baigorria les ofreció su casa para que estuvieran resguardados de la persecución.
Más no he podido averiguar. Me hubiera gustado presentar la historia de su muerte.
(NB. Tengo una dificultad en distinguir o confundir al cac..Caniú (Calquín) con el cac.. Canué)
CAÑINCUIL, (o Coñucluil) 1834, cac. huilliche. Tres datos tengo de este cacique: En
noviembre de 1832, las Divisiones de Bahñia Blanca y Tandil y los borogas de Güaminí debían
atacar el grupo de los chilenos de los caciques Namuncurá, Choiqueta, Cayupán y Toriani.
Cañincuil figura dos veces en su compañía. Quizás ha sido un hermano de alguno. Luego en 1834,
les ofreció la paz con el objeto de aprovecharlos para destruir a los borogas de la zona lacustre de la
161
Provincia de Buenos Aires. El 10 de Mayo lo esperó el Gral. J.M.de Rosas. Coñucuil debía
acompañarlo (AGN. 24-9-1)
Una última noticia de un Cañiucuil es de 1879. Se trata seguramente de un
descendiente del ya mencionado. Pues con Juan José Catriel se entregó el cacique Cañiucuil al Gral
Villegas (FIDE Clifton Goldney: Namuncurá .
CANUHUEL (Cañuel o Pinhuel), Santiago, el 9 de Abril de 1884, cac. asentado en Pringles
Prov. Bs.As. Allí lo bautizó y lo casó Monseñor Espinosa, según él anota en su Diario p. 138)
CANIULAO (Cañulao)o Caninlao, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (según la
lista que conservó el Coronel Emilio Mitre). Yo tengo una anotación de Caninlao que dice que era
hermano del cac. chileno Calfún
CANIU LEUFÚ, 1767, cac. llanista de Chile, presente en el Parlamento de Nacimiento con
el cac. Antivilú. Emigraron al principio del siglo XIX a la zona lacustre de la Provincia de Buenos
Aires y siguieron llamándose borogas, después que Calfucurá (huilliche en su origen) se había
apoderado de un resto de esas tribus borogas
Estudiando la historia de la tribu de Ignacio Coliqueo y de su padre Curriqueo, pude
comprobar que a mitad del siglo XVIII se encontraron antepasados (Coli-queo o Queo) tanto en la
zona de Salinas Grandes como en la Precordillera neuquina. (Hux, Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, cuarta edición, Los Toldos 1999 p.15 s.) Por hechos de armas emigró ese grupo y se afincó
al sur del Río Bío Bío, haciendo una cuña entre los pehuenches chilenos. No fueron bien vistos por
sus vecinos y durante la guerra de la Independencia y más durante la Guerra a Muerte (1819 –
1827) fueron perseguidos como realistas y tuvieron que emigrar al Este de la Cordillera. Esta nota
preliminar nos facilita la comprensión de las otras tribus que aquí queremos reseñar.

CANIU LLÁN, Francisco, cac. boroga chileno, nació en 1775. y murió en 1848. Lo
conocemos recién a partir de 1830, cuando se había afincado en la zona de Guaminí. Fue
contemporáneo de los famosos caciques mayores Melín, Cañiuquir y Rondeao Según investigación
de Carlos Grau (El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata 1949) habría sido hermano de
éste último y también de Guayquimil, de Alón, de Antonio Coisele y de Meligur.
Francisco Caniullán, según dice el censo de 1836, habría nacido en 1775, pero no dice
dónde. Por tradición familiar conoció la gran Guerra Pehuenche, la que parecía liquidada por la
convocación y celebración de grandes parlamentos de paz a fines del siglo XVIII. Aquella guerra
rebrotó con nuevos tintes políticos en 1818, después de la batalla de Maipú, embanderándose los
indios araucanos, los unos a los realistas o al bandolerismo de la resistencia, otros con las tropas
patriotas de Bulnes y Freire. Un número considerable de los borogas emigró, entonces, a la pampa y
se concentró en un campamento en Guaminí.
José M. Carrera pasó por allí con un centenar de chilenos que se habían sublevádo contra su
propio gobierno y actuaban en guerrilla en las provincias argentinas desde 1820. Comprometió a
4.000 indios para ir a recuperar su posición de dictador en Chile. William Yames, secretario de
Carrera, describe sus andanzas entre los indios. Carrera fue vencido, apresado y fusilado en
Mendoza (4.9.21). Poco después fue muerto el cacique Pablo Lepnopán y junto a él su pariente
Kaniullán. Este Caniullán suscribió en Abril de ese año junto con caciques ranqueles una solicitud
desde la toldería de Hilgüé al Gobernador J.B.Bustos de Córdoba, pidiendo que interviniera a
restablecer la paz de la pampa turbada por el Gral. Carrera y la reciente invasión de Lieñán y otros.
Respomdería en 1825 en los parlamentos de la Laguna del Guanaco. Me parece que no era este
Pancho Caniullán, quizas fuera su padre o un hermano, pues él entonces se hallaba ya aliado a los
caciques refugiados en un campamento grande en la zona lacustre de la Provincia de Buenos Aires,
comprometidos a su vez con los realistas pero contrarios a los carreristas. Se había unido a los
caciques Quintana, Coñuepán y su hijo Antenao (Comando General del Ejército: Política seguida
con el indio v. III p.216 y 286).
Caniullán no figura en la lista de los participantes del parlamento de paz en la toldería de
Lincón, convocado por el coronel García en 1822. En cambio estuvo con los caciques Pablo,
Curritripay y Quinchan en la Sierra de la Ventana, señalado como cacique de paz (ib. p. 525). En
162
febrero de 1825 "los caciques pampas pidieron al Gobierno de Buenos Aires que se convocase a los
caciques chilenos. Pablo, Coñuepán, Uñol, Urenamón, Quelmacuy, Caniullán, Carñuquir,
Neculhueque y Chisca, hijo del famoso cacique Lorenzo que había hecho la paz con los Virreyes"
(AGN Biedma S. VII 10-4-1). Efectivamente Caniullán participó en abril de ese año en un
parlamento de paz sobre el Arroyo Pecuén, al cual asistieron 37 caciques.
Pero en la misma zona y al año siguiente, el coronel F.Rauch atacó con sus coraceros y
tehuelches sus toldos (28.12,2) donde mataron más de cien indios y apresaron a unos 400
(AGN.S.X.27-7-6). Rauch pagaría sus crueldades para con los indios en la batalla de Las
Vizcacheras, el 28 de marzo de 1829.
Juan M. de Rosas modificó su diplomacia para con los indios, a lo menos por eso entonces.
Continuó su llamado negocio pacífico a fin de dar solución al problema del pincheirismo en nuestro
país. Para ello invitó a los borogas a nuevos tratados. Acercándose el cacique mayor Francisco
Caniullán con 200 indios, celebró con Rosas las paces en nombre de su tribu y en el de los demás
caciques de sus parcialidades. Rosas le propuso que se reconciliase con los viejos pampas de Catriel
y de Cachul (comprometidos con el Cnel. Rauch en sus expediciones) y con el cacique Venancio
Cayupán. La astucia de Rosas consiguió que los borogas admitiesen un piquete de soldados al
mando del coronel Manuel Delgado en la vecindad de sus campamentos. Era buen conocedor de su
idioma y sus costumbres y podía observar de cerca sus movimientos.
Luego los comprometió y exhortó a la lucha contra los huilliches, sus antiguos
contrincantes, cuyo mayor triunfo, culminó en 1832 con la ejecución del cacique Toriani. Luego, en
pleno invierno de ese año, 300 indios de Rondeao, Melín, Cañiuquir y Caniullán tuvieron que
acompañar al coronel Delgado para atacar las tribus de Vicente Quiñigual y de Cumiú y 200
chilenos al mando del cacique Quillapí. Los destrozaron en el combate de Pelicura. el 9 de agosto
de 1832; allí murieron unos 100 indios.
Rosas no llevó a los borogas a su Expedición al Desierto, pero los mantuvo en constante
alerta, mostrándoles más bien una actitud de desconfianza, como quien piensa: "a la vuelta los
agarraré".
El año 1834 debe haber sido su año más trágico para Caniullán o el del inicio de su ocaso.
Los enemigos suyos de Collicó y Llaima habían entrado en secreta comunicación con las
autoridades militares de Bahía Blanca, quienes solicitaron su colaboración. Luego irrumpieron en
dos malones sucesivos en las tolderías de los borogas: el primero en la madrugada del 8 de
septiembre de 1834, en el llamado Asalto de Masallé. Eligieron como víctimas principales a los
caciques Rondeao y Melín y mataron a todos los que se resistían. Luego del saqueo los desarmaron
y los llevaron consigo, con todo el botín. Ciertamente hubo un gran desbande: unos se lanzaron a
los montes de la pampa, otros buscaron acogida entre los ranqueles. Caniullán, despojado y
humillado, disparó hacia el Fuerte de 25 de Mayo, donde llegó con 25 indios, 30 chinas y unos
cuantos niños. Preanunció su llegada unos días antes, para saber si sería aceptado. La guarnición fue
a esperarlos hasta una legua del fuerte, y a su arribo, tiraron con sus fusiles hacia el cielo como
salva. Luego izaron juntos la bandera y los invitaron a un asado que aceptaron gustosamente a pesar
de su luto.
El relato que escribió entonces el coronel Delgado para el gobernador Rosas es lastimoso:
"Después que sus enemigos les han quitado cuanto han tenido, todas sus prendas de plata y
ropa y aun los toldos les han quitado; sólo se han escapado con lo encapillado, perdieron sus ovejas,
caballos, y sólo han salvado las vaquitas que estaban distantes. Le suplica a S.S.A. que los mire con
lástima (por) que no tienen cómo abrigarse, ni tampoco un cuero para toldos, ni una holla para hacer
un hervido, ni una caldera para calentar agua... Lloraba por la muerte de sus hermanos,
especialmente los caciques y le dolía porque los indios enemigos venían diciendo que S.S.A.
mandaba matar a los caciques, a Rondeao y a Melín. Pedían auxilio para acabar con todo Indio
Chileno y Ranqueles".
Al transmitir estas noticias, el comandante quería saber qué actitud debía asumir; si debía
atacarlos (!) (AGN.S .X. 24-8-6. y C-Grau: Fuerte 25 de Mayo, p. 135).
Al fin fueron admitidos "a una legua del Fuerte bajo la protección del cañón". Rosas escribió
el 26 de septiembre al coronel M. Rodríguez de Bahía Blanca, que aconsejaba a Cañuquir situarse
163
en Laguna Blanca, como Caniullán en 25 de Mayo, otros se acercaron a Tapalquén para unirse a
Cachul. (AGN.S.X. 24-8-6 Secretaría de Rosas y 24-9-1). Santiago Avendaño, en sus Memorias,
habla muy resumidamente de estos acontecimientos y agrega, que “los caciques (tribus de)
Cayúpulqui, Carrellang, Teuqué, Guayquimill y Güenuqueo con los tres hermanos llamados Cristos
también vinieron a parar en Cruz de Guerra (25 de Mayo) Y los caciques Coliqueo, Guayquillanca
y Guorrofil atravesaron con sus parcialidades, sus familias y sus arreos, los espesos bosques y
pidieron asilo entre los Ranqueles, quienes los admitieron, no sin ponerse en guardia de cualquier
agresión por parte de los intrusos” (ib. p.34 ).
Y el mismo autor añade: “Calfucurá tenía gran interés en no perder a Caniullan (Carrillang)
con todos los que le seguían..una porción de juventud que le podía ser útil, conquistándose su afecto
por medio de dádivas y casamientos. Así mandó chasque a Cruz de Guerra” (ib)
En la historia de Cañuquir detallo los acontecimientos siguientes, pues Rosas quiso
aprovecharse de los sentimientos de venganza de los borogas y políticamente los desvió en su
expedición hacia los ranqueles de Llanquetruz e incluso contra los borogas refugiados en la pampa.
Finalmente fueron ellos mismos el blanco de las tropas de Bahía Blanca.

Los indios de F. Canullán armaron poco a poco nuevos toldos para 80 personas. Un
interesante censo de 1836 enumera los nombres de ellos, el cacique, dos capitanejos y 31 soldados y
sus familias. En el toldo Nº 1 había 20 personas; incluía además de su mujer Sunguillán (NB.
Quizás decía que no hablaba castellano), el y la viuda del finado cacique Mariano Rondeao y su
hijo Francisco. El censo indica además su probable edad. El cacique tenía 60 años y el jefe del
segundo toldo, el capitanejo Panchito, su sobrino, tenía 40 años. En 13 toldos se nombran 119
personas. La lista fue publicada por C Grau en su libro: El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra.
1949, p. 290.
En 1837 estos indios, los caciques Caniullán, Guayquil y la cacica Luisa fueron llevados a
Chacarita en Buenos Aires en calidad de cautivos; así lo dice una lista de racionamiento de febrero
de este año (AGN.S.X. 25-5-1). En junio se enfermó el cacique y Rosas procuró su curación. El
documento relata muchas anécdotas, así cuenta cómo Rosas indujo al cacique para que se dejase
vacunar. Y el cacique hizo rezar misas para su curación (Grau: ib. p. 159 y 137 y Arch E.M. No
169).
Más tarde Pancho Caniullán había retornado a 25 de Mayo, participando en diversas
desaventuras de ese lugar; también en Azul y Santos Lugares. Pero como se cita a varios indios,
conocidos como Caniullán, pueden ser hermanos o hijos y no sabemos cuál de las noticias
corresponde al viejo cacique. En 1840, después de un malón sobre sus tribus, "los indios de
Caniullán y Guayquil fueron trasladados a Lobos por el coronel Plaza" (Grau ib. p. 188). En la lista
de la tribu de M. Rondeao de 1866 y otra vez en 1868 figura un alférez Francisco Caniullán. que no
parece ser el cacique. Hay además un Francisco Caniulián, un Martín. un Juan, Ignacio y un Alonso
(Comisión Investigadora: La Tribu y las Tierras de Coliqueo, La Plata, 1940, p. 401). De un
hermano de Caniullán sabemos que en octubre de 1837 estaba "choiqueando" con un grupo de
indios y al llegar a la zona del "Pozo Pampa" (partido de Bragado, en Olascoaga), tropas fronterizas
los corrieron confundiéndolos con malones y los mataron "por equivocación".
CANIULLÁN, Ignacio, capitnejo (boroga) en Fuerte 25 de Mayo, hijo del cac.. Francisco
Caniullán.1840 asumió el resto de la tribu de su padre. Cuando en 1857 la demanda del Gral
Urquiza hizo que pasasen los indios amigos de 25 de Mayo a su servicio, sus hijos y mujeres se
quedaron con Ignacio Caniullán (Caneovellán), especialmente los del Indio Cristo, de Andrés
Raninqueo y de Rosa Coliqueo; luego fueron deportados, lo que originó un largo pleito, y varias
invasiones sobre el pueblo de 25 de Mayo (AGN S,VII 14-4-1) Más tarde hubo pocas noticias sobre
esas tribus. Durante la Conquista del Desierto de 1879 un capitanejo Caniullán, junto al capitanejo
Magín y el cacique Ñau Ñau cayeron víctimas de la barrida (Olascoaga III. 265)
CANIULLÁN, Juan, 1868, capitanejo de la tribu del cac. Ignacio Coliqueo; pero luego pasó
a establecerse con el cacique A.Raninqueo en La Verde. En 1872 esta tribu fue invadida y
aprisionada por el cac. Juan Calfucurá en vísperas de la batalla de San Carlos de Bolívar (8.3.72)
164
CANIULLÁN, 1872, capitanejo de la tribu ranquel del cac. Mariano Rosas, según la lista
del Padre Donati.
CANIU MANQUE, 1600, cac. araucano. En 1612 murió a manos del cac. Ancanamún
sublevado en Elicura (Chile) junto a tres misioneros jesuitas. El hecho tuvo mucha repercición en
Chile. (Campos Menchaca: Nahuelbuta p. 357)
CANIU MAIN (o Cañiumán, Cañemain), 1787, cac. pehuenche (alias Pellón), hermano del
célebre cacique gobernador de Malalhué, llamado Ancanamún. Amigorena Maestre de Campo y
Gobernador de Mendoza lo llamaba cacique amigo, aún no vasalle de la Nación Española, 1887,
después de haber invadido a los huilliches, sufrió un gran malón de revancha por parte del cac.
Llanquetruz. Era el tiempo de la Guerra Pehuenche. Luego asistió al parlamento de paz, convocado
por Amigorena en San Carlos (Mend.) el 17 de octubre de ese año. Pero la Guerra siguió a las
órdenes de Pichintur, unido al cac. Currilipi, en 1788 y 1792 (ver las rseñas correspondientes y
Arch. Mend. Carpetas 29 y 30). Canumain, ocasionalmente reemplazó a su hermano. No conozco
más datos de él. Puede ser que haya muerto en 1895, en el choque con el cac., Rayguán.
CANIUMÁN (o Cañomán), 1820, cac. pehuenche que acompañó al Gral chileno J. Carrera
hasta el saqueo de Salto (Prov. Bs.As)
CAÑU MIL, 1770, cac. pampa ranquel de la gente de Linconahuel (Lincon). En junio de
ese año fue muerto, según una escueta información desde el Fortín San José (AGN S.IX. 1-4-2;
29.6.70)
CANIUMIL (CAÑIUMIL, COÑIUMIL), 1792, cac. huilliche del Neuquén.; quizás era de
la parentela del ya nombrado. Su nombre aparece en el parte sobre un malón que en 1792 sufrió el
cac. Crrrilipi. En consecuencia, una expedición punitiva al mando del Capitán Francisco Esquivel
Aldao invadió sus tolderías. En su Diario, este capitán acusa a Caniumil como instigador de la
Guerra Pehuenche; que en el combate de Renileufú, en enero de ese año, había invadido junto con
los caciques Huenumilla y Cheuquepán, la toldería de Currilipí, al que han matado. De veras le
dieron una sangrienta derrota; le corrieron gritando que le iban a arrancar el corazón para beber su
sangre y que arrojarían su propia lanza contra su gente. Entonces, dice el documento, se arrojó al río
y murió ahogado. (El Diario está publicado en Rev. De la Junta de Estudios Históricas, Mendoza
VIII, 1938) Esquivel alcanzó a Cañiumil a dos días y medio de Zapala y al cac. Güeragüé, su
compañero, en Vuta Confín.
CAÑUMIL, José , 1850. Este cacique actuó con su tribu en la pampa bonaerense, como
agregado y emparentado de Calfucurá y sus tribus huilliches o salineras. Desde el primer
documento hasta el último que de él pudimos hallar, se vislumbra que ha sido un cacique
autónomo, siempre inclinado a vivir en armonia con los “cristianos”. En enero de 1855, cuando
Calfucurá ya estaba ganado para la causa del Gral. Urquiza, escribió el Cnel. Wenceslao Paunero al
Gral Bartolomé Mitre: “Tenemos casi la seguridad de repasar (separar) a Cañumil de Calfucurá. El
lo promete. Le he pedido rehenes muy en secreto…Después sabremos qué convendrá hacer más: si
atacarlo, lo cual es fácil, o seguir embromándolo hasta mejor oportunidad” (sic!) (Arch. Mitre XVII
p.55)
Luego los jefes porteños iniciaron una serie de operaciones en el sur, no siempre
exitosas, como la que terminó en la derrota de Sierra Chica (30.5.1855), la derrota del Gral. Hornos
en el temblaral de Sierra San Jacinto (Febr. 2856) y la mal lograda expedición del Cnel. Emilio
Mitre contra los ranqueles
. El gobierno de Buenos Aires abrió intensas negociaciones de paz con los indios, y el
mismo Cañumil buscó contactos con los comandantes de Bahía Blanca y Carmen de Patagones. Allí
se presentó él mismo en Mayo de 1857. En Octubre de ese año envió una comisión de paz al Fuerte
de Azul. Pero luego le acusaron de haber invadido la provincia de San Luis. El se excusó y remitió
una comisión a Bahía Blanca al coronel Yturra y al comandante Fourmatin para ofrecer sus
servicios al gobierno de la provincia de Buenos Aires y canjear cautivos (19 y 25.12.57). Yturra
comunicó esta novedad a sus colegas Granada y Paunero, diciendo: "Cañumil tiene buenos deseos
de paz linda y duradera. Si usted quiere invadir a Calfucurá —me dijo por palabras— no tiene más
que pasar por mis toldos (entonces en Pigüé) y yo y mis indios lo acompañarán." (Arch. Salesiano,
Bahía Blanca, correspondencia del Cnel. Yturra 27.12.57). Al cacique le dijo el mismo Yturra:
165
"Exijo que nos mande a todas las cautivas de este pueblo (Bahía Blanca). Recibí carta de Calfucurá
en la que dice, que quiere la paz, que no quiere derramar sangre. El Gobierno quiere tratar (con
nosotros la paz). Ustedes deben respetarlo. Tiene quizás doce cautivas de este pueblo. Te dejo un
plazo de ocho días. Nosotros, los cristianos, somos muchos y todos los días vienen montones de
Europa, así somos muchos y tenemos muchos recursos para matar gente", decía en carta del 9.12. El
Año Nuevo de 1858, Yturra le contestó: "Recibí la carta del 28 ppdo. y cinco cautivas y la palabra
de una paz linda. Daremos pruebas; también tú las has de dar. Deseamos tu fidelidad y la de los
caciques Ancaláo, Bichal (Guichal), Juancho, Ináre, Comilla, Añone, Bermina y los demás indios,
tus amigos y hermanos."
Al mes, les iban a dar una prueba de su fuerza, pero no de paz linda, como pedía el jefe
salinero: la expedición de Paunero y de Granada a la Pampa que conocemos particularmente por la
batalla de Pigüé, del 14 al 16 de Febrero de 1858. El día 13 de ese mes el brillante Ejército de
Operaciones llegó al campo que ocupaba Cañumil. Calfucurá envió parlamentaroios y cartas Una
fecha 15 de febero de 1858: “Al Señor General de la División: Amigo, he llegado a ésta por saber
que usted tenía a Cañumil sitiado. (Ver Calfucurá: La Batalla de Pigüé)
Calfucurá se había adelantado a este movimiento, había llegado con los indios de Cristo,
Collinao y Quentriel (Monferrán-Monferrán, “El Ejército de Operaciones del Sur y la batalla de
Pigüé”, 1962, p. 105 ss). No describo aquí el desarrollo de la batalla (véase la biografía de J.
Calfucurá) que resultó a favor de los cristianos. Después de la retirada de los indios, el 17 de
Febrero, el coronel Machado exploró la zona y llegó hasta la laguna Pigüé, donde halló las tolderías
de Cañumil y de Lecopancurá. A la vista de los invasores, los indios se lanzaron a una precipitada
fuga, abandonando toldos y haciendas y hasta los heridos y el archivo. Las tropas expedicionarias
avanzaron en persecución de todos los indios, pero ellos astutamente les hicieron un gran vacío, de
manera que la expedición terminó en un "paseo" a Salinas Grandes sin consecuencias, e indios y
militares volvieron a las negociaciones de paz. Cañumil se mostró en eso el más entusiasta y
consiguió que Calfucurá se aviniera a celebrar con Buenos Aires (en Azul) un tratado de paz. El
mismo Calfucurá se lo comunicó al general Urquiza, pero demostrándole que se inclinaba más por
él: pero pedía racionamiento para Cañumil, Quentriel y otros. (Arch. Urquiza. T. 108, fha. 22.4.61)
Calfucura no se opuso que su cuñado, el cac. Cañumil, quería salir de la zona salinera para
vivir cerca de Bahía Blanca. Este pues había solicitado un tratado de paz propio y el permiso de
ubicarse, como Coliqueo y Ancalao, cerca de los cristianos en el Arroyo Frías, a 30 leguas de Bahía
Blanca, lo que le fue concedido (AGN S.X 20-7-2: 26.8 y 10.11.1862)
El 25 de Agosto, Cañumil escribió al comandante de Bahía Blanca, mostrando júbilo por
haberse firmado la paz, la que pensaba celebrar con un gran baile para dar gracias a Dios por la paz
lograda. La carta fue escrita en Salinas Grandes, prácticamente en vísperas del segundo
enfrentamiento bélico de Buenos Aires con la Confederación Argentina en Pavón. Apenas habían
triunfado los porteños, José Cañumil escribió a D. Pedro Navarro (24.9.61) que habían sido
engañados por Urquiza y que querían estar tranquilos con los cristianos (AGN, S.X, 20-7-2). Desde
entonces Cañumil se acercó a la frontera.
En Agosto de 1861 su tribu volvió a Pigüé (carta de J. A. Llano, 26.8.61). Calfucurá no puso
obstáculos a su yerno y despachó también las indiadas auxiliares que llegaban de Chile. Cañumil,
atento a los progresos de las tribus amigas, pidió en Septiembre de 1863 que el Gobierno le diese
también un pedazo de tierra como había otorgado a Melinao, Coliqueo y Ancalao. En una carta le
dice al Presidente Mitre:
"Usted debe saber muy bien que soy el cacique Cañumil, el que hice los tratados en Azul y
ayudé a arreglar con Calfucurá. Tengo 200 hombres a mis órdenes; ninguno roba..." La comisión
estuvo encabezada por los capitanejos Luis Gorosito y Juan López. Decían que se habían separado
de Calfucurá y pedían sueldos para su cacique y el capitanejo Guayquil y que les permitiesen situar
sus toldos en el Arroyo Frías, (A. Mitre, XXIV. p. 122 y AEM. 7.12.63). Se le respondió que el
Gobierno haría los tratados cuando viniesen y de regalo les entregaron 100 yeguas para Cañumil y
50 para Guayquil. En diciembre se ratificaron los detalles del tratado. También el coronel Juan
Cornell, encargado de los indios amigos, recomendó a Cañumil y Guayquil al ministro de Guerra y
166
que se gastara algo por ellos, "conviene este gasto entreteniendo la paz, mientras se va conquistando
la tierra que se hace útil formando pueblos y aumentando la riqueza del país". (AEM, 10.11.63)
Un año más tarde, Cañumil llevó a Calfucurá y al temido cacique Blanquillo al Fortín
Colorado para que celebrasen la paz con el coronel Murga. El comandante de Bahía Blanca J. A.
Llano no tenía fe ni en Cañumil ni en Guayquil y pidió cuatro veces al Gobierno que los situase
cerca de Nueva Roma para que la Legión italiana los vigilase. Pero no se realizó tal tratado.
Cañumil insistía en que se le concediese un tratado de paz. Había enonces avisos de que se
estaban preparando nuevos malones con ranque les y chilenos. Por eso el Gobierno de Buenos Aires
trató de conjurar el peligro, ofreciendo nuevos regalos y tratados a Calfucurá, Cañumil y el
Blanquillo a través de Murgas de Bahía Blanca y por el Cnel. Manuel Baigorria. Pero los chilenos
no se iban a volver con manos vacías y malonearon en la zona de Río IVº (AEM. 29.9 y 18.11 de
1864 y 8.12. de 1864)
En diciembre Cañumil envió al cacique Guayquil y a 34 indios en comisión a Bahía Blanca,
a pesar de que su hijo había sido asesinado, poco antes, en esa vecindad (AEM, 2.12.64).
Finalmente, el 25 de Septiembre de 1865, se realizó en Bahía Blanca el tratado de paz. En él se
estipulaba, además de lo corriente en esos tratados, que Cañumil debía enviar partidas de indios
para controlar los campos desde Sauce Grande hasta el Colorado y mantener buena amistad con los
indios amigos de Ancalao. Al cacique se entregaría "por una sola vez" dos fanegas de maíz y una de
trigo para que hiciesen sus primeras sementeras, recibirían 6 arados, 6 palas y 12 azadas. Se les
entregaría 200 yeguas y racionamiento trimestral en Bahía Blanca, a partir del 1° de Enero de 1866.
En el acto de firmar el contrato estuvo presente el cacique José Cañumil con 18 capitanejos de su
tribu, además del comandante como representante del Gobienio, el juez de paz Dn. Francisco
Barajes y el coronel Dn. Felipe Caronti; pero recién el 26 de Diciembre de 1865 fue aprobado por el
Dr. Marcos Paz, vicepresidente a cargo del P.E. y Julián Martínez. (AEM. Nº 833 y Arch. Mitre,
XXIII)
El 10 de enero de 1866, José A. Llano comunicó a Cañumil que, ratificado el tratado por el
Gobierno, se presentase con sus capitanes (AEM, 10.1.66). El juez de paz informó al gobernador
Mariano Saavedra que Cañumil se había presentado con su familia y sus capitanejos para ratificar
una vez más los tratados concertados con el Gobierno nacional.
El geógrafo V. Martín de Moussy le atribuyó, según el censo de 1869, 1.500 indios.
Bahía Blanca, con este refuerzo de indios amigos, habría vivido en paz, si no hubiese
ocurrido un hecho de torpe bravuconada que abrió una época de funestos malones para ese
vecindario. El 1º de abril de 1870, el coronel José O. Llano atacó sin previo aviso y sorprendió con
110 hombres y vecinos voluntarios la toldería de Cañumil. Para ir a robar a los indios, siempre
había voluntarios... En la sorpresa hicieron unos 70 muertos y los demás, incluyendo al cacique,
fueron arreados como prisioneros de guerra a Bahía Blanca. El coronel confesó haberles quitado
2.500 caballos y 300 vacas y un estandarte nacional. Para justificar el hecho indicó en su parte que
esos indios habían mantenido a desertores y que habían atacado una tropa de carretas de Dn.
Abelardo Laborda.
No toda la población estuvo conforme, como se lee en The Standard. En Buenos Aires hubo
indignación y en Salinas Grandes un gran clamor por venganza. Jorge L. Rojas Lagarde describe los
hechos citando los partes y artículos de la prensa en su libro “El Malón de 1870 a Bahía Blanca y la
Colonia Inglesa de Sauce Grande”. Bs. As.. 1984.
El cacique Calfucurá. apenas fue anoticiado del hecho, montó en cólera y organizó un malón
de protesta que cayó el 15 de junio de 1870 sobre la zona de Tres Arroyos a la vez que avisó al
coronel de Elía de la Frontera de Azul que estaban haciéndolo en represalia de la felonía cometida a
Cañumil, su cuñado, y añadía que si no libertaban a Cañumil y a su gente, caerían también sobre
Bahía Blanca. Exigía que cambiasen al jefe de esa frontera. Seguramente no cayó sobre Bahía
Blanca, para evitar que matasen a Cañumil y sus prisioneros. Con estas nuevas actitudes se
oscureció el horizonte político de la pampa: nuevos contingentes reforzaron los efectivos de
Calfucurá y era previsible la irrupción de otro malón. En Agosto, Cañumil y sus rehenes fueron
trasladados a Blanca Grande para canjearlos luego por prisioneros, hechos en Tres Arroyos. Pero las
exigencias de Calfucurá no se cumplieron. Entonces lanzó otro malón de 2.000 indios aguerridos
167
sobre Bahía Blanca y las estancias de Napostá. Cañumil, conociendo este plan, procuró disuadir a
Calfucurá, pero éste no quiso oírlo. Y así se produjo un nuevo hecho sangriento. Bajo tan
formidable presión, el Gobierno nacional mandó libertar a Cañumil, lo que éste mismo agradeció
por intermedio del coronel Elía desde Blanca Grande y Salinas Grandes, prometiendo vivir en paz
(Arch. M.H.N., Na 5127) y el comandante Llano fue sustituido por el coronel Julián Murga.
Cañumil volvió a pedir racionamiento según el tratado de paz y, según las Memorias de J.
Montenegro - Catriel (en “El Imparcial, Nº 4, 1908, Azul), Cañumil y Payllacán habían venido a
Azul para renovar la paz. A Cañumil lo describe como "hombre anciano, de buena presencia.
Vestían bien, tanto él como su caballo. Este era de la parte de la Patagonia" (huilliche). En Bahía
Blanca nadie quiso proveerlos. (AEM, 14.1.71)
¿Por qué pidió el coronel Elía al ministro de Guerra, el 7 de Julio de 1871, "autorización
para invadir los toldos de Cañumil y El Carhüel , donde habría muchos caballos"? ¿Era pura codicia
o era plan premeditado? La guerra contra el indio sólo tuvo treguas, no interrupciones. Véase el
desarrollo de esa guerra en la biografía de Calfucurá. No sé qué participación habrá tenido Cañumil
en el malón y la batalla de San Carlos, el 3 de marzo de 1872, provocado por otra "felonía", según
carta previa de Calfucurá, perpetrada en las tribus de Chipitruz. Manuel Grande y Calfiao. Cañumil
siguió unido a la historia de Calfucurá hasta que éste murieraa, en 1873. Alvaro Yunque, en su libro
Calvucurá, cuenta cómo el lenguaraz capitán Rufino Solano fue salvado por Cañumil, mientras que
Calfucurá estuvo en agonía. También bajo el gobierno de Namuncurá mantuvo contactos de paz con
el Gobierno nacional. En Febrero de 1875 encabezó una comisión de paz en nombre de Namuncurá,
a Buenos Aires y solicitó al Arzobispo F. Aneiros su intevención y apoyo (L. Copello. Gestiones del
Arzobispo Aneiros en favor de los indios, 1945. p. 198). En el tratado de paz, propuesto por un gran
número de caciques salineros (AEM, Nº 1232, 3.5.75), se dice en el artículo 2° que los caciques
Juan Morales Catricurá y Cañumil debían recibir sus raciones en Bahía Blanca. Se entretuvo a los
caciques con algunos regalos, mientras los militares preparaban la conquista de la pampa, la que
sería el avance de Alsina. A fines de 1875. seguros de que los engañaban, los indios adelantaron su
ofensiva, el Gran Malón sobre la frontera sur. Esto no impidió que en Marzo de 1876 avanzaran las
seis columnas previstas e iniciaran la conquista desde puntos estratégicos previsto en la ley 125 de
1867. Después de la muerte de Alsina, antes de que Roca lanzara su ofensiva, Cañumil recibió
algunas raciones. Pero en 1878 empezó la "barrida" de la pampa. La División del coronel Teodoro
García salió con 250 hombres y sorprendió, el 4 de Octubre de ese año, una de las tolderías de
Cañumil cerca de Guatraché: apresaron a Mariano Cañumil, hijo del cacique José Cañumil. El día
6., atacaron en Hucal Grande o Rumecó Grande a Cañumil padre y al cacique Huechuquil, quien se
escapó. Otro encuentro se produjo en Cono Lauquén, a 12 leguas al oeste de Guatraché. T. García
entró en Puán triunfante, trayendo consigo 106 indios prisioneros, habían muerto también un
centenar (Olascoaga, 1930, p. 98,1). Otros habían escapado a los montes de Trumecó, 20 leguas al
sur de Chilué (ib., p. 70). El 22 de noviembre de 1878, el cacique buscado se presentó en el Fuerte
Argentino con 151 indios de lanza, entre ellos, despes el cac.Cañumil y 360 mujeres y niños.
(Telegrama del 22 de noviembre, en Olascoaga I. 88 y IV 86) “Es un regalo que quise hacerle, le
dijo, según Ebelot, - el Comandante Wintter . Cañiumil y su gente se presentaron ante el general
Wintter sometiéndose, porque sus familias habían caído en poder de los cristianos. Este informó al
ministro: "Cañumil. que pertenecía a los montoneros de Namuncurá, viene desnudo y hambriento".
El mimo día de la rendición , Wintter llevó a 600 indios a Bahía Blanca. A los jefes los
destinaron a la prisión de Martín García. El cacique fue conducido como prisionero a Buenos
Aires e incorporado al Batallón de Artillería. Allí, por lo menos, tuvo la gracia de recibir de los
Padres Lazaristas instrucción cristiana y el bautismo que recibió el 11 de Agosto de 1879 en la
Iglesia del Pilar, junto con los caciques J. J. Catriel, Marcelino Catriel y el ranquel J. Melideo
(Meliqueo).
El resto de los indios de lanza“prisioneros” (digo entre comillas) incorporaron el 14 de
enero de 1879 a la División de Alvaro Barros para la expedición al Río Negrto, a Malal Huaca y
Chichinal.
FAMILIA Y BAUTISMOS
168
La anotación dice: "Cacique Cañumil de 68 años de edad, hijo de Huenumilla y Antonia"; y
a continuación: "Albino Cañumil de Salinas, de 6 años, hijo de Cañumil y Marica y Martín Cañumil
de 11 años de Cañumil y Marica". Cómo desearíamos que estas escuetas anotaciones fuesen más
elocuentes y explícitas...El 1º de Junio de 1880, Luis M. Campos dispuso que quitasen los grillos a
los caciques Epugner Rosas y Pincén y a los capitanejos Melideo y Cañumil. Lo había pedido el 25
de Mayo, fiesta patria, M. Matoso, el Comandante de Martín García.
Una última noticia del 11 de Agosto de 1883 registra una carta de Salinas Grandes enviada
al coronel Pío Iturra de Bahía Blanca en que el cacique (ya liberado, al parecer) le pide que le
entregue los hijos y nietos. "Murga dice que mi hijo Mariano ha invadido y robado. Estoy muy
enojado". Esta, su última palabra, caracteriza la amargura de un hombre que siempre deseó vivir en
paz y armonía con los cristianos.

Lista de la Tribu de Cañumil (del Archivo del Dr. Zeballos)


Cac.. 1º José Cañumil
Cac.iquillos 2º Luis Gorosito
Mariano Cañumil
Ponce
Capitanejo 1º
Güenchulaf
Lefihano
Melinao
Pantaleón
Viscal (cristiano)
Carel
Quiñé nas
Matías
Lapú
Antequeo
Esteban Romero
Juan
Calfiqueo
Martín
Nie cuñ
2) Capitanejos
José Melimán
Aparicio Licán
Ancamill
Rahín
Guichal
Peinen
Montré
Lefi hueque
Alequé
Paillá
Venencio Coñopán
Forí
Cla huán
Lefuó
Güenún
Lienquén
Cur huinca
Turá
Vilá fez
169
3) caitanejos
Muhrié
Villa pán
Colo nao
Huños
Féliz Catricurá
Mollano
J. Camill
Man. Pilquillano
Fco. Calfiqueo
Mari nao
Vinca ná
Raghi nao
Muhín Anenher
Tapallú
Andrés
Cayupí
Pichi Vecol
4) capitanejos
Namín Ibanen fil
Taro nao
Justo Epuñán
Venancio Culu Huentrú
Linco nao
Llancahan
José Ma. Gabriel
Epu pán
Catri nao
In han lasso
Cunuqueo
Man. Pastor Sargento
Man. In huha curá
Güichao
Huinca Melinher
Cotar
Curri queo
Anca có
Lemun her
Manque nao García
José Canuqueo

CAÑUMIL, Mariano con el apodo de “el Trenzador”, era hijo del cac. José Cañumil y
capitanejode su tribu. Compartió pues los infortunios de éste y de su tribu especialmente en las
últimas faces de la Conquista del Desierto hasta su captura el 5 de octubre de 1878.
CAÑUMIR, José, 1980, cacique de la tribu neuquina, llamada “de Zúñiga”. Debe llevar el
nombre de ese cac. José Cañumil que reseñamos arriba. J.Raone publicó su fotografía en :Neuquén,
la Provincia de los grandes Lagos Nº 2, 1980 p.39
CANIUMUR, 1760, cac. pehuenche de Lonquimay, junto al cac. Tripayán (Burdny)
CANIU ÑAMCÚ, Nicolás (Caniuñán), 1751, cac. pehuenche en Arquenco. Ese año lo
visitó el Padre Bernardo Haevstadt. 1787 aparece en la lista del cac. Roco sobre el Diamante en
Mendoza y nuevamente, en 1814, figura un cacique Cañuñam entre los caciques sufragáneos del
cac. pehuenche Ñeycuñán. ( Arch. Mend. Carp.30 Doc. 10 y 37 y Carp. 123 Nº 13)
Etimol: “Pichón de aguilucho (Nancú)
170
CANIU PÁN, el 22 de Junio de 1837 mandó un parlamentario al Cnel. A.Ramírez y a del
Busto (Diario). Y el tío, Laureano Cañupán dio libertad al padre del ilustre Restaurador de Leyes, a
León Ortiz de Rosas. 1779 había ascendido a subteniente. Intervino en la expedición de Antonio de
Biedma a la Cordillera en 1781/82 y en la expedición de Juan de la Piedra de Patagones a la Sierra
de la Ventana a combatir los indios serranos. La expedición fue un verdadero fracaso, muriendo los
jefes; pero no la tropa que escoltados volvieron a Patagones. León Ortiz de Rosas cayó prisionero,
pero no fue muerto. El cac.. Lorenzo Calpisqui formalizó luego un pacto de paz con el alférez
Lorenzo Gómez que había quedado al mando de la tropa diezmada. Los prisioneros después de
varios meses quedaron libres, entre ellos León Ortiz de Rosas. (Diccionario Histórico Argentino por
Ric.Piccirilli y otros 1954 Vol Vº) .
CANIU PAYÚN. (ver Caneu Payún)
CANIUPAYÚN, 1776, cac. pampa ranquel que vivía en Apiel junto con el cac. Güigüiante,
según el censo de Diego de Las Casas. Cuando en Buenos Aires apresaron al cac. Nahuel Pán y se
saqueó sus toldos, Caniupayún se presentó ofreciéndose como rehén con la propuesta de canjear
cautivos por los prisioneros. Pero en diciembre de 1788 él y el cac. Cañumil llevaron un malón de
300 indios sobre el Sur de Córdoba. El 16 de Diciembre de 1788 mataron y degollaron a
Llanquetruz. El 1º de enero de 1789 Currilipí entró en Los Angeles con el trofeo, orgulloso de su
victoria. De inmediato Caniupayún preparó una expedición de venganza.(ver el artículo sobre
Llanquetruz Iº en Hux: Caciques Pampa-Ranqueles). Atacaron a Currilipí; le robaron hacienda de
parte de los huilliches y ranqueles. En esos años se hicieron en Chile grandes parlamentos de paz.
Caniupayún fue el sucesor del gran cacique ranquel Llanque. en 1792 y en marzo de 1794, firmó la
paz. El mandó una gran embajada para ofrecer la paz. El mismo año, el 27 de noviembre, llegó a
Mendoza la noticia que había muerto de peste él y su lenguaraz Julián de Valdivia. (Arch. Mend.
Doc. 7 y 13)
CAÑUPÁN, José, 1850, capitanejo ranquel del Sur de Río Grande de Mendoza. Sus hijos se
llamaban Juan y Bartolomé (C.Rusconi ob. cit. IV. p.84
CAÑIUPÁN, 1864, capianejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista del Arch. De E.
Mitre y 1872) Etimol: “Barba nueva”
CAÑiU PIL (o Caneupi, Canopé, Canupí), 1781 cac. pampa a quien conoció B. Villarino.
Bagualizó con el cac. Negro y Lorenzo Calpisquis en la pampa bonaerense. 1787, la expedición que
iba en busca de sal a Salinas Grandes, lo halló en Cabeza de Buey (Part. Bolívar) .
CAÑUPIL,1839, cacique y capitán mayor de indios chilenos. Así es llamado en el parte del
asalto de Tapalquén del 20 de agosto de 1839 (AGN X. 27-7-6)
La otra noticia que de él encontré es que murió en 1846 a manos del Sargento Mayor
Eugenio del Busto en su expedición contra los borogas (J.Moya:Contribución a la Hist. De Bragado
p.62, Informe del 25.5.46) porque no quiso entregarse. Del Busto en su Diario lo llama cac. Cayupí
que era de la parentela de Baigorrita.
C A Ñ I U Q U I R, Juan Ignacio

CAÑUQUIR, Juan Ignacio (o Caniuquil) cac. boroga muerto en 1836, era uno de los
caciques “mayores” de los borogas —quizás el más independiente—, junto con Mariano Rondeao,
Melín y F. Caniullán, los que actuaron en la zona de Guaminí, desde su emigración de Chile. Pues
con la batalla de Maipú se inició en Chile la terrible Guerra a Muerte que enfrentó a tribus en uno y
otro bando. Evadiendo esa guerra, tribus enteras se trasladaron a la pampa argentina, como ésta,
cuyos acontecimientos quiero contar.

No encontré testimonios de que Cañiuquir hubiera acompañado, como Rondeao al dictador


general J. M. Carrera con sus chilenos. En Chile, sí, había acompañado al cacique mayor Curriqueo
quien actuó en el bando realista. En nuestro país figura desde un principio entre los indios
pacifistas.
En marzo de 1825 los caciques pampas pidieron al gobierno de Buenos Aires que convocara
a los siguientes caciques chilenos a un tratado de paz: Pablo, Coñuepán, Uñol, Caniullán, Caniuquir
(Cañeriquir), Neculhueque y Chisca, el hijo del famoso cacique Lorenzo (alias Calpisquis).
171
A pesar de que se habían comprometido a mantener la paz, el coronel Federico Rauch los
atacó con su Regimiento 5º y con los pampas y tehuelches que le acompanaron. El choque se
produjo el 2 de noviembre de 1826, cuando él debía perseguir a los pincheirinos que habían
invadido "Los Toldos Viejos" (Dolores). Los sorprendió en esa madrugada en sus tolderías sobre el
arroyo de Cuatro Hoigüe y del Cochino. Según el parte del Coronel, mataron unos 200 indios,
entre ellos a un Caniuquil (probablemente un hermano) y su familia estaba entre los prisioneros:
(AGN.S.X. 14-3-1 y 27-7-6). Asimismo les quitaron toda su hacienda. Por eso los sobrevivientes
huyeron y se unieron a los hermanos José Antonio y Pablo Pincheira y al “cacique” Zúñiga,
quienes, a principio de 1827, habían cruzado los Andes. Habían luchado con los realistas del Sur del
Bío Bío. Ahora se trataba de tener un apoyo, para mantenerse.
Primero buscaron un contacto con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través de
Carmen de Patagones, pero el comandante de aquel fuerte los corrió. Caniuquir. Rondeao. Lepín y
Manguil acompañaron entonces con alguna cuadrilla de guerrilleros a los Pincheiras en sus
correrías por el Cuyo, dónde se les unió también el cacique mendocino Neculmán (véase la
biografía de éste). Por el esfuerzo de las tropas de Chile y de Rosas los pinchcirinos fueron
derrotados en 1831.

El gobernador Juan M. de Rosas logró, al principio de su gobierno, la separación de los


borogas de los guerrilleros pincheiristas. Para esto utilizó hábilmente al excautivo capitán Eugenio
del Busto y la "China Luisa", la esposa de Caniuquir que él retenía entre los rehenes en su estancia
Los Cerrillos. El cacique pedía insistentemente su devolución —un ejemplo más del gran amor que
el indio tenía para con su familia— Rosas se la envió cargada de obsequios para que operara como
agente de sus planes. (Arch. M.H.N. Doc. 1951: fha. 3.11.30).
El Cnel. Miranda fue encargado de convocar a los caciques borogas para hacer con ellos un
tratado de paz. Se demoraron unos días, porque habían corrido al cacique Toriano, quien trató
agredirlos. El 14 de Diciembre los caciques Cañiuquir, Rondeao, Alón y Melín y todos los caciques
que les obedecían se presentaron al Cnel. Miguel Miranda en Chilihué ( o Chilhué), prov. de La
Pampa; pero luego se reunieron con el cacique Llanquetruz (IIº), quien simpatizaba con los
unitarios de Córdoba y San Luis. En la junta definitiva se reunieron 57 caciques y 4000 indios. Pero
faltaba “el cebo”, comida y bebida y los regalos que esperaban (Fernández, J. El Coronel Pincheira,
Bs.As. 2000 p.40).

ROSAS LO COMPROMETE

Los caciques borogas aceptaron otra invitación de Rosas y concurrieron con 150 indios a un
parlamento a la Estancia San Martín y luego a Chacarita, en Buenos Aires, donde juraron no unirse
más con los Pincheiras, haciendo la paz con el Gobernador y reconciliándose con los caciques
pampas y con el cacique patriota Venancio Coñuepán, quien en Chile había sido uno de sus grandes
adversarios. En una minuciosa exposición (existente en el Archivo del General Guido, con fecha 20
de Julio de 1832, 6 fojas publicadas en la Revista “Azul”, de Azul 1,1930, Nº 4. p. 68-76) se cuenta
cuánto hizo Rosas para separar a los borogas de aquellos guerrilleros chilenos, realistas. Quizás le
costó más a Caniuquir reconciliarse con Don Venancio Coñuepán, a quien quería destruir. (AGN.
S .VII 16-1 -11).
El capitán Eugenio del Busto durante dos años vivió cerca del campamento de los borogas,
con la misión de observarlos y ganarlos de nuevo para la paz (Hux, Orígenes de Bragado; vida de
E.del Busto p. 31s). En mayo de 1832 comunicó a Rosas que estaban dispuestos a aceptar un tratado
de paz y a reconocer a las autoridades argentinas. Por otra carta del mismo nos enteramos que
efectivamente celebraron un convenio de paz con Rosas, tanto Caniuquir, como Caniullán,
Rondeao, Catriel y Venancio. (Comando General del Ejército: Política seguida con el Indio, T. IV. p.
305 y R.Muñiz, Los indios pampas p. 141 quien cita “El Lucero” lº de Abril de 1833) El teniente
coronel indio Pablo Millicán acusó a Rosas, el 20 de diciembre de ese año (1832), de que el cacique
172
Juan Ignacio Caniuquir había recibido mil cabezas yeguarizas de todas las edades. Así había entrado
en el negocio de la paz, siendo racionado por el estado de adopción. Prestaron algunos servicios y
recibieron sueldos, a lo menos los jefes.
Rosas escribió a Caniuquir: “Ustedes criarán a sus hijos felices y en perpetua paz y a sus
haciendas. Sembrarán todo lo que quieran, como lo ha hecho Llanquelén en la Federación (Junín),
que ha hecho una huerta grande. (Hux, Ccaciques Ranqueles p.47)
En carta del 16 de febrero, Caniuquir le dice a Rosas, a su "buen hermano":
"que con él todos querían hacer la paz y entenderse, después que tuvieron la fortuna de
firmar los tratados. Los indios están siempre llenos de entusiasmo y con energías (para) exponer
gustosamente sus vidas a fin de darle honra y gloria a V.S." (ib. p. 124).
A los dos días le escribe de nuevo por medio de Pablo Millicán para expresarle "el gran
sentimiento, porque unos soldados vinieron a robar los mejores caballos de montar de los caciques".
Rosas le contesta que trataría localizar los caballos robados y a los malhechores y les envió unos
caballos gordos y buenos, dos superiores y una yegua madrina (AGN. S. X 27-5-6).

DURANTE LA EXPEDICION AL DESIERTO: 1833

Los militares de Bahía Blanca pensaban primero ubicar a los borogas sobre el Río Colorado,
pero Rosas decidió otrá cosa (21.3.33: AGN.S.X. 27-5-5). Al incorporar a su división a los pampas
de Tapalquén, incorporó también a algunos borogas. Los demás deberían desempeñar otras
misiones. Es abundante la correspondencia de estos años que demuestra con cuánta diplomacia
trabajó Rosas a ese grupo de indios borogas en Guaminí. Ya en 1832 los mandó expedicionar contra
los huilliches chilenos del sur, donde derrotaron al cacique Toriano y a otros caciques que más tarde
debían darles un formidable "zurdazo" con permiso de J.M. de Rosas. como veremos.
En marzo de 1833, apenas Rosas supo los resultados de la batalla de las Acollaradas
(16.3.33) en la que chocaron los indios ranqueles con la división del Centro, Rosas escribió al
cacique Caniuquir, de quien había recibido noticias de la batalla, diciéndole que estaba disgustado
con los borogas, porque había llegado a saber que algunos de los suyos habían estado en las filas de
Llanquetruz y exigía que ellos fuesen muertos. El cacique amigo Llanquelén de Junín le había
escrito a Rosas, ya en febrero, que se cuidara del cacique Caniuquir, porque estaba en comunicación
con el cacique Mulato, amigo de Llanquetruz. La carta de Rosas es fuerte, amenazadora, protesta,
exhorta. Se extraña de que algunos de los de ellos apoyaban a los enemigos y que no mostraran
alegría cuando expedicionaba contra ladrones y sus propios enemigos y termina así: "Si no me dan
pruebas de adhesión, los castigaré como a traidores, como perseguí a Quiñigual" (AGN.S.X.27-5-6
y S.V.35-2-6;24.4.33).
Poco después convocó a Caniuquir y otros jefes borogas a un parlamento en Bahía Blanca
que se inició el 28 de abril. Allí les habló en términos similares, pero para untar sus manos hizo
entregar a Caniuquir y a su comitiva una gratificac.ión de 3000 $ (AGN.S.X.40-7-10: 30.4.33,
Cuaderno de Rosas). Les prometió también, que iba a otorgarles tierras en el Río Colorado.

De regreso en Guaminí, convocaron a un parlamento general para el 23 de mayo, al que


asistiría también el coronel Manuel Delgado. Este tenía la misión de convencer a los caciques indios
borogas de que, para poder subsistir, debían atacar a los ranqueles. Había recibido una carta de
Rosas en la que decía que los indujera a agregarse a la tropa del coronel Delgado y fuesen con él a
exterminar a los ranqueles. No fue fácil la tarea. Los caciques Melín y Rondeao, protestaron y
decían que querían conversar personalmente con Rosas sobre el asunto (AGN.S-X.38-5-3 o 27-5-6
y Comando General, ob. cit., p. 625; 6.6.33). Ellos ante todo querían explicar la situación de los
borogas que no se hallaban con ellos; de los caciques Mulato (tío carnal de Rondeao), Marileo,
Inalé y Antivil. Estuvieron de acuerdo en que el capitanejo Inaipill marchara con 50 indios contra el
cacique Llanquetruz. A los dos días remitieron una carta firmada por Caniuquir y los demás
caciques mayores de los borogas, avisando que unos ranqueles se habían presentado sumisos, que
prometían perseguir a Llanquetruz, sacarle su hacienda y dejarlo morir de hambre y concertar con el
general Quiroga ulteriores planes para liquidar a Llanquetruz y a Pichún.
173

La expedición contra los ranqueles debía satisfacer a Rosas, pues "hicieron mucho castigo,
mucha mortandad entre los indios de los caciques Mulato. Marileo. Calfulén y Lincolaf". (AGN,
Pacheco S.VII.1-2-6:19.7.33 y S.X.27-5-7,fha. 16.9.33)). Después de esta expedición Rosas exigió
un nuevo parlamento con los caciques Caniuquir, Rondeao, Melín y Caniullán en un tono que no
debía ser precisamente de reconocimiento (ib. 20.9.33): les impuso como grave obligación la
devolución de lodos los cautivos y también la de los ranqueles. Para Rosas esto era causa de
prestigio. Efectivamente, el 12 de diciembre de 1833, un documento de él acusa haber recibido 150
cautivos. Eugenio del Busto nos conservó toda una lista de capitanes indios que correspondieron, a
la vez que nos señala los "sufraganes" del cacique Juan Ignacio Cañiuquir.
Caniuquir entregó 3 cautivos; Güenchalén 2; la viuda de Rondeao 3; Epullanca 1;
Quechanfil 1; Mariqueo 1; Caniullán 1; Loncon Güenupil l; Guayquiñancu l; Linconao l; Filuché 1;
Güenchú l; Curumán 1; Payllá 1; Mariano Cuan 1; Guayquimil 1; Güechuqueo 1; Pu Luán 1; Trarú
1; Güircán 1; Coloil 1; Güeza Güenchul 1; Antumain 1; Fernando 1; Mulato 1; Pulquilen 1; Alón 1.
(AGN.S.X. 24-9-1:fha. 27.12.34. e.d. después del asalto de Masallé y S.VII 10.4.8)). J. M. de Rosas
hizo imprimir un folleto "Relación de los cristianos salvados del cautiverio de los indios por la
división izquierda del Ejército Expedicionario al mando del Brigadier Gral. D. Juan Manuel de
Rosas". Buenos Aires, 1835. (Un ejemplar se halla en el Museo Mitre, Bs.As. y C. Moncaut
enumera las nóminas de los cautivos redimidos en:

EL ASALTO DE MASALLE

Rosas seguía insistiendo en la obligación de que los borogas atacasen a los ranqueles. Ellos
diplomáticamente dilataron el asunto. En enero de 1834 el termómetro de enojos y desconfianzas
había subido como lo expresa el indio teniente cacique Pablo Millalicán: “Rondeao está enojado
con los chasques; no pudieron ver a Rosas y fueron despreciados por Corvalán. "Vienen con papeles
—exclamó— ¡tantos desprecios!. En Bahía Blanca los han mirado como a perros!" (AGN. S-X. 24-
9-1; fha.19.1.34) Y escribieron que no se habían movido, porque nadie iba a defenderlos. Que
estaban arrepentidos del atropello hecho a Mulato. "Se ha muerto de pesadumbre ¡Sería tan linda la
paz!"
Angel Pacheco advirtió entonces a Rosas que seguramente ganaban tiempo para conseguir
refuerzos de Chile. (En realidad él tenía confabulado con los caciques que lugo nombrarmos un plan
de exterminio). Rosas, efectivamente, tenía noticias de que 2000 indios, no precisamente los amigos
de los borogas que actuaron en el bando realista en Chile, habían cruzado la Cordillera para ir a
malonear. Noticia que comunicó el general Bulnes al Gobernador de Buenos Aires, agregando que
pensaba excursionar hasta la pampa y atacarlos en unión con los indios aliados (patriotas). La carta
lleva la fechadel 4 de abril de 1834.
Aquellos aliados, huilliches patriotas, enemigos de los borogas, entraron en contacto con las
autoridades de Bahía Blanca y fueron aprovechados para un plan de Rosas para destruir a los
poderosos borogas. Ya lo sabían en Guaminí; porque Millalicán escribió el 27 de febrero de ese año
a su primo Venancio Coñuepán, el gran cacique patriota, quien había entrado a la pampa por orden
del gobierno chileno y estaba ahora al servicio de Rosas: "¿Cómo han hecho las paces los caciques
rebeldes de nuestras tierras? ¡Los güincas desean que nos acabemos los unos con los otros!"

Los 2.000 huilliches, entre ellos Jn. Calfucurá y Antonio Namuncurá, llegaron a la pampa y
se establecieron "con permiso" en Salinas Grandes. Caniuquir entre dudas e incertidumbres, se
presentó al Comandante en el Fuerte del Monte y parlamentó luego también con el coronel Delgado
en el Arroyo del Pescado, en el camino a Salinas Grandes. Delgado, en su informe a Rosas no
parece tomar partido por los borogas. Decía que el hijo de Caniuquir transmitió incorrectamente lo
tratado en el Fuerte del Monte y que incluso Caniuquir tenía planes siniestros para los cristianos.
La comunicación es del 30 de agosto. Entre tanto el plan sinistro de la destrucción de las tribus
174
borogas en la zona lacustre de la Provincia de Buenos Aires estaba cocinado. Rosas utilizó los
servicios de Calfucurá, enemigo desde muchos años de estos borogas y ël con astucia los invadió.
El excautivo Santiago Avendaño cuenta en el primer capítulo de sus Memorias (ed. 1999: Origen de
la hegemonía de Calfucurá en la pampa p.30 ss) como engañó a los caciques, invitándoles a una
junta de feria, de intercambio, como ya en otros momentos lo habían hecho; que se juntaran en lo
del cacique Rondeao. Esto preanunciaron dos “huerques”. Uno se quedó en el toldo de Rondeao
para matarlo, en el momento que se iba a huir y el otro debía llevar la contestación a Calfucurá. Al
romper el alba siguiente cayó el malón sobre los desprevenidos. No voy a copiar este relato, pero
advierto que Avendaño no supo nada de la secreta conivencia de los huilliches chilenos con los
militares de Rosas de Bahía Blanca.

En la madrugada del 8 de septiembre de 1834 irrumpieron unos 800 a 1.000 indios en las
tolderías de los borogas, guiados por los caciques Cheuqueta, Cumiú, Namuncurá y Calfucurá- En
el Río Carhué y en Masallé (al norte del lago Epecuén) entraron en los toldos de los caciques M.
Rondeao y Melín gritando y diciendo que llegaban con anuencia del coronel Francisco Sosa y el
cacique Don Venancio de Bahía Blanca a matar a los pícaros caciques. Pero mataron no sólo a
estos, sino a todos los que se resistían con armas. Por lo demás desarmaron a todos, los saquearon,
les quemaron los toldos y los obligaron a seguirles. Varios días permanecieron en tal tarea. Los
demás borogas, avisados, se dispersaron y escaparon al golpe final, que tuvo lugar el 13 de
septiembre. Algunos huyeron hacia los ranqueles de la pampa. Caniullán llegó con algún resto
"desplumado" al Fuerte 25 de Mayo y Cañiuquir, cuya toldería estaba más lejos, se dirigió al Arroyo
del Pescado que desemboca en la Laguna del Monte. En el primer momento. aparentemente,
desconfiaba de sus propios hermanos. Toda la acción se libró en un ambiente misterioso, de tal
manera que la revista Todo es Historia Nº 172 pudo publicar el artículo de G. Cuadrado Hernández:
"El mito de la 'masacre de Masallé'.", quien cree que sólo los dos caciques Melín y Rondeao fueron
sacrificados. En el capítulo II de mi libro “ Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos” 2da. ed. 1872
ya señalé y analicé la documentación al respecto; entre ellas una carta de Rosas a J.F.AIdao y otra al
general T. Guido en la que le comunica: "...Los anunciados araucanos (de Calfucurá, Tranamilla.
etc.), unidos a los ranqueles sorprendieron a los borogas; han muerto a los primeros jefes de estos
que son Rondeao y Melín: han hecho gran mortandad, cautivándoles las familias y llevando todas
las haciendas..." (de Revista Nacional, 1898 T. XXV fecha 20/9 /34).
Algunos de los que iban cautivos escaparon e hicieron contacto con Bahía Blanca y 25 de
Mayo y enviaron chasques a los borogas, que no habían sido alcanzados, exhortándolos, para que
los auxiliaran a perseguir a los traidores y recuperar familias y haciendas. Las primeras cartas llevan
las fechas del 15 y 16 de septiembre y otras del 5 y 7 de octubre. Son así los informantes Pablo
Millalicán, Güillipán y Meligüer. el hijo mayor de Rondeao.
En las comunicaciones hay ciertas incongruencias y dicotomías en las declaraciones de las
autoridades militares de Bahía Blanca, del 16 de septiembre y otras. Primero compareció el chasque
del cacique Guayquimil para comunicar los hechos de la sorpresa de Calfucurá, Tranamilla,
Cheuqueta. etc., e indicó la fecha 13 de septiembre, mientras que dos notas del 15 de septiembre
enviadas por el teniente cacique Pablo Millalicán declaran que hacía siete días que habían sido
atacados y que el día 13 había concluido el saqueo. La respuesta lleva la fecha 17 de septiembre,
acusando recibo de las notas y afirmando que se había elevado las noticias al general Rosas de
quien debían esperar las respectivas órdenes. En la segunda declaración, agrega a los militares de
Bahía Blanca, que en la misma fecha habían arribado a esa indios de Calfucurá y el hermano de
Tranamilla para informar de la muerte de Rondeao y Melín "en términos moderados y con
propuestas de paz": que los habían muerto, porque los habían llamado con engaños y pedían
entonces su aprobación. Se les dijo que debían informar y esperar las órdenes de Rosas; luego
serían recompensados.
Cañiuquir mantuvo un largo silencio. Recién al mes de haber ocurrido el asalto, mandó
chasques para preguntar, quiénes eran fíeles a los borogas y cuáles eran disidentes o ausentes
(AGN.S.X. 24-8-6). Millalicán respondió, pidiendo su pronta concurrencia que con Meligur habían
175
quedado Guillipán. Guayquil, Quilalén, Maguí, Calbutur,. Millaclén, Güelé, Curriqueo, Campan,
Loncón, Juanicu y Anulén. Que Inaypil, Llanquihuén, Huenupil. Caniguán, Líncolaf y Catrilén
habían disparado, creyendo que Rosas los había entregado y que Marileu, Mariqueu, Antibil,
Cheuquepil, Calbulán, Güircán y Piena venían a su favor. Y finalmente que Nahuelpan de
Gulumapu (Chile) estaba dispuesto a vengar a su hermano difunto (ib.24-8-6).

NUEVA EXPEDICION A LOS RANQUELES

Los borogas pedían auxilio para poder perseguir a los huilliches que los habían asaltado.
Pero Rosas decidió que los aprovecharan para perseguir a los ranqueles, quienes habían escapado a
la Expedición combinada al Desierto. Así lo decía al general Tomás Guido en la carta ya citada del
20 de septiembre de 1834: "Esta noticia debe considerarse de grande importancia para la República,
porque ella facilita ya un camino sin tropiezo para acabar o escarmentar para siempre a los
ranqueles".
El 5 de octubre, Rosas dio la orden de movilizar las fuerzas de Bahía Blanca y de 25 de
Mayo y reunir a los borogas. El teniente Millalicán quiso entonces disuadir a Rosas, aconsejándole
que desistiese de la expedición. Pero él le contestó enérgicamente, exigiéndole completa lealtad.
(A.E.M. Doc. 94).
En Tapalquén había 400 borogas a las órdenes de Millalicán quienes saldrían con Juan
Ignacio Cañiuquir y con las tropas de 25 de Mayo a expedicionar. Les pareció que iban a perseguir
a Calfucurá. (AGN.S.V.28-7-4 y Gaceta 1.12.34). Eugenio del Busto condujo 60 indios; Meligur y
Guayquil 400:. El Cnel. Zellarrayán de Bahía Blanca 300 y el cacique Venancio 60 (AGN.S.X.24-8-
6). Se dirijieron por el camino chileno hacia Salinas Grandes. Los exploradores retornaron con la
noticia de que Calfucurá había huído. Luego hallaron chusmas y haciendas: 60 chinas, 6 cautivas.
Informaron que se habían apoderado de 192 chinas. 600 caballos y 7.000 vacas. Tal comunicación
es de Cañiuquir, quien decía que los apresados eran parientes. Corvalán, el edecán de Rosas,
contesó (el 23 de nov.) que los indios chilenos habían huído hasta la Cordillera y que la tropa había
caído sobre una toldería de ranqueles, mientras estaban buscando a Llanquetruz.
Los coroneles F. Sosa y J. Zellarrayán informaron de modo diferente sobre el encuentro del
3 de noviembre. Las cartas son del 11 del mismo mes. Acusan a los borogas, porque habían hecho
fracasar el golpe, diciendo que los apresados eran sus parientes. "Si Cañiuquíl no hubiese estado,
ningún Ranquil habría quedado con vida. Estos son los primeros enemigos de la Provincia" (ib.24-
8-6).
Habría mucho más detalles sobre esta malhadada expedición. Cañiuquir llegó en su
recorrida hasta Venado Tuerto. Recibió de Rosas dos cartas del mismo tenor que las anteriores en
que le exige colaborar en la destrucción de los ranqueles y la entrega de las cautivas.
Suena como increíble que al mismo tiempo que promete amistad y protección, protesta "que
no he tenido parte en el atentado de traición. Usted y Caniullán están atendidos por mí y bajo mi
amparo, que le diga también que les había ocurrido eso, porque no han querido seguir su consejo y
porque, más que se fiasen de sus enemigos, les había de costar muy caro; porque alguna traición les
habían de pegar" (Carta de Rosas a M. Delgado: ib.28.10.34).
El 29 de noviembre Rosas felicitó al Comandante M. Rodríguez y a sus jefes de Bahía
Blanca por la jornada. Que a los indios de Calfucurá y Tranamilla (sic!) los debía conservar en
seguridad. A fines de diciembre, los expedicionarios regresaron a sus campamentos.

SEGUIA LA DESCONFIANZA Y ROSAS PEDIA NUEVAS EXPEDICIONES


Cañiuquir no había entrado aún en confianza con el huincá. En enero de 1835 tuvo el
disgusto de que en Bahía Blanca le apresaran a su hijo Antivil. El capitán Eugenio del Busto envió a
Rosas noticias que seguramente habían de indisponerlo (AGN.S.X.24-9-1: 24.1.35). Decía que en
lo de Caniuquir había novedades. "El 16 llegó el cacique Güircán con 12 toldos, 26 indios y
familias a Guaminí; el 20, llegó el cacique Chaima Manque Fú con sus toldos, 18 indios y familias;
176
el 21, arribó el caciquillo Yesuando (Fernando), yerno de Cañiuquir, con 26 toldos, 60 indios y
familias: había pertenecido a los ranqueles. Cañiuquir los recibió con brazos abiertos-
"El 15 ppdo. Cañiuquir, Alón y yo enviamos chasques a los indios enemigos. Han estado en
parlamento con el cacique Painé, con los hijos del cacique Mulato y Piena ha venido de parte del
cacique Güelé, preguntando, si Cañiuquir quería hacer la paz con Llanquetruz. Payné viene con cien
indios y familias a Cañiuquir... y será bien recibido''.
Del Busto colma la medida agregando que Llanquetruz los exhortaba a invadir, que él había
ido a Chile a buscar más indios. Y termina diciendo: "Todos están en armonía con Canñiuquir.
(Este) ha fallado a los compromisos de la Guardia del Monte. Yo se lo hice ver... El se calla".
Esta carta fue una grave acusación para Rosas contra Cañiuquir. Pero antes de recibir su
castigo, debía prestar unos servicios. Le exigió acompañar al capitán E. del Busto a una tercera
expedición contra Llanquetruz, Pichún y sus ranqueles. De su tribu incorporó 190 indios y buenos
baqueanos que sabían el paradero de los ranqueles. Una cuarta expedición saldría con 200 indios de
Melín y Venancio desde Bahía Blanca. Según se lee en el parte publicado el 30 de marzo de 1835:
“la primera división atacó entre el 6 y el 7 de marzo las tolderías de Toay; o sea, Cañiuquir atacó a
los de Pichún. El teniente Maza y los indios de Alón, a los de Llanquetruz y a los "sublevados
borogas" en Nahuel Mapu. El principal encuentro tuvo lugar el 4 de abril. Rosas convocó también a
200 soldados de San Luis y a 200 de Mendoza (Arch. S. Luis 14.4.35). El saldo de la expedición
serían 133 indios muertos, 353 apresados y 34 cautivos rescatados y mucha hacienda apresada.
Rosas trató de aniquilar a Llanquetruz mediante ininterrumpidos ataques. El 8 de noviembre
del mismo año partió la quinta expedición contra los ranqueles. Se decía que se habían aliado con
indios chilenos (Comando General, ob. cit. IV p. 338). La columna expedicionaria a las órdenes del
coronel Martiniano Rodríguez estaba compuesta por unos 900 hombres incluídos 290 indios de
Venancio y de Meligur. Una sola fracción, la que encabezó el (chileno) coronel Pío Yturra y el
capitán Manguil, al atacar los toldos del cacique Payllán, operó con suceso: redujo a 320
prisioneros. (No se indican los muertos). Las tolderías de Painé y Pichún habían sido abandonadas a
tiempo.
En diciembre partió una sexta expedición desde el Fuerte Federación (Junín) a las órdenes
del capitán Eugenio del Busto para adentrarse en la pampa. Llama la atención que Cañiuquir no
figura en los partes de estas últimas acciones.

EXPEDICION CONTRA CAÑIUQUIR Y SU MUERTE

En enero de 1836, Rosas acusa a Cañiuquir ser amigo de sus enemigos; y por eso quiere
castigarlo ejemplarmente. El 19 de marzo salió por orden suya la División Blandengues de Bahía
Blanca conducida por los coroneles J. Zellarrayán y Francisco Sosa para dirigirse a Guaminí.
Marcharon rápidamente y, en la madrugada del 22 de marzo 1836- sorprendieron la toldería del
cacique Cañiuquir, establecida sobre el Arroyo del Pescado (hoy Arroyo Corto) que desemboca en
la laguna del Monte. Luego de un recio combate que duró tres horas —dice el parte— 900 indios
fueron abatidos, 400 murieron y gran cantidad de hacienda fue "devuelta a la civilización".
Cañiuquir con unos 300 logró huir. (La Gaceta 7.4 y 2.8.36).
Al mes. el 19 de abril, salió la división de Bahía Blanca por segunda vez en busca de los
indios de Cañiuquir. En esa misma fecha se enteraron de que el cacique Cañiuquir había
maloqueado al cacique Guayquil, porque se había entregado a los huincás, puesto en contra de él.
Suponían que lo mismo haría con el cacique Alón. Rosas mismo había provocado esa reacción,
favoreciendo ostensiblemente a esos dos caciquillos. Los había invitado a establecerse cerca de 25
de Mayo, porque Cañiuquir se había vendido a los ranqueles. Cañiuquir, después de enterarse de
esto, remitió un mensajero a Guayquil para que dijese a Rosas, cuando fuera a Chacarita, que él
estaba arrepentido de haber tenido esos contactos. Rosas le contestó que viniera a Buenos Aires, que
en los cantones de Chacarita había mucho lugar (para presos).
Los coroneles Sosa y Rodríguez partieron, pues, del Fuerte Argentino hacia Guaminí y más
allá hacia la pampa, recorriendo unas 76 leguas. Después de siete días de marchas forzadas
avistaron el 26 de abri de 1836, los toldos buscados en el paraje Llanguillú. (AGN.S.X. 18-4-8).
177
En rápida maniobra los cercaron y los acuchillaron, el día 26 de abril de 1836. El
parte cuenta entre los 650 muertos al mismo cacique, Maribil. Alarcoy. Antén, Pichipil, Antelén,
Yane, Ayén, Yanqué, Carrilao y Loncochí; en total 11 caciques. El cacique Cañiuquir fue desollado,-
dice el parte. "Ahí mismo fue colgada la cabeza del tan ponderado como malvado Caniuquiz" y allí
concluyó el martirio del cacique mayor Juan Ignacio Cañiuquir, padre de una numerosa tribu que en
la pampa no pudo hallar paz ni prosperidad. "Los cristianos" se llevaron unos 300 presos (cautivos)
y mucha caballada.
Regresaron a Guaminí, desde donde saldrían a la séptima expedición contra los ranqueles.
(AGN.S.V(X).23-4-6. Parte del 9 de Mayo de 1836 en La Gaceta Nº 3944 del 2.8.36).
El parte registra también que los indios auxiliares de su columna, viendo la espantosa
masacre, se sublevaron en número de 800 y de regreso iban matando a cuantos cristianos hallaron.
Así perecieron unos 70 soldados y troperos en los caminos. También acosaron al cacique Venancio
Coñuepán, quien protegiera en la acción a la tropa de Bahía Blanca.
Luego hubo toda una secuencia de violentas acciones. El formidable malón cayó sobre
Bahía Blanca, el 24 de agosto de 1837, con un refuerzo llegado de Chile al mando del cacique
Raylefe que había ido para vengar la otra matanza entre los indios de Venancio Coñuepán. (Véase
esa biografía). Poco antes murió en Bahía Blanca el coronel Francisco Sosa por misterioso
envenenamiento. El 1° de octubre del mismo año hubo un malón de 1.000 indios sobre la Guardia
de Tapalquén y los indios amigos allí acampados. Fue una reñida batalla de tres horas, pero
finalmente las tropas del ya herido coronel Pedro Ramos, dominaron la situación. En premio de esta
acción. Rosas le regaló una condecoración y una estancia para poblar con la hacienda ganada.
Hubo aún otros malones. En uno de ellos murió el cacique Alón. En 1838 murió Zellarrayán
y ese mismo año, en abril, fue atacada la tribu de los indios amigos de Santiago Llanquelén en
Junín.
Concluyó esta Guerra a Muerte con un nuevo gran malón sobre Tapalquén. el 20 de agosto
de 1839, en el que se destacó el cacique Antré (Antívil), hijo del finado cacique Cañiuquir. Muchas
fueron las víctimas que exigieron estas guerras bajo diversas divisas políticas de los blancos:
primero por el predominio de los realistas o de los propagadores de la Revolución de la
Independencia y por la expansión rosista en la pampa.
Creo que los Caniuquir (Cañiuquir) siguieron viviendo en las familias de Coñequir junto a la
tribu de Melinao en Bragado y de Coliqueo, en Los Toldos (Part. Gral. Viamonte).
Antivil, Andrés, el hijo de Ignacio Cañiuquir, era luego capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo,como dice la lista de capitanejos de 1868 y le asigna 35 personas; Carmen Cañiuquir era
la mujer del capitanejo Juan Levipil, con 21 peronas

Etimología.: Caniu: Cachorro y quir o gnerr: de zorro.


Se usaba Caniu-quir o Cañiu-quir.
Lit.: Además de los importantes legajos del Archivo General de la Nación (esp. S.X. 24-8-6)
es C. Grau en su libro Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra, 1949, quien ha reunido más
documentación sobre estas campañas, poco conocidas. Ultimamento J.Fernández dedicó unos
estudios a los ranqueles y borogas. (Hux; Caciques Borogas y Araucanos , ed. El Elefante Blanco
2004.

CANIUQUEO, 1857, cac.. boroga en 25 de Mayo, compañero de los caciques Cristo,


Teuque, Guayquimill y Cayupulqui. Estos se unieron con los adictos del Gral. Urquiza, invitados
por Olivencia y Calfucurá y pero en su ausencia fueron despojados de sus familias y haciendas.Fue
un largo proceso para recuperar las familias prinipales. (Ver cac. Cristo) Estoy dudando si este
Caniuqueo no es el cac.llamado Lorenzo Coliqueo.(Avendaño: Memorias)
CANOCUYO, 1678,cac.. reducido en una encomienda del distrito de Buenos Aires (Robles
p. 176)
CANO MANTA. 1898, cac. comechingón de Saba Cora, pueblo cordobés; encomendado de
Cornejo (Montes)
178
CANO NAO, 1797, cac. pehuenche perteneciente al grupo de Malalhué de Millaquín. Se lo
nombra en el parte de un parlamento de paz.
CANOPÉ ver Cañiupil o Canupí
CANQUEL, 1902, cac. del Chubut. Los Padres Salesiamnos lo encontraron con
Quelchamar, Cayupil y Sayhueque en el Bolsón y en Cholita, (C. Bruno: Los Salesianos en la
Argentina I. p.440)
CANSINO, 1707, cac. pampa que estaba reunido con el cac.. Liquid (ver éste)
CANSURGO,1720, cac. pehuenche. Vivía con el cac. Melipillo entre los primitivos pampas
del Norte con más de 70 familias. Este núcleo se llamaría más tarde grupo ranquel (L.Massa: Hist.
De las misiones salesianas de la Pampa p. 29)
CANSUZO, cac. pampa de Río Cuarto, registrado en un documento del 4. De oct. de 1768,
Es quizás identificable con el Cansurgo. (P.Grenon: Los pampas y la frontera del Sur, 1924 p. 79)
CANTA CALO CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chigasta Punchun, o Canta Caro
Sacat; encomendado de Coria (Mitre) (Montes p. 67)
ANTA CALO, 1579, cac.. comechingón de Tamahalon, Sierra de Soto; encomendado de
Velásquez (Montes ib. P. 61)
CANTA ENEN, 1583, cac. comechingón de Cantga Baja en Tulian Caliche, Cordoba;
encomendado de Coria.
CANTA GUATAN, 1586, cac. comechingón de Ananza Pitin, Olahen; encomendado de
Bustamante (Montes ib. p.84).
CANTA HALO AGAN, 1584, cac. comechingón de Nomo techos, Malamala,
Córd.;encomendado de Funes (A.Montes p. 70)
CANTA HAMPA, 1576, cac. comechingón de Oyla (Uyla)Henen, Sierra de Soto;
encomendado de Velásquez (Montes ib. P. 73).
CANTA MA, Alonso, 1667, cacique de San Luis. Llevó un pleite ante la justicia
contra el encomendero Sánchez Chaporro, quien los había deportado a sus tierras (Acevedo
E.,:Documentos de Cuyo 1963)
CANTA HON, 1579, cac. comechingón de Miscan Halo, Minas, Córd. Encomendado de
B.Noble (Montes p. 69)
CANTA HOLOYA, 1574, cac. comechingón de Quinan Cola Chalo; encomendado de
Jaymes (Montes p. 71)
CANTA MANA CHARABA, 1575, cac. comechingón de Canta Menecón, Sud de
Calamuchita, Cord. Encomendado de Villalba (Montes p. 78).
CANTA MINLIN, 1554, cac. comechingón de Albin halo, Sur de los Llanos, Cord.
Encomendado de Vellicial (Montes p.65).
CANTA NATAN, 1587, cac. comechingón de Hanangas Tuspi de Salsacate, Cord.
Encomendado de Albornoz (Montes p. 68).
CANTA NAVAN, 1587, cac. comechingón de Toma Cayae Salsacate, Cord. Encomendado
de Velásquez (Montes p. 55)
CANTA PUCA, 1576, cac. comechingón de Vilan Sierra de Soto, Córd. Encomendado de
Velásquez (Montes p.61) y otro o el mismo., en 1583 en Valcampi, Puchun (ib. P.73)
CANTA ULTACAN, 1591, cac. comechingón de San Pedro Tuspi, Cord. Encomendado de
Albornoz (ib. Montes p.81).
CANTI CHUCTAVI, 1591, cac. comechingón de Tumache o Canti Sacat, Serrezuela, Cord.
Encomendado de Tejada (Montes p. 55 y 61)
CANTI NAVI, 1574, cac. comechingón de Tiguinas (hoy Minas Clavero); encomendado de
Nieto (Montes p. 72)
CANTIL, cac. pampa que asistió al parlamento de Tandil en 1830 (J. Fernández )
CANUÉ (o Camié), cac. boroga que vivió entre los ranqueles. Anteriormente había vivido
en el Nor Este de la Pampa. 1834 lo visitó el capitanejo Guali de Llanquelén situado en Junín. En
febrero de 1846 vino Quentrero de parte del cac. Canué desde Jarilla a Córdoba para avisar que el
cac. Quechudeo había invadido en Achiras. Calvaiñ mandó que lo apresaran y Canué peleó a sus
indios pero fue herido de lanza (Arch Prov. de Córdoba, Secc. Gob. T.204 Letra E Leg.5 F.257) En
179
abril hubo otra invasión con el unitario Baigorria. Canué no participó (ib. Foj.273). Figura en la
lista de enero de 1852 de los obsequiados de Rosas en Bahía Blanca, antes de la batalla de Caseros
(AGN S.X. 18-4-8) Un año antes había recibido 400 yeguas en Azul (Capdevilla: Rosas y Belgrano
p.91) También hizo el tratado de paz con los ranqueles con el Gobierno de Córdoba. En una carta
del 6 de junio de 1857, Manuel Baigorria lo presentó al Presidente Justo José de Urquiza, en
oportunidad de su visita a Paraná.(AGN S.VII. 14-2-1) Al mismo informó el 7 de febrero sobre la
malograda expedición del Cnel Emilio Mitre contra los ranqueles, pues lo había observado en
Carrilauquen y vio que tenían que regresar (AGN Arch de Urquiza T.137 p.135).
Canué era amigo de Baigorria y del cac. Coliqueo. al formar el Regiminto de Dragones Nº
7, incorporó miembros de las dos tribus, de Coliqueo y de Canué. Santiago Avendaño en sus
Memorias dice que el cac. Canué era hermano del cac. Calei, su padre adoptivo de .vendaño) hasta
su huída. Man. Baigorria el 27 de oct. de 1849 estuvo en una invernada con su mujer Huechuofán,
que era hija de Canué. Calei sintió mucho la ausencia de su cautivo tan querido.
1864 está un hijo “Pichi Canué” en la lista de los capitanejos ranqueles del cac. Mariano
Rosas en oportunidad de hacer el primer tratado de paz. En 1877 el misionero P.Donati bautizó a
dos hijos del cac.. Canué y de Amuipán: a José, Félix y Carmen (Libr. De bautismos de Villa
Mercedes). No sé qué fin habra tenido el cac. Canué. En 1879, durante la penúltima fase de la
conquista del desierto, el capitanejo Juan Canué, conocido como lenguaraz, se presentó con cuatro
familias y un nieto. Y fueron apresados. El último fue llevado a la casa del Cnel Gainza. (AEM
Bs.As. 19.6.76).
Canué, Pascual, 1845, fue un capitanejo del cac. Collinao y fue con el Cnel. Juan Aguilera
de Bahía Blanca al Azul y luego a la fundación de Bragado (AGN X. 26-5-2, 5.121.1845)
CANHUÉ, Miguel en 1925 era habitante de “La Pastoril” La Pampa y la Colonia Emilio
Mitre, donde ese año lo visitó el padre salesiano Enrique Pozzoli. 1950 publicó el Relato de una
gira misionera incluyendo fotogrtafás, ed por Obra de Don Bosco, Casa del Boletín Salesiano
Bs.As.
CANUTI, Francisco, 1678, cac. pampa o serrano del sur de la Prov. de Buenos Aires
(Robles, 1678 p. 313)
CAÑA, Don Pascual, 1632, cacique huarpe de San Juan, sucesor del cac. Macarsi del Río
Bermejo. 1659 llevó su reclamo por el despojo de sus tierras en San Juan ante la justicia.
(Acevedo,E.: Documentos del Cuyo, 1663 doc.565)
CAÑA HUEL, 1884, preso en Ñorquín, Neuquén. Fue catequizado con la gente de
Villamain, Reuquecurá y Manquel por los salesianos. (C. Bruno:Los Salesianos en la Argentina I.p.
292)
CAÑILES, 1782, cac. pehuenche quien acompañó una expedición de los españoles en la
búsqueda de la Ciudad de los Césares.
CAÑUPÁN , José, 1850, capitanejo pehuenche del Sur de Río Grande (Mendoza). Sus
hijos se llamaban Juan y Bartolo (C.Rusconi)
CAOCA MATCANAM, 1594, cac. comechingón de Asan, Torol, Cord. Encomendado de
Ruesgas (A. Montes ib p.65)
CAPAGNÁN, 1863, capitanejo huilliche presente en el parlamento de paz con el cac..
Chingoleo en Carmen de Patagones (Ver Chingoleo).
CAPINÁN, 1832, cac. aliado con el cac. Toriano muerto en 1836(Fernández J. 2001 p.44)
CAPAQUÉN,Simón, cac. principal de la Reducción pampa en la estancia de Esteban de
Bolón de Río Cuarto. Tenía entonces 50 años (Grenon: Los Pampas 1924 p.10) El cronista Ovalle
cuenta que en 1628 fue castigado por algunos robos.
CAPASÁN, 1600, cac. puelche del Río Diamante, aguas abajo, Mendoza. Encomendado de
Muñoz.
CAPELTRE, 1678, cac. puelche o pampa serrano, según Robles 1678 p. 306 y 313.
CAPICHÁN (o Capellán o Capitán) 1779, cac. pampa, hijo del cac.. Chacallo. Las primeras
noticias de este cacique pampa o quizás guennaken nos da el informe de F. De Viedma enviado al
Virrey de Vértiz, el 15 de oct. De 1779. Decía que se hallaba rodeado de muchas tolderías en el Río
Negro y Río Colorado. Un Cacique se llamaba Capitán y tenía cien toldos de Quiliner (quizás Huilli
180
gner), del tehuelche Francisco con 35 toldos y del cac. Negro con 60 toldos. (R.Negro y Colorado)
Poco más tarde escribe, que los indios manifestaban una agresividad cada vez mayor. Por una visita
de un hermano del cac. Capitán supo de un plan alevoso de los indios. En diciembre de 1797 este
cacique tomó parte en el malón contra los pehuenches de Barbarco (tiempo de la Guerra
Pehuenche). La última noticia data de 1833 en oportunidad de la Expedición de Rosas al Río
Colorado. El 14 de diciembre se presentaron los caciques Capellán (Capichán) y Quilla
(Huilligner). Los hizo apresar en el acto. Cual ha sido su fin, no dicen los documentos (AGN S.IX
16-3-2; Arch. Mend. Doc 37 y AEM Bs.As. Nºº 274)
CAPICHÁN, 1797, cac. ranquel, hijo del cac. Chiguayllán de Renaycó, tomó parte en uno
de los últimos malones de la Guerra Pehuenche contra los indios del difunto cac. Rayguán. (Arch.
Mend. 1797 Doc. 37). (Ver Leviñir)
CAPIGUATIN, 1582, cac. de los indios chanas, nombrados en el repartimiento de indios y
encomiendas de Juan de Garay en el distrito de Buenos Aires.(Tandix, A.: en Rev. Museo Mitre
1951 y 1953)
CAPIHUÁN, 1787, cac. peheunche sujeto al cac. gobernador de Malalhue. Participó en la
Guerra Peheuche. Ese año descubrió que el cac. Creyo era espía. Lo persiguieron y lo mataron.
(Arch. Mend 1787)
CAPILEM, 1800, cac. neuquino que viajaba con frecuencia al sur de Buenos Aires
(Terrera)
CAPIZ, Fernando (o Caquis), 1721, cac. mendocino de Tilta, en el valle de Uco. Su sucesor
sería el cac. Pablo Pasambaya de la Reducción del Tunayán (C. Rusconi IV p.85)
CAPON,1791, cac. ranquel (AGN S.IX 21-99-3)
CAPRA CHARABA, 1573 cac. comechingón de Capra Sarat, al Norte de Quilino, Cord.
Encomendado a Bustamante (A.Montes p.88)
CAQUIL, cac. pampa, que a fines del siglo XVIII fugó de la frontera mendocina con los
caciques Puchañar, Mainquepán, Cutor, Alcahuenche, Munimán y Catigán (Morales Guiñazú:
Primitivos habitantes de Mendoza .54)
CAQUIÑÁN, 1824, cac. pampa – ranquel, que en ese año se hallaba en Sierra de la Ventana
con los indios de los caciques Pablo, Curritripay y otros (Comando Gral. Del Ej. Ob. Cit III p.525)
CARACAS CHARABA, 1573 cac. comechingón del pueblo Caraca Sacate, Córd.;
encomendado de Velásquez (Montes)
CARACHE, 1598, cac. comechingón de Ami Yoga, localidad de Camín Yaga; encomendado
de Lossa (Montes ib. P. 46)
CARA LEU,1806, cac. huilliche (picunche) del cac. Caicayén. De él dice Luis de la Cruz en
su Diario que éste había estado con el cac. Manquel y que se había escapado de los huilliches (De
Angelis I. p. 147)
Etimol: Leufú-río; cara (carü – verde)
CARA MÁN,1845, capitanejo salinero que iba a Azul en comisión del cac.. Calfucurá (R.
Capdevilla: Rosas y Belgrano) Er hijo del cac. Jn. Calfucurá. Sabía castellano.
CARANÉ VER CARI ANGUÉ
CARAN PANGUE, 1601, cac. araucano que gobernaba la Cordillera de Cunco (Chile). El
Padre jesuita Luis de Valdivia dice de él que era bueno y prudente . Nos conservó partes de un
discurso en el parlamento de paz en 1612 (en Gay: Documentos II 1876 p.137)
CARDONEO, 1838 cac. pampa quien trajo con el cac. Mascuicarantu un malón sobre
Areco y Arrecifes por la injusticia que se había hecho con el cac. Mayupilquiyá (ver)
CARIQUA,1582, cac. de nación chanás. Figura en el repartimiento de indios de J.de Garay
1582 en el distrito de Buenso Aires; encomendado de Sebastián Fernández.
CARE MÁN ( carramain), 1863, capitnejo del cacique boroga Pedro Guayquil, integrado en
la agrupación de Calfucurá. Ese año y otro más llegó a Buenos Aires en gestion de paz de los
salineros con el Gobierno de Buenos Aires. 1873 firma nuevamente el gran proyecto de un tratado
de paz (AEM. 1232; Arch. Mitre XXIV p.122/24; Arch.. Museo Mitre, Hux cac. Huilliches y
Salineros 2001)
181
CARE MANQUE, 1776, cac. pampa que vivía en Mamucanán, cerca de Chin. Según el
censo de Diego de las Casas tenía 10 indios de lanza, siete toldos, un pozo cercado y una cerca
junto de la laguna (De Angelis IV. p. 584)
CARIMANQUE ver Carumanque; hijo de Calfucurá.
CAREPÍ, (quizás Carpi , cac. peh) 1814, cac. pehuenche que fue obsequiado por el Gral
San Martín en ocasión de su visita a a los caciques reunidos en el Sur. (C-.Rusconi IV. p.43) Quizás
es el mismo Carpi, cac. pehuenche que en 1846 fue invitado a un parlamento de Chile (Morris p.
62)

CARÜ ANGUÉ (Carüán), 1787, cac. ranquel que participó en la Guerra Pehuenche con los
de Malalhué. (Diario de la expedición contra Llanquetruz. (ver Cariangué)
CARI AÑÍ (angué) 1º de diciembre de 1830 éste y el cac. Angueleo fueron muertos por una
partida del Gral M. Bulnes a Salinas Grandes. Murieron 40 indios (Gaceta 11.2.1835)
CARIANGUÉ (Carüanguel.Carané. Carrané. Carayme): Los documentos de la segunda
década del siglo XIX señalan a dos caciques con este nombre; son caciques hermanos entre los
ranqueles de la pampa: hermanos del cacique gobernador Colepay en Barbarco, sucesor de
Rayguán. El Cariangué, que primero quiero nombrar, tenía unos 5 toldos en el paraje Ayóngueque.
En una desatrosa agresión habían perdido todo, por una invasión de cristianos de la Provincia de
Córdoba , los exterminaron. Cariangué pudo salvar algo, - dice Santiago Avendaño en sus
Memorias, ed. 2001, p.125) – y vinieron a pedirle algo, los despojados y él los aliviaba. Más tarde,
viendo que iba a menos en su hacienda, se negó a dar más. Entonces se formó un complot, lo
lancearon por la espalda, cuando quiso escaparse. Mediante que estaba con él, lloró .

Del otro empezamos ya señalando noticias suyas desde la segunda mitad del siglo XVIII.
El 23 de Noviembre de 1787, los expediccionarios a Salinas Grandes encontraron. a los hijos de
Carüán en esa laguna. De algún modo participaron también en la Guerra Pehuunche. En 1820
aparecen nuevamente en los documentos históricos, porque se dejaron envolver en las guerrillas del
exdictador chileno, general J. M. Carrera (AGN. Biema VIII 10-4-13). Carrera menciona en la lista
de sus adictos a un Carrané con el cacique gobernador Payllantrú y Paillaquín y señala su paradero
en Chilgüé (Chilihué) Depart. Guatraché, en La Pampa, donde habitaría más tarde el cacique
Calfucurá. Su adhesión a Carreras no debe haber sido prolongada, porque en 1821 estuvo
comprometido con los pampas del cacique Nicolás Quintana, opuesto políticamente al invasor
chileno. Y en 1825 los dos hermanos Carrané se hallaron en el parlamento de paz en la Laguna
Guanaco, donde firmaron muchos ranqueles la paz con las provincias limítrofes. (AGN. S.X. 27-7-
6).
Durante la expedición combinada al desierto de 1833, la división del Centro libró, el 17 de
Marzo, la batalla en las Acollaradas, donde los ranqueles se habían concentrado. En esta ocasión,
Cariangué estuvo al lado del cacique Pichún con un grupo de borogas, lo que a Rosas le fastidió,
incluso porque pocos días antes había gratificado a un buen número de su tribu (AGN. S.X. 40-7-
10: 6.3.33). Rosas quiso pelearlos, aunque pidiesen perdón, aunque los borogas los recomendaran
en varias cartas. Ya más tarde, su hermano Colilipay y 190 indios fueron a integrarse a las tolderías
del cacique amigo Llanquelén en Federación (Junín). En Octubre de 1834, un mes después del
asalto de Masallé por los "huilliches conchabados", las divisiones expedicionarias del interior
batieron a los ranqueles en la Pampa de Los Molles del Rosario (San Luis), quitándoles cuantioso
botín. Entre los muertos del encuentro se contaban los caciques Colipy, un Carrané, Pulcay y
Pichui; además unos 60 indios más. Los esfuerzos de Rosas por destruir a los ranqueles no se
agotaron en esa acción.
El brigadier José F. Aldao, a su vez, hacía esfuerzos para atraerse a Carriangué a fin de
quitarle a Llanquetruz sus efectivos. Le hacía promesas especiales con la condición de que trajera la
cabeza del temido Llanquetruz (IIº). Otros prepararon su caída, difundiendo noticias difamantes:
que estaba preparando una nueva invasión: que en "Cola de Mula", al norte de El Cuero tenía
reunidos 200 indios. Al mismo tiempo se movieron las divisiones del mayor Maza, del sargento
mayor Eugenio del Busto y una expedición cordobesa al mando del coronel Argañaraz. El decreto
182
correspondiente del gobernador de Córdoba decía: "Art. 2": El objetivo y fin a que se destina al
Cnel. Argañaraz y su División es atacar por sorpresa a las tribus Ranqueles, debiendo principiar por
la de Carrané". La columna bonaerense Maza-del Busto llegó primero a la "Tapera de Carriangué"
(6 de Mayo de 1836), pero la tribu había huído. Durante la persecución se encontraron con las
tropas que venían de Córdoba, y juntos continuaron la persecución. Al otro día hallaron unos toldos
en Mulartué. Sus habitantes escaparon; con todo, en la persecución mataron a unos 60 y apresaron
unos 112 indios. Al día siguiente se presentó el cacique Cariangué ante el coronel Argañaraz para
ofrecer su rendición y la de su gente que no se hallaba lejos. Lo apresaron y enviaron al capitán
Villanueva a "reducir" a los indios (12 de Mayo de 1836). También las tropas bonaerenses
recorrieron todo el territorio que había pertenecido a Cariangué en busca de más indios. Obligaron
luego al cacique a conducir a sus indios hacia "La Jarilla" (San Luis), donde se suponía que se
hallaba Llanquetruz. El 20 de Mayo se despidieron las tropas cordobesas de la división bonaerense
en La Amarga, después de buenos "asados". Pocos días después, se presentó también un hijo de
Cariangué y su hermano Colipay con algunos indios. Decían que los demás se habían disparado.
Después de apresarlos, el mayor Maza remitió al teniente L. Duarte con escolta para que llevara
estas noticias a J. M. de Rosas y los entregaran: "acollarados con cadenas, a un hermano de
Llanquetruz., al cacique Guitré, al cacique Cariangué y a su hijo y unos 25 cautivos rescatados". El
24 de ese mes, Rosas escribió al gobernador Pascual Echagüe que ya tenía a Cariangué "con
cadenas para ser fusilado". Efectivamente engrillado, el 8 de Julio de 1836 lo hizo fusilar en la
Plaza de Retiro junto con 110 ranqueles, porque no han querido entregar al Coronel Manuel
Baigorria”, unitario refugiado entre los ranqueles. A su vez informó el Gobernador de Córdoba
sobre la matanza en Abril de 1836, según testimanio del Padre Quirico Porreca, franciscano de Río
Cuarto. Fue una matanza horrorosa: 253 indios muertos y 92 indias; perdonó la vida a 324.
(Documentos AGN. S. X. 24-9-1:27-7-6:27-5-6. A.E.M. N o 245: Arch. Hist. Gob. Entre Ríos 1836.
C 1-340; Arch. S. Luis 1836,2, 15 I y 29 III; La Gaceta 2.8.36 y Diario El Día); además una
conferencia de Carlos Mayol del 25 de Octubre de 1992 .

CARRIANGUÉ (o Carian, Cazuan), 1866, capitanejo de la tribu de Catriel. El se destacó


en la acción de Paragüil, el 17 de febrero de 1866, donde mandó a 30 indios amigos en la columna
del Cnel. Barros que salió a repeler un malón de 300 indios que habían invadido la zona de Tres
Arroyos. (Romeo: Tres Arroyos p.89)
CARIAÑI, 1834, capitanejo pehuenche de Malalhué. En diciembre de 1834 fue muerto por
una expedición (AGN, Biedma S.VII 10-4-14).
CARRIBLANCA, 1774, cac. araucano chileno que dio noticias sobre la Ciudad de Césares
(En RJEH Mend. IX p.96)
Carico, 1806, Cacica pehuenche, esposa del cac. Manquel. Luis de la Cruz la señala como
mujer inteligente.
CARICÓN, 1792, cac. pehuenche chileno con fusil. En Mayo de 1792 llegó a reforzar la
expedición de Francisco Barros contra los huilliches y llegó hasta Zapala. Le acompañaron los
caciques Lingamain y Colügüinca y 25 hombres armados de fusil (Diario de F. Esquivel Aldao,
Carp. 19 Arch. Mend. y Rev. J.H. Mendoza, vol. VIII)
CARRE CURÁ, 1874, capitanejo del cac. Justo Coliqueo. Fue apresado en Junín con toda
la comisión del mencionado cacique, el 11 de marzo de 1874. Tres comisiones de paz fueron
apresados y trasladadas a Martín García.
CARIFILÚ,1833, cac. ranquel. El Gral. Huídobro lo menciona en una carta a Rosas.
CARRI GUAN, 1787, cac. pehuenche de los caciques amigos de Mendoza. Al llegar una
expedición de Buenos Aires a Salinas Grandes en busca de sal, se presentó con el cac. Antiguán allí
con su hijo. Testimonia la gran estima que gozaba que a su muerte, a fines del siglo XVIII el
Capitán de Indios Amigos de Mendoza llevara cuatro cargas de vino para su velorio (Comandancia
Gral. Del Ej. Vol. II p. 190 y AGN IX. 1-5-9)
CARI GUANQUI, 1723, cac. pehuenche que residía en el Río de los Sauces. Delató a los
indios amigos de Juan Goico (del R. Diamante) por el alzamiento de unos 1000 indios aucas, entre
los cuales señalabaa los caciques Raniguanqui, Peutín y Tepelquelén. Al mismo tiempo hubo en
183
Chile un alzamiento general. Lo conoció también el misionero P. Tomas Falkner (De Angelis I. p.
232 y C. Rusconi IV p. 87) Huanqui- Era el tiempo de la Guerra Pehuenche. Después de la muerte
del gran cacique Ancanamún, José Anteguán y el cac. Carriguán se presentaron en Salinas Grandes
a los expedicionarios porteños, buscando paz y protección (AGN VI 7-8-1)
Etimol: Huanqui- Avestruz; cari-negro
CARI HUANQUI, 1647, cac. araucano chileno que participó ese año en un malón contra
Negrete. Allí fue apresado y decapitado.
CARI HUEQUE (O CARUEQUE), 1848, caciquillo pampa que entró en la historia por un
documento policial: En una reyerta en Tapalquén por embriaguez éste dio muerte al cac. Carupán.
Rev. Arch. Azul Nº 2 p. 198)
CARRILÁN (o Carrelang, Cristóbal de 25 de Mayo) Ver Cristóbal Carrelang y Memorias
de Baigorria.
CARRI LAO, 1797, cac. pehuenche de Antuco en la frontera de Chile, cerca del cac.
Calfuqueo. Participó en algunas reyertas de la Guerra Pehuenche. Apoyó a los indios de Barbarco y
por eso fue atacado y muerto por el malón de los caciques Mariqueo, Buchapang y Leviñir, el 8 de
diciembre de 1797 (Arch. Mend. Doc. 37)
CARRI LAO, 1834, probablemente era el hijo del arriba mencionado cac. pehuenche. Fue
capitanejo. Fue capitanejo del cac. boroga J.I.Cañiuquir. Las tropas de Bahía Blanca lo mataron
junto con ese gran cacique, el 22 de marzo de 1836 en Languiyú. Otro Cárilao fue muerto por
tropa chilena en diciembre de 1834.

CARRELAN, El cacique CRISTO, es llamado "el Indio Cristo" o Sargento Cristo o


Cristóbal Carrilán, era el mayor de tres hermanos, como dice Santiago Avendaño en sus Memorias
(ed. 1999 p. 350 s). 1852 en 25 de Mayo “iba ascendiendo y merecía el aprecio de todos por su
valor, su fidelidad y moderación. Sus hermanos se llamaban Felipe y Manuel.
El caciquillo emergió del grupo boroga que después del Asalto de Masallé en 1834, se retiró
a la cercanía del Fuerte Cruz de Guerra 25 de Mayo, como Caniullán, Lorenzo Coliqueo, Teuque y
Guayquimilla, ofreciendo sus servicios al Gobierno de la Provincia. Allí encontramos dos
capitanejos Cristo, uno llamado Manuel y otro José quien debe haber sido el que muchos
documentos denominan sencillamente el Indio Cristo, el cacique Cristo o el Mayor Cristo.
Aparentemente estaban en paz, hasta la caída de Rosas.
Cuando en septiembre de 1852 estalló la guerra civil entre el Estado de Buenos Aires y la
Confederación, les resultó difícil discernir con quien afiliarse, especialmente porque los emisarios
del general Urquiza hacían fuerte proselitismo entre los indios. Primero, los indios amigos de 25 de
Mayo no querían participar con Calfucurá en la consigna de la Confederación. Pero cuando vieron
como el ejército de Mitre atacaba a los indios de Catriel y cuando supieron que el coronel Pedro
Rosas y Belgrano y Eugenio del Busto se habían separado de la política de Buenos Aires para
favorecer a la Confederación, siguieron un llamado del Cnel. F. 0livencia y de Calfucurá.
(Lamentamos que las Memorias del Cnel. Olivencia se hayan perdido) Sin levantar los toldos, ni
llevar las familias, los lanceros se encaminaron a Salinas Grandes.. Baigorria dirá más tarde "que se
sublevaron porque se les hizo feo servir a los unitarios, cuando Rosas Belgrano, Lagos y Bustos
estaban con la Confederación. Por eso fue aliado de Juan Calfucurá sin robar ni dañar, pero a ellos
les han llevado a las familias a Palermo donde son esclavos" (AGN. Arch. Urquiza T.124 p.248), o
los repartieron en las familias de militares.
El Excautivo Santiago Avendaño, quien conocía a los Indios Cristo, cuenta como se
enemistaron con el capitán José Valdebenito. Cuando éste tuvo noticia de que estos indios habían
tomado contacto con Calfucurá, Valdebenito avisó al Comandante que debía apresarlos. De noche,
porque tuvieron aviso, salieron estos indios, pero fueron alcanzadas y arreadas sus familias y su
hacienda. El Ministro de Guerra de Buenos Aires pidió que remitiesen a las mujeres. Fueron
violadas y maltratadas. (Avendaño explica drásticamente la situación. El incorporó en su
Regimiento 7º a un capitnejo de esa familia Carrilán.) Los indios huídos de 25 de Mayo hicieron
todo lo posible para recuperar a sus familias.
184
En la carta al Presidente J. J. de Urquiza le pide su intervención para recuperar las familias
del mayor Andrés y del capitán Cristo.
Continúa Avendaño, diciendo: “El Indio Cristo, sus hermanos y sus compañeros habían
resuelto ir a implorar la protección del cacique Calfucurá, el cacique más poderoso...Buscaron,
pues, muy a pesar suyo, el amparo del enemigo, a quien jamás habían perdonado la traición alevosa
perpetrada contra Rondeao y los suyos en 1834. Pero hicieron de la necesidad una virtud y se
dirigieron a Calfucurá en Salinas Grandes.
“No fue necesario rogarle mucho. Ya antes, este cacique había pretendido quitar a la
frontera, por medio de alguna maña, a tan leales y valientes defensores; pero ellos siempre
contestaron negativamente, apuntando con el dedo la matanza de Masallé y Chailgua Nguillú,
donde perecieron Rondeau, Melín y Alón, con otros muchos gallardos varones. Esta vez, Calfucurá
olvidó todo y contestó al embajador de Cristo:
-Hacen bien en pensar esto y venirse a mí. Nadie es mejor amigo de ustedes que yo.
Cualesquiera que hayan sido los motivos por los que ustedes han sido mis enemigos, deben
olvidarlos, porque somos indios y los indios no debemos ni podemos ser enemigos unos de otros. El
enemigo de los indios es uno solo, el cristiano....”
No quiero aprovechar demasiado de este documento interesante. Otros testimonios
completan esta historia de los Indios Cristo de 25 de Mayo. En un gran parlamento deciden efectuar
un malón sobre 25 de Mayo y si posible, liberar a las familias apresadas.
En Buenos Aires, de inmediato se dijo que se habían sublevado y los comandantes de 25 de
Mayo y de Azul corrieron a saquear sus toldos y sus campos, llevándose las familias y
repartiéndolas en Azul, Bragado y Buenos Aires.
Fue notable cuánto ha movido el cacique Cristo para liberar y poder recuperar a sus familias
durante varios años, igual que el capitán Lorenzo Coliqueo Garay. A poco de plegarse Cristo, el
comandante Antonio Llorente le ofreció concertar la paz y prometió 1.500 a 2.000 yeguas a cambio
de la cabeza de Calfucurá (AGN.S.X. 19-4-5.4.11.56). Poco antes llegó el señor Larguía para
gestionar la liberación de sus familiares, como se dice en una nota del Juez de Paz de 25 de Mayo,
J. M. Calleja, al de Mercedes, P. Aranguren: "En estos momentos que es la una y cuarto de la tarde
(del 25 de octubre de 1856), aviso a usted que ha llegado el Sr. Larguía (maestro del hijo de
Calfucurá que con éste iba a pedir la liberación de cautivos), dejando a los indios a distancia de 50
leguas de este pueblo, y a sus hijos cautivos en poder de Calfucurá. Su misión era pedir las familias
de los indios sublevados de este punto para el rescate de los hijos de Larguía. Le dijeron un ciento
de amenazas, tanto Calfucurá como el sublevado Andrés. La contestación que se prepara es decirle
que venga, que lo primero, antes de entrar en pelea, se hará acuchillar a las familias de los prófugos.
Se espera por momentos al general Hornos con 400 hombres y en el Bragado hay 1.500 hombres
reunidos por lo que creo que no se la llevarán de balde..." (G. Palombo: Avendaño. p. 9). Realmente
Cristo movió a medio mundo por el amor que tenía a su familia. Hasta el cacique José María
Llanquetruz le escribió desde Balcheta (al sur de Carmen de Patagones) diciéndole que ha visto a su
familia en Buenos Aires en Palermo y que no le falta nada (3.8.57). En 25 de Mayo se decía que
Cristo estaba dispuesto a volverse para unirse con la tribu de Maicá en Villa Fidelidad cerca de
Azul; pero Calfucurá ya se había enterado (AGN. S.X. 19-73). Calfucurá. no obstante. se interesó
por el rescate de las familias cautivas: el 26 de marzo de 1857 cayó en malón sobre 25 de Mayo
para hacer cautivos y canjearlos, luego, con esas familias: lo mismo hicieron Cristo y Coliqueo en
Pergamino, el 29 de septiembre del mismo año y ofrecieron sus cautivos en Buenos Aires en canje
de las familias buscadas. El mismo Presidente Urquiza escribió al gobierno de Buenos Aires por
esta cuestión y éste envió al cura Lorenzo Balmaceda, el 28 de noviembre de ese año para que
tratase con Cristo, en ese momento en Paraná, con una importante comisión (AGN. S. VII. T. 128 y
T. 140) con cartas de Calfucurá. A principio del 1858 Cristo quiso ir personalmente a Buenos Aires
(así lo dice Calfucurá a Urquiza (T. 140. p.370). Y otra vez fue a Paraná pasando por Rosario con
los hijos de Calfucurá: Namuncurá, Catricurá y Curapán. Y Urquiza envió más cartas a Buenos
Aires, recomendó a Cristo y su pedido. Por ej.: escribió a Daniel Goodland: "Consiga la devolución
de la familia del cacique Cristo y remítala a Rosario. La retención de esa familia nada importa para
ese Gobierno" (Arch. Urquiza T. 128 p. 101). Seguramente no he abarcado toda la documentación.
185

El capitán Cristo actuó pues con Calfucurá y también con Coliqueo al servicio de la política
de la Confederación. En Febrero de 1858, el cacique Cristo estuvo con Calfucurá en la batalla de
Pigüé, donde se replegaron ante el ejército porteño. Pero también estuvo presente en la batalla de
Cepeda, donde el ejercito de Mitre fue vencido (oct. 1859). Después de la batalla, incorporado con
20 capitanejos y sus indios a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano, agentes de la
sublevación de la Provincia de Buenos Aires, fueron a sitiar a 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Rosas
y Belgrano se apoderó también de Azul (10 de nov. 59). El coronel N. Ocampo rindió la plaza y fue
designado por el gobierno de Buenos Aires, jefe de la Frontera sur. Cristo y Rosas y Belgrano se
retiraron a Rosario.

Entre tanto Urquiza y Mitre habían hecho las paces. Buenos Aires trató de extender su
influencia sobre las tribus del interior. Cristo y Coliqueo mandaron en octubre de 1860 comisiones
de paz a presencia del general Mitre (Arch. Mitre XI p. 134), también con el trasfondo de pedir la
liberación de sus familias perdidas en 25 de Mayo. Se hizo averiguaciones en Azul y otros puntos
de la frontera. Rivas informó, el 27 de diciembre de 1860, sobre el paradero de algunas familias:
"...Los indios de esa tribu fueron distribuidos por mí, en 1858, por autorización del gobierno.
Manuela, hija del cacique Cristo, está en mi poder; otra María, de 8 años la tiene el comandante
Facio. Está la china Felipa, mujer del capitanejo Lorenzo Garay (Coliqueo)..." (AGN. S. X. 20-7-2
y 20-2-2) Y Julio de Vedia escribió desde Bragado: (20 de enero de 1861)."El Indio Cristo ha
solicitado se le remita ya su familia. Haré en consecuencia que el capitanejo Lorenzo Garay
(Coliqueo) pase hasta Azul para que se entienda a este respecto con su familia..."En Paraná se pagó,
el 21 de marzo de 1861, al sargento Cristo Carrilán una cierta suma (A.E.M. Doc. 1510 y 2063);
pero no vi documento alguno que testimonie que haya recuperado a su familia.
Cuando las relaciones entre Paraná y Buenos Aires se volvieron tensas, en 186l, los indios
invadieron una vez más. En mayo operaba con F. Olivencia (Arch. Mitre XXI p. 12) y poco después
escribió el vicepresidente general Pedernera a Calfucurá, exhortándolo a movilizar a sus conas
contra Buenos Aires. "Le recomiendo en todo al Mayor Cristo, que es un verdadero amigo de usted
y un jefe patriota y buen servidor..." (J. Maguire: Loncohué. p. 147). Cuando Baigorria se vio
traicionado, se sublevó para entregar su fuerza al ejército de Buenos Aires. El cac.. Ignacio
Coliqueo lo acompañó: separándose casi violentamente de los ranqueles, saliendo de “El Cuero”,
donde había permanecido unos años. Cristo trató de disuadirlo y como no lo escuchó, lo maloqueó,
quitándole caballos (M. Hux: Coliqueo. p. 49). El cac. Ignacio Coliqueo participó en la batalla de
Pavón (17.9.61) y decidió la victoria a favor de Buenos Aires.
Cristo operó en el interior con Olivencia en combinación con los ranqueles y Calfucurá.
Pues, después de la batalla de Pavón, hubo luchas de guerrillas indias y de montoneras. El 2 de
noviembre Calfucurá estuvo en Cabeza de Buey (Bolívar) esperando la incorporación de F.
Olivencia y del cacique Cristo (Arch. Mitre IX p. 19 y AGN. S.X.20-7-2). Un mes más tarde se
decía que Cristo había pasado por la Guardia de la Esquina, rumbo al desierto. Coliqueo,
establecido ya en la frontera Nor Oeste de Buenos Aires, deseaba recuperar al cacique Cristo y pidió
por carta al gobernador B. Mitre que influyera "para que viniese el Mayor Cristo con el coronel
Baigorria a vivir con ellos en Los Toldos" (Part. Gral. Viamonte). Mitre le contestó que, mientras
durara la guerra, no podía quedar en esto: Que Cristo estaba en Paraná y Baigorria en San Luis (M.
Hux: Coliqueo p. 59 y Rev. Museo Mitre Nº 9).
Cristo se acercó al Partido de Bragado en junio de 1862; pero para invadir. Más adelante la
figura de Cristo fue eclipsándose: quizás habitaba entre los indios ranqueles o entre los salineros. El
día del fallecimiento de Juan Calfucurá, el 3 de junio de 1873, estuvo en el gran parlamento, para el
entierro de su amigo. Firmó como Nº 40 el gran documento del proyecto de un tratado de paz
(AEM. Doc. 1232).
Lo más notable de este cacique ha sido el amor que tuvo a su familia, cuyo retorno buscó
con tesón y perseverancia. No sabemos mucho más. Un documento mencionado nombra a dos de
sus hijas, Manuela y María. Otro. dice que Cristo era padre del lenguaraz Andrés y que Lorenzo
186
Coliqueo fue sobrino de él. Páez. J.. en "La Historia Popular", Nº 10. 1970. p. 64. publica su retrato
fotográfico. (Arch. Urquiza T. 163. fha. 28.3.59)

CRISTO. Manuel, 1866, capitanejo boroga, era hermano de Cristo,José (Cristóbal


Carrelang). También él se ha salvado en 1834 del Asalto de Masallé y se afincó en la toldería de
indios amigos, cerca de 25 de Mayo. En 1866 figura en la lista de revista del cacique Mariano
Rondeao. Era sargento 2º del escuadrón de indios amigos, entre 1866-1870. Sirvió una temporada
en el Fuerte de Bragado con el cacique Melinao. Su hijo. Santos Cristo, concurrió en 1858 a la
Escuela de Bragado, cuyos registros aún se conservan. (Moya, J.: Contribución a la historia de
Bragado, p. 94).
CARI LEF, Don Francisco, 1780, cac. pehuenche muy conciliador durante la Guerra
Pehuenche. El Gobernador de Mendoza, el Gral. D. José de Amigorena lo contaba entre sus amigos
y auxiliar. En un informe del 19 de julio de 1798 dirigido al Virrey, decía que Carilef vivía cerca del
Fuerte San Carlos y mantenía desde 1780 paz con los caciques pehuenches y chilenos, no con los
huilliches (Arch. Mend. Doc.44, 1798) El dominaba el idioma castellano como su propio idioma
mapuche. Debido a sus dones personales alcanzó entre los pehuenches de Malalhué un lugar de
privilegio y prestigio, a pesar de que no tenía con ellos lazos familiares. Un documento nombra al
cac. ranquel Caulllamanque de Vilucura (Chile) como pariente, probablemente primo. La familia de
Carilef vivía en la zona de la laguna Guanacache, pero desde 1780, cerca del Fuerte de San Carlos,
agregado al cac. gobernador Ancanamún, Participó con los indios pertenecientes a Malalhué, los
enveses de la Guerra Pehuenche, que narramos bajo los títulos de Ancanamún, Pichintur y
Millaquín. Los documentos evocan a Carilef como buen orador en los parlamentos que el Maestre
de Campo Amigorena sabía convocar. En octubre de 1787, éste General le agradeció su
intervención en oportunidad de un ataque de los huilliches. En mayo de 1794 dijo un discurso
particularmente mentado. Después de haber escuchado al cac. gobernador Pichintur, dijo: que
“debían mantener la paz, convivir en armonía con los españoles; que tenían ya casas fijas y sólidas
y eran instruídos en la religión. Efectivamente, el sacerdote Fray Antonio Ribas de Chillán los
reunía todos los domingos y los adoctrinaba en su propio idioma. Dijo también que en su “Ahilló”
(lea Aillarehue) querían un armisticio y la paz; querían renovar la paz en parlamentos generales
como en 1780 con los caciques de las tres naciones vecinas”
Pero la guerra recrudeció en esos años de la década del 90, complicándose la lucha,
hasta que el Gobernador de Concepción tomó a decisión y convocó a un importante parlamento de
reconciliación en Chillán. En esa oportunidad el cac. Carilef representó (en marzo de 1798) a la
parcialidad de Malalhué, ya que su cac. gobernador no quiso participar. Ya en 1796 había actuado
en un importante parlamento en Malalhué y en el Fuerte de San Carlos. En 1797, en diciembre,
participó en otra junta en el Río Diamante, donde le acompañó su hijo. También estuvo en el
parlamento definitivo del 6 de Julio de 1799 (Arch. Mend. Doc. 47).
A partir de esa fecha figura en las listas de caciques en primer lugar entre los jefes de
Malalhué. En 1800 ayudó a pacificar la tribu del cac Roco, la que, a raiz de la muerte del cac.
principal se había puesto en pie de guerra. El ratificó la paz celebrada en Mendoza con el
Gobernador de la Provincia del Cuyo. En octubre de 1802 volvió a Mendoza con la cacica viuda de
Roco y una gran comisión, pidiendo que se nombrara un nevo Capitán de Amigos. El Comandante
Ansay, sucesor de Amigorena los trató duramente. No obstante había regalos para Carilef, Guanque
necul, Panichiñe, Millaquín, Carinao y Millanao .(Comando Gral del Ejército II p. 189)
1805 promovió con el sacerdote mapuche, Fray Francisco Inalicán, el proyecto de
adelantar la frontera hasta el Río Diamante. Se decidió entonces en un solemne parlamento fundar
allí el nuevo Fuerte y pueblo con el nombre de San Rafael. (Arch. Mend. Carp. 123 Nº 19). El Padre
Inalicán sería su párroco. Además se comprometieron establecerse como primeros pobladores el
cac. Carilef con sus hijos, los capitanejos Cuminau o Ignacio Carilef y la cacica Josefa María Roco,
viuda del cac. Roco. Estos fueron los primeros pobladores de la hoy próspera ciudad de San Rafael
(Mendoza). Allí, parece,concluyó el cacique Don Francisco Carilef su vida, fecunda en gestiones de
paz. Entre las úlimas noticias está ésta: En 1808 visitó una vez más la ciudad de Mendoza. El
documento que trae esta noticia, fue quizás el último escrito que lo menciona y lo llama una vez
187
más “cacique pehuenche amigo”.(Arch. Mendoza, Carpetas 29 y 30) Etimol: Cari-verde; lef-
Leufú –río
CARILEF, Ignacio, 1799, capitanejo pehuenche; segundo hijo del cac. arriba mencionado.
(Arch. Mendoza Carp. 30, Doc. 43)
CARINELEF ver Calfuiñ o Canirelef Carranza capitanejo de la tribu de Coliqueo en Los
Toldos. Faustina Meliú (antes Carinelef) nac. 1847 estaba casada con Miguel Epul Carranza, nac.
1842.
Su hijo era Eustaquio Timoteo Carranza, muy apreciado en la comunidad por conocer aún
las tradiciones y el idioma. Nació en Los Toldos en 1879 y murió en 1970. Estaba casado con María
Levipí de él y tuvieron 10 hijos y 19 nietos. En el primer libro de matrimonios en Los Toldos están
anotados: Luisa n. 1877; Eustaquio 1879; Juana, 1888; Evaristo 1878; Anastasia, 1891, Fermina
1892; Marcelina, 1894, Pedro, 1895 y Carlota 1897. Tengo fotografías en el Museo del Indio .
Entre los pobladores del campo de la Tribu de Coliqueo hay muchos Carranza, entre los
cuales sobresalió el capitnejo José Carranza Calfuiñ 1836 – 1885 de quien escribí lindas cosas
también.
CARILEU, 1796, cac.. pehuenche huilliche del grupo de Barbarco. En la Guerra Pehuenche
opuesto al cac. Carilef, arriba mencionado. El documento del 17 de abril de 1796 lo enumera entre
los jefes que avanzaron contra las tolderías del cac. Pichintur de Malalhé. (Arch. Mend. carp. 30
Nº21). No sé si éste fue el mismo Caruléu, el que en abril de 1830 llegó a San Luis para ratificar la
paz con el gobernador, quien estaba empeñado en perseguir a los indios adictos a Pincheira (Arch,
S.Luis Nº 3986; 26.4.30)
CARILIPI, 1611, cacique araucano de Chile (Gay; Documentos II p. 229)
CARILON ver Carripilún.
CARRILÓ, 1873, capitanejo picunche del cac. Millapán. Se menciona en el tratado del de
paz del cac.. Purrán
CARI LONCO, 1738, cac. puelche. Con el cac. Calelián vino en protesta contra las
estancias de Arrecifes de la Prov. de Buenos Aires, por las arbitrariedades cometidas contra varios
caciques y tribus del interior, particularmente contra el cac. Mayupulqui (T.Falkner: Descripción de
la Patagonia, 1774 p. 126 y 133) El Maestre de Campo salió, en agosto de 1738 contra ellos e hizo
estragos entre sus tribus. Entre las víctimas de aquella expedición figura el cac.. Carilonco
(Arch.G.Ind. 166 Charc. 317 y 167).
CARU LONCO, 1740, junto con el cac. Tseucun antu con una partida de Talhuets y
Picunches, después de la muerte del cacique Mayu Pilqui Ya, dice Falkner en su libro (C. Moncaut:
Ranchos 2005 p. 33) El Maestre de Campo Juan de San Martín no los alcanzó: entonces atacó los
toldos del cac. viejo Calelián.
CARILONCO, 1870, capitanejo pampa del cac. Pincén. Con él vivió los acontecimientos
de la conquista del desierto, especialmenmte desde 1870 fueron perseguidos.En 1878 Carilonco
cayó prisionero en manos del Mayor Mariano Ruiz del Regimiento 3º de Caballería. El y cinco más
fueron muertos y una veintena fue apresada el 8 de sept. de 1878 (L.Piana: Toponimia de la Pampa
p.269 y Efímérides de J. Sánchez II. P. 68)
CARIMÁN (o Caromán, Carumain, Carmán), 1794, cac. pehuenche del grupo de los indios
amigos de Malalhué. Participó con esas tribus la épica Guerra Pehuenche y también los frecuentes
parlamentos de paz. En el Archivo de Mendoza encontramos documentos que lo mencionan de
1794, 1798 y 1801. Desde 1796 mantuvo una cargosa amistad con el Gobernador de Córdoba.
Etimol: Manque-cóndor y cari-oscuro o moro
CARIMÁN, 1851 cac. general araucano de Quepe, Chile. Ese año mandó a su hijo a la
escuela de los Padres Franciscanos de Chillán, escuela para hijos de caciques.(Lothar Will.p.32)
CARINAO, o Carenao, 1787, cac. pehuenche del grupo del cac. Roco. En la Guerra
Pehuenche demostró especial valor, por ejemplo en la expedición que llevaron contra el cacique. y
las tribus de Rayguán en Barbarco. Carinao y Guelecal cortaron el camino de los chilenos, para
impedir que les llegaran refuerzos de Chile.
Figura también en los más importantes parlamentos de paz, como en 1798 en Chillán y
meses después en San Carlos de Mendoza. Los libros de actas del Cabildo de Mendoza lo nombran
188
como integrante de comisiones indias ante el Gobierno en 1801 y 1802. Una úlima noticia de él data
del año 1824. Siete caciques pampas o situadas en la pampa solicitaron la paz al Gobernador de la
Prov. de Buenos Aires, al Gral . Martín Rodríguez. Estos caciques ya habían sido fieles, cuando en
1820 J.M. Carreas, exdictador de Chile, intranquilizó la pampa y las provincias con su guerrilla. A
pesar de ello, estos caciques fueron apresados o retenidos como rehenes, entre ellos el cac. Nicolás
Millán, Nahuel Quintuy y Carrenao. Tras largas gestiones, realizadas por el gobernador de Córdoba,
recobraron la libertad (Arch. Mend. Doc 37, 39, 43 y 46. Y Marcos Rivas: Historia del “Mangrullo
de Melincué”, 1968 . 12)
CARUNAO, 1870, cac. ranquel del cac. Mariano Rosas (según la lista del P. Donati)
CARI ÑANCÚ, 1782, cac..pehuenche del Río Bueno (Chile) que intervino también en la
búsqueda de la Ciudad de los Césares (De Angelis I. 382)
CARRANZA, José ver Calfuiñ capitanejo de la tribu de Coliqueo
CARRILLÁN, 1787, cac. pehuenche al Sur de Malalhué (Mendoza), implicado en la
Guerra Pehuenche.
CARRI LLÁN, 1850, cac. pehuenche que tenía su hacienda a orillas del Río Barrancas
(C.Rusconi IV. p. 90). Etimol: Llanca- perla; carri- verde.
CARRI PAYÚN (o Carripay, Carepán,) 1778, cac. ranquel o pehuenche; vivía en Chin en la
Pampa con 15 indios, según el censo de Diego de Las Casas. 1798 asistió al gram parlamento de
paz, después de haber intervenido en la Guerra Pehuench. En 1804 este cacique pehuenche llegó
con una comisión india a Buenos Aires para solicitar una reducción, pues deseaba ser bautizado y
ser admitido en todos los misterios y preceptos de la fe cristiano, bajo la dirección de Fray
Francisco Inalicán en el Diamante (San Rafael) (C.Bruno: Hist. De la Iglesia en la Argentina VII
p.213). Al año siguiente el Comandante M. Telles Meneses hizo un tratado de paz con él y así se
pudo adelantar la frontera de San Luis hasta el Río Diamante y construirse el Fuerte de San Rafael.
1824 estuvo en la Sierra de la Ventana con los caciques Pablo, Curritripay y otros, de los
cuales dice el documento, que vivían en paz con el gobierno del Cuyo, es decir, que no hacían causa
común con los Pincheiras. En mayo de 1838 aparece un cac.. Carripay en un documento del
Archivo de San Luis. Se presenta como aliado de los ranqueles del cac.. Payné en Sierra Ignecabel
(De Angelis IV. p. 582; Arch S.Luis 27.5.38)
CARIPÍ (o Carypil, Carripil) 1776, cac. pampa que vivía en Trobalauquen, cerca de Colcó.
Tenía 20 lanceros, 10 toldos y siete pozos, dice el censo de Diego de Las Casas.
1785 se le nombra entre los caciques huilliches como Llanquetruz quien escapara ante la
expedición de Amigorena a la Pampa y sostenía también desde entonces la Guerra Pehuenche. Una
de la expediciones de las tropas cuyanas con los indios amigos de Mendoza al Sur del Río
Neuquén, en diciembre de 1788, murió el cac.gobernador Llanquetruz Iº (es decir fue muerto y
decapitado) como también tres de sus hermanos habían muerto, los caciques Ñancucheo, Carripil,
Antemain y Ancain. Así informó el cac. Pichintur al Gobernador de Mendoza, el 17 de octubre de
1787 (Arch, Mend. Carp. 29 Doc. 7 y 36 y De Angelis IV p. 584 y 385)
CARRIPIL (Caripil) cac. peheuche que en 1814 asistió al parlamento de paz en San Rafael,
junto con el cac..gobernador Neycuñán, convocado por el Gobernador Gral José de San Martín.
Etimol: Pillán – diablo; cari o curru-negro
CARRIPILLÁN, Ambroio, 1877, capitanejo ranquel “entregado” a la civilización, en el
momento en que la guerra de las fronteras y la conquista del desierto venían a desplazar y aniquilar
a los indios de La Pampa. Estuvo incorporado al Ejército Argentino en calidad de Capitán de los
indios auxiliares bajo el mando del Cnel. E.Racedo. Varios documenrtos lo llaman bravo y dicen
que “ha prestado relevantes servicios en ésta y anteriores expediciones” (AEM Bs.As, 22.6.79)
Cuenta el Cnel. E. Racedo cómo contribuyó en la captura del cac.. Epugner Rosas, heredero
del cacicazgo de la tribu de Mariano Rosas. Teniendo noticias que en Leubucó, antes evacuado,

había fogones encendidos, el Coronel mandó a Carripillán y 15 indios a rodear y reconocer


el abra. El día 18 de diciembre de 1878, a las seis de la tarde, trajeron prisionero al cac. Epugner
con 11 mujeres. Se habían entregado sin resistencia (Racedo: Memoria ed 1865 p.227. Foto de
Leuvucó en Durán – Est. S. Zeballos: Episodios p.327) Sin embargo debe haberle dolido el asalto a
189
su toldería. “Era tal la sorpresa que causó en el capitán Ambrosio la captura de Epugner que
difícilmente se habría podido adivinar por su semblante, cuál de los dos eran prisionero”. Entre los
prisioneros de la tercera División cayó también una hermana de Carripillán. El pidió y obtuvo su
liberación. (Racedo p.133) El capitanejo murió por la viruela que había contraído en el
Campamento General de Pitrelauquen, el 22 de Agosto de 1879. Tuvo sólo 35 años de edad (R.
Pastor: La guerra contra el indio en la jurisdicción de San Luis p. 506 y Olascoaga III p. 248)
CARRIPILÁN (o Carupil), 1839, capitanejo chileno que tuvo parte en el asalto Tapalquén
Bs As), el 20 de agosto de 1839 (AGN S.X. 27-7—6)

CAR R IPI LÚ N

CARRIPILÚN, (Caripilún, Carrilón, Carrepilón, Carripilán): 1770-1820, cacique principal


de los ranqueles. Fue muy importante y uno de los más ricos caciques. Los españoles lo llamaron
"Vuta Cacique o Gran Señor Cacique". Era el sucesor de los caciques generales Llanquetruz.
muerto en 1788, de Caniupayún. muerto en 1794. y de Rayguán, muerto en 1797. Participó pues en
la larga Guerra Pehuenche.
( Descarto la afirmación del Dr. Zeballos, de que en 1818 había fallecido el cacique
Cariangué y que Llanquetruz, que venía de Chile, se hubiera apoderado de las tribus ranquelinas.)

Carripilún decía que había nacido en Guaylí, cerca de Meucó (La Pampa). 1806 era ya de
edad avanzada. Recordamos que en 1769 hubo una gran sublevación en todas las parcialidades
araucanas. Un gran parlamento efectuado en Negrete Chile, en 1770, trajo algún sosiego; y en la
pampa otro parlamento, en la Laguna de los Huesos, que comprometió a los caciques pampas de la
región bonaerense, con la expedición del maestre Manuel Pinazo. Carripilún se vio obligado a
esquivar esa expedición como también otras tres expediciones del gobernador de Mendoza, José de
Amigorena. Perdió entonces, según decía, a 17.000 animales y le cautivaron una hija. la que
recuperó recién en 1788. La animosidad de los militares había crecido, desde cuando el 6 de
Febrero de 1774, el Rey de España aprobara la guerra a muerte contra los indios "rebeldes". Cuánto
más pérdidas tenía Carripilún, tanto más rebelde se hacía. En diciembre de1777 asaltó en Achiras al
Canóni0go Ignacio Pedro Cañas, del cual conservaba un cáliz (Sosa , Narciso: Por los caminosde
entonces, Mendoza 1943 p. 146) El viernes Santo de 1779 llevó a cabo una invasión hasta a seis
leguas de Mendoza. El Comandnte José de Amigorena organizó entonces una expedición
punitiva..Decía: “Lo perseguí, dejándolo roto, despojado y escarmentado”. Llegó hasta el Río
Diamante. Carripilún abandonó sus tierras y se reunió con los huilliches al Sur del Río Negro, lo
que haría también Llanquetruz, después de una persecución semejante en la Pampa.
Varias expediciones de Buenos Aires (algunas, al buscar sal, se apropiaron haciendas y
esclavos) y otras que partieron de San Carlos, en el sur de Mendoza (en 1780.1783 y 1784
especialmente) le causaron muchas muertes en sus toldos de Manantiales y lo obligaron en 1785 a
trasladar la tribu al Río Sauce. (Creo que el Río Colorado. Arch. Mend. Doc. 40). Estaba aliado al
cacique ranquel Llanquetruz (I), quien también se había desplazado entre los huilliches. Llanquetruz
fue muerto por una expedición mendocina y los indios amigos de Malalhué en 1787. En 1788,
Carripilún se peleó con el cacique Calfuqueo, quien quiso imponerle que se retirase de nuevo a
Mamuil Mapú (La Pampa). En el periódico Neuquenia II, 1952, No 12. se novela el acontecimiento
bajo el título "Rendición pehuenche por amor paterno". Efectivamente en 1788 fue atacado entre el
Fortín Primero de Mayo y Esperanza del Zorro porque le había cautivado una hija en 1769 quien se
había negado a participar en la sublevación general.
En adelante adoptó una posición más conciliadora. En 1793, se presentó espontáneamente y
en paz al jefe de la expedición a Salinas Grandes (AGN. S. IX. 1-4-2, Cabeza de Buey). Y en 1794
ofreció, por intermedio de su pariente, el cacique Roco, la paz al gobernador de Mendoza. Habían
hecho previamente un parlamento en Salinas Grandes (Arch. Mend. Doc. 9); pero esa paz no se
firmó aún por entonces. En Mamuil Mapú había, a la sazón, mucha peste (ib. Doc. 13). En 1796.
precisamente el 7 de Noviembre, Carripilun celebró un tratado de paz con el gobernador de
Córdoba por intermedio del cacique Cheglén (o Treglén). Se le concedió uniforme militar y el título
190
de Cacique Amigo de Barbareo y le dieron una medalla. El documento del Archivo General
Nacional de Buenos Aires 24-3-2, Leg. 26 Exp. 31 precisa, que Caripilún se había presentado al
Gobernador de Córdoba y le había pedido un uniforme entero. Se lo concedió y el Virrey aprobó su
gasto: 49$ 1 real). (R.A.H. 13 y 10, Mat. Linares,.Madrid, Españla, Nov. 1796).
En 1797, se hizo responsable principal de las tribus ranquelinas y huilliches, como sucesor
del cac. general Caneupayún en Barbarco. Buscó entonces, alianzas en Chile, especialmente con
Naupayán., esperaba desagracviar la muerte de su antecesor, pero éste no quiso compartir la acción
por ser su sangre eslabonada con la de los de Malalhué (Millaquín) Cuando ese mismo año acudió a
un parlamento de paz, se le reprochó que había sucitado la guerra, en 1770 y por todos los ataques
que los huilliches habían realizado contra el Campanario y Malalhué. La guerra pehuenche había
llegado a un punto tal que ya se podía considerar cuestión internacional, y por eso el presidente de
Chile, Marqués de Avila (futuro Virrey de Buenos Aires) trató de conjurar la división con toda su
influencia. Convocó a los jefes de las naciones pehuenche y ranquelina en disputa a un parlamento
general en Chillán. Los indios amigos de Malalhué, notoriamente, no quisieron comprometerse.
(Sospecho que fueron dirigidos políticamente, pues, desde 1776, Mendoza ya no pertenecía al
"Reyno de Chile", y el gobernador J. F. de Amigorena mostró bastante celo para salvaguardar la
soberanía oriental y, si era posible, extenderla). Ya en 1793 Carripilún asistió a un gran parlamento
con el cac. Calpisqui y los serranos. En 1794 el cacique Caniupayún fue enviado por Calpisqui para
ganar a Carripilún para la paz. En el parlamento de Chillán en 1797, el Marqués de Avila pidió
nuevos arreglos y la deposición del cacique gobernador de Malalhué, que era entonces el cacique
Millaquín. Y a los ranqueles quiso "expatriarlos a islas por la continua opresión y el castigo".
(Arch. Mend. Doc. 44). Amigorena no aceptó fácilmente las decisiones del parlamento chileno y
reunió en San Carlos (Mendoza) un nuevo parlamento donde realmente se hizo el cambio del
cacique gobernador entre los pehucnches de Malalhué.
En 1799, el Marqués de Avila fue designado Virrey del Río de la Plata. Cuando pasó por
Mendoza, el cacique Carripilún se le presentó ofreciéndole la paz de los ranqueles (AGN. S.IX. 37-
5-5- exp. 2339 y Mariluz Urquijo: El Virreinato del Río de la Plata en la época del Marqués de
Avila, 1964. p. 224). Avila estaba empeñado en abrir un camino seguro desde Chile a Buenos Aires;
encargó al comandante general Amigorena "tratar de conseguir la paz entre las dos naciones
rivales". En Julio convocó, pues, al parlamento invitando especialmente a Carripilún por intermedio
de su pariente, el cacique Goico. Llegóse de inmediato con 334 indios y muchos caciques. En San
Carlos se le tributó mucho agasajo. El gasto era de $ 2.301. El nuevo cacique gobernador de
Malalhué lo recomendó en su discurso al parlamento, el 20 de Julio, y se firmó la paz (Arch. Mend.
Doc. 46 y 47 y AGN. S. VII 2-5-3) y S. IX. 26-2 -6).
El discurso de Carripilún debe haber impresionado a todos. En sus explicaciones, él se
ofrecía a colaborar para la reconciliación y brindaría su sincera amistad. También hizo una especie
de reseña de su historia y mostró una medalla que el gobernador de Córdoba le había dado el año
anterior, en oportunidad de sellar la paz con él. Amigorena le donó un bastón (de mando). Según la
información del Gobernador de Mendoza, el cacique se mostró muy suelto, respetuoso y orgulloso,
a la vez. Amigorena quiso halagarlo, dándole el título de “cacique gobernador y principal caudillo
de la Nación Ranquelche y amigo de nuestros amigos, enemigo de nuestros enemigos”. (Arch.
Mend. Doc. 46) Este documento incluye la lista de 20 caciques y capitanejos presentes en el
parlamento. El doc.47 asienta el tratado de Carripilún. Este recibió además de otros regalos un
bastón dorado y el reconocimiento como cacique gobernador.En 1804 figura como cacique
principal en el Diario de J. Molina de Vasconcellos. Prometió acompañarlo; pero estaba dolido en
una pierna. Le dio cuatro indios de Carripilún y Tixalemu en La Carlota (entonces Punta del Sauce).
Molina hizo una segunda Junta y quedó allí tres semanas en Abril.
El viajero Luis de la Cruz, encargado de rastrear el camino a Buenos Aires, visitó al cacique
Carripilún y nos dejó de él unos preciosos datos: "El 23 de mayo de 1806, pasamos en balsas el Río
Chadileo (Salado) y entramos en territorio de los ranqueles. Carripilún vivía entonces en Marivil, al
este de Meucó, al Este del Río Desaguadero y próximo a Cura Lauquen (De Angelis I. p. 126 y 139
y 290). Su segundo cacique era el cac. Paillatur en Chiquelque y el cac. Chacalén, en Charamantue
(Según Tello, allí se hizo el parlamento en 1870 con el Cnel Lucio V. Mansilla. Por tener particular
191
amistad al cacique acompañante llamado Puelmanque, Carripilún recibió a De la Cruz con mucha
ceremonia: "Montado en un famoso corcel y con aire de majestuosa arrogancia, lo fue a esperar".
Luego el viajero lo describe como amigo y gran señor, cacique rico y poderoso ("el más poderoso
de la Pampa"). En el discurso que hizo. manifestó su alegría que sentía al recibirlo a él y a su
comitiva pehuenche. Le dijo, además: "Dicen que soy alzado, porque el Sr. Virrey difunto que
gobernó antes del actual (Sobremonte) me mandó llamar y yo le contesté que no quería ir, a no ser
si él me mandaba llamar como Virrey. Yo quería ir como cabeza principal de estas tierras,
independientes de su jurisdicción. No tengo porqué ser soberbio, pues no poseo más bienes que mis
vasallos". También le decía que ésta era la primera comitiva española que pisaba su tierra; que se lo
permitía por la importante representación pehuenche. Lo recibió en su toldo, donde De la Cruz
conoció a su familia, tres hijos varones y dos hijas casadas, una con el famoso cacique Llancamil y
otra con el cacique Quintep.
Días más tarde, convocó a 150 conas para un parlamento especial en el que De la Cruz debía
explicar el objetivo de su viaje. Carripilún con su "chupa", poncho y bastón, habló en ese tono
solemne, el parlamentario, sobre la confraternidad entre las naciones aborígenes y la hispana. Dijo
que era conveniente mantener la paz y relaciones comerciales y se ofrecía a dar buena protección a
la comitiva en su ulterior trecho de viaje. No sé porqué el Cabildo del 4 de Enero de 1806 afirmó
que Carripilún estaba disgustado y tenía a despecho los tratados de paz (Actas Capitulares 179). No,
Carripilún estaba en paz y él en persona, a pesar de su vejez, acompañó con sus hijos a la comitiva
de Luis de la Cruz hasta Melincué, donde llegaron el 5 de Julio y donde lo sorprendió la noticia de
que los ingleses habían invadido por el puerto de Buenos Aires. Carripilún se ofreció al Virrey
Sobremonte a ayudar a repeler al enemigo. Así lo leemos aún hoy en una carta fechada en Córdoba
el 31 de Julio de 1806: "Del cacique Carripilún, el más autorizado de los caciques, acabó de tener
aquí pruebas de su amistad". Siguiendo su ejemplo, se ofrecieron otros caciques más, como
Catremilla y los caciques pampas Negro y Chulilaquín (W. Zerda: Los indios y las invasiones
inglesas. 1934. p. 57). En diciembre del mismo año se presentaron en el Cabildo de Buenos Aires
diez caciques. Desde entonces era frecuente que aparecieran caciques ranqueles y pampas en la Sala
Capitular de la Capital.. Liniers hizo un convenio con "el cacique Carripilún". El mismo se
presentó. el 21 de Mayo de 1808. ante el Virrey Liniers y el Cabildo, llamándose Señor Virrey y
Rey de los pampas, luciendo su uniforme de general (Acta del Cabildo de Bs. As.). En el tratado de
paz, o mejor dicho de comercio, se les autorizó a entrar en Buenos Aires para vender allí pieles,
plumas y sal de las Salinas Grandes.
Cuando en 1810, el coronel P. A. García fue comisionado a llevar una excepcional
expedición a Salinas Grandes, el cacique Carripilún fue a su encuentro con 600 hombres, porque
vio en ello una violación de sus derechos. Sólo el cacique Victoriano pudo convencerlo de que no
debía provocar algún incidente desagradable. El había atacado ya la penúltima expedición salinera y
habíase apoderado del carruaje del propio jefe. El 5 de Noviembre, García convocó a un soberbio
parlamento. Allí, por fin, Carripilún estrechó la mano del comandante García, levantándolas hacia el
cielo y jurando la paz. En el parlamento del 13 de Noviembre de 1810 se presentaron 24 caciques,
otros estaban apostados a corta distancia. Los jefes pampas se opusieron vehementemente a la
propuesta de García de fundar en Salinas un fuerte. En la discusión, uno de los caciques ranqueles
dijo, en nombre de su toqui Quidulef, que los ranqueles. en realidad, no podían llamar a esta tierra
suya; pero que debían defender á su raza. Este cacique era, sin embargo, más abierto para con los
blancos, porque temía a sus propios hermanos y quiso sacar de las constelaciones su provecho (ver
Quidulef). Sería interesante reseñar aquí la historia de las Salinas Grandes que pasaban de mano en
mano. Aparentaba ser lo que es hoy una zona petrolera apetecida por potencias. El antagonismo de
Carripilún con los antiguos pampas provocó de nuevo en 1816, en un incidente cuyo trasfondo no
puedo discernir. Ciertamente aquí, y más en Chile, estallaron viejas rencillas a raíz del
enfrentamiento de realistas y patriotas. Los caciques pehuenches. y también los ranqueles de
Carripilún, se habían declarado amigos de San Martín, quizás por la prédica "política" del R. Padre
Inalicán., eximio sacerdote de su raza. "Veían mal que Chile hubiese caído de nuevo en manos de
los enemigos de la libertad" (Arch. Mend. Carp. 123 Nº 1). Denunciaron que en la toldería del
cacique Quichusdeo había cuatro confinados, "enemigos de nuestra sagrada causa, entre ellos el R.
192
P. Pisa" (Arch. S. Luis No 2210). Se le pidió al cacique Quichusdeo que los apresara. Después de la
batalla de Rancagua (Chile), hubo un gran movimiento inmigratorio hacia la pampa oriental.
Carripilún, entonces, convocó a la resistencia y al malón. Quichusdeo se negó. El 23 de Julio de
1816, éste estaba en San Luis por negocios, cuando le llegó la noticia de que el cacique Carripilún
había atacado su toldería y había hecho muertes y robos, llevándose gran botín. Quichusdeo
denunció, de inmediato, estos hechos al gobierno puntano, a la vez que pedía ayuda para poder
rescatar y salvar lo perdido. Parece que no fue atendido; antes bien, hay documentos que se quejan
de él (quizás para disculpar esa conducta negativa).
Así Carripilún quedó impune. En 1817 Carripilún llegó a Río Cuarto, ratificó su paz con el
Gobernador de Córdoba, el 11 de Diciembre de 1818, cerca de los toldos de Chacalén. Y Chacalén
fue a Buenos Aires a “besar” las manos del Supremo Director (Arch. de Córdoba, c 49 , carpa 4).
Carripilún renovó,también en 1818 los tratados del 25 de enero de 1815, que había hecho con el
Gobernador de Córdoba Ocampo o también el que hiciera el Gobernador Sobremonte en 17 96
( Arch. Córd. caja 58 c. 5).
Así vemos que el cacique Carripilún siguió su política favorable al gobierno patrio;
mantenía activas relaciones con los gobiernos de Córdoba y de Buenos Aires. Algunos caciques,
entre ellos recién inmigrados, lo estaban hostilizando, a los que él señalaba como "maturrangos" y
enemigos. Según la noticia del 3 de Marzo de 1819 en La Gacela de Buenos Aires, hubo violentos
choques justamente en la zona de las Salinas. Habían invadido la toldería del cacique Marifil y al
cacique Carripilún lo habían apresado, - marchó a Buenos Aires una comisión india encabezada por
el cacique Santiago Quintana, a decir que "pensaban matarlo por haberse vendido a los anarquistas".
El Director Supremo J. Rondeau intervino para impedir tal procedimiento y los mandó con escolta
para pedir su liberación, lo que se le concedió. Pocos meses más tarde, el gobierno pudo cerciorarse
de los buenos sentimientos del "Vuta Ranquel" (Gran Ranquel), el cacique Carripilún. Como no
hicieron caso a la convocación para un parlamento de paz en Río Cuarto, el Gobierno de Buenos
Aires, mandó a Don Feliciano A. Chiclana, comisionado por el gobierno, para realizar la
pacificación de la pampa. Y éste reunió, el 19 de Septiembre de ese año 1819, a 17 caciques
ranqueles y pampas en la Pampa, a 200 leguas de Buenos Aires. Les propuso un tratado de paz,
pidiéndoles que impidiesen los robos de los chilenos a favor de los españoles rebeldes (realistas).
Cuando Chiclana en su diplomático discurso empezó a hablar acerca de adelantar los fortines,
Carripilún le interrumpió diciendo: "que habían convenido de antemano (ya antiguamente) se
colocasen las fronteras en la banda oriental del Salado".
Entre las últimas noticias leí, que estaba enfermo y se puso en camino de la frontera de
Córdoba para buscar entre los cristianos los remedios para recuperar su salud. La muerte lo halló
aún durante el viaje, el día 13 de Marzo de 1820 (C.Mayol, conferencia de 1992).
Carripilún fue un gran señor, un hombre notable de nuestra pampa argentina.
(Etimología: Pilún. Oreja; Carri: negra [en lengua pampa).
Debo confesar que no pude leer el artículo del R.P. G. Furlong: "Los púntanos y el cacique
Carripilún", en Historia, Bs. As. I 1944 2 p. 149.
Además de las noticias de los archivos hay publicaciones que tratan de él: j.M.Mariluz
Urquijo: El Virreinato de Avila, cap.8; Comando Gral. Del Ejército vol III p. 290-293; José C.
Depetris: La trama de una dinastía pampeana, trabajo genealógico, publicado en De la Araucanía a
Las Pampas de Walter Cazenvave, Sta. Rosa 2001; Pozzoli, Enrique (RP): Tres misioneros
salesianos. El P. Pozzoli relata una gira como cronista y fotógrfo. Pag. 105 toldo de Carripilún
casada con Rosa Cabral, hija mayor del cac. Ramón Cabral 1925 y su familia en Santa Isabel, a 4
leguas de la Colonia Emilio Mitre.

CARRIPILÚN, capitanejo ranquel que murió en la batalla de Las Acollaradas en 1833


(R.Pastor)
CARRIPILÚN,1854, capitanejo ranquel perteneciente al cac.. Llanquetruz IVº, quien con
los caciques de Baigorita, hizo el tratado de paz con el gobierno de Córdoba. (Arch. Córd. Secc.
Gobierno T.239 p. 116)
193
CARRIQUEU (o Carriqueo, Curriqueo), 1776, cac. pampa, según el censo de Diego de Las
Casas. Era sobrino de Quedeguén y casado con una mujer blanca (De Angelis IV p. 584) 1797, en
un momento difícil del conflicto pehuenche, apoyó la acción conciliadora del cac. Caullantu de
Vilucura (quien era ranquel, de Chile).
Etimol: Queo-ser; carri o cuerri-negro “El Negro”
CARRIQUEO, 1872,uno de los capitanejos del cac. Pincén. Hilario Lagos, en una
expedición contra la tribu de Pincén, en Noviembre de 1872, lo trajo preso y lo mandó a Buenos
Aires. En junio de 1873 firma un Carriqueo el anteproyecto del tratado del cac. Manuel
Namuncurá. Habría cobrado la libertad, si es el mismo. (AEM Doc. 1232 y Nº 6537)
CARRIQUENAO, 1869, caciquillo ranquel. Según se desprende de una carta del R.P.M.
Donati, éste era el hermano mayor del cac.Mariano Rosas. Desempeñó algunas gestiones de paz.
CARRUQUEO,José, capitanejo pampa que figura en el gran documento, poyecto de paz,
del 3 de junio de 1873 de las tribus de M.Namuncurá (Arch. AEM. Nº 1232)
CURRUQUEO, Francisco, 1879, capitanejo y baqueano pampa. Durante la llamada
Conquista del Desierto estuvo incorporado en la IIª División expedicionaria a las órdenes de F.
Monteagudo. (Olascoag. II p.30)
CARRITRIPAY ( Carrichipay), 1806, otro de los célebres caciques ranquelesº, cuyos hijos
eran los caciques Avouné, Calfiao, Huillitrú y Antiguán y el capitanejo Erna. Durante la Guerra
Pehuenche etaba unido con los ranqueles-huilliches de Llanquetruz y el cac. Paylacurá. (Noticia de
Luis de la Cruz 1806, De Angelis I. p.139 y IV. 121 (Ver Curritripay
Etim.: Tripay-salió; Curru-negro
CARIÚ, 1834, cac. pampa. Por J.M. de Rosas en su síntesis de la Expedición al Desierto
tenemos alguna noticia de éste cacique, porque lo nombra entre los prisioneros (Diario p. 184)
CARMELÍN, 1838, cac. chileno invasor en la Prov. de Buenos Aires. Se halló en la batalla
de la laguna Morote, en el asalto de la tribu de Santiago Llanquelén. (R.Pérez:Apuntes para la
historia de Junín p.65)
CARMÓN ver Currumanque; quinto hijo del cac. Calfucurá
CARRUÉN, 1797, cac. pehuenche que estuvo presente en el parlamento de los oficiales del
cac.. gobernador Millaguin de Malalhué (Arch. Mend.)
CURRUÍN o CURUNAO, José, capitanejo o cacique (según anotaciones del Misionero
Pablo E. Savino). Ranquel, nac 1850; murió 1920. La primera noticia la saqué de una hermosa carta
del cac. Ignacio Coliqueo al Gral Justo José de Urquiza el 12 de Mayo de 1860 en que dice que el
lenguaraz del cac. Currunao había escuchado en un boliche de Río IVº que el Presidente Derqui
quería matar al Cnel. Manuel Baigorria. 1868 se destacó en un combate contra un malón en “Las
Toscas”. En la lista de los oficiales de la tribu de Coliqueo es el séptimo: José Curunao (Cuzunao );
su mujr Marcelina Cristóbal; le pertenecían 7 hombres, 6 mujeres y 2 niños. Una noticia más:
Cuando el cacique Manuel Grande salió de la cárcel se vino a la tribu de Coliqueo con unas cuantas
familias y recibió acogida. Los militares lo vieron con malos ojos. El Coronel Fco. Borges quiso
sacarlos a la fuerza; humilló también al cac. Justo Coliqueo, apresándolo como también a todos sus
capitanejos. Los presos fueron llevados a Martín García em 1874; luego los incorpoaron al
Regimiento 1º en Buenos Aires. Simón Coliqueo insistió tanto que dieron libertad al cac. Justo
Coliqueo y éste gestionó en 1875 con insistencia la libertad de los capitanejos y lo consiguió para el
9 de Julio de 1875. Justo Coliqueo era tío de Juan Curruín. Las crónicas que conozco no nos dicen
más

CARRUÍN o CURRUÍN, Juan, capitanejo del cac. Coliqueo y más tarde del cac. Pincén.
Nació 1836 y murió en Los Toldos en 1891. Era hijo del cacique o capitanejo José Curunao casado
con Juana Nahuel o Amuypán; murió 1863, probablemente por la peste.
Fue comisionado por éste y con el cac. Nahuel Payún para negociar la paz ante el Cnel. F.
Borges; pero fue apresado allí, el 11 de marzo de 1874 y depaortado a la prisión de Martín García.
Era pariente del cac. Coliqueo (Arch AEM: 11.3.74), quien lo liberó de la prisión.
En la tribu de Coliqueo había otros hermanos de Juan Curruín: Andrés n. 1831 cas. con
Juana Llanquelén y Rosa Curinao nac. 1858 cas. con Nazario Rinqui hijo, del cac. Andrés Rinqui y
194
la hermana de Francisca Rinqui cas.con el cac. Francisco Piseñ Catrenao. Son datos de los libros
bautismales.
CARUEQUE ver Carihueque
CARU PANGUI (o Carupán, Cadupangui) 1770, cac. pampa. Durante la expedición del
Maestre del Campo Manuel Pinazo contra los tehuelches, se le incorporó con 300 indios. El Diario
del Capitán A. Hernández (De Angelis V. pag. 34-60) dice que Caripangui y sus tres hijos tomaron
parte en el ataque cruel a la toldería del cac. Guayquitripay, el 29 de nov. De 1770 (De Angelis IV.
p.557) Pienso que habrá firmado la paz en Los Huesos en marzo. Lo conoció también el misionero
jesuita P.Thomas Falkner y lo llama cacique puelche. (en su libro Descripción de la Patagonia,
editado en 1774 p. 126)
Quedo en duda si Caripán de 1805 es el mismo Carupangui de 1770. Este convino con el
Comandante Miguel Trelles de San Carlos (Mendoza) en celebrar en un parlamento general la paz.
Llegaron 34 caciques y capitanejos y no sólo se hizo un tratado de paz, sino que aceptaron el
proyecto de la fundación de San Rafael, en la confluencia de los ríos Atuel y Diamante (Arch.
Mend. carp. 30 Doc. 19). Etimol: Pangui o Pan- puma; Cari- negro
CARRUPÁN (o Carripán), 1826, capitanejo boroga que participó ese año en el parlamento
de paz sobre el Arroyo Pecuén de la Prov. de Buenos Aires. Pero luego sufrió los trágicos eventos
que contamos bajo los títulos de los borogas Cañiuquir, Rondeao y Melín. Después del Asalto de
Masallé en 1834, siguió fiel al cac. Meligur. Más tarde lo hallamos agregado a los indios pampas de
Tapalquén. Quzás era de los que fueron recogidos por los pampas por orden de Rosas. Tenemos
también la noticia que en 1842 una comisión de indios borogas lo fue a buscar allí, lo que desagradó
al Comandante Villamayor. Pocos años más tarde, precisamente el 16 de mayo de 1848, falleció en
Tapalquén, a consecuencia de que recibiera heridas en una reyerta durante una borrachera. Juan
Manuel de Rosas entonces hizo expresar su condolencia a los deudos del cacique (Rev. Azul de
Azul p. 107 y 198)
CARUPÁN, Ferreira (o Carupán curá), 1860, cac. salinero; sexto hijo del cac. general Juan
Calfucurá. Lo llamaban Ferreira Carupán, talvez en homenaje de algún amigo cristiano de apellido
Ferreira. Parece que había heredado los dotes de su padre, de guerrero y de diplomático. 1861 fue
enviado para presidir una embajada al gobierno de Buenos Aires para tomar contacto con el Estado
de Buenos Aires y decirle que no apoyaría al Gral Justo J. de Urquiza en un enfrentamiento. Pero no
obstante participó de un malón. En 1864 acaudilló a 200 indios que arrasaron con la guarnición
militar de Ballimanca (Part. 25 de Mayo). 1865 integró nuevamente una gran embajada de paz;
visitó al Vicepresidente Dr. Marcos Paz (en ejercicio durante la Campaña del Paraguay) y así
también en otra embajada, casi siempre en compañía del gran diplomático del desierto, el Cacique
Huenchuquir. Por última vez, cuando el avance de Alsina los había desplazado de sus tierras, pero
su gestión quedó sin efecto positivo. Entonces emigró a Chile- dice el Dr. Zeballos. Pero en 1878
estuvo aún en la Prov. de Neuquén con los caciques Cañumil y Melicura. Luego perdimos su rastro
CARSUNGA (Carsinga), 1740, cac. arraucano, como dice el historiador jesuita de la época
R.P. Pedro Lozano. El P. Sánchez Labrador dice que estaba confederado con el cac. Melipilú. Tenía
unas 70 familias. Este indio, decía Sánchez Labrador, ha causado estragos en la zona de Luján.
Serrano cree que ha sido pehuenche que vivía entre los pampas primitivos que más tarde eran
llamados ranqueles. Yo personalmente no lo creo. (Lozano, 1740, p.296 y Sánchez Labrador, ed
1936 p.200)

CASIMIRO (Biguá): 1819-1873, cacique tehuelche cuyo sobrenombre era el francés


Bivois, que los criollos pronunciaron Biguá. Vivía por Santa Cruz, pero por sus amplias relaciones
con el gobierno de Buenos Aires y por sus viajes, lo incluyo también en este trabajo. Hombre hábil,
mañoso y diplomático, logró un dominio indiscutido entre los patagones. Según dice el P. Raúl
Entraigas, nació en 1819 en Conesa (Río Negro). Su padre murió durante un ataque que los
tehuelches del sur hicieron a un "malal” de una tribu araucana, en venganza por la feroz batalla de
Sengel (Musters). Vivía en la Bahía San Gregorio sobre el estrecho de Magallanes, cuyas costas
eran su zona de caza. Frecuentaba hasta Punta Arenas, donde a veces recibía sueldos de parte del
gobierno chileno. Su madre, al parecer, adicta a la bebida alcohólica, vendió en 1829 a su hijo por
195
un barril de aguardiante al corsario francés Dn. Francisco Fourmantin, apodado Bivois. Era
marinero y cazador de ballenas: más tarde comandante militar de Carmen de Patagones (1852-54).
Este llevó a su pequeño esclavo a su "Estancia del Estado", lo bautizó y le dio su nombre Bivois
que, como se dijo, se transformó en Biguá. De allí se escapó, cuando tuvo 13 años, para volver a los
tehuelches. Se hizo amigo del Capitán Satorin en Puerto del Hambre y con él emprendió en 1833 un
viaje a la capital chilena. Llegó a conocer al Presidente Manuel Bulnes, quien vio en el joven indio
ladino un posible agente de sus proyectos patagónicos. Le confirió el grado de capitán del ejército y
le asignó un sueldo regular. Luego Casimiro volvió a su tribu en Puerto del Hambre. Diez años más
tarde, el gobierno chileno estableció allí el Fuerte Bulnes, que más tarde fue trasladado a Punta
Arenas. Los tehuelches, acaudillados por Santos Centurión, soldado argentino, respondían por él
ante el gobernador de Buenos Aires, M. Dorrego, pues él lo había enviado a esas latitudes. El 20 de
marzo de 1844, Centurión y su lenguaraz Casimiro Biguá firmaron un tratado de amistad y
comercio con las autoridades chilenas. Pero esto no les impidió, que un año más tarde firmaran un
contrato de venta del Estrecho de Magallanes a un irlandés, quien empezó a cobrar tasas de peaje
marítimo a los barcos que iban y venían por el Estrecho. (Vignati, Iconografía aborigen. II, 1945).
Los tehuelches se retiraron más al norte, entrando en relaciones con el famoso marino Dn.
Luis Piedrabuena (R. Entraigas, Piedrabuena, 1966. p. 75). "Halló al cacique Lanca y su caciquillo
lenguaraz Casimiro, quien era de gran influencia en esas tribus". Efectivamente, en una junta,
probablemente en oportunidad de haber fallecido uno de sus principales caciques, los caciques
Sinchel y Orkeke con otros oficiales tehuelches proclamaron a Casimiro "Cacique Principal de los
Tehuelches". (Rey Balmaceda en notas a Musters. p. 301)
En 1859, toparon con él dos misioneros suizos. Teophilo Schmidt y Juan Hunziker, a orillas
del Río Coig. Establecieron una misión en lo que es hoy Estación "Cañadón de los Misioneros", y
se ofrecieron a educar los hijos varones de la tribu. El cacique aceptó la oferta, porque era amante
de la civilización. Sam Slick. su hijo mayor llegó a hablar el inglés, y Gabriel, su segundo hijo,
recordaba años más tarde aún los himnos que le habían enseñado los pastores de la misión
anglicana.
Piedrabuena los ganó completamente para los intereses argentinos, opuestos al movimiento
expansionista chileno en la Patagonia. Este, pues. invitó a Casimiro a viajar con él a Buenos Aires
para visitar al Gobierno nacional. En 1864, zarparon desde Bahía San Gregorio y llegaron a Buenos
Aires. De allí data una foto del cacique con su hijo Slick. "Hablaba bien el castellano y sabía ser
indio entre sus indios, como también civilizado entre los blancos" (Entraigas. Piedrabuena, p. 81).
"Su nombre llegó a los estrados de los gobernadores argentinos y chilenos, como mismo al
empinado Almirantazgo británico" —dice Entraigas (ib)—, "porque poseía un sentido diplomático".
En Buenos Aires se presentó al presidente Mitre, quien le confirió el título de "Cacique Mayor de
las Tribus habitates de las costas magallánicas" y le encargó que vigilase a los chilenos para que no
se apoderaran de nuestras tierras. Casimiro había creído que la Argentina y Chile pertenecían al
mismo gobierno. Contento regresó con los regalos obtenidos. Pero Piedrabuena le reprochó, cuando
se emborrachó en Carmen de Patagones. Para su viaje más al sur le dio como acompañante al
capitán de la Guardia Nacional D. Dorotea Mendoza, quien nos dejó una interesante Memoria
(ejemplar en el Museo Mitre) Nº 44-4-45.
El 5 de Enero de 1865, el cacique visitó al gobernador de Punta Arenas para discutir las
pretensiones de éste. En esa oportunidad le habría dicho: "Soy argentino y digo a usted que soy el
jefe principal de las Costas Patagónicas hasta la Cordillera. Soy jefe nombrado por el Excelentísimo
Gobierno Nacional de la República."
Al año, viajó nuevamene a Buenos Aires en el cúter inglés Themis. El coronel Juan Cornell,
jefe encargado de los indios amigos, lo presentó al ministro de Guerra y al presidente B. Mitre.
Tenía un nuevo proyecto patagónico: quiso fundar una colonia indígena en San Gregorio. La carta
de presentación de Juan Cornell decía así: "Vino a Buenos Aires... el cacique Casimiro Viguá. Es
jefe argentino patentado. Está dispuesto con todas sus tribus al servicio de esta República. Desechó
los ofrecimientos de dinero del Gobernador Forgen de la Colonia Chilena situada en la parte
oriental de las Cordilleras, en Punta de Arenas, con el fin de que se declarase subdito chileno. Ellos
habían consentido en dicho establecimiento, en 1852, tanto Casimiro como Criman, Guimaque y
196
Yonson, porque creían que el gobierno chileno dependía de Buenos Aires. Instruído por
Piedrabuena, vino a Buenos Aires a ofrecer sus servicios y fue nombrado Cacique Mayor y Jefe del
Gobierno argentino para cuidar estas costas y enarbolar la bandera argentina.
"El Gobernador de esa colonia había quitado una bandera argentina al indio Chosmek, que
significa 'cojo', y le dio una chilena. Habían invadido sus toldos... Entonces hizo una reunión de los
caciques, les explicó el caso y les propuso venir a Buenos Aires.
"Pide permiso para formar un pueblo con todas sus tribus, tomando posesión del territorio y
puerto de San Gregorio en el estrecho, cinco leguas distante de la colonia chilena, a nombre del
Gobierno Argentino." (La carta existe en AEM, Nº 3510, 23.6.66, de 4 fojas) y continúa en el punto
7°: "...pide que el Gobierno lo auxilie con los útiles de construcción de una casa de madera para su
familia. Volverá en Julio... El nombre del pueblo sera 'La Argentina'... Quiere hacer otro tratado.
Patagones está distante para ellos. Dice que tiene 3.000 indios...".
Mitre le prometió material y un buque que los transportaría; realizó un nuevo tratado con él
y su tribu y le confirió el grado y sueldo de teniente coronel.
Transcribo el tratado de paz, copiado del Archivo del Estado Mayor del Ejército Nº 876, con
fecha 6 de Julio de 1866:

TRATADO DE PAZ CON LAS TRIBUS TEHUELCHES

"El Gobierno Argentino por una parte y por otra el Cacique Don Casimiro Viguá. por sí y a
nombre de sus caciques principales: Criman, Cuimosque (Yonzon) y demás Gefes de las tribus que
pueblan el territorio patagónico desde Bahía Blanca hasta tocar los límites del Continente Argentino
sobre el Estrecho de Magallanes, han convenido en tratar lo siguiente:
Art. 1°-: El Cacique Mayor Dn. Casimiro, autorizado por los caciques y demás Gefes ya
expresados, declaran que, habiendo nacido sus antepasados y ellos mismos en Territorio Argentino
que se comprende en la parte oriental de las Cordilleras de los Andes hasta el Estrecho, reconocen
por su Gobierno al Nacional Argentino, se declaran sus subditos y obedecen como tales a las
autoridades de su dependencia en Patagones.
Art. 2°-: Declaran que ellos no reconocen como territorio chileno el lugar que ocupa hoy la
actual Colonia Chilena en Punta Arenas, porque saben por tradición de sus antepasados y de los
datos que han tomado de los Estrangeros que frecuentan sus puertos, que el Gobierno Argentino ha
sido y es al que le pertenece todo el territorio patagónico hasta el Estrecho.
Art. 3°-: Declaran así mismo que han resuelto, él y sus Gefes, formar un Pueblo, al cual
llamarán 'La Argentina', admitiendo y subordinándose él y sus Gefes al Comandante Político Militar
que el Gobierno Nacional mandase para gobernar dicho Pueblo y recibirán misioneros que les
enseñasen la religión cristiana.
Art. 4°-: El Cacique Casimiro pondrá en práctica la fundación del mencionado pueblo, tan
luego como regrese a su destino, llevando los útiles que el Gobierno le dé para construir la primera
casa de madera que le servirá para su residencia y la de los demás Caciques en el mismo Puerto, y
enarbolarán en ella el pabellón argentino.
Art. 5ª-: El Gobierno por su parte, admite las propuestas del Cacique Dn. Casimiro por sí y a
nombre de sus caciques principales y los reconoce subditos argentinos.
Art. 6°: Consiente en la formación de un pueblo sobre el Puerto San Gregorio y proveerá los
útiles que necesitan para la construcción de la primera casa y sirva para la residencia del Cacique
Casimiro y los demás caciques principales: enarbolando en ella la Bandera Argentina.
Art. 7º-: Con mejores informes, tanto del local como de la fertilidad de los terrenos y sus
productos útiles al comercio, y después que el mencionado cacique haya principiado la formación
del Pueblo que pretende establecer, el Gobierno mandará al Empleado que ha de dirigirlos y
gobernarlos.
Art. 8º-: Si con efecto el Pueblo de los Tehuelches se establece y se subordina, como el
Cacique promete, el Gobierno les enviará los elementos precisos para su adelanto.
197
Art.9º-: Por ahora y en prueba de la estimación que el Gobierno hace del Cacique Dn.
Casimiro y de sus Gefes principales, les envía un regalo compuesto de artículos para vestuario y de
consumo, al mismo tiempo que le entregará en esta Capital las armas y municiones que el
expresado cacique ha pedido.
Art. l0º-: Desde el día primero del año próximo de 1867, se les enviará cada tres meses, por
mar, al mencionado Cacique para que distribuya entre él y sus Gefes, los artículos de ración
siguiente:
10 tercios de yerba paraguaya
6 barriles de azúcar terciada
40 arrobas de harina de trigo
40 arrobas fariña ;
40 arrobas galleta
40 arrobas porotos
20 arrobas arroz
20 arrobas de grasa de vaca
4 rollos de tabaco
4 resmas de papel
2 barriles de vino
2 barriles de aguardiente
4 piezas paño de la estrella para mantas
100 calzoncillos
100 camisas
Art. 11º-: Por tierra recibirán en Patagones, cada fin de año 100 yeguas al corte, 100 cabezas
de ganado vacuno al corte y 500 ovejas al corte.
Art. 12°-: Al Cacique Mayor Dn. Casimiro, como Gefe Encargado por el Gobierno para
guardar las Costas y el territorio patagónico del sud, se le asigna 1.000 $ m/c por mes. debiendo
revistar desde el lº del corriente y un vestuario cada año.
Art. 14°-: De este tratado se firmarán tres copias dándole una al Cacique Dn. Casimiro y
quedando dos para el Superior Gobierno.
Fechado en Buenos Aires, en el Palacio de Gobierno, cinco de Julio de mil ochocientos
sesenta y seis."
Firma "Marcos Paz - Julián Martínez"

Después de un fecundo encuentro en Buenos Aires, se le tomó allí otra fotografía con su
nuevo uniforme y una más en compañía de una hija (Vignati, Iconografía aborigen, II. 1945). Juan
Raone, quien siguió la documentación de la historia de esa colonia concluye que el Gobierno no
correspondió debidamente a sus compromisos y así, en 1881, ha perdido gran parte de Tierra del
Fuego.
El cacique Casimiro volvió a su toldería sureña en compañía del ahora capitán de Guardia
Nacional Doroteo Mendoza. Poco después de su llegada, se presentó al gobernador de Punta Arenas
para mostrarle sus credenciales de "Cacique Principal de la Patagonia y Teniente Coronel del
Ejercito Argentino", y la de su hijo Sam Slicky como "Capitán". Pero ese gobernador se guardó los
despachos documentales y le devolvió otros escritos. Doroteo Mendoza lo advirtió, sintiéndose muy
afectado.
El capitán del barco de los misioneros, G. H. Allen Gardiner, dice en su “Diario” que, al
llegar con su buque al Río Santa Cruz, tanto en Diciembre de 1866 como en Mayo de 1867, los
caciques Casimiro y Cuiman fueron a su encuentro, porque esperaban recibir sus sueldos y
racionamiento prometidos. Pero Gardiner no había ido para eso. Recién el 21 de Junio de 1867 se
despachó en Buenos Aires al buque del capitán inglés H. Smytes para que transportara maderas
hacia Bahía San Gregorio para los caciques tehuelches Casimiro Viguá, Guinmugui y otros, o sea
para la colonia indígena "La Argentina". Juan Cornell, que nos informa del detalle, dice que tenía
cierta intimidad con dichos caciques y se alegraba poder llevarles sueldos y víveres. (AEM,
21.6.67)
198
Piedrabuena aprovechó para erigir allí una primera casa de comercio, a la vez que construyó
alojamientos para los caciques: quiso comprometer así su fidelidad. (R. Entraigas, ob. cit.. 101)
En Marzo de 1868 el capitán G. H. Gardiner se encontró cerca de la Colonia con el cacique
y 600 indios de tres tribus. Le pidieron que les ayudase a recuperar sus papeles, pero no obtuvo más
que una imitación de los documentos. El cacique no los aceptó, e incluso dieron muerte a un
compañero del capitán.
En 1869 llegó a la tierra de estos tehuelches el viajero inglés Georges Charworth Musters,
autor del famoso libro “At Home with the Patagonians”, publicado en Londres en 1871 y traducido
en Buenos Aires por R. Rey Balmaccda con el título “Vida entre los Patagones”. Un año entero
vivió Musters con los tehuelches compartiendo con ellos el largo viaje desde la Isla Pavón hasta
Caleufú y Patagones y en 1871 los visitó por segunda vez. Hizo observaciones preciosas y nos dejó
recuerdos de la familia y trató de dibujarlos. Al cacique Casimiro lo describe como un hombre
inteligente y habilidoso, que mantenía un gran dominio sobre su tribu. Charwort Musters en su libro
p. 277 nos conservó también esta nota con la que el cac. Jn. Calfucurá había invitado al cacique
Casimiro y a sus tehuelches al malón: Tengo el caballo pronto, el pie en el etribu y la lanza en la
mano, y voy a hacer la guerra a los cristianos que me tienen cansado con su falsía”. Musters
agrega: que el Parlamento que Casimiro había congregado no aceptó el llamado de Calfucurá.
A Casimiro le acompañaban los caciques Orkcke, Campan, Cayuqué y Tanquelao. Su
extensa parentela le acrecentaba la influencia y lo vinculaba con caciques muy nombrados. Contó al
viajero inglés que seis veces se había casado. Ese año (1869) murió su última esposa. Musters dice
que había sido fea, llamada Chingook. Además conoció entre sus hijos a Manuel, Gabriel, Papón y
Juana. Casimiro dependía mucho de la bebida. No obstante, era trabajador, diestro en varias artes
indígenas. Supo confeccionar monturas, lazos, espuelas, pipas, etc.: y, además de ser buen jinete,
impresionaba por su oratoria. Poco le costaba narrar historia de hasta dos horas de duración.
Musters lo describe como bastante simpático.
Casimiro falleció en 1873, a la edad de 54 años. Sam Slick le había precedido dos años
antes. Por eso su hijo Papón heredó el cacicazgo. El Perito Moreno, el naturalista, desenterró sus
restos. Sus huesos han de estar ahora en el Museo de La Plata con algún número. Quizás perdure su
recuerdo en su provincia. (Su foto, AGN, B 144.926))

Bibliografía
G. Musters: Vida entre los patagones.
Entraigas: Piedrabuena, 1966.
D. Mendoza: Memoria de mi viaje al Estrecho de Magallanes (Museo Mitre y en Anales
Inst. Geogr. Argentino).
Teófilo Schmid: Misionando por la Patogenia austral, 1858-1865, ed. M. A. Vignati, 1964,
incluye fotos de Casimiro y sus hijos.
G. H. Gardiner: Diario de la exploración de laPatagonia austral, en Inst. Geogr. Arg., 1880,
p.29.
Braun Menéndez: Pequeña historia patagónica, 1945 y "Los apuntes del secretario del
cacique Casimiro, en Anuario Soc. de Hist. Arg. I, 1940, 233 y ss.
M. A. Vignati: Iconografía aborigen, II, el cacique Casimiro en Notas Mus. La Plata IV,
1938, Nº 13 p. 251.
C.C.Borgialli:Rev.Argentina Austral, N° 44, p. 10 y Todo es Historia Nº 136, 1978, p. 74.
Fotos: Vignati y Braun Menéndez, p. 212, 214 y 242 y Páez, J.: La Conquista del Desierto,
N° 10, 65.

CASIPA, 1598, cac. comechingón de Siquitupi, valle Cautazas, Córdoba; encomendado de


Astudillo (Montes, 1954 p.59)
CASPEN, 1582, cac. del distrito de Buenos Aires; figuraa en el repartimiento de Juan de
Garay.
CASUA, 1573, cac. comechingón de Casuaguan, Chochonahal, Córd. Encomendado de
Pérez (Montes p. 56)
199
CASUA CHINABA, 1573, cac. comechingón de Casuaha, Córdoba; encomendado de
Suárez (Montes p.56)
CASUÁN (o Caruán), 1858, capitanejo de la tribu de Catriel en Azul (AGN S.X. 19-9-4
Etimol: Cari (r=s) y antü-sol.
CASUTI (probablemente Casuhatti), 1772, cac. pampa que celebró con Mayupilqui la paz
con Cristóbal Cabral en la Sierra de la Ventana (ver Casuhatti)
CATAGUR, 1874, cac. araucano de Panguipulli (Chile) que amenazó a muerte al muy
estimado misionero R.P. Octaviano, porque creyó que estaba levantando cuarteles; era una capilla
(Campos Menchaca : Nahuelbuta p. 475)
CATALÁN, Francisco (apellido original era Claqueo), nac. En 1842 y murió 1901 en Los
Toldos de Coliqueo (BA), boroga, capitanejo del cac. Coliqueo. Se casó con Lorenza, la hija mayor
de Ignacio Coliqueo, después que ella se separó del Cnel. Manuel Baigorria, quien murió 1875.
Catalán dejó en la Tribu bastante descendencia con su muy estimada esposa. (Tengo una genealogía
de Catalán, es decir Claqueo.)
CATALÁN, Félix, cac. contemporáneo; en 1962 de una de las 23 reducciones aborígenes
del Neuquén. Decreto 1608 /64)
CATALINA, 1690, cacica de la encomienda de Gregorio Ladrón de Guerra (Arch. Mend.
Carp. 29 Nº 5)
CATA NAVIRA, 1579, cac. comechingón del pueblo de Osca, Río Vº, Córdoba;
encomendado de Mitre (A. Montes, ob. cit. p.80)
CATA NAVIRA, 1579, cac. comechingón del pueblo de Osca, Río Vº, Córdoba;
encomendado a Mitre (A. Montes p.80)
CATA PALA CHAUQUE, 1553, cac. arauano de Cavintuán. (C. Rusconi IV p.93)
ETIMOL. Choique: avestruz; Cata: perforado;
CATE GUANGUELÉN, 1611, cac.. principal de Levo (Chile). El y su hermano se habían
sublevado; pero después hicieron la paz (Gay, Documntos II, 1876, p. 206)
CATE LEUBU, PANCHO, 1750, cac. araucano de Meco (Chile). En Diciembre de ese año
lo visitó el misionero PP. Bernardo Haevstadt. ETIMOL: Cate: luz y reflejo; Lebu o leufú: río

CATE MILLA (o Catremilla, Catirilla) 1779 en marzo se halló en Salinas Grandes (La Pampa) en
una gran concentración de fuerzas con el cac. Catruén (AGN. S.IX 1-6-2 f.37). 1781 era
considerado cacique de cierta importancia. Ese año en Noviembre lo halló la expedición de Zizur,
junto al cac. Lorenzo Calpisqui. Desde entonces se consideraba cac. amigo de Buenos Aires. 1790
figura en el Tratado de Paz (AGN IX. 24-1-6. ) Los caciques sufraganes de Lorenza eran
Antequene (Antequeo), Quintún y Huechal. Cada tanto llegó a la Capital para cobrar sus
subvenciones. Prueba de ello son los legajos de la Sección Contaduría. “Es cacique en realidad”,
dice un documentoto que Sánchez Zinny en su libro Guardia de San Miguel del Monte p. 129, de
fecha 4.8. 1802: Figuraba entonces en la lista de los caciques amigos con los caciques Luna,
Quelentur,Hoguin,
Nahuelpán, Quentepid, Guayquileo y Payllaguán (Mariluz Urquijo, 1964 p.229)
1806, enterado de la invasión inglesa enm Buenos Aires, ofreció con el indio Felipe, en
nombre de 16 caciques su ayuda a la ciudad contra los ingleses. Que para eso había hecho las paces
con los ranqueles (15.9.06). A fines de diciembre se presentaron en la Capital los caciques Epugner,
Errepuante y Turruñanqui, diciendo que en Cabeza de Buey (hoy Part. de Bolívar) se hallaban
reunidos 7000 indios y en Tapalquén otros 7000 para ayudarlos. Que sus jefes eran Chulilaquini,
Payllagnerr, Catremilla y el cac. Negro (Zerda,W.: Los indios y las invasiones inglesas p.57 y 63)
En 1820 le tocó sufrir los atropellos del general cxhileno J.M. Carrera, pero un documento
de Mendoza de Mayo de 1824 dice, que (los caciques) Pablo, Curritripay y Catremilla de la Sierra
de la Ventana se mantenían fieles al Gobierno.
ETIMOL: Cate:brillo y milla: oro

CATEUCAPU, 1774, cac. ranquel. En julio de ese año, cuatro caciques “ranqueles
malditos” invadieron la zona fronteriza de la provincia de Buenos Aires: Toroñán (Toro), Millai,
200
Cateucapú y Guayquilauquen. (AGN IX. 1-5-1; 26.7.74, añada Escóbar) Contra ellos avanzaron los
caciques Nahuel Payún y Caneupí.
CATIGAN, 1785, cac. huilliche que durante la Guerra Pehuenche huyó de la frontera de
Mendoza (Morales Guiñazú:Aborígenes de Mendoza p. 54)
CATI LLANCA, 1634, cac. araucano de la Reducción de San Cristóbal (Chile) :Gay,
Documentos II p. 369)
CATIMAL, 1634, cac. araucano, amigo de Carqampangue, sublevado (Gay, Doumentos II
1876)
CATIMAL, 1870, capitanejo pehuenche; por Ortega fue llevado prisionero a Rodeo del
Medio. Más tarde se radicó en Lagunas del Rosario (San Luis) (FIDE C.Rusconi IV p.94)
CATHI MAN, 1760 cac. pehuenche chileno de una Reducción. El Obispo P.A.Espiñeiro
visitó sus toldos en la confluencia de los ríos Neuquén y Rariñ Leuvú.(Relación del viaje y misión
del obispo Pedro Angel Espiñeira ed. Jorge Pintos 1988 Temuco)
CATI NAHUEL (o Catinán ver Catri Nahuel)
CATIN TUCLA, Don Alonso, 1632, capitanejo huarpe del Río Bermejo (San Juan). Lo
llamaron también Quilmil tamux. (Cabrera: Indios del país del Cuyo p.248)
CATINTUCLA, Juan, 1632, cac. huarpe del valle de Mocna (San Juan), Lo llamaron con
otro nombre Tucman casca, Fue ajusticiado y le sucedió su tío Felipe Talive (Arch. de Mendoza)
CATI RAY,1672, capitanejo araucano, hijo del cac. Tabalque EtTIMOL: Catri: cortada;
ray (rayén): flor
CATRE MAN, 1792, cacique huilliche “rebelde” del Neuquén. Lo menciona F. Esquivel
Aldao en su informe sobre su expedición al sur y la batalla del 5 de Mayo de ese año. En 1796
aparece su nombre en forma más completa: Catrenao Manquiel (Arch. Mendoza)
CATRE MÁN, 1880, cac. que en la etapa final de la Conquista del Desierto se había unido
a los indios de Sayhueque y Huincalao. Fue atacado de sorptresa por el Comandante S.Torres y
tomado prisionero, el 19 de diciembre de 1882. (Ocampo: Regimiento 7º p. 198)
CATREMILLA VER CATEMILLA 1790
CATRE NÁN, 1854, capitanejo ranquel del cacique Calvaiñ. Vivía en Malalcó, La Pampa.
Fue recomendado del gobierno nacional en Paraná al Gobernador de Mendoza (Arch Mend. Carp.
123: 29.12.54) Compartió en todo la historia de las tribus ranqueles. 1875, el R.P.Donati bautizó en
Villa Mercedes a Ignacio, hijo de Catrenán y de Quintuín. Más tarde fueron atacados y durante la
barrida de la Pampa en 1879, cayó prisionero en manos de la Vª División del Cnel. Hilario Lagos.
Y no se sabe nada más de él. (J.Walther: Conquista del Desierto. Ed 1964 p. 636)
Etimol: ñancú: aguilucho y catre: cortado
CATRE NAO, 1796, cac. pehuenche de Barbarco. Era uno de los participantes de la Guerra
Pehuenche y más de una vez maloneó contra los pehuenches de Malalhué (Mendoza). Vio morir a
su cacique Rayguán y al jefe del bando contrario a Pichintur. También pudo asistir a los
parlamentos de reconciliación en Chillán (1798) y en San Carlos (1799). Así pudo visitar en paz la
ciudad de Mendoza (Arch Mend. Carp. 29, doc. 21, 31 etc.)
CATRE NAO, 1851, Dos hermanos han sido importantes capitanejos del cac. Pincén
(Piseñ). La primera noticia de Catrenao data de 1851, porque está en la lista de los caciques y
capitanejos obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca, el 17 de febrero, en vísperas de la
batalla de Caseros. Allí se dice que Catrinao era hijo de Inaquén (AGN.S.X. 18-4-8). Es posible
que haya sido del grupo de los borogas y que como Coliqueo, más tarde se integró con el grupo de
los indios ranqueles del cac. Baigorrita. 1857 fue a Mendoza en comisión del cac. Calvaiñ (Arch.
Urquiza T.127 p.90). Según las Memorias del Cnel Manuel Baitgorria vivía cerca de una aguada,
llamada Pichileufú. Para saber más de lo que le ha tocado vivir , hay que leer las notas biográficas
de Coliqueo y de Pincén. 1873 figura entre los mencionados en el tratado de paz de este último.
Cuando la conquista del desierto avanzó contra la Pampa, fue atacado como Pincén por las tropas
del Cnel. Conrado E. Villegas. En una bien calculada sorpresa capturaron a V.Pincén el 6 de
Noviembre de 1878 en Fotalauquén (al Oeste de Trenquelauquen).
Por consejo y pedido de Pincén iban entregándose los demás tribus e indios. Catrenao, el
capitanejo anciano fue el primero que se presentó el 25 del mismo mes y año con 13 indios de lanza
201
y 13 mujeres. Un mes más tarde, el 26 de diciembre se acercaron desde Toay los caciques Francisco
Pincén Catrenao. Creo me parece que su madre casada con Vuta Piseñ el padre de Francisco y
Vicente Pincénse había llamado Catrenao. Por eso en oportunidad solemne se firmó Vicente y
Francisco Piseñ Ctrinao). También se entregaron Pichipincén y el tío de los hermanos Pincén,
llamado Nahuelpayún. El Mayor Bravo era el encargado de buscarlos; el 25 de diciembr se entregó
el capitanejo Catrenao y “el 27 de diciembre se presentaron 108 conas, entre ellos el capitanejo
Catrenagu (es decir Catrenao), hermano de Catrinao Yocuqueien”, dice el parte (Olascoaga IV p.97)
El día siguienmte se presentaron Antenao y Nicacú hijos de Pincén y 51 indios y 174 de familias en
Médano de la Laguna. Otros y otros que se presentaron, fueron apresados y “arreados” hacia Junín.
Allí los hacinaron en unas barracas o cuartel en pésimas condiciones. “Así pagan sus fechorías”-
decían entonces, festejando la entrega como triunfo. Sólo el cura párroco y unas religiosas se
preocuparon como pudieron de esos miserables (M.Hux: La tribu de Junín y los campos de “la
Cruz”, en Rev. Historia de Junín Nº 46, 1972). El cacique Pancho Pincén Catrenao, estando preso
en Buenos Aires fue bautizado, en la enfermería de la cárcel, el 15 de septiembre de 1879, a los 55
años de edad; se casó con Paula Laitú, hija de Rincu Necul. 1885 Catrenao viejo reclamó sueldos
(ver Farías, Patricio)
CATRE PAN, (Catquepán), 1770, cac. pampa que vivía en Río Sauce (creo es Colorado).
Parece que ha sido amigo de Guayquitripay, Lincón, Agüel y Nabaltripay. Fue el año de la famosa
expedición de Manuel Pinazo contra los “tehuelches”. El Comandante Juan de Mier habla de él en
una carta; lo llama Catquepan (AGN S.IX 1-5-9, Zanjón)
CATRE PAN, capitanejo pehuenche. 1801 llegó a Mendoza para avisar que su pariente, el
cac.. Antepán, “alias Barba” había sido muerto (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mndoza p.77)
ETIMOL: Pan significa (payún) barba o (Pangui ) puma y catre: cortado)
CATRE PAN, 1825, cac. pampa que asistió al parlamento convocado cerca de Bahía Blanca
por los hermanos Oyuela. Creo que no es el viejo Catrepan de 1770, ya que es enumerado entre los
jóvenes. (AGN S.X. 27-7-6 : 13,12.1825)

C A T R I C U R Á, alias Juan Morales Catricurá (también Cachicurá)

Cacique salinero. Era el segundo hijo del famoso cac. Juan Calfucurá. Nació en la primera
década del siglo XIX en Llaima (Chile). Como su hermano Namuncurá, vino con su padre a la
Pampa en 1834 y participó en todos los acontecimientos de su tribu; tiempos de paz y de guerra. El
primer documento que lo menciona como capitanejo data del 20 de diciembre de 1851, pues entre
los muchos caciques fue obsequiado por orden de Rosas en Bahía Blanca en vísperas de la batalla
del 3 de febrero en Caseros (AGN.S:X. 20-10-4). El 26 de abril de 1854 desempeñó una misión
diplomática en Bahía Blanca. Parece que había aprendido hablar en castellano. Luego fue varias
veces a Entre Ríos a ver al Sr. Presidente Justo José de Urquiza, pues su padre se había
comprometido con la política en la guerra contra los porteños separatistas. Habrá participado en
algunos malones que decían que los hacían en nombre del Sr. Presidente. Véase la historia del
Cacique Juan Calfucurá.
En el momento de la muerte de su padre (el 3 de Junio de 1873), se produjo en la gran tribu
un problema serio por la sucesión. El parlamento reunido en Chilihué consideró a José Millacurá
por ser el hijo mayor de la familia, pero éste era inhábil para gobernar la importante confederación
de tribus salineros. De todo modo su hermano Namuncurá sobresalía ciertamente entre los
hermanos. Pero según la ley de herencia entre los araucanos, Juan Morales Catricurá debía
designarse como sucesor de Calfucurá. Intervino el anciano diplomático, el cac.. Huenchuquir y
propuso establecer, por el momento, un triunvirato compuesto por Manuel Namuncurá, Alvarito
Reumay y Bernardo Namuncurá, quienes representaban las diferentes ramas de parentela y quienes
habían secundado más a su padre Calfucurá. Catricurá quedó así excluído. En lo sucesivo bien
pronto Namuncurá era el apoderado del poder supremo de las tribus salineros. Catricurá recibió de
su hermano muchas consideraciones y le encargó muchas actividades políticas. En Mayo fue
encargado de concertar con el jefe de la Frontera Sud un tratado de paz. Así se desprende de dos
cartas conservadas en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca. El misionero P. Jorge M. Salvaire,
202
quien hizo en 1875 un famoso viaje apostólico a Salinas Grandes, le dirigió una carta para ganar su
simpatía y su apoyo, en primer lugar para el rescate de cautivos (ver Hux: Una excursión apostólica
ed. ECA 1980 Bs.As.)
A fines de 1875, la guerra de la Conquista del Desierto recrudeció. Y los indios salineros y
los de Catriel se lanzaron al Malón Grande” para prevenir o impedir el avance de Alsina”. Pero el
avance no se detuvo, pues desde entonces los ejércitos les pisaban los talones a cada rato
Finalmente los batieron en Neuquén hasta que Namuncurá con los pocos de los 40.000 que le
habían quedado, se sometió en el Fortín Ñorquín con 9 capitanejos, 137 indios y 185 de “chusma” y
fueron “decentemente” recibidos. Por orden telegráfica del Minitro Victorica, el Coronel Belisle los
hizo trasladar hasta el Fuerte Roca (Río Negro). Entre los “reducidos” iba también el cac.,
Catricurá. Ese mismo año el cac. Manuel Namuncurá viajó a Buenos Aires y contó a las autoridades
que los indios chilenos los habían atacado y les habían robado lo poco que les había quedado; que
el cacique Quepil, su enemigo cordillerano, los había seguido hasta el Fuerte Roca. Allí le ha
matado a su hermano, el cac. Catricurá, mientras estaba trabajando en el canal (La Tribuna, Bs.As.
30.6. 1884)
CATRICURA, Felix, capitanejo salinero, quien firmó en 1873 el gran documento pidiendo
un tratado de paz. (AEM Nº 1232)

LA HITORIA DE LA GRAN ESTIRPE DE CATRIEL

CATRI NAHUEL Iº: (Catinaqüel. abreviado Catriel), 1640. puelche. El R.P. Diego Rosales
conoció ese año a dos caciques Catrinahuel que vivían en la jurisdicción colindante con los
puelches. Habían sido maloqueados y capturados en la pampa por los españoles de Chile. Varias,
muchas expediciones chilenas llegaron entonces al oriente de las Cordilleras, no sólo para recoger
haciendas (vaqueando), sino también para capturar a indios para venderlos como esclavos. Los que
cautivaba el Capitán Muñoz, vendían en Boroa (Fuerte y Misión jesuítica) por 80 $, anota el
historiador Padre F. Enrich (Historia de la Compañía de Jesús en Chile. 1893 p. 554). Fue una época
brava para los indios pampas; se pisotearon los derechos humanos en muchas partes de América,
hasta que el Papa Urbano VIIIe con su Bula Comissum Nobis (1639) "condenó bajo pena de
excomunión tales acciones como capturar indios, venderlos, comprarlos, trocarlos, donarlos,
apartarlos de sus mujeres y niños, despojarlos de sus bienes, llevarlos y embarcarlos a otros sitios,
privarlos de cualquier modo de la libertad o retenerlos en esclavitud".
Porque estos dos caciques Catrinahuel no quisieron presentarse al parlamento de paz que el
nuevo Gobernador Marques de Baides había convocado, en enero de 1641 a Quillín (hoy
Nacimiento), cayeron en desgracia. El R.P. Rosales, quien asistió al parlamento en calidad de
lenguaraz, quedó admirado del arte oratorio de los caciques y había allí 170 caciques congregados.
Después de esta reunión, el Gobernador envió al Padre Rosales a los pehuenches de la pampa, pero
ellos no escucharon las proposiciones del gobernador chileno. Enterado de ello, el Gobernador
mandó maloquearlos. Allí fueron capturados los dos caciques Catrinahuel. Uno de ellos fue
bárbaramente ajusticiado y el otro "encomendado". El Padre Rosales. avergonzado por esas
injusticias, consiguió en 1648. rescatar a un buen número de indios "encomendados". El buen y fiel
cacique Catrinahuel. -dice Rosales en .sus crónicas- pudo acompañarlo hasta los toldos de los
puelches y también a los pehuenches, donde iba Rosales con proposiciones de paz. Pasaron por el
Paso Villarrica y por Epulauquen. El mismo cronista narra como sostuvo un parlamento con el
cacique Malopara con la ayuda del cae. Catrinahuel que poseía más de un idioma. Rosales hablaba
en araucano y Catrinahuel lo traducía al puelche (Rosales, D.: Historia General del Rey no de Chile,
v. III p. 435). Para mí era un admirable cacique, probablemente antecesor de los siguientes Catriel.
(Etimología: Nahuel: tigre. Catri: cortado).
203
CATRIEL (II) (Catril, Catruel o Casuel) 1770, cac. pampa. Entre los años 1770 y 1790, los
documentos hablan otra vez de un cae. Catriel. Tropas fronterizas hallaron entre las lagunas Mar
Chiquita y Rojas, cerca de Manantiales de Piñeiro al cacique con un grupo de indios, probablemente
cazando o vaqueriando. La comunicación de Salto lo señala como "indio amigo", igual que el
cacique Toroñán, su primo. Nabalpán y Canupí. Se conoció como puelche y tenía sus toldos bien
retirados (ACH. S. IX 1-4 2: Salto). Ese mismo año estalló la guerra entre los pampas y los
ranqueles. Es probable que Catriel haya participado en las malocas como Navalpan. Catriel
comerciaba entonces con la sal de la Pampa. En los últimos decenios del siglo XVIII hubo varias
expediciones desde Buenos Aires a Salinas Grandes. con el fin de apropiarse de la sal necesaria y —
como decía Manuel Pinazo en uno de sus informes— "sobre todo para arredrar al enemigo de las
últimas poblaciones. batiéndose por aquella parte de la campaña (que) se emplean últimamente en
su beneficio y de sus familias...". En 1776 el jefe de una de esas expediciones obligó al cacique
Flamenco que lo acompañase con 70 conas hasta Salinas Grandes. A su regreso, el cacique
comprobó que entre tanto los "huincás" se habían apoderado de sus familias llevándolas a Buenos
Aires como cautivos.
Al crear el Virreinato del Río de la Plata, los españoles intensificaron sus proyectos de
conquistas del interior y sus expediciones desde varios puntos. El Virrey propuso, en 1777. a los
Maestres de Campo el siguiente plan: "Haremos expediciones no para atemorizar, sino para
exterminar". Ellos no estaban dispuestos a tan vasta empresa y prevaleció la idea del avance
sucesivo, la guerra de las fronteras. Entre tanto se celebraron tratados de paz con los jefes más
poderosos.
Las expediciones de M. Pinazo y de P. Zizur hallaron al cacique Catriel y a su hermano
Quentrepí en la zona de Salinas Grandes. En 1789 el cacique Quentre o sea. el hermano de Catrüe,
se hallaba "del otro lado del Volcán en el Arroyo Colorado, cerca de los toldos de los hermanos
Cayupulqui (Calpisquis).

CATRIEL (III) (Katrié), 1820. hubo dos caciques puelche, Juan y Juan Manuel,
probablemente padre e hijo. No me atrevo a identificar al padre con Catriel II°. Los documentos los
llaman pampas que vivían en paz como Ancafilú, Pichimán. Antonio Grande y Landao en Lobería.
Tandil. Chapaleufú, Los Huesos, Tapalquén y Kakel Huincul. Los Catrieles habrían vivido entre
Carhué y Salinas Grandes. (Aquercta C.: Los caciques Catriel. 1976. p. 57). Según estimación del
Cnel. F. Barbará, quien conoció a Juan Calriel, "el viejo" (Vuta Catriel), habría nacido por el año
1770 y ha muerto en 1848.
Si contara todos los acontecimientos dramáticos que le han tocado vivir, habría contado una
larga historia de las convulsiones de la pampa. Los documentos, en realidad, lo nombran poco. Lo
incluyen entre los "pampas". Era bajo y grueso y de mal genio. Su sangre estaba cruzada con la de
los caciques norpatagónicos (también llamados pampas). Una de sus hijas fue la esposa del cacique
Cayupán. que sería una de las víctimas de la Expedición del año 1833. Cuando la Guerra a Muerte
de Chile se trasladó a la Pampa argentina, los catrieleros eran decididos antirrealistas y argentinos.
No se dejaron enredar, tampoco, por el guerrillero chileno J.M. Carrera. No obstante sufrió las
presiones del Gral. y Gobernador Rodríguez quien quiso avanzar las fronteras en territorio de los
pampas.
Para proceder con cautela, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires intensificó sus
gestiones de paz con los ranqueles y pampas. El Cnel. P. A. García, Feliciano Chiclana y el
hacendado Ramos Mejía mantenían contactos pacíficos con los caciques y las tribus pampas. Y
Juan M. de Rosas mantuvo a sus expensas tropas indígenas y gauchas para la frontera sud.
A raíz de unos robos sobre el Río Salado, en enero de 1820. salió el Capitán Vicente
González, alias Carancho del Monte, en persecución de "los indios ladrones" y llegó hasta
Tapalquén. Catriel no fue atacado, pero sí, Cachul. que sería inseparable compañero de los Catriel.
En ese tiempo se juntaron cada vez más indios chilenos, realistas y patriotas en la pampa y hubo
invasiones escandalosas. Mil indios invadieron, en noviembre, el sur de la Provincia y dos mil, en
diciembre, en Salto y Areco. Rosas, conocedor de las tribus decía entonces: "Los pampas hasta hoy
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no han atacado". Pero el Gobernador los responsabilizó a ellos, y los atacó, quizás porque los tenía
más a mano y más desprevenidos.
Ataque del gobernador
El primer ataque cayó sobre Ancafilú y Anepán, lo que trajo como consecuencia que los
pampas se concentraran y se trasladaran a la Sierra de la Ventana y de PiIlahuincó, entre ellos.
Catriel, Antonio Grande, Pichimán y Pichiloncó. El Gobernador comisionó entonces al estanciero
Ramos Mejía a restablecer la paz. Este celebró en su estancia, el 7 de marzo de 1820 con los
representantes de los caciques pampas, un tratado de paz, en nombre del Gobierno, cuyo texto está
articulado en 10 puntos. También D. Pablo Pérez trató con Pichiloncó, Cachul y Catriel. En su
informe decía que el semblante de Catriel respiraba docilidad.
El Gobierno no los respetó; es que entre tanto habían ocurrido los grandes malones.
El Gobernador, tras una proclama pública, salió con un gran ejército a campaña. Lo
concentró en tres columnas y dirigiéndose al sur, atacó a los pampas, aunque pudo saber que no
habían sido ellos los invasores. Rosas le escribió: "He hecho seguir muy lejos el rastro de los indios
malones y. por los rumbos que conozco, me afirmo que no son los pampas, y sí, ranqueles los que
han invadido y han robado en estas fronteras. Por ello es que clamo al cielo porque nuestras
operaciones militares no alcancen a ofender a los pampas a quienes debemos buscar por amigos y
protegerlos como tales".
Pero el Gral. M. Rodríguez "acuchilló por sorpresa", el 8 de enero de 1821, a los indios
asentados en Chapaleufú y dio orden de cargar todas las tolderías hasta Salinas Grandes. (AGN.S.X.
27-7-6 Y 13-6-1). En la biografía del cae. Ancafilú detallé los acontecimientos que no resultaron
favorables al Gobernador Rodriguez. El 10 de enero informó a Buenos Aires que había podido
reunir a los cuatro caciques principales: a Ancafilú. Anepán. Pichiloncó y Catrié, obligándolos que
se incorporaran a sus columnas para marchar contra los ranqueles. Más sus indios aparecieron
pintarrajeados en señal de guerra. Que el 16 de enero habían atacado las columnas bonaerenses y las
obligaron a retirarse. En ese retroceso las tropas hicieron nuevos desmanes en la estancia de R.
Mejía, lo que dio ocasión a un formidable malón de represalia sobre la zona de Dolores. El 30 de
abril destruyeron esa población por completo.
Expedición de paz
El Gobernador Rodríguez no quiso ab andonar su plan de conquistar las campanas del sur.
Antes probó el camino de la negociación de paz. como J. M. de Rosas le aconsejara. Envió, pues, al
Cnel. P. A. García para que reuniera en la zona de Tandil a los caciques pampas, ranqueles y
tehuelches para un parlamento general a fin de celebrar un nuevo tratado de paz. Esto fue una
empresa muy arriesgada como él mismo lo describe en un extenso informe (Diario de la expedición
de 1822 a los campos del Sud de Buenos Aires, en: Colección De Angelis VI 1838). De él
desprendo también, que Catriel y Cachul se han presentado al parlamento, el 28 de abril de 1822
con 9 caciques. Su división pampa tenía 364 indios: en total asistieron 2.590 indios divididos en 9
divisiones. Si bien se pronunciaron por la paz. García no pudo quitarles ni los temores ni los
resentimientos y tampoco admitieron que se establecieran guardias militares en Tandil.
Nuevos ataques
El Gobierno no pensaba en capitular ante el indio, sino en ampliar la conquista y establecer
la frontera más al sur y estaba preparando una nueva expedición a Tandil, cuando el Cnel. García
reunía allí a los indios en parlamentos de paz. Extraña que el mismo a su regreso apruebe con
facilidad el nuevo plan y ponga sus conocimientos obtenidos al servicio del nuevo proyecto
expedicionario. En junio de 1822 las Cámaras aprobaron el proyecto y el presupuesto que exigía la
nueva expedición que se haría en combinación con los efectivos de las provincias de Santa Fe, y de
Córdoba. Las tropas bonaerenses se concentraron en laguna del Monte desde donde marcharon. el 6
de marzo de 1823, 2.693 hombres hacia Tandil. Llegaron sin novedad a la meta: pero cuando
buscaron el contacto con los pampas, éstos le tendieron astutamente una emboscada, quizás como
los primeros pensaban hacerla a ellos. El 26 de abril fue el encuentro. Y el Gral. Rodríguez tuvo que
suspender una vez más la empresa. Y como respuesta o venganza los indios cayeron en malón
primero sobre la zona de Tandil y luego en tres columnas sobre los poblados fronterizos hasta
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Navarro y Lujan. También Catriel participó en este malón (El Centinela del 19 de oct. de 1823 y
AGN.S.X. 27-7-6).
En 1824. el Gobernador Rodríguez realizó una tercera expedición que debía ser la que
fundara a Tandil como fortaleza y pueblo. Y hubo nuevos malones. Incluso vinieron 8.000 indios de
Chile con el propósito de intervenir en la guerra. Caído el Gobernador Rodríguez, el sucesor. Gral.
Las Heras, entre las primeras medidas. nombró a Juan Manuel de Rosas como encargado de la
Comisión Pacificadora de los indios y a la vez fue encargado de crear una Comisión demarcadora
de la nueva frontera que partiría desde Bahía Blanca al Potroso (Junín). En sus gestiones se valió de
la amistad que tenía con el cacique Calriel. Colmó sus manos con regalos obsequiosos, cuando
llegaba a sus estancias Del Monle y de Matanza. Lo atrajo a la cercanía de Tandil y lo mismo al cae.
Cac.hui y algunos indios tehuelches (pampas de la Patagonia del Norte) de los caciques Negro y
Chani.
Grandes parlamentos
En los dos años sucesivos se hicieron grandes parlamentos de paz. Calriel no figura en la
lista de los caciques concurrentes al parlamento de la Laguna de Guanaco, el 20 de diciembre de
1825. y había 50 caciques pampas y ranqueles. Tampoco estuvo en ese otro gran parlamento del
Arroyo Pecuén, el 25 de abril de 1826. donde concurrieron 72 caciques y capitanejos. (AGN.S.X.
27-7-6). El tuvo, en efecto otra misión por encargo de Rosas. El Diario de la Comisión
Demarcadora, escrito por Senillosa (editado por el Padre Furlong en 1972) ubica para entonces a la
tribu en Tapalquén.
Los llamados tratados de paz duraron poco. porque en agosto del mismo año irrumpieron
tropas pinchcirinas con sus indios adictos en nuestra provincia. Especialmente lastimoso fue el
asalto a Los Toldos Viejos (Dolores). El Presidente B. Rivadavia comisionó entonces al aguerrido
Cnel. Federico Rauch a expedicionar contra ellos para escarmentarlos. El 13 de noviembre tuvo un
primer choque con los chilenos. No paró en ello. En dos expediciones sucesivas en las que
comprometió a los pampas y tehuelches. se excedió en celo y crueldad. Hubo batallas en el Arroyo
Sauce Grande, en Sierra de la Ventana y en Epecuén y la Sierra de Curamalal. Catriel de Tapalquén
estuvo acompañándolo con sus pampas amigos y los tehuelches que habían pactado con J. M. de
Rosas. La segunda expedición que integraba a 900 indios fue una especie de carnicería de indios en
la que cayeron también algunas tribus pampas. Sólo el cacique Lincón se salvó gracias a los
caciques Catriel y Negro porque ellos decían que era su pariente. (AGN.S.X.14-6-1). Terminada la
campaña, el 22 de enero de 1827, Rauch se acantonó en Tapalquén. De él tenemos la interesante
nota que sus indios aliados habían vendido haciendas (arrebatadas) a los indios chilenos.
Probablemente trátase de los indios borogas que habían entrado ya en contacto pacífico con el
Gobierno y los jetes de la Frontera. De una relación fechada el 1" de febrero se desprende que
Rauch tenía gran estima de los indios de Catriel.
Expedición de exterminio 1827
En octubre de 1827, Rauch recibió otra orden "de operar contra los indios chilenos (A.E.M.
Doc. 13). hará lo mismo con los ranqueles. Destruidos los salvajes, procederá a hacer lo mismo con
los indios amigos." (sic) ¿Qué le esperaba a Catriel qu tuvo qu acompañar al Cel F. Rauch en su
segunda expedición con Calfiao, Huillitrur y Pichiloncoy y Antiguán? Catriel actuaba siempre como
amigo. Le salvó la vida al sargento Fabián González, cuando los indios de Lincón y de Ancafilú le
habían apresado. (Molinari, J. L.: "Indios y caciques en la zona actual de Bahía Blanca", en Bol.
Junta Est. Hist. de Bahía Blanca. II, No 2) y Memorias del Srg. Mayor D. Fabián González en Hux:
Los orígenes de Bragado.

Con Juan Manel de Rosas


A principio de 1828, Catriel y Cachul acompañaron al entonces Comandante General de la
Campaña, Juan M. de Rosas en la fundación del Fuerte en la Laguna Blanca Grande (26.2.28). Y al
estallar la Revolución Unitaria de Lavalle, el 1° de diciembre de ese mismo año, Rosas marchó con
200 paisanos y 200 indios amigos de Catriel hacia la frontera norte de la Provincia. Fue derrotado
en Navaro. Rosas huyó a Santa Fe y mandó a los indios al sur del Río Salado. Ellos siguieron
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luchando unidos a los "tehuelches" del Negro y Cayupán y dieron muerte primero al Cnel. Morel,
en el Napostá, y luego al Cnel. F. Rauch, en la acción de las Vizcacheras, el 28 de marzo de 1829.
(Carranza, A., La Revolución del 39. p. 119).
No vamos a entrar en detalles sobre las diversas luchas contra los indios en esos años y
sobre el establecimiento de nuevos fuertes y nuevas fronteras. Sólo nos detenemos en algunas
noticias que tenemos de Catriel y la fundación de Azul y Tapalquén.
Catriel se había aliado con Rosas de manera que le obedeció con completa sumisión.
Al establecer las nuevas Comandancias se colocaron como antemuralla y fuente de comercio
a tribus sometidas: la de Venancio Coñuepán en Bahía Blanca, la de Caniullán en Veinticinco de
Mayo, la de Llanquelén en Federación (Junín), la de Cayupán en Tapalquén y las de Catriel y de
Cachul en Azul y Tapalquén. Con ellos hizo tratados especiales, convocó a sus caciques a la
Chacarita y reconciliándolos entre sí, renovó los tratados de paz, prometiéndoles su amistad y
protección.
La fundación de Azul fue de mucha implicancia para los Catriel. El Gobierno de Buenos
Aires —siempre en posición de conquista— decretó el 29 de septiembre de 1829 la colonización de
mil leguas cuadradas, sobre todo en la zona del Arroyo del Azul daría las correspondientes
donaciones a quienes las poblaran. Efectivamente, en 1830 se hicieron las primeras mediciones por
el agrimensor F. Mesura. Entre los primeros favorecidos figuran el General M. Rodríguez con 12
leguas cuadradas como también el Coronel B. Machado: el Gral. Rudecindo Rosas con 7 leguas y
E. Villanueva, el hijo de Rosas, se adjudicó 52 leguas (N. Iglesias: Historia de Azul. Instituto
Agrario Argentino: Reseña histórica de Azul. Ne 32 1945 mapas). Llama la atención que los indios
no figuren en los planos de la región, la que ellos ocuparon desde más de una generación. Catriel y
Cachul debieron levantar sus toldos en tierras aledañas al Arroyo de Tapalquén y establecerse a las
órdenes del Cnel. Prudencio Ortiz de Rosas, quien pobló la Estancia Santa Catalina. Los indios
amigos formarían prácticamente una colonia militar. Guillermo Palombo escribió dos artículos
sobre invasiones y derrota de los indios en septiembre a octubre de 1831 en el Pariódico El Tiempo,
de Azul (oct. De 1982)
Allí sufrieron su primer contraste por la invasión de una fuerte expedición de las tropas de
Bahía Blanca, el 12 de marzo de 1830. La División bahiense expedicionaba contra los indios
chilenos, pero también contra los pampas, especialmente contra los de la zona del Volcán.
Gervasio Rosas hizo lo posible para mantener la paz con los indios de Catriel; de ello dan
testimonio las cuentas del negocio de paz de 1831 (AGN. S.X. 42-10-10).

Se funda Azul
En 1832, finalmente, el Cnel. Pedro Burgos fundó el Fuerte y el pueblo de Azul, que sería la
capital para las negociaciones con los indios. Será un capítulo que probablemente nadie escribirá. El
4 de abril de 1832. el agrimensor F. Mesura confeccionó el plano o la traza del nuevo pueblo (AGN.
S.X. 24-9-1). El convoy, las familias y las tropas que partieron desde Chascomús. llegaron a
establecerse en el sitio designado el 16 de diciembre de 1832.
Los acompañó el caciquillo Landao. El Cnel. Vicente González, que trató a Catriel y a
Cac.hul con más frecuencia, fue comisionado a convocar a los caciques de la zona para preparar los
ánimos para la medida del desalojo, ofreciéndoles, en cambio la manutención: una res por cada 40
personas, es decir cada mes unos 400 yeguarizos (Comando General del Ejército: Política seguida
con el Indio, vol. V. p. 49-51.) Rosas esgrimía en sus cartas a otros caciques esta frase: "No ven que
Catriel y Cac.hul viven felices?" Pero "que den pruebas de amistad... Si no cumplen, serán atacados
a muerte todos los indios de pelea y prisioneras sus familias".
El Cnel. Pedro Burgos dio muestra de tal procedimiento en el desalojo forzoso, atacando la
toldería del cacique Guanquelén. El Mayor Pedro de la Peña debía actuar, si era preciso, entre los
indios de Catriel. Realmente, J. M. de Rosas jugaba en estos años, un gran "partido de ajedrez" en la
pampa verde, haciendo rápidas expediciones y gestos diplomáticos que preparaban la realización de
su plan de una expedición combinada al desierto en 1833.
Tratado de paz, nuevo sitio, un censo.
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En 1832, la tribu de Catriel tuvo que cambiar una vez más su campamento. C. Aguerrete en
su libro Los Caciques Catriel (p. 62) reproduce el Diario del Mayor de la Peña y sus movimientos.
El 2 de agosto de ese año, Catriel acató la orden de marchar al Arroyo Romero. El 5 del mismo mes
reunió a todos sus indios: pero demoraron su marcha hasta el 15 de agosto, porque una tormenta les
había desparramado la caballada. Emprendieron la marcha después que habían escuchado una
brillante arenga del cacique en la que había dicho que fuesen muy hermanos con las tropas y no
salieran del campamento sin licencia, sino los declararían "guachos". Se establecieron pues, a 4
leguas de Tapalquén (El pueblo Tapalquén recibió ese mismo año su ubicación definitiva
[AGN.S.VII Arch. Guido 10-4-14).
En este nuevo campamento se realizó el interesante censo que, resumido, quiero reproducir:
Entre caciques, cac.iquillos, oficiales, soldados, chinas, muchachos y muchachas había en total
1742 indios de Catriel, 344 de Cachul, 198 del cae. Trancamán, 141 del cae. Reilef, 58 de Cayupán
y 70 de Quiñigual. En este censo se mencionan a dos hijos de Catriel "El Viejo" como oficiales,
Juan Segundo y Manuel Segundo (ib. en el Archivo de Arce. de Olavarría existe otra relación de los
indios de Tapalquén, 46 oficiales, 440 indios y 268 de la chusma). (Jorge Oscar Sulé, Rosas:
Relaciones con los indios y Rev. Militar Nº 531 Ba. 1951 dan otros aspectos)
Durante la Expedición de Rosas
Reseñemos también la participación de Catriel en la Expedición de Rosas al Río Colorado
en 1833. Rosas, un indiscutible diplomático de la pampa bonaerense, había logrado establecer la
nueva frontera de avanzada. Su nuevo plan, el que iba elaborando casi bajo sigilo y que conjugaba
con otros proyectos de las provincias del interior, era un avance en una acción combinada de
grandes dimensiones, cuyo resultado sería alejar a todas las tribus hasta el Río Negro. Antes de
finalizar su primer período de Gobierno, expresó el 30 de noviembre de 1832, en un mensaje de las
Cámaras, la urgente necesidad de recursos para posibilitar esa operación militar. El reasumió el
cargo de Comandante General de la Campaña y preparó hasta los detalles de ese proyecto. Entre sus
electivos contaba a los indios amigos, los pampas. Para eso hubo parlamentos y conferencias y
regalos a discreción. Una primera reunión de caciques hubo en enero en Chacarita. Y como muestra
de fidelidad. los pampas tuvieron que atacar el 16 de enero al cacique Quiñigual y a su tribu. Otro
parlamento se celebró, el 8 de febrero en la Estancia San Martín. El 21 de ese mes. los indios
amigos se concentraron en la Guardia del Monte. El 24 del mismo mes. se realizó, allí otro
parlamento con los oficiales de Catriel. CachuI y algunos borogas. El 21 de marzo Catriel y CachuI
dieron otra prueba "de fidelidad y coraje" apresando al cacique chileno Lepen, acción que Rosas
premió con 600 $ (AGN.S.X. 40-7-10).
El Ejército o la División del Brigadier General Juan M. de Rosas salió del Monte y el 31 de
marzo llegó al Cantón de Tapalquén. Catriel se había adelantado con su escolta para saludar a los
amigos. El 3 de abril de 1833 —seguimos el Diario de Rosas—. a las 3 de la tarde, se incorporaron
a la División unos 600 indios y los caciques Catriel, CachuI, Francamán, Reilef, Llanquelén y Pablo
y los caciqueillos Nicasio. Antuán y Anguipán. Parece que Rosas no quiso llevarse a todos, sino se
eligió lo mejor y los demás debían quedarse en sus toldos a 4 leguas del Cantón de Tapalquén.
Catriel y los suyos marcharon a la vanguardia, acompañados por el Sargento Mayor y
lenguaraz Eugenio del Busto. A los pocos días. el cacique se sentía afiebrado (7.4.33): pero no quiso
abandonarlos. El 18 del mismo mes estuvieron en Sauce Grande y el 19 de mayo llegaron al Río
Colorado.
Entre tanto hubo una pequeña revuelta en los toldos de Tapalquén. Dos chasques vinieron a
informar al cacique. Y éste los mandó de vuelta con la orden de que el Comandante apresara a los
más culpables y los fusilara. En esa época visitó a Tapalquén el viajero inglés Ch. Darwin y anotó:
"Vi en una campiña fértilísima un conjunto de toldos y chozas indias en formas de hornos (e.d.
ranchos de barro), diseminados en una llanura horizontal"... En su relato menciona casas de
comercio; alaba la habilidad de las tejedoras, etc.
Después del festejo del 25 de Mayo, que Rosas destaca en su Diario, Catriel y los suyos
acompañaron al Cnel. M. Rodríguez y a M. Miranda a la persecución del cacique Chocorí. Se les
escapó. En fin, las órdenes eran de guerra, como ésta: que no trajeran muchos prisioneros vivos: que
mataran en caliente. (Comando General del Ejércilo. ob. cit. V. p. 50). A Calriel y a Cac.huI les
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escribió J. M. de Rosas que no pensasen en traer las familias de los ladrones. Que den muestras de
fidelidad. "Si los persiguen a muerte, entonces les creeremos" (AGN. S.V. 28-4-4).
Y otra vez a la guerra
En diciembre Rosas levantó el Campamento del Sur y las tropas regresaron hasta Bahía
Blanca. Pero ya en octubre había mandado a algunos indios de Cachul a Tapalquén y ha dispuesto
que ni en Azul ni en Tapalquén repartiesen raciones. ¿Estaría desconforme con sus "amigos"? El 10
de diciembre Rosas conferenció con Catriel en Bahía Blanca y dos días después tuvo que asistir a
una riesgosa conferencia con los representantes de los borogas a quienes tenía designadas nuevas
"tareas".
El 29 de diciembre Rosas hizo entregar a Catriel y a CachuI 6.300 $ como gratificación de
sus indios. Luego regresaron al Napostá (AGN. S.X. 40-7-10).
Desde principios de 1834 Rosas intensificó sus trabajos diplomáticos en contra de los
borogas. a la vez que los obligaba a cxpedicionar contra los ranqueles. Y aún los catrileros debían
ejercer una presión sobre ellos. El 26 de enero ordenó a los caciques CachuI. Antuán y a Juan
Catriel, hijo, a situarse en Sauce Chico. Catriel "El Viejo", acompañando a Rosas se cayó del
caballo cruzando un guadal. Rosas se rió del gordo. Este llegó a salvo a su toldería. Allí vio que no
había recibido sus raciones por eso le escribió a Rosas una carta estremecedora que Rosas mismo
reprodujo en su Diario de la Expedición (ed. 1969 p. 202): "...No hay noche que no se matan 4 ó 6
caballos... Quisiera que usted nos mandase pronto las yeguas, porque ya no hay qué comer, ni yerba
ni nada... su hermano Catriel".
El 8 de Sept. de 1834 cayó el malón de los huilliches chilenos de Jn. Calfucurá, A.
Namuncurá y Cheuqueta sobre los borogas. con anuencia de Rosas (Ver Melín, Rondeao, etc). En
una carta a Catriel, Rosas menciona el asunto y le dice que los borogas habían sido enemigos de sus
amigos y le ordenó que atajaran y reuniesen a los borogas dispersados. (AGN. S.X. 24-8-6). Esto
será de graves consecuencias para los tapalqueneros.
Atenciones al enfermo
Catriel arrastraba una enfermedad desde la campana al desierto. Por eso. el 1° de Mayo de
1834 pidió permiso para ir a curarse en Buenos Aires. Tenía úlcera. Ya no confiaba en sus
curanderas. Y como llevaba consigo a su familia, el Gobierno le puso a disposición una casita
(Diario de Rosas, p. 204). Podemos anotar también acontecimientos alegres de los cuales escribe La
Gaceta de Buenos Aires. Del 24 al 26 de Junio de 1835 se realizó en Azul un gran festejo en honor
del Gobernador Juan Manuel de Rosas, porque había asumido por segunda vez el gobierno de la
provincia de Buenos Aires. 40 jefes indios y mucha indiada concurrieron a la fiesta que se
desarrollaba en la Guardia y en la plaza, todos vestidos a la federala con calzoncillos rojos, poncho
punzó y birrete colorado. Algunos caciques pronunciaron sus fogosos brindis y otros largos
discursos. Catriel, por ejemplo decía, según informa La Gaceta (N o 3651:31.7.35): "...Juan Manuel
es mi amigo muy bueno: nunca me ha engañado. Yo y todos mis indios hemos de morir por él. Si no
fuera por Juan Manuel, no nos veríamos como nos vemos hoy viviendo entre los cristianos, todos
unidos como hermanos. Mientras viva Juan Manuel, todos seremos felices; viviremos en orden y
sosiego al lado de nuestras mujeres e hijos...". Y Juan Catriel hijo, embrazó un gran retrato del
"Restaurador" (Garretón, sus escritos, comunicaciones y discursos I, p. 49). Al día siguiente se
trasladaron a Tapalquén donde continuó la fiesta hasta el día 27. Además, Catriel fue a Buenos Aires
para felicitar él personalmente al Gobernador: al menos se conserva una cuenta por gastos de él y
21 de su comitiva (AGN. S.X. 43-7-3:4.8.35). Rosas se preocupó también del mal de la vista del
anciano cacique y lo hizo atender. Durante otra fiesta en Azul, se bautizaron muchos indios de la
tribu en la iglesia de San Serapio. "Los indios, acompañados de sus padrinos, concurrieron en horas
de la mañana al templo... Las chinas completamente vestidas al uso de los cristianos y, los varones,
al modo de los paisanos" (La Gaceta,N°3711: 12.10.35).

Malones y malones
209
Hubo entonces terribles expediciones contra los ranqueles, los borogas de Caniuquir (1836)
y también contra los de Venancio Coñiupán de Bahía Blanca (1836), lo que suscitó una serie de
malones, primero sobre Bahía Blanca (1837). Hubo varios ataques sobre Tapalquén y las tribus de
indios amigos de Catriel: el 1º de julio de 1835. En la sorpresa aprisionaron a todos los indios y se
estaban llevando ya sus haciendas. Entonces reaccionaron las tropas del Cantón de Tapalquén y
reuniendo a los indios que se habían dispersado, los del cacique Painén. de Quinigual, de Nicacio y
el hijo del cacique mayor Juan Catriel. persiguieron a los malones . Algunos autores hablan de un
épico combate por el que recuperaron sus familias y en él que les hicieron importantes bajas. Entre
los caciques muertos se enumeran el cacique mayor Mayguyn de Chile, Güelé. Quinignerr. cinco
capitanejos y más de 200 indios (Parte del Cnel. Pedro Ramos). Rosas felicitó a sus "indios amigos"
y obsequió al Cnel. Ramos una condecoración.
La guerra no había concluido. Tales reveses sirvieron de estímulo para nuevos intentos y
revanchas. Las tropas de Azul y Tapalquén estaban sobre aviso día y noche y entrenaban a muchos
indios de Catriel y de Cac.huI en el arte de la guerra (Doc. Museo Arce No 27 y 62).
Se repitió el ataque a Tapalquén el 2 de octubre de 1836 (AGN. S.X. 20-10-1): 200 indios de
los 1000 que había en Blanca Chica atacaron el campamento y la toldería, pero fueron rechazados.
En enero de 1837 se acercó otro malón hasta Azul y en marzo a Santa Catalina (AGN. S.X. 25-5-1).
Entonces Rosas mandó otra expedición al desierto con 3070 hombres y 1200 indios amigos al
mando del Cnel. Del Valle que no es muy conocida quizás porque no hubo batallas brillantes. El
cacique Catriel "El Viejo" ya no estaba en condiciones para expedicionar, pero lo hacía su gente al
mando del cacique Nicasio. cuya acción en Salinas Grandes fue formidable. Ella tuvo como
consecuencia de que borogas. huilliches y ranqueles se confederaran para organizar juntos un gran
malón. Uno cayóel 13 deagoslode 1837 sobre Bahía Blanca, otro caería sobre Tapalquén, la guerra
probablemente en combinación con proyectos unitarios de Lavalle y de Baigorria.
El 20 de agosto de 1839, al toque de la diana, cayó el malón sobre Tapalquén. El coronel N.
Granada, jefe interino del Cantón, organizó de inmediato la defensa. Los indios atacaron en olas
sucesivas. Según unos habrían sido 1200 indios, según otros casi 6000. Granada, ayudado por
Catriel y sus fieles pampas sostuvieron un encarnizado combate, desde las ocho de la mañana hasta
las tres de la larde. Finalmente viendo los agresores que no los iban a vencer, iniciaron su retirada y
los defensores su persecución. (AGN. S.X. 27-7-6). No es el lugar para contar más detalles, a no ser
un resumen de los efectos enumerados en los partes: hubo 150 muertos en las filas enemigas y 60
entre los defensores. Los indios de Catriel fueron los más afectados. El decreto de Rosas del 24 de
agosto acordó sendos premios a los heroicos defensores de Tapalquén, sin excluir a los indios
amigos. Se repartieron algunos dineros y 400 "medallas de latón" (Comando General del Ejército,
ob. cit. IV. p. 396).
Durante la Revolución
Mientras algunos indios, munidos con el cintillo rojo, se dirigían a Buenos Aires para
saludar a Rosas, algunos enemigos agitaron sus toldos con falsas noticias. Decían que Rosas había
muerto y también los caciques Nicasio y Quinigual con muchos indios. Atemorizados levantaron
sus toldos y se concentraron alrededor de la casa del cacique mayor Juan Catriel (Arch. Arce Doc.
49). El Comandante de Azul, Cnel. Echeverría los tranquilizó y tranquilizó también a Rosas
diciéndole en la carta del 8 de septiembre que no había motivo de desconfiar de sus amigos, los
pampas. Que no estaban sublevados, que él mismo y el Mayor Eugenio del Busto habían estado
entre ellos examinando la situación (Rev. Archivo de Azul N" 2 p. 62). Un mes más tarde estalló la
Revolución de los Hacendados del Sur (Dolorcs) y allí nuevamente demostraron los indios de
Catriel su fidelidad a Rosas (Capdevilla R.: Tapalquén l.p. 104-107). En un primer momento hubo
una gran confusión entre los indios. Acudieron ante el Cnel. Granada y el Cnel. B. Echeverría, por
otro lado. Se les explicó la situación y 400 indios con los caciques Catriel, Cachul, Nicasio y
Quinigual acompañaron al Cnel. Echeverría para librar a Tandil de los sitiadores revolucionarios.
(AGN. S.X. 20-10-1). El 15 de noviembre vencieron a los unitarios invasores. Parece que de paso
saquearon a algunas estancias de "unitarios". pero, terminada la contienda, Catriel se avino a
devolver a los capataces de dichos establecimientos gran parte de lo robado: rasgo particularmente
notable. También por esta acción Rosas les obsequió medallas (AGN. Biblioteca Nacional N"
210
18.368). Entretanto, los indios y familias que habían quedado en el Arroyo de las Nievas,
obedeciendo una orden del Edecán Corvalán, se acercaron a Azul para protegerse mutuamente.
(Rev. Arch. Azul No 2 p. 183).
En agosto de 1840, con motivo del movimiento revolucionario del Gral. Lavalle, Rosas puso
una vez más a sus fieles pampas en pie de guerra y vencieron (R. Capdevilla: Tapalquén 1, p. 111).
A partir de 1840. Rosas cambió su actitud con los indios y aún con aquellos con quienes
había mantenido una guerra franca. En adelante se mostraría dispuesto a entrar con ellos en
"negocios pacíficos" haciendo del Fuerte de Azul el centro de estas gestiones. El mismo controlaría
estas gestiones confiando el trato directo a su ahijado Pedro Rosas y Belgrano. El primer tratado de
paz se selló con el cacique Painé de Leuvucó (La Pampa)en Azul, en abril de 1840. (Copia del 23 de
abril de 1840 en el Archivo de Azul). (Ver el texto en "Painé"). Intervino en calidad de lenguaraz el
capitanejo Calfiao, perteneciente a Catriel. Este presentó, a su vez ofrecimientos de paz de
Calfucurá. Rosas estaba contento con sus amigos pampas y decía en su mensaje ante la Sala de
Representantes en 1840: "Las numerosas tribus amigas continúan dando ejemplo de fidelidad". Pero
sus enemigos siguieron azuzando a los indios. El Gral. T. Brizuela en un mensaje o la proclama de
junio de 1840 decía:"... Vamos a consolar a los míseros esclavos de Rosas, los indios pampas".
(B.Lizonda-Borda.p. 148).
Ocurrida la muerte de Brizuela, los indios tapalqueneros estuvieron de fiesta.
“Estas son sus tierras”
Por una ley de 1840. Rosas concedió tierras a correligionarios suyos "en usufructo", ley que
afectó a los indios catrileros. Pero les concedió las tierras del Arroyo de Nievas en perpetua heredad
(A. Valverde: Ensayo histórico del Partido de OIavarría. p. 192 y J. Gálvez, de Juan Manuel de
Rosas, p. 32).
De Catriel y de sus indios hubo cada vez más noticias, porque se les acercaba la población
blanca. Así los visitó también en 1840 el viajero Willam Mac Cann. Dice que 3000 indios obedecían
entonces a Catriel. Pero no se acercó a ellos, sólo amigos podían hacerlo como proveedores, y de
vez en cuando los visitaron ladrones. Pero en general el prestigio de Catriel era reconocido hasta
entre los indios. Entre 1844 y 1846 se le incorporaron algunos contingentes ranqucles y pehuenches.
(Rcv. Archivo de Azul N" 2 p. 111).
Desde tiempo se llamaba a Catriel "El Viejo". En realidad Vuta Catriel significa en idioma
araucano Catriel padre. Ahora, sí, estaba viejo y achacoso. Leemos en una carta de 1848: "El 7 de
este mes. estuvo el cacique Mayor Catriel para solicitar licencia para bajar a la Ciudad para saludar
a S.E. Rosas, pues hallándose bastante achacoso, no quiere morir sino después de aver tenido el
placer de verse con S.E". Rosas, en respuesta, le envió el 12 de marzo, a un médico para que lo
asistiese. (Arch. Hist. Azul N" 78: 9.2.48).
El retrato de Catriel y su familia
El escritor Coronel Federico Bárbara en su libro “Usos y costumbres de los indios pumpas”,
nos dejó una pincelada para el retrato de Catriel El Viejo, diciendo:
"Yo lo conocí en el año 1848. y así decrépito vivía con cuatro mujeres, dos de ellas jóvenes
como de 20 años". Los documentos conocen dos de sus hijos: a Juan Catriel y a Juan Manuel,
oficiales del ejército ya en 1832. Una hija se había casado con el cac. Cayupán. Quizás el cac.
Nicasio es también uno de sus descendientes.
De pronto desaparece su nombre de la documentación histórica; sólo actuaron sus hijos, de
modo que podemos suponer que haya fallecido en 1849. Algún historiador quizás encontrará ese
dato registrado en alguna publicación vieja.

CATRIEL. Juan (IV). 1810-1866. cacique pampa, hijo del ya descripto. Oficial de la tribu
desde 1832. En 1848 heredó el cacicazgo de los pampas del Arroyo de las Nievas, sin que su
hermano Juan se opusiera a ello: pero ellos dos vivían, a lo menos desde entonces, separadamente.
El primer documento que nos da noticia de su gobierno es una curiosa noticia del Sr. Barragán,
fechada en Tapalquén el 6 de noviembre de 1848: "...Nuestro amigo, el cacique Juan Catriel... pidió
una escolta para matar al "gualicho" que tiene a mal traer a un hijo suyo" (Arch. Hist. de Azul 1848:
186). Además de ser supersticioso, se conoció a este indio como resoluto y cruel. Las muchas
211
guerras que ha vivido desde su juventud le han impreso seguramente un carácter especial. Lopez
Ancán, un indio viejo de Los Toldos, me dijo hablando del cacique Catriel. "Ha sido cruel. Mató a
su cuñado por una palabra equivocada en un mensaje. Catriel tenía 50 sirvientas (esclavas). Esto me
contó la cautiva Narcisa". El, ciertamente estaba consciente de su importancia y se dejaba halagar
de los políticos.
Había nacido entre Tapalquén y Azul por el año 1810. Recordaba las expediciones del
Gobernador M. Rodríguez y, tal vez. acompañó a su padre en las expediciones con el Cnel. Federico
Rauch. Conoció la amistad de Rosas y lo acompañó en la expedición al desierto. Se casó con doña
Juana, de la cual tuvo los hijos que, a su vez, cobrarían celebridad en la historia: Cipriano, Juan
José, Marcelino y Matilde.
A partir de 1850 figura en primer lugar en las listas de racionamiento, a continuación su
hermano Juan Manuel, Nicasio, Cachul, Quiñigual,Cayupan, etc. Se lo llama cacique principal y no
Cacique Mayor, como a su padre.
Con Rosas en Caseros
Al pronunciarse el Gral. J. J. de Urquiza en contra de Rosas, en 1851, éste buscó la ayuda de
sus indios amigos. En enero hizo obsequiar a 87 caciques y capitanejos en Bahía Blanca.
Efectivamente Catriel y sus indios acudieron al campo de la batalla en Caseros en compañía del
Cnel. Pedro Rosas y Belgrano y no abandonaron a Rosas hasta que el Gral. en Jefe A. Pacheco se
retirara. (Diario: La Tarde 19.4.52.). Se volvieron a Tapalquén y Azul. El Cnel. Hilario Lagos, quien
se había reconciliado con Urquiza. le escribió el 17 de marzo desde Azul que los indios pampas
estaban en paz (AGN. S.X. 10-4-7).
Consta por muchos documentos que el Gral. Urquiza ha asumido intensos contactos con las
tribus del interior. Mandó al Sargento Mayor F. Olivencio a Salinas Grandes, una y otra vez y no
estaba ajeno a los proyectos de malones a los pueblos fronterizos del Estado de Buenos Aires que se
había sublevado a la autoridad nacional, el 11 de sept. de 1852. Calfucurá quiso ir a Tapalquén para
quitarlos de entre los cristianos (AGN.X.18-4-6-:27.3.52). Los mismos Indios Amigos de Azul
invadieron las estancias del Ex Juez de Paz, Barragán y la Estancia Santa Catalina (24.3.) y luego se
supo que se habían puesto en marcha para incorporarse a Calfucurá y juntos atacarían la Fortaleza
Argentina. Calfucurá estableció entonces la Gran Confederación Indígena. Jn. de Comell escribió
entonces al Gobernador de Buenos Aires: "...Calfucurá domina, a los borogas y todas las indiadas
principales", (ib.).
El 6 de abril de 1852. estos "confederados" se lanzaron sobre Bahía Blanca, saqueando toda
la zona aledaña y llevándose las tribus amigas de Ancalao y la de Tandil (J. M. Catriel).
Continuaron las idas y venidas de embajadores a Salinas Grandes. “La tierra india a los indios”
era el grito de Calfucurá. Millalef decía entonces a los catrileros dr Tapalquén: que Calfucurá
vendría a ese punto para unirse esta indiada pampa y, a los que no quisieran salir de entre los
cristianos, matarlos, pues hoy es cuando deben unirse todos los indios para resistir a los cristianos
(27.3.52) (R. Capdevilla: Rosas y Belgrano y AGN X 18-4-8) Luego el Director Supremo decidió
que todos los asuntos de indios serían sometidos al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano. Luego , el 24 de
marzo, el Cnel. Lagos tuvo que comunicar que los indios amigos de Tapalquén marchaban por el
camino chileno a incorporarse a Calfucurá. El 6 de abril, Calfucurá puso en marcha un formidable
malón.
Entonces estalló la Revolución del 11 de Septiembre por la cual se sustrajo la provincia de
Buenos Aires a la influencia de Urquiza. El Cnel. Hilario Lagos se opuso a tal situación y marchó a
poner sitio a Buenos Aires. En cambio Rosas y Belgrano marchó con 500 indios de Catriel —que
habían vuelto a sus lares—. para ayudar a los "heroicos defensores de la Capital". Después de pasar
el Río Salado fueron atacados y vencidos (22.1.53) en el Rincón de San Gregorio. Los indios de
Catriel huyeron, pero tuvieron tiempo para arrearse de la Estancia de Cascallares (Part. de Alvear)
su pago por la campaña. (R. Yaben, Rosas y Belgrano) Rosas y Belgrano cayó prisionero, pero fue
perdonado y restituido en su cargo en Azul. Cuando Olivencio volvía a Salinas Grandes, Calfucurá
le aseguró que Urquiza le había enviado la orden de atacar los pueblos del sur. Efectivamente
invadió con más de 4000 indios en Sauce. Queuquén Salado. Tres Arroyos y Cristiano Muerto.
Manuel Baigorria, quien ha sido designado jefe de la frontera sur de Córdoba, buscó al Cacique
212
Coliqueo para que junto con los ranqueles se decidiera por la causa de Urquiza. (Véase lo expuesto
en la vida de Calfucurá para recordar cuál ha sido el maridaje entre Urquiza y los indios). Ni a
Catriel, ni a Rosas y Belgrano resultó fácil tomar partido por la Confederación o por Buenos Aires.
La política porteña
Los porteños liberales y progresistas siguieron con una política clara con respecto a los
indios de la provincia de Buenos Aires. Se pensaba adelantar la frontera y reemplazar a la población
aborigen por la del colono. En mayo de 1853 se construyó el nuevo Fuerte Esperanza (Alvear). Un
año más tarde se decretó la creación de un nuevo pueblo Tapalquén. Se trasladaría el fortín y el
campamento militar a las tierras de Catriel. Nada valdrían sus reclamos. A los indios se suprimió el
racionamiento. se les coartaba el comercio y ya se concentraban fuerzas para desalojarlos. Los
Catrileros tenían noticias. No obstante, el Cnel. Paunero pudo escribir al ministro (9.2.55)
"Cafulcurá está reuniendo las indiadas...".
“Los indios de Tapalquén están quietos y, al parecer, sumisos. Pero no deja de llamar la
atención el que me pidiesen licencia para salir a bolear, siendo esta la estación la menos aparente".
(Arch. Mitre XV. p. 197). Era evidente que buscaban tomar contacto con los indios de la
Confederación Indígena. Al mismo tiempo. Juan Catriel mandó a su hijo Cipriano con una
embajada a verse con el Presidente de la Confederación Argentina.
Campañas de desalojo
El 2 de marzo de 1855 el Gobierno de Buenos Aires decretó que se trasladara el Cantón de
Tapalquén y se construyera un nuevo Fuerte. El 9 del mismo mes: “que se adelante la frontera” y el
6 de mayo, la Cámara de Diputados autorizó al Cnel. Emilio Mitre a marchar a campaña. (Prado y
Rojas, A.: Leyes y decretos de la Prov. Bs. As.. T. V" p. 166 y Arch. Hist. La Plata: Catálogo VI p.
40).
Los indios de Catriel se agitaron y los pobladores se angustiaron: "Ven en cada paja un indio
grandote". El Juez de Paz de Tapalquén, siguiendo instrucciones superiores, había reunido los
materiales para la construcción del nuevo fuerte. Pero cuando, el 13 de mayo. dispuso su traslado y
el convoy entraba en el campo de la Tribu, los indios se reunieron y le negaron el paso. Integraba la
comitiva el Juez de Paz Ezequiel Martínez, un policía, los vecinos Saavedra y García, el capataz y
la tropa de las cinco carretas. El Juez de Paz se puso nervioso y mató al indio más próximo. Al
instante se armó la trifulca. Los indios apresaron al Juez de Paz y a los vecinos, mataron al policía y
al capataz y saquearon el cargamento de las carretas. El asunto tomó vuelo. Se hicieron empeñosas
gestiones para rescatar a los rehenes; hasta el mismo Gobernador Pastor Obligado escribió, el 19 de
mayo, al cacique Catriel, incriminándole su infidelidad y amenazándolo que lo iban a pelear por
todos los campos (Arch. Mitre XV p. 108 y 67). Efectivamente mandó al Gral. Hornos con 150
hombres a reforzar la tropa que habían reunido los Coroneles Villar y J. Martínez. Luego encargó al
mismo ministro de Guerra, B. Mitre, a efectuar la operación del desalojo en Tapalquén. En la
frontera se concentró también la Guardia Nacional. El Cnel. Laureano Díaz recibió (15.5.55) la
orden de llevar sus efectivos de la frontera de Bragado y 25 de Mayo sobre Azul. Uno de los
pobladores escribió el 19 de mayo al ministro D. Bartolomé Mitre: "El levantamiento del cacique
Catriel merece un castigo severo y yo los mandaría a todos a Martín García, dejando a las familias
en Buenos Aires, sobre todo los menores de 14 años, si es que con dichos indios no es posible
hostilizar a los ariscos (de Calfucurá) y sacar ventajas de esa manera, como se ha hecho en otras
partes en idénticas circunstancias". (Ésta fue la triste filosofía de muchos políticos y militares de la
época y los indios lo sabían). Antes de los sucesos de Tapalquén, el Cnel, Villar atacó los toldos de
CachuI por presuntos robos que sus indios habían hecho.
El 1º de mayo de 1855 ,pues, llegó el Cnel. B. Mitre al Azul; organizó el Ejército de
Operaciones del Sud y fijó como primer objetivo el ataque a las tribus de Catriel y Cachul.
Batalla de Sierra Chica
En su arenga, el 28 de mayo habría dicho, revoleando su látigo: "Con esta arma me basta
para terminar con los indios, respondiendo ellos hasta de la última cola de vaca de la Provincia". No
fue justamente una profecía: su campaña fue un fracaso. El mismo 28 llegó a Sierra Chica,
pensando caer el día 30 de sorpresa sobre las tolderías de Catriel. mientras que las tropas al mando
del Cnel. Laureano Díaz caerían sobre los toldos de Cachul. Catriel y Cachul, noticiados,
213
concentraron a sus lanceros sobre el Arroyo Tapalquén. L. Díaz y sus 100 hombres lograron apresar
las familias de Cachul y arrear sus haciendas. De pronto se vieron rodeados de los indios de
Calfucurá y de Coliqueo, quienes, sin atacarlos, les exigieron la entrega de los cautivos. Mientras
tanto las tropas de B. Mitre habían caído también sobre los toldos de Catriel. Este los esperó y al
toque de tres cornetas los mandó atacar ayudado también por los indios de Cachul. Usando una
vieja táctica, los indios empezaron a desbandarse, hasta que sus perseguidores hubiesen cansado sus
caballos. Y mientras los más avaros se echaban a robar, los indios se rehicieron y cayeron unidos
sobre sus agresores, quienes se replegaron hasta la Sierra Chica. Allí los sitiaron durante la noche y
el siguiente día. Y no llegaba la tropa de Díaz, y cuando llegaron Calfucurá y Coliqueo con sus
lanceros, la situación se hizo crítica. Sólo una huída durante la noche oscura pudo salvar la vida de
Mitre y de su gente. Dejaron pues prendidos sus fogones y atados su caballos, se alejaron
sigilosamente y de a pie el ministro de Guerra y los sobrevivientes, de la acción malograda. Llegado
al Azul, el 2 de junio. B. Mitre informó al Gobernador del revés sufrido y una semana más tarde
elevó una memoria sobre los sucesos (AGN. S.X. 27-7-6: 14 fojas y L. Díaz 6 f.). El Gobernador
aprobó, el 8 de junio la operación de Tapalquén (!), pero el día 20 llamó a Mitre a Buenos Aires,
dejando el mando del Ejército de Operaciones de Sud en manos del Gral. Hornos que contaba con
1700 hombres. (Arch Mitre XV p. 69).
El 9 de junio Catriel admitió entrar en negociaciones, prometió liberar al Juez de Paz
Ezequiel Martínez, pero exigió la entrega de los cautivos hechos en la tribu de Cachul. No se le
quiso complacer. El Cnel. Emilio Mitre, Comandante de Tapalquén Nuevo, pensaba expresar la idea
de los demás militares, cuando le escribió: "En cuanto a mis ideas sobre este punto, helas aquí en
pocas palabras: garantizarles todo lo que traigan, ofrecerles terrenos para sus toldos y algunas
raciones, pero con la condición precisa e indispensable que han de venir a establecerse al lado del
pueblo nuevo, para tenerlos a mano y sin perjuicio de degollarlos a todos en una noche". (Así
escribió a su hermano, el Ministro: Arch Mitre XV 129).

En julio, Catriel entregó al Sr. Ezequiel Martínez y el mismo mes, el Sargento Mayor de
Ingenieros. Ludovico d'Horbourg. efectuó la delimitación del nuevo Fuerte y Pueblo de Tapalquén.
Los trabajos realizados por las tropas de Hornos y E. Mitre concluyeron en agosto. (R. Capdevilla:
Tapqalquén vol.1. p. 147).
Sublevación general
Estas operaciones y la presencia del Ejército de Operaciones del Sud en la zona india
provocó una sublevación general que arrastró hasta los últimos indios amigos (AGN. S.X. 27-7-).
En septiembre se desató el huracán, el malón de Calfucurá y de la Confederación Indígena.
Los indios invadieron las zonas de Tandil, Lobos y Tapalquén. La primera víctima sería el Cnel. M.
Otamendi con 187 soldados, atacados en la estancia San Antonio de Iraola. El 29 de octubre cayó el
malón sobre Tapalquén. A pesar de la constante vigilancia, arrebataron la caballada de la tropa de
Hornos. Este organizó de inmediato la persecución de los indios, contando con 1280 hombres y dos
cañones. A dos leguas del Fuerte, los esperaban 2000 indios formados en semicírculo. Fue tan hábil
y calculada la operación de los indios que lograron llevar el Centro del Ejército hacia un terreno
pantanoso (guadaloso) cerca de la Tapera de Barragán, donde empantanados, los porteños se
inutilizaron para la lucha y fueron vencidos. Hornos, salvando lo que pudo, regresó al fortín y de
noche hasta Azul, mientras que los indios destruyeron el nuevo pueblo Tapalquén. (Parte
reproducido en Capdevilla: TapaIquén I, p.156).
Emilio Mitre y Hornos con su Ejército tuvieron que enfrentar reiterados atropellos de los
indios en guerra, pero lograron rechazarlos sobre los arroyos Chapaleufú y Los Huesos, el 9 y 10 de
diciembre de 1855. El 13 de febrero de 1856 cayó otro malón sobre Azul. Los replegaron hasta la
Sierra de Sotuyo. Cuando a las tres, las tropas se iban a retirar, apareció otro malón de 1000 indios.
El día siguiente atacaron la estancia Santa Catalina y el Arroyo de las Nievas y recién el día
siguiente se retiraron, llevándose cuantioso botín. La prensa habló de 300 muertos que se debía
deplorar.
Nuevas condiciones de paz
214
Ante tan tristes acontecimientos, el Gobernador Obligado viajó a Azul con el objeto de
proponer a Catriel nuevas condiciones de paz. Este apareció a su presencia, pero se hizo el
desentendido, diciendo que no entendía su mensaje, porque su secretario no se hallaba. (Arch. Mitre
XV p. 85 y 86). El Gobernador insistió y le prometió que no iban a quitarles sus campos. Entonces
el cacique contestó más favorablemente, pero exigió ante todo la devolución de los cautivos hechos
en la tribu de Cachul y los que se retenían en el Fuerte de 25 de Mayo. El Gobernador encargó las
ulteriores gestiones al Gral. Hornos. Este tuvo que renunciar en junio y lo reemplazó el Cnel. M. de
Escalada. Buenos Aires comprendió que debía pactar con las tribus, como lo hacía el Gral. Urquiza
a nombre de la Confederación Argentina. Buscaron pactar con Calfucurá por intermedio de una
comisión del maestro E. Larguía, y el Comandante de C. de Patagones pactó con la tribu de José
María Llanquetruz. En mayo se propagó en la Capital la noticia de que Calfucurá aceptaba la paz.
Significativamente presidió la comisión salinera el cacique Catriel. Catriel tuvo entonees sus toldos
establecidos en Sauce. El mismo entró en negociación por la paz. Y en prueba de su sinceridad hizo
entrega de los cautivos. Francisco Alonso, quién recuperó a su hijo, dejó asentado un verdadero
elogio del cacique Catriel (Arch. Mus. Hist. Nac.Nº 3372: 5.6.56).
Catriel reanudó sus actividades comerciales en Azul. En julio vendió allí 154 vacas y 16
bueyes "con sus marcas, para que nadie pueda reclamarlos por ser comprados con dinero", dice la
guía escrita por su secretario Benjamín Olivera (Arch. Hist. Azul).
El General Escalada pidió entonces al nuevo Gobernador D. Valentín Alsina la autorización
de celebrar un tratado de paz con los caciques Catriel y Cachul que los comprometiera con la
política de Buenos Aires. Efectivamente fueron comisionados el Comandante J. 1. Rivas e Hilario
Lagos para que conferenciaran con Catriel en Guaminí y Sauce Grande. También el Cnel. Iturra
invitó al cacique a presentarse en Bahía Blanca con el mismo objeto. Juan Catriel le contestó el 6 de
agosto: "Juan Catriel nunca traicionó. Yo y Juan Cachul. mi segundo (cacique), estamos con la
mejor disposición a tratar la paz tan deseada... Esperamos las bases del Gobernó de la Provincia. El
10 o el 15 del corriente estaré con el Gral. M. Escalada. Esto me imposibilita ir allá. "(Arch.
Salesiano, Bahía Blanca).
Catriel, entre tanto, consultó a Calfucurá y envió a su hijo Cipriano a ver al Gral. Urquiza.
Parece que no opusieron razones. Pero el 5 de octubre se leyó en algún periódico de Buenos Aires
que 75 indios de Pichi Manuel (hermano de Catriel) habían partido de Paraná llevando consigo
30.000 cartuchos y al Cnel. F. Olivencio.
El 8 del mismo mes de primavera, la comisión encargada de preparar el tratado de paz
anunció que el "Cacique Mayor" estaba dispuesto, no así su hermano Juan Manuel.
El 25 de octubre se hizo un primer convenio con los caciquillos Nillayagui y Máximo
Cachul (AGN. S.X. 19-4-5: 20 fojas). Al mismo, tiempo se fundó junto a Azul la Villa Fidelidad
con terrenos donados al cae. Maicá y su tribu. (AGN. S.X. 19-7-3: 13 fojas).
El tratado de paz
El 31 de octubre el Jefe accidental de la Frontera Sur anunció a los caciques Catriel y Cachul
que la firma de paz era inminente y que devolviera los cautivos. (AGN. S.X. 19-8-4). Después de
Navidad Catriel devolvió a seis cautivos y pasado Año Nuevo, el 3 de enero de 1857. firmó en San
Benito, sobre el Arroyo Azul, el tratado de paz propuesto por el Gobierno de la Provincia (Arch.
Mitre XV p. 168). En Azul fue día de fiesta: se cantó un Te Dcum en la iglesia; hubo asado con
cuero y baile a la noche. Por el tratado se les reconoció a los indios el derecho de propiedad de sus
tierras, se les asignó raciones y sueldos. Por el artículo 6" se le concedió al cacique Catriel "por un
acto de benevolencia del Superior Gobierno, el título de General y Cacique Superior de las
Tribus del Sur y el uso de charretas de Coronel" (AGN S.X 19-9-4).
El Coronel de Escalada puso especial énfasis sobre la liberación de cautivos. El mismo
reunió fondos para gratificar su rescate. (Publicó un folleto bajo el título: "Suscripción para el
rescate de cautivos", Bs. As. 1857). El Cuartel General de San Benito era el escenario de tales
"negocios". El 12 de febrero se presentó allí la mujer de Juan Catriel. dona Juana, presentando
algunas cautivas que eran de la zona azuleña. Antes que volviesen los indios de Catriel a sus tierras
en Tapalquén, hubo un pequeño malón en la zona. Catriel aseguró que no habían participado indios
de su tribu. El 9 de marzo, el Gobierno reconoció por un nuevo documento las propiedades de
215
Catriel situadas entre Tapalquén y Curamalal (Arch. Mitre XV p. 167 y 379). Tapalquén Nuevo fue
abandonado. Entonces, sí, volvió la indiada de Catriel. El Cnel. Escalada fue a su encuentro y en su
primera entrevista, el 21 de marzo, consiguió que 700 indios marcharan a imponer la paz a los
indios malones que aún merodeaban la zona. Los pobladores de Azul los recibieron sin miedo, de
manera que los indios entraban y salían y participaban de la vida social. En mayo levantaron sus
últimos toldos en Sauce Grande y un mes más tarde, volvió también la tribu de Cachul a sus tierras
de Tapalquén.
La guerra civil y los indios
Mientras la provincia de Buenos Aires se alegraba por las paces realizadas. los políticos y
los militares de la Confederación se comunicaban: "Que por más que hagan paz Mitre, Hornos,
Díaz, Alvarez y Zapiola, no podrán resistir la terrible invasión que prepara Calfucurá. Los indios de
Catriel y Cachul tomarán parte". (AGN. S.VII 14-1-13 T. 124, p. 126). En esos días ocurrió también
la sublevación de los indios amigos de 25 de Mayo. También algunas cautivas escapadas afirmaron
que el Gral. Urquiza estaba preparando una invasión, (ib. 19-8-2). En Consejo de Ministros
acordaron entonces en Bs. As. que las fuerzas combinadas debían caer indefectiblemente sobre
Calfucurá. También los indios de Catriel, militarizados y racionados, debían participar con 300
mocetones. (La Tribuna. 22.10.57 y S.X. 19-7-3). Según el Cnel. Granada "Catriel se demostró en
todos los parlamentos franco y leal". No tan leal ha sido el Gobierno al promulgar, el 16 de octubre
la ley 179 que concedió a particulares propiedades sobre el Arroyo Azul.
En Buenos Aires se preparaban dos expediciones militares, una contra los ranqueles y otra
contra Calfucurá, ésta al mando del Gral. N. Granada y la otra saldría de Fortín Acha al mando del
Cnel. Emilio Mitre. Ambas agrupaciones indígenas contaban con el apoyo de la Confederación
Argentina. La expedición contra los ranqueles fue un fracaso, sin encuentros: la sequía y el vacío de
la pampa los liquidó (Ver Calvain). La campaña contra Salinas Grandes se describe en la biografía
de Calfucurá. Hubo unos malones en Flores. Quequén y Cristiano Muerto, antes de que saliera esta
expedición. El 27 de noviembre arribó el Gobernador Alsina a Azul y ordenó la marcha para el día 3
de diciembre. El cacique Catriel, obeso, viejo y herido, acudió en coche, vestido de uniforme y se
presentó con su "estado mayor". El Gobernador lo saludó efusivamente. Se incorporaron 200 indios
al mando de Cipriano Catriel y 100 al mando del "adivino" cae. Lucio López. El resto quedaría a la
disposición del Gobierno con quien habían hecho el tratado. "Han traído caballos. Es mozada
escogida, en excelente disposición", dice Granada en su informe. (EI Nacional. 24.l2.58
En enero estuvieron en Pillahuincó. Algunos indios salineros querían despistarlos, pero los
apresaron. Y, cuando en una reyerta de borrachos algunos soldados dijeron "que en los próximos
ejercicios los iban a liquidar a todos, algunos atemorizados desertaron y volvieron al Azul
(Monferrant: El Ejército de Operaciones del Sur y la batalla de Pigüé, 1962, p. 91). Catriel mismo
informó del suceso a Granada. El gran choque se produjo el 15 y 16 de febrero en Pigüé. (Véase lo
dicho en la biografía de Calfucurá).
Al hijo de Catriel le encargaron "entretener al cacique Calfucurá con promesas. como lo dice
él mismo en una nota publicada en El Nacional, 2 de marzo de 1858. Este le contestó que había
venido porque tenían sitiado a Cañumil y por orden del Gral. Urquiza. 1500 indios se enfrentaron a
1608 de Conesa y 706 de Paunero y la artillería de Granada. Sin embargo estos no obtuvieron un
verdadero triunfo; y no lo fue su marcha a Salinas Grandes: porque Calfucurá les hizo el clásico
vacio. Sin embargo los indios del Arroyo de las Nievas regresaron raleados y con heridos (Arch.
Mitre XVIII p. 10).
En abril de 1858, el Tnte. Cnel J. Ignacio Rivas fue promovido a Jefe de la Frontera Sud y
por muchos años quedaría en contacto con las tribus de Catriel. Comandante de Azul era entonces el
Cnel. M. Echenagucia. Por él Catriel reclamó sus haberes y raciones y un aumento, porque se le
habían agregado más indios, hasta el cae. Millacurá de Calfucurá (AGN. S.X. 19-9-4 y 19-8-6).
Catriel. consciente de ser "indio amigo", transmitía a las autoridades militares toda noticia
obtenida de Tierra Adentro. Y sus indios debían servir, ya en defensa de los poblados y de las
propiedades, ya marchando a la vanguardia del Ejército. Siempre había unos cien indios en servicio,
es que la conquista del desierto, la guerra de las fronteras y la guerra civil con las autoridades de la
Confederación Argentina lo exigía. Pedro Rosas y Belgrano y Manquellán empezaron a cinchar
216
para la Confederación (Arch. Urquiza T. 140: 6.4.58 y T. 152). Ya mencioné la ley 176 que
concedió tierras por Tapalquén y en el Partido de Saladillo se fundó el Fortín La Parva "para
mantener quietos a los indios amigos". Se los tenía quietos también por medio del pago de los
sueldos: 550 $ a tres caciques: 440 S a 8 capitanejos y 100 $ a 84 soldados c/u.
En la segunda mitad del año 1858, se perfiló la abierta guerra civil entre Buenos Aires y la
Confederación. A Catriel lo pusieron en prueba los unos y los otros. En octubre se publicó en
Buenos Aires una nota de Calfucurá dirigida, el 6 de agosto, al Gral. Urquiza en la que decía que
"Dn. Juan Catriel jugaba a dos cartas. Iré a pelearlo para que vean lo que valen las lanzas chilenas".
No me parece inverosímil. -y lo creen algunos,- que esa carta fue fraguada por I. Rivas. También el
Cnel. O. Llano lo hirió al cacique que usaba quepis de Coronel. En Bahía Blanca fue asesinado José
M. Llanquetruz, el cacique amigo de Patagones.
Al complicarse el conflicto nacional, el Gobierno bonaerense incrementó las contribuciones
para Catriel, como gastos "para repeler con las armas la guerra que de hecho ha declarado el
Gobierno de las Provincias Confederadas". Catriel denunció que el Cnel. Pedro Rosas y Belgrano
había venido a invitarlo a reunirse con ellos para invadir a Azul, que le pagarían el doble de lo que
percibía de Buenos Aires (Arch. Mitre XVI p. 19 y 31). Catriel quedó fiel a su compromiso.
Cuando el cacique Juan Catriel visitó. En enero de 1859, con una nutrida comitiva a Buenos
Aires, fue atendido con lujo y prodigalidad (como se informa en la Revista Todo es Historia Nº416,
Buenos Aires, marzo de 2003)
Calfucurá, puesto en pie de guerra por el Paraná, atacó, el 19 de mayo de 1859 a Bahía
Blanca. En cambio Rivas organizó un contraataque a los indios salineros. El 5 de junio convocó a
los indios de Catriel a un parlamento para invitarlos a "participar en la presente guerra". Catriel,
Cachul y Millacurá y todos los indios amigos prometieron ayudarlos. Les prometieron 80.000 $ y
200 $ mensuales a los jefes y 80 $ a cada soldado a más de la ración de carne, yerba y vicios.
(AGN. S.X. 20-2-2). Les proporcionaron también armas. Luego, en julio los movilizaron: 395
indios de Catriel y 42 capitanejos marcharon a Santa Catalina para ponerse a las órdenes de Rivas.
Entre tanto se concentraron también los enemigos para el malón a Cruz de Guerra. Federico
Olivencio mandó, el 25 de agosto de 1859, esta arrógante nota al Comandante de 25 de Mayo: "En
la madrugada del 27 me aproximaré a ese punto a tomar posesión de él por orden del Sr. Presidente
de la República, Capitán General de sus Ejércitos, Dn. Justo José de Urquiza. Marcho a la cabeza de
una fuerte división compuesta de 4000 indios de lanza y 500 cristianos de carabina y sable. No
quieren derramar sangre y prometen no causarles perjuicios" (Arch. de Bragado y AGN. S.X. 20-2-
2). Toda la tropa de la frontera bonaerense marchó a liberarlos, entre ellos un gran número de indios
de Catriel. Los "indios federales" evitaron el choque. (Arch. Mitre XVI p. 42). El cacique Catriel.
interinamente, ocupaba la comandancia del Fuerte de Azul (ib.) Catriel agradeció esa confianza con
éstas líneas: "El pueblo de Azul... por humanidad ha dado en delegar en mi persona el cargo de
Comandante General. Puede descansar en él el celo de su amigo que tiene hoy la oportunidad de
ofrecerse a V.E. como siempre". (Ib. 8.8.59).
No van a Cepeda
Cuando B. Mitre concentraba las fuerzas bonaerenses en Pergamino para oponerse al avance
del Gral. Urquiza sobre la Provincia, el malón no había desaparecido aún. Rivas, antes de partir a la
contienda de Cepeda, conferenció con Catriel y Cachul en "La Parva". Les mandó marchar en
dirección a Mulitas y 25 de Mayo (ib. 6.9.52); pero pronto regresaron y Catriel envió a su hijo para
que explicara al Cncl. Rivas que no podían expedicionar con caballos mancados".
El 23 de octubre de 1859 tuvo lugar la batalla de Cepeda en la que el general Urquiza
impuso sus armas a las de Buenos Aires. Pocos días después, entró en acción el malón salinero,
primero en Veinticinco de Mayo (29.10.59), donde se portaron caballerosamente, quizás por la
valiente inercesión del cura Francisco Bibolini y la generosa acogida de los pobladores.
El 10 de noviembre, Pedro Rosas y Belgrano. nombrado jefe del sur de la Provincia. se
apoderó de la Plaza de Azul. ¿Qué actitud debía adoptar el cacique Catriel en tales circunstancias?
Creo que pensó que le convenía plegarse. Nicolás 0campo. en cambio, marchó con tropas porteñas
sobre Azul y volvió a rendir la Plaza de Azul, con tanta más facilidad, porque los jefes P. Rosas y
Belgrano y F. Olivencio estuvieron en desavenencia. (Más datos en bibliografía de Calfucurá)
217
El Pacto de Flores del 10 de noviembre, devolvió a la provincia una tranquilidad relativa,
porque aún andaban los maloneros por el sur (Tandil). Calfucurá. Luego, renovó sus relaciones con
los hombres de Buenos Aires y llamó a Rivas compadre. Suspicaz, le dice el 20 de septiembre de
1860: Si Derqui y Urquiza han hecho la paz, ¿por qué pelean ellos como muchachos mal educados?
Se rescataron cautivos o prisioneros de la guerra anterior. En estas gestiones intervino también
Catriel.
¿Desalojar o exterminarlos?
¿Sabía que el coronel Rivas pensaba volver al plan de exterminio de 1855? Pues. el 9 de
diciembre éste escribió al general Mitre, gobernador de la provincia, que "la presencia de Catriel,
Cachul y Millacurá, aunque en paz, era tan perniciosa corno si estuvieran en guerra... Sí, sus indios
roban pequeñas puntas de hacienda y propongo la rendición de tan inquietos vecinos. Se han
establecido en una corta extensión: al norte (en) Blanca Chica: al este (sobre el) Arroyo Azul: al
oeste, (en) las Sierras y al sur. (en) los nacientes del Tapalquen. Es fácil arrimar tropas sin ser vistas.
Rodeados los indios de este modo, podrían ser atacados los toldos... tomar la mayor parte de indios
para hacer de ellos lo que dispusiera el Gobierno..." El gobernador desaprobó el proyecto. (Arch.
Mitre Xll. p. 31. 69 y 9)
Resulta tan extraña esta carta aun para quien ha visto muchas otras de idéntica filosofía.
Algunos estancieros, herederos (entre comillas) de sus campos en el Valle de Olavarría. expresaron
también las mismas ideas (AGN. S.X. 20-7-2). Pero cuando en 1861 estaba por estallar de nuevo la
guerra, volvieron a alabar a Catriel y a llamarlo cacique Coronel.
En mayo. A. Gelly y Obes, ministro de Guerra de Buenos Aires, viajó al Azul. Atendió allí
las comisiones de Calfucurá y dio una corta entrevista a los caciques de Catriel. De allí escribió éste
al general B. Mitre que mandaría a su hijo Cipriano y representantes de los caciques Cachul,
Cañumil y Lucio para que se entrevistaran con él. (El Nacional. 5.5.6)
Visita de un misionero
Coincidió en ese tiempo otra visita notable, la del venerable misionero P. Simón Guimón.
Vino con permiso del gobernador, para abrir en Azul una misión entre los indios. En sus visitas a los
toldos iba observando sus usos y costumbres. En su visita a la casa del cacique Catriel, éste le decía
que, antes de autorizar su establecimiento, debía convocar un parlamento general. Y en el
parlamento fue rechazado. sobre todo por el Machí (Adivino) Lucio, quien decía que Guchauentrú
(su Dios) se lo había exigido en sueño. Entonces el misionero no pudo quedar ni un día más (P.
Bourenne: Vida de1 venerable P. Miehel Garicoits. p. 196). Esta noticia se presta para múltiples
interpretaciones. Quizás señala cuanta preponderancia iba cobrando el caciquillo Lucio López (El
adivino).
De nuevo la guerra
Entretanto, se renovó la guerra entre Buenos Aires y la Confederación. El gobernador Mitre
fue designado jefe de los porteños y Urquiza aceptó enfrentar las tropas del interior a las de Buenos
Aires. Ambos jefes gestionaron nuevamente la adhesión de las tribus indias. Cristo y Olivencio
fueron a Salinas Grandes: pero Catriel comunicó que quedaría fiel a sus tratados. Catriel a su vez
reprochaba a Calfucurá porque se dejaba uncir las manos.
En Pavón (17. sept. 61). Mitre quedó dueño del campo de la batalla y Urquiza se retiró con
sus tropas: no así los jefes puntanos y cordobeses. En sendas montoneras se desplegaron en la
provincia de Buenos Aires y en el interior. El comandante de Azul. dejando en la Plaza al coronel
Juan Catriel. "quien estaba perfectamente de acuerdo con nosotros", salió a perseguirlos.
Nefastos proyectos de Rivas
Hay otros documentos que confirman la fidelidad de Catriel en sus compromisos. Tanto más
nos extraña la actitud del Cnel. Rivas, adoptada con él. Con cierto disgusto reproduzco algunos
textos demostrativos que han sido publicados en Archivo de Mitre, publicac.ión de La Nación en
1912. Las cartas oficiales son casi correctas, pero en las cartas familiares propone a Mitre dar
golpes a los indios de Catriel; exterminarlos; hacerlos pelear contra los otros. "Haríamos un servicio
al país eliminando en una noche esos 500 perros rabiosos" y finalmente le da cuenta de alguna
acción realizada y se queja de que el Sr. Presidente no apruebe sus planes. Pero a través de todas
218
estas pruebas, la figura de Juan Catriel se va agrandando. Conociéndolas, podemos comprender
mejor los sucesos posteriores.

Calfucurá escribía entonces: “Bartolomé Mitre y Buenos Aires quieren agarrarme y Rivas y
Machado dicen que cuando me agarren, Calfucurá verá a dónde irá a parar…Nunca me han de
agarrar.
“Rivas y Machado habían querido jugar traición a Catriel, porque habían sabido que estaba
en amistad conmigo. Machado reunió 2000 hombres y Rivs otros 2000. Amigos federales le
avisaron y Catriel hizo sus preparativos para defenderse. Rivas, al saberlo, dijo : Estos “punetaros”
indios han sabido nuestro intento. (vea más en la biografía de Calfucurá).
Los indios pampas, conscientes de sus derechos sobre las viejas querencias, se opusieron a
todas las tentativas de quitarles las tierras del fértil Valle de Olavarría. hasta su derrota definitiva en
1878.
En I862, Rivas había vuelto a Azul, después de su larga persecución del Chacho y de la
montonera. Y concibió el plan de sembrar la discordia entre Catriel y algunos caciques
subordinados. El 1° de diciembre hizo el primer pacto con el caciquillo Lucio, quien le prestaría
150 indios cuando los necesitase. Empezó a favorecerlo con regalos, yeguas y racionamientos, una
casa. "pues está de espaldas de las tribus que él no aprecia". En cambio, al campamento de Catriel
hizo un atropello nocturno por el capitán Michenburg y 25 soldados, que luego decía que se habían
extraviado (18.1.63). El cacique huyó de su rancho y alarmó a su tribu, lo que se le reprochó, luego.
Rivas. aparentando humanidad, propuso al cacique construir un nuevo rancho en los nuevos toldos
(es decir, removiéndolos de su sitio). El mal rancho que había tenido como residencia... lo había
hecho Escalada. Y decía a Mitre: así lo sacaría de encima del pueblo: pues con su presencia privan
de la ocupación de los mejores campos. (Arch. Mitre XXIV. p. 11)
Protestas de fidelidad
Después de malos diálogos, Catriel también escribió al Sr. Presidente, diciéndole: "(Rivas)
no me hizo dar un mal paso ni tener la más pequeña mala intención. Yo siempre he creído que el
Gobierno apreciase nuestro comportamiento", y explica que ese atropello de Michenburg en plena
noche les causó alguna desconfianza. como era natural... (15.3.63)
El Cnel. Rivas, en una carta de tono oficial, decía que propondría a Catriel la paz bajo las
siguientes condiciones: I") debía rechazar al malón: 2") debía ayudar a la autoridad nacional: 3")
admitir maestros en su tribu: y 4°) entregar a los ladrones. Dos días más tarde, el 1º de febrero de
1863, cambió de levita al escribir al presidente Mitre: 'Yo .soy de opinión que es necesario darles un
buen golpe (a los indios de Catriel) para que aprendan a obedecer y tengan miedo. Cuando hicieron
paz ( en1856), la habían recibido sin ningún golpe serio..." (Arch. Mitre XXIV. p. 11). No pasó una
semana que volvió a insistir en la idea: "Machado puede traer 800 hombres y del Centro o Norte...
No dudo que cumpliendo con su deber cada jefe, se mataría una gran cantidad de indios y se
tomaría mucha chusma, que es lo principal (ib. IX, 66). Para dar más peso a su idea. habló de
alarma entre los estancieros por carta del hijo de Rosas y Belgrano y de la noticia de que (los
políticos contrarios) habían comprado a Catriel (ib., p. 12). Catriel. quien se enteró de estas noticias,
aseguró que eran infundios. Hasta Calfucurá se quejó al Sr. Presidente de que "muchos jefes nos
dan tratos malos y nos miran como a perros." (A.E.M. 2187 y Arch. Mitre XXIV. p. 9 y 114)

Promueven discordias
Un mes más tarde, el 14 de marzo, Rivas comunicó que había celebrado un nuevo convenio
con el cacique Lucio, pero que no quería dar sueldos a los indios de éste "hasta que haga una prueba
de sangre". Y en la misma fecha avisa que había ocurrido un robo de 54 caballos y como medida
había apresado al hijo de un cacique muy ladrón.." (Este era una noticia para publicar). "La medida
dio buen resultado" (ib. XXIV, p. 14). Y continúa con su cantilena: "Las tolderías empiezan a dos
leguas escasas de este pueblo al Noroeste y se prolongan hasta Tapalquén". Quince días después
movilizó a 50 indios de Lucio y los llevó a Blanca Grande, y comunicó a Mitre: "Se porta bien. Eso
me hace creer que harán algo bueno". De regalo les mandó 100 yeguas (ib.. p. 15). Tal favoritismo
sería el preludio de un enfrentamiento. Pero. antes que el caciquillo Lucio López pudiera humillar a
219
su viejo cacique, murió el 26 de julio en una reyerta de borrachos. El cacique Chipitruz fue su
heredero, asumiendo el cacicazgo de tres fracciones de indios prácticamente apartadas de la
obediencia de Catriel: los indios de Lucio, los de Calfuquir y los de Cumihuala. Ya geográficamente
estaban algo separados. Los toldos de Catriel se hallaban entre Azul y el Arroyo de las Nievas. Un
mapa del Cncl. Rivas ubica la toldería de Chipitriz al otro lado del camino. (A.E.M. No 2257).
En septiembre de 1863, el coronel llamó al cacique Catriel para explicarle los proyectos de
una nueva línea de fronteras. "Catriel se mostró comprensivo", porque le prometió ventajas y
gratificaciones: pero Catriel, según su costumbre y conveniencia, decía que nada podría resolver por
sí solo; que convocaría a sus caciques y oficiales a un parlamento para discutir con el Jefe de la
Frontera punto por punto. La reunión se hizo. pero "resultó negativa —decía Rivas— (ib. p. 18s).
No quieren mudarse. Catriel pide que los dejen y que las fuerzas se sitúen donde quieran. Esto es un
bien que jamás me figuré conseguir, pues me situaré a espaldas de ellos y los tengo a mano para
cualquier momento preciso..." Les volvió a hablar sobre el traslado al otro lado del Arroyo
Tapalquén: pero ellos se aferraron diciendo que los campos que ocupaban eran suyos, heredados de
sus padres: que allí habían nacido ellos y sus hijos... Sólo Chipitruz se mostró dispuesto a
trasladarse donde Rivas iba a establecer el campamento, porque les había prometido que les iba a
"donar" en propiedad la suerte de una estancia, (ib.AEM. Nº 8857)
Ataque desautorizado
Rivas no quedó con palabras, pues mandó al Cnel. N. Ocampo y a los indios de Chipitruz a
operar sobre los indios ladrones de Catriel. El no lo hizo, porque no tenía la autorización de Mitre y
"porque los gauchos tenían miedo a los indios. El 1º de diciembre informó que los expedicionarios
habían regresado de esa operación", la más difícil que se haya practicado en la frontera, cual era
hacerlos pelear unos contra otros... (¡ sic!) "Ocampo ha marchado de la laguna Frías, a las 9 de la
noche. con 250 indios de Chipitruz en dirección a Tapalquén. para que cayesen de espaldas al
cacique Catriel... Se le han tomado muchas yeguas, caballos y vacas, etc., a más 25 chinas, entre
chicas y grandes... Catriel queda en su casa lleno de miedo y nosotros tomamos la preponderancia
necesaria para meterlo en un zapato, el día en que malee." (Arh. Mitre XXIV, p. 22)

¡Métodos siniestros! Y el pobre Catriel "sólo hizo protestas de cariño... que no quería la
guerra". Pedía por la libertad de los presos. Mientras Rivas informó (oficialmente) al ministro de
Guerra que había operado sobre los indios de Catriel. porque se habían pronunciado "contra
nosotros" (A.E.M. No 2645: 7.12.63). Recomendó la conducta de Chipitruz y pidió racionamiento
para él y su tribu y "una suerte de estancia para sacarlos del atraso y hacerlos entrar en la vida
social". (A.E.M. 18.12.63)
¡Rivas lo tuvo jurado! A la semana, escribe de nuevo al Sr. Presidente: "Si a usted no le
parece mal, en una noche se librará el país de esa caroña, y tengo confianza y son pocos los que se
escaparán. Yo no quiero salvar mi responsabilidad con el Gobierno, pues tengo conciencia que es el
mayor servicio que puede hacerse al país: matar esa chusma. Y para ello creo que todos los medios
son buenos... Yo lo haré sin que se sepa, autorizado por mí".
Tales principios maquiavélicos no fueron capaces de denigrar el honor de los caciques que
no tenían los estudios ni la cultura de un Rivas. (Arch. Mitre XXIV, P.24)
Rivas insiste
Atinadamente, el presidente Mitre desechó la expedición, por inhumana sugerencia (ib.
16.12.63). ¿Pensaría en la batalla de Sierra Chica? Rivas, en cambio, volvió a insistir. "Es necesario
definir la situación equivocada de los indios de Catricl... Son una amenaza para la frontera. Hoy
están concentrados en el Arroyo de las Nievas... más fácil pues la operación..." Decía también en
esta carta que el Cnel. B. Machado quería crear una División por el malestar de los indios
tapalqueneros y la amenaza de una invasión de Calfucurá. Y que los indios de Chipitruz estaban
"cada día más decididos a obrar de un modo formal sobre Catricl. pues ellos dicen que después de
lo habido, no habría paz", (ib. 19-12.63)
Por otra carta más, nos enteramos de que Machado y Chipitruz estaban avanzando ya,
cuando una nueva contraorden de Mitre los hizo retroceder las 20 leguas andadas. Y Rivas,
gruñendo, le escribió a Mitre: "Mi marcha a emplazar el nuevo Cuartel en Tapalquén se retarda,
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porque temo que Catriel. tan luego que sepa que me muevo, es probable que aprieta el gorro y
entonces sea peor, pues se irán antes de darles un buen golpe." (7.1.64 ib. Arch. Mitre p. 22). "Dos
días más. y el golpe se habría dado y el país tendría quinientos perros rabiosos menos... Respeto sus
órdenes y las obedezco, pero no me convencen, porque yo soy de los que piensan que para
exterminar indios, todos los medios son buenos..." (ib. p. 27) "...Si no fuera por usted, hace tiempo
que hubiera marchado a aumentar el número de los que se sacrifican por libertar su país." (ib. p. 29)
Quedamos completamente perplejos ante tales expresiones manifestadas con tanta
insistencia nada menos que al Sr. Presidente de la Nación argentina. Mitre, si bien autoriza avanzar
la División a Tapalquén y construir allí nuevos cuarteles y hasta un pueblo (Olavarría). no quiso
autorizar una campaña exterminadora contra Catriel. Los políticos contrarios tenían caldeados sus
ánimos desde su elección. (A.E.M. 22 y 27.1-64 y Arch. Mitre 22IV. 27)
Que el ministro de Guerra no estaba ajeno al pensamiento de Rivas, lo prueba una carta de
aquél a Rivas, fechada el 4 de julio, en la que le habla de Calfucurá y de Catriel. diciendo: "Buen
par de piezas, para adornar la horca" (AGN. S.X.2-2-2). Y en otra le dice: que, si hubiese invasión
de indios, tomara caballos de donde pudiera y que armara a los indios amigos para que prestasen
servicios. Machado decía que había conseguido una "política en cadena".
Catriel pide consideración
¡Cómo contrasta el lenguaje del cacique Catriel! escribiendo al capitán encargado de los
Indios Amigos, sargento mayor Juan Cornell, el 22 de enero de 1865:
"Espero que en adelante se nos trate con más consideración, obligando el Gobierno a la
persona encargada de darme las raciones, lo haga con más religiosidad" (Arch. Mitre XXIV. p. 126).
Existe en el Archivo dcl Estado Mayor dcl Ejército una copia de una licitación por raciones a
Catriel, Cachul. Millacurá y Calftucurá del 7 de febrero (Doc. 860): pero nos podemos preguntar si
de veras las entregaron "religiosamente".
En el ano 1865 estalló la Guerra del Paraguay, que interrumpió varios proyectos de avances
militares en las fronteras o los postergó. Tampoco cesó la guerrilla india en esas fronteras. Catriel y
los suyos quedaron tranquilos, tanto que Rivas escribió informando que "a pesar de haber separado
siete caciquillos suyos y sus familias (de Ramón Lucio López. Chipitruz. Calfuquir. Manuel
Grande, Varela, Cumihuala y Cholaylaf). Estos fueron uniformados e incorporados al ejército en
dos compañías de indios amigos y alojados cerca del nuevo campamento (A.E.M. 2480 y 16.5.65).
Se les escribió una solicitud de donación de una estancia para presentarla a las cámaras legislativas.
Hasta se les proporcionó maracas para sus haciendas.
Concesiones del cacique
¿Qué se hizo por Catriel? Con tal que los dejaran en sus campos del Arroyo de Nievas,
aceptó también el avance de las tropas hasta Tapalquén y el establecimiento del nuevo pueblo.
Ahora no puso obstáculos a que las carretas pasaran con el material de construcciones entre sus
toldos.
En marzo recibió en su rancho al Cnel. Rivas y la embajada de Calfucurá, Namuncurá y
Quentriel, donde conferenciaron, reconciliados, sobre los acontecimientos políticos y sobre la paz y
fueron juntos a ver las obras del Fuerte Tapalquén. Ya no era el cacique de 1855. Los años y los
golpes lo habían ablandado. Pero quedó el cacique consciente de sus derechos y de su tradición.
Declarada la guerra al Paraguay, el coronel Rivas salió de Azul para ir a desempeñar
notables funciones en las campañas del Paraguay. Su reemplazante en esta fronera, el Cnel. Benito
Machado, quiso monopolizar en sus manos las relaciones con los indios, pero en ellas fue tan infeliz
que le causó la baja del Ejército.
Actuación desatinada de Machado
En una de las primeras entrevistas con el cacique Catriel, el 19 de mayo de ese año, trató de
convencerle que fuera a vivir al Azul, prometiéndole conseguirle una casa. En diciembre cayó un
malón sobre la zona de Tapalquén y permaneció allí 3 días saqueando haciendas. Machado no hizo
nada para repelerlo. En cambio, cuando un mes más tarde vino de Salinas Grande una importante
comisión, mandada por Calfucurá, Machado encargó a los caciques Chipitruz, Calfuquir y Manuel
Grande para que apresaran sus integranles y los saquearan. (Enero 1866). Porque apresaron dos
hijos de Calfucurá, éste reaccionó vehementemente y provocó una situación difícil, de manera que
221
el Gobierno optó por destituir al Cnel. Machado. Catriel, temiendo un mal desenlace, había reunido
unos 1.000 indios. El Cnel. Barros fue encargado de restablecer la paz. El 7 de febrero se presentó
en el Campamento de Tapalquén. Allí prometió en presencia de Catriel que iba a liberar a los
rehenes y reanudar las relaciones de paz con el cacique Calfucurá y procurarles raciones.
Visita de otro misionero
De nuevo los visitó un misionero con el propósito de establecer entre ellos una misión
católica. Fue el franciscano Fray Pedro María Pellici, inspector de los colegios de Propaganda Fidei.
En presencia del Cnel. Barros tuvo una larga conferencia con el cacique Catriel. No se opuso a su
idea, de manera que el misionero solicitó al vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, Dr.
Marcos Paz, el permiso y el apoyo del Gobierno Nacional. Paz propuso el asunto al Gral. Mitre, que
se hallaba en el Paraguay. Este le contestó que Misión en el Chaco o la Patagonia, sí, pero en la
frontera debía respetarse la autoridad de los jefes militares. Y no se hizo nada positivo. (Arch. Mitre
VI, p. 134 y 138)
Ultima intervención por la paz
Los militares persistían en la idea de fomentar la discordia entre los pampas azúleños y
tapalqueneros y mantener a uno 500 indios de Chipitruz militarizados. En cambio. Catriel veía con
buenos ojos las gestiones por la paz realizadas en Salinas Grandes por orden del Cnel. Alvaro
Barros. A consecuencia vino una nutrida comisión salinera pidiendo permiso para conferenciar con
Catriel y visitar la tribu de Coliqueo. Pidieron que algún capitanejo del cacique Catriel, el hijo del
cacique Manuel Grande y el capitanejo Manuel Railef, los acompañara. No tres, sino nueve los
acompañaron al fin.
Esta intervención por la paz y armonía entre los indios es la última noticia que tenemos de
Juan Catriel. pues antes de la Navidad de 1866 el Cnel. A. Barros tuvo que comunicar al Gobierno
que el cacique había muerto. No conocemos las circunstancias de ella ni tenemos noticias de su
entierro. G. Cuadrado Hernández en su buen artículo titulado "La Dinastía de los Catriel". en la
Revista 'l'odo es Historia. Nº 91. p. 54. dice: "Su muerte constituye un enigma". Desconoció la
carta de Barros fechada el 24 de diciembre de 1866 en Azul en la que dice: "...Por la muerte del
cacique Catriel ha tomado el mando de la indiada el hijo mayor Cipriano. Es un indio joven, de
buen carácter y fácil de encaminar bien. El nuevo cacique me ha pedido obtenga del Superior
Gobierno el sueldo de 1.300 $ que gozaba el padre y la casa (ofrecida a su padre) que aún no se ha
comprado. La casa pertenece al Sr. Anacarsis Lanús. Catriel está en posesión de ella y reclama su
escritura: paga 500 $ de alquiler mensualmente..." (A.E.M. N" 3807)
El gran cacique había muerto. Juan Catriel gobernó su tribu durante dos décadas difíciles y
si me he excedido en registrar sus detalles, puede ser que por ellos conozcamos mejor la situación
de los indios, particularmente de los indios amigos que buscaban mantener la paz y la prosperidad
de sus familias. "La Civilización" pagó en plata y vidas sus errores, pero no le dio la paz anhelada.
En todas las guerras la opinión pública ha sido engañada.
Muchos aspectos de la vida del cacique Catriel han quedado en olvido: por ejemplo, su
actuación en el seno de su tribu y en el corro de su familia: Catriel como estanciero o su vida social
y comercial. Su historia continuó en sus hijos, primero en Cipriano, que gobernará durante 8 años
los destinos de su tribu; luego Juan José. como veremos. Marcelino lo acompañará en el ocaso de la
tribu, como también sus hermanas, la maestra Matilde. Hortensia y Rosario. De sus tres esposas
conocemos un solo nombre. Juana y nada más.
Bibliografía: Alvaro Barros: Fronteras yTerritorios federales cíe las pampas clel Sud (1872):
G. Cuadrado Hernández: La Dinastía de Los Catriel (en Todo es Historia, N"91 y 106). Alberto
Valverde: "Antecedentes históricos del Partido de Olavaria, 1967 y Juan Catriel" (trabajo
presentado al 6º Concurso de monografías sobre la historia de los pueblos de la Prov. de Buenos
Aires. La Plata 1972).Guillermo Palombo iene varios artículos y reproducciones de documentos
sobre Azul y los indios de Catriel. Alberto Sarramone: Cariel y lo indios pampas de Buenos Aires
ed. Bilos 1993 y Cat riel y los indios pampas Bs.As. 1993
Su fotografía se confunde por algunos autores con las que tenemos de su hijo Cipriano; p. ej.
G. Cuadrado Hernández en TH 106, p. 56.
222

CATRIEL,. Juan Manuel, 1832. cae. pampa, hermano del cacique Juan Catriel, ambos
descendientes de Catriel "El Viejo".
En cierto momento se apartó de la política conciliadora de su hermano. Vivía en Sauce
Corto. Se había emparentado con Calfucurá. Era quizás más estanciero y menos militar.

C A T R I E L Vº

CATRIEL (V), Cipriano, nac. 1837. muerto 1874. cae. pampa, tercer hijo , no el mayor de
Juan Catriel, con quien convivió situaciones difíciles. Como vimos, desempeñó ya en sus años
mozos comisiones políticas, ya en Buenos Aires, ya en Paraná o en Salinas Grandes, lo que indica
de una dotación especial, y hasta el dominio de varios idiomas. G. Cuadrado Hernández, en su
artículo en Todo es Historia. Nº 106 (1976), con el título "San" Cipriano Catriel, dice que su nombre
indio había sido Mari Ñancú. Así lo afirmó el Dr. Zeballos en su novela Calvucurá. No hllo esto
documentado.
Para iniciar la reseña de la vida de Cipriano Catriel, me refiero otra vez a la carta del Cnel.
Alvaro Barros, fechada en Azul el 24 de diciembre de 1866, que dice: Por la muerte del cacique
Catriel, ha tomado el mando de la indiada el hijo mayor(¡sic!). Cipriano. Es un indio joven, de buen
carácter y fácil de encaminar bien. Si los libros bautismales del archivo parroquial de Azul de la
época no mienten, Cipriano Catriel había nacido el ano 1837; mientras que Marcelino está asentado
en el ano 1830 y Juan José para el ano 1831. No fue, entonces, el hijo mayor, lo que explicará mejor
ciertos acontecimientos posteriores a la elección. No cabe duda que el padre le tuvo preferencia y lo
ha previsto como sucesor suyo. Tuvo 19 anos escasos, cuando asumió una de sus más importantes
misiones, el 13 de febrero de 1856: después de la batalla de Sierra Chica y el malón a Veinticinco de
Mayo fue enviado como Jefe de la embajada al Sr. Presidente J. J. de Urquiza en Paraná. En esa
oportunidad tuvo que explicar porqué habían aceptado el tratado de paz con el Gobierno de Buenos
Aires. En vísperas del choque bélico en Cepeda, el cacique Juan CatricI se excusa por medio de su
hijo ante Urquiza de que no podía participar en la Campaña con él. Y nuevamente en vísperas de la
batalla de Pavón tuvo que encabezar una comisión diplomática esta vez para el Gobernador de
Buenos Aires. Así nos resulta fácil pensar que el mismo padre lo haya designado como sucesor. La
carta arriba citada me hace creer que el jefe militar lo había confirmado ya, pues solicitaba en su
nombre el sueldo que su padre había gozado y la casa que ocupaba el padre. Esto indica también
que gozaba de gran estima entre los militares. "Es un indio joven de buen carácter". Tuvo cerca de
30 años en el momento de asumir el mando. Hablaba castellano y estaba integrado en la sociedad
azuleña. Alternaba su residencia en Azul con la casa sobre el Arroyo de Nievas. La casa de Azul aún
se conserva en la intersección de las calles Colón y Corrientes. Usaba sábanas blancas; vestía en
ocasiones la casaca miliar, y sino, el traje de paisano. Para sus cartas usaba un membrete. "El
Cacique Mayor en los Pampas, Cipriano Catriel" y firmaba con un sello. Para su hacienda tenía su
marca y en el Banco su cuenta corriente. Era amigo de los blancos y siempre se gloriaba de ser
auténtico argentino.
Retrato del cacique Cipriano Catriel
El Dr. Zeballos lo describe como "uno de los indios más arrogantes y hermosos y de salvaje
continente que he conocido" (Calvucurá ed. 1954. p. 141 ).Si observamos su retrato fotográfico, no
descubrimos nada que revelara "su salvaje continente". sino vemos a un joven decidido y orgulloso
por lucir el uniforme militar y su sable. Ciertamente sentíase comprometido con la bandera
argentina.
Una de las primeras noticias de su gobierno es ésta: que ofreció al Cnel. A. Barros un buen
grupo de indios de lanza para repeler la invasión en La Tigra v en Paragüil. Los indios capitaneados
por Cazuán y Manuel Railef los persiguieron entre el 29 y 31 de enero de 1867 (A.E.M.). Persistía
la tirantez con los caciquillos separados "por obra y gracia del ahora General Rivas". Efectivamente,
en mayo de ese año viajaron Chipitruz y Cumihuala con el lenguaraz Ciríaco a Buenos Aires, donde
fueron bien atendidos y regalados (A.E.M. 23.5 y 27.6.67).
223
Tenemos también la noticia que el cacique Quentriel había venido con su gente con permiso
de establecerse sobre el Arroyo de Nievas, cerca de Catriel. y como éste, recibió una casita en Azul.
Dos meses después de asumir Cipriano su cargo de jefe, Calfucurá firmó el nuevo tatado de
paz. Entre los 9 artículos, el 3º decía que el gobierno permitía hacer boleadas en sus campos menos
en lo campos que ocupan las tribus amigas de Catriel y Cachul. Parecían anunciar mejores
relaciones.
Dos acontecimientos ingratos
Dos acontecimientos del año 1867 debían incidir especialmente sobre la vida de estas tribus:
1° la ley 215 del 13 de agosto sobre el avance de las fronteras hasta el Río Negro, no bien terminara
la Guerra del Paraguay y el decreto de la fundación del pueblo de Olavarría, el 25 de septiembre del
mismo año. La guerra fría que se mantenía con las tribus de la pampa bonaerense entraba así en la
fase de guerra declarada. Sólo se esperaba el regreso de las tropas del Paraguay para poder lanzarlas
en persecución del objetivo. Al leer Catriel el texto publicado en la prensa, quizás se consolaba con
la frase: "Se acordará a los indios todo lo que fuere necesario para su existencia fija y pacífica por
convenios entre el Gobierno y las tribus".
En cambio, el decreto de la fundación de Olavarría afectó sus tierras, tantas veces
cuestionadas, pues se adjudicaron 16 leguas cuadradas para el pueblo. De nuevo habrá intentos de
conseguir su desalojo de las ricas tierras azuleñas. Ramón V. Sarmiento escribió entonces en un
artículo de los Anales de la Sociedad Rural (11. p. 357): "...Después de la Guerra al Paraguay hay
que comprar a Catriel sus campos: decirle que vaya a lo de Calfucurá que es usurpador y éste, vaya
más allá del Río Negro".
Calfucurá. siempre atcnto a las noticias y novedades, reaccionó con un primer ataque a la
zona de Olavarría. el 13 de diciembre. El Cnel. Barros, fundador del nuevo pueblo, persiguió con
indios de Quentriel a los malones, quienes les dieron un pequeño combate en Caleu Huincul (Loma
de la Gaviota), a 20 leguas de Olavarría (A.E.M.). Catriel no le dio ningún contingente, diciendo
que no podía obligar a sus indios a servir, desde que el Gobierno no les daba ni el sueldo de soldado
(Barros: Fronteras y Territorios federales, p. 195). Barros quiso cerciorarse si Catriel y sus indios
habían participado en el malón: pero el informe de la comisión investigadora decía que en sus
toldos todo estaba tranquilo (A.E.M. 30.1.68). En febrero se produjo un segundo malón y Catriel
marchó a repelerlo. "Catriel se ha portado como no se esperaba." (Arch. M. Paz VI. p. 142 y A.
Mus. Hist. Nac. 14.2.68)
Más tropas, más inseguridad
A fines de marzo volvieron tropas y jefes militares de la Guerra del Paraguay para ubicarse
de nuevo en la frontera; pero no por ello hubo mayor tranquilidad. Los indios catrileros se alertaron,
ante todo por manifiestos abusos cometidos en la entrega de su racionamiento, de manera que el
mismo Cnel. A. Barros tuvo que intervenir ante los responsables, en Azul (A.E.M. 14.5.68). Los
indios de Chipitruz. y Manuel Grande quisieron indemnizarse por sus propias manos. El 23 de
septiembre salieron a juntar haciendas en las estancias y agredieron a los soldados que venían en su
persecución. Llegaron hasta el puesto de Manuel Andrada, a 4 leguas de Azul, y de allí arrearon 800
vacunos con rumbo a Sierra Chica. El Cnel. Barros reunió al Regimiento 16 y la Guardia Nacional
para que actuaran sobre las tribus, pero no se atrevieron a entrar en Los Toldos. El Cnel. Conesa,
quien informara el 29 sobre el incidente al inspector general de armas, le dice que había ordenado se
le presentasen los caciques Chipitruz y Calfuñir. El parlamento se efectuó a las dos de la tarde,
haciendo de mediador el inglés Fermín Whitte. Le dijeron, entonces: "que no querían hacer mal.
pero que se les hacía entender que el jefe de la frontera les robaba las raciones: que por su culpa no
entregaban los sueldos: que había sido autorizado y debía recibir refuezos para atacarlos y concluir
con ellos. Que por tanto estaban en alarma con el caballo ensillado día y noche y que no era extraño
que algunos indios de Manuel Grande, que era el más conmovido, hubiesen cometido el hecho de
Tapalquén. No podían declarar quienes habían sido (los autores), pero que tranquilizarían a los
indios. (A.E.M. No 4414: 29.10.68)
224
Más larde se presentó el cacique Quentriel a cuya tribu pertenecían los indios presos en
Olavarría. El prometió devolver 30 vacas. Ciertamente “hubo mal tráfico de raciones y los indios
venden 10.000 cueros por año autorizados por el Jues de Paz.". (ib)
El Cnel. Conesa se presentó también a Catriel para conversar sobre los incidentes. También
el Cnel. Barros parlamentó con él, porque quería provocar la restitución de lo robado.
"Catriel sólo dio evasivas" —decía Barros en su informe del 23 de noviembre— (A.E.M.).
Ya no gobernaba esas parcialidades. El coronel pasaría a los capturados por las armas, y propuso
suspenderles la entrega de raciones. Hay en el informe de Conesa un párrafo más llamativo: "Como
creo que la mente del Gobierno es dominarlos por la fuerza. he creído no deber comprometer
imprudentemente el resultado de una operación que debe ser combinada y general sobre todas las
tribus, en un choque aislado que por falta de elementos podía no ser favorable".
En estas frases se observa el viejo proyecto en contra de los indios amigos, los pampas.
Avance de fronteras
Entretanto, se preparó un gran avance de las fronteras en casi todos los frentes. No se debía
provocar a los indios ni expedicionar contra ellos. Hubo, bajo la presidencia de Domingo F.
Sarmiento un gran cambio de comandantes en las fronteras. M. Charras fue a Junín y avanzó a
Ancalú Grande. J. C. Boer fue a Nueve de Julio y avanzó hasta Gral. Paz (C. Casares). En las
fronteras Sur, el Cnel. F. Borges sustituyó al Cnel. A. Barros en Olavarría, Lavalle Sud y Blanca
Grande, J. Campos ocupó el Fuerte Belgrano y José A. Llano a Bahía Blanca. El Gral. Ignacio J.
Rivas sería el comandante general con asiento en Azul.
Bautismos
Siguiendo los acontecimientos de la zona catrilera. anotamos que en mayo de 1870 hubo una
pequeña invasión en la zona de Tapalquén. Barros decía que las sospechas caían sobre el cacique
amigo Juan Varela, heredero de la tribu de Cachul; porque venían con lanzas coloradas y creía que
habían huído luego a Salinas Grandes. Yo no creo que Varela haya organizado un malón a la zona
de sus propias tierras, pero creo que algunos indios habían ido a robar, estimulados, como otras
veces, por comerciantes inescrupulosos. Son muchos los testimonios de la época que hablan de la
triste situación moral de la población en esta parte de la frontera.
Contrasta un testimonio del R. P. Daniel Urbani, fechada en Olavarría el 31 de octubre de
1869 y dirigida a la curia episcopal de Buenos Aires, diciendo: "...Muy cerca de este pueblito hay
muchos indios amigos. Muchos de ellos, particularmente el cacique Varela, desean con bastante
empeño cristianar a sus hijos..." El cacique Catriel hacía bautizar a sus hijos: a Ignacio, el 8 de
octubre de 1871 (la partida le asigna 34 años y a su esposa, Lorenza, la madre de Ignacio,30; el 2 de
enero bautizó a Tomasa, cuyos padrinos eran el Cnel. de Elía y el Gral. Rivas, respectivamente. El
17 de marzo hizo bautizar a su hijo Cipriano de 9 años; sus padrinos fueron el Cnel. Francisco de
Elía y doña Genoveva Avendaño. Santiago Avendaño era su consejero y lenguaraz, prácticamente su
secretario.
Juego de intrigas
Cipriano Catriel no tuvo la perspicacia de su padre y se dejó engatusar y sería el juego de las
intrigas de los jefes militares. En noviembre de 1869 el Gral. Rivas dio en Azul un banquete en
honor del coronel de ingenieros Juan F. Czetz; quien acababa de delinear las nuevas fronteras.
Invitaron también al cacique Catriel y a "sus notables”, haciéndole creer que la fiesta se daba en su
honor (A. Martínez: San Carlos de Bolívar. 1967. p. 133). Ahora, mientras se halagaba a Cipriano
Catriel, se desacreditó a los caciquillos de Tapalquén, quienes anteriormente habían sido
favorecidos para tenerlos enfrentados a los Catriel. Pasaban raciones y gratificaciones a los de
Catriel y a los otros acusaron haber perpetrado robos. (.Anales de la Sociedad Rural N" 12. 1870)
Luego estalló la revolución de López Jordán en Entre Ríos y el Gral. Rivas fue destinado
para sofocarla. El 30 de junio de 1870 ocupó la comandancia general el Cnel. Francisco de Elía
(muchos documentos dicen Elias). Era un veterano en el trato con los indios. Estimulado por los
vecinos de Azul, planeó una acción "punitiva" sobre los indios amigos de Tapalquén: esperaba
buenos frutos, sin medir las posibles consecuencias. Algo semejante realizó el comandante de Bahía
Blanca (el 4 de abril del 70), pues atacó por sorpresa la tribu de Cañumil, los apresó y les quitó sus
haciendas. La reacción de Calfucurá fue tremenda. Vino en violento malón y con carta de protesta,
225
y prometiendo mayores medidas si no libertaban a los presos. En realidad. los militares creían ya
venida la hora de cumplir la ley 215 de trasladar las fronteras hasta el Río Negro, dejando la
retaguardia "desierta de tribus indias". El Congreso concedió, el 22 de julio, veinte millones para
esta empresa. En este contexto hay que leer la gestión del Cnel. Elía de Azul.
...y el coronel de Elía
"El 3 de agosto de 1870 tuvo una primera entrevista "con el cacique superior de todos los
pampas", decía en su informe el coronel (A.E.M. N o 6011); trató con él cómo proveer la seguridad
de la frontera. "Por pedido de vecinos "convocó a los caciques y capitanejos a una nueva reunión, el
9 de octubre. En ella participó también el Juez de Paz D. José Botana. Se hizo un convenio y se
levantó un acta en siete artículos (publicado por J. Walther (Conquista del desierto, ed. 1964,p.783,
según las Memorias del Min. de Guerra 1871). Por él se nombró "jefe principal" al cacique Cipriano
Catriel: se sometería a los disidentes por la fuerza como enemigos del gobierno de la Nación. Se
designó segundo jefe a Calfuquir. Debían reconocer al Jefe de la Frontera y cooperar en su defensa.
Se señaló como disidentes a los caciques Manuel Grande, Ramón López, Cachul y Chipitruz.
Catriel convocaría a un parlamento general para el 11 de octubre: prepararía los medios para
someter al cacique Manuel Grande y procederían a aprehender al cacique Ramón López con todos
sus ladrones. El 15 del mismo mes se efectuó otra reunión de caciques. Acudió también el cacique
Manuel Grande. Llegaron al pueblo tocando cornetas y vivando al Gobierno. El coronel desarmó a
los visitantes, entregando a Catriel sus lanzas (La Nación. 19-10-70). Entretanto, 900 indios
estuvieron boleando avestruces con permiso del mismo coronel... Para que Catriel estuviese dócil a
todo lo que se le propondría había llamado previamente al cacique diciéndole que repartiría 30
arados, 30 yuntas de bueyes y semillas de maíz a su tribu y que le haría un nuevo rancho en el
Arroyo de las Nievas. Y el biógrafo y pariente de Cipriano Catriel agrega en su artículo, aparecido
el 7 de abril de 1908 en El Comercial de Azul, que el coronel le dio una escolta de 50 hombres a las
órdenes del Tute. Pablo Tapia. Recibió uniforme de coronel y sombrero tricornio, además rnontura
con pistolera y un brcck, porque era pesado. En una nota del 26 de octubre resume sus logros de
estas entrevistas con Catriel:"En dos entrevistas con vecinos y militares nombraron cacique primero
y segundo: ayudarán, si hace falta, a someter por la fuerza, especialmente a los apartados Quentriel
y Ramón López". Y para esta acción pedía autorización.
Efectivamente, Ramón López fue apresado y 26 indios más. y les quitaron sus haciendas, a
las que llevaron a la estancia de Blanca Grande —dice de Elía al ministro M. de Gainza— (A. Mus.
Hist. Nac. N" 5072 y 5092). Y el 5 de noviembre informó que habían dado un golpe a las
parcialidades de Manuel Grande. Quentriel y R. Lopez, porque estaban en rebelión con el Superior
Gobierno. Dice, que les dio un golpe antes de que lo notasen para así someterlos sin derramar
sangre: los hizo reconocer a Cipriano Catriel como cacique mayor, pues como hijo heredero del
cacicazgo le correspondía ese título.
La gestión había sido lucrativa para el coronel, como nos informa una nota del Archivo del
Estado Mayor del Ejército del 10 de noviembre de 1870. "Catriel entregó 600 vacas. Boleando fuera
de la línea las juntaron".
Unos 200 indios de Catriel estuvieron en Sauce Grande y allí se enteraron de que Calfucurá
estaba preparando otro malón de protesta, como el que había llevado sobre Tres Arroyos.
Efectivamente, el malón cayó el 23 de octubre sobre Bahía Blanca. Cipriano Catriel quiso mostrarse
ajeno a tales acciones y en prueba de su fidelidad entregó al Juez de Paz 30 indios por haber sido
ladrones. Diez fueron enganchados en la frontera, a los 20 restantes los soltaron porque no eran
culpables. Los acusados han apelado, porque querían ser juzgados por el Superior Gobierno con
quien habían hecho el tratado. (A.E.M.. 24-1.71).
Hizo apresar al Adivino
Según el coronel de Elía. los indios de Manuel Grande y Calfuquir que tuvieron sus toldos
desde el Arroyo de las Nievas hasta Brick y Navas —con el centro las lagunas "Frías", "Rojas".
"Obligado" y "Burgos"—resolvieron dar un golpe a Catriel. Invitarían al coronel a un asado y baile,
lo apresarían y cargarían sobre Catriel. Se descubrió la maquinación del Adivino y Catriel ordenó
apresarlo. El comisario M. Andrada fue con un cabo y el sargento Fernández para un previo
reconocimiento antes de ejecutar la orden. (Podemos dudar de que Catriel haya dado esa orden,
226
porque no mandó a sus agentes). A la madrugada penetraron en el rancho del Adivino. Al instante
aparecieron indios montados. Derribaron al comisario e hirieron a sus acompañantes (R. Capdevilla:
Tapalqué II, 68). Esto fue para el coronel de Elía la clarinada para poner en práctica su proyecto.
Trajo las fuerzas de Blanca Grande, movilizó a Catriel y 300 de sus indios y Celestino Muñoz y
Matías Miranda incorporaron la Guardia Nacional y a muchos voluntarios de Azul y Tapalquén y
juntos marcharon sobre los toldos de Calfuquir. Chipitruz y Manuel Grande.
Combate en la Laguna de Burgos
El Cnel. Elía asumió una diplomacia nueva con respecto a los indios amigos, seguramente
perniciosa para el país.
El 3 de mayo de 1871, los diarios de Buenos Aires anunciaron ya el choque de las tropas con
los indios sublevados de Azul, porque el juez de paz José Batana anticipó su salida en un
comunicado al ministro Malaver. Ese mismo día el Cnel. de Elías dirigió la operación, llevando
consigo a 80 infantes. 50 lanceros, 100 Guardias Nacionales y 300 indios de Catriel. Entre las 9 y
10 de la mañana éstos se chocaron con unos 500 indios que se habían reunido en la Laguna de
Burgos (Cuartel 7" de Tapalquén) sobre el camino que va de Azul a Tapalquén y hacia la azotea de
Torres (Estancia La María). Según el relato de A. del Valle (Recordando el Pasado) que es el más
dramático, los indios tapalqueneros habrían atacado primero y con tal vehemencia que sólo la
aparición de Cipriano Catriel pudo salvar la situación. Según otros, (Cnel. A. Barros, a quien
considero más autorizado), los tapalqueneros fueron atacados sin previo aviso, mientras estaban
reunidos en parlamento en el campo de la Laguna de Burgos. "Los indios habrían peleado con
Catriel, pero no resistieron a las fuerzas nacionales y se retiraron". Se dispersaron y fueron
perseguidos hasta Blanca Grande, catorce leguas, dice el parte de Elia. El coronel A. Barros precisa:
"El coronel Elía se lanzó sobre las tolderías abandonadas y arreó con la mayor parte de las
haciendas para Blanca Grande (su estancia). Las familias y el resto de las haciendas las llevó Catriel
a sus toldos y. como en otras oportunidades, los voluntarios buscaron asimismo su botín". (Barros:
Territorios y Fronteras, Ed. Hachette. p. 145)
Informes
El juez de paz. en su primer informe a nombre del coronel de Elía: dice: "Fueron vencidos y
perseguidos dejando prisioneras sus familias y sus haciendas en poder de los indios del cacique
Catriel. (Hubo 80 muertos y 400 prisioneros). De los dispersos, unos se presentaron y piden
protección, otros huyeron a Calfucurá y esperarán invadir como en 1855. Gravemente herido fue
Manuel Grande y muerto el cacique Calfuquir con varios hijos de los caciques y notables guerreros.
Quedaron así sin jefe importante.
"El coronel Francisco Elías que dirigió el combate con acierto y felicidad, me hizo
comunicar estos datos por chasques y verbalmente". El día 4, el ministro Malaver elevó el "parte de
la sublevación" al gobernador C. Tejedor. El jefe de la Frontera Sud, Joaquín Sosa, elevó, a su vez,
su parte diciendo: "Calfuquir, Manuel Grande y Chipitruz, por no haberles dado las raciones...
fueron batidos por la fuerza de esta División con los indios de Catriel. el 3 de mayo, en sus
campos.Unos ochenta son sus muertos y otros tantos prisioneros, a más de 400 chinas". (A.E.M.:
5.5.71)
Completo las noticias con el relato de A. Barros: "No huyeron a Calfucurá... Al otro día se
presentaron al juez de paz pidiendo protección. Este no estaba a su favor, tomó los cien indios
presos y los entregó a Elía. quien los llevó a Blanca Grande. El resto, 300. se presentó al jefe de la
Frontera Oeste (J. C. Boer) protestando su fidelidad..."
El comandante Juan C. Bocr decía en una nota, el día 8 (A.E.M.): "Ayer se han presentado
en este Fuerte (Gral. Paz) los caciques Chipitruz. Manuel Grande y otros con 550 indios de todas
sepas y tamaño de lo que doy cuenta al Gobierno, y pido una resolución".
El día anterior, el cacique Raninqueo había avisado desde su toldería en La Verde: "que en
consecuencia de desavenencias entre los caciques Catriel y Manuel Grande han tenido una gran
pelea... ha venido con 300 hombres. dejando en Tapalquén las familias y cuanto poseían. Ayer llegó
a este punto y hoy pasa al Campamento". (A.E.M.)
227
No en todos los acontecimientos se han conseguido tantas notas de información: pero como
jugaron en ellas propios intereses no concuerdan en todo.
A raíz del incidente hubo un cruce de cartas entre de Elía y el juez de paz Botana. El primero
exigía la entrega de los indios que se habían apresado. "Debo dar cuenta al Gobierno Nacional".
Botana había acordado con Catriel que todos los indios derrotados quedarían en el pueblo hasta que
dispusiera de ellas el Gobierno Nacional. "Hasta los indios protestaron por la inconsiderada
resolución de V.S." (A.E.M.: 5.5.72)
Se conserva una nota más extensa del juez de paz, fechada el 10 de mayo (A.E.M.). Reseña
nuevamente los acontecimientos. Cree que Calfuquir y Manuel Grande han muerto. "Un hijo del
cacique Chipitruz se presentó en este pueblo, pero ignoro su paradero. Los hijos de Manuel Grande,
quienes como el padre tienen fama de audaces y más de 50 indios de Calfuquir se fueron a vecinos,
entregaron sus armas, pidieron protección de las autoridades civiles... no servirán más a las órdenes
de Catriel y están dispuestos a ir donde el Gobierno los envíe y continúa, pero el coronel de Elía por
un imprudente celo de sus fueros militares, pidió entregara los dispersos que se presentasen. Temo
imploren el perdón de Catriel o incorporación a Calfucurá, sin que en ninguno de los dos casos se
logre el fruto que los hacendados y vecinos honrados e inteligentes de Azul esperábamos con tanta
justicia recoger"... Luego hace más reproches al coronel de Elía. "a quien secundo con la mejor
voluntad, después del trágico fin de nuestro inolvidado comisario de policía, Sr. Andrade, cuyo
patriotismo utilizó, sin mi anuencia". Y termina así: "Si no se cumplen mis temores, felicitaré al
Gobierno, como lo felicito desde luego por la parte de provecho material que hasta hoy vemos
recogida.
Este "provecho material" es detallado en la nota del 11 de mayo (A.E.M.). "Este partido
reunió 1.500 a 1.600 vacunos (NB. quizás más) marca de indio, pocos orejanos, doce a catorce mil
vendieron entre los indios vencedores sin orden ni acuerdo de los jefes. Elía remitió a su estancia en
La Blanca un notable trozo de ganado vacuno, caballos y yeguarizos". Botana pide autorización de
venta de cueros sin marca, poniendo la del juzgado... "Catriel protegerá la operación de marcar". En
cambio, de Elía comunicó el día 8 al Gobierno, que Catriel había sido racionado.
En toda esta aguda historia Catriel ha sido instrumento poco inteligente. La injusticia de esta
gestión ha sido patente. ¿Qué actitud tomó el Gobierno en el asunto? En su conocimiento estuvieron
los informes de Azul y del Fuerte Gral. Paz.
El Sr. Presidente D. F. Sarmiento propuso al ministro C. Tejedor ubicar a los indios de
Manuel Grande y Chipitruz en otro lado. dándoles tierras como se hizo con Coliqueo.
El coronel de Elía fue citado a Buenos Aires para informar y responder a cargos que se le
habían hecho (A.E.M.: 15.5.71). El juez de paz Botana informó entonces que al norte de Azul se
había notado una invasión. "El coronel Elía, que debía salir a la Capital, marchó a La Blanca, por
temor de una fuerte invasión", (ib., 15 de mayo)
La misma fecha lleva otra nota en que el mismo Cnel. de Elías (sin mencionar su evasiva,
informa sobre las noticias del Cnel. Juan C. Boer sobre Manuel Grande, Chipitruz y los 550 indios).
"Los tiene a su lado hasta que la Superioridad resuelva. Estimo inconveniente su presencia en la
Frontera". Y propone "o traerlos a Martín García para evitar los continuos robos... En cualquier
parte son perjudiciales a la marcha progresiva de nuestro país" (ib. N o 6336). En los diarios se
leyeron serias críticas a la gestión del comandante de Elía. El mismo coronel se quejó al Gobierno
que "el coronel Barros había hecho manifestaciones en contra delante del cacique Catriel. Calfuquir,
Manuel Peralta. Raylé y el indio Melín" (A.E.M. 17.5.71). En Azul se publicó un folleto anónimo
sobre los abusos cometidos con los indios amigos. Se cree que ha salido de la pluma del Cnel. A.
Barros. Pero lo notable en el asunto es que en Azul se levantaron firmas para solicitar al Gobierno
que no retirase al Cnel. de Elía de la Comandancia. Y en el archivo del Estado Mayor se conserva
también una carta sellada por Cipriano Catriel con fecha de 22 de mayo. Pero a los dos meses, el
comandante en jefe de Elía fue reemplazado por el Cnel. N. Ocampo, quedando de Elía como
subalterno. Al año murió a consecuencias de heridas recibidas en un acto electoral en Flores.
Un nuevo atropello
Entretanto, el ministro de Guerra, a la sazón, CarlosTejedor. correspondió a la consulta del
Cnel. Juan C. Boer. ordenándole, el 24 de mayo. "remitirá bajo custodia a los caciques y capitanejos
228
cabecillas de la sublevación (¡ sic!) a los demás desarme..." Esta orden dirigida al Gral. B. Victorica
le fue transmitida al Cnel. Boer por el Gral. Emilio Mitre, el 29 de mayo. Juan C. Boer, no
disponiendo de suficientes tropas para reducir a 600 indios, les dijo con astucia, que se presentaran
al día siguiente sin armas para recibir las raciones. "Todos se presentaron —dice Barros— y allí
fueron reducidos a prisión. Los caballos pasaron a ser propiedad del estado cortándoles las orejas.
Parte de ellos le dieron al cacique Raninqueo. 300 indios fueron destinados como soldados a los
cuerpos de línea de las fronteras: los caciques y capitanejos fueron remitidos a Buenos Aires y de
allí pasaron a Martín García en calidad de presidiarios (A. Barros, ob. cit.. p. 146). El 7 de julio
comunicó el Gral. Victorica al Gobernador haber cumplido la orden (A.E.M.). - Hoy día, quizás, se
haría distinto el proceso.
Cuando, a fines de julio, volvió el Gral. Rivas al Azul, parecía haber finalizado la asonada
de la Laguna de Burgos. Llegó sin embargo a tiempo para participar en el reparto de haciendas
tomadas. "Sean rematadas", propuso, y el ministro Gainza estampó la consulta con un "Procédase".
(A.E.M. 27.7.71)
En realidad todo esto fue el preludio de nuevos hechos tan o más importantes en la vida del
cacique Cipriano Catriel: la batalla de San Carlos y la sublevación de sus propios hermanos durante
la Revolución de 1874.
El general I. Rivas, quien conoció muy bien al cacique Calfucurá, no dudó de que la acción
del 3 de mayo en la Laguna de Burgos traería su cola. Apenas había vuelto de sus operaciones en
Entre Ríos, movilizó, armó y vistió a 400 indios de Catriel (A.E.M. 14.7.71). Conferenció varias
veces con el cacique Cipriano hablándole de los peligros de la frontera. En agosto reemplazó a los
Guardias Nacionales del Fuerte Lavalle por indios de esta tribu. Un mes más tarde escribió al
ministro Gainza que indios de Catriel prestaban servicios también en Pillahuincó, donde debía
preparar una expedición contra Calfucurá (A.E.M. 9.9.71). A más del servicio en las fronteras,
"prestan el de escoltar a los Guardias Nacionales y hacen descubiertas". Rivas, pues. se reconcilió
con los catrileros. hacíales grandes regalos. Propuso a las Cámaras un proyecto de ley para que
donaran veinte leguas cuadradas al cacique y a su tribu. Pero el proyecto no fue tomado en cuenta.
(Anales de la Sociedad Rural X. 1876, p. 219)

En la intensa correspondencia del Gral. Rivas con el Gral. Gainza (sobre la cual me referiré
más extensamente en la biografía de Calfucurá) resulta la opinión de que estaba convencido de que
Catriel le sería fiel a él y al Gobierno. El mismo cacique se lo manifestó aún en el momento en que
le propuso el plan de la expedición a Guaminí y Salinas Grandes. (A.E.M. 17.2.72)
Batalla de San Carlos
Antes que entrasen en operación, Calfucurá en persona trajo uno de sus mayores malones
sobre la frontera del Oeste: un malón de protesta (como lo había sido pocos meses antes el de Bahía
Blanca): un malón conbinado con más de 5.000 indios.
El día 3 de marzo de 1872, cundió por los telégrafos la noticia del malón que se aproximaba.
El día 4 lo supieron también el Gral. Rivas y el ministro de Guerra. El día 5 pasó una fracción del
malón por la Blanca Grande para recuperar las vaquitas de la estancia del Cnel. de Elía. El 5.
invadieron La Verde, donde el cacique Raninqueo estaba radicado. Desde allí mandó el cacique
Calfucurá una arrogante carta de protesta y provocación: "Señor Coronel: hoy le participo que el día
5 me vine a sorprender el cacique mayor Andrés Raninqueo con toda la indiada: así es que me vine
con 6.000 indios a vengarme por la gran picardía que hicieron con Manuel Grande y Chipitruz y
demás capitanes: en fin. muchas picardías que han hecho con los soldados de Manuel Grande y creí
que le mandase hacer lo mismo a Raninqueo. porque ustedes no lo vuelvan a hacer con él."
(Reproducido en A. Barros, ob. cit.. p. 132)
El Gral. Rivas, comandante en jefe de la Frontera Oeste y Sud y el comandante J. C. Boer
reunieron con toda premura todas las tropas disponibles y movilizaron el uno, la tribu de Catriel y el
otro, la de Coliqueo, y marcharon a librar la batalla de San Carlos (Part. de Bolívar).
Aquí enfoco sólo la actuación de Catriel. Rivas emprendió la marcha en Azul. el 6 de marzo
de 1872. Lo acompañó su escolta y "los indios amigos capitaneados por el general Cipriano
Catriel". Los condujo primero hacia Blanca Grande. "A la mañana, en momentos en que debía
229
ponerme en marcha con la División, estalló entre los indios un movimiento de desobediencia a su
cacique general —dice Rivas en su parte—: negándose a seguir la columna..., obligándome así a
perder algunas horas en proteger a Catriel para sofocar aquel motín. "Rivas hizo apresar al
capitanejo cabecilla y algunos otros y, parece, hubo fusilamientos a voluntad del cacique que en
tales circunstancias no negó su fibra cruel". Tuvo que quebrar de modo semejante "la pereza y mala
voluntad" de otro grupo de indios que se hallaban en el Fuerte Lavalle con el Tte. Cnel. Leyría. Al
fin Rivas tuvo que dejar a 300 que no pudo hacer marchar. Estos alegaban que sus caballos no se
hallaban en condiciones, pero se guardaron para sí sus otras razones que no resulta difícil adivinar.
A la madrugada del día 8 de marzo, se enfrentaron los dos ejércitos a espaldas del Fortín San
Carlos. El cacique Juan Calfucurá tendió en línea a 3.500 indios escogidos bajo los mandos de
Reuquecurá, Catricurá, Namuncurá y el ranquel Epugner. El Gral. Ignacio Rivas y el Cnel. Juan C.
Boer les opusieron una tropa de menos de 2.000 soldados, incluyendo los 1.000 indios de Catriel y
unos 150 de Coliqueo. En la vanguardia de toda la línea estableció a los indios amigos. A la
izquierda el cacique Cipriano Catriel con 800 indios y a la derecha el cacique Simón Coliqueo con
150 indios suyos y también la vanguardia del Centro era 200 indios y 50 Guardias Nacionales.
Rivas y Ocampo ocuparon el Centro. En mi libro Cotiqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, visualicé
las posiciones, (ed. 1991 p. 198)
El ala derecha debía atacar primero. Ni la arenga fogosa, y en su idioma, pudo convencerlos.
Entonces, Catriel pidió al Gral. Rivas un piquete de 50 tiradores para su retaguardia de manera que
fusilarían a los que quisieran desertar. El parte de Rivas y de Boer se diferencian bastante en los
detalles cuando hablan de las actividades de los indios amigos. Rivas destaca el valor de los
catrilcros y Boer atribuye los primeros avances a Coliqueo y a los suyos. Las líneas adversarias
fueron quebradas y los indios fueron perseguidos en su retirada, ya que se trataba de quitarles el
arreo de unos 70.000 vacunos y 15.000 yeguarizos que habían reunido en los partidos de Nueve de
Julio, Veinticinco de Mayo y Gral. Alvear.
Después de la batalla. Catriel estrechó efusivamente la mano del Gral. Rivas. contento por
haber demostrado su fidelidad al Gobierno. "Con la sangre de sus indios acababa de darle una
manifiesta prueba de su lealtad". Los telegramas informaron primero escuetamente, luego los partes
de varios militares informaron a la superioridad y a la prensa. Las felicitaciones del Presidente y de
oficiales del Ejército llovían sobre Rivas. Pero no he visto felicitación alguna que se haya dirigido
al cacique amigo Cipriano Catriel. Su secretario, Santiago Avendaño. se presentó como "Intendente
de los Indios Amigos" al gobernador con algunos reclamos de racionamiento. En septiembre, al fin,
les mandaron "unos ponchos que ya no usa el Ejército" y un tílbury para el cacique general.
Los indios siguieron en servicio en las froneras, mientras Rivas hacía gestiones de paz con el
cacique Calfucurá. pues el poderío de Calfucurá no estaba quebrado, como algunos han afirmado.
En mayo de 1872. el Gobierno tuvo cierta noticia de que Calfucurá tenía la intención de
apoderarse de Catriel y desquitarse de su afrenta y que lanzaba ya otros malones al sur. (A. Museo
Histórica Nacional No 6125: 14.5.72 y 26.5 y 9.8.72)
Nueva movilización
En junio de 1872, Rivas movilizó a 350 indios más de Catriel y solicitó caballos para éstos.
Calfucurá puso sus condiciones a las propuestas de reconciliación con Catriel: debía solicitar la
libertad de los presos en Martín García, de Manuel Grande y demás víctimas de los acontecimientos
en la Laguna Burgos y en el Fuerte Gral. Paz (ib. ?6198 y 6232). El Gobierno reclamó por nuevos
atropellos de los salineros, hasta en Tapalquén (15.6.72: sumario 9.8.72). El ministro Gainza
escribió entonces a Rivas. el 24 de agosto: "Tratado hecho o no, en septiembre ha de marchar sobre
Salinas". Rivas no marchó. Véase la biografía de Calfucurá donde detallo el misterioso juego de
Rivas. Sí, le hablaba al Ministro de sus preparativos para el avance definitivo.
El 31 de enero de 1873, Rivas realizó un nuevo convenio con el cacique C. Catriel para
afianzar su lealtad para nuevas empresas proyectadas. Pues de pronto corrió la voz de que Calfucurá
reunía a los indios araucanos para un malón (Arch, Municipal de 9 de Julio L.28 p.4 y 26) Y Murga
supo por informes de Angol (Chile) que Reuquecurá había hecho un convenio con los caciques
Quilapán y Quilahueque para que viniesen a invadir a Azul y la Guardia Blanca (AEM 7.3.73) Estas
noticias produjeron un gran revuelo entre los jefes de fronteras. El Ministro de Guerra se preocupó
230
mucho de que Catriel y sus indios fuesen ganados como auxiliares en caso que se produjera el
malón. El 28 de marzo le escribe a Catriel( Arch. Museo Histórico Nacional N" 6600) que espera
su cooperación en caso que Calfucurá atacara. Y enviándole una montura con estribos de plata, le
pidió nuevamente su eventual cooperación: el 1° de abril de 1873 Rivas solicitó 900 vestuarios para
sus indios amigos en vista de movilizarlos (A.E.M. 1.4 y 23.4.73.). Se le contestó que no había
fondos para revistar a los indios de Catriel. El 31 de marzo escribió Rivas: “Mañana marchará
Murga a Carhué. Los indos de Catriel se incorporarán en Sauce Corto (AMHN Nº 6627 ss) ..Que
Murga había marchado con 200 soldados y 300 indios amigos de Catriel a las órdenes del capitán
Peralta…La expedición fracasó .. y todo quedó en silencio”

El nuevo Jefe de Salinas Grandes


Desde que se produjera la segunda revolución de López Jordán en Entre Ríos, los militares
ya no hablaban ni de Catriel, ni de expedieionar contra Calfucurá. Este, enfermo y viejo, murió en
sus toldos el 3 de junio de 1873. Su sucesor fue su hijo Manuel Namuncurá, guerrero como su padre
que mantenía los mismos ideales y política de independencia y resistencia al sometimiento violento.
Catriel siguió su política colaboracionista. A fines de septiembre su primo hermano, el capitanejo y
sargento mayor Pichihuinca se integró con 80 indios más al Ejército.
Rivas estaba más ocupado en sus negocios y la política. En las últimas elecciones
presidenciales apostó por el partido mitrista: pero salió electo N. Avellaneda y hasta tuvo mala
suerte en la Frontera, pues el 11 de diciembre Namuncurá trajo una nueva invasión y lo sitió en
Blanca Grande. Sus indios atacaron también el Fuerte Gral. San Martín, sobre el Sauce Corto, y la
zona bahiense.
Expedición de Rivas burlada
Este le pareció el momento para expedieionar. Rivas convocó a los jefes de las fronteras
para que concurrieran a la expedición punitiva a Salinas Grandes. El 28 de diciembre la tropa de
Rivas partió desde el Fortín Necochea sobre las tolderías de Mayolafquén. Eran su Regimiento 9°,
60 Guardias Nacionales y 900 indios de Catriel. En Curamalal se le incorporaron 550 hombres de la
División del coronel Murga (A. E.M. 1.1.74). El cacique Namuncurá noticiado ya del movimiento,
levantó su campamento y toldería, de manera que cuando, el 14 de enero, la columna expedicionaria
llegó a Salinas Grandes y a Atreucó. se dieron cuenta de que el enemigo los había burlado.
Para clarificar lo ocurrido en esos momentos, agrego un párrafo de una carta de Black a
Goodhall: "Estuvieron cerca donde estaban las mujeres y niños (salineros), porque de pronto
aparecieron muchos cuzcos. (Los expedicionarios) se detuvieron por alguna razón o sin ella y al día
siguiente se retiraron hacia el Sauce Corto. Entonces los indios comenzaron su juego... Han matado
cien, tal vez 200 y muchos "tapalqueneros" desertaron."
El 27 de enero Rivas envió su parte al Gobierno sobre la operación a "Carhué", porque
Rivas sabía confeccionar informes militares. (Rojas Lagardc: El malón de 1870 y la Colonia Inglesa
de Sauce Grande. 1984)
No se pudo vivir tranquilo en la frontera: se temía nuevos ataques. Y los indios amigos de
Catriel siguieron actuando en el ejército de Rivas: 100 en febrero. 80 en marzo y 224 en abril.
(A.E.M.)
Dos misioneros en la tribu
Voy a intercalar un pequeño relato sobre una misión religiosa en la tribu de Catriel. Al
mismo tiempo que se efectuaba esa expedición a Salinas Grandes, llegaron dos misioneros
lazaristas al Azul. Monseñor Federico Aneiros, arzobispo de Buenos Aires, los había enviado para
que iniciaran una misión entre los indios pampas de Catriel. El arzobispo realizó muchas gestiones
en favor de los indios, particularmente para los indios fronterizos que vivían en amistad con los
cristianos. En 1872 había fundado el Consejo para la Conversión de los Indios. El mismo había
tomado contacto con los indios de Bragado, Veinticinco de Mayo y Azul en oportunidad de predicar
y confirmar en estos pueblos durante el ano 1873. Al ponerse en contacto con el cacique Catriel y
algunos de sus indios, preveía su buena predisposición para la misionización. Hubo algunos
bautismos. Los hijos del caciques ya estaban bautizados. Por eso pidió a los Padres Lazaristas
asumieran esta tarea misionera. Así partieron los Padres F. Meister y Jorge M. Salvaire el 2 de enero
231
de 1874 desde Buenos Aires y llegaron el día 15 al Arroyo de Nievas. Los primeros días los
dedicaron a informarse. Se conserva aún una libretita de 45 páginas con anotaciones y extractos de
sus aprendizajes en idioma araucano. El 25 de enero dijeron su primera misa en Azul y exhortaron a
la población a una eficaz colaboración en la misión. El 10 de febrero tuvieron su primera entrevista
con el cacique en su casa del Arroyo de las Nievas, antes llamado el Throl throl leufú. Le habían
anunciado su visita y ya había realizado una junta general en la que habló a los capitanejos del
proyecto de los Padres, ponderando su misión. En esta entrevista, pues, Catriel se mostró muy
afable y cortés: les aconsejó que empezaran su trabajo por la instrucción de los niños.
Efectivamente, el Padre Meister abrió el 13 de marzo la primera escuelita para varones. Y en mayo,
informó el arzobispo al Consejo para la "Conversión de los Indios" que los Padres tenían ya dos
escuelas entre los indios de Azul. Sólo la de las niñas pudo sobrevivir unos años, cuya maestra era
la señorita Margarita Montenegro, cuñada del lenguaraz Santiago Avendaño. La frecuentaban unas
23 ninas y pocos varones. Al lado de esta escuela, los Padres edificaron una capilla con paredes de
adobe: y allí enseñaron el catecismo (L. Copello: Gestiones de Mons. Aneiros en favor de los
indios. 1945. p. 57). En el mes de junio, el mismo cacique dio testimonio de la buena marcha de la
misión, escribiendo a Mons. Aneiros que mantenía sus promesas y tenía el deseo de confiar al P.
Salvaire a su hijo Lorenzo para que lo educase, (ib.)
A pocos meses escribió el arzobispo a los Padres que uno de ellos fuese por unos meses a
iniciar una misión en la tribu de Raylef, cerca de Bragado. Por eso se ausentó el Padre Salvaire por
tres meses y llevó a Mons. Aneiros una carta del cacique Catriel. fechada en Azul el 29 de junio de
1874 por la cual le transmite sus saludos, los de su familia y de sus capitanes. Le dice que mantiene
buenas relaciones con los Padres, cuyas visitas le son siempre gratas. "He prometido al Padre
Salvaire confiarle a mi hijo Lorenzo para que lo instruya en todo lo que debe ser un buen cristiano,
como lo es en efecto, y un hombre civilizado. Yo también tengo el deseo de aprender e instruirme
como los cristianos..." (ib.)
Aprecio del cacique
También el Padre Meister apreció al cacique y lo ponderó en sus cartas al señor arzobispo
"la afabilidad y atención extraordinaria con la que el general y cacique Cipriano Catriel y su familia
nos reciben, cada vez que vamos a visitarlos... El mismo cacique y su mujer me parecen tener
alguna inclinación al cristianismo..., pero hay todavía un largo carmino que hacer... Plegue a Dios
iluminarlo con la luz de su toda poderosa gracia...".
Tales palabras son como una pincelada del retrato de Cipriano Catriel. el hombre apacible
como se lo ve en la foto, quien podía ser cruel en la guerra y autoritario con su gente. Un
desgraciado suceso político tronchó la vida de este cacique y las esperanzas de los misioneros. (La
misión fue clausurada el 27 de marzo de 1876).
La funesta revolución
La revolución del 74 arrastró al cacique Cipiano Catriel y a sus tribus a una fatal ruina. Tras
las violentas elecciones de diputados en febrero, y del Presidente, en abril de ese año, no sólo decían
lindezas con tonos subidos los mitristas derrotados a los autonomistas (alsinistas) triunfadores. El
país entró en un clima de hostilidad: luego estalló la revolución. Los mitristas habían ganado en la
provincia de Buenos Aires. Los más notables jefes y comandantes de la frontera se adhirieron con
Rivas al levantamiento. Y nuevamente buscaron los jefes de ambos bandos políticos la colaboración
de los indios. Rivas confió en Catriel y en sus hijos más que en su propia escolta de Guardias
Nacionales. En cambio, el general Hilario Lagos entró en tratativas con el cacique Namuncurá, al
que Rivas había querido dirigir. Lagos no quería la intervención de Catriel (A.E.M. 12.2.74). Rivas
llegó a acusar al ministro de Guerra de haber falseado la verdad. A Lagos no le importaba
indisponer a los indios y aun hizo apresar comisiones de paz (en Junín): Rivas deseaba mantener el
equilibrio y la paz aun con los inquietos salineros. Lagos se aventuró a atacar hasta la pacífica tribu
de Coliqueo, separando a los integrados provenientes de la tribu de Manuel Grande, escapados en la
batalla de la Laguna de Burgos. Quiso llevarlos a La Verde para que "estando cerca de Catriel lo
abandonasen a éste los mil indios de Chipitruz, Calfuquir y Quentriel". (A.E.M. No 1212: 10.4.74)
Entretanto, Rivas suspendió toda hostilidad con Namuncurá: varios capitanejos se
"separaron de éste y vinieron a unirse a Catriel: así Clapán y M. Fernández. El general Rivas fue el
232
primero en pronunciarse en rebelión contra el Gobierno Nacional, protestando contra las elecciones
fraudulentas por una proclama que lanzara desde Azul. El 16 de septiembre depuso las autoridades
de ese pueblo, instalándose en su campamento en Blanca Grande (Olavarría). El 24 de septiembre,
tras una proclama del general Bartolomé Mitre, se pronunciaron también por la revolución los
coroneles Machado, Vidal, Ocampo. Borges y Gelly y Obes. En cambio, el coronel Julio Campos,
leal al nuevo gobierno (autonomista), organizó el "Ejército del Sur", y Luis María Campos la
Guardia Nacional en el orden de la Provincia movilizándola para sofocar el movimiento
revolucionario. B. Mitre se ausentó del país; pero los militares adictos al mitrismo le rogaron que
asumiera la conducción de la revolución, decisión que las logias masónicas —dicen— apoyaban.
Rivas contaba ya con 3.500 hombres y 1.500 indios. 900 de Catriel se le incorporaron, el 21 de
octubre, en Las Flores. El 24 se enfrentaron éstos con la primera avanzada de las tropas gubernistas
y con buen suceso. El cacique Catriel deseaba hacerles una segunda carga: no así el general Rivas.
El 26 del mismo mes, Bartolomé Mitre desembarcó en Tuyú a 7.000 hombres y buscó la
incorporación con las tropas del general Rivas. Este día publicó su famoso Manifiesto
Revolucionario, diciendo que el país protestaba con las armas en las manos contra el fraude y la
violencia con que el Gobierno se había apoderado del poder.
Catriel confió los asuntos de sus familias al Sr. Pedro Oubiñas de Azul, rogándole que
alquilase alguna casita céntrica para una de ella, mientras que la otra ocuparía la casa que le
pertenecía ya. (G. Palombo: Apuntes sobre S. Avendaño. p. 27)
El 2 de noviembre. Mitre y Rivas unieron a sus ejércitos en "Los Médanos".
Las primeras escaramuzas en Las Flores resultaron favorables. Pero con la llegada de las
fuerzas al mando del comandante Arias, cambió el rumbo de la campaña. Los revolucionarios
atacantes se movían desde entonces en derrota hacia Tapalquén. Azul. Olavarría. y La Verde y no
tardaron en ser derrotados del todo.
Algunos autores que tratan el tema. afirman que el general B. Mitre había opinado que los
indios de Catriel debían permanecer en Olavarría o volver a sus toldos. Según otros, se había
producido entre ellos una pelea, encabezando la desobediencia al cacique Cipriano su propio
hermano Juan José Catriel.
Conducta correcta
Intercalo un testimonio de Adolfo Bioy en su libro “Antes del Novecientos”, quien era el
hijo del alcalde y terrateniente del Cuartel 7º del Partido de Las Flores, en ese momento. Pues éste
recordaba que "en el año 1874. Cuando (se produjo) la revolución, Catriel " con mil indios y mil
quinientos caballos acampó a las puertas de la estancia, ocuparon durante dos noches y un día un
potrero tan cercano que hoy forma en su mayor extensión, parte del casco. Dos o tres indiecitos
nacieron allí de las chinas que los acompañaban. Mi padre nos ha contado, repetidas veces, que no
se produjo el menor desorden, que no robaron ni un solo animal, ni una gallina siquiera. "Qué
diferencia" —decía mi padre—. "con los acampamientos sucesivos de tropas cristianas amigas, que
no dejaron cosa sobre cosa, que robaron vacas, caballos y destrozaron todo y se iban sin dar siquiera
las gracias. Catriel, al emprender la retirada con su gente, se acercó a mi padre a darle las gracias y
le regaló dos magníficos caballos, un lobuno y un cebruno, que fueron con un tostado, por espacio
de veinte años los caballos de su silla..." (En la mayoría nos faltan testimonios tan frescos que no
sean militares).
Choque entre hermanos
Hilario Lagos, jefe de una fracción del "Ejército del Sur" —según las Memorias de Juan
Montenegro, publicadas en El Imperial de Azul, el 9 de abril de 1908—. venció al capitán Manuel
Peralta, alias Juan Dumillán, en una acción en El Gualicho, cerca de Flores, donde rindió más de
600 indios catrileros. Julio Campos escribió entonces al ministro Alsina (R. Yaben: Vida miliar y
política del coronel don Julio Campos. 1949, p. 199). diciendo: "Se me ha presentado el resto de la
indiada de Catriel que se me ha presentado después de un combate entre ellos, que ha dado el
resultado la fuga de (Cipriano) Catriel y Avendaño y 7 indios perseguidos por los mismos salvajes.
En otra nota (ib.. p. 196). fechada el mismo día. le dice al mismo que ha conseguido el
desbande completo de la indiada de Catriel, de los que tengo en mi poder más de 600
comprometidos a pelear al enemigo". Y agrega que se han sujetado a la disciplina y han demostrado
233
buena disposición. Esto ocurrió entre el 15 y 16 de noviembre. Lagos discrepa hasta en la fecha,
cuando en su nota del 19 dice "ayer..." (Yaben, ib., p. 330)
Hilario Lagos mandó al capitanejo Moreno para parlamentar con el cacique Cipriano Catriel,
informándole de la suerte de sus indios y proponiéndole que se rindiese también. Este se enfureció,
y en respuesta hizo degollar al capitanejo por el trompa M. Sosa, diciendo que él no era traidor.
Entonces llegaron a sitiarlo sus propios indios hasta que Lagos llegase a intimarle la rendición con
200 hombres, la que acató inmediatamente. (De eso informó en un relato ampuloso el mismo Lagos,
el 19 de noviembre).
Cipriano Catriel prisionero fue degollado
El 17 de noviembre —informa el coronel Jorge Reyes en fojas de servicios del Cnel.... BA.
1928, p. 48—. Lagos presentó a Catriel y a S. Avcndaño a su jefe inmediato. Catriel "vestía las
presillas de general. E inmediatamente fueron tomados presos. Los transportaron hasta Olvarría" —
Capdevilla en su obra ya muchas veces citada, dice que las tropas perseguían a los revolucionarios:
llegaron el día 18 de noviembre a Olavarría.
En Consejo de Guerra, los jefes miliares decidieron entregar a este cacique a los indios
"sublevados ahora contra el mando de su propio cacique", a fin de que ellos lo juzgasen según sus
propias usanzas. Unicamente Ignacio J. Garmendia se opuso a tal proceder; no quería
responsabilizarse de "actos desdorosos". Busqué reunir los documentos que se referían sobre los
últimos momentos de Cipiriano Catriel y vi que hay que tomarlos con cautela.
El coronel Julio Campos elevó desde "Cerro Negro" (Olavarría) el día 20 de noviembre su
parte, informando sobre la aprehensión de Catriel. El día anterior, en un documento algo "retórico"
decía Hilario Lagos a J.Campos en su último renglón: "Lo demás lo he manifestado a V.E.
verbalmente". Llama la atención de que haya comunicación verbal y comunicación por escrito (R.
Yaiben. ib., p. 330). "Lo que me ha manifestado (Lagos) verbalmente es, que los indios piden se les
entregue a Catriel, el lenguaraz Avendaño y a su trompa de órdenes para juzgarlos según sus usos y
costumbres... Mi opinión (es) que si Catriel ha de ser juzgado, debe serlo por los mismos indios,
pues es práctica, que se haga entregándose los criminales a los caciques de la tribu para que ellos
procedan según sus usos". (Ibidem)
En Memorias del Ministerio de Guerra 1874, p. 13. se cita otra comunicación de J. Campos
a Adolfo Alsina, fechada en Olavarría, el 18 de noviembre de 1874... "Ultima hora - Acabo de
recibir la tarjeta que adjunto a V.E. del Comandante Lagos, avisándome la prisión del Cacique
Catriel por los indios que lo perseguían y que iban a lancearlo, cuando llegó él y lo impidió. Este
jefe fue enviado por mí a batir a Catriel, porque tuve conocimiento que un comisario que le mandé,
había sido estaqueado y degollado por su orden...": y continúa Campos: "V.E. ordenará lo que he de
hacer con los prisioneros cuya llegada espero... En primera oportunidad los remitiré a Buenos
Aires..."
Informes poco claros
No dudo que así no se realizó, aunque no sea posible dar detalles ciertos, porque se ha
novelado demasiado sobre la muerte de Cipriano Catriel. Los mismos documentos oficiales nos
confunden con ciertas inexactitudes en las fechas y secuencias. De todos modos. J. Campos informó
sobre la aprehensión de Catriel, después que éste fuera lanceado, sin mencionar que tal hecho haya
ocurrido. El cacique Cipriano Catriel ha muerto el 19 de noviembre de 1874, víctima de su
colaboracionismo para con los blancos.
Si los indios tenían razones para ejecutarlo, habría sido porque Cipriano Catriel tuvo
desaciertos en su gobierno; colaboró en arriesgadas empresas de los jefes de frontera y había estado
preocupado muchas veces por su propia conveniencia, descuidando los intereses de sus propios
hermanos.
Pero los jefes militares del Ejército Nacional debían haber aceptado su rendición como la de
tantos otros jefes de la revolución, la de Mitre y de Rivas, pues Catriel consideraba que defendía la
mejor causa de la Patria.
Monseñor Juan G. Durán, en el libro que ya he citado, habla de “responsabilidad militar” o
de culpabilidad y responsabilidad compartida o “justicia por sus propias manos, cosa difícil de
dirimir” (Durán, J.G.: En los toldos de Catriel y Raylef).
234
Interesa también lo que el misionro Padre Jorge María Salvaire nos dice de Catriel, a quien
trató en ese mismo año, en Azul y en el campo. En sus apuntes dice: “El verdadero nombre indio de
Cipriano Catriel era Mariñancú, que significa “Diez Ägulas”. Cuentan que, cuando sus indios lo
lancearon en Olavaria, resistió cinco lanzasos, sin echar ni si quiera un ¡Ay!. Las dos primeras
lanzas que atravesaron su cuerpo, las agarró con sus manos y las rompió, quedando el fierro y una
parte de la caña dentro del cuerpo. Sólo cuando recibió el quinto lanzaso que le atravesó el corazón,
entonces se desplomó y echó un espantoso mugido y expiró”
José Arena, quien profundizó no sólo las fuentes documentales, sino que también buscó los
testimonios de la tradición verbal, concluye (en Ensayo histórico del Partido de Olavarría, 1964, p.
286): "Todas las referencias coinciden en que (C. Catriel) fue lanceado en la Quinta de Guerrero,
actual Club de Estudiantes de Olavarría. Reyes, como testigo presencial indica la hora 9, «en el
momento en que se relevaban todas las guardias de prevención». Mi batallón se hallaba acampado,
teniendo a su derecha el 7º de Línea y a la izquierda el 6º de Guardias Nacionales. Y, al ser sacados
los presos de las guardias respectivas, Catriel y Avendaño vinieron a encontrarse frente a la Guardia
de mi batallón, como a una distancia de 80 metros. Los dos grupos (de indios a caballo y armados
de lanza) echaron pie a tierra y mataron a lanza a Catriel y a su secretario (Mármol: La Revolución
del 74. dice que hubo 36 heridos) degollándolos inmediatamente. Esto fue tan rápido que no dio
tiempo a ninguna intervención de las fuerzas que en este momento se encontraban formadas
haciendo el relevo de las guardias. El que mandaba las fuerzas de los indios era Juan José Catriel,
quien degolló a su hermano..."
"Los indios jamás reconocieron este hecho" —dice J. Arena en el mismo artículo, p. 285.
Antonio del Valle comenta, en su libro Recordando el Pasado (I.. p. 317):
"Muchos años transcurrirán sin que podamos ver indios de la talla de Catriel... Mucho
pasará también antes que veamos otros jefes argentinos autorizando las escenas de barbarie y
salvajismo que fue testigo ocular un cuerpo entero del Ejército". En 1866. Juan José Catriel no
asumió el cacicazgo de las tribus de su padre, "porque no quiso asumir los compromisos asumidos
por su padre con los cristianos" —decía en 1923. su esposa, doña Juana Gallardo—. Ahora se lo
arrancó a su hermano junto con la vida y fue reconocido como cacique principal por los vencedores
de "La Verde".
Entre los testimonios que he rastreado, encontré el de otro testigo ocular, el de Domingo
Güemes, quien escribió una carta dirigida a Luis Güemes, hijo del General Martín Güemes, el 23 de
diciembre de 1874: “Voy a contarles la historia de nuestra campaña. El 24 de septiembre
proclamaron la revolución los matreros. En los diarios de ese día se publicó el decreto del gobierno,
ordenando se presentaren a sus respectivos cuarteles todos los ciudadanos hábiles de llevar armas.
Como nosotros nos consideramos tales, nos presentamos esa misma tarde, Juan Martín [Tedín], Luis
Güemes y yo en el cuartel…
“El 11 de noviembre, a las ocho de la mañana, salimos con Virgilio rumbo de Dolores,
donde se separaron el día antes los ejércitos de los dos Campos. El de Julio se dirigió a Azul; el de
Luis María hacia “Flores”. En Dolores tomamos caballos y, acompañados de varios otros oficisales
y el comandante Maldonado, seguimos al trote y galope a alcanzar el ejército. Al tercer día (13 a las
ocho de la noche lo alcanzamos, ocho leguas adelante del pueblito de Rauch. Desde allí fue de
ayudante del Coronel Garmendia. A los dos días o tres ( el 14 o 15) llegamos al Azul, donde el
enemigo había salido el día antes. Campamos allí esa noche y al día siguiente seguimos a Olavaria,
donde llegamos como a las cuatro de la mañana del día siguiente, después de haber caminado el día
y la noche. Allí tuvimos al enemigo a menos de tres leguas; pero abandonando sus cañones y carros
de municiones y armamentos, tomaron las de Villa Diego… Como a las 12 del día (17) se nos
presentaron cerca de mil indios, encabezados por Juan José Catriel. Se habían sublevado contra el
General y Jefe de la Tribu, Cipriano Catriel (hermano de Juan José) y lo traían prisionero.
“Al día siguiente (18) volvimos hacia Azul, donde llegamos después de dos días de marcha
(20 y 21). Allí campamos tres o cuatro días para hacer descansar las caballadas y proveernos de
todo lo necesario para continuar la persecución. Al cabo de esos cuatro días, (el 24) seguimos de
nuevo hacia Olavaria, donde tuvo lugar el lanzamiento de Catriel. Todos los indios y su nuevo jefe,
el hermano de (Cipriano) Catriel pidieron a Campos, se les entregara a aquel y al consejero
235
Avendaño para lancearlos. Como el único medio de conservar a los indios de nuestra parte era
accediendo a sus exigencias, y como Catriel y su consejero merecían bien la muerte, Campos se los
entregó.
“Yo presencié (Nota: En este relato no coinciden las fechas con loque sabemos) ese bárbaro
espectáculo de una manera casual: venía del pueblito al campamento, cuando vi que los indios,
armados de sus chuzas, formaron cuadro, galopaban y hacían mil evoluciones. Me aproximé y vi a
(Cipriano) Catriel y Avendaño a pie en el centro. Catriel se paseaba envuelto en una manta azul y
echando una mirada terrible sobre los indios. El bandido Avendaño temblaba y suplicaba que no le
mataran; pero los indios echaron pie a tierra y los atravesaron a lanzasos. Catriel, cuando le tiraron
el primer lanzaso, tiró la manta hacia atrás y quitó la lanza que le dirigían al pecho; pero al mismo
tiempo le clavaron otra en la espalda y cayó echándoles una maldición a los indios. Así concluyeron
él y su consejero, los dos bandidos más sanguinarios y crueles de la pampa” (NB.Podía omitir este
juicio final)
----------------------
Al proseguir Julio Campos su marcha hacia el campo de la victoria, dejó a Juan José Catriel
en Blanca Grande, encargándole de la comandancia de la frontera interinamente, hasta que el
Teniente Cnel. Z. Supisiche asumiera este cargo. El 21 de noviembre se supo que el general Rivas
venía contramarchando para recuperar la indiada de Catriel. Ya era tarde. Cipriano Catriel, el "Tigre
Cortado", ya no vivía sino en el recuerdo y en la eternidad. Azul honró su memoria dedicándole una
de las calles principales y un puente "Catriel" sobre el Arroyo Azul (Calfú Leufú).
Pedro Vignau le dedicó una poesía intitulada "La muerte de Catriel". publicada en su libro
Romances del Tiempo Viejo (Bolívar, 1965). que se halla también en la Biblioteca Nacional.
Reproduzco dos de las 39 estrofas. Nº 21 y 26:

"¡Ay, triste destino, el tuyo! (Juan José)


¡Los blancos te han embrujado!
¡Ya no adoras a Gualicho
y te abrazas a un dios falso!

"¡Cálmate hermano -le dice Cipriano Catriel.


Ya no tengo ni una duda:
en los blancos amanece,
en nuestra raza se nubla!"

Su familia
Poco puedo decir de su familia. Quedan algunas anotaciones de bautismos, donde nos
enteramos que don Cipriano Catriel estaba casado con tres nujeres: con Lorenza, Rafaela y
Eufemia. De Lorenza Toribio presentó dos hijos para bautizar. El bautismo de Cipriano se realizó
cuando tenía nueve años, el 27 de marzo de 1871. Su padre declaró que tenía 34 años y su madre,
Lorenza de Catriel 30. Los padrinos de la ceremonia fueron el coronel De Elía y Genoveva de
Avendaño.
El segundo hijo fue Ignacio, bautizado el 8 de octubre de 1871. Arch. parroquial de la
Catedral de Azul, L.Baut. Nº 14 y 15 f. 75 y 460.
Rafaela Burgos, quien declaró haber nacido el 3 de marzo de 1873
Eufemia presentó a su hija Tomasa, bautizada, me parece, el mismo día, y cuyos padrinos
fueron Santiago Avendaño y su señora Genoveva Montenegro de Avendaño.
La etnóloga Berta Kössler de San Martín de los Andes trabajó en la genealogía de los Catriel
hasta pocos días antes de su muerte, ocurrida en 1965. El informante principal fue Catriel “Huinca”,
llamado también “el abuelo”, que era nieto de Cipriano Catriel e hijo de la india Callvu Guor o
Calfuñir y de Cipriano (hijo). La señora murió a los 115 años, informó J.E. Cordeviola; el trabajo
inédito estaba en manos del profesor Augsto Cortazar”, que yo no logré consultar.
236
En Azul se conserva la casa donde habitaba el cacique y su familia. El grupo convivía con
los azuleños sin dificultad. Los Catriel tenían otra casa sobre el Arroyo de Nievas, en su campo. En
el Museo Municipal de Azul se conservan algunas pertenencias suyas. Su recuerdo no se extinguirá.

Bibliografía
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Arena. José Matilde. Catriel 1944: L. Prensa 21.4.64. Olavarría ayer y hoy, 1964.
Ensavo histórico del Partido de Olavarría. 1967.
Benigar. Juan. El calvario de una tribu (extracto Rev. Biblos. Azul 11, 1926).
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El cac. Cipriano. Catriel y las memorias de Avendaño. (Hux)
Cuadrado Hernández.G. San Cipriano Catriel. En: Todo es Historia N" 106. 1976.
Cuadrado Hernández. La Dinastía de los Catriel. En Todo es Historia 91, 1974
D'Aurignac, Romain: Amérique du Sud, Paris 1977 (trad. Eudeba).
Ebelot, A. Les derniers jours de la tribu de Catriel, 1876.
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La Nación. 19.X. 1870 Indios de Azul pactan. 3 V 71 Derrota de indios rebeldes, etc.
Montenegro. Juan. El acique Cipriano Catriel (en Caras y Caretas. 1909).
Montencgro.Juan. Historia de Azul. En El Imparcial. 1908 No 3357 ss.
Biblos. Revista de Azul 1926 No 11, artículo sobre Catriel (Ronco B.).
Capdevilla. R., Tapalquén. vol. I y II.
Del Valle, A.. Recordando el pasado. 1936.
Copello, L.. Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios. 1945.
Anales de la Sociedad Rural N" 12, 1870.
Yaben, R., Vida militar y política de Julio Campos. Cap. X.
Salvaire, Jorge María. Cartas en Anales de la Congregación de la Misión y libretas.
Costa, J. A.. Roca y Tejedor, p. 30-46. Reyes. J., Fojas de servicio de... 1928.
Palombo. Guillermo: Apuntes sobre un lenguaraz:, Don Santiago Avendaño (1834-1874).

CATRIEL (VI). Juan José, cacique pampa, hermano y sucesor del cacique Cipriano Catriel.
Este cacique empezó a ser noticia a partir del asesinato del hermano, a causa de la
Revolución del año 1874, el 19 de octubre de ese año. como arriba relatamos.
Juan José nació en 1831 en el campo de las Nievas (cerca de Azul). Al fallecer su padre, el
cacique Juan Catriel, no asumió el cacicazgo: lo hizo su hermano menor Cipriano, quien había
secundado mucho a su padre y poseía mejores dotes militares y diplomáticas. Era muy allegado a
los jefes de la frontera. La viuda de Juan José Catriel contaba en 1923 que su esposo no había
querido asumir el mando por no estar de acuerdo con los tratados de su padre hechos con los
cristianos (Todo es Historia. Nu 106). Juan José se dedicaba a la cría de ganado. La disconformidad
con muchos actos de gobierno de su hermano y la turbulencia de la Revolución Mitrista llegó a
trocar su carácter y su suerte. Hilario Lagos y Julio Campos consiguieron ganar para la causa del
gobierno autonomista las tropas indígenas de Catriel. sublevándolos contra su propio cacique. Ellos,
en nombre del gobierno, reconocieron la nueva autoridad en su tribu, aprobando el cacicazgo de
Juan José Catriel al que dieron buenas muestras de confianza, a tal punto que lo nombraron jefe
interino de la frontera Sur con asiento en la Blanca Grande (Yaben:.Campos, ob. cit., p. 125:
30.11.1874). Los indios de Catriel no acudieron a la batalla de La Verde: pero su fidelidad a los
gubernistas contribuyó al triunfo definitivo de éstos. Muchos deploraron entonces la muerte de
Cipriano Catriel y presagiaron nada bueno para Juan José. En un artículo de los Anales de la
Sociedad Rural Argentina, J. M. J. decía (T.X., p. 83.1876): "...Si la muerte de Cipriano Catriel fue
un error, mayor error fue entregar el cacicazgo a Juan José Catriel. que representa el viejo espíritu
indio envidioso y desleal con los cristianos".

Después de la Revolución
237
Esa revolución del 74 trajo como consecuencia un cambio radical entre los jefes militares de
la frontera. La frontera Sur fue confiada al coronel Nicolás Levalle. El estableció su campamento
principal en la Blanca Grande, contando con 300 hombre y 600 indios de Catriel. Este debía ser el
punto de partida para la gran acción bélica planeada desde tanto tiempo: llevar las fronteras
definitivamente hasta el Río Negro, eliminando las indiadas no sometidas. En Blanca Grande
congregó el ministro Adolfo Aisina una extraordinaria asamblea de jefes militares. Surgió también
la pregunta qué iban a hacer con los indios de Catriel. "Quieren echarnos de los campos que
habitamos ahora y mandarnos a otros parajes, aun sin habernos comunicado los motivos de esta
medida tan triste e importante", decía el cacique Juan José Catriel a los misioneros, quienes, el 17
de mayo, lograron tener una entrevista con él para preguntarle formalmente si admitía en sus
terrenos la misión y la escuela, como su hermano lo había permitido. El cacique, quien había estado
ausente 6 meses, por servicio militar, estaba al tanto y no quiso saber nada de misión hasta que la
situación se apaciguase. (Así concluyó la misión de los Padres Lazaristas en Azul el 27 de marzo de
1876.)
Persistía el viejo problema y la lucha por la tierra catrilera y el proyecto de desalojarlos. En
la carta que el coronel Marcelino Freyre enviara, el 9 de marzo del 1875, al Dr. Zeballos. habla
primero de la reunión de los jefes, y luego de robos escandolosos que las tropas nacionales habían
hecho a los indios de Catriel (Arch. de Lujan. Museo Colonial). Cada vez más los oprimieron con
servicios a prestar. Durante meses tenían que acantonarse y les hablaban de que se iba a
expedicionar contra los indios de Namuncurá. Y cuando desertaban, los buscaban en sus toldos y
los mandaban a la prisión de Martín García. No tenían ni tiempo de ser padres de familia y en las
distribuciones de las raciones siempre les faltaban peso y calidad. Las efemérides militares cuentan
que el mismo 9 de enero, el capitán Laciar y 40 del Regimiento 5° sorprendieron al cacique Cachul
y lograron apresar a toda la tribu que estaba en paz y servicio: apresaron al cacique (pariente de
Catriel). a 7 capitanejos y 57 indios, además de 164 mujeres y niños.
Así se trató a los leales
El cacique Juan José fue llamado a Buenos Aires: y como le retuvieron bastante tiempo.
algunos indios creyeron que lo habían apresado. Indios que estuvieron en servicio en el Fuerte
Lavalle (sur) o Sanquilcó, se inquietaron cuando alguien decía que iban a matar a su cacique. Parece
que algunos comerciantes lo habían dicho (Arch. E. M. 27.3.75). El coronel N. Lcvalle llamó a
Marcelino Catriel, hermano del cacique Juan José, para que él los apaciguase. Los diarios de la
Capital hablaban ya de sublevados en el Fuerte Lavalle. Luego volvió el cacique Juan José y se
distensionó la congoja indígena (La Prensa. 8.4.75). El mismo cacique escribió entonces al ministro
Adolfo Alsina para informarle sobre lo ocurrido en el Fuerte Lavalle. Le decía: "...Esa gente creía
que (yo) estaba preso en Buenos Aires y que se me iba a fusilar e intentaron por eso sublevarse:
pero llegado al Azul, mandé chasqui el mismo día y todo concluyó (A.E.M. 7.4.75). Hoy están
conformes con mi presencia, pero sí. tienen un disgusto por saber presos esos capitanejos que V.E.
debe perdonarlos". (A.E.M.. Doc. 6964)
En la misma carta él dice al ministro de Guerra: "Pido nombre intendente al Sr. Luis Félix
Briones, vecino de Buenos Aires (en reemplazo del Sr. Aveldano. Intendente de los indios amigos
anterior, muerto junto con el cae. Cipriano Catriel). quien es mi apoderado general para todos mis
asuntos para que me entreguen las raciones". (ib.)
En los mismos días. el sargento Nadal fusiló al capitanejo Martín Tomás de Catriel. "por
noticias de que se iba a sublevar". (A.E.M.. Doc. 1233: 24.4.75)
El 7 de mayo de 1875 se le ordenó al coronel N. Lavalle que apresara a otros indios más,
como se desprende de la nota del coronel L. Vintter del 9 de junio de Blanca Grande, que, según
decreto del 7 de mayo. habían mandado 144 indios de la tribu de Juan José Catriel a "Las Flores" y
están presos del Regimiento 5º porque querían sublevarse. Sólo dos escaparon (A.E.M.. Doc. N"
233. 9.6.75). Poco después. se levantó un sumario en la Frontera Sur por robos de ganados en
Tapalquén, cuando, en cartas privadas, los mismos jefes se acusan de robos escandalosos
perpetrados a los indios de Catriel.
Ante el avance, rumores de malón
238
A todas estas contrariedades se sumó el rumor de que Namuncurá tenían la intención de
invadir a Catriel o más bien de hacer justicia como lo hacía su padre en Sierra Chica, en Tres
Arroyos, Bahía Blanca y en San Carlos. El Gobierno Nacional y los jefes militares estaban
considerando y preparando el avance definitivo (A.E.M. 7-2.75.Doc. 6909). Los indios sabían que
se les pondría como avanzada, como en otras ocasiones. Supieron lo que había dicho el ministro A.
Alsina en su mensaje al Congreso, el 25 de agosto del 75, por el que explicó su plan de avance y
solicitaba 200.000 $ y el 5 de octubre 400.000$ más para los equipamentos y la gestión. Estaban
informados sobre lo que estaban haciendo los ingenieros F. Melchert y A. Ebelot.
Se les propone un nuevo convenio y desalojo
En tales circunstancias se les propuso a Catriel y a sus indios un nuevo tratado de paz. El
coronel N. Levalle era el encargado de "realizar la renovación del tratado de la mejor manera".
Transcribo el tratado fechado el 1º de septiembre de 1875: (A.E.M.. Doc. 1241)
"Convenio celebrado entre el comandante en gefe de la Frontera Sud. en representación del
Gobierno Nacional y el cacique general de la tribu amiga de Dn. Juan José Catriel: El Comandante
en Gefe de la Frontera Sud. coronel Dn. Nicolás Lavalle, plenamente autorizado y en representación
del Exmo. Gobierno Nacional. y Juan José Catriel, Gefe de la tribu amiga, en su representación, a
primero de septiembre de mil ochocientos setenta y cinco, reunidos en el Fuerte Lavalle por mutuo
convenio y teniendo a la vista las bases estipuladas por S.E., el Señor Ministro de Guerra, a fin de
celebrar este convenio, han covenido en lo siguiente: Artículo 1°: Juan José Catriel con su tribu,
desde este momento se pone a las órdenes del Exmo. Gobierno Nacional en la condición de Guardia
Nacional movilizada, él y su Tribu, quedando en consecuencia, sujeto a las leyes militares y a las
órdenes inmediatas de los Gefes que le están destinados.
Artículo 2°: Juan José Catriel, desde el momento de firmar el presente convenio, gozará de
su haber como Gefe de la Tribu, así como cada uno de los de ella gozará el que le corresponda,
según su clase, con arreglo a lo que está presupuestado para los demás Cuerpos del Ejército.
Artículo 3°: Juan José Catriel y su tribu, debiendo uniformarse y entrar a ser, desde hoy,
fuerza regular a las órdenes del Gobierno y debiendo, en consecuencia, usar uniforme, éste ha
quedado acordado de la manera siguiente: para los Gefes y Oficiales: Bombacha grana o chiripá y
blusa o camiseta con las insignias de su clase: y para la Tropa: Chiripá azul, camiseta, poncho,
sombrero con una divisa que indicará la superioridad y bota. En cuanto al racionamiento, por el
momento seguirán recibiendo las raciones de la manera que las han recibido hasta aquí, o serán
racionados diariamente como las demás tropas del Gobierno, según lo exijan la mejor manera de
alimentarse, o como mejor convenga, según lo exijan las necesidades del servicio.
Artículo 4º: El Gobierno pondrá a disposición del Casique General Catriel 1º Agrimensores
para medir y delinear los campos a donde debe situarse su tribu. 2º Instrumentos de labranza y
semillas. 3° y todos los demás elementos necesarios para construir alojamientos en su nuevo
campamento. 4º El Gobierno nacional por sí, o de acuerdo con el de la Provincia, hará extender a
nombre del cacique General, de los Jefes de Familias o Caciques, la Escritura de terrenos o campos,
cuya propiedad les será reconocida.
Artículo 5°: El cacique Juan José Catriel, tan pronto como el Gefe de la Frontera Sud ponga
a su disposición los elementos necesarios para trasladarse a su nuevo campamento, lo hará.
Artículo 6°: El presente convenio será duradero y para siempre, y en fe de lo cual, lo firman
el Comandante en Gefe de la Frontera, en representación del Exmo. Gobienio Nacional y Juan José
Catriel, cacique General de la Tribu amiga, por sí. y en representación, obligándose de la manera
más seria al fiel cumplimiento de este convenio. En el Fuerte Lavalle a primero de septiembre de
mil ochocientos setenta y cinco. Firma: Nicolás Levalle. Por autorización del cacique General, Dn.
Juan José Catriel, por no saber firmar: Nasario Iranzo.

El documento se presta para muchos comentarios. Se desprende de él que se hizo con Juan
José Catriel, lo que jefes anteriores habían querido hacer con sus caciques anteriores. No conocía
todos los trasfondos, pero los vislumbraba. Callaba ante esta nueva violencia legal. A su tiempo hará
lo propio.
239
En cuanto a la entrega de nuevas tierras, el documento no define la superficie ni la
ubicación. Pero el ingeniero A. Ebelot nos informa en su libro Frontera Sur, Recuerdos y Relatos de
la Campaña del Desierto: 1875-1879 (Ed. Krafl. Bs. As. 1968. p. 53 y 59) que él había recibido el
encargo de medir una legua cuadrada para el cacique y 170 hectáreas para jefes secundarios y 35
hectáreas a cada indio sin Jerarquía, ubicándolas al Sur del Fortín Aldecoa, incluyendo en su
perímetro la laguna Paragüil.
Lo más grave era la total militarización de la tribu que debían ubicarse en dos campamentos,
uno entre Blanca Grande y Sauce Corto (Mayoguello) y otro a la derecha de la Blanca Grande. Allí
trasladarían sus familias.
Buscando quien los defienda
El convenio fue como un operativo de sorpresa. El coronel llamó al cacique al Fuerte
Lavalle y sin que mediara consenso de su parlamento, lo hizo firmar, el 24 de septiembre: es decir,
tuvo que firmar Nasario Iranzo (A.E.M., 24.9.75). En Azul hubo gran alegría, exceptuando quizás
algunos comerciantes. Ya se presentaron compradores de los campos de los indios. Estos, en
cambio, se inquietaron aún más. Los capitanejos manifestaron su completa disconformidad, también
porque no habían sido consultados. Juan José llevó el asunto hasta el despacho del señor Presidente:
le mandó una comitiva en comisión y una carta, fechada el 9 de noviembre: su portador responsable
fue el capitanejo Juan Gallardo (hermano de la esposa de Juan José Catriel): y el Tnte. Primero,
capitanejo Ciríaco Romero, a los que acompañaron otros mocetones. Entre tanto, los indios fueron
puestos bajo una disciplina que no soportaron, dice Ebelot en su libro (p. 40). Por encargo del Sr.
Presidente, el ministro de Guerra, Dr. Adolfo Alsina, se trasladó al Azul para conferenciar con el
cacique Juan José Catriel y sus capitanejos. Efectivamente, el cacique se presentó: estaba rengo y
acudieron los capitanejos principales. Estos levantaron enseguida su queja de cómo era posible que
les despojasen de sus campos. El ministro les respondió —anota la memoria de Juan Montenegro en
1888 en El Imparcial No 40—: "que era resolución irrevocable".
—Veremos —dijeron el cacique y los demás.
—No. Tienen que salir.
Entonces, el cacique pidió plazo, a lo menos, para poder levantar sus cosechas. (Esta reunión
se efectuaba en diciembre). Finalmente agacharon la cabeza y firmaron: pero no estuvieron
conformes. Ni en Buenos Aires se creyó en la sinceridad del arreglo. El periódico ilustrado El
Mosquito de Buenos Aires publicó entonces una caricatura de Adolfo Alsina y de Catriel en el acto
de celebrar el convenio. (Alsina: Memoria Especial, 1877. p. 54)
Ellos volvieron a sus toldos y Alsina a Buenos Aires. De allí volvió una comisión de
Namuncurá. que con el sacerdote Jorge Ma. Salvaire habían ido a Buenos Aires para mover una vez
más el asunto del tratado de paz. Ya en el camino de ida se habían cruzado con una comisión de J. J.
Catriel que iba a Salinas Grandes para informar sobre los acontecimientos en el campo de Las
Nievas.
Desde ese momento se iba gestando la gran sublevación que a continuación vamos a reseñar.
Coincidían los desengaños de los catrileros con los de los salineros y nuevamente se convocó a un
gran malón, un malón combinado con fuerzas ranqueles y chilenas junto a las de Namuncurá y las
que incorporaría Catriel. El malón se presentó primero en Veinticinco de Mayo (el 12 de nov. 75):
luego en Tres Arroyos (el 12 de diciembre). Al principio de diciembre se sublevaron y desertaron 25
indios en Blanca Chica: otros 40 fugaron del Fortín Avellaneda y en vísperas de Navidad el
capitanejo Manuel Peralta manifestó al coronel Lavalle que existía un plan de sublevación general.
El Comandante General llamó entonces al cacique Juan José Catriel para interrogarlo, pero éste le
rió en la cara diciendo que Peralta era un viejo borracho y se retiró. (J. Montenegro, ib. 1908, N" 4 y
carta de M. Freire al Dr. Zeballos, en el Museo de Luján; Mulazzi, J. A.: Cla Rome-co. p. 68)

LA SUBLEVACION DE CATRIEL Y EL MALON GRANDE

Apagada la vela de Navidad, estalló la sublevación como se había anunciado. El día 26 se


supo que 300 indios de Catriel se habían sublevado en el Fuerte Lavalle y que el cacique avanzaba
con más de mil indios. Pronto eran 5.000 los sublevados en la Frontera Sud. El Ingeniero, presente
240
en esos momentos en el Fortín Aldecoa, describe varios momentos de este malón (Ebelot: Frontera
Sur, Ed. Kraft, 1968. p. 71). Dos mil sitiaron a Azul y Tapalqué; cautivaron más de 500 pobladores
y reunieron cuantiosa hacienda. Lo mismo hacían los indios de Pincén y Baigorrita en la Blanca
Grande.
Ebelot narra: "Estaba parapetado en ese fortín de Aldecoa. Durante cuatro horas vimos
sucedcrse los bosques de lanzas y los inmensos arreos de vacas y caballos. Se veían por lo menos
150.000 cabezas de ganado. Era admirable el buen orden con que toda esa masa de animales se
movía... y caminaban mantenidos, sin esfuerzo aparente, en filas apretadas y dóciles. Al fin
aparecieron las mujeres y los niños de la tribu de Catriel. Dado la señal del cacique, todo el mundo
montó a caballo en búsqueda de otro horizonte", (ib.. p. 73)
Hay muchas noticias sobre este triste acontecimiento. El Dr. Jorge L. Rojas Lagarde ha
publicado un libro sobre el Gran Malón, en el que reúne aquellos testimonios. Unos hablan de
estupor porque Levalle no haya reaccionado con mayor energía: se hablará de negocios saqueados,
de estancias incendiadas, del saqueo en los campos del Arroyo de las Nievas: del comportamiento
de los diversos grupos de indios. El misionero de la Tribu de Catriel escribió con cierta satisfacción
a Mons. Aneiros que los indios bautizados y los catecúmenos no habían participado en la
sublevación. Pero muchos fueron muertos luego por las tropas azuleñas como acto de represalia.

Perseguidos en retirada
El 29 de diciembre, finalmente, el Jefe de la Frontera, el coronel N. Levalle. se puso en
marcha con su tropa que reunió en Azul, Tapalquén y los demás puntos de la frontera, para
perseguir a los indios en retirada y para arrebatarles el mayor número de animales que llevaban
como botín (R. Capdevilla: Tapalquén II, p. 200). El día 30 de diciembre llegó el ministro de Guerra
Adolfo Alsina con 400 hombres y dos ametralladoras al Fuerte de Azul. El mandó limpiar los
campos de rezagados y atacar a los fugados. La indignación de los porteños fue grande y la prensa
echó un tintero lleno de críticas sobre los Jefes responsables. El periódico satírico de Antonio
Perulero representó al ministro AIsina. en el número del 6 de enero de 1876. entregando a Catriel un
escrito en el que se leía la leyenda: "Y ese tratado, amigo. se cumplirá también como los anteriores".
El coronel Freyre, jefe de la frontera del Oeste decía en carta al Dr. Zeballos, el 9 de enero: "Estoy
cansado de tanto luchar contra los ladrones Winter y Benavidcs. Se ocupan sólo en poblar estancias.
Todas las haciendas de Catriel han sido robadas por ellos, 6.000 vacas. 5.000 ovejas. Todos los
indios que cubrían la línea de la frontera sur, se sublevaron matando la guarnición de los fortines.
Levalle no ha hecho nada y la División (del Oeste) no ha recibido ninguna nota de él". (Consulté
esta carta en el Museo Histórico de Lujan).
Sin embargo, tenemos noticias de algunos encuentros con los indios de la espectacular
retirada de los Catriel escoltados por los malones de Namuncurá. Hubo un choque en el Fortín
Aldecoa, el 30 de diciembre; en la laguna La Bandurria, el 31 y en El Sauce, el 1º de enero de 1876.
A partir de este momento la tribu del campo Las Nievas empezó su vida nómade, a la que no
estaba acostumbrada y ya no tendrá más paz, la guerra estará pisando sus talones por tres años más.
hasta su destrucción.
Juicio histórico
Si hacemos un juicio sobre aquellos acontecimientos, debemos considerar que la
sublevación no brotó de una veleidad india, sino era la respuesta a sentimientos y derechos heridos.
Habían servido mucho y con lealtad, pero no fueron considerados en sus reclamos justos. Un juicio
singular es aquella carta que el 10 de diciembre de 1878 enviara el coronel Donovan al coronel
Julio Campos, después que Juan José Catriel y el resto de su tribu se había entregado en Bahía
Blanca: "Por la carta que le dirigió Juan José Catriel estará usted impuesto de lo mal que se ha
procedido con éste y sus indios. Usted se ruborizaría, si leyese el sumario que yo he instruido a
Catriel y que Vinter ha elevado reservadamente al general Roca. Las declaraciones de Juan José y
de Marcelino honran altamente a usted, así como denigran a otros, y según Vinter, lodo lo que
declaran estos caciques es la verdad y justifica el alzamiento de ellos".
241
He buscado localizar ese sumario, per no lo pude encontrar. Ha sido un despojo violento y
¡tan poco valía la vida de estos indios amigos! En abril de 1876 el ministro de Gobierno Aristóbulo
del Valle, pidió al Juez de Paz de Azul que cooperase con el agrimensor Eduardo Moreno, quien
había sido designado para medir el campo (de Catriel) para invernadero de caballos del Estado en
terrenos que ocupaban las tribus de Catriel (Periódico de Azul El Tiempo, 8.7.1873). Y el 8 de enero
de 1878 se instaló allí una Colonia Rusa.
LA CONQUISTA DE TRES MIL LEGUAS CUADRADAS
Y LA PERSECUCION DE LAS TRIBUS DE CATRIEL
El plan de avanzar las fronteras hasta el Río Negro ha sido cosa resuelta ya en 1867, cuando
las Cámaras votaron la ley 215. Los ministros de Gainza y Alsina venían preparando la ejecución de
ese plan. con la mentalidad de su época liberal.
A pesar del Gran Malón, o incentivado más por él, Adolfo Alsina lanzó todas las fuerzas a la
conquista del Oeste de la Provincia y de la Pampa. Seis columnas salieron a ocupar los puntos más
estratégicos para los indios para las futuras operaciones y estableció, como primera etapa, la nueva
línea de fronteras con Fuertes, Fortines y la Zanja de contención, muchas veces criticada.
N. Levalle avanzó con sus tropas hasta Carhué, hecho histórico y duro golpe para
Namuncurá. S. Maldonado ocupó con su División a Puán. M. Freyre avanzó hasta Guaminí. C.
Villegas, hasta Trenque Lauquen y L. Nelson, hasta Italó. (Hay buenos croquis y mapas de eso)
En el país, sobre todo en Buenos Aires, se había formado una conciencia, una mística, que
aplaudía como gesta nacional, como "punto de partida de nuestra nacionalidad", "la ocupación de
los territorios ocupados por los indios", "el indio era un cáncer que corroía las entrañas del país:
decía Schoo Lastra en su libro “El Indio del Desierto”. "Había que facilitar a la Provincia de Buenos
Aires y a la Nación nuevas posibilidades para su progreso económico y social. (J. Walter, ob. cit.,
1964. p. 526), etcétera".

Durante la Campaña de Alsina


Para completar la historia de la tribu de Juan José Catriel. vamos a elegir los
acontecimientos de esta Campaña de Alsina y de la Conquista del Desierto, en los momentos que a
ella ha tocado vivir.
A principios de marzo de 1876, las tropas de C. Maldonado y de N. Levalle buscaron
hostilizar las indiadas de Catriel. Maldonado con su División y con los indios amigos de
Pichihuinca sorprendieron a 2.000 indios en la Horqueta del Sauce Corto. Allí mataron unos 80
indios, dice el parte, y ganaron gran arreo. No señala la fecha del encuentro, pero debe haber sido
entre el 5 y el 10 de marzo de 1876. El 12 de marzo, Donovan atacó a un grupo de catrileros en el
Paso de los Chilenos (Yaben: Biografías Militares II, p. 1/9). En la misma fecha se rechazó un
grupo de 400 indios que venían a recuperar haciendas en "Las Puntas de Olavarria". Entre el 15 y
18 de marzo hubo dos encuentros dramáticos con unos 3.000 indios en Paragüil y Arroyo Seco. El
día 19, la División Oeste de M. Freyre sorprendió en Mallo Leufú (e.d. Arroyo Corto, hoy Guaminí)
a 300 indios de Catriel y una punta de caballos de su invernada. Otro ataque tuvo lugar el 30 del
mismo mes en Laguna del Monte. El 7 de abril, la División Freyre se vio, prácticamente, sitiada por
una indiada al mando de Marcelino Catriel. pero se liberó del encierro por sucesivas batidas durante
los días del 11 al 14 de abril. En mayo se supo que Catriel había plantado sus toldos en Masallé. Allí
partieron Freyre con el Regimiento 5° y la División Sur y los arrolló entre el 17 y 19 de abril hasta
las Tres Lagunas de Treicó, en la Pampa. Pero al mismo tiempo, otro malón había penetrado hasta
Tapalquén, entre los días 25 y 29 demayo. Enrique Godoy encontró, el día 30, nuevamente unos 300
indios en el Río Sauce Corto y Mayo Leufú. Les causó bajas y recuperó 1.600 animales. Un mes
más tarde. B. Díaz y M. Nadal atacaron a 500 indios catrileros. A principio de agosto se venía otro
malón de unos 3.000 indios para invadir Ja zona del Fuerte Lavalle hasta Olavarría. El día 7 y 8 de
agosto sitiaron a este pueblo. En vez de hallar la hacienda de su marca, hallaron una nueva derrota
en el choque frente al fortín Almada. Juan José Catriel sufrió con terrible resignación esta nueva
derrota.
242
El ministro Alsina en su mensaje al Congreso habló de debilitamiento y pobreza de los
catrileros. Ordenó en seguida nuevas operaciones con las divisiones de Carhué y Puán. Se había
averiguado que Catriel estaba con 3.000 de los suyos en las tres lagunas de Guatraché, a 70
kilómetros del Fuerte Puán. Allí los sorprendió el Tnte. Cnel. Ruibal, el 27 de febrero de 1877
quitándoles una invernada. En abril Catriel se presentó en malón frente a Puán. Al toque de diana,
300 indios, su vanguardia, sorprendió la plaza del Fuerte. En combate heroico se les enfrenltó el
cacique y sargento mayor Pichihuinca, primo hermano de Juan José Catriel. pero comprometido con
el blanco en toda esta campaña. Monferrán Monferrán describe otro encuentro que tuvo lugar el 20
de abril en Curamalal. sobre el Arroyo Pigüé. que nuevamente dejó un saldo desfavorable para
Catriel... Una cautiva declaró más larde que los indios de Catriel estaban en Lanmaché y esperaban
que los cristianos tuvieran guerra entre sí, para que ellos pudiesen recuperar sus tierras. Que el
capitanejo Leal les había hablado de un mensaje. ¡Pobre esperanza! El 9 de octubre salió otra
expedición contra ellos. 400 salieron en Puán a las órdenes del Cnel. T. García, a los que
acompañaron 80 indios amigos de Pichihuinca. Al mismo tiempo marchaba el mayor Sosa contra
ellos. El 22 de octubre, atacó los toldos en Tromen Lauquen. La División García sorprendió el 11 de
noviembre de 1877 la toldería más importante en Treycó, 12 leguas de Guatraché. Allí mataron
unos 150, entre ellos, —dice el parte (A. Rodríguez: Puán, Comandancia de frontera, en:
Investigaciones y Ensayos No 4. 1968)— hallaron su muerte los capitanejos J. Railef, Tiburcio,
Arriola, Chulia y Sigüey y 152 indios y 302 indias, entre chicos y grandes, cayeron prisioneros:
otros se escaparon. Las tropas nacionales no sufrieron bajas, lo que podría significar que no hubo
pelea. Entraron en Puán, el 14 de noviembre, escoltando a sus muchos prisioneros. El ministro
Alsina asistió al "espectáculo imponente, escribió al Sr. Presidente; a la luz clara de la luna,
trayendo como trofeo a cuatrocientos y tantos hijos del Desierto, hambrientos y desnudos. Todo
cuanto dijese a V.E. sería pálido, si me pusiera dar una idea del estado en que han llegado. Parece
imposible que la naturaleza del hombre pueda resistir sin caer extenuada por tantas penurias"
(A.E.M. No 1335). En la misma carta le decía que había mandado dos comisiones de los prisioneros
a Catriel. Si se entregaba... el Gobierno le garantizaría la vida y le aseguraba la subsistencia. Todos
pedían presentarse sin peligro. "He creído. Señor Presidente, deber dar este paso por humanidad
para evitar que el resto de la tribu perezca de hambre o sea exterminado por un nuevo ataque".
Los caciques Juan José y Marcelino Catriel no fueron alcanzados por esta expedición, pues
el día anterior se habían mudado de sitio. Pero no tardarían en caer en la red de expediciones que
cruzaban nuestra llanura pampeana en afanosa búsqueda de las tribus. Verdaderamente, fue una
limpieza minuciosa y cruel, dice R. Pastor en su libro La guerra con el indio.

LA RENDICION DE CATRIEL

En febrero de 1878 un gran número de indios pampa se acercó a la Comandancia de Carmen


de Patagones. El comandante Liberio Bernal aceptó la rendición de 350 indios de lanza y 750 de la
chusma, en el Fortín Mercedes y de otro grupo en el Fortín Gral. Mitre. El diario América del Sur
publicó, el 31 de marzo, una larga lista de 658 nombres, entre los que figuran también los nombres
de los capitanejos Nahuel Rosas. Railef, Platero y M. Galarza. Casi al mismo tiempo informó la
prensa que hubo una nueva invasión en Tres Arroyos por indios de Catriel y de Cañumil. ¿Habrá
sido malón o venían a entregarse también?
El Tnte. Cnel. L.Wintter. ahora comandante de Bahía Blanca, emprendió otra expedición a
Tierra Adentro. El 6 de octubre de 1878 partió desde Fortín "Nueva Roma", en dirección a Salinas
Chicas, al Río Colorado, a Pichi Mahuida. a Choique Mahuida y a Urrelauquén. Regresando de su
rastreo, encontraron, el 30 de noviembre, en los derrames del rio Chadileufu, precisamente en el
Pozo de Cuadril. al cacique Marcelino y su capitanejo Blas Román, con un grupo de catrileros
(A.E.M.. Doc. 1354). El ingeniero Ebclot describió, en Le Courrier de la Plata, el 20 de noviembre
de 1878, la escena con vigor de literato, pero que tiene valor porque proviene de testigo ocular.
Describe el aspecto de Marcelino, sus diálogos hasta su rogativa religiosa (p. 220-231).
Entretanto, Emilio Crouzielles persiguió con su tropa al cacique Juan José Catriel. sin éxito,
por cierto. Pero a los pocos días, el 26 de noviembre, el cacique buscado se presentó en el Fuerte
243
Argentino con 151 indios de lanza, entre ellos el cacique Cañumil y 360 mujeres y niños.
(Telegrama del 22 de nov. En Olascoaga I. p. 88 y IV 86): "Es un regalo que quise hacerle, le dije,
según Ebelot. al Comandante Wintter". El misino día de la rendición, Wintter llevó a los 600 indios
a Bahía Blanca. A los jefes los destinaron a la prisión de Martín García. El resto de los indios de
lanza incorporaron el 14 de enero de 1879 a la División de Alvaro Barros para la Expedición al Río
Negro, a Malal Huaca y Chichinal.
Juan José Catriel mandó desde el Fuerte Argentino, una carta a su amigo, el coronel Julio
Campos (R. Yaben: Biografía de J. Campos, p. 228: 12.12.78), en la que le informa que se había
presentado con su tribu y está conforme. Le había mandado otra carta que no hallamos, pero que
tiene un eco claro en una carta del coronel A. Donován al mismo coronel Campos, fechada el 10 de
diciembre de 1879. "Por la carta que le dirigió Juan José Catriel estará usted impuesto de lo mal que
se procedió con éste y sus indios... Usted se ruborizaría si leyese el sumario que yo he instruido a
Catriel y que Vintter ha llevado reservadamente al Gral. Roca... Según Vintter. todo lo que declaren
estos caciques (Juan J. y Marcelino) es la verdad y justifica el alzamiento de ellos.
"Los Catriel están desesperados, porque los llevan a esa... Los Catriel quieren ir a Entre Ríos
a trabajar a donde usted les indique, pues para ellos no hay más que Julio Campos...
"Ellos también me entregaron un cajón conteniendo las prendas de plata de los hermanos
para que se los remita a usted por conducto seguro. Por conducto de Arturo Freyer se las remitiré y
la lista de todas firmada por Blas Román, el secretario de Catriel. Lo que han hecho con Catriel es
desacertado..."
Pero los hermanos Catriel fueron transportados en el vapor Santa Rosa y recluidos en el
Presidio de Martín García, donde reinaba una espantosa epidemia de viruela. (Olasc. IV. p. 95 y F.
Borsario: Una pagina de gloria argentina. Nápoli 1888,cap. I)
Entretanto, como dije ya, una comisión colonizadora de la provincia de Buenos Aires
repartió sus campos en Azul y Tapalquén y así se creó la colonia ruso alemana de "San Miguel".
(Primer Congreso de Historia de los pueblos de la Prov. de Bs.As.-p. 118) "
Un resto de tribu
El 14 de febrero de 1879. el ministro de Guerra Julio A. Roca dispuso que los restos de la
tribu de Catriel se estableciera como colonia indígena en el lugar del Fortín Conesa. El gobernador
(A. Barros) haría la subdivisión del terreno y se les prometió cura y capilla (M. A. Espinosa: Diario
del Capellán de la Expedición de 1879. p. 117). Poco después llegó allí la División Roca en su
Conquista, la que integraron como capellanes. Monseñor M. A. Espinosa y los padres salesianos S.
Costamagna y L. Botta. El 10 de junio bautizaron allí 51 niños y celebraron la misa de Corpus
Cristi. Allí encontraron unos mil indios. (Diario de Monsr. Espinosa ed 1939, p. 58).
El 11 de agosto fueron bautizados en Buenos Aires, en el Batallón de la Artillería, los
caciques Juan José y Marcelino Catriel y su hermana Rosario, los caciques Melideo y Cañumil y
otros indios prisioneros de la nobleza indígena. Su lista se conserva en el libro de bautismos de la
iglesia de Pilar (Bs. As.). La anotación de nuestro biografiado dice: "Juan José Catriel de 48 años de
edad, hijo del finado Juan Catriel y de la finada Juana".
Se conoce por varias publicaciones la fotografía de los hermanos Juan José y Marcelino
Catriel (p. ej. Todo es Historia, No 106, p. 39).
El ocaso de este jefe
No pude averiguar en qué año fueron liberados de la prisión. Sabemos que Juan José vivió
sus últimos años en el Partido de Olavanía, en el Cerro Sotuyo o en las adyacencias de las Sierras
Bajas. Trabajaba en canteras de piedras, pero vivía aislado de la sociedad con su mujer Juana
Gallardo y sus hijos que habían nacido después de 1890. Basilio nació el 11 de marzo de 1893 y
Candelaria el 1s de febrero de 1895. Alguna vez intentó reclamar algo de sus bienes inmuebles
perdidos. El 10 de enero de 1898 el apoderado general de la testamentería del cacique Catriel se
dirigió al diputado Rufino de Elizalde enumerando sus propiedades: 1. Un solar en la calle Belgrano
(Azul): 2. un solar en la calle Colón, esquina Corrientes; 3. dos solares en la calle Córdoba, sección
quintas y 4 ó 5 leguas de campo en "Hinojo Corto" del Partido de Olavarría (Original en el Museo
del Indio en Los Toldos). No pudo disfrutar de ellos, sino vivió pobremente hasta sus últimos días.
244
Juan José Catriel murió de cáncer en el hospital de Olavarría, el 16 de noviembre de
1910, a los 80 años de edad. En su tumba ya no pusieron ni prendas de plata ni comidas para el
viaje a la eternidad, como lo hacían sus antepasados en los entierros solemnes. Su hija, al darle su
último adiós, sollozaba diciendo: "Te doy todo lo que tengo: mis lágrimas".
Juan José había sido un indio rico, un estanciero y un político. Pero para el indio y más para
un cacique, aunque se declarara amigo de la Nación y de la población vecina, la vida se hacía
sumamente difícil en la segunda mitad del siglo XIX. Con todo, Juan José ha demostrado entereza
de hombre y aguante hasta en su más dura humillación.
Juan Benígar. quien se había casado con una hija de Catriel. publicó una pequeña historia de
la tribu y de la Colonia Catriel, bajo tí título El Calvario de una tribu, sus ulteriores desengaños,
desplazamientos y muerte en Peñas Blancas (Chubut), la tierra sin agua". Allí fueron conducidos los
restos de la tribu de Cairiel después del 81, porque las tierras en Colonia Conesa eran apetecidas por
los inmigrantes (el resumen del escrito de J. Benígar, conservado en el Museo Regional de
Neuquén. en lengua croata, fue publicado en extracto en Azul en 1926, en la Revista Biblos Nº 11.
p. 30-48). •
Bibliografía
Aquerreta. C. D. Los caciques Catriel (1976). Cuadrado Hernández, G.: San Cipriano
Catriel. en: Todo es Historia No 106.1976. y 1968, Ebelot. A.: Frontera Sur - Recuerdos y relatos de
la campaña del Desierto. Ed. Kraft.
B.A.,1969. Franco, L.: El Malón Grande en La Prensa 12.121.65y Los grandes caciques de
la pampa (1967). Flurer. M. du.: Una excursión al Desierto, en: Anales de la Soc. Rural Arg. T.X.
1876.
González, M. H.: Catri Mapu (1967). Montenegro, J.: Historia del Azul. La guerra con los
indios en el periódico de Azul
El Imparcial 1908 No 1.5; Periódico El Tiempo. Azul 8.7.1973: El Arroyo Nievas;
toponimia, cartografía e historia. Yaben, R.: Vida militar y política del Cnel. D. Julio Campos
(1949); Caras y Caretas (Periód.) 1899; Catriel y la Reina Bibiana: 27.3.1909.Sobre el cacique
Catriel. Memorias del Excautivo Santiago Avendaño ed. El Elefante Blanco 1999. Hux. Prólogo
Arena. J. y otros: Ensayo histórico del Partido de Olavarría (1968). Capdevilla, R.:
Tapalquén, la historia, vol. II, 1965. Sarmiento. D. F.: Los Catriel. en: El Nacional, 25.11.1879.
Fotografía: A.G.N. B. 121.039.

CATRIEL (VII). Marcelino. 1830-1916, cacique pampa, hijo de Juan Catriel y hermano de
los caciques Cipriano y Juan José Catriel.
Quien conoce la historia del cacique Juan Catriel y de sus hijos Cipriano y Juan José Catriel,
sabe también lo que le ha tocado vivir a Dn. Marcelino, su hermano. En realidad éste fue el mayor
de los tres hermanos. Según la fe de su bautismo, había nacido un año antes que Juan José, o sea en
1830. Muchos autores creyeron que Marcelino era el último de ellos; era el último en importancia y
actuación.
En 1874, cuando durante la Revolución Mitrista, Juan José arrebatara el cacicazgo a su
hermano Cipriano, Marcelino se constituyó en segundo cacique de la importante tribu que a su
tiempo contaba con más de diez mil almas. En su éxodo, tras la espectacular sublevación a fines de
diciembre de 1875, Marcelino acaudilló una porción de sus indios y tuvo que sostener varios
ataques de las tropas expedicionarias que lo perseguían hasta el 30 de octubre de 1878.,fecha en que
tuvo que rendirse a la División Vintter en los derrames del Chadicó en el Pozo de Cuadrín (Olasc.
IV, p. 72). Sorprendidos, tuvieron que entregarse en calidad de prisioneros, Marcelino Catriel y su
escribiente, Blas Ramón, 24 indios de lanza, 43 mujeres y 48 niños. Juan José Catriel se hallaba a
14 leguas y vino más tarde a entregarse con su gente.
Los prisioneros fueron llevados primero al Fuerte Argentino (Bahía Blanca). Marcelino.
Juan José y algunos más fueron llevados al presidio de Martín García y juntos fueron bautizados en
el Batallón de Artillería, el 11 de agosto de 1879. Los Padres Lazaristas los habían catequizado
como tantos otros que habían venido a Buenos Aires en calidad de prisioneros. Es posible que
Marcelino Catriel haya recobrado su libertad, terminada la Conquista del Desierto, y haya ido a
245
Fortín Conesa, donde gran número de sus indios cultivaron los campos de la “Colonia Catriel”. Pero
por decreto presidencial del 5 de agosto de 1898 hubo un replanteo de esas tierras, “la mensura y
replanteo del pueblo de la Colonia Conesa”. En 1903 se tuvieron que trasladar a Peñas Blancas, a
una zona donde faltaba hasta el agua. El croata Ing. Juan Benígar, que compartía esa vida, describió
esa situación en: " El calvario de una Tribu". (Se conoce un extracto del manuscrito publiado en:
Rev. Biblos, Azul 1926, Na 11, p. 30-48). Sólo la Reina Bibiana mantuvo el ánimo de los
desgraciados sobrevivientes de la tribu de Catriel. Marcelino no fue a vivir a ese rincón, sino volvió
al Partido de Olavarría, donde vivió sus últimos años como cantero en el Cerro Sotuyo, próximo a
Sierras Bayas, donde murió en 1916. Con Juana Gallardo tuvo 6 hijos, entre ellos a Matilde Catriel.
a quien el Dr. José Arena dedicó un artículo en La Prensa (21.6.1964) bajo el título “Una auténtica
india”, que había nacido en la isla Martín García en 1882. Según otra noticia de La Prensa del 14 de
diciembre de 1966, Juan Catriel, también nacido en Martín García, fue hijo del cacique Marcelino
Catriel. En 1883 se bautizó allí a Marcelino (h) de 5 meses, el 2 de septiembre, por el capellán
Alfredo de Carol. Se asienta como hijo de Marcelino Catriel de Azul y de Anita. En la zona de
Olavarría hay algunos descendientes suyos, pero probablemente no saben de su trayectoria azarosa
y triste. Quizás lo recuerdan como buen abuelo y estimado bisabuelo.

CATRIEL, José, 1866, capitanejo pampa del cacique Lincopán (A.E.M. 3807, carta de
Calfucurá a Ignacio Coliqueo).

CATRINAO de PISEÑ CATRINAO es el 2do apellido, el de la madre (Ver Pincén)

CATRUEL (Catri Nahuel, Catruén) 1774 era cacique puelche; decían que había nacido
tierra adentro de donde había venido “al amor de sus parientes” (Crivelli, en TH. 1991 p.14). 1774
una partida de Salto lo encontró bagualeando con una cuadrilla de indios. Decían que Catruel era
primo del cac. Toroñam. Pero me resulta difícil aclarar si tenía parentesco con los Catriel. 1776 el
censo de Diego de las Casas nombra a Catruén como vecino de Rainao, Llancán y Aygopillán en
Colulauquén, La Pampa (De Angelis IV 1910 p. 584)Fines de marzo de 1779 se concentraron
muchos caciques con Calpisquis en los montes al Oeste de Salinas Grandes: Catruén, Linco
Pangui,Toró, Calfiquil, Cactuquí, Catumilla y Cheuque Huala, como demostración de fuerzas y para
intimidar a los epañoles, que no cesaron de expedicionar a Salinas Grandes. Mandaron a Lincopán
para gestionar la paz (como lo hacían en Chile (Crivelli ib y AGN S,IX 1-6.2) Los españoles de
Buenos Aires, en cambio, les prohibieron comerciar (sal) como lo habían hecho hasta entonces. En
1781 lo encontró Zizur en oportunidad de su expedición a Salinas Grandes y lo describió “como
mozo de unos 30 años, de regular estatura, color no muy moreno y todo su semblante muy
modesto” (Diario ed. 1973 p.96). 1787 se nombra al cac. Catruel entre los puelches, afincado entre
los pehuenches, bajo el mando general del cac. Goyco a orillas del Río Diamante (Arch.Mend. doc.
20 y 35). Se le reprocha en el parlamento del 17 de octubre en el Fuerte San Carlos porque era
amigo del cac. Llanquetruz y porque había ido a Buenos Aires a pedir la paz; pero en realidad fue
allí para conseguir la libertad de familias cautivadas. El 23 de Noiembre se acercó nuevamente a la
frontera de Buenos Aires, entrevistando al Comandante de la Expedición que iba a Salinas Grandes.
Los acompañó hasta la laguna Cabeza de Buey y Tenemeché, que era el nombre antiguo de la
Laguna Blanca. (AGN. IX 7-8-1; 13-8-17 y 1-5-1 f.172) Y no hubo invasión de indios. El l7 de
Junio estuvo otra vez en un parlamento de los pehuenches en San Carlos. Durante la anterior
contienda de los pehuenches de Malalhué contra los sureños de Rayguán, Catruén había sido un
factor de unión y reconciliación. Después de la muerte del cac. Pinchitur fue a parlamentar con el
cac general de los ranqueles en la Pampa, el cac. Carripilún para impedir una sublevación.
Catruén murió en 1789 de viruela y su sucesor era el cac. Quentriel. 1796 el hijo Catruén se
unió con los ranqueles, primero con Carripilún y luego Caullamanque y se estableció en Villacura
(Arch. Mend. 1796 doc. 19)
246
CATRUÉN hijo, participó en 1814 en el parlamento histórico del Gobernador José de San
Martín con los caciques del sur de Mendoza (C.Rusconi vol V p.94)
Si no me equivoco, él mismo fue perseguido por la división de Juan Manuel de Rosas en su
Expedición al Desierto en 1833. Según el Diario de éste, el 16 de Julio de 1834 fue tomado preso.
Tendría entonces más de 80 años. Había escapado al primer rastreo, pero luego se entregó en
Chadileufú. Porque el hambre los hacía salir de su escondite. Con él estaban Calfuén y Nahuelán y
70 indios de lanza y sólo 32 mujeres. (Informe de Rosas AGN.S.X. 27-5-5) Una de sus esposas
hablaba castellano (AGN IX 1-5-6 f. 399)

CATRIEL RAÍN,Juan, 1907, cac. araucano. Foto en Díaz Meza: En la Araucanía.

CATRI GNIR, 1870, cac. chileno que permitió que se ocupara de nuevo la región de la
antigua ciudad de Villa Rica (Universidad Nac. del Cuyo: Centenario de la Campaña del Desierto,
1979 p. 155)

CATRI GUÁN (Catruhan o Catriquen) 1796, participó en la Guerra Pehuenche con los de
Barbarco de Rayguán. También figura entre los pehueches del Sur de Mendoza 1814, de la
obediencia del cacique amigo y gobernador Ñeycuñán, 1852 aparece un cacique Catruhán entre los
caciques obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca
ETIM: Guan o Guanque: avestruz; catri: cortado o muerto.
CATRI HUAL, 1795, cac. pehuenche en la Misión de Quilacahuín y Cuyunco.
CATRI LAF, 1796, cac. ranquel de Quecheregua que participó en la Guerra Pehuenche
contra los huilliches de Rayguán de Barbarco (Neuquén) Arch. Mend. Doc. 37, 8.12.97.
CATRI LEF, Ambrosio, cac. araucano que en 1850 vivía en Pitrufquén (Chile). 1853 se
hizo bautizar y fue un gran amigo de los misioneros y de los cristianos. Murió a los 70 años
(Lotear,W. On Häuptlingen, 1942 p.31)
J.Pintos : en Relatos 1988 p. 351, le dedica una hermosa página: “Entre los hombres ilustres
y heroicos que se destacaron en la Independencia de Chile al separarse de España, este cacique
merece un destacado lugar. El se hizo patriota. La mayor `parte de los caciques había abrazado la
causa de los españoles realistas. El se hizo patriota. La naturaleza le había dotado de una robusta
constitución física y de un temple poco común: perspicaz,activo, infatigable y –lo que más lo
enaltecía- de sentimientos nobles y magnánimos…Después de la batalla de Maipú, se retiró
contento, sin haber recibido o pedido recompensa alguna. Tuvo un gran cariño a sus amigos
cristianos. Para Pascua venía a la Misión de San José de Mariquina a festejar, a pesar que no era
bautizado. A los 70 años pidió el bautismo y allí murió el 15 de Agosto de 1853.
CATRI LEO, 1778, cac. araucano de Tucapel viejo, al S.O. de Nacimiento. Allí asistió al
Parlamento que el Gobernador Ambrosio O´Higgins convocara para el 6 de octubre de 1778. En su
discurso pidió que les enviaran misioneros (R.Lagos: Colegio de Chillán p.219) En 1787 salvó con
otros la vida del Obispo Marán, cuya vida o muerte se decidió por un partido de chueca (Campos
Menchaca: Nahuel Buta p. 246). Al estallar en Chile la Guerra a Muerte, (en 1819) dos caciques
Catrileo se alistaron en las filas de los caciques realistas. El uno era señor de Purén y el otro, de
Nielol (ib.163) Intervinieron en el combate de Yumbel (1819). Catrileo de Purén mató en un
formidable ataque al Comandante General Andrés Alcázar (22-26.9.1820). Se había aliado con los
indios de Mariluán de Collicó, con los indios de Calfuqueo, de Boroa y de Curriqueo de Truftruf.
Catrileo era el más implacable adversario de los indios lumaquinos. Aquellos fueron apoyados por
los caudillos relistas Pico, Carrero y Benavides (T.Guevara: Los araucanos en la Revolución de la
Independencia 1910, p.90, 155, 197 etc.)
Mientras estos maloneaban, los Patriotas de Prieto, Bulnes y F.Ibañes decidieron atacarlos
en su propio nido (ib. Cap. VII, Campos Menchaca p. 456 y Vicuña Maqueña: Guerra a Muerte 450
y 321) A fines de Diciembre partieron con 2000 soldados de la Araucanía. El 12 de enero de 1821 se
enfretaron Salazar y Liempí con Catrileo, frente a Lumaco. Carrero perdió su bagaje y Catrileo de
Purem, su vida, igual que 200 de su bando. Según las memorias de Domingo Salvo, éste había
muerto al gobernador Ruiz, como también al Mariscal Alcázar.
247

CATRILEO, 1820 cac. boroga quien entre 1822 y 1824 emigró al Sur de la Provincia de
Buenos Aires , pues en un legajo del Archivo se habla de la cautiva María Martínez quien iba en
bergantín a Buenos Aires y que fue cautivada cerca de allí. Luego trasladada al poder del cacique
Catrileo en la Provincia de Valdivia (AGN S X 24-9-1) La había comprado por 258 $. A los seis
meses recobró la libertad. Parece que a Catrileo le gustó la Argentina, porque volvió a la Pampa. El
28 de Mayo de 1830 no quiso participar en la Junta General en lo del cac. Rondeao. Allí decidieron
matar al cac. Curitripay, sus dos hijos y al cac. Catrileu (J. Fernández, Nuestra Historia, oct.2000
p.96 ) El 9 de febrero de 1837 vino para el malón de protesta por los ataques a los borogas de
Cañiuquir y de Coñuepán (ib. S.X. 25-5-1) Catrileo entró más tarde en negociaciones con el
gobernador Juan M. de Rosas y su teniente lugar Pedro Rosas y Belgrano. José María Catrileo, su
hijo mayor se presentó en Azul y recibió racionamiento (Rev. Del Arch. de Azul Nº 2 p. 134 y 145)
En 1851 mató al capitanejo Zúñiga en el combate de Tucapel (Chile). 1859 estuvo, quizás de visita,
en la toldería de Calfucurá en Salinas Grandes. Este pidió entonces al Gral. Urquiza un vestuario
para él. Pero en 1860 lo expulsaron los indios salineros, porque se había opuesto a los planes del
aventurero francés Antoine Orellie de Tounens, quien, apoyado por Namuncurá y Quilpán, se había
proclamado Rey de Araucanía y de la Patagonia. 1863 vivió en la zona de Angol, donde,parece,
concluiría su vida en paz. Ese mismo año David Honorato lo fotografió con su familia. Se halla una
copia en el Museo Histórico Nacional y está reproducida en “Cultura Mapuche” de C. Alduarte del
Solar p.12. El anciano cacique era un apreciado e importante amigo del Gobierno chileno, 1870 se
entrevistó con Anthony Orelliè en su segundo viaje a la Araucanía (Beremendi, J.F. Orelliè Antoine
I; en documentos para la historia Argentina II 1974 p. 51)
CATRILEO, Manuel, 1920, cac. araucano, oriundo de Huentelolen; vivía en la ciudad de
Temuco. Era hombre civilizado y culto. Allí presidía la Sociedad Caupolicán, dedicada a la defensa
de su raza y al cultivo de su tradición (Diccionario Histórico Geográfico chileno, 1926)
CATRI LEVI, cacique araucano que 1835 luchó contra el cac. Colipí y tropas chilenas.
Luego pidió perdón al General M. Bulnes (25.5.1835).[Esta fugaz noticia traje del AGN Biedma
S.VII 10-4-2-14; ]

CATRI LIPI, 1857. Capitanejo de Calfucurá (AGN S.VII 14-2-3 T 124 p. 248
CATRI LONCO, 1836, cac. pampa quien ese año fue muerto en el sur de Córdoba con el
cac. Toriano ( M.Rivas: Melincué p. 16 ) ETIM: Cabeza rota
CATRILLÁN ver Catremillán o Salas, Martín
CATRILLUR, 1822, cac. pampa. Según el diario de Pedro A. García de la expedición
pacificadora a la zona de Tandil (p.119), su toldería fue la población más rica, pues poseía más de
10.000 cabezas de ganado. Pero no tenemos noticias personales de él.
CATRI LLÁN,1822, capitanejo pampa que tenía cinco toldos cerca de la Guardia de
Montes, igual como los caciques Neculpichuí y Chañapán. 1852 está en la lista de los caciques
obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca. Rosas lo llama Catrullán.
CATRI MILLÁN “El Viejo” (Catumillan) 1786, cac. de la nación auca, pertenecía a la
obediencia del cacique principal Lorenzo Calpisqui. Los dirios de las expediciones de M.Pinazo
(1788) y de Hernández (1790) lo nombran. Un documento de Chascomús de 1786 ubica sus toldos
en la zona de los Sauces, inmediato a la Sierra de la Ventana. Por las comunicaciones de las
Comandancias de Ranchos, Chascomús y Monte, sabemos que tuvo mucho contacto con Buenos
Aires; seguramente contactos comerciales. AGN IX 1-5-1. En 1800 visitó a Buenos Aires con los
caciques Luna, Quelentur y Nahuelpán (pampa ranqueles). También lo sindicaban entre los “aucas”.
Era vecino del cacique Guayquilef (1799). En otros documentos lo llaman cacique pampa,
embajador de otros caciques pampas como Quirque Ancavilú, quienes , en 1809, avisaron al
gobierno de la Capital que había movimientos de otras naciones en Tierra Adentro (AGN IX 1-5-1
Chascomús 30.6.o9 y Sánchez Zinny: Guardia de San Miguel del Monte, 1939 p.130. En
septiembre de 1806 el cacique pampa ranquel y el indio Felipe ofrecieron su ayuda en nombre de 16
caciques para luchar contra los ingleses (Zerda p.57) F. Catimilla y Aucavilú visitaron en 1809 al
Virrey de Buenos Aires.
248
CATRI MILLA, Mariano, 1856, capitanejo del cac. pampa Maycá. Ese año se creó junto a
Azul la Villa Fidelidad para los indios amiogos de esa tribu. M. Catrimilla recibió asignado un solar
de 50 m x 50 m (Rev. Archivo de Azul Nº 1, 1940)
CATRI NAO es el nombre complementario de los hermanos Pincén y de Maldonado
CATRINAO, 1851, capitnejo boroga. Figura en la lista de caciques obsequiados en Bahía
Blanco como hijo de Inaiquén (7.1.1851) También figura 1854 entre los caciques que estaban
haciendo un tratado de paz con el Gobierno de Córdoba (Arch. Córd. Secc. Gob. T 239). Más tarde
figura entre los indios del cac. Vicente Piseñ (Pincén); por ejemplo en el tratado de paz que este
mismo hiciera con el Gobierno de Buenos Aires, el 13 de Mayo de 1875 (Clifton Goldney:M.
Namuncurá p.213) El mismo cac. Vicente Pincén firma el tratado de paz como Vicente Catrinao
Piseñ. Esto indica a lo menos que los Pincén estaban entroncados por casamiento en la familia de
los Catrinao. Si queremos saber algo más de su vida, debemos leer la historia de Pincén.
En la persecución de los Pincenes por la División del Cnel Villegas de Trenque Lauquen,
Vicente fue el primero en caer en sus manos. El capitanejo Catrinao se presentó el mismo, el 25 de
noviembre de 1878 al Cnel. Villegas con 13 indios y 13 mujeres (Olasc. IV p.97) Entre los
prisioneros de las expediciones figura el capitanejo Cueza, hermano de Catrinao Yocuqueien. Es
una denominación misteriosa). Catrinao es también llamado Catre nagú. Cueza es llamado hermano
de Catrinao Yucuquein.
ETIM: Nao:tigre; catri: cortado
CATRI REN, 1837, capitanejo del cacique boroga Martín Collinao AGN S.X. 25-5-1)
CATRI RUPAI, 1797, cac. chileno que vivía en Chacal-co. Había participado en la Guerra
Pehuenche. Pero desde 1797 hicieron la paz y fue subvencionado por el gobierno chileno
(T, Guevara, 1910 p.24) ETIM: Rupan: cráneo, Catri: partido

CATRUEN, 1774 jefe de huilliches ranqueles. Vino de Tierra Adentro y se reunió con otros
ranqueles para cazar yeguas cimarronas cerca de la Guardia de Salto. Pero fue liberado, porque se
informaron que era amigo de los cristianos, como Toroñam, su primo. Otro primo era Caniupí,
parientes de Nahuelpán. Cuando uno de los suyos fue asesinado, apaciguó a su gente, argumentando
que “así como había indios malos, también había cristianos malos AGN IX 1-5-3. En agosto de
1774 Pinazo dio orden que no podían pasar con mercaderías; que los tomasen presos y “los echasen
a la otra vanda (al Uruguay) AGN IX 1-6-1. Así le pasó a Toroñán, primo de Catruen y nunca
regresó .1779 vivía en Salinas Grandes. 1783 fue atacado y tuvo grandes pérdidas El murió en 1789
víctima de la viruela. Su hermano Quentrepí asumió el gobierno de su tribu. El estrechó aún más los
lazos con el Oeste. Había sido secretario del cac. Calpisquis. Una de sus mujeres hablaba castellano;
era una hermana del cac. Calpisqui. Ella murió en 1805.
CATRUÉN, 1833, durante la expedición al Desierto de Rosas, otro Catruen fue apresado
con Cayupán en el sur del Río Negro (en Valcheta) y conducidos a presencia del Gral Rosas
CATU HUÉ, Francisco, 1751, cac. pehuenche que residía enCaglo (Chile), donde lo visitó
el misionero jesuita Benardo Haevstadt, el 26 de Noviembre de 1751

CATUMILLÁN, 1779 estuvo en un parlamento en Salinas Grandes. En 1790 figura entre


los 14 caciques que juraron en Guaminí la Paz. Su sobrino se llamaba Lorenzo Catumillán. En
1784 estaba con el cac. Negro y con Lorenzo Calpisquis.
CAUBANAETE o Caubabenete) 1593, cac. huarpe que habitó en el sitio homónimo, cerca
de la población de Mendoza. Su refugio era un malal o pucará (Arch. Mend.)
CAUCHU ANTE, 1776, según el censo de Las Casas, era cac. pampa que vivía en Cunloó ,
cerca de Remecó y tenía a 30 indios a su servicio. (De Angelis IV 584)
ETIMOL: Caucho: mucho; Antu:sol
CAULERA, siglo XVI, cac. puntano de la encomienda de Ana Jofré (Cabrera: Aborígenes
del Cuyo p. 248)
Caullu manque ver Cayu manque
CAULAMÁN, JUAN (Caullan, Caullamant, Caullamantu), 1770, cac. ranquel que asistió al
parlamento de paz en la laguna de los Huesos con los caciques pampa puelches Lepinahuel,
249
Linconahuel y otros el 20 de Mayo de 1770 (Grau, C. :Las paces con los indios chilenos en 1770.
En La Nación, 9.3. 1943). Ese año coincidió con la finalización de la gran sublevación de los indios
chilenos: 1766-1770. Esa paz concertada en Los Huesos, debía facilitar nuevas correrías y
expediciones del Gral. J. M. Pinazo al interior de la pampa de la pampa. Efectivamente 13 caciques
con un gran contingente de indios lo acompañaron en su expedición exterminadora contra los
tehuelches que habían penetrado desde el Río Colorado hasta el sur bonaerense. Abarcó los meses
octubre y noviembre, cuyos hechos resaltantes fueron los ataques a las tolderías del cac. Rafael
Yahatti, de Flamenco y de Guayquitripay (De Angelis IV 1910 p. 547-563) Los Gobernadores
Zavaletta y Vértiz preparaon entonces otras expediciones, porque trataron de adelantar la conquista
hasta el Río Colorado. Los indios, a la inversa trataron de mantener la paz, pero exigían que se
reconociera el Río Salado del Sur como límite entre ellos y los españoles. Por eso el cac.
Caullamante se opuso a la expedición de Pedro P. Pavón, en Octubre de 1772, quien avanzaba hacia
las sierras pampeanas, aunque fuese por reconocimiento (De Angelis IV p. 564) 1775 Caulamantu y
Calfignerre se consideraban como “aliados de los españoles” . Así los iban a utilizar. (AGN IX 1-6-
1 f. 675 y 678) Caullamante estaba en estrecha amistad con el cac. Yahatti de la Sierra de Tandil. En
cambio se enemistó con el cac. Nahuelpán, de manera que en 1778 se retiraron a mayor distancia
(AGN IX 1-4-2). Comerciaba en Buenos Aires. El mismo cacique se presentó algunas veces.
También tomó parte en la Guerra Pehuenche.Era compañero de Llanquetruz. 1785 colaboró
a restablecer la paz con los indios pehuenches mendocinos. Luego se trasladó luego a Villacura en
Chile. Creo que es el mismo cac. Caullamante. Acudió también al llamado del Gobernador
O¨Higgins y participó al parlamento en Negrete. De los 527 caciques, 83 tomaron la palabra durante
el gran “cahuín” que duró tres días y tres noches. Las palabras del cacique Caullamant “Gobernador
de los pehuenches”, -así lo llaman los actas del encuentro, conservadas en el Archivo Nacional de
Chile-, fueron ponderadas. De esta manera se evitó un nuevo levantamiento general. En el suelo
argentino, no obstante, seguía la lucha sangrienta entre los pehuenches de Malalhuá y los de
Barbarco (Neuquén).
Los primeros se agruparon bajo el mando de los caciques Ancanamún y Pichintruz y los
segundos bajo el del cacique huilliche y pampa y su sucesor Rayguán. El Gobernador José de
Amigorena favorecía a los primeros. En febrero de 1788 fue atacado por la expedición de F.
Esquivel Aldao como la de Piulán. Tuvieron grandes pérdidas en gente y hacienda. En 1796 tuvo
lugar la más cruel expedición contra el cac. Rayguán, después que éste había muerto al cac.
Pichintur. En el subsiguiente parlamento con el Comandante General José de Amigorena, se dijo
que el cac. deVilocura no había querido participar en la expedición contra Rayguán, que estaba de
acuerdo con los caciques Carripilún y Guentenao (Arch. Mend. Doc 19 y 37). Cuando ése asumió
la dirección de los caciques humillados de Barbarco, Caullamante de Vilucura no quiso intervenir
en el malón, planeado por el jefe de la Nación ranquelina (Arch Mend. Doc. 36 , de Nov. de 1797).
El Gobernador Ambrosio O´Higgins en nombre del Rey de España hacía grandes esfuerzos
para conseguir y mantener la paz. Por eso pagó a los caciques principales, entre ellos Juan
Caullamante, cierta contribución del erario del Estado (T. Guevara, 1910 p.24).
Y para reconciliar nuevamente a los pehuenches convocó en diiembre de 1797 a los jefes de
las cuatro provincias a un parlamento en Chillán. Reunidos los caciques en el gran parlamento, 3el 3
de marzo de 1798, el cac. Caullantu fue el primero en abogar por la paz, ofreciéndose como
mediador entre los indios argentinos de Barbarco y Malalhué (Malargüe). Éstos últimos, los más
ofendidos y dirigidos con una política particular desde la creción del Virreinato del Río de la Plata
(1776), habían mandado una escoltada delegación. Menos mal que la encabezaba el muy inteligente
cacique Canirelef, primo del cacique gobernador Caullant. En un gesto que todos entendieron
entregó éste al hijo del difunto cac. Rayguán, al que mantenían como prisionero de la última
maloca los de Malalhué.
Pero más adelante nos faltan informaciones. Ya había tiempo tranquilo. El último dato nos
proporciona Don Luis de la Cruz en su diario del viaje de 1806 por la pampa argentina (De Angelis
I.p. 20), pues el cacique Lincopay le decía que Caullantu se oponía a su expedición.
250
CAUME, (podría ser Canué) 1847, cac. de la Jarilla (San Luis) avisó en Río Cuarto que
Guayqueo había salido a malonear y que detrás de él iban también Coliqueo y Baigorria (Rev. Del
Arch. De Azul Nº2 p.163)
CAU ÑE PI, 1774, cac. de la pampa. Lo nombra una comunicación de Salto (AGN IX. 1-4-
2; 6.4.74) ETIM: Cau: gaviota y ñé:ojo.

CAUPOLICAN (CAU PU LICAN o Queu pu licán)


“Héroe Máximo de los Araucanos”

CAUPOLICÁN, en 1540 era cacique toqui de los araucanos chilenos.


Durante la primera conquista de los españoles fue uno de los grandes líderes que
organizaron la resistencia al invasor. Caupolicán logró unir a todas las tribus araucanas, pues "tuvo
grandes predicamentos entre los mapuches de ambos lados de la Cordillera". Su figura no sólo está
incorporada al poema épico de Ercilla, sino se hizo símbolo y leyenda para toda la tradición
araucana. Don Alonso Ercilla y Zúñiga lo conoció y lo admiró y le dedicó en “La Araucana”
vigorosos versos. En el Museo del Indio, en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires se conserva un
esbojo del gran pintor Padre Pedro Soubercaseau que iba a ser un gran cuadro mural dedicado al
jefe araucano). La vigorosa escultura hecha por Nicanor Plaza domina la plaza del centro de
Temuco.

Caupolicán nació en Palmaiquén, a principios del siglo XVI. En 1540 Pedro de Valdivia,
saliendo del Cuzco, emprendió la conquista de Chile, fundando a su paso los pueblos de Santiago y
La Serna. En 1541 se organizó la primera resistencia araucana, pues destruyeron el pueblo de
Santiago y sostuvieron un recio combate con los españoles. Estos habían capturado a siete caciques
que los mantuvieron como rehenes y garantía de paz. Pero luego los decapitaron, entre ellos al
cacique gobernador Michilongo. Así provocaron la guerra de Arauco y Caupolicán. quien se
destacaba por su valor y fuerza, fue nombrado el "toqui", es decir, el jefe de la guerra. Valdivia, el
primer gobernador, había emprendido su conquista del sur, fundando en 1550 a Concepción, en
1552 a Villarrica y La Imperial, al mismo tiempo que Villagra fue a descubrir el territorio del Cuyo
y Francisco de Aguirre la zona de Santiago del Estero (Argentina).
El primer choque, que los españoles denominan levantamiento, se produjo en Tucapel, el 2
de marzo de 1553. Caupolicán dirigió la batalla en persona. Los indios, exacerbados por las
crueldades perpetradas por los españoles, sacrificaron hasta el último prisionero: entre ellos halló su
muerte el conquistador Pedro de Valdivia.
Francisco de Villagra, segundo gobernador de Chile, continuó la guerra y la marcha
española hacia el sur. Caupolicán lo derrotó en abril de 1557; destruyó la población fortificada de
Concepción y ocupó otras plazas españolas. Puso sitio a La Imperial y de estas muertes consiguió
que las tropas españolas retrocedieran hacia el norte.
El joven gobernador García Hurtado de Mendoza, sucesor de P. de Villagra, logró derrotar a
Caupolicán en Monte Pino, cerca de Concepción. Lo sorprendió el 1º de abril de 1557 en Peteroa,
cuando estaban reunidos (400) en una "borrachera". García Hurtado levantó su campamento en
Millarapue (hoy Melirupu), donde Caupolicán y los suyos lo atacaron, el 30 de noviembre de 1557.
El toqui montaba un caballo blanco que había pertenecido a Pedro de Valdivia: desafió al
gobernador a un duelo individual. "Desafiándome en forma, como si fuera hombre de gran
punto",decía luego el gobernador en carta a su padre, el Virrey del Perú. García Hurtado no aceptó
el desafío; pero le demostró su radicalismo, ahorcando ante la vista de los indios a 30 capitanejos.
Al cacique Galvarino, a quien habían apresado en el encuentro de Las Lagunillas, el 8 de noviembre
anterior, le cortaron los brazos y lo soltaron para escarmiento de los demás. Este siguió peleando
con una lanza atada a su brazo mutilado. Y cuando lo apresaron de nuevo y veía que lo iban a
ahorcar, pidió que lo colgaran en la cima del árbol más alto para que los hermanos lo vieran y
porque había defendido su raza. En esa batalla perdieron los indios a 6.000 hombres (Ercilla: Cant.
XXII).
251
Caupolicán, tras numerosos encuentros, cayó prisionero. Miguel Avendaño y Velasco le
había tendido una celada y fue condenado a una ignominiosa muerte. Ercilla dice que propuso hacer
un pacto de reconciliación, pero Reinoso, el comandante de Tucapel, lo hizo "empalar en una estaca
agudizada que le atravesó las entrañas". Esto, en Cañete, en 1558. El Padre Diego Rosales, en su
Historia de Chile (escrita 1674) cree que no fue muerto de ese modo; que, por haber aceptado el
bautismo, en el que le dieron el nombre de Pedro, se le mitigó la pena y se le dio el garrote (Vol. L
1877, p. 393).
Caupolicán perdura en el recuerdo como héroe de la independencia mapuche. Nicanor Plaza
lo inmortalizó en piedra en el monumento que erigió en la plaza de Temuco. La mujer de
Caupolicán se llamaba Fresia Cudén.
(Etimología: Licán: piedra cristal Cau pu: prob. de Queupú: piedra negra "Cristal de piedra
negra" [entre los borogas seguían usando el nombre Queupulicán).

CAVALLO NAURE, 1573, cac. comechingón de Cavallo Oleta, Sierra Vincamche,


Córdoba; era encomendado de Castañeda (Montes 1954 p.77)
CAVIHAN,1802, cac. pehuenche que visitó con otros caciques la ciudad de Mendoza. Su
nombre correcto era Calfu Huanque : avestruz negro (Arch. Mend.)
CAVILTO CLA, s. XVI. cacique de la obediencia del cac. Uluio, encomendado a Ana Jufré
(Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 248)
CAVISUNGO o Caviuyo, 1708, vivía a dos kilómetros de la toldería del cac. Andrés
Liquid, cerca de Río Cuarto (Vítulo: Hitoria del Río Cuarto 1947 p.46)
CAYA, el 14 de Octubre de 1579 era cacique heredero del cac. Larco, compañero del cac.
“Pileta”, sucesor del cac. Yauqueta (Cheuqueta), encomendado de Rodríguez de Quiroga (Medina:
Colecc.Doc. Inéditos II 1959 p. 463) ETIMOL: Apócope de Cayantrai que quiere decir gigante.
CAYA, 1598, cac. comechingón del puebloChapsi Sacat, Córdoba; encomendado de
Cornejo. (Montes, 1954 p. 85)
Caya Naure, 1573, cac. comechingón de Caya Sacat, Sierra de Calamuchita, Córd.;
encomendado de Yrobi (Montes 1954 p.77)
CAYA CON o Caparon, cac. del Río Quinto, 1579 empadronado en Tilala por Abreu.
CAYA CHARABA, 1573, cac, comechingón de Timbaha o Caya Sacat, Sierra de
Calamuchita, Códoba. Encomendado de Martín (Montes 1954 p. 80)
CAYAMBEL, 1594, cac. huarpe (¿) que habitaba cerca de Mendoza. Según un pleito,
Hernanda Escudero lo había retenido. (Arch. Mendoza 1600) Estaba cerca de Cayumil.
CAYAN CURA,1584, cac. araucano. Ese año el gobernador chileno Aonso de Sotomayor
apresó al cac. Paineñancu, mestizo conocido con el nombre Alonso Díaz. Lo condenó a muerte. Piió
el bautismo y luego fue sentenciado. Había actuado en una sublevación. Pero la guerra por la
liberación araucana fue continuada por el cac Cayancura, cuyo compñero fue Ñancu Nahuel
(Campos Menchaca, Nahuel Buta p. 228)
CAYASTA, 1562, cac. comechingón de la Provincia Conlara (San Luis), encomendado de F.
De Urbina. Su tierra se llamaba Malaca Ka Cheuta (Rusconi cree que era Malaca Cacheuta,
Mendoza). El joven cac Jorvalap fue su sucesor y en 1600 regentó la tribu Guayo (Cabrera p. 249)
CAYECO ver CAYUCO
Cayempa o también Ocoien, 1600, cac puntano de Gualisutec; encomendado de Muñoz
(Cabrera p. 249)
CAYOMUTA, 1870, cac. ranquel, hermano del cac. Baigorrita (Lista del R.P.Donati.
Callú es Cayu (pronunciación chilena) significa el número seis.
CAYU AN o Cayoán, Callánque, 1775, cac. pampa el grupo de Yahatti. Paillacura decía
1806 a Luis de la Cruz, que lo hqabía conocido entre los huilliches (De Angelis I. p.139) Un
documento de 1824 lo enum3era entre los caciques que se hallaban en la Sierra de la Ventana (Arch.
Mend. 10.5.24). Auizás se trate ya de un hijo del cac. arriba nombrado. 1825 Cayuán asistió al
parlamento de paz con los ranqueles en la Laguna Guanaco (AGN X. 27-7-6). La Gaceta del 2 de
enero de 1830 hbla de una castigo al cac. Cazuán por las tropas de Bahía Blanca. Creo que se trata
252
del cac. Cayuán. Desde entonces ya no se lo nombra más. ETIM: cayu:seis; antú soles o
huanque:avestruces
CAYUÁN, 1873, capitanejo salinero que figura en la propuesta de un tratado de paz (Clifton
Goldney, M. Namuncurá p.204)
CAYU AYO, 1567, cac. mendocino de Corocorto (hoy La Paz), al Nordeste de Tunuyán
(Cabrera, Aborígenes del Cuyo )
CYUCAL, 1584, capitanejo reducido en el distrito de Buenos Aires. Se le llamó también
Caical y Cayacal. Vivía con el cac. Tolimán Condie (F. Outes 1936)
CAYUCAL, 1792, cac. pehuenche involucrado en la Guerra Pehuenche. Maloneó con el
cac. Currilipi. 1797 lo menciona el capitán José Ruiz (Arch .Mendoza) Más tarde estuvo en la
Pampa.
CAYUCAL,1845, capitanejo ranquel, unido al cac. Calfucurá. En su nombre desempeñó
algunas gestiones diplomáticas en Azul y con el cac. Catriel. Pedro Rosas y Belgrano le dio raciones
en señal de paz. (Rev. Del Arch. de Azul Nº 2 p. 111)
CAYU CÓ ( o Caiecó) 1793, cac. de la zona de Nahuel Huapí en contacto de la expedición
de López y Telles. Había estado con Menquenai y huilliches
CAYUCONTA, 1562, cac. michilingue, radicado en Olvo, Prov. de San Luis; encomendado
de Velazco (R.Latcham:en Rev. Chilena Nº 66, 1929 p. 263 y abrera, Aborígenes del Cuyo).

CAYU FU o Caillufú, 1864, capitanejo huilliche del cac. Quiñiforo. Figura en un tratado de
paz.
CAYU HUEQUE (Cayuequé, cayeco), 1774, cac. huilliche al que esperaban los pampas
con mucha gente. En Noiembre de 1780 estaba en Chanacul (Patagonia) sobre el Río Colorado.
1787, el cac. pehuenche Ancanamún avisó en Mendoza que 5000 huilliches y pampas de habían
reunido en Chimpaymi. Que Cayuéque estaba junto a los caciques Paillantur y Llanquetruz (Rev
Est. Hist.Mendoza II p.205). Fray Francisco Mendez, en su viaje a los pehuenches, en 1791,
encontró al cac. Cayuhueque en la zona de Bariloche junto con el cac. Macunvuna (F.Fonk, 1900
p.301). Decía que era gnte del sur y que no entendía la lengua araucana. ETIM: “Seis Guanacos.
CAYUL o Cayulén, 1872, capitanejo ranquel del cac. Marino Rosas. 1873 estuvo en el
entierro del cac. Calfucurá en Salinas Grandes (AME doc. 1232). En realidad figuraba en la lista de
los capitanejos ranqueles ya en 1854. Pero recién en la última fase de la Guerra de la Conquista del
Desierto es más nombrado. A fines de 1878 Cayul y Queupú, el uno con 500 indios y el otro con
100 picunches, estaban dispuestos a someterse a las tropas nacionales; pero viendo las injusticias
cometiodas con algunas tribus, como con Catriel, ya desistieron a dialogar. (Carta de Donaván a J.
Campos, 10.12.78). Julio A. Roca destacó, entonces, al capitán V.Lasciar con un piquete del
Regimiento 5º para someterlos. Este, en su informe, llama a Cayul “el más activo del cac.
Reuquecurá y el que sigue en importancia a Namuncurá” (Olasc. I. 104). Lo alcanzó en Cochiló y le
mató unos 37 indios y apresó el resto que no habían escapado antes. El 9 de enero de 1879, Lasciar
llegó con los presos a Puán, trayendo consigo al cac. Cayul, siete capitanejos, 108 indios de lanza y
132 de la chusma (AEM Nº 1388) La primera Brigada no halló a Reuquecurá. Los presos,
mortificados por toda clase de privaciones soportaron también el enganche en el ejercito
expedicionario y finalmente fueron atacados por el Cnel. Saturnino Torres, el 30 de nov. de 1882.
Rev. J.E.Hist. Mendoza XI p. 147)
Cien años más tarde, el nieto del cac. Cayul, Don Francisco Cayulén, contó su historia al
estanciero Aarón Esevich en la Estancia El Recado, en Juan J. Paso (Prov. Bs. As.) Este lo
rememora en su libro “Campos de Afuera”. El cac. Cayul terminó su vida como prisionero de
guerra (E.Bidondo: Historia del Regimiento 5º p. 132)
CAYULAN,1837, cac. pampa amigo (Lista AGN X. 25-5-1.
CAYULEF, 1878, cac. pampa, hijo de Huayquilef y hermano de Tripaylaf.
1861 hallamos (igual como Tripaylaf) a Cayulef entre los indios de la tribu de Llanquelén,
establecidos en Junín (BA) y allí fueron incorporados violentamente en la tribu de Coliqueo.
Cuando ésta se trasladó hacia la zona que hoy es Los Toldos (Part. Gral. Viamonte) se produjo una
resistencia, pues los caciquillas Seguí, Tripaylaf y Cayulef no querían moverse de sus tierras; pero
253
el cac. Raninqueo los sometió a la fuerza (Hux: Coliqueo 1980 p. 63) Fue probablemente Faustino
Cayulef que 1876 fue asentado en el censo que le anotó la edad de 96 qños y que dejó en la tribu de
Los Toldos alguna descendencia (Hux, trabajo genealógico sobre familias de la Tribu de Coliqueo)

CAYULEF, 1880, aparece como cac. pehuenche en Trayenigen. Era ciertamente de la


familia arriba nombrada, pues se le llama también hermano de Tripaylaf. Durante la Conquista del
Desierto se presentó al General E. Godoy en el Fortín Primero de Mayo, sobre el río Catanlil. Más
tarde se radicó, como Ancatruz y Namuncurá en campos próximos a Las Lascas (Neuquén) según
una carta del Ing. Rafael Cayol, del 7.2.1969. ETIMOL: cayu: 6; Lef ,puede ser leufú (río) o
Lafquén (lagunas)
Cayulef, Casimiro, 1905, manco, con una sola pierna, capitanejo de Namuncurá. Ese año
vino a caballo a Buenos Aires pidiendo que le diesen tierra para ubicar a su gente.
CAYULEF, Leonor, cac. contemporáneo ubicado en El Salitral, el Nº 15 de las 25
agrupaciones indígenas del Neuquén (Decreto de 1964). Jefe era Silverio Lucero
Calli lej, Juan José, cac. pampa – puelche de Calelián. Hecho prisionero fue enviado al
Uruguay a las obras de la construcción del Fuerte de Montevideo (ver Calelián).
CAYUM LEUBU Cayu-leufú) 1612, cac. araucano (pehuenche) de la región de Elicura
(Chile). El asistió al famoso parlamento de Paicaví, el 7 de dic. de 1612.
CAYU MAIN (Cayu manqui), 1554, es llamado “pérfido aliado de Pedro de Valdivia”
CAYUMANQUE (completo:Don Antonio de las Cuevas Cayumanque), nació en Tolten
(Chile), fue cacique desde 1770 y cacique Gobernador desde 1790. Era un hombre de esmerada
educación de los Padres jesuitas. Tomas O´Higgins alaba su fidelidad a los españoles (Gabriel de la
Guarda: Los Caciques Gobernadores de Tolten; en Genealogía Nº 19, Santiago Ch. 1966 p. 63/ 64.
CAYUMANQUE, 1781, cac. puelche. P.Zizur lo conoció este año junto al cac.Toro
(Cayumán). El 23 de Noviembre de 1787 se presentaron los hijos de Cayumán y Carumán a la
columna expedicionaria que iba a Salinas Grandes. (AGN IX. 1-5-9;Cabeza de Buey)
CALLAMANQUE ( por Cayu), 1796, se retiró a Villacura (Chile) Arch. Mend. Doc. 19
CAYUMÁN HUILCAN, 1820, cac. araucano. Era probablemente un hijo de Carupangui y
hermano del cac. Venancio Coñuepán. Con él hizo la campaña de la Araucanía durante la Guerra a
Muerte. No hay que confundirlo con Huirían de Quepe que era del bando realista; mientras que
Cayumán Huilcán actuó en el banmdo patriota. Era compañero del cac. Ancafiú de Maquehua.
Cuenta el historiador T. Guevara en su libro: Los araucanos en la Revolución de la Independencia,
1910 p.303) que Curriqueo (boroga) provocó a Cayumán Huilcan a duelo, cuando en 1821 venía
con la Expedición de Bulnes y Coñuepán a la zona de Boroa. Escena que merecería ser descrita
poéticamente. El 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, pues, llegaron a presentar batalla al
terrible cac. Curriqueo de Truf Truf, al sur del Río Imperial.. Sus aliados habían sido 4000 indios.
Se ha perdido el parte oficial de aquella acción, sólo sabemos que duró seis horas y que no menos
de 400 indios borogas hallaron la muerte junto al cac. Curriqueo. Igual que Venancio Coñuepán,
Cayumán Huilcán emigró a la Argenmtina; es decir entró en la Pampa, mandado a perseguir a los
indios realistas y allí quedaron afincados. En 1826 los dos hermanos estuvieron presentes en el
parlamento de paz sobre el Arroyo Epecuén (AGN X. 27-7-6)
CAYUMÁN,Pereyra, 1870, capitanejo del cac. Raninqueo y con él se separó de la Tribu del
cac. Coliqueo, para establecerse en La Verde (Part. de 25 de Mayo). 1872 fueron atacados por
Calfucurá y ya no teeomos más noticias de él.
CAYUMÁN, 1870 cac. ranquel, sobrino del cac. Mariano Rosas de Leuvucó.
CAYUMÁN, José, 1870 cac. picunche del Neuquén.
CAYU MILLA o Cayumil, 1820, cac. araucano, participante de la Guerra a Muerte; luchaba
con el cac. Colipí en contra se las tribus realistas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 190 y 314)
CAYUMIL ver Callimil 1790 cap. Serrano de Calpisquis
CAYUMILL, 1832, capitanejo boroga que tuvo que participar con el cac. Rondeao en la
expedición a Pelicura (AGN X. 27-7-6)
CAYUMIL, José ver Platero, José, capitanejo del cac. Coliqueo hasta 1876.
254
CAYUMOTA, (Caiumuta, Cayumato) capitanejo ranquel; pariente del cac. Baigorrita y
Quinchao. Su padre era Motinguán Gualá y vivían ya en 1854 en Poitagüé. En las Memorias del
Cnel.Manuel Baigorria es llamado hermano de Mariano Rosas. También Lucio V. Mansilla lo ha
tratado. Había participado en las guerrillas de la Montonera con el cristiano Fernández, llamado
“Coronel”.(AEM 5.11.1865). Pero luego los ranqueles hicieron la paz. Después de los grandes
ataques a tierra ranquelina, Cayomota se presentyó, el 2 de Abril de 1879, en el Fuerte Sarmiento
para someterse junto con el cac. Nahuelón, 21 indios y 74 de la chusma. (Olasc. IV. p 105)
CAYÚN, Ramón, 1836 – 1905, capitanejo boroga. Nació en 25 de Mayo, poco después del
asalto de Masallé, cuando algunos sobrevivientes habían encontrado refugio en la cercanía del
Fuerte 25 de Mayo (Part. 25 de Mayo) Su padre era Félix Huilicain. Se casó con la viuda Petrona
Baldebenítez, hija del caciquillo Mayor José Baldebenítez de 25 de Mayo. (ver Huilihuán)
Pertenecía luego a la tribu de Ignacio Coliqueo y con él vino a radicarse en Los Toldos (Part.
de Gral. Vamonte). Yo conocí a su hija Dionisia Cayún, cuando tenía 104 años bien probados. Le
dediqué una página contando lo que me había manifestado sobre su familia (Hux:Ñuqué Dionisia
Cayún; en el periódico local El Municipio, 30.12.1967) Ramón se casó con Petrona Baldebenítez,
según el apellido de su padre o Ferreira, según el de su madre.El capitán y Mayor José Baldebenítez
de 25 de Mayo era primo hermano de Coliqueo por la madre.
De este matrimonio nacieron siete hijos: (Pepe (1861), Félix (1863) Dionisia (1864),
Micaela (1870), Jacinto (1872), Mercedes (1875) y Lorenza (1876). Eran bautizados y gozaban en
la tribu de buena fama. A Ramón Cayún se menciona especialmente en la Batalla de la Tapera de
Díaz, en Los Toldos en 1876. Murió en 1905, dejando buena descendencia en la Tribu de Coliqueo
en Los Toldos (Bs.As.)
ETIM: Seis tigres
CAYÚN, cpitanejo pampa que 1776 residía en Nahuel Quetrú, cerca de Butanilagüé con
diez soldados a su servicio y siete toldos, según el censo de Las Casas
CAYÚN, 1878, capitanejo pampa que durante la Conquista del Desierto luchó junto al cac.
Pulquialú (Olasc. IV p. 98; 12.12.78)
CAUNÁN, 1806, cc. Pampa ranquel. El viajero Luis de la Cruz lo isitó en la Pampa (De
Angelis I. 236). Este decía que era pehuenche y que tenía una hermana ciega en Antuco. 1809
Cayunán visitó el Cabildo de Buenos Aires, a raíz de las gestiones porteñas por establecer un fortín
en Salinas Grandes. Pero “el tosudo, incompensivo y perverso cacique, -dice el acta del 5 de junio
de 1809,- no quiso ni tratado comercial para dar concesiones sobre las Salinas”. El Cabildo,
entonces, lo amenazó diciendo que organizaría una fuerte expedición a esas salinas. (Acuerdo
Cabild. IV Tom 3, p. 246, 359 y 501) Efectivamente ejecutó esa expedición el Coronel Pedro
Andrés García a fines de 1810 En su extensa crónica dice que Cayunán era malo.
CAUNÁN (Casunán), 1858, capitanejo pampa que estaba en la zona de Pigüé con
Millacura, Blanquillo y Colecal (AGN X. 19-9-4)
CAYUNAHUEL, 1870, capitnejo pampa de la tribu de Cumilaf y hermano del cac.
Catrinahuel. (R. Rusconi: La hija de Maniqueo, 1941)

CAYUNAO, 1787, cac. puelhe que vivía sobre el Río Diamante en la vecindad del cac.
Ronco (Arch Mend. Doc. 37) Les tocó la Guerra Pehuenche. En 1820- 1822, Cayunán no quiso
participar en las correrías de José M. Carreras, el exdictador de Chile que hiciera tanto revuelo en la
Pampa. Se unió entonces con el grupo del cac. Nicolás Quintana, adheridos en obediencia a Buenos
Aires. 1832, aún, estaba en la zona del Diamante. 1880 falleció “el indio Cayunao ya muy viejo”.
Había sido prisionero de los expedicionarios de 1878/79 y por el Cnel. Ortega ha sido traído al
campamento del Rodeo del Medio (Mendoza) (C. Rusconi, ob cit. T.IV p.98).
CAYNAO, capitanejo ranquel. En 1833 vivía en Ocobal (segíun dice en sus Memorias
M.Baigorriqa) 1864 era de la escolta del cac. Mariano Rosas (Arch E.Mitre lista del R.P.Donati de
1870)
CAYUNDO, Francisco (o Callando) puede ser Cayunán de 1806) 1806 se da el dato que en
Junio de ese año había ido a Buenos Aires. En Agosto de ese año acompañó al Comandante
Francisco Terrada en su viaje a Salins Grandes (Documentos para la Historia Argentina, ed. Fac. de
255
Fil. Y Letras T.IV p. 149 y en Abastos de la ciudad y campaña de Buenos ASires 1773-1789, Bs.As.
1914)
CAYUN CURA, Antonio (Cayancura), 1908 falleció este capitanejo pehuenche ya
centenario, Vivía en la margen derecha del Arroyo Butacó (Neuquén) “Seis piedras)
CAYU NIRRE, Fermín, capitanejo pehuenche o puelche de la agrupación de Goyco. Murió
en combate, el 16 de diciembre de 1803 junto a los cacioques Caronao y Epumay a manos del cac.
Llanquepy y de los pehuenches del sur (huilliches) (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza;
Arch. Mend, doc. 46. “seis zorros”
CAYU PÁN, 1776, cac. puelche que vivía en Colulauquen, al Sur de Toay, La Pampa.
Según el censo de Las Casas tenía 15 toldos y dos grandes posos en Chin y otro en Anpiel (De
Angelis IV p. 584). Luis de la Cruz habla de él en su diario del viaje de 1806 por la Pampa.
ETIMOL: Seis pumas (Pangui)

CAYUPÁN 2º, (Venancio o Panancio; Caiupán, Cayuepán, Cañuepán) Resulta difícil


identificar a este cacique con tan vaiadas grafías y diferenciarlo del gran cac. Venancio Coñuepán.
Algún autor los llama hermanos a Caypán y a Coñuepán, oriundos de Cholchol, Prov. Imperial,
Chile. El periódico mendocino “El Verdadero Amigo del País” Nº 20 del 2 de Marzo de 1823, decía
que Cayupán y sus hermanos Calfupán y Huenchenahuel, hijos del cac. puelche llamado también
Cayupán. Ese Cayupán acompañó con un hijo, llamado Milla Pán, al Gral. San Martín en su
campaña libertadora en Chile (T.Guevara, 1910 p. 124 y 303). En 1820 acompañó como tantos
indios al guerrillero J.M. Carrera en su hostilidad en la Povincia de Buenos Aires y participó con los
indios de los caciques Pablo y Joaquín Pan en las vandálicas invasiones a Rojas (21.11.20) y el
asalto de Salto (Prov. Bs.As.). Algún documento precisa que este cacique había sacado de la iglesia
su mujer cautiva, llamada Josefa Silva (que pudo volver el año 1833 AGN VII, 10-4-13). Parece
que estuvo presente en los grandes parlamentos en Guaminí. Carrera (o su secretario) compuso una
lista de los caciques de la Pampa, adictos de él. En primer lugar coloca al “cacique gobernador
Coñuepán (sic) a qien obedecían 4000 indios ubicados en Mayo Leufú (hoy Arroyo de las Tunas,
Part. de Suárez) Sus caciques sufraganeos, según esa anotación, eran los caciques Aucallán, en
Tromen (hoy Puán); Epumur en Ingu Lauquen; Caleotruz, en Curamalal (Part. Saavedra) y Lincón,
en Tandil. A continuación anotó al cac. gobernador Payllatruz con 2500 indios y Pichiloncó con
2000 indios.

El cac. Nicolás Quintana se opuso con un grupo más reducido a la gestión de Carrera y en
su propaganda ganó al cac. Cayupán (Coñopán) para su causa, lo que disgustó al cacique mayor
Pablo, de manera que le mató un pariente, el cac. Caniullán Lo dice él mismo en una comunicación
del 15 de Septiembre de 1821, agregando que temía que le iban a invadir. Entre tanto J.M.Carrera
había sido fusilado en Mendoza. Por eso, el mismo cacique boroga (Pablo) como Cayupán, entró en
negocios de paz con el Gobierno de Buenos Aires. Así se presentó al Cnel. Pedro A. García en
Tandil, en 1822. En 1824 el Gobernador de Buenos Aires lo nombra entre los caciques
favorablemente dispuestos. Vivía en las Sierras de la Ventana. 1825 participó también del
parlamento de paz convocado por los hermanos Oyuela en la zona de Bahía Blanca(13.12.25. AGN
X 27.7-6
1825 vino de Chile el gran cac. Venancio Coñuepán (no estoy seguro si era o no hermano de
Cayupán), quien era amigo de O¨Higgins y oficial en el ejército del Libertador José de San Martín.
Este er a patriota fanático y decidió en varios combates contra los realistas de la Araucanía. Luego
vino con el patriota cacique Melipán por encargo del gobierno chileno a la Pampa para perseguir a
los realistas emigrados a la Prov. de Buenos Aires. Ante la dificultad de no poder volver por los
pasos de la Cordillera, se presentó sus credenciales al Gobierno de Buenos Aires en Tandil,
ofreciendo sus servicios. [Véase la importante biografía de Venancio Coñuepán y el libro Caciques
Borogas y Araucanos, ed. por El Elefante Blanco B.A. 2004]
Siguiendo las huellas de Panancio Cayupán, lo encontramos en lalista de los caciques
reunidos para tratar la paz, en el Arroyo Epecuén. El nuevamente figura entre los caciques mayores,
como los caciques Pablo y N. Quintana. Se los consideraba “jefes de la coalición y agentes de la paz
256
de Patagones”, según anotó el Comandante M, Dupuy (AGN VII 10-4-14). Los caciques habían
pedido que convocasen para esa reunión de paz a los caciques “chilenos” Pablo, Coñuepán, Uñol,
Urenamón, Cañiullán, Neculhueque, Chisca y Victoriano, hijo famoso del cac fallecido cac.
Calpisquis (Cayupulqui) Luego aceptaron el tratado de paz propuesto por los emisarios del
Gobernador (Presidente) Rivadavia (AGN X. 27-7-6 fecha 25.4. 1826) Prometieron reconocer la
soberanía, respetar la paz con todas las provincias, evitar malones y procurarían que el cac. chileno,
llamado Toriani, emtregase al rebelde Pincheira, quien esgrimía aún la bandera realista. En la lista
no puedo distinguir cuáles han pertenecido al cac. Cayupán, sólo los cacique Calquín, Joaquín
(Pqan) y Millao. Estaban también presentes caciques chilenos quienes habían luchado en el bando
de los realistas en Chile, como Rondeao, Alón y Caniullán.
La paz duró poco. A poco andar fueron atacados por la expedición del Cnel Federico Rauch
con indios tehuelches y pampas que había incorporado para perseguir a los pincheirinos que habían
maloneado en “Los Toldos Viejos (Dolores, pueblo naciente). En la zona de Epecuén atacó a los
indios de Coñuepan (Pañuepán), Uño y Caniullán en sus tolderías que habían adoptado lña paz. En
el segundo ataque mató más de cien y capturó a unos 400 indios en el combate del Arroyo de la Paja
(28.12.1826) Los caciques Cayupán, Uñol y Pablo escaparon también a los ataques del 3 y 23 de
enero de 1827 y huyeron hasta Salinas Grandes /AGN X 14-3-1). Al mismo tiempo un ejército
chileno al mando del Gral. Bulnes, Beauchef y Venancio Coñuepán (el otro) combatieron a los
pincheirinos atrincherados en Neuquén. Este (“otro” Coñuepán se presentó poco después al Cnel.
Estorba en Tandil, presentando a sus indios al servicio de esta trierra. El Gobierno y el Comandante
General, J.M.de Rosas conversó con él, pues hablaba bien el castellano y le confirmó l grado militar
de Teniente Coronel. Luego pudieron sus indios participar en la fundación de Bahía Blanca. (Ver
Coñuepán, Venancio)
Panancio Cayupán, en cambio se reconcilio con elos caciques pampas Catriel y Cachua
quienes lo habían perseguido empujados por el Cnel. Rauch y también con Llanquelén en una
conferencia en Parlermo. Rosas decía en una carta a Facundo Quiroga, que a Cayupán lo tenía de
amigo desde antes de la Revolución de diciembre. Elaño 1829, pues, ocurrieron importantes hechos
políticos. A raíz de la sublevación del General J.Lavalle y su campaña por la Provincia de Buenos
Aires, se le plegaron las fuerzas militares de Bahía Blanca que entonces estuvieron al mando del
Cnel. R. Estorba y del Tnte. A. Morel. Los soldados ya estaban en marcha para unir sus fuerzas a
los indios de Coñuepán y de los tehuelches de los caciques Negro y Chañil, cuando éstos de pronto,
obedeciendo a secretos direcciones del Comandante General Jn. M. De rosas, se sublevaron y
levantaron sus armas contra las fuerzas bahienses llegando al Río Napostá e hicieron una masacre
traidor. Esto ocurrióel 30 de enero de 1829.Allí murieron el Tnte. Morel, 10 oficiales y 106 de la
tropa. Los mismos vencieron al Cnel. Federico Rauch en la Acción de las Vizcacheras. Los
documentos hablan además de unchoque habido con los borogas de Guaminí y ellos, pero no pude
precisar ni la fecha ni otros detalles (C. Grau: Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra p. 248). No
por nada exigían los borogas a Rosas las cabezas de Catriel, Cachua y Panancio Coñuepán. 26.7.29)
El año 30, Rosas y particularmente las tropas de Bahía Blanca intensificaron la lucha contra los
indios chilenos y “ranqueles” de la pampa. El 12 de abril, el Cnel. Narciso del Valle atacó la toldería
de Chocorí. Este se presentó, haciendo cargos por el injustificado ataque, diciendo que él no había
maloneado, sino Cayupán. (Ver Chocorí 1830 en el parlamento de Tandil y 32 caciques. AGN X.23-
9-4).
No obstante, J.M. de Rosas admitió la tribu de Cayupán frente al naciente fortín de
Tapalquén, avecinándola a la tribu de Catriel. Pero cuando se trató de fundar el Fuerte de Azul,
(Fundado el 15 de Diciembr e de 1832) y poblar estancias vecinas, Rosas dispuso el traslado o
desalojo de sus indios de manera más diplomática.
En septiembre de 1832, escribió Rosas al Cnel. Vicente González, alias “El Carancho”,
diciéndole: “..Para que la medida del desalojo de los indios surta los efectos del bien general que he
tenido en vista al resolverme a esta empresa, es necesario que no les falte en los puntos donde se les
ha situado, la manutención. Esto es por ahora lo principal. Para los de Venancio puede usted por
orden mía (dar) cada mes 150 cabezas de yeguarizos de dos años arriba. Que no vengan a
257
buscar(los), sino se las lleven; así no roban y se puede reconocer (la) ruta directa que abre huella
que sirva en lo sucesivo…”(Comando General del Ejército: Política seguida con el indio; T.V p.57)
Las palabras de Rosas son bastante claras. El 4 de noviembre, dos meses más tarde, el Cnel.
Rodríguez escribió al Cnel . M. Delgado, destacado entre los indios borogas de Masallé: “Serán
batidos con expedición combinada los indios rebeldes del cac. finado Toriani, Cañumil y
Namuncurá” (Hago notar que esta misma alianza será instrumento para castigar a los borogas en el
asalto de Masallé, en octubre de 1834).
En enero (21.1) del año 1833, estando decidida prácticamente la Expedición combinada al
Desierto, se afirmó que Lepil estaba en Maulí, Chagallo y Cayupán en Choele Choel y que
esperabana un nuevo contingente de indios chilenos, para acometer en masa a los borogas. Cayupán
(creo que es el mismo Panancio) sdsreía pues uno dfe los blncos de la expedición. En mayo, el
comandante Olivera de Patagones avisó al jefe de la Vanguardia de Rosas, el General Angel
Pacheco, estando en marcha sobre el el Río Negro, que Chocorí y Cayupán estaban en Choele
Choel a 20 leguas del Campamento, cada uno con 50 indios.
Pacheco destacó, entonces, al 2º escuadrón de Hilario Lagos por un vado peligroso hasta el
lugar denominado San Gabriel (17.5. 1833). No lo hallaron.
En una nota del Diario de Rosas se dice para el 9 de Julio: El cac. Cayupán, a quien corrió
Lagos, es tehuelche. (Me despista eta nota. A qué Cayupán se refiere) Estaba con Chocorí, aunque
vivía más distante; en su fuga se había dirigido allí.
En Agosto, en pleno invierno y sobre suelos pésimos lo buscaron de nuevo el Mayor Ibañes
y sus soldados. Las instrucciones que J.M. de Rosas había mandado al Cnel Ramos, decía con
propio puño y letra que por falta de víveres debía enviarle sólo los presos importantes. Si no tenía
esa importancia, luego de tomarles declaraciones, los dejara atrás con un guardia, a cuyo jefe
instruiría para cuando quedaran solos, los ladeara al monte y allí los fusilase..que si luego eran
echados de menos los prisioneros, podía decirse que, habiendo querido escapar, la guardia había
cumplido con su deber de hacer fuego sobre ellos. No convenía, al avanzar sobre una toldería,
tomar muchos prisioneros vivos, pues con dos o cuatro bastaba, y si había más, en caliente no más
debían matarlos. No había como guardar los prisoioneros seguros. (AGN S.V.26-5-5 y S.X. 27-5-7)
Este mismo Cnel. Ramos tuvo “la suerte” de batir a un grupo de indios de Cayuqueo que
había venido a insultar a Rosas en la Posta del Arroyo Quetroqueyú sobre el camino de Tapalquén a
Bahía Blanca. Siguiendo sus rastros los alcanzó en la zona de Salinas Grandes. En el combate
murieron un hijo de Cayupán, llamado Millao, y 55 indios, el 16 de agosto (Comando Gral ob cit. vº
p.503).
Pocos días después, el 20 del mismo mes Rosas comunicó al General Tomás Guido que
Cayupán había disparado a tierra de los tehuelches, cuando lo corrieron en Mayo y Junio. Que los
tehuelches le tenían miedo y que no los dejara bajar con su hacienda vacuna para venderla en
Patagones. Que sólo 200 tehulches sobrevivían; los demás habían sido muertos por los chilenos (ib.
T.V p.45)
Una nueva búsqueda, en septiembre, por el Cnel. Felipe Julianes dio en vacío, pues Cayupán
había mudado de nuevo sus toldos. En cambio la segunda campaña de Leandro Ibáñez con 200
hombres y 100 indios amigos dio en blanco. El 12 de septiembre de 1833 había salido del
Campamento General. Pasaron por Patagones y costeando el Río Negro, tras fatigosas marchas,
sorprendieron, a la madrugada del 6 de octiubre, la toldería de Cayupán, mientras que los indios se
estaban bañando en el Arroyo (ib. T.V, p.64). Según el parte, murieron 20 indios y 5 chinas, entre
ellas la esposa del cac. Cayupán. (Otro parte habla de 36 muertos). Apresaron 76 indias entre
grandes y chicas y les tomaron su hacienda. (Diario de Rosas, ed. Sudestada p. 171 – 173).
Cayupán, del que dicen que fue uegro de Catriel, había estado cazando con 15 indios y se escaparon
por un pajonal. Entre tanto, el Cnel Julianes salió a la isla Choele Choel para vigilar los accesos a la
misma, para atajar a Cayupán si pasaba por ahí. (Comando del Ejército, ob cit. T.v. p.573). El 14 de
octubre de 1833, Rosas se informó del triunfo de Valchitas. Para festejarlo hizo sonar unas salvas y
dianas, -dice él en su Diario (p.118). El día 12 de noiembre, la columna expedicionaria del sur había
vuelto al Campamento General.
258
El 17 de noviembre de 1833, el alférez E. Quiros avisó al Cnel. Ramos que él había
descubierto el paradero actual del cac. Cayupán, sobre el Río Colorado. Con el Mayor Mariano
Calderón fueron a atacar la toldería. Allí en la sorpresa e mataron 6 indios y apresaron 14 varones y
15 chinas; pero el cacique se escapó. Continuaron su persecución para evitar que se uniera con otro
grupo de indios que el Cnel. Miranda había vencido (AGN S.X.27-6-1 y 27-5-5 y S.V 26-5-6 )
En realidad Cayupán y su compañero de infortunios, el cac. Huilli Calquín y 45 indios
venían a presentarse al Cnel.Ramos. (AGN S.V 26-5-6 y S.VII 1-2-6 ic. 187) Los apresó aúnque se
hallaban en estado lamentable, en Médano Redondo. El 1º de diciembre los presentaron a Rosas en
el Cuartel General. En carta a Pacheco resume la vida del cacique, del cual dice que le había
mandado buscar a Chile. En carta a los borogas, Rosas resume su triunfo como para infundirles
miedo y respeto y comprometerlos más con sus ulteriores planes (12.12.1833) “Es preciso que os
convenzáis que para esos indios malos y orgullosos os respeten, devéis hacer lo que os aconsejo,
que es lo mismo que yo hice con Cayupán y Güilli Calquín”. El Cnel. Pedro Ramos los había
apresado en Médano Redondo. “Estos no querían ser buenos y cada día eran más orgullosos. Los
mandé atacar a muerte. En el Río Valcheta, en la tierra de los Tehuelches , tuvo lugar el ataque que
mandó el capitanejo Mariano Calderón (AGN X. 27-5-5). Allí murió una porción; les tomó mi gente
a casi todas las familias y solo escaparon Cayupán y Archimán, alias Güilli Calquín con algunos
indios y muchachos escondidos. Después de esto, viéndose perdidos, solos en el caballo montados,
sin tener qué comer, pidieron perdón a Dios de sus pecados y dijeron: Bamos a entregarnos a ese
hombre que es justo y después que nos ha castigado, debemos creer que nos perdonará”. “Así lo
hicieron y habiéndose presentado con 53 personas de toda clase, incluso 35 indios grandes, los
perdoné y se hallan hoy a mi lado sin que nada les falte y muy contentos y subordinados. Así pues
habéis de hacer vosotros con esos indios malos..” (Comando General del Ejército ob. cit. T.V. p. 75)
Rosas al dar cuenta de la campaña, el 25 de marazo de 1834, enumeró a Cayupán y los
entregados entre los prisioneros.

OTRO CAYUPÁN, 1847, caciquilla ranquel (porque vivía entre los ranqueles); figura
también como Caniupán, Coñopán, Caiupán o Venancio hijo. Fundándonos en el testimonio del
mismo cac. Cayupán ante el Cnel Beos en 1869, él era hijo de aquel cacique mayor de la pampa,
vencido en el Arroyo Valcheta. Era hermano del cac. Millao y su hijo era el capitanejo
AntenaoAparece en documentos a partir de 1847. Así el 27 de septiembre de ese año figura en la
lista de racionamiento de caciques en el Fuerte de Azul. Y en vísperas de la batalla de Caseros,
figura en semejante lista de 87 caciques y capitanejos obsequiados por orden de Rosas en Bahía
Blanca (7.1.1852) Allí se dice que era capitán del cac. Canué, boroga, quien actuaría Lugo como
indio amigo incorporado al Regimiento 7º del Cnel. Baigorria en la Frontera Sur de Córdoba 1859.
1864 encontramos al capitanejo Cayupán como jefe de la escolta del cac. ranquel Mariano Rosas
(Lista del Arch. de Emilio Mitre) En su nombre ejecutó alguna misión diplomática ante el
Gobernador de Córdoba (AEM 14.9.64) y también ante el Gobierno Nacional para concertar un
tratado de paz por intermedio del Cnel. Manuel Baigorria. Efectivamente el cac. M. Baigorrita lo
firmó en Poitahué el 18 de junio de 1865 y luego por el cac. Mariano Rosas. Vivía pues cerca del
toldo del Jefe ranquelino en Leuvucó. Manuel Baigorria lo recuerda en sus Memorias y también
Lucio V. Mansilla en su libro Una Excursión a los Indios Ranqueles. 1865 figura entre los
firemantes del tratado de paz de Baigorrita que gestionara el Cnel. Manuel Baigorria (AEM Doc.
820). También en 1870, su hijo desempeñó una misión por el tratado de paz en Río Cuarto. Se
llamaba sobrino del cac. Mariano Rosas (Prob. por línea materna). Cayupán firmó también el
tratado de paz en 1876 en la renovación del tratado de Julio A. Roca (AEM doc. 1260) .
Es interesante leer lo que Mansilla escribe de él: lo acompañó con 40 indios “vestidos de
parada; montando briosos corceles, enjaezados con todo lujo pampeano, grandes testeras, colera,
pretales estribos y encabezadas, todo de gusto chileno, mjores ponchos y sombreros; algunos bota
fuerte o de potro o espuelas sobre pie pelado” E n el parlamento era activo y dominante.
En otro lugar dice Mansilla: “Estábamos a la altura de la casa del capitanejo Caniupán,
amigo ranquelino, que había conocido en la frontera; indio manso y caballero, de los pocos que no
piden cuanto sus ojos ven”.
259
Julio A. Roca en una carta del 19 de junio de 1877 dirigida al Ministro A. Alsina, habla de
él, en oportunidad de quejarse de que los ranqueles robaban para los chilenos, diciendo: “Hará
como un año, que el capitanejo Cayupán, especie de diplomático de la Pampa que se da mucha
importancia como tal y afecta un aire grave y solemne en sus parlamentos, dándoles un tal carácter
a las conversaciones, visitas y pedidos que V.E. talvez conozca, pues es aquel a quien le robaron una
de sus mujeres en Buenos Aires; se me presentó con un hermano que había venido a visitaro, según
decía, de las costas del Nahueví, afluentedel Neuquén, de donde él también es oriundo, a pedirme
en nombre del cac. Baigorrita, su jefe, adelantara 300 vacas de un trimestre que ya se iba a vencer.
Después…las llevaron en dirección a Chile. Era un regalo de Cayupán, consejero e íntimo de aquel
cacique”. (Publicación del Museo Roca, Bs. As. Documentos vol Vº, 1966 p. 248).
Del mismo año del 24 de Septiembre de 1877 sacamos del periódico de Dolores “La Patria”
la siguiente noticia: El cacique Cayupán que es uno de los más prestigiosos capitanes ranquelinos se
ha establecido en Villa Mercedes, donde se cree vayan en breve a establecerse muchos indios de su
tribu, que le está subordinada. Mientras que Cayupán estaba en Buenos Aires, entró la viruela en sus
toldos y se llevó toda su familia y parte de la del cac. Baigorrita con ella por los vínculos de
parentesco. Dicen que el cvacique Baigorrita…mientras que Cayupán estaba en BuenosAires, le ha
embrujado la familia y mientras que Cayupán pensando más sensatamente que queda uya..por los
descendientes de Baighorrita. Este ha sido un motivo de desavenencia entre ambos y una de las
causas por las cuales Cayupán ha tomado la resolución reestablecerse entre cristianos.
Desde 1878 hasta 1880 vivía en la Reducción que los Padres Franciscanos habían fundado
en Villa Mercedes (S. Luis). Su casa estaba en el centro de la misma. Según una memoria del Padre
Marcos Donati, publicada en el periódico porteño América del Sur, del 10 de Mayo de 1878, 300
indios estaban reducidos en 16 cuadras. El 7 de Octubre de 1877 había puesto allí la piedra
fundamental de una capilla. Entre los reducidos estaban, además de Cayupán, los capitanejos
Ñancumán, Villarreal, Coliqueo (un Coliqueo) y Peñaloza. En el mismo periódico apareció (el 9 de
marzo de 1878) un artículo sobre la reducción, escrito por el Inspector de Misiones,R.P. Montes
Gutiérrez, señalando la situación de los indios “sometidos” como angustiosa y miserable. “Las
promesas del Gobierno Nacional no se habían cumplido. Las pasó al gobierno provincial y de éste a
nadie”. “Los que quedaban en el desierto esperando como eran recibidos sus compañeros, han
comprendido que la broma era pesada. Para sostenerse y no tener pan, más vale no someterse y
procurarse uno como pueda. Si el misionero por celo apostólico iba a los indios, los jefes le han
hecho objeto de ultraje delante de ellos. ¿Cómo podía ser escuchado? Cuando el misionero
denunció unos abusos, ministros que necesitaban a los jefes de las fronteras para las elecciones, no
los han castigado y entregaron al misionero a éstos. Así se han visto arrojados dignísimos
misioneros de las reducciones… El Estadocompró para la Reducción 66 cuadras, pero el jefe
entregó 16 cuadras y tomo las restantes cuadras El misionero denunció el hecho al Ministro. Este
avisó al militar yéste intimó al misionero que abandonase la Reducción dentro de veinticuatro
horas. Hoy la mitad de aquella reducción ha vuelto al desierto y la otra, muy apretada, será
transportada a la Pampa..” (ib. 24,3,78)
Estos indios que querían vivir en paz, como colonia cristoiana, ueron nuevamente
militarizados y tuvieron que acompañar la expedición del Cnel. Rudesindo Roca contra los toldos
de los ranqueles de Leuvucó, donde Cayupán tenía parentela. En octubre, formaba con sus indios el
Piquete de Indios Auxiliares. “Esta y las subsiguientes campañas fueron una verdadera “limpieza”
del desierto, minuciosa y dcruel, liquidadora de tribus”. (R.Pastor, La guerra contra el indio en San
Luis.1942 p. 327) Ni le dieron la paga de soldado y su gente sufría hambre y ultrajes y finalmente
sus familias fueron echados de la Reducción. He leído una serie de protestas en el libro de Fray
Quirino Porreca: Relación sobre las misiones franciscanas en la República Argentina, Río Cuarto
1894) Además muchos sufrían la viruela, epidemia que siempre hacía estragos entre los indios.
Para la Campaña del Desierto de 1879, Cayupán fue enganchado de nuevo con 50 indios
auxiliares en la 3ª División, que operaba en la Pampa al mando del Cnel. E.Racedo. W, Cazenave:
Album Centenario deictoria, Sta. Rosa 1982 p. 26 s). Les tocó colaborar en la persecución y
destrucción de la tribu de Baigorrita, su amigo. Al establecerse la población y el campamen5to de
260
Victoria (La Pampa) en 1879, 80% eran indios (243), entre ellos el cac. Cayupán con dos
capitanejos y 50 indios suyos.
Pero Cayupán no concluyó su vida allí. Tenemos esta última noticia: El 30 de noviembre de
1882, la Primera Brigada de las Campañas del Sur al mando del Tnte. Rufino Ortega estaba en una
operación intensa al Sur de Ñorquín. Allí el alférez I.Albornoz apresó un centenar de indios, ntre los
cuales estaban los capitanejos Cayupán y Nahuelpán “dignos descendientes de los grandes caciques
uelches o ranquelesde la pampa. (Walter, Conquista del Desierto 3ª ed. p. 691).
María Isabel Unepeo, sobrina del cac. Cayupán, ofreció al investigador Carlos Rusconi, en
1940, la siguiente información: Decía que la muje de este cacique se llamaba Llancray, de la cual
tenía cuatro hijos, llamados Antenao y Millao,los varones y Nagüelpán y Neneig, las mujeres. La
misma decía que el cac. Melideo había su tío, es decir hermano del cac. Cayupán Iº (Rusconi,C.:La
hija del cacique Malinqueo, 1941, en Anales Soc. Cient. Arg. Bs.As. T. 131 p. 268ss)
Un último reportaje del historiador pampeano José Depetris a Dña Ignacia Cayupán (en
Memorias de las Jornadas Ranquelinas p.17, entrevista de 1991 y trae foto): Doña Ignacia Cayupán
es nieta de José Cayupán, célebre capitanejo de Manuel Baigorrrita, e hija de Santiago Cayupán
(Tnte Cnel. De Auxiliares que comadaba un escuadrón de Indios Amigos de la 3ª Diviosión que
penetró en 1879 en la Pampa con el Vcnel. Racedo. Formaban la última toldería cera del pueblo
Victorica. “A mi papá llevarpon al Chaco a pelear. Cuenta de costumbres; nombra a los guerreros:
Llancaqueu, Ramón Caleo o Santos Morales y a cristianos..Mi papá se entregó para que lo
cristianaran..Habla de últimas rogativas cuando era niña. En cuanto al parentesco con Baigorrita,
José Cayupán que era su abuelo, era primo y cuñado del famoso cacique Manuel Baigorrita y de su
lugarteniente Maniqueo y Llanquetruz Guzmán. Su padres murieron cuando era niña (pichi malén)
Fue criada por el Comandante de Victoria. Se casó con un italiano. Finalmente cantó un tayel que
cantaba la abuela en el toldo.

CAYUPÁN, 1866, cac. entre los pehuenches de Huitran levo. Talvez ha sido hermano del
arriba nombrado. Este Cayupán estaba con los caciques Reuquecurá y Chocorí con 300 indios
chilenos. Negociaba con los tehuelches (Noticia del Archivo Municipal de 9 de Julio B.A. Lib.7
p.9) En 1870 se suicidó un hijo suyo, por haber bebido mucho. Entonces el cacique, siguiendo la
denuncia de su machí, acusó de maléfico al cac. Paillalef y por eso lo fue a maloquear. Al día
siguiente ya rodearon sus toldos, sacaron al cacique al campo y lo lancearon y después le quitaron
sus caballos (C.Rusconi T.Iv p. 101). Durante la Conquista de Desierto se hallaba aún al sur de
Neuquén (j.M. Raone, 1980 p.49).
CAYUPEL, Lorenzo, cac. pampa, quien estuvo presente en el entiero del cac. Juan
Calfucurá. Firmó la proposición de paz, en octavo lugar, el gran documento del 3 de junio de 1873
(AEM Doc. 1232). Dudo si era un hijo del cac. Lorenzo Cayupulqui.
CAYUPÍ, 1850, cac. araucano. Según el Padre Luis Mansilla Vidal fue el indio más célebre
de Nehuentué en la Isla Santa Inés (antes Cayullanca). Usaba el apellido de generación en
generación, excepción entre los indios de entonces. (Diccionario Histórico Geogr.fico de Chile,
Santiago 1929 p. 127) ETIMOL: Cayú:seis; pichón: plumas.
CAYUPÍ, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita y según la lista del P. Donati de 1870,
habría sido un hermano del cac. Baigorrita (hijo del cac. Pichún). 1851 fue obsequiado por orden de
Rosas enAzul con 150 yeguas (R.Capdevilla: Pedro Rosas y Belgrano, 1973 p.91)
CAYUPIL, Pascual (o Cayupulqui, Cayupilque) 1782, cac. puelche o pampa. Era hermano
del célebre cac. Lorenzo Calpisquis o Cayupilque. Con él pactaron los jefes de varias expediciones
a Salinas Grandes. Pablo Zizur lo caracteriza en su Diario de la Expedición de 1781 como
rencoroso y vengativo. A los dos hermanos los llama “Jefes de una nación disminuída, en plena
decadencia, amagada a todo rumbo por las parcialidades autóctonas y los cristianos”. Ciertamente
es una calificación equivocada. Tenía unos 500 indios en dos tolderías. Ellos al ofrecer la paz, no
omitieron decir que los cristianos les habían muerto muchos parientes. ¡Cuánta historia no escrita
contienen estas palabras! Véase la biografía de Calpisquis. Puede ser que sean descendientes del
gran cacique pampa Mayu Pilqui Ya. Los conoció también el misionero jesuita Tomas Falkner.
Varias expediciones españoles encontraron a Lorenzo y a Pacual en la zona de Salinas Grandes. En
261
1878 mostraron que estaban en paz con el Gobierno Virreinal. 1781 el Gral. Manuel Zizur en su
expedición de reconocimienmto de la ruta terrestre de Buenos Aires a Carmen de Patagones,
celebró un primer tratado con ellos. Pero este tratado no prosperó poque Pascual Cayupulqui y su
comisión fueron detenidos en su viaje a Buenos Aires; lograron escapar.
Pascual Cayupulqui en 1882 viajó de nuevo a Buenos Aires con una ilustre comitiva para
concertar, en nombre de su hermano, un tratado de paz definitiva con el Gobierno de la Capital.
Exigía fundalmentalmente que respetaran su soberanía desde el Río Salado hasta el Río Colorado.
Estarían obligados a dar aviso de sus movimientos y si hubiera invasión ranquel, con quienes
estaban en litigio. Se canjearon los prisioneros y volvieron con buenos regalos AGN IX 32-8-3;
27.7.82. El cac. Pascual era un diplomático versado y hablaba en castellano.

EL TRATADO

El tratado aprobado el 27 de Julio (AGN IX 9-8-3, f.132) estipulaba que podían potrear
desde la Laguna del Monte, Laguna Blanca a Lagona Palantelén. Ellos exigían como límite el Río
Salado del Sur.
Si queremos penetrar más en los acontecimientos de su vida, tenemos que leer lo que
sabemos de su hermano Lorenzo. Éste murió en 1896. No sé qué ocurrió al cac. Pacual Cayupulqui
en adelante.
CAYUPULQUI , Pascual IIº (?)
Luego después de un lapso de tiempo encontramos documentos que hablan de un Pascual
Cayupulqui o Cayupí. En 1822, el cacique Callupilque pidió al gobierno de Buenos Aires la
libertad de algunos indios y de los sobrinos del cac. Pitriloncó (e.d. Pichiloncó) AGN S.VII Biedma
10-14-13: 7.1.20. En 1822 lo encontramos gestionando, de nuevo, la paz después de las invasiones
de los chilenos con J.M.Carrera y la expedición del Gobernador M.Rodríguez contra los pampas. A
este mismo gobernador se presentó en nombre de los caciques pampas, aunque el ofendido cac.
Ancafilú no quería saber nada de tales gestiones. El gobernador aceptó la propuesta y designó al
Cnel. Pedro Andrés García para que organizara una expedición pacificadora y tratara con los
caciques. Este, entonces, encargó al cac. Cayupil para que convocara a los caciques a un parlamento
solemne. En febrero o sea al mes, volvió Cayupil con un intérprete para avisar que a lo menos 15
caciques, los que nombró, aceptaban un tratado de paz. Cayupil no acompañó la comitiva del Cnel
García hacia el campamento de los pampas, cuyo cacique principal era el cac. Lincón, porque tuvo
que quedar como rehén en Buenos Aires, junto con el cac. José Antiguán. Durante la excursión
pacificadora en la zona de Tandil llamó al cacique Antiguán para que fuese su intérprete. Lo mandó
a la zona de la Ventana para que preanunciara su llegada y sus propósitos. 22 caciques participaron
del caluroso parlamento, el 16 de Mayo de 1822. Ellos insistían en que habían pactado con los
Virreyes; que el Río Salado debía considerarse como límite de sus respectivos territorios. Existe un
interesante diario de esta expedición pacificadora y un interesante mapa. (De Angelis IV p.102 s.)
El gobernador nada convencido del resultado del tratado, organizó una nueva expedición (no
pacífica) para forzar la conquista del sur bonaerense. Adelantó un respetable ejército hasta Sierra de
la Ventana. El 7 de Mayo de 1823 tuvo una conferencia con los caciques Cayupilqui y Lincón. No
quisieron responder a sus preguntas, sino exigían les mandase emisarios para tratar los asuntos en
parlamento y consejo. Pero así le tendieron una celada fea y finalmente atacaron sus columnas.
Cayupilqui aceptó negociar de nuevo con el Comandante General J.M. de Rosas, quien también
desaprobaba las expediciones de Gral. Rodríguez. Esta nueva tregua fue cortada por un malón
pincheirista sobre Los Toldos Viejos (hoy Dolores), el 11 de septiembre de 1826. Allí el cacique
Pascual halló su muerte entre los defensores contra el sitio. Las familias y las haciendas de su
tribu fueron presa de los chilenos. (Raone: Fortines p. 319)
CAYU PICHÚN, 1847, capitanejo salinero de Calfucurá. Este lo nombra en una carta del 4
de octubre de ese año (AEM). En una lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca, poco antes de
la Batalla de Caseros figura como cacique segundo (7. 1. 52). En 1859 Calfucurá solicitó para él al
Gral. Urquiza un vestuario militar.
262
Otro CAYUPI: Según las Memorias de Manuel Baigorria Cayupí era hijo del cac. Pichún y
nieto del cac. Llanquetruz IIº. 1854 Cayupí figura en la lista de los capitanejos del cac. Llanquetruz
IVº, al hacer éste, en 1854, un tratado de paz con el gobernador de Córdoba (Arch. Córdoba)
CAYUPIL, cacique que al fin del siglo XX se hallaba afincado en la zona del Bolsón
(Chubut) . Allí los encontró el R.P.Domingo Milanesio en 1897. También Mons. Juan Caglieri los
visitó en 1902 y catequizó a los caciques Quelchamar, Canquel, Cayupil, Sayhueque y Sacamata y a
sus indios que se habían salvado de la Guerra de la Conquista del Desierto (C.Bruno: los Salesianos
en la República Argentina I. p. 440) También los menciona el misionero Vacchina en sus Memorias
(ed. Nota 222)
CAYU PÌLLÁN, cac. araucano de Mununquintue (Chile). Era toqui de los caciques
chilenos Hualchenquen, Canjuror, Llaullau, Carampangue, Antecul, Chicauenhuel.
CAYUQUÉ, 1870, cacique del grupo de los tehuelches septentrionales. Según G. Musters
era subalterno del cac. Casimiro Biguá. Llegaban con frecuencia a Carmen de Patagones, donde los
vianderos les proporcionaban tal cantidad de bebidas alcohólicas que se emborrachaban antes de
entrar en la Guardia. Estando en este estado, se sucitaron con frecuencia riñas y disputas. Cayuqué
fue víctima de una de éstas, en 1870. Musters lamentó su deceso, pues lo consideraba como un buen
amigo. (G.Musters,: Vida entre los patagones ed. 1964 p. 398)
CAYUQUÉ, 1839, cac. huilliche, hijo del cac. Chocorí con quien compartió una agitada
historia. El halló su muerte en un malón combinado contra el Fuerte de Tapalquén y los indios
amigos de la zona. En el combate murieron muchos, como dice el parte del 20 de agosto de 1839
(AGN X. 27-7-6)
CAYUQUÉN o Cayuque y Calliqueo, 1787 se conoció como cac. huilliche del Neuquén.
Durante el enfrentamiento de los pehuenches de Malarhüe contra los de Barbarco, documentos
mendocinos lo cuentan entre los indios de Pichintur y Millaguín de Malalhué (Doc. 19; 29.6..96) y
doc. 21; 16.5.96) El cacique Mellado informó, en 1806, a Luis de la Cruz que Cayuquén se había
pasado a los pehuenches, porque se había casado con una mujer de Gueyeltué. Otro documento
mendocino dice que ha visitado, en 1800, al gobernador de Mendoza junto con el cac, Sevín y su
comitiva.
CAYUQUENAO (Cayiquenao), 1857, capitanejo ranquel, hermano mayor del cac. Mariano
Rosas y es por consiguiente hijo del cac. Painé. No tendrá las cualidades exigidas para el cacicazgo
ranquelino, cuando se trató de la elección del sucesor de su padre y luego de su hermano Calvaiñ.
En una carta del 9 de noviembre de 1869, Mariano Rosas le decía al P. Donati: “Dígale al Sr.
Coronel Mansilla que deseo la paz cuanto antes; y para que no haiga desconfianza, mando a mi
hermano mayor el llamado Cajiquenao, para hacer los tratados y con toda mi facultad” (L.Massa:
Histoia de las Misiones Salesianas en la Pampa p. 257).
CAYUQUEO, 1845, capitanejo del cacique Collinao. Falleció en Buenos Aires en el
hospital el 8 de oct. de 1845. Hacía dos años que el cacique lo había mandado como chasqui (AGN
X 26-5-2).
CAYUQUEO, 1863, capitanejo huilliche, -quizás el mismo sea Cayuqué 1870. Asistió al
parlamento de paz con el cacique Benito Chicoleo en Carmen de Patagones .
CAYUQUEO, Martín, 1834, capitanejo boroga que vivió el atropello de los indios chilenos
en el Asalto de Masallé. Luego se acogió al amparo del Fuerte de 25 de Mayo con el cac. Caniullán,
hermano del cac. principal Mariano Rondeao, que fue muerto el 8 de septiembre de 1834. Martín
Cayuqueo integró más tarde el Regimiento de Indios Amigos de 25 de Mayo, al mando del cac.
Martín Rodeao. Y más tarde lo hallamos radicado con los indios del cac. Ignacio Coliqueo en Los
Toldos (Part. de Gral. Viamonte, a lo menos desde 1862. Entre la misma tribu se hallaba también su
primo el capitanejo Sandoval Cayuqueo. Este tuvo que llevar más de una vez cartas de Coliqueo al
cac. Calfucurá en Salinas Grandes para mantener la paz entre sus tribus. (Hux: Coliqueo, 3ª.ed.
EUDEBA p. 53). Martín Cayuqueo nunca figuró como oficial( o capitanejo) de la Trbu de
Coliqueo; pero en la tribu de Calfucurá se le trató como tal. Estuvo presente en el entierro de
Calfucurá y firmó el proyecto de tratado de paz del 3 de junio de 1873. Estuvo allí también en 1875,
cuando el P.Jorege María Salvaire visitó la tribu de Namuncurá (Copello, Gestiones p.88) El
“capitanejo” Martín Cayuqueo se interesó también por la liberación de las comisiones indias
263
apresadas. Martín Cayuqueo se ausentó de Los Toldos en abril de 1876, para incorporarse en la
tribu de Namuncurá, cuando se había producido el malón grande y se iniciara el avance de Alsina. Y
con este avance se inició una tenaz persecución de los indios salineros. Al regresar a Los Toldos
impresionó con sus relatos al cac. Justo Coliqueo de manera que éste también quiso sublevarse en
ese momento.
Martín Cayuqueo terminó sus días en Los Toldos; falleció el año 1884. Se había casado con
Clara Pañilhué y dejó una larga descendencia.
Cayuqueo, Felix, 1970. Un caso particular es el “Cacicazgo” de Don Félix Cayuqueo, indio
de la tribu de Coliqueo, que he tratado personalmente. Y tengo muchos datos de su genealogía.
Félix Cayuqueo nació el 22 de junio1899 en la tribu de Coliqiueo y murió allí el 5 de marzo de
1970. Era hijo de Alfonso Cayuqueo con sobrenombre Plan Toró (1820-1911) chileno, casado con
Juana Lepimain. Félix se casó con Tránsita Clorinda Collipal (hija de Carmen Collipal fall. 1975)
Doña Transita me preparó el mejor mate que tomé en mi vida. Vivían en un rancho en un bajo con
un horno para cocer el pan en el patio. (Poseo fotos) Sus hijos son Rómulo A., 1920; Magdalena
Elena n.1921, la que más historia ha hecho. Marcelino Adolfo n. 1831, Paulino Saturnino 1933 y
Felix Victoriano 1936. Elena Cayuqueo, muy promocionada por los militares y políticos en
Buenos Aires pensó y logró con propaganda periodística para su padre el título de cacique de la
tribu de Coliqueo, título que se adjudicó a sí misma ,después del fallecimiento de Don Félix.
Después de su entierro un grupo de familiares se constituyó en “parlamento” e hicieron una
elección por aclamación. Un mes después del fallecimiento de su padre, el domingo 24 de Mayo de
1970 la familia Cayuqueo y algunos adictos se reunieron en la Tribu para un asado; unas 50
personas. Allí se anunció que se procedería a la elección del nuevo “cacique” de la Tribu de
Coliqueo. Félix Cayuqueo (hijo) reseñó brevemente la actuación de su padre y agregó que por
resolución de una comisión de aborígenes radicada en Buenos Aires se había resuelto otorgar el
cargo vacante a su hermana Magdalena Elena Cayuqueo y así quedó consagrada la nueva titular
( tengo el periódico La Idea de Los Toldos, 29.5.70) Guardo muchos recortes periodísticos y
fotograsfías. Pero tales propagandas fueron resistidas por los descendientes de los caciques
Coliqueo, por la Comisión de Participación y Desarrollo de la Tribu de Coliqueo y muchos indios.
El cacigazco se extinguió en esa tribu con la muerte del cac. Simón Coliqueo. En realidad Elena
Cayuqueo vivía en Buenos Aires, tuvo tres departamentos ricamente instalados y cuando hablaba de
los indios, hablaba más bien de indios de la zona norte del país. Por su logro periodístico fue
constituída Vicepresidente primera de la Coordinadora de Instituciones Indígenas. Ahora que su
hijo ha muerto ya no se presenta más con ese título. Lit. Revista Gente: El cacique Félix Cayuqueo
(4.8.66); Rev. Primera Plana: Una entrevista con el “cacique” Félix Cayuqueo (1965). La Nación:
Murió ayer el cacique Cayuqueo( 6.3.70) y La Razón: Desaparece una reliquia (6.3.70) Rev. Ahora
Nº 55. El Municipio de General Viamonte 2.11. 1972

CAYUQUEO, 1877, capitanejo que actuó en el robo de los 53 “Blancos” del Cnel. Villegas,
el 21 de octubre de 1877. Así lo cuenta el mismo Cnel Conrado E. Villegas en una carta enviada a
Ataliva Roca (En: Publicaciones del Museo Roca Buenos Aires. Documentos. Tom VI p. 158) Con
gran astucia los habían sacado del corral burlando la vigilancia de los centinelas. Luego Villegas
destacó al Mayor Sosa en su persecución. Los halló en Tromenlauquen, a 50 leguas, donde tenían
10 toldos. Estaban jugando. Los sorprendió la tropa y en el combate mataron unos 50 indios. El
cacique (dice así) que los mandaba se llamaba Cayuqueo y el capitanejo Neculche. Sólo tres se
escaparon y uno de ellos estaba herido. Sosa rescató la caballada y quitó a los indios unos 300
caballos más y cautivó a 36 chinas. (“Aquí se renovó la escena aquella”) –dice el texto entre
paréntesis. “Cada caballo que me llevaron ha valido el pellejo de un indio. Pincén se ha mudado 30
leguas más allá de estos toldos que han sdido destruídos con sus moradores y hoy está en un paraje
llamado Luan Lauquén” “Los milicos han pilchado bastante: mantas, estribos de plata y frenos,
juegos de botones, pues el cacique Cayuqueo era platero. Estos indios son chilenos y son los que
siempre venían a robar caballos”. Creo que han sido parientes de Martín Cayuqueo.
CAYUQUEUFÚ, Andrés, 1751, cac. pehuenche en Río Rugaico (Chile), donde fue visitado
por el misionero Brnardo Haevstadt, el 14 de noviembre de ese año.(Diario)
264
CAYUQUEN o Cayenguen, 1812, vivía al pie de la Sierra Volcán junto al tío Raimán
(Seinan). Se presentó ese año al Cabildo de Buenos Aires. En un documento del año 1813 se llama
Cahuanagüen, pero se identifica con lo agregado que era sobriono de Raimán. Habría expresado al
Cnel. Pedro Andrés García su deseo de incorporarse al ejército. Ha devuelto hacienda robada por
otras tribus. (Crónicas Militares II p. 100; Marfany, R. La guerra con los indios nómades Sep. p. 10.
Acuerdos del Cabildo de Bs.As. S.IV. V. p.41)
CAYUQUERQUER, 1780, cac. patagón del Río Sauces (Colorado o Negro). Según una
nota de la Comandancia de Chascomús de ese año habían venido los caciques Chancul y
Cayuquerque. 1750 habían pertenecido a la Misión Jesuítica de Nuestra Señora de los
Desamparados. 1780 pusieron en apuro la expedición del Capitán Juan José de Sardén, encargado
de poblar con su gente “vaga” los puntos fronterizos de avance. Se salvaron del fuego, cuando
prendieron fuego a los campos, porque se echaron al lago Esquivel (29.11.1770) (Walter: Conquista
del Desierto ed. 1964 p. 140) ETIMOl: cayú: seis; quirque: lagartijas
CAYUQUINO o Calluquín, 1834, capitanejo ranquel, incorporado a la tribu amiga de Junín
del cac. Santiago Llanquelén; y con él compartió los acontecimientos buenos y trájicos de esa
década. (René Pérez:Apuntes para la historia de Junín p.31)
CAYU MUR, Antonio, 1850, cac. pehuenche-huilliche del Neuquén. Falleció en 1911 a los
90 años de edad. Durante la persecución de la Conquista de Desierto había caído prisionero y el
Cnel. R. Ortega lo confinó en el campop de concentración en Rodeo del Medio (Mendoza)
CAYU HUN o Caiuyuhun, 1877, capitanejo pampa del cac. Juan José Catriel en Tapalquén.
En su retirada de Azul buscaron refugio en Traico, a 12 leguas de Guatraché en la Pampa; pero allí
fueron atacados por la expedición del Cnel. T. García (González, M.H.: Catrimapú p.16)
CAZUAR o Cazuán, quizás Cayuán), 1866, caciquilla de la tribu de Catriel en Tapalquén.
Ese año se destacó por su misión pacificadora ante Calfucurá en nombre del Cnel A. Barros y en la
acción contra la invasión a las zonas de la Tigra y de Paragüil, al sur de Olavarería, bajo el mando
del mismo militar. (A.Barros: Fronteras y Territorios Federales al Sur p. 180 y 191).
CACOVA NAVI, 1598, cac. comechingón en el pueblo Yguín Sacate, Córdoba;
encomendado de Mitre (A.Montes, ob. cit. 1954 p. 89)
CEBUL o Zelín ver Lleubulicán
CELÍN (o Zelín), 1573, capitán del pueblo Quilsñanque en los llanos del Río de la Plata.
Estaba sometido al “Cacique Grande”. 1582 figura en la lista de los caciques encomendados por la
distribución de Juan de Garay en el distrito de Buenos Aires (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p.66 y
Acta Congreso 25º I.Am.I. p. 99)
CENTENO (Zenteno), 1819 se conoció al cac. Zenteno entre los pampas por el informe de
la expedición de Manuel Ramírez que escribió al Cnel José de la Serna, el 2 de agosto de 1919, de
su expedición que había llevado sobre los caciques Cueto y Zenteno (Arch Hist. Nac. Nº 1128)
CENTENO, Juan, 1872, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. El Cnel. Rivas lo nombra y
alaba su particular fidelidad. Arch Hist. Nac. Nº 5998). Después de haber sufrido las dolorosas
vicisitudes de la Revolución del año 74, la sublevación del año 1875 y la persecución durante los
años 1876 a 1878, participó en la rendición y finalmente fue trasladado a tierras australes
inhóspitas. Sabemos que el capitanejo Juan Centeno viajó en compañía de la “Cacica “Reina
Bibiana” a Buenos Aires para pedir al gobierno tierras donde ese resto de tribu podría vivir.
(González, M.H.: Catrimapú p.18)
CENTENO (Zenteno), 1969, vivía un capitanejo Centeno en el Departamento Picunches en
la estancia del Ingeniero Cayol. Según información de éste al Padre Hux habría sido hijo de una
dama de la aristocracia de Concepción. Su apellido paterno habría sido Anturrupay. Veraneaba en
Medio Luna.
CENECHO o Ynecho, 1561, cac. araucano cuyas tierras se hallaban en Uspallata
(Mendoza). Pedro del, Castillo encontró al cacique encomendado de Juan Cuevas (J.T.Medina T.XV
CENTRÉ, (prob. Quintré), 1867, capitanejo ranquel que invadió en Melincué junto con el
cacique Epuán y Llancube.
CENVALCO, 1879, cac. picunche del Neuquén, cerca de Balbarco (Olasc. 1930 II p. 164)
265
CEUNAIM, 1710, cac. pampa. Un excautivo declaró, el 20 dediciembre de 1710, que 400
indios de los caciques Cauchal, Melcagüe y Ceunaím habían atacado a tropas vaqueras (Arch. S.
Luis Nº 18)
CETITIAN, 1707, cac. puelche que vivía al sur de Mendoza sobre el Río Diamante
(Rusconi ob. cit vol IV)
CEUVALCÓ, 1880, capitanejo huilliche de Purrán. Al ser este cacique apresado, se entregó
con los capitanejos Changul, Milla y González y 100 indios más (Olasc.II. 184)
CICHUELQUIAM, 1670, cac. poya en Termal (Teka Mal), en la zona septentrional del
lago Nahuel Huapí. Según el Padre Mascardi, la hermana, india principal de la tribu, se llamaba
Reina (Furlong: Nicolás Mascardi, 1963 p.129; P. Rosales: Historia del Reino de Chile p. 511 y
Vignati : Antecedentes, 1995 p.45 le llama cacica Cieleuquian.
CINCHEL ver SINCHEL
CINCHA, 1573, cac. comechingón de Sitina, Quileno, Córd.; encomendado de Cabrara
(Montes
p.51)===================================================================
=======================================================================
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CINOTA, 1573, cac. comechingón de Sinisacate, localidad de Higuerita, Córd.;
encomendado de Méjica (Montes 1954 p. 47)
CINO CHARABA, cac. comechingón del pueblo Nulo Sacat, Cord.; encomendado de Maía
(Montes p. 87)
CIQUENA, siglo XVI, cac. huarpe(¿) que residía cerca de Coro Corto, Dep. La Paz, Mend.;
encomendado de Santo de Medrano y luego de Diego de Velazco (Cabrera: País del Cyuo p.250)
CIRIEME, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires; encomendado por el
repartimiento de Juan de Garay, el 28 de marzo de 1582 a D. Alonso Gómez
CITON AMARAC, cac. comechingón de Lava Sacat, Ansenuza, Córd.; encomendado de
Barrientos (Montes 1954 p. 91)
CITON CHARABA, 1573, cac. comechingón de Calapilitin, Salsipuedes, Cord.;
encomendado a Mejía
CITON CHARABA, 1587, cac. comechingón de Citinaha, en Tulian- Cabidche, Córd.;
encomendadote Suárez (Montes p. 56)
CITON LOBI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vichi aha, en Tulian- Cabiche,
Cord.: encomendado de Suárez (ib. p.61)
CITON ACAN, 1575, cac. principal comechingón de Calcan o Yocon, S.E. de Soto,
Córdoba; encomendado de Bustamante Montes p.55 Junto con Coynomas y Yolumín, Lutulumban y
Quilombe (Montes 1956 XII)
CIVIPÁN o Sivipan, 1801 cac pehuenche. Visitó con cac. Colemilla y otros al gob. De
Mendoza
CIVITACAN, 1582, cac. comechingón de Cacalpel, S.E. de Soto, Cord.; encomendado de
Bustamante (Montes p.56)
CLA HUÁN,1864, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lita del P. Donati) ETIM:
Cla:3 y avestruz
CLA HUEQUE ver QUIA HUEQUE
CLANCAY, Don Jacinto, 1695, cac. huarpe de Jáchal, San Juan; encomendado de M.de
Silva (Arch.Mend.)
CLA PAN ver QUILAPAN de Collicó
CLA PIL, 1820, cac. pampa, entre los que se habían adherido al guerrillero J.M. Carrera,
con Uñol, Coñuepán, Millao y Huincatrú. Los pampas leales al Gobierno de Buenos Aires bajo la
jefatura del cac. N. Quintana, los sitiaron, pero luego se hizo la paz. 1841 una lista del Archivo de
Mendoza lo enumera entre los 12 caciques chilenos que se hallaban en territorio argentino. 1847,
otro documento del mismo repositorio dice que Clapí, Mariguán y otros pasaban anualmente la
266
Cordillera, después de haber hecho una invasión en territorio argentino (Comercio ilegal) en
nombre del cac. Zúñiga y los venden en Concepción o en alguna toldería.
CLAQUEO, Francisco, alias Catalán, fue capitanejo de la tribu de Coliqueo, boroga como
éste; nacido en la Argentina en 1842. Se casó con Petrona y más tarde con Lorenza Coliqueo, la hija
mayor del cac. Ignacio Coliqueo, después que el Cnel. Manuel Baigorria la había abandonado. Ella
murió en Los Toldos en 1921 y dejó una larga descendencia. (Ver Coliqueo)
CLARA,, 1600, cacica, hija del cac. Tabalque (En Rev. Junta Est. Hist. De Mendoza
I.p.468)
CLAUNÁNC, 1870, cacique ranquel de Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CLEIPAN ver QUILAPAN
CLEMECUE,1582, cac, querandí del distrito de Buenos Aires, quien por la repartición de
Juan de Garay fue encomendado a Miguel del Corro (Rev. Geogr.. Americ. Nº 40 p. 17)
CLEN, José Sánchez, 1873, firma como caciquillo 2º el gran documento de la propuesta de
paz presentado por el cac. Bernardo Namuncurá (AEM. Doc. 1232) ETIMOL: Clen:cola
CLEN CHEU,1873, otro capitanejo que firmó el mismo documento (Clen Cheuque:cola )
CLEN TARÚ, 1641, uno de los principales caciques araucanos que fue a recibir al
Gobernador Baydes y celebró con él en Quillin un solemne pacto de paz. Clentarú heredó 1655 del
cac. Lauquemapu el título de Toqui. Tuvo estrepitosas victorias. 1654, el Maestro de Campo, Don
Juan, cuñado del Gobernador Salazar, ordenó una entrada a los mapuches, Era tiempo de la llamada
“Guerra Lucrativa”, que consistía en traerse esclavos y botín. El Maestro de Campo y su tropa
fueron rechazados en el Río Bueno y luego huyó hasta Concepción. En 1855 organizó una segunda
expedición con 700 españoles y 1700 indios auxiliares. Pero el cacique Clentarú, toqui de
Maquehua y su vice, el cac. Chicaguala organizaron en secreto una sublevación general como
respuesta a la ofensiva de los Salazares. La sublevacion se propagó hasta el Río Maule. De los
30.000 indios amigos no quedaron más que 30. El 14 de Febrero de 1655 desbarataron al ejército de
Don Juan y en pòcos días destruyeron las plazas principales en tierra araucana: a San Pedro,
Colcura, Buena Esperanza, Nacimiento, Talcamahuída, San Rosendo, Santa Juana, San Cristóbal,
San Martín, Arauco, Chillán y Boroa. 1300 españoles cayeron en prisión de los indios y 396
estancias fueron saqueadas. (Gay. Historia, 1847 vol. III p. 193 y Campos Menchaca, Nahuel Buta
p. 403) ETIMOL: Trarú es un ave de rapiña “Cola de Trarú”
CLEÑÁN, Manuel, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo. Nació en Guaminí en el año
trájico, en el que los borogas de Rondeao, Melín y otros caciques sufrieron un asalto en Masallé.
Sus padres eran chilenos: Andrés Ancaín y María Claqueo. Recordemos que el apellido
antiguamente no se transmitía de padre a hijo. El se casó en primeras nupcias con Carmela Collinao
(alias Lalnfuy, 1838-1901) y más tarde también con Juana Anteche. Incorporado en la tribu del cac.
Ignacio Coliqueo, fundó una gran familia cuya genealogía he seguido hasta hoy. Debido a su valor y
su alcurnia araucana fue nombrado capitanejo de esta tribu en 1875. Murió en el Cuartel 2º de Los
Toldos (en el Campo de la Tribu) el 25 de agosto de 1908.
CLEOALTIE,1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CLEOCUR, 1564, cacique (huarpe?) de Paraguaya; encomendado de Diego Velasco. Su
sucesor fue el cac. Levín.
CLOKOSK, 1890, cac. tehuelche de quien Clemente Onelli publicó el retrato fotográfico y
la foto de su cráneo, sacada después de su muerte. (Onelli: Trepando los Andes 1904, p. 135)
CLUSGELL, 1750, cac. tehuelche del que habla el P. Thomas Falkner en :Descripción de la
Patagonia, edición 1774 p. 146
COASPÓN, 1582, cac querandí del distrito de Buenos Aires por el repartimiento de J. de
Garay.
COBIL NAGUAN, 1591, cac. comechingón de Monteln halon, 4 leguas de Soto, Córd.
Encomendado de Bustamante (Montes, 1954 p. 58)
COBUSOTE o Rucutaguay, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires por el
repartimiento de Jn. De Garay; encomendado de Diego Olavarreta (el documento lo anota como de
nación Lojae Emelaguac)
COCALA, 1599, cac. de Panzona (San Luis) (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 242)
267
COCLEOUQUIAN o Ciocleuquean), 1670 cac. poya (P.Mascardi en Furlong, G. 1963)
COCO LLAQUE, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires; encomendado de Juan
Basualde por el repartimiento de Juan de Garay.
COCOMEL,1582, cac. querandí que figura en el repartimiento de Juan de Garay, 28.3.1582
COCOYANTA CHARABA, 1595, cac. comechingón de Cocoyanta, Quebrada Chilca,
Córd.;encomendado de Burgos (Montes 1954 p. 66)
COCUGUI o Cocoqui, Francisco (alias Aguayxacan), 1632, cac. huarpe (?) de Valle Fértil
(S. Juan). Por rebellión fue condenado a muerte. Lo sucedió el cac. Sapatay (Cabrera: Aborígenes
del país del Cuyo p. 250)
COCHA LEVI, 1564, cac. huarpe de las tierras de Bincha, Mendoza: encomendado de
Diego Velaso.
COCHE,1852, cac. ranquel; era primo o hermano del cac. Calvaiñ y Mariano Rosas. 1852
realizó un primer viaje en misión diplomática con el Cnel Baigorria a Palermo en Buenos Aires para
entrevistarse con el General Urquiza. En una carta del 26 de enero de 1858, Mariano Rosas le dice
al Presidente J.J. de Urquiza, que su hermano Coche, el que le había avisado de la muerte de su
hermano el General Galbán (Calvaiñ) ha fallecido también. Y agrega: Yo estaba enteramente
tirado”. (Arch. Urquiza AGN S. VII. T. 158 p. 181) Etimol: Che: gente; Co: de la “aguada”.
COCUI COCHI, 1837, cac. tehuelche (según un informe sobre malones de tehuelches
(AGN X. 25-5-1: 14. 8. 37)
COCHU CHARABA, 1620, cac. comechingón de Cuchi Corral, en las Sierras Grandes,
Córd. Era descendiente del cac. principal Ancalán (G. Terrera 1974, p. 143)
COHIQUIMILL, 1806, cac. huilliche del que nos proporciona Luis de la Cruz alguna
información. 1800 había organizado un malón contra los pehuenches. Venía con 1800 indios, su hijo
Pichi Cohiquimill y los caciques Nupaya, Guerahueque y Nayquepaña. El capitan Pedro Baeza fue
avisado a tiempop y orgqanizó con sus tropas y 140 indios pehuenches de Rayguaán la defensa.
Los pehuenches no se atrevieron a atacar a un número superior, pero el cac. Rayguán los provocó y
los irritó que finalmente se lanzaron sobre los huilliches. Ya pronto le mataron el caballo a
Cohiquimioll y un trabucazo derribó a su hijo y así resultó fácil lancear al cacique que se había
quedado de a pie. Los huilliches se desbandaron; entonces , no pocos se despeñaron en un
precipicio. Allí perecieron unos 80 huilliches (De Angelis I p. 290) “Milla:oro”; cohün: caliente
COIA MUTA, 1870, capitanejo ranquel, hermano del cac. Baigorrita. Decían que era ladrón
y pendenciero.
COIBASIN, 1586, cac. comechingón de Coibasin, Córd.; encomendado de Bustamante
(Montes, 1954 p. 56)
COIBINCHA o Cobincha, 1552, cac. huarpe (?) “tras la Cordillera de nieve”, en el valle
Nahuel Turata, dice un documento , Fue encomendado de Juan de la Cueva por Valdivia .(Medina
T.XX p. 308) Coibin puede ser Confín.
COIFÍN, Mariano. 1786 – 1876, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo. Era tío de los
hijos de Ignacio Coliqueo. 1871 era el más anciano de los capitanejos y el más estimado por sus
juiciosos consejos. Había nacido en Chile y murió en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires), poco
después de haber recibido el santo bautismo de manos del misionero R.P.Pablo Emilio Savino,
cuyas palabras elogiosas sobre él y su familia se verifican también por otros documentos. Igual
como Ignacio Coliqueo y muchos borogas se salvaron de la Guerra a Muerte, huyendo a la pampa
argentina. Y del asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834, logró escapar nuevamente de sus
adversarios y se asentó cerca del Fuerte 25 de Mayo (Part. 25 de Mayo). Allí se unió en casamiento
con María Alonso Carranza que había nacido en 1806. En los libros bautimales de la Tribu de
Coliqueo están anotados como hijos de este matrimonio: Vicente (n.1858), Ramona (1866),
Eduardo (1864), Luisa (1869) y Gregorio (1871) Aquí vemos un ejemplo de fecundidad araucana
hasta en la ancianidad. Tengo elaborado una amplia genealogía de la familia y una fotografía del
grupo familiar.
Mariano Coifín compartió en todo la historia de los Coliqueo (ver Hux: Ignacio Coliqueo
el Indio Amigo de Los Toldos en 4 ediciones. Al fallecer en 1871, el cacique principal Ignacio
Coliqueo en su pueblo “de la Tapera de Díaz” y en el campo donado, al cacique y a la Tribu, le cupo
268
el honor de pronunciar el primer discurso de despedida a su jefe amado. En vísperas de la Batalla
de San Carlos de Bolívar, en marzo de 1872, Mariano Confín estaba de viaje a La Verde para visitar
a su pariente, el cac. Andrés Raninqueo, y allí fue apresado por los indios salineros de Salinas
Grandes. No sé cómo ni cuando se liberó. Con certeza sabemos que cerró sus ojos en su rancho en
Los Toldos, en enero de1876. ETIMOL: queo:ser; coifín: anciano
COIFÍN, Vicente, (1852 – 1921) En 1876 era capitanejo de la Tribu (boroga) de Coliqueo.
Como hijo mayor de Mariano Coifín, fallecido éste, le correspondía ser el capitanejo sucesor de ese
grupo familiar y como oficial del ejército naconal. Había nacido en la Pampa en 1858. Se casó con
Mercedes Ferreira (1869-1958), hija del caciquillo José Baldebenítez de 25 de Mayo. Se conocen
13 hijos, sí, una gran descendencia. Vicente Coifín se mantuvo fiel a los caciques Coliqueo, aún en
los momentos más difíciles.
COILÁ o Coylá, Felipe, cac.pampa que en 1858 estaba con los indios de Catriel; más tarde
se radicó con los indios borogas de Ancalao, sobre el Arroyo Pareja, cerca de Bahía Blanca. Allí lo
conoció el explorador suizo Jorge Claraz. En junio de 1863 fue herido en un atropello (AEM), Más
tarde, en 1872, aparece entre los indios del cac. Vicente Piseñ (Pincén) al Norte de la Prov. de
Buenos Aires. El 8 de julio de 1872 invadió con un grupo de indios la estancia del Gral. Emilio
Mite, al Sur de Junín. El mayordomo Don Atanasio Quitiño, apoyado por el capitán Ataliva Roca y
80 indios, lograron replegarlos. En el Morro (cerca de Junín) los atacaron y les quitaron el arreo. En
Mayo de 1874, Coilá y su guerrilla atacaron al convoy del Ingeniero Huergos en Pichihuitrú, cerca
también de Junín. El ingeniero tenía la misión de proyectar la vía del Ferrocarril Transandino. En un
combate sostenido mataron al Sargento Orellano del piquete del convoy y se llevaron su caballada
(Hux: El combate de Pichihuitru (corrijo), en Rev. Historia de Junín Nº 44, 1972. doc. AEM
19.8.74)
El 8 de agosto del mismo año, Coilá apareció nuevamente, ésta vez en “El Estaqueadero”. El
Capitán de la Guardia Nacional de Junín, Don Pablo Vargas, un oficial y 32 G.N. salieron en su
persecución. Allí Coilá fue herido. Los habían avistado en Médano y los atacaron en “La Caldera”,
cerca de El Morro, zona de Junín. Allí fueron derrotados, Coilá herido y apresado junto con
Manqueo. Murieron unos cinco indios, otros escaparon heridos y todos los demás abandonaron su
arreo (J. Sánchez: Efemérides Militares II p. 37 y A..H. Nac. Nº 9126 y 8472) El Cnel. Borges había
estado ausente; pero el Tnte. Emilio Sáenz había marchado con 50 soldados hacia El Estaquearero y
el Mayor B. Moritán llegó hasta la Estancia “La Avanzada”, cuando se enteraron de la exitosa
jornada de Pablo Vargas y sus G.N. juninenses. Felipe Coilá que contaba entonces 40 años de edad,
fue conducido al cuartel de Junín y allí lo fusilaron, e igualmente a Manqueo (Comunicación de
F.Borges AEM: 19.8.1874) ETIMOL:Coilá significa “mentira”. John Maguirre publicó
su foto 1967.
COILÁ, 1880, cac. huilliche al Sur de Neuquén (Raone, 1980, p. 49)
COILLÁ, 1908,cac. mapuche de la parte oriental de Angol en Chile (T.Guevara )
COIPIO LAQUEAN, 1617, cac. araucano de importancia en Chile (Gay: Documentos
1876 II p.255)
COISECE, Antonio 1832 , capitanejo boroga; pertenecía al cac. M. Rondeao en Guaminí.
Era su ayudante. Lo recomendó al Gobernador Rosas por su valor desplegado en la batalla del
Arroyo Pelicura, el 9 de agosto de 1832 (AGN X. 27-7-6).
COLAEN, 1607, cac. comechingón de Mandala, Córd.; encom. a López (Montes 1954 p.
58)
COLA HUINCA, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. 1879 aparece en la lista
de los prisioneros de la quinta División de la Expedición del Desierto, mandada por el Cnel. Hilario
Lagos, cuando avanzó a Luan Lauquen (Olascoaga 1930 II 180) ETIMOL: prob. Coila
“Mentira de Cristiano”
COLANCÓN, 1787, cac. pehuenche del sudeste mendocino (quizás era Cola Ñanco y n
verbalizante: ser)
COLASTINÉ,1653, cac. alzado del distrito de Buenos Aires F:F: Outes: Los querandíes,
1936 p.9) Debe haber sido uno de los caciques “deportados para ser adoctrinado”.
269
COLCOL o Colcolo, 1670, cac. serrano (Puelche de la Sierra del Sur bonaerense). Fue
apresado por una de las frecuentes “entradas” por las que solían traer de 300 a 800 indios para las
encomiendas (estancias) del distrito de Buenos Aires. 1673, Colocol era encomendado de Alonso
Guerrero de Ayala con 21 serranos más y 3 tubichaminís (Arch G. Ind. 31). 1677 se aumentó el
número a 70 (Como lo dice un padrón) Arch. G. Ind. 134 Charcas 283. En 1683 se dice en un
documento del mismo archivo 175 Charcas 105, que Colcol, el cac. viejo, había fallecido y que
Alonso Salnil Colcol de 22 años era su sucesor. El documento nombra también a una hija llamada
Lucía, agregada a los querandíes de Tubichámini en la Encomienda de F.Morón (ib. BA. 8)
ETIMOL: Colo Colo: es el gato montés (manchado)
COLCOLAYÁN, 1707, cac. pampa que se hallaba en la Reducción de Río IVº. Según los
españoles estaba concertando una sublevación con los caciques Matara, Mayupulqui y Andrés
Liquid (P.Cabrfera: Tesoros del Pasado Argentino; la Cruz en la pampa p. 68 y 78) 1751 había sido
uno de los fundadores de la Reducción en el Espinillo (zona de Río IVº con los caciques Ucacha,
Goyco y Morcoyán (ib)
COLCHECAL, 1810, capitanejo norpatagónico (tehuelche ) de la Prov. del Chubut. Era
considerado como cacique amigo, junto con el cac. Yanqué, a pesar de que un año antes había
invadido la Península Valdez con los caciques Coquiel, Tranamá, Faloco, Gagula, Agolco, Someca,
Cutater, Cayucal, Zauque (Cheuque), Zenchil (Sinchel), Selú y otros (R. Extraigas: Sangre en la
Península Valdés. Martirio del R.P. Bartolomé Pogio (en Boletín Acad.Nac. de Hist. V, 35, 1964,p.
316)
COLDOPI, 1594, cac. comechingón de Cam Chasa, Panaholva, Córd.; encomendado de
Jaymes (Montes 1954 p.66)
COLECALLAL,1826, capitanejo boroga que asistió al parlamento de paz en el Arroyo
Pecuén (AGN. X. 27-7-6 Nº 9) ETIMOL: Calla: matorral; colü: rojizo.
COLE GÜINCA, 1792, cac. pehuenche (huilliche) de Barbarco. 1792 fue maloqueado por
el cac. Llanquetruz. 1798 acompañó al cac. Rayguán en un malón contra Pichintruz. Este fue al
punto más álgido de la Guerra Pehuenche. (ver Rayguán). Arch. Mend. Doc. Nº 21: 21.5. 1796.
ETIMOL: Huincá: cristiano; colü: rubio, rojizo
COLEGUÍ, 1842, cac. pampa. El cac. Painé avisó a Pedro Burgos, Comandante de Azul,
que el 7 de septiembre los indios de Coleguí y Mehincá habían invadido desde Sauce (Córdeba)
hasta Cruz Ala, Esquina y Desmochados y que Pichún y Baigorria tuvieron que acompañarlos por
ser amigos (Rev. Museo de Azul Nº 2 p. 105) Sospecho que Coligüí debe ser Coliqueo)
COLE LLAN, 1841, cac. chileno en tierra argentina (El documento de Mendoza enumera a
doce caciques.
COLE MAGÜIDA, 1658, cac. pehuenche quien actuó en un malón sobre el valle de Uco,
en Mendoza. Fue apresado y ahorcado ETIM: “Sierra colorada”
COLE MÁN (Colimanque) 1825 figura en la lista de los caciques ranqueles que asistieron
al parlamento de paz sobre la Laguna Guanaco (AGN X. 7-7-2) ETIM: Cóndor colorado o bayo
COLEMILLA o Columilla, Buta Colemilla) 1770. cacique pehuenche unido a los puelches
de la pampa. Buta Colemilla es el padre, quien en 1770 acudió al parlamento de paz de la Laguna
de los Huesos, al que el capitán Manuel Pinazo había convocado para el 20 de Mayo, antes de
emprender la expedición contra los tehuelches (Grau. en La Nación: 9.3.1943) Colemilla no lo
acompañó en su recia expedición. El censo de 1776 ubica su toldería en Guadamco, cerca de
Renancó con 24 soldados a su servicio en 11 toldos. (Las Casas). Un hijo se llamaba Puilalef (prob.
Paillalef). Antemilla era su hermano, que residía entre los pehuenches primero en Trecamalal sobre
el Río Neuquén, más tarde en el Campanario (Mendoza). Antemill estaba enemistdo con sus
propios hermanos.
El Gobernador Ceballos tenía como proyecto realizar una entrada general “exterminadora”,
“para escarmentar y pacificar el país”. El proyecto no fue aceptado. No obstante varios Maestres de
Campo hicieron expediciones. El Comandante General de Mendoza José de Amigorena hizo una de
32 días en 1779, pero después debió ofrecer un tratado de paz., porque varios caciques pehuenches,
entre ellos el cacique Colemilla, se habían dirigido al Virrey J. de Vértiz, invocando su protección y
270
ayuda (Torre Revello “Aportación para la biografía de José de Amigorena en Rev. Hist. Arg. Am.,
Mendoza Nº 3 / 4, 1958. p.l6).
Durante la larga Guerra Pehuenche Butacolemilla se acercó progresivamente a los indios
amigos de Malalhué. El Capitán Francisco Barros, en su Diario de expedición al Sur de Mendoza
(Arch. Mend. Carp. 30, Doc. 2) anota para el 26 de Julio de 1790 que Colemilla se le había
incorporado. Otro documento (Doc. 3) nos dice que Colemilla se había escapado, como por
milagro, de una gruesa columna de mil huilliches, ranqueles y mamuiliches, que habían venido a
maloquear al cacique gobernador de Malalhué. También estuvo en el parlamento que hiciera F.
Esquivel Aldao, después de su expedición al sur en 1792. Dos años más tarde avisaron los indios de
Barbaco, que se acercaba una invasión de 600 huilliches desde Chile, de la provincia de Valdivia.
A fines de 1795 estalló una gran disputa entre los malalhueche y los indios de Barbarco,
cuyo jefe principal era el cacique Rayguán. En Malalhué, en una junta de guerra, el 16 de
Diciembre de 1795, los indios amigos informaron al capitán F. Barros que Rayguán se había alzado
y preparaba un malón. Se le envió una comisión de paz invitándole a que se presentara en Mendoza
a tratar sus asuntos. Él contestó que no bajaría a la provincia, que tenía buenas lanzas. Barros aceptó
el reto y partió con 230 indios contra Rayguán que vivía en la costa del Río Neuquén. En su Diario
señala el día 10 de Enero de 1796 como la jornada del choque grande. Esta acción sucitó un
conflicto con indios y españoles de Chile. Colemilla “del Valle Ranquel” (Neuquén) se había
incorporado a los indios de la expedición de Barros, poco antes del día del enfrentamiento.
A su regreso, el lº de Marzo de 1796, Colemilla y 12 caciques celebraron un parlamento de
despedida y evaluación, en el que consideraron los reclamos del gobernador de Chile por el ataque a
Rayguán, jurándose mutua ayuda.
Rayguán lanzó su malón de revancha, dando muerte al cacique Pichintur. gobernador de
Malalhué.
Y en su retirada, atacó también a la toldería de Guayquinao y Colemilla y a la de su suegro
Ligñan; destrozó sus toldos, arreó hacienda, pero la gente logró escapar a los montes. (ib., Doc. 20)
Poco después, los norteños de Malalhué hicieron una nueva expedición contra Rayguán, al que
mataron el 6 de Abril y saquearon sus toldos, Esta Guerra Pehuenche no podía seguir así. El
gobernador Amigorena de Mendoza convocó entonces a los indios a un nuevo parlamento en San
Carlos, citándolos para Agosto del mismo año, parlamento al que asistió el cacique Colemilla.
A su vez, el marqués de Avilés de Concepción (Chile) convocó a los pehuenches argentinos
y a Amigorena a otro gran parlamento de paz que se realizaría en la plaza de Los Angeles en el año
siguiente. El parlamento se hizo en Chillán. Butacolemilla y su hijo Pichicolemilla se alistaron entre
los que viajarían a Chillán. en nombre y como representantes de los pehuenches de Malalhué (Doc.
39:27.12.1798)
A su regreso, el gobernador de Mendoza, José de Amigorena convocó a otro parlamento al
Fuerte San Carlos, porque no estaba conforme con la situación. El 31 de Mayo de 1799 reunió,
pues, a todos los caciques amigos. En un acto espectacular depuso al cacique gobernador de
Malalhué, Millagüín, porque no había querido presentarse en Chillán. y nombró en su lugar a
Pichicolemilla como gobernador de sus parcialidades y como teniente le dio a Pañichiñe. En cuanto
a Butacolemilla propuso que se estableciera en Barbarco, donde habían muerto, hacía poco. al
cacique gobernador Rayguán, porque —decía— que lo habían pedido algunos caciques chilenos.
Butacolemilla le dijo insistentemente que quería quedarse con su hermano en Malalhué. (Doc. 39)
Más tarde hubo otro parlamento de paz, porque los ranqueles del cacique Carripilún también se
avinieron, entretanto, a aceptar la paz con el Gobierno de Mendoza. El cuñado de Butacolemilla fue
designado para ir a invitarlo. (Doc. 46)

En síntesis apretada reseñé los acontecimientos documentados de la vida de Butacolemilla.


Después de la muerte del gobernador Amigorena ( Oct.1799), escasea la documentación sobre los
pehuenches del sur mendocino. 1804, J. Molina de Vasconcelles en su diario decía, que se había
demorado en los toldos de Colemilla, porque estaba enfermo. Y añade: Viven en la desembocadura
del Lliu Cullimen en el Río Grande, cerca del pueblo El Manzano. Esta me parece la última noticia
de Vutacolemilla.
271
PICHI COLEMILLA, 1790. cacique pehuenche, hermano menor de Buta Colemilla. Al
reseñar la historia de éste, también enuncié los principales acontecimientos de la vida de Pichi-
Colemilla: la Guerra Pehuenche, su acercamiento a Malalhué, la injerencia militar del gobernador
de Mendoza, después de la creación del Virreinato del Río de la Plata. Los malones y sus revanchas
hasta los parlamentos de reconciliación.
Colemilla “el menor” fue entonces impuesto a los indios amigos de Malalhué como su
gobernador, seguramente por sus dotes personales y su influencia entre los indios ranqueles.
Pichicolemilla, poco antes de este nombramiento (no elección), había acompañado al gobernador
Amigorena en la recepción del nuevo Virrey del Río de la Plata, el Marqués de Avila, a quien
prometiera trabajar por la pacificación de los ranqueles y pampas. Pero, en el momento de su
designación no quiso aceptar el cargo hasta que los caciques presentes lo confirmaran con aplausos
y vítores. Lo animó también su propio hermano, quien decía: “que no se había comprometido a
nada, cuando algunos caciques querían destinarlo a Barbarco. Que nunca se separaría de su lado”.
(Doc. 43 y AGN S. X. 26-2-6) Entre los regalos que el gobernador obsequió a Pichicolemilla
figuraba un bastón de mando, como insignia de su nuevo cargo y compromiso. El cacique
gobernador de Barbarco sería el cacique Carripilún, lo que también fue un acierto. El 2 de Octubre
de 1799 murió en Mendoza el “magnífico Capitán General José de Amigorena”. El cacique
Pichicolemilla no cesaba de lamentar su muerte. Seguramente nadie como Amigorena conocía y
dirigía las cuestiones de los indios pehuenches. En 1801 Pichocolimilla y Colipy visitaron en
Mendoza al nuevo gobernador. Estos y otros caciques amigos fueron acogidos en el Cabildo de la
ciudad. Se celebraba entonces la asunción del mando del nuevo Virrey D.J. del Pino. Pocos meses
más tarde, Pichicolemilla volvió a Mendoza. Las crónicas de esa ciudad mencionan varias visitas en
años sucesivos. Lo menciona Luis de la Cruz en su Diario de 1806 y el coronel Pedro A. García en
oportunidad de su expedición pacificadora a la Sierra de Tandil, en 1822. Como ya anoté :1804
J.Molina de Vasconcelles dice en su diario que estuvo en su toldo. Vivían en la desembocadura del
Lliu Cullín, en el Río Grande, cerca del pueblo El Manzano.
Pichicolemilla no era pendenciero, sino hombre de paz entre sus hermanos indios. Le
sucedió en el gobierno de su tribu el cacique gobernador de Malalhué Ñeicuñán.
COLENÁN, o Colén, Colñanco, 1750, cac pampa o pehuenche que conoió el R.P.Thomás
Falkner. Lo menciona en su libro: Descripción de la Patagonia (1774 p. 126). 1787 el cac. vivía en
el sudeste mendocino. 1825 asistió al parlamento de paz en la Lagunqa Guanaco (AGN X.7-7-6) En
la lista de los caciques asistentes es el Nº 13. Pero creo que no ha podido gozar de la paz
ETIMOL: creo Ñandú:aguilucho; colü: el color rojizo o bayo.
COLEPAY o Colipí, Colepy, 1750, cac. ranquel de importancia. Vivía entre los pehuenches
del Sur, en Barbarco (Neuquén). Su toldería había estado en Laguna Ciega, cuando lo encontró la
expedición de Manuel Pinazo, relatado por el piloto P. Zizur, en 1786. Colipay les regaló algunos
caballos y les acompañó hasta el Río Diamante (hoy San Rafael). Más tarde tomó parte en la
encarnizada Guerra Pehuenche, en la que se enfrentaron los indios de Barbarco contra los de
Malalhué. Ëstos últimos estaban apoyados por tropas mendocinas. Especial vuelo trágico tomaron
los recíprocos malones del año 1796. Los indios de Rayguán y Colepay asaltaron las tolderías de
Malalhué y mataron a su cacique gobernador Pichintrur. Poco después, en una revancha, éstos
mataron al cac. gobernador del Sur. La guerra se estaba por hacerse general aún en Chile. Por eso el
Gobernador de Concepción (de Ávila) convocó a los pehuenches a un gran parlamento de paz y
reconciliación a Chillán. Los caciques chilenos emitieron el voto que el cacique Buta Colemilla
asumiera la jefatura de los indios de Barbarco, pero éste denegó este ofrecimiento, como dijimos
arriba en su nota biográfica. Entonces los indios proclamaron al cac. Colepay como cacique
gobernador del Sur de Barbarco. 1799 los pehuenches estaban pacificados.
1801, con motivo del cambio del Virrey de Buenos Aires, los caiques gobernadores del sur y
del norte mendocino llegaron a la fiesta de su recepción en Mendoza y reafirmaron en su presencia
el trtado de paz. Naturalmente no fueron insensibles a los regalos que les hiciera entonces. Las
Crónicas del Cabildo mendocino anotan para 1804 otra visita del cacique Colepay. Pero luego
estalló la Guerra por la Independencia, que afectó también a los indios en ambos lados de la
Cordillera. El caudillo y exdictador chileno José M. Carrera arrastró en sus correrías por las
272
provincias argentinas también al cacique Colepay. Pero el 20 de diciembre de 1825, en un
parlamento de paz en la Laguna Guanaco con la asistencia de pampas y ranqueles, Colepay
reafirmó su fidelidad al gobierno del país. Los acontecimientos sucesivos desde 1827, los de la
guerra civil y de las persecuciones de los indios, demostraron a los indios que el país aún no les
daba la paz. En particular, la expedición combinada al Desierto de 1833 debía atenazar a los
ranqueles. El golpe más rudo se les dio en 1834. En abril de ese año, los atacó el coronel Pablo
Lucero unido a las tropas cordobesas al mando del Cnel. Pantaleón Argañaraz. Pocos días después
del trágico asalto de Masallé (Prov. de Buenos Aoires cerca de Guaminí), donde indios chilenos
conchavados por J.M. de Rosas atacaron a los borogas, las tropas puntanas batieron a unos 300
indios ranqueles en la Pampita de los Molles, entre el Cerro Largo y el Arroyo del Rosario (S.Luis)
Los derrotaron y les mataron a los caciques Colipay, Pulcay y Pichul (hijo del cac. Llanquetruz) y
unos 70 indios más; y llevaron a 23 familias presas; además “rescataron” unos 16.000 cabezas de
ganados (Arch.San Luis Nº 5558). Otro relato sube el número de los prisioneros a 313. Los
caciques Paillán y Carrané (hermano de Colepay) cayeron muertos bajo las armas de otra
expedición a los ranqueles, en 1836. Un documento de ese año dice que Colipay había llegado a
malonear hasta La Carlota. Debe tratarse de un hijo del “cacique amigo y gobernador de Barbarco”
ETIMOL: Pay:es payún:barba; colü: rojizo
COLETO, 1818, cac. pehuenche. Era hijo del cac. gobernador de los pehuenches del Sur de
Mendoza. Después que se concluyera la Guerra Pehuenche, sufrió la Guerra a Muerte, que se inició
en Chile inmediatamente después de la Batalla de Maipú, en 1818 . Esta sucitó, viejos
antagonismos y recuerdos de enfrentamientos. Los hermanos Pincheira reunieron a los indios que se
habían plegado a los soldados realistas y los arrastraron a nuevas correrías al este y oeste de la
Cordillera. Coleto, Neculmán, Mulato, Rondeao, Raigüe, Lerimán, Trocomán y Manil son los
nombres de los caciques principales que pactaron con éllos. Pero fueron perseguidos y el 20 de
octubre de 1828 sufrieron un tremendo golpe en “Los Aucas”, en un desfiladero de la Cordillera. La
política mendocina estaba dividida en dos bandos: por un lado los unitarios y por el otro, los
federales. Godoy Cruz se refugó entre los indios en 1829 y también su contricante Juan Corvalán, al
ser desplazado del gobierno. Entonces buscó ayuda y alianza entre los indios de Neculmán, cuyas
tolderías se hallaban entonces en Pindas Payán y Barrancos. Poco después ocurrió la trágica escena
que se conoce por “El Masacre de Chacay”, cerca de Malalhué, ocurrido el 11 de Junio de 1830. El
exgobernador Juan Corvalán, venía con una comitiva respetable hacia Malalhué para negociar con
los indios. Había mandado también al Cnel. José Aldao al Río Salado para que ganase la simpatía
de los indios y de los Pincheiras. Pero como no recibieron los regalos que habían esperado, se
mostraron descontentos y se compensaron en “raterías”. La “Comisión de Corvalán”, llegada a
Chacay, avistaron a gran número de indios. Buscaron pues de contactarse con ellos. Preanunciaron
su visita y éstos prometieron (fingidamente) ayudarles para condicionar la nueva administración de
la Provincia. Invitaron pues, a los indios a un parlamento para el día siguiente (11 de Junio de
1830). Al llegar Corvalán y su comitiva mendocina al campo señalado, hallaron gran número de
indios allí bien formados militarmente.
El cacique principal, después de saludarlos le dijo al exgobernador que contase el número de
los indios. Lo estaba verificando, cuando a una señal del cac. Coleto, los indios corrieron por los
flancos, encerrando en un círculo a toda la comitiva. Y tras otra señal, se arrojaron sobre la
destacada comisión de políticos y militares mendocinos para asesinarlos a todos. Coleto, -dicen-,
ultimó en el primer golpe a Don Felipe Varela. Luego se arrojaron también sobre sus peones y su
bagaje y también fueron a atacar el Fuerte de San Carlos. En el encuentro con el Comandante de
Chilecito, los caciques Coleto y Neculmán fueron heridos. (Verdaguer, J.A: Historia eclesiástica del
Cuyo vol II p.60; Rev. Junta Estad. Hist.Mendoza IV)
Este masacre, incentivado por la política y los políticos. No nos hace simpática la figura del
cac.Coleto. Habrá que entenderlo en el contexto de las marañas políticas de la época. De todo
modo, pagó esa audacia con su vida en una sorpresa que les dio el General chileno Manuel Bulnes
en “Los Alamitos” (cerca de Malalhué) y El Roble, entre el río Atuel y el río Salado. Allí 2000
chilenos los atacaron. En la refriega murieron los caciques Neculmán y Coleto (padre e hijo), junto
273
con el cac. Trocomán y gran número de pehuenches. Los chilenos se llevaron 2000 indias como
botín y sus haciendas. (T.Guevara:Historia de la Civilización de Araucanía, 1898, vol.III)
COLICAL Emilio, 1858, capitanejo salinero. Ese año estaba con el cac. Millacura, con
Blanquillo y Cayán. Era hermano de Martín Colical. 1866 se presentó al Gobernador de Buenos
Aires con carta de Calfucurá (AEM: 22.12. 66) ETIM: Cal: lana; colü:rojo “pelo rojo”.
COLGUEMÁN, 1767, cac. llanista (L.León 1991 p. 214) En sus toldos había blancos.
COLICAL, Martín, 1866, capitanejo salinero, confidente de Calfucurá; vestía el grado de
Mayor.En 1834, durante los ataques mandados por Rosas, huyó a Chile y luego se reunió con el cac.
Reuquecurá. Estando con él en la Cordillera, salieron a malón. La División de Bahía Blanca los
atacó el 16 de diciembre de 1837. Más tarde estuvo de nuevo con el cac. Calfucurá en Salinas
Grandes. En la lista de los caciques y capitanejos del 7.1.1852, se anota también un cac. Martín de
Calfucurá . En octubre de 1866 Calfucurá pudo firmar un tratado de paz y contento escribió al Cnel.
A.López Osornio que había mandado chasques con esta nueva al Cnel. Murga y al cac. Chincoleo
que consideraba como Principal de la Patagonia, y a Santiago de Chile había mandado a Raypan,
Martín Chico y al Mayor Martín Colical (AEM Nº 9125)
COLICHEU o Colicheo, Calicheu, 1655, cac. araucano de la Prov. de Valdivia. Durante la
sublevación general de los indios araucanos de Colicheu (Calicheu) y Calihueque con 4000 indios,
atacaron al Sargento Mayor Gonzalo González de Gonzalera y Mendoza; pero el gobernador Diego
Gonzalo Montero lo auxilió y pudo rechazar a los atacantes, haciendo una gran matanza. Colicheu
murió en la refriega y Calihueque pudo fugarse. Gay en su Historia de Chile dice, que a
consecuencia de la derrota, muchos caciques e indios se sometieron a la obediencia española (Gay:
Historia Vol L. p. 452) ETIMOL: Cheu (Cheuque): avestruz; colü: rojizo o bayo
COLICHEUQUE (Calicheuque) 1650, cac. araucano, vicetoqui del cac. Mizque. No es el
mismo que ya mencionamos. De 1662 a 1663 era Toqui, sucesor del famoso Mizque. Murió en el
asunto del Paso de Chivilingo en 1663. Su sucesor era el cac. Udalebi (Vuta Levi) (Gay: Historia
1876 III p. 221
COLICHEU, 1655, año de la gran sublevación fue muerto con el cac. Colihueque por el
Gobernador González y Montero. (RP.Diego Rosales)
COLICHEU, según un documento mendocino del 8 de diciembre de 1797, el cac. Colicheu,
hijo del cac. Chacazo (Chagallo), tomó parte en el malón de los Cura de Chile, entre llanistas y
huilliches contra los pehuenches del difunto Rayguán de Barbarco (Neuquén) Arch. Mend. Doc 37)
1824 se conoce el mismo (creo) Colicheo como cac. mayor de Quilahueque en el Centro de
la Araucanía. Los hijos de Colicheo eran Huentecol, Curihuán y Lemunao y un nieto, Nahuelcura,
abuelo del actual Calfucurá, -dice T.Guevara en su obra citada de 1910, cap. IX.
COLI FILÚ, 1837, caciquillo pampa de los indios amigos de Calfiao (AGN X. 25-5-1) 15.2
COLIFÚ, 1805, cac. pehuenche a quien conoció José Sourreyer de Souillac en su viaje de
reconocimiento, buscando el camino más fácil para cruzar la Cordillera saliendo de Talca. El 17 de
noviembre de ese año, el viajero se acercó a la toldería de Colifú, lugar que más tarde sería San
Rafael (Mendoza). “Próximo al cordón limítrofe, la columna debía vencer la negativa del cac.
Colifú para continuar su marcha hacia Menedoza, porque un oficial había reñido con unos indios de
la toldería por no querer pagar una prestación de servicios”. (De Angelis 1837 V p. 254) ETIM:
Fú:Leuvú:río; coli: colorado.
COLI GUALÁ, 1845, capitanejo huilliche del cac. Cheuqueta, del que se decía ser sobrino,
cuando se presentó en Azul en comisión de paz. (Rev. Arch. Azul Nº 2, p. 114 [ “Gualá”: pato]
COLI GÜEQUE o colihueque, 1786, cac. pehuenche de Barbarco sobre el Río Neuquén.
Sucumbió en la Guerra Pehuenche por un ataque de revancha de los pehuenches de Malalhuá y 200
soldados mendocinos (Véase: Rayguán y Sosda Morales: Amigorena p. 101) “Hueque: vicuña
COLI GURÚ o Colignerr, 1776, cac. general de los pehuenches chilenos con los que los
españoles se confederaron para que atacaran a los araucanos de los llanos. Pero el cac. Curiñán, cac.
general de Angol, los ganó de mano; los sorprendió y aprisionó al cac. Coligurú y a su hijo para
darles luego la sentencia de muerte. (Latcham: Los indios en la Cordillera y la Pampa, en
Rev.Chilena de Hist. Y Geogr. Nº 140. E. Acevedo señala un documento de 1776 que no pude
consultar. [“Zorro”]
274
COLI HUACA, 1684, crac. Puelche. Ese año el R:P. José de Zúñiga estableció una misión
entre los toldos de Colihuaca, al este de la montaña, llamada Rucachoro y sobre el Lago Aluminé en
Neuquén, en el límite de los indios pehuenches. Allí actuó el misionero hasta 1685 entre puelches y
pehuenches (J.Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 410)
COLI GÜINCA, cac. pehuenche. 1792 vino a incorporarse a la expedión de Francisco
Barros.
COLI PAY, 1834, capitanejo ranquel, hermano del capitanejo Gualá. Deseaba vivir como su
hermano, entre los cristianos. Gualá estaba luego en la tribu de los indios amigos de Santiago
Llanquelén cerca del Fuerte de Federación (hoy Junín B.A.). Colipay fue atacado en 1836 por una
expedición de la meznada de Rosas en Los Huesos (laguna del Part. de Gral. Viamonte) y en Mula
Colorada (Part. de Vedia) (R. Pérez: Apuntes para la historia de Junín p. 130) “Pay” es
Payún:barba
COLI MÁN, 1820, cac. araucano de Huinquen (Chile) y más tarde de Quilapalo. Luchó en
el bando realista con el Gral. Pico. Su tribu sufrió una baja de 300 indios en la batalla del 22 de
septiembre de 1820 en Pangal. Después de un nuevo encuentro en Trapellanca, el 26 del mismo
mes, se echó en retirada. Al año, Colimán y el cac. Cadín se adhirieron a las columnas de los
caciques Colpí y Marihuán para poder resistir a las entradas de los Generales Prieto y Bulnes (T.
Guevara, 1910, p. 134 y 255 Cap. VII). En 1822, el cac. Colimán huyó a la Cordillera. Un año más
tarde el español Domingo Salvo mató al cac. Colimán y llevó su cabeza como trofeo de su
expedición a la Cordillera para sus jefes realistas, pues Colimán se había pasado al bando de los
patriotas. (ib. p. 351)
COLI MÁN, 1868, cac. araucano de Remehuico, Chile. Ese año fue atacado a puñaladas
por el cac. Dumulef. El cac. Marileo Colegí de Puren salió a vengarlo, apenas tuvo noticias de los
hechos de Remehuinco. Después de herir al cac. Dumulef, le quitó una punta de ganado
(T.Guevara)
COLI MÁN, 1890, cac. puelche del Río Negro, amigo del cac. Sayhueque. Su mujer se
llamaba Josfina Manquiel.
COLI MÁN, 1881, cac araucano de Llaima. Participó en la última sublevación (Anales
Univ. Chile)
COLI MÁN, JUAN (o Colmán), 1833, capitanejo pampa que acompañó la División de J.M.
de Rosas en su Expedición al Río Colorado y fue grsatificado, como dice el documento del 18.6.33
AGN S.X. 40-7-10)
COLI MÁN, cac. chileno (1900). Vivía en Pellehuenco, Dep. de Angol. Su hijo Onofre
Colimán fue un gran educador.
COLI MACÚN, 1826, cac. pampa. El 1º de noviembre de 1826 su toldería en Sierra de la
Ventana fue atacado por la expedición del Cnel. Federico Rauch. Colimacún y Cac. Huirhuir se
salvaron en la fuga; pero de ahí se perdió su rastro. (Ferracuti, E.: Las expediciones militares en los
orígenes de Bahía Blanca, 1962 p. 48) ETIM: Macún poncho; Coli: colorado
COLIMILLA ver Colemilla, 1890, cac. puelche de Río Negro cuyo hijo se llamaba Coñue
mán (Rusconi )
BUTA COLIMILLA ver Colemilla cac. pehuenche, 1804 el explorador Justo de Molina de
Vasconcellos hizo un alto de dos meses en su toldo. El cacique se había enfermado. El Capitán Jara
y el cacique Manquel lo esperaban en el Río Grande. El 24 de agosto continuaron el viaje
COLINAO ver Collinao y COLÍN ver Hollín
COLI ÑÉ, 1794, cac. pehuenche. Un documento mendocino (doc. 12 carp. 30) del 29 de
junio de ese año habla de que 600 indios de los llanos de Valdivia habían invadido a los pehuenches
de los caciques Manquepán y Coliné, a los que dieron murte a muchos de sus mocetones,
llevándose chusma y haciendas y que se instalaron luego en sus tierras de Llain (prob. Llaima) que
está a la vuelta de una punta de Cordillera cerca de Ruca Paly. La tribu destruída había sido de los
indios amigos tanto de los de Malbarco como de los de Malalhué. El cac. Naupayán clamó por
venganza.
ETIMOL: Ñé: significa nariz y colü: colorado.
275
COLINÉ o COLONET, 1842, cac. araucano chileno que asistió a un parlamento de paz en
Maquehue, donde estuvo también una comisión de Calfucurá y B.Namuncurá (R. Capdevilla: 1973
p.62) Coloné era primo hermano de los caciques Ant. Namuncurá y Jn. Calfucurá. Y con ellos hizo
paz. Y les decía que pensaba estar junto a ellos.
COLINÉ, 1845, cac pehuenche, hermano del cac. Guzmané quien era cac. gobernador del
Sur de Mendoza. Eran probablemente descendientes de aquel Coliñé de 1794. Participaron en la
Guerra Pehuenche contra los indios de Llanquetruz (1º) y de Rayguán, 1806, Luis de la Cruz habla
en su Diario de Coliné y lo llama “buen mozo” (De Angelis I. 223). En 1846, sí, era noticia, porque
los indios amigos del Sur de Mendoza fueron atacados en un malón de revancha por los caciques
Porrán (Purrán) y Cristiano. Guzmané era el cacique principal de esa zona. Fue muerto como
también el capitán Leivan; otro de sus hermanos. (Arch San Luis Nº 9866: 6.6.1846) Coliné,
corriendo, llevó la noticia infausta al Comandante del Fuerte San Rafael, pidiendo auxilio para
perseguir a los invasores y para poder recuperar a sus familias y sus bienes. Lo mismo pidieron los
caciques Llampi y Nahuel. Los invasores habían dicho que volverían para atacar al cacique Coliné.
Las autoridades de San Rafael los socorrieron con una carga de harina y de maíz, pero les dijeron
que para poder mover las tropas debían esperar una autorización de J.M. de Rosas. Luego se supo
que el Capitán chileno Zúñiga, había sido el instigador de ese malón, pues quiso someterse a los
indios pehuenches aliados a Mendoza. Este envió también al comerciante José M. Surita una carta
pidiéndole que conferenciase con Coliné instigándele con falsías a que matase al cac. Nahuel, pero
éste no quiso hacerlo. El Gobernador de Mendoza, Dn. Pedro Segura, noticiado de lo ocurrido,
quiso indagar las causas de estos malones. En octubre de 1846 salió con una división a expedicionar
hacia el Sur. Primero se dirigió a Malalhué; invitó y esperó al cacique Coliné para que se le uniese
con toda su indiada. Pero ellos no le confiaron y reunieron sus caballos y se alejaron de la zona de
Malalhué “sin apagar los fogones”. La expedición del Gobernador Segura fue así frustrada en su
objetivo principal; pero resultó como exploración de los terrenos del Sur, donde el Gobernador
pensó establecer nuevos Fuertes militares. (El diario de la expedición, 8 de Oct hasta 27 de
diciembre de 1846, fue redactado por el Cnel. D.E. Domínguez. (Ver Comndancia Gral del Ejército:
Política seguida con el indio vol IV p. 444. Jorge L. Rojas Lagarde: Malones y comercio de ganado
con Chile en el siglo XIX ,1995 y El comercio de ganados robados con Chile en el siglo XIX, en
Morris, Raúl, Los Angeles p.62 2001 y ver aquí la iografia de Zúñiga) Entre tanto el Capitán de
Indios reunió dos parlamentos grandes en Angol (Chile),en que Coliné tambien participó. Les
insistió que todos esos caciques (ver Ayall) eran subditos de Chile y recibían contribuciones del
Gobernador de Angol; pero les incriminó que ellos se decían también aliados del Gobernador de
Mendoza. Esta situación ambigua de la soberanía se agudizó en sendos tratados de paz y mutua
ayuda.
COLIPAY 1834 ver Colepay
COLÜ PAN fotografía a los 94 años de edad en: Berta Kössler: der Medizinmann am Lanín,
1965 p. 199.
C O L I P Í, J u a n : un cacique patriota

COLIPÍ, Juan (o Lorenzo), 1819, cac. araucano de las faldas del Nahuelbuta (Chile).
Dominaba las tribus de Remehuinco, entre Lumaco y Puren. Al estallar la Guerra a Muerte,
prolongación de la Guerra por la Independencia chilena a partir de 1818, Colipí y su hermano el
cac. Pinolevi se alistaron entre los partidarios de la nueva Patria (entre los patriotas), quizás más por
el odio que tenían a sus contrincantes entre los realistas del cac. Maguín.
Colipí imponía presencia por su físico; era grueso, de cara ancha, formidable. Embestía con
furia en los combates; su voz era de trueno. Desconfiaba de todos y por eso también podía ser
cruel. Dicen que tuvo veintitres mujeres. Si sospechaba que alguna le había sido infiel, la castigaba
haciéndola arrastrar por algún trecho atada a la cola de algún caballo brioso. El mismo lanceó a los
delincuentes en su corral y a los que la machí señalaba como dañinos. Nadie tenía tanta hacienda y
tantas prendas de plata como él. Sus hijos de más fama fueron los capitanes Juan, Llanquilef, Luis
Marileo y Lorezo Colipí, quien alcanzó el grado de Teniente del ejército chileno.
276
En 1819, Colipí se hizo amigo personal del capitán Manuel Bulnes, el futuro presidente de la
Nación chilena. Vivía entonces entre Angol y Sauces, región a la que se trasladó entonces desde su
locación anterior, en Lilpuill. Compartió con Bulnes y los caciques Venancio Coñuepán y Quilapí
las Campañas al Sur, penetrando en la Araucanía. B. Vicuña Mackenna en su libro la Guerra a
Muerte, enumera también a otros caciques que participaron en las malocas y atques a los indios
realistas, pimero de los llanos chilenos, en Coyquemán, en Angol; contra Juan Huillamán de
Temalemu, Maripil de Quechereguas, Ancapí, Paillamilla, Millaquiñir y Manguil Huenú de Colicó.
Durante la campaña del septiembre de 1820, Colipí desplegó una actividad inusitada, estimulado
por el sueldo de dos mil pesos (Guevara: Los araucanos en la Revolución de la Independencia, ed.
1910 p.134). Pero en 1822 abandonó la lucha.
Trece años después, el 2 de enero de 1835, fue atacado en su toldería de Los Sauces; pero,
apoyado por un piquete de la caballería chilena y sus indios, maloqueo en respuesta la toldería de su
adversario, el cac. Cuilí, al que mató. Cuarenta caciques se presentaron entonces al General Manuel
Bulnes; entre ellos Cheuquecoy, Tropa y Catrilevi, pidiendo perdón. (AGN Biedma VII 10-4-14)
Colipí seguía fiel a la “Patria Nueva”, aún durante la guerra contra la coalición de Perú con
Bolivia. En esa guerra murió su hijo Lorenzo, quien se había hecho famoso por su defensa de los
puentes estratégicos. El Gral, Bulnes mandó al cac. Colipí una sentida carta de pésame que redcibió
con estóica impasibilidad, diciendo sólo: “Era hijo mío”. La ortografía moderna escribe los nombres
de sus hijos como Antonio Külapi y Lorenzo Külapi Kabeton. Otro hijo se llamaba Pedro y otro
Marileo Había Colipí en Mulchen y en Lumacó.
El cac. Colipí murió ya muy anciano en 1850, envenenado, según se dijo-, por José
Antonio Zúñiga a ruegos de su rival, el cac. Manguín Huenú. El Diario de Valparaíso “El Mercurio”
del 6 de febrero de 1850, hizo una crónica de su entierro. Los araucanos se juntaron en Purén en un
gran “Traun” (junta) en el que eligieron como sucesores al cac. Catrilevi, su yerno y a Pedro Colipí,
su hijo. Al año siguiente sus hijos vengaron la muerte de su padre, matando al famoso José Zúñiga.
La venganza era entre los araucanos algo sagrado. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 166).
COLIPÍ, Lorenzo 1780 – 1838, cac. araucano de Purén. Era padre del cac. Luis Marileo y
de Felipe Colipil, abajines de Chile (J.Bengoa: Historia del pueblo mapuche 1985 p. 73 y 301)
COLIPÍ, Marileo, 1868 cac. araucano de Purén, descendiente del cac. Juan Colipí (Rusconi
ob cit. IV p.108).
COLIPÍ, 1844, capitanejo ranquel agregado a la tribu pampa de Catriel en Azul , En 1845
se presentó al Comandante Pedro Rosas y Belgrano en Azul junto con los caciques Llusquén,
Cayucal, Pillán, Paguilpil, Loncón y Güillipán .

C O L I Q U E O , Ignacio “El Indio Amigo de Los Toldos”

COLIQUEO, Ignacio. 1796-1871. Cacique boroga a quien dediqué una monografía


extensa: “Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos”. Bs.As.. 3a. ed. Eudeba 1980 y 4a. ed.
Cooperativa Eléctrica de Los Toldos, 1999, 379 páginas ilustr. Haré. pues. aquí sólo una síntesis de
su historia.
Para compender mejor estas reseñas biográficas habría que evocar muchos hechos históricos
desde el inicio de la Conquista de la Tierra Araucana, incluso el avance de los Incas del Perú hasta
el Río Bío Bío, en Chile y hasta Córdoba, en la Argentina, efímera en tiempo, y luego las entradas
de las oleadas de conquistadores españoles y las “llamadas sublevaciones generales” y el contraste
de los misioneros europeos del siglo XVII y posteriores. Otras guerras lucrativas y ofensivas o
defensivas.
Con la historia de los “Queo”, de los borogas de Curriqueo y Coliqueo entramos en Chile en
la Guerra por la Independencia Chilena y luego la Guerra a Muerte (1810 – 1818; 1819 – 1827).
Me sorprendió haber encontrado pistas de esta estirpe desde 1747 – 1792) en la Argentina,
cuando allí arreigaba la Guerra en la Pampa Argentina y la Guerra Pehuenche (1750 – 1797)
Encontramos en 1747 a un cacique “Colorado” como Alcalde Ordinario de primer voto entre
los indios de la primera Reducción Jesuítica sobre la desembocadura del Río Salado al Océano
277
Pacífico. Cacique Rojo es una traducción de Coliqueo al castellano. También el cac. Mariqueo
figura en 1847 en la Misión.
El misionero jesuita Bernardo Haevstadt en su relato de su gira entre los peheunches
cordilleranos en 1751 cuenta, que había asistido al entierro del hermano del cacique Ignacio
Huenchual, padre de Curriqueo . Pensaba que esto era una pista para el árbol genealógico de los
Coliqueo.
Buscando testimonios sobre la actividad del gran lider puelche pampa, el cac. Lorenzo
Calpisqui, que en 1892 firmó un tratado de paz que el Rey de España aprobó, que el Río Salado del
Sur era el límite entre españoles y los mapuches de la pampa, encontré conexiones familiares con su
gente. Como él, ocuparon tierra en Salinas Grandes y Guaminí. En 1810 el Cnel. Pedro Andrés
García se encontró allí con un Coliqueo (Caliqueo dice) en Salinas Grandes.
¿Cuándo y cómo poblaron la tierra chilena de los boroas? Con Ignacio Coliqueo y sus
hermanos pisamos ya pistas más firmes:
Ignacio Coliquco nació en Chile, en Huincul, cerca de Temuco en la zona de Boroa. al
sur del Río Imperial. Según tradición familiar sería de !a estirpe del famoso cacique Caupolicán
(Queupu-Licán). héroe de la Guerra Araucana del siglo XVI. Proviene también del grupo boroga
que participó en 1818 -1822 en la Guerra a Muerte, enganchado con los realistas del Sur
enfrentados a tropas e indios patriotas que venían del Norte. Creo que su padre era el famoso
cacique Curriqueo ("El Negro"), cacique general de los borogas. Su madre tenía el apellido Coña.
Seguramente tenía parentesco con el cac general Curiñamcú. Uno de sus hermanos se llamaba
Calfuqueo,"El Morocho". Coliqueo significa "El Rubio". Otros hermanos eran Chaima Coliqueo.
Lorenzo Geray o Gellayqueo, y quizás Mariqueo y Peinequeo.
Curriqueo, que era cacique mayor de los boroganos y dominaba desde Truftruf hasta el
Llaima, murió en un gran enfrentamiento (23.12.21) que duró seis horas a orillas del río Imperial,
hecho que resultó “un desastre de la Patria" y más, de estos borogas. Según datos recogidos por el
historiador chileno Tomás Guevara, el cacique Curriqueo, para decidir la batalla, habría provocado
a duelo individual (como David a Goliat) al jefe patriota: éste no quiso aceptarlo y se adelantó el
cacique Cayumáin Huilcán y lo mató con un trabucazo. También murió buena parte de su tribu en
esa lucha. Ignacio Coliqueo que tenía entonces 26 años, se salvó y emigró con cierta cantidad de su
gente a la Argentina.
En la zona de Guaminí encontró unos cuarenta mil de su parcialidad borogana a las órdenes
de los caciques Ignacio Cañiuquir, Mariano Rondeao, José Melín, Guayquil y Caniullán. Sus
adversarios chilenos cruzaron también la Cordillera para perseguirlos en la pampa.
Rosas, el gran político, adoptó una doble posición frente a ese grupo de los borogas, como
demostré en la biografía de los caciques recién nombrados: quiso aprovechar su considerable fuerza
y su anhelo de vivir en paz con el gobernador. Los tuvo de reserva durante la Expedición al Desierto
en 1833. Pero luego permitió a los indios huilliches de Cheuqueta, Namuncurá y Calfucurá,
chilenos patriotas, que los escarmentaran en dos malones en septiembre de 1834. En el Asalto de
Masallé murieron primero los caciques Melín y Rondeao. Las crónicas hablan de más de mil
muertos. Ignacio había recibido un tremendo bolazo en la cabeza y lo dieron por muerto, cuando se
le acercó uno de sus perros fieles. Ignacio Coliqueo se agarró de la cola del animal —recordaba
Angel Llancafil en Los Toldos— y se dejó llevar a un pajonal, fuera del campo de la batalla. El
saqueo del día 8 y otro del 13 de Septiembre de 1834 fue completo y Coliqueo quedó sin caballos
sin vacas y sin mujer.=
Un grupo de los escapados se acogió con los caciques Caniullán y Guayquil al amparo del
Fuerte de 25 de Mayo y allí permanecieron por muchos años. En un censo de 1836 de los indios en
Cruz de Guerra de 25 de Mayo se anotaron Lorenzo Coliqueo,Calfuqueo (nac. 1797), Curriqueo
(nac. 1806), Neculqueo (nac. 1816), Güentequeo (nac. 1826) y Raninqueo (nac. 1816 En las
Memorias del Excautivo Santiago Avendaño (quien conoció personalmente la familia Coliqueo)
dice :
“(Ignacio) Coliqueo [Colüoqueo], cuando acaeció la muerte de Rondeao, ya empezaba a
figurar. Se refugió entre los Ranqueles, bajo el amparo del cacique Painé. Allí vivió muchos años en
278
causa común, hasta 1852 en que se trasladó [con 90 lanceros] a Salinas Grandes, mediante un pacto
que celebró con Calfucurá. Allí lo vi el año 1853”.
Y, enumerando a los caciques que no se sometieron a Calfucurá en 1834, anota a Coliqueo,
Guayquillanca y Guorrofil. “Estos tres atravesaron con sus parciales, sus familias y sus arreos los
espesos bosques y pidieron asilo a los Ranqueles, quienes los admitieron”. Memorias del Excautivo
Saniago Avendaño. ed.1999 p. 35. (Más tarde se reunieron la mayor parte de los hermanos con
Ignacio, su hermano mayor. Si observamos la fotografía de la familia en 1865 me viene la duda si
eran de la misma madre.
Me parece, que los caciques Mariqueo y Marivil los habían invitado. Las familias de
Coliqueo se ubicaron, pues, en Mamuilmapú, en Turué, en Chorichical, Chamalcó, Marivil y
Guaycuregua; allí Ignacio Coliqueo rehizo su familia y su tribu. Los hijos que nacieron después de
1838 fueron pampeanos, argentinos. La esposa de Ignacio desde su ubicación en la Laguna del
Cuero era Dña Felipa Quintuil o Collil; era chilena.
El coronel Manuel Baigorria, que había actuado en la guerra civil junto a los unitarios de
San Luis, su pueblo, y con el general José Paz, tuvo que refugiarse entre los indios y llegó a formar
en la zona de Trenel (La Pampa) un campamento de unos 300 puntanos correligionarios. Coliqueo
se hizo muy amigo del coronel, al punto tal que le dio en matrimonio a su hija mayor Lorenza,
cuando aún era niña y un hijo de Baigorria habido anteriormente de otra mujer se casaría con
Lorencita, la hija de Justo Coliqueo, hijo mayor de Ignacio. Coliqueo adoptó la línea política de su
yerno y le acompañó con sus indios en varias excursiones sea en búsqueda de recursos o de carácter
político, atacando posiciones de Rosas (1840-1852).
Después de la caída de éste en Caseros, en 1852, Calfucurá convocó entonces a las tribus
dispersas a formar una Confederación Indígena. El sería el cacique general y Coliqueo su segundo y
ministro de relaciones exteriores, por sus dotes y fácil comunicación. Avendaño escribió que
Coliqueo en Noviembre de 1855 sostuvo con 500 hombres en unión con José María Llanquetruz el
sitio de Tandil durante tres días. El general J.J. de Urquiza había indultado al "proscripto" Baigorria
y lo designó jefe de la Frontera sur de Córdoba y San Luis, encargándole las relaciones con los
indios. Particularmente debía mantener la paz con los ranqueles. En 1854 estos hicieron a través del
coronel Baigorria un tratado de paz con el gobierno de Córdoba. Los Coliqueo figuran también en
la lista encabezada por el cacique Llanquetruz (hijo) (Arch. de Córdoba. Sec. Gobierno T. 239 p.
92). Durante la guerra civil de la Confederación contra el Estado de Buenos Aires (1852-1862) hubo
unas negociaciones escandalosas y vergonzosos convenios que comprometieron a los indios a atacar
poblaciones fronterizas. Ultimamente he reunido más documentos sobre esté asunto que nos aclaran
la conducta de Calfucurá y de Coliqueo. Ambos caciques salvaron en 1855 la tribu de Catriel del
aniquilamiento por el ejército porteño en la batalla de Sierra Chica.
Baigorria. quien en Paraná había suscitado la envidia de ciertas personas, se apoyaba cada
vez más en la amistad de Coliqueo y logró que este se separara de Calfucurá y se incorporara al
Ejército de la Confederación tras un tratado celebrado con el general Justo J. J. de Urquiza en
1857. Cuando el conflicto con Buenos Aires estalló en la contienda de Cepeda, Coliqueo estuvo en
la vanguardia del coronel Baigorria con 300 indios. Y, el 23 de octubre de 1859, fueron vencedores
de las tropas que obedecían al general B. Mitre.
Buenos Aires, previendo otro choque decisivo con el Ejército de la Confederación preparó
varios tratados de paz con los indios. Baigorria, decepcionado por la política del nuevo presidente
Derqui, intervino contra la Revolución de la Provincia de Córdoba que ése provocara y sabiendo
que ese conspiraba contra su vida, Baigorria, jefe del Regimiento 7º, resolvió abandonar su
comandancia y acercarse a la provincia de Buenos Aires. Coliqueo quiso ser leal a su amigo y
pariente. Querían salvar sus vidas y las de su gente. Ofrecieron pues sus servicios al general
Bartolomé Mitre, quien aceptó con gusto al cacique principal como coronel del Ejército- En el
momento en que las tropas del Ejército del Centro de la Confederación (al mando del general Juan
Saa, enemigo personal de Baigorria) venían a sustituir al comándante Baigorria, éste se escabulló y
se movió con su Regimiento 7° de Caballería hacia la frontera de Buenos Aires. Coliqueo tuvo que
pelear a los ranqueles que no querían dejarlo partir. En junio de 1861 efectuaron su éxodo a pesar de
la sequía reinante. En Rojas se estaban concentrando las tropas porteñas que iban a actuar en Pavón.
279
Allí se incorporaron los guerreros de Coliqueo y el Regimiento 7º de Baigorria al ejército de Mitre
y tomaron parte, parte decisiva, en la batalla del 17 de septiembre de 1861 en Pavón. Los indios de
Coliqueo fueron aplaudidos en el campo de la batalla y gratificados volvieron hacia Junín. La tribu
había establecido sus toldos, si bien provisoriamente, en la orilla de la Laguna Mar Chiquita (zona
de Arenales). Allí se incorporó, no sin violencia, un resto de la tribu de Llanquelén (ver su historia).
Anteriormente los indios de Coliqueo habían estado en “El Cuero” durente muchos años . Allí le
nacieron los hijos de Felipa Quintuil, despues de formar de nuevo su familia, la tercera.
Los hijos de Coliqueo en sus exploraciones, encontraron un lugar más seguro, más distante
de los ranqueles con quienes se habían peleado. Solicitaron pues el permiso para establecerse en las
tierras de la laguna y Tapera de Díaz. El general Mitre autorizó su traslado, no sin antes haber
consultado a los jefes de la frontera y luego promovió la solicitud que hicieran ante el gobierno de
la provincia para que se les donara por vía legal el terreno para poder establecer allí unas 2.000
indios, casas y negocios. En agosto de 1862 se establecieron "a manera de pueblo" —como decía
Coliqueo— en su "Los Toldos", hoy cuartel segundo del partido de General Viamonte. El llamó el
lugar de su asiento “Tapera de Díaz”.
Hasta su muerte sirvió Ignacio Coliqueo a la Patria con sus soldados y oficiales en la
frontera del Centro-Oeste de la provincia de Buenos Aires, recibiendo por ello sueldos, uniforme y
racionamientos, según el contrato celebrado con el gobierno en 1862.
Esta es la primera lista y nómina de los oficiales de la tribu en su nuevo destino:
Ygnacio Coliqueo, cacique principal
Andrés Raninqueo, cacique segundo
Justo Coliqueo (hijo de Ygnacio), capitanejo
Andrés Rinqui, caciquillo incorporado
Mariano Coiffín, capitanejo (pariente)
Neculqueo Coillil, capitanejo
José Carranza o Calfuíñ, capitanejo
Manuel Rainao, capitanejo
Ramón Tripailaf, capitanejo
Pascual Huechuqueo, capitanejo
Pancho (P.) Calfuqueo, capitanejo
Justo Manquellan, capitanejo
José Platero, capitanejo
Simón Coliqueo (hijo segundo de Ygnacio), capitanejo
y los escribientes Faustino Correa y secretario Severo Calderón (AEM. Nº 8006).

Coliqueo se destacó en la paz y en la guerra. Era amante de la civilización cristiana. Es


probable que haya recibido enseñanza en el Colegio de los Padres Franciscanos en Chillan, colegio
destinado a la educación de los hijos de caciques. Quiso que sus indios se instruyeran por la escuela
y en la doctrina cristiana. Sus hijos fueron bautizados y aún viviendo en toldos en la Pampa, había
mandado a todos sus hijos para que cumpliesen a lo menos la enseñanza primaria en una ciudad. En
"Los Toldos" (Bs. As.), nombre que le dieron los vecinos, levantó un rancho grande, frente al cual
fue fotografiado por B. Panunzi en 1865. Lucía el uniforme de coronel y su hijo Justo, el de teniente
coronel.
Su pueblo prosperó y fue la atracción de muchos comerciantes. Coliqueo era estanciero,
como lo eran varios caciques progresistas y sus indios no sólo trabajaban sus tierras (donadas por
las leyes 474 y 552 de 1866 y 1868 y escrituradas ante el Escribano Mayor de Gobierno Don
Alejandro Araujo), sino "peonaban" en muchas estancias del vasto vecindario y por grupo servían
en destacamentos en la frontera.
Ygnacio Coliqueo contribuyó al éxito de la expedición combinada contra los ranqueles en
1862, acompañando con sus soldados al coronel Julio de Vedia. Lo secundó también en la
fundación de 9 de Julio en "Cla Lauquen" (1863) (ver Hux: El General Julio de Vedia, 9 de Julio,
2006, ed. por la Cooperativa Eléctrica de Nueve de Julio). En 1866 la tribu fue invadida por indios
ranqueles, pero sus hijos y soldados los persiguieron y recuperaron lo robado. Más tarde se presentó
280
el cacique Pincén a provocarlos, pero fue rechazado. Justo y Simón Coliqueo eran ya hombres
grandes, teniente coronel, el uno, y sargento mayor, el otro. Y hacían sombra a su tío, el cacique
Andrés Raninqueo. Surgió entonces la idea de ubicar a Raninqueo en otro destino. Este solicitó y
obtuvo la donación de otras seis leguas cuadradas en La Verde (partido de 25 de Mayo) y allí se
trasladó con un tercio de la población de la tribu de Los Toldos (Tapera de Díaz), en 1869.
En 1871 la muerte venció a Don Ygnacio Coliqueo, al rodar su caballo cerca de su casa. Era
un día de carnaval y habían bebido demasiado. De pronto un "asistente" matrero criollo, provocó al
hijo del cacique en la pulpería. Coliqueo se encolerizó; el gaucho se hizo a la fuga y Coliqueo.
montando su caballo, se lanzó tras él y tuvo la mala suerte que su probado alazán tropezara y su
dueño tuviera así una caída fatal. Murió el 16 de febrero de 1871 (Arch. del Ejército: legajo
personal de Ygnacio Coliqueo). Sus últimos momentos y su entierro fueron dignos homenajes al
gran cacique que lo fue. (M. Hux: Coliqueo. Cap. XVIII). Sucesor inmediato fue su hijo Justo
Coliqueo y un poco más tarde Simón Coliqueo.
En la ciudad de Los Toldos una calle principal lleva el nombre Ignacio Coliqueo y donde se
bifurca a la entrada del campo de la Tribu, se le erigió un monumento, el 30 de julio de 1972.
Su sangre y su espíritu perduran en una gran familia y una tribu en paz, a pesar de los
reveses sufridos a lo largo de la ulterior historia. He procurado elaborar el árbol genealógico del que
nombraré sólo las primeras ramas, sus hijos.
Estoy convencido de que dos veces perdió a su familia, primero en 1821 en Chile y la
segunda en Masallé, en 1834. Sólo un hijo de fecha anterior sobrevivió, Antón Curriqueo.

Estos son los hijos de Ignacio Coliqueo que conocemos:


A. De Inaipil:
1° Antón Curriqueo o Coliqueo (1830-1887), quien se casó con Justa Painegner.
2º Antonio Curriqueo o Coliqueo (1855-?). quien se casó con Agustina Meliú.

B. De Felipa Quintuil o Collil (1804-1894):


3° Justo Coliqueo (1838-1876), quien se casó con Andrea López, Rosa Nahuelpan y luego
con Catalina Platero.
4º Simón Coliqueo (1840-1902). quien se casó con Luisa Pascual y luego con Andrea López.
5º Lorenza Coliqueo, quien se casó con el coronel M. Baigorria y más tarde con Francisco
Claqueo, alias Catalán.
6° Ignacia Marcelina Coliqueo (1847 – 1926) se casó con Ignacio Huener y con su
hermano Nicolás Huener (alias Soria)
7º Carmen Coliqueo (1848 – 1919) se casó con Manuel Millaqueo
8º Antonino Coliqueo (1849-1917), se casó con Casiana Calfuiñ.
8º Micaela Coliqueo (1851-1929, se casó con Francisco López.
9º Martín Coliqueo (1862-1934), se unió con Juana Venera Huechuqueo.

C. de Juana Amuifil Puefil (fallecida en 1864)


10º Ana Coliqueo (1846-1936), quien se casó con José Platero.
11° Agustina Coliqueo (1856-1901). quien se unió con José Platero y más tatde se casó con
Bartolomé Valdebenitez.

D. De Isabel Várela Parra (cautiva)


12º María Pilar Coliqueo (1869-1943), que se casó con Juan Medina y con Máximo
Paínegual.

Reproducí la fotografía preciosa de la familia Coliqueo, tomada en Los Toldos, frente al


rancho nuevo, en 1865 por B. Panunzi.
Ignacio Coliqueo, un cacique araucano-boroga excepcional, mereció un reconocimiento y
homenaje.
281

COLIQUEO, Antonino

COLIQUEO, Antonino nació en la Pampa en 1849 y murió en 1917 en Los Toldos, hoy
ciudad. Era hijo del cacique Ignacio Coliqueo y de Felipa Quintuill. Según una breve autobiografía
habría nacido en el paraje Malloqueán (Mallo Quingán: "Represa Grande"), probablemente en el
Dep. Chicalcó, lote 21 Fracc C Secc 23 La Pampa). De los hijos de Coliqueo fue el que mejor
educación ha recibido. Cuando el coronel Manuel Baigorria se casó o se unió con su hermana
Lorenza Coliqueo, Antonino fue a vivir al lado de él en Tres de Febrero y pudo aprender las
primeras letras. El 23 de Junio de 1857 Baigorria escribió al Gral. Urquiza que había recibido cuatro
indios de Coliqueo y el hijo menor (Antonino) en reemplazo del que antes había dejado para que se
los hiciera educar y enseñar la amistad que siempre le he profesado (AGN. S.VII T.120). Y pasó
luego al colegio de Río IVº (marzo 1860/ 1861). Pero después del traslado de la tribu a la frontera
de Buenos Aires (Los Toldos), el cacique Ignacio Coliqueo solicitó en 1866 permiso para poder
enviar a su hijo de 14 años a un buen colegio de Buenos Aires. Antonino fue así admitido en el
Colegio de Francisco Larguía, de Catedral al Norte y recibió una beca de 400$ del gobernador
(1866). Poco antes, el niño había tomado parte en la batalla de Pavón, con doce años y se había
extraviado, como informaron luego al general B. Mitre (Arch. Mitre IX p. 31 y 216). En el colegio
se destacó entre los hijos de los Mitre y Alsina y otros de la sociedad por su buena conducta y
aplicación. En esos años, 12 hijos de caciques cursaban en aquel colegio. En oportunidad de
solicitar la donación de las tierras de Los Toldos (partido de Gral. Viamonte) su padre visitó a
Antonino en Buenos Aires. En 1867 estuvo de nuevo en su Los Toldos.
El padre cacique quiso encaminar a Antonino a la carrera militar. Solicitó por intermedio
del coronel Juan Cornell el grado de alférez y un destino para el joven. El coronel lo recomendó al
ministro de Guerra con una buena carta (Arch. Estado Mayor Nº 4030) y así recibió el grado
honorario (no de línea) de alférez. El y su padre insistieron en la solicitud de que recibiera el grado
efectivo y el reconocimiento como capitanejo. El 25 de abril de 1868 el Presidente Bartolomé Mitre
y el general Paunero firmaron el despacho (diploma) que le otorgó ese título militar. El original se
halla en el Archivo del Estado Mayor. Doc. 4472 del 25 de Mayo de 1868, firmado por B. Mitre y
Paunero. A partir de allí figura también en la lista de los oficiales (capitanejos) de la tribu. La lista
de Prest del 18 de nov. de 1868 indicaba que se había casado y tenía una escolta de 21 indios de
lanza. Era además lenguaraz y consejero de su padre y redactaba en español lo que le dictaba el
cacique Ygnacio en araucano. El año 1868 los visitaron el Dr. Pastor Obligado, entonces secretario
del Consejo de Instrucción Pública (ministro) y el coronel Alvaro Barros. Y hablando de su deseo
de tener colegios en su campo, como lo habían solicitado ya varias veces, el ex gobernador Pastor
Obligado propuso que nombrara a su hijo como maestro. Pero Ygnacio Coliqueo tenía otros
proyectos y le hizo graciosas objeciones (M. Hux: Coliqueo. 2a. ed.. p. 112). Antonino siguió
prestando servicios como militar y actuó en muchos episodios de la frontera, como en la batalla de
Los Huesos, el 25 de octubre de 1867, por cuya acción el cacique lo recomendó al ministro de
Guerra (A.E. Mayor Doc. 4139).
En 1871 murió su padre en el accidente ya mencionado y su hijo Justo, hermano mayor de
Antonino, asumió el cacicazgo, hasta que fue muerto en 1876.
En este breve lapso ocurrieron hechos graves que afectaron a la tribu. El gran malón de
Calfucurá y la batalla de San Carlos (de Bolívar), el 8 de marzo de 1872; el malón y saqueo sufrido
en Los Toldos, el 19 de septiembre del mismo año; su breve cautiverio y su liberación (Hux, ib.
1980 p. 152). En mi monografía mencionada traté in extenso, lo que Dn. Antonino en su
autobiografía recordó escuetamente.
Antonino fue maltratado aun cuando fue a agradecer al coronel F. Borges por haberlos
liberado. En octubre del año siguiente la tribu fue atacada por sospechas infundadas o porque los
militares querían sublevarla y así eliminarla, como lo habían hecho con las demás tribus. Faltaba
Antonino para contestar una carta, luego, Justo su hermano cacique lo destacó con 20 hombres a
282
pedir explicaciones cuando el coronel Borges los atacó por segunda vez (Véase el relato en
Hux,Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos. p. 167-169). Durante la Revolución de Mitre se
portaron con suma prudencia. En 1875 hizo gestiones ante el Presidente Avellaneda y el ministro
Alsina para pedir los sueldos atrasados y alivio en los servicios, alegando la extrema pobreza que
padecían en ese momento. Quizás pensaban más en los compromisos que les podía traer la
Conquista del Desierto planeada por el ministro Alsina (Arch. Est. Mayor No 6988 y7010). En mi
libro he transcripto unas páginas del comerciante de la tribu y amigo de Antonino mismo, Don
Electo Urquizo, sobre un robo espectacular de cien vacunos suyos, habiendo participado la
autoridad política de Bragado. En el mes de septiembre de 1874 los visitó el misionero Padre
Salvaire para ver si había posibilidad de abrir una misión en su tribu.
Don Antonino. quien había sido bautizado ya y conocía personalmente al Arzobispo
Aneiros de Buenos Aires, se prestó para escribir una carta muy positiva al Sr. 0bispo (Hux, ib. ed
1980 p. 184).
Dos años actuaría entre ellos un generoso e inteligente misionero lazarista, el P. Pablo
Emilio Savino. También de este tiempo hay cartas y recuerdos de Antonino (ib. p. 191ss). Otro
acontecimiento fue la breve sublevación de su hermano Justo, en trance de delirio (agosto de 1876,
ib. p. 219) y el día dramático de la batalla de la Tapera de Díaz que pude narrar según testimonios
de testigos del hecho e incluso reproducir un sentido discurso de Anionino ante parlamentarios de
los maloneros (ib. p. 228). En el interín de la ausencia de Justo, poco antes que fuera lanceado por
los mismos maloneros, Simón Coliqueo, el hermano que le seguía en edad, fue nombrado cacique
responsable y aprobado por el Gobierno como tal. Simón comunicó al ministro que había nombrado
como segundo cacique a su hermano Antonino. En su parte sobre la batalla lo recomienda también
por su eficaz colaboración para que pudieran mantenerse firmes en el campo y leales al Gobierno y
a sus compromisos. Ya anteriormente había recibido ascenso a Capitán. Después de este nuevo
desastre su pueblo quedó completamente destruido; Antonino se apersonó de nuevo solicitando la
exoneración de la tribu del servicio militar; así no tuvieron que participar en la Conquista del
Desierto.
Don Antonino, en la autobiografía que publicó recientemente su nieto, el Dr. Haroldo
Coliqueo (Los Toldos, Raices mapuches. 1985), menciona particularmente la lucha que
mantuvieron él y sus hermanos para conservar la posesión de sus tierras donadas. Un pariente, el
caciquillo Juan Peinequeo, obedeciendo directivas de políticos como Don Ataliva Roca, después de
separarse en sublevación de la tribu, en 1877, inició ante los tribunales un largo y penoso juicio
reclamando como propiedad más de la tercera parte de las seis leguas cuadradas de su campo, pleito
que ni siquiera terminó con la muerte de Peinequeo.
En septiembre de 1902. murió el cacique Simón Coliqueo, dejando asentado el deseo que no
eligieran más cacique, porque estaban integrados totalmente al régimen municipal (entonces del
Partido de Nueve de Julio y pronto del nuevo Partido de General Viamonte en 1908). No habían
obtenido aún la colonización ni la individualización de los títulos del campo de la tribu, como lo
propuso el gran abogado Dr. Estanislao S. Zeballos. Quizás por ello se formó una comisión de 39
destacados miembros, quienes el 20 de octubre de 1903 ante el escribano Marambio Catán en Los
Toldos nombraron como director y apoderado general a Don Antonino que no quiso ser designado
cacique ni capitanejo. Fueron de abogado en abogado, de demanda en demanda hasta que el Poder
Ejecutivo inició la propia demanda y designó depositarios para los campos de la tribu. Pero no es
nuestro tema prolongar esta historia: sólo la evoco como caso singular.
La familia de Antonino Coliqueo vivía un tiempo en Nueve de Julio —donde él era incluso
concejal—, más que en la estanzuela del campo. En 1892, no bien inició Don Electo Urquiza la
fundación del nuevo pueblo Los Toldos, Antonino compró toda una manzana (cuatro solares
céntricos Nº 80 por 600 $. En el museo del Indio de Los Toldos se conserva la boleta de compra y el
plano original del pueblo). En 1908 se creó el nuevo Partido de Los Toldos. Antonino se había
radicado ya definitivamente en este pueblo, donde desempeñó cargos honoríficos en la comuna. Fue
Juez de Paz y, en 1913 vicepresidente del Concejo Deliberante. En 1910. la Revista P.B.T. y Caras y
Caretas Nº 720 le hicieron un reportaje sobre la tribu y publicaron alguna esquela suya
reproduciendo su impecable escritura y su fotografía.
283
La Revista de la Policía, en La Plata, también publicó en 1900 un artículo de Antonino y
reprodujo su foto y la de su familia, su esposa Casiana Galfuín y sus hijos Carmen Simón, Rufina
Felipa, Ana Apolinaria, Alpio Anionino (“el curita”) y Sixta . Otros dos habían muerto.
Don Antonino Coliqueo murió en Los Toldos el 13 de julio de 1917, dejando en Los
Toldos una notable descendencia.

COLIQUEO. Justo, 1838-1876, cacique de la estirpe de los borogas, nacido en la Pampa


como hijo mayor de Ignacio Coliqueo y de Felipa Quintuill. Era un indio cabal, orgulloso de sus
tradiciones. Dicen que fue iniciado como machí en las cuevas de Tandil. Como capitanejo fue de los
más guerreros. En la venganza era terrible, en la embestida, bravo. Era buen cazador de "cheuques"
(avestruces), diestro en los juegos y pocos o nadie lo alcanzaba corriéndole una carrera. Se destacó
en la expedición contra los ranqueles, en 1862 y en 1864, cuando estos habían invadido a Los
Toldos (B) y en la acción de Los Huesos por la que fue especialmente recomendado. (Hux, M.:
Coliqueo. ob. cit. ed. 1980 p. 93, 96 ss).
Su primera esposa fue Rosa Nahuelpán que murió en 1865 de viruela. La amaba tanto que,
al verla muerta, trastornó su mente. Consultó a la machí sobre quién tenía la culpa de esta muerte.
Ella le dijo que "la vieja de tu padre". Entonces montó el zaino, corrió al rancho de su padre, saltó la
fosa circundante limpito y en presencia de su padre mató a la que la "bruja" había culpado de
maléfica; actitudes derivadas de sus creencias y por eso su padre se reconcilió pronto con él.
El 16 de Febrero de 1871 murió Ygnacio Coliqueo. Entonces fue elegido cacique principal
de la tribu. Ya era capitanejo de la misma y teniente coronel del Ejército, desde la campaña de
Pavón. Vino una época brava. Los militares, después de regresar de la Guerra del Paraguay, jugaron
la última carta de la Conquista del Desierto por la eliminación del indio de las tierras fértiles de la
pampa. En 1872 se acercó Calfucurá a la frontera con un malón provocando la batalla de San Carlos
por las felonías que se habían hecho con varias tribus. Justo no participó de esa batalla, pero su
hermano Simón, sí, enfrentándose con la falange de Calfucurá. Lo hizo con 250 indios. Justo fue
detenido antes de haber llegado al campo de reunión. En septiembre del mismo año, Los Toldos fue
invadido por indios de Pincén y Namuncurá y sus indios. Ya antes había luchado en encuentros con
los ranqueles y con Pincén que se había separado de ellos en 1862 (Véase todo detallado en M.
Hux: Coliqueo). Dos veces atacaron también los jefes de la frontera a esta tribu: Lagos, en 1873 y
Borges, en 1874. En este último ataque Justo Coliqueo fue apresado, destituido y enviado a la
prisión de Martín García. Estas situaciones agravaron su desmejorada salud y el equilibrio mental.
Había sido internado anteriormente por casi un año en un hospital de Buenos Aires. Simón
Coliqueo logró liberarlo de la prisión y permitió que retomara el gobierno de su tribu, pero en
agosto de 1875 se sublevó por una terrible tensión psicológica y presión de las tribus del sur, que lo
instaron a hacer causa común en la contraofensiva al avance del ejército conquistador. Mientras su
hermano servía en la frontera, llevó una parte de sus indios guerreros hacia destino desconocido.
Volvió con un malón de coaligados sobre Los Toldos, donde Simón con sus indios fieles se había
dispuesto a la defensa y el 9 de octubre de 1876 se desarrolló la dramática batalla de La Tapera de
Díaz que pude describir con testimonios de testigos presenciales (ib.ed. 1980 p. 225-237). Cuando
ya todo parecía perdido y el pueblo había sido destruido, una valiente tropa de Bragado entró en el
recinto de la fortificación, tocando su banda una conocida marcha. Los sitiadores desistieron de su
nuevo ataque, que debía ser el último y decisivo, porque creían que esa tropa era la vanguardia de
un numeroso ejército. Se retiraron con su botín sin apoderarse de la tribu reunida en el recinto
fortificado. Fueron atacados también durante su retirada hacia el sur. Justo Coliqueo en su fracaso y
furor insultaba a todo el mundo y decía, que se volvía a sus antiguos toldos. Entonces el cacique
Pincén mandó lancearlo allí no más, lo que les hizo costar, como contaba Alfonso Coliqueo que lo
presenció. Justo Coliqueo murió en la pampa, sublevado, con el deseo de vivir en paz, el día 13 de
octubre de 1876. Quedaban en Los Toldos sus dos esposas, las hermanas Catalina López Platero y
Andrea López (Platero) y sus hijos. En el Libro de Bautismos Nº2 de Bragado de 1863, está
asentado el bautismo de Lorencita Coliqueo como de un año de edad. No se había fundado aún la
284
Comandancia de Nueve de Julio. Padrinos eran el Capitán Carlos M. Torres y su hermana Juana
Torres de A.
Simón Coliqueo había asumido ya el cacicazgo en la ausencia de Justo por el voto del
parlamento y por designación del Gobierno Nacional.
Justo Coliqueo se había casado con tres mujeres, dos eran hermanas: Con Rosa Nahuelpán,
la preferida, (creo que era hermanastra de Vicente y Francisco Piseñ pues su padre se casó también
con una mujer de nombre Nahuelpán)), Rosa Nahuelpán que murió en 1865 de viruela. Su hija era
Lorenza (Lorencita) Coliqueo que se casó con Justo José Baigorria, hijo del Coronel Baigorria .Hija
de éstos, creo única, fue Luz Baigorria (1891 – 1954) que dejó descencia en Los Toldos con el
apellido Coria. La segunda mujer era Andrea López Platero (1841 - ) y la tercera , hermana de
Andrea, se llamaba Catalina López Platero, cuya hija Macedonia se casó con Mariano
Quemehuencho. Su familia se hizo famoso por sus “hueseros”.

COLIQUEO. Lorenzo (Gellayqueo o Garay), 1806-1861, capitanejo boroga "culto y


ladino", hermano del cacique Ignacio Coliqueo. Con él participó en la Guerra a Muerte en Chile y
con él emigró también a la pampa argentina. Después tuvo contactos amistosos con J. M. de Rosas
(AGN.S.X. 40-7-10 y 27-5-7). Se salvó en el Asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834 y se
acercó con el cacique Caniullán al Fuerte de 25 de Mayo, cuando Ignacio Coliqueo se encaminaba a
tierra ranquelina. Lorenzo integró el "Escuadrón Mayo" que enfrentó a varios malones en esa zona.
El 16 de noviembre de 1847 el alférez M. Luque, los capitanejos Andrés Raninqueo y Lorenzo con
sus indios amigos persiguieron una partida de indios ladrones en Cabeza de Buey (C. Grau: El
Fuerte de Mayo en Cruz de Guerra, p. 198).
Después de asumir el gobierno nacional el vencedor de Caseros, los indios de 25 de Mayo
obedecían las directivas del gobernador de Buenos Aires, hasta que los agentes de J. J. de Urquiza
lograron, en 1856, que se sublevaran: o mejor dicho, que se incorporaran a las tropas de F.
Olivencia y P. Rosas y Belgrano. Pero al saberlo, las autoridades de 25 de Mayo apresaron sus
familias y las del cacique Cristo, deportándolas, como así también a sus haciendas. Hubo una serie
de gestiones ante el estado de Buenos Aires y ante el Gobierno Nacional en Paraná (AGN.S. VII.
14-2-7 etc.). Unido a su hermano Ignacio Coliqueo participó en la contienda por la unidad nacional
en Cepeda. Ya con anterioridad, en marzo de 1859 desplegaron su guerrilla sobre la frontera norte
de Buenos Aires. "Coliqueo va sobre Rojas, decía Quenón al general Urquiza. El 17 de marzo
despaché al capitán Lorenzo; es sobrino del capitán Cristo y padre del lenguaraz Andrés que tiene a
su lado" (AGN.S.VII. 14-4-8 T. 163).
Hecho la paz entre Urquiza y Mitre, pero viendo avecinarse un nuevo conflicto, Ignacio
Coliqueo y Manuel Baigorria comisionaron a Lorenzo para establecer contactos con los jefes
militares de Buenos Aires y con el fin de gestionar la devolución de sus familias aún detenidas.
Lorenzo Garay y su comitiva pasaron por Rojas, Junín, Bragado y llegaron a presentarse con cartas
de recomendación de M. Baigorria, del coronel Emilio Mitre y del cacique Melinao al general
Bartolomé Mitre. Emilio Mitre decía, por ejemplo: "El famoso capitanejo Lorenzo Garay y 18
indios de su comitiva..." (AGN.S.X. 20-4-6: 12.12.60) y Manuel Baigorria decía en su carta: "...Me
dirijo a V.E. recomendando al portador de ésta que lo es el capitanejo Lorenzo, hermano del cacique
Coliqueo que va a esa para traer a su familia que se encuentra allí y la que fue cedida o de otros
modos ofreció S.E.. el Sr. Capitán General Urquiza con el Excmo. Gob. de esa provincia a fin de
que se le entregase dicha familia al capitanejo conductor de la presente...". Más adelante ofrece sus
servicios y los de su tribu, incluso su amistad. Así se gestionó el tratado de paz de Coliqueo con el
gobierno de Buenos Aires. Había indios de ese capitanejo en Buenos Aires y en Azul. Por eso hubo
también un intercambio de cartas con el coronel Rivas quien contestó, el 27 de diciembre de 1860:
"...Los indios de esa tribu fueron distribuidos por mí en 1858 por autorización del Gobierno.
Manuela, hija del cacique Cristo, está en mi poder: Otra, María de 8 años, la tiene el comandante
Facio. Está la china Felipa, mujer del capitanejo Lorenzo Garay, la madre de ésta, llamada Josefa; la
hija, llamada Alfonsa Garay y otra hija, Ceferina. No quieren ir con sus maridos. Que envíe al
Capitán Garay para que vea" (AGN. S .X. 20-7-2).
285
Me detuve en esta singular información para citar un caso de esa guerra con el indio. Otra
carta de Julio de Vedia, comandante en Bragado, repite alguna información al respecto, el 20 de
enero de 1861: "El Indio Cristo solicitó (una vez más) se le remita ya su familia. Haré, en
consecuencia, que el capitanejo Garay pase hasta Azul para que se entienda a este respecto con su
familia." Creo que es la última información que nos queda del capitán Lorenzo Coliqueo o Garay, a
no ser que se identifique también con el capitán Lorenzo Quintraqueo, quien en 1874 se présentó en
Azul y luego en Bahía Blanca al cacique Raninqueo, después de haber sido detenidos prisioneros en
Salinas Grandes (A.E.M. 1874: 29.9.74).

COLIQUEO, Simón, 1840-1902, cacique de sangre boroga, pero nacido en la Pampa. Era
el segundo hijo del cacique Ignacio Coliqueo y de Felipa Quintuil . Era hermano de Justo Coliqueo.
Allí, en la parnpa, consiguió la amistad de Manuel Baigorria y de sus púntanos, como también de
los indios ranqueles de Mariano Rosas y de Baigorrita. Fue bautizado, probablemente por el
puntano Simón Echeverría, quien celebraba liturgias domingueras en ese agreste ambiente
pampeano.
Para educarse en las primeras letras fue enviado a San Luis. Dicen que extrañaba mucho;
pero toda su vida fue amigo de los blancos ("cristianos") y se preocupaba por la educación de sus
hijos o indios de la tribu. De joven lo llamaban El Huinca, quizás porque su tez era más clara que la
de los otros. Su padre lo envió como acompáñante de comisiones políticas a la gran urbe. Así, en
1860 acompañó a su tío el capitán Lorenzo Garay (Coliqueo) para gestionar un tratado de paz con el
gobierno de Buenos Aires. Tenía 20 años, cuando conoció al general Bartolomé Mitre. Al año se
destacó notablemente en la lucha de Pavón, de manera que las tropas de Buenos Aires lo
aplaudieron estruendosamente por su bravura y la de sus 300 indios en el campo de la batalla. Salvó
la infantería y la artillería del general Mitre. Y éste lo premió regalándole una espada con grifo de
oro y con la inscripción "al vencedor de Pavón". Su padre estuvo entonces enfermo en el hospital de
Rojas. Al radicarse en Los Toldos y servir como oficial del ejército, demostró también su amor por
la paz y al trabajo.
En 1869 fue ascendido a capitán del Ejército y en 1872 después de su brillante acción en la
batalla de San Carlos de Bolívar, a sargento mayor, ascenso cuyo despacho militar se conserva en el
Musco del Indio de Los Toldos, firmado por el presidente D. F. Sarmiento, el ministro de Guerra y
los principales generales. Más tarde fue designado mayor de la Guardia Nacional en Nueve de Julio,
donde desarrolló una intensa actividad política (más referencias véanse en mi libro “Coliqueo”).
En 1871 falleció su padre. Sin ninguna discusión reconoció el cacicazgo de su hermano
Justo, a quien secundó como cacique segundo de la tribu. Lo reemplazó durante algunos períodos
de enfermedad, pues padecía desequilibrios mentales.
En 1872 después de haber sufrido un terrible saqueo por los malones de Pincén y
Namuncurá, no pidió dinero ni hacienda al gobierno, sino una escuelita para su tribu. En 1875 llegó
a su tierra el misionero lazarista P. Pablo E. Savino con el deseo de establecer en Los Toldos una
misión para su evangelización: Simón favoreció al misionero ya en la presentación en el primer
parlamento y luego durante los dos años de su permanencia. (Hux: ib.ed. 1980 p. 193 ss). El cacique
mismo acudía a la escuelita, a la nochecita para aprender más.
La tribu fue castigada por dos malones más y dos atropellos de la tropa de la frontera, en los
que triunfó por su prudencia y decisión. En 1874 el coronel Borges apresó unos cuantos capitanejos
y al cacique Justo Coliqueo, su hermano. Simón fue elegido entonces cacique responsable. Al año
volvió Justo, gracias a las intensas gestiones de su hermano por su liberación. Simón no se opuso a
que aquel asumiese nuevamente el cacicazgo. Pero ese a los pocos meses se sublevó en un estado
de turbación y angustia, ya que la tribu sufría gran pobreza y no recibió sueldos ni racionamientos, a
pesar de sus constantes servicios en la frontera. Los indios del Oeste, en vista de la planeada
expedición al desierto del ministro Alsina, presionaban sobre Justo. Este se sublevó y condujo a una
porción de indios al desierto. El día anterior hacía un ñguilatún al que invitaba a toda la tribu. Luego
se fue sin avisar a su hermano a dónde iba. Podía preveerse que volvería con un malón. Así lo dejó
286
dicho. Simón se dirigió a los jefes de la frontera y pidió ayuda y protección. El mismo organizó la
fortificación alrededor de la azotea-negocio y patrullaba en vigilancia. Efectivamente vino el malón
y se libró la singular batalla de la Tapera de Díaz, el 9 de octubre de 1876. Don Electo Urquiza en
sus Memorias describe como testigo y actor que fue, lo que había sucedido (Hux. ib. ed 1980 p.
225-237). Fue como un milagro que los conjurados defensores no sucumbieron a las vehementes
embestidas de los indios de Pincén y Epugner unidos a los de Justo. Un pequeño destacamento de
Bragado, sin embargo, acudió y logró salvar sus vidas. El pueblo de Los Toldos (en La Tapera de
Díaz) quedó destruído y el campo saqueado. Justo, arrepentido, quiso volver a su tierra; pero fue
lanceado por los malones. Este fue el último malón que atacó a Simón y a su gente. La tribu quedó
destruida y en gran pobreza, los comerciantes y aún el misionero, se retiraron del lugar. Sólo por un
constante trabajo y por la capacidad de resistencia se mantuvieron y recuperaron su campo. Por él,
tuvieron que librar otras batallas con abogados y escribanos.
Simón Coliqueo vivía, desde entonces más tiempo en Nueve de Julio que en su campo,
donde tenía una cómoda casa y la estima de sus vecinos. Llegó a ser concejal y líder mitrista. Allí
formalizó su casamiento con Luisa Pascual (Acevedo) de San Luis recibiendo en 1891 el
sacramento del matrimonio cristiano. Reconoció como hijos legítimos a Ignacia (17 años), Higinia
(12 años), Angel Ignacio (11 años y Guillermo Avelino (9 años) Tenemos una foto de Simón con
estos dos niños. El mismo procuró que sus indios pudiesen ser bautizados. En 1892 el cura de
Nueve de Julio fue a bautizar unos 300 y también otros tantos en 1897 y de muchos el cacique salió
padrino (Hux. ib. p. 242 y Libros bautismales de 9 de Julio).
Más tarde se estableció en el nuevo pueblo de Los Toldos que Don Electo Urquizo fundara
en 1892 al borde del campo de la tribu, sobre la actual estación de Los Toldos. Allí, en casa de su
hermano Antonino, falleció el 22 de septiembre de 1902, a consecuencia de un hachazo recibido
en un entrevero por cuestiones de ritos tradicionales que quería impedir.
Su entierro fue una demostración de la estima que había gozado entre indios, militares y
civiles. Sus últimos proyectos fueron: normalizar los títulos de propiedad de su tribu y suspender
definitivamente el régimen tribal para que su gente fuese reconocida como argentinos no
discriminados e integrados al régimen municipal. Durante muchos años se conservó un monumento
en el centro del cementerio, donde fuera enterrado. Bien mereció que se conservase para siempre.
Simón Coliqueo tuvo 5 hijos con Luisa Pascual (1853-1935): Ignacia (1874 – 1970); Ignacio
Angel Coliqueo (1880 – 1960; éste en 1951, durnte el gobierno de Perón, fue nombrado como
Cacique Honorario de las tribus araucanas de la Provincia de Buenos Aires. Guillermo Avelino
(1883-1949); Hijinia S. (1877 – 1945) y Honoria. Según la ley de los araucanos que en Israel se
llamaba Ley del Levirato, fallecido su hermano Justo Coliqueo, tomo consigo a su mujer Andrea
López (nac. 1841) y con ella tuvo una hija en 1881, llamada Fermina Coliqueo.

COLIQUEO, Francisco (Pancho) “El Morocho”, o también Calfuqueo, hermano de Ignacio


Coliqueo, ha sido capitanejo de la Tribu de Ignacio Coliqueo, desde enero de 1864 y con ella vivió
los agitados momentos de ea comunidad. En la lista del 18 de Nov. de 1868 figura como 6º
capitanejo y su mujer se llamaba Micas Lienleo. En otra lista figuran 21 capitanejos del Coronel
Graduado Cacique Principal de las Tribus. Fue entonces que se formó una tribu separada con la
jefatura del cacique Andrés Raninqueo que se establecía en un campo en La Verde del Partido de 25
de Mayo. Francisco Coliqueo figura también en la fotografía familiar de B. Panunzi de 1865. Es
uno de los hermanos que más le asemeja al cacique Ignacio Coliqueo. Tengo además anotado que
fue llevado prisionero por el malón de Anegnerr y asesinado el 23 de junio de 1873. Por otro lado
tengo también anotado que su hijo Marcos Coliqueo estaba casado con Juliana Anegnerr.

IGNACIO CHAIMA COLIQUEO, capitanejo boroga de la Tribu de Coliqueo. Era


hermano del cac. Ignacio Coliqueo, quien era hijo del cac. general Curriqueo. Nació en Chile en
1816 y murió en Los Toldos (Prov. Bs.Aires) el 10 de enero de 1907. Está también retratado en la
foto familiar de B. Panunzi de 1865. Se casó con Ursula Mancé, famosa machi y directora de las
ceremonias mapuches. Ignacio Chaima cmpartió la rica y azorosa vida de Ignacio Coliqueo. Le
confió varios encargos . Por ejemplo, cuando en 1862 marchaban con toda la tribu para radicarse en
287
La Tapera de Díaz, recibieron la noticia de que su pariente, el cac. Rondeao en 25 de Mayo había
fallecido. Entonces Chaima Coliqueo fue delegado con un equipo a consolar a sus parientes y a
felicitar al cacique electo. En algunos partes de combates es nombrado también. 1874 fue tomado
preso junto con el cacique Justo y gran parte de los capitanejos de la tribu por una “corragiada” del
Cnel Francisco Borges (AEM. Nº 6.682 del 13/ 3/ 1874) En mi libro Coliqueo, el Indio Amigo de
Los Toldos Cap. XXII anoté cuánto se ha hecho para conseguir su libertad. Chaima Colique era un
fiel compañero de su sobrino, el cac. Justo Coliqueo. Y lo acompañó hasta en su errada campaña de
1876 y en la batalla de la Tapera de Díaz .(ib. capítulos XXXII a XXXIII)
Entre los hijos de Ignacio Chaima se destacó Alfonso Chaima Coliqueo (1841- 1937)
capitanejo también en la tribu de Coliqueo. Se casó con Carmen Millao.

COLIQUEO, 1881, cac. araucano chileno de Allipen; participó en la última


sublevación. (Anales de la Univ. De Chile, 1881 p. 104)

COLI TOPEL, cac. ranquel, 1820 figura en la lista de los caciques adictos a J.M. Carrera.
COL ÑANCON, 1750, cac. pehuenche que menciona el Padre T. Falkner en su libro de
1774, Descripción de la Patagonia.
COLO COLO, 1655, gran cac. araucano de Purem, hijo del cac. Pencheo. Era amigo de los
españoles y no participó en la gran sublevación. No obstante fue tomado preso en Angol, el año
1693 (Gay; Historia 1874 vol III p.129 y Beauchef: Memorias p. 359 y 386) ETIM: gato montés
COLO CHINTANA, 1573, cac. comechingón de Minga Solo, Campana,; encomendado de
Mitre (Montes 1954 p. 69)
COLO FUL, 1842, cac. chileno presente en el parlamento de paz en Manquehue Los
caciques Güillipán y Coloful que habían participado en la guerra contra Manguin, participaron en
el parlamento con los hermaanos Calfucurá y Namuncurá. A la vez participaron los caciques
Chocorí y también Iculmané y Colomé, primos hermanos de Ant. Namuncurá y Jn. Calfucurá (Carta
de Rosas y Belgrano del 7.2.41 (En Capdevilla, R. P. Rosas y Belgrano 1973 p. 62)
COLO GNÉ,1840, cac. ranquel del cac. Painegnerr. ETIM: gné o ñé es nariz
COLO GUÁN, 1776, c. pampa ranquel que figura en el censo de de Las Casas. Residía
sobre el Chadileufú (De Angelis IV p. 586) ETIM. : Guán o Guanque es avestruz
COLO HUALÁ o Colchalá, 1856, cac. huilliche ubicado cerca de Carmen de Patagones. En
mayo de 1856 participó en un malón con Llanquetruz, Paillacán y 300 tehuelches, pampas y
chilenos. 1860 el Comandante de C. De Patagones lo utilizó para humillar al cac. rival Chingoleo.
Hizo un tratado de paz con él y el cac. Sinchel (Arch. Mitre XXII p.80)
COLO HAM NAVAN, 1573, cac. comechingón de Salacho Coybana, Rique Lene, Códoba;
encomendado de Jaymes (Montes, 1954 p. 71)
COLO HAM, 1595, cac. comechinmgón de Chila, Córd.; encomendado de Burgos (ib. p.50)
COLO HOYAPANA, 1573, cac. de Nabal, S.E. de Soto, Córd; encomendado de Velásquez
(Montes 1954 p. 58)
COLOMAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Tontele, en Tulián Chabiche, Córd.
(Montes, 1954 p. 61)
COLONAMÚN, 1776, cac. pampa ranquel sobre el río Chadileufú; figura en el censo de
Las Casas (De Angelis IV p. 586)
COLOMILLA ver COLEMILLA
COLONET,1842, cac. araucano chileno que asistió a un parlamento de paz en Maquehue,
donde estuvo también una comisión de Calfucurá y B.Namuncurá (R. Capdevilla: 1973 p.62)
Coloné era primo hermano de los caciques Bernardo Namuncurá y Jn. Calfucurá. Y con ellos hizo
paz. Y les decía que pensaba estar junto a ellos. Véase el asunto de Guzmané
COLO OPAN, 1573, cac. comechigón de Atan Huenen, Valle Catapas, Cord.; encomendado
de Velásquez (Montes p. 55)
COLO PICHÚN (o Colopí), 1740, cac. serrano o puelche, según el P.Lozano; cac.
pehuenche y cac. pehuenche según el Padre T. Falkner. Según Rod. Casamiquela, era araucano. El
288
actuó junto con el cac. Bravo o Cangapol en la zona del río Negro. Vivía casi establemente en el Sur
de la Prov. de Buenos Aires, al pie de Cerro Volcán. ETIM: Pluma colorada
COLOQUÉ, 1582, cac. del distrito de Buenos Aires que figura en la lista del repartimiento
de J. de Garay . Parece que, igual que otros caciques de la lista, era araucano.
COLO TALINA. 1576, cac. comechingón de Nocathanen, hoy Mocatine, Cord.;
encomendado de Velásquez (Montes p. 58)
COLPA CHARABA, 1575, cac. comechingón de Colpa Navira, Calamuchita, Córd.
encomendado de Villalba (Montes p. 78)
COLPI NAHUEL, 1656, cac. araucano. Ese año, al frente de 6000 indios libró una batalla
a los españoles de Chile y fue muerto junto a otros diez caciques más (Gay, Hist. Vol. III p. 155)
ETIM: Nahuel: tigre; Colpi: con manchas
COLQUE MÁN, Juan , 1820, cac. pehuenche chileno, patriota de Angol; enemigo de los
borogas durante la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1910 p. 134)
COLUBI CHIN NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Colubi chin, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Chavez (Montes, 1954 p. 77)
COLU CALQUIN, 1776, cac. pampa ranquel. Según el censo de Las Casas, vivía en
Marivil; tenía 16 conas y 10 toldos. Allí había cinco pozos (De Angelis IV p. 584
COLU CULLEN, 1820, cac. pampa del oeste neuquino que sabía malonear o vaquear en la
llanura bonaerense. El nombre confirma la opinión de que era tehuelche (Cullen prob. clen)
COLU MAO, 1879, capitanejo ranquel que durante la Conquista del Desierto en su última
fase fue capturado en Cochi Có junto con el capitanejo Fortuna (Olascoaga 1930 II p. 223)
COLU MACÜN, 1826, prob. cac. pampa que ese año participó en un malón a Salto. En su
persecución y para su escarmiento salió el Cnel. F. Rauch hacia la Sierra de la Ventana y sorprendió
los toldos de los caciques Colú Macín (Macan), degolló a buen número de indios y aprisionó a 200
de ellos, recogiendo 60 cautivas y más de 10.000 cabezas de ganado (Best: Historia de las guerras
argentinas p. 336 y Bidondo: Hist. Del Reg. 5º) ETIM: “Poncho colorado”
COLU NAO, 1879, capitanejo ranquel a quien capturó la columna expedicionaria del Gra.
Rudesindo Roca. (R.Pastor: La guerra con el indio p. 504) ETIM: Nao: tigre
COLU NA, 1793, cac. huilliche que vivía en la zona de Carmen de Patagones. Lo nombra
Fray Francisco Méndez (en Fonk,F: Diario de Fray Francisco M. II p. 125)

COLLI HUACA, 1880, capitanejo pehuenche de Neuquén, a quien deportó el Gral. Ortega
al campo de concentración, en Rodeo del Medio (Mend.). Falleció en ese campamento (donde había
viruela, a la edad de 65 años (Rusconi,C. IV p. 111) ETIM: Vaca rosilla
COLIHUEQUE, 1655, en el año de la gran sublevación fue muerto junto con el cac
Colicheu por el Gobernador González y Montero. (Ver RP.Diego Rosales: Historia General del
Reino de Chile ed.1877
COLLÍN (Colín), 1790, cac. principal comarcano de Quilacahuín (Osornio). En agoste de
ese año, asistió al parlamento de caciques con el misionero franciscano en Rahue. El R.P. Alday les
propuso su proyecto de establecer una misión entre el Río Bueno y río Canoas. Se lo concedieron.
Pero en 1820, envueltos en la Guerra a Muerte, dejaron al sacerdote solo, porque huyeron de
los ejércitos patriotas. (Lagos: Hist. De las Misiones del Colegio de Chillán p. 361 y Diccionario
Histórico y Geografico chileno 1928 p. 192)
COLLÍN, Neculqueo (Coilill, Colell, ) 1786 – 1876, capitanejo boroga pariente del cac.
Ignacio Coliqueo y con él hizo la trayectoria de la tribu de Coliqueo. (Ver Coliqueo). Era en Los
Toldos de los viejos y nobles capitanejos. 1864 figura en la lista de los oficiales que servían en la
Frontera del Oeste bonaense con 29 indios a su cargo. Así era oficial del escuadrón de indios
amigos hasta muy avanzada edad. En el entierro solemne del cac. Ignacio Coliqueo (en Febrero de
1871) pronunció un impresionmante discurso de despedida. Cuando cumplía 90 años, pidió al
misionero Pablo E. Savino el sacramento del bautismo, A pocos meses murió en paz rodeado de
numerosísima familia. El primer casamiento hizo con Inaipán, chilena y con ella tuvo 9 hijos y en
el segundo matrimonio con Llanquei o Lorenza Calquín tuvo a lo menos tres hijas. Es frondoso el
árbol genealógico
289
COLILL o Colín, Colell o Quintuill, Felipa: 1804 – 1894, boroga, chilena, esposa del cac.
Ignacio Coliqueo, desde 1836, después del Asalto de Masallé. Su padre ha sido el cac. Collin o
Collel y su madre doña Jacinta, como consta en la partida del bautismo de la anciana (“cacica”). Su
pariente Antonino Coliqueo fue su padrino (Libro de bautismo de la parroquia de 9 de Julio Nº 23
foja 407. Ha acompañado a su esposo en tantos momentos que se anotan en la biografía del cacique
Ignacio Coliqueo. Era madre de 8 hijos, dos (Justo y Simón) serían caciques de la tribu
COLLIN, Pedro, 1834, capitanejo del grupo boroga en Guaminí fue el enviado a informar
a los jefes militares de Bahía Blanca sobre los sucesos fatales en Massallé. Fuera de eso no tengo
más noticias de él.
COLLINAO, Martín (o Martín CAMPOS COLLINAO) se menciona en 1820, como. hijo
del famoso cacique patriota chileno Melipán, y hermano o primo hermano del no menos famoso
cacique Venancio Coñuepán y hermano legítimo del cacique Pedro Melinao. Estos se llamaban
araucanos, por haber nacido en la Araucanía. Todos ellos a su tiempo vinieron a la Argentina, a raíz
de la guerra. Intervinieron en la lucha por la Independencia chilena y en la Guerra a Muerte,
continuación de aquella, desde 1818 en el sur de Chile y en el sur bonaerense, más tarde bajo la
bandera federal de Rosas. Anteriormente en 1817 colaboró con San Martín: estuvo en Cancha
Rayada y probablemente también en la batalla de Maipú. Con el coronel A. Pacheco lucharon desde
1819 con denuedo en los encuentros con los realistas en Nacimiento y en la batalla del Bío Bío.
Melipán y Venancio hacían tremendas persecuciones a las tribus borogas y huilliches que aún
siguieron a los jefes y bandoleros realistas. En una de estas excursiones contra el viejo cacique
pehuenche Toriano en 1822. llegaron hasta Melincué, en el límite de las provincias de Córdoba y
Santa Fe. En diciembre de 1824 volvieron a pasar la Cordillera con 900 hombres encargados por el
gobierno chileno de perseguir a los borogas y los pincheiristas concentrados en la Pampa. Los
secundó en esta tarea el teniente Juan de Dios Montero con 70 coraceros chilenos. No sabemos ni el
número de los encuentros. Estando en Salinas Grandes enviaron sus primeros mensajes de paz al
comandante militar de Tandil, coronel B. Estomba, quien los acogió luego favorablemente.
D.Venancio Coñuepán y su hermano Martín Collinao se presentaron al mismo jefe en el Fuerte de
Tandil y poco después al Comandante General J. M. de Rosas en Buenos Aires. Ellos le mostraron
títulos y credenciales: el primero era teniente coronel del Ejército chileno y amigo personal del
expresidente general B. 0'Higgins. Gustosos aceptaron el ofrecimiento de los caciques para reprimir
a las hordas pincheirinas. A sus indios llevaron para la fundación de la nueva Fortaleza Protectora
Argentina en Bahía Blanca. Venancio y Collinao realizaron con el coronel Estomba la primera
exploración de los campos hasta Bahía Blanca, luego, el 12 de marzo de 1828. marcharon con el
Ingeniero Parchape en la vanguardia del convoy fundador. El cacique Melipán, entre tanto, se había
trasladado al Río Colorado; allí soportó un funesto malón de los pincheiristas, justo en el momento
en que 300 indios, a las órdenes del teniente Montero, se habían marchado para Bahía Blanca. El 8
de Abril se anunció de Bahía Blanca y Tandil que Melipán había muerto en manos de sus enemigos.
Sus hijos ardían por venganza. Auxiliados por el teniente Morel y 25 carabineros, marcharon
en número de 458 indios contra los enemigos. Los alcanzaron en Chadileufú y les dieron un buen
golpe. J. M. de Rosas, al felicitarlos, expresó que el gobierno contaba con gusto algunos servicios
más de los fieles chilenos patriotas: ellos mismos temieron entonces volver por los pasos
cordilleranos, bloqueados por sus enemigos. Así vinieron a establecerse a orillas del R. Napostá a
un cuarto de legua de la Fortaleza Argentina, haciendo causa común con la bandera federal. aún
cuando su jefe inmediato, el coronel B. Estomba participaba en diciembre de 1828 de la revolución
unitaria. Después de la matanza de Bahía Blanca (el 30 de enero de 1829 que detallaremos en la
biografía de Coñuepán), Collinao quedó con poca gente al Río Napostá; dice el coronel J. Garretón:
"unos se habían disparado a la Pampa, mientras Venancio seguía en campaña." Su hijo Mariano y
Martín Collinao se destacaron nuevamente en la batalla de las Vizcacheras, el 28 de marzo de 1829,
luchando contra los revolucionarios de Lavalle, Estomba y Rauch (Sarciat: Chapaleufú, p.59).
Rauch, llamado "carnicero de indios", fue degollado en este encuentro.
Vencidos los pincheiras, el cacique Toriano y 2000 huilliches confabulados de Cheuqueta y
Calfucurá, serán una nueva amenaza para la tribu de Coñuepán y Collinao; más aún por hábil
diplomacia, consiguieron un tratado de paz con el gobernador J. M. de Rosas, en marzo de 1831. A
290
fines de noviembre, dos caciques querían volverse. El Comandante Martiniano Rodríguez, llamó
entonces a Venancio y a Collinao y con regalos obtuvo que quedasen un tiempo más (AGN VII
Biedma 10-4-14 :27.11.31) Los llevó a una expedición contra la tribu de Toriano, a quien
sorprendieron: le mataron unos cien indios y al cacique lo trajeron prisionero (1° de junio de 1832)
Durante la Campaña del Desierto del año 33 intervinieron como auxiliares del coronel
Miranda. Al cacique Venancio y al "Capitán" Collinao y a Guayquir les encargaron seguir con 120
indios amigos suyos el rastro de indios ladrones hasta el corazón de la Pampa, pues a espaldas del
Ejército, de la División de Rosas, habían invadido la Provincia de Buenos Aires. En 1834 Don
Venancio y Collinao debían ser el dócil instrumento para humillar a los borogas de la zona de
Guaminí. En la guerra chilena de 1819 a 1824, estos realistas de Cautín habían sido opositores de
Melipán y Venancio Coñuepán. Collinao estuvo en el "vidrioso" parlamento de los indios amigos
con J. M. de Rosas (Dic. de 1833) y luego enviado como mensajero de Rosas con cartas falsificadas
a las chacras de Carhué (27.2.1834), donde a pocos meses los borogas sufrirían dos desastrosas
invasiones "con anuencia de Rosas y Don Venancio",-decían los caciques Cheuqueta y Calfucurá en
el sorpresivo Asalto de Masallé. Degollaron a los dos caciques principales, a Rondeao. a Melín y
mataron a unos mil indios, el 8 de septiembre de 1834.
Collinao y Raynao debieron participar en la expedición que hiciera la División de Bahía
Blanca "a favor de los borogas desarmados". Se les hacía creer a los sobrevivientes que iban a
desagraviarlos: en realidad se dirigían hacia las tolderías de los ranqueles y así los borogas fueron
llevados a enfrentar a propios parientes que se habían ido a refugiar entre los ranqueles. (Ver
Cañuiquir) Martín Collinao y los indios de Venancio atacaron al cacique Mariqueo (AGN.S.X.24-8-
6:3.11.34). Recién el 31 de diciembre volvieron a sus toldos, para volver nuevamente a la lucha
entre indios. Dos veces en 1835 fueron movilizados, contra los ranqueles- Esta era la Guerra a
Muerte en la Pampa argentina. En marzo del año siguiente las tropas de Bahía Blanca atacaron las
tolderías del cacique Juan Ignacio Cañiuquir, cacique principal de los borogas sobrevivientes. Sus
indios fueron masacrados: también pereció el cacique Cañiuquir.
Ante tales atrocidades los mismos indios de Coñuepán y Collinao se sublevaron: durante el
regreso de esa expedición hubo robos y estragos entre los campos de cristianos, hasta apresaron al
cacique Venancio.
Bien pronto les tocó el turno de las "atenciones militares" para con los indios amigos de
Coñuepán y Collinao. El 24 de agosto de 1836 cayó un malón de los 2000 huilliches confabulados
con J. M. Rosas sobre los toldos del Napostá. Allí mataron unos 400, entre ellos al cacique
Venancio, apoderándose de sus familias y haciendas. El pueblo de Bahía Blanca no fue atacado y se
salvó "en ese día de susto y de carnicería", decía el cura párroco en el libro de defunciones del
pueblo.
Es interesante cómo, más tarde, el cacique Martín Collinao recuerda a Rosas el hecho y el
duelo de Bahía Blanca. La carta del 15 de noviembre de 1851 fue publicada por Juan Maguire en su
libro Loncagüe (1967 p.l41). En ella se ofrece nuevamente como "patriota y federal hasta los
agüellos... Soy federal hasta la muerte.—le dice en vísperas de Caseros—; ande muera mi Señor
Gobernador, yo he de morir junto". Y sigue historiando como historiador de su propia tribu:
"...desde el año 28 he acompañando al Señor Gobernador Don Manuel Dorrego,. cuando he caído a
esta provincia (con) mi finado mayor hermano Benancio Campos Coñiopán. S.E. sabe muy bien lo
que he servido a la patria en contra de los españoles con el Sr. Gobernador Ambrosio
(0'Higgins)...con mi hermano Benancio y (el Gral.) Ramón Freire acompañándolos a la guerra...
Desde que murió mi finado Coronel Don Martiniano Rodríguez (17. 3. 1841). estoy en compañía
del Coronel Don Juan Aguilera. Cuando mataron a mi hermano Benancio en la revolución de los
indios en Bahía Blanca, me dijo S.E.: “Míreme. No llore tanto por mi (su) hermano Benancio. No
tenga cuidado, - me dijo S.E.- que tengo mil cuatrocientos (soldados) y siempre me desquité (de) la
guerra que me hicieron los indios. Su Excelencia me dijo que (he) había de estar en la Guardia del
Monte. Yo le dije a S.E. que quería estar en Bahía Blanca, ande murió mi finado hermano. Le dije a
S.E. que podían decir los enemigos de los indios que yo estaba escondido por haber muerto a mi
hermano. Por hoy estoy desquitándome de lo que me hicieron los indios. Ahora estoy en este punto
(Bragado). Cuando estuve en Bahía Blanca (con) el Coronel Martiniano (Rodríguez) y vinieron
291
avanzando los indios del cacique Rinque (16 de diciembre de 1837),.apresamos a 309 indios
(AGN.S.X. 25-5-1) y le quitamos la hacienda en Pillahuincó. También fuimos avanzando a tierra
adentro; tomé (preso) al cacique Maulí con toda su familia (22 de marzo de 1839: AGN S.X.
1839...y nuevamente al final de la carta rememora) Cuando me mandó a los boroganos, los indios
boroganos me mataron a mi hermano Venancio... y firma
“ Martín Campos Collinao, cacique."
Continuemos nosotros, historiando un poco más: Durante la Revolución del Sur. en 1839.
Collinao y 80 amigos suyos reforzaron la división de Bahía Blanca que desbarató la Revolución
Unitaria. En agosto de 1840 Collinao y su tribu se trasladaron por orden del gobernador a la
Frontera de Tandil y Azul, aún a las órdenes del coronel Martiniano Rodríguez.(A.E.M.
Doc.9217:del 27.1.69) Ya en abril de 1840 había asistido al solemne parlamento de paz en el que los
emisarios del cacique ranquel Painé aceptaron el tratado de paz (AGN.S.VII. 1-2-10 Doc.323 y Rev.
del Archivo de Azul IIº p.75 ss) Luego pasó a incorporarse a la tropa del Sargento Mayor R.Maza,
para expedicionar.

Intercalo una lista de los oficiales de la tribu de Collinao , fechada el 3 de agosto de 1837
(AGN. S.X. 25-5-1)
Luciano Campos - lenguaraz
Martín Collinao - cacique mayor
Juan Lleubulicán – cacique 2º
Pascual Cañió - ayudante del cacique
Painemil - capitanejo
Francisco Millagur - capitanejo
Rannín (Prob.Rayún) - teniente
Suguey - teniente
Coyam - alférez
Catrileo - alférez
Canió Guir - sargento
Bartolo Colipí - sargento
Nao Güel - cabo
Millaleo - cabo
Coyllá - cabo
Gerón Guanquiel - cabo
Fermín Colfío ( hijo del cacique Juan Lleubulicán

Chinas: Ygnacia - mujer de Collinao


Andrea - mujer de Collinao
Juana Rosa - mujer del cacique Juan Lleubulicán
Resumen: 1 lenguaraz; 2 caciques,1 oficial, 25 soldados. 15 chinas. 6 muchachos: 56 en
total"

Del mismo año data otra lista similar de 55 personas con el título: "Lista del cacique
Collinao que se hallan en la casa de la Piedad", indicando los aportes. (AGN S. III. 17-8-5)

Después de la muerte del coronel Martiniano Rodríguez, en 1841, su división, "Los


Dragones de la Nueva Frontera", fue rebauttizada con el nombre de Regimiento de Blandengues y
pasó a Azul a las órdenes del coronel Juan Aguilera, donde permaneció hasta el 3 de agosto de
1845. Su primera acción en el nuevo destino fue perseguir unos indios de Calfucurá que habían
robado caballos en Tapalquén. (AGN. S. X. 20-10-2: 17.11.41) Seguramente no habían olvidado
aún su agravio recibido en Bahía Blanca. Martín Collinao y Zebúl (lea Lleubulicán) fueron
felicitados.
292
A fines de 1845 se trasladaron los hermanos Collinao con sus tribus a Buenos Aires en vista
a acompañar la tropa fundadora del Cantón de Bragado. El 4 de Noviembre en el Fuerte de Azul, el
Sarg. Fabián González levantó la siguiente lista:
Coronel Juan Aguilera
Caciques: Martín Collinao y Juan Lleubul
6 capitanejos: Pascual Canué – Ragüín – Juan J. Guayquilao – Cayuqueo (Murió en oct.
1845) – Melinao (Luis R.) – Melín
1 Sargento: Alonso 1º
4 cabos: Coillá – Millaleo – Gerónimo Guayquil – Juan Fermín
Soldados: Manuel Lepín – Mariano Guechelefú – Luna Güemín – Mateo Llancafil – Purún
Neghuán – Francisco Renqui – Luis Bisquillán – Alonso 2º - Manuel Neypán – Sotero Ayllín – José
Ma. Caniulao – Martín Colimilla – Juan Cordero _ Antonio Guayquinecul – Paillagüín – Ramón
Painel – José Luis 1º Francisco Coñoquis – Comisario Millagual – Catrinao Biscocho – Antonio
Quiñelef – Luna Manginao – Andrés Antenao – Ignacio Güichumao –Güechu Güis – Lebillán –
Guayquimill – Curiché – José Luis 2º - Colilef – Pancho - Llancamil
Muchachos: Lebimán – ramón Coronao – Anacleto SUMA: 51

No hay seguridad cuántos y cuales han sido destinados a acompañar al Sargento Mayor
Eugenio del Busto en marzo de 1846, porque el Comandante General Dn. Angel Pacheco quiso
que el Cnel. Juan Aguilera con la tropa veterana de Bahía Blanca fuese el grupo fundador. Pero
Rosas dio preferencia al vaqueano expedicionario de la Pampa, el Sarg. Mayor Eugenio del Busto
para iniciar la fundación del Cantón de Bragado.
Uno de sus primeros pobladores, un viejo amigo de los Collinao y Melinao, chileno que vino
con ellos a la pampa, don Fabián González, escribió en sus memorias: "En marzo de este año (1846)
se fundó el pueblo de Bragado bajo la denominación de "Campos de Rosas" por el entonces
sargento mayor Don Eugenio del Busto nombrado jefe de esta frontera por orden del Gobernador
Don Juan Manuel de Rosas, siendo Comandante General de los Departamentos Norte y el Centro el
General Don Angel Pacheco. Las fuerzas que componían las guarniciones de este campo eran: dos
escuadrones de Blandengues de la Nueva Frontera; un Escuadrón del Regimiento VI. de milicias de
Campaña; un Escuadrón escolta de S.E. y los indios amigos del cacique Collinao".
Con esta fuerza y la de 25 de Mayo expedicionó del Busto para reprimir un fuerte malón, el
28 de abril de 1846. Recién a los dos meses volvieron al campamento. En marzo de 1847 se retiró el
mayor del Busto, entregando las fuerzas al coronel Aguilera, quien aceptó el efectivo de sus fuerzas
con el resto de la vieja división de Bahía Blanca, de manera que acantonó a mil hombres en
Bragado: 80 indios amigos de Collinao y Raylef prestaron servicios regulares (Memorias de F.
González). En 1851 volvió Eugenio del Busto a Bragado con la efectividad del grado de Coronel-
El viejo poblador Mariano Biaus inició un ominioso pleito contra el cantón militar y el naciente
pueblo, lo que quizás apuró la aprobación del ejido y de las autoridades municipales.
Los indios amigos también tenían en el pueblo sus casas y mandaban a sus hijos a la escuela
pública; hacían bautizar a sus hijos y vivían bastante integrados en la comunidad fronteriza. De toda
su vida privada no nos queda ningún testimonio a no ser una memoria retrospectiva de Don
Fernando Coñequir, pero que no dice nada en concreto de los Collinao.
Cito nuevamente un párrafo de la carta del cacique Martín Campos Collinao dirigida en
1851 a Rosas, fechada en "Campos de Rosas. Bragado Grande, el 15de noviembre de 1851"..."Mi
respetado, nuestro amado padre: Esta sólo se dirige a S.E.(p)a.saludarlo con el debido respeto que
(le) debo: a felicitar a nombre de la Confederación Argentina, deseoso de pelear contra los salvajes
Unitarios (y) Urquiza (el) traidor de la Patria" Soy patriota y federal hasta los agüellos -"
Efectivamente, en 1852, la División de Bragado intervino a favor de Rosas en las contiendas contra
la Campaña Libertadora y todo el pueblo debió evacuarse ante el avance de las tropas del Gral.
Urquiza. Fabián González no detalla lo ocurrido. Sólo dicc:"El 10 de Febrero la fuerza regresó al
mando del Cnel. Aguilera, la que reorganizó en dos escuadrones y dos compañías de infantería, una
de línea, otra de Guardia Nacional y el Escuadrón de Indios Amigos de los caciques Collinao y
Raylef, conociendo un tofal de 500 hombres."
293
Estos participaron también en la Revolución del 11 de Septiembre de ese año (1852) y poco
más tarde en el sitio del general Hilario Lagos a la Capital. A fines de 1853 regresaron las fuerzas y
con ellos el cacique Collinao.
En 1854 fue Comandante en jefe de la Frontera Oeste el Coronel Laureano Díaz. La
población tenía ya el aspecto de pueblo respetable y fue visitado por el gobernador Pastor Obligado
y también por el Obispo de Buenos Aires Monseñor Mariano Escalada, quien predicó allí una
misión.
El 15 de Febrero de 1854 murió el cacique Martín Campos Collinao" de enfermedad
natural y en servicio activo de la Patria". Ocupó su lugar como cacique principal de los indios
amigos de Bragado su sobrino, el cacique Don Pedro Melinao. cuya historia también reseñamos.
En el Archivo General del Ejército hay un documento (legajo personal) de fecha 1º de mayo
1854 que reseña los servicios prestados de Martín Collinao- Y en el archivo parroquial están
asentados los bautismos de los Collinao: Juana (LB.9). Transita (ib), Pedro, Liberato (LB 19).
Andrea (n. 1824) y el casamiento de Francisca Collinao (en.1842) con el cacique José Lleubulicán).
Santiago Avendaño en sus Memorias hace este postumo: “Collinao y su pequeña tribu prestó
en Bragado importantes servicios y casi todos han sucumbido en defensa de nuestros intereses, sin
que ningún gobierno haya hecho mención jamás de su mérito. Sólo Rosas confirióle el empleo de
Coronel al cacique Collinao con goce de todas las prerrogativas que correspondían a ese rango; pero
tan pronto que cayó Rosas, Collinao cesó de gozar las que muy justamente había merecido por la
lealtad y murió, hace poco tiempo (ed. el Elefante Blanco, 1999 p.7)
(Etimología:"Tigre Colorado"),

COLINAO, 1854, capitanejo en el pueblo de Bragado. Era probablemente un hermano o un


hijo del cac. Martín Collinao, subordinado desde el año de la muerte de Martín a su pariente (tío)
Pedro Melinao. En oportunidad de la malograda expedión del Cnel. Bartolomé Mitre contra la tribu
de Catriel y de Laureano Díaz contra la tribu de Cachul en Tapalquén, fue tomado prisionero por la
columna del cac. Calfucurá, quien había venido a liberar a los indios amigos de Azul y Tapalquén.
Calfucurá enganchó también a este capitanejo en la lucha en la Batalla de Pigüé, el 13 de febrero de
1858 (Montferran Monferran: Operaciones del Ejército Sur y la batalla de Pigüé p. 105) Luego
regresó a Salinas Grandes con Cañumil y Quentriel. (AGN S.X. 19-9-4; 6.4.58). Todos ellos querían
volver a la frontera. Los unos se fueron a la zona de Bahía Blanca y Colinao regresó o se escapó a
Bragado. Su historia está contada en la reseña del cac. Melinao; es decir los documentos no lo
particularizan. (A.M.Martínez: San Carlos de Bolívar p. 167)
En el archivo de Córdoba (Secc. Gob. T. 239 p. 92) se habla de un Collinao que con
Coliqueo, Calfuqueo y Caniuqué junto con los ranqueles de Llanquetruz (h) habían hecho un
tratado de paz, en 1854.
COLLIO, capitnejo araucano de Chile quien, el 1º de oct. de 1834, participó en el malón
sobre Tapalquén y fue muerto, con el cac. Manguín y Huele (La Gaceta 5.10.36 (dato dudoso) y R.
Capdevilla).
COLLIPAL (Collepán) 1820, cac. pampa. Ese año se comprometió con el guerrillero
chileno J.M.Carrerra y participó en el malón sobre Salto y en el interior. En diciembre de 1822, una
excautiva decía que los caciques Collipal, Martínez y Niñaguirre tenían unos cien indios reunidos y
esperaban a dos cientos chilenos para invadir a Melincué y la zona de Rosario. Que estaban a dos
leguas de Salinas Grandes. (Comando Gral. del Ejército: Política seguida con el Indio vol III p. 197
y 488) En mayo de 1833 se supo que Collipal había retirado su toldería para escapar al peligro de la
Expedición al Desierto y que se había ido a dos jornadas más lejos con el cac. Cherragallo. (AME.
doc. 233). Más tarde volvió a la zona de Salinas Grandes manteniendo una cierta amistad con
Calfucurá. Se hizo rico por su comercio con los agentes chilenos a quienes vendía hacienda robada.
Según C. Rusconi, Collipal era guluche (huilliche como Calfucurá). En una oportunidad había
maloneado en la frontera y arreaba las haciendas hacia el Sur. Vadearon el Río Colorado y el Río
Negro en el Paso de los Indios y fueron hacia la junta de los ríos Agrio y Quintuco. Allí el cac.
pehuenche Guzmané le había preparado una emboscada para quitarle el arreo. Dicen que le sacó
hasta el último indiecito. C. Rusconi vol. IV p. 111. Pan o payún: Barba; coli: roja.
294
COLLONAO, caciquilla pampa. 1873 presente en el parlamento del entierro de Calfucurá.
COMAS CHARABA, 1575, cac. comechingón del pueblo de Comas Navira, Calamochita,
Córdoba; encomendado de Villalba (Montes, 1954 p. 78)
Comat Charaba, 1573, cac. comechingón del pueblo Comoati Naure, Córd.; encomendado
de Castañeda (Montes p. 78)
COMAYO, Miguel, 1901, capitanejo de la tribu de Yaucuché (Chile) era hijo del capitanejo
Yaucuché, chileno. Su hermano Ceferino se hizo religioso jesuita (AGHN III p.75)
COMECHÉ, 1579, cac. comechingón del pueblo Calamochita; encomendado de Fonseca;
(Montes 1954 p. 78) ETIMOL: Si es araucano: Cüme: buena y che: gente.
COME MAIN, 1796, cac. pehuenche al Sur de Malalhué (Arch. Mendoza)
ETIMOL: Main es manque: cóndor y cüme bueno o hermoso.
COMILLÁ, 1858, capitanejo salinero; pertenmecía a la tribu de Cañumil.
COMISMIRENA, 1573, cac. comechingón de Conlara, Valle de Vera Cruz, Cuyo (Colecc.
de J.T. Medina. Doc. Inéditos II. 1959 p. 399)
COMKERSH, cac de Mecharwue. (Casamiquela, 1965, p. 57)
Comoguiá,1865, cac. tehuelche que el cac. Chagallo debía pacificar (AEM. Nº Nº 826)
CONCALCAT, 1750, cac. serrano o diuhet, según wel P. Falkner quien lo conoció en la
Misión de Nuestra Señora del Pilar, junto con los caciques Pichivele, Yahatti y Doeneyal. Se pueden
llamar pampas serranos, como Cacapol y Cangapol (Casamiquela 1965 p. 123) Un documento del
Archivo de las Indias (Nº 167) lo llama cac. auca que hizo muchos destrozos y riñó con el cac.
Calelián. Salió gente de Luján y los alcanzaron en los Monigotes (Junín) y mataron a tres caciques,
entre ellos el cac. Canclaca. Habían venido del sur para comerciar ponchos.
CONCHO CHARABA, 1573, cac. comechingón de Concho; Sierra de Calamochita, Córd.:
encomendado de Montañez (Montes, 1954 p. 77)
CONDIÉ, alias TOLOMIÁN CONDIÉ, 1580, cac. querandí del distrito de Buenos Aires.
Fue el primer cacique que los hombres de Juan de Garay encontraron en el Río de la Plata. Lo
atacaron. Lo venció el Sargento J. Ruiz Ocañ en ruda guerra sobre el río que desde entonces se
llama “Arroyo Matanza” (Arch. Ind. 177 y 178 Charcas 104). 1582 figura en el reparto de Juan de
Garay en la merced del Tnte. Gobernador Antonio de Torres Pineda. Condié vivía en las márgenes
del Riachuelo, cuatro leguas arriba de la desembocadura. Le acompañaron los capitanejos Cayacal y
Calaguá (Arch Ind. 180) Lo extrañaron dos veces; pero quedó un hijo suyo a cargo de su gente,
padre de Don Diego; ambos herederos de Condié o Telomián. Este murió en el exilio en el Brasil
Los españoles dividieron a su tribu en dos parcialidades; una de ellas sería la que
conocemos con el nombre de Tubichaminí, en el pago de la Magdalena. (Fumier,J.: Partido de
Almirante Brown (Adrogué) p. 19)
COMECHO o Genecho, 1573, cac. araucano de Uspallata, Mendoza. Su toldería había
estado en Guanacache; era encomendado de Juan Cuevas. Su hijo se llamaba Chacha.(J:T:Medina
vol XV)
CONI VINAVI, 1594, cac. comechingón de Mita Camche, de Tonol, Cordoba; encomendado
de Ruesgas (Montes p.69)
COÑI LAUQUEN, Juan (o Caniulao), 1804, cac. chileno cuyo hijo llegó a Buenos Aires
acompañado de 23 indios, trayendo despachos del Sr. Presidente de Chile (AGI 167 y E. Sánchez
Zinny: Guardia de San Miguel del Monte p.129) ETIMOL: Lauquén: laguna; coñi : nueva
CONI QUELQUEN YAN, Juan, 1751, cac. serrano (Puelche). Vivía en la Reducción de
Ntra. Señora del Pilar, donde fue elegido regidor de los indios. (Doc. Bibl. Nac. citado en Lehmann
Nitsche 1923).
CONOCO METRÓ, 1582, cac querandí del distrito de Buenos Aires, quien fue adjudicado
a Juan Carvajal por el repartimiento de Juan de Garay.
CONO CHIGÜEL, 1787, cac. pampa quien estaba reunido con 5000 huilliches en
Chimpay, deliberando si debían invadir o no. (ver Payllantur) “Coño: cachorro y Nahuel: tigre”
Conoepán ver Coñuepán
CONONAGUA, 1606, cac. pehuenche, heredero del cac. Tapalquén. Su nombre figura en el
documento de sucesión de tierras en (Rusconi vol IV. p. 113)
295
CONORIA, 1792, cac. del Norte de Santa Cruz, cuyo nombre no tiene características de
tehuelche (Vignatti, M.A, Diario de González en: Bol. Acad. N.Hisat. 1965 p.74)
CONOTIN,1582, cac. querandí que figura en el repartimiento de Juan de Garay en Bs.Aires
CONTABUCA, 1587, cac. comechingón de Tasca, en Tulian, Cabiche, Córd.; encomendado
de Suárez (Montes, 1954 p. 6)
CONTALA (o Chamanonal) 1598, cac huarpe de San Juan de la tierra de Hatitonguie;
sucesor de los caciques Taquil, Magara y Quema (Cabrera:Indios del país del Cuyo p. 253)
CONTREN GOR, 1846, cac. ranquel que vivía en Vuta Chequem con 30 indios (Arch
Cord. T. 204 E Leg.5)
CONUCHIMI, 1786, Cac. puelche. 1787 se reunió en Chimpay con 5000 huilliches
(Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza 1937)
CONUE HUAN (CONIHUÁN), 1782, cac. pehuenche de Malalhué, hermano de Pichintur
CONU LAF, 1873, capitanejo de la pampa que asistió al gran parlamento de paz de
Namuncurá, después de la muerte de Calfucurá. (AEM doc.1232) Laf: laguna y coñue: nueva
CONUE MANQUE, Lorenzo,1760, cac. en Santa Bárbará. Ha sido el primer alumno en el
Colegio de Chillán, que se destinó a hijos de caciques.
CONVE MANQUE, 1612, toqui araucano de Elicura (Chile). El asistió al parlamento de
paz en Paicaví (Gay, ) ETIMO: Coñue: pichón manque: (de) cóndor
CONYS, 1573, cac. comechingón de Pitanga, Quilino, Córdoba; encomendado de Cabrera
(Montes p.5)
CONE LUAN ver Coñue luán

COÑA, Andrés, nac. 1824 en Chile,1847 capitanejo boroga, secretario y mensajero


predilecto del cac. Coliqueo. Su hijo también se llamó Andrés Coña. 1842 - 1918. Se casó con
Rosario Lavalle y Anita Lavalle y tuvo 13 hijos en la Tribu de Coliqueo. Algunos furon bautizados
en 1876 por el misionero Pablo E. Savino; otros en 9 de Julio.
COÑA, Pedro, 1868, capitanejo del cac. Andrés Raninqueo, cuando este se independizó y
estableció su tribu en La Verde Part. de 25 de Mayo. Antes pertenecía a la Tribu de Coliqueo (Hux:
Coliqueo 3ª ed. p.93)
COÑA, Pascual, 1847 – 1927, cac. araucano quien dictó al misionero Ernesto Moesbach a
lo menos en gran parte el libro: Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la segunda mitad
del siglo XIX, 1930, primera edición 464 páginas; texto bilingüe; obra notable. El Padre Moesbach,
capuchino de Puerto Domínguz (Budi) era un fervoroso cultor del idioma mapuche.
COÑEQUIR, Francisco (Coñoquir o Corraquier) nació en Chile en 1789 y murió en
Bragado (Prov. Bs.Aires) en 1889. Era capitanejo de la tribu de Melinao, proveniente de Chile por
la Guerra a Muerte e hizo causa común con Melipán y Coñuepán, en Bahía Blanca, en Azul, en
Bragado, entre los primeros pobladores de estas ciudades avanzadas. Según la tradición familiar,
fijada en una hermosa memoria de su nieto, Dn. Fernando Coñequir, habría nacido en Temuco,
Provincia de Cautín en Chile. Es posible que sea pariente del cacique J. Ignacio Cañiuquir, del
grupo boroga que se afincó en 1824 cerca de Guaminí.
En Bragado, durante la misión del Padre Salvaire, en el campo de La Barrancosa (donado
por el Gobierno a la Tribu), el Capitanejo Francisco Coñequir se bautizó, a los 85 años de edad,-
dice el acta, del 28 de Agosto de 1874. Se casó por el sacramento religioso con María Raylef, hija
del cacique José María Raylef (el “cacique santo”, escribió el misionero al Obispo Fed.Aneiros).
Francisco Coñequir sabía leer y escribir y buscaba para sus hijos un maestro particular,
mientras en el vecindario no había escuela aún. Un día una nieta trajo a casa un libro con la estampa
del Gral. José de San Martín. Don Francisco tomó el libro, contempló la figura del General y luego
exclamó: “¡Ah, mi gran jefe correntino!... Pero él no era así. Aquí le pintan patillas muy largas y...
le hacen muy gordo”. En un cuadrito él conservaba otra representación del Libertador de Chile,
pues había luchado bajo sus órdenes en Chacabuco. Desde que estallara el movimiento de la
Independencia en Chile, tomaron parte en el bando patriota. Después de 1819 siguieron luchando
con los jefes patriotas contra los caudillos realistas. Luego por encargo del Gobierno chileno
entraron a la Argentina y no pudieron volver, como lo conté ya en varias reseñas biográficas. Fueron
296
años terribles los que siguireon con persecuciones y masacres en masa: 1834, 1835 y 1836. Desde
su asentamiento en Azul, en 1840, pudieron dedicarse a la cría de animales. Francisco trabajaba
junto con su tío Juan Platero que era su maestro en orfebrería. Cada tribu tenía algún platero y
hacían hermosas prendas en plata. En 1846 Rosas los envió a la fundación de Bragado, el nuevo
Fuerte y pueblo de avanzada. Les tocó luchar contra malones y participar en la guerra civil a las
órdenes de los Comandantes, los Coroneles Eugenio del Busto, Juan Aguilera, Laureano Díaz y
Julio de Vedia. Llegó a ser “Capitán del Ejército”. Hasta su muerte conservó su chaqueta y las
medallas que hablaron de sus méritos. Don Francisco ostentaba como trofeo de esas guerras una
cicatriz de un buen lanzazo en una pierna. Por eso lo llamaban “el Rengo Platero”
Se formó una hermosa y numrerosa familia. Sus hijos eran: Pascual, Marisa, Martina,
Francisco, Nicanor, Santiago, Angela, Silvano, Victoria , Abdón, Olegario Y Faustina. Todos figuran
en los libros bautismales de Bragado. Su bisnieta Marcela Coñequir publicó en varias entregas de la
Revista “Historias (de Bragado) para contar” , por ej. en Nº 14 de 2001 y luego en un cuaderno,
recuerdos de sus antepasados .
El Capitán Francisco Coñequir falleció a causa de su vejez el 18 de marzo de 1889. En
Bragado él tenía la casa en el solar 14, entre las calles Salta y Balcarce, al lado del cacique José
María Raylef.

COÑEQUIR, PASCUAL, el hijo mayor del matrimonio de Francisco Coñequir y Marisa


Raylef, nació en el campo de la Olascoaga (Part. de Bragado) .
Recibió una sólida educación. A los siete u ocho años de edad lo llevaron, por orden de su
padre, a Bragado. Fue pupilo dos años en el colegio de Gastón Muchur. Cumplidos los 11 años,
acompañó a su hermano Abdón a Buenos Aires; esperaban que pudiera entrar en una escuela de
Artes y Oficios. Pascualito decía que conocía gente que les ayudarían. Abdón fue alojada en casa de
la hermana del Cnel. Adolfo Alsina, llamada doña Felisa. Pero no fue a la escuela, sino sería un
criadito más en la casa y pasó una mísera vida. Pascual se hizo empleado ferroviario en el ramal
Sur (hoy Gral. Roca). Aprendió telegrafía y se iba ampliando su formsación. Llegó a tener buena
cultura y buena inteligencia y tenía una buena biblioteca.15 años más tarde Pascual y Abdón fueron
llamados por su padre muy anciano y enfermo. Asistieron a su muerte y sepelio el 19 de Marzo de
1889. Tres años después murió su madre, María Raylef Pascual hizo construir una bóveda familiar
en el cementerio de Bragado. En el Museo del Indo en Los Toldos tenemos algunas fotografías de
esta famlia.
Ya no hubo violencia ni persecución; ya pudieron participar del progreso de la Patria común,
que abraza a todos los que quieren habitar este suelo fecundo. Ojalá todos podamos vivir en paz y
en generosa armonía.

COÑOLO, 1878, capitanejo salinero de la tribu de Namuncurá. Ese año, durante la


persecución de los indios de la Pampa fue tomado preso, junto con el cap. Sanquelao, 34 indios de
lanza y 152 de chusma. (AEM 30. 10.78)
COÑUE HUÁ, 1883, cac. salinero huilliche. Desconocemos datos biográficos; pero
conocemos su retrato fotográfico, pues en ese año fue fotografiado junto con el sacerdote salesiano
Milanesio y los caciques Levicurá y Reuquecurá (Arch Gráfico AGN y Rojas Lagarde)
COÑUE LUAN,1873, capitanejo salinero que asistió al gran parlamento de Namuncurá,
luego de la muerte del cac. Calfucurá, el 3 de Junio de 1873. 1875 lo conoció el misionero P. Jorge
María Salvaire. Por encargo del Cacique vino a esperarlo y a acompañarlo desde Challhue Leufú
hasta Saslinas Grandes. (Hux: Una excursión apostólica del P. Salvaire a Salinas Grandes ed ECA.
1979) También fue enviado a Bahía Blanca con mensajes para el Cnel. Iturra (Arch. Salesiano de
Bah. Blanca) Hay una foto con Levicurá y Reuquecurá AGN S/Nº
COÑUE MANQUE, 1612, cac. araucano que fue muerto ese año durante una gran
sublevación en Elicura (Chile). Coñuemanque y Calbuñancu abogaron por la paz y acaudillaron a
los indios que en tumultuosa reunión defendieron a tres sacerdotes jesuitas, emisarios de los
españoles. El cac. Ancanamún en un arranque de ira, blandió la lanza, iniciando una matanza cruel
297
en la que sucumbieron los amigos de la paz. (Camos Menchaca: Nahuel Buta p. 357 (“Los tres
mártires de Elicura”)
COÑUE MAIN, 1643, cac araucano de la Imperial, quizás hermano del que arriba
mencionamos. En esa fecha ya era anciano. Se presentó en Penco (Concepción) para demostrar que
ellos estaban en paz y, según refiere el Padre Rosales en su Historia del Reyno de Chile, “en una
quexa amorosa, con palabras humildes y corteses pidieron a J. Catalán, les devolviera a sus indios
apresados. Pero éste se puso furioso y los trató de traidores y, sin más averiguaciones, los hizo
matar allí mismo a cuchilladas y lanzazos y a sangre fría en medio de los gritos de los cautivos,
quienes, al verlos llegar, tuvieron un momento de esperanza y ahora los veían morir así…” (Cit.
Campos Menchaca p. 115) A consecuencia de semejante trato, se sublevaron los jóvenes caciques
Huenchuquir y Ampallanta.
COÑE MAN, Lorenzo, 1758, cac. pehuenche en Quilco a 25 Km de Concepción. Ese año,
al fundarse el Colegio franciscano para hijos de caciques en Chillán, Lorenzo Coñuemán de
Ruculhué de las faldas de la Cordillera y Cristóbal Pichipillán fueron de los primeros en
inscribiorse. 1772 estuvo presente en el parlamento de Trapihué. Fue elegido “embajador”. En 1774
se casó con el rito católico en Santiago. Su gente aceptó la misión franciscana en Santa Bárbará
(Brudny ,Heinricha Restaurción de la Misión franciscana en el siglo XVIII (editado en alemán)
1971)
COÑUE MAN, 1796, cac. pehuenche que vivía en Antuco con el cac. Calfuqueo. Ambos
participaron en la Guerra Pehuenche El 6 de Abril de 1796 invadieron, acompañando al cac.
Rayguán de Malbarco la toldería de Pichintur en Malalhue. Era un malón de revancha. Allí mataron
al cac. Pichintur y a muchos indios.
(vease la biografía de Rayguán)
COÑUE MILLA, 1792, cac. pehuenche, envuelto también en la Guerra Pehuenche, En
febrero de 1792 fue atacado por los huilliches, igual que los caciques Currilipe, Cheuquepán y
Güerahueque. (Arch. Mend. Doc. 4). Dos décadas más tarde estuvo luchando con los indios
“patriotas” en Chile, junto al cac. Colipí (T. Guevara, 1910 p. 255)

EL GRAN CACIQ UE DON VENANCIO CO ÑUEPÁN

COÑUEPÁN. Venancio o Venancio Campos Coñiupán, en los documentos tiene variadas


grafías: Cañuepán, Conoipán, Conuepán, Coihuepang, Colloepán, Don Venancio o Benancio).

1. Origen y familia

Venancio Coñuepán fue un célebre cacique chileno, culto y cristiano, altivo y guerrero hasta
su muerte. Queda la duda si era hijo del cacique Melipán o de Calfupang de Piuchén, Prov.
Imperial. Estos Se conocían como caciques llanistas (Lelfunche) y patriotas o caciques de Lumacó,
Repocura y Choll Choll (Bengoa, 1985 p. 143). En el mapa de Manuel J. Olascoaga de 1870,
reproducido en B. Vicuña Mackenna (Guerra a Muerte) está la zona bien señalada. Entre la Laguna
de Lumaco y el Río Cautín tuvo su malal o lugar fortificado en el que se resguardaba su tribu. No sé
dónde se educó. Hablaba el español y era amigo personal de 0'Higgins. Sus hijos Mariano y Ramón
Cayupán estudiaron en Concepción y en Santiago. Mallorca era capitán y otro hijo se llamaba
Huanaco y otro Millapang. En las cuentas de Juan M. de Rosas aparece también el capitán Don
Venancio, hijo del cacique Don Venancio. Según el diccionario histórico geográfico de la
Araucanía, otro hijo se llamaba Domingo Coñuepán y fue, en 1889. cacique general de Araucanía.
Un nieto era el cacique Dios Quidel Coñuepán que falleció el 29 de marzo de 1945 en Temuco a la
edad de 112 años. B. Vicuña Mackenna enumera también a los hermanos de Don Venancio:
Panncio Cayupán, Calfupang, Huenchenahuel, Nahuelán, Pencón, Hilcán, Millipáng, Cayumán
Huircañ, a los que agregaría a Collinao y Melinao (quizás primos hermanos). Además de su gran
parentela, contaba con la amistad de los caciques Painemal (y sus hijos Melillan, Painemal y
Bulnes Painemal), Paillal, Nahuelhual y Colipí.
298

2. Su actuación en Chile durante la Guerra a Muerte

Sirvió a la Patria desde los primeros momentos de la Revolución y con su poder de


parlamentario araucano atrajo a muchos capitanes a la causa de la Independencia. González
Balcarce escribió al Gral. San Martín que desde el principio de la Revolución ha sido inclinado a la
causa de los patriotas (Pueyrredón, Manuel: Memorias ineditas del Cnel. .. ed. Kraft Bs.As. 1947 p.
400 s) Luchó en Chile contra el levantamiento araucano desde 1813 hasta 1824 exponiendo su vida
y todo lo que amaba contra la guerrilla de los realistas. Es probable que rencillas anteriores hayan
provocado este enfrentamiento. Desconozco su actitud en el importante parlamento de 1813,
convocado por el Gobernador de Concepción Juan Martínez de Rosas (tío de Juan Manuel de
Rosas), al cual asistieron 320 caciques. La reconquista española por la batalla de Rancagua
(2.10.1814) y la guerra civil provocada por los hermanos Carrera, desató una guerra prolongada en
Chile y aún al oriente de la Cordillera. Venancio Coñuepán era entonces oficial en un cuerpo de
caballería de la Patria chilena. No puedo afirmar documentalmente su ingreso en las filas de San
Martín en su Campaña Libertadora. Este convocó en San Carlos (Prov. de Mendoza) un parlamento
para el 30 de septiembre de 1816 al que asistieron 2000 indios pehuenches y en 1817, 200 indios
puelches (Pehuenches del este) lo acompañaron en el histórico paso de los Andes (periódico
mendocino "El Verdadero Amigo del País", Nº 20 fha 2.3.1823).
Después de la toma de Santiago, Venancio Coñuepán participó en todas las campañas del
Sur: primero a las órdenes del cacique principal de los pehuenches Melipán, del coronel Freire y el
coronel A. Pacheco. Estuvo en las batallas de Arauco (27-9.17), de Nacimiento (8.12.17). en las
batallas más cruentas del Bío Bío (18.1.19) y en Los Angeles, oponiéndose siempre a las guerrillas
realistas y pincheirinas. En los años 1817 y 1818 D. Bernardino 0'Higgins fue el Director Supremo
de su país, quien estimuló a los indios amigos igual que su padre, el gobernador de Concepción
Ambrosio 0'Higgins, a la fidelidad de su causa. Por un decreto concedió a todos los indios la
ciudadanía. Venancio Coñuepán se gloriaba siempre de haber sido amigo del Director Supremo de
Chile y de haber recibido por él el despacho de mayor del Ejército chileno. "Efectivamente lo siguió
en todas las vicisitudes de la guerra. Cuando ese en los malos ratos de ella se desanimaba, Venancio
lo confortaba diciéndole cariñosamente:" ¡ Pachencha, no má, peñi; pachencha!"
Años más tarde, en 1823, cuando 0'Higgins, derrocado, abdicó del Gobierno por la
Revolución del coronel Ramón Freire, esperaba angustioso en Valparaíso a ser sometido a juicio de
residencia o a poder embarcarse para el Perú. Entonces recibió de su amigo Venancio Coñuepán una
carta de la cual reproduzco lo siguiente (ver P. Campos Menchaca: Nahuelbuta.p.160-): "El hombre
nunca podrá ser desconocido a los beneficios de su similitud y menos Venancio, que de origen ha
amado una línea sanguínea que es la que siempre ha tratado de mirar a los indígenas como su propia
especie, bien penetrado está el Estado Araucano tanto por las operaciones del finado su padre, don
Ambrosio 0'Higgins, cuanto por su caro hijo. En él que han conocido aquellos habitantes unos
sentimientos nada equívocos, solamente movidos a hacer felices a sus semejantes... Mientras la
sangre exista de tu impar Venancio y más seres araucanos, será poco el derramar por un genio digno
de ser elevado, no por las expresiones vulgares, sino más allá de las ideas que pueda ser capaz el
hombre elevarlo... Sólo te diré que por ningún evento decaigas de ánimo y cuando no tengas otro
asilo, cuenta con tus araucanos..."

Juan Colipí de Angol y Venancio Coñuepán eran los rivales irreconciliables del cacique
manco Francisco Mariluán de Collicó y de Mañilhuenu (Magüiñ) del Río Malleco, el cacique
principal de los huilliches, cuyos aliados eran Catrileo, Curriqueo y Calfuqueo. Estos sostuvieron la
bandera realista de Benavides, Sánchez. Alcázar y Pico.
En un parlamento en Arauco (10.7.19), el mariscal español Andrés de Alcázar trató de ganar
a Don Venancio para su causa. V. Coñuepán era un cacique maduro, guerrero famoso que usaba una
lanza de 8 varas de largo y solamente él era capaz de manejarla. Lo respetaban y lo temían en las
cuatro provincias indianas —dice B. Vicuña Mackenna—. Su astucia y su prudencia corrían a la par
de su bravura (ob. cit. p. 454).
299
Andrés de Alcázar (jefe realista) convocó, pues, a los principales pehuenches para una
entrada al sur y contaba con Colipí y Venancio, pero nadie de ellos apareció entonces.
A principios de 1820 Don Venancio se retiró a su residencia, 20 leguas más al sur de
Lumaco, mientras que su hermano Venancio Cayupán se fue a la Pampa argentina, se incorporó con
los caciques Uñol, Millao, Clapil, Huincatur y Pablo Lepnopán a las excursiones vandálicas del
dictador chileno J. M. Carrera. En ese tiempo, un ejército realista puso sitio a la tribu de su cacique
amigo, a Juan Colipí. A una nueva llamada de Alcázar, en Mayo de 1820, llegaron a reunírsele los
caciques Cayumilla. Colón-Pillán y Millaleu. El 29 de Agosto llegó también el esforzado Coñuepán
trayéndole como prenda de su amistad la cabeza del cacique llanista Millamar que se había aliado
con Mariluán. . Colipí y V. Coñuepán recibieron entonces la "gratificación” de 2.000 $.
El 24 de diciembre del mismo año los realistas del coronel Pico y los indios de Toriano
dieron un fuerte golpe a Chillán; pero fueron detenidos. La proyectada expedición contra Mariluán,
en el sur, se puso en marcha recién a fines de diciembre de 1820. El sargento mayor llevó a
Coñuepán y sus indios hacia Boroa, Tolten y la Imperial. El 6 de Enero llegaron a las tolderías de
los caciques Lempí y Peñoleo. Pero Benavídez encerró a los patriotas en Lumaco. Ibañez se retiró al
Bío Bío, dejando a sus caciques un piquete de 50 hombres al mando del capitán Salazar y del
sargento Juan de Dios Montero. Entonces se acercaron los realistas de Antonio Carrera y 600 indios
de Boroa, Purén y la Imperial al mando del cacique Catrileo para batir a los enemigos lumaquinos.
Lempí organizó a sus conas y con Salazar les infligieron una completa derrota, el 12 de Enero de
1821. Más de 200 realistas perecieron en la batalla. Después de festejar el triunfo, Don Venancio
movió a sus indios hacia el Nacimiento y los incorporó al vencedor de Concepción (Freire) para
llevarlos contra Benavides. Eran 2.000 de sus lanceros, quedándose él con una reducida escolta. El
18 de Febrero se reunieron nuevamente en Santa Juana. Venancio finalmente pudo marchar sobre
Mariluán; pero le dieron sólo 400 soldados del Ejército Nacional y así volvió a internarse por el sur
de la Araucanía.
No cuento aquí los muchos encuentros de los patriotas con los realistas; me refiero a lo que
se sabe de las actividades de Venancio Coñuepán.
El estableció su campamento en Maquehua, al sur del Río Cautín, en la confluencia del R.
Quepe y desde allí lanzaba sus excursiones de piratería- El 20 de Marzo de 1821, el Director
Supremo B. O' Higgins escribió al general Beauchef: "El cacique Venancio ha derrotado dos veces a
los indios rebeldes. La Provincia de Cautín está tranquila". Combatió así a sus enemigos de Boroa,
imponiéndoles un tributo forzoso y sustrayéndoles algunos caciques para la causa de la Patria. La
campaña duró más de un año. En 1821 vengóse con tropas del Mayor Ibañez de los indios borogas.
Venancio tenía unos 40 a 50 años; estaba incorporado al Ejército chileno con el grado de Sargento
Mayor. (AGN S,VII: 10-4-13) Era “Un señor de la tierra”, rico y con muchas familias (Molinari,
1969 p. 44)
Entre tanto en el oriente de la Cordillera había sido vencido también el dictador J. M.
Carrera (Sept. 1821). En Octubre, el capitán M. Bulnes y Don Venancio iniciaron una enérgica
acción contra los indios realistas de Tru Tru, de Purén y de Boroa, mientras aquellos estaban
maloneando a otros patriotas. El 6 de Octubre de 1821 se presentaron en Santa Juana y al día
siguiente combatieron en Ñuble. Y pasando por el Malal de Coñuepán. se enfrentaron, el 17 de
Noviembre, a los hermanos Pincheira en Chillán. El 24 del mismo mes sorprendieron al general J.
M. Pico, comandante en Jefe de las fuerzas realistas que tenía su campamento en las tierras del
cacique Mariluán. Allí libraron una importante batalla de "una muchedumbre de indios" por la que
los patriotas lograron dispersar a los realistas. Al día siguiente se midieron nuevamente en el Cerro
Nibillinto, cerca de Angol y nuevamente se impusieron los patriotas, después de haberles matado
unos 60 indios. Animosos penetraron luego en los llanos, en dirección a La Imperial. Casi a diario
hubo escaramuzas, durante la marcha de todo un mes.
En vísperas de Navidad, el 24 de Diciembre de 1821, presentaron batalla al temido cacique
Curriqueo de Truf Truf, al sur del Río Imperial y a sus numerosos aliados (4.000 dice un autor). Se
ha perdido el parte oficial de aquella acción, si bien se sabe que la lucha duró seis horas y que unos
200 indios borogas cayeron junto a su cacique principal Curriqueo. Tomás Guevara dice en su libro
(1910, p. 303) que Curriqueo quería decidir la batalla por un duelo individual, provocando al
300
cacique Cayumán Huircañ, hermano de Coñuepán y que éste lo mató. De esta manera consiguió
Venancio dominar a los caciques Ñonquín, Calfuqueo, Rondeao y Melillán.
Agrego otro dato concerniente al mismo año; el sacerdote Diego León de Villafañe, ex
jesuíta del Tucumán, se presentó al general 0'Higgins en Santiago, porque quería iniciar una misión
apostólica en la Araucanía y pidió que lo acompañara el capitán Santiago Lincogur, ex oficial del
general Belgrano. 0'Higgins le entregó cartas para el cacique Coñuepán, quien se había apoderado
de aquella provincia y también instrucciones para que Lincogur tratara de pacificar a sus paisanos.
Este, hijo de cacique, primo de Venancio Coñuepán, tradujo las cartas al idioma mapuche. Pero,
ante el estado caótico de la Araucanía, el Padre Diego León debió abandonar sus proyectos y
Lincogur no volvió ya.

La guerra no estaba terminada, pero las marchas habían inutilizado muchos caballos.
Venancio Coñuepán no abandonó el proyecto de destruir al cacique Mariluán.
En 1822 no quiso acompañar al general S. Beauchef en su expedición a Valdivia. En marzo
acompañó al capitán M. Bulnes, junto con Lorenzo Pinolevi para ir a combatir nuevamente al
general Pico y a los realistas del cacique Mariluán. Perdieron la batalla en el campo del cacique
Colimán de Quilapalo en cuatro minutos (dice Vicuña Makenna). No obstante, poco después se
rindió el caudillo Bocardo con 4.000 realistas. El general Pico permaneció en el campo de Mariluán.
Nuevamente lo buscaron y lo batieron en el estero de Pile, afluente del Bío Bío. Fue una batalla de
indígenas, donde las lanzas de Mariluán y Mangüil se midieron con las de Coñuepán y Pinolevi
(Peñolevi). Los llanistas de Collicó y los huilliches de las montañas los estaban arrollando ya a
éstos últimos, cuando una compañía venida de Chillán cambió la suerte de la batalla de tal manera
que "los indios del Rey" se echaron a la fuga, dejando en el campo de la batalla unos 60 muertos. El
combale de Pile fue la última de aquellas campañas que mantuvo el carácter de lucha de montonera
contra la emancipación. En adelante la guerra sería esencialmente indígena, entre araucanos y
guerrilleros.
En Abril de 1822 invadieron los pincheiristas la población de Linares y Don Venancio corrió
allí para pelearlos, que efectuó el 26 de ese mes. Entre tanto, el cacique Melipán (patriota) llevó
como 1.000 indios para perseguir a los pehuenches al oriente de la Cordillera. Venancio se dirigió
una vez más al sur "talando" las reducciones del cacique Mariluán y presentando batalla en Pureo,
Purén y Lumaco "donde corrió sangre a torrentes".
El 17 de diciembre de 1822, el general Beauchef volvió de Valdivia y atacó, el 21 de
Diciembre, al viejo cacique Calfucurá y a Melillán, señor éste de Boroa y aquel de Pitrufquén. El
primero huyó, pero volvió al día siguiente sumiso, prometiéndo entregarse al caudillo F. Palacio; así
pudo recuperar a sus familias y sus haciendas. En esta acción tomó parte también el sargento Juan
de Dios Montero también patriota.

Así llegamos al año 1823. El Cnel. Beauchef se retiró a Valdivia, donde se enteró que el
comandante en jefe R. Freire se había levantado contra el gobierno de 0'Higgins.
Entonces renunció a su cargo de jefe de la Frontera. Ya cité la cariñosa carta del cacique
Coñuepán a su viejo amigo B.O’Higgins, ofreciéndole la ayuda de los araucanos y su techo para
resguardarse. Venancio siguió firme en su propósito de aniquilar a los borogas (realistas) del sur.
Junto con las tropas de los capitanes Carrera, Ruiz y Bulnes hacía sus malocas y guerrillas. Se
destacó en el combate de Collicó, el 23 de marzo de 1823, contra el cacique Mari-luán y contra el
general Pico. En abril de 1824 combatió en Tucapel contra las tropas que comandaba el Fraile
realista Ferrebú. En Mayo vencieron a Mariluán.

3. Su actuación en la llanura bonaerense

A fines de 1824, el cacique Venancio Coñuepán ingresó a la Argentina, enviado por el


gobierno de Chile para que persiguiera a los indios realistas emigrados a la pampa. Santiago
Avendaño en sus Memorias dice que Venancio emigró de Chile, trayendo consigo a su hijo Ramón
que había sido educado en aquella República. El coronel Prudencio Arnold contó más tarde ,que él
301
acompañaba entonces la tropa de Coñuepán y que luego, el 8 de enero de 1825, ingresó en la milicia
del Regimiento 3° en Ranchos. Por una carta del gobernador chileno sabemos que habían marchado
con unos 2.000 indios hasta Salinas Grandes apoderándose de un lugar estratégico y de mucha
hacienda. El Gobernador lo aprobó el 23 de Marzo del mismo año. En Agosto escribió el
gobernador de Córdoba al general López, gobernador de Santa Fe, que en Salinas Grandes había
unos 3.000 indios chilenos, tres caciques y un piquete de cristianos. Efectivamente los acompañó el
sargento Juan de Dios Montero con 70 coraceros. Juan de Dios en una comunicación que hiciera al
Gobernador Rosas, le dice que había venido con tropa de línea de 30 (sic) soldados chilenos y 1200
indios. (AGN. S.VII. 10-4-13 y 14-6-1)
Pero al llegar Don Venancio Coñuepán a la Argentina se nos hace difícil discernir qué
documentos se refieren a él y cuáles a su pariente (quizás hermanastro) Benancio Cayupán, llamado
a veces Coñepán.[Ver Cayupán V.] Creo que este Cayupán (Conaypán) asistió el 13 de diciembre de
1825 con los caciques Pablo, Uñol y Chañil a un parlamento de paz convocado por los hermanos
Oyuela en la cercanía de Bahía Blanca y en ese otro parlamento que en Abril de 1826 se celebró
sobre el Arroyo Epecuén:
Allí se propuso a los caciques chilenos que reconocieran la soberanía argentina. Y fue ese
Cayupán al que atacó el coronel Rauch con 200 tehuelches y pampas de Catriel en la zona de
Epecuén (28.12.26). Los chilenos habían invadido desde Salinas Grandes hasta la Sierra de la
Ventana y al mismo tiempo un grupo de pincheirinos hacía sus malones ( p. ej en el Desastre de Los
Toldos Viejos; en Dolores 16.9.26).
Entre tanto habían ingresado otras tropas chilenas, buscando un encuentro con los
bandoleros de los Pincheira. El general Barrenechea había traspasado la Cordillera con 2.000
soldados en el Paso de Antuco y Manuel Bulnes atacó su campamento de Vutalén, en la confluencia
del Marbarco y el Río Neuquén, el 3 de Febrero de 1827, sin lograr su objetivo. Y otros tres
destacamentos habían penetrado en distintos puntos de la Cordillera a nuestro territorio El Gral.
Borgoño los había mandado. (T. Guevara. 1910 p. 27 y 53 y Comando General del Ejército, ob. cit.
vol. IVº p. 190 y Barros Arana, 1897 cap XV)).
Tantas tropas chilenas causaron una gran confusión en la llanura del Plata, malocas y
migraciones forzosas y, como dije, las expediciones de Rauch. Y cuando el gobernador Manuel
Dorrego nombra Comandante General de las milicias bonaerenses a J. M. de Rosas (14.7.27), le
propone el estudio de una expedición combinada a Tierra Adentro.

4. En Tandil (1827)

Apenas se supo del cambio de gobierno en Buenos Aires (en 1827), el cacique Venancio
Coñuepán buscó el contacto con J. M. de Rosas. El 8 de Agosto de 1827, el coronel R.Estomba
comunicó al gobernador desde Tandil que "el cacique Melipán con un sargento de la República de
Chile, llamado Benancio y un teniente Juan de Dios Montero con 1.000 indios y más de 30 soldados
se hallaban a cien leguas de la Sierra de la Ventana. El gobierno chileno los ha enviado a perseguir a
los que desbarataban la provincia de Concepción. Han venido con otros caciques que antes fueron
nuestros enemigos y hoy se muestran adictos; pero no creyéndose suficientes, piden auxilio, lo que
forma el objeto de la misión".
El gobernador opinó oportuno auxiliarlos; con todo, encargó a Estomba vigilarlos
(AGN.S.X. 14-8-1). Poco después Don Venancio "el culto y bárbaro" llegó con algunos indios a
Tandil. "Vino por provisiones" —dice Estomba al comandante de Carmen de Patagones, el 22 de
Agosto— y que los caciques eran conocidos como aliados y servidores del gobierno chileno. Juan
Cornell en sus Memorias dice que llegó también hasta Kakel para entrevistarse con él. Jorge
Fernández dice (en Nuestra Historia p.82) que se presentó también a Rosas en su estancia Los
Cerrillos.
Coñuepán contó que el 8 de Julio habían sostenido un combate en Bucal con indios chilenos
enemigos y que les quitaron familias y cautivos. Que el 6 de Agosto habían sido atacados por unos
mil indios y 500 españoles a las órdenes de Pincheira en Chadileo y que lograron rechazarlos. Que
el cacique patriota Melipán había inspirado valor a todos (AGN.S.X. 14-6-t: 2.10.27).
302
A principio de Septiembre, el teniente Torres y el sargento Fabián González fueron
encargados de entrevistarse con los nuevos amigos venidos de Chile. No los hallaron en la región de
la Sierra de la Ventana, en cambio encontraron al cacique pampa Cachul con unos 600 indios que se
decían amigos (Crespi Vals: El Coronel R.Estomba. p. 50). Poco después fueron apresados (J. L.
Molinari en Bol. Acad. Hist. Nac. 1969).
El 3 de Octubre de 1827 Estomba notificó al gobernador una nueva visita de Coñuepán
(Coybuepan) acompañado de una comisión de 40 indios y 7 cazadores del ejército chileno. Para
ganar la simpatía del gobierno de Buenos Aires trajo dos cautivas de Salto (que habían liberado) y
decía que por falta de caballos no había traído más (AGN.S.X 14-6-1). Decía que era amigo
particular del Director de Chile Don Bernardo 0'Higgins y ofrecía sus servicios al gobierno
argentino, a la vez que presentó despachos militares de su país. Entregó también una carta el
teniente Monteros con idénticos ofrecimientos. Estomba las envió al Comandante General J. M. de
Rosas diciendo que el cacique Venancio era portador de importantes noticias relacionadas con la
comisión a su cargo (Archivo Hist. de la Prov. de Bs. As.: Primer Congreso de Hist. de los pueblos
III p. 147).El gobernador Dorrego aceptó el ofrecimiento y decidió otorgarle un ascenso (20 de oct.
27) "Por cuanto atendiendo a los méritos, servicios, valor conocido, buena conducta y amistad
acreditada a la Patria del Sargento Mayor Don Benancio Coyhuepan, he tenido a bien nombrarlo,
como le nombro Teniente Coronel a Guerra al servicio de la Patria" (AGN S.X. 27-7-6: 22 Oct. 27;
firmado el despacho por Dorrego y Balcarce). De esta visita a Buenos Aires da cuenta una carta de
Rosas: "El respetable cacique Don Venancio fue recibido lo mejor posible; ha sido alojado en mi
casa, donde se le ha prodigado el mejor obsequio... regresará agradecido" (Rosas a Estomba. Primer
Congreso ib.). El 25 de Octubre el gobernador lo despidió comisionándole a ajustar la paz con los
indios "al otro lado de la frontera" (AGN S.X. 14-10-6).
El "Teniente ascendido a Coronel de Guerra" movió su indiada hacia el Colorado, 1.200
hombres, porque había recibido un refuerzo con los caciques Alcafilú y Ñancufilú de Maquehue.
Juan de Dios Montero estaba con ellos e informó a Estomba que los españoles del fascineroso
Pincheira habían reunido más de 1.000 hombres y que los naturales de ellos eran aún más; que
habían tomado todos los caminos y habían cortado toda correspondencia, de manera que nadie de
ellos (de Melipán y Venancio) podía pasar a Chile .Esperaba que esta provincia les ayudara y
reconociera sus méritos.
Poco después se supo que esos chilenos de la bandera realista habían atacado a los indios de
Don Venancio de manera que tuvieron que retroceder hasta la Sierra de la Ventana (AGN.S .X. 14-
6-1). Informaron que la Tinta y el Neuquén estaba atestado de indios y por eso pedían los dejasen
venir "bajo tiro de cañón" (a la Fortaleza Argentina). El 12 de noviembre el gobernador facultó a
Rosas que distribuyese a los indios en los puntos que creyera conveniente. Estomba incorporó a 200
indios amigos, entre ellos a los hermanos de Coñuepán: los caciques Pedro Melinao y Martín
Collinao. El día 30 de noviembre de 1827 habían vuelto de un reconocimiento del sur (ib). En
recompensa recibieron en donación una cierta cantidad de yeguarizos. Entre tanto el coronel Rauch
recibió la orden de marchar a destruir a los indios chilenos y cristianos (que luchaban con los
Pincheiras). Decía también la orden: "Hará lo mismo con los ranqueles y especialmente con el
cacique Pablo. El premio será el reparto de las haciendas. Destruidos los salvajes, procederá a hacer
lo mismo con los indios amigos" (A.E.M. Doc 13 fecha:13.10.1827). Tal era la situación de los
indios. Pero Rosas tenía su propia política. Mientras que Rauch hacía estragos, Rosas entregaba
yeguas (Primer Congreso ob. cit. p. 151 :8.1.28).

5. En Bahía Blanca (fundación en 1828)

Si consideramos que el gobierno de la provincia de Buenos Aires estaba empeñado en


ensanchar las fronteras hacia el sur y que Rosas venía preparando el terreno para establecer una
nueva frontera adelantada, comprendemos el motivo de la buena acogida dada a estos chilenos
patriotas, empeñados en perseguir a sus connaturales, pero opuestos a la política de su campaña
libertadora. Ciertamente podrían prestar buenos oficios a Rosas y a la provincia.
303
Esto se verificó, en primer lugar, en la fundación de Bahía Blanca. El coronel Estomba fue
encargado de ejecutar esa obra y envió desde el Fuerte Independencia (Tandil), el 12 de Marzo de
1828, al ingeniero francés Perchappe acompañado por una buena escolta para estudiar y delimitar el
terreno. Coñuepán con 30 indios y el teniente Morel con 25 coraceros formaron esa vanguardia. El
21 de marzo llegaron a su destino e iniciaron sus preparativos. Desde allí, Coñuepán envió un
mensaje a su gente sobre el Río Colorado. Entre tanto se había movido el teniente Juan de Dios
Montero con 300 indios y 25 de sus coraceros. El 27 de Marzo llegó a Tandil y el 14 de abril a
Bahía Blanca. Algunos indios habían desertado y se habían unido a los pincheirinos. Incluso, en
ausencia de esa tropa de Montero, los pincheirinos habían atacado sus tolderías sobre el R.
Colorado y mataron al cacique Luis Melipán. El 8 de Abril algunos escapados llevaron a Bahía
Blanca esa triste noticia. El 9 de Abril llegó el coronel Estomba con el grueso de sus tropas a Bahía
Blanca, donde le informaron sobre los acontecimientos últimos y del duelo de los amigos chilenos.
En consecuencia Estomba mandó a los amigos chilenos a recorrer el campo hasta Chadileufú,
donde, decían, había un campamento de pehuenches pincheirinos. "Montero ardía por vengar la
derrota de Melipán". El 16 de Abril partieron con Coñuepán y un refuerzo del teniente Morel y el
cacique Chañil, de manera que era una tropa de 458 hombres. Según un informe detallado (AGN S.
(V.) X 16-10-5). alcanzaron a los pincheirinos el 15 de Mayo sobre el Chadileufú, pues cruzaron ese
río pampeano a nado. Eran 150 indios reforzados con 25 carabineros que atacaron con éxito a los
600 indios enemigos y sus 200 blancos que había allí. Habían ido a malonear a San Luis y de allí
habían traído un centenar de cautivos. Los vencedores incorporaron unas 20 familias.
El gobernador deseaba que estos chilenos patriotas permanecieran unos tres o cuatro meses
más sobre el Río Colorado. Pero Estomba opinó, que si no se hacía operación alguna en dos meses
y no se los auxiliaba, partirían (a Chile) junto con los caciques Benancio Coihuepán y Santiago
Cheuquelás. Los necesitaban aún.
En la madrugada del día 25 de Agosto de 1828, mientras trabajaban en las obras del Fuerte
Protectora Argentina y el pueblo de Bahía Blanca, 400 huilliches pincheirinos y cien terceroleros
invadieron al campamento de Bahía Blanca. Estomba, ayudado por Coñuepán y 130 indios suyos
rechazaron el ataque. Montero recibió en la refriega una grave herida. Para que permaneciesen le
dijo en "forma reservada" que tenía un proyecto de una próxima acción. (Comando General del
Ejército ob. cit. IV p. 152). Probablemente pensaba atacar a los indios del Río Colorado, los de los
caciques Negro, Chañil y Guaycol, porque le robaban por sus grandes necesidades en que se
hallaban. Pero aquellos prefirieron someterse sin lucha, presentándose con 2.000 indios para
ubicarse en la cercanía de Bahía Blanca con los mismos compromisos de los indios amigos de otros
fuertes. Se mantendrían pescando y boleando. La Gaceta de Buenos Aires decía en su número del
28 de Agosto de 1828, algo atrasada, que un oficial chileno y el cacique Venancio Coihuepán con
300 indios se habían sometido al Gobierno. Esto significaba que los habían comprometido a
establecerse en Bahía Blanca. Desde 1828 hasta 1836 vivían en la vecindad del Fuerte, a orillas del
Napostá, donde hoy se halla la Aldea Romana y el Cementerio, lugar que se conocía por Loma de
Coñuepán.

6. Durante la revolución de Juan Lavalle

El 1° de diciembre de 1828 estalló la revolución unitaria del Cnel. Juan Lavalle. quien
derrocó al gobernador Manuel Dorrego y lo hizo fusilar, el 13 de Diciembre en Navarro. J. M. de
Rosas había sido su brazo derecho en la lucha contra los unitarios. J. Lavalle logró comprometer al
cacique Coñuepán y a sus indios. El coronel Federico Rauch también se plegó a los revolucionarios.
También el comandante R. Estomba de Bahía Blanca se pronunció por la revolución, el 10 de Enero
de 1829. Ya marchaba el coronel Andrés Morel con el Regimiento de Coraceros para incorporar a
los indios amigos y ponerlos bajo las órdenes de Estomba; a pesar de que Montero o Yturra
avisaron a Morel que los indios estaban amotinados y apabullados por emisarios de Rosas. Pero
como los vio dispuestos a seguirle, no les hizo caso, "olvidado de su desgracia en Toldos Viejos,
pereció él y la mayor parte de los coraceros que mandaba", dice Juan Cornell en sus Memorias
304
(Acad. Nac. Hist. Conquista del Desierto 1980. I p. 112) y continúa: "El asesinato fue tan espantoso
que es preciso detallar sus pormenores para que sirva de ejemplo a otros jefes en lo sucesivo.
"Don Andrés Morel salió de Bahía Blanca como queda dicho, con el Regimiento de
Coraceros del que era segundo jefe. Salieron también a sus órdenes parte de la indiada del cacique
Don Venancio con los borogas y los sargentos mayores Montero e Yturra, 2º jefe de Don Venancio
para el servicio en la frontera. A su salida los mencionados Montero e Yturrra dieron muy
oportunamente aviso a Morel que los indios estaban amotinados y seducidos por los emisarios de
Rosas; pero este jefe no dio crédito y creyó al contrario, que pelearían a la par del Regimiento en
favor de Lavalle. Los regaló y los vistió de ropa a su salida y marchó con ellos sin prevenirse. Y
tanta fue su imprudente confianza que hasta les permitió tomar el flanco derecho del Regimiento
que marchaba en columna de camino, carabinas a la espalda y cubre llaves puestos. Los indios con
el Regimiento formaron dos columnas paralelas.
"A las dos o tres leguas de camino, la columna de indioss dio frente a la izquierda y, a la voz
de-"Yá" (a la carga), tomaron por el flanco derecho al Regimiento. La confusión y el pavor se
apoderó de todos. La derrota y la mortandad fue completa, murieron Morel, sus oficiales y tropa,
entre estos el ayudante D. Severo Cornell, mi hermano mayor.
"El desgraciado Regimiento de Coraceros concluyó su carrera asesinado en el Napostá
Grande, con excepción de uno que otro disperso, de unos 20 o poco más que el Sargento Mayor
Montero, el capitán Don Martiniano Rodríguez y el teniente Mariano Viejo pudieron reunir,
defendiéndose en retirada. La indiada entretenida la una en perseguir a los dispersos y la otra en
tomar los despojos sobre el mismo campo de la catástrofe, no se obstinó en perder más hombres que
los ya perdidos por concluir con aquel cuerpo y restos del Regimiento que se defendía con bravura
y de consiguiente desistieron de perseguirlos y se volvieron al campo".(Relato del Sarg. M. Juan
Cornell)
Crespi Valls puntualiza que el 30 de enero de 1829 murieron el coronel, 10 oficiales y 106
soldados a manos de los indios de los caciques Negro, Chañil y Conuepán. Crespi Valls niega que el
cacique Don Venancio Conuepán haya estado implicado en la masacre traidora porque este
acompañó entonces al coronel Pancho el Ñato. Según el contemporáneo Juan Carretón ha sido el
homónimo Venancio Cayupán quien participó en la sublevación del Napostá. Martín Collinao,
primo hermano de Coñuepán, había quedado en la toldería con el resto de su gente.
Continúo con la cita del relato de Juan Cornell: "Montero los hizo marchar (a los chilenos de
Coñuepan) sin pararse a las tolderías de los indios asesinos y (mandó) arriar para el cuadro
prisioneras a todas las familias. Los viejos y los muchachos poca o ninguna resistencia hicieron. La
empresa se logró y todas las familias en mucho número fueron conducidas al cuadro.
"Algunos de los escapados dieron aviso a los indios, cuando por desgracia, aún conservaban
entre ellos prisionero al sargento mayor Yturra, el capitán y alguna tripulación de un buque llegado
al puerto con bastimento y como veinte de tropa que con su oficial se habían rendido con armas.
"Los indios lamentando el cautiverio de sus familias, propusieron al comandante del Puerto,
sargento mayor entonces D. Narciso del Valle, un canje de todos los prisioneros en su poder por
todas sus familias. Montero aconsejó a Valle que no se fiara de los indios y como el número de
individuos de familia sería lo menos 15 por uno de los prisioneros cristianos pusieron por condición
de dar uno por uno hasta no dejar ninguno de los nuestros y entonces entregarles el resto. Los indios
no admitieron la condición, sino que les entregaran sus familias y ellos después entregarían los que
estaban en su poder.
"Valls, como lo hiciera Morel, no desconfió de los indios; les envió sus familias.Los indios
se burlaron después, dando muerte a todos los cristianos con excepción de Yturra que ganó el
cuadro, cuando lo mandaron de parlamento los mismos indios".

Estomba, amargado por la muerte de tantos bahienses, juró venganza y nombrado


comandante general de la Campana del Sur por el gobierno revolucionario, lanzó una furiosa
proclama y concentró sus fuerzas para contramarchar a Bahía Blanca, contra los indios del Sur. El
coronel Rauch le apoyaba. Estomba, antes de ejecutarlo, se trastornó y murió en ese estado en
Buenos Aires. El coronel Rauch fue vencido, lanceado y degollado por los indios de Pichilonco y
305
los de los caciques Collinao y Venancio (Cayupán) en la acción de Las Vizcacheras, situado en el
límite de los actuales partidos de Belgrano y Pita, el 28 de marzo de 1829.
La paz de Cañuelas (24.6.29) y el pacto de los Pincheiras en Mendoza (julio 1828) devolvió
a la campaña cierta tranquilidad. Había sido espectacular la confusión de Mendoza que culminó en
la Matanza de Chacay (11.6.1830). J. M. de Rosas, ahora gobernador de Buenos Aires, con
facultades extraordinarias, quiso intervenir en la pacificación de los indios e invitó al presidente de
Chile, D. Fernando Errázuriz, a una acción conjunta. En la carta respuesta del 5 de Agosto de 1830
le decía que tenía plena confianza en Don Venancio Coñeupán, felicitándose que su hijo Ramón
estuviese en Santiago (E. Celesia, 1969 ,p. 283).
Pero Rosas demostraría, “que según su parecer, la mejor pacificación de los indios era su
eliminación”.
No sé si Coñuepán participó en las expediciones "pacificadoras" anteriores a la del año 1833
(Cf. AGN.S.X. 40-7-10 y 27-7-6). En Abril de 1832 Rosas escribió al general Quiroga, explicándole
su plan de una expedición combinada: "Nos juntaremos en un punto céntrico y continuaremos una
formal expedición que termine con todos los indios que hostilizan nuestras fronteras". El gobierno
de Chile, ahora en poder del general J. Prieto se adelantó en la persecución de los Pincheiras
enviando al general Manuel Bulnes con 2.000 hombres al oriente de la Cordillera: efectivamente los
derrotó en el sur de Mendoza y en Neuquén. Regresaron con 2.000 cautivos liberados y 40.000
cabezas de ganado. El gobierno había solicitado también la ayuda de Don Venancio Conuepán y del
piquete de J. de Dios Montero, pero los retuvieron en Bahía Blanca. Es posible que Don Venancio
haya acompañado al coronel Martiniano Rodríguez en su expedición al Mamuil Mapu (La Pampa) y
contra el realista cacique Toriano (Abril a junio de 1832) (AGN.S.I.32-6-1 y S.X. 27-7-6 y S.VII
Biedma 10-4-14).

7. Durante la Campaña del Desierto en 1833

En Marzo y Abril de 1833 se pusieron en marcha las tres columnas de la Expedición al


Desierto, largamente preparada por J. M. de Rosas; una al mando del Gral. Huídobro, otra al del
Cnel. F. Aldao y la porteña al del Gobernador Rosas. La consigna era batir a los indios rebeldes. La
división de la Izquierda fijó su meta hacia el Río Colorado y Río Negro. Buscaba las tribus de Lepil,
de Maulí, Chagallo y Venancio Cayupán y a los ranqueles que escaparan a las avanzadas de las
demás divisiones e incluso los huilliches que venían a vengar la muerte del cacique Toriano.
Antes que se concentraran las fuerzas de Rosas en el sur, la división de Bahía Blanca tuvo ya
un encuentro con indios chilenos y pincheiristas en Salinas Chicas. Rosas convocó a los caciques
pampas, a Catriel, Cachul y Venancio, a San Miguel del Monte (19.3.33). El 22 de marzo estuvo
Coñuepán con Rosas y el cacique después de impartir las órdenes pertientes, despachó a su hijo.
llamado también Venancio Conuepán (teniente primero), dos capitanejos y una partida de sus indios
para ponerse a las órdenes del coronel M. Delgado. Les entregó 2.000 $ como sueldo anticipado
(AGN.S.X. 27-5-6 y 40-7-10 No 127). El 2 de Abril los indios amigos pampas de Catriel, Cachul y
Venancio (Panancio) de Tapalquén se incorporaron al grueso del ejército y recibieron su anticipo de
4.000 $. El 26 de abril llegaron al Napostá. (Ver Enrique Cabré Moré: "Rosas llega a Bahía Blanca"
en: (Periódico) Nueva Provincia: álbum del sesquicentenario de Bahía Blanco ,1978 p. 28-30, con
un mapa que señala el campamento de los indios amigos, al lado del Cuartel General, en una vuelta
del Napostá).

Durante la campaña, Rosas dirigió varias cartas al viejo cacique Coñuepán; por ejemplo, el 4
de junio le informa sobre la persecución de Chocorí y la del cacique Venancio Cayupán quien, se
había unido al cacique Chocorí en la Isla Choele Choel para disparar luego al río Valcheta en el
Chubut. No nos extraña que Venancio Coñuepán pensara alejarse y retornar a Chile. (AGN.VII
Biedma 10-4-8). Pero Rosas lo disuadió diciendo: "Mi estimado amigo D. Venancio Coñoepán, es
conveniente que se venga ahora en marcha a cortar 70-80 leguas de jornada, sino sería muy lejos
para su tierra sin destruir los animales que trae. Venga al Arroyo Napostá. a tres leguas de Bahía
Blanca. Pacheco tiene buena pradera en Choele Choel. Quédese dos meses en Napostá; lo espero
306
para Agosto. Supe por prisioneros que Chocorí y cien habían venido a Bahía Blanca para robar.
Mira si los descubre en el camino; persíguelo para acabar a este pícaro ladrón; se lo encargo mucho
que lo ataquen ochenta a cien. Saludos de su afectuoso compatriota [sic!] Juan Manuel de Rosas"
(Diario de Rosas, Ed. Sudestada, p. 415 y AGN.S.X. 27-5-6). Rosas escribió también al general F.
Quiroga, el 20 de Julio, diciéndole que pensaba enviar a 300 hombres con el cacique Don Venancio
para que se cruzaran hasta Chile acuchillando en su tránsito a todas las tribus que encontraran. "Don
Venancio es un cacique chileno que está conmigo desde antes de la Revolución de Diciembre
(1829). Vino persiguiendo a los Pincheiras y no ha podido regresar por los enemigos y ahora
aprovecha la ocasión para irse a su tierra; tiene como 300 indios. Pero creo que todos no han de
querer irse. Ya ha llegado a Bahía Blanca y pronto ocupará este Río [Colorado]". (Diario, p. 158).
¿Dónde había estado antes? En la columna del coronel P. Ramos y con el capitán Yturra había
seguido los rastros del cacique Maulí hasta Salinas Grandes, sin alcanzarlo ni quitarle el robo que
había perpetrado a retaguardia de la división de Rosas. Yturra quiso volver a buscarlo cuando lo
halló cerca del Cuartel General, porque llegaba para entrevistarse con el Brigadier General. El día
20 llegaron al Cuartel de Bahía Blanca y el mismo día se presentó ante el cacique coronel en su
toldería. Al día siguiente marcharon el capitán Yturra, Don Venancio, los capitanejos Collinao y
Guayquir, el ayudante Leuful (Leubulicán) y 112 conas armados de lanza, más treinta con sables y
boleadoras, llevando cada uno cuatro caballos. Tomaron la dirección de Sierra de la Ventana y
llegaron hasta Curamalal. El 23 de Agosto encontraron un campamento de indios recién
abandonado, pero debieron descansar sobre el Arroyo Quitreleufú. El día 24 llegaron hasta la laguna
Guatraché en la Pampa, pero no pudieron alcanzar a los fugitivos y tras una reunión de consejo,
decidieron regresar (J. Carretón: Escritos, comunicaciones y diario.Ed. en 1946, vol. I. p. 189). El
29 del mismo mes estuvieron de vuelta en los toldos de Don Venancio. El día 30 se incorporaron 60
a las fuerzas del teniente coronel Miranda. En nota del 3 de Septiembre, J.M. de Rosas criticó a
Yturra por no haber seguido los rastros. Miranda en su segunda expedición hacia Puán y Salinas
Grandes batió una gran partida de indios "que estaban buscando avestruces en las inmediaciones de
Salinas Grandes". La mayor parte logró escapar.

El 10 de Diciembre de 1833, Venancio Cayupán (el que había marchado al sur) estaba preso.
Rosas convocó entonces a los caciques a una reunión. Don Venancio Coñuepán no asistió; estuvo
enfermo. La propuesta de Rosas era clara: si los pampas y borogas deseaban gozar de su amistad,
deben atacar a los ranqueles y batir a Llanquetruz. Una semana más tarde hubo otra reunión en el
Fuerte, a la que Don Venancio pudo asistir. Rosas acusó ante los caciques Catriel y Venancio a los
borogas de Guaminí, acusándolos de falsos.
En adelante, aún cuando había licenciado las tropas y vuelto a Buenos Aires, logró más con
su "diplomacia y exigencia" que con su campaña: eliminar a los caciques principales de la llanura
del Plata.

8. Después de la Expedición al Desierto

A partir de diciembre de 1833, Rosas concentró su atención sobre los borogas, ex realistas
radicados en Guaminí y aledaños. Estos a su vez, desconfiaban cada día más de su amistad.
Después del parlamento de Bahía Blanca, Rosas dispuso, el 12 de Diciembre, que el cacique
Quechán regresara al campamento de los borogas y que éstos montaran de inmediato y persiguieran
a los ranqueles. Más tarde les reprochó que le habían robado y que tenían relaciones con los
ranqueles. Estando aún en Bahía Blanca, el 8 de Enero de 1834, llegó a manos del edecán de Rosas
esta enigmática carta: "...El General debe estar enojado al ver que los caciques borogas se han
contentado con montar a caballo para perdonar a los ranqueles ladrones... Si Quechán y
Guayquimilla quisieran despedirse de Don Venancio y fuesen a su campo o Don Venancio estuviera
en esa, debe usted instruirle bien de lo que debe contestar, pero no diga que todo viene de mí
(Rosas), porque puede que algún día haya que tratar algo con él..." (AGN S.X. 27-5-3). Rosas tenía
sus propios planes y los irá cumpliendo.
307
El 11 de Enero el teniente Pablo Millilicán, sobrino del coronel Don Venancio y escribiente
de los caciques borogas, advirtió por escrito al coronel Delgado que los borogas temían por lo mal
que Don Venancio había despachado a Quechán. Poco después enviaron una comisión selecta para
que parlamentaran con el Sr. Edecán Corvalán y sus oficiales en el Napostá. La conferencia duró
seis días. Luego Pablo Millilicán envió una dramática carta a Rosas, diciéndole que los borogas del
cacique mayor Rondeao se habían sentido menospreciados como perros; que le rogaban de rodillas
que no los atacasen. (AGN.S.X. 24-9-1).
Unas semanas más tarde se entrevistó el cacique Don Venancio con el brigadier general J.
M. de Rosas (16.2.34), pues había recibido una carta del general Bulnes de Chillán, fechada el 30
de Enero de 1834. Avisaba en ella que 2.000 indios del sur del Río Bío Bío habían salido a
malonear a la llanura argentina... Rosas agarró la carta, la modificó y la divulgó así falsificada:
según el aviso del comandante general de la Frontera, general Manuel Bulnes, venían indios del Bío
Bío a invadir las pampas. Que el ejército chileno iba a excursionar hasta el lado oriental de la
Cordillera, los atacaría con los indios aliados o los destruiría a su regreso (Arch. de San Luis N°
5270: 4.4.34). Al mismo tiempo encargó a Cachul y a Venancio divulgar esta versión entre los
indios. Venancio la envió a los borogas. Y Millilicán notificó a Rosas que el capitán Collinao había
llegado hasta su chacra en Carhué con saludos y comunicaciones del cacique Venancio. Es evidente
que Rosas aprovechó al cacique Venancio como emisario diplomático. Además ubicó una fuerza de
vigilancia de los de Coñuepán sobre el Río Colorado. "Están con cuatro ojos". Al mismo tiempo
destacó piquetes al mando de R. Maza y Eugenio del Busto y al cacique Cachul cerca de los
borogas; decían que estaban a la expectativa de los 2.000 que vendrían de Chile. En abril se repitió
el aviso de invasión por carta del Presidente chileno, el general Joaquín Prieto y en mayo se supo
que los 2.000 esperados se habían dirigido hacia los manzaneros del Neuquén (AGN.S.S. 24-9-1,
fha.: 7.5.34).
El Asalto de Masallé : 8 a 13 de septiembre de 1834

El 31 de mayo, Rosas comunicó al general Estanislao López que la invasión no se hacía y


que secretamente había dado permiso a Calfucurá que se instalase en Salinas Grandes y tomara
venganza entre los borogas por la muerte del cacique Toriano. (Arch. Histórico de Sta. Fe T. IV Nº
59).
Los borogas saludaron a los nuevos dueños de Salinas Grandes, sin saber qué traición les
esperaba. Y llegó el trágico 8 de septiembre de 1834, conocido por día del Asalto de Masallé que he
descripto con más detalles en las biografías de los caciques Rondeao y Melín. Pues en la madrugada
de ese día llegaron 800 indios chilenos, penetraron en las tolderías y buscaron en primer lugar "las
habitaciones" de los caciques Melín y Rondeao, a quienes despertaron y lancearon en el acto. No se
llegó a una pelea mayor, por la sorpresa y porque gritaban que venían con la venia del general
Rosas y con permiso del cacique Don Venancio y del coronel Francisco Sosa.
Apenas los borogas habían dado sepultura a los jefes y parientes caídos, cayeron los
huilliches en un segundo malón más fuerte y más sangriento sobre ellos (del 13 al 14 de
septiembre). A los que no mataron, los llevaron como prisioneros hacia Salinas Grandes. Muchos
dispararon o estaban lejos, como Cañiuquir y Caniullán. Pablo Millalicán y el cacique Guayquiner
fueron los primeros en dar aviso de los sucesos a los jefes de Bahía Blanca. Tardaron en
comunicarse por desconfianza y entonces éstos preguntaron, si de veras esos indios habían operado
en nombre del gobierno argentino. Enviaron a los capitanejos Ignacio Güillipán y Pedro Collín ante
el cacique Coñuepán. En presencia del cacique general Don Venancio y de los oficiales
testimoniaron que los borogas no querrían apartarse de la amistad y protección de los cristianos.
(Grau: Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, p. 270: 15.9.34 y AGN.S.X. 24-8-6). El día 16
apareció en Bahía Blanca el cacique Guayquil, hermano del fallecido Rondeao, para declarar sobre
los sucesos. El comandante Martiniano Rodríguez se limitó en contestar que Rosas no era ningún
traidor; que lo iban a informar y debían esperar sus órdenes, antes de tomar cualquier decisión.
Notablemente en esa comunicación, en la misma fecha, como addenda a la declaración anterior,
anotaron también las declaraciones del cacique Calfucurá y del hermano del cacique Tranamilla,
fundando las razones por las que han muerto a los caciques... pidiendo aprobación y recompensa. Al
308
fin se dice que se ha obrado con arreglo a superiores instrucciones... "Este acto lo presenciaron el
teniente coronel Francisco Sosa, D. Juan Zelarrayán y Don Venancio" (ib.AGN.S.X. 24-8-6:
23.9.34). El día 20 de Septiembre (antes de recibir esa nota). Rosas había escrito al general Tomás
Guido ministro de Guerra y Marina: "...que los enunciados araucanos (Cheuquerta, Chocorí, Cumiú,
Lepil, Maule, Namuncurá... Calfucurá y Tranamilla), unidos a los ranqueles, sorprendiendo a los
caciques borogas, han muerto a los primeros jefes de éstos que eran Rondeao y Melín, han hecho
gran mortandad, cautivando sus familias y llevándose todas las haciendas... Esta noticia debe
considerarse de grande importancia para la República, porque ella facilita ya un camino para acabar
o escarmentar a los ranqueles" (Grau, ob. cit. p. 135).

"Los indios chilenos fueron llamados por los ranqueles —dice Rosas en otra carta, dirigida
al general José F. Aldao—. Cuando estos ordenaron que les dijeran que viniesen a robar, me lo
avisaron, pidiéndome al mismo tiempo permiso para venir a situarse en Salinas. Yo creí conveniente
dársela" (ib). Calfucurá mismo, afirmaría más tarde que Juan M. de Rosas lo había llamado. (Arch.
Mitre).
El 27 de Septiembre se presentaron en Bahía Blanca los caciques Calfucurá y Tranamilla
con 6 o 7 de sus indios "enemigos", incluso algunos capitanejos (AGN.S.X. 24-8-6: 14.10.34).
"Venían a entretener o engañar y robar haciendas" —dice Rosas en carta al coronel M. Delgado de
25 de Mayo. Que había dado órdenes sobre el modo de conducirse. Aquí se descubren ciertos rasgos
de la política de Rosas para con los indios. Aseguraban a esos caciques que al día siguiente su
fuerza marcharía contra el enemigo; pero a los autores del malón, a los que llevaban el botín, no los
persiguieron.
El 29 de Septiembre de 1834 Rosas felicitó al coronel Rodríguez (oficialmente) por haber
apresado a Tranamilla, Calfucurá y 14 más. Rodríguez había avisado de su visita.Pero en la guerra
se miente... El día 10 de Octubre Rodríguez envió un parte sobre una expedición sin mencionar el
apresamiento; por lo demás no consta por hechos posteriores que dichos caciques hayan sido
apresado.
Si me excedí en datos o detalles, lo he hecho para demostrar hasta qué punto Rosas había
comprometido al cacique Don Venancio Coñuepán, el viejo enemigo de los borogas en la Guerra a
Muerte en Chile. Los borogas continuaban afirmando que Rosas y Venancio los habían engañado y
entregado. Y el 3 de Octubre parecían dar la prueba, diciendo que Venancio había estado once días
con los enemigos (AGN. ib).
Don Venancio tuvo que acompañar a la División de Bahía Blanca a la Expedición que los
borogas pedían clamorosamente para vengar a sus "enemigos traidores". Pero resultó ser una
expedición contra los ranqueles y los borogas que se habían refugiado entre ellos y no contra los
huilliches de Chile, a quienes Venancio fue a avisar que debían retirarse, pues las fuerzas de Bahía
Blanca pasarían por Salinas Grandes. Recién el 5 de Noviembre partió la División de Bahía Blanca
y Coñuepán (hijo, probablemente) con 60 indios (AGN.S.X. 24-8-6, fha.: 11.11.34 y S.(V.) X 28-7-
4 p. 152). En la laguna Puán se iban a incorporar 400 indios de Guaminí, pues Eugenio del Busto
movilizó a los borogas (ib. 3.10) y con ellos atacó el 3 de Noviembre unas tolderías de Manqueo,
Ancapí, Marileo y Antevil, borogas o parientes de los borogas, de manera que Cañiuquir y los suyos
no querían atacarlos y trataron de rescatar los prisioneros que sobrepasaban los 200. Fue
precisamente el cacique Venancio quien tuvo que atacar a Manqueo. Este enfrentamiento le interesó
a Rosas más que la persecusión de los "enemigos" chilenos. La expedición concluyó el 31 de
Diciembre de 1834. Yanquetruz se había escapado y de los chilenos no hablan los informes. El parte
de Zellarrayán del 11 de Noviembre en Salinas Grandes fue corregido por Rosas antes que se
publicara (AGN.S.X. 24-8-6). Rosas escribió a M. Rodríguez ya el 29 de noviembre: "...Celebro
que Venancio se conduzca bien y que sea útil; le felicito por el triunfo en la guerra de indios. Le
hablo confidencialmente (ib)."
Durante el año 1835, Rosas envió otras expediciones contra los ranqueles y los boroganos
que se les habían unido.Venancio y sus indios debieron intervenir. Creo que Venancio hijo salió a
campaña, porque el padre estaba enfermo. S. Avendaño en sus Memorias (ed. 1999 p.38/39) dice:
“El cacique Venancio Conuhuepang se hizo tan acreedor a la estima del Gobierno por su fidelidad y
309
por su guerra sin descanso que hacía a los Ranqueles, que el Gobierno le hizo hacer una casa buena
en Bahía Blanca para él y su familia. Calfucurá había aparentado no hacer caso de él; ni se
interesaba tenerlo a su lado, ni de incomodarlo más. Esto fue mentira. Así que se vio algo afianzado,
entabló relaciones secretas con subalternos (suyos), diciéndo que se echará repentinamente sobre
ellos para acabar con Venancio; que ellos tomen parte en el motín, engañando a Venenacio para que
abriera la puerta de su azotea y luego lo asesinasen “
La primera expedición a la Pampa salió el 26 de Febrero, al mando de Eugenio del Busto y
los indios de Cañiuquir. En mayo marchó el coronel R. Maza desde Bahía Blanca con 900 hombres
y 290 indios del cacique Venancio y Meligür. Se internaron para pelear a Llanquetruz. Al mismo
tiempo marcharon 200 auxiliares desde San Luis y 200 desde Córdoba y Mendoza. (Véase la
biografía de Llanquetruz el IIº). Y una tercera expedición partió el 8 de Noviembre desde Bahía
Blanca a las órdenes del coronel Martiniano Rodríguez con 457 blandengues, 156 dragones y 210
indios de Venancio y Meligür. Penetraron también en tierra ranquelina. Se ve que la Expedición del
Desierto del ano 33 no había concluído aún. Todas las expediciones hacían bajas y cautivos. El
sargento mayor Yturra tuvo el mayor éxito en su ataque sorpresivo sobre la tribu de Paillán, el 21 de
Noviembre. Llanquetruz nuevamente se escapó y se escondió enfermo y triste en el inhóspito oeste
pampeano.

9. El año 1836, trágico para Cañiuquir y Coñuepán

Sí. el año 1836 iba a ser trágico para los dos grandes caciques políticamente antagónicos y
sus tribus. El primero "había caído en desgracia" ante Rosas al no efectuar el exterminio de
Mariqueo y demás borogas a fines de 1834. Rosas mandó atacar su toldería en el Arroyo del
Pescado, sobre el viejo Camino Chileno. La División de Bahía Blanca los alcanzó el 22 de marzo de
1836 y mataron a 900 indios valientes en el combate del Arroyo Languillú, donde combatieron
Venancio y sus indios con la tropa de Bahía Blanca. (AGN.S.V. 23-4-6 y Comando General del
Ejército: ob. cit. vol. IV p. 372).
Al regresar estas columnas con los cautivos y el botín, se sublevaron los indios de Venancio,
horrorizados ante el espectáculo de la matanza cruel. Dieron muerte a unos 70 soldados y atacaron a
troperos y cuanto cristiano se le cruzaba. Apresaron en su protesta también al cacique Venancio
Coñuepán (h).
Cundió la consternación entre los indios y hasta los de Chile clamaron por venganza,
uniéndose viejos realistas con viejos patriotas. Los sobrevivientes de los indios de Guaminí se
coaligaron con los recién llegados con Calfucurá y con J. Raylef y Tracamán y en Agosto se
dirigieron hacia Bahía Blanca. El 5 de Agosto se supo que el coronel Francisco Sosa (el temido
Ñato y carnicero de indios) había muerto misteriosamente en su estancia del Sauce Grande.
Testimonios sobre la muerte de Don Venancio Coñuepán (el 24 de agosto de 1836)

El 24 de Agosto, en la madrugada, cayó un malón de más de 2.000 indios (23 caciques)


sobre la zona de Bahía. "Sorpresivamente atacaron las tolderías de Venancio que estaban a un cuarto
de legua de la Fortaleza, a orillas del Napostá, atrás de la loma. Mataron a 400 indios e hicieron
robos y saqueos". Esto anotó entonces el cura párroco Juan B. Biggio en el libro de defunciones,
con el título: "Día de susto y carnicería en Bahía Blanca" (Boletín Acad. N. de Hist. tomo 42, 1969,
p. 215 y Rigamonte, E.: Antecedentes históricos de la ciudad de Bahía Blanca, 1950, p. 30).
Opino que el cura párroco no supo, entonces, que Don Venancio había sido la primera
víctima de este malón y de la sublevación de algunos de su propia tribu. Decía: "Se había tenido
gran confianza en Venancio con sus 250 indios; vivían como hermanos y buenos amigos aquí, desde
ocho años. Habían peleado contra los amotinados unitarios al mando del general Lavalle, en 1828 y
fueron a pelear al cacique Yanquetruz en Nahuel Mapú y pelearon en los campos de Guaminí contra
los indios rebeldes del cacique Cañuquel. Recibían raciones y venían a la Guardia todos los días a
comerciar. Pero en los indios no hay lealtad. Por la misericordia de Dios este día no perecimos".
Verdaderamente, este gran cacique chileno, patriota hasta el fanatismo, merecía un epitafio
mejor sobre su tumba que el dado por el P. Biggio.
310

Su apasionado patriotismo primero y su docilidad a las directivas políticas de Rosas,


después, causaron estragos entre las filas de su propia raza. El cacique Martín Campos Collinao,
hermano del cacique Don Venancio Campos Coñuepán recordará aquella historia al general Juan
Manuel de Rosas en una carta del 15 de noviembre de 1851; en ella se ofrecía una vez más al Sr.
Gobernador para la lucha "contra los Salvajes Unitarios y Urquiza". Decía: "...Cuando mataron a mi
hermano Benancio, me dijo S.E: Míreme, que no llore tanto por mi hermano Benancio, que no
tenga cuidado—me dijo S.E.— que tengo 1.400 (hombres) y siempre me desquité (en) la guerra que
me hacían los indios. Me mandó a la Guardia del Monte y yo quería estar en Bahía Blanca, donde
murió mi hermano. Yo argüía que los indios podían decir que yo había muerto al hermano y estaba
escondido..." (J.Maguire: Loncagüé p. 141). Finalmente se dijo que según dos testigos (decían) que
el cacique Pedro Guayquil (hijo de Cañiuquir) había dirigido el ataque y asesinado al viejo cacique
Don Venancio Coñuepán. (En: La Tribuna del 29 de Agosto de 1860 y Comando General del
Ejército: ob. cit. vol. IV. p. 402).
Se había cumplido lo que S.Avendaño anotaba. “Sucedió así. (como Calfucurá lo había
planeado). Los indios ignoraban la trama y se guarecían en Bahía Blanca. Venancio queriendo
amparar a su gente, abrió la puerta y allí mismo fue degollado, quedando su casa y familia a
discreción de los amotinados e invasores. Calfucurá arreó con todo, cautivó a las familias del
difunto y destrozó la casa. De esta catástrofe escaparon algunos. Aún existen (algunos) al mando del
cacique Ancalaf (o Ancalao) (ob. cit. p.39)

Para terminar esta larga y dramática historia, menciono el raro documento que es el
inventario de los bienes del cacique Coñuepán, extendido en Buenos Aires, el 11 de junio de
1838 a favor del único hijo (Ramón) sobreviviente —dice el texto— mayor de edad y heredero del
finado coronel Don Benancio Cayhuepán (Coñuepán). Enumera los patacones de plata, bolivianos,
peruanos, españoles y otros; sus prendas de plata como arreos, espuelas y facones, ropas, casacas y
hasta una bandera argentina "de regular uso". Falta la hacienda y la tierra que podía haber invocado
como propiedad. (publicado en Boletín Acad. Nac. Hist. vol. 42 p. 213-218).

La pampa india no se había aquietado aún.El 31 de Agosto de 1837 acudieron los indios de
Raylef, Lincogur y Tracamán para defender y vencer a Coñuepán y su tribu (AGN.S.X. 20-10-1). El
1º de Octubre cayó otro malón de más de mil indios coligados sobre las tribus amigas de Tapalquén,
pero fueron rechazados. Juan Raylef con 1.700 indios de Chile había venido a hacer justicia india,
pero Rosas obtuvo de él un nuevo aliado; el cacique Calfucurá lo castigará en su regreso.
Los herederos de la tribu de Coñuepán serían sus hermanos, los caciques Collinao y Melinao
y su hijo Ramón Coñuepán, y más tarde ocupará sus tierras bahienses el cacique Francisco Ancalao,
cuya historia narramos ya arriba.
(Etimología: Pan [pangui]: puma y cachorro [coñue]: "Cachorro de Puma").

COÑUEPÁN, Venancio, hijo del cacique Venancio Calfupang tuvo un hijo que se llamaba
también Venancio Coñepang. Participó en toda la historia de su tribu, en la guerra a muerte, en la
emigración a la Argentina y en las guerras que Rosas provocó entre las tribus de la pampa
bonaerense. En 1833 participó con el grado de capitán en la expedición de Rosas a las órdenes del
coronel Manuel Delgado. Durante el crítico año de 1834 el teniente coronel Pablo Millalicán se
comunicó constantemente con su sobrino Venancio Coñuepán para defender a sus boroganos ante
Rosas y su padre, el cacique Don Venancio. En los años 1835 y 1836 participó en las expediciones a
las tierras ranquelinas y aún en aquella en que se dio muerte al cacique Ignacio Caniuquir. Al
regresar de esa expedición, sus propios indios se sublevaron y tomaron preso a su cacique Venancio
(h). Es posible que lo hayan muerto en esa oportunidad, en Abril de 1836. Después del gran malón
en Agosto de 1836 en que fue muerto, su padre, ya no figuraba. El 12 de Octubre de 1866, el
gobierno de la provincia otorgó en propiedad dos leguas cuadradas a los caciques Andrés Ancalao,
311
Linares y Venancio. Ignoro si éste Venancio era un descendiente directo de los Coñuepán (Muzlera,
J.: Leyes y decretos de la Provincia de Buenos Aires, p. 156)
Tomás Guevara en su libro “Historias de Familias, siglo XIX ed.2002 p.175, agrega: “Su
hermano Juan Millapang se sublevó, cuando se fundaron los pueblos Cagtün y Cholchol. Este quiso
fundar el Cnel. Gregoria Urrutia al otro lado del río, en territorio de Ancamilla. Antonio Paynemal
aconsejó fundarlo a este lado en lo de Millapang.
Venancio Coñuepang se refugió en el Fuerte de Temuco. Se disgustó con Millapang.; cuando
le murió un hijo. En el entierro se pelearon y murió Venancio.

COÑUEPÁN, Ramón era hijo del gran cacique Don Venancio Coñuepán. Fue el más
instruido de sus hijos. No sólo estudió en Concepción, sino también en Santiago, la capital de Chile,
aún cuando su familia había traspasado la Cordillera para ubicarse en Bahía Blanca. Esto se
desprende de una carta de Rosas al Presidente de Chile, del 5 de Agosto de 1830. Posteriormente se
reunió con sus familias y participó en sus trágicos momentos. Durante la Expedición de Rosas del
año 1833 figura en las listas de revista como teniente 1º o teniente 1° graduado de capitán o
ayudante de su excelencia (Comando General del Ejército, ob. cit. vol. V p. 206 y 219). En 1835
Rosas lo destinó para desempeñar una misión de paz entre los indios amigos de Llanquelén. (R.
Pérez: Aportes para la historia de Junín, p. 32). Es posible que no haya estado con su padre ni con
su tribu el día que los invadieron (24 de Agosto de 1836). A los dos años, como dije arriba, se le
extendió el inventario de los bienes de su padre (AGN.S.X. 20-10-4 Juzgado de Paz de Bahía
Blanca; publicado en Bol. Acad-Nac. Hist. 1969). Rosas quiso que se trasladara a la Guardia del
Monte, pero él se opuso, porque quería quedarse donde descansaban los restos de su padre. Su tío,
el cacique Martín Collinao, radicado posteriormente con su tribu y la de Pedro Melinao en Bragado,
solicitó el permiso "para que mi sobrino Ramón Coñuepán se reuniera con ellos" y fuese su
escribiente. (15. de nov. de 1851). Santiago Avendaño, el Excautivo da unos recuerdos de este su
amigo: “El hijo Ramón (Coñuepán) fue solicitado por el Gobierno para tenerlo en Buenos Aires, en
un cuerpo de línea, en el que ascendió a capitán. Retirándose del servicio, el Gobierno tuvo a bien
darle un empleo de Sargento Mayor con el sueldo (correspondiente) y otros auxilios, dándole por
residencia una casa cerca de Santos Lugares, donde vivió con mucha comodidad, pues lo vi hacer
uso del diccionario en una duda que tuvimos en 1850. Ramón Coñohepang (sic) era un excelente
gramático. Poseía un estante lleno de libros, su buen reloj, su butaca, un escritorio con todos sus
accesorios. Vestía siempre pantalón de paño fino, azul con franja; casaca de presillas y su gorra
bordada, sin descuidar jamás su corbata ni el lustre de sas botas.(Santiago Avendaño, Memorias ed.
1999 p.38)

COÑUEPÁN, Domingo, 1889, cacique general de Arauco en Chile. Era de Chol-Chol. En


oportunidad del funeral de su padre Venancio IIº mató 24 vacunos. Tomás Guevara en Historias de
Familias, siglo XIX dice “El hijo de Venancio, Domingo Coñuepang siguió con la tribu de su padre,
noticia que publica el diccionario histórico geográfico de Valderrama (1928 p. 96). Más tarde
rechazó un malón lanzado por los caciques Ramón Lienán (de Temuco), Quilapán y Huentecura.
Para eso había convocado a sus amigos de Tromen, Reñaco (Renancó), Malalche y Curiñe y al
cacique Painemal. El malón fue provocado por la tradicional interpretación de la muerte de dos
hijos de Coñuepán. "Que era por maleficio de la familia Lienán" (Ruscone Carlos.: Ob. cit. vol. IVº
p. 113).

CONUEPAN, Venancio IIº era cacique araucano, nieto del gran cacique Venancio. Fue
hombre bien instruido, dispuesto siempre a la conciliación, quizás en un sentido derrotista; pero
veía en la resistencia militar un movimiento suicida y admitía el avance colonial (José Bengoa:
312
Historia del pueblo mapuche,1985 p. 265 y 295). En 1881, su hermano Millipán,. en cambio,
asumió el liderazgo de la insurrección en Choll Choll. Venancio se fue con bandera blanca al Fuerte
Nielol. Después de la ocupación definitiva de la Araucanía en 1883. se lo nombró "Cacique General
de la Pacificación de la Araucanía". Mas tarde su hijo llegó a ser diputado chileno. En la casa del
nieto de éste, llamado don Venancio Coñuepán Huenchual, se conserva un sable del ejército que le
regalara el general Urrutia a Venancio II°, cuando le confiriera el título de "Cacique General"
.También conserva allí cuadros de la época (ib. p. 324). El viejo cacique Venancio (IIº) murió en
octubre de 1884 a consecuencia de la peste. Domingo Coñuepán, su hijo, comunicó la noticia al
general Urrutia (ib. pág. 338).

COÑUCHIGÜEL, 1786, cac. puelche (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza,1937)


COÑA, Pedro, 1868, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo en Los Toldos (Prov Bs. As.)
El ensayo de genealogía de esta familia indica como miembro más antigua a Andrés Coña o Guenol
nac, 1824 y otro Secundino Coña cas. c. Rosa Cabral o Amycal cuyo hijo era Pedro Coña que figura
en la lista de los capitanejos de la tribu de Andrés Raninqueo que se separó con parte de la tribu
para ubicarse como nueva tribu en La Verde (Part. de 25 de Mayo)
Hijo de Andrés Coña (1842-1918) cas. c. Rosario Lavalle (1852-1892)
1.Andrés IIº Coña
2. Juan Coña n. 1873 cas. con Ana Rinque : 6 hijos
3. Juana Coña n. 1875- cas,c. Hipólito Platero Coliqueo : . 8 hijos
4. Secundino Coña n. 1869 cas.c. Rosa Olmos
5. Pantaleón Coña (1871 – 1901) cas. c. Marciana Chaima Coliqueo (1883 – 1970)
6. Tiburcia Coña (1880 - ) cas. c. Domingo Paillafil (1882- ) : ll hijos
7. Faustino Coña nac. 1882 2 hijas
8. Manuela Coña y Lavalle (1877- 1907) 2 hij.
9. Basilio Coña nac. 1889 cas. c. Antonia López Coliqueo 1 hijo
10 Pedro Coña nac. 1894 .
11. Lucio Coña 1894 – 1981 cas. c. Eusebia Huemil - 1981 1 hijo anotado
12. Manuela Coña (soltera)
13. Petrona Coña (cabral) cc. Manuel Díaz (cacique) 8 hijos
Se ve en los casamientos que los Coña son de la nobleza araucana

COÑA, PASCUAL, , 1847 – 1927, cac. araucano, famoso por su información bilingüe que
el Padre Guillermo Moesbach, franciscano de Panguipulli volcó principalmente en su libro “Vida y
costumbres de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo XIX, con prólogo de R. Lenz,
Santiago, Chile, 1930 464 pág.; reeditado en 1988 bajo el nombre de Manuel Coña. No sé si este
cacique tiene parentesco con los Coña de Los Toldos. Sé que estuvo un tiempo en la Argentina.

COPAHUE, 1830, cac. Huilliche que maloneaba a los pehuenhes y picunches. En Lai Lai
fue herido mortalmente y murió. Lo enterraron en una “tranque” en el cerro. Su hijo Pichi Copagüé
heredó su cacicazgo.
COPAI NAO, 1875, capitanejo salinero, según un documento del Archivo Salesiano de
Bahía Blanca.El excautivo Santiago Avendaño lo menciona para el año 1857, cuando integró una
embajada del cac. Calfucurá con el cac. Güenchuquir.
COPIL CAN, 1582, cac. Comechingón de Cutupa, S.E. de Soto, Córdoba; encomendado de
Bustamante (Montes, 1954 p. 57)
Copiliacan, 1582, cac. comechingón de Copil Pitín, Córdoba; encomendado de Bustamante
(Montes p.57)
COQUIEL, 1808, cac. Norpatagónico quien con el cac. Colechecán y otros invadió la
Península Valdés
CORIA, Arístides, 1864, capitán que pertenecía a la tribu de Catriel. Ese año luchó en Las
Cortaderas y en la batalla de Currumalal (Pigüé), el 20 de abril de 1857 con 300 inios del cac. Juan
313
José Catriel. Fue vencido por el caciquillo y Sargento Mayor Pichihuincá. En adelante Coría sería
cacique de los indios amigos de Puán.
CORO CORTO, 1567, cac. huarpe de Corocorto (La Paz en Mendoza). Él habrá dado el
nombre a ese lugar. Cercano vivía el cac. Cayuayo. (J.A. Verdaguer: Lecciones de historia de
Mendoza, 1918)
CORÓN, o Coronao o Coronado, cac. ranquel. 1836 – 1874. vivía en El Cuero, en el límite
de La Pampa con Córdona. Su hijo figura más con el nombre Raynao o Antonio Corón. Aparece un
Coronado (quizás antepasado de Corón en 1810 en el Diario del Cnel. Pedro A. García en
oportunidad de su expedición a Salinas Grandes. Era entonces cac. subalterno del cac. gobernador
Curripilún. El Cnel. García le desconfiaba y lo llamó carnicero y nulo. 1823 el cac. Santiago
Llanquelén lo desplazó de El Cuero (Arch San Luis Nº 4646: 26.ll.23). 1825 participó en el
parlamento de paz en la laguna Guanaco (AGN X. 27-7- 6). En diciembre de 1832 el gobierno de
San Luis hacía averiguaciones sobre el hábitat de los indios ranqueles, porque un gran contingente
con el cac. Santiago Llanquelén se había puesto a las órdenes de J.M. de Rosas y él los estableció
cerca del Fuerte Federación (Junín) De las averiguaciones resultó que Coronado vivía de vuelta en
El Cuero, a 37 leguas del Fuerte San Lorenzo. La noticia se tomó en cuenta en la expedición al
Desierto; y así salió la Vanguardia a las órdenes del Teniente P. Torres al Centro del “país de los
ranqueles” y atacó el 27 de junio de 1833 la toldería de Huinca Renancó por sorpresa (Best: Guerras
Argentinas p. 345 . Resistieron en el primr momento, pero dejando dos muertos, abandonaron la
lucha y huyeron sin que sus adversarios pudiesen alcanzarlos, porque habían pasado por tierras
guadalosas. Poco después el Gral. Huídobro volvió a ocupar El Cuero con sus tropas; quiso
aprovechar las buenas pasturas para reponer a sus caballadas.

CORÓN o RAINAO, Manuel, caciquillo pobre que vivía sobre la laguna de El Cuero,
admitió al Cacique Ignacio Coliqueo, quien se salvó en el Asalto de Masallé en 1834 y huyó a la
Pampa, despojado de todo, hasta de su familia. Allí en 1848 , fundó su nueva familia y su pobre
tribu. Hay que leer el relato o el libro sobre el Cac. Ignacio Coliqueo. Su antirosismo y su amistad
con el unitario Manuel Baigorria los implicó en malones o expedidciones combinados con ejércitos
unitarios, requeridos por Justo José de Urquiza actuaron en Cepeda y Pavón, ésta vez con Mitre,
porque huyeron a la Prov. de Buenos Aires cuando el ejército del Centro a cargo de Juan Saa , había
decidido atacarlos y eliminarlos. Luego toda la tribu se radicó en la frontera (entonces) en Los
Toldos (Part. de Gral Viamonte). Allí vivió Manuel Rainao como caciquillo agregado y formó una
gran parentela. En 1864 figuraba en la primera lista de los oficiales con sueldo en cuarto lugar
“Manuel Raynao, alias Corón. Y el cacique Principal Ignacio Coliqueo le asignó unos 300 hectáreas
para él y su descendencia. Estaba casado con Juana Llanquelén, hija del cac. Santiago Llanquelén.
En el Archivo del Ejército hay un legajo personal de él, porque pertenecía como oficial a los indios
movilizados. El malón que sobrevino a la tribu de Coliqueo el 19 de septiembre de 1872, llevó
consigo al capitanejo Rainao como prisionero, cuando el resto de la tribu había sido liberado; pero a
pocos meses después volvió también él a Los Toldos. Dicen que el cac. Raynao murió el 24 de julio
de 1874 . Ha sido un caciquillo humilde y sufrido.
Un primer dato de un cacique Rainao tenemos del Censo de Diego de Las Casas de 1776.
Anota el cacique de Colulauquen, Provincia de la Pampa.
. 1916 le estaba asignado una parcela de 293 hectáreas en el campo de la Tribu de Coliqueo.

Sus hijos: 1. Manuel Antonio Rainao (alias Cuminao o Corón) nac. 1836 c.c. Mercedes Painequeo
: 3 hij.
2. Cecilia Reinao 1847, cas. c. Salas, Catrtillán :10 hij.
3. Justa Supaifil Rainao 1850 – 1874 cas. c. Lorenzo Inaipil
4. García Reinao (El Renguito), músico;sabía divertir con su “quincircahué”
5. Lorenzo Ineignerr Rainao cas. c. Lorenza Inaipil
6. Albina Rosario Rainao (1884-1970) c.c. José Angel Cortés n. 1882
7. Infante Corón n. 1859
8. Rosa Rainao o Corón cas. c. Julián Painegual-Coliqueo 1902- 1967
314

CORONDA (alias Caquín) 1579, cac. principal del Río Coronda e Islas (En Actas de
Córdoba I. p. 58)
CORONEL, Joaquín, 1807, cac. ranquel que quedó muy impresionado por la lucha de los
criollos contra los ingleses invasores. A su regreso a su toldería aconsejó hacer la paz con los
cristianos. 1810 vio al Cnel. Pedro A. García en oportunidad de su expedición a Salinas Grandes.
Éste lo llama soberbio y de carácter moderado, (Diario en De Angelis III. P. 232 y 245)
CORONEL, 1870, capitanejo ranquel a quien conoció L.V. Mansilla. Era capitanejo del
cac. Mariano Rosas y a veces de Baigorrita. (Mansilla: Una Excursión a los Indios Ranqueles ed
1890 p. 574. El figura también en la lista de caciques y capitanejos de 1872, hecho por P.Donati.
CORREA, Faustino, capitanejo y lenguaraz del cac. Martín Rondeao (boroga) en 25 de
Mayo (19.2.1867 doc. AEM). Anteriormente había estado al servicio del cac. boroga Ignacio
Coliqueo como Tnte. graduado y escribiente con sueldo de capitanejo (M.Hux Coliqueo 3ª ed. p. 47
y 67) Es posible que no haya sido indígena; pero era bilingüe.
CORRECHO, 1552 cac. huarpe (?) que vivía en el valle de Uspallata; encomendado a Juan
de la Cueva por el descubridor de Chile Valdivia; el hijo se llamaba Chacha.
COSAMBI, 1576, cac. comechingón de Chilan Quisna, S.E. de Soto, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes p.57)
COSAMBI, Chio, 1578, cac. comechingón de Colo Mampa, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Albornoz (Montes 1954 p. 66).
COSAN PICHE, 1579, cac. comechingón de Quiche Quile, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p.71)
COQUIEL O COSAQUI QUIEL, 1810, cac. amigo en Patagones junto al cac. Cochecal
(Bol. Ac.N. Hist. T. 35).
COSCOLA,1573, cac. huarpe (?) que vivía cerca de Mendoza; encomendado a Bohórquez.
COSITONOS, 1585, cac. comechingón de Cala o Camla, Riquehene, Córdoba;
encomendado a Jaymes (Montes p. 66).
COSLE o KOSLEY,1584, cac. michilingue principal de San Luis. Ya lo encontraron en la
primera conquista (1584/85). Se le consideró o se le“declaró” alzado y fue batido enérgicamente
por el Capitán Tristán de Tejeda en los Cerros del Morro (San José del Morro). Durante otras
batidas en Talan e Intuhuasi se dispersaron. Algunos huyeron hasta Melincué. Al dispersarse sus
indios, prometió la paz y consintió en la fundación de San Luis (R. Pastor: Guerra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 291). Juana Cosley, hija del cacique, bautizada y casada con Gómez
Isleño, recibió tierras en Río Quinto.
En 1597, el cac Cosley en la jurisdicción de Mendoza sufrió por una nueva “expedición de
sometimiento” (U.Núñez: Hist. De San Luis I. p. 60 y Cabrara : Aborígnmes del Cuyo p.87)
COSNON0, 1585, cac. comechingón de Colón Colón, Río IIIº, Córdoba; encomendado de
Villalba (Montes 1954 p. 78)
COTAR, Manuel, 1873, cac. araucano de Trumpulú (Chaima) de la zona de Temuco
(boroga) Concurrió al parlamento de Salinas Grandes en oportunidad del entierro del cac.
Calfucurá.
Participó en la última sublevación araucana en 1881 (ANALES UNIV. CHIL 1881 p. 104)
El cac. Cotar murió en esa batalla frente a Temuco. 1883, terminada la conqista chilena, se fundó la
ciudad de Temuco.
En la Tribu de Coliqueo en Los Toldos (prov. de Bs.Aires) encontramos familias con el
apellido Cotar hasta hoy. Segundino Cotar cas,c. Benedicta Venera Rayú; Bonifacio Martín Cotar
cas. c. Zulma Nélida Marifil; Sabino Cotar cas. c. Isabel Mariqueo.

COTCUTA, 1563, cac michilingue del Valle de la Vera Cruz, Prov. de Conlara, según
Diego Rodríguez Fragosa. (Cabrera, aborígenes del Cuyo p. 254)
COCENTA, 1573, cac. michilingue del valle de la Vera Cruz, junto con el cac. Oyoplante y
con los cac. Comismirena, Vipuehuita y Calapal huita (J T. Medina: Doc. Inéditos II 1959 p. 397)
315
COTINA, 1579, cac. michilingue del Valle de la Vera Cruz, Prov. Conlara (San Luis)
(Cabrera: aborígenes del Cuyo p.255)
COTILA, 1796, cac. ranquel, presidió una comisión en Córdoba en nombre del cac.
Carumán para confirmar la paz celebrada el 16 de nov. de 1796.
COTRÓN, Juan, nac. (1841-1901) en Junín se casó con Fermina Ulgué, nac 1841 en Chile
Sus hijos: Carmen n, 1863; José, con sobrenombre “Sembrén”,n.1865; bautizado en la capilla de
Los Toldos de Coliqueo en la octava de la Ascensión de 1876 (Lib. Baut.) Manuel, n. 1870,
Federico, n. 1873; Victoriano, n. 1875; Petrona Cotrón.
COTRÖN, José o Cotrón Viejo, 1804 – 1869. Nació en Chile y murió en Los Toldos (B.A.)
Lo conocemos como capitanejo del cac. Ignacio Coliqueo. Participó en su andar histórico Estaba
casado con Rosa Rinque y con Pitripán y dejó una nutrida descendencia.
Entre sus hijos figuran Juan Cotrón, Eusebia Cotrón (alias Tripayhuán); Juanita Cotrón y S.
Cotrón (1944 – 1873)
En 1868 murió de la peste negra que hacía estragos en la zona. (Hux: Anotaciones de los
libros de bautismos ).
COXA NAVAN, 1573, cac. comechingón de Chibas Checo, Minas, Córdoba; encomendado
de Funes (Montes p. 66)
COYA, 1573, cac. comechingón de Moyo Sacat, Cruz del Eje, Córd.; encomendado de
Tejada. (Montes 1954 p. 49)
COYAN COLA, 1584, cac. comechingón de Cachi Minguita, Mala Mala, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p.66)
COYA QUÉ, 1800, capitanejo pehuenche, estaba a las órdenes del cac. Quintregui. En 1800
fue atacado por los huilliches de Llanquetruz, cuando españoles y pehuenches querían vengar la
muerte del canónigo Cañas. Hubo 100 muertos (De angelis I 1910 p. 291: Relato de la Cruz).
COYÉDER, 1865, cac. tehuelche que estuvo en tratado de paz con C. de Patagones.
CONOMAS, 1575, cac, comechingones de Yocon , Cruz de Caña, Córdoba; encomendado
de Bustamante (Montes 1954 p. 62)
COZE MECHECAN, 1579, cac. comechingón de Coze Hen, Pinas, Córdeba; encomendado
de Jaymes (Montes p. 67).
CREUIL o Cruiel, 1863, capitanejo de Salinas Grandes, cuñado de Calfucurá. Integró
algunas comisiones de paz ante las autoridades de Buenos Aires (Arch. Mitre XXIV p.84 y 89)

CREYU, 1658, cac. pehuenche junto a los caciques Alayu, Amain, y Saquiyú (Canals Frau:
Población prearaucana del Neuquén y Mendoza, 1938 p.67)
1714 hubo un cac. Quereyo “auca de la guerra de Chile”
CREYU, Ignacio (variantes de la grafía: Creyo, Chreyu, Quereyu), 1751 cac. puelche entre
los pehuenches del Sur de Mendoza. Era hijo del cac. Pantucuero y sobrino del cac. Chiquiyu. En
1751 lo encontró el misionero jesuita Bernardo Haevstadt en Malahua, junto al cac. Marivutai y
Huele Calquín (Haevstadt 1891 II p. 912) En 1769 participó en la sublevación pehuenche y luego
en la Guerra Pehuenche. 1776 figura en el censo de de las Casas en el paraje Jarrín, cerca de Colu
Lauquen; tuvo 20 soldados y 10 toldos, Era un aliad o del cac. Llanquetruz, gobernador de los
huilliches del sur. El mismo Llanquetruz también había sido ranquel en la Pampa. Los huilliches
sostuvieron una larga guerra contra los pehuenches de Malalhue, quienes estaban comprometidos
con el Gobernador de Amigorena de Mendoza.
A fines de 1784, Creyó asociado de Llancatur, se presentó al cac. Ancanamún, Gobernador
del grupo de Malalhue, pidiendo su incorporación a esa fracción y ofrecía su obediencia. Anca
Namún lo recibió con cierta desconfianza y le comunicó que debía avisarlo al Gobernador José de
Amigoren. Luego que supo que era yerno del cac Paillantur, sospechó que fuese un espía.
Amigorena mandó cien hombres y convocó a los pehuenches aliados a un parlamento en el
Diamante (más tarde San Rafael), y que Creyó debía asistir a la reunión. Este, dos días después del
aviso, se fugó, diciendo que había soñado que le iban a matar. Los caciques enterados, dieron el
respectivo aviso. Luego se conjuraron los caciques Lincopay, Lingay, Malgamain, Pichintur y
Capihuán con el propósito de matarlo., más todavía cuando Mendoza ofrecería 200 yeguas al que
316
trajera la cabeza de Creyó. El 28 de 1785, los conjurados se acercaron a su toldería. El día 29
hicieron el asalto. Hallaron al cacique en estado de ebriedad. No obstante se resistió a sus captores,
hasta que por mano de su compañero, el capitanejo Angenao, cayó muerto. Junto con él murieron el
cac. Goyco y cuatro indios más. El 7 de Febrero de 1785, los capitanejos Antepán y Tolay
Anguenao presentaron su trofeo al Comandante de San Carlos, don Miguel Trilles Meneses, y éste.
a su vez, informó de todo al Gobernador de Amigorena. Les pagaron las 200 yeguas y colgaron
sobre una caña encima del muro del Fuerte la cabeza del difunto cacique, para que sirviese de
escarmiento. Este proceder fue desaprobado por el Presidente y el parlamento de Lonquilimo en
Chile, donde se ofreció la paz al cac. gobermnador de los huilliches el cac. Llanquetruz. En
Mendoza el General de Amigorena fue suspendido por dos años de su cargo (L. Funes: Historia de
Mendoza). Pero la Guerra Pehuenche seguía por más de diez años más.
CRIO NAVIRA, 1599, cac. comechingón de Canchivira, Río IVº; encomendado de Tejada
(Montes p.76)
CRIMAN (prob. Curri Manque), 1866, cac. tehuelche que presenció el parlamento por el
tratado de paz con el cac. Casimiro Biguá, el 5 de junio de ese año. (AEM doc. 876)
CRIMÉ, 1865, cac. tehulche. Estuvo en Buenos Aires, cuando Juan Cornell hizo un tratado
de paz con el cac. Chiquichán y otros, el 15 de julio de 1865.
CRISTIANO, cac. phuenche de Mendoza, natural de Uñusquín de los desiertos de Antuco,
dice un documento de 1847, en el que se dilucidó el asunto de la muerte del. cacique pehuenche
Guzmané El proceso que se inició en Mendoza, dice que CRISTIANO ERA CACIQUE POR
HERENCIA, pero no indica su ascendente. Había venido a la Pampa para visitar a su cuñado. El
cac Juan Calfucurá. Aliado entonces del Gobernador Juan Manuel de Rosas. Visitó también al cac.
Pichún y al Coronel Manuel Baigorria en la Pampa. Estuvo presente, cuando el cac. Porrán (Purrán)
sublevó a la tribu de Ayllal y a otros que Surita ( traficante chileno) venía a buscar para llevarlos a
Chile. Contaba también cómo le mataron a Guzmané. Las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño (ed. El Elefante Blanco1999 p.111 – 124) explican extensamente esa desavenencia y la
muerte del cac. Guzmané, pero sin nombrar al cac. Cristiano. Pero sí, lo hace Jorge Rojas Lagarde
en su artículo :”Robo de ganado en la Argentina”, incluído en el libro: Santa María de los Angeles,
de Raúl Morris p.48-85.
Los Hermanos CRISTO o Carrelang
El cacique CRISTO, es llamado "el Indio Cristo" o Sargento Cristo o Cristóbal Carrilán.
Era el mayor de tres hermanos, como dice Santiago Avendaño en sus Memorias (ed. 1999 p. 350 s).
1852 en 25 de Mayo “iba ascendiendo y merecía el aprecio de todos por su valor, su fidelidad y
moderación. Sus hermanos se llamaban Felipe y Manuel”.
El caciquillo emergió del grupo boroga que después del Asalto de Masallé en 1834, se retiró
a la cercanía del Fuerte 25 de Mayo, como Caniullán y Lorenzo Coliqueo. Allí encontramos dos
capitanejos Cristo, uno llamado Manuel y otro José quien debe haber sido el que muchos
documentos denominan sencillamente el Indio Cristo, el cacique Cristo o el Mayor Cristo.
Aparentemente estaban en paz, hasta la caída de Rosas. Cuando en septiembre de 1852 estalló la
guerra civil entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación, les resultó difícil discernir con
quien afiliarse, especialmente porque los emisarios del general Urquiza hacían fuerte proselitismo
entre los indios. Primero, los indios amigos de 25 de Mayo no querían participar con Calfucurá en
la consigna de la Confederación Indígena. Pero cuando vieron como el ejército de Mitre atacaba a
los indios de Catriel y cuando supieron que el coronel Pedro Rosas Belgrano y Eugenio del Busto se
habían separado de la política de Buenos Aires para favorecer a la Confederación, siguieron un
llamado de F. 0livencia y de Calfucurá, sin levantar los toldos, ni llevar las familias. Baigorria dirá
más tarde "que se sublevaron porque se les hizo feo servir a los unitarios, cuando Rosas Belgrano,
Lagos y Bustos estaban con la Confederación. Por eso fue aliado de Juan Calfucurá sin robar ni
dañar, pero les han llevado a las familias a Palermo donde son esclavos" (AGN. Arch. Urquiza
T.124 p.248).
El Excautivo Santiago Avendaño, quien conocía a los Indios Cristo, cuenta como se
enemistaron con el capitán José Valdebenito. Cuando éste tuvo noticia que estos indios habían
tomado contacto con Calfucurá, Valdebenito avisó al Comandante que debía apresarlos. De noche,
317
porque tuvieron aviso, salieron estos indios, pero fueron arreadas sus familias y su hacienda. El
Ministro de Guerra de Buenos Aires pidió que remitiesen a las mujeres. Fueron violadas y
maltratadas.(Avendaño explica drásticamente la situación) Los indios huídos de 25 de Mayo
hicieron todo lo posible para recuperar a sus familias.
En la carta al Presidente J. J. de Urquiza le pide su intervención para recuperar las familias
del mayor Andrés y del capitán Cristo.
Continúa Avendaño, diciendo: “El Indio Cristo, sus hermanos y sus compañeros habían
resuelto ir a implorar la protección del cacique Calfucurá, el cacique más poderoso...Buscaron,
pues, muy a pesar suyo, el amparo del enemigo, a quien jamás habían perdonado la traición alevosa
perpetrada contra Rondeau y los suyos. Pero hicieron de la necesidad una virtud y se dirigieron a
Calfucurá.
“No fue necesario rogarle mucho. Ya antes este cacique había pretendido quitar a la frontera
por medio de alguna maña, a tan leales y valientes defensores; pero ellos siempre contestaron
negativamente, apuntando con el dedo la matanza de Mazallé y Chailgua Nguillú, donde perecieron
Rondeau, Melín y Alón, con otros muchos gallardos varones. Esta vez, Calfucurá olvidó todo y
contestó al embajador de Cristo:
-Hacen bien en pensar esto y venirse a mí. Nadie es mejor amigo de ustedes que yo.
Cualesquiera que hayan sido los motivos por los que ustedes han sido mis enemigos, deben
olvidarlos, porque somos indios y los indios no debemos ni podemos ser enemigos unos de otros. El
enemigo de los indios es uno solo, el cristiano....”
No quiero aprovechar demasiado de este documento interesante. Otros testimonios
completan esta historia de los Indios Cristo de 25 de Mayo. En un gran parlamento deciden efectuar
un malón sobre 25 de Mayo y si posible, liberar a las familias de Cristo, Andrés (Ancalao) y
Lorenzo (Coliqueo) apresadas.
Pero en Buenos Aires, de inmediato se dijo que se habían sublevado y los comandantes de
25 de Mayo y de Azul corrieron a saquear sus toldos y sus campos, llevándose las familias y
repartiéndolas en Azul. Bragado y Buenos Aires.
Es notable cuánto ha movido el cacique Cristo para liberar y poder recuperar a sus familias
durante varios años, igual que el capitán Lorenzo Coliqueo Garay. A poco de sublevarse Cristo, el
comandante Antonio Llorente le ofreció concertar la paz y prometió 1.500 a 2.000 yeguas a cambio
de la cabeza de Calfucurá (AGN.S.X. 19-4-5.4.11.56). Poco antes llegó el señor Larguía para
gestionar la liberación de sus familiares, como se dice en una nota del Juez de Paz de 25 de Mayo,
J. M. Calleja, al de Mercedes, P. Aranguren: "En estos momentos que es la una y cuarto de la tarde
(del 25 de octubre de 1856), aviso a usted que ha llegado el Sr. Larguía (maestro del hijo de
Calfucurá que con éste iba a pedir la liberación de cautivos), dejando a los indios a distancia de 50
leguas de este pueblo, y a sus hijos cautivos en poder de Calfucurá. Su misión era pedir las familias
de los indios sublevados de este punto para el rescate de los hijos de Larguía. Le dijeron un ciento
de amenazas, tanto Calfucurá como el sublevado Andrés. La contestación que se prepara es decirle
que venga, que lo primero, antes de entrar en pelea, será acuchillar a las familias de los prófugos. Se
espera por momentos al general Hornos con 400 hombres y en el Bragado hay 1.500 hombres
reunidos por lo que creo que no se la llevarán de balde..." (G. Palombo: Avendaño. p. 9). Realmente
Cristo movió a medio mundo por el amor que tenía a su familia. Hasta el cacique José María
Llanquetruz le escribió desde Balcheta (al sur de Carmen de Patagones) diciéndole que ha visto a su
familia en Buenos Aires en Palermo y que no le falta nada (3.8.57). En 25 de Mayo se decía que
Cristo estaba dispuesto a volverse para unirse con la tribu de Maicá en Villa Fidelidad cerca de
Azul: pero Calfucurá ya se había enterado (AGN. S.X. 19-73). Calfucurá. no obstante. se interesó
por el rescate de las familias cautivas: el 26 de marzo de 1857 cayó en malón sobre 25 de Mayo
para hacer cautivos y canjearlos, luego, con esas familias: lo mismo hicieron Cristo y Coliqueo en
Pergamino, el 29 de septiembre del mismo año y ofrecieron sus cautivos en Buenos Aires en canje
de las familias buscadas. El mismo Presidente Urquiza escribió al gobierno de Buenos Aires por
esta cuestión y éste envió al cura Lorenzo Balmaceda, el 28 de noviembre de ese año para que
tratase con Cristo, en ese momento en Paraná, con una importante comisión (AGN. S. VII. T. 128 y
T. 140) con cartas de Calfucurá. A principio del 1858 Cristo quiso ir personalmente a Buenos Aires
318
(así lo dice Calfucurá a Urquiza (T. 140. p.370). Y otra vez fue a Paraná pasando por Rosario con
los hijos de Calfucurá: Namuncurá, Catricurá y Curapán. Y Urquiza envió más cartas a Buenos
Aires, recomendó a Cristo y su pedido. Por ej.: escribió a Daniel Goodland: "Consiga la devolución
de la familia del cacique Cristo y remítala a Rosario. La retención de esa familia nada importa para
ese Gobierno" (Arch. Urquiza T. 128 p. 101). Seguramente no he abarcado toda la documentación.
El capitán Cristo actuó pues con Calfucurá y también con Coliqueo al servicio de la política
de la Confederación. En Febrero de 1858, el cacique Cristo estuvo con Calfucurá en la batalla de
Pigüé, donde se replegaron ante el ejército porteño. Pero también estuvo presente en la batalla de
Cepeda, donde el ejercito de Mitre fue vencido (oct. 1859). Después de la batalla, incorporado con
20 capitanejos y sus indios a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano, agentes de la
sublevación de la Provincia de Buenos Aires, fueron a sitiar a 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Rosas
y Belgrano se apoderó también de Azul (10 de nov. 59). El coronel N. Ocampo rindió la plaza y fue
designado por el gobierno de Buenos Aires, jefe de la Frontera sur. Cristo y Rosas y Belgrano se
retiraron a Rosario. El 29 de octubre Calfucurá se acercó con 2000 indios a 25 de Mayo; es cuando
el cura Francisco Bibolini montando a caballo sale al encuentro del “salvaje” Los indios entraron en
paz porque fueron muy obsequiados.

Entre tanto Urquiza y Mitre habían hecho las paces. Buenos Aires trató de extender su
influencia sobre las tribus del interior. Cristo y Coliqueo mandaron en octubre de 1860 comisiones
de paz a presencia del general Mitre (Arch. Mitre XI p. 134), también con el trasfondo de pedir la
liberación de sus familias perdidas en 25 de Mayo. Se hizo averiguaciones en Azul y otros puntos
de la frontera. Rivas informó el 27 de diciembre de 1860 sobre el paradero de algunas familias:
"...Los indios de esa tribu fueron distribuidos por mí, en 1858, por autorización del gobierno.
Manuela, hija del cacique Cristo, está en mi poder; otra María, de 8 años la tiene el comandante
Facio. Está la china Felipa, mujer del capitanejo Lorenzo Garay (Coliqueo)..." (AGN. S. X. 20-7-2
y 20-2-2) Y Julio de Vedia escribió desde Bragado: (20 de enero de 1861)."El Indio Cristo ha
solicitado se le remita ya su familia. Haré en consecuencia que el capitanejo Lorenzo Garay
(Coliqueo) pase hasta Azul para que se entienda a este respecto con su familia..."En Paraná se pagó,
el 21 de marzo de 1861, al sargento Cristo Carrilán una cierta suma (A.E.M. Doc. 1510 y 2063);
pero no vi documento alguno que testimonie que haya recuperado a su familia.
Cuando las relaciones entre Paraná y Buenos Aires se volvieron tensas, en 186l, los indios
invadieron una vez más por orden de...” En mayo operaba con F. Olivencia (Arch. Mitre XXI p. 12)
y poco después escribió el vicepresidente general Pedernera a Calfucurá, exhortándolo a movilizar a
sus conas contra Buenos Aires. "Le recomiendo en todo al Mayor Cristo, que es un verdadero
amigo de usted y un jefe patriota y buen servidor..." (J. Maguire: Loncohué. p. 147). Cuando
Baigorria se vio traicionado, se sublevó para entregar su fuerza al ejército de Buenos Aires.
Coliqueo lo acompañó: separándose casi violentamente de los ranqueles, saliendo de El Cuero,
donde había permanecido unos años. Cristo trató de disuadirlo y como no lo escuchó, lo maloqueó,
quitándole caballos (M. Hux: Coliqueo. p. 49). Coliqueo participó en la batalla de Pavón (17.9.61) y
decidió la victoria a favor de Buenos Aires.
Cristo operó en el interior con Olivencia en combinación con los ranqueles y Calfucurá.
Pues, después de la batalla de Pavón, hubo luchas de guerrillas indias y de montoneras. El 2 de
noviembre Calfucurá estuvo en Cabeza de Buey (Bolívar) esperando la incorporación de F.
Olivencia y del cacique Cristo (Arch. Mitre IX p. 19 y AGN. S.X.20-7-2). Un mes más tarde se
decía que Cristo había pasado por la Guardia de la Esquina, rumbo al desierto. Coliqueo,
establecido ya en la frontera Nor Oeste de Buenos Aires, deseaba recuperar al cacique Cristo y pidió
por carta al gobernador B. Mitre que influyera "para que viniese el Mayor Cristo con el coronel
Baigorria a vivir con ellos en Los Toldos" (Part. Gral. Viamonte). Mitre le contestó que, mientras
durara la guerra, no podía quedar en esto: Que Cristo estaba en Paraná y Baigorria en San Luis (M.
Hux: Coliqueo p. 59 y Rev. Museo Mitre Nº 9).
Cristo se acercó al Partido de Bragado en junio de 1862; pero para invadir. Más adelante la
figura de Cristo fue eclipsándose: quizás habitara entre los indios ranqueles o entre los salineros. El
día del fallecimiento de Juan Calfucurá, el 3 de junio de 1873, estuvo en el gran parlamento, para el
319
entierro de su amigo. Firmó como Nº 40 el gran documento del proyecto de un tratado de paz
(AEM. Doc. 1232).
Lo más notable de este cacique ha sido el amor que tuvo a su familia, cuyo retorno buscó
con tesón y perseverancia. No sabemos mucho más. Un documento mencionado nombra a dos de
sus hijas, Manuela y María. Otro. dice que Cristo era padre del lenguaraz Andrés y que Lorenzo
Coliqueo fue sobrino de él. Páez. J.. en "La Historia Popular", Nº 10. 1970. p. 64. publica su retrato
fotográfico. (Arch. Urquiza T. 163. fha. 28.3.59)

CRISTO. Manuel, 1866, capitanejo boroga, era hermano de José Cristo (Cristóbal
Carrelang). También él se ha salvado en 1834 del Asalto de Masallé y se afincó en la toldería de
indios amigos, cerca de 25 de Mayo. En 1866 figura en la lista de revista del cacique Mariano
Rondeao. Era sargento 2º del escuadrón de indios amigos, entre 1866-1870. Sirvió una temporada
en el Fuerte de Bragado con el cacique Melinao. Su hijo. Santos Cristo, concurrió en 1858 a la
Escuela de Bragado, cuyos registros aún se conservan. (Moya, J.: Contribución a la historia de
Bragado, p. 94).
CUAL, 1852, cac. tehuelche. Ese año estuvo en Carmen de Patagones comerciando. Le
llamaban cac. Cual con otros caciques tehuelches: Antonio, Guachi, Vicente, Vera y Civi. Según
C.V. Burmeister, él heredó su cacicazgo de Chiquichano. El 1º de enero de 1885 tuvo que entregarse
(prisionero) a las tropas expedicionarias en Junín de Los Andes, junto con el cac. Sayhueque. Más
tarde se afincó en la zona del Bolsón, donde lo encontró el misionero salesiano Monseñor Caglieri,
en 1892 junto con los caciques Sacamata y Quichamal.
CUANESE, 1833, cac. huilliche o tehuelche, amigo del cac. Chocorí (Diario de Rosas).
Vivía al Sur del Río Chubut.
CUAN GUANQUE, 1834, caciquello boroga que, después del asalto de Masallé, siguió con
el cac. Meligur, sometido a Calfucurá. 1840 se presentó en Tapalquén con el cac. Carupán (AGN X.
CUASTRO, cac. patagón (Artículo de L. Espinosa en Nueva Provincia Bh. Blanca 8. 10.
1972)
CUBUCOTE, 1582, cac. “de nación Caltis” en el distrito de Buenos Aires; encomendado qa
Pedro Fernández por el repartimiento de Juan de Garay.
CUBUSOTE, 1582, cac. de la nación lejao Emalagual” del distrito de Buenos Aires;
encomendado a Diego de Olabarrieta por el reparto hecho por Juan de Garay. La documentación
agrega un segundo nombre en guaraní: Urucutaguay, que hace difícil conocer su origen (Lehmann
Nitsche 1930 Nº 32 p. 283 y 288)
CUCALTEC, 1710, cac. pampa que fue invitado a malonear en la Prov. de Córdoba
(Cabrera, Aborígenes del país del Cuyo p. 255
CUCALTIAMA o Cucaltiam, Cukastian, 1714, cac. puelche de Casuati (Sierra de la
Ventana). Era enemigo de los huilliches. Su hermano era el cac. Pascual quien en ese año invadió la
Prov. de Mendoza acompañado de indios “Gualiche” (creo huilliches) o gente de arriba, de los
caciques Chuque (Cheuque), Chiqueyú y Quereyü (Creyú). Las tropas de Mendoza les salieron al
paso y Calcutián y Pascual fueron apresados. ( Arch. Gral. Indias carp. 99 y Arch. Mendoza y
publicado en R.U.N C. Cordoba XVI (3/4) 1929 p. 176)
CUCO o Uco, 1560, cac. en Tupungate, Mendoza, junto al cac. principal Guarinay. 1564
vivían en el valle de Uco, quizás denominado según su nombre (Chaca: Historia de Mendoza 1961
y J.T. Medina, Documentos vol XV p. 427)
CUCTREPÁN, 1787, capitanejo puelche de la tribu de Roco
CUCUEBO, 1658, cac. puelche de Casulo, hacia el Cerro Nevado. Su cac. principal se
llamaba Yucunta (Rusconi, C. vol. IV p. 118)
CUCULLÁN,1804, cac. pehuenche. Pobablemente ha participado en la Guerra Pehuenche y
ese año visitó al gobernador de Mendoza para renovar contactos de paz, junto con los caciques
Ucumán y Tucumán. ETIM: Llanca: collar y Cucu: nieto
CUCULLAR (probalemente Cucullán), 1670, cac. poya del lago de Nahuel Huapí
(Mascardi, 1670 p. 123)
320
CUCUTIEN o Cocutien, 1833, cac. puelche, hijo del cac. Leypán de Butanilagüé, donde
residía el cac. Barbón. Fue muerto por las tropas expedicionarias al mando de J.F.Aldao (Rev. Junta
Est. Hist. Mendoza V p. 117)
CUELLAN o Cuel, Quel, 1821, cac. pampa que no se plegó a las guerrillas del chileno
J.M.Carrera, sino que permaneció fierl al Gobierno de Buenos Aires junto con el cac. principal Nic.
Quintana. Un documento de 1824 lo ubica en la zona de la Sierra de la Ventana. Era favorable a la
paz. (Comando General del Ejército ob. cit. III. P. 525). 1825 participó en el parlamento de paz en la
Laguna Guanaco, el 20 de dic. de 1825 (AGN X 27 – 7 – 6)
CUENU MAIN, (prob. Huenumain) 1787, cac. pehuenche de Malalhué que se conoce por
los documentos de la Gurra Pehuenche. ETIM: Main: cóndor y Huenu: del cielo
CUENPU LLAN, 1787, cac. pehuenche que fue muerto ese año por la sorpresa que les
dieron los huillihes de Llanquetruz ( Guiñazú ).
CUENTE, 1879, cac. picunche del cac. principal Purrán
CUERAL, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)

CUEVAS Y PALÁN, Martín (o De las Cuevas y Palán), cac. gobernador de Tolten (Chile)
1683 – 1707, a su vez hijo del cacique gobernador y abolengo de toda una serie de caciques
gobernadores cuya lista se detalla en el artículo de Gabriel Guarda: “Caciques Gobernadores de
Tolten”, publicado en Rev: Genealogía Nº 19, Santiago, Chile, 1966. Martín de las Cuevas y Palán
era Maestre del Campo, cac. Gobernador y fundador de la Misión de Tolten, en cuya iglesia está
enterrado. Le siguieron Don Juan de las Cuevas Canielú, cac. gobernador muerto en 1723; Don
Diego de las Cuevas Huenchú Yecu, cac. gobernador de Valdivia, muerto en 1739; Don Manuel de
las Cuevas y Palán, cac. gobernador, muerto en Tolten en 1770; Don Francisco de las Cuevas
Quilcan, nacido en Tolten, educado en el colegio jesuítico de Valdivia, en 1772, cac. gobernador;
Don Bartolomé de las Cuevas Lipileu, cac. gobernador, muerto en 1793 y Don N. De las Cuevas
Callumanque, en 1797 cac. gobernador y agregado del Batallón Fijo de Valdivia. Es uno de los
casos notables: caciques gobernadores recomendados como beneméritos del Reino por Cédulas
reales. Se destacaron por su comprensión de la convivencia pacífica y por el celo por la religión
católica.
CUGUETA, Juan, cacique de Concepción (Casamiquele 1995 p. 63)
CUFRÉ, 1855, capitanejo huilliche, En septiembre de ese año peleó junto con el cac.
Llanquetruz IIIº en la estancia de Iraola contra la tropa del Cnel. N.Otamendi. El famoso Cufré fue
herido por dos balazos. (Arch. Mitre XV p. 131.
CUHIL CURA, 1840, cac. pehuenche (entre los huilliches, pariente del cac. Juan Calfucurá
y de sus hermanos Antonio Namuncurá y Reuquecurá. ETIMOL: Cuhuel: pene; de Curá: piedra.
CUHIMÍ LLANCA o Cuhuni Llanca, 1770, cac pampa que estuvo presente en el
parlamento de paz en la laguna de los Huesos, celebrado con el Piloto Manuel Pinazo, antes de
emprender la expedición contra los teheulches ETIMOL. llanca:perla o collar y ¿Cuhimi ?
CUIJAL, 1783, cac.auca que se había conjurado con los caciques Guchulep y
Guchumpilqui (h) por la muerte del cac. Guchumpilqui (padre) que decía que era causada por el
cac. Chulilaquín (Villarino, B. Diario en Col. De Angelis II p. 27)
CUILLIPÁN ver Huillipán
CUIMAN, 1865, cac. araucano chileno quien en ese año había entrado en el Sur argentino
para proteger en nombre del gobierno de Chile a colonos de ese país. Valentín Sayhueque se le
opuso y lo echó del país. ETIM: Manque : cóndor y cuifí: viejo
CUIMOSQUE, 1866, cac. tehuelche que figura en el tratado del cac. Casimiro Biguá.
(AEM. doc. 876)
CUIQUEL,1870, capitanejo ranquel que conoció el Cnel. L.V. Mansilla (Excursión a los
Ranqueles ed. 1890 p. 754) ETIM: prob. cuifí Nahuel “tigre viejo”
CUITIÑO, (apellido español), 1833, capitanejo ranquel que vivía cerca de la Laguna del
Recado (Trenel) Fue muerto en una expedición combinada en el Arroyo Rosario, llamado también
de los Molles, en San Luis, el 7 de oct. De 1834. (R. Pastor: Guerra contra el indios ..San Luis p.
114 y 412.
321
CULA LÁN, Francisco, 1778, cac. boroga de Tolten. Era cristiano y castigaba a los que
robaban. (Lagos R. :Colegio de Chillán p. 233.) 1836 participó de un malón llevado contra la tribu
de Venancio Coñuepán y Bahía Blanca, en venganza de las matanzas entre los borogas de Guaminí.
ETIMOL: Clá: tres y lan: muertos o Llanca: perlas
CULA LITÁN, alias Achailán, 1576, cac. querandí sometido por las fuerzas de Juan de
Garay que venía de Santa Fe para fundar por segunda vez a Buenos Aires (F.F.Outes: Una luz sobre
los querandíes B.A. 1936 p.11)
CULAMPAYA o Lucampayao, 1593, cac. huarpe (?) de Mendoza. En un proceso, el indio
Chilón fue su intérprete, porque conocía la lengua del Cuyo. Decía que había presenciado la
fundación de Mendoza. (Arch. Mend.)
CULEBRA, es traducción del nombre Vilú. Ver Juan de Dios Vilú
CULE CLEN, 1822, cac. ranquel que acudió con 320 indios al parlmento que el Cnel.
P.A.García había convocado a la zona de Tandil. Vivía sobre el Arroyo Quetrocique (De Angelis IV
p. 160)
CULIPÁN, 1594, cac. michilingue de San Luis. Vivía próximo a la tribu de Culugualla
(Arch. Mend. 1594 y P. Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 257)
CULIPIS, alias Chihuinca, 1805, cac. puelche de Neuquén, abuelo de Tomasa Culipis,
informante de Carlos Rusconi (ob. cit. IV p. 119. La esposa de Culipis se llamaba Manquel
CULIPIS, Ana, , 1865, cacica, hija del cac. Culipis y esposa del cac. Cayutur. 1879 fueron
apresados por las tropas del General Ortega y fueron llevados al campo de concentración en Rodeo
del Medio, Mendoza. Falleció a la edad de 99 años a raíz de una epidemia, en 1886 (C. Rusconi IV
p. 119)
CULIPIS, Andrés, 1880, capitanejo puelche, hijo de la cacica Ana Cullipis. Falleció en
1916 a una edad avanzada. Estaba casado con Ana Formá y Julia Rangol. En el campamento de
Rodeo del Medio lo consideraban como cacique. Era sobrino del cac. Valentín Sayhueque (ib)
CUQUIL, 1878, cac. huilliche o ranquel. El 26 de oct. de 1878 fue tomado preso, cuando se
presentó en comisión de paz en Villa Mercedes con Huancamill, Levicurá y Chancolita y buen
número de indios (AEM. 1878)
CULU CALQUÍN, 1776, cac. pampa de Marivil (en la Pampa) a medio día de (L)Antorué
(Toro Muerto). Tenía 10 toldos y 5 posos, según el censo de de Las Casas (Stieben: La
Pampa, su historia y geografía p. 13) ETIMOL: Colü: colorado o morado y Calquí: aguilucho. Cf
Colu Cal.
CULI HUENTRÚ, o Culuentrú, Venancio, cac, salinero, que firmó el gran documento en
el día de la muerte del cac. Calfucurá 3.6. 1873 (AEM doc. 1332)
CULUIL, 1864, cac. araucano que invadió con indios y cristianos chilenos nuestras
fronteras junto con los caciques Curín, Pablo y Guichangüer (AEM. 8.12.64)
CUMAQUEN, 1573, cac. comechingón de Umba Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes 51)
CUMI HUALÁ, o Comihualá, 1863, caciquillo pampa de la tribu de Catriel cerca de Azul.
El Cnel. J.I. Rivas quiso separarlo de la rtribu de Catriel a él y y a las parcialidades de Calfuquir,
Chipitruz, Lucio López y Manuel Grande. “Tengo plena confianza en Calfuquir y Cumihualá,
-decía el Coronel en una carta del 14 de marzo de 1863 (AEM),- Son caciquillos muy valientes y
decididos por mí, pues me lo han probado siempre”. A partir de ese momento integra la lista de
revista como oficial del ejército con sueldo y racionamiento. Para defenderse de los vecinos
inescrupulosos se hizo confeccionar una marca de hacienda y la registró ( el 27.2,65). En mayo de
1867 Cumihualá viajó con Chipitruz y demás comitiva a Buenos Aires, para gestionar la donación y
escrituración de sus tierras, como lo habían conseguido algunos caciques de indios amigos. El
trámite nunca se terminó.
A penas hubo cambio de cacique en la tribu de Catriel, asumiendo Cipriano Catriel el
cacicazgo, las parcialidades separados de la tribu de Catriel, cayeron en desprestigio ante las
autoridades militares y se llegó a un feo enfrentamiento en la Batalla de la Laguna de Burgos, el 3
de mayo de 1870, la que detallé en la biografía de Catriel y de Chipitruz. Luego desaparece
Cumihualá, sea que emigró, sea que haya muerto. ETIM: Hualá: pato y cume: hermoso.
322
CUMI LAF, 1774, cac. pehuenche chileno pasado a la Pampa. Era el padre del cac Huichal.
Tuvo tres hermanos capitanejos: Catrinahuel, Cayu nahuel y Limaicó. Güichal, su hijo ha sido
quemado por las tropas expedicionarios en Chadileufú (La Pampa), ETIM: “hermosa laguna”.
CUMI LAO, llamado también “el Indio Rico”. (Según escribió el R.P. Bentevoglio de Río
IVº; doc. 1029), 1879 era uno de los principales caciques de la indiada del cac. Namuncurá. Con él
compartió la larga persecución que la Conquista del Desierto les impuso. En ese año vivía en Puen
Cahué, en el valle del Río Negro, donde lo buscó la División de Levalle (Olasc. II p. 34). El 28 de
junio lo encontró el Tnte. Torres y lo trajo con cien prisioneros. No se habla en el parte de sus bajas
que habrá tenido. Al encontrar otra partida, se sentía incapaz de atacarla. Cumilao era viejo ya. Lo
sacó, pues, entre los prisioneros para que fuera a intermediar con proposiciones de paz para esos
indios. Pero el cac. Marillán lo puso de lado y cargó la tropa de Torres. En el combate murieron 17
indios y 114 fueron entonces los prisioneros (Olascoaga II p. 169) G. Terrera da noticias de un
Cumilao que en 1885 se entregó en Junín de los Andes, junto con el cac. Sayhueque y muchos jefes
e indios (Walter 1864 p. 741)
R. Casaniquela 1995 en nota 157 dice que Kúmlau era aónikenk (tehuelche meridionl. Debe
ser el mismo Cumilao rendido en 1885.
CUMILLÁN ver Cumiñán
CUMINA, o Cuminay, 1615, cac. huarpe (?) del camino de Mendoza a San Juan, en la zona
de Huanacache. Sus tierras lindaban con la del cac. Tabalque.
CUMINALA (prob. Cumi huala), 1860 cac. pehuenche del Neuquén, pariente del cac.
Paillalef.
CUMI NAO, 1813, cac. araucano de Santa Fe (Chile). Cuminao, Marinao y Huayquinao
fueron atacados y vencidos y emigraron más al Sur, a la zona de Maquehua. Escapando de la Guerra
de la Independencia, cayeron en la red de la Guerra a Muerte, pues, los atacaron los caciques
patriotas Huichacura y Curamil de Collahué e Imulaf (o Emulaf). Lograron emigrar a la Argentina.
ETIM: hermso tigre
CUMI NAO, 1852, capitanejo ranquel, hijo del cac. Nahuel Cheo quien llegó ese año a
Buenos Aires para entrevistarse con el Gral. Justo José de Urquiza en Palermo. Más tarde, parece,
siguió actuando entre los ranqueles y fue como tutor del futuro cac. Baigorrita (si no era otro con el
mismo nombre). Durante la Conquista del Desierto, ante la gran preocupación, huyó a la Patagonia;
allí fue atacado nuevamente y rendido en 1884 por el Sargento Mayor Miguel Linares. Estaba
entonces con el cac. Huenchunecul. (AEM)
CUMI NAO, 1873, capitanejo del cac Pincén. Figura en el tratado de paz que ese ha hecho
en 1873.
CUMI ÑÁN, 1790, cac. pehuenche que participó en la guerra peheunche. Los documentos
asientan a la vez a un capitanejo Cumiñán. Por ejemplo en el Diario de la Expedición de F. Barros:
21.7.1790 (Arch. Mend. Doc.2 y doc.43)
CUMI ÑÁN, 1798, capitanejo pehuenche. Era hijo del famoso cac. Carilef. Figura en las
listas de parlamentos de paz (Arch Mend. Doc 19). En 1805 participó con su padre en la fundación
del Fuerte San Rafael sobre el Río Diamante y fue su poblador. Estuvo pues en el famoso
parlamento con el Padre F. Inalicán y el Comandante Miguel Trelles. Este prometió darles un
rancho edificado y terreno para sembrar, vacas y ovejas para criar y todo auxilio para subsistir.
(A.Simón: Fray F. Inalicán p.68). En 1806 y 1807 llegó a Mendoza para visitar al Sr. Gobernador y
para comerciar con varios caciques. El P. Inalicán (mapache de origen chileno) lo alaba en sendas
notas. 1815 dice de él que ha sido leal y que debería haber recibido sueldos por sus muchos
servicios que ha prestado desde el tiempo del gobernador de Amigorena. Ha sido buen chasque.
Tenía 6 hijos; a todos los bautizó el P, Inalicán en San Rafael (A.Simón p. 63 y 68)
CUMIÚ o Cumió, Chimiantü, 1779, cac puelche serrano, Había pertenecido a la tribu del
cac.Lorenzo Calpiquis y en el tratado de Calpisquis en 1790 figuró su nombre. Más tarde pertenecía
al cac. Toriano. Vivía en la zona de la Sierra de la Ventana. El cac. Quiñigual era su vecino. 1832 se
le incorporaron 200 indios chilenos. Rosas, sabiéndolo, mandó a atacarlos. Así salió el Cnel.
Manuel Delgado con 400 borogas a pelearlos. Cien indios murieron en la refriega del 9 de agosto de
1832. (AGN. X. 27-7-6). Cumio huyó a tiempo hacia la Cordillera. En enero de 1833 había vuelto,-
323
decía un indio delatador,- con los caciques Luciano, Nahuelcurá, Calfucurá y Cheuqueta con gran
número de indios. En mayo de 1833 se dijo que se había unido con los indios de Cheuqueta con un
gran contingente de indios y se hallaban en la zona de los manzaneros. Todos ellos entraron en
contacto secreto con Rosas y en septiembre de 1834 cayeron sobre el campamento de los borogas
en Masallé (ver Rondeao, asalto de Masallé) AEM Nº 233 y AGN S.X. 24-8-6. En 1837 participó
en el malón que los indios chilenos coaligados con Calfucurá, Cheuqueta y Quilapí pegaron sobre
Bahía Blanca (ver cac Coñuepán) AGN X. 25-5-1 :14.8.37) Un año más tarde Cumio entró en
alianza con los ranqueles del cac. Painé de Leuvucó.
CUMIÚ, 1859, capitanejo huilliche salinero, junto a Calfucurá. Probablemente ha sido un
hijo del cac. ya mencionado. 1859 Calfucurá pidió al Gral. Urquiza un vestuario para él. Pero
después no lo nombran otros documentos hasta 1879. Allí se menciona durante la Conquista del
Desiertro, pues en junio de 1879 fue tomado preso por la quinta División en la zona de Toay, junto
con los caciques Huanchileo, Huilligual, Bema, Catriñán, además de 705 indios, como dice el Cnel.
Hilario Lagos en su parte (Olascoaga 1930 II p. 180)
CUMIÚ MAIN.1788 es mencionado entre los pehuenches en el Diario de la expedición de
F. Esquivel Aldao que llegó hasta el Neuquén. Se incorporó el 11 de febrero en Batrulan (En: Rev.
Est. Hist. Mendoza VIII 1936) ETIMOL: Main; cóndor; hermoso
CUNAMPA, 1689, cac. huarpe (?) de Huanacache (C, Rusconi IV p. 123)
CUNAQUÉN, 1806, cac. huilliche que con 200 indios salió al paso de Luis de la Cruz en su
paso por la pampa. Quiso impedir que avanzara hacia el oriente de la Cordillera.
CUNCHA MANQUE, Juan, 1752, cac. huilliche de Barbarco, afluente del río Neuquén
(Ranquileofú), donde lo visitó el misionero P. Bernardo Haevstadt, el 29 de febrero de ese año. (Su
diario vol II p. 933)
CUNELIPI o Cumilipi, 1787, cac. pehuenche de ”Los Pinales”, Neuquén
CUNILÁN, 1870, capitanejo ranquel del cac.Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CUNTENO,1612, cac. araucano de la región de Elicura. El estuvo presente en el
parlamento de Paicaví, el 7 de diciembre de 1787.
CUNTI HUEL, 1868, cac. pampa. Ese año acompañó al Cnel Alv. Barros con 20 indios
amigos en el combate de la zona de Laleu- Huincul, al Sur de Olavarría (J. Arena: Hist.del Partido
de Olavaría p. 294)
CUN TRUZ o Cuntrur, Cuntu o Curitur, 1790, cac. pehuenche de Malalhué. Participó en la
Guerra Pehuenche, 1790 figura como capitán amigo. Encontramos también su nombre en la lista del
cac. Roco (Arch. Mend. Doc. 37) Fue muerto el 6 de abril de 1796 en el ataque que los indios
huilliches y ranqueles de Barbarco atacaron a los indios de Malalhué. En la acción murieron cutro
caciques: Pichintur (el cac. gobernador), Ñancutripay, Güenucal y Cuntrurs (Arch. Mend doc. 21)
ETIMOL: Truz (Tureu): churrete (pájaro) y cun: ir
CUÑI TRIPAY (0 Cunitipai) 1790, cac. pehuenche de los indios amigos de Malalhué. Más
tarde lo encontramos en la pampa. 1820 no se adhirió a la guerrilla del chileno J.M.Carrera, sino
apoyó al gobierno de Buenos Aires. (Comando General del Ejército ib. cit III p. 203)
CUÑUIMIL1792, cac. pehuenche rebelde, dice F. Esquivel Aldao en su Diario de la
Expedición.
CUPAI ANTU, Francisco, 1751, cac. araucano chileno. Ese año el 1º de Noviembre lo
visitó el misionero R.P.Bernardo Haevstadt (Su Diario)
CUPAI NAO, 1852, capitanejo pehuenche de Mañedehué (Chile) El mató a su hermano y a
su sobrino por haber acogido al misionero capuchino. Murió de un balazo y un lanzazo en el
corazón. (J. Pintos R. P. 297)
CUPAI NAO, 1859, capitanejo salinero. Calfucurá pidió ese año al Gral J.J. de Urquiza un
vestuario para su capitanejo (quizás se ha incorporado hacía poco).
CURÁ (H)UINCUL, 1582, señalado como “de nación Chanás” en el distrito de Buenos
Aires; encomendado por el reparto de Juan de Garay ETIMOL: Cura: piedra; huincul: colina de.
CURÁ, Manuel, 1873, capitanejo salinero que asisistió al gran parlamento en el día del
fallecimiento del cac. Juan Calfucurá (3.6. 1873) AEM doc. 1232)
324
CURABO, cac. huilliche que 1863 asistió al parlamento de paz del cac. Chingoleo con el
Comandante de Carmen de Patagones (ver Chingoleo)
CURA CHÉ, 1879, cac. pehuenche, hermano del cac Huincaleo, hijos del cac Llanquileo
CURADO, 1820, capitanejo chileno que acompañó a J.M. Carrera y que en 1822 molestó al
Cnel. Pedro A. García en su gestión pacificadora en Tandil (Comando Gral del Ejército III. 426)
CURAL, 1765, cac auca principal con Guayquitripay, situados cerca de Salinas (no de la
Pampa). Los tehuelches habían vuelto. AGN IX, 1-4-5.
CURAL o Curual, 1878, capitanejo ranquel, baqueano. En la retirada de las tribus guió una
patrulla del capitán Urriqueo a “Pelados” y a “F.Venado”. Fueron sorprendidos y muertos por el
Cap. Ruiz. (Olascoaga 1940 I. p.64)
CURA LEO o Curaleu, 1806, cac. pehuenche que había ido “en conchavo” a los huilliches
y supo que los indios de Llanquetruz y los llanistas querían matar a Don Luis de la Cruz (De
Angelis I. p. 138) ETIMOL: Cura: piedra y del río o qizás Curru:negro; Río Negro
CURA LEO, 1872, cac. pehuenche, hijo del cac. Caipí. Lo representó en enero de 1872,
cuando los pehuenches (picunches) hicieron un tratado de paz con el general chileno Mendez
Urrejola (AEM Nº 6464) y cuando poco después, el 27 de agosto del mismo año hicieron un
parlamento de paz con el jefe de la frontera argentina en San Rafael, Y el 20 de febrero de 1879
participó con el cac. Udalmán, Purrán, Zuñiga (h) y 200 indios en otro parlamento en Collanta.
(AEM doc. 8122). Luego acompañó la historia del cac. Purrán.
CURA LLÁN, 1788, cac. pampa. Manuel Pinazo lo encontró en su expedición a Salinas
Grandes (Diario). 1826, el Cnel Federico Rauch lo atacó y destruyó a su tribu (Barros,A.:Territorio
p. 163)
CURA MILLA, cac. araucano quien en 1784 salvó la vida del obispo Morán ganando el
partido de chueca que perdió el cac. Ancatemú (Lagos )
CURA MILL, 1813, cac. mapuche de Collahué, Chile. Molestó a los caciques patriotas de
Santa Fe (Chile) , llamados Cuminao y Marinao, de manera que éstos prefirieron emigrar a la
Argentina. (Guevara, 1910 )
CURA MILL, 1908, cac. mapuche de Collahué, Chile. Se reunió con Esteban Romero y
junos atacaron al cac. Coñuepán.
CURANG,, 1819, cac. ranquel que invadió la provincia de Buenos Aires con Manquelef y
Epuñán. ETIMOL: Angué : mejilla y prob. currü : negra
CURRÁN o Currián, 1847, cac. pehuenche amigo de Mendoza quien, como otros, han sido
invitados a pasar a Chile para tomar parte de la guerra de Zúñiga (Sosa Morales, El Comandante
Rodríguez p.52 y Jorge Rojas Lagarde : Robo de ganado y comercio ilegal de hacienda en Chile.
CURRÁN, 1866 capitanejo del cac ranquel Mariano Rosas
CURA QUILLA, 1586, cac. pehuenche del valle de Uco (Mendoza); encomendado de
Diego Gómez (Arch. Mendoza)
CURU ANGUÉ, cac. boroga quien en 1834 escapó en el asalto de Masallé y fue
perseguido. Avendaño en sus Memorias dice que murió 1834. Era hermano de Curritripay.
CURU , curü, carri,curri son sinónimos de negro o morocho
CURLALITÁN, alias Achailén, 1582, cac. querandí, encomendado por Juan de Garay
CURU ANCA, 1783, cac. auca que Basilio Villarino encontró en Huechu Lafquén en su
exploración del Río Negro. Estaba con los caciques Guchumpilqui, Llancapí, Román y mucha
indiada (Col. De Angelis II )
CURU ANTE, 1751, cac. pehuenche, a quien visitó el misionero jesuita Bernardo
Haevstadt (15.11). 1776 figura en el censo de de las Casas, en Remelcó, cerca de Guadamco (La
Pampa) (De Angelis IV p. 584) ETIM: Ante; sol; curri : “oscuro”
CURUBALTA (o Curubaltu), 1778, cac. del Río Colorado (de los Sauces) Según un
documento mendocino estuvo enfrentado a los caciques auca Guchulaf, Alcaloán, Chaña vilú y
Ñancuvilú. Era rico; tenía mucha hacienda y muchas manzanas (Arch Mend, carp. 40 doc 25)
CURI CAL,cac. picunche. 1782 aseguró al Capitán de la expedición chilena que iba en
busca de la Ciudad de los Césares, que él sabía que existía. (Raone: Fortines p. 132) “Lana negra”
CURICAL, 1879, capitanejo del Neuquén ( ver Antical)
325
CURRICAL es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén (Decreto
1964)
CURRI CHÉ o Cusiché y como vimos, Curiché. 1880, capitanejo picunche del cac Purrán
(Raone : Fortines p. 132)
CURIECÚ, 1875, cac. salinero, pariente del cac. Namuncurá, según su propio testimonio en
carta al Sr. Arzobispo de Buenos Aires (L.Copello: Gestiones del ASrzobispo Aneiros..1945 p. 207)
Curiecú no estaba conforme con el arreglo de paz y mandó una comisión a Bahía Blanca
junto con Gabriel Raíñ, hijo (o pariente, no más) de Namuncurá .(Arch. Salesiano, Bah. Blanca)
Cartas del Cnel. Yturra.
CURRIEL, 1769, cac. serrano. Es otro nombre del cac. Miguel Yahatti. El 20.6 de 1770
pidió la paz; pero poco después Manuel Pinazo juntó gente “para pasar a cuchillo a Curruel, porque
corre constantemente a los tegüelches para invadir con ellos los pagos de Magdalena y Matanza.
1820 favoreció la paz de los pampas en la estancia de Miraflores. Estuvo en los parlamentos del
Arroyo de Chapaleufú. El Gobernador Rodríguez, poco después, rompió la paz.(véase la nota
biográfica de Ancafilú). En1822 estuvo en el parlamento de paz con el Cnel Pedro A. García. G.
Terrera dice que era el padre del cac. Cachul. ETIMOL: Currünahuel : tigre negro
CURRUÉ, 1856, cac ranquel. Manuel Baigorria lo redujo a la paz (V. Barrio Imposti: Río
IVº y el Cnel Mansilla 1961 p.9)
CURRUEQUE o Curru hueque, 1845, caciquillo pampa de Tapalquén. Ese año acompañó
al Cnel. Villar en la persecución de un malón del cac Rinque. Falleció el 9 de enero de 1851 “de
muerte natural”. Le había asistido el Dr. Manuel A. Garayo (Capdevilla, 1973 p. 91)
CURRUGAL, 1870, cac. salinero de Namuncurá. Ese año participó en la invasión a Bahía
Blanca. ETIMOL: Hualá : pato zambullidor; currü: negro.
CURIFIL o Curuil, 1862, cac. salinero, cuñado de Juan Calfucurá en cuyo nombre
desempeñó varias misiones diplomáticas (AEMNº 2 y 21; 1862)

CURRU GUILLÍ, 1776, cac. pampa que vivía en Anturé (Toro Muerto) cerca de Marivil,
La Pampa, según el censo de de Las Casas. Un hermano se llamaba Huila Güillí. Era ladino e
intérprete. 1780 estuvo preso en los cárceles de Córdoba. ETIMOL: Huillín: nutria y negra
CURU GUANQUE,1750, cac. pehuenche, según dice el P. T.Falkner (Cusú Huanque)
CURRU GUER ( más conocido por zorro negro), se lo consideraba huilliche. 1774 hubo un
grave encuentro con los tehuelches, donde murieron cuatro caciques y mucha indiada. Fue la
continuación de la expedición de M. Pinazo. (C. Monaut: Ranchos 2005, p. 27)
CURRU HUÁN,1798, capitanejo pehuenche quien al fin de la Guerra Pehuenche asistió al
parlamento de paz, el 31 de Mayo de 1798 (Arch Mend. Doc. 43). 1824 se nombra como hijo del
cac. Colicheo de Quilahueque (T. Guevara 1910 cap. IX))
CURRU GUANQUÍN, 1836, cac. pampa de Tapalquén. En la sorpresa del 1º de octubre de
ese año fue apresado por sus adversarios, al igual que Catriel, Nicasio y Quiñigual. Luego fue
liberado por las tropas regulares de ese punto (Gaceta 5. 10. 1836)
CURRU GÜIL (o Curuil), 1861, cac. salinero de Calfucurá. Ese año llegó a Bahía Blanca
en busca de 500 yeguas. Después de la muerte de Calfucurá desempeñó otra misión a Buenos Aires
(Copello: Gestiones del Arzobispo p. 195)) Era amigo de Cipriano Catriel y con él participó en la
Revolución de 1874.
CURRU HUENTRÚ o Curruentrú, 1864, capitanejo ranquel de la escolta del cac. ranquel
Mariano Rosas. (Lista del Arch. Em. Mitre)
CURRU HUENTRÚ,1799, cac. pampa ranquel que en la Laguna del Monte comerciaba
con los que expedicionaron a Salinas Grandes, entregando cautivas por mercadería.
CURRU HUINCA, 1819, cac. huilliche o boroga de la Reducción Boroa (Chile). Actuó en
la Guerra en el bando de los realistas con Calfuqueo, Curriqueo al este de Truf Truf (Tenemos una
carta del cac. Curruhuinca a Ignacio Coliqueo; eran compañeros en su juventud) Curruhuinca era
respetado como parlamentario y como guerrero, dice T.Guevara en su libro de 1910 cap VII) Uno
de sus hijos habría sido Esteban Romero, cacique y guerrero. Más tarde se conocía a Curruhuinca
como jefe de los huilliches, rico y armado hasta con carabinas. Calfucurá estaba en buenas
326
relaciones con él; pero de pronto se sublevó contra el amigo e invitó a puelches y huilliches a
invadir en las pampas (AGN S:X. 27-7-6) 1846 estuvo con 3000 indios pehuenches en Angol
convocados por J.A. Zúñiga. Era uno de los principales caciques. Resolvieron pasar la Cordillera y
establecer campamento en Auca Mahuída para buscar hacienda (Arch. Mend. Doc.12 del 24.1.47).
1849 estuvo con Calfucurá en Salinas Grandes, invitado por éste. (AGN X. 27-7-6) Qué han hecho,
no sabemos.
ETIM: Huincá: cristiano y currü: negro
CURRU HUINCÁ (IIº), 1882, cac. de la zona del lago Nahuel Huapí. Se lo conoció por la
expedición de los Andes en 1882. Ese año lo visitó el capellán militar José M. Beauvoir. Allí
empezó a catequizar a sus indios y bautizó a buen número. Uno de los hijos del cacique se llamaba
Abel. El 15 de diciembre de ese año se presentó con 180 indios a la columna expedicionaria.
Informó sobre las tolderías en la Cordillera y consintió en acompañar la tropa hasta el lago Lácar,
donde vivían los indios de Ñancucheo. Colaboró en la fundación de los fuertes Chacabuco y Maipú.
1884 tenía ya casa fija de madera (Campaña de los Andes p. 332 y Acad Hist. Nac Conquista II p.
403) Se afincó luego cerca del Lago Lácar y Lolog o en Chapelco . Pero siguió en servicio de las
tropas nacionales hasta la gran rendición de los indios neuquinos, el 1º de enero de 1885 en San
Martín de los Andes (Walter, ed. 1964 p. 741) 1898 ayudó en la fundqación de San Martín de los
Andes como pueblo. En diciembre de 1900 los salesianos iniciaron su obra de evangelización en
esa tribu y en la de Namuncurá, ya sometidas. Desde entonces el cacique se llamaba Bartolomé
Curruhuinca y que estaba casado con Margarita Calfunirín. Sus hijos eran Abel y María (entre
otros). María se casó con Ignacio Yanquín.
Dicen que el viejo cac. Bartolomé Curruhuinca murió en Chapelco. (Raone: Fortines p. 135
y Memorias del Padre Beauvoir 1883. Ocampo, R.: Historia del Regimiento 7º, ed. 1930 p. 200)
En 1895 visitó a la familia la comisión científica del Museo de la Plata, bajo la dirección de
F. Moreno. Desconozco sus informes. En 1917 se nombra en carta de Andrés Painemilla al cac.
Trem Huentrú Curruhuinca. En el libro de C.Curruhuinca y Luis Roux intitulado: Las matanzas del
Neuquén,ed. 1985, se dice que en 1898 hubo una sublevación. Y que sólo la tribu de Curuhuinca se
atrevió a regresar a Neuquén. Hoy sus descendientes están “metidos” en el parque nacional
despojados y restringidos en sus derechos.
CURRUHUINCA, Abel, nac. 1865, cac. neuquino; era hijo del cac. Bartolomé
Curruhuinca, quien estaba casado con Margarita Calfunirín. Con su padre se entregó a la tropa
expedicionaria de la Conquista del Desierto. El 26 de enero de 1885 reconocieron con su tribu
plenamente la soberanía argentina. Colaboró en la construcción de fortines. Se afincó cerca del
Lago Lácar. Firmó el 4 de febrero de 1898 el acta de la fundación de San Martín de los Andes. En
un documento del Ejército se mandaba que lo tratasen bien, porque era útil. Después de la muerte
de su padre heredó el cacicazgo de la tribu. Juan Raone publicó su fotografía en “Neuquén, la
provincia de los grandes lagos; Nº2 p. 18. Figura también en Bertha Kössler: Der Medizinmann am
Lanín, 1963 y el cacique Curruhuinca con su familia frente a su casa buena.
CURRUHUINCA, Gregorio se presentó como cacique en 1963 en el Primer Congreso del
Area Araucano Argentino. Traía dos lenguaraces, Paillán y Huenuquir. (Primer Congr.A.A. I. p.52)
CURRUHUINCA, Francisco 1980, tiene su ubicación en el Parque Nacional y lo lamenta
porque esto le impone una limitación en todo su haber.
En 1990 el P.Meinrado Hux visitó, en compañía del obispo Jaime Denevares, el rancho del
cacique F. Curruhuinca. Les presentó a su esposa y a sus hijos: Elvio, Elisa y Juana . Contó con
pena sus sucesivos despojos y su forzosa ubicación en una reserva sin reconocimiento oficial. Que
le prohibían cortar leña y les dejan mantener no más que cinco animales. Cuando asistió a la Misa
en Pill Pill, yo le saludé en idioma mapuche. Pero oyendo alguna frase más, me dijo: Padre,
mándeme algo para que yo apenda hablar en mapuche. ¡Qué triste!
CURILEUFÚ, Fancisco, 1774, uno de los principales caciques de Chile
CURILEBÍ, 1622, cac. araucano del la tribu de Rua o Ruya. Según el Padre Rosales estuvo
presente en el parlamento en Chillán “vestido de gala de pellones de guanacos pintados.
CURUYÁN o Currullán, 1845 cac pehuenche. Aparece en el proceso por la muerte de
Guzmané (S.Avendaño)
327

CURRILIPI (Carilipi, Currilay), 1776, cacique gobernador de pehuenches en el sur de


Mendoza.
Vivía sobre la margen izquierda del Río Neuquén, 40 leguas al sur de Malalhué, donde
vivían sus hermanos y primos hermanos, los caciques Ancanamún, Pichintur, etc. y con ellos
sostuvo la larga Guerra Pehuenche contra los huilliches del otro lado del Río Neuquén.
Seguramente por esa guerra y las injerencias españolas en ella, tenemos noticias de este cacique,
pues la guerra envolvió a gobernadores y milicianos de Mendoza y de Concepción de Chile.
Currilipí fue un caudillo inteligente, famoso orador, cantor y poeta, además un valiente
guerrero. Sólo sobre este último aspecto podemos aportar algunos datos.
1.LA GUERRA PEHUENCHE se remontaba a largos años atrás, quizás de antagonismos
que no podemos rastrear. Brotó antes De la sublevación general de los indios en 1769. En 1776, los
españoles chilenos sintieron la pérdida del Cuyo de su jurisdicción, pues la Corona la había
integrado entonces al Virreinato del Río de la Plata, al crear esta nueva distribución territorial. Ese
mismo año, los chilenos confederaron a los pehuenches para llevar con ellos un ataque contra los
huilliches más al sur del Río Tolten y del Río Neuquén. Desde entonces hubo continuas idas y
venidas de expediciones, revanchas, malocas y matanzas. Después que el gobernador Amigorena de
Mendoza expulsara de la Pampa y venciera al caudillo ranquel Llanquetruz., durante su expedición
del año 1780, éste se constituyó en su primer enemigo de Currilipí. En 1784 se registraron las
primeras expediciones de Llanquetruz contra el cacique Currilipí y su tribu.
2.Primero Llanquetruz le mandó una invitación para que se uniesen a ellos, para oponerse a
los españoles de Penco (Concepción). Currilipí pidió a la comisión enviada a tal efecto, tres días
para pensarlo, pues quiso consultar a sus parientes y amigos de Malalhué. Seguramente tuvo que
pedir su auxilio. Llegada la fecha en que Currilipí debía responder, no lo hallaron. Decían que había
fugado con sus familias y 30 muchachos que llevaba de escolta.
3.Llanquetruz reunió, entonces, a su gente guerrera y se dispuso a atacar la toldería de
Currilipí. Pero Ancanamún ya había enviado el auxilio pedido desde Malalhué con la consigna que
debían detener el ataque de los huiliches y preferir la muerte antes de entregarse. Currilipí estaba
entre ellos cuando se acercó la partida de Llanquetruz, y con el refuerzo de sus amigos, se animó a
enfrentar a los sureños. El choque fue fuerte y los “norteños” hicieron estragos entre sus enemigos,
quitándoles un numeroso botín que llevaban. El gobernador de Penco, D. Ambrosio O’Higgins,
agradeció a Currilipí la feliz operación en su tierra.
A fines del mismo año se les había agregado un cacique huilliche de nombre Creyú,
fingiendo sumisión y obediencia, cuando en realidad no era sino un espía infiltrado entre los
pehuenches por encargo de Llanquetruz. Se descubrió la tramoya y le dieron muerte. Llanquetruz
buscó entonces paz y alianza con el gobernador de Penco o Concepción; esperaba de él cierta ayuda
para operar contras los indios de Malalhué. La paz duró poco.
4.El 25 de Octubre de 1785, llegó a Mendoza el capitanejo Ancapán de Malalhué para
informar al gobernador José de Amigorena que los huilliches de Payllantur y Llanquitur estaban
aprestándose en número de 5000 para invadir sus tierras. Amigorena envió de inmediato un refuerzo
de 400 hombres al Fuerte de San Carlos. Efectivamente los sureños vinieron y asestaron el primer
golpe a la tribu de Currilipí. De inmediato salieron los indios de Malalhué para vengarlos, atacaron
las mismas tolderías de los huilliches y les quitaron mucha hacienda.
5.Pero el 23 de Junio de 1787, Llanquetruz volvió a atacar a los pehuenches en Taquimilán y
Malalhué. El comandante de San Carlos, Francisco Esquivel Aldao quiso acompañar a los malalche
para apoyar su desquite y pidió a Mendoza un nuevo refuerzo de cien hombres de fusil. Salieron,
pues, a escarmentar a los 600 huilliches que entonces tenían rodeado al cacique Ancaín, desde hacía
tres días. Este había sido vencido y en la refriega murieron los caciques Ñancucheo, Curipil,
Antemain y Ancaín, el 11 de Octubre de 1787 (Arch. Mendoza. Doc. 31).
El mal habíase acrecentado, pues una terrible epidemia de viruela asolaba la toldería de
Malalhué. Afectado por la enfermedad también el cacique gobernador Ancanamún, murió en Julio
del mismo año, es decir, en plena guerra. Su hermano Pichintur, su sucesor. continuó la campaña,
porque Currilipí había vuelto a pedir auxilio (Ib. Doc. 34) El mismo cacique había pedido socorro
328
tanto al gobernador de Mendoza como también al de Concepción. Chile mandó al capitán Vivanco y
Mendoza al capitán Francisco Esquivel Aldao. Los pehuenches de Pichintur ya habían partido el 16
de Julio. El día 20 estuvieron con Currilipí (Doc. 34).
6.La tribu de Currilipí acampaba en una región ventajosa y estratégica. en un malal
zanjeado. (AGN S. VII 8-1-2). Durante dos días los habían sitiado 400 indios enemigos. —contó
luego Pichintur en el parlamento que tuvieron, el 17 de Octubre. con el Comandante General José
de Amigorena (Doc. 35). El mismo cacique dijo un discurso de singular oratoria, clamando
venganza contra Llanquetruz. Currilipí ponderó su situación y gratitud para con sus hermanos que
le habían ayudado, confirmándo lo dicho luego con un fuerte abrazo. Dijo que le obedecían 300
mocetones. 1000 indios y 200 huilliches prisioneros. Pidió nueva ayuda y solicitó permiso y
pasaporte para ir a ver al gobernador de Penco, a quien iba a pedir nueva ayuda, porque estaba
relativamente cerca. Amigorena, en su discurso, los alabó y aprobó todo. (Doc. 35) El mismo
dispuso que salieran a una nueva expedición, no sin haber solicitado el permiso del Virrey Loreto,
para que no pudieran desacreditarle la acción. (26.10.1787)
La expedición fue dirigida por el capitán F. Esquivel Aldao. quien marchó con 53 hombres y
dos cañones hacia el sur para incorporarse a los indios amigos. (Diario de la Expedición publicado
en la Revista Junta Estud. Hist. de Mendoza. VIII. 1937, p. 318 ss).
7.El 26 de Enero de 1788, marchó con rumbo al Río Neuquén (cerca de Chosmalal).
Llegando al Río Agrio. se sumaron los indios de Pichintur, quienes se habían adelantado a la
columna mendocina. Allí estuvieron también los indios de Currilipí. Juntos concertaron el plan de
cómo lanzar la ofensiva contra los huilliches. El 18 de Febrero al alba iban a caer sobre las tolderías
de Caullán y de Llanquetruz. simultáneamente. Los indios de Pichintur se adelantaron con
impaciencia y atacaron la tribu de Llanquetruz. Al cacique no lo hallaron, se había fugado a tiempo.
En un segundo ataque sorprendieron los toldos de Arceabel y del cacique (Pablo) Lepnopán.
Sin añadir más detalles, diré que la expedición fue un éxito, pues volvieron con 350
prisioneros y 20.000 cabezas de ganado.
8.Para completar la campaña, el gobernador de Concepción, como así también el gobernador
Sobremonte ofrecieron un gran premio al que trajera la cabeza del cacique Llanquetruz. Currilipí
era el más interesado en el “negocio”. Por eso, auxiliado por el sargento Francisco Vivanco con un
piquete de chilenos con fusil, y 40 hombres de Mendoza, más un grupo de indios amigos de
Pichintur, Currilipí salió en busca de su adversario, ahora con mejores condiciones climáticas que
en Julio. Llegaron a sorprender a Llanquetruz, efectivamente, en el Paso de Villarrica y allí no más
le dieron muerte. Esto ocurrió el 16 de Diciembre de 1788. El lº de Enero de 1789, Currilipí entró
solemnemente en Los Angeles, ostentando sobre una pica la cabeza de su adversario. Y dicen los
documentos, que fue agasajado (Diccionario Histórico Geográfico de Chile, 1929, p. 242 y Arch.
Mend.. Doc. 39) El cacique Roco llevó la noticia de la muerte de Llanquetruz a Mendoza, donde
echaron a vuelo las campanas de las iglesias y se cantó un Te Deum.
9.Currilipí sabía que los huilliches no desperdiciarían oportunidad para vengarse. Mendoza
tampoco quiso apagar el fuego de la guerra india. El 2 de Julio de 1789, J. de Amigorena convocó
nuevamente a los indios amigos para concertar con ellos un nuevo tratado de paz y para prometerles
nuevos auxilios para otras expediciones contra los huilliches. Ellos le manifestaron que sentían
deseos de volver a “insultar” a los huilliches en la próxima luna.
10.Entre tanto, los huilliches lograron apresar hacienda de Currilipí. Amigorena estaba
empeñado en expedicionar primero a Huanacache. Pero en 1790. cuando tuvieron noticias de que
los huilliches juntaban gente para invadir nuevamente y Currilipí se presentó en Malalhué
solicitando una vez más auxilio (3.8.90), estos pehuenches amigos se aprestaron a marchar con él.
Currilipí decía que los huilliches avanzaban en cantidad de 1.500 y que habían recibido un refuerzo
de españoles de Santa Bárbara. Mendoza apoyó nuevamente a los malalches con un contigente al
mando del capitán Francisco Barros.
11.De esta nueva expedición se conserva un Diario incompleto, firmado el 21 de octubre de
1790. que abarca desde el 1° de Junio hasta el 11 de Octubre de 1790 (E. Acevedo: Documentos
históricos relativos al Cuyo, Catálogo de 1963). No lo leí, pero sé que de nuevo había luchado con
buen suceso.
329
12.En enero de 1792 corrieron nuevos anuncios acerca de que los huilliches habían reunido
1.000 indios y avanzaban contra el cacique Currilipí, porque retenía éste un gran número de sus
familias, como también mucha hacienda. La noticia llegó demasiado tarde, como para impedir que
sus amigos pudiesen acudir a auxiliarlo. (Acevedo, ib.) Hubo un combate sobre el Río Renileufú. el
16 de Enero de 1792. en el que lograron triunfar los caciques Coñiumil, Cheuquepán, Huenumilla,
Quintelén, Huerahueque y Tintibur. Amigorena investigó los detalles del encuentro y se informó
que Currilipí había sido herido malamente, gritando los perseguidores que iban a arrancarle el
corazón, a beber su sangre y quemar sus huesos, según su antigua costumbre.
13.Currilipí no era hombre de entregarse. Arrojó la lanza a los suyos y con furia se lanzó
al lago. Durante tres días buscaron los enemigos su cadáver y no lo hallaron. Más tarde sus indios
lo encontraron en la costa donde lo sepultaron.
Los enemigos habían muerto a 87 hombres y 145 mujeres y niños y se llevaron más de 200
prisioneros, además de rescatar sus 130 prisioneros que les habían retenido. Esto provocó otra
“formal expedición” de 600 pehuenches auxiliados por Mendoza y Chile. Pero este hecho será
relatado en la biografía de Pichintur. Currilipí en la vida y en la muerte fue un gran señor.
(Etimol.: Lipí: pluma: Curru: negra).

CURÍN, Andrés,1772, poderoso cac. gobernador pehuenche en Chile


CURÍN, 1868, cac. araucano chileno que capitaneó el 8 de diciembre de ese año un malón
contra Río Cuarto. Le acompañaron indios de Salinas Grandes. El Cnel. Antonino Baigorria
movilizó sus tropas contra ellos y los echó en fuga. (AEM 10.12.68 y Vítulo : Historia de Río IVº p.
163)
CURÍN, Juan (llamado también Curruín o Curriqueo o Currinao, 1873, capitanejo boroga de
la tribu de V. Pincén (Piseñ). Es nombrado en el tratado de paz que hiciera ése el 26 de febrero de
1873 con el gobierno de la Nación. Al año fue tomado preso con toda una comisión de paz; pues el
tratado aún no se había ratificado. Curuín era segundo de la tribu de Piseñ (sic) y se llamaba
sobrino del cac. Justo Coliqueo. Efectivamente etaba casado con una tía de V.Piseñ. Éste, solicitó al
gobierno su liberación y la de otros prisioneros de la comisión (AEM 2.4.1875. Lista) Curuín
mismo envió, el 9 de Julio de 1875, una carta al Arzobispo Aneiros de Buenos Aires, pidiendo por
sí y por 39 compañeros la amnestía, en vista al gran día patrio. Le dice que cree haber expiado
suficientemente y promete ir a vivir a Hornitos (hoy Zavalía), próximo a la tribu de Coliqueo y vivir
en paz, obedeciendo al tío y al gobierno. Tuvo la alegría de verse liberado, el 24 de Julio y le
pagaron el boleto del ferrocarril hasta Chivilcoy. Y en adelante vivió en Los Toldos integrado en la
tribu de Coliqueo, a la que probablemente había pertenecido ya antes de 1862. Allí se casó con
Juana Nahuel o Amuypán y dejó alguna descendcia en la zona (ver Curinao).
Había nacido en 1836 y murió 1901. Sus hijos se llamaban Ignacia, Pedro, Juan y Alejandro
ETIMOL: “n” verbalizante (ser) y Curi: negro

CURU LONCO, 1815 cac. ranquel de la pampa.


CURU LONCO, 1834, cac. entre los borogas, muerto ese año en el Asalto de Masallé (ver
Rondeao)
CURI LLÁN (Curillanca) 1875, cac. pehuenche que luchó contra una invasión de huilliches
en Ranquilón (Neuquén).. Recuperó a las familias que le habían robado. 1879 pertenecía al cac.
Purrán. (Alvarez, G. Tronco de oro p. 36 ETIMOL: collar de perlas negras
CURU MÁN, 1834 figura entre los caciques borogas (27.12. 1834)
CURRUMÁN, Mariano (o Curumán, Currumanque, Carmón), 1865, cac salinero, hijo del
famoso cac. Juan Calfucurá y hermano de Namuncurá. 1865 desempeñó una de sus primeras
misiones diplomáticas en Buenos Aires. Buscó, como su padre, una convivencia en paz, sin ceder
sus tierras ocupados “con permiso del Gral.Rosas” . Pero les toco vivir en una larga guerra fría . Las
presiones y sus malones de protesta y su lucha hasta la entrega definitiva se narra en las notas
biográficas de Calfucurá,Juan y Namuncurá,Manuel.
En 1873 firmó el gran proyecto de un tratado de paz (doc. 1232 AEM). En octubre de 1878
se presentó con otro hermano al Gral. Rudecita Roca en Villa Mercedes, a la vez, que trajo cartas
330
para el Padre Donati, para que intercediera ante el gobierno por sus tribus. (Olascoaga IV p.62). El
21 de marzo de 1884, Mariano Carimón (sic) entregó su lanza y su espada al Comandante de
Pulmarí, lo mismo que su hermano, el cac. Manuel Namuncurá y su gente que aún lo acompañaba.
Posteriormente vivieron en la Cordillera de Neuquén. Alej. Vignati publicó su fotografía en “Primer
Congreso Araucano del área araucno argentino vol. II p. 65.
CURRUMANQUE, 1820, cac. huilliche. En diciembre de ese año su cacique llamado
Joaquín Pán lo envió para entrevistarse con el guerrero chileno J.M.Carrera en Rosario. Luego
acompañó a éste en su campaña al Interior. (Willam).
CURUMILLA, cacique toqui chileno. Era sucesor del cac. Curanteo. Hizo algunas
expediciones. Le sucedió Lincopichón.
CURRUMILLA, 1786, cac. mapuche chileno. Estuvo presente cuando los araucanos
apresaron y saquearon al Obispo Francisco José Morán, cerca de Tolten. Unos querían matarlo;
otros deseaban salvarlo. Se jugó su vida, según su costumbre por tres partidos de chueca que
resultaron a favor del obispo. Curamilla intervino decididamente por él (Noggler, 400 años de
misión araucana; en alemán p. 199 y Lagos,R.: Colegio de Chillán p. 267. Intervino también en la
Guerra Pehuenche, cuando Llanquetruz había reunido a 5000 indios en Chimpay (AGN S.VI 3-1-2)
CURRUMIL, 1886, cac. Pampa en Neuquén. Se rindió como Ancatruz, Cayulef y los
indios de Namuncurá.
CURUMIL, Lucho, 1970, cac. pehuenche, afincado en Quillen con 30 familias. Tiene una
de las 23 agrupaciones indígenas, aprobadas por un decreto de 1964 del gobierno de Neuquén.
(Acad. Hist. Nac. Conquista III 633) Sister Marí Inés los visitó 1957 y sacó fotos (Araucanián child
life and its cultural background Publ. Smitson p. 351)
CURU NAMÓN o Curunamún, 1796, cac. pehuenche de Malbarco. Participó en la Guerra
Pehuenche. Actuó en los malones contra Pichintur y los pehuenches adictos al gobierno de
Mendoza. (Arch. Mendoza doc. 21; 6.4. 1796)
CURU NAMÚN, 1872, capitanejo ranquel (en lista del Padre Donati)
CURI NAHUEL, 1793, cac. mapuche de Angol (Chile). Pidió a los Padres Franciscanos
que volvieran mandarles misioneros, aunque ambulantes como los jesuitas. “Tigre morocho”
CURRU NAO, 1805, cac. pampa que vivía en Tapalquén y Tandil ( dice G.Terrero). Dice
que era padre del cac. Cachul. (entonces debería identificarse con el cac Curiel ya visto)
CURU NAO, Juan (Currinao o Cuzunao), 1834, capitanejo boroga. Pertenecía a la tribu de
Ignacio Coliqueo. Estando una vez (en 1860) en Córdoba por sus negocos particulares, oyó decir
que en Paraná habían decidido matar al Cnel. Manuel Baigorria. Coliqueo, sabedor de esa
conspiración, impidió que Baigorria fuese a Paraná (M.Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los
Toldos, ed.3ª p.43). En todos los asuntos de la Tribu mostró su cordura y valentía. En la lista de los
capitanejos figura entre los ricos. Estaba casado con Amuypán y con Marcelina Cristóbal, viuda de
Teuque de 25 de Mayo. Según el Dr. Máximo Castro, murió en Los Toldos en 1876. En mi trabajo
sobre genealogías de la Tribu de Colique tengo asentados además de Juan, otros hermanos Curinao
(o Currunao). Está Currunao Andrés, nac. 1841, José Currunao; nacido 1850, casado con Juana
Amuypán, murió 1901 y Rosa Currinao, nac. 1853 , casada con Nazario Rinque (tuvo 6 hijos)
CURRU NECUL, 1875, capitanejo de la tribu de Pincén, 2º en la tribu. Decían que era
bravo. El 8 de diciembre fue atacado por la columna del Cnel. Marcelino Freire. En el momento que
lo iban alcanzar se degolló y el Cnel. mandó su cabeza al Dr. Estanislao Zeballos para su colección
y en la carta le llamó “el indio más feroz de la pampa”. (Juan G. Durán: Namuncurá y Zeballos, ed.
Bouquet 2006 p. 61
CURÍN LEO, 1760, cac pehuenche que ocupaba un lugar fortificado (Lagos p. 131)
CURÓN, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. (lista del P. Donati)
CURI ÑÁN, 1550, cac. araucano de Talcahuano (Chile). Era el padre del famoso cac.
Lautaro. 1554, los epañoles lo quemaron vivo en represalia de la resistencia mapuche en la zona de
Penco . Su hijo quiso vengarlo (Campos Menhaca. Nahuel Buta p. 35/ 36) “Aguilucho pardo”
CURI ÑAM, 1758, cac. que fue muerto por un avance del cac. pehuenche Curipil, mientras
lo estaba visitando el Obispo Fray Pedro A. de Espiñeira (Brundny y Jorge Pintos Rdríguez, 1926 )
331
CURI ÑANCÓ, Agustín, 1764, cac. gobernador de los araucanos de Angol (Chile) El 8 de
diciembre de ese año asistió al parlamento de Nacimiento con 2400 indios. Curiñancó se oponía al
proyecto de establecer reducciones forzadas, retando en su discurso al gobernador y a los
pehuenches. El gobernador mandó apresarlo junto con el cac. Duque Guala y los llevó a
Concepción, donde debían ser ahorcados. Pero luego mitigó su sentencia, condenándolos al exilio
en la isla Juan Fernández. En marzo de 1765, por intervención del cac. amigo Llanca Huenu, fue
puesto en libertad, en obsequio de la paz.
Dn. Cabrito empezó en Angol los trabajos para establecer reducciones, utilizando la ayuda
de los indios y soldados. Pero en Navidad de 1766, todos los establecimientos fueron destruídos por
incendios. Curiñancó fue aclamado toqui. Y estalló una sublevación, preparada por el cac.
Curuñancu. El quiso destruir todas las reducciones. Sólo Angol fue preservado por la oportuna
intervención de 500 soldados. (Noggler; 400 años de misión p. 184/86 y Campos Menchaca, Nahuel
Buta p. 150, 186 y 461) Por intervención prudente del Obispo Pedro A.Espiñeira. la tierra volvió a
pacificarse, pues él fue a los indios y les prometió que los españoles iban a dejarlos tranquilos. El
25 de Abril de 1567 pactó en Concepción, pactó con los caciques Curiñamcu, Remulcau, Chinalaf y
Ñamcuvilú. (A.G.I. A Charc. 257 )

CURIÑAMCU es nombrado por Leonardo León Solís: El surgimiento del cac Curiñamcú
1765 – 1767)
L. León habla de un levantmiento en 1765. En 1770, Curiñán volvió a inquietarse, hasta que
los españoles hicieron una nueva alianza con los pehuenches con el propósito de llevarlos a guerrear
a los huilliches (esos eran indios que en el siglo XVII se habían retirado al Sur del Río Tolten,
debido a los frecuentes ataques que habían sufrido de parte de los españoles. Curiñancú, noticiado
de los planes pehuenches, se les adelantó, atacó por sorpresa a su cac. gobernador Coligurú, lo tomó
preso como también a su hijo, a los cuales los hizo matar (R. Latcham; Los indios de la Cordillera y
la Pampa, en Revista Chilena de Hist. Y Geogr.. Nº 67, 1930 p. 140 y Lagos, ob. cit. p. 227)
A principio de 1773 Curiñán y Leviant concluyeron sus ataques; pero aún andaban rumores
que huilliches y los de Maquehua iban a robar en la zona de Buenos Aires. El Maestro Pinazo sabía
de eso. El gobernador Jáuregui convocó entonces a otro parlamento a Tapihué cerca de Yumbel
(Vicuña. Guerra a Muerte p. 791)
El cac. gobernador de Angol recibía dedsde entonces una subvención del Estado, como
consta en dcumentos de la Bilioteca Nacional (T. Guevara 1910 p. 24.
CURI ÑÁN, 1798 era capitanejo pehuenche. Estuvo presente en el parlamento de
reconciliación en San Carlos. Parece que no era nada del Curiñancó arriba mencionado, pues
petrtenecía al grupo de los pehuenches de Malalhué (Mendoza). 1803 acompañó a algunos caciques
en una visita al gobernador de Mendoza (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza
CURI ÑAM,1834, capitanejo ranquel agregado a los indios amigos de Santiago Llanquelén,
cac. en Junín (B.A.) En 1838, esa tribu numerosa fue atacada por los ranqueles de los cuales se
había separado (R. Pérez: Aportes para la Historia de Junín p.31) Curiñám logró escaparse en el
cruel malón al malal de Llanquelén y volvió a someterse a los ranqueles del cac. Payné, como rezan
documentos del Archivo de San Luis (7.1.1839; 24.2. 1841; 15,4. 1841)
El cac. Payné hacía entonces gestiones de paz ante el gobierno de Córdoba y para esto eligió
al capitnejo Curiñam como gestor. Así era jefe de una comisión. Payné en sus cartas lo presentó
como “mi Capitán”. Pero en Córdoba le dijeron que estos asuntos debían tratar con el General J.M.
de Rosas y lo enviaron al Gral Pacheco. En una carta posterior, el cac. Payné de Leubucó se queja
de que le hayan matado al capitán –creo que habla de Curiñam-, y se queja al gobernador de
Córdoba de que no le hayan cumplido promesas anteriores. (Arch. San Luis, 8 de nov. de 1841, doc.
7936)
CURIÑÁN, 1847, cac. chileno. Un documnto del Arch. de Mendoza (Doc. 12, Carp. 123)
dice: “ De Chile vienen anualmente caciques a invadir. Clapí, Mariguán, Curiñán y Deunutrur que
habitan en Boroa y más al Sur; luego comercian sus poductos del malón en Concepción y en sus
mismos toldos”.
332
CURU ÑANCU CANIÚ, 1873, capitanejo del cac. Vicente Pincén (Piseñ). Figura en el
tratado de paz que éste hiciera ante el Cnel. F. Borges, el 14 de junio de 1873 con el gobierno
argentino.
CURI ÑAN, 1880, cac. que vivía entre los picunches de Taquimilán con indios del cac. F.
Purrán en Neuquén (J. Raone: Fortines p. 132)
CURIPÁN, Juan Antonio, 1907 cac. araucano. Díaz Meza publicó su foto en su libro: En la
Arasucanía. Breve relato del último parlamento en Coz Coz, el 18 de enero de 1907. Santigo
1907 .
CURI PÁN, 1826, capitanejo ( prob. boroga) estuvo en el parlamento del 25 de Abril de
1825 sobre el Arroyo Pecuén y en 1838 Currupay figura como aliado de los ranqueles de Payné.
CURI PEL, 1852, cac. huilliche de Chocorí, Figura en la lista de caciques obsequiados en
Bahía Blanca por orden de Rosas. Quizás es el mismo que nombra el cac. Calfucurá en carta del 20
de Sept. de 1854, en la que avisa que entró a robar Curaval ,Uniqueo y Curiqueo (AGN S.X. 18-10-
6)
CURRIPIL, LLamiñáñ, Huemán y Catrimán, 1760 son caciques pehuenches del Norte.
Aceptan formar pueblos. Los huilliches, no.
CURRI PIL, 1760, cac. principal de los pehuenches chilenos. Ese año, misioneros jesuitas
visitaron en la confluencia del Río Neuquén y Marín Leuvú a los caciques de las reducciones
pehuenches, a Curipil, Rapoñán, Llamiñán y Huemán.El mismo año, los huilliches los molestaron.
Ya en 1756 estuvo en un parlamento de paz en Salto de Laja. En 1758 lo visitó el Obispo
Pedro A. de Espiñeira. Curipil vivía en la confluencia de los dos ríos nombrados. El diario
menciona también a su madre que tenía 120 años y no le faltaron dientes. Tenía dos mujeres, dos
nietas y tres esclavos beliches y puelche. Mandaba a 260 indios guerreros.
CURRIPILÚN ver Carripilún “Oreja negra” (no verde como algunos creían)
CURRI PULQUI, 1776, cac pampa, ya viejo de Checau, que quiere decir “Médano
Colorado” (?). Vivía cerca del cac Ñancopillán. En el censo de de las Casas se le atribuye una
escolta de 18 soldados y 10 toldos (De Angelis IV p. 584. 1751 el Padre jesuita Bernardo Haevstadt
había encontrado a Currupulqui en la zona de Malal Hue entre pehuenches.
CURU PUENTRÚ, (prob. Huentrú), 1799, cac pampa puelche. Ese año lo encontró Manuel
Pizarro en su expedición a la laguna del Monte. 1803 lo enontraron en Cabeza de Buey (AGN IX 1-
4-6)

CURRI QUEO, (CURRIQUÉ) Ignacio EN 1819 era cacique mayor de los borogas de
Chile; era toqui y machi supremo que dominaba las tierras desde Truf Truf hasta Chaima (Llaima),
de Pillanleufú al Pillanmallín. Según Tomas Guevara, era hijo del cac. Melillán Painemal de Chol
Chol, precisamente de Carriringy, a la derecha del Río Chol Chol. Y que era nieto del cac.
Quechacheque (Quechu Hueque) Iquelme Painemal de Villarrica. Yo no sé si no tiene que ver
con Coli gner, el toqui boroga. Ciertamente había varios Curriqueo.
Más llamativo me parece lo que dice el jesuita P. Bernardo Haevstadt en su diario 2º vol.
p.63 (“ Chilidugu”) para la fecha 20 de febrero de 1752, que visitó al cac. Ignacio Huenchunahuel,
padre de Curriqueú, amigote de los españoles. (NB.Curriqueo y Coliqueo son apellidos de la tribu
de Coliqueo en Los Toldos Prov. de Bs.Aires). Cuatro días más tarde, el 24 de Febrero de 1752, el
misionero asistió al entierro del hermano de Huenchuñamcú y describe bien la ceremonia.
En 1800 Juan de la Piedra en su Expedición a Salinas Grandes encontró allí al cac. Antimán
junto al cac. Curuqueo (Mariluz Urquija,Joé M. :El Virreinato del Marquez de Avila 1799-1801 p.
231) En 1810, el Cnel . Pedro A. García encontró también en Salinas Grandes (13.11. 1810) al cac.
Alonso Antimán con el cacique Coliqueo. Más tarde estaban luchando en Chile durante la Guerra a
Muerte (ver Antimán)
De todo modo Curriqueo era de la alta nobleza araucana. (T.Guevara 1910 p. 96 y 59) Sus
hermanos habrían sido, según el mismo T. Guevara,, los caciques Antonio, Ramón, Necul (creo ser
Curín), Calfuill, Mulato, Bulnes Painemal, Martín Salas, Maliqueo y Mariqueo; todos realistas
(amigos de los españoles al sur del Bío Bío) y opositores de los ejércitos patriotas en el proceso de
la Guerra a Muerte.El mismo autor p.96 enumera los realistas de 1919, al parecer todos parientes de
333
Curriqueo: “El cacique Melillán Painemal de Carirringi, cuyo padre fue Quechachoque Iquelme
Painemal, antes en Villarrica; ahora en Chol Chol. Los hijos son los caciques Antonio, Ramón,
Nerculqueo, Calfuill, Mulato, Curriqueo, Bulnes Painemal y Martín Salas. Un documento de
1822, el Diario del parlamento del Cnel Pedro A. García anoya el 23 de Junio que el cacique
boroga Nécul del grupo chileno que emigró a la pampa argentina a raíz de la Guerra a Muerte, era
hijo del cacique Melillán de Chol Chol, hermano de Bulnes, Painemal. Curriqueo y Salas. Hablando
del cac. Ancapí, cac. angolino, anoté lo siguiente: En la Guerra a Muerte Ancapí participó en el
bando de los patriotas con los caciques Venancio Coñuepán y Colipí. En 1820 Ancapán
expedicionó contra los indios de Marimán y (2.5.1820) contra los pehuenches. Al año siguiente, el
Cnel. Manuel Bulnes incorporó en su ejército a los caciques Minche, Payllamilla y sus hermanos
Tromo, Millaleo, Quintre, Calvuén. Lincogür, Calvugür, Meligür y Rayñancú. Estsos llegaron en
noviembre hasta el Río Imperial, replegando las fuerzas del Cnel. Pico. Allí se les hizo frente el
famoso cacique Ignacio Curriqueo con sus borogas y…Bulnes tuvo que retroceder y fue
perseguido hasta Concepción (Campos Menchaca, Nahuel Buta p. 164). Pero la guerra siguió
adelante y los patriotas ganaron de nuevo terreno. Como otras tribus, Ancapí emigró a la Argentina,
donde aún fueron perseguidos por los patriotas chilenos (y sigue la historia de Ancapí, Marileo,
Mariqueo, Antivil entre los ranqueles). Mariqueo y el cac. Ignacio Rojo (traducción de Coliqueo)
se hallaban en 1747 en la Misión Jesuítica al Sur del Río Salado.
Entre los hijos del Cacique Mayor Ignacio Curriqueo creo poder señalar a
Ignacio Coliqueo (1796-1871), cas. con Felipa Quintuil y cas. con Inaipán (sus hijos eran
Antón y Antonio)
Francisco Calfuqueo (1797-1885), cas. con Mica Lienleo,
Lorenzo Coliqueo o Meliqueo y Garay (1806- 1861),
Ignacio Chaima(Coliqueo) y
Nécul o Neculqueo el cacique. Hay también un capitanejo Neculqueo, prob. su hijo
Andrés Raninqueo. 1816 – 1877
(ver Hux: Ignacio Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos 4ª. Ed. Los Toldos 1999) Los
hijos que Ignacio tuvo con Ineipán (de la cual no tenemos datos) se llamaron alguna vez Curriqueo,
otras veces Coliqueo. Antón Coliqueo o Curriqueo había nacido en 1830, e.d. antes del Asalto de
Masallé (1834) donde Ignacio Coliqueo con 38 años ha perdido por segunda vez, su familia. Su
hermano Ignacio Segundo Chaimaqueo (1816 – 1907), capitanejo de la Tribu se casó con Ursula
Mancé. También su hijo Alfonso Chaimá Coliqueo o Coliqueo era capitanejo de la Tribu y se casó
con Carmen Milláo . En vez de decir tengo un árbol de Curriqueo y Coliqueo, tengo que decir :
tengo un monte genealógico,
Estos, que se llamaban borogas, (no “chilenos”), eran bravos guerreros, célebres por su
agilidad y su ligereza en mudanzas de campamento. Vicuña Mackenna dice en su libro “La Guerra a
Muerte”, que era raza extrajera”, sea por entroncamiento de cautivas españolas, después de la
destrucción de las siete ciudades en 1600, sea a causa de gente naufragada en las costas del
Pacífico. Yo que conozco mucha documentación de la “nobleza araucana” y especialmente de los
borogas, que tenían la tez más clara, los ojos nada achinadas, el cuerpo robusto y erguido que
extrañó ya al conquistador de Chile, Valdivia. Hay una hipótesis, la cual tomo en serio, que la casta
de los jefes araucanas formaban una nobleza propia, casándose entre sus familias, pero que eran
generosas en aceptar en sus tribus araucanos morochos con sangre peloponésica, inmigrada por el
Océano Pacífico; mientras se cree que esos “araucanos blancos” habían venido antes y como los
vikingos desde la tierra de Abrahán con cultura superior. ( ver lo dicho en la introducción) .
LA GUERRA A MUERTE 1819 - 1823 EN CHILE
El cac. Curriqueo vivía en el Sur del río Bío Bío. Su hijo Ignacio Coliqueo nació en 1896 en
Huincul, a 60 Km. al Oeste de Temuco y al Sur de Imperial. Parece que durante la Guerra por la
Independencia no habían sido requeridos para intervenir, pero después de la Batalla de Maipú se
inició una guerra más al Sur que se conoce por Guerra a Muerte. El Sur estaba en manos de los
realistas que fueron reforzados por contingentes de España y del Perú. Los indios al sur del río Bío
Bío fueron integrados en las filas de los “realistas” y los llanistas “patriotas” integraron
contingentes de guerreros indígenas en sus filas, que lucharon por recuperar y extender territorios
334
para la Chile libre. Hubo muchísimos encuentros o peleas entre 1819 y 1827. Luego intervinieron
todavía guerras intestinas: del Exdictador José Miguel Carrera y luego los bandoleros de los
hermanos Pincheira y Zúñiga, que malograron los deseos de los borogas de vivir en paz.
En 1819 las tropas de Freire y del cac. Calfucurá “el Gordo” desplazaron a los indios de
Curriqueo del Paso de Llaima. De esto tenemos noticias por una carta del general argentino Angel
Pacheco. Más tarde – se dice- que el joven Juan Calfucurá ocupó el campo de Llaima, echando a
Coliqueo y Curriqueo (Casamiquela R. 1995 p.4)
Los grandes adversarios de Curriqueo eran los caciques (patriotas) Venancio Coñuepán y
Juan Colipí. Los aliados de Curriqueo, además de sus hermanos eran los caciques Ñonque y
Rondeao al sur de la Provincia de Cautín; Venancio Calfuqueo, en Boroa; Catrileo, en Purén; y al
Oeste, en Nueva Imperial y Quepe, Ambrosio Peñolef y Huircán. Curriqueo acampaba en Queupe.
Más al sur contaba con las fuerzas del cac. Marilán y Manguín, Pillahueque, Quillahueque y
Nahuelcura y en los Andes con el cac. Toriano. Para 1820, dice T.Guevara, vivía Curriqueo en
Pillanlelfún y Calfuqueo en Boroa e Imperial.
En 1820/21 les toco a los borogas la más ardua guerra. El joven Capitán Manuel Bulnes, más
tarde Presidente de la República chilena, oganizó fuertes expediciones contra los bravos realistas
que obedecían las órdenes de los Generales Pico y Bocardo. A Bulnes acompañaron los indios de
Venancio Coñuepán, Peñoleo y Lempi. Se afiliaron también los caciques Minhe Payllamilla y sus
hermanos Tromo, Millaleo, Quintre, Calvuén, Lincogür, Calvugür. Meligür y Rayñancú. Estas
tropas llegaron, en noviembre, hasta el Río Imerial, replegando las fuerzas del General realista
Pico. Allí se les hizo frente el famoso cacique Curriqueo con sus borogas y…Bulnes tuvo que
retroceder y fue perseguido hasta Concepción, (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 164) - Las
primeras victorias de Bulnes las obtuvieron en Gualeguayco y en Ñibilinto, el 24 y el 25 de
diciembre de 1821. Animados por estos triunfos, prosiguieron su marcha hacia el Sur, a la tierra
araucana. Allí los aguardaban los bravos borogas. Tras innumerables guerrillas en La Imperial,
Curriqueo les presentó una formal batalla al mando de unos 4000 indios.
Pero el 24 de Diciembre de 1821 ha sido un día fatal. No han quedado relatos de aquel
terrible choque, señal que incluso para las tropas de la Patria ha sido un desastre. (Vicuña
Mackenna: La Guerra a Muerte, ed 1972 p. 624)
Sabemos solo que la lucha duró seis horas; que tuvo lugar a orillas del río Imperial y que en ella
murió también en heróico combate Curriqueo, el cacique mayor, junto con unos 200 indios de los
suyos. (T.Guevara 1910 p.303). El brve parte del Cnel. Freire señala la retirada (el 17 de enero de
1822 de una disminuída columna de Bulnes y de sus auxiliares, la llama desastrosa (Vic. Mackenna
p. 625)
Según datos recogidos por T.Guevara, el cac. Curriqueo habría retado al cac. Cayumain
Huilcán de Maquehue, subdito del cac. Ancafilú, a quien se conoció por muy valiente; pues lo
provocó a un duelo singular: Curriqueo con lanza y ese otro sacó su trabuco y mató al “Negro”.
Grande fue el duelo de los borogas y “arribeños” y no pocos de sus parientes y amigos emigraron a
la Argentina, para empezar una nueva historia en la zona lacustre de Guaminí y aledaños.
Un año más tarde, el 23 de diciembre de 1822, fue atacado el cac. Painemal en Pitrufquén
por las tropas expedicionarias del Gral. J. Beauchef. Éste los sitió en su misterioso Malal (lugar
fortificado); era porque allí solía refugiarse el realista Sargento F. Palacio. El cac. Melillán Painemal
se escapó del cerco “y el recinto con sus rebaños y sus mujeres quedó por nuestras armas”, -dice el
mismo Beauchef en sus Memorias. Más tarde se presentó el cacique para pedir la libertd de los
suyos, prometiéndoles que les iba a entregar al caudillo Palacios (relista).

Curriqueo y su fama sobreviven en sus descendientes en la Tribu de Coliqueo, en Los


Toldos (Prov. de Buenos Aires) ETIMOL: Queo: ser y curri: negro “El Negro”

CURRIQUEO. 1834 figura un capitanejo Curriqueo entre los borogas apresados después
del Asalto de Masallé. Era probablemente un hijo del cac. mayor. Relato los eventos de septioembre
de 1834 más extensamente en la nota biográfica de Rondeao y de Melín. El capitanejo Curriqueo
siguió a Calfucurá como prisionero junto con el cac. Meligur, heredero de M. Rondeao (AGN X.
335
24-8-6) Un poco más tarde lo hallamos en el toldo de Alonso Guayquil, situado en las
inmediaciones del Fuerte Cruz de Guerra de 25 de Mayo. Figuran en el censo de 1836: Curriqueo
(nac. 1806), Calfuqueo (nac. 1796), Neculqueo (nac. 1816), Guentequeo (nac. 1828). Quizás eran
hermanos entre sí. En el mismo censo y grupo, pero en otros toldos se nombran a Raninqueo (n.
1816), quien sería más tarde cacique segundo de la tribu de Ignacio Coliqueo. En la misma tribu
apareció más tarde el nombre del capitanejo de Alfonso Curriqueo, Carriqueo o Coliqueo
(indistintamente) nacido en 1841, como hijo de Chaima Coliqueo (o Curriqueo) casado con Felipa
Ñonque y su hermano Juan Curriqueo (o Coliqueo a veces).
CURRIQUEO, 1833, es otro caciquillo que no compagina con los datos del capitanejo
Curriqueo, que arriba nombramos. El 21 de junio de 1833, el Tnte. Miguel Miranda mandó un parte
de su expedición contra los indios de Chocorí, del otro lado del Río Colorado, quien dice que no los
alcanzaron en la fuga; que sólo consiguieron que se les pasara Curriqueo y su hermano, indios del
finado Reinaquel, que se hallaba prisioneros de ésos desde que mataron al cacique (AGN. 27-5-6)
CURRUQUEO, 1865, capitanejo entre los ranqueles, sobrino del cac. Mariano Rosas.
Quizás es el mismo de quien Calfucurá decía que estaba por invadir con Curval y Unequeo . (AGN
X. 1-10-6) .
CURRU QUEUPU, cac. pehuenche a quien el misionero Haevstadt visitó en 1751. El
decía que era amigo de los españoles y que era hijo del cac. Huenchrunahuel. La anotación del
diario del misionero ya cité en Curriqueo (Iº) con diferencia ortográfica. NB.Posiblemente el
araucanista interpretó el Queo como derivado de Qeupú: pedernal. Es el único queupú.(La cünga es
“queo”)
CURRU GUENTRÚ, 1799, cac puelche. Ese año lo encontró la expedición a Salinas
Grandes en la zona de la Laguna del Monte. Les entregó una cautiva por pilchas usadas. (AGN
Gob. Cabildo Bs As. S.IX 22-3-5 ETIMOL: Huentrú: hombre y curru: negro
CURRI QUIL, 1836, capitanejo ranquel agregado a la tribu de Santiago Llanquelén en
Junín.

CURI TRIPAY, o Curutipay, Curuchipay, Currsipay), 1780, cac. pampa ranquel , hijo del
cac. Chacalén. Era sobrino del famoso cac. Lorenzo Calpisquis. Barrionuevo Imposti (p.87) cuenta
cómo el padre había hecho un tratado de paz con el Gobierno de Córdoba. En esa oportunidad fue
lenguaraz Francisca Bengolea, la hija del Comandante de Punta del Sauce (La Carlota). Ése su
padre había fallecido en una invasión del año 1775. Francisca fue cautivada y dada en matrimonio
con solemnes ritos al cac. Currutripay, quien le dio dos hijos, un varón y una niña. En 1796
Francisca quiso visitar a los suyos en la Carlota por dos lunas, pero el cacique retuvo a sus hijos
(cita A. De Lezcano Colodrero: “Linajes de la Gobernación de Tucumán”, 1968: Bengolea) El 1º de
enero de 1805 la mujer de Curi Tripay cooperó con el Gobernador a celebrar un tratado de paz
“disfrazada de varón” (Arch. de Córdoba Tribunales, Escribanía 4, 1805, Leg.25 exp. 10) El
gobernador le ofreció ayuda; entonces ella pidió dinero para rescatar a sus hijos retenidos. Era
difícil, porque estaba casada y el padre tuvo sus derechos.
El hijo o hermano del cac. Curitripay era el cac. Avuné (o Avouné). También eran hijos
Calfiao, Antiguán y Huillitruz. 1780 sufrieron un ataque por las tropas mendocinas, de lo cual se
quejaba el cac. Avouné en 1810 ante el Cnel. Pedro A. García en su estadía en Salinas Grandes.
Curriquil asistió también al parlamento convocado por el jefe de la expedición porteña a Salinas
Grandes (ver su Dirio con fecha 16.11. 1786). Sus indios estuvieron con Cayué (Cayuhueque),
Cacupí y Guanquené (Guanquenecul). Curitripay invitó también al cac. Antemán (AGN IX. 1-4-2 y
1-5-9)
1788, otra expedición salinera al mando del Comandante M. Pinazo, pasó por la toldería de
Curritripay. 1790, alguien lo sindica como cacique de nación auca (AGN IX. 1-4-2)
1805 recibió otra visita (Salto; 21.5.05). También Don Luis de la Cruz lo nombra como uno
de los guerreros quien en la Guerra Pehuenche apoyaba a los huilliches. Vivía entonces en
Rencancolob. Se enojó, porque ni de la Cruz ni el cac. Carripilún lo hayan visitado al pasar por su
territorio pampeano (De Angelis I. P. 139). El Cnel. Pedro A. García, anotó en su Diario de la
336
Expedición a Salinas Grandes, en 1810, que Curritripay era un pampa bueno y que merecía la
estima de todos. Por eso quiso hacer su parlamento en su tierra (De Angelis IV p. 121)
En la colección de Angelis IV. 1910 p. 119) encontré la siguiente noticia: que el cac. pampa
Avouné era sucesor del cac Currutripay. Y que era hermano de los caciques Calfiao, Huilletrú y
Antiguán y del capitanejo Erna. ¿Cuándo murió Curritripay?
(Otro cac..Curritripay), en 1820, durante la esfervescencia que sucitó el Exdictador J.M.
Carrera en la Pampa, Curritripay vaciló un momento en adherírsele; pero luego se unió al bando del
cac. Nicolás Quintana, quien cultivaba especial amistad con el Gobierno de Buenos Aires. Vivía
entonces en Sañiqueló (Part. de Salliqueló hoy) En marzo de1821 lo visitaron los lenguaraces
Morales y Gutiérrez. Lo nombran como “pasado con los porteños”. Curritripay devolvió en ese
tiempo algunas cautivas que provenían de la Guardia de Rojas.(Comando Gral. del Ejército III. P.
202, 217 y 233 y Todo es Historia Nº 7 p.30) Estuvo también en el parlmnto con el Comandante
Gral. Cornelio Saavedra, con quien renovó el tratado de paz. Y en 1822 asistió su hijo Calfiao a otro
gran parlamento con el Cnel Pedro A. García en tierra del cac. Lincón. Pero bien pronto, el
Gobernador Rodríguez rompió esa paz y provocó una gran sublevación. El 25 de abril de 1823,
Curritripay firmó una solicitud enviada dede su toldería de Hilgüé al Gobernador de Córdoba,
pidiendo que interviniera para restablecer la paz en la pampa, turbada por el Gral. Carreras y por las
expediciones de los gobernadores de Buenos Aires y de Santa Fe, pues el Gobernador López de
Santa Fe, había hecho una audaz expedición al centro de la pampa, hasta los toldos del cac. Lienán
(en 1823). Curritripay levantó entonces su toldería estableciéndola a distancia. Es posible que
estuiera entre los 400 indios que en septimbre del mismo año, trataron recuperar en un malón lo que
habían perdido. El Gral Estanislao López les salió al encuentro en el Arroyo de Pavón, pero el
choque le salió desfavorable.
A poco tiempo, su hijo Calfiao maloneó en las estancias al Norte de Buenos Aires junto con
el cac. Catriel y el “gaucho” Molina, hecho caudillo entre los indios, después de las injusticias
sufridas en la estancia de Miraflores en 1821. Pero Curritripay era un hombre que buscaba la paz.
Un documento mendocino de 1824 decía que Curitripay estaba en paz como otros caciques (Pablo y
Quichán) en Sierra de la Ventana. En 1825 asistió también a los parlamentos de paz sobre la Laguan
Guanaco (2. 12. 1825) y sobre el Arroyo Pecuén /AGN X. 27-7-6); 15 II 26)
Jorge Fernández (en Rev. Nuestra Historia oct. 2000 p.96) dice que se había presentado en
1830 a una junta general sobre el Chadileufú con el cac. Rondeao y 400 Pincheirinos. Que allí
decidieron matar al cac. Curitripay y sus dos hijos junto con el cac. Catrileu. Lo que avisaron a
Rosas.
No pasó nada.
En 1832 estaba maduro el plan de hacer un violento avance de las fronteras por una
expedición combinada. En vista de ello, el Gobierno de San Luis averiguó el paradero de las
tolderías y lo mismo hacían los gobiernos de otras provincias. Curitripay, Payllantur y el ranquel
Llanquelén (IIº) “estaban algo más adentro” que Güenín de Marivil; estuvo en plena Pampa Central
(Arch San Luis Nº 4646) Casi se puede dudar de que todas estas noticias se referían a un mismo
Curritripay; pero no tengo asidero para negarlo.
El General M. de Rosas, en plena campaña, el 12 de septiembre de 1833, expresó su
pensamiento y su plan al gobernador de Mendoza, diciéndole que esperaba despejar la tierra hasta el
Río Colorado hasta el próximo verano. “Es preciso destruir las tolderías, si queremos adelantar la
industria rural… Entonces quedarían sólo los indios de Curritripay y sus aliados sobre la frontera de
Mendoza y San Luis” (AGN S.V. 28-4-4). Esperaba que también ellos fuesen envueltos y
destruídos. Y me parece que así ha ocurrido, pero no llegué a conocer documentos al respeto. El
Excautivo Santiago Avendaño dice que él y su hermano Curruangué fueron muertos en el asalto de
Masallé, en 1834. Ed. El Elefante Blanco, 1999 p.34. Cito el pasaje: “los caciques que logaron
montar a caballo y refugiarse, aunque perseguidos de cerca, fueron Curutripay, Nahuelquintui,
Calfutrú, Marileofú,Curuangué, Millabozo y Millapulqui. Estos llegaron al toldo de Rondeao casi al
mismo tiempo que sus perseguidores. El indio emisario había asesinado ya al cac. Rondeao, al
tiempo que pretendía ponerse en fuga. Los caciques ya mencionados fueron rodeados y lanceados y,
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un momento después, los invasores se repartieron en grupos en todas las direcciones para
sorprender a los que aún ignoraban estos sucesos”.
Curritripay merecía una muerte más humana y más honrosa.
CURRI TRIPAY, 1821, cac. araucano de Quilacoya (Concepción) del cual hablan las
memorias del Cnel. Beauchef. Más tarde estuvo también en la Argentina, según el documento nº 8
carp. 123 del Arch. de Mendoza. Allí en la lista del 23 de julio de 1841, figura como uno de los
doce caciques chilenos que vivían en la Argentina, como “Currutí”, abreviado.
CUSAMBICH, 1573, cac. comechingón o huarpe de Mendoza en el valle Panaholva. Lo
llaman “gran cacique”. 1573 dejó su gobierno a su sobrino Tabequitín. En 1594 se dice que ese
cacique era muy viejo. Canals Frau: Las terminaciones “ya”, en GAEA, 1947 p. 151.
CUSIABAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Alomaha, en Telame, Córd.;
encomendado a Suárez (Montes 1954 p. 55)
CUSI NAVIRA, 1590, cac. comechingón de San Sacat, en Tulián Cabiche, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes p. 60)
CUSI JILAP (quizá Curilaf) 1783, cac. auca, adversario del cac. Chulilaquín, según dice
Basilio Villarino en su diario (De Angelis 1910 V. P. 580)
CUSLE, 1602, cac. puntano de Cusle (quizás comech.); encomendado de Zurita (Montes
p.77) Ver Kosley
CUTAY, 1751, cac. serrano (puelche) incorporado a la misión jesuítica de Nuestra Señora
del Pilar. Fue elegido corregidor del nuevo pueblo (Lehmann Nitsche 1923)
CUTOR, 1790, cac. pehuenche mendocino quien entonces fugó de la frontera (Morales
Guñazú p.54)
CUTURRUJO, 1870, cac, araucano de Elqui, Chile
CUXI HANAPA, 1773, cac. comechingón de Paltan, Penlovo, Córd. ; encomendó de Luna
(Montes p.70)
CUYÉN NAHUEL, Felipe, cac. araucano a quien visitó el 13 de noviembre de 1751 el P.
Bernardo Haevstadt en Rugaico. (Diario del misionero )
Cuyueque ver Cayo hueque.
CUYUNTA (o Cuyunda), 1600, cac. comechingón que vivía en Teñtica; encomndado de V.
De Córdoba. (Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 342 y 353)

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CHAAGUATE, 1678, cac. serrano puelche (Robles, A. 1678 en Documentos Histór.


Geográficos.Ed. Peusser 1941)
CHABALA, 1599, cac. comechingón de Chalo, Serrezuela, Cord.; encomendado de Tejeda
( Montes p.57)
CHABALA CHUCTANI, 1591, cac, comechingón de Macha Halo, Serrezuela, Cordona;
encomendado de Tejeda (Montes p. 55)
CHABALA NAGUÁN, 1591, comechingón de Puanguina Halo, valle Cantapas, Córd.;
encomendado de Velásquez (Montes p. 59)
CHABALA TALINA, 1573, cac. comechingón de Chabal hene, Norte de Salacat, Cord. ;
encomendado de Mitre (Montes p.67)
CHAC NAURE, 1586, cac. comechingón de Vaesa Canchira, Casanlatich, Córdoba;
encomendado de Nadal (Montes p.73)
CHACABIBA (O CHACABIQUE), 1564, cac. chiquillán en Ulloguaina, Valle del
Diamante, Mendoza; encomendado de Antón de Niza (Rusconi IV p. 129)
CHACAHUAC, Francisco, 1754, cac. serrano (puelche) de la Misión de Nuestra Señora
del Pilar. Allí fue elegido alcalde del pueblo indio. (Bilioteca Nacional- Lehmann Nitche 1923)
CHACALÉN, Santiago o Chacalín, 1805 cac. pehunche. Ese año, a raíz del estudio Cerro
y Zamudio, el Consulado de Buenos Aires trazó un nuevo itinerario para carretas, desde la Guardia
de Luján (hoy Mercedes) por Las Tunas, antiguo camino de Río Vº, luego atravesando las tierras
338
del cac. Chacalén, rumbo a la Guardia de Santa Catalina (Córdoba), a 25 leguas del Río Vº, que
conduja al Rio Diamante. Era uno de los principales caciques entre los ranqueles, siempre dispuesto
a vivir en paz. Estaba ubicado al Sur de Córdoba. A veces comunicaba que se preparaba un malón;
por ejemplo en 1818, año en que se unió al tratado de paz de Carripilún 1828, el cac. Chacalén se
entrevistó con el Gobernador Bustos de Córdoba para tratar la paz y consiguió la liberación de
prisioneros que retenía el Comandante de la frontera. Atrajo también a otras tribus a la paz. (Norma
Pavón: La frontera con los indios, 1963 p. 618 y Comando General del Ejército ob. cit. vol II. P. 164
y 263) 1836 vivía entre los ranqueles unido al cac. general Painé, según dice una carta del
gobernador de San Luis al de Mendoza, el 10 de junio de 1836.
Me he preguntado si Chacalén tenía que ver algo con el cac. Santiago Llanquelén del que
tenemos interesantes notas.
CHACALI CÓ, 1878, capitanejo ranquel del cac. Lucho Baigorrita (Olascoaga IV p.69)
CHACA MAIN, 1830, cac. pehuenche amigo, quien en abril de ese año acompañó con 90
indios al Mayor Villalba contra los caciques pampas Calfiao y Maicá (AGN X. 27-7-6)
Chacamán, un cac. que participó en 1830 en una reunión con 32 caciques en Tandil
(Fernández 2000 p. 18)
CHACA NAVIRA, 1586, cac comechingón de Torol, hoy Villa Brochero, Córdoba;
encomendado de Tejada (Montes p. 73)
CHACAY, Lorenzo, 1667, cac. sanjuanino, según un documento en la defensa jurídica de los
caciques Alonso Cantama y Lorenzo Chacal contra D. Sánchez Chaporro, quien los había deportado
(E.Acevedo: Documntos del Cuyo 1963)
CHACAUS,1834, cac. tehuelche que hizo un tratado de paz con el Comandante de Carmen
de Patagones D.S. Olivera. (AGN S.VII Biedma 10-4-14; 26.9. 1834)
CHACAYAL, 1880, cac. manzanero (huilliche) del Sur de Neuquén. Era el padre del cac.
Inacayal (Raone, Fortines p. 134)
CHACA YANAU,, 1878, cac. pampa con toldería en Trarú Lauquén (Zeballo, Calfucurá ed.
1934 p. 295)
CHACU MALLÁN, 1788, cac. pampa tehuelche, sobrino del famoso cac. Negro. 1780
vivía cerca de Carmen de Patagones. Allí avisó que se estaba armando un malón contra la joven
población. (García Enciso: Gesta Patagónica p.23 y Extraigas: Furte del Río Negro y AGN IX 16-3-
3) El 13 de abril de 1788 recibió en el Fuerte del Río Negro un bastón de mando.
CHACHA, 1552, cac. mendocino. Valdivia lo encomendó a Juan Cuevas en Uspallata. Su
padre había sido el cac. Correcho del valle Guanacache. Por eso podemos considerarlo como
huarpe. (Latcham 1929/30, Los indios de la Cordillera y la Pampa,en Rev.Chil.Hist. y Geog. Y J.T.
Medina Doc XV)
CHACHA, 1573, cac. comechingón del pueblo Chapa Olahen, Córd.; encomendado de
Velásquez (Montes p. 85)
CHACHAO, 1880, cac. pehuenche al sur de Mendoza (C. Rusconi IV p.130)
CHACHA HUEN, 1865, capitanejo pehuenche que residía al Norte del Río Colorado Dep.
Malalhué) ETIMOL: Chacha en araucano es papa y huenu : del cielo
CHACHA QUÉN, 1658, cac pehuenche de la parcialidad “Jorgona”, cerca de Chillán.
(Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 342)
CHACHA, Tatani, 1564, cac. huarpe (?) de Paraguaya; encomendado de Diego de Velasco
(Cabrera p. 258)
CHAGA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chaga Naure, Comoati, Cód.;
encomendado de Castañeda (Montes p.78)
CHAGALLO, 1797, cac. mapuche. El 8 de diciembre de ese año participó en el malón de
los “Cura” de Vilocura y con los huilliches contra los pehuenches de Barbarco. El cac. Colicheo
(araucano) fue su hijo.

CHAGALLO, 1837, cac. chileno que llegó con su familia a Carmen de Patagones. Las
primeras noticias de él son de 1833, estaba al Sur del Río Colorado . Pudo esquivar los ataques de la
campaña de J.M. de Rosas, que pensba perseguirlo como a Maulín y Cayupán. 1845 apareció con
339
una comitiva al Azul buscando la paz. (Rev. Arch. de Azul p. 27). Hablaba en castellano y en un
idioma distinto de los indios chilenos. Era mapuche según estudios recientes; pero su mujer Wezel
era tehuelche (Casamiquele: Rectificaciones p. 110) Su hijo mayor se llamaba Chagallo chico o
Juan Chagallo y su nieto, José María Chagallo. 1851 está en la lista de caciques obsequiados en
Bahía Blanca por orden de Rosas (20.12.51; AGN X 27-7-6)
1857 se presentó ante el Comandante de Carmen de Patagones para formalizar un tratado de
paz. En 1860 volvió reafirmar su voluntad de mantener la paz con el gobierno de Buenos Aires. Lo
atendió el Cnel. J. Murga, al igual que los caciques Paillán e Huincagual
1863 viajaron su nieto José María Chagallo y su lenguaraz Antonio Negrón a Buenos Aires
para gestionar la entrega de raciones que les correspondían, según su tratado. Así dice el Ministro de
Guerra, el 11 de agosto de 1863: “Deseando el cac. Chagallo (h) mandar a su hijo y el capitán
Negro, para saludar a V.E y manifestarle los buenos sentimientos que los animan, le he dado pasaje
en el Bergantín Río Negro y con este motivo me permito recomendar a V.E. los buenos servicios
que siempre ha prestado dicho cacique. A su influencia y trabajos se debe la paz hecha con el cac.
Yanquetruz y la que acabo de hacer con el cac. Hincaval. El se queja de que estos servicios no le
han correspondido. Efectivamente es cierto, que es él que menos regalado ha sido de todos los
caciques que acostumbran venir aquí; y él tiene poca gente. Si V.E. creyera conveniente el hacerle
un pequeño obsequio, él lo agradecerá y será un estímulo para que preste nuevos servicios.
Dios guarde a V.E. Por autorización del Sr. Comandante (firma) Mariano Ruiz” (AEM doc.
689). Un mes más tarde firman un tratado de paz en Buenos Aires (doc. 707 y 1449 del 23.9.1863)
Este tratado es idéntico al que se hiciera con el cac. Sayhueque. En el artículo 8º se dice: El hijo del
cacique Chagallo chico (José María) recibirá 400 $ mensuales, debiendo revistar en la lista donde lo
hacen los caciques Chingoleo e Huincaval. Al cac, Chagallo Chico: 110 yeguas..” Firma el
documento José María Chagallo, en representación de su padre, el cac. Chagallo Chico y el
lenguaraz José Antonio Negrón y el Presidente Mitre con su Ministro Juan A Gelly y Obes.
Espontáneamente reconocieron su sujeción al cac. mayor Benito Chingoleo.
Según el explorador suizo Jorge Claraz, quien reconoció la zona norpatagónica hasta el valle
del Río Chubut, Chagallo tenía su toldería en Makintschav. Tenemos también la noticia del enero de
1870, que Chagallo se presentó en C. de Patagones con muchos indios y los caciques Queupumí,
Pran, Hincabal, Casimiro y Chingoleo (h), siempre en busca de relaciones de paz. 1872, Juan José
Chagallo hizo un nuevo tratado de paz con el Comandante Liborio Bernal. Es probable que entre
tanto el cac. Chagallo Chico haya muerto. Ya no cobraba José María Chagallo los 400 $. El tratado
fue firmado por el Sargento Miguel Linares en nombre de Juan José Chagallo (sic) Vi el texto
original del 8 de octubre de 1872 en Neuquén en casa de J.M. Raone. Juan José había ido a Buenos
Aires con el mismo lenguaraz Juan Antonio Negrón. Fue, cuando acudió a la iglesia metodista para
pedir un pastor protestante, sino iba a pedir uno católico.(sic)
Clifton Goldney en su monografía sobre Namuncurá, ed. 1956 p. 150, cita una carta de
Chagallo que había escrita en 1875, en defensa de sus derechos y del de las tribus indígenas,
diciendo: “Dios nos ha hecho nacer en estos campos y éstos son nuestros. Los blancos nacieron del
otro lado del agua grande y vinieron después a éstas, que no eran de ellos, a robarnos los animales
y buscar plata de las montañas. Esto dijeron nuestros padres y nos dijeron que nunca olvidáramos
que los ladrones son los cristianos, no (nosotros) sus hijos. En vez de pedirnos permiso para vivir en
los campos,nos echan y nos defendemos”
Efectivamente, en 1885, el Gral Vintter en su última campaña consiguió la rendición de
varios caciques, entre ellos el cac. Chagallo. Finalmnte firmó un trtado semejante al que había
firmado Sayhueque; éste fue tomado preso. El diario La Prensa del 23 de Febrero de 1885 hace
siguiente referencia: Chagallo se expresa medianamente en español. En el curso de la conversación
manifestó que sus tierras se dedicaban a la agricultura, habiendo sembrado toda clase de legumbres”
Seguidamente la nota periodística decía que el Gral Victorica había acompañado al cacique al
despacho del Vicepresidente de la República. Terminado su viaje a Buenos Aires era destinado junto
con su tribu a Colonia Gral. Frías.
Lit: M.T. Boschin y L.R.Nacussi: Aproximación hacia la reconstrucción etno histórica de la
cuenca del Limay y zonas adyacentes, siglo XVIII a XIX. Informe presentado al simposio del IVº
340
Congreso de Arqueología en San Rafael (Mendoza) p. 13. Dos caiques mapuches casados con
tehuelchas. Basilio Chulilaquín 1782 y Chagallo, 1862 con hijas de otros jefes. Y Memorias del
R.P. Vacchina Nota 151.
CHAGA NAURE, 1573, cac. michilingue de Quiqui Naure, “en camino de Cuyo”;
encomendado de Montanez (Montes, 1954 p. 79)
CHAGA NAURE, 1599, cac. comechingón sin otro dato (C. Rusconi IV p. 130)
CHAGA NAVI, 1602, cac. comechingón de Chac Chac Lin, Córd.; encomendado de Jaymes
(Montes p.67)
CHAGA PANTA, 1602, cac. michilingue de Malancha, San Luis; encomendado de Quevedo
(Montes p. 78)
CHAGQUEI HUENU, Ignacio,1751, cac. araucano chileno a quien visitó el jesuita
P.Bernardo Haevstadt el 22 de noviembre de ese año (Diario en el libro Chili dungú )
CHAYGUANGO, 1734, Capitán de indios pampas en la frontera de San Luis. Era salinero.
(Acta Capitulares de San Luis p. 185)
CHAIMÁ COLIQUEO, Ignacio segundo, 1816 – 1907. Capitanejo de la tribu de Coliqueo;
hijo del cac boroga gobernador Curriqueo (muerto en1822) y hermano de Ignacio Coliqueo (1796 –
1871). Chaimaqueo estaba casado con Carmela Mancé (1796 – 1876), famosa machí muy
respetada. Compartió las vicisitudes de la tribu de Coliqueo. Poseemos una foto de la Familia
Coliqueo de Panunzi, de 1865, donde figuran también Chaimaqueo y otros hermanos de Ignacio
Coliqueo. Dejó en Los Toldos una numerosa descendencia. (ver Hux: Ignacio Coliqueo, el Indio
Amigo de Los Toldos, 4 ediciones)
CHAIMÁ COLIQUEO o Curriqueo, Alfonso, (1841 – 1937) capitanejo boroga de la tribu
de Coliqueo, hijo del Ignacio Segundo, recién nombrado. Estaba casado con Carmen Millao cuya
descendencia anoté en mi trabajo genealógico inédito. Chaimá es un topónimo del vulcán y río
Llaima.
CHAILLÁN, Antonio, 1868 capitanejo (boroga) del caciquillo Ramón Tripailaf. Se hizo
capitanejo ese año, cuando Tripailao se separó con el cac. Raninqueo de la tribu de Coliqueo,para
establecerse como una nueva tribu en”La Verde” Part. de 25 de Mayo. Pero en 1872 fueron
deportados por el cac. Juan Calfucurá, después de la Batalla de San Carlos de Bolívar. (ver la nota
biográfica de Calfucurá y Hux: Coliqueo)
CHAIQUEC, 1720, cac. ranquel puelche ranquel, hijo del cac. Ereguereyán
(Casamiquela,1965 p.92)
CHAHUEN, 1781, cac. auca que iba a Buenos Aires (L. León Solís, 1991 p. 53)
CHALAS NAURE, 1573, cac. comechingón de Chala Sacate, Río IIº,Córdoba;
encomendado a Velasco (Montes 85)
CHALCA NAVAN, 1576, cac. comechingón de Toc Toc, Río Soto, Córdoba; encoendado a
Velasco (Montes p.60)
CHALEMÍN, 1630, cac. de San Juan (Latcham. En Rev Chil. Hist. Y Geog.. T.63 y Strube
Erdmann, Toponimia indígena de Cuyo 1962)
CHALGA, 1576, cac. comechingón de Colo Henen, Sur de Soto, Córd.; encomendado de
Velásquez (Montes p. 56).
CHALILEO, 1834 cac. boroga. Después de la muerte de Rondeao en el Asalto de Masallé,
se fue con Meligur al cautiverio de Salinas Grandes y fueron apresados por el cac. chileno Railef
1837.
CHALENE, 1825, cac. auca perteneciente a la tribu de Pety (pampa puelche)
CHALINA, 1809, cac. auca del Norte de Patagonia (Extraigas: Sangre en Valdés, en Bol
BANH T.35 p. 318.
CHALÓN, 1573, cac. comechingón de Nyerchi Sacat, en S. Higuerita, Cordoba;
encomendado de Mejía (Montes p. 50)
CHALTEI, Juan, 1688, cac. de San Juan (Rusconi C. P. 131)
CHALLAO, 1561, cac. huarpe (?) en Challo, Mendoza; encomendado de Lope de Peña (ib)
CHAMA MONAL 1598, cac. huarpe de Nolitonguie, a 20 leguas de San Juan (ib)
341
CHAMERA o Lutero, 1600, cac. michilingue de San Luis, pueblo Sileguache; encomendado
de Juan Jofré (Arch. Mendoza 19.56.1600)
CHAMPAYO, 1873, cac. de la región Norpatagónica cerca de Patagones. Era sobrino de
Chañil.
CHAMOLÉ, 1573, cac. comechingón de Ati Sacat, en Conchuluca, Córd.; encomendado de
Chávez (Montes p. 46)
CHAMU MALLÉN, cac puelche, 1863 de la zona de Carmen de Patagones.
CHANACUL, 1780, cac. patagón o pampa. Vivía con el cac Cayuhuerquen sobre el Río de
los Sauces (R. Colorado) inmediatamente a la Sierra de la Ventana. Según el R.P. Sánchez Labrador,
vivían allí tres caciques patagones con 80 toldos (Chanacul, Sacachú y Taydoco) Habían
pertenecido al grupo de los fundadores de la Misión de nuestra Señora de los Desamparados (1750)
que a poco tiempo después tuvo que abandonarse por los ataques del cac. Cangapol (Bravo).
Dobritzhofer lo cuenta entre los Chechehets y DÓrbigny entre los puelches.
CHANALIL, 1833, cac. pampa que, durante la expedición de Rosas al Río Colorado, le
franqueó a un hijo para que fuese su chasqui (AGN X. 27-5-5) ETIM: pude ser Trana mill
CHANAVILÚ 1822, en la reunión con el Cnel. Pedro A. García figura en la lista de los que
se opusieron a los ranqueles que no querían aceptar la proposición de paz (ver Avouné)
CHANCAY, Jacinto, 1692, cac pehuenche de Angacao en San Juan; era hijo de Lorenzo
Chancay
CHANCAY, Lorenzo, 1650, cac. pehuenche de Jácal o Angacao en San Juan (Arch de
Mendoza).
CHANCOLITA (o Chacalito) ver Huenchugnerr
Chanchuelo, 1781, cac. pampa patagón del cac. Negro o Chañil. Según las anotaciones de
Bas. Villarino, era astuto y buen baqueano. Le mandó con cartas hasta Buenos Aires. Solía bagualar
en la zona de Azul. (AGN IX 1-5-3; De Angelis V. 1910 p. 357) Chanchuelo ha sido lenguaraz del
cac. Lorenzo Calpisquis.
CHANGUL (probablemente Chancul), 1879 pehuenche del Neuquén. Se sometió después
de la captura del cac. Purrán. (Olascoaga II p. 164 y 184)
CHANILAO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. (El nombre sería Estanislao)
CHANISTÁN VIEJO, 1870 capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
CHANQUEI GÜENU, 1730, cac. araucano que asistió el 13 de octubre de ese año a un
parlamento en Concepción.
CHANQUE LÁN, Pedro, 1873, capitanejo (pampa) del cac. Pincén y Nahuel Payún
(Quizás es Cheuquelán)
CHAÑAL,1776, cac. ranquel de Relauquén, próximo a Chaichigüé. Tenía 20 toldos y 30
guerreros (Censo de de Las Casas en De Angelis IV p. 584)
CHAÑA FILÚ (o Chañabil), 1778, cac. auca o pampa del Río Sauces (R. Colorado). Ese
año un cautivo escapado decía en Buenos Aires, que 1500 indios aucas a las órdenes Guchulaf,
Alcaloán, Chañafilú y Ñancufilú se habían reunido para hacer la guerra a los indios tehuelches
(Arch Mend. Doc. 25: 26.8.78) En el famoso encuentro del Cnel. Pedro A. García, en 1822, con los
caciques pampas del Sur de Buenos Aires, los caciques Chañafilú, Chañapán, Neculpichuy y
Triguín presentaron la séptima división consistente de 450 indios. Decía que eran ricos en hacienda
y caballada (Diario de P.A.García en De Angelis 1838 vol. VI) Chañabil se halló de nuevo en 1830
en un parlamento de Tandil en 1830 con 32 caciques (Fernández, 2000 p.18)
CHAÑA PÁN, alias “León tirado”, 1822, cac. pampa, unido al cac Chañafilú, como dije
arriba, y con Catrillán. Tenía su toldería cerca de la laguna del Monte con unos 400 indios y mucha
hacienda. (De Angelis, 1910 IV p. 126) 1833 estuvo unido a los indios de Catriel que no
acompañaron a Rosas Pero Rosas le hizo entregar 4000 $ por ofrecerse. (Cuenta Nº 134) ETIM:
Pangui: león y chaña: tirado.
CHAÑAS, 1820, cac. pampa que se menciona en el tratado de paz de Miraflores (Ancafilu)
CHAÑA PÍ, 1808, cac. pampa que pasó en esa fecha por Cruz de Guerra (Part. de 25 de
Mayo) (AGN IX 1-4-2)
CHANEL o CHAÑIL ver LLAMPILCÓ o cac. NEGRO Iº
342
CHAÑIL o Chanel se llamaba tanto el hijo del cac. Negro Iº como su nieto
CHAÑIL o Chanel, 1825 cac. tehuelche o huilliche es hijo del cac. Negro IIº A partir de
1825 lo vemos comprometido con la política de Rosas (AGN S. VII Biedma 8.2. 1825) y S.X. 27-5-
5) Acompañó al Cnel. F. Rauch en 1826 y 27 en sus recias expediciones y al Cnel Estomba en
1827. Estas alianzas tuvieron su origen en enfrentamientos que tuvieron su indios con los indios
chilenos patriotas que habían traspasado la Cordillera en 1822 y 1824 con los caciques Melipán,
Venancio Coñuepán, Uñol etc. Rosas en su Memoria del 22 de julio de 1828, dio cuenta de sus
pactos con Chañil, quien representó los prncipales caciques pampas y a todos los tehuelches. En
1829 tomó parte en la revuelta de los indios contra el Cnel A. Morel y su tropa que marchaba ya
desde Bahía Blanca a unirse con el revolucionario Lavalle. 1830 estuvo en un parlamento de Tandil
con 32 caciques (Fernández J. 2000 p. 18) Chañil era lugarteniente de su padre que se había
radicado cerca de Bahía Blanca. 1833 estuvo todavía allí (ver cac. Negro)

CHAPA NAVAN, 1592, cac. comechingón de Chaocima, a tres leguas al S.O. de Quilino,
Córdoba; encomendado de López (Montes 1954 p. 47)
CHAPINGO, 1791, cac. pampa de la Sierra del Bolcán (AGN. IX 1-5-1; Ranchos:
27.8.1791)
CHAPO NONO, 1576, cac. michilingue de Chapo Navira del Morro, San Luis; encom. De
Moxica (Montes p.77)
CHAQU FAELNA, 1783, cac. auca, enemigo del cac. Chulilaquín (Diario de Villarino; De
Angelis V 580)
CHAQUELO, 1723 cac. mendocino (C.Rusconi IV)
CHAQUE MATRÁ, 1877, cac. mayor de Chile (araucano) que mandaba a 600 guerreros.
(Arch Mus. Hist. Nac. Nº 10.604) “en Colicó, del otro lado de la Cordillera”.
CHAQUEPIL ver CHEUQUE PIL
CHAQUETA, 1834, cac. tehuelche que en Carmen de Patagones hizo un tratado de paz
(26.9.34) con el Comandante Olivera. (AGN VII Biedma 10-4-14)
CHARABA CHAYAL, 1581, cac. comechingón de Quisqui Sacat, Río IIº, Córdoba;
encomendado de Hernández (Montes p.87)
CHARAL BALDA, 1573, cac, comechingón de Tisusta Sacat, Ceballos, Córdoba;
encomendado de Mejía (Montes 88)
CHARAVÍ, 1793, cac. ranquel. Ese año exigió la devolución de su hermano
CHARNAN, 1831, estuvo en un parlamento en Tandil AGN VII Biedma. 19.11.31)
CHARY MATA, cac huilliche, 1883 lo encontró el misionero salesiano P.Milanesio en
Travesía de Valcheta (Chubut).
CHARÚ, 1824 cac. que vivía en Sierra de la Ventana. En abril de 1826 participó en el
parlamento de paz en Epecuén (AGN X. 27-7-6)
CHAS, Cristóbal, 1607, indio mendocino del Valle de Uco; encomendado de Urbina. La
esposa del cac. se llamaba Cheuqueta
CHASIC CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chasio Sacat, Río Ceballos;
encomendado de Mejía (Montes p. 85)
CATACAN, 1598, cac. comechingón de Capallamí, Ansenusa, Córdoba; encomendado de
Barrientos (Montes p.91)
CHATAN CHARABA, 1577, cac. comechingón de Tequil, Ischilín, Córdoba; encomendado
de Ardiles (Montes p. 51)
CHATEY, 1691, cac. pehuenche de Coro Corto (hoy La Paz), Mendoza; encomendado de
María Morales.
CHAUCU MALLÁN, 1780, cac. pampa, sobrino del cac. Negro (AGN IX 16-3-3). 1788
recibió del Virrey un bastón de mando.
CHAUGET prob. Cheuqueta), 1878 cac huilliche que vivía sobre el Río Neuquén. Mientras
el cac. Purrán ocupaba el lado Sur, él y su tribu de unos 80 indios estaban al Norte del Río.
343
CHAUQUE LLÁN (Manquellán creo debía ser), Justo, 1864, capitanejo del cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Prov. de Bs.As) Era pues boroga o ranquel ETIM: Llanca: collar de
cheuqueta: avestruz
CHAVALA ACCAN, cac. comechingón de Anisacate, Tanto, Córdoba; encomendado a
Velásquez (Montes p. 84)
CHAVARÍ, 1783, cac. auca. Parlamentó durante el malón a Navarro (20.8.83) reclamando a
su hermano preso. (Tabossi p.124)
CHAVICA, 1564, cac. huarpe(?) de la Provincia de Paraguaya; encomendado de Diego
Velasco (J.T. Medina)
CHAVI HINE, 1586, cac. comechingón de Chabi Sacat, Córdoba; enomendado a Espinosa
(Montes p. 57)
CHAYUIN, 1879, cpitanejo pehunche. Sus tolderías estaban a corta distancia de Quene
Hué, que descubrió B. Herrera (Olascoag. 1930, II p. 42)
CHECO, 1750, cac. serrano, encomendado a Juan Maciel.
CHECU ÑÁN, 1826, cac. boroga que estuvo en el parlamento en Epecuén (AGN 27-7-6)
CHECHUENTUYA, 1750, cac. tehuelche del que habla el Padre.Falkner (De Angelis I.
p.339) 1748 vino a establecerse con el cac. Marique con 24 toldos en la Misión de Ntra. Señora del
Pilar. “Pero, acabada la yerba y las galletas, levantaron sus carpas”. Dos años más tarde volvió con
sólo 9 toldos, pero su permanencia duró poco. En 1749 empezó “el alboroto con los tehuelches”.
Era hermano de Marique. Puelche según el P. Sánchez Labrador. (quizás Chuhuentuya)
CHECHEL, cap. boroga, hijo del cac._Antepán , nieto del cac. Meligüer
CHEGLEN, (quizás Treglén), 1790, cac. peuenche al Sur de Malalhué (Arch. Mend.)
CHEGÜES, 1792, cac tehuelche de Puerto Deseado que entró en contacto con el Tnte. de
Navío Juan j. de Elizalde. Los hermanos del cacique eran Vicente y Coayuja.
CHEHUEL, 1880, capitanejo entre los tehuelches en Chevu Chehuel (Neuquén)
CHEINE, 1651, cc. Puelche de la zona del Lago Nahuel Huapí (al Este). Ese año misionó
allí el Padre Diego Rosales (Jesuita chileno: Historia del Reyno de Chile, ed. 1877 p. 431-438) El
pidió al cacique que hicieran la paz con los pehuenches, sus enemigos mortales.
CHEL CHEL ver Chule Chul
CHELO, 1870, cristiano alzado que llegó a ser capitanejo entre los ranqueles. Su nombre
verdadero era Eleuterio Gómez. Chelo no es nombre indio.
CHENIL, 1827, cac. tehuelche, primo del cac. Chañil. Actuó con Rauch en sus
expediciones (AGN X 14-6-1)
CHEQUÍN, 1825 cac. ranquel que asistió al parlamento de paz en Laguna Guanaco (AGN
X 27-7-6
CHERREGALLO, 1833, cac. huilliche quien entonces había huído a tierra tehuelche junto
con el cacique Collipán, a dos jornadas de Carmen de Patagones. Las tropas de Rosas lo
encontraron. (AEM Nº 233)
CHEUAIN VUDÚ,Wenceslao, 1751, cac. pehuenche, al que visitó el Padre Bernardo
Haevstadt en Rahué (Chile)
CHEUQUE es lo mismo que choique (avestruz)
CHEUQUE o Zauque, 1808, cac tehuelche del Chubut. Ese año invadió con Colchecan y
otros la Península Valdez
CHEUQUE COY, 1834, cac chileno en la pampa. Se presentó al General Bulnes en la
oportunidad de su expedición. (AGN. S.VII. Biedma 10-4-14)
CHEUQUE GUALÁ, 1778, cac. pampa puelche. La columna expedicionaria de Manuel
Pimaza lo halló en el camino a Salinas Grandes, en Cabeza de Buey (hoy Bolívar). Manifestó que
quería vivir en paz y y pidió un tratado (escrito), él y el cac Cactuquí AGN IX 1-4-14 y 13-8-17.
Pero en Navidad de ese año atacó con 700 indios la Guardia del Monte AGN IX 1-4-6/1-6-2 y 1-4-
5.
CHEUQUE FILÚ, Juan, 1873, capitanejo salinero que firmó el gran tratado de paz
preparado por Bernardo Namuncurá (AEM doc. 1232).
344
CHEUQUE HAN, 1880, cac. huilliche, hermano del cac. Purrán. Vivía en Taquimil
´(Raone: Fortines p. 133)
CHEUQUE LEMU, Cristóbal, 1772, cac. pehuenche de Colque. Estuvo en el parlamento
de Tapihué (Chile) y firmó el tratado de paz.
CHEUQUÉL , 1848, cac. ranquel que en el malón a Rojas fue muerto como también el cac
Mainquén. (Avendaño, Memorias de un Excautivo)
CHEUQUEL , 1870, cac. “seño y dueño de las tierras de Copahué. 1870 permitió al Dr.
Pedro Ortiz Vélez utilizar las termas para curarse de una enferma. El doctor era argentino, pero
residía en Chillán (De Palma, Donato, Patología de las Campañas del Desierto 1982 p. 339)
CHEUQUE LÉN, 1776, cac. ranquel de la Pampa según el censo de de Las Casas. Tenía 10
toldos en Checal có, un día de Meucó. (De Angelis IV p.584) Len:ser; Cheuque: avestruz
CHEUQUE LÉN,1881, establecido en 3 chacras donadas por el Gobierno en Cruz Alta,
cerca de Junín junto con Patricio Farías, Negrete , restos de la tribu de Pincén. (Hux: Revista
Historia de Junín Nº 46 1972 ; entroncado en la familia de Pincén)
CHEUQUEL, 1848 cac. ranquel que junto al cac. Mainquen en oportunidad efectuaron un
malón a la zona de Rojas (Avendaño, Memorias del Excautivo ).
CHEUQUEL, MARIANO, 1872, cac picunche o pehuenches. Vivía en la zona de Ñorquín.
Con el cacique Caepí y Trolote, su capitanejo Huenchulao firmó un tratado de paz el 27 de agosto
de ese año en San Rafael. Pero antes había aceptado ya un pacto de amistad con el General Urrutia
en Angol (Chile) AEM doc. 6464 : 1.1.72) Según una carta del Arquitecto Rafael Cayol dirigida al
autor, murió este cacique muy anciano en Las Lajas, donde Cayol tenía su estancia. La mujer de
Mariano se llamaba Queupú.
CHEUQUEL, Manuel, 1872, cac. pehuenche que hizo el tratado de paz junto con el cac.
Caepí. Arch, Mend. Carp. 123 doc. 44)(Parece ser el mismo anteriormente nombrado, con otro
nombre según otra información). Era hermano del cac. Purrán. 1880 tuvo que entregarse al Gral.
Uriburu y su columna expedicionria, después que Purrán había sido capturado
CHEUQUEL se llama una de las 23 agrupaciones indígenas actuales en Mallín de los
Caballos de Neuquén. Su reserva se reconoció por decreto de 1964. Entre sus jefes estaban los jefes
Daniel Cheuquel, Painemil y un Morales (Acad.Hist. Nac. Conquista III Nº6 p.633)
CHEUQUE LLÁN (o Chacquelán), 1806, cac. pehuenche, según el diario de Luis de la
Cruz, vivía en Pel Lauquen. Era hijo del cac. Leylo y sobrino del cac Manquel. El 3 de noviembre
de 1833 fue atacado durante la Expedición al Desierto por las tropas del Cnel. F. Sosa y un grupo de
borogas en la “Travesía de los Ranqueles” Estaba entonces junto a los caciques Ancapí, Marileo y
Maniqueo, caciques borogas. (Anschüttz: Expediciones a los Ranqueles,en Rev. Militar 1944 nº
526)
CHEUQUE LICÁN, 1825, cac. araucano chileno que vivía en Quilpo, según las Memorias
del Cnel Beauchef p. 379)
CHEUQUE MANQUE,, 1751, cac. araucano que vivía en Llallegure, donde lo visitó el
misionero jesuita P.Bern. Havestadt, el 25 de diciembre de 1751 ETIM: Manque: Cóndor y ligero
CHEUQUE MILLA, Martín 1776, cac. pampa registrado por el censo de de Las Casas. Su
padre se llamaba Cheuquemilla y su hijo se llamaba Ayllapí. Tuvo un cautivo mulato, llamado José.
Parece que tuvo especial relación con los borogas de Chile. Ya en 1751 el P. Bern. Havestadt había
visitado un cac. Cheuque Milla en Chuicaicó.
Y a la distancia de dos generaciones, encontramos a Martín Cheuque Milla, comprometido
con los realistas con Huenchuquir y Lincopí, en la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1910 p.90 y Vicuña
Mackenna p. 121)
CHEUQUE NAO alias Carriquenao, 1852, cac. ranquel, hermano mayor del cac. Mariano
Rosas de Leuvucó; era también hijo del cac. Painé. Figura por primera vez en una lista de caciques,
obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca. Mientras el Cnel. Lucio V. Mansilla estaba en Río
IVº, Cheuquenao desempeñó alguna misión diplomática. (Barrio Imposti: Una apostilla p.31)
CHEUQUE PÁN, 1787, cac. huilliche neuquino que participó en la Guerra Pehuenche.
(Documentos de Mendoza) ETIMOL: Pángui: Puma y Cheuque : ligero como avestruz
345
CHEUQUE PÁN, 1837 capitaejo ranquel emisario de paz del cac. Canuepán y
Guayquenecul llegando al Cnel. Ramírez del Busto (Rev. de Bragado vol 6)
CHEUQUE PÁN, 1872, capitanejo salinero de nombre Andrés. (Arch Mus. Hist. Nac Nº
6205 AGN)
CHEUQUE PÁN, 1879, cac. huilliche o picunche, hermano del cac. Purrán en Taquimilán.
Con éste sufrió los ataques de las tropas expedicionarias.
CHEUQUE PIL o Cheuque fil, 1834, cac. boroga quien se refugió después del asalto de
Masallé entre los ranqueles de la Pampa. En noviembre del mismo año fueron atacados por las
tropas de Bahía Blanca, como lo contamos en las notas biográficas de los caciques Cañiuquir y
Coñuepán. En 1837 estuvo entre los que atacaron a Bahía Blanca y su Fortaleza. El Cnel Francisco
Sosa lo había desacreditado poco antes de morir, porque escribió que Cheuquepil era enemigo de la
Provincia. El le retenía su “china”. (AGN X. 24-8-6)

CHEUQUETA (Choqueta): 1832 es cacique gobernador de huilliches del Río Colorado,


aliado del grupo invasor chileno de A. Namuncurá, Jn. Calfucurá, Cumiú, etc. Por eso Rosas
proyectó su exterminio por la largamente prometida Expedición al Desierto (Clifton Goldney:
“Manuel Namuncurá”, Ed. Huemul, p. 189). Cheuqueta era el padre del cacique José María
Llanquetruz o Ñanquetruz, nacido en 1824; y por ende era también el progenitor de Manquelaf y de
Benito Chingoleo.
El 16 de Enero de 1833 salió una división de Bahía Blanca en persecución de Cheuqueta,
Quiñigual, Chocorí y otros jefes indios (AGN. S.X, 27-5-5). Pero advertidos a tiempo, evitaron este
choque y también otros de la Expedición de Rosas. "Se han ido a los manzaneros, hace tiempo",
informóle el general Angel Pacheco. (AEM. N° 233, 17.5.33)
En 1834, la política de Rosas para con los indios experimentó un viraje grande. Sus agentes
entraron a negociar con este grupo de huilliches para que favorecieran su plan de poner en jaque a
sus "amigos" los caciques y tribus borogas de Guaminí. Si no fueron invitados a atacarlos (lo que es
difícil de probar), avisaron que lo harían y fueron tolerados. Esto sí, lo demuestra la documentación
con bastante claridad (véase Rondeao y Melín). El 8 de Septiembre de 1834, pues, asaltaron en
Masallé las tolderías de M. Rondeao y de J. Melín y poco después, en un segundo malón, a las
demás tribus produciendo gran mortandad y mucho botín, sin que fueran perseguidos. El teniente
indio Pabló Millalicán dice en sus cartas que los invasores en número de 800 a 1.000 habían traído
como jefes a Calfucurá, Namuncurá, Tranamilla y Cheuqueta (AGN. S.X, 24-8-6: 15.9.34, etc.). En
Noviembre de 1835, el comandante de C. de Patagones avisó a Rosas una nueva presencia de
Cheuqueta "ese cacique chileno", y decía que había temor de que hubiese una nueva invasión. Esta
se produjo en 1836 en una dimensión inusitada sobre la zona de Bahía Blanca y sobre los restos
aledaños. Sucedió cuando la división de Bahía Blanca ya había "liquidado" la tribu de Cañiuquir,-
Calfucurá y Cheuqueta habían hecho una nueva coalición con Chocorí, HuiIlipán, Cumiú, Lepín y
Maulín y hasta con los ranqueles de Pichún y Painé. El 14 de Agosto de 1837 invadieron la zona de
Bahía Blanca haciendo estragos entre indios y blancos (AGN. S.X, 25-5-1).
En 1841 el cacique Cheuqueta estaba aún en la pampa, como lo demuestra una lista de
caciques chilenos en Tierra Adentro. Pero en 1842 estuvo presente en un importante parlamento
indio en Maquehue (Chile) junto con los caciques Chocorí, Magüín, Lincopil y Güelipan
(Huillipán) Ver Capdevilla: “Rosas y Belgrano”, 1973, p. 63). En 1845 Cheuqueta arribó a Azul
para tratar con el coronel Rosas y Belgrano, encargado de las relaciones de paz con los indios.
Arribó allí con Ejuitripay, su primo hermano, y con Coliguala, sobrino del mismo. En diciembre del
año siguiente lo esperaba Rosas y Belgrano nuevamente. Hizo su tratado de paz tal como Chocorí,
en Bahía Blanca. Después ya no hay noticias de él, porque no peleaba ya. Recién en 1863 escribió
el cacique Saihueque al general B. Mitre: "El finado cacique Cheuqueta estaba en paz, cuando en
Bahía Blanca los cristianos le mataron a su hijo José María Llanquetruz (año 1858) y no pudo
vengarse"; añadiendo: "Esto es duro para los hermanos, hijos y parientes". Pero no dice la fecha de
la muerte de Cheuqueta. Su hijo Benito Chingoleo fue su sucesor.
CHEUQUILLÁN, o Cheuqueyán, 1873, capitnejo del cac picunche Millapán. Pertenecía al
grupo del cac. Purrán (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 45)
346
CHEUQUIL, 1878, figura entre los caciques ranqueles apresados ese año, estando en
comisión por el cac. Epugner (Rosas) (AEM 28.10. 1878)
CHEYU, 1751, cac. puelche entre los pehuenches de Malalhué, donde lo encontró el
misionero P.Bern. Havestadt. (Chilidungu Diario)
CHICABA, 1573, cac. comechingón de Hatini Guache, Córdoba; encomendado de Suárez
(Montes p.57)
CHICAN HONGOLO, cac. comechingón de Pichan, Córdoba; encomendado de Jaymes
(Montes p.70)
CHICAN HONGOLO, 1585, cac, comechingón (quizás el mismo) de Casa Catich, Sierra
Pampa Olma, Córdoba (Montes p.70)
CHICA GUALA, Antonio, 1641, cac. araucano de Maquehue. Era uno de los principales
caciques. El 6 de enero de ese año asistió al parlamento de Quillán (Chile). Era hijo del cac.
Hualacán. Su madre fue una noble dama española. Después del gran levantamiento que hicieron los
araucanos en 1655, en protesta de la “guerra lucrativa” del gobernador Zalazar, Chicahuala no
depuso las armas, sino sitió durante 13 meses el Fuerte de Boroa, hasta que, por intervención del
Padre Diego Rosales, dejó la población en paz. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 119 y Enrich:
Histoia de la Compañía de Jesús en Chile, 1893 I p.630) ETIM: Pichi: pequeño; Huala : pato.
CHICA GUAL, 1847, cac. araucano de Colicó de Chile que vino con el cac. Lemunao y
800 indios a Salinas Grandes “a comerciar” y, seguramente, para invadir. Al mismo tiempo habían
venido 1000 indios a Leuvucó, como avisó el cac. Painé. (Rev. A.Azul Nº 2 p. 130)
CHICA NECAL,1825, cac. araucano de Munuquintue (Chile), mencionado en las
Memorias del Cnel J. Beauchef (p. 378). En agosto de 1847 vino con Chicaguala y Lemunao de
Collicó y con 800 inios chilenos a Salinas Grandes “a comerciar tejidos” (Rev. Arch Azul Nº2 p.
130)
CHICAYLAO, Martín, 1852 es uno de los muchos capitanejos que fueron obsequiados por
orden de Rosas en Bahía Blanca, en víspeas de la batalla de Caseros.
CHICO, 1825, cac. ranquel que estuvo en el parlamento de Lag. Guanaco (AGN X. 27-7-6)
CHICO, José, 1855, capitanejo del cac, pampa Maicá, quienes fueron agraciados con
sendos lotes en la Villa Fidelidad, al lado de Azul, para establecerse con los indios amigos. Más
tarde se incorporó, voluntariamente o no, a los indios salineros
CHICO, Manuel, 1869, capitanjo del cac. Ignacio Coliqueo en Los Toldos (BA); reemplazó
entonces a Nahuel Chico o Arín que siguió con el cac. Andrés Raninqueo a La Verde (Part. 25 de
Mayo). En el malón que precedió inmediatamente la batalla de San Carlos de Bolívar, fue tomado
prisionero o quizás fue muerto, (Comisión Investigadora de la Tierra de Coliqueo 1940, p 369)
CHICO, Martín, cac. de Chingoleo que en 1867 recibió un chasqui de Calfucurá
comunicándole a él y a Chingoleo que había firmado un tratado de paz.
CHICO, Juan, alias Millalén, 1872, cac. pehunche-huilliche de Barbarco (al Norte de ese
río). 1872 figura en el tratado de paz de los caciques picunches con Caepí y el Cnel Segovia. Lo
reemplazó en el acto el capitanejo Huenchumán. En abril llegó de neuve a San Rafael (llamado
Millalén) para renovar el tratado de paz y cobrar las raciones. En esa oportunidad pidió que se le
diera tierra al Sur del río Atuel (Arch Mend. 1875). 1877 el Comandante de la frontera Sur de
Mendoza, Luis Tejedor, destacó contra su tribu una patrulla de “21 voluntarios” para quitarle
hacienda “robada”. Salieron el 23 de junio de San Rafael y depués de varios días de marcha a las
órdenes del baqueano Isaac Torres, los sorprendieron y les mataron unos indios, mientras les
quitaron una buena punta de hacienda; pero tuvieron la mala suerte de encontrarse con un grupo de
50 indios que, según dice el parte-, habían ido a malonear. Estos les quitaron a los “voluntarios” el
arreo. En la pelea les arrebataron 300 animales. (AEM 31.7.77). En agosto de 1878, en plena Guerra
por la Conquista del Desierto, el cac. Juan Chico viajó con cinco representantes de caciques
neuquinos a San Rafael para hacer otros arreglos de paz. Ya en Mayo habían avisado que iban a ir
allí. (AEM 29.5.78 y Arch. Mend carp. 123 doc 53) Y el jefe de la Frontera Luis Tejedor quiso
prevenirlos, haciendo una expedición hasta Cochocó, entre Río Grande y Neuquén y quitaron
hacienda a Juan Chico y a su hermano Millaqueo. No obstante vinieron y decían que no querían
donativos sino paz (Olasc. IV p.55) Les hicieron promesas, pero luego les tocó el turno feo. La
347
Conquista del Desierto llegó a sus campos en el “Alamito”, zona de Malalhué. Fueron atacados y
vencidos en el Río Barrancos por el mismo Tnte. Cnel. Luis Tejedor (Clifton Goldney: Namuncurá
p. 123. Carlos Rusconi averiguó que había fallecido en 1881).
CHICO NAHUEL, Santiago, 1873, capitanejo del cac. Pincén que figura en el tratado de
paz que éste hiciera para recuperar a su familia.
CHICO,Vicente, 1873, capitanejo del cac. Pincén; también figura en el tratado de paz de
éste.
CHICHA, 1580, cac. comechingón de las Sierras Grandes (G.Terrera ob cit. p. 154
CHIGUAYQUEN, 1851, cac pehunche. Figura en una lista grande de caciques obsequiados
en Bahía Blanca (AGN X 20-10.4: 20.12. 1851)
CHIGUAY LAO, (o Chihuaylaf) Martín, cac boroga que en 1834 fue sometido por
Calfucurá, juntamente con Antel, Quiñel,y Puravil. Vivía después con la tribu de Santiago
Llanquelén en Junín, hasta su destrucción en 1838. 1880 se nombra un Chihaylaf, cac. ranquel
como hermano de Huayquilque y Cayulef. 1880 lo enontro la columna expedicionaria a la que se
entregó ETIM: Chihuay: bruma de y lafquén: laguna.
CHIHUAY LLANCA, 1751, cac pehuenche de Rugaico o Renayco, Lo visitó entonces el
Padre Bernardo Haevstadt. Su hijo se llamaba Capichán quien en 1797 participó de un malón por la
Guerra Pehuenche. (doc. de 8.12.97)
CHIL, 1589, cac. puntano; michilingue que obedecía a Canchuleta
CHILCAS NAGUAN, cac. comechingón de Chilic Sacat, Cuz del Eje, Cód.; encomendado
de Suárez (Montes 57)
CHILCO HOYBANA, cac. comechingón de Tinguin Hualo, Niclit Sacat, Córd.;
encomendado de Jaymes (Montes p.73)
CHILCO, Pacual, 1737 de San Juan (Arch parroquial de Mendoza)
CHILE, Don Juan, 1688, cac. del pueblo Zata, San Juan;encomendó de Antonio Alvarez de
Toledo, (Depart. De Barreal)
CHILE NAURE, 1574, cac. comechingón del pueblo Chile Naure; encomendado de Noble
(Montes 78)
CHILI GUAYO YOPAN, , 1579, cac. comechingón de Chigua Henen, Pinas, Córdoba;
encomendado de Jaymes .
CHILIZNA, 1573, cac. comechingón de Chilizna Sacat, Córdoba; encomendado de Mitre
(Montes p.86)
CHILIZNA CHARUA, 1574, cac. comechingón; encomendado de Juan de Mitre
(ENSAYOS, Nº 19 p. 226)
CHILQUIS CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chilquis, “camino de Cuyo”;
encomendado de Montánez (Montes p. 77)
CHIMBO CHARABA, 1584, cac. comechingón de Gana Yaco en Copacabana, Córd.;
enmcomendado de Jaymes (Montes p. 48)
CHIMBO CHICANDA, 1579, cac. comechingón de Chimbo Sacat, Córd.; encomendado de
Jaymes (Montes p. 48)
CHIMBO SAYCO, 1579, cac. comechingón de Chimbo Sacat, Nunsacate, Córdoba;
encomendado de Tejeda (Montes 48)
Chime ante o chomi antü ver Cumiú 1779
CHIMI TOCO TOCO, 1586, cac. comechingón de Mandabile de Soto, Córdoba; encomendó
de Tejeda (Montes p.58)
CHIMI TULIAN, 1586, cac. comechingón de Chili Popo, S.E. de Soto, Coroba;
encomendado de Bustamante (Montes p.57.)
CHIMI CHUTABI, 1632, cac. comechingón de Chinchin Sacat, Sierra de Calamuchita;
encomendado de Martín (Montes p. 78)
CHIM TONA, 1583, cac. comechingón de Colo Chintana, Valle Cantapas, Córd.;
encomendado de Coria (Montes p. 56)
CHIN CAO, 1879, cac. Picunche de Neuquén; aliado del cac. Purrán
348
CHINCOL, 1879, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. Durante la persecución de la
Conquista del Desierto, 15.2.79, fue atacado por la columna que salía de Guaminí al mando del
Coronel Marcelino Freyre. Entre los muertos de la refriega se hallaron Chincol, Lincopal, Lencué y
el cac. Pichón (h) (AEM 15 y 17.2. 1879) Hubo 110 prisioneros.
CHINCOLEF, 1817, cac. huilliche. En abril de ese año fue asesinado por un desertor
pulpero volante, cuando se había embriagado. Lo ahorcó en la plaza de Chascomús. El Comandante
de ese pueblo se enteró de que Martín Cruz (así se llamaba el pulpero) había muerto al cacique y
herido a dos de sus acompañantes, lo hizo perseguir y traído a su presencia lo hizo ahorcar en
presencia de muchos indios. No quiso entregárselo para que le aplicaran justicia india. (La Gaceta
19.4. 1877)
CHINGAL, 1573, cac. comechingón de Chinca Sacat, Jesús María, Córdoba; encomendado
de Ardiles.

C H I N G O L E O (1836 – 1867)

CHINGOLEO o Chincoleo, Benito y unas veces Benito Villar Chingoleu, era cacique
araucano-huilliche, pues hablaba el araucano, cuando su vecino el cacique Sinchel hablaba "el
pampa" o patagón del Norte. Chingoleo nació en 1836, año en que hubo ese gran malón sobre Bahía
Blanca y contra la tribu de Venancio Coñuepán. Su padre era el cacique Cheuqueta, chileno,
invasor, que había luchado en 1834 contra los borogas,. porque eran realistas y él había sido
patriota, como Calfucurá. Chingoleo era pues hermano de los caciques José María Llanquetruz y
Menguelao y fue el tío del cacique Sayhueque. Ha tenido una azarosa juventud y parece que cayó,
estando en brazos de su madre, prisionero del cacique Raylef en el malón sobre Bahía Blanca.
(Gaceta. 5.10.1837 y AGN, S.(V) X. 28-11-3 y S.I, 1-2-3)
Su padre buscó congraciarse con el comandante militar de Carmen de Patagones,
solicitando un tratado de paz. El 13 de Junio de 1856 hizo bautizar a Chingoleo, dándole tres
nombres: Benito, Antonio y Villar. En algunos documentos mantenía el apellido del comandante
como nombre, agregando a su apellido Chingoleo el de su padre: Cheuqueta. Los indios de
Cheuqueta estaban en paz con el gobierno, cuando algunos cristianos mataron, el 27 de Octubre de
1858, a José María Llanquetruz, que había sido el sucesor de Cheuqueta. Los hermanos de
Llanquetruz se apresuraron a pedir la renovación del tratado de paz que el gobierno les había
otorgado el año anterior. Y el comandante Fourmantín de Carmen de Patagones permitió que
Chingoleo y su hermano Menquilao viajaran junto con su primo Valentín Sayhueque a Buenos Aires
para tales gestiones. Efectivamente lograron su intento. El 10 de Mayo de 1859 firmaron con el
ministro de Guerra, el general Bartolomé Mitre, el nuevo contrato, por el cual el cacique Benito
Chingoleo Cheuqueta fue reconocido como cacique mayor de esas tribus del sur.
“Se transcribe a continuación el arreglo que el Gobierno de Buenos Aires, en la fecha 11 de
Mayo de 1859, celebró con el cacique Menquilao, hermano mayor del finado cacique José María
Bulnes Chingoleo sea quien reemplace a Yanquetruz en Patagones, cuya medida ha merecido la
entera aprobación del Gobierno de Buenos Aires; y habiendo venido a Buenos Aires el referido
cacique Chingoleo a conferenciar, en cuyas conferencias ha desistido enteramente de toda
pretensión relativa a la muerte de su digno hermano Yanquetruz, se ha convenido hoy por ambas
partes en los siguientes artículos que tendrán el valor y la fuerza de un tratado.

Art.1º: Se declara subsistente y obligatorio para ambas partes el tratado celebrado en 1857
entre el Gobierno y el finado Yanquetruz. En su consecuencia, su hermano menor Chingoleo, que
entra en su lugar, tendrá el título de comandante del territorio de la Pampa adyacente a la
jurisdicción de Patagones en la clase de Capitanes – grado teniente coronel y con el medio sueldo
de 1800 $ mensuales que gozaba Yanquetruz y se obligaba a cumplir todas las estipulaciones que el
finado Yanquetruz debía cumplir, así como el Gobierno de Buenos Aires se obliga a cumplir todo lo
que prometió en dicho tratado de 1857.
Art, 2º: Deseando el Gobierno de Buenos Aires favorecer, en cuanto le es posible, a sus
amigos indios, consciente en alterar a favor de ellos el dicho tratado en la forma siguiente: El sueldo
349
es de 50 $ mensuales señalado a cada uno de los 80 indios de los cuales habla el artículo 8º de dicho
tratado, será, desde el 1º del corriente, de 140 $ mensuales, como soldados dependientes del
Gobierno y el sueldo de 100 $ señalado a cada uno de los 8 capitanejos de que habla el mismo
artículo, será, desde igual fecha, de 200 $ mensuales. De igual modo las raciones, según dicho
artículo, debían darse cada seis meses al cacique Yanquetruz, se darán cada mes al cacique
Chingoleo y consistirán [...]
Art. 4º: Aunque el tratado de 1857 nada señaló, ni nombró siquiera al expresado cacique
Menquilao, ni tampoco al cacique Sayhueque, primo de Yanquetruz, y aunque, por lo tanto, no está
obligado el Gobierno a darles cosa alguna...dará un sueldo de 600 $ mensuales, 50 yeguas cada 6
meses. Todo será entregado al cacique Chingoleo en Patagones por medio del ciudadano Alejo
García.
(Firman) Buenos Aires, 10 de Mayo de 1859 y se transcribe el tratado de Yanquetruz
celebrado en 1857. (El original se halla en la carpeta 74 de Dn. Juan Raone)
El cacique Sinchel de San Gabriel (al norte de Carmen de Patagones) logró otro tratado de
paz con el Gobierno de Buenos Aires, el 17 de Agosto de 1860, pero practicamente fue sometido al
cacique B. Chingoleo, quien vivía entonces en Sauce Blanco (cerca del Fortín San Javier, al lado de
la estancia de Dn. José P. Comunicación del Comandante Terrada, en el Museo del Indio, en Los
Toldos.
Chingoleo fue querido y favorecido por todos los oficiales de Patagones, sólo Carlos Terrada
hace algunos reparos: Lo llama “un nuevo Yanquetruz” y califica a su tratado de paz como
“inmoral”, porque estipuló 80 vestuarios, cuando no necesitaba más que 30 (Arch. Mitre XXII 80).
“Juega a las carreras sus sueldos y es mal vecino de Sinchel a quien sustrajo gente. Sin embargo, el
mismo comandante Terrada, cuya correspondencia nos fue regalada, cambió luego su opinión y
favoreció algunas nuevas solicitudes del cacique. El 31 de Octubre del año 1860, se dirigió B.
Chingoleo al General Mitre, pidiendo la libertad de dos indios suyos, hechos prisioneros en la
batalla de Cepeda (Arch. Mtre XXII p.72) Le dice también que ha sido llamado a Patagones, porque
se habían recibido avisos –de malones y se quería tomar medidas de seguridad. Que en
consecuencia ha mandado descubiertas hasta Choele Choel. “Haré siempre lo posible – le dice,- en
llenar mis deberes a que estoy obligado con S.E. por el tratado de paz”(Museo del Indio,Los
Toldos). El 27 de Octubre de ese mismo año se presentó en la tolderia de San Gabriel con 8
capitanejos; así lo dice en la carta al comandante Terrada que transcribió Dn. Alejo García. El 28 se
reunió a su gente para un gran baile (rogativa) en San Javier y recién el 31 salieron al
reconocimiento de los campos. Durante los dos meses siguientes puso gran empeño para que se le
edificase una casa, como le habían prometido por tratado de paz ya a su hermano Yanquetruz. El 1º
de Enero de 1859 se le había comprado el terreno (Arch. Mitre XXII p. 48). En 1863 se le edificó
una choza en Mercedes (hoy Viedma).
Por lo demás, Chingoleo mostróse generoso y dispuesto al servicio en la frontera. El 29 de
Enero de 1863 prometió a los municipales de Carmen de Patagones asegurar la paz en el Valle del
Río Negro desde Potrero Cerrado hasta Sauce Blanco. Esto permitió a los blancos iniciar
establecimientos rurales y solicitar al gobierno su posesión.
Transcribo la lista de los indios amigos pertenecientes a Chingoleo, con fecha 3 de Enero de
1861: Comandante Benito Chingoleo Cheuqueta – mayor Manquelao Cheuqueta – Valentín
Sayhueque –capitanes: Miguel Linares – Bonifacio Rial-Calfú –Capagñán – Canaché – Carcamán –
Yamur – Güica (sic); luego siguen 60 soldados.
Su hermano Menguelao falleció en Marzo de 1863 y Chingoleo quiso renovar su tratado y
nombramiento como jefe de la tribu (Arch Mitre,XXIIV p.49). Chingoleo, pues, crecía de año en
año en poder y estima.
En Abril se le encargó que preparase el terreno para lograr un tratado de paz con los indios
huilliches del cacique Reuquecurá (hermano de Calfucurá). Antes de emprender su importante viaje
a la Cordillera, prometió avisar toda novedad (Arch.Mitre XXIV p. 48) En carta del 13 de Abril al
coronel Julián Murga dio cuenta de una importante reunión de caciques y de las dificultades que
había que allanar (ib.p.100). En la reunión habían estado los caciques Utrailán Petinhué,
Molfinqueo, Mapichén, Huincaval, Paillacán, Paillaquir, Raihueque (sic por Sayhueque), Curabó,
350
Nahuelquir, Tuxapán, Guachupar, Cayuqueo, Subonao, Pentrillán y Güillé. Utralán y Saihueque
fueron los que más apoyaron la causa de un tratado de paz. Otros estaban decididos a organizar
nuevas invasiones, por resentimientos de anteriores ultrajes recibidos por el comandante J. Oligario
Oquera. Al fin la situación se calmó. También algunos tehuelches deseaban entrar en el movimiento
pacifista. Por eso Inacayal llegó a Carmen de Patagones. Se le hizo esperar hasta que hubiese vuelto
el cacique Chingoleo.(ib. p.45). Huincalén y Sayhueque hicieron entonces un tratado por separado,
aunque en el artículo 5º quedaron subordinados al cacique Chingoleo (AEM. Doc. 672 del 20.5.63 y
Doc. 694). La Casa Aguirre Murga hizo un contrato de aprovisionamiento de la tribu de Chingoleo,
el 15 de Abril de ese mismo año. (AEM. Copias de Contratos p.41)
El Cnel. Murga pensó entonces subordinar a Chingoleo unos 200 indios. Éste tenía entonces
el grado de coronel. Podría tener una liga más fuerte que la de Calfucurá o la de Catriel.
“Chingoleo reune las condiciones que necesitaría esta liga, -decía Murga-, para no llegar a ser un
caudillo temible. Tiene un carácter dócil, buenas intenciones y apego a la vida civilizada, que lo
hará salir (de su cargo), sin que lo echen”. [¿Quiénes?]
"Las tiene también para ser reconocido y respetado por los caciques, por los enlaces de
parentesco y amistad que lo unen a los principales y por la posición que le da su tratado con el
Gobierno.., En la reunión convocada, acordaron todos reconocerlo como “Cacique Mayor y Jefe
de las Indiadas”. Murgas lo caracterizó como “cacique principal de la Patagonia”. El nombró
como segundo a su sobrino Valentín Sayhueque; para el Sur; a Quintraillán; al Norte y a Huincaval
en el Limay." (Arch. Mitre, XXIII. p. 45;fecha: 12. 7. 63). Su lenguaraz se llamaba Masada.
El 23 de Septiembre de 1863 se hizo otro tratado con el cacique Chagallo Chico (AEM,
1445). Por él se compromete también a obedecer las órdenes del cacique mayor Chingoleo. El
cacique Calfucura con cierto desagrado vio crecer la influencia de Chingoleo y diplomáticamente
tomó contacto con él, enviándole a su hijo Gabriel con una comisión y otra más tarde a las órdenes
del cacique Piguelmán: "para conversar con el cacique Chingoleo y el comandante J. Murga".
No sólo indios lo visitaron. Arribaron a sus toldos también dos misioneros suizos,
pertenecientes a la iglesia anglicana, los pastores Juan Húnziker y Teófilo Schmid, en 1864. Lo
hallaron en San Gabriel y allí establecieron una misión "protestante" (M.A. Vignatti “Misionando
por la Patagonia Austral”,Bs.As. 1964, p. 80). Schmid dice, entre otras cosas, de Chingoleo: "El
cacique posee el grado de coronel en El Carmen y como oficial, toma parte en las procesiones. Sus
dos esposas tejen muy bien. Algunos de sus indios hablan dos y más idiomas aborígenes..." Esto
mismo comprobó el viajero y explorador suizo Jorge Claraz en su viaje al Chubut, del que nos dejó
un diario y dos vocabularios, uno en araucano y otro en idioma "pampa"(norpatagónico). Se hizo
acompañar por indios que hablaban araucano, pampa (puelche) y el tehuelche y los interrogó
durante su viaje. A Chingoleo lo encontró en Sauce Blanco. Estaba borracho.

El cacique Chingoleo gobernó relativamente pocos años; pues falleció en su casa el 1º de


Marzo de 1867, hecho que comunicó de inmediato su segundo cacique al comandante de
Patagones. Se le confió entonces el mando al sargento mayor D. Miguel Linares, cacique también,
quien se llamaría comandante o inspector de los Campos. La tribu seguía llamándose Tribu de
Chingoleo y seguía prestando servicios como soldados de la Guardia Nacional. Una parte se
adhirió, luego, a la tribu de Valentín Sayhueque. (AEM, Doc. 3966; 25.4.67 y 28.1.68)
(Etimología: Chincot, nombre de pájaro cantor [diuca, en Chile] y leo [leufú],río "Arroyo
del Chincol")
CHINQUE, cac. pehuenche de Malalhué, quien en 1787 participó en la Guerra Pehuenche.

CHIPITRUZ, José. 1775-1880. (Tripitrus). 1860, cacique pampa del grupo de los indios
amigos de la zona de Azul y Tapalquén.
Era hijo del cacique Lucio López, llamado “El Adivino”, pues en la tribu de Catriel era
consultado como machí o adivino. El Dr. Zeballos, en su libro Viaje al País de los Araucanos (1882.
p. 71) dice que Chipitruz era un tigre en sus buenos tiempos, soldado de la nación, según él decía
desde 1828, porque había preferido luchar contra los indios chilenos... A la muerte de su padre, en
1863, empezó a destacarse y, debido a los planes políticos del coronel Ignacio Rivas, tuvo que
351
oponerse al cacique mayor Juan Catriel. Con sus favoritismos, Rivas logró introducir divisiones
entre los pampas. Rivas, pues, hizo su primer pacto con Chipitruz, el 1º de diciembre de 1862.
Recibía regalos y Catriel. atropellos. En marzo del año siguiente celebró un nuevo convenio con el
cacique Lucio, pero le dijo que no le daría sueldos hasta que hiciera “una prueba de sangre” (AEM,
14-3.63). En abril movilizó 50 indios de Lucio y entonces les mandó cien yeguas precio que debía
entonarles para un próximo enfrentamiento. Efectivamente, el cacique Lucio se declaró
independiente del cacique mayor Catriel, adjudicándose 300 indios de pelea (Alvaro Barros:
Territorios y Fronteras, ed. Hachette, p. 143). Pero antes que Lucio pudiese humillar a su viejo
cacique, murió apuñalado en una borrachera, no sabemos por quién, el 26 de julio de 1863. Su hijo,
José Chipitruz. comunicó esa infausta noticia al ministro de Guerra.
Luego fue elegido por todos los capitanejos adictos como cacique principal y sucesor. El
coronel I. Rivas aprobó la elección, pues. veía a Chipitruz “ bien dispuesto”; dispuesto hasta
oponerse a Calfucurá, - decía Rivas a Bartolomé Mitre (AEM. Nº 2187). La tribu de Chipitruz le
dio la primera prueba de lo estipulado en octubre, cuando propuso el traslado de todos los indios.
Catriel se negó rotundamente. Chipitruz aceptó la propuesta por la promesa que les asignarían
tierras suficientes y 300 vacas a cada cacique y capitanejo. (Arch. Mitre XXIV. p. 20: 16.10.63)
Durante la noche del lº de diciembre, el coronel Ocampo llevó a 250 indios suyos a una
difícil operación contra la tribu de Catriel, le hicieron un saqueo bajo el pretexto de que sus indios
habían perpetrado robos en las estancias (AEM. 7.12.63). No bastaron las vaquitas conquistadas,
recibieron más regalos y racionamientos y se inició la formal gestión para que se les escriturase la
suerte de una estancia de dos leguas cuadradas: pero debían mantenerse dispuestos para nuevas
agresiones (ib.. 16.12.63). Chipitruz mismo viajó a Buenos Aires para entrevistarse con el general
B. Mitre, quien le agradeció los servicios prestados. El coronel Benito Machado se propuso
entonces, crear una división de 500 indios amigos de las parcialidades de Chipitruz, Calfuquir y
Manuel Grande, para utilizarlos en acciones contra el temido cacique Calfucurá de Salinas Grandes
(ib.. 2.12.63). Eran siete caciques y 20 capitanejos que ya le obedecían (AEM. 30.1.65).
Prosperaron. Ya tenían sus marcas propias para las haciendas y renovaría la solicitud por la
donación del campo.
Estallada la guerra con el Paraguay, cupo mayor responsabilidad a los indios amigos en la
defensa de las fronteras. El Gobierno uniformó a 400 indios y los estableció en un nuevo
campamento en Tapalquén (16.5.65). Casi al mismo tiempo se anunció un malón de 200 indios que
habrían sido de la tribu de Catriel (ib., 24-5.65). En diciembre cayó un gran malón sobre sus
haciendas en Tapalqué. El jefe inerino de la frontera, el coronel Benito Machado, no hacía nada para
recuperar las 30.000 vacas robadas. El tenía su propia política para con los indios: la llamaba “de
encadenamiento”. Un mes más tarde, Calfucurá envió una comisión de paz a Tapalquén, la que
encabezaron dos hijos suyos. B. Machado, no muy prudente, los hizo apresar y saquear sus arreos y
aperos por intermedio de los indios de Chipitruz y Calfuquir, comprometiendo no sólo a los indios
amigos, sino también la seguridad de toda la frontera. Para restablecer la paz, el Gobierno ordenó el
desempleo del coronel Machado, reemplazándolo por el coronel Alvaro Barros. Este devolvió a los
prisioneros la libertad, restableciendo las relaciones con los salineros y los catrileros. Poco antes de
la Navidad de 1866, estos últimos tuvieron que enterrar a su cacique principal, Juan Catriel.
Siguió en el mando de la tribu, su hijo Cipriano Catriel. Entonces, se inició otra época de
distinta diplomacia, pues los jefes de la frontera empezaron a favorecer a éste y a menospreciar al
cacique Chipitruz y a sus adictos. Ante las dificultades. José Chipitruz viajó a Buenos Aires
acompañado por el cacique Cumihuala y aunque fue regalado, no consiguió que les pagaran con
regularidad sus sueldos, ni que recibiesen las raciones a su tiempo (AEM. 23.5.67). En cambio,
ahora, el cacique Catriel fue el favorecido. Un día (3.11.68), los indios de Chipitruz irrumpieron en
la estancia de Manuel Andrade, porque les había robado sus raciones.
En 1870, el coronel de Elías reemplazó al coronel Ignacio Rivas en la frontera Sur, mientras
durara la Revolución de López Jordán en Entre Ríos. Este coronel, aconsejado por algunos vecinos
de Azul, llegó a celebrar un convenio particular con el cacique Cipriano Catriel y sus capitanejos,
encargando y facultándolos para que sometieran con la fuerza de las armas a los indios que desde
tanto tiempo desconocían la autoridad de los caciques Catriel. (El tratado o convenio del 9 de
352
octubre de 1870 fue publicado por J. Walther en el Anexo de su libro Conquista del Desierto, ed.
1964. p. 783). Los acontecimientos se precipitaron, como más detalladamente cuento en la biografía
de Cipriano Catriel, hasta desencadenarse
en la Batalla de la Laguna de Burgos (Cuartel 7º de Tapalquén). Apresaron primero al
cacique Ramón López; concentraron las fuerzas de Blanca Grande, la Guardia Nacional de Azul y
muchos vecinos voluntarios, además de trescientos indios de Catriel. Declararon a los indios de
Chipitruz, Manuel Grande y Calfuquir “sublevados” y marcharon contra ellos (3.5.71). El 3 de
Mayo, los hallaron reunidos en parlamento, cerca de la Laguna de Burgos, pero no querían pelear
contra las fuerzas nacionales. Fueron atacados, se dispersaron, mientras que las fuerzas del coronel
de Elía y los indios de Catriel se lanzaron sobre las tolderías y las haciendas de ellos. Todas sus
familias cayeron en sus manos. Se esperaba que los vencidos se refugiaran en Salinas Grandes, bajo
el amparo de Calfucurá. Pero ellos demostraron con hechos patentes su lealtad, pues se presentaron,
parte al Juez de Paz de Azul, quien los hizo apresar y parte (550) al coronel J. C. Boer, jefe de la
Frontera Oeste con asiento en el Fuerte General Paz (AEM. 7.5.71). Este los desarmó con engaño y
los apresó para mandarlos a la prisión de Martín García o a los cuerpos militares. (J. Walther:
Conquista del Desierto, ed. 1964. p. 450)
Calfucurá, entonces, sintiéndose solidario con los hermanos de su raza, organizó un gran
malón y llegó a medirse con las fuerzas del general Ignacio Rivas y del coronel Juan C. Boer, el 8
de marzo de 1872, en la batalla de San Carlos (Bolívar). “Vine para vengar la gran picardía que
hicieron con Manuel Grande y Chipitruz...” (M. Hux: Coliqueo, ed. 1972, p. 148). Calfucurá, a
pesar de presentar su brillante tropa de 6.000 indios, perdió esta batalla por la eficaz actuación de
los indios amigos en el ejército opuesto, los de Catriel y los de Coliqueo y por una eficaz
conducción de la batalla por Rivas y Boer. No obstante, el saldo del malón fue desastroso.
Entretanto, Chipitruz y los suyos quedaron en prisión: no sabemos hasta cuándo. En mayo
de 1872 llamaron al cacique José Chipitruz a presencia del ministro de Guerra, quien deseaba
informarse mejor de los acontecimientos ocurridos en Tapalquén. Más tarde, recobró la libertad y se
instaló en las Sierras Chicas (Part. de Olavarría), ya que las buenas tierras habían pasado a manos
“cristianas”. Allí José Chipitruz murió en 1880, a la edad de 105 anos, según informó su hermano
Quiñelef. El Dr. Zeballos, en su "Viaje al país de los Araucanos" en 1879/ 80 no se contentó en
recoger noticias; registró hasta las tumbas de los jefes indios. Así desenterró el esqueleto del
cacique Chipitruz, que medía 1,50 m de altura. Era, pues, bajito como muchos de los pampas. Su
cráneo llegó al Museo de La Plata (Catálogo Nº 241). El Dr. Ten Kate le dedicó un estudio
antropológico en la Revista del Museo de La Plata (1922, p. 212).
(Etimología: Chipi: prob. tripay: salió y truz [de trarúj: carancho).

CHIQUE PAY, Alonso 1658, cac. de la zona del río Bermejo en San Juan. Pedía amparo y
que no le privasen de su libertad y que lo dejasen en sus tierras. (Acevedo, E.: Documentación
histórica relativa al Cuyo, Mend. 1963 doc. 560)
CHIQUEYO o Chiquiyú, 1714, cac. puelche pampa “de tierra adentro” (Sierra de la
Ventana) Era hijo del cac. Antecuero y su hermano se llamaba cac. Pantecuero (ver Cucaltiamo)
ETIM: Chique: pulga y Yú: nariz

CHIQUI CHANO, 1865, cac. pampa tehuelche meridional. Lo llamaban también Chique
Chan y el inglés Musters le llama Jacke chan. T.Harrington cree que había sido cruza de gününa y
aeónikenk. Ch. Musters dice que hablaba el idioma pampa y era cacique del Chubut; por tiempo
vivía en Santa Cruz. “Chiquichano era un indio muy inteligente; hablaba tanto el pampa, como el
tehuelche y el español. Su conversación era extensa y agradable. Guarda fotos y cartas. Era un
asíduo visitante de Patagones; hasta se le ha visto comerciar en Azul”. Creo que el explorador Jorge
Claraz también lo conoció. Era pariente del cac. Cual. 1865 era sucesor del cac. Francisco. Ese año
hizo un tratado de paz con el cac. Llanquetruz IIIº. Tenía varios hijos; los mayores se llamaban
Nahuelquir, Golvin Jetro y Juan Chiquichano.
Cuando el cac. Casimiro (Bigois), apoyado en el favor del Gobierno, extendía su poder,
Chiquichano aceptó que ese fuese el cac. principal. El mismo hizo un tratado de paz en Carmen de
353
Patagones, el 15 de Julio de 1865 junto con los caciques tehuelches Antonio Vicente Yaques, Yuchel
y Crimé. (AEM. Doc. 826 y 823 y 1423) En el documento 826 de 1867 son puestos a las órdenes
del cac. “Francés” para radicarse en el Valle del Chubut con la obligación de proteger a los galeses.
El 6 de septiembre de 1867, seis caciques pidieron ser racionados por la Colonia Galesa. Decían que
obedecían al cac. Chiquichano desde hacía dos años; porque su anterior jefe “Francisco” había
muerto estando en Buenos Aires. Los seis caciques se fueron a Buenos Aires el mismo año y por el
mismo asunto; entre ellos también Uaisho, el hermano de Chiquichano, Qucham, Chico Poum (hijo
del jefe del mismo nombre), Francisco, Yelulay y Bisel. Pero los documentos afirman que
Chiquichano no había sido tehuelche, como Galatch y Sagmata.
1875 estuvo en Río Chubut. Distaba unas 50 millas del cac. Foyel. (ver Paesa: Influencia del
ambiente histórico en la evangelización salesiana. En: Primer Congr. Area Araucano 1963 II p. 317)
Más tarde, cuando la inexorable Conquista del Desierto llegó a domeñarse de la Patagonia,
Chiquichano se adhirió al amparo del cac. Valentín Sayhueque y, como éste, se entregó al Ejército
en Junín de los Andes, el 1º de enero de 1885, “vencido por el hambre y la persecución” (Walter J,:
Conquista del Desierto ed. 1964 p. 741) Ya el 3 de octubre anterior se habían presentado al Cnel.
Lassier: Chiquichano, Inacayal, Foyel y varios capitanejos y 66 indios de lanza. Este encargó a
Chiquichano que buscase las familias. Antes que las hallara, ellas habían sido atacadas, el 11 de
octubre de 1884. En el combate en defensa de las familias se había destacado Juan Chquichano, el
hijo del cacique, su padre. El parte enumera a 36 muertos y entre los prisioneros: 1 capitán, 7 indios
y 120 mujeres y niños (AEM 18.10.84) El 20 de febrero de 1885 era el día de la gran rendición de
los jefes y familias.
Una última noticia del cacique extraemos de la Biografía de San Juan Bosco (vol XII p. 259
del año 1885) Antonio Oneto llegó a visitarlos en el valle del Chubut. Y al preguntar a sus indios si
admitirían a un sacerdote misionero católico, Chiquichán, “optima persona”, respondió que viniesen
ya dos de los Padres. Pues Oneto invitó al Obispo Mons. Cagliero: “Vengan pues dos de los Padres
de ustedes y haremos maravillas en el Chubut”.

CHIQUILIHUIN es una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén, reconocida por el


decreto del gobierno provincial de 1964
CHIQUI LLAM, Don Alonso, 1723, cac. mendocino “abajo del Cerro Nevado”. Se
presentó en la ciudad para dar una declaración (Arch. Mend.)
CHIQUIMO NAURE, 1573, cac. comechiongón de Chiquis Navira, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Yrobi. (montes p.77).
CHIQUI PAY, Don Miguel, 1632, cac. que “se le naturalizó en el pueblo viejo” de San
Juan. El mismo año su padre, el cac. Felipe Gualcusa había sido “ajusticiado”. ETIM: Chiqui:pulga
y Pay:de la barba. (en araucano)
CHIQUITO (nombre español), 1780, capitán que fue muerto en Carmen de Patagones por
unos soldados españoles contra la expresa orden del Sr. Superintendente, por supuestos robos.
“Costó muchos regalos para aquietar a los indios”, decía B. Villarino. El explorador del Río Negro
halló a su hermano, a quien regaló biscochos (Diario de B. Villarino, 27. 10. 1782)
CHISCA, alias Victoriano, 1820, cac. puelche, hijo del famoso cac. Lorenzo Calpisquis
(AGN VII. Biedma 10-4-14)
CHIUALAF, 1767, asistió en Concepción a un parlamento con el Obispo Espiñeiro junto
con Curiñamcú y otros
CHIU QUE, Don Juan, 1658, cac. puelche “abajo del Cerro Nevado, al Sud de San Rafael,
Mendoza. (Ver Chiquillám, Don Aonso).
CHIUCA, 1820, cac. pehuenche mendocino que se había afiliado al bando realista junto con
J. Neculmán y Toriano. Vicuña Mackenna (Guerra a Muerte p. 123) dice de él que era “ indio feroz,
que se hacía más temible por su influencia entre los pampas, sus vecinos”. Más tarde obedecía a las
órdenes de los Pincheiras, acompañándolos en sus vandálicas expediciones. Ha invadido también la
Isla de Laja con 3000 indios, haciéndola tierra desolada (ib. p. 177)
CHIVILCÓ, o Chivilcoy 1793, cac. puelche que vivía sobre el Arroyo Las Saladas. Según
Pastor Obligado :La lanza de Chivilcoy, en : Tradiciones Argentinas, 5ª serie, Bs.As. 1906, este
354
cacique habría luchado en 1807 contra los ingleses invasores. Era amigo de los cristianos. Luego de
la pelea deseaba conseguir un traje de oficial inglés (Dr. Zerda, W. Los indios y las invasiones
inglesas. B. As.1934) Más tarde, Dn. Hipólito Almeira organizó su estancia “Las Saladas” (del
Partido de Navarra, hoy Chivilcoy) justo en la zona de sus choiquerías. Sus peones estaban armados
y organizados como un batallón, quienes se midieron una y otra vez en tremendos choques con los
indios del cacique Chivilcoy. En uno de ellos murió el cacique. (Piccirilli: Diccionario Histórico
Argentino: “Almeira, H.” Tomo I p. 140)
CHIVI, 1852, cac. pampa tehuelche (AGN X. 18-4-8. Texto que no he leído)
CHIVILQUÉ, 1589, cac querandí del distrito de Buenos Aires. Según opinión de Mnsr.
Pablo Cabrera habría dado el nombre al paraje y ciudad bonaerense de Chivilcoy (Toponomástica
Bonaerense: Chivilcoy en el diario El Pueblo Nº del 11 de noviembre de 1926) (No concuerda con
la noticia anterior)
CHOAI LLÁN, o Choayán, Juan, 1861, cac. ranquel de “Malal”. Figura entonces como
alférez de los indios amigos incorporados en el Regimiento 7ª al mando del Cnel. Manuel Baigorria.
Tenía sus sueldos como soldado, igual como Antellán y Carrillán ( AEM doc. 1510 y 2068 y 1.5.61)
En Julio de 1870 figura aún en la lista del Regimiento.
CHOC CHARABA, 1573, cac. comechingón de Choc Sacat, Chocho Coahal, Córdoba;
encomendó de Pérez
CHOCÓN, 1845, cac. norpatagónico que ese año se presentó en Azul, el 1º de dic. de 1845,
junto con los caciques Antiglefi y Paillaquir. (Arch. Azul) Una represa importante lleva su nombre.

CHOCORÍ

CHOCORÍ: 1833, cacique (gobernador) huilliche (pehuenche del sur). Este cacique entró
como oveja negra en la historiografía argentina, porque por los Expedicionarios al Desierto, él y
Llanquetruz fueron declarados "los enemigos principales", cuya persecución fue tenaz sin que
lograran aprehenderlos.
Su origen es desconocido. Algunos documentos lo denominan como cacique chileno, otros
lo llaman pampa-puelche y Rosas cree poder afirmar que había nacido en los montes del Río
Colorado. Su padre (desconozco su nombre) había sido engrillado por el comandante Fourmantain
en Carmen de Patagones y falleció en 1850 (Casamiquela. 1965, p. 116). Chocorí fue padre del
cacique Valentín Sayhueque y de Antiglef (o Antelef) y tío del cacique José María Llanquetruz
(AGN. S .X, 18-4-8, p. 122). Otros hijos se llamaban Cayuqueo, Zumehueque (nac 1903). El
nombre de la esposa era Llikelachen y/o Leikelachen. El cac. pehuenche Antical de Malalhué era su
amigo.
Desde el año 1828 recogemos los primeros datos: El y Antical atacaron al cac Neycuñán,
gobernador de los pehuenches de Malalhué y lo mataron. Según información del comandante
Martiniano Rodríguez de Bahía Blanca, Chocorí había robado, y por eso el coronel Narciso del
Valle le hizo un malón, el 12 de Abril de 1830, arrebatándole su caballada, a pesar de que él
afirmase que no había robado y que el autor del robo había sido Cayuqueo. En Septiembre de 1830
huyó con su gente de Bahía Blanca, porque los Pincheira atacaron a los indios de Tetruel. Rosas le
mandó luego armas y 600 ovejas. “Que no ataquen a los borogas” (J.Fernández 2000 p, 101 y AGN.
X. 23-9-4
EN Agosto de 1831 acudió a Tandil a un parlamento de 30 caciques que Gervasio Rosas
había convocado (AGN. Biedma. VII, 10-4-14:19.11.31). “Además del cac. Martín Toriano,
estuvieron sus caciques amigos de Chile (sic) Chocorí, Quiñehual,Cheuqueta, Cumiú, Namuncurá y
Calfucurá quienes se retiraron a las históricas Salinas Grandes de la Pampa o al Río Colorado”
Rosas quiso valerse de él, como de otros muchos, para su plan de la conquista del sur. Ante los
indios borogas Rosas lo declaró enemigo de ellos (Grau: El Fuerte de 25 de Mayo,p. 120).
Efectivamente, los caciques huilliches (patriotas) Jn. Calfucurá, Antonio Namuncurá, Cheuqueta y
Cumiú se habían conjurado contra los borogas, y Chocorí unióse a ellos. Rosas prohibió que
Chocorí entrase en fuerte alguno, ni en tribu amiga. En 1832, el coronel Delgado se alió con
borogas para buscarlo; pero él escapó. En su parte, dice Delgado: "Los batiremos a muerte... según
355
orden de V.E.". El cacique Toriano, otro de sús amigos, quizás pariente, cayó por otra expedición.
(AGN. S.X, 27-7-6, y Clifton Goldney: Manuel Namuncurá, Ed. Huemul, p. 189)
Delgado y muchos sabían que estaba preparándose la expedición combinada, ideada por
Rosas y por eso desistieron los huilliches de su campaña contra los borogas. En diciembre de 1832,
se presentó Chocorí con 200 indios en el Fuerte de Patagones. Primero cundió el pavor, porque se
creyó que venían en malón, pero después se comprobó que habían venido para comerciar y no se les
negó entrada (AGN.S.X, 40-7-10: 4.1.33). En Febrero del año 33, cuando se movilizaban las tropas
para la Expedición al Desierto, avisó el comandante de Carmen de Patagones que había recibido
noticias de que se hubiesen concentrado muchos indios: 300 en Choele Choel, 1.300 entre los
manzanaeros y 250 en las costas del Río Colorado. Se temía una próxima invasión. J. A. Carretón
habla en su crónica de un amago de invasión a Bahía Blanca, el 18 de Enero y que los puelches de
Chocorí eran los más peligrosos (Carretón: Escritos, memorias y diario vol. I, p. 16). El 20 de Enero
hubo un choque con indios en Salinas Chicas, al sur de Bahía Blanca. (AEM, Nº 25)
Rosas pensó que iban a destruir primero a los ranqueles de Llanquetruz (II) y luego a los
indios de Chocorí, "el más poderoso cacique del Río Colorado". Supo que tenía también tolderías
en Choele Choel. Allí envió a su vanguardia al mando del general A. Pacheco (Comunicación del 22
de marzo de 1833). En las instrucciones que enviara al general Huídobro, el 15 de Marzo, para las
operaciones de la división del Centro precisaba que Chocorí estaba en la Isla Nº 10 del mapa de
Choele Choel. Pero esa división no llegó a apoyar esa operación en el sur (Comando Gral. del
Ejército, ob. cit.. Tomo V, p. 289). Rosas se enfadó por las "picardías" de Chocorí, porque sabiendo
que las tropas avanzaban sobre el Río Colorado, él invadía a retaguardia la zona de Bahía Blanca,
arrebatándole las buenas caballadas de reserva (abril/33;ib. p. 525 y 531). En Mayo estuvo de nuevo
en Choele Choel, a 10 kilómetros de San Gabriel. El 26 de mayo, divisó la vanguardia al mando de
Fco. Sosa y C. Ferrat las tolderías de Chocorí y organizaron un primer ataque contra los indios de
Payllarén. Dieron muerte a 25 indios, el resto se escapó (AGN. S.X, 18-4-8). El mismo teniente
Cayetano Ferrat, en un nuevo desembarco en Choele Choel, atacó, el 12 de Junio, otros toldos y
apresó allí una parte de la familia de Chocorí, el cual estaba entonces acampando a 6 leguas de
Bahía Blanca, Napostá arriba, lo que indujo a Rosas a creer que estuviese en contacto con los
borogas. Destacó pues a su tropa más ligera al mando de los coroneles Miranda y Rodríguez a
perseguirlo; pero no lo alcanzaron. Recién en Julio (3 y 13 VII) lograron entablar combate contra
los indios de los caciques Chocorí, Maulín, Catrenén, Epullán, Llanquimán y Painén, sobre el Río
Colorado, más arriba de Choele Choel. Tras una tenaz resistencia a las tropas rosistas, Chocorí huyó
acompañado de su hijo, el cacique Pichi Chocorí y del cacique Painén. En la persecución se
desprendió hasta de su coraza y de su sable, decía el parte (AGN. S.VII, Pacheco 1-2-6, Doc. 126 y
Carretón, ob. cit. I, p. 37 y 179). Decía que mientras los indios avanzaban en escuadrones, ellos los
atacaban con descargas cerradas de fusil. "Lucharon con desesperación. La mayoría de los puelches
quedó tendida en el suelo. Los cristianos mataron aún a los heridos. Sólo conservaron a dos
prisioneros, según orden del comandante general J. M. de Rosas". Chocorí sufrió derrota tras
derrota en su retirada; pero el orgulloso cacique no quiso evadirse a Chile. Volvió con una reducida
tropa al Colorado donde observó que los expedicionarios cuidaban el paso a Choele Choel. Se
encaminó al Río Negro, y allí se informó de la horrorosa limpieza de su Isla Choele Choel, cuyos
detalles repugna asentar. Desde allí partió hacia la confluencia del río Neuquén y Limay y tomó
contacto con 100 indios venidos de Chile. El general Pacheco prosiguió su persecución, mientras
que Rosas comunicaba a su coordinador, el general Facundo Quiroga (31.7.33): "Siento la grata
satisfacción de comunicar a V.E. el ejemplar escarmiento de este aguerrido invasor". Pero Chocorí,
a quien algunos creían muerto, nunca dejó que lo capturaran, y sufrió con resignación los
infortunios de la guerra.
Dos mil indios huilliches chilenos esperaban el regreso de las tropas nacionales para entrar a
operar contra sus enemigos, los borogas de Guaminí y Salinas Grandes. Aquellos socorrieron a
Chocorí y lo admitieron en su coalición. Pero cuando entraron en nuevos contactos con Rosas,
Chocorí tuvo que apartarse de ellos y no participó en el asalto de Masallé contra los borogas de
Rondeao y Melín, el 8 de Septiembre de 1834.
356
En 1836 Chocorí se adhirió de nuevo a la coalición de Calfucurá y Cheuqueta unidos con los
ranqueles de Pichún y Painé para malonear en el sur.Lo mismo dice el excautivo S. Avebdaño en
sus Memorias que Cheuqueta y Chocorí en 1837 estaban en relación con Calfucurá. No sé si estuvo
en la batalla de Tapalquén, pero sí, según la documentación, estuvo en ese otro malón contra Bahía
Blanca, el 14 de Agosto de 1837 (AGN. S.X, 18-4-8). En consecuencia, el coronel Pío Yturra, a
quien le habían quemado su casa de negocio, ofreció expedicionar con 90 hombres contra Maulín y
Chocorí. Pero de nuevo, éste no dejó que lo atraparan. En un nuevo malón que llevaron en 1839
sobre Tapalquén fue muerto uno de sus hijos, llamado Cayuqué. (AGN. S.X, 27-7-6, véase biografía
de Catriel)
A partir de 1840, Rosas adoptó una actitud más conciliadora para con los indios, quizás por
la guerra con los unitarios. Azul fue entonces el centro comercial y lugar de tratados, a cargo de
Pedro Rosas y Belgrano.
1841 Calfucurá tomo contacto con caciques chilenos y a la vuelta convocó a “una junta
general de la cual resultó hacer la paz” En 1842, estuvo Chocorí en Maquehué, Chile, en un
parlamento de paz (R. Capdevilla: P. Rosas y Belgrano, 1973, p. 62). En Diciembre de 1845 llegó
Antiglefi. hijo suyo, a Azul, acompañando una comisión de paz del cacique Paillanquir. Fueron bien
tratados y recibieron una parte de la hacienda que el hijo de Chocorí estaba reclamando. Decía que
su padre vivía en Chimegüén (Chimehuín), un río afluente del Collón Cura (Rev. Archivo de Azul,
Nº 2, p. 120). En 1844 Yturra intentó una vez más sorprenderlo (8.11.44, AGN. S.X, 18-4-8). Por
medio del coronel P. Rosas y Belgrano sabemos que Cheuqueta había hecho tratado de paz, antes
del 4 de Noviembre de 1846, fecha de la comunicación, y "Chocorí está en Bahía Blanca. Hizo
tratado con S.E. y hoy es uno de nuestros amigos" (Rev. Archivo de Azul, Nº 2, p. 145). En Enero
de 1852 fue obsequiado de nuevo en Azul; su capitanejo Cristóbal pudo retirar 25 yeguas. (R.
Capdevilla, ob. cit., p. 91)
Después de la caída de Rosas en 1852, Chocorí ya no acudió a Azul por racionamientos,
sino que los solicitaba en Carmen de Patagones. Allí hizo un nuevo tratado de paz. El mismo no
pudo acudir al parlamento por haber estado enfermo, por su vejez. Pero el 31 de Mayo de 1852 se
presentó en Patagones el hijo con 11 capitanejos y pidió que los dejasen ubicarse en el Potrero de
San Francisco, 19 leguas más al norte de Patagones. Allí parece que Chocorí concluyó sus días.
Según el explorador suizo Jorge Claraz, que durante su viaje al Chubut indagó sobre él, fue
asesinado y la bruja de Makaihue (Maquehué, Chile) habría señalado a seis asesinos (Diario de
1865). Puede ser que su muerte esté conectada con una última noticia del 4 de Julio de 1854 (AGN.
S.X. 18-10-6); el comandante Rafael Bourgeois de Bahía Blanca avisa que Calfucurá había
informado de que tehuelches y chilenos invadieron Patagones y que allí les han muerto muchos
indios. Habían participado además de Chocorí, los caciques Llanquetruz (III) y los chilenos
Tralqueo. Mulfiqueo y Guay, 520 soldados y 300 huilliches. No debemos olvidar que estábamos en
plena guerra civil y que los agentes de la Confederación incitaban a los indios a atacar las
poblaciones fronterizas de la provincia de Buenos Aires.
Chocorí así, se presenta como una víctima de las políticas argentinas, tanto en tiempo de
Rosas como después.

CHODAN, 20. 12. 1825, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en Laguna
Guanaco (AGN X. 27-7-6)
CHODI, 1875, hijo del cac Trecán de la falda de la Cordillera (Aluminé). Ese año visitó al
cac. Namuncurá en Salinas Grandes, en el tiempo que también llegó a Salinas Grandes el misionero
lazarista Jorge María Salvaire. Namuncurá escribió al Sr. Arzobispo Aneiros de Buenos Aires
pidiéndole que interviniera ante el gobierno para que mandase 400 animales para el cacique Chodi.
Me pregunto si el Arzobispo sabía algo de este cacique o los hombres del Gobierno de Buenos
Aires. Yo no encontré más documentos que hablen de él. ETIMOL: Chods: color amarillo
CHOIQUE o Cheuque filú, 1840, caciquillo adicto a la tribu de Catriel en Azul. Por
muchos años quedó incluído en las listas de proveeduría de los indios amigos. (Rev. Del Arch Azul
Nº 1 y Nº 3)
357
CHOIQUE FILÚ, 1873, capitanejo pampa, presente en el parlamento de paz, el día de la
muerte del cac. Calfucurá en Salinas Grandes(AEM doc. 1232, 3.6.1873)
CHOIQUEVIL Y ANTEVIL, 1834 huyeron de Guaminí a los ranqueles
CHOIQUE MÁN, 1820, cac. araucano de Angol quien se presentó en el bando de los
patriotas durante la Guerra a Muerte. Creo que era pariente del cac. Cheuquemanque (T.Guevara
1910,124)
CHOIQUE PÁN, Andrés, 1871 dicen que era hermano del Cnel. Eugenio del Busto. Vivía
en la zona de los indios amigos de Catriel. Se destacó en la batalla de la Laguna de Burgos (3.5.
1872), y cuando peleó en la batalla de San Carlos de Bolívar, (8.3.72) y de nuevo a las órdenes del
Comandante F. Leyría. Vivió por muchos años en Azul y murió allí “muy viejo y en total
indigencia” (M.H.González: Catrimapú p. 12) ETIMOL: Bangui: puma y Choique o Cheuque:
ligero como Ch.
CHOLAYLAF, o Choylaf, 1863, caciquillo de la tribu de Catriel (pampa). Debido a la
política del Cnel. I. Rivas, se unió a las parcialidades disidentes y apartadas de Catriel, junto a
Chipitruz y Man. Grande. 1865 figura aún en la lista de los oficiales de los indios amigos (AEM.
30.1.65)
CHOLO CACHE QUILANA, 15573, cac. comechingón de Chiquita, Panaholva, Córdoba;
encomendado de Luna (Montes p. 68)
CHOLQUIN, 1602, cac. puntano de Cusa Cala, Oeste de la Sierra de San Luis;
encomendado de Moxica (Montes 78)
CHOLON, 1783, cac auca, adversario del cac. Chulilaquín (Diario de B. Villarino en Col.
De Angelis V 1910 p. 580 )
CHOLLO, 1879, cac. araucano del Sur. (C. Rusconi IV p. 141)
CHOME ONTA, o Yomeanta, 1594, cac de Chulupte, San Luis; encomendado de G.
Albornoz. Fue traslado entonces a las lagunas Guanacache (R. Pastor: Guerra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 83, 200 y 219) Un siglo más tarde (1681) encontramos allí al cac.
Tomás Garpalás y a Pascual Sayanca. Al grupo lo llamaban “chismes” (Cabrera: Aborígenes del
país del Cuyo p. 88) 1748 eran 500.
CHONCOAN o Choncian, 1833, cac. pampa, víctima de la Expedición al Desierto de
Rosas, según éste lo dice en su Diario el 25 de marzo de 1834 (Diario, ed. 1965 p. 184).
CHONGOLA, 1591, Cac. comechingón, de Tunin Polas, Punilla; encomendao de Pérez
( Mntes p.88)
CHOPÁ, 1783, cac. auca. B.Villarino lo enumera entre los enemigos de Chulilaquín. Había
muerto al cac. Guchumpilqui. (Diario de Villarino, De Angelis V. 1910 p. 580
CHOPÁ, 1870, capitanejo del cac. Mariano Rosas (Lita del P. Donati en el Museo del Indio
de Los Toldos).
CHOROÍN, 1851, capitanejo pampa del cac. Llusquen, obsequiado en Bahía Blanca el 20
de diciembre.
CHORONTA o Chorionta, Churiunta, Relanta, 1562, cacique cuyano de Mendoza. Era uno
de los indios “cazados” ocupado en trabajos de servidumbre y mitaya. Ese año estuvo en Canigües
(Sani gües), encomendado de Diego Velasco (Núñez Historia de San Luis I. p.57 y 91). Otro
documento lo ubica en Zambra ( Cuyo), por ej. Latcham, en Rev. Chil. Hist. Y Geogr.. 929 p. 263 y
J.T. Medina 1901)”Domingo Amigo Zapata llevó de Mendoza a Chile en una collera la mujer del
cacique Choromta, entre otras” (Núñez)
CHOTANEA, 1573, cac. comechingón de Pana holva, Córdoba; encomendado de Jaymes
(70)
CHUA, 1743, cac. puelche de Mendoza, “salteador” que asechaba a las tropas de carretas
que venían de Mendoza. Con crecido número se fue a unir al cac. Calelián) (Arch de Ind 170
Charcas 217 y AGI 550 Charcas 317. Acuerdos 8.10. 44 y 13. 2, 45)
CHUA LLÁN, 1872, capitanejo ranquel de la lista del cac. Mariano Rosas (P. Donati)
CHAI MAN, 1880, capitanejo huilliche, que vivía, a lo menos entonces, cerca del Lago
Nahuel Huapí, donde lo conoció el explorador P. Francisco Moreno (Rev. Mus. La Plata VIII 253.
Caimán era el hijo mayor del cacique Molfiqueo.
358
CHUCAO o chucán, 1796, cac. huilliche, unido al cac. Rayguán durante la Guerra
Pehuenche. Con él fue al asalto de Malalhué, el 6 de abril de 1796, donde mataron al cac. principal
Pichintur. “ Entre Rayguán, Chucán y Manqueo le sacaron la lengua” (Arch Mend. Carp.123 doc 23
y 36) Los indios de Malalhué no tardaron en desquitarse y mataron a su vez al cac. gobernador
Rayguan de Barbarco. Su sucesor, el cac. ranquel Curripilún reunió, en 1797, nuevamente los indios
de Chucao e Huircán y llamó también al chileno cac. Naupayán; pero este se negó a participar en la
guerra (ib. 2l.11.97) ETIMOL: Chucau: nombre de un pájaro del bosque.
CHUCATE, 1829, cac. tehuelche; probablemente él que ese año amagó junto con el cac.
Chanel (Negro) el Fuerte de Carmen de Patagones. (AGN S. VII Biedma )
CHUCOYA NAVÁN, 1596, cac. comechingón encomendado de Peralta (Montes 59)
CHUCUN CHARABA, 1573, cac comechingón de Tucum Sacat, Salacate, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes 73)
CHUCUTI NAVAN, 1573, cac. comechingón de Tunguis Navan, Riquelhene, Córdoba;
encomendado de Jaymes
CHUCHIL, 1864, capitanejo ranquel de la tribu de Leuvucó (Lista de Emilio Mitre)
CHCHU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chucho Lauleta, Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 68)
CHUCHUN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chuchun Sacat, Olahen, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes 86)
Cheyú ver Creyú
CHULAYA, 1649, cac. puelche quien fue asesinado ese año, según la Historia de Enrich
I.555
CHUGUEI QUÉN o Chuguiquen, 1851, cac. araucano, que ese año fue obsequiado en Azul
con 400 yeguas. (Capdevilla: Rosas y Belgrano, 1973, p.91) Al año apareció en la frontera con 300
indios de lanza y 900 familiares y junto con el cac. Guichal robó más de 500 yeguas. Quizás tiene
que ver algo con el cac. Chuiguigenao, que figura en la Memoria del Gral. J. Beauchef, 1827, y es
llamado toqui de los araucanos (Memorias p. 378 y Allende: Fonteras p. 65 y 59)
CHUICA, 1820, cac. pehuenche realista que fue atacado por los pehuenches de Antuco y el
cac. Manguín (T. Guevara, 1910, p. 197)
CHUILQUIL, Jacinto, 1878, cac. ranquel que fue capturado por las tropas expedicionarias
del Cnel Rudecinda Roca, en Mercedes. (Olascoaga 1930, I. p. 103 : 28. 10. 1878).
CHULCHU, 1606, cac. mendocino del Valle de Uco; encomendado de G. Ortis de Urbina
(Arch. Mend)
CHULIA, 1875, cac. pmpa de las tribus de Catriel (Del Valle: Recuerdos del Pasado I. p.
255)
C H U L I LA Q U Í N

CHULILAQUÍN, (Chulila, Chulaquín, Chulilao, Churlaquín) “gente de Cholila”:


En 1775, cacique mapuche-huilliche. Fue uno de los principales caciques del Río Negro,
pariente y rival del cacique Negro Iº o Chanel. Según una reciente investigación de María Teresa
Boschin y Lidia R. Nacussi, este cacique era mapuche, pero casado con mujer tehuelche de nombre
Guchalachén (Congreso de Arqueología, San Rafael, 1976). No cabe duda de que su tribu estaba
compuesta de pampas y tehuelches, lo que nos hace pensar que se habían unido forzosamente,
después de la guerra que anteriormente habían librado. Algunos autores de la época señalan al
cacique Chulilaquiní como pampa (puelche); así opina de la Cruz; otros autores posteriores lo
cuentan entre los gününa Kene (expresión moderna, de gabinete, por “pampa”). Cano y Olmedillo
ubica su toldería en su mapa famoso de 1775, al norte del río Camarones (Chubut) con la leyenda
"indios Chulimancunis". Y Casamiquela lo ubica al N.O. del Chubut y dice que era hijo del cac.
Quechatamel ( 1995 p. 99)
En 1778, llegó la primera expedición colonizadora española al Río Negro. Entonces este
cacique les ofreció su amistad. Viedma lo llama "cabeza principal de la (indiada) de esta nación y de
las otras tribus que en dilatada internación de este río y del Río Colorado se encuentran. Y por eso
puse atención para captar la buena voluntad de quien podía esperar el mayor daño" (AGN. S.IX. 16-
359
3-4 y 16-5-1). Lo distinguió más que al cacique Negro, su jefe inmediato. Le hizo traer el mejor
ropaje de lujo y un bastón de mando adornado con platería. Se lo entregó el 7 de Julio de 1780 (ib.
S. IX. 16-3-5), y desde ese día no sólo permaneció fiel a los españoles, sino que fue "constante
observador de las intenciones del cacique Negro; en fin, un rival que el mismo virrey J. J. de Vértiz
pensó podría utilizarse para capturar a Chanel (cacique Negro), cuando se supo por Chulila que en
la Sierra de la Ventana estaba preparándose un enorme malón al que adheriría el cacique Negro.
Este año se enemistó también con el cac Lorenzo Calpìsquis; pero en 1784 se reconciliaron de
nuevo.
En 1783, el piloto B. Villarino realizó una exploración del Río Colorado, cuyo diario narra
varios encuentros con ese cacique. Su mapa (de 1781) señala su paradero, pero no era estable. El 17
de Abril de 1783 Chulilaquín se presentó ante Villarino con un nutrido séquito y su lenguaraz,
llamado "el ladrón Jacinto". Fue a saludarlo. Sus indios trajeron bolsas llenas de manzanas
recogidas en un paraje llamado Huechún Huechún.
Temen ser atacados
Seguramente tuvieron dos razones para presentarse a Villarino, porque uno de los hjos había
muerto el día anterior al cac. Guchumpilqui, Además temían que los aucas chilenos iban a tomar
venganza y estaban enojadísimos, porque los españoles (amigos de Chulilaquín) querían ocupar la
Isla Choele Choel. Otro día, Chulilaquín volvió con su mujer a las barcas ancladas, solicitando con
pesada insistencia aguardiente y tabaco. En esa oportunidad, el cacique contó que hacia el oeste, en
el camino a Valdivia, vivían sus enemigos más malos, los aucas. Porque su hijo había muerto al
cacique Guchumpilqui, el 17 de Marzo pasado, cuando vino a pedir su colaboración para exterminar
a los españoles, esos aucas habían jurado venganza. Chulilaquín volvió al barco vestido con
galones y luciendo su hermoso bastón de mando, diciendo que sus temores se habían aumentado,
porque el cacique Francisco (hermano de Chanel) había alborotado a muchos aucas y que éstos en
número muy grande iban a atacarlo; que incluso habían pedido ayuda a los pehuenches. Por esto,
venía a solicitar amparo. Al otro día, el 20 de Abril, convocó un gran parlamento al que asistió
también B. Villarino, quien supo tranquilizarlos. Por mayor seguridad se atrincheraron; hicieron una
empalizada con sauces y metieron sus toldos dentro del recinto. Cada media legua había un
centinela indio apostado con caballo atado. Más tarde se vio que los aucas habían recibido noticias
de esta alianza de Chulilaquín con el piloto Villarino y sus españoles y desistieron por el momento a
molestarlos.
El 21 de Abril, Villarino pudo asistir a la fiesta de nubilidad que hacían a una nieta del
cacique por haber entrado en pubertad (15 años, más o menos). Los exploradores de Carmen de
Patagones llegaron el 24 al Cerro de la Imperial, donde conocieron al abuelo del cacique
Chulilaquín. Como tardaban en volver, B. Villarino temió por sus vidas y amenazó a Chulilaquín
que, si sus parientes hubiesen sido muertos, los exterminaría a todos, e hizo apostar cañones y
fusiles en la cubierta del barco. El cacique, aterrorizado, prometió las más amplias seguridades. En
cambio, cuando le pidieron que alguien llevase un mensaje a Valdivia, que estaba a tres jornadas,
nadie quiso ir. Esta era la plaza del mercado para los aucas y pehuenches.
El 26 de Abril, Villarino advirtió al cacique que pronto partirían del lugar; entonces el
cacique imploró al jefe español que se quedara unos días más con ellos, hasta tanto su hijo curara y
pudiese cabalgar. Luego partirían todos juntos, aguas abajo. Pero el 3 de Mayo, el piloto español
decidió regresar. Chulilaquín le imploró nuevamente que no lo abandonaran, pues los aucas habían
jurado darle muerte y le nombró hasta 27 caciques enemigos (Diario de Villarino en Col. de
Angelis, p. 580s.). El día 4 de Mayo se despidió del cacique al que poco faltó para llorar.
Viedma criticó a Villarino a su regreso, porque "no había aprovechado el vigor que pudiera
darle para adquirir mucha gloria, haciendo un particular servicio al Rey, con aprovechar su
política..."
Chulilaquín se salvó en 1783 de dos enemigos suyos, de los aucas y de su pariente, el
cacique Negro (Chanel). Su vecino, en cambio, el cacique Negro, murió en 1787 asesinado por un
cacique chileno. (Fonk: Fray F. Méndez, p. 129; y Raone: Fortines, I, p. 307)
En 1794 el misionero fray Francisco Méndez y el capitán Nicolás López expedicionaron por
el Río Negro, porque buscaban la Ciudad de los Césares. Los indios de Chulilaquín a tropeles
360
querían impedirles el paso. Pero luego entraron en amistosa conversación. El cacique opinó que
Carmen de Patagones podría ser esa misteriosa ciudad fantasmagórica.
En 1794, el capitán Joaquín Sánchez organizó otra expedición hasta el lago Nahuel Huapí.
En su Diario narra que el cacique Chulilaquín le había enviado una carta diciéndole que eran
amigos y que iría a verlo. (AGN. S. IX, 16-410)
Su amistad con los españoles era constante y sincera. En 1806 se ofreció junto con el
cacique Llampilcó y los pampas para luchar contra los invasores ingleses (V. Zerdá: Los indios y las
invasiones inglesas, 1934, p. 63). El cacique Llampilcó (cacique Negro II) vivió más tarde más al
norte, y Chulilaquín le obedecía, por una suerte de pacto.
El exdictador chileno J. M. Carrera convulsionó, en 1820, a muchísimas tribus argentinas,
llevándolos a expediciones vandálicas. Entre sus anotaciones privadas se halló una lista de tribus
adictas suyas. El cuarto grupo estaba formado por los huilliches del cacique gobernador Chulaqui
con 4.000 indios, ubicado en Lochento. Sus subditos enumerados eran: Güerenamún, en Lilqué;
Joaquín Pan, al otro lado de Curu Malal y Achahuentrú, en Molec. (Comando General del Ejército:
ob, cit. IILp.205)
PAZ Y CON ROSAS
Esa unión duró poco, porque Chulilaquín aceptó, en 1822, la propuesta de paz que se le
ofreció en Tandil en nombre del gobierno bonaerense. Este cacique se presentó para el parlamento
el 28 de Abril de ese año con la columna de tehuelches al mando de los caciques Llampilcó,
Camilié, Sebastián y Napólo y 420 hombres (Diario de P.A. García, en De Angelis IV, 1823, p.
138). A García le llamaba la atención la alta estatura del cacique Chulilaquín y cómo se
mantuviesen aislados de los pampas, dueños del lugar. Quizás los consideraban usurpadores de sus
propias tierras o las de sus antepasados.
En Febrero de 1825 Chulilaquín fue favorecido por Rosas y recibió sueldos por el tratado
de paz. El encargado pagador visitó sus toldos (12) y los de Canileo (7) y de Maciel (4). (AGN.
S.VII, Biedma)
En 1827 lo buscó el coronel F. Rauch para su segunda expedición contra las tolderías de las
sierras bonaerenses. En su relación del 10 de Enero de 1827 agrega la lista de los caciques amigos
que lo habían acompañado con 900 indios y le habían permitido escarmentar con éxito a sus
enemigos: eran los caciques Negro, Chañil, Cheñil, Chulilaquini, Lucané, Miguillé, Felipe, Tetruel,
Tandelí, Yaguán, Guayle, Guoluén y 6 pampas (AGN. S.X, 14-6-1).
Uno de los últimos testigos que ha conocido al cacique "Churlaquín" fue el explorador
francés D'0rbigny. En su libro Viaje a la América Meridional, 1826-1833 (ed. trad. 1945), lo ubica
entre patagones y araucanos. Habla de su lengua y de sus costumbres. Presenció un baile-rogativa
alrededor de una línea de lanzas plantadas en tierra. También R. Grasserie publicó un vocabulario
"pehuelche" que era de la tribu de Chulilaquín, en: Contribution a 1'étude des langues de la
Patagonie (en Actas del Congreso Internacional de Americanistas 12°, París, 1902).
Ciertamente, el cacique Chulilaquín era un personaje interesante; de su vida nos han
quedado muchos testimonios, aunque no llegan a satisfacer todas nuestras curiosidades. La última
noticia de él es de 1833. El 18 de Junio de ese año llegó el cacique boroga J. Melín a visitar y
consultar a J. M. de Rosas. Este le dijo que mandase al cacique Chulilaquín a hablar con Niquinillé
por Chocorí, que estaba a seis leguas, Napostá arriba (AGN. X.VI1.11-2-6). No sabemos ni cuándo
ni cómo murió Chulilaquín.
CHULICO, 1600, cac. comechingón de Lalospies, Río IIIº, Córd.; encomendado de Avila
(79)
CHULAYO, 1590, cac. comechingón de Guayama Sacat, Tulián cabiche, Córdoba,
encomendado de Gallegoa (Montes p. 57)
CHULUMÁN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Quipocho Sacat, Conchuluca,
Córdoba; encomendado de Tejada (Montes 56)
CHUPULIS, 1575, cac comechingón de Chupulisquin, Mogotes, Córdoba; encomendado de
L. Correa (Montes 68)
361
Chuque (quizás Cheuque), 1714, cac. puelche pampa del Río Sauces que maloneaba hasta
el Valle de Jaura y Agua Dulce de Mendoza. (Quizás es pariente de Cheuque Guala (AGN IX 1-4-
2 ; 11. 1. 1778)
CHUMIANTE, cac. serrano, 1781 estaba con el cacique mayor Lorenzo Calpisqui.
CHUMIQUE, 1859, era un gaucho desertor, que se llamaba con su verdadero nombre Félix
Villarreal. Por su corraje llegó a ser capitanejo entre los indios. Participó en el malón contra Bahía
Blanca, el 19 de Mayo de 1859. Pero viendo el desastre causado, quiso separarse de los indios y
éstos entonces lo lancearon. (D. Pronsato: Luz de mi tierra p.87)
CHUTI NAURE, 1573, cac. comechingón de Chuti Gualante, Cordoba; encomendado de
Villegas (Monte p.78)
CHITMA PIPILI, 1594, cac. comechingón de Nasi Paca, Córdoba,; encomendado de Las
Casas (Montes 69)
CHUTO, 1573, cac. comechingón de Huma, Vasle de Soto, Córdoba; encomendado de
Tejeda (Montes p. 58)
CHUYANTUYA ver Chehuentuya de la Reducción Jesuítica de los pampas en Pilar (1748)

DAMUYO,1870, capitanejo phuenche de la margen derecha del Río Barrancas, Mendoza


DAYCHACO (ver Yay choco) 1770, según Falkner, uno de los tehuelches o serranos.
Sobrevivió a la peste de viruela como Seijechú (Moncaut, Ranchos, 2006 p. 32)
DECIUMPEN, alias Orucutaguae, prob. cac. guaraní, 1582, del distrito de Buenos Aires,
porque había sido trasplantado por Juan de Garay y fue incluído en las encomiendas de Rodrigo
Ortiz de Zárate (según Lehmann Nitsche, 1930 p. 283 Nº 32)
DEDUÉ, 1825, cac. pampa que con Enequila llegó a hacer la paz con Rosas en nombre del
cac. principal Ancafilú (AGN S,VII Biedma 10-4-14)
DEGUNCI, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires, por el reparto de Juan de
Garay; fue encomendado de Miguel Gómez al Noreste de Buenos Aires.
DEIQUI, José Antonio, cac. comechingón cerca de Córdoba. En ese año solicitó la escritura
de su tierra, vecina de la ciudad. El terreno fue medido, pero el proceso suscitado contra él,
suspendió la entrega del título. (Bol. Inst. Hist. Arg.BA. XV p. 119 y AGN Gob. Colonial, Interior,
Leg. 41, exped. 1005)
DELAJAN ( quizás Luján), 1582, cac. de nación Chanás, trasplantado al distrito de Buenos
Aires; encomendado al licenciado Encinas (A.Presas: Luján y Sumampa p.27)
DELETAY, don Nicolás, 1690, cac. principal de Mendoza; encomendado de Pedro Correas.
El tenía entonces unos 40 años. Su mujer se llamaba Pascuaza; su hijo mayor, Ignacio. (Arch.
Mend. Carp. 29 doc. 5)
DERDIÁN, 1582, cac. de la nación Chanás, trasplantado al distrito de Buenos Aires por
Juan de Garay y encomendado de Cristóbal Figueredo.
DETUELLA (prob. Detruel-ya), 1678, uno de los caciques apresados en la Pampa y
empadronado por el Gobernador A. Robles en 1678 (Docum. Históricos y Geográficos ed. Peusser,
Bs.As. 1941 p. 313)
DEUUPUTRUR, 1847, cac. araucano chileno que con sus indios “anualmente viernen a
invadir en nombre del cac. Zúñiga y comercia su producto de malón en Penco (Concepción) (Arch.
Mend. 24.1. 1847)
DEVANU, 1752, cac. “ladino” de Tierra Adentro (Arch Gral. Ind. 61 Charcas 221)
DIAMANTE, Francisco, 1890, cac. puelche de unos 120 años del Río Negro. Durante la
Conquista del Desierto, el Gral. Ortega lo ha llevado entre los prisioneros hasta el campo de
concentración de Rodeo del Medio, donde había enfermos de viruela. Su buena salud le ha
permitido sobrevivir. (C. Rusconi obtuvo la información de su hija)
DIANO, 1579, cac. Comechingón del Río Vº en el pueblo Ayaton; empadronado por Abreu.
DÍAZ, Francisco o Pancho, 1875, capitanejo pampa, hijo del cac. Manuel Grande y fue su
secretario. Es probable que haya recibido formación en una escuela de Buenos Aires. Con su padre
vivió la muy variada historia tanto en Azul, en prisión, en Salinas Grandes etc. Véase la nota sobre
362
Manuel Grande. El 3 de Mayo de 1875 fue comisionado para lograr la propuesta de paz en un
tratado que garantizara sus vidas.
DÍAZ, Manuel, 1874, caciquilla pampa con una pequeña tribu. Era el hijo mayor del cac.
Manuel Grande, así hermano del cac, Pancho Díaz. Su agitada vida se describe en la nota
biográfica del cac. Manuel Grande (1790 – 1881). Con Calfucurá; con Juan Catriel 1859;
favorecido por el Cnel. Rivas y Conesa. “A los hijos de Manuel Grande y Chipitruz les dieron el
título de capitanejos honorarios con sueldo y uniforme; atacados en la la batalla de la Laguna de
Burgos por el Cnel Elía y Ciprianop Catriel, 1870. Mientras que 500 se presentaron al Jefe de la
Frontera Oeste y fueron apresado por él, el hijo del cac. Manuel Grande, “Manuel Díaz que tenía
fama de ser audaz y unos 50 indios más, se presentaron a pobladores amigos para que los
protegieran. Pero el Cnel. Elía los reclamaba. “ Su padre que había sido herido fue confinado en la
prisión de Martín García, pero luego por una heróica defensa de los oficiales fue dado en libertad y
buscó asilo en la Tribu de Coliqueo en 1873, pero el Cnel. Hilario Lagos los separó y los llevó al
Fuerte Gral. Paz y nuevamente lo hizo de nuevo el Cnel. Borges. Allí sufrieron hambre y malos
tratos.
1874 Manuel Díaz se independizó de la tribu de su padre (AEM 26.3.74). En marzo de ese
año le fueron entregdos algunos indios que habían estado presos en el “Cuartel de Depósitos”. 1875
figura como Sargento Mayor y cacique de la tribu amiga, ubicada a las puertas del Fuerte Gral. Paz
(Part. Carlos Casares). Allí los visitó el celoso misionero P. Pablo Emilio Savino, encargado de la
Tribu de Coliqueo en Los Toldos (Part. de Gral Viamonte) ver Hux: Coliqueo el Indio Amigo de
Los Toldos 3ª ed. p. 210.
Este encontró a los indios del cac. M. Díaz en un estado que no podía ser más lamentable.
Sufrían hambre y la terrible viruela (carta del 25.7.76). El cacique había reclamado sus sueldos y los
de sus indios en servicio militar y las racioens para sus familias. En el voluminoso libro de la
Comisión Investigadora de las tierras de la tribu de Coliqueo hay unas largas listas de oficiales y
soldados militarizados y otra de las mujeres y niños. Animado, probalemente por el sacerdote Pablo
E. Savino, el cacique dirigió una urgente carta al Sr. Arzobispo Dn. Federico Aneiros, pidiendo
protección para sus 300 indios hambrientos y sus familias. “No se nos da sino una res flaca por dia;
esto es ponernos en caso de dar motivo para que hablen de nosotros…(no querían ser ladrones)”.
Luego le pide al prelado que presentase el relato de su situación al Sr. Ministro de Guerra (L.
Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios, ed. 1945 p. 212)
Un mes más tarde, se decía en las crónicas periodísticas que los indios del cac. Manuel Díaz
se habían sublevado. En realidad fueron atacados por un malón que vino particularmente contra el
Fuerte Gral Paz y contra la Tribu de Coliqueo. Querían defenderse y solicitaron protección de la
tropa del Fuerte. Pero de allí escopetearon contra ellos y no les cupo otra alternativa que entregarse
a los maloneros. Eran los indios de Namuncurá y de Pincén que los llevaron en calidad de
prisioneros. Como los dejaron marchar con bastante libertad, muchos se les escaparon y se
presentaron en el Fuete Gral. Belgrano. De allí los llevaron con las tropas expedicionarias que
avanzaban hacia Carhué.
1877 el cac. Manuel Díaz estuvo de nuevo preso, ahora prisionero de las tropas nacionales
que lo llevaron a los Cuarteles de Retiro (AEM doc. 7907: 1.9.77). Durante el avance de la
Conquista del Desierto organizado por el Gral. Julio A. Roca, acompañó su columna y luego lo
dejaron con otros indios reducidos en el Sur. En Viedma fue bautizado y contrajo matrimonio
religioso con su mujer Manuela. (AEM doc. 8181: 9.9.80)
Cuando aun estaban en el vecindario del Fuerte Gral Paz, fueron bautizados dos sobrinos de
su familia ; en 1871 en la capilla de Nueve de Julio: María Catalina Díaz, nacida en enero de 1866 y
bautizada 1871 (Libro de Bautismo Nº 1 y Manuel Díaz, nacido en enero de 1867 en el Fuerte de
Gral Paz y bautizado en 9 de Julio el mismo día, como dice el Lib. De Bautismos Nº 1 foj. 113 y lo
notable es que el padrino era Simón Coliqueo quien sería el último cacique de la Tribu de Coliqueo
en Los Toldos. Como dije, Manuel Díaz y su esposa fueron bautizados en 1880 en Viedma. Tengo
un ensayo genealógico de la estirpe del cac. Manuel Díaz basado en las anotaciones en Los Toldos,
pues seguían y siguen viviendo descendientes en este vecindario. Se conservan largas listas del
censo de los miembros de la tribu de Manuel Grande (AEM doc. 7907 y otros en Comisión
363
Investigadora de la tierra de la Tribu de Coliqueo , La Plata 1940. Enumero sólo los capitnejos de
1875: Cac. Principal :Manuel Grande ; capitanejos 1. Pancho Díaz; 2. José Andrés; 3. Juan Rufino;
4 Manuel Gavilán; 5. Vicente Díaz; 6. Manuel Díaz; 7. José Lozano; 8. Juan Marin; 9. Guenuán; 10.
Mariano Ramírez; 11 Martín Antipán; 12. José Salas; 13. Manuel Chico; 14 Manuel Fernández; 15
Gerónimo Curufil; 16, José Antonio; 17. Pinás; 18. Juan Díaz y 19 Luis Platero.

DÍAZ, Vicente era otro hijo del cac. Manuel Grande y figura (por poco tiempo) como
capitanejo militarizado..
DÍAZ, Manuel, 1863, cac. de San Javier (Proc. De Santa Fé), era chaqueño que amagaba las
fronteras más al Sur, como lo sabemos por comunicaciones del Cnel. M. Charras de Junín (AEM :
23.7.63). No paece que haya pertenecido a la familia ya reseñada. El apellido, como en los casos
anteriores es epañol.
DIELMI, 1820, cac. pampa, -creo-, quien en noviembre de ese año llegó a Navarro para
avisar que las hordas de J.M. Carreras vendrían en malón, pues se reunían en la laguna del Monte y
que tomarían el camino de las expediciones a Salinas Grandes (Comando Gral del Ejército, ob. cit.
III. P. 197)
DIEMPUMI, Juan ( o Campú mi), capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo (Raninqueo).
Esta, en 1862,llegó a las lagunas de Junín y se incorporó los restos de la tribu de Llanquelén, lo que
dio lugar a enfrentasmientos. Por eso Juan Diumpumí fue enviado en comisión ante el Jefe de la
frontera, Cnel. Julio de Vedia que estacionaba en Bragado. Le pidió en nombre de su cacique
carabinas y tiros para someter y castigar a esa parte de la tribu que se había sublevado. Como no
hallamos más documentación de él (a no ser que tuviera también otro nombre) podemos suponer
que fue muerto en ese tiempo..
DOENOYAHAL, José o Dunoyal, J., 1747, figura como cacique entre los puelches serranos
o pampa serranos; diuhet, según el Padre Falkner o Lozano. Ese año, los Padres Jesuitas iniciaron
una misión para los indios del Sur de Buenos Aires, con el nombre de Misión de Nuestra Señora
del Pilar. El cac. Doenoyahal se integró entonces con gran parte de su tribu. El 1º de enero de 1751
se estableció en el pueblo nuevo indígena el primer cabildo. José Doenoyahal fue designado
corregidor de la población; Ignacio Olán y Francisco Chacahuac eran alcaldes, Tomás Yemehuech
era alférez real y hubo también cuatro regidores. Debido a los feroces ataques del cac. Cangapol y
sus indios, en respuesta a injusticias sufridas de parte de los españoles, esta Misión y otras dos más
tuvieron que abandonarse. Y no hubo más noticias de los indios fieles de la Reducción. (G.Furlong:
Los Indios Pampas, Puelches y Patagones, 1936 y el P. Sánchez Labrador ed. 1960 y mi nota
biográfica sobre Cangapol)
DEKOTEK (o Doquetec), 1775, “cacique entre la nación pampa”, figura en el mapa de
Cano y Olmedilla (ver Lehmann Nitsche 1930, p. 282 Nº 32)
DOLORES, José, 1879, cac. picunche del Neuquén.
DOMINÍ,, 1859, cac. salinero quien envió al capitanejo Finacú al Azul. (Dudo que este
nombre haya sido su nombre corriente) Capdevilla: Rosas y Belgrano, 1973 p. 103)
DOMINGO, José, 1879, cac. huilliche al Norte del Río Limay quien huía de la persecución
de las tropas de la Conquista (Olascoaga 1930 I. p. 139)
DONDEAO es Rondeao
DONGUIL, 1819, cac. huilliche chileno de Pitrufquén (T. Guevara 1910 p. 90)
DON JUAN ver cacique Juan (el don a veces es sinónimo de cacique)
DORAHÉ, Juan José, 1879, cac. huilliche quien entonces tenía su toldería al Norte del Río
Limay, cundo lo sorprendió el Capitán José U. Fernández, el 2 de febrero de ese año. Fue una
víctima como tantos de la Conquista del Desierto (Olascoaga 1930 I. p. 139)
DUGUE GUALA o Dugi Huala, 1671, vice toqui araucano de Aylla-curi-che en Maquehua.
Fue atacado por los españoles en el Río Aillipén; le hicieron gran mortandad entre sus indios y
capturaron a tres caciques, a Clentarú, a Lupitarú y a él y los colgaron en la horca. (Gay: Historia
1847 III p. 268)
DUGUI HALA, 1762, cac. Huilliche chileno quien en el gran parlamento de Nacimiento
ese año, se opuso, como Curiñamcu, que se establecieran Reducciones en sus tierras y por eso los
364
tomaron presos. Por instancias del cac, Llanca huenu fueron liberados; pero luego prepararon una
turbulencia. Incendiaron muchos trabajos de los misioneros después del levantamiento en Navidad
de 1766 (Noggler: 400 años Misión en la Araucanía – escrito en castellano, ed. en Temuco 1982)
Dugulef, 1820, cac. chileno del bando de los patriotas, compañero de los caciques Colipí y
Coñuepán. (T.Guevara, 1910 p. 134) ETIMOL: “Habla ligero (lef)
DUGUI NAM, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P. Donati)
DULCHEBES, 1582, cac. de “nación Caltis”, trasladado al distrito de Buenos Aires y
encomendado por J. de Garay a Sebastián Balle.
DUMONCÁN, 1824, cac. Gobernador de Chile, Su hijo, José Painemilla aconsejó al cac.
Mariluán que hiciese término a la Guerra a Muerte, proponiendo al Gobierno chileno la paz (T.
Guevara 1910, p. 351) (Ver Mariluán)
DUMOLEO, 1820, cac. chileno del partido patriota, aliado en la Guerra de la
Independencia con los caciques pehuenches. Luchó con Ancapí y Paillamilla en Huequén
(T.Guevara 1910 p. 124)
DUMUY, 1852, caciquillo salinero que por intermedio del capitanejo Lefiñancú recibió
obsequios de Rosas en Bahía Blanca, poco antes de darse la batalla de Caseros (AGN 7.1.1852)
DUQUINAO, 1864, capitanejo ranquel de la escolta de Mariano Rosas (Quizás Dugui
Nam)
DURETE, es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas de la Provincia de Neuquén,
cuya reserva fue reconocida por decreto de 1964.

ECHAGNERR, o Echaguer, 1879, capitanejo ranquel del cac. Lemor que estaba huyendo
de la persecución de las tropas de la Conquista. Fueron alcanzados y atacados en la laguna Remecó
(26.1.79) por el Mayor Monteagudo y el Regimiento 6º. Echagnerr y 61 indios con 153 de la
chusma cayeron prisioneros, mientras que el cacique Lemor y unos 27 indios murieron en el recio
combate. (Memoria de Guerra 1879 p. 225) ETIMOL: Echa: creo que es Vuta (gran o viejo) ;
gnerr: zorro.
ECHA MAR, 1879, capitanejo pehuenche que durante la Conquista del Desierto fue
capturado por las fuerzas del Mayor Herrera (Olascoaga I. p. 135) ETIMOL: Gran liebre (mará)
ECHANTE, 1564, cac. pehuenche de Paraguaya, cerca del Valle de Jauría (Mendoza);
encomendado de Diego de Velasco (J.T. Medina TomoXV) ETIMOL: Gran Sol
EGLANZ, (seguramente mal escrito) 1833, cac. ranquel que actuó con Llanquetruz (IIº) en
la batalla de las Acollaradas (16. 3. 33) Fueron vencidos por la División del Centro de Huídobro.
EJUI TRIPAY, 1845, capitanejo huilliche del cac. Cheuqueta, Decía ser primo de éste. Ese
año se presentó en Azul para recibir racionamientos.
ELÁN ver Ilán
ELIMA u Olima, 1564, cac. pehuenche de Colata; encomendado de Velasco (J. T. Medina
1901)
ELYL, cac. tunuyán (?) que vivía próximo al Tunuyán (Mendoza); encomendado de Coria
Bohórquez (Cabrera: Aborígenes del país de Cuyo p. 265)
EMI GUAN ver Evi Guán
ENA, 1806, capitanejo ranquel del cac. Carripilún y su pariente. De él escribe Luis de la
Cruz en su Diario. Vivía, dice, en Guentecán, al Este de Güiguanca. Una de sus mujeres era cautiva
criolla de Antuco; se llamaba Petrona Martínez. (De Angelis I p. 240).
ELAO, cac ranquel en Leuco (creo en Leuvucó). 1837 llegó hasta su toldería la Expedición
del Cnel Ramírez y de del Busto (Hux: Los Militares de la Comandancia de Bragado, 2005 ; del
Busto)

ENEF HUEQUE, 1824, cac. araucano chileno, hijo de Paillahueque (T.Guevara 1910 cap
IX)
ENEQUILLE, 1825, cac. pampa. Estuvo enfrentado con el Gobernador de Buenos Aires
con los caciques Catrepán y Pichiloncoy (AGN Biedma VII 10- 4 – 14) Vivía cerca del río
Colorado.
365
ENTREQUÉN o Entrinquén, 1806, capitanejo ranquel o pampa a quien De la Cruz
encontró cerca de Salinas Grandes, cuando arreaba 1500 animales. Era hermano del cac.
Mariñancú.
ETIMOL: Quen: ser, Entrín: débil
ENTE NAN, 1810, cac. ranquel a quien llegó a conocer el Cnel. Pedro A. García durante su
expedición a Salinas Grandes En su diario dice que éste era perverso “Ñandú hambriento”
EPÍ NAO, 1801, cac. pehuenche que visitó con otros caciques las autoridades de Mendoza
(Arch. Mend.) ETIMOL: Epú: dos y nao: tigres
EPÚ ÁN, caciquillo ranquel. 1819 llegó de Chile el cac. Negro a lo de Curritripay invitando
a los ranqueles a invadir. En Diciembre de 1822 concurrió al parlamento de paz al pie de la Sierra
de Tandil. También estuvo en el parlmento de Laguna del Guanaco 1825 convocado por los
hermanos Oyuelas (AGN X. 27-7-6) Con Millán y Güenín es el primero de la lista de 40 caciques,
lo que podría indicar que tuvo mucha importancia. También el 19 de Nov. de 1831 figura en otra
lista de 30 caciques que se habían congregado para parlamentar con J.M. de Rosas en Tandil.
(AGN. Biedma S. VII. 10-4-14) ETIMOL: Epú:2 y äntü: soles
EPUAR, 1864, cac. huilliche, padre del cac. Ignacio Blanquillo y sobrino de Quintrel. Vivía
en dependencia de Juan Calfucurá. (AEM. 29.9.64)
EPU CAL. 1787, caciquillo pehuenche del cac. Roco quien residía sobre el Río Diamante
(San Rafael, Mendoza) (Arch Mend. doc. 37 Lista de Roco) ETIM: “dos águilas”
EPU CHAIN, 1879, capitanejo ranquel. Lo encontraron los expedicionarios del desierto en
el Río Chadileufú (La Pampa) (Olascoaga 1930 II p. 19)
EPU(H)ELO ChARABA, 1573, cac. comechingón de Cara Sacat, Córdoba; encomendado
de Mejía (Montes p.85)
EPUEQUE o Epu hueque, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita que figura en
el tratado de paz. El Cnel. Baigorria lo nombra también en su libro famoso “Memorias” ETIM:
“dos llamas”
EPUGNERE,1790, cac ranquel (creo) quien, como un cac. Payné figura en el tratado de paz
del cac. Lorenzo Calpisquis (AGN IX. 24-1-6)
EPUMUR
EPUMUR (alteración de Epugner): 1794. cacique araucano. Según dice el coronel Pedro A.
García en su Diario de 1810, lo conoció en Salinas Grandes y averiguó que era oriundo de Valdivia
y decía ser descendiente del gran cacique Colo Colo. Actuó en nuestra pampa junto con sus
hermanos Victoriano y Quinteleo. Documentalmente aparece por primera vez en 1794 en el sur
mendocino, como uno de los 12 caciques chilenos en la Argentina (Arch. Mend. Doc. 9). En 1800
lo buscaron en Cabeza del Buey (Bolívar), pero el jefe de la frontera tuvo que informar que no
había encontrado a los indios de Epumur "mis antiguos amigos" (AGN. S. IX. 1-4-2). Al año
siguiente estuvo de nuevo en buenas relaciones, (ib. 1-4-6: Monte 6.8.01) En oportunidad de la
primera invasión inglesa demostró nuevamente su amistad hacia el gobierno de Buenos Aires; el 15
de Septiembre ofreció con los caciques pampas su colaboración para luchar contra "los colorados".
El 29 de Diciembre, el mismo cacique Epumur, se presentó en compañía de los caciques Erepuente
y Turuñanque en el Cabildo de Buenos Aires, ofreciendo de nuevo su ayuda, diciendo que tenían
7.000 indios en Tapalquén, listos para actuar contra los ingleses. Epumur decía que podía ofrecer
2.870 indios guerreros armados de lanza, bolas y coletos de cuero, que estaban acampados en el
paraje, llamado Cabeza de Buey (Acta del Exmo. Cabildo de Bs. As. Serie IV, Tom. II. p. 102 y W.
Zerda, 1934: Los indios y las invasiones inglesas, p. 63). Se les agasajó agradeciendo su amistad.
Durante la expedición del coronel Pedro A. García, llevada a cabo con gran aparato a
Salinas Grandes, en 1810, Epumur tuvo contactos amistosos con él y su tropa. García dice de él en
su Diario (De Angelis III, p. 228) que era un buen viejo, juicioso y que tenía cierta viveza en los
ojos y un rostro venerable. Pero se puso en aprietos, cuando el 1° de Noviembre vino a pedir al
coronel García que le prestara 30 soldados para que pudiera vengar un agravio. Por supuesto, se los
negó. Más tarde, el cacique se disculpó por la molestia. El y sus hermanos, los caciques Quinteleu y
Victoriano, con Carripilún, Quidulef, Quilán, Paillantur, Lincón, Mecal y Turuñán aceptaron la
propuesta de un tratado de paz. Epumur defendió al coronel contra algunos caciques inquietos. Y
366
viendo que el Cnel. García regresaba con dificultades, Epumur le envió una escolta y baqueanos
para que los condujeran de aguada en aguada.
Desde entonces, Epumur mantuvo relaciones amistosas con el gobierno y el Cabildo de
Buenos Aires. En 1811 envió a su hijo, el cacique Evinguán., a presentarse al Sr. Presidente del
Triunvirato. La entrevista tuvo lugar el 5 de Oct. de 1811. ( Walther, Jn.: Conquista del Desierto, ed.
1864 p. 174). Tres meses más tarde, (el 17de Enero de 1812),el viejo cacique fue presentado en el
Cabildo por el coronel García y con los caciques Seiman (Raiman) y Cayengen (Cayuqueu). Decía
que tenía sus toldos cerca de Salinas Grandes. El triunviro F. Chiclana los recibió afablemente. En
mayo del mismo año vino su hermano Quinteleo a presentarse en Buenos Aires ante el mismo
Cabildo. El 13 de Febrero del siguiente año volvió el hijo de Epumur con tres acompañantes y su
lenguaraz. Trataron la cuestión de cómo adelantar las fronteras y poblar la llanura (Comandancia
General del Ejército, ob. cit. I. p. 448). Eviguán ofreció, por encargo de su padre, armas, gente y
caballos para cualquier acontecimiento en que quisiesen utilizarlos en defensa de la causa patria.

En 1815, el general Francisco Xav. de Viana presentó el proyecto de nuevas fronteras,


fundamentando su proyecto en que contaría con la favorable colaboración de algunos caciques: de
Epumur y sus hijos, que vivían próximos a la laguna Cruz de Guerra (25 de Mayo), de Victorino,
situado entre la laguna de Salinas y Santa Isabel (a norte de Salinas) y de Quinteleo que habitaba a
orillas del Río Colorado, (ib. I.p.518).
En 1819 se internó en la pampa D. Feliciano Chiclana para renovar los tratados de paz y
conseguir el consentimiento del adelantamiento de la frontera. La inmigración de muchos chilenos
que escapaban de la Guerra a Muerte de su patria había traído nuevos problemas a nuestra pampa.
En un parlamento con los caciques ranqueles hizo entonces un tratado de paz con Carripilún,
Lienán, Paillarín. Quinchán y Millanamún. Esta paz fue muy turbada por la aparición del ex
dictador chileno José M. Carrera que aglutinó a muchas tribus y las llevó al saqueo y malón. En
Noviembre de 1820, Carrera mismo confeccionó una lista de los caciques adictos. Según ella, le
obedecían el cacique gobernador Panancio Coñuepán con los caciques Ancallanca y el cacique
Epumur (Epimir dice su escrito), situado en Iugu Lauquen (Comandancia Gral. del Ejército, ob. cit.
III, p. 205). Pero la actuación de Carrera no duró mucho en la pampa y Epumur volvió a renovar la
vieja amistad con el gobierno de Buenos Aires. En 1825 acudió al llamado de los hermanos Oyuela,
representantes del gobierno para hacer la paz en el sur de la provincia y de nuevo Epumur estuvo en
el parlamento de paz en Epecuén, el 25 de Abril de 1826 (AGN. S.X. 27-7-6). Luego desapareció su
nombre de la documentación, pero su historia se prolongó en la de su hijo y de sus hermanos.
Podemos considerar a Epumur como patrióta y amigo del gobierno de Buenos Aires.
(Etimología. Epu: dos: mur (gner): zorros.

EPUGNER (Epugner Rosas): 1814 - 1883, cacique ranquel.

1. Su aspecto
Epugner era un indio consciente de su ascendencia de caciques ranqueles, aunque es
probable que su sangre haya tenido alguna mezcla, porque el coronel Lucio V. Mansilla, buen
observador, que lo conoció en Leuvucó en 1870, lo describe: "Como de 40 años. bajo. gordo,
bastante blanco y rosado, ñato, de labios gruesos y pómulos protuberantes, lujoso en el vestir, que
parece tener sangre cristiana en las venas. ...Es el indio más temido entre los ranqueles por su valor,
por su audacia, por su demencia, cuando está beodo, que ha muerto a varios indios con su propia
mano, entre ellos a un hermano por parte de la madre. Finalmente dice que es generoso y
desprendido,. manso, estando bueno de cabeza, que, no estándolo, le pega una puñalada al más
pintado". (Mansilla: Una Excursión a los Indios Ranqueles, ed. 1890, p. 208. donde inserta también
un retrato o dibujo de él.) Roberto Capdevilla hizo un dibujo según el retrato o la descripción de
L.V.Mansilla. Roberto Landaburu lo publicó en “Estampas”, Venado Tuerto, 1987.
367
2. Su origen

Por la partida de bautismo, el que recibiera en 1879 en la isla Martín García, siendo
prisionero, sabemos que nació en Leuvucó, actual prov. de La Pampa, en el año 1814. como cuarto
hijo del cacique Paine Gner (Painé) que gobernó a los ranqueles desde 1837 hasta 1844: y que su
madre se llamaba Quilche. El clan de los Painé era numeroso. Entre ellos se destacaban los
hermanos de Epugner: Calvaín, Mariano, (conocido por Mariano Rosas). Menos conocidos son
Huenchugner,( el embajador). Melideo, Cheuquenao o Carriquenao, Coche. y su hermana
Guneigner. Muerto Painé, su padre, en 1844, Calvaín gobernó a los ranqueles hasta su trágica
muerte en 1858, pues fue víctima de su curiosidad, cuando halló los pertrechos bélicos que
abandonara la malograda expedición de Emilio Mitre. Entonces Mariano fue proclamado
gobernador sucesor y, creo, que condujo a los ranqueles con acierto hasta su muerte en 1877.
No he de explicitar aquí lo que ambos vivieron durante ese medio siglo, porque se relata en
la biografía del cacique Mariano Rosas.

3. Lo que cuenta el coronel Lucio V. Mansilla en 1870

En el capítulo 57 de su famoso libro, Mansilla nos cuenta:


"El toldo de Epumer distaba un cuarto de legua del de Mariano Rosas (sobre la laguna de
Ochoel). No hay indio más temido que Epumer: Es valiente en la guerra, terrible en la paz, cuando
está 'achumado'. El aguardiente lo pone demente. Sea adulón, sea verdad, todos dicen que, no
estando malo de la cabeza, es muy bueno. No tiene más que una mujer, cosa rara entre los indios, y
la quiere mucho. Vive bien y con lujo; todo el mundo llega a su casa y es bien recibido y
obsequiado; (yo) no habría hecho mejor agasajo. Me presentó a su mujer que se llamaba Quintiner;
sus hijas, que eran dos... estaban muy bonitas." [N.B. Esta información como otras de Mansilla no
son exactas. El ya citado acta de bautismo de Epugner de 1879, es decir, sólo 9 anos más tarde que
escribiera Mansilla, nos dice que el cacique estaba casado con Rosita Rupagurr de 40 años, oriunda
de Leufucó, hija de Lapitén y no recordaba el nombre de su padre. Otros documentos nombran
como esposa de Epugner a Painehuán y como hijos a Parciatrú, Mallín (mujer) y Mariguán].

4. Algunas acciones militares de Epugner

Todos los indios, pero mucho más los hijos de caciques, se ejercitaban asiduamente en el
manejo de las armas y en las estrategias de la guerra. Se hacían diestros para la caza y como
oradores de parlamentos. Recogí algunos episodios de la vida azarosa.del cacique Epugner.
Contaría unos 30 años de edad, cuando quiso desafiar al que sería el general Juan Saa., un valiente
puntano que vivía entonces refugiado entre los indios de la Pampa. Dice Nicolás Jofré en su
artículo: "El General Juan Saa, alias Lanza Seca, quiso enfrentarlo, por que le molestaba que un
cristiano refugiado en su aduar tuviera tanta fama. Montó, pues, su caballo de guerra y frente al
rancho de Saa gritaba, remolineando su lanza: "¡A ver: saliendo cristiano! ¡Sacando tu lanza,
cristiano Toro. Aquí está Epugner Rosas!" Paso por alto la novelada riña. Al fin, el puntano le
traspasó el muslo con un lanzazo certero y Epugner dio por perdida la pelea. al estilo de un torneo
medieval.
El coronel Manuel Baigorria fue su mejor amigo, y éste era el jefe del campamento de los
300 unitarios refugiados, en su mayoría puntanos. Los ranqueles se dejaron influir por las
aspiraciones políticas de estos unitarios. Epugner acompañólos en varias expediciones que tenían
tanto el carácter de malón como de acción política antirrosista. No por nada exigió Rosas la entrega
de la cabeza de Baigorria, si querían hacer un tratado de paz, ya desde 1840. Hicieron el tratado,
pero no aceptaron en absoluto esa condición; no iban a traicionar a un amigo.
Después de la caída de Rosas en la batalla de Caseros, el general Urquiza indultó al coronel
Manuel Baigorria y lo comprometió con el oficio de comandante general de la frontera sur de
368
Córdoba y por su amistad personal en la lucha contra los "porteños alzados". En vísperas de la
batalla de Cepeda (1859), Epugner engañó a su amigo Baigorria, "se hizo el zonzo", abandonó las
filas del ejército y se retiró con sus indios arreando hacienda que iban encontrando a su paso (M.
Hux: Coliqueo. 1980. p. 38). Coliqueo se mantuvo fiel.
Después del cambio de Presidente, Baigorria y sus indios amigos fueron puestos en un
aprieto (como lo explico en “Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos”) y se apartaron de los
hombres del Paraná, quienes no toleraban a esos unitarios. Estos se separaron"de los federales
traidores". El cacique Mariano Rosas y los indios de Epugner, en cambio, juraron fidelidad al
general Pedernera, a Derqui y a Urquiza, que se aprestaban para una nueva guerra civil. Epugner
era entre los indios ranqueles considerado como generalísimo, porque Mariano Rosas, fiel a su
juramento de juventud, no quiso guerrear ni malonear contra los cristianos. Con muchas objeciones
había aceptado la jefatura y el cacicazgo de su hermano difunto Calvaín ( en 1858).
Epugner hostilizó a la tribu de Coliqueo, cuando ésta en 1861 fue a poblar un campo en la
provincia de Buenos Aires (Hux. ib. p. 71). Estos acompañaron en Pavón (1861) el ejército de Mitre
y en gran parte definieron la batalla. En noviembre del año siguiente, Epugner salió a saldar cuentas
con Coliqueo, maloneó con 1.200 lanceros en la zona próxima del campamento de éste, pues había
oído que iba a acompañar una expedición de tropas porteñas contra sus tierras ranquelinas.
Efectivamente, estaba formándose un proyecto de invadirlos por tres columnas. El coronel Julio de
Vedia.jefe general de esta operación, utilizó la ayuda de los baqueanos y fieles indios de Coliqueo y
llegó a la zona de las tolderías ranqueles, pero sin grandes sucesos. Ellos habían salido a malón y no
se produjeron enfrentamientos notables. Reinaba entonces una apremiante sequía. (Hux. ib. p. 75ss.)
La guerra civil había concluído y las guerrillas del Interior habían sido doblegadas. Los
ranqueles se habían unido en muchas oportunidades con estas guerrillas que actuaron en su
provincia. Se alistaban con banderas coloradas de los federales. En Enero de 1867 Epugner
participó en la Revolución del Cuyo con unos 500 indios: Se reunió con las tropas rebeldes de Juan
Saa. El 31 de Enero de 1867 atacaron al general Paunero en Río Cuarto (R. Yaben: Biografías
Militares, I, p. 153). Lucharon a fines de Marzo en Villa Mercedes contra las tropas del general
Arredondo. Y el lo de Abril de 1867 continuó esta lucha en la batalla de San Ignacio sobre el Río
Quinto. Epugner acompañó con 500 indios a los mil revolucionarios de los hermanos Saa y de Juan
de Dios Videla. Fueron arrollados y dispersados por las tropas nacionales (R. Yaben: Biografías
Militares. 1.789: y J. Sánchez: Efemérides militares I. p. 138). Pero el malón más notable fue el que
lanzó Epugner sobre la población de La Paz en Mendoza. C. Rusconi anota las reminiscencias de un
viejo mendocino, D. Ernesto Díaz Reynoso, que suena a leyenda, si no hubiese sido auténtica
verdad: "El 20 de Noviembre de 1868, el cacique Epugner con 300 indios y unos 100 montoneros
invadió la población y hasta la iglesia de La Paz. antes llamada Villa Vieja. Saquearon hasta la
Virgen del altar y se llevaron su manto como apreciado botín. En la finca de mi padre hicieron una
gran comilona, llevándose luego el arreo de miles de cabezas de ganado". (C. Rusconi, 1962 Tomo
IV. p. 150: Partes militares en Arch. Mend. 28.11.68 y Museo Hist. Nac. Nº 3990: 2.12.68).

Entretanto, su hermano, el cacique general Mariano Rosas, había entablado negociaciones


para llegar a un tratado de paz. El primero había sido sellado en 1865 con los buenos oficios del
coronel Manuel Baigorria (ver la biografía de Mariano Rosas). Estas operaciones en el Cuyo hacían
ver la necesidad de otro tratado. El jefe de la frontera en Río Cuarto, coronel Plácido López y el
misionero franciscano Padre Marcos Donati entraron en comunicación y correspondencias y hasta
el Presidente D. F. Sarmiento facultó al nombrado misionero para preparar los pasos para el tratado.
A fines de 1869 llegó a Río IVº el nuevo jefe de frontera, coronel Lucio V. Mansilla, quien puso
empeño para que se concluyera la gestión de un tratado de paz. A principio de 1870 lo tenía escrito
y aprobado por los emisarios del cacique Mariano Rosas. Quiso entonces recoger la aprobación de
los caciques y sus parlamentos efectuando para eso una bastante riesgosa "excursión a los
ranqueles" que describe en un libro que le diera merecida fama y a nosotros preciosos recuerdos y
descripciones. Véase lo que decía con más detalles en la biografía de Mariano Rosas. Al final, el
tratado no fue ratificado por el Congreso; Mansilla fue depuesto de sus funciones y “El Cuero”, la
369
zona de la invernada de los ranqueles, fue ocupada por tropas nacionales; la paz no fue ni creída, ni
realidad.
De nuevo salió Epugner al malón (16 de Noviembre de 1870). Mariano no estaba de
acuerdo y mandó que la hacienda robada se la restituyera. No obstante, el general Arredondo atacó
en Enero de 1872 las tolderías de Leuvucó, haciendo, en esos 15 días de su excursión muchas
bravuconadas. Mariano y sus indios las aguantaron, le hacían el vacío y se quedaron quietos hasta
que se les vinieron a unir viejos montoneros y contingentes de indios chilenos. Mariano Rosas
insistió en que había que buscar y vivir la paz; pero su hermano Epugner declaró que se había roto y
excitaba a sus indios para un nuevo malón. Contra ellos salieron dos columnas de tropas fronterizas:
desde Mendoza vino Arredondo con bastante tropa y, desde Río Cuarto, el coronel Antonio
Baigorria en expedición punitiva. Combatieron durante cinco días las huestes de Epugner
haciéndoles estragos hasta que se dispersaron. El Padre Donati recuerda en una carta la invasión en
el Departamento Silva (Arch. Río IVº, Doc. 180), algunos autores les atribuyen otra invasión
simultánea a la provincia de Buenos Aires, donde, en la Laguna La Picaza fueron rechazados por
tropas de Junín (Prov. de Bs. As.). Fue una época de graves acontecimientos en todas las fronteras
(pues habían regresado de la guerra del Paraguay los que ahora querían finalizar la Conquista del
Desierto). Y se produjo una sublevación general de las tribus araucanas de la llanura del Plata, bajo
la dirección del cacique Juan Calfucurá. Su acción culminante fue la batalla de San Carlos de
Bolívar, el 8 de Marzo de 1872 (Hux;M: Coliqueo, 1980 p. 137). Epugner era uno de los generales
indígenas; con sus 500 indios formaba la retaguardia. La batalla resultó a desfavor de los 5.000
indios que Calfucurá venía presentando en la batalla. Tuvieron que retroceder y. salvando sus
cuantiosos arreos, se dispersaron.
Mientras que Epugner estaba implicado en la guerra, su hermano Mariano Rosas adelantó
con sus reprsentantes la gestión por el tratado de paz definitivo. Si bien el general Arredondo y el
nuevo jefe de las fronteras del sur de Córdoba no lo vieron con agrado y ejecutaron otra expedición
punitiva combinada, "dándoles golpes y haciéndoles batidas con rigor" (AEM: 24.5.1872), el
gobierno permitió que los misioneros franciscanos terminaran la gestión y se internaran con debidas
credenciales. El 20 de Octubre de 1872 el parlamento de la mayoría de los jefes ranqueles ratificó el
nuevo tratado de paz (AEM: doc. 1346). y la aceptó el ministro de Guerra, firmándolo el Presidente
de la Nación, lo que obligaba tanto a los indios como al gobierno y el ejército, en principio durante
seis anos. El artículo 2º del texto (véase la biografía de Mariano Rosas) incluía también al cacique
Epugner, quien recibiría mensualmente cien pesos bolivianos, y un uniforme militar. Los padres
comisionados fueron T. Gallo y N. Alvarez. Parlamentaron primero con los caciques Baigorrita y
Epugner en el Médano Colorado (La Pampa) y recién después con el cacique Mariano Rosas, que
no iba a aceptarlo antes que los rebeldes jefes suyos lo hubiesen ratificado.

5. Epugner aquietado asume más responsabilidades

Desde 1872 Epugner mantenía correspodencia ininterrumpida con los padres misioneros.
Quería la paz. En cambio, los jefes de todas las fronteras interiores estaban ahora más empeñados
en la guerra de la conquista del desierto y estudiaban atentamente el modo “cómo hacer desaparecer
ese puñado de salvajes". Ya en Octubre de 1875, escribió Julio A. Roca al ministro Alsina que el
tratado de paz con los ranqueles resultaba muy caro al país; que había que dar por rotas las paces.
Antes que rompieran la marcha, en 1876, seis columnas del ejército preparadas por el ministro A.
Alsina para conquistar quince mil leguas de tierras, los indios del sur, que iban a ser los
directamente afectados, se sublevaron en diciembre de 1875 con la esperanza de diferir y anular el
proyecto. Los ranqueles se abstuvieron de intervenir. Epugner más bien avisó al general Arredondo
que se estaba preparando una invasión.
En el año 1877 se enfermó su hermano Mariano, y es conmovedor leer las cartas que
enviara a su amigo misionero, cuando se había producido la muerte del cacique general, ocurrida
el 18 de Agosto de 1877, expresándole sus sentimientos y proyectos. (doc. 769 del Archivo de los
Padres Franciscano en Río IVº)
“Leubucó, septiembre 4 de 1877
370
Al R.P Marcos Donati:
Mi reverendo padre y amigo: El objetivo de la presente es poner en su conocimiento que el
18 del próximo pasado tuvimos que lamentar la muerte del cacique general, ocurrida el 18
de agosto de 1877.
Mi padre hoy soy yo quien lo represento y para el efecto he tenido a bien reunir a todos mis
capitanejos y decirles : Señores, ha muerto mi hermano; pero soy yo quien lo va a
representar. Y yo no pienso perder la paz por nada y es preciso que me ayuden a quedar bien.
Mi Padre, yo estoy dispuesto a cumplir con la paz y si mis capitanes no me ayudasen,
entonces tomaré las medidas que me convengan. Usted sabe que yo no tengo ese corazón
que tenía mi hermano.
Mi padre, yo he de hacer cumplir. No crea que por materia de tres o cuatro diablos yo he de
quedar mal; no, mi amigo.
También quiero decirle otra csa: que pienso mandar a mi sobrino a Buenos Aires. No sé
cuándo será; pero es preciso que me ayude en lo que sea posible.
Es cuanto se le ofrece a este su amigo y mi señor Epumer Rosas”

En Octubre volvió a escribir al misionero (doc. 80 de Río IVº) diciéndole: ..."Yo pienso solo
en conservar la paz. Tengo presente que mi hermano Mariano Rosas, un día antes de morir, me
aconsejó que siguiese en paz, haciéndome presente que me dejaba su familia y yo era quien debía
dolerme de sus hijos..." Agrega que ha mandado una comisión de paz al Sr. Presidente de la
República” .(Hay foto de la embajada) Se queja de que el coronel Racedo le hubiese sonsacado al
cacique Ramón y algunas de sus familias que le pertenecían.
Después de las solemnes exequias que se habían hecho a Mariano Rosas,. Epugner asumió
el generalato sobre las tribus ranquelinas y sus 600 y más guerreros. No resultó fácil mantener la
paz, porque las provocaciones eran muchas y grandes. El coronel Eduardo Racedo ordenó otra
expedición contra los ranqueles. en 1877, cuando ya el 10 de Enero de ese mismo año había escrito
al Padre Marcos Donati: "Hace trece días, nos han invadido y matado... Había sido por otros...
Debemos buscar los medios pacíficos para conservar la paz y yo y el hermano la deseamos." (ib.
Doc. 715). Ahora se ordenó al teniente Alberto Capdevilla apoderarse de la caballada del caciquillo
Ramón Cabral o Platero, a fin de obligar a sus indios a someterse y bajo escolta de 300 soldados
buscaron a los 400 indios para llevarlos al Fuerte Sarmiento. Esto lo hacían el 18 de Septiembre de
1877, un mes después de la muerte de Mariano Rosas. (Yaben: ob. cit. II. p. 258)
En toda la pampa se propagaron la guerra y las guerrillas y bien podían pensar los ranqueles que
ellos no serían tratados de mejor modo, aunque el tratado de paz podía darles alguna esperanza.
Epugner intensificó su acción pacifista, mientras las tropas nacionales dieron golpes de muerte a
tribus y tribus a corta distancia, en la misma Pampa. Ese año Epugner mantuvo una frecuente
correspondencia con el Padre Marcos, su amigo. Otras notas las dirigía al coronel Julio A. Roca y
envió comisiones de paz a Buenos Aires.
Con cuánta alegría habrá recibido a sus emisarios, cuando pudieron renovar su tratado de
paz, pues después de seis años debía ser renovado. Desde Diciembre de 1877 el documento estaba
listo. Pero su trámite se retrasó por la muerte del ministro AIsina. El 24 de Julio de 1878 las
comisiones de Epugner Rosas y de Manuel Baigorrita firmaron el nuevo contrato; es decir, el
cacique Huenchugner y el secretario de Epugner, Martín López; el representante de Baigorria, el
cacique Cayupán y su secretario, Patricio Uribe; y el comisionado del ministro de Guerra, el coronel
Manuel J. Olascoaga (AEM: doc. 1346. publicado en Walther: Conquista del Desierto. Anexo). El
Padre Donati también era testigo, quien había hablado personalmente con el ministro de Guerra. El
30 de Julio firmó el tratado también el Presidente Avellaneda. Quedó así aprobado y ratificado.
Por el artículo 1º. prometieron paz y obediencia al gobierno; por el 2º, se asignaron sueldos
mensuales a los principales caciques y racionamientos a las tribus;.. 7°, se obligaron a entregar los
cautivos; 8º, prometían proteger a los misioneros; 10º, perseguirían a indios gauchos y ladrones;
11°, por cualquier malón quedaría roto el tratado... El tratado durará permanentemente, mientras
ambas partes le presten cumplimiento. Esta última anotación indicaba que el tratado era frágil.
Podemos decir que en realidad no era un tratado sincero. El conquistador de la Pampa estaba
371
resuelto a jugarse y a la primera transgresión comprobada o no, el ejército iba a lanzarse sobre esas
tierras ranquelinas. (Rev. 'Todo es Historia. Nº 130. p. 33)
Inserto la siguiente carta que demuestra los sentimientos del cacique Epugner:
“Linjaló, julio 4 de 1878.
"Al Excmo. Sr. Ministro de Guerra, General D. Julio A. Roca
"Excmo. Señor: Pongo en conocimiento de V.S. que mando mi comisión para renovar el
tratado de paz con el Excmo. Sr. Presidente de la República y V.S. que es el único que quiero para
mí y para mis indios.
"Conociendo el bien que hemos recibido hasta el presente con el apoyo del actual
magistrado, durante seis anos que duró la felicidad y el bienestar en nuestro país, y que conocemos
el buen resultado que consigue uno con la paz y el perjuicio que trae la guerra, siendo que hoy me
encuentro con tantas familias, los de mi hermano Galván. y Mariano y las mías y lo mismo mis
indios.
"Más antes no he mandado la Comisión por haber sabido que V.S. se hallaba enfermo,
después del fallecimiento del Ministro Alsina y no se había recibido del Ministerio.
"Ahora que se ha recibido del Ministerio, mando a mi sobrino Sandalio y un escribano y un
lenguaraz y un sobrino más que va a verse con mi "hermano"; y creo que serán bien recibidos de
V.S. Y mi sobrino va con el objeto de renovar el tratado bajo las bases que las disponga V.S.: que el
presente tratado las raciones no nos alcanzan y muchos quedan sin raciones... Le suplico que el
tratado del año 78 nos aumente las yeguas en 400 y demás raciones, que me hace el favor de darme
30 yuntas de bueyes para hacer nuestras cementeras, para atraernos al trabajo y me asigne sueldos a
dos lenguaraces.
"También suplico a V.S. sobre los terrenos; que no salgan (más adelante) los fortines más al
sur. V.S. sabe qué territorios son nuestros y (pido) para mí respecto, que el Excmo. Sr. Presidente y
V.S. me den una escritura firmada que de esa manera sean los terrenos respetados por la Nación.
"Espero que V.S. se digne ordenar que se me entregue un hermano mío, llamado Butafra...
También digo a V.S. como conclusión, que tengo en mi poder un capitanejo viejo del tiempo de mi
padre y el que me dirige con sus buenos consejos, que conserve la paz con el gobierno y todos sus
jefes. Se llama este capitanejo Pinaas.
"Sr. General, le mando cinco cautivos en prueba y deseo de conservar la paz.
"Sin más, saludo a V.S. y a todos sus jefes
s.s. Epumer Rosas" (Reprod. en Piana: Toponimia de la Pampa, 1981 p. 267ss.)

El 29 de Julio de 1878, Rudecindo Roca asumió la Comandancia de la Frontera. En Villa


Mercedes se advertían grandes preparativas militares para acelerar las operaciones ofensivas contra
los ranqueles.
Sí, la situación de los indios ranqueles en 1878, no era promisoria. Vastas zonas de caza y de
pastoreo les habían sido quitadas. Hubo que suspender el comercio con las tribus que se hallaban
afectadas por la “guerra de exterminio”.
Ya en Septiembre de 1877, un mes después de la muerte de su hermano Mariano Rosas,
comunicó Epugner a su jefe de frontera, que su gente estaba pasando un mal momento, que se
habían muerto a causa de la viruela hombres de importancia y familiares propios. Además, se
defendía contra malas acusaciones que sus indios habían ido a robar. Acusó a los forajidos
hermanos Goyse y Tapayo que se habían unido a los indios de Pincén (Olascoaga IVº. p. 58). El
Documento 841 del Archivo de Río IVº nos dice cuántas necesidades estaban pasando, pues un
padre indio ofreció al Padre Donati que quería venderle la hija por 200 pesos, porque no sabía ya
cómo sustentarse.

6. Presiones y persecuciones contra Epugner y sus tribus

El 23 de Octubre de 1878, escribió Julio A. Roca a su hermano:


372
"Mande un preso con cartas a Epumer y a Baigorrita, que se han tomado represalias. Que si
quieren vivir en paz, deben vivir, donde se les asigne, de otra manera se les sometería por la fuerza
o se los destruiría... Racedo, a pesar de las negociaciones, debe hacer una salida contra los indios
gauchos de Peñaloza y Goyse que hasta ahora no han querido someterse a ningún tratado..." (L.
Piana: Toponimia, p. 272)
El 26 de Octubre de 1878, se acercó una comisión de Epugner, formada por cien personas, a
la comandancia de Villa Mercedes, para buscar su racionamiento. El coronel Rudecindo Roca, jefe
nuevo de la frontera, salió con su tropa a recibirlos. A todos les intimó la rendición. Y viendo ellos
que se habían acercado para apresarlos, se resistieron. Hubo una lucha o matanza de media hora que
me resisto a describir. Murieron 50 indios, 45 fueron llevados prisioneros y 5 pudieron escapar.
Aquí se hizo lo que otros jefes en otros puntos habían hecho, por ejemplo en la Frontera Centro
Oeste, se apresó una comisión y quedó rota la paz. También una comisión de Baigorrita de 94
indios, 8 mujeres y 6 muchachos, sufrieron idéntico trato. El coronel Rudecindo Roca comunicó a
su hermano: "Ellos tienen el propósito de romper la paz" (R. Pastor: Guerra con el indio en la
jurisdicción de San Luis. p. 486 y 547 y Olascoaga I. 75). Por otro documento del Archivo del
Estado Mayor sabemos que en la Acción del Pozo de Cuadril, también el 26 de Octubre, fueron
hechos prisioneros los capitanejos Chancoleta. Juancito, Cheuquil, Leficura y Huancamil, 8
capitanejos en total. Todos ellos fueron conducidos a Villa Mercedes (con 300 caballos
“conquistados”). A poco andar, no se supo más nada de ellos.
Al mismo tiempo partió una expedición punitiva al mando del coronel Racedo, haciendo
estragos y espantos entre los ranqueles de Epugner. El 8 de Noviembre estuvieron atacando los
toldos de Lucho (Baigorrita) y Melideo. Luego se persiguió a Epugner y Baigorrita. El 26 de
Octubre comunicó Roca a Wintter: "En ocho días hicimos 250 prisioneros" (L. Piana: Toponimia, p.
272). Racedo completó más tarde esas noticias diciendo, que apresaron a 370. Ni los muertos fueron
dejados en paz: En Leuvucó exhumaron los restos del buen cacique Mariano Rosas. Epugner logró
huir a Nahuel Mapú (más al interior de la Pampa).

7. La Expedición de Rudecindo Roca del 2 al 25 de noviembre de 1878

Igual que en otros frentes, los militares no dejaron ni respiro a los perseguidos, ni rincón
para buscar refugio. Rudecindo Roca salió al frente de una nueva expedición. Contaba con el
Regimiento 9º de caballería, el Batallón 3 de Línea, 50 voluntarios y 29 indios (Walther: Conquista
del Desierto, ed. 1964, p. 567).Eran 6 jefes, 10 oficiales y 279 soldados a tres caballos. Salieron con
el propósito inquebrantable de exterminar las tribus ranquelinas.
El 14 de ese mes llegó esa fuerza a Leuvucó. Allí se enteró que Epugner se hallaba en
Poitahué. Le envió, pues, una carta ordenándole que se presentase, porque su presencia tenía por
objeto estipular un nuevo tratado de paz. (En la guerra se miente. Era un ardid para que pudiesen
caer sorpresivamente sobre ellos.) Así lo hicieron el día 18 cayendo sobre los toldos de Melideo.
Luego llegaron a Poitahué; pero tal como en Leuvucó hallaron también allí y en Trenel sólo toldos
abandonados (Piana, ib. p. 276). Descansaron y acamparon en Poitahué. De allí Rudecindo Roca
desprendió destacamentos "para buscar la sumisión de Epugner y Baigorrita, según que lo habían
prometido". Estos, en cambio, vieron claramente que habían sido burlados en sus derechos y
aspiraciones y prepararon un golpe de revancha. "Quien patalea no ha muerto".
El 21 de Noviembre de 1878, al aclarar, cuando se aproximaba un temporal., los indios
ranqueles atacaron el campamento del invasor en sus campos. El ataque fue rechazado. Pero
Rudecindo Roca prefirió entonces retirarse a Villa Mercedes. El Coronel Winter telegrafió entonces:
"Ranqueles y los de Namuneurá están por invadir (a Rudecindo. Roca): No habrá invasión contra
nosotros. Somos nosotros que tomaremos la ofensiva contar ellos" (Piana, ib. p. 275: 22.11.78). En
el botín de Rudecindo Roca había 1 cacique (Melideo), 5 capitanejos y 76 indios. Regresó el 25 del
mismo mes con 230 indios de “chusma”, todos casi desnudos y medio muertos de hambre.
373
En otra carta al gobernador, dice Rud. Roca. (algo confuso), que traía 180 indios y 488 de
pelea y 230 de la chusma. El general Julio A. Roca estaba perfectamente de acuerdo. Ya el 23 de
Octubre había escrito a Rudecindo, su hermano:
"Perfectamente bien... Mande un muchacho de los tomados con pliegues de Epugner y
Baigorrita, diciéndoles que se toman estas medidas en represalias de los robos y muertes cometidos
por sus indios y si quieren vivir en adelante en paz con el Gobierno de la Nación, es necesario que
se vengan a situarse con sus tribus en los puntos que se les designará, donde se les dará vacas,
ovejas y mucho dinero: que de otra manera tendrán que emplearse en someterlos por la fuerza o
destruirlos... Si estas proposiciones no dan resultado de atraer a buenas a algunos indios, es
necesario llevarles expediciones ligeras y caer a fondo sobre las tolderías.
"Avise al Cnel. Racedo que debe encontrarse en Sarmiento, a pesar de las negociaciones,
ordene sin pérdida de un momento, una salida a los toldos de los indios gauchos de Peñaloza y
Goyse..." (Piana, ib. p. 272s.)

8. Expedición de Racedo y captura de Epugner (11 de dic. 78 - 21 de enero 79)

El 11 de Diciembre de 1878, partió esta otra expedición a tierras ranquelinas con el firme
propósito de capturar a los caciques Epugner y Baigorrita. Llevó consigo su Batallón de Infantería,
el Regimiento 4º de caballería y 100 indios amigos, que sacó de las reducciones recientemente
organizadas por los misioneros franciscanos. El capitán Ambrosio Carripilán era el jefe de estos
ranqueles auxiliares. Se dirigieron nuevamente al corazón de las tierras ranquelinas. Llegaron
exploradores para avisar que en la noche del 18 habían visto fogones encendidos en Leuvucó. En
efecto, Epugner Rosas había venido con pocos indios a levantar la cosecha de cebada. Entonces
Racedo destacó al capitán del Escuadrón de Ranqueles Ambrosio Carripilún y 30 indios para
apresar al cacique Epugner. Se les entregó sin resistencia, quizás porque no lo hicieron de modo
violento, sino diplomáticamente. Se entregó con 3 indios y 8 mujeres diciendo, que aún confiaba en
la buena fe de los cristianos. El hijo de Epugner y el secretario capitán Cabral se escaparon. Esa
“comisión” había salido a las 6 de la madrugada del 19 de Enero de 1879 y volvió con el cacique a
las once del mediodía.
Leuvucó, pertenece al departamento Leventué, lote 12 Frac A Secc VIII, y que los
entendidos traducen por Leuvu-có: "Manantial que desborda", era el lugar de asiento de una toldería
grande; un pueblo con ranchos, corrales, palenques y negocios: punto central de varias rastrilladas,
que así quedó borrado del suelo como por un cataclismo. Y peor aún. estos caciques ranquelinos
fueron humillados y su pueblo perseguido y destrozado. No escribo más comentario que éste:
mansamente se entregó el temido cacique Epugner, mientras estaba espigando en su campo
de cebada como la pobre Ruth de la Biblia.
Entretanto, varias patrullas lo buscaban en Quiñé Huitrú y otros lugares más. Recién el 2 de
Enero el Cnel Racedo telegrafió al Gral. Julio A. Roca: "Epumer preso con 300 individuos"
(Olascoaga vo1.I. p.105). El grueso del ejército se dirigió hacia la Laguna Trapal. El mayor Sócrates
Anaya atacó a los indios en Pichiguengan, Anquel Huitrú, en Meucó, Ñerecó y Sanquilcó,
reuniendo 180 prisioneros, sin contar los muertos. (R. Yaben: Biografías sudamericanas, I, p. 230)
El teniente coronel Coquet se dirigió a Coló Tracal y trajo 80 prisioneros. El grueso del ejército se
movió de Aucamelén a Poitahué y de allí regresaron para llegar al punto de partida el 21 de Enero
de 1879.
El capitán Martín López, a quien el Comandante Moreno había mandado a Tierra Adentro
para que estuviese como escribiente del cacique Epugner, escribió al Padre Marcos Donati el 1º de
Julio del año 1879: “P.S. A Epugner Rosas lo llevaron a Martín García con familia y Pincén.

Estas expediciones en cinco columnas eran las acciones preliminares para la definitiva
limpieza del "desierto", (la del Cnel E. Racedo):"expedición minuciosa y cruel liquidadora de
tribus." (R. Pastor, ob. Cit. p. 327). El misionero Padre M. Alvarez resume la triste historia con estas
palabras: "Estos infelices eran perseguidos con un encarnizamiento increíble. A esto se agrega que
374
al mismo tiempo los diezmaba la terrible viruela negra. Vagaban por la pampa sin dirección ni tino,
huyendo siempre y siempre cayendo en manos de los “cristianos”. Los que se obstinaban, morían a
bala, y los que se entregaban morían también por la viruela". (Crónica del Colegio Apostólico de los
Padres Franciscanos de la Propaganda Fide. Río IVº, 6 de Junio de 1882)
El coronel E. Racedo, al informar, el 2 de enero de 1879, sobre la captura "del bandido
Epugner Rosas" (sic) y 300 indios, decía que estaría el día 4 en Guaminí con 73 indios y chusma:
que eran de Mala Huacá. "Estos indios servirán en la próxima salida" (sic). (Olascoaga. I. p. 103 y
105).

9. Epugner Rosas en la prisión

Poco después Epugner Rosas fue enviado a Buenos Aires y recluído en el presidio de la isla
Martín García, donde había, a la sazón, la espantosa peste de viruela. Allí lo visitó el R.P. J. Birot,
infatigable lazarista; lo catequizó y lo bautizó junto con el cacique Pincén, como consta en el libro
de bautismos de la capilla de la isla (lib. 3, fol. 84, fha. 15 de Septiembre de 1879), "por la
circunstancia de la epidemia y porque había manifestado positiva disposición". El acta decía que
Epugner contaba entonces, en 1879, 65 anos (habría nacido en 1814) y que estaba casado con
Rosita Rupagurr.

El 1º de Junio de 1880, el Gral. Luis Maria Campos dispuso a Matoso, que “ saquen los
grillos a los caciques Epugner y Pincén...-sean prisioneros como los hermanos Catriel”. El informe
del 3 del mismo mes confirmó que la orden se había cumplido. (Arch. Gral. de la Armada).

No conocemos a todos sus hijos. He procurado reunir los nombres de ellos.


1. El cacique Patriatrú (o Panguitruz) era hijo de la primera mujer de Epugner, llamada
Quintiner. Fue su sucesor para la reducida tribu ranquelina y sufrió los ulteriores ataques de la
guerra.
2.Huenchugner o Quintuigner (mujer), que se casó con el cacique Chancalito, preso en 1877.
3.Marinán o Mariguán, falleció el 17 de Septiembre de 1878 de viruela (Arch Río IV, Doc.
934). militar.
4.Bonifacio Huanquigner, nació en 1858. fue bautizado junto con su padre.
5. Daniel Painé, nació en 1865, fue bautizado en la isla, en Septiembre de 1879.
6. Luis Huenlelón, nació en 1866; también fue bautizado allí.
7.Huaguaygnerr (llamada Adela Rosas), se casó con Nahuel Huiriú de la tribu de Raninqueo.
8.Mariano Rosas, nació en 1873. de Epugner y Emilia Nautius (otra mujer). Lib. Baut.Río
IVº. 12.5.79.
9.María Rosas; nació en 1875, bautizada el mismo día y en 1897 se casó en La Carlota con
un sueco.
10. Ramón Tito Rosas, nació en 1876. muerto en 1883.
11. Eduardo Rosas, nació en 1877, de Epugner y Emilia N.. bautizada en Río IVº, 1879.
12. Virginia, nacida cuando empezó la gran persecución en 1878, su madre era Cecilia
Marlaquier.
13. Adela de Fraga “hija del difunto cac. Epugner Rosas”, anota Monsr. G. Durán (2006
p.57)

De sus últimos años sabemos poco. Epugner se salvó de la peste. Según el historiador
Jacinto del Viso, obtuvo su libertad en 1883 ("Acotaciones a la Conquista del Desierto", en Rev.
Univ. Nac. de Córdoba, 1934, p. 8). Allí dice que el senador Cambaceres había pedido su liberación
y que lo llevó como peón a su estancia "El Toro", situado en el partido de Bragado. Según una
375
tradición lugareña estaría sepultado en el sitio donde se erigió la capilla de la estancia. (Todo es
Historia. No 130,p. 34)
(Etimología: "Dos zorros" [gner]).

Omití en esta crónica o biografía del cacique Epugner la última expedición contra los
ranqueles, llamada “Tercera Epopeya Nacional” que dirigió el Gral. Julio A.Roca, Ministro de
Guerra entonces, en cinco columnas hacia el Interior de la pampa. La tercera columna salió en dos
brigadas de Villa Mercedes,una, y la otra del Fuerte Sarmiento. El Gral Racedo comunicó al Gral.
Roca el día 23 de Junio de 1879: “La Pampa está limpia..Los soldados han cumplido dignamente su
misión”. Racedo con sus tropas regresó en Septiembre a sus cantones. Trajeron 641 prisioneros, 49
cautivos rescatados, 130 indios de lanza y 469 de chusma, sometidos por la fuerza, de los cuales
317 fueron conducidos a Villa Mercedes por el Mayor Juan Ant. Alvarez y 118 a Río IVº por el
Comandante Sócrates Anaya. Hubo 153 muertos por la viruela; dos fugaron de la Guardia. No hay
noticias fidedignas sobre cuántos han muerto por las armas. El escuadrón de “Indios Amigos” fue el
que más bajas sufrió.
Triste historia la de un pueblo aniquilado en la pampa verde, que se hizo un desierto
humano. Allí se inicia una nueva historia en ascendente desarrollo.

EPUGNER o EPUMER CHICO

EPUGNER o EPUMER CHICO, 1870. cacique ranquel. Era hijo mayor del cacique
Mariano Rosas, cacique gobernador de los ranqueles residente en Leuvucó (La Pampa) quien
falleció allí en 1877. Debemos a la pluma del R.P. Moisés Burela una caracterización de este joven
cacique. En su Informe al Ministro de Guerra, escribe el 25 de Mayo de 1870 (p. 3): "Epumer
Rosas, es joven apreciable por sus buenos sentimientos y cariño que profesa a los cristianos.
Mediante nuestra súplica. tomó la palabra para calmar a los indios, cuando L. V. Mansilla se
aproximaba y mandó custodiar la persona del Coronel..."
Más adelante, y hablando de la familia de Mariano Rosas, dice: "Con la primera mujer,
buena y linda, tuvo 22 hijos vivos y 10 muertos". Entre los mayores nombra a Epumer, Güiquimer,
Amoán, Lincón, Puitrín y Linocpán. En 1878, Epumer era uno de los caciques para quienes el
tratado de paz con el Gobierno nacional preveía sueldo de capitán; no así el de 1872. Pero justo
después de haber firmado el Gobierno el tratado de paz, se inició la gran persecuciónen. Epumer
huyó hasta el Neuquén alto, escapando a los expedicionarios de Roca. Halló acogida entre los
indios de Purrán. Patrianú (así dice el documento) estaba acompañado por Guayquigner, capitanejo
del finado cacique Mariano Rosas.

EPULAF, (o Lepulaf), 1788, cac. pampa que halló el Piloto M. Pinazo en su tercera
expedición a Salinas Grandes (AGN S,IX 13-8-17; 15 fojas ETIMOL: “dos lagunas”, Epú
lafquén
EPU LAY, 1802, cac. pehuenche quien encabezó una comisión de paz hasta Mendoza.
Volvió allí en 1804 con los caciques Tripay, Nagürl, Anchín, Vic. Goico y Colipy (Arch. Civ. Y
Administrativo, Mendoza)
EPU LEF o Epuler, 1848, capitanejo de la tribu de Catriel (Ronco: Cuentas de proveedores ,
en Cuaderno de Azul Nº1 1940)
EPU LEF, 1882, cac. huilliche chileno; era hermano del famoso cacique Quilapán, a quien
sucedió en el cacigazgo, Ambos eran hijos del cac. patriota Mañín (Manguín). El 31 de diciembre
de
1882, el Coronel Gregorio Urrutia celebró con él un tratado de paz sobre las ruinas de
Villarrica, reconociéndolo como Vuta Toqui (último gran jefe). Pero cuando, al otro día, el Coronel
quiso pasar más adelante, se le opuso el cacique altivamente. Finalmente, viendo la calma del
militar chileno y oyéndolo decir que venía en paz y pasaría donde él quería, el araucano se encogió
376
y se retiró con cierta indignación y resignación. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 199-204) Epú
leufú: Dos ríos
EPU LLANCA, 1770, cac. pampa puelche que se nombra en el Diario de Hernández, pues
estuvo presente cuando el Piloto Manuel Pinzo clebró un tratado de paz con 12 caciques en la
Laguna de los Huesos. Lo acompañó también junto al cac. Lincón y Lepín a la expedición contra
“los tehuelches”. La toldería de Epu Llanca estaba, donde se crearía el pueblo Olavaria (J.Arena y
otros: Historia del Partido de Olavaria p. 144 y mapa) Etimol. Epú: Dos, llancá: perlas.
EPU LLAN o Epullhan, Ypullán, Epuillán, 1833, cac. pampa. Probablemente descendiente
del arriba mencionado. Cuando Rosas preparaba la Expedición al Desierto y recogía datos sobre la
ubicación de las diferentes tribus, averiguó de algunos prisioneros que los caciques Epullán, Imulán
y Reynqué habían estado robando en el Bolcán (AGN X. 27-5-5; 21.1.33). Más tarde supo que el
Cnel. N. Del Valle quería perseguir a Epullán y Yemuel, porque estaban con cien indios sobre el
Arroyo Cristiano Muerto. Estaban además de acuerdo con Chocorí y Cheuqueta, quienes querían
invadir a los indios amigos borogas de Cañiuquir, Rondeao y Melín. Del Valle decía a Rosas que
impediera para que se unieran los pampas con los que venían de Las Manzanas; porque unos 200
pampas de Lepil, Paillarén, Payner, Upañán, Imolao, Reinquín y Epullán se habían congregado (J.
Carretón: Escritos I. p. 16: 18.1.33). Del Valle, pues, expedicionó contra éstos. Aunque no hubo una
formal batalla, les mató 39 indios. Claro está que Rosas con sus tropas expedicionarias seguirá
buscando a Epullán y a los demás. De todos ellos doy noticias en sus notas individuales. Epullán
murió en combate con las tropas del Cnel. Miranda, el día 9 de septiembre de 1833. El 13 de
septiembre Rosas pasó este mensaje o “Santo” por las filas de su División: Epullán y Quillipayún
han muerto” (Carretón: Escritos Diario I. p. 202)
Un año más tarde aparece (en la documentación histórica) un capitanejo Epull entre los
borogas. Pienso que era un descendiente del cacique pampa, quien se incorporó a ellos durante la
expedición del desierto (AGN X. 24-9-1: 27. 12. 34) (Véase también Inenpullán de 1787)
EPUMAY O EPUMÁN, 1797, cac. pehuenche que había participado en la Guerra
Pehuenche junto con los de Malalhué. Hecha la paz, acudía con frecuencia a la ciudad de Mendoza,
como se desprende de los anales del Cabildo mendocino. Solía presentarse en compañía de los
caciques Udalmán y Nahuelquín y los capitanejos Nahuelcán, Caltimán y Curiñán. El 16 de
diciembre de 1803, el cac. Llanquepy atacó su toldería. El cacique supo escapar; pero algún hijo, “el
mocetón Epumay” fue muerto. El cacique Epumán, los caciques Uculmán, Nahuelquín y otros
viajaron a Mendoza para informar al gobierno de Mendoza. (Morales Guiñazú:Aborígenes de
Mendoza). 1806, Don Luis de la Cruz, al pasar por la Pampa, se enteró que Melinaquel y
Epumanque estaban cerca de la Laguna Huechulafquén, entre muluches y huilliches (De Angelis I
p. 223)
Luego hubo un largo silencio respecto a la vida del cac. Epumay; no he encontrado
documentación. Aparece de nuevo con las guerrillas de los pincheirinos. 1829 se acercaron a
Carmen de Patagones él y los caciques Neculmán, Mulato, Cañiuquir, Rondeao y Mañil, quienes
habían luchado en Chile en el bando de los realistas. Amagaron al pueblo del Sur; pero fueron
rechazados. (Comando General del Ejército, ob. cit. IV p. 200. En 1830 entró con Llanquitruz,
Guzmané, Tori y 800 indios en la liga “unitaria” y de Pincheira (J. Fernández, 2000 p.99) ETIM:
dos cóndores
EPUMAY, 1878, capitanejo pehuenche – ranquel que se había agregado a los indios del cac.
Baigorrita y con esa tribu sufrió los horrores de la Conquista del Desierto. Fue muerto por las tropas
del Cnel. E. Racedo, el 26 de octubre de 1878, con 50 indios.
EPUMAY, Ceferino, vivió en Los Toldos en la Tribu de Coliqueo. Fue considerado como
capitanejo agregado de esa tribu. Ignoramos el nombre de su padre. Se casó con Cenobia Pitromay
y Manuela quien era buena tejedora. Tenemos alguna fotografía de él y algún tejido de ella en el
Museo del Indio en el Monasterio. Los viejos me contaron que Ceferino había sido un buen
narrador y que había sido tío del santito Ceferino Namuncurá.
EPU ÑÁN, cac. pehuenche, quien ese año llegó a Mendoza para renovar el contrato de paz.
El 23 de junio de 1804 Justo de Molina de Vasconcelos llegó a su toldo en Cerro Puntilla de
Huincan (hoy Ruta 40) Existe un Diario de Justo Molina.
377
EPU ÑÁN, 1845, cac. pehuenche (prob. un descendiente del ya mencionado) Ese año llegó
a Mendoza para solicitar al gobierno provincial la merced de una parte de los campos de Vutamilla,
al Sur de Malalhué. El Comandante Rodríguez informó entonces al gobierno con estas palabras:
“Son sucsores de los correteados más allá de Limen Mahuída y Río Grande; ahora asoman sumisos
a implorar permiso para pisar la extensa tierra de Malalhué y el Nevado que habitaban antes de su
último alzamiento y guerra, en que hemos perdido tantas y tan importantes personas” (Sosa
Morales: El Comandante Rodríguez p. 67) En este informe se refleja la larga historia de la guerra de
los pehuenches y de las expediciones contra los huilliches y aún los malones de los pincheirinos que
tuvo su punto más álgido en el Desastre de Chacay (1830)
El gobernador de Mendoza comisionó al Tnte. Plácido Zeballos para que visitase las
tolderías de Las Barrancas y arreglara el conflicto sucitado, pues poco antes hubo un terrible
proceso cuando varios caciques mataron al cac. gobernador de los pehuenches mendocinos
Guzmané (+1845). El Gobernador reunió en febero a los caciques Epuñán, Caepí, Caipí, Llampí,
Ñancamil, Nahuel Ñire y otos, para preparar con ellos un proyecto de tratado de paz. Se le presentó
el Capitán de Indios Amigos de Chile (Zúñiga), pidiendo explicaciones por qué pisaba estas tierras
y no quiso aceptar sus credenciales. Quizás por esto, algunos indios sospechaban mala intención del
comisionado. Epuñán y Nahuel Ñirre evitaron al Capitán mayores inconvnientes. Pero el conflicto
de los indios arribeños de Barbarco siguió latente. (Creo que esta cuestión de la incorporación de las
tierras al Virreinato del Río de la Plata y a la República Argentina merecería un estudio por
separado). Epuñán y Nahuel Ñirre consiguieron la tierra solicitada al Sur de Malalhué (ver también
lo dicho en la nota de Caepí).
Al establecer, en 1852, Juan Calfucurá su gran Confederación Indígena, el cac. Epuñán
se sometió a las directivas de este jefe de Salinas Grandes. 1852 Epuñán encabezó la lista de 87
caciques de Calfucurá quienes fueron obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X.
18-4-8). Allí se menciona también un hijo llamado Mariano Epuñán.- Calfucurá lo recomendó en
cartas diriigids al Presidente Justo José de Urquiza (AGN S.VII 14-4-1; p.31, 1859)) Más tarde
habla de él al Gral. Bartolomé Mitre (Arch. Mitre XXIII p.15). En una carta del 1º de Mayo de 1861
le dice, que irá “su hermano” Epuñán. Esto no indica que había sido su hermano carnal, sino que él
era su amigo. Llama la atención que en otra carta del 7 de diciembre de ese año le diga Calfucurá,
que Luiguiñ, Epuñán y Lincopán se le hayan arrodillado (AEM. Nº 3807)Puedo creer que lo dice de
un capitanejo ranquel homónimo Juan Epuñán. El Cnel. O. Llanos de Bahía Blanca avisó en 1867
que ha perseguido a 20 indios de Epuñán, porque habían invadido en Pigüé. (AEM 25.6. 1867).
Había diferentes Epuñán.
En 1873, el día de la muerte de Calfucurá estuvo también en la gran reunión y más de un
Epuñán firmaron el gran proyecto de un tratado de paz :,El Nº 1º es el cacique Epuñán; Nº 66, Justo
Epuñán y Nº 71 otro Epuñán (AEM doc. 1232) Me puedo imaginar que el cac. Epuñán ha sido un
hombre de mucho valer.
EPUSDEO, 1852, capitanejo ranquel, hermano del capitanejo Canué,y suegro del cac
Calvaiñ (Galbán). Tengo un solo dato de él: Ese año se presentaron con el Cnel. Manuel Baigiorria
al Gral. J.J. de Urquiza (Memorias de Baigorria)
EQUILIMA o Esquilita, 1552, cac. Huarpe. Fue dado en merced a Juan Cuevas por el
conquistador de Valdivia. El documento señala su asiento así: “ de tierras de la Cordillera de la
nieve, en el Valle que se dice Nahuel Turata” (J.T.Medina Doc. XV p. 308)
EQUÍN, 1573, cac. comechingón de Eluj Sacat, en Calcite, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p.48)
EQUÍN o Euquén, 1810, cac. ranquel quien se presentó en Salinas Grandes, cuando el Cnel
Pedro A. García llegó allí con su importante expedición. Lo nombra en su Diario el día 19 de
noviembre (Col. De Angelis T.III 1935)
EREGUERE YÁN,1707, cac. puelche pampa. Decía que provenía de la zona de las laguns
Lep Lep, al sur de Córdoba, donde antes había montes de achiras. Según Casamiquela sus hijos
eran Chaiqueo, Fransquito, Milandelgul e Ignacio Sacahueque. Los clasifica (tan característico en
él) como tehuelches del Norte. En 1707, el estanciero Antonio Hernández Garay se internó en la
Pampa para fundar una estancia grande en plena tierra india. Sus peones y vaqueros entraron en
378
combate con los indios y fueron muertos, lo que sucitó un gran proceso en Córdoba contra los
“indios alzados”. Se decía además que el cacique reducido Liquid había invitado a los caciques
pampas al malón, a fin de vengar la prisión y deportación del querido cac. Mayu Pulquiyá (1705).
(Ver Liquid) Sí, estaban reunidos en consejo en Las Pulgas. Entonces, el Capitán General D.
Esteban de Urigar resolvió expedicionar contra ellos para escarmentarlos. Recién meses más tarde
pudo realizar su expedición a la Pampa y trajo prisioneros a los caciques Milancoayocán,
Ereguereyán e hijos, a Andrés Liquid y otros más. Nueve caciques fueron llevados a la cárcel de
Córdoba; otros, entre ellos tres hijos de Ereguereyán, fueron condenados a “minas perpetuas” en
Salta. Al año, es decir, el 29 de Julio de 1709, los caciques encarcelados lograron escapar de la
prisión y entraron a la iglesia de la Merced de los Padres Dominicos, pidiendo asilo. Los Padres
reconocieron el derecho de asilo; pero el gobernador pidió y exigió que regresaran a la cárcel,
ofreciéndoles bajo juramento garantías de que no los matarían. Pero, pocos días después, durante la
noche, fueron asesinados todos, pues los balearon a los enjaulados desde el techo abierto. (¡Horror!)
Así muieron los caciques Ereguereyán y sus compañeros pampas. (P.Cabrera: Tesoros del Pasado
Argentrino; la cruz en la pampa, 1929 p. 99 y P. Grenon: Los Pampas, 1927) En un doumento de
1708 se nombran sus hijos :Ignacio, Marcos, Frasquito e Illugú.
ETIMOL: Quizás Nguerro o gnerre: zorro, pu: sol y Yan

ERRE PU ENTE, 1787, cac. pampa ranquel del que da noticia el informe del excautivo
Blas de Pedrosa (AGN S. IX. 24-1-8 y 9-1-3 Había sido cautivo del cac.ranquel Antuán). 1806, en
oportunidad de la invasión inglesa, ofreció sus servicios al Cabildo de Buenos Aires, junto con los
caciques Epumur y Turuñán. Por años mantuvo relaciones pacíficas con el gobierno patrio. (AGN
IX 1-5-9; Cruz de Guerra 25.9. 1808) ETIMOL: Erre :zorro; Pu: plural ; Antu: sol
ERMULAO, 1834, cac. huilliche chileno, que en septiembre de ese año participó del malón
que llevaron los caciques Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y Tranamilla a los borogas de Rondeao
y Melín en el Asalto de Masallé. (ver cac. Rondeao).
ESCA CACHI, 1588, cac. comechingón de Esca Cachi, Calamochita, Córdoba;
encomendado de Palencia (Montes p.79)
ESCALANTE, 1798, cac. al Norte de la Patagonia, según el diario del viaje desde Puerto
Deseado hasta Río Negro de Francisco González (ed. Vignatti, 1965 p.65). Puede ser que se
llamaba también Escaquén, que se presentó 1782 en Río Negro (Entraigas: El Fuerte del Río Negro
p. 196)
ESCA LOPEN, 1580, cac. querandí al Norte de Buenos Aires que figura en el reprtimiento
de Juan de Garay, publicado por A. Tanix en Rev. Museo Mitre 1951 y 1953
ESTANISLAO, o Chamilao, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla en su
libro Excursión a los Indios Ranqueles. Pero figura también desde 1864 en documentos militares
(AEM. 14.7.64) Había ido a malonear, cuando el cacique Mariano Rosas estaba gestionando un
tratado de paz con el Coronel M. Baigorria A su regreso, el cac. Mariano Rosas y Ramón Cabral
querían quitarle el arreo. Pero entonces vino una delegación chilena, a cuyo servicio Estanislao
había ido a malonear y por eso los dos caciques suspendieron su intento. G.A. Terrero afirma que
Estanislao era muy querido y que alcanzó mucha edad. No sé de dónde sacó estos datos.
ESTENCE, 1561, cac. huarpe del Valle Güentata, uno de los principales que encomendó
Pedro del Castillo cuando estaba fundando a Mendoza (Rusconi, C. IV 153)
ESUMPIL, 1858, cac. ranquel. La única referencia de él, creo, nos da una carta del cac.
Juan Calfucurá al Coronel Manuel Baigorria, el 4 de nov. de 1858, en la que dice, que unos
comerciantes cristianos habían ido a los ranqueles con aguardiente y que les han despojado y han
muerto al cacique Esumpil. (AGN S.VII 14-3-14, T, 152 p.97)
EUCA LLÁN, 1808, cac. ranquel en Cruz de Guarra (Part. de 25 de Mayo). Es llamado
cacique amigo junto con Epùmur ( AGN IX. 1-5-9; 25.9.08)
EVID NAVIRA, 1592, cac. comechingón de Cochue Nin, Valle Concarán, Córdoba;
encomendado de Zurita.
EVIN GUÁN o Evinguanao, 1810, capitanejo pampa ranquel, hijo del cac. Epumur, sobrino
del cac. Quinteleu, a quien acompañó en 1811 hasta Buenos Aires, para presentarse ante el
379
Triunvirato. (Walter: Conquista del Desierto ed 1964 p. 174) En 1813 estuvo de nuevo en la Capital,
ofreciendo la paz y su apoyo “en nuestra causa”. Cuando el chileno J.M. Carrera reunió a los
caciques y tribus de la Pampa para que lo acompañaran en sus vandalicas expediciones, Evinguán
se mantuvo adicto al Gobierno de Buenos Aires, junto al grupo pampa conducido por el cacique
Nicolás Quintana (Comando Gral. del Ejército: ob. cit III. P. 216)
EVISNERU (Evisnavira), 1594, cac. Comechingón del Valle de Conlara, mientras se funadó
la población de San Luis. Pablo Cabrera enumera como compañeros a los caciques Sacaguanán,
Caymbel, Chamera, Cotina, Vipuchita y otros. (aborígnes del país del Cuyo p. 96). 1604 los
encomenderos se plaitearon por las tierras del cac. Evisnerü (R. Pastor: La guerra con los indios en
la jurisdicción de San Luis)

FARÍAS, 1870, capitanejo boroga del cac. Pincén (de Vuta Piseñ) y yerno del mismo,
porque se había casado con la mayor de sus hijas. (Farías, José 1880 estuvo en el vecindario de
Junín)
FARÍAS, Juan, 1875, capitanejo boroga de Pincén (creo). El 27 de marzo dio aviso que los
indios de Catriel en el Fuerte Lavalle se iban a sublevar. Y así ocurrió meses más tarde (AEM
27.3.75)
FARÍAS, Lisandro, 1875, capitanejo boroga en comisión de paz llegó a Junín para hablar
con el Cnel. Borges. Cuando llegó, toda esa comisión fue tomada presa y fue llevada a la prisión de
Martín García y más tarde incorporado al Regimiento 1º de Artillería, a pesar de que el cacique
Justo Coliqueo había hecho gestiones para su liberación, pues era cuñado. (AEM. 2.7.1875) En la
tribu de Coliqueo había algunos parientes (ib. Nº doc. 7057)
FARÍAS, Patricio, capitanejo de la tribu de Pincén, hijo de José Farías. Éste estaba casado
con una de las hijas menores de Pincén (D. Schoo Lastra, un artículo en La Prensa. y Hux: La lanza
de Pincén y la reverada en el rancho del Campo de la Cruz, en Rev. Historia de Junín Nº55, 1973 y
Hux: Gnealogía de Pincén)
Durante la gran persecución de los expedicionarios al Desierto, se entregó junto con Pancho
Pincén y Pichi Pincén. Con numerosos indios fueron llevados presos a los cuarteles viejos de Junín.
Allí sufrieron hambre y los horrores de la peste de viruela. 1880, los que habían sobrevivido fueron
repartidos en las estancias del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires. 1881,el Ministro de
Guerra, el Gral. B. Victorica, autorizó a la municipalidad de Junín comprar dos chacras para
entregarlas al caciqaue Nahuel Payún y a los capitanejos Cheuquelán, Farías, Neculpán y Juan
Negrete (M.Hux: Los indios del Campo de la Cruz. En Rev. Historia de Junín Nº 46 sept. 1972 p.
14-19. Patricia Farías, casado con Isabel Pincén, crió una respetable familia, cultivando muy
buenas relaciones con el vecindario de Junín. (D.Schoo Lastra: La India Isabel: en La Prensa, cuyo
recorte tengo, sin saber la fecha) Su parentela se extendió también en la tribu de Coliqueo en Los
Toldos (M.Hux: La Composición de la población de la Tribu de Coliqueo; ensayo genealógico,
manuscrito).
FARÚ, 1839, capitanejo huilliche del cac. Mircán. Lo conocemos únicamente porque tomó
parte en la batalla de Tapalquén, el 20 de Agosto de 1839 (AGN S.X. 27-7-6)
FAUSTINO ver Huenchuquir, Faustino (el diplomático de la pampa)
FAUSTO o Faustino, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita, antes de Llanquetruz.
Figura en el tratado de paz del cac. Mariano Rosas (Está también en la Lista del P. Donati)
FAYPO, 1582, cac. guaraní trasladado al distrito de Buenos Aires y encomendado por Juan
de Garay a Fernández de Zárate. Garay vino con unos mil indios guaraníes en 1580 a Buenos Aires.
FELICIANO, 1878, capitanejo ranquel que cayó en la red de los expedicionarios al
Desierto de la División de Rudesindo Roca (Olacoaga I. 118: 25.11.78)
FELIPE, 1593, cac. huarpe (?) de Mendoza. Don Felipe era encomendado de Alonso Videla
(Arch. Mend)
FELIPE, 1830, caciquilla puelche o tehuelche del grupo del cac. Negro. Con éste
acompañó, en 1827, al Cnel Federico Rauch a su expedición “punitiva” a la Sierra de la Ventana
(AGN X. 27-7-6: 30.4.30) El 19 de noviembre participó con 30 caciques al parlamento de paz
convocado por J.M. de Rosas en Tandil AGN X. 23-9-4). Durante la campaña de Rosas en el año
380
1833, era considerado como cacique amigo. Y como se había destacado en esa Campaña, recibió de
Rosas una especial gratificación (AGN X. 24-7-10)
FELIPE, cac. pampa del cac. Panancio Cañiupán. Figura entre los caciques Calfiao,
Canuanté y Petí. Actuaba en la zona de Bahía Blanco. Su hijo mayor se llamaba Millaqueo y su
sobrino, Aquiner. (AGN X, 18-4-8: 1852) Fue él que avisó en agosto de 1837 en Bahía Blanca que
se preparaba un malón. Venancio Coñiopán era su pariente (quizás hermano) que fue muerto en
1836. Por eso vino el malón de revancha al año. (Ver Venancio Coñiopán)
FEMÍN o Famín, 1801, cac. pehuenche. Varias veces llegó a Mendoza para visitar al
Gobierno (Comandancia Gral. del Ejército II p.1889 (Quizás se llamaba Fermín)
FERCU LLÁN, 1789, cac. huilliche de Neuquén quien ese año sucumbió en la batalla que
se dieron los indios de Pichintur cuando fue a liberar al cac. Currilipí, sitiado por los huilliches.
(Arch Mend. Carp. 86 y Sosa Morales: El muy maganífico Señor José F. Amigorena p.87)
FERNÁNDEZ, José, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. Figura en la Lista sel P.
Donati, donada al Museo del Indio en Los Toldos.
FERNÁNDEZ , Manuel, alias “El Sordito”, 1874, capitanejo de los indios amigos de
Catriel. Con este cacique compartió una historia muy difícil. La última noticia es que estaba en
servicio en el Fuerte Lavalle, antes del sublevamiento de los indios allí establecidos.
FERNÁNDEZ, Santos ver Huenchul
FERRADA, Agustín, 1872, cac, picunche del Neuquén que hizo un tratado de paz junto con
el cac. Caepí. Vivía en Las Barrancas (Neuquén)
FERREYRA, Juan José, 1879, capitanejo ranquel que fue capturado por las tropas
expedicionarias del Cnel. Hilario Lagos (Olascioaga II p. 202: 10.6. 79)
FERREYRA, Manuel ver Pichihuinca, cac. amigo de Catiel
FERREYRA, Martiniano, alias Melillán, 1828, nacido en 25 de Mayo y murió 1878 en Los
ToldosProv.Bs. As.). Fue capitanejo de la tribu boroga de Coliqueo. Parece que se incorporó en su
oficialidad en 1869 (Comisión Investigadora de la Tierra de Coliqueo p.58) Estaba casado con
Eustaquia Seguí y en segundas nupcias con Llanqueifil, viuda del capitán José Baldebenitez de 25
de Mayo. De allí su apellido Ferreira. Era hermano de Josefa Ferreira, de Rosa Ferreira alias
Quieillán y de Epullán, De todos ellos hubo numerosa descendencia en la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos (Ver Hux: Composición de la Trbu de Coliqueo y algunos ensayos genealógicos, inédito)
FERREYRA CURRUPÁN ver Currupán
FILIPÍN, Mauricio, 1980, cac. neuquino de una de las 23 agrupaciones reconocidos por
decreto de 1964 J. Raone reprodujo su foto en “Neuquén, la Provincia de los grandes lagos.” Ed.
Siringa 192 p. 39. (En Chacal có Sur)
FILU MIL, 1906, cac. araucano, hijo del cac. Lienán de Temuco quien se casó con la
“bruja” de Huallo, según investigaciones de T. Guevara.
FINACÚ, 1852, capitanejo salinero del cacique Dominí. Ese año vino en comisión hasta
Azul. Capdevilla, R.: Rosas y Belgrano p. 103)
FITUGÚN, 1791,cac. araucano de la zona de Villa Rica. Ese año vino a la pampa con otros
caciques y 96 indios para incorporarse en la tribu de Lorenzo Calpisquis de la zona del Bolcán
(AGN. S.IX 1-5-1: Ranchos, 27,8.91) Los caciques acompañantes eran Caneculú, Topalasquén y
Maricol.
FLACO, Manuel, 1678, cac. pampa, nombrado por el Gobernador A. Robles, quien salía
casi anualmenmte a “recoger” indios para las encomiendas del distrito de Buenos Aires. (Robles; en
Documentos históricos Geogr.ficos Ed. 1941 p. 306)

FLAMENCO, 1765, prob. puelche. La clasificación etnográfica de este cacique es confusa


y los documentos son contradictorios. Se lo llama serrano (puelche) y que gobernaba a indios
tehuelches y aucas. Y esta tribu denuncia actos de violencias y guerras anteriores. A mitad del siglo
XVIII, el cac. Flamenco se hizo amigo de los españoles y trabajó con su gente en las estancias
vecinas al campamento de El Zanjón. El 3 de Agosto de 1765, el jefe de esa comandancia escribió:
“El cacique Flamenco es de nación pampa serrano que ha estado en las estancias de este partido
muchos años. Se lo conoció como buen vaqueano”.(J. Molinari: en Rev. De Historia Argentina
381
1969). El 21 de Diciembre de 1768 solicitó con el cac. Lepín la paz con Buenos Aires. No se le
creyó (AGN. IX. 1-6-1 y Tabosi). En junio de 1769, el comandante John Miers despachó una
partida a recorrer el campo. Esta encontró al cac. Flamenco, cuando él venía con un indio y tres
chinas marchando hacia la comandancia. Decía que venía a pedir permiso para trasladar sus toldos a
Los Montes, paraje que distaba unas 30 leguas de la frontera. Seguramente pensó apoyarse con las
fuerzas del blanco en caso de ser atacado, por indios aucas. Y los cristianos veían en su presencia
como un atalaya (AGN. IX. 1-5-3: Zanjón; 18.6.69) Grau ubica ese Fuerte Zanjón al Sur del
Partido Branzon y unas leguas al Oeste de la Laguna del Monte. (Grau: El Fuerte de Cruz de Guerra
en Cruz de Guerra p. 21 y 28) Zanjón era entonces el fuerte más avanzado y contaba con una
capilla.
Otra noticia del cac. Flamenco dice: que un día trajo una cautiva que en un malón, unos
treinta años atrás había sido atrapada. El cac. decía que era dueño de unos 160 indos tehuelches y
cien le dejó el cac. serrano Millanaquel. El mismo año el cac. Lepín llegó a la Comandancia de
Luján (hoy Mercedes) informando que el cac. Flamenco se había unido a los tehuelches en su
avance. (Tabosi, R.: Historia de la Guardia de Luján, 1969). Pero en 1770 se retiraba con sus
familias y haciendas al Río Colorado (nota de Miers AGN ib.). El Comandante mandó a
observarlos, pero los exploradores no lo hallaron.
Al mismo tiempo hubo una gran sublevación araucana en Chile y en el Cuyo empezó la
Guerra Pehuenche. Los Gobiernos hacían mucho esfuerzo para dominarlos. El Gobernador de
Buenos Aires trató mantener el dominio sobre los indios de la pampa al sur.
En Mayo de 1770 el Maestre de Campo D. Manuel Pinazo reunió a 12 caciques sobre la
Laguna de los Huesos en un parlamento de paz y celebró con ellos un tratado de paz, en vista de sus
ulteriores planes (C. Grau: Las paces de 1770 con los indios chilenos. En La Nación, 9.3. 1943 y
Hux cac. Lincón en Caciques Puelche Pampas ed. El Elefante Blanco, Bs. As. 2oo3 p. 61) Fue una
expedición espantosa que el Gobernador Bucarelli había lanzado. El Diario de Juan Hernánmdez
(en De Angelis, 1910 IV p, 547 – 563) nos dio mucha información sobre los hechos.
Según Pinazo,los tehuelches (de Flamenco por ejemplo) habían atacado a las tribus
“reducuidos” por el tratado de paz. Pinazo dirigió a 166 coraceros y 291 indios amigos al mando de
los caciques Lepín y Lincón hacia el Río Colorado. Los indios de Flamenco no se hallaban allí.
Pero volviendo los expedicionarios encontraron en Casuhatti (Sierra de la Ventana) una toldería y
hacienda en un gran corral. Pinazo mandó atacarlos, como prueba de su fidelidad. Les hacían un
gran cerco y allí no más mataron allí bárbaramente 102 indios; hicieron muchos cautivos y
recogieron 4000 animales. Esto ocurrió el 15 de noviembre de 1870. El día 23 Pinazo hizo matar a
los caciques Lepín y Lincón, porque en el ataque habían pedido moderación, porque había parientes
entre los que debían atacar. El 29 hizo hacer una nueva matanza atacando a la toldería del cac.
Guayquitripay. Los agarraron dormidos. El 30 licenció a los indios “amigos”.
El cacique Flamenco salvó su vida y pocos meses después se presentó de nuevo en la
Comandancia del Zajón junto con su hijo Antuco, disculpándose por haberse ausentado; pero
pensaba que los pampas lo iban a matar (AGN IX. 1-4-3: Campana 6.1.71). Dicen que entre tanto
había ido a Buenos Aires “engañando al mismo gobernador” y, al regresar, se había traído una
cristiana cautiva. En realidad volvieron a ser “indios mansos y amigos”.
En 1776 el Rey de España creó el Virreinato del Río de la Plata. D.Pedro Ceballos el Virrey
nombrado quiso solucionar “el problema indio”, en sus territorios, avanzando las fronteras hasta el
Río Colorado. Pero los indios del grupo de Calpisquis lograron luego un tratado de paz que el Rey
aceptó como un tratado de paz internacional; pues exigían que los españoles consideren su tierra
hasta el Río Salado del Sur y ellos consideraban el mismo río como límite de sus tierras indias.
(Hux: El cac. Calpisquis, en Caciques Puelches Pampas ed. 2003 p. 72)
Pinazo estaba enviando ya nuevas expediciones al Sur bonaerense, ordenando que
degollasen hasta a los indios rendidos. El cac. Flamenco tenía noticia de estos proyectos y
astutamente envió a sus emisarios a Buenos Aires, ofreciéndose acompañar con 18 o 20 indios la
expedición que estaba preparando. La expedición se hizo, pero sin mayores éxitos. Pero, cuál no
fue la sorpresa del cac. Flamenco, al regresar a su paraje. Habían deportado a sus familias durante
su ausencia y las habían trasladado a la Banda Oriental (Uruguay). Llenos de furor, estos indios
382
engañados se lanzaron al “desierto” para volver con otros indios a fin de desquitarse. Aunque
después se hicieron nuevas paces con varias tribus, el cac. Flamenco no pudo disfrutarlas. R.Muñiz:
Los indios Pampas, ed. 1966 p. 104 y Ras, Expedición de Pinazo y Clemente López Osornio, 1994
p. 467).
FLORIÁN, 1700, cac. pampa, sometido y encomendado en la zona de Río Cuarto. No se
sublevó en 1707, ni cuando había visto las injusticias perpetradas con los caciques Liquid,
Ereguereyán etc) (Vítulo: Historia de Río Cuarto p. 47)
FLORENCIO, 1873, capitanejo salinero, del cac. Namuncurá. Su nombre figura en el gran
proyecto de un tratado de paz del 3 de junio de 1873, luego del entierro del cac. Calfucurá (AEM.
doc. 1232)
FORÍ,, 1845, cac. pehuenche del sur de Mendoza. Ese año tomó contacto con el gobierno
de Buenos Aires, visitando en Azul al Gral. Pedro Rosas y Belgrano y al cac. Catriel. (Rev. Azul
Nº2 p.113). Aparece también en la documentación del proceso mendocino por la muerte del cac.
gobernador Guzmané. Los invasores chilenos querían comprometer a Ayllal, Yaupí. Forí y Coliné.
Forí no se presentó, pero mandó a un hijo; quizás para no sufrir funestas consecuencias. Lo mismo
ocurrió en 1852, y mostraron su desconformidad demorando su partida (Arch. Mend. Doc. 12 y 15)
Ayllál, hermano de Guzmané, 1845 fue reconocido cac. gobernador en una entrevista en Los
Angeles.
FORO, Manuel, 1873, capitanejo salinero que figura también en el gran proyecto del
tratado de paz (AEM. Doc. 1232).
FORNO o Quiné forró, 1825, cac. pampa que figura en la lista de 40 caciques presentes en
el parlamento convocado por los hermanos Oyuelas en nombre del Gobierno de Buenos Aires
(AGN. X. 27-7-6).
FORTUNA, 1879, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita que conocemos por
documentos miltares de la Conquista del Desierto. Después de haber sido desplazado y perseguido
en la pampa, lo tomaron prisionero en Cochicó, el 27 de abril de 1879 (Olascoaga II. 248)

FOYEL: 1869, cacique manzanero (huilliche) del Neuquén. Según R. Casamiquela, Foyel
era pampa; primo hermano de Inacayal del Lago Huechulafquén. Era hijo mayor del cacique
Paillacán. De él habla el explorador G. Cox (Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia,
1862-63, p. 214). Lo encontró en una borrachera en la tribu de Huincahual. También otro
explorador inglés, Ch. Musters, lo halló cerca del lago Nahuel Huapí. Conoció su toldo y su familia
y conversaba con él. El es quien nombra a su padre. El le contaba que había nacido en 1825. Le
hablaba de su proyecto de poblar y explotar la Isla Choele Choel para comerciar con Valdivia. En
sus tierras había cristianos valdivianos y su secretario, Antonio Guaitú, era un chileno educado por
los Padres misioneros (Musters: Vida entre los Patagones, ed. trad. 1964, p. 387). Musters, así como
Francisco Moreno lo caracterizan como hábil cazador. Las tribus de Foyel y Quintuhual vivían en
paz con los tehuelches e incluso aceptaron al cacique Casimiro como cacique principal del sur. En
1875 vivía Foyel sobre el Río Chubut a diez leguas de Chiquichano. Hubo una cierta rivalidad entre
Foyel y el cacique Saihueque, quizás porque no participaban de sus fiestas y se había alejado de su
dominio (Musters, p. 316). Foyel selló un tratado de paz con la comandancia de Carmen de
Patagones. No tenemos conocimiento del documento, pero figura en los contratos de los
proveedores que, en nombre del Gobierno le debían entregar raciones: "100 yeguas al corte, 150
libras de yerba “paranaguá”, 500 libras de fariña, etc." (AEM, Libro de Contratos de Contaduría
1877,1878 y 1879. p.132-202)
Cuando la Conquista del Desierto se extendió también sobre la zona austral y los Andes del
Sur, los caciques se unieron con Sayhueque, con la esperanza de poder resistir a los ataques
militares, y continuar así en paz como el cristiano les había prometido en sendos tratados. Se
presentaron a su vez Foyel, Inacayal y Chagallo con bandera blanca al comandante Bernal en
Carmen de Patagones pidiendo protección. (Raone, “El Pampa Ferreyra, 1980, II., p. 161)
Las tropas expedicionarias del general Conrado E. Villegas, sin embargo, invadieron sus
tierras. Entonces se unieron más aún a los hermanos manzaneros, comprometiéndose a pelear hasta
la muerte. Foyel, Inacayal y Chagallo tenían entonces, en Diciembre de 1883, unos 350
383
combatientes. Foyel estableció sus toldos cerca del Río Tecka. Cuando se les acercaron
exploradores galeses, los mataron: por eso se dio a la región el nombre del Valle de los Mártires. En
esas zonas inhóspitas sufrieron hambre en tal medida que decidieron entregarse a las tropas
nacionales. El 3 de Octubre de 1884 se presentaron al coronel Lassier, tanto el cacique Foyel, como
Inacayal y Chiquichano, algunos capitanejos y 66 indios de lanza, pidiendo piedad. El coronel
retuvo a los caciques y envió a Chiquichano con una escolta al mando del teniente lº Francisco
Insay para buscar a las familias. Estas se resistieron a entregarse en calidad de prisioneros y hubo un
breve combate en el que se destacó el hijo del cacique Chiquichano, el 18 de Octubre de 1884. El
saldo del encuentro fue que mataron a 36 indios y llevaron prisioneros a un capitanejo, siete indios
y 120 de la chusma (AEM, Doc. 8480, fha. 12.11.84). Este fue el último combate que se libró en la
Campaña del Sur. Los caciques se rindieron en Junín de los Andes, el 1° de enero de 1885, y las
familias se presentaron allí mismo en Febrero del mismo año. (Informes de Villegas en Memorias
del Ministerio de Guerra, 1884/85)
Durante ese mismo año, los caciques fueron trasladados a Buenos Aires. Francisco Moreno
consiguió el permiso de llevarse al cacique Foyel al Museo de La Plata con algunos familiares,
seguramente con la esperanza de utilizarlos para estudios etnográficos. Allí les sacaron fotografías,
a él, a su esposa y a su hija Margarita y grupos familiares que fueron publicadas por Alejo M.
Vignati ("Iconografía Indígena" I, en Rev. del Museo de La Plata, Nº 10, 1942). Foyel decía y
repetía que sus tribus eran nómades, pero que no habían robado ni molestado a ninguno de los
huincas. Que esa era la vida de sus antepasados. Era penoso ver a Foyel y a sus familiares padecer
la nostalgia de la Patagonia. Finalmente, el Gobierno los dejó en libertad y pudieron volver al Sur.
Se afincaron de nuevo en Tecka, donde los visitó el Padre Salesiano B. Vacachina (ver sus
Memorias) y el gobernador Tello. (R. Entraigas, "Una excursión a los indios tehuelches", (1895), en
Historia, año 1, 1965, N° 41, p. 105)
Francisco P. Moreno visitó a Foyel en 1896; lo recibió junto al Río Caleufú, cerca de Tecka,
con muestras de amistad y gratitud. Pobre Foyel... Fue el momento en que recibía la triste noticia de
que debía abandonar el valle de Tecka, porque había sido adquirido por unos señores de Buenos
Aires. (Luis Franco, Grandes caciques de la Pampa, p. 111)
(Etimología: Voye o Voigue: canelo y la "1" verbalizante: ser). Foto reproducida en Vignati,
Iconografía Aborigen, I, La Plata 1942. Hux: Caciques Huilliches y salineros; ed. El Elefante
Blanco Bs.As 2004 p. 376 – 378.
FRAGA, José cac. ranquel. Lo llamaron también “El Coronel Fraga”, como se llamaba el
Cnel Fraga. Su nombre indígena era Nahuel Huirín, según un estudio de José Depetris, Sta. Rosa,
quien publicó también su Fotografía. Pues éste era hijo del capitanejo Gabriel Larsen Huirin, quien
era de la tribu de Raninqueo en La Verde (25 de Mayo) un desprendimiento de la Tribu de
Coliqueo. Su esposa era la hija del cacique Epugner. El capitánejo Huirín en 1872 fue llevado por
Calfucurá en su asalto a La Verde. Alfredo Fraga se casó con Margarita Rosas y viven actualmente
en Victorica (La Pampa) En cambio “el Coronel Fraga” en 1879 fue llevado a la Isla Martín Gracía
y sólo sé por las averiguaciones de Depetris, que concluyó su vida en 1930 en La Pampa.
Mi amigo Don José de Petris en 1995 me mandó una foto en color de los hijos de Alfredo
Fraga, nativos del lote 21 en el campo de la tribu de Luis Baigorrita: de Jesús Fraga, Alfredo Fraga,
Carlos Fraga y Rolando Fraga. Se habían educado en un colgio católico.
FRAGI, Antig, 1833, aparece en las cuentas de Rosas (AGN S.X. 40-7-10: 30.10. 1833 Nº
206).
FRAI PÁN o Frai Pangue, cac. pehuenche al Sur del Río Salado. El Comandante Rodríguez
lo favoreció consiguiéndole una donación de tierra entre los ríos Malalhué y río Grande (Mendoza).
Según cuentan, retribuyó a su bienhechor, ayudándole en sus contrabandos, custodiando hasta a los
gendarmes desarmados (Sosa Morales: El Comandante Rodríguez 1968 p. 18 y 67)
FRANCISCO, 1779, cac. tehuelche del Río Negro, según informa J. Viedma al Virrey J. de
Vértiz. Enumerando las tribus comarcanas del Río Negro, decía: “en la margen de este río, por la
parte Norte, hay otro cacique, llamado Francisco con 35 tolderías de Tigüelchús. Dentro de poco
esperan al cac. Julián de la Bahía San Julián” (AGN IX 16-3-2 y Comandancia General del Ejército
I. p. 297). El 10 de Noiembre de ese año, entró el cac. Francisco en el Fuerte del Río Negro a
384
caballo y muy embriagado. Y como el centinela quiso atajarlo, lo atropelló. Viedma lo hizo atar,
pero luego salió en defensa el cacique llamado Capitán. Entraron en una conversación acalorada.
Viedma astutamente apostó una muchacha que entendía su idioma y así se enteró de un plan
siniestro. Francisco esperaba la incorporación del cacique Negro del Río Colorado para atacar
juntos a los españoles. Viedma quiso prevenmir al peligro y dispersó a la indiada, antes que se
incrementara su número.
En abril de 1780 apresaron al cacique Francisco de nuevo, por noticias de que sus indios
habían robado caballos. Vino la intérpreta Teresa para pedir al Comandante la libertad de su
cacique, la que se le concedió el 17 de abril, porque también el cac. Negro se había empeñado por
él. (Entraigas: El Fuerte del Río Negro p. 102) El mismo autor nos cuenta (p. 281) cómo fue
muerto, pues dice que el Sargento Boves de Carmen de Patagones salió en busca de aventuras y
hazañas; invadió la toldería del cac. Francisco “para cazar indios y chinas”, Se defendieron con
palos y lo que encontraron a mano. El cacique fue muerto junto con siete indios y siete de la
mujeres. Otro autor cree que fue atacado en diciembre de 1784 por el Piloto Juan de la Piedra y
cruelmente degollado durante una arrogante expedición; pero éste no volvió de las Sierras de la
Ventana, pues su tropa fue rodeada y los más responsables fueron lanceados (Yaben: Biografías
Militares II p. 811; Best: Guerras Argentinas p. 319; AGN IX. 8-1-16) Yo creo que se trata de un
mismo hecho. Loreto Galvez decía en 1784, que los toldos del cac. Francisco estaban a 20 leguas de
Patagones y que eran indios atrevidos y de malos sentimientos. Había que sorprenderlos y traerlos
prisioneros al Fuerte. Entre tanto convenía entretenerlos con regalos. Y agrega que Boves fue
encargado de llevarles el “insulto” y que salió con 21 hombres…(AGN.ib.) y así se hizo.
FRANCÉS, O Francisco Huascao 1865, cac. tehuelche que hizo un tratado de paz, junto
con otros caciques tehuelches en Buenos Aires, el 15 de Julio de 1865 (AEM. Doc. 826). Fue
sucesor del cac. Francisco, quien murió en Buenos Aires, mientras hacía las gestiones por un tratado
de paz. Los caciques se obligaron a “ceder el Valle del Chubut para la Colonia” (galesa). Juan
Cornel, el Capitán encargado de los indios amigos, se dirigió en nota al Cnel. Murga para decirle,
que el Exmo. Sr. Vicepresidente de la Nación, D. Marcos Paz, había dado autorización verbal al
Ministro de Guerra para proveer los artículos y vestidos que les iban a regalar al cacique y a cuatro
capitanejos y que los transportarían en el bergantín Río Negro. Este cacique Francisco se estableció
más tarde con su familia en la misma Colonia Galesa (A. Canclini: en Academia Hist. Nac.
Investigaciones y Ensayos Tom. III p. 92)
FRANGOL (prob. Rangol), 1870, capitaejo ranquel. Lucio V. Mansilla lo menciona (ed .
1890 p. 574)
FREPALLÁN, 1846, cac. pehuenche amigo del Sur de Mendoza. También él fue invitado a
Chile a participar de la guerra con Zúñiga. Temiendo males, que le hicieran lo que han hecho al cac.
Guzmané, se pusieron en marcha, “pero volvieron antes de cruzar la Cordillera por miedo a
sucumbir en el camino” (Arch. Mend. Doc. 12 : 24.1..1847)
FRUCAL (prob. Trucal), 1851, capitanejo salinero de Calfucurá (AGN S.X. 20-10-4:
20.12.51)
FRUELCHÉN, 1840, capitanejo pampa, incorporado al ejército en la División Sur del
Cnel. Granada (AGN. Biedma VII. 10-4-14)
FUELLEF , o Hüellef), 1833, cac. pampa pehuenche; vivía cerca del cac. Barbón., sobre el
Salado. En abril de ese año fue muerto por la columna expedicionaria mendocina con 30 indios
más. (Diario de J. Velasco en: Rev. Junta Est. Hist. Mendoza V. 1937)

GABRIEL, (Graviel), cac. Huarpe, 2.6. 1690, soltero; encomendado a Antonio Pereda en
las Lagunas y Chomes. Su cacique principal se llamaba Pablo (Arch. Mend. Carp. 29 doc.5)
GABRIEL ver Gabriel Rayíñ (Raín), primo hermano de Calfucurá. Ver Ceferino
Namuncurá y su madre, pues una es su “madre” y otra la “madre de leche” : Ignacia Rañín y
Rosario Burgos.
GALELIÁN ver Calelián
385
GALELIANO, 1553, cac. araucano; encomendado en Valdivia, en el Lebo de Cavintuán
(Prov. de Concepción) junto con los caciques Millapoa, Catapala, Chauque y Mallonga (C.Rusconi,
ob cit. IV p. 155)
GALINIANO, cac., 1741 en Salinas Grandes. Era un cacique temido. Sin embargo José
Zárate quiso hacer una expedición por sal. Sabemos sólo que el cacique fue muerto en Julio de
1741, cerca de Luján. ( Cayetano Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina vol IV. p. 524)
GALÚN, 1838, cac. araucano que participó en el asalto de la tribu de Llanquelén en Junín
(BA) junto con los caciques Quintocuray, Carmelina, etc (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín
p.66 y Hux: nota biográfica de S.Llanquelén)
GALVÁN ver Calvaiñ
GALVARINO, 1557, cac. araucano. El Gobernador chileno García Hurtado de Mendoza se
había dispuesto a internarse con su ejército español para traspasar la tierra mapuche. Pero numerosa
indiada se le opuso en Lagunillas. Hubo una encarnizada batalla, en la que el cacique Galvarino fue
apresado; y para dar un ejemplo de escarmiento, los españoles le cortaron las manos y lo
despidieron. Comenta el Padre Campos Menchaca en su libro : Nahuel Buta (p.55) que es
desagradable encontrarse en la historia con hechos de tales crueldades, cuando esos hombres
defendían su libertad y su tierra. Alonso Ercilla y Zúñiga en su gran poema “La Araucana” ensalza a
este cacique como ejemplo de virilidad mapuche (Canto XXII). Efectivamente fue héroe, pues, así
mutilado, se puso de nuevo frente a sus conas infundiéndoles gran valor para la lucha. En la batalla
de Millarapue fue tomado prisionero por segunda vez y no le perdonaron la vida.
ETIMOL: Calvú :azul; reni: lanza (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 529)
GARAY O GUERAY ver Lorenzo Coliqueo
GARCÍA, 1872, capitanejo pampa de Catriel (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 6552) El nombre
completo es Manquén García (AEM doc. Nº 1232)
GARCÍA, Bibiana, alias Reina Bibiana, 1878, verdadera jefe espiritual del resto de la tribu
de Juan José Catriel. Este grupo ha sido deportado, después de su rendición, primero a Conesa y
luego a tierra inhóspita de Peñas Blancas en Río Negro. 1903 solicitó al gobierno nacional las
tierras de Peñas Blancas. Les dieron esa tierra árida y sin agua. El ingeniero Juan Benigar, quien
vivió algunos años con esta parcialidad indígena, describió su miseria en un libro que sólo
parcialmente ha sido publicado con el título : “El Calvario de una tribu” (En Rev. Biblos, Azul 1926
Nº11. La foto de la Bibianay su delegación en Caras y Caretas 1899 y reprod. en: González,
M.H.Catri Mapú, 1967.
GASPAR, 1690, cac. pehuenche en Corocorto (Mendoza), entonces de 34 años; casado con
Constanza y encomendado a Catalina Roca (Arch Mend. Carp. 29 doc. 6)
Gaspar ver Goico
GALLO, Cristóbal, 1740, cac. puelche serrano. Era hermano del cac. Cangapol (Bravo).
1741 aceptó también la propuesta de un tratado de paz, reconociendo el río Salado como límite del
“país”. (Arch Gral. Ind. 197 Bs. Aires 302; nov. de 1741 y Arch Gral. Ind. 168 Charcas 317 (1744)
y 221.
GALLO ver Chagallo 1881 cac. tehuelche.
GALLUPA, 1831, capit. chileno del cac.Venancio Coñuepán (AGN Biedma VII 10-4-14)
GAUQUINER (prob. Guayquiner), 1879, cac. ranquel huído y refugiado en las tolderías del
cac Purrán.
GAYCHUL, Felipe, 1821, cac. ranquel. Ese año lo mandó el cac. Lienán a Buenos Aires
para avisar al Gobierno que el cac. Curritripay estaba dispuesto a aceptar la paz. (Rev. Todo es Hist.
Nº 7 p. 30)
GEIJEIYÚ (mala grafía, seguramente), 1750, cac. puelche al que conoció el P. Falkner (De
Angelis I. 332)
GERARLUÍN (grafía dudosa) 1603 “cacique de la Sierra, junto con el cac. guaraní
Tamendicú en las islas, fueron encomendados por Hernandarias de Saavedra 6.2.1603 al capitán
Vítor Casco de Mendoza, conquistador y poblador de Buenos Aires” (Registro Estadístico Bs.As.
1860 p. 35)
General ver Querenal
386
GERÓNIMO, 1617, cac pampa en la primera Reducción de Río Cuarto (Grenón: Los
Pampas, 1927 p. 16)
GÉREZ, Godoy, 1874, capitanejo pampa ranquel que figuraba en el escuadrón de “Indios
Amigos” de Olavarría.
GERVASIO, 1882, cac. huilliche del Neuquén. Su toldería y la de Nahuelquiel y de
Antener, estaban cerca de Huechu Lafquén. Allí los buscó la columna expedicionaria del Tnte, Cnel
Moritán, el 27 de diciembre de 1882. No los encontró, porque habían huído a tiempo. El Cnel. Roa
los buscó de nuevo en febrero de 1884, durante 18 días de marcha y tampoco pudo encontrarlos.
(Walter: Conquista del Desierto ed. 1964 p. 706 y 737)
GINEAO, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir. Había participado con éste en
la Guerra a Muerte en Chile; emigró con él y sucumbió en la cruel matanza en Languillú, el 26 de
abril de 1836, en la que las tropas mataron a 250 indios que se habían declarado “amigos”
(Comandancia Gral del Ejército ob. cit. IV p. 374)
GIRACHE, 1573, cac. comechingón de Calabini, Ansenusa, Córdoba; encomendado de
Villegas (Monte p. 91)
GODÍNEZ, Gaspar, 1579, cac. mendocino, heredero del cac. Yauqueta (Cheuqueta) ya
difunto. (J.T.Medina, Colección Documentos inéditos II. 1959 p. 463)

LOS HERMANOS GOICO “DINASTÍA DE PUELCHES”

GOICO, Don Juan, 1723, cacique puelche. Cacique amigo de los españoles. Fundador de
una larga dinastía de puelches ubicados entre los pehuenches del sur de Mendoza. En 1713
poblaron ya un púcará en la característica zona de “El Escorial”. En 1751, cuando se trató de
fundar la Reducción de San Francisco del Espinillo en Río Cuarto, se propuso llevar allí a la gente
de Goico con la de los caciques Ucacha, Morcoyán, Colcolián, seguramente por su carácter manso
(P. Cabrera: Tesoros del Pasado Argentino: La Cruz en La Pampa. p.54). Pero parece que no fueron
trasladados, pues el 28 de noviembre de 1753 hubo otra propuesta (Arch. Mend. carp. 29 Doc. 21):
Una representación de hacendados pidió al gobierno de Mendoza que los retiraran al otro lado del
Río Diamante: que, a pesar de que vivían entre cristianos, eran borrachos y polígamos y robaban en
las estancias. Creo que, si los Goico hubiesen escrito sus quejas e historia, podríamos juzgar más
equitativamente la situación.
Por entonces Dn. José Francisco de Amigorena fue nombrado Comandante General y
Maestro de Campo y más tarde, Gobernador de Mendoza. Era severo y eficaz en sus gestiones.
Conforme al espíritu de su época, atacó a las tolderías para “someterlas” y llevar luego a los
sometidos y escarmentados a nuevas conquistas. Torre Revello en: Aportación para la biografía de
Don José Francisco de Amigorena, en RHAA Mendoza vol III p. 16, afirma, que a los hermanos
Goico encargó ver al cac. Carripilún, porque había invadido a Mendoza a corta distancia de
Mendoza.
En abril de 1779 Amigorena hizo su primera expedición al Río Diamante y al Atuel. (Arch.
Mend. carp. 86) Esta “expedición de castigo y apaciguamiento”. tocó también a la tribu de Goico. Y
peor fue la del año 1780 (Arch. Mend. carp. 107: ed. Col. De Angelis V.1835, p.103-115).
Amigorena venía a vengar —decía— e1 último malón sobre Río IVº. Encontraron a mil indios
quienes echaron una bandera blanca al viento, dando a entender que no querían guerra, que estaban
en paz. Había 21 “mandones” e intérpretes que se pusieron en contacto con Amigorena. Pero el
quinto día les dio un ataque sorpresivo y les mató los caciques y muchos indios: otros lograron huir.
Allí debe haber muerto Dn. Juan Goico, como también su pariente, el cacique Güentenao, porque su
hijo Marcos estaba casado con Doña Ignacia Güentenao.

GOICO, Pascual, 1790, cacique puelche. Uno de los hijos de Juan Goico. Juan de Videla
habla, en una carta el 30 de abril de 1790, al Gobernador José F. de Amigorena: de Don Pascual, el
Goico y su familia.
387
GOICO, Marcos, 1780, cacique puelche. Hijo de Don Juan Goico y su sucesor. “Era
valiente y de singular estatura y llegó a superar los cien años de vida. Desde 1780. es decir, desde
que asumió la jefatura de su tribu, vivía en paz con los españoles y el Gobierno de Mendoza. El 16
de diciembre de 1782 el cac. Marcos Goico firmó un tratado de paz; también firmó su hijo
Antepán y los caciques puelches de la tribu de Roco del Río Diamante [Yo tengo copia de ese
tratado]. Tenía su toldería en la zona del Río Diamante y el Atuel. (Rusconi, C: “Ultimos reductos
de los caciques Goico”. en Rev. Mus. Hist. Nat. Mendoza 1956). Sin embargo es llamativo que los
documentos de la guerra Pehuenche desde 1787 a 1797 no hablen de él. Recién al fin casi de esta
guerra, Marcos Goico tomó parte en los parlamentos de paz (carp.30 doc.34 San Carlos. 12.8.97 y
1798). después del Gran Parlamento en que se reconciliaron los pehuenches y huilliches,
Amigorena confió al cacique Marcos Goico la misión de traer a los caciques ranqueles y a su toqui,
el cacique Carripilún a sellar también su paz. Le mandó a ellos, porque le unía a ellos cierto
parentesco. Y Don Marcos llevó la misión con éxito a cabo. El 30 de Junio de ese año, acudió
Carripilún con mucha indiada a ese otro histórico parlamento en el que Amigorena hizo y deshizo
las paces. Allí concurrieron también los hijos de M. Goico. los caciques Vicente y José Goico.
(Arch. Mend. Doc. 43 y 46).
Los Goico, en adelante, fueron bien vistos en Mendoza. 1801 la visitaron, llevando la queja
de que les habían muerto a un hijo de Don Marcos. Y otra vez. en 1803. vinieron José Goico, 7
caciques y 3 capitanejos con la cacica María Josefa Roco, para quejarse del atropello que pampas y
pehuenches les habían infligido. (Comando General del Ejército: ob.cit.II p. 190) 1805. Don
Marcos Goico estaba muy en favor de la fundación del Fuerte San Rafael. Su hijo cedió para ella la
tierra necesaria y firmó el tratado de paz con el Comandante M. Telles Meneses. (Arch. Mend. doc.
19: 3.5.05). Los indios del Diamante confiaron mucho en su cura mapuche, el franciscano fray
Francisco Inalicán. Las crónicas de Mendoza anotan otra visita de los Goico para el año 1808,
porque volvieron a renovar el tratado de paz junto con los caciques Manquepú, Guanquenán y
Putrui.
En tiempo del Gobernador D. José de San Martín aún perduraba la estima y la influencia de
los Goicos que se expresa en un obsequio que les mandó, el 2 de mayo de 1814 (Arch. Mend. carp.
123 doc. 2). No figura en la lista de los caciques reunidos en parlamento del 23 de octubre de 1814,
en el que el Padre Inalicán explicara a los indios la grave situación de Chile, después del desastre de
Rancagua. ¿Qué había pasado? ¿En qué culpa habrá incurrido? En una nota que el Gobernador
dirigía a fray Inalicán, el 11 de setiembre de 1815, le dice que le indultaba de la pena, siempre que
tanto ese cacique (viejo) como el cacique Vicente Goico se presentaran en el Fuerte San Carlos ante
el Sr. José León Lemos para que los acompañara a la ciudad de Mendoza donde debían prestar
servicios en la tropa durante cinco años. (Draghi, 1944 II p.462 y C. Rusconi: Ultimos reducidos.
1956).
Probablemente tuvo que pagar así su fidelidad a los españoles. Según unos ,habría muerto en
1818, según otros, en 1820.

GOICO, Vicente, 1799, cacique puelche. Era hijo del cacique Marcos Goico y heredero de
su cacicazgo. Tenía entonces ya muchos antecedentes y probada virtud. Había sido capitanejo
responsable de una fracción de su tribu. En 1799 fue escuchado en el parlamento de paz y varias
veces visitó a Mendoza como comisionado. Era amigo del Padre Francisco Inalicán y cuando se
trató de fundar el Fuerte San Rafael, en la confluencia del Río Diamante y del Atuel, él estaba
dispuesto a ceder el terreno para la obra, pues entendía que ésa beneficiaría a su tribu en paz.
Probablemente por una infidencia o imprudencia en favor de los realistas chilenos, en 1815, fue
detenido y condenado al servicio forzoso durante cinco años en el Ejército de los Andes. Ignoro si
también ha traspasado la Cordillera. En 1820 estuvo de nuevo en su tribu en San Rafael. Dos cartas
de Don Pedro Molina al Gobernador hablaron, en 1822, de él. No creo que se haya prestado para las
campañas del resentido General Chileno José M. Carrera, pues seguían como “auxiliares de los
Andes”, en paz con el Gobierno. Los caudillos Pincheiras trajeron muchas agitaciones entre las
tribus allá y acá. Goico se retiró a Mendoza, viviendo en “El Retamo” - dice Rosas en su Diario de
1833 (ed. Sudestada p.150) - Entre 1827 y 1828 hubo grandes malones en el Neuquén y en el Sur
388
bonaerense. En octubre de 1828, el gobernador de Mendoza. Juan Corvalán mandó al General José
F. Aldao para que los atacase, donde los hallara. Aldao, entonces Jefe de la frontera y Comandante
de San Carlos, reunió dos compañías de infantería y cuatro escuadrones de caballería y buscó
también a sus indios “auxiliares” de San Rafael. El 20 de octubre lo acompañaron en el Paso del
Río Diamante, llamado “Los Aucas” o “Paso La Jaula”, cuando de pronto fueron atacados por
tropas pincheirinas, quienes enarbolaron la bandera española. Hubo un encarnizado combate, cuyo
golpe principal sufría la tribu de Goico. El cacique y gran parte de sus conas fueron muertos en la
pelea. Pero como los atacantes también sufrieron numerosas bajas, se retiraron al fin.
Vicente Goico había demostrado con su sangre su fidelidad. Aldao fue decorado con una
Medalla de Oro (D. Hudson: Recuerdos históricos sobre la Provincia del Cuyo. p.192 y Comando
General del Ejército: ob.cit.IV p.209: R. Yaben: Biografías militares. interpreta los hechos al revés,
l.p.92; Sosa Morales: El Comandante Rodriguez:, 1968).

GOICO, Juan, 1828, cacique puelche. Este era un hermano del cacique Vicente y de José
Goico. hijo de Marcos Goico y de Ignacia Güentenao. Después de la muerte de Dn. Vicente, en
1828, le cupo la tarea de regentear a su castigada tribu. También él quiso mantenerse fiel al
Gobierno mendocino.En 1833 tuvo que acompañar con 26 de sus indios la tropa expedicionaria de
la División a cargo del Gral. Aldao. Eran sus baqueanos y exploradores. Juan Goico era de edad
avanzada —dice el Diario de J. Velasco— pero no había perdido su vigor guerrero. “Son nuestros
aliados y pacíficos defensores de nuestra Provincia. A principio de marzo de 1833, Juan Goico se
incorporó con 26 indios baqueanos en el Río Atuel. Y ya el 17 de ese mes atacaron en Ranquilcó la
toldería del cacique Yaupilán. El Comandante Rodríguez, quien dirigía la operación, entregó a
Goico los 39 indios apresados. El cacique había podido huir. (Sosa Morales: El Comandante
Rodríguez, p.22) Al internarse en la Pampa, descubrieron las tolderías de los caciques Barbón,
Picún, Levián y Fuellef, en una Isla. El 14 de abril, los atacaron por sorpresa en Butanilagüé;
apresaron al anciano cacique Barbón y más de 70 indios. En la lucha mataron a los otros caciques y
unos 40 indios que se habían resistido. El Cnel. J. Velasco ordenó al cacique Goico que matase al
cacique Barbón, porque había sido malonero. Juan Goico se resistió por razones de humanidad.
Pero cuando, después de un fracaso, le reiteraron la orden, dejó que sus indios lo mataran. El Diario
de J. Velasco anota para el 16 de mayo de 1833: “Hoy murió el cacique Barbón en las lanzas de sus
indios: su cabeza quedó (expuesta) en un atalaya, a orillas del río para escarmiento de Yanquetruz y
otros pícaros que han dejado de ser fieles a su protector (J. M. de Rosas) (!). Finalmente tuvieron
que volver sin haber escarmentado a los ranqueles de Llanquetruz”.
Según anotaciones del Archivo de San Luis, Juan Goico tuvo que cxpedicionar otra vez, en
abril de 1834, en la zona del Río Barrancas (en el límite de Mendoza con Neuquén).
Junto con el capitán J. A. Rodríguez atacaron en Palas Magüida a unos indios que volvían de
Chile con algún arreo. El cacique Lencatró y 30 indios se les habían adelantado y así les resultó más
fácil tomar la chusma y algunos arreos.
En 1839 Juan Goico se hallaba en San Luis, cuando su anciana madre mandó a su hermana
Indamain y a su sobrina Duchaypill a buscarlo (Carta del 10.6.39). Por otra documentación de 1842
sabemos que seguía prestando servicios y que era racionado. Sus familias eran ganaderas; pero
además explotaban una salina, vendiendo sal en la ciudad. En 1875 vendió la cacica Doña Lastenia
las tierras de las salinas a un cura, llamado Manuel Marco (Arch. Civ. y Admin. de Mendoza) El
cacique Juan Goico falleció bien anciano en 1861, rodeado de sus familiares y vecinos. Conocemos
los nombres de cuatro hijos: Javier. Vicente. Marcos y Juan. Este último fue el heredero del
cacicazgo.

GOICO, José, cacique puelche, era hijo del cacique Marcos Goico y hermano de Vicente.
Ya en 1799 actuaba como capitanejo de esa tribu de San Rafael (R. Diamante).

GOICO, Juan (III), cacique puelche del R. Diamante (San Rafael). Fue el último de los
Goico que gobernaba esa tribu desde 1861 hasta su muerte que ocurrió en 1908. C. Rusconi pudo
389
averiguar que murió en una pelea a armas blancas, sostenido con un tal Lorenzo Moya, puestero en
Ranquilcó (Mendoza).

GOMEZ QUIÑEHUÁN, Antonio ,alias Marihuán, capitanejo ranquel que se incorporó en


la tribu de Coliqueo en la que dejó mucha descendencia con su esposa Petrona Huechuña. Su padre
se llamó capitanejo Bartolo Gómez Quiñehuán casado con Inaigner. A veces lo llaman Ulluan. Este
murió 1869; aquel murió 1890. Interesante es que sus hijos todos mantuvieron el apellido Huanque,
es decir “avestruz”: Juan Huanquepí que se casó con Juana Peinequeo; Juana Leftuihuán que se
casó con el capitnejo Tomás Rosas de Junín, Juan Puelhuán, Rosario que se casó con R. González
Cayunán, Moneihuán, Concepción Montuihuán, Benita Humahuán (ver ensayo geneaógico del
P.Hux, en borrador).
GÓMEZ, Villa, 1873, capitanejo salinero que figura en el proyecto del gran Tratado de Paz
(AEM. doc. 1232)
GONZÁLEZ, 1790, cac. huarpe de Guanacache (Mendoza)
GONZÁLEZ, 1879, cac. picunche del Neuquén, súbdito del cac. Purrán. Quizás se le había
agregado en las emergencias de la Conquista del Desierto. Después de la captura de Purrán,
González se entregó al Cnel. N. Uriburu junto con Cheuquel y Milla y cien indios (Olacoaga II p.
165).
GONZÁLEZ, Samuel, 1877, capitanejo pampa (?) quien trabajó en la excavación de la
Zanja de Alsina. (AEM. 31.10.77)
GONZÁLEZ, Ramón, 1839- 1877, capitanejo quien con una numerosa parentela se había
incorporado en la Tribu de Ignacio Coliqueo. Estaba casado con Agustina Meliú. Cuando el cac.
Raninqueo se separó con una parte de la tribu de Coliqueo para ubicarse en un campo en La Verde
(Part.de 25 de Mayo), éste lo llevó como capitanejo de su tribu entonces se había incorporado en la
tribu del acique Raninqueo en “La Verde”. Antes había pertenecido a la tribu de Manuel Grande.
Pero posteriormente volvió a unirse con sus familias en Los Toldos, Part. de Gral. Viamonte.
GORDO, Julián, 1778, cac. tehuelche de la Bahía de San Julián. Ese año estuvo en Carmen
de Patagones. El cac. Gordo se hizo muy amigo del cac. Negro (Chanel), más todavía cuando
ambos estuvieron en conflicto con los indios aucas. (Entraigas: Fuerte del Río Negro p.45 y 53 y
Diario de A. Viedma)
GOROSITO, Luis, 1862, mestizo o cristiano que se hizo capitanejo del cac. Calfucurá. En
diciembre de 1862 quiso separarse de éste junto con el cac. Cañumil. Se presentó en la
Comandancia de Bahía Blanca, solicitando permiso para establecerse sobre el Arroyo Frías (AEM
12.11.63). 1864 viajó en esta gestión a Buenos Aires (AEM. 10.11.64). Allí vivían en paz hasta que
en 1870 los atacó el Coronel O.Llanos con un grupo de voluntarios de Bahía Blanca, lo que provocó
un escándlo y una serie de agresiones de parte de los indios salineros. Después del malón sobre
Bahía Blanca, Cañumil y Gorosito y sus indios volvieron a Salinas Grandes. Allí, en 1875, los visitó
el sacerdote lazarista Jorge María Salvaire, en oportunidad de su accidentado viaje apostólico a la
tribu de Namuncurá. (Hux: Una excursión apostólico del P. Salvaire a Salinas Grandes, ed. ECA
1979 BA). Después tuvieron que participar en la gran Sublevación e invasión a Tapalquén y Azul.
(Dic. 1875) Gorosito fue víctima de la gran persecución de las tropas de Adolfo Alsina.
GOYSE, 1870, capitanejo ranquel, que era hijo del cac. Peñaloza Quinchao y hermano del
capitanejo Tapallo. Vivían cerca de Trenel en la Pampa. 1878 estaban maloneando, mientras los
caciques ranqueles estaban en gestiones de un nuevo tratado de paz. Por eso el cac. Epugner Rosas
los llamó “indios gauchos”. El General Rudesindo Roca los apresó en una expedición de ese mismo
año. (R.Pastor: La Guerra con el Indio en la jurisdicción de San Luis p. 487)
GRAMAJO, 1969, cacique contemporáneo del Neuquén. Lleva el nombre de su padrino
Don Antonio Gramajo,ministro de Guerra de la segunda presidencia del Gral Julio A. Roca. 1969
vivía aún en Barda Negra (Departamento de Zapala).
GRANI NAHUEL, o Grami Nahuel, 1793, pehuenche quien ese año llegó a los toldos del
cacique Calpisquis con un crecido número de indios de los caciques Sayí, Ñandú, Grani Nahuel y
Maipú Gueyu (AGN. S.X 1-5-1; Ranchos 7.8.93)
390
GRANDE, 1575, “Cacique Grande” que vivía en Quilasnanque, La Pampa y de quien
dependían los capitanejos Tanga y Celín (Cabrera: Actas del 25º Congreso Int. Americanista I. p.
99)
GRANDE, 1794, puelche pampa quien vivía por el Lago Nahuel Huapí. Joaquín Sánchez,
quien hizo una expedición al lago, anota en su diario, que el cacique Grande vino a verlo con mucha
gente. Decía que los huilliches (araucanos pehuenches) querían atacarlos. (AGN. IX 16-4-10)
GRANDE. Antonio, 1820, cacique pampa. Vivía entre los pampas al pie de la Sierra de la
Ventana. Pertenecía a la obediencia del cacique Calfiao. Por los desmanes del guerrillero chileno J.
M. Carrera y los indios inmigrados en la pampa, el gobernador Martín Rodríguez hizo sus
expediciones contra las tolderías del sur, que provocaron una sublevación de los indios pacíficos y
teniendo ellos un tratado de paz. Ramos Mejía, hacía poco, había celebrado un tratado de paz con
ellos, y aconsejó al gobernador que se asegurase la colaboración de los caciques Ancafilú,
Pichimaín, Antonio Grande y Landao, situados en Llamoidá, cerca de la Estancia de Miraflores.
El Gobernador desoyó sus consejos y tomó preso al mismo estanciero Ramos Mejía y el
personal de la estancia. Atacó también a las tribus de los caciques amigos quienes con astucia, más
que con violencia, hicieron abandonarle la expediión (García Enciso: Gesta de Patagones 1968 p.
68 y Gorraiz Beloqui: Historia de Tres Arroyos, 1923 p.17).
(No creo que tenga que ver algo con el cacique Antonio del Chubut del que habla Jorge
Claraz en su Diario del Viaje al Chubut en 1865. Ese vivía cerca de Valcheta.)

CACIQUE MANUEL GRANDE 1790 – 1881

G R A N D E, Manuel, cac. pampa (1790 – 1881) era probablemente un descendiente del ya


nombrado cacique Antonio Grande. Don Manuel decía en 1880 que había nacido en Carhué y que
entonces tenía 90 años. Remigio Lupo, el periodista de la columna expedicionaria del Gral Julio A.
Roca (1879/80), visitó al cacique en su toldo. Decía que el cacique, según su opinión, tenía 70 años.
Al describirlo dice que era alto, robusto de cuerpo, de escaso bigote duro; que tenía facciones
suaves y que era más comunicativo que el (vecino) cacique Tripailaf. Decía también que Manuel
Grande hablaba bastante el castelliano y mostraba placer al responder las preguntas. (Remigio Lupo
en su libro: Conquista del Desierto. Campaña del 1879) Dice también que Manuel Grande tenía una
memoria privilegiada y que hacía contínuamente alarde de su fidelidad siempre demostrada
respecto al Gobierno Argentino.
Con esta presentación de este cacique argentino quise iniciar la reseña de sus hechos y
reveses históricos que le han tocado vivir y que se han registrado en documentos públicos
De su juventud nada sabemos, a no ser lo que se podría decir de todos los indios ganaderos
de la pampa bonaerense. No me cabe duda que también directa o indirectamente le han afectado las
campañas de Rosas de 1833 a 1836.

CON EL CACIQUE CALFUCURÁ:

Cuando el cac. Juan Calfucurá ya se había instalado en Salinas Grandes y formado con
prisioneros o voluntarios, Manuel Grande obedecía a sus órdenes.
Tenía sus toldos en la quebrada de Pigüé. El capitán Manuel Grande era considerado buen
guerrero y disponía de bastante gente. Calfucurá lo buscó para que lo acompañara en algunas de sus
invasiones. En 1854, por ejemplo, Benito Machado corrió para repeler “el malón de Calufucurá y
Manuel Grande". Supongo que acudió también a la batalla en Sierra Chica, en 1855. cuando
Calfucurá y Coliqueo liberaron a los indios pampas de Catriel y Cachul de los ataques del ejército
de Mitre. En fin, se opuso a todas las operaciones del Ejército del Sur. El 30 de octubre de 1857
condujo con el cacique Blanquillo un malón de 500 indios a Quequén y el siguiente día sostuvo el
combate de “Cristiano Muerto” contra el Regimiento “Sol de Mayo”, pero fueron dispersados
(Romeo: Tres Arroyos, p. 35, y Monferrán Monferrán: Batalla de Pigüé- p. 51). Calfucurá no lo
tomó en serio y decía al coronel Yturra en una carta que Blanquillo y Manuel habían ido sin orden
suya. Que no vengará a los que habían muerto, porque habían ido a robar por las estancias de los
391
cristianos (Arch. Salesiano en Bahía Blanca: Legajo Yturra- Paesa B C 3 C :6.11.57). Luego le tocó
a Manuel Grande acompañar a Calfucurá en la gran batalla de Pigüé (15.2.1858), porque fueron
atacados por los porteños, pues obedecían a las autoridades de la Confederación en conflicto con los
de Buenos Aires. Es probable que Manuel Grande haya acompañado a los indios de Calfucurá al
malón sobre Bahía Blanca, el 19 de mayo de 1859, que fue como un preámbulo de la bátalla de
Cepeda.

CON EL CACIQUE JUAN CATRIEL

Después de estos acontecimientos, hubo un cambio político en su conducto (1859-1866).


Siguiendo el ejemplo del cacique Juan Catriel, entró en relaciones de paz con el Gobierno de
Buenos Aires. En la biografía de Catriel he demostrado, cuánto hicieron los jefes militares de la
Capital para atraerse a los indios pampas. Pero más tarde, el comandante Ignacio Rivas, en Azul,
pensaba una y otra vez en “eliminar a estos perros”, los indios aliados. Pero el general Bartolomé
Mitre desautorizó tales proyectos bárbaros. Rivas, sin embargo, buscó sucitarlos al descontento y a
la lucha, favoreciendo a unos contra otros, tratando de sembrar divisiones entre las tribus catrileras
y especulando que pudiese hacerlos pelear unos contra otros. Manuel Grande pertenecía entonces al
grupo favorecido que encabezaba el cacique Chipitruz. Recibían muchos regalos, además los
sueldos y las raciones. Se compraron una marca para sus haciendas, para asegurarse contra
injusticias (AEM. 27.2.64). En enero de 1864 figuran en la lista de revista militar como indios
amigos con sueldo. El 30 de enero de 1865 decía el general W. Paunero que era “la primera vez que
revisten caciques y capitanejos: Calfuquir, Manuel Grande, Cholaylaf, Cumihuala y el «adivino»
Lucio López”.
Durante la Guerra del Paraguay, el coronel Benito Machado cambió la política y quiso
disgustar a ese grupo disidente, como también al cacique Juan Calfucurá, quien había iniciado
gestiones para un tratado de paz. En enero de 1866, este último mandó una comisión constituída por
hijos suyos para que recibiesen raciones, según el tratado. Machado los hizo apresar y los saquearon
y eso tuvieron que hacer los caciques Chipitruz, Calfuquir, Manuel Grande y Varela. A esto se
opuso vehemente el cacique Catriel y concentró más de mil indios. Y fue tan grande el revuelo de
esta acción, que el Gobierno se vio obligado a suspender al coronel Machado de sus funciones
militares en la frontera y tuvo que disculparse ante Calfucurá, especialmente por la conducta de esos
caciques que habían obedecido una orden de Machado. (A. Barros: Territorios y fronteras, ed.
Hachette, p. 178)
CONTRA EL CACIQUE CIPRIANO CATRIEL

En 1867 cambió nuevamente la situación de Manuel Grande. Juan Catriel había muerto y su
hijo. el cacique Cipriano Catriel sería el favorecido de los jefes militares de Azul y las tribus de
Tapalquén y Olavarría serían mal vistos. Y la envidia no era tampoco cosa desconocida entre los
indios. El cacique Chipitruz, por ejemplo, no quiso entender que el Gobierno ofreciese la paz y
racionamientos al cacique Calfucurá. Tenemos noticias de que Manuel Grande trató de arrebatar la
ración y la punta de ganado que un hijo de Calfucurá con algunos indios iba llevando hacia Salinas
Grandes (AEM. 15.1.67). No obstante, Calfucurá no quiso romper las relaciones con este cacique
pampa. En diciembre de 1867 requirió una vez más su ayuda, porque quiso que su hijo acompañase
a su comisión a una entrevista con el cacique Coliqueo. No sabían ni los salineros qué proyectos
estaban madurando en la mente de Calfucurá.
En marzo se repoblaron las fronteras con militares que volvían de la Guerra del Paraguay.
En ese entonces se cometieron manifiestos abusos con las tribus amigas de Azul y Tapalquén, como
lo denunciara el coronel A. Barros. Les robaban las raciones; quizás las mismas tropas no las
recibieron suficientes ni a tiempo. También los caciques Manuel Grande y Chipitruz se dirigieron al
ministro de Guerra reclamando por justicia. El coronel Barros indagó sobre las causas de sus
reclamos y tuvo que informar que había abusos. Propuso que Fermín Withe de Olavarría los
racionase. Recordó al Gobierno el pedido del mes de mayo ppdo., de que a los hijos de Manuel
392
Grande (M. Díaz) y de Chipitruz se les otorgase el título de capitanejos honorarios y el
correspondiente uniforme, “ya que están sirviendo en las filas del Ejército desde tanto tiempo”.
Las injusticias cometidas dieron lugar a que los indios hicieran un reclamo espectacular:
Organizaron una pequeña invasión en la chacra del comisario Manuel Andrada, persona que más
escandalosamente les había estafado. El hijo del cacique Cachul e indios de Manuel Grande se
juntaron 800 vacunos y los estaban arreando hacia Sierra Chica. El coronel Barros mandó
perseguirlos y rodear sus toldos. El coronel Conesa fue a parlamentar con los caciques Chipitruz y
Calfuquir en presencia del Sr. E. Withe: “Dijeron que no querían hacer mal ninguno. Le hacían ver
que el jefe de la frontera les robaba las raciones y que por su culpa no les entregaban los sueldos:
que supieron que había sido autorizado para atacarlos y concluirlos. Que por tanto estaban en
alarma con el caballo ensillado, día y noche. Y que no se extrañaban que algunos indios de Manuel
Grande, quien más se siente conmovido, hayan hecho el atropello, en lo de Manuel Andrada. Otro
cacique llegó también a disculparse” (AEM. 3.12.68). El informe del coronel Conesa al ministro
termina con esta frase: “Como creo que la mente del Gobierno es dominarlos por la fuerza, he
creído no deber comprometer imprudentemente el resultado de una operación que debe ser
combinada y general sobre todas las tribus”. (Arch. Estado Mayor No 4.414: Muestra claramente la
situación).
Bajo la presidencia de don Domingo F. Sarmiento, el ejército hizo un gran avance de las
fronteras. Hubo cambio de jefes en muchas comandancias. El coronel Ignacio Rivas y el coronel de
Elías, quienes siguieron actuando en la frontera sur de la provincia de Buenos Aires, siguieron
alabando al joven cacique Cipriano Catriel y miraban con celo a sus caciques que ya no pertenecían
a su obediencia, por maquinación de los jefes militares.

El coronel Francisco de Elía y la Batalla de la Laguna de Burgos

A mediados del ano 1870. el coronel F. de Elía asumió la comandancia de la frontera Sur.
Estimulado por vecinos de Azul, quiso realizar una acción contra los indios amigos de Tapalquén,
similar a lo que el comandante de Bahía Blanca J. O. Llano había hecho contra la tribu de Cañumil,
el 14 de abril del mismo año, pues salió a sorprender a la tribu, apresó al cacique y a la mayor parte
de la tribu, quitándoles, con la ayuda de voluntarios del vecindario, toda su hacienda. Pues se decía
entonces: “Robar a los indios no es pecado”.
El 3 de agosto, el coronel conferenció con el cacique Cipriano Catriel, halagándolo con el
título de “Cacique Superior de todos los pampas”. Al mismo tiempo halagaba a Namuncurá
entregándole raciones, para neutralizar a los salineros (el Gobierno desautorizó esto último). El 9 de
octubre quiso reunir a todos los caciques y capitanejos de la zona. Invitó para la reunión también al
juez de paz de Azul, don José Botana (AEM No 5.072: 16.10.70). El proyecto del coronel y de
algunos comerciantes vecinos era, lo que se expresa en el acta levantada: (publicado en Walther:
Conquista del Desierto. Anexo 8º) “De conformidad general acordaron los caciques y capitanejos
que se hallaban presentes, nombrar como su jefe principal al cacique Cipriano Catriel... y que los
indios que se encontraban independientes a su mando, en lo sucesivo se someterían a la autoridad
de dicho cacique y el que así no lo hiciere, no sólo se considerará rebelde, sino enemigo del
Gobierno de la Nación...”
En el artículo 4º se señaló como disidentes a los caciques Manuel Grande, Ramón López,
Cachul y Chipitruz. Catriel debía por eso convocar a un nuevo parlamento para el 11 de octubre,
para considerar los medios a tomar para someter al cacique Manuel Grande y aprehender al cacique
Ramón López.
La nueva reunión se hizo el 15 de octubre (Arch. Mus. Hist. Nac. N” 5.092 y La Nación,
19.10.70). Esta vez vino también el cacique Manuel Grande con sus capitanejos. “Vinieron con
cornetas al pueblo, dando vivas al Gobierno”. El coronel de Elías los desarmó y depositaron las
armas al pie de Catriel. Este lucía un nuevo uniforme de coronel que le habían regalado: un
sombrero tricornio, una montura con pistolera y un breck fueron otros regalos que se exhibieron. Y
para mayor autoridad, recibió una escolta personal de 50 hombres al mando del teniente Pablo
Tapia.
393
En la reunión se resolvió lo convenido en las reuniones anteriores. Y que se debía someter
por la fuerza a los apartados de Quentriel y Ramón López. Poco después, Ramón López y 26 de sus
indios fueron apresados y sus haciendas llevadas a Blanca Grande.
El coronel de Elías escribió, el 5 de noviembre, al ministro de Guerra solicitando
autorización para hacer arreglos con Calfucurá, Manuel Grande, Quentriel y Ramón López y otros
quienes estaban en rebelión con el superior gobierno e informó que les había dado a éstos un golpe
antes que lo notasen para someterlos sin derramamiento de sangre. Decía que los hizo reconocer la
autoridad de Cipriano Catriel, porque el cacicazgo le correspondía por herencia. (AEM. 5.11.70)
Juan Montenegro, pariente de Catriel. quien conocía personalmente a estos indios, escribió
en 1908 una serie de artículos que se le publicaron en Azul en el periódico El Imparcial. En la 2a y
3a entrega habla de los acontecimientos del ano 1870 y 1871, que resume: “Los indios de Manuel
Grande, Calfuquir y del Adivino, ubicados entre el arroyo de las Nievas hasta Bricole y Navas, en el
centro las lagunas “Frías”. “Rojas”. “Obligado” y “Burgos”, resolvieron darle un golpe a Catriel y
al coronel de Elías. Los invitaron a un baile y asado; pensaban, apresarían al coronel y cargarían
sobre el cacique (Catriel). Pero se descubrió el plan. Y el 2 de mayo, de madrugada, el comisario
Manuel Andrada, un cabo y un sargento, se acercaron al rancho del Adivino López, lo penetraron
para... De pronto aparecieron unos indios montados, derribaron al comisario y a los acompañantes y
los dejaron heridos.” No bien lo supo el coronel de Elía, concentró su fuerza, trajo también la que
estaba en Blanca Grande, pidió refuerzos de Nueve de Julio y juntó unos 300 indios de Catriel, a C.
Muñoz, a M. Miranda, la guardia nacional de Azul y a muchos voluntarios de allí y de Tapalquén.
Luego marcharon contra los toldos de Calfuquir, Manuel Grande y Chipitruz. El 3 de mayo, los
diarios de Buenos Aires anunciaron ya que había ocurrido un choque de nuestras tropas con los
indios “sublevados” de Azul. Efectivamente, ese día de Elía cruzó las armas con unos 500 indios
cerca de la laguna Burgos (Cuartel 7º de Tapalquén).
Según el relato de A. del Valle, los indios tapalqueneros habrían atacado primero y con tanta
vehemencia que sólo la aparición de Catriel salvó la situación. Según otros, aquellos indios fueron
atacados mientras estaban parlamentando. Los indios habrían atacado a Catriel, pero no querían
atacar a la fuerza nacional y se retiraron. Los persiguieron hasta Blanca Grande —14 leguas—, pero
las más de las tropas se lanzaron sobre las tolderías y empezaron a arrear indias y haciendas cuantas
encontraban. Catriel y de Elía volvieron “bien pagados”, como tantos otros voluntarios: 80 indios
fueron muertos y muchos apresados y 400 chinas fueron reducidas a prisión. Otros indios se
presentaron a las autoridades de Azul (Juez de Paz) pidiendo protección; otros huyeron hasta los
toldos de Calfucurá. Calfuquir fue muerto y el cacique Manuel Grande fue herido gravemente, de
manera que corría la voz que él también había muerto. (Parte del coronel Joaquín Sosa del 6 de
mayo de 1871).
El 8 de mayo avisó el coronel J. C. Boer, jefe de la frontera Oeste en General Paz al ministro
de Guerra que el día anterior se le habían presentado en el Fuerte el cacique Chipitruz, Manuel
Grande y otros con 550 indios y pedía instrucciones del Gobierno. Decía que las informaciones de
Azul y la de los indios eran contradictorias.(AEM. 8.5.71)
A su vez, el cacique Andrés Raninqueo de La Verde avisó que a causa de una desavenencia
entre Catriel y Manuel Grande 'han tenido una gran pelea” y que, dejando a sus familias, habían
venido a su toldería en número de 300 y 154 de las familias. Decía que el portador de este informe
era su capitanejo Ramón Tripailaf. (AEM.7 y 13.5.71). Avendaño, anotó una página en sus
Memorias sobre estos acontecimientos que él compartió con Catriel, paso por paso y termina: " El 9
de Mayo me recibí de la comisaría de Azul").
Entretanto, se produjo un desentendimiento entre el juez de paz de Azul y el jefe de la
frontera, por la distribución de los presos y el botín. Recién el 10 de mayo informó el juez de paz
oficialmente al Gobierno sobre lo ocurrido y atribuye todo a una sublevación de los indios. Dice
también que el hijo de Manuel Grande, Manuel Díaz, que tenía fama de ser audaz y más de 50
indios se habían presentado a pobladores amigos y sin armas, para pedir su protección: pero que el
coronel de Elía los reclamaba. Decía también que hacendados y vecinos esperaban buenos frutos de
esta expedición. (AEM, 10.5.7f)
394
Realmente, desde tiempo se meditaba entre civiles y militares de la zona cómo se podría
desplazar las numerosas tribus entre Azul y Tapalquén. En una nota del 11 de mayo se detallan las
“grandes ventajas” que esto traería consigo. “Este partido reunió 1.500 a 1.600 vacunos, doce a
catorce mil vendieron entre los indios catrileros sin acuerdo y sin orden y también de Elía remitió
un lote a su hacienda”.
De Elía, a su vez, avisó el 8 de mayo al Gobierno nada más que esto: La tribu de Catriel ha
sido racionada (!). Entre tanto, se esperaba una resolución sobre la suerte de los 550 indios que se
habían presentado en el Fuerte General Paz. El presidente Sarmiento propuso al ministro C. Tejedor
que ubicara a esos indios de Manuel Grande y Chipitruz en otro paraje, concediéndoles una porción
de tierra (AEM. 15.5.71). El coronel fue llamado a Buenos Aires. Pero él contestó que había
rumores de malón y tenía que suspender su viaje a la Capital. Que se había ubicado en Blanca
Grande. Propuso al Gobierno llevar a los 550 indios detenidos en el Fuerte General Paz, a la isla
Martín García para evitar en el futuro los robos. “En cualquier parte son perjudiciales a la marcha
progresista de nuestro país”. (AEM. 15.5.71)
El ministro de Guerra, ante la situación compleja y comprometedora, dio finalmente, el 24
de mayo, la orden al coronel B. Victorica “de remitir bajo custodia a los caciques y capitanejos y
cabecillas de la sublevación” (sic). “A los demás desarme...” Esta orden le fue transmitida al
coronel J. C. Boer, el 29 de mayo, por intermedio del general Emilio Mitre. J. C. Boer. no teniendo
suficientes tropas para reducir a los 600 indios, los engañó diciéndoles, que al día siguiente se
presentasen sin armas para recibir racionamiento. “Todos se presentaron, dice Alvaro Barros (en:
Fronteras y Tierras federales, ed. Hachclle, p. 146) —y allí fueron reducidos a prisión—. Sus
caballos pasaron a ser propiedad del Estado y parte dieron a los indios de Raninqueo para tenerlos
contentos. Más de 300 indios fueron detenidos y destinados como soldados a los cuerpos de línea de
las fronteras: los prisioneros del combate de Azul pasaron a la frontera sur. Los caciques y
capitanejos fueron remitidos a Buenos Aires y allí —el 30 de julio— pasaron al presidio de la isla
Martín García. El 7 de junio el coronel B. Victorica comunicó al ministro de Guerra que su orden se
había cumplido. (AEM. 8.8.71)

LA BATALLA DE SAN CARLOS DE BOLÍVAR 8.3. 1872

Con el reparto de la gente y de las haciendas no se había terminado la historia. Muchos


presagiaron que esta injusticia traería secuelas: que el temido Calfucurá podría salir a vengarlos,
como ya lo había hecho en casos similares. En eso volvió el general I. Rivas de la Guerra del
Paraguay y de nuevo tomó las responsabilidades de la frontera sur. Movilizó a 400 indios de Catriel
y los acantonó en reemplazo de las Guardias Nacionales en el Fuerte Lavalle (Sur). Una intensa
correspondencia con el ministro de Guerra (que resumimos en la biografía de Calfucurá) demuestra
que Rivas de nuevo estaba preparando su tan dilatada expedición a Salinas Grandes. Pero Calfucurá
se le adelantó trayendo su más formidable malón en protesta de los acontecimientos narrados. El 3
de marzo de 1872 cundió la noticia por todas las fronteras que el malón se avecinaba.
El 5 de marzo, los salineros sorprendieron a la tribu de Raninqueo en La Verde, quien no se
había jugado para proteger a los pampas atropellados en la Laguna Burgos. Desde La Verde, el
cacique Calfucurá mandó una arrogante nota al coronel Juan C. Boer. diciéndole: “Señor coronel:
hoy le participo que el día 5 me vine a sorprender al cacique mayor Andrés Raninquco con toda la
indiada: así es que me vine con 6.000 indios a vengarme por la gran picardía que hicieron con
Manuel Grande y Chipitruz y demás capitanes; en fin, muchas picardías que han hecho con los
soldados de Manuel Grande y creí que se mandase hacer lo mismo a Raninqueo, porque ustedes no
lo vuelvan a hacerlo con él (me vine)”. (A. Barros: Fronteras y territorios federales. p. 134: y M.
Hux: Coliqueo, p. 137 - 144, ed. 1980)
Las tropas de la frontera del Centro y del Sur, o sea las de Boer y las de Rivas. se reunieron
en San Carlos, trayendo consigo el primero un buen número de indios amigos de Coliqueo y Rivas
a 1.000 indios de Catriel.
Calfucurá en su actitud arrogante hizo lo que nunca había hecho: los atacó en una
formidable batalla campera, teniendo a sus 5.000 indios en líneas parejas, olvidándose de sus
395
tácticas de guerrillas ligeras, clásicas en toda su trayectoria histórica. Sus líneas fueron quebradas y
él entonces prefirió que sus indios se retirasen y salvasen su inmenso botín.
No entro en detalles de este malón, porque el cacique Manuel Grande y sus indios no
pudieron participar en él.

LIBERACIÓN DE MANUEL GRANDE Y BREVE ESTADÍA CON COLIQUEO

Manuel Grande encontró en el arzobispo Aneiros un buen defensor y el cacique amigo Justo
Coliqueo intercedía por él ante el Gobierno por interpuestas personas. Entre los papeles del Dr.
Zeballo encontré una carta de Justo Coliqueo al cacique Catriel, con fecha del 11 de diciembre de
1872, pidiéndole que intercediese por la libertad del cacique Manuel Grande, carta que entregó
Chaima Coliqueo, el hermano de Ignacio Coliqueo.
La contestación de Catriel fue lacónica: Es el peor criminal y no debe usted pedir la libertad
de él.
Puede ser que alguna crítica de la prensa bonaerense haya favorecido su más pronta
liberación. Juan Montenegro, en su ya citado artículo, aduce otra razón, diciendo que fue puesto en
libertad, porque en un motín suscitado en la isla Martín García había defendido a los oficiales.
El 11 de septiembre de 1873. el cacique Manuel Grande y 4 capitanejos, acompañados de
dos mujeres, fueron conducidos a Buenos Aires para presentarse al señor inspector general de
Armas, coronel B. Victorica, quien les dio la libertad y quizás le proporcionó algún caballo.
¿Adónde iban? Fue momento triste para este cacique, que había sido rico, había sido jefe de una
considerable tribu, no tener ni casa. ni familia donde retirarse. No pudo aventurarse a volver a
Tapalquén. Buscó llegar hasta Los Toldos de Coliqueo (entonces en el partido de Nueve de Julio).
El 6 de octubre llegó al campo de la Tapera de Díaz, pidiendo amparo y hospitalidad. El cacique
Coliqueo lo recibió sin reparo. Creo que no bien se supo en la comarca su regreso, se le juntaron
algunas de sus familias que después de la batalla de Burgos se habían dispersado.
Apenas llegó la noticia a oídos del coronel Hilario Lagos, comandante del Fuerte General
Paz, mandó a Coliqueo una carta (21 de octubre) pidiendo explicaciones y como no la contestó
enseguida, porque en ese momento faltaba el escribiente, Antonio Coliqueo, su hermano, el coronel
marchó ya en la madrugada siguiente sobre los toldos de los indios amigos. Invitó también al jefe de
la Guardia Nacional de Junín, quien acudió con 60 hombres de su guarnición. Al entrar en el campo
de la tribu, hicieron un gran barullo, “entraron a sangre y fuego”, atrepellaron a unas pobres chinas
viejas, las tiraron al suelo y así atacaron a los indios como a enemigos en los primeros toldos. Los
maridos las defendieron, lo cual suscitó una pequeña escaramuza, en la que resultó herido de
hachazo un indio, y un guardia nacional, de nombre Correa, recibió un buen lanzazo.
Los Coliqueo se abatataron al principio, creyendo que se trataba de una invasión de mucha
tropa del Gobierno, y que aquellos pocos soldados eran la vanguardia con la que el jefe de la
frontera se había adelantado. Don Justo Coliqueo llamó a sus hermanos y capitanejos para deliberar
cómo podrían salvarse y salvar a la tribu. No sabían a qué atribuir aquel atropello: pues no habían
dado lugar para ser atacados, y de esta manera. El comandante Lagos formó cuadro con sus
veteranos y detrás de ellos, los de Ataliva Roca. El cacique Justo y sus capitanejos parlamentaban,
mientras que unos indios de Manuel Grande iban alborotando a los demás indios, excitándolos a
que peleasen a Lagos, saqueasen sus casas de comercio y fugasen a Tierra Adentro. Decían que el
jefe de la frontera venía a llevarlos a todos a Martín García. Así se alborotaron los indios, corrieron
a tomar sus armas y se disponían a pelearlos. Coliqueo, empero, quiso ser prudente: quiso dar y
pedir explicaciones al jefe militar; pero le resultó imposible. Justo ya no podía contener a su tribu y
se puso al frente de sus conas.
Los tres hermanos Coliqueo convinieron entonces en que iban a aprehender al comandante
Hilario Lagos y al jefe de las Guardias de Junín y los mandarían a Buenos Aires escoltados por una
buena parte de la tribu para entregarlos al ministro de Guerra.
Todo esto nos cuenta un testigo ocular, don Electo Urquizo, en sus Memorias. (Ed. ECA BA,
1983, p. 181 ss.)
396
El cacique estaba indignado y envió dos notas de quejas al juez de paz de Nueve de Julio
para que éste también informara al Gobierno. Transcribo una de estas notas con toda su ortografía
propia, sacada del Archivo Municipal de Nueve de Julio. (Lib. 28 f. 42/43).

“Sr. Dn. Esteban Trejo:


Mi más estimado y apreciado Tío: Le hago saber de que oy me an abusado el ceñor
comandante Lagos que iio(yo) me alio muy inorante en eso que lla(ya) be usté, mi querido Tío, que
el otro día (he)estado a su lado que ya be que lio pienso el trabajar en esta Tierra y ací que si esa
benga. me (h)aga el gran serbisio de mandarme los hombres buenos porque dicen que (h)a benido
un cautibo que es que (h)a tenido y que (h)a contado a Lagos de que nos estamos por
(sublevar)solobarnos en lo que lio (yo) ynoro y que ahora mismo me a(haga) la gacia el me ñor por
que el comandante está en Los Toldos acampado y que A querido Tío y a mi tío Chaima me lo (h)an
lastimado, no ce cómo. Justo Coliqueo. Tapera, 22 de octubre de 1873.”
Entretanto, Justo Coliqueo mandó a su pariente, el capitanejo Juan Painequeo con un piquete
a atajar a los Guardias Nacionales que venían en camino hacia la tribu. Luego mandó a su hermano
Antonino con 20 indios de los más guapos a apersonarse al coronel Lagos para pedirle
explicaciones por este atropello. Este contestó que venía a castigar una desobediencia por no haber
contestado su nota sobre rumores de invasión y de sublevación de los indios de Manuel Grande
agregados a su tribu. Le contestaron que, ¡por haber postergado la contestación por un día, venía a
invadir su campo, tocando a degüello!
Don Electo añade en sus Memorias: “Fue una botaratada: el fuerte se creía con derecho de
atrepellar al débil. Querían que los Coliqueo se sublevasen. Además, entraba la política. Los
Coliqueo eran mitristas. Lagos y Roca eran alsinistas. En el horizonte político del país se
vislumbraba ya la sangrienta lucha civil del 74. Querían pues, quitar a los mitristas un elemento
político, provocando la sublevación de Coliqueo para poder atacarlos: a la vez se iba a copar las seis
leguas cuadradas de su campo.”
Podía costarles muy caro este atropello. Gracias a don Nicolás Robbio (padre) que llegó a
tiempo de su estancia de San Emilio, pudo arreglarse el desacuerdo entre Lagos y los Coliqueo. Los
indios estuvieron a punto de atacar: ya habían formado un círculo de lanzas a los 90 hombres.
Ataliva Roca parecía muy asustado: Lagos en cambio, estaba sereno. En ese preciso instante llegó
don Nicolás Robbio y convenció a los Coliqueo que su actitud era equivocada: que su deber era ir
en persona a dar y pedir explicaciones a su jefe. Se ofreció a intervenir y a arreglar todo a
satisfacción de ambos. Coliqueo estuvo de acuerdo y Robbio fue a hablar con Lagos. Este vino al
momento a conferenciar con Coliqueo. Vino solo y sin espada, en prueba de que no tenía
desconfianza de su fidelidad. Esta actitud del jefe, le valió un recibimiento franco y cordial de parte
de los hermanos Coliqueo y su tribu. Tras esta conferencia. Lagos reconoció que había obrado con
ligereza y se hicieron las paces.
Esa noche se bailó y se bebió hasta la saciedad (E. Urquizo: Memorias ib.). En una nota
fechada el 24 de octubre, H. Lagos decía al ministro, que Manuel Grande se había incorporado a
Coliqueo. sin habérsele presentado y que por eso creía que había procedido de mala fe.
Informó también al Inspector General de Armas, el 10 de noviembre, que Manuel Grande y
su familia habían venido a la tribu de Coliqueo: que antes habían pasado por el Fuerte Ancalú (hoy
General Pinto) y que pedía raciones para ellos. (AEM. 10.11.73)
Hilario Lagos vigilaba muy de cerca a la tribu de Coliqueo. Este cacique y el cacique Pincén
hacían grandes esfuerzos para conseguir la liberación de los prisioneros que le habían tomado a
Pincén, pues eran también parientes de Coliqueo. Hilario Lagos se los negó “para tener algún medio
con que sujetarlos. Hoy llamaré a 40 indios y dos capitanejos bajo armas —decía él—. Si no
obedecen, tomaré medidas” (AEM Nº 6.609. 3.1.1874). Dos días después avisó que seguían las
desavenencias en la tribu y por consiguiente movilizó a todos los indios, llamándolos al Fuerte
General Paz. Le obedecieron. Al misino tiempo el general I. Rivas inició su expedición a Salinas
Grandes; pero tuvo que retroceder por falta de agua y porque se había declarado la epidemia del
cólera entre sus indios amigos.
397
Nueva agresión a la tribu de Coliqueo por la presencia de Manuel Grande

Manuel Grande había extendido sus comunicaciones a todos los rumbos, seguramente para
conseguir que su gente dispersada se reuniese de nuevo. El ministro de Guerra dio orden a H. Lagos
que no permitiese comunicaciones ni con Namuncurá, ni con Reumay ni con Lincopán (A.M.H.N.
N” 8.339,12.2.74). También el general Rivas se alertó, porque Manuel Grande y Namuncurá se
carteaban (ib. Nº 8.344). Lagos quiso apaciguarlo, diciendo que Manuel Grande procedía bien,
mejor que Coliqueo, (ib. Nº 8350)
El 10 de marzo de 1874. el coronel F.Borges interceptó en Junín a tres comisiones, una de
Pincén, otra de Nahuel Payún y una tercera de Namuncurá: a las tres las redujo a prisión. Y de
Coliqueo exigió que remitiera a Junín las familias que pertenecían a la tribu de Manuel Grande y se
hallaban en su campo. Coliqueo se negó arguyendo que eran parientes suyos (A.M.N.N. Nº
8.417,10.5.74). Decía el jefe de la Frontera Norte, coronel Borges. que chismes decían, que algunos
indios de Coliqueo habían salido fuera de la frontera sin permiso ni pasaporte. Y Pedro Córdoba de
Nueve de Julio decía que Coliqueo estaba sublevado e invitaba a huir al desierto. (Arch. Mund. de 9
de Julio, Lib. 28, f. 49. 9.3.74)
Entonces, el coronel Borges se puso en marcha con 250 hombres con rumbo a la tribu de
Los Toldos con la intención de reducir a los culpables. Para asegurarse, habían llamado a los
coroneles S. Maldonado y H. Lagos para ocupar los puestos de la salida hacia La Pampa.
El mismo 10 de marzo se acercó a Los Toldos, a la hora de la siesta. Simón Coliqueo salió a
su encuentro con unos 20 hombres y pedía mil perdones, atribuyendo la falta de cumplimientos a
sus órdenes a la enfermedad de su hermano Justo.
“Los recibí malamente, dice Borges en su relato, y mandé que regresaran a Los Toldos a
todo galope para que, cuando yo llegare, estuvieran prontos los indios y sus familias que habían
pedido. Llegado allí, procedí a formar a todos los capitanejos; hice traer a Justo Coliqueo y en
presencia de estos y demás indios lo destituí del mando y lo reduje a prisión, así como también a
ocho de los principales capitanejos que saqué a elección...” Eran medidas fuertes. Le tocó también
el turno a Manuel Grande: “Llamé a Manuel Grande, le hice reunir a sus indios y familias y le
ordené marchara al Fuerte Gral. Paz. Hice completar el contingente pedido por Lagos y marcharon
en el acto a la frontera; e hice reconocer a Simón Coliqueo como jefe de la tribu...
“Todo esto, como verá V.E., importa haber disminuido notablemente el poder de esta tribu,
quitándole todo lo más viril de ella, que era Manuel Grande y las 250 lanzas, que es como una
tercera parte, sacando también los capitanejos de más influencia. Y castigando a su jefe con la
destitución y prisión, cosa que jamás había figurado, ni había ejemplos de ellos...” (AEM. Nº 6731)
“He tenido la desgracia que se me presentaron sumisos y arrepentidos; creí encontrarlos
armados, como sucedió con Lagos: entonces habría dejado ni uno solo sin sufrir las consecuencias y
habríamos hecho desaparecer como tribu esta canalla, arreando con todo. Pero como han pasado las
cosas, hubiéramos hecho la segunda edición de lo que ha sucedido en el sur (con Cañimil. Chipitruz
y Manuel Grande), una gran impertinencia.
“Ahora, pues, estamos en situación de hacer algo que nos conviene muchísimo; y es
disminuir el poder de Catriel, fomentando a costa de éste a Manuel Grande, enemigo
irreconciliable. Había sido fuerte y rico: hoy está pobre y está por eso en la miseria. Mi plan será,
dar a Manuel Grande el campo de “La Verde” (Partido Veinticinco de Mayo) que ocuparon
anteriormente los de Raninqueo. En cuanto a 1os presos, pienso mandarlos a Buenos Aires, pues no
había lugar allí. En Martín García estarían bien”. (A.N.H.N. Nº 8.362 y 8.364 del 12 y 15 de marzo.
Lista de presos AEM Nº 6.682 y 1.212; M. Hux: Coliqueo. ed. 1980, p. 169-174).

MANUEL GRANDE, CACIQUE AMIGO CERCA DEL FUERTE GRAL. PAZ

El ministro de Guerra no estuvo de acuerdo con lo último propuesto: que se provocase a la


tribu de Catriel, llevando a sus enemigos cerca, donde probablemente 400 indios habrían desertado
para incorporarse a Manuel Grande (AEM, Nº 8.368 y A.M.H.N. Nº 8.417). Manuel Grande y sus
indios fueron llevados a las inmediaciones del Fuerte Gral. Paz (Partido Carlos Casares). Eran
398
entonces unas 250 personas (ib., 8.368, 15.3.74). Eran los que habían buscado en la tribu de
Coliqueo y los que se les incorporaron después. También el hijo del cacique Manuel Grande, el
cacique Manuel Díaz, pudo volver de la prisión de Buenos Aires con los indios que habían sido
confinados en el Cuartel de Depósitos (AEM. 26.3.74). En mayo se presentaron seis indios con sus
familias que se habían escapado de Salinas Grandes y vinieron a incorporarse a Manuel Grande.
Dos de las mujeres eran cristianas cautivas: Caima era de Río Vº, que hacía 12 anos que la habían
cautivado; María A. Funes era de Río IVº (AEM, 26.5.74). En agosto de ese año, Manuel Grande
pidió la protección de Hilario Lagos, porque 70 indios de lanza con sus familias querían venir a
incorporársele. El 14 de agosto, pues, Manuel Grande salió con una escolta de rifleros a esperarlos.
Era el caciquillo Tripailao. que antes había pertenecido a Coliqueo y a Raninqueo, quien quiso
venir. (AEM. 4. 9 y 25.9.74)
Este aumento de gente trajo consigo el problema de alimentación. Manuel Grande presentó
al Gobierno varios pedidos por racionamiento de sus indios en servicio, para que se excluyera la
tentación de ir a robar. (Arch. Mun. de Nueve de Julio, Lib. 28. f. 72 y 76: AEM. 5.8 y 25.8.74)
Hilario Lagos dio cuenta al Gobierno que los había incorporado como Compañía de Indios
Amigos. En un legajo grande intitulado: La Tribu de Manuel Grande (AEM 22, Nº 6.731). figura la
lista nominal de sus oficiales y demás gente:
El cacique principal: Manuel Grande
Los capitanejos:
1. Pancho Díaz
2. José Andrés
3. Juan Rufino
4. Manuel Gavilán
5. Vicente Díaz
6. Manuel Díaz
7. José Lozano
8. Juan Marín
9. Güenuán
10. Mariano Ramírez
11. Martín Antipán

En total: 1 cacique. 11 capitanejos y 74 soldados.


Los editores del informe de la Comisión Investigadora sobre las Tierras de la Tribu de
Coliqueo (La Plata. 1940. p. 390-400). publicaron dos listas completas de hombres y mujeres de la
tribu de Manuel Grande, una del mes de septiembre de 1875 y otra de junio de 1878. En la primera
figuran 1 cacique. 19 capitanejos, 150 indios y 19 muchachos.
A los capitanejos arriba nombrados agrega éstos: José Salas, Manuel Chico, Manuel
Fernández, Gerónimo Curufil., José Antonio Pinás, Juan Díaz y Luis Platero.
Se señalan 150 mujeres, todas con solo el nombre cristiano.

Manuel grande y la revolución de 1874

Si para los jefes de la frontera no era fácil elegir el partido que tomar, al estallar la
revolución de protesta en 1874, encabezada por el general Mitre, cuánto más difícil era la elección
para los jefes de las tribus amigas. Apenas se dio el pronunciamiento de la revolución, el Gobierno
Nacional movilizó a los indios del Fuerte Gral. Paz y de la Tapera de Díaz (el 25 de setiembre/74).
Mientras los de Coliqueo fueron puestos a las órdenes del teniente coronel Henestrosa, Manuel
Grande y Tripailao con sus indios fueron puestos a disposición del teniente coronel Z. Supisiche, en
San Carlos.
El comandante del Fuerte Gral. Paz marchó con su guarnición a Mercedes. Era alsinista y
quiso servir lealmente al nuevo Gobierno de Avellaneda. En cambio, F. Borges, el comandante de
Junín, pidió exoneración de su cargo y como no se lo dieron, marchó a encontrar la muerte en la
batalla de La Verde, el 26 de noviembre.
399
La marcha de los revolucionarios se inició en el sur. Les incorporaron a unos 800 indios de
Catriel y las tropas del general Rivas de Azul. Lagos consiguió capturar al cacique Cipriano Catriel
y a incorporarse a gran número de los catrileros, después de la muerte espectacular de ése.(Véase lo
que escribí en la nota sobre Cipriano Catriel). Nueve de Julio también fue un centro de lucha,
mientras que el fuerte Gral. Paz quedaba con una corta guarnición al mando del mayor Pedro
Córdoba. En cierto día, Nueve de Julio fue sitiado por un grupo de revolucionarios encabezados por
el conocido “choiquero” Policarpio Caro. El juez de paz, en esa emergencia, hizo llamar a los indios
de Manuel Grande; pero el cacique no quiso acudir ese 6 de octubre, porque tenía otro destino y no
sabía a quién ayudar. El juez de paz de Nueve de Julio, don Nicolás Robbio, logró convocar una
comisión de un capitanejo y 20 indios a una conferencia. Les echó en cara su desobediencia y su
deslealtad. Manuel Grande en ningún momento se había comunicado con los rebeldes y fue a
disculparse personalmente al comandante Pedro Córdoba. (AEM, Nº 6.839, 15.10.74)
El coronel D. Julio Campos e Hilario Lagos, los jefes de las tropas gubernamentales,
enviaron refuerzos a los guardias nacionales de Nueve de Julio y los indios fueron racionados. Pero
aún corrían rumores que ellos estaban simpatizando con los revolucionarios. Es que el Juez de Paz
de Lincoln, el teniente Pedro Henestrosa, se había declarado revolucionario. Coliqueo por eso lo
abandonó, porque no quiso ser desleal al Gobierno elegido. Manuel Grande y Tripailaf pasaron una
dura prueba por el decreto del 11 de noviembre, que disponía el cese del racionamiento. Pero se
mantuvieron tranquilos. Apenas había capitulado el movimiento revolucionario, los dos caciquillos
solicitaron el permiso para ir a Buenos Aires para presentar su acatamiento al nuevo Gobierno y
hacerle presentes sus apremiantes necesidades. Hilario Lagos recomendó el pedido al ministro de
Guerra, dicióndole: “Tienen importancia por las ulteriores operaciones” (sic!). (AEM. 30.12.74)

LOS AÑOS 1875 - 1876

Hilario Lagos se había engrandecido durante la campaña contra la Revolución, y vuelto a la


Comandancia del Oeste. El intentó realizar un plan largamente postergado por el general Rivas:
pues, quiso expedicionar a Salinas Grandes y someter a Namuncurá. Primero le propuso a
Namuncurá por intermedio del cacique Manuel Grande las bases para un tratado de paz. Los
capitanes salineros elaboraron ellos mismos un documento para concertar con el Gobierno Nacional
el tratado de paz definitivo (AEM, doc. 1.232. fecha el 3 de junio de 1873. el día de la muerte de
Juan Calfucurá y ese otro documento del 3 de mayo de 1875 que reproduce A. Cliflon Goldney en
su libro " Manuel Namuncurá" ed. Huemul, p. 211). El coronel F.P. Yturra presentó personalmente
todos los escritos recibidos por la comisión del cacique Manuel Grande con relación a los arreglos
de paz. La comisión fue encabezada por el hijo de Manuel Grande, el capitán Francisco Díaz, que
era culto y buen traductor: 17 caciques generales, 36 caciquillos primeros y 53 caciquillos segundos
firmaron el documento. Sin entrar en más detalles, quiero demostrar, que Manuel Grande fue tenido
en cuenta y gozaba de la confianza de los indios y de los blancos.
El misioneros R. P. Pablo E. Savino instaló en 1875 una misión entre los indios de Coliqueo
y deseaba extender la misión hasta las tribus vecinas al Fuerte Gral. Paz. Allí había más de 300
familias en gran pobreza: tenían prohibición de salir a cazar, a choiquear; dependían casi
exclusivamente de la ración que como soldados les tenían que pasar. Manuel Grande figuraba con
sus oficiales y 169 soldados y Tripailaf con 122 en las filas de soldados de la frontera. No nos
extraña que ambos caciques tuviesen que insistir en los reclamos de las raciones (Hux: Coliqueo. p.
216 ed. 1980). En cualquier momento de alarma, tenían que presentarse: en tiempo de tranquilidad
prestaban servicios por turnos. El tratado de paz de Namuncurá no fue ratificado. El 22 de mayo
vino una comisión de Namuncurá al Fuerte Gral. Paz. para ver al coronel Lagos. Este lo despachó
diciéndole que no tenía autoridad para concluir la gestión por el tratado. Entretanto, se ofreció el
coronel Levalle y también el coronel Cerni de Bahía Blanca se ofrecía para mover el asunto. Y
finalmente, en octubre, llegó a Salinas Grandes el misionero R. P. Jorge M. Salvaire. Casi lo
mataron, cuando se dieron cuenta de que los estaban engañando (M. Hux: Una excursión apostólica
del P. Salvaire a Salinas Grandes; ECA, 1979). Convocaron a una gran acción en conjunto, porque
400
sabían que el Gobierno había autorizado lanzar las tropas a la conquista hasta el Río Negro. El
clima político era denso. También lo sentían los indios amigos de Manuel Grande.
No sé lo que ocurrió en julio. Tenemos sólo una breve nota del 13 de julio de 1875 que decía
que el cacique Manuel Grande había desobedecido: no entregó a un capitanejo y 30 indios para un
destacamiento de la línea de fortines. Entonces se lo tomó preso al cacique y a su hijo, el
capitanejo Manuel Díaz, exigiendo a la vez que el destacamento solicitado marchase a su destino.
El coronel Luis M. Campos agregó a la nota que “era preciso cortar de raíz esa clase de
subordinación, pues están equiparados al Ejército y deben prestar estos servicios insignificantes”.
(AEM. Nº 7073, 13.7.75)
Parece que el cacique supo dar suficientes explicaciones para que no sufriera mayores
castigos. Consiguió muy pronto su libertad, pues figura en la lista de revista de septiembre de ese
ano, sin ninguna rúbrica. Aprovechó las comunicaciones para solicitar los sueldos atrasados.
En octubre, el comandante Lagos comunicó al ministro que el capitanejo Masa y 13 indios
de Manuel Grande habían fugado a los toldos de Namuncurá. Masa no pertenecía a esta tribu, sino
que había venido a invitarlos para que participaran del gran malón que estaban planeando a fin de
parar el gran Avance del ministro Alsina. Cuando el 26 de diciembre de 1875 se sublevó la tibu de
Catriel por malos tratos (véase la biografía de J. J. Catriel) parecía que todo el desierto venía a
acompañarla. Pero también los jefes de las fronteras tomaron sus medidas.
El 28 de diciembre se movilizó la tribu de Manuel Grande: 70 indios fueron destinados al
fuerte Lavalle (Sur) para operar luego contra el malón en Blanca Grande (AEM. 5.1.76 y J.
Sánchez: Efimérides militares, p. 16). El teniente coronel Villegas condujo otro contingente de
indios al mando del cacique M. Grande junto con 28 carabineros con el capitán Rafael Solís para
hostilizar el malón en la retirada (1.1.76: A. Martínez: Hist. de San Carlos de Bolívar, p. 89). Les
quitaron mucha hacienda.
Cuando en marzo las cinco divisiones de Alsina iniciaron la marcha de conquista. las tribus
amigas de Coliqueo, de Manuel Grande y Tripailaf fueron encargadas de vigilar y proteger las
viejas posiciones de la retaguardia. Pero como no recibieron ni sueldos ni raciones, quedaron en una
espantosa pobreza. Además, los castigó la tremenda epidemia de la viruela. Con cartas repetidas
presentaron su angustia al general Bartolomé Mitre, quien interinamente ocupó la cartera del
ministro de Guerra. El 22 de marzo de 1876 dispuso que se hiciesen ajustes con los indios amigos.
Manuel Grande, con su hijo M. Díaz y el capitán José Solá estaban viajando hacia Buenos Aires,
cuando, por aviso de invasión, tuvieron que volver presurosos a la frontera. En vez de cobrar dos
años que les debían, pudieron cobrar cinco meses. El cacique presentó, entonces, sus cuentas claras:
habían quedado impagos desde el 1º de marzo hasta el fin de 1874, todo el ano 1875 y los meses
que iban del año 1876: Manuel Grande: $ 26.600; Manuel Díaz: $ 12.875 y José Solá: $ 8.075.
(AEM. 28.3.76).
Y como, en 1876, sus campos ya no estaban fuera de la frontera, el Gobierno empezó a
vender y escriturar los terrenos conquistados. lo cual hacía más difícil la subsistencia de los indios
amigos. El primero de los indios amigos de General Paz, Manuel Díaz, solicitó la cesión y
escrituración de dos leguas de campo, preferentemente en La Verde, donde había residido con
Raninqueo. Decía que su gente estaba en la última miseria. Además, pedía la libertad de varios
indios presos. Recibió en el momento algunas promesas.
Esto animó también al cacique Manuel Grande a hacer semejantes gestiones. A principios de
julio de 1876 los visitó el misionero lazarista P. Pablo Emilio Savino y constató una tremenda
miseria y hambre y quedó dos meses entre ellos. (M. Hux: Coliqueo, ed. 1980 p. 216 s.)
El cuadro que el sacerdote nos pinta nos consterna: “En la época en que los visité, la viruela
hacía horribles estragos en la tribu de Manuel Díaz, de Manuel Grande y de Tripailaf. No había
toldo que no haya sido castigado por este flagelo. Resolví hacer una gira apostólica: deseaba
bautizar a los enfermos, a lo menos a los niños. El médico de la guarnición del Fuerte aceptó
acompañarme. Es inimaginable lo horrendo y lastimoso que vimos. A lo largo del camino
encontramos cadáveres de personas de todas las edades y en ambos lados del sendero envueltos
ligeramente en jergas o cueros, arrojados como carroña en medio de matorrales. Encontramos
toldos completamente vacíos: todos sus moradores habían muerto. En otros, en cambio, había una o
401
dos indígenas salvadas de la muerte segura, salvadas como por milagro. Muchos habían muerto por
hambre, porque desde tiempo les habían cortado sus raciones que les debían como a incorporados al
Ejército.
“El médico prodigaba su caridad para ayudar a los apestados de la enfermedad tan
contagiosa. Los indios carecían de toda defensa natural contra la viruela y culpaban a los brujos
blancos de haber introducido esta enfermedad entre ellos. Yo pude hacer algunas limosnas y bauticé
a 33 personas, la mayor parte de ellas eran niños gravemente enfermos.
“El médico se lamentaba de la carencia de medios. Padre, no tenemos nada en absoluto para
curar a estos enfermos —decía—. El estado de la misma guarnición no podía ser peor: falta hasta la
sal...”
Vueltos al Fuerte, el Padre Savino rogó al coronel Máximo Matoso que procurase las
raciones para los indios para que no murieran de hambre.
“Qué quiere, Padre —contestó el coronel -, Este Fuerte no ha estado nunca en una situación
más lastimosa de abandono. Aunque escriba al Sr. Ministro, no contesta. Enviaré esta carta —
prosiguió— a un estanciero de este partido para pedirle algunos animales, porque ya no nos queda
más comida que para hoy.” (Relato del Misioneros al Superior General en París, publicado en
francés en Anales de la Congregatión Lazarista, 1878, vol. 43. p. 508 ss.).
Durante esa visita, el Padre Savino animó al cacique que se dirigiese también al Sr.
Arzobispo Aneiros de Buenos Aires para que él pidiese al Superior Gobierno protección y ayuda.
En el libro de L. Copello, Gestiones de Mons. Aneiros en favor de los indios (1945. p. 210). se
publicó la carta que Manuel Grande mandara entonces al Sr. Arzobispo:
“Fuerte General Paz, agosto 5 de 1876.
Sr. Arzobispo Dn. Federico Aneiros. Muy reverendísimo Señor:
Suplico a S.S.l. se quiera dignar interponer su eficaz influencia con el Sr. Gobernador de la
Provincia, el Sr. Carlos Casares, para que este Señor nos dé cuanto antes, como me tiene ofrecido,
para mí y mi Tribu, las seis leguas de campo en La Verde: y de no ser posible, en otro paraje,
aunque sea en 'Panagüín'. Hace ya tres años que vivimos en la intemperie y sumidos en la mayor
miseria y pobreza, mal pagados y peor alimentados. Consiguiendo el expresado campo, podremos,
ayudados por el Superior Gobierno, poblarlo y sembrarlo y mejorar extraordinariamente tanto en
nuestro presente, como en nuestro porvenir.
“También contamos desde ya con el favor y la protección de S.S.l. para establecer una
capilla, a fin de que podamos ser instruidos en la santa religión católica, apostólica romana,
contamos entre los más fieles fervorosos de sus hijos y tener donde dar culto al Dios Todopoderoso.

“Como se acerca la primavera. desearía poder poblar en el anunciado campo, pues es el


tiempo mejor para cultivar y sembrar la tierra.
“Dios Guarde la importante vida de S.S.I.
A ruego del Coronel y Jefe de la Tribu
Dn. Manuel y por no saber firmar, Fulgencio Sevilla”

El 9 del mismo mes, el Sr. Arzobispo cursó la solicitud al ministro de Gobierno. Dr. A. del
Valle. Ademas, solicitó la libertad de once prisioneros de la tribu, detenidos aún en el Cuartel de
Artillería; pero el ministro sólo consintió que vinieran sus familias a Buenos Aires. El mismo día en
que redactaron la carta Manuel Díaz y F. Sevilla, Manuel Grande y Tripailaf fueron llamados a
prestar servicios en San Carlos con un buen contingente (e.d. más de 100 indios). (AEM. Nº 7568.
5.8.76)

¿Sublevación o atropellados por el malón?

Lo que sigo contando, presupone el conocimiento de otros acontecimientos ocurridos en


varias tribus del interior y en la tribu amiga de Coliqueo. (Véase M. Hux: Coliqueo..ed. 1980 Cap.
XXXII a XXXIII.
402
Sabiendo que se estaba preparando la guerra del exterminio, los indios del desierto se
unieron en una gran confabulación, lo que afectó también a las tribus de Manuel Grande. M. Díaz y
R. Tripailaf que se hallaban en un estado de desesperación. El 24 de agosto, el cacique Manuel Díaz
volvió a escribir un “S.O.S.” al Arzobispo de Buenos Aires (Copello, ob. cit.. p. 212). Solicitó su
“protección a fin de conseguir lo que en adjunta nota pedimos al Sr. Ministro de Guerra, por creerlo
muy justo, principalmente en las circunstancias en que nos hallamos diezmados por la viruela, por
un lado. y atacados por el hambre, por otro: pues las familias de nuestras tribus no bajan de
trescientas, fuera de los hombres y no se nos da sino una res flaca por día; esto es ponernos en el
caso de dar motivo para que hablen de nosotros...” Esto quería decir: sino debían robar, o ir a
malón.
La tribu vecina de Coliqueo, a su vez, estuvo en grave crisis. Justo Coliqueo había entrado
en un estado de locura: organizó un nguillantún, la noche del 4 de agosto de 1876 e incitó a sus
indios a seguirle para reunirse con los demás indios del desierto. Mandó chasquis a los caciques
Namuncurá, Pincen y Mariano Rosas y seguramente también a los indios del Fuerte Gral. Paz. El 27
reunió a los que querían seguirlo y se fue tierra adentro; no contestó el telegrama que el coronel L.
M. Campos le mandara, ni el del general Rivas, ni el del coronel Matoso, que lo citó al Fuerte Gral.
Paz. El coronel Matoso se presentó entonces en Los Toldos, dio orden de captura del cacique Justo
Coliqueo (que se había ausentad) e hizo jefe y responsable de la tribu a su hermano Simón
Coliqueo. También dejó un piquete en Los Toldos y volvió el 8 de setiembre a Gral. Paz.
De Justo no se supo nada y era de esperar que volviera con algún malón. Mucho le perturbó
al coronel y molestó al ministro de Guerra que también las tribus de Manuel Grande, Manuel Díaz y
R. Tripailao hubieran desaparecido. Y hasta la mayor parte de la guarnición del Fuerte había
desertado. Se creía que se habían sublevado; pero una carta del cacique Ramón Tripailaf al ministro
de Guerra nos da algún pormenor de su situación en el momento en que los sitió y atacó el malón.
(AEM, Nº 7899)
A principios de octubre, los cables telegráficos transmitían la noticia de que un malón venía
a invadir la Frontera Oeste. El ministro de Guerra nombró entonces al coronel I. Garmendia jefe de
las operaciones en el Oeste. Este se dirigió a Nueve de Julio y mandó al mayor Víale a Los Toldos
de Coliqueo. [- Dejo aquí de lado la batalla de la Tapera de Díaz que se desarrolló en Los Toldos de
Coliqueo, el 9 de octubre de 1876. (M. Hux: Coliqueo, ed 1980 cap. XXXIII]
Una parte del malón operó en el Partido de Nueve de Julio y llegó a sitiar el Fuerte Gral.
Paz, el 8 de octubre. Por supuesto, sitiaron también las tres tolderías, las de M. Grande, de M. Díaz
y de R. Tripailao. El jefe del Fuerte no les mandó ninguna ayuda, sino desde el Fuerte hicieron
fuego de fusiles contra ellos, mientras peleaban con heroísmo para resistirles. Por eso tuvieron que
entregarse —dice Tripailao en su carta—. Y cuenta cómo el cacique Pincen le mató a un hijo y
quiso capturar a su hija. A los indios capturados los iban a llevar a Salinas Grande. Llegó el coronel
J. I. Garmendia con 200 hombres y logró romper el cerco de las lanzas y entrar con su batallón en el
Fuerte.
Al día siguiente salió con 150 hombres del Batallón Provincial, con 50 vecinos y la
guarnición del Fuerte a batir a los invasores: los persiguieron durante 15 leguas tiroteando a los
grupos que se iban dispersando y huían con sus arreos, sin presentarles batalla. También el coronel
Matoso seguía los rastros de otros contingentes que habían pasado por las lagunas del Cura, La
Cortadera y Del Cardón (o Cardoso). En esta última laguna encontraron a un grupo de indios con un
gran arreo. Estaban descansando y churrasqueando. Los rodearon con rápidas guerrillas, “cuyo
fuego causaba más risa que impresión”, contó Garmedia al coronel Luis M. Campos. Los indios, en
cambio, aplicaron una vieja táctica del desierto: incendiaron el pajonal, saltaron a caballo y
huyeron, esperando que esta valla de fuego pusiera distancia entre ellos y el enemigo. Pero
Garmendia supo salvar este obstáculo y corrió a toda rienda al ataque de los indios. Por su fusilería
se dispersaron primero, luego se tendieron en línea, pero asustados por una fuerte descarga de fusil,
corrieron de nuevo hacia la laguna de Quemu Quemú. La noche y el cansancio puso fin a la
sangrienta jornada. En el parte, J. I. Garmendia dice que les arrebató 16.000 vacunos y 2.000
yeguas.
403
Los indios de Manuel Grande y Tripailao anduvieron rondando con los malones hasta
diciembre, cuando Pincen trajo el último malón sobre el Oeste de la Provincia. No llegaron a la
tribu de Coliqueo, como se temía, sino el 7 de diciembre de ese año del Avance de Alsina,
invadieron las estancias del Sudoeste de Junín: las estancias de Coffín y de Chiquilof. Allí los batió
el coronel Dn. Ataliva Roca, asociándosele el coronel M. Sanabria con las tropas del Fuerte Lavalle
Norte (Gral. Pinto). Dieron a los indios un buen susto, pero no pudieron impedir que se retirasen
con su botín. Tres semanas más tarde, los coroneles L. Winter y M. Freyre buscaron arrebatar a los
indios que pasaban por Sanquilcó (o Fuerte Lavalle Sur) el arreo que llevaban con rumbo a Salinas
Grandes. No los alcanzaron y se fueron tranquilos por el camino real llamado “de los chilenos”
(AEM, 26.2.77). Se supo también que Manuel Grande y Tripailao deseaban vivir nuevamente entre
los blancos. pero los demás indios los tenían muy vigilados. Esto cuenta también Tripailao en su
carta dirigida al ministro Alsina (AEM, Nº 7899,10.8.77). diciendo: “He hecho todo cuanto ha
estado de mi parte para que el cac. Manuel Grande se resolviese a venirse. Namuncurá y los demás
caciques enemigos me han amenazado con la muerte. El cacique Pincen ha querido apoderarse de
mis hijas a quienes sabía que yo idolatro. Todo esto, Sr. Ministro, con el único fin de que yo me
quedara con ellos. He perdido desgraciadamente a mi (hijo) Andrés, quien después que nos
encontrábamos en Salinas Grandes, intentó venirse a presentarse al comandante Freyre y tuvo la
mala suerte de caer en su camino en poder de la tribu del cacique Pincén y fue muerto”.
A fines de julio se entregó, declaró una ex cautiva. Estaban cerca de Catriel en Lanmaché,
que también estaba en retirada de la persecución de las tropas de Alsina. También Catriel tenía
esperanza de poder volver a sus tierras. (AEM. 20.7.77)
El 30 de julio lograron escapar del cerco de la vigilancia y vinieron a entregarse en Carhué,
donde ahora estaba el Fuerte Belgrano. Se entregaron 141 indios y 300 de las familias. (J. Walther
Conquista del Desierto, ed. 1964, p. 550 [AEM. Nº 7907])
En la ya citada carta decía el cacique, lo que habrían dicho al presentarse:
“Estrañará a V.E. mi conducta, pero es un deber mío hacerle presente que nunca he pensado
ser infiel a mi Gobierno y sí, por el contrario, servirle con toda voluntad en lo que me encuentre
útil”. El coronel N. Levalle los recibió con aire de rigor y trasladaron (arrearon) de a pie a las
mujeres y a los niños, desde Carhué a Villa Fidelidad de Azul “de a pie y castigando con la muerte a
degüello a los que se detenían fatigados, fuesen ancianos, mujeres o niños”. (M. H. González:
Catrimapú, p. 15, con fotografía de la informante Bibiana).
El 1º de septiembre de 1877 se confeccionó en Carhué una lista completa de los indios de
lanza de la tribu de Manuel Grande y de la de Tripailao, seguramente para su racionamiento. La
lista de los capitanejos fue menor con respecto a las listas de 1874.
Manuel Grande: 1 cacique, 12 capitanejos y 82 indios.
Ramón Tripailao: 1 cacique. 8 capitanejos y 41 indios (en Fuerte Gral. Belgrano).
Los nombres de Manuel Grande son: Cap. Manuel Díaz, Pancho Díaz, Ciríaco Romero,
Vicente Díaz, Manuel Chico, Pelegrino Díaz, Domingo Emiá, Juan Antonio, José Lozano. Justo
Vargas.
Desde entonces serán los “Indios Auxiliares de la División de Carhué”.

En noviembre de ese mismo ano 1877 tuvieron que dar una prueba de sangre de su fidelidad.
80 indios escogidos de las dos tribus acompañaron la expedición del coronel T. García: eran un total
de 400 hombres, que buscaron un choque con los indios de Catriel.
Los militares pensaban que se iban a desquitar de las pérdidas habidas en el asalto de la
Laguna de Burgos, en 1870. De Puán salieron el 9 de octubre de 1877. El 22 del mismo mes, el
mayor Sosa descubrió los toldos de Catriel en Tromen Lauquen. No fue un éxito ese primer choque.
Les dieron el golpe decisivo el 11 de noviembre en Treycó, a 12 leguas de Guatraché. Fue un día de
gran matanza: mataron unos 150 indios de Catriel, entre los cuales se hallaron los capitanejos
Railef, Tiburcio, Arrióla, Chulia y Sigüey. Además, apresaron a 152 indios de lanza y 302 de la
chusma. El día 14 entró la División vencedora en Puán.
Hasta el ministro Alsina se impresionó del lastimoso espectáculo. (Véase biografía de J. J.
Catriel)
404
Tenemos un censo más de las mujeres y de los niños que habían quedado en el Fuerte de
Gral. Belgrano, es decir, cerca del campamento militar en Carhué. (AEM, 1.6.78)
Había 153 mujeres y solo 19 niños y 15 niñas. Lamentablemente ningún indio ha escrito la
historia de su tribu o de su familia; quedamos dependiendo de los documentos militares de la época
de la Conquista del Desierto.
De 1879, sí, tenemos dos datitos más: Monseñor Antonio Espinosa, acompañado de los
Padres Salesianos P. Costamagna y Luis Botta, integraron la columna de Julio A. Roca en su marcha
hacia el Río Negro, “para hacer todo el bien posible durante la marcha y para conocer el terreno a
fin de procurar establecer misiones permanentes en aquellos lejanos parajes”.
El miércoles de Pascua, el 16 de abril, partieron desde Buenos Aires al Azul. El sábado
siguiente marcharon hacia Carhué, donde llegaron el 26 de abril. Espinosa anota entonces en su
diario: “Además de la población, encontramos junto al Carhué las dos pequeñas tribus de Manuel
Grande y de Tripailao. Allí sólo bautizamos párvulos por no tener tiempo suficiente para instruir a
los adultos.”
“De las familias de los cristianos bautizamos a 16; de la tribu de Manuel Grande veintisiete
y de la tribu de Tripailao, dieciocho. Además, bendijimos el matrimonio de Ramón Tripailao, hijo
mayor del cacique (del mismo nombre), que desde chico es cristiano y fue educado en esa Capital.
Se casó con una cautiva cristiana, llamada Manuela Pedernera...”
“Mucho sentimos no poder permanecer por más tiempo en Carhué, donde tanto los
cristianos como los indios tienen gran necesidad de misioneros; pero nos era absolutamente
necesario seguir con el Ejército, sin cuya compañía no habríamos podido internarnos en el desierto.
El 29 de abril salimos de Carhué...” (transcripto en L. Copello: Gestiones de Mons. Aneiros en
favor de ios indios, ed. 1945, p. 264 s.). Antes de partir, Mons. Espinosa envió desde ese punto un
telegrama al Sr. Arzobispo, pidiendo un capellán para la población, diciendo que se estaba
construyendo una capilla. (Copello. ib., p. XVI)
Otro testimonio tenemos de la pluma del Padre D. Costamagna, quien entonces escribió a su
superior general, don Juan Bosco, diciéndole que el corazón le había latido fuertemente a la vista de
los indios; pero que no sabía cómo se los iba a arreglar con ellos.
“Allí encontramos al hijo de Tripailaf que hablaba el castellano. Me recibió cordialmente,
me condujo a presencia de su padre y me servía de intérprete... Los indios se mostraron muy
dispuestos para que los instruyésemos en la religión católica...”
Y continúa: “¡Miseria, gran miseria reina bajo los cueros de estas tolderías! Antes, estos
indios vivían de la caza y ahora se pasan todo el día con una pequeña ración de carne que el
Gobierno les da; y luego, bienaventurado el que pueda conseguir algún pájaro... y el que no, se
contenta con roer los huesos...” (carta publicada por el Padre Paeza en: Primer Congreso Area
Araucana Argentina, B.A. 1963, p. II, p. 312 de Boletín Salesiano. 1879)
En los mismos días, les visitó el periodista de J. A. Roca, Dn. Remigio Lupo, quien compuso
también un libro bajo el título: Conquista del Desierto (BA, 1938). Lo repito, pues lo había anotado
como presentación. Le agradecemos, porque ha descrito a los dos caciques. Después de haber
descrito a Tripailao como imponente, bajo. cerdoso y de duro semblante, dice de Manuel Grande:
“...es el revés de la medalla. Es alto, robusto de cuerpo, de bigote escaso y duro; sus facciones son
más suaves y su ánimo más comunicativo... Habla regularmente castellano y parece que tiene placer
en responder a las preguntas que se le dirige. Manuel Grande ya no es joven. Dice tener 70 anos,
pero es tan fuerte como el que más de los mocetones de la tribu. Su memoria es privilegiada y hace
continuamente alarde de su fidelidad inquebrantable respecto del Gobierno: cinco o seis veces le oí
pronunciar la palabra patriotismo que decía entender y practicar, siguiendo los propósitos del
Gobierno. Conoció al general Pacheco y dijo que había sido su amigo. Cuando penetramos en su
toldo, Manuel Grande se hallaba sentado a la derecha; se levantó haciendo gala de que también
conocía las reglas de urbanidad..”.
Sería demasiado larga la cita completa de las observaciones. Habla de sus tres mujeres y de
su segundo hijo que era pendenciero y borracho, Vicente Díaz. que llevaba el nombre y apellido de
su padrino. Fue encomendado a Mons. Espinosa para otra visita. Manuel Díaz más tarde fúe
apresado y remitido a los Cuarteles de Retiro. Allí recibió el bautismo y la bendición de su
405
matrimonio, el 9 de septiembre de 1880. Fue trasladado a varios puntos. Su padre, Manuel Grande,
quedó en Carhué. Allí lo visitó de nuevo en 1881 monseñor Espinosa, acompañado, entonces, por el
Padre Jorge Salvaire. Quedaron allí desde el 29 de enero hasta el 23 de febrero. Entre tanto, los
militares habían traído otras parcialidades o tribus mansas, las de Mármol, de Canales y la de Arias.
En Carhué hicieron entonces 202 bautismos, dieron 339 comuniones y bendijeron 68 matrimonios.
(Diario de Mons Espinosa, p. 118-122.
LA FAMILIA DE MANUEL GRANDE
Finalmente, trato de reconstruir la composición de la familia de MANUEL GRANDE,
nacido en 1790. Estaba casado con Marica. Sus hijos llevan el apellido Díaz; será que la madre era
Díaz
El cacique Manuel Díaz es el hijo mayor, nacido en 1859 y murió en 1896;
A él y a su hermano he dedicado una reseñita aparte .
El capitanejo Pancho (Francisco) Díaz era secretario de su padre, Manuel Grande; ambos
recibieron alguna enseñanza en Buenos Aires.
El capitanejo Juan Díaz era de la familia del cacique Manuel Díaz
Hay otros hijos creo son del cacique: Vicente, Simón, José, Peregrino, Manuela, Agustina,
Elena, Felisa, Sofía, Juliana y Nicasia
El capitanejo Manuel Díaz - Huenchugner, prob. hijo mayor del cac. Manuel Díaz ,
nació en 1867. Se casó con Petrona Cabral y tuviron los hijos que están anotados en libros de
bautismos correspondientes a la Tribu de Coliqueo:
Cipriano Díaz cas. c. Anastasia Carranza
Cecilia Díaz
Jacinta Díaz
Tránsita Díaz
Lorenza Díaz cas. c. Braulio Cleñán
Fermín Díaz nac. 1892 cas. c. Manuela Farías
Eusebia Díaz cas. c. Simón Chaima Coliqueo.

Estas son las últimas noticias que tenemos de Manuel Grande:


El historiador José Carlos Depetris publicó en “Crónicas Ranquelinas, Santa Rosa La
Pampa, 1998 p. 69 la última composición militar del Escuadrón “Alsina” de indios amigos;
asimilados en un Total de 100 hombres.
La lista de oficiales y suboficiales:
Coronel : Manuel Grande
Comandante: Ramón Tripailá
Mayor : Manuel Ferreyra Pichihuincá
Capitanes Güenchul (o Santos Fernández)
Tenientes 1º Unaiché, Canchú
José Mármol
Calderón
Maldonado
Tenientes 2º Manuel Pedernera
Ramón Tripailá (h) más tarde escribiente de la Gobernación
Alférez Ramón Pardiño (lenguaraz)
Filiberto Canales
Sargentos Juan Marín (lenguaraz y porta estandarte)
Pedernera Canales
José Flores
Cabo Manuel Díaz
José Solano (corneta)

En 1879 fueron enganchados en la División del coronel Levalle y marcharon hacia el Río
Negro. En 1881 Manuel Grande estuvo de nuevo en Carhué. Allí durante la misión de Mons.
406
Espinosa y del Padre Salvaire, Manuel Grande recibió los sacramentos del bautismo y del
matrimonio cristiano. Adoptó el nombre Nahuel.
Según dice el historiador M. H. González, el cacique Manuel Grande habría terminado sus
días en la población de General Acha (La Pampa). Efectivamente, los contingentes de Carhué se
trasladaron en 1883 a esa primera Capital de La Pampa. El cura de Carhué atendía entonces también
en Gral. Acha.
El cacique Manuel Grande ha tenido una vida muy difícil. De él hay una foto en el libro de
Remigio Lupo.

GRANI, Nahuel, 1793, cac. pehuenche quien se agregó a las tribus del cac. Lorenzo
Calpisquis (AGN 1766-1809)
GRAN QUEN PAQUI, Luis, 1730, cac. araucano de Arauco. Ese año asistoó a un
parlamento en Concepción.
GRE NAMÓN es gnere namún
GRINEL, 1865, cac. tehuelche (1867 lo llaman Granel) ha hecho un tratado de paz en
Carmen de Patagones

GUA - GUE – GUI es prácticamente Hua – Hue - Hui

GUACHÁN o Maciel, cac. puelche pampa, unido al cac. Lorenzo Calpisquis. 1781 visitó
como embajador a F. Viedma en Carmen de Patagones. En Mayo de 1783 tomó parte en el malón
sobre el Pago de Magdalena y fue muerto.
GUACHÁN QUIR, 1777, (algunos lo identifican con Maciel) era considerado cac.
huilliche que se presentó cerca del Lago Llanquihue con los caciques Trevqueguir, Nunguir y
Queupul (Diario del Padre Benito Delgado (citado en R.Lagos: Colegio de Chillánp. 292) Crivelli
1996 p. 181 afirma que en 1783 pertenecía a la parcialidad del cac. Negro. Quiso atacar al cac.
Calpisqui, porque tenía presa a su mujer (AGN IX 1-6-2 p. 421-423 y 712)
GUACHI QUIN, 1878, cac. salinero del cac. Namuncurá. Hambre y desnudez lo obligaron
a entregarse a las tropas expedicionarias el 11 de nov. de 1878, junto con los caciques Cañumil y
J.J. Catriel y mucha indiada. (Olascoaga I. p.93)
GUACHIQUIT,1678, cac. serrano que fue “corrido” o “recogido” por el Gobernador A.
Robles en uno de sus raides (Documentos Histórico Geogr.ficos ed. Peusser 1941 p.313)
GUACHULET, 1778, cac. auca que residía “a un día de camino” del paso del Río Sauces
(R. Negro) hacia la Cordillera. Pertenecía al grupo de Chañafilú, Alcaloán y Ñancufilú. Eran ricos
en haciendas (Arch. Mend. 26.8.1778)
GUCHULAP, 1780, cac. huilliche, estuvo en el parlamento del cac. Calpisquis en Salinas
Grandes.
GUACHU PAR, 1863, capitanejo tehuelche, quien en abril de ese año asistió a una junta de
paz en Carmen de Patagones con el cac. Chingoleo y el Cnel. Julián Murga. (Arch Mitre XXIV
p.100)
GUACHUQUEO ver HUE(N)CHU QUEO
GUALA CAN, 1655, cac. arauucano, padre del cac. Leubupillán y Chicahuala. Actuó en la
sublevación general de ese año, en protesta a la “Guerra Lucrativa” de los hermanos Zalazar
(Campos Menchaca: Nahuel Buta p.119) Era de Maquehua ETIMOL: Caniu:cresta y hualá: de
pata
GUALA GÜENO ANGTE, 1770, cac. pehuenche quien visitó la plaza de Luján (B.A.) en
compañía del cacique Calelián con intención de comerciar. (Arch Gral. Ind 167 Charcas 317)
GUALÁ, Alejo Carmen, 1854, capitanejo ranquel. Era sobrino del cac. Pichún Gualá.
Figura en el tratado de paz en 1854 en Córdoba (ib.Secc. Gobierno T. 239 p. 92) ETIM: Gualá;
pato o bandurria
HUALÁ, Ramón, 1983, cac. contemporáneo del Neuquén, Departamento Huilliche, de la
Reducción del cac. Chiqui Lliuhuín, cruzando el río Malleco; estancia Mamil Corral. En esa fecha
tenía unos 80 años.
407
GUALÁ, 1810, cac. chileno boroga, quien vivía entre los ranqueles, después de la
dispersión de 1834. Había emigrado de Chile durante la Guerra a Muerte. Su descendencia se halla
en la Tribu del cac. Coliqueo en Los Toldos (Bs. As.) Estaba casada con María Avendaño quien dejó
a sus descendientes su apellido. Así hubo un capitanejo Fermin Avendaño o Neculhuál (1837 –
19299), y éste se casó con Ceferina Unepú y con Jacinta Traipán. Hijo de éste y su sucesor fue
Martín Neculhual Avendaño, nacido en 1863 quien se casó con Manuela Aingual o Anigual. De
ellos y de más familiares nos dan cuenta los libros bautismales de Nueve de Julio (año 1892). Allí
consta que el mismo día se bautizaron los abuelos, los hijos y los nietos. (D. José Guerrero de Junín
dedicó una película documntal a una bisnieta, Dña. Vera Avendaño y yo el relato documental bajo el
título: “Los últimos pasos de Doña Vera Avendaño”
GUALA VIRA, 1593, cac. comechingón de Biliaquira, Calamochita, Córdoba (Montes p.76)
GUALA PÍ, 1575, cac. comechingón de Gualapí Navira, Calamochita, Códoba;
encomendado de Villalba (Montes p.79)
GUALCUSA, José, 1685, cac. huarpe de las orillas del Río Bermejo (San Juan);
encomendado de Pedro Balmaceda (Arch. Mend.)
GUALDO, 1575, cac. comechingón de Chaquén, Mogotes, Córdoba; encomendado de L.
Correa (Montes p. 67)
GUALI, 1834, capitanejo ranquel de la tribu de Santiago Llanquelén en Junín. Ese año pidió
permiso para visitar a sus hermanos ranqueles, los caciques Canigüé y Collipay. 1835 figura
nuevamente entre los indios amigos de Junín con 190 indios (R.Pérez: Apuntes para la historia de
Junín, La Pata p. 130)
GUALI ME CO, 1740, cac. serrano de la agrupación del cac. Bravo. Estuvo en contacto
con los Padres Jesuitas, cuando fundaron su Reducción de Pampas. Lo nombran los historiadores
jesuitas P. Lozano y Sánchez Labrador.
GUALI ME LIEF, cac. pampa. 1825 participó en el parlmento que convocara Rosas en la
zona de Tandil con pampas y tehuelches (AGN, S.X. 27-7-6)
GUANALCOA, 1591, famoso toqui araucano por sus numerosas victorias. Murió a la edad
avanzada. Su sucesor fue el cac. Quintungüenu
GUALIPAY, 1825, cac pampa ranquel. Asistió el 20 de diciembre de 1825 al parlamento de
paz en la Laguna Guanaco (AGN X. 27-7-6)
GUAL PALÁS, DON TOMÁS o Guarpalás, 1681, cac. huarpe de la laguna Guanacache
(antes llamadas chismes), encomendado de José Pardo de Parragues (Cabrera: aborígenes del Cuyo
p.88)
GUAL QUIN o Gualquén, 1879, capitanejo pampa. En la gran persecucuión de la
Conquista del Desierto fue capturado por las tropas de la Conquista de Desierto. Fue capturado por
las tropas de Hilario Lagos en la Laguna del Perro, a dos leguas al sur de Chicalcó. (Olascoaga II
1930, 199)
GUALQUÉN o Hualquén, 1761, cac. pampa que vivía cerca de el Volcán (Mar del Plata)
(Casamiquela 1965 p. 119) ETIMOL: quén o queo : ser; hualá: pato.
GUAL QUÍN, Pablú, 1879, capitanejo ranquel que fue perseguido y apresado por Fraga
junto con 27 indios. (Olascoaga II p. 224)
GUALI CAL, Francisco, cac. picunche, sobrino del cac. Purrán. Se presentó a la tropa
nacional, el 31 de Mayo de 1878 con 900 indio, agradeciendo, porque no lo habían atacado.
(Morales Guiñazú, Aborígenes de Mendoza p. 185)
GUALTA NAURE, 1573, cac. comechingón de Gualta Naure, Calamochita, Córdoba;
encomendado de Villegas
GUALTI ÑANCU, 1787, cac. pehuenche del Sud de Malalhué (Mendoza) (Arch. Mendoza)
GUALTI UNTA, 1596, cac. huarpe puntano, sujetro al cac. Guaya Cunta de Mendoza.
Gualtiunta era heredero del cacique Macha o Malcha, según el documento de la encomienda de
Francisco de Bravo. Luis de Guevara se lo disputó. (Canals Frau: Arreglo entre encomenderos
pantanosa del siglo XVI. En Anales de Mendoza V 1944 p. 251)
GUAMBI, 1577, cac. comechingón de Anipur Sacat, Río IIº; encomend. de Ardiles (M. 48)
408
GUAMBE TALA, 1573, cac. comechingón de Anipur Sacat, Río IIº, Córdoba;
encomendado de Villegas (Montes 84)
GUAMPI, 1594, cac. comechingón de Camin Yoga (Caminiaga), Córdoba; encomendado
de Lossa (Montes p.46)
GUANAVI, 1562 cac huarpe (?) de Mendoza, cuya tierra se hallaba en la parte occidental de
la Cordillera; encomendado por Villagras a Pedro de Cisternas (J.T.Medina 1901)
GUANCHICA, 1612, cac. huarpe de San Juan de Natiloquie junto al cac. Alibe (Cabrera ib.
p. 270).
GUANCHO CAL, 1790, cac. pehuenche. En Mayo de ese año pidió ayuda en Malalhué
contra sus enemigos Guanacol, Caniguán, Antemil y Guayquinao (Arch Mend. 18.5.1790)
GUNCHU PÁN (prob. Huenchu Bangui) 1776, cac. pehuenche de la Pampa. Figura en el
Censo individual de Diego de Las Casas (De Angelis V, 1837)
GUANI MAIN, o Quani Manque, 1797 cac peheunche. Actuó en la Guerra Pehuenche.
Asistió entonces a un parlamento de paz en San Carlos. 1800 visitó la ciudad de Mendoza en
compañía de otros caciques (Arch. Mend.) 1804, según el diario de Molina de Vasconcellos, vivía
cerca del cac. Buta Colimilla.
GUANI, 1854, capitnejo ranquel del cac. Yanquetruz (h). Figura en el tratado de paz en
Córdoba. (Arch Cord. Secc. Gob. T. 239)
GUANO CAL, 1790, cac. pehuenche que asistió al parlamento del 18 de Mayo de ese año
en Malargué (Arch Mend. Carp. 30 doc. 2) Creo que es el GUANCHO CAL, 1790.
GUANQUE NECUL , o Guanquene, Guanque nei gual) 1796, cac. peheuche huillihe,
hermano del cac. general de Barbarco, el cac. Rayguán. Y con él actuó en la Guerra Pehuenche..
Con anterioridad (1787) vivía entre los puelches del Río Diamante (Arch Mend. Carp. 30 doc. 37).
El año 1790 se presentó en San Carlos pidiendo ayuda contra sus enemigos (ib doc.1). La guerra de
los pehuenches del Sur contra los del Norte lo desplazó varias veces. 1792 se dice que era cacique
de Tierra Adentro y que venía con sus familias y las de tres caciques más a radicarse en el Arroyo de
los Sauces (Noticia de Colomer, desde Fuerte de Ranchos 1972, en Lehmann Nitsche 1922 p.80)
Estuvo en compañía de los caciques Cainamín, Josuanché y Guichulef. El 16 de Mayo de 1796, el
Gobernador de Mendoza, J.F. de Amigorena mandó cartas a Raiguán y a su hermano Guaquenecul y
a su sobrino José, ofreciéndoles las condiciones de paz, si la querían; sino los haría reducir por los
jefes militares de Chile (véase Rayguán y Arch Mend. Carp. 30 doc 22) . Pero los ánimos de los
pehuenches de Malalhué estaban demasiado cargados de ira y odio que fueron a matar al cac.
Rayguán, en Julio de 1797. Amigorena quiso reconciliar a los parientes ofendidos y mandó
cuantiosos regales, también a Guanquenecul en Barbarco; entre ellos un bastón de mando. Y le
ofreció un tratado de paz (Arch Mend. 12.8. 1897). Los enviados que debían entregar los regalos,
no llegaron (o no querían llegar) “por la gran nevada”; quizás temían de ser atacados. Recién en
1799, Amigorena consiguió que Guanquenecul y el temido cacique ranquel Carripilún vinieran al
parlamento de paz a San Carlos. (Arch. Menmdoza. Carp. 30 doc. 46: 4.7.99).
La paz era urgente, sino los jefes militares de Chile iban a apoderarse de esas indiadas. Y
parecía que tenían ganas de apoderarse de sus territorios que por la creación del Virreinato del Río
de la Plata se los habían quitado.
Los indios aprovecharon la situación tensa para conseguir algunos privilegios. Amigorena,
entre tanto, había muerto. El 26 de octubre e 1802 se presentaron otra vez en San Carlos los
caciques Guanquenecul, Pañichiñe, su hermano Millaquín, Carinao, Carilef y otros, o sea, los más
importantes caciques pehuenches del Sur, cada uno con 20 indios y algunas mujeres. Dijeron que
habían pasado tantas lunas y no se había nombrado al “Capitán de Indios Amigos”. Pedían, pues, lo
nombrasen, sino iban a Chile a fin de que el Preidente de allí lo nombrase, pues ya lo podía haber
hecho el Virrey. (Arch. Mend.) Guanquenecul volvió nuevamente a Mendoza en 1804, acompañado
del cacique Goico. Y su última visita que pude regitrar la hizo en 1808 (Comando Gral del Ejército
II p. 190)
GUANQUÉN, Manuel (o Guanquin, Huankel). Este cacique puelche pampa pertenecía al
grupo del cac. Lorenzo Calpisquis. El Maestre de Campo general Juan Manuel Pinazo lo vió en las
dos expediciones, en 1787 y 1888 en su expedición a Salinas Grandes. Era del Río Colorado. En
409
1790 hubo otra expedición de “paz” al Río Colorado. J.A. Hernandez, el cronista del “Mariscal”
J.M. Pinazo lo menciona en su diario (AGN IX 1-5-9 y 13-8-7) y se hizo la paz con el cac.
Calpisquis y sus tribus confederadas.
Luego nos faltan testimonios de este cacique Guanquén hasta la época de Rosas. No sé si
era el mismo o su sucesor a quien Rosas declaró en 1831 “enemigo”. En 1832 dio orden de atacarlo
a él y a su tribu, porque eran malos y perjudiciales (AGN X. 27-7-6: 17.9.1832). El Mayor Pedro de
la Peña con el Regimiento 6º y unos cuantos voluntarios, que nunca faltaban cuando se trataba de ir
a robar a los indios, se pusieron en marcha contra esa tribu. Salieron de El Paso del Costero del
Salado hacia el Arroyo dek Gualicho, donde esperaban encontrarlos. Rosas les había encomendado
que procurasen que no hubiese dispersos en la Sierra de Tapalquén, ni en Tandil ni en el Arroyo
Azul (ib). Esto quería decir que debían eliminarlos o apresarlos. El 30 de Septimbre de 1832 los
atacaron y los exterminaron a todos. Después atacaron también los toldos que se hallaban a orillas
del Arroyo del Gualicho. Mataron a 40 y apresaron a 70. A estos les dijeron que tenían que
entregarse; pero ellos se resistían o trataron fugarse; pero cayeron durante la persecución. Los
indios decían que venían de Villa nueva (Azul) y esperaban la llegada de Pedro Burgos (el fundador
de Azul) para que los auxiliase con yerba y yeguas. La chusma fue enviada a Chascomús; pero de
pronto los mataron también. (AGN. X. 27-7-6: 30.9.32: diez fojas). El cac. Tomás, hermano del cac.
Guanquén, estaba en Ranchos con otro grupo de indios. En la madrugada del 1º de octubre “fueron
sorprendidos, batidos y muertos, como V.E. lo ordenó”. Matamos a 40 y 25 se escaparon; habían
estado muy lejos. No los molestaron, sino les decían que el gobierno había dado orden de castigar a
los subordinados, ladrones y malos” (ib.)
Un poco más tarde, el 5 de diciembre, el Cnel. Pedro Burgos avisó al gobernador J.M. de
Rosas que se había valido de 84 caballos de los que quitaron en los toldos del finado cacique
Guanque (R.Yaben: Biografías Militares I. p. 714). Era un preludio de la Expedición al Río
Colorado en 1833. Al concluir esa campaña, Rosas dio cuenta de los resultados. En su informe
nombró la muerte del cacique Guanquén y de Pichiguanquén, es decir de un hijo. Nos parece hoy
que fueron unos indios inocentes y que fueron sacrificados para dar lugar al blanco. especialmente
en el caso de la fundación de Azul. ETIMOL: Guanque: avestruz
GUANQUE, 1852, capitanejo que pertenecía al cac. Manquefú (boroga). Ya en 1808 había
llegado a Mendoza un cacique Guanquenecul (puelche). Se presentó en paz con los caciques
Manquepú y M. Goico. (Arch. Mend).
GUANGAIQUÉN, 1883, capitanejo. El Cnel. Rodríguez dio cuenta al Miniterio de la
procedencia de él y del capitanejo Naipán, quienes habían invadido en Luan Lauquén. Pero en el
archivo falta la hoja correspondiente, aunque en el índice está registrada. AEM. doc. 2.5.1883).
GUANQUE PÍ, 1873, capitanejo pehuenche que figura en el anteproyecto del tratado de
paz de las tribus de Namuncurá, firmado el día de la muerte del cac. Jn. Calfucurá (AEM doc. 1232)
GUANQUI LLÁN, (prob. Guayquillán), 1833, cac. pampa ranquel, refugiado en “Chilque”
(La Pampa), según averiguó el Gral. J.F.Aldao, el 10 de octubre de 1833. ETIM: Collar de
avestruz.
GUANQUI LAUQUEN, 1641, uno de los principales caciques araucanos de Chile. Este
asistió al parlamento de paz de Quillín (ver Lincopichún)
GUANQUI LEFO, 1837 cac. pampa, pues figura en la lista de caciques amigos pampas con
Calfiao (AGN X 25-5-1: 15.2.37)
GUANQUI TRIPAY, 1765, uno de los principales caciques aucas que vivía en la Sierra de
Guaminí, cerca de Salinas Grandes. (AGN IX. 1-4-5: Matanza 21. 8. 1765).
GUANQUI TRIPAY, 1848, cac. pampa. Hay una cuenta de un proveedor de él en Azul
(Ronco: Cuentas de proveedores, en; Rev. Azul Nº 3, 1930)
GUANTENAO ver Guentenao
GUANTAÚ, 1881, capitanejo junto con las tribus de Manuel Grande y Tripailao en Carhué.
Allí fue visitado por Monseñor Espinosa y el Sacerdote J.M. Salvaire y regalado por ellos. Les
dieron víveres por mil pesos. (Espinosa, Mariano: Diario del Capellán de la Conquista del Desierto
1879, ed 1939 y 1968 Bs.As p. 128)
410
GUANTU COL, 1863, cac. araucano chileno que se adhirió a la proclama del aventurero
francés que se declaró “Rey de la Araucanía y de la Patagonia. (ver Quilapán y la literatura sobre
Orellie de Tounens)
GUAQUINCHAY (Huaquinchay), 1690, cac huarpe (?) de Guanacache.
GUARÁN, 1788, capitanejo tehuelche. El 12 de febrero de 1788 llegó a Chascomús (IX. 1-
4-3) GUARAVA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Guarava Sacat, Chela, Córdoba;
encomendado de Yrobe (Montes p. 68)
GUARA QUEQUE,1787, cac. pehuenche de la zona de San Rafael y Malalhué (Arch.
Mend)
GUAR CHÚN, 1842, cac. ranquel que invadió entonces con 114 indios ranqueles a la zona
de Rojas (seguramente con los unitarios) (AEM. 23.6.42)
GUARINAY, 1561, en el momento de la conquista española del Cuyo, era uno de los
caciques principales en Tupungato, junto con los caciques Machinti, Jocogolén, Yampilquenta,
Guatallari, Ucumale y Cuco. Ellos fueron encomendado a Diego de Velasco, a Juan Contreras y a
otros. J.T. Medina vol. XV p. 427 y Chaca: Breve historia de Mendoza, 1961)
GUAROCÁ, 1789, cac. patagón. Según cuenta el diario de Francisco González, Guaroca
había matado indios pampas. (Diario desde Puerto Deseado por tierra hasta Río Negro en 1789, ed.
por Acad. Nac. Hist. Bs.As. 1965)
GUARPALÁS, TOMÁS, cac. huarpe, 1681 en la lag. Guanacache. (ver Gualpalás)
GUASQUILAO ver Guayquilao
GUARQUINER,1879, cac. ranquel que en la gran persecución de la Conquista del Desierto
llegó a escaparse e introducirse en Neuquén Pero allí le esperaban nuevas penurias.
GUASATULLO, Juan, 1677, cac. de la encomienda de Díaz Barros en San Luis, junto con
Laguaguian y M. Zapata.
GUASEMIL, Juan (o Guasemnil), 1673, cac. serrano. Su hermano Juanillo Susecha fue su
sucesor en el mando. La tribu estaba asentada cerca del Río Areco en la Cañada de Moyano en el
Pago de Luján (Arch. Gral. Ind. 185 vta. Charcas 103) Allí figura también un cacique Ignacio. Es
posible que fueron trasladados allí.
GUATALLARI, 1560, cac.del Tupungato, súbdito del cac. Guarinay (Chaca: Historia breve
de Mendoza)
GUATAMALÍ, 1786, cac. pehuenche que vivía sobre el río Malalhué, donde hubo una gran
matanza. Era en la época de la Guerra Peheunche. Y también los expedicionaios que iban a Salinas
Grandes llegaron hasta sus toldos. Por ejemplo pidieron a la cacica María Josefa y a su hermano
caballos (De Angelis 1910 V. p.255)
GUATHÍN o Guatrin, 1744, cac. pehuenche que venía a Luján (Guardia de Luján) a vender
tejidos. Los acompañó el cac. Calelián. (Arch. Gral. Ind. 167 Charcas 317)
GUAYA CUMTA o Guaya Cunta), 1596, cac. huarpe (?), sucesor del cac. Larca de la
jurisdicción de Mendoza, ubicado en el Departamento Chacabuco (Arch. Mend. 31. 1. 1596)
GUAYA TENQUÍN, 1564, cac. mendocino del Valle del Río Diamante; encomndado de
Antonio de Niza. (Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 272)
GUAYAMA, Santos, 1870, mestizo huarpe, nacido en San Juan. Guerrillero y dedicado al
pillaje para favorecer a los menesterosos. La justicia persiguió a sus montoneros. Fueron vencidos
el 5 de Mayo de 1870, Guayama fue capturado y fusilado en San Juan. Su esposa se llamaba
Agapita González . C. Rusconi enumera a sus hijos 166)
GUAYAU NECUL, 1825, cac. pampa que asistió al parlamento convocado en Bahía
Blanca por los hermanos Oyuela. (Es probablemente Guanquenecul)
GUAYCOF, 1878, cac. ranquel, hijo del cac. Peñaloza. En octubre de ese año sucumbió en
un encuentro con las tropas expedicionarias que los perseguían para exterminarlos Olascoaga III.
P.145)
GUAYCOLÁN, Lorenzo (Guaygullán), 1798, cac. pehuenche que había participado en la
Guerra Pehuenche. En el gran parlamento de paz figura en la lista de caciques después de
Regullante con 9 indios presente. 1806 los ranqueles ofrecieron al Cabildo de Buenos Aires sus
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servicios para luchar contra los ingleses invasores. Lorenzo Guaycolán también se ofreció junto con
Paillaguar y Catremilla (W. Zerda: Los indios y las invasiones inglesas p.63)
GUAYCOY o Güeycoy, 1833, cac. tehuelche que durante la expedición de Rosas al Río
Colorado, vino a Carmen de Patagones con sus familias y pedía permiso para establecerse cerca del
Fuerte del Río Negro. Se le asignó la Sierra de San José. El 29 de septiembre fue a conocer a Rosas
y a darle la prueba de su adhesión y confianza. Le dio algunos regalos, pues sería un instrumento
para tratar con los tehuelches (Diario de Rosas).
GUAY CHUL o Guaichu, 1821, cac. ranquel. Se conoció, porque concurrió al parlamento
de paz, convocado por el Comandante Cornelio Saavedra en la Pampa (AGN. Biedma S.VII 10-4-
14) Se presentó, sólo por un momento, al Exdictador chileno J.M. Carrera. Parece que se llamaba
Felipe Guaycochul, pues se presentó con el cac. Grande y Millacuel en Pergamino para conversar
con el Comandante de esa población. Los llamaban “caciques criollos” (Comandancia General del
Ejército III p. 235)
GUAYCHU LLANQUI ver Güenchu Llanca 1776
GUAYCHU MANQUE, o Huaychu Manque, 1751, cac. huilliche a quien visitó el Padre
Bernardo Haevstadt sobre el río Marbarco, afluente del Río Neuquén (Chilidungú II p. 933) Su hijo
se llamaba Mollfü Manque, que vivía en Neuquén) ETIMOL: según Berta Kössler, Leyendas p.80
Huaychu: significa guerrero .
GUAYLAQUÍN, capìtanejo ranquel que fue capturado por las tropas expedicionarias de la
Conquista del Desierto (Stieben: La Pampa p.57 )
GUAYLÉ o Guailé, Guaylef, 1827, cac. tehuelche que acompañó con gran número de
caciques e indios amigos al Cnel. Federico Rauch en su expedición “exterminadora” (AGN X. 14-6-
1: l.2.27)
También tuvo trato amistoso con el Cnel. B. Estomba en Bahía Blanca, junto con los
caciques Negro, Chañil y Tetruel. En 1829 se sublevaron por orden o propuesta de Rosas contra las
tropas de Bahía Blanca, porque se iban a incorporar a las tropas revolucionarias (unitarias) de
Lavalle. El 30 de enero de ese año hicieron una espectacular masacre (Ferracuti: Expediciones
militares en los orígenes de Bahía Blanca p.86 y 95)
GUAYMANÉ ver Guzmané, cac. pehuenche 1845
GUAYMAYÉ o Guaymallén, 1566, uno de los principales caciques de Mendoza que vivía
en el actual Departamento de Guaymallén. Llegando los conquistadores españoles, salió a rcibir a .
de Castillo, pues, en 1561, había venido a fundar a Mendoza. El cacique tenía ya un canal de riego
artificial, (L.Funes: Mendoza colonial, 1931 p. 8)
GUAYNI MAÍN, 1798, cac. pehuenche que había participado en la Guerra Pehuenche y
estuvo también en los parlamentos de paz (Arch Mend. Carp. 30 doc.34; 39; 43 y 46) Ha sido
diputado para asistir al parlamento de Chillán (Chile); pero notablemente no figura entre los
presentes en San Carlos, el 4 de Julio de 1799, o sea en ese último parlmeto de paz. El doc. 43 dice
que Guainimain había sido depuesto y en su lugar había sido cac. gobernador Pichi Colemilla.
GUAYNÁ (GUAINÁ), 1851, capitanejo salinero. Fue obsequiado con otros muchos por
orden de Rosas el 20 de diciembre de ese año en Bahía Blanca. (AGN X )
GUAYO (Bayo), 1564, cac. mendocino; tenía tierras en Malacacheuta. Era sucesor del cac.
Canasta; encomendado de Urbine (h) (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p.237)
GUAYON TOCSIN AGAN, 1585, cac. comechingón de Labac Tuspi, Rique Heme,
Córdoba; encomendado de Jaymes (Montes p. 69)
GUAYQUI ANTÚ o Huayqui antü, 1776, cac. pampa que Diego de las Casas censó en
Arpiel, lugar de montes. Era ya anciano y tenía 15 indios de escolta, incluso cinco hermanos y 10
toldos. (De Angelis IV p. 584)
GUAYQUI CAL, 1790, cac. pehuenche de Malalhué que participó en el bando de los indios
amigos de Mendoza en la Guerra Pehuenche. ETIM: Cal: lana (mecha de la moharra)
GUAYQUI FILÚ, 1770, cac. pampa que acompañó la expedición del Maestre de Campo
Gral. Juan Manuel Pinazo con los caciques comprometidos, en la expdición contra “los
tehuelches” . (El diario de Hernández en De Angelis, 1838 V.p.34s)
412
GUAYQUIGNER o Guaquignir, Pedro, 1772 cac. chileno que obedecía al cac. Curiñamcú.
Estuvo en el parlamento de Tapihue ese año. (L.León p. 182)
GUAYQUI GNER, o Guayquiñir, Guayquegüir, 1820, cac ranquel de la pampa, hermano
del cac. Peiné (Peinegnerr) .Ese año figura en la lista de los indios adictos al chileno J.M. Carrera.
Obedecía entonces al cacique Payllantur. Vivía en Guatraché (La Pampa). Manuel Baigorria lo
menciona en sus Memorias. 1826 asistió al parlamento de paz con los borogas en el Arroyo Pecuén,
el 25 de abril de 1826 (AGN X 27-7-6-9) Allí se escribió Uaiquiñer. Uno de sus hijos se llamó
Ancañir. 1846 vivía en Ayulcó (Tr)Romecó, donde tenía 40 ranchos y 240 indios (Arch.Cord. Sec.
Gobº T.204, E, leg.5 f. 283). 1854 figura un hijo Romero como capitanejo del cac. Calvaiñ (Arch.
Cord. Secc Gobº T. 239 p.92 y 95)
GUAYQUI GNER o Waiquigner, 1870, cac, ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas de
Leuvucó. Depués de la muerte de su padre, en 1877, él se llamó algunas veces con el nombre de su
padre Mariano Rosas. Pero no aceptó el cacicazgo general de los ranqueles, sino lo asumió su tío
Epugner Rosas. Con él pasó la peor época de los indios ranqueles, la persecución hasta el
exterminio En diciembre de 1878 Epugner fue capturado y Waiquigner hacía posible mantener un
poco unidos a los ranqueles que, como los indios de Baigorrita, también huían por La Pampa hacia
el Sur. La última noticia era que estaban huyendo por el Colorado con unos 100 indios, (Olascoaga
I. p. 143) Más tarde llegaron a los toldos de Purrán y de Zúñiga y se establecieron a la vera del río
Agrio. En Chile se decía que había sido muerto en el Departamento de Ñorquín (Neuquén) al igual
que el cac. Millaqueo (“El Ferrocarril”, Santiago 3.3.1883).
GUAYQUI HUENÚ, 1834, cac. patriota de Chile que se hallaba con Don Venancio
Coñuepán en Bahía Blanca. Mantenía buenas relaciones con los indios borogas (AGN X. 24-9-1 ;
27.2. 1834)
GUAYQUI GÜENÚ, ALONSO, cac.pehuenhe, 1778, hijo del cac. Gobernador de
Repocura (León p. 186)
GUAYQUI HUINCA, 1841, cac. boroga que entonces actuó con el cacique Ignacio
Coliqueo y con Manuel Baigorria. Lo nombra el parte sobre el ataque a Pergamino (Jiménez
Colodrero; Historia de Pergamino p. 167) Ellos actuaron con los unitarios.
GUAYQUI LAUQUEN,1774, cac. ranquel junto con Toroñán, Millán y Cateucapú a
quienes invadieron los caciques Nahuel Payún y Caneupí.
GUAYQUIL, 1797, cac, pehuenche quien después de participar en la guerra pehuenche,
estuvo también presente en el parlamento de paz (Arch. Mend. Doc 31: 17.3.97)
GUAYQUIL (Alonso) (1786 – 1859)
En 1834 se conoció como cacique boroga, hermano de los caciques Mariano Rondeao,
Francisco Caniullán y Alón. Había nacido en 1786 en Chile, cuando los pehuenches se peleaban
entre sí. Luego debió intervenir en la Guerra a Muerte de 1819 a 1824, siendo del bando realista.
También él emigró como otros, a la pampa argentina. Esperaban poder vivir en paz. J. M. de Rosas
no veía bien su presencia. Mucho sufrieron por el Asalto de Masallé (8.9.34), donde fueron muerto
su hermano y muchos borogas. Alonso Guayquil se salvó y ascendió al rango de cacique y se
recogió al amparo del Fuerte 25 de Mayo. Alonso Guayquil fue uno de los primeros que dieron
cuenta del Asalto de Masallé; los demás tuvieron temor a Rosas. El no, porque le había prestado ya
bastantes servicios, especialmente durante la Campaña del Desierto y en otras misiones (AGN.S.X.
40-7-10). Revestía en el Ejército como capitán. Como las fuerzas de Bahía Blanca y de 25 de Mayo
no les proporcionaron auxilios para perseguir a los agresores chilenos de Namuncurá y Calfucurá,.
estaban convencidos de que los invasores habían dicho la verdad, al decir que llegaban con licencia
de la oficialidad de Bahía Blanca y del cacique patriota Don Venancio Coñuepán. Su pariente
Cañiuquir quedó sobre armas, por miedo a otro malón (AGN S.X. 24-8-5). Era difícil reunir de
nuevo a los borogas dispersos y se resistieron a que Guayquil asumiera la jefatura: "No lo quieren
obedecer ni los suyos propios. Es muy tímido en todo". Meligüer, su sobrino, aglutinó de nuevo a
los desanimados, aún durante la marcha al cautiverio (ib. 17.10.34). Alonso Guayquil participó de la
expedición a Salinas Grandes y al país de los ranqueles, pero no fue la esperada expedición punitiva
contra los invasores. Rosas les asignó la tarea de anular a los ranqueles. En Febrero de 1835
expedicionaron de nuevo Guayquil, Alón y 85 indios borogas conducidos por el coronel Maza y el
413
capitán Eugenio del Busto y de nuevo contra los ranqueles y los borogas refugiados entre sus
toldos. No alcanzaron a combatir al cacique Llanquetruz.
En Abril de 1836 el cacique Guayquil fue atacado, cuando regresaba de cumplir una
comisión oficial. Estaba ya cerca de 25 de Mayo, en el paraje “El Tordillo”, a dos leguas de “La
Botija”. Le raptaron su mujer y arreáronle 50 yeguas con que lo había obsequiado el Gobierno.
J.M.de Rosas ordenó entonces al Cnel. Antonio Ramírez reforzar la zona con el Regimiento 2º
(AGN (V) X.28-9-5)
El mismo año las tropas bahienses lanzaron un cruel ataque contra los toldos del cacique
Ignacio Cañiuquir. En un primer ataque mataron unos 900 indios. A él lo mataron en un segundo
ataque y a unos 650 indios más en Abril de 1836 (Véase la biografía de Cañiuquir y AGN S.V (hoy
X.). 23-4-6 y Gaceta 2.8.36).
Tanto Alón como Guayquil se habían apartado ya y vivían en los alrededores de 25 de
Mayo, junto a la tribu de Caniullán. De ambas tribus tenemos un notable censo del 11 de Agosto de
1836, censo nominal que Carlos Grau insertó en su libro "Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de
Guerra", p- 291-294. De Guayquil se decía que tenía 50 años de edad. En 12 toldos tenía a 117
indios, entre chicos y adultos. En su primer toldo figuran también Calbuqueo – Curriqueo –
Neculqueo y Güentequeo. En el segundo era jefe el cacique Queupul. En el tercero, el capitanejo
Andrés Guayquil. En el cuarto, Antileo. En el quinto Poñolauquén. En el sexto Nicauqueu. En el
séptimo, Lorenzo (Geray o Coliqueo). En el octavo, Cheuquellanca. En el noveno, el capitanejo
Juanico. etcétera.

Cuando el 28 de Agosto de 1836 en Bahía Blanca habían dado muerte al fiel cacique
Venancio Coñuepán, se organizó un tremendo malón sobre Bahía Blanca que culminó en el ataque
del 24 de agosto de 1837. Alón, el hermano de Guayquil, fue muerto por los indios chilenos del
cacique Juan Raylef. A su regreso fueron atacados por J. Calfucurá y así cayó Meligüer con 250
borogas de nuevo bajo la esclavitud de Calfucurá. Se habían escapado de él poco antes (AGN.S.X.
25-5-1:9.2.37). En cambio Guayquil y Caniullán recibían raciones y prestaron servicios incluso en
Buenos Aires (Chacarita);
Alonso Guayquil era particularmente protegido por el sargento mayor José Valdebenítez o
Baldebenito, cacique de origen chileno, pero sin tribu e incorporado a la oficialidad del ejército
rosista: un estanciero, baqueano, lenguaraz y buen parlamentario, que fue muerto en 1859.
Aparéntemente los indios de Guayquil, como los del Indio Cristo, se dejaron seducir por la
política de la Confederación en contra del Estado de Buenos Aires. Era el Poder Ejecutivo de la
Nación que les exigía tal actitud por intermedio de los coroneles Pedro Rosas y Belgrano y Federico
Olivencia. Se incorporaron al ejército nacional (de Urquiza), pero las tropas provinciales les
quitaron familias y haciendas. Acorde con los planes bélicos, operaron antes de la batalla de Cepeda
y aún después, en malones sobre la frontera bonaerense, sobre todo en la zona de 25 de Mayo. Por
ejemplo, en la toma del Fortín Arévalo (22.3.59), el ataque a Tandil, después de la batalla de Cepeda
y la famosa toma del pueblo 25 de Mayo, el 29 de Octubre, en la que intervino el cura Bibolini.
El 5 de Diciembre de 1859, el cacique Alonso Guayquil fue muerto en el combate de San
Lorenzo (Tandil).
Sus descendientes se hallan entre las tribus de Rondeao de 25 de Mayo y de Coliqueo en Los
Toldos (Allende A.: Trabajos y Comunicaciones. Nº 6, La Plata, 1957 p.40).
Entre las anotaciones de las familias de la Tribu de Coliqueo hallamos:
Un hermano del cac. Alonso Guayquil : Andrés Guayquil (1804-1868) capitanejo
En 1836 estaba entre los refugiados de cerca del Fuerte Cruz de Guerra de 25 de Mayo. El
censo lo señala en el toldo Nº3. En diciembre de 1841 participó con su padre y con Coliqueo
(Lorenzo?) en un malón a Pergamino.Después de la muerte del padre siguió con Coliqueo en Los
Toldos (Bs.As.) y fue su capitanejo donde falleció quizás por la epìdemia que hubo. Algún
documento lo llama Huancamill, Andrés.
l. el capitanejo Sixto Guayquil m. 1876, cas. con Leona Segui y con Felipa Ñonqué
2.hijo: Antonio Huayquil (1851 – 1928)
3. “ Juana Guayquil (n. 1858 - ) cas. c. Antonio Anchipe y cas.c. Nicasio Farías
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4 “ Rosa Guayquil (1876-1886)
Hijos de Antonio G.
Silvano Guayquil (1897 – 1981) cas. c Luisa Ma. Pacheco
Ignacio Guayquil cas. c. Natalia Milla
Pablo Guayquil (1911 –
Cipriano Guayquil
Además figura 1869 Domingo Guayquil como capitanejo de Coliqueo

GUAYQUIL, Pedro, 1837, cacique boroga. En documentos aparece en 1837 en


oportunidad de la invasión a Bahía Blanca y contra Venancio Coñuepán. El cacique Alón fue
muerto traidoramente junto con 250 indios, mientras se habían reunido para un parlamento. Cierto
documento nos dice que el único que gozaba la confianza de Calfucurá fue Pedro Guayquil, quien
había dirigido en 1836 un ataque y el asesinato del cacique Venancio Coñuepán (Comandancia
General del Ejército, ob. cit. IVº. p. 402). A continuación Pedro Guayquil integró la tribu de
Calfucurá como caciquillo.
En 1863 procura separarse de Calfucurá como también el cacique Cañumil. En Septiembre
de ese año mandó a su hijo Caremán a Buenos Aires para que negociara con el gobierno la paz y el
sometimiento. Presentó también carta de recomendación del cacique Ancalao de Bahía Blanca.
Cañumil y Guayquil solicitaron poder establecerse en el Arroyo Frías (Partido de Olavarría). El
gobierno aceptó la solicitud favorablemente y mandó adelantarles algún regalo: cien yeguas para
Cañumil y 50 caballos para Guayquil (AEM: 12.11.63). El teniente coronel Juan Cornell, encargado
de las comisiones de indios amigos los había recomendado con nota del 10 de noviembre (AEM.
Doc. 699) de cuyo informe voy a transcribir algunos párrafos que me parecen demostrativos en
cuanto al trato con los indios en ese tiempo:
"...se separaron de Calfucurá... iniciando gestiones para obtener un tratado de paz... Como lo
que interesaba era debilitar el poderío de Calfucurá y obtener tribus que se amiguen y sirvan de
escudo a las poblaciones fronterizas, considera conveniente... firmar los tratados— Es de
presumirse, Sr. Ministro, que a estos caciques seguirán otros... los gastos son enormes... serán nada
en proporción de lo que se gana entreteniendo la paz, mientras se va conquistando la tierra que se
hace útil, formando pueblos y aumentando la riqueza del país. Por eso es que yo juzgo que está en
los intereses generales de la Nación y principalmente en los del gobierno de la provincia de Buenos
Aires el admitir la separación e independencia de cada uno de los caciques de Calfucurá y para
atraerlos a ser súbditos del Gobierno Nacional, aunque para ello sea preciso hacer algunos gastos..."
En Diciembre del 1863, se presentó Pedro Guayquil en el Fortín Colorado, donde él y sus
indios fueron obsequiados. El 27 de Diciembre envió a su hijo y a su hermano Painegual a
entrevistarse con el general Bartolomé Mitre para presentar la carta solicitud del tratado, escrita por
su ayudante Eduardo Eguren.
Pero hubo envidias y otros obstáculos que debieron ser superados. El cacique escribió dos
cartas para desmentir que hubiese invadido. Y Calfucurá quiso desacreditarlo, porque se había
separado (Arch. Mitre XXIV. p. 87 y 90 y AEM: 1.2.64) El hijo de Guayquil. el capitán Caremán,
hizo otro viaje a Buenos Aires, llevando al general Mitre otra carta de su padre, fechada en
Muechitué, el 22 de julio de 1864. Con el lenguaraz Cristóbal (Cristo) insistieron en el tratado de
paz y pedían vestuarios de soldados para 50 indios, pues estaban dispuestos a incorporarse a las
tropas fronterizas (Arch. Mitre XXIV p. 125).
El comándante de Bahía Blanca José Llano, se adelantó a los permisos de las autoridades e
interpretó una carta del ministro fechada el 26 de Agosto equivocadamente. Hizo un tratado,
adelantando las primeras raciones. Luego marcharon a Buenos Aires a pedir el contrato para el
racionamiento. En Noviembre, el ministro les asignó ubicación en Nueva Roma (AEM. No 784).
Pero cuando se enteró que el comandante los había racionado antes de firmar el tratado, él y el
general Mitre, no asumieron el gasto y el sargento mayor Llano debió subsanar la situación. Había
que pagar 13.368 $ (Arch. Mitre, XXIII. p.l 18).
415
El Club 9 de Julio de Bahía Blanca se responsabilizó por el gasto y pagaría las raciones
hasta que se diese a conocer la resolución del gobierno. El Ministro Gelly y Obes le escribió a
LIano:
"El gobierno no aprueba el tratado celebrado el 20 de Diciembre, pues le prometió
demasiado" (Arch. Mitre XXIII 118/119). Había presentado el tratado el 20 de diciembre de 1864.
En Marzo llegó a Bahía Blanca una nueva comisión de Guayquil en búsqueda del
racionamiento trimestral. Entonces escribió el comandante Llano al general Mitre diciéndole que no
se atrevía a manifestar a la comisión del cacique que el tratado no había sido aprobado y que volvía
a darle raciones, más aún porque la paz había sido turbada, al haber sido el hijo del cacique Cañumil
ultrajado en las puertas de Bahía Blanca (AEM. 10.1.66). En Abril, el coronel Juan Cornell
recomendó al ministro la solicitud de Pedro Guayquil que se le escriturasen las tierras concedidas
por el tratado (AEM .Nº 90085).
Un hecho insólito enturbió en 1870 la paz de Pedro Guayquil y de sus indios amigos. Una
mañana, sin previo aviso, el Cnel. Llano salió con su tropa y voluntarios bahienses a robar a
Cañumil. Atacaron por sorpresa sus toldos, mataron unos 70 indios y llevaron prisionero al cacique
y mucha indiada, apoderándose de toda su hacienda. Opino que no atacó a la tribu de Guayquil. que
acababa de recomendar al ministro de Guerra (Museo Hist. Nacional (AGN.) Nº 4227). Pero
Calfucurá protestó con marcada vehemencia; lanzó un malón sobre las estancias de Tres Arrroyos y
envió una carta exigiendo al comandante Llano la liberación de su pariente Cañumil y de sus indios.
Y como esto no bastó, ni el gobierno había depuesto al comandante Llano, el 23 de Octubre
Calfucurá lanzó otro malón grande sobre la zona de Bahía Blanca (AEM. Doc. 1124 y la obra
documentada de Jorge Rojas Lagarde: El Malón de 1870 y la colonia inglesa del Sauce Grande,
Bs.As. 1984). Los maloneros debían apoderarse del cacique Pedro Guayquil, era la consigna de
Calfucurá. Pero el 25 de Octubre éste estuvo en el Fuerte de Bahía Blanca, escuchando los relatos
de los prisioneros hechos cautivos durante la invasión (AEM Doc. 1124). Pero su hacienda fue
saqueada por los salineros.
Más tarde, durante la última fase de la Conquista del Desierto, debió ceder su tierra a los
blancos que venían a poblarlas, porque sus títulos no habían sido válidos. Pedro Guayquil fue
conducido al presidio de Martín García. No sabemos cómo ni cuándo terminó su vida.
Fue uno de los muchos caciques que buscaban la paz y la prosperidad de su tribu. Y tuvo
que sufrir la guerra.
GUAYQUIL, Sisto (Sixto), 1868, capitanejo boroga. Era descendiente del capitanejo
Andrés Guayquil y fue su sucesor. Creo que ha nacido en 25 de Mayo. 1868 figura por primera vez
como capitanejo y oficial del Ejército en la tribu de Ignacio Coliqueo (en Los Toldos Bs. As.).
Compartió, pues, la hitoria de esta tribu (ver Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, 3ª ed.
por EUDEBA 1980 y 4ª 1999). De él ya escribimos algo más.
GUAYQUIL, José María, 1869, capitanejo de la tribu del cac. Andrés Raninqueo,desde que
separó esta porción de la tribu de Coliqueo para trasladar su gente a La Verde (Part. 25 de Mayo). El
15 de diciembre fue dado de alto en la lista de sus oficiales. (Hux: Coliqueo 1980 p. 93). Allí el
estado les ha donado seis leguas cuadradas. Pero en 1872 los indios de Calfucurá los invadieron en
vísperas de la Batalla de San Carlos y fueron llevados como prisioneros a Carhué. Allí perdimos el
rastro de José María Guayquil.
GUAYQUI LAB (Guayquilafquén), 1655, cac. araucano, sujeto al cac. Labuelpillán, con
quien realizó varias malocas, participó también en la sublevación general de los araucanos.
GUAYQUILAUQUEN,1774, cac. ranquel, pues un comunicado de Escobar lo nombra con
otros tres caciques ranqueles: con Toroñán, Millán y Cateucapú (AGN . Sala IX. 1-4-2: 26.7.74)
GUAYQUILAO, Santiago (Guayquilas) , 1792, cac. pehuenche que fue implicado en la
Guerra Pehuenche. Varios documentos mendocinos lo nombran, especialmente cuando se
efectuaban parlamentos generales con el Gobernador José de Amigorena (1792, 1797 y 1798, por
ej. En Arch. Mend. doc. 31, 1792)
1828 aparece un Guayquilás con el cac. Coñupán luchando contra los guerrilleros de los
hermanos Pincheira (AGN S.V. 16-8-4), creo que ahora en Sala X)
416
1840 se nombra un cac. Guayquilás que llegó a Azul, enviado por el cac. ranquel Painé, para
concretizar un tratado de paz largamene buscado. Si fuese el mismo que arriba nombré, debía ser
muy viejo. Quizás era un hijo de él.
GUAYQUI LEF, 1860, caciquillo ranquel, padre del caciquillo Ramón Tripai y de Cayulef,
quienes entonces vivían en el resto de la tribu de Pedro Llanquelén cerca de Junin. 1862 pasó por
allí el cacique Ignacio Coliqueo en su marcha a su nuevo destino en Los Toldos (Prov. Bs.As.) Los
incorporaron no del todo por su propia voluntad. (véase la nota biográfica sobre Tripailaf)
GUAYQUILEF, Lorenzo (Guayquilep, Guayquileo) 1790, cac. puelche, compañero del cac.
Lorenzo Calpisquis, que era dueño de las costas Sur y de la Sierra del Bolcán. Se los llamaron
también indios pampas. (AGN IX. 1-4-3: Chascomús 6.7.89 etc.) Desde 1784 estuvieron en tratado
de paz con el Virreinato. En un documento de 1795, figura entre los caciques amigos de la pampa y
Sierra de la Ventana, con Lorenzo, Toro y Paillabán, hermano de Guayquilef (AGN S.VI Nº 99, doc.
7). En 1799 renovaron la paz con el Virrey (AGN IX, 7.10.99 doc. 269) En 1800 Guayquilef llegó
de nuevo a Buenos Aires y fue atendido epléndidamente. (AGN IX 22-3-5; Secc. Contaduría Caja
Buenos Aires 1801, Leg 1.XII). 1803 vino a Bs. As. el cac. Paillabán, el hermano de Guayquilef.
Pero después eclipsan sus nombres. ETIMOL: Lanza ligera
GUAYQUI LÍ, 1655, cac. araucano que participó en la gran sublevación contra los
españoles. En su poder tenía cautivo al cura Juan Saa de Colcura (Chile (Gay: Historia 1874 III p.
128)
GUAYQUI LLÁN, 1776, cac. pehuenche. Según el censo de Diego de Las Casas estaba en
Río Chadileufú (De Angelis IV p. 586). Después vivió retirado de la política y de las guerras, como
parece. No se le nombra hasta 1820. Entonces entró en Chile en la Guerra a Muerte, adhiriéndose en
el bando de los patriotas con los caciques Marillancá y Catrillancá (T.Guevara, 1910 p. 295.)
Guayqui llancá, cac. boroga que en 1834 no se sometió a Calfucurá
GUAYUI LLÁN, 1876, capitanejo del cac. Namuncurá. Le fue fiel hasta el último día de su
lucha y de su rendición en 1884. En el Museo de Tandil existen fotos de él, donadas por Eleiseo
Tello. Quizás allí también tengan más datos de su vida.
GUAYQUILLÁN, Pancho,1870, cac. picunche, según otros “pampa”, yerno del cac.
Purrán y de su entera confianza (Olascoaga IV p. 25). 1870 figuraba como capitanejo. Pero pronto
era el lugarteniente de Purrán por sus cualidades extraordinarias. El médico Dr. Alejandro Marcó,
agregado a la IVª División expedicionaria, lo conoció y lo describe así: Era de aspecto clerical y
diplomático. Su estatura era más que mediana. Tenía tejidos adiposos…, miembros bien formados,
mejillas (pómulos) prominentes y flaccidas y en todo había un sello de majestad. Poseía un buen
castellano: su palabra era clara, lenta y persuasiva”. (Olascoaga-Galindez IV 1940 p. 137).
Pancho Guayquillán vivía un tiempo en Ranquilón, más tarde en Guanacos. Durante la
Conquista del Desierto, en 1879 fue perseguido como todos. El Cnel. Alzagaray lo atacó, pero el
logró escapársele en dirección al Río Colorado (Olascaga II p. 276: 6.8.79) El Tnte.Brizuela
interceptó una carta suya, fechada el 19 de junio del mismo año en Loncopué, decía que se iba a
Chile. Pero antes, unido a Udalmán, Purrán y Zúñiga intentaron atacar el Fuerte Nuevo IVª
División, intentando a rescatar los prisioneros recluídos allí. En el libro “Calquín” de Torres Ibáñez
Ed. Suboficial Bs.As. 1924 p. 115) nos informamos que la mujer de Guayquillán, viéndose
abandonada, se suicidó y lo mismo hizo su hija llamada Pichi Calquín, en el Valle de Pulmarí.
Guayquillán, pues, se había unido a los hermanos Udalmán y Nahuelán. Con ellos atacó el fuerte
Guanacos en el Cerro Cohuecó. Usaban armas modernas, hasta tenían Winchester. Efectivamente
rindieron la guarnición. Después de heróica lucha, todos habían muerto: el jefe Eliseo Boerr, 12
soldados y 17 particulares. Más tarde aparecieron también en el Sur de Mendoza, maloneando con
un centenar de indios (Walter: Conquista del Desierto, ed 1964 p. 657). El Cnel. Saturnino Torres se
largó entonces a perseguirlos; los encontró en ¡Agua Nueva”, los dispersó y les quitó unas 300
yeguas. Esta es la última noticia de este cacique que no quiso someterse a las “tropas invasoras”.
GUAYQUILLÁN, Pedro, 1980, cacique o capitanejo puelche del Rio Negro. Vivía en
Guanacos. Probablemente era pariente de Pancho Guayquillán. Sabemos que murió 1890.
HUAYQUILLÁN, Juan, 1980, cac. Neuquino; jefe de Collipillí, una de las 23 agrupaciones
o reservas indígenas, reconocida (Nº2) por ley de 1964 por el Gobierno provincial. En ese lugar, 30
417
Km de Huecú, a 40 Km. de Ranquihué, dicen, nació el historiador neuqino Dr. Gregorio Alvarez. Y
allí el R.P. Francisco Caldendino (salesiano) empezó su labor de misionero y allí fue sepultado el 21
de Julio de 2003.
GUAYQUIMILL TEUQUÉ, cacique boroga de la agrupación de Guaminí. El día del asalto
de Masallé en 1834 se entregó a los ivasores de Calfucurá (Avendaño, Santigo)
GUAYQUIMILLA, 1612, cac. araucano de los Cerros de Catiray. Estuvo en el parlamento
convocado por el Padre Luis Valdivia (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 341)

GUAYQUIMILLA, o Huayquimilla, 1782, cac. principal de los araucanos en Catiray


(Chile). Se ve que este nombre se ha perpetuado en el lugar; podría ser que éste fuese un
descendiente del Guayquimilla de 1612. El misionero franciscano P.Bonaventura de Zárate,
Guardián de la Isla de Macera, fue a visitarlo para invitar a sus indios a celebrar la paz con los
españoles. El cacique le contestó que siempre había sido partidario de la paz, agregando: “Padre,
todos los indios principales desean la paz, aunque el pueblo y los soldados no se pueden persuadir
de que los españoles la quieren y la desean…Si los españoles quieren la paz, que se haga la paz.
Pero yo no tendré por tal, si es que nosotros nos debemos rendir y nos debemos sujetar a ellos y les
debemos servir como a nuestros amos y señores. Esto no es paz, sino ocasión de inquietudes,
perturbaciones y guerras, como las hemos tenido hasta aquí”. Sólo admitía una paz, si se excluía
el vasallaje y la esclavitud; “Sino no verás,- decía al religioso-, que la admitamos, mientras el sol
gire por el cielo” (C.Rusconi; ob. cit. IV p. 168)
GUAYQUIMILL o Guayquemil, 1833, cac. araucano de Chile, quien, como muchos
borogas, emigró a la Argentina durante la Guerra a Muerte y vino a afincarse en la cercanía de
Bahía Blanca. Pero como era amigo del cac. Chocorí, J.M. de Rosas mandó perseguirlo durante su
Campaña del Desierto. Santiago Avendaño decía en sus Memorias que en 1834, en el asalto de
Masallé no se sometió a Calfucurá, igual como los caciques Coliqueo, Cayu Pulqui, Guayquillanca,
etc.

GUAYQUI-NAO (o Antepán Guayquinao): 1790, cacique pehuenche del sur (huilliche).


Vivía en el Río Grande. Durante la Guerra Pehuenche se destacó como diplomático y viajero
permanente, pues trató de mantener las relaciones entre los dos bandos antagónicos. Los
pehuenches de Malargüé se apoyaban constantemente en el apoyo militar de Mendoza. En 1790
pidieron nuevamente refuerzos para una expedición al sur. Los acompañó el capitán Francisco
Barros, quien escribió un Diario en el que nombra a Guayquinao como contrario junto con
Caniguán. Antemil, Guanchocal y Huanquín (Arch. Mend.. Carp. 30, doc. 1 y 2). Luego lo nombra
entre los caciques que pedían la paz. También en 1794, un año después de un famoso parlamento de
paz en Negrete (Chile), fue a un parlamento convocado por el gobernador Amigorena en San Carlos
(Mendoza). Trajo correos y cautivos de la Pampa. El documento del 10 de Marzo de ese año dice:
"Es el más interesado por hacer la paz, porque está cerca de los enemigos de Mamuel Mapú.
Amigorena, quien quiso conseguir el reconocimiento de la autoridad de Mendoza entre los
pehuenches, puelches y pampas, para contrarrestar la influencia chilena, reconoció que Guayquinao
podía servir de enlace. No obstante, presentó también pasaportes chilenos de 0'Higgins. El mismo
año hubo varios conflictos entre los pehuenches del este y del oeste chileno. Guayquinao se marchó
nuevamente a visitar a los puelches de Roco y a los pehuenches de Pichintur y luego llevó voz y
mensaje a Los Angeles y a Talca. Lo acompañaba el lenguaraz chileno Pujada. (Arch. Mend. Carp.
30, doc. 12 y 13)
Ante un nuevo conflicto con los pehuenches del sur, Amigorena envió a Guayquinao para
que mediara ante el cacique Rayguán de Barbarco, pero tuvo que informar en Mendoza que poco
había conseguido. En el parlamento del 16 de Diciembre de 1795 en Malargüé dio cuenta ante los
caciques reunidos que no pudo convencerle a Rayguán a que fuese a Mendoza. Que le había dicho
que no iría allá. Que tenía buenas lanzas. En esa reunión de caciques resolvióse expedicionar una
vez más contra el rebelde cacique Rayguán (véase su biografía). En enero de 1796 salió el mismo
comandante general José de Amigorena con sus tropas y un gran contingente de indios amigos de
Malalhué para pelearlo. Guayquinao lo esperó en el Río Grande y el cacique Colemilla se le agregó
418
en el Valle Ranquel. El 10 de Enero le dieron al cacique Rayguán una tremenda sorpresa; fue así
que su toldería quedó completamente destruída. A su regreso a Malahué festejaron el triunfo;
también Guayquinao participó allí (Arch. Mend., Doc. 19 y 20). Las autoridades de Chile hicieron
vehementes reproches a Amigorena. Pero en el parlamento los caciques rememoraron las razones de
esa expedición; la frustrada intervención de Guayquinao y su insulto, porque no quiso vínculo
alguno con Mendoza. (Ib.,.Doc. 19)
En una acción revanchista, pehuenches del sur y de Chile vinieron en Abril (1796) a
maloquear a los indios de Malalhué y entre sus víctimas cayó también el cacique gobernador
Pichintur. Al regresar hacia el sur, atacaron también los toldos de Guayquinao (7 de Abril de 1796)
y de Colemilla. Estos estaban ya tan comprometidos con los pehuenches del norte que Amigorena
hizo elegir como segundo cacique gobernador a Guayquinao. Los indios amigos de Malalhué
juraron de nuevo venganza a muerte; que éste era su deber y su derecho y pidieron nuevamente que
unos 60 mosqueteros los acompañasen en la nueva campaña.
Efectivamente, en Mayo de 1797 volvieron a enfrentarse con el cacique gobernador de los
ranqueles y pehuenches del sur y lo mataron. Luego, tras otros parlamentos aquí y allá, se hicieron
las paces (en 1798 y 1799) y así terminó la larga Guerra Pehuenche. Nos llama la atención que el
nombre de Guayquinao no figure en las actas de esos parlamentos.
Al estallar la guerra por la Independencia, también los indios volvieron a tomar partido en
diferentes bandos y así se produjo la llamada Guerra a Muerte. Guayquinao, Marinao, Cuminao y
otros tuvieron que emigrar, porque los molestaron Huichacura y Curamil de Collahué (T. Guevara,
ob. cit. de, 1910). Hasta aquí la historia de este cacique, sin saberse más.
GUAYQUI NAO, 1861, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo. Había nacido en 1836
en 25 de Mayo y era pariente de Coliqueo. Más tarde figura en la tribu de Pinseñ (Vicente Pinén).
1873 fue tomado preso y llevado a Martín García. Entonces el cac. Justo Coliqueo (el 2 de junio de
1875) interpuso su autoridad y relaciones para pedir su libertad y la consiguió. Era nieto del cac.
Ignacio Coliqueo y su capataz (soltero dice el censo)
GUAYQUI NECUL ver Rinqué Guayquinecul.
GUAYQUI ÑEO, 1878 cac. ranquel que sufrió la gran persecución por las tropas
expedicionarias. En ese año fugó con algunas familias al Neuquén y luego a la Cordillera. El
Comandante Rubial los descubrió en diciembre de 1882 cerca del lago Huemicó. Los atacaron de
inmediato y mataron al cacique, a su capitanejo Millaqueo y a 13 indios más. (C.Rusconi IV )
GUAYQUI ÑANCÚ. En 1834 figura en una lista de caciques del 27. 12. 1834 como
cacique boroga (AGN X. 24-9—1)
GUAYQUI ÑIRE, Isidro, 1746 uno de los principales caciques araucanos. Participó en el
Parlamento de Tapigüé (Chile) con 200 indios ( Gay: Historia 1874 vol. III p. 528)
GUAYQUI PANGUI, o Huayquipagi, 1751, cac. pehuenche araucano de Colücó. Ese año
lo visitó el misionero jesuita Bernardo Haevstadt (su diario) .1775 se le nombra entre los indios del
Río Bueno (De Angelis I. 380). Y nuevamente lo nombra el jefe de la expedición de 1782 que
buscaba la Ciudad de los Césares. 1794 colaboró en la gestión por la paz (Arch .Mend. Doc. 13)
GUAYQUI TRIPAY, 1765, cac. principal con Cural de aucas, situados cerca de Salinas
(dice el documento AGN IX. 1-4-5, doc. 329: 21.8.1765). Y que los tehuelches se han retirado con
quienes había invadido. 1767 es llamado cac. puelche que como Flamenco acaudillaba a un grupo
de tehuelches (AGN. IX. 1-5-9: Zanjón 9.5.67) Era comerciante y le gustaba relacionarse con los
españoles. También lo visitaron los indios de Penco y Concepción. Vivía entonces en el valle del río
Salado.
1770, el Maestre de Campo Juan Manuel Pinazo convocó a caciques pampas e hizo con
ellos un tratado de paz en la Laguna de los Huesos (creo Part. de Gral Viamonte) Pero
Guayquitripay no apareció, porque tenía cuitas con el cac. Lincón. El decía que no lo habían
invitado. Deseaba, en cambio, hacer la paz, para poder comerciar tejidos en Buenos Aires. Se le
comunicó que fuera hasta la laguna de Palentelén (Bragado), para ir luego a Luján (Guardia)a tratar
con J.M.Pinazo (AGN IX 1-4-3). Pero tampoco se presentó allí, porque, parece que tenía noticias
que el Maestre de Campo había resuelto el día del parlamento (20. 5.1770) hacer con los 12
caciques pampas una expedición contra los tehuelches y darles “una buena lección”. Por el diario
419
de la expedición, escrita por J.A.Hernández (publicado por De Angelis IV p. 557 ss) nos enteramos
de qué modo fueron atacados los indios de Guayquitripay, aunque se habían retirado a las Sierras.
Las tropas expedicxionarias habían ido hasta el Río Colorado sin haberlos encontrado. Ya
regresando, los 300 indios auxiliares y 120 soldados, llegaron a tener noticia de que Guayquitripay
y los suyos habían atacado entre tanto los toldos de Lincón, aprovechando la ausencia de sus
guerreros. Un hijo del cac. Guayquitripay había informado al Comandante J. de Mier del Zanjón,
que habían hecho una acción contra los aucas de los caciques Lincón, Angüel, Catrepán y
Nabaltripay (Lehmann Nitsche, 1923: Grupo lingüístico “Het”). Decía que quería unirse con el cac
Flamenco para hacer frente a la división expedicionaria.
Ésta detectó, el 27 de noviembre de 1770, su paradero y el día 28 se le acercaron durante la
noche para darle la sorpresa al aclararse el día 29. Rodearon sus toldos antes de que pudieran
reaccionar. Avanzaron a la izquierda los indios amigos, a la derecha los milicianos y por el centro
vinieron los soldados que trajeron fusiles. 150 indios fueron muertos y sus toldos destruídos (De
Angelis IV. p. 557: diario). Los indios amigos pedían moderación, diciendo que había parientes
entre ellos. Esto fue probablemente la razón, por que el Maestre de Campo hizo atacar también a los
toldos de Lincón y quiso que matasen al cacique, que ciertamente no merecía esa ingratitud de parte
del español. Hasta el Gobernador Bucarelli reaccionó ante las atrocidades cometidas, amenazando a
los caciques Lepín y Curruel y sus cómplices por haber muerto al cac. Guayquitripay (AGN IX. 1-
4-3: Campana, 6.1.71) Quisiera ofrecer más detalles sobre este personaje ciertamente importante en
su tiempo entre los aborígnes de la pampa bonaerense. La última noticia se registró en la
Comandancia del Zanjón, el 3 de abril de 1774 (ib), pues dice una carta que el cacique Inacayal
gobernaba a la sazón la indiada de Guayquitripay, por muerte de éste, causada por el Maestre de
Campo Pinazo y los caciques que lo acompañaron. Será que el resto de su tribu se eligió a un
cacique de extracción patagónica. ETIMOL: Tripay:sale; Guayqui: la lanza.
GUAYTÁN, don Pedro, 1655, cac, Ese año el gobernador de Buenos Aires invitó a los
caciques don Pedro Guaytán, Humillan y Cloyan “de las naciones Yaros, Mohínas y Güenacos” a
reducirse y juntarse en pueblos (AGN IX. 6-9-3)
GUAYTABA, 1579, cac. comechingón de Salacpil Tuspi, Tama halón, Córdoba;
encomendado de Velásquez (Montes p. 71)
GUAZUNAMBÍ, 1682, cac. guaraní, entre el río Las Conchas y río Luján. Pero no aguantó
el clima de la Provincia de Buenos Aires. (Molina, Raúl 1960) Después de la pelea en Smo.
Sacramento el 7 de agosto de 1680 habían traído (al distrito de Buenos Aires 1000 guaraníes.
GUCHAY o Guchal y más tarde Huichal, 1781 parece haber sido cac. tehuelche. Ese año
aparece en un documento, porque habían venido con el cac. Negro y el cac. Lorenzo Calpisquis a
bagualear en la Provincia de Buenos Aires. 1837 figura el cac. Huichal entre los atacantes de Bahía
Blanca, en el malón del 14 de agosto, encabezado por el cac. Juan Calfucurá y drigido contra los
indios del cac. Venancio Coñuepán. (AGN X. 25-5-1)
GÜICHAVI, C.: Cac. pehuenche de Chile, quien inmigró a la Pampa por el año 1807
(Crivelli 1997 p. 197).
GUCHULEP o Guichulep, Guichilpi, 1774 se sindica como huilliche o auca. Pero en 1761
lo llamaban tehuelche del río Colorado. Según comunicaciones de las fronteras (avanzadas) en 1774
había habido un gran encuentro con los tehuelches en que murieron cuatro caciques y mucha
indiada, como continuación de la funesta expedición de 1770, bajo la dirección del Maestre de
Campo J.M. Pinazo. Guchulepi quedó entonces dueño de todo el campo, entre Sierrade la Ventana y
el río Colorado (AGN IX. 1-4-2: Salto, 1.9.74)
Un excautivo declaró en Mendoza que Guchulef, Alcoloán, Chañafilú y Ñancafilü, caciques
aucas pobres del Sur, del Paso de los Saucs, se habían enfrentado al cac. tehuelche Curubatu (Arch.
Mend. Carp. 40 doc. 25). Del Campamento del Zanjón se notició en abril de 1774 que Guchulep
había matado a 30 tehuelches y que en agosto todos los tegüelches se habían unido para trabarse en
lucha contra los aucas (AGN IX. 1-5-9 y 1-5-3 p. 261). 1776 Guchulef estuvo en Salinas.
Hermanos embajadores llegaron a Buenos Aires, pero fueron muertos. 1778 estaban unidos a
Alcaluán y a Chanafilú. En 1780 avisaron de Chascomús que los caciques Guchulep y Calfuñer
(Calfuquir) venían con 400 indios y 100 chinas. (Posiblemente era para comerciar AGN IX 1-4-3) .
420
Deben haber sido cacerías importantes y una oportunidd para fortificar la paz y la amistad entre sí y
con los españoles. El Piloto B. Villarino decía que había ido al Volcán (De Angelis 1837 VI p. 357)
y Francisco Viedma (en De Angelis 1910 I. p. 457) decía en 1784 que Guchulep se había ido a
Salinas Grandes en compañía de pehuenches y aucas. Según carta de Colomer, enviada dede
Ranchos al Virrey en 1792, vivía entonces con tres caciques sobre el Arroyo de los Sauces
(Lehmann Nitsche: 1923 el Grupo “Het” p.80) Crivelli en Todo es Historia Nº 283, 1991, dice que
continuó activo hasta 1794. Después perdimos la pista de tan importante cacique.

GUCHUMPILQUE (Guchumpilqui), 1783, cacique auca, según dice Basilio Villarino en


su Diario de la exploración del Río Negro. Vivía sobre la rastrillada (camino de los chilenos) que
conducía a Valdivia y mantenía un comercio importante con los españoles valdivienses. Les llevaba
vacas de la pampa bonaerense. En 1782 habían realizado un tratado de paz con el gobernador de
Valdivia. El 12 de enero de 1782 Villarino tuvo el primer contacto con el cacique Guchumpilque. Le
decía que sus chasques estaban a punto de partir al Huechum (Huechulafquén), por ser la época en
que los valdivienses venían a comprar ponchos. Villarino le entregó una carta para el gobernador de
Valdivia. Los indios parecían estar muy al corriente de los acontecimientos. Además de dar noticias
sobre Valdivia, preguntaron si había nuevas sobre la guerra de los ingleses con los españoles.
Villarino contó unos 300 indios de lanza que estaban con Guchumpilqui. Vio, en cambio, sólo seis
chinas. Comprobó también que llevaban un arreo de unas 8.000 cabezas entre ganado vacuno y
yeguarizo, seguramente "producto de malones": ellos dirían "producto de sus bagualadas" con que
podían cumplir con los pedidos de los compradores trasandinos. Cuando Villarino visitó la Isla
Choele Choel, Guchumpilqui y Curuante, le regalaron también unas vaquillas. Allí acompañaban al
cacique, el cacique Llancoapí de Huechulafquén, Román y Curuanca. Cuando los caciques
advirtieron la intención de los españoles de poblar a Choele Choel e interceptar así el afluir de los
chilenos, ya no quisieron ser sus amigos.
Guchumpilqui fue muerto el 16 de Marzo de 1783 por un hijo del cacique Chulilaquín,
uno de los caciques principales del valle del Río Negro y muy comprometido con los españoles de
Carmen de Patagones. Lo asesinó no sólo por las grandes rivalidades que habían tenido entre aucas
y pampas, sino porque –decían- había tramado el exterminio de los soldados de Villarino y habría
pedido para eso incluso la ayuda de Chulilaquín. Este temía luego, como era natural, que sus indios
le vengarían y pedía protección al Piloto Villarino y sus españoles. Los hizo, pues, acampar cerca de
su embarcación, entonces anclada en descanso. También el cacique Francisco, otro poblador de ese
valle, temía una nueva guerra con los aucas. Cuando mataron a Guchumpilqui. había compradores
de Valdivia entre ellos y no se sabía qué actitud adoptarían los españoles de allá. Villarino se
informó que el abuelo del cacique Chulilaquín tenía su toldería en Chile, cerca del Cerro de la
Imperial y que allí habían enterrado al cacique Guchumpilqui. Cuenta Villarino que quiso que
desenterraran el cadáver y llevaran su cabeza al Piloto español. (Diario, en De Angelis l910 p.
580s.) (Véase la reseña de Chulilaquín. Está en copia en Hux:Caciques Hilliches ed El Elfante
Blanco 2004 p.388s)
GUCHUPAR, capitanejo huilliche que asistió en 1863 a la junta de paz con el cac.
Chingoleo en Carmen de Patagones.
GUDCHATAY, 1670, cac pehuenche mendocino. Lo halló Dn. Francisco Puebla en su
visita a las encomiendas de Corocorto. Decía que era cacique principal. Que su esposa se llamaba
Juana y que era encomendado a Doña María Morales. Otro cacique de 53 años se llamaba Don
Pascual y había una cacica, Doña Catalina (Arch. Mend. 11.12. 1670)
GUDEL, 1821, cac. gobernador de araucanos en Ayllergüe de Arauco (Vicuña Mackenna:
Guerra a Muerte p. 576)
GÜE Y GÜI ver en Hue y Hui
GÜINCHO CURI, cac. que en 1830 concurrió con 32 caciques al parlamento en Tandil.
(Fernández, 2000 p. 180
GULCHUN CHEN, 1782, cac. auca, según el diario de Basilio Villarino (De Angelis 1910
V. P. 580)
421
GULI CHENE (probablemente Hilli ché), 1791, cac. chileno de Villa Rica. Así dice una
nota de Ranchos (AGN IX l-5-1: 28.8.91)., pues venía a comerciar con los caciques Caneculú,
Topalasquén, Maricolo y Fitugún de la misma zona (Priegue: en ETNÏA Nº 3). Eso fue durante la
Guerra Pehuenche
GUL QUÑÉ, 1794, cac. puelche pampa que se presentó el 21 de marzo de ese año en
Malalhué en un parlmento de paz con el cac. Lorenzo , Toro y Carripilún. Esto fue durante la
Guerra Pehuenche (Arch. Mend. Carp. 33 doc. 8 ,de 1794)
GULTIUNTA, cac puntano del siglo XVII, según las investigaciones de Mons.. Pablo
Cabrera (Aborígnes del país del Cuyo p. 226).
GUÑENUTAL, 1788, cac. huilliche del grupo del cac. Llanquetruz (I). Durante la
expedición de Esquivel Aldao fue muerto, el 18 de febrero de 1788, a orillas del Río Agrio (Arch.
Mend. Carp. 39)
GUÑUPUEL, 1835, cac. ranquel. Ese año fue tomado preso en el combate del Potroso
(cerca de Junín, Bs.As.) junto con Payné y Carinipel (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín, La
Plata, 1950 p. 51)
GUOCHÁN, 1827, cac. tehuelche que acompañó también la expedición cruel del Coronel
Federico Rauch.
GUORRO VIL, 1834, capitnejo boroga que en la invasión de Masallé no se entregó a
Calfucurá (Memorias de Avendaño).
GURRU NAMÚN, Pancho, 1879, capitanejo huilliche entonces de 68 años. El 11 de agosto
fue bautizado en la iglesia el Pilar (Bs.As.) con otros prisioneros de guerra del Batallón de
Artillería. ETIMOL: Namún: pie, gurrú (gnerr) : de zorro
GURRU NAMÚN, cac. chileno que entró en nuestro país después del año 1813, al estallar
la guerra entre indios. Fue súbdito del cac. Chulilaquín (huilliche). 1820 vivía en Lilqué. Se adhirió
al Exdictador chileno J.M.Carrera. 1822 accedió a la invitación del Cnel. Pedro A. García y acudió
al parlamento de paz al pie de la Sierra de Tandil (Diario de Reyes p. 148, en De Angelis IV p. 137),
En 1824 se informó al Gobierno de Mendoza que los caciques Pablo, Currutripay y Currunamún
eran favorables a la paz. Efectivamente volvió a la reunión de caciques que convocaron los
hermanos Oyuela en diciembre de 1825 al Sur bonaerense (AGN X. 27-7-6)
GUTIÉRREZ, Isidoro, 1744, cac. mocobí, entonces de 40 años. Es uno de los indios que
han sido transportado al distrito de Buenos Aires. 1744 figura en el censo del Pago de Matanza,
encomendado de José Arregui (antes de Arrosarena). María Josefa tenía 36 años y sus hijitos Martín
7 años y Santiago 6 meses (Boletín Academia Nacional de Historia Nº 37)

G U Z M A N É cacique gobernador pehuenche

GUZMANÉ o Guadmané, Gumané, Guaimané, 1796, era cac. gobernador de los


pehuenches del Sur de Mendoza, por favor del gobernador de Mendoza.. Hijo del cac. Coliné,
hermano del cac. Coliné (hijo) y del cac. Levián. Su historia emerge de la Guerra Pehuenche y
termina con la muerte cruel de Guzmané, que nos describe el Excautivo Santiago Avendño en el
sexto capitulo de sus Memorias (ed. El Elfante Blanco de 1999 p. 111ss), que empieza así: “Los
indios jamás se olvidan de una ofensa recibida. Y ha habido ejemplos en que la bronca pasó de
abuelos hasta a los nietos. Los nietos han venido a ser vengadores de una ofensa hecha a sus
antepasados”. En realidad la Guerra Pehuenche que duró unos cincuenta años eran malones de
venganza en venganza, de ataques y revanchas., y luego de tantos tratados de paz.
Guzmané participó con los pehuenches de Malalhué contra las hordas de Llanquetruz
(muerto en 1788) y contra Rayguán en Brabarco ( c. Gobernador de Barbarco 1792-1797) para
vengar la muerte cruel de 1797 del cacique general Pichintur de Malalhué, Coliné, su padre fue
muerto en 1794, por indios de Valdivia que invadieron sus toldos .Pues él pertenecía a los
pehuenches de Malalhué. (doc. 12 carp. 30, Arch Mend., del 30 de junio de 1894 Su hijo menor
Coliné de Coliné padre por ser un buen orador, y Guzmané, querían vengarse. Esperaron una
buena oportunidad. Pero los españoles, especialmente el Virrey buscaron una reconciliación que en
Mendoza fue sellada en 1799.
422
Luego hubo un gran silencio sobre la persona de Guzmané. Ni tampoco tengo
documentación sobre Coliné, su hermano. Guzmné fue su sucesor y tuvo que defenderse contra
otro frente con su epicentro en Angol y el famoso Zúñiga principal organizador de comercio de
hacienda traída de la Argentina.
En 1834 se dio la noticia de que el cac. Guzmané fue atacado y herido el 13 de noviembre
de ese año, por una expedición chilena que iba a Salinas Grandes, a pesar de que él había sido
reconocido aliado en Angol (AGN. Biedma VII 10-4-14).
En 1837 lo denunciaron de que haya procurado con el cac. Tori sublevar a los indios adictos
al General mendocino F. Aldao. Por eso, en septiembre Aldao y su tropa hicieron una expedición
contra Guzmané y el cac Paillao (R. Pastor: Guerra contra el indio en la jurisdicción de San Luis p.
420)
En cambio, el nuevo gobernador de Mendoza, el Gral. Pedro Pascual supo ganar la simpatía
de Guzmané e incorporó a sus soldados como indios amigos auxiliares a las tropas fronterizas. Al
cacique lo tituló “Cacique principal, amigo y aliado de esta provincia”.
Esto sucitó una adversión aún entre sus paientes y cuando se opuso al llamado de los indios
chilenos para que les ayudase en una disputa, que no aceptó, vinieron a invadirlo y a matarlo a él y a
su hermano Leivan, a principio del año 1846.. Pero el asunto no era tan simple.
Aquí quiero insertar el relato de las Memorias de Santiago Avendaño (ed. por Elefante
Blanco, Bs.As. 1999 p. 111ss)
Guzmané era cacique gobernador de la tribu picunche. Un día tuvo la noticia de que los
indios de uno de sus departamentos habían hecho una excursión a la Provincia de Chillán, a San
Francisco, y que el malón había sido encabezado por su subalterno, el cac. Purrán. Entonces el
cacique Guzmané reunió y preparó la gente que lo debía acompañar para castigar a los ladrones.
Reunió pues como 120 voluntarios que se prestaron para acompañarle. Con éstos se echó sobre
aquellos rebeldes, porque habían roto el pacto que él había firmado con el gobierno de Chile y éste
reclamaba un castigo ejemplar para los invasores.
Este departamento distaba del de Guzmané como día y medio de camino. Guzmané con su
tropa marchó, efectivamente, sobre aquellos y, en un momento en que esos malvados andaban en
sus cazaderos, avanzó a las tolderías, que estaban todas en un solo valle. No encontró a hombre
alguno, sino sólo a las familias. Esto lo había averiguado ya antes del arribo por dos jóvenes que
fueron interceptados antes de alcanzar o llegar a los toldos. Puestos a presencia del cacique, le
informaron que hacía dos días que la gente cazadora estaba afuera y que habían venido con el
objeto de socorrer a las familias que estaban solas. Por eso habían traído cada uno un carguero de
carne, y con esto acreditaron su declaración.
El cacique les hacía varias preguntas a fin de que le dijeran si, acaso por sorspechas de
este golpe, habían fugado o si realmente andaban en correrías de campos.
No titubearon en confesar como era. Y entonces Guzmané, viendo que su viaje había sido
largo y que los que él buscaba no estaban, se echó sobre las familias, mandando asesinar a los dos
indios prisioneros, y permitió saqueo y toda clase de violaciones que cometieran con las
mujeres. Cautivaron también a algunas jóvenes. Luego dio orden de destruir hasta los toldos.
La invasión acampó dos días allí. Al cabo de los cuales regresó, dejando a las mujeres en
un miserable estado de desnudez y hambre. La destrucción fue completa.
Al obrar así, el cacique quiso demostrar que los reprobaba para siempre, porque de no
hacerlo así, el gobierno lo culparía también a él de cómplice.
Regresó, pues, la tropa de Guzmané. En cuanto llegó a su destino, cada uno fue a su casa.
Quedó allí la partida de soldados cristianos, la que para esta invasión el cacique había pedido
como auxilio al comandante militar del Fuerte San Rafael (Mendoza), Esta partida constba de
treinta hombres armados. Después de permanecer como un mes custodiando a su cacique, éste los
despidió, haciéndolos regresar a su destino. Ya no esperaba ulterioridad alguna, poque no pensaba
que se fuera formar un complot contra él. Descuidando así su seguridad ya no aguardó otra cosa;
pensó que había cumplido con el gobierno amigo, castigando sin misericordia a los rebeldes, tal
como se le había reclamado.
423
El cacique tenía una hija que estaba casada con un caciquillo de poca importancia, pero
que era intrigante. Se llamaba Ayla-llanca (Aillal). Los enemigos de Guzmané, que aún no habían
vengado la violencia que se había cometido con sus familias, empezaron por seducir secretamente
al yerno del cacique gobernador, quien vivía completamente desprotegido de vigilancia.
Aillal, indio ingrato e interesado, olvidó el lazo que lo vinculaba con el cacique Guzmané y
que por mil motivos debía haberle sido fiel a su superior y suegro. Los enemigos lo sedujeron
ofertándole nada menos que iba a reemplazar a su suegro, si él se animaba a participarles del
estado en que se hallaba la gente y el mismo cacique. Admitió todo cuanto le propusieran y
cumplió con cuanto ellos le habían pedido. De esta manera los sublevados se vieron “a cosa
hecha”, porque Aylla-llancá estaba tejiendo la tela de las entrigas en provecho de los que debían
ser sus enemigos y en contra de aquel a quien le debía hasta la vida.
Llegó por fin la noche funesta en que se iba a cometer la traición que haría desaparecer
tres vidas y cautivas también. Toda la noche los conjurados estuvieron con el caballo de la rienda
para estar prontos al amanecer. Mientras no llegaba la hora, estaban unos espías enemigos
ocultos bajo los cueros del toldo del cacique, observando si éste estaba en guardia o no. Alcanzóse
a oír muy positivamente que, a media noche , estando el cacique Guzmané en el mejor de los
sueños, soltó una gran carcajada. Y habiendo despertado, teniendo presente que se había reído,
echó la mano a la boca y la tocó para saber si era cierto, lo que le parecía un sueño. Vio con
sobreslto que aún tenía abierta la boca, como que acababa de reír. Se levantó, salió afuera a
diligencia indispensble. Así estuvo muy cerca del enemigo apostado que lo espiaba. ¿Cómo habría
de saber que esta era la última miada que dirigía a la aurora, que ya se venía? Su yerno no le
había avisado nada de lo que él mismo gestaba como cómplice. Guzmané estuvo un rato pensando
sobre lo que le había sucedido. Y entonces el leal instinto del corazón le anunció alguna desgracia
fatal. Se dio vuelta, entró en su toldo y se volvió a acostar. Despertó a uno de los mozos que vivía
con él, dentro de su casa, y le preguntó si había atado algún caballo para él.
El mozo contestó que no, porque hacía muchas noches, él mismo, después de despedir la
tropa, le había prohibido atar de noche a los caballos, temiendo aniquilarlos. Nadie, ninguno, tenía
caballo atado.
Muchos han creído que la influencia del yerno, que lo iba a vender, había conseguido
tenerlo en tanta despreocupación.
El cacique Guzmané empezó a explicar el sueño a su soldado, sin dejar de estar
impresionado y temeroso. Le decía que ya se contaba difunto, porque se había despertado riendo,
cosa que solamente le sucede al que tiene la muerte inminente.
No se equivocó el cacique, porque la muerte que lo buscaba no estaba ya lejos de
apoderarse de él. El “cuarutún” (espía) oyendo esta explicación, salió con dirección a los suyos
para contarles lo que había oído al mismo cacique, a quien le estaban preparando la muerte.
La turba de rebeldes estaba a poca distancia, pero del lado del río Neuquén. Llegó pues a
ellos el bombero y les explicó lo que había oído. Pero, en lugar de aterrorizarse, la turba se puso
en movimiento para echarse encima de su víctima, porque el alba venía ya. Cuando supieron que el
cacique había prácticamente adivinado su destino fatal, dijeron entre sí, que la obra ya no era obra
de ellos si lo mataban, que era cosa del beneplácito del cielo, desde que Dios se lo había revelado
a él.
Se dirigieron impetuosamente hacia la toldería, que ocupaba la costa del río de este lado.
Los atacantes formaron un cerco para que el cacique Guzmané no se escapase de sus garras. Y
empezaron los bravos perros del vecindario a anunciar la terrible catástrofe que efectivamente
venía a caer sobre ellos. Al llegar a las primeras casas, prorrumpieron a gritar. -¡Elléple, elléple!
El cacique se levantó, sin más tiempo que para emponcharse con un quillango de cueros de
guanaco, tomar su lanza y dirigirse al río para buscar su salvación en la sierra que estaba de
aquel lado, a muy poca distancia. Se escapó nadando por el río bien ancho, a pesar de que las
aguas estaban tan frías. Salió del otro lado con la esperanza de salvar su vida para poder
vengarse. Los indios, sin duda, lo dejaron llegar hasta el pie de la sierra, donde habían ido y lo
alcanzaron. Estaba tiritando, dando diente contra diente y las rodillas le temblaban, no de miedo,
porque era muy valiente y enérgico, sino por el frío que había sufrido al traspasar el río.
424
Estando el desgraciado cacique a corta distancia, lo reconocieron. Lo corrieron con mucho
empeño, llamándose unos a otros. Lo rodearon y, por fin, viéndose acometido por todos los ladoe y
sin auxilio, el cacique intentó sostener un combate desesperado, él contra dieciséis que lo
atacaban..
Sus enemigos le quebraron la lanza; eharon pie a tierra y por todas partes no se vio sino
una lluvia de lanzasos que lo hirieron para concluir con él. Por fin lo vieron tan cansado de tantos
saltos desesperados, de las mil escaramuzas que había hecho, creyendo que con ellas se iba a
salvar. Pero, al contrario, se había cansado ya para morir. Entonces exclamö:
-¡Ya no hay remedio! ¡Todo está en mi contra! ¡No hay más que morir!
Los que habían presenciado la escena, dijeron luego que eso ha sido lo único que el cacique
atinó a decir, mirando con los ojos ensangrentados al pedazo de chuza que le había quedado.
Todos se arrojaron impetuosamente sobre él y a un tiempo lo derribaron. Y del primer golpe cayó
desfallecido. Luego lo remataron del modo más ignmominioso que se había visto hasta entonces.

Mientras esto sucedía en la falda de la sierra, en los toldos se veían escenas mucho más
repugnantes: Hicieron cuanto es propio de unos rebeldes enfurecidos; saquearon sin freno y
violaron y destruyeron…
-¡Ya no existen ni Guzmané, ni su hermano Leviván!- decían unos. Se llevaron a las dos
hijas de este último y a la principal esposa del primero. Mataron a otro que quiso defender al
cacique. ¡Tres muertos, tres cautivas, un saqueo horroroso y violaciones! Todo se hizo, cuanto se
puede esperar de escandalosos bárbaros rencorosos.
Cargaron en sus caballos hasta el telón de cuero que había servido de techo en los toldos.
No dejaron ni los objetos más despreciables, lo que no pudieron llevar lo echaron al río o lo
hicieron pedazos. Ya no había remedios. Con la muerte del cacique todo había concluído.
Y poco después Ailla llancá, el traidor, fue propuesto al gobernador de Los Angeles para
reemplazar a Guzmané. Allí no se conocía aún la trama de los funestos eventos. Mientras tanto, el
cac. Purrán regresó para su destino, llevándose un gran botín, él y su séquito, quedando así la
tribu en paz.
En 1846 Aillal fue aprobado como sucesor de Guzmané y nombrado cacique gobernador
por el gobierno de Los Angeles

Dejamos aquí el relato de Avendaño que describió estos eventos que terminaron con la vida
del cac. Guzmané el 6 de Junio de 1846 (Arch. S. Luis 6.6.46)
Es difícil agregar los acontecimientos y complicaciones posteriores. Avendaño habla de
Aillal que buscaba formar alianza de paz entre los muluches como con los ranqueles. Pero intervino
en ese tiempo el cac. Purrán que se apoderó de la buena tierra de los picunches. La intervención del
gobernador nuevo Pedro Pascual Segura (gob. 1845—1874), supo ganar la simpatía del cac. Aillal
e incorporó a sus indios como indios amigos auxiliares de Mendoza. A Guzmané habia dado el
título de “Cacique principal, amigo y aliado de esta provincia” que chocaba hasta a sus parientes.
Ahora, teniendo la noticia de su muerte, quiso averiguar e intervenir en el triste asunto. Ya el día 6
de Junio se habían presentado algunos indios en el Fuerte de San Rafael, pidiendo auxilio. Decían
que el cac Purrán y el cac. Cristiano habían atacado su tribu y que el cac. Llampi, súbdito de
Guazmané, quería perseguirlos para recuperar los cautivos y lo robado. Que sólo le quedaban 40
indios, que otros andaban dispersos, y por eso pedían esa ayuda. Que el cac. Coliné, hermano del
finado cac. Guzmané, seguramente se reuniría con ellos.
Este mismo cacique vino también a presentarse en el Fuerte de San Rafael. Los militares los
entretuvieron primero con promesas y regalos. Les decían que debían informarse mejor y que en
tales asuntos debían recurrir al Gobernador de Buenos Aires, J.M. de Rosas. Luego se convocó a un
parlamento para el 6 de Julio, donde aclararon que los indios de Guzmané habían acampado en
Guañespén y que los indios chilenos les decían que iban a arrear hacienda a Malbarco de la
República de Chile; luego vendrían a este lado de la Panmagüida (Cordillera) a agüaitar a Coliné.
Decían también que con el cac. Porrán se habían presentado Ayllal, José Caepí, Carriado y Llampi
con 233 indios; que a este último lo habían reducido con engaños y a su yerno el cac. principal ( a
425
Guzmané) habían dado muerte (Arch S. Luis 6.7.46). Decían también que habían venido de Santa
Bárbara bajo el control del Capitán Domingo Salvo. En Mendoza hubo otra junta con el cac. Nahuel
y el cac. Goyco, su segundo. Mandaron además al Alférez Juan Seguel a Tierra Adentro para hacer
averiguaciones sobre el asunto. Finalmente acusaron y apresaron al chileno José María Surita que
había actuado en nombre del gobierno chileno como agitador de los indios amigos de Mendoza.
Confesó que había pasado cerca del cacique Guzmané, porque ése pertenecía al Estado de Chile y
disfrutaba sueldos de ese país. Que después de una gran parlamento en Angol, de 3000 indios de
pelea, habían sido enviado allí por el Sargento Mayor J. Zúñiga. Que el padre de éste, el cac.
Alcalán, había dicho que los cristianos les quitaban más y más, que estaban por establecer un
campamento general en Auca Mahuida entre el Río Colorado y Neuquén. Zúñiga, a su vez, había
escrito que trataría impedir que se produjese esa gran invasión (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 12 y
Sosa Morales: El Comandante Rodríguez p.50. El Dr. Jorge L. Rojas Lagarde averiguó más cosas
sobre el robo y comercio ilegal de ganado en la Argentina, en el libro Santa María de los Angeles de
Morris, Raúl von B. 1997)
Sí. La invasión de los chilenos en 1845 y la muerte del cac. Guzmané levantó una polvareda
de acusaciones y complicaciones y no hubo venganza.
Como dije, el Gobernador Dn. Pedro P. Segura de Mendoza, quiso, a su vez, informarse de
los acontecimientos y causales. Salió con sus tropas a expedicionar y a inspeccionar. Llegó hasta
Malalhué y quiso encontrarse con el cac. Coliné; pero éste, no bien tuvo noticia de esta visita,
levantó con sus indios su campamento; ni tuvieron tiempo para apagar sus fogones. La expedición
que, según el diario del Cnel. D.E. Domínguez, duró del 8 de octubre hasta el 27 de diciembre, no
cumplió sus objetivos; solo resultó como una exploración Geográfica que podía ser utilizada para
nuevas conquistas

HABA ACAÁN, 1579, cac. comechingón de Usus Tuspi en Tamohalón, Córd.;


encomendado de Velásquez (Montes P. 73)
HABAN, 1576, cac. comechingón de Siguisac, Nandolma, Códoba; encomendado de Abreú
(Montes 51)
HABIA CHUCUTAVI, 1574, cac. comechingón de Tingu Halo, Campana, Córdoba;
encomendado de B. Noble (Montes 72)
HACSA, 1590, cac. principal de los comechingones de Nono,Sierras Grandes, Córdoba.
HALCA NAVI, 1574, cac. comechingón de Páha, Altantina, Córdoba; encomendado de
Nieto (Montes p.70)
HANCAIMA, 1574, cac. comechingón de Tila Guenen (hoy Villa Dolores) en Córdoba ( G.
Terrera)
HANSANA TOC TOC, 1598, cac. comechingón de Tala Hen, Talaina, Córd.; encomendado
de Cornejo (Montes 72)
HANSANA HUYBANA, 1598, cac. comechingón de Cacha Mina, Córdoba; encomendado
de Cornejo (Montes 72)
HATAN CHARABA, cac. comechingón de Hatan Sacat, Chocho Coa Hal, Córdoba;
encomendado de Pérez
HATAN HENEN, cac. comechingón de Holomono Halo, del Valle Catapas, Cord.;
encomendado de Velásquez (Montes p.57)
HECHIPANO, 1594, cac. comechingón de Cosconota, Mofigasta, Córdoba; encomendado
de Ardiles (Montes 67)
HEMANÉ, 1820, cac. pehuenche de Chile, aliado de Colipí. (patriota)
HEYIALÉN, 1814, cac pehuenche que participó en el parlamento. Convocado por orden
del Padre Inalicán en Malalhué, a orillas del río San Pedro. Presidió la reunión el cac. Ñeicuñán.
HILARCÓ o Hilario, 1820, cac. pampa que fiel al gobierno de Buenos Aires, no se unió
con el guerrillero chileno J.M. Carrera. Ya en 1819 hizo un tratado de paz con 17 caciques en la
toldería de Lienán; luego lo renovó con el cac. N. Quintana y también en 1826 estuvo participando
del parlamento y del tratado de paz que se hizo en el Arroyo Pecuén (parece Pigüé), en la lista de 37
caciques era el Nº 18. No tengo otras noticias de su vida.
426
HINCHEL ver Sinchel
HINIGUÁN, 1797, cac. pehuenche, hijo del cac. gobernador Rayguán de Barbarco. Fue
implicado en la cruel Guerra Pehuenche y él mismo fue muerto en 1797.
HIPÓLITO, 1818, cac. boroga, que participó durnte la Guerra a Muerte en el bando realista
junto con los caciques Rondeao y Victoriano en Chile. Luego emigró también a la Argentina. En
1820 figura entre los adictos del Exdictador J.M.Carrera, cuando éste actuaba en la pampa
bonaerense.Según él decía, vivía en la zona de la laguna del Monte (Part. de Guaminí) y obedecía al
cac. Payllatur. (Lista de la colección de B. Vicuña Mackenna con el Nº 5. Pero cuando Carrera se
dirigía a Chile, éste fue atacado, vencido y muerto.El gobierno de Buenos Aires trató pacificar a los
indios, especialmente a los borogas, relativamente nuevos en la provincia. Hipólito participó en el
parlamento junto al Arroyo de Pecuén, el 25 de Abril de 1826. Debido a la cruenta persecución del
Cnel. Federico Rauch, en 1827, Hipólito y Victoriano se unieron a los chilenos de Curamalal (AGN
S.X. 14-3-1).
HOGUÍN, 18oo, cac. pampa amigo. En ese año visitó al Virrey en Buenos Aires (AGN.
Contaduría Leg.1. XIII 22. 2-3)
HOLOMÁN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Taxazo, Puchan, Córdoba;
encomenmdado de Coria (Montes p.72)
HOLOMAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chulchon Yaca, Copacabana,
Córdoba; encomendado de Jaymes (Montes 48).
HOLLOS, 1847, cac. pehuenche del sur de Mendoza, en Río Grande. El 24 de enero de ese
año fue interrogado sobre lo que sabía de la muerte del cac. Guzmané (Arch. Med. Carp. 123 doc.
12)
HOYOPAN, 1579, cac. comechingón de Tama Halon, Sur de Soto; encomendado a
Velásquez (Montes )
HUA ES GUA Y HUAY ES GUAY
HUALFIN o Gualfin, 1879, cac. pehuenche radicado en Muyen. Ante la invasión de las
tropas expedicionarias de la Conquista del Desierto, emigró a Chile.
HUALQUI LAF ( prob. Huayqui laf, Andrés, 1751, cac araucano (pehueche) de Pellecó. Lo
visitó el misionero P.Bernardo Haevstadt. (ver su diario)
HUMACHA, 1860, capitanejo mendocino que vivía en El Cepillo, Tupungato. Su hijo se
llamaba José Huamacha. Es posible que fuesen descendientes de huarpes.
HUANCAMIL, 1820, cac. pehuenche (o boroga). El Brigadier Andrés del Alcázar y Zapata
trató ganerse a los pehuenches (realistas) Calfuqueo, Huancamilla, Trecamán y Lailo; pero parece
que no los convenció ni los ganó para la causa de los patriotas. En Septiembre del Alcázar sufrió
una tremenda derrota y Vicente Benavides lo entregó a los indios para que lo lancearan (T. Guevara,
1910, p. 134 y Yaben: Biografías militares americanas I. p. 89)
HUANCAMILL, Andrés 1868, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo en Los Toldos,
Prov. de Buenos Aires.Falleció el 10 de Mayo de 1868 por la peste de viruelas. Sucedió en su cargo
su hijo Cisto Huayquil. (ver Guayquil)
HUANCAMIL, 1879, cac pehuenche del Departamento Ñorquin en el valle que atraviesa
el Arroyo Quilimalal.
HUANCHI LEO, 1879, capitanejo ranquel que huía de las tropas expedicionarias. La
División Vª de Hilario Lagos lo alcanzó y lo apresó, igual como a muchos de los ranqueles (unos
700). (Walter: Conquista del Desierto ed. 1964 p. 636)
Huanhegnerr ver Anegner
HUAN LAN, 1864, capitanejo ranquel, que fue incluído en la lista de capitanejos para el
tratado de paz de Mariano Rosas (del Archivo de Emilio Mitre)
HUANQUÉ ver Guanqué
HUANQUE LONCO, 1819, cac. araucano realista de Renaicó, Chile.
Participó en la Guerra a Muerte.
HUANQUE PÍ, 1873, cac. pehuenche que figura en el tratado de paz del 3 de
junio de 1873 en Salinas Grandes, el día en que murió J. Calfucurá.
427
HUANQUI, capitanejo del Paso del Hueique (creo en Chubut) quien entregó al
Padre salesiano P. Bernardo Vacchina un quillango y a su hijo Benjamín Huanquin
para que lo educara (Memorias del P. Bernardo Vacchina 1892 viaje al Chubut, Arch.
de Bahía Blanca y tesis del Padre Mario que tengo en disquet.)
HUAN TRAI CÓ, 1875, capitanejo picunche que vivía entonces por
Chismalal.
HUAQUI PAY, 1879, cac. pehuenche del Neuquén. Participó con el cac.
Purán las penurias de la invasión de las tropas expedicionarias
HUAZIMUL o Huazihuil, 1595, cac. huarpe que residía en Calingaste (San
Juan). Era descendiente de Calín, del que proviene el topónimo Calin Gasta. En un
encuentro con los españoles invasores halló la muerte.
HUASCO, Francisco o Cacique Francisco, 1867, cac. tehuelche del Chubut. El
20 de agosto de ese año llgó a Camen de Patagones con cuatro capitanejos pidiendo,
en nombre del Presidente, el racionamiento. Esto indica que habá hecho algún tratado
de paz, cuyo documento no tenemos.
HUCU CHUQUIL, 1878, cac. salinero. El 15 de octubre de ese año fue
atacado por las tropas expedicionarias en Ucal Chico; escapó con el capitanejo Ponce.
Luego se unió con el capitanejo Mariano Cañumil. Dejando en manos de los
expedicionrios a 106 prisioneros (Olascoaga I. 70: y vol. IV p. 61)
GÜE ES HUE
HUECHÚN. o Güechú, Güiché, Güichón, 1820, cac. chileno que había
emigrado a la pampa argntina. J.M. Carrera lo anota entre los adictos a la causa de
Buenos Aires, adverso a su “bárbara” cruzada. Según esas anotaciones vivía entonces
en Ide Caitaló (¿Italó?). También J. Biedma enumera a 15 caciques fieles al gobierno
de Buenos Aires (AGN. S.VII. 10-4-13). De Güechú dice que no era criollo, ni de
esos lugares, es decir, que también lo consideraba chileno. 1821 concurrió a otro
parlamento que convocara el Comandante General de la Frontera Norte, Brigadier
Cornelio Saavedra (AGN X. 27-7-6) Muchas gestiones se hacían en aquellos años
para restablecer la paz en la Provincia de Buenos Aires. En diciembre estuvo en otro
parlamento con 50 caciques, cuya decisión de paz aprobó luego el Presidente
Bernardo Rivadavia. 1834 encontramos su nombre de nuevo, ahora entre los caciques
borogas (27. 12. 1834). Y después de los ataques, tanto de los indios chilenos, como
de las tropas bahienses, Huechún se fue entre los ranqueles. No bien se abrió la
puertita para hacer un tratado de paz con el Gobierno de San Luis, mandó a sus
emisarios a la ciudad puntana. (27.5.1838) (Arch. San Luis. Capeta Indios) Allí le
anotan como Güichó y Güiché. El mismo desempeñó también misiones en nombre
del cacique general de los ranqueles, entonces cac. Peiné, Guanchú y Leví. No tengo
más datos de este simpático cacique.
HUECHULEF, 1778, cac. auca con los caciques puelches Alcaluán y
Chañafilú (que hemos nombrado anteriormente. (Morales Guiñazú: Aborígenes de
Mendoza p. 45)
HUECHUQUEO, 1797, cac. pehuenche presente en el parlamento de paz, ese
año, en San Carlos (Mendoza).
HUECHUQUEO, Pascual o Vichuqueo,boroga, nac. 1797 y murió en Los
Toldos en 1901, creo a raíz de una asonada que he de mencionar. Sabemos que nació
en Boroa en Chile y a raíz de la desastroza Guerra a Muerte, emigró con Coliqueo
428
como tantos otros a la Pampa Argentina. No hay menciones especiales de él en toda
esa historia de los Coliqueo que compartió hasta su asentamiento en Los Toldos, en
1862. Era capitanejo de esa tribu. Se casó con Manuela Peinegnerr y tuvo una gran
descendencia. El nombre Pascual se va repitiendo en las generaciones siguientes.
Sus hijos habidos con Manuela Painegnerr son: Pascual o Pascú, Juana
n. 1855, Juan n. 1858, Francisco n. 1860, José 1864 y Andrés n. 1873.
En el capítulo XXXVII de mi Libro Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos
cuento la bien documentada asonada del día 30 de Agosto de 1900. El cacique Simón
Coliqueo quiso impedir que la Machí Hortensia Roca, quien se llamaba a sí misma
Santa María, hiciera fiestas indígenas prolongadas y para mayor autoridad para
impedirlas ,llamó a la policía.
“Cuando éstos llegaron al lugar señalado, Simón se dirigió a la concurrencia
exigiendo la inmediata disolución de la reunión, tildándolos de insurrectos. El oficial
Díaz exigió su rendición. A lo que con aire arrogante, revólver en la mano, respondió
don Dámaso Ferreira, que a balazos sólo se rendirían. Tras una nueva intimación, los
policías hicieron disparos.
San Pedro, López y Mariqueo se levantaron entonces para el ataque, y luego,
todos los hombres congregados, armados de azadores y boleadoras, otros con armas
de fuego, se trabaron en combate. La primera carga cayó sobre el cacique. Este fue
herido de un bolazo y un rudo hachazo le tajeó la cabeza; probablemente creyeron
que estaba muerto, cuando lo dejaron tirado. (El murió en 1902) En seguida hirieron
gravemente al oficial de la policía y a su cabo Bustos. El extraño combate duró un
cuarto de hora, y todo terminó, afirmaron testigos oculares, cuando Pascual
Huechuqueo había degollado a Fermín Sosa, el llamado “San Pedro”, quien se había
protegido con cotas de mallas.
De los insurrectos murieron Alejo Mariqueo, López Colín y Pedro Sosa.
Recbieron heridas de balas J. Manquillán, L. Masa, J. Cayuqueo, F. Martínez y F.
Cayún; muchos sufrieron golpes en el combate.
Al fin detuvieron 38 mujeres y ocho ilesos de los amotinados, llevándolos
luego a la comisaría de Los Toldos, junto con ocho heridos.
El parte oficial fue publicado en la Revista de la Policía de la Plata, año I. Nº 1
p.90 – 96 con cuatro fotografías que poseems en nuesra biblioteca. Al formar yo el
Museo del Indio en el Monasterio de Santa María de Los Toldos, recibí el largo y
famoso facón del capitanejo Pablo Huechuqueo; pero más tarde nos fue robado.
Tengo cierta inseguridad sobre la fecha de la muerte de esta notable figura. En el
Registro Civil libro de defunciones leí en el año 1901 la anotación de la muerte de
Pascual Huechuqueo.
HUECHUQUEO, Cicuta, 1868, capitanejo boroga de la tribu de A.
Raninqueo, que entonces se separó de la de Coliqueo y fue a situarse en La Verde
(Part. de 25 de Mayo). Pertenecía antes al grupo de Coliqueo en Los Toldos. Había
nacido en 1841 en la Pampa. Se casó con Dominga Lavalle de 25 de Mayo, nacida en
1848, según anota el libro de bautismos del P. Pablo E. Savino, quien bautizó en su
capilla de la Misión a las hijas de Cicuta Huechuqueo: a Desideria, Angelita y
Faustina. El era un capitanejo respetado de esa tribu en Los Toldos. Lo que le pasó en
1872 en el asalto de Calfucurá a esa tribu no tengo documentado, sólo deduzco que se
salvó, pues le nacieron esas hijas después en Los Toldos.
429
HUECHUQUEO, Justo es otro de la familia que Raninqueo llevó consigo a
La Verde, cuando éste se separó de la Tribu de Coliqueo en 1869 y lo hizo capitanejo.
Es lo único que puedo decir de él.
HUECUQUEO, Faustino o simplemente cac. Faustino .No quiero confundirlo
con Faustino Huechuquir gran embajador. De éste conocemos la foto de una
embajada de 1870 reproducida en el libro “Loncagüe” de John W. Maguire, Bs. As
1967
HUEICHA MANQUE, Juan, 1851 cac. araucano de Ruvululeubú. Lo visitó el
Padre B. Haevstadt y averiguó que era hijo del cac. Cuca Manque.
ETIMOL: Manque: Cóndor, hueicha: batallador
HUELÁN o Güelan, 1825, cac ranquel que asistió al parlamento en Laguna
Guanaco, el 20 de diciembre de 1828.
HUELÉ, o Huele, Güelí, 1820, cac. boroga. Colaboró con J.M. Carrera, quien
lo llama “Huele Suaso, sobrino del cacique Lenguaraz. Después del fracaso del
guerrillero, se quedó cerca de las tolderías de los ranqueles de Llanquetruz. 1833,
Rosas tuvo noticias de él, de Marileo y Antivil, porque se presentaron en Guaminí y
fueron a ver al Cnel. Delgado en 25 de Mayo, pidiendo perdón, porque se habían ido
a los ranqueles que entonces eran perseguidos por la Campaña del Desierto (AGN X
27-7-6). El 30 de agosto de 1834 los convocó el Capitán Eugenio del Busto, y luego
informó que habían asistido los caciques Marileo, Llancamán, Güircán, Huele y el
hijo de Cañiuquir. ¿Sabría, a lo menos del Busto, que Rosas había decidido
eliminarlos por intermedio de los caciques chilenos de Calfucurá, Cheuqueta, etc. El
8 de Septiembre del mismo año, fueron invadidos y atacados “con permiso”. Véase lo
dicho en la historia de los caciques Rondeao y Cañiuquir. No nos debe extrañar que
Huelé que se salvó en todos estos eventos bélicos, haya participado en la batalla de
Tapalquén, el 1º de Octubre de 1836 (Gaceta, 5.10.36) Pero en este combate fue
muerto, como también los caciques Calepay, Toriano, Catrilonco etc. (Rivas: Historia
del Mangrullo de Melincué p. 16) ETIMOL: Huelé: “zurdo”

HUELÉ o Güilé, 1837, capitanejo pampa de los indios amigos de Calfiao


(AGN X. 25-5-1; 14.8.37). 1846 estuvo en Azul, de bastante reciente fundación,
donde recibió raciones, según las cuentas de proveedores (Bartolomé Ronco, en Rev.
Azul Nº 3, 1930).
GÜELÉ o Güelef, 1833, cac. pampa que cayó en manos del Gral. Aldao, jefe
de la columna mendocina durante la Expedición al Desierto. Aldao lo encontró en
Chilque (La Pampa) y lo mataron, como también al venerable cacique anciano
Barbón. (1.4. 1833. Diario de J. Velasco y Diario de Rosas ed Sudestada p. 140 .
AGN X. 27-5-6)
GÜILÉ o Huele, 1863, cac. huilliche que asistió en Carmen de Patagones al
parlamento de paz con el cac. Chingoleo (Arch. Mitre XXIV p. 10 y AEM doc. 672
HUELE CAL, o Güelecal 1776, cac. puelche entre los pehuenches cerca del
Río Diamante (Mendoza). La primera noticia de él es del 25 de agosto de 1776,
porque Él y el cacique Francisco (Huilletrur) habían atacado el Fuerte de San Carlos
de la Prov. de Mendoza (bastante nuevo entonces), pues el establecimiento de esa
fortaleza en sus tierras les parecía un ataque a sus derechos. También fueron
envueltos en la Guerra Pehuenche y lucharon a la par de los indios amigos de
430
Mendoza en Malalhué. En el diario de la expedición contra el cac. Rayguán y los
indios de Malbarco se dice para el 19 de Febrero de 1796, que Güelecal y Caraneo
(ranquel) habían mudado sus toldos al Valle del Yeso para cortar el paso a los
chilenos. En abril del mismo año, un hermano de Güelecal fue atacado por los indios
de Barbarco, y muerto como también Pichintrur, Curritrú y Ñancutripay (Comando
Gral. del Ejército, ob. cit. II p. 186).
Para consolar a los vencidos y ofrecerles nueva protección, el Gobernador de
Mendoza convocó en Mayo de 1796 de nuevo a los caciques amigos. Bartolomé
Güelecal figura en la lista de los asistentes con la connotación “alias Ancain”, así bajo
este nombre habrá que buscar algunos datitos como éste: En una borrachera a la que
asistió el cac. Rayguán, Güelecal quiso matarlo. Le quebró el brazo, le cortó en un
nuevo golpe; pero los parientes lo defendieron y lo salvaron. Otro documento dice
que Ancain era hijo del cacique gobernador Millagüín y nieto del cac. Ancanamún.
Lo encontramos de nuevo en la lista de los participantes del parlamento de paz
de 1799, en el que el Gobernador J. de Amigorena selló definitivamente la paz de los
pehuenches del Norte y del Sur y de los ranqueles y pampas, como lo habían hecho
también con los caciques en Chile.
La muerte inesperado del cac. Marcos Roco fue imputado al cac. Güelecal;
probablemente por dictamen de alguna machí también su hijo y su hermano fueron
difamados, de manera que los indios de Roco trataron maloquearlos. Güelecal,
prevenido, se escapó; pero le dispersaron su gente y la hacienda. El Comandante de
San Carlos, Francisco Barros, apenas tuvo noticia de lo ocurrido, acudió para impedir
ulteriores ultrajes. Reconcilió con buenas razones a los peleados y salvó la paz
anteriormente jurada. AGN Sec. Gobº. Guerra y Mar, 1801, leg. 31 Sala IX 26-3-7)
Meses más tarde llegó el caciquillo Don Bartolo con la viuda de Roco, la cacica
María Josefa, sus hijos y más comitiva a Mendoza para demostrar su inocencia y a su
vez quiso quejarse por los asesinatos perpetrados entre sus pehuenches y pampas
(Comndancia Gral. del Ejército vol. II p. 188; 16.12. 1801) En Agosto se presentó de
nuevo con los caciques Colipy, Catinán, M. Goico, Tripaití, Millaquín, sus mujeres y
42 indios. Estos datos nos dan una prueba más de que los caciques eran noticia sólo
en casos extremos. En 1805 Güelecal estuvo presente en el parlamento que decidió la
fundación del Fuerte de San Rafael (2.4.1805). En esa oportunidad Güelecal estuvo
algo nervioso y quería cobrar varias afrentas y muertes; pero el Comandante asistente
lo impidió y el Padre Inalicán y ocho caciques firmaron como testigos de que con la
debida paga se le había hecho satisfacción. (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 19)
HUELE CALQUÍN, 1752, cac. puelche de Malalhué. Allí lo vió el Padre
Bernardo Haevstadt en su gira (ver diario) Allí vió también a los caciques Marivutai
Chreyú (Creyó), que tenían uns 200 lanzas (Lanceros). Dice el P. Haevstadt en su
crónica, que eran puelches ( de las pampas) y que no lo dejaron avanzar hasta
Mendoza, de manera que tuvo que volver a Chile por el camino de Neuquén.
1776, según dice una carta del corregidor de la ciudad, los indios habían
pasado a la vista del fuerte, llevándose un buen botín sin que se les pudiera quitar.
Pero la culpa de la maloca era que el Comandante del Fuerte habáquerido que se
eradicara la pulpería de Morel y Sainz, para que prosperara la suya y lo consiguió por
esa maloca de los indios amigos (sic).(Espejo, Juan Luis, La Provincia del Cuyo del
Reino de Chile, Santiago 1954 p. 710)
431
GÜELE GÜETE, 1777, cac. ranquel (probablemente). El 11 de Diciembre de
ese año se supo en la Guardia del Zanjón que este cacique había atacado a los
hermanos Yahatti en el Sur bonaerense. Tomás Yahatti avisó a los españoles que ese
cacique había muerto al cacique Miguel Yahatti, qien anteriormente había estado en
la Reducción Misional de los pampas (Mar del Plata) AGN. IX. 1-5-9)
GÜELI MÁN, 1851, capitanejo del cac. Unaiché. Figura en la lista de los
obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca (20.12.1851).
GÜELLI, 1825, cac. ranquel que el 20 de diciembre de ese año asistió al
parlamento de paz en Lag. Guanaco.
GÜEL MEN (quizás Güelimán), 1750, cac. del Sur que conoció el Padre
Tomás Falkner.(A description of Patagonia, 1774 p. 140)
GÜELEN GÜELÉ, P., 1561, cac. mendocino “que recibió una parcela de
campo”, dice C. Rusconi. Esto más bien quería decir que fue encomendado.
GÜELE PAN, 1847, cac. chileno principal de Callincó. Actuó entonces, como
otras veces, en la pampa argentina. En diciembre de ese año se presentó en Azul con
el Capitán Nicolás de Valdivia para entrar en negociaciones con el Cnel. Pedro Rosas
y Belgrano, (Ronco: Caciques y fronteras, inédito p. 6) Es posible que era pariente
del cac. Calfucurá, porque era de la misma zona de los huilliches chilenos. Después
de un largo silencio, invadió, en 1871 junto con el cac. Quinchado en nuestro país,
por el Norte del Río Colorado (14.10.1871). Más tarde, el cac. Namuncurá avisó al
Cnel. P.Iturra de Bahía Blanca, - no sé con qué sentimientos -, que tres caciques han
muerto: Güimi Llanca, Güichal y el cacique principal de Callincó, llamado Güelepán
(AEM. doc. 1372: 2.4..1875). No indica las circunstancias, pero parecía que el Cnel.
Iturra tenía interés en la noticia.
ETIMOL: Pangui:puma y Güele: De mal agüero
HUELE QUIN, o Huele Calquín o Huelqui, 1750 cac. serrano. Invadió la zona
del Tuyú y en 1755 el cac. Huelquin estaba instalado con 60 toldos en El Tordecillo,
en las cercanías del asiento pampa del cac. Nicolás Bravo. Este, como Cangapol,
comunicó a las autoridades de Buenos Aires que quería colaborar con ellos y
deshacerse de los recién llegados (Acta del Cabildo Acuerdos 7.4. 1754 3ª Secc. Vol.
1 p. 397 y 444). (Han muerto mucha gente y llevaron familias) Se le facilitó un
destacamento militar en octubre de 1754.
1758, este cac. serrano del “Bolcán” se encontraba frente al Ricón de Tuyú.
Huivan (Güiba) su sobrino estaba con él. Las milicias de las Comandancias Zavala,
San Martín y Zanjón le prometieron protección para que “no fuesen destruídos por
los tehuelches y los aucas” (AGN IX. 1-5-9) Aparece también como Nicolás
Huelquen.
HUELLÁN, 1823, cac. pampa ranquel que con Calquín y otros pidieron al gobierno de
Córdoba que interviniera para restablecer la paz turbada por Carrera y la incursión del gobernador
Estanislao López.
HUEMÁN o Güenián, 1760, cac. pehuenche, al que visitó el padre jesuita Pedro A.
Espiñeiro. Se le quejó de que los pehuenches del Norte (dice huilliches septentrionales-) los habían
molestado. Ya había empezado la Guerra Pehuenche.
HUEMA NECUL, 1840, dicen de él que era “famoso cacique pehuenche”. A pesar de este
epíteto no encontré más datos.
GÜEMIL o Huemil, 1891, cac araucano (veliche) de Traitraicó, Nueva Imperial
432
GÜEMIL o Huemil,Martín, 1844 – 1904, Los Huemil son de gran descendencia en la Tribu
de Coliqueo. cuyo árbol genealógico he esbojado incompletamente y continua hasta hoy.Un
antecesor habrá sido capitanejo o cacique, pues se ve que es también de la nobleza araucana.
Martín Guemil nac.1844 murio 1904, casado con Catalina Huayquimil y cas. c. Juana
Cotrón
Hijos Julián – Florencio – Eugenia
Martiniano Huemil 1848 – 1908, cas. c. Petrona Millao (12 hijos)
Pedro – Manuela – Damiana – Jacinta –Eusebia – Mamerto – Faustino – Ignacio –
Juana – Petrona
Rosario Huemil 1865 - cas. c. Román Maldonado
Olivencio Huemil - 1888 cas. c. Sabina Dañilhué 1862 - 1892 (4 hijos)
Remigia (1883) – Dionisio (1884) - Rosario (1886) y Alberto (1889)
Victoriano Huemil - Vicenta Huemil – Juana Huemil

GÜEM TREPI, 1800, cac. pampa ranquel que se presentó también en el Cabildo de Buenos
Aires (AGN IX. 1-4-3)
HUE NAHUEL, Tomás, 1751, cac. araucano de Copiumo (Chile); lo visitó el Padre B.
Haevstadt (Diario) ETIMOL: Hue: joven; Nahuel: tigre.
GÜENALTO, 1869, cac. patagón, que Ch. Musters en su viaje por la Patagonia conoció.
De él dice en su libro Vida entre los Patagones, ed. Hachette 1964 p. 188, que era “el habitante más
antiguo” (o sea anciano) de la Patagonia. Aún organizó una caza de avestruces. Le pidió la brújula.
GÜENAN (quizás Huemán), 1854, capitanejo de Calfucurá (AGN X. 18-10-6; 20.9.54)

HUENCHE CAL, 1892, cac araucano de Huadaba (Chile) Y ese año murió allí (C.
Rusconi, ob. cit IV)
GÜENCHU o Güencho, 1820 cac. boroga. T. Guevara lo señala como hermano del famoso
cacique Venancio Coñuepán. Con él participó en la Guerra a Muerte y también emigró en
1824 a la Argentina. Desde que se ubicaron en la nueva Bahia Blanca servían en el Ejército
argentino. En 1833 participó en la Campaña de Rosas. Hay notas en las que nos informamos
de sus sueldos y de su vestuario. Tuvo que perseguir la tribu de Chocorí hasta el Chubut y
por esa acción recibió 90 $ (AGN X. 27-5-6 p. 472 y 40-7-10) Es probable que con su
hermano haya muerto en el asalto a su tribu. (ver Coñuepán V.) ETIM: Huentrú : n
HUENCHUNAHUEL, Ignacio, cac pehuenche que visitó el Padre Bernardo Haevstadt el
20 de febrero de1852. Lo visitó en la segunda expedición a los pehuenches y decía que era amigo
de los españoles.. El 24 de febrero de 1852 asstió al entierro del hermano del cacique Ignacio
Huenchunahuel, padre de Curriqueupú. Yo creo que el misionero en su gramática y Diario (p. 270)
demostró los apellidos como le parecía debían ser: Catriel era Cayrinahuel; Curriqueo, para él era
Curriqueupu y Huenchunahuel podría resultar Huenchual. El nombre Ignacio se repite en los
descendientes de Ignacio Coliqueo.
HUENCHUAL, aparece en la documentación histórica en 1820, como cac. araucano
(boroga) de Quepe, Prov. Cautín, Chile. Por la Guerra a Muerte emigró a la Argentina, Más tarde ha
sufrido los embates de los indios borogas de Guaminí (1834). Luego siguió al cac. Ignacio
Coliqueo. Con el Coronel Manuel Baigorria, refugiado unitario entre los ranqueles, hicieron algunas
incursiones, unas eran de carácter político.En diciembre de 1841 llegaron a sitiar el pueblo de
Pergamino (Historia de Pergamino de L.Giménez Colodrero p. 167) Y el 15 de diciembre de 1842
se transmitió de Salto el aviso de Calfucurá que el salvaje unitario Baigorria con unos 300 indios ,
acompañado del cac. Coliqueo y capitanejo Güenchual con Meliqueo Nahuel Chué de las tribus
borogas y ranqueles se habían movido hacia Mulitas (25 de Mayo) y Federación (Junín) (doc. 27 de
la Biblioteca Municipal de Pergamino).
HUENCHUAL, Pablo, probablemente el hijo del capitanejo arriba mencionado
1862 vino con la tribu de Coliqueo a establecerse en la Tapera de Dïaz (Los Toldos Bs.As) y
1868, el cacique A.Raninqueo anotó a Pablo Güenchual como capitanejo para su tribu separada, y
433
enviada a La Verde (25 de Mayo). 1872 parece, ya no estaba allí cuando Calfucurá con un gran
malón invadió ese campo y apresó la tribu de Raninqueo.
La noticia más interesante sacamos del libro del Teniente Coronel José Ignacio Garmendia
“Cuentos de Tropas, entre indios y milicos”, bajo el seudónimo Fortun de Vera. Son relatos en estilo
novelesco. “De buenas a primeras me encontré desterrado entre un enjambre de salvajes borrachos
y sucios..” Se ve que el tono no es del todo simpático. En la edición de Peusser de 1891 p. 62 dice
algo de la familia de Güenchual; pues Garmendia había ocupado un rancho fresco no lejos del
cacique. Frente a este alojamiento se encontraba el toldo del capitanejo Pablo Güenchual, patriarca
de numerosa familia, “en la que brillaban con cierta rústica coquetería algunas chinas regularonas
“Vinchual era un indio bajito de cierta edad, como son todos los indios, mientras no son
eternos de viejos.. Era amable y locuaz. A pesar de que eran seis sus mujeres, reinaba la paz entre
ellas y sus hijos. Todos vivían en el mismo toldo de cuero, largurucho como un zaguán y bajo como
un subterráneo, subdividido por unos tabiques, donde dormían separados por sexos. Huenchual y
sus mujeres a la derecha; en el centro las hijas mujeres y a la izquierda, los varones”
Garmendia no dice sus nombres, pero yo los hallé en los libros bautismales. En cambio no
hallé una hija de 20 años (en 1874), llamada Anaquel, quien se había enamorado del Cnel Ignacio
Garmendia.Decía que cuando se despedía de Los Toldos y no quiso llevarla consigo, se quitó la
vida arrojándose en una laguna honda. Cuando decía que tenía seis mujeres fantaseó.
Por eso puedo hacer un pequeño cuadro de las primeras geneaciones de la familia
Huenchual
Capitanejo Pablo Huenchual (1826-1888) cas.c.Juana Rumullpán n. 1826
Hija: Rosa Huenchual cas.c. Seijas
Cas. c Apolinaria Inaihual n. 1850
Hijos: Juan - Marciana, n.1876; Cas.c. Andrés Huechuqueo (1872 - Eufemia n. 1890
Antonio n. 1883, cas. c. Simona López Coliqueo.
Pedro Huenchual (alias Cuenca Huenchual) cas.c. Angela Lepimay (1842-
Florencio Huechual Cas. c. Pascuala Huechuqueo (1858-1945)
Hijos: 1.Pablo H. n. 1869 ; Cas. c. Faustina Huechuqueo (1881-1945)
Nietos: l. Juana H. 1897 cas. c. Anselmo Salas
2.Angel n 1899 cc. María Paez (2 hij.)
3.Pablo n. cc. María Purísima Avendaño (1902-1975)
4. Ángela 1906-1985 , su hijo: Agustín Huenchual
5. Pedro n. 1911
6. Alejandra H. c.c. Angel Meliú
7, Anselmo H.
8. Florencio H. Cc Francisca Páez (10 hijos)
9. Alberto H. 1903 – Cc Rafaela Pérez (1906-
10. Lorenzo H. 1901 -
No encontré a Ananquel, la hija mayor, la más bella, de 20 años y ya viuda, se enamoró del
Coronel. Y como no la llevó consigo, cuando se iba la tropa, ella se arrojó al jagüel que había en el
camino hacia Nueve de Julio, buscando su propia muerte. ( dice la novelita ib. p. 92)

El captanejo era muy respetado.Pero le aguadaron unos días amargos. Véase Hux:
Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, ed.EUDEBA Bs. As. 1980 p. 172 y 212. En marzo de
1874 se presentó el Coronel F. Borges con su batallón en la Tapera de Díaz, porque quiso separar al
Cac. Manuel Grande que había recibido asilo en el campo de la Tribu, cuando éste había salido de la
prisión en Martín García. Borges humilló al cac. Justo Coliqueo, destituyéndolo y llevándolo con 8
capitanejos suyos a la prisión, a Matín García. Tras intensas gestiones de Simón Coliqueo, Justo, su
hermano, fue liberado como enfermo y más tarde también los capitanejos. Y en agosto de 1876, en
vísperas de un malón que los bucaba para reforzar la resistencia al avance del Cnel. Adolfo Alsina,
llevaron alguna gente; pero los demás quedaban firmes en el campo de la tribu. Justo antes de salir
hizo un asalto a la pulpería de Arzuaga y Urquizo, traía consigo cuatro capitanejos, entre ellos a
Güenchual para que lo apoyaran en el asalto. Ni lo defendieron y ni los comerciantes se aminoraron,
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sacando sus armas los ahuyentaron(ib. 212). Pero la batalla de la Tapera de Díaz fue lo peor que
Pablo Güenchual y su gente han sufrido con la tribu de Coliqueo (ib)
Estas son las noticias que encontré con su nombre. Sobre su muerte de 1888 no tengo
detalles. Quizás en los libros de defunciones en Nueve de Julio habrá alguna noticia.
HUENCHUAL, 1852, capitanejo del cacique J. Calfucurá. Figura entonces en una lista de
caciques obsequiados en Bahía Blanca (en vísperas de la batalla de Caseros) . Luego se presentó
como comisionado del cacique salinero ante el Cnel. B. Machado con proposiciones de paz Es
posible que sea del mismo tronco como el capitanejo Pablo Huenchual. Entonces habría sido
llevado en 1834 como botín del Asalto de Masallé.. 1875 integró una vez más una comisión, junto
con el cacique Cañumil. Llegaron a Bahía Blanca para finalizar la gestión de la paz con el Gobierno
Nacional (AEM. Doc. 6909; febrero de 1875) Namuncurá no consiguió correspondencia a sus
propuestas. Le declararon la guerra y fue perseguido hasta su definitiva rendición en 1884.
Huenchual fue capturado en la gran persecución de la Conquista del Desierto. En junio de 1879, él
y 37 familias fueron deportados a prisión (Olascoaga 1930 I. p.302)
HUENCHU CURÍ o wenchecuri, 1825, cac. boroga, emigrado de Chile a la pampa
argentina. El Comandante de Carmen de Patagones lo recibió ese año en gestión de paz, enviado
por los caciques Coñuepán y Pablo Lepnopán (AGN Biedma S.VII 10-4-14). Pocos meses después
se harían los grandes parlamentos de paz.
HUENCHU GUALA, Diego, 1746, uno de los principales caciques araucanos de Chile en
la primera mitad del siglo XVIII. Estaba en guerra contra los españoles, luchando por sus libertades
y derechos. 1746 asistió al gran parlamento en Tapiqué. Asistieron 200 caciques. Se destacaron
Huenchuguala, Guayquinire y Pilquiner (Gay: Historia 1874 III. p. 528). El Padre Enrich en su
libro: Historia de la Compañía de Jesús en Chile, vol. I p. 449, cuenta que los españoles le han
muerto cruelmente. (Me pregunté si era él quizás un antecesor de Pablo Güenchual)
HUENCHU GNERR, o GÜENCHUGNER, 1840, cac. ranquel. Era hijo del cac. general
Painé, hermano de Calvaiñ, Mariano Rosas y Epugner, con quienes compartió una historia que no
cuento aquí; véasé la historia de esos tres caciques de Leuvucó (La Pampa)
Su padre murió el 15 de septiembre de 1844. Su sucesor, el cac. Calvaiñ continuó las
gestiones por la paz y mandó a su hermano a Azul al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano, pidiendo 500
yeguas para obsequiar a los caciques que habían venido de Chile para negociar. Deseaban que así se
mantuviera la paz y no fueran a robar. Dicen que el Chancolito era su hijo. Huenchugner murió a
raiz de una invasión a San Luis (HUX: Caciques Pampa Ranqueles p. 136)
HUENCHU GNERR, 1874, capitanejo ranquel que llevaba el sobrenombre Chancolita.
Así se le nombra en el libro de bautismos en Villa Mercedes en 1879 y en un tratado de paz de los
ranqueles en Julio de 1878: “Huenchugner, alias Chancolita. Era hijo del cac. Huenchugner y nieto
del cac. Paine de Leuvucó. Durante la gestión del último tratado de paz, los jefes ranquelinos
mandaron a Huechugner al Padre Marcos Donati y con él fue en comisión a Buenos Aires, en
nombre de Epugner y Baigorrita. El Gobierno firmó el tratado (AEM doc. 1260 y doc. 810 en el
Archivo del Convento de Río Cuarto y Walter ob. cit. p. 815). Al capitanejo Huechugner se le daría
50 $ mensuales, como sueldo de oficial. Digo daría, porue bien pronto se inició la persecución de
los ranqueles. Después de tres meses de firmar ese tratado, el General Julio A. Roca exigió a los
caciques ranqueles, situarse donde él lo designare. La Conquista del Desierto había llegado a su
última fase y esto daría un pretexto para sublevarlos y luego atacarlos. En octubre del mismo año
ellos mandaron una comisión grande para buscar en la Comandancia de Villa Mercedes sus raciones
trimestrales. La integraron 94 indios y ocho mujeres. Habría sido la primera entrega de las raciones
prometidas por el tratado de paz con el Gobierno Nacional. El Comandante Rudesindo Roca mandó
apresarlos, alegando que querían romper la paz. Eso se hizo en el Pozo del Cuadril, a dos leguas de
Villa Mercedes. Mataron a 50, 5 escaparon y los restantes fueron apresados. Entre los prisioneros se
mencioana a los caciques Chancaleta (Huenchugner), Rancomín, Painé, Zapallo, Juancito, Chauquil
y Levicurá y 8 capitanejos (Olascoaga I. p.76; 27.10.78 y AEM: 28.10.78).
A pocos días salió la fatal expedición contra los ranqueles al mando del Cnel. Rudecinda
Roca (8.11.78), como lo detallo en las notas biográficas de Epugner Rosas y Manuel Baigorrita. La
Revista Todo es Historia Nº 130 menciona una última carta de Huenchugner, es del diciembre de
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1878, en la que expresa al sacerdote M. Alvarez desde el Fuerte Sarmiento, que quería vivir en paz.
Estaba casado con Quintuigner, la hija de su hermano el cac. Epugner y su segunda esposa era Dora
Echeverría y la tercera Lomelán o Leomellán.
HUENCHU IL, caciquillo ranquel, que, según dice el Dr. Zeballos en su novela “Painé”,
ed. Hachette p. 261 y 322, ha sido señor de los montes de Carrilloo. Dice también que estaba casado
con Güeneigner, hija del cac. Gobernador Painé. Manuel Baigorria lo conoció en 1839 (Memorias).
En abril de 1846 participó de un gran malón en la zona de la Carlota, organizado por los unitarios y
en otro, poco más tarde con 300 indios al Río Tercero, cautivando gente para poder canjearlos con
los indios presos que tenía el Gobernador de Córdoba. (Arch. de Córdoba, Secc Gobº T. 204 E
Leg.5) 1847, cuando los hermanos Saa, sabiendo que habían sido indultados, evadieron de su exilio
y del campamento del Cnel. Manuel Baigorria. Huenchuil,- dicen-, mató cruelmente a dos
desertores cordobeses. Luego fue muerto por Juan Saa. (R. Pastor: Gurra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 112 y AGN. X. 27-7-6. )
HUENCHUL, 1881, capitanejo pampa que tenía el sobrenombre Santos Fernández,
estuvo con otras tribus sometidas llevado a Carhué. Monseñor Mariano Antonio Espinosa dice en su
Diario del Capellán de la Expedición de 1879 (ed, Facultad, 1968 p. 128) que lo visitó en su
Campamento de Carhué y lo confirmó. Estaba ya bautizado.
HUENCHUL o Huenchuil, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista del Padre Donati
para incluirlo en el tratado de paz. Lo llamaban también Huenchulén. 1874 el Padre Donati bautizó
en Villa Mercedes a José G. Yancamil, hijo de Huenchuí y Chantuipán (Lib. De Bautismos de Villa
Mercedes 1872) . También el Excautivo Santiago Avendaño lo nombra en sus Memorias (ed. El
Elefante Blanco, Bs. As. 1999)
HUENCHULAF (o Penchulaf), 1781 cac. cerca de Salinas Grandes en La Pampa. El cac.
Negro decía que este cacique tenía cautivos.(L.Leon p. 138).
HUENCHU LAF o Huenchulao, 1872 capitanejo pehuenche del Norte de Neuquén. En ese
año, el Gral. Urútia de Angol (Chile) ofrecía a los caciques del Alto Neuquén un tratado de amistad
y mútua protección con la condición de que protegieran a los estancieros chilenos en su zona. En el
parlamento el capitanejo Huenchulaf representó al cac. Cheuquel. El gobierno argentino,conociendo
esas noticias (AEM 6464), convocó a los caciques pehuenches a un parlamento a San Rafael y
arregló con el cac. Caepí y los demás caciques un tratado de paz, en el que aceptaron el
reconocimiento de la soberanía argentina sobre los valles neuquinos. (AEM 27.8.1873). Más tarde
Huenchulaf se unió con el cac. Purrán.
HUENCHULAF, cac. de Quepe (Chile). 1881 viajó a Santiago de Chile para impedir la
fundación del pueblo “Quepe” (J. Bengoa: Histori del pueblo mapuche p.341)
HUENCHU LAO, 1873, dos capitanejos salineros que firmaron el largo documento del
proyecto de un tratado de paz, el día de la muerte de Calfucurá (AEM doc 1232)
HUENCHU LEO, 1870, cac. ranquel del cac. Mariano Rosas ( lista del P. Donati)
HUENCHU LEVI, 1767, cac. llanista en el parlamento de Nacimiento con el Obispo
Espiñeiro.
HUENCHU LLANCA, Diego, 1751, cac. araucano de Temucucui (Chile) Lo conocmos por
la visita y el diario del Padre Bernardo Haevstadt, del 24 de noviembre de 1751.
HUENCHU LLÁN,o Güenchullán, 1776, cac. pampa Lo nombra Diego de las Casas en su
censo (De Angelis IV p. 586). 1806 lo visitó también Don Luis de la Cruz, el 15 de junio, en swu
travesía por la pampa. Lo halló en Putrimal, camino a Loncoché (De Angelis I. p. 223) Lo nombra
como caciquillo, perteneciente a Payllaquín.
HUENCHU MÁN, 1825, capitanejo ranquel que asistió al gran parlamento de paz en
Laguna Guanaco (AGN X. 27-7-6). También 1852 se halla en una lista de caciques obsequiados por
orden de Rosas en Bahía Blanca. ETIM: Cóndor macho
HUENCHU MÁN, Manuel, 1872, capitanejo pehuenche del Norte de Neuquén. El 27 de
agosto de ese año estuvo en el parlamento de los pehuenches (picunches) en San Rafael para
concertar un tratado de paz con el Gobierno argentino. Pertenecía al cacique Juan Millalén, alias
Juan Chico Arch. Mend. doc 44 y AEM. 27.8.72).
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HUENCHU NAHUEL o Güenchuel y Buenchenahuel, 1820 cac. mapuche patriota,
hermano del cac. Venancio Coñuepán (T. Guevara 1910 p. 124)
HUENCHU NAHUEL, Ignacio, 1752, cac. pehuenche a quien visitó el misionero
Bernardo Haevstadt el 20 de febrero como anota en su diario vol II. De él dice que fue el padre de
Curuqueupu y que era amigo de los españoles. (Lo nombré ya con los Huenchual)

HUENCHU ÑANCÚ, 1752, cac. pehuenche. Lo visitó el 24 de febrero de ese año, como
anota el misionero Haevstadt en su diario del segundo viaje cerca de Malalhué (Mendoza). El
misionero asistió al entierro del hermano de Huenchu Ñancú y al cortejo fúnebre, que describe así:
“Un jinete que condujo con un lazo el caballo, sobre el cual yacía, boca arriba, el cadáver, vestido
de poncho y con su trarilonco (vincha) atado alrededor de la cabeza. Sobre el vientre llevaba un
gorro grande de cuero, adornado con cobre rojizo. Seguía otro caballo enjaezado, que era el caballo
que solía montar el difunto, cuando estaba vivo. Cerraba el cortejo un tercer jinete que llevaba un
cordero. La restantante multitud de hombres y mujeres ya se había dirigido al lugar de la sepultura.
Por otro camino más breve. Allí sacrificaron tanto el caballo como el cordero; lo mismo hicieron
con dos yeguas, destinadas a los que habían acudido al funeral. Se distribuyó la carne, el sebo y los
intestinos entre los presentes, junto a una liberal cantidad de bebida. La piel de aquellos caballos y
yegueas, unidos todavía a sus respectivas cabezas y las patas se pusieron de tal manera, que
mirados de lejos, parecían estar aún vivos y parados. Terminadas estas exequias, todos asistieron a
la doctrina cristiana y algunos niños fueron bautizados.(Padre Bernardo Haevstadt:
Chilidungu;Leipzig 1777 2 vol. Y otras ediciones. 1748 a 1768 estuvo entre los pehuenches)
GÜENCHU NAHUEL, 1869, capitanejo salinero. A lo menos, el cac. Jn. Calfucurá pidió
en una carta al jefe de la frontera sur obsequios para Güenchunahuel y Pichinlaf (AEM 19.9.69).
GÜENCHU NAO, 1875, capitanejo huilliche del cac. Reumay de Salinas Grandes. 1873
figura en el largo documento del proyecto de un tratado de paz (AEM . doc. 1232) y en noviembre
era portador de una carta de su cacique al Cnel. Cerri de Bahía Blanca (Clifton Goldney: Manuel
Namuncurá p. 67 y 203 ed. Huemul 1956)
GÜENCHU NECUL o Huenchenecul 1884, cac. manzanero – huilliche. Estaba en paz con
los blancos y los caciques, hasta que lo acosó la Conquista de Desierto, pues lo persiguió la
columna expedicionaria del Cnel. Villegas en 1884. Los atacó la tropa del Sargento Mayor Miguel
Linares. El 1º de enero de 1885 se rindieron con los demás caciques del Neuquén en San Martín de
los Andes El 25 de febrero el Cnel. Villegas comunicó al Minitro la rendición de esta tribu (Walter:
Conquista del Desierto 1964 p 734 y 740)
GÜENCHU GNERRE o Huenchugnerr, Güenchunar, 1819, cac boroga de la Imperial
(Chile) que en 1819 hasta 1824 actuó en la Guerra a Muerte. Luego emigró a la Argentina. Un
diario de Mendoza publicó el 10 de Mayo de 1824 una lista de caciques chilenos que se habían
afincado en la Sierra de la Ventana. Lo nombra en tercer lugar. El documento remarca que eran
pacíficos. Antes, probablemente estuvo en contacto con el Exdictador de Chile J.M.Carrera (véase
Huenchuquir) ETIMOL: zorro macho.
GÜENCHU PÁN, 1776, cac. pampa que vivía sobre el río Chadilufú, según el Censo de
Diego de las Casas (De Angelis )
HUENCHU PILLÁN o Guanchupillán, 1593, cac. araucano (J.T.Medina: Doc. Inéditos
1960 IV )
HUENCHU QUEO, 1655, cac. araucano que durante la represión de la sublevación
araucana fue apresado y por orden de Casanote fue ahorcado (Gay: Historia 1847 III. P. 192)
HUUECHU QUEO, 1834, capitnejo boroga que estuvo entre los inmigrados en la zona de
Güaminí. Sufrió con las tribus de Rondeao y Cañiuquir el asalto de Masallé. No sé como le fue;
pero un documento del 27 de diciembre de ese año dice que figuraba entre los que cumplieron el
pedido de Rosas de entregar cautivos.
HUENCHU QUIR, Faustino (entre las variantes está cac. Faustino o Huechuquil,
Vanchuquir y Santiago Avendaño dice Güenchú Quirque), cacique mapuche. Ya en 1819 era
cacique muy respetable, un diplomático que dominaba el castellano casi como el araucano. Mucho
tiempo estuvo al servicio de los caciques salineros. Desempeñó numerosas embajadas de Calfucurá,
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sobre todo cuando se trataba de gestionar un tratado de paz. Las noticias de él oscilan entre 1819 y
1879. T. Guevara, hablando de la Guerra a Muerte, lo enumeraba entre los partidarios de los
realistas. Vivían en la Costa del Mar: Huenchuguir, Rincopí y Cheuquemilla. (Guevara 1910 p. 90).
Busqué su nombre en las listas de los borogas realistas. No asistió en los parlamentos de 1825 o
1826 (AGN X. 27-7-6) Pero documentos del Archivo de San Luis de septiembre de 1831 dicen que
por medio de Huenchuquir el Gobernador de San Luis ha podido celebrar un pacto de paz con el
jefe ranquelino Llanquetruz (R. Pastor: Guerra con los indos de San Luis p. 374) También el
Gobernador de Córdoba quiso entrar en gestiones de paz y canje de cautivos (Arch de San Luis:
Carpeta Indios). Un año más tarde, el gobernador de San Luis informó al de Mendoza que
desconocía la ubicación del cac. Faustino, pues Rosas exigía información más amplia en vista a la
Campaña al Desierto (ib. 10.12.32). Durante la expedición Combinada del año 1833, Faustino
Huenchuquir se consideraba como indio amigo. Fue él que daba noticias al Gral. Facundo Quiroga
sobre los movimientos de los ranqueles (Diario de Rosas, ed Sudestada 1965 p. 146)
Huenchuquir se habrá incorporado a Calfucurá, cuando éste, después del asalto de Masallé,
consiguió el permiso de afincarse en Salinas Grandes (La Pampa) Calfucurá se hizo poderoso tras
incorporación de varias parcialidades oriundas de Chile. Faustino Huenchuquir, o era pariente de
Calfucurá o se hizo pariente después y gozaba de su plena confianza. Quisiera que los documentos
hablaran mucho más de él, porque merecería una buena biografía. Pero siempre se mantenía en
segundo plano.
En diciembre de 1852, cuando Rosas hizo obsequiar a muchos caciques y capitanejos para
conseguir su adhesión en vísperas de la batalla de Caseros, Huenchuquir figura en la lista
inmediatamente después del cac. Juan Calfucurá. Después de la derrota de Rosas en Caseros, es el
emisario de Calfucurá ante el gobernador y luego presidente Justo José de Urquiza ya en Buenos
Aires, ya en Paraná y San José en Entre Ríos. Santiago Avendaño, en sus Memorias dice, que en
“1852 vino con una comitiva de 107 indios a arreglar los negocios de paz con el gobierno de
Buenos Aires, después de la caída de Rosas, por parte de Calfucurá y se ha ocupado sucesivamente
como enviado en este mismo asunto de las negociaciones con el Gobierno de la Confederación,
desde 1855 hasta el año 60” . “En 1857 Güenchuquir, Güerao, Copainau y el negro “Cisterna”
fueron como embajada de Calfucurá a Buenos Aires, pidiendo libertad de los indios presos de 25 de
Mayo, de Cristo, Lorenzo (Coliqueo) y otros” (Memorias del Excautivo S. Avendaño, ed. El
Elefante Blanco 1999 )Desde el momento en que el Cnel. Pedro Rosas y Belgrano, jefe de la
frontera Azul, abandonase la política de los porteños y se encargara de las relaciones con los indios
en nombre de la Confederación Argentina, Huechuquir se relacionó con él. Luego de haber sufrido
la derrota de Pîgüé, en febrero de 1858 ante el avance del ejército porteño, “el Capitán Mayor
Faustino Huenchuquir” vino con nueve indios al Azul para verse y hablar con el Cnel. Ignacio
Rivas, a fin de solicitar la paz, ofreciendo la entrega de cautivos que tuvieran en Salinas Grandes.
Hay que leer la nota biográfica de Calfucurá (por ej. En Hux : Caciques huilliches y salineros, ed.
El Elefante Blanco 2004) para darse cuenta de lo que ha luchado en esos años de enfrentamientos y
guerras civiles.
En Mayo de 1861, cuando los indios preveían que el General Bartolomé Mitre iba a
dominar la política argentina,-así lo sospecharon también los indios de Coliqueo- , Calfucurá envió
a Faustino Huenchuquir con una gran comisión para ponerse en contacto con el Gral. Bartolomé
Mitre (Arch. Mitre XXIII p.15) Y los de Buenos Aires creyeron oportuno conseguir su adhesión
para la nueva lucha que se definiera en Pavón, en octubre de ese año. Faustino Huechuqueo siguió
fielmente la políica de su cacique principal, un tanto oportunista. Año tras año se presentó en algún
punto de la Provincia de Buenos Aires, cumpliendo algún recado ante los jefes militares de la
frontera. En marzo de 1865, ante el Cnel. B. Machado; en diciembre de 1866, ante el Cnel Osornio
(A.E.M. tiene muchos documentos). En 1970, cuando Calfucurá se había sublevado ante “las
picardías que en Bahía Blanca habían hecho con la tribu de Cañumil, realizó dos malones en
protesta y para presionar a fin de conseguir la liberación de la tribu de su yerno, envió a
Huenchuquir su confidente al jefe de la frontera Norte. “El Coronel Faustino Güenchuquir envió al
capitanejo Gabriel Rallín (Rayún) al Cnel. Francisco Borges en Junín con una carta suya,
solicitando que parlamentara con él en presencia de los caciques Coliqueo y Raninqueo , afincados
438
ya en “Los Toldos” Prov. de Bs.Aires. En la carta se lee esta frase: “Puede preguntar al Cacique
Comandante Raninqueo qué clase de hombre soy yo y que he hecho los tratados”. Y propone
estrechar las relaciones en esa frontera. “Yo no tengo queja de usted ni usted de mí” (AEM Nº
6256) En oportunidad de un viaje a Buenos Aires en compañía de una comisión fue fotografiado
(Foto que repeodujo J.W. Maguire en: Loncohué, 1967 p. 842 Lam. XV) . ¡Cuánto se puede
meditar ante ese retrato!
El 3 de junio de 1873 falleció su gran amigo y pariente, el cac. Juan Calfucurá. Para su
entierro se reuniron todos los grandes caciques de la pampa y de allende las Cordilleras. 200
caciques y capitanejos firmaron el proyecto de un tratado de paz (AEM. Doc. 1232) Seguramnte
hubo gran consenso que Manuel Namuncurá debía ser el sucesor de Calfucurá, pues también su
padre lo había favorecido y preparado para esa responsabilidad, Pero había que respetar las leyes de
la tradición araucana por la que el hijo mayor heredaba normalmente el cacicazgo del padre. El hijo
mayor de Jn. Calfucurá era José Millacurá que se consideraba incapacitado para esa función. Se
nombraron otros candidatos. Bernardo Namuncurá, un hombre de gran formación, había sido
secretarioo de Calfucurá; era primo hermano de Manuel Namuncurá. Se consideraba también el
derecho de Juan Morales Catricurá, segundo hijo de Calfucurá. Mientras que varios descendientes
de Calfucurá apoyaban esta candidatura, Alvarito Reumay, el cuarto hijo varón de Calfucurá
propuso y apoyaba a Namuncurá. Cuando el parlamento tomó síntomas de agresividad, intervino el
gran consejero de los caciques, Faustino Huenchuquir y propuso formar, al menos por el momento,
un Triunvirato constituido por los caciques Manuel Namuncurá, Bernardo Namuncurá y Alvarito
Reumay. Esta solución diplomática fue aceptada y aparentemente puesto en práctica. Los tres solían
firmar las cartas y fueron consultados en cuestiones de importancia. Pero Manuel Namuncurá iba
asumiendo cada vez más las responsabilidades políticas y guerreras. (Clifton Goldney: M.
Namuncurá p. 59)
¿Qué hacía Faustino Huenchuquir en 1876, durante la sublevación y durante el avance de
Alsina que fue el inicio de la metódica persecución de las tribus de la pampa ¿
Los documntos que conozco no lo nombran hasta 1877. En septiembre de ese año encabezó
una nueva comisión a Buenos Aires y se presentó al Sr. Arzobispo Aneiros y al Gobierno Nacional
para pedir ceptaran sus proposiciones, El diario católico “América del Sur” del 16 de septiembre de
1877 dio cuenta de esta visita; pero ya era tarde para tales gestiones. Las tropas pisban las huellas
de los indios y los ataques de 1878 eran de exterminio. Las divisiones de los Coroneles T.García y
N. Lavalle se internaron en los Valles de Salinas Grandes y de Chilué. Este último encontró en
Hucal Grande indios de Cañumil y de Huachuquil (Huenchuquir) (R.Yaben: Biografís militares
sudamericanas I. 801) A los dos caciques los apresaron y los llevaron a Buenos Aires. Mientras que
a los indios los distribuyeron en los diferentes campamentos de prisioneros o a los cuarteles
militares. Según telegrama del Cnel. Vintter “venían desnudos y hambrientos” (AEM 26.11.78)
Faustino Huechuquir fue detenido en el Batallón de Artillería. Sólo los Padres Lazaristas lo
consolaron en esas trites circunstancias y lo prepararon para el bautismo. El domingo 11 de Agosto
de 1879 fue bautizado en la iglesia parroquial del Pilar (L.Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros
a favor de los indios, 1945 p. 176) En la misma solemne ceremonia se bautizaron también los
caciques Juan José Catriel y su hermano Marcelino, Juan Melideo y José Cañumil. El diario
“América del Sur” decía el otro día que, por disposición del Arzobispo Aneiros fueron vestidos
convenientemente y les entregaron una generosa limosna. Consultando los libros bautismales
encontré una lista Nº 3 que nos informa sobre “ Huenchuquir, hijo de Claqueo y Leflenpán, de 70
años de edad”. Era pues hijo del cacique boroga Claqueo. La edad se le habrán calculado a ojos. En
oportunidad de su visita a Buenos Aires en 1877, el diario “América del Sur” decía que él tenía
unos cien años. Si en 1819 actuaba como guerrero, en 1879 tenía más que 70 años.
Valorando su actuación en nuestra pampa, tengo que decir que era un hombre recto y
prudente, estimado por sus dotes y quzás por su formación. ETIM: Lagarto macho
FAUSTINO, cacique que no creo sea el mismo Huenchuquir. Un documento del Archivo
Provincial de Córdoba (Sec. Gobº T.94 Leg 48 3 fojas) de 1827 trata de un cacique Faustino.
Contiene el plano de la Reducción de Indios y una lista completa de los integrantes. Encabeza la
439
lista el cac. Faustino de 40 años (soltero) y los capitanejos Ramón (de 30 años) y Linco (también de
30 años) Contiene el Plano de la Reduccion de Indios, pero no señala el sitio donde habitaban.
Huenchu Quirque, 1645, cac. mapuche de la zona de Cautín. Por un atropello (maloca) que
recibieron los indios de La Imperial, por el cual que murió el anciano cac. Coñuemain, se sublevó y
se asoció Huenchu Quirque al cac. Ampallante en una guerra de venganza (Gay: Historia …
HUENCHU GNER, Francisco o Huener, alias SORIA (1806 – 1877) capitanejo boroga
de la tribu de Ignacio Coliqueo. Tengo muchas anotaciones genealógicas, pero no tantas notas
históricas. Sus familiares son oriundos de la zona de Boroa, sufrieron la Guerra a Muerte, emigraron
a la Prov. de Buenos Aires (Guaminí), luego a los ranqueles; fueron involucrados en la Guerra Civil
entre unitarios y federales. Fueron integrados en la lucha por la unidad nacional 1852 – 1861; se
ubicaron luego en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires) y vivieron los días felices y dolorosas de la
Tribu de Coliqueo (Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos)
Su padre fue Ignacio Lemugner y su madre Inaillan Soria, en algunos documentos llamada
Inaillán Namiur (1766-1877) . Un censo levantado en 1876 en la tribu de Coliqueo anota que ella
tenía 110 años. De ella adoptaron futuras generaciones el “alias” Soria.
Francisco Soria (I) (1806-1877)fue capitanejo de Coliqueo. Casado con Juana Caniullán
“alias” Vaicurray, hija del cac. boroga Caniulef. Y murió en 1863. Anoto seis hijos;
1. Juana nac. 1839;
2. Ignacio Huener Soria nac. 1848; cc. Ignacia Coliqueo (hija del cac. Simón C.)
3.Nicolás Huener Soria; cc. “ “
4. Francisco nac. 1845 que será capitanejo también en la Tribu de Coliqueo;
5 . Antonia Huener Soria nac, 1852;
6. María Huener Soria (1850 – 1902)
Linconer Soria, nac. 1832, era hermano de Francisco Huener Soria
HUENER SORIA, Pancho o Francisco, capitanejo de la tribu de Coliqueo, (1845 – 1904).
Como estaba casado con tres mujeres tenía un montón de hijos que no voy a anotar aquí. Su primera
esposa era Aurelia Quemehuenche; su segunda mujer era Epumay y la tercera, Andrea Carranza o
Caniulef nac. 1859. Eran de la “nobleza araucana”. La tradición familiar no supo mantener
recuerdos de sus antepasados.
HUENTÁN, 1881, cac. huilliche, quien cayó prisionero en manos del Comandante
Saturnino Torres durante su expedición al lago Nahuel Huapí el 23 de agosto de 1881.
HUENTE CURA, o Huene Cura era toqui 1604 - 1610, en Chile; antes cacique sufragáneo
del toqui Clentarú (Gay: Historia III. Cap.XX.) Murió 1610.
HUENTE CURA, o Güente Curá,1817, cac. huilliche chileno; Clifton Goldney en su libre
Man. Namuncurá p. 73 y 246 afirma que Huentecura era padre del famoso cac. Juan Calfucurá.
Al escribir la nota de la vida del cac. Calfucurá (Hux: Caciques Huilliches y Salineros, ed. El
Elefante Blanco, Bs.As. 2004 , especialmente p. 84ss “Origen, procedencia y famlia del cac. Juan
Calfucurá“, hablé de su tío abuelo Juan Calfucurá, pero poco de sus padres. Ahora quiero incluir la
nota biográfica que Santiago Avendaño en sus Memorias asentó, sin que tenga seguridad de que
todo es histórico y correcto:
“Güente Curá (trad. encima o sobre la piedra): Así se llamó un indio natural de la tierra de
los güilliches y que, por las desavenencias entre los suyos se vio obligado a emigrar, buscando el
sosiego entre los muluches. [Angel Pacheco decía que lo vió al Este de Maquehua, al pie del volcán
Llaima y J. Claraz 1866 decía que vivía a orillas del arroyo Llaima, al pie del cerro Yeltué.]
Dirigióse a Collicó Mapú al país de El Agua Colorada (es un lago), con sus pocos animales y su
familia que constaba [entonces] de su mujer Amuizeo, en la cual tenía los siguientes hijos:
Callibucura (Calfucurá), Namondcura, (Antonio Namuncurá), Cathre Curá (Catricurá) y
Reuquecurá. Los tres primeros eran ya mozos, siendo el último aún chico, cuando emigró.
En Collicó se dedicó a la labranza, imitando a los naturales de allí y vivió muchos años en la
oscuridad hasta su muerte; pues pertenecía a la clase de cüme que güentrú (es decir: de buena gente)
sin título. Así es que ninguno de sus hijos alcanzó a ser noble, sino [se contaban] entre los medios,
que aún entre nosotros se tocan para subir mañosamente al poder. Pero Caillbucurá (Calfucurá), el
hijo primogénito, era dotado de esa fibra y osadía que era necesaria para conseguir grandes fines; y
440
de un mozo, que corría por aquí y por allá en busca de juegos y diversiones, resultó un héroe. El, a
su tiempo, determinó tomar un camino que más tarde le condujera a una posición elevada. Empezó
a inducir a algunos amigos y conocidos a que lo siguieran en sus viajes que había pensado
emprender, conduciendo mercaderías a los Borohueches (ubicdos en la pampa argentina, para
conseguir en cambio animales, etc. Es el primer capítulo de las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño, ed. El Elefante Blanco, Bs. As. 1999 p. 21)

HUENTE COL, 1820, cac huilliche chileno, nieto del cacique mayor Colicheo de
Quilahueque. Tenía a su lado a los hermanos Curihuán y Lemunao. Huentecol era hermano de los
caciques Quilahueque y Montri. 1810 estuvo en Salinas Grandes, cuando llegó allí la importante
expedición del Cnel Pedro A.García en busca de sal y para tomar contacto con los caciques de la
zona. Lo menciona en su diario el 19 de noviembre de 1810.
En 1863 se afirma que Güentecol era sucesor del cacique Mañil, al otro lado del Río Quilla
del Salto (Beramendi, J. F.: Orellie, Antonio en: Documentos para la Historia Argentina II 1974. )
Propuso, pues, realizar un gran malón con Orelliè.
GÜENTE MAINQUE, 1797, capitnejo pehuenche que asistió, al fin de la Guerra
Pehuenche, al gran parlamento de paz (Arch. Mend. )
HUENTE MANQUE, 1603, cac. araucano chileno. El Padre Campos Menchaca cuenta en
su libro: Nahuel Buta p. 233, que su tribu tenía una monja cautiva, llamada Sor Francisca Ramírez
de las Hermanas Isabelas.
HUENTEL, 1822, cac. patriota chileno que actuó con el cac. Coñuepán (T. Guevara, ob. cit.
1910 p. 303)
HUENTE MIL o Güentemil, 1847, capitanejo araucano. Se presaentó con el capitán
Nicolás de Valdivia y fue obsequiado (Ronco: Caciques y la frontera. Manuscrito inédito p. 6 ,
Azul)
GÜENTENAO, 1780, cac. puelche que vivía entre los pehuenches del sur mendocino. Su
hijo se llamaba Antepán. Fueron atacados, igual que los indios de Roco y Ancai en Mamuil Mapú,
durante la gran expedición del Gobernador de Mendoza José de Amigorena en el paraje El
Campanario. Torre Revello, el biógrafo de Amigorena (Aportación para la biografía..en Rev. Hist.
Americ. Y Arg. Nº 3 y 4 p.17) resume los hechos así: “El 10 de marzo de 1780 en Corral de
Guanacos se le presentó el capitanejo Lemus, e interrogado por el lenguaraz, dio buena información
sobre la situación de los temibles Güentenao y Roco y sobre sus andanzas en Mamuil Mapú (La
Pampa). Vivían, decía, a 14 legas de ese paraje. Amigorena, quien en 1777 defendiera ante el Virrey
de Vértiz la política de la pacificación por las armas, preparó de inmediato el ataque de estas tribus.
El 14 de marzo cayó con 300 soldados e indios amigos sobre sus toldos. Hubo combate. Entre los
muertos se hallaron los caciques Llinguenque, hermano de Ancán y Güentenao, “el más viejo y
famoso, que maloneaba nuestra zona” (Diario de la expedición, en De Angelis IV p. 590) Entre los
presos estaba una hija a la que llamaban cacica. Era aún soltera por no haber en la nación quien
pudiera pagar las cien pagas por su mano…La bautizaron con el nombre Ignacia. Se casó con el
cac. Roco y en 1805 fundó el pueblo San Rafael. Su hermano se llamaba Rayguan, el pehuenche, no
el de Barbarco. En el resumen de la batalla se dice: En el Cerro Campanario, a 129 leguas de
Mendoza, hicimos 106 muertos, 123 prisioneros…Esa cacica Ignacia se presentó en Mendoza, el 16
de diciembre del mismo año, en el Cabildo con un respetable séquito, a presencia de todas las
autoridades. Como dijimos, estaba casada con el cac. M. Roco, cac. principal de los que habían
quedado después de la refriega “de escarmiento e intimidación”. La acompañaron María Yanquipí y
sus hermanos Rayguan y Raigapán, su cuñado Antepán y Peñafil y sus lenguaraces C.Labrín y
J.Guajardo. Venía, decía, a hacer proposiciones de paz en nombre de los suyos, como habían hecho
siempre en el Reino (de Chile). Cuando, después de un trabajoso parlamento que duró tres horas, se
quiso concluir un tratado de paz, ella decía que era necesario el consentimiento de su esposo que no
pudo acudir por estar enfermo. Pidió que firmaran todos el documento y que lo llevaría a
consideración del cacique principal, su esposo; que dejaría de rehenes a María y demás gente de la
comitiva. Así se hizo y en enero se concluyó el tratado de paz, por el que se les dio otra residencia, a
200 leguas de Mendoza
441
GÜENTENAO, 1797, cac. pehuenche (puelche); era el hijo de Antepán y nieto de M.
Goico. Participó en la Guerra Pehuenche a favor de los indios amigos de Mendoza. En un momento
quiso asociarse a los indios peheuches de Chile; pero el cac Caullant, gobernador de aquellas
parcialidades bregó por la paz en un parlamento convocado por A. O`Higgins. (ver Caullant). Según
Jorge Fernández (2002 p.44) en 1832 se presentó en Bahía Blanca con el caciqueToriano.

HUENTAU (prob. Güentenao), 1872, cacique que firmó el 1º de enero de ese año un tratado
de amistad y defensa mútua en Angol, ante el Gral. Urrutia. Representaba al cac. Llancaqueo. Pocos
meses después, los caciques pehuenches de los valles de Mendoza y Neuquén fueron invitados a
firmar en San Rafael otro tratado de paz en nombre del gobierno de la Nación Argentina, por el que
reconocerían y reconocieron la soberanía argentina sobre esos valles fértiles. Durante la Conquista
del Desierto , 7 años después, Güentenao fue atacado por el Cnel. Rubial. Lo halló el 20 de abril de
1879 sobre el río Trapa Trapa. Y el 23 de agosto lo mató el Cnel. Saturnino Torres, en la zona del
río Barrancas, donde murieron 14 indios más. (Rev. Junta Est. Hist. De Mendoza IX p. 147)
GÜENTE NAHUEL, 1770, cac. pampa, que participó en el parlamento, convocado por el
Maestre de Campo M. Pinazo en Laguna de los Huesos y lo acompañó en la expedición “contra los
tehuelches” (Diario de Hernández, Juan Antonio publicado por de Angelis, 1838, vol.V)
GÜENTE NAHUEL, 1863, capitanejo huilliche del Neuquén. Participó en el parlamento de
paz del cac. Huincaval con el Comandante de Carmen de Patagones. El 7 de octubre de ese año
llegó a reclamar sus regalos, cuando, en realidad, había sido obsequiado por más de 2000 $, en
oportunidad de hacerse el tratado de paz con el cac Inacayal. Luego tuvo que ser atendido en el
Hospital por enfermedad que trajo de la ciudad y de una paliza que le había dado el cac. Inacayal
(AEM. 7.10.63) 1872 participó en otro parlamento de paz con Domingo Salvo jefe y traficante
chileno en la Cordillera, junto con el cac. Purrán y otros.
HUENTENÚ, 1767, cac. boroga chileno que, junto con su hermano, el cac Ancalemu y
Ancalicán apresaron al obispo Marán. Pero como otros caciques abogaron por la libertad del
Prelado, jugaron según su costumbre la decisión por unos partidos de “chueca”, que resultaron a
favor del Obispo. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 244)
HUENTEQUEO, 1824 – 1907, cac. boroga que vivía en Tucapel. Era hombre de paz. 1859,
por ejemplo, impidió una sublevación. El Padre Ortega de la orden de San Francisco se había hecho
muy amigo del cacique y le asistió hasta en los últimos momentos de su vida. Nos dio un testimonio
de su admiración por el cacique bondadoso. Antes de morir confió su cacicazgo y sus tierras al
Padre y decidió que tuviese voz y voto en los parlamentos. El Padre aceptó el título, pero la tierra
repartió entre sus parientes y los pobres de la tribu. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 294)
GÜENTU, Vicente, 1872, capitanejo del cac. Pincén. Ese año, una expedición contra los
indios de Pincén (Piseñ) fue tomado prisionero. A Güentenú se le inculpó, haber participado en
varios malones. Sí, en marzo de ese año, en oportunidad del gran malón de Calfucurá y
confederados, en la batalla de San Carlos (Part. de Bolívar), habían invadido en diversas fracciones
los Partidos de 25 de Mayo y de Nueve de Julio. También se dijo que había muerto al Coronel
Heredia y había tomado parte en la invasión a la tribu de Coliqueo (Los Toldos, Prov. Bs.As.), en
septiembre de ese año. Entendamos, él participó en la guerra. Parece que al fin ha sido fusilado.
HUENTU LÁ, 1864, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P. Donati, que se
conserva en el Museo del Indio en Los Toldos).
HUENU ÁN, o Güenuam, 1854, capitanejo ranquel (o era salinero que fue a vivir entre los
ranqueles). 1854 era chasqui de Calfucurá (AGN X. 18-10-6). 1864, cuando el Cnel Manuel
Baigorria se empeñaba en hacer un tratado de paz con los ranqueles, él lo obstaculizó (R. Pastor:
Guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis, 1942 p. 143) 1879 figura su nombre entre los
prisioneros de la quinta División de los expedicionarios (J.Walther: Conquista del Desierto ed. 1964
p. 636) ETIM: Antü: sol; huenu: del cielo
GÜENU ANGTE o Guala Güenu Angte, 1744, cac. pehuenche. Ese año llegó a la Guardia
de Luján, recién establecida. Venía acompañado de Güilligner y Calelián con intención de
comerciar. (Arch Gral Ind. 167 Charcas 317)
442
HUENU CALQUÍN , toqui (chileno) sucesor de Vuta Pichón. (1620 ?). El perdió su vida en
un combate en Elicura. En seguida se eligió a Curante. (Pavez 2005 p. 46)
HUENU CAL, cac. pehuenche, del cual tenemos una primera noticia de 1751. 1794 estaba
implicado en la Guerra Pehuenche. El 2 de Mayo de ese año, asistió a un parlamento de paz con 12
caciques. Prometió su colaboración con el Gobierno de Mendoza. Tuvo que acompañar más de una
expedición y fue muerto en su toldería por un “malón de revancha” de los indios de Barbarco, el 6
de abril de 1796 (Arch. Mend. Carp. 30)
GÜENU CANTU, 1737, cac. ranquel. Según dice el Padre Falkner, este cacique había
atacado, en Agosto de 1737, a los campos y poblados de Areco y Arrecifes, fortín de poca
protección. El Capitán Juan de Melo y el Alférez Esteban del Castillo salieron a una campaña de
extermino. Ellos llamaron a 2000 indios de Chile para una segunda invasión. Los acompañó el cac
Curruloncó con sus indios. (Acuerdos Bs.As II T. VIII p. 409, 410 y 495) Falkner: Descripción de
la Patagonia. Lo sindica como Taluhet)
HUENU CAPÍ, 1796, cac. pehuenche huilliche de los de Barbarco. Estaba implicado en la
Guerra Peheunche. Después de la muerte del cac. gobernador Rayguán (Mayo de 1797), ese
Huenucapí mandó un chasqui y una comisión al cac. general de los ranqueles chilenos en nombre
del cac. Carripilún, al cac. Naupayante pidiendo que viniese a ayudarles a vengar la muerte de su
cacique. Este, empero, no quiso acudir. (Arch. Mend. 1797 y Sosa Morles: El Comandante
Rodríguez )
GÜENU CAR, o Güeñicar, 1814, cac. pehuenche que asistió al parlamento convocado por
el Padre Inalicán y el cacique gobernador Ñeicuñán. San Martín solicitó su apoyo a la causa patriota
(A. Simón: Fray F. Inalicán, 1944.)
GÜENU CHAN, 1851, capitanejo salinero de Calfucurá. Ese año fue obsequiado por orden
de Rosas en Bahía Blanca AGN. X. 20.10.51)
GÜENI CHULÁN, 1880, cac. picunche, unido a Purrán. Trataron como resistir a la
invasión de los expedicionarios (ver cac. Purrán)
GÜENU FILÚ, 1870, cpitanejo de Reuquecurá (huilliche salinero) (Raone: Fortines 1963
p. 133)
HUENU HUALA, 1585, cac. araucano chileno. En la sublevación araucana, le siguió el
cac. Painé Ñandú. (Cmpos Menchaca: Nahuel Buta p. 228)
GÜENUIÑ o Huenuim, Güenín, 1820, cac. ranquel que vivía en Marivil (La Pampa). No se
dejó arrastrar por el guerrillero chileno J.M. Carrera. 1822 asistió al parlamento de paz con el Cnel
Pedro A. García en la zona de Tandil. En la lista es el tercero. El protegió al Coronel en su viaje de
regreso. 1825 estuvo tambien en el parlamento de la Laguna del Guanaco. En vísperas de la
expedición de 1833 al Río Colorado, El Gral J.M. de Rosas pidió a todos los gobernadores informes
sobre el paradero de tribus. El de San Luis contestó, que Güeñín estaba en Marivil, a 20 leguas de
El Cuero (Arch S. Luis, 10.12.32). Hacía poco que había ido a Río Cuarto, afirmando que era indio
amigo y avisando que se estaba gestionado un malón que atacaría zonas de la Provincia de Córdoba
(Arch S. Luis, caja 32 Nº 4390)
Durante la Campaña del Desierto, él informó a Rosas que los indios de Mamuil Mapú (La
Pampa) se estaban mudando, lo que Rosas comunicó a F. Quiroga, para que la División de la
Izquierda estuviera sobreaviso (Diario de Rosas: 24 de marzo de 1833; AGN. S. X. 27-5-6). La
última noticia que pude rastrear de él es que trajo un cautivo escapado del Rincón de Agua, que
decía que los caciques Güeñi, Coronado, Mellín y Güechi se habían refugiado al Cerro Colorado
(AGN.X. 27-5-6).
GÜENU LEPE, 1742, cac. puelche. Según el Padre Falkner, ese año había hecho un tratado
de paz con el gobernador de Buenos Aires. El P. Falkner lo conoció en 1744, cuando volvió a
Buenos Aires para reafirmar la paz. Decía que era sobrino del cac Bravo (Cangapol) como Ayelepe,
que lo acompañó. (Arch Gral.Ind . 163 Charcas 317). En otro documento del Archivo General de
Indias se dice, que había venido a la frontera acompañado del cac. Calelián con cien indios pampas
y serranos, porque venían a comerciar sus ponchos. Poco después se supo que lo mataron al cac.
Güenu Lepe en el paraje “Monigotes” (Part. de Junín) junto con el cacique Canclava y 32 indios
(ib.).
443
HUENU LET, 1766 , cac araucano fue muerto en la sublevación que inscenó el cacique
Agustín Curiñancú para destruir todas las Reducciones chilenas (Campos Menchaca: Nahuel Buta
p. 150 y 461 y Noggler: 400 años de misión en la Araucanía p. 184s)
GÜENUL, 1872, capitanejo del cac. Ñancucheo. El 8 de octubre de ese año se presentó en
la Comandancia de Carmen de Patagones para firmar el tratado de paz (AEM. Doc. 1185)
GÜENU LINCÓN, 1825, capitanejo pampa ranquel, que estuvo en el parlamento de paz en
Laguna de Guanaco, el 20 de diciembre de 1825 (AGN. X. 27-7-6)
GÜENU LLAN, Miranda, 1868, capitanejo del caciquillo Tripailaf. Ambos habían
pertenecido a la tribu de Coliqueo en Los Toldos (Part. Gral. Viamonte). 1868 se desprendió una
parte de esa tribu para formar en La Verde (Part de 25 de Mayo) una nueva agrupación de indios
amigos bajo el mando del cac. Andrés Raninqueo. Esta agrupación fue destruída en 1872 por la
famosa invasión de Calfucurá , antes de la batalla de San Carlos de Bolívar.
HUENU MAN, Pascual, 1774, era uno de los princpales caciques de los cuatro Buta Mapú
de Chile (Campos Menchaca: Buta Nahuel p. 152. Era cac. pehuenche ya en 1758, cuando lo vistó
el Obispo franciscano de Concepción, Mons. Pedro Angel Espiñeira, quien hizo su primer viaje a
los pehuenches (Relación del viaje y misión a los pehuenches 1758. En: Jorge Pinto y otros:
Misioneros.. Temuco 1988 p. 233- 249.
GÜENU MILLA o Quenomilla, 1782 cac. ranquel que participó en la Guerra Peheunche.
Ese año se mudó de Mamuil Mapú al Río Diamante y actuó con el cac. Llanquetruz. 1776 lo anotó
en su Censo Diego de las Casas ubicado a orillas del río Chadileufú (De Angelis IV p. 586). En
febrero de 1792 las tropas del Gobernador de Mendoza J. de Amigorna, atacaron su tribu
terriblemente (Arch. Mend. Doc.4: 1792.)
GÜENU MILLA, 1890, cac. pehuenche chileno que falleció ese año en Valle Hermoso
(Mendoza), según averiguó Carlos Rusconi (ob. cit IV p. 174)
HUENU MILLA, Andrés, 1863, capitanejo boroga en la tribu de Ignacio Coliqueo.
HUENU ÑAN o Veniñam, 1854, cac araucano chileno, que ese año participó en un malón
sobre Bahía Blanca en compañía del cac. Ñanquetruz (Llanquetruz?). Saquearon principalmente la
hacienda de la tribu del cac. Andrés Ancalao. En esa acción murió un hio del cac Hüenuñancú.
ETIMOL: Ñandú: Aguilucho; Hüenu: de arriba
HUENU ÑAN, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. Figura en la lista del Padre
Donati.
HUENU PANGUI, Francisco o Güenupagi, 1751, cac. pehuenche que vivía en Malal hué,
donde lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt, el 16 de diciembre de ese año. (Diario del segundo
viaje)
HUENU PAN o Güenipan), 1852, figura entre los primeros caciques que fueron
obsequiados en Bahía Blanca, el 7 de enero, es decir, en vísperas de la Batalla de Caseros. Figura
nuevamente en 1873 como Nº 9, entre los caciques salineros, en el gran proyecto de paz (AEM.
Doc. 1232)
GÜENU PIL, alias Lonco Güenupil), 1834, figura en una lista de caciques borogas que se
habían salvado del asalto de los indios chilenos de Calfucurá (AGN.X. 24-9-10: 27. 12. 349) Creo
que Güenupil, que en 1875 aparece en Neuquén, era el mismo. Podemos imaginarnos la trayectoria
e historia de este cacique. En ese año firmó con el Comandante del fuerte de Carmen de Patagones
un tratado de paz (AEM doc. 1239: 4.8.75) Según ese contrato debían recibir sueldos y raciones y
ellos debían ayudar en el ejército. 1877 se quejaron al Arzobispo Aneiros diciéndole (porque el
Gobierno no los había atendido) que estaban ahora peores que antes y sufrían hambre. Que estaban
acampados en el Rincón de la Espuela del R. Colorado con 350 personas, esperando que el
Gobierno cumpla las obligaciones del tratado, Y que 800 estaban aún en la Cordillera. (L. Copello:
Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios, 1945 p. 221) En 1880 estaban las tres tribus
de Güenupil, Queupil y Yancamil en la zona del Lago Aluminé. Tenían sólo 139 hombres, 12
capitanejos y 78 soldados. Entonces les administraron algunas raciones. (Acad. Hist. Nac.
Conquista del Desierto I. p. 220).
GÜENU QUEO, Domingo, o Venuqueo, era capitanejo boroga quien en el asalto de
Calfucurá en Masallé se ha salvado; no se sometió a Calfucurá. Luego no sé si se juntó en La
444
Pampa con el cac. Ignacio Coliqueo que era probablemente su pariente, o se fue como otro grupo
de los Coliqueo con los Caniullán y Rondeao a 25 de Mayo. Máximo Castro editó en 1909 el libro:
La Tribu de Coliqueo, sus miembros en 1869 (Bs.As. Imprenta Tranant, 46 pág. Allí leemos que
Domingo Güenuqueo era capitanejo de de esta tribu. Que estaba casado con dos mujeres: primero
con Irene Carranza o Nahuelhual y con una segunda mujer, llamada Lorenza Llancavil; que tenía un
hijo llamado como el padre :Domingo Güenuqueo, y una hija Maeñ Huenuqueo. Y que murió en
1892. Debe haber más documntación sobre su presencia en la tribu de Ignacio Coliqueo. Por el año
1869 encontré una anotación que tení a su cuidado 32 personas: 7 varones, 12 mujeres y 15 niños.
Otra noticia es que el cac. Calfucurá avisó en 1854 al gobierno de Buenos Aires que Güenuqueo,
Curriqueo y Curruval habían ido a malonear, pues obedecían las directivas del Jefe de la
Confederación recibidas por intermedio del Cnel . Baigorria (AEM. 20.9.1854)
Por otra partida tengo la lista de revista de la Compañía de Indios Amigos, fechada en el
“Fortín Hombres sin Miedo, del 1º de febrero de 1866, firmado por Mariano Rondeao por su tío el
cac mayor Martín Rondeao quien había sucedido al cac. Mariano Rondeao, fallecido a mitad de
1862, cuando el cac. Ignacio Coliqueo con carta del 12 de Julio de 1862 envió a su hermano
Chaima Coliqueo a 25 de Mayo para que consolara a la familia, sus parientes y para felicitar al
cac. sucesor. (Hux: Caciques Borogas y Araucanos ed. El Elefante Blanco, Bs. As., 2004 el capítuo
dedicado a los Rondeao. Transcribo esa lista de oficiales de los Indios Amigos en 1866. transcrita en
Comisión Investigadora de la Tribu de l Cac. Coiqueo, La Plata, 1940, p. 293
Clases Nombres Destino
1. Teniente primero Don Martín Rondeao P.
2. Alférez Francisco Rondeao P.
3. Mayor Lorenzo Cayupulqui P.
4. Tenientejo Domingo Güenuqueo P.
5. Tenientejo Faustino Correa
6. Alferezejo Manuel Guayuquimil
7. Alferezejo Francisco Caniullán
8. Sargento Manuel Ancavil
9. Sargento Tomás Colimán
10. Sargento Manuel Rondeao
11. Sargento Casimiro Arce
12. Sargento Mariano Teuque
13. Sargento Benjamín García
14. Sargento Faustino Lorea
15. Cabo Antonio Teuque
16. Cabo Toqui ante.
No cabe duda que Nº 4 es el capitanejo Domingo Güenuqueo y estuvo prestando servicios
en 25 de Mayo. Y si en el censo de 1836 de los toldos de lo indios de 25 de Mayo como habitante
del toldo 3 está el nombre Güenuquebú es el mismo como Domingo Güenuqueo, sabemos que ha
nacido en 1803. (Carlos Grau: El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata, 1949 p.293)
Habría fallecido a los 89 años de edad, en 1892.
HUENUQUEO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P.Donati). Según el
libro bautismal de Villa Mercedes Moreno Huenuqueo estaba casado con Ignacia Aincal. Su hija
que trajeron para bautizar tenía 60 años.
HUENUQUEO, cacique manzanero. Eduardo Moreno en su libro “Reminiscencias de
Francisco P. Moreno ( Bs.As. 1942 p. 44), anota siguiente dato de 1878: que el cac. Huenuqueo,
estando en Buenos Aires, murió y por eso sus hijos, entre ellos el Capitánejo Prailán, atacaron a
Francisco Moreno .
HUE POTAÉN, 1583, cac. araucano de Llifén. Su esposa Janequeo, heroína de su raza, fue
muerta cruelmente por el Gobernador Alonso Sotomayor (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 68)
HUE QUÉ, 1821, cac. araucano chileno, implicado en la Guerra a Muerte en el bando
realista hasta el 26 de noviembre de ese año, la batalla de Zapata en San Carlos (Chile). Como el
445
cacique principal los abandonó, los caciques Hueque y Trarulemu se retiraron a Angol. (T.Guevara
1910 p. 193)
GÜERA HUEQUEN, 1787, cac. ranquel entre los pehuenches del Neuquén, compañero del
cac. Llanquetruz en la Guerra Pehuenche. 1787 era uno de los maloneros que atacaron los toldos del
cac. Currilipí, junto con Coñumil, Güenumilla, Cheuqueprán y Marihueque. En el documento es
nombrado Huerahueque. (Arch. Mendoza 1787 doc. 4). Francisco Esquivel Aldao, que pocos meses
más tarde realizó su expedición punitiva contra los huilliches, halló a Güerahueque, Cañumil,
Ancaín y Llancamán (Relación de la campaña del 26 de eno de 1788 (En Rev. J.Est.Hist Mendoza
VIII, 1938 p. 319; original en Madrid). 1806, Luis de la Cruz en su viaje de Chile a Buenos Aires
cruzó su territorio y no fue bien visto por sus indios; hasta le decían que los caciques Llanquitur y
Güerahueque habían montado a caballo para matarlo. (De Angelis I p. 139, 29.5.06). Pero estaban
por ir a Chile para comerciar (L.León p. 124) ETIMOL: Huera: malo y Huequen: especie de
perros
GÜERA, Manuel o Guerra, 1876, capitanejo de la tribu de J.J.Catriel. Durante la Conquista
del Desierto, viéndose tan perseguido, se presentó al Sargento M. Sosa, cerca de Toay para
entregarse. Fue conducido con los prisioneros de guerra hacia Carmen de Patagones (Periódico :La
América del Sur, 31.3. 1878) Ten Katen hizo un estudio sobre su cráneo en el Museo de La Plata y
publicó un artículo en la Revista del Museo de La Plata 1922 p. 212)
GÜERAL, 1838, capitanejo ranquel. Según las Memorias del Cnel. Manuel Baigorria
habría sido sobrino del cac. Llanquetruz IIIº. 1872 figura también en la lista del Padre Donati (lista
para el tratado de paz, Donada al Museo del Indio de Ls Toldos).
ETIMOL: Huera: malo; L es len: ser
GÜERAO, 1834, cac. boroga que ese año se sometió en el Asalto de Masallé al cac.
Calfucurá. (S. Avendaño: Memorias del excutivo)
GÜEREÁN, 1834, cac. boroga, sobrino del cac. M. Rondeao. 1826 estuvo presente en el
parlamento del Arroyo Pecuén (Pigüé). En la lista de 27 caciques es el Nº8 (AGN.X. 27-7- 6 )
Antes del Asalto de Masallé, donde fue muerto su tío, se presentó en 25 de Mayo con mensajes.
Luego ya no hallamos su nombre en los documentos. Quizás haya muerte también ese mes de
septiembre de 1834.
GÜRE CHÉ,, 1837, capìtanejo pampa de la tribu de Pichi Caliao (AGN X. 25-5-1:
22.1.37)
GÜERE NAMÚN, 1820, cac. pehuenche, que figura en la lista de J.M.Carera como adicto
suyo. Era, según esa lista, súbdito de Chulaqui (Chulilaquín) y vivía en Lilque. (Comandancia Gral.
del Ejército, ob. cit. III. P. 205)
GÜEREVIL, 1843, cac. ranquel del cac. Pichún, que encabezó una comisión enviada a
Calfucurá (Avendaño )
GÜERO MENU, 1683, cacique de los “Tubichaminí” del Distrito de Buenos Aires (Arch.
Gral. Ind. 182 Charcas 104)
GÜERQUEN o Huelquen, 1750, cac. tehuelche que el Padre Falkner conocía y menciona
en su libro de 1774 p. 140. 1761 vino el cac, Rafael (Yahatti) a la Comandancia de Matanza
diciendo: Que llega de su pelea y no trae novedad. Mató a 8 indios tehuelches, uno de ellos era
Güerquen (AGN IX 1-4-5) ETIMOL: Huerquen: mensajero.
GÜETÉ o Güetel, 1834, cac. boroga a las órdenes de Meligur, sometidos por Calfucurá
después del asalto de Masallé. 1836 participó en el malón a Tapalquén (J. Arena: Historia del
Partido de Olavaria p. 186). Más trarde se refugió entre los ranqueles. Lo recuerda Manuel
Baigorria en sus Memorias. Participó también en el malón de 1839 contra la misma zona de
Tapalquén y los indios pampas. En el Archivo de San Luis figura en una lista de caciques
regenteados por el cac. general de los ranqueles (27.5. 38)
ETIMOL: Huetel : mulita
GÜETEN, 1879, caciquillo del cac. Purrán, entre los picunches y manzaneros.
HUETRAGÁN, 1864, cac. araucano chileno que tenía 200 indios. Estaba en tratativas de
paz con el gobiernos de Mendoza y con San Luis. El mismo documento que lo menciona dice que
Quilapán tenía otros 200 indios y Caneupán, 1000 (AEM sept. de 1864)
446
HUEZA, Mariano o Huesa ), 1870 capitanejo de la tribu de Pincén. Emilia Mansilla de Los
Toldos, la nieta de Pincén, recordaba al capitanejo Hueza.
ETIMOL: Huedsa : malo
GÜEZA HUENTRÚ, 1834, cac. boroga, que se ha salvado de asalto de Masallé (27. 12. 34)
ETIMOL: Hombre feo o malo
GUESUÉN 1840, capitanejo pampa que entonces estaba incorporado a la división sur del
Cnel. Granada (AGN Biedma VII 10-4-14)
GUIAQUENOR, 1838, cac. ranquel que obedecía al cac. Peiné Arch. San Luis 27.5.38).
Sospecho que el nombre está mal escrito por Guayquigner.
GÜIBA, 1673, cac. serrano, hermano del cac. Don Ignacio AGN IX. 1-5-9 : 1758 y Arch
Gral. Ind. 185 vta. Charcas. Güibar fue a auxiliar a su tío Gualquén contra los tehuelches.
GÜI CAL, en enero de 1834 se agregó a las tolderías borogas en Guaminí con 12 toldos y
26 familias (AGN X. 24-9-1)
GÜICHABI, 1797, cac. araucano chileno que participó en el malón contra los huilliches del
difunto cac. Rayguán de Barbarco El era de Mabugüe (Arch. Mend. doc. 37 de 1897).
HUICHA CURA, 1813, cac araucano, del bando realista, amigo de Curamil y de Imolaf.
Molestaron o maloquearon a los patriotas Marinao, Cumina y Antepán Huayquenao de Santa Fe
(Chile) (T. Guevara, 1910 ,cap. VII) Allí dice que era de Maquehua, vecino del cac. Nahuelhuán.
Otra fuente dice que era de Collage. Con su padre, el viejo y gordo Calfucurá luchó junto a los
caciques Curriqueo, Calfuqueo y Manguín, hasta que el General Beauchef lo doblegó a su bando.

GÜICHAL, o Huichal, Güichel. NB. Hay dos caciques GÜICHAL contemporáneos entre
los ranqueles, de los cuales el Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias del Excautivo ed. El
Elefante Blanco, Bs. As. p. 70 ss. nos da buena información, pues con ambos tenía amitad y
vecindad.
Güichal, el viejo el año 1840 tenía unos 70 años de edad. 1834 se onoció como ranquel
emparentado con los borogas que en 1834 se refugiaron en La Pampa. Era una persona muy
respetada y desempeñaba misiones aún en Buenos Aires. 1834 entregó a Rosas cuativas de varios
caciques (AGN X. 24-9-10). 1835 Rosas encargó al Cnel Eugenio del Busto a atacar y
perseguir a los ranqueles de Llanquetruz y Pichúñ con una expedición combinada. Del Busto salió
del Fuerte 25 de Mayo con dos escuadrones del Regimiento 3º y con el cac. Cañiuquir y sus indios.
El 1º de marzo e 1835 se reunieron con la tropa que el Mayor Maza traída de Tapalquén. Este se
había incorporado 190 indios. Un tercer contingente salió al mismo tiempo desde Bahía Blanca con
200 indios del cac. Venancio Coñuepán. El Sargento Mayor Eugenio del Busto se dirigió con sus
indios a Toay (La Pampa), donde tenía sus toldos la tribu ranquel del cac Pichún Guala . Allí
tuvieron un choque de armas el 7 de marzo, como se lee en el Diario de la Tarde del 30 de marzo de
1835. El encuentro con los indios de Llanquetruz y del cac. Pichún no ha sido una sorpresa para
éstos ; ya habían sido avisados de esta operación y se dispusieron a huir. El Mayor Maza a su vez
penetró en la zona boscosa que se llamaba Nahuel Mapú, y persiguieron a los fugitivos y a borogas
refugiados entre los ranqueles y los toldos de Llanquetruz y fue a capturar los caciques Güichel y
Lamen (Anschütz: Algunas expediciones a los ranqueles, en Rev. Militar 1944 Nº 6256 y Hux: Los
Militres de la Comandancia de Bragado, 2005 p. 18) A su vez, Rosas había convocado tropas del
Cuyo para esta expedición combinda: 200 hombres de San Luis y 200 de Mendoza. El saldo de la
expedición, fue, según los partes, 133 indios muertos, 252 prisioneros y 34 cautivas rescatadas y
mucha hacienda apresada (Hux biografías de Llanquetruz y Cañiuquir y AGN. X. 24-8-6).
Y las expediciones, especialmente del Sarg. Mayor Eugenio del Busto, excautivo también,
contra las tribus ranquelinas siguieron año tras año sin tregua, hasta 1839, año en que estalló la
Revolución de los unitarios. Rosas cambió entonces la política con los indios, para no tener más
frentes de guerra.
En 1838 ya el cac. Güichal se menciona entre los caciques que obedecían al cac. Painé,
quien buscaba conseguir un tratado de paz con el gobernador de San Luis, El documento señala a
Güichal como tío del cac. Pichún y hermano del cac. Llanquetruz. Y dice que en la conversación
hablaba de platería y de las herramientas del platero. Dice también que el Tnte. León Homero le
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había regalado un reloj. Estaban tan apurados para conseguir un trtado de paz, porque Rosas retenía
como prisioneros al hijo mayor de Painé , a Mariano (Rosas) y al hijo adoptivo del cac. Güichal,
Manuel Güichal, de doce años y una herman de Pichún de 14 años. Los habían cautivado en 1836
los indios de Santiago Llanquelén, cuando habían quedado en la retaguardia durante un malón hacia
la zona de Rojas. Llanquelén los hizo entregar a Rosas, con quien estaba muy comprometido .
Pichún rescató a su hermana, pero no a los dos muchachos, lo que provocó una venganza y gran
mortandad de la tribu de Llanquelén (ver la nota biográfica de Llanquelén). Rosas trató bien a sus
rehenes, incluso los hizo bautizar y dióles el apellido Rosas. Y el joven Manuel Güichal era su
padrino.
Los caciques ranqueles habían mandado en 1840 una gran embajada al Cnel Pedro Rosas y
Belgrano al Azul; consultó al Gral. J.M. de Rosas y éste pidió la cabeza del unitario Baigorria, no se
consiguió ni lo uno ni lo otro. El General Angel Pacheco, sabiendo que buscaba gestionar la paz,
invitó a Güichal a presentarse a él en Rojas para tratar con el Gobernador de Buenos Aires J.M. de
Rosas. Pero no se animó a visitarlo. (Arch. Bibl. Nacional: Papeles de Rosas T.V Nº 838)
En 1840, los caciques ranqueles tenían la palabra de la firma de un tratado en Azul, si
entregaban la cabeza del “salvaje” Baigorria. Güichal decía que esto debía consultar con los
caciques.
En 1841 llegron a Buenos Aires con las mismas gestiones ante Rosas, ofreciendo la paz
bajo la condición de que concediese la libertad de los hijos de los caciques y los demás que
Llanquelén había apresado. El cac. Güichal, de Pichún, era un hombre de 70 años de gran respeto y
prudencia. Había dejado su familia : a su esposa, su hijo Quichao,que más tarde figuraría, sus tres
hijas: Chivillcó, Calfupí y Paillarai y como 4ª Rumeilcó. Entregó a Rosas 10 cautivas de Buenos
Aires. Una de sus esposas fue alojada en una casa de Santos Lugares; allí se hallaba Rosas.
Esperaron un año y tres meses sin verlo..Luego los retó por haber degollado a S. Llanquelén y
quedó retenido en rehén, 12 años,(!) hasta desùés de la Batalla de Caseros, donde se salvó la vida;
mientras que los dos hijos de Painé y de Pichún se habían fugado y volvieron a sus familias.
Quedó en abatimiento la mujer de Güichal y murió. Rosas le procuró entonces una mujer,
una chica de la tribu de Caniullán, pero exigió que quedase en la Chacarita de los Colegiales. Fue
atendida por el capitán Dn. Juan Farías
Después del 3 de Febrero de 1852, Urquiza le dio la libertad al viejo cacique Güichal, pero
fue aprisionado en el campo de la batalla, pasando por Tapalquén y no volvió a su tierra. Su mujer
quedó con otros en Traplquén (Avendaño ) El llegó más tarde a los suyos en Toay. Más tarde tuvo
algunas visitas y gestiones pacíficas con los Gobernadores de San Luis y Mendoza (Ach. Mend.
Caja 123 doc. 1957)
El cac. Güichal (el viejo) murió en la Batalla de Pigüé, el 15 de Febrero de 1858, cuando los
porteños avanzaron contra los ranqueles y los salineros, poque habían hecho causa común con el
Gral J.J. de Urquiza y la Confederación, cayó en manos de la vanguaredia del Cnel. Iturra de Bahía
Blanca (Memorias del Cnel. López Osornio. Manuscripto en el Archivo de Tandil)

Hay otro relato del excautivo Avendaño (en la página 73).


“La familia de Güichal y su único hijo (adoptivo) y ahijado Manuel Güichal sufrían
mucha congoja. Este joven ya estaba en la edad de contraer matrimonio, según la costumbre de allí.
Por lo tanto era preciso procurarle una esposa con arreglo de su rango. Aunque se temía a Calfucurá
y no lo querían nada bien, aconsejaron a Pichuiñ que mandase a su hijo con el objeto de estrechar la
relación de buena vecindad y viese si le agradaba la sobrina viuda de Calfucurá, que vivía en su
casa. Güichal chico fue a lo de Calfucurá, lo cumplimentó en nombre de su padre. Calfucurá, por
su parte tan diestro en toda clase de bellaquería, llamó al padre de su sobrina. Namuncurá, en
presencia del noble huésped le dijo, que deseando darles prueba a los Ranquilches de su buena
amistad: quería hacerlo en la persona del hijo de Pichuiñ, dándola por esposa a la hija de su
hermano que, aunque vivía su marido, el hijo de Güeté, no por eso dejaba de reputarse como viuda,
puesto que la había repudiado sin razón alguna. Se cree que el joven consorte habló indiscretamente
con alguno en confianza de la pretención que la llevó a presencia de Calfucurá so pretexto de
saludarla y que llegó a oídos del astuto indio ganándole la mano. La sobrina nada dijo, aceptó su
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nuevo destino con la humildad que la caracterizaba, e inmediatamente pasó a hacer nueva vida y se
acomodó gustosamente. - Poco después regresó su consorte, llenados sus deseos y los de todos,
porque veían realizada una alianza con “cúen” (por chauchas) como dicen los indios. Quedó
efectivamente todo en paz y siguieron comunicándose Pichuiñ y Calfucurá, dándose el título de
Chezcui (Suegro)”
Calfucurá le había dicho a Manuel Güichal que ella era mujer repudiada y que no debía
pensar en pagos ni a él (Calfucurá) ni a su hermano, solo en satisfacer el pago a los `parintes del
exmarido…Y para hacer el pagamento al primer marido, fue preciso nombrar una comisión de
hombres respetables que aplacasen el sentimiento del marido ofendido. Así fue que la comisión se
presentó al hijo del cac. Güeté, llamado Traipí. Le manifestaron con gran ceremonia el objeto que
traían y le presentaron un enorme “costal” de prendas de plata, caballos y yeguas. Así mismo no se
dio satisfecho y pidió un cautivo y se le dio a Vicente Arenas de Mendoza que Pichuiñ tenía. Sólo
así se puso contento y consintió aunque la que había sido su mujer, pasara a segunda mano.
Güinchal chico legalizó su matrimonio del que tuvo dos hijos.
En 1846 encabezó nuevamente una comisión que iba a Azul. “Vino a parlamentar el hijo de
Pichün y varios capitanejos y un acompañamiento de 150 indios, con el objeto de pedir las paces y
el perdón de S.E.; pero como les insistía que entregasen al salvaje unitario (Manuel Baigorria) y sus
compañeros,..no querían aceptar esa condición (Capdevilla: Rosas y Belgrano, Tapalquén 1972 p.
68, fecha 21. 12. 1846.
1847, mientras estaba en una gestión por la paz, el capitanejo Manuel Güichal se enfermó
gravemente. En la segunda parte de las Memorias Santiago Avendaño se desplaya sobre la
enfermedad y la muerte con las ceremonia y cuenta como Manuel Baigorria pudo evitar el masacre
“de brujas”, o sea de mujeres sospechosas. Luego describe la corte fúnebre, su entierro en Guada
loo, enterratorio familiar y menciona los “Pésames” de los Jefes y vulgares. (Usos y Costumbrs, ed.
Elefante Blanco Bs.As. 2000 p.62-72). Reproduciré unos párrafos, porque son hermosos:
bien pronto cayó en cama y la enfermedad tomó tanto cuerpo que fue imposible salvarlo…
Se trató de curarlo a toda costa…Por último ya el paciente se dio cuenta de que era preciso perder
toda esperanza de sanar. Llamó a su suegro y a todos sus parientes y amigos y le dijo al que lo
estaba cuidando: Voy a morir, mi suegro. Ya no hay remedio. Pero me consuela haberte traído a mi
hijo, para que lo conocieras. Ahora vos serás su padre. Estímalo, como a un nieto tuyo. Te lo
encrgo, porque voy a morir. Y a otro le dijo: Tocayo y hermano, ahí queda mi hijo pobre y
desgraciado. A vos te lo recomiendo, para que le hagas dar un pedazo de carne cuando tenga
necesidad de ella. Va a quedar sin padre, después de haber quedado sin madre y después de haber
pasado tantas necesidades a mi lado…
Y ya no pudo seguir más. Y el hijo que lo oía prorrumpió en llanto al ver expirar a su padre
que lo recomendaba tanto. El llanto del hijo fue acompañado por el de todos los presentes. Por fin
murió; pocos momentos después de haber hablado a todos. Entonces todo fue clamor y llanto.
Había fallecido antes del medio día.
De inmediato se lo vistió con la mejor ropa que tenía hasta que se enfriara el cadáver.
Cuando estuvo ya frío, lo llevaron a caballo, por delante de la gente a sepultarlo. Se abrió la
sepultura y, al ir a colocarlo en ella, lo detuvieron para hacer la autopsia…y fue puesto en la
sepultura que tenía como dos varas de profundidad y como cinco cuartas de ancho. En seguida se
le puso una vasija con agua, un poco de carne cocida y todo el equipaje, excepto aquello que
podría ser útil al hijo que dejaba. Cada uno de sus parientes y amigos, principalmente el hijo, el
primero de todos, se cortaron un mechón de cabellos y liándolos con un hilo, separados unos de
otros. Le pusieron uno en la mano izquierda, para eterna memoria, para que el difunto no se olvide
de los suyos en el alhué mapumú (así llaman al lugar donde van a resucitar los que mueren en la
tierra).
Al fin le echaron la tierra…Para que el funeral fuese completo, ahorcaron el caballo que el
difunto supo estimar con preferencia, y después que lo habían muerto, lo pusieron echado, como
cuando estaba en descanso, Lo colocaron a la cabecera del sepulcro, con la cabeza también hacia
donde entra el sol…
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Recién a continuación describe con menos detalles la muerte y el entierro del joven Manuel
Güichal. Al regresar de un viaje a Salinas Grandes llegó muy enfermo a casa. Su padre (que aún
vivía) culpaba a su suegra. Pero el joven dijo que no. Y se negó hacer responsable “bruja” alguna.
Sólo cuando estaba en delirio, parecía que nombrara algunas y se esperaba darles el castigo como
tres años se hacía en el entierro del cac. Painé, que era espantoso.
Merced al Coronel Manuel Baigorria quien de antemano había logrado cambiar las
bárbaras ideas del cacique Pichuiñ sobre el particular, se salvó la vida de esas que iban a ser
víctimas. Debido a ese hombre desgraciado, pero humano, civilizado y compasivo, como yo , tuvo
la suficiente energía para desvanecer el pensmiento de Pichuiñ, que encerraba una venganza
insaciable.
Pichuiñ, hombre de alma grande y moderada, siempre se valía de este cristiano
desgraciado. Y si éste había ido a asilarse allí, no era porque lo persiguieron por crímenes, sino
por su opción (política). Años hacía que el refugiado Baigorria estaba bajo la protección de este
cacique. En cuanto a compadecerse del infortunio de otros, Baigorria le había dado un ejemplo de
esa virtud, al compadecerse de su padre el cacique Llanquetruz. Siempre que Pichuiñ proyectaba
algo, no lo hacía sino después de que su querido Lafthra-main ( es el sobrenombre de Baigorria) le
decía, si convenía hacerlo o no…En el caso le decía que las mujeres eran ya infelices por
naturaleza; que ellas no tenían la más mínima culpa de la muerte de ninguno; que sólo el
Omnipotente Ser, quien disponía de la vida de sus criaturas, porque, como creador de todo lo
creado, en sus manos estaba la suerte de todos los hombres. Pichuiñ ya no pensó en derramar
sangre en venganza de su hijo.
El desgraciado Manuel Güichal (chico) finalmente expiró, al cabe de tanto y grandes
padecimientos. Y todos sintieron su fallecimiento, lo maifestaron con lágrimas y alaridos de
extrema indignación….
Finalmente, el hermano menor de Manuel , Pegüeipil, le preguntó a Pichuiñ: ¿Qué se hace
de las Pu Calcú (las brujas)?
Le contestó: Nada hay que hacerles. Mi hijo ya ha muerto. Todo se concluyyó”
Yo termino aquí la cita. El pequeño capítulo trae más informacion.

HUICHAL, 1879, capitanejo pehuenche a quien atacó entonces el Cnel. M. Bedoya con la
segunda División expedicionaria. Se decía que había sido el hijo del cac. Cumilán. Fue quemado
por las tropas nacionales en Conhelo. (Olascoaga II. P. 223)
HUICHUAL, 1875, capitanejo ranquel. Probablemente era pariente del cac. Güichal arriba
tratado. Tuvo trato con el Comandante de Bahía Blanca desde 1857. Llegó a ofrecer sus servicios al
Cnel. Iturra, un año antes que mataran a aquel Güichal (Arch. salesiano de Bahía Blanco 25. 12.
57). Años más tarde siguió tratando al Cnel Iturra y fue obsequiado por él. El 2 de abril de 1875 el
cac. Namuncurá avisó a Iturra que el capitán Güichal había sido muerto con el cac. principal de
Callicó, llamado Güelepán (AEM. doc 1372).
GÜICHA LAUQUÉN o Güichán, 1825, capitanejo ranquel, hijo del cac. Pichún. Estuvo en
ese año en el parlamento del Arroyo Pecuén (Pigüé) (AGN. X. 27.7-6)
GÜICHANGAR, 1864, cac. chileno que invadió la zona de Río Cuarto con el cac. Curín.
Fue batido por el Cnel. Antonino Baigorria (AEM : 10.12.64) Ya 1841 Rosas habló de Güichar
(Rev. J, E. Hist. Mendoz VI p.252).
GÜICHA MILLA o Huichal Milla, 1881, cac. picunche del Neuquén, que fue atacado por
los expedicionarios de la Campaña de los Andes. El 1º de enero de 1883 fue hecho prisionero junto
con Huenchu Necul e Inacayal. (Walter: Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 733)
HUICHA ÑIR, 1880, capitanejo ranquel que fue víctima también de la Conquista del
Desierto. En enero de ese año, cuando Rubial se aventuró a apresar al gran cac. Purrán, mataron a
Huichuñir (Periódico mendocino El Constitucional 19.2. 80 p. 3)
GÜICHA PAN, 1788, cac. pehuenche del bando de los huilliches. Fue muerto por los
soldados de la Expedición de Esquivel Aldao.(En: Rev. J.Est. Hist. Menmd VIII )
GÜICHAO, 1873, capitanejo que firmó el gran anteproyecto del tratado de paz (AEM doc.
1232 en Salinas Grandes)
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GÜICHA QUEO, 1838,capitnejo ranquel, llegó a San Luis, como emisario del cac. Painé
para promover un tratado de paz.
GÜICHUILEP, 1792, cac. puelche de Tierra Adentro. Se hallaba en el Arroyo de los Sauces
(Colorado) con los caciques Cainamún y Güerquene (AGN IX 1-5-1)
GÜICHUN o Güichon, Guychun, capitán de los indios amigos de Malalhué, 1780 (Torre
Revello: Amigorena)
GÜIGÜI ANTE 1776, cac. ranquel que residía en Anpiel con Canipayún, según el censo de
Diego de las Casas (De Angelis 1910 pI. P. 223)
GÜIGU LAO, 1851, capitanejo del cac. Manqué (salinero). Fueron obsequiados por orden
de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10-4)
HUIHUÁ, Cipriano, 1875, capitanejo del cac. pampa Juan José Catriel quien acompañó al
Padre Jorge M.Salvaire (20.12.75) en su misión.
HUIHUIR, 1826, cac. chileno pincheirista, que había maloneado en el Sur. El Cnel.
Federico Rauch salió con 800 hombres (indios pampas y tehuelches) a persegutrlo en la Sierra de la
Ventana. Los aniquiló a arma blanca (Emilio A.Bidondo: Historia del Regimiento 5º, 1960)
GÜILCAPÍ o Güircapí, 1787, cac. pehuenche de los huilliches que residía en los Pinares
(N
HUILEGAL, 1879, cac. que fue atacado en Pichi Carhué (Dep. Atreuco) por el Tnte. Cnel.
Godoy. A tres leguas de Malal Huacá fue tomado prisionero y también una parte de su tribu
(Olascoaga II p. 215)
HUILCAÑ ver Cayumán Huilcañ
GUI LLÁN, 1833, cac. ranquel que iba de malón con Llanquetruz hacia Río Cuarto, cuando
lo sorprenió la División expedicionaria del Gral. Huídobro.
HUILI CAHUEL, 1870, capitán ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P Donati)
HUILLI CALQUÍN, 1833, cac. ranquel. Fue tomado preso durante la Expedición al
Desierto (Informe de Rosas al fin de la Campaña).
HUILLI CAL, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista del cac. Baigorrita (Lista del
P. Donati en vista al tratado de paz)
HILLI CHENE, 1791, cac. chileno de Villa Rica, que vino a la pampa “por comercio”
(AGN S.IX 1-5-1; Ranchos, 27.8.91). También Luis de la Cruz lo nombra en su diario del viaje por
la pampa de 1806. Lo llama Güilguichini. (De Angelis I. p. 223)
GÜILLI GUAL o Willegal, cac. ranquel que durantre la gran persecución del Desierto fue
apresado el 18 de Mayo de 1878 por el Mayor Pereyra de la Columna del Cnel. Hilario Lagos. El
ataque tuvo lugar en Conqueló. El parte dice que 4 fueron muertos y 50 llevaron prisioneros a Pichi
Carghué; pero llegaron sólo 46 (Olascoaga II. P. 202 y 215)
GÜILLI HUAN, 1863, capitanejo boroga perteneciente un tiempo a la tribu de Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs.As.) . 1834 se había salvado también el día del asalto de
Calfucurá en Masallé. No sé si huyó con Coliqueo a la Pampa o con el cac. Caniullán a la cercanía
del Fuerte 25 de Mayo (Part. de 25 de Mayo) Ësto me parece más probable; porque el Misionero
Pablo Emilio Savino anotó en su libro de bautismos de 1876, que Huillihuan o Willihuán, el
capitanejo, estaba casado con Petrona Baldebenitez o Ferreira, la viuda del caciquilla José
Baldebenítez (primo hermano de Coliqueo) de 25 de Mayo, la que había nacida en 1826 y bautizó
su hija Concepción Huillihuan, nacida en 1854, adoptada por Doña Petrona, dice el libro de
bautismos de la tribu de Coliqueo de 1876. Por entonces la viuda Petrona Ferreira de Baldebenítez
se había casado ya con Ramón Cayún de la Tribu de Coliqueo, hijo de Félix Willcain (nac 1838 –
1905), cuyos hijos eran: Micaela (n.1871), Félix (n. 1863), Dionisia (1864 – 1968), José o Pepe (n.
1861), Jacinto (n.1872), Mercedes (n. 1876 - 1918) y Lorenza Cayún.,( m. 1994) Petrona Fereyra
falleció el 16 de Agosto de 1905 y su segundo esposo, el 20 de diciembre del mismo año (según el
libro del Dr.jur. Máximo Castro: Tribu de Coliqueo, Miembros que la formaron en 1869, Bs. As.
1909 p. 11 y 19)
Otro documento del 28 de agosto de 1891 nos muestra una carta y el asiento de Escritura
310 del escribano S. Torres por la que solicita la tierra que según la ley de gratificación de los
expedicionarios del Desierto le correspondían, porque había servido bajo las órdenes del Cnel
451
Villegas. Revisando listas de varias tribus, no hallé su apellido entre los capitanejos, es d.ecir, entre
los oficiales. Creo que podré encontrar algunas noticias más. Tengo anotado también que
Huyllyhuan ha fallecido en 1906.
GÜILLI, 1835, cac. boroga, quien había luchado en a Guerra a Muerte con los realistas de
Chile. Murió en la guerra el 20 de Mayo de 1835. Un cacique patriota había sido atacado y
buscando la revancha, cruzó con una gavilla la Cordillera y mató a Cuillí (AGN Biedma VII 10-4-
14)
GÜILLI GNERR, 1774, cac. pehuenche quien llegó ese año con el cac. Güenteangte a la
Guardia de Luján para comerciar (Arch. Gral. Ind. 167 Charcas 317)
GÜILLI GURI 1622, estuvo presente en un gran parlamento ( dice el Padre Diego Rosales)
GÜILLI LEMU, 1797, cac. pehuenche quien participó en la Guerra Pehuenche. El 8 de
diciembre de ese año, tomó parte en el malón de venganza por la muerte del cac. Rayguán. (Arch.
Mend. doc. 37, de 1797) Huillí o Güillí significa “del Sur”
GÜILLI MAÑ, 1774, cac. chileno que vino a los toldos del cac. Nahuelpán en la Pampa
(AGN. IX. 1-4-2) 1820 luchó contra los patriotas de Chile. Vivía en Chichelemu y Sauces (T.
Guevara 1910 p. 124)
GÜILLI ÑAN , 1844, capitanejo ranquel que ese año se incorporó a la tribu de Catriel,
probablemente por casamiento (Arch. Azul y Rev. Del Museo de Azul Nº2,p.111)
GÜILLI PÁN, Ignacio, 1834, capitanejo boroga, pariente del capitán Pablo Millalicán En
una carta (y hay muchas de él con una letra característica), poco después del asalto de Masallé de
1834, el 5 de octubre dice Millalicán de su primo: “es primo de los capitanes borogas de Melignerr”
(AGN X 18-10-6) Fue el encargado de dar aviso al cac. Venancio Coñuepán y a los jefes militares
de Bahía Blanca la noticia del malhadado asalto del 8 de septiembre de ese año (AGN. X, 24-8-6).
1841 figura en un documento chileno de Concepción que lo enumera en una lista de caciques que se
hallaban en la Argentina (Grau: Fuerte de 25 de Mayo p. 146 y 272). Su hijo se llamaba Lincopán,
primo hermano del cac. Namuncurá. Linopán murió en 1874.
GÜILLI PÁN o Güillipel: 1622, cac. pehuenche y unido a puelches del cac. Tinaqueupú,
indio de la Cordillera, dice R.Casamiquela 1985 p. 141.
GÜILLI PÁN, 1872, capitanejo ranquel; era suegro del cac. Baigorrita. Figura en la lista
del Padre Donati. Parece que ya en 1819 pudo asistir al parlamento de paz con el Cnel. Cornelio
Saavedra en la toldería de Lienán. Ha sufrido épocas de varias guerras entre los ranqueles. Y en la
gran persecución de 1879 fue atacado en Traru Lauquén por el Mayor Sosa. Tuvo que rendirse y fue
llevado entre los prisioneros. (Olascoaga II p. 191 y IV p.34)
HUILLI QUEO, 1872, cac. manzanero junto a los caciques Sayhueque y Ñancucheo. En la
Campaña de la Conquista del Desietrto fue llevado prisionero a Buenos Aires. Por eso sus hijos, los
capitanejos Prailán y Llofquén asecharon al Perito Moreno, cuando iba explorando en el Sur
(Moreno, E.: Reminiscencias 1942 p.44)
GÜILLI TAN, 1837, participó con los indios chilenos de Calfucurá, Namuncurá,
Cheuqueta y Cumiú en el malón contra Bahía Blanca (AGN X. 25-5-1) Debe ser Huillipán.
GÜILLITUR Y GÜELECALQUÍN, caciques puelches que atacaron en 1776 el Fuerte de
San Carlos, recién construido. (L. León: p. 43)
GÜILLI TAQUERA, Francisco, 1735, fue uno de los principales caciques araucanos,
representante de los Llanos de Chile. El 13 de octubre de 1735 asistió en Concepción a un
parlamento de paz, que ratificó lo resuelto en 1726 (Gay: Historia III p. 496)
HUILLI TRÚ, o Huiletru, cac. pampa ranquel. Era hijo del cac. Curritripay, hermano de los
caciques Avouné, Antiguán, Calfiao y del capitanejo Erna. El Cnel. Pedro A. García habla de él en
su diario de la reunión de caciques en 1822 cerca de la Sierra de Tandil. Visitó primero el toldo de
Antiguán y encontró allí al cac. Huillitrú. También vio a su esposa y sus hijos (De Angelis IV. p.
119). A en 1820 había aceptado el tratado de paz con el gobierno de Buenos Aires. Pero después se
sucitó la guerra por la invasión del Gral. Rodríguez contra los pampas (y no habían ayudado a
Carrera en el Asalto de Salto). El nombre figura de nuevo en los informas del Cnel. Fderico Rauch,
quien lo había enganchado con los indios pampas y tehuelches para perseguir a los indios chilenos
que se afincaron en la Provincia. Al cacique lo llama Villitrú. Cuando Rosas preparaba su Campaña
452
al Desietrto, llamó de nuevo a los caciques amigos para hacer un nuevo tratado de paz, el 19 de
noviembre de 1831. Huillitrú aparece de nuevo en la lista de 15 caciques y 15 capitanejos que
asistieron a un nuevo parlamento convocado por Rosas en Tandil (AGN, Bied,ma VII. 10-4-14).
Allí es anotado como quinto. El y el cac. Pichimanque pidieron que los Blandengues no
abandonasen el campamento de Kakel Huincul .Luego perdí su rastro. Habrá que leer la historia de
sus hijos y hermanos para conocer más datos.
GÜIMI LLANCA, 1875, cac chileno de cuya muerte informó el cac. Namuncurá al Cnel.
Iturra en carta del 2 de abril de ese año (AEM. doc. 1372); a la vez habla de la muerte de Güelepán
y Güichal. Hace suponer que ha habido un enfrentamiento y que Iturra conocía esa gente.
HUINCÁ, 1863, capitanejo del cac. Chingoleo en la zona de Carmen de Patagones. (AEM.
doc. 672 Tratado de paz). 1884 figura como Teniente 1º de “Indios Auxiliares de Linares” como
acreedores al premio de tierras otorgadas a los Expedicionarios por Ley 1628/ 84 (Academia Hist.
Nac; Congreso de Hist. 1974 p. 340) Debemos suponer que ha servido siempre como indio amigo
en el Ejército, junto con los caciques Linares, hasta la terminación de la Conquista del Desierto.
ETIMOL: Huinca: extranjero o “gringo”; originriamente Inca y significaba “ladrón”
HUINCA, 1879, capitanejo huilliche; probablemente hijo de Huincabal. Lo vió el periodista
R. Lupo preso en Guaminí, el 23 de Abil de 1879. Había sido capturado por el Comandante Godoy,
el 18 de febrero de ese año (Olascoaga I. 117 y 141)
HUINCA BAL o Huincaval, 1860, cac. pehuenche neuquino de los nacientes del río Limay.
Ya en 1860, el Comandante de Carmen de Patagones propuso al Gobierno de Buenos Aires hacer un
tratado de paz con él y el cac. Paillacán, pues de las dos tribus formaron una (Arch. Mitre XXIV p.
107). En 1861, el Cnel Murga, Comandante del Fuerte del Río Negro y dueño de una importante
casa de negocios en el pueblo, atrajo a varios caciques para hacer un tratado de paz con la Provincia
de Buenos Aires (entonces en pugna con la Confederación hasta la batalla de Pavón). Celebró varios
tratados y proveía en nombre y a cuenta del gobierno artículos de racionamiento. Decía que él
estaba formando una liga de indígenas bajo la conducción del cac. amigo Chingoleo, que sería
capaza de enfrentarse con la liga que había formado el cac. J.Calfucurá en Salinas Grandes. Así
atrajó también a Huincaval y a su hijo Inacayal. En el primer parlamento, en abril de 1863, asistió
también el cac. Reuque Curá (Arch Mitre vol. XXIV p. 100) En otra reunión aún más importante, el
17 de junio del mismo año, firmaron el documento del tratado (AEM. doc. 694) en presencia de los
caciques Chingoleo, Chagallo y del capitanejo Cachimain, éste, representante del cac. Laca Laca,
además el Capitán Miguel Linares. El Presidenete B. Mitre y el Ministro J. A. Gelly y Obes lo
aprobaron y lo firmaron el 10 de agosto de 1863.
Entre tanto, el Cnel. Julián Murga celebró otros tratados de paz. Mientras tanto el cac.
Huincaval esperaba la aprobación definitiva del suyo y la entrega de sueldos y racionamientos. En
un nuevo parlamento grande Murga dispuso, el 16 de Julio del mismo año, que el cac. Chingoleo
fuese considerado Cacique Mayor y pedía la adhesión de Huincabal, Quintraillán, Sayhueque y
Reuquecurá. Cada tribu debía proporcionar por turno un piquete con un capitán para el servicio a
las órdenes del Capitán Linares. Huincabal le ofreció de buen grado a su hijo y seis soldados. En
Octubre se despidió de J. Murga y de Carmen de Patagones, después de haber recibido buenos
regalos.
En el año anterior, el viajero Guillermo Cox había visitado al cac Huincabal y escribe en su
libro “Viajes en las regiones septentrionales de la Patagonia” que publicó en 1863, un lindo
recuerdo. Dice que lo halló en Caleufú, territorio de los manzaneros, donde más tarde acamparía el
cac. Sayhueque; que eran indios más mansos que los salineros y no maloneaban.
En la fiesta patria, el 9 de Julio de 1872, Huincabal celebró un nuevo tratado de paz con el
nuevo Comandante de C. de Patagones, el Cnel Liberio Bernal. Lo firmó Inacayal en nombre de su
padre. Pero el padre siguió firmando en las listas de la contaduría hasta que desapareció esa cuenta,
el 26 de agosto de 1879. Será que el gobirno haya suspendido el racionamiento o haya fallecido. No
cabe duda que ha presentido la triste suerte de su tribu mansa, a consecuencia de las campañas y
expediciones de la Conquista del Desierto.
ETIMOL: Nabal: (nahuel): tigre; huinca: importado, extranjero
GÜIÑA, 1880, cac. tehuelche, radicado cerca de río Gallegos. Huiña: gato montés
453
HUINCA FILÚ, 1873, capitanejo salinero que firmó el anteproyecto del tratado de paz el
día de la muerte del cac. Calfucurá (AEM. doc. 1232)
HUINCAL, 1881, capitanejo neuquino pehuenche que vivía entonces en Trurrún, cerca del
arroyo Cheuquil, afluente del Aluminé.
HUINCA LEO o Huinca leú, 1868, capitanejo manzanero de la liga del cac..Chingoleo y de
M. Linares. Figura en un tratado de paz concertado en Carmen de Patagones con los caciques
Queupumé y Purrán. Desde enero de 1870 recibió sueldos y racionamientos, porque estaba con sus
indios en servicio como indios amigos. (AEM. 12.1.70). En 1881, sus toldos estaban en Chimahuén
(prob. Chimehuín), cerca del río Colón Curá. Tenía trigales y otros sembrados. Pero fue atacado, a
raíz de la Conquista del Desierto. Se le imputaron robos en San Ignacio, junto con Ñancucheo a la
primera Brigada. Una partida de expedicionarios del Gral. Ortega los atacó el 28 de marzo de ese
año. Finalmente se entregó, el 18 de diciembre de 1882 y el Comandante H. Palacio los llevó al
campamento del Nahuel Huapí junto con los caciques Treleu, Curuhuinca y Ancayal. (AGN X. 43-
6-10)
HUINCALEO, 1881, cac pehuenche. Vivía en el paraje de San Ignacio (Neuquén), donde
vivirán más tarde los descendientes del cac. M.Namuncurá. Huincaleo fue atacado el 26 de marzo
de 1881 por los expedicionarios de la primera Brigada. Otro Huincaleo, hijo de Llanquileo, vivía en
Trequelcura.
HUINCÁN, 1831, cac. que participó con otros 15 cacques en una “conferencia de paz” en
Tandil.
HUINCA NAHUEL, cac. ranquel. Calfucurá lo llama en una carta de 1854 “cacique
general” (AGN. X. 18-10-6: 18-5-1854) Se quejaba y decía en tono amenazador: “Tengo cien
capitanes y cuatro caciques generales: Pichún, Calvain, Huincanagüel y Nagüelcheo y toda la gente
innumerable y los trece pueblos argentinos (=provincias) al mando del Gral Urquiza.
HUINCA MÁN, capitanejo salinero, que en 1873, firmó el documento del anteproyecto de
un tratado de paz. Había estado en Chile firmando paces con Domingo Salvo, jefe del Ejército y
traficante ilegal de hacienda de la Argentina. Estuvo con los pehuenches en 1872. (J. Bengoa:
Historia del pueblo mapuche Santiago 1985 p. 93)
HUINCHÁN, 1840, cac. ranquel, entonces viejo y muy estimado. Cuando el cac. Painé
quiso formalizar el tratado de paz con el gobernador Rosas, éste lo mandó como cabeza de la
comisión delegada. Llevaba diez cautivos con el fin de rescatar a Mariano Rosas, el hijo del cacique
general (Zeballos: Peiné, ed. Hachette p. 276)
HUIÑOL ver Uñol
GÜIRCA LAFQUÉN, cac. picunche que integró una embajada de Marihuán ante el cac. Jn.
Calfucurá. Lo retaron por tantos muertes injustas ( Avendaño: Memorias ed 1999)
GÜIRCAIN, cac. chileno que en 1834 no aceptó la proposición de asaltar a los borogas de
Guaminí. (S.Avendaño : Memorias de un Excautivo. Ed. El Elefante Blanco 1999 p. 32) ª ..Sólo el
cac. Güircáin manifestó su oposición, diciendo:
Nosotros hemos venido siempre creyendo que haríamos un comercio inocente. Ahora
sabemos que su pensamiento va más allá. Yo no diré ni una palabra más; pero tampoco ayudaré en
esto. ¿Qué razón tenemos para hacer la guerra a gente de nuestra misma sangre y a los que siempre
nos han recibido bien? Acaso nuestras familias y nosotros mismos no estamos ligados a éstos por
medio de nuestros corzones llenos de agradecimiento? ¿Acaso ignoramos que de nuestra tierra de
Ragcó han salido todas las gentes que se han venido a establecer en estas llanuras? No. Todos los
indios han salido de allí y se han extendido por todas partes. ¿Por qué hemos de convertirnos en
matadores, después de haber sido Guthranes (visitantes) y de haber venido como comerciantes. Yo,
pues, no entro en nada”. Calfucurá disimuló con sonrisa la negativa, para vengarse más tarde
haciéndole pagar esta oposición con la cabeza”.
GÜIRCAN, 1837, cac. boroga que vino de Chile a vengar las matanzas de los borogas por
un malón a Bahía Blanca. Acompañó en esa oportunidad al cacique J. Railef. En su regreso a su
país con cautivos y hacienda, Calfucurá les hizo una emboscada, los atacó en Litrán (Neuquén) y
Loncoluán. Huircán cayó prisionero y lo ultimaron cruelmente. Esta versión difiere de la otra que
dice que fue atacado en el río Quintuco y Agrio por los indios del cacique Guzmané.
454
GÜIRCA ÑANCÚ, 1845, cac. pehuenche fue enviado por otros caciques para hacer en
nombre del cac. Aillal la paz con los ranqueles del cac. Pichuiñ. Esto fue después de la muerte del
cac. Guzmané.
GÜIRCAN, 1820, cac. boroga que paricipó en la Guerra a Muerte. Luchó a favor de los
patriotas, después que había huído de sus paisanos realistas. Cuando en 1821, el general Bulnes y el
cac. Coñuepán invadieron la Araucanía, él y su hijo, el cac. Huñún de Quepe, no pudieron sino
volver a defender a las tribus hermanas. Más tarde emigraron a la Argntina y allí vivió 15 años.
Tanto los borogas de Bahía Blanca como los de Guaminí (de Rondeao) se mostraron sumisos a
Rosas. Huircán, Llancamán, Marileo y el hijo del cac. Cañiuquir estuvieron conferenciando con el
Cnel. Eugenio del Busto el 19 al 21 de Agosto de 1834, No sospecharon que pronto serían víctimas
de un gran atropello que se les hizo con anuencia de Rosas y de las autoidades militares de Bahía
Blanca. Pues, el 19 de septiembre del mismo año, los caciques Calfucurá, Namuncurá (el tío del
cac. Namuncurá), Cheuqueta y otros con más de mil indios irrumpieron a los toldos de los borogas
en Masallé y mataron primero a los caciques principales Rondeao y Melín y como mil indios más y
apresaron gran parte de sus indios. Y a los que no habían alcanzado, los buscaron en otro malón (a
Cañiuquir) AGN. X. 24-8-6 y HUX: Caciques Borogas, ed. El Elefante Blanco BA. 2004 p.25 y 49
biografías de Cañiuquir y Rondeao. Huircán escapó del funesto atropello y se refugió entre los
ranqueles con el cac. Marileo; pero luego en diciembre lo hallamos en la lista de los que
correspondieron a Rosas en su pedido, que cada cacique debía entregar a sus cautivos (AGN. X 24-
8-6: 27.12.1834).
El Sarg. Mayor Eugenio del Busto, excautivo y ahora observador de los indios borogas de
Guaminí, escribió el 24 de enero de 1835: “Han llegado a este punto el cacique Güircán con 12
toldos y 26 indios de pelea y las familias de éstos. El día 20 llegó el cac. Llaima Manque con 8
toldos y 18 indios de pelea y sus familias. Los arribos de indios se suceden, indicando el cansancio
de pelea ..” (ib.). Eugenio del Busto tuvo que movilizar una y otra vez a los indios borogas en
expediciones a los indios ranqueles junto con los militares de Bahía Blanca. Luego sucedieron muy
tristes matanzas en 1836: En marzo fue destruída la tribu de Cañiuquir y en Agosto la de Venancio
Coñuepán (Hux ib.p.32 y 345)
Avisados los indios parientes y amigos de Chile que el gran cacique D.Venancio Coñuepán
había caído traidoramente, más de 1000 indios al mando de los caciques Railef y Ancafilú cruzaron
la Cordillera y cayeron en malón sobre Tapalquén y Bahía Blanca.
Ahora me viene la duda, si lo que escribí arriba correspondería como continuación. T.
Guevara en su libro de 1910 ya muchas veces citado, dice que luego se dirigían a Salinas Grandes
donde hallaron al cac. Huircán con Calfucurá y que el cac. Ancafilú lo enfrentó y lo mató. Ahora no
sé si ese enfrentamiento se dio así, no más, o en la retirada, donde Calfucurá les había hecho una
emboscada.
ETIMOL: Huircá : Pinta o mancha blanca y Ñ (Ñandú): avestruz o ñancú; aguilucho.
HUIRCA PÍ, 1787, cac. pehuenche huilliche. El 17 de octubre de ese año, Huircapí acudió
al parlamento que convocara el gobernador de Mendoza J. de Amigorena y “aceptó vasallaje
español” . Diez años más tarde, en 1797 los caciques Huircapí y Chucao estaban apoyando al cac.
ranquel en Barbarco (Arch Mend. Doc. 36)
HUIRÍO ver cac. Huirio Lienán o Ramón Lienán
HUIRPÁN, cac. chileno (patriota) 1830, hermano del cac. Venancio Coñuepán (Hux:
Caciques Borogas ed. 2004 p. 319 dice Huircan.) Este recibió regalos de Rosas, cuando manifestó
que quería volver a Chile (AGN Biedma VII. 10-4-14: 29.11. 1831) y no se salvó de los
acontecimientos fatales de 1834 a 1836. ET: Puma con pintas
HUIRRI ÑANCÚ o Güininanco, 1814, cac. pehuenche de Malalue que asistió al
parlamento que hizo convocar el Gobernador Gral José de San Martín al margen del río San Pedro
(Arch.Mend. carp. 123 doc. 1) ver Inalicán
GÜIRRILIFI, 1881, capitanejo de Sayhueque (picunche) en lucha de las tropas
expedicionarias (Raone: Fortines, 1963 II p. 543)
GÜIRRIN, Gabriel, 1873, capitanejo salinero; figura en el gran documento proyecto del
tratado de pàz (AEM doc. 1232).
455
GÜIRRIÚ, cpitanejo del cac. boroga Andrés Raninqueo recién separado de la tribu de
Coliqueo en Los Toldos Bs.As. 1872 fue llevado por Calfucurá de laVerde a Salinas Grandes. Más
tarde vivió en San Ignacio en Neuquén, colonia de los descendientes de Namuncurá. Allí murió,
creo, en 1930 Su hijo se llamaba José Fraga (Nahuel Huirrín). José Depetris publicó fotos de
descendientes. Ver Fraga.
HUIRRHUIRR, 1826, cac. pampa. En octubre de ese año hubo un gran malón de
pincheiristas sobre la zona de Dolores (Los Toldos Viejos). Entonces el Preidente B. Rivadavia
encargó al Cnel. Federico Rauch perseguir a los maloneros. Hizo cuatro expediciones. La primera
salió el 25 de octubre de Los Toldos Viejos (Dolores) con 800 hombres; no encontró indios. Luego
se presentó un cautivo huyendo, llamado Eugenio del Busto, quien supo el paradero de alguns tribu.
Así cayeron, el 1º de noviembre sobre la tribu de Huirrhuir que estaba desprevenido. Degollaron a
cuatro caciques y 200 indios y les quitaron 60 cautivos y 16 mil animales. (R. Muñiz: Los indios de
la pampa, 1939 p. 129. (AGN. X. 14-3-1 y Hux: Los Militares de la Comandancia de Bragado,
Eugenio del Busto .2005 p. 8)
HUITRAI LLÁN, o Utrillan, 1862, cac. pehuenche que vivía a orillas del río Chemehuín.
Allí lo visitó el viajero G. Cox 1862 (Su libro:Vijes en las regiones septentrionales de la Patagonia
ed 1863 p. 133. Otra ed. El Elefante Blanco 1999)
HUITRAINAO, 1852, capitanejo boroga, figura entre los caciques obsequiados por orden
de Rosas en Bahía Blanca en enero de 1852, en vísperas de la batalla de Caseros. Su nombre está
entre Meligher y Lincopán (AGN X 18-4-8).
HUNIGUÁN, 1819, cac. ranquel. Estuvo presente en el parlamento convocado por F.
Chiclana en la toldería del cac. Lienán (La Pampa) (Chiclana, Feliciano: Actas de las reuniones y
convenios celebrados entre los caciques ranqueles, en Gaceta de Buenos Aires, 1819 y Diario del
viaje 23 de oct. a 27 de nov.1819: en Rev de Acad. Nac. Hist. 1945 XIII p. 132-139)
HUÑÚN, 1820, capitanbejo boroga de Quepe (Chile), hijo del cac. Huicañ. Estaba
implicado en la Guerra a Murte y luego emigraron a la Argentina. Su padre fue muerto en 1837.
GÜINUL BILÚ o Onolbilú, 1650, cac. puelche, según el Padre Rosales (Historia General
del Reyno de Chile, Valparaíso 1877, III p. 438 y I. 106) y poya, según el Padre Mascardi, 1670.
Debe haber vivido en la zona del Lago Nahuel Huapí .
CUI QUENOR (Guayque ñer), 1838, cac. ranquel. Se halla su nombre en la lista del cac.
Painé presentado al Gobernador de San Luis, cuando estaba en tratativas de un tratado de paz (Arch
de San Luis).
GUISEL,1782, cac. huilliche que Basilio Villarino halló en Choele Choel con 53 indios
(Diario del reconocimiento de río Negro, 1782 en: De Angelis VI 1837 )
GUISOYÁN, 1774, cac. Pehuenche quien dio datos sobre la ciudad de Césares (en Rev. Est,
Hist. Mend. XI p. 96)
GUITRAL,1851, cac. pehuenche (quizás Quetral) (Arch. Mend. Carp. 123)
GUITRALAS, 1806, cac. huilliche .Don Luis de la Cruz habla de él en su Diario del viaje..
(En: De Angelis 1835 vol.I.)
GUITRE, 1836, capitanejo ranquel que participó en el malón sobre Llanquelén y Rojas. Ya
se iba con 53 caballos de la reserva de los ranqueles para venderlos en Chile, como decía cuando
fue atajado y apresado por el Cnel R. Maza, el 26 de junio de 1836 . Juan R.Moya dice en su libro:
Contribución para la historia de Bragado p. 18, que dejó en el encuentro con los del malón 70
muertos y cita La Gaceta 2.8.36. Algo diferente Hux: Caciques Pampa Ranqueles, ed. El Elefante
Blanco 2004 p. 97 y 102)
GITIN, 1585, cac. comechingón de Labac Viltich, Rique hene, Córd; encomendado a
Jaymes (Montes p.69)
HUIBAN CHUCTAVÍ ,1580, cac. comechingón de la zona de Cruz del Eje, Ischilín
(Terrera)
__________________________________________________________________________

IBACHA NAUE, 1575, cac. comechingón de Ibaha Naure de Calamuchita; encomendado de


Martín (Montes p. 80)
456
IBACHI NAVAN, 1573, cac. comechingón de Ibacha Catua, Córd. ; encomendado de
Jaymes (Montes p. 73)
IBUEMIAIN (seguramente grafía corrupta), 1879, capitanejo ranquel quien en la gran
persecución de la Conquista del Desierto fue capturado por las fuerzas del Cnel. Hilario Lagos
(Olascoaga II p. 280)
IBA SITÓN, 1573, cac. comechingón, principal de la zona de Cruz del Eje (G. Terrera)
ICANO o Icaño, 1593, cacique mendocino en Causari, detrás del Púcara del cac. Chamba
banete. Creo que era huarpe. (Arch. Mend. Civ. y Administrativo)
ICUL MANÉ, 1842, cac. chileno que actuó en la pampa argentina. Ese año se presentó en
un parlamento de Azul al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano (Capdevilla, Tapalquén 1973 p. 62)
IGNACIO (se desconoce otro nombre), 1673, cac serrano. Don Ignacio se halló en el pago
de Luján y 1686 fue atacado por indios infieles suyos y el cac. Sacapern. (Arch. Ind. 185 vta.
Charcas 103)
IGNACIO, 1689, cac. pampa en la encomienda de Santo Domingo Soriano, reduccion de
indios deportados al Uruguay.
IGNACIO, 1690, cac. puelche de la encomienda de Catalina Roco. El tenía entonces 30
años (Arch. Mend. Carp. 29 doc.6)
IGNACIO, 1783, cac. auca, según el diario del Piloto Basilio Villarino que lo nombra como
un adversario de Chulilaquín (De Angelis V. P. 580)
IGNACIO,1804, cac. puelche del sur de Mendoza. El visitó a Mendoza.
NB. Hay muchos caciques con el nombre cristiano Ignacio, por ej. Curriqueo, Coliqueo etc.
IGUAL, 1870, capitanejo ranquel que menciona Lucio V. Mansilla en su libro Excursión a
los Ranqueles, ed. 1890 p. 573.
ILA MÁN, 1806, cac. gobernador de Malalhué. Luis de la Cruz dice en su dirio, que fue
muerto en un malón. Su hijo se llamaba cac. Meliñán (De Angelis I. p. 159)
ILÁN o Elán, 1837, cac ranquel o araucano entre los ranqueles. 1839 participó en el malón
contra Tapalquén (AGN X. 27-7-6). 1840 entró en tratado de paz con el cac. Painé con Rosas. El
Fuerte de Azul era entonces el centro de las atenciones para los indios amigos. En el Archivo de
Azul hay cuentas y constancias de los años 1845, 1847 y 1848. (Ronco: Cuentas de Indios Amigos
en Rev. Museo del Azul Nº 3)
ILÁN GULIEN, cac. araucano. En 1561 fue muerto y perdió 1000 indios contra 80 en
Angol (Gay Historia de Chile. )
ILAQUILÉ, 1670, cac. pehuenche en la zona del Lago Nahuel Huapí. Antes servía en
Villarrica hasta 1600 (Viganti, Anales p. 308.) Villarrica fue destruída y entonces vino al Sur de la
Argentina (P. Cabrera: Antigüedad y forma de ocupación araucana en la Rep. Argentina. En: Acta
Congr. Int. Americanista 25º ,1934 I. p. 103)
ILASQUUAN, 1846 era cac. de la tribu de Catriel en Azul.
ILCHUNA, 1552, cac. huarpe de Mendoza “detrás de la Cordillera de nieve”, dice el
documento chileno. Vivía en el Valle de Nahuel Turata (de Uspallata). Era encomendado de Juan de
las Cuevas (Latcham: Rev. Chilena de Hist. Y Geogr.. Nº 66 1929, p. 259 y Gargaro, en Bol. Inst.
Invest Hist. Bs.As. XXI p.84)
ILUSQUÉN o Iliquen, 1708, cac. Puelche que actuaba en el Sur de Córdoba con el cac.
Ereguereyán. (Vítulo: Historia de Río Cuarto 1947 p. 48.)
IMILGUIR, 1782, cac. pehuenche chileno que hablaba de la Ciudad de Césares.
IMITA, 1575, cac. comechingón de Sierra Grande, Córdoba.
IMULÁN o Imelán, Imulao, cac. puelche. En 1813 tuvo que huir de los indios patriotas.
1825 estaba entre los indios que asistieron a la junta de paz en Laguna Guanaco, 1832, antes de
emprender la Campaña al Desierto, Rosas hizo recoger toda información sobre el paradero de las
tribus del interior y del sur. Un indio prisionero le informó que el cac. Imulán, Reinque (Rinque) y
Epullán habían ido a bagualar al Bolcán (AGN X 27-5-5). También averiguó que Lepil y Chocorí
habían tenido cierta amistad con Imulán. A todos ellos Rosas quiso perseguir en 1833. Imulán no
cayó en la guerra, pues aparece de nuevo en un documento de 1851, cuando Rosas hizo obsequiar a
muchos caciques en Bahía Blanca
457
INA BILÚ (INAFILÚ), 1612, cac. araucano que asistió al parlamento del 7 de diciembre de
ese año en Paicaví . ETIMOL: Ina: cerca o semejante (a) filú: víbora.
INA CA YAL (Inacayal): 1770, cacique puelche serrano; su padre era Guayquitripay, quien
fue muerto ese año por la expedición del Piloto M. Pinazo y por los indios pampas comprometidos
por un tratado de paz, pocos meses antes. Es cuando éste asumió el mando del resto de su tribu. Sus
toldos estaban en la zona del Río Salado del Sur (AGN, S.IX, 1-5-9; Zanjón, Abril de 1774).Su
madre era pampa (tehuelche septentrional). Otra nota de la Comandancia de Escobar precisa más:
"desde hacía tiempo residía cerca de Barrancas" (AGN, S.IX, 1 -5-1). Tenía unos 23 toldos, unos
200 indios que hace tiempo que residen en estas inmediaciones. Despues de la muerte de su padre,
el cac Guayquitripay pertenecían al “cordón de indios aliados.” Inacayal era hombre de paz. La
primera nota mencionaba que traía una embajada de serranos y tehuelches para negociar y pedir la
paz. (HUX; Caciques Huilliches p. 370 (2004)

INA CA YAL: 1824 - 1888. cacique tehuelche del Norte (huilliche); era hijo del cacique
Huincaval, como lo manifsló él mismo en carta al general B. Mitre (Arch. Mitre XXIV, p. 111). En
1863 se lo conoció desde que, junto a su padre, iniciara tratativas de paz con el gobierno de Buenos
Aires por medio de la comandancia de Carmen de Patagones. Mantuvo correspondencia con Mitre
en esa gestión (Arch. Mitre, XXIV). El 2 de Agosto escribe: "Soy comisionado por mi padre, el
cacique Huincaval. para realizar tratados de paz". En otra nota dice que irá a Buenos Aires
acompañado de los caciques Chagallo Chico, Sayhueque, Quintraillán y los tehuelches. "Todos
somos unos. También tengo parientes en San Gabriel: Cinthel (Sinchel), Miguel (Linares) y todos
los Linares y Chincoleo, mi cuñado" (ib.. p. 109). A. M. Vignati, quien publicó unas fotografías de
Inacayal viejo (Iconografía aborigen Nº 1: los caciques Sayhueque, Inacayal y Foyel. En Rev.
Museo de La Plata Nº 10, 1942, p. 13 ss.), anota los nombres de los siguientes hijos de él: Trolong,
Utrak, Sakak, Millaleufú y Marihueque.
El 12 de junio de 1863, en una junta grande de caciques en Carmen de Patagones decidieron
firmar la paz. Inacayal presentó cartas de recomendación autorizadas, para el comandante Julián
Murga, para el coronel Baigorria y el coronel Alvaro Barros. Sólo esperaban el retorno del cacique
Chingoleo. El 17 de Julio se selló el tratado para Huincaval y su hijo (AEM, doc. 677). Faltaba la
aprobación del Presidente Mitre y su ministro, la que fue dada el 10 de Agosto en Buenos Aires,
según los documentos 691 y 693 (AEM.). La carta que acompañó Murga al Presidente enviándole
la copia del tratado, decía que Inacayal pedía 200 yeguas y no 100, porque era cacique (Arch. Mitre
XXIV, p. 111). Cox, en su Diario afirmaba que Inacayal era "de mucha consideración aquí y en toda
la pampa" (Cox, p. 186). Ciertamente, de toda esta actuación se desprende que Inacayal era un
hombre inteligente y activo. Lo elogiaron también otros viajeros, entre ellos Ch. Musters y en 1875,
el Perito Moreno. Según ellos, sabía hablar bien el castellano: no sé cómo lo aprendió. No sabía
escribir, pero siempre tenía un escribiente a sueldo. Al firmarse el tratado, firmó "a su ruego" Juan
Iribarne.
Durante 20 años pudo gozar la paz y los beneficios emanados de los tratados hechos para
asegurar la paz al sur bonaerense, paz que posibilitaba el comercio y daba garantía a la integración
nacional. El 9 de Julio de 1872 Inacayal firmó un nuevo tratado de paz, esta vez con el teniente
coronel Liborio Bernal, el nuevo comandante de Carmen de Patagones. En el artículo 6° del tratado,
Inacayal se compromete a reconocer "como jefe de los campos" al cacique Miguel Linares (antes
Benito Chingoleo), a quien tenía que apoyar con un piquete permanente de indios. Al cacique
Inacayal se le pagaba 300 yeguas. Los contratos de racionamiento fueron firmados hasta 1879 por
Huincabal, luego firmó sólo Inacayal. Deducimos de ello que su padre había fallecido.
Inacayal vivía en 1872 en Tekel Malal (Nahuel Huapí). No he consultado las dos cartas de
Bernal de 1872 que se hallan en el Arch. Museo Histórico Nacional (AGN) Nº 6171). Un censo de
1877 asigna a Inacayal 1.500 indios y a Sayhueque 9000. Francisco Moreno, a su vez, lo encontró
en 1875 a orillas de lago Nahuel Huapí. En su Diario anotó: "Inacayal es el cacique más accesible á
los halagos de la civilización. (Reminiscencias, p. 35)
458
En 1880 los militares proyectaban extender la Conquista del Desierto más al sur del Río
Negro. Alvaro Barros, quien fuera nombrado primer gobernador de Neuquén, tomó contacto con
Inacayal. Le escribió el 2 de Abril de ese año desde Viedma (AGN, S.VII, 7-5-3), diciéndole que lo
recordaba con simpatía y con mejor voluntad, según ya le había manifestado el año anterior. Le
encargó que cuando viera al cacique Sayhueque, le aconsejase hiciese, ver "cómo se han abatido
grandes caciques de ayer". Que tome ejemplo y que no se fíe de su secretario Loncoche.
En 1881. Inacayal. Foyel y Chagallo se presentaron ante el coronel C. Villegas, encargado
de la Campaña de Los Andes del Sur. Llevaron una bandera blanca, No querían caer bajo la dura ley
del cañón. Conferenciaron con él en presencia del coronel L. Bernal, con quien habían hecho su
último tratado. Villegas se mostró duro con ellos y los conminó. Inacayal, en su discurso decía, que
ellos eran pobres, pero felices y que no molestaban a nadie, ni a los huincas que se habían radicado
en sus tierras. "Mi finado padre,- decía,- firmó tratados de paz con el Gobierno y siempre los
cumplió; y yo, hace 9 años, firmé con el Sr. Bernal". Decía que ellos eran unos 3.000 indios.
En Abril del mismo año, Inacayal asistió a una reunión de las tres brigadas expedicionarias y
todo pareció quedar en paz.
Pero en 1882, cuando en noviembre Villegas inició una nueva y dura campaña en los Andes,
Inacayal tuvo que plegarse al criterio y partido de Sayhueque, pues sabían que iban a ser
perseguidos. Primero se presentó en el Fuerte Junín de los Andes. Se entrevistó con el jefe de la
Plaza, el mayor Roque Peiteado. Lo recibió bien, como también a los demás caciques, les dio
raciones y luego los envió a buscar a sus familias. Así fue de regreso al Chubut, pues entonces
estaban asentados en las orillas del Río Tapeley (Apulé o Appeleg) en la provincia del Chubut,
como anteriormente lo habían estado en Lipandicán. Sus familias estaban dispuestas a protegerse,
reunidas todas las tribus o retirarse a los refugios de la Cordillera.
Los buscó la expedición del coronel Lino O. de Roa. El 27 de Marzo de 1883, entrando en el
Valle del Alto Senguer (en Appeleg) tuvo una escaramuza con unos 400 indios de Inacayal.
También los indios disponían de fusiles. Pero cuando se percataron de la gran cantidad de los
expedicionarios, desistieron de la lucha (AGN. Territ. Nacionales, Min. Interior. doc. 1359. Ley
14/1883). Poco después, un telegrama anunció al ministro de Guerra que Inacayal, Sayhueque,.. se
habían presentado en el Fuerte Junín de los Andes. Si no me engañan los documentos, habían sido
llamados a los simples efectos de prestar acatamiento al gobierno, pero los militares aprovecharon
su diligente presentación para apresarlos. Pues el teniente Vicente Lasciar salió con los caciques
Inacayal, Foyel, su primo hermano. Chiquichano, Salvutia, Huenchenecul, Cumilao, Pichi-
Curruinca, y otros, y 76 lanzas con el fin de conducir a todos los indios e indias de las tribus para
someterlos al Gobierno nacional y para que fuesen incorporados a la vida civilizada. Pero el general
Wintter dispuso que la mitad volviera y que Chiquichano activara la presentación de las tribus.
Quedaron como rehenes los caciques Inacayal y Foyel. Una escolta bien armada acompañó a los
que regresaron con esa misión. Según el informe militar, los indios hallados no mostraron buena
cara: "evidenciaron veladas amenazas". Entonces el teniente Insay actuó "a su manera". Esto
ocurrió el 18 de Octubre de 1883. Ordenó romper el fuego y mataron unos 36 indios, de manera que
la gente empezó a desbandarse. Los soldados expedicionarios los perseguieron. Del resultado no
quedó constancia alguna. No obstante, las tribus se presentaron en Junín de los Andes a efectuar su
rendición: los de Inacyal, el 18 de Diciembre de 1883 y los de Sayhueque, el 1º de enero de 1885.
Inacayal fue remitido a Buenos Aires en calidad de prisionero. Tenía entonces 59 años. El
Perito Moreno pidió al Gobierno que se lo dejaran para llevarlo con él al Museo de La Plata de
reciente creación (Vignati. ob. cit.. p. 23). Inacayal abrumado por la tristeza, ni comía. Allí murió el
24 de septiembre de 1888. Un hombre de paz, como tantos indios del "Desierto": fue enredado en
una guerra que la historia ha de juzgar. En el Museo de La Plata se conserva el cráneo de Inacayal
con el Nº 1834. Allí se conserva también su cuero cabelludo y una máscara de yeso con el Nº 5438.
Clemente Onelli nos ha dejado un emocionante párrafo en el que cuenta los últimos
momentos de la vida de Inacayal: "Inacayal, poderoso cacique araucano, hecho cautivo en la guerra
del desierto, vivía libre en el Museo de La Plata: ya casi no se movía de su silla de anciano. Y un
día, cuando el sol poniente teñía de púrpura el majestuoso propileo de aquel edificio, engarzado
entre los sombríos eucaliptos... sostenido por dos indios, apareció Inacayal, allá arriba, en la
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escalera monumental. Se arrancó la ropa. la del invasor de su patria, desnudó su tronco dorado
como metal corintio, hizo un ademán al sol, otro larguísimo al sur; habló palabras desconocidas y
en el crepúsculo, la sombra agobiada de ese viejo Señor de la tierra se desvaneció como la rápida
evocación de un mundo. Esa noche misma, Inacayal moría."
Qué contraste con la descripción de Cox, quien lo vio en su tierra veinticinco años antes.
"Inacayal me agradó al momento; tiene un ademán franco y abierto, la cara inteligente y sabe algo
de castellano. Es de cuerpo rechoncho, pero bien proporcionado. Me gustaba ver a nuestro amigo
montado en su caballo overo, con freno guarnecido de plata, con grandes copas y estribos del
mismo metal; las piernas forradas de shumeles (botas de potro) nuevos; el pie armado de grandes
espuelas de plata: chiripá de paño fino y una chaqueta de oficial de caballería argentino que le había
regalado el gobierno del Plata". (Cox, ob. cit., p. 168)
¿Y su gente? Por la ley 1628, el mayor Inacayal se hacía acreedor a tierras donadas a los
expedicionarios y sus indios figurarían como "indios auxiliares de Linares". Pero el Perito Moreno
constató en su viaje de 1896 que aún existían familias en el mismo lugar en que los había hallado en
1880; pero ya les habían advertido que debían desalojar el valle "pues lo ha adquirido un señor de
Buenos Aires". Triste historia del despojo (Acad. Hist. Nae. Conquista I, p. 96). En el Museo de La
Plata se conservan esqueleto, cráneo y su mascarilla. Su foto la publicó Vignati en Iconografía
Aborigen I, La Plata, 1942.

INAI PÁN 1872, capitanejo ranquel; hermano del cac. Baigorrita, según que dice el Padre
Donati.
INAI QUEÑ. alias Vicente Inaquén, cac. boroga. Un documento de 1852 dice que era el
padre del capitanejo Catrinao. Así me parece que sería el Vuta Pincén, padre de Vicente Pincén
Catrenao (AGN X. 18-4-8: 7.1. 52) ver Pincén
INAL, 1822, cac. patriota chileno que acompañó al cac. Venancio Coñuepán en sus
campañas contra los indios realistas (T. Guevara, 1910 p. 303). Luego actuó también en la
Argentina. 1839 tomó parte en el asalto de Tapalquén (AGN X. 27-7-6)
INAL, 1864, capitanejo ranquel, que figura en la lista del tratado de paz ( Lista del P. Donati
está en el octavo lugar, entre los oficiales del cac. Mariano Rosas) 1852, figura ya un capiitanejo
Inal Paynen Ñancú y me pregunto si no es un hijo del cac. Painé
INALICÁN,Felipe (Hinalicán o Don Felipe) Era un importante cac. araucano de La
Imperial. 1723, cuando sus paisanos estaban sublevados, él ayudó y defendió a los misionros. Su
mayor gloria será que pudo ver que su hijo se había hecho sacerdote y misionero (Campos
Menchaca: Nahuel Buta p. 439)
INALICAN, Francisco, 1792-1823. No fue cacique. sino hijo de cacique Felipe Inalicán.
Francisco estudió con los Franciscanos y se hizo sacerdote y misionero franciscano y un gran
protagonista entre las tribus pehuenches de Mendoza. Según su biógrafo Arnoldo Simón (en “Fray
Francisco Inalicán”, San Rafael. 1944) habría nacido en Chillán; pero opino que nació en la
Imperial, pues era hijo del cacique Don Felipe Inalicán y de Dña. María Nita. Fue educado en el
Colegio de Chillán que la orden franciscana regenteaba allí para los hijos de caciques. Luego
solicitó el ingreso en la Orden. Fue aceptado y en 1794 hizo allí profesión religiosa. Al año, fue
ordenado sacerdote, el primer sacerdote de su raza, después de dos siglos y medio de contactos con
el blanco en Araucanía. Para la zona fue un día de felicidad al que no quiso faltar el gobernador
O’Higgins. Más tarde se ordenaron otros dos hijos de caciques: Francisco Millapichún y Juan
Calfugür. Estos dos harían causa común con los realistas en la primera lucha por la Independencia.
El joven fray Inalicán. en cambio, quedó comprometido con la causa de la Patria y por ello tuvo
grandes dificultades en su comunidad, a pesar de sus excelentes servicios. En 1804 lo enviaron al
convento franciscano de Mendoza, donde le encargaron la docencia de la gramática en el colegio.
Pronto efectuó también giras misioneras entre sus paisanos, los pehuenches del sur mendocino,
entre los cuales cobró enorme prestigio. El 2 de Abril de 1805 estuvo en la confluencia de los ríos
Diamante y Atuel, asistiendo al parlamento de 23 caciques y 11 capitanejos. Allí trató de suavizar y
superar las desavenencias habidas desde largos años atrás. Fray Inalicán les había obsequiado
presentes como solían hacerlos las autoridades en tales parlamentos de paz. Favoreció también la
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idea de establecer un pueblo y un fuerte en esa zona, que ellos mismos podrían poblar, y se ofreció
como capellán de la nueva comunidad. (Arch. Mendo. Doc. 19) Los caciques Carilef, Cumiñán y
María Josefa Roco se comprometieron los primeros a establecerse en la Reducción (Informe del P.
Inalicán en Arch. Gral..Ind. Pág. 92 Nº 4: del 2.4.1805). El Virrey marqués de Sobremonte,
efectivamente, nombró al P. Inalicán capellán del naciente pueblo de San Rafael. Allí desplegó una
labor abnegada y fecunda entre los indios de la zona, atendiendo también a los soldados y sus
familias que servían en la frontera. Erigió la capilla y fundó la primera escuela del sur mendocino y
así se hizo también maestro rural. En 1807, la guarnición de San Rafael era de 50 hombres. El
maestro Arnaldo Simón (su biógrafo) destacó sobre todo la labor cultural y religiosa del fraile
mapuche.
Describe también su físico, pero no sé en qué datos se basa. También Ricardo Jamo dedicó
unas páginas a este fraile en su libro,”El surgimiento de un pueblo” San Rafael.
En 1810 hubo que trasladar al pueblo. probablemente por una creciente. Estallada la
Revolución de 1810, Inalicán apoyó la causa de la Independencia, es decir. aceptó la autoridad
provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata y Santiago de Chile. Estaba atento a los
acontecimientos. En Chile los indios se dividieron en dos bandos apoyando unos a los patriotas,
otros a los realistas. Inalicán era un entusiasta propagador de la “santa causa” (de la Patria nueva) y
le tocó inervenir en política, cuando en 1814 José de San Marín se hizo cargo del gobierno de la
provincia de Mendoza. Mientras elaboraba el proyecto de liberación de Chile, encontró en Inalicán
un cabal colaborador y amigo. No bien se supo del revés de Cancha Rayada, San Martín encargó
por intermedio de Inalicán a los pehuenches del sur la vigilancia de los pasos andinos. Por su orden,
Inalicán convocó a los caciques y capitanejos a un gran parlamento en Malalhué que se celebró el
23 de octubre de 1814 (Arch. Mend. Carp. 123. doc. 1 y 3). También se presentó el comandante
general de la frontera. Don José Desusso con 22 jefes. Con claridad expuso el P. Inalicán acerca “de
la desgraciada situación” de Chile y los arengó a secundar al nuevo gobernador de Mendoza. Dn.
José de San Martín.
Se ha conservado una hermosa correspondencia que hubo entre el general D. José de San
Martín y el Padre Inalicán y también cartas intercambiadas con los sub siguientes gobernadores que
le confiaron hasta las tareas de un Juez de Paz de la zona sureña. Incluso propagó semillas de
sementeras y plantas forestales: pero no descuidó su ministerio sacerdotal. Tuvo misiones hasta en
San Luis.
Antes de partir el Ejército Libertador a Chile, San Martín promovió la llamada Guerra de
Zapa, haciendo creer a todo el mundo que invadiría al país hermano por los pasos del Sur. Así se
presentó el mismo San Martín con el Padre Inalicán en otro parlamento que se prolongó durante
ocho días y que tuvo por objeto solicitar a los indios el permiso para cruzar su territorio con las
tropas. Los caciques Ñeicuriñán, Millarín, Carripil y 17 más firmaron el tratado propuesto. En
realidad no cabía otra finalidad que hacer creer a las autoridades realistas en Chile, que la contienda
se jugaría en el sur. San Martín guardó su secreto severísimamente y partió por otro lado, como
sabemos, por los pasos de Los Patos y Uspallata para penetrar por Chacabuco hacia la capital
chilena. Inalicán fue patriota de alma y transmitió esta conducta a los pehuenches mendocinos. (A.
Simón cita varios documentos extraídos del Archivo de Mendoza). El mismo contribuyó al
equipamiento de las tropas de San Martín, donándole la mitad de su sueldo durante los meses de
preparación. Seguramente habrá gozado con las victorias de Chacabuco y Maipú.
Pero fray Francisco Inalicán volvió a su labor misionero, catequizaba, bautizaba y celebraba
la Santa Misa. En 1818 llegó a San Rafael el Padre Diego León de Villafañe, un sacerdote de 78
años, lleno de ilusiones y celo apostólico. Pedía quedarse con el P. Inalicán algún tiempo para
aprender el idioma araucano. Dicen, que Inalicán había escrito una gramática. Dos años quedó con
él. Luego cruzó la Cordillera para ir a misionar en la Araucanía. acompañado del capitán Loncogür,
pariente del Padre Inalicán. El relato del Padre Villafañe fue publicado en la Revista ARCHIVUM,
Tom. VIII. (edit.. Junta de Hist. Eclesiástica Argentina p. 271 ss.)
En diciembre de 1820 Inalicán experimentó una gran alegría, al acompañar en Mendoza la
ordenación sacerdotal de su sobrino Francisco Millapichún, hijo del cacique gobernador de Valdivia
(Milla Pichún). Pronunció para él un hermoso sermón (Arch. Eclesiast. de Mendoza).
461

Es posible que la Orden de San Francisco conserve más documentos que no hemos
consultado aún, quizá podríamos conocer mejor lo que él hizo para la Orden y la Misión. En 1822,
el gobernador de Mendoza D. Pedro Molina, lo nombró capellán de las Milicias de la Frontera (15
de Febrero de 1822). No era fácil tarea en este tiempo de agitación por las guerrillas pincheirinas y
la guerra civil. Y hay que recordar lo que fue la vida de los soldados destinados al servicio en las
fronteras. El P. Inalicán atendía la capilla de San Rafael y la de San Carlos.
En 1823 volvió a su patria. No conocemos los motivos que le hicieron abandonar sus indios
y soldados del sur mendocino; quizás la obediencia franciscana, quizás un quebranto de su salud o
un asunto de su familia. Se conoce solo la noticia de que en 1823 ayudó a los misioneros, mientras
se propagaba una sublevación, por la Guerra a Muerte (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 439).
El biógrafo del Padre Inalicán afirma que este buen sacerdote mapuche murió a fines de
Julio de 1824 en la tierra que lo había visto nacer (ob. cit. p. 124).
Sospecho que la muerte lo sorprendió en el Convento de Chillán, no a los 70 años, sino a los
41 años. No tenemos aún la fecha cierta de su muerte ni el testimonio de su entierro.
Otro historiador mendocino (L.F. Napolitano) opina que falleció el 20 de Diciembre de 1825
y por ello N. Bustos publicó un artículo para el sesquicentenario de su muerte, el 20 de diciembre de
1973.
INAI PIL, o Ineypil, 1834,cpitanejo boroga, inmigrdo de Chile a la zona de Guaminí. Había
evadido la Guerra a Muerte; pero este grupo no gozaba de paz, tampoco en la nueva patria. Rosas
los utilizó primero para su Campaña al Desierto. En 1833 Inaipil acompañó al Cnel. Delgado con 50
lanzas en una expedición contra los ranqueles (AEM doc. 244). Pero 1834, después de la Campaña
del año 1833, Rosas siguió la guerra contra los indios. Permitió que los viejos enemigos chilenos
atacaran ese gran grupo de Guaminí en el Asalto de Masallé. Ineipil escapó de la refriega (AGN 24-
8.6) (ver Rondeao) El Cnel. Delgado los incorporó nuevamente para la expedición contra los
ranqueles y los borogas refugiados en su tierra. Entre los 192 prisioneros se menciona a Inaipil
junto con los caciques Mariqueo, Marivil, Antivil y Antileo (ib). No encontré más noticias sobre él
INANICÚ, 1834, cac. boroga chileno es uno de los sobrevivientes del Asalto de Masallé
que seguía a Calfucurá con Meligur (AGN X. 26-8-6)
INAN GUAYLO, 1857, cac. pehuenche gobernador de los picunches, como dice el cac.
Calfucurá en una carta al Gral. J.J. de Urquiza. Había mandado a su hijo Pastor a entrevistar al
Presidente en Entre Ríos (Arch. Urquiza AGN T. 130)
INA QUEUPÚ, 1657, cac. pehuenche de Viluco. Una de los diez caciques que, en 1655, se
habían sublevado contra los españoles. Luego invadieron hasta la zona de Maule. El hermano de
Inaqueupú se llamaba Ayllacuriche. (Gay: Historia 1874 p. 155)
INA RÉ, 1858, cac. salinero. Lo conocemos por una carta que escribió al cac. Cañumil,
poco antes de la batalla de Pigüé. ETIMOL: Ina: cerca de y Re (rehué escala sagrada)
INA TARÚ o Ynay tarú, 1830, cac. boroga venido de Chile por la Guerra a Muerte. Igual
que los grandes caciques Rondeao, Melin, Cañiuquir etc., entró en una especie de tratado de paz con
el Gral. Rosas (28.11. 1830). Luego no oímos más de él. Es posible que haya vuelto a su país.
ETIM: Ina: cerca de Trarú: churrete, ave de rapiña
INCANTINUC, Don Antonio, 1632, cac. de San Juan (Prob. huarpe) Vivía sobre el
Bermejo. El documento mendocino dice que se había sublevado contra las autoridades (-contra los
intrusos, diría él-), por lo cual se le intimó con la última pena. En realidad se le trasladó a las
lagunas del Rosario. Fue encomendado a Petrona Mallea.
INCUL, 1582, cac. “de los palmerales”, llamados querandíes. Juan de Garay lo incluyó en
su repartimiento de tierras y encomiendas de indios. El documento dice que era de nación Calcilaca.
Sin que especifique lo que quiere decir con ello.
INCUPÚ LLÁN, 1787, cac. pehuenche del sur de Mendoza que participó en la Guerra
Pehuenche.
INCURAO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del Padre Donati)
INCHATEY, 1690, cac. principal de los pehuenches mendocinos del Sur. En ese año tenía
18 años y estaba casado con Juana. Era cacique por el fallecimiento del padre. Pertenecía a la
462
famosa encomienda de Catalina Roco, cuyo apellido perduraría entre los indios. (Arch. Mend. Carp.
29 doc. 6).
INCHEL ver Sinchel
INEUPU LLÁN, 1787, es quizás el mismo como Incupullán y talvez Gúenu Pillán. El 17 de
octubre de ese año acudió a un parlamento en San Carlos. Amigorena lo señala como cacique
chileno que aún no se había sometido, aún no había rendido vasallaje a la Nación Española. Me
pregunto si el nombre tiene que ver con Epullán. De todo modo me parece un nombre mal
transmitido ( Arch. Mend. Carp. 35 doc. 35 y carp. 29 doc.7)
INGA LEUBÚ, 1806, cac. huilliche del cual Luis de la Cruz, el viajero, da alguna noticia
(De Angelis I. p. 139) ETIM: Inga es como auca:salvaje. Leubú es río.
INGA MAIN o Hingamain, Lingamain, 1797, cac. pehuenche de Barbarco. En la Guerra
Pehuenche actuó con el grupo de Rayguán. F. Esquivel Aldao decía en su diario de 1792 que era
chilno. En un asalto de los pehuenches de Malalhué a su toldería por revancha a su ataque a
Pichintur, fue “retado” por el cac. Millagüin, fue muerto, como también Rayguán, su cacique
gobernador, en Mayo de 1897 (Arch. Mend. Doc.. 32 y 21 del 14.7.97) ETIMOL: Inga:
bravo y ligh: blanco
INECIAN, 1561, cac. pehuenche o huarpe de Mendoza; residía entonces en Tomanya. Fue
encomendado a Juan Gómez de Benito. Documentos de 1596 aún lo nombran. (Arch. Mend. Fide
C. Rusconi)
IÑA GÜÉ o Ingahué, 1879, capitanejo ranquel. Aparece en la documentación de la
Conquista del Desiertto. La División al mando del Cnel. Hilario Lagos (Vª Div.) lo apresó en Luán
Lauquen con Cumio, 12 capitanejos y 700 indios (Olascoaga II 1930 p. 180)
IOFQUEIÑ, 1834, cac. boroga que se sometió a Calfucurá
IRGUÍN o Irquín, 1833, capitanejo pampa, a quien Rosas hizo particular atención durante la
Campaña al Desierto. (AGN X. 40-7-10)
IRLANMILGUÉ, 1854, cac. pampa. Vivía entonces a 8 Km. de Lien Mahuída, según anotó
el viajero Dr. Edmundo Day, en su libro: Expedición por el Chadi Leufú en 1854. El cac. cayó bajo
la ley de la Conquista del Desierto en 1879 (Olascoaga, 1930 II, p. 253 y 283).
IRSCHIQUIG, 1880, cac. tehuelche, según G. Terrera. Viendo el peligro que les esperaba,
cuando la Conquista del Desierto se había trasladado hacia el Sur, se incorporó a la liga del cac.
Valentín Sayhueque. (ver su historia).
ISLAI o Isla, 1870, capitanejo ranquel del que da noticia el Cnel. Lucio V. Mansilla en su
libro :Una Excursión a los Indios Ranqueles, ed. 1890 p. 574.
ITALÓN, 1832, cac. boroga de la zona de Güaminí. El Cnel. Manuel Delgado lo nombra
junto con los caciques que le habían acompañado a la expedición ordenada por Rosas contra las
tribus Quiñigual y Quilapí, a los que aniquilaron. (AGN X. 17-7-6).
ITURRILLA, Nicolás, 1786, cac pampa. Vivía cerca del fortín San Lorenzo del Chañar en
la Provincia de San Luis. 1786 se mostró dispuesto a aceptar el bautismo cristiano. El apellido es
cristiano, pero puede ser adoptado, de manera que su nombre indígena sería otro (Mariluz Urquijo:
Virreinato del Río de la Plata ed. 1964 p. 227.
IVICHA, 1574, cac. huarpe del valle de Güentota (Mendoza); era encomendado de Cuevas
(Arch. Mend.)
JACINTO, 1820, caciquillo pampa. en nombre del gobierno de Buenos Aires entrevistó a
los caciques Ancafilú, Curunahuel y Antepán para que devolviesen hacienda robada, si querían vivir
en paz (AGN Biedma S.VII. 10-4-13: 25.2.20)
JACHAS, 1564, cac. mendocino (huarpe) que residía en Paraguaya; encomendado de
Velasco (J.T.Medina 1901)
JACHARÉ, 1594, cac “michilingüe” de San Luis; encomendado de Cepeda (P.Cabrera:
Aborígenes del país de Cuyo p. 179)
JAGUÁN, 1827, cac. tehuelche que fue incorporado por el Cnel F. Rauch para la expedición
contra los indios de la Sierra de la Ventana (AGN X, :1.2. 27)
463
JAGUAREY, 1582, cac. guaraní traído por Juan de Garay al distrito de Buenos Aires y
regalado (encomendado) en el repartimiento a Pablo Cimbrón. (Tandix, A. En Rev. Museo de Mitre
1851 y 1853)
JAKECHÁN, 1873, cac. tehuelche a quien visitó el viajero Ch. Musters en el Valle del Río
Negro.
JALAMELEK, Juan Largo o Xamelec, 1752, cac. pampa (serrano prob.). Lo llamaron Juan
Largo, quizás porque era alto. El Gobernador Robles en su informe sobre reducciones cita un
antepasado de 1678 (probablemente: Jacinto Xamalec (Documentos de Hist. Y Geogr. Ed. Peusser
1941 p. 309.
JAMPEN, 1582, cac. que figura en el repartimiento de tierras y encomiendas de Juan de
Garay en el distrito de Buenos Aires. Fue encomendado a Pedro de la Torre (querandí)
JAMIQUELÉN, 1820, cac. pampa entre los que no se adhirieron al terrorista chileno Gral.
José Miguel Carrera (ver diario de Yates) . Quedó fiel al gobierno de Buenos Aires (Comando Gral.
del Ejército ob. cit. III p. 216)
JARAMILLA, José, 1930 capitanejo tehuelche. En el Museo del Indio se conserva(ba) la
flecha roja que le causó la muerte y que extrajo su propia madre del cadáver.
JANCA MILL o Huancamill, 1878 figura entre los caciques que obedecían al cac. Purrán.
El 26 de octubre de 1878 fue tomado prisionero por Rudesindo Roca, cuando se le presentó en
comisión para gestionar la paz (Olascoaga I. 76 y II, 97. Está en la lista de 22 caciques que
obedecían a Purrán. Tuvo su toldería en el ángulo donde se juntan el Valle del Río Negro y los
Arroyos Codihué y Huaychol. Era rico y audaz.
JANCA QUEO, cac. boroga que fue tomado prisionero en los avances de la Conquita del
Desierto, por la campaña que llegó a Mahuída (Olascoaga I. 235) (ver Yancaqueo)
JANQUE NÁN, 1833, probablemente capitanejo chileno. Fue tomado prisionero en la Posta
Lafquén Monocó (AEM doc 278 y Diario de la Tarde: 27.9.33)
JANDELI, 1827, cac. tehuelche que fue incorporado por el Cnel. F. Rauch para la
expedición a la Sierra de la Ventana ( AGN X. 14-6-1)
JARAMILLA, 1819, cac. huilliche que actuó en la Guerra a Muerte junto con el cac.
Calfucurá, El Viejo, y con los realistas de Valdivia. Era secretario del “Cacique Gordo”. (Vicuña
Mackenna: Guerra a Muerte ed. 1974 p. 644)
JARAMILLA, Cenobio, 1882, cac. tehuelche o araucano refugiado y establecido en
Gobernador Costa , Prov. Río Negro.
JURÚA (XAURÚA), 1596, cac pehuenche del valle que tomó su nombre en el Sur de
Mendoza.
JÉREZ, Máximo, 1890, capitanejo del resto de la tribu de Catriel en Piedra Blanca. Viajó a
Buenos Aires con la “Cacica” Bibiana o Reyna Bibiana para solicitar el título de sus tierras . La
Rev. Caras y Caretas publicó una fotografía de la Comisión. Otro relato trae Miguel Hangel en su
monografía “Catri Mapú” Olavaria 1967.
JERÓNIMO, 1690, cac. principal de los puelches del Sur del Diamante; encomendado a
Catalina Roco. El 11 de diciembre de ese año murió en la chacra de Agustina , la hija soltera de
Catalina. Ella heredó o asumió el cacigazgo. (Arh Mnd. Carp. 29 doc. 6)

JERÓNIMO o Jerónimo Flores, 1690, cac. de la misma encomienda de Cat. Roco. Era
casado con Francisca de 42 años. El documento nombra a sus hijos: Juan de 15 años, Manuel de 7 y
José de 3 años. (Arch Mend. Carp. 29 doc. 6)
JETRUEL (prob. Quentriel), 1827, uno de los caciques pampas del cac. mayor, llamado
cac. Negro, que se incorporaron a la columna del Cnel F. Rauch para su expedición cruel contra los
indios “chilenos” en la Sierra de la Ventana (AGN X. 14-6-1: 1.2. 27)
JOAQUÍN ver Joaquín Pan o Guayquipán
JOCOLÍ, 1562, cac. huarpe (creo) de la Prov. de San Juan (A. Gargajo: Los descubridors del
Cuyo. En: Bol. Inv. Hist. Bs.As. XXI p. 84)
464
JOCJOGOLEN, 1560 cac. mendocino en el Tupungato. Aparece en el documento junto con
el cac. principal Guarinayn encomendado de Velasco (Chaca, Dionisio: Breve histori de Mendoza,
1961)
JOERCAYTA, 1593, cac. huarpe, que vivía en Canuma. (Cabrera: Aborígenes del país del
Cuyo )
JOSÉ, 1838, cac. ranquel. Lucio V. Mansilla lo menciona en su libro. Podría ser José Viejo
que encontramos entre los habitantes de la tribu de Coliqueo (ver Viejo)
JOSÉ, 1851, cac. mendocino que, según el documento del Archivo de Mendoza era padre
del cac Reupí. Ya en 1846 es nombrado junto con los picunches (pehuenches) Ayllal, Caepí etc. En
el proceso por la muerte del cac. gobernador de los pehuenches cac Guzmané.
JUAN, o Don Juan el Bueno (sic), 1690, cac. puelche en la reducción del Diamante;
encomndado al Capitán Diego Gómez Parado. El cacique tenía entonces 35 años; estaba casado con
Dña. María y tenía allí dos hijos. Cinco años más tarde figura nuevamente en un censo de
reducciones (Arch. Mend. Carp. 29 doc. 5 y 10)
JUAN, o Don Juan, 1690 cac. puelche; encomendado a Catalina Roca. Tenía entonces 37
años y estaba casado con Dña. Constanza (Arch. Mend. Carp. 29 doc. 6)
JUAN, o Don Juan, 1690, es otro cacique de este nombre y que figura en la encomienda de
Dña. Catalina Roca. El cacique tenía entonces 53 años y estaba casado con Dña. Lorenza. Estos
indios son los predecesores de los caciques Roco.
JUAN, o Don Juan, 1658 cac. pehuenche. Se le nombra en un proceso por transferencias de
encomiendas. (Cabrera: Aborígenes del país de Cuyo)
JUAN o Don Juan, 1852, figura en la lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca por
orden de Rosas. 17.1.52 está enumerado entre los salineros. El 17 de marzo de 1872 fue tomado
preso.
JUAN, 1574, cac. mendocino que junto con los caciques Veca y Larca fue encomendado a
Alonso Reinoso. (Verdaguer: Historia Eclesiástica del Cuyo I. p.73)
JUAN ANTONIO,1848, capitanejo que recibió racionamiento en Azul (Ronco: Cuentas de
proveedores, en Rev. Azul Nº 3 1930)
JUAN JOSÉ, 1819, cac. chileno patriota del Río Cruces. Ese año fue atacado por la
montonera realista de Valdivia, de Jaramilla y los indios de Calvucura (el Gordo). En Vicuña
Mackenna: obr. Cit. p. 644)
JUANCHO, 1858, cacique que menciona el cac. Cañumil en una carta del 1º de enero de
ese año.
JUANILLO, 1658, cac. araucano, hermano del cac principal Bartolomé Yogarri. Eran
amigos de los pehuenches de Mendoza (Cabrera: Los araucanos en territorio argentino, en Acta 25º
Congr. Americanistas I. p. 102) En 1658, estos hermanos se unieron al malón del cac. araucano
Tomaqueupú. Fueron apresados. Bartolomé fue ejecutado y Ruanilla condenado a galera. Al pasar
la Cordillera, escapó. 1660 participó en otro malón en la Provincia de Mendoza y San Luis;
entonces fue muerto. (R. Pastor Guerra con el indio en la Jurisdicción de San Luis p. 333)
JUEBAYAN, Antonio, 1678, cac. pampa del que informa el Gobernador Robles quien
buscaba indios para las estancias (reducciones decía) ( Comisión Oficial del iVº Centenario de la
Fundación de Buenos Aires: Documentos Histor. y Geogr. Ed. Peusser 1941 p. 309)
JUGALBAMPEN, 1582, cac. que figura en el repartimiento de encomiendas y estancias
por Juan Garay en la Jurisdicción del distrito de Buenos Aires. El documento dice que era de nación
Meguay, sin explicar lo que significaba. (A. Tandix, 1951 y 1953 en Rev. Del Museo de Mitre)
JULIÁN o Julián Gordo, alias Camelo, 1778 ver Gordo
JULIÁN,, 1781, cac. tehuelche del que informa Ant. Viedma, Diario 1780 – 1783 (De
Angelis VI. 1837). Dice que comerciaban con caballos.
JUNGULO, 1598, cac. comechingón, el más famoso cacique de las Sierras de
Comechingones por la cantidad de oro y plata que poseía Su capital era Malanchay que estaba muy
poblada. (Aníbal Montes ob. cit p. 78) También él fue encomendado a Quevedo.
JUSTO, Fermín,1870, capiatejo del cac. Raninqueo, quien se formó su tribu en La Verde
1869 con parte de la Tribu boroga de Ignacio Coliqueo. A poco tiempo después, en 1872, fueron
465
invadidos por el gran malón de Calfucurá y llevados a prisión (presos) hacia Salinas Grandes ( ver
Raninqueo)
JYALEP, 1750, cac. pehuenche que el P. Falkner nombra en su libro sobe la Patagonia
editado en 1774 en Hereford (Inglaterra)
KELTCHAMEN, cac. tehuelche, 1880. Era ya viejo, acongojado por la persecución que se
hacía a sus indios por la Conquista del Desierto. Clemente Onelli le insistía que hiciera un tratado
de paz; pero él contestó: “Para qué nos vamos a poner en tanto trabajo. Ya van a encontrar, lo
mismo, la forma de quitarnos el campo, los animales y todo lo que tenemos en él” (Federico
Escalada: El complejo tehuelche , 1949 p. 303/306)
KENGGEL, 1870, cac. tehuelche. Se había educado en la colonia galesa del Chubut. Elund
Morgan escribe, que, siendo niños, eran compañeros de banco en la escuela y que había aprendido
su idioma, el galés.
KIDEL, Juan, cac. sabio de Truf Truf, en una extensa llanura a la izquierda del Río Cautín,
desde Temuco a Lamuco; rico y de autoridad. Poseía platería, hacienda y tenía su cabalgadura
completamente cubierta de plata (Raúl Morris Bennewitz: Notas sobre Alta Frontera (Los Angeles
2001 p. 47) Una hija estaba casada con Kuriwinca.
KILAPÍ ver Quilapí N:B: Una corriente moderna quiere formar una escritura que no se
encuentra en la secular tradición.

LABAN GUERRI (Laban gnerri), 1776, cac. pampa, establecido con 10 toldos y 20 indios
en Chaichigüé . Figura en el Censo de Diego de las Casas en De Angelis IV p. 584)
LACA LACA, 1863, cac. huilliche que entró en trato comercial a Carmen de Patagones.
Allí desempeñó una intnsa actividad militar y comercial el Cnel Julián Murga, desde 1862 hasta
1874. Tuvo un trato frecuente con los caciques y representantes de las tribus del Sur. Para varios de
ellos pidió permiso para celebrar un tratado de paz. Esperaba formar con ellos una coalición que
podría contrarestar el poder de Calfucurá.
El 2 de diciembre de 1862, Murga informó al Ministro de Guerra en Buenos Aires que había
entregado regalos al cac. Laca Laca y adjuntó la cuenta (AEM Nº 2045). Le había dado prendas de
plata a nombre del Sr. Presidente. Y la respuesta del 3 de enero de 1863 decía: “Se ha mandado
pagar los artículos que se relaciona con dicha cuenta”. Tres semanas más tarde, Murga volvió a
escribir que el cac. Laca Laca deseaba entrar en un tratado de paz. Casi al mismo tiempo el Cnel
Murga concertó tratados de paz con los caciques Chingoleo, Sayhueque, Chagallo y Juan José
Huincaval e Inacayal. En el parlamento decisivo de éstos estuvo también el capitanejo Cachamán,
subordinado del cac. Laca Laca. (AEM doc. 693 y 694)
No pude hallar el tratado de paz celebrado con éste último cacique; pero hay documentos
que lo suponen: Por ejemplo uno del 16 de Mayo de 1865 que dice: “Relación de los efectos para el
cac. Laca Laca…según el tratado que tiene convenido y se celebrara a su llegada en el presente año:
e1 vestuario fino para el cacique; 6 id. Para capitanejos; 44 para indios” (firma Mariano Ruiz y Vº
Bº Murga). Quizás la guerra del Paraguay haya mermado tales regalos; pero se celebraron aún otros
tratados. No sé si el lago Laca Laca de San Martín de los Andes tiene el nombre del cacique o al
revés.
LACA GUANAN, 1593, cac. michilingüe (quizás) de San Luis que residía en Sopotac en la
encomienda de Gabriel Rodríguez de León (Arch. Mend. 5.11.1593)
LACAMTU, Santiago, 1751, cac, serrano (puelche) que se integró a la Reducción jesuítica
de Nuestra Señora del Pilar en la Prov. de Buenos Aires (Estación Castelli). Allí fue elegido regidor
del pueblo aborigen. (Lehmann Nitsche: Grupo Het, 1923)
LADIMÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido con los guerrilleros de los
Hnos. Pincheira. Actuaba con los caciques Neculmán, Arrigí, Coleto y otros, cerca del río Curileubú
(río Negro) (Comandancia General del Ejército IV. p. 231)
LAGANA PISTIGA,1573, cac. comechingón de Laga Naure, “camino del Cuyo”, de la
encomienda de Montañez (Montes p. 78)
LAFI NUR (prob. Lefi gnerr), 1870, cac. salinero. Decía que era cuñado de Calfucurá. En
octubre de 1872 fue enviado a Bahía Blanca en comisión del cac. general. A pleno día fue asesinado
466
él y su comitiva de indios, a tres leguas de Bahía Blanca, que naturalmente indignó a los indios de
Salinas Grandes (AEM doc. 6308). El 19 de octubre, el Cnel. Murga avisó al gobierno que temía un
malón, a pesar de que dos comisiones habían venido y, para hacer un tratado de paz, habían
adelantado la entrega de algunos cautivos. En Noviembre de ese año, el Gral. Ign. Rivas decía al
Ministro de Gainza, que sus gestiones se hacían difíciles, porque el asesinato de Lafinur y de sus
indios aún quedaba impune. (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 6338) ETIM: Zorro ligero
LAFQUÉN José Manuel, 1868, capitanejo de la tribu de A. Raninqueo (antes de Coliqueo),
boroga. Fue dado de alto en el momento de independizarse esa tribu para establecerse en La Verde
(Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos y Comisión investigadora de la Tierra de Coliqueo,
La Plata 1940 p. 382)
LAIQUELÉN (Layquelén), 1878, capitanejo pampa que conocemos sólo por documentos
militares de la Conquista del Desierto. El 16 de octubre de 1878, el Cnel. Freyre comunicó al Gral
Julio A. Roca que había apresado al cac. Laiquelén con 95 indios de pelea y 253 de chusma junto
con los capitanejos Canolo, Atorey y Calfumor y 80 indios más (Olascoaga I. p. 52, 70, y 99). Ellos
fueron confinados en el Campo de Concentración de Rivadavia en Mendoza. El documento habla
de muchos muertos, sin especificar el número. El encuentro tuvo lugar en Utracán, a 35 Km. De
Guaminí (AEM: 30.10.78) ETIM: Los Difuntos
LALEYUTA, 1612, cac, comechingón de Malarante, San Luis de la encomienda de
Quevedo (Montes p. 71)
LALYUTA, 1694, cac. comechingón de Sauleta, Chilca, Córdoba; encomendado de Ardiles
(Montes p.71)
LALÉN, 1594, cac. mendocino. Tenía su tierra en “Cabaneto”; encomendado de Diego de
Velasco (J. Medina 1901)
LAL HUERQUI (HUERQUE), 1878, cac. huilliche que dependía del cac. Treuquen, en el
Alto Limay. (Olascoaga IV. p. 144) 1878, cuando Namuncurá se vio obligado ante la persecución de
los expedicionarios abandonar la Pampa, éste cacique lo adoptó en su toldería. Esto nos hace pensar
que era pariente. ETIM: Huerque: llama, lai:muerto
LALPE, 1794, cac. pehuenche huilliche que aparece como mensajero de paz durante la
Guerra Pehuenche. El 2 de Mayo de ese año se presentó en el parlamento de doce caciques
pehuenhes en Malalhué. Se presentó como enviado de las cuatro naciones huilliches, para solicitar
la paz con ellos, que eran los pehuenches del Norte. Se le contestó que invitaban a sus caciques
principales: a Caniupayún, Quintrepí, Trecalén y Caripilún, a que viniesen a cuatro meses para
concertar la paz (Arch Mend. Carp. 30 doc 9). El 27 de Noviembre de 1794 volvió el correo
diciendo que el cac. Lalpeán, el cac. ranquel Raihuán y Guayquinao con Roco y Pichintur iban a un
parlamento “Pan Pehuenche” a Los Angeles (ib doc. 13). No tengo más noticias de él.
LAMOVIL o Amoifil, 1847, capitanejo ranquel, sobrino del cac. Pichún. Después del
entierro del cac. Painé que murió en 1844( sic), al que asistieron muchos caciques, vino este
capitanejo a Azul junto con el cac. Huenchugnerr, hermano del finado Painé Gnerr, y pidieron al
Comandante Pedro Rosas y Belgrano 500 yeguas “para obsequiarlas a los visitantes”. Les contestó
el jefe de Azul, que entregaran a sus cautivos y les enrostró, porque habían salido 200 a malonear.
Pero ellos decían que era mentira (Capdevilla: Rosas y Belgrano p.76). NB. Una esposa del cac.
Coliqueo se llamaba Amoifil.
LAMI NAO, 1797, capitanejo pehuenche; asistió al parlamento del 12 de octubre de 1797
(Arch. Mend).
LAMITER, 1575, cac. mendocino (prob. huarpe) que residía en “Símil tara”; encomendado
de Coria Bohórquez (Cabrera: Aborígenes del país Cuyo p. 283)
LAMUÍN O LAMEN, 1806, cac. pampa. En 1806 Luis de la Cruz pasó por su tierra y lo
visitó. (Diario en de Angelis IV p. 223). Creo que es el mismo que en 1835 fue capturado por los
expedicionarios del Sarg. Eugenio del Busto, quien tenía el encargo destruir al cac. Llanquetruz
(7.3.35: la noticia es sacada del Diario de La Tarde con fecha 30.3.35). Allí se dice que Antil era su
hijo.
467
LANCA NAHUEL, 1612, cac. araucano principal de Malleco. Era Toqui general “de una
provincia de la Cordillera nevada”. Aparece en una relación del Padre Valdivia (Gay: Documentos
1876 II. P. 282) ETIM: Lanca = Llanca de Nahuel: tigre
LANCAN(a)O, 1879, capitanejo ranquel que durante la gran persecución de la Conquista
del Desierto fue capturado el 28 de Mayo de ese año, por los expedicionarios del Cnel Anaya en
Ranquelcó. Con él apresaron a 10 soldados y 51 de chusma. Luego escapó con seis. (Olascoaga III
p. 91)
LANDAO, Juan, 1821, caciquillo de la pampa. Creo que provino de la familia del cacique
Lienandu de 1779. Se lo sindicó a éste como auca perteneciente al grupo del cac. Lorenzo
Calpisquis. En la Comandancia de Chascomús, que, como en todas las comandancias de la frontera,
confiscaba las novedades de Tierra Adentro. Se comunicó el 18 de nov. de 1779, que el cac.
Lienandu era “auca”; que su cacique Manquel venía de la Sierra del Volcán, donde había estado con
el cac. Lorenmzo Calpisquis (AGN. IX. 1-5-9) y el 8 de junio del mismo año; que el cac. Landao
venía de 20 leguas al interior para comerciar en esta frontera (AGN IX. 1-4-3).
1820 Juan Landao empezó a ser más noticia. Tenía entonces una particular realción con el
lenguaraz Pablo Pérez. Cuando en 1820, éste fue destacado para buscar colaboración de los pampas
a fin de hostilizar a los raqnqueles, Landao le ofreció 200 indios. No creo que haya tenido en su
tribu tantos guerreros; pensaba quizás que podría conseguirlos entre las demás tribus pampas.
Parece que no se llevaba bien con el cac. principal que era Ancafilú. Cuando el Gobernador de
Buenos Aires, en 1821, atacó a los pampas, en vez de los ranqueles que habían participado en el
asalto de Salto con el chileno Carrera, Landao descubrió a su amigo, el lenguaraz, el plan de tender
al ejército una emboscada. (ver Ancafilú) El Cnel Juan Cornell en su Memoria (Academia Hist.
Nac. 1980 I. p. 104) dice, que Landao había vivido pacíficamente cerca de Camahuída y Kakel
Huincul (Part. de Maipú). Habrá participado también en el parlamento de Miraflores, donde Ramos
Mejía firmara con los caciques en nombre del gobierno de Buenos Aires. No sé qué fin ha tenido;
solo los hijos se nombran en adelante.
LANDAO, Mariano y Miguel, 1832, caciques pampas. En febrero de 1832 participaron con
el Cnel Burgos en la fundación de Azul, pues con él han salido en su convoy desde Chascomús. En
el camino han hecho alguna ratería. Manuel Burgos dice en su informe que iban en caballos que
habían quitado a Guanqué. (Rev. Azul Nº 2 1930).
Había en Azul un capitanejo Manuel Landao que más tarde obtendría un lote en la Villa
Fidelidad, al otro lado del Río Azul, donde viven aún algunos descendientes. El 25 de agosto, en
oportunidad de una fiesta en homenaje al Gobernador Juan M. de Rosas, Manuel Landao hizo
bautizar a tres de sus hijos (Del Valle: Recordando el Pasado 1936 I. 381).
LANGUES, 1584, cac. comechingón de Chichile, Mala Mala, Córdoba; encomendado de
Funes (Montes p. 67)
LAN QUE GNERRI, 1776, cac. pampa de Chaichigua, a un día de Checán. Diego de las
Casas anota en su Censo que este cacique tenía 9 toldos y 20 indios de escolta (De Angelis (De
Angelis IV p. 584) .
LANTÚ, 1873, capitanejo salinero que firmó el gran proyecto de un tratado de paz (AEM
doc .1232)
LANUZ, 1879, capitanejo que se entrgó en enero de ese año a la columna expedicionaria
del Cnel M. Freyre. Fue llevado en calidad de prisionero junto con el capitanejo (Ll) Zanquemán,
19 indios de lanza y 52 de la chusma (Olascoaga 1930 I. 103)
LAPEN, 1873 figura en el gran proyecto de tratado de paz en Salinas Grandes (AEM doc
1232).
LARCA, 1552, cac. comechingón. Vivía en en el departamento (hoy) Chacabuco;
encomendado de Francisco Bravo y más tarde de L. De Guevara. Vivía cerca de los caciques Veca
y Juan. (Verdaguer: História eclesiástica del Cuyo I. p.73). En 1595 le sucedió el cac. Guayacumta,
llamado también Gualliunta (Canals Frau: Un arreglo entre los encomenderos de indios puntanos
del siglo XVI, en AIEA Mendoza V. 1944 p. 251s)
LARCO, 1573, cac. comechingón. Vivía en la jurisdicción de Mendoza; encomendado de
Rodríguez de Quiroga (Colecc. J.T. Medina, Doc. Ined. II. 1959 p. 453 y 463)
468
LARCO NAURE, 1573, cac. comechingón de Nunosacate, Sierra de los Llanos, Córd.;
encomendado de Quevedo (Montes p.70)
LAREÑ, cac ranquel, padre del cac Ramón Cabral; su madre era Rupaical (Depetris, La
Pama (Santa Rosa)
LASE PIUQUE, 1655, cac. araucano chileno. Los españoles le obligaron a guerrear contra
el cac. Piurume; pero él los traicionó, según Alonso de Solorazano y Velasco (Gay: Documentos
1876, II. P. 432)
LAUPI, 1851, cac. pehuenche (picunche) del Neuquén. El 26 de febreo de ese año participó
del parlamento de paz en Mendoza, junto con los caciques Caipé, Rencamil y Pichulán, su
hermano. Purrán era su yerno. El parlamento quiso restablecer la paz turbada por el asesinato del
cac. Guzmané en el Sur de Mendoza en 1846

LAUTARO, 1535-1557, era cacique araucano de Talcahuano. Fue un bravo e inteligente


guerrero, oponiéndose a la primitiva conquista de Chile por los españoles. En 1540 Pedro de
Valdivia y sus mesnadas llegaron a Chile y empezaron la conquista en nombre del Rey. En 1550
habían penetrado ya en la Araucanía fundando varios fuertes y poblados. El 25 de diciembre (justo
en Navidad) de 1553 tuvieron que enfrentar un primer alzamiento de los indios y libraron la batalla
de Tucapel. Fueron vencidos por el genial muchacho Lautaro que no contaba más que 18 años.
"Llegó en traje de relámpago", decía Pablo Neruda en uno de sus versos. Lautaro, cuando era menor
aún, había servido a Pedro de Valdivia, si es verdad lo que dice el contemporáneo poeta Ercilla en
su obra La Araucana. A mediados de 1553 había fugado de entre los españoles. En un agitado
parlamento fue nombrado toqui. Así se lanzó con sus araucanos a la lucha y con tácticas inusitadas
y desconocidas de los españoles, venció al conquistador, destruyó Tucapel y dio muerte al mismo
+Valdivia. Este fue el inicio de una gran sublevación general de los araucanos. El historiador
Amunategui dice, que en represalia el gobernador de Penen, Sancho Coronas, hizo capturar a ocho
caciques y los colocaron desnudos sobre brasas vivas y fuego. Entre los quemados vivos se hallaba
el padre de Lautaro, el cacique Curriñancu. Por eso Lautaro correría de batalla en batalla: el 26 de
febrero de 1854 venció de nuevo en Marihueñu en una notable batalla a la que asistió el no menos
famoso cacique Caupolicán. Vencieron al general Villagras, pues bajaron del cerro, entrelazando sus
caballos con lazos y cinchas y arrollaron a los jinetes y tropas. Francisco de Villagra huyó
derrotado. Lautaro tenía una guerrilla de 800 conas. En todas partes le seguía su esposa Guacolda.
Lautaro saqueó luego la ciudad de Concepción; provocó el alzamiento en La Imperial; marchó
mismo contra Santiago, después de haber destruido las siete ciudades erigidas por los españoles en
tierra mapuche (R.P. Diego Rosales: Historia del Reino de Chile. 1877, I. p. 393).
Inesperadamente y sólo contando 22 años de vida, Lautaro fue muerto en su "Pucará" (lugar
fortificado) el 1º de abril de 1557. Francisco de Villagra con 57 españoles y 400 indios peruanos lo
sorprendieron, cuando dormía después de una borrachera; es decir, lo despertaron y lo mataron en
reñida lucha. Su cabeza fue expuesta en la plaza de Santiago en una picota donde quedó por muchos
días.
Este héroe, encontró en Caupolicán un digno sucesor y defensor de la raza araucana.

LAVA, 1587, cac. comechingón de Chavisti tuspi, Salsacate, Córd.; encomendado de


Albornoz (Montes p. 67)
LAVAPA, 1579, cac. pampa de Río Quinto de Córdoba. Fue encomendado por Abreu de
Mitre (Montes 78).
LAVAT TOC TOC, 1573. cac. comechingón de Nayto Sacat, Punilla de Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes 87)
LAVA PIE, 1634, cac. araucano, citado en una carta del Presidente de Chile, F. Lasso de
Vega (Gay: Documentos 1876 II. P. 376)
LAYANCURA, 1585 cac. araucano de Chile, nativo de Marigüeno. En 1585 fue elegido
toqui, pero abdicó de su cargo a favor de su hijo, el cac. Nangoniel (Pavez, Jorge 2005,Lista p. 46)
469
LAYLÓ o Lailo, 1806, cac. pehuenche – ranquel, hermano del cac. Manquel. Su hijo se
llamaba Cheuquelán. Luis de la Cruz lo visitó en 1806 y parlamentó con él (Diario en: De Angelis
I. 126) 1819 actuó en la Guerra a Muerte, primero entre los realistas, aunque él era compadre del
Director O´Higgins, pues éste tenía una propiedad en los valles, sitos a la cabecera de Cantarco,
donde Lailo era cacique y señor. Más tarde, el mariscal Andrés de Alcázar trató de ganarlo para la
causa patriótica junto con los caciques Calbuqueo, Huancamil y Trecamán. Hizo un gran
parlamento en Antuco, el año 1819. (B. Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 185 y T. Guevara
1910 p. 134) No tengo ulteriores noticias de este cacique.
LAYO, 1563, cac. huarpe que vivía en Olvo como también el cac. Caitillanta; era
encomendados de Diego Velasco (J.T. Medina 1901)
LAYPAN o Leypangui, 1787, cac. huilliche del Neuquén. Ese año el cac. Ancanamún de
Malalhué avisó a las autoridades de Mendoza, que en el Sur había una junta de 5000 indios
huilliches y pampas y que estaban en Chimpay. Entre los caciques enumeraba a Payllantur,
Llanquetruz, Laypán, Currumilla y otros. Luego , durante años no se habló más de Laypán. Por un
documento de San Luis con fecha del 31 de agosto de 1831, nos enteramos que uno de los
hermanos Pincheira había muerto al cacique Leypán (Arch S. Luis doc. 4212) (cf. Leypán)
LEAL, Cándido, 1870, capitanejo pampa (mestizo), avecindado en Azul. Cándido y Ramón
Leal son noticia reicén en el año 1876, cuando la tribu de Juan José Catriel, ante las injusticias
infligidas, se sublevó con su tribu y el cac. Manuel Namuncurá ejecutó su plan en combinación con
ellos para contrarestar el avance ideado por el Cnel. Adolfo Alsina. Al capitanejo Leal se nombra en
el parte de la batalla de las Horcadas del Sauce, del 10 de marzo, combate en que se enfrentaron
2500 indios a las tropas del avance bajo las órdenes del Cnel. Salvador Maldonado. (Daza:
Episodios militares, ed. 1912 p. 138)
En el combate de la Punta de la Sierra de Curamalal, a tres leguas de Puán, los hermanos
Leal se destacaron junto a los caciques Juan José y Marcelino Catriel, quienes encabezaron 1500
indios, el 20 de abril de 1877) (Gral. A.Podríguez: Puán, Comandancia de la Frontera, en
Investigaciones y Ensayos de la Acad. Nac. Hist. Nº 4 p. 24)
En el archivo del Estado Mayor (hoy Estudios Históricos del Ejército Argentino, sección
Fronteras) se encuentra una nota, fechada el 21 de abril del mismo año que dice: “Cándido Leal
debe ser capturado; es jefe o capitanejo de bandoleros en los toldos de Catriel”. Otra nota dice, que
son tes los hermanos Leal, vecinos de Azul, que andan con los catrileros (8./7./77). El tercero debe
haber sido Manuel Leal, quien, en 1880 vivía en San Javier, sobre el río Negro. (Diario de Mons.
Mariano A.Espinosa, ed. 1939 p.101)
LERÍN (debe ser Lefín), 1870, capitanejo ranquel que menciona Lucio V. Mansilla en su
libro Una Excursión a los Ranqueles ed. 1890 p. 574)
LEBINAO (Lefinao) 1826, cac. que asistió con los caciques borogas al parlamento en el
Arroyo Pecuén (AGN X 27-7-6)
LEBO ANGUELEN, 1611, cac. araucano de Chile (Gay, Docum., 1876 II p. 206)
LEBOE PILLÁN, 1726, cac. araucano que en ese año, el 13 de febrero, asistió a un gran
parlamento en Negrete (130 caciques y el Gobernador Gabriel Cano de Aponte, donde se
restableció la paz interrumpida por la sublevación de 1723)
LEUBU PILLÁN, 1655, cac. araucano que luchaba por la justicia. 1654 hubo la primera
sublevación por “la guerra lucratuiva”. Se reunieron los caciques Cleantarú, Leubupillán y
Chicahuala, hijo de Halacán de Maquehua. 1655 una nueva insurrección y luego sobrevino un gran
terremoto, sólo Valdivia y Boroa resistieron. El P. Diego Rosales fue declarado el héroe de Boroa.
(Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 149 y 434 y Noggler p. 173 s.) ver cac. Vilumilla.
LEBUI MÁN, 1796, cac. huilliche de Neuquén, que actuó en la Guerra Pehuenche (Arch.
Mend. doc. 21) Participó en el malón de Rayguán contra Pichintur.
LECO PAN CURÁ, 1858, cac. salinero que participó con Cañumil en la batalla de Pigüé, el
16.2. 1858. Fueron arrollados por las tropas porteñas. El ejército los persiguió y solamente “casi”
los alcanzó en Salinas Grandes. Una parte del Ejército dio un rodeo y halló en pie la toldería del
cac. Lecopancurá, pero abandonada. Allí estuvieron algunos heridos que no pudieron escapar.
Tomaron sus haciendas y hasta el archivo del cacique encontraron y se lo llevaron. ¿Dónde habrá
470
ido a parar? (Monferrán Monferrán: El Ejército de operaciones del Sud y la batalla de Pigüé, 1962
p. 118 y 137)
LECANI QUEO, alias Peinequeo, 1820. Su esposa se llamaba Rosa Coliqueo. El era
hermano de Chaima Coliqueo y capitanejo de la Tribu boroga de Coliqueo. El hijo nacido en 1827
Juan Peinequeo, será cacique secundario de la Tribu de Ignacio Coliqueo en Los Toldos. En la foto
familir de 1865 está a la derecha del sobrino Justo Coliqueo. Sus datos se hallan en el libro de
bautismos de ) de Julio 23 f.187 y en lib. De matrimonios Nº 12 de 1893 f. 156 (Ver Peinequeo )
LECHUZA, 1833, cac. pampa que durante la Campaña del Desierto de Rosas fue atacado
por la columna del Gobernador López de Santa Fe, el 2 de Julio de ese año. Le “mataron unos 60” y
más de 50 fueron apresados. (Díaz, Antonio: Historia política y militar de la República del Plata,
Montevideo 1877 II) ver cac. Villamilla
LEV HUAL, 1726, cacique gobernador de los araucanos de Chile. El 14 de febrero de ese
año asistió al parlamento de paz muy importante en Negrete (Enrich, Francisco: Historia de la
Comañía de Jesús en Chile, Barcelona 1893, II. 138 y otros). El 8 de octubre 1776 era cac.
gobernador y asistió con 15 caciques a un parlamento de paz (Lagos, Roberto RP. Historia de las
Misiónes del Colegio de Chillán entre los araucanos, Barcelona 1908 )
LEVÍ, 1838, capitanejo ranquel. Integró el 27 de Mayo de ese año una comitiva de paz ante
el Gobierno de San Luis. Lefí era hermano del cac. Antemán que vivía en Reny (Arch. S. Luis
1838)
LEFÍ, Dionisio, 1873, capitanejo salinero que firmó el anteproyecto de un tratado de paz
(AEM. doc. 1232).
LIVI ANTE o Lebián, 1766 cac. gobernador pehuenche chileno. Admitió una misión
franciscana en su toldería; sí, la pidió en un discurso largo (Brudny, Heinrich, tesis en alemán sobre
la restauración de la misión en la Araucanía, Münster 1971) 1772 estuvo firmando la paz en el
Parlamnto de Tapihue. Decía que había sido fiel. También se halló el 28 de febrero en el parlamento
de Yumbel con 42 caciques chilenos más.
L. León p. 124 dice que en 1774 era el cacique más poderoso de los pehuenches de la región
occidental, con comercio en Chillán, En septiembre de 1776 parlamentó con O´Higgins en Los
Angeles. A su regreso fue asaltado y muerto. Poco después fue decapitado el cac. Aillapangui y su
cabeza traída a Los Angeles. “Hermoso espectáculo”, decía la fuente consultada (ver Gonzáles p.
128)
LEBIÁN, o Lebi anty, se trata aquí de otro cac. Lebián, éste de la parte oriental de la
Cordillera. Cacique que participó en la Guerra Pehuenche con los indios amigos de Mendoza. 1770
figura en la lista de los caciques que habían concurrido al parlamento de paz en San Carlos (Mend.)
Arch. Mend., carp. 30 doc. 31; es el cac. Nº 10) El mismo año estuvo en otro parlamento en
Malalhué, en Mayo y en Junio, cuando el Gobernador J.de Amigorena depuso al cac. gobernador
Millaquín de su cargo (Arch. Mend. doc. 43 y 46)
Más tarde vió como Argentina y Chile se independizó de los españoles Guiado por el
sacerdote mapuche, Fray Francisco Inalicán, capellán de San Rafael (en Mendoza), se adhirieron
sus indios a la causa patriótica. El 23 de octubre, el Padre Inalicán presidió el palamento,
convocado en nombre del Gobernmador Gral. Joé de San Martín (Arch Mend. Carp. 123. doc. 1)
Lebián figura en la lista como Lebianty.
Estas son las pocas anotaciones documentales de él. Si queremos completar algo más de su
historia veamos las notas sobre Pichintur, Millaquín, Coliné y Ñeicuñán.
LEPI ÁN, 1776, cac. pampa ranquel de Trenel (Prov. La Pampa). Según el censo de Diego
de las Casas, tenía 10 toldos y 20 indios de escolta, dos aguadas cavadas y cercadas. Un capitanejo
suyo se llamaba Peñegant. En su toldo había cautivos de Saladillo y soldados del Canónigo (De
Angelis IV p. 584)
LEVI ÁN, 1846, cac. pehuenche (picunche huilliche). Vivía al Norte del Arroyo Cochicó y
en la falda del Cerro Cochicó (Raone: Fortines, 1863 II. P. 132) Nos contentamos con la noticia que
él era hermano del cac. Guzmané de los pehuenches del sur de Mendoza y con él murió por un
malón que le hicieron los indios de Purrán, Cristiano y Ayllán, lo que sucitó un gran proceso en
Mendoza y un gran deseo de poder vengarse (ver cac. Guzmané)
471
LEVI ÁN, 1833, capitanejo pampa puelche del cac. Barbón. Ese año cayó en manos de los
expedicionarios del Desierto. La División mendocina al mando de F. Aldao, los halló en su marcha
por la zona del Salado en marzo de 1833. Apresaron al cac. Barbón, a los capitanejos Levián, Picú y
Fuellef, y según C. Rusconi también al cac. chileno Peinequeo y los fusilaron (Newton, Jorge: José
Félix Aldao 1966 p.111 y la nota sobre el cac. Barbón)
LEVI CURÁ,1775, cac. huilliche que vivía sobre el Río Bueno (Chile), donde acampaban
también las tribus de Antilí y Queupul. (De Angelis I. p. 180)
LEVI CURÁ, 1839, caciquillo chileno que figura entre los participantes en el audaz asalto
de Tapalquén que yo considero como la última batalla de la Guerra a Muerte, traída de Chile a la
Argentina. No me parece que tenga que ver algo con el Levicurá de 1775. El 20 de agosto de 1939,
pues, luchó con los caciques Mele, Carupil, Mon y muchos más (AGN X 27-7-6)
LEVI CURÁ, Juan José, 1834, cac. huilliche del grupo salinero. Era hijo del cac. Antonio
Namuncrá, quien era hermano del cac. Juan Calfucurá. Con ellos ha entrado en la pampa argentina
y probablemente participó en el asalto de Masallé, donde atacaron sus 800 indios patriotas a los
borogas de la zona de Guaminí, quienes habían luchado en Chile en el bando realista.
Juan José Levicurá trajo de Chile buena formación y el conocimiento del castellano y sería,
como Bernardo Namuncurá, su hermano, lenguaraz de los caciques salineros. Por estas cualidades,
Calfucurá lo envió varias veces a Buenos Aires para acompañar alguna comisión ante el gobierno
Así, por ejemplo, en 1865. El 12 de octubre de 1866, él y su hermano firmaron en nombre de
Calfucurá un tratado de Paz: Pero a la vez mandaba mensajeros a Chile. En el Archivo del Estado
Mayor del Ejército se conserva un pasaporte extendido por las autoridades chilenas en Valdivia del
10 de abril de 1865. Decía en el documento que el portador iba a visitar al cacique L. Mariñancó y a
los hermanos Juan José Levicurá y Bernardo Namuncura. Bajo el gobierno del cac. General Manuel
Namuncurá, quien era su primo. También Levicurá tomó el rango de cacique. No sé qué implicaba
esto y con qué ceremonia se lo han transmitido. Sí, en junio de 1870 ha participado del malón a Tres
Arroyo, porque lo consideraba como una protesta necesaria. (ver Calfucurá). En la nota biográfica
de Manuel Namuncurá demostramos cuántos esfuerzos ha hecho para prevenir la Guerra de la
Conquista y para mantener la paz, lamentablemente sin éxito. Una de las últimas gestiones la hizo
en 1878; mandó a una comisión a Villa Mercedes para que el R.P. Marcos Donati, que tanto había
hecho por los tratados de paz de los ranqueles, les ayudara también en sus gestiones. El jefe de esa
frontera, el Cnel. Rudecindo Roca apresó a los de la comisión; de esa manera Juan José Levicurá
cayó prisionero. (Olascoaga I. P. 76 y 103) Parece que bastante pronto recuperó la libertad; era para
que participara de las amarguras de las últimas escenas de la persecución metódica por los
expedicionarios de la Conquista del Desierto. Llegó hasta el punto de la rendición del cac. Manuel
Namuncurá en 1884. Se conserva una fotografía de él en el Archivo Fotográfico del Archivo
General de la Nación de 1883, donde aparece con el R.P.Domingo Milanesio y los caciques
Coñuehuá y Reuque (curá). En otra fotografía aparece, según el Dr. M.A. Vignatti, con la familia
de Namuncurá en 1884, después de la rendición (Vignatti : Iconografía Aborigen II 1963 p.66 Rev.
Museo de La Plata, y en el Museo del Indio en Los Toldos B.A,))
LEVI CURÁ o Seficurá, José, 1874, cac. salinero, hermano de Namuncurá y primo de Juan
José Levicurá. Luis Copello publicó dos cartas de M. Namunurá, en las que menciona a este
cacique, sin darnos ningún dato particular ; sólo asigna el dato de sus saludos y su parentesco
(Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios ed. 1939, p. 197 y 209)
LEVI CHANAN, 1870, cac. manzanero del Neuquén. Vivía a orillas del Río Negro. Ese
año hubo un asalto de tropas de carretas y el Tnte. Cnel. Mariano Ruiz salió con su tropa a buscar a
los culpables. Llegaron al Río Colorado; desprendió varias partidas, una al mando del Mayor M.
Linares. Luego llegaron a orillas del Río Negro, donde hallaron la tribu de Levichán. La atacaron y
la abatieron, dice la fuente y no indica ni causa ni las bajas (Ramayón: Ejército Guerrero, ed. 1921
p. 144)
LEPI GUALA, 1770, cac. pampa que acompañó al Piloto Manuel Pinazo a la expedición
contra los “tehuelches” del Sur de la Provincia de Buenos Aires (ver cac. Lincón)
ETIMOL: Gualá: pato y lefi (lepi): ligero
472
LEFI GUANQUE, 1779, cac. puelche. La pequeña noticia que tenemos de la Comandania
de Escóbar con fecha del 17 de junio dse 1779 es sintomática. “Vuelven ¡Cuidado! Por las familias
que les trajo”. Es decir, que Lefiguanque y Catruén venían hacia la frontera bonaerense para
recuperar las familias que les habían robado o deportado. (Arriba insertamos la historia del cac.
Manuel Guanque, quien en 1832 fue atacado y cuya tribu fue eliminada, porque en su tierra se iba a
fundar el Fuerte de Azul.

LEFI GÜEQUE o Levihueque, 1797, capitanejo pehuenche. Su nombre figura en las listas
de varios parlamentos por la paz (durante la Guerra Pehuenche). Los indios de Malalhué combatían
a los de Malbarco (Neuquén). Los documentos mendocinos lo señalan como “capitán amigo”
(Arch. Mend. doc. 19: 21,43 etc)
LEFI HUEQUE, Ignacio, 1797, cac. araucano de Santa Fe (Chile). Después del gran
parlamento fue subvenconado por el estado chileno. 1774 ya era cac. gobernador (T. Guevara,
1910 p.24)
Ver Neculhueque y Ranguil hueque en Chacaicó
LEVI HUEQUE, 1875, cac. araucano, que junto con Millahueque estaba en Salinas
Grandes, cuando llegó allí el R.P. Jorge M. Salvaire (Hux: Una excursión Apostólica del P. Salvaire
a las Salinas Grandes, ed. ECA, Bs.As. 1979)
LEVI LAO, 1851, capitanejo salinero; figura en la lista de caciques y capitnejos que por
orden de Rosas fueron obsequiados en Bahía Blanca. (AGN X. 20-10-4).
LEVI MANQUE, cac. boroga, traficante de haciendas (L.León 1991 p. 90)
LEVI MÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido con los que provocaron el
desastre de Chancay, al Sur de Malalhué, donde traicionaron al exgobernador Corvalán de Mendoza
y su comitiva (ver Neculmán). Todo obedecía a una pugna entre unitarios y federales. El
Gobernador y 26 hombres notables habían sido invitados a un parlamento; los encontraron en
perfecta formación. Pero a una señal, los indios se precipitaron sobre esa comisión y los ultimatron.
A pocos días después, los indios fueron atacados en el Combate de Chilecito, el 28 de junio, donde
fueron heridos los caciques Neculmán y Levimán; mientras que Raygüe fue muerto. (Gaceta
12.8.30 y AGN X. 14-3-1)
LEVI MANQUE, 1827, cac. pehuenche de Ranque (Chile). Ese año acompañó al Cnel.
Beauchef en su expedición a la Argentina en persecución de los bandoleros pincheiristas, él y su
indiada y “el ladino” Juan José (quizás J.J.Levicurá) Y tuvieron éxito en el asalto del Campamento
de los Pincheiras en Neuquén (Memorias Militares del Cnel. Jorge Beauchef , Santiago Ch.p.53 y
257). Por esa actuación no me atrevo a identificar a Levimán de 1830 con Levimanque de 1827.
LEPI NAHUEL, 1765 era cac. principal pampa puelche. Antepán er su hermano. 1766 el
cac. Lepín Nahuel había acudido al Cabildo de Bs. As., ofreciendo reunir parientes y aliados para
atacar a los “tehuelches”. Porque había habido malones contra esos. 1767 Lepinahuel y su hermano
estaban bagualeando en Cabeza del Buey, mientras sus toldos estaban en la zona de Guaminí. A la
vez pedía poder asentar a sus familias junto a la laguna Salada, sobre la banda septentrional del Río
Salado (Levaggi, 1995 p. 112s) En 1768 noticiado de ello, el Comandante de la Guardia de Luján,
José Vagué, estando en Cañuelas, salió a correrlos. Sus soldados volvieron deshechos sin haber
batido a los indio, sólo los ahuyentaron. Pero tuvo también noticia de otros caciques, de
Antepangui, Tranamän y Lencomán y que entre ellos había un lenguaraz chileno (C. Correa Luna:
Villa Luján p.20-22) En el archivo de Luján debe haberse anotado la noticia de que el 19 de Julio de
ese año los indios habían hecho un consejo de guerra. El 21 de diciembre de 1768 los caciques
Lepín y Flamenco solicitaron la paz. Entonces el Comandante Vagué hizo un tratado con los
caciques Lepín Nahuel y Flamenco: ”paz, alianza y cambio de cautivos”. Además prometieron
perseguir a los ranqueles, sus enemigos.(AGN IX 1-6-1 El 19 de Junio de 1769, el cac. Lepín vino a
Luján para informar sobre avances de tehuelches y que el cac. Flamenco se les había unido. Este
entre tanto, se había retirado al Río Colorado, donde los tehuelches se habían atrincherado ante el
ataque del cac. Lincon, a quien habían robado hasta su mujer. En estas circunstancias se podía
planear una expedición a cargo del Maestre de Campo Juan Man. Pinazo. El conocía mucho de la
473
topografía por sus expediciones a las Salinas Grandes. Anticipando las tácticas de Rosas, quiso
aprovechar los antagonismos raciales.
En febrero de 1770, el cacique Lepín pidió un cambio de hábitat por encontrase hostigado
por los “aucas” (Levaggi, 1995, 113) El Gobernador Francisco Bucarelli (1765- 1770,
aprovechando la disponibilidad de los caciques hizo preparar un tratado de paz. El Maestre del
Campo, Manuel de Pinazo acordó ese tratado con 12 caciques en la Laguna de los Huesos, el 20 de
Mayo de 1770 (AGN IX. 1-7-4) ( Grau, en La Nación s. S. 9.3.1943; Levaggi, 1995 p. 114)
Lepinahuel, cabeza principal, fue obligado a retornar a Buenos Aires y entregar a un sobrino de
“rehén”, porque él no tenía hijos propios. Al fin cada cacique debía mandar un rehén.
Recordemos que en todo el Virreinato había una posición ofensiva contra los Indios. El
Gobernador Juan de Vértiz quería una acción combinada en todos los frentes pero los Comandantes
preferían una acción por secciónes: Mendoza (Guerra Pehuenche) – San Luis- Córdoba (Maestre de
Campo José Ant. Baigorrí) – la Pampa y la Prov. de Buenos Aires, La expedición del Maestre
Pinazo del 1º de octubre hasta el 6 de Diciembre desde la avanzada de Palantelén (Part. de Bragado)
hasta el Río Colorado con un equipo de 232 blandengues y 171 vecinos voluntarios, 291 indios de
lanza y 168 de boleadoras, conducidos por los caciques Lepi Nahuel,Tambú Nahuel,Cadú Pangui,
Linco Nahuel, Tranamanque, Alca Luán, Colu Milla, Caullam Antü, Nabal Tripay, Cuhumi Llanca,
Epu Llanca y Quinte Llanca. Les encargó que trajeran también al cac. Rafael Yahatti, sino, trajeran
su cabeza a la Comandancia de Luján. En la nota biográica de cada uno he tratado de escribir algo
sobre la participación en esa expedición.
También en Chile, después de una gran sublevación, hubo grndes parlamentos y tratados de
paz. Se habán gastado enormes sumas para “comprar” la paz y la tanquilidad. Tengo una lista de
261 caciques en el parlamento de Tapihué.
En el Diario de Juan Antonio Hernández tenemos un resumen de las actuaciones. ( Col. de
Angelis 1910 IV p. 547 – 563). También hay cartas de Juan M. Pinazo enviadas al Gobernador (en:
Lehmann Nitsche: el Grupo Het, BA. 1923 y otros investigadores modernos:Levaggi, Crivelli
Montero, Federico Bras Harriott). 291 indios de lanza se integraron en la expedición.
En el avance hasta el Río Colorado no hallaron toldería tehuelche; estos habían huído a
tiempo. El 22 de octubre decidieron regresar. El Tnte Macedo y 30 inmdios de Lepín y Alcalán
fueron encargados a explorar las Sierras de la Ventana (Casuhatti). El 11 de noviembre encontraron
un grupo de teheulches custodiando una yeguada en un corral natural. Los atacaron en la madrugada
del 15 de noviembre; era una madrugada de mucha neblina. Les mataron 102 indios y les sacaron
4000 yeguas (Bernández 122 y 114).
El 27 de noviembre supieron del paradero del cac. Guayquitripay. Si bién él no era
tehuelche, acaudillaba también indios tehuelches. El 28 se les acercaron durante la noche y al
aclarar el día, los rodearon y los sorprendiron. Les mataron 150 indios y los toldos fueron
destruídos (Diario p. 557) Los indios amigos se horrorizaron ante la crueldad de la matanza y
pidieron moderación para que no matasen a sus parientes que Guayquitripay les había apresado en
una maloca.
A más, estas tropas volviendo mataron a los caciques Lepi Nahuel y a Lincon “porque
,-decían los españoles,- eran traidores”.
LEPÍN, (Lepinagüel) 1765, cac. puelche; era hijo del cacique Marcos Goico de la zona del
Diamante (Prov. de Mendoza) Un hermano se llamaba Antepán. Este llegó en agosto de ese año a
Buenos Aires y decía que su hermano Lepín venía con 400 indios a bagualear (malonear anotaron
en Buenos Aires). 1780, el Gobernador de Mendoza José de Amigorena expedicionó contra los
puelches y pampas; los “castigó” con mano dura. También el cac. Lepín fue muerto (Diario en: de
Angelis 1835 Tom. V y 1910 T. V. P. 587 – 594)
LEVIN, 1863, cac. huilliche en Canelo. En el parlamento con Anthony Orelliè de Tounens,
Levín era orador, con dos lenguaraces (Beramondi, J.F.: Orellié Antoine Iº, 1974)
LEVÍN , o Lafín, 1871, capitenjo salinero, cuñado del cac. Juan Calfucurá. 1871 fue
muerto, cuando iba con una comisión de paz a Bahía Blanca (ver Lenguing).
LEPÍN, 1827, cac. huilliche que actuó en Chile, en la Guerra a Muerte en el bando realista y
luego en combinación con José Antonio Pincheira, J. Zúñiga y alguna tropa de los caciques
474
Cañiuquir y M. Rondeao los acmpañron en Mendoza. Los Pincheira vinieron en 1827 de Chile a
invadir las fonteras de Mendoza, San Luis, Córdoba y Buenos Aires. Luego no figura más hasta el
año 1837, en que se adhirió a la coalición de Calfucurá, cuando él cayó en un malón del 14 de
agosto sobre Bahía Blanca. (Creo que la documentación que he consultado no es clara)
LEVÍN, 1880, cac. picunche al Norte del Arroyo Cochicó, sobre la falda de Sierra Cochicó.
LEFINAO, capitanejo boroga, casado con una hermana del cac. Ignacio Coliqueo. En
1861, el cac. Pincén se separó de Coliqueo, cuando los Coliqueo vinieron desde las tierras
ranquelinas a la Provincia de Buenos Aires. En 1874, Lefinao, pertenecía aún al cac. Pincén, cuando
fue apresado en Junín. Allí se habían presentado varias comisiones de paz y fueron apresados y
llevados a Martín García. No sólo Pincén, sino también los Coliqueo pidieron por su libertad.
Namuncurá envió una carta con fecha de 4 de sept. de 1874 al Comandante Ataliva Roca en Junín y
el cac. Justo Coliqueo, quien se decía sobrino de Lefinao, envió su solicitud por su liberación al
mismo Gobierno Nacional, el 2 de Junio de 1875 (AEM 2.6.75) En adelante quedó con su familia
en la Tribu de Coliqueo
LEFI NAHUEL, 1870, capitanejo del cac. Cipriano Catriel ( sin otro dato)
LEVI NIRRE o Lefi gnerr, 1797, cac. pehuenche que vivía en Dumn. Participó de la Guerra
Pehuenche, operando en el grupo de los indios amigos de Malalhué. Así figura, por ejemplo, en el
parte del malón (de la expedición) del 8 de diciembre de 1879 que estos llevaron en revancha de la
ofensa recibida contra los indios del cac. Rayguán de Barbarco, ya finado. En la misma oportunidad
llevaron también un ataque contra la toldería del cac. Calfuqueo de Antuco, quien se defendió,
asociándose a los caciques Mariqueo y Buchapang (Vuta Pangui) (Arch. Mend. doc. 37: 1797).
En 1806 lo conoció el viajero chileno Luis de la Cruz. En su Diario asentó muchas noticias
sobre los pehuenches del occidente y del oriente de la Cordillera. El 1º de Abril de ese año reunió en
un parlamento un buen número de sus caciques; allí estuvo también Levinirre (De Angelis I. 126)
Mucho más tarde, en 1846 creo encontrar de nuevo noticias de él en la documentación del
sumario y proceso que se hizo, a raíz del asesinato del cac. gobernador Guzmané de los pehuenches
al sur de Mendoza. El mismo gobernador de la provincia se puso en campaña. El 11 de octubre de
1846 convocó a los jefes pehuenches al Fuerte San Carlos para un parlamento. En su diario figura
pues el nombre de Lefñir y Nefñir. ETIMOL: Nirre (gnerr) zorro y lef: ligero
LEVI NIRRE, según G.Terrera (ed. Plus Ultra 1974) existió otro “Lefignerr”, cac. ranquel
de gran sabiduría y poder entre las familias de la nación ranquelina. Ese cac. era ya totalmente
ciego; vivía alrededor de 1730 a 1760. No conozco la fuente de información.
LEVI PÁN, o Libypán, 1796, capitanejo pehuenche de la tribu de Buta Colemilla; era
cuñado del mismo. En la Guerra Pehuenche estaba del lado de los “indios amigos” de Malalhué. Su
nombre figura en varias listas de parlamentos : el 29 de enero de 1796, 1º de marzo (Arch. Mend.
Doc 18 y 20) Este fue el año más dramático en esa guerra. Levipán actuó en la expedición contra la
tribu de Rayguán. Después del encuentro acompañó a un cac. huilliche ciego hasta su toldería, lo
que demuestra sentimientos humanitarios de compasión. Un año más tarde, el gobernador José de
Amigorena escribió al Virrey Sobremonte que, en consecuencia de un parlamento, el capitán
Levipán, “nuevo en esta frontera” tuvo que ir a los ranqueles que el gobernador no les mandaba
gente para que se maten entre ranqueles.
También estuvo en el parlamento final de la Guerra Pehuenche, el 31 de Mayo de 1798.
Entonces es llamado cacique Levipán. En esa reunión de caciques, el gobernador Amigorena
depuso al cacique gobrnador Millagüín, humillando una vez más a los pehuenches, que tanto lo
habían secundado en la guerra (Arch. Mend. Doc. 43)
LEVI PÁN, alias López, n.1850 en Chile. Llegó ser capitanejo de la tribu de Coliqueo
(boroga), En el libro de bautismos de Nueve de Julio Nº 23 foj. 162 se asienta el matrimonio
cristiano Indica que se casó con Jacinta y que su hija se llamaba Andrea López. Que era de sangre
noble se concluye que esa Andrea López ( o Levipán) se hizo esposa del cac. Justo Coliqueo (1838
– 1876 ) y tuvieron 3 hijos: Benito Coliqueo (1866- ), Antonio Coliqueo (1875 – 1875) y Justo
Felipe Coliqueo. Al fallecer Justo Coliqueo en 1876, su hermano el cac. Simón Coliqueo tomo a
Andrea López consigo, según la costumbre de ellos (levirato) y de ellos nacieron Honoria Coliqueo,
Fermina Coliqueo y Julio López Coliqueo. Hay otros parientes en la población de la Tribu de
475
Coliqueo; por ej. Mariano Levipán, nac. 1857 casado con Agustina Amuillán y hay descendientes.
Una hermana se llamaba Catalina Lópz . Era una familia muy apreciada.
LEVI PÍ o Levipe, Juan Manuel, l816 – 1881, era otro capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo. Primero era capitanejo entre los ranqueles. En Junio de 1857, el Cnel. Manuel Baigorria
escribió al cac. Calfucurá que Manuel Levipí y el cac. Llanquetruz se hacían amigos de Buenos
Aires; pero que él quedaba firme con el Presidente Urquiza. Juan M. Levipé había nacido en Chile.
y murió en Los Toldos (Prov. Bs.Aires ). Estaba casado con Carmen Cañiuquir (boroga), que depués
del asalto de Masallé en 1834 vivía en las inmediaciones del Fuerte de 25 de Mayo. Desde 1869
figura en la lista de capitanejos u oficiales con goce de sueldos del cac. Ignacio Coliqueo. Su hijo
Esteban le siguió en el cargo, cuando en 1881 falleció su padre. Estaban Levipí nació en 1860 y
murió en 1905 .
Se casó con María Sabina Pacheco. Y con Rosa Coronado; María Levipí se casó con
Eustaquio Carranza; Juana Levipí, con Damián Coliqueo; Carmen Levipí con Felipe Colín; y Juan...
LEVIPÍ, Esteban (1860 – 1905), capitanejo de la Tribu de Coliqueo en Los Toldos. Estaba
casado con Rosa Coronado nac. 1858. Su hija María se casó con Eustaquio Carranza , paisano muy
respetado que yo también conocí y cuya fotografía poseo. Juana Levipí se casó con Damián
Coliqueo; era hija de la segunda esposa María Sabina Pacheco. Carmen Colipí se casó con Felipe
Colín y Juan Levipí…etc
LEVI PÍ, 1861, capitanejo de la tribu de Calfucurá en Salinas Grandes. El 26 de Abril de
ese año, Calfucurá en una carta dirigida al Gral. Bartolomé Mitre, le decía que el Cnel. Rivas había
tomado a Levipí como amigo. El cacique estaba aún comprometido con el Gral Justo José de
Urquiza y la Confederación.. Levipí fue mensajero de Calfucurá en muchas gestiones, lo que
insinúa saber que conocía el idioma castellano. La misión quizás la más difícil, era la que empeñó
en oportunidad que el hijo mayor de Calfucurá J. Millaqueo no regresó de su comisión en Bahía
Blanca, después de haber firmado un tratado de paz. No sabían si estaba preso o si estaba muerto.
Había sido muerto en forma misteriosa, lo que traería consecuencias graves.
ETIMOL: Levi : ligero y Pi: prob. P(angu)i.
LEVI ÑAMCÚ o Lebyñam, 1787, cac. pehuenche que figura en la lista de los súbditos del
cac. Roco de de la zona del Diamante (Mendoza)
LEVI ÑANCÚ, Manuel, 1863, capitnejo huilliche, hijo del cac. Antonio Namuncurá Es
entonces hermano del cac. Bernardo Namuncurá y como éste, estuvo en Salinas Grandes al servicio
del cac. Calfucurá y de su sucesor Manuel Namuncurá. En Chile había recibido una buena
formación, igual como su hermano. 1863 llegó a ese nuevo destino. Así lo dice Namuncurá en una
carta del 3 de junio de 1863 dirigida al Sr. Arzobispo Aneiros de Buenos Aires, encomendando al
portador (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios p. 196)
LEVI QUEO, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista de Donati) Hay
en la misma documentación un Leviqueo, perteneciente a Baigorrita.
LEVI TAN (Creo que debería escribirse Levipán) 1897, cac. de una tribu del Neuquén
(Raone: Fortines p. 49 de 1980)
LEVIÚ, 1860, cac araucano chileno quien se adhirió al aventurero francés Antoine Orelliè
que llegó a proclamarse “Rey de la Araucanía y de la Patagonia”
LEVI HUAN, (Leviuan), 1707, cac. pehuenche – huilliche que tenía su toldería cerca de
Rucachoroy (Neuquen) Fue hermano y sucesor del cac. Collihuala
LEPIÁN, 1776, cac. pehuenche ya anciano que vivía en Trenel (La Pampa). Tenía 10 toldos
y 20 soldados de escolta (Puede ser que sea el mismo nombrado arriba)
LEGER MILLA, 1820, cac. boroga, hermano del cac. Venancio Coñuepán, a quien
dedicamos arriba varias páginas. Con él compartió los años dramáticos de la Guerra a Muerte en
Chile y después vino a la Argentina. También él entró en contacto con el Gobierno de Buenos Aires.
El 21 de noiembre de 1831 Rosas le halagó con regalos, porque necesitaba a sus indios para la
Campaña del Desierto. Pero pocos años después, él, su hermano y gran parte de los indios de Colicó
cayeron bajo la espada exterminadora de los emisarios de Rosas en 1836 (ver Coñuepán)
LEGI PILÚN, 1700 – 1730, cac. pehuenche del Sur de Mendoza, según G.H. Terrera :
Caciques y Capitanejos.
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LEIBÓN, 1870, capitanejo ranquel del cac. Ramón Cabral . Durnte la gran persecución de
los ranqueles en 1878/79, Leibón se presentó en Trenque Lauquen con 50 indios, incluso familias.
Decía que deseaba ir con el cac. Ramón a la Reducción de Nuevo Sarmiento; que lo llamaran al
cacique para comprobar la,verdad. No sabía que todos los ranqueles habían “caído bajo la rueda
aplastante de la Conquista “ Olascoaga IV p. 52)
LEI ÑÁN, 1797, capitanejo pehuenche quien intervino en la Guerra Pehuenche con el grupo
de los indios amigos de Malalhué. En abril de 1796 fue el encargado de transmitir al gobierno de
Mendoza la mala noticia del cac. Rayguán y los sureños contra los peheuches del Norte (Arch.
Mend. doc. 21)
LEJEB, 1783, cac. auca considerado por el cac. Chulilaquín como uno de sus adversarios
(Diario de B, Villarino (de Angelis V, 1910 p. 580)
LELI DEO, 1840, capitanejo ranquel del cac. Painé de Leuvucó (H.G. Terrera)
LEMÁN, 1814 , cac. pehuenche de Mendoza. El 20 de marzo de 1815 se presentó en Luján
acompañado de su hijo. Vino lesionado y se quejó de que la 2ª División de la Infantería, que
marchaba al Alto Perú, había asaltado a él y a sus compañeros que habían venido al pueblo de
Pergamino. Decía que en la noche anterior su hijo había perdido un ojo por su brutalidad. Meses
más tarde se le dio una “gratificación” por aquel insulto. (AGN VII Biedma 10-4-13)
LEMOR, 1879, cac. ranquel que durante la gran persecución de los ranqueles en 1878,
huyó como todos los paisanos. En enero de 1879 estuvo con un grupo de los indios de Pincén y de
Baigorrita,cuando, cuando un piquete del Mayor Monteagudo a las órdenes del Mayor Benjamín
Herrera llegó a atacarlos a orillas de la laguna Remecó. Fue un violento ataque , y mtaron a 27
indios, según el parte, y apresaron a 41 indios de lanza y 153 de la chusma. Entre los muertos estaba
el cac. Lemor y el capitnejo Echagnerr (Memoria del Min. De Guerra y Marina 1879 p. 2125 y 579)
LEMPÍ o Lienpí, 1821, cac. araucano de Lumaco (Chile) , intervino en la Guerra a Muerte
a favor de los Patriotas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 455.)
LEMU DEN, 1787, capitanejo de la tribu de Roco (puelche) en la zona del Diamante (San
Rafael) Arch. Mend. doc. 37)
LEMU NAHUEL, Juan, 1751 cac. araucano de Antuco. Allí lo visitó el Padre Bern.
Haevstadt (Diario de su viaje a los indios pehuenches)
LEMU NAHUEL o Lemunal, 1813 cac. pehuenche del sur de Mendoza Ese año se presentó
en el Fuerte San Carlos, junto con la cacica María Josefina, viuda del cac. Roco, y el capitán
Ñeicuñán. Venían a pedir perdón y clemencia de los caciques e indios enemigos. El R.P. Francisco
Inalicán, a la sazón cura del pueblo de San Rafael, dirigió entonces una nota extensa al Tnte
Gobernador de Mendoza, apoyando esa solicitud altruista a favor de los rebeldes arrepentidos .
(Marco del Pont, Raúl, Historiadle Sur Mendocino, San Rafael 1948 p. 141). Figura también en la
lista de los presentes en el parlamento del 23 de Octubre de 1814 pedido por el Gral. San Martín. El
gobernador de los pehuenches mendocinos era el cac. Ñeycuñán. ETIMOL. Tigre del bosque.
LEMUNAO o Limonar, 1847. Cac. pehuenche chileno de Colicó. Decía que era sobrino
del cac. Calfucurá “El Gordo” de Colicó. (Rob. Lenz, Estudios araucanoos, Santiago Ch. 1910).
1847 se documentó su presencia en la Argentina, pues el 19 de agosto de ese año, los caciques Painé
y Pichún avisaron que sabían que los caciques Lemunao y Chicagual habían venido con 800 indios
a Salinas Grandes y que otros 1000 venían a Leubucó (La Pampa). Necesitaban sustento para tanta
gente que habían estado también presentes en el entierro del cac. Painé (m.1844). Como habían
entrado en tratado de paz, no querían que ellos fueran a malonear, como probablemente había sido
su intención. Así pidieron al Comandante Pedro Rosas y Belgrano en Azul que les regale yeguas.
Efectivamente se les correspondió, pues, el 27 de noviembre este Comandante dio cuenta a Juan M.
De Rosas “..que al cac. Lemunao habían entragado en Azul 300 vacas. El cac. Lemunao tenía 1000
indios”. Por el año 1853, según el P. Lothar Witt (“Von Häuptlingen und Zauberern”, trad. De
caciques y machis ,1963 p. 64) este cacique asaltó y saqueó la misión de Tolten. También sabemos
que ha recibido en su toldería al famoso aventuraro francés Antoine Orelliè, quien se atribuía a si
mismo el título de ser el Rey de la Araucanía y de la Patagonia (D.J. Galtoire: Quién fue el Rey de
la Patagonia, Bs. As. 1972 p.101) Cuando su primer intento fracasara, volvió en 1868. El cac.
477
Lemunao fue a la Argentina, a San Antonio, a esperarlo, pues venía de Bahía Blanca, y lo acompañó
hasta Chile.
Ese mismo año, Lemunao entró en gestiones de tratado de paz con el Comandante de
Carmen de Patagones. El tratado sería como el permiso de inmigración y el pedido de protección. El
25 de Agosto de ese año lo mandaron a Choele Choel (AEM 25.8.68) Y el 13 de octubre de 1869
Limonao y Santiago Albarracín, comisionmado del Gobierno Nacional, firmaron un tratado de paz,
el que fue aprobado por el Presidente Domingo F. Sarmiento y su Ministro de Gainza. El
documento fue publicado en las Memorias del Miniterio de Guerra 1870 p. 291 – 294. Los
documentos originales se hallan en el Archivo del Estado Mayor, doc. 5686, y su proyecto de 1869 :
doc. 997 y doc. 5402). Actuaron en el cometido dos hijos de Lemunado: Huenichal (o Huayhual) y
Mariano Ruiz. Ellos viajaron a Buenos Aires, donde se declararon súbditos argentinos y solicitaron
maestros y sacerdotes para su gente. Trabajarían la tierra de Choele Choel y servirían como Guardia
Nacional; por eso tendrían sueldos. Si en ártículo 2º dicen, que no reconocen a otro cacique , ni a
Calfucurá, ni a Reuquecurá (que eran sus parientes), los miltares por esas actitudes intentaron
contrarestar el poder de los salineros y cerrar el camino del “escandaloso comercio de vacas con
Chile”. Calfucurá lo entendió todo bien. El viajero inglés Ch. Musters, quien en Mayo de 1870 llegó
a visitar los chilenos recién inmigrados, menciona el proyecto de colonizar la Isla. Dice que ellos
importaron pobladores de Valdivia acostumbrados a labrar la tierra al otro lado de la Cordillera.
Buscaban, empero sus provisiones y herramientos en Carmen de Patagones (Musters: Vida entre los
Patagones ed. 1964, p. 386/ s.) Oro decía a Quiroga, el 25 de agosto de 1869, -hablando de este
cacique y de sus proyectos: “Son parisienses en comparación con los pampas. Manda a sus hijos a
Buenos Aires (Arch. Mus. Hist. Nac. doc. 4295) (similar era Coliqueo)
El 13 de junio de 1870, el cac. Lemunao hizo bautizar a uno de sus hijos en Carmen de
Patagones y le puso el nombre de Antonio Lemunao (quizás en homenje a Antoine Orielliè) El acta
de bautismo dice que es hijo del cacique Lemunao y de Catalina Huenulef. Otros hijos han nacido
en Colicó (Chile). Se dice que Antonito había nacido en Cheuqueiliyeo. Todavía hoy se encuentra el
apellido Limonar o Lemunao en la reserva neuquina de Chiquiluhuín, Departamento Huilliches.
Pero, sí hay un pero, el cacique Lemunao no disfrutó por mucho tiempo los beneficios del
tratado de paz. El Cnel. Julián Murga invadió la isla por orden superoior, lo que sucitó una protesta
formal y tan fuerte que el Presidente Sarmiento tuvo que mandar el retiro de las tropas (Ver
Calfucurá : Nueva ocupación de Choele Choel)
1872 ya no figura Lemunao en las cuentas de los proveedores y es probable que haya vuelto
a su país allende de los Andes. ETIMOL: Nao: tigre del bosque: Lemu.
LEMUNAO o Limonar, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas a quien enviaron
ante el Cnel. Lucio V. Mansilla a Río Cuarto para preparar el tratado de paz con el gobierno
nacional.( 5.2. 1870). Mansilla y los Padres Franciscanos de Río Cuarto lo concretaron un poco más
tarde, como diremos al tratar la vida del cac. Mariano Rosas. En agosto de 1874, Limonar se integró
a la Reducción de Río IVº junto con el capitanejo Morales y 40 indios suyos que pronto se habían
multiplicado. (Arch del Convento de los Franciscanos en Río IVº doc. 479, ahora publicado por ese
Archivo: “Cartas del Desierto”, 1998) 1876, el Misionero en una comunicación al gobierno da
cuenta de su laboriosidad, de sus sembrados y decía que hacían transacciones bancarias (Arch. Río
IVº doc. 490 y 676)
LEMUN CÓ, 1846, capitanejo pampa del cac. Quentriel. (AGN X. 42-5-7: Carpeta Indios)
LEMUNIER (Lemugnerr), 1766 – 1877, capitanejo ranquel. Ignacio Lemugner era casado
con Inaillán Soria, alias Ñamigur. Su hijo era el capitanejo Huener (alias Soria) 1806 – 1877. Este
se incorporó a la tribu de Ignacio Coliqueo y llegó a radicarse con él en Los Toldos (Bs.As.), donde
dejó una numerosa descendencia, cuyo árbol genelógico he elaborado. (Véase la nota de Huener).
Lemunier (-llamándolo como lo llaman los documentos que vamos a nombrar-) figura en
1873 en el documento del proyecto del tratado de paz que se firmó en Salinas Grandes el día de la
muerte del cac. Juan Calfucurá (AEM. doc. 1232). Lemunier no ha ido a Los Toldos, sino quedó en
tierra ranquelina, donde era capitanejo. También él y su gente cayeron bajo la violencia de la
Conquista del Desierto. Atacados en sus toldos, en 1878, huyeron con el cacique Epugner y con
Baigorrita. “Lemur” fue atacado nuevamente en enero de 1879 por el Tnte Cnel. Benito Herrero en
478
Remecó (Dep.. Guatraché La Pampa), donde apresaron una parte de su gente. Lemunier fue
perseguido nuevamente por la División Vª que había salido de Trenque Lauquen. El 22 de Mayo fue
apresado, después que les había escapado cuatro veces e incluso les había quitado algunos caballos.
Esto ocurrió en Curru Pichi Nahuel. El parte militar dice simplemente que luego murió y lo mismo
un hijo suyo, y que entre los prisioneros había 27 indios de lanza y 7 mujeres (Olascoaga 1940 II. P.
183s). Vuletín, Alberto en su libro “La Pampa” ed. EUDEBA 1972 p.75 afirma que el combate
había tenido lugar a cinco leguas al oeste de Limacó hué.

LEMUS, Jacinto, 1780, capitán pehuenche. Amigorena, el gobernador de Mendoza, lo


menciona en su diario de la expedición, que desde Mendoza hiciera contra los huilliches y pampas
(De Angelis 1910 IV 587-594). El 10 de marzo de ese año, este Jacinto se le presentó en Corral de
Guanacos y le dio información sobre la situación de las tribus de Güentenao y Roco e incluso llegó
a entregarle dos cautivos. (Torre Revello: Aportación para la biografía de don José F. de Amigorena,
en: Rev. De Historia Americana y Argentina, Mend. 1958 Nº 31 p. 17)
LEMURÁN, 1841 figura en la lista de los caciques chilenos que se hallaban en Tierra
Adentro (Argentina) (Arch. Mend. Carp. 123 doc 8; figura en tercer lugar y como “Capitán
Lemurán”
LENCA PÍ, 1820 , cac. costino de Chile, que en la Guerra a Muerte estaba del lado de
Benavides y los indios realistas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p.121.
LENCUÉ o Lenqüé, 1878, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita, cuyo nombre aparece
recién cuando iba a morir. En 1878, pues, los ranqueles tuvieron que huir ante la gran persecución
de la Conquista del Desierto. El Cnel. Marcelino Freyre los persiguió hasta que les dio alcance en
Queuquez, donde apresó a 103 indios de lanza y 296 de chusma, Fueron muertos el cac. Pichún y
los capitanejos Lenqüé, Lincopán y Chincol y 45 indios de lanza. (Olascoaga I. p. 117 y AEM:
17.2.1979). Según dice el parte que reproduce Olascoaga, fueron muertos el 15 de febrero de 1879
+.
ETIMOL: “Len”: ciprés y hué :lugar de”

LENGUING, 1871, capitanejo salinero, hijo de Calfucurá. Éste escribió en una carta del 15
de febrero de ese año: “Mando a mis hijos Namuncurá, Catricura y Lenguing (AEM 15.2.71)
LENTACAY, 1596, capitanejo comechingón, entonces vecino de San Luis en Nartec. Estaba
subordinado al cacique Uatonta, en la encomienda de Francisco Martínez (Arch Mend. 30.9.1596)
LEPICHO HUAN, 1553, cac. araucano de Chile. Formaba entonces con los caciques
Turigaina y Navalguinmo el Lebo de Lucone (Merced dada por Pedro de Valdivia en Concepción
1.7.1553)
LEOFÚ, Pablo, 1873, capitanejo boroga del cac. Vicente Pincén, pues firmó en el tratado de
paz de éste (AEM. doc 1209)
LEÓN, Pablo o Pangui o Antepangui 1761, cac. puelche que con el cac. Calelián había
estado en Manantiales de Calelián (lugar hoy del Partido de Alberti, Prov. Bs.As.) En una excursión
de caza les siguieron el rastro hasta Cruz de Guerra (AGN IX. 1-4-2: San José de Luján: 1.4. 1761)
En un movimiento similar los indios de Guaminí, Lepín y Antepán con 300 indios, llegaron hasta
Cabeza de Buey. Los españoles no los pelearon. Averiguaron que el cac. León estaba con el cac
Tranamán, y 100 puelches estaban con el indio Almada; el grueso en Guaminí (Correa Luna C.:
Villa Luján en el siglo XVIII, 1916 B.A.) León es traducción de Pangui.
LEÓN ANCAFILÚ 1821, cac. araucano chileno de Maquegua, implicado en la Guerra a
Muerte.
LEPEM, capitán araucano “indio del poniente”, es decir chileno, 1833 estuvo en la toldería
del cac. Rumiante y en un parlmento con Cachua (Biblioteca Nacional: Papeles de Rosas T.IV S.VI
(cambió a X) leg. 838, doc. 18143/44) Se le invitó a buscar a los suyos.
LEPI es LEVI o LEFI
LEPILAR o Lepil, 1826, cac. pehuenche que participó en el parlamento de paz sobre el
Arroyo de Epecuén con 37 caciques; la mayor parte eran borogas. (AGN . Sala X, 27-7-6) Lepil con
32 caciques estuvo en el parlamento de Tandil (ver Chocorí). En Agosto de 1830 su capitanejo
479
Huequil y su lenguaraz Domingo pidieron auxilio y protección en el Fuete Argentino (Bahía
Blanca). En 1833, antes que Rosas partiera a la Campaña del Desierto, los caciques Lepil,
Payllarén, Painer y Upañán con 200 indios hicieron un malón sobre la zona del Bolcán (Sierra de
Tandil) y pensaban, según se tomó declaración, combinarse con otras tribus del Sur a avanzar con
una gran invasión antes que Rosas hiciera su entrada (AGN S.X. 27-5-5: 22.1. 1833)
Las tropas de Bahía Blanca, al mando del Cnel. Narciso del Valle, siguieron su rastro y los
batieron en Salinas Chicas. Fue un combate sangriento. Mataron a 40. Hay un relato de 20 páginas
sobre la “gloriosa jornada”, donde se dice que el cacique Lepil había quedado prisionero entre los
cadáveres. Se le impugnaba de haber tenido la intención de atacar “las tribus amigos borogas de
Cañiuquir; seguramente se decía esto para confundir y comprometer a éstos. No sé si Lepín se les
escapó del campo de la batalla; lo cierto es que un cacique Lepil estuvo en un gran malón “de
revancha” contra Bahía Blanca, el 14 de agosto de 1837. Lepil acompañó entonces a los caciques J.
Calfucurá, M. Namuncurá, Quilapán y Chocorí (AGN X. 12-4-7)
LEPI MÁN, 1758, cac. pehuenche. En el Diario del Obispo de Concepción Fay Pedro
Angel Espiñeira (ed. por Jorge Pintos en Temuco, 1988 p.233- 249) se dice que el cac. Lepimán
estaba contento de su visita. (En la Tribu de Coliqueo figura en varias familias este apellido; pero no
de capitanejo ni cacique) . Dña Sara Lepimán de Pilquil fue la que revitalizó en la Tribu de
Coliqueo la artesanía de tejedora.

LEPNOPÁN, Pablo (o Lebnopán o Levenopán): 1788 era cacique ranquel, comúnmente


llamado cacique Pablo. Fue cacique mayor y de gran arrastre, terrible en la guerra y quizás un
cariñoso padre de familia. Su nombre aparece por primera vez en 1787, durante la Guerra
Pehuenche, pues el 18 de Febrero de ese año fue atacado por 300 indios pehuenches y las tropas
mendocinas, conducidas por F. Esquivel Aldao en su segunda expedición al sur, cuyo diario,
(publicado en la Rev. Junta Est. Hist, Mendoza VIII. 1937), abarca desde el 26 de Enero hasta el 18
de Marzo de 1787. La toldería de Lepnopán estaba en un lugar bien fortificado, en la altura de un
cerro, rodeado de pinos gruesos. Pero tras el fuego granado de la fusilería de Esquivel Aldao, sus
indios se lanzaron a la fuga. Muchos escaparon, aunque los perseguían. Mataron a 200 de Lepnopán
y apresaron unos 150 indios. Mientras así huían, se presentó el hermano de Lepnopán a F. Esquivel
Aldao y prometió entregarles la cabeza del cacique Llanquetruz, el más buscado, porque era el
causante de muchos males de la Guerra Pehuenche. Sólo pedía la devolución de los prisioneros.
Aldao no quiso conceder tal pedido, pero prometió una buena gratificación si se traía la cabeza del
mencionado cacique y la de Painemán. El 16 de diciembre de 1788, Llanquetruz fue muerto, pero
no por Lepnopán. Se guerreó una década más.
Lo que voy a narrar ahora, parece ser la historia del mismo Lepnopán, pero podría ser que
sea la de un descendiente o tocayo suyo. A raíz de la Guerra a Muerte en Chile, suscitada por el
enfrentamiento de los partidarios de la Revolución de la Independencia con los realistas, aparece
nuevamente la figura del cacique Pablo Levenopán. Ya la Guerra Pehuenche había agudizado el
instinto guerrero de muchos indios, especialmente de sus Jefes, que no se apagó con los grandes
parlamentos de paz de fines del siglo XVIII. Creo que el cacique Pablo se halló en el parlamento de
1798 en Concepción, convocado por el general D. Juan Martínez de Rosas, al que asistieron 320
caciques. En cuanto a la guerra por la independencia, dice un historiador chileno sencillamente: "No
comprendieron la guerra civil. Se aliaron a los realistas". Hubo antagonismos anteriores que los
embanderaron en diferente bandos. A raíz de la Guerra a Muerte (1818-1824, o ya antes), se produjo
una notable emigración mapuche hacia la pampa argentina. El 28 de Febrero de 1815 alertó el
cacique ranquel Quinteleo al gobierno de Buenos Aires que 10.000 indios chilenos se aprestaban a
invadir las pampas bonaerenses. Al mismo tiempo, José de San Martín preparaba en Mendoza su
Campaña Libertadora. No podemos olvidar tampoco la historia del general José Miguel Carrera,
primer dictador de Chile, quien en 1813 fue separado del Ejército Patriota y reemplazado en su
cargo de General en Jefe del ejército chileno por D. Bernardo O'Higgins, amigo de San Martín..
Carrera emigró, primero a Estados Unidos, luego a la Argentina "a hacer líos", a provocar una
campaña revolucionaria, apoyado por un grupo de soldados chilenos y por los indios, que iba
enganchando en su camino, a los que pagaba con el botín de malones dirigidos por él.
480
Uno de los principales adictos de Carrera fue el cacique Pablo Levenopán. Aquél vino de
Chile en el año 1818 a establecerse en Guaminí. Su llegada a la pampa argentina causó
desplazamientos de otras tribus y antagonismos, de manera que se formó, bajo el mando del cacique
Nicolás Quintana, una liga antichilena y adicta al gobernador de Buenos Aires, que éste quiso
explotar. El lenguaraz J. F. Ulloa convocó el 28 de Marzo de 1820 a un parlamento para preparar
una expedición contra los caciques Pablo y Quintileo (AGN. Biedma S.VII 10-4-13). También
Ramos Mejía celebró, el 7 de Marzo de 1820, un tratado de paz en Kakel Huincul con los pampas
Pichiloncoy y Ancafilú. Los indios de Quintana habían efectuado la primera acción contra la
influencia de J. M. Carrera, el 20 de Enero de 1820 y, nuevamente, el 22 de Marzo, cuando 2.000
indios de sus adictos invadieron los pagos de Luján y Navarro. (AGN. S.X. 27-7-6) Apoyaron al
exdictador de Chile, Pablo y 800 indios de lanza.
Entre tanto, los caciques Pablo, Cañiuquir, Hipólito, Caniullán y M. Rondeao (éstos eran
borogas) habíanse apoderado de buenos espacios entre Guaminí y Salinas Grandes. Para señalar la
coalición de los indios adictos a Carrera, nada mejor que copiar la lista de este general chileno, de
los caciques a los que comprometió y leer el relato que nos dejó su secretario W. Yates. (José M.
Carrera 1820-182l.Bs. As., 1941).
El cacique Pablo Levenopán encabeza esa lista; luego siguen cuatro caciques gobernadores.
3 ranqueles y uno huilliche y luego 16 caciques subordinados (el documento se halla en la colección
de B. Vicuña Mackenna, en Chile).
“Cacique gobernador Paillatur con 2.500 indios en Trarú Lauquén (Prov. La Pampa)
1. Paillaquín. en Michitué.
2. Cariné, en Chiligüé (Chilihué, Dep. Guatraché).
3. Trarú, en Ganzú Lauquen, Santa Teresa, Dep. Guatraché.
4. Guayquinir, en Guatraché (dep. homónimo).
5. Hipólito, en Laguna del Monte (prov. Bs. As.).

Cacique gobernador Coñuexan (Coñuepán) con 4.000 indios, en Mallo Leubú, Arroyo Las
Tunas (Part. Cnel. Suárez).
1. Aucallán (Aucal) en Tromé Lauquen (Puán)
2. Epumer. en Ingu Lauquen
3. Colitropel. en Iapaló (¿ )Italó?)
4. Caloetiz, en Curamalal (Part. Saavedra)
5. Lincón, en Mula Manquín

Cacique gobernador Pichiloncoy, con 2.000 indios en Tapalquén (Trapalquén)


1. Ancabitro,en Tandil.
2. Anguepán. en Chapaleufú.
3. Medina, en Toro Lonco (Cabeza de Buey o Médano del Toro en Guaminí).

Cacique gobernador huilliche Chulaquí con 4.000 indios en Lochentó


1. Güerenamún, en Lilqué.
2. Joaquín Pan, al otro lado de Curamalal..
3. Acha Güentrú. en Molec.

J. M. Carrera intervino en la lucha de los caudillos contra la hegemonía de Buenos Aires. En


1820 estaba acampando en Rosario con 128 chilenos en el momento en que el gobernador Soler de
Buenos Aires trató de llegar a un acuerdo con el gobernador Lopez de Santa Fe, después que
Carrera hubiera hostigado a Soler, apoyado por auxilios de López, y el general Alvear. En
noviembre de 1820, Carrera pensaba emprender una campaña en su propio país y estableció para
ello sus contactos entre los indios. El cacique Pablo le envió una comisión al mando de su hijo
Millapán con otros 14 representantes de los caciques Guayquignir, Joaquín Pan y Paillao. Lo
invitaron a pasar a sus toldos para concertar una acción en común (Comando General del Ejército,
ob. cit. III p. 197 y 203s.). Además, Pablo quería destruir al cacique Coñeupán, porque había muerto
481
a su pariente el cacique boroga Caniullán. (ib. p. 284). Aquí se trata de otro Cañiullán, un pariente
del que se salvó en el Asalto de Masallé en 1834.
Durante la noche del 24 al 25 de noviembre de 1820, los chilenos y Carrera desaparecieron
sigilosamente de Rosario para dirigirse a los toldos. Allí quedaron un mes. Willám Yates describe el
ceremonioso recibimiento, los saludos, los discursos y los asados. Allí parlamentaron 2.000 indios y
se concertó una invasión a la provincia de Buenos Aires y fue el espantoso malón: 1.200 indios,
acompañados por los soldados chilenos de Carrera, irrumpieron, el 2 de diciembre, en las
poblaciones de Navarro y Salto. Carrera y el cacique Llanquetruz dirigían la horrenda masacre. Se
hicieron muchos cautivos, hasta dentro de la iglesia parroquial. Según el testimonio de un cautivo
escapado, el cacique Pablo también había participado en el asalto de Salto. Yates dice en su relato
que su general necesitaba vacas y caballos para su largo viaje a Chile. El gobernador de Buenos
Aires, entonces Martín Rodríguez, reaccionó en seguida, proclamando una expedición punitiva;
pero finalmente fue al sur y atacó a los pampas, ajenos de este malón, y con quienes había
concertado un tratado de paz. (Véase Ancafilú y otros)

Otro contingente de 1.400 indios adictos a Carrera atacaron, el 13 de Diciembre del mismo
año, la zona de Melincué. Los persiguió el general Estanislao López de Santa Fe, pero sin éxito. En
cambio, el comandante de la Frontera Norte de la provincia de Buenos Aires, el general Cornelio
Saavedra. trató de recuperar la voluntad de los ranqueles, ofreciéndoles una amnistía y un nuevo
tratado de paz. El anterior había sido sellado en 1819. Sí, éste fue firmado el 30 de Enero de 1821
en el campo del cacique Lienán.

TRATADO DE PAZ

El cacique Pablo, cuya toldería estaba sobre el Arroyo Epecuén. no quiso


aceptar las proposiciones del emisario J. F. Ulloa. y acompañó a J. M. Carrera con
200 indios en su gira por Guaminí, Salinas Grandes y Sierra de la Ventana, y también
en su paso por el interior. Estuvo en la batalla del Chajá (prov. de Córdoba), en la de
Pampas del Pulgar (prov. de San Luis) y en Río IV, donde vencieron al general
Morón de Mendoza con sus 1.100 cuyanos. Pasaron de nuevo por la provincia de San
Luis y retrocedieron a Mendoza. Pero las tropas estaban cansadas para enfrentar la
capaña del gobernador Gutiérrez. Después de esta derrota. Carrera fue traicionado y
apresado por un arriero y luego fue fusilado en la plaza de Mendoza, el 4 de
Septiembre de 1821. Los indios adictos a él. no obstante, no dejaron de continuar su
campaña vandálica, porque se les había agregado un nuevo contingente de 2.000
indios chilenos con cinco caciques desplazados por la Guerra a Muerte. (Rev. Junta
Est. Hist. de Mendoza XIII. p. 425)
Recién en 1822, volvió el cacique Pablo a su toldería.Y cuando el coronel Pedro de García
hacía su expedición pacificadora a las pampas del sur bonaerense, este llegó a la toldería del
cacique Lienán. El cacique Pablo se presentó también al parlamento general del 27 de Abril de ese
año (De Angelis: Diario de García, vol.Vº p. 102 y 161). García quedó admirado por el discurso del
cacique Pablo, pues no era nada tonto, pero sí. resentido por la conciencia de que su raza había
recibido muchas injusticias. Al fin se pronunció por la paz. ¿Qué habrá dicho y hecho, cuando supo
que el general M. Rodríguez ya había salido en su segunda expedición, no bien se hubiera firmado
el tratado de paz con el emisario Pedro A. de García? M. Rodríguez fracasó también en esta
segunda expedición. En 1824. El cacique Pablo mostró buena disposición para celebrar un tratado
de paz con el gobierno de Mendoza (Comando Gral. del Ejército, ob. cit. III. p. 525 y AGN.
Biedma,Sala VII, 10-4-14). No se presentó en el parlamento de la paz en la Laguna del Guanaco, el
20 de Diciembre de 1825, con los representantes de los gobiernos de Buenos Aires. Córdoba y
Santa Fe (AGN. S.X. 27-7-6). Sí, había estado en Bahía Blanca con los hermanos Oyuelas, quienes
propusieron a 39 caciques entre tehuelches. pampas y borogas, otro tratado de paz en el nombre del
482
gobernador de Buenos Aires (AGN. S.V. 15-8-2 y el tratado en S. VII Biecimn 10-4-14 y en
Mensajero Argentino N° 14, del 3.1.26). El último gran parlamento del 25 de Abril de 1826 se
realizó precisamente en su toldería sobre el Arroyo de Pecuén (Pigüé), al que asistieron también los
capitanes ranqueles, los borogas de Coñuepán, (Cayupán), (no el que vamos a conocer en Bahía
Blanca) y los pampas de N. Quintana. El presidente Bernardino Rivadavia había enviado a tres
lenguaraces duchos, a Pedro Bargas, Juan F. Ulloa y a Jacinto Barrera a concertar en nombre del
gobierno nacional un tratado de paz. El acta se halla en el mismo anaquel del Archivo General de la
Nación S.X. 27-7-6), que consta de ocho fojas; incluye el listado completo de los caciques y
capitanejos asistentes. En primer lugar se asentó al cacique mayor gobernador Pablo y 37 caciques y
35 capitanejos a continuación. Estos últimos fueron encabezados por Millapán. el hijo del cacique
Pablo.
Por el artículo 1º del tratado reconocen los indios la soberanía del Congreso. Por el artículo
2º prometen mantener la paz con todas las provincias. Por el 3°, se comprometen a evitar las
invasiones y por el art. 4º ofrecen hacer canjes de prisioneros. En este artículo se mencionan los
terrenos del Volcán, de Tandil y Curicó, concediéndoles neutralidad. Y además, se pide que el
gobernador tratase con cada cacique individualmente. En el art. 9º prometieron mandar un
mensajero al cacique Torián (Toriano) para que, como cacique mayor de los indios chilenos, diera
paz a la capital de Chile y entregara a Pincheira. No sé cómo ni cuando murió el cac. Pablo
Lepnopán.

LOS PINCHEIRINOS 1819 – 1832 (Un agregado de la historia anterior)

Los cuatro Pincheiras, Antonio, Santos, Pablo y José y sus compañeros


chilenos llevaron a la pampa otro movimiento revolucionario, como continuación de
la Guerra a Muerte. Provenían de una familia de huasos alzados. En la Guerra a
Muerte, se afiliaron en el bando realista, después de haber fracasado en Chacabuco y
Maipú. Bien pronto se aliaron a los pehuenches de la Cordillera.. Habían luchado en
Enero de 1820 en Chillán ayudados por el cacique Neculmán. En otro encuentro, el
16 de Febrero, fueron derrotados y, entonces, se refugiaron entre los Pehuenches en
Barbarco (Alincó) en un “malal” fortificado. Después de otro intento frente a Lumaco
(Chile), tuvieron que replegarse nuevamente. Pero en 1822 aumentaron sus fuerzas, y
en Mayo atacaron a San Carlos (Chile) y saquearon la zona de El Parral.
El gobierno chileno organizó entonces la primera campaña contra los Pincheirinos, en 1823
una segunda, la tarcera en 1827 y la cuarta decisiva en 1832.

En 1823, el Cnel. Lantaño los buscó en Antuco y Epulauquén y no los pudo encontrar. En
Abril del mismo año, aparecieron ante las puertas de Linares (Chile), donde fueron batidos. Antonio
Pincheira halló allí su muerte. El jefe sucesor fue su hermano Santos, pero poco después se ahogó
en un río de la Cordillera. Pablo Pincheira, el más feroz, tomó entonces el mando de los
guerrilleros. Se hizo llamar “Cacique Pablo”. Este contaba con la colaboración de los caciques
Neculmán, Coleto y Trequemán. En otra batalla de Longaví, en diciembre de 1823 mató al
Comandante chileno.
Desde entonces, en Chile se iba aquietando la Guerra a Muerte. y los Pincheiras y secuaces
del lado argentino, trajeron La Guerra a Muerte a estos lados. El 1º de Septiembre, los Pincheiras
malonearon en Salto y Rojas, con 400 indios y 35 del guerrillero chileno (31.6.1826). Rauch fue
atacado, pero rechazó la indiada. El coronel napoleónico batió en el Arroyo Dulce a los chilenos que
huyeron despavoridos. Otro grupo fue acuchillado; 300 muertos quedaron tendidos. (La Gaceta del
6 de Septiembre de 1826 y el parte en AGN . S.X del 31 de Agosto de 1826. A los diez días, más
de 500 de ellos atacaron Los Toldos Viejos (Dolores), el 11 de Septiembre de 1826 (A. G.N. Sala
X 14 – 3 – 1, 11 páginas). Fue una desastrosa destrucción; mataron a 100 coraceros, acantonados
allí, sólo 56 se salvaron.. También tenemos noticias sobre una invasión de indios y cristianos bajo
483
la orden del “Teniente del Rey” Morón. Este y un tal Galán se acercaron a la población
exhortándola que se rindiese en Ranchos. Los cristianos entraron en un guadal y los chilenos los
atacaron en cinco trozos (Dorcas, 1939, Nuestra Señora de los Dolores, pág. 32).
Entonces, El Coronel F. Rauch acudió con toda su tropa al Sur e inició una expedición tras
otra, enganchando y asociando a unos 900 indios tehuelches antagónicos a los chilenos. A esos
chilenos pasados a la Argentina quiso atacar en primer lugar. Los Pincheiras entre tanto habían
atacado en otra zona; “El Coronel Pincheira (Pablo) batió al cacique Lepil. También la toldería del
(verdadero) cacique Pablo fue atacada dos veces, la primera vez el 28 de Noviembre de 1826 y la
segunda vez, en Epecuén, el 3 de Enero de 1827. Los corrieron más de 100 leguas y mataron unos
100 en la persecución e hicieron 400 prisioneros, los otros se dispersaron. Los partes de Rauch del
26 de Diciembre de 1826 fueron publicados en El Mensajero Argentino, el 10 de Enero de 1827
(AGN. S.X. 14-3-1 y 14-6-1). F. Rauch obró según la orden recibida el 13 de Octubre de 1826
(AEM doc. !3) que lo instruía a que marchara a destruir a los indios chilenos; que hiciera lo mismo
con los ranqueles y especialmente con el cacique Pablo. Hecho esto, procediese a hacer lo mismo
con los indios amigos (sic!). Las cuatro campañas del coronel F. Rauch fueron crueles y de
exterminio. Premiaba a los indios enganchados con las haciendas sustraídas o con prisioneros
traídos de la expedición. El tuvo que pagar su actividad exterminadora con su vida que los indios le
quitaron en la batalla de las Vizcacheras.

Al fin del año 1827, llegó el General chileno Borgoño con un notable ejército de 1157
hombres al Este de la Cordillera. Los formó en tres cuerpos, uno al mando del Cnel. J. Beauchef;
otro al mando del Comandante Manuel Bulnes y el tercero al del Tnte. Cnel. V. Carrero.
Internáronse por el “Descabezado de Maule”. Corrieron a los José y Pablo Pincheiras, hacindoles
algunas bajas y les quitaron 300 cautivos (ver Yaben, Biografías militares, vol I. pág. 502). Les
hicieron un vacío y se salvaron y seguían residiendo en su “Fuerte”. Otros, canzados de la
guerrilla,.dice T.Guevara, los abandonaron.Más éxito tuvo la tropa bajo las órdenes del Comandante
Manuel Bulnes. Como venía mal tiempo, les ofrecieron un indulto, que rechazaron escribiendo al
General Borgoño en un papel sucio palabras necias, con fecha del 10 de Febrero de 1828 y en
Mayo de 1828 el Gral. Borgoño daba por terminada su expedición y regresó.Los Pincheirinos
resistían hasta 1832 en que el Gral. M.Bulnes les asestó el golpe mortal..
Anteriormente en 1824, el cacique Melipán con el Tnte. Montero había entrado a la pampa
con 1000 indios patriotas y un piquete de 70 coraceros, con la orden de expedicionar contra los
realistas en la llanura pampeana. Tuvo encuentros con los pincheeirinos (realistas) en Salinas
grandes y en Bucal (el 8 de Julio de 1827), mientras su hijo Don Venancio Coñuepán colaboraba
con un equipo de sus compatriotas en la instalación del Fuerte Argentino en Bahía Blanca, tuvo
lugar otra batalla más importante. El cacique Luis Melipán de Trapa Trapa fue muerto en la
primera semana de Abril de 1827 sobre el río Colorado. Los sobrevivientes clamaban por venganza.
Después del duelo por el cacique patriota, partieron ( el 16.4) sus indios, auxiliados por un piquete
de las fuerzas del Cnel. Estomba y el Tnte. Morel . Eran 450 hombres en total. Marcharon con
rumbo a Mamuel Mapú (La Pampa) y lograron destruir un campamento de sus enemigos, el 15 de
Mayo de 1828 en el Chadileufú (río Salado). Los Pincheirinos reaccionaron y atacaron hasta la
guarnición misma de Bahía Blanca, el 25 de Agosto de 1828. La expedición de Morel, trajo unos
dos mil indios y los asentaron con el cacique Venancio Coñuepán en el Napostá.Esto se halla
documentado en Hux, Caciques Borogas y Araucanos, pág. 141 ss, ed. Marymar Bs.As.1992 y ed.
El Elefante Blanco 2004).
En Octubre de 1828, Los pincheirinos hicieron malón en la zona de la Laguna Blanca, donde
Rosas estaba edificando otro Fuerte de la Frontera adelantada.
En ese tiempo, el Gobierno de Mendoza (unitario) entró en buenas relaciones con elllos y
los Videla de San Luis ganaron a los ranqueles para que apoyaran la causa unitaria. En Mendoza el
gobernador Juan R. Corvalán había sido derrocado y tuvo que ir hacia Malargüé con sus tropas, al
parecer para buscar ayuda de los indios de Neculmán y se lo prometiron y lo invitaron a un
parlamento. (Creo que el mejor relato sobre la tragedia de Chacay, 11.6.30 escribió Mnsr. José
Aníbal Verdaguer en su “Historia Eclesiástica del Cuyo”, ed Milán 1931/32 , volumen II p. 60 y ss.
484
Hago un resumen.) El exgobernador Jn.Corvalán con 32 acompañantes de importancia en Mendoza
iban al encuentro del Cacique Neculmán; eran el Dr. Maza, Gatica, Hilarnes y José Ma. Lima.
Viendo los indios que no les habían traído lo prometido, empezaron a robarles y desaparecieron.
Quedó sólo Neculmán con su escolta, que se acercaba hacia el gobernador depuesto y su comitiva.
Cuando Neculmán se venía, adelantó un peón llamado José M. Lima, que debía dar a los
“visitantes” falsas noticias que parecían verosímiles. Solicitaron que el Cnel. Pincheira iniciase un
tratado de paz con Mendoza, presentándose como mediadores. Por las nuevas instancias por los
caciques para que pasasen a su campo, se adelantó Corvalán, su comitiva y algunos oficiales. Allí
encontraron a los indios formados en batalla. Inmediatamente invitaron a uno que contase el
número de indios; habiendo empezado a verificarlo, luego que llegó a la mitad de la línea, se
corrieron los indios por los flancos y formaron un círculo, encerrando en él a la comitiva. De pronto
el cacique Coleto dio la señal de cargar y el primer bolazo mortal recibió D. Felipe Videla y
consecutivamente fueron asesinados, Dn. Juan Corvalán, Dn. Gabino García, el Dr. Jn. Agustín
Maza, Dn. Juan Francisco Gutierrez, el Cnel. Rosas, Dn. Gregorio Soto, Dn. José Hilarines y veinte
o treinta individuos de tropa. Luego los indios ensillaron a gran prisa y marcharon a unirse a los
suyos para nuevas fechorías de los pincheirinos y unitarios.

Juan Manuel de Rosas , el Comandante General (más tarde gobernador de la Provincia de


Buenos Aires., estaba muy al tanto de todo este movimiento de guerrilleros y maduró sus planes. En
el primer momento pensó debilitar las hordas pincheirinas; quiso separar a los indios de su
influencia. Después se complicó la historia por la guerra civil entre unitarios y federales.
En 1827 adelantó la frontera un poco sobre el cauce del Salado que pasaba por Junín.
Exáctamente creó ese año el Fuerte de Federación (hoy Junín)., como en Bahía Blanca el Fuerte
Argentino. Esto no toleraron los indios ni los guerrilleros y atacaron , robaron la caballada y
destruyeron las primreras edificaciones (el 5 de Febrero de 1828). La guarnición, que no era poca,
enfrentó a los enemigos. Allí se vio que el Capitán Eugenio del Busto (más tarde Coronel y
fundador de Bragado) luchó frente a frente con el titulado José Antonio Zúñiga, a quien hirió
gravemente. No era posible perseguirlos, faltaban los caballos (Hux, Los Militares de la
Comandancia de Bragado, 2005 Eugenio del Busto p.8 y 9).
Otro malón espectular de J. Hermosilla, segundo de Pablo Pincheira, atacó la zona sur de
Mendoza (Malargüe) y mataron a los caciques Antical y Chocorí y un centenar de indios.
J.M. de Rosas, a pesar de que se había carteado con Pablo Pincheira, por intermedio de su
secretario José Antonio Zúñiga, pensaba organizar una entrada conquistadora en combinación con
otras provincias y quizás con apoyo de las tropas patrióticas de Chile. Para separar los indios (o
caciques) borogas de la adhesión a Pincheira, envió al excautivo del Busto (ahora Capitán) a las
tribus de Ignacio Cañiuquir y Rondeao. Dos años estuvo en esos toldos y se hizo amigo de todos.
En Mayo de 1832, Eugenio del Busto pudo escribir a J.M. de Rosas que estos indios eran ya
“nuestros amigos” y estaban dispuestos a reconocer la soberanía argentina.
Rosas aún no había llegado a la aglomeración boroga , los indios habían sufrido el famoso
malón (llamado Asalto de Masallé) del Cacique adversario Juan Calfucurá , Namuncurá y
Cheuqueta (8 Septiembre de 1834); eso transmite del Busto en una carta a Rosas, pues pedían su
ayuda y que los pincheirinos regresaban a Chile. (Mucha documentación al respecto se halla en
Hux, ed El Elefante Blanco 2004, Caciques borogas y araucanos y en Caciques Huilliches).
Del movimiento de los unitarios (Revolución de Lavalle, el 1º de Diciembre de 1828) para
una larga guerra contra los federales, cuyos jefes más conocidos eran el General Paz, el Cnel.
Lavalle, el General de la Madrid y el refugiado entre los ranqueles, Manuel Baigorria. escribiré en
otro lado.(Otros aspectos describe Jorge Fernández, 2000 ).
El Gobierno de Chile mandó al Gral. Manuel Bulnes para combatir a los Pincheirinos. En
Enero de 1832 salió con 2000 hombres al Este de la Cordillera, guiado por un expincheirino. En el
campamento de José Antonio Pincheira hizo una espectacular sorpresa. José Antonio (el menor de
los Hnos.Pincheira de 29 años) logró huir y se presentó en Mendoza y al año volvió a Chile
trabajando en un fundo de Manuel Bulnes (¡). En el “Roble Hacho” éste atacó a las hordas de Pablo
485
Pincheira, lo apresaron el 12 de Enero de 1832 y a los dos días lo fusilaron. Mataron también al
cacique Neculmánn. Los colaboradores íntimos de los Pincheira, Hermosilla y Zúñiga se habían
separado poco antes. De aquí en adelante hay otra historia que cantar. Se ve que la continuación de
la historia de Pablo Lepnopán es una de las épocas más complicadas.

LEPUIL, 1832, capitanejo boroga, quien emigró de Chile durante la Guerra a Muerte. El 9
de agosto de 1832 fue atacado y herido en un combate sobre el Arroyo de Pelicura en la Sierra de la
Ventana. El Cnel. Delgado, que tuvo conocimiento de su presencia en la tribu de Quiñigual, por
orden de Rosas fue a atacarlos con 400 borogas de Guaminí. El combate duró desde las once hasta
las cuatro de la tarde (AGN S.X. 27-7-6 6 foj.) (Ver Quiñigual)
LEPULAF ver Epulaf 1788
LEUBU LICÁN,1612, cac. araucano que nombra Luis de Valdivia en su relación en:Gay:
Documentos 1876 II p. 281) ETIMOL: Licán: piedra y Leufú: del río
LEUBU PILLÁN, 1611, cac. araucano principal de Malleco. En una salida de españoles fue
apresado; pero luego recobró la libertad junto con su sobrino Ancanamón (Gay: Documentos 1876
II p. 281) Allí figura como Levenpillán. 1655 se hallaba en Tromecó. Una hija estaba en la casa del
Capitán Juan de Fontalba (Gay: Historia, 1847 III. p. 113). 1655 se realizó la gran sublevación
araucana en protesta a la “Guerra Lucrativa” de los Zalazares. Diez caciques fueron muertos y
destruídas sus tolderías. En su defensa acudió también el cac. Leubupillán con 800 indios y
Guayquilao con 200. Pero llegaron tarde. ETIMOL: Pillán: espíritu y leufú: del río
LEVOE PILLÁN, Andrés, 1751, cac. araucano que vivía cerca de la confluencia de los ríos
Rugaico y Minico (Chile), donde lo visitó, el 12 de noviembre el P. Bernardo Haevstadt (Su Diario
en Chilidungú vol II 1777 y otras ediciones)
LEUCATRÓ, 1834, cac. pehuenche.El 17 de abril de ese año, el Capitán Rodríguez con 15
granaderos mendocinos e indios del cac. Goyco, atacó en Palao Magüida (Sur de Mendoza) a los
indios de Leucatró “en su nueva toldería”. El cacique y 30 indios estaban a la sazón ausentes en
busca de alimentos silvestres. Les arrebataron la Chusma y los caballos. (Arch de San Luis doc.
5289)
LEU CON, 1860, cac. mapuche que apoyó con el cac. Quilapán los proyectos del
aventurero francés Anthony de T. Orelliè, aunque luego se preoclamara Rey de Araucanía y la
Patagonia.
LEU MÁN, 1790, cac. pehuenche del Norte de Malalhué. Estaba comprometido en la
Guerra Pehuenche. En un ataque los huilliches lo llevaron prisionero y también su hacienda fue
robada. En oportunidad de realizarse una campaña contra los huilliches, se presentó al jefe
mendocino Francisco Barros, el 23 de agosto de 1790 (Diario en Arch. Mend. Doc. 30)
ETIMOL: Manque: Cóndor y leu (leufú) del río
LEU MILLA, cac. boroga chileno. No se comprometió con los patriotas, aunque su
hermano, el cacique Venancio Coñuepán estaba comprometido. (ver: Cnel. Prudencio Arnold:
Rectificaciones del folletín “La Dinastía de las Piedras” del Dr. Est.S. Zeballos B. As. 1884 “.
ed.1888. ETIMOL: Oro del río
LEU QUI, 1859, capitanejo salinero del cac. Calfucurá, quien lo recomendó al Gral Urquiza
(AGN Biedma S. VII 14-4-1) ETIM; (Guay)qui: lanza Leu: dura
LEYMI, 1810, cac. pampa ranquel. en oportunidad de la expedición del Cnel. Pedro A.
García a las Salinas Grandes lo vio en el parlamento que se había convocado. En su diario dice que
éste era amigo y pariente del cac. Victoriano (de Angelis III p. 232)
LEY PÁN, 1831, cac. pampa que fue atacado por los pincheirinos y muerto por ellos
(Rosas: Diario de la Campaña al Desierto ed. 1965 p.50) En abril de 1833, el cac. Barbón habló al
expedicionario Cnel. Jorge Velazco de ese cacique (Rev. Est. Hist. De Mendoza V 1937 p. 117 y
Arch. S.Luis doc. 4212) Creo que no se debe identificar con el cac. Laypáng de 1787 que era
huilliche)
LÍAS CHARABA, 1574, cac. comechingón de Lías Sacat, Río 2º, Córdoba; encomendado
de Cárdenas (Montes p. 86)
486
LIBAPI, 1573, cac. comechingón de Machin Sacat, Mar Chiquita, Córd.; encomendado de
Villegas (Montes p. 91)
LIBY PÁN, 1796, capitanejo pehuenche del cac. Colemilla. Pertenecía al grupo de
Malalhue (Diario de F. Barros 1796, 2 de marzo ; en Rev. Est. Hist. De Mendoza VIII)
LICAN NAHUEL, 1770, cac. pampa puelche que acompañó al Piloto Manuel Pinazo en su
expedición contra los “tehuelches”. Antes asistiò con 11 caciques más al parlamento de paz,
celebrado en la laguna de los Huesos. El 23 de Noviembre, regresando de la expedición al Sur,
Pînazo traicionó a los caciques Lincón y Lepín, los hizo matar. Licán Nahuel heredó entonces a los
indios de la tribu de Lepín Nahuel en la Sierra de Cairú (Tapalquén). (Diario de J.A. Hernández en
De Angelis IV p. 547- 563) Lepín Nahuel fue muerrto en 1770, su heredero era Lican.
LICAN QUEO, 1872, capitanejo del cac. Baigorrita, según informa la lista del P. M. Donati
(lista que fue donada al Museo del Indio de Los Toldos) Durante la persecución de la Conquista del
Desierto, 1878 Lincanqueo cayó prisionero de la columna del Gral. Rudecinda Roca ( como lo
comunica en una carta del 25 de nov. a su hermano, Julio A.Roca; en Olascoaga I. p. 118) (ver
Lienqueo : boroga entre los ranqueles de Baigorrita)
ETIMOL: Queo: ser y lican: blanco
LICOBEL, 1837, cac. chilerno que participó ese año en el malón a Bahía Blanca, en
venganza de la matanza que se había hecho entre las tribus boroganos; especialmente del cac.
Venancio Coñuepán. (AGN S.X. 25-5-1: 14.8. 37)
LIEFCURA es Leficurá (hijo de Calfucurá)
LICU PICHÚN, 1612, cac. araucano. Participó en el parlamento de Paicaví (Chile), el 7 de
diciembre de ese año y fue nombrado Toqui para que condujera la guerra por la costa del mar hasta
Valdivia. Efectivamente reunió a varias tribus para la campaña. (Gay: Documentos, 1876 II. P. 284)
ETIMOL: Pichún: pluma y lic.: blanca.

LIENÁN, (Huirío Lienán y Ramón Lienán) 1820 caciques borogas de la zona de Temuco.
Durante la Guerra a Muerte estuvieron comprometidos, como el padre, el cac Nahuelhuén de
Cudileufú (Sudoeste de Lautaro) más tarde en Chollcholl y finalmente en las colinas de Temuco,
estuvieron luchando con los indios realistas. Se hiz rico y estimado. Se casó con la hija del cac.
Vichacura. Esta primera mujer se murió y entonces se casó con su hermana que le dio estos
importantes hijos : Ramón Lienán, Huirio y Corinda y más tarde trajo una cautiva a su casa,
llamada Lorenza. Los “aribanos” lucharon contra los abajinos y los del bando de los patriotas,
resistiendo a la invasión del Gral M. Bulnes y de los indios llamados patriotas al mando del cac.
mayor Venancio Coñuepán, Freyre etc. También el cacique Calfucurá (el Gordo) concertó con el
cac. Colipí un malón a la tribu de Nahuelhuen e hicieron un ataque simultáneo, tomando la tribu en
tenaza. En ese ataque murieron los caciques Nahuelhuén, Inal y Nahuelhual.
A consecuencia, el cac. Manguín organizó un malón de revancha. La venganza para los
mapuches era algo sagrado. El cac. Huirío Lienán fue uno de los primeros en presentarse para la
expedición, pues debía vengar la muerte de su padre. Huirío recordaba más tarde aquella acción y
decía que uno de sus compañeros se había llamado Piseñ. Carlos Rusconi cuenta de otra maloca al
mando de Ramón Lienán que hiciera en Cholchol contra el cac. Coñuepán para vengar la muerte
de dos de sus hijos.
Frente al predominio de los patriotas Huirío emigró a la Argentina, vegando allí muertes de
sus paisanos, los borogas que habían sido muertos por tropas de Bahía Blanca (Masacre de la tribu
de Cañiuquir y Coñuepán). Venancio Coñuepán aún era contrario a los realistas, pero fue muerto
por orden de Rosas. Así Huirío acudió en 1837 al malón sobre Bahía Blanca. Allí fue tomado
prisionero, - recordaba en su avanzada edad- , y fue llevado a la Isla Martín García. Durante la
Guerra al Paraguay recibió la libertad, en vista de que iba a participar en esa campaña. Huirío
contaba esto al R.P. Gunkel, cuando tenía más de cien años.
Vivía entonces en Temuco. En 1881 se sometió a la conquista chilena. El 24 de febrero de
ese año se fundó en sus territorios el Fuerte Temuco. Tendría su casa donde está el Hotel de la
Frontera. Antes tuvo su toldo en Cudileufú. Era el más longevo de la familia. Se había casado con
Isabel, la hija del cacique Pancho Curamail, cuyo padre había sido el cac. Huichacura de Collage.
487
Entre sus hijos podemos nombrar a Ramón Lienán, Nahuelhuén y Clorinda Lienán. Hirío Lienán
falleció en Temuco en el año 1904. Se le hizo un entierro solemne, al que asistieron todos sus
parientes y amigos de raza.
(Hugo Gunkel Lüer escribió sobre: El cacique Huirio Lienán, antiguo dueño de las tierras
de Temuco, en: Boletín Univ. Chile, Santiago Nº43, 1963 p. 55 – 59 ETIM: Lien y ant¨: sol
radiante. Gevara, Tomás y Lienán, Ramón narraron la historia de su familia en: Historias de
familias, siglo XIX ed Colibrís p. 97 – 104 (bilingüe con otografía moderna) 2002.
LIENÁN, (Lienandu. Lienán): 1779, cacique pampa-ranquel. Ese año estuvo boleando con
el cacique Lorenzo Calpisquis y Tegtui. Su nombre aparece también en el Diario del capitán F.
Barros de 1795/96, en oportunidad de su expedición al sur mendocino, en Rev. Est. Hist. De
Mendoza VIII 1938. Se presentó sobre la marcha a una junta de caciques y dijo que en Mamuil
Mapú (La Pampa) no había sublevación (Arch. Mend. doc. 19). El cacique vivía pues en la Pampa,
quizás en la zona de Toay. En 1810 lo trató también el coronel Pedro A. García en Salinas Grandes
(19.XI. 10: Diario}. Chilenos recientemente inmigrados hacían incursiones de aprovisionamiento en
las estancias del sur de Córdoba y de Santa Fe. y parece que Lienán los secundó. El brigadier D.
Cornelio Saavedra había sido nombrado en 1819 "Delegado Directorial para la pacificación de la
campaña": así, se ocupó en primer lugar del norte de la provincia de Buenos Aires, mientras que
otros (M. Rodríguez, p.ej.) empezaron a trazar las fronteras del sur. En octubre de 1819, se internó
con el Dr. Feliciano Chiclana casi 200 leguas Tierra Adentro para celebrar en Mamuil Mapú un
tratado de paz con los ranqueles que ya habían mostrado simpatías con el gobierno de Buenos Aires,
durante las invasiones inglesas y aún antes. El parlamento principal se celebaría en la toldería de
Lienan. Después de largas deliberaciones, en las que intervinieron los lenguaraces Florencio
Gutiérrez y Manuel Pilquelén, Saavedra propuso un tratado de paz. Los caciques Carripilún,
Lienan, Paillán, Millanamún y Quinchao, en total 17 caciques aceptaron sus propuestas. Fue el 27
de noviembre de 1819. En sus discursos, los caciques hacían galas de americanismo y afirmaban
que no dejarían pasar a los "maturangos" (los españoles). Según Eliseo Tello: Topomimia indígna
araucana del Territorio de la Pampa. Ed 1942 y 1958: el cac. Lienan vivía entonces en Charanantué.
Durante la campaña arasadora del ex brigadier chileno José M. Carrera, le resultó a Lienán
muy difícil no adherirse al caudillo. Sin embargo, se sumó al bando opuesto , al del cacique Nicolás
Quintana y quedó fiel al gobierno de Buenos Aires. Era el Nº 2 de la lista de 15 caciques
comprometidos a resistir a los "chilenos". Hasta se constituyó en protagonista: el 30 de Enero de
1821 envió a los caciques Grande, Felipe Guaychui y Millacuel al ya nombrado brigadier general
Cornelio Saavedra con cartas, diciendo que el cacique Curitripay, quien había participado en la
célebre invasión de los "chilenos" en diciembre último, estaba arrepentido. El emisario encargado,
J. Ulloa, convocó a Nicolás Quintana y a Lienán con sus caciques y capitanejos a Mari Mamuel.
para el día 15 al 17 de Marzo, para considerar la situación de los indios y tribus.
El cura párroco de Pergamino consideraba a Lienán como "íntimo amigo" y propuso
llamarlo para gestionar el rescate de cautivos (Comando General del Ejército. ob. rit. III. 261). Otro
amigo del cacique era Florencio Gutiérrez, un conocido lenguaraz, encargado de gestionar nuevos
tratados y convenios entre los indios, después que se acallara la revolución de Carrera, para así
recuperar los cautivos y las cautivas. Los ranqueles pedían indulto y Saavedra concedió a sus
enviados nuevas garantías de paz. (AGN. Biedma S.VII 10-4-13).
El gobernador Martín Rodríguez, en cambio, había realizado su primera expedición
desastrosa al sur bonaerense. Y, a pesar de que el coronel P. A. García concertara en 1822 un
importante tratado de paz, apenas retornara, el gobernador empezó a preparar otra expedición, esta
vez combinada con las milicias de varias provincias. El 6 de Marzo de 1823 inició su segunda
campaña y, casi al mismo tiempo, el gobernador de Santa Fe, el general Estanislao López, marchó
con 800 hombres hacia el centro de la pampa. Habían marchado 17 días, cuando detectaron la
toldería del cacique Lienán. El gobernador, entonces, eligió a los 200 más "guapos" para darles una
sorpresa en la madrugada del 17 de Mayo de 1823. Fue exitosa la acción, según el parte. En él. dice
que han muerto unos cien y han recuperado 440 cautivas y mucha hacienda (AEM. doc. 230/23 J) y
que no pudieron seguir adelante para sorprender también a la tribu de Curritripay, por la falta de
488
aguadas. Incluso debieron abandonar algunas haciendas que estaban arreando y que eran de Lienán.
Diezmada la tribu, sobrevivió a esta guerra.
El 25 de abril de ese mismo año, varios caciques ranqueles pidieron desde la toldería de
Hilgüé al Gobernador Bustos que interviniera para restablecer la paz. Y creo, que con espeanza
Lienán se presentó, en Diciembre de 1825, en la Laguna Guanaco (Córdoba) para celebrar un nuevo
tratadode paz. Los jefes ranqueles (50) se juntaron allí con los emisarios de las provincias de
Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. El 20 de Diciembre fue el acto más solemne en que sellaron la
paz. con la esperanza de poder vivir una época mejor. Lienán escoltó a los emisarios en su
regreseso. (AGN. S.X. 27-7-6: Biedma S. VII 10-4-14; Arch. Córdoba L.102: 1821 y L.282 Leg.
32). No tenemos otras noticias para completar su biografía. Ha sido un jefe importante.
(Etimología: Lien y antú: sol resplandeciente).
LIENANDE, 1593, cac. araucano (Chile). Era también uno de los luchadores por su libertad
y sus derechos. El Gobernador Martín García de Oñez y Loyola se vio obigado a sellar la paz en La
Imperial, el 22 de nov. de 1593 (J.T. Medina: Documentos Inéditos IV 1960 p. 377)
LIEN ANDU, 1779, cac. auca. Un documento de la frontera del 17 de octubre de ese año
dice que él y el cac. Manquel estaban boleando en el Bolcán con el cac. Lorenzo Calpisqui (AGN
IX 1-5-9. Chascomús ) Es posible que este nombre se deterioró en Lañado (ver su nota)
LIEN CURA, 1641, cac. araucano quien fue a recibir al Gobernador Baydes con unos 60
caciques y lo condujeron al gran parlamento de paz en Quillan. Liencura era entonces ya anciano
(Gay: Historia,1847, III capítulo Vº) ETIM: piedra brillante
LIEN CURA, Justo, 1873, capitanejo salinero que firmó también el gran proyecto de
tratado de paz, el día del falleciminmto del cac. Jn. Calfucurá (AEM doc. 1232)
LIEN LEU, 1797, cac. araucano chileno que vivía en Pichiñancu y estaba subvencionado
por el Gobierno de Chile conforme un tratado de paz. (T.Guevara, 1910 p.24)
ETIM: “río brillante”
LIEN MILLA, 1820, cac. boroga, pariente del cac. Venancio Coñuepán. Con él vino a la
Argentina y con él se afincó en la proximidad de Bahía Blanca. El 19 de 1831 se le nombra en el
parlamento que Rosas hizo convocar en Bahía Blanca, pues debía prepararse para una campaña
contra los caciques Toriani, Chocorí y Quiñigual (AGN Biedma Sala VI 10-4-14)
LIENPICHÚN 1612, cac araucano ver Licupichún
LIEN PÍ, 1820, cac. mapuche. En la Guerra a Muerte sostuvo la causa de los patriotas junto
con los caciques Quilapí y Pinolevi. El 12 de enero de 1821 intervino en la batalla con el Gral.
Salazar en Lumaco contra los caciques Mariluán, Catrileo y Carreneo (Vicuña: Guerra a Muerte p.
507) P(angu)i es puma
LIEN QUEO, es probablemente el mismo como Licanqueo, 1872: boroga entre los
ranqueles.
LIEN TUR (Iº), En 1622 fue elegido toqui, sucesor del cac. Lonco Tregua. Ese cac.
araucano, amigo de los españoles, estuvo en el parlamento de la paz con los pehuenches con el
Marqués (Casamiquela, 1995, p.52 y 141) 1628 vivía en Rere, entre los españoles. Pero viendo el
mal trato que éstos hacían para con los indios y particularmente con parientes (pacíficos), se
indignó. Se le despertó el resentimiento racial y buscó aliar a los mapuches en una acción de
revancha. Consiguió gran apoyo y hasta el gran cacique Ancanamún quiso participar. Invadieron el
Nacimientro y La Imperial en 1628 y, al año, incendiaron a Chillán. Para salir de entre los cristianos
sin ser molestado, tuvo que trasmontar la Cordillera y pasar por los pasos neuquinos, pues, cuando
se retiró de la Imperial con su botín, Juan F. de Rebollo lo perseguía sin alcanzarlo. En otra
expedición lo alcanzó Gregorio Sánchez Osorio. Lientur le aplicó la clásica táctica araucana: se
echó a huir; paró en un paraje favorable y lo derrotó al cristiano y a su tropa en una emboscada.
Otra vez llegó a los campos de Yumbel, que él conocía bien y tuvo la audacia de avisar a los
españoles que los vería en los llanos. Efectivamente, el agilísimo Lientur invadió la zona de
Yumbel, el 15 de Mayo de 1629, acompañado de 800 mapuches. El Capitán Juan Fernández de
Rebolleda salió furioso a desbaratarlo; pero éste lo atrajo hacia los Cangrejeras, un día de tormenta.
Lientur buscó ventajas en corridas de ziczac a todo galope, como las liebres, mientras caía la lluvia.
Los españoles, cambiando el cuadro creían que buscaba el flanco o la espalda. En cambio él buscó
489
poner la espalda al viento y a la lluvia, para que los castigara a los españoles y no pudieran encender
las mechas de sus arcabuces. Tras una feroz lucha a lanza y arma blanca, Lientur quedó dueño del
campo de la batalla. Luego marchó al saqueo e hizo cautivos. El Padre Campos Menchaca, quien
cuenta todo esto en estilo ágil, da cuenta como fue cautivado el Capitán Francisco Núñez de Pineda
y Bascuñán, quien más tarde nos dejara el interesante libro “Cautiverio Feliz” (ed. en Colecc.
Historiadores de Chile, 1863, T. 3, 560 pag.) El autor había estado preso del cac. Maulican en 1629;
en 1673 escribió su obra famosa). Da un testimonio de la mentalidad noble y justiciera de los
mapuches. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 104)
En diciembre de 1640, Lientur ya anciano, se pesentó al llamado del Gobernador Baydes e
hizo un tratado de paz que les garantizara la libertad y la posesión de sus tierras. Todos estos
trastornos no habrían ocurrido, si el Rey Felipe IVº no hubiese decretado, el 13 de abril de 1625:
“poner fin a la guerra defensiva en Chile y atacar y cautivar a los araucanos por contumaces en
rechazar la paz”.
Por avanzada edad renunció al mando y le siguió el cac. Buta Pichún
LIEN TUR, 1852, capitanejo ranquel que figura en la lista de los obsequiados por orden de
Rosas en Bahía Blanca, el 5 de enero de 1852 (AGN X. 18-4-8). Me pregunto si de veras 70 jefes
indígenas han sido obsequiados (en vísperas de la batalla de Caseros).
LIG LLAN,1819, cac. araucano de Tromen, quien intervino en la Guerra a Muerte en el
bando de los patriotas. El 26 de noviembre de 1821, después de la batalla de San Carlos, se retiró,
como lo hicieron también Coñuepán y Melillán Painemal (T. Guevara 1910 p. 96 y 193)
ETIMOL: “perla blanca”
LINGAIMAIN o LIGAIMÁN ver Ingamain, 1797 cc. Pehuenche del cac. Rayguán de
Babarco.
LIG ÑÁN, 1796, cac pehuenche; suegro de Colemilla. En la Guerra Pehuenche actuó en el
grupo de los indios amigos del Gobernador de Mendoza. Por documentos del Archivo de Mendoza
nos enteramos de las siguientes actuaciones: 1782 visitó al Gobernador con otros tres caciques para
agradecerle su intervención que impidiera la traición del cac. Bergamain (Arch. Mend. Carp. 102).
El 6 de Mayo de 1796 estuvo en el parlamento de Malalhué, en el que eligieron al cac Millaguín
como cacique gobenador, sucesor de Pinchitur. En la misma oportunidad dio cuenta del daño que
recibieran él y su yerno por el malón de los indios de Rayguán, pues, en su retirada de Malalhué,
pasaron a “visitar” a sus toldos, llevaron sus haciendas y les mataron sus ovejas. La gente logró huír
hacia las montañas (ib. doc. 21). Figura también entre los presentes en el parlamento del 31 de
mayo de 1798, en el que el Gobernador Amigorena depuso a su cacique gobernador y canceló
entonces la Guerra Pehuenche en el ambito mendocino (ib. doc. 43). El 4 de Julio de 1899 estuvo en
otro parlamento en San Carlos, en que se selló la paz con el cac. Carripilún y los ranqueles (ib. doc.
46)
Como última señal de su vida puedo señalar el acta y la información que tenemos del
parlamento que Fray Francisco Inalicán convocara en 1814 a San Rafael. Allí se pronunciaron a
favor de la política de la Revolución Americana. Ligñancú aparece en el listado de los caciques
encabezada por el cac. Neycuñán (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 1)
LIGUÁN, 1826, cac. boroga. Figura en la lista de los caciques que vinieron al parlamento
de paz en el Arroyo Pecuén (Piüé), el 25 de abril de ese año. Entre los 37 caciques es el Nº 20
(AGN X. 27-7-6) ETIM. Huanque: avestruz y ligh: blanco
LI LEO, 1880, capitanejo picunche. A lo menos actuó en el grupo del cac. Purrán (Rusconi
vol. IV p. 201)
LI LOÁN,1864, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas de Leuvucó (La Pampa).
Figura en la lista de los oficiales, cuando se gestinaba el primer tratado de paz por el Cnel. Manuel
Baigorria. (ver Memorias del Cnel. Manuel Baigorria)
LIMAY, Francisco (o Ligmain), 1617, cac. pampa de la Reducción de San Esteban de
Bolón, en la zona de Río IVº (Padre Pedro Grenon: Los Pampas y la Frontera del Sur. Documentos
para la historia de la Reducción. Córdoba, 1927 2da parte) ETIM: “Cóndor blanco”
LIMAY, 1792, capitanejo pehuenche. El 10 de septiembre de ese año estuvo en San Carlos,
participando en el parlamento con el cac. Llanquin. Asimismo aparece su nombre entre los
490
participantes de la firma de la paz que Ramos Mejía celebró en Miraflores (Part. Maipú) en nombre
del gobierno de Buenos Aires con los indios pampa (La Gaceta 12.4.20) Se hizo para que no se
afiliaran a la guerrilla del Ex dictador de Chile José Miguel Carrera.
LIMAY CÓ, 1830, capitanejo pehuenche pampa de la tribu de Cumilaf. Era su hermano,
como también de los capitanejos Catrinahuel, Cayunahuel
LIMPAY, 1787, cac. pehunche del sur de Mendoza; era cuñado del cac. Calfuqueo. Murió
1787 de viruela, según dice una carta de F. Esquivel Aldao dirigida al Gobernador Amigorena
(Arch. Mend. Julio de 1787)
LIMUNAO ver Lemunao
LINARES, Antonio, 1863, mestizo entre los manzaneros, capitanejo. Era uno de los seis
hermanos que se destacaron en el servicio militar en la zona de Carmen de Patagones y de Bahía
Blanca. Siempre fieles a las autoridades militares, fueron muy apreciados. Con sus indios formaron
una tribu a las órdenes de Miguel Linares. 1879 Antonio actuó en la Conquista del Desierto ; pero
en 1881 figura aún en la lista de los Indios de Linares. Alvaro Barros cree que ese año se ha disuelto
la tribu de Linares. Por la ley 1628, Antonio y su hijo Marcelo se hicieron acreedores al premio de
los expedicionarios, pero no tengo constancia de que hayan recibido tierras (Acad. Hist. Nac. 2º
Congr. 1974 I. p. 340)
LINARES, Fernando, 1863, capitanejo entre los manzaneros en la tribu de su hermano
Miguel. Sirvió en el ejército como Indio Auxiliar. Tenía su estancia en el Bajo Hondo, al sur de
Bahía Blanca, pegado al campo de Jorge Claraz ( Hux: Jorge Claraz (1832 – 1930) Biografía de un
explorador suizo en el Sur agentino Ed. Pucara 1977). Varias veces fueron atacados por malones
salineros. El malón de 1870 les fue especialmente fatal. Fernando Linares fue muerto en marzo de
1876 por pobladores de Bahía Blanca (Raone: El pampa Ferreira, baqueano y lenguraz 1981 p. 148
ed Bibl. Suboficial vol 150)
LINARES, Ildefonso, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares, su hermano. Ch.
Musters lo conoció y lo nombra en su libro: Vida entre los Patagones. También el periódico The
Standard de 19 de octubre de 1871. Monseñor Espinosa lo casó en su gira por San Javier, el 20 de
abril de 1880; había sido bautizado con anterioridad (Diario de Mons.. Espinsa). El acompañó al
Gral. Wysoski en la Conquista del Desierto de 1879. Y más tarde se dedicó a la ganadería en su
estancia.
LINARES , Luis, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares. También lo menciona el
viajero Ch. Musters en su libro: Vida entre los Patagones.
LINARES, Manuel, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares. Era cuñado del cac.
Sayhueque y compadre del cac. José María Llanquetruz. El acta del bautismo de su hijo de 1858
dice, que Llanquetruz fue su padrino (sic!). Ese mismo año firmó un tratado de paz con el gobiero
de Buenos Aires en Carmen de Patagones. Los Linares pertenecían originariamente a la obediencia
del cac. Benito Chingoleo en Sauce Blanco, cerca del Fortín San Javier. En marzo de 1868, su
hermano Miguel asumió la jefatura de esa tribu. Ya figuró el 1º de enero de 1861 en la planilla de
los indios amigos del cac. Chingoleo.
Manuel Linares es el típico indio manso, baqueano y lenguaraz, acompañante de
exploradores y viajeros en la Patagonia. Ch. Musters no sólo lo menciona, sino lo describe como lo
había encontrado en San Javier, en el toldo de Chalupa “bien vestido con poncho y chiripá de tela,
botas de cuero y ropa blanca bien limpia. Llevaba en la cintura un revólver…”
1872 vivía en “Potrero Cerrado”, a dos leguas del “Rincón de Brizuela” de Alderete. Ese
mismo año, Manuel Linares acompañó con cinco indios más al explorador Mayor MarianoBejerano
desde Camen de Patagones por el Valle del Río Negro hasta el Cerro Nevado del Valle Rico
(Memoria del Min. De Guerra 1873 p. 348 – 359). También asistió al Tnte. Cnel. Martín Guerrico
en su exploración del Río Negro. En sus informes Guerrico caracterizó a Man. Linares como guía
inteligente y práctico. Gozaba a la vez grande estima entre los indios de los caciques Sayhueque,
Reuquecurá e Inacayal. Así Guerrico en su expedición de 1872 pudo conferenciar con los caciques
mencionados (Almeida, Juan Lucio: Modesta victoria; cabalgata histórica de las exploraciones de
los ríos Negro, Limay y el Lago Nahuel Huapí Bs. As. 1966 p. 80) Nuevamente en 1875 lo contrató
el explorador naturalista Perito Moreno para que lo acompañara con una buena escolta a la tierra de
491
los manzaneros. Los Linares eran bien vistos entre las tribus del sur y lazos de parentesco los unían
a varias de ellas, especialmente con la familia de Sayhueque. 1875 vivía aún en Potrero Cerrado, a 9
leguas de Carmen de Patagones junto con otro hermano, llamado Mariano. No compagina con esta
historia el artículo del The Standard del 19 de Octubre de 1871 que lo cree muerto, víctima de una
reyerta. El hermano Fernando, sí, fue muerto, pero en marzo de 1876. De la muerte de Manuel no
tengo noticia.
LINARES, Manuel En 1980 Sister Hilger visitó a éste (capitanejo) perteneciente al cac.
Ancapán (Prov. Neuquén). Tenía 40 familias (Hilger, María Inés (Sister) : Araucanian child lif and
its cultural background (Chile- Argentina) Publ. Smitson Inst. vol 133 Nº 42, Washington 1957 con
fotografías)
LINARES, Mariano, 1870, capitanejo de la tribu de su hermano Miguel Linares. Sirvió en
el ejército nacional como soldado y capitán. Figura en las lisatas de los Indios Auxiliares en la Plana
Mayor. 1881 se hizo acreedor del premio de los expedicionarios del Desierto y de la Campaña del
Sur.
Tuvo su estancia en el Valle del Río Negro. Monseñor Espinosa dice en su diario con fecha
del 13 de abril de 1880: Confirmé en la estancia a Mariano Linares. No sé a quién confirmó. Vecino
es Vicente Viloche y Cúneo”. En 1885 se hospedó en esa estancia también el misionero Domingo
Milanesio y el Obispo Mons. Juan Cagliero. Estaba a una legua de San Javier. La familia numerosa
de Mariano Linares era ya cristiana, “algo” civilizada. Celebraron allí también una santa misa en su
rancho. (De Salvo: Cagliero Civilizador. La obra magna del Apóstol de la Patagonia. B.As. 1936 p.
107)

LINARES, Miguel, 1837-1907, era cacique entre los manzaneros (él mismo era mestizo),
oficial del Ejército Argentino. No conocemos su origen con certeza, pues M. A. Vignati creyó que
su padre había sido blanco de Salto y R. Casamiquela, que ha sido de Chagallo, de la tribu de
Pichalao. 1995 (p. 103) escribió el mismo que los Linares eran oriundos del bajo valle del Río
Negro Ciertamente no era tehuelche, sino manzanero mestizo. Miguel Linares nació donde hoy está
la ciudad de Viedma, en 1837. Su familia vivió largos años en la zona de San Javier; no sé donde se
educó, pues sabía leer y escribir, y fue el maestro del joven cacique Llanquetruz. En sus toldos
habría, quizás, un maestro de escuela. En la década del 60 había allí un maestro suizo, llamado Don
Alfredo Schauenberg, percibía sueldo y enseñaba a 36 niños (Diario de Monseñor A. Espinosa).
Una hija del cacique Miguel Linares, llamada Eusebia, formalizó matrimonio con un noble
emigrado de Francia, Dn. Benigno Entraigas, y serían los padres del benemérito salesiano R. P. Raúl
Entraigas, historiador y escritor conocido.
Miguel Linares entró, desde joven, en el servicio militar. Y como su cacique Benito
Chingoleo estaba en tratado de paz, él también cobraba sueldos. En la lista de Chingoleo figuraba
inmediatamente después del mayor Manquilao Cheuqueta, hermano de Benito Chingoleo
Cheuqueta y el mayor Valentín Sayhueque, sobrino del cacique Chingoleo. (Arch. Gral. Del
Ejército)
A pesar de sus múltiples servicios, Miguel Linares iba formándose su propia tribu. Como
militar ascendió a sargento mayor. En marzo de 1867 asumió las responsabilidades de cacique
mayor y de comandante de la liga manzanera, siendo oficial no ya de la Guardia Nacional, como lo
eran los indios amigos en general ,que habían hecho un tratado de paz con el gobierno; fue oficial
del Ejército Nacional, aprobado por el Congreso de Buenos Aires. Anteriormente, el general B.
Mitre lo había aprobado como "honorario". (Constancias en el legajo personal del Archivo General
del Ejército)
La tribu de Linares había pasado a revistar, como consta en las planillas que se conservan.
Allí figuran también los caciques Valentín Sayhueque, Apolinario Maciel, Inacayal, Manuel Linares
y Ñancucheo... Y hay listas donde figuran hasta las mujeres y los niños.
El cacique Linares fue uno de los promotores de muchos tratados de paz celebrados en la
comandancia de Carmen de Patagones y opino que actuaba más desinteresadamente que el coronel
Julián Murga, quien podría proveerse de buenas ganancias a través del aprovisionamiento de los
indios por la Casa Aguirre y Murga. Linares estuvo en los parlamentos de los tratados de Chingoleo
492
y de Sayhueque, en Mayo de 1863, y de los caciques Huincabal o Inacayal, en Junio del mismo año;
de Cayupán, en 1865 y de Reuque Cura, en 1866; de Queupumé, Purrán e Huincaleo, en 1868 y de
Limonao (Lemunao) en 1869.
A pesar de sus servicios en las guarniciones, no olvidaba a su tribu. Esto lo ilustra un
documento, fechado el 25 de Agosto de 1869, por el que se permite al cacique Miguel Linares
formar un pueblo y establecer una escuela agrícola (Arch. Mus. Hist. Nac., doc. 4292). Alcibíades
Lappas en su artículo :La Masonería en la Ocupación del Desierto, en Revista Historia Nº 8, 1981 p.
188 habla de esta solicitud , en Mayo de 1869 y dice que D.Sarmiento por malos informes sobre
Linares no podía acceder a la petición. (Su hijo Domingo Oro los había visitado el año anterior)
Pero el documento arriba citado retrae esa negativa. Ch. Musters, que los visitó en 1869/70, no dice
que tales proyectos se hubieran realizado. Pero en su libro dice que San Javier era el cuartel general
de los Linares. Estuvo pues en la casa del cacique Miguel, que le pareció "largucha y baja", pasando
á la sala donde sus dos esposas estaban sentadas ocupadas en coser. Allí tomó unos mates. Pero el
cacique no se presentó; había salido en persecución de unos indios de Calfucurá que habían atacado
una tropa de carretas. En cambio, el viajero encontró al hermano Antonio Linares. (Musters: Vida
entre los patagones, p. 365)
Anteriormente tuvo entre sus toldos la presencia de dos pastores de origen suizo,
pertenecientes a la Sociedad Misionera de Inglaterra, Don Teófilo Schmid y Federico Húnziker.
Jorge Claraz, otro suizo, pero explorador y estanciero del vecindario (de la China Muerta) también
lo ha tratado y visitado. En aquel entonces, Linares tenía unos 50 indios de lanza al servicio del
gobierno y por ello recibía sueldos y víveres; pero el contacto con los soldados de la frontera, a los
que Musters llama "indolentes y fanfarrones", no tuvieron buena influencia entre ellos.
El Perito Moreno, quien los conoció en 1875, decía que Miguel Linares tenía mucha
influencia entre los indios, porque era pariente y compadre de los principales caciques de la zona.
El cacique tuvo mucha actuación en el período de la llamada Conquista del Desierto, aunque
él habría preferido la paz a la guerra. En 1876, en pleno avance de las tropas de Alsina, viajó a
Buenos Aires para renovar el tratado de paz de Reuque Cura y para reclamar pagos atrasados para
sus 8 capitanejos y los 116 soldados (AEM, 2.6 y 12.6.76). En 1877 fue destacado para esperar a los
1.100 indios de Catriel que iban a entregarse, después de haber soportado la diezmante persecución
hasta la Pampa. M. Linares acompañó al coronel Bernal en su exploración de los caminos de Choele
Choel hasta Carmen de Patagones, acompañados por 50 soldados de la Comandancia y 175 indios
suyos y algunos de la tribu rendida de J.J. Catriel. En 1879, M. Linares se incorporó a la División
del general Julio A. Roca en Choele Choel, capitaneando al "Escuadrón de Lanceros de Indios
Auxiliares". Allí el fotógrafo Antonio Pozzo les tomó una fotografía (publicado en Abad de
Santillán, Enciclopedia Argentina, T. III, p. 29). Cuando, el 3 de Junio de ese año, el ministro en
Campaña había llegado a Carmen de Patagones, cursó una nota al recién nombrado jefe de la línea
militar del Río Negro, coronel Conrado E. Villegas, avisándole "que los indios Guardias Nacionales
de Linares han sido licenciados definitivamente para que trabajen en libertad" (Olascoaga: I. p.
267). El sargento mayor Miguel Linares debía recibir la medalla que se otorgaba a los jefes que
actuaran en la Campaña del Río Negro. Aún en 1883 la reclamaba. Al mismo tiempo quedaron
cesantes los sueldos y las raciones para sus indios. Sin embargo, fueron incorporados de nuevo para
las Campañas del Sur. Finalmente, fueron incluídos en la nómina de los acreedores al premio
otorgado en tierras, en virtud de la ley 1628 del año 1879/1881 a los expedicionarios. (Ver la lista
en: Academia Nacional de Historia, 2° Congreso de Hist. Arg. Reg. 1974, 1. p. 337 y 345 y R.
Entraigas: Los Salesianos en la Argentina, 1969 III, p. 224)
Durante la campaña del teniente Lino O. Roa (1883-1884), el sargento Miguel Linares
comandaba una patrulla y tuvo que operar contra sus propios amigos y parientes, los indios de
Sayhueque, Huenchunecul, Cumilao y los tehuelches del Chubut, En 1884 acompañó al cacique
Namuncurá en su rendición y sometimiento. Lo acompañó en el vapor hasta Buenos Aires. (Clifton
Goldney: M. Namuncurá, p. 161, el 17 de junio de 1884)
En 1893 pasó a la reserva y en 1894 a la Plana Mayor: en 1896 a retiro efectivo.
Mucho podría habernos contado de su vida militar. Pero aparentemente no ha dejado ningún
relato personal. En su empleo fue fiel y cumplidor.
493
Los misioneros que lo han tratado y han tomado contacto con su gente, nos han dejado
algunos recuerdos positivos de él. En 1880, Monseñor A. Epinosa llegó a sus toldos, media legua de
San Javier, y allí realizó seis bautismos (Diario, p. 93). En 1885 los visitó Monseñor Juan Cagliero,
junto con el padre Domingo Milanesio. Ellos celebraron la santa misa en el rancho del cacique.
Había allí muchos chicos y parientes del cacique. El mismo año, monseñor Cagliero los visitó de
nuevo y luego redactó un relato sobre esta familia que se publicó en el Boletín Salesiano en Turín
(Nº 3, 1886. que yo no he consultado aún).

El cacique Miguel Linares murió en 1907, a la edad de 70 años. Le sucedió su hermano


Feliciano.

(Bibliografía: Marta C. Belfiori, Los Linares, en Acad. Nac. Hist.. 1974,1, p. 91-100. Su
fotografía en A.G.N., B. 112.494).

LINARES, Feliciano: Cacique también entre los indios de San Javier. Fue hermano y
sucesor del cacique sargento mayor Miguel Linares. Sus indios, después de haber servido a la
Patria, fueron desplazados a Catan Lil y más tarde a Aucapán, una región árida a mil metros de
altura en la Precordillera, a 35 kilómetros de San Martín de los Andes (Neuquén). La investigadora
Mabel R. de Bianchi y otros le han dedicado una página en Cuadernos del Instituto Nacional de
Investigaciones Folklóricas, Bs. As., 1961. II. p. 208) e incluyeron una fotografía del anciano
cacique y de su esposa, doña Ignacia Antileo. Averiguaron, ante el Juez de Paz y el sacerdote, su
edad y él tenía unos 110 años y ella 80. Estaban Aurora de 40 años, Transito, Margarita y Martín, el
más pequeño, que contaba 12 años. También se hallaba de unos 80 años que estaba casado con
Manuela Tropán y con su hermana, llamada Margarita. (Ver también Ceferino Namuncurá)
LOS LINARES DE LA TRIBU DE COLIQUEO:
1.Cacique Antelén, cac. boroga emigrado de Chile por la Guerra a Muerte con el
cac.Maiqano
Rondeao a la zona de Guaminí. En oporttunidad del Asalto de Masallé en sept. de 1834 logró
fugarse con Mariqueo, Marileo y Coliqueo, internándose a las tierras ranqulinas. Aún en 1870 había
un capitanejo Feliciano Antelén entre los Ranqueles.
2. Antelén Linares n. 1862 cas. c. Ignacia Narcisa Tanilaf , n. 1866, como dicen los libros
de bautismos, es el primer matrimonio Linares que conocemos en la población de Los Toldos, en el
campo de la Tribu de Ignacio Coliqueo y que dejó una gran descendencia que está presente hasta
hoy. Los enlaces matrimonioales me indican que provienen de la nobleza araucana. Los Linares se
casaban con hijas de las familias de los caciques o capitanejos.Su historia es la de los Coliqueo.
3. Los hermanos de este Linares:
a)Fernando Linares n. 1852 cas.c. Cecilia Cumen y cas. c. Carmela Collenao; su hija Ignacia
Linares cas. c. Angel Melín
b.Emilio Linares (1863-1940) cas.c. María Cleñán , nac. 1862 hija de Man.Cleñán
Entre sus hijos Olegario Linares (1892 – 1978) cas. c Elvira Medina 8 hijos
Gervasio Linares (1886-1979) cas. c Aurelia Caitú ; muchos hijos
c.Martiniano Linares n. 1869 cas. c. Aurelia Quemehunche n. 1872

LINCA NANGS, 1672, cac. araucano de la Provincia Loico (Chile).


LINCA NÁN, 1872, cac. Pehunche del Alto Neuquén. El 1º de enero de ese año representó
al cac. Zúñiga en la celebración de un tratado de paz con el General chileno Urrutia y los
pehuenches del cacique general Purrán (AEM. doc. 6464)
ETIMOL: Ñancú: aguilucho y Linca: blanco
LINCAN LEO, 1830, cac. araucano chileno, hijo del cac Hueichaleo. Emigró a Curamalal
(Prov. de Bs.As) (J. Bengoa: Historia del pueblo mapuche, Santiago 1985 p. 102)
494
LICAN QUEO, 1881, cac. mapuche de Tromen.
LINCAO, 1593, cac. mendocino (prob. huarpe), hermano del cac Ubciquiam (o
Hubciquian), Sus padres se llamaban Illanque y Tensate, según el documento del Archivo de
Mendoza de 1593 y Morales Guiñazú, F.: Los primitivos habitantes de Mendoza (huarpes,
puelches, pehuenches,aucas ed. Best 1937 p. 13)
LINCA QUEO, 1870, capitanejo ranquel entre los de Baigorrita (P. Donati, lista)
LINCA PIE, 1878, capitanejo, que ese año se presentó en Puán al Cnel. Wintter (Olascoaga
IV p.86)
LINCÓ, 1870, capitanejo pehuenche de Milla Huincó y Choique Mahuída. Vivía con su
hermano Rolupán. Allí hicieron un tratado de paz con el Capitán Rufino Solano (Antonio del Valle:
Recordando el Pasado. Campañas por la civilización. Azul 1936 I. p. 340). Jn. Walter: Conquista del
Desierto ed 1964 lo menciona ubicándolo entre los pehuenches del Sur del cac. Vilo, a una legua
del
Río-Curileo..
ETIMOL: Linco : ejército o tropa
LINCO GÜIR, Santiago, 1820, cac mapuche, hijo de Guayquigner, hermano de Ancañir,
participó en la Guerra a Muerte en Chile estando en el bando de los patriotas. Era de Picoiquen,
donde hoy está Angol. Era compañero de Meligüir (probablemente hermano suyo). Era primo de
Don Venancio Coñuepán. También era pariente de Fray Francisco Inalicán. En 1820 acompañó al
misionero Diego Luis Villafañe de San Rafael (Mend.) hasta la Araucanía (Rev. Archivum VIII p.
271, 184 y 199). 1821 acompañó al emisario pontificio Mussi a quien traducía cartas del castellano
al araucano. En cuanto a su carrera militar averigüé que había sido oficial del General Manuel
Belgrano y también fue oficial del Ejército de Los Andes de San Martín. (Lo llamaban Lincomur).
Más tarde luchó con el cacique Colipí en varios encuentros y en 1824 acompañó a los caciques
Melipán y V. Coñuepán en su expedición a la Argentina para perseguir a los borogas realistas. Por
dificultades en los Pasos, se quedaron todos en La Pampa y luego ofrecieron sus servicios al
Gobernador Rosas de Buenos Aires. Lincognerr era corresponsal del Gral. Juan M. de Rosas, pues
era uno de los “instruídos chilenos ladinos”.
Más tarde fue acaparado por el cac. Jn. Calfucurá y en su nombre desempeñó algunas
comisiones, hasta que volviera a Bahía Blanca. John W. Maguire, en su libro “Loncahué”Bs. As.
1967 p, 141, publicó una carta escrita en 1851 por el cacique M. Collinao, dirigida desde Bragado al
Gobernador Juan M. de Rosas, en la que le pide permiso de que Lincogur pudiera venir desde Bahía
Blanca a su lado para ser su escribiente. Es la última noticia que tengo de él.
ETIMOL: Linco: del ejército y gner o güir: zorro
LINCOLAF,1833, cac. boroga, quien a raíz de la Guerra a Muerte emigró con otras tribus a
la Argentina, estableciéndose en la zona de Guaminí. 1833 lo menciona el cacique principal Ignacio
Cañiuquir en una carta a Rosas, fechada el 16 de septiembre de ese año. El mismo Gobernador
Rosas permitió o mandó más tarde que otro contingente chileno, políticamente opuesto, destrozara
en dos ataque o malones (1834) estas tribus. Lincolaf se escapó del Asalto de Masallé y fue a
internarse en tierra ranquelina. A los que se habían ido a la Pampa de los ranquelinos los declaró
infieles y enemigos. Los hizo perseguir por las tropas de Bahía Blanca y con engaño a sus propios
hermanos borogas, hasta que se sublevaron (véase los relatos de Rondeao y Cañiuquir) (AGN. X.
24-8-6).
LINCO LEO o Lincoleu, Lincalen) 1830, capitanejo boroga inmigrado a la Argentina en la
primera mitad del siglo XIX. Estuvo en Guaminí y Salinas Grandes. Fue de los perseguidos por las
patrullas chilenas de Calfucurá. Las familias de Lincoleo fueron incorporadas a las tribus de Salinas
Grandes. Aún allí obedecía a su cac. Meligür, cautivado en Masallé. A su tiempo desempeñó algna
misión para Calfucurá. 1852 fue enviado a Bahía Blanca para conseguir la libertad de Millaqueo,
hijo mayor de Calfucurá, quien ha sido detenido allí cuando llevara a ese Fuerte una comisión de
paz.(Capdevillla,R. Rosas y Belgrano, Tapalquén 1973 p. 103) Cuando Lincoleo llegó a Bahía
Blanca, Millaqueo había sido fusilado, lo que produjo grandes disgustos entre los salineros. En
diciembre de 1858, después de la batalla de Pigüé que resultó desfavorable para Calfucurá, Lincoleo
495
huyó de los toldos de Calfucurá, pidiendo radicación en Bahía Blanca. Para más información sobre
Lincoleo, véase la historia del cac. Cañumil y de Calfucurá.
LINCO LEBO, 1612, cac. araucano que asistió al parlamento de Paicaví. El era de Purén
(Chile).
LINCOL (prob. Linconahuel) 1882, cac. del Neuquén. Durante las Campañas del Sur se
conoció este cacique. En noviembre de ese año, el Tnte. Cnel. Palacios expedicionó contra él,
cuando se supo que estaba en la Cordillera boscosa, en la zona del lago Lácar (San Martín de los
Andes). Lo alcanzó, batió a sus indios y logró quitarles gente y hacienda; pero no lograron capturar
al cacique. La tropa expedicionaria regresó al Lago Nahuel Huapí, donde llegaron el 26 de enero de
1883. (Cnel. Félix Best: Historia de las guerras argentinas B. 1960II p. 401)
LINCOMUR ver Lincogüir
LINCOMÁN, 1872, capitanejo pehehuenche (picunche) de la tribu de Caepí.
Intervino en el tratado de paz del 27 de agosto de 1872 (Arch. Mend. Carp. 123 doc.
44)
LINCON (o LINCO NAHUEL), 1770. Uno de los principales caciques
pampas, llamado "auca" por Miers (1770). Tenía su toldería al sudoeste de las Sierras
de Cairú. al sur de la Laguna Blanca Grande, sobre el camino viejo a las Salinas
Grandes. (J. Arena: Historia del partido de Olavarría: mapa que ubica sus toldos
p.144). Cuando Manuel Pinazo. el gran expedicionario a Salinas Grandes, quiso sacar
a los teheulches que se habían infiltrado en la provincia de Buenos Aires, concertó un
tratado de paz con los aucas, pampas y ranqucles. Reunió a sus caciques (12) sobre la
laguna de los Huesos (Partido de Gral. Viamonte. relativamente cerca de Palantelén,
donde había un campamento militar). El 20 de mayo les propuso un tratado de paz.
(Grau: Las paces con los indios chilenos en 1770. En: La Nación 9.3.1943) acudieron
al parlamento los caciques Lepi Nahuel, Tambu Nahuel, Cadu Pangui, Linco Nahuel,
Tranamanque, Alcaluán, Colümilla, Caullantü, Quintellanca, Nabaltripay,
Cuhunillanca y Epullanca. El cacique Guayquitripay no quiso participar, pero
aprovechó 1a ausencia del cacique Lincón para hacer a Lincón una maloca y quitarle
familias y haciendas. Entre los prisioneros fue llevada también la mujer de Lincón.
Pero a poco de andar escapó. Lincón los persiguió hasta su campo atrincherado (en
Tandil) Sabiendo lo ocurrido el Gobernador de Buenos Aires, mandó al sargento
Mayor Manuel Pinazo expedicionar contra los tehuelches, contratando para la
empresa o campaña a las tribus comprometidas por el tratado de paz.
La expedición salió de Lujan (Guardia de..) con 170 hombres y un capellán;
luego se les incorporaron 229 indios al mando de 13 caciques.
Juan Antonio Hernández escribió el diario de la expedición (De Angelis 1910
IV p.547-563).
El 1º de octubre la tropa estuvo en la laguna Palantelén (Part. de Bragado,
entonces Pago de Luján)). El día 6 se acercaron a las Sierras del Cairú (Sierras
Chicas). El día 7 se incorporó el cacique Lepín en la Laguna Blanca, que se hizo con
grandes ceremonias. El día 11 llegaron a los toldos de Lincón. Este los proveyó de
víveres y se incorporó con sus subalternos Caullamantu, Calfignere. Epullanca. Licán
y Lepín habían venido el día anterior. Llegaron también Tranamanque, Cadupangui,
Güente Nahuel, Lepilagua, Payllaguala y Guayquifilú con su gente guerrera. La
mujer de Lincón hacía de baqueana y así salió la expedición contra los tehuelches. En
su recorrido llegaron hasta el Río Colorado, donde antes había unas 40 tolderías.
Ahora no se encontraron: se habían fugado levantando sus toldos.
496
De esta manera decidieron emprender el regreso. El cacique Lincón propuso
tomar el camino de la costa. Allí encontraron un pequeño grupo de tehuelches. Los
atacaron, fue una mañana de neblina. Según el diario, les mataron 102 indios. El día
29 de octubre atacaron la toldería de Guayquitripay y vengaron la maloca que
hicieran contra la tribu de Lincón. Los encerraron en un semicírculo (como en la caza
de avestruces); a la izquierda establecieron a los indios amigos y a la derecha, a los
milicianos y el centro lo ocupó el grupo de soldados que traían tercerolas. No
tuvieron tiempo para reaccionar. A los Guayquitripay les mataron 150 indios y
destruyeron sus toldos. Los indios amigos se horrorizaron de tales procederes y
pedían moderación especialmente, porque entre aquéllos había parientes suyos. Aún
el Gobernador Bucarelli desaprobó la acción. (Memoria del Gob. Bucarclli a su
sucesor J. J. de Vértiz en: Revista de la Biblioteca Nacional, 1880).
La crueldad de los expedicionarios se descargó también sobre Lincón: El 23 de
noviembre lo mataron por traidor (Diario, p. 552). Su hijo Lincopán o Nahuel-pán
asumió entonces la dirección de su tribu. Lincon Nahuel fue padre de Nahuelpán y
éste murió muy viejo en 1874. (Harriet p. 35)

LINCON PANGUI (Lincopán o Lincón). 1771. cacique pampa - ranquel. Fue


sucesor de su padre traidoramente muerto por los expedicionarios de M. Pinazo, casi
al concluirse la expedición contra los tehuelches de la zona bonaerense. Lincopán
renovó el tratado de paz con el Gobernador de Buenos Aires, en 1771. En varias
oportunidades habrá estado en zozobra por miedo a las expediciones que se hacían
más que anualmente a Salinas Grandes: porque los expedicionarios no buscaban sólo
la sal de Tierra Adentro. Los toldos de Lincopán estaban cerca del camino a Salinas
Grandes. Más de una vez los expedicionarios se habían apoderado de haciendas y de
indios, aunque los diarios oficiales de esas expediciones no digan nada al respecto.
(Ver Catriel). En 1778 era un cacique relevnte. El 16 de marzo de 1778 se presentó en
la Guardia de Luján (hoy Mercedes) que había reunido su gente por recelo de los
pegüenches (AGN. IX 1-6-78) Antes estaba asentado en las Sierras de Cairú
(Olascoaga) Quizás era pariente de Cadupangui muerto durante la expedición de
1870) Allí fue atacado en 1776. 1778 hubo un gran parlamento en Salinas Grandes,
presidido por el cac. Lincopangui y el famoso Lorenzo Calpisqui. Decidieron
contrarestar la constante penetración de los españoles. En 1780, Lincopán estaba en
paz con los españoles. Pero como había habido ese año una invasión de mil indios, lo
tomaron preso y lo mandaron a la prisión de Martín García (27.8.1780 Zinny, A.:
Historia de los Gobernadores: J. J. de Vértiz).
En mayo del mismo año, el gobernador de Córdoba (Maestre) reunió a 1.200
hombres y expedicionó en dos columnas contra los indios que habían invadido la
zona de Río Cuarto. Pero no los halló ya. A 150 leguas encontraron una toldería: se
apoderaron de sus haciendas y les hicieron el cerco de muerte, siguiendo la
instrucción del Virrey que había ordenado: "en vista de la mala fe con que
procediesen, que no les diesen cuartel a los indios y los pasasen por las armas".
Los indios pelearon hasta que les mataron al cacique y a una buena cantidad de
indios. Más adelante encontraron unos mil indios quienes echaron al viento una
bandera blanca, dando a entender que querían la paz. Maestre les prometió, mediante
497
emisarios, respeto, siempre que entregasen cautivos y haciendas de sus últimos
malones. En realidad quiso apresarlos, no obstante su promesa para que fuesen
castigados. Entre ellos había 21 caciques (mandones, dice el documento) y tenían sus
intérpretes. A los cinco días, los indios intentaron atacarlos —así dice el documento
— y fueron rechazados, dejando en el campo 60 muertos y 2 caciques (Arch. Gral.
Ind. Bs. As. Leg..l43 :6.8.80: fide Acevedo 1964 p.31).

LINCON, 1810. cacique pampa. Uno de los caciques más importantes de su


tiempo. 1807 llegó el cac. Lincón y su comitiva de muy lejanas tierras, se presentó en
la Comandancia de la Frontera (Guardia de Luján) sin otro salvoconducto o
resguardo que un despacho librado por Balcarce a sus abuelos, marchando a Buenos
Aires fue a ratificar ante el Virrey “la paz que en tiempo de Balcarce se sancionó con
ellos (AGN.IX 1-7-1: 21.12.1807. Antonio Mosquera a Santiago Liniers). En 1806,
ante la noticia de la invasión inglesa, los caciques de Tandil, reunidos en parlamento,
haciendo las paces entre sí, resolvieron proteger a los cristianos contra los
“colorados”. Ellos ofrecieron 2000 indios lanceros y 1000 caballos.
Desde tiempo el Gobierno buscó ganarse la voluntad de los indios para
construir sin su oposición una población y un Fuerte en Salinas Grandes, donde se
solía buscar la sal necesaria para la ciudad y los saladeros de cuero. Sólo los
ranqueles de Victoriano y Quechusdeo estaban de acuerdo. Se debía quizás porque
veían en ésta una protección para sus tribus malvistas por otras.
La Primera Junta Gubernativa de Buenos Aires encargó, el 15 de junio de
1810, al Cnel. Pedro A. García a reconocer las fronteras y librarles un informe. En
septiembre Sebastián de Indiano, un gran conocedor de la pampa, mandó al Cnel.
García un "plano geográfico del terreno que tiene que ocupar", y le aconsejó pedir de
Mendoza un contingente de 700 hombres armados de fusiles que reforzarían su
expedición a Salinas Grandes. Efectivamente, el Cnel. García equipó una gran
expedición: juntó 172 carretas, 62 carros. 26 infantes. 35 de caballería, otras 40
carretas, 278 peones, 8 indios amigos y lenguaraces. El Diario que empezó a escribir
a su salida de Lujan, el 21 de octubre de 1810 y termina con su regreso a la misma
villa el 22 de diciembre, es un documento sumamente interesante, pero no revela que
hubiese tenido intenciones de llevar ataques contra los indios de la pampa, como
muchos lo habrían deseado y como lo temían los indios.
Lincón se sentía particularmente disgustado y contrariado: es que tenía aún
presente lo ocurrido dos decenas antes y acontecimientos que no están registrados en
nuestros archivos. La caravana tomó el clásico camino de Lujan a Salinas Grandes.
Pasarían cerca de la toldería de Lincón. que era una de las más próximas a la frontera.
García le mandó el 26 de octubre un chasque para anunciarle sus propósitos. El
cacique se mostró resentido. El 31 de octubre el cacique con una gran escolta fue al
encuentro de los expedicionarios. Le acompañaron 8 caciques y 500 indios, entre
ellos Uruñán. Cayumilla, Ancal, Gurupuente, Equín, Epumer, Medina Coumel y
Turuñán. Se encontraron en Cruz de Guerra (25 de Mayo). Los porteños los
saludaron con cuatro cañonazos y los obsequiaron con alimentos y aguardiente.
Luego. Lincón y los suyos se retiraron, al parecer contentos. Cuando las carretas
alcanzaron el Punto "Monigotes", el lo de noviembre, Lincón y uno de sus capitanejos
se les presentaron de nuevo. Propusieron al Coronel la singular petición que les
498
facilitara 20 hombres para que pudiesen vengar un agravio recibido en su tribu
últimamente. El Coronel les negó rotundamente ese auxilio. Lincón se enojó e
increpó acremente al lenguaraz, llamado Zurita, diciéndole que les iban a hacer
fracasar la expedición convocando a sus aliados. El Cnel. García se acercó con la
pistola amartillada, a cuya vista se retiraron los dos indios funfureando. Esa tarde
llegó el hermano del cacique Aucal, quejándose de que Lincón le había quitado el
agasajo que García había mandado a su padre. Y ya llegaron otros chasques de los
caciques de Salinas Grandes diciendo que el cacique Lincón había despachado
mensajeros a todos los caciques de la comarca poniéndolos en alarma, diciendo que
los españoles venían a atacarlos y establecer poblaciones en la Laguna del Monte, en
Güaminí y en Salinas Grandes.
Pero Pedro A. García avanzó impertérrito. Llegó a Salinas Grandes el 12 de
noviembre y quedó allí hasta el 26 del mismo mes. Allí hubo muchos encuentros con
caciques, algunos amables, otros insolentes. En cierto momento García creyó
inminente un ataque. Convocó a un gran parlamento en el que amenazó a los 19
caciques reunidos diciendo que iba a informar al Sr. Virrey el que mandaría un gran
ejército, porque no cumplían sus palabras dadas. Después se fueron unos tras otros.
Ellos le recordaron las ofensas recibidas especialmente en el año 1780 (de
Amigorena). Lincón. por intermedio del cacique Epumer. pidió disculpa, porque lo
había ofendido en Los Monigotes, a causa de que estaba borracho por el aguardiente
que les había regalado. Evoqué todos estos detalles, porque me parecían interesantes
para la historia de esta tribu, detalles que conocemos gracias a un hábil cronista.
Diez años más tarde, el cacique Lincón estaba entre las tribus convulsionadas
por el "fascineroso General chileno José Miguel Carrera". Los caciques principales
que le secundaron más fueron los caciques Avouné y Lincón. Al mismo tiempo, el
Gobernador de Buenos Aires, el General Martín Rodriguez, tenía puesta su mirada
hacia el sur de la provincia actual, pensando conquistar esos terrenos para la
"civilización". El 7 de marzo de 1820 firmó el hombre de su confianza, Dn. Ezequiel
Ramos Mejía un tratado de paz con los indios pampas en la estancia de Miraflores.
Entre los caciques comprometidos se hallaba también el cacique Lincón. Pero a la
vez o casi, al mismo tiempo, se adhirió al Brigadier General chileno J. M. Carrera y
con muchas tribus emigradas de Chile a raíz de la Guerra a Muerte. Se aprovecharon
de la anarquía bonaerense, haciéndose partidiarios a los Generales Lopez
(Gobernador de Santa Fe) y J. M. Alvear. Hubo una coalición de más de 5.000 indios.
Su saqueo de Salto, el 3 de diciembre de 1820, fue brutal. Era natural que el
Gobernador M. Rodriguez, reaccionara contra ellos. Pero su salida y expedición se
dirigió al sur; rompió la paz jurada y agredió a los pampas en el Arroyo de los
Huesos, en Azul y en Chapaleufú. No es aquí el lugar para contar esta historia,
porque nuestro biografiado no se hallaba entre los actores, será porque estaba con
Carreras. (AGN S. X.27-7-6 y Grau: Fuerte de 25 de Muyo en Cruz de Guerra, p.
235). El 23 de Mayo de 1821, el lenguaraz Manuel de Baldebenito decía que Lincón
y los demás hermanos se hallaban en son de guerra entre la Sierra de la Ventana hasta
Salinas Grandes y tenía comunicaciones con Carrera. Lincón, efectivamente, figuraba
en la lista de Carrera como "subdito del cacique gobernador Coñuepán: estaba en
Mula Manquín. Otro documento del 7 de enero de 1820 lo dice afincado en Chima
499
Lafquén" (AGN. Biedma S.VII 10-4-13). De manera que se puede preguntar si no
había dos Lincón por entonces.
La expedición del General M. Rodríguez fue un fracaso. Incluso J. M. de Rosas
desaprobó la acción y sobre todo lo que hicieran en su retirada con los indios amigos
de Kakel, pues traería como consecuencia la sublevación y la destrucción de Dolores
(30.4.21).
Por eso, el Gobernador designó al Cnel. Pedro A. García para que se internara
al sur y concertara un nuevo tratado de paz con los caciques de la llanura
bonaerense.Ya el 31 de enero de 1820, antes que Rodríguez rompiera su marcha,
había venido a Buenos Aires el cacique Cayupulqui para concertar un tratado de paz
con el Gobernador. Un intérprete debía averiguar cuántos caciques serían que querían
la paz; y resultó que había reunido más de 12 caciques "en lo de Lincón, el más
anciano de su clase". (Comando General del Ejército: ob.cit.IIl p.312). Otro tratado
de paz concertó en el Norte de la Provincia y en la Pampa el Brigadier General
Cornelio Saavedra (30.1.21) en lo de Lienán.
El Cnel. Pedro A. García nos dejó de nuevo un interesante diario de su
expedición de paz en 1822 e incluyó en su informe un precioso mapa en el que se
señalan la ubicación de las tolderías y los nombres de los caciques. Salió de Buenos
Aires el 22 de marzo y estuvo de vuelta el 26 de noviembre del mismo año.
• El anciano cacique adoptó una actitud diferente a la adoptada años antes hacia
el coronel. El 23 de abril le llegaron unos enviados del cacique de Salinas Grandes
para decirle que el cacique Lincón tenía reunidos los caciques pampas y huilliches en
el Sauce Corto y que los ranqueles no querían concurrir. El 29 del mismo mes García
con su comitiva llegó hasta el toldo de Lincón, donde halló unas 50 personas. El 27
de abril se realizó el parlamento principal al pie de la Sierra de Tandil al que
asistieron 2500 indios armados de 42 caciques. Lincón se había presentado con 200
indios. La comisión de los caciques eligió al cacique Lincón como portavoz. Este,
con las manos alzadas, empezó oraciones y cantos. Luego se pronunciaron a favor del
tratado de paz a sellar; pero todos se negaron a aceptar nuevas guardias y fortines,
porque serían empleados para su exterminio. Decían que ellos querían vivir en paz.
(Diario de 1823 p. 102 y 131 en De Angelis 1910 IV). El Cnel. García quiso
proponerles una campaña contra los ranqueles disidentes y hasta les habló que
vendiesen los terrenos de Tandil. El cacique Lincón habló mucho. Pero en las
cuestiones se llegó a un convencimiento total. Hubo momentos en los que el Coronel
García peligraba su vida. Lincón lo defendió enérgicamente contra las bravatas de
algún cacique pampa. El y el cacique Quirulep defendían también la retirada de los
parlamentarios bonaerenses. (De Angelis IV. p.161)
Ciertamente interesa el testimonio de García sobre el cacique Lincón: "...es un
hombre singular y el más racional entre los indios. Su figura no indica que es indio,
sino (tiene el aspecto) de paisano decente. Es cacique principal, compañero del
célebre Quintileu, que fue asesinado por sus compañeros por haber ayudado a Carrera
en su retirada".
El Gobernador no pensaba más que en una paz momentánea. Su objetivo de
conquistar el sur bonaerense, lo testimonió por su solicitud ante la Sala de
Representantes por un presupuesto "para expedicionar contra los indios" (Catálogo
III Archivo de la Provincia. La Plata, p. 29). Ni García habló ya de paz. sino aconsejó
500
avanzar y establecer fuertes en Tandil, Chascomús y Ranchos para llegar más tarde al
río Colorado. El Gobernador Rodríguez elaboró de inmediato un plan de expedición
combinada con contingentes de su Provincia, de Córdoba y de Santa Fe. (Marfany,
R.: El indio en la colonización de Buenos Aires. 1940. 22).
El 6 de marzo M. Rodríguez inició su segunda campaña con 2500 hombres.
660 infantes, 80 de la artillería, 800 indios amigos (Best: Las guerras argentinas
p.331). Nuevamente hizo convocar a los caciques para parlamentar y hacer la paz.
Muchos se acercaron, pero con cautela y desconfianza. Más tarde trataron tenderle
una emboscada para agarrarlo. Algo semejante pensó hacer el General Rodríguez. con
los caciques. Lincón y Cayupulqui visitaron al General en su tienda de campaña. En
la laguna, llamada desde entonces "La Perfidia", le traicionaron al General. de
manera que tuvo que regresar con su ejército. Sin embargo dejó clavado en la llanura
el Fuerte de Tandil. Existe también un Diario de esta expedición (AGN. Biedma
S.VII 10-4-14. 60 páginas).
Grande fue la protesta de los indios ante tales hechos consumados. Ellos a su
vez organizaron una expedición y juntaron más de 5.000 indios para lanzarlos al
malón en una zona tan amplia como no se había visto antes. Un gran número fue
capitaneado y conducido por el ex capataz de la Estancia de Miraflores que
Rodríguez había tratado injustamente durante su primera expedición. El cacique
Lincón acaudilló a 200 indios y atacó el incipiente Fuerte Independencia en Tandil.
Los defensores pusieron todos sus cañones y pertrechos bélicos en función y una bala
de éstos mató al indiscutido y querido jefe de la pampa, al cacique Lincón.
(Gaceta N" 33 del 8 de noviembre de 1823).
Gustoso habría contado otros detalles de su vida y de su familia: pero no
conozco documentos que nos los revelaran.
L1NCÓN (III) de 1825. Con la muerte del gran cacique Lincón no se
había extinguido su nombre, aunque la transmisión del nombre (a la vez el
apellido) de padre a hijo no era regla entre ellos. En 1825 encontramos otro
cacique Lincón, representante de los pampas, cuando Juan Manuel de Rosas
iniciara su "negocio de paz" y justamente en Tandil. El ha sido encargado para
lograr la pacificación de los indios y para que estudiase cómo adelantar la
frontera. Llamó pues a la Fortaleza La Independencia (Tandil) a los más
destacados Jefes indígenas. Allí, pues, conferenció con el cacique Lincón, a la
vez también con el representante de los tehuelches, el cacique Negro (Chañil)
(Saldías: Historia de la Confederación Argentina. I. p. 225-227). El mismo
cacique Lincón asistió luego a dos importantes parlamentos, en los que otros
comisionados de las provincias ofrecieron nuevos tratados de paz. El primero se
celebró a orillas de la Laguna del Guanaco (Estación Paunero, Prov. de
Córdoba) en presencia de 50 caciques y mil indios. (AGN. S. X. 27-7-6: 20.12.
25). Lincón estuvo también en el parlamento sobre el arroyo Pecuén (Pigüé),
donde los indios concertaron el tratado propuesto por los hermanos Oyuelos en
nombre del Gobierno de Buenos Aires (ib. 25 de abril 1826). Asistieron a esa
junta de paz un gran número de caciques pampas y borogas.
Pero después de un desgraciado ataque de los pincheirinos a la población
de "Los Todos Viejos" (Part. de Dolores), donde por nada intervino el cacique
Lincón, el Coronel Federico Rauch irrumpió como un ventarrón a las pampas
del sur y sus serranías para vengar el atropello... Empleó para sus expediciones,
además de su regimiento 5°, unos 900 indios tehuelches y de los "pampas
viejos" (puelches) de Tapalquén. Realizó 4 expediciones y fueron una cacería de
indios. Durante la expedición que duró desde diciembre de 1826 hasta enero de
1827, una de sus guerrillas se acercó en Curamalal a la toldería del cacique
Lincón. En esta acción intervinieron 12 caciques tehuelches y 6 pampas. (AGN.
S.X. 14-3-1 y 14-6-1). El 4 de enero de 1827, el Cnel. Rauch volvía de Salinas
Grandes con ánimo de batir en su retirada a los indios de la Sierra de La
Ventana. Un ex cautivo los llevó a los paraderos de los caciques Lincón,
Neculgüeque y Patracúa. Rauch les cerró los caminos de accesos y salidas y los
hizo atacar. Los indios trataron de huir a las cimas de los cerros y hasta las
mujeres se empeñaron para despenar piedras sobre ellos. Luego lucharon cuerpo
a cuerpo. Más de cien indios murieron así. Sólo Lincón alcanzó mejor suerte:
pues se presentó con más de 200 indios a caballo para parlamentar, porque
pensaba que por el parentesco que tenía con algunos caciques que acompañaron
a Rauch, iba a ser tenido en cuenta.. Efectivamente, gracias a la intervención de
los caciques Catriel y Chañil, no lo atacaron. En el parte dice Rauch: "Me
contuvieron a concluirlos, reservándolos para cuando sea necesario hacerlo".
(Pedro Sarciat: El pago de Chapaleufú, 1945 p. 50).
Después de estos escarmientos tan dramáticos, el Gobierno pudo
adelantar las fronteras. Además al mismo tiempo un contingente aguerrido de
indios chilenos al mando de Melipán y Venancio Coñuepán habían ofrecido sus
servicios al Gobierno de Buenos Aires, después de haberse presentado al Cnel.
Estomba en Tandil (AGN. S. X. 14-6-1).
J. L. Molinari (en Boletin Acad. Hist. Nac. 1969 p. 213 ss) nos cuenta una
última noticia de este cacique Lincón. refiriéndose al año 1828: cuando los
primeros emisarios de Venancio Coñuepán, de Melipán y de un grupo de
coraceros chilenos se habían presentado en Tandil, el Cnel. Eslomba aceptó su
ofrecimiento y mandó al Sargento Fabián González con una escolta a buscarlos
y a acompañarlos hasta el Fuerte Independencia. No bien llegaron a la Sierra de
la Ventana, fueron hechos prisioneros de los indios de Lincón. Pichiloncó y
Ancalifú, quienes tenían demasiado frescos los recuerdos del escarmiento de
Rauch y sus indios amigos, parecían que iban a sacrificar al Sargento F.
González y a sus acompañantes: los desnudaron, los ataron en unos caldenes
para guardarlos para el sacrificio de la noche. Durante la borrachera ritual de esa
noche que precedía el sacrificio, surgió una furiosa reyerta entre los caciques y
los indios de Catriel y Cachul. En tales circunstancias favorables alguien liberó
las víctimas, de manera que pudieron huir hasta Tandil bajo el amparo de las
sombras de la noche.
Es corto el lapso de la historia de este cacique. No sé como habrá acabado
su vida. Un Lincón apareció, en 1854, documentalmente, entre los borogas que
se habían arrimado a los ranqueles de Llanquetruz, de Collinao, Caniuqueo,
Coliqueo y Calluqueo (Arch. Córdoba Secc. Gobierno T. 239 p. 92).
LINCO NAHUEL, (leyenda de 1670) Gregorio Alvarez nos transmite la leyenda de
otro Lincón, recogida por el misionero Padre N. Mascardi en 1670 en Bariloche (Alvarez,
G. :Tronco de Oro, ed. 2da. Pehuén, Bs.As. 1981 p. 146)
Linco Nahuel era un cacique muy valeroso; defendía paternalmente a los suyos. No
dejaba acercarse a nadie y por eso mantenía centinelas en los puntos más altos de su
vecindario.
Un día llegó una tribu enana, armada con arcos y flechas envenenadas. Lograron
capturar hasta al mimo cacique. A los prisioneros los despeñaron, de manera que el cacique
tuvo que presenciar el doloroso espectáculo. Dice la leyenda que Dios, que entonces lo
llamaban Pillán, se disgustó con los araucanos intrusos y los envolvió en temporales de nieve
y los precipitó a la vez al valle profundo. Del infortunio se salvaron sólo dos caciques.
Petrificados debían escuchar los ruidos de los que iban a caer de los riscos.
LINCONA, 1800, cac. “pampista” de la reducción de Quinchipí. Se había hecho
fama por su lucha contra los indios patagónicos. Les había muerto al cacique gobernador
Nappayentú. (Información de Luis de la Cruz en su diario de 1806 (en de Angelis I. p. 140)
ETIMOL: Na (nao): tigre del ejército
LINCO NAO, 1834, cac. boroga quien se escapó del asalto de Masallé por los indios
chilenos al mando del cac. Calfucurá. Se refugió luego en tierra ranquelina. Figura en la lista
que en diciembre de 1834 hiciera levantar J.M. de Rosas, a fin de organizar la expedición
contra ellos (AGN X 24-8-6)
LINCONAU CABRAL ver Cabral, Linconao, hermano de Ramón Cabral
LINCO ÑANCÚ, 1814, cac. pehuenche del Sur de Mendoza. Obedecía al cac.
gobernador Ñeycuñán. Con él asistió el al parlamento hitórico del 23 de octubre de 1814,
convocado por orden del nuevoo gobernador de Mendoza, el Gral. José de San Martín (Arch.
Mend. Carp. 123, 1) Fue cuando les dijo Fray Francisco Inalicán: “Chile está en manos de
los enemigos de la libertad”.
LINCO PÁN, (o Lincopay, Lincopagui) 1778, cac. pampa relevante, conocido en la
frontera de Buenos Aires (AGN IX. 1-4-2; Chascomús 28.11.78) En 1776 se supo que vivía
en “Sierra de Cairo”. Fue atacado. Quizás era pariente del cac. Cadupangui asesinado por una
expedición de 1770 (Nacuzzi, Lidia R. Funcionarios, diplomáticos y guerreros del los siglos
18 y 19, Publ. Soc. Arg. De Antrop. Bs. As 2003 y 1998, 160) Manuel Pinazo, en su
expedición a Salinas Grandes tuvo noticia que pampas, tehuelches y ranqueles habían
parlamentado para concretar un gran malón confederado (AGN IX. 13-8-17). Los indios se
habían reunido bajo la presidencia del cac Lincopangui y del cac. Calpisquis. Pensaban
contrarestar esa majestuosa penetración en sus territorios o atacar la expedición de los huincá,
o hacer malones en represalia en la frontera. (Crivelli Monteros, Eduardo, Todo es Historia:
1991 La acción de las tribus confederadas de las pampas y la pacificación de la frontera sur a
fines del siglo XVIII, p. 17). El parlamento designó a Lincopán a solicitar un tratado de paz
(como lo logró luego Calpisquis). José de Amigorena, el Gobernador de Mendoza hizo una
expedixción contra los ranqueles de la Pampa y los pehuenches del Sur que los indios nunca
olvidaron. En Noche buena de 1878 estos indios atacaron la Guardia del Monte (AGN IX. 1-
4-6 ,14 páginas y IX 1-6-2, 39 páginas y IX 1-4-5 p. 389. Buenos Aires decretó el cierre de
comercio con los indios N,B. Es repetido
El Padre Jorge María Salvaire relata en su Historia “Nuestra Señora de la Virgen de
Luján” , Bs. As.1885 I. p. 420, cómo la Virgen había salvado a la Villa de Luján del malón del
27 de Agosto de 1780.
Lincopán fue designado viajar a Buenos Aires en misión diplomática. El 17 de
noviembre de ese año fue apresado en la Guardia de Luján y enviado a las Islas Malvinas
(Torre Revello, José : La fundación de Chascomús, 1725 B.A. 1930) Otros creen que ha sido
deportado a la Isla Martín García de donde nunca volvió. (Parece que es repetido: Lincon)
LINCO PAY, 1806, cac. huilliche de Lonquimay. Luis de la Cruz, el viajero chileno,
quien quiso explorar un nuevo camino a Buenos Aires por la Pampa, encontró a Lincopay en
los toldos del cac. Carripilún. Este decía que todos los años venía a Mamuil Mapú para
comerciar ponchos por haciendas; pero que esta vez no venía acompañado de muchos
huilliches y llanistas, como solía hacerlo otros años, a causa de la noticia de que el cac
Cuallán estaba haciendo juntas de guerra. Que los pehuenches se habían alzado contra los
españoles y se dirigían a la Provincia de Buenos Aires. A su paso acabarían con todos los
huilliches y llanistas que encontraran. Luis de la Cruz no creyó mucho en las palabras del
cacique, antes concluía que él mismo tenía confabulado un plan con Güerahueque,
Llanquetruz y otros para cerrarles el paso por la Cordillera. Los eludió hábilmente.
En su diario anota también que Lincopay y Manquel eran huilliches y obedecían al
cacique mayor Millalén y su capitanejo se llamaba Cuminillaquín (De Angelis I. p. 201) 1808
Panguipay participó en un movimiento de los huilliches y más tarde, no me cabe duda , en la
Guerra a Muerte.
LINCO PÁN, 1852, cac. chileno (boroga) emigrado a la pampa a mitad del siglo
XIX. Figura en la lista de caciques salineros que fueron obsequiados en Bahía Blanca, el 7 de
enero de 1852. Rosas en su lucha con Urquiza quiso tenerlos de su lado. Otra noticia de él nos
da una carta del Comandante de Carmen de Patagones, Rafael Bourgois, fechada el 4 de julio
de 1854 en la que se quejaba de que los caciques Ñanquetruz, Chocorí y conas chilenos hayan
invadido su zona. Calfucurá le contestó que Lincopán había venido de Chile, y añadió: “Lo
reprendí”, pero creo que él mismo lo haya incorporado en su nueva liga de una Confederación
Indígena. En otra carta, anterior del 20 de Febrero de 1854, Calfucurá decía que el cacique
Lincopán era hijo del cac. Güillipán. Y Namuncurá, el hijo de Calfucurá diría que Lincopán
era su primo hermano (AGN X 18-10-6 y L. Copello Gestiones del Arzobispo Aneiros 1945
p.73). Seguramente Lincopán tenía una buena formación y una especial categoría. 1858, en
plena Guerra Civil, Calfucurá mandó a Lincopán, junto con uno de sus hijos y al lenguaraz
Ciríaco a presentarse al Presidente J.J.de Urquiza (AGN S.VII Arch de Urquiza T. 152: 4. 11.
1858) . 1864, el Cnel. Julio de Vedia en una nota del 4 de abril que “Lincopán desertó de
Calfucurá para ver a los parientes en la tribu de Coliqueo. De Vedia interpretó su visita como
una deserción. Es probable que haya sido pariente del capitanejo Lincoqueo. Si en abril de
1866 se pasó la noticia de que Calfucurá y Lincoqueo habían salido a malón de protesta, este
nombre Lincoqueo debía ser Lincopán. En Bahía Blanca habían atropellado la comisión que
iba en gestión por la paz al mando del cacique Pinas. Los despojaron y los mataron y por eso
salió Calfucurá con 64 indios de lanza y 5, de bolas a averiguar la verdad y a protestar AEM
29.3. 66 y 2.4.1866)
Pocos meses después, Calfucurá mandó a Lincopán en comisión al cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs.As.), enviándole una carta que se interceptó y en la que le
decía: que había hecho una reunión de caciquillos para hablarles del tratado de paz que estaba
gestionando ante el gobierno nacional. Agregó, además, “Se me han arrodillado los caciques
Luiguín, Eunaum y Lincopán. En la misma carta nombra a José Catriel como capitanejo de
Lincopán (AEM 7. 12. 66)
1870, Lincopán acompañó el malón de protesta a Bahía Blanca, porque habían
apresado la tribu de Cañumil y en otro malón de protesta, porque habían apresado al cac.
Manuel Grande , Chipitruz y otros muchos, que culminó en la batalla de San Carlos de
Bolívar, el 8 de marzo de 1872. Lincopán tenía funciones especiales en la preparación de ese
gran malón. En Octubre llegó al campo de La Verde (Part. de 25 de Mayo, a la tribu del cac.
Andrés Raninqueo y luego al Fuerte de Gral. Paz sembrando falsas alarmas, diciendo que los
ranqueles estaban preparados para un malón (Arch. Mun. De 9 de Julio, Lib. 7 p. 174 y AEM:
4,9,71). Así Calfucurá iba preparando su malón. El 3 de junio de 1873 murió en Salinas
Grandes el gran amigo de Lincopán. El cac. Manuel Namuncurá le prodigó idéntica estima y
confianza. En febrero de 1874 mandó una carta y comisión al cac. Ciprián Catriel quien fue
sacrificado durante la Reolución de Mitre.Arch.(AGN Arch Mus. Hist. Nac 8337)
Quedé sorprendido al leer su carta del 7 de Julio de 1874, en la que Namuncurá
comunicó al misionero Jorge M. Salvaire que sentía la pena por la muerte de su primo
hermano, el Mayor Lincopán. No indica las circunstancias, pero por el tenor de la carta
habrá muerto en la frontera. Namuncurá se había enterado de su muerte por su cuñado, el
capitanejo Paillán, quien había estado en Azul y había recobrado su libertad por mediación
del Padre Salvaire. El misionero le había mandado una carta de condolencia, la que el cacique
Namuncurá en la citada carta agradeció calurosamente. (Copello: Gestiones del Arzobispo
Aneiros a favor de los Indios, Bs. As. 1945 p.73
LINCOPÁN, 1879, capitanejo ranquel que sucumbió en la gran persecución de los
expedicionarios contra los ranqueles. Murió en un combate que sostuvo acompañando al cac.
Pichún contra las tropas de Marcelino Freyre que habían salido de Guaminí. Esto ocurrió el
15 de febrero de 1879 en Quenquez (La Pampa). Entre los muertos se hallaron los caciquillos
Pichún, Lincopán y Chincol y 45 indios. En la sorpresa apresaron a 103 indios y 296 entre
mujeres y niños. (AEM. 17.2.79 y Olascoaga I. p. 117). No tengo otros detalles de su triste
historia.
LINCO PÍ, 1781, cac. pehuenche del grupo del cacique puelche del Río Diamante,
llamado Roco. El 20 de abril de ese año apareció con varios caciques pehuenches en la Sala
Capitular de Mendoza (ver Roco). 1782 se registró otra visita de Lincopí en Mendoza, pues
quería agradecer al Gobernador José de Amigorena por la intervención con la que los salvó de
una deportación por el cac. Bergamain. Le acompañaron en la visita los caciques Tercupí,
Ligan y el chileno Millaquir.Bergamain en abril de 1782 quiso sustraer a indios amigos a la
influenvia de Mendoza
En otro documento del mes de abril del mismo año figura un cacique Lloncopán, del
cual se afirma que había restituido indios a su campamento. Es pues posible que ambos
nombres signifiquen la misma persona.
En 1785, lo señala el Comandante Telles Meneses como amigo del cac. gobernador de
Malalhué. En Junio de 1787 invadieron los huilliches de Barbarco en Neuquén su toldería y
lo mataron. Es pues otra víctima de la Guerra Pehuenche
ETIMOL: Pí (P(angu)i : “puma en el ejército”
LINCO PICHÚN, Una primera noticia de este cacique araucano tenemos del Padre
Rosales, pues en 1622 estuvo con él en un parlamento en la Estancia del Rey en Chillán. 1640
era Toqui de La Imperial. Su segundo en el gobierno era el cac. Antigüenu. Lincopichún a
veces es llamado solamente Linco. En ese año (1640) hubo una espantosa erupción del volcán
Villarrica. Entonces, el gobernador Marqués Baydes solicitó a los indios que permitiesen un
gran parlamento de paz. Esto era del agrado del cac. Lincopichún. Y 65 caciques acudieron a
El Nacimiento, cuya lista reproduce el P.Diego Rosales en su libro: Historia General del
Reino de Chile ed. en Valparaíso 1877 vol II p. 171 y 172. Entre los principales caciques
nombra a Lincopichún, Lientur, Clentarú, Lioncura, Chicaguala y Ancanamún. El tratado de
paz se hizo en Quillín, al sur del río Bío Bío, el 6 de enero de 1641. Entre indios y españoles
se congregaron unos 7000 hombres. El gobernador en su solemne discurso ofrecía la paz; a lo
que el cacique Lincopichún replicó con fuertes acentos: ¡“Paz, sí, esclavitud, no! En caso
contrario continuaremos la guerra que nunca nos asustará”. (P. Francisco Enrich, Historia
de la Compañía de Jesús en Chile. Barcelona 1893 I. p. 472) Fue éste el primer compromiso
solemne de los españoles. El tratado de paz fue aprobado por la Corona de España por cédula
real del 29 de abril de 1643, que prohibió fundar nuevos pueblos en la Araucanía.
Pero antes que esta orden y aprobación llegara a Chile, se habían sucitado nuevas
rencillas; porque el gobernador Baydes había apresado al Toqui General Lincopichún, al cac
Chicahuala, a Tinaquepú y Caupillanquen. El Padre Enrich cuenta en su Historia cómo estos
caciques recobraron su libertad (vol.I. p.506). Lincopichún, a pesar de haber recibido esa
ofensa, permaneció fiel a su compromiso (Gay: Historia, 1847, III cap.Vº y p.233). 1655 fue
elegido Toqui sucesor el cac Cleantarú. Esto indica que Lincopichún había muerto.
LINCO QUEO, Antonio, alias Manqui, 1860, capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo (boroga) En esa tribu en Los Toldos (Prov. Bs.As.) dejó una gran descendencia,
cuya genealogía traté elaborar, de la cual asentare algunos primeros datos. El “Alias Manqui”
debe provenir de la mujer.
En primer lugar su hijo Ignacio Lincoqueo o Manqui (1831 – 1871, quien se casó con
Justa Peinegnerr o Ñamigur (1838-1871). Ésta en segundas nupcias se casó con Antón
Coliqueo, hijo del cacique Ignacio Coliqueo y así la familia de Lincoqueo se entroncó con
los Coliqueo.
Sus nietos eran l.Agustina nac, 1866-1897) y ésta se unió con el Cnel. Manuel
Baigorria, cuando dejó a Lorenza Coliqueo y sí, es otro entroncamiento con la familia del cac.
Coliqueo,;
2.Anita nac. 1864
3. Francisco Manqui o Lincoqueo (1865- 1931) Éste se casó en 1885 con Cirila
Catricura.
Rómula Lincoqueo se casó con Marcial Urbano Coliqueo y
Ambrosio Lincoqueo hijo de Francisco Manqui, nac. 1886, se casó con Carlota Ruiz o
Paillán (h). Tenemos muchos datos de libros bautismales y registros civiles; pero no pude
averiguar quiénes han sido los padres del capitanejo Antonio Lincoqueo. Era pariente del
cacique Lincopán que también se había venido de Chile para incorporarse a la obediencia de
Calfucurá y al que Namuncurá llama su primo hermano.
Antonio Lincoqueo desempeñó en 1874 una misión de paz a nombre del cac. Justo
Coliqueo ante el Cnel Francisco Borges, acantonado en Junín. Se presentaron tres importantes
comisiones de paz. Las tomaron presas. La de Pincén, la de Justo Coliqueo, (donde
Lincoqueo figura como lenguaraz), y la de Namuncurá, que al mismo tiempo se acercaron a
la misma Comandancia (AEM. Nº6682: 11.3.1874; Relación de los indios presos de Pincén,
de Justo Coliqueo y de Namuncurá y Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos ed.
EUDEBA p. 172). Los capitanejos de Justo Coliqueo eran: Tomás Rosas; Pancho Calfuqueo,
Ignacio Chaima(queo), Pablo Huenchual, Currinao, Carricura, Antonio Lincoqueo y Divitio
Rosa. Justo Coliqueo pudo regresar el 15 de Julio del mismo año (AEM Nº 8466). A ruegos
del cac. Coliqueo recobraron los presos de la Isla Martín García su libertad, pero recién en
1875.
Durante la batalla de La Tapera de Díaz (Los Toldos) (9 de oct. de 1876) el capitanejo
Lincoqueo era uno de los defensores más valientes de la tribu (Hux, ib. p. 231)
Luego, empobrecido por el malón, quedó explotando su campo. 1880 recibió la misión
de reclutar 50 indios para la Revolución del 80. Él y sus indios fueron licenciados recién el 4
de julio de 1881 (según una carta que copié del Archivo de Angel Ignacio Coliqueo, hijo del
cac. Simón Coliqueo). Volvió sano y salvo.
LINCO FIL, 1842, cac. mapuche, “cacique federal de Maquehue”. Había actuado en
la Guerra a Muerte de Chile en el bando de los patriotas. En enero de 1842 Juan Calfucurá y
su hermano Antonio Namuncurá le enviaron una comisión. Había estado en conflicto con el
cac Manguín Se hizo un parlamento general y se volvió a sellar la paz. En el parlamento
estuvieron los caciques Güillipán, Colofúl, Chocorí, Cheuqueta, Iculmané y Colonet; estos
dos eran primos hermanos de Calfucurá y el ya mencionado cac. Lincofil. (Rafael Darío
Capdevilla: Rosas y Belgrano, Tapalqué, 1973 p. 62)
LINCÚ, Antonio, 1861, capitanejo de la obedienca de Calfucurá y su hermano
Namuncurá, a no ser que sea el Antonio Lincoqueo que reseñamos arriba. Tengo una sola
referencia bajo este nombre: una carta del Cacique Calfucurá del 1º de Mayo de 1861 dirigida
al Gral. B. Mitre (Arch. Mitre XXIII p. 15). Le dice que su hermano Epuñán, Antonio Lincú y
Millañancu irán a comprar yeguas.
LINCOYÁN (prob. Lincollán), cac. araucano, 1551 – 1553 famoso por su estatura
gigantesca; sucedió al cac. Aillavilú y era generalísimo hasta que le quitaron el poder en alto
consejo araucano. (fide J.Paveza 2005 p. 45)
LINCOYÁN, 1780, cac. araucano de la localidad de Salguén, en Valdivia. Decía que
había estado muchas veces en Buenos Aires, donde el virrey le había obsequiado mucho (L.
León p. 158) O´Higuins describe su muerte de 1793 a manos de los pehuenches. (En:
Aguirre, Jn. Francisco : Diario del Capitán de Fragata (1796/98) , Anales de la Biblioteca
Nacional de Bs.As. 43 y 44 Bs.As. y en la selección de Grousac 1949)
LINGAMAIN ver Lingaimain (Ingamain)
LINGAY, 1787, cac. pehuenche del grupo de Malalhué, subordinado a los caciques
Ancanamún y Pichintur. Era amigo del cac Roco. En los documentos sobre la Guerra
Pehuenche se lo nombra varias veces, 1782 se dice que era hermano del gran cacique
Ancanamún. Cuando el cacique Creyo (Quereyó) se había reconocido como espía, Lingay lo
perseguió con los caciques Lincopay, Malgamain y Pichintur. (Arch Mend. Carp. 107).
Falleció en 1787 a consecuencia de la epidemia de viruela, lo mismo que su hermano, el cac.
Ancanamún (Rev. Junta Est. Hist, Mendoza II p. 211)
LINGAYMAN, 1792, cac. chileno pehuenche que vino al Sur de Mendoza a reforzar
la expedición del Tnte. Francisco Barros (16.12.1795 a 23.3.96) Diario y Hux: Caciques
Pehuenches , ed. El Elefante Blanco 2004 p. 42)
LINGUESAYA, 1575, cac. comechingón de Pagasna Panaholva, Córdoba; encomendó
de Jaimes (Monts p.70).
LILIN, 1520, cac. comechingón en las Sierras de San Luis (Montes: Tras la Sierra )
LILIN CHARABA, 1575, cac. comechingón de Lin Lin Sacat, Sierra de Calamuchita;
encomendado de Martín (Montes 1954 p. 78)
LINQ (G)ÜEQUE, 1780, cac. pehuenche de la zona del Campanario (Mendoza). Fue
víctima de la Guerra Pehuenche, pues, fue muerto por los expedicionarios que guiaba el
gobernador José de Amigorena. El 13 de marzo de 1780 le hicieron una fatal sorpresa (Diario
de la Expedición: Arch Mend carp. 107 y de Angelis 1910 IV p. 587 ss)
LINQUEN, Perucho, 1870, capitanejo del cac. Andrés Raninqueo en La Verde (Part.
25 de Mayo). Antes pertenecía a la tribu de Coliqueo. en Los Toldos. Linquén fue dado de
alto como capitanejo y oficial con sueldo el 1º de agosto de 1869. En el fatal año 1872, la
tribu fue invadido por el gran malón que traía Calfucurá, antes de que se presentara en la
batalla de San Carlos de Bolívar. La tribu fue apresada y llevada hacia Carhué y en parte fue
disuelta. Su nombre figura también en 1873 en el gran documento del anteproyecto de un
tratado de paz en Salinas Grandes. Está entre los capitanejos salineros (AEM doc. 1232 de
3.6.73. Desde entonces no sabemos más de él.
LI ÑÁN, 1785, cac. pehuenche de la zona del Diamante. También él participó en la
Guerra Pehuenche (C. Rusconi IV p. 204)
LIPI LAUQUÉN, Pedro, 1782, cac. llanista que asistió al parlamento con O´Higgins
en Santiago, el 12 de dic. de 1782.
LI PIL, cac. huilliche. El 4 de noviembre escribió desde Bahía Blanca el Cnel. M.
Rodríguez al Cnel. Manuel Delgado, destacado en Masallé entre los borogas: “Serán batidos
por expedición combinada los indios rebeldes del finado Toriano, Cañiuquil, Cumió, Lipil,
Cayupán, Pichi Chocorí, Cheuqueta y Namuncurá” (AEM. Nº 2832) No sabemos qué pasó
con Lipil. En la documentación de la Campaña al Desierto de Rosas no lo hallamos
mencionado. ETIM: Lipi: pluma y l (len): ser
LIPIÑ ANGUÉ, 1831, cac. boroga del grupo “patriota” que con Don Venancio
Coñuepán había venido de Chile en persecución de los realistas (borogas) y se quedaron al
servicio del Cnel. Estomba de Bahía Blanca. La Guerra a Muerte se había trasladado a la
pampa argentina. Rosas los utilizó para sus fines. El 29 de noviembre de 1831 Lipiñangué
estuvo en una reunión de caciques con Rosas y fue obsequiado por él. (AGN VII Biedma 10-
4-14) ETIMOL: Lepín: ser triste; angué: cara
LIPI QUÉ, 1774, cac. araucano en Chile. Vivía en Rancón, a 24 leguas al sur de
Santiago. Hizo circular una carta sobre la existencia de la Ciudad de los Césares, la que
transmitió el Presidente de Chile al Virrey de Perú. (De Angelis 1910 I. p. 379)
LIQUID (Liquit), 1617, “cacique pampa”, según el empadronamiento de
los indios de servicios en la Reducción de Río IVº de 1617.
Este cacique estuvo reducido en le estancia de San Esteban de Bolón, en
Tambo del General Jerónimo Luis de Cabrera. Tenía a la sazón 40 anos. Otros
caciques de la misma reducción han sido: Simón Capaquén (55 años). Baltasar
Capaquén (34), etc. (Pedro Grenón: Los pampas y la frontera sur. 1924. p. 10 y
su imagen).

LIQUID, Andrés, 1680,. cacique puelche -“pampa” . Este cacique tiene


una historia interesante. Muchos datos adelanté al escribir sobre el cacique
Ereguereyán. Andrés Liquid era oriundo de la Reducción de Santa Catalina, sito
a unas 4 leguas del Río Cuarto. Según los datos recogidos, habría nacido antes
de 1680. Posiblemente era nieto del cacique Liquid, arriba mencionado.
Provenía de la encomienda de Pedro de Herrera y Velazco. Era cristiano,
bautizado por el capitán Francisco Díaz. Hombre desenvuelto, arrogante,
ladino, es decir, sabía hablar en castellano. (Cabrera. P.: Tesoros del Pasado
Argentino: la Cruz en la pampa. 1927, p. 84)
Liquid se sentía comprometido con sus hermanos de raza y tuvo buenas
amistades entre los caciques. En ese tiempo aún salían expediciones al interior a
cazar indios y no sólo vacas o caballos cimarrones. A veces informaban a la
Corona que habían ido a juntar indios para reducirlos, a fin de que fuesen
catequizados y enseñados en política cristiana y cumpliesen sus obligaciones. A
los reducidos no les permitían salir más que cuatro leguas (Actas Capitulares de
San Luis. 20.4.1704). En otro documento de San Luis, fechado el 13 de octubre
de 1705 (Carp. 1 Arch.San Luis), se da cuenta de una expedición del capitán
Igosteguy y de informaciones recogidas por éste sobre los indios pampas. En su
redacción se nota la poca simpatía que les había tenido. Habla también de
antagonismos de ellos contra indios de más al sur y acusa al cacique
Mayupulqui y a Yahatti. Era fácil acusar a este último, porque había sido
sorprendido en la Sierra de Tandil, el 17 de septiembre de 1705. y deportado él y
su tribú, a pesar de que se habían inclinado siempre a la paz con los españoles.
(Véase Yahatti)
Ese atropello a Yahatti y a Mayupulquiyá ha levantado una polvareda de
indignación entre los indios y los ponía en guardia contra todo movimiento que
notaran en sus pampas. Temían también las expediciones que casi anualmente
hacían desde Buenos Aires a Salinas Grandes, porque (traían consigo episodios
que no figuran en los informes oficiales.)
En 1707 se internó Dn. Antonio Hernández y Garay con algunos peones.
Iba a establecer una estancia en Tierra Adentro y a juntar haciendas. Estando en
Sallabte (Laguna Layape) a unas seis leguas de lo que es hoy Villa Mercedes,
“indios serranos y pampas” los atacaron y los mataron: sólo 6 escaparon de los
22. Esto dio origen a un gran proceso en Córdoba. Se hicieron las
averiguaciones y aprestos para represiones. El 21 de noviembre de 1707 se
cursó la noticia que en la estancia de la encomienda de Pedro de Herrera y
Velazco cerca de Río Cuarto (o sea en la tierra de los viejos Liquid) estaban
reunidos cinco caciques y 20 indios: Ucacha, Cansino, Matara. Mayuluque y
Andrés Liquid. Se dijo que estaban sublevados y querían matar al Maestre de
Campo, porque él había agredido a Francisco, hermano de Liquid, y que habían
invitado también al cacique Florián, otro cacique reducido en la zona de Río
Cuarto.
Liquid fue desalojado (P. Cabrera, ob. cit.. p. 66), mientras que Luis de
Cabrera convocaba las milicias para incursionar a la pampa (12.4.1708).
También los indios hicieron su concentración en Las Pulgas. Como 1.000 indios
estaban ya al lado del cacique Liquid (que robablemente se había huído) y se
juramentaron a defenderse mutuamente (ib.. p. 102). Cuando supieron que su
querido cacique Mayupulqui había sido apresado en Barracas, a 6 leguas de Río
IV., (el 1º de marzo de 1708) y había sido desterrado y que el cacique Calelián y
su tribu habían sido sacrificados, se juramentaron nuevamente, convocando
también a los puelches y pehuenches del Diamante, a araucanos de Chile y a
todos los reducidos en la zona de Río Cuarto (Pablo Cabrera, ib., p. 103).
Decidieron “no dar tregua ni cuartel a ningún español”. No sé dónde ni cuándo
se produjo el choque entre las dos fuerzas. El 14 de julio volvieron las tropas
cordobesas victoriosas y trajeron entre los prisioneros a nueve caciques: a
Andrés Liquid. Ereguereyán, sobrino del cacique Mayupulquiyá, los hijos de
Ereguereyán, Milancoayoán, etc. Se les instruyó un sumario. Los caciques
fueron condenados a prisión perpetua, algunos fueron condenados a las minas
perpetuas en Salta.
El 19 de julio de 1709, es decir, al año, los caciques recluídos en la cárcel
de Córdoba, lograron escaparse de la prisión y corrieron hasta la iglesia de la
Merced de los Padres Dominicos, pidiendo asilo, según el derecho cristiano. Los
padres respetaron su solicitud, pero el Gobernador exigió que regresasen a la
cárcel, ofreciéndoles, bajo juramento y en presencia del Prior del Convento,
garantías de que no los matarían. Pero, pocos días después, durante una noche,
todos fueron masacrados, baleados desde el techo y murieron entre gritos de
desesperación, lo cual produjo en muchos ciudadanos gran consternación. Se
declaró culpable al encomendero D. José Cabrera y Velazco, quien fue
suspendido de sus funciones gubernamentales, (ib.. p. 101).
Este es uno de los episodios que ha sido documentado. Otros quedaron sin
registrar. Ha sido una época brava: de expediciones, malones de protestas,
vaquerías y crueldades.
LIRRIPÍN. 1879, capitanejo salinero. Entre las tres comisiones de paz
que el 11 de marzo de 1874 fueron apresadas en Junín, figura entre los
capitanejos de Namuncurá .El, su hijo y una treintena de indios de Pichipincén
fueron atacados por tropas expedicionarias al mando del Mayor Ruiz, en la
mañana del 1º de septiembre de 1879. Decían que ellos habían salido a robar al
Fortín Venado, cerca de Trenque Lauquen. Habría estado con el capitanejo
Urriqueo (o quizás Curriqueo) y el baqueano Cural. Liripín se escapó, mientrqas
que Pichi Pincén y Manuel Rayún con 21 indios cayeron presos (Carta de
Villegas en :Olascoaga 1930 I p. 93 y 64)
LITÍN, cac. que estaba situado en Frayle Muerto (Departamento
Bellville, Cord.) . Es muy incompleta esta información.
LIUPAY HUEQUE,, 1810, cac. “arribeño” de Chile. Ese año, teniendo
20 años, remontó la Cordillera y se dirigió a los ranqueles de la pampa. Con
ellos salió a un malón a la Provincia de Mendoza. Durante la Guerra a Muerte
volvió a sus pagos y peleó en el bando de los realistas del cac. J. Manguín
contra los patriotas (T. Guevara, 1910 p.84). Guevara señala algunos rasgos
personales de este cacique, diciendo: Era inteligente, rico y buen consejero,
además era un buen guerrero. Tuvo 11 mujeres. Vivía sobriamente; nunca se
emborrachó. Se lo conoció por hospitalario, pero desconfiado frente a los
chilenos. En cuanto a su aspecto físico, dice, era un personaje extraordinario,
casi brujo; alto, delgado, de cara ovalada y creía tener mezcla de sangre. Debido
a una enfermedad tenía la piel “overa”, o sea, con manchas claras. (Ib. p. 87)
LOBÁN, 1575, cac. comechingón de Escaba Sacat, en el valle de Punilla, Sierra
Chica, Córdoba.
LOBANETA, 1564, cac. huarpe de Paraguaya, según se lee en un documento del
encomendero Diego de Velasco (J.T. Medina 1901)
LOBAQUI NAURE, 1575, cac. comechingón de Tabaqui Naure, Sierra de
Calamuchita, Córdoba; encomendado de Montanez (Montes p. 79)
LONCO, 1834, capitanejo boroga que se salvó en el Asalto de Masallé, pero se fue
con el cacique Meligur al desierto y al destierro (AGN X 24-8-6: 7.10.34 y 24-9.1)
LONCO CHINO, 1792, cac. ranquel de Río Bueno . Había estado con Queipul
cuando se produjo la revolución (Brudny, Heinrich :Wiederherstellung der araucanischen
Misión, 1971 p. 249)
LONCO CHI (será Loncochino), 1836, cac. boroga de la zona de Guaminí, donde ha
vivido los acontecimientos dramáticos que describimos en la biografía del cac. Cañiuquir y
otros. Murió con Cañiuquir en Languillú, el 26 de abril de 1836. Las tropas de Bahía Blanca,
que los habían aprovechado para varias expedicioes, siendo indios amigos; los atacaron por
sorpresa y mataron a estos dos caciques, 11 capitnejos y 250 indios. En otro ataque (el 22 de
marzo de 1836) les habían muerto 400 indios y se llevaron 500 prisioneros (AGN X 18-4-8)
ver Cañiuquir.
LONCO CHINO,1875, capitanejo del cacique Sayhueque; era su escribiente. Es
posible que haya sido descendiente de otro Loncochino. No sé si ha estudiado en Chile.
LONCO FILÚ, 1854, cac. mapuche de Maquehue (chile). Era sobrino del famoso
cacique patriota Ancamilla. 1822 Loncofilú intervino en la Guerra a Muerte, peleando contra
los borogas vecinos. Parece que era de la estirpe de Filú (víbora): sus hermanos eran
(Ll)Ñancafilú, Painefilú, Filumilla y Ancafilú. (T.Guevara 1910 cap. VII.
ETIMOL: cabeza de víbora
LONCO LÍ,1864 capitanejo ranquel. Ese año figura en la lista que confeccionó el
Cnel. Manuel Baigorria para el tratado de paz con el Gobernador Guzmán de Córdoba. (Arch.
Cord. Sec. Gobº. Tomo 239 y 240 p.92: 25.7.64 )
LONCO MIL, 1864, capitnejo salinero de Calfucurá y que seguía fiel a Namuncurá
en todas las luchas hasta su rendición en 1884. Con él fue, entonces, trasladado a Buenos
Aires junto con su esposa Juana, mientras que sus indios (59) fueron detenidos en el Fuerte
Roca (Clifton Goldney: Manuel Namuncurá, 1956 p. 163)
LONCO MILLA, 1781, cac. pehuenche involucrado en la Guerra Pehuenche.
LONO MILLA, 1820, cac. mapuche de Maquehua; sobrino del viejo Ancamilla y
hermano de Filumilla (ver Lonco filú). Enemistados con los borogas vecinos, lucharon en la
Guerra a Muerte con los patriotas. (Guevara 1910 cap. VII y p. 197)
LONCO MILLA,, Juan, 1869, cac. de Leveluán; luchó contra el avance del Mayor
Muñoz (josé Bengoa: Histoia del pueblo mapuche, Santiago 19885 p. 219)
LONCÓN, 1833, capitanejo boroga. Rosas en su síntesis de la Campaña al Desierto
decía que fue muerto durante la expedición (AGN X. 27-5-3)
LONCÓN, 1844, capitanejo ranquel o boroga. Ese año se había separado de los
ranqueles con 150 indios. En Azul le dieron raciones como también al cacique Llusquén y a
Colipí. En 1845 se registró de nuevo la presencia de Loncón en Azul. Vino a conferenciar con
el Comandante Pedro Rosas y Belgrano (Rev. Azul p. 111) En 1855, en oportunidad del
fallecimiento del cac. Pichún, él fue destacado para noticiar lo ocurrida al Cnel. Manuel
Baigorria (Arch. Cord. Sec. Gobº. Tom. 240 p. 45 ; correspondencia del Cnel. M. Baigorria)
Estaba con los ranqueles de nuevo. ETIMOL: Lonco: cabeza de n(nao) tigre
LONCON GÜENUPIL ver Güenupil
LONCO NABAL, 1568, cac. araucano que rechazó con los indios de Millaleo el
ataque del General Miguel de Avendaño y Velasco. 140 indios se atrincheraron en el Pucará
con palizadas de lincoya. Y a pedrazadas ahuyentaron a los españoles (Campos Menchaca:
Nahuel Buta p. 54)
LONCO ÑAMCU, Francisco, 1772 cac. pehuenche, hijo del poderoso cac.
gobernador Andrés Curín (en Chile) (L. León p. 186)
LONCO ÑAM, 1800 (quizás el mismo de arriba) cac. pehuenche. El 3 de Agosto se
presentó en el Fuerte de Nacimiento (Chile) para hacer un tratado de paz en nombre suyo y
de diversas “naciones”. Con anterioridad se conoció en la pampa argentina con el nombre
Longo ñancó. 1814 estuvo presente en el Fuerte de San Rafael para hacer nuevos tratados,
esta vez en nombre del Gral. y Gobernador José de San Martín. En la lista del parlamento
decisivo figuran varios caciques con la desinencia “ñamcú”: Ligñamen, Huirrinñamcú,
Antiñam, Lincoñam, Caniuñam. Llamiñancú, Llancáñ.. quizás parientes entre sí. (Arch.
Mend. Carp. 123 doc.1) ETIMOL: “cabeza del aguilucho”
LINCO PA(N)GUI, Pedro, 1751, cac. araucano (pehuenche) del Río Malleco
(Chile). En noviembre de ese año lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt (Su Diario Leipzig
1777)
LONCO PAY o Longopay, Llancopi, 1780, cac. principal de “pehuelches (sic)
(puelches), sucesor del cac. Pienpán, unido al cac. Roco en el Río Diamante. El gobernador
Amigorena de Mendoza, en su segunda expedición al sur de su provincia, dio una sorpresa a
su toldería, atacándola el 14 de marzo de 1780 (De Angelis 1835 V. 115). En la misma
expedición atacó la tribu de Guentenao. 1782 éste asumió la sucesión del difunto Pienpán y
llevó a sus toldos 44 leguas más al sur. Luego volvieron, pidiendo perdón. En abril de ese
año, el cac. Bergamain trató de convencerlos que se alejasen de los huincas de Mendoza
(Arch, Mend. Carp. 107)
LONCO RÁ, 1833, cac. pampa (puelche). El Gral J.M. de Rosas dice en su diario de
la Expedición al Desierto para el 16 de Julio de 1833, que la toldería de Loncorá había sido
destruída. Pertenecía al grupo de los caciques Lupo, Maulí, Catirén etc.
LONCO TENA,1593, cac. araucano de Chile. Fue atacado por el fundador de
pueblos (noticia incompleta)
LONCO TREHUA, 1613, cac. araucano de Chile, sucesor del Toqui Ancanamún.
Entró ese año en hostilidades contra los españoles. Abdicó poco después de haber sido
elegido. (Campos Menchaca: Nahuel Butá p. 360)
LONCOY, Martín o Loncoi, Loncoiñ, 1862. capitanejo boroga que pertenecía a la
tribu de Coliqueo. Martín Loncoy era sobrino del cac. Coliqueo. Estaba casado con Avelina
Calquín. Su hija Felipa nació en esa tribu en enero de 1866 cuyo bautismo está asentado en el
Libro de Baut. Nº 2 en 9 de Julio. Más tarde estuvo al servicio del cac. Pincén .
El Cnel. Hilario Lagos quiso demostrar lo que puede la milicia en la pugna con el
Indio, a pesar de que su jefe, el Gral. Ig.Rivas lo desaprobó, porque estorbaría sus planes que
tenía con la tribu de Calfucurá. El en dos ataques persiguió las tolderías del cac. Pincen. El
primer ataque, en Potriló, el 9 de noviembre Las Sepulturs, El 14 de noviembre cayó con unos
400 hombres sobre otros toldos del cac. Pincén. Mataron a 24 indios y tomaron 50
prisioneros, dice el parte. Pincén logró huir, pero gran parte de sus familias cayeron en sus
manos y fueron enviados a prisión. Tenemos dos Listas de los prisioneros fotocopiados del
AEM. doc. Nº 6537 y 6542 del 27 de noviembre de 1872. Figura en segundo lugar el
capitanejo Loncoi Lloncú y también su mujer Avelina con dos hijos y la hermana del cacique
Justo Coliqueo, llamada Haimpa, con cinco hijos. Por ellos Pincén buscó un arreglo de paz y
envió una comisión a Junín
El 27 de noviembre de 1873 llegó el capitnejo Loncoy en comisión de paz en nombre
de su cacique a Junín. Al mismo tiempo que habían venido otras comisiones de otros
caciques. El Cnel. Fco. Borges los hizo apresar a todos (AEM.Nº 6682: 11.3.72.) Llevaron a
Loncoy y a los demás a la prisión de Martín García, donde fueron detenidos un año y medio.
Las familias fueron liberadas el 31 de Diciembre de 1874, entre ellas la esposa de Martín
Loncoy llamada Avelina con dos hijos y una hermana del cacique Justo Coliqueo llamada
Haimpá con 5 hijos. (AEM Nº 6537) Justo y Simón Coliqueo en su solicitrud por la
liberación suya explicó que Loncoy era su sobrino.
El documento AEM. Nº 6537 anota la lista de los apresados: 5 capitanejos Guentú,
Loncoy, Llencoy, Martínez (Juan) y Coliqueo (Alfonso); 38 indios y 30 mujeres
.
El misionero Pablo Emilio Savino bautizó en la capilla de la Tribu de Coliqueo en
1876 una prima María Loncoiñ, hija de Nazario Loncoiñ cas. c. Juana Soria, por eso la
llamaron también María Loncoiñ Soria. María nació en 1859 (L.B.23)

LONCOY, 1819, capitanejo de los pampa puelches de la tribu de Catriel. El 3 de


enero de ese año 200 indios pampas de Azul y Tapalquén salieron a recoger haciendas en la
costa del Rïo Salado. Sabiéndolo los “blancos”, salieron 40 hombres de la Laguna del Monte
para perseguirlos. Antes de echar fuego sobre ellos, los intimaron que abandonasen las
haciendas. Loncoy que sabía castellano, les dijo que no admitían parlamento. Efectivamente
unos 100 indios los rodearon y los restantes se dedicaron a mover los arreos. En tres cargas
cerradas los milicianos les mataron unos 20 indios; en la segunda había caído el cacique.
Luego los milicianos se retiraron a Montes (Comando Gral. del Ejército ob cit. vol.III p.
159/60. El capitanejo Loncoy figura una vez más en la documentación consultada, el 4 de
Mayo de 1846, uno de los oficiales de Catriel (Arch. Azul).
LONCO TRIPAY, 1676, cac. pehuenche que “residía entre las Cordilleras” en Chile.
Pero luego deportaron la tribu “para que pudieran vivir mejor” (sic!) (Gay: Documentos 1876
II p. 501
LONQUI MAY, 1899, cac. pehuenche, enganchado en el Ejército; actuó entre los
expedicionaros. Vivió sus últimos años al S.O. de Bardas Blancas, donde murió en 1899, muy
viejo. (Rusconi C. Ob cit. vol IV p. 205)
LOPEL, 1826, capitanejo ranquel que asistió al parlamento con el cac. Pablo en el
Arroyo Pecuén (Pigüé). (AGN X. 27-7-6: 25.4.1826)
LÓPEZ NAHUEL, José Victoriano, alias Quitrá, 1850, capitanejo ranquel. Era hijo
de Lloftunao y de Vutaloncócusé. Una hermana se llamaba Petrona Nahuelcheo. Un primer
testimonio de él es una carta suya del 16 de noviembre de 1854, en la que comunica al
gobernador de Córdoba que había hecho bautizar a su hijo quien recibió en esa ceremonia el
nombre Roque Ferreira, en homenaje al delegado del gobernador, cuando antes lo habían
llamado Nahuel Huén (Arch Córd. Sec. Gobº. T. 239 p. 134)
A partir de 1862, cuando la Tribu del cac. Ignacio Coliqueo se trasladó a la Laguna de
la Tapera de Díaz (Los Toldos, Prov. Bs.As), se incorporó el capitanejo José Victoriano López
Nahuel a esta tribu. Podría ser que esa intergración empezó ya anteriormente por casamientos.
Petrona López (1840 – 1883), su hermana era cristiana y casada por la Iglesia con el capitán
José Carranza o Calfuiñ, hijo del cac. Melín, y formó una importante familia a qien dediqué
un aparte, su biografía y en mi libro Coliqueo El Indio Amigo de Los Toldos ed. 1880
EUDEBA p 202. López Martín, su hijo llegó a suceder como capitanejo, cuando el 18 de
Mayo de 1868 falleció José Victoriano a causa de la peste. Más de una López se entroncó
con la familia Coliqueo y Colín (Ver Hux: La Composición de la Tribu de Coliqueo
(manuscrito incompleto)
José Victoriano. López tuvo una buena actuación. Como era “ladino”, es decir, sabía
castellano, integró varias comisiones, como cuando gestionó el tratado de paz con el Gral.
Bartolomé Mitre (1860). En otras gestiones, por ej. la del 20 de octubre de 1865, acompañó a
Benito Tripailaf, hijo del caciquilla Ramón Tripailaf, llevando cartas de éste, pues iban a
visitar al Sr. Presidente y a inscribirse en una buena escuela en Buenos Aires (Arch. Mitre
XXIV p.126)
LÓPEZ ver Levipán o Coliqueo Justo y Simón cas.con López Platero .
LOPEZ HUERAPÁN, 1873, capitanejo del cac. Vicente Pincén (boroga). Figura en
el tratado de paz de ese año (AEM doc. 1209)
LÓPEZ, Juan, capitanejo del cac. Cañumil. Con él se había separado de Calfucurá
LÓPEZ, Lucio, “El Adivino”, 1863, caciquillo puelche de la tribu de Catriel, de
mucha influencia en esa. Sus hijos eran el cac. Chipitruz y Quiñelef. Por el tratado de paz del
cac. Juan Catriel fue integrado al ejército argentino. Ya en 1857 integró la Primera División
del Ejército de Operaciones del Sud. El dio una dura prueba de su valor en la Batalla de Sierra
Chica en 1855 y luchó en la batalla de Pigüé (17.2. 1858) enfrentando a los indios de
Calfucurá.
Por la nota biográfica sobre Catriel se puede conocer lo que debía sufrir por la difícil
política de los jefes de la frontera. Una cita en una carta del 10 de enero de 1858 lo dice:
“..Se presentó en esta comandancia de Pillahuincó el adivino Lucio López..Es de fisionomía
intelligente, en cuyos rasgos fuertemente pronunciados se descubren, los que revelan la
audacia y la impostura. Lo acompaña Cipriano Catriel, el hijo del cac Juan Catriel, tipo
enteramente opuesto y armoniza con la raza a la cual pertenece. Se le ofreció un cigarrillo a
Lucio; lo tomó con despejo e indiferencia, manifestación de la poca importancia que daba al
obsequio..”
Era de un genio imponente y en su carácter de machí o adivino, indiscutido. Encontró
a Bibiana García ( en mapuche se llamaba Duguthayen), una fiel discípula, más tarde una
verdadera profeta y cacica entre los restos de la Tribu, en 1879 en adelante.
Cuando en enero de 1861 un misionero católico lo visitó para interesarlo por un
ensayo de evangelización, él se le opuso con vehemencia. Ni un día más pudo quedar entre
ellos.
Hay claros testimonios de que el Cnel. Ignacio Rivas, jefe de la frontera Sud con
asiento en Azul, lo favoreció con miras a enfrentamientos exitosos, para humillar a Catriel. El
1º de diciembre de 1862, (Arch. Mitre XXIV p.13), tras convenio celebrado con Lucio y sus
indios, Juan Catriel empezó a ceder..”No le daremos sueldos hasta que hagan una prueba de
sangre”
Un mes más tarde, escribió el mismo Coronel al General B. Mitre: “Mande carta a
Catriel, porque está en desavenencia con Lucio (Arch. Mitre XXIV p.84). El mismo coronel,
ya en 1858 le prometió a Lucio construirle una casa en Azul. En abril de 1864 lo llamó para
que se enganchara con 50 indios, por haber recibido alarma de malón. Al transmitir esta
nueva a Mitre, le dijo: “..se portan bien..obedecen sin réplica y con prontitud; eso me hace
creer que harán algo bueno.”
El Cnel. Alvaro Barros denunció esa política de Rivas en su libro Fronteras y
Territorios Federales (ed. 1956 p. 142 s): “Dividir los indios, para que una parte de ellos sirva
de exterminio de la otra, es uno de tantos medios, porque se ha pretendido dar seguridad a las
fronteras. Si algunas veces, corrompiéndolos, se ha conseguido hacerles traicionar a su propia
causa, las últimas víctimas después del triunfo de los cristianos, han sido siempre los indios
que les servían.
“Esto que ellos con su política nos dicen que lo saben y no lo olvidan, nuestros
hombres lo ignoran o lo olvidan, de año en año, sin tener en cuenta los dolorosos y merecidos
desengaños, recibidos después de cada nueva tentativa.”
“El año 1859, poco más o menos, el General Ignacio Rivas, jefe de la frontera Sud,
pretendiendo dividir con aquel fin la tribu de Catriel, (se) estableció en Azul, después de la
paz hecha por el Gral. Escalada (1856). Un indio, llamado Lucio, que era tenido por adivino
entre ellos, fue el instrumento principal de aquella operación, y bajo la protección del General
Rivas, se declaró cacique (independiente) y, seguido de unos 300 indios (de lanza) se separó
de Catriel.

“Comprendiendo Lucio, así el último de los indios, el pérfido fin que su separación
entrañaba, aprovechó, como en estos casos lo hacen, la oportunidad de hcerse con cuánto se
le ocurría pedir. Y fue insaciable en sus exigencias.
“Catriel, por su parte, sin que esto lo inquietase en el fondo, porque en tales casos es
valor entendido entre ellos, quiso sacar parte también.
“El jefe de la frontera hacía concesiones extraordinarias a Lucio, para que se
decidiera, y a Catriel, para que se estuviera quieto hasta que llegara la hora del desenlace. El
Gobierno invertía en todo esto sumas ingentes. El entusiasmo de los indios de Lucio crecía
con los regalos; las borracheras se repetían. La oportunidad de caer sobre los indios de Catriel
se postergaba, hasta que por fin, en una borrachera, Lúcio López fue muerto a puñaladas”..
Al fin, no puedo admitir las frases de una carta de su hijo Chipitruz, por la que avisa al
Gral. Mitre el fallecimiento de su padre, ocurrida en la madrugada del 26 de Julio de 1863 ,
“que nos ha llenado de profundo sentimiento y del que, creo, V.E. participará al saberlo,
puesto que el referido cacique ha llenado con lealtad sus convenios establecidos con el Sr.Jefe
de esta frontera.. En el dia de la fecha (1º de agosto), en reunión general he sido nombrado
por unanimidad del cacique principal, nombramiento que el Sr. Coronel (Rivas) reconoce..”
Luego promete lealtad y saluda (Arch. Mitre XXIV p. 119)
Luego le tocó al cac. Chipitruz sufrir la política manoceada por el Gral, Rivas de la
que habló Barros. (Ver Chipitruz)

LOPEZ, Ramón, 1870, caciquillo de los indios agrupados por Catriel en la zona de
Azul y Tapalquén. A raíz de la política que buscaba dividir a los que se habían unido, también
Ramon López, como Chipitruz y Manuel Grande fue declarado disidente. El Cnel. Francisco
de Elias, suplente del Cnel. Rivas, quiso apoyar al nuevo cacique Cipriano Catriel y someter a
la fuerza a los disidentes, llevándolo a la batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de
1871. Fue un duro golpe que detallé en la biografía de Cipriano Catriel y de Chipitruz;
prácticamente allí se disolvió la tribu de Ramón López. El cacique y 75 indios suyos fueron
deportados como prisioneros a la laguna Blanca Grande. Otros caciques y muchos indios
fueron llevados como prisioneros a Bueno Aires y a Martín García. (Arch. Museo Hist. Nac
doc 5072: 16.10.70 sobre su captura)
LÓPEZ, Martín, 1869, capitanejo de la tribu de Coliqueo, en Los Toldos. Era de la
familia del caciquill0 José Victorino, López Nahuel, del cual leemos algunos datos un poco
más arriba. También éste fue bautizado, como sus hermanos. Hubo en la tribu de Coliqueo
(Prov. Bs.As.) varias familias de apellido “López” y eran considerados de la nobleza
araucana: López-Coliqueo; López Colín; Levipán- López; López-Meliú, etc. Para saber algo
más de su historia que le ha tocado vivir, léase mi libro M. Hux: Coliqueo el Indio Amigo de
Los Toldos ed. 3ª 1980 o 4ª 1999.
LORENZO, 1751, cac. pehuenche de Cayenqué, cerca del Río Taiyen (Chile). Lo
visitó en ese año el misionero Jeuita Bernardo Haevstadt. En su diario anota el 3 de diciembre
de 1751 sólo su nombre.
LORENZO Es el nombre de varios caciques importantes que a veces son nombrados
con el nombre Lorenzo sólo: L. Calpisquis; L. Coliqueo; L. Quidulef y L. Sevillán
LORENZIN, 1780, capitanejo del grupo del cac. Negro y vivía cerca de Carmen de
Patagones. 1780 alguien avisó que en la Sierra de la Ventana estaba preparando un gran
malón. J. Viedma dio aviso al Virrey y éste concentró tropas para atacarlos. El choque se
produjo el 24 de noviembre de ese año. Lorenzín fue muerto, informa Viedma. (García
Enciso: La gesta de Patagones, ed. EUDBA 1972)
LUAN , Mariano, 1834, capitanejo boroga de la zona de Guaminí, venido de Chile a
raíz de la Guerra a Muerte. Después del Asalto de Masallé, Rosas exigió que entregasen los
cautivos, y él cumplió (AGN. X. 24-9-1: 27.12.34 ETIMOL: Luan : guanaco
LUAN, 1851, capitanejo de Calfuvcurá. Es posible que se trate del mismo boroga,
porque Calfucurá se había adueñado de muchos indios borogas. 1851 figura en la lista de los
obsequiados en Bahía Blanca.
LUAN CHE, 1834, capitanejo boroga. Después del Asalto de Masallé (1834) huyó a
las tierras ranquelinas. Con los ranqueles fue perseguido en 1878 por los expedicionarios de
la conquista del desierto. Tropas del Gral. Rudesindo Roca lo atacaron, al mismo tiempo que
a los indios de Mariqueo, Pichintrú, Feliciano Anteleo y Melideo (Rev. Junt. Hist. De
Mendoza III p. 157)
LUCA CHARABA, 1598, cac. comechingón de Luca Sacat; encomendado de Cornejo
(Montes ob. cit. p.86)
LUCA VIATO, 1573, cac. comechingón de Quiloto Gualato, Sierra de Unacauche:
encomendado de Castañeda ( Montes p. 79)
LUCANÉ, 1727, cac. pampa- tehuelche. A lo menos figura entre los caciques
tehuelches y pampas que el Cnel. F. Rauch, ese año, había conchavado para su expedición
aniquiladora a la Sierra de la Ventana y Curamalán. Junto con Lucané figuran, entre otros, los
caciques: Negro, Chañil (h), Chulilaquín, Niguiliyé, Felipe etc. (AGN. X. 14-6-1). Rauch
decía que los había encontrado en Bahía Blanca, deseosos de marchar contra los chilenos.
1834, terminada la campaña del Desierto del Gral. J.M. de Rosas, se iniciaron otras
expediciones exterminadoras dirigidas de lejos y hábilmente por el “Héroe del Desierto”, J.M.
de Rosas. El asalto de Masallé 1834, la masacre de Cañiuquir 1836 y de Coñiupán 1836 y sus
tribus, fueron momentos tremendos. De Lucané tenemos este dato, que merecería mayor
investigación: En un conato de sublevación, el cacique Niquinille (Niguiliyé), estando en
servicio en el Fortín Colorado, pasó a la toldería de Lucané y…no sabemos qué hubo
después. (AGN Biedma S. VII 10-4-14)
LUCANEN, Juan, cac. puelche hijo del cacique…Este exalumno salesiano misionó
en su tribu y en la de su tío el cacique Cual. Su madre lo alabó. (Memorias del P. Vacchina
ed. por P. Marcos Vancini)
LUCERO, Nicasio, capitanejo pampa, quizás de Catriel. 1871 invadió con salineros
en Fortin Reunión (AEM. 14.1.71)
LUCIANO, 1833, cac. huilliche que se preparó con un grupo de caciques para invadir
a los borogas: Con Cumiú, Calfucurá, Namuncurá y Quiñigual, porque así lo había insinuado
en nombre de Rosas el Cnel. N. Del Valle de Bahía Blanca (AGN. x 27-5-5: 21.1. 33) Ver
Calfucurá.
LUCIANO, 1873, capitanejo de la tribu de Calfucurá y de Namuncurá. Si la
declaración del excautivo José Flores era correcta (17.12.73: Arch. Mus. Hist. Nac. doc
8039), el capitanejo Luciano habría sido cristiano que había hecho carrera entre los indios. Y
porque se casó con una chica de la nobleza, llegó a ser capitanejo. El mismo le habría dicho
que no podría volverse por haber causado una muerte.
Posiblemente es el mismo Luciano que murió luego a manos de las tropas
expedicionarias en un encuentro del 26 de junio de 1879, en un ataque que hizo el Mayor
Ilesca en Choique Mahuída. Los indios fueron sorprendidos y no tuvieron tiempo para
organizarse a un combate. En el ataque murieron “el capitanejo Luciano y nueve indios”,
-dice el informe,- y tomaron prisioneros a 6 indios y 53 de la chusma. Después atacaron el
cac. Cumilao y 120 indios (Olascoaga II p. 187 o 149 y Ocampo: El Regimiento 7º p. 138 y
R. Ortega 188)
LUCIANO, 1873, capitanejo de la tribu de Nahuel Payún o de (Vuta Piseñ)Pincén.
Con estos dos es nombrado en el tratado de paz (AEM 14.6. 1873 doc. 1209) ver Pincén
LUCHO ver Baigorrita , Luis (Ranquel)
LUCOPÓ, 1872, capitanejo manzanero que M. Bejerano nombra en su diario de la
exploración del Río Negro (En:Memoria del Min. De Guerra, 1873)
LUCHIN, 1591, cac. comechingón de Cochan Peña, a 3 leguas de Dean Funes,
Córdoba; encomendado de Ardiles (Montes p.47)
LUIAY, 1820, cac. pampa que se adhirió al tratado de paz sellado en Miraflores y
Kakel.
LUIGUÍN,, 1866, cac. chileno, probablemente pariente de Calfucurá que se le ha
incorporado ese año, según la carta de Calfucurá dirijida al cac. Coliqueo, el 7 de diciembre
de ese año. Nombra también a Ñancucheo como capitanejo de Luiguiñ (AEM 1866)
LUICA TRÚ, cac. mapuche 1835. Su mujer se llamaba Yauñir (sin otros datos)
LUINRRIQUÉ, 1835, cac. pehuenche que vivía cerca de Limén Mahuída. Según dice
Manuel Baigorria en sus Memorias, era dependiente del cac. Painipil.
LUISA, cacica, esposa del cac. boroga Ignacio Cañiuquir. 1827 fue hecha prisionera
en un ataque del Cnel F. Rauch a Epecuén (Grau: Fuerte 25 de Mayo, La Plata 1949 p. 116)
Rosas la empleó como instrumento de sus gestiones políticas con los borogas de Guaminí. La
retuvo en su estancia “Los Cerrillos”. Ella le dio mucha información sobre tribus y sus
relaciones. El 30 de noviembre de 1830 decía Rosas: “La misión de la china Luisa, esposa del
cac. Cañiuquir, ha tenido resultados prósperos para la Provincia.. El Comandante Miranda fue
con 30 indios a Los Toldos, ahora volvió con 60. Cañiuquir está en la casa de Ezcurra
(seguramente para pedir la liberación de su esposa.) Los indios estuvieron con el Gobernador
en la Estancia San Martín” (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 1951)
Durante la expedición al Desierto, en 1833, estuvo en el Fuerte 25 de Mayo de Cruz
de Guerra. Rosas le dictaba lo que debía decir: “La cacica Luisa, mujer del cacique Cañiuquir
debe decir que ha recibido 100 $; quiere quedarse allí y hará algunos trabajos, tejerá..” (AGN.
X 27-5-5: 7. 2. 33). Así estuvo de rehén varios años. Por ella, quizás, se salvaron en octubre
de 1834 el cac. Francisco Caniullán con alguna gente, escapando a los malones del Asalto de
Masallé, pudiendo establecerse en el vecindario del Fuerte. (Hay un censo nominal de 1836)
En 1837 estuvieron en calidad de “cautivos” en Chacarita de Colegiales (Bs.As.)
Cómo y por qué llegaron a ese destino, no sé. El hecho lo conozco por una lista de
racionamiento para los caciques Caniullán, Guayquil y la cacica Luisa, cautiva en Chacarita
de Colegiales”. (AGN. X 25-5-1) Cañiuquir y su tribu habían sido sacrificados ya en 1836.
LUIVIPORÓ, José María, 1872, cac. pampa que halló Bejarano en su exploración en
Bajada de Balcheta (Memoria o diario en. Mem. Del Min. De Guerra y Marina 1873)
LULÚ MACHO, 1598, cac. comechingón de Pagachi, Valle Cantaper, Córd.;
encomendado de Astudilla (Montes p. 59)
LULÚ MA, 1579, cac. comechingón de Tuluspa Sogo Nache, Salsacate, Córedoba;
encomendado de Velásquez.( Montes p.58)
LULUEN, 1787, capitanejo puelche, que vivía al sur del puente del Río Grande de
Malalhue (Mendoza).
LUMICAVA, 1584, cac. comechingón de Ansenuza, al Oeste de Mar Chiquita de
Córdoba; encomendado de Barrientos (Montes p. 91)
LULLA MUCH, 1843, cac. tehuelche. Gardiner lo conoció al Norte del Río Negro.
Tenía 1200 indios. (olvidé anotar la fuente de la información).
LUNA, 1802, cac de la nación auca, compañero y vecino del cac. Negro en la Costa
Patagónica (AGN. IX. 1-4-3: 21. 1 o 2 Chascomús) En 1800 visitaron al Virrey los caciques
pampa ranqueles Catrimilla, Luna, Quelentrur, (H)Oguín y Nahuelpán. En 1801 recibió una
subvención (Mariluz Urquijo,J. El Virreinato del Río de la Plata 1964 p. 229 y AGN
Contaduría Leg. XIII 22-3-5 y 22-2-3). En diciembre de 1806 se presentó en Buenos Aires el
cac. Epumur en nombre de los ranqueles y de los pampas, entre ellos Luna Quintuy. Se
ofrecían para luchar contra los ingleses invasores (Zerda W. Los indios y las invasiones
inglesas 1934 p.63) En el mapa que reproduce Pedro Sarciat en su libro :”El Pago de
Chapaleufú” 1945 p. 28 figura una laguna, llamada “Cacique Luna” en el campo Nº 364, a 50
leguas al Sur de la Laguna Vizcacheras.
LUNA, Fortunato, 1861, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo. Estando entre los
ranqueles de la tribu de Llanquelén en Junín con un resto de la tribu de Santiago Llanquelén,
fue incorporado violentamente a la tribu de Coliqueo (Hux: Coliqueo ed. EUDEBA 1980 p.
63) Estaba casado con Olga Olaya y su hijo se llamaba Justo Fortunato murió 1875. En la
invasión de 1876, es decir en la batalla de la Tapera de Díaz, su familia fue hecho prisionera.
( Hux ib p. 232)
LUPITARÚ, 1671, cac. araucano. Ese año una expedición lo sorprendió junto con el
cac. Clentarú y Dugue guala cerca del rio Allipén. Hicieron una gran mortandad entre sus
indios y a tres caciques los colgaron de un árbol para escarmiento de los demás (Gay: Historia
1847 III. p. 268/69. ETIM: Trarú: carancho; lupi: …
LUPIL (Lepil), 1815 cac. mapuche. Entró en nuestro país ese año y se radicó en el
Valle del Río Negro. Era amigo del cac. Chocorí, con quien “boleaba” a vecs. Las tropas
expedicionarias del año 1833 al mando del Cnel. Angel Pacheco lo persiguieron y les tomaron
400 prisioneros, mientras que otros pudieron huir a Chile. Dionisio Schoo Lastra transmite el
siguiente relato (que se halla en AGN S V. 26-5-5) en su libro “El Indio del Desierto, primera
ed.1928, p.84): “Una mañana de mediados de Julio de 1833, al salir el sol, desprendidos de la
División Pacheco, 25 nadadores con su caballo, en pelo, se lanzareon a través de un brazo del
Río Negro para atacar los toldos de la gente de Veylocurá y Lupyl. Otros tantos soldados con
el Teniente Ferrat, embarcados en dos botes la noche anterior, siguiendo el curso del agua,
debían avanzar simultáneamente hacia los mismos toldos por la espalda. Detenidas las
embarcaciones por obstáculos del cauce, los hombres siguieron a pie, debiend cruzar doce
cuadras por entre bañados con el agua en la cintura, quebrando el hielo con las culatas de las
tercerolas. Llegados, encontraron los toldos vacíos. Pero a poco de estar aparecieron las
familias indígenas. Se habían ocultado en un curioso escondrijo. Las aguas del río habían
descendido, pero capas de hielo habían quedado en las riberas donde se habían ocultdo. El
frío les obligó salir. La mayoría de los soldados que habían marchado sin mujeres, se unían a
las indias, lo cual era autorizado por el Comandante de la campaña como medio de dulcificar
los rigores de la campaña y la temperatura glacial”

LLAECAO, 1879, capitanejo pehuenche, pariente del cac. Painé (ranquel de


Leuvucó). desempeñó ese año una comisión en su nombre (Olascoaga V p. 125)
LLAGUA GUIAN, 1629, cac. de la encomienda de Díaz Barros de San Luis,
hermano de Francisco Pablo, viudo .(Barrionuevo Imposti, Historia de Río IVº, I. p. 30)
LLAIMA ver Chaima (creo que el nombre proviene del topónimo Vulcán Llaima)
LLAITU QUEO, Ildefonso, 1914, cac. mapuche residente en el sur argentino. Al
visitarlo el Padre Milanesio ese año, tenía 75 años de edad, sabía leer y escribir (Datos
biográficos y excursiones del P. Domingo Milanesio, Bs. As. 1929 p. 234/35 (consultado en
el Archivo Salesiano Bs.As.) ETIMOL: Queo: ser; Vigilante
LLALLÍN, 1750, cac. pehuenche o ranquel; en la documentación es llamado amigo
del cac. Bergamain quien auxilió un convoy de carretas ETIM: Ser flaco
LLAMÉN, cac. de la región de los querandíes. 1582 figura en el repartimiento de
Juan de Garay, en el distrito de Buenos Aires. (suena como lamguén: hermano o hermana)
LLAMI MANQUEL ver Manquel u Manquefú Llaima
LLAMI ÑANCÓ, 1758 cac. ranquel de 50 lanceros. El obispo franciscano A.
Espineiro lo visitó En su diario anota que ese cac, tenía tres mujeres bautizadas. No sabía con
qué nombres. Le expresó al obispo su pesar porque habían sido molestados en septiembre por
los huilliches y que Curripil había invadido a los ranqueles. Es que ya había principado la
Guerra Pehuenche . (Roberto Lagos: Historia de las misiones del Colegio de Chillán, 1908 p.
131)
Este cacique debe ser el mismo que Don Luis de la Cruz ha visitado y recogió en 1806
buenas informaciones y del que dice que era sujeto al cac. Carripilún. En Cura Lauquen,
cerca de la toldería de Carripilún de la Cruz recibió la visita de la mujer del cacique y de dos
hijas de Carripilún y otras de Llamín.
LLAMI ÑANCÓ, 1806, capitanejo pehuenche que estaba sujeto del cac. Naupayán,
quien visitó a Don Luis de la Cruz (De Angelis I. p. 270) en Butatequen, al Este de Tolvan.
Luis de la Cruz visitó a su toldo y a su familia.
1814 era cacique y estuvo en la reunión convocada por el P. Inalicán por encargo del
Gobernador Gral José de San Martín. El cacique gobernador de los pehuenches amigos era
Ñeycuñán. (Arch.Mend. carp. 123 doc. 1)
LLAMPALCÓ, 1780, cac. tehuelche. Era del grupo del cac. Negro. 1747 lo conoció
también el Padre Tomas Falkner, pues lo nombra en su libro famoso de la Patagonia.
LLAMPÍ o Yampí, 1851, capitanejo de Salinas Grandes, En diciembre de ese año
figura en la lista de los caciques obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN. X
2º-10-4)
LLAMQUI o Fen Llampi, 1845, cac. pehuelche que vino comisionado del cac. Aillal
y Fori con 23 indios de Calfucurá a parlamentar con el cac. Catriel y el Comandante de Azul.
(Arch. Azul; 6.1º. 1845)
LLAMQUI, 1806, cac. huilliche, sujeto al cacique gobernador Llanquitruz. Participó
en la Guerra Pehuenche. 1806 Don Luis de la Cruz averiguó en su viaje por la Pampa sobre
sus actividades. Le decían que él solía interceptar los caminos de Buenos Aires a Chile. De
esta manera asaltaron sus indios al Canónigo Cañas. Javier Poblet fue destacado para
averiguar el asunto y (¿). También fue rechazada otra patrulla de 24 españoles acompañada
de indios pehuenches (Cruz : en De Angelis I. p. 291s.)
LLAMUEL, 1797, crac. Pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche. Ese año
figura en la lista de 12 caciques que participaron en un parlamento en San Carlos (Arch.
Mend. Doc. 31: 17.3..97)
LLAMÜL GÜEGUE, 1798, capitanejo pehuenche. Figura en la lista del parlamento
del 31 de Mayo de ese año (Arch. Mend. Doc. 43)
LLAMIEL, 1833, cac. huilliche que el 18 de enero de ese año intentó con los
caciques Llan y Epullán llevar un malón sobre la tribu boroga de Cañiuquir en acuerdo con
los caciques Chocoríy Cheuqueta. Más tarde, Rosas los habría apoyado; pero ahora, en
vísperas de la Expedición combinada al Desierto, aún no, porque necesitaba que los borogas
estuvieran en paz. El Cnel. Del Valle de Bahía Blanca persiguió, pues a Llamiel y a sus
compañeros y les mató unos 39 indios de los cien que habían venido (Juan A. Garretón:
Escritos, comunicaciones y discursos. Bs. As. 1946 I. p. 16)
LLAN, cac. huilliche o auca que acompañó a Llamiel en 1833.
LLANBILICÁN, 1831, cac. boroga de Chile que actuó con el grupo de con Venancio
Coñuepán en la Guerra a Muerte en el bando se patriotas y con él vino a la Argentina. El 29
de noviembre de 1831 figura entre los obsequiados por Rosas, pues quería comprometerlos
para la Campaña del año 1833 (AGN Biedma S:VII 10-4-14)
LLANCA GÜEL, 1837, cac. chileno del que sólo sé que participó en el malón de
protesta que una coalición de muchos indios llevó, el 14 de agosto de 1837 contra Bahía
Blanca en venganza de los daños que habían hecho a las tribus amigas en estos años 1834 a
1836 (AGN X. “5-5-1): Relación de los caciques venidos de la Cordillera y 1000 indios que
se unieron a 700 borogas y ranqueles) ETIM: Llanca:collar y Nahuel: del tigre
LLANCA HUENU, 1762 estuvo presente en el gran parlamento de Nacimiento. Los
caciques huilliches Curiñancu y Duguihuala se opusieron a la construcción de Reducciones y
fueron tomados presos, Posteriormente, a instancias de Llancahuenu fueron puestos en
libertad, lo que aprovecharon para preparar una sublevación general (Brudny, Heinrich: La
restauración de la Mision en la Araucanía,1971 (en alemán) p. 121 s.)
LLANCA HUENU o Llancabueno o Ñancu Huenu, 1794, cac. pehuenche. El 20 de
Mayo de ese año figura en la lista de los caciques que querían invitar a los huilliches a
componer la paz (Arch. Mend. carp. 30) Poco tiempo después pidieron nuevamente la ayuda
del Jefe de la frontera para pelear contra los “enemigos invasores de Chile” (ib.doc. 11)
LLANCALIÉN o Yancalién, 1825 cac. pampa ranquel que figura en la lista de los
caciques que participaron el 13 de diciembre de ese año en un parlamento de paz en Laguna
del Guanaco (Córd.). Ente los 40 caciques pampas y tehuelches y de otras parcialidades es el
7º en la enumeración (AGN. X 27-7-6) Durante la expedición al Desierto Llancalién fue
perseguido a muerte. Efectivamente J.M. de Rosas en su síntesis sobre la campaña lo enumera
entre los muertos (AGN. X 27-5-3: 25.3.34)
ETIMOL: llanca: perla, lien: de plata
LLANCA MÁN, 1792, cac. pehuenche del grupo de los huilliches del Neuquén, en la
Guerra Pehuenche opuestos a los indios de Malalhué. 1792, el Comandante Francisco
Esquivel Aldao realizó una importante expedición militar al sur, de la que dejó escrito un
diario que abarca del 5 de Mayo al 18 de Julio de 1792 (Manuscrito en Archivo Municipal de
Mendoza carp.29. Existen otros dos diarios de una expedición de 1787 y 1788) Para el día 1º
de junio de 1792 anota que habían acordado sus tropas y los aliados indios de Malalhué y que
les salieron en contra los caciques Llancamán, Quilaipán, Aucán y Millaluán (quizás sin
sospechar que iban a ser atacados). El 3 de junio pues sorprendieron a esas tribus por dos
columnas, les mataron 58 indios (dice el diario), entre ellos cayeron los caciques Llancamán,
Quilapán y Millaluán. Apresaron a 160 indios y a 12 mujeres. Todo esto ocurrió cerca de
Zapala. En vista del rico botín y arreo emprendieron el regreso hacia Mendoza. (Revista Junt.
Est. Mendoza VIII.)
ETIM: Llanca: collar , de manque: cóndor
LLANCA MÁN, 1834, cac. boroga, entre los que habían venido de Chile para
afincarse en la zona de Guaminí. Eugenio del Busto había hecho un parlamento con los
caciques Marileo, Llancamán, Güircán, Huele y el hijo del cac. Cañiuquir, sobre el que le
refirió luego a J.M. de Rosas (AGN, X 24-9-1) Luego, después de la reunión se acercaron sus
enemigos confabulados con Rosas y los saquearon y diezmaron en dos malones, en 1834 y
1835 y finalmente las tropas de Bahía Blanca sacrificaron en dos ataques y masacres la tribu
de Cañiuquir (V.Coñuepán). No nos ha de extrañar que el cac. Llancamán, quien se había
salvado, participara en el malón de revancha contra Bahía Blanca, el 14 de agosto de 1837
(AGN 25-5-1)

LLANCAMIL (I) (Yancamilla o Ñancamil): 1806, cacique ranquel, hijo del cacique
Carripilún y hermano del cacique Gobernador Neicuñán, quienes participaron en la Guerra
Pehuenche. Neiycuñán era sucesor del cac. Pichi Colemilla. Llancamil en 1806 acompañó a
Luis de la Cruz en su viaje por la pampa (De Angelis I. p. 129). Luego adhirió a la causa de la
Independencia Argentina. Fue estimado en Mendoza. Pero cuando la guerrilla pincheirina se
expandía sobre Mendoza, en 1828. los caciques Antical y Chocorí mataron(¿) al cacique
gobernador Ñeycuñán. Chocorí y el cac. Antical se apoderaron de su cacicazgo y de sus
indios. Mendoza, mal informada, le envió un bastón de mando en señal de aprobación. Pero
Llancamilla (Ñancamil o Llancán) quiso vengar al hermano y armó una coalición con los
caciques Toriani. Neculmán, Paillalef. Llanquetruz y el pincheirista José Hermosilla con 200
pincheirinos, armados con fusil: juntos, le lanzaron a Antical un malón de 5.000 hombres, el
que fue muerto y con él un centenar de indios. (Información del Diario del gobernador Segura
en su expedición de 1846: véase Ñeycuñan y Guzmané. Comando Gral del Ejército ob. cit. IV
p. 451: 28 de Mayo de 1828) Etimología: Llanca: pepita (perla) de: milla: oro.

LLANCAMIL (II): 1876, capitanejo ranquel, sobrino del cacique general Mariano
Rosas y del cacique Epugner. Siendo hombre de confianza de su tío Mariano, éste lo envió, en
Marzo de 1876, a Río IVº para conferenciar con el coronel Julio A. Roca. Había nacido en
Quenyam, en la zona de Leufucó, en el año 1849. El Padre Marcos Donati, al bautizar, en
Marzo de 1874 a José Llancamil en Villa Mercedes, anotó que tenía 25 anos y que era hijo del
capitanejo Huenchuil y de Chaupuipán (Lib. Bautismal, de Villa Mercedes). Vivió los
acontecimientos de las tribus ranquelinas hasta 1878. Ese año llegó el cacique Ramón Cabral
a la Reducción denominada “Sarmiento Nuevo” con más de 400 indios; los establecieron
como “sometidos” en “El Tala”, lo que disgustó a Epugner, quien los atropelló. Llancamil fue
encargado de arreglar la cuestión.
En octubre de 1878 integró una gran comisión que, según el tratado de paz
últimamente hecho y aprobado, se acercó a Villa Mercedes para retirar las raciones y
haciendas ofrecidas. De improviso (traidoramente) fueron atacados y apresados, de manera
que Llancamil quedó en prisión, cuando los otros ranqueles fueron atacados o dispersados y
echados de sus campos. Después de la Conquista del Desierto, Llancamil recuperó su libertad
y volvió a establecerse en la Pampa, pero sólo en la zona inhóspita del Salado, porque las
tropas y los "gringos" habían ocupado la zona buena.
El 12 de agosto de 1882, Luis M. Campos fundó el fortín Gral. Acha y el pueblo
contiguo, que sería la primera capital de la Pampa Central. Victorica ya se había fundado, el
12 de Febrero de ese mismo año, después que las tropas habían ocupado definitivamente a
Poitahué, donde establecieron el Regimiento de Indios Amigos que obedecía al cacique
Ramón Cabral.. Junto a General Acha se estableció también la tribu de los indios amigos de
Pichihuincá.
Cuando se supo que en la pampa había aún, o de nuevo, grupos indígenas, la policía
de estos pueblos principiantes hizo averiguaciones. Por unos bandoleros se supo "que al Oeste
merodeaba un grupo de 400 indios alzados al mando de los caciques Yancamil y Peinecó".
Esta es una versión que se oficializó por vía jerárquica. Otra versión es que el capitanejo o
cacique Yancamil con 400 indios se acercaba a Victorica para establecerse en paz cerca de ese
fortín. Así, el cacique adelantó una comisión de 70 indios amigos para pedir el permiso y
preguntar en qué condiciones podrían hacer este paso. Tras ellos venían unas 300 mujeres
con niños. Estaban muy hambrientos y desposeídos.
Entonces se despachó desde General Acha una patrulla de 150 hombres al mando del
mayor Nicolás Santerbo, por ausencia del coronel Rodríguez y el comandante Anaya. Pero no
fueron para escoltarlos ni para protegerlos, sino para atacarlos y quitarles la poca hacienda
que tenían. Esto ocurrió a fines de Julio de 1882. Los indios, al darse cuenta de este
movimiento, retrocedieron en fuga. Cuando llegó el destacamento al Salado Chico
(Algarrobos, Dep. Chalileo), el mayor Santerbo desprendió una patrulla de 25 hombres hacia
Puelén. La conducían el teniente Tránsito Mora y Simón Martín, hasta las aguadas y la
rastrillada chilena. Entre Buta Ranquil y Copel, la patrulla fue arremetida (primera versión, o)
la indiada fue arremetida (segunda versión). Los indios tuvieron que replegarse hasta el
Cochicó. Las tropas habían muerto a un bombero; otro escapó. Según un informe los indios
tuvieron una pérdida de 150 conas, mientras que la tropa de Acha lamentó la pérdida de 8
hombres. Este fue el resultado del “combate en Cochicó”, el 12 de Agosto de 1882. La
patrulla regresó hasta Puente de Tierra del Atuel, donde se encontraron con el resto y
regresaron a Gral. Acha.
Algunos pobladores han tratado de recoger la tradición oral del hecho. En ella hay
algunas diferencias por nombres, números (30 indios muertos), y otros detalles. El parte
oficial se escribió el 18 de Agosto de 1882. Fue redactado por el coronel Anaya, el 26 de
Agosto.(Se conserva en el Archivo del Estado Mayor del Ejército (Servicio Histórico) de
Buenos Aires.). Al coronel Rodríguez se le instruyó un sumario, por su ausencia, pero no
conocemos la sentencia.
Al celebrarse el cincuentenario de la fundación de Victorica y del combate de
Cochicó, la comisión directiva de la Biblioteca Bartolomé Mitre se negó a adherirse al
homenaje que se quería rendir a los "Héroes de Cochicó", motivando su abstención con estas
palabras: "Por ser acto que tiende a perpetuar errores históricos". Llancamil salió con vida de
la persecución. Pero tres años más tarde, en 1885, fue capturado cerca de la laguna Meucó,
dice W. Cazenave en el Album del Centenario de Victorica (1982). Por orden expresa del
general Julio A. Roca se le respetó la vida. Rudecindo Roca, su hermano, pidió la entrega del
prisionero para que trabajara en los yerbales de Misiones. Y hacia esa zona subtropical tuvo
que marchar con los que le quedaban. En el camino se sublevó, dominó la tripulación de la
lancha y se lanzó a la costa paraguaya, donde los indios guayaquíes le dieron asilo. Tampoco
el gobierno paraguayo concedió la extradición del fugado. Allí, en el Paraguay, vivió algunos
años. Le nacieron varios hijos en Encarnación. Finalmente, cuando supo que en la Argentina
se le concedía amnistía e indulto, regresó. Se le dio un campo en "El Arbol Solo" y murió en
la Pampa, su Pampa. Estaba casado con Tránsito Gil de Villa Mercedes. Su hijo Gregorio
Llancamil se afincó en Colonia Mitre (donde lo visitó en 1947 el Dr. Carlos Rusconi).
Llancamil es ahora un topónimo de la Pampa. (Alberto Vuletín: La Pampa, 1972. p. 131)
No he podido consultar el libro: Yancamil, el último grito ranquelino, de Ferrari,
Horacio Daniel. Ed. Colegio Salesiano San José, Rosario 2000, 191 pág., ilustrado.
En 1925, el misionero Padre Pozzoli y 3 saleianos más visitaron los ranchos de
Yanquemil. Gregorio era el último sobreviviente del combate de Cochicó. Este era hijo de
Luis (Lucho) Baigorrita. El Padre Pozzoli sacó fotos.

LLANCÁN (IANCÁN), 1770 cac. pampa puelche. Lo vió Juan Antonio Hernández,
el autor del diario del capitán de la Expedición del Maestre Manuel Pinazo en 1770 contra los
“tehuelches”(En. De Angelis V.) Lo vio en Cabeza del Buey (Part. de Bolívar), junto con el
cacique Lorenzo Calpisquis. 1776, Diego de las Casas en su Censo “Noticias Individuales
(De Angelis IV p. 584) dice que había encontrado la toldería de Llancán en Colulauquen, a
cinco leguas de Tregua. Tenía 10 toldos y 30 indios de escolta. Disponía de tres ojos de agua.
La primera noticia que tenemos de este cacique es de 1744, cuando vino a Buenos
Aires, acompañado del cac. Güenu Angte de “nación pegüenche”, seguramente para negociar.
LLANCÁN, 1814, cac. pehuenche. Ese año concurrió al parlamento que por orden
del Gobernador José de San Martín el sacerdote había convocado. Y aparece en la lista del
cacique gobernador Neycuñán (Arch. Mend. Carp. 123 doc.1)
LLANCA CÓ, 1837, capitanejo pampa de Calfiao (AGN X. 25-5-1: 15-2-.1837)
LLANCAO, o Llancanao, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. Lo menciona
Lucio V. Mansilla en su libro: Una Excursión a los Indios Ranqueles ed. 1890 p. 574 y figura
en la lista de capitanejos del Padre M. Donati de 1870.
LLANCA ÑER o Ñancagüer, 1846 , a poco de haber muerto el cac. pehuenche
Guzmaé por el malón del cac. Purrán, el Goberndor de Mendoza salió a Campaña para
recoger noticias sobre esa muerte. Convocó en San Carlos a los caciques pehuenches a
parlamento general, al que concurrió también el cac. Llancañir (Arch. Mend. 11.10.46). De
las averiguaciones y del proceso levantado, se desprendió que agentes chilenos (Surita y
Zúñiga) habían invitado las tribus mendocinas a pasar a Chile para la guerra. Llancañir ha
sido invitado también (Arch. Mend.doc. 12: 24.1.47) (Ver más bjo el título “Guzmané”).
1852 figura Ñancagñer en la lista de los caciques y capitanejos de Calfucurá que
fueron obsequiados en Bahía Blanca en vísperas de la batalla de Cepeda.
Nota : En los documentos se confunden a veces Ll, Y y Ñ
LLANCA PÁN, 1782 capitanejo pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche.
Pertenecía al gupo de los huilliches. El 16 de diciembre de 1782 estaba presente en el
parlamento de paz con Rampapán, Antepán y los caciques Roco. Fue muerto en oportunidad
de un ataque a los pehuenches de Malalhué (Arch. Med. doc. 5: 27.8.92)
LLANCA PÁN,1824, cac. ranquel. Ese año estuvo en la zona de la Sierra de la
Ventana , junto con los caciques Pablo (Lepnopán) y Curritripay. Se dice que estaban
dispuestos a tratados de paz, cuando antes, probablemente, participaron en la guerrilla del
Brigadier chileno José M. Carrera. Llama la atención que no estuviera en los grandes
parlamentos de Guanaco o Pecuén que se realizaron en 1825 y 1826.
LLANCA PÍ, machí de la tribu de Namunmcurá (Foto en el Museo de Tandil)
LLANCA PÍ, 1783, cac. puelche de Huechún Lauquén. Ese año visitó junto con el
cacique Guchumpilqui al explorador Basilio Villarino. (Diario de éste en De Angelis 1837 VI
y Plus Ultra 1972)
LLANCA PICHÚN, 1782, cac. pehuenche de la Reducción de Ranco (Chile). Ese
año fue interrogado si sabía algo de la Ciudad de los Césares (De Angelis I. 1910 p. 385)
LLANCA QUEO, o Llancaquén, 1860, cac. pehuenche chileno. Ese año escibió al
Gobernador sobre el incumplimiento del tratado hecho por Benavides. El periódico “El
Meteoro” de Los Angeles del 1º de Mayo de 1869 lo llama “uno de los más prestigiosos
caciques pehuenches, igual que el cac. Purrán. Y como éste había molestado a los aventurosos
comerciantes chilenos, se propone darle el cacicazgo principal al cac. Llancaqueo. “Es indio
muy bueno con nosotros “ (ib. 30.9.69) En la edición del 9 de octubre de 1869 dice para el 30
de septiembre ppdo. “Ayer, 29, ha salido de ultra Cordillera Mateo Sepúlveda, vecino de este
pueblo (Antuco) y nos da las noticias siguientes: “que a los chilenos que fueron con los
pehuenches a negociar en las pampas, les ha ido mal. Trayendo pocos animales.
“El comerciante Santos Cid de Quiyeco fue alcanzado en el camino por los indios
pampas y quitándole 160 animales vacunos, 56 caballos, un número regular de prendas de
plata y bastante paño, resto que le había quedado después de sus compras. La escapada hizo
casi desnudo y a pie. En este estado ha marchado 12 días, logrando al fin ser encontrado por
el cac. Llancaqueo pehuenche quien le franqueó caballos hasta donde invernaba; sin cuya
generosidad habría perecido en el desierto.
El periódico “El Meteoro” del 9 de octubre del mismo año de Antuco, trae una carta al
Intendente: acusó al cac. Purrán de que, según Mateo Sepúlveda, hace mucho daño al
comercio (llamado illegal) Bueno sería que el Intendente tomase algunas medidas, que
detuviese a este mal indio en sus avances para hostilizar a muchos compatiotas o por lo
menos retirarle el cacicazgo y darselo a Llancaqueo, indio que talvez es de más prestigio y
muy bueno con nosotros, como está probado por todos los que han tenido trato con él y sus
mocetones (Jorge L. Rojas Lagarde: El comercio de ganados robados con Chile en el siglo
XIX. En: Morris, Raúl “Los Angeles” 2001 p. 101) Sería interesante tener tales noticias
detalladas de muchos caciques.
El 1º de enero de 1870, se hizo representar por el cacique, al celebrarse en Angol un
convenio con el General Urrutia con los pehuenches del Alto Neuquén. Según ese convenio
recibirían sueldos, siempre que se comprometiesen proteger a los hacendados chilenos,
afincados al este de la Cordillera (AEM. doc. 6464) Noticiado el Gobierno Argentino de tales
convenios, inició de inmediato una gestión de tratado de paz con los mismos picunches para
reafirmar ante ellos la soberanía argenrtina. Así se celebró en San Rafael (Mend.) el primer
tratado de paz con ellos, el 11 de agosto de 1873 (AEM doc. 1181 y Arch.Mend. carp. 123
doc 45) Para ese acto el cac. Llancaqueo se hizo representar de nuevo, esta vez por el
capitanejo Antical. Vivía en Ranquilón hasta la gran prsecución de la Conquista de Desierto.
Entoncs, parece que se corrió a Campana Mahuída (Olascoaga I. 225). No tengo registrado
ningún hecho bélico que le haya afectado directamente.
ETIMOL: Queo: ser y Llanca: perla
LLANCA QUEO, 1870, capitanejo ranquel que Mansilla menciona en su relato o
libro Excursión a los Indios Ranqueles ed. 1890 p. 574.
LLANCA QUIR o Llancaquirque, Llanquin, 1792, cac. pehuenche que armado de
lanza y cota” intervino en la Guerra Pehuenche. Ese año acompañó al Comandante F.
Esquivel Aldao en su expedición contra los huilliches, de la cual Esquivel escribió un diario
(publicado en:Rev. Junta Est. Histde Mendoza VIII 1938) Hecho la paz, se dedicaba más al
comercio. 1806 lo encontró Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa, llevando cinco
cargas de sal de Salinas Grandes. Había dicho que mataría al viajero chileno, pero después se
retractó (En: de Angelis I ). 1845 estuvo de visita en Azul y en la tribu de Catriel. Donde le
dieron un gran recibimiento. El Comandante Pedro Rosas y Belgrano, encargado de las
relaciones pacíficas con los indios, le dio algunas raciones. (Arch Azul, Revista p. 113)
La información recogida por el gobernador de San Luis sobre el asalto y asesinato del
cac. Guzmané decía, que ni Llancaquir ni Llenquir habían participado en el asunto, porque
entre tanto estaban boleando y maloqueando en otra parte. (Arch. S. Luis 6.6.1846)
ETIMOL: Quirque: lagarto; Llanca:collar
LLANCA QUIR, (según Terrera p. 187) era un cacique tehuelche que vivía sobre el
río Negro entre 1830 y 1870. Estaba en paz con los cristianos, igual que su amigo Sayhueque.
1879 lo encontraron los expedicionarios en el Sur de Neuquén (J. Raone 1980 p. 49)
LLANCATUR es Llanquetruz Iº
LLANCA VILLA, 1798, cpitanejo pehuenche del grupo de Malalhué. Participó en
los últimos parlamentos que concluyeron con la Guerra Pehuenches (Arch. Mend. Doc. 43:
31.5. 1798).
LLAN CÚ, o Ñancú), José. Capitanejo de la tribu de Coliqueo cuyos datos
conocemos del libro de bautismos del R. P. Pablo E.Savino (hoy en el Museo del Indio de Los
Toldos) de 1876, porque él y toda su familia se bautizaron allí. Estaba también entre los
capitanejos que habían sido presos en la Isla Martín García, en 1872. José Llancú nació en
1841 en la Pampa. Estaba casado con Isidora Pithrufill, nac. en la Pampa en 1842. Sus hijos:
Juana (nac. 1863); Martina (nac. 1865); Teresa (nac. 1869); Luis (nac. 1871) y Nazario (nac.
1873). Eufemia Llancú, nac. 1848 se casó con Martín Rayú. La señora Isidora murió en Los
Toldos en 1881 y Don José en 1888. Creo que su progenitor ha sido Llanculao (Ñanculao),
quizás él se llamaba también así, del cual se dice que había estado 2 años y medio preso y que
era tío del cac. Justo Coliqueo. Su apellido no perdura en la comunidad de Los Toldos.
LLANGA NAO, 1811, cac. araucano de Lebo (Chile). Era hermano del cacique
principal Cataguanquelén ( Gay: Documentos 1876)
LLANGRETAUN,1822, cac. ranquel que concurrió con el cac. Neculhueque al
parlamento convocado por el Cnel Pedro A. García en la zona de Tandil (De Angelis IV p.
160)
LLANI NAO, 1787, capitanejo pehuenche que figura entre los asistentes al
parlamento de paz con el cac. Roco. (Arch. Mend. doc 37) ETIM: Lami: hermano, amigo y
Nao: del tigre
LLAN QUEL, o Llanquelén, Chacalén, 1776, cac.ranquel o pehuenche, según el
censo de Diego de las Casas ese año. Vivía sobre el río Chadileufú de la Pampa, en el paraje
Poto (De Angelis IV p. 584) Llanquel puede ser Ranquel porque la “r” es semejante “Ll” en
idioma mapuche
LLANQUE LEMUS, 1776, cac. pampa. Según el censo de Diego de las Casas era ya
anciano en ese año. Vivía en Trenel; tenía 10 toldos y 20 indios. Sus tres pozos eran cercados.
LLANQUE o Yanque, 1593, cac. mendocino de la encomienda de Luis de Guevara,
cerca de Tumbra.
LLANQUÉ o Yanqué, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir en Guaminí.
Vivió toda la tragedia de los borogas huídos de Chile. Véase la biografía de Cañiuquir. Con
éste fue muerto por el segundo ataque que las tropas de Bahía Blanca a sus indios, el 26 de
abril de 1836.
YANQUE o Llanqué, 1843, cac. Raquel que hizo en ese año un malón a Cruz Alta
junto con Painé, Calván y Coliqueo, en diciembre. (Ver Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos y Memorias de S. Avendaño) . El Gobernador de Córdoba les mandó atacar los
pueblos de Santa Fé y ellos creyeron que Cruz Alta estaba en el territorio santafesino.
LLANQUE, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla en su libro (ed.
1890 p. 574) Una Excursión a los Indios Ranqueles.
LLANQUE o Yanqui, 1852, capitanejo salinero de Calfucurá. Figura en la lista de los
obsequiados por Rosas, con fecha 7 de enero. (varias veces citado )
LLANQUE aparece como abreviatura de Llanquetruz.

LLANQUELÉN :

Los hermanos LLANQUELEN (variante Yanquelén o Chaquelén): eran, en 1776,


caciques ranqueles. 1776 Dn. Diego de las Casas anota en sus Noticias Individuales a un
cacique Llanquelén y lo ubica en Trenel ,La Pampa (De Angelis 1837 vol V.). Dice de él que
era ya anciano: tenía 10 toldos. Sus dos pozos cavados eran cercados y guardaba su hacienda
en corrales. –Se ve que en paz los caciques eran jefes de un “lof” o grupo familiar -. Por la
Guerra Pehuenche fue arrimándose a los indios amigos del sur de Mendoza (Arch. Mend.
Carp. 29 doc. 37). Intervino también en esa larga guerra, obligado, probablemente por el
gobernador de Amigorena. 1787 se unieron con el cac. Roco los caciques Calbuymain
Guanquenecul, Ancaín y Llanquelén (Arch. Mend. Doc. 37 de 1787) Cuando el comandante
F. Esquivel Aldao partió a su segunda expedición al sur mendocino, se le incorporaron
también los hermanos de Llanquelén, Calbuyilán y Antemil con 60 indios (Rev. Junta Est
Hist. Mendoza VIII p. 318-337: 20.2.1788). El comandante F. Barros, en su expedición de
1790, llegó a sus toldos para incorporar algún contingente de las tribus de Llanquelén,
Calbuyilán y Currilipí (Arch. Mend. Carp. 30 doc. 2). Podrían enumerarse muchos hechos de
armas de esa Guerra Pehuenche ya favorables, ya adversos. Hubo matanzas entre jefes e
indios, desquites tras desquites. Llanquelén deseaba la paz. El 17 de Noviembre de 1796 fue
enviado a Córdoba para hacer un tratado de paz con el Virrey Sobremonte. Estaba
preocupado por el miedo de que un subordinado, el capitanejo Traiguán. atacara, en su
ausencia, a su familia, no sé por qué rencilla. El cacique Carripilún estaba encargado de
vigilarlo. (Arch. Mend. Doc. 31 y 46). En estos documentos es llamado Chequelén o
Cheglén). Recién en 1799 llegó a apagarse la Guerra Pehucnche. Se hicieron grandes
parlamentos y tratados de paz; en Penco, el gobernador Ambrosio 0'Higgins; en el sur, al este
de la Cordillra, en Mendoza, el gobernador Jose de Amigorena.

EL CACIQUE SANTIAGO LLANQUELÉN:

Pero no todas las rencillas (de 1765 hasta 1799) estaban apagadas con el tratado de
Paz. Las Actas Capitulares de Río Cuarto (ed. 1947.p. 179) nos informan, con fecha 4 de
Enero de 1806, que el cacique Chacalén (Santiago Llanquelén) había notificado que el
cacique Carripilún estaba disgustado y a puntó de sublevarse. Más tarde, este jefe ranquel
Carripilún se vengó de Llanquelén. En Julio de 1816 invadió los toldos de Llanquelén,
matando gran parte de los indios y llevándose el resto como cautivos, como también toda su
hacienda. El cacique Llanquelén (h) despachó dos chasquis de urgencia a San Luis, donde
llegaron recién el 24 de Julio, pidiendo un auxilio de tropas para rescatar a los sobrevivientes.
En Córdoba pidió pasaporte para ir a Buenos Aires (Arch. Cord. Tom. 48 y Tom. 53). Lo
mismo pedía el cacique Quichudeo en Mendoza (Arch. Mend. Carp. 20 doc.10,fecha: 21 de
julio de 1816).
Los indios que habían podido escapar, fueron a reunirse con las tribus establecidas
entre Sierra de la Ventana y Tandil, según anota Carlos Grau (Fuerte 25 de Mayo en Cruz de
Guerra, La Plata 1939). Este publicó el interesante mapa de la provincia de Buenos Aires,
editado en 1824 en Londres por D. B. Muñoz. Allí figuran entre las tribus de la Nación
Pampa los "Toldos del cacique Llanquelén, ubicados en lo que serían los partidos de Pringles
y Suárez. Debajo del nombre de la mencionada tribu se lee este texto: "Aquí se reunió el
Congreso de 22 caciques el 27 de Abril de 1822 para tratar con la comisión del Gobierno de
la Provincia de Buenos Aires".
En 1822 , el coronel Pedro A. García, pues, fue encargado de pacificar a los indios
pampas por un tratado de paz, después que el gobernador M. Rodríguez había fracasado en su
atropello en su expedición de 1821. (Ver Ancafilú)
En su Diario (publ. De Angelis IV. p. 126), García nombra a los indios de Llanquelén
que tenía diez agrupaciones de toldos y 200 indios de pelea, en el llamado 6 0 escuadrón de
indios pampas. El cacique Llanquelén tomó parte en las deliberaciones sobre el tratado de
paz.
Pero las promesas de paz duraron muy poco. La conquista de los campos del sur de la
provincia de Buenos Aires era el objetivo preferido del gobernador y los indios siguieron
agitándose.
En 1823 un comerciante encontró al cacique Santiago Llanquelén en El Cuero (límite
de la Pampa con Córdoba) y le habló del alboroto de los indios chilenos venidos a la pampa.
[Algún tiempo pensaba que allí sería otro grupo de un cacique Llanquelén] Que Quichudeo le
había avisado que en Leubucó habían saqueado (Arch. San Luis 26 dic. 1823). El, empero,
buscaba la paz. En Abril de 1823 firmó entre otros ranqueles una solicitud al Gobernador de
Córdoba, pidiendo que interviniera para restablecer la paz en la Pampa, turbada por el Gral.
J.M. Carrera. Pero en realidad, Santiago Llanquelén con sus indios se apoderaron en 1823 de
la zona de El Cuero, desplazando al cac. ranquel Corón (o Coronado), lo que vengarían con la
expedición de los indios con Baigorria en 1838 (Ver Corón)
En 1824 se lo nombró a él o a algún hermano entre los caciques de la Sierra de la
Ventana que estaban dispuestos a realizar otro tratado de paz (AEM. 10.5.24). Efectivamente
asistió al gran parlamento de paz que se reunió el 13 de diciembre de 1825 en la zona de
Bahía Blanca, convocado por los hermanos Oyuelas y el 20 del mismo mes en Laguna del
Guanaco (Córd.), donde asistieron 50 caciques: él es el Nº 6 en la lista. (AGN. S.X. 27-7-6)
Como los indios chilenos a las órdenes de los hermanos Pinchcira seguían invadiendo,
el presidente Rivadavia despachó al coronel Federico Rauch a expedicionar en el Sur. Las
expediciones del ex oficial de Napoleón eran de exterminio. En su segunda expedición con su
Regimiento y más de 900 indios tehuelches y pampas, atacó también la toldería de
Llanquelén (AGN. S.X. 14-3-1). En el resumen que hizo de la acción dice simplemente, que
había matado en esa tribu unos cien individuos y que cautivaron otros 400 y sus haciendas.
Como razón o justificación de tales hechos decía simplemente, que se habían sublevado y que
hacían invasiones a las estancias de la civilización. La colaboración de los indios pampas y
tehuelches resultaba como una siembra de nuevos odios.

INDIOS AMIGOS DE ROSAS Y LA FUNDACIÓN DE JUNÍN

Juan Manuel de Rosas, el hombre que intervino durante una generación en los
destinos de nuestro país, manejó a muchas tribus, como mejor le plugo. No estaba de acuerdo
con aplicar una política ofensiva contra los pampas. El mismo fue encargado, en 1826, por el
gobernador Las Heras, del "negocio pacífico con los indios y el avance de la frontera". Fue
alma y promotor de la fundación de Junín (Federación), Cruz de Guerra de 25 de Mayo,
Blanca Grande y Bahía Blanca. Para mayor seguridad de estas fortalezas, ubicadas en puntos
estratégicos, ideó el sistema de situar en su inmediación una tribu de indios amigos, con
sueldos y raciones, que anoticiarían las novedades del campo, defenderían a estos puntos
contra los invasores que no tardarían en presentarse por el avance de la conquista y la
alteración de la paz. Su presencia daría posibilidades al comercio de los incipientes pueblos.
Antes de que el Fuerte Federación se hubiese terminado, fue atacado y su rancherío
destruido. El jefe de la frontera, entonces el general Angel Pacheco, se lamentaba y se
quejaba al gobernador Juan José Viamonte, escribiéndole, el 14 de Octubre de 1829: "Es una
lástima la destrucción del Fuerte Federación por los indios, porque es un punto de absoluta
necesidad para su ocupación" (AGN. S.VII. 1-2-4 Doc. 4ó). Juan M. de Rosas, entonces,
quiso llevar a Junín a la tribu sumisa de Santiago Llanquelén; en Bahía Blanca estableció a
los indios amigos (chilenos) de Don Venancio Coñuepán; a Tandil llevó a los indios de los
caciques Collinao y Melinao; y para Azul, que se fundara algo más tarde, destinó las tribus de
Catriel y Cachul.
El año 1829 convocó a los caciques nombrados a Chacarita de los Colegiales e hizo
con ellos un tratado de paz., cuyo texto no he hallado. Luego de esta entrevista, una parte de
los indios de Llanquelén pasarían a proteger el nuevo establecimiento de Tapalquén con 39
agrupaciones de toldos (Capdevilla: Tapalquén 1965 I. p. 70). Mas tarde volverían a Junín.
En ese tiempo los llanquelenes en Tandil sufrieron una prueba humillante, pues una
expedición de las tropas de Bahía Blanca, al mando del coronel N. del Valle, llegó en cinco
días de marcha al "Arroyo Pantanoso" (Tapalquén traducido), donde atacaron a los indios.
como lo harían a continuación en el Arroyo Mayoguello. En la madrugada del 12 de Abril de
1830 mataron al cacique mayor Vilcay y a un cacique Llanquelén ( un capitanejo, un hermano
o sobrino del cacique Santiago Llanquelén de Junín). Murieron, además. el capitanejo Tralca
y 140 indios más, y apresaron a 180 chinas, 87 niños y 37 ninas. A los caciques amigos que
los acompañaron, les cedieron 37 indios parientes (A.G.N. S.X. 27-7-6 y 14- 3- 1).
Rosas los quiso mansos y continuaba favoreciéndolos. Hizo llegar a Junín a los
sobrevivientes de Tapalquén. a principios de 1832. Consta que les dio raciones (AGN. S.V.
28-4-4:4.12.32). Los vigilaba el coronel Pedro Ramos, comandante de Junín. Esto se
desprende de un documento fechado allí, el 18 de Marzo de 1832 (AGN. S.X. 23-7-3). En él
informa el Comandante de la Frontera Norte que el indio Mariano (hijo del cacique Santiago
Llanquelén) sabía de proyectos de invasión desde Salinas Grandes y que ellos serían el primer
objeto de sus robos. El mismo cacique Llanquelén decía al comandante que quería mudar sus
toldos 10 o12 leguas más hacia el sur en esa contingencia. (Aquí se ve los motivos de la vida
azarosa y movediza, que mudaban los toldos no por instinto nómade, sino por necesidad de
salvamento).

He aquí un texto singular de las memorias del excautivo Santiago Avendaño:


“Tres años antes (1831)que el cacique Juan Calfucurá hiciera la invasión a los
Borogas en la zona de Epecuén, los hermanos Llanquelén y Calfulén se habían separado de
los ranquilche y de la autoridad del cacique Lanquetruz , arrastrando consigo a unos 200
indios. Se presentaron al Gobernador de Buenos Aires Manuel de Rosas, ofreciéndo sus
servicios como aliados y auxiliares de la frontera. El Gobierno aceptó su ofrecimiento de
servicio y los destinó a que se estableciesen sus tolderías diez leguas más al Sud-Oeste de lo
que se llamaba (Fuerte de) la Federación, ( hoy Junín, fundado en 1827, luego destruído por
los indios y reedificado en 1831).
“Se les mandó excavar un foso de fortificación para su seguridad, para que en caso de
invasión tuvieran la posibilidad de resistir. Les dieron vacas, ovejas y yeguas. Se los
racionaba puntualmente. Les proporcionaban ropas y les pagaban los servicios, como a la
tropa de línea. El cacique Llanquelén y su hermano, ambos jóvenes, recibieron investiduras
militares; el primero de Coronel y el segundo, el cacique Calfulén, de Sargento Mayor.
Ningún esfuerzo del gran cacique Llanqutruz, ni de Painé, ni de Canué, ni de Yumel surtieron
efecto para hacerlos arrepentir del paso que habían dado, haciéndose esclavos para siempre de
los cristianos. Nada fue capaz de convencerlos, hasta por tanta impertinencia, amenazaron
invadirlos, si continuaban molestándolos.” (Memorias del Excautivo Santiago Avendaño, ed
B.A. 1999 p. 61)....
Como ya anotamos, antes se habían afincado en “El Cuero”, en el límite de Cordoba
con la Pampa, desplazando al cacique Corón (Coronado). Tales ofensas no se olvidarían.

El general Pacheco, entonces, les hizo una visita y averiguó sobre el cacique Paillán,
quien había conducido una invasión a Lovoy en Córdoba. En el parlamento con el cacique S.
Llanquelén, el 20 de Marzo de 1832, éste decía de Paillán que siempre había sido salteador y
que era enemigo suyo; porque había esclavizado a su padre. Este luego, logró escaparse,
aunque intentaran perseguirlo para degollarlo. Que entonces se refugió entre los chilenos
(venidos a la Pampa), donde todavía se hallaba. (AGN Biedma S.VII. 10-4-14).
Ni Pacheco, ni Rosas, dudaron de la fidelidad de los llanquelenes. Después de otro
parlamento, el mismo Pacheco lo señaló como "hombre de talento y fiel, amigo del Gobierno
y del General Rosas", (ib. 2.2. 1833: Pacheco a Rosas).
Estos indios, numerosos por cierto, constituían una comunidad abierta y acogedora
para la población del Fuerte Federación. En un censo de 1834 se señalan 110 personas entre
oficiales, tropas y familias como, pobladores del mismo Fuerte. En la tribu, algo distante,
había entre 500 y 600 indios de pelea, que significa una población de más de 2.000 almas
entre chicos y grandes. 250 familias tenían quintas sembradas de maíz. zapallos, sandías y
hasta cosechaban nueces y duraznos y (lo que extraña) hubo un ensayo de cultivar yerba
mate. "El cacique tiene una quinta como de dos cuadras (dice el documento); tiene 200 vacas,
100 caballos y una majada de ovejas y unas 300 cabras." (AGN. S.V.(ahora X) 26-3-6).
También sabemos que, más tarde, tuvo una casa en el Fuerte Federación. Se observa a través
de estas noticias la personalidad de un cacique activo.
El censo que mencionamos fue confeccionado, mientras parte de su tribu acompañaba
a J. M. de Rosas en su Campaña al Desierto (1833/34). Poco después se confeccionó otro
censo importante y prolijo que reproduzco del libro de Rene Pérez: Apuntes para la historia
de Junín. (La Plata. 1950, p. 31. según A.G.N Sala V. (X) 26-3-6.

CABEZAS DE
Caciques Capitanejos Indios Chinas Niños Total Yeguas
TOLDOS
Cac. Santiago
1 -- 57 24 16 98 30
Llanquelén
Cac. Francisco
1 -- 59 24 17 101 30
Calfulén
Cac. Curiñán 1 -- 29 18 21 69 19
Capit.
-- 1 24 17 17 59 16
Quintrequeo
Capit. Aylapán -- 1 4 4 6 15 4
Cac. Santiago
1 -- 14 22 24 61 16
Almada
Capit.
-- 1 29 56 43 129 35
Nahuelquín
Cac. Quintulén 1 -- 6 8 10 25 7
Capit.Meliñán
-- 1 12 19 28 60 16
(Meloguán)
Cac. Quichudeo
1 -- 12 16 27 56 --
II
Capit. Caigüé
-- 1 -- -- -- 1 --
(Carangué)
Capit. Curriquil -- 1 5 6 6 18 6
Capit. Quichudeo -- 1 36 40 40 117 32
Ranqueles
Cac. Calquín 1 -- 26 21 20 68 18
Capit.
-- 1 24 17 11 53 14
Quintrequal
Capit. Cayuquín -- 1 10 8 6 26 7
Capit.
-- 1 23 28 22 74 20
Puelmán,baqueano
Capit. Melimán -- 1 24 27 15 67 18
TOTALES 7 12 394 349 329 1097 287
Además:
Cap. Traical -- 1 12 9 10 32 --
Capit. Guali -- 1 190 ¿Se fue a los ranqueles?
LLANQUELÉN DURANTE LA EXPEDICION AL DESIERTO Y OTRAS
OPERACIONES

Rosas señaló a Llanquelén como modelo a otros caciques. Así escribió el 24 de Marzo
de 1833 al cacique Cañiquir: "...ustedes criarán a sus hijos felices y en perpetua paz y a sus
haciendas. Sembrarán todo lo que quieran, como lo ha hecho Llanquelén en la Federación que
ha hecho una huerta grande" (AGN S.V. 35-2-6). Rosas supo moldear a los caciques pampas
de manera que le prestaran los más leales servicios: a veces le tributaron honores rayanos en
el fanatismo, llamándolo "Padre" y "Segundo Dios". En enero de 1833, en plena preparación
de la Expedición al Desierto, Francisco Llanquelén (o Calfulén), el hermano de Santiago
Llanquelén, asistió a un nuevo parlamento en la residencia de Rosas, en Chacarita (AGN S.X.
27-5-5: 7.1.33). Una primera reunión hizo en su estanca “San Martín” y luego en “Chacarita”
a la que asistieron además de Francisco Llanquelén, Calhueque, Juan Catriel y Venancio
Coñuepán, comprometiéndose a participar en la Campaña al Desierto (Arch. S.VII 10-4-13)
Para ganar su simpatía, le regaló al cac. Llanquelén cien yeguas. Por eso resultó también fácil
ese otro parlamento en Junín a cargo del general Angel Pacheco. Leyendo las 14 páginas que
escribiera Rosas para instrucción de Angel Pacheco, su pariente (fecha 11.1.83), se conoce el
método y el estilo de Rosas, no exentos de refinada intriga y matizados con amenazas o
promesas para comprometer a las tribus indígenas. Pacheco debía comprometer a la tribu de
Llanquelén con el gobernador de Buenos Aires; distanciarlos de los ranqueles del cacique
Llanquetruz y disipar los recelos contra sus enemigos, los borogas; finalmente, debía -aunque
el documento no lo menciona,- convocarlos a concurrir con un contingente a la Expedición al
Río Colorado y obligar al resto a proteger la avanzada del Fuerte Federación. "El Gobierno
está en guerra con Llanquetruz; --dice el documento-. Deben ser sus enemigos y cortar toda
relación con él, si no deben irse y serán perseguidos... Este es el plan que les hacemos. Usted
dirá que los protegeré. Han de dar pruebas de amistad desde el juramento de las paces, que
tuvo lugar en Chacarita (1829). paces acordadas conmigo. Y más, desde que el Gobierno les
da lo necesario para que se mantengan sin necesidad de robar... [Se refiere a los sueldos del
título de teniente coronel para el cacique y los de los oficiales (capitanejos), incorporados al
ejército, y a las raciones que se daba a la tropa]. Si no se convencen, iré yo con Catriel..."
De cuanto se desprende del informe del general Pacheco, el parlamento del 2 de
Febrero de 1833 fue satisfactorio. Se habían leído primero las comunicaciones de Rosas en
castellano y un lenguaraz las iba traduciendo al mapuche. El cacique Llanquelén contestó en
solemne peroratoria. Agradecía la llegada del general Pacheco y expresaba que estaban bien
allí y deseaba tener una casita en el Fuerte, donde podría resguardar a su familia en caso de
guerra o cuando tuviera que ausentarse. Santiago Llanquelén aceptó que comparecería a un
parlamento de guerra con Rosas y Catriel. en el campo de Tapalquén. (ib. 6 fojas) Cuatro días
después, el caciquillo Francisco, dos capitanejos y una escuadrilla de conas iniciaron su
marcha hacia Tapalquén. Más tarde les siguió el cacique Don Santiago con su escuadrón
(AGN. S.VII. 10-4-8. doc. 124). Rosas sabía uncir a "sus bueyes". El 21 de Marzo anotó en su
contabilidad una salida de 800 pesos destinados para el cacique Llanquelén. Cuando el 3 de
Abril. Rosas y su Ejército Expedicionario llegaron a Tapalquén, ya estaban esperándolos los
caciques pampas Catriel y Cachul, Llanquelén, Pablo, Nicasio y Anguepán. Con ellos Rosas
realizó un parlamento y luego incorporó 300 indios de lanza. El general no admitió más,
porque le faltaban caballos y quería ahorrar gastos. Así despachó a los que sobraban a sus
respectivas guardias de Azul, Tapalquén, Tandil y Federación. El día 12 de Abril, la columna
expedicionaria rompió la marcha. La tropa indígena estuvo capitaneada por el mayor Eugenio
del Busto, ex cautivo de una tribu araucana. (Diario de Rosas. AGN. S.X. 40-7-70) No
detallaré las acciones de la Expedición. Menciono una carta del general Pacheco, escrita en el
campamento del Colorado, el 1º de Diciembre de 1833, en la que dice que el cacique
Llanquelén se había destacado en toda la campaña y elogia su fidelidad (AGN. S.VII. 1-2-9, 5
fojas). Al final de la campaña, Rosas los gratificó y pudieron regresar al campamento de
Federación ( Junín) sin grandes pérdidas. Algunos indios fueron enganchados de nuevo para
las campañas siguientas contra ranqueles y borogas.

QUIEREN ESTABLECER SU FUERTE EN "EL MOROTE"

El 28 de Septiembre de 1834, (el mismo mes en que se produjo el Asalto de Masallé


contra los borogas de Guaminí) el cacique S. Llanquelén recibió del gobierno 30 bueyes para
sus arados. El comandante García de Federación le hizo fabricar 15 arados. Llanquelén le dijo
entonces, que quería establecerse de modo estable y pidió que le ayudasen a construir un
fuerte similar al de Federación. Además, pidió lanzas y monturas y no olvidó pedir yerba y
azúcar para su racionamiento (AGN. Biedma, S.VII. 10-4-14). No era fácil proveer a 1.200
indios. La solicitud no prosperó en un primer momento; además, el gobernador Estanislao
López, de Santa Fe acusó a los indios de Llanquelén de haber invadido en Melincué y el sur
de la provincia de Santa Fe. Esto incluso suscitó un disgusto entre Rosas y López. La
comisión investigadora enviada a Junín por este asunto contestó que los indios de Llanquelén
no habían salido, ni tenían hacienda robada y más aún, que se empeñaban en rescatar cautivos
de entre los ranqueles. (AGN. X.X. 23-7-3) No cabe duda que muy políticamente mantenían
relaciones con los indios ranqueles, de entre los cuales habían salido y porque de ellos podían
esperar el primer golpe por cualquier disgusto. Algunos, como Calquín, eran de su nación.
Hubo en la zona de Junín algunos malones, entre Junio de 1835 y Noviembre del
mismo año, porque hubo ataques a las tribus de la pampa. El 26 de Junio de 1835, Eugenio
del Busto, que venía con dos escuadrones del Regimiento 3º de caballería con el cacique
Caniuquir que se había unido a la tropa con el contingente de Bahía Blanca y 200 indios del
cacique Venancio Coñuepán para atacar a los indios de Pichún en Toay. Al pasar por
Federación incorporaron un piquete de 20 indios de Llanquelén a perseguir a los invasores de
la zona de Federación hoy Junín. Tuvieron un encuentro con los indios de Llanquetruz y
Pichún que ya habían sido avisados y que huían, el 7 de Marzo de 1836. El saldo de la
expedición según los partes fue –no lo digo sin escor- 133 indios muertos, 353 prisioneros y
34 cautivas rescatadas y mucha hacienda apresada. (ver Hux,M. 1995, los orígenes del
Bragado y AGN. S.X. 24-8-6)
El 26 de Junio de ese mismo año, el Sargento E.del Busto salió con una pequeña
partida contra el malón que en la zona de Federación se había producido contra Llanquelén
(Anschütz,C. 1944).
A su vez, el comandante García del Fuerte Federación y Mariano Llanquelén con un
piquete de indios amigos salieron, en Octubre de 1835, a campaña con rumbo a Melincué y
no volvieron hasta Diciembre del año siguiente (R. Yaben: Biografías militares, II. p. 716).
No olvidemos las otras expediciones desde Bahía Blanca, a partir del Asalto de
Masallé (1834). contra los borogas de Rondeao y Caniuquir. Quizás aprovechando la ausencia
de alguna tropa, unos contingentes ranqueles llegaron maloneando hasta las puertas de
Federación en Noviembre de 1836. Empezaron a arrear su botín hacia la laguna del Potroso
(hoy Baigorrita). Cuando el cacique Llanquelén se enteró de esta novedad, salió con 250
lanceros en su persecución: dispersaron a los ranqueles y recuperaron parte del arreo. Cuando
después de un recio combate del 3 de Diciembre de 1835, el malón seguía rumbo a Rojas, los
llanquelenes capturaron a tres hijos de los caciques Painé y Pichuiñ, del primero un hijo y
una hija y secuestraron 1341 caballos (J. Maguire: Loncahué, p. 139 y S. Avendaño p. 62).
Luego entregaron los prisioneros a Rosas y S.Llanquelén tomó a la hija de Pichuiñ por mujer.
Los caciques ranqueles pusieron mucho empeño en recobrar a sus hijos con vida. Por
intermedio del cacique "amigo" Carriangué, quien tenía su toldería al sur del Río Quinto,
entablaron conversaciones de paz con el gobernador de Córdoba. (Arch. Hist. Santa Fe V
N.E; AGN. S.V.(X) 26-3-6) Al mismo tiempo decidieron en una gran reunión (que describe
Avendaño) invadir a la Tribu para recuperarla entre los ranqueles. Es interesante leer los
detalles del excautivo S. Avendaño (p.63):
“Como la invasión (de 1836) fue bastante crecida, los caciques llevaron a sus mujeres
y algunos a sus hijas. Unos las dejaron en el campo del bagaje y otros las llevaron consigo,
porque siempre son útiles en los saqueos. Pichuiñ llevó no sólo a su mujer, llamada Maiñque,
sino también a sus dos hijos. Güichal, el varón, tendría entonces como 12 años, y la hija,
como 14. Eran huérfanos de madre, pero su padre los amaba entrañablemente. Painé, por su
parte, llevó consigo a su mujer predilecta, Quintuillang y a uno de sus hijos menores, llamado
Panguitruz (Mariano Rosas), joven que más tarde demostraría que tenía un discer nimiento
nada vulgar.
“Pichuiñ y Painé dejaron a sus hijos en el campo con las caballadas de reserva y
marcharon precipitadamente para avanzar al alba siguiente sobre Rojas.
“Llanquelén, que constantemente mantenía unas “Cathré-rupún” (descubiertas), supo
por éstas que la invasión iba a Rojas y que, como a dos jornadas de Federación, estaban en un
cañadón el depósito o la reserva de las caballadas. En el acto, Llanquelén y su hermano
montaron a caballo con su gente y, con esa celeridad propia de los indios, acometieron a los
invasores en el campo de los bagajes; se arrearon todo, caballos y gente y los condujeron a su
fortaleza. La indiada invasora jamás pensó que sería burlada de esa manera...Exasperados los
invasores con este segundo revés (porque de Rojas no trajeron casi nada), prometieron vengar
la maldad de Llanquelén...
“Rosas les hizo regalos por esta acción; pero les ordenó que entregasen al jefe de la
frontera ochocientos de esos caballos y los quinientos cuarenta y uno restantes repartieran
proporcionalmente entre aquellos sus indios que más los necesitasen. Que a los prisioneros
mandasen a Buenos Aires. Estos llegaron, efectivamente a su destino y Rosas (a los hijos de
caciques) los hizo educar; manteniéndolos con mucha decencia.
“Mientras tanto los deudos de estos jóvenes los lloraban como a muertos, sin ninguna
posibilidad de conseguir noticia alguna de ellos. Pero la ojeriza la tenían contra Llanquelén,
quien había tomado a la hija de Pichuiñ por mujer. Eso no le perdonaban los ranqueles y se
afirmaron en el proyecto de vengarse.”
Entre tanto hubo grandes acontecimientos, como digo en la biografía del Cnel.
Eugenio del Busto en Hux, Orígenes del Bragado p.36 y 37: Horribles matanzas en la tribu de
Caniuquir
(Febr, 1836); Expedición combinada contra el cacique Angué (ranquel), cuya biografía
se halla en el libro Caciques Pampa Ranqueles. El parte del 18 de Mayo decía simplemente
que habían apresado 112 indios, incluso el cacique. Y Rosas lo hizo fusilar en la Plaza de
Retiro junto con 110 indios ranqueles.
Un contingente de indios amigos participó también en otra expedición del mayor E.
del Busto hacia la Pampa: 600 hombres partieron desde Federación (Junín) y llegaron hasta
El Cuero y hasta tierra mendocina, sin haber podido hallar a tribu ranquel alguna ni al
“salvaje” Manuel Baigorria. Regresando, encontraron en el "Corral de los Hueses" (creo que
del Partido de General Viamonte) una toldería. La atacaron y persiguieron a los fugitivos,
matando en la laguna "Mula Colorada" (Part. de Junín) a unos 70 indios.
Invasiones y expediciones estuvieron a la orden del día, desde 1833 hasta 1840.
Cuando las tropas del gobierno de Buenos Aires llevaban tropas de indios amigos debían
provocar serias enemistades. Una de las tácticas en esas guerras fue que se eliminasen entre
sí. Así lo dijo también el comandante de Federación. Por fin, en 1837, Rosas concedió lo
solicitado por S. Llanquelén. Les ayudaron a fortificar su posición en el Moróte (próximo al
actual puente Moróte, camino de Junín a Leandro Alem, no muy distante de la laguna Mar
Chiquita). El comandante José Corvalán dirigía los trabajos y así procuró mayor seguridad
para el Fuerte Federación, que contaba entonces 810 pobladores. A fines de octubre de 1837
iniciaron las excavaciones de una zanja de dos varas y media de profundidad y construyeron
los parapetos de circunvalación.
El malal o recinto fortificado (terminado en Diciembre), resultó un trapecio irregular
de "1,5 cuadras de base, 2,5 cuadras de lado y 3 cuadras de boca" (Jorge G. Howden: Junín,
fundación y gobierno :1826 – 1852, 1961).
En ese recinto se establecieron los toldos y ranchos principales, y en caso de alarma
todos debían concentrarse allí. En vista de los trabajos, fueron favorecidos, según la solicitud
que presentara, el 10 de Agosto de 1837 el cacique Quichudeo, con:
"2 carretas buenas, toldadas, con correspondientes aperos
200 cañas tacuarillas para lanzas
2 tercios de yerba paraguaya buena
2 rollos de tabaco negro
4 barriles de azúcar
3 palas de puntear afiladas
3 palas de apalear
2 arados con yugos" (AGN. S.X. 23-7-3).
El cacique solicitó también 200 banderolas federales (29.10.37), quizás para
complacer a Rosas o para la fiesta de la inauguración. Las lucieron el 26 de Noviembre en el
festivo extraordinario de la Independencia y del Corpus en la plaza de Federación.

TRAGICOS SUCESOS EN 1838

Desde que vivía en su fuerte, Llanquelén se sentía más seguro; pero no descuidaba
mantenerse alerta y vigilante. Los indios se dedicaban a la ganadería, a la agricultura y a
"peonar en las estancias", de las cuales a la vez eran seguros defensores. Pero el ano 1838
aportó a estos indios nuevas zozobras y desventuras. La lucha de Rosas contra los indios del
sur (1830-1833), contra los borogas y ranqueles (1834-1837) se cristalizó en 1838 contra el
"forajido unitario", el coronel Manuel Baigorria, quien refugiado en tierra ranquelina. había
reunido un campamento de 300 correligionarios puntanos, en la cercanía de Trenel, llamado
también Laguna del Recado. Baigorria se relacionaba no sólo con los indios, sino también
con los grupos políticos de Paz y Lavalle. Los baqueanos más conocedores de la pampa,
Eugenio del Busto y Antonio Ramírez, habían guiado ya varias expediciones a ese nido
unitario. La respuesta del desierto no dejóse esperar, pues Baigorria también trajo a sus
contingentes hacia el noroeste de la provincia de Buenos Aires y al sur de Santa Fe.
Detallaremos el ataque que hicieran a la tribu de Llanquelén hasta dentro de la
fortificación. Este malón fue como el estreno del nuevo cacique general de los ranqueles,
Painé o Painegnerr. Este ocupó entonces el cargo de Llanquctruz en la Pampa.
En 1837, el Mayor Eugenio del Busto hizo otras invasiones a la pampa. (Hux, Los
Orígenes de Bragado, 1995 p.37 y siguientes y Hux: Los Militars de la Comandancia de
Bragado, 2005 p. 15-30) El 7 de Marzo de 1838, Eugenio del Busto llevó a 200 hombres a un
nuevo ataque hacia Trenel. lugar de residencia de Baigorria. En respuesta apareció, el 23 de
abril, este unitario con una considerable fuerza ranquelina en la zona de Junín. Mejor
información sobre los trágicos acontecimientos no podemos hallar que en las Memorias del
excautivo Santiago Avendaño (ed. 1999 p. 64ss). Los transcribo aquí:

“Después de un año y pocos meses, en 1838, los ranquelche se pusieron en


movimiento, empleando todos los elementos que sirvieran al fin propuesto de destruir a los
rebeldes o sucumbir. Pichuiñ y Painé se encargaron de recordar a su gente la desgracia de los
que habían perdido unos hijos tan hermosos y tan jóvenes. Y esto fue suficiente para que
todos se alborotasen. En efecto, se reunieron en una junta en la que se fijó el plazo para que
todos los que hubiesen sentido la pérdida de aquellos niños, se pusiesen de pie. Nadie quiso
mostrar lo contrario; todos ansiaron la venganza contra los ranqueles vendidos a los
cristianos. Se fijó como punto de reunión el lugar llamado Malalcó, para partir de allí juntos
hacia la fortaleza de Llanquelén.
“Ahora les tocó el turno a los ranqueles del desierto. Esta vez se burlaron de la
vigilancia de las descubiertas y lograron sorprenderlas. Tomaron a dos soldados con un indio,
los amarraron, mataron a los cristianos y conservaron la vida del paisano. El les informó que
Llanquelén, su hermano y sus indios eran estimados por el Gobierno, y que se hallaban a diez
leguas de la fuerza cristiana. El prisionero les sirvió de guía hasta que llegaron a las cercanías.
“La invasión había sido sentida y Llanquelén se preparó a la defensa, mandando entrar
al foso a todos sus indios y familias ; despachó un chasque a la Federación, pidiendo auxilio.
Así mismo dispuso que en cada portón se colocase una carreta que sirviera de obstáculo para
la entrada.
“¡Día terrible! Llanquelén, vestido de uniforme, animaba con su hermano a la gente a
defenderse hasta morir, antes que entregarse. En esto se vio tras unas grandes lomadas una
polvareda inmensa; los invasores se aproximaban por un lado. Llanquelén salió por otro lado,
encargando a su hermano Francisco Calfulén sostenerse, diciéndole que pronto volvería con
el auxilio que había pedido, cuyos polvos ya se veían. Así desapareció el jefe, acompañado de
algunos indios.
“Y llegó la hora en que debía cometerse la carnicería más atroz que jamás hayan visto
los indios. Los de afuera estrecharon el asedio; los de adentro pelearon como desesperados.
Se vio en algunos un tremendo valor por la desesperación, mientras que otros mostraron el
furor de unas fieras.
“Un largo rato quedó suspensa la lucha por una y otra parte. De pronto volvieron de
nuevo a la lucha y con más encarnizamiento, sosteniéndose aún los sitiados. Los invasores, no
hallando el modo de terminar su cometido, pusieron sus lanzas y chuzas en forma de zarzo
sobre la boca del foso de cuatro varas de ancho y bastante profundidad. Mientras unos
llamaban la atención por un extremo de la fortaleza, otros hacían la operación de penetrar por
encima del tejido de las lanzas. Cuando los desesperados se vieron frente a enemigos que
atacaban dentro de la misma fortaleza se desmayaron de tal modo que creyeron ya inútil toda
defensa.
“Calfulén (o Francisco Llanquelén) pidió entonces que se le escuchase, que quería
entregarse. Pero no fue escuchado. Y cuando le habían apresado, se mandó cortarle la cabeza
y que su cadáver fuese arrojado al foso. Esta orden fue dada por Pichuiñ y Painé, en presencia
de la víctima que lo escuchó con tranquilidad. Y fue ejecutado por el cacique Güenchul, el 23
de Abril de 1838. “Cuando Pichuiñ llegó a saber que el cacique Santiago Llanquelén
había salido a encontrar a sus protectores, desprendió partidas para que estuviesen en
observación hasta el regreso de Llanquelén o la llegada de sus fuerzas cristianas. No se
equivocó en esta medida, pues, a poco de andar , las partidas descubrieron cinco personas que
venían del lado del que se esperaban a los enemigos. Les formaron un cerco como a los
avestruces en las boleadas, ocultándose de distancia en distancia, en los bajos. Así , cuando
estos cinco bajaron a un lugar de mucha hondura, ya no tenían escapatoria. Por detrás y por
delante y por ambos costados fueron acosados de improviso. Era Llanquelén que se había
adelantado con la noticia salvadora de que los cristianos llegarían de un momento a otro. Pero
todo estaba consumado ya. Todo era inútil. El mismo estaba perdido, por su descuido.
“Fue perseguido una larga distancia, talvez corría con la esperanza de salvarse. Sin
duda se habría librado, si no hubiera sido distinto el destino de la Divina Providencia que
deparara a cada uno su suerte con anticipación. Sólo ella en su profunda sabiduría sabía de
qué modo iba a terminar aquella jornada de desolación y venganza.
“En lo más recio de la corrida, cuando ya los dejaba atrás a sus perseguidores y se
entregaba a la esperanza de no caer prisionero, fiado en la superioridad de su caballo gateado,
la mala suerte del infortunado Llanquelén quiso que tuviese el mismo fin que su hermano. El
indio de una de las emboscadas que iba más próximo al perseguido, le tiró desde bastante
distancia un tiro de bolas, como última tentativa, pues ya se estaba quedando muy atrás. Pero
quiso la casualidad que las bolas se envolviesen en las patas del caballo y lo hiciesen dar
brincos, hasta echar la cincha atrás, con lo que Llanquelén cayó al suelo. Estaba perdido para
siempre. Allí mismo fue alzado en ancas del caballo de uno de sus perseguidores. Luego fue
presentado a los caciques Pichuiñ y Painé, quienes lo interrogaron de esta manera:

“-¿Dónde están mis dos hijos y el hijo del chezcui Painé, el sobrino de Güenchul y los
otros que tan traidoramente nos arrasaste aquella vez? ¿Y no es ese mi cuchillo que dejé a mi
hijo en la cintura, cuando me lo cautivaste? – Cuchillo decía Pichuiñ por una espadita con
conteras y empuñadura de plata que había dejado a su hijo y era la que ceñía Llanquelén en
ese día.
“Contestó el desgraciado prisionero en estos términos:
- Yo no soy traidor. Como hombres libres, yo y mi hermano nos aliamos a los
cristianos, porque nos convenía Esto no es traicionar. Y nos ha seguido nuestra gente por su
propio gusto, sin resistirse uno. Nosotros no hemos ido a buscarlos a ustedes para invadirlos.
Cuando se tomaron sus hijos y otros, yo estaba en la obligación de hacerlo así, porque habían
invadido la frontera, que estaba bajo mi cuidado, como amigo y aliado del Gobierno. Yo no
pude tolerar que malones entraran y salieran a mi vista, cautivando, matando y llevando
cuanto había a su paso. Traicionero habría sido, si no hubiera hecho lo que hice.
- Por eso te protege Dios hoy,-replicóle Painé.
- Está bien,-dijo Yanquelén. Tampoco a ustedes los favoreció, cuando sus hijos
cayeron en mi poder.
- ¿Y a dónde han arrojado a los tantos que nos habían tomado? –preguntó
Güenchuil.
- Llanquelén continuó diciendo:
- No los he arrojado. Los tendrá el Gobierno en su poder. A Güenchuil y a
Panguitruz los hace educar para que algún día puedan ayudar a sus paisanos. Los otros están
bien tratados. La espada que tengo ha sido suya en un tiempo (y la tocaba dirigiéndose a
Pichuiñ): La he tenido porque a mí me correspondía tenerla, por haber sido suya. Ahora, que
soy prisionero, volverá a su primer dueño; y el mismo contento que sentí yo, entonces, por
haberla tomado, lo sentirás vos, que la recibes esta vez.
Diciendo esto, se la desprendió, y entregándola a Pichuiñ, le dijo:
-Yo le devuelvo su espada. Su hija, ya la tiene en su poder. A su hijo se lo entregará
Rosas.
“Entonces, se levantaron Pichuiñ y Painé con todos los demás. Y el cacique Pichuiñ le
dijo:
-¡Llanquelén! Habías cometido la gran culpa de alzarte, desconociendo mi autoridad,
la que todos los que ves acatan y respetan, y te convertiste en nuestro enemigo, cuando Dios
ha dicho ya a sus mayores que los indios deben ser unos entre sí. Así , pues, que todo el que
obra como usted, no es indio, y por tanto le tratamos como enemigo. Yo no hago más que lo
que debo hacer, y le condeno a que sufra la misma pena que su hermano; que sea puesto
donde él está. Y todo quedará concluido.
“Llanquelén preguntó con serenidad, dónde estaba su hermano, y le contestó Painé:
- En la zanja.
Entonces el prisionero comprendió todo el valor de las palabras que Pichuiñ había
pronunciado y su ánimo desmayó completamente. Luego dijo:
- ¡Determínese pues por mí!
Painé le replicó:
-Sí, ya se va a determinar.
Acto contínuo fue llevado hasta el foso, donde vio con sus propios ojos todo el horror
que se había cometido. Vio a su hermano dentro del foso, la cabeza separada del cuerpo,
vestido como había estado. Allí se le mandó tirarse al suelo. Hecho esto, se le dejó llorar un
momento y luego fue degollado por el cacique Anequeo.”

Santiago Avendaño, quien averiguó esto de los mismos caciques, añade:


“Concluyó así la existencia de los dos hermanos (el 23 de Abril de 1838) que, como
nadie, habían mostrado ser decididos y fieles aliados de los cristianos. Ambos fueron tirados
al foso sin sacarles lo más mínimo del cuerpo. De sus mujeres, una fue rescatada y las otras
tres arrastradas al cautiverio, tomando Pichuiñ una, la más hermosa de todas, llamada
Montui-guang. Painé tomó otra y Nahuelcheo, la tercera.
“Llanquelén había tenido cuatro esposas, incluída la hija de Pichuiñ. Su hermano
Calfulén había tenido dos, que también fueron tomadas por mujeres; una para un indio vulgar,
y la otra por un capitanejo, llamado Lepillang. Los niños de los dos hermanos fueron
tomados por diferentes indios para su servicio. También fueron distribuídos los hijos de
aquellos que habían muerto defendiendo la causa de Llanquelén. Este tenía una parda a su
servicio, parda que había sido cautivada, hacía muchos años, y cuando había querido darle la
libertad, ella no la quiso aceptar. Por esta razón quedó sirviendo a Llanquelén como mucama.
La parda tenía un chico, llamado Thruncó y Pichuiñ pidió que se la cediese para tener la que
había tenido Llanquelén. Se llamaba Mainela y se le conservó siempre su primitivo nombre.”
Santiago Avendaño, sigue sus descripciones más allá. Habla de la algazara de unos por
el saqueo y por el triunfo y de los alaridos y llantos de quienes veían dispersos a sus
chiquillos, mozas y por la pérdida de sus seres queridos.
Y sigue diciendo: “La fuerza que muy tarde había llegado, no tenía ya objeto para
intervenir. ..Y cuando se aproximaron al escenario de la tragedia, todo estaba ya en llamas o
destruído; todo había terminado.” (ib.p. 69)

Por otras fuentes sabemos que el comandante J. Corvalán de Federación (Junín), en


cuanto tuvo aviso de la invasión, hizo tocar diana y salió con su tropa al encuentro de los
enemigos. Pasó con rumbo al "Malal" de Llanquelén. Le mandó decir que se incorporase con
su fuerza. (R. Pérez: Apuntes para la historia de Junín, p. 66) Entretanto, Corvalán chocó con
los invasores en la laguna de Gómez, y en la laguna "Cabeza de Vaca" (Loncovacá), a seis
leguas del Fuerte: perdió allí a un cabo y ocho soldados y 17 fueron gravemente heridos
( parte del 23 de Abril de 1838). En consecuencia. abandonó la lucha y a los indios amigos a
quienes tilda, en su parte, de traidores. Soló un capitanejo y tres indios lograron huir hasta el
Fuerte Federación. Allí los apresaron. Algunos otros se escondieron entre pajonales, mientras
marchaban con sus enemigos (Informe del coronel Corvalán: AGN. S.X. 23-7-3). Los
invasores, unos 500, continuaron su marcha hacia Rojas y hacia el Arroyo Dulce. Parece que
el malón había sido reforzado por algunos indios chilenos que habían venido a efectuar su
comercio de hacienda: los caciques Quintucura, Carmelián y Galún. Los indios del Morote
fueron conducidos Tierra Adentro, al país de los ranqueles.
Los que se habían salvado, quizás por ausencia, volvieron a establecerse en su recinto
bajo las órdenes de Mariano Llanquelén, hijo del difunto cacique Santiago. Quedaron con él
su tío, Pedro Llanquelén y los caciquillos Quichudeo, Meliqueo (Meliguán) y su hijo Tomás
Rosas, quien fuera bautizado en Buenos Aires. Estos últimos habían podido huir.. En
noviembre volvió el malón a la misma zona de Rojas (Yaben: ob. cit., vol. II. p. 69).
Luego se despobló el interior de la zanja para siempre. Corvalán recogió los últimos
despojos que habían quedado allí (AGN. S.X. 23-7-3). La historia de los Llanquelén, sin
embargo, continuó.
LLANQUELÉN, Mariano

LLANQUELÉN, Mariano, cacique pampa-ranquel. Era hijo del cacique Santiago


Llanquelén y él heredó su cacicazgo, en 1838. Le quedó un pequeño resto de su tribu, después
del gran despojo que ésta había sufrido. Ya sabemos lo que había vivido y sufrido desde su
infancia. Mariano seguía fiel al gobierno de Buenos Aires y a las autoridades del Fuerte
Federación. Sus toldos fueron atacados varias veces. El 21 de Marzo de 1840 le robaron la
caballada, y en Septiembre del mismo año se acercó allí el unitario Santiago Oroño, al que
los indios amigos a las órdenes del capitán Mariano Seguí persiguieron hasta el Arroyo de
Rojas (AGN. S.X. 23-7-3). El hijo de este capitán, José Seguí, había sido cautivo desde los 14
años de edad y pudo volver más tarde a Junín hecho un capitanejo indígena, para incorporarse
a la tribu de Llanquelén. Llegó a ser comandante interino de Junín (Pérez: ob. cit., p. 69). En
cambio, Mariano Llanquelén perdió, el 19 de Diciembre de 1941, al cacique Francisco
Meliqueu o Meliguán. Se había peleado con el cacique Quechusdeo por unas chinas que no
quería entregarle y lo mató en un arranque de rabia, recordando que le había muerto a su
propio padre. (AGN. S.X. 23-7-3) Que Mariano Llanquelén era honrado, lo demuestra la
noticia del 6 de Enero de 1842, que dice que ha devuelto 120 pesos sobrantes de los pagos
hechos a los indios que trabajaban en el Fuerte. El cacique, 6 capitanejos y 73 soldados
servían en la zona de Federación. (R. Pérez: ob. cit., p. 90). En Abril de 1846 hubo otra
invasión en Junín y Rojas. Eugenio del Busto, entonces comandante del nuevo Fuerte en
Bragado, los persiguió durante tres meses y los atacó con éxito en la zona de Toay (La
Pampa). ( Hux, Expedición Militar a Toay en 1846 y su contexto histórico, incluye la
transcripción del Diario de la Expedición del Sarg. Mayor E. del Busto con 20 croquis de
lagunas; 45 pág. Inédito. 1994 lo fue presenté en Jornadas Ranquelinas, segundas jornadas
ranquelinas.)
El 26 de Noviembre de 1855, de nuevo invadieron unos cien indios la zona de la
laguna de Gómez de Junín. El caciquillo Mariano Llanquelén, acompañado del coronel Ruiz
y de su tropa, salieron a pelear a los invasores, pero con mediocre resultado. En el Fuerte
habían quedado los capitanejos Yanquetruz, Faustino Toledo y Tomás Rosas con algunos
indios amigos. A pocos meses corrió la noticia de que "los infames indios de Junín" se habían
sublevado y habían escapado al desierto. Fue durante la guerra civil. Mientras se sitiaba a
Buenos Aires, varios militares se habían plegado a la Confederación y el general Urquiza
trataba de ganar a los indios para su causa. En cambio, las tropas bonaerenses se disponían a
atacar a los indios amigos de Catriel y se pensó en una expedición contra los ranqueles. El
gobernador Pastor Obligado había dado ya las órdenes respectivas (Arch. Mitre XV, p. 90).
Mariano Llanquelén no estaba sublevado ni tampoco su gente. El coronel Ruiz envió primero
al capitanejo Toledo y luego a Mariano Llanquelén y a dos cristianos a buscarlos y a
averiguar la causa de su salida. Fue como trabajar contra el viento, porque uno de los dos
cristianos mentía y los asustaba. Finalmente, intervino el respetado vecino Dn. Eulogio
Payán, ofreciéndoles en nombre del gobierno 50.000 pesos; aún así no se hubo remediado la
confusión. El capitanejo Ramón Rosas se fue con el cacique Cristo a 25 de Mayo, donde un
ejército de la Confederación trataba de ganar adictos para la causa de Urquiza (Arch. Mitre
XV y AEM Doc. 3698). R. Pérez agrega que la "sublevación" había sido preparada por
adictos del general Flores. También Rojas sufrió un sitio de indios lanzados por agentes de la
Confederación. Ocurrió el 2 de Septiembre de 1856 y un año más tarde, el 3 de Agosto, se
vieron invadidos otra vez. (AGN S.X. 28-9-9 y 19-8-2) No creo que Mariano Llanquelén
haya participado en la batalla de Cepeda (1859). Pero al renovarse, un año después, las
hostilidades entre la Confederación y el estado de Buenos Aires, acrecieron los amagos de
malones en la zona noroeste de la provincia. De grandes consecuencias para los Llanquelenes
fue el vuelco del coronel Manuel Baigoma y de las tribus del cacique Coliqueo hacia la
política de Buenos Aires, pues, al ofrecer sus servicios a Mitre, en vísperas de Pavón,
marcharon con todas sus familias, haciendas y enseres a la zona de Junín. El éxodo de tierra
ranquel se produjo en Julio de 1861 (M. Hux: Coliqueo, ed. 1972, p. 22, ed.1999, p.76 ss.).
Coliqueo, quien probablemente participó en aquel malón de 1838, trató ahora de incorporar al
resto de aquella tribu, otrora importante, pero los capitanejos "juninenses" se le resistieron.
Después de la batalla de Pavón, los indios de Coliqueo movieron sus toldos hacia el paraje
Taperas de Díaz (hoy cuartel 2º del partido de General Viamonte). Los restos de Llanquelén
no querían alejarse de su querencia. El cacique A. Raninqueo, en ausencia de su hermano
Coliqueo, aprovechando la estima que habían logrado entre los militares de la frontera
bonaerense, se dirigió por nota y con un chasqui al coronel Julio de Vedia. acantonado
entonces en Bragado, pidiéndole ayuda para hacerlos obedecer. Esto dice el informe que Julio
de Vedia remitió al ministro de Guerra: "Vino el capitanejo Juan Diempumi de la tribu de
Coliqueo; vino mandado por el segundo de la tribu, el cacique Raninqueo, pidiendo tiros y
tiradores. Mariano Llanquelén, Ramón Tripailaf. Juan Painequeo, Bartolo Ulloa y Cayulef,
pretenden sublevar una pequeña parte de la tribu y ganar con ellos los campos. Y desea
castigarlos para cumplir al pie de la letra el tratado hecho con el Superior Gobierno". (A.E.M.
doc. 1753: fecha 18.5.62) Como en otras circunstancias similares, algunos escaparon, los
demás se rindieron y fueron llevados a Los Toldos (part. Gral. Viamonte): Eran los
Llanquelenes, Peinequeos. Unaichés, Ulloas, Clahuanes. Cheuquelenes, Rosas. Través.
Lunas, Meneses. Cadines, Gómez Quiñehuales, Romeros, Lavalles, Balmacedas y el más
inteligente José Victorio Tripay, alias López Nahuel. con 56 indios. Algunos de los
capitanejos fueron reconocidos en su rango; otros fueron dejados en libertad, después de un
cierto tiempo, Mariano Llanquelén fue el primero en volver a Junín con 10 indios. Pedro
Llanquelén figuraba aún en 1869 en la lista de los capitanejos de Coliqueo. Más tarde él
también volvió a Junín. Hacia el ano 1880, volvió también el capitanejo Juan Peinequeo con
10 capitanejos y 250 individuos, no sin antes iniciarles a los hermanos Coliqueo un pleito
jurídico por una parte que pretendía poseer en la tierra donada (1866/68). Aún hoy
encontramos numerosos descendientes de los indios de Llanquelén en el campo de la tribu de
Coliqueo. Es raza fuerte como el roble; aunque el ciclón voltee el tronco, echa renuevos desde
lo profundo de la tierra.

LLANQUELÉN, Pedro

LLANQUELÉN, Pedro, capitanejo pampa, nacido en 1826 y fallecido, en Junín, en


1881. Era de la parentela del cacique Santiago Llanquelén y fue integrado, como dijimos más
arriba, a la tribu de Coliqueo, en 1862. Estaba casado con Evarista Yentuipán o Nautuipán,
nac. 1830 (Lib. Baut. 1875).
Su historia está ya prácticamente contada, al detallar los acontecimientos de la tribu de
Santiago Llanquelén y del sobrino Mariano Llanquelén. En 1862, sufrió la humillación por
los Coliqueo que le trajeron cautivo a su nuevo asentamiento a 12 leguas al Sur de Junín..
Libre a los cinco años, se presentó en 1868 con 16 indios a la autoridad de Junín, pidiendo
reincorporación, raciones y sueldos. Se le otorgó un sueldo de 17 pesos como lo recibía su
sobrino que servía allí como simple soldado (AEM. 14.6.88). Por lo visto, no le convenció el
convenio, porque volvió espontáneamente a la tribu de Coliqueo. Al separarse la tribu de
Andrés Raninqueo de la de Ignacio Coliqueo, en 1869, él es incorporado en esa nueva tribu
como capitanejo con sueldo de oficial del ejército.
Si leemos en mi quinto libro de la Editora El Elefante Blanco (Borogas y Araucanos)
la biografía de Raninqueo, sabemos que, en 1872, sufrió la gran invasión de los indios
confederados con Calfucurá. Siguiendo las anotaciones de los libros de bautismos en Junín y
en la Tribu de Coliqueo, leemos que Pedro Llanquelén primero se casó con Felipa Santillán,
quien murió en 1852 en Río Cuarto. Luego se casó con Evarista Yamtuipán, nacida en 1832.
Sus hijos son: Rita, nacida en 1856 y Bernardo Llanquelén, en 1862 (Lib. Baut. Nº 1 en
Junín). Jacinta nació en 1870 en la Tribu de Los Toldos (de Coliqueo); Lisandro en 1872
cuyos bautismos anotó el Misionero P. Pablo Emilio Savino en su libro de bautismos. Algún
documento nombra a Pantaleón Llanquelén y a Luisa, nac. en 1875 .
De Vicente sabemos por el libro de casamientos de la iglesia de Los Toldos de 1907,
que era hijo de Pedro Yanquelén que murió en Junín en 1881 y de Felipe Santillán ; que nació
en 1850 y se casó con Juana Platero, que era hija de Antonio Platero y de Ignacia Peinequeo
que murió en Los Toldos en 1884. Sus hijos legitimados eran Santos (en 1907) 23 años;
Eusebio,19, Nicasia, 18,Pasinocha ,11, Pedro,8, Marcos ,7, y Carmela,6 años.
Evaristo y Vicente Llanquelén se presentaron por intermedio de un abogado al inicio
del proceso de sucesión ante el Escribano Silvestre Torres en 1892, pidiendo premios (400 $)
y tierras prometidas por la Ley del 5.9.1885 por los servicios de su padre, prestados a las
órdenes del Cnel. Villegas.
Un datito más: Nicolás Llanquelén, descendiente de la Tribu de Lanquelén ha sido en
1892 uno de los primeros compradores de un solar (Nº 7) al iniciarse la fundación de la
ciudad de Los Toldos (Electo Urquizo y Hux: Los Toldos mi Pueblo, 1992)
(Etimología: Llanca y len: ser joya o perla).
DATOS GENEALÖGICOS
1. Santiago Llanquelén (nac. .. muerto 1938) tuvo cuatro mujeres; una fue
rescatada y tres fueron arrastradas al cautiverio. El cac. Pichuiñ tomó la más
hermosa: Montuiguang; el cac. Painé a otra y Nahuelcheo, la tercera.
También se repartieron dos niños varones. Pichuiñ se tomo además una
Parda, llamada Mainela y a su hijo. No conocemos más.
2. Francisco Llanquelén o Calfulén perdió en el mismo asalto en Junín dos
esposas
3. Mariano Llanquelén, hijo del cac. Santiago Llanquelén
4. Juana Llanquelén nac. 1806 cas. con Manuel Rainado, alias Corón
Sus hijos: Cecilia, Manuel, Supaifil ,Bautista, García, Rosario (cas. c. R. Cortés)
5. Josefa Llanquelén nac. 1816
6. Pedro Llanquelén caciqu, tío del cac. Mariano Llanquelén (nac. 1826 y murió
1881)
Casado en 1ª nupcias con Felipa Santillán (murió 1852 en Río IVº)
En 2ª nupcias con Evarista Yentuipán o Nautuipán
Hijos: Vicente Llanquelén 1852 cas. c Juana Platero
Juan Bernardo 1861 Lib. Baut. Junín
Brígida Llanquelén n. 1856 Lib. Baut. De Los Toldos viejo 1875
Rita Llanquelén n. 1862
Jacinto Llanquelén n. 1870
Pantaleóm Llanquelén –
Lisandro Llanquelén n. 1872
Luisa Llanquelén
LLANQUELÉN, 1878, capitanejo pampa. no sé de qué tronco provenía. Fue atacado
como todos los ranqueles en la persecución de la Conquista del Desierto, el 17 de agosto de
1878. En el choque murieron los capitanejos Lando, Atorey, Calfumir y 33 indios de Pichi
Carhué. Se tomaron presos a 34 indios y 183 de la chusma. Entre ellos había 7 cautivos.
(Olascoaga I. p.52 y 70)
LLANQUE LEO, 1831, cacique boroga chileno. Figura en la lista de los indios que
con Venancio Coñuepán recibieron ese año , el 29 de noviembre, regalos de Rosas. (AGN
Biedma VII. 14-10-4)
LLANQUE LEO, 1843, pertenecía a la obediencia del cac. Pichuñ, según las
Memorias de Saniago Avendaño .
LLANQUE MÁN o Yanquimán, 1833, cac. puelche, que durante la Campaña al
desierto fue tomado preso (Informe de Rosas en 1834). 1873 figura un cac. Yanquimán entre
los firmantes del gran proyecto de un tratado de paz de los salineros (AEM doc. 1232)
LLANQUE PÁN, 1792, cac. puelche que participó en la Guerra Pehuenche. 1792 fue
muerto un capitanejo Llancapán por los huilliches (Arch. Mend doc. 5) En cambio, el cacique
Llancapán o Llanquipán figura en un parlamento de paz, después de una recia expedición
punitiva contra los huilliches del cac. gobernador Rayguán en Barbarco. En el parlamento que
se celebró en Malalhué estuvieron 12 caciques presentes; él era el Nº 11 (ib. doc. 20)
Después de un gran intervalo, encontramos su nombre entre los caciques que, en 1824,
estuvieron en la zona de la Sierra de la Ventana, dispuestos a hacer la paz que había sido
turbado especialmente por las agitaciones del ex dictador de Chile, J,M. Carrera.
LLANQUE PY, María, 1780, cacica, hermana del cac. Raiguán entre los pehuenches
y huilliches.
LLANQUE PY, 1802, cac. pehuenche quien entonces se presentó al gobierno de
Mendoza en compañía de otros caciques pehuenches (Arch Mend.)

L A DINASTÁ D E L O S LL A N Q U E T R U Z

LLANQUETRUZ (I) (Llanquitur, Yanquetrur): 1770, cacique ranquel unido a los


pehuenches huilliches.
Llanquetruz llegó a considerarse uno de los más temidos caciques del Neuquén y de la
Pampa. Fue actor y víctima de la Guerra Pehuenche (AGN, S.IX, 24-1-8). El ex cautivo Blas
Pedrosa decía que juntaba fácilmente 2.000 indios de lanza; le obedecían numerosas tribus
con importante población.

Según averiguó el estanciero Rafael Cayol, vivía por Palau Mahuída en el actual
departamento Picunches, frente al Pozo Gualicho (Ruta 231) en el valle del Río Agrio. En
cambio Diego de Las Casas dice en su Noticia Individual o censo de 1776 que era cacique
ranquel; (en: De Angelis IV, p. 586). Pero por la ruda expedición del Gobernador José de
Amigorena se fue a vivir con las tribus huilliches y llegó a ser el cacique principal o
gobernador de los indios del Sur.
Entre los caciques que lo acompañaban estaban su hermano Paillantur, Creyo ( o
Quereyó); su yerno, Curibil; y sus hermanos, Antemain, Ñancucheo y Ancain; Quila Ñancú,
Buenomilla, Guayllolú, Paillapán, Caniumilla, Coñiuhuín, Curinlacay, Cheuquepán,
Coñugüil, Caranagüel. Cayuhueque, Cayuimán, etc.
Estaban en paz con el gobierno de Chile, pero en conflicto con los pehuenches de más
al norte, en la zona de Malalhué (Mendoza) y con el gobernador José F. de Amigorena. quien
apoyaba a éstos material y militarmente. En varias oportunidades manifestó el general
Amigorena su interés por mantener ese conflicto y el antagonismo. Hacer pelear a los unos
contra los otros, fue uno de los métodos en la guerra contra los indios; es decir, se procuraba
que se eliminaran entre sí para luego ocupar “el desierto”.
Los grandes contrincantes de Llanquetruz fueron los caciques gobernadores
Ancanamún y Pichintur de Malalhué, cuyas biografías son sumamente interesantes.
ASPECTOS DE LA GUERRA PEHUENCHE

Vamos a enumerar idas y vueltas, los vaivenes de los ataques a Malalhué y a Barbarco,
pues esto es cuanto transmitieron los documentos archivados . Casi nada pude averiguar en
cuanto a vida íntima o vida tribal.
No sé en qué momento exactamente empezó esta guerra pehuenche. Opino que los
prolegómenos fueron los malones que azotaron los campos desde 1751 hasta 1769. El
misionero Padre Bernardo Havestadt, por ejemplo, en 1752 no pudo llegar a Mendoza,
porque los de Malahué se lo prohibieron. En 1759 hubo un primer malón a la zona del río
Diamante. En 1760 acosaron nuevamente los huilliches a los pehuenches mendocinos (Lagos:
Chillan,p. 138), pues no aceptaron la propuesta del gobernador chileno D. Guillermo y
González, que quería formar reducciones o pueblos estables entre los indios. En diciembre de
1764, en oportunidad de un gran parlamento en El Nacimiento, al que asistieron más de 200
caciques, Curiñancu, en nombre de los huilliches, se opuso a ese sistema. Por eso fue preso,
medida que provocó de inmediato una sublevación. Ya en 1763 habíase producido otro
enfrentamiento entre huilliches y pehuenches (E. Acevedo: Documentos históricos relativos al
Cuyo No 823). El choque ocurrió en Coquilo (Mendoza). En enero de 1764 andaban aún 600
huilliches, unidos a pampas costeando las Cordilleras, de manera que los pehuenches
fronterizos de Mendoza pidieron socorro a la ciudad (Arch. Mend.Doc.23; fecha 1.10.64).
El gobernador chileno Guillermo y González tuvo que liberar a Curiñán, en pro de la
paz, después que sus indios hubieran destruido, justo en Navidad de 1766, los trabajos de
varias reducciones en Angol y Boroa (A. Nogglcr: Vierhunden Jahre Araukanermission; es
decir, 400 años de misión araucana, 1973 p. 184s.).

La sublevación se intensificó en 1769, tanto en Chile como en el sur de Mendoza,


lugares donde corrieron malones. Contra ellos operaron en acción combinada las milicias de
Mendoza, San Luis, Córdoba y Buenos Aires (Arch. San Luis Doc. 208: 10.4.69). Se fortificó
más la frontera. No bien se hubo construido el Fuerte de San Carlos (Mendoza), el 5 de
Febrero de 1770, cuando fue destruido por los indios. En un nuevo asalto fue muerto el
primer comandante de la frontera sur, el capitán Salvador de Ibarburú. (Comando General del
Ejército: Bs. As. 1973 ¡ p. 116). La reacción no se dejó esperar. Tanto el general Ruiz. como
el Capitán General de Chile, Dn. Francisco J. Morales y Castejón, expedicionaron al sur
mendocino. El documento 236 del Archivo de San Luis (4.7.1772) dice que pehuelches y
huilliches habían salido a malonear a la provincia de Buenos Aires. Poco después, la misma
población de San Luis y sus alrededores fueron el objetivo del malón —el 10 de septiembre
de 1772—, al que batió en su retirada el comandante Juan M. Ruiz (cf..Comando General Del
Ejército, Dirección de Estuidos Históricos, Bs.As. II, 10). El 6 de febrero de 1774, el rey de
España autoriza la guerra a muerte contra los indios rebeldes.

El capitán Manuel Pinazo y el flamante Virrey de Buenos Aires, Pedro de Ceballos


mandaron emplear “el último recurso aconsejable para expedicionar contra los indios con la
orden de degollar hasta a los rendidos” ( cf. Walther: Conquista del Desierto, ed. 1964. p.
100). Ceballos proyectó una Entrada General y la conquista definitiva hast el Río Colorado.
En Chile, los españoles hicieron un nuevo tratado de paz en 1776; es decir, favorecieron a los
pehuenches para que peleasen contra los huilliches. El cacique general de Angol, el ya citado
cacique Curiñancu, se adelantó a cualquier agresión y atacó con los suyos al cacique general
Coligurú y lo mató junto con su hijo.
En el sur mendocino atacaron nuevamente el Fuerte de San Carlos, el 25 de agosto de
1775. (Acevedo: ob. cit., Doc. 776) y de nuevo en el año 1777 mataron allí al Maestre de
Campo D. Gregorio Morel y 13 soldados, (Funes: Mendoza Colonial, p. 39)

LA GUERRA PEHUENCHE BAJO LA CONDUCCION DEL GENERAL


AMIGORENA

Ese año (1777) llegó a Mendoza un hombre fuerte, un vasco, que hará conocer su
terquedad, el comandante José F. de Amigorena, elegido Maestre de Campo y gobernador de
Mendoza, quien fomenta y dirige la guerra pehuenche durante el último cuarto del siglo
XVIII. En ese momento las provincias del Cuyo habían pasado a pertenecer al Virreinato del
Río de la Plata (1776).
Los pehuenches siguieron en un estado de guerra. En diciembre de 1777 asaltaron en
Achiras la tropa de carretas en la que iba el canónigo Ignacio Pedro Cañas. Los indios se
ufanaron por el botín apresado. Carripilún se gloriaba, por ejemplo, de tener el cáliz del
canónigo.
En 1778 se envió a San Carlos un nuevo comandante, llamado Francisco Esquivel
Aldao, que mucho tendrá que ver con la lucha de los malalches contra los huilliches. Y
Amigorena, confirmado por el Virrey, organizó en Febrero-Marzo de 1779 una expedición al
sur mendocino. En Chile se sabía que los huilliches y pampas se aprestaban a nueva invasión.
Hay un diario de la expedición: “Noticia diaria de todo lo acaecido en la expedición efectuada
contra los indios bárbaros, al mando del Maestre de Campo D. José Francisco de Amigorena,”
1779, febrero-marzo (inéditó; está en Río de Janeiro). En Chile se conserva otro documento:
“Diario de la expedición contra los indios Bárbaros por el comisario de Guerra. D. Pedro
Núñez de Guzmán, 1779 marzo”. (Acevedo: ob. cit., Documento No 1029).
Casi a continuación, Amigorena lanza otra expedición, la segunda, en que se relata en
el “Diario de la persecución de los indios, en la invasión que hicieron en la Provincia de
Mendoza, el día 1° de abril de 1779”, por el Maestre de Campo D. José Fco. de Amigorena.
(Su manuscrito está también en la Colección de Angelis en 1a Biblioteca Nacional de Río de
Janeiro).
No pude interiorizarme sobre estas expediciones porque no han sido publicados ni
consultados estos documentos. El Virrey J. J. de Vértiz no sólo aprobó lo actuado por
Amigorena. sino que le animó a otra “entrada formal” (Arch. Mend. Carp. 107: 10.12.79).
Así organizó Amigorena su tercera expedición, cuyo diario está publicado en la
conocida Colección de Angelis, 1910, IV. p. 578-594: “Diario de la expedición entre el 8 de
Febrero y 31 de Marzo de 1780, que de orden del Excmo. Virrey hizo D. José F. de
Amigorena contra los indios bárbaros pegüenches”. Lo acompañaron 150 soldados y los
indios amigos de Malalhué, ejercitados en anteriores expediciones. (Ver Ancanamún)
Expedicionaron hasta 129 leguas, llegando hasta el Campanario. El resumen de la actuación
indica que mataron 700 indios y apresaron 706. (Las cifras no son siempre exactas) Entre las
primeras víctimas se hallaron los caciques puelches Güentenau y Llinghueque. Esta acción
fue recordada entre los indios de la Pampa y del Sur como una agresión injusta; así se lo
manifestarían, aún en 1810, los caciques que se reunieron en Salinas Grandes con el coronel
Pedro A. García. En su avanzar, los mendocinos, encontraron una toldería: se les tomó las
haciendas, les hicieron el cerco y... El Virrey había ordenado que “en vista de la mala fe con
que procediesen, no les diesen cuartel a los indios y los pasasen por las armas”. En otro lugar,
encontraron 1.000 indios, quienes lanzaron una bandera blanca al viento, dando a entender
que querían paces. El Maestre de Campo así la prometió, siempre que devolviesen las
haciendas y los cautivos recogidos en el último asalto. Pero luego los aprisionó por sorpresa
“para que así quedasen más castigados”. Entre los prisioneros había unos cinco caciques
(Arch. Gral. Ind. Bs. As., Leg. 143: 6.9.80).
Con esta expedición y por el tratado de paz del 16 de Octubre de 1780, los indios
pehuenches de Malalhué quedaron definitivamente comprometidos a defender con su vida las
estancias mendocinas contra los ataques de los pehuenches del Neuquén. (Arch. Mend. Carp.
30, doc. 11). El general Amigorena envió el documento del Tratado de paz al Virrey,
agregándole un proyecto para “la conquista pacífica (?) de 17.000 leguas cuadradas,
situadas en la mejor tierra del universo”. Por ello hubo 15 expediciones más bajo la dirección
personal o no, del “Gran Capitán”.
Amigorena realizó, pues, una cuarta expedición partiendo el 24 de mayo de 1781 a
Mamuil Mapú (La Pampa), acompañado por buenos baqueanos. (Comando General del Ej.:
ob. cit. II, p. 55) Por el último tratado de paz había comprometido también al grupo puelche a
las órdenes de los caciques Güentenao y Roco, restos de antiguas poblaciones sobre el cauce
del Río Diamante.
1782 Llanquetruz se mudó también al R. Diamante con los caciques Puelán y
Huenumilla, quzás durante la breve ausencia de las tribus del cacique Roco, quienes se habían
ido al Campanario. (Arch.Mend. Carp. 107)
De hecho, no sé si en esta expedición, los indios de Llanquetruz fueron atacados. Sólo
sé que el comandante de la Guardia del Monte alertaba en diciembre de 1782 porque
Llanquetruz estaba preparando una invasión a India Muerta.
Amigorena. durante los meses de Mayo y Junio de 1783, partió con una quinta
expedición, esta vez a la zona cordobesa y puntana donde destruyó a varias tolderías. (Arch.
Mend. Carp. 107:25.12-83. El original del Diario está inédito en Río de Janeiro.)
La consecuencia de esta expedición fue un nuevo y gran malón hasta el nuevo Fuerte
de Río Cuarto, y sobre la ruta que iba de Córdoba a Buenos Aires (Arch. Córd. Sec.
Gobierno, Tom. 7 No 6). De nuevo pensó el Virrey Vértiz en una batida general de indios en
combinación con las fuerzas de Córdoba y de Cuyo. La aprobación real llegó recién en 1784.
Así pensaba que había que mantener las fronteras y batir a los indios cuanto se pudiera (Torre
Revello: Aportación para la biografía de Amigorena, p. 21).
El 24 de octubre de 1783, Amigorena hizo una junta de guerra con el cacique
gobernador de Malalhué, Ancanamún, y los pehuenches de la zona, para renovar el tratado de
paz. (Acevedo: ob. cit. y Arch. Mend. Carp. 107) Y con la autorización del Virrey Loreto
emprendió su sexta expedición, combinada ésta con tropas bonaerenses al mando del coronel
Balcarce, con 1.000 soldados cuyanos. Abarcó los días desde el 10 de Marzo al 4 de Mayo de
1784 (su Diario está en Río de Janeiro. Hay documentación en Arch. Mend. Carp. 107 y
Carp.86: 6.5.84). Llegó hasta el Desaguadero y Currilauquén (La Pampa). Amigorena llevaba
900 hombres. A su paso destruyeron todas las tolderías. Muchos indios fueron alertados a
tiempo y lograron huir. Los expedicionarios llegaron hasta Culú Culú, a 3 leguas de Lobos.
(Parte del 27.7-1784)
Ignacio Escalante atacó a los indios de Llanquetruz: “Hice la matanza en sus toldos
ranquelinos de Manantiales”, dice. (Arch. Mend. Doc. 46/99)

LA VENGANZA DE LLANQUETRUZ

Desde entonces, Llanquetruz era el jefe de la reacción. Hizo su primera expedición


desde los huilliches, donde se había afincado, marchando contra el cacique Currilipí, que
vivía sobre la margen izquierda del Río Neuquén; este era hermano del gran cacique
Ancanamún de Malalhué. Llanquetruz envió primero una comisión a Currilipí, invitándole a
unirse a ellos para marchar en contra de los españoles de Penco (Chile). El cacique le pidió
tres días para pensarlo y consultarlo. En esa fecha, cuando debía haber contestado, Currilipí
había fugado con todas sus familias. Llanquetruz decidió entonces reunir a su gente para
atacar a su toldería. El cacique Ancanamún, a su vez, venía al Sur para auxiliar a su hermano.
Le había dicho “que debía preferir la muerte antes de entregarse a los huilliches”. Currilipí,
concentrando sus fuerzas, contando con esa ayuda, se animó a atacar la partida de
Llanquetruz. haciendo estragos y quitándole haciendas. Ambrosio 0'Higgins, el gobernador de
Penco (Concepción) felicitó a Currilipí por la exitosa operación y le ofreció un piquete de 50
soldados para su custodia (Luis de la Cruz).

El Virrey Loreto opinó que era preferible concertar una paz general con los indios y
aceptar como límite y frontera el Salado del sur.
El cacique Ancanamún siguió dando muestras de adhesión a la causa del gobernador
Amigorena. Le avisó en noviembre de 1784 que Llanquetruz, Payllantur, Buenomilla y otros
preparaban un nuevo malón y que lo habían invitado a participar en él. Que había llegado el
cacique Creyó, yerno de Paillantur, pidiendo incorporación a sus indios, pero que lo
consideraban espía de los huilliches. (Sosa Morales: El muy magnifico Amigorena, p. 37). El
comandante general Amigorena les envió a Dn. Pedro Encinas con cien hombres, quien
convocaría a los caciques a un parlamento sobre el Diamante. El cacique Creyó pensó que el
día de la cita no había llegado aún; apareció dos días después excusándose, pues había soñado
que Amigorena lo iba a matar. Efectivamente, Amigorena había mandado a 30 hombres para
que lo “asustaran” (8.1.1785) y prometió a los caciques de Malalhué 200 yeguas al que le
llevara la cabeza de Creyó. El 29 de enero de 1785 dieron una maloca. Fue fácil matarlo
porque lo hallaron ebrio.El 7 de Febrero trajeron su trofeo Y Amigorena pagó las 200 yeguas.
Esta acción significó como echar leña al fuego de la guerra. Llanquetruz pidió entonces (el 25
de Febrero de 1785) al Presidente de Chile hacer un tratado de paz. El. Gral. Amigorena fue
arrestado durante dos años.
Parece que en el choque cautivaron y mataron a pehuenches amigos. Esto lo deduzco
de la solicitud del 13 de junio (Arch. Mend. Doc. 27). por la cual los pehuenches amigos
piden al Virrey la devolución de sus familiares apresados.
Como siempre, después de un golpe, hubo acuerdos de pacificación. A fines de
Febrero de 1785, en “un acuerdo extraordinario de justicia”, se ofreció la paz al cacique
Llanquetruz y a los huilliches que la habían solicitado al Presidente y Capitán General de
Chile pues, a causa de la muerte de Creyó, aquél había acudido a un parlamento en
Lonquilino. (Funes: Mendoza Colonial, p. 66) El presidente chileno sólo quiso que el cacique
gobernador Caullant y el cacique gobernador de Malahué, Ancanamún, firmaran a su vez esta
paz. Este último no quiso reconciliarse con los huilliches. porque le habían muerto a su padre.
(Sosa Morales: ob. cit. Cap. V)
A raíz de los acontecimientos, Amigorena fue suspendido en sus funciones de
comandante y gobernador intendente, hasta que fuera restituido en su cargo por el
gobernador. No obstante, en Octubre de 1785 llegó un aviso a Mendoza por intermedio del
cacique amigo Ancapán; decía que los caciques Llanquetruz y Payllantur se aprestaban en
Chimpay para invadir con 5.000 indios las fronteras de Buenos Aires y Mendoza.
Entonces, de Mendoza enviaron 400 hombres armados con fusiles y con alguna pieza
de artillería para que reforzaran el Fuerte San Carlos. El 9 de febrero de 1786, Amigorena
cursó “un oficio” al Virrey Loreto, dándole cuenta de la visita del cacique Ancanamún y de su
renovado aviso de que 5.000 huilliches y pampas estaban reunidos en Chimpay, a 140 leguas
al este del Corral de Guanacos; sus jefes eran Payllantur, Llanquetruz, Laypán, Coñumilla,
Coñiului, Curulacay, Cheuquepán, Caranagüel, Cayuhueque. etc. (AGN. S. VI 3-1-2)
Amigorena era hombre de mano firme; en catorce o quince expediciones “pacificaría
el sur”, pues desde 1786 hasta 1792 trató de someter o eliminar las fuerzas indígenas. No
cejó, ni cuando entraba en conflicto con las autoridades del país vecino, que sólo con tiempo
iban a ceder su influencia al este de la Cordillera, particularmente sobre el Neuquén. También
los indios se daban cuenta de eso. Ancanamún informó, por eso, que las autoridades chilenas
pensaban levantar un fortín en su tierra.

EL GRAN MALON Y SU REVANCHA

El malón se lanzó con furia desatada. El primer golpe de los huilliches cayó de nuevo
sobre el cacique mayor Currilipí, gobernador de los pehuenches de los Piñones.. El jueves 20
de Febrero de 1786 aparecieron los malones. Los caciques parientes de Malalhue armaron en
seguida 150 hombres a las órdenes de Pichintur y los unieron a los 200 de Currilipí. En un
primer momento pensaron pedir también la colaboración de los españoles de Penco, que se
hallaban relativamente cerca. No he encontrado parte que dé cuenta de la acción. Pero estoy
enterado de que Llanquetruz fue rechazado por los indios de Pinchitur, Canuemain,Currilipy,
Calfiqueo, Pituimain y Llurculún (Giñazú).

En junio llegaron renovados avisos: Llanquetruz y los huilliches volvían en malón. El


comandante Amigorena, si bien preparaba también una importante expedición. no llegó a
tiempo para impedir lamentables pérdidas, a pesar de que el comandante del Fuerte San
Carlos. D. Francisco Esquivel Aldao, hizo cuanto pudo para auxiliar a los indios amigos.
El 23 de Junio de 1787, Llanquetruz con unos 600 guerreros invadió a Currilipí en
Taquimilán y luego volvieron a atacarlo en su retirada. Cayeron también sobre la toldería de
Lincopí, acampado en la zona del Diamante (S. Rafael); las saquearon y mataron al cacique
Lincón.
Mientras tanto, los pehuenches de Malalhue evacuaron de prisa las tolderías, llevando
familias y haciendas a la montaña. Con todo, los de Llanquetruz les infligieron también daños
importantes. Para completar el cuadro de pánico en Malalhue, allí se declaró la peste. El
mismo cacique gobernador Ancanamún yacía postrado en agonía, mientras que los huilliches
sitiaron por más de tres días su toldería. En esa emergencia, el comandante Francisco
Esquivel Aldao pidió al Comandante General 100 hombres con urgencia, armados de fusil
(Arch. Mend. doc. 31: 29.7.87).
Los malalches no pudieron enfrentar el combate. Con lágrimas en los ojos, contaron
los que se habían salvado de desventuras y violencias, como había muerto su cacique
gobernador por la viruela y que los caciques Ñancucheo, Curripil, Antemain y Ancain, tres
hermanos, fueron muertos por las lanzas de los huilliches; también mataron a Lingay, el
hermano de Ancanamún, y su sobrino Malgamain y muchísimos más.
En su retirada, los huilliches pasaron cerca del toldo del cacique gobernador enfermo,
haciendo ostentación del botín y los 300 cautivos. Alguno gritó que ahora conocían la
falsedad de los cristianos y que los mendocinos, sus amigos, eran flojones y que los esperaban
en su tierra.
El moribundo entregó su mando en manos de su hermano Pichintur y luego. el 25 de
Julio, murió amargado por las muchas desventuras de la Guerra Pehuenche, cuando él sólo
había querido vivir en paz. (Arch. Mend. Carp. 29, doc. 35 y doc. 64: 1787. Carp. 4 Militares)

PICHINTUR, EL NUEVO ADVERSARIO DE LLANQUETRUZ


El cacique Pichintur (de Malargüe) y sus compañeros confiaron en la ayuda de los
españoles y continuaron la guerra. Con urgencia pidió convocar a un gran parlamento para
encontrarse con el Comandante General. Amigorena, quien llegó a su toldería y el 22 de
Septiembre hubo un encuentro solemne. Allí resolvieron marchar. organizando la séptima
expedición. En realidad, un contingente de Pichintur había salido ya el 16 de ese mes para
ayudar al cacique Currilipí. El día 20, estuvieron a orillas del Río Neuquén, donde Currilipí
estuvo atrincherado en una posición ventajosa. Dos días habían estado sitiados, cuando
acudieron sus hermanos de Malalhue. También de Chile les habían mandado un refuerzo de
60 hombres al mando del capitán Francisco Vivanco. Cuando F. Esquivel Aldao supo que los
indios habían reunido todas las haciendas del valle, no quiso desperdiciar la ocasión. (Arch.
Mend. doc. 31 y 34: 18.9.87. AGN. S.VII 8-1-2, doc. 39; S.VI 3-1-2)
Llanquetruz y los suyos fueron puestos en aprieto. Según informaron los libertadores
de Currilipí. Llanquetruz se habría ocultado, amparado por la oscuridad de la noche, entrando
en el río helado. Estaba nevando. A pesar de ello. buscaron al jefe adversario por todas partes,
porque deseaban llevar su cabeza como trofeo “para sosiego de sus amigos, pero no lo
hallaron”. Esto mismo contó luego el cacique Pichintur en el siguiente parlamento. (Torre
Revello, 1959, p. 23) anota que la mujer blanca de Llanquetruz se había fugado llevándose
varias prendas de chapeado y estribos de plata. Los indios amigos trajeron de la persecución
numerosas familias recuperadas y haciendas que les habían quitado; les hicieron unos 200
prisioneros.
El 17 de octubre de 1787 reuniéronse en parlamento los caciques con el capitán
Esquivel Aldao a orillas del Río Salado. Le contaron todas las novedades habidas y él
reconoció en nombre del gobierno de Mendoza la elección del cacique Pichintur como
cacique gobernador de Malalhue, que ellos le habían propuesto como voluntad del cacique
finado Ancanamún. Les prometió todo su apoyo en su defensa (Arch. Mend. Carp. 29 doc.
35)
El general Amigorena, a su vez, felicitó a sus amigos y en solemne fiesta en su
toldería celebraron al nuevo cacique gobernador con salvas de fusil y brebajes (Arch. Mend.
doc. 35).
Además, Amigorena dispuso una nueva expedición y presentó la autorización del
Virrey Loreto. El no salió en campaña, por las dificultades habidas anteriormente. Encargó la
dirección nuevamente al comandante F. Esquivel Aldao. Los pehuenches de Malalhue bullían,
porque querían ardientemente una nueva venganza. El Diario de esa expedición, iniciada el
26 de Enero del 88 hasta el 18 de Marzo, fue publicado en la Revista de la Junta de Estudios
Históricos de Mendoza (VIII 1937 p. 318-337). Esquivel Aldao partió con 53 hombres y 2
cañoncitos desde San Carlos. Los pehuenches de Pinchitur y Currilipí se le habían adelantado
y se incorporaron a los hombres sobre la marcha. Los indios amigos se apuraron porque
tenían noticias de que Llanquetruz se hallaba con sus toldos en un llano desamparado y que
Currilipí había reunido a muchos indios y contaba con un refuerzo de cristianos portadores de
armas de fuego, enviados por el gobernador de Penco (Chile). (Expedición del Cmdte. Pedro
Nolasco del Río. Hizo alianza defensiva con Currilipí) El comandante pensaba comunicar las
novedades al Comandante General en Mendoza para pedirle más gente, pero los indios
amigos no quisieron esperar. Ya había 300 indios de lanza y 27 fusiles y 100 de hondas y
machetes; otros usaban cotas y mallas y traían sus banderas.
Al entrar a tierra huilliche y no hallar los auxilios prometidos de Concepción,
mandaron un mensaje al gobernador Ambrosio O' Higgins. El día 18 de Febrero de 1788
atacaron primero los toldos de los caciques Piulán y Caullán y luego a los de Llanquetruz. Y
el 20 de Febrero fue muerto el cac. Antepuenta cerca del Río Agrio. Los indios, sin apoyo de
Esquivel Aldao —dice el documento—. se lanzaron al ataque, mataron a pocos, cautivaron a
la chusma y se hicieron un buen botín. El cacique principal se hallaba ausente.
De allí —dice el documento—, corrieron a atacar las tolderías de Arceabel y de
Lepnopán; pero éstos estaban tan bien fortificados que no pudieron con ellos. Recién cuando
Esquivel Aldao trajo a sus arcabuceros y sus cañoncitos, los sacaron de sus guaridas,
haciéndoles 200 bajas y 150 prisioneros indios. Luego emprendieron el regreso.
Lepnopán y su hermano seguían solicitándoles un parlamento para recuperar a sus
familias. Ellos, en cambio, ofrecieron traerles la cabeza de Llanquetruz que era un intruso en
sus tierras y el causante de la guerra.
No les entregaron las familias, pero les prometieron una buena gratificación si
presentaban las cabezas de Llanquitur y Paynemán.
La expedición fue considerada un gran éxito. Habían muerto unos diez caciques y
varios centenares de indios y capturados como botín 350 prisioneros y 20.000 cabezas de
ganado.
Llanquetruz, entretanto, había marchado a la Pampa. Grande ha de haber sido su
duelo; su juramento de vengarse haría correr mucha sangre en el Norte y en el Sur.
Tanto el gobernador de Concepción (Chile), como el gobernador Amigorena.
celebraron la victoria de los “pehuenches amigos”. Ambos ofrecieron una gran suma de
dinero al que les llevara la cabeza del caudillo Llanquetruz.

LA MUERTE DEL CAUDILLO

El cacique Curillipí fue el más interesado en conseguir tal suma. Con solicitud hacía
las averiguaciones del andar de Llanquetruz, hasta que en Diciembre pudo seguir sus rastros,
acompañado por el capitán chileno Francisco Vivanco. También Pichintur lo acompañó con
40 indios. En Carrera Malal, en el Paso de Villarrica, le tendieron una emboscada el 16 de
Diciembre de 1788,, mataron a casi toda su gente y lograron degollar al cacique Llanquetruz.
(De Angelis I. p. 240) El historiador V. Carvallo Goyeneche opina que Llanquetruz murió
como un héroe. (Diccionario histórico-geográfico. 1926.p.242 y Arch. Mend. Carp 39).
El cacique Currilipí entró precisamente el 1º de enero de 1889 en Los Angeles,
orgulloso de su victoria y haciendo ostentación de la cabeza de su rival, ensartada en una pica.
Dicen los documentos que fue muy agasajado (Arch. Mend. doc. 39 y Arch. Fond. Vicuña
Mackenna, VI 948. Allí dice el documento chileno que Llanquetruz era natural de la
Cordillera de Ranquil). El cacique Roco, a su vez, se apresuró a llevar la noticia a Mendoza,
donde echaron a vuelo las campanas de la iglesia y cantaron un Te Deum en acción de
gracias.
El comandante general D. José Fco. de Amigorena informó al Virrey Loreto lo
ocurrido (13.1.89), manifestándole su propio punto de vista sobre los acontecimientos. Le
decía: “Encarnizados de este modo los pehuenches con los huilliches, no cesarán de pelear los
unos con los otros; y ahora, más que nunca, me prometo que se encenderá la guerra entre
ellos: y habiendo acabado los nuestros con Yanquetruz y con su familia, ha de querer tomar
venganza el que entre al mando. Los pehuenches con la ayuda prometida les han perdido el
miedo... Adelantándolos un poco, conservarán la guerra... y no incursionarán”. (AGN S.VI 7-
8-2 y Comando General del Ejército: ob. cit. II, 186). Este es un ejemplo típico de nuestro
país aplicado al abroigen. Es éste un ejemplo típico de la política de la época colonial.

Los huilliches eligieron en difícil parlamento al cacique Cümepayú como el sucesor,


quien organizó de inmediato una nueva campaña contra el cacique Currilipí, a quien atacó,
efectivamente, entrado ya el invierno.
Interrumpo aquí la larga historia de la Guerra Pehuenche, para retomar su hilo en la
historia del cacique Pichintur y Rayguán.
Muchos otros aspectos de la vida de Llanquetruz no han sido documentados, pero no
caben dudas de que fue un gran cacique. Resentido por la injusticia que le habían hecho a él y
a su gente, se convirtió en el líder de la venganza.
(Etimología: Llanca + truz. Ojo de Perla).

LLANQUETRUZ (IIº)

LLANQUETRUZ (II) (Llanquetur): cacique 1770-1838. Santiago Avendaño en sus


memorias (ed.1999 p.61) lo llama Vuta Llanquetruz, padre de Pichuín Gualá. También dice en
p. 103 que era primo hermano del cacique Rayguán. No porque lleve el mismo nombre como
Llanquetruz Iº, puede decirse que este Llanquetruz haya sido hijo de aquel Llanquetruz, jefe
de la Guerra Pehuenche, muerto en 1788. (Casamiquele cree que era nieto del mismo) Este
Llanquetruz Iº ha sido el cacique ranquel que en 1776 fuera censado en la Pampa (De Angelis
IV, p. 586) .
A raíz del ataque de Amigorena sobre sus toldos, en 1780 emigró a los ranqueles y
huilliches del Neuquén, desde donde organizó sus expediciones contra los pehuenches,
aliados al gobierno de Mendoza, en Malalhué. Si bien no hallé ningún documento explícito,
opino que este cacique Llanquetruz IIº provenía de aquel grupo ranquel neuquino que más
tarde volvió a poblar la pampa, como el cacique Carripilún. Estos ranqueles de la Pampa se
hicieron famosos por sus caciques; Llanquetruz , Painé y Pichuín y todos sus descendientes
(Galván. Mariano Rosas, Epugner, etc.). y por el libro de Lucio V. Mansilla: Una Excursión a
los Indios Ranqueles y también por la novela del Dr. Estanislao S. Zeballos intitulada Painé o
la dinastía de los Zorros. Prescindo de la afirmación de Zeballos. y aun de la de la Cruz.
quienes dicen que Llanquetruz IIº había nacido en Chile, a no ser que quisieran decir que era
chileno por haber nacido en Neuquén, que aún se consideraba perteneciente a la Intendencia
General de Chile, mientras que el Cuyo ya estaba incorporado al Virreinato del Río de la
Plata, en 1776, fecha de su creación. El comandante general José F. de Amigorena se esforzó
en varias expediciones militares por someter aquellas parcialidades y aquella provincia.
Calculo que Llanquetruz nació en la década del 70 del siglo XVIII. Ha sido
considerado juicioso y bondadoso, según los unos. y sanguinario y belicoso, según otros. Si
más tarde, en tiempo de Rosas, se le llamaba Vuta Llanquetruz. no significa ésto ningún título
de grandeza, como por ejemplo Carlomagno, sino significa Llanquetruz “Padre”, porque
entonces ya actuaba su hijo que perpetuaría su nombre entre los ranqueles, junto con el otro
hijo llamado Pichúñ Guala.

Su familia

Los documentos históricos nos han conservado los nombres de sus mujeres: una se
llamaba Curú Luán, otra Rumayvil. otra Amuy Gnerr y quizás una cuarta Cuse lam que
significa vieja hermana.

Su primera actuación

Su primera actuación registrada en documentos data de 1806. Luis de la Cruz, al


atravesar la pampa en busca del camino más apto desde Concepción (Chile) hasta Melincué, o
desde Ballenar hasta Buenos Aires, llevaba un Diario que es un documento muy interesante.
Allí leemos que había tenido noticias de que Llanquetruz lo esperaba en Meucó para asaltarlo
en el paso del Chadileufú (De Angelis I. 139: l e de Abril de 1806). Luego comprobó que era
una falsa alarma. Al contrario, la recepción de Luis de la Cruz en el toldo del cacique
principal de los ranqueles, que era entonces Carripilún, tuvo un carácter festivo y agradable.
Este Carripilún, sucesor de Llanquetruz 1º y de Rayguán, vivía entonces en Leuvucó. Se hizo
llamar Señor, el Virrey y Rey de todas las pampas. Su actuación se eclipsa en 1819, año en
que habría fallecido. La jefatura de los ranqueles fue entonces asumida por el cacique Carané
o Carangué que, como Llanquetruz, provenía del Valle Rancul en la provincia de Neuquén.
Este fue muerto en 1836 y poco después murió Llanquetruz.
Desde 1806 a 1820 no tenemos noticias de él, a no ser que figurara bajo otro nombre.
En 1820 participó en una singular acción que detallaremos más adelante, pues acompañó al
ex brigadier chileno José Miguel Carrera. En Marzo de 1821, J. F. Ulloa fue destacado para
recuperar la paz con los indios de la pampa. En un parlamento, en Mari Mamuel, se le unió
también “Yanquitrú”. En 1823 el cac. Calquillán del grupo de Llanquetruz (IIº) firmó el 25
de abril, en la toldería de HilGüé una solicitud dirigida al Goberndor Bustos de Córdoba
pidiendo que interviniera para restablecer la paz turbada por el Gral. Carrera y por la invasión
del Gral. López de Santa Fe. (Arch. Cord. Tom 204 reg. 5 foj. 273) El nombre de
Llanquitruen figura también en la reunión de paz en Tandil en 1826. Si el Dr. Zeballos dice
que en 1818 había llegado de Chile con 100 hombres para incorporarse al cacique Carané, yo
no encuentro fuente que lo compruebe. Y me extraña sobremanera que su nombre no figure
en la lista de los caciques adictos a José M. Carrera que transcribimos en la biografía de Pablo
Lepnopán. (Podría ser que se lo llame Trarú, que vivía bajo la jefatura del cacique gobernador
Paillatur, en Gansu Lauquén (Guatraché).
Pero fugazmente había aparecido como jefe de una expedición bárbara, el 2 de
Diciembre de 1820. al frente de 1.200 indios para asaltar con Carrera el fuerte y pueblo de
Salto. Según escribió Carrera, ese malón estaba pensado por el chileno, quien buscaba
recursos para su viaje y retorno a Chile. La población se refugió en la iglesia parroquial y la
escasa guarnición se vio en la única salida de capitular ante los invasores bajo la condición de
que se respetara la vida de las familias. Los indios, apoyados por fusileros chilenos
irrumpieron en el Fuerte; hicieron saltar el portón de la entrada a golpes de ancas de caballos
y luego forzaron también el acceso a la iglesia. Allí empezó la escena de saqueo, de degüello,
de incendio y de crímenes contra el pudor y el santo lugar.
Pero luego desaparece de nuevo el nombre de Llanquetruz; mientras que el
gobernador de Buenos Aires, el general Martín Rodríguez añade a esa acción, otra. por su
expedición al sur que contamos en la vida del cacique Ancafilú y otros. Después de este breve
seguimiento a Carrera, aceptó el indulto ofrecido por el brigadier general Cornelio Saavedra
en 1821. No cabe duda de que su renombre había crecido entre los indios ranqueles. Lo dice
también Manuel Baigorria en sus Memorias, quien en 1831 había huído definitivamente a la
pampa. El cacique Llanquetruz lo recibió amablemente, más todavía cuando supo que era un
recomendado del coronel Luis Videla de San Luis. Está claro que Llanquetruz había entrado
también en las corrientes políticas del país.
El 14 de Diciembre de 1830, Llanquetruz estuvo en la Junta Grande en Chiloé, junto
con los borogas y pincheirinos (AGN.S.X.23-4-9). También estuvo en la Junta de Chadileuvú
y las Jarillas (San Luis) junto al Río Atuel. El documento dice que respetaron a Llanquetruz
por su edad y lo proclamaron “General de la Nación Ranquelina” J.Fernández (2000 p.99)
que 1830 los caciques Llanquitrú, Guzmané, Tori y Epumán integraron con 800 indios la Liga
de Pincheira, Zúñiga y unitarios del Gral J.M.Paz. Habían reunido hacienda vacuna en la zona
del Chadileufú (La Pampa).
No hay documento que diga que Llanquetruz estuvo presente en la masacre del
Chacay, donde el cacique Neculmán traicionó al exgobernador de Mendoza Corvalán y 23 de
su comitiva. Puede ser que algunos indios del Vuta Llanquetruz integraron las hordas de los
Pincheira.
El año 1831 se intensificó la oposición unitaria. Es cuando entró una expedición
vehemente a Río Cuarto y Río Quinto, a San Luis; cuando masacró a los opositores de la
“Federación”. Por ejemplo el Gobernador Luis Videla de San Luis, fue fusilado en el viaje a
Buenos Aires. Y su amigo, Manuel Baigorria, se salvó “por un pelito” de ser fusilado y huyó a
los indios ranqueles. En sus Memorias ed. El Elefante Blanco Bs.As 2006 cuenta cómo fue
acogido por el cacique Llanquetruz, favores que éste le pagó especialmente en los últimos
momentos de su vida.
En Abril de 1832, J.M. de Rosas le escribió una carta que revela la animosidad del
Gobernador de Buenos Aires: “...Nos juntaremos en un punto céntrico y continuaremos una
formal expedición que termine con todos los indios que hostilizan nuestras fronteras” (Diario
de Rosas p.49)
Mientras Juan Manuel de Rosas preparaba minuciosamente una entrada general o
expedición combinada al desierto, Llanquetruz tenía proyectada una invasión a Río Cuarto,
en combinación con borogas y los púntanos que se habían juntado con el coronel Baigorria
(Diario de Rosas: Introducción, p. 50, edición de 1965 y Archivo de San Luis, doc.4272:
31.8.31). Por oficio del gran diplomático de la pampa, el cacique Faustino Huenchuquir, pudo
evitarse esa invasión y se concertó un tratado de paz con los gobiernos de Córdoba y San
Luis. Así pudo vencerse más fácilmente a los Pincheiras que merodeaban nuestro país con sus
guerrillas.
Pero J. M. de Rosas adelantó su proyecto y pidió a los gobernadores la exacta
descripción del habitat de las tribus aborígenes. Llanquetruz reunía gente para ejecutar su
proyecto de invasión. El 7 de Diciembre de 1832, el coronel F. Reynafé de Río Cuarto avisó a
sus colegas en Santa Fe, Buenos Aires, San Luis y Mendoza, que Llanquetruz estaba en
movimiento para invadir a Mendoza y a San Luis.
Efectivamente, 300 indios entraron por El Morro y penetraron hasta Santa Rosa
(Urbano Núñez: Historia de San Luis. IIº). Reynafé, a su vez, salió con 200 soldados hasta
Achiras; Pablo Lucero de San Luis y el teniente Jorge Velasco buscaron con sus púntanos
incorporarse a la partida. Habría unos 500 hombres para enfrentar a 500 indios. El 18 de
noviembre de 1832 chocaron en El Molle por primera vez. Reynafé llamó ese día "jornada
desgraciada". Había perdido siete oficiales y unos 40 hombres; también los indios tuvieron
unas 70 bajas. Pablo Lucero con su caballería salió a la carga y Llanquetruz organizó su
contraataque; hiriendo a sus oficiales, produjo desorientación entre la tropa. Luego empleó la
táctica de “simular la retirada o el desbande, para concentrarse para el nuevo ataque”. (R.
Pastor: La guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis, p. 380)

En 1833, la Expedición Combinada al Desierto estaba en marcha. Al ejército del


centro (cordobeses), a las órdenes del general Huídobro, incumbía la tarea de derrotar a los
ranqueles de la pampa. Los indios borogas estaban neutralizados y los pampas de Azul,
Tapalquén y Junín participaban activamente en la columna de Rosas, que se dirigía hacia el
Río Colorado. Los ranqueles tuvieron su primer choque en "Las Acollaradas (16.3.33)y "Las
Leñitas", departamento de General Pedernera, no en sus tolderías, sino sobre la marcha al
malón.
Este es el parte del general Huídobro:
"Testú, marzo 17 de 1833.
"Al ministro de Guerra de la Provincia de Buenos Aires.
"El día 16 a las tres de la mañana, emprendimos la marcha. A las 6 horas,
sorprendimos una partida de 30 indios en la Laguna del Corral de García. Los indios se
echaron en fuga. Por eso nos adelantamos con mayor precaución. En una loma dejáronse ver
más de 800 indios. Luego cargaron en todas las direcciones. En los flancos, nuestras tropas
tuvieron que echar pie a tierra y formar cuadros. Ni la mosquetería ni las metrallas de
artillería los detuvieron. Consiguieron romper el escuadrón Auxiliares del Coronel M. García.
Pero luego, vacilando, retrocedieron los indios (tal vez por falta de órdenes), y fueron
cargados de frente. Desde este momento empezaron a retirarse. La infantería avanzaba de a
pie a paso de vencedores, sosteniendo la caballería.
"La bravura de los contrincantes impidió avanzar mucho. Viendo la inutilidad de su
lucha, se dieron a la fuga y han sido perseguidos. Sus pérdidas fueron unos 160 indios, entre
ellos el cacique Pichún, hijo de Llanquetruz". (Diario de Rosas, p. 141) NB.Debe haber sido
un error la información, pues Pichún, el hijo de Llanquetruz, vivió aún muchos años) Un
cautivo escapado decía que dos hijos de Llanquetruz habían muerto (Man. Baigorria
menciona en sus Memorias. 1938. p. 512: a Rulcó y Paillá) y que las familias lograron
resguardarse en Copal o se retiraron hacia la cordillera; así, cuando las tropas llegaron a las
tolderías de Llanquetruz, las hallaron abandonadas. Otra partida de Llanquetruz consiguió
arrebatar el total del ganado que traía la división del Centro en la Laguna Soven (eran 1.300
vacunos y 200 caballos), lo que determinó el regreso de la división a Río Cuarto. (Ferracuti:
Las expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca)
Rosas esperó, entonces, mejores resultados de la división que marchaba desde
Mendoza sobre la Pampa, al mando del general F. Aldao y comprometió con toda su
diplomacia a las tribus borogas para combatir a Llanquetruz, si no querían perder su amistad.
Rosas quiso exterminar a Llanquetruz por los borogas. Ellos se excusaron primero, porque
hacía dos años eran compñeros de armas. El cacique Melín de Guaminí fue invitado a una
junta de guerra en la que se informaría sobre la campaña que iba a realizarse contra
Llanquetruz. A su regreso, se hizo una Junta General en Guaminí de la cual se informó a
Rosas con los siguientes términos:
"Yo, Rondeau y Melín hablamos más de dos horas. Saldremos con toda la fuerza en
busca de Llanquetruz para cortarle la cabeza a él y a sus hijos". (AGN, S.( V) X. 35-2-4)
Informaron también que luego de haber marchado 3 días, supieron que Llanquetruz había
huído; que su expedición desde el 13 de Mayo al 2 de Junio había resultado inútil y que
debieron volver por el desgaste de los animales (Carta del 6.6.33). Luego manifiestan que los
ranqueles de Painé y de Carriangué deseaban vivir separados de Llanquetruz en unión con
ellos, los borogas. (Carta de Delgado AGN, S.X. 27-5-6)
Antes que Rosas recibiera estas comunicaciones, les había dirigido una carta
vehemente en la que exigía que le entregasen a Llanquetruz y a su hijo Pichún, vivos o
muertos (AGN, S.X. 27-5-6. p. 455: 3.6.33). Luego, tomando en cuenta su comunicación, le
escribía al cacique Melín que se alegraba de que hubieran llegado y que iban a atacar a
Llanquetruz y a los ranqueles (ib.). El cacique mayor Juan Ignacio Cañiuquir escribió a Rosas
a su vez:
"Me ordenó a perseguir a Ñanquitur (sic). Le tomamos toda la hacienda. Morirá de
hambre. Melín vaya a (ver) a Quiroga y con él harán el plan como liquidar a Ñanquitur y a
Pichún.(su hijo)"
En otra carta del 6 de Junio (AEM. doc. 244) avisa que Llanquetruz sólo mantenía a
60 lanceros y que el capitanejo Inaipill saldría con 50 contra aquél. Que los principales
ranqueles. los de Payné y Carriangué, venían en paz para radicarse bajo sus órdenes y que
otros suyos, como Antileo (Linares), Inalé y Antibil, se les habían ido.
El coronel Delegado, estacionado en 25 de Mayo, confirmó que Llanquetruz había
huído con sólo 60 indios. "Dicen que llora mucho su desgracia con ganas de disparar hasta las
sierras de Chile. Cien han ido ya, después del Combate del Cerro Nevado, sostenido por
Aldao" (AGN. S.X. 27-5-6, p. 481).
Efectivamente la división de la derecha había actuado en Limay Mahuída, el 31 de
marzo de ese año 1833; atacaron a los ranqueles y apresaron a los que encontraban en el
camino: 250 prisioneros en total (R. Yaben: Biografías militares. I. p. 94). El diario del
coronel Jorge Velasco da más informaciones al respecto (Publ. en Rev. Junta Est. Hist..
Mendoza V. 1937, p. 75-164). Los ataques más destacados fueron: el 12 de abril a la tribu del
cacique Barbón en Buta Nilagüé y al cacique Pichún, en Butaló.
No obstante, Llanquetruz no debía estar ni tan deprimido ni exhausto, pues
documentos de San Luis nos informan, que el 16 de Enero de 1834 había invadido la zona del
Río Quinto y que el 17 del mismo mes había atacado el Fuerte Achiras; que tenía más de 600
indios en la confluencia del Atuel y Salado; además había llamado en su auxilio a indiadas
chilenas (AGN, S.X, 24-9-1,fcha:24.1.34). Dos meses más tarde repetía su campaña; esta vez
estaba acompañado por el coronel Manuel Baigorria (7.3.34). Fueron derrotados por el
comandante José C. Calderón, entre el 14 al 16 de Marzo del mismo año, cuando regresaban.
Entretanto, el coronel Lucero de San Luis emprendió su primera expedición contra los
ranqueles y Reynafé vino de Córdoba a reforzarlo. Juntos persiguieron a los invasores hasta
cerca de Río Cuarto. Entonces el comandante Calderón hizo un llamado de auxilio a las
provincias. (R. Pastor: ob. cit., p. 406)
Y mientras tanto ocurrieron otros hechos notables en el sur, Calfucurá y toda una
coalición chilena había atacado y sometido a los borogas en Guaminí y Masallé (el 8.9.34 y
en otro ataque o malón), no sin consentimiento de los militares rosistas de Bahía Blanca (ver
Rondeao). Rosas, en vez de permitirles a los borogas que persiguieran a los invasores, los
obligó sobre la marcha a acompañar a sus divisiones contra los ranqueles de Llanquetruz. El
8 de octubre, cuatro divisiones a las órdenes del coronel Pablo Lucero y el teniente coronel L.
Argañaraz batieron a los indios de Llanquetruz en la Pampa del Molle o del Rosario. Su
pérdida fue grande. Entre los muertos de Llanquetruz se enumeran los caciques Colipay,
Pulcay y Pichui y 60 indios. Le quitaron un arreo de 150.000 animales (Arch. San Luis). El
20 y 23 del mismo mes, Pedro Molina combatió a las indiadas de Llanquetruz en el mismo
escenario. Poco después fueron derrotados por la expedición del coronel Francisco Sosa de
Bahía Blanca que se hizo acompañar por indios amigos. Pero no hallaron a Llanquetruz
mismo. (AGN. S.X. 24-8-6; y 24-9-1, fha:14.11.34 y Anschülz: "Algunas expediciones a los
ranqueles". en Rev. Militar. No 526, 1944).
Por eso Rosas no cesó de azuzar a los borogas para que persiguieran a Llanquetruz a
muerte. El 6 de Marzo de 1835, Llanquetruz fue atacado nuevamente en la Pampa Central por
190 indios del cacique Cañiuquir y 85 soldados al mando del coronel Maza (Diario de la
Tarde. 30.3.35). Habían llamado también a puntanos y mendocinos para completar la obra
(Arch. S. Luis 14.4.35). Los partes mencionan 130 muertos y 350 prisioneros. (Anschütz: ob.
cit.)
En noviembre del mismo año, la temida división de Bahía Blanca salió de nuevo a
campaña con 900 veteranos y 290 indios de Venancio Coñuepán y Meligur. En un encuentro,
el 21 de Noviembre de 1835, infligieron a Llanquetruz una nueva derrota, quitándole esta vez
unos 300 indios (Ferracuti: ob. cit.. p. 158). Llanquetruz tuvo tiempo para huír. Iba enfermo y
quebrado y muchos creían que le quedaban pocos días de vida.(R. Muñiz: Los indios pampas,
p. 166). Fue ésta una triste guerra para el jefe ranquelino y sus tribus.
Hecho extraño, en Enero de 1836, los caciques Llanquetruz, Pichún y Painé hacían al
gobernador de San Luis proposiciones de paz. Eduardo Ponce fue el encargado
plenipotenciario de los caciques (Arch. San Luis, doc. 6215: 15.1.36). No tuvieron éxito,
porque los emisarios no fueron bien tratados. Al mismo tiempo enviaron emisarios a las tribus
chilenas y a Santiago Llanquelén de Junín (Bs. As.), pidiendo ayuda.
Entonces Rosas ordenó de nuevo una expedición combinada. La división del sur
marcharía al mando del coronel R. Maza y del mayor Eugenio del Busto, uniéndose a la
división cordobesa al mando del teniente coronel Argañaraz. Cuando la columna bonaerense
llegó a Junín (Federación), encontraron una cuadrilla de ranqueles, llegada para robar a los
indios amigos de Llanquelén. Apresaron a tres caciques, entre ellos un hermano del cacique
Llanquetruz.
Luego asestaron un golpe a la indiada de Carrané con buen resultado; pero no
pudieron ya perseguir a Llanquetruz "por el mal estado de la caballada" (Arch. San Luis:
12.5.36). Entretanto, las tropas rosistas habían aniquilado también a las tribus de Cañiuquir, el
22 de Marzo y el 26 de Abril, y en Agosto le tocaría el turno a la tribu de Venancio.Coñuepán.
Llanquetruz, con la ayuda del coronel Manuel Baigorria inició nuevas gestiones de
paz ante el gobierno de San Luis. La respuesta fue llevada por Juan Villegas, Gabriel
Baigorria y un indio llamado Bartolo. Decía que el gobierno aceptaba las proposiciones, pero
que el tratado debía efectuarse ante el gobernador de Buenos Aires. El 26 de Mayo de 1837.
habían vuelto a San Luis con nuevos emisarios de la Pampa.
Las exigencias de Payné no eran pocas: pedía 600 yeguas, 4 cargas de aguardiente. 4
de tabaco, 4 de higos.... 50 cuchillos y que el gobernador de San Luis obtuviera del
gobernador de Buenos Aire la entrega de uno de sus hijos retenido como prisionero (En
realidad huyeron), así como también otro hijo de Pichún. Decía también, que el cacique
Llanquetruz, al tiempo de morir había sustituido su poder en Payné. (Arch. San Luis, Carp.
Indios: 27.5.1838)

LA MUERTE DE LLANQUETRUZ

El citado documento nos da aproximadamente la fecha de la muerte del cacique viejo,


llamado Llanquetruz, cuyo nombre corría -según el Dr. Zeballos- de boca en boca, como
sinónimo de asustador, desde las tolderías hasta las capitales del Plata. Según las Memorias
de M. Baigorria, Vuta Llanquetruz murió, consumido por una enfermedad, en su escondite a
orillas del río Diamante,en su toldería de Chichinal, a orillas del Río Diamane, atendido sólo
por él, su amigo Baigorria.
Pienso que llevó consigo muchos misterios, que nunca comprenderemos..¿Era de
veras el orgulloso jefe, ávido de dominio, buscador de peleas y rapiñas? O era un jete
indígena que se jugó por los suyos en la guerra que le hacían, sin abandonar su cargo
heredado, aun cuando se viera abandonado de todo, privado hasta de sus propios hijos que
fueron muriendo en combates? Baigorria nos los nombra: Pichún, Carripilú, Paillá y Rulcó.
Payné no era de su familia, pero asumió entonces la jefatura general de los ranqueles
de la pampa, cuyos caciques se nombran en el mismo documento del 27 de mayo de 1838:
son los caciques Painé (Gnerr), Elán, Guiquenor, (Guayquiner o Huenchugner). que era un
hermano de Painé Gnerr), Güichui (o Guichal, que era hermano de Llanquetruz, de oficio
platero), Anteman. otro Elán, Güilé, Güeté, Peñipil, Mailí, Calfutrú, Güiché y José. No se
nombra al hijo Llanquetruz, porque no era todavía cacique.
Si bien Painé (1838 - 1844) era cacique general en Leuvucó, Pichuiñ Gualá se
conformó, pero asumió entonces 1838 la jefatura de la otra rama ranquel en Poitahué (Toay)
hasta su muerte en 1855. Llanquetruz (IIIº), sobrino de Pichuiñ, tomo el gobierno de la tribu
de Pichuiñ, hasta que el hijo de Pîchuiñ, Manuel Baigorrita (ahijado y criado por el Cnel.
Baigorria), pudo asumir el cargo como lo había dispuesto su padre, Y fue cacique desde 1862
hasta 1879.
El Dr. Zeballos, en su novela Painé, la dinastía de los Zorros, da otra lista de caciques.
(Ed. Hachette. págs. 225 y 260)
Entre los papeles del Dr. Zeballos que se conservan en el Archivo del Museo de Luján
copié las siguientes anotaciones: Yanquetruz (IIº) se casó con dos mujeres; la una, Rumey
Vilú y la otra Amuy Gnerr. La primera tuvo 3 hijos, dos varones y una mujer: Pichún Gualá y
Peguey Pill (Peñipil) y la mujer Manaíll. Ésta se casó con el cacique Güelé. La otra parió a
Carre Pilún, a Thrurena, Quiñigual y a Maleíñ. Su hijo se casó con Güelén (Ver también el fin
de “Los Llanquelén”)
Quizás la historia contemporánea de Rosas lo haya juzgado de modo diferente a como
podemos juzgarlo hoy. La continuación de esta historia seguirá abajo en
Llanqutruz IVº.
(Etimología: según el Padre Rosales (p. 119) Llanca: perla: Tur o truz significan
"ojos": así traducimos "Ojos de Llancas").

LLANQUETRUZ, José María (IIIº)

LLANQUETRUZ (III), José María (Bulnes). Los documentos lo llaman también


Llanquitur, Ñanquitruz, Yanquetruz y Lenketrú, actuó entre 1822-1858.
Era uno de los importantes caciques del Sur, proveniente de la nobleza araucana. No
puedo decir que es del tronco del cacique ranquel-huilliche Llanquetruz I, quien en 1788 fue
degollado por los pehuenches enemigos. Según algunos historiadores habría nacido en la zona
de Bahía Blanca. Su padre fue el cacique Cheuqueta. de origen chileno, el cual hacia el ano
1830 o ya antes había inmigrado a nuestro país. (Esta filiación se comprueba por dos
documentos, el uno, de Noviembre de 1835 y el otro del 14 de Agosto de 1841.) Desconozco
el nombre de su madre. El cacique Manquelao fue su hermano mayor, muerto en 1863 y el
cacique Benito Chingoleo que a veces firmaba como Chingoleo Cheuqueta, fue su hermano
menor, muerto en 1867. El cacique Sayhueque fue su primo por su madre, la esposa del
cacique Chocorí. También el cacique Miguel Linares fue su pariente. Llanquetruz tuvo
muchos lazos de parentesco entre los caciques del sur, incluso entre los tehuelches. lo que le
daría mayor respeto e importancia.
¿Cuándo nació este Llanquetruz? Creo que ni él mismo lo supo, porque a cuantos le
preguntaban su edad, les dio diferente respuesta. Opino que es de 1822 a 1823. En los libros
bautismales de Carmen de Patagones leemos que el cura Antonio Tomatis, el 27 de Junio de
1858, ha bautizado a su hija María Dolores Delfina. El cura le asignó entonces al cacique
coronel José María Yanquetruz, 25 años. Lo mismo dice en otra partida (Nº 35), donde figura
como padrino de bautismo, lo cual significa que estaba bautizado. En Noviembre bautizó a
otro hijo del cacique (él entonces ya fallecido), asignándole el nombre de Francisco
Formantín que era el nombre y apellido de su padrino, el comandante Fco. Formantín. En esa
partida, el cura le atribuye al padre 33 años; de manera que habría nacido en 1826. Los
viajeros que lo conocieron le daban menos años aún (Cox y Fink). Su hermano. Benito
Chingoleo también se bautizó en Carmen de Patagones en 1856 con el nombre de Benito
Villar Chingoleo y el cura le asignó la edad de 18 a 20 años. La partida del mismo libro, Nº
27 del 1º de Agosto de 1852, es la del mismo cacique José María Yanquetroz. El cura Nicolás
Aquaro agregó al texto: "Bauticé un indio cacique... al presente provisoriamente acampado en
frente de Churlaquín. Yanquetrú, de 30 años (habría nacido en 1822), a quien se le dio el
nombre Francisco Santiago y por apellido le dejó Yanquetrú. Padrinos fueron el coronel
Francisco Fourmantain de Vivoir y su esposa Feliciana Fontana." Pero el nombre impuesto
fue pronto olvidado.
El mismo año, el 5 de Octubre de 1852, el comandante de Carmen de Patagones
mandó al ministro J. M. Galán una nota diciéndole que hacía unos años, el cacique
Yanquetruz, joven de 28 años, poco más o menos, después del fallecimiento de su padre (el
cacique Cheuqueta) había fijado su residencia en ese vecindario, 8 leguas más arriba, al sur
del Río (Negro). Su nombre definitivo fue José María Llanquetruz. A veces agregaba Bulnes,
en honor del general chileno que actuó en la lucha de los patriotas contra los realistas en la
Guerra a Muerte.

SUS PRIMERAS ACTIVIDADES

Desde joven sobresalía como guerrero; desde su niñez respiró aire de guerra. No
obstante sería uno de los caciques más dispuestos a comprometerse por tratados para vivir en
paz.
Con el traslado de varias tribus chilenas a la Argentina, la Guerra a Muerte daba sus
últimos coletazos en la pampa argentina. Juan Manuel de Rosas, que sabía de la alianza de los
caciques huilliches: Cheuqueta, Chocorí, Namuncurá y Calfucurá, quiso aprovechar su
antagonismo con los borogas, establecidos en Guaminí y alrededores para incitarlos a
maloquearlos y así lo hicieron en 1834 y 1835 (véase Melín y Cheuqueta). Aquellos patriotas
se reunieron en el país de los manzaneros, mientras Rosas hacía su Expedición al Colorado, y
luego, el 8 de Septiembre de 1834, cayeron sobre los borogas en Masallé. En 1836. la misma
coalición, en combinación con las tropas de Bahía Blanca, cayó el 24 de Agosto con 2.000
indios sobre las tolderías del noble cacique don Venancio Coñuepán establecido, desde 1827,
a orillas del Napostá. Es probable que el joven J. M. Llanquetruz haya acompañado a esos
guerreros. Bien pronto llegó de Chile el cacique boroga J. Railef con 1.700 indios para vengar
la traición y los ataques a los indios de Coñuepán, lanzando un recio malón sobre Bahía
Blanca el 24 de Agosto de 1837.
Guillermo Cox dice haber oído que el joven Yanquetruz fue tomado prisionero en esa
oportunidad y que fue llevado a Chile. También Jorge Claraz, otro explorador, anotó en 1865
que Llanquetruz había sido llevado a Valdivia y que pudo frecuentar un colegio de los Padres
Franciscanos. Aprendió, pues, el castellano, a leer y escribir.
Quizás, después del parlamento de paz en Maquehue, en 1842, pudo volver con su
padre quien había ido allí para participar en el parlamento. Otros dicen que se había escapado.
Poco después inició buenas relaciones con el gobernador J. M. de Rosas y el coronel Pedro
Rosas y Belgrano, encargado de los asuntos indígenas en Azul. Este lo recibió varias veces
con prodigalidad, como también a los huilliches y tehuelches que le acompañaron. Con J.
Calfucurá de Salinas Grandes mantuvieron también buenas relaciones, si bien el "joven
altanero" nunca simpatizó demasiado con él.
Cheuqueta estaba en paz con el gobierno. El 4 de Diciembre de 1846 se acordó un
tratado en Azul y otro en Carmen de Patagones. No sabemos cuándo murió el padre de
Llanquetruz, pero fue antes de 1852.

LLANQUETRUZ EN SU AUGE

Fue entonces cuando Llanquetruz adquiere perfil histórico. Asumió, pues, el cacicazgo
de su padre. Con 38 indios de pelea y sus familias se estableció provisoriamente en las
cercanías de San Javier, mientras que las demás familias e indios se quedaron más al norte,
sobre el río Limay y afluentes. El se acercó buscando comerciar, aprovechando las ventajas
del tratado de paz. El comandante de Carmen de Patagones era entonces el coronel P.
Fourmantain (1852-1855). Allí empezó a extender su dominio sobre varias tribus tehuelches
de más al sur. No quiso ir a Chile con el tío Chocorí. a pesar de sus instancias (AGN. S.X.,
18-4-8). En 1852 inició sus gestiones para un tratado de paz; con el comandante Fourmantain
se había hecho amigo y compadre. Este daba buenos y positivos informes. "Todo el tiempo
que ha permanecido aquí, se ha distinguido por su amistad para con los cristianos, cuyos usos
y costumbres ha adoptado —dice el 5 de Octubre de 1852 al ministro Galán—. Sus indios,
lejos de permanecer en salvaje abandono en los toldos, se ocupan en siembra de trigo y se
conchababan casi todos en el tiempo de cosecha, haciéndose así muy útiles para éste
vecindario. Cuando el infrascripto vino a hacerse cargo de la Comandancia, muy luego se le
presentó Yanquetruz a ofrecerle su amistad y colaboración y a manifestarle que deseaba, hacía
tiempo, cristianarse; suplicaba al infra suscrito fuera su padríno. Desde entonces ha
demostrado más aún sus muestras de amistad y estimación por los cristianos...
F. Fourmantain".

RETRATO DE LLANQUETRUZ
No tenemos ninguna fotografía de él; pero varios escritores que lo han conocido y lo
han tratado, ensayaron su descripción, quizás con menos arte que lo habría hecho Lucio V.
Mansilla. Lo vieron altó, musculoso, de continente serio y grave y de agilidad felina. A los
esfuerzos de su brazo debía que lo respetaran. Era altivo y orgulloso; miraba a los chilenos
(de Calfucurá) comó a extraños. Era bueno, a no ser que estuviera ebrio, pues en tales
condiciones había que evitarlo, -decía el Juez de Paz Man. B. Alvarez. Este escribió el 15 de
Abril de 1857 al general Mitre (Arch. Mitre, XV, p. 174): "Conviene saber que este indio es
un genio en la guerra y debe a la fuerza de su brazo el respeto y la consideración que le
tributan, a pesar de ser un joven, todos los tehuelches del Sud, con excepción de unos pocos
caciques opuestos á la paz, que él llama intrusos, y se propone a exterminarlos. Es valiente y
generoso a toda prueba. Es pariente y amigo de Catriel y Cachul... Cuenta además con la
amistad decidida del cacique (Ignacio) Coliqueo, (entonces) segundo jefe de las fuerzas de
Calfucurá. Y así como asegura que éste (Calfucurá) es cobarde, dice que aquél (Coliqueo), su
amigo, es el más valiente de aquellas tribus. (H. Hux: Coliqueó, p.29 2ª ed. 1972)
Más adelante, cuando hablemos de la política porteña enfrentada a la de las demás
provincias confederadas, comprenderemos mejor el significado de estas expresiones y las
actitudes que adoptará el cacique Llanquetruz. Era pues, un indio amigo y salvaguardaba con
sus indios a Carmen de Patagones con lealtad. Vestía como paisano rico y lucía con fruición
su chapeado y bridas de plata. Participaba en el pueblo en oficios religiosos y en diversiones
públicas.
En el invierno de 1852 (9.7.52), arribaron a Carmen de Patagones su tío de Choele
Choel y muchos caciques tehuelches. El coronel Fourmantín los saludó e hizo obsequios a los
caciques Antonio, Guachi, Chivi, Vicente, Santa Cruz y a los capitanejos Vera, Yaquene,
Francés, Orgepug y Gual. Llamó también al cacique Llanquetruz y le comunicó que les
ordenara establecerse en Balcheta, porque tenía mucho ascendiente sobre los tehuelches y
pampas. Estos le hicieron caso: Chocorí, en cambio, prefirió ir a situarse en San Francisco, 19
leguas más al norte. (AGN. S.X. 18-4-8: 24.9.1862,6 foj.)
G. Ch. Musters, quien visitara los toldos de los tehuelches, anotó en su libro (Vida
entre tos patagones, Ed. Hachette, p. 184): "El poderoso Lenkatrú consiguió reconciliar a
todos los indios bajo su mando; pero después de su muerte rebrotaron entre ellos las
querellas".

ALIADO, ¿PERO DE QUIEN?

Los comandantes de Carmen de Patagones (Fourmantín, Villar, Musters y Orquera)


veían en Llanquetruz un rival de Calfucurá y un aliado del gobierno de Buenos Aires. El
Estado de Buenos Aires estaba entonces en pugna con la Confederación. Tanto Urquiza como
Mitre intentaban subordinar a los indios a sus respectivos planes mediante donaciones de
dinero. Antes que concluyera Llanquetruz un tratado con el gobierno de Buenos Aires, los
agentes del general J. J. Urquiza llegaron a él, haciéndole ver que tanto los ranqueles, como
su amigo Coliqueo y su rival el cacique Calfucurá, habían aceptado regalos de Urquiza y que
contaba con ellos para hacer la guerra contra los porteños rebeldes; incluso les había
estimulado a malonear sobre los pueblos fronterizos. Llanquetruz los escuchó y se hizo
malonero, traicionando al nuevo comandante Julián Murga.
Primero atacó la zona de Carmen de Patagones. El 25 de Abril de 1855, el comandante
avisó al ministro de Guerra que había soportado un ataque de indios chilenos y tehuelches
acompañados de Llanquetruz, Chocorí, Traiqueo y Mulfinqueo, 520 soldados y 300 huilliches
(AGN. S.X., 18-10-6). Posteriormente hubo canjes de prisioneros y Llanquetruz envió decir a
Murga que habían recibido órdenes de Urquiza y aun le hizo mostrar las pruebas del aserto
(ib., 4 pág.). Al mismo tiempo avisó al coronel Bourgeois de Bahía Blanca que Calfucurá iba
a invadirlos pronto. Se ve que Llanquetruz jugaba un poco a dos cartas. Y cuántos eran los
militares, como el coronel Rosas y Belgrano que no sabían qué autoridad debía apoyar. Poco
antes, el 14 de Febrero de 1855, el comandante Murga había elevado una lista de pedidos de
Llanquetruz para que el ministro autorizara su entrega. Algunos decían que la Casa Aguirre-
Murga sacaba provecho comercial hasta de los malones.
El año 1855 fue de frecuentes malones dirigidas a las fronteras bonaerenses y "en
nombre de la Confederación". En enero, a 25 de Mayo, luego a Bahía Blanca, en Abril a
Carmen de Patagones. En Mayo se movilizaron los ranqueles. Pero también los porteños
salieron al ataque. En primer lugar se dirigía el Ejército de Operaciones del Sur contra las
tribus de Catriel y Cachul, pero fracasó en la batalla de Sierra Chica (30.5.55) por la aparición
de contingentes de los caciques Calfucurá y Coliqueo. Llanquetruz también salió a campaña
"con ánimo de unirse a Calfucurá (el fundador de la Confederación Indígena) para atacar a
otro punto" (AGN. S.X., 27-7-5:18.7.55). En Julio ya no había indios que fueran amigos de
Buenos Aires, (ib., fecha 25.7.55)
En Setiembre, Llanquetruz maloneaba en lo que es hoy partido de Juárez. El diá 8,
atacó una partida del capitán González, quien solicitó de inmediato refuerzo a su jefe, el
general N. Hornos. Este ordenó al comandante Nicanor Otamendi partir con 130 hombres en
ayuda de González. Entrando a la estancia San Antonio, de don José G. Iraola, el 12 de
Setiembre de 1855, fue atacado por los indios de Llanquetruz. Otamendi decidió, pues,
atrincherarse en el corral de palos a pique para protegerse ante el enemigo superior en número
y formar allí el cuadro. Llanquetruz —así lo diría él—, quiso darle oportunidad para salvar a
su contingente y le envió dos chasques parlamentarios proponiéndole una rendición honrosa.
Otamendi, en un arrebato de arrojo, los hizo prisioneros y los estaquearon. Esto exacerbó al
jefe altivo, quien los entregó al exterminio. Los ataques de los sitiadores se prolongaron hasta
la noche. Y cuando, al aclarar el nuevo día, Otamendi quiso abrirse brecha con fusiles y
cañón, los indios los atacaron con furia y derribaron como primera víctima al teniente coronel
en la puerta del corral; echaron pie a tierra y con piedras, boleadoras y lanzas entre gritos
infernales, ralearon las filas de los defensores. Los caballos encerrados se espantaron de tal
modo que, alzados, atropellaron a sus propios dueños. Así murieron 124 entre jefes y
soldados, o 182, según otro parte. Sólo uno, de apellido Roldan, escapó, porque creyeron que
estaba muerto. Fue él quien relató cómo fue la jornada desastrosa de San Antonio. Por un
cautivo escapado se supo que los indios, a su vez, tuvieron muchas bajas. Que, además, se
llevaron unas 8.000 vacas, las que iban a vender en Chile. (R.Yaben, ob. cit. IV, p. 350; Arch.
Mitre XV, p. 175 y 190; Rev. Todo es Historia, Nº 48, p. 4)
Otra acción se desarrolló en el Puesto de Cornejo (Partido de Azul). En Noviembre del
mismo año. Llanquetruz maloneó en Lobería y Tandil, donde persiguió y sitió al coronel B.
Machado, pero éste logró escaparse el 11 de Noviembre (Arch. Mitre, XV, p. 201)
S.Avendaño en sus Memorias ed 1999 p. 38 anota que Coliqueo y Llanquetruz hicieron un
sitio de tres días a Tandil desde el 8 de Noviembre de 1855. Pero anota también que Coliqueo
luego se separó de Calfucurá.
El poblador Juan Fugl recordaba en sus Memorias, escritas en 1859, a aquel malón
(Fugl. “Abriendo Surcos, 1955, p. 73). Decía que Llanquetruz comía y bebía en Tandil, sin
provocar ningún desmán. "Los soldados que venían del Azul no eran mejores que los indios,
pues los días que quedaron en el pueblo y los alrededores, robaron y saquearon las casas
abandonadas."
"El cacique con pequeña escolta entró en Tandil, presentándose al juez. Desmontando
le saludó amigablemente y le dijo que iba a visitarlo para pasar el tiempo, mientras su gente
trabajaba. Manifestó que quería mucho a los cristianos. Que deseaba tomar una copa con ellos
y escuchar un poco de música. Agregó que sabía muy bien que podían detenerlo, pero estaba
seguro que no lo iban a hacer, porque tenía allí 3.000 indios que tomarían terrible venganza si
le hacían daño. Los tandileros bebieron y conversaron con el cacique y tocaron la guitarra.
Pero en secreto el juez de paz mandó chasque al Azul. Llanquetruz sospechó. Dijo que sus
indios desobedientes quemaban casas y mataban gente y que por eso debía ir él
personalmente. Montó a caballo para no volver más. A pocas horas, todos los indios habían
desaparecido".

PASOS HACIA EL NUEVO COMPROMISO

Frente a repetidos fracasos, los jefes militares porteños entendieron que debían
adoptar otra política con el aborigen. El 28 de Febrero de 1856, el coronel Juan Cornell,
antiguo gestor de tratados de paz, se dirigió al cacique Llanquetruz invitándole para que
viniese al Azul a tratar la paz, ya que Catriel también la aceptaría (Arch. Mus. Hist. Nac., doc.
3345 y 3359; 3361). Dos meses más tarde volvió a escribirle que el mayor Calzadilla haría los
arreglos de paz.
Entre tanto, fue designado comandante de Carmen de Patagones el coronel Benito
Villar, con instrucciones para restablecer la paz con los indígenas del sur.
La primera respuesta fue negativa, pues en la mañana nebulosa del 31 de Mayo de
1856, 300 indios chilenos, pampas y tehuelches invadieron Patagones, guiados por el cacique
Llanquetruz, al que acompañaron los caciques Colohuala, Paillacán y Huincabal (AGN., S.X.,
19-4-5: 4.6.56). Llanquetruz vestía un rico uniforme con charreteras, pero que le quedaba
mal. El comandante Villar logró ponerse al habla con el "jefe sublevado", aconsejándole que
no siguiera esas actitudes hostiles hacia el gobienio de esa provincia (Arch. Mitre, XV, p.
344). Llanquetruz dejóse convencer y en señal de nueva amistad le dejó en rehén a su
hermano menor, quien a poco después sería bautizado con el nombre de Benito Chingoleo
Cheuqueta.
Se ha conservado mucha correspondencia de este cacique pues, además de saber
escribir, tenía siempre un escribiente a sueldo-. Uno de ellos se llamaba José María Márquez
Bravo. No he consultado todas sus cartas: la del 5 de Junio de 1856 tiene 23 fojas y otra de
julio tiene 12. (AGN, S.X., 19-4-5).
El comandante Villar creyó maduro el asunto de un tratado de paz, pues el mismo
cacique decía que siempre había tenido interés en vivir en paz para que prosperase su gente.
En Octubre se esperaba también la celebración de un tratado con Calfucurá y Catriel, esto se
esperaba conseguir gracias a cuantiosos regalos.
El 3 de Febrero de 1857, el cacique Llanquetruz, su primo Sayhueque, cuatro
capitanejos y 26 indios se presentaron al comandante, ofreciendo su obediencia. El coronel B.
Villar los felicitaba y les dio regalos por valor de 2.900 pesos, cantidad que habían sobrado
después de haber reparado el fuerte. Les prometió un sueldo de 300 pesos mensuales.
Llanquetruz hasta decía "que esperaba órdenes en la presente guerra".
Le decía también que tenía su gente en Chinchinal, 140 leguas más arriba y que eran
más de 300 indios de pelea (AGN, S.X., 27-7-6). El comandante hacía una larga y
concienzuda preparación para el tratado de paz (ib. legajo de 60 páginas). El gobierno pidió
prudencia y vigilancia; que se hicieran tratados también con otros caciques para no cargar
toda la confianza en Llanquetruz.
El 13 de Abril del mismo año, Llanquetruz volvió con 34 indios y 6 chinas y dos
cautivos. Trajo consigo al cacique Chagallo. Todos se mostraron dispuestos a celebrar la paz
con el gobierno. Se les brindó toda clase de atenciones y se les entregó muchos regalos, cuya
cuenta ascendía a 12.000 pesos. (AGN. S.X., 27-7-6; 7.5.57)
El cacique viajó a Buenos Aires para entrevistarse con el gobernador Pastor Obligado.
Anotició también de su viaje al cacique Catriel diciéndole que esperaba encontrarse con él en
la ciudad (AGN. S.X., 19-7-3). El Juez de Paz de Patagones, Manuel B. Alvarez, le dio una
carta de recomendación para que la entregase al general B. Mitre (Arch. Mitre, XV, p. 173).
Entre otras cosas, decía: "El cacique Llanquetruz ha propuesto espontáneamente hacer un
tratado de paz con el gobierno, arrostrando voluntariamente todos los inconvenientes de un
viaje de mar para hacer conocer la lealtad de sus intenciones y el propósito firme en que está,
de ponerse a disposición del gobierno y concurrir al exterminio, si es preciso, de los indios
chilenos con los auxilios que el gobierno agregue a los recursos con que él mismo cuenta para
el éxito de su empresa... Conviene sepa que este indio es un genio para la guerra...". Mientras
que Calfucurá y Cristo devastaban la zona de 25 de Mayo, el gobernador Pastor Obligado
paseaba con Llanquetruz por las calles de Buenos Aires (Arch. Mus. Hist. Nac., Doc. 10.880).

EL TRATADO DE PAZ CON BUENOS AIRES (24.5.1857)

Aunque fuese halagado, el cacique Llanquetruz, no por ello desconocía que se


comprometía con una potencia en guerra. En el consejo de ministros, el 18 de Junio de 1857,
ya le habían asignado su puesto en la guerra. "Las fuerzas combinadas deben caer sobre
Calfucurá. Yanquetruz marchará con su tribu y 200 hombres de Patagones." (AGN, S.VIII,
14-1-13, Tomo 118, p. 43)
El 24 de Mayo de 1857, en vísperas de la fiesta patria, en solemne ceremonia, se
concluyó la tramitación por el tratado de paz. El documento y sus copias fueron firmados por
el nuevo gobernador, D. Valentín Alsina, y su ministro José Ma. Zapiola, como representantes
del gobierno de la Provincia (Estado) de Buenos Aires y el cacique José María B. Yanquetruz
y su secretario, José del Carmen Márquez Bravo. (AGN. S.X, 27-7-6, p. 91 y S.VII, 14- 1-13,
p. 169-172, Campaña contra los indios):

Transcribo el texto:
"El cacique José María B. Llanquetruz, deseando establecer una paz sólida y duradera
con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y deseando éste prestar a dicho Cacique tode
el apoyo y protección posible, de manera que todo redunde en favor de la seguridad y el bien
del país en general, han convenido ambas partes en:
—Art. 1º: La Tribu de Indios del Cacique José María B. Llanquetruz y los amigos de
él, podrán venir libremente a comerciar en el pueblo de Carmen de Patagones y en cualquier
otro de la Provincia de Buenos Aires y las personas como también los animales y efectos que
conduzcan o que lleguen a adquirir legítimamente. serán completamente respetados. De igual
modo, todo habitante de la Provincia de Buenos Aires que quiera ir a comerciar con dicha
Tribu e indios, podrá hacerlo libremente y su persona, como también los animales y efectos
que conduzcan o lleguen a adquirir legítimamente, serán completamente respetados y
protegidos.
—Art. 2°: El Cacique Llanquetruz reconoce que sus antepasados cedieron por tratado
al antiguo Gobierno del Rey de España las tierras que se conocen por ’de Patagones hasta San
Javier'.
—Art. 3º: Además, el cacique pone ahora a disposición del Gobierno de Buenos Aires
una extensión de 13 leguas, desde San Javier para afuera sobre el margen norte del Río
Negro, para que en el límite de dichas 13 leguas pueda el Gobierno formar una población que
se denominará Guardia de Obligado y que será destinada a procurar la civilización y adelanto
de los Indios.
—Art. 4º: El gobierno de Buenos Aires encarga al Cacique Llanquetruz el formar con
su gente dicho pueblo, en terreno de labranza y de manera que él pueda estar a la vanguardia
de Patagones sobre la Pampa, y para su primer fomento entregará al Cacique Llanquetruz
algunas herramientas, arados, bueyes y granos para siembra: en el concepto de que los
ranchos se construirán con las maderas y pajas que allí se producen; pudiendo el Cacique
Llanquetruz hacer delinear el pueblo y las quintas, de modo que crea mejor; pero deberán
dejarse una gran plaza, donde más adelante el Gobierno construirá una iglesia y Casa de
Escuela para la instrucción de los Indios.
—Art. 5º: Se declara al Cacique D. José María Llanquetruz, Comandante en Jefe de
todo el territorio de la Pampa, que es adyacente a la jurisidicción de Patagones y en cuya
posesión se halla hoy.
—Art. 6°: Si el Gobierno de Buenos Aires determinase poblar o fortificar la isla de
Choele Choel o algún otro punto militar en todo el curso del Río Negro, el Comandante
Llanquetruz le prestará todos los auxilios de brazos y patas (solicitados) por el Gobireno, para
lo cual celebraría con el Comandante Llanquetruz el competente arreglo.
—Art. 7º: El Comandante Llanquetruz vendrá a establecerse y fijar su residencia en el
Paso de Balchetas, como 55 leguas afuera de Patagones y. aunque él declara que puede
disponer de más de mil hombres de armas, como todo, deseando no ser muy costoso al
Gobierno, sólo vendrá con una fuerza de 80 hombres y además ocho caciques.
—Art. 8º: La fuerza de la que habla el artículo anterior, se pone a las órdenes del
Gobierno de Buenos Aires y el Comandante Llanquetruz gozará, como jefe inmediato de ella,
de la clase de Capitán con grado de Teniente Coronel y el sueldo de 100 $ mensuales y cada
uno de los dichos caciques tendrá el sueldo de 100 $ mensules, y cada uno de los 80 hombres,
el de 50 $. Se dará también a cada uno de los 80 hombres, una vez cada año el vestuario de un
gorrete, una camiseta o blusa, un chiripá, dos camisas y dos calzoncillos. Se dará, además, al
Comandante Llanquetruz cada seis meses un tercio de yerba, una barrica de azúcar, seis
arrobas de fariña, un rollo de tabaco y 100 cuadernillos de papel. Todos estos artículos, como
también el dinero para dicho sueldo, se pondrán por el Gobierno en Patagones, donde el
Comandante Llanquetruz mandará a recibirlos; pero no se entregarán los artículos. ni correrán
los sueldos, sino desde que el Comandante Llanquetruz venga realmente a situarse con dicha
fuerza en Balchetas.
—Art. 9º: De igual modo, para la mantención de dichas fuerzas, se entregarán al
Comandante Llanquetruz 50 yeguas todos los meses; y cuando no hubiese yeguas, se le
entregará 50 $ por cada uno de ellas.
—Art. 10°: El Comandante Llanquetruz se obliga a estar siempre pronto con dicha
fuerza para proteger y apoyar la defensa de Patagones, obrando a las órdenes del Comandante
de ese punto y según las instrucciones que de él reciba.
—Art. 11°: Deberá también el Comandante Llanquetruz: 1. Establecer un correo que
cada 15 días vaya desde el punto de su residencia al pueblo de Carmen. 2. Transmitir al
Comandante de Patagones y a cuantas autoridades del Gobierno le sea posible toda noticia
que adquiera acerca de intentos o movimientos de indios enemigos. 3. Vigilar y defender las
costas marítimas del territorio que queda bajo su mando, contra cualquiera que intente
apoderarse o establecerse en ellas sin previo permiso del Gobierno de Buenos Aires.
—Art. 12º: Serán indios enemigos del Cacique Llanquetruz todos los indios que sean
enemigos del Gobierno de Buenos Aires; y si fuese atacado u hostilizado por algunos de ellos,
recibirá de las fuerzas y de las autoridades del Gobierno toda la protección y auxilios que
fuesen posibles, según sean las circunstancias del caso.
—Art. 13º: En caso que el Gobierno resolviese atacar o expedicionar contra indios
enemigos, el Comandante Llanquetruz estará obligado a ponerse en campaña con una
columna que no deberá bajar de 500 hombres, debiendo obrar en todo con sujeción a las
órdenes que le comunique el jefe o autoridad que el Gobierno designe al efecto.
—Art. 14º: Llegado que sea el caso del artículo anterior, el Comandante Llanquetruz
y los caciques, capitanejos y soldados que compongan la columna, recibirán, mientras dure la
campaña, los sueldos que entonces se fijarán y serán además alimentados por cuenta del
Gobierno, para todo lo cual estas fuerzas serán revistados, cuando el Gobierno lo disponga,
por medio del comisionado que al efecto nombrará.
—Art. 15º: Estando hoy el Cacique Llanquetruz en posesión de la parte Sud del Río
Negro, en todo el curso de este río y en posesión, en consecuencia, de todos los pasos de él, se
obliga también a oponerse absolutamente y a impedir por todos los medios, a que pase cosa
alguna a la parte Norte, sean indios o negociantes, armas, efectos o animales.
,
Y en fe de todo lo que queda pactado, se firman dos ejemplares de un tenor, que serán
ambos sellados con el gran sello del Estado de Buenos Aires, a veinticuatro de mayo de mil
ochocientos cincuenta y siete".
Firma: José María B, Llanquetruz: José del Carmen Márquez, secretario.
Valentín Alsina(Gobernador). José María Zapiola (Ministro de Guerra).

Llanquetruz estaba contento. Había recibido el título de teniente coronel y un sueldo


anual de 1.200 pesos; sería fundador de un pueblo, en Balcheta con una población selecta.
Incluso prometió abstenerse de alcohol, que tanto inconveniente le había producido. "Tiene
buenas cualidades, cuando está en uso de la razón —decía el Juez de Paz de Patagones—,
pero cuando está ebrio, es intratable." (Arch. Mitre, XV,p. 175), Pocos meses después pudo
escribir: "El cacique está cambiado, es honrado y leal, es hombre de buen corazón" (AGN,
S.X.27-7-6: 7.8.57). En cuanto al tratado, agregó: "El pone el complemento al que se ha
celebrado con Catriel y Cachul" (oct.de 1856). El comandante de Carmen de Patagones fue
autorizado a celebrar la paz con cuantos caciques se lo soliciten. Efectivamente, se
presentaron varios caciques tehuelches con este deseo. (El 11 de Mayo de 1859 se hizo un
tratado con su hermano B. Chingoleo; el 24,de Agosto de 1860 con Paillacán, Qüincagual,
Chagallo, Sinchel y Colohuala). Pero ninguno se celebró con tanto solemnidad como el de
Llanquetruz. Asistieron al festejo 840 hombres y 8 capitanes. (AGN, S.X, 19-7-3: 3.8.57) El
3 de Febrero de 1858 el Coronel Villar informó al Cnel. Zapiola que Llanquetruz se instaló en
Chinchinales con 300 indios dispuesto a cortar malones.
Llanquetruz incluso se ha hecho propagandista para nuevos tratados con el gobierno
de Buenos Aires en plena guerra con la Confederación. El 3 de Agosto de 1857 escribió al
cacique Calfucurá, desde Balcheta, su nueva ubicación, dándole cuenta de haber celebrado el
tratado, de que el gobernador de Buenos Aires era ahora V. Alsina y prosiguió diciendo: "Y
usted, señor Calfucurá, ¿por qué no hace la paz? No sea cosa que esa soberbia Dios, algún
día, se le castigue y cuando usted se acuerde, ya no haiga lugar al suplicante. Sr. Galfucurá,
ya tengo a los cristianos como propios hermanos; no tengo que pensar en nada y estoy
ganando buenos sueldos y buenas raciones y lo propio toda mi gente..”(AGN, S.X., 27-7-6).
También el coronel Manuel Baigorria recibió copia del contrato de Llanquetruz y una
invitación de entrar en idénticas relaciones con Buenos Aires junto con las tribus ranquelinas
(5.8.57). La primera copia naturalmente recibió el comandante de Carmen de Patagones con
el encargo de vigilar a Llanquetruz. (AGN, S.X, 19-7-3)

LA MUERTE PREMATURA: 24 de octubre de 1858

Las cosas de Llanquetruz "marchaban con viento en popa", mientras que en otros
frentes había tremendas luchas. En Febrero de 1858, por ejemplo, la batalla de Piguüé, con la
derrota de Calfucurá y la efímera ocupación de Salinas Grandes. Calfucurá se había retirado a
tiempo y volvió con malones sobre Bahía Blanca y 25 de Mayo y cumplía las consignas del
general J. J. de Urquiza.
Llanquetruz, en cambio, pudo viajar en paz. El 18 de marzo de 1858 estuvo en Bahía
Blanca, desde donde se carteó con el coronel Machado y el coronel Antonio López Osornio,
al que mandó duraznos de Río Negro (Memorias de l.ópez Osornio, manuscritas, existentes
en el Archivo Municipal de Tandil). En otra carta cumplió con su deber al avisar que había
noticias de que el cacique Reuquecurá preparaba una invasión a Carmen de Patagones (AGN,
S.X, 20-7-1, fha.17.6.58). En aquellos días estaba todo listo para hacerle una casa a expensas
del estado, con un presupuesto de 12.350 pesos (ib. 1.9.58). El plano incluía dos piezas
grandes, una cocina y un zaguán.
En octubre estuvo de nuevo en Bahía Blanca para reunirse con otros caciques y
militares. Según las Memorias del ya citado coronel López Osornio (p. 51), Llanquetruz había
llegado allí con 50 indios de escolta. Pero lamentablemente bebió por demás y, como lo había
dicho ya el Juez de Paz de Patagones, una vez ebrio era insoportable. agresivo e injusto. Y en
una provocación en el "boliche" fue muerto el 24 de Octubre de 1858, cuando no tenía ni
40 años de edad.
Dejo hablar los testimonios que nos narran, con ciertas variantes, las circunstancias.
El coronel López Osornio anota en sus Memorias (p. 51): "El 25 de octubre de 1858
vino un chasque de Bahía Blanca con la noticia de que allí habían muerto al cacique
Yanquetruz a puñaladas. Este cacique se lo llevaba tomando y formando desórdenes, teniendo
todo el pueblito en alarma. Ya había abofeteado a un sargento de la Guardia Nacional y a otro
le disparó un trabucazo. Lo vio el capitán Méndez; éste lo agarró a puñaladas con otros y lo
mataron pegándole 20 y tantas, y a los 20 indios que venían con él, los prendieron también.
Está preso el capitán Rodríguez, porque tiene la culpa de varios desórdenes".
Jorge Claraz, el explorador del norte patagónico, anotó en su Diario de 1865 el
testimonio de dos capitanejos que lo acompañaban en ese viaje al Chubut y que habían sido
testigos oculares de la asonada: "Vera y Huinca han estado en Bahía Blanca, cuando mataron
a Yanquetruz. Todos los indios, 10 soldados que lo acompañaban, quedaron recluidos en el
Fuerte; durante un mes quedaron en prisión. Les quitaron todo, los caballos, los cuchillos,
tiradores, ponchos y recados. Rufino se ha hecho un buen botín." (Manuscrito, págs. 4-5;
ed.Marymar ; Hux, Caciques Huilliches y Salineros,1988 p.39)
Un año más tarde, el coronel F. Iturra escribió al hijo de Llanquetruz: "Recibí un mate
del coronel Conesa que pertenecía a su padre fallecido. ¿Cuánto podrá costar, querido amigo
y chaquín?" (Arch. Salesiano de Bahía Blanca: 24. 12 1859)
Augusto Guinnard, en su libro “Tres años de esclavitud entre los Patagones”, escribe
más o menos lo mismo: "En 1859 (equivoca la fecha), Llanquetrú fue a Bahía Blanca para
entenderse con los soldados argentinos respecto de la organización que debía dirigirse contra
las tribus pampeanas y mamueluches sometidas a Calfucurá. Como suelen hacerlo, los muy
amantes de las bebidas alcohólicas, entró en una pulpería —despacho de licores— para
entregarse al placer de beber; pero se encontró allí cara a cara con un oficial argentino, que al
reconocerlo, le reprochó amargamente la muerte de varios parientes, oficiales como él y
víctimas de su malón. Las respuestas inconvenientes que le hizo Llanquetruz le irritaron de tal
modo que sacó de pronto una pistola y le destrozó la cabeza.

Los indios (de Calfucurá), entre quienes yo viví en aquella época, en calidad de
cautivo, habían jurado muchas veces la muerte de Llanquetruz a quienes exacerbaba
profundamente: pero cosa extraña, al conocer el fin trágico de este jefe, olvidaron todos sus
adversidades y no pensaron más que en vengar por él la muerte de uno de los suyos."
El anuncio de la muerte de Llanquetruz corrió por todas las tribus. El cacique
Calfucurá, por ejemplo; escribió al general Urquiza, el 4 de noviembre de ese año:
"Ahora ya no tengo tanto miedo a la gente, porque ahora los tehuelches (huilliches) no
se han de venir". (AGN, Arch. Urquiza, T. 155, fol. 81)

LA SUCESION DE LLANQUETRUZ

La tribu de Llanquetruz no quedó huérfana, ni abandonó las relaciones de paz con el


gobierno de la provincia de Buenos Aires. De inmediato asumió el cacicazgo su hermano, el
cacique Benito Chingoleo Cheuqueta (ver su biografía). Después de los primeros días de luto,
éste viajó con su primo, el cacique Sayhueque, a Buenos Aires para protestar por lo ocurrido
y a demostrar su lealtad. El gobierno le ofreció un nuevo tratado de paz. Para tal evento hubo
otro viaje a Buenos Aires en el que lo acompañaron su hermano Manquilao y su primo
Sayhueque. El 10 de Mayo de 1859 firmaron junto con el general B. Mitre el nuevo
documento (El doc. original se halla en el archivo particular de Juan Raone, carpeta 74)
B. Chingoleo tampoco estuvo durante mucho tiempo al frente del gobierno de su
tribu, porque falleció el 1º de Marzo de 1867. Sayhueque continuó la historia de esta
agrupación. El 20 de Mayo de 1863 firmó su primer contrato independiente, que reconoce a
B. Chingoleo como jefe de los campos. (doc. 500)

LA FAMILIA DE LLANQUETRUZ

No resulta fácil señalar los integrantes de la familia del cacique José María B.
Llanquetruz Cheuqueta, aunque varios autores, entre ellos M. A. Vignati (Iconografía
Aborigen I, "Los caciques Sayhueque y sus allegados", en Revista Museo de La Plata II, N°
10,1942. p. 13-48), lo han intentado.
Pocos meses antes de morir, como dijimos al inicio de esta reseña, Llanquetruz
presentó en la parroquia de Carmen de Patagones a dos hijas de distinta madre para
bautizarlas: María Dolores Delfina, de José Ma. Yanquetruz y de Mashal Chiuhaete, anotó el
cura párroco en el libro de bautismos N° 4. Mashal era la hija de la cacica Millaray, muerta en
1915. Según Vignati, Dolores Llanquetruz se conoció también con el nombre de
Guwishchüm.
La otra era Aniceta, hija de J. M. Llanquetruz y Calfutrai de la pampa. (El cura anota
Pichiché Calfutrai. Pichi ché significa: niña). En 1859 bautizó a una niña de 5 años con el
nombre de Francisca, pues su padrino era el Cnel. Francisco Formantín; ella era hija de J. M.
Yanquetruz y Machai (Lib. Baut. Nº 5).
El hijo mayor Yemul Antü o Imüll, se llamaba también José María Llanquetruz y era
ya capitanejo de la tribu, al fallecer su padre. Su madre habría sido Trentril, según R.
Casamiquela en Rectificaciones etnológicas, 1965, p. 111)
En “La Nación” del 27 de Marzo de 1918 se lee la noticia de que el gobierno había
ofrecido una protección al cacique José María Llanquetruz, donándole a él y a sus 35 familias
en abril de 1916, 10.000 hectáreas (en la zona de Presidente Roque S. Peña, en Colelache,
provincia del Chubut, tierra improductiva).
La vida de este cacique nos ha demostrado un Llanquetruz valioso e inteligente, indio
dispuesto a la paz y la convivencia con el cristiano. Con todo, cayó entre los lazos de la
apasionada política argentina y del alcoholismo importado por el comerciante blanco quizá
con pingües ganancias.
Bibliografía
R. Casamiquela, El linaje de Yanquetruz, Santa Rosa, La Pampa 1973, 22 pp. "El alma
de Yanquitur" (poesía), en periódico Neuquenia, IV, 1954 Nº 20. L. Franco, "Yanquetruz", en
La Prensa del 9.10.1966. E. Sánchez Ceschi, Crónica de Carmen de Patagones, Bs. As. 1938.
M. A. Vignati, "Un capítulo de etnohistoria norpatagónica: José María Bulnes Llanquetruz",
en Investigaciones y Ensayos, Acad. Hist. Nac. Nº 13,1972.

LLANQUETRUZ (IVº),
Guzmán (Yanque y Yanqui): 1838, cacique ranquel.
Guzmán Llanquetruz de Poitahué (La Pampa) era un cacique ranquel de pura cepa,
pues era descendiente de los caciques gobernadores Llanquetruz I, Rayguán, Carripilún y
Llanquetruz IIº, el que fuera perseguido tan intensamente por Rosas. Llanquetruz Iº había
sido su abuelo, muerto en 1788 en el Paso de Villarrica Algunos creyeron que Guzmán
Llanquetruz era hijo del cacique Pichún Guala; pero hay dos documentos que lo señalan
como sobrino de él, aunque sí, lo amaba como a un hijo y lo iba criando, después que
falleciera su padre. Sería éste uno de los hijos de Pichún caídos en la batalla de Las
Acollaradas, el 16 de marzo de 1833: Paila o Rulcó? En la vida del cacique Pichún Guala
diremos que, cuando su padre murió, él cedió el mando general de los ranqueles al cacique
Painé y así se originó otra rama de caciques generales, los de Leubucó: Painé (+1844).
Calvaín (+1858), Mariano Rosas (+ 1877), Epugnerr y la otra rama de Poitahué: Llanquetruz
(+1855), y Baigorrita(+l879). El nombre (o apellido) Llanquetruz lo había heredado, pues, de
su abuelo y el nombre Guzmán lo llevaba en honor del gobernador de Córdoba, Dn. Alejo
Guzmán.
En 1852, Guzmán Llanquetruz entró en la documentación histórica, cuando acompañó
al coronel Manuel Baigorria con más de cien ranqueles a Buenos Aires, porque el general J. J.
de Urquiza los había citado. Llanquetruz encabezó la comisión como capitanejo junto con
Coche (primo hermano de Calvaín). Cumiao (hijo de Nahuel-cheo). Epusdeo (hermano de
Canué) y Nahuel Quintrú (según las Memorias de Baigorria). Desde entonces sería fiel
seguidor de la política de Urquiza, también en la lucha contra los separatistas de Buenos
Aires.
En 1854 ya era cacique y como tal hizo un tratado de paz con el gobernador Alejo C.
Guzmán en nombre del cacique general Pichún. Intervino en la gestión el capitán José
Baigorria y el lenguaraz Luis Castro, maestro de castellano de Llanquetruz. En la lista de los
capitanejos que aspiraban a obtener sueldos como oficiales del ejército, figuran "Capitanejos
de la familia: Carripilún,. Alejo Carmen Guala Yanquitrú,. Loncolí, Panguitruz (Mariano
Rosas), Alcanñanque. Coliqueo y Painemán. Otros capitanejos: Renque, Aillal, Manquetrú,
Millamán, Llanquenau, Nagüel Payún, Guaní. Reumaillao, Romero, Huerpunir y Cayul."
(Arch. Córd. Secc. Gob., T. 239. p. 92)
El proyecto de paz propuesto por el teniente Luis Benítez. contenía los siguientes
puntos (ib. p. 88: el 18 de julio de 1854): 1°) Deben ser respetados sus indios en todas las
provincias de la Confederación. 2°) Pueden comerciar y trabajar libremente. 3°) La misma
libertad deben tener los cristianos argentinos que fuesen de estos pueblos. 4°) No pueden
invadir ni pueden reunirse con ningún enemigo de la Confederación o del Sr. Presidente
Urquiza, ni con algún enemigo de los Generales Pichún. Calbán. y Calvucurá. que declare a
cualquiera de estos la guerra. La paz que se ha celebrado hoy sea duradera".
En el mismo legajo del Archivo de Córdoba (p. 116) hay unas cartas de él, enviadas el
25 de julio de 1854 desde Ranquel Mapú y firmadas con su nombre corriente: Yanque, en las
que llama al gobernador "cuñado y amigo", como lo sabían hacer los indios.
De la correspondencia de Manuel Baigorria entresaco unos pasajes ilustrativos. El 22
de enero de 1854 le escribió el cacique Pichún: "Yanquei es mi sobrino y un segundo mío,
nombrado cacique ya para reemplazarme. Es como un hijo de mi corazón..." (ib. p. 148)
Parecía que el cacique Pichún sentía que su estrella estaba declinando, cuando escribía
esta carta. Efectivamente, el 25 de mayo de 1855 murió en su toldo de Poitahué. (Arch. Córd.
Secc. Gob. T. 240, p. 46)
Nadie contó las circunstancias de su entierro, pero todos conocían su testamento o su
última decisión: que Llanquetruz (IVº) gobernara a su tribu hasta que su hijo Baigorrita
tuviese edad y experiencia suficiente para asumir esa responsabilidad.
Al cacique Guzmán Llanquetruz le tocó participar en la guerra de la Confederación
Argentina contra el Estado de Buenos Aires. Con el coronel Manuel Baigorria se adhirió a la
política del general Urquiza, quien veía bien que los indios incursionaran las fronteras
bonaerenses. El intervino también en la devolución (comercialización) de los cautivos. De eso
también hay constancias en el Archivo de Córdoba y en el Archivo del general Urquiza (por
ej. T. 128, p. 103). También los jefes de Buenos Aires enviaban emisarios y dineros a todas las
tolderías para "comprar" su ayuda o neutralidad. Cuando el cacique José María Llanquetruz
de Carmen de Patagones hizo un tratado de paz con el gobierno de Buenos Aires, en mayo de
1857. envió una copia del documento al coronel Manuel Baigorria para que lo hiciese conocer
a los ranqueles (AGN, S.VII, 14-2-2. p. 11). Y aparentemente impactó mucho, de manera que
Baigorria se quejó a Calfucurá de su amigo Llanquetruz, escribiéndole el 5 de junio de 1857,
que Juan Manuel, Levipí y Yanquetruz estaban haciéndose amigos de Buenos Aires y que le
había mandado a Baigorrita para que los aconsejase (Arch. Urquiza. T. 119). Tres meses más
tarde se había acabado ya esa veleidad, pues el mismo coronel M. Baigorria escribió luego al
Sr. Presidente Urquiza en agosto: "En el caso de invasión a Buenos Aires, Llanquetruz, Levipí
y Juan Manuel concurrirán a sostener a los pueblos confederados". Y en septiembre decía que
el cacique Yanqui pedía protección en caso que los de Buenos Aires invadiesen. (Carta
publicada en Loncagüé. por J. Maguire, p. 143)
Efectivamente, el general Emilio Mitre organizó entonces una expedición contra los
ranqueles; pero lo vencieron la sequía de la pampa y la inexperiencia de los baqueanos y sin
que hubiera encontrado a sus enemigos, quienes, sin embargo, lo seguían obsrvando desde los
montes, E. Mitre emprendió una penosa retirada, perdiendo hombres, animales, y debió
abandonar aun las piezas de artillería y munición. Es sabido que el cacique Calvain,
inspeccionando ese pertrecho bélico, provocó con un tiro de revólver una explosión de
pólvora: hallaron él y unos cuantos indios de escolta la muerte en el accidente. Esto consternó
a los ranqueles quienes fueron a hostigar a los huincas brujos. El 31 de enero. Emilio Mitre se
hallaba rodeado por indios de Coliqueo y Yanquetruz (IVº)y en mucho aprieto, cerca de Río
Cuarto. (Arch. Mitre, XVIII, p. 44 y Arch. Mus. Hist. Nac., doc. 19759)
Aún se estaban estudiando planes para someter la provincia de Buenos Aires que en
dos frentes había castigado a las indiadas adictas al general Urquiza (por esta expedición y la
batalla de Pigüé y expedición a Salinas Grandes). Los ranqueles se impacientaban. En julio de
1858 (Arch. Urquiza, T. 145, p. 225), Apolinario Baigorria había escrito al Presidente Urquiza
que el coronel Baigorria se hallaba en las tolderías de Yanque y que Coliqueo esperaba su
regreso para invadir a Buenos Aires. Por entonces se avecinaba la batalla de Cepeda.
Manuel Baigorria informó, en enero de 1859, al Presidente Urquiza que, según orden
verbal, había entregado cien yeguas a Calfucurá. cien a Yanquetruz y cien a Canué.
"Aseguróle que Canué, Yanquetruz y Coliqueo seguro le responderán" y que por la invasión a
Santa Fe había escrito al cacique Mariano Rosas (sucesor de Calvaíñ) y a Yanquetruz. (AGN,
S.VII, 14-4-2, T. 158).
El 23 de Octubre de 1859 se produjo el choque en el Arroyo del Medio, la batalla de
Cepeda, donde Manuel Baigorria colaboró con el ejército de Urquiza aportando un
contingente de 300 guerreros, entre los cuales ya no luchó el cacique Yanque. (M. Hux:
Coliqueo. ed. 1980, p. 37)
Después de la separación de Manuel Baigorria y la tribu de Coliqueo de las tierras
ranquelinas, declinó la estralla de Llanquetruz para dar lugar al cacique M. Baigorrita la
jefatura de los indios de Poitahué, tal como su padre lo había previsto.
Llanquetruz IVº seguía siendo cacique segundo de las tribus de Poitahué, aunque con
menos predomonio que su antecesor. Siempre estaba en el consejo de los jefes ranqueles y
participaba en las decisiones de los parlamentos, cuya historia evocamos en las biografías de
Baigorrita y Mariano Rosas. Llanquetruz es considerado en los tratados de paz de 1870 que
promoviera el coronel Lucio V. Mansilla y en el de 1872 celebrado en Poitahué y Leubucó
por los padres franciscanos de Río IVº. y nuevamente en 1878. Algunas veces se carteaba con
los misioneros, porque se preocupaban verdaderamente por los ranqueles. (En Arch.
Convento Franciscano. Río IV. Doc. 232)
Una lista de indios de guerra que se confeccionara en 1877. después de la muerte del
cacique general Mariano Rosas, asignaba a Epugner 600 indios, a Baigorrita 600 y a
Yanquetruz 300. (Mus. Hist. Nac., Doc. 10604)
A pesar del solemne tratado de paz, sellado y firmado por el Congreso y el Poder
Ejecutivo el 24 de Junio de 1878, los ranqueles cayeron luego bajo la ley de la Conquista del
Desierto. Poco después de la promesa de paz, el coronel Rudecindo Roca se lanzó sobre sus
tolderías. Entre sus prisioneros estaba el cacique Yanquetruz y allí perdemos su rastro.
LLANQUETRUZ, Juan, cac, contemporáneo situado al norte del Chubut. Nació en
1890 como hijo de Yemul, alias José María Llanquetruz (1830-1915). Fue entonces nieto del
crac. Llanquetruz IIIº de Carmen de Patagones. Rodolfo Casamiquela lo llama “el último
cacique de los tehuelches”, al que vio en 1950 en Pirren Mahuída. (El Linaje de Yanquetruz,
Sta. Rosa 1973 p. 12) Agrego que era cacique de tehuelches, como ya su abuelo había
ejercido cierta autoridad sobre los tehuelches, sin haber sido tehuelche.
LLANQUI FI o Yanqufí, María, 1787, cacica pehuenche, contrajo en Mendoza un
tratado de paz . (ver: Roco)
LLANQUI GÜEN ( Yanqui hueñ) 1825, cac. pampa ranquel, uno de los 40 asistentes
al parlamento de paz, conocado por los hermanos Oyuelas (es el Nº 14). Quizás se pueda
identificar Llanquihuen con el cac. Güenín que 1820 vivía en Marifil . El 30 de Mayo de
1834 se acercó a Carhué a lo del cac. Rondeao (AGN X. 24-8-6). Después del Asalto de
Masallé (8.9.34), se vio traicionado por las tropas de Bahía Blanca y el Gobernador de
Buenos Aires (ib. 3.10.34)
LLANQUI LEF, 1820, cac. chileno, hijo del cacique patriota J. Colipí, que actuó en
la Guerra a Muerte (T. Guevara, 1910 p.90). Su descendencia, los Ancatruz, vivían en la
Provincia de Neuquén por Rucachoroy. Su hija María Llanquilef se había casado con el
cacique Diego Ancatruz (C. Rusconi 1962 p. 41) ETIMOL: según Meyer Rusca: llancün:
perderse; lef (leufú) río
LLANQUI LEO, 1870, cac. pehuenche que vivía en Quineniyén. Su hijo, el cac.
Huincaleo se presentó en 1880 a las autoridades militares para ofrecer su sometimiento, Otro
hijo de Llanquileo fue el capitanejo Curaché (Rusconi IV p. 210)
LLANQUI MÁN o Yanquimán, 1833, cac. pampa ranquel. Fue perseguido y vencido
por los expedicionaros de la Campaña al Desierto, en ese año. Sus indios y los del cac.
Chocorí habían invadido la zona de Bahía Blanca y robaron así a retaguardia a las tropas de la
División de Rosas 400 caballos. Rosas, no bien tuvo noticia de ello, mandó dos piquetes en su
persecución; uno al mando del Capitán F. Rodríguez, al que destruyeron en Posta Lafquén
Monocó. El Tnte. Miranda dio una gran vuelta al Sur hacia las Salinas y el 9 de septiembr
logró capturar a Yanquimán. Lo llevó a presencia de Rosas al Cuartel General sobr el Río
Colorado. Allí le tomó declaraciones y… creo que lo hizo fusilar. (Carretón: Escritos,
discursos y diario I. p. 198 y AGN X 40-7-10) Rosas gratificó a cada uno de los indios que
ayudaron a apresar a Yanquimán con 25 $.
LLANQUEIÑ o Yanquin, cac. ranquel e hijo o sobrino del cac. Pichún. Este lo
mandó en 1843 con una embajada al Gobernador López de Córdoba (Memorias de
Avendaño)
LLANQUÍN, 1790, cac. pehuenche del grupode Malalhué que actuó en la Guerra
Pehuenche. Eswe año se anotaron varias noticias de él. El 9 de Julio de ese año había muerto
a un sobrino suyo n la jurisdicción del cac Canignán. Por eso hubo un amago de maloca
contra la toldería de Canignán; pero el Comandante Francisco Barros, acudiendo con su tropa,
pudo evitar el desenlace. Durante tres años, Barros realizó un censo entre los indios de
muchachos que podían engancharse para la guerra contra los huilliches. El cac. Llanquir (sic)
tenía dos capitanejos, 28 lanceros y 8 con hondas disponibles. Yanquin, efectivamente asistió
a esa expedición (Diario de F. Barros en Arch. Mend. Carp. 30 doc. 2) Después de una nueva
expedición al Sur, en 1792 al mando del Comandante F. Esquivel Aldao, Llanquín y Roco
recibieron la orden de situarse más cerca de San Carlos. Fue así un aliado de Menmdoza y
guerrero activo en la Guerra Pehuenche.
ETIMOL: Llanca: perla y “n” verbalizante: ser
LLANQUÍN, Ignacio, cac. contemporáneo en la costa oriental del Río Limay. Su
foto se muestra en el Museo de Bariloche. Estaba casado con María Curruhuinca de San
Martín de los Andes (C. Rusconi. IV. p. 210)
LLANQUÍN, 1858, capitanejo ranquel, hijo del cac. Pichún Gualá. Creo que es el
mismo como el “cac.” Llanqueiñ arriba.
LLANQUI NAO, José Antonio, 1860, era cac. pehuenche, nacido en Chosmalal y
murió en 1865.
LLANQUI NAO, José Domingo, 1865, cac. pehuenche, hijo y sucesor de José
Antonio. Vivía sobre el Río Barrancas, al sur de Malalhué (Mendoza). Su esposa se llamaba
Rosario Viló. Son datos que tenemos de Luisa Yanquinao, nieta de José Domingo y Juliana
Correa. Decía que Yanquinao estaba enterrado en Curileo y Viló en Río Barrancas. (El
testimonio y la foto fueron publicados en el periódico “Los Andes” de San Rafael, el 18 de
Julio de 1960).
LLAYLLOLÚ, 1787 cac huilliche a quien cita el Gral de Amigorena en su diario el
7.6. 1787)
LLAU PÍ, o Llaupé, Llauilau, 1833, cac. pehuenche del Sur de Mendoza. Durante la
Expedición al Desierto, el Comandante Rodríguez perseguía a la tribu de Yaupilau. El 17 de
marzo de 1833 casi los había alcanzado; pero por la indiscreción de un baqueano, pudieron
huir a tiempo. Los expedicionarios les quitaron 100 ovejas, 16 caballos y una vaca de cría y
39 individuos de la chusma, -dice el parte.
1845 el cac. Llaupi, acompañado del cacique Aillal, llegó al Azul y Rosas y Belgrano
les dio raciones y regalos en señal de paz. En junio de 1846 fue asesinado el cac. general del
Sur de Mendoza, Cac. Guzmané. Como era pariente de Llaupi, éste quería vengarlo y pidió
ayuda al Comandante de San Rafael. Pero allí tardaron en atenderlo, diciendo que debía
dirigirse al Gobernador de Buenos Aires. Pensó entonces unirse a los caciques Coliné y
demás parientes (Arch San Luis 6.6.46). Con engaños invitó el cacique chileno Zúñiga a los
caciques del Sur de Mendoza que fueran a Chile, porque dependían de ese país.: a Ayllal,
Yaupí, Forí y Coliné. Forí le mando uno de sus hijos. Yaupí y Frepallán volvieron con la
excusa de que tenían miedo morir en el camino. (Arch Mend. Doc 12: 24.1.47).
Al mismo tiempo salió el Gobernador de Mendoza a campaña hacia el sur para
averiguar la verdad de lo ocurrido entyre los indios, El 11 de octubre de 1846 convocó a San
Carlos a un palamento general. Aparecieron el cac Tripaiñán y comisionados de los caciques
Ayllal, Caepí, Llaupí, Yancanir y Nefñir. El gobernador retuvo rehenes y convocó a los
caciques. Impresionados por la presencia de su tropa se le presentaron recién en Mendoza con
promesas de paz y acatamiento: Yaupi, Pichiñán y Neculán…(N.Sosa Morales: El
Comandante Rodríguez, 1968 p.22 y 52) En enero figura Llaupí en la lista de caciques
obsequiados por Rosas en vísperas de la batalla de Caseros.
LLEBUL, Juan, o Cebul, Zebul, y más correcto Leubu licán. 1834, cac. boroga;
figura en la lista del cacique del cac. Martín Collinao, hermano de Melián (AGN. S, X. 24-9-
1). Se habían venido a la Pampa con Vernancio Coñuepán de Chile, durante la Guerra a
Muerte en ese país y se afincaron sometidos al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en
Bahía Blanca. Después de un gran malón que diezmó a esas tribus, Collinao y su segundo
cac. Leubulicán con su gnte fueron trasladado a Azul. En 1841 pertenecían aun al grupo de
los amigos de Azul. Más tarde fueron enviados para la fundación de Bragado (1846) (AGN X.
20.10.2). Ver Collinao. Juan Lleubul estaba casado con Juana Rosa y su hijo se llamaba
Fermín Confío
Etimología: Licán: piedra; del Leufú: del río
LLELFI ÑIR o Lelfinir, 1846, cac. pehuenche que conocemos a través de los
documentos del proceso, sucitado en Mendoza a raíz del asesinato del cac. general Guzmané.
Lelfú y Curigüinca eran principales caciques que habían respondido al llamado del cac.
Zúñiga para el parlamento en Angol. Iban a invadir las Provincias de Mendoza y de Buenos
Aires (Arch. Mend. Doc. 12; 24.1.47) Morrison lista de caciques p. 62.
ETIMOL: Lelfú: llanura Ñir (gnerr): zorro del
LLEMBU LICAN, Juan: 1772, cac. araucano de Repocura Chile. Tenía una capilla
en su campo y decía que quería ser enterrado en ella. Murió a fines de 1822 (Gay: Historia
III. P. 429)
LLEREQUÉN, 1825, cac. tehuelche o pampa que estaba a las órdenes del cacique
mayor Pety (AGN Biedma, S.VII. 10-4-14)
LLILBIL.1830, cac. ranquel. Manuel Baigorria lo nombra en sus Memorias. El lo ha
encontrado en el camino de los toldos de Raymán al toldo de Llanquetruz en su primerta
época entre los indios.
ETIM: LLi: embrión y Filú: de víbora
LLI GÜEQUEN o Llingüequen, Llengguenquen, 1780, cac. pehuenche que fue
víctima de la Guerra Pehuenhe. Murió el 14 de marzo de 1780 junto con los caciques
Güentenao y Longopay, en la batalla del Campanario, al sudeste de Malalhué. Murió a manos
de los expedicionarios del Comandante J. de Amigorena en su segunda expedición de
sometimiento de los indios. (Diario en De Angelis IV p. 590). El gran cacique Ancanamún
era su hermano ETIMOL: Lli: pichón de , hueque: llama
LLOCO PAN, 1780, cac. pehuenche. Ese año se presentó al Gobernador de Mendoza
el Gral José de Amigorena, para concertar la paz. Otra vez estuvo en la Sala capitular de
Mendoza (20.4.81. ver Roco)
LLOFQUEIÑ, cac. boroga que en 1834, después del Asalto de Masallé se sometió al
cac. Calfucurá (Avendaño) En otra página lo llama Yofquein o Llofquén. En 1837 éste
cacique recibió de Calfucurá 500 yeguas; sus caciquillas 250 y sus capitanejos 125.
(Avendaño ) Esto nos dice que era un cacique importante.
LLOFQUEN, 1875, capitanejo manzanero del cac. Huilliqueo (Neuquén) según
Eduardo Moreno: Reminiscencias de Francisco P. Moreno Bs. As. 1942 p.44)
LLOGÑIG, 1787, cac. puelche que vivía entre los pehuenches a orillas del Río
Diamante (Arch. Mend. doc. 37; carp. 2: 1787)
LLONCAPAY VER LONCO PAY
LLONCÓN, 1890, cac. araucano chileno. Su fotografía y la de su mujer fue
publicado por Carlos Aldunate del Solar: Cultura Mapuhe; album muy ilustrado. Santiago
1978 y 1983.
ETIMOL: Loncó:+ n : ser cabeza, ser cacique
LLONQUE NAO, 1854, capitnejo ranquel. Figura en la lista del cacique Guzmán
Llanquetruz, en el documento preparatorio del tratado (Arch. Córd. T. 239 p. 92)
LLUMUL ANTE o Yugulan, 1838,cac ranquel. Era cacique por ser de noble estirpe,
por ser hijo del cac Melián. 1838 participó en el malón contra la tribu de Llanquelén (en
Junín). El joven Avendaño, el cautivo, era amigo de Yumulán (Memorias del Excautivo
Santiago Avendaño. Ed. Eudeba 1999)
LLURCULÚN, 1787, cac. phuenche del grupo de Malalhué, activo en la Guerra
Pehuenche.

LLUS QUÉN, alias Pacheco, n.1836. 1870, capitanejo. Había pertenecido a la tribu
de Coliqueo. En el año 1869 al separarse el cac. Andrés Raninqueo de la tribu de Ignacio
Coliqueo en Los Toldos, se radicaron en La Verde (Part. 25 de Mayo) Por el gran malón de
1872 los indios del cacique J.Calfucurá los apresaron y los llevaron a Salinas Grandes.
Pacheco Lausquen volvió más tarde a Los Toldos de Coliqueo y allí crió su familia: a María,
Pepa, Pedro, Sabina, Angela etc. Luisa se había casado con Silvano Guayquil y murió en
LosToldos en 1881, a los 83 años. ETIMOL: Laufquen : la laguna Ver
Pacheco

LLUSQUÉN o Yusquén, 1845, caciquillo ranquel. Según Miguel H. González (en su


libro Catrimapú p. 48), Llusquén era hijo del cac. Painé Ñandú Güete. En Abril de 1846
acompañó hasta Azul una comisión numerosa de los caciques ranqueles, le acompañaron los
capitanejos Colipí, Pegüipil, Cayucal , Pillán y 35 indios. Hacía 8 meses que habían salido
con 150 indios. Dejaron pues una parte en Salinas Grandes. Pedro Rosas y Belgrano, el
Comandante de Azul, encargado de las relaciones con los indios, les prometió 150 yeguas
mensuales si aceptaban el tratado de paz. Desde entnces encontramos frecuentes testimonios
de su racionamiento en cuentas de proveedores de Azul, quienes les habían entregado yeguas
o vacas y en 1852 hasta 400 lanzas. En un documento del 20 de diciembre de 1851 figuran
como capitanejos suyos Choroín, Ruyhil, y Ñandú (Arch Azul; Rev. Azul p. 111, 159 y 144)

MABUILEFEQUE (Mabugüeque), 1794, cac. araucano chileno de Valdivia, que fue


involucrado en la Guerra Pehuenche. El 29 de abril de ese año avisaron los huilliches de
Barbarco a los pehunbches de Malalhué que el cacique general les había mandado avisos
que, poco antes de cerrarse la Cordillera, habían transmigrado 600 indios de los Llanos de
Valdivia a las órdenes del cacique Mabuilefeque en jefe. Han avanzado a las tolderías de los
caciques huilliches de Manquepán y Coliné y mataron a ambos y alguna mocetonada. Llugo
se llevaron la chusma y haciendas. Los difuntos y Naupayán habían tratado la paz con los
pehuenches de Barbarco y de Malalhué. Se habían acampado en sus campos en el paraje Allín
que está a la vuelta de una punta de la Cordillera, como en medio de la Cordillera, no muy
distante de Rucapoly. Decían los pehuenches de Barbarco que querían expedicionar, cuando
sea verano contra Mabuileefequé. Los indios de Malalhué no querían participar en la
expedición para no exponerse a una invasión de ranqueles, mamueliches y lelbulinches
situados en los montes y pampas a la parte del Nacimiento. (Arch. Mend. doc. 12)
Otro documento del Archivo de Mendoza (doc. 37) del 8 de diciembre de 1797 habla
de destrozos que han hecho los indios de Cura (Chile), aliados con los llanistas y huilliches de
Mabugüeque y Buchaypang (Vuta Pangi) por sus enojos antiguos. Aprovechando que los
pehuenches se hallaban en parlamento de paz en los Angles, atacaron y arruinaron a sus
familias y haciendas. Atacaron también a los indios del cac. Acullán
ETIMOL: Mapú y Hueque : carnero del país
MACA ACAM, 1586, cac. comechingón de Tama Sud, Este de Soto, Córdoba;
encomendado de Bustamante. (Montes 1954 p. 60)
MACA SAONA o Mac Caona, 1573, cac. cuyano de Anochagua; encomendado de
Juan Coria Bohórquez.(Cabrera P.: Indios del país del Cuyo p. 286)
MACASI o Macassi, Don Francisco: 1632, cac. cuyano. Residía sobre el río Bermejo
(S. Juan) Era probablemente huarpe de apellido Aguayuncaso (P. Cabrra: País el Cuyo. P.
2869 Fue condenado a muerte, pero antes que lo mataran, murió de muerte natural (-dicen).
Su sucesor se llamaba cacique Don Pascual Caña.
MACAT CON, 1595, cac. comechingón de Macatino, hoy Mocatine, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 70)
MACA TOYA TOPAN, 1579, cac. comechingón de Pinogasta, hoy Pinas,Córdoba;
encomendado de Jaymes ( Montes p. 70)
MACA NABA, 1598, cac. comechingón de Cabiche, en Tulian Cabiche, Córdoba;
encomendado de Suárez (ib. p.55)
MACEDO, Nicasio ( o Nicasio Rosas) 1833, cac. pampa del grupo de los Catrieles.
La publicación de la Policía Federal Argentina en su libro Cuestión de los Inios 1979 publicó
la siguiente anotación que yo no pude documentar: “El capitanejo Nicasio Maciel nació en
San Borombón. Fue cautivado por los indios muy pequeño y entre ellos se crió, tomando
ascendiente hasta que alcanzó la categoría de capitanejo en la tribu de Catriel. Maciel murió
después de la batalla de Casero sin desmentir su valor.” Era adicto a la política de Juan M. De
Rosas, de quien recibió el apodo de “guapo”. Cobró celebridad en el Combate de las
Vizcacheras (entre Lobos y Chascomús), donde el jefe de la Revolución unitaria perdió sus
mejores regimientos de caballería. Nicasio y Mariano Maciel 1828 actuaron con 200 indios
de Azul a las órdenes del Cnel Juan Aguilera. El hecho sobresaliente ocurrió el 28 de marzo
de 1829. Después de un reñido combate entre los montoneros, indios y los soldados del
Coronel F. Rauch, éstos quedaron derrotados. Rauch emprendió la fuga, dejando el campo
sembrado de cadáveres. Fue reconocido por un pelotón de indios, lo bolearon y lo acribillaron
a Federico Rauch a lanzasos y el cac. Nicasio lo degolló. Si Rosas dice que Nicasio fue
célebre por los estragos que los botes de su lanza hicieron en el combate de las Vizcacheras,
podemos suponer que siempre había sido un bravo guerrero. En 1831 vivía en la zona de
Tapalquén y recibía raciones. 1832 figura en el censo que allí se hizo, publicado por C. Grau
en El Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata p. 110)
Durante la campaña de Rosas en 1833, Nicasio acompañó con sus indios la columna
de Rosas. El 12 de abril de ese año rompieron la marcha en la división a cago del Mayor
Eugenio del Busto. El 25 de Mayo del mismo año, Rosas ascendió a Nicasio a Mayor. El 16
de junio recibió el sueldo de 400 $ (AGN X. 40-7-10) En diciembre acompañó al Coronel
Ramos en su expedición a la Cordillera (hasta San Rafael). Otra expedición, a las órdenes del
Coronel Ibáñez. Nicasio Maceda volvió finalmente a sus toldos sano y salvo.
En 1835 los indios de Tapalquén hicieron una fiesta en honor de J.M. de Rosas, en
oportunidad de la reasunción del gobierno de la Provincia. El 27 de junio, pues, hubo asados
y brindis allí. El cac. Nicasio en su discurso dijo: “Que él había acompañado a Juan Manuel
en cinco campañas y siempre había de morír por él”. (A.Garretón: Escritos, comunicaciones y
discursos vol. I. p. 49).
Nicasio se destacó también en el rechazo del malón que los indios borogas y chilenos
trajeron sorpresivamente sobre el Cantón de Tapalquén, el 1º de octubre de 1836. El parte,
publicado en la Gaceta del 5 de Octubre del mismo año (Nº 3996), lo menciona como el más
corrajudo, pues él solo persiguió a los indios algunas leguas más. Recuperaron el botín
arreado y mataron a 200 indios chilenos.
En julio de 1837 acomnpañó la expedición del Cnel. Del Valle al Río Colorado con
3070 hombres, incluídos los indios auxiiares del cac. Nicasio. No hubo batallas formales y en
octubre regresaron. En 1838 acompañó al Cnel. Nic. Granada a la expedición a Salinas
Grandes. El Regiomiento 3º y Nicasio proporcionaron a los indios un recio combate.
(J.Baldrich: Vida militar del Tnte. Gral. Donato Álvarez, 1910 p. 28) El 20 de agosto de 1839
se produjo en Tapalquén otro importante malón que el Gral Granada con la ayuda de los
indios amigos logró rechazar. Se peleó desde las 8 horas hasta las tres de la tarde. En la
batalla murieron 700. Fue un último coletazo de la Guerra a Muerte, trasladada de Chile a la
Argentina. En Octubre del mismo año, marchó Nicasio Maceda de nuevo con el Gral.
Granada contra los revolucionarios de Dolores. 1840 siguió aún sirviendo en la División Sud
del Gral Nicolás Granada (AGN Biedma S.VII. 10-4-14)
1846 figura un cacique Nicasio Maceda en la lista del cacique Quentriel junto con los
capitanejos Peinequeo, Lemuncó y Manuel. (AGN X 42-5-7). Un Jacinto Macedo era capataz
mayor del cac. Cipriano Catriel; su hijo estuvo en 1845 en la escuela de Carmen de Patagones
(Vignati: Ensayos e Investigaciones Nº1, 1966 p. 92)
El 31 de Mayo de 1847, Nicasio Macedo revistió en la lista de Prest en Santos Lugares
(AGN X. 43-7-3) Diez años más tarde, el 6 de octubre de 1858 alguien escribió al cac. Jn.
Calfucurá después de la batalla de Pigüé, un poco burlonamente: que los pampas no tenían ya
cacique guapo como lo fueron los difuntos Nicasio y Quiñigual (AEM: 6.10.58)
Nicasio Maceda ha vivido la época rosista con intensidad. Seguramente nos
escaparon muchos detalles a nuestra investigación. El capitanejo Pedro Mario Macedo,
sobrino carnal del Cacique Nicasio, figura en 1851 como ayudante y 2º cacique de la tribu.
Creo que él ha sido sucesor de Nicasio Macedo
MACIEL, Lorenzo (Massiel), 1740, cac. pampa “carayhet. Al establecerse la primera
Reducción Jesuítica al Sur del Río Salado, en Mayo de 1740, el cac. Lorenzo Massiel fue uno
de los cuatro caciques fundadores con 300 indios que se habían agregado a los Padres
Mathías Ströbel y Manuel Querini en “Nuestra Señora de la Concepción. Aquella fue una
época brava, pues las milicias españolas y los malones del cacique Bravo (Cangapol) no
dejaron desarrollar la misión en paz. No sé si el cacique Lorenzo Massiel estuvo todavía,
cuando el 23 de febrero de 1753, los Padres jesuitas se vieron en la necesidad de abandonar a
su pueblo. (P.Pedro Lozano: Fundación de la Misión de los Pampas, en Rewv. Estudios T. 24
Bs. As. 1924 y Carlos Moncaut: Un pueblo desaparecido: Concepción de de los Pampas.
1740-1753. La Plata 1981.
Alias Maciel, cac. GUACHÁN, 1780 cac. de la parcialidad del cac. mayor Lorenzo
Calpisquis; visitó el Fuerte de Carmen de Patagones con caballos de regalo para Francisco de
Viedma.
MACIEL, Lorenzo, cac. pampa que , el 24 de enero de 1785 mató al Capitán de la
Piedra en la batalla de la Ventana. Podría ser el mismo como el anteriormente nombrado.
Mataron a los jefes y a los soldadois escoltaron en su regreso a Carmen de Patagones (R.
Extraigas: El Fuerte de Río Negro , Bs.As. 1960 p. 288)
MACIEL, Pablo, 1740, cac. auca que iba a las ceremonias religiosas a la Misión de
Nuestra Señora de Concepción. Debe haber sido un pariente de Lorenzo Maciel (Arch Gral
Ind. Charcas 221 y P. G. Furlong. Entre los Pampas de Buenos Aires, Bs.As. 1938 y Mahías
Ströbel.: Carta de…desde “Concepción de los Pampas, 26.12.46 y 23.6.48)
MACIEL, 1825, cac. puelche pampa que vivía cerca de Carmen de Patagones. En
febrero de ese año el Comandante Mateo Dupui visitó 12 toldos del cac Churlaquín, 7 de
Canilcó y 4 de Maciel. (AGN Biedma S.VII. 104-14). El Explorador francés Alcides D
´Orbigny en su viaje a Carmen de Patagones, encontróse también con el cacique Maciel (D
´Orbigny, Viajes ´ed. 1929 Nota 14) Un documento de 1845 nos dice que el cac. Fehuelcho
(tehuelche) Maciel ha llegado al Azul, en compañía de su hijo Sinchel y 6 indios, presentando
al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano recomendaciones del Comandante de Carmen de Patagones.
El gerente de Rosas para cuestiones de indios les dio cien yeguas como señal de paz (Rev.
Azul p. 112). En octubre del mismo año, el cacique volvió a Azul, acompañado esta vez por el
caciquillo Chagallo, el capitanejo Vicente y unos indios. También recibieron yeguas. 1861 se
confeccionó en Carmen de Patagones una lista de los indios amigos del cac. general Benito
Chingoleo. No figura Maciel padre, sino su hijo mayor Apolinario Maciel, alias Sinchel y 16
soldados. Esto nos podría ser un indicio de que el padre había fallecido o a lo menos que era
incapaz ya de servir como soldado.
Llama la atención la inseguridad de la denominación étnica de los Maciel: Pampa –
auca; puelche y tehuelche.
MACIEL, Apolinario, más conocido como SINCHEL O HINCHEL. Este es
nombrado por primera vez en 1845. Era el hijo del cac Nicasio Maciel. Es llamado cac.
puelche y vivía en San Gabriel, cerca de Carmen de Patagones. Hablaba “pampa”, la lengua
norpatagónica, dice el explorador suizo, Jorge Claraz en su Diario del Viaje al Chubut en
1865 (Ed. Hux, M. Por Marymar Bs.As.) Claraz agrega un buen vocabulario de esa lengua,
recogida en la tribu de Sinchel.
Estaban sometidos a las órdenes del cac. general Benito Chingoleo, por tratado de
paz. Chingoleo era sucesor del cac. Llanquetruz IIIº, pues era su hermano. Estos hablaban el
idioma araucano. (Según carta de J. Claraz al Profesor F. Outes, del 13 de noviembre de 1924:
“Los misioneros suizos estudiaban el idioma araucano según el libro del Padre Febrés
misionando en la tribu de Chingoleo, que era de la Cordillera”.
Claraz anota además en su diario la siguiente anécdota de uno de sus compañeros: “ El
Comandante Hernández de Carmen de Patagones quiso casarse con la hija de Maciel,
hermana de Sinchel; pero el cacique no pudo acceder que su hija se casara con un cristiano
(huincá); dio, sin embargo la hija al Comandante. De su relación matrimonial descendió el
joven Hernández que me acompañaba y que hablaba (los idiomas) pampa, araucano y
tehuelche”.
Durante la lucha de Buenos Aires con las Provincias de la Confederación Argentina, el
Gobierno de Buenos Aires hacía grandes esfuerzos para ganar la adhesión de las tribus
indígenas, especialmente de las del Sur. A nombre del Gral. Bartolomé Mitre se hicieron
varios tratados de paz, también con Sinchel y Colchala (doc. Del Cnel. Carlos Terrera del 17
de agosto de 1860 y Arch. Mitre XXII p. 80 y 84) El 15 de Julio de 1865, Sinchel renovó su
tratado de paz con varios caciques tehuelches. Además estaba emparentado con la familia del
cacique Miguel Linares y la del cacique Inacayal.
El explorador inglés Ch. Musters nos describe al cacque Sinchel, pues lo conoció en
1869, diciendo: “Una vez al año, en Julio, frecuentaba a Carmen de Patagones..Era un
hombre de figura guapa, de fisonomía agradable e inteligente que su carácter no desmentía.
Nunca salía de su sobriedad; siempre (estaba) de buen humor y tranquilo. Pero se pudo
comprobar su valentía decidida, al provocarlo en lucha. Era diestro en toda clase de trabajos
manuales; siempre estaba ocupado en algo. Era generoso hasta el exceso, pronto a
desprenderse de todo lo que se le pedía y también de lo que se le pidiera. Su gran debilidad
era la aficción al juego de apuestas que le empobreció. (Musters Ch.: Vida entre los
Patagones, ed. Hachette Bs.As 1964 p. 183)
En un palamento al que concurrieron los caciques Casimiro y Orkeke, Sinchel
(Musters dice Cinthel) insistió en un discurso que eligieran a Casimiro como jefe principal de
los tehuelches (ib. p. 184). Se ve que tenía una gran penetración en el grupo de los tehuelches.
Al concluir sus recuerdos de Sinchel, Musters dice: “Este hombre era el mejor
teheulche que he tratado, excepto de Waki, tal vez. Era franco, honrado, sobrio y apto en todo
sentido para el cargo de cacique; artista rápido y diestro en los trabajos indios, desde domar
hasta fabricar una montura o un collar de plata…y era respetado por todos”.
1875 lo conoció el Perito Moreno; lo encontró cerca del Lago Nahuel Huapí, según se
lee en Reminiscencias p. 104: “ Sinchel ..el viejo cacique, es uno de los últimos pampas o
gennakenes. Antes era poderoso, ahora está en la miseria. Es afable y cariñoso aún estando
pobre. Es de estatura alta, color caobo rojizo; envuelto en su gran quillango de guanaco. Me
hizo los honores de su toldo con la altura de civilizado”.
Sinchel o Apolinario Maciel figura al fin también en la lista de los acreedores a tierras
por la ley 1628 que favorecería a los expedicionarios. Estaba, pues, en la Plana Mayor de
Indios Auxiliares. ¡Cuánto habrá sufrido durante esos años de la Conquista del Desierto y del
Sur!
MACHA o Malta, 1594, cac. mendocino (huarpe o comechingón). Los documentos
nos dicen que fue hijo del cacique Tocolina y que su hijo se llamaba Gualtiunta (Canals Frau:
En Anales Inst. Invest. Hist. Mendoza V. 1944 p. 251)
MACHADO, Lorenzo,1740,cac. pampa carayhel. 1740, al establecerse la primera
Reducción jesuítica al Sur del Salado de la Provincia de Buenos Aires (Estación Castelli,
hoy), llegaron a integrar este pueblo de Nuestra Señóra de la Concepción los caciques
Lorenzo Machado, José Acazazo, Lorenzo Massiel, Pedro Millán y los hermanos Yahatti y
300 indios. Los atendían los Padres Mathías Ströbel y Manuel Querini. Sobre esta fundación
hay varias notas contemporáneas: del P. Sánchez Labrador, del Padre Pedro Lozano 1740,
Cartas Anuas y trabajos del P. G. Furlong, artículos en la Revista Estudios y C. Moncaut; Un
pueblo desaparecido: Nuestra Señora de la Concepción de los Pampas (1981). Un
documento del Arch. General de Indias 63 vta. Charcas 221. Lozano habla también de la
mujer del cacique Lorenzo Machado, de sus trabajos y sus prácticas religiosas. Su nombre es
eminentemente español. ¿Por qué?
MACHA ONTA, 1573, cac. mendocino (quizás huarpe) de la tierra llamada
Ximiltara; encomendado de Coria Bohórquez (P.Cabrera: País del Cuyo y Strube Erdmann
Toponimia Indígena de Cuyo En: AAE Mendoza T, 17-18)
MACHINTI, 1551, cac de Tupungato (Mendoza) que vivía a las órdenes del cac.
principal Guarinay; fueron encomendado a Diego Velasco (J.T. Medina vol XV p. 427) ver
cac.Guarinay
MAGRACHI, 1582, cac. guaraní que por el repartimiento de Juan de Garay llegó a
afincarse en el distrito de Buenos Aires; encomendado a Miguel López (C. Rusconi y Tanodi,
Aurelio, en: Rev. Museo Mitre Nº 6 ,1953)
MAGUARI, 1582, cac. de “nación chanás”, por el repartimiento de Juan de Garay
fue encomendado en el Distrito de Buenos Aires. No sabemos qué suerte ha tenido (Tanodi;
A. Museo Mitre 6)
MAGÜILTA 1791, cac. de la tierra llamada Siliguän (Cabrera,P: Aborígenes del
Cuyo p. 289)

MAGUIÑ HUENÚ (1787 – 1861)

MA(N)GUIÑ, Juan y los variantes: Mangui-Huenú,Juan;Mañín;


Manguil; Marguyn o cacique Bueno), 1819 era cacique soberano de Arauco,
chileno (hijo del cacique Calfuqueo, quien era sobrino del cacique mayor
Curriqueo de Pillanlelfun. Su madre era de la noble familia Quilahueque de
Collicó). Fue uno de los más grandes toquis, boroga de Voroa y la Imperial. En
la Guerra a Muerte fue uno de los líderes realistas que resistían al triunfo de los
(caciques) patriotas. Le llamaron "El Bueno", por el Huenú que en araucano
significa del cielo. Más debían llamarlo " el brujo". Su nombre era Juan.
El odio a sus rivales Juan Colipí y Venancio Coñuepán le llevó a
encabezar con el cacique Mariluán la Guerra a Muerte. Sus campañas
empezaron en 1818 y se prolongaron hasta después de 1825. Residía entonces
en Chanco y dominaba, como otrora el gran cacique Lautaro, a los arribeños y
huilliches desde el Río Traiguén hasta el Tolten.
Era alto, delgado, bien de la nobleza araucana, algo distinto de los
araucanos comunes; por las manchas blancas en su piel fue llamado alguna vez
"overo" y parece que tales manchas inspiraba a su gente cierto temor. En toda su
vida explotaba la credulidad supersticiosa de la chusma. A los indios hacía creer
que él era adivino (machí). Tenía un toro y un caballo consagrados con quienes
consultaba todo y cuanto decía, merecía respeto (Vicuña Mackenna: Guerra a
Muerte, p.686).
"Su figura era imponente hasta en su vejez, -dice el teniente Edmond Reul
Smith en su libro The Araucanans, (London 1855.Trad.l9l4). Veíanse brillar los
ojos penetrantes a través de las guedejas de su pelo negro, apenas teñido de
leves canas y. aunque algunos le creían mayor de cien años, representa a la
sazón (1855) sesenta escasos. Su nariz es ligeramente aguileña, su barba maciza,
su voz profunda y robusta que revela en su acentuación el hábito de mando.
Habla con entereza, pero como pesando el valor de cada una de sus palabras y
escucha con atención, como corresponde al que ha sido elegido para presidir
sobre los destinos de la Nación".
El historiador Tomás Guevara (en su libro Historia de la civilización
araucana'. 1898 T.III p.37) completa la descripción: "Usaba chamal sin
calzoncillo, botas, paltó (sic) de mangas largas para ocultar su erupción: capa de
paño y sombrero. No se emborrachaba y tenía fe en si mismo y en sus hijos
José Quilapán y Epulco. Encomendaba la ejecución de sus planes a otros,
celebraba conferencias y parlamentos con emisarios del gobierno chileno. Y era
hospitalario y generoso."
Con todo era el más valiente guerrero desde el Cautín hasta el Calle
Calle: se destacó en las batallas de 1819 hasta 1822. Estuvo en Nacimiento, Los
Angeles, Concpción y Chillán. Venció a los caciques patriotas Colipí, Quilapí,
Meligur y al coronel Alcázar. Tres horas luchó el 28 de junio de 1820 en
Trapellanca: invadió la zona de Angol (perteneciente a Colipí) en septiembre del
mismo año y el 27 de noviembre se midió otra vez en Trapellanca (Vicuña
Mackenna: ob.cit.327 y 397 y Tom. Guevara: 1910 cap.VII y p.155 y 193). En
una batalla de Yumbel de 1819 le habían cortado un brazo y no obstante siguió
luchando como el mejor. (Vicuña Mackenna. ib. p. 682)
Para contrarrestar al ejército del general Bulnes. formó una alianza con
las tribus de Ñonquin, Melillán y Curriqueo al sur del R. Cautín y con las de
Ambrosio Peñalefi y Huircan, al Oeste de la Nueva Imperial. Después de la
batalla de Zapata en San Carlos, el 26 de septiembre de 1821 y la de diciembre
del mismo año. siguió luchando casi solo con sus indios, especialmente contra el
cacique Colipí. En 1825, su aliado más importante el cacique Francisco
Mariluán capituló y aceptó un tratado de paz. Maguiñ (Manguín) no quiso
entregarse, ni en 1827, cuando le ofrecieron mejores garantías. Estaba radicado
en Adencul, entre Victoria y Trayen.

En 1829 su hijo pasó la Cordillera, llamado el capitanejo MANGUIN IIº


y actuó con los indios de Pincheira, con los pehuenches y los borogas Canuillán
y Rondeao en el sur de Mendoza. Me queda la duda si ha sido el toqui o este
hijo, llamado también Manguín, quien ha maloneado en la Argentina, en
Mendoza y en la Pampa. Este Manguín asistió al desastroso parlamento y la
masacre del exgobernador de Mendoza y de su comitiva en Chacay. El 28 de
junio de 1830 fue atacado y herido en el Combate de Chilecito por tropas al
mando de F. Aldao (Gaceta 12.8.30). En 1832 el general Ruiz Huídoro los
escarmentó en Cerro Piedritas (Olascoaga, II. p. 284). Plantó sus toldos con los
caciques borogas en la zona de Guaminí (Prov. de Buenos Aires), cerca de las
tribus de Cañuiquir, Caniullán y Rondeao.
Juan Manuel de Rosas los hizo observar y en vísperas de su campaña al
Río Colorado, llamó a estos caciques a un parlamento a Bahía Blanca (AGN
S.X 27-5-6). Ignoro si Manguín permaneció en la Pampa. En 1834, cuando los
indios patriotas chilenos de Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y otros
irrumpieron en las tolderías de los borogas y con la anuencia de Rosas, como
decían ellos, se hallaba entre los borogas un capitanejo Manguil. Fue obligado a
expedicionar contra los ranqueles de Llanquetruz, en vez de perseguir a sus
enemigos de Calfucurá que les habían maloqueado. En noviembre de 1835, el
sargento mayor Fco.Iturra (de Bahía Blanca) con 50 hombres y 50 indios del
capitanejo Manguil, lanzó un brutal ataque sobre las tolderías próximas a
Leubucó (en la Pampa). En esa acción fueron reducidos más de 300 indios:
entre ellos un Colipé. Guiquil, Chodán, Migañán. Guillanao, Guanquén,
Villatruz y Guaiquilao. Otros grupos expedicionarios que actuaron sobre los
toldos de Painé y Llanquetruz no tuvieron éxito. (Comando General del
Ejército: Política seguida con el aborigen, 1973 I.m p. 340)
”El cac. Juan Calfucurá, el vencedor de Masallé, hizo luego relaciones
con todos los grupos y con Magniñ, soberano de Arauco mapú, un tratado de
paz (Avendaño Memorias del Excautivo, ed. El Elefante Blanco 1999 p.41)
En 1836, las tropas de Bahía Blanca con los indios amigos de Venancio
Coñuepán ultimaron los planes de la guerra india de Rosas. En marzo y abril
respectivamente atacaron las tribus de Cañiuquir en el Arroyo del Pescado y en
Llanguillú, haciendo una cruel matanza de más de 1500 indios en dos ataques.
Pero después llegó el turno también a Coñuepán y su tribu sobre el Napostá,
pues el 24 de agosto de 1836 atacaron los indios coalicionados en ese punto.
Manuel Baigorria en sus Memorias dice que al cacique Manguir (Manguin
huenú) ha degollado su antiguo rival (Venancio Coñuepán) de la Guerra a
Muerte. El 1° de octubre de 1836, 200 indios al mando del cacique mayor
Manguiñ (I )y Güelé invadieron los campos de Tapalquén, donde habían sido
trasladados los restos de Coñuepán, pero fueron rechazados por las tropas del
coronel P. Ramos. El parte publicado en La Gaceta del 5 de octubre de 1836
nombró entre los muertos al cacique mayor Mayguyn. Si fue muerto el padre,
Manguin Huenú, el hijo, siguió actuando en la Argentina y en Chile (en
Andecol. También se dijo que Baigorria había muerto, porque se halló su
caballo; pero Baigorria vivió hasta 1875.
Vicuña Mackenna, en el libro citado (p.683) dice que en 1840 Mangín
volvió a ponerse en comunicación con el gobierno chileno por intermedio de su
hermano, el cacique Queyputro, ofreciendo su respeto y acatamiento al jefe de
la Frontera, entonces el coronel Manuel Zañartú. Incluso se hizo amigo del
general José M. de la Cruz. También cobró fama por su hospitalidad para con
refugiados políticos. En 1842 se había enemistado con el cacique federal
Lincotil. a punto de suscitar otra guerra. Calfucurá y su hermano Namuncurá le
remitieron desde Salinas Grandes (La Pampa) una comisión importante para
efectuar tratativas y lograr la paz. Efectivamente se hizo un parlamento general
y la paz.
Según testimonio de Calfucurá estuvieron presentes los caciques
Güillipán, Coloful, Chocorí, Cheuqueta e Iculmané (Guzamné) y Coloné del sur
de Mendoza. (R. Capdevilla: Pedro Rosas y Belgrano, 1973 p.62).
J. Bengoa (ob. Cit.) afirma que el cacique Manguín mandó a su hijo
Quilapán de “Huerquen” a la pampa al lado de Calfucurá para que aprendiera el
arte de guerrear.
S.Avendaño que nos narra en sus Memorias la historia de la muerte del
cacique mayor Guzmané, en 1845 del Sur de Mendoza, afirma en la página 118
– asunto muy complejo e intricado- que “se ajustó el tratado (de paz) entre el
cacique Ailla-llanca y el gran cacique Magüi-ñancú, después de que éste mandó
una embajada al primero. Este arregló definitivamente la paz”.
1850 fue culpado de la muerte del cac. Juan Colipí, su rival de muchos
años, pues murió envenenado, por su instigación, decían.
1851 participó en Chile en la guerra civil con el Gral. José María de la
Cruz, bajo la condición de que le ayude a castigar al hijo del cac. Colipí que
causara la muerte de su hermano. Fueron derrtados por el Coronel Campos
Segovia en Aguada, el 27 de Sept. de 1851.
En 1853 lo visitó en su malal el inglés Reuel Smith, quien nos dejó unas
páginas interesantes con recuerdos del cacique Manguil, que yo en parte cité
arriba.
1859 convocó a una sublevación en Chile, pero no fue correspondido
(J.Bengoa p. 167/78 . Desde 1859 hasta 1867 estuvo acompañándolo Bernardino
Pradel, el único cristiano que tuvo acceso a su intimidad. Pantaleón Sánchez
servía a Pradel de lenguaraz. Vicuña Maqueña dice que también ha dejado unos
apuntes autógrafos que desconozco.
El 10 de octubre de 1860, el toqui Mañil escribió al Intendente de Los
Angeles (publicado en “El Meteoro de Los Angeles” 9.10. 1869): Reclama,
porque el Sr. Bastidas estaba haciendo fozos y casas en tierras suyas que
arrendaba; que se retire al otro lado del Bío Bío. Su carta fue mandada por
varias copias por manos de sus amigos de Nacimiento, Arauco y Santa Bárbara.
Al mismo tiempo tuvo nuevos contactos con la Argentina, hasta con el
general Urquiza. (Arch. Mitre XXIII, p. 14 y "El Meteoro" de Los Angeles, 31-
5-1869)
Transcribo dos cartas del cacique Mañil, una dirigido al Gral. Urquiza
(vencedor de la batalla de Cepeda) y otra al cacique Jn. Calfucurá casi al mismo
tiempo, que más tarde fueron publicadas en el periódico “El Meteoro de los
Angeles” con fecha 31 de Mayo de 1869.Territorio indígena, abril 30 de 1860.
Señor General Urquiza: Mi General y grande amigo: Los cuatro Huitral-Mapus
están sometidos a mi autoridad de toqui principal en la guerra que sostenemos,
defendiendo nuestro territorio y nuestra independencia. Que nos quiere quitar
el gobierno Montt de Santiago.
En este conflicto acudo (dice ocurro) a tu amistad para que me digas
francamente si tengo derecho a sostener los tratados de paz que hicieron mis
antepasados con el Rey de España.
Paso a referírtelos: El primer tratado se efectuó el 13 de junio de 1612 y
consta que se dejó por línea divisoria el río titulado Bío Bío, dejándonos en
entera libertad y uso de nuestras leyes para gobernarnos conforme a ellas, sin
que tuviese la autoridad del rei (Rey) intervención alguna. – Después en los
años subsiguientes se han ratificado estos tratados muchas veces, sin alteración
alguna, hasta el año 1798 que fue el último que yo alcancé a presenciar y
tendría de doce a catorce años. – Entre estos períodos mandó el rei una cédula
de amparo, fecha(da) en Madrid a 11 de Mayo de 1797. El artículo 3º dice:-
Velar por la libertad de los naturales y protegerlos contra los avances de toda
clase de personas por decoradas que sean. – El 5º art. Dice: Conservar a los
úlmenes y señores del país y a sus descendientes en la posesión de sus
gobiernos y dominios. – Todo esto que le apunto lo encontrará mejor explicado
en los tomos 1º y 2º de la Historia de Chile, escrita por el señor presbítero don
José Ignacio Eizaguirre en Santiago en 1849.
Otra pregunta:¿ Estoy obligado a pagar las posesiones que se han
quemado y que tenían los cristianos en nuestras tierras, sus sementeras y
animales que les hayan tomado nuestros naturales?- Te advierto que ellos
también han hecho lo mismo, pero no en tanto extremo. En caso que somos
responsables a la indemnización de perjuicios,¿deben hacerlo los cuatro
Huitral Mapus o los que puramente son implicados? – El gobierno patrio
mandó proponerme la paz en 1837 y mi respuesta fue..que ésta se mantendría
fielmente, siempre que se respetase la línea del Bío Bío y no se permitiese
pasarla a ningún cristiano a poblarlo y menos, fuerza armada. – Sin más
antecedentes que los que (…), el gobierno ha demarcado una provincia,
traspasando el río Bío Bío que abraza una parte considerable de nuestro
territorio que actualmente habitamos y por consiguiente nos quiere sujetar a su
autoridad echando por tierra los tratados a que me refiero.
A la sombra de esto, se han introducido muchos pobladores bajo pretexto
de que han comprado a unos indios; que éstos mismos (los) han hecho dueños
de terrenos, no siéndolo. – otros, que el comisario Zúñiga les ha vendido. Otro
que los tienen por algunos caciques o indios.
Nuestra ley es terminante, pues prohibe toda venta de terreno a españoles
bajo pena de muerte sin perjuicio de restituirnos los terrenos. – Estas mismas
leyes sólo facultan a los indios para vivir en sus posesiones durante su vida,
pasando estas a sus descendientes en la linea de varón, pudiendo poblarse
cuantos otros quieran poblar su extensión a los que…siendo de ese mapa, sin
derecho a venderlas. Las mujeres no heredan terrenos ni animales, y solo están
a lo que quieran darles.- Todo asunto que tengan relación con terrenos
prohibidos, puede por si solo… que se haga junta general de los caciques que
comprendan los cuatro Huitrú Mapas, y lo que resulta la mayoría eso será la
ley.- Aunque invisto la autoridad suprema, es puramente para la guerra en que
se encuentra la Nación.
Si hallas que tengo razón en defender mi independencia del gobierno de
Santiago, creo que su buen corazón me ayudará con alguna fuerza, al menos,
podrás animar a los naturales de Calfucurá que están unidos a vos, para que
me auxilien, cuando yo les avise, y aún podrían mandarme algunos caballos
con estos correos que espero sin falta el 1º de noviembre con tu respuesta que
me va a sacar de toda duda que respetaré. – Te repito,pues, mi general, no
demores a mis corfreos, pues solo va mi hijo Quilapagñue con este objeto, y
que se venga mi hijo Neculpagñe que hace cuatro años está en esos lugares, y
me hace falta. – A todos estos servicios quedaré reconocido, debeindo contar
con toda mi gente, cuando tú la necesites; te deseo muchos años de vida y
dispón de tu fiel Toqui Amigo
Mañil Bueno.
Sigue la carta a Calfucurá:
“D.mo., mayo 1º de 1860. Mi Malle Calbucura y mi… … En cuanto ..
(hallarme) en guerra y que…marchar convencido de la justicia que tengo, y a
fin de que no me quede duda para seguir esta guerra o hacer la paz, he resuelto
consultarme con mi General Urquiza y hacer marchar a mi hijo Quilapán de
correo hasta tu casa, suplicándote pongas en manos del General la carta en la
que va la consulta, haciéndome el favor de mandarle correo para que me traiga
la respuesta Quilapán junto con él, se venga mi hijo Neculpagñe.- A propósito
mando abierta la carta para el General, a fin de que, si está mi “concho”
Baigorria se la lea y ponga de su parte todo interés en que llegue a manos del
General y me traigan respuesta….- En casa estamos buenos y juntamente todos
mis caciques. – Todo lo demás te lo referirá Quilapán.- Memorias a todos mis
amigos caciques, en particular a Coliqueo e igualmente a mi concho Baigorria.
Dispón de tu Malle
Ruanillo Mañil Bueno”

Maguin Huenu se hizo viejo, acentuando cada vez más el carácter


extraño. Como había sido siempre generoso, no le quedaba ya más que su
rancho pajizo, donde vivía con sus mujeres. Dicen que había tenido once
esposas: a una la llamaba "señora".
Designó, al fin, como sucesor a su hijo José Quilapán que tenía temple de
grandes caciques y al fallecer este cacique Quilapán, lo reemplazó su hermano
Epuleo.
Magüil Huenu murió de tisis en 1867. Antes de morir mandó reunir a la
familia para despedirse valientemente de ellos y luego murió tranquilo. Unos
dicen que murió de calentura, otros por embrujo. Murió en Adencul ( en 1861)
Su hijo José Quilapán le hizo un solemne entierro. El difunto vestía el
uniforme de general chileno que el coronel José María de la Cruz le había
regalado. El hijo trasladó más tarde los restos del padre con gran
acompañamiento desde Andecul (entre Victoria y Trayen) hasta Loncoche, al
este de Lautaro, pensando que su presencia le daría suerte. Luego llevó la canoa
en que se hallaban los restos de su padre a un lugar oulto, donde los chilenos no
pudiesen hallarlos .(T.Guevara: Historia de la Civilización Araucana III. p.38)
En el transcurso de esa reseña se enumeran su padre Calfuqueo y sus
hijos: José Quilapán, Epuleo, Calfuqueo y Mguiñ . Seguramente tenía una
numerosa familia. Su hermano se llamaba cac. Queyputro
(Etimología: S. Avendaño dice que viene de Magüida y Ñancú
es decir: Aguilucho de la Cordillera)
MAGUÍN, 1827, cac. Pampa que acompañó ese año al Cnel. Federico
Rauch en su segunda expedición contra los indios chilenos en la Sierra de la
Ventana y sobre el Camino Chileno AGN. S.X. 14-6-1).
MAGUÍN, 1870, cacique ranquel, el primero en la lista de los oficiales
del cac. Mariano Rosas (Lista del Padre Donati) Durante la gran persecución de
los indios ranqueles (1878) huyó; pero en 1879 fue capturado por el Cnel.
Anaya (Olascoaga III. 265 y 285)
MAICÁ ver Maycá
MAICHÍN, 1787, cac. pehuenche, amigo del cac. Antepán
MAILQUEO, Juan, 1940, cac. de las tierras tehuelches, cuya fotografía
reprodujo la Revista Argentina Austral Nº 165, 1945 p. 194, en el artículo:Una
semblanza de Orkeke.
MAIN CHARABA,1573, cac. comechingón de los principales del Valle
de Punilla, Córdoba; encomendado de Jerónimo Luis de Cabrera.
Mainque ver Manque
MAIÑQUEFUZ , cac. boroga que por el Asalto de Masallé en sept. de
1834 fue sometido al cac. Calfucurá en Salinas Grandes. (Memorias del Cnel.
Manuel Baigorria) (Puede llamarse Manquefú)
MALA, 1575, cac comechingón de Calapnea, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 60)
MALABAC, Navera, 1573, cac. comechingón de Mala Bac Chin, Sierra
de Calamuchita, Córdoba; encomendado de Chávez (Monts p. 78)
MALA CAN, 1837, cac. chileno que vino a la Argentina para vengar
ultrajes en los borogas de Bahía Blanca en el malón del cac. Juan Raylef. El
documento dice expresamente “que es chileno como Chagallo y no tehuelche
(AGN 14.8.37) ver Raylef
MALA QUILÚ, 1780, cac. norpatagónico (pampa). El Padre Mascardi
contó como por una carta suya que debía transportar a otra tribu, mataron al hijo
de ese cacique.
MALDONADO, Domingo capitanejo pampa de los amigos del cacique
Chipitruz. Su verdadero nombre era CATRINAO. Servía en tiempos de Rosas
en el ejército federal. En marzo de 1876 marchó con la división Oeste desde San
Carlos, durante el avance del Cnel. Adolfo Alsina (M. Flurer: Una expedición al
Desierto; en Anales de la Sociedad Rural Argentina 1876 T.10 p. 132) El
ingeniero Ebelot a su vez (En: Frontera Sud, ed. Kraft p. 145) informa que
durante 15 años había sido lugarteniente del cacique Pincén. Catrinao era su
pariente (ver Piseñ).Lo capturaron. Y cuando se integró o lo integraron al grupo
de indios amigos de Azul, lo tenían bajo vigilancia cerca del Fuerte. “Cinco
años han pasado desde entonces, dice Ebelot, en 1876, el capitanejo no había
cambiado. Pincén que lamenta su ausencia (ahora) lo odia; no ha tenido
adversario más encarnecido. Jamás se supo de la desavenencia…quizás sea por
la influencia de “El Cautivo” y de Pedro, los dos confidentes de Maldonado.
1879 participó también en la expedición al Río Negro, incorporado a la División
de Guaminí (Cnel. Freyre). Capitaneó un grupo de 40 indios auxiliares (dice
Clifton Goldney: Manuel Namuncurá, 1956 p. 129). En 1880 se halló su toldería
y la del cac. Quiñelef, hermano de Chipitruz, en el Partido Lavalle. Más tarde
pudo ubicarse al Oeste de la Pampa, acogiéndose probablemente a la ley 1682.
Premios a los expedicionarios. Pero no pudo elegirse la tierra. Se afincó en la
colonia de “Los Puelches” entre Urrelauquen, La Dulce y La Amarga He visto la
fotografía del cacique y de su familia en el libro: Los Indios araucanos de la
República Argentina de Luis F. Ruez, Bs. As. 1929 p. 46, 49 y 233. 1924 su
tribu se componía de 30 indios. Su rancho tenía unas 15 piezas, dice el
misionero salesiano RP. Durando. Su mujer ejercía el oficio de machi y de
curandera aún para los cristianos.
MALDONADO, 1961,cac. pampa de la tribu de Cayulef, cerca de San
Ignacio (Depart. Huilliches de Neuquén, donde hay descendientes de
Namuncurá) El paraje se llama “El Salitral”. Puede tener parentesco con
Maldonado de arriba y es nombrado capitanejo Maldonado (Cuaderno de
Investigaciones de Folklore Bs.As. 1961 p. 224)
MALECA, 1752, cac. puelche cerca de la Reduccion de Nuestra Señora
de la Concepción. El documento dice que esperaba la incorporación del cac.
José Yahatti, cuando éste fue perseguido (C. Priegue: Bahía Blanca 1983, p. 28.
Artículo sobre Yahatti)
MALGA MAIN, o Bergamain, 1785, cac pehuenche de Malalhué, al sur
de Mendoza. Era hermano del gran cacique Ancanamún. Con él vivió las
alternativas de la Guerra Pehuenche. El 20 de abril de 1781 acudió con un grupo
de caciques a la Sala Capitular de Mendoza (ver Roco). En enero de 1785
persiguió con sus indios al cac. traidor Creyó o Quereyó, después que
descubrieron que era un espía de los huilliches de Barbarco, Neuquén, Y lo
ultimó. Malgamain murió igual que su hermano, en 1787, a raíz de un brote
fuerte de viruela, peste que hizo mucho estrago en su tribu (ver Ancanamún)
MALI GUENÚ, 1776, cac. pampa ranquel. Diego de las Casas lo censó
en la Pampa, atribuyéndole diez toldos (De Angelis IV p. 584). 1806 lo encontró
Luis de la Cruz en su viaje por la pampa en Retequén, entre Putimalal y
Loncohe, como anota en su diario. Lo llama captán Maliquenú perteneciente al
cac. Paillaquín (De Angelis I. 233).
MALI LEO, 1820, cac. araucano que intervino también en la Guerra A
Muerte en Chile (Vicuña Mackenna.:La Guerra a Muerte p. 569)
MALI LLÁN, 1846, cac pehuenche invitado con caciques mendocinos al
parlamento en Chile.
MALI QUEO, 1820, cac. boroga de Chile; era hermano del cac.
Curriqueo implicado en la Guerra a Muerte. Ellos intervinieron en el bando de
los realistas como indios amigos (Guevara T. Los arucanos en la Revolución de
la Independencia, 1910 Cap. VIII.) Hay algún documento que dice que también
él ha pasado a la Argentina. Por ejemplo participó en un famoso malón contra
los indios amigos de Rosas en Tapalquén y en 1837 en Bahía Blanca.
MALIQUEO ver MELIQUEO ranquel
MALOPARA, 1650. cacique puelche (“gente del Este”). Nos lo describe
el Padre Diego Rosales que lo conoció entonces. Pues este gran misionero
empeñado en pacificar a los indios sublevados contra los españoles, los
invasores, y para devolver unos prisioneros puelches a sus tierras, después de
haberles conseguido su libertad, viajó con el cacique Catrinahuel a la región al
E. de la Cordillera. A él lo había salvado de la horca. Ellos cruzaron la
Cordillera por el Paso Villarrica (a la altura del Lanín) y llegó al actual lago
Huechulafquén. En Pintullanca, en la toldería del cacique Malopara, hizo
convocar a los caciques circunvecinos para un parlamento: la mayor parte de
ellos eran puelches. Catrinahuel hacía de intérprete.
Los caciques se presentaron pintarrajeados y vestidos de cuero de
guanacos. El cacique Malopara era el más noble y el más estimado entre ellos
—dice el sacerdote en su relalo en: Historia del Reyno de Chile, ed. 1877—. Era
de alta estatura. bien dispuesto. Venía vestido con cuero de tigre: su rostro y el
cuerpo pintados: arco y flecha en la mano; su carcaj al hombro. En la cabeza un
tocado de una red y a rollete entretejidas muchas flechas con punta de pedernal
blanco y plumas de colores en el otro extremo...”
“Púsose en medio, siempre con su flecha en la mano y habló a la
concurrencia en dos idiomas: Primero en la lengua araucana de Chile,
presentando y preguntando al misionero y al cacique Catrinahuel, bilingüe
también. Luego dio un discurso en la lengua puelche, explicando lo que
anteriormente habían dialogado, pues. —dice el sacerdote— la lengua puelche
es en todo diferente.
El sacerdote resumió el discurso así: “Desdicha nuestra ha sido, el haber
nacido puelche, por ser una gente que vive vida común con las bestias y tiene
semejanza a las fieras. Aquí hemos nacido y aquí nos hemos criado: y como no
sabemos otro modo: éste nos parece el mejor y en él estamos bien hallados.
Vivimos una vida común con las bestias por no haber conocido a Dios. ni haber
tenido quien nos diese noticias de El hasta ahora y, porque no aspiramos más
que a vivir y no tenemos otro modo de sustentar la vida que las bestias. Porque
nuestras tierras, por ser tan cálidas que el sol con fuertes rayos las abrasa, no dan
fruto alguno en los árboles, ni producen semillas que avarientas, se las guarda o
estériles, las consume. Y así nos vemos obligados a sustentar la vida paciendo
yerbas u hozando raíces. Y cuando este sustento nos falta, nos hacemos de las
bandas de las fieras. Entonces vestidos de su naturaleza y de sus pieles, como yo
ando vestido con esta piel de tigre, con el arco y con la flecha, sustentamos la
vida y alimentamos nuestra existencia, imitando al león (puma) y al tigre, como
fieras más poderosas, se sustentan a costa de la sangre del humilde cordero y de
animales más tímidos.

Nunca se han levantado nuestros pensamientos a más que los de una


bestia y de una fiera, que son: de sustentar 1a vida. No hemos apetecido reinos,
tierras, ni señorío, ni hacienda, ni oro, plata, galas ni arreos; que la vida humana
se contenta con poco, cuando no es mal contenta ni ambiciosa. Y así, nunca
hemos hecho la guerra, ni pretendido ampliar nuestro señorío, ni aumentar
nuestras haciendas. Las que tenemos, las llevamos con nosotros siempre.
Nuestra habitación es el campo, nuestra vivienda unas casas de pellejos o unas
cuevas.
Sólo en la razón nos mejoró la naturaleza (en comparación) a las bestias y
a las fieras y ésta nos ha contenido para no tener enemistades con nadie.
Cuando los españoles antiguamente vinieron a Chile, aquí nos dejaron,
despreciándonos por pobres y motejándonos de inútiles. Como los de Chile
tuvieron sus tratos y sus comercios y esos, ingratos a su beneficio, se volvieron
contra ellos y les hicieron la guerra quitándoles la vida, las haciendas y las
mujeres y engendraron hijos en las españolas, levantado de punto su natural con
la multiplicación de los hijos blancos y mestizos de dos sangres, mitad de indio
y de español. En ese tiempo nos conservamos en nuestros humildes ejercicios,
mirando los toros desde afuera, no tocamos las armas contra los españoles, ni se
nos alzaron los pensamientos a hacerles la guerra: así, por no ser de nuestro
natural, el hacerles la guerra, como porque los mirábamos con respeto como a
Viracochas o Hijos del Sol. Y todo el tiempo que los de por allá han estado
haciendo la guerra a los españoles, nosotros nos hemos estado acá, de esta banda
de la Cordillera, en nuestras ocupaciones. No quiero más prueba de esto sino
que es mucha y de diferentes lenguas, mirad sus galas y sus arreos: para que
esto, que es la mayor fiesta que jamás han tenido, para el solemne concurso,
para el día de mayor regocijo, han traído sus joyas, todos sus arreos y todas sus
galas. Ved si hay algún despojo de españoles. Mirad si entre tantos soldados hay
algún arma de acero, alguna cota. alguna espada, alguna lanza o arma de
español alguno. Arcos y flechas veréis, no más, para pelear con las fieras.
Aquí están todas nuestras mujeres. Mirad si hay alguna española. Aquí
han venido todos nuestros hijos. Ved si alguno tiene mezcla de otra sangre. Y
pues. aquí no hay despojos, armas ni mujeres, ni sangre española. Buena prueba
es que jamás hemos hecho guerra; que no hemos tenido codicia de su hacienda,
no derramado su sangre.
Cuando los de Boroa, La Imperial. Tolten y Osorno dieron la paz al
Márquez (de Baydes), concurrieron nuestros caciques: no tanto para darla,
porque no la habían quitado, sino a dar el reconocimiento al Rey como sus
vasallos. Por inútiles nos dejaron y por pobres no hicieron caso de nosotros.
Pero los indios de la otra banda. como hicieron paces con los españoles y no
hallaban modo de cebar su codicia en ellos, se volvieron contra nosotros y.
como fieras más poderosas, se sustentaron de nuestras carnes y se alimentaron
de nuestra sangre, haciendo presa en nuestro ganado. Y cuando lo hubieron
consumido todo, viéndonos humildes y mansos corderos y temerosa caza,
dieron en cazar (a) nuestros hijos y mujeres para vendérselos por esclavos a los
españoles y trayéndolos en su ayuda, al cabo de su segura pieza, nos iban
consumiendo y acabando, sin duda, con nosotros, si el Gobernador no se
hubiese dolido de nosotros y el Padre que ha sido nuestro padre y redentor, no
hubiese venido a apadrinarnos y redimirnos de tantas vejaciones: a sacarnos de
las gargantas de los lobos y liberarnos de las rapaces uñas de los tigres y fieros
leones.
Y desde hoy viviremos seguros y contentos, pues conocemos a Dios y
tenemos quien nos ampare y (nos) defienda. De paz hemos sido siempre y de
paz somos. Y aunque no tenemos toqui ni instrumento de guerra, para que se
entierre al pie de la cruz...” (-D.Rosales: Historia General del Reyno de Chile.
1877 III p. 435 ss.)
Quise incluir en esta reseña el texto del discurso, aunque creo que el
misionero no ha tenido la memoria que sabían tener los indios para repetir
discursos enteros. Llama la atención que hubiese sido bilingüe, la altura de sus
pensamientos y el recurso de la historia triste de la época en que se cazaba
indios en la Argentina.
MALLA OQUE o Malla lauque,1880, cac. pehuenche de Neuquén (C.
Rusconi IV. p. 216)
MALLONGA, 1553, cac araucano de Cavituan, Chile.
MANA GUA, Don Francisco, 1695, cac de Valle Fértil (San Juan);
encomendado de Pedro de Balmaceda (Arch. Mend. 1695).
MANCO MUNAY ver Menqueunai.
MANCU LEF, 1593, cac araucano que hizo paz en la Imperial
(MEDINA, documentos, 1960 IV 380)
MANCUVUNAI ver Menqueunai (1791)
MANGUE LEN, 1814, cac. pehuenche que asistió al parlmento que en
nombre del Gral José de San Martín convocó el Padre Inalicán en Malalhue (ver
Ñeycuñán o Inalicán).
MANGUIÑ ver Maguín o Mañil
MANI ANTÜ, 1645, cac. araucano que fue ajusticiado, porque no quiso
participar del parlamento convocado por el gobernador español.
MAÑIL CAL, 1783, cac. auca que B.Villarino enumera entre los
enemigos del cac. Chulilaquín. En Diario de Villarino. De Angelis V. p. 580
MANI QUI QUEN,1898, cac. tehuelche del Chubut, que conoció el
Perito F. Moreno (Diario a la región andina ,1898 p. 304)
MANI YAN, 1878, capitanejo salinero al que hllaron los expedicionarios
en Patrón (Olascoaga I. p. 124 y 100. El Cnel. Freyre, después de la toma de
Carhué comunicó al General Julio A. Roca que estaban persiguiendo a
Namuncurá. “Los que no han querido seguirlo, se han unido con el capitanejo
Maniyán que estaba en Patrón y al cac. Anher (Anegnerr) en Lomotué.
MANQUÉ, 1851, cac. salinero que fue uno que fue obsequiado en Bahía
Blanca por orden de Rosas, en vísperas de la batalla de Caseros. Su capitanejo
se llamaba Guigulao (AGN X. 20-10-4): 20. 12. 51)
MANQUE, 1870, capitanejo ranquel que nombra Lucio V. Mansilla en
su libro :Excursión a los Ranqueles ed 1890 p. 574. Figura también en la lista de
capitanejos del cac. Baigorrita en 1870 (Arch. Museo del Indio, Los Toldos)
MANQUE ÁN o Maniquean, 1873, captanejo salinero. En ese año
estuvo maloneando en Quilcó (San Quilcó). Fue perseguido y apresado por el
Comandante Pedro Mundo y el Capitán Zabala. 1875 estaba aún en la prisión de
Martín García y pedía su liberación. (AEM 3.5.75 y Hux: Una excursión
apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes, ed ECA. 1979, p. 36)
Namuncurá pidió por intermedio del P. Salvaire la libertad de su capitanejo
(pariente), cuando éste iba a rescatar a cautivos cristianos. ETIM. “Sol del
Cóndor”
MANQUI CURÁ, 1821, cac. chileno del grupo boroga , pero patriota..
Durante la Guerra a Muerte emigró a la Argentina con el cac. Venancio
Coñuepán. Tenían la misión de perseguir a los chilenos realistas emigrados al
mismo tiempo. Pero como no pudieron volver,se ofrecieron al gobierno de la
Provinca de Buenos Aires. En la lista del 29 de noviembre de 1831 figura entre
los caciques que fueron obsequiados por Rosas, ciertamente para contar con sus
servicios (AGN Biedma S.VII 10-4-14). Parece que más tarde se incorporó
(voluntariamente o no) al grupo salinero de Calfucurá (quizás después del
Asalto de Masalé, en sept. de 1834.). En 1861 Calfucurá pidió al Gral Juso J. de
Urquiza racione para Mainquecurá (Mainqueras) Arch. de Urquiza en AGN S.
VII Tom. 224 p. 108.
MANQUE CHEN o Manquén, 1806 cac. pampa que vivió en Toay,
según el Diario de Luis de la Cruz (de Angelis I. p 205. Dicen los documentos
que Manquén ha muerto junto al cac. mayor Magín en el asalto de Tapalquén, el
1º de octubre de 1836 (Gaceta. 5.10.36); Pero ya demostramo que Magín no ha
muerto en esa oportunidad, sino más tarde.
MANQUI CHEN, 1900, cac. de una tribu nómada (probablemente entre
los pehuenches) en las faldas andinas, por haber sido desplazada.
MANQUE CHUILL, 1593, cac. araucano (J.T.Medina:Documentos
1960 IV p. 379)
MANQUE BUD (Manquevud),Juan, cac. araucano (pehuenche) que
resaidía en Choque Choque, donde lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt
(Diario 27.11.1751)
MANQUE FÚ, o Mainque boz o Mainquefuz, según Las Memorias de
Saniago Avendaño habría nacido en1782, pues, decía,en 1857 que tenía 75 años.
Y que cuando tenía 9 años, y querían vivir cerca de los cristianos, en tiempo del
Virrey Sobremonte, los atacaron durante una borrachera. Perdió a su padre en el
campamento. El escapó y pasó a mano de su tío quien también sucumbió en el
campamento. La madre fue hecha cautiva. El año 1834, cuando Calfucurá hizo
pasar la noticia que iba a haber una gran feria y que se concentraran en Masallé ,
él y su hermano (creo que se llamaba Millabozó) se presentaron por invitación
cuando otros estaban ya muertos por el mlón de Calfucurá. (véase mi reseña de
Rondeao y Melín y las Memorias de S. Avendaño ed. El Elefante Blanco 1999
p. 34) “Estos furon conducidos a presencia del Caudillo (Calfucurá), que mandó
lancear a los dos hermanos de Mainquefú; salvó en cambio la vida de los
caciques Yofqueiñ y Mainquefú, quienes prometieron someterse al conquistador.
Consumado el hecho, Calfucurá empezó a ejercer clemencia con aquellos que lo
reconocieron como sustituto del cac. Rondeao”.
Fueron incorporados como prisioneros a los indios de Calfucurá. –
En 1845 se lo conoció como 2º cacique de Calfucurá. En octubre de ese
año acompañó la comisión del cac. mendocino Aillal hasta Azul para presentarlo
al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano. El Cnel Juan Cornell, encargado de las
relaciones con los indios amigos, dice en sus Memorias (publicadas por Acad.
Hist. Nac. 1980 Conquist del Desierto, vol I. p 118) que Manquefú en un malón
combinado de indios chilenos con ranqueles y salineros que fracasó, fue tomado
preso. No precisa la fecha. En 1847 figura el cac. Manquefú entre los indios
amigos que recibían raciones (Arch. Azul, Rev. Del Archivo Nº1 p.145) y para
1849 (AGN X 20-10-2). Juan Cornell en 1850 ubicó los toldos de los indio de
Manquefú “en Carhué, cerca de Sierras” .(AGN Bibl. Biedma Nº 559. Memoria
inédita S. VII 8-3-5 Letra C T.13)
En 1852 integró una lista de caciques salineras que fueron obsequiados
por orden de Rosas en Bahía Blanca. Allí figuran también sus capitanejos Necul,
Epuán, Guanque y Güillipán (AGN X 18-4-8). En Mayo de 1852, después de la
batalla de Caseros, Manquefú envió una comisión encabezada por su capitanejo
Marilef para pedir por intermedio de él la libertad del cac. Millaqueo, hijo
mayor de Calfucurá porque lo habían apresado en Bahía Blanca. En realidad lo
habían asesinado. Tremenda ofensa a Calfucurá.
Durante el conflicto de Buenos Aires con el resto de la Confederación,
ambas partes buscaron la adhesión de los indios para la lucha o guerra civil.
Manquefú parecía simpatizar con los de Buenos Aires, pues, en 1857 mandó
otra comisión de paz al mando de su hermano, el capitanejo Marilef; quería
conseguir semejantes beneficios a los que Catriel recibía, desde que había
firmado la paz con el Gral. Granada. Pero Buenos Aires quiso saldar las cuentas
con Calfucurá por medio de las armas y fueron a invadirlo. El choque se produjo
en la batalla de Pigüé, el 16 de febrero de 1858. Manquefú, cac. segundo de
Calucurá, no pudo faltar; cubría la izquierda del ejército nacional y tuvo un
recio combate. (E. Monferran Monferran: El Ejérito de Operaciones del Sud y la
batalla de Pigüé, 1962 p. 26 ss). Los indios fueron arrollados y fueron
perseguidos hasta Salinas Grandes. La toldería de Manquefú, abandonada, por
supuesto, fue destruída; él y su gente habían huído a tiempo.
A partir de este momento hay un gran silencio con respecto a Manquefú,
de manera que podemos creer que se haya ausentado del país por algunos años..
No sé si esta última noticia se refiere a este Manquefú o a un
pariente: En 1884, cuando había terminado la gran persecución y el cac.
Namuncurá estaba por entregarse, aparece ese nombre como Manquepú, pues
éste participó en una última pelea frente al Fortín Alarcón, combate en que
murieron los caciques Queupú, Meliqueo, Manquepú (sic), Neculmán y muchos
indios.
MANQUE GNERR, 1874, capitanejo ranquel. Era hijo del cac. Mariano
Rosas de Leuvucó Ese año encabezó una comisión de 300 indios que venían a
visitar al misionero Fray Moiés Alvarez, quien les había manifestado que quería
fundar una Reducción para ellos. (Lor. Massa: Misiones Salesianas Tomo I p.
275 , 1967)
MANQUE HUENAY, 1716, cac. huillihe (puelche) que residía en la
zona del Lago Nahuel Huapí. En el toldo de este cacique murió el Padre Jesuita
(holandés) Guillermo Laguna, Había sido envenenado por un vaso de chicha
que le ofrecieron en ese toldo, donde llegó el Padre a requerimiento del cacique
para visitar a un enfermo. Poco después estos indios arrasaron la Misión de
Nahuel Huapí (Furlong, G. Entre los tehuelches 1943 y Verdaguer, J.,Hitoria
eclesiástica del Cuyo 1918 p. 160 etc)
MANQUEL, Don Niolás, 1774, cac. pehuenche de Antuco. En ese año
visitó al gobernador Jáuregui con su mujer y un hijo. Prometió dar pruebas de
fidelidad al Rey y dar aviso si había movimiento alguno.
MANQUEL o Manquelaf, 1768, cac. pehuenche de Barbarco o de la
reducción de Llanquetruz (refugiado allí) sobre el Río Negro. Le han tocado los
reveses de la Guerra Pehuenche. 1768 dio aviso de la sublevación de los
huilliches y llanistas de Chile. Efectivamente hubo importantes malones.
Entonces ocurrió también el asalto a la tropa de carretas en la que iba el obispo
Marán, dice Don Luis de la Cruz 1806 en su Diario (De Angelis I. 1910 p. 293).
Pero Luis de la Cruz habla también de otro Manquel, sobrino de éste. En abril
de 1796 participó en el malón contra el cac. Pichintur , cac. gobernador de
Malalhué; en cambio por el malón de revancha a los indios del gobernador de
Barbarco, cac. Rayguán, fue vencido. 1797, después de la muertede Rayguán,
dos hermanos Manquelaf estaban en Malla buscando piñones con la gente de
Barbarco, cuando su toldería fue atacada por una coalición chilena al mando del
cac. Leviñir (Arch Mend. Doc. 37, 1797)
MANQUEL o Manquelipe, cac. pehuenche. Luis de la Cruz en su Diario
de 1806 dice que Manquelipe era descendiente del cac. huilliche Cunquitraú,
venido a las tierras de Reyngui-leubú por casarse allí. Llegó a ser cac.
gobernador de los pehuenches, haciéndose amigo de los españoles de Mendoza.
Manquel asistió al parlamento que Don Luis de la Cruz convocara el 1º de abril
de 1806 en Antuco. Además de él asistieron su hermano Layló, Calfuqueo, y su
hermano Payllacurá, Pichintur (hijo), Puelmanque, Treca y otros. (el 12 de abril
de 1806. En 1804 este mismo cac. Manquel esperaba al explorador Justo Molina
de Vasconcellos cerca del cac. Hueni manque . Tenía su toldería a orillas del río
Raraleubu (actual Guanaco). Allí tuvieron varias juntas en Mayo de 1804.
Luis de la Cruz dice en su diario p. 190: “Manquel es digno de memoria
por su fidelidad a los españoles de Antuco con los pehuenches. Posee un gran
talento, es juicioso en discurrir y famoso por varias batallas, particularmente por
un combate singular (duelo) con un huilliche. Después de haber caído por
muchas heridas, salió el famoso huilliche gritando que se decidiera la batalla
saliendo dos de entre sus filas… Manquel exhortó a los suyos, pero ninguno se
atrevía ir. Entonces tomó la lanza , se puso al frente y llamó al huillihe. Largo
rato duró la lucha. Manquel había sufrido ya un lanzazo en el brazo izquierdo.
Se irritó, abalanzó hasta entregarse al huilliche. Pero de pronto traspasó a su
rival. Así quedó la victoria de su parte y los despojos de su nación y su hazaña
se eternizó entre los suyos, como también nosotros no debemos olvidar su
fidelidad”.
Luis de la Cruz tuvo dificultad de conseguir de entre ellos buenos
baqueanos. Calfuqueo estaba a punto de provocar a Manquel, porque él se había
comprometido en el parlamento de los Angeles en 1805, a proteger a los
españoles y a mandar a su hermano Layló para acompañarlo hasta Buenos Aires,
Pero Layló se negó a ir; ofreció, en cambio, a su hijo Cheuquelán; pero debía ir
otro de los principales. “Todos se excusaron. Entonces, Manquelipi, cacique
mozo y bien acreditado, puso la excusa de no tener suficientes caballos para
emprender un viaje tan largo. Yo deseaba tener su compañía por tener largas
noticias de su fidelidad y valor…Le ofrecí mis cabalgaduras y en Buenos Aires
le regalaría 12 caballos, como para tenerlos en recuerdo de su amigo. Aceptó
entonces el partido y quedó fijo en seguir la caravana…Hubo una ceremonia de
entrega de la mano…Luego pidieron un piquete de soldados antes que cayera la
nevada para estar más protegidos para el caso que cayeran huilliches a
maloquearlos. A la tarde llegó el cac. Carrilón que sería otro acompañante”.
Decía que vivía en Mancol. El nombre de su mujer era Carcó (Caricó) En
De Angelis I. p. 138. ETIM: Lipe:pluma de Manque: Cóndor

MANQUEL (III) o Manquiel, 1882, cac. pehunche entre los huilliches


del Sur de Neuquén. Era hijo del cac. Reumaylaf. Su nombre aparece, pues,
documentalmente en la última fase de la Conquista del Desierto. El 1º de
diciembre de 1882, el Teniente C. Godoy salió en busca de los caciques
Reuquecurá, Namuncurá y Manquiel que se tuvo noticias que estaban en la zona
Oeste del Río Aluminé. El 5 de diciembre Manquiel se entregó con su tribu al
ejército expedicionario en el lugar donde se halla ahora el pueblo Aluminé
(Campaña de los Andes 1883 ed 1883 p. 213) Se presentaron pacíficamente. El
cacique sólo pedía que no lo ataran ni le quitaran sus tierras. El cac. Ñancucheo
los había maloqueado esa misma mañana para quitarles las haciendas. El
Teniente Godoy persiguió entonces también a ellos aprovechando que tenía
indios baqueanos. (J. Walter: Conquista del Desierto ed. 1964 p. 702)
Manquiel y sus indios fueron trasladados hasta el Fuerte Roca, donde se
aregara también el cacique Reuquecurá con 130 indios sometidos. Tanto
Monseñor Espinosa como el Padre Domingo Milanesio visitaron allí sus toldos,
catequizaron allí sus niños y hacían algunos bautismos. (Diario de Mons..
Espinosa, ed. 1968 p. 145: 24.5.83; C. Bruno: Los Salesianos en la Argentina I.
p. 292 y Academia Hist. Nac. Arg.Conqu. del Desierto 1983 III. P.72)
En el libro Las Campañas de los Andes de 1883 p. 213, tenemos esta
carqacterización del cacique: “”El cacique Manquiel es un mocetón fornido de
mediana estatura; representa 30 a 35 años. Tiene una fisonomía simpática y
maneras bastante desenvueltas..Tiene tres esposas y 11 hijos: 7 varones y 4
mujeres
MANQUE LAO o Manguelao, Manquilao), 1850, cac. huilliche de habla
araucana. Era hijo del cac. Cheuqueta y por eso hermano del cac. Llanquetruz,
José María y de Benito Chingoleo (véase esas notas bibliográficas). José María
Llanquetruz fue muerto en Bahía Blanca en 1858) Se eligió entonces como
sucesor a Benito Chingoleo, a pesar de que era el menor. Manquelao tenía sus
toldos más al Norte del Río Negro., mientras que los de Chingoleo estaban a
corta distancia de Patagones. El nuevo tratado de paz que reemplazó el de 1857
realizado con Llanquetruz, nombra a Manquelao en la lista de los oficiales de
los Indios Amigos, de manera que también él pudo recibir sus beneficios. Figura
después del cacique Chinoleo como “Mayor Manquilao”; sigue en la lista su
primo Valentín Sayhueque. Benito Chingoleo murió inesperadamente en 1863.
Pero la jefatura de los indios amigos la asumió el Mayor Miguel Linares (AEM
doc. 3966 y Arch. Mitre XXIV p. 49) ETIMOL: Lago del Cóndor.
MANQUE LEF, 1819, cac. chileno que emigró a la Prov. de Buenos
Aires con indios de Curang y Epuñán. (T.Guevara 1910 p. 90)
MANQUILEF, José cac. de Quepe del Tolten (Chile). Reproduzco la
histoia familiar publicada por T. Guevara en su libro “Historias de Familias del
siglo XIX” 1912 y reeeditadas adaptdas por Mañuel Mañkelef (Antes Manuel
Manquilef) CoLibris Edciones 2002
“El fundador de esta familia fue Huircán, emigrado de otra región, como
tantos otros jefes progenitores de grupos familiares importantes del siglo XIX.
Procedía de una tribu de Rüpücura, de la sección de Chollcholl. Tuvo un hijo
que se llamaba Huenuñ, del cual se originaron otros que se conocieron con los
nombres Curüang, Huircán, Curümañ, Epunañ, Llancamañ y Anquel.
Distribuyéronse estos vástagos del fundador en la zona comprendida entre
Temuntucó, saliente del río Quepe, de oriernte a occidente, y desde este río al
Troltrén, de norte a sur.
Esta familia era netamente guerrera. El cacicazgo adquirido por esfuerzo
propio o por formación de un grupo familiar influyente y la adquisición de
bienes mobiliarios, se consideraban como incorporados a la aristocracia
(nobleza) araucana. Así se habían formado todas las familias más antiguas y
respetadas en diversas secciones del territorio.
De los hijos varones de Manquelef sobrevive (en 1913) Trecamañ o
Fermín, del cual tengo la honra de ser hijo (dice Manuel Manquelef) . Fermín ha
sido célebre por su destreza en el juego de las habas (ahuarcudén) y en la
improvisión de cantos araucanos. Su madre, la cautiva española María La Vaca
Riveros, que adquirió los hábitos y las costumbres indígenas, fue que le dejó, a
la par, el nombre de Fermín. Esta señora argentina había sido esposa de un jefe
militar de Mendoza. Manquelef, alterado en Manquilef, no se contentaba con
repetir los “ül”, cantos entonados por otros indios, sino que diariamente
improvisaba algunos.
Los cantos que más interesaban al anciano cacique son los que recuerdan
los malones, pues en uno de éstos ataques sorpresivos cayó cautiva su madre.
El canto más lastimero que siempre recordaba Trecamañ Manquelef era el
que narraba los fracasos que experimentó su padre en algunos malones a la
Argentina. A consecuencias de esas correrías desgraciadas perdio a parientes y
amigos, de los que varios fueron desterrados a la isla Martín García. El tono que
daba a esta canción era triste en todas sus frases, hasta ser quejumbroso en
algunas: lloraba él y los que lo esuchaban.
Entonces se dedicaba a trabajos de pastoreo, en unión de sus mocetones.
Recorría los campos y los bosques y frecuentaba todas las fiestas araucanas, en
las cuales se le daba el mejor asiento, tanto por su nobleza araucana, como por
su habilidad de cantor”.
MANQUELÍN, 1814, cac. pehuenche que figura en la lista de los
asistentes del parlamento en Malalhué, el 23 de octubre de 1814 con el Padre
Inalicán. (Arch. Mend. Car p. 123 doc.1)
MANQUE LLANQUE, 1779, cac. auca, a lo menos es así llamado. En
mayo de ese año llegó a la frontera una comisión (comercial) que presidían los
caciques Alcaluán, Lincopangui, Comiantü y Manquellán. Otro comunicado
desde Chascomús con fecha 18 de octubre del mismo año decía que “Manquel
es auca”…venían del Volcán; allí los caciques Lorenzo Cayupelqui, Tfegtui y
Lien andú ..y Manquel hacía de cacique (sic!) (AGN. IX. 1-5-9)
ETIMOL: “Collar de cóndor”
MANQUELLÁN, 1820, capitanejo realista de Nueva Imperial que era
hijo de Ambrosio Peñalef.
MANQUELLÁN, Justo, capitanejo de la tribu de Coliqueo (boroga)
Había nacido en la Pampa en 1836. Era un mestizo ladino y muy valiente.
Acompañó al cac. Ignacio Coliqueo, con algunas licencias, cuando se ausentó.
Tuvo gran amistad con el Cnel. Manuel Baigorria y compartía su política
(unitaria). Su primer casamiento hizo con Inocencia Meliqueo (Coliqueo)
fallecida 28.11.1927, o sea con una prima hermana de la esposa del Coronel
puntano, Lorenza Coliqueo. Intervino en la contienda de la Confederación
Argentina (Urquiza) contra el apartado Estado de Buenos Aires (Mitre). El cac.
Calfucurá en una carta del 4 de noviembre de 1858 decía al General Justo J. de
Urquiza que mucha de su gente estaría dispuesta de ir con él, entre ellos Dn.
Justo Manquellán. (Arch. Urquiza en AGN. T. 152 p.97). Había actuado también
en nombre del Presidente en 25 de Mayo. 1859 Calfucurá en otra carta le habla
a Urquiza de una cautiva que se había recogida, cuando Manquillán y
Baldebenito habían invadido (ver cac. Cristo). Justo Manquillán participó con
Ignacio Coliqueo en las batallas de Cepeda (1859 y Pavón (1861) y con él vino
después a radicarse en las Taperas de Díaz (Los Toldos, Prov. de Bs. As.), donde
dejó una larga descendencia. (ver Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos
(4 ediciones) o id. Composición de la Tribu de Coliqueo, trabajo genealógico de
muchas familias, inédito)
En la lista de los capitanejos de la tribu de Coliqueo de 1864 figura Justo
Manquellán- Chauquellan con el sueldo de 250 $ En el libro bautismal del
misionero Pablo Emilo Savino de la Tribu de Coliqueo, se lee en 1876 que se
bautizó su hijo Martín nacido en 1862 junto con su Padre Justo, nacido en 1836
y su madre, nacida en 1846, cuyo nombre era Leufú.
Su hijo Justo Manquillán, nac. 1856 llevó matrimonio con Dionisia
Cayún, nac. 1867, según el libro de Matrimonios de 1910 en Los Toldos (Ella
me contó su historia cuando tenía 100 años probados. Le dediqué un artículo en
el periódico toldense El Municipio, el 30.12.1967:Ñuqué Dionisia Cayún a los
100 años)
Sus hijos fueron Atanasia Cayún- Manquillán, Severo Cayun Manquillán
e Isidoro Cayún Manquillán, Isidoro Manquillán (su madre era Inocencia
Meliqueo o Coliqueo; murió 1927; su sucesora: Juana Manquillán)
Justo Manquillán (hijo), nacido en 1856 y fallecido en 1922, se casó
con Doña Josefa Baigorria (Baigorrita), hija del cac. Luis Baigorria y tenían
cinco hijos: Justa , Juana, Vicente, Florencia y Pablo Manquillán (ver: Josefa
Poncela: La cumbre de nuestra raza. Santa Rosa , La Pampa 1942, 3 vol.
Interesa vol 3) Pablo Manquillán estaba casado con Dionisio Poncela.
1876, a raíz de la destrucción del pueblo “Los Toldos de la Tapera de
Díaz”, en el campo de la tribu de Coliqueo, el capitanejo Justo Manquillán se
separó de la tribu de Coliqueo; pero no sus familiares. No tengo testimonio claro
que se haya incorporado a los ranqueles de Baigorrita. Pero durante la gran
persecución de los ranqueles durante la “Conquista del Desierto” fue ultimado
por un piquete del Ejército del Gral. Roca que perseguía a los indios del cac.
Baigorrita (J. Poncela 1942)

En la Tribu de Coliqueo había otros de la familia Manquillán:


Manquillán, Matías ; su hijo Vicente Manquillán, n. 1874 cas.c. Juana
Torres. Sus hijos declarados en 1904: Cecilia (8 años), Valentina (6), Rosario (4)
Felipe (3) (Lib. Matr.)
Manquillán, Justa cas. c. Modesto Cayuqueo . Su hija María Ceñlina (Lib.
Baut.)
Manquillán ;Vicente ,n. 1871 cas.c. Juana Torre Neculmán n. 1873. Sus
hijos Felipe n. 1901; Alejandra , 1910- 1980
Manquillán Eugenio cas c. Catalina López Coliqueo(Lib. Mat. 1909)
MANQUE MAI, Francisco, 1650, cac araucano chileno, que acompañó
al Padre Diego Rosales en su viaje a Nahuel Huapí. Allí recibió la noticia de que
su hijo había muerto. En señal de duelo se hizo maceraciones y sangrías.
(Rosales: Historia general del Reino de Chile 1877)
MANQUE MILLA,, 1782, cac.pehuenche. Era uno de esos caciques
chilenos que decían que sabían de la existencia de la Ciudad de los Césares.
MANQUE ÑÁN, García (sic), 1877, capitanejo salinero que firmó el
anteproyecto del tratado de paz, el día de la muerte de Calfucurá (AEM doc.
Nº 1232: 3.6.73)
MANQUE NÉ, 1872, capitanejo pehuenche del cac. Udalmán, del Norte
de Neuquén. Figura en el tratado del cac. Caepí y compañeros.
MANQUEO, 1796, cac pehuenche-huilliche de Barbarco. Con el cac.
gobernador Rayguán y 15 caciques del Sur participó, el 6 de abril de ese año, en
el tremendo malón contra la toldería del cac. gobernador Pinchitur de Malalhué
(Mendoza). Entre Rayguán, Chucán y Manqueo le sacaron a ese la lengua “por
alcahuete”. (Arch Mend. Doc. 21: 17.4.96)
MANQUE PÁN; 1793 cac. huilliche. Ese año, O´Higgins tuvo noticias
de que el cacique Manquepán (Valdiviense) había exigido a los indios de Boroa,
Tolten e Imperial a unírsele para vengar las muertes en Cudicó. Efectivamente
un Manquepán y 17 más han sido ahorcados en Cudicó (Arch. Naval de
España,Chile Nº 122) Además el cac. chileno Nauquepayán avisó a los
pehuenches de Barbarco que 600 indios chilenos habían cruzado la Cordillera
antes de que viniese la nevada y mataron a los caciques Manquepán y Coliné y
cautivaron su gente y hacienda. Luego se situaron en los campos de Lain
(probablemente Lanín), a la vuelta de una punta de la Cordillera, no muy
distante de Rucapuli (Arch. Mend. Doc. 12 : 1794)
ETIMOL: Payún (Pan): barba de Bangui (Pán):puma
MANQUE PY, 1796, cac. pehuenche del grupo de Malalhué que
participó en la Guerra Pehuenche. 1795, Manquepy es llamado aún capitanejo.
Luego participó en la expedición contra Rayguán, en marzo de 1796. Al
terminar la expedición fue ascendido en el parlamento de Malalhué a cacique. El
16 de Mayo asistió al parlamento en que debían elegir al gobernador Millaquín
y en octubre de ese mism o año asistió al parlamento de la destitución del
mismo Millaquín. (Arch. Mend. Doc. 20 y 21: 1796)
En las crónicas de Mendoza se lee que Manquepy en 1808 ha visitado al
gobierno de Mendoza. Pero no encontré otros datos.
MANQUE PÍ, Juan, 1840, capitanejo pehuenche del Neuquén. En ese
año tenía 90 años de edad y vivía en Tupungato. Podría identificarse quizás con
Manquepy.
MANQUE TRUZ,, 1854, capitanejo ranquel que figura en la lista del
cacique Guzmán Llanquetruz de cuando hacían un tratado de paz con el
gobernador de Córdoba (Arch. Cord. Gobª T. 239) Según las Memorias de
Santiago Avendaño participó en diciembre de 1843 en el malón que hicieron a
Cruz Alta, cuando creyeron que esa población peryenecía a la Prov. de Santa Fe
y no a Córdoba.
MANQUENAI, cac. poya. 1672 acompañó al Padre Mascardi hasta el
Cabo Vírgenes Fue muerto el 15 de febrero de 1674. (Furlong,G. 1963 y
Campos Menchaca, Nahuel Butá p. 409 dice que el cac. Antullanca mató a los
dos en 1674)

MANQUI ver LINCOQUEO


El árbol genealógico frondoso de los capitanejos y de las familias de
Manqui empieza con Lincoqueo y de pronto se cambia en Manqui y persevera
así hasta nuestros días. Hay frecuentes entroncamientos en la familia Coliqueo
en la Tribu de Ignacio Coliqueo y sus descendientes. Posible antecesor era
Llami Manque o Manquefú (hermano del cac. Ignacio Coliqueo) Eran de la
nobleza araucana
MANQUI , Ignacio 1831 – 1871 cas. Con Justa Peinegnerr y con Antón
Coliqueo. Lo hijos de Ignacio y Justa son Anita Manqui (1864-1887); Agustina
Manqui (1866 – 1897) y Francisco Manqui (1865 – 1931)
MANQUI, o LINCOQUEO, Francisco casado con Cirila Catricura
Sus hijos todos con el apelido Lincoqueo: Ambrosio, Marcela, Iidoro,
Valerio, Dionisio, Jacinta Rómula; ésta casada con Marcial Urbano Coliqueo
tuvo 11 hijos. Ambrosio estaba casado con Carlota Ruiz o Paillán (1885-1944).
MANQUI, Martín 1909 – 2005 cas. Con Marìa Angela Diperna, fue
Comisario de policía que me ayudaba a elaborar el árbol genealógico completo

MANRIQUE, 1750, cac. tehuelche nombrdo por Falkner en su libro


Descripción de la Patagonia 1774, nueva ed. Hachette Bs.As.
MANSILLÁN, 1882, capitanejo pehuenche que tenía toldería sobre el
lago Huemicó. Allí hospedó al cac. Queupú. En una sorpresa del Teniente
Ruibal éste fue apresado, más aquel escapó. Su hijo José es mencionado por C.
Rusconi IV p.220.
MANSO, Simón o SIMÓN, cac ranquel. 1883 estuvo confinado en
Conesa. El misionero que allí lo conoció, anota que se interesaba por la
enseñanza religiosa. (Arch. Salesiano de Bs.As. caja 201 p. 58)
MANTABILE, 1573, cac. comechingón de Yxana, Cerros de Soto,
Córdoba; encomendado a Suárez (Montes ob. cit. p.58)
MANUEL GRANDE ver cac. Grande
MAÑACAIKE, 1879, cacique que fue apresado por los expedicionarios
de la Conquista del Desierto. Se conoce una fotografía suya con el grupo
familiar, cuando ya eran prisioneros (Arch Gráf. Nac. B. 114 927.R.P. Raúl
Entraigas la reproduce en: Piedra Buena y otros.
MAÑIL ver Maguihuenú
MAOCHÚN, 1582, cac “de nación chana” del Distrito de Buenos Aires
por la repartición de Juan de Garay, encomendado a Hernando Jiménez .
MAPU HUEQUE, 1797, cac. huilliche. El 8 de diciembre de ese año
había realizado un malón contra los indios del cac. Rayguán (Arch. Mend. 1797)

MAQUES,1831, capitanejo pampa. Ese año recibió auxilio de Rosas,


como también el capitanejo Nicasio Rosas (y otros que estaba preparando para
la Expedición al Desierto) Capdevilla: Tapalquén I. p. 70) El nmbre debe ser
alterado.
MAQUEU NAI ver Menqueunai
MARI ANTÚ, 1646, cac. araucano “sublevado”. Invadió a Negrete junto
con Carihuanque y Catrinagüel, En febrero de 1647 se avino a la paz; asistió al
parlamento de reconciliaión en Quillan; pero al final de la jornada, el
gobernador propuso sentenciar a tres rebeldes y exponer sus cabezas en el cruce
de los caminos. Lamentablemente se cumplió así (Gay: Historia 1847, III. P.
79). El cac. Alcapangui juró entonces procurar la venganza por los difuntos.
ETIMOL: Marí: diez ; Antü: soles
MARI ANTÚ, 1752, cac pehuenche. El 21 de febrero de ese año, lo
visitó el misionero Padre Bernardo Haevstadt. Lo halló junto con el cacique
Tureupichún en Pichicovudleufú (Diario en Chilidungú ed.1891 p. 912)
MARI COLY, 1791, cac. mapuche chileno. En agosto de ese año se
corrió la noticia por la frontera bonaerense, de que, hacía cuatro meses, habían
salido de Villarrica los caciques Caneculú, Topalasquén, Maricoly, Fitugún y
Güilichené. Los primeros habían estado con el cacique puelche Lorenzo
Calpisquis en el paraje de Tapalquén. (Celia Priegue;Extensión de los
Guennaken en ETNIA Nº 3 Olascoaga,1966 nota 16. Yo no creo que sean
Gennaken )
ETIMOL: Mari: diez y Coli: rubio, rojo

MARI COLÍ, 1851, capitanejo salinero de Calfucurá. Figura en la lista


de los jefes obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10.4)
MARICH, 1582, del Distrito de Buenos Aires por el repartimiento de
Juan de Garay; encomendado de Andrés de Ballejos.
MARI CHEO, 1881, capitanejo picunche (pehuenche) del Neuquén. Fue
hecho prisionero por tropas expedicionarias del Gral. Ortega. Murió en Cuadro
Benegas de San Rafael (Mendoza)
MARI FIL, 1973, cacique de la actual agrupción aborigen en Limay
Centro (Neuquén) J. Raone reproduce su foto en el Folleto “Neuquén” Nº 2
1973 p. 34 y otra p. 41
MARIFIL es otra familia entroncada en la familia y tribu de Coliqueo
(Los Toldos Prov. Bs.As.). Proviene de un capitanejo o cacique Marivil de
Maquehue (Chile). Ignacio Huanquivil cas. con Luisa Umaihuer es la familia
más vieja. Francisco Marifil n. 1819 cas. con Rosa Quintrequeo es oyra y
también Duguillán (Coliqueo) cas. con María Avendaño son antecesores de los
que se conocían en la Tribu de Coliqueo, casi todos casados con familias de la
nobleza araucana. Se destacó Pablo Marifil (1888-1952) casado con una nieta
del cac. Ignacio Coliqueo, es decir con Felisa Coliqueo o Catalán (1884 – 1969),
hija de Lorenza Coliqueo que había sido esposa del Cnel. Baigorria. (El
borrador del árbol genealógico es largo) Marivil era también un topónimo de la
Pampa donde vivía el cac. Carripilún en 1806, como anota Luis de la Cruz en su
Diario.
MARI HUALÁ,1820, cac. mapuche de Santa Fe (Chile). Intervino en la
Guerra a Muerte junto con los caciques patriotas J. Colipí y Venancio Coñuepán
(T. Guevara 1910 p. 134) Después de la batalla de San Carlos, el 26 de
septiembre de 1821, tuvo que retroceder. Marihuala y Neculpán fueron
agredidos por los indios realistas.
MARI GUÁN, cac. entre los picunches. Era embajador del cac. Maguíñ
ante Calfucurá (dice Santiago Avendaño en sus Memorias y lo llama
Marihuana). Era un cacique chileno, quien. Como otros venía periódicamente
para comerciar sus tejidos y llevarse haciendas. 1841 figura en una lista de
caciques chilenos que se hallaban en la Argentina Tierra Adentro. 1846 estuvo
comprometido en la invasión que hicieron al cac. gobernador Guzmané y a los
aliados en el sur de Mendoza. El Excautivo Avendaño dice en p. 119 que era ya
anciano y juicioso. “El cac. Mariguang vino a la toldería de Pichón (Pichuiñ)
Guala, cacique principal de los ranquilches, en Toay, para hacer un tratado entre
los picunches de Aylla Llancá y los ranqueles (creoen 1847). La comisión es
taba compuesta por los caciques Mariguana, Guiria-ñancú y Melinagüel Hizo un
discurso de introducción como de cuatro horas con potente voz” Sntiago
Avendaño estaba presente.
En otra oportunidad el cac. Mariguana se unió con el cac. Calbié de los
ranqueles para invadir (Sosa Morales: El Comndante Rodríguez Bs.As. 1968
p.51) La última noticia de él es de Junio de 1870, que participó con el cac.
Liefcurá en el malón de protesta en la zona de Tres Arroyos y luego atacaron l
Guardia de Pillahuincó.
MARI GUÁN, 1876, capitanjo ranquel. Era hijo del cacique Epugner,
nieto del cac. Painé de Leuvucó. (Arch. Río Cuarto doc. 624)
MARI GÜEN, 1796, cac. pehunche que intervino en la Guerra
Pehuenche con el bando de Malalhué. El 1º de marzo de ese año figura en la
lista de 12 caciques que realizaron la expedición punitiva contra los indios de
Rayguán de Barbarco (Arch Mend. Doc. 20)
MARI LAF, Juan, 1751, cac. araucano que tenía su capilla en la
jurisdicción de Mulchén, “contigo al bosque de manzanas”. El 5 de noviembre
de 1751 fue vistado por el misionero P.Bernardo Haevstadt (su Diario de 1777)
MARILAF, 1830, cac. ranquel, hijo del cac. Epumer de 1806. Fue padre
del cac. Michicao.
MARI LEO o Marileu, Marilef, Marileufú, 1820, cac. borona, hermano
Del cac. Manquefú ( Manqueleufú). Ambos emigraron de Chile por la
Guerra a Muerte; llegaron a afincarse en la zona de Guaminí. Pero en 1833 se
separó de ese grupo “por instigación del cac. Nauquita”, dice Rosas en una
carta. Rosas los hizo perseguir. Sólo Nauquita se salvó escapando con 60 indios
(AGN X. 27-5-6: 3.2 y 8.6.de 1833 p. 539) Marileo también se salvó. Había
entrado en relaciones de paz con Rosas junto con los caciques Rondeao, Melín y
Cañiuquir ya en 1830 (AGN S.VII Biedma 10-4-14. 28.11.30). Después de esa
persecución del año 33, volvió a Guaminí y con Mariqueo, Antivil y Güeli “han
venido a pedir misericordia”,-escribió el Cnel. Manuel Delgado a J.M. de Rosas
(AGN 27-5-6 p. 536)
Marileo había estado en Chilca, cerca del cac. Llanquetruz, pero poco
después huyó de allí, cuando supo que venía la expedición al mando del Cnel.
Delgado quien se hizo acompañar con indios borogas (AEM doc. 244: 6.6.33)
En Julio de 1833 se entregaron, como dije, pobres y desarmados los
caciques Marileo, Güeli y Antivil. De una carta del cac. J.Ignacio Cañiuquir, de
septiembre de ese año, nos informamos sobre su nueva ubicacición, pues en la
carta le dice a Rosas, que había encontrado mucha mortandad por viruela
cuando estaban boleando cerca de las tolderías de los caciques Mulato, Marileo,
Calfutrai y Lincolaf (ib. 16.9.33)
Rosas, celoso de todos los indios chilenos que había en la pampa, los
puso bajo un severo conrol. En octubre convocó a un gran parlamento. Pero
aparecieron recién el 6 de ese mes los caciques Cañiuquir, Rondeao, Melín,
Caniullán, Marileo, Mariqueo, Calfutruz, Antivil, Mulato y los demás
caciquillas. Les exigió que hicieran una vez más una expedición contra los
indios de Llanquetruz. Ellos resistieron, diciendo que querían vivir en paz con
todos (AGN X 27-5-6). Terminada su campaña al Colorado, Rosas pensó cómo
eliminar a estos chilenos (Véase las biografías de Melín y Rondeao)
Este grupo borona fue atacado en septiembre en el ASALTO DE
MASALLÉ, no por las tropas de Rosas, sino por indios chilenos (adversarios de
éstos) que se habían puesto en contacto anteriormente con Rosas.
El primer informe de ese asalto que le mandara el capitán indio Pablo
Millalicán al Cnel. Manuel Delgado, estacionado en 25 de Mayo (3.10.34) dice
que Marileo lloró (AGN X. 24-8-6). Cuando tres días después el mismo Capitán
Millalicán (que era escribinte) hiciera una lista de los caciques que habían
quedado sin dispersarese y sin haber sido llevado al cautiverio de Calfucurá, no
incluyó al cac. Marileo, ni a Mariqueo ni a Antivil (AGN ib.) Incluso se lee en
un documento que Cañiuquir se comprometía a avanzar sobre la toldería de
Marileo, refugiado entre los ranqueles (ib. 14.11.34) Rosas, pues, explotaba
hábilmente su deseo de vengar el asalto de Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y
sus indios; desvió la expedición de Francisco Sosa acompañado de borogas
“ofendidos” hacia el país de los ranqueles. El 30 de octubre hizo atacar a los
indios de Mariqueo, Anteleu, Inaipil, Ancapí y Cheuquepil distantes a dos
jornadas. El combate de éstos incluía a los indios de Marileu, tuvo lugar el 3 de
noviembre en “La Travesía”. (AEM y AGN X. 24-8-6)
Los restos que habían quedado en la pampa fueron asumidos por Juan
Calfucurá, quien volvió en 1835 (yo creo antes ya) a invadir a los borogas en
Guaminí. Y Marileo estuvo en el cautiverio en Salinas Grandes.
1847 recién había de nuevo noticias de él. O quizás de uno de sus
hermanos. Porque el 4 de octubre de 1847 llegó el capitanejo Marileg al Azul
para avisar de parte de Calfucurá que los ranqueles se preparaban para un malón
(Rev. De Azul Nº 2 p. 173). Y en Mayo de 1852, o sea después de la batalla de
Caseros y el malón sobre Bahía Blanca, Calfucurá mandó de nuevo una
comisiçon al Azul para recobrar del Cnel. Pedro Rosas y Belgrano la libertad de
Millaqueo, hijo de Calfucurá. Marileo fue en representación de su hermano
Manquefut, dice el documento (R. Capdevilla: Pedro Rosas y Belgrano, ed del
autor en Tapalquén 1973 p. 103)
En octubre de 1857, Marilef volvió en comisión del cac. Calfucurá y de
su hermano Manquefú al Azul.haciendo al gobierno de la Provincia de Buenos
Aires una nueva propuesta de paz, aunque ya estaba comprometido con el Gral
J.J. de Urquiza quien se preparaba para la lucha contra el Estado (apartado) de
Buenos Aires . Calfucurá ya había lanzado su idea de formar una Confederación
aborigen en la Pampa. Fue provocado y combatido en la batalla de Pigüé, el 28
de febrero de 1858 (Monferrán Monferrán:El Ejército de las operaciones del Sur
y la batalla de Pigüé p.26)
Es posible que el malogrado cac. Marileo haya perdido su vida en esa
batalla. En tiempo de paz, qué cacique bueno habría sido. ¿No?
MARILEUVU, o Marilevi, Francisco, en 1774 fue uno de los principales
caciques de los cuatro Butamapus de Chile . 1782 el 12 de diciembre estuvo
presente en Santiago en parlamento con el Gobernador O´Higgins. (L.Leon p.
223 dice, que era hijo del cacique Curiñancó).
MARI LEF,1871, cac. chileno. Se ha publicado una descripción de un
machitún en la toldería de este cacique en Ranco, Prov. de Valdivia. (En:Rev.
Junt. Estud. Hist. Mendoza vol XII p. 193)
MARI LICO, 1823 en la pampa, junto con el cac. Barbón. Es probabele
que hayan boleado avestruces, cuando los atacaron. (F. Morales Guiñazú:
Primitivos habitantes de Mendoza 1937) var cac. Barbón.

MARI LUÁN, Don Francisco, 1820, poderoso cacique araucano de


Collicó (hoy Ercilla) era de noble estirpe; pero ignoró el nombre de su padre. La
madre, según T. Guevara, habría sido hija del cacique Quilahueque (Guevara,
1910 p. 84). Es llamado Señor de los llanos. De joven se había educado en
Chillán, en el colegio que los Padres franciscanos fundaran para la educación de
los hijos de caciques. Sabía por eso hablar en castellano y era de religión
cristiana que le acercó a los blancos y en su tiempo a la política de los realistas.
DESCRIPCIÓN DEL CACIQUE (realista)
"Era un indio sumamente bravo -dice Vicuña Mackenna en su libro
Güerra a Muerte (p. 680) - batallador que, para alentar a los suyos en la batalla,
se tiraba del caballo en medio del entrevero y peleaba a pie sin más armas que
su lanza. Era membrudo, pero pequeño de cuerpo, de rostro duro y atezado.
Veíase siempre adelante de sus mocetones azuzándolos con el "¡Ya, ya! ¡Lape.
lape! que precedía al toque de culcú, antes de las cargas, y no volvía a
retaguardia sin que su lanza chorreara sangre o sin que la derramase él de sus
heridas.
"Pagábase mucho de las lisonjas de los huincas. Ostentoso, como el
cacique Colipí, su peor adversario, gustaba vestirse en los días de gala con un
sombrero apuntado y casaca roja, recamada de oro que había pertenecido a
algún brigadier. Por nada consentía en que omitieran el "don" en su tratamiento
y tenía a orgullo el ser compadre de un generalísimo del Rey, Don Juan Manuel
Pico.
"No era un salvaje feroz ni perverso, como otros caciques; Chiuca,
Peñoleo, o el viejo Calfucurá que empeñaban las lanzas sólo por razón de
matanza y de botín. Parece lo contrario, en su pecho guardaba sentimientos
tiernos; pues para hacer la paz, puso la condición que le devolviesen una hijita
pequeña y entregó, en cambio, como prenda a su adorado hijo Fermín, en 1827."
(Tomás Suitliff: Sixteen Years in Chile and Perú, p. 158)

Guerra a Muerte

A Mariluán le tocó pelear en la Guerra a Muerte, consecuencia de la


Revolución por la Independencia chilena y de peleas ancestrales entre las tribus.
Esta lucha se inició prácticamente inmediatamente después de la batalla de
Maipú, en 1818 y terminó con la rendición de Mariluán que se había
comprometido con los defensores de la causa del Rey. Luchó contra muchos
indios que se habían incorporado a las filas de los ejércitos patriotas. Voy a
señalar algunos hechos en los que actuó el cacique Mariluán con sus indios.
Mayor información sobre esa larga guerra da Vicuña Mackenna en el libro
citado y T. Guevara en otro titulado Los araucanos en la Revolución de la
Independencia, Santiago 1910-
Francisco Mariluán vivía entre las tierras de Juan Colipí de Malleco y de
Don Venancio Coñuepán de Lumaco, ambos amigos de 0'Higgins y fanáticos
patriotas. Eran viejos enemigos del "ulmén" de Collicó. Este se alió a los
caciques F. Maguín Huenú, toqui de los huilliches y con los caciques borogas.
Hizo también causa común con los jefes de la resistencia realista. Había sido
subvencionado con sueldos por el erario del Rey, desde el parlamento de paz de
1797 que terminó en Chile con la Guerra Pehuenche (T. Guevara ob. cit. p. 24).
A la batalla de Maipú siguieron los combates de Talca, Valparaíso, Parral,
Cauquenes, Chillan y Los Angeles. El general José de San Martín dejó sus
tropas argentinas, unos 3.000 hombres, al mando del general Balcarce, quien
sostuvo la continuación de la lucha, hasta que por enfermedad, en septiembre de
1819, dejara el mando de las tropas a mano del coronel Ramón Freire de
Concepción. En las batallas del Bío Bío (18.1.19) y en Nacimiento (31.1.19) que
sostuvo el coronel español D. Juan F. Sánchez, corrió mucha sangre india.
Murieron 600 o más.
Vicente Benavides, chileno patriota, primero, pasó luego al bando
realista. destacándose por su ferocidad implacable, más que por su talento
militar. Pero se apoderó del mando de los realistas a pesar de que había entre
ellos generales, hacendados, curas y miles de indios con jefes inteligentes y
valientes. Benavides hizo de Arauco y Chillán, el centro de la resistencia
realista. Allí atacó al general Pedro A. Del Alcázar. Contaba para ello con
refuerzos del Perú. El 18 de septiembre de 1818, marcharon Bocado y 3.000
indios de Mariluán y Maguín contra el fuerte de Concepción. El 11 de febrero
de 1819, Mariluán y sus indios rodearon 50 hombres de R. Romero y no sé, si
algunos de éstos lograron escapar con vida. Luego los indios salieron en malón
contra Los Angeles.
El 20 de febrero de 1819 estos realistas recuperaron a Tucapel. En
noviembre retomaron a Chillán, vengando una derrota en Yumbel, donde
Mariluán se había mancado. No por eso dejó de pelear.
Los caciques Colipí, Coñuepán y Quilapí se conjuraron por entonces a
efectuar una entrada fulminante. El 9 de diciembre de 1819 llegaron mil indios,
acompañados por el general Alcázar y su tropa, al Bío Bío. Pero toda la
Araucanía se les mostraba hostil, plegándose especialmente los borogas a la
resistencia. El coronel Ramón Freire y el general Alcázar prometieron unir todas
las fuerzas para una eficaz expedición.
El 20 de febrero se produjo la toma de Valdivia por los realistas. Andrés
Alcázar, al retirarse de Los Angeles para unirse a Freire, fue sorprendido y
sitiado sobre el Río de la Laja. El 26 de septiembre decidió rendirse bajo
garantía de su vida y la de sus soldados; pero el pérfido Benavides hizo lancear
a todos. Otra matanza, que no conoció sino crueldad, se produjo en Yumbel (T.
Guevara p. 197). El gobernador Freire se retiró incluso de su Concepción y fue a
Talcahuano, donde fue sitiado hasta que por mar le llegara refuerzo. De esta
manera, toda la Araucanía quedaba bajo el control de los realistas.
El 2 de octubre, Benavides irrumpió en Concepción; los Pincheiras
atacaron a Chillán; pero el 7 de octubre, en la batalla de Ñuble, Benavides tuvo
una pérdida de 200 hombres y huyó. El 25 del mismo mes se produjo una
reacción realista causando 150 bajas entre los patriotas. El 27 del mismo mes,
triunfó Freire en la batalla del Río Ñuble y restó a los adversarios 400 hombres.
Pero en la retirada, los montoneros realistas incendiaron nueve pueblos y
desolaron sus campos. Después de la batalla de Chillán, el 24 de diciembre de
1820. el coronel Freire insistió en una nueva expedición punitiva.
Allí empieza el capítulo de la reacción patriota y la persecución contra
Mariluán y sus adictos (T. Guevara cap. VII).
En noviembre de 1821, el sobrino del coronel Joaquín Prieto, el futuro
presidente Manuel Bulnes (de sólo 21 años) hizo con sus tropas una entrada a la
Araucanía audaz, faldeando la Cordillera Oriental de Nahuel Buta, acompañado
por el cacique Venancio Coñuepán y sus indios. Tuvieron exitosos encuentros
con el coronel Pico y el cacique Mariluán. Luego, sobre el Río Imperial los
contuvo el renombrado cacique boroga Curriqueo.
En diciembre salió también el coronel Prieto a otra expedición, llevando
consigo a unos 1.000 indios patriotas, pero pronto tuvo que retirarse. Asimismo
salió a expedicionar el coronel Ibáñez con la esperanza de batir al cacique
Mariluán. El 12 de enero de 1822 tuvo lugar la batalla de Lumaco. El general F.
Salazar y el cacique Lempi derrotaron a los indios de los caciques Mariluán.
Catrileo y Carrero. Sucumbieron unos 200 indios (T. Guevara ib. p. 232).
Después de una tregua corta, el coronel Prieto y el infatigable cacique
Venancio Coñuepán volvieron a invadir a los realistas del sur. Se chocaron el 7
de octubre de 1821 a orillas del Río Ñuble, quedando nuevamente unos 200
muertos en el campo de la batalla. Benavides, que había participado, huyó de
nuevo; Mariluán quedó en sus llanos.
En noviembre del mismo año, Manuel Bulnes volvió al ataque con
bastante éxito. El 14 de noviembre pasó el Río Cautín y atacó en San Carlos
(26.11.21), de manera que Mariluán tuvo que replegarse, después de haber
perdido unos 80 indios (ib. p. 295). Un mes más tarde, los patriotas lograron
eliminar al cacique Curriqueo, lo que hizo dudar a Mariluán, si debía continuar
la lucha. Aún no era la hora de entregarse (ib. 46).
Durante el año 1822 seguía la lucha. Los coroneles Prieto y Bulnes
expedicionaron por el centro de la Araucanía. Mariluán seguía en todas las
órdenes a su compadre, el general J. M. Pico. "Le obedecía como su caballo
llevado de la brida" —dice Vicuña Mackenna (p. 772). Después de la rendición
de Quilapalo, el 27 de marzo de 1822, el general Pico que había entregado a
4.000 realistas y siete frailes, se retiró a la toldería de Mariluán en Collicó.
Y allí salió de nuevo a dar batallas a sus perseguidores; primero en el
Estero de Pile (afluente del Río Bío Bío), el 2 de abril de 1822 (Vicuña
Mackenna p. 673). Sostuvo otros combates en Bureo, Puren y Lumaco.
Finalmente M. Bulnes tomó coraje y penetró en las tolderías de Collicó, cerca
de Angol y Mulchén; arrasó sus reducciones, pero los indios las habían
abandonado a tiempo. El 20 de abril aparecieron en Tucapel y Nacimiento. Don
Francisco Mariluán estaba decidido todavía a no aflojar e hizo escribir una carta,
el 23 de diciembre, dirigida al coronel Freire, retando en ella a duelo personal a
los caciques Don Venancio Coñuepán y Lempi que no lo aceptaron.
Medio año más, Mariluán parecía ablandado. "Me ha prometido
Mariluán, informaba Freire el 23 de junio de 1823, que todos se darán las manos
y se hará una paz general" (Vicuña Mackenna p. 687).
La Guerra a Muerte estaba extinguiéndose en Chile, aunque hubo nuevos
rebrotes en la Argentina que se apagaron recién en 1839.Los caudillos realistas
habían desaparecido: Benavides fue fusilado en 1822, el sacerdote Ferrebú. en
1828 y Juan M. Pico. en 1824.

Termina la guerra
El 20 de abril de 1824, el gobierno chileno fue informado que Mariluán
había ofrecido la paz: "Mariluán se reúne a la Nación Chilena. V.E. conoce bien
el talento militar de este respetable corifeo, pues tiene grande ascendiente en los
ánimos de sus súbditos naturales. Este, pues, halagado por mis invitaciones, me
protesta amistad a presencia del Comandante Barnachea, a Don José
Guayquillanca, su sobrino, a Don José Payllamilla, sobrino del cacique
gobernador Dumacán y a Don Juan Marillanca, hijo del capitanejo Carrianca
(Vicuña Mackenna p. 777).
En junio de 1824, los Pincheiras y sus montoneros buscaron nuevamente
la incorporación de Mariluán. pero en seguida los abandonó en el Río Duqueco
para buscar definitivamente la paz.
El 10 de enero de 1825 se sometió formalmente al gobierno patrio
chileno, en el parlamento que se celebró en Tapihué, cerca de Yumbel. El tratado
con el Cnel. Pedro Bernachea en Los Angeles lleva la fecha 7 de enero de 1825
y su texto fue publicado por el Dr. Jorge Pavez ( en Anales de Descalificación,
2005, París p. 47 ss) En 1827 reiteró su juramento en otro parlamento y así se
hizo la paz en la Araucanía (Campos Menchaca: Nahuel Buta, p. 165). No sé
cómo concluyó su vida. Lo conocemos en cuanto luchó por sus convicciones y
sus simpatías o antipatías, que hizo con tremenda consecuencia.
(Etimología: "Diez Guanacos" [Luán: guanaco]).
MARI LLAN, Juan, 1822, capitanejo chileno llanista del gran cacique
Mariluán. Fue su embajador en 1824, cuando inició los trámites de la paz y
reconciliación (T.Guevara, 1910 p. 351 y Vicuña Makenna p. 778)
MARI LLÁN, 1878, cac. salinero de Namuncurá que apareció en los
documentos cuando las tropas expedicionarias iniciaron la úlima fase de la
persecución. Seguramente ha vivido muchos otros momentos con la tribu de
Namuncurá. Su nombre figura ya en 1873 en el anteproycto del tratado de paz
que más de 200 caciques y capitanejos firmaron el día del fallecimiento de
Calfucurá (AEM doc. 1232: 3.6.1873). En 1878 huyó en compañía de los
caciques Querenal y Carrenque hacia el Sur. Acompañóle una de sus mujeres de
Namuncurá y dos de sus hijas. De manera que se ve que era hombre de
confianza del cacique General de las Salinas.
El 11 de junio de 1979 el Sargento F. Monteagudo descubrió su paradero
a unas seis leguas del Chadileufú (Olascoaga II. P. 110). El Comandante
Saturnino Torres, sabiendo esa noticia, salió a buscarlo. Le mandó primero una
vieja para decirle que enytregasen sus armas y se sometieran, que serían bien
tratados. El cacique le contestó que dudaba de su palabra, que pelearía antes de
entregarse. Luego, el General Napoleón Uriburu cuenta en un dramático
informe sobre el encuentro que tuvo lugar el 28 de junio de 1879 en la zona de
Auca Mahuída, cuyo resultado habrían sido 14 muertos, 5 indios prisioneros y
106 de la chusma; los demás escaparon y se dirigieron al país de los manzaneros
(Olascoaga II p.32 y 187 y 151 y 167)
Marillán fue nuevamente objeto de perecución durante la Campaña de los
Andes, al Sur de Patagones que dirigía el Gral E. Villegas en 1883 . (Su
informe fue publicado en 1883). En noviembre de 1882 Marillán y los suyos
fueron atacados por el Tnte. Coronel Ruibal entre el Cerro Relem y Chañy en
Neuquén y nuevamente logró escaparse, dejando en manos de sus perseguidores
24 prisioneros de sus familiares (chusma, como se decía entonces) ib. p. 213.
Luego perdí yo también la pista de este cacique desafortunado. Talvez ha ido a
Chile
En la Pampa , en el Departamento Limay Mahuída existe su nombre
como topónimo- antropónimo que recordará a la población al cacique
perseguido.
MARI LLANCA, 1820, cac. patriota chileno que peleba en la Guerra a
Muerte junto con los caciques Catrillanca y Huayquillanca, que probablemente
eran sus parientes (T. Guevara, 1910…)
MARI MÁN, 1774, cac. pehuenche que residía cerca del volcán Osorno
y el Río Bueno (Chile) Informó al Capitán don Ignacio Pînuer que sabía algo de
la Ciudad de los Césares (Rev. Junt. Hist. Mend. IX p.96)
MARI MÁN, 1881,cac. araucano que vivía en Cudihué (Chile)
MARINAHUEL, 1783, era señalado por el cac. auca, como enemigo de
Chulilaquín (Diario de Villarino, en de Angelis V p. 580)
MARI NAO, 1821 – 1882, cac. patriota de Santa Fe (Chile) en la guerra
a muerte estaba peleando junto con el cac. Cuminao.(T. Guevara, 1910
Cap.VII). 1852 era cacique en Mañedehue, cerca de Panguipulli, Sud/Oeste del
lago Calafquén. Su hijo mayor era Callfunao. Acogió bien a los misioneros
capuchinos. Por eso fue muerto por dos indios, inhumanamente sacrificado. Su
hermano Cypriano mató a los dos, padre e hijo por ingratitud, envidia y por odio
a la fe; por eso son mártires. (Relaciones de las Misiones Capuchinas en Jorge
Pinto Rodríguez: Misioneros en la Araucanía ,1600 - 1900, Temuco 1988 p.
297)
MARIN o Maríñ, Marinahuel 1820, cac. patriota de Trihuelmu, cerca de
Angol. Se incorporó también en la Guerra a Muerte como patriota junto con el
cac Juan Millanamún al cac. Venancio Coñuepán (T. Guevara 1910 p. 124)
1825 se halló un cacique Marín en el parlamento de paz con los pampas y
ranqueles en la laguna de Guanaco. Si es el mismo que nombramos, habría
inmigrado a la Pampa, como tantos otros por la Guerra a Muerte en Chile.
1847 aparece su nombre en una lista de caciques racionados en Azul
(Rev. Arch. Azul Nº 2 p. 145). 1874 un cac. Marín estuvo sujeto al cac. Rondeao
en Cruz de Guerra en 25 de Mayo y con él fue envuelto en la Revolución de B.
Mitre (septiembre de 1874). En el combate de Saladillo fue herido por el Cnel.
M. Espinosa. Fue apresado y llevado a la Isla Martín García. 1877 aún se
hallaba allí. El cac. Namuncurá pidió al Gobierno Nacional su libertad. No sé si
llegó a gozarla. En la Isla o Cárcel de Martín García había una gran epidemia de
viruela (A. Rodríguez 25 de Mayo p. 118 y E. Zeballo; Calfucurá ed. 1934 p.
247)
MARI ÑÁN, 1776, cac pmpa ranquel que vivía cerca de Chaquilque. De
las Casas en su Censo le atribuye sólo 10 indios de escolta y 6 toldos (en: De
Angelis IV p. 584) No sé decir si él fue muerto a raíz de una invasión a Cabeza
de Tigre y Cruz Alta el 26 de septiembre de 1785. 250 indios lucharon contra 60
soldados al mando del Comadante Ventura Montoya (ver Est. R. Barbero: Cruz
Alta, 1990 p.50 ).
MARI ÑÁN, 1806, cac. boroga que se había criado en la Pampa con el
cac. Quichepí. Don Luis de la Cruz, al cruzar la Pampa en ese año, lo vió y le
habló en idioma puelche. Le dijo que había robado su mujer a los huilliches.
Estuvo anteriormente en la Guerra Pehuenche. (Luis de la Cruz, en De Angelis .
p. 151)
MARI ÑANCO, Leandro, 1865, cac. mapuche de Valdivia, Chile
La primera documentación que de él tenemos es un pasaporte extendido
el 10 de abril de 1865 en Valdivia para él y dos hermanos: Juan José Levicurá y
Bernardo Namuncurá, parientes del cac. Juan Calfucurá de Salinas Grandes,
con quien han actuado anteriormente ya y luego. (Ver nota biográfica de
Bernardo Namuncurá) El pasaporte era para ir a Buenos Aires (AEM). Una
segunda nota que lo nombra es un parte de 1870 del malón a Tres Arroyos y
Pillahuincó, pues, él y su hermano encabezaron un escuadrón de indios. (ver
nota biográfica de Namuncurá)
MARI PÁN, 1787, capitanejo de los puelches del cac. Roco sobre el río
Diamante (Mendoza) Arch. Mend. Doc. 37 : 1787) ETIM: Diez pumas
MARI PÁN, 1825, cac. pehunche que participó en el parlamento de paz,
el 13 de diciembre de ese año, convocado por los hermanos Oyuela. También
estuvo en ese otro parlamento en Tandil. Es probablemente pariente del cac
Millagüín que intervino en la Guerra Pehuenche ya en tiempo del cac.
gobernador Ancanamún quien era su hermano (Arch. Mend. Doc. 31: 1797)
MARI PÁN o MARIPÁN MONTERO, cacique de Maquehue (Chile)
Don Agustín Montero le dedicó una reseña en el libro “Historias de familias del
siglo XIX” de Tomás Guevara ed. Temuco 2002 cap. XVII p. 141 - 144 )
“Nuestra familia nace del guerrero incomparable Francisco Montero, así
lo llamaban los indios a Juan de Dios Montero que conocemos en la biografía
de Venancio Coñuepán”. (Don Agustín menciona un folleto de Joaquín Vallejos
que reseñó la historia de ese personaje) Era Sargento chileno del ejército que se
sublevó contra el Rey (el gobierno español). En una entrada que hizo llegó a la
tierra de Venancio Coñuepán de Choll Choll y lo acompañó con un piquete de
70 coraceros. Así entró en la lucha contra los realistas y sus indios aliados. Se
hizo como mapuche, hablaba en idioma araucano, se ponía poncho y chiripá y
se dejaba crecer el pelo. Se casó con la hija del cacique Ancafilú, padre de
Domingo Melifilíu. La niña se llamaba Ngümayfilú, pero le decían mallé. “De
esta unión salió Maripang Montero, mi padre”
Después de buenas actuaciones en tierra araucana, al sur del Bío Bío, el
gobierno despachó a 4000 indios con el cac. Venancio Coñuepán y sus patientes
a pasar a la Argentina persiguiendo a los realistas que se habían escapado a la
llanura pampeana y “Francisco” es decir Juan de Dios Monteros le acompañó
con 70 coraceros. Llegaron a Melincué, de donde mandaron correspondencia a
Chile diciendo que no habían tenido éxito, ni podían volver, porque los realistas
ocuparon todos los pasos de la Cordillra (ver Hux, Meinrado: el gran artículo
biográfico sobre Coñuepán (ya en Caciques Borogas y Arucanos ed. El Elefante
Blanco Bs. As. 2004)Origen y familia – su actuación en Chile – su actuación en
la llanura bonaerense – en Tandil (1827) – en Bahía Blanca (1828) – durante la
revolución de J. Lavalle – durante la Campaña de Rosas al Desierto (1833) –
Después de la Expedición al Desierto – el año 1836, trágico para Cañiuquir y
Coñuepán).
1827 se presentaron al Cnel. Estomba en Tandil y por él se
ofrecieron al nuevo Gobernador de la Provincia Juan Manuel de Rosas.; quien
los aceptó como también al cac. Melipán. Acompañaron al grupo fundador de
Bahía Blanca. Coñuepán con 30 indios y Juan de Dios Montero con 25
coraceros formaban la vanguardia. Sufrieron luego un revés por los inios
pincheirinos. “Monteros ardía por vengar la derrota “ (Arch Gral Nac. S.V. 16-
10-5) Entre la tropa formaba el Tnte . Montero con 25 carabineros. En otro
ataque Montero recibió una grave herida. Para que quedara, Estomba le dijo “en
forma reservada” que tenían el proyecto de una próxima expedición y lo
necesitaba.
Cuando el 1º de diciembre de 1828, los jefes de Bahía también se
adhirieron con los unitarios, J.M. de Rosas ganó a los indios en secreto. El 3 de
enero de 1829, en marcha ya , el Cnel Morel y sus coraceros, los indios, después
de haber sido obsequiados y vestidos, flanquearon la columna, pero
sorpresivamente hicieron un tremendo ataque a esa columna y mucha matanza.
Y luego Monteros e Yturra hicieron arriar los dispersos, viejos y muchachos, los
llevaron al cuadro del Fuerte, pero luego los indios sobrevivientes atacaron a los
blancos. Yturra, el 2º capitán de la tribu de Venencio Coñuepán y el 1º ,Juan de
Dios Maripán Montero se salvaron. El hitoriador Crespi Vals puntualiza, que
murieron diez oficiales y 106 soldados. El cree que Venancio Coñuepán no
estaba en esa acción, sino su hermano Panancio Cayupán.
Ya en 1831 Don Venancio Coñuepán pidió permiso para irse a Chile,
pero Rosas lo retuvo con regalos (AGN VII 10-4-14: 29.11. 31) Y allí siguió su
(triste) historia hasta agosto de 1836, cuando en un tremendo malón lo mataron.
De Juan de Dios Montero Maripang ya no tengo noticias. Su nieto dice en
Historia de Familias del siglo XIX p. 142 : “legaron en correrías hasta Bahía
Blanca. Allí los vencieron los indios pampas. Al capitán Montero lo llevaron a
un fuerte argentino, donde el comandante mandó fusilarlo.” Yo digo que esto no
es exacto. Supe que se había trasladado a Buenos Aires y que Rosas lo hizo
fusilar allí.
El resto nos informa de cosas familiares: “”Quedó en su lugar (de cacique
de Maquehue) su hijo también llamado Maripang Montero. Se casó con la
hija del cacique Cayuqueo de Forohué (boroga pariente del cac. Curriqueo). Una
prima de ésta, del mismo lugar y otra mujer de Maquehue.
“Tuvo tres hijos: Huenchú, Manuel y yo (Agustín Montero) y cuatro
hijas. Heredó el valor de su padre. Pocas veces desamparaba el sable de la
cintura. Era el capitán preferido de su tío Domingo Melifilú. Nadie le ganaba en
conocer las costumbres antiguas en la repartición de los bienes de un muerto,
para hacer pagar una mujer; tasar un perjuicio cualquiera, decir los actos
prohibidos, conocer las verdaderas brujerías y cuando era bueno hacer un
malón. Los demás caciques lo buscaban para consejero en las demandas y las
resolvía con muy buenas palabras.
“Maripang, como era pariente de los Filú de Maquehue, siempre los
acompañó para apoyar su gobierno,
“Maripang murió en 1899, a la edad de unos 65 o 70 años. Su entierro se
efectuó en Maquehue con extraordinaria concurrencia. Entre los asistentes se
hallaba el Intendente de la Provincia. Quedan aún descendientes de la familia
Montero”
Esas últimas noticias nos alegran más que las noticias sobre campañas
militares y políticas.
Agrego solamente un dato más sobre Maripán (o Maripán Montero: 1875,
figura como cacique de Manuel Namuncurá en Salinas Grandes. (La Pampa). En
septiembre de ese año fue en comisión a Bahía Blanca para arreglar con el
Coronel Pío Iturra la paz de los salineros. No hay otro documento que hable de
él, sólo una vez más aparece, en el momento en que Namuncurá se iba a rendir
al Gobierno Nacional. Pues se presentó en 1884 en el Fuerte que había sobre
Remecó, entregándose con 5 capitanejos y 135 indios de lanzas. Las familias las
trajo más tarde. Todos fueron llevados a Codihué a disposición del Coronel
Belisle. (AEM doc. 8454) Maripán volvió más tarde a Chile, su patria.
MARI PIL, 1776, cac. pampa ranquel de Chaichiguán. Según el censo de
Don Diego de las Casas, tenía allí 14 toldos y 26 familias (en De Angelis IV p.
584) ETIMOL: Mari: diez y Pil es apócope de Pillán.
MARI PIL, 1820, cac. chileno patriota de Quecheregua. Era amigo del
cac. Venancio Coñuepán y participó con él en la Guerra a Muerte. Después del
golpe de Talcahuana, el 2 de Mayo de 1820, busacó la paz y no sé si ha vuelto a
pelear. (Guevara: 1910 p. 124 y 134)
MARI PIL, 1879, cacique que actuó entre los picunches con el ac.
Huenupil en el Neuquén. Puede ser que esos dos eran parientes o hermanos. (J.
Raone: Fortines p. 132)
MARI POL, 1776, cas. pampa censado por Diego de las Casas en
Médano Teguas (prob. Tregua), estaba a tres días de Metrequel. Allí tenía 5
toldos y 10 familias (en De Angelis IV p. 584)

CACIQUE MARI QUE

MARI QUE (Marike), 1746, cacique pampa - puelche. Ese año se


integró con sus indios y los de su hermano Chuyantuya a la Misión de Nuestra
Señora del Pilar del Bolcán (Mar de Plata).

Armaron 24 toldos. Según anotaciones del Padre Dobrizhoffer. era ciego


y muy anciano.
Los Padres Fundadores de la Reducción, Cardiel y Falkner lo mencionan
también, igualmente Sanchez Labrador. Otra información que sacamos del
Archivo General de las Indias de Sevilla dice, que en dicha sierra tenía 40 toldos
(AG Ind 349 Charcas 317). En 1748 había 500 indios en la Misión: pero al faltar
provisiones, se alejaron casi todos. Los misioneros recibieron provisiones en
abril y entonces volvió de nuevo un grupo de los que habían estado, pero
temporariamente. El Padre Sánchez Labrador cuenta que en 1749 el cacique
Felipe Yahatti, llegando con una comisión a Lujan, sin motivo alguno fue
apresado, como también sus compañeros fueron tomados prisioneros. Al cacique
lo sentenciaron a muerte y a los demás desterraron a Montevideo. Tres
hermanos de Yahatti, Marique y Chuyantuya fueron a Buenos Aires, pidiendo
que los misioneros intercediesen por ellos. Efectivamente, ellos consiguieron la
libertad del cacique a 1os cuatro meses. En 1750 la Misión fue atacada y
destruida por el cacique Bravo (Cangapol). El cacique Marique acompañó a los
misioneros con el resto de diez toldos hasta la Reducción de Nuestra Señora de
la Concepción, al Sur del Río Salado, estableciéndose en su inmediación. En
diciembre de 1751 llegaron allí varios caciques tehuelches pidiendo a los
sacerdotes les hicieran un pueblo o Misión. El Gobernador de Buenos Aires,
informado de tales movimientos, mandó a observarlos. Los Padres Jesuítas le
enviaron una comisión de cinco caciques para informarle de lo que había
ocurrido. Entre los cinco estaba el cacique Marique. En Buenos Aires se
escandalizaron por el Gobernador, porque les decía que el Rey no estaba
dispuesto a hacer gastos y que no le faltaban sables con que cortarles las
cabezas, ni pólvora con que hacerles la guerra. Asustados y ofendidos por los
cristianos, se volvieron a sus tierras y no buscaron más misioneros.
Peor fue la afrenta de la tropa española acantonada en la Misión, porque
mataron cruelmente al fiel cacique José Yahatti, arrancándolo a chuzazos del
altar de la Misión, donde pedía el derecho de asilo ante sus perseguidores.
El 13 de enero de 1853, en consecuencia, el hermano Felipe atacó la
Misión, pero sin éxito y el 18 del mismo mes, el viejo Mari Que encabezando a
200 indios la atacó nuevamente: pero nuevamente hubo una gran resistencia. El
Capitán Mari Que fue herido y murió poco tiempo después. (Sánchez Labrador:
Paraguay Católico, Bs. As. 1936 p. 143).
(Etimología.: Mari: 10: quen: ser).
MARI QUE HAN, 1875, capitanejo salinero de Namuncurá Éste
aprovechó la visita del Padre misionero Jorge M. Salvaire en Salinas Grandes
(Chilihué) para que gestionara en su nombre y por el Arzobispo Aneiros la
liberación de ese su capitanejo, porque estaba preso en Martín García (Luis
Capello. Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los Indios, 1945 p. 207 y
Hux: Una excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes (ECA
1979)donde se aduce documentación sobre la liberación del capitanejo.
MARI QUEO, 1797, cac. pehunche huilliche deTruftruf (Chile) Durante
la Guerra Pehuenche participó en el malón que Vuta Pang y Leviñir llevaron
contra Calfuqueo en Antuco, mientras otro grupo de pehuenches atacaron las
toldería de Rayguán en Barbarco.
1820 Mariqueo abrazó la causa realista en la Guerra a Muerte junto con
su cacique mayor Melín. Después de la gran invasión del Capitán Bulnes a sus
tierras, emigró con muchos a la Argentina. 1822 Mariqueo estuvo maloneando
al sur de Mendoza. Posteriormente se ubicó en la zona de Guaminí y un poco
más al oeste en la tierra ranquelina.
El Gobernador Juan Manuel de Rosas vio con malos ojos que se poblase
el Sur de la Provincia de Buenos Aires con varios contingentes de indios
chilenos y meditaba su plan de Expedición al Desierto para “limpiar esa zona
lacustre y fértil y ganársela para “la civilización” o para sus amigos estancieros.
Y mientras elaboraba este proyecto, hizo salir las tropas de Bahía Blanca, (una
reciente fundación) a operar ya contra algunas tribus. El 9 de agosto de 1832,
Mariqueo fue atacado y herido en un combate sobre el Arroyo Pelicura. 1833, el
9 de agosto de 1832, Rosas salió a campaña. Mientras tanto hizo vigilar a los
borogas de Guaminí Les pedía colaboración en la guerra contra los ranqueles de
la Pampa. Marileo, Mariqueo, Antivil y Güelí formaban un grupo algo distante
del de Guaminí. Rosas los llamó a parlamento a Bahía Blanca y también a los
principales caciques borogas, Cañiuquir, Rondeao, Canuillán y Calbutruz. Dos
días duró el parlamento y parecía que Rosas los había comprometido habilmente
/AGN X. 27-5-6 p. 539 y 588).
Terminada la Campaña al Desierto de 1833, durante el siguiente año
Rosas se dedicó con especial diplomacia a la cuestión “borogas” oriundos de
Borohué Chile, evadiéndose de la Guerra a Muerte de su país. Rosas pensó
cómo explotar sus antagonismos que habían tenido allá en su Guerra en Chile.
Pensaba que unos debían eliminar a los otros, pero antes quería
comprometerlos en la guerra contra los ranqueles. (véase la historia de Rondeao
y de Coñuepán etc.)
El 8 de sepiembre de 1834 cayó sobre ellos un tremendo malón
de caciques chilenos: Jn. Calfucurá, Ant. Namncurá, Cheuqueta, Cumiú y otros
que dijeron que venían con órdenes de Rosas, de los jefes de Bahía Blanca y de
Coñuepán del Napostá. Ellos se anunciaron el día anterior que venían con
mercaderías a hacer una feria de trueques, que se junten muchos en lo de
Rondeao. Cumplieron lo que en secreto habían programado en un parlamento de
la estancia del Pino perteneciente a Rosas. A la madrugada fueron sorprendido
por un tremendo malón; fueron diezmados y saqueados. Algunos lograron huir
al país de los ranqueles. Los borogas ardían por el deseo de vengarlos. Pero
Rosas, quien en el primer momento fingía que iba a ayudarles en eso,
aprovexchó las circunstancias para lanzarlos contra los ranqueles y los
borogasevadidos. (AGN X, 24-8-6 y 4-9-19 ) Sobre la marcha guiados por
tropas de Bahía Blanca y de 25 de Mayo, se dieron cuenta que los mandaban no
sólo atacar a los ranqueles, sino también a los hermanos y parientes que habían
ido a refugiarse entre ellos. Los borogas primero se resistieron, pero ante las
amenazas y la incorporación de a la División de Bahía Blanca en Puán tuieron
que retornar a la expedión. El 2 de noviembre hallaron los toldos de Marileo,
Mariqueo y Antivil y los atacaron. En cambio a Calfucurá lo dejaron escapar. Se
comprende que los borogas no hicieron todo lo que se les mandaba. El Coronel
Ñato, Francisco Sosa, asustó especialmente al cac. Cañiuquir, porque quería
defender a esos indios, porque eran sus parientes. El Ñato Sosa los acusó por
chasques a Rosas, lo declaró “ENEMIGO DE LA PROVINCIA” y a los dos
años, fue perseguido en dos ataques por los que murieron 1500 indios suyos y el
cacique también.
Mariqueo se había escapado y quedó escondido y envuelto en un gran
silencio hasta que la otra gran campaña del desierto, la de Julio Argentina Roca
lo encontrara, lo persiguiera y lo apresara. En la lista de 1870 Mariqueo figura
como capitanejo del cac. Baigorrita. EL 16 de noiembre de 1878 Mariqueo,
llamado capitanejo de Baigorrita, como Marileo, Pichitruz y Antileo, 76 indios
de lanza y 230 de chusma fueron apresados en Poitahué. No se habla de
muertos; creo que los había. A Mariqueo lo engancharon en el ejército
expedicionario del Gral Rudecindo Roca, pues era baqueano. ¿Cómo habrá
terminado esta vida azorosa? (Olascioaga II. P. 220

MARIQUEO, Justo Medina, capitnejo boroga de la Tribu del cac.


Ignacio Coliqueo en Los Toldos (Part. de Gral. Viamont) Según los libros
bautismales del P. Pablo Emilio Savino de 1876 había nacido en la Pampa en
1836; se casó con María Amuical o Alonso nac. también en la Pampa 1852. Sus
hijas ,una, Máxima había nacido en 1862 en Los Toldos; le decian también
Coillil, y la otra, Tomasa Mariqueo o Coillil había nacido en 1866; y una tercera
se llamaba Juana 1833 fue perseguido por F. Aldao y seguramente se conoció
con los Coliqueo en tierra ranquelina. 1868 el cacique asentado su tribu ya en
Los Tolos Bs.As., lo incluyó entre los oficiales (capitanejos) con sueldos del
estado. Otros anotados en mi libro manuscrito llevan unidos con apellidos de la
nobleza araucana. Alguna vez Justo Medina Mariqueo se llamaba Justo Medina,
De allí salieron las familias Medina y las Medina Colín.

MARI VIL, Juan José, 1894, capitanejo salinero, hijo del cac. Juan
Andrés Antemill. (según dice una carta del 13 de julio de 1894, e el Archivo
Salesiano de Bahía Blanca)
MARI VILO, 1864, cac. araucano de la región de Maquehue. En junio se
1864 invadió en la Provincia de Buenos Aires junto con el cac Quilapán
En la Tribu de Coliqueo hubo y hay muchos con el apellido Marifil
MARI VUTAI, 1752, cac puelche entr los pehuenches de Malalhué. Allí
lo vio el misionero P. Bernardo Haevstadt y también Fray Espiñero (Diarios
respectivos) Lo encontró junto con los caciques Huelecalquín y Chueyu, hijo del
cac. Pantucuero con 200 ginetes.
MARRIO, 1825, cac. puelche que en ese año visitó a las autoridades de
Mendoza para arreglar la paz.
MARMOL, José, 1881, caciquillo ranquel quien, sometido durante la
persecución de la Conquista del Desierto, apresado, fue enganchado en el
ejército expedicionario, porque era baqueano. En 1881 su tribu estaba asentada
en las inmediaciones del Fuerte de Carhué al igual que otros restos de tribus.
Allí los visitaron Monseñor Mariano A. Espinosa y el P. Jorge M. Salvaire
(Diario ed. 1968 p. 118- 122. Luego los indios fueron trasladado a General
Acha, cuando la División se adelantaba para la fundación de ese pueblo.
Finalmente se afincaron sus descendientes en el Oeste seco de la Pampa (creo en
Colonia Puelches)
MARIÑ, Juan, capitanejo puelche de la tribu del cac. Manuel Grande y
sobino del cac. Juan Curuiñ. Hay descendencias en la Tribu de Coliqueo (Los
Toldos) 1874 fue tomado preso y llevado como también su cacique a Martín
García. Quemeñ Marín y Evaristo Mariñ son los más conocios en la Tribu de
Coliqueo.
MARÓ, 1787, cac. puelche, que es de la lista del cac, Roco (Arch Mend.
1787)
MARTÍN, capitanejo ranquel que el 21 de octubre de 1877 hizo bautizar
a su hija en Villa Mercedes. Era cacique o capitanejo de Poitahué que se
sometió al régimen de Reducciones; 1872 se hallaba en Totoritos.
Hay varios caciques que se nombraban sólo con el nombre cristiano
MARTÍN, por ejemplo Martín Colical, Martín Calfunao, Martín de
Raninqueo, otro de Coliqueo.
MARTÍNEZ, 1822, cac. chileno. Ese año inmigró a la Argentina a raíz
de la Guerra a Muerte y con el cac. Collipal salió a invadir campos, seguramente
para aprovisionarse. (Comando Gral. del Ejército III p. 488). No cabe duda que
éste ascendió al rango de casique por casamiento y servicios.
En la tribu de Coliqueo. El capitán Agustín Martínez acompañó a
Coliqueo 1862 en la expedición de Julio de Vedia contra los ranqueles. Juan
Martínez era el lenguaraz del cac. Raninqueo, cuando éste se formó su propia
tribu en La Verde. En 1872, después del gran malón de Calfucurá fue llevado
preso a Martín García también Carlos Martínez (nac 1849) sobrino de Coliqueo
quedó preso dos años y medio en Martín García etc. (ver Hux: Coliqueo, el
Indio Amigo de Los Toldos y mi trabajo genealógico, en borrador)
MARTÍNEZ, Domingo, 1983, cacique contemporáneo que vive en
Pocitos de Quichana, cerca de Esquel (Chubut) Suele convocar para las
rogativas anuales tradicionales.
MASA o Maza, 1870 capitanejo de la tribu de Manuel Grande. Con éste
compartió la azorosa historia de la batalla de la Laguna de Burgos (Azul). Huyó
con 500 al Fuerte Gral Paz en busca de protección; allí fueron apresados y
llevados a Buenos Aires. Con Manuel Grande llegó a la tribu de Coliqueo donde
en 1874 fue apresado de nuevo. El 25 de octubre de 1875 fugó a los toldos de
Namuncurá.
Mirando mis borradores de genealogías de la Tribu de Coliqueo en Los
Toldos (Bs. As.) veo que hubo y hay muchos Maza, por ej. Esteban Maza
n.1849 hijo de Huenchual Maza y Carmen Cañiuquir; casado con Manuela
Chraihuen; Maza Juan n. 1842 cas, N. Millacurá; Masa, José n. 1823, Masa,
Bartolomé, nac. 1876 etc.
MASADA, Santiago, 1866 capitanejo y lenguaraz del cac. Calfucurá
MASAHUA, 1860, cac. pehuenche de Malargüe (Mendoza)
Masi, 1833, cac. boroga de la zona de Guaminí. AGN X. 27-5-6 p.536
MASCUICAR ANTÜ, 1738 cac talhuet (?) que trajo un malón sobre
Areco y Arrecifes (Dean Funes , Gregorio: Ensayo de la Historia Civil de las
Provincias Unidas, 1816/17 II. p.70)
MASUCHA, 1872, capitanejo pehuenche (picunche) que se nombra en el
tratado de paz del cac. Caepí.
MASUE CHE (o Masuchén), 1872, capitanejo pehuenche que se nombra
en el tratado de paz del cac. Caepí. Junto con éste vivió largos años en
Tupungato
MATAMALA o Matomala, 1787, cac. pehuenche, pariente del cac.
gobernador Ancanamún de Malarhué. Tomo parte en la Guerra Pehuenche como
amigo de Mendoza. El 7 de octubre de 1787 estuvo presente al celebra un
parlamento después de la expedición contra el cac. Llanquetruz sobre el río
Salado. (Arch. Mend. 1787) Estuvo también cuando se eligió al cac. Pichintur
como cacique gobernador y con él hizo la expedición se 1788 contra los
huilliches, ya a las órdenes del cac Canuepayún (ver Pichintur). 1795 se
presentó como embajador de los pehunches a las autoridades de Mendoza con
una nutrida comisión y luego estuvo en el parlamento de reconciliación en San
Carlos. Después de la expedición de Pichintur contra los huilliches de Barbarco
(Neuquén), pues se convocó ese parlamento de reconciliación. Pero sólo cinco
caciques aparecieron,, entre ellos Matamala (Arch Mend. 1795)
MATE MAN o Matemanc, 1879, cac. pampa desplazado entre los indios
del Neuquén. Cayó bajo la rueda de as expediciones de la Conquista del
Desierto. En Mayo de ese mismo año 1879 fue alcanzado y atacado por las
tropas del Cnel. Saturnino Torres, cerca del Arroyo Vuta Leubú. Fue apresado y
muerto el 5 de Mayo de 1879 (Olascoaga 1930 II 179 y 160.
ETIMOL: Matü,ligero, rápido y Manque: cóndor
MATÍAS, capitanejo salinero que firmó el gran documento (AEM Nº
1232: 3.6.73)
MATI LLANCA, Lorenzo, 1751, cac. araucan que vivía cerca de
Mulchen (Chile) donde fue visitado por el Padre B. Haevstadt (Diario 1777)
MATURANO, José María, 1822, cac. pehuenche (Rusconi, IV p. 225)
MATURO o Matra, 1600, cac. pampa de una encomienda de San Luis,
más tatrde de Pedro de Herrera (Cabrera. Tesoros del Pasado. La Cruz en la
Pampa p. 63) 1617: “Maturo” estuvo encomendado de Gerónimo de Cabrera en
la estancia El Tambo, de Río Cuarto (como Liquid o Capaquén) Tenía entonces
30 años de edad. (Arch. de Tribunales de Córdoba. Escritura 1, leg. 53-2)
MATURO, Ignacio, llamado “Don Ignacio”. Decían que era “serrano
indómito” (Anales XXVº Congr. De Americanistas. 288; Ref. de 1673)
En 1686 apareció un cacique Ignacio en el Pago de Luján Bs.As, en la
Cañada de Moyano, a 6 leguas al oeste de dicho río. Era sucesor del cacique
Juan Guasemil y hermano de Guiba y de Juan Susicha (Casamiquela, 1969, Un
nuevo panorama, Santiago Ch. p. 15. 1686 que deportado al Uruguay con toda
su gente (Faillety, L.S. Pampa Simi Bs. As. 1957 nomenclatura de etimologías.
1690 aparece un Don Ignacio Maturo y de nuevo en la región de Río Cuarto
(Arch. Gral. Ind 189 Charcas 109) En cierto momento hizo de intérprete para el
cac. Bravo (Cangapol) (fide P. Cabrera, Tesoros del Pasado: La Cruz en la
Pampa, 1827 p.55).
Y habrá sido él que fue acusado en Córdoba de haber muerto al estanciero
Antonio Garay en Guaminí (?) en Noviembre de 1707 (ver Liquid) 1751 estuvo
en la Reducción “El Espinillo”.
MATURILLO, José Gabriel, 1751, cac. pampa, al parecer, nieto del cac.
Maturo. 1751 pertenecía a la Reducción San Francisco del Espinillo en Río
Cuarto, la que fundara el Obispo Argandaño. Allí recibió el bautismo en 1751
junto con 130 indios más. El contrajo matrimonio cristiano con doña María
Josepha (P.Grenón: Los pampas y la frontera del Sud, Córd. 1924 p. 71 y Fassi,
Juan RP. En el periódico El Heraldo, Reducción, 1938 Nº 11 y 21 y P. Cabrera.
Tesoros del Pasado Argentino: La cruz en la Pampa, 1927 p. 173 y 53). En
ciertos momentos sufrieron ataques de los indios ranqueles.
MAU HUEQUE o Mauleque, 1792, cac. pehuenche que participó en la
Guerra Pehuenche en el bando de los huilliches de Barbarco. Ese año acompañó
a los caciques Güerahueque, Coñumil y Cheuquepán en la expedición contra el
cac. y tribu de Currilipí en el Campanario. (Arch. Mend 1792 ver Currilipí)
ETIMOL: Mau (mahuída) y hueque:
carnero
MAULÍ o Mailí, Maulé, cac. pampa de Valcheta compañero de Chocorí,
Chagallo y Cheuquepán. Desde 1830 la División de Bahía Blanca a las órdenes
del Cnel. Martiniano Rodríguez no daba tregua en la persecución de los
caciques Maulí, Cheuqueta, Chocorí y Toriano. Maulín fue también un blanco
de la Expedición de Rosas al Río Colorado en 1833.(Ferrecutti, Expediciones
militares en los orígenes de Bahía Blanca 1962 p. 98) En enero de ese año se
había informado que se habían reunido Maulí, Chagallo, Cayupán y Lepil para
ir a batir a los borogas (AGN X 27-5-5). Todavía no era la hora para eso. El 13
de julio de 1833 los Coroneles M. Rodríguea y Miranda persiguieron a Mauli
con 150 soldados, entre ellos indios baqueanos. Pero Maulí se había escapado a
tiempo con Llanquimán. Rosas en su Diario lo da por vencido en fecha 16 de
Julio, pero pronto se percató que ese cacique había ido a malonearlo por la
espalda; pues habían asaltado por La Posta Minocó (Partido Laprida) y le habían
arrebatado los animales de reserva. Además mataron allí al Capitán Rodríguez y
4 soldados que empezaron a perseguirlos. Y porque luego detectaron que iba
retirándose por entre los borogas para ir a Chile, algunos creyeron que éste era
boroga también. Sus indios fueron atacados nuevamente en “La Japonesa”
(26.8.33). Rosas ya anticipadamente anunció a los borogas que habían derrotado
a Chocorí y a Maulí (J. Garretón: Escritos, comunicaciones y diario 1946 I. p.
166 y 179). En diciembre, las tropas de la columna expedicionaria de Rosas
atacaron los últimos restos de Maulín y Catrenén. 92 indios se presentaron
espontáneamente. El 28 del mismo mes llegaron al Campamento General sobre
el río Colorado (AEM oc. 247). Llegaron 20 carretas llenos de prisioneras; entre
ellas también las mujeres del cac. Maulí.
En enero de 1834 Maulí estuvo cerca de Bahía Blanca y hacía
declaraciones más fantasiadas sobre embrollos entre los huilliches, borogas y
ranqueles (AGN X 24-9-1). Maulí siguió siendo un problema para Rosas.
En agosto de 1836 (es decir después de los grandes ataques a los borogas
de Guaminí y zona aledaña, y el año 1837, después que se había producido dos
malones sobre Bahía Blanca, las tropas del Sur expedicionaron nuevamente
contra los caciques y restos de tribus. El 16 de diciembre de 1837, el Cnel. Del
Valle sorprendió las tolderías de Renqué (Rinqui), Maulí, Millaquelén y
Guayquinecul. Hubo 93 muertos y 309 prisioneros AGN X.25-5-1) El 9 de junio
de 1837 la tropa expedicionaria del Cnel Ramírez y del Sargento Eugenio del
Busto encontraron a los toldos viejos de Maulín y Calfutró en Leucó (creo
Leuvucó)
Finalmente en 1839, el 22 de marzo, el Coronel en su expedición a
Salinas Grandes apresó al cacique Maulí y a 12 indios (AGN X. 18-4—8). El
cacique Martín Collinao en una carta, dirigida 12 años después al Gobernador
J.M.de Rosas, le recuerda que él acompañando al Cnel. Martiniano (Rodríguez)
había perseguido al cac. Rinque y había traído prisionero al cacique Maulí con
toda su familia (Carta pubicada en J.W. Maguire: Loncagüe, 1967 p. 114) -
¡Cuánta lucha, pobre Mauli!
MAILÍ, 1838, cac. ranquel del cac. general Painé, dice un documento
del Archivo de San Luis (Carpeta Indios 27.5.1838). No creo que fuese un
Maulí.

MAU PICHÚ, 1869, capitanejo “del sur”. El 14 de Julio de ese año se


presentó con 100 hombres al Comandante de Bahía Blanco. Venían a visitarlo y
a comerciar (AEM)
MAYO LAO, 1825, cac. pampa ranquel o capitanejo que figura en la
lista de los jefes presentes en el parlamento del 20 de diciembre de ese año en la
zona de la Laguna de Guanaco (AGN X. 27-7-6 , en la lista Nº 47)

MAXIMILIANO, 1740, cac. “pampa serrano”. El historiador jesuita de


esa época nos da algunas noticias de este cacique, pues el Padre Pedro Lozano
escribió: “Después de una invasión a Areco, se decidió hacer la guerra hasta
Tandil. Una expedición de 80 soldados y 300 carretas (con sus peones) bajo el
mando del Maestre de Campo Juan de San Martín llegó a Salinas; allí
recogieron sal. Luego hicieron exploraciones y sólo pocos indios fueron
hallados, a los que nataron. Regresando hacia Buenos Aires, encontraron en el
Salado, en el “Paso del Carbón”, al cacique Maximiliano y a los suyos. Este
tenía por escrito la licencia del Gobernador (había hecho un tratado de paz) y
nada malo sospechó. Los españoles… los atacaron y mataron al instante al
cacique Máximo y 60 de sus indios y llevaron 111 mujeres y niños a Buenos
Aires, como si ellos hubieron tenido la culpa de las maldades de los pampas.
Los indios amigos, temblando por la cólera contra los españoles y
teniendo a espaldas a los pampas, fueron a presentarse al Gobernador a pedir la
renovación de las paces. Se les puso la condición que se reunieran en
Reducciones con los misioneros”.
Así pues, nacieron las primeras Reducciones con los misioneros en el Sur
bonaerense. (Revista Estudios Fundación de la Mision de los Pampas) Tom. 24
p.299 Bs.As. 1924 y Lozano, 1740)
MAYCÁ o (Mallecá), 1752 conocido cacique pampa que ese año visitó
la Reducción jesuítica de Nuestra Señora de la Concepción.. Decía que vivía en
el Bolcán por acá (por el Este) con más de 400 indios. No le dieron fe. (Arch,
Gral Ind. 318 Charcas 221)
MAYCÁ (Maicá o Mahicá). 1820, cacique pampa serrano. Según E.
Crivelli Montero (1996 p.195), Maicá era hijo del cacique Lorenzo Calfilqui,
hermano de los caciques Petre y Quillapal. Aparece documentalmente después
de la invasión del ex brigadier chileno J. M. Carrera y la fracasada expedición
del gobernador M. Rodríguez al Sur. Este cacique pampa vivía por la Sierra del
Volcán y Tandil, donde habían estado los indios de los caciques Negro. Ancafilú
y Neuquipán, con quienes el mayordomo de la estancia de F. Ramos Mejía
iniciara las gestiones por un tratado de paz. (Alvaro Barros: Fronteras y
Territorios Federales, ed. 1957.p.159)
Del año 1825 tenemos la noticia que Maycá estaba con el cacique mayor
Petí (Pety), con Peniudín, Anchilevi (Anteleo) y Chaleno (AGN, Biedma. S.
VII. 10-4-14). El 13 de diciembre del mismo año estuvo participando del
parlamento, convocado por los hermanos Oyuela cerca de Bahía Blanca
(Oyuela: Manifiesto del 16.2.1825 y AGN, S. X.. 27-7-06). Figura como Nº 11
en la lista de los 40 caciques presentes. También en 1826 estuvo en una reunión
de paz en Tandil (ib.)
Pero a pocos meses de distancia, los pampas fueron declarados rebeldes y
el coronel Federico Rauch se encargó de perseguirlos. Caciques chilenos
pincheiristas, entre ellos los caciques pampas Uñol y un cierto Cayupán habían
invadido en Los Toldos Viejos (Dolores); habían hecho una cruel matanza y
muerto también al cacique amigo Pascual Cayupil, lo que dio origen a las
expediciones punitivas que Rauch hiciera por encargo del presidente Rivadavia.
Su primera expedición fue de poco éxito. Entonces convocó a los caciques
tehuelches (dice él), a los caciques Negro, Chanel y Catriel; hizo un convenio
con ellos y ellos le ofrecieron 900 indios para acompañarlo a la segunda
expedición. Llegaron hasta Salinas Grandes: ya regresando encontraron en
Epecuén las tolderías de Petey (Petí), Maicá, Llanquelén, Uñol y Cayupán. El 3
de enero de 1827, los atacó, los dispersó y destruyeron sus toldos. (E. Ferracuti:
Expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca, 1962, p. 49)
Más tarde, el coronel del Valle con su división de Bahía Blanca hizo una
expedición contra Chocorí, Maulí y Cheuqueta (1830), para robarse la
caballada. Regresando de la expedición hallaron las tolderías de Calfiao, Maycá,
Petí y Coñuepán. Se reunieron y se presentaron a la columna militar diciendo
"que ellos no habían robado, ni querían pelear y para conformar a guapo, les
entregaron 200 vacas...” No obstante, a los pocos días los atacó el coronel
Villalba, "haciendo bastante mortandad". Pero no estuvieron ni Maicá ni Petí ni
Cañuanti. (AGN. S.X. 27-7-6)
Por las Memorias del coronel Juan Cornell (publicadas por Acad. Hist.
Nac.:Conquista del Desierto. BA. 1980 vol, I. p. 116). nos informamos de otro
ataque que les hiciera el coronel Manuel Delgado. Da al episodio el título: “La
graciosa jornada del Sauce Corto”.
“Decían que Petí y Maicá habían hecho incursiones. Entonces el coronel
M. Delgado salió con 300 soldados en su persecución. Recién en Sauce Corto
encontraron sus toldos. Los dos caciques, aunque sólo disponían de 150 indios
de pelea, resolvieron pelearlos. Ingeniaron un ardid: armaron a todas sus
mujeres y muchachos con sus cañas del telar y con cuantos palos encontraron a
mano. A distancia parecían lanzas. La formaron detrás de una loma, de manera
que apenas asomaron sus cabezas y amenazarían flanquear la fuerza de
Delgado. Mientras tanto, los indios de pelea iniciaron la lucha con una carga de
frente. Delgado hizo formar en cuadro. Las mujeres se traicionaron, porque no
pudieron aguantar su risa y descubrieron que no harían el papel de indios de
pelea. Delgado, entonces, desplegó su cuadro y atacó fuerte. En el ataque
murieron muchos, otros huyeron y el burlesco escuadrón cayó en sus manos. Su
risa se trocó así en llantos. Petí y Maicá ofrecieron, poco después, paz y lealtad,
naturalmente con la esperanza de recuperar a sus familias”.
No sé cuál ha sido la fecha de ese encuentro que Juan Cornell había
averiguado personalmente con el cacique Maycá.
En 1833, J. M. de Rosas enganchó también a los caciques Maycá y
Antuén con 100 indios de pelea para que lo acompañaran a la Expedición al Río
Colorado. (AGN. S.X. 27-5-6, p. 259)
Pero después hubo un largo silencio en su vida (al menos
documentalmente).
En 1842 el comandante de Saladillo de Córdoba pasó el aviso al teniente
coronel Pedro Burgos de Azul que los caciques Colegui y Mahincá estaban
reuniendo a sus indios para invadir desde Sauce abajo a Cruz Alta y Esquina, y
que Pichún y Baigorrita, amigos del coronel unitario Manuel Baigorria tuvieron
que acompañarlos por ser amigos (15.10.1842).

Quizás fue una información equivocada, porque poco después


encontramos a Maicá como indio amigo en la zona de Azul. El archivo de Azul
conserva cuentas de proveedores de la tribu de Maicá correspondientes al año
1848 y creo que otros más (B. Ronco: Cuentas de proveedores, en Rev. Azul, N”
3. 1930, p. 134).
En 1855, el coronel Bartolomé Mitre condujo una expedición contra los
indios de Catriel y Cachul. Incorporó entonces a su “ejército de operaciones del
Sur al hijo de Maicá, el capitanejo Maicá y 60 indios, esperando tener en ellos
expertos baqueanos para dar un golpe fulminante sobre las tribus de Tapalquén.
Pero los baqueanos no correspondieron. “El baqueano se equivocó en la mañana
decisiva —dice Mitre en su parte en el que debe confesar que su expedición
resultó una derrota en la batalla de Sierra Chica, el 1º de junio de 1855 (Hux:
Coliqueo, ed. 1972, p. 28). Poco antes, el 11 de mayo, el cacique Maicá debía
acompañar al comandante Villar para castigar a los indios de Cachul por
presuntos robos (Arch. Mitre. XV, p. 106). El 29 de octubre de ese mismo año,
Maicá y sus indios amigos tuvieron que luchar en compañía del coronel Manuel
Castro, en la batalla de la Tapera de Barragán. El coronel murió en la acción.
Las operaciones del ejército del Sur, pues, continuaron su lucha bajo las órdenes
del general Hornos. Maicá y sus indios operaron con el comandante N. Ocampo
en el combale de San Jacinto contra los indios confederados con Catriel. Los de
Maicá mantuvieron el ala derecha, mientras que el cacique Calfucurá llevó al
general Hornos y el centro de sus posiciones con táctica bien india a un terreno
pantanoso, donde los derrotó. (Véase la historia de Catriel).
El historiador azuleño, Bartolomé Ronco, nos informa sobre las gestiones
subsiguientes que se emprendieron para recuperar la paz con los Catrileros y
cómo se fundó la Villa Fidelidad, en la margen izquierda del Río Azul, pasando
el puente desde Azul. En ella fueron favorecidos los indios amigos de Maicá,
pues en esta población les donaron cien solares, que es algo singular en nuestra
historia. (Ronco: Villa Fidelidad y el General M. de Escalada y la fundación de
la Villa Fidelidad, en Rev. Azul N” 3, 1930, p 153 ss. y en Cuadernos de Azul
No 1, 1946) Se han publicado mapas catastrales.
El acta de la fundación, fechada el 18 de octubre de 1856, nos nombra a
varios miembros de la familia de Maicá: Roque Maicá. Luciana Maicá, Manuela
Maicá (Viuda), Rosa nac. 1838, viuda, “médica”, Mariano Maicá (hijo).
Mariano Catrimilla, capitán de indios amigos. Según las memorias manuscritas
del coronel A. Osornio (p. 3), los indios de Maicá tomaron parte en la exitosa
acción de “Sol de Mayo”, el 31 de octubre de 1857. acompañando al coronel B.
Machado y en la persecución de los indios salineros integrando el regimiento
del coronel Conesa.
Los Maycá siguieron fieles al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires,
incorporados al Regimiento 2º; pero creo que el cacique padre ya no vivía más.
(C. Barbará: Usos y costumbres. 1856. p. 51: Antonio del Valle: Recordando el
Pasado. 1936.1.p. 327).
Participaron seguramente en las campañas de Cepeda y Pavón y
operaron con el coronel Rivas. Parece que Alvaro Barros no les tenía demasiada
simpatía. El 22 de diciembre de 1866 informó al ministro de Guerra que los
Maicá andaban dispersos (trabajando quizás y gozaban sueldos indebidamente).
“Les dirá que están dados de baja. La tribu consta de 8 capitanejos y 42 indios
racionados” (AEM). El ministro no tardó en ejecutar esta propuesta, porque
durante la Guerra del Paraguay las economías eran exiguas (Arch. M. Paz, 1959,
IV, 102). 1868 figuran algunos Maicá entre los primeros pobladores de
Olavarría. (Arenas: Aportes para la Historia del Partido de Olavarría, p. 298)
En 1871, el coronel Elías los llamó otra vez bajo las armas, en el
momento en que iba a disminuir el poder de los Catrieles, enfrentando en la
batalla de la Laguna de Burgos a Cipriano Catriel con los caciques Chipitruz.
Manuel Grande y sus indios (AEM. 8.5.71). Entonces, sí. volvieron a cobrar
nuevamente sus sueldos. Pero Carlos Maicá, hijo de Roque figuró en la lista de
los “sublevados”. (AEM. 23.8.71).
En 1875 visitó la Villa Fidelidad y los restos de Maicá. el misionero
Padre Jorge M. Salvaire. No le pareció un campo propicio para la misión,
aunque lo habían recibido con respeto y no se opusieron a que bautizase a sus
niños. (Anotaciones manuscritas del P. Salvaire. existentes en el Archivo de los
Padres Lazaristas , B.A.)
La tribu de Maicá iba declinando en número y fuerzas. La pobreza, las
enfermedades y los complejos de inferioridad redujeron a sus familias. Algunos
viajeros pasaron por allí e hicieron sus observaciones. Por ejemplo: The River
Plate Magazine, marzo de 1868 habla de la toldería suburbana). Bartolomé
Ronco, historiador y vecino de Azul. conoció ya sólo a unos ancianos, pero no
logró que le hicieran una síntesis de su historia.
(Etimología: quizás Mayu: avestruz: ca. partícula de adorno).
MAYA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Mayaca, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes p. 58)
MAYA TOC TOC, 1593, cac. comechingón de Mayaca, Córdoba;
encomendado de Suarez (Montes p. 58)
MAYA NAVÁN, 1590, cac. comechingón de Mayuen Leu, en Serrazuela,
Córdoba; encomndado de Tejada (Montes p. 58)
MAYA GANUMBA, 1573, cac. comechingón en el valle de la Punilla,
Córdoba; encomendado de Cabrera
MAYQUE MANQUE, cac. ranquel, 1804, Diario de Justo Molina de
Vasconcellos dice que lo visitó en “Ucal”, cerca de la laguna Butalauquen (Dep.
Leventué)

MAYUPILQUIYA. 1686. de nación serrano. No me resulta fácil reseñar


a los caciques de este mismo nombre, pues son varios: el Viejo, Pedro, Agustín,
Felipe y su hijo Carlos. En la escasa documentación no hay claridad, qué
atribuir a quién, ni la hay entre los historiadores. Pero los testimonios incluso de
los indios hablan con gran respeto de estos caciques. Los etnólogos no pisaron
firme tampoco, como lo manifiesta el Padre Furlong en su obra: Entre Los
Pampas, 1938.
Yo me inclino a aceptar la designación de "pampas serranos", pues los
mejores documentos lo afirman y porque vivían entre las sierras Casuati (Sierra
de la Ventana) y Bolcán (actualmente Tandil), aunque ellos sufrieran
desplazamientos forzosos. El Padre Falkner los clasificó como taluhets. palabra
de su invento.
También varía su nombre en los distintos documentos entre:
Mayupulquiyá. Mayupilque, Mayú, Mayepleia y Mayuluque. Por eso no sería
muy fácil dar una traducción etimológica.
Mayo. en quechua, significa grande: Mayú en araucano pampa: avestruz
moro: pülqui:… Ya: del cacique.
1. MAYEPELIA, 1686. de "nación serrana". Fue cazado y deportado a la
Reducción de Santo Domingo Soriano (Uruguay) y agregado al cacique
Sacaperú que un año antes había sufrido igual suerte (Arch. GraL Ind. 140 y 143
Charcas 283). Sus indios habían estado afincados en la Sierra Casuhatti y otros
cerca de Luján, de donde tuvieron que huir de los españoles hacia el oeste.
2. MAYUPULQUIYÁ, Pedro. 1705. Apareció también en Casuhatti. Un
documento del Archivo de San Luis (Carp. 1) nos informa que el Capitán
Bernardo Igosteguy había hecho una expedición a las pampas del sur y la ha
motivado así: "Desde 1700 han entrado los indios pampas y han causado
muertes a los troperos (o vaqueros). Los caciques que habitan en la Sierra de
Casuatti se llaman Maiapilquian y Yatti. Son los agresores. Tienen amistad con
los indios aucas (chilenos en territorio argentino) y de la otra parte de la
Cordillera... Estos han hecho algunos agravios a dichos caciques y los serranos
pidieron ayuda a la ciudad para matar a los pampas enemigos, porque no han
tenido conciertos con los pampas sobre sus mujeres...".
Fue también la época en que los blancos cazaban miles de indios en la
pampa, a la vez que cazaban caballos y vacas. Anualmente salían expediciones
desde Concepción en Chile, desde Córdoba y desde Buenos Aires. El 17 de
septiembre de 1705, la tribu de Pedro Mayupilquiya fue atacada por esa
expedición que salió de San Luis y capturaron la mayoría de la tribu
deportándola a la Reducción de Santo Domingo de Soriano (Arch. Gral. Ind. 37
vta. Charcas 212). Algunos de sus indios fueron arreados a la tribu de Pedro
Tubicháminí (Torre Revello, 1958 en RUNC p.237).
En 1707 ocurrió otro episodio más conocido: Antonio Hernández Garay
se internó con una peonada con el fin de apoderarse de un buen lote para una
estancia. Fue muerto en el paraje Layape: escaparon sólo 6 peones. Esto suscitó
una gran indignación entre los españoles. Se acusó a cinco caciques como
autores del crimen (No conocemos las circunslancias). Y se decía que estaban
aún reunidos en Las Pulgas, otra estancia de Pedro Herrera y que eran los
caciques Andrés Liquid, Milancoayan, Mayú y Ereguereyán, sobrino de éste y
su hijo. Decían que preparaban un malón para vengar la deportación del cacique
Mayupilquiyá. Entonces el Capital General D. Esteban de Urigar reunió las
tropas para una expedición punitiva. Recién meses más tarde pudo internarse en
la pampa y trajo como prueba de su éxito a los cinco caciques arriba nombrados
a la prisión. Efectivamente la justicia los condenó a prisión perpetua. A
Ereguereyán y a sus tres hijos los mandaron a las minas de Salta. Al año, el 29
de julio de 1709, los caciques lograron escapar de la cárcel y buscaron asilo en
la iglesia de la Merced de los Padres Dominicos. Los Frailes intercedieron por
ellos ante el Gobernador, pero éste quiso que los trajesen de nuevo a la cárcel, y
decía que les garantizarían la vida. No obstante, pocos días después. fueron
asesinados cruelmente: los balearon desde el techo. (P. Cabrera: Tesoros del
Pasado Argentino; La cruz en tu Pampa, Córd. 1927 p. 99ss y Grenón: Los
pampas y la frontera del Sud. 1927).
3. MAYUPILQUIYA, Gregorio. 1709. No debemos extrañarnos que la
indignación entre los indios haya sido grande y que clamasen por venganza.
Surgió entonces como jefe de los restos de la tribu pampa, Gregorio
Mayupilquiyá. No sabemos mucho de él. Ha gozado como toda la familia, de
gran estima entre los indios y, a veces, entre los blancos. Ha buscado la paz y no
la venganza. Fue amigo del cacique José Calelián. quien lo acompañó en 1727.
Gregorio Mayupilquiyá hizo entonces un tratado de paz con el
Gobernador de Buenos Aires (P. Cabrera: Ob. cit. 1927 p. 130).
En 1734 se había perpetrado un robo de hacienda en la frontera, de
manera que el Gobernador Miguel Salcedo y Sierralta dio la orden de perseguir
a los culpables. Encontrando la tribu de Mayupilquiyá, cerca de la laguna de
Lobos, aunque estaban en paz, la atacaron y la deportaron lejos, donde corrían
grave peligro de ser atacados por sus enemigos, que eran los indios que no
admitían la paz con los españoles. Efectivamente, el cacique Gregorio
Mayupilquiyá fue muerto en 1739 por aquellos "indios Taluhets y picunches"
(Lorenzo Massa: Misiones Salesianas en la Pampa. vol. I. p. 101 y A. Clifton
Goldney: M. Namuncurá, 1956, p. 21 y T. Falkner y Carlos Moncaut: Ranchos
p.33).
Fatal había sido el año 1737 para toda la pampa, cuando por expediciones
sincronizadas fueron eliminadas varias tribus de serranos que profesaban la paz
con los españoles. El Comandante General Juan de Argüello sitió con 300
hombres el recinto fortificado de los indios de Calelián y de Gregorio
Mayupilquiya que lo tenía sobre el Río Sauces de Córdoba. Se avinieron a un
parlamento en el que Argüello les ofreció la paz bajo la condición de que se
trasladaran sus toldos al descampado de Cruz Alta.
Pero, como en agosto de ese año se había producido un malón sobre
Arrecifes. salieron dos expediciones punitivas, una al mando del Maestre de
Campo, D. Juan de San Martín y la otra a la del Capitán Juan de Melo y su
Alférez Esteban del Castillo. Estos últimos sorprendieron la tribu de José
Calelián (ver su historia) mientras dormían pacíficamente en sus toldos,
dándolos al completo exterminio (Cabrera: Ob. cit.. 1927,128). Sólo el hijo
mayor quedó con vida, porque no había estado en casa.
El Maestre de Campo. D. Juan de San Martín persiguió al famoso cacique
Bravo (Cacapol); pero éste había huído a tiempo. Al regresar la tropa de San
Martín, casi de azar, encontró la toldería del cacique Tolmichiyá, primo de
Cangapol y pariente de Mayupilquiyá., que fue muerto en 1839. Tolmichiyá.
con una carta del Gobernador Salcedo en la mano, fue a recibir al jefe militar
para protestarle su paz jurada para con los españoles. Pero éste lo saludó a
balazos y todos los adultos de la tribu fueron muertos en este injusto ataque. Las
mujeres y niños fueron apresados, entre ellos un hijo menor del cacique (Juan
Moya: Contribución a la historia de Bragado, La Plata 1957 p. 10).
En 1740 murió también el viejo cacique Bravo (Cacapol). La medida de
ira estaba llena.
El segundo cacique Bravo, su hijo Cangapol invitó a todo el desierto a la
guerra. Organizó una formidable invasión sobre el pago de Magdalena, Areco y
Arrecifes, en julio de 1841.

MAYUPILQUIYA, Agustín. 1741. En este entonces regenteaba la tribu


de Mayupilquiyá Don Agustín Mayú. también primo de Cangapol, llamado el
cacique Bravo. Con él se reconcilió en primer lugar y con él viajó a la ciudad de
Buenos Aires para renovar el tratado de paz. (Arch. Gral. Ind. 163 Charcas 283).
En septiembre de 1741. el Maestre del Campo Cristóbal Cabral —San Martín
había sido depuesto de su cargo— fue con 500 hombres al encuentro de los
caciques serranos de Sierra Chica y Sierra de la Ventana para concertar con ellos
en ceremonia solemne el tratado de paz.
El 17 de noviembre de 1741 llegaron, pues. a la Sierra de Casuatti.
Encontraron allí al cacique auca Don Francisco a quien obsequiaron ricamente.
Le encargaron luego que convocara a los caciques de la comarca. El 23 del
mismo mes trajo a su presencia al cacique Don Agustín Mayú y a Juan Gallo y a
otro más. (Arch. Gral. Ind. 197 vía. Bs. As. 302). Más tarde se congregaron con
el cacique Bravo y Mayupilquiyá en la flamante Reducción jesuítica Nuestra
Señora de la Concepción y, en presencia de los Padres, se juraron paz duradera.
Luego hubo una feria de ponchos y plumas de avestruces.

5.Don Felipe MAYU, serrano, integraba entonces ya el pueblo de la


Reducción o Misión de la Concepción (como Yapeleya y Chuyantuya) y había
sido elegido alcalde del pueblo (Lehmann Nitsche: "El grupo lingüístico Het de
la Pampa Argentina", en Rev. Museo de La Plata 27.1923. p. 66).
El Padre Sánchez Labrador en su libro Paraguay Católico (ed. Furlong
1936 p. 118) cuenta sobre la conversión de su hijo Carlos Mayú. y esta
anécdota, que es la última noticia que tengo de esta familia pampa: "Primero no
quiso saber nada de la doctrina cristiana. Un día oyó al misionero decir que
después de esta vida, que para todos había de acabar, habría otra vida eterna en
la cual recibiremos el premio o el castigo merecido por nuestras obras. Mayú
dijo entonces al Padre que esto no era para él, pues por su valor no habría de
morir. Pero le llegó la hora antes de lo calculado: cayó mal en un accidente.
Entonces los Padres le volvieron a hablar: "pero él se mantenía en su presunción
de que sería inmortal. Poco más tarde se entregó y reconocía que también él era
mortal. Pidió le ensenasen y lo bautizasen. Puso mucho empeño en conseguir
esta gracia. Fue bautizado, recibió la extrema unción y descansó en el Señor,
con señales de su felicidad eterna. Quiso ser enterrado en el cementerio cristiano
y pidió que instruyeran a su hijo único y lo bautizasen".
Es probable que la historia de esta tribu se haya continuado en la de los
caciques Lorenzo y Pascual Cayupilqui (Lor. Calpisqui, que significa "fiscal de
una reducción").
MEA ÑAM, 1870 capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del
Padre Donati; en el Archivo del Museo del Indio de Los Toldos)
MEANQUE, 1567, cc. Puntano, sucesor del cac. Cauchuleta o
Anchuleta. Hay un expedicente que le nombra 1605. (Cabrera : Aborígenes de
país del Cuyo p. 291) ETIM :Me y Huanque: avestruz
ME CAL, o Mical, 1790, cac. pampa ranquel, que se presentó ese año a
Juan Antonio Hernandez, quien conducía una expedición a Salinas Grandes y de
exploración ese año. Lo encontró en Cabeza de Buey (Bolívar) en compañía del
cac. Lorenzo Calpisqui (AGN IX. 24-1-6 y su diario manuscrito ib. IX 13-8-7 7
folios donde cuenta cómo hizo el tratado de paz el 12 de Mayo con ese cacique
poderoso llamado Lorenzo). 20 años más tarde Mecal se encontró con el Cnel.
Pedro Andrés García en Salinas Grandes en compañía del cacique Lincón.
También P.A. García dejó un gran relato de su expedición a Salinas Grandes (en
de Angelis vol. III 1835)
MECU ANTÚ, 1826 cac. puelche pampa. Figura entre los asistentes al
parlamento de Tandil (AGN. X.27-7-6)
MECHECA OXQUE, 1783, cac. auca, dice B.Villarino en su diario y lo
señala como enemigo de Chulilaquín (De Angelis V. 580)
MEDINA,, 1810,cac. pampa ranquel. El 30 de noviembre de ese año
estuvo en la reunión que el expedicionario Pedro A. García convocara a Salinas
Grandes; se hallaba con Oquin, Epumur, Medina, Lincón, Bupan, Mical y 500
indios (Diario en: de Angelis V. 1836)
1820 figura entre los adictos del Ex Brigadier y guerrillero chileno J.M.
Carrera. Este lo señala como súbdito del cac. Pichiloncó, junto con Ancafilú,
Anguepán y Toroloncó (ver la lista en la biografía de Pablo Lepnopán).
Un documento de 1833 señala una laguna de la zona de Tapalquén con
este nombre “donde había habitado el cac. Medina” (R. Capdevilla: Tapalquén
vol. I 1965 p. 75). Otro documento de 1834 habla de un capitanejo Justo Medina
Mariqueo. ¿Será hijo de él? Medina suena a castellano.
MEDINA MARIQUEO, Justo capitanejo de la tribu del cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Part. de Gral. Viamonte). Según los libros bautismales,
especialmente del misionero Pablo Emilio Savino quien dos años actuó en esa
tribu hasta la destrucción del pueblo en la Tapera de Díaz, anota a este
capitanejo y dice que había nacido en 1836 en la Pampa y se casó con María
Amuical o Alonso, nacida también en la Pampa en 1852. Bautizó a sus hijas
Máxima, nacida en Los Toldos en 1862 (o sea cuando la tribu se radicó allí). A
Máxima llamaban también M. Medina Coillil, como la esposa de Ignacio
Coliqueo; otra hija Tomasa Medina Coillil o Mariqueo había nacido en 1866 y
la tercera se llamaba Juana Medina Coillil nacida en 1869. Se conoció al padre
también como Justo Medina Mariqueo, como para indicar el entroncamiento en
esta tribu boroga de los “Queo”. De éste averigüé que en 1833 fue perseguido
por Gral. F. Aldao. Entonces huyó a la tierra ranquelina. Allí debe haber tomado
contacto con los Coliqueo y con ellos vivió lo que cuento de Ignacio Coliqueo
(en el libro Coliqueo, Indio Amigo de Los Toldos ya en 4 ediciones), con él,
después de la batalla de Pavón ha venido en 1862 a esa tierra donada por el
Gobierno. En 1868 el capitanejo Justo Medina Mariqueo está incluído en la lista
de los oficiales con sueldo del Estado.
Tengo muchos Medina anotados en mi trabajo genealógico sobre la tribu
de Coliqueo (en borrador) y que indican un fuerte entroncamiento en la Familia
de Coliqueo: Clemente Medina, nac. en 1850; Lib. Baut. De 9 de Julio Nº 23 se
dice que era hijo de Antonio Medina y Juana Tureullán. El hijo de Clemente
Medina: Juan C. Medina cas. con Pilar Coliqueo, última hija nacida en 1869.
(En el bautismo de su hijo Rufino Medina 1892 figuran como padrinos suyos
Justo Baigorria, –hijo de Manuel Baigorria y Lorenza Coliqueo- y Antonia
López nac. 1877); de Clemente Medina nació en 1884 Modesto Medina cuyos
padrinos eran Eleuterio Catalán y Lorenza Coliqueo; él se casó con Isabel
Huenchual. Se compró una estanzuela contigua al campo de la tribu y e
intervino en la vida social de Los Toldos. Medina Clemente fue padrino con
Carmen Coliqueo. etc. En 1938 la Comisión Investigadora del Campo de la
Tribu de Coliqueo no conoció tales datos, sino no podía afirmar que los Medina
no eran de la Tribu y no tenían derecho a su campo. Quisiéramos saber las
relaciones familiares de muchos caciques y capitanejos, como de estos.
MELCATUC, 1677 figura en la lista de los caciques serranos que el
Gobernador Robles había rejuntado o cazado “para adoctrinarlos” –escribía a la
corte española- y para utilizarlos en las encomiendas del Distrito de Buenos
Aires (en: Documentos histórico geográficos, ed. Peusser, Bs.As. 1941 p. 313)
MELCA GÜE o Melcaguen, 1710, era conocido como cacique tehuelche
o auca. Transcribo el relato de su captura asentada en Actas Capitulares de San
Luis p. 123s) con fecha 20 de diciembre de 1720. Coincide con el documento Nº
18 de Archivo de San Luis, donde se asienta la declaración de un excautivo.
Decía que los vaqueros fueron atacados por los caciques Cauchal, Mecagüé y
Ceunaúm y 400 indios a 20 leguas al Oeste y 20 al sur.
“San Luis, 20 de diciembre de 1710 (Actas Capitulares de San Luis)
Noticia que fue cautivado el cac. Mecagüén, que había apresado la tropa del
capitán Baltasar de Quiroga, en la cual fue por peón y salió de su cautiverio a
los 14 meses y habiéndolo examinado, dice que el cacique lo llevó consigo con
otros cinco compañeros suyos a sus tolderías distantes a su parecer 250 leguas
de donde los apresó, paraje que corresponde a la parte de Chilué (la Pampa)
virtientos a la Cordillera para acá, donde hay otras parcialidades de indios Y en
el intermedio de 14 meses, este cacique convocó a tres más, llamados Sanchal,
Quelesenain (Quelenain) y Yacachú, para invadir a la sierra Casuati, a pesar de
las tropas que hallaren (provenientes) de Buenos Aires, Córdoba y de esta
ciudad y provincia y este mozo vino con ellos caminando un mes en busca de
dicha sierra. Y tuvo la fortuna de escapar hurtándoles 28 caballos de su
caballada y vino atravesando las pampas sin conocimiento alguno. Y
milagrosamente vino a los 28 días a esta ciudad. Dice que entre todos los indios,
viejos, mozos y mancebillos serán hasta mil. Serán pocos 200 hombres para
entrar al castigo de indios que mataron la tropa del Maestre del Campo Dn. Juan
de Mayorca y Francisco de Coria…suspenda la entrada hasta reunir mayor
fuerza”.
Hago notar que poco antes ocurrió también el caso del estanciero
Hernández Garay, que costó la vida de varios caciques y muchos indios, como
anotamos en la historia de Mayupilquiyá o de Liquid.
ETIMOL: Hué: lugar y melcai: resbaladizo
MELÉ, 1839, cac. chileno que tomó parte en el asalto de Tapalquén
(Prov. de Bs.Aires), el 20 de agosto de 1839. Yo considero este malón como
último coletazo de la Guerra a Muerte (AGN X. 27-7-6)
ETIMOL: Melehué: querencia
MELE ÁN, Andrés (o Melián), 1870, capitanejo del cac. Raninqueo en
su nueva ubicación, separado de la Tribu de Coliqueo, en La Verde (Part. de 25
de Mayo) Antes pertenecía a la Tribu de Coliqueo, donde dejó alguna
descendencia: Amelia Meleán n. 1879; María Melián n. 1883; Valeria Melián n.
1880; Anselmo Melián, cas. con Tuburcia Benítez n. 1849, Julián Meleán n.
1903; Juan Adolfo Melián, Federico 1897 – 1969; Isidoro Melián 1904 – 1986,
Victoriana Melián n. 1901; su padre era Antonio López.
MELIÁN,1845, cac ranquel del cac. Pichún. Le mandaron en una
embajada al Gobernador López de Córdoba. El excautivo Santiago Avendaño
cuenta una larga historia del asalto de una galera que afectó particularmente al
Gobernador, porque saquearon a sus parientes. En sus Memorias que presenté
para editar en El Elefante Blanco en 1999 abarca las páginas 79 hasta 86 del
caso; por eso no las reproduzco. Página 127 cuenta otra historia triste del que
llama ahora cac. Meliante; del cual dice que era estimado de todos desde su
infancia; había prestado servicios importantes, por ejemplo como embajador,
cuando se gestionaba algún tratado de paz. Tuvo que presenciar la muerte
violenta del cac. Carreangué. “¡Lloró! No pudo hacer otra cosa que contemplar
a su pariente hecho pedazos y deshacerse en lágrimas…”
MELE CHE, 1678, cac. serrano de las sierras de Buenos Aires,
“recogido” por el Gobernador Robles, quien hacía anualmente raides para traer
hasta mil indios “para adoctrinarlos y utilizarlos en las Encomiendas” (Robles:
en Documentos histórico geográficos, ed. Peusser Bs.As. 1941 p. 313)
MELI, 1875, cac. chileno. Namuncurá lo menciona en una carta del 2 de
abril de ese año, diciendo que su tío Reuquecurá había ido personalmente a
Romaquiguá a visitar al cac. Meli y que al regresar el mismo lo acompañó para
visitarlo en Salinas Grandes.
MELI CURÁ, 1842. cac. salinero. Era hijo del cac. Juan Calfucurá,
hermano de Namuncurá (1811-1900). 1842, Melicurá era ya jefe de la
caballería y era un buen comerciante. Luego se abrió y se separó de Salinas
Grandes. Fue a vivir a la Prov. de Neuquén, cerca de su tío Reuquecurá. Allí
entro en amistad con los blancos, cuando su padre no lo logró aunque quería
conseguirlo.
1875 celebró en Carmen de Patagones un tratado de paz por medio del
Cnel Liborio Bernal. Su hermano Namuncurá estaba de acuerdo. Cuando el
Padre Salvaire visitó a éste en Salinas Grandes, le entregó una carta del
Arzobispo de Buenos Aires, en la que decía: “El hermano mío propio, llamado
Melicurá que permanece con su tribu separada de la de mi tío Reuquecurá,
solicita al Sr. Presidente de la República un racionamiento de 600 animales a
recibir en Patagones…(L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros 1945 p.
209) Por el tratado de paz celebrado el 21 de septiembre de 1875 (AEM doc.
1242), se obliga “a venir a poblar la costa del Río Negro, en el paraje que el Jefe
de Patagonia le indicara, debiendo traer por lo menos setenta indios de lanza y
armas y sus familias.” El Art. 2º decía: “Queda el cacique Melicurá obligado a
hacer la defensa de Patagones, cuando el Jefe se lo ordena.” Art. 3º: “Es
obligación del cacique Melicurá hacer descubiertas sobre los campos de Salinas
Grandes para saber cuando intentan a invadir…”Art.6º “El Gobierno por su
parte se obliga darle mantención, igual al de los soldados del Ejército, a pagarle
el sueldo que está designado para los indígenas (de Linares), dos vestuarios para
todos los años, a designarles un campo para ellos y, si estos quisiesen trabajar,
les dará herramientas de agricultura y semillas..”
Este tratado se destaca de otros, porque se le exige mucho al
cacique, hasta se le hace espía de sus propios hermanos, le confía la defensa de
Patagones como se lo exigió a Queupumil, Yancamill y Güenupil en otros
tratados de 1875. Por otro lado se le promete la concesión de tierras que nunca
se le ha donado legalmente, ni lo ubicaron sobre el río Negro, sino en la margen
Norte del Rio Colorado, frente al “Paso de los Indios”, que señala el mapa del
Sargento Mayor Wysocki; era un lugar estratégico.
M. Olascoaga en su obra sobre la Conquista del Desierto (Bs.As. 1940 II.
p. 98) dice, que en 1879, Catricurá (Melicurá ¿?) ha sido jefe de una numerosa
tribu muluche en Lonquimay, que se había unido a la de Epuilaf, hermano del
muy nombrado cacique Quilapán, el que había muerto pocos años antes. El
expedicionario General Uriburu los rindió el 1º de enero de 1883.
ETIMOL: Meli: cuatro y curá: piedras
MELIDEO ver Meliqueo (Meli:cuatro y deo: lauchas)
MELI ÉN, 1750, cac. huarpe (C.Rusconi vol IV p. 227) Vivía cerca de
las lagunas del Rosario (Partido Lavalle,Mnedoza)
MELI GUÁN o Meliguanqui, 1776, cac. pehuenche que Diego de las
Casas censó sobre el río Chadileo (en.de Anglis 1836) Este cacique tuvo trato
comercial con la frontera de Buenos Aires. 1825 asistió al parlamento de paz
que se hiciera en Laguna del Guanaco, el 25 de diciembe (AGN X. 27-7-6)
ETIMOL: cuatro avestruces
MELI GUÁN, Francisco, 1838, cacique entre los ranqueles; quizás es
hijo del anteriormente nombrado. 1832 llegó a situarse con la tribu de Santiago
Llanquelén cerca del Fuerte Federacion (Junín Bs. As.). 1834 figura en un censo
que se hiciera en ese lugar. Cuando en abril de 1838 sobrevino el malón sobre
esta tribu, Francisco Meliguán se escapó con los suyos. Así se presentó en Rojas
el 3 de octubre, pidiendo protección.
Dos notas más nos informan sobre el cacique Francisco Meliguán. El 19
de diciembre de 1841, el comandante Seguí de Junín comunicó al gobernador
J.M. de Rosas que el cacique Francisco Melguán había fallecido y que en su
reemplazo quedaba el capitanejo Troyal al mando de la tribu. En un segundo
comunicado del 1º de Enero de 1842, completa el mismo capitanejo: que el
mismo día del fallecimiento del cac. Meliguán se le había presentado su hijo, el
capitanejo Tomás Rosas, explicando que el cacique Quechudeo se había hecho
daño, creyendo que él era el responsable por culpa de cuatro chinas y quería que
se las entregasen para matarlas y el dicho cacique Quichudeo había muerto a su
padre, por eso suplicaba venganza (AGN X. 23-7-3) NB. Es otro caso de la
creencia de que la muerte era causada por embrujo.
MELI GUCO, 1872 cac. picunche (pehuenche) que quería invadir por el
camino del Colorado. Así lo dijo Nahuelpán al explorador Bejerano, el 13 de
Julo de ese año (Bejerano, Mariano: Diario del viaje en el Valle del Río Negro
publ. En Memoria de Guerra y Marina 1873/75 p.348s.

MELI GUR o Meliñir, Melignerr,1819, cac. boroga que vivía en Maleco.


Intervino en la Guerra a Muerte en el bando de los patriotas, porque el
Comandante General de las fronteras, Dn. Andrés de Alcázar había hecho paces
con él, con Quilapí y Millale, el 26 de septiembre de 1820. Desde enbtonces
figura en las filas patriotas: Meligür, Colipí, Calfugür y Lincogür de Picoiquén,
donde hoy está Angol. Ante los ataques del cac. Manguín y sus aliados tuvieron
que retroceder (T. Guevara 1910 p. 255 y 295). Creo que Meligür que reseñaré a
continuación, no se identifica con éste.

MELI GÜR (Melinhir, Melinhier) en 1834 era cacique boroga. Era el


hijo mayor del cacique principal de los borogas Mariano Rondeao, emigrados de
Chile hacia Guaminí. Así mismo fue sobrino del cacique Venancio Coñuepán.
Hay que leer las historias de estos caciques para saber lo que le ha tocado vivir
antes de asumir sus responsabilidades como cacique de una tribu diezmada.
Pues en el Asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834, su padre M. Rondeao
fue muerto por el malón de los indios chilenos patriotas de
Calfucurá,Tranamilla, Cheuqueta y Cumiú. (AGN.S.X. 24-8-6, fha. 8.9.34).
Su padre había luchado junto a los realistas en Chile, con Carrera y los
hermanos Pincheira, en la Argentina. Y si bien buscó con los borogas mantener
la paz con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Rosas en secretas
concesiones a Calfucurá y sus aliados, se sirvió de tales instrumentos para
eliminar a Rondeao y debilitar su considerable fuerza, en el campamento boroga
de Guaminí.
Después del infausto acontecimiento en Septiembre de 1834, le tocó a
Melgür enfrentar la situación de su tribu castigada y saqueada. Ni Guayquil, ni
Alón. ni Caniullán, ni los otros hermanos del cacique muerto asumieron la
jefatura de la tribu de Rondeao. Podríamos ver en ello una concesión de los
enemigos, como también favorecieron al capitanejo escribiente Pablo
Millalicán. Este escribió unas cartas por las que conocemos algunos hechos de
los complicados sucesos.
Mientras Meligur reunía unos indios dispersos, cayeron sus enemigos por
segunda vez sobre ellos, el día 13 de septiembre de 1834 y apresaron a toda la
tribu. Los tenían rodeados, cuando finalmente Millalicán logró enviar a
Guillipán a Bahía Blanca con cartas para dar aviso a las autoridades militares de
lo acaecido. La carta lleva fecha del 15 de septiembre (AGN S.X. 24-8-6 y
Grau: Fuerte 25 de Mayo, p. 271). Rogaron que les ayudasen. No se habían
atrevido a acudir antes al Fuerte Argentino, porque los victimadores habían
dicho que venían con licencia de la oficialidad de Rosas y de Venancio
Coñuepán. Rogaban "de rodillas" —decía Millalicán en nombre de Meligur—
para que les dijesen si esto era verdad. Mientras Guillipán informaba en Bahía
Blanca, llegó a ese punto también el cacique Guayquimil: y —lo que es
sorprendente— en el documento firmado por el comandante Martiniano
Rodríguez en presencia del coronel Pancho Sosa y del cacique Venancio
Coñuepán, patriota jurado, no sólo se asienta la declaración de los borogas, sino
que dice que recibieron también los mensajeros del cacique Calfucurá
encabezados por el hermano del cacique Tranamilla. Estos también refirieron
sobre la muerte de los caciques borogas Rondeao y Melín. El documento
destinado a Rosas dice: "De sus expresiones, todas pacíficas y modestas, vino a
decir (Tranamilla) que su pretención era, llevarse bien con los cristianos,
fundando las razones que les habían asistido para quitar del medio a Rondeao,
en que él los había engañado, haciéndolos venir de su país para hacerlos ricos.
Al mismo tiempo nos exigía nuestro parecer o aprobación sobre aquel hecho"
(sic!). Y termina, diciendo el coronel Rodríguez: "Se están tomando las medidas
de precaución que están a nuestro alcance, con arreglo a Superiores
Instrucciones." (AGN ib. 16.9.34)
Este documento permite entrever un juego de mentiras prefabricadas.
Calfucurá afirmaría más tarde que Juan Manuel de Rosas los había llamado. La
respuesta al cacique Meligur y al teniente coronel Millalicán decía: "No crean
que Juan Manuel de Rosas traicione a sus amigos" y los hizo aguardar, mientras
esperaban instrucciones superiores (ib. 17 de septiembre de 1834).
Esta carta contradice toda la documentación subsiguiente. Ignacio
Güillipán. el chasque de los borogas, fue retenido siete días "y luego lo tuvieron
preso". Se escapó por milagro —dirá Millalicán al teniente coronel Manuel
Delgado (ib. 3.10.34). "Guayquil y otros creen que fueron entregados, que
Venancio, Francisco Sosa y el gobernador de Buenos Aires dieron orden de
matar a Rondeau. Por eso se dispersaron los borogas y no se ampararon en el
Fuerte Mayo" (ib. 5-10.34). Millalicán decía al coronel Rodríguez que Güillipán
a su regreso, no pudo comunicar ni en secreto la respuesta recibida, "porque
estaban rodeados de enemigos". Durante once días procuró reunir cautivas para
complacer las exigencias de los jefes de Bahía Blanca. "Después, dispararon los
cobardes asesinos, porque supieron que venía de la Fortaleza Baya Blanca una
expedición... Querían que se unieran a ellos para dar guerra a los cristianos",-
decía en una carta del 3 de octubre a Manuel Delgado. Meligur prometió
engañosamente —continuaba diciendo— estar de su lado e inició la
convocatoria de los borogas que habían actuado cobardemente. Así varios se
han entregado, otros retornaron. Avendaño en sus Memorias afirma que
“Meligüer había dirigido un enviado a Calfucurá, ofreciéndole reconocerlo,
conservando más de 80 indios que gobernaba, pero en la condición (de) que no
se pensaba atentar contra ellos. El conquistador acogió con gusto el mensaje y
contestó que, según el mandato de Güenu Pilláñ (Dios del cielo), él había
mandado quitar la vida sólo a aquellos ciegos que aún pretendían defender la
causa de los tres hermanos traidores, y concluyó diciendo que ya se habían
convencido del bien que Dios les hacía, mandando a un “Loncó” nuevo, porque
casi todos se habían apresurado a ofrecerse sometidos, y que se alegraba de
tenerlo como amigo”. (Avendaño p.36 ed. 1999).

Meligur constituyó su consejo de guerra hasta la reunión de los demás


caciques. Los suyos eran en ese momento Ignacio Güillipán, Guayquil, Loncoñ,
Maguín, Veña, Caniucú, Curiqué, Quilalén y Viluché (AGN. ib. 5 de octubre). A
los dos días hizo otra lista, después de una nueva junta, agregando a Calbutruz,
Millaché, Carripán y Antilén. Insistentemente llamaron al cacique mayor
Ignacio Cañiuquir, quien, como estaba lejos, no fue atacado. Pidieron
nuevamente ayuda y armas a los jefes militares de 25 de Mayo y de Bahía
Blanca: 10, 100 o 150 carabuceros para poder perseguir a sus enemigos.
Eugenio del Busto, desde 25 de Mayo, aconsejó que se reuniesen.
En otra carta de Millalicán, fechada el 7 de octubre, la más larga de estas
comunicaciones, enumera a los borogas reunidos y a los que faltaban aún,
porque se habían dispersado. Aún faltaron Inaypil. Llanquihuén Huenupil.
Caniuguan, Lincolaf y Catrilén. El cacique Cañiuquir hizo preguntar, qué
actitud habían adoptado los caciques Marileu, Mariqueu, Antibil, Cheuquepil,
Calbulén, Güircan y Piena de Mamuilmapu. Le respondieron que Marileu había
llorado por la noticia de la muerte —decía el chasque—. pero que Cheuquepil y
Antibil habían sido cómplices en el asalto. A Venancio Coñuepán, el tío, pedía
también auxilio diciéndole que los indios del Llaima habían querido hacer lo
mismo, porque le habían dicho que dejarían a sus "Guiñantur" al otro lado del
Neuquén y malonearían sobre Patagones y Bahía Blanca.
Poco a poco se reunieron los borogas para dirimir en primer lugar la
cuestión de la sucesión del cacique Rondeau. El 17 de octubre, Millalicán volvió
a escribir al coronel M. Rodríguez, diciéndole: "No hay quien pueda sucederle
(a Rondeao). A Guayquil no le querían obedecer, ni los suyos propios". Y agrega
que las tres viudas del fallecido cacique Rondeao pedían algo para cubrir su
desnudez (ib.).
El día 20 de octubre, estos indios se movieron hacia Carhué: "Ayer -dice
el cacique Meligüer - llegamos a este río de Cargüe, donde fueron muertos los
dos caciques finados, Rondeau y Melín. Allí llegó el cacique Mariqueo a
persuadirlos que fueran con ellos a Mamuilmapu (La Pampa); que los güincas
los iban a engañar, que los iban a arrear para hacerlos peones y acarreadores de
piedras". Según Millalicán, recibieron palabras evasivas.
Rosas les puso otro tropiezo en el camino, encargando al cacique Cachul
y a los pampas a reunir a los borogas dispersos. No eran precisamente sus
amigos (ib. 28.10.34, Rosas a Delgado).
Al leer la carta de Rosas, conservada entre esas otras ya citadas, me
sorprendió que Rosas informase al jefe de 25 de Mayo sobre el asalto de los
borogas. denigrándolos. Ya había sido informado el mes anterior por el Cnel.
Delgado, jefe tan allegado a los borogas.
Si Rosas hubiese pensado en ayudar a éstos para que recuperasen familias
y haciendas y para vengar la afrenta recibida, habría dispuesto con premura
medidas adecuadas. Un mes y medio después de aquel asalto, el 25 de octubre,
hizo marchar la División de Bahía Blanca a las órdenes del coronel F. Sosa y de
Juan Zellarrayán. Debían incorporar a los borogas y perseguir a los ranqueles
(sic!) "Ahora acabaremos a los Ranqueles" (ib.28.10.34).

EXPEDICION A SALINAS Y CONTRA LOS RANQUELES

Al incorporar, el 5 de noviembre, a 400 borogas y 60 de Cañiuquir a los


300 de la División de Bahía Blanca, les hacían creer que la expedición era
contra los chilenos enemigos. Tomaron el camino que conduce a Salinas
Grandes. El 23 de noviembre el coronel Corvalán informó a Rosas que en el
camino a Salinas Grandes habían atacado a un grupo de indios chilenos que
emprendieron la fuga hasta la gran travesía. Luego cayeron con los borogas
sobre una toldería de ranqueles a quienes apresaron familias y haciendas...
(AGN.S.X,34-9-1). Zellarrayán, en otra información, complementa ésta,
diciendo que los mandó atacar primero a Mariqueo, Marileo, Ancapil y Antibil y
que este ataque estuvo a cargo de Venancio (Coñuepán) y de Martín Collinao
(viejos enemigos de estos en la Guerra a Muerte) (AGN S.X. 24-8-6:11.11.34).
Continuó con el relato de Corvalán, probablemente pensado que fuese para ser
publicado: "...Cañiuquir fue despachado, porque se opuso de que los llamados
ranqueles, sus parientes, fuesen atacados. En cambio Catriel decía que él estaba
seguro de que Dios hablaba por boca de Rosas" (ib.).
El 29 de noviembre Rosas envió una felicitación a los jefes bahienses por
la jornada realizada. Les recomendó guardar con seguridad a los caciques
Tranamilla, Calfucurá y 14 presos más que él no permitía dejar en libertad
(sic!). Este último párrafo tiene referencia a una carta, cuya verdad histórica no
pude comprobar; es la de M. Rodríguez a Rosas, fechada el 10 de octubre. En
ella dice que el 28 de septiembre habían operado contra "los perversos y
afamados caciques Ch(Tr)anamilla y Nabuncurá con 14 indios capitanejos".

Rosas decía además en esa carta de felicitación: "Celebro que Dn.


Venancio se conduzca bien y que sea útil. Lo felicito por el triunfo... De las
guerras de indios le hablé confidencialmente" (ib. 24-8-6).
Hago notar que tenemos también dos relatos discordantes, fechados en
Salinas Grandes, el 11 de noviembre de 1834, ambos firmados por el coronel
Juan Zellarrayán. La primera carta, corregida por Rosas, destinada a ser
publicada en La Gaceta, según me parece, habla de la campaña contra los indios
chilenos enemigos. La composición de la fuerza era de 300 hombres con el
capitán Francisco Morel y 60 indios a las órdenes del cacique Venancio (h). En
Puán se incorporaron 400 indios y los caciques Meligüer, Guayquil y el teniente
coronel Pablo Millalicán. El capitán Eugenio del Busto se sumó el 30 de octubre
con 60 indios de Cañiuquir. El objetivo era, atacar a los caciques Ancapí,
Marileu, Antivil. Choiquefil y Mariqueo, distantes a dos jornadas. Enviaron al
cacique Cañiuquir a hacer averiguaciones. El 2 de noviembre llegaron a
Pichiregnancó. Ahí apresaron a 7 indios que decían ser de Calfucurá y que éste
había huído. Persiguiendo sus rastros, apresaron a mujeres y niños y se
apoderaron de lotes de hacienda. El cacique Venancio con sus indios y
Zellarrayán con otros 30 sorprendieron los toldos de Mariqueo y otros borogas
"disparados". Las chinas apresadas eran 192, 600 caballos y 7.000 vacunos
(AGN S.X. 24-8-6).
Nótese que aquellos presos no eran de Calfucurá, sino de Ancapí. Marileo
y otros borogas.
La segunda carta de la misma fecha, también dirigida a Juan M. de Rosas,
es distinta. En ella Zellarrayán se queja por la mala conducta de los borogas,
detalle que no quiso incluir en la primera. "Cañiuquir me ha hecho errar porción
de golpes, dando avisos a los enemigos. En ellos no tenía parientes ni amigos
(NB.¿Zellarrayán conocía los lazos de parentesco?).
"Todos los indios que formaron eran parientes y fueron apadrinados. Si
Cañiuquir no hubiese avisado, no quedaba "ranquel" y sin nosotros Cañiuquir
no hubiese regresado. A él y a todos sus aliados puede usted considerar como los
primeros enemigos de la provincia... Lo traté de pícaro, falso y consentido de
todo robo y los culpé de la muerte de Rondeau y Melín".
Leyendo la historia de Cañiuquir se verá cómo éste fue destruido en
1836, después que hubiera prestado otros servicios. Más de 1.500 muertes le
infligieron en dos ataques (ib. 24-8-6).
Como dijimos, Corvalán habla en su carta del 23 de noviembre de 1834
de la persecución de los chilenos hasta la travesía; en otra nota menciona el
ataque a Marileo y 192 presos hechos prisioneros en la travesía. En La Gaceta
del 1º de Diciembre se habla de la persecución de Calfucurá.
El cacique Meligüer y sus indios llegaron a Guaminí el 31 de diciembre.
Más extensamente, más detalladamente hablamos de este período histórico, para
demostrar la difícil situación que le había tocado enfrentar al cacique sucesor
del cacique Mariano Rondeau y sus compañeros y para echar una luz crítica
sobre los mismos relatos oficiales.

MELIGÜER EN 1835

A partir de esa expedición a Salinas Grandes, Juan Ignacio Cañiuquir


asume la jefatura principal de los diezmados borogas. Su primer intento fue
renovar alianzas y aumentar efectivos.
Pero Rosas, fiel a su plan premeditado, exigía nuevas expediciones contra
los "enemigos". Así Eugenio del Busto y la División de Bahía Blanca
condujeron a los borogas a una nueva expedición a Salinas Grandes y a la
Pampa. Salieron el 26 de febrero. En marzo incorporó el coronel R. Maza a los
indios de Meligüer, agregándoles los 900 veteranos de Bahía y 290 indios de
Coñuepán. Marcharon contra los ranqueles. Se enfrentaron con los ranqueles
los días 6 y 7 de Marzo de 1835, a unos 200 kilómetros hacia el oeste de
Carhué. El resultado fue: 133 indios muertos y 353 prisioneros. Rosas convocó
también a 200 soldados de San Luis y 200 de Mendoza. Debían destruir a los
ranqueles (Diario La Tarde y Comando General del Ejército: ob. cit. IVº p. 340).
Otra expedición salió en noviembre y otra en diciembre. La del 8 de
noviembre partió con 475 blandengues, 156 dragones y 210 indios de Venancio
Coñuepán. También engancharon indios de Meligüer. Nuevamente buscaron a
los ranqueles. Apresaron 320. El parte no indica cuántos muertos hicieron (véase
Venancio Coñuepán).

EL AÑO NEGRO ( entre 1836 y 1837)

En Marzo y Abril de 1836, Rosas lanzó dos fuertes ataques contra los
indios del cacique mayor Juan Ignacio Cañiuquir, establecidos sobre el Arroyo
del Pescado. En el primer ataque, el 22 de Marzo, abatieron a 900 indios
"amigos" y el 26 de Abril a 650 en el Arroyo Llanguillú. Allí halló el digno
cacique Cañiuquir una muerte cruel.
Todo esto que narramos en dos líneas horrorizaba a Meligüer y a los
demás borogas. No se habían visto semejante crueldad, ni en la Guerra a Muerte
en Chile. Se sublevaron estos indios que se habían aceptado como "amigos" y
entraron en coalición con Calfucurá y otros caciques chilenos y los ranqueles de
Pichún, Painé, Güelecal y Güelé. (AGN S.(V) X. 23-4-6 y Comandancia
General del Ejército", ob. cit. IVº. p. 399 y 401).
Lo invitaron a Meligüer a unirse a un malón sobre Bahía Blanca.
Efectivamente el 24 de Agosto de 1836 cayeron con 2.000 indios sobre la
población y el Fuerte y sobre la toldería de Venancio Coñuepán, quien fue una
de las primeras víctimas. Mataron a unos 400 indios (AGN S.VII 10-4-14). En
Octubre, los mismos maloneros asolaron la zona de Tapalqué, atacando las
tribus de Railef, Melinao y Tacunao y probablemente también a los pampas
(AGN S.X.20-1-1).
Meligüer estaba entre los maloneros, quizás por fuerza. No había
aceptado la invitación del coronel Delgado de acercarse al Fuerte 25 de Mayo,
como lo habían hecho ya después del Asalto de Masallé sus tíos Francisco
Caniullán, Guayquil y sus hermanos menores.
Hallé una nota del 9 de Febrero de 1837 sobre la fuga de la prisión de
Melinao en Adriloncó, a 20 leguas de Salinas Grandes; los caciques Alón,
Meligüer y Pedro Guayquil estaban separados. ¿Cómo y cuándo se había
apresado a Meligüer?
Sabemos que en 1837 llegó un gran contingente de indios patriotas al
mando del cacique mayor D.Juan Railef, padre del otro Railef de Tapalquén y
pariente de Coñuepán. El 5 de julio una cautiva escapada trajo la noticia de que
un gran malón de chilenos salineros estaba en preparación y que Alón y
Meligüer se les unirían (Colección Arce Nº 61. Olavaría: 5.7.37).
Aparentemente estos dos malones marcharon hacia Bahía Blanca. El 13 de
agosto apresaron de nuevo al cacique Meligüer, a Quilaleo y 250 indios más:
mataron al cacique Alón y 8 capitanejos y al día siguiente cayeron sobre la
misma población de la ciudad sureña. Fueron rechazados, pero se llevaron un
buen botín. Quizás yo debería haber profundizado estos embrollos, pero opino
que merecerían una monografía aparte. Rosas estuvo contento. Lo sabemos,
porque el comandante de 25 de Mayo, Don Felipe Julianes, convocó a los indios
amigos de ese lugar y les leyó una carta de Rosas anunciándoles que sus armas
habían triunfado sobre el malón. La carta lleva como fecha el 17 de noviembre
de 1837 (AGN. S.X.25-5-1).

Meligüer desaparece luego del escenario bonaerense, confundiendo su


historia con la de las tribus de Calfucurá y de los ranqueles.
En Abril de 1839 se dio aviso sobre la llegada de Meligüer con Painé,
Pichún. Nagüelcheo y Güelé con intención de invadir a 25 de Mayo o Tapalquén
(J. Arena: Aporte para la historia de Olavarría, p. 186). Efectivamente, el 20 de
agosto, poco antes que estallara la Revolución del Sur, hubo un formidable
malón sobre el Cantón de Tapalquén y sobre los indios amigos que antes habían
estado en Bahía Blanca. El malón fue rechazado. (AGN S.X. 27-7-6)
En 1852, el 7 de Enero, poco antes de la batalla del 3 de Febrero, Rosas
hizo donaciones a muchos caciques en Bahía Blanca. Meligüer y su hijo
Antüpán figuran entre los caciques salineros.
En 1846 el cac. Meligüer vivía con cien indios en Laguntoré (Arch. Cord.
Secc. Gobº . 204 f. 283)
En 1857 escribió una carta al general Urquiza desde Salinas Grandes,
diciéndole que dentro de cuatro meses pensaba visitar al gobernador de Córdoba
y otros personajes respetables y por eso le pedía que se lo comunicara para que
sea bien tratado y pueda ser su amigo. Agrega que se encontraba sin hacienda y
que esperaba respuesta por intermedio de su "hermano" (expresión típicamente
india) Manuel Baigorria (AGN Arch. Urquiza T. 119:18.6.57). El Gral. Urquiza
estaba entonces muy empeñado en atraerse a los indios para su campaña política
y su lucha contra Buenos Aires. Avendaño en sus Memorias anota un discurso
de Meligüer del año 1857 y lo llama “un cacique anciano muy respetable” (Ed.
1999 p. 353 – 355)
Cuando discutían los evadidos de 25 de Mayo a quién seguir, y cómo
recuperar sus familias deportadas, el anciano decía: “Todo lo que pudiera decir
de los cristianos sería poco para hacer comprender lo perversos que son. El
indio para ellos es lo que el “güeza güecufú” (espíritu malo) es para nosotros; es
decir, que como una bruja que vive entre nosotros ....La bruja no conoce lástima
ni atenciones. Ante todo, para ella está ese deber, que se ha impuesto para
cumplir con el diablo: de matar a los hombres. Así, los cristianos, por mucho
que se sirvan de los indios, jamás dejarán su obra funesta; jamás tendrán
consideración, ni lástima, porque no olvidan jamás que el indio es indio y que
ellos deben acabar con él ....¿Por qué no montamos a caballo y nos allegamos a
Mulitas (25 de Mayo), con las armas en la mano y mandamos a ese viejo como
yo, para que él consiga que nuestras familias sean sueltas? Me parece que éste
es el mejor modo de proceder” etc..
Y esto dijo ante el Cacique Calfucurá y “el Congreso” lo aprobó.
En otra carta del 14 de Septiembre del mismo año (1857) decía que era
amigo del cacique Coliqueo. (ib. T. 128 p.101). Esta, creo es la última noticia
que tenemos de este cacique, heredero del cacique boroga Mariano Rondeau.
Calfucurá menciona en carta del 22 de Abril de 1862 al “finado” Meligüer
(AGN S VII Arch Urquiza T. 224 p. 188). ¿Y cuántos lo recordarán?

MELI LLÁN o Melillán Peinemal, en 1819 era cacique boroga de las


zonas de Villarrica; pero durante la Guerra a Muerte se mudó a Cholchol. al
corazón de Boroa. Se puede considerar como Melillán o como Painemal. Su
padre se llamaba Quecha Choque Riquelme Painemal; sonante apellido
compuesto, de la nobleza araucana-española. Riquelme (o Iquelme) de la mujer
del miliyar Riquelme de los Angeles. En el libro Historias de familias del Siglo
XIX de Tomas Guevara y Manuel Manquelef, editado en 2002 con nuevos datos
(pero el texto bilingüe está en una ortografía moderna), se leen varios artículos
sobre los Melillán Painemal. Son recuerdos familiares, pero hay pocas notas
documentales
T. Guevara investigó sobre su familia. Melillán Paynemal tuvo de dos
mujeres los siguientes hijos varones:
El capitanejo Calguneo y los caciques
Antonio Painemal, nació en Carürüngi. Se crió en Valdivia a semejanza de los españoles.
Era amigo del Gobierno Patrio y aconsejó que Gregorio Urrutia fundara el pueblo Choll Choll. Éste
mandó hacer el Fuerte en la casa de Millapang, lo que enojó a su famoso hermano Venancio
Coñuepáng. Este y oyros compañeros se refugiaron en el Fuerte de Temuco, para distanciarse de los
“rebeldes” realistas. Abajo transcribiré el testamento del cacique Antonio Painemal Riquelme
Ramón, de Ramón no tengo noticias
Necul, En un documnto de 1822 es llamado boroga (realista), 1833 se halló en Guaminí. 1834 fue
muerto (AGN de Bs.Aires, S.X. 27-5-6)
Calfuill, no tiene noticias
Mulato, tío carnal del cc. Mariano Rondeao. Se entregó al bando de los realistas, por tiempo
maloneó con los Pincheirta. Rosas mandó perseguir.. El 29 d oct. de 1826 el Cnel. F.Rauch atacó su
toldería; su mujer y una hija fueron apresado. 1833 estuvo en Guaminí. Nuevamente perseguido por
orden de Rosas, lo mataron engañados por Rosas en 1834.
Curiqueo, Ignacio Un representante fuerte de los “realistas del sur del Bío Bío” 1819 era el
cacique goberndor.
A él dedicaremos una breve historia aunque su vida era corta. Su nombre y su sangre sobrevive aún hoy
en la tribu del cacique Don Ignacio Coliqueo. Curriqueo yuvo que verse con Colipí especialmente en
la batalla del 26 de noviembre de 1821 y en su malal el 23 de diciembre de 1822. Murió en duelo con
Cayumán.
Bulnes Painemal de él no tengo noticias
Martín Salas (Guevara: ob.cit, 1910, p.59 y 56). Guevara lo llama Martín Melillán
Paynemal. En Los Toldos de la Provincia de Buenos Aires se conoió como Martín Salas .

Melillanca combatió primero a favor de los realistas junto con Ñonqui,


Calfuqueo, Rondeau y Curriqueo, pero Venancio Coñuepán lo atrajo al bando
patriota. Después de la batalla de J. M. Zapata en San Carlos (26 de nov. de
1821) el cacique principal Mariluán había abandonado la lucha y el poderoso
Magüín inició su campaña contra Colipí; y los caciques Hueque y Trarulemo se
fueron a su toldería en Angol. También los caciques Melillán y Ligillán se
retiraron.
El sargento realista Florentino Palacios quiso refugiarse en su malal, un
lugar fortificado en las montañas de Boroa (T. Guevara ib. p. 193 y Vicuña
Mackenna: Guerra a Muerte, p. 664 y 701).
El coronel J. Beauchef con su división patriota intentó atacarlos en su
propio malal. El 23 de diciembre de 1822 sitió su refugio con cien hombres de a
pie, porque los caballos no lograron salvar los obstáculos puestos en sus
accesos. Removió en persona el tronco que bloqueaba la entrada. Melillán
escapó, pero el misterioso recinto con sus rebaños y mujeres quedó en poder de
Beauchef y de su tropa (Beauchef: Memorias Militares. 1964). Más tarde, el 4
de enero de 1823, se presentó el cacique Melillán, ofreciéndole sometimiento,
seguramente para salvar a sus familias y entregar al guerrillero Palacios (Vicuña
Mackenna. p. 711). Beauchef aceptó el ofrecimiento; dejó en libertad a Melillán
y éste prometió hacer amistad con el gobernador de Valdivia (Guevara, p. 20).
El historiador dice que Melillán había planeado tenderle una celada a Beauchef:
parlamentaría con él y así lo mataría. Pero no pudo ejecutar su plan (Guevara p.
346 y 433).
Tiempo después emigró a la Argentina, quizás acompañando a los
pincheiras o algunos caciques borogas. Unos 20 años más tarde nos dicen los
documentos que estaba actuando en el sur de Mendoza. Hay pues una laguna
grande en su historia.
El 26 de agosto de 1841, el cacique Melillán envió al cacique Ayllal ante
la presencia del gobernador de Mendoza para preanunciarle su visita.
Aparentemente iba a pedir radicación en el sur mendocino (Arch. Mend. Carp.
123. Doc. 9). Pocos años después llegaron los caciques e indios de F. Purrán
(Forran) y de J. Zuñiga a reunir a todos los indios amigos para llevarlos a la
guerra a Chile: a Ayola, Melillán, Tupí, Forí, Cumián, Llancañir y Pichí Lefinir.
Mataron al cacique mayor Guzmané, lo que suscitó un gran proceso en
Mendoza (Ver Guzmané).
En adelante, Melillán hará causa común con el cacique Feliciano Purrán.
En Febrero de 1851 se halló en parlamento con su sobrino Anteluán, con Porrán,
su suegro Pichulán y los caciques Caepí y Reucamil. (Arch. Mend. Carp. 123,
Doc. 14). En marzo del año siguiente aceptó el llamado de ir a la guerra a Chile,
como Caepí y Purrán.

Nota complementaria:
EL TESTAMENTO DE ANTONIO PAYNEMAL
Del libro Historias de familia del Siglo XIX por T. Guevara y M.
Mañquelef 2002 p. 194:

Pongo (en) conocimiento a las autoridades


Abuelo: Martín Panemal Riquelme.
Padre: Juan Painemal Riquelme
Ahora soy: Antonio Painemal Riquelme, cacique.
Estos son los abuelos que han servido al Supremo Gobierno de don Ramón Freire y don
Manuel Bulnes. Fueron patriotas mis abuelos. Yo sigo el mismo camino. Antes me aconsejaba
mucho mi padre, y yo alcancé a conocer al Presidente Manuel Montt, señor Joaquín Pérez,
señor Errázuriz, señor Pinto, señor Domingo Santa María, señor José Manuel Balmaceda y
ahora al señor Jorge Montt. A tantos gobiernos hemos servido.
También a los jefes Santa Cruz, Cornelio Saavedra, Gregorio Urrutia y Antonio Zúñiga
Neculpán, comisario de Araucanía, amigos anteriores.
Antes a los Comandantes Lueno de Arauco, Sepúlveda de Nacimiento y Riquelme de Los
Angeles, amigos antiguos
Septiembre 16 de 1897
Antonio Painemal
En Carirriñi, departamento de Imperial, ante los testigos don Bernardo Reuli, don
Eleodoro Neira, don Manuel Sánchez, don Lorenzo y don Ignacio Landeros, todos mayores
de edad, Antonio Painemal dijo que otorgaba su testamento en la siguiente forma:
1.Declaro hber nacido en el lugar de Carirriñi, del departamento de Imperial, donde
estoy domiciliado actualmente; ser hijo del imdoio Juan Painemal y de Magdalenma
Relmucao, ambos fallecidos, y tener ochenta años de edad
2. Declaro ser casado a la usanza indígena con Clrinda Nahuelhuén y Clara
Calfurai; ésta última fallecida, habiendo tenido en la primera los siguientes hijos: Antonio
2º, Juana, Mariquita y Magdalena, que están vivos, y nueve muertos, recordando sólo a
algunos: Francisco Ceferino y Pititeo, quien dejó sucesión, y en la segunda a Domingo,
fallecido y José Painemal, este último vivo.
3. Declaro que ambas mujeres han aportado los siguientes bienes: la primera, veinte
cabezas de ganado lanar, iez animales vacunos y un caballo y la segunda, treinta cabezas de
ganado, habiendo repartido a los hijos de estos sus bienes dejados.
4. Declaro por mis bienes la reserva Nº 54 de un mil cuatrocientas ocho hectáreas
del plano de Cholchol, que me ha concedido el Supremo Gobierno a mí como cacique y jefe
de la reducción, cincuenta y siete animales vacunos, treinta y ocho caballos y ciento cinuenta
cabezas de de ganado lanar.
5.Instituyo por mis herederos a las personas nombradas, quienes se repartirán de
mis bienes, después de mis días.
6. Declaro que no debo a nadie, pero a mi me adeuda Andrés Zamilaf cuatro fanegas
de trigo, por las cuals firmó documento a mi favor..
7. Nombro albacea y tenedor de bienes a mi sobrino Manuel Painemal y a mi mujer
Clorinda Nahuelhuen, en caso de imposibilidad del primero.
8. Revoco otro testamento anterior al presente y mando se tenga al presente como mi
última y dliberada voluntad. El testador se halla en su sano y entero juicio, fue otorgado en
un solo acto y leído por el testigo Manuel Sánchez V. en voz alta, a quien designó el testador
para este acto, en presencia deél y ante los testigos nombrados al principio, firmando para
constancia el testador, quien no lo hace por no saber, pero rogó al testigo on Bernardo Reuli,
para que lo hiciera por él.
Bernardo Reuli – E. Neira – Lorenzo Landeros – Manuel Sánchez V. – Ignacio Landeros.

LLIGLLIÁN. El nieto Gerónimo Melillán, un cacique “civilizado” ya


anciano aportó unas noticias interesantes sobre los Melillan de Tomen una
reducción antigua y muy poblada. La familia originalmente descendió del cac.
Paynemal de Chollcholl que había venido de Villarrica a esos llanos. Su nieto
Cayullanca era el padre de Lligllán, del que Gerónimo Melillán hizo un gran
relato de su padre, Dice que era muy guerrero. Era primero del bando patrio con
Coñuepán (también de Chollcholl), pero luego se hizo amigo de los borogas que
hacían causa común con los realistas que dominaban del Bío Bío abajo y más
cuando se casó con una bonita mujer entre los borogas. En un ataque a Chillán
se trajo una niña llamada Simona Sandoval que sería su segunda mujer, madre
del informante Don Gerónimo Melillán.
Lligllán pasó más tarde a la Argentina y se juntó con Neculpang Zúñiga
(José Antonio) que andaba con los montoneros Pincheira. Vivió unos años en la
Argentina y conoció al cac. Calfucurá. Se volvió de la Argentina por reproches
de algunos caciques y por un sueño “esta tierra tiene olor a muerto. Buscó la
cercanía del cac Manguiñ, pero fue atacado por el cac. Patriota Colipí. En una
junta de caciques a la cual asistió también el cac. Neculpang o comisario Jose
Antonio Zuñiga, quien lo convenció que volviera al partido de los patriotas y
llegó a ser capitán del gobierno con sueldo mientras duró la gurra. Se dedicó
luego a cultivar su chacra, como Antonio Painemal. ( Fuente Tomás Guevara y
Manuel Manquelef en: Las últimas familias mapuches del siglo XIX, ahora en
nueva escritura y ortografía Kiñe müf¨trokinche ñi piel ed CoLibris, Santiago
2002 cap XXV). Esta versión tiene algunas diferencias.

MELI MÁN, 1822, cac. Pehuenche mendocino, a quien menciona Pedro


Molina en una carta escrita en San Carlos. (sin otro dato)
MELI MÁN, Francisco, 1834, capitanejo pampa ranquel. Ese año se
hallaba entre los indios amigos de Junín a las órdenes del cac. Santiago
Llanquelén. El censo de estos indios le asigna 24 familias, 67 personas. 1838
sobrevivió el gran malón y la masacre que los indios ranqueles pegaron a su
recinto fortificado. Se había salvado. Pero en 1862 fue incorporado a la tribu de
Ignacio Coliqueo en su parada por la zona de Junín y pasó a lo que es hoy Los
Toldos (Gral. Viamonte). 1868 el cac. Ignacio Coliqueo lo incluía en la lista de
los capitanejos y al año, al separarse el cac. Andrés Raninqueo para ubicar su
gente en La Verde (Part. De 25 de Mayo) fue incluído en la lista de sus
capitanejos con goce de sueldo. En 1872, previo a la batalla de San Carlos de
Bolívar, el malón de Calfucurá ó sobre la tribu de Raninqueo y gran parte fue
apresado y llevado como prisioneros a Salinas Grandes. Pero seguramente
quedó en libertad en cuanto se comprometió a quedarse con ellos. El 3 de Junio
de 1873, día del fallecimiento de Calfucurá, 200 jefes salineros firmaron el
anteproyecto de un tratado de paz. Figura también el nombre de José Melimán.

CACIQUE MELÍN

MELÍN. Juan José. 1820, cacique boroga: Después de haber luchado en


la Guerra a Muerte en el Sur (en las filas realistas) de Chile, emigró a la zona
de Guaminí en el año 1822. Era uno de los cuatro caciques principales de esa
agrupación, junto con los caciques Mariano Rondeao, Juan Ignacio Cañiuquir y
Francisco Caniullán. Sospecho que algún documento afirmó erróneamente que
él era hermano de M. Rondeao, como Caniullán, Alón y Guayquil. Otro
documento decía que era hermano del cacique chileno Nahuelqué (Nahuelcheo).
El muchas veces citado historiador Tomás Guevara afirma que la famosa familia
Melín descendía del cacique patriota Meliñancú (ob. cít. 1910 p. 255) que eran
de Lilpull (Sauces).
Reseñaré la vida de este cacique Melin, relato más breve que el dedicado
a Rondeau, cuya vida fue paralela y de idénticos tonos.
En Chile, según parece, lo llamaban el Toro Melín. En la Argentina vino a
establecerse sobre el Arroyo Cahuinque, al Nor Este de Carhué. Juan M. de
Rosas se ha empeñado en separar y desalojar al grupo chileno de los
pincheirinos. En 1832, después de su derrota definitiva, Rosas pensó dominar
también al grupo boroga y aprovecharlos para sus planes. Bajo la conducción
del teniente coronel Manuel Delgado los lanzó, desde julio a agosto de 1832
contra las tribus de los caciques Quiñigual, Cumiú y chilenos aliados (AGN
S.X. 27-7-6). Melín estuvo al frente de 400 indios amigos, así los llamaban ya.
En el combate en Pelicura, el 9 de agosto de 1832, murieron 150 enemigos.
Poco después el cacique Toriano cayó en manos de la división de Bahía Blanca.
Melín y los otros caciques principales de Guaminí enviaron entonces una carta.
En ella pedían la cabeza del cacique adversario. Rosas no lo entregó, él lo hizo
fusilar. (Grau: Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, p. 130 y 121).
A principio del año 1833, cuando la Expedición al Desierto se
encaminaba hacia el sur y hacia el centro de la Pampa, Melín y los suyos
desconfiaban de los "güincas". Rosas quiso tranquilizarlos y, cuando algunos
soldados se apoderaron de los mejores caballos de Rondeao y Melín, les
restituyó con creces regalándoles buenos caballos. Pero más adelante los obligó
a combatir al cacique Chocorí y a los ranqueles. (AGN.S.X. 27-5-5: fha.
31.1.33).
En mayo-junio efectuaron la primera expedición. Para ella Rosas había
hecho algunos gastos. En su contabilidad se lee para el 30 de abril de 1833:
3.000 $ a Melín, y el 3 de junio: 500 $ a Melín (AGN S.X. 6-7-10 y 27-7-6) Y el
4 de julio 2.000 $ para sus indios (ib. 9-7-10: fha.4.7.33).
Llanquetruz se les escapó, pero le apresaron hacienda y muchos ranqueles
con sus caciques "se han rendido —dice Delgado en su parte— y piden a V.S.
gracia y misericordia". Rosas quiso que volvieran a atacarlos.
En junio propusieron a Rosas que comisionara a Melín para entrevistarse
con el general Facundo Quiroga y concertara el plan de la guerra contra los
ranqueles. (AEM Doc. 244 y AGN S.X. 27-5-6 p. 564: 8.6.33). Pero Rosas pidió
a Delgado que convocara a los caciques borogas incluso a Maliqueo y Mariqueo
a un parlamento (AGN S.X. 27-5-6 p. 588). Dos días después el cacique Melín
se presentó a Rosas en Bahía Blanca para informarle del resultado de las
deliberaciones. "Llegó el cacique Melín con 40 indios y 6 carabineros-dice
Pacheco (AGNS.VII 1-2-6: 18.6.33). Cuando supo que Chocorí había
establecido su campamento cinco leguas Napostá arriba, Melín entró en
desconfianza, creyendo que el comandante estaba de acuerdo con ellos. En
cambio Rosas le había escrito a Melín sobre Chocorí: "Lo que importa es
alcanzar a Chocorí y concluirlo" (Comando General del Ejército: ob. cit. Vº p.
496).
Rosas le dijo a Melín. que se alegraba de su llegada, pero que atacaran sin
más a Llanquetruz y a los ranqueles (AGN.S.X.27-5-6: fha. 12.6.33).
Varias tribus ranqueles se ofrecieron a hacer la paz con los borogas y con
Rosas; pero éste no toleró su acercamiento; antes bien veía como señal de
amistad el cumplimiento de su voluntad y mandato de perseguir a muerte a los
ranqueles (ib. p.455).
Melín, "el más amante del Gobierno", -decía el teniente coronel Delgado-
irá de nuevo a la guerra (AEM Doc. 245). Me acompañará con 60 indios, dice el
capitán en otra carta (AGN S.X.27-5-6 p.555 y 564). Muchos ranqueles estaban
encaminándose hacia los borogas. Para que más gustosamente salieran a la
pelea, Rosas distribuyó algunos pesos: 2.000 S para Melín y sus acompañantes
(AGN S.X. 40-7-10). No mencionaré las sospechas que sobre él habían caído
en Bahía Blanca.
Hubo bastante resistencia a las exigencias de Rosas. El sentimiento
humanitario de estos indios y el hecho de tener parientes entre ellos, no les
permitía atacarlos tal como lo deseaba Rosas. De esta expedición de 21 días
informó el teniente coronel Delgado (AGN S.X.27-5-6 p.48l). La difícil
empresa finalmente fue confiada al coronel M. Miranda con 130 hombres y 60
indios de Venancio Coñuepán, quien en la Guerra de Chile había sido enemigo
de estos borogas. Rosas mantenía la orden de entregar las cautivas de los
ranqueles a condición de no perder su amistad y su protección.
Rosas que iba a concluir ya su Expedición al Desierto, habló a sus
oficiales acerca de que había que pensar en "otra entrada" hasta acabar con los
borogas, que eran más de cuarenta mil.
Rosas desconfiaba también de Melín. Como prueba de ello, hay una carta
suya del 3 de agosto dirigida al coronel Miranda. No obstante. Melín se presentó
para acompañar al capitán Pablo Castro. El 10 de diciembre cayeron sobre los
ranqueles. (AGN S.X.27-5-5: fha. 25.12.33 – en Navidad).
Crecía en Rosas día a día su rechazo a todos los borogas, hasta llegó a
permitir que los jefes bahienses celebraran un convenio con sus enemigos
chilenos, los huilliches de Collicó y Llaima. Calfucurá más tarde admitirá que
el mismo Rosas los había llamado. Los borogas no tardaron en tener noticias de
que estos habían cruzado la Cordillera. Incluso Melín salió a explorar hasta el
Chadileufú. Querían saber quiénes eran los 2.000 araucanos de los cuales ya
todo el mundo hablaba. Eran los caciques Cheuqueta, Cumiú, Tranamilla,
Quilapán. Namuncurá, Calfucurá y otros; los mismos que, un año atrás, querían
atacarlos para vengar la muerte del amigo, el cacique Toriano, y que no lo
hicieron al ser informados de que la Expedición combinada al Desierto estaba
en marcha.
Los temores de invasión se hicieron una vez más realidad. En la noche
del de 1834, unos 800 huilliches irrumpieron en el campamento de los borogas
en Masallé; los atacaron cuando estaban en cama, sin que atinaran a oponerles
una resistencia eficaz. Las primeras víctimas, escogidas a propósito, y por un
entregador, fueron los caciques Mariano Rondeao y Juan José Melín. A los
demás, si no se oponían con armas, los desarmaron y saquearon. (Grau: El
Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra. 1939. Capítulo XII).
Según cartas de Pablo Millalicán. "los traidores" venían diciendo que
habían actuado con "licencia" de Francisco Sosa (coronel de Bahía Blanca) y de
Venancio (Coñuepán) para matar a Rondeau y a Melín.
Este fue el primer informe sobre el Asalto de Masallé. al Nor Oeste de la
laguna Epecuén. Es de un espectador, el secretario-escribiente de los caciques
borogas. Pablo Millalicán, quien recién el 15 de septiembre se animó a
comunicarse con el comandante de Bahía Blanca, coronel Martiniano
Rodríguez:
"Hoy hacen siete días que murieron los dos caciques Rondeau y Melín:
hubo un asalto o invasión la más violenta e impensada, muy al alba: todavía
estábamos en cama. Yo, desaforado (desconcertado) sólo tomé mi sable y corrí
en camisa, en calzoncillo y descalzo y con el poncho puesto. De esta manera
llegué a las casas del cacique Rondeao. Para animarlo a la pelea. Pero en el
momento que llegué, vide al cacique sin valor, desmayado, viéndose sin gente.
Y a mí comenzaron a llamarme desde afuera: (eran) los caciques Calbucurá,
Namuncurá, Tranamilla y Cheuqueta. Yo no les creí. Tomé una lanza, animando
a los demás Yndios que se pararon conmigo. Alcanzamos a ser apenas cinco y
por último no peleamos. Viendo que Rondeau se había disparado (lo corrieron),
lo alcanzaron como a veinticinco pasos de mi rancho. Y en fin, me di también
por entregado a los caciques de Gullumapú (Chile) Y (ellos) me dijeron: Tú no
mueres, Millalicán; vienes muy recomendado de Pancho y de (Venancio)
Coñuepán. Y me dijeron: traemos licencia de quitarles las vidas a estos dos
pícaros, engañadores del Gobierno de Buenos Aires y engañadores contra
nosotros". (Grau: ob. cit. p. 270/71, AGN S.X. 24-8-1).
La respuesta lleva la fecha 17 de septiembre de 1834. Hábilmente el
coronel Martiniano Rodríguez acusa recibo de la carta y le informa de su lectura
efectuada en presencia de los acusados, procura sacar a los borogas de su
"error": "No crea Ud., mi amigo, Millalicán, que los dependientes de nuestro
digno General Restaurador de las Leyes, el Señor Brigadier D. Juan Manuel de
Rosas, haya sido, ni sea capaz en tiempo alguno de semejante felonía, sino, al
contrario, estamos siempre preparados a operar, bajo sus Superiores
Instrucciones, siendo contrarios a este extraordinario acontecimiento, las que
tenemos acerca de nuestros amigos, los Buruganos"...
Entretanto, los borogas fueron atacados por segunda vez, el 13 de
septiembre: el que no escapó fue muerto o llevado prisionero, despojado de lo
último que le quedaba. Muchos han muerto, como lo comunicó luego Rosas al
general Guido. El gobernador de la provincia de Buenos Aires no era ajeno al
plan ni al malón. Lo había autorizado, diría Calfucurá repetidas veces y lo
confiesa Rosas en una carta dirigida al general José F. Aldao: "Los indios
chilenos fueron llamados por los ranqueles (?). Cuando éstos mandaron decirles
que viniesen a robar, no lo avisaron, pidiéndome al mismo tiempo permiso para
venir a situarse en Salinas Grandes... Yo creí conveniente dárselo". (Grau: ob.cit.
p. 136).
A su amigo, el general Tomás Guido le sintetizó lo ocurrido en aquel mes.
diciéndole: "...Los anunciados araucanos (de Calfucurá. Tranamilla, etc.) unidos
a los ranqueles, sorprendieron a los borogas. Han muerto a los primeros jefes de
estos que son Rondeao y Melín; han hecho gran mortandad, cautivándoles las
familias y llevándose todas las haciendas. Esta noticia debe considerarse de
grande importancia para la República, porque ella facilita ya un camino sin
tropiezo para acabar a escarmentar para siempre a los Ranqueles" (Rev.
Nacional 1889 Tomo XXV p. 23. Barba, E.F.: Correspondencia entre Rosas,
Quiroga y López; Bárreto,Félix: Papeles de Rosas, Ed. oficial de Santa Fe 1928.
retirada de circulación por Rosas).
Los llamados de auxilio a Bahía Blanca y a 25 de Mayo a las tribus
vecinas parecían inútiles. Al fin. el cacique Melligur, hijo mayor del cacique
Mariano Rondeau, asumió la jefatura de los borogas castigados. Con palabras
engañosas convenció a los enemigos que ya lo llevaban como prisionero, que
haría causa común con ellos. Pero, cuando alguien trajo la noticia de que las
milicias de Bahía Blanca y de 25 de Mayo venían a atacar a los chilenos
invasores, se precipitaron en fuga. Al fin estos borogas pudieron reunirse,
armarse algunos para integrar los escuadrones procedentes de estos dos Fuertes.
Pero en vez de correr a sus enemigos, a los huilliches chilenos, los obligaron a
expedicionar contra los ranqueles y sus propios hermanos que se habían
dispersado y refugiado entre aquellos. Así los integraron en esta otra guerra
donde se debían desangrar hasta que fuesen víctimas de otros atropellos que
describí en los títulos de Meligur. Alón y Cañiuquir.
El hermano del finado cacique Juan José Melín, el cacique Nahuelquén
de Chile, envió decir a los borogas que habían permanecido con Meligur, con
fecha 7 de octubre de 1834, que estaba dispuesto a ayudar en el asunto de la
guerra contra los asesinos de su hermano. Que enviasen chasque para saber qué
resolver, cómo ayudarlos a redistribuirles el malón a los asesinos. Por la
documentación mencionada está claro que llegó tarde. Quizás la tribu más
castigada fue la de Melín, erradicada hasta la raíz. Mariqueo, que había
pertenecido a ellos , tampoco perdurará, como se lee en su reseña. 30 años más
tarde actuó un cacique Pedro Melín y en Chile un Domingo Melín.
En la Tribu de Coliqueo encuentro unos cuantos Melin que pueden tener
conexión con esa familia cacical. Un cac. Pedro Melín cuya noticia anotamos
ya para el año 1832, fue padre del capitanejo José Calfuiñ o Carranza (1836-
1885), el amigo y traductor del misionero Pablo Emilio Savino; cuya madre se
llamaba Gelaiqueo o Gelaiken. El apellido Carranza le viene de un tío
capitanejo, llamado José Carranza o la tía Andrea Caniulef Carranza. Los nietos
de José Calfuiñ Carranza eran: Andrea n. 1860; Gabina n. 1863, Cecilia n. 1867
y Felisa, todas casados con hijos de la nobleza araucana. Hay otros Melín en mis
anotaciones, pero no conozco su nexo familiar. Pedro Melín y otro Melín vivían
entre los ranqueles, junto a los Coliqueo. Pedro Melín figura también en la lista
del Regimiento 7º de Caballería, creado en 1860 por el Coronel Manuel
Baigorria para la vigilancia de la frontera del sur de Córdoba y de San Luis. Allí
es llamado cacique (AEM doc. 8622)
MELÍN, Fermín: 1863, cac. araucano chileno, quien como Quilapán
apoyó al extravagante viajero francés Antoine de Tounens Orellié, quien en ese
año se proclamó el primer Rey de la Araucanía y de la Patagonia. No conozco
otros datos sobre este cacique, pero es uno de los Melinches que evoca Lipay en
el libro Historia de las familias araucanas del sigl XIX Cap. V . Lit. Braun
Menéndez: El reino de la Araucanía y la Patagonia, Bs. As. 1945 y Beramendi,
J.F. Orellié Antoine Iº Bs. As 1974)
MELÍN, Domingo, cac. araucano “abajino”, dice T. Guevara, cerca de Angol. Fue
educado por los misonros. Sabía leer y escribir. Se hizo el indiscutido lider de la zona. Logró
en 1869 formar la unión con los arribeños” frente al avance del ejército chileno. Su gente
usaba ya fusiles. Hay cartas arrogantes de él, dice J. Bengoa en su Historia del pueblo
mapuche, del siglo XIX y XX 1985 p.199, 210, y 270). Aceptó la paz, a pesar de los robos de
los soldados y cobraba en adelante un sueldo módico. Pero en 1880 fueron asesinados él u su
hijo, fusilados a traición por un tal Concha y unos soldados que mandaba. Concha había
venido de Angol, llegó a la casa de Domingo,. Luego le dijo que fuera a ese pueblo, porque lo
llamaba el gobernador en Angol. Por el camino, Concha les ordenó que bajaran del caballo, él
y sus parientes que lo acompanaban. En seguida mandó a sus soldados que hicieran fuego y
así murieron los Melín, menos uno que logró escapar. Cuando su hijo Fermín Alejo supo de
esta muerte,, - él era escribiente de la Gobernación-, pidió permiso para enterrar sus parientes.
Salió con algunos soldados. El Sargento tuvo orden de fusilarlo por el camino. Un poco al Sur
de Angol lo mataron por la espalda.
Leyendo estas tristes historias, tengo ganas de llorar
MELÍN, Pedro Varela, 1873, capitanejo que pertenecía a la tribu del cac.
Namuncurá. Firmó el gran documento proyecto de tratado de paz (AEM. Doc.
En una carta que llevaba en nombre del cacique Namuncurá a Bahía Blanca dice
que era su “cuñado carnal”
MELÍN, 1881 cac. araucano de Niecol que participó en el último
alzmiento contra la Conquista chilena en la zona de Villarrica.
MELI NAHUEL, o Melinaqüel, Nahuelquén, 1806, cac muluche
chileno, que estaba entre los huillihes de Neuquén sobre el lago
Huechulaufquén; informa D. Luis de la Cruz en su diario (De Angelis vol I p.
223). Podría ser un hermano de Melín que en 1834 se ofreció a Meligür para
ayudar a los borogas de Guaminí a vengar el asalto de Masallé y la muerte de
su hermano.
MELI NAGÜEL, 1851, capitanejo del cac. Chocorí (h), que fue
obsequiado por orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10-4).

MELINAO Iº

Pedro MELINAO (1°), de Lumaco en Chile (1790-1863). Este cacique,


cofundador de tres ciudades bonaerenses, era araucano por nacimiento y puelche
por sangre de sus antepasados. Era hijo del cacique patriota Melipán. "hermano
legítimo" del cacique Martín Campos Collinao y hermano mayor del cacique D.
Venancio Coñuepán, con quienes ha compartido la Guerra de la Independencia y
la Guerra a Muerte en Chile y luego mil peripecias en la República Argentina.

ACTUACION EN CHILE

Desde la primera hora de la Guerra por la Independnecia de Chile, el


capitán Pedro Melinao militó junto a su padre y sus indios por la "Patria
Chilena". En 1817 acompañaron al general José de San Martín y al general
Ramón Freire en su Campaña Libertadora y, luego de la batalla de Maípú,
siguieron las campañas contra los caudillos y la resistencia de los realistas.
Destacáronse ante todo en las batallas de Nacimiento y del Bío Bío, en enero de
1819. Sirviendo a las órdenes del general Pacheco, contribuyeron a la completa
derrota del general J. F. Sánchez. Hicieron las campañas por la Araucanía junto
al capitán Manuel Bulnes, quien sería Presidente de la Nación chilena. Al fin, el
gobierno chileno les encargó la persecución de las hordas pincheirinas.
ACTUACION EN LA ARGENTINA

En 1822 expedicionaron al país de los pehuenches realistas que obedecían


a los caciques Toriano y Juan Neculmán. (Vicuña Mackenna: ob. cit. p. 123).
Estos habían llegado pasando por valles transversales de la Cordillera hasta las
inmediaciones del Descabezado del Río Maule. Les infligieron terribles
malones, persiguiéndolos en una oportunidad por toda la pampa hasta el Fuerte
de Melincué, desde donde anoticiaron al gobernador de Concepción, el general
R. Freire de su éxito. A fines de 1822 debían operar con el coronel Jorge
Beauchef contra los realistas de Valdivia; pero ellos prefirieron operar contra sus
más encarnizados rivales, los borogas que en considerable cantidad se habían
trasladado a su vez a la pampa argentina, afincando sus toldos entre Guaminí y
Salinas Grandes. Así incursionaron con un contingente de 900 indios y 70
coraceros chilenos que los acompañaron al mando del teniente Juan de Dios
Montero, al oriente de la Cordillera. El 24 de diciembre de ese mismo año se
hallaban establecidos en Salinas Grandes. Desde allí se comunicaron
nuevamente con el gobernador de Concepción. El 15 de agosto de 1823. el
gobernador Bustos de Córdoba escribió al general Estanislao López de Santa Fe
que había sabido que 3.000 indios chilenos se habían concentrado en Salinas
Grandes, entre ellos tres caciques y cristianos. Tras las feroces excursiones del
coronel Federico Rauch contra los indios de las Sierras de Mamuil-mapú, en
1826 y 1827, estos chilenos, y Melinao entre ellos, establecieron contacto
amistoso con el coronel Ramón Estomba estacionado en Tandil, ofreciendo sus
servicios a esta República. El gobernador, entonces general Manuel Dorrego y el
comandante General de la Campana, Don Juan Manuel de Rosas, aceptaron el
ofrecimiento prometiéndoles auxilios y títulos. Entre tanto tuvieron un
encuentro con sus enemigos en Salinas Grandes, el 8 de julio de 1827. Los
hermanos Collinao y Melinao y sus mejores tropas se hallaron en Tandil; entre
ellos estaban Martín Collinao, Pedro Melinao y el joven Luis R. Melinao. Estos
participaron en el acto de la fundación de Bahía Blanca. Sus enemigos, los
pincheirinos. atacaron en abril de 1827 sus toldos, cautivando, saqueando y
matando. Hasta su padre, el cacique Melipán, fue muerto. Terminado el luto,
emprendieron sus hijos y sobrevivientes la persecución a sus atacantes hasta la
Pampa y los sorprendieron en el Chadileufú. el 15 de mayo de 1828.
En la biografía del cacique Venancio Coñuepán reseñamos los sucesos de
1829 durante la Revolución Unitaria, la masacre de la tropa sublevada en Bahía
Blanca y la batalla de las Vizcacheras: la participación en la Campaña del
Desierto en 1833; las expediciones contra los ranqueles; la eliminación de los
jefes borogas de los caciques en el Asalto de Masallé: Melín, Rondeau,
Cañiuquir y centenares de indios. Todo esto convivió también Melinao.
Más sensibles para él y trágicos fueron los dos ataques contra las tribus
de su propio hermano, Don Venancio Coñuepán. En el primer ataque, el 24 de
Agosto de 1836, según testimonio de su propio hijo, fue hecho prisionero por
Calfucurá en alianza con muchos que se titulaban amigos. Unos 2.000 los
sorprendieron en su campamento sobre el Napostá, a poca distancia de Bahía
Blanca. Me parece que lo mataron a él y a muchos de su tribu en el segundo
ataque. (Testimonio de su hijo en AEM Doc. 9217: 27.1.69). Ahí Collinao y
Melinao perdieron a su famoso hermano, el cacique mayor y coronel Don
Venancio Campos Coñuepán. No tengo parte detallado de la acción. Collinao
aparentemente también estuvo presente. El documento citado dice: "Y entonces
el cacique Collinao tomó el mando de la tribu araucana y fiel a los principios de
su hermano Dn. Venancio, continuó prestando sus servicios a este país y con él,
el cacique Pedro Melinao, unidos a las fuerzas de Bahía Blanca".

Pedro Melinao había sido cautivado, pero en 1837 pudo volver. Tal es lo
que dice el documento del 9 de febrero de 1837 (AGN S.X. 25-5-1). "Llegó a
Bahía Blanca con bandera de parlamento, el cacique Melinao. hermano de
Collinao, con los capitanejos Catrileo y Meliñancú. Han podido escapar de la
vigilancia de los indios enemigos, después de seis meses de prisión, el domingo
pasado, cuando le habían dado tres días de licencia para darle de comer a los
caballos. Estuvieron en Adriloncó a 20 leguas de Salinas. También estuvieron
por separado los caciques Alón, Meligur y Pedro Guayquil (cerca de Bahía
Blanca)."
Y de nuevo Melinao debió expedicionar y guerrear a las órdenes del
coronel Martiniano Rodríguez, en diciembre de ese año (1837), contra el
cacique Rinque y en el año 1839 contra el cacique Maulín. En 1841 murió en
Bahía Blanca su jefe, el comandante Rodríguez y, por orden del gobernador
Rosas, el coronel Juan Aguilera tomó a su cargo las tribus de Collinao y
Melinao, llevándolos a la frontera de Tandil y Azul (AGN S.X. 20-10-1). Esta
última era de reciente creación.

HACIA NUEVOS DESTINOS

A fines de 1845 la división del coronel Aguilera se aprontó para


trasladarse a la nueva comandancia de Bragado, de cuyo pueblo fueron "los
primeros pobladores", dice el cacique en una interesante reseña. El coronel
Aguilera elevó, el 28 de diciembre de 1845, la solicitud de los indios amigos a
sus órdenes, para que se les diese licencia para ir a visitar a sus familias en el
Fuerte de Azul y a hacerlos traer a su nuevo campo" En mi libro: Los Orígenes
de Bragado (1999) muestro la discrepancia de Pacheco con J.M. de Rosas en
cuanto a la elección del Comandante fundador del Fuerte de Bragado. Rosas
había destinado ya al Sargento Mayor Eugenio del Busto, quien trasladó en los
primeros días de marzo de 1846 la tropa fundadora y sus familias desde la
Guardia de Luján (hoy Mercedes) a inmediaciones de la Laguna del Bragado.
Mientras el General Angel Pacheco recibió orden que el Regimiento del Cnel.
Juan Aguilera se estableciera por el momento en Navarro. De allí salieron los
indios amigos de Collinao a buscar sus familias en Azul. Conocemos dos listas
de Prest de los indios de los caciques Martín Collinao, Juan Lleubul y José
M.Raylef. Son fechadas en Azul, una el 3 de Enero de 1845 y la otra en
Noviembre del mismo año. Las transcribimos en la biografía del cacique
Collinao. Parte de esos indios fue concentrada en Santos Lugares y de allí
marcharon a la Guardia de Luján integrando el convoy de del Busto. ”Santos
Lugares 23 de Marzo de 1846 ..indios del cacique Collinao que marcha en la
fecha”.
Apenas se habían establecido, debieron salir en persecución de los indios
ranqueles, expedición que duró tres meses. El Diario de la Expedición a Toay
(que presenté en las segundas Jornadas Ranquelinas en Sta. Rosa, La Pampa). El
elenco de la tropa no especifica a los “indios amigos”; eran 49. Y en 1847, al
asumir el cargo de la Comandancia el coronel Juan Aguilera, éste permitió que
llamaran el resto de su división de la frontera de Azul. Entre ellos vino también
el cacique Raylef. Tenían primero sus viviendas al Este del pueblo, cerca del
Fuerte. Años más tarde solicitaron un campo próximo a la laguna “La
Barrancosa”.
El 14 de octubre de 1851 le tocó a Pedro Melinao repeler con sus indios
un malón de 200 indios. Se destacó en la acción su capitanejo el mayor Mariano
Calderón. Les quitaron 400 yeguarizos y 200 vacas; pero tuvieron algunas bajas.
En primer lugar lamentaron la perdida del capitanejo Trunique (Sánchez. Justo:
Efemérides Militures de la República Argentina II, p. 113). Otro capitanejo del
cacique Melinao era el Teniente de caballería y lenguaraz Luciano Campos
(AGN S.X. 10-4-14) En la frontera del Oeste prestaron servicios, sobre todo en
los fortines Rauch, Los Angeles, Ituzaingó y Los Hornitos Al escribir la historia
del cacique Collinao menciono su interesante carta del 15 de diciembre de 1851
en la que ofrece al gobernador Rosas su apoyo para la lucha contra Urquiza "el
traidor". Efectivamente, en enero de 1852 sus indios fueron movilizados junto
con la división de Bragado al mando del coronel Juan Aguilera. Eran llamados
"Escuadrón de Indios Amigos". Actuaron también durante la Revolución del 11
de septiembre y el sitio de Buenos Aires por el general Hilario Lagos. El
periódico El Nacional del 16 de septiembre de 1852 dice que junto con la
división de Bragado, a las órdenes de Eugenio del Busto, había 60 indios.
Recién en 1853 pudieron volver a sus ranchos.

CACIQUE MAYOR

El 15 de Febrero de 1854 murió en Bragado el cacique mayor Martín


Collinao. Murió de enfermedad natural. El cacique Pedro Melinao, su hermano,
"ocupó su lugar —cito su reseña— como único y legal cacique mayor de la tribu
araucana al servicio de este Estado; y como fiel observador de los patrióticos
principios de su finado hermano Collinao y todos sus antepasados, manteniendo
siempre los sentimientos de respeto y obediencia al Gobierno de este Estado y
sincera gratitud a sus habitantes".
No hallamos documento que nos narre sobre aquellas ceremonias del
entierro y de los parlamentos del sucesor, ni de tantos otros acontecimientos de
la tribu.
En 1855 inició el coronel Bartolomé Mitre su malhadada expedición
contra los indios amigos de Azul y Tapalquén. Es probable que los indios de
Melinao hayan participado en la campaña integrados en la división del coronel
Laureano Díaz, entonces jefe de la División del Centro y Comandante de
Bragado. Este debía atacar, el 30 de mayo de 1855, a la tribu de Cachul en el
vecindario de Azul. Parecía tarea fácil. Estaban aprisionando a las familias y
saqueando sus haciendas, cuando de pronto aparecieron los indios de Calfucurá
y de Coliqueo y los repelieron como enemigos de la Confederación Argentina.
También pusieron en aprieto la división que iba al mando del general B. Mitre y
lo vencieron en Sierra Chica. Parece que en aquella acción sometió Calfucurá a
los indios de Melinao (Hux: Coliqueo. ed 1972. pág, 27).
Los periódicos de Buenos Aires decían entonces que los indios de
Melinao estaban sublevados. Lo mismo decían de los de Catriel. "No hay más
indios amigos" informó el jefe accidental de Bragado, el comandante Manuel
Collaos (AGN XS.X. 27-7-1 fha.:25.7.55). En realidad les ha ocurrido lo
mismo que en abril a sus parientes, los indios del cacique Andrés Ancalao en
Bahía Blanca. Fueron sometidos por el cacique Calfucurá totalmente
comprometido con el general J.J. de Urquiza y la Confederación. Entraron pues
en el tironeo de la política argentina del momento.
Un sobrino del cacique Melinao, el capitanejo, figuró aún en 1857 entre
los caciques sometidos a Calfucurá junto con Cañiumil, Quentriel y Cristo y es
probable que haya participado en la batalla de Pigüé, en febrero de 1858.
Se conservan en Bragado los libros y registros del maestro Milbourg. En
él anotó el 11 de noviembre de 1857 a Pedro Melinao, hijo del cacique Melinao
de 8 anos de edad en el tercer grado. Así la familia estaba allí. Melinao era
instruído y culto y siguió manteniendo contacto con el gobierno de Buenos
Aires.
En esa confrontación de los ejércitos de la Confederación con el de
Buenos Aires, la situación de los indios era difícil. En Bragado se temió una
invasión del cacique Coliqueo (boroga), porque algunas familias del cacique
Cristo y de un hermano de Coliqueo estaban allí desde dos años atrás. Pues,
cuando el cacique Cristo se plegó al Ejército de la Confederación, le quitaron
sus familias y haciendas, afincadas en el vecindario de 25 de Mayo y no le
habían sido restituidas, a pesar de que personalmente y hasta por intermedio del
Presidente Urquiza había gestionado su entrega. Efectivamente había en
Bragado inscripto un niño de 7 años como alumno de la Escuela, llamado Santo
Cristo, hijo de Manuel Cristo (Registro de noviembre de 1857. Apuntes de J.
Moya y reseña del colegio). Pero nadie dudaba de la fidelidad de los Melinao.
Ya dos veces habían salvado al pueblo contra la rebelión de las tropas (Arch.
Mitre XXIII p.77 :16.8.60).
El cacique Pedro Melinao estuvo presente en el campo de la batalla de
Cepeda el 23 de octubre de 1859, junto con los blandengues de Bragado a las
órdenes del coronel Laureano Díaz, o sea en el bando de los porteños que fueron
vencidos por las fuerzas de la Confederación.

GESTION POR LA PROPIEDAD DE LA TIERRA

Al principio de 1860 el cacique anciano, cansado después de treinta años


de servicio en las fronteras del Estado de Buenos Aires, pidió retiro del servicio
efectivo, para poder vivir con sus familias en un campo que el estado les
concediese. Su hijo, el capitanejo y teniente Ramón Luis lo reemplazaría (Arch.
de Vedia: carta de Melinao a B. Nazar: 11.1.60). B. Nazar encargó a Juan
Martínez hablar con ellos y gestionar el terreno. El cacique escribió entonces a
Don Juan Martínez que le estaba agradecido y que lo vería en su nombre su hijo
Ramón Luis, porque su salud estaba algo quebrantada (Arch. Emilio de Vedia:
21.2.60). El comandante J.E. Ruiz de Bragado opinaba también que el teniente
Luis R. Melinao y el teniente Ambrosio Careño debían encargarse del asunto de
gestionar su tierra (ib. 22.2.60). Ambos, pues. pertenecían a la tribu de Melinao
y comandaban permanentemente unos 50 soldados para la vigilancia y a toda su
gente guerrera en caso de invasión. Los recomienda, pues, al gobierno (Arch.
Mitre XXII p. 63 y 49).
Tanto el coronel Laureano Díaz como el recién llegado coronel Julio de
Vedia apoyaron la gestión para obtener una propiedad cerca de la laguna
Barrancosa, (hoy de Olascoaga) y dieron al cacique el permiso de ir a visitar
personalmente al general Mitre (ib. p. 39 y 77. La Tribuna del 20 de septiembre
de 1860 les dedica toda una columna).
Los indios "araucanos", como aún se denominaban, se dieron cuenta del
rumbo que tomaba la política argentina. Entre las dos batallas. Cepeda y Pavón,
Buenos Aires atrajo varias indiadas que anteriormente apoyaban al general
Urquiza. Asi fue también una nutrida comisión enviada por el cacique Ignacio
Coliqueo y pasó por la tribu de Melinao para que el cacique le diese una carta
de recomendación, pues al visitarlo le juraron amistad y olvido de viejas
ofensas. Efectivamente serán sus pacíficos vecinos, amigos y parientes (Hux:
Coliqueo, p. 46, y Arch. Mitre XXII p. 66: 11.12.60).
En 1861 se produjo el nuevo rompimiento de la paz, enfrentándose
Buenos Aires una vez más con el ejército de la Confederación en la batalla de
Pavón, el 17 de octubre de ese año. Los indios de Melinao lucharon,
incorporados en el cuerpo Nº 1 de Caballería de Línea al mando del Gral. B.
Mitre (AGN S.X. 20-7-2 y Hux. ib. p. 54). Poco después de su regreso
rechazaron una guerrilla de la Confederación en el Pozo Pampa, laguna vecina a
la de la Barrancosa (15.11.61). Meses más tarde enfrentaron un malón de indios
de Calfucurá en Clalauquén (hoy ciudad de Nueve de Julio). El hecho se
produjo el 24 de diciembre de 1862.
En el legajo personal del cacique Pedro Melinao, que se conserva en el
Archivo del Ejército, se indican otros servicios más. Melinao trabajaba por la
paz. No sólo había favorecido la paz de Coliqueo, sino intervino también en la
gestión del tratado de paz de Cañumil (Arch. Mitre XXIV p. 118). Un escuadrón
de los indios de Melinao a las órdenes de Ramón Luis Melinao y otro de los
indios de Coliqueo acompañaron al coronel Julio de Vedia a una expedición
combinada contra los ranqueles, desde el 5 de diciembre de 1862 hasta el 29 de
Enero de 1863. Fue difícil y de poco éxito. El general Bartolomé Mitre
informado de su buen comportamiento les remitió una carta de felicitación y le
indemnizó a Melinao 23 caballos que había perdido en la campaña (AEM Doc.
2350 y 6450 22.9.63) y Hux: Coliqueo. p. 69 ss y Hux: Los Militares de la
Comandancia de Bragado, Bagado 2005).
De nuevo el anciano cacique presentó al gobierno una formal solicitud de
cesión de dos leguas cuadradas en el paraje de la Barrancosa, Y cuando habían
vuelto de la expedición, de nuevo solicitó permiso para "bajar a Buenos Aires"
(AEM Doc. 2082). Quiso gestionar él mismo la donación de la tierra y la
efectividad del grado de teniente 1° de su hijo (Arch. Mitre XXIV p. 98 fha.:
29.5.63).
SU MUERTE

No pudo ver cumplido sus deseos, porque el 27 de junio de 1863 "falleció


de enfermedad". Con él desapareció otra de las grandes figuras de la estirpe
araucana venida a la pampa argentina; quizás fue grande no tanto por sus
propias decisiones, cuanto por su fidelidad y patriotismo. Murió con la
esperanza de que sus hijos vivieran en paz y en su propia tierra. Ramón Luis, su
hijo mayor, organizó sus funerales y avisó no sólo a los jefes militares
inmediatos, sino escribió al Sr. Presidente Mitre esta carta:

"El cacique jefe de las tribus de indios amigos


Bragado, Julio 3 de 1863
Al Exmo. Sr. Presidente de la Nación

Excelentísimo Señor: Tengo el honor de poner en el Superior


Conocimiento de Vuestra Excelencia que el día 27 del próximo pasado mes
arribé a este punto y me hallé que el Jefe de la Tribu (mi padre) estaba en sus
últimos momentos de vida, habiendo fallecido en el día mencionado y (fue)
sepultado al día siguiente con todos los honores, cuya pérdida ha sido muy
sentida, al recordar que dicho Cacique Mayor Jefe, don Pedro Melinao, era uno
de los caciques de la Independencia que a las órdenes del Coronel Don Venancio
Coñuepán, en la República de Chile, se halló en diferentes encuentros de armas
contra los españoles y desde el año 1827, en este Estado, ha prestado sus
servicios con la mayor fidelidad a la patria, por lo que el Señor Comandante
General de esta frontera le hizo dar sepultura con los honores que a su clase
correspondían.
En tanto séame permitido saludar a Vuestra Excelencia a nombre de la
tribu que represento. Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años."
Ramón Luis Melinao” (Arch. Mitre XXIV).

El entierro de Melinao se hizo en Bragado el 28 de junio- Es posible que


en algún periódico bonaerense se haya dado la noticia con algún comentario. El
coronel Julio de Vedia que asistió al entierro, dispuso luego, contra la
expectativa de muchos, que el cacique anciano José María Raylef fuese su
sucesor. En realidad, Ramón Luis Melinao se consideraba con este derecho y en
cierto modo lo iba ejerciendo hasta su prematura muerte, como diremos a
continuación. En cierto modo la trayectoria del cacique araucano ha sido
jalonada tanto por tristes acontecimientos como por glorias que también habrá
gozado.
La última noticia también es triste: Pocos días después del entierro de su
cadáver, manos desconocidas profanaron su tumba para saquearla. Los indios
acostumbraban enterrar al difunto cacique con todas sus pertenencias, entre ellas
también sus piezas de plata. Conocemos con cuanto respeto veneraban los
mapuches a sus difuntos antepasados. Y por eso la familia Melinao fue herida
profundamente por este sacrilegio, a punto tal que lo comunicó Ramón Luis
Melinao al Sr. Presidente B. Mitre (Arch. Mitre XXIV p. 114). Concluyo con
esta carta conmovedora de su hijo:
"El Teniente Primero de Caballería de Línea
Bragado, 8 de julio de 1863
Al Exmo Sr. Presidente Brigadier General D. Bartolomé Mitre. Habiendo
sido impuesto para deponer (al) conocimiento de su Excelencia, de estilo en las
tribus, cuando falleciese el cacique de las tribus amigas; también debo participar
a V.E. que hoy se halla encargado de la tribu el cacique Railefe, hasta que V.E.
se sirva nombrar al que debe mandarla como jefe de ella.
En tanto séame permitido decir a S.E. que esta tribu, al perder a su jefe ha
tenido un día de llanto y luto para todos los que, tanto en la prosperidad como en
la desgracia han sabido obedecer sus órdenes. Y es por ello que S.E. sabrá dar la
importancia a la pérdida que hemos tenido. Se merezca quiera tener S.E. (a
bien) recibir los recuerdos de todos los caciques y capitanejos e indios de tropa
de esta tribu y del que firma (de) su mayor consideración y respeto."
Ramón Luis Melinao” (Arch. Mitre XXIV p. 102).

Este es el tronco del árbol genealógico de los cac. Melinao:


Melipán, Luis + 1828
Pedro Melinao + 1863-Martín Collinao +1854 Venancio Coñuepán
+1836
Melinao Ramón Luis +1866 y otro Pedro Melinao +1837
Melinao Pedro III °+ 1916 – Martín Melinao + 1873 (30 años)
De la familia tengo pocas noticias. Luis Melinao n.1825 habrá sido
el mayor de Pedro Melinao muerto en 1863, era nieto de Luis Melipan, muerto
en 1828. Se casó con Victoria Coñequir. Petrona Melinao se casó con Pacual
Coñequir. Pedro Melinao nació en 1849. Otro hermano era Martín, muerto en
1873. La hija menor, Francisca Melinao nació el 17 de Septiembre de 1861.
En Bragado y en Los Toldos hay muchos descendientes de ellos.

MELINAO, Ramón Luis

MELINAO, Ramón Luis, (1825-1866), caciquillo araucano, teniente 1°


de Caballería, ayudante mayor (1863) y sargento mayor (1866). Era el hijo
mayor del nombrado cacique Pedro Melinao y de Victoria Coñequir. Su
hermano mayor, llamado también Pedro Melinao. murió el 8 de marzo de 1837.
Fue pariente de los bien nombrados caciques, de Venancio Coñuepán y Martín
Campos Colliano y nieto del cacique Luis Melipán. Tenía entonces el nombre de
su abuelo Luis y del general chileno Ramón Freire. Permanece en el misterio si
nació en Chile o en la Pampa, donde actuaron primero esporádicamente y luego
definitivamente en la provincia de Buenos Aires. Su familia vivió en Tandil
(1827), en Bahía Blanca (1828), en Azul desde 1840 y finalmente desde 1846 en
Bragado y en la Barrancosa, según el servicio militar lo exigía a su tribu.
Estando en Azul, se casó en la iglesia parroquial de esa población con la
cristiana Rafaela Peralta. Los hermanos Peralta, Manuel y Cipriano eran
capitanejos de Catriel. En 1846 asistió a la fundación de Bragado, en 1854 fue
nombrado alférez del Ejército Argentino en servicio en la frontera del Centro
(Legajo Personal en el Archivo del Ejército).
Participó en la batalla de Cepeda (1850). Ascendió luego a teniente 1° de
Caballería de Línea. Ayudó nuevamente en Pavón (1861) a realizar la unión
nacional. Fue ascendiendo a ayudante mayor (Legajo Personal Nº 844). La
Tribuna de 1860 (29.8.60) publicó una reseña de la actuación de su tribu y de
sus antepasados firmada por Ramón Luis Melinao.
El 24 de octubre de 1862 marchó con 35 indios al Fortín Pozo Pampa
para repeler una invasión; la persiguió durante 18 leguas hasta Tres Lagunas
(Cla Lauquen, hoy 9 de Julio). Allí los derrotó en plena noche y les quitó un
considerable arreo y hasta 20 caballos ensillados. Por esta acción fue felicitado
por el general B. Mitre.

A fines del mismo año participó activamente en la expedición contra los


ranqueles, a las órdenes del coronel Julio de Vedia. Y nuevamente fue felicitado
por el general B.Mitre (AEM Doc. 2082: 25.2.63). Fue reconocido como
ayudante mayor. En septiembre de ese año le indemnizaron con 6.450 $ la
pérdida de sus caballos durante la campaña (AEM 22.9.63). En esos momentos
tramitaba la donación de un lote de campo en la zona de la laguna Barrancosa a
nombre de su padre y de la tribu. El gobierno de la Provincia les concedió dos
leguas cuadradas por donación, ley Nº 392 del 9 de septiembre de 1863. La tribu
tenía ya ocupado el paraje con sus haciendas y algunos toldos.
En el Archivo de la provincia de Buenos Aires en La Plata se conserva la
pertinente documentación de la Cámara de Senadores: 4 de septiembre de 1863
Nº 10; concede al cacique Melinao y su tribu la tierra que ocupa en el Partido de
Bragado, dos leguas cuadradas C.30 A.4 No 18 Leg. 1.2,3 y 4/1863 y la nota de
la sanción del 25 de diciembre. Los indios de Melinao aceptaron con júbilo esta
donación (Muzlera, J.: Leyes y decretos de la Prov. de Bs. As., p. 69). Se
sintieron entonces argentinos. Las familias principales de la tribu tenían sus
casas en Bragado y vivían en perfecta armonía y en paz con los vecinos.
En junio de 1863 falleció, tras grave enfermedad, el cacique padre. El 28
fue enterrado en Bragado con honores militares. Su hijo Ramón Luis pudo
asistirlo en sus últimos momentos y organizar su entierro que conservó mucho
de su tradición. Informó la triste noticia al presidente B. Mitre y al ministro de
Guerra J. A. Geliy y Obes, ponderándoles la importancia de su progenitor (Arch.
Mitre XXIV p. 112 s 3,7 y 8 de julio de 1863).
Sabía leer y escribir.
En una de estas cartas al Sr. Presidente asentó con claridad que le
correspondía el título de cacique sucesor, pero acataba la disposición provisoria
que les impuso el coronel Julio de Vedia: "Hoy se halla encargado de la tribu el
cacique Raylefe hasta que S.E. se sirva nombrar al que debe mandar como jefe".
El 15 de julio de 1863 el ministro de Guerra dispuso: "Habiendo fallecido
el cacique Jefe de la tribu amiga del Bragado, según da cuenta el teniente Don
Ramón L. Melinao, el Gobierno dispone que el cacique Railef continúe el cargo
de dicha tribu" (AEM. 15.7.63). Pocos días después, el 24 de julio, Ramón L.
Melinao comunicó al general B. Mitre que la tumba del padre difunto había sido
profanada, diciendo en el encabezamiento:
"El cacique Jefe de la tribu de indios amigos"
y firma: por autorización del cacique de la tribu, Ramón Luis Melinao"
(Arch. Mitre, ib. 113).

O no ha recibido la constancia del nombramiento oficial del cacique


Raylef o se ha resistido a aceptar esta designación contraria a su tradición tribal.
Pero luego acata formalmente la medida en carta del 29 de julio, dirigida al
ministro de Guerra (Arch. EM. Doc. 2296 caja 5) pidiéndole que manifieste al
Superior Gobierno la conformidad de los caciques y capitanejos y sus buenos
sentimientos patrióticos.
Por una reseña histórica conservada en el Archivo del Estado Mayor del
Ejército, firmada por Pedro Melinao (h) en 1869, nos enteramos de una versión
algo distinta. "El 27 de junio de 1863 falleció el cacique Pedro Melinao por
enfermedad y su hijo Luis le sucedió en el mando. Consta por el despacho que
el Gobierno le expidió entonces (que) ordena se reconozca al cacique Don Luis
Melinao por Ayudante Mayor de Línea quien por deferencia y atención a los
muchos servicios que tenía prestado en esta tribu el cacique José María Raylefe,
de acuerdo con el jefe de la frontera, el cacique Railefe fue nombrado cacique
de la tribu, aunque en todo tiempo el cacique Melinao (hijo), tanto por sus
antepasados como por su herencia de sus mayores debía ser el cacique legal y
mucho más por su fidelidad y servicios a la Patria".
Nótese que esta reseña fue escrita después de haber fallecido el teniente
1° D. Ramón L. Melinao. Pronto salieron de su perplejidad y hubo armonía y
paz en la tribu con el cacique Raylef.
En realidad, Julio de Vedia necesitaba a Ramón Luis como soldado para
su nuevo proyecto de adelantar la frontera, estableciendo en Cla Lafquén la
nueva comandancia y el nuevo pueblo que se llamaría Nueve de Julio. El
cacique Ramón Luis Melinao lo acompañó con 40 indios. El 26 de octubre
tropas e indios amigos se pusieron en marcha y clavaron en el nuevo destino sus
carpas el 27 del mismo mes a orillas de la mayor de las tres lagunas que dieron
al paraje originariamente el nombre Cla- lafquén.. Así se hizo la tribu de
Melinao por cuarta vez fundadora de una ciudad argentina: en 1827 Bahía
Blanca; en 1840 en Azul, en 1847, Bragado y en 1863 Nueve de Julio, que es un
tílulo de honor, que hay que destacar. Julio de Vedia anota que hasta muchachos
indios querían acompañarlo. Cuando el ministro preguntó qué muchachos
habían sido ésos, le contestó que "desde 1852 se empleaban muchachos como
chasquis y arreadores. Que cuando se hacían grandes, el cacique les solía
preguntar si querían hacerse soldados" (AEM 3.11.63 y7.11.63). El 2 de
diciembre había 800 soldados y 87 indios amigos en el nuevo campamento y se
estaba trabajando para levantar la Comandancia y el nuevo pueblo.
Pocos días antes de partir de Bragado, los indios de Melinao debían
repeler una invasión de indios. El choque se produjo en el Fortín Picazo. Iban
también 50 choiqueros de Bragado y tropa del Regimiento 5° al mando del
coronel Pedro Celestino Díaz y Segundo Rubio. En la persecución quitaron a los
indios 5.000 vacas y 2.000 yeguarizos (R. Yaben: Biografías Militares. II p.
266).
Parecía que el coronel Julio de Vedia quería trasladar toda la tribu de
Melinao y de Rayief a Nueve de Julio. Pero el cacique se resistió. El 4 de enero
de 1864 solicitó del Presidente Bartolomé Mitre el permiso de permanecer en
los campos que actualmente ocupaban en Bragado y en los terrenos que el
gobierno de la Provincia les había donado en propiedad (AEM Doc. 2488).
El coronel Julio de Vedia escribió 10 días después al ministro de Guerra
que el gobierno incluía en la lista de revista a los 40 y tantos indios que él tenía
a su cargo y que gozarían por consiguiente sueldos. Ellos hacían el servicio por
turnos: en caso de necesidad acudiría toda la tribu.
El cacique de la Barrancosa, al igual que Coliqueo y Rondeao que
también habían sido favorecidos por donaciones de tierras, presentaron al
gobernador Saavedra una nueva solicitud pidiendo una ampliación del terreno
concedido (AEM 6.2.64). Melinao que pedía 2 leguas más no fue atendido.
Sigamos algunos datos de las crónicas: En 1865 estalló la guerra del
Paraguay. Julio de Vedia recibió la orden de marchar con la mayor parte de su
tropa y efectivamente marchó el 22 de abril el Batallón 1° de Infantería. El 27
de ese mismo mes, antes de partir, el Cnel. J. de Vedia tuvo un "fastidioso
parlamento" con Melinao. Les quiso recargar con servicios en las fronteras y sin
que tuviesen respaldo (Arch. Mitre XXIV p. 43). Más tarde les proporcionaron
armas de fuego y para mayor seguridad se intensificaron los tratos amistosos
con la tribu de Coliqueo (AEM 29.8.65). Es gracioso leer una carta del cacique
Raninqueo de Los Toldos en la que recomienda al cacique Luis Ramón Melinao,
"ayudante Mayor y paisano”.
Pronto sería ascendido a sargento mayor honorario, según propuso el
coronel Juan Cornell en junio de 1866 (AEM Doc. 3534 y Legajo Personal
Arch. del Ejército Nº 844). El despacho de sargento mayor lleva fecha del 6 de
agosto de 1866. El mismo coronel, encargado de las tribus amigas, solicitó al
ministro uniformes para los indios de las tribus de Melinao y de Rondeao en 25
de Mayo: 118 gorras, botas, chiripaes, camisetas, camisas y ponchos (AEM
4.5.66). Se debía contar con sus servicios.
El cacique Ramón Luis era un hombre instruído. A pesar de que sabía
leer y escribir, mantenía a su lado como escribiente a su primo D.Ramón
Coñuepán, hijo de Venancio Coñuepán. En el Museo del Indio en Los Toldos
hay una fotografía de Ramón Luis en uniforme pero sin el quepis. Pero más que
la fotografía nos lo describe su autobiografía que presentó al gobierno o
ministro de Guerra en oportunidad de solicitar exoneración del servicio militar:
Dice que (su padre) desde el año 1827 prestó servicio ininterrumpido al país; fue
a poblar a Bahía Blanca a las órdenes del coronel Venancio Coñuepán y con los
caciques Collinao y con Pedro Melinao dieron pruebas de fidelidad en la
prosperidad y en la adversidad. Están aclimatados y habituados al trabajo. Por
servicios en la frontera dejaron abandonadas sus casas que, como primeros
pobladores de Bragado, tienen en dicho pueblo. Descuidaron sus haciendas que
en las inmediaciones de Bragado tienen, por haber estado en servicio en 9 de
Julio. Que en estos últimos años han sufrido merma en la gente, debido a la
misma circunstancia de haber estado ausentes en 9 de Julio.
"Por tantos años de servicio es la tribu acreedora de consideración del
Gobierno... Es súplica de la tribu araucana. Buenos Aires, el 20 de Mayo de
1866".
El y su gente llevaban más de un año sin haber recibido pagos.
Adjunto al mismo legajo está la solicitud del coronel Juan Cornell para
que el Superior Gobierno atienda las varias solicitudes por concesión de tierras
y añade: "Se han quejado los caciques que desde el Bragado hasta Bahía Blanca
dan en concesión tierras en arrendamiento o compra sobre las mismas
extensiones de campos que ellos ocupaban desde hace tantos años, y las han
solicitado en propiedad. Piden que se suspendan dichas concesiones. El
Departamento Topográfico debe tener conocimientos de las tierras de frontera
para expedirse" (AEM Doc. 9085: 17.4.66).

Ya tendremos oportunidad en la próxima reseña para hablar sobre la


suerte de su lote de dos leguas cuadradas. Poco ya disfrutó el sargento mayor D.
Ramón Luis Melinao de su título y de su tierra. El 8 de diciembre de 1866
“falleció de enfermedad natural y en actual servicio de esta frontera, quedando
de hecho nombrado cacique de la tribu Don José María Raylefe".Con estas
frases termina la ya citada reseña firmada en 9 de Julio el 30 de diciembre de
1868 a ruego del cacique J. M. Raylefe por Pedro Melinao, el joven hermano de
Ramón Luis Melinao (AEM Doc. 9217).
Quizás el periodismo haya memoriado los últimos días de Ramón L.
Melinao o haya publicado una valoración de su persona y de su actuación, que
la merecía.
En el Archivo de Bragado (carpeta 5) encontré el inventario del finado
cacique Melinao, fechado el 12 de marzo de 1867 y en los libros bautismales de
la parroquia de la misma ciudad los nombres de los hijos, habidos en el
matrimonio con Dña. Rafaela Peralta y Juana Latorre, ambas de Azul. Son:
Petrona (1861 Baut. Nº 83); Juana,. 1861 de 6 años (1861); Ciríaco ( nac.1847)
Nº 240 y Pedro (n. 1847); Amelia, (1861 Nº 97) y Antonia (nac. 1859, Baut. Nº
36 1862). Otros hijos son: Luis, Martín y Pedro Salvador Melinao
En Crónicas de Bragado Nº8 p. 104 editado por el Ing. Aníbal Grosso leí:
María Pascuala..viuda del finado cacique Sargento Mayor, Dn. Luis Melinao,
jefe que fue de esa tribu en el Bragado, se dirige al Gobernador, pues siendo
madre de cuatro hijas, luego del fallecimiento de su esposo, se embargaron sus
bienes y rematados, quedo yo y mis hijas en la última miseria, quitaron los
solares que poseemos en el Bragado desde la fundación para allí colocar una
estación del ferrocarril…se nos destruyeron los ranchos.. (triste realidad que
sufrieron los indios)
MELINAO, Martín, capitanejo de la misma tribu de Melinao. Era
hermano de Luis Melinao. Actuó también en la frontera del Centro Oeste de la
Provincia de Buenos Aires. Hay un documento en que se dice que era Sargento

MELINAO, Pedro (II). nacido en Bragado 1847 y muerto allí en 1916.


Era el último cacique (araucano) de Bragado. Este era hijo del cacique Ramón
Luis Melinao, quien ha fallecido en 1866. Era sobrino del cacique José María
Raylef. Provenía de una noble familia araucana. Su padre servía como oficial de
los Blandengues de la Nueva Frontera en Bragado. Pedrito. apenas tuvo 6 años
de edad, empezó a frecuentar la Escuela de Varones del Sr. Juan de Milburg en
Bragado, su pueblo. Y fue un alumno sobresaliente, aún en castellano y en
lecturas, a pesar de que en su hogar se hablaba en mapuche (Moya: Manuscrito
sobre la historia de esta esuela).
El niño Ramón Luis conoció la época de la guerra civil entre el estado de
Buenos Aires y la Confederación. Con frecuencia tuvo que echar de menos a su
padre, pues éste intervino en todos los acontecimientos militares. Durante la
Revolución de 1852, el sitio de Buenos Aires, las batallas de Cepeda y Pavón, la
expedición a los ranqueles, el avance de la frontera y la fundación de 9 de Julio.
Tuvo que marchar contra los malones que llegaban a la zona del Centro Oeste-
Pedrito no dudaba que también él iba a seguir la carrera militar. Algún día
debía ser jefe de la tribu. Pedro perdió al padre, cuando tenía 17 años. Con 15
años, había vestido ya la casaca militar. Por rango familiar era ya capitanejo. El
12 de enero de 1864 recibió el grado y luego también el sueldo de capitán. Pero
durante la guerra del Paraguay casi no les pagaban. El 30 de enero de 1867 él y
su hermano Martín reclamaron 15 meses que les debían (AEM).
Durante el gobierno del cacique José María Raylef (1866 – 1874) Pedro
fue su escribiente y gestor de trámites oficiales. Por ejemplo, solicitó 1868 para
su tío el permiso para ir a Buenos Aires; quería visitar al general B. Mitre. A
fines del mismo año Pedro escribió esa interesante reseña de la historia familiar
(AEM 9217). En 1869 presentó el pedido de la exoneración del servicio en la
frontera, argumentando que sus familias y sus haberes sufrían demasiado y hasta
sus ranchos estaban en ruínas y que algunas familias habían preferido marcharse
con la tribu de Coliqueo. Sí, allí se halló Valentina Melinao, 1873-1958, hija del
cac. Pedro Melinao e Isabel Raylef, cas. con Feliciano Cleñán – también
descendiente del capitnejo Cleñan; Martina Melinao nac. 1880; María Melinao
nac 1862 - 1887; Carmela y Juana Melinao.
El cacique Raylef envió a su hijo político con carta de recomendación al
coronel Martín de Gainza en otras gestiones (Arch. Hist. La Plata Nº l90:
2.3.70).
Como detallaré en la biografía del cacique Raylef, la Misión Católica de
1874 en su tribu fue algo extraordinario (Hux: Coliqueo. p. 173-180). El joven
cacique Pedro Melinao. cristiano ya, "el más instruido", participó poco de esa
gracia. Se casó en matrimonio sacramental con Isabel Railef (nac. en 1853 y con
ella tuvo 9 hijos). En realidad estaba casado ya con la hermana, Bartolomea
Railef, hija del cacique José Railef y Bernarda Pereira (n. 1846). Bartolomea era
venerada por toda la tribu, pero era estéril (En el libro Coliqueo, p. 175.
publiqué las fotografías). El cura anotó que resultó difícil hacer cristiana a su
india (Isabel) para casarla luego. (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros.
p. 104). Pero ellos hicieron bautizar a sus hijos; Rosalía (1871), Valentina
(1872). Higinio (1875). Hipólito (1878), Luis (1880). Andrés Bartolo (1882),
Nazarena (1884), Nazario (í885) y Abdon (1886), todos Melinao.
El 30 de octubre de 1874 murió el anciano cacique José María Raylef en
fama de santidad. Entonces Don Pedro Melinao, de 25 años, asumió el
cacicazgo de la disminuída tribu de los Melinao, Collinao y Raylef. Era el
momento en que en el país se enfrentaron los mitristas y nacionalistas en la
Revolución de 1874, que a varias tribus envolvió en la lucha, especialmente a
los indios de Catriel. Mitre contaba con el apoyo de los indios amigos, pero al
fin apoyaron a las tropas nacionales. Si después de su derrota en La Verde, Mitre
se retiró por Nueve de Julio y la Olascoaga, era porque sabía que allí encontraría
amigos.

El lº de Febrero de 1875 llegó a su campo otro Misionero, el Padre Pablo


Emilio Savino.Durante tres meses completó la evangelización de la buena gente
y luego, durante dos años, actuó con gran celo apostólico en la tribú de
Coliqueo. En su relato al Superior H. Boré en París dice muy poco sobre
Melinao y su tribu. Pero la circanstancia de que éste se comunicara al fin de la
misión con el Sr. Arzobispo, indica que el misionero había hecho buenas migas
con el cacique (Copello ib. p. 205). Incluso le envió una reseña histórica de la
tribu de Melinao, desde su abuelo Melipán hasta sus días. Vi las hojas
policopiadas en el archivo de la Curia de Buenos Aires, fechadas en la
Barrancosa el 18 de abril de 1875: "Reseña de los servicios prestados a la Patria
por el cacique amigo Melinao en la República de Chile (su país) y Argentina,
desde la guerra de la Independencia de ambas Repúblicas hasta el presente" (El
archivo de la Curia se quemó lamentablemente en 1855). Por intermedio del
misionero Don Pedro Melinao le envió también una carta pidiéndo al Arzobispo
que favoreciese su gestión para obtener del gobierno una escuela en su campo
(Copello: ob.cit. p. 205) Monseñor Aneiros presentó la solicitud "de los indios
bautizados" de Bragado al ministro de Guerra y no me consta que haya sido
cumplido el deseo del cacique.
En otra carta pidió amparo ante las exigencias del Juez de Paz de
Bragado, quien le presentara una cuenta elevada por contribución directa sobre
el campo donado por el Gobierno, hacía 12 años. Melinao, enumerando sus
servicios y los de sus antepasados, concluye: "...Ya no han quedao más que unos
pocos y que se hallan tan pobres que me permito pedir a Su Señoría, se digne
interponer su influencia ante el Gobierno de la Provincia para que nos dispense
del pago de la contribución directa... a los de esta tribu, que tanto en la
desgracia, como en la prosperidad fueron siempre fieles al Gobiemo legal, al
que servían... y ninguna tribu paga" (la contribución).
El gobierno tardó 12 años en atender la solicitud por la exención del
impuesto de la contribución directa, gracia que le fue concedida el 20 de octubre
de 1887, según consta en un documento del Archivo Municipal de Nueve de
Julio.
Pedro Melinao hizo también gestiones por la mensura y división de su
tierra en la Barrancosa. Pero en ellas no fue bien aconsejado. La causa dio
motivo para disensiones y distanciamientos entre los mismos "paisanos". Varios
terratenientes vivos trataron de apoderarse de esas tierras, como Don Ignacio
Echelchiquia y Dn. Ramón M. Pérez, en connivencia con el escribano José
Barrera. Estos desplegaron una inusitada actividad. En un expediente del 13 de
septiembre de 1889 declararon ante el juez del Centro, Dr. López Saubidet,
"únicos miembros de la tribu de Melinao a Francisco y Pascual Coñequir,
Nahuel y Noguera, Guayquilao, Mariano Sánchez, Cayetano Raylef, Pascual
Caniú, Martín Bananos, Andrés Tallao, Dionisio Sánchez y Marcelino Avila".
Que ésta fue una falsa declaración lo demuestra ya la circunstancia que el
cacique Pedro Melinao fuese excluído, además de la documentación
contradictoria posterior (Archivo de Geodesia. Partido de Bragado Nº 98). A
ruegos del cacique Melinao, el agrimensor Luis Monteverde y el ingeniero
Santiago Arce levantaron, el 23 de octubre de 1903, la primera mensura y
división del campo cuya copia poseo. A pesar de que el mencionado escribano J.
Barrera protestara contra la subdivisión (28.12.03), el gobierno aprobó la
medición con fecha 28 de diciembre de 1905 y otra mensura (Duplicado Nº
100), del 18 de mayo de 1906. Según ésta, le correspondían al cacique Pedro
Melinao 828 ha 51 a y 89 cm. sobre la estación Olascoaga y el Arroyo Saladillo,
al Oeste del campo total. En el campo del comerciante Florentino Alonso se
señala un terreno del Consejo General de Educación para una escuela. Puedo
decir que, si bien la tribu estaba ya exenta de servicios en la frontera, no
prosperó bajo el gobierno del cacique Pedro Melinao IIº. El proceso de la
transculturación les hizo perder la seguridad interior, la conexión y hasta los
usos y costumbres. Si observamos el retrato del cacique Pedro en la foto
existente en el Museo del Indio de Los Toldos, Pedro Melinao parece un
estanciero o comerciante de la época.
Puede ser que algún día descubra en el periodismo local mayores detalles
sobre la personalidad y la actuación del cacique Pedro II° de Olascoaga (Partido
de Bragado). Este ya no era guerrero, sino estanciero y agricultor y hasta
querellante ante la justicia.
Murió en Bragado el 3 de Junio de 1916 y creo que tiene aún el
mausoleo propio.
Agrego copia de un diploma de 1886 que es un buen recuerdo para el
cacique:
"El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, atendiendo a las
aptitudes del ciudadano D. Pedro Melinao, ha venido a conferirle el empleo de
Capitán de Guardia Nacional de Caballería en tanto desempeñe el puesto que se
lo acuerda, concediéndole las gracias, exenciones y privilegios que por su título
corresponden. Por tanto manda y ordena se le haga, tenga y reconozca por tal
Capitán de Guardia Nacional de Caballería.
Dado en La Plata a ocho de abril de mil ochocientos ochenta y seis”
(tres firmas ilegibles ya).
El documento se guarda en el Museo del indio de Los Toldos.

Bibliografía Ver reseñas de Collinao, Melipán, Coliqueo, Coñequir

MELIPÁN

MELI PAN, Luis (Melicán) en 1819: cacique de prosapia araucana: Era


uno de los más activos caciques en la Guerra de la Independencia de Chile.
Según T. Guevara (1910) Melipán era padre de los caciques Venancio Coñuepán
de Cholchol, Provincia Imperial, de Martín Campos Collinao y de Pedro
Melinao (Iº). El mismo autor dice que era cacique de Trapa Trapa (ob.cit.p.265)
Patriota desde la primera hora de la gestión de la Independencia,
acompañó en 1817 al general San Martín en su Campaña Libertadora. Pero su
actuación se hizo enfática desde la batalla de Nacimiento en el BíoBío, en Enero
de 1819. Siguió luego las vicisitudes de la Guerra a Muerte contra los borogas y
los huilliches que se habían comprometido con los caudillos realistas. Podría
recordar lo que dije en la reseña de Venancio Coñuepán. No sé si éste estuvo a
las órdenes de su padre o éste a las órdenes del hijo Venancio que se había hecho
ya mucho renombre.
Melipán, pues, compartió las Campañas a Maquehua y Boroa. Quebraron
poco a poco las fuerzas contrarias reunidas bajo el mando del cacique mayor
Mari Luán y Curriqueo, a través de muchos encuentros en 1820 y 1821. Durante
el año 1822, con una fuerza de 1000 indios penetró por el país de los
pehuenches orientales (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte, p. 443-457).
El gobierno les había encargado correr a los vandálicos pincheirinos que
habían acabado por invadir a la población de Linares. Los persiguieron por toda
la llanura pampeana hasta el Fuerte de Melincué. Desde allí informaron al
gobernador Freire de Concepción sobre su campaña hasta entonces, el 20 de
abril de 1822 (Vicuña Mackenna ib.p. 124). Fue la época de masiva emigración
de indios araucanos a la Argentina.
A fines de 1824 volvieron a lanzar una formal expedición contra los
borogas realistas y los rebeldes pincheirinos que se habían corrido a la
Argentina. El 24 de diciembre estuvieron en Salinas Grandes con unos 3000
indios, tres caciques y 70 cristianos al mando del teniente Juan de Dios
Montero. El 23 de marzo de 1825 Melipán informó al gobernador de
Concepción, coronel Ramón Freire, sobre sus primeros éxitos obtenidos con
Venancio, Martín Collinao y Pedro Melinao.

El gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y los de las provincias


colindantes con la Pampa vieron con preocupación los movimientos tribales
Tierra Adentro y convocaron a un gran parlamento de paz para el 20 de
diciembre de 1825 sobre la Laguna de Guanaco al norte de Salinas Grandes, al
que asistieron también Melipán, (Meliqueo, hermano de Coliqueo) y Coñuepán
(Conoypán) (AGN S.X.27-7-6)
En 1827 los indios de Melipán establecieron contacto con el comandante
de la fortaleza Independencia en Tandil (AGN Biedma S.VII 10-4-13:6.8.27). El
coronel Juan R. Estomba acogió a sus emisarios con deferencia y animó al
cacique Dn. Venancio Coñuepán que sabía perfectamente castellano y tuvo una
formación muy buena, para que se presentara al Comandante General de las
Campañas, Juan M. de Rosas y se los incorporara como indios amigos. Este lo
recibió muy bien. En Agosto participaron en expediciones de reconocimiento y
como vanguardia de la columna que marchaba a fundar la Fortaleza Argentina y
la población de Bahía Blanca.
Tras un encuentro con realistas chilenos en Bucual, el 8 de julio de 1827,
Melipán y los coraceros de Montero siguieron tras las huellas de los
pincheirinos, moviéndose desde la Sierra de la Ventana hasta el Río Colorado
(AGN S.X.14-6-1 y S.VII 10-4-13 y S.X. 38-5-3). El 5 de septiembre avisaron
que los enemigos eran 1.000 y 500 carabineros de Pincheira. Pedían auxilio para
poder concluir su campaña. El 2 de octubre habían reunido 1.200 indios y 30
carabineros. Avisaron que los suyos habían sido atacados en Chadileufú. Una
carta de Juan de Dios Montero añadió esta frase: "El famoso patriota Melipán da
valor a todos los naturales amigos."
A principio de noviembre fueron atacados nuevamente por los
pincheirinos. Poco después, iniciada ya la fundación de Bahía Blanca (21.3.28)
el sargento Fabián González buscó al teniente Montero y a 300 indios amigos
para el acto de inauguración. Fue cuando sus enemigos atacaron el campamento
de Melipán: en este ataque sorpresivo fue muerto este cacique, Luis Melipán.
quien había luchado tanto por sus ideales de patriotas.
El 8 de abril llegaron algunos indios o indias escapados de la refriega a
Bahía Blanca para dar avisos de sus infortunios (AGN S.X. 14-6-1). Al otro día
llegó el grueso de la División de Estomba quien se entristeció también por las
noticias recibidas. Los indios y el teniente Montero clamaban por venganza.
Estomba ordenó que se hiciera un nuevo reconocimiento. Después del duelo por
el cacique patriota fallecido, partieron el 16 de abril auxiliados sus indios con un
piquete al mando del teniente Francisco Morel. Eran 458 hombres en total.
Marcharon rumbo a Mamuil Mapu (La Pampa) y lograron destruir un
campamento de sus enemigos, el 15 de mayo de 1828 en el Chadileufú. (AGN
S.X. 16-10-5). Los pincheirinos reaccionaron y atacaron hasta la guarnición
misma de Bahía Blanca, el 25 de agosto.
Venancio Coñuepán fue indiscutido sucesor del cacique Luis Melipán.
También J. M. de Rosas lo aceptó entre los indios amigos y le dio el
nombramiento de teniente coronel. Se prometieron sincera paz y amistad. (AGN
S.X. 27-7-6:20 y 25 de oct. 28). El coronel Estomba fue autorizado a racionar y
regalar a los nuevos amigos, estando aún en Tandil. Coñuepán y 30 indios
habían acompañado como vanguardia al ingeniero Parchappe quien debía elegir
y medir los terrenos a ocupar.
Calculo que el cacique Melipán ha muerto el 1º de Abril de 1828. No
obstante el revés sufrido en el Colorado, los indios de Coñuepán, Melinao y
Collinao se mantuvieron fieles a su promesa, como se verá en sus respectivas
biografías.
SANTIAGO MELIPÁN, hijo del cac. Luis Melipán nacido en 1817,
combatió con 300 indios y Sayhueque en 1882 contra tropas expedicionarias.
Fueron apresados y llevados a Chinchinal en Río Negro. Santiaguito (el nieto
del primer Santiago Melipán, era alumno de los salesianos, del cual dicen que
fue buen zapatero y músico. Dio un concierto en Génova, cuando Monsr.
Cagliero llevó un grupo de “tehuelches” a la Exposición internacional de 1892
(Marcos Manzini : Memoria del Padre p. 102 y nota 422
(Etimología: Meli: 4; pan [pangui], puma. 4 era el número sagrado).
MELIPÁN, 1833, cac. Pehuenche. Durante la expedición combinada al
Desierto fue encontrado este otro Melipán por la División de la Derecha al
mando del Gral F. Aldao. Vivía cerca de Butanilgué. Lo atacaron por sorpresa el
13 de abril de 1833 (Rev. Junt, Estud. Hist. Mendoza V. p. 114)
MELIÑÁN o Meliñancú, 1806 cac. Pehuenche. Luis de la Cruz dice que
era hijo del cac. Gobernador Ylamán, muerto en la Guerra Pehuenche en Malal
Hué (De Angelis I. p. 159). Meliñán vivía entonces sobre el río Tocomán en
Neuquén.
MELIÑANCÚ, cac. que en 1821 vivía en Lilpulli (que significa Sauces)
Participó en la Guera a Muerte en el bando de los patriotas. Con el Capitán
Bulnes y el cac. Coñuepán hizo la campaña de Boroa. El historiador Tomás
Guevara dice (1910 ) que Meliñancú descendía de la familia Melín y nombra
como hijos a Picón, Domingo Huayquín (Guayquil), Minchiqueo y el Toro
Melín
MELIÑÁN, cac. que en 1834 figura en el censo hecho en la tribu de
Santiago Llanquelén en Junín (Fuerte Federación). Pero creo que debía decir
Meliguán.
MELIPILÚ, 1740, cac. araucano que maloneaba en la provincia de
Buenos Aires, dice el historiador jesuita Pedro Lozano 1740 p. 296. Según el
Padre Sánchez Labrador (Los indios Pampas, puelches y Patagones ed
P.Furlong,1936) tenía unas 70 familias y que hacía estragos en la zona de Luján.
(ver Carripilún)
MELIQUEN, 1593, cac. araucano que firmó un tratado de paz (J.T.
Medina: Doc. Ined. 1960 IV p. 379)
MELIQUEO (o variantes Maliqueo, Melileo,Melideo), 1820, cac.
boroga. –según T. Guevara era hermano del cac. Curriqueo de Pillanlelfún.
Después de haber actuado en la Guerra Muerte en el bando realista, emigró a la
Argentina. Lo encontramos documalmente en compañía del cac. Ignacio, hijo de
Curriqueo. Para remontar su historia será útil leer lo que escribimos sobre
Curriqueo y sobre Coliqueo (Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, ed.
3ª EUDEBA 1980 y 4ª ed. Los Toldos, 1999)
La primera noticia documental que he encontrado sobre él es una lista de
caciques y capitanejos del cac. gobernador de los ranqueles de Payné, de fecha
27 de Mayo de 1838 que se conserva en el Archivo de San Luis. Es decir, cuatro
años después del asalto de Masallé, del que se salvaron una parte y recurría a la
Pampa para que les protegieran, Meliqueo se sometió al cac. Payné. En
diciembre de 1841 acompañó con su primo Ignacio Coliqueo al unitario Cnel.
Manuel Baigorrioa en un malón a Pergamiono. Los acompañaron también los
capitanejos Aniqueo, Guayquil y Nahuel Ihué (Colodrero Giménez: Historia de
Pergamino, 1945 p. 167)
Estos borogas hacían causa común con los ranqueles Painé, Pichún,
Calvaiñ y Mariano Rosas hasta la batalla de Cepeda (1859). Participaron, pues,
en la lucha de la Confederación contra el Estado de Buenos Aires, desde que
éste se había separado en 1852. Melideo presidió en 1857 una comisión ante el
Presidente J.J. de Urquiza (AGN 4.2.57). Cuando Coliqueo se separó de los
ranqueles en vísperas de la batalla de Pavón, Meliqueo se quedó con el cacique
Baigorrita. En 1864 figura un capitanejo Meliqueo como escolta del cac.
Mariano Rosas de Leuvucó. El Cnel Lucio V. Mansilla lo conoció durante su
excursión a los Ranqueles En su libro decía que era gordo y que pesaba como 9
arrobas. En cambio el R. P. Moisés Burelas (su informe manuscrito p.8), quien
al mismo tiempo se hallaba entre los ranqueles, procurando la paz y el rescate de
cautivos, escribe al Ministro Dr. N. Avellaneda: “El capitanejo Melideo tiene
dos mujeres de las cuales tenía una en Leuvucó, que significa Médano de Agua,
cuidando haciendas; él vivía en Ayungüé, que significa lugar en que se agüaita.
El mismo Melideo había puesto dos sobrinas de él para que cuidaran la mujer y
los intereses”. El Dr. Carlos Rusconi conoció a la hija de Meliqueo, llamada
María Isabel Unepeo y la fotografió de la cual requirió datos de su familia.
Primero confirmó que su padre se llamaba Meliqueo o Maliqueo y que por
sobrenombre algunos lo llamaban Melideo, que quiere decir “cuatro ratones”.
Su esposa, es decir la madre de María se llamaba Carcuanquil, que además de
ella había tenido tres hijos varones: Ñancuerr (que se casó con Aical. Decía que
el cac. Cayupán era su tío. También supo decir que había nacido por el año 1860
en Naencó. (Rusconi: La hija del cacique Maliqueo; en Anales Soc. Cient. Arg.
Bs.As. 1941 T. 131 p. 268- 278).
De nuevo figura Melideo en la lista de los capitanejos de Mariano
Rosas, quienes por el tratado gozarían sueldo y racionamiento. En otra
comunicación (AEM) del 20 de diciembe de 1874 se dice que participó en un
malón sobre Chañar y La Carlota. El 20 de diciembre de 1876 se le atribuyó
otro atropello en la misma zona. Lamento que falte el parte de Rudecindo Roca
que habría llevado la fecha del 8.1.77 en el mismo archivo. 1877 apoyó a los
caciques Pincén, cuando fueron perseguidos. En la comunicación que lo
denuncia, se dice que Melideo tenía sus toldos en Nebucó (error por Leuvucó)
El mismo año, el Gral. Bulnes, expresidente de Chile, entró una vez más
al territorio neuquino y convocó a los caciques de esa región a un parlamento.
Antes de comprometerse, estos decían que querían consultar a los ranqueles que
mantenían un tratado de paz con el Gobierno Argentino. Los incitaron por
consejo del Gral. Bulnes no respetasen las autoridades argentinas, pues Chile era
el que gobernaba a todos los indios. Los Ranqueles convocaron a sus jefes a un
parlamento general y luego enviaron una comisión presidida por el cac.
Meliqueo a contestar (negativamente) a esos caciques.
Durante la represión militar por la Conquista del Desierto era
difícil vivir en paz. No obstante los ranqueles con la ayuda de los Padres
Franciscanos de Río Cuarto habían heco grandes esfuerzos para conseguir
convenios definitivos que les garantizaran la vida, las haciendas y sus tierras.
Cuando, en 1878, el Gral. Julio Argentino Roca asumió el
Ministerio de Guerra, puso en marcha su plan de Conqista del Desierto.
También los ranqueles fueron atacados y con ellos el cacique Meliqueo (ver cac.
Epugner). El Gral Roca mandó “revolver las viejas guaridas de Melideo”
(Olascoaga p.89: 25.11.78).
El Tnte. Coronel Rudecinda Roca cayó sobe Leuvucó (18.11.78);
pero los indios habían huído. El 21 de novembre dio una sorpresa sobre
Poitahué, donde apresó al cacique Meliqueo, a los capitanejos Mariqueo,
Pichintrú, Feliciano, Anteleo y Licanqueo, a 76 indios de lanza y 230 de la
chusma. (Parte del 26.11.1878( en Olascoaga p. 91/92 y R. Pastor: La guerra
con el indio en la jurisdicción de San Luis, 1942 p. 130 y 488).
Mientras la tropa descansaba, patrullas al mando de Rodríguez,
Panelo, Klein y F. Ayola persiguieron a los indios de Epugner y Baigorrita hasta
Colotracal, 20 leguas más allá. Entre tanto estos indios alcanzados llevaron un
fuerte ataque al campamento de Rudecindo Roca con la esperanza de rescatar a
los prisioneros, pero fueron rechazados.
El 22 regresó el ejército naconal, llevando a Villa Mercedes su
botín conquistado. (J.Walther: Conquista del Desierto, ed 1964 p. 568)
“Llevaron los animales que teníamos y todo lo de nosotros. Los mozos y las
mujeres fueron arreados y llevados a distintas fincas de Mendoza, San Luis y
Buenos Aires”, - decía la hija María Isabel (C. Rusconi: Poblaciones ..de
Mendoza IV p. 215).
La última noticia que se registró el 10 de julio de 1879 es ésta:
“Hoy falleció el capitanejo Melideo (creo que era el cacique Meliqueo); fue
herido al tratar de fugarse (Olascoaga p. 167) Su hija decía que había muerto,
cuando ella tenía 20 años.
Los libros bautismales del misionero Pablo Emilio Savino, quien
actuó en la tribu de Coliqueo entre 1875 y 1876 nos da a conocer una familia
Meliqueo, y pienso que tiene conexión con este boroga, el cac. Meliqueo. Sus
hijos se bautizaron el mismo día, el 2 de Julio de 1876; el sacerdote señala que
ya tenían conocimientos previos.
El padre Domingo Meliqueo o Garay era chileno; había nacido en 1838,
bautizado y casado por la iglesia. El murió en Los Toldos en 1876. Su mujer, se
llamaba Josefa Huinmaillán. Había nacido 1846 en 25 de Mayo, pues eran de
los que se salvaron del Asalto de Masallé.
Sus hijos Rosario nació en 1865; Pancho (Francisco) Meliqueo, en 1868;
José Salas Meliqueo, en 1871; Dominga Meliqueo en 1873, Marcelino, en 1874.
A Domingo Meliqueo le agregó el Sacerdote un José (José Domingo) y
Lorenzo Garay o Meliqueo ( a veces Coliqueo) también era su hijo . Tengo
noticias de Marcos Meliqueo o Garay y Pedro Melikeo o Garay (Caniuqueo).
En Los Toldos murió también Inocencia Meliqueo cas. con el capitanejo Justo
Manquillán. Falleció el 28 de nov. de 1827.
MELIQUEO, Franisco, cac. ranquel que vino con el cac. Santiago
Llanquelén a establecerse con él en Junín (F. Federación). Se salvó del tremendo
asalto de los ranqueles en 1838 y se quedó con Mariano Llanquelén. Tomás
Rosas también era capitanejo, porque era hijo del cac. Francisco Meliqueo. Este
fue muerto el 1º de enero de 1842 en una disputa en la que pelearon hasta las
mujeres Fue muerto por el caciquillo Quechudeo. Ese capitanjo Tomás Rosas y
Juan Painequeo no tardaron en entrar en la plana mayor del cac. Ignacio
Coliqueo.
MELIQUEO, Juan, capitanejo boroga que llegó a radicarse entre los
ranqueles de la Pampa. Nació en 1814. Probablemente era hermano de
Meliqueo y Curriqueo. Paricipó en la Guerra Pehuenche y sufrio la suete de los
borogas emigrados a Guaminí. Más tarde sufrió la persecución de la Conquista
del Desierto. Cuando los expedicionarios atacaron a Poitahué en novimbre de
1879, él se escapó. E Cnel. Benito Meana en su “Libro de Oro” (sic), su
biografía, ed. Bs.As 1944 p. 29, cuenta una anécdota de la Campaña del
Desierto. Unos 70 indios ranqueles habían rodeado al Cnel. Benito Meana en su
campamento de Monte Arrancado. El Coronel y su indio amigo, el Teniente
Morales tuvieron que abrirse paso “hachando lanzas de los sitiadores”. Casi
lograron tomarlo prisionero. Luego, -dice-, luchó entre campos incendiados con
los indios de Milileo (es decir Meliqueo).
Este capitanejo Meliqueo cayó también en la red del
Conquistador; no sé ni cómo ni dónde. Lo cierto es que el 11 de agosto de aquel
memorable (triste) año 1879 fue bautizado en la iglesia del Pilar en Buenos
Aires, junto a otros caciques prisioneros. Tenía entonces 65 años y está anotado
como indio chileno (Mariano A. Espinosa: Diario del Capellán de la Expedición
de 1879 Bs. As. 1968 p.91). Según G.A. Terrero : Caciques 1974 p. 91, Juan
Meliqueo habría sido más tarde poblador en el Sur y ha muerto en 1885
peleando por su libertad y por su tierra en Río Negro.
MELI TACUM, 1726, uno de los principales caciques araucanos. Asistió
al parlmento de Negrete con 160 cciques el 13 de febrero de ese año,
procurando concluir la sublevación general en la Araucanía.
MELIÚ, Luis, 1880, capitanejo de la tribu de Melinao en Bragado.
MELIÚ, Pedro (o Melín) cac. boroga incorporado a la tribu de Coliqueo
en 1862, donde dejó larga descendencia. O sea del cacique Pedro Meliú y doña
Gellayquen y especialmente de su hijo, el capitanejo Calfuiñ (1836 – 1885). De
él puedo contar la historia del rapto para casarse, de su casamiento y de su
historia familiar:
Petrona, la que había sido declarada “domo”, amaba desde tiempo al
hijo de Pedro Meliú y de Gelay Ken. Calfuiñ, “El Tigre plateado”, que era su
sobrenombre, era valiente y leal que, aún no llegado a los 25 años, fue
declarado capitanejo con sueldo de la Confederación. En 1858 tenía 22 años.
Con frecuencia venía a hablar a Petrona en el toldo del capitán Levipán, su
padre; y su madre, Rosa María,empezaba gustosa a cebarle mate. Rosa María
era una de esas cautivas puntanas que no quiso volver de las tolderías. Su toldo
era el más limpio de todos y bien ordenado, como sabían tenerlo las “ñuquées”
(madres). Enterados el padre del muchacho, don Meliú y doña Gellaquén (que
era su madre), le dijeron a Calfuiñ que estaban conformes que se casara con
Petronita López, porque era rica como ellos y de mucha influencia en el
parlamento.
Calfuiñ Carranza convino con los padres de Petronita López acerca del
tiempo de enlace (ñi curegüey) que la bonita maillén (doncella) esperaba y
pedía con mil besesos. Convino también sobre el dote que ellos aceptarían en
pago; porque para los araucanos es un contrato con garantías.
Casarse (curegn) implicaba para ellos dos cosas: el rapto o robo de la
maillén y el pago en presencia de los parientes, en solemne cahuín (reunión), Si
el piñom (el varón) hacía el rapto contra la voluntad de los padres, éstos
exigían más paga o declaraban la maloca contra él y los suyos. Cinco vacas y
dos yeguas con ponchos (chamales) y prendedores (tupú) para los viejos (pu
ngenque) no era mucho para el “Tigre Plateado”, pues en los últimos malones
los indios se habían hecho ricos.
Un día tempranito, apenas apuntaba el sol de septiembre, se detuvieron
tres jóvenes jinetes junto a la entrada del toldo de Levipán. Calfuiñ fue el
primero que entró en el toldo, sin llamar. Fue derechito hacia su amada que
estaba tendida sobre unos quillangos. La alzó, la llevó y la colocó en ancas de
su caballo, sin que nadie dijera palabra, ni los padres la defendieron. En
desenfrenada carrera se alejaron los cuatro hasta desaparecer de la vista de los
moradores del toldo. El rapto de la novia, aunque todo estuviera prevenido, era
un rito sagrado del casamiento.
Tres días quedó Petrona ausente de su hogar, hasta que, con un presente
el raptor la devolvió. Su suegro entonces lo convidó para el almuerzo. Tuvieron
largas conversaciones que el hermano de Petrona, llamado Victorino Nahuel (el
Tigre) compartió animado. Hablaron de política, de malones y de algunas
hazañas, de todo, menos del casamiento., pues esto también era rigurosa
costumbre. Victorino López Nahuel (en algunos documentos José Victorino
López) fue más tarde el más íntimo compañero del “Tigre Plateado”, siendo
capitanejos los dos de las tropas del cacique y coronel, don Ignacio Coliqueo.
Si no murió en un combate, sucumbió por la viruela, el año 1868. Andrea e
Isabel, sus hermanas, eran a la sazón bonitas indiecitas y Remigia, una
“guaguá” de cuna.
Celebración de las bodas
Por la luna llena de octubre, tuvo lugar la fiesta para celebrar el
enlace. Calfuiñ y sus parientes se dirigieron al toldo de Levipán llevándole
presentes. A su entrada esperaban los parientes y amigos de la novia, todos con
prendas de fiesta. Se saludaron con muestras de mucho afecto. Según las
antiguas costumbres (ad mapu) los hombres trataron arrancar al padre con
múltiples “razones” el consentimiento para que Petronita se casase con el
“Tigre Plateado”, mientras que las mujeres rodeaban a doña Rosa María. ¡Qué
elegancia de palabras! Y toda una música en el “mai mai, pipi feillechi”(si así;
bueno)
Entonces clavaron en el patio dos largas lanzas de tacuara, adornada la
una con una cintita celeste. La otra, de color punzó.
Tendieron al lado de ellas un cuero de carnero negro y otro de lana
blanca. Sentaron a Petrona cerca de este cuero y a Calfuiñ, cerca del otro y
toda la concurrencia se colocó como en un paramento para escuchar las
reflexiones que los padres, los abuelos y la machí Úrsula Mancé les hacían
para explicarles la gravedad de su contrato y las obligaciones de una buena
mujer. Los dos asintieron a esos discursos. Y luego comenzó la comilona, la
música y el baile qe duró hasta entrada la noche.
Pero ahí no concluyó aún la ceremonia. La fiesta de bodas
(Güeycuregüén, se celebró al otro día, cuando no faltaron ni hombre ni mujer,
ni viejo ni niño; hasta los rengos y enfermos se hicieron llevar al gran cahuín.
No es de describir la abigarrada muchedumbre ni toda la fiesta, como
era gente rica, tuvo magnificencia y esplendor. Fue una fiesta de elevación
religiosa para ellos, y terminó en escenas carnevalescas.
En sustancia, la ceremonia inicial habrá sido así: comenzó con la
entrada del cacique en el recinto. Allí Calfuiñ y los suyos entregaron a don
Meliú y a la mamá Gellayquen y a los hermanos de Petrona las vacas, mantas,
alhajas, más abundantes de lo que se había convenido. Muchos trajeron
regalos: pavos, lechones, carneros y mucho “pulcú” (chicha o vino) o grapas
traídas de algún boliche.
Trajeron también hasta el recinto una yegua blanca y una vaca; las
mujeres victimaron la yegua, mientras se musitaba una antigua oración. La
machí le extrajo el corazón aún palpitante y lo cortó en muy pequeños
pedacitos que se repartieron a cuantos estaban presentes; y lo mismo se hizo
con la vaca. Esto simbolizaba la unión.
La función religiosa terminó con una extraña procesión, como se hacía
en otras reuniones de carácter sagrado. Luego bailaron y bebieron..(Ver
Diccionario Mapuhe español comentado de Esteban Erize, Universidad
Nacional del Sur 1960)
Historia de una familia:
Petrona y Calfuiñ eran felices. A la primera hijita le dieron el nombre
Andrea. ¡Qué alegría cuando empezaba a decir “Ñuqué (Mamá o madre) y
Chao o chachay (padre o papá)! Tres años más tarde, en 1864 , nació Cecilia y
en el turbulento año 1872 nació Gabina. Cro que tuvieron algunos hijos más.
“El Tigre plateado”fue un valiente capitanejo, hacendado y soldado, y
fue uno de los primeros que se cristinó en la Tribu de Los Toldos.. En 1875, el
misionero doctor Pablo Emilio Savino, estableció entre ellos una misión para la
tribu de Coliqueo. Calfuiñ bien pronto fue su mejor amigo. Era hombre
honrado y gozaba más que todos la estima del cacique Simón Coliqueo. Era un
indio “ladino” en su primera significación; es decir, sabía el castellano casi
como el idioma mapuche. Desde los primeros días de la presencia del misionero
los “Carranza”mostraron su interés por la religión católica. Las niñas Andrea
y Cecilia fueron las primeras en bautizarse, el 1º de enero de 1876. El mismo
capitanejo acudía dos veces por día a la capilla para aprender oraciones y
para preparqarse para el santo bautismo. Aún más: hacía de traductor para el
Padre y le corregía la versión del catecismo en idioma indio (bilingüe) que allí
estaba redactando y que luego lo hizo imprimir en la Editorial Coni de Buenos
Aires. El 4 de junio de 1876 fue nuevamente un día feliz para “el Tigre
Plateado” y Petrona López. Muy emocionados recibieron el santo bautismo y
luego el sacramento y la gracia del sacramento del matrimonio cristiano.
¡Qué contraste entre la ceremonia sencilla en la capilla de la Tribu y la
fiesta en rito mapuche años atrás! Quizás por consejo del misionero, quien era
muy devoto de san José, Calfuiñ asumió en el bautismo el nombre José, al
recibir el santo crisma de la confirmación.Y así seguía firmando como
capitanejo José Carranza Calfuiñ hasta su muerte, que ocurrió el año 1885.

MELIÚ, Pérez pues Pérez es nombre. Ignoro si ha sido cacique


Estaba casado con Margarita Allén o Calderón. Sus hijos o hijas se
casaron con familias de familiares de la nobleza araucana de la tribu de
Coliqueo. Faustina Meliú , nac 1847; casada con Miguel Epull
Carranza (7 hij.)
y cas. con Antón Coliqueo (11 hijos, por ej. Eustaquio Carranza
Meliú, Teresa cas. con Cirilo Baigorria Rinque (5 hij. P.ej. Máximo)
Meliú, Rosa nac. 1866 cas. Carranza hija: Dionisia Carr. Solt. 2 h.
Meliu, Rosa nac 1874 cas. con capitanejo Francisco Tener (9 hijos)
Meliú, Andrés, cas. con Alejandra Huenchual
Meliá, Antonio cas. c. Juana Guayaquil y Juana Huenchual
Meliú, Agustina nac. 1864 cas.c. Ponce Cayupán y Antonio Coliqueo
Meliú, Juliana nac. 1862 cas. c. José Salas (Catriú)
Con el apellido Carranza tenemos muchísimas anotaciones genealógicas

MELLADO, Felipe, capitanejo huilliche (1790-1830, dice G. Terrera) en


1806 era teniente del ejército chileno. Expresó a Don Luís de la Cruz que su
padre había sido huilliche. Había nacido en los Pinares de Cunquitra por
casamiento entre los pehuenches.
MELLADO, 1879, capitanejo huilliche dice J. Raone en su libro I de
Fortines p. 132.
MELLADO – QUILAPÍ, es una de las 23 agrupaciones indígenas
actuales en el Neuquén, cuya reserva en Mellao ha sido reconocida en 1864 por
decreto del gobierno de la provincia de Neuquén.
MELLBAUS, 1879, cac. pehuenche del Neuquén que fue derrotado por
las fuerzas expedicionarias al mando del General Ortega, el 9 de enero de 1879.
En el parte se mencionan los caciques Purrán, Udalmán y Tranamán. En la
refriega murieron muchos, señal que han peleado para vender caro el cuero. Les
quitaron haciendas y familias. (Olascoaga I. p. 137 ss)
MEUPAILLÁN, 1787, cac. pehuenche presente en la Guerra Pehuenche
en el sur de Malalhué.
MENCAL, 1810, cac. pampa que se encontró el 2 de noviembre con el
Cnel Pedro A. García en su expedición a Salinas Grandes. Lo menciona en su
Diario (De Angelis 1910, III p. 229)
MENCÓN, 1783, cac. auca, contrario a Chulilaquín, dice B. Villarino en
su Diario (en De Angelis IV p. 580)
MENCU ANTÚ, 1825, cac. pampa (prob.), que asistió con 40 caciques al
parlamento que convocaran los hermanos Oyuela en nombre del gobierno de
Buenos Aires (En :Mensajero Argentino Nº 14, 3.1.26) ETIM. Pez dorado
MENESSES, José, 1848, capitanejo ranquel de la tribu de Santiago
Llanquelén en Junín. Allí nació poco después del desastre del Morote, en que
fue atacada y masacrada la tribu de Junín. En 1838. 1862 el resto de la tribu fue
incorporado a la tribu de Coliqueo que estaba por radicarse en la Tapera de
Díaz, en Los Toldos (Gral. Viamonte) Allí se casó con Salustio Rosas (Clahuán)
de la misma procedencia. El apellido es español.
MENGUELAO ver Manquelao
MENO LAO, 1877, capitanejo ranquel. Tropas nacionales le
sorprendieron, atacando sus toldos en la laguna La Amarga (La Pampa). Le
mataron 20 y se llevaron 32 prisioneros (AEM :3.1.77)
MENQUEUNAI (Mancú vunai), 1673, cac. huilliche (poya). El Padre
Mascardi lo visitó en el paraje Tücü Malal (más tarde Teke Malal), sobre el lago
Nahuel Huapí.
MENQUEUNAI, 1716, cac. huilliche en el mismo punto que el anterior,
mencionado por el Padre Guillermo. Este misionero murió envenenado por este
cacique traidoramente (G. Furlong: Entre los tehuelches de la Patagonia. Ed.
Theoría BA. 1992 y ed. 1943)
MENQUE NAI (Mancún vunai) 1791, cac. de la zona del Nahuel Huapí.
Allí lo encontró Fray Francisco Menéndez (Fonk: Viajes de Fray F. Menéndez
1791 a Nahuel Huapí ed. 1900 p. 301). 1793 lo halló también la expedición por
la Ciudad de los Césares junto al cac Cayucó en la zona de Bariloche. En el
diario de Joaquín Sánchez en la exploración desde Calbuco hasta Nahuel Huapí
en 1794 se menciona otra vez diciendo: Salió a recibir la avanzada el cacique
Mancomunay” (AGN IX. 16-4-10). Méndez lo denomina puelche, el otro,
huilliche. Se mencionan además (p.301) los caciques Cayecó y Ancapicún.
Parece que el de 1716 no es el mismo de 1791. ETIM: Manque: cóndor; Hanoi:
amigo.
MENQUEO (Menqueu), 1796, cac. huilliche, implicado en la Guerra
Pehuenche. En abril de ese año participó en el malón contra Pichintur en
Malalhué (Arch. Mend. 21.4.96)
MENROY LEVQUÉ, Juan: cac. araucano que el 3 de junio de 1873
firmó el proyecto de tratado de paz en Salinas Grandes (AEM doc. 1232) Es
posible que haya sido chileno.
MEOMTA, 1594, cacique puntano de Chulupte (San Luis)
MEQUENTRE, 1860, capitanejo huilliche del Sur de Río Grande
(Mendoza). Falleció en ese año a la edad de cien años (Rusconi C. IV p. 231).
MERO PICHÁN, 1582, cac del Distrito de Buenos Aires, que por el
repartimiento de Juan de Garay fue encomendado a Juan Martínez.
MICHICAO, 1860, cac ranquel, nieto del cac. Marilef (de 1830) y nieto
de Epumur (de 1810)
MICHI MA LONGO, 1540, cacique principal entre los araucanos de
Chile. Cuando Pedro de Valdivia vino a conquistar “La Provincia de Chile”, el
cac. Michilongo organizó la resistencia entre Copiacó y Mapó. Reunió 11.000
indios del Valle del Aconcagua. El 11 de septiembre se acercaron a Santiago
para echar a los españoles e incendiar la nueva población. Los españoles les
dieron una muestra de crueldad, decapitando a siete caciques a la vista de su
ejército a quienes habían retenido como rehenes. Los indios aterrados, se
retiraron, haciéndoles la guerra del vacío. Diez años después iniciaron la guerra
terrible de Arauco. 200 indios de Maule con Michimalongo y 40.000 mapuches
sobre el Bío Bío. El 22 de febrero de 1550 libraron la batalla de Andalién.
Michimalongo fue capturado y decapitado. (G. de Bibar: Crónica de Chile,
1558, ed. 1961 p.50)

MIEL, Juan, 1862, capitanejo del cac. Juan Calfucurá. Ese año integró
una comisión ante el Gobierno de Buenos Aires junto a los hijos de este cacique
llamados Curumán y Levicurá. En una de esas gestiones de paz ante los jefes de
la frontera, fue tomado preso en Junín, él y sus 40 indios de la comitiva. (AEM
18.13.74). Un año y medio más tarde solicitó el cac. Justo Coliqueo su
liberación, argumentando que era su pariente. En ese momento se hallaba en el
Batallón Provincial, incorporado como soldado. (AEM doc 5057)
ETIM: el nombre puede derivarse de Miguel
MIGUEL (Migl), cac. puelche. El 11 de diciembre de …, Tomás avisó al
Comandante del fuerte Zanjón, que el cacique Güelegüete, en un avance, ha
muerto al cacique Migl, Yati y dos hermanos y cinco indios (Priegue: Rev.
ETNIA Nº3, Olavarría 1966) Yo creo que debía decir Miguel Yatti o Yahatti.
Miguel, José, 1852, cac. pampa, que fue obsequiado en Bahía Blanca por
orden de J.M. de Rosas con muchos otros caciques . Su capitanejo se llamaba
Inaquén. Su nombre aparece una vez más en un documento; en el parte de los
expedicionarios el 4 de febrero de 1879 describiendo el ataque de las tropas
nacionales en Punta Palmar (Olascoaga I. p. 116)
MILA CIQUE o Melatuc, 1677, cac. tehuelche. 1704 estaba sobre el
lago Nahuel Huapí (Furlong, G.: Entre los tehuelches 1943 p.90) y en 1770
aparece entre los caciques pampas de las Pulgas. Melatuc era hermano de
Sacabique (R. Casamiquele: Un nuevo panorama. 1969 p. 39)
MILA MATCANAN, 1585, cac. comechingón de Achala, Córdoba;
encomendado a Mitre (Montes p.65)
MILBA,1810, cac. pampa que el Cnel. Pedro A. García encontró en su
expedición a Salinas Grandes. En su diario (de Angelis III. P. 242) lo señala
como “cacique feroz de aspecto y condición”
MILE LEUCO, 1783, cac. auca que B. Villarino clasifica como enemigo
de Chulilaquín (en de Angelis V. P. 580)
MILI PÁN, 1848, cac. araucano chileno que figura en la lista de caciques
chilenos en Tierra Adentro (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 8)
MILIQUEO ver Meliqueo o Millaqueo
MILQUI ÑIR, 1820, cac. araucano de Colicó. En la Guerra a Muerte era
del bando patriota y obedecía a Venancio Coñuepán (Vicuña Mackenna, ob.cit.
p. 186)
MILLA (o Milla Catreu) 1810, cac. ranquel que obedecía al cac.
Carripilún. Pedro A. García en su diario de la expedición a Salinas Grandes (De
Angelis III. P. 244) dice, que Milla era malo y poco faltó que él, Neuquén y
Coronda lo atacaran.
1859 un cac. Milla estuvo entre los salineros de Calfucurá, pues éste
solicitó para Milla, Pinás y Quentriel un vestuario AEM 1959)
MILLA, 1880, capitanejo pehuenche. Después de la captura del cac.
Purrán, se entregó con 100 hombres al Cnel. Uriburu (Olascoaga II. P. 165 y
184)
Millabozó y Millaboz, 1834 en Masallé se escapó. Lo dice Santiago
Avendaño en sus Memorias ed. El Elefante Blanco Bs.As. 1999
MILLA CAL, 1833, cac. pampa que fue atacado y muerto por los
expedicionarios de Rosas, el 8 de julio de ese año. (AGN X. 27-5-3)
MILLA CAVÉ, 1872, capitanejo ranquel de Baigorrita. Figura en la lista
del P. Marcos Donati) ETIMOL: Cavén: espina; milla de oro
MILLA COYÁN, 1797, cac. araucano de Colhué (Chile). Había tomado
parte en la Guerra Pehuenche. Pero después del tratado de paz de 1797 se
mantuvo fiel; y más, porque cobraba sueldos del gobierno chileno. (T. Guevara,
1910, p. 24)
MILLA CUEL, 1820, cac. ranquel. Ese año se adhirió al revoltoso
exbrigadier chileno J.M. Carrera; pero el 30 de enero de 1821 llegó a Buenos
Aires, acompañado del cacique Felipe Guaychul para solicitar la paz y
prometiendo someterse a los caciques Lienán y Curritripay, quienes habían
celebrado ya en 1819 un tratado de paz; pues decían que estaban arrepentidos.
Se los admitió bajo dos condiciones: Debían devolver las cautivas y separarse
de Carrera. El Brigadier Cornelio Saavedra concertó entonces con ellos la paz e
hizo acompañarlos por el lenguaraz Dionisio Morales hasta su toldería. (Rev.
Historia Nº 7, 1967 p.30) y AGN S.VII Biedma 10-4-13: sept. 1821) ETIM:
Cuel: montón de oro
MILLA CURÁ, 1700, cac. pehuenche, según G. A. Terrera (p.195). Se
conoció también como Millacuya, pero es por la pronunciación de la “r” entre
los araucanos. ETIM: piedra de oro
MILLA CURÁ, Manuel, 1820, cac chileno de Colcura y San Pedro,
Durante la Guerra a Muerte simpatizó con los patriotas. Ya era viejo, dice T.
Guevara (1910 p. 196)
MILLA CURÁ, Juan Vicente, noveno hijo de Juan Calfucurá. Nació en
la Pampa en 1850 y murió el 27 de Abril de 1867 en Buenos Aires, atacado del
cólera. De él tenemos pocas noticias, porque estaba en la sombra de sus
hermanos mayores, respectivamente de los hijos de Namuncurá. Vivió sus 17
años de vida con su padre famoso y tuvo alguna comisión o embajada.
MILLA CURÁ, Lucio, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. Su
nombre se halla en la documentación de la Batalla de Pigüé, que tuvo lugar el
16 de febrero de 1858. Lucio Millacura vivía allí cerca. “El 4 de Febrero se
escapó el indio Moyano de las tolderías de Millacurá, el que se halla acampado
en Huilgüé (lea Pigüé) con un gran número de cautivas y haciendas y con la
fuerza de unos 300 lanzas de pelea, incluso los viejos. Venían de 20 leguas
arriba de los derrames del Arroyo Guaminí. Dijo Urquiza (en pugna con los
porteños) les había comunicado por medio de Calfucurá que se cuidasen de la
fuerza de Bahía Blanca y no temiesen las fuerzas de Azul, Bragado o Mulitas.
Que el indio Cristo había traído el parte. Dijo también que no había peleado,
porque no quería dejar las familias. Que con él estaban Blanquillo, Colecal, y
Cayún” Cita de El Nacional, del 22 de enero de 1858; reprod. Monferran
Monferran: El Ejército de Operaciones del Sur 1962)
El 7 de abril vino el indio José Chico del capitanejo Millacurá de
Guaminí y declaró en los toldos de Catriel lo siguiente: Que el cacique (sic)
Millacurá quería venirse con los indios; que juraba estar bajo las órdenes de
Catriel. Esto declaró también el capitanejo Pichihuincá. El cac. Catriel había
sellado un tratado de paz ya en 1856, hecho que estimuló a varios caciques a
hacer lo mismo. Millacurá fue admitido. El 19 de julio de 1858 entregó a “tres
infelices criaturas, llamadas Angelita, Petrona e Isabel y recibió por ellas 200 $
(AGN X. 19-8-5 f) Lucio Millacurá figura todavía en 1865 en la lista de los
caciques racionados por el gobierno nacional junto con Catriel, Cachul y
Calfucurá.
MILLA CHEU (Millacheo), 1611, cac. araucano de Mouilli, Chile (Gay:
Documentos 1878 II. P. 206)
MILLA CHEN, 1834, cac. boroga que en Asalto de Masallé, en
septiembre de ese año, no había huído (AGN X. 24-8-6)
MILLA VILÚ, 1744, cac. pehuenche que ese año había venido a Luján
para comerciar, acompañado del cacique Güeña Angte (Arch. Gral. Ind. Charcas
317 MILLA FILÚ, 1847, cac. araucano que ha sido racionado en Azul. (Rev.
Azul Nº 2 p. 145)
MILLA VIL, 1860, cac. araucano, que apoyó al “Rey Orellié”
(aventurero francés) junto con el cac. Quilapán. (ver esa reseña)
MILLA GUÁN, 1797, cac. pehuenche de Colicó que intervino en un
gran malón contra los indios de los pehuenches-huillines de Barbarco. El jefe de
la invasión ha sido el célebre cac. Leviñir. (Arch. Mend. doc. 37 de 1797)
MILLA GNERR (o Millagüir), 1782, cac. huilliche chileno del Río
Bueno
El decía saber algo de la Ciudad de los Césares. (De Angelis I. p. 375)
MILLAGÜIR, Francisco 1837, capitanejo boroga patriota como el cac.
Martín Collinao. Había venido a la Argentina con el cac. Melipán (ver éste) En
1837 estaba incorporado al Ejército Argentino (AG. X. 25-5-1)
MILLA GÜIR, Nolasco, 1821, cac. patriota en la Araucanía. El también
participó en la Guerra a Muerte (T. Guevara 1910 )
MILLA GAN, o Millagrán, 1820, cac. pampa que con el grupo del cac.
Quintana quedaron files al Gobierno de Buenos Aires y no se adhería al Gral.
Carrera (AGN S. VII 14-4-3) Su toldería fue destruida por los expedicionarios
de Rosas. Este, en su Diario lo dice en fecha 16 de Julio de 1833: “destruidos…
los de Lupo, Maulí, Painén, Milán y Millagrán.” (AGN X ) En 1830 había
estado en un parlamento con el Cnel. Rodríguez en Tandil (Fernández, Jorge :
historia de los ranqueles 2000 p. 18)
MILLA GUAYQUI o Millaguay, Vicente, 1873, capitanejo salinero, que
firmó también el gran anteproyecto de un tratado de Paz ,cuando Calfucurá
había muerto (AEM doc 1232). En 1875 estaba preso y retenido en Bahía
Blanca. Namuncurá se empeñó mucho para conseguir su libertad. Parece que el
Cnel Cerri lo atendió, pues el 10 de noviembre de ese año le agradece el jefe
salinero y le manda saludos en nombre de Vicente Millaguay.
MILLA GUN, 1890, cac. araucano que acompañó al sabio Carlos
Ameghino e sus viajes por la Cordillera (C. Rusconi)
MILLA GÜELÉN, 1837, cac. huilliche. El 16 de diciembr de ese año, el
Cnel. Del Valle de Bahía Blanca llevó un ataque contra sus toldos, por el que
murieron 93 de los indios de Reuque, Martín, Mullagulén y Guayquinecul
(Comando General del Ej. Vol. IV p. 409)
MILLA GÜENU, 1774, cac. Pehuenche, hermano del cac. Toroñán. Ese
año se han retirado de la frontera (AGN IX. 1-4-2: Escobar 13.9.74)
MILLA GÜÉN, 1797, cac. araucano de Colicó (huilliche). El 8 de
diciembre de ese año tomó parte en el malón de los Curá, llanistas e huilliches
contra la tribu del finado cac. Rayguán de Malbarco (Neuquén), a pesar del gran
parlamento de paz que se había celebrado para pacificarlos y terminar la Guerra
Pehuenche. (Arc. Mend. Doc. 37, 1797)
MILLA GÜEQUÉN, cacique entre los salineros firmó en 1873 el gran
proyecto de tratado de paz (AEM doc. 1232) .1877 era de los principales del
cac. Namuncurá (Anales Museo Hist. Nac. Nº 10.604)
MILLA HUAL, 1851, capitanejo de Calfucurá quien fue obsequiado
entre muchos en Bahía Blanca por orden de J.M. de Rosas. (AGN X. 20-10-4:
20.12.51)
MILLA HUENTE (o Millavente) 1783, cac. araucano, señalado como
enemigo del cac. Chulilaquín, en el diario de B. Villarino (De Angelis V, 1910 .
580)
MILLA IN, 1879, cac. pehuenhe del Neuquén. En esa emergencia de la
Conquista se unía al cac. Reuquecurá. Vivía en Catan Lil. Cansado por las
persecuciones sufridas y a causa del hambre que sufrían se presentó al Tnte.
Cnel Ortega con su tribu, a fines de diciembre de 1882. No tengo más datos,
aunque nos preguntamos:¿Qué pasó después?
MILLA IN CARRICAL, es actualmente una de las 23 agrupaciones
indígenas del Neuquén cuya reserva fue reconocida por ley del gobierno de
Neuquén. El jefe vive a 40 Kilómetros de Loncopué Nor Oeste de la Prov. de
Neuquén. En 2000 la comunidad tenía unas cien familias.
MILLA LAF, 1751, cac. araucano que vivía a cuatro leguas de Mulchén
(Chile). Allí lo visitó el misionero Bernardo Haevstadt (Diario de 1777)
MILLA LAF, 1870, capitanejo de la tribu del cac. Mariano Rosas en
Leuvucó (según la lista anotada por el Padre Donati)
MILLA LAUQUEN, o Millalaf, 1864, capitanejo ranquel que figura en
la lista de Mariano Rosas en 1870 confeccionada por el P. Donati. En 1872, en
otra lista. Carlos Rusconi averiguó que vivía en Trarú lauquen. Que era muy
conceptuado. Estaba casado con una hija del cac. Pichún. También Lucio V.
Mansilla lo menciona en su libre Excursión a los Indios Ranqueles )ed. 1890 p.
573) Un hijo suyo se llamaba capitanejo Huichal
MILLA LEF,, 1850, capitanejo del cac. Calfucurá (Allende: La frontera
y la campaña del Estado de Buenos Aires La Plata 1957 –Tesis p. 14).
MILLA LÉN, 1806, cac. ranquel que De la Cruz nombra en su Diario el
29 de Mayo de 1806. Decía que comerciaba con Mendoza.
MILLA LEU, Juan (Millaleo), 1806, cac. huilliche. Su vasallo, -dice
Luis de la Cruz- fue entre otros , el cac. Lincopay (En De Angelis I. p. 201 y
125). Vivía en la zona de Colicó. 1820 intervino en la Guerra a Muerte,
lidiando en el bando de los patriotas. El 12 de Mayo de ese año, se reunió en
Angol con el Comandante General de las Fronteras, Dn. Andrés Alcázar, igual
que Cayumilla y Colonpillán. Luego se les unió también el esforzado Venancio
Coñuepán (Coihuepán). Éste trajo como regalo la cabeza del cac. Millamar,
aliado del cac. Mariluán, del bando opuesto Poco después fueron sitiados por las
tropas que V. Benavides había reunido. Ante la imposibilidad de poder resistir,
capitularon bajo garantía de vidas, pero esta cláusula no fue respetado. Los
indios de Mañil (Manguín) hicieron un festín de crueldad, aún con los niños y
las mujeres. Allí murieron también las esposas de los caciques angolinos, de
Juan Millaleu, José Quilapí y Pascual Canimir (B. Vicuña Mackenna: Guarra a
Muerte 1972 p. 314 y 316). Millaleo había peleado ya en septiembre contra los
caciques Quilapí y Meligür y peleó más tarde contra el famoso cac. Colipí
(T.Guevara, 1910 p. 155 y 295)
MILLA LEUVÚ, Juan, 1726, cac. araucano que figura en la lista de los
asistentes al parlamento de Negrete (Chile) (F. Enrich: Historia de la Compañía
de Jesús en Chile, 1893 II. P. 138)
MILLA LEUVÚ, 1776, cac. araucano. Estuvo el 8 de octubre de ese año
con el cacique gobernador Levhual y otros caciques reunido en parlamento. El
habló en representación de 14 caciques, porque era considerado como buen
orador (R.Lagos: Historia de las misiones del Colegio de Chillán entre los
araucanos, Barcelona 1908)
MILLA LEMO, 1550, cac. araucano que participó en la gran
sublevación de ese año. En 1563 renovó la Guerra de Arauco junto con las tribus
del cac. Antü Huenú. La sublevación se extendió hasta Mataquito. En febrero y
marzo de 1564 pelearon fuertemente alrededor de Penco (Concepción) en Chile.
Pedro de Villagra defendía la plaza. En un reto a duelo entre Antühuenu y
Lorenzo Bernal del Mercado salieron sin vencer y sin ser vencidos. 1568
Millalemo y Lonconabal rechazaron otro ataque español a pedradas, desde su
púcara de Lincoya y, en 1569, lograron que el General Miguel de Avendaño y
Velazco y sus españoles abandonasen a Arauco y Cañete (M. Campos
Menchaca: Nahuel Buta 1972 p. 60 y 54)
Lemu: bosque de oro o dorado
MILLA QUELEN (MILLALEN) 1872 VER CHICO, JUAN

CACIQUE MILLA LICÁN

MILLA LICÁN, Pablo, cacique, 1800-1860. capitán y teniente coronel


boroga, hijo del cacique Millalicán, tío del sacerdote araucano Fray Francisco
Inalicán, Ord. Franciscana, primo de Pedro Collín y pariente de otro sacerdote
franciscano fray Francisco MiIlapichún. Como ellos y muchos hijos de caciques
fue educado en el colegio franciscano de Chillan (Chile), cuyo archivo
lamentablemente no había sido registrado aún, cuando quise informarme.
Millalicán sabía leer y escribir y era cristiano. Sería el consejero, escribiente y
parlamentario de varios caciques borogas
Había llegado a ser un ferviente patriota, desde la primera hora de la
lucha por la Independencia. En 1816 emigró con otros patriotas a Mendoza, bajo
los auspicios de Juan Ramírez. Se ofreció a San Martín como soldado y dijo en
presencia del Dr.Vera, a quien el gobernador había llamado, que los soldados e
indios que habían servido a la patria chilena, ahora veían con desagrado a los
realistas apoderados de ella; pero que estaban tan decididos por la causa de la
liberación que aguardaban la hora en que asomase la expedición libertadora de
estas provincias para sumarse inmediatamente a ellas. Decía también que aún en
las otras tropas había tanto patriotismo que un domingo por la mañana, en que
se cumplían ocho meses en que estaba preso el declarante, se juntaron en su
presencia tres sargentos y algunos soldados valdivianos y juraron por la sangre
de Jesucristo que se consagraba en aquel día... que habían de pasarse al ejército
de la Patria: así que se asomase a aquel reino, echando al mismo tiempo
innumerables maldiciones contra los tiranos (Pacífico Otero: Historia de San
Martín. I. p. 589-601).
Incluyo esta declaración para poner en duda lo que dice Manuel
Pueyrredón, en Escritos Históricos, (1929. p. 311) afirmando que la causa de su
prisión había sido una provocación al Supremo Director 0'Higgins. Enganchado
en el Ejército de los Andes, conoció a los caciques, oficiales del mismo:
Lincomur de la infantería y a Tamallanca en la artillería. El mismo llegó a ser
teniente de Infantería.
Después de la campaña de Chacabuco y de Maipú, siguió luchando por la
Patria, compartiendo las campañas del Sur o la llamada Guerra a Muerte.
El 8 de diciembre de 1819 escribió desde Coquimbo al gobernador de
Mendoza, que su pariente Francisco Millapichún viajaría a esa para ordenarse
sacerdote (allí, seguramente porque era patriota). Pide al gobernador que
informe también al Padre Inalicán, su sobrino, misionero y capellán en San
Rafael (Mendoza), para que le sirviera de padrino. (A. Simón: Fray Francisco
Inalicán. Mendoza, 1944. p.105)
En 1827 había concluido la Guerra a Muerte en Chile, por rendición de
los realistas. Entonces o antes ya, Millalicán emigró a la Argentina poniéndose
al servicio de los grandes caciques Rondeao, Melín y Cañiuquir, quienes con sus
tribus habían abandonado la Guerra a Muerte para ir a establecerse en la pampa
argentina entre Salinas Grandes y las Sierras de Guaminí. Poco antes, el coronel
F. Rauch había "limpiado" esa zona de pampas en sangrientas expediciones, que
ni Rosas pudo aprobar.
Juan Manuel de Rosas ensayó otra política, pues sabía aprovechar las
circunstancias. Procuró pactar con los borogas en un primer parlamento en la
estancia San Martín. Buscó también un contacto directo con los Pincheiras (con
quienes algunos de los borogas habían hecho causa común), para convencerlos
que abandonaran la causa del Rey. (Comando General del Ejército, ob. cit. IVº.
p. 204).
Millalicán ha de haberse presentado ya entonces al gobernador J. M. de
Rosas, quien reconoció de inmediato lo útil que sería entre los borogas. Jorge
Fernández publicó en octubre de 2000 varias cartas, algunas de él, otras en
nombre de militares, pues su escritura de pluma gruesa es inconfundible. En
septiembre de 1830 Millalicán escribió cartas desde Guaminí al Gral. Rosas y al
Cnel Martiniano Rodríguez en Bahía Blanca.
Transcribo una partecita de una carta de Pablo Millalicána al Gral. J.M.
de Rosas: “..en fin señor, yo estoy trabajando a favor de las paces por evitar
muchos males; estoy ayudando muy empeñosamente a fin de darle honra y
gloria a mi muy amado Gefe y hermano Americano; y permita Dios que yo
merezca darle placer a los demás habitantes de los pueblos y provincias, y en fin
siendo ayudado y favorecido de Dios, seré feliz y afortunado, triunfaré
felizmente delante mis enemigos..”
He leído muchas cartas de Millalicán y es cierto que no deja de ser
salamero y exagerado en sus expresiones, al estilo de los oradores araucanos.
Pero no merece una descalificación como se lo ha dado el Dr. Fernández en otro
trabajo: “El Coronel Pincheira” (en Rev. Nuestra Historia 2000 ) cuando dice
“distinto fue la actitud de don Pablo Millalicán, aquel indio fabulador e
intrigante; gran petardista, que había tomado a su cargo la representación de los
intereses de aquella suerte de Confederación India. Ingenuo, en ocasiones, su
personalidad adquiere, por momentos, visos maquiavélicos. Tómese cuenta con
qué paciencia fue desenvolviendo el complicado ovillo de su argucias e
insinuaciones”
Yo diría, que en mucho asumió el estilo y argumentación de Rosas, a
veces jocosamente. Como la cabra grita en el bosque, así vuelve el eco.
Con fecha 3 de marzo de 1831 Rosas le escribió acerca de ciertos
engaños (AGN. S. VII. Biedma 10-4-14). Engaños y desengaños serán temas
recurrentes en muchas cartas. En una del 2 de marzo de 1833, que le dirigió
Juan M. de Rosas, le dice "teniente coronel", de manera que en vísperas de
partir a la Expedición del Desierto le reconoció el grado militar adquirido en
Chile. Lo mismo había hecho con el cacique Venancio Coñuepáñ y con Juan
Monteros. (AGN, S. X. 27-5-6, p.184)
Durante la expedición combinada al Desierto, Rosas echó manos de los
borogas para que ayudaran a perseguir a los ranqueles de Llanquetruz. No los
mandaba, sino los intimidaba para que lo hicieran. En carta del 7 de Abril de ese
mismo año decía Rosas a su subalterno, expuesto entre los borogas, que
Llanquetruz estaba derrotado (en las Acollaradas). Pero hablaba disgustado del
teniente coronel Millalicán y otro boroga. diciendo: "Si siguen hablando en tono
arrogante, perderán mi amistad. Quiero saber cómo están dispuestos los
caciques." (AEM, Doc. 216)
Entre tanto, los borogas hacían su primera campaña después de haber
tenido un parlamento difícil en Bahía Blanca. El 3 de Junio dieron cuenta de
que Pablo Millalicán había informado a las tribus sobre lo hablado y oído
(AGN. S.X. 27-5-6. p. 455). Y el 6 de Junio Millalicán informó que Cañiuquir y
los indios habían regresado de su expedición contra Llanquetruz. El coronel
Delgado, a su vez. alabó al capitán Millalicán, porque había defendido el punto
de vista del gobernador diciendo a los indios "que era su padre y Señor". Y que
los caciques habían respondido que respetaban a quien trabajaba por la paz. (ib.,
485)
Rosas hacía vigilar a los borogas y constantemente los amenazó con
cartas acerca de que perderían su amistad. Cuando el capitán Rodríguez, en su
expedición a Salinas Grandes, fue atacado y muerto, Rosas se quejó de los
borogas y decía a Millalicán: "Debo creer que no son mis amigos y que sólo
tratan de entretenerme con buenas palabras". Y el 14 de Octubre de 1833 se
quejó de ellos en carta dirigida a Delgado (para que la hiciese conocer a los
borogas). "Ellos y el mismo Millalicán de repente lo ajan y lo desprecian
diciendo qué es ésto y lo otro, y de repente es un santo... a pesar de que es un
jefe de mi dependencia." (AGN, S. V. 25-2-8, y Comando General del Ejército,
ob. cit. Vº, p. 70)
El 16 de diciembre de 1833, Rosas convocó a los caciques borogas de
nuevo a Bahía Blanca. Su edecán Corvalán sostuvo un difícil parlamento con
ellos. Exigía a los borogas que expedicionaran nuevamente contra los ranqueles,
entre los cuales se habían afincado varios caciques borogas con su gente. Ellos
estaban cansados de guerrear. (AGN, S.X. 27-6-1. 7 fojas)
El 19 de Enero de 1834, Millalicán escribió a Rosas en nombre de los tres
caciques más importantes entre los borogas, que no querían moverse ni invadir
ni hacer tratado. Que estaban arrepentidos por el atropello que habían hecho al
cacique Mulato. "Se ha muerto de pesadumbre. ¡Sería tan linda la paz! (AGN.
S.X. 24-9-1). "Rondeao está enojado con los chasques. No pudieron ver a Rosas
y fueron despreciados. ¡Vienen con papeles!, exclamó... ¡Tantos desprecios!"
En Febrero de 1834 Millalicán aún estaba en el campamento del Napostá.
El general Pacheco opinó que los borogas hacían tiempo para conseguir
refuerzos de Chile. Sí, Rosas sabía que venían 2.000 indios, porque él los había
invitado. (Véanse la biografía de Cañiuquir). Millalicán lo sabía y lo dijo en
carta del 27 de Febrero a su primo el cacique Venancio Coñuepán: "¿Cómo han
hecho las paces con los rebeldes de nuestras tierras? Los güincas desean que nos
acabemos los unos con los otros." (AGN. S.X. 24-9-1). (No era tonto.)
En marzo de 1834 marcharon, al fin, unos borogas con los coroneles R.
Maza y Eugenio del Busto, más para explorar los terrenos y los asientos.
Algunos meses después les llegó "el castigo de Dios" que J. M. de Rosas
había deseado y promovido. El 8 de septiembre de ese mismo año fueron
invadidos y atacados por sus enemigos (patriotas) de Chile, encabezados por los
caciques Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta, etc. (Véase lo que relatamos y
reseñamos en las biografías de Rondeao y Melín, en cuanto al Asalto de
Masallé).
De este Asalto de Masallé tenemos noticias, gracias a las tímidas cartas
de Millalicán, porque los matadores de Melín y Rondeao lo llamaron ("había
sido patriota en la pasada guerra en Chile") y le dijeron que no lo atacarían, que
venían con orden de las autoridades de Bahía Blanca. Ciertamente Rosas los
había invitado o admitido, sabiendo que eran enemigos de estos borogas de
Guaminí. El premio de su acción contra ellos (que querían ser amigos de las
autoridades argentinas y vivir en paz) sería no sólo el botín que reforzaron en un
segundo atropello y malón, sino también el permiso obtenido para establecerse
en la zona de Salinas Grandes, ubicación estratégica entre los indios que les
daría un particular predominio en la pampa.
Hubo un gran desconcierto y una grande matanza y fueron atacados
nuevamente, el 13 de septiembre. Muchos escaparon a tiempo y los que habían
quedado, eligieron a Meligur como sucesor de Rondeao. Pasados unos días,
Pablo Millalicán se atrevió a tomar contacto con las comandancias de Bahía
Blanca y de 25 de Mayo.
El 15 de septiembre envió un primer aviso por chasqui y por carta, en la
que hablaba del miedo que tenía de escribir, porque los invasores habían dicho
que las autoridades de Bahía Blanca les habían dado licencia para esto. Le
contestaron con cierto cinismo que dichos chilenos habían venido a declarar
"que su pretensión era llevarse bien con los cristianos, fundando las razones que
les habían asistido para matar a Rondeao... Al mismo tiempo nos exigía nuestro
parecer o aprobación sobre aquel hecho" (sic!)... No crean que Juan Manuel de
Rosas traicione a sus amigos"; y agregaban que esperaban instrucciones. (AGN.
S.X. 24-8-6)
El 5 de octubre. Pablo Millalicán remitió otra carta larga en nombre del
cacique Meligur, informando sobre lo acaecido y acusando a sus propios
hermanos que los habían abandonado. Pidió auxilio a la división de Bahía
Blanca. Decía que estaba enfermo; que tenía granos y le dolía ir a caballo en
pelo, que apenas podía escribir... (AGN, S.X. 24-8-6)
El 7 de octubre escribió al coronel Manuel Delgado en 25 de Mayo,
diciéndole que hacía seis días le había escrito con su primo Pedro Collín.
Informa cuántos caciques estaban reunidos y cuántos ausentes y agrega que
incluso de Chile querían venir para vengar la muerte de sus caciques generales.
Asimismo se queja que los habían engañado en Bahía Blanca y pide 150
"tiradores" (hombres armados de fusil).
El mismo día, 5 de Octubre. Rosas había dado la orden de mover las
fuerzas de Bahía Blanca y de 25 de Mayo, que reuniesen a los borogas para que
marcharan contra Calfucurá y los ranqueles. (Por supuesto, el primero estaba
sobre aviso y no se hallaba allí, en Salinas Grandes.)
Pablo Milialicán, previendo con pesar nuevos sufrimientos y muertes,
escribió a Rosas, aconsejándole que desistiera de la expedición. Este le contestó:
"¿Cree que me haya vuelto loco? ¡Nadie me trata de ese modo! ¿Por qué
los mantengo? ¿Por amistad o por miedo? Si andan con esas majaderías me
aburrirían y entonces, sí que conocerán lo que pierden con perder la amistad de
su fiel y buen amigo." (Copia existente en AEM, Caja 1. Doc. 94).
Así. el 25 de octubre de 1835 partió la división de Bahía Blanca a las
órdenes del coronel Zellarrayán, 300 hombres y 60 indios, amigos de Coñuepán.
Desde Tapalquén salieron 400 borogas a las órdenes del teniente coronel
Pablo Millalicán con el cacique Meligüer y Guayquil. Desde 25 de Mayo, el
coronel E. del Busto con el cacique Cañiuquir y su escuadrón. (AGN. S.( V) X.
28-7-4 y La Gaceta, 1.12.34).
Rosas recibió dos partes, fechados ambos el 11 de Noviembre de 1834 en
Salinas Grandes que no concuerdan uno con el otro; además contienen
correcciones de mano de Rosas. En ellos se dice que Calfucurá había huído y
ellos habían hecho más de 200 prisioneros. (AGN. S. X. 24-8-6).
La expedición en realidad, se dirigió contra los ranqueles y contra
aquellos borogas que se habían refugiado entre ellos. En la marcha atacaron, el 3
de Noviembre. la tribu de Antivil, Cheuquelán y Mariqueo. Allí hicieron esos
prisioneros y un rico botín. El ataque estuvo a cargo de los indios de Bahía
Blanca de Venancio Coñiupán (el viejo enemigo en Chile). El cacique Cañiuquir
se opuso a tal acción y de ninguna manera quiso atacar a sus paisanos ni a
parientes.
El 23 de Noviembre acusó Rosas el parte del edecán Corvalán (ib.X. 24-
8-6) y el 29 del mismo mes felicitó al coronel M. Rodríguez por la exitosa
campaña.
En el transcurso del año 1835, Rosas obligó a los mismos borogas de
Guaminí a emprender una tercera, cuarta y quinta expedición contra los
ranqueles. Después mandó a las tropas de Bahía Blanca atacar a los indios de
Cañiuquir (en dos ataques) y destruir su tribu, el 26 de Abril de 1836. Pocos
meses después, el 24 de Agosto de 1836 del mismo año, cayó un malón de
venganza sobre la tribu de Venancio Coñuepán, del vecindario de Bahía Blanca,
que la dejó muy reducida. Millalicán tenía razón, cuando decía que "los güincas
deseaban que se acabasen los unos con los otros".
Me llamó la atención que en los partes de las últimas acciones no
aparezca el nombre del teniente Pablo Millalicán. He pensado que se había
alejado del escenario a tiempo. Quizás estudiando y comparando las letras de
cartas posteriores de Salinas Grandes podría darnos una nueva pista. Santiago
Avendaño dice en sus Memorias p. 45, que en 1837 acompañó como intérprete
al cacique Bernardo Namuncurá (Hno. de Calfucura) para concertar con el
Gobernador J.M.de Rosas un tratado de paz y que tuvo mucho éxito.
Manuel Pueyrredón, en Escritos Históricos ( Buenos Aires, 1929), afirma
que en 1860 ha concluido sus días en Buenos Aires.

MILLA LUÁN, 1792, cac. pehuenche entre los huilliches que actuó en la
Guerra Pehuenche. El 3 de junio de ese año fue muerto en Vuta Coifín, junto a
los caciques Llancán, Quilapí, 58 indios y 12 indias; 160 fueron apresados por la
expedición de F. Ezquivel Aldao, que operó al Sur mendocino, hasta Zapala
(Diario de F. Ezquivel, publicado en Rev. Junta Est. Hist. de Mendoza VIII.
Batalla del Río Picún Lebuín 1792)
MILLA LUÁN, 1872, capitanejo pehuenche. Fue representante del cac.
Purrán, cuando éste hizo el tratado de paz, el 27 de agosto de 1872 en San
Rafael (Mendoza). Pocos meses antes, el Gobierno chileno les había ofrecido un
pacto de amistad (AEM.doc 1181/ 1182 y arch., Mend. Carp. 123 doc. 43) Por el
tratado se les garantizó la posesión de las tierras al Sur del Río Neuquén. 1876
se registró la información que Millaluán y Tranamán (huilliche) y sus dos
cientos indios lanceros habitaban a la derecha del Río Barrancas, afluente del
Río Colorado, en el Paso de la Laguna Maule y que hacían negocios vendiendo
hacienda a Chile (Olascoaga IV 42). Estaban fichados para la Conquista del
Desierto.
El 18 de Noviembre de 1878 los atacaron tropas nacionales (ib. IV. P. 92).
Olascoaga dice que habían atacado al Tnte. Tejedor. Un documento del archivo
de Mendoza (doc 1355: del 30 de noviembre de 1878) dice que Tejedor atacó y
aprisionó a los caciques mendocinos: Juan Díaz, Viló y su hermano José
Dolores Vilú y que llevaron a los mismos al Fuerte San Martín (Neuquén); que
mataron al cac. Millaluán y diez más. El periódico mendocino El
Constitucional del 4 de febrero de 1879 habla de una expedición de Ortega
contra Curaleo, afluente del Neuquén y de un encuentro habido el 9 de enero en
que tomó 35 prisioneros y mucha hacienda de los caciques Udalmán, Tranamán
y Millaluán. Las tribus se habían fugado. Decía el informe que en la región
había muchos chilenos con autoridades propias. En realidad esa zona de los
picunches fue zona de disputa ya en el siglo anterior. Millaluán murió en la
batalla, en Salinas de Nathuncó (Olascoaga, IV p.92) después de haber intentado
en compañía de unos 500 indios pehuenches, el rescate de su gente aprisionada
en el Fuerte Cuarta División.
MILLA LLECÚ, capitanejo pampa del cacique Juan Catriel IV. 1857
presidió una comisión por el tratado de paz que se estaba preparando
(Avendaño, Anexo)
MILLA MAIN (Millamanque), 1796, cac. Pehuenche-huilliche de la
agrupación de Barbarco. Intervino en la Guerra Pehuenche con los jefes del Sur
luchando con los de Malalhué y sus aliados de Mendoza. Éstos apoyados por el
Gobernador José de Amigorena y sus tropas fronterizas les llevaron varios
ataques. Durante la expedición de 1788, F. Esquivel Aldao y sus indios amigos
llegaron, el 21 de febrero a Treca Malal (Corral de los Loros). Allí saludaron
ceremoniosamente a los capitanes Antemil, Millamain y Matamala con sus
escaramuzas de alegría. Luego fueron a la toldería de Pichintrú, donde hubo
gran regocijo y recibimiento (C. Rusconi: Poblaciones Pre y Posthispánicas I,
1961 p. 402). Hubo entonces un motivo particular para renovar las rencillas
viejas: Un sobrino del cacique Gobernador de Malalhué, el cac. Pichintur, fue a
casarse a lo del huilliche Millamain. Disgustado Pichintur, fue a maloquearlo. El
Gobernador de Mendoza, noticiado del acontecimiento, convocó a los caciques
pehuenches a un parlamento a San Carlos. Sólo pocos se presentaron: el fiel
Canuguán, Roco, Llanquín y tres capitanejos, en representación de los demás
caciques. Amigorena reprochó la conducta de Pichintur; le culpó además la
muerte del cac. Pellón y exigió la devolución del botín traído de la toldería de
Millamain. Pichintur no se conformó a lo ordenado. Amigorena convocó
entonces a otro parlamento en diciembre, del cual resultó la resolución de una
nueva expedición contra los indios del Sur (10.1.96) (arch. Mend. Doc 15 de
1795, carp. 19 y N. Sosa Morales: El muy magnífico Señor Don José F.
Amigorena, cap. X)
La expedición estaba a cargo del Comandante Francisco Barros. Su diario
(Arch. Mend. Carp. 2.20 doc. 20) señala lo que tratamos de resumir en la
biografía del cac. Rayguán. Lo batieron el 10 de enero de 1796. Pero tres meses
más tarde, en el momento en que Pinchitur había vuelto de un viaje a Chile,
Rayguán y sus indios, ayudados por los caciques chilenos Calfiqueo y
Coñuemain, cayeron, el 6 de abril de ese año sobre la toldería de Pichintur,
hacienda mucha mortandad y mucho daño. Entre los muertos se contaba en
primer lugar los caciques Pichintur y Millamain, uno de los caciques atacantes.
(arch. Mend. Doc. 21)
Los Malargüenches en presencia del Comandante Gral. Amigorena
juraron vengarse. Éste entonces, preparó su séptima expedición al Sur. El 27 de
Mayo de 1797 el Comandante Esquivel Aldao informó que en Barbarco había
tenido un nuevo choque entre los indios de Millaguín (sucesor de Pichintur) y
Millamain (ib. doc. 30) y con el cacique Hingamain. Los invasores no pudieron
llegar hasta los toldos de Barbarco, pero unos chilenos aprovecharon, entre
tanto, para robarles allí. Luego corrió de nuevo la voz que los sureños estaban
preparando un nuevo malón. Entonces los indios del Norte (Malalhué), sin pedir
licencia al Gobernador y en pleno invierno (14.7.97) salieron a expedicionar al
Sur, en prevención bajo la dirección del flamante cacique gobernador
Millagüín, y a solo tres días de marcha batieron a sus enemigos, haciéndoles
gran matanza. En sus manos pereció el cac. Gobernador Rayguán, Ingamain y
Millamain (Arch. Mend. Doc. 32)
MILLA MAIN, 1820, cac. Pampa, quien, como el cac. Nicolás Quintana,
no quiso hacer causa común con el rebelde Exdictador chileno José M. Carrera.
(Comandancia Gral. del Ejército Vol. III p. 216).
MILLA MÁN (Millamanque), 1850, capitanejo ranquel que obedeció al
cac. Llanquetruz (hijo) en Poitahué. 1854 se incluyó en el tratado de paz que
los ranqueles hicieron con el Gobernador de Córdoba (Arch. Cord. Secc. Gob.
1854)
MILLA MAN o Villamán, 1874, capitanejo de Reuquecurá en Neuquén.
Vivía al pie de la Pampa de Lonco Luán, en el valle de Quila Chanquil, al sur
del lago Aluminé. (Félix San Martín: Neuquén, 1919 p. 143) .1874 ya era viejo.
Es posible que se pueda identificar con el arriba mencionado. Tenía cuatro
mujeres, a pesar de su mucha edad. La preferida se llamaba Aillá Calquín,
hermana del cac. Guzmané, gobernador de los pehuenches mendocinos, que fue
muerto cruelmente en 1846. De esta mujer tenía mellizos varones. Una de sus
hijas se llamaba Mari Rayén (10 flores) , que fue muerta en una reyerta en 1876
(ib. 176). Este cacique cayó también bajo la ley de la Conquista del Desierto. En
Noviembre de 1882, durante la Campaña de los Andes fue atacado por el Cnel.
Ortega, y perseguido al igual que los indios de Reuquecurá, Inacayal y
Namuncurá. Según el parte del Sargento Torres Ibáñez murieron tres capitanejos
y 364 indios y 1721 fueron tomados prisioneros, entre los cuales se contaba dos
caciques y cuatro capitanejos. Existe una foto de Villamain y su gente en AGN
B.123,817; B. 114.926 y toldos 116.134.
PICHI MILLAMÁN (hijo), capitanejo picunche. El mismo historiador
F. San Martín cuenta que otro Pichi Millamain había vengado la muerte de su
padre, matando al cacique Guzmán (1846) Creo que no es cierto. Más tarde se
ha entregado al Ejército Nacional con quienes tuvo que luchar contra los propios
picunches. Éstos lo agarraron en un ataque y lo lancearon cruelmente.
MILLA MAR (quizás Millamán), 1819, cac. araucano realista, que
durante la Guerra a Muerte luchó como aliado del cac. Gobernador Mariluán
(B . Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 114). El cacique Venancio
Coñuepán, jefe de los indios patriotas, lo degolló y llevó su cabeza
triunfalmente a Angol para regalarla al Comandante General A. Alcázar y Ruiz,
el 29 de agosto de 1819.
MILLÁN o Millaín, 1787, cac. Pehuenche o puelche que vivía entre los
pehuenches. Figura ese año en la lista de los indios amigos del cacique Goico, al
Sur del Río Diamante (Arch. Mend. Doc 24: 1787).
MILLÁN, Don Pedro (o Millahuán), 1740, cac. “pampa carayhel”, uno
de los fundadores de la Reducción Jesuítica en la pampa, llamada Nuestra
Señora de la Concepción (Lozano, Historia 1740 p. 373)
MILLÁN, 1774, es llamado cacique ranquel maldito como Cateucapú,
Guayquilauquen y Toroñán, en conflicto con Nahuel Payún.
MILLÁN, Nicolás, 1819, cac. Principal en el parlamento convocado por
Feliciano Chiclana en la toldería del cac. Lienán, en noviembre de 1819. Allí
juraron el tratado de paz propuesto. 1820 no se adhirió a la guerrilla del Ex
General chileno J.M. Carrera, sino se pronunció a favor del gobierno de Buenos
Aires, junto con el grupo de caciques pampas que obedecían al cacique Nicolás
Quintana. En Julio de 1824 siete caciques, entre ellos Millán, se presentaron al
Gobernador de Córdoba, solicitando un tratado de paz general, porque el
gobernador les estaba peleando. Los caciques Nicolás Millán, Nahuel y Quintuy
se ofrecieron quedarse como rehenes, mientras se hiciera las gestiones
pertinentes. Pero esas gestiones del gobernador Bustos iban lentas (M.Rivas:
Melincué, 1968 p. 12) En abril de 1826 se convocó a un parlamento general
sobre el Arroyo Epecuén al que pudo presenciar este cacique. Se incluyó en el
tratado también a los indios borogas inmigrados (AGN X. 27-7-6). Ya antes, el
20 de diciembre de 1825 Millán figura entre los primeros caciques que se
habían congregado en el parlamento de paz sobre la laguna del Guanaco para
concertar el tratado general con tres provincias. Millán figura como Nº 1, Epuán
y Güenín protegieron la comisión cristiana con 1000 indios. 1830 estuvo
también en el parlamento de Tandil con 32 caciques y capitanejos.
(Fernández, J. 2000)
Pero en 1833 fue perseguido a raíz de la Expedición combinada al
Desierto. Rosas en su Diario anota para el día 16 de Julio (en los originales del
Archivo General de la Nación p. 112) que han sido destruidas las tolderías de
Lupo, Loncará, Calrén, Painé, Milán y Milagrá, etc. El 9 de agosto se informó
que en la isla Choele Choel había tres caciques; pero se escaparon a los
perseguidores: Tumuñá, Painé y Millán. Los alcanzaron, sin embargo, el 21 de
Agosto. Millán y Pichilonco y 9 se tiraron al agua; se ahogaron o fueron
muertos. Al cac. Painé tomaron prisionero junto con 76 indios de pelea y 110 de
la chusma.
MILLA NAGÜEL o Millanaquel, 1770, cac. serrano, dueño de indios
tehuelches, según reza una información del cantón del Zanjón de octubre de
1770: “Flamenco tiene 170 tehuelches y 1000 serranos al otro lado del Río
Colorado que le dejó el cacique Milán Aquel (es Millanaquel ) (AGN IX 1-5—
9) Millanagüel había invadido a la zona de los aucas por haber hecho paces con
los españoles y parece que murió en la batalla.
MILLA NAMÚN, Ignacio , 1751, cac. araucano que vivía en Dumco
(Chile). Allí lo visitó el misionero Bernardo Haevstadt. (Diario del R.P. ed.
1777)
MILLA NAMÚN, 1820, cac. araucano de Trihue Lemu. Participó en la
Guerra a Muerte en el bando de los patriotas con el cac. Colipí (T.Guevara 1910
p. 134). Después del rudo golpe sufrido el 2 de Mayo de 1820 en Talcahuano,
buscó un convenio de paz.
MILLA NAMÚN, (Millanamón), 1819, cac. ranquel. El 19 de
noviembre de ese año asistió al parlamento que convocara D. Feliciano
Chiclana en la pampa; el 20 de diciembre de 1825 estuvo presente en el
parlamento de la Laguna del Guanaco. No sabemos más de él.
MILLA NAMÚN, 1875, capitanejo de la tribu pampa de Catriel.
También de él tenemos pocas noticias. Debemos recordar lo que ha vivido esa
tribu en Azul y Tapalquén, sabremos que ha sufrido mucho. 1875 se había unido
con el gran malón de los indios salineros y catrieleros, ante manifiestas
injusticias. Y sufrió también la gran persecución del Avance de Alsina hasta que
se entregó con su gente que le había quedado, el 31 de marzo de 1878. Traía
consigo 658 indios de la tribu acéfala que perteneciera a los caciques Catriel.
(Periódico La América del Sur, 31. 3. 78)
MILLA NÁN, 1798, cac. pehuenche que participó en la Guerra
Pehuenche en los vaivenes de los malones y expediciones En junio de 1798
participó en el parlamento de San Carlos que debía sellar definitivamente la paz
entre los indos pehuenches de aquí y de allí, del Norte y del Sur. (Arch. Mend.
Doc. 43 y AGN IX 26-2-9)
1806 lo conoció Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa. Le decía
el cacique que tenía su casa en Michingelú, un poco al Oeste de Loncoche. Le
dijo también que esa zona era muy poblada: Aquí hay indios como arena”. Un
hermano de él se llamaba Numu Gurri (Namún gnerr) que fue asesinado en
Santa Catalina por un español. ETIM Nán es prob. ñancú y de
oro o valiente
MILL NAO, 1797, cac. pehuenche de Malalhué a quien le tocó también
participar en la Guerra Pehuenche, fines del siglo XVIII, Lo conocemos por las
listas de los caciques presentes en los distintos parlamentos: del 12 de octubre
de 1797; del 31 de Mayo de 1798 (Mend. Doc. 43) y del 4 de Julio de 1799
(Arch. Mend. Doc. 46).
En 1801 se lo ha visto en Mendoza peticionando que les diesen a los
pehuenches “un nuevo Capitán de Indios Amigos”, Los documentos dicen
también que su hijo homónimo ha sido reconocido como capitanejo. Morales
Guiñazú en su libro: Los primitivos habitantes de Mendoza 1938 p. 76, afirma
que el cacique Marcos Goico quería matar al cac. Millanao, porque éste había
muerto a su hijo,
MILLANAO (Sánchez Millanao). 1874, capitanejo del cac. Manuel
Namuncurá en Salinas Grandes. El 11 de marzo llegó con una comisión del
cacique a Junín, donde tomaron presos a tres comisiones de paz (AEM. Nº
6669)
MILLANAO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas en
Leuvucó. Figura en la lista de los oficiales que anotara el Padre Marcos Donati.
Lucio V. Mansilla lo nombra también en su libro :”Excursión a los Indios
Ranqueles”, ed. 1890 p. 575.
MILLAN CAL, 1833, cac que fue muerto durante la Expedición al
Desierto (Diario de J.M. de Rosas, ed. 1965 p. 184) ETIMOL: Cal: pelo ;
Milla: de oro,dorado.
MILLAN CÓ, 1801, cac. pehuenche que visitó al Gobernador de
Mendoza.
MILLANCHE, 1873, capitanejo del cac. V. Pincén (Figura en el tratado
de paz de éste)
MILLANEN, 1806, cac. pehuenche. Luis de la Cruz habla de él en su
Diario de su viaje por la Pampa. Dice que la mujer de él era la viuda del famoso
capitanejo Tricao. Había sido cautivada en un malón. Tricao había ido en
maloca contra alguna tribu huilliche y esos pehuenches lo han perseguido y
matado (Col. De Angelis I. p. 236)
MILLAN HER o Villanher, capitán salinero; figura en el proyecto de
tratado de paz de 1873 del 3.6.73, día del fallecimiento de Calfucurá.
MILLAN QUELÉN o Millanguelén, 1837, capitanejo huilliche o
pampa. El 16 de diciembre de 1837, el Cnel. Del Valle y la División de Bahía
Blanca atacó a su tribu, la de Renque y de Martín Guayquinecul. Se salvó, pues
en 1848 figura su nombre en la cuenta de proveedores de Azul (B. Ronco:
Cuentas de proveedores en Rev. Azul Nº 3 p. 134) ETIM: Huanguelén:
estrella Milla :dorada
MILLA ÑANCÚ, 1751, cac. araucano de Cudileuvú, al que visitó el
Padre Haevstadt el 13 de diciembre de ese año. ETIMOL: Aguilucho
(dorado) valiente
MILLA ÑANCÚ, 1861, capitanejo salinero de Calfucurá. En Mayo de
ese año lo mandó con cartas en comisión al General Bartolomé Mitre a Buenos
Aires (Arch. Mitre XXIII p. 15)
MILLA ÑANCÚ, 1870 figura en la lista de los capitanejos ranqueles del
cac. Baigorrita (Lista del P. M. Donati)
MILLAO, 1820, este cac. chileno entró en el escenario de la Provincia
de Buenos Aires. El 30 de enero de ese año, reaccionando los indios amigos
bonaerenses (pampas) contra las inmigraciones o invasiones chilenas, “cercaron
a cinco caciques ladrones: a Unos, Coñuepán, Millao, Clapil y Huincatrú”.
(Comando Gral. del Ejército vol. III p. 298)
En abril de 1825 Millao estuvo en un gran parlamento con los borogas y
ranqueles sobre el Arroyo Epecuén (AGN X. 27-7.6)
Durante la Expedición al Desierto de 1833, Rosas lo hizo
perseguir. El 12 de agosto de ese año, el General A. Pacheco informó que se
había tomado prisioneros indios de las tribus de los caciques Maulín, Painén, y
Millao. “Algunos otros indios han muerto soldados que habían pedido permiso
para ir en pequeñas partidas a buscar chinas”. (Diario de Rosas, ed. 1965 p.
161). Antonio Garretón dice en escritos y Comunicaciones y el diario de la
marcha de 1833 (BA. 1946 p.193) : para el 16 de agosto de 1833: “Murieron
Millao y Pichilonco. (Compárese lo dicho en Millán, N.)
MILLAO o Villao, 1870, capitanejo ranquel. Era hijo del caciquillo
Caupán y de su mujer Llancray. Su hermano se llamaba Antenao. 1873 firmó
como delegado ranquel en Salinas Grandes el documento del proyecto del
Tratado de Paz (AEM doc. 1232)
MILLA PAL, 1694, cac araucano. En ese año fue elegido toqui por sus
cualidades de jefe en la emergencia de la Guerra. Era General de los
Butalmapus. Intimó al jefe español Pedreros: que no cruzara sus territorios,
porque alteraría la paz jurada anteriormente. Como ése no quiso dar oídos, lo
cercaron sobre el Río Quede y le dieron muerte (Gay, Historia 1847 vol III
MILLA PAN, 1787, cac. pehuenche que obedecía al cac. Roco sobre el
R. Diamante (Arch. Mend. Doc. 37) ETIMOL: Pan (payún) barba dorada-
MILLA PAN, 1819, cac. araucano, hermano del famoso Don Venancio
Coñuepán. Con él participó en la Guerra a Muerte por la Independencia de
Chile, es decir, en el bando de los patriotas. No encontré documento que
comprueba que haya emigrado con su gente a la Argentina, cuando Don
Venancio actuó largos años en la zona del río Napostá de Bahía Blanca (Vicuña
Mackenna :Guerra a Muerte p. 186 y T.Guevara, 1º910 p. 124 y 303) ETIM:
Pan (pangui: puma) val.
MILLA PÁN, 1820, cac. boroga, hijo del cac. principal Pablo Lepnopán.
Emigró a la Argentina evadiendo la guerra. 1820 se adhirió al Exdictador
chileno José Miguel Carrera. En noviembre de ese año, ese mandó a su hermano
en comisión al Gobernador de Santa Fe en Rosario, en representación suya y del
cac. Joaquín Pan. Es probable que haya participado también en el asalto de Salto
y de otras acciones de aquel guerrillero. En 1832 se había afincado en Trome
(Arch. San Luis 14.6.1832)
MILLA PÁN, 1872, cac. ranquel. Era cuñado del cac. Blanco (Doc.
Convento de Río IVº, ahora publicado “Cartas del Desierto” 1998 k.o. IVº Univ.
Nac.
MILLA PÁN, 1873, cac. picanee que figura en el tratado de paz que
hiciera él y el cac. Purrán. En el documento se nombran como sus capitanejos a
Cheuquilán, Carriló, Anguel y Huequemán. (Arch. Mendoza doc 45: 11.8.73)
Puede ser que es el mismo que en 1881 aparece como cacique de Colcho.
MILLA PAY, 1787, cac puelche de la agrupación del cac. Roco (Puede
ser Millapayún).
MILLA PÍ, 1884, capitanejo del cac. Namuncurá y con él se rindió el 28
de Mayo de ese año a las fuerzas nacionales en Ñorquin. (Walther: Conquista
del Desierto, ed. 1964 p 738) ETIMOL: Pi es P(angu)i : puma valiente
MILLA PICHÁN (prob. Milla Pichún), 1819, cac. gobernador de
Valdivia. Su hijo Francisco Millapichán se ordenó ese año de sacerdote. Por ser
patriota, tuvo que ordenarse en Mendoza. El Tnte. Coronel Pablo Millalicán era
su tío y también el sacerdote araucano Francisco Inalicán era su pariente, quien
asistió a su ordenación en Mendoza. (A.Simón: Fray Francisco Inalicán, 1944 p.
105/106)
MILLA PIL, cac. ranquel, 1804 Diario de J. Molina de Vasconcellos dice
que era de Carripilún en Marivil, es decir, en Curalauquen (en Mamuil Mapú)
Dep. Leventué.
MILLA PUÉ, 1810, cac pampa ranquel. El Cnel Pedro A. García lo
nombra en su diario de la expedición a Salinas Grandes (De Angelis III, p. 232 y
250), pues lo visitó. El cacique Joaquín anunció su llegada y la del cacique
Antüpán. Efectivamente, el 20 de noviembre de ese año, estando en la laguna de
los Paraguayos, se acercó la comisión de su tribu en orden de batalla, pero con
bandera blanca, trayendo un mensaje de los caciques de los caciques Millapé,
Joaquín Coronel y Lemí.
En el turbulento año 1829 no quiso hacer causa común con el guerrillero
chileno J.M.Carrera. Vivió entonces sobre el río Barrancas, afluente del río
Tapalquén.
MILLA PULQUI, 1833, capitanejo de la tribu boroga de Rondeao.
Participó con el ejército de Rosas en la Expedición al Desierto. Un año más
tarde fue muerto en el Asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834. (Zeballos:
Calfucurá ed. 1961 p.32 y Del Valle: Recordando el Pasado vol I. p. 13)
ETIM: Flecha dorada
MILLA QUEO, 1822, cac. pehuenche que vivía en “Alamos”, zona de
Malalhué (Mendoza). Creo que éste fue visitado en 1804 por Juan Molina de
Vasconcelles.
MILLA QUEO, 1820/21 (quizás el mismo) había estado actuando con el
Exdictador y guerrillero chileno José Miguel Carrera, Pero pronto se apartó de
él y se unió con el grupo de caciques pampas que permanecieron fieles al
Gobernador de Buenos Aires. En 1822 informó sobre la actuación de los
Pincheiristas chilenos (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza. 1937 p. 256).
También un documento mendocino del 10 de Mayo de 1824 le nombra entre los
caciques que entonces eran favorables al gobierno de Mendoza que sufrían los
ataques de los Pincheirinos. Aquellos caciques confiables eran: Pablo
(Lepnopán) Curritripay, Quinchán y Millaqueo (Comando Gral. del Ejército vol
III p. 525)
MILLA QUEO, José, (Millaqueo-curá), 1837, cacique salinero, hijo
mayor del cacique Calfucurá (huilliche). El primer dato que de él tengo es del
14 de agosto de 1837, porque tomó parte en el gran malón sobre la zona de
Bahía Blanca en venganza de las matanzas hechas entre los indios por la
División de Bahía Blanca, aún entre los indios amigos (de Coñuepán, Venancio)
(AGN X 25-5-1) Seguramente ha sido educado en Chile y fue una esperanza de
Juan Calfucurá. En vísperas de la batalla de Caseros, en 3 de Febrero de 1852,
figura en la lista de caciques obsequiados por orden de Rosas. Rosas confiaba en
los indios de Calfucurá, desde que los llamó de Chile en 1834..
Viendo la derrota de Juan Manuel de Rosas, Calfucurá empezó una
política nueva; convocó a todos los caciques de la Llanura del Plata para formar
una confederación indígena. Invitó a huilliches, borogas, ranqueles, pampas
catrileros y otros a unirse y a pelear juntos contra las pretenciones de los
blancos. Rompió, pues, su amistad con los jefes militares de Bahía Blanca; no
quiso recibir ya ni sueldos ni subvenciones. En marzo de1852 atacó la Fortaleza
Protectora Argentina ( muy cerca de la ciudad), pero estaba tan bien defendida
que Calfucurá prefirió retirarse con su indiada. Pero Millaqueo no iba con él.
Había sido capturado por la tropa bahiense y en un confuso episodio fue muerto.
Su padre creyó que lo retenían como prisionero y empezó una serie de gestiones
para salvarlo. Interpuso la autoridad del Cnel. Pedro Rosas y Belgrano,
Comandante de Azul. Mandó a sus capitanejos Levipí, Marifil, Juan y Lincalén
para pedir la libertad de su hijo Millaqueo y la de su sobrino Aquiner. El
Coronel nombrado los mandó al Jefe de la Frontera, el Cnel Hilario Lagos,
quien le entregó una carta que decía que oportunamente haría averiguaciones y
los informaría; así dilató el asunto. El 8 de Junio se presentó otra comisión al
Comandante de Bahía Blanca (ahora Bourgeois). Le entregó regalos de parte de
Calfucurá y el pedido y ofrecimiento de concluir un tratado de paz con el
Gobierno de Buenos Aires a través de las autoridades de Bahía Blanca.
Al fin, Calfucurá se cercioró que su hijo querido había muerto. Entonces
juró que haría una terrible venganza. Fue el motivo porque en adelante
favorecería la política del Gral. Justo José de Urquiza, opuesta a la política del
Estado de Buenos Ayees.
Al cumplirse un año de la muerte de Millaqueo, cayó con su malón sobre
Azul; “para vengar la afrenta y obedeciendo a ordenes de Urquiza (Véase la
nota biográfica de Calfucurá)
MILLA QUEO, 1872, capitanejo pehuenche entre los huilliches del Sur
de Neuquén; figura en el tratado de paz del cacique picunche Caepí (AEM Nº
1181). Pero en 1878 fue atacado por las tropas de la Conquista del Desierto, él y
los indios de su hermano Juan Chico (AEM 29.5.1878), después de haber
firmado en San Rafael otro tratado de paz. Un año después de la muerte de su
hermano, Millaqueo (caciquillo) y su gente fueron atacados nuevamente (en
diciembre de 1882) por las tropas al mando de Ruibal y O´Donell. Sólo el
capitanejo Millaqueo y 13 indios de lanza lograron escapar y se fueron a Chile
(Campaña de los Andes 1882 p. 213)
MILLAQUEO, 1840, capitanejo del cacique Painé de Leuvucó. Este
capitanejo intervino en la gestión de un tratado de paz. El 23 de abril de 1840 se
presentó a Rosas con una comisión, pidiendo firmara un tratado de paz (AGN
S.VII 1-2-9, doc. 169, de12 fojas) pues los gobernadores de San Luis y de
Córdoba les habían dicho que debían ir a Buenos Aires y hacer este tratado con
el Gobernador Juan Manuel de Rosas. Éste los atendió bien y los despidió con
promesas y regalos (Rev. Azul artículos. Ver cac. Painé)
Pasaron años de luchas y no se oía nada de ese Millaqueo, hasta 1863. El
10 de abril de ese año 80 indios de Millaqueo participaron en un malón
organizado por Calfucurá Y nuevamente el 10 de abril de ese año 80 indios de
Millaqueo participaron en un malón, organizado por Calfucurá (AEM 10.4.63).
Nuevamente, en 1871, en plena gestión del tratado de paz del cac. Mariano
Rosas, se decía que los caciques Güenchú, Millaqueo y Tapayú estaban
realizando un malón (Arch. Municipal de 9 de Julio, Lib. 7 y AEM 24.9.71) En
1872 el tratado se concluyó por intervención de los padres Franciscanos de Río
Cuarto. En la lista del Tratado Millaqueo es nombrado como capitanejo del cac.
Baigorrita y ya en la lista del P. Donati en 1870.
MANUEL MILLAQUEO (1841-1885) estaba entroncado en el árbol
genealógico del cac. boroga Ignacio Coliqueo, pues se casó con la segunda hija
de este cacique Carmen Coliqueo (1850-1921) Estos tuvieron un solo hijo,
Faustino Millaqueo (1872-1944) y éste con Filomena Méndez tuvieron 8 hijos;
entre ellos Manuela Millaqueo (1901- 1975) que se casó con Gerónimo Simón
Coliqueo (1896 - ) ; Felisa Millaqueo (1904- ) cas. con Antón Marcial Coliqueo
(1895-1956); Clemente Millaqueo fue largos años jefe del Registro civil en Los
Toldos. Y todos tenían buena descendencia en la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos. No me cave duda éstos Millaqueo también eran de la nobleza araucana .
(Tengo en borrador un frondoso árbol genealógico)

MILLA QUIN (Millagüir o Millagüín): 1787. cacique pehuenche de Malalhué. hijo


del cacique gobernador Anacanmún (muerto en 1787), sobrino del cacique Pichintur (muerto
el 6 de abril de 1796): Este fue su sucesor en el cargo de cacique gobernador de las
parcialidades del sur mendocino. Esto en plena y cruda Guerra Pehuenche.
Había combatido contra los huilliches del Neuquén y los ranqueles,. cuyos jefes y
gobernadores eran los cacique Llanquetruz (Iº), muerto en 1788. y Caniupayún. muerto en
1794. y Rayguán, muerto en 1797.
Millagüín asistía a todos los parlamentos y a todas las expediciones que el gobernador
de Mendoza, José de Amigorena. apoyaba u organizaba: las de 1780. 1784, 1785. 1787, 1788.
1790. 1792. 1795 y 1796. En todas hubo muertos, cautivos y robos de haciendas; pero cada
una de estas expediciones tuvo su respuesta y revancha. Cuando, después de la última
expedición aniquiladora contra Rayguán (enero de 1796). los indios de Malalhué se vieron
acosados, el cacique Pichintur, no contento con que el gobernador de Mendoza los apoyara,
fue también a Chile para obtener de sus autoridades el apoyo de sus tropas o. por lo menos, su
no intervención. Y esto, porque más de una vez habían enviado tropas a los huilliches,
considerando sus terrenos como chilenos.
No bien retornara de tal gestión a su comunidad. en Malalhué, el día 5 de Abril, halló,
a la mañana siguiente, sus toldos sitiados por unos 600 indios enemigos de Barbarco.
Rayguán estaba allí con sus ranqueles y huilliches a los que se habían agregado soldados de
Antuco y de Santa Bárbara (de Chile), lanzándose a una formidable maloca. Dieron muerte
cruel al cacique gobernador Pichintur y ultrajaron su cuerpo a la vista de sus cautivos,
cortándole la lengua, burlándose de él, porque se había aprovechado del apoyo de los
cristianos para hacerles daño. Murieron dos caciques más y muchos mocetones. Hicieron
prisioneros y reunieron mucha hacienda. Todo ello se lo llevaron al sur al atardecer. (Arch.
Mend.. Carp. 29, Doc. 21)
Los sobrevivientes, consternados y humillados, dieron aviso del desastre sufrido,
pidiendo al gobernador de Mendoza que convocara las tribus pehuenches a un parlamento y
les ayudase a vengarse y recuperar lo perdido, sus familias y haciendas.
El comandante general, efectivamente, convocó a un gran parlamento. Se presentó él
mismo en el Fuerte San Carlos con 300 hombres y permaneció allí desde el 6 hasta el 16 de
Mayo de 1796. Asistieron al parlamento todos los caciques amigos, sus capitanejos y 86
mocetones. Amigorena se informó de los últimos acontecimientos; pero luego reprendió a los
caciques, porque no habían quedado en defensiva, como se lo había propuesto. El 16 de Mayo
aprobó la elección de Millaquín como cacique gobernador de los pehuenches y puelches y
sucesor de Pichintur. No quiso atender el pedido de ayuda militar para desquitarse de
Rayguán --dice el documento- (Arch. Mend., Doc. 22. Caja 30), aunque en una nota aparte de
tono confidencial decía él mismo, que creía que había que condescender con ellos. Mandó
redactar una carta para el cacique Rayguán, invitándole a reconciliarse y acudir a un
parlamento de paz. Esa carta no llegó a sus manos, a pesar de que la confiaran a parientes de
Rayguán para llevársela. “La nieve imposibilitó el viaje”. (!) En realidad los huilliches y
ranqueles aliados hicieron pocos días después un segundo malón.
Los ranqueles. al enterarse de la invitación, se excusaron (doc. del 16.8.96) por no
haber acudido al parlamento; en cambio anunciaron que iban a ir a buscar a sus mujeres y
amigos presos. Millaquín se obstinó en no entregarles ni las mujeres. ni a los cautivos, ni a los
que retenían en calidad de rehenes, que fueron un hijo de Rayguán y un sobrino del mismo.
Su corazón ardía por el deseo de vengarse. Ya en Junio quería organizar una expedición;
luego tuvo que esperar mejor momento. (Arch. Mend.. Doc. 29 y 30. Cap. 30: véase, además.
Barros Arana: Historia General de Chile, 1886, T. VII. p. 206 y C. Gay, Historia. 1848. IV. p.
387).
En Chile se hacía un gran esfuerzo para apaciguar a los indios pehuenches y
huilliches. Por eso, quizás, el comandante general de Mendoza convocó para principio de
marzo de 1797 a sus pehuenches mendocinos a San Carlos. En presencia de los caciques hizo
leer y traducir las cartas de Rayguán, del comandante de Los Ángeles (Chile), del gobernador
de Concepción y del presidente de Chile, quienes insistían que debían devolver o canjear los
prisioneros y las haciendas. Los malalche respondieron, que aquellos se olvidaron de que
Rayguán había llevado todo; que ellos mismos habían mandado a Rayguán parientes de él
para que solicitasen la devolución de los cautivos, a lo que éste había contestado, que aún no
podía devolvérselos, porque estaban con ánimo de continuar las malocas. Aucán, el hermano
de Millagüín, había llegado desde el sur con un brazo quebrado, presagiando nuevos males
(Arch. Mend..Doc. 31,4.3.97). Decía también que él había podido escaparse, porque fue
defendido, cuando Rayguán borracho quiso matarlo.
Amigorena les decía, que procuraran reconciliarse. que invitasen a los caciques del
sur a un tratado de paz y a tratarse nuevamente como amigos. Les aconsejó que no fuesen a
Los Ángeles, donde los habían citado, porque el camino era peligroso y pedregoso. Que estos
asuntos debían ser tratados en esta jurisdicción (ib.).
Hago recordar que Amigorena era un gran defensor de la separación de Cuyo de la
Intendencia General de Chile, ordenada por el Rey de España en 1776, y sospecho que
deseaba anexarse el Neuquén también, de este lado de la Cordillera. La Guerra Pehuenche
que él fomentó se enmarcaba en tal política.
En mayo (1797) llegaron nuevas noticias de que el cacique Rayguán preparaba otro
malón que atacaría a los de Malalhué (Según el Doc. 34 o 30 carp. 30, no habría tales
aprestos). Entonces el cacique gobernador de Malalhué decidió prevenirse de la maloca y
atacar él primero la toldería de Rayguán. Solicitaron al mismo tiempo al comandante general
de Mendoza cien hombres para que éstos los acompañasen; pero el gobernador no quiso
comprometerse (Doc. 33. ib.). El comandante de San Carlos sí, los acompañó, como se
desprende del Doc. 32 o 30. El 28 de Junio ha hecho con ellos un consejo de guerra, luego en
rápida expedición arribaron 300 pehuenches, primero, a la toldería de Millamaín. en
Barbarco; lo atacaron, lo mataron y a cinco jefes más. Los demás escaparon a tiempo y
pudieron avisar a Rayguán de lo sucedido. Este, rápidamente reunió cien hombres para tratar
de ayudar a los atacados y fue a chocar con los indios de Millagüín en Cudileufú. Fue recia la
lucha, pero no sólo llevó las de perder, por disponer de un número inferior de soldados, sino
el mismo fue muerto, y también Hingamain (Ingamain) y otros seis caciques, según dice el
documento. Entre las filas de Rayguán descubrieron soldados chilenos a los que gritaron que
se alejasen.
La mayor parte de los de Barbarco pudo escapar, entre ellos el capitanejo Rapimán
(hijo), secuestrado como rehén. No llegaron a sus tolderías.
En su informe del regreso (ib. Doc. 30) decían no haber hecho nada contra los
españoles. Que vengar oprobios era cosa permitida (sagrada) entre ellos. Que los chilenos
habían arreado mucha caballada de Rayguán. (Doc. 30. del 12.8.97)

ULTIMOS ESFUERZOS PARA TERMINAR LA GUERRA PEHUENCHE

Son varios los documentos que Amigorena hizo redactar durante el gran parlamento
que nuevamente realizó en San Carlos entre el 10 y el 12 de Agosto. Por supuesto. los retó
como desobedientes, y porque habían contrariado también a las autoridades chilenas. Los
pehuenches pidieron perdón y que no los desamparasen, prometiendo mantener la paz con los
de Barbarco y que iban a resguardar los boquetes de la Cordillera de su territorio para que no
sufrieran daños en los potreros de Chile (ib. Doc. 30 y 33). Copias de estos documentos
fueron enviadas a Buenos Aires y a Chile.

Se agrega aquí la lista de los jefes pehuenches (súbditos de Millagüín) que asistieron
al parlamento (Arch. Mend. Doc.34):
“Millaquín (gobernador - Antipá. alias Barba (Su segundo) - Pichicolemilla
- Ranguillante - Guayquilao - Leviant - Guanimain - Carilef – Millano-. Barbitas-
Carenao -(estaban ausentes Roco -Vutacolemilla. -Ligñam y 3 más): y los capitanejos:
Caripán - Pañichiñe - Millantur - Pivaitruyu - Pichigual - Levihueque - Güentemain -
Laminao - Güichuqueo - Pireñán - Canigüir. Manquipí - Caniumanque y los puelches:
cacique Bartolo Güelecal y capitanejos Marcos Goicó, José Antehuánque y Gaspar Goicó.
Además. 340 indios”. La nota está firmada por el lenguaraz y capitán D. Francisco Ant.
Gallardo (Gajardo. sic.). Asistió también el P. Antonio Rivas de Chillán.
Desconciertan las noticias de los documentos siguientes del Archivo de Mendoza,
porque el documento Nº 35 del 9 de Septiembre de 1797, empieza con estas palabras: “Orden
verbal: Salir al día siguiente a campaña a auxiliar a los indios a castigar con ellos (oficiales y
tropas) a sus enemigos en el Río Neuquén. 500 hombres cada uno con cuatro caballos:
Capitán Isidoro Laina de la Maza y de la Artillería. Sebastián Undiano”.
El 5 de Septiembre escribió Amigorena: ‘.50 hombres dispuestos. Deben esperar la
orden de Sobremonte”.
Opino que no todos los documentos son siempre testimonio de la verdad.
¿Qué hizo esta expedición? -No lo sabemos hasta ahora. En vez de un relato.
encontramos el documento 36, en el cual Amigorena avisa al gobernador intendente
Sobremonte de que el cacique Carripilún, el sucesor del cacique Rayguán en Barbarco, estaba
procurando la ayuda del cacique Naupayán, principal de los ranqueles para invadir a los de
Malargüé y a vengar la muerte de Rayguán. Le ruega dar noticia de esto al Sr. Presidente de
Chile para que se entere de que los de Rayguán andan buscando pelea. Y termina así: “Yo
trato de traerlos a la paz”.
El documento 37 del 27 de diciembre de 1797 contiene importantes comunicaciones
de Chile y la convocatoria de parte del capitán general Avilés de Chile a un parlamento
general que se celebraría en Los Ángeles en Febrero de 1798. Nos enteramos de que varias
parcialidades chilenas se habían maloqueado, atacando y arrasando a los pehuenches de la
parte de la Cordillera. Se había combatido en varias reducciones.
Amigorena quiso conocer quién de sus indios amigos iba a marchar a Chile. Por eso
los visitó el 29 de diciembre en Malalhué. Se presentaron 200; aseguraron que querían la paz.
En doc. 39 se anotan los nombres de los principales: “Carilef.- Caráneo - Guanimán - etc.
Amigorena no se ajusta a la verdad, cuando en otra comunicación dice que marcharían 14
caciques y 10 capitanejos y 35-40 indios amigos hasta Chillán y que debió vestirlos y darles
una escolta de 6-8 soldados (29 de diciembre de 1797). Sabemos que deseaba arreglar en su
propia jurisdicción la cuestión de la pacificación de los indios de Malalhué y de los de
Barbarco. El mismo hubiera debido ir a Chile.
El 9 de Enero dirá en otra comunicación, cuya copia está registrada en el Archivo de
Mendoza, que los indios de Malalhué estaban dispuestos a ir a Chillán, pero que pedían 25
hombres para protección y escolta y 25 para proteger a sus familias en ausencia de ellos (Doc.
40). Agregó una lista de lo que necesitaban los caciques.
El 17 de enero de 1798 (Doc. 41) escribió al virrey Olaguer Feliú en Buenos Aires,
que los pehuenches de Barbarco habían sufrido un ataque de huilliches y llanistas y
preguntaban si los suyos debían ir a Chillán. Que esperaba respuesta.

Finalmente, la cuestión fue arreglada con la partida de una comisión al mando del
cacique Carilef, bilingüe y muy bien conceptuado. (AGN. S.IX. 26-2-6)
El 3 de Marzo de 1798 se celebró el parlamento en Chillán. Los de Barbarco habían
llegado ya, cuando se presentaron los de Malalhué. El ambiente fue grandioso, solemne y
pacífico. El cacique gobernador de Villacura, Caullant, se ofreció como mediador de las
parcialidades enemistadas. Carilef, pariente de Caullant. aceptó las propuestas. Fue
obsequiado y felicitado. Retornó contento porque informaría buena noticia a su cacique
gobernador Millaquín y al capitán general José de Amigorena. El gobernador y capitán
general de Chile, a su vez, informó a Amigorena de los buenos sucesos de Chillán. Lo exhortó
a que procurase consolidar la paz con los indios de Malalhué, Barbarco y Villacura y calificó
de delito la no concurrencia del cacique Millagüín.
El gobernador Amigorena convocó entonces, a un parlamento general, no bien
hubieron retornado los enviados. Y, a pesar de que había nevado en San Carlos, acudió allí
con 250 hombres. Se reunieron 19 caciques. 14 capitanejos y 413 indios. En la plaza habían
levantado una gran enramada y ceremoniosamente se celebró el encuentro, el lº de Junio de
1798. (Doc. 43. con lista nominal de los jefes asistentes.)
Tras los saludos y felicitaciones a los que se habían presentado en Chillán, Amigorena
impuso un gran silencio... Luego encaró al cacique gobernador Millagüín. al que había
ubicado después del cacique Carilef: y le preguntó con tono desenvuelto, por qué no había ido
a Chillán. A lo que éste contestó, que se consideraba joven e inepto para hablar en el
parlamento.
Amigorena lo apostrofó y preguntó por qué se había presentado armado ante el
Capitán de Amigos, cuando los buscó para ir a Chillán.
A esto le respondió, que había estado borracho.
Entonces con voz estentórea, Amigorena dijo, que en el acto lo declaraba depuesto
de su cargo. Lo intimó a enviarlo engrillado a Buenos Aires. Millagüín escuchó
humildemente estas sentencias. (Arch. Mend.. Carp. 29. Doc. 43)
El capitán Antepán rompió finalmente el silencio y luego, todos pidieron al capitán
general moderara su enojo y redujera el rigor de la sentencia.
Amigorena propuso como cacique gobernador de los indios de Malalhué a
Pichicolemilla y como segundo a Painichiñe, hermano del cacique Millagüín. Los pehuenches
los aceptaron con aplausos y tres cañonazos sellaron su alegría.
Luego ratificaron el pacto o tratado hecho en Chillán prometiendo paz con los de
Barbarco y Villacura: vivirán en paz y armonía.
Como último punto a considerar propuso Amigorena, por insinuación del Presidente
de Chile, que Buta Colemilla se trasladara a Barbarco. Este reaccionó con vehemencia: que
no había prometido nada de esto y que quería vivir junto a su hermano, el cacique
Pichicolemilla, de cuya jurisdicción no lo sacarán a no ser con un par de grillos. Que
Barbarco tenía un destacamento de aragoneses para protegerlos de los huilliches. (AGN. S.
IX. 26-2-6 y Arch. Mend. Doc. 43)
Un mes más tarde, el gobernador Amigorena llamó al caudillo y cacique general de
Barbarco, el cacique Carripilún y a sus ranqueles, para celebrar con ellos también un tratado
de paz. Este, sucesor del cacique Rayguán, acudió prestamente al parlamento con muchos
indios. El acto se celebró el 4 de Julio de 1798 en San Carlos.
No sólo aceptó las propuestas de paz, sino aún el cacique gobernador de Malalhué lo
recomendó en su discurso, el que resumido se conserva en el Documento 47 del Archivo de
Mendoza. En consecuencia, Carripilún recibió también la aprobación como cacique
gobernador y un bastón de mando dorado. Fueron agasajados espléndidamente. Amigorena
presentó más adelante la cuenta de 2.301 pesos. Hay que tener en cuenta que él acudió con
250 hombres y que los indios eran 334 y la lista de prest enumera a 20 caciques y otros tantos
capitanejos. (Arch. Mend. Doc. 46 y AGN S. IX 26-2-6).
Este fue el último acto político del “magnífico Señor Don José de Amigorena”
(Morales Sosa lo nombra así), pues el 2 de Octubre de 1799 falleció en Mendoza.
El cacique Millagüín continuó viviendo en Malalhué—, siempre respetado y
respetando al cacique gobernador Pichicolemilla.
Las crónicas de Mendoza señalan que el 22 de octubre de 1801 hubo una visita de
varios caciques en la ciudad; entre ellos figura Millagüín y su hermano Pañichiñe, y también
un segundo Millagüín, probablemente hijo del cacique depuesto (Morales Guiñazú, ob.cit. p.
224)
En 1820 el Padre Francisco Inalicán desde San Carlos comunicó que el cacique
Millagüín había avisado que su hermano, el cacique Pañichiñe, había fallecido y que había
enviado, como era su costumbre, palabras de consuelo. (Arch. Mend. Carp.123, Doc. 3)
Aún en 1822 y 1823 se mostró fiel, informando al gobierno mendocino sobre las
andanzas de los Pincheiras (Morales Guiñazú ib.p. 256) Se lo ha visto en Santiago, en plena
Guerra a Muerte (T. Guevara. 1910 p. 124). El año 1823 nos dio la última referencia
importante del cacique gobernador.
(Etimología: Zorro dorado.)

MILLA TUR, 1796, cac. Pehuenche de Malalhué. En Mayo de 1796 figura por
primera vez en la lista de presentes en el parlamento de San Carlos. Se eligió en esa reunión a
Millagüín como cac. Gobernador de Malalhué (Arch. Mend. Doc 21) Parece que intervino
poco en la Guerra Pehuenche
1806 lo vio Dn Luis de la Cruz en el rancho del cac. Manquel. Le dijo que era boroga
y que siendo chico, se había venido a lo de Quinchepí. Le habló también de un sobrino
llamado Mariñán (De Angelis I. 1910 p. 223) Dijo también que tenía parientes en la Pampa y
que había ido a comerciar a Buenos Aires.
1808 vino a Mendoza en visita oficial con los caciques Manquepú, Guanquenecú,
Putrui, Marcos Goico y Pichicolemilla.
1814 asistió al parlamento celebrado por orden de San Martín, a orillas del Río San
Pedro (Malargüé) bajo la presidencia del cac. Gobernador Ñeycuñán y de Fray Francisco
Inalicán. Millantur figura en segundo lugar en la lista de los caciques presentes y hay otro
Millantur allí anotado.(Arch. Mend. Carp. 123 doc. 21) Todos los caciques se mostraron
favorables a la causa patriota del Libertador. Sin embargo, los pehuenches no querían entrar
en la Guerra a Muerte que tanto estrago haría, también en el sur de Chile.
1820 Millatur visitó al Gobernador de Santiago (Chile), no sé en qué misión.
(T.Guevara 1910 p124)
MILLA RUEL o Millasuel, 1740, cac que conoció el Padre Thomás Falkner (A
Description of Patagonia 1777 p. 140). Casamiquele cree que era tehuelche. Más tarde este
nombre se transformó en Villaruel, bien conocido entre los ranqueles.
MILLI CHARABA, 1584, cac. Comechingón de Charilo, Yaco, localidad de
Copacabana, Córdoba; encomendado de Jaime (Montes ob. Cit. p. 47)
MINCHEL 1857, capitanejo pehuenche, hijo del cac. Guayque. El Cnel Manuel
Baigorria lo cita en sus Memorias. Este se había casado con una sobrina del cac. Llanquetruz
IIº
MINCHI QUEO, 1821, capitanejo boroga, hijo del cac Meliñancú que luchó en el
bando patriota en la Guerra a Muerte. Con el Capitán Bulnes hizo la campaña del Sur.
MINQUÍN CHARABA, 1573, cac. Comechingón de Minquita Gualento, La
Vinacanche, Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p. 79)
MISCAN NAVAN, 1598, cac. Comechingón de Nolamo en Tulián -, Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 59)
MISCAN, 1598, cac. Comechingón de Miscan Hene, Tama halon, Córdoba ;
encomendado de Noble (Montes p. 68
MISQUI,1657, cac. araucano que luchó en la reacción a la “Guerra Caliente”; hizo un
levantamiento, junto con el famoso Mestizo Alejo. Tomaron la ciudad de Concepción por
asalto. Pero más tarde fue atacado y vencido por tropas españolas en Laja- Furt y les
impusieron sus condiciones de paz.
1660 murió el Mestizo Alejo y Misque fue elegido sucesor. Capitaneó a los mapuches
sublevados. Nombró como segundo cacique a Colicheuque. 1661 reunió de nuevo gente para
un malón sobre Concepción. Jerónimo de Molina los derrotó y les mató centenares de indios
en la cercanía del Salto del Laja. Luego españoles disfrazados de indios, se acercaron a
Mizque, quien cayo en la trampa. Lo rodearon y lo capturaron. Uno de los españoles, llamado
Juan García, le cortó una oreja. El cacique, avergonzado de tanto ultraje y humillación pidió
que lo ultimasen. Pero los militares prefirieron llevarlo vivo a la plaza de Buena Esperanza.
Allí murió poco después de pena. (Gay, Historia 1847 vol. III. P. 191 y Campos Menchaca:
Nahuel Buta p. 135)
MISTI CHARABA, 1578, cac. Comechingón de Misti pitin, S.E. de Soto, Córdoba;
encomendado de Velásquez (Montes p. 58)
MITA MULA, 1787, cac. Pehuenche. Estuvo presente, cuando Llanquetruz
sorprendió a los pehuenches de Malalhué (Arch. Mend.)
MOCAS, 1591, cac. Comechingón de Cochan Hen a 3 leguas So, de Dean Funes,
Córdoba; encomendado de Ardiles (Montes p. 47)
MOXCO MAGUAN, 1573, cac. comechingón de Moc Sacat, Cruz del Eje, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes 58)
MOHUI NAVIRA, 1579, cac. comechingón del pueblo Ytotoco, Río Quinto,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes p.81)
MOGNIN, 1879, capitnejo ranquel. Estuvo entre los ranqueles huídos a Cochicó,
perseguido por las tropas expedicionarias de Anaya (Olascoaga II p. 249)
MOLLFÜ MANQUE: cacique araucano de Neuquén, hijo de Huaichu Manque
(contó Painé Filú a Berta Kössler ETIM: Sangre de Aguilá.
MOLLFIQUEO, (o Mollfiqueupú, dice Moreno ) 1854 cac.(boroga) entre los
huillihes. Su padre se llamaba Pinti Hueque y su hijo Treculeo (considerado como
manzanero) En Julio de 1854 participó de un malón con Traiqueo, Llanquetruz y Chocorí –al
parecer por insinución del Gral J.J. de Urquiza- contra Patagones y luego contra los indios
amigos de Bahía Blanca de los caciques Ancalao y Lorenzo (AGN X. 18-10-6. Ver lo reseña
de Ancalao). 1863 asistió a la junta de paz de los caciques Chingoleo y Reuquecurá. 1875, el
Cnel. PíoYturra lo llama “capitán del cacique Sayhueque” y junto a él lo encontró el Perito
Francisco Moreno.
1881 lo halló también la Conquista del Desierto. El 24 de marzo de ese año, el
Sargento M.M. Vidal lo atacó en su toldería de Quequemotrén, cerca de Caleufú (J.Walther:
Conquista del Desierto, ed. De 1864 p. 668). 28 indios cayeron en sus manos, los otros
lograron huir hacia la Cordillera, abandonando en las manos de sus enemigos 843 vacas, 600
yegueas y 4000 ovejas. F, Moreno en “Apuntes Preliminares del Río Negro” 1897 p.41)
describe el camino entre las tolderías de Sayhueque (Río Caleufú) y Mollfiqueo (Río Collón
Curá) y de Ñancucheo Río Mallecó), o sea en el Pais de las Manzanas. ETIM: Mollfi:
Sangre y queo : ser.
MOLLFUNQUEO, Antonio en traducción capitanejo Antonio SANGRE
GRANDE , nac. 1826 en tierra adentro dice el acta de bautismo y de casamiento en 1876 el
misionero R.P.Pablo E. Savino y no recordó a sus padres, pero al padre le decían Sangre
Viejo nacido en 1806 en Chile (boroga y de la parentela de los Coliqueo) y a la madre
conocemos del acta de casamiento de Francisco; se llamaba Juana
Antonio Sangre se casó con Juana Cümén, nac. en 1851 en tierra adentro (La Pampa)
También sus hijos Andrés y Francisco, son anotados en el libro de bautismos el día 7 de Julio
y el 1 de Nov. de 1876. Hay testimonios que ha sido fiel en la batalla de la Tapera de Díaz el 9
de oct. de 1876.
SANGRE, Andres, en 1866 fue nombrado capitanejo en la misma tribu. No tengo
otros datos de él.
SANGRE, Franciaco, el segundo hijo de Mollfunqueo (Sangre), Antonio y de Juana
Cümén o Tranamill. Se casó por la iglesia en 1904 en Los Toldos con Venera Avendaño
Neculhuán. Legitimó a sus hijos: Vicente (de 6 años), Pedro (de 4 años), Josefa (de 2 anos) y
Victoriana (de 1 año). Yo traté con gusto con Pedro, que era un viejo resero y pastoreaba su
caballo en la banquina de la calle de tierra. Buen narrador. Estaba casado con Juana
Maldonado
Murió el 20 de agosto de 1974
MOLINA, José Luis, 1823, gaucho célebre que había sido capataz de la
Estancia Miraflores de Ramos Mejía, donde en marzo de 1820 se había
celebrado un tratado de paz en nombre del Gobernador Pero por una injusta
agresión a esos indios pampas y de la misma estancia, se alzó con los mismos
indios y acompañó o dirigió un importante malón. (No era ni cacique ni
capitanbejo, era cristiano) (Capdevilla, R.R. Gauchos célebres: José L. Molina
y otros, Tapalquén 1972)
MOLÓN CHARABA, 1575,cac. comechingón de Molon Naviora,
Calamuchita, Córdoba; encomendado de Villalba (Montes p. 75)
MOLONGO, 1785, cac. pampa que vivía en Guaico. El 7 de febrero de
ese año, Miguel Telles Meneses, Comandante de San Carlos (Mendoza) pidió su
destitución (Rusconi vol V)
MON, 1839, capitanejo chileno que tomo parte en el malón o asalto de
Tapalquén. (AGN X. 27-7-6: 20.8.39) ETIMOL: Mon (moncoy) redondo
MONCHE PAILLAMILLA, 1821, cac. patriota que actuó en la Guerra
a Muerte en Chile. Vivía en Vutacó al Norte de Angol T.Guevara 1910 p. 255)
MONGORÉ o Mangoré, cac. timbú. 1529 se opuso a la primera invasión
española en el litoral argentino; destruyó el primer fuerte “Santi Spiritus (Prov.
Sta. Fe), que erigiera Don Sebastián Gaboto. En el encuentro perecieron 110
españoles (Dr. Arnold Mayer: Del Plata a los Andes, Bs. Aires Ed. Huarpes 1944
p 57)
MONTERA, 1872, capitanejo de la tribu del cac. Baigorrita (Lista
/Donati)
MONTERO, Maripán, cac. boroga, hijo del Sargento Mayor Juan de
Dios Montero, casado con una india, hija del cac. Aucamilla. Su padre actuó en
la Guerra a Muerte a favor de los patriotas y luego en la Argentina, porque
acompañó por encargo del gobierno chileno al cac. mayor Melipán y al cac.
Venancio Coñuepán (1824) en persecucón de indios realistas, traspasados a la
Pampa. 1827 ofreció con los mismos indios patriotas sus servicios y los de sus
70 cazadores al Gobierno de Buenos Aires. Juan Manuel de Rosas los recibió y
le reconoció el título de Sargento Mayor. Ayudó tambien en la fundación de
Bahía Blanca (del Fuerte Argentino) Vicuña Mackenna en su libro Guerra a
Muerte (1972 p. 708) hace una breve reseña de su vida . Domingo Pronsato en
su estudio sobre los orígenes y consolidación de Bahía Blanca, Bah. Blanca
1956 p.26.) Montero, Maripán, era hijo del Sarg. Mayor Juan de Dios Montero)
Queda en la penumbre la fecha y la circunstancia de la muerte de Juan de
Dios Montero. R. Muñiz en “Los Indios Pampas” p. 140 dice que fue fusilado
por orden de Rosas en 1829 “por sospechas” en el Cuartel del Batallón
Suipacha. Es que el 30 de enero había avisado al Cnel. Estomba que se plegaba
a la Revoluión Unitaria de que le aguardaba una sublevación de los indios
amigos. Hay otra versión que dice que fue fusilado, sí, por orden de Rosas en
1850.
Su hijo Maripán fue llevado más tarde a Salinas Grandes. Era sobrino del
cacique Domingo Painefilú de Maquehua en Chile. El siguió desde entonces
hasta la rendición del cac. Namuncurá en 1884 con la familia de los Curá. Murió
en 1899.
MONTRÉ o Montrí, 1870, cac. mayor chileno, nieto del cac mayor
Colicheo de Quilahueque. Sus hijos se llamaban Carihuán y Huentecol (T.
Guevara, 1910 cap. IX) 1863 acompañó al aventurero francés Antoin de
Tounens Orelliè en su aventura efímera, declarándose primer Rey de la
Araucanía y de la Patagonia.
1873 estuvo en Salinas Grandes el día de la muerte del cac. Calfucurá y
firmó también el gran documento Proyecto del trtado de paz (AEM doc. 1232)
De nuevo apareció su nombre en la documentación de la Conquista del
Desierto. En un estudio sobre el número de guerreros que podrían intervenir
contra la conquista, se calculaban 6000 indios de lanza de los caciques Montré,
Clahueque y Chaquematrá, chilenos todos (Arch. Museo Hist. Nac. , hoy AGN
Nº 10.604)
MORA, Francisco, 1877, capitanejo y oficial de los indios ranqueles
reducidos en Villa Mercedes (Hay un asiento en el Libro de Bautismos del Padre
Donati en la Parroqua de Villa Mercedes)
MORALES MELLAO, cac. picunche que vivía en Las Lajas (Neuquén)
(F.San Martín: Neuquén, 1919 p. 108)
MORALES es actualmente una de las 23 agrupaciones aborígenes del
Neuquén, cuya reserva fue reconocida por un decreto provincial en 1864
MORALES,, Santos, capitanejo o caciquillo ranquel que sobrevivió las
penurias de la Conquista del Desierto. Mostraba siempre sumisión y obediencia.
Me resulta difícil dar noticias de su juventud y familia de origen. Walter
Cazenave publicó una reseña más extensa en el periódico de Santa Rosa La
Pampa: La Arena 1993 en Caldenia: Morales Katrenaw, un héroe olvidado de la
Colonia Mitre. Dice que su nombre indígena era Katrenaw y que pertenecía a la
obediencia del cac Mariano Rosas de Leuvucó. Mis datos se inicián en 1874.
Ese año “llegó con alguna indiada y la del cacique Linconao (Ramón) Cabral
de la Pampa para integrar la Reducción que los Padres Marcos Donati y Moisés
Alvarez de Río Cuarto querían fundar. Linconao presentó 105 personas y el
capitanejo Villarreal 230, y el indio (Catrenao) Morales o Cabral trajo unos 40
de los suyos y se instalaron cerca del Fuerte Sarmiento. 1875/76 los documentos
de los Padres Franciscanos en Río Cuarto dicen que sus indios sembraban,
tejían, comerciaban y hasta han tenido cuenta bancaria (Arch del Convento
Franciscano doc. 479, 490 y 694; hoy publicados en Cartas del Desierto-Río IVº
1998
El Fray M. Álvarez en su Crónica dice: “Todo vino al suelo por la orden
del Ministro de Guerra que mandaba militarizar a todos los indios”. Primero
fueron distribuíos en los fortines. En 1878 empezó la gran persecución; ellos
tuvieron que marchar con los expedicionarios como “Auxiliares de Sarmiento
Nuevo”. En 1879 fueron movilizados para la Conquista del Desierto, División
de Rudecindo Roca que corria con premor inhumano contra todas las tribus
ranquelinas. El Teniente Morales expedicionó, seguramente contra sus
sentimientos de nativo, a las órdenes del Cnel. Benito Meana. Éste en su “Libro
de Oro” recuerda como un día estuvieron rodeados de 70 indios “adversarios” y
tuvieron que abrirse paso a paso “hachando lanzas”. Después del avance de
Roca, fueron desplazados una y otra vez.
En virtud de la ley del 2 de octubre de 1882, los caciques Santos Morales
y Ramón Cabral recibieron ( en el papel) en propiedad 80.000 hectáreas en el
Oeste de la Pampa seca. Formaron, efectivamente, allí la Colonia Emilio
Mitre,en la Sección XVIII, Fracc. D y C. (Dep. Chalileo) Sus campos fueron
medidos por el agrimensor Ramón B. Castro (Informe y Duplicado en Dirección
General de Tierras en Santa Rosa, La Pampa . 1885, el Tnte Santos Morales,
casado con Salustina Alfonso, hizo bautizar en Villa Mercedes a su hijita
Aurelia Morales.
En 1891 los misioneros franciscanos con Fray Quaranta visitaron el
rancherío. “En Mayo le hicimos (a Linconado Cabral) una visita, pidiéndole que
ayudara en la conversión de los indios..(se reunieron 150 indios de todas las
edades. Linconao traducía nuestra instrucción a su idioma. El domingo 27
Linconao vestido de gala conducía la indiada a la iglesia” (Relato del P.Quaranta
publicado en Historia de Intendente Alvear por Carlos N. Caccia 1904 p. 123)
En otro lugar, el Padre Quaranta dice de la misión de Santos Morales; En la
Colonia Indígna Pastoril “Emilio Mitre” tengo proyectado edificar una capilla y
un salón para escuela. El Gobierno quiere que se reunan los indios dispersos.
Hemos cristianado 1941 indios de los caciques Mariano Rosas, Santos Morales,
Tripailaf, Pichihuinca, Linconao, Mariqueo, Puluán, Pacheco, Caleo, Baigorrita.
Lucho Baigorrita vivía cerca de Sañué Mahuída (Sierra del chancho), otros
están en Blanca Grande, cerca de General Acha.
1907 el corresponsal de la revista Caras y Caretas se vino de Buenos
Aires hasta la Colonia Emilio Mitre y nos trajo una foto preciosa del cacique
Santos Morales bien trajeado con manto y ropa de invierno, pañuelo al cuello y
sombrero. Otra foto y recuerdos nos dejó Luis F. Ruiz en su libro “Los indios
araucanos en la República Argentia Bs.As. 1929 p. 60 Sonriente con el mate en
una mano y el bastón en la otra. Lo visitó en 1924. Era laborioso y progresista y
el mismo gestionó asuntos atenientes al bienestar de su gente. Por su propia
iniciativa construyó con sus hombres una línea telegráfica que por buen tiempo
unía, a través de 150 Kilómetros la Colonia Mitre con Telén.. En 1910 consiguió
que el Estado abriera una escuela. Consiguió el correo y con razón gozaba de
gran estima de sus paisanos. En esos años ya misionaron los salesianos en vasta
zona pampeana, que conocían a Santos Morales como buen amigo. Y fueron los
salesianos quienes lo asistieron en sus últimos días. El Padre Durando lo
visitaba con cierta regularidad. Por él sabemos que su nombre era Catrenao y su
apellido Morales. En 1825 el P. Pozzoli, José Durando y dos salesianos más
visitaron en la Colonia E. Mitre, a Ramón Cabral y Santos Morales, en Pichi
Mericó. Hubo 31 bautismos y 7 matrimonios cristianos. En Santa Isabel, a 4
leguas de la Colonia Mitre encontraron a Antonio Morales y Carmen Morales,
seguramente eran hijos del cac, Santos Morales.
Walter Cazenave en su reseña biografica no precisa la fecha de su
muerte; pero nos ha dejado muchos recuerdos de este cacique. Luis F.Ruiz
decía que era un aborigen de la Pampa que bien merecía un monumento. El era
el verdadero fundador de la Colonia Emilio Mitre.
Finalmnte añado que Rodolfo Casamiquela escribio una pequeña
monografía: Informe sobre la Colonia Emilio Mitre mimiografiado) La vi en la
Biblioteca de Santa Rosa La Pampa y tengo copia, pero no la tengo a mano. José
de Petris de Santa Rosa se especializó en Genealogía aborigen de la Pampa y
creo que siguió tambén las huellas de los Morales. Algunos Morales tengo
anotados entre los viejos pobladores de la Tribu de Coliqueo. Me llama la
atención Gabriel Morales nac 1821 y muerto 1881 casado con Carmen Mancé
murió 1885.
MORCOYÁN o Morcoyún, 1709, cac. pampa cuyo nombre aprece en el
proceso de los “caciques sublevados” en el Sur de Córdoba (Ver Liquit o
Ereguereyán). 1751 propusieron a Morcoyán para la fundación de la Reducción
en Espinilla, en la zona de Río Cuarto, junto con la gente de Ucacha y de Goico
(P. Cabrera : Tesoro del Pasado Argentino 1927 p. 54)
MORCOYÁN, 1882, capitanejo puelche que fue capturado en Neuquén
y traído por el Cnel. Ortega a Mendoza. Falleció en Cuadro Nacional (Depart.
de Malalhué)
MORIBEL, o Morribel, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir
con quien había actuado al servicio de J.M.de Rosas en diversas expediciones y
en premio (¡) fue muerto en el ataque cruel que les hicieron las tropas bahienses,
el 26 de abril de 1836 (Véase la nota del cac. Cañiuquir)
MORO OTALAYA, 1579, cac. pampa de Río Vº, del pueblo Chalanta,
Cordoba encomendado a Mitre (Montes p. 78)
MOSCA PAYÉN (Moqsha,en aimará) cac. del siglo XVI que vivía en
Sillicha (Strube Erdmán: Toponimia indígena del Cuyo 1962)
MOTURA cf. Maturo) , 1600, cac. puntano (Rusconi IV p. 240)
MOZAN,, 1564, cac. puelche que vivía en Palaya (Alto Río Grande) Su
heredero se llamaba Guanagual (J.T. Medina 1901 Documntos y Latcham, Rev.
1929 p. 263)
MUCHICHI NAVIRA, 1590, cac. comechingón delpueblo Taltan, Sierra
de Calamuchita, Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 79)
MUGELUP (Muguloop, escribe el inglés), 1750 habitaba a orillas de Río
Luján, dice el Padre Thomás Falkner en Description of Patagonia 1774 p. 121)
Había sido traído del Cuyo. Lo clasifica entre los “taluhets”, como también a
Alcachorro, Calelián, Mayupulquiyá, etc. Ya no les quedaron más que 300
indios (R. Pastor: Guerra con el indio en..San Luis, Bs.As. 1942 p. 78)
MULATO, 1820, cac. boroga, oriundo de la zona de Villarrica. Era hijo
del cac. Melillán Painemal, hermano del cacique Curriqueo, Bulnes Painemal y
Martín Salas. Era tío del cac. Mariano Rondeao (T. Guevara 1910 p. 96)
El cac. Mulato tomó parte en la Guerra a Muerte, apoyando al bando de
los realistas. Por el año 1824, tal vez, emigró a la Argentina. Puede ser que haya
participado en el malón que los pincheirinos llevaron sobre Los Toldos Viejos
(Dolores); a lo menos el Cnel. Rauch los atacó en la acción de Tapalqué, el 29
de octubre de 1826. El parte debe contener algún error al decir que la División
Cramer había muerto a cuatro caciques, entre ellos al cacique Mulato y a 200
indios (AGN X 27-7-6). Otra información dice, que el 3 de noviembre (1826)
Rauch avanzó sobre la toldería del Arroyo Melihoigüé y mató a unos 200 indios.
El 13 de diciembre Rauch llevó los prisioneros a Tandil. Entre ellos se hallaba la
mujer de Mulato y una hija (AGN X 14-3-1).
El cac. Mulato siguió actuando entre los Pincheirinos, siempre en unión a
los caciques borogas: Neculmán, Trocomán, Cañiuquir y Rondeao (tío carnal de
Mulato), creo hasta 1830. Estos han hecho bastantes estragos en la zona
mendocina. En marzo de 1832, el Cnel Manuel Bulnes de Chile, trajo una fuerte
expedición sobre los pincheirinos. En una de sus sorpresas perecieron los
caciques Necul, Coleto y Trocomán (Best: Guerras Argentinas I. p. 340) Una
comunicación boroga de 1833 decía, hacía tres años que se había separado del
grupo y también su hijo Piena y que se había radicado en Sanquilque. Pero había
hecho amistad con el cac. Llanqueruz (IIº), igual que Marileo, Güelé y Antivil
(AEM doc. 244). El 2 de febrero de 1833, el Cnel Pacheco, brazo derecho para
J.M. de Rosas, durante la preparación de la Expedición al Desierto, le avisó que
Mulato estaba con Llanquetruz. Y sería uno de los blancos principales de la
Expedición combinada.
Rosas estaba disgustado porque en la batalla de las Acollaradas (en marzo
de 1833) había borogas en las filas de Llanquetruz. Exigió que fuesen muertos.
El cacique amigo Santiago Llanquelén había escrito en febrero que se cuidara
del cac. Cañiuquir, porque estaba en comunicación con el cac. Mulato, adicto a
Llanquetruz. Escribió entonces “Si no dan pruebas de adhesión, los castigaré
como a traidores, como perseguía a Quiñigual” (AGN X 27-5-6 y Sala V (hoy
otra ubicación) 35-2-6 del 24.4.1833.
Rosas, conociendo estas noticias, llamó a los caciques borogas de
Guaminí a una junta a Bahía Blanca. Allí les explicó que tenía noticias de que
el cac. Mulato estaba en Sanquilcó, enfermo y en desacuerdo con los otros
caciques. Les mandó que marchasen sobre su toldería y que cortasen a él y a sus
dos hijos las cabezas y arrearan a los otros borogas distantes (AGN X. 27-5.6).
La información que se conoció luego dice literalmente así: “Hicimos la
expedición con todos los indios por engaño, haciéndoles creer que íbamos a
poner en las inmediaciones un campamento general. Después de tres días,
llegmos a los toldos del cacique Mulato. Siempre era amigo (sic). Era preciso
esperarlo y pedir su venia para cortar a Llanquetruz. Este dijo que el mismo
desearía perseguirlo, si tuviese la salud. Seguimos y encontramos unos toldos.
Ibamos como de paz. Llanquetruz había huído ya. Se mandó al capitanejo
Ineypil con 50 indios. En un monte descubrieron gente y hacienda huídos de los
borogas. Los saquearon. El 13 de Mayo hicieron una junta y resolvimos
regresar. Llegamos el 2 de junio…” La expedición contra los ranqueles debía
satisfacer a Rosas, pues “hicieron mucho castigo y mucha mortandad entre los
indios de los caciques Mulato, Marileo, Calfulén y Lincolaf ( AGN S.VII 1-2-6 :
19.7.33).
Cañiuquir , más tarde, expresó al mismo General J.M. de Rosas, que
estaban arrepentidos de la expedición que hicieron contra el cac. Mulato.
El 16 de septiembre del mismo año (1833) Cañiuquir avisó que había
peste y mucha mortandad entre los indios de Multo, Marileo, Calbulén y
Lincolaf (AGN X 27-5-7). Más tarde Mulato fue llamado a otro gran
parlamento para el 6 de octubre de 1833 que se haría entre muchos caciques
borogas. (AGN X 27-5-6 p. 588). Se ve que Rosas trabajó prolíjamente y mucho
con los borogas, sin descubrirles su verdadera intención. Fue allí en la reunión
cuando exigió de nuevo que expedicionasen contra los ranqueles, si querían ser
sus amigos. El 17 de enero de 1834, el Tnte. Pablo Millalicán informó a Rosas
que los caciques borogas no querían expedicionar, ni guerra; querían vivir en
paz. Y dos días después le escribe que el cacique Mulato había muerto,
diciendo: “Dios ha castigado al cac. Mulato” (AGN X. 24-9-1; esto era
“lisonjear” a Rosas. En su informe final sobre la Expedición y Campaña
entregado al Inspector Piñedo el 25 de marzo de 1834, nombra entre los muertos
durante la expedición al cacique Mulato (AGN X 27-5-3) había entregado al
cac. Mulato. (AGN X 27-5-3) y continúa: “Los ranqueles que por hambre
fueron a robar a Esquina, castigados con la muerte del cacique Mulato y dos
jefes más, han sido atacados por los borogas y un piquete nuestro” (Dirio de
Rosas, ed. 1865 p. 184)
MULATO,1872, capitanejo ranquel que figura en la lista de oficiales del
cac. Baigorrita (Lista del P. Donati) De él escribe Lucio V. Mansilla en su libro
Excursión a los indios ranqueles ed 1890 p. 574)
MULATO, cac. tehuelche(?) que 1778 visitó las autoridades y comercios
de Carmen de Patagones (Entraigas R.: Fuerte de Río Negro , Don Bosco 1960
p.91
MULATO, José María, cac. tehuelche 1880, que vivía sobre el Río
Gallegos (Sta. Cruz), El P. Raúl Entraigas reprodujo su fotografía en: Los
Salesinos en la Argentina 1983 I. p. 411.
MULMUY, Don Gaspar, 1695, cac. huarpe de San Juan. Vivía en el Valle
de Mogua; encomendado de Pedro Balmaceda (Arch. Mendoza)
MULUN NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Mullun Auleta, Sierra de
Calamuchita; encomendado de Chávez (Montes p. 79)
MUNDINA, 1573, cac. comechingón de Mundina Sacat en Quilicita;
encomendado de Cabrera (Montes 49)
MUNI MÁN, 1785, cac. pehuenche que durante la Guerra Pehuenche
fugó de la frontera (Morales Guiñazú: Habitantes Aborígenes de Mendoza p. 54)
MUNOPIS, 1600, cac. comechingón del pueblo Muniguarago, Río
Quinto, encomendado de González (Montes p. 79)
MUN QUE PÍ,1787, cac. pehuenche, presente en Malalhué (es quizás
Manquepí)
MUSUY NAVIRA, 1586, cac. comechingón en Itotoc
MUY MUY, Don Francisco, 1688, cac. huarpe en el Valle Fértil (San
Juan); encomendado de Balmaceda. (Arch. Mend.)
MUY ZULUQUE, 1768, cac. pampa de Río Quinto. Había sido de la
parcialidad de Yahatti en la Prov. de Buenos Aires. (Arch.Gen. Ind. 36 Charcas
212)
NAA NAURE, cac. comechingón de Tatal Calta, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 79)
NABAL HUENÍ (Nahuel Huenü), 1779, cac. pampa que fue censado por
Diego de las Casas (De Angelis IV p. 586, Nº 51.
NABAL TIPAY, cac. puelche pampa. El 20.5.1770 estuvo presente,
cuando el Comandante Manuel Pinazo celebró el tratado de paz con 12
caciques, en la laguna de los Huesos y participó en su expedición contra los
“tehuelches” hasta el Río Colorado. Lehmann Nitsche publicó en 1923 una carta
de 1770, en la cual se lo llaman “auca”; pero no me parece acertado. ETIM:
Tripay: sale y nabal: (nahuel)
Nacayal ver Inacayal
NACUI LUÁN, 1831, cac. ranquel. Hallamos su nombre en la lista de
30 caciques presentes en el parlamento de Tandil, el 19 de noviembre de 1831
(AGN Biedma VII 10-4-14)
NADIRA, 1590, cac. comechingón de Nadira, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p.79)
NAGÜEL, 1804, cac. pehuenche que ese año se presentó al Gobernador
de Mendoza Aparece documentalmente de nuevo en 1846, en oportunidad del
proceso que se hizo después de la muerte del cac. gobernador Guzmané y el
saqueo de su tribu. Los caciques Nagüel y Coliné querían salir a vengarlo y
pidieron ayuda (Arch. Mend. 24.1.47): doc. 12 y Arch. de San Luis, Junio de
1846.
La Pampa se llamaba Nagüel Mapú. El tigre era típico de la
Pampa.
NAGÜEL, 1824, capitanejo boroga, hermano del cac. Don Venancio
Coñuepán, ambos muy comprometidos con el bando patriota en la Guerra a
Muerte en Chile y luego vinieron a la Argentina y se afincaron sobre el río
Napostá en las inmediaciones de Bahía Blanca. (ver Coñuepán)
NAHUEL (Nauhouel), 1783, cac. auca, enumerado entre los enemigos
del cac. Chulilaquín, en el Diario de Basilio Villarino (de Angelis V, p. 580)
NAGÜEL, 1824, cac. pampa – ranquel. Ese año solicitó con seis
caciques más al Gobernador de Córdoba un tratado de paz; luego lo pidieron
también al Gobernador de Buenos Aires (Rivas, M.: El Mangrullo de Melincué,
1968 p. 12) Retuvieron como garantía a los caciques Millán, Nahuel, Quintuy y
Carrenao.
NAHUEL, 1851, capitanejo del cac. Llusquén (ranquel) obsequiados por
orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10-4: 20.12.51)
NAHUEL, JOSÉ VICTORIO LÓPEZ ver LOPEZ cap. de Ignacio
Coliqueo
NAHUEL, 1885, capitanejo del cac. Sayhueque (manzaneros) con quien
compartió la época de paz (con tratado y sueldos); pero luego también la
malhadada Conquista del Desierto. Como Sayhueque, se entregó a las tropas
expedicionarias en Junín de los Andes, en enero de 1885.
NAHUEL, 1852, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. 1852 ya era
lenguaraz de la tribu. 1864 figura entre los capitanejos de la tribu, en la lista
que se hizo para el tratado de paz que el Cnel. Manuel Baigorria estaba
promoviendo. Éste mismo lo menciona en sus Memorias y también Lucio V.
Mansilla en su libro: Excursión a los Indios Ranqueles (1870). Y también está
en la lista que confeccionó el P. M.Donati 1872, donada al Museo del Indio de
Los Toldos.
NAGÜEL BEDE, 1611, cac araucano principal de Lincoya (Gay:
Historia 1876 II p. 206).
NAGÜEL ÁN, cac. boroga, hermano del cac. Venancio Coñuepán. Actuó
en el bando de los patriotas en la Guerra a Muerte. En 1824 vino a la Argentina.
El 20 de diciembre de 1825 asistió al parlamento de paz, celebrado sobre la
Laguna del Guanaco (es Nº 14 en la lista. AGN X. 27-7-6)
1830 fue perseguido por la División de Bahía Blanca. Vivía entonces con
70 guerreros en Chaciles. El 8 de enero (1833) fueron atacados como también
Cayuán y Calquín en Valcheta. Fueron aniquilados por la Expedición al
Desierto. (AGN X 27-5-5; 25.12.33) ETIMOL: An : sol y del tigre
NAHUELÁN, 1879, picunche. Durante el avance de la Conquista del
Desierto se resistió y huyó de los ataques. Para recuperar a los prisioneros se
unió a los caciques Udalmán y Guayquillán; hicieron ataques a los nuevos
fortines, por ej. Guanacos (19.1. 1881) y en Alargué (12. 12. 1981) (Walther;
1964 p. 657)
NAHUEL ANTÚ, Juan, 1751, cac. pehuenche de Collun (Chile) al que
visitó el Padre Bernardo Haevstadt (su Diario de 1777, el 23 de diciembre de
1751)
NAHUEL CAN, 1806, capitanejo pehuenche que ese año visitó al
Gobernador de Mendoza con Uculmán, Epimán, Nehuelque y otros jefes de la
parcialidad ( Comando Gral. del Ejército vol II p. 191)
NAHUEL CAYÚ (Nahuel puede ser como nombre y Cayú el apellido)
1878, caciquillo, acampado en Pillín Toro, en el tiempo en que avanzaban las
tropas de la Conquista del Desierto. Fue atacado por la compañía del Cnel
Nelson. Según el parte mataron a tres y 47 fueron apresados. (Walther:
Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 569) ETIMOL: creo que es Payú: barba del
Nahuel: tigre
NAHUEL CO, 1881, cac. pehuenche al Sudeste de Alargué, quien,
durante la Conquista del Desierto, fue capturado y trasladado al Sur mendocino.
Murió allí en 1881 a buena edad.
NAHUEL CURA o Naquincura, 1833, cac. araucano chileno. Era hijo
del cac. Lemunao de Collicó. Emigró a la Argentina, probablemente a raíz de la
Guerra a Muerte o con Calfucurá por el año 1831. Luego actuó entre los indios
de Calfucurá en Salinas Grandes,
En 1833 estaban por regresar con Cumiú, V. Cañigual, Calfucurá y
Cheuqueta; pero Rosas quiso impedir su paso por Choele Choel. Después de la
batalla en Salinas Chicas, les dieron un golpe en Cristiano Muerto, el 21 y 22 de
enero de 1833 (AGN X 27-5-5)
1837, el Cnel Antonio Ramírez quiso establecer un cantón militar
sobre la laguna La Barrancosa (Hoy Olascoaga, Part. de Bragado) y halló a
Nahuelcura establecido a corta distancia sobre la laguna del Pozo Pampa con
700 indios. Los atacó sorpresivamente y los dispersó. La cota de malla del
cacique fue entregada a Rosas, quien la donó al Museo de Santo Domingo
(C.Grau:Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra p. 171 y Hux: Los orígenes de
Bragado p. 38 “2 de Oct. de 1837”) Y Nahuelcura siguió lidiando y
acompañando a los caciques chilenos en Tierra Adentro, dice un documento
mendocino. El 3 de Julio de 1841 figura como 13º en otra lista.
Calfucurá que no quiso perder el liderazgo que había adquirido decía en
una carta al General J.J. de Urquiza, que disponía de 100 capitanes y de cuatro
caciques generales: de Pichún, Calván Pichún, Huinca Nagüel y Nagüelcheo
(AGN X. 18-10-6). Manuel Baigorria, al mencionarlo en sus Memorias, dice
que Nahuelcheo era hijo del cac. Cuminao. Calfucurá lo llama yerno y la
“cacica” Transita Aigual decía que era hermana de Nahuel.
NAHUEL CHAO, 1873, capitanejo salinero, que firmó en junio de ese
año el gran documento del proyecto de un tratado de paz (AEM doc. 1232)
NAHUEL CHÚ o Nahuelcheu, 1832, caciquillo boroga, quien a raíz de
la Guerra a Muerte en Chile, vino con Coliqueo a la Argentina y con él maloneó
en 1832. 1837 la expedición del Cnel Ramírez y de Eugenio del Busto llegó
hasta los toldos de Nauelchú; pero a tiempo habían huído. Luego de sufrir la
política y los ataques de Rosas a los borogas, se fue con Coliqueo a establecerse
entre los ranqueles . 1839 participó en el gran ataque a Tapalquén, que considero
como el último coletazo de la Guerra a Muerte, porque era en venganza de las
muertes de 1836 (ver la historia de Cañiuquir). De 1842 sabemos que el Cac.
Coliqueo y M.Baigorria con 300 indios y los capitanejos Huenchual, Meliqueo
Güeraquil y Nahuelchué avanzaban en dirección de la frontera Oeste de Buenos
Aires.
Intervino más tarde en la lucha entre el Estado de Buenos Aires y la
Confederación Argentina desde 1852 hasta 1861, obedeciendo órdenes del
General Justo José de Urquiza. Había entrado también en tratados de paz
gestionado por Manuel Baigorria y los caciques de Leuvucó, primero con el
Gobierno de Córdoba y luego con el Presidente Urquiza (Tratado de 1854: Arch.
Córdoba Secc. Gobº T. 239)
Calfucurá que no quiso perder el liderazgo que había adquirido, decía en
una carta al General J.J. de Urquiza, que disponía de 100 capitanes y de cuatro
caciques generales: de Pichún, Calván Pichún, Huinca Nagüel y Nagüelcheo
(AGN X. 18-10-6). Manuel Baigorria, al mencionarlo en sus Memorias, dice
que Nahuelcheo era hijo del cac. Cuminao. Calfucurá lo llama yerno y la
“cacica” Transita Aigual decía que era hermana de Nagüelcheo y tía de José
Victorio Nahuel (López)(AGN S: VII 14-1-15)
1857, obedeciendo al plan político del Gral. Urquiza, invadió con
Coliqueo y sus indios a Pergamino. Lo habían hecho ya el 9 de diciembre de
1841 (Giménez Colodrero: Historia de Pergamino 1945 p. 167). R. Pastor relata
una anécdota de ese malón oído de un testigo presencial (Reinaldo Pastor:
Guerra con el indios en la jurisdicción de San Luis, 1938 p. 135): “En la
invasión a Pergamino, Felipe Saa, rabioso y con soberbia increpó al cacique
Nahuelchel (diciéndole): es cobarde volvernos sin hacerles nada a éstos!
¡Amuyuy! Los tres Saa, otros cristianos, Nahuelcheu y otros capitanes hicieron
girar sus potros y cargaron con furia incontenible; traspasaron la línea y
lucharon adentro de los cuadros. El caballo del cacique cayó muerto, pero éste
se salvó echándose a la grupa del potro que montaba Don Felipe (Saa)”. Véase
también el folleto de Prudencia Arnold, titulado: Rectificaciones del folletín
Calfucurá de Zeballos (p.26) Bs. As 1884. 1843 tomó parte en el malón de Cruz
Alta (S. Avendaño : Memorias del Excautivo ed. Elefante Blanco 1999,.. y 69)
En el Archivo de Urquiza (hoy AGN S.VII Tom. 127, se encuentran
páginas sobre el negocio de las cautivas hechas en Pergamino y al mismo
tiempo (1857) por Calfucurá en 25 de Mayo. 1858, el Cnel. Emilio Mitre hizo
una entrada al país de los ranqueles, la que la impericia y la reinante sequía
frustró por completo. Las patrullas de la frontera sur de Córdoba (de la
Confederación) inspeccionaron las huellas, luego que el ejército de E. Mitre se
había retirado. Éstas informaron que la rastrillada de los invasores pasaba a 20
leguas de Nagüelcheo y a 40 leguas de Coliqueo. (Arch. Urquiza AGN S.VII T.
137 p. 382)
Nahuelcheo no acompañó a Coliqueo, cuando éste se separó de los
ranqueles y con Manuel Baigorria se trasladó a la Provincia de Buenos Aires y
luego se radicó en Los Toldos (Part. de Gral. Viamonte) NB. Todos estos
acontecimientos y más s e cuentan en HUX: Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos en 4 ed. por ej. EUDEBA 1880)
La tribu de Nahuelcheu siguió participando en los destinos de los
ranqueles, como los conté especialmente en las notas biográficas sobre los
caciques Mariano Rosas y de Epugner.
Pienso que era el mismo, o su hijo, que, en 1873 mandó una carta
al Padre Donati (Arch. Convento Franciscano de Río IVº doc. 331 (public. En
Catas el Desierto 1998…). Los ranqueles, a pesar de sus reiterados tratados de
paz, fueron atacados hasta el exterminio por las tropas de la Conquista del
Desierto.
El 10 de noviembre de 1878, Nahuelcheo fue atacado por el
Comandante José A. Ferreira a 14 leguas de Leuvucó. Los indios se dispararon.
Tres fueron muertos y 43 cayeron prisioneros. El cacique también se escapó.
Pero en enero de 1879 fue atacado nuevamente. Nahuelcheo y Payllán Pacheco
se presentaron entonces en la Comandancia de Italó (el 16 de enero de 1879),
pero en el acto los tomaron presos. (Olascoaga Galíndez vol. IV 1940 p. 100)
Luego no pude seguir su historia.
Sin embargo en mis anotaciones genealógicas de la Tribu de Coliqueo
hay algunas pistas de sus familiares: El capitanejo José Victorino López Nahuel
lo menciono aparte. Hay toda una lista de Nahueles. Petrona Nahuelcheo es
llamada hermana del capitanejo José V.Nahuel López; Gabriel Nahuel casada
con Josefa Curumañé (de Azul) fue bautizada en 9 de Julio (LB.1 Nº79) y sus
hijos también. Nahuelcheo está con un “Alias Corón”. Catalina Nahuel o
Ñonque se casó con el capitanejo Martín Rayú (1848- 1890) y Petrona Nahuel
con Tomás Rayú (1888 – 1957), Modesto Nahuel (1893 – 1943) se casó con
Rita Rinque Otros son más recientes.
NAHUEL CHÉ, 1819, cac. araucano emigrado a la Pampa. En ese año
estuvo presente cuando Don Feliciano Chiclana celebró con ranqueles y pampas
una junta de paz en la toldería del cac. Lienán. El Ex dictador y guerrillero J.M.
Carrera no ganó a Nahuel para sus planes. En una lista interesante en que
enumera a los caciques adictos suyos, lo nombra como contrario y adherido al
grupo del cac.Mayor Nicolás Quintana que apoyaba la política de Buenos Aires.
(Comando Gral. del Ejército vol. III. P. 216 y 293)
NAHUEL GÜELÉ, 1804, cac. pehuenche que junto con otros jefes
pehuenches visitó al Gobernador de Mendoza
NAHUEL GUOL (Gnerr), 1878, cac. salinero que aparece en la
documentación de la Conquista del Desierto. Fue atacado por tropas de
Marcelino Freyre en agosto de 1878.
NAHUEL HUALA, Alonso, 1723, cacique araucano “amigo”. En la
sublevación de ese año, no se plegó al malón, sino que ayudó a los misioneros.
(Campos Menchaca: Nahuelbuta p. 439)
NAHUEL HUAL, 1822, cac. araucano que durante la Guerra a Muerte
apoyó al bando patriota, acopañando al cac. Don Venancio Coñuepán (T.
Guevara, 1910 p. 303). Más tarde llegó a malonear en la Argentina. Es posible
que se haya afincado con Don Venancio en Bahía Blanca (Ver: Coñuepán) “pato
valiente”.
NAHUEL HUÁN, Marcelino, 1908, cac. mapuche de Quequé, Prov.
Cautín en Chile. Era jefe de 46 familias (150 indios) de raza pura, según T.
Guevara.
NAHUEL HUÉN (Huenu) 1820, cac. mapuche, realista en la Guerra a
Muerte, Era de la zona de Temuco, donde tuvo su malal. Era padre del cac.
Ramón Lienán y de Huirrió Lienán y primo del cac. Manguiñ. Era joven,
cuando estalló la Guerra a Muerte. Con 300 indios dominaba la zona de la
Provincia de Cautín, desde el río Cautín hasta el Pillanlelvún (T.Guevara: 1910
p.87 y 197). Era contrario a los caciques de Maquehua,
Como tantos otros vino a la Argentina, acompañando a los
caciques Inal y Nahuelhual Pero vino 1837 para vengar la muerte del cac.
Venancio Coñuepán y Cañiuquir. Al querer volver a su patria fue traicionado por
el cac. Calfucurá y el chileno Colipí, cuando entraron en la Cordillera y no
pudieron escapar a la refriega (ver Lienán)
NAHUEL HUEQUE, 1820, cac. pampa de la agrupación del cac.
Lienán. Vivía en paz con los cristianos. No obstante, el Cnel. Federico Rauch en
su expedición “punitiva” de 1826 atacó a él y a su indiada acampada en la
región de la Sierra de la Ventana. (A. Barros: Fronteras y Territorios Federales
ed. 1957 p. 164) Etimol: Hueque: llama y nahuel : bravo
NAHUELÁ o Navelá, 1869, capitanejo pampa de Tapalquén. Ese año
anduvo maloneando en la Frontera Sur. “Todos tenían cañas coloradas” (quizás
por Rosas). Fueron perseguidos; pero no los alcanzaron (AEM 2.6.1969)
NAGÜELLÁN o Cuellán, 1819, cac. ranquel que tenía su toldería sobre
la laguna del Guanaco. Estaba sublevado por ofensas recibidas y se preparaba
para invadir con Paillatrú, Lienán y dos caciques más (Arch. Córd. Secc. Gobº
caja 53 y H. Lobos: Frontera Sur de Córdoba, Córd. Junta Est. Hist., 1978 p. 65)
En abril de 1823 vario caciques ranqueles, entre ellos Nahuelán y
Quilapán pidieron desde la toldería de Hilgüe al gobernador de Córdoba,
interviniera a restablecer la paz. Ésta se firmó en 1825 en la Laguna del
Guanaco. (AGN X.7-6-5)
NAHUELEF o Nauelef, 1826 figura entre los caciques tehuelches que
ratificaron un tratado propuesto por Rosas en Tandil. Ya había estado en el
parlamento, convocado por los hermanos Oyuela (Comando del Ejército vol. IV
p. 26)
NAHUELÓN, 1879, capitanejo ranquel. El 2 de abril de ese año se
presentó con 21 indio y 74 de la chusma en el Fuerte Sarmiento (Córdoba) para
reducirse. Eso los salvó de las expediciones del Ejército en la Conquista del
Desierto (Olascoaga IV p. 105)
NAHUEL NIRRE, 1847, cac. pehuenche que vivía al sur de Malalhué.
Ese año, un año después del asesinato del cacique gobernador Guzmané, recibió
una porción de campos en Butamilla, por una gestión del Comandante
Rodríguez con quien mantenía buena relación. En 1851, el Comandante recibió
noticias de que algo raro pasaba entre los indios de Barracas. Efectivamente D.
Plácido Zeballos encontró allí al Capitán de Indios que estaba al servicio del
Gobierno de Chile. D. Manuel Palacios conferenció con los caciques Nahuel
Nirre y Goyo Bilo (Vilú) y con ellos concertó que se convocara a las tribus a un
parlamento para el día 7 de febrero. “A la hora indicada, -dice la reseña de ese
día-, entró ceremoniosamente el gran cacique Nahuel (Nirre) y ocupó su sitial,
llevando su toqui de piedra (una especie de bastón de piedra) que le distinguía
en su alta jerarquía”. Sus palabras eran muy sensatas. Se quejó, porque el
General Pedernera había ejecutado en Malalhué a 16 indios pacíficos y una
china “sin motivo ni causa alguna”, Durante cuatro días se hizo fiesta que debía
terminar con un nuevo tratado de paz. Por fin llegó el cacique Caepí, quien creó
una situación algo difícil para el emisario Zeballos (Sosa Morales: El
Comandante Rodríguez 1968 p. 67 y 97).
El 26 de febrero hubo otro parlamento. Era el tiempo del enfrentamiento
de la Confederación con el Estado de Buenos Aires. (Arch. Mend. doc. 15).
Cuando en 1872, el Gobierno Nacional propuso al cac. Caepí y a sus
pichinchees otro tratado de paz, para contrarrestar las proposiciones chilenas,
Nahuel Nirre no figura más. Esto nos puede hacernos creer que no vivía ya.
(Arch.Mend. carp. 123 doc. 44) ETIMOL: Nirre : gnerr/zorro y valiente
NAHUEL PÁN, 1770, cac. pampa, llamado también Navalpán. Era hijo
del cac. Lincón (Linco nahuel) y primo del cac. Toroñán. Tenían sus toldos al
Sudoeste de las Sierras del Cairú (hoy Partido de Olavarría) Estos pampas
estaban enemistados con los tehuelches del Sur de la Provincia de Buenos Aires.
Doce caciques acudieron a la Laguna de los Huesos (Part. de Gral. Viamonte)
invitados por el Comandante Manuel Pinazo a concertar un tratado de paz con
el Gobierno de Buenos Aires. Por esta concertación se obligaron también a
acompañar al Comandante M. Pinazo y su tropa a una expedición contra los
tehuelches. El joven Nahuelpán acompñó a su padre y a los demás caciques e
indios, entre los cuales había unos cuantos “nahueles” ; eran devotos del felino
de la Pampa: Lepi Nagüel, Tambu Nagüel, Nabaltripay, etc. (Diario de la
Expedición, en De Angelis IV. 1910 p. 547) NAHUEL PAN: 1770, era el cacique
pampa, llamado también Nabalpán.
En el formidable ataque que hicieron el 23 de Noviembre de 1770 a los dichos
tehuelches, vengando ofensas anteriores, les mataron unos 150 indios. Ellos se vengaron de
nuevo, poco después, matando al cacique Lincón. De esta manera Nahuelpán se hizo cacique
heredero de la tribu de Lincón, su padre, (ib. p. 552) En 1774 Nabalpán volvió a hacer una
alianza de amistad con el cacique Toroñán y los tehuelches (AGN.S.IX. 1-4-4 p.410 y 1-5-3
p.214)
Nahuelpán se acercaba con cierta frecuencia a la frontera. En 1774 estuvo en Salto,
cuyo comandante informó entonces a Buenos Aires que Casuel (pronúnciese Catriel) era
amigo, como también el cacique Toroñán y su primo Nabalpán (=Nahuelpán) (AGN. S.IX, 1-
4-2: Salto). Poco antes había estado en Escobar. "En Septiembre avisó Nagüel Pan, el hijo del
difunto Lincón, que habían llegado a sus toldos los caciques Paynepán, Güillipán y Calfumán.
Que se irá tierra adentro con estos sus parientes, por recelo al cacique Caullamán, su
contrario", (ib.. 1.9.174). que en vez de alianza, traba la guerra. Que uno reciba el bastón de
cacique principal y así introduciremos la envidia (AGN IX 1-6-1 p. 598
Caullamán se había sublevado en 1772, viendo que los españoles no observaban el
tratado de paz y poco después se trasladó a Chile, donde desempeñaría un papel importante
en la Guerra Pehuenche. En 1793 lo buscaron los ranqueles para que los ayudase a defenderse
contra los pehuenches de Malalhué. El comandante general de Mendoza, Dn. José F.
Amigorena, dirigía prácticamente esa Guerra Pehuenche. Hacía frecuentes parlamentos,
buscando compromisos y apoyos para sus expediciones más al sur. No llamó sólo a los
pehuenches de Malalhué al Fuerte San Carlos, sino también a los puelches del Río Diamante
y a los pampas de "Nagüel Mapú". Así nos enteramos por la documentación mendocina que el
2 de Mayo de 1794 Nahuelpán estuvo en San Carlos en una de esas juntas grandes. (Arch.
Mend. doc.. 9)
En 1800, estuvo en Buenos Aires visitando al Virrey, junto con los caciques
Catrimilla, Luna, Quelentrur y Olguín. como se desprende de un documento de la sección
Contaduría. (Mariluz Urquijo: El Virreinato del Río de la Plata en la época del Marqués de
Avila [1799-1801], Bs. As. 1964, p. 229)
En 1806 recibió en su toldería la visita del viajero Dn. Luis de la Cruz. (Diario, en De
Angelis I, p. 126)
En 1820/21 lo hallamos mencionado en el grupo de caciques que sostuvieron al
gobernador de Buenos Aires, rechazando las proposiciones del insurrecto chileno José M.
Carrera (ver Quintana). Y en Diciembre de 1825, Nahuelpán asistió al gran parlamento de paz
sobre la Laguna del Guanaco. (AGN, S.X. 27-7-6)
(Etimología: o pan [payún] Barba de Tigre.) Lo nombramos aquí por los que siguen.

NAHUEL PAN (II)

NAHUELPÁN (II) o Nahuelpayún: 1838 era caciquillo ranquel (pampa-ranquel). Era


primo hermano del cacique Painé. Según averiguó el Dr. Zeballos, tenía sus toldos a dos
leguas de Leuvucó (La Pampa) (Zeballos: Painé y la dinastía de los zorros, ed. 1961, p. 263).
Estaban sobre el camino a Malal.
En 1838 desempeñó misiones del cacique gobernador de los ranqueles que buscaba
conseguir la garantía de un tratado de paz (después que habían hecho el formidable ataque a
los indios amigos de Santiago Llanquelén). El 11 de Julio de ese año, se presentó con 10
indios al gobernador de San Luis, ofreciéndole proposiciones de paz y fue obsequiado. (Arch.
San Luis, doc.. 7252)
En 1839 volvió al mismo gobernador con nuevos pedidos de un tratado de paz, como
enviado de los caciques ranqueles y de Manuel Baigorria. (ib.. 8.11.39) Idénticas gestiones
hizo ante el gobernador de Córdoba. Seguramente era inteligente y hablaba castellano. Por
ello, lo enviaron también a verse con Rosas, el gobernador de Buenos Aires; porque éste se
reservaba tales tratados. Rosas aceptó, en 1840, su ofrecimiento. El 23 de Abril de 1840 se
encontrarían en Azul. Y allí fue Nahuelpán con el capitán Quenón y los demás de la comisión
del cacique Painé y allí se selló el tratado. No aceptó la propuesta o condición de Rosas de
que entregasen al coronel Manuel Baigorria, refugiado entre ellos. (Rev. Arch. de Azul, Nº 2)
El 15 de Enero de 1841, el gobernador de Córdoba, Manuel López, avisó al
gobernador Pablo Lucero de San Luis que, por orden de Rosas, el coronel Silva debía
conducir al cacique Nahuelpán a Buenos Aires para serle entregado. Decía que no lo llevaban
aún para no frustrar la posible entrevista con Painé y Pichún. (Arch. San Luis. N" 7833)
El 18 de Febrero Nahuelpán llegó a Río Cuarto para parlamentar una vez más sobre
las condiciones de la paz. Le volvieron a exigir que entregasen a los "salvajes unitarios".
Aparentemente. Rosas insistió en este punto y Nahuelpán pagó su fidelidad a un amigo con la
muerte. En Noviembre de ese año, Painé escribió al gobernador de San Luis que no había
mandado chasquis con anterioridad, porque le habían muerto al capitán Nahuelpán. (Arch.
San Luis: 8.11.41)
(Etimología: Payún: Barba de tigre).

NAHUEL PAYÚN (III): 1854. capitanejo pampa, quizás hermano o hijo del
anteriormente nombrado. En 1854 figura como capitanejo que preparaba un tratado de paz de
los ranqueles por intermedio del coronel Manuel Baigorria, entonces jefe de la frontera sur de
Córdoba. Lo aceptó el gobernador Alejo Guzmán. (Arch. Córd. Secc. Gob.. T. 239. 92)
Creo que es el mismo que más tarde hizo causa común con los caciques hermanos
Pincén, agregados o vecinos de los ranqueles de Toay. Antes pertenecían a Coliqueo. y es
interesante señalar que Justo Coliqueo el hijo mayor del cacique Ygnacio Coliqueo se haya
casado con Rosa Nahuelpán. Pero en el año de peste (de viruela), en 1864 enfermó y murió,
lo que trastornó a su esposo terriblemente. (En el libro Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, ed. EUDEBA 1980 p. 92 : Venganza de Justo Coliqueo por el gualicho) “Justo
Coliqueo, hijo del cacique Principal, de 39 años de edad, a la asno, tuvo una gran avenencia
con su padre – Conozco el episodio por dos fuentes que me indican el año, pero n especifican
la fecha: Lo cuentan el Coronel Prudencio Arnold en su librito: Rectificaciones del folletín
“La Dinastía de las Piedras”, del Dr. Zeballos, Bs.As., 1884 y don Emilio Carballeda, de
Nueve de Julio en su “Crónica Retrospectiva”, manuscrito inédito. Ambos conocieron a los
actores. Don Justo era un indio amante de su tradición y algo predispuesto a trastornos
mentales.
Su mujer, doña Rosa Nahuelpán había caído en enfermedad grave; y preguntada por
su marido quién tenía la culpa de su mal, quién le había dado el gualicho, ella dijo: “La mujer
mayor de tu padre tiene la culpa de mi muerte”.
Dicen que Justo le contestó: “Bueno, muere no más, que ella también va a morir”.
Pocos días después de haber muerto su esposa, Justo entró en el rancho de su padre y,
en su presencia, asesinó a la “culpable”. Don Ignacio, una vez salido de su asombro, aunque
esto era un caso bien conocido entre los indios, salió a concentrar sus fuerzas para enfrentarse
a los que apoyaban al hijo sublevado. Mediaciones oportunas evitaron el desenlace fatal;
aconsejaron a Justo, viviese por algún tiempo lejos de su padre ofendido.
Poco después, el cacique Ignacio Coliqueo mandó al Coronel Prudencio Arnold una
comisión de amistad. La componían Pancho Calfuqueo, hermano del cacique, el hijo de éste,
su yerno José Platero y otros más. Le trajeron una carta del cacique Ignacio Coliqueo y un
poncho hecho por su primera mujer, del cual decía la carta que lo protegería:” teniéndolo
puesto, ningún indio de mi gente lo mataría”. (P. Arnold p. 26)

Nahuelpán es llamado también tío por los hijos del cacique Vuta Pincén. En 1857,
Calfucurá aprovechó sus servicios en oportunidad de una misión diplomática en Salinas
Grandes e hizo un convenio con el Gral. Urquiza (quien estaba empeñado en doblegar a los
porteños separatistas).
Cuando en 1860 Coliqueo llegó a la provincia de Buenos Aires, para vivir en ella,
Nahuelpán no quiso ir con él, sino maloneó con Pincén. En 1873 hizo una gestión de tratado
de paz en nombre propio y del cacique Pincén y el gobierno de Buenos Aires se lo otorgó.
(AEM. doc.. en Carpeta 91.: Copias de Contratos. Véase Vicente Pincén, en el libro
“Caciques Borogas y Araucanos)
Poco antes, Pincén había invadido la tribu amiga de Coliqueo y éste se había
vengado, invadiendo los toldos de aquél. (Ver: M. Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos. CAAP. XXI)
Pero la paz duró poco tiempo. Parece que las pagas estipuladas por el tratado de paz
no se cumplían, ni se dejaba en libertad a los indios presos que ellos pedían. En Enero de
1874, tanto Nahuel Payún como Pincén pidieron 1.500 yeguas y 100 vacas por carta y por
intermedio de una comisión que arribó a Junín para que se entrevistase con el jefe de la
frontera. Este tildó el pedido de insolente... (AEM. doc.. 1209). Y a otra comisión que
arribara al mismo punto, el 10 de Marzo de 1874, el coronel Hilario Lagos la apresó
sencillamente, lo que causó una serie de reclamos ante el Ministerio de Guerra y ante el
Arzobispo de Buenos Aires.
Con el avance de la frontera por Alsina en 1876, tanto Pincén como Nahuelpayún. se
sintieron agredidos. En efecto, el coronel Conrado E. Villegas, fundador de la Comandancia y
del pueblo de Trenque Lauquen, se había propuesto combatirlos y eliminarlos. Una
expedición tras otra salía desde Trenque Lauquen hacia el Oeste y no volvían sin haber hecho
estragos entre los indios (véase la historia de los Pincenes, libro Caciques Borogas y
Araucanos). Deben haber vivido en permanente zozobra. En Noviembre de 1877, los
expedicionarios llegaron hasta Toay. En Marzo de 1878 volvió el mayor Ruiz a la
Comandancia.
Pero también los indios sabían jugarse la vida. El 17 de Julio de ese mismo año, los
hijos de los caciques Nahuelpán y Pincén invadieron con 600 indios el Fuerte de Puán, pero el
coronel García organizó a tiempo a su tropa y rechazó el audaz ataque.
El 8 de Septiembre de 1878, el coronel Villegas destacó al mayor Ruiz con 50
hombres del Regimiento 3° de Caballería a atacar los toldos del cacique Nahuel Payún. Según
las Efemérides de Sánchez II p. 68, mataron un capitanejo y 4 indios, tomaron 21 prisioneros
(entre ellos un capitanejo; rescataron 1 cautivo y quitaron 80 caballos. El 11 del mismo mes
atacó a los indios de Pichi Pincén. En Octubre, salió desde Trenque Lauquen una columna de
800 hombres y el 11 de Noviembre (1878) cayó el cacique Vicente Pincén en la red del
sargento mayor Rafael Solís. Este cacique, ya apresado y detenido en la comandancia de
Trenque Lauquen, envió a un anciano de su tribu a comunicar a su hermano Francisco Pincén
y al cacique Nahuel Payún que viniesen a rendirse ante el coronel Villegas. Este envió una
nueva expedición a buscar a esos indios. Destacó al sargento mayor Germán Sosa y a 100
hombres. A ellos se rindió el cacique Nahuel Payún con la gente que le había quedado. El día
1º de Diciembre de 1878 se presentaron en paz y el día 6 arribaron a Trenque Lauquen, donde
se los consideró prisioneros de guerra.
El 15 de Diciembre se presentaron también los capitanejos Antelan y Nicacú, hijos de
Pincén y el día 26, el mayor Bravo trajo a los caciques Pancho Catrenao Pincén, a Pichi
Pincén y a muchos indios más. Los documentos dicen que el mayor Bravo los atacó y los
apresó: "a los dos caciques Nahuelpán y Pichipincén, 51 indios de lanza y 174 de la chusma,
más cuatro cautivos que tenían. (Olascoaga, IV, p. 99 y I. 124. E. Stieben, La Pampa, p. 42: El
periódico El Constitucional de Mendoza, 23.1.79, p. 2)
Todos los "rendidos" fueron llevados a un cuartel o campo de concentración de Junín
(Bs. As.). Los nombres de los jefes son éstos: Nahuel Payún. Pichi Pincén. Pichinao, Reynen
(Rayún), Huillicán, Chanán, Urquiza, Rinquén, Nahuelché, Huenchoal, Cascia, Tacunao y
Pancho Pincén; mientras que Vicente Pincén y su familia fueron transportados a Buenos Aires
para ser recluidos en Martín García. 200 indios debían integrar cuerpos militares.
No podemos ni imaginarnos las penurias que sufrieron los indios prisioneros. El cura
párroco de Junín, Pbro. Manuel Seijas, hacía lo posible para atender especialmente a los
enfermos. Una carta de éste, la que dirigió al arzobispo de Buenos Aires, dice: "...He
bautizado a 53 de los variolosos, los cuales se encuentran sin cama. todo en lamentable
estado..." (Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios, 1945. p. 180).
Según un informe del Tnte. Baldomero Lamela de Junín, del 23 de Noviembre de 1880, estos
prisioneros habrían hecho tres años de servicios "y han hecho la Campaña de Junín en la
división del Coronel Godoy y a mis órdenes inmediatas."
Un poco más tarde, el mismo cura párroco solicitó al Gobierno un terreno para estos
indios desheredados de la Pampa e instrumentos de labranza. Se apersonó al ministro de
Hacienda, Dr. Demaría. Si bien tuvo cierto éxito, a través de lentas gestiones, antes de
entregar terrenos, dispersaron a los indios supervivientes, según la orden del ministro de
Guerra, fechada en Buenos Aires el 30 de Octubre de 1880. "El Teniente Baldomero Lamela
debe internar a los indios reunidos del capitanejo Nahuel Payún en las cercanías del Fuerte
Lavalle (hoy General Pinto), en la segunda línea del Norte de la Provincia de Buenos Aires.
Lleva instrucciones para distribuir a esos indios en las poblaciones interiores, remitiendo aquí
a los caciques y sus familiares". Y tres semanas más tarde, Baldomero Lamela informó al Dr.
Victorica: "Cheuquelán es peligroso. Lo mando. No así Nahuel. Se debería darle una chacra o
quinta en Junín. No costará 10.000 $: se hará un ciudadano útil. Se le deben sueldos de tres
anos de servicio". El mismo decía en otra nota: "La tribu del cacique Nahuel Payún ha sido
dispersada según la orden del Ministro de Guerra, distribuyendo a los indios y familias en
establecimientos rurales con el fin de que perdiesen sus hábitos de tribu. De esta tribu quedan
el cacique y los capitanejos, a quienes, en atención a su condición y servicios anteriores,
nuestro gobierno está en el deber de atender y contribuir a que se proporcionen los medios
independientes (sic) de subsistencia sobre la base del trabajo como medio civilizador." (AEM.
doc.. 8199 fha.29.1.81) El mismo documento lleva este agregado: "El Presidente de la
República, en acuerdo de Ministros, resuelve: autorizar al Ministro de Guerra para invertir la
suma de 2.400 pesos fuertes en la compra de dos suertes de chacras del Partido de Junín para
ser donadas con prohibición de enajenarlas, al cacique Nahuel Payún y los capitanejos
Cheuquelán, Farías, Neculpán y Juan Negreti, distribuyéndoles además los instrumentos y
elementos de labranza para que se establezcan y fijen en ellas su residencia. Cesando desde
entonces el racionamiento que actualmente se les hace, a cuyo servicio se imputará este gasto.
Comuníquese al Ministro de Hacienda y Comandante General Roca."
El 18 de Febrero de 1881 fueron puestos en posesión de las tierras en el lugar que se
llamará "Campos La Cruz", nombre significativo para esta gente que había caído bajo la dura
ley de la Conquista del Desierto. (Véase M. Hux: "Los Indios del Campo La Cruz", en
Revista Historia de Junín, año 4. 1972, Nº 46. p. 14-19 y N°55) Según averiguó el conocido
investigador pampeano, D. Enrique Stieben, el cacique Nahuel Payún ha muerto en Telén,
Prov. La Pampa, en 1908, siendo centenario ya. No ha dejado descendencia en la Colonia
indígena de Junín. Su hermana Rosa Nahuelpán, casada con el cacique Justo Coliqueo. en Los
Toldos (Part. de Gral. Viamonte). ha muerto joven de pese de 1864. De ella nació Lorenza
(llamada Lorencita). que luego se casaría con un hijo del Coronel Manuel Baigorria. habido
de la hija mayor del cacique Ignacio Coliqueo. llamada Lorenza. Poseemos la famosa
fotografía de la familia de los Coliqueo El coleccionista John Maguire reproduce en su libro
Loncagüé (BA. 1967) fotos de platería que había pertenecido a Nahuel Payún.
Juana Inaical, esposa del cacique Nahuelpán y Petrona Nahuelpán de Neculpán
reclamaron, en 1892, los premios y tierras debidos por los servicios militares del cacique Era
capitán y baquiano en la Expedición o Campaña del Río Negro, a las órdenes del Gral.
Villegas (Hay noticia de la muerte de Nahuel Payún en el Registro del Escribano Abel G.
Pérez, 1892 Nº 369 y 266 que no he consultado)
(Etimología: Payún: barba: de Nahuel: tigre).

NAHUEL PAY (payún), Francisco, 1879, caciquillo del Sur de Neuquén.


Más tarde actuó un capitanejo huilliche Nahuelpán, más al Sur de la Patagonia.
En la Revista: Todo es Historia II. Nº 8 p. 52, se reproduce su fotografía con el
título: “grupo de araucanos que acompañó en 1883 al cacique Nahuelpán en su
gira por Europa”. Me consta que ese viaje del cacique no era un viaje de placer,
sino que aquellos indios fueron llevados a Europa como muestras para una
exposición internacional. Poco antes, Nahuel Pan había sido apresado sobre el
Lago Aluminé por el Cnel. Daza. (D. Pronsato: Patagonia proa del mundo, 1948
p. 120)
Nahuelpán se ha hecho topónimo. Según la Enciclopedia Argentina de
Santillán (vol. Vº p. 452) es nombre de un boquete que comunica la pampa de
Esquel con el Río Colorado, Depart. de Futaleufú, Chubut. En aquella zona,
-dice-, vivió el cacique Francisco Nahuelpayún, frente a la colonia indígena
disuelta en 1937 por el Gobierno de la Provincia.
(Lit. C. Bruno: Los Salesianos en la Argentina 1983 I. p. 439;
Francisco P. Moreno: Apuntes preliminares sobre una excursión a los territorios
del Neuquén, Río negro y Chubut, en Rev. Museo La Plata VII 1898 p. 278)
NAHUEL PÁN, cac. araucano chileno, 1869, hermano del cacique
Domingo Melinao (J. Bengolea, 1985, p.200)

NAHUEL PIL (o Nahualpil): 1740, cacique auca. De él habla el Padre Sánchez


Labrador en su libro Paraguay Católico (1772, p. 116). "En 1749 vino a integrarse en la
Reducción jesuítica de Nuestra Señora del Pilar, pero no quiso saber nada del bautismo y se
fue. Al poco tiempo volvió a la Misión y se aficionó tanto a la palabra de Dios que no perdía
ocasión de instrucción. Era primero para la Misa, el rosario, la doctrina. Tuvo devota
compostura y atenta. Tomaba agua bendita; hacía la inclinación profunda delante del altar,
aunque algunos puelches le hacían burlas y reproches. Si algo no había entendido bien. iba a
la habitación del misionero y preguntaba el significado. Trabajando en su sementera, le agarró
un "pasmo" (Dios lo libró de más peligros). Ni los fomentos de los misioneros le pudieron
curar. Estaba el alma dispuesta y le dieron el bautismo. Le encargaron que no admitiese
hechiceros y lo hizo. Pidió que rogasen por su salud. Dios no se la concedería. Al oír esto y
movido por el Espíritu Santo dijo el buen cacique que, siendo voluntad de Dios, moriría
gustoso.
"A los tres días de bautizarse, abrazando tiernamente el santo crucifijo, dio su alma
en manos de su Redentor... Su gente empero se fue de la Misión por rencillas y desprecios
de los puelches."
(Etimología: Pil [prob. pillán]: antepasado: Nahuel: adj. valiente.)
NAHUEL PIL (1852) cacique salinero. Figura en una lista de caciques obsequiados
por orden de Rosas en Bahía Blanca, el 7 de Enero de 1852, en vísperas de la batalla de
Caseros.
NAHUEL QUÉN o Nahuelquin, cac. boroga chileno. Era hermano del cac. Melín
quienes participaron en la Guerra a Muerte en Chile. Evadiendo esa guerra se trasladaron a la
Argentina a la zona de Guaminí. En la nota biográfica de Melín y de Rondeao he señalado in
extensum la tirantés con Rosas y luego el Asalto de Masallé por sus enemigos Calfucurá ,
Cheuqueta, etc. y su muerte en la masacre de Masallé. De inmediato Nahuelquin fue avisado
y él, en fecha 7 de Octubre de 1834 despachó una carta por un chasqui, diciendo que estaba
dispuesto a vengar la muerte de su hermano y que el cac. Meligür le mandase comunicación
y resolución. (AGN X. 24-8-6). Nahuelquín corrió con 30 indios hacia Chile, pero fue
interceptado por Calfucurá (Grau: Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, la Plata, 1949 p.
148) Santiago Avendaño en sus Memorias del Excautivo lo llama Nahuelquintuy
NAHUEL QUÍN, 1834, cac. agregado a la tribu del cac. Santiago Llanquelén,
reducida en el vecindario del Fuerte Federación (Junín). En el censo que por orden de Rosas
se hizo, se le adjudicó sólo 6 indios, 8 mujeres y 10 niños. René Pérez: Apuntes para la
historia de Junín, La Plata 1950 p. 31 (Me pregunto qué tiene que ver con el boroga
Nahuelquín arriba nombrado)
NAHUEL QUIN, 1790, capitanejo del cac. Lorenzo (Cayupulqui), puelche (AGN IX.
1-4-3: 10 de oct. de 1790) 1806, las crónicas de Mendoza anotan su visita y la de Uculman,
Epumay y el capitanejo Nahuelcan y otros.
NAHUEL QUIN, 1804, cac. pehuenche, visitó en 1804 y en 1806 al gobernador de
Mendoza con ánimo de concertar un tratado de paz. Es probable que haya intervenido
anteriormente en la Guerra Pehuenche que en Mendoza concluyó en 1899. Ahora en 1804 le
acompañaron los caciques Uculmán y Epimán y los capitanejos Nahuelcan, Caltimán y
Cumiñán (Comando Gral. Del Ejército vol .II p. 191) NB. Parece que este asiento coincide
con el anterior.
NAHUEL QUIEL, 1882, cac. agregado a las tribus del cac. Feliciano Puarán.
Fueron perseguidos en la segunda etapa de la Conquista del Desierto, en la Campaña de los
Andes. El 27 de diciembre de 1882, el Tnte. Coronel Moritan marchó a buscarlo, porque se
iba a entregar junto con Gervasio y Antené. Pero hallaron la toldería abandonada (Walther:
Conquista de Desierto, ed. 1964 p. 706).
NAHUEL QUIR, 1863, cac. huilliche, que vivía en la zona de Carmen de Patagones.
En Abril de ese año, asistió a la junta de paz, en la que se hizo el tratado con el cac. mayor
Benito Chingoleo Cheuqueta. En 1880 vivía aún allí. De él desciende la familia Nahuelquir
que vivía (y aún vive) en Cushamén, al Norte de Esquel, en el Chubut.
NAHUELQUIR, Miguel, capitanejo huilliche. Ha nacido en Junín de los Andes, me
decía (en 1984) su nieta, cuidadora del Museo Histórico de Esquel. Murió en 1922 en
Cushamén. Luchó durante la persecución de los expedicionarios junto con los indios del
cacique Purrán También él se entregó y fue integrado en el Ejército como capitán baquiano.
Solicitó al General J.A. Roca, durante su segunda presidencia un pedazo de tierra. Este lo
atendió y le regaló su fotografía autografiada y banderas argentinas. Así llegó con sus indios y
familias a Cushamén. Desde entonces usaban las banderas en su tradicional Camarujo.
Durante los trabajos de los topógrafos para establecer los límites con Chile, el caciquillo
Miguel Nahuelquir acompañó al Perito Francisco Moreno y a C. Puelli.
El cac. Aurelio Nahuel quir fue su sucesor en 1922. En la actualidad Dn. Vicente y
Dña. Filomena Nahuelquir son jefes en la celebración del nguillatún anual.
La Revista Argentina Austral, año XIII. Nº 129 reproduce una fotografía del cacique
Nahuelquir y del cac. Ñancucheo y su familia.
Bibliografía: Argentina Austral Nº 14 (1930) p. 22-24 por T. Pozo y
Argentina Austral Nº129 y Nº 132 con foto de Tanenhué, la reina de la tribu de
Cushamén
I.Ripoll: Recuerdo de un maestro patagónico Bs. As. 1980 .
ETIMOL: Quirque:lagarto y anule adjetivado: bravo, valiente.
NAQUILQUE, 1804 figura en el Diario de viaje de Justo Molina de Vasconcellos y
lo encontró cerca de Butanillo. (Jornadas Ranquelina 1998 )
NAHUEL QUINTUÍ o Nahuelquintú, 1820, caciquillo pampa. En marzo
de ese año el lenguaraz Ulloa fue a parlamentar con los caciques pampas. En su
informe consideró los más fieles a los caciques N. Quintana, Nahuel Quintú e
Hilario. 1834 estuvo entre los borogas que escaparon a la invasión de Calfucurá.
Más tarde lo encontramos entre los ranqueles. En 1846, mientras los caciques
Pichún, Calvaíñ y Coliqueo invadieron las fronteras con el Cnel. Manuel
Baigorria, en combinación con los unitarios, Quintuy y Canué no quisieron
participar en las invasiones.
Después de la victoria del Gral. Urquiza en la batalla de Caseros, el
capitán Nahuel Quintuí fue con Baigorria a Buenos Aires a entrevistarse con el
General entrerriano.
En 3 de Junio de 1873, día del fallecimiento del cacique Juan Calfucurá,
un Nahuel Quintuí firmó el gran documento, que se elaboró como proyecto para
un tratado de paz (AEM doc 1232). La esposa principal del cac. Ignacio
Coliqueo se llamaba Felipa Quintuil o Collíl.
NAHUEL TERÚ, 1723, cac. araucano de Mulchen (Chile). Durante la
sublevación de ese año, cuidó de la Misión vecina a su toldería. Tuvieron un
amago de invasión; pero no les pasó nada. (Gay, Historia 1874, vol. III p. 445)
NAGÜEL TRIPAY o Nabal tripay, 1770, cac. auca. Acudió en Mayo de
1770 al parlamento de paz convocado por el Comandante Manuel Pinazo en la
zona de la Laguna de Los Huesos. El y 11 caciques más hicieron un tratado de
paz; pero tuvieron que comprometerse a acompañar al Maestre de Campo en la
expedición contra los “tehuelches. Antonio Hernández nos dejó un Diario de esa
expedición, cruel, publicado en De Angelis V. 1838 p. 34-60.
Por una carta de Miers de 1770 (publicada en Lehmann Nitsche: “Het”
1923 p. 78) sabemos que los indios habían avanzado ese año contra el cacique
Nabal Tripay de nación auca, en el Río de los Sauces (R.Colorado)
¿Cómo concordar las dos comunicaciones?
NAHUEL TRIPAY, 1872, capitanejo del país de los manzaneros.
Bejarano lo encontró en su expedición para explorar las costas de los ríos, en el
río Wichequín (Diario de Bejarano, 26, 8. 72, publicado en Memoria del
Ministerio de Guerra y Marina, 187375 p. 348s)
NAHUEL TRIPAY, 1804, cac. pehuenche. En ese año llegó a Mendoza
junto con otros jefes pehuenches para concertar un nuevo tratado de paz. (Véase
los cac. del linaje Nahuel: Catrinahuel, Cayenahuel, Aucanahuel etc.
NAI PÁN, 1883, capitanejo. El Cnel E. Rodríguez había informado bajo
fecha 2 de Mayo de 1883 sobre la procedencia del cacique, A lo menos está la
ficha correspondiente en Archivo del Estado Mayor; pero falta el documento o
expediente.
NALQUIS, 1598, cac. comechingón del pueblo Nalquis, Ansenuza,
Córdoba; encomendado de Barrientos. (Montes ob. cit. p. 91)
NAMEN, 1612, cac. araucano. En el parlamento de Paicaví (Chile), del 7
de diciembre fue nombrado “Toqui” ETIMOL: Namen quizás es Namún:
garrón
NAME NECUL, 1837, cac. pampa. Ese año regresó con Pichi Callfillao
de los cuarteles en los hornos de la Catedral de Bs.As. “garrón ligero”
NAMEUCHÉ, 1655, cac. araucano que participó con 4000 indios en la
sublevación cerca de Osorno. En dos encuentros con los españoles perdió más
de 700 indios. (Gay, Historia 1847 vol. III p. 126)
NAMÍN NAHUEL, Juan, 1751, cac araucano (pehuenche) de Llamuco
Chile. Lo visitó el misionero P. Bernardo Haevstadt, el 8 de diciembre de ese
año..
ETIMOL: Pata de tigre
NAMÍN, 1825, cac. boroga. El 26 de abril de ese año estuvo en el
parlamento de paz de los pampas y borogas sobre el Arroyo Epecuén
NAMIO, 1562, cac. huarpe en Tojumeta; encomendado de Diego de
Velasco
NAMIO, Don Bartolo, 1688, cac. huarpe de San Juan, sobre el río
Bermejo; encomendado de Jufré Arch. Mend.
NAMUCHI, 1651, cac. araucano (Gay, Historia 1847 vol. III p. 103
NAMPAYO, 1577, cac. comechingón de Catun Cati, Puchun, Córdoba;
encomendado de Coria (Montes p. 66)
NAYANCURA, 1586 cac toqui araucano, sucesor del cac. Cadeguala.
Layancura falleció en un combate y su hijo Nangoniel heredó su cargo de toqui
araucano (Paveza Lista p. 46)
NAMUNCURÁ, Antonio, 1818, cac. huilliche de Collicó,
hijo del cac. Huentecurá, hermano del famoso Juan Calfucurá y
tío del cac. Manuel Namuncurá, el sucesor de Calfucurá, que
tratamos con la letra “C”.
En realidad poco podemos decir de Antonio. Acompañó mucho
a su hermano, tanto en Chile, como en la Argentina.
En 1818 estaba comprometido en la lucha por la independencia chilena,
tal como su hermano. Era “patriota” y enemigo de los borogas que se habían
adherido al bando realista. Pero esto puede tener una raíz histórica anterior. En
1818 Ángel Pacheco los conoció en Mabal de la Puerta, que yo no ubico
cartográficamente. Probablemente ha de ser en la Cordillera. En 1830 sufrieron una derrota en
la batalla de Malal Cahuel (Páez, J., Conquista del Desierto, Nº 10). Desde entonces buscaron
alianzas y oportunidades para desquitarse. En 1831 entraron al Neuquén, como malón.
Hicieron alianza con los caciques Chocorí y Cheuqueta. Pero las tropas de Bahía Blanca ya
tuvieron noticias de esos movimientos. En vísperas de la Expedición al Desierto de Rosas esa
división del sur bonaerense había hecho varias expediciones previas y no sólo de
reconocimiento. Así recibió la orden el 10 de Abril de 1832 que, unidos a las fuerzas de Bahía
Blanca y Tandil y las fuerzas de los borogas de Guaminí que conduciría el coronel Manuel
Delgado, debían batir a los indios de Toriano, Cañiumil, Cumio, Lipil, Cayupán,
Pichichocorí, Namuncurá y otros (AGN, X, 32-6-1); y esto a pesar de que el coronel
Rodríguez había hecho un parlamento de paz con más de 4.000 indios amigos de ellos, que
después se habían retirado por Salinas Grandes. Rosas, muy empeñado en quebrar el poderío
de los pincheirinos, no quiso dos frentes. Tenía noticias de que 2.000 indios chilenos habían
llegado ( creo para comerciar y llevarse hacienda) a Toriano e iban a invadir la zona de Azul y
Tapalquén. A fines de mayo las tropas que correspondían a Rosas atacaron sorpresivamente a
Toriano y lo capturaron. Los borogas pidieron su cabeza, después de haber muerto unos 100
de los suyos en 15 minutos. No los complacieron. Además, Rosas hizo difundir falsas noticias
de manera que consiguió el regreso de gran parte de los chilenos. Ni Calfucurá ni Namuncurá
habían vuelto, sino habían traído a sus familias, como dice S. Avendaño en sus Memorias;
quedaron en Neuquén a la espera, mientras se desarrollaba la Expedición de Rosas. Este, por
intermedio de sus agentes, estableció comunicación con ese grupo, porque sabía que iban a
poner en jaque a los borogas. Se hicieron mutuas promesas. Efectivamente, el 8 de
Septiembre de 1834 cayeron de sorpresa sobre los toldos de Masallé, saquearon en primer
lugar las tribus de los caciques Melín y Rondeao; a estos los mataron "con permiso de las
autoridades de Bahía Blanca" —decían— y a muchos indios, casi mil, según carta de Rosas al
general Guido. Y luego se afincaron en Salinas Grandes. Las tropas, aunque aparentemente
los perseguían como para utilizar a los borogas en la lucha contra los ranqueles de
Llanquetruz, éste había sido alertado y se había desplazado antes que llegasen las tropas.
Los hermanos Namuncurá y Calfucurá mantuvieron buenas relaciones con Rosas.
Pero eran chilenos y cuando Rosas por su tremenda diplomacia liquidó las dos grandes
conglomeraciones de indios chilenos, los realistas de Guaminí y aledaños y los patriotas de
Bahía Blanca (de Venancio Coñuepán), se formó una coalición de chilenos, conducida por
Calfucurá en un gran malón contra Bahía Blanca, porque eran e sas tropas las asesinas de
sus paisanos.
A Calfucurá lo acompañaron, el 23 y 24 de Agosto de 1836 los caciques Namuncurá
(Antonio), Chocorí, Cheuqueta, Guillitas, Maulí, Lepín y el prisionero Meligüer con 2.000
indios. Y al año, 1837, cuando el cacique Juan Raylef se acercaba para vengar a sus paisanos
muertos en Bahía Blanca, Calfucurá y Namuncurá los batieron en su retirada; Todo esto
debería ser mejor explicado y documentado.
1837 Antonio Namuncurá fue a Buenos Aires en compañía de Millalicán con
mensajes de su hermano Juan (Avendaño,S. Memorias p.42s) y traía consigo las impresiones
más favorables sobre Rosas que los reconocó como nueva Nación.
1841. Antonio Namancurá es nombrado en tres documentos: uno de Mendoza, del 23
de Julio, en una lista de caciques chilenos en tierra argentina. Otra, en una carta de Rosas a F.
Aldao con la carta que le envió a este cacique (Rev. Junta Est. Hist. de Mendoza, p. 252).
Podría ser que este así nombrado Namuncurá sea su sobrino, el hijo de Calfucurá que ya
tendría 30 años. Antonio Calfucurá estaba complicado en el asunto del malón contra el
cacique Guzmané. “Cuando mataron en 1845 a Guzmané, Calfucurá lloraba amargamente la
muerte de su hermano Namuncurá” Los ranqueles dieron el pésame a Pichuín para que lo
transmitiera a Calfucurá, su pariente”. En las Memorias del maestro F.S. Larguía, el 20 de
Septiembre de 1856 (Rojas Lagarde p. 163) hay una anotación no del todo clara:: “Aquí
mismo mataron sus indios a su jefe Namuncurá y él no pudo evitarla que en Bahía Blanca…”
En Diciembre de 1851 un documento habla del capitanejo Namuncurá; "hijo del
finado Namuncurá, que fue obsequiado entre muchos caciques por orden de Rosas en Bahía
Blanca AGN.S.X,20-10-4; 20.12.51). El hijo más importante del cacique Antonio Namuncurá
era Bernardo Namuncurá (véase su biografía),culto y versado, quien era escribiente de
Calfucurá. También José Levicurá, su hermano, tuvo buena actuación en el ejército salinero.
De hecho era todo un clan con hábiles cabezas políticas que guiaban los destinos de "los
desiertos" hasta las fronteras, oponiéndose a que éstas avanzaran, quitándoles terrenos y
posibilidades.

NAMUNCURÁ, Bernardo

NAMUNCURÁ, Bernardo, en 1863 era cacique huilliche, hijo del cacique Antonio
Namuncurá, quien era hermano y compañero de Calfucurá. Se crió junto a los hijos de
Calfucurá en Salinas Grandes; era su sobrino preferido. Tuvo oportunidad de educarse en
Chile y luego su tío Calfucurá lo tomó a su servicio como secretario. En una carta de Junio de
1873, en la que da noticias al arzobispo de Buenos Aires sobre la muerte del cacique general
Juan Calfucurá, le dice: "Yo soy el escribano de este desierto; que hace más de diez años que
estoy en esta parte de la Argentina. Yo soy chileno. Mi padre es cacique y yo indio, lo mismo
como mi padre y mi madre. Mi hermano lleva mis pasaportes que me han dado en mi
República. Se llama Manuel Lefiñancú. Espero que atenderá el pedido que te hace para mí el
Señor Don Manuel Namuncurá.'' Y le promete servir para el bien; propagando la religión y la
civilización”. Probablemente ha sido bautizado. Hablaba y escribía correctamente el
castellano.
Efectivamente, tenía un pasaporte chileno extendido en Valdivia en 1865, lo mismo
que sus hermanos Juan José Levicurá (o Leviñancú) y Mariñancó, con fecha 10 de Abril (L.
Copello, Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios p. 191).

En 1865 firmó como escribiente en nombre de Calfucurá el tratado de paz y en


consecuencia figura también entre los beneficiarios de sueldos y raciones. (AEM, 15.4.67.
lista)
Álvaro Barros, en “Fronteras y Territorios Federales” (1872), cita una carta de
Bernardo Namuncurá en la que le decía: "Tengo el honor de escribirle a Ud. por motivo que
se presenta el capitanejo Gabriel (Raín) a ésa, mandado por mi Señor General D. Juan
Calfucurá y me encarga que le hable por escrito a Ud. para que Ud. se entere de todo y
después lo haga saber al señor gobierno... Todos los caciques se han enojado por el intento de
poblar Choele Choel.. Mi General no quiere la guerra. Vivir bien es mejor..." Luego le da
noticias de Chile y del movimiento de indios.
En todos los pasos diplomáticos, Bernardo Namuncurá fue un buen consejero que
abogaba por la paz.
Calfucurá murió en su toldo el 3 de junio de 1873, Como dijimos. Grandioso fue el
entierro y difícil el parlamento que decidiría sobre la sucesión en el cacicazgo principal.
Estaban justamente reunidos muchos caciques aun de Chile, porque Calfucurá había
convocado a todos para la decisión de asumir la paz o la guerra, pues después de la batalla de
San Carlos de Bolívar quedaba alguna chance, aunque se preveía que, tarde o temprano, el
ejército iba a avanzar en la conquista. Namuncurá, el hijo más fuerte y conceptuado, quizás
estaba decidido a continuar el malón. Consta que Bernardo no apoyó la candidatura de éste.
Finalmente, el parlamento encontró una fórmula distinta, eligiendo un triunvirato que
formarían Manuel Namuncurá, Bernardo Namuncurá y Alvarito Reumay. Bernardo se hizo
cuñado de Manuel Namuncurá y siguió siendo su consejero y escribiente, pues la hegemonía
de Manuel Namuncurá se definió pronto. Bernardo era consultado por todos los caciques. Por
ejemplo, el cacique Pincén lo llamó en marzo de 1873 para que le redactara una proposición
de tratado de paz y efectivamente suscribe también ese tratado de paz que el gobierno aceptó
(véase Pincén y J. Maguire, “Loncagüé”, p. 159). Es también autor y redactor del tratado de
Namuncurá propuesto al Gobierno en 1875, (AEM, doc.. 1232) que se votara en un
memorable parlamento y por el que se hizo lo imposible para conseguir la aprobación.
Reproduje el documento y la larga lista de caciques y capitanejos en la nota biográfica de Jn.
Calfucurá)
Impuestos por varios conductos del plan Alsina, los indios salineros querían impedirlo
por la fuerza. Por ello organizaron la gran sublevación y el Malón Grande de Diciembre de
1875, que se realizaron poco después de que Bernardo acompañara al Padre Salvaire para
hacer una nueva proposición de paz a las autoridades militares y nacionales. (M. Hux, Una
excursión apostólica a Salinas Grandes del Padre Salvaire en 1875). Cobró fama el episodio
en que Bernardo salvó la vida al sacerdote, cuando gran parte de los caciques lo habían
sentenciado.)
Bernardo Namuncurá estaba muy afligido por el fracaso de sus muchas gestiones,
porque la paz no prosperaba. El mismo había integrado varias comisiones y sobre todo trataba
con el coronel Pío F. Yturra de Bahía Blanca por el que hacía también gestiones comerciales.
(hay una colección de 15 cartas remitidas a Pío Yturra en esos momentos, se halla en el
Archivo Salesiano de Bahía Blanca E-C 3, Yturra-Paesa)
Durante la persecución que el ejército expedicionario hizo a los indios salineros, en
primer lugar, Bernardo no abandonó a su primo el cacique general Manuel Namuncurá; y esto
a pesar de que iban destrozándole sus fuerzas de batalla en batalla y hasta su familia, pues
aquí y allá fueron capturados los miembros de ella. Aun en Junio de 1878, cuando Namuncurá
había abandonado ya su querida pampa, Bernardo intentó conseguir un "parate" o la
aceptación de nuevas propuestas de paz por intermedio del Padre Donati de Villa Mercedes,
sabiendo que había conseguido para los ranqueles la aprobación de un tratado. Pidió también
la intercesión del coronel H. Moreno del mismo punto y la del cacique Epugner Rosas, para
que apoyaran la misión de su hijo que iba a entrevistarse con el Arzobispo de Buenos Aires
(Arch. de Río IV. Convento franciscano, doc.. 888 del 19.6.78 y doc.. 887 del ,11.6.78).
Monseñor Aneiros contestó al Padre Donati y seguramente también a Bernardo Namuncurá,
diciéndoles que había hablado con el ministro en persona; que éste le contestó que
Namuncurá no había enviado comisiones de personas respetables [NB.subterfugio o mentira],
pero que pedía y mientras tanto preparaba invasiones.
La comisión que encabezaban dos hermanos de Namuncurá y un hijo del famoso
secretario tuvo que volverse sin haber sido escuchada. (ib., doc., 939, del 9.10.78)
Después, parece que Bernardo Namuncurá abandonó la lucha emigrando a Chile. En
el Archivo de Wintter se conserva una carta que Bernardo dirigiera al intendente de Valdivia,
en que le dice: "Estoy por hacer un paseo por mi provincia" (AGN. S. II, 7 –5 -3, fha. 9. 12.
1880). No figura entre los que acompañaron a Manuel Namuncurá en su rendición en
1883/84, pero diez años más tarde, le acompañó durante un viaje a Buenos Aires para
gestionar la entrega de las tierras en San Ignacio.
Luego quedó su persona en el silencio documental. No se hizo a tiempo la
investigación entre sus parientes para averiguar más detalles sobre Bernardo Namuncurá y su
familia. De todos modos, de lo conocido se desprende una figura simpática, inclinada a la
paz en un tiempo y clima de guerra.

NAMUNCURÁ, Ceferino
NAMUNCURÁ, Ceferino: 1886 -1905. No ha sido ni cacique ni capitanejo; pero
como ha cobrado tanta fama y aceptación en nuestro pueblo como el príncipe araucano de
Salinas Grandes o más correctamente como "Lirio de la Patagonia" y como "El Santito de la
toldería", quiero incluir algunos datos biográficos de él. La bibliografía "ceferiana" es ya
abundante. Los mejores estudios son del Padre Luis J. Pedemonte, del escritor novelista y
biografista Manuel Gálvez y del Padre salesiano Raúl Entraigas: “El Mancebo de la Tierra”.
Ceferino Namuncurá es hijo del cacique general Manuel Namuncurá y es opinión
general que Rosario Burgos ha sido su madre. Como su padre convivía con Rosario Burgos y
con Ignacia Ynaipán, pudo también a ésta llamar madre. En 1900 Manuel Namuncurá pidió
la gracia del sacramento matrimonial. Pero el misionero salesiano le decía, que el cristiano se
casaba con una sola mujer. Entonces el cacique respondió que se quedará con Ignacia y
despedía a Rosario. Y así se asentó en 1900 en el acta del casamiento civil y en el de registro
parroquial.

El casique M.Namuncurá se casó en 1900 con Ignacia Raiñ, llamada también


Inaypán, con el sacramento cristiano del matrimonio. Ella tenía 38 años de edad y él tenía 89
años de edad, Ceferino 14. y su hermana menor Fermina 3. Son llamados hijos naturales.
(ver la reseña de Manuel Namuncurá). El cacique había vivido con más mujeres años antes,
que iba p erdiendo en el transcurso de sus campañas militares. En 1884 se entregó y se afincó
con sus familiares en Chimpay. Fue entonces que Namuncurá hizo un viaje a sus paisanos en
Bragado y a los de la Tribu de Coliqueo en Los Toldos. De allí yo recogí en varias familias la
tradición de su visita y que había venido a Los Toldos para llevarse la hija del capitanejo Raíñ
que estaba en ese momento en Los Toldos de visita. Y la llevó consigo.

Ceferino Namuncurá nació el 26 de agosto de 1886, en Chimpay, en la provincia de


Río Negro, sobre el Río Negro, donde su padre se radicó provisoriamente, después de haber
abandonado la lucha por la autonomía araucana contra los ejércitos expedicionarios de la
Conquista del Desierto. El padre de Ceferino tenía entonces 75 años y su madre Rsario
Burgos 19. Ceferino 1887 casi se ahogó en el río, dicen las crónicas. El Padre Milanesio lo
bautizó el 24 de Diciembre de 1888 y le dio el nombre Ceferino por haber nacido un 26 de
agosto, fiesta de San Ceferino. En su hogar lo llamaban Morales, como se llamaba un tío,un
hermano de su padre; el cacique Juan Morales Calfucurá. El acta de bautismo fue asentada en
la parroquia de Carmen de Patagones Lib. de Baut. Nº 29 Nº 127 y figuran allí como padrinos
José Rivero de Buenos Aires y Carmen Burgos de M... y sus padres el cacique Manuel
Namuncurá y Rosario Burgos.
Después que el cacique Manuel Namuncurá se había casado ante el civil y ante la
Iglesia con doña Ignacia, doña Rosario pasó a la tribu de Llanquetruz, que vivía unas 14
leguas más al Norte de la tribu de Namuncurá, sin llvar consigo a sus hijos. Allí se casó con
un tal Francisco Coliqueo y con él fue a Comallo, Río Negro, donde arrendó tierras. Pero
como frcasaron sus intereses, volvieron a Neuquén. Finalmente, en el año 1932, habiendo
muerto el esposo, doña Rosario Burgos , volvió a juntarse con la gente de la tribu de
Namuncurá a pedir hospitalidad. Se radicó en el rancho de Clarisa, una de sus hijas. Hay
pocas noticias sobre los otros hijos. En el testimonio de Aníbal Namuncurá, hijo del cacique
Manuel Namuncurá y Rosario Burgos dice: “los hijos de doña Rosario somos María,
Ceferino, Clarisa, Aníbal y Fermina. Ceferino Namuncurá , quien llegó en 1904 con Monsr.
Juan Cagliero a Roma, mandó a su madre una notable tarjeta postal. En primer plano se ve el
retrato del Sumo Pontífice Pío X, sin que mencione la audiencia que había tenido con el Papa
santo. Allí escribió lo siguiente:
“A mi querida Mamá Rosaria B. (sic!) de Namuncurá
su afectísimo hijo de leche (sic!) Ceferino Namuncurá este recuerdo filial dedica a su
madre. ¡Felicidad!”

Y en el anverso con letra vacilante escribió:


“Estimada mamá: Conserva este retrato de Su Santidad Pío Décimo
como demostración de amor, cariño y gratitud que vuestro hijo querido os conserva.
Dios y la Virgen os bendigan y concedan felicidad. Su afmo. Ceferino.
Doña Rosario murió el 21 de octubre de 1945 . Tenía entonces según nuestro cálculo
79 años de edad.

En 1891 Namuncurá se trasladó con su gente a San Ignacio, cerca de Junín de Los
Andes, en Neuquén, donde el gobierno le había asignado 8 leguas cuadradas para su tribu. El
padre de Ceferino viajó varias veces a Buenos Aires por la gestión de la entrega de la tierra y
de los títulos e hizo estudiar allí a algunos de sus hijos. Esto despertó en el niño Ceferino el
deseo de poder ir él también a estudiar. En 1897 le complació su padre y lo llevó a la Capital,
presentándolo nada menos que al presidente de la Nación para que lo recomendara. Su
primera ubicación (25.8.97) en un taller en Tigre, no resultó aceptable. Pero cuando entró, el
20 de Septiembre de ese mismo año, en el Colegio Pío IXº de los Salesianos, se sintió
contento. Gran esfuerzo fue para el pequeño araucano de once años para adaptarse a este
nuevo ambiente. Lo hizo. Tenía entre sus compañeros a Alpio Antonino Coliqueo de Los
Toldos, al que llegué a tratar personalmente y a Carlos Cardel que sería famoso tanguero.
Ceferino en todo momento se destacó como muy piadoso.
El 8 de Septiembre de 1898 tomó su primera comunión; el 5 de septiembre de 1899
recibió la confirmación. En 1900 frecuentó ya el tercer grado y en 1902, el 6º grado. Hasta
1903 frecuentó esta escuela como interno. Los Padres Salesianos vieron en él deseos de
llevar una vida consagrada a la religión y al apostolado.
Entre tanto, su padre efectuó el casamiento civil y religioso en la población de
General Roca, el 12 de Febrero de 1900 con Ignacia Rañil, no con Rosario Burgos, a la que
abandonó desde entonces, como dijimos arriba.(Ignacia era de la nobleza araucana y Rosario
era una cautiva blanca bonita) Pero Namuncurá reconoce en el acta ante el jefe del Registro
Civil Dn. Alberto Lizarriaga (acta 2) a 12 hijos, entre ellos los de Rosario Burgos: Clarisa,
Ceferino, Alfredo, María, Aníbal y Fermina. El Padre A. Stefanelli extendió el acta del
casamiento religioso y la asentó en el libro de la Iglesia de San Miguel (G. Roca) en el Lib. de
Casamientos de 1900 folio 58.
La salud de Ceferino no era buena. En 1902 se advirtieron los primeros síntomas de
tuberculosis. Lejos se estaba de conocer los antibióticos. Se le quiso curar con descansos y
cambios de aire, primero a Urribilarrea, luego a Carmen de Patagones o Viedma y finalmente
en Roma, mientras que iba estudiando, según las fuerzas físicas se lo permitían. El 19 de Julio
de 1904 se embarcó con monseñor Juan Cagliero en Buenos Aires para ir a Italia. Un
hermano fue a despedirlo en representación de su padre. En Turín y en Roma fue objeto de
admiración y monseñor Cagliero lo presentó incluso al Papa Pío X.Este le tomó mucho cariño
y no dejó de destacar su noble alcurnia araucana.
Pero la tuberculosis se había agravado y no la detuvo un traslado a Frascati, de clima
óptimo. 1905 los Padres Salesianos lo internaron en el hospital de los Hermanos de San Juan
de Dios en la Isla de San Bartolomé en el Tigre. Allí murió confortado por los santos
sacramentos, el 11 de Mayo de 1905, a las 6 de la mañana. Entre sus últimas palabras se
anotaron su oración : “¡Sálva a los míos, Señor!”
Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Campo Verano (38, fila 20). Ha sido
estimado y llorado no sólo por los Padres Salesianos y sus paisanos; incluso el Papa exclamó
al recibir la noticia de su fallecimiento: "Era una bella esperanza para las misiones de la
Patagona, pero ahora es y será, su más fuerte intercesor".
Me emocionan las palabras que el anciano Manuel Namuncurá pronunció en su visita
en el Colegio Pío IXº, en Buenos Aies ,donde el niño Ceferino había recibido la primera
enseñanza, pues hacía poco había recibido la noticia de la muerte de su hijo.
“Con firmes palabras en idioma mapuche manifestó sus sentimientos. El hijo que
lo acompañaba decía;
“ El señor cacique, mi padre, me ordena que traduzca las expresiones que acaba
de pronunciar. Ha dicho:
Mucho he sentido la muerte de mi querido hijo lejos de la patria, sin tener el
consuelo de abrazarlo y darle el último adiós Pero me consuela que lo ha hecho por mí
el inolvidable amigo monseñor Cagliero y los salesianos que lo asistieron. Resignado en
mi dolor, acatando la disposición de Dios, no tengo sino palabras de reconocimiento
hacia los salesianos que lo educaron. Y lo mismo sus hermanos, mis hijos”. (Eduardo A.
González)

Como la gente lo consideraba un santo, se empezó a reunir testimonios de su vida y


santidad. Tenía algo dulce y armonioso en su ser, en su semblante, en sus palabras y en sus
cartas que cobró en seguida la simpatía de quien lo había tratado. El Padre José Vespigniani
recogió ya en 1911 datos para la biografía de Ceferino. El R.P. Luis J. Pedemonte encabeza la
larga lista de las publicaciones sobre el Lirio de la Pampa, el Mancebo de la Tierra, el Santito
de la Toldería.

El 6 de Mayo de 1915 fueron recogidos sus restos y colocados en el nicho 358 de la


fila 11 y en 1924 fueron repatriados por los salesianos, desde Roma a la Ermita de Fortín
Mercedes, al sur de la provincia de Buenos Aires, lugar que se convirtió en meta de
peregrinaciones, pues el pueblo lo quiere y lo venera y pedía a Dios por su intercesión favores
de toda índole.
La causa de beatificación fue iniciada en Roma el 2 de Mayo de 1945. Más tarde se le
dedicó un lugar al fondo de la iglesia. En Fortín Mercedes se exhibe un busto de Ceferino
revestido de un poncho, tejido por su madre, doña Rosario Burgos, y también en San Ignacio
en el Neuquén se erigió un monumento, el 11 de Mayo de 1983 con toda solemnidad y con la
asistencia del cacique Dn. Celestino Namuncurá y su paisanada. Su biografía es pues una
excepción, un remanso de paz, entre las biografías de caciques y capitnejos tan llenas de
noticias de guerras y persecuciones.
El 22 de Junio de 1972 fue declarado “venerable”. Lentamente se dieron los ulteriores
pasos para la beatificación y declaración de santidad. Al cumplir un centenario de su muerte
en Mayo de 2006, recibí de Roma una solemne comunicación de que el proceso de
beatificación estaba por concluirse al aceptarse un milagro científicamente comprobado . Y
finalmente, el sábaso 7 de Julio de 2007 el Papa Benito XVI suscribió el documento
marcando la fecha de la beatificación de Ceferino Namuncurá,para el 11 de noviembre en
Chimpay, donde nació, fiesta solemne que confirmará su veneración entre todos los
creyentes.

NAMUNCURÁ, Manuel , cacique general de Salinas Grandes

NAMUNCURÁ, Manuel: 1811-1908, cacique salinero, tercer hijo del gran cacique
Juan Calfucurá y su sucesor en el cacicazgo, en la lucha por la paz y la supervivencia de sus
tribus. Era de noble estirpe, destacado miembro de un clan araucano que ha dejado huella en
la historia argentina, ya por sus antecesores, sus hermanos y compañeros de armas, ya por sus
numerosos hijos, entre los cuales sobresale ''El lirio de la Patagonia", el venerado Ceferino
Namuncurá.
''Poseemos mucha documentación, más que de ningún otro cacique, acerca de la
actividad del último monarca o soberano de la Pampa. De él da Mons. Juan G. Durán
testimonio en su libro Namuncurá y Zeballos; el archivo del cacicazgo de Salina Grandes ed.
Bouquet 2006. Como él o con él nos fundamentamos bastante en este ensayo. También hay
otras publicaciones sobre este General y Monarca mapuche. E1 libro clásico es el del teniente
coronel Adalberto Á. Clifton Goldney.”El cacique Namuncurá (ultimo soberano de la
pampa)”, Bs. As. ed. Lib. Huemul, 1956. Con anterioridad, en 1946, él mismo le había
dedicado un primer ensayo, bajo el título :Monografía del Indio Coronel de la Nación don
Manuel Namuncurá. También ese otro clásico del Dr.Estanislao S. Zeballos, Calvucurá y la
dinastía de los Piedras, cuya primera edición hizo Peuser en 1884. Si bien el autor ha tenido
contactos personales con el cacique Manuel Namuncurá, no ha podido describir escenas ni
fisonomías tan logradas como las de Lució V. Mansilla en Una Excursión a los Indios
Ranqueles, en 1870. El conocido novelista Manuel Gálvez en “El Santito de la Toldería”
(vida perfecta de Ceferino Namuncurá), ed.Apis. Rosario, 1967 (primera ed. 1947), ha dejado
sobre él unas páginas bien documentadas. Hice un primer ensayo en el libro Caciques
Huilliches y Salineros.
Daremos unos lineamientos para una biografía más completa que se escribirá sobre
este hombre perseguido y respetado, casi legendario y sin embargo histórico. Legendarias han
sido algunas interpretaciones de la época de la Conquista del Desierto que serán rectificadas
por la documentación presentada.

1. Origen del cacique Manuel Namuncurá

Según el testimonió propio del cacique Namuncurá para el acta de su casamiento


religioso y ante el Registro Civil de General Roca (Río Negro), el 12 de Febrero de 1900,
cuando tenía 89 años, había nacido en Calalik de la provincia de Neuquén y era hijo del
(cacique) Juan Calfucurá y de Juana Pithren o Pitrilef Nació, pues, en 1811, el mismo año en
que nació Domingo Faustino Sarmiento, bajo cuya presidencia llegaría a ser cacique general
de los indios salineros. Namuncurá se consideraba argentino, por cuanto había nacido en la
zona cordillerana del oeste del Neuquén, quizás por Pullmarí, Departamento Aluminé. Su
padre se consideraba chileno, nacido en la zona del Lago Colicó, al sur del río Tolten, ambos
puntos sobre 39° de latitud sur. Los huilliches de la estirpe "Cura" o, como dice Zeballos, "los
Piedra" se apoderaron del Paso Llaima y controlaron el tráfico de haciendas. Calfucurá se
consideraba con derechos adquiridos en la Argentina, pues por tratado de paz Rosas le había
cedido la zona de Salinas Grandes, punto estratégico y de yacimientos de sal.
Manuel Namuncurá fue el tercer hijo de Juan Calfucurá. Y éste había nacido poco
antes de 1790 como hijo del cacique Huentecurá. Llevaba el nombre del abuelo Calfucurá de
Pitrufquén. Cuando le agujerearon a Namuncurá las orejas al niño nacido en 1811, ceremonia
de imposición del nombre, lo llamaron Namún Curá, como su tío Antonio Namuncurá y le
dieron además el nombre cristiano Manuel. Cura, como apellido, porque era de esa "cünga” y
namún, antepuesto, como nombre propio que lo diferenciaba en la familia No todos sus
hermanos llevaban el nombre de su estirpe. Eran más de 20 hermanos de varias esposas de
Calfucurá: 1. Millaqueo, José; 2. Juan Morales Calfucurá; 3. Manuel Namuncurá; 4. Alvarito
Reumay; 5. Mariano Currumain; 6. Manuel Pastor, 7. Pereyra Carupán-Curá; 8. Melicura o
Chico; 9. Juan Miauln Curá; 10. Vicente Millacurá o Llancacurá; 11. Antucurá o Quiñeante;
12. Pulquicurá; 13.Huichacurá; 14.Levicurá; 15. Benito Pichicurá; 16. Bernardo "El Guacho";
17. Juan Miguel Carmaro; 18. Pascual; 19. Juancito Calfucurá; 20. Platero. Hay algún
documento que nombra un Levipí cómo hijo. De hecho, un "familión" con sus parientes...
Como para no hablar de un clan.
No me resultaría difícil novelar sus años de infancia, pero nos atenemos a los
documentos. Uno solo de ellos nos dice que entonces vivía en la región del Río Llaima
(Chaima), al pie del cerro Uyel Tué, como averiguó Jorge Claraz. (Carta al coronel Cerri,
1875, publicada en La Nueva Provincia, Bahía Blanca, 1.8.1957)

2. El joven cacique al lado del ambicioso cacique Calfucurá

Namuncurá nació cuando se suscitó la lucha por la independencia chilena ,que en


1819 se continuará hasta 1825 en la llamada Guerra a Muerte, enfrentándose grandes
contingentes aborígenes, unos adhiriéndose al bando realista, los otros al bando patriota. Nos
cuentan esta historia Benjamín Vicuña Mackenna, en su libro ”La Guerra a Muerte” (2a
edición, Ed. F. de Aguirre, Bs. As., 1972) y Tomás Guevara, “Los Araucanos en la Revolución
de la Independencia, 1810-l827”, Santiago, 1910. No dan información sobre la actividad de
Calfucurá, sólo hablan del bisabuelo, el viejo Calfucurá, "el Brujo" o "el Gordo” que de
realista fue doblado por la fuerza al bando patriota; pero sabemos que Juan Calfucurá y su
hermano Namuncurá estaban con los patriotas. El militar argentino Ángel Pacheco los
encontró en 1818 en Mabal de la Puerta (M. Pueyrredón, “Escritos históricos” y Clifton
Goldney,” Manuel Namuncurá”, p. 199) y los dos creían que "ambos eran patriotas". Esto
trajo consigo el enfrentamiento con los borogas, aún con los emigrados a la Argentina, y con
los pincheirinos a quienes combatían. En 1830, Calfucurá y los suyos sufrieron un revés en el
combate del Cahuel Malal (Corral de los caballos); pero se desconocen los detalles.
En 1831, movidos por el deseo de venganza y para perseguir a los realistas que
lucharon en Neuquén y en el sur de Mendoza, Calfucurá entró con sus conas y caciques
aliados en nuestro país y con él el buen mozo Manuel Namuncurá, que ya tenía 20 anos.
Muchacho de fuerte contextura, ágil e inteligente, se proyectaba ya como émulo de su joven
padre. Y pronto sería él también consignado cacique.
En 1831 no pudieron realizar su venganza, ni vengaron la muerte de su amigo el
cacique Toriano, porque lo impidió Rosas, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires,
quien había enviado a sus tropas a Guaminí a combatirlo. Rosas envió secretos mensajeros a
tomar contacto con esos chilenos patriotas que venían por el Neuquén; los necesitaba para
aislar y eliminar a los pincheirinos. Permitió que hicieran alianza con los caciques Chocorí y
Cheuqueta. Informados sobre la Expedición combinada del Desierto, se quedaron a la
expectativa, pero luego los llamó el gobernador Rosas, los conchavó para poner en jaque a los
indios borogas emigrados de Chile y que se habían hecho muy numerosos. Rosas, a partir de
1834 utilizó una diplomacia maquiavélica, enfrentó bajo amenazas y halagos a un grupo de
indios contra el otro para que se fuesen debilitando y eliminando. He narrado todo esto más
extensamente en las biografías de Caniuquir, Rondeao y Venancio Coñuepán.
El año 1834, invadieron Calfucurá y sus aliados (y naturalmente el joven Namuncurá)
la toldería de Masallé y aledaños y "con permiso de los militares rosistas de Bahía Blanca”,
haciendo una espectacular matanza; y no fueron perseguidos, sino favorecidos por un tratado
de paz, que les concedía el derecho de ocupar la zona de Salinas Grandes. Tanto Calfucurá
como Namuncurá, desde entonces, invocaban este derecho adquirido y lo defendieron contra
todos los ataques, como señalaremos más adelante. No son verdaderas las noticias sobre una
expedición contra Calfucurá en Diciembre de 1835. Su tío, Antonio Namuncurá, había sido
recibido como aliado en Bahía Blanca y él tenía noticia de la expedición, que se decía que era
contra los enemigos de los borogas, porque Rosas los utilizó para eliminar a ranqueles y aún a
borogas que se habían refugiado entre los ranqueles. Y luego, en 1836 fueron liquidados los
dos grandes grupos que se creían amigos de Rosas: los borogas de Cañiuquir y los patriotas
de Coñuepán. Este último había sido un gran protagonista entre los patriotas de Chile. Y por
eso su muerte y la masacre de su tribu indignó a Calfucurá que reunió hasta a los ranqueles
para llevar un malón de protesta y venganza contra Bahía Blanca. También el pariente de
Coñuepán, Juan Raylef, de Chile, patriota, dirigió en 1837 otro malón de 2.000 indios a
vengar esas injusticias. Calfucurá. justiciero por un lado, aconsejado por el gran político de
Buenos Aires, atacó a este malón en su retirada, haciendo un enorme botín.
Aunque algunas veces rompieron lanzas con tropas rosistas, las relaciones con Rosas
se mantuvieron buenas hasta Caseros (1852) e incluso Calfucurá se ofreció para ayudarle en
esa emergencia. En 1847 habían renovado el tratado de paz con el General Ángel Pacheco,
enviado a Salinas Grandes, cuando supo que Reuquecurá, el tío de Manuel Namuncurá,
estaba por organizar una invasión, quizás para complacer a los caciques chilenos que
buscaban hacienda para su mercado en Chile.

3. Después de Caseros

Vencido Rosas en Caseros, en 1852, los salineros bajo la hegemonía de Calfucurá


comenzaron una política muy distinta. Calfucurá quiso coalicionar a todas las tribus y rescatar
a los indios y tribus sometidas; los llamados indios amigos, en una Confederación Indígena'
(véase P. M. Hux, Coliqueo, capítulo IV). A la vez, y durante diez años se enfrentaron los
cristianos en una guerra civil, el enfrentamiento del Estado de Buenos Aires con la
Confederación, las tropas de Urquiza contra las de Bartolomé Mitre. Ambos bandos
trabajaron para conseguir la adhesión de los bravos caciques y sus tribus o la neutralización
de los mismos. Bajo uno u otro motivo Calfucurá organizó entonces notables malones. El
primero contra Bahía Blanca, en 1852, y luego uno tras otro, contra las poblaciones
fronterizas de la provincia de Buenos Aires, ya diciendo (como lo decían otros caciques
también en sus cartas) que lo hacían por orden de Urquiza ya guiados por jefes de la
Federación, entre ellos los coroneles F. Olivencia y Pedro Rosas y Belgrano. Especialmente
sensibles se han mostrado en los casos de ofensas personales; como la prisión y muerte del
hermano mayor de Namuncurá, el cacique José Millaqueo en Bahía Blanca o la prisión de la
comisión diplomática, compuesta por varios hermanos del mismo Namuncurá, hijos de
Calfucurá, capturados por el coronel Benito Machado. (Véase lo dicho en la biografía de Juan
Calfucurá).
Namuncurá era ya un respetado cacique, guerrero y diplomático. En 1853 acompañó a
Federico Olivencia a Buenos Aires para concluir un tratado de paz con Buenos Aires. Pero
cuando este coronel fuera despreciado, acercóse al bando del general Urquiza, y también los
salineros se pronunciaron claramente a favor de la Confederación que ya en 1852 les había
ofrecido amistad (Zeballos,”Calvucurá” y Clifton Goldney, ob. cit. p. 54; nota 42);
Rechazaron dinero y ofrecimientos porteños, como el de dar a los hijos educación en Buenos
Aires, pues retiraron a Pascual y a Pastor para hacerlos educar "al lado de Urquiza". Así,
Calfucurá envió también a Namuncurá al Paraná, en 1854, para que recibiera algún
perfeccionamiento. Se hizo la paz, se selló una amistad y el Gral. Urquiza quiso que
Namuncurá fuese bautizado y él saliera de padrino. No he visto el correspondiente asiento en
libros eclesiásticos; pero no dudo de que Zeballos, Gálvez y el coronel Juan Cornell dicen la
verdad y que efectivamente fue bautizado a los 43 años y que al mismo tiempo juró la
Constitución de la Confederación Argentina, y que fue obsequiado magníficamente, como
amigo de su padrino y partidario de su política. (Clifton Goldney, ob.cit., p. 61 y nota 95-96).
Namuncurá estuvo en la batalla de Sierra Chica (1.6.1855) y las subsiguientes batallas
en que los salineros humillaron al ejército de Mitre y de Hornos. Rechazaron nuevas
propuestas de paz de las comisiones de Buenos Aires y animaron a Urquiza a la lucha más
expeditiva. "No estoy aburrido de la guerra contra los porteños", escribió entonces Calfucurá
a su compadre (AGN, SABIH, Arch. de Urquiza, T. 111, p. 61). A dos expediciones porteñas
que fracasaron, ellos, los indios salineros, oponían o lanzaron malones importantes a
Quequén, Tres Arroyos, Cristiano Muerto, y el gran malón a Bahía Blanca, el 19 de mayo de
1859 y después de la batalla de Cepeda, en Azul y Tandil y 25 de Mayo. Esto es una
enumeración, pero en buena parte dirigía Namuncurá las operaciones en nombre de su padre
Calfucurá, acompañado por caciques hermanos y amigos, a veces en compañía de jefes
federales. Varias veces estuvo en Paraná en misión diplomática.

4. Entre las batallas de Pavón y la de San Carlos de Bolívar

La Confederación Indígena iba disolviéndose a medida que caciques y tribus volvían


a unirse en tratados de paz con los hombres de Buenos Aires; Catriel, el primero, Llanquetruz
del sur y Coliqueo con sus borogas. Las comisiones del general Mitre y del comandante
Ignacio Rivas de Azul los hacían inseguros en su compromiso político. Antes de la batalla de
Pavón, durante los cambios políticos que provocara el nuevo presidente de la Confederación
Argentina, Santiago Derqui, Calfucurá le decía al general Urquiza: "Los porteños mandan
chasques a los indios del finado Meligner, Cristo, Andrés y Namuncurá. Vengan comisiones
de usted!" (Arch. Urquiza T 224,fha.22.4. 61)
Después de la derrota de Urquiza en Pavón (1861), Calfucurá y sus indios
mantuvieron una respetuosa paz; no así los ranqueles que se unieron a las guerrillas de los
montoneros, y recién en 1865 hicieron su tratado de paz por intervención del Coronel Manuel
Baigorria.
Namuncurá seguía desempeñando importantes misiones de su padre. Era su hijo
preferido. Así lo leemos en la carta de Calfucurá que el 6 de Julio de 1863 envió al general B.
Mitre: "...Mando a mi hijo Manuel Namuncurá, con el teniente Mariano Romero... Este mi
hijo es segundo mío. Avise al coronel Rivas que lo acepte como a un segundo general, que es.
Avise a Coliqueo (cacique de Los Toldos) que mi hijo Manuel lo visitar á. Mándele a llamar
para que conversen" (Arch. Mitre, XXIV). También lo mandó a Chile, cuando supo de la
proclama de Antoine Orellie, el aventurero francés, que quiso establecer un reino en la
Araucanía y la Patagonia. Jorge Beramendi dice que lo recibió muy mal; mientras que el
cacique Quilapán, que se había criado casi a la par de Namuncurá en Salinas Grandes, fue su
partidario.
Calfucurá aspiraba conseguir un tratado de paz con las ventajas que tenían los indios
de Coliqueo, de Chingoleo y de Ancalao y otros. Pero los militares que habían apaciguado la
guerra civil, proyectaban en 1865, muy en serio la conquista de los campos entre las fronteras
bonaerenses hasta el Río Negro. El proyecto Paunero era secreto, pero algo se sentía venir.
Por entonces estalló la Guerra del Paraguay que cambió la situación; es decir, que despojó a
las fronteras de buena parte de su tropa y postergó el proyecto de la conquista. No obstante, se
hicieron nuevos avances de fronteras (la Comandancia de 9 de Julio a Carlos Casares (Fuerte
Gral. Paz, por ejemplo); se crearon 27 partidos nuevos en Julio de 1865 en la provincia de
Buenos Aires; habría nuevos pueblos y poblaciones. Calfucurá, siempre atento a los
acontecimientos de Buenos Aires y aún a la prensa de la Capital, reclamaba contra tales
avances y buscó congelar los peligros de avances por un tratado de paz. Namuncurá era uno
de los comisionados para lograrlo. En realidad les convenía al gobierno de la provincia de
Buenos Aires y al de la Nación un tratado de paz con las numerosas tribus de Salinas
Grandes, acaudilladas por Calfucurá. Y cuando el imprudente coronel Machado apresó una
importante comisión de paz y suspendió los suministros que le daban desde su primer tratado
de paz, Calfucurá movilizó a todas las indiadas para invadir (AEM. fha. 22.12.65). El
vicepresidente en función de la presidencia, por ausencia de Mitre en el Paraguay, firmó
finalmente el 12 de Octubre, el nuevo tratado de paz (Lo he reproducido del documento 896
del Archivo del Estado Mayor del Ejército, en la biografía de Calfucurá). y casi al mismo
tiempo otro tratado con el cacique Reuquecurá, tío de Namuncura. Manuel Namuncurá figura
primero en la lista de suministros. (AEM. fha. 15.4.67)
Se produjeron nuevas tensiones a raíz de la promulgación de la Ley 215, del 13 de
agosto de 1867, que ordenaba el traslado de las fronteras hasta el Río Negro, en cuanto las
tropas hubiesen vuelto del Paraguay. Se mantenía entonces la guerra de las fronteras, no sólo
latente; en 1869 se inició el avance de las fronteras según el proyecto del ingeniero coronel
Juan F. Czetz en todo lo largo de las fortificaciones. Y cuando las tropas nacionales ocuparon
la Isla Choele Choel, Calfucurá hizo una protesta que "hacía temblar", aunque Namuncurá
protestara con palabras más amables. Véase esta carta del 12 de octubre de 1869: "...pues
nosotros también tenemos el bien pensar ,vivir bien y no estar de enemigo, siendo hijos de
una misma tierra, que nos podíamos defender ambos. Señor, los pícaros ladrones no nos dejan
vivir bien, y estos pícaros son los que nos hacen correr la fama que todos somos ladrones.
Señor, usted sabe que por cien pícaros pagan 200 buenos; pues así estam os sufriendo
insultos por otros capitanes que nos obedecen.
"Mi padre y yo somos muy sentidos en contra del gefe del Azul, por lo que está
haciendo, asesinando a nuestra gente que anda en negocios, pues no sabíamos que este gefe
nos quería hacer la guerra. Si este gefe no anda bien, tendremos que mirar al Señor
Gobierno... Vuelva la comisión con Raiñ, Guenchuquil y Trafoll..."
El presidente D. F. Sarmiento se avino a hacer nueves arreglos de paz con los
salineros (AEM, 25.7.1870). Pero Calfucurá era consecuente y justiciero. El comandante de
Bahía Blanca, coronel O. Llano, provocó una grave situación al agredir y apresar la tribu
amiga de J. Cañumil. Calfucurá envió dos malones en protesta hasta que consiguió la
liberación de su cuñado Cañumil y de sus apresados en Bahía Blanca, y exigió la sustitución
del comandante más que imprudente. Naturalmente Namuncurá intervino en estos malones
sobre Tres Arroyos (Junio de 1870) y sobre Bahía Blanca (23 de octubre de 1870). Y el
coronel Rivas fue facultado para renovar el tratado de paz. (AEM, doc. 1137. Véase Jorge
Rojas Lagarde, “El Malón de 1870 y la colonia inglesa de Sauce Grande”, (Bs. As., 1984)

El coronel Francisco de Elía, comandante de Azul en 1871, en reemplazo del general


Rivas, quien debía reprimir la revolución de López Jordán en Entre Ríos, provocó otra
situación muy difícil. Enfrentó al cacique Cipriano Catriel con los caciquillos subordinados y
los hizo pelear en la batalla de Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de 1871. Fueron despojados y
fueron apresados, aun aquellos que en legítimo reclamo se habían presentado ante las
autoridades (véase Catriel o Manuel Grande). Calfucurá mostraba esa característica particular
en su espíritu: no podía ver injusticias. Así convocó a las tribus para un malón de protesta
formidable. Más todavía porque había captado los síntomas y algunas noticias de que estaba
preparándose el avance de las fronteras, según lo estipulaba la ley 215. El primer ataque se
haría por Carhué hasta Salinas Grandes. Efectivamente el ministro Martín de Gainza había
elaborado un proyecto y quiso encargar de su ejecución en primer lugar al general Ignacio
Rivas, Pero lo señalamos también con más detalles en la vida de Calfucurá, no Rivas, sino
Calfucurá en persona y con más de cinco mil indios guerreros atacó y maloneó la frontera del
Oeste. Una famosa carta que enviara al coronel Juan C. Boer explica sus sentimientos: "Hoy
le participo que el 5 [de marzo] vine a sorprender al cacique mayor D. Andrés Raninqueo con
toda la indiada, así es que vine con seis mil indios a vengarme por la gran picardía que
hicieron con (los caciques) Manuel Grande y Chipitruz y demás capitanes, en fin, de muchas
picardías que han hecho... Juan Calfucurá."-
A toda prisa, tanto el general Rivas, como el coronel Juan C. Boer, organizaron una
acción en conjunto para reprimir el gran malón, y se produjo la batalla de San Carlos, el 8 de
marzo de 1872. A la madrugada se acercaron los dos bandos organizados. Al frente, el cacique
Juan Calfucurá, el octogenario. Namuncurá con 1000 chilenos y del Neuquén. A la derecha,
su hermano Juan Morales Catricura con 1000 salineros en el centro. El tío Reuquecurá con
1000 indios de su tribu cordillerana del Neuquén y Lonquimay. Y como reserva y protección
habían colocado detrás a Epugner Rosas con 500 ranqueles; mientras otros grupos se
preocupaban de los arreos ya hechos.
Rivas trajo de Azul (con mucho trabajo) a 1000 indios amigos de Catriel y su tropa
fronteriza con el coronel Nicolás Ocampo, y Juan C. Boer, otros 250 indios de la tribu de
Coliqueo con tropas de 9 de Julio y del fuerte de General Paz.
Tras enérgicas cargas, las líneas de Calfucurá se desconcertaron. Calfucurá y los
suyos fueron vencidos en el campo de la batalla, pero no en su intento. Calfucurá abandonó la
lucha, porque reconoció su error de haberse enfrentado en línea tendida, como solían hacerlo
los cristianos ; y arreando muchísimo ganado volvieron a sus tolderías.
A pesar de que el ministro de Guerra quería aprovechar las circunstancias y lanzar las
tropas con Rivas hasta Salinas Grandes, éste no se animó. Cavilando entre preparativos para
la expedición y entre gestiones de un nuevo tratado de paz con Calfucurá, pasó el tiempo. El
día en que marcharon las tropas al mando del coronel J. Murga, encontraron el clásico vacío.
Calfucurá y todos los indios habían desaparecido del pago y, como en 1866, Rivas debió
admitir que la expedición había sido un fracaso. La acción proyectada estaba reservada al
ministro de Avellaneda, Adolfo Alsina y a su sucesor Julio A.Roca.
Calfucurá y sus hijos volvieron al terruño a intensificar gestiones de una renovación
de la paz, siempre bajo la garantía de sus tierras. Convocaron para el 3 de Junio de 1873 a un
gran parlamento al que asistieron también caciques amigos y parientes de Chile y de otras
tribus. Bernardo Namuncurá, el escribiente de Calfucurá, primo de Namuncurá, había
elaborado dos proyectos de tratados de paz; uno para las tribus salineros y otro para el
cacique (Piseñ) Pincén, quien se había independizado, hacía algunos años. Se conservan
ambos documentos en el Archivo del Estado Mayor, doc.1232 y 6557, respectivamente, con
los nombres de todos los caciques afectados. En la biografía de Calfucurá transcribí la lista de
160 firmas del proyecto del tratado de paz, que Calfucurá remitiera para ser presentado al
Gobierno nacional con una importante comisión.
El mismo día del gran parlamento, el gran cacique Calfucurá falleció, en su toldo de
Chilihué. Manuel Namuncurá, Alvarito Reumay y el secretario Bernardo Namuncurá
comunicaron la infausta noticia en sendas cartas al arzobispo Aneiros de Buenos Aires , de
quien esperaban un particular apoyo en su gestión por el tratado de paz; y a las autoridades
nacionales, a las que enviaron una comisión distinguida, acompañada por los capitanes
Dámaso Tapia y Rufino Solano. ¿Qué nos podrían contar estos dos jefes y lenguaraces
cristianos?
El velorio de Calfucurá y su entierro, sin duda, fueron solemnes. No encontramos
nada escrito que nos sirviera de relato o testimonio. Los mensajeros comunicaron a todas las
tribus la noticia y de todas ellas vinieron representaciones, también de Chile; de manera que
los hermanos, hijos de Calfucurá, tuvieron grandes atenciones y buenos ritos que preparar,
discursos y evocaciones que decir en los parlamentos.

5. Namuncurá, el sucesor del gran cacique general Juan Calfucurá


Por lo expuesto resulta obvio que Manuel Namuncurá haya sido el sucesor del padre.
Pero no era tan sencilla la elección en los parlamentos que se hicieron aún antes de enterrar al
difunto, porque la sucesión tenía sus leyes hereditarias. Entre los hijos de Calfucurá (más de
20), Namuncurá era el tercero, José Millaqueo, el primero, Juan Morales Calfucurá el
segundo, Alvarito Reumay el cuarto y Bernardo Namuncurá, su primo era descollante por su
saber. Todos ellos eran ya caciques con su grupo de indios y familias definidas. Había que
elegir al cacique general, el toqui, porque en realidad estaban en guerra. El Dr. Zeballos,
interrogando a Namuncurá, cuando escribía su libro “Calvucurá y la Dinastía de los Piedra”
(1884), indagó algunos detalles de las acaloradas discusiones.
Al hablar Namuncurá de su hermano mayor, decía que su hermano, sí, era el mayor y
lo respetaban y lo querían, pero por razones de gobierno y política, tenía que obviarse el
derecho de primogénito, para este cargo. Se habían formado "comités o bandos" entre los
mismos hermanos. Ante todo Juan Morales Calfucurá, que era el segundo, era y se
consideraba candidato y heredero. Manuel Namuncurá contaba con la voz de su muy
respetado primo Bernardo, de Alvarito Reumay, buen guerrero también, y de su hermana
Canai Llancatú, que era en la tribu una especie de bruja y sacerdotisa.
Cuando se elevó el tono de las intervenciones en la discusión parlamentaria, intervino
la voz de un viejo diplomático pampeano, el muy respetado cacique Faustino Huenchuquir,
que propuso formar un triunvirato para gobernar a las tribus salineras, del cual Manuel
Namuncurá sería como la primera cabeza de este gobierno. La idea fue aceptada y fueron
elegidos "el cacique general Manuel Namuncurá, el cacique general Bernardo Namuncurá y
e1 caci0,que general Alvarito Reumay".
Namuncurá, el candidato de su difunto padre, ciertamente sobresalía y no tardaría en
ser considerado el único soberano y jefe de la Llaimache (gente del Llaima) y sus tribus
agregadas. Pero en casi todas las cartas manifiesta adhesión y respeto a los hermanos Reumay
y Calficura y Juan Morales, agregando a sus saludos los de ellos. Si el Dr. Zeballos creía que
Namuncurá había cobrado un odio mortal a Bernardo, se equivocó; por lo demás, tampoco
era su hermano, ya que era hijo de Antonio Namuncurá, y por eso su primo; pero era tenido
entre ellos como un hermano "guachito". Lo acompañará a Namuncurá con su consejo y
como diplomático y escribiente por muchos años.

6. El retrato de Namuncurá

De Namuncurá poseemos algunas buenas fotografías de paisano y también vestido de


jefe militar. En el momento de haber sido elegido cacique general y sucesor del cacique
general Juan Calfucurá, Manuel Namuncurá tenía 62 años. Hombre maduro, tranquilo y
pausado, pero de una energía y fuerza interior, convencido él de convencer a cualquiera. De
cara ancha, ojos negros y grandes, pero los párpados apretados lo ocultaban un poco al
interlocutor, al que miraba fijo y paternal, casi siempre. Cuando no dialogaba, miraba con
cara erguida a la lontananza. Parecía que veía lo que otros no veían, que hurgaba en el futuro.
Como ya sus antepasados guardaba a su alrededor algo de misterioso y sagrado; quería ser
respetado, más que temido.
Era de mediana estatura, recio torso, brazos macizos, ágil jinete, diestro en el manejo
de las armas, con voz profunda, penetrante, de mando... estampa ejemplar de guerrero
aborigen. Algunos le atribuyeron características de los "paisanos de ahora", diciendo que era
taimado, etc. Eso sí era cierto, que encarnaba el pensamiento de su padre. El teniente coronel
Eduardo Ramayón decía, que "por su abolengo y título hereditario, era rodeadísimo; se le
sostenía con tesón; se le reconocía méritos y se apreciaba como la más alta autoridad. De
temperamento tranquilo, pero muy desconfiado. Ávido siempre de novedades, concebía con
rapidez, escuchaba con atención, hablaba con facilidad su lenguaje, se explicaba con todo
despejo; no era negligente ni distraído. Tenía cualidades de mando, sabía examinar y resolver
con cálculo aproximado o fijo las circunstancias imprevistas y del momento... y era uno de
los pocos que l evantaban la cabeza y la vista para mirar de frente, cuando estaba en presencia
de un magistrado o un alto funcionario". (Clifton Goldney, ob.cit., p. 154)
Me faltan testimonios para caracterizar su actuar en la guerra, en el malón, en el
consejo, en la rogativa y en la diversión, o en su propia familia. De sus muchos hijos y de sus
esposas traeré más tarde la nómina y la caracterización que pude rastrear. Agrego un pasaje
del mi libro “Una Excursión Apostólica del Padre Saivaire a Salinas Grandes (en 1875)”, que
hice en base a las anotaciones del misionero hechas durante su peligroso viaje:
"Día viernes, 5 de noviembre (1875)... (visita al toldo de Namuncurá). Me encomendé
a Dios y me puse en marcha hacia la toldería pasando entre innumerables curiosos. Salieron a
mi encuentro dos capitanejos para recibirme con ceremoniosas palabras, y luego me
acompañaron hasta la ruca más grande, el toldo de Namuncurá. (Ya se habían encontrado en
varios parlamentos bastante bochornosos y Bernardo y él lo han salvado). La visita obedecía a
una especial invitación del cacique general.
"En la puerta me esperaban dos hijos del cacique, me saludaron con un cordial 'marí-
marí' y me dieron su mano , casi no pude creer a mis ojos: entraba en un toldo de indio y sin
embargo parecía un palacio de leyenda, tan adornado estaba con innumerables prendas de
plata. Era un toldo, sí, cubierto de cueros cosidos, colocados sobre horcones y postes laderos
bastante elevados, de manera que las paredes se levantaban a mucho mayor altura que en los
demás toldos que hasta entonces había visto. Adentro no producía sensación de que faltara el
aire; el centro parecía una sala de reunión muy amplia. En sus costados, a izquierda y
derecha, había tabiques para las camas de los hijos y las hijas, por separado, y para sus
esposas.
"Allí, en el centro, estaba el Monarca de Salinas Grandes.-Vino a mi encuentro con
afable sonrisa; me estrechó sobre su vigoroso pecho y con muchos 'marí-marí' y fórmulas de
estilo me saludó como yo no lo esperaba. Después me ofreció un asiento forrado con cuero de
tigre. Una serie de asientos redondos rodeaban una mesita pulida y lustrada. De una apertura
de la techumbre caía una luz tenue que hacía brillar las piezas de plata colgadas en las
columnas, lanzas y paredes.

"Apareció la señora y una hija, bien vestidas, para ofrecernos en un plato de madera,
dura y tallada, trozos de carne asada. No faltó el vino. El cacique me presentó a su esposa, es
decir. a la primera, doña Ignacia Inaipán, hermana del capitanejo Ignacio Paillán, porque
ahora tiene en su compañía otra más joven. Con mucha dignidad y reserva ella me saludó sin
omitir recordarme el gran favor que había hecho a su hermano Ignacio, cuando estaba preso.
Saludé también a algunos hijos y sobrinos; se habían introducido en el toldo para saludar al
"Ropa Negra", al "Patirú Salvera", pero pronto se retiraron sin que el cacique les dijera una
sola palabra. Mientras probábamos los primeros bocados, empezamos a platicar, ayudados
por el escribano y lenguaraz Manuel Freire. La voz fuerte del cacique no era la del
parlamentario, sino la del huésped amable; su mirada cobraba aire paternal .Fueron momentos
inolvidables..."
Este es el cacique Namuncurá, el cacique general de las tribus salineras que en caso
necesario convocaba hasta 6.000 indios y cuidaba por el bien de más de 10.000 indios e
indias. Pero los eventos históricos que hemos de narrar no le hicieron fácil su tarea.

7. Primeras gestiones del cacique general buscando la paz.

El padre murió cuando todos sus jefes se hallaban reunidos y se habían pronunciado
por el tratado de paz. Las primeras gestiones pues debían concretar estos deseos de paz,
porque se trataba de asegurar su subsistencia, su vida y su campo. "Mi padre falleció estando
en tratados de paz ...y yo sigo las ideas de mi padre"-escribió más tarde al Padre Donati,
pidiéndole su intervención para conseguir el tratado de paz como él lo había gestionado para
los ranqueles. (Arch. Convento Franciscano, de Río Cuarto, doc. 832) También en su carta del
11 de Junio de 1873, por la que comunicaba la muerte de su padre, pidió al Arzobispo de
Buenos Aires su mediación para que atendiera a la comisión que llevaba el proyecto de paz a
proponer al Gobierno Nacional para su aprobación. Namuncurá se animó cuando vio que el
proyecto de tratado del cacique Pincén, elaborado también por el mismo Bernardo
Namuncurá, habrá sido aceptado (AEM. Carpeta de Contratos Nº 991. Ver biografía de
Vicente Pincén). Pero era exageradamente exigente como para que fuese atendida su
propuesta.

Copio, pues. el texto del tratado, que hace poco fue publicado en la Revista Nuestra
Historia II p.47 - 50 por N. Chindemi como doc. 45 que pertenecía a la colección de Patricio
Maguire:
“El General Don Ignacio Rivas, Comandante General de las fronteras del Sud de la
Provincia de Buenos Aires, como representante del Exmo. Gobierno Nacional, por una parte,
y el Cacique Don Juan Calfucurá, por la otra, que reconoce y acata la Soberanía y autoridad
de la Nación, han convenido en celebrar un tratado de paz, sólido y duradero, bajo las bases
siguientes:
Art. 1º-El Cacique Don Juan Calfucurá promete por el presente tratado reconocer y
acatar la Autoridad Nacional y todo lo que de ella emana.
Art.2º- Se compromete solemnemente a hacer la entrega de todos los cautivos de
cualquier parte de la República que fueran y se hallen en las tribus de su dominio, sin oponer
ninguna excusa para su retención.
Art. 3º- Entregará a las autoridades Nacionales los Capitanejos o Indios que perturben
la paz, invadiendo cualquier punto de las Fronteras, como también el botín que hayan hecho.
Art. 4º- Siendo indispensable para el cumplimiento de los artículos contenidos en este
tratado la ocupación del Carhué, como punto estratégico, el Cacique Don Juan Calfucurá y
sus Tribus no se opondrán ni directa ni indirectamente a su ocupación, por el contrario,
contribuirá con cien de sus indios y un capitanejo de confianza a la cabeza para aumentar la
fuerza cristiana y hacerla así más respetada de sus indios.
Art.5º- El Cacique Don Juan Calfucurá mandará al lado del Comandante General a su
hijo Reumay, con seis hijos más de los principales Caciques de sus Tribus, como garantía de
lo estipulado, el Gobierno Nacional por su parte les promete, a este Cacique y sus Tribus el
racionamiento por trimestre de lo siguiente:
2300 dos mil trescientas yeguas o vacas al corte
1800 mil ochocientas libras yerba
1000 mil libras azúcar
1000 libras tabaco
1000 cuadernillos papel
2000 libras fariña
1100 cuartas aguardiente y 25 fanegas de maíz
Art.6º- La distribución de la hacienda y artículos expresados anteriormente, se hará de
acuerdo y conformidad con el enviado que arribe a este punto representando al Cacique Don
Juan Calfucurá y sus Tribus.
Art.-7º Además de las raciones que el Gobierno les acuerda, les dará por una sola vez
todos los utensilios necesarios para la labranza, con tal que prometan dedicarse a ella.
Art.8º.- Si el Cacique don Juan Calfucurá y sus tribus aceptan establecerse en algún
punto del Sauce Corto, que el Comandante General les indique, o en último caso en el Pihué,
el Gobierno les promete además de los útiles de labranza, hacerles construir casas para él y
sus caciques, a fin de que vivan y gocen de los beneficios de la comodidad.
Art.9º.- El Cacique Don Juan Calfucurá se obliga por el presente convenio a entregar
los desertores y criminales que busquen refugio entre sus Tribus, con el propósito de evadirse
de la acción de la justicia, y el Gobierno a su vez le acuerda también la devolución de los
indios que fuesen criminales y busquen amparo entre los cristianos para sustraerse a la
persecución; dando con esto una prueba de reciprocidad, equidad y justicia.
Art.10º.- Será indispensable y obligatorio que todo cristiano que haya de ir a tierra
adentro, lo verifique muniéndose de un pasaporte de la Comandancia General que esprese el
motivo de su viaje; y todo aquel que no lo tuviese, será capturado por la orden del Cacique
don Juan Calfucurá y entregado al Gefe de las fuerzas de Carhué.
Art. 11º.- Ningún Indio podrá hacer viaje a las Fronteras sin el previo pasaporte de su
Cacique que esprese el término de su licencia y el objeto que le trae, debiendo considerarse
prófugo el que no venga munido de él y será arrestado por las Autoridades Militares dando
aviso a su Cacique.
Art. 12º.- Quedado estipulado que es absolutamente prohibido a las Comisiones que
reciban las raciones de haciendas para el Cacique Don Juan Calfucurá y sus Tribus la venta de
todo o una parte de ellas.
Art.13º. Sólo están autorizados para la venta de animales orejanos, no pudiendo de
manera alguna realizar la de animales marcados.
Art.14º - La primera invasión después del cange de este tratado que pueda sobrevenir,
de cualquier magnitud que sea, se tendrá por suficiente razón para invalidarlo, a menos que el
Cacique Don Juan Calfucurá pruebe que las invasiones no pertenecen a sus Tribus y en tal
caso, el tratado se conservará con toda su fuerza y valor.
Art.15º.- Así mismo quedará sin efecto este tratado si alguna de las partes falta a lo en
él estipulado, siempre que en el término de dos meses no se dieran esplicaciones
satisfactorias.
Art.16º.- El Gobierno indultará a todos los cristianos que se hallen refugiados entre
los Indios, siempre que lo soliciten, después de ratificarse este convenio, y los que no lo
hicieren, quedan sujetos a la pena que la ley les acuerda en todo tiempo.
Art.17º.- El Cacique Don Juan Calfucurá, pedirá el concurso que necesite en caso de
inobediencia de alguna de sus Tribus, y el Gefe de las Fuerzas en Carhué, se lo prestará hasta
haber conseguido el completo sometimiento de los rebeldes.
Art.18º.- De las Fuerzas que ocupen a Carhué, se le formará al Cacique don Juan
Calfucurá una Escolta de un número conveniente, y será destinada únicamente a la seguridad
y respeto de su persona, debiendo ser compuesta de una parte de soldados del Gobierno y otra
parte igual de indios del contingente, que presentará el Cacique General Don Cipriano Catriel.
Art.19º.- Cada ración trimestral será entregada al Enviado que el Cacique Don Juan
Calfucurá designe, y serán recibido en este pueblo del Azul o en Carhué, una vez situado allí
la fuerza del Gobierno, pudiendo los Caciques agraciados nombrar a sus apoderados, en caso
de no poder venir personalmente a recibirlas.
Art.20º.- El presente tratado durará el término de seis años y empezará a regir desde el
momento que tenga lugar el cange de él, pudiendo ser renovado después de su vencimiento,
por común acuerdo de las partes contratantes.
(Firmado) Ignacio Rivas
Por fallecimiento del Señor General Don Juan Calfucurá, queda de Cacique Principal
el Señor Don Manuel Namuncurá y el Señor Don Alvarito Reumay y firman.
Y por no saber firmar éstos dos dhos. Caciques, firmo yo a ruego como Secretario
Mayor
(Firmado) Bernardo Namuncurá
Buenos Aires
Julio 1º de 1873
Aprobado
Sarmiento
(Hay un lacre) Uladislao Frías”
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Copio también una carta publicada en: L.Copello:.”Gestiones de1 Arzobispo Aneiros
a favor de los indios”, 1945, p. 193:

“El Casíque de las tribus amigas del desierto i Coronel


Al Ilustrísimo Obispo Diocesano Aulón
Capitular de Buenos Aíres i de todas las repúblicas
Dn. Federico Aneiros

Salinas Grandes, ll de Junio de l873

Mi muy respetable Señor Obispo: tengo la mayor complacencia en contestar a la más


importante de nuestro Sr. Ilusmo. con fecha 28 del mes de Febrero que hemos tenido el gusto
de resivir, (y) para más alegría tener la felisidad de resivir el retrato del Sr.Ilusmo...(el capitán
Tapia decía en el parlamento, que el Obispo era como un segundo Dios en la Tierra). Y como
Ud. comprende que hay Dios, quien formó todo el mundo i a nosotros, al Sr. Obispo es todo
nuestro respeto en la tierra. Al ser impuesto de su contenido, mi Sr. Padre, el Sr. General,
estrechaba en sus brazos el retrato del Sr. Ilusmo. I nos pasó en seguida a todos sus hijos i
sirculaba por todos los Caciques y Capitanes i demás tribus que se hallaban en gran número,
no quedando uno en aquella reunión que pasase sin tenerlo en manos i besar su.mano; así es
que en este sentido ha sido resibido y aplaudido el retrato del Sr. Ilusmo.
"Sr. Obispo, toda esta justificación que interpongo en vista... (falta un renglón y el
original ha sido quemado en 1955) fue sancionada al día siguiente, 2 de mayo. Todo esto fue
practicado por mi Padre, el Sr. General Dn. Juan Calfucura.
"Por consiguiente, a los pocos días entró a ir disminuyendo de su salud, resultando el
más triste acontecimiento: que falleció nuestro Señor Padre, el día 3 del presente como a las
dies de la noche, lamentable circunstancia —nada menos— que quedar huérfanos, que hoy
solo(s) no tenemos más amparo después de Dios que el Sr. Obispo. Sabrá mirarnos con ojos
de (h)umanidad y haser cuanto esté en sus atribuciones por estas desgraciadas familias del
desierto. También le somos sumamente (agradecidos) gratos a las buenas finesas que ha
hecho y hase por nosotros y que hará cuanto le sea posible.
"Y comprendiendo las verdaderas razones del Sr.Obispo, bamos a ver las
disposiciones nuebamente del Sr. Gobierno y hacer en cuanto esté en mí, cumplir.
"Y pongo en conocimiento del Ilusmo. Sr. Obispo los pedidos que le hago al Sr.
Gobierno: pido cuatro mil seis cientos animales, de rasión y cosas de Biscios i cuarenta mil
pesos plata, cuatro vestuarios de General i prendas de Plata i recados, todo completo de Plata;
cuatro sueldos i los sellos i sien bueyes para trabajar. I lo(s) demás pedidos lo(s) mando en
lista al sr Ministro de Guerra. I si es por la población del Cargüé, yo no lo permito, tan sólo
que el Segundo Dios, que, es el Sr. Obispo, esto lo llamare, cuando yo esté descansando de la
gran pena por el fallesimiento de mi Padre; pero para aserlo, no permitiré que me gobierne
ningún General. Yo me entenderé con el Segundo Dios, que es el Sr. Obispo, por el pedido
que recomienda a mi finado padre, pues nombrado Jefe por la superioridad, se ha de efectuar
el pedido del Ilusmo., para que puedan venir a ésta sus enviados con toda libertad a nombre
de Dios; i entonces se formarán lo que, el Sr.Obispo oferta (se refiere a la carta recibida).
Además no dude mi Sr. Obispo de mis buenos deseos. Para más satisfacción tengo el gusto de
recomendar a mis Capitanes que se van con el Capitán Solano, a quien estimamos, i al
Capitán Tapia i al hijo Catalino i quienes les impondrán del pormenor de todas nuestras
tribus.
"Y esperando del Ilusmo. Sr. Obispo me mande dies mil pesos plata i para mi cuñado,
el Secretario Namuncurá. diez mil pesos plata, es fabor que esperamos. I reciba los buenos
recuerdos de mi hermano Reumay i le recomiendo a mi hermano Benito Pichicura i a
Curug(ü)il i a Paillanán i Lefinancu i al hijo de Payllanán, que le seré muy agradecido. Así no
se me ofrece otra cosa. Soy de U. su afmo. serbidor. Manuel Namuncurá."
"Vale: Sr. Ilusmo,- también pongo en conocimiento i espero que bea (comprenda) que
mis pobres indios roban por la misma necesidad; así que me tienen a muchos indios en
prisión i espero me los pongan a todos en libertad, que tres están en Retiro y doce están en el
Chaco i dos son mis primos hermanos. El uno se llama Pancho Calderón y el otro Domingo
Calderón i Llanca; espero (que) me despachen lo más pronto que puedan a mis Capitanes."

No encontré las cartas que a la vez remitió al ministro de Guerra y al Sr. Gobierno
(Presidente de la Nación). Pero sus pedidos, fundados en el tratado de paz de su padre, serán
los que se mencionan en esta carta, la cual se diferencia de las muchas que conozco que haya
dictado Namuncurá precisamente por los pedidos: 40.000 pesos oro: 4.600 animales y
raciones. M Monseñor acogió la comitiva salinera muy bien; hizo una presentación a las
autoridades (Sr. Gobierno) y con fecha 11 de Julio contestó a esta carta que se ha preocupado
y se preocupará por sus encargos.
"...mucho sentimiento me causó la gran noticia de la muerte de su señor padre, que
tanto han sentido sus buenos hijos. Dios no me concedió la gracia de conocerlo
personalmente, pero sí, de amarlo en vida y en muerte.
"Hago todo lo posible recomendando al Excmo. Gobierno sus asuntos." (Copello, p.
196). Y el Gobierno trató de complacer en algo al nuevo jefe salinero que no les era un
desconocido. Seguramente más de un militar habrá dicho "mueras y no esperen más". El 8 de
Septiembre del mismo año, el general Rivas recibió del ministro una caja de regalos para
Namuncurá y sus capitanejos (AEM. 8.9.73). En Octubre avisaron a Namuncurá que había
1.200 vacas en Bahía Blanca para él. El ministro escribió que se le den regalos "sin alteración
del tratado". Es decir que reconoció que existía aún el tratado. Además, mandó que fuera una
comisión hasta los toldos y "pueden dar dinero, además de los sueldos" (AEM.;10.10.73). En
Mayo se había hecho un tratado con los pehuenches (AEM, 17.3. 73), en Agosto con Purrán y
los picunches (11.8.73, ib.). Pero la respuesta para Namuncurá se dejó esperar. Recibía, sí,
regalos que lo debían entretener.
Namuncurá, en cambio, estaba "diez ojos" para saber qué iban a hacer los
comandantes de la frontera, después que hubiera fracasado la invasión en Marzo-Abril del
mismo año del general Rivas. Namuncurá estaba enojado por el adelantamiento de la
Comandancia Sur al Sauce Corto, donde se creó el nuevo Fuerte denominado San Martín. Por
eso ya en Marzo, durante aquella expedición, hizo un llamado a su hermano Reuque Curá
encargándolo de hacer un pacto con los caciques trasandinos Quilapán y Quilahueque para
traerlos a la guerra y al malón, noticia que el cónsul argentino en Angol telegrafió al gobierno
argentino, el 7 de Marzo de 1873 (AEM, 7.3.73). Por eso hubo mucha indiada en el entierro
de Calfucurá y en los parlamentos subsiguientes. La guerra estaba en cierne y en la mente
tanto de los militares argentinos, como en la de Namuncurá, aunque él prefería la paz. "No es
justo que nosotros, los americanos quedemos sin campo. Olvídense de Carhué..." (Arch.
Museo Hist. Nac., 30.1.73)
El coronel Lagos, que reemplazó al coronel Borges en la comandancia del Oeste
durante la revolución y elaboró un propio plan para asaltar a los salineros, avisó al ministro de
Guerra de que había movimientos en Salinas Grandes. En el archivo municipal de 9 de Julio
(Lib. 28, p. 18) leemos en fecha 5.6.73: "Hay 1.500 a 2.000 indios chilenos en Salinas. Se
sabe que Calfucurá ha muerto."

8. El malón de Namuncurá y la marcha de Rivas a Salinas Grandes


El 11 de diciembre de 1873 Namuncurá estaba en marcha. El mismo día el coronel J.
Murga informó al general Rivas, que Namuncurá se aproximaba con una gran invasión
(Arch. Mus. Hist. Nac., Nº 8004). El mismo escribió desde el Fuerte General San Martín a
Villalba que acudiesen las tropas en su auxilio, porque estaban sitiados por una indiada (ib.).
De San Quilcó también pidieron auxilio al comandante de Bahíaa Blanca, porque los indios
tenían sitiado el campamento de Blanca Grande (ib. Nº 8001, fha.11.12.73). De todos los
lados marcharon en su ayuda y así dispersaron a los indios, los cuales se llevaron toda la
caballada de Blanca Grande y un buen arreo de vacas. (Ib. Nº 8024 y H. Cabanillas, “El
Coronel M. Ruibal”, 1955. p. 9 y Walther, “Conquista del Desierto”, ed. 1964. p. 476)
Transcribo el interesante testimonio del ex cautivo José Flores asentado en Bahía
Blanca, el 17 de diciembre de ese año:
"En cuanto a la invasión dice que el general Namuncurá citó a todos los indios que
tuvieran armas y por lo que le han dicho, venía con 800 con lanzas, 50 cristianos con
carabinas, 10 trompas y 200 indios sin lanzas para los arreos. Nadie ha quedado sino unos
pocos que no tenían lanzas. Desde el punto de reunión adonde tenían las invernadas,
marcharon los indios dos días boleando hasta llegar a la laguna de Pigüé, donde quedaron
esperando a los indios de Raninqueo, que son los más guapos para la pelea. Allí dejaron la
caballada siguiendo solo con los de tiro y todos al mando de Calderón que ahora ya no ha de
haber paz, pues están muy enojados con el Gobierno que los está engañando con las raciones
y que todas las lunas (los meses) han de invadir." (Ib., Nº 8039).
También cito un párrafo de una carta de un poblador inglés en Sauce Grande, John G.
Walker a Goudhall del 21 de Diciembre: "Hemos tenido un gran golpe de los morochos de
esta jornada, en la mañana del 12 que los brutos invadían y robaron todos los caballos de
Sauce Corto. Gran griterío y nuestros amigos aparecieron por todos los lados, mezclados con
las vacas y arreándolas para las lomas. Yo estaba cerca del palenque de ordeñar; entonces
corrí a la casa para sacar a la señora de la cama para que fuese al altillo... Troté de vuelta y
logré una 'Mira Firme' en una 'comadreja' y la golpeé duro, pero se fue. El fuego era
demasiado caliente para ellos y dejaron una punta de 240 vacas..." (Más detalles en J. Rojas
Lagarde, “El Malón de 1870 a Bahía Blanca y la Colonia de Sauce Grande”, ECA, Bs. As.,
1984)
El general Rivas organizó de inmediato una invasión a Salinas Grandes. El 23,
marchó el coronel Murga desde Bahía Blanca (carta arriba citada, p. 128) y Rivas rompió
marcha, el 28 de Diciembre de 1873, con el Regimiento 9º, 60 G.N. y 950 indios de Catriel y
550 hombres de la División Sur de Bahía Blanca. El 1º de Enero de 1874 habían llegado a
Mallo Lauquen, sobre el camino chileno, a cuatro leguas de Salinas Grandes. Allí hicieron un
descanso. Namuncurá ya estaba avisado y había movido a toda su gente. El 7 de Enero habían
llegado a Atreucó al Oeste de Salinas. Allí hubo un primer contacto con los guerreros
apostados de Namuncurá. Marcharon hasta Médano Grande (ocho leguas al Oeste de Salinas
Grandes). Y de nuevo Rivas se vio burlado por el enemigo que no quiso ofrecerle batalla. De
nuevo ordenó la retirada. En un parte del 27 de Enero no pudo contar grandezas (AEM).
Tampoco en otro informe del 8 de Marzo (ib.) en que confiesa que las familias indígenas
habían estado a dos leguas y que Namuncurá había quedado con 400 indios, pues muchos
caciques y capitanejos se habían movido hacia el Río Colorado.
Agrego aquí un testimonio de un inglés que presenció la expedición fracasada.
Escribió John Walker, alias Facón Chico, a su amigo Goodhall, el 23 de Enero (Rojas
Lagarde, p. 141): "Por supuesto habrá oído de la gran expedición a Los Toldos y lo que
resultó de la misma. Hemos estado aguardando a los morochos... supongo que Ud. no sabe
que Holmes baleó un indio en Los Toldos; fue casi el único muerto allí y que hirió a otros
dos." Y en The Standard del 30 de enero todos los colonos hicieron una protesta "por el
resultado de la última expedición contra los indios de Salinas, y molestos por la invasión del
14 de Diciembre que causó gran daño en la colonia, rogamos que se interesen en nuestro
favor..." Y en otra carta (Rojas Lagarde, p. 144); "...Con respecto a la invasión de Los Toldos
parece haber sido un asunto de lo más escandaloso. Por lo que los gauchos dicen, penetraron
en el monte en busca de los indios; y deben haber estado a pocas cuadras de donde estaban las
chinas y los niños, ya que de pronto muchos perritos (cuscos) aparecieron, les ladraron. Y
encontraron un pozo donde las mujeres habían llenado sus calderas (pavas). Por alguna razón
o sin ella (los) soldados fueron detenidos y al día siguiente se retiraron hacia el Sauce Corto.
Entonces los indios empezaron su juego, y en este día mataron a Benito Palado, Matilde
Ledesma y cuatro más de los "Bahieros". Han de haber perdido más de cien hombres en
total, sino dos cientos, ya que muchos de los tapalqueneros desertaron..'!

9. Namuncurá sigue las gestiones por un tratado de paz y garantías

Ambas partes habían roto la paz: lo lamentaba Namuncurá, pero había que dar una
lección a los que querían quitarles su tierra. Aun durante el avance de Rivas, Namuncurá
envió una comisión (3.1.74: Mus.H. N. Nº 8328 y 8329) al coronel Hilario Lagos con carta en
la que expresó su deseo de formalizar el tratado de paz. Lo mismo hizo algo más tarde su
hermano Alvarito Reumay: pide relacionarse por su intermedio con el Gobierno nacional y
buen trato. Efectivamente, Hilario Lagos avisó al ministro Gainza la llegada de comisiones de
Namuncurá, Reumay y Lincopán con pedidos, excusándose de las invasiones (ib. Nº 8337). Y
dos días más tarde, el 12 de Febrero, comunicó a Rivas que habían venido "comisiones indios
de Namuncurá, Reumay, Lincopán, Melinián, Güenuqueo y Bernardo Namuncurá,
reanudando sus tratados con el Gobierno, rotos con el Sr, Ignacio Rivas" (AEM. 12,2.74). El
ministro Gainza entonces, comumicó a Rivas que Namuncurá pedía raciones por intermedio
de H. Lagos y que éste retenía la comisión. (Ib. Nº 8341).
Rívas, entre tanto escribía al ministro una reflexión sobre los resultados de su
expedición a Salinas Grandes y le decía: "Debemos tomar Carhué.''(M.H.N. Nº 8388 del
10.2.74). Conociendo el asunto de las comisiones, quiso que no las dejaran hablar con los
indios amigos de Catriel o de Coliqueo y aún habla de un posible malón. (Ib.,Nº 8339 y 8343)
Por el momento querían mantener buenas relaciones con los salineros y Namuncurá y,
aunque el plan definitivo estaba concebido, faltaba esperar la oportunidad. El 21 de Febrero
se firmó un contrato de racionamiento de la tribu de Namuncurá por 3.050 pesos fuertes a
cargo del proveedor Juan Deagustine (h). Pronto se retractó Gainza, cuando. el 4 de Marzo
escribió que no entregasen raciones a Namuncurá (AEM, 4.4.74,); El 3 del mismo mes mandó
dos cartas, una a Borges, diciéndole: "escriba a Namuncurá y a Pincén, entreguen a los
caciques culpables de la invasión y si invaden nuevamente, serán castigados duramente"
(A.M.H.N. Nº 8349 y 8350). y a Rivas le decía, que Lagos creía que Coliqueo no obraba bien
y que poseía cartas de Namnncura y Pincén a éste. Rivas contestó que adjuntaba carta
aclaratoria de Namuncurá.
El ministro Gainza dirigió una carta a Namuncurá, el 4 de Marzo de 1874, diciéndole
que, aunque sus capitanejos habían invadido so pretexto que no habían recibido las raciones,
debían ser castigadas. Y le promete que las raciones le serán entregadas en Nueve de Julio,
como él lo había deseado. ¿Cómo se conjuga con la orden del mismo día de no entregar
raciones a Namuncurá? Será que Rivas no lo debía hacer. ¿Y Borges? Rivas echó a volar una
sospecha de que Pincén estaba por invadir. (A.M.H.N. Nº 8361).
Es que entre tanto habían ocurrido graves acontecimientos que bien podían ser
provocaciones. Como Lagos, en Octubre de 1873, así el coronel Fco.Borges humilló la Tribu
de Coliqueo, destituyendo al cacique Justo Coliqueo y apresando a muchos capitanejos y
deportando la gente de Manuel Grande. Esto ocurrió el 10 de Marzo (M. Hux; “Coliqueo”,
Capítulo XXIII). Y el 11 del mismo mes, apresó en Junín a tres comisiones de paz: la de
Pincén y la de Nahuel Payún, la de Justo Coliqueo y la de Namuncurá cuya lista nominal se
halla en el Archivo del Estado Mayor, doc. 6682. Los de Namuncurá eran los capitanejos
Sánchez Millanao y Mariano y los indios Paulino, Chuenché, Painemán, Scallán e Urriqueo.
Gainza, después de haber leído los informes de Borges, le escribió, el 19 de Marzo,
que debía mostrarse alerta ante los indios y que Rivas decía que Namuncurá estaba deseoso
de reanudar tratados de paz (ib.. Nº 8368). Es extraña la conducta de estos militares; querían
ser proveedores de los indios y a la vez buscaban cómo pelearlos. Rivas había enviado una
comisión a los toldos de Chilihué para reanudar la paz. Así lo escribe Namuncurá en su carta
al ministro Gainza en Salinas Grandes, el 21 de Marzo (ib.. N° 8373), que complacido había
recibido la comisión del gobierno para tratar la paz. Lo felicitaba también por el triunfo sobre
López Jordán en Entre Ríos. El mismo día se dirigió al Arzobispo Aneiros de Buenos Aires,
quien, a la vez que atiende la comisión del Gobierno, aprovecha para saludarlo junto con sus
hermanos Alvarito Reumay, Calficura, Levicurá, su secretario Bernardo Namuncurá y su
pariente Cañumil y demás caciques y capitanejos. Manifiesta que tiene muy grandes deseos
de vivir en paz con los cristianos y por eso tiene que tratar con el Gobierno nacional; así
verían sus caciques y capitanejos subordinados que es mejor vivir en paz que estar en guerra e
invadir, que no trae buenas consecuencias. Y añadió: "Aunque algunos caciques y capitanejos
se oponen a mi determinación en tratar esto, no obstante serán convencidos que en la
actualidad estoy desengañado de vivir en guerra y que es mejor vivir en paz".
Le dice que le escribe por consejó del capitán Tapia y para que proponga al Gobierno
nacional que le pase el racionamiento de los cuatro mil seis cientos animales (como lo había
pedido el año pasado) y los racionamientos regulares. Pedía un racionamiento para su
secretario Bernardo Namuncurá y para Calficura y Reumay y "vestido" de general y
vestuarios para los demás caciques y que sean atendidas sus comisiones caracterizadas y
autorizadas... "He dispuesto pedir al Sr. Ministro de la Guerra el racionamiento de animales
en la forma siguiente: A mí se me pasen 2.600 por Azul; a Calficura y Reumay 2.000 por
Nueve de Julio; a Pissén 1000 por Junín y al cacique Cañumil las raciones correspondientes
por Bahía Blanca." Sin duda, quería estar en buenas relaciones con estos cuatro puntos
principales. Esto mismo pedía también el Sr. Ministro y esperaba —decía— la aprobación del
Superior Gobierno Nacional y la orden para que pudiese mandar su comisión ante el Sr.
Presidente y "seguir en adelante la senda de amistad y de progreso y de paz para con todos los
cristianos". Pero exigía que fueran sacando las fortificaciones allí "afuera" y que no permitiría
tomar el Carhué para hacer allí un fuerte. "No permite quitar los campos por fuerza. Ni
permitirá ocupar militarmente la Isla Choele Choel..." (Carta publicada en L. Copello.
Gestiones del Arzobispo Aneiros.(ob cit.1945. p.197-199).
El ministro de Guerra escribió el 12 de Abril a Borges que contestara a Namuncurá
que el Gobierno no aceptaba sus imposiciones y exigencias, y aunque deseaba la paz con los
indios por ser argentinos. Dio órdenes de entregar los animales correspondientes al tratado al
cacique Pincén, pero a cambio de rehenes como garantía de la inviolabilidad del tratado.
Y en la misma fecha, el ministro Gainza escribió al general Rivas que Namuncurá
había pedido el doble y que el Gobierno no aceptaba tales exigencias.
Rivas, en cambio, quiso demostrar al ministro que la situación de los salineros era
apremiante, que había espantosa pobreza de manera que unos y otros se escapaban de la
vecindad de Namuncurá. El 18 de Abril le escribió a Gainza que se preparaba para la
ocupación de Carhué y Salinas Grandes (A.M.H.N. Nº 8390, 8392 y otros), lo que comunicó
con alegría a los demás jefes de frontera. El día 20 escribió el ministro al coronel F. Borges
que Rivas, ocupará el Carhué y que, si sostenía esa posición y ellos ocupaban a Choele Choel,
darían a Namuncurá el golpe de gracia.
En cambio, Namuncurá seguía insistiendo en la correspondencia (cartas del 5 de
Abril, 15 de Abril, 29 de Abril, etc.) que se prosiguiese la gestión por la paz, disculpando
alguna maloca que hubiera habido de indios en extrema pobreza. Enviaba nuevamente
comisiones al Azul. Toda esta documentación se halla en el Archivo del Museo Historico
Nacional, hoy Archivo General de la Nación, en la correspondencia del ministro Martín de
Gainza.
Monsr. Durán (2002 p. 882) publicó una carta del 12 de Abril de 1874 donde el
P.Salvaire da cuenta de una comisión de Namuncurá llegada a Azul y que el Cnel. Rivas no
los trató bien.
Pero Rivas, de pronto habla de paz, de pronto de la conveniencia de expedicionar a
Carhué y Salinas. Pide caballos y armamentos o pide racionamiento para Namuncurá (ib. Nº
8441 y 8444), por haber iniciado un trabajo de paz con él. Además, había que suspender el
proyecto de la ocupación de Carhué por falta de caballos (ib. 8449) Hasta accedió al pedido,
por intermedio del Padre Salvaire, que misionaba entonces por Azul entre los indios de
Catriel, de dar la libertad al capitanejo Ignacio Paillán, cuñado de Namuncurá. ( El 17.6.74, se
lo comunicó a Namuncurá y éste le contestó con una carta de agradecimiento, el 7 de Julio,
publicada en Copello. ob. cit., p. 71 -74). En la carta dirigida al misionero le dice: "...me
parece que ya nos estamos viendo como amigos, como si estuviéramos dándonos la mano". Y
le comunicó que había fallecido su primo hermano el capitán Lincopán. Le pide también
interceda para que se le envíe pronto el racionamiento para saciar el hambre de los indios y
que incluso, hasta a su familia había llegado la carestía y no quería que sus indios
malonearan. También Namuncurá había entregado algún cautívo (AEM,27.4.74). A varios
capitanejos permitió que se ausentasen de Salinas: a Claqueo, Fernández, y Cañumil.
Raninqueo se independizó de nuevo; pero son cosas que en este trabajo resumido no cabe
relatar. Namuncurá procura estar en paz con todo el mundo. Por eso tiene comunicaciones
con Murga, con Sayhueque en Carmen de Patagones y con varios jefes militares. Pocos días
antes de estallar la revolución de Mitre, Namuncurá se dirigió a Ataliva Roca, en Junín (el 4
de Septiembre, doc.. Nº 120 en Papeles del Dr.Zeballos, registrados en el Museo de Luján).
Le agradece por su mensajero, el capitanejo Paillán, las atenciones recibidas. Desea estar en
paz. Pero protesta porque Borges y Lagos hayan apresado las comisiones y pide la libertad de
Lefinao.
Durante la revolución, Namuncurá se abstuvo de intervenir, no como lo hizo en la
década del 50, ni tampoco fue solicitado a intervenir, como Catriel. Rivas fue uno de los jefes
que primero se adhirió al movimiento de protesta contra la elección del binomio Avellaneda -
Alsina. También Borges acompañó a Mitre en la batalla de La Verde y allí se sacrificó. En
cambio Lagos y Roca apoyaron francamente la represión y el gobierno elegido. Después de la
derrota, Mitre entregó, el 2 de Diciembre la espada. Sólo el cacique Catriel y su secretario S.
Avendaño fueron sacrificados. Pero hubo un gran cambio en el plantel de los jefes y oficiales
militares, y por ende una nueva expectativa en el ánimo de Namuncurá.
Martín de Gainza tuvo que resignar al ministerio sin haber realizado su proyecto de
avanzar las fronteras más allá de Salinas Grandes, porque Rivas le había fallado. Una última
comunicación de Rivas a Gainza es del 5 de Diciembre de 1874 (M.H.N. Nº 8437),
diciéndole que había llegado una numerosa comisión de Namuncurá y que había una carta de
Tripailaf que pedía racionamiento. El nuevo gobierno no aceptaba de por sí tales
obligaciones. Este período es poco tratado por los historiadores.

10. 1875: nuevas autoridades y nueva lucha diplomática hasta la ruptura


definitiva

Con el cambio presidencial, después de la revolución hubo renovación en la plana


mayor del Ejército. Adolfo Alsina fue designado ministro de Guerra; Julio A. Roca, jefe del
Ejército del Norte, en reemplazo de Arredondo; Villegas, jefe de la frontera Norte de Buenos
Aires; Lagos, en el Oeste (Fuerte Gral. Paz); Levalle en el Sur (F. de Azul); Nadal, en Costa
Sur; en Bahía Blanca, Daniel Cerri; y Liborio Bernal en Carmen de Patagones. Con todos
ellos Namuncurá quería mantener buen trato y la seguridad de un tratado de paz.
El Dr. Alsina conocía bien la política de su antecesor en la cartera y elaboró un plan y
fijó su meta: el cumplimiento de la Ley 215. La intención era llevar las fronteras hasta el Río
Negro, pero en sucesivas etapas, tomando nuevas posiciones intermedias, puntos estratégicos
y ocupar palmo a palmo las tierras "fuera de las fronteras". El día 9 de Enero de 1876, tras un
rápido recorrido de la frontera Oeste y Sur, convocó a jefes y comandantes a una conferencia
en Blanca Grande, donde les explicó el plan y escuchó sus opiniones (Museo de Luján, Nota
de Marcelino Freyre al Dr. Zeballos). Al parecer, los indios de Catriel debían ser desalojados
primero, con una táctica fina, pero exigente. Estos pronto se dieron cuenta. Cuando en un
viaje a Buenos Aires, el cacique J. J. Catriel fue retenido, algunos de sus indios creyeron que
había sido tomado preso y se inquietaron. Ya había voces que decían al ministro que se habían
sublevado. Es conveniente leer estos episodios en la biografía de Juan José Catriel. Cuando la
situación se había aquietado un poco, se le presentó a Catriel el misionero F. Meister,
pidiéndole permiso para continuar su labor. Le contestó que por ahora no, porque los querían
echar de sus campos y enviarlos a otros parajes sin darles explicación alguna. (L. Copello, ob.
cit., p. 65)
Casi al mismo tiempo, el Arzobispo pedía al Padre Salvaire que fuera a Salinas
Grandes para rescatar algunos cautivos y establecer un primer contacto para ver si había
posibilidad de establecer una misión. En un libro,.”Una excursión apostólica del Padre
Salvaire a Salinas Grandes en 1875” (ECA, Bs. As., 1980) describí su cumplimiento en base a
las anotaciones del misionero, como más adelante se explicará.
Namuncurá observó con suma atención lo que hacían los demás caciques: los
ranqueles, Reuquecurá y Sayhueque (Arch. Gral. Nac., S.VII, 7-5-3, fecha 3.1.75) y lo que
hacían Pincén y sus amigos trasandinos.
Luego empieza a remitir cartas y comisiones a las diferentes comandancias. La
primera, creo, la envió a Bahía Blanca al coronel Pío Iturra. La carta del 7 de Febrero (AEM,
doc.. 6909), firmada por Bernardo Namuncurá en nombre del general Manuel Namuncurá
agradece la nota recibida y le manda una caracterizada comisión a su hermano Alvarito
Reumay, a su cuñado Cañumil y al capitán Güenchuao [debe estar mal escrito: Güenchual]
con 13 indios para "arreglar la paz con el Superior Gobierno, que es lo que solicito, a fin de
vivir en paz y no estar encontrados como enemigos". Luego le dice que una comisión ranquel
,le advirtió que el Gobierno le quiere hacer la guerra, porque sus invasiones habían
sido injustas; que él las había hecho por culpa del general Rivas, de Cipriano Catriel, de
Murga, etc. Si hubiera acompañado a Rivas en la revolución, aún no habría acabado.
"Pero si el Gobierno quiere hacerme la guerra, me lo haga saber usted, que yo me
defenderé como Dios me ayude; que no tengo más esperanza que en Dios para defender mis
campos; que todavía tengo bastante indiada para defender... Haga todo para entrar en arreglos
de paz. De otro modo no permitiré que cristianos pueblen el Carhué."
No transcribo todo el texto, porque hay muchísima correspondencia importante que
señalar la que enviara Namuncurá a las autoridades durante este año de definición; pero en
todas mantiene su firme resolución: vivir en paz en sus tierras o armar la guerra para
defenderlas.
La contestación del coronel Iturra debe haber sido positiva. En base a esto,
Namuncurá hizo elaborar un anteproyecto para un tratado de paz que iba a ser discutido en un
gran parlamento, para luego enviarlo por vía jerárquica al Gobierno nacional.

EL TRATADO DE PAZ del 3 de mayo de 1875 (AEM, doc.. 1232)

"El Tratado de Paz del Cacique Gral. Dn. Manuel Namuncurá con el Superior
Gobierno de la Nación Argentina.
El 3 de mayo de 1875 se ha dado publicidad ante todos los caciques de la oferta de los
arreglos de paz, recibidos por la persona de Dn. Francisco Pío Iturra por Bahía Blanca y dado
publicidad (a) los escritos, recibidos en la misma fecha por la comisión del cacique Dn.
Manuel Grande, encabezada por el capitán Francisco Díaz con relación a los arreglos de paz
dirigidos por el Gefe de la Frontera del Oeste, Dn. Hilario Lagos, presenciados por todos los
caciques que a continuación se espresan:

Cacique General
Dn. Manuel Namuncurá
Cacique 1º
Dn. Alvarito Reumay
Dn. Juan Morales Calficura
Dn. Bernardo Namuncurá
Dn. Juancito Calfucurá
Dn. Levicurá
Dn. Mariano Carimán
Dn. Benito Pichicurá
Dn. Juan Blanco
Dn. Ferreira Carripán
Dn. Justo Liencurá
Dn. Juan Miel
Dn. Vicente Villaguayquí
Dn. Linquí (o Rinquí)
Dn. Necol(h)ual
Dn. Güenupán
Dn. Pichi Ñancuvil
Dn. Gabriel Güirriú
Dn. Caruhal
Dn. Villa comeo (Creo Milla )
Dn. Migañancó
Dn. Cayupil
Dn. Coñoluán
Dn. Yuhienfil
Dn. Curuentró
Dn. Repel
Dn. Llanquelem
Dn. Huincarrén
Dn. Panguinao
Dn. Blanguelé
Dn. Cayuquep
Dn. Epuñán
Cacique 2º
Dn. Güenuqueo
Dn. Perucho
Dn. Catrimáñ
Dn. Antemill
Dn. Quiñepán
Dn. Pichi Necol
Dn. Lefián
Dn. Calderón
Dn. Catrenao
Dn. Blanquillo
Dn. Lincopán
Dn. Llanquemán
Dn. Praimañ
Dn. Huillical
Dn. Nagüelual
Dn. Carinao
Dn. Abelino
Dn. Clahuán
Dn. Faustino Guaychuquir
Dn. Melín
Dn. Ancatrú
Dn. Paillanao
Dn. Cotar
Dn. Quiñegual
Cac.1º
Dn. Cañiumil
Cac.2º
Dn. Gorosito
Dn. Villanher
Dn. Ponse
Dn. Guenchulaf
Dn. Quiñenao
Dn. Pantaleón
Cac.lº
Dn. Villagüeque (Millahuequé)
Cac.2º
Dn.Querenal
Dn. Lefí hueque
Dn. Paillao
Dn. Callfueque (Calfu hueque)
Dn. Huichal
Dn. Villapán (Milla pangui)
Dn. Cayupí
Cac. 1º
Dn. Huanhenhér (Anegner)
Cac. 2°
Dn. Marillán
Dn. Painín
Dn. Benancio
Dn. Pichipil
Dn. Paztú
Dn. Turá (de Iturra)
Cac.1°
Dn. Pichún
Cac.2°
Dn. Andrés
Dn. Lienquén
Dn. Necol
Dn. Pichihuetral
Dn. Curuleu
Cac.1°
Dn. Güichanhér
Cac.2°
Dn. Tapayo
Dn. Nagüelpán
Dn. Raín (Gabriel Rayün)
Dn. Comehuencho (Quemehuencho)
Dn. Melimañ
Dn. Güenchulen
Dn. Painén
Dn. Colu huinca
Dn. Manquinao
Dn. Lemunher
Cac. 1º
Dn. Vicente Pissén
Cac. 2°
Dn. Puelu hán
Dn. Lefnó
Dn.Catrinao
Dn. Pichi Pissén
Dn. Pichi Pinas
Dn. Collú
Cac.1°
Dn. Nagüelpayún
Cac. 2º
Dn. Necolpán
Dn. Reñaigüén
Dn. Llancao

Todos estos caciques constituyen cargo con sus defendido por sus (h) antecesores;
como será: Carué, Arroyo del Pezcado y del Pihué y del Sauce y Guaminí y Puhán.
Art. 2a. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide un racionamiento de seis
mil animales vacunos y yeguarizos por ser racionados todos los caciques; lo mismo un
racionamiento de vicios de entretenimiento.
Art. 3°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide un racionamiento por
separado del Art, 2º para los caciques Dn. Juan Morales Calficura y Dn. Cañumil por Bahía
capitanes no expresados y los tratados de paz fueron aceptados con gratitud, según las
condiciones siguientes:
Art. 1°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá por su posición pide que la línea
de fortines que se halla en su punto que permanece, no sea movida más afuera por ser lindera
de los campos heredados de su posición y que consta haberlos Blanca, y al Cacique Dn.
Reumay, Alvarito otro racionamiento por separado por la frontera del Oeste y al Cacique Dn.
Vicente Pissén otro racionamiento por separado por parte de la frontera del Norte y para el
Cacique General Dn. Manuel Namuncurá juntamente con su secretario Dn. Bernardo
Namuncurá y el cacique Dn. Leficurá otro racionamiento por separado por parte de la frontera
del Sur.
Art. 4 a. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide una asignación de un
sueldo para su misma persona y para la persona de su secretario el Cacique Dn. Bernardo
Namuncurá y para el Secretario Dn. Manuel Freire que reviste en su estado, y para el Cacique
Dn. Alvarito Reumay y para el Cacique Dn. Juan Morales Calficura y para el Cacique Dn.
Leficurá.
Art. 5°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá, que el racionamiento para su
personal y los caciques de su mando sea medianado por su persona misma y la de su
secretario Dn. Bernardo Namuncurá en la distribución entre sus caciques y presenciado por
una persona comisionada por (h) orden del Superior Gobierno Nacional para que tome
conocimiento en la distribución del racionamiento.
Art. 6º. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que el Superior Gobierno
Nacional cumpla las condiciones entabladas en este Tratado y no se tenga orijen (necesidad)
de hacer invasiones grandes como las dos invasiones grandes hechas últimamente por culpa
del Gral. Rivas, del Cacique Catriel y de Santiago Abeldaño que han dado orijen a las dos
invasiones usurpando de las raciones que el Superior Gobierno Nacional estimaba pasarle.
Art. 7°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que el racionamiento del
cacique Dn. Juan Morales Calficura juntamente con el (del) Cacique Cañumil sea medianado
por la persona de Dn. Francisco Pío Yturra por Bahía Blanca y el racionamiento por el mismo
Cacique General Don Manuel Namuncurá y el Cacique Secretario Dn. Bernardo Namuncurá
y el Cacique Leficurá sea medianado por la persona de Dn. Matías Minana por el Azul y el
racionamiento para el Cacique Dn. Alvarito Reumay sea medianado por el Gefe de la frontera
del Oeste por el Nueve de Julio.
Art. 8°. El Cacique General Dn. Manuel Namuncurá pide que las asignaciones
espresadas en el Art. 4° sean acompañadas cada persona con sus grados correspondientes y
sus despachos.
Art. 9º. El General Don Manuel Namuncurá pide que el Gefe de la frontera Costa
Sud, Coronel Dn. Nicolás Levalle, mande a un oficial en comisión de la tribu del Cacique
Curiecú con relación al Superior Gobierno Nacional para entenderse en los arreglos de paz
comprometiéndose a mandar por su parte a una persona de su confianza la de su Secretario
Dn. Bernardo Namuncurá ante el Superior Gobierno Nacional para quedar definidos y
firmados los tratados de paz.
Art. 10°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que estos tratados sean
dados en publicidad por la prensa, dando una prueba de amistad para con los Gefes de las
fronteras y con el Superior Gobierno Nacional, previniendo que el Cacique General Don
Manuel Namuncurá espera unas fuerzas de indios fronterizos de Chile que en breves días
deben llegar a este punto y según sean aceptados los tratados con el Superior Gobierno de la
Nación argentina, entrarán en tratados los caciques aliados de que espera el Cacique General
Dn. Manuel Namuncurá de lo que estima quedar al respecto de los tratados con el Superior
Gobierno Nacional.
Art. 11º.- El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que todos los indios que
se han ido por la fuerza con los caciques Raninqueo, Tripailaf y Marilef y quieran de su
voluntad regresar a sus campos presentándose ante su persona, les permita salir en libertad el
Superior Gobierno Nacional, comprometiéndose a recibir el Cacique General Don Manuel
Namuncurá a todas las personas que estimen ir a visitarlo conduciendo algún obsequio(de)
que estima mucho esas visitas; y también espera que el Superior Gobierno Nacional ponga en
libertad a todos los indios que hayan sido tomados por la fuerza de la administración pasada y
se halle bajo las órdenes del Superior Gobierno Nacional, sean puestos en libertad,
previniendo que en el Chaco se hallan unos cuantos y en Martín García se halla Manquehuán
y unos cuantos más.
Salinas Grandes, 3 de Mayo de 1875. P. A. del Cacique Gral. Dn. Manuel Namuncurá,
Bernardo Namuncurá, Secretario."
Aprovecho el espacio para señalar el parentesco más cercano de Namuncurá de los nombrados
HERMANOS (hijos de Calfucurá)
1. José Millaqueo o Millacura
2. Juan Morales Catricura
3. Cac. Manuel Namuncurá
4. Alvarito Reumay o Runay
5. Mariano Carrumain o Carumanque
6. Manuel Pastor (cura)
7. Pereyra Carupán (Cura)
8. Neli Cura o Chico
9. Juan Miauin
10. Vicente Milla Cura
11. Antu Cura o Quiñé Ante
12. Quintuno
13. Pulqui Cura
14. Huicha Cura
15. Lefi Cura o Lief Cura
16. Benito Pichi Cura
17. Bernardo Cura “el guacho”
18. Juan Miguel Carmaro
19. Pascual
20. Juancito Calfucurá
21. Meli Cura
22. Carupán

No formulamos comentario alguno al tratado exigente de los salineros que debe


haberse elaborado sobre el modelo propuesto por Calfucurá (y su secretario) en el
parlamento, antes de fallecer en 1873.
Namuncurá envió comisiones y copias del proyecto del tratado a todas las
comandancias con quienes quería tratar. En primer lugar al coronel Iturra, hijo de Francisco
Yturra, conocido suyo casi de infancia, chileno y ex cautivo, comerciante en Bahía Blanca.
Le remitió una carta el 4 de Mayo diciéndole que le enviaba al capitanejo Miguel
Tripailafquén con la propuesta, enviada también a la comisión del cacique Manuel Grande
(probablemente al coronel Lagos en la frontera Oeste) y a su hermano Calficura ante el Jefe
de la Frontera Sur, el coronel Levalle; que el cacique Curién estaba disconforme de los
tratados (Archivo Salesiano, B. Blanca, Colección Iturra). Otra carta a Iturra lleva fecha 6 de
Mayo que debía llevar también el capitanejo Traipí (Traipi lafquén) y está firmada por
Bernardo Namuncurá. Le dice que por orden de Juan Morales Calficura debía volverse por el
camino de Sanquilcó con Gabriel Raiñ que le acompañaba y que lo hiciera con un
comisionado del coronel y Curiecú (ib.). Esta gestión perjudicó al coronel Iturra, porque fue
sustituido el 17 de septiembre del mismo año por el coronel Daniel Cerri. En una carta
dirigida al coronel Levalle, del 17 de Septiembre del mismo año, se justifica diciendo que
había asumido ese trabajo por la paz con Namuncurá de puro patriota y por el bien general del
país. Que había sido fiel durante la revolución y que después de la rendición de Mitre había
escrito al Presidente, al gobernador y al ministro de Guerra y que nadie le ha contestado ni
agradeció. Que había que hacer algún sacrificio, que sabía bien qué descontentos quedaban
los indios después de la revolución. (Ib.Arch Salesiano Bh. Blanca, sigla E C 3 C. La
colección ha sido donada por el Dr. Ramón del Río)
El coronel Lagos acusó el 18 de Mayo al ministro de Guerra de haber recibido la
comisión de tres capitanejos salineros e indios con el objeto de arreglar las negociaciones de
paz. Y el ministro le dio orden de decirle a la comisión similar enviada al Jefe de la Frontera
Sud que se le contestaría y que se había dado instrucciones al coronel Levalle, "para los
nuevos tratados de paz" (AEM, doc.. 7015). Una segunda carta al coronel Hilario Lagos del
22 de Mayo decía, que había arribado una comisión de Namuncurá, compuesta de tres
capitanejos y diez indios por el negocio de paz y que los recibió en el Fuerte General Paz
(ib.). Quizás le habría gustado ser intermediario. Pero al fin tuvo que comunicar a Namuncurá
(AEM, 2.6.75) que no estaba facultado para hacer tratado de paz.
El coronel Levalle estuvo ocupado en su difícil tarea de "trasladar o eliminar" la tribu
de Catriel. Acusó recién el 31 de Mayo haber recibido una carta y la comisión de Namuncurá
para completar el negocio de la paz. Pocos días después apresó a 144 indios catrileros
"porque querían sublevarse" (AEM, 9.6.75). Ignoro cómo reaccionaron ante tales hechos los
de la Comisión de Calficura. El 4 de Junio escribió Bernardo Namuncurá al coronel Yturra
que aún estaban esperando la respuesta de Levalle (AEM). Y el cacique Juan A. Antemill
escribió al mismo Yturra desde Salinas Grandes: "El Comandante que ha llegado recién de
Buenos Aires debe tener orden para arreglar la paz; todos estamos dispuestos" (Arch.
Salesiano, E C 3 C). Y por una carta del mismo Antemill a Yturra nos enteramos de que el
cacique Calficura estaba en Buenos Aires (ib. 17.5.75). Bernardo Namuncurá, en nombre de
Alvarito, le escribía (ib.,4.6.75): "Mi hermano Namuncurá recibió carta del jefe nuevo
(coronel N. Levalle). Tiene visita de las faldas de la Cordillera, del cacique Sayhueque.
cientos y tantos "guilliches."
Se cumplió lo que Namuncurá anunciara en su tratado en el art. 9°, pues esperaba
fuerza de Chile para prepararse contra cualquier avance militar que excluía en el artículo 1º.
Desde Blanca Grande se divulgó la noticia, el 17 de Junio.que 2.000 indios de la República de
Chile habían cruzado la Cordillera para hacer correrías en la Frontera sur (AEM, 17.6.75). Y
un mes más tarde anunció un telegrama de Villa Mercedes que 1.500 indios habían llegado a
las tolderías de Namuncurá bien montados y que iban a invadir. (AEM, 7.7.75)
No obstante proseguían las gestiones por el tratado de paz en ambos bandos. El
coronel Cerri avisó, el 10 de Julio al ministro, que había recibido dos comisiones de Salinas
Grandes y que les había hecho unos regalos: que esperaba la aprobación de su conducta
"hasta que el Superior Gobierno resuelva sobre el asunto". Y Namuncurá. a través de su
nuevo secretario, que había sido del cacique Raninqueo, Dn. Manuel Freire, le decía al
coronel Cherri (sic) que debía abreviar los caminos para los arreglos de la paz y que se
resolvía a mandar la comisión antes del plazo propuesto. (Archivo de Iturra, 18.8.75)
Efectivamente, el cacique Alvarito Reumay y el capitanejo de larga experiencia
diplomática, Faustino Huechuqueo, fueron prontamente (ib. 9.9 y 7.9). Y un mes más tarde le
escribió a Cerri que Zeballos había entrado en arreglos de paz y que enviaba una comisión
encabezada por el capitán Pailanao. Esta carta lleva un sello que Namuncurá usará en
adelante para firmar. (Arch. Salesiano [de Yturra], 11.9.75)

En cambio, Alsina seguía preparando el plan de conquista. Lo manifestó en un


mensaje leído en el Congreso, el 25 de agosto de 1875, al que solicitó 200.000 pesos con la
autorización de invertirlos para adelantar las fronteras, fundar fuertes y pueblos, sementeras y
fortines más allá de la actual línea de fronteras hasta poder trasladar al Río Negro la línea de
la civilización. Y fue aprobado. En Salinas Grandes se enteraron por los diarios y algunos
comerciantes, del mensaje. (A. Clifton Goldney, ob. cit., p. 84)
El Dr. Alsina encargó a dos cartógrafos expertos, el mayor Felipe Caronti y al
sargento mayor de ingenieros D. Federico Melchert, recorrer y señalar las rutas que el ejército
debía transitar para llegar a Puán, Carhué y Guaminí, saliendo de los campamentos de Bahía
Blanca y de Sauce Corto. El 27 de Agosto recibieron las instrucciones pertinentes: por
ejemplo: "4°) Si en el desempeño de su comisión el mayor Melchert fuese estorbado por los
indios, les dirá que su misión es llevarle a Namuncurá algunos regalos, como también mis
cartas; y una vez en presencia de aquél, procurará infundirle confianza sin insistir en el
levantamiento de los planos, porque esto puede alarmarlos. 5a) Si llegase el caso que
Namuncurá quisiere iniciar algún arreglo por conducta del mayor Melchert, éste manifestará
que se presenta gustoso a transmitirlo al gobierno, y le hará ver la conveniencia de que mande
directamente a esta ciudad comisiones amplias para celebrar tratados duraderos y favorables
para ambas partes..." (Esto se publicó en las Memorias del Min. de Guerra, 1877)
Efectivamente, se puso en marcha la comisión de baqueanos y cartógrafos y al
acercarse a Carhué se suscitó una gran alarma en la corte de Namuncurá, por más que el
coronel Cerri le hubiera avisado que una comisión científica iba a acercarse a su toldería, que
no tenía nada que ver con los indios. El cacique Namuncurá protestó en seguida: "Nos parece
mal esta disposición que hace por parte del Superior Gobierno, llamando la atención este
incidente; reconocemos que todavía no nos hemos dado la mano derecha para quedar
definitivamente arregladas las paces. Se le ordena una disposición que grava a nuestro estado
de los indios en quitarnos el Campo de Carhué, sin haberse vendido; dicho campo se halla de
esta parte de fortines ocupado de hacienda... Comunicóle que ”he soñado que los cristianos
me quitan un campo; si en caso estos campos que defiendo, me los sacan, entonces me meteré
entre los cristianos y haré grandes daños y sabremos quien podra más..." (A.E.M., doc. 1243,
Sept./75). En la sesión de las Cámaras del 22 de Septiembre que trataba sobre el avance de las
fronteras, se leyó otra carta que había dirigido al comandante de Bahía Blanca: "Amigo, veo
por los diarios de Buenos Aires que están ustedes envueltos en complicaciones
internacionales con el Brasil y con Chile. Esto debe hacer ver a ustedes que deben cuidarse
mucho de estar bien con nosotros, porque en caso de guerra los podemos servir mucho como
amigos y hacerles daño como enemigos..."
F. Melchert, viendo la agitación de los indios y sabiendo que el misionero Jorge M.
Salvaire iba en viaje apostólico a Salinas Grandes con grandes regalos para rescatar allí
algunos cautivos y tomar contactos en nombre del Arzobispo de Buenos Aires, el coronel
quiso que su comisión y el convoy del Padre marcharan juntos. El Padre, al llegar al Fuerte
Lavalle (Sanquilecó), se enteró de la agitación de los indios y suspendió su viaje. (más
detalles en mi publicación: Una excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas
Grandes, ECA, Bs. As., 1980, p. 26 y Durán, Juan G. El Padre Jorge María Salvaire y la
familia Lazos en Villa Nueva..ed. Paulinas 1998 más explícito y con buenos mapas).
Namuncurá, que esperaba la visita del misionero y supo los motivos de su postergación, le
envió una hermosa carta en la que lo invitaba nuevamente y le prometía una buena escolta
para acompañarlo (Hux ib.p. 90). Entre tanto, se había agudizado la situación política para
Namuncurá y los salineros: El comandante Cerri, encargado del traslado del ejército
expedicionario desde Bahía Blanca, resolvió detener a 3 capitanejos y a 40 indios que se
hallaban allí, en comisión y comerciando, y demoró la contestación de la carta de Namuncurá
—decía al ministro— “para acostumbrar al indio a respetar disposiciones superiores y para
evitar molestias a la comisión científica. No hizo más, porque los capitanejos retenidos eran
parientes de Namuncurá”. Y para estar más seguro, pidió al ministro refuerzos de tropa.
(AEM, 22.9.75) También el Cnel. Rivas retuvo en Azul emisarios de paz de Namuncurá en
Azul. El P. Salvaire consiguió la liberación del capitanejo Ignacio Paillán, hermano de la
esposa del cac. Namuncurá. Se lo agradeció el cacique y lo recibió en su lujoso toldo.
La fiebre por la guerra iba en aumento. Y en tales circunstancias cumplíase el segundo
viaje del Padre Salvaire o el viaje a Salinas Grandes. Nos ha dejado un Diario completado con
las cartas de ambos que se conservan y que transcribo en ese mi libro (reconstrucción del
Diario). Salió de Olavarría el 20 de octubre; llegó con grandes dificultades a Salinas Grandes.
Tras un feliz encuentro con Namuncurá, el 30 de octubre, y haber presentado su credencial
como enviado del Arzobispo, tuvo que defenderse en tres parlamentos. Casi fue lanceado, le
saquearon el bagaje, robaron los caballos, lo aprisionaron en su propio toldo a distancia de la
toldería. Era un momento en que parecía decidirse la guerra. Pero después el misionero fue
atendido y enviado para que hiciera por intermedio de la presentación del Arzobispo de
Buenos Aires un nuevo esfuerzo para conseguir el tratado de paz y evitar la guerra. No
podemos relatar esas escenas en vista de que se prolongaría más aún esta biografía, aunque
demuestran a Namuncurá y a su gente en su luz verdadera y su sentimiento de humanidad.
Entre tanto, el ministro de Guerra aceptó otro tratado de paz, firmado con un hermano
de Namuncurá. el cacique Melicurá (21.9.75) y con Catriel (24.9.75) que Levalle hizo firmar
sin consultar a los capitanejos, con exigencias que no podían ser aceptadas. Obligó a los
catrileros, tan maltrechos en la Revolución del 74, a militarizarse para acompañar la
expedición contra los salineros y de dejar sus campos para ubicarse en tierras que el ministro
designaría. Tanto se conmovieron, que debió acudir el ministro Alsina al Azul a conferenciar
con los Catrieles; pero ya era tarde. Ya se habían confabulado con los salineros, iban a
sublevarse y con el apoyo del malón salinero y de sus aliados, querían impedir el avance y
prevenir la guerra de la conquista del Oeste.
El ministro trató de entretenerlos con promesas hasta que sus seis columnas
expedicionarias pudiesen salir a campaña. Ilustrativo es el telegrama al coronel D. Cerri con
fecha 5 de Octubre (transcripto por Clifton Goldney, p. 66 del doc. 1243 del Archivo del
Estado Mayor). "Conteste que en la fecha se autoriza al comandante Cerri por este ministerio
para que inicie arreglos con Namuncurá con arreglos a las siguientes instrucciones: 1º) que
según las circunstancias pida a Namuncurá que mande comisiones o él mismo se traslade
adonde aquél se encuentra;
2°) acompañarle copia del tratado que se hizo; 3°) que, sin manifestarle interés, toque
el punto de la venta de Carhué; 4°) que haga cuanto le sea posible para evitar cualquier
rompimiento -hasta fines de Febrero, aunque para ello sea necesario cumplir el tratado en
cuanto a una parte del racionamiento-; 5º) que procure allanar o hacer desaparecer los
inconvenientes que opone Namuncurá a la expedición del mayor Melchert". Al mismo tiempo
recibió este otro telegrama que debía comunicar al cacique Namuncurá (ib., doc.. 1244):
"Ministro de Guerra y Marina de la Nación: autorizo al comandante don Daniel Cerri, jefe
militar de Bahía Blanca, para que arregle las paces con el cacique Namuncurá y para el efecto
pide a dicho cacique que envíe a Bahía Blanca las comisiones que desea y traten sobre dichos
arreglos. Para dar formalidad al asunto es necesario que las comisiones sean personas de
representación e importancia para mejor entendimiento. Firmado: Alsina."
Clifton Goldney transcribe en su anexo documental dos cartas de Cerri al cacique: una
en que le transcribe el telegrama y otra invitándolo nuevamente a enviar la comisión y con
tono zalamero le hace ver que ha libertado a los retenidos y cuánto hará por ellos. (28.10.75)
El 27 del mismo mes, Melchert informó al ministro sobre su cometido cumplido y
fruto de su expedición ha sido la "Carta topográfica de la Pampa y de la línea de fronteras",
impresa en diciembre de 1875 por la Litografía de A. Larech. Este precioso documento
incluye no sólo las antiguas aguadas y topónimos, sino también los puntos de avances de la
frontera y hasta el proyecto de un ramal del ferrocarril que llega hasta Carhué y Salinas
Grandes. ¿Lo conoció Namuncurá? Conoció el plan de Alsina. Descubrió así que lo estaban
engañando y entreteniendo. El coronel Cerri le estaba ofreciendo la paz en nombre del
ministro de Guerra, el coronel Iturra a la vez, mandó su comisión, aunque Cerri le había
pedido unir esfuerzos. También con Levalle estaban en "conversaciones", después que Lagos
había enviado las comisiones autorizadas. Mientras muchos caciques clamaban por la guerra,
Namuncurá esperaba que se abriera alguna posibilidad de paz. Cuando supo que el misionero
Salvaire venía de viaje a Salinas Grandes, le remitió una carta preguntando si traía alguna
proposición de parte del Gobierno; a lo que Salvaire le contestó el 27 de Octubre desde la
laguna Leufucó (la que estaba sobre el camino de Carhué a Salinas Grandes), "que los
gobiernos, nacional y provincial, no le habían dado facultades para tratar con él, ni las había
pedido."
"Así me hallaré más libre —escribía—, para decir a todos la verdad acerca de las
injusticias que se han cometido para con ustedes. Lo que sí, estoy encargado de manifestar a
Ud. que el actual Gobierno quiere la paz y el bienestar con los indios, y para alcanzar este fin,
me han dicho que estaban prontos a todos los sacrificios. Pero a este respecto conversaremos
cuando llegue..." (M. Hux, Una excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes, p.
62)
No era tan cierta la preocupación por el bienestar de los indios como la intención de
prepararles la guerra y darles una sorpresa fatal. El 4 de Octubre, las Cámaras promulgaron la
ley 752 y el día siguiente la ley 753 que en suma autorizaron invertir 400.000 pesos en el
proyecto del Dr. Alsina que incluía el avance de la frontera, la creación de nuevos fortines y
pueblos y la extensión de la red telegráfica (ver en Walther, Conquista del Desierto, 1970, 3a
edición, EUDEBA, Anexo 11). El coronel Julio A. Roca escribió el 19 de Octubre su histórica
carta al ministro Adolfo Alsina, animándolo a una gran ofensiva para llevar la frontera al Río
Negro, a la vez que romper la paz con los ranqueles, que tenía bajo su supervisión.
(Publicaciones del Museo Roca, Documentos VII, p. 205)
El padre Salvaire llegó a presencia de Namuncurá en un momento de total
desconcierto, lo que decía el mismo cacique en una carta del 9 de Noviembre dirigida al
Arzobispo de Buenos Aires: "Cuando se presentó el Padre Jorge María Salvaire, estábamos en
principios de tratados para los arreglos de paz; cuando se ha ofrecido por otra parte la
prosecución de la guerra por disgustos y desavenencias con los indios y las fuerzas
cristianas." (M. Hux, Una excursión apostólica, ob. cit., p. 76 o Copello p. 212). Estas
desavenencias se habían producido en las tribus de Catriel. Habían apresado a toda la tribu de
Cachul y desalojado a los de Juan José Catriel, ocupando nuevamente Choele Choel y
dirigiendo una expedición sobre los ranqueles. El domingo 31 de Octubre, Salvaire presenció
una escandalosa reunión de caciques medio borrachos, porque la noche anterior había habido
una gran borrachera con el aguardiente traído por la comisión "de paz" de Bahía Blanca.
Sobre todo los caciques chilenos acusaron al "cura" y faltó poco para que lo lancearan. El
Padre Salvaire, rezando y aguardando lo peor, hizo su voto a la Virgen de Luján con la
promesa de hacer dos obras en su honor, si le dejaba con vida: escribir su historia y edificarle
una iglesia más digna. Dos volúmenes gruesos y la magnífica Basílica de Lujan son el fruto
de este voto.
Bernardo Namuncurá y el mismo cacique general Manuel Namuncurá se impusieron y
lo salvaron, pero lo retuvieron en calidad de preso, así como Levalle había retenido una
caracterizada comisión de paz en la frontera sur.
Estos días de principio de Noviembre fueron de actividad política intensa en Salinas
Grandes. En una carta al padre cautivo, fechada el 7 de Noviembre, le decía Namuncurá, que
le mandaba de visita a su hermano Alvaro Reumay; que él estaba muy ocupado con dos
comisiones de Bahía Blanca. El Padre Salvaire tuvo dos entrevistas personales con el cacique
y le ayudó a cumplir su misión a rescatar cautivos. Para su partida le regaló los caballos
necesarios y le preparó una carta al Arzobispo, sumamente interesante.
Seis cartas llevan la fecha del 10 u 11 de noviembre, todas con la intención de hacer el
último intento de conseguir la paz y de detener la guerra proyectada, mientras que algún
cacique ya estaba en campaña maloneando, esperando el gran malón que atemorizaría a los
cristianos. Tengo a la vista esta correspondencia, pero por extensa, no la transcribo. Al
coronel Daniel "Cherri", cuya comisión al mando del oficial Salvador Correa ha retenido
también, le dice que se alegra que le haya escrito al Presidente y al ministro, pero quien
estaba encargado de tratar sobre la paz era el coronel Levalle, que detenía a sus comisionados:
S. Correa y un soldado, hasta el regreso de los retenidos, sus capitanes Payllanán, Traipí y
Callfumir, que se hallaban en Blanca Grande. Y agradece los regalos (AEM, doc.250 y 320.
fha.10.11.75). A los pocos días escribió Cerri al ministro: que le enviaba cartas originales de
Reumay y de Namuncurá. "Este está confundido y no sabe con quién entenderse en lo relativo
a los arreglos de paz, pues ha recibido una carta del Sr. Presidente que decía: debe entenderse
con Levalle. Le pide que le entreguen a él en Bahía Blanca los capitanejos detenidos para que
él pudiera enviarlos a Salinas Grandes. Y habla de una sableada con indios malones. (AEM,
doc.. 1249. fha.17.11.75)
Dos cartas remitieron al coronel Levalle. Una al Gobierno por intermedio del Padre
Salvaire a quien Namuncurá, de hecho Bernardo Namuncurá, ha extendido un pasaporte o
salvoconducto para él y sus 24 acompañantes (M. Hux, Una excursión apostólica..., p. 114).
La carta al Gobierno nacional repetía las exigencias del tratado de paz (AEM). Y la carta
dirigida al Arzobispo Aneiros (publicada ib., p. 108 ss., por L. Copello y Clifton Goldney) le
agradece la visita del Padre Salvaire y su carta; al partir el Padre Salvaire, envía, por su
consejo, una caracterizada comisión ante el Gobieno y espera que con su recomendación
"pueda estar bien con el Superior Gobierno, que le respete y no le quite los campos ni se
prolongue el ferrocarril hasta Chilué. Sobre todo se resiste a que le tomen Carhué. Así espero
de V .E. que nos defienda como hijos en todos los asuntos". Pide que obtenga para su
comisión una entrevista con el Presidente. Integraban la comisión los capitanes Quiñehuán y
Platero, el hermano Alvarito Reumay, su secretario Bernardo Namuncurá y un primo
hermano, Juan Bautista Ruguillancá. Agrega pedidos de racionamiento, sueldos, vestuarios y
aun lo mismo para su hermano Melicurá, quien por su parte había hecho un tratado de paz.
El día 11 emprendieron su marcha desde Chiluhué. Namuncurá fechaba sus cartas en
Salinas Grandes, pero vivía en Chiluhué (Nuevo Chile o lugar de Thrili, Dep. Guatraché, Lote
5, Frac. D.. Secc. III). En el camino encontraron una comisión de indios catrileros: el
capitanejo Sanchez y 20 indios. El misionero no lo supo, pero ahora lo sabemos, iban para
concertar la sublevación y el gran malón.
El ministro quiso que Cerri continuara sus gestiones, "sin perjuicio que Levalle o
Iturra lo hagan también (AEM, 22.11.765); el 4 de Diciembre escribió a Roca, que estaba
"dispuesto a liquidar el viejo problema, no sin recurrir entre tanto a métodos de persuasión y
diplomacia para asegurar la inactividad bélica de los indios durante los preparativos". (Ib.)
Tengo a la vista dos cartas más de Cerri, una dirigida a Namuncurá (AEM, doc..
1250,10.12.75) en tono más altanero, diciéndole que no ha enviado comisiones competentes,
que en tal delicada cuestión no podía fiarse de sus lenguaraces, que lo estaban entreteniendo,
que le había propuesto la compra de Carhué sin autorización, que en realidad no tenía ningún
título ni derecho sobre esos campos, haciéndole la historia de cómo su padre chileno procedía
del Arroyo Llaima en Chile. Y le pide el envío de una comisión como la había mandado a
Buenos Aires con el Padre Salvaire. En esta carta se refleja una carta del investigador suizo
Jorge Claraz remitida al coronel Cerri como respuesta a su consulta y que fue publicada en el
periódico La Nueva Provincia (Bahía Blanca, 1.8.1957). Poco después escribió Cerri al
ministro que el oficial S. Correa había retornado de Salinas Grandes, cuya libertad había
conseguido con promesas y amenazas; que no podía cumplir con los pedidos. "Pienso
entretenerlos hasta fines del mes, tratando así de evitar invasiones durante ese tiempo". Habla
también de injerencias chilenas. "No seria extraño que esos trabajos fuesen fomentados por
aquel gobierno para más tarde pretender el derecho de uti possidetis." (Aquí también refleja la
carta de Claraz). En otra pide la deposición de Iturra. (AEM, 16.11.75)

EL GRAN MALON DE FINES DE DICIEMBRE DE 1875

Namuncurá, ante la imposibilidad de detener el avance militar sobre sus campos,


convocó a las tribus a la resistencia y a la guerra. Fue una de las invasiones más grandes que
se organizó entre los indios. Juan José Catriel y sus indios se adhirieron, porque se vieron
ante la necesidad de sublevarse contra las exigencias del ministro. Fuera de los ranqueles, que
querían mantener su tratado de paz, estuvieron todas las tribus representadas en la acción.
Pincén mandaba 1.500, Carupán acompañó a los 1.000 de Catriel, Alvarito Reumay unos
1.000 indios chilenos; 1.000 venían del Neuquén de Reuquecura y Sayhueque y 500 eran la
escolta personal de Namuncurá.
Hay una gran cantidad de documentación que tengo en mi archivo. Mi amigo Jorge
Rojas Lagarde tiene editado una monografía sobre la invasión grande.”El Malón Grande –
1875- en Azul, Olavarría, Sauce Corto, Juárez y Tres Arroyos, La Plata,ed. El Aljibe. 1993”.
Resumiré brevemente sus acciones:
En Noviembre ya hubo pequeñas invasiones de caciques que no estaban conformes
con las gestiones de paz. El 8 de Noviembre Alsina reclamó a Namuncurá por no haber
impedido las malocas (AEM, 8.11.75). Del 6 al 22 hubo invasiones, que eran un indicio de
que se estaba preparando un malón grande. El 6 de Diciembre se supo que el cacique Blanco
había invadido la frontera sur. Pincén invadió el partido de Tapalquén (R. Capdevilla, “El
Fortín Esperanza y el Partido de Gral. Alvear”, 1970, p. 116 y 123). El coronel Maldonado
batió el 12 de Diciembre en el Paso de los Chilenos a otro pelotón de invasores. Y el 23 de
Diciembre en Tandil se dio la noticia de que Catriel traicionaría al Dr. Alsina (véase Catriel J.
J.); el 25, lo denunció el capitanejo Peralta de Azul. que mandaban unos 3.000 indios para
proteger su salida. El domingo 26 había 300 indios sublevados en Blanca Grande y 2.000
indios invasores frente al Fuerte Lavalle (Sanquileó). El lunes 27 de diciembre a las 7 de la
mañana se produjo gran alarma: ¡Sublevación, sublevación! Era tan abrumadora la invasión
que ni Levalle con su tropa, ni L. Wintter con la división Oeste se animaron a enfrentarla.
Esperaban apoderarse del botín de los indios en la retirada, o bien, según orden de Alsina,
adelantar la planeada expedición al desierto. La prensa lo culpó y con caricaturas denigró el
trato injusto impuesto a los indios de Catriel. El ministro acudió a Azul con 500 hombres de
línea y reunió la Guardia Nacional del Partido; hizo degollar a los indios que encontraron,
también una comisión de Namuncurá y aun a los cristianos de Catriel que no querían
participar en la sublevación.
Azul estuvo sitiado dos días; dos días Olavarría; allí incendiaron las poblaciones
suburbanas. El "héroe" del malón en Olavarría fue el cacique Alvarito Reumay. Durante el
sitio, envió al comandante una carta diciéndole, que querían saquear sólo los negocios y les
garantizaba la vida, hasta le explicó los motivos del malón. También Tapalquén fue sitiado, el
29 de Diciembre. Los 300 soldados de su guarnición se defendieron, pero no pudieron
impedir el saqueo de chacras y quintas. Lo narra R. Capdevilla en su libro “Tapalquén”; y
Alfredo Ebelot cuenta cuánto padeció en el Fortín Aldecoa. Era ingeniero encargado de
buscar para Catriel otras tierras (Recuerdos y relatos de la guerra de fronteras, trad., Bs. As.,
Plus Ultra, 1968). Cartas de Alvear, de Juárez y Tandil, de Sauce Corto, Blanca Grande y el
Fuerte Lavalle a orillas del arroyo Sanquilcó nos hablan de la magnitud del malón. Los
maloneros se llevaron unos 300.000 animales de hacienda mayor y unos 500 cautivos. Se
habla de 300 muertos en este episodio.
Ningún relato menciona que Namuncurá en persona haya aparecido en algún ataque.
No obstante era el jefe indiscutido que le dio inicio e impulso. No creo que haya conseguido
sus objetivos. Como veremos, por el contrario, proporcionó más argumentos para la
Conquista del Desierto, que empezó con la intercepción de los maloneros en distintos lados y
en la persecución que coincidió con la marcha de las seis columnas militares que Alsina había
preparado para la conquista y el avance de las fronteras. Pronto Carhué y Salinas Grandes
estarían ocupados. Namuncurá y los suyos no tendrán dónde refugiarse hasta su rendición en
1884. Fueron doce años de guerra. No sé si hubiera podido evitarse.
Como cabía esperar, los malones fueron hostilizados en su retirada, historia que ha
sido tratada por varios autores (Clifton Goldney, Walther, Rojas). Señalo las diferentes
acciones:
el 26 de Diciembre se batió con ellos. L. Wintter en Blanca Grande. El coronel
Levalle se encontraba en Azul, impotente para imponerse al alud de la indiada, vióse obligado
a encerrarse en su casa, donde recibió el mensaje de los indios que, si quería pelear, lo
esperaban hasta dentro de tres días en campo abierto" (Clifton Goldney, ob. cit, p. 70). El 30
de Diciembre, L. Wintter batió un malón de 1.500 indios en La Tigra, entre Lavalle y Azul. El
31 de Diciembre hubo un encuentro en el Fortín Aldecoa; el lº de Enero de 1876, en Laguna
La Bandurria y Arroyo Seco, en Fuerte Lavalle y Paso del Sauce. El 2 de Enero en San
Carlos. En el combate de La Tigra fueron muertos unos 80 indios. Pero en ningún momento
ofrecieron batalla ante el intento de los militares en recuperar haciendas. El coronel Villegas
sumó a los indios amigos de Coliqueo y de Manuel Grande a la persecución. Con todo, no
alcanzaron a los salineros. El ministro Alsina dispuso desde entonces cortar toda
comunicación política y comercial con Salinas Grandes (15.1.76).
EL AVANCE DE ALSINA • 1876-1877
Aparentemente, en el primer momento, el ministro no había sido afectado por el gran
desastre que trajo la sublevación de Catriel y el gran malón de las tribus confederadas bajo la
dirección de Namuncurá. Adolfo Alsina tenía su plan y estaba seguro de su resultado. En
Marzo de 1876 puso en marcha seis divisiones bien preparadas y equipadas. El 3 de Marzo
llegó a Olavarría para dirigir la campaña de la conquista.
La división Sur de Santa Fe marchó el 20 de Marzo, al mando del coronel Leopoldo
Nelson, desde Fuerte Gainza a Italó (Wita loo); llegó allí el 25 de Marzo.
La división Norte patio el 22 de Marzo, al mando del coronel C. Villegas, desde
General Lavalle Norte (Pinto) hasta Trenque Lauquen, donde llegó el 12 de Abril.
La división Oeste marchó el 19 de Marzo desde San Carlos, camino a Salinas, al
mando del coronel Marcelino Freyre hacia Guaminí, donde llegó entre el 21 y el 30 de
Marzo. En Mallo Leufú tuvo un encuentro con 300 indios de Catriel.
La división Sur fue hostilizada antes de partir y libró los combates de Horquetas del
Río Sauce Corto, el 10 de Marzo; el 14 de Marzo en Fortín 2 de Diciembre; el 15 de Marzo
en Juárez; el 16 de Marzo en Tres Arroyos y Necochea; y el 18, en Paragüil.
Esta división partió desde Fuerte General Lavalle (Sanquilcó), el 14 de Abril. al
mando del coronel Nicolás Levalle con 1.100 hombres y el 22 del mismo mes, se le unió la
división Costa Sur al mando del coronel Maldonado y llegó a Carhué el 23 de Abril.
La división Costa Sur partió del Fuerte San Martín, el 15 de Abril. El coronel
Salvador Maldonado pasó por Carhué y llegó el 5 de Junio a Puán. El 30 de Marzo se ocupó
la Laguna del Monte.
Y en todos los puntos ocupados establecióse un fuerte y un pueblo. Carhué sería el
emplazamiento del pueblo Adolfo Alsina. Desde estos puntos accionaría sobre las tribus en
ligeras expediciones. Establecería 82 fortines y la zanja de 45 leguas de largo para contener a
los indios, invirtiendo en todo ello un enorme caudal humano y económico.
¿Cuál fue la reacción de Namuncurá? Le resultó muy difícil o imposible enfrentar un
avance de tal magnitud y tanta técnica. Se animó a lanzar un nuevo malón antes que partiera
Levalle. Dirigió en persona el combate de Horquetas del Sauce Corto con 2.500 indios. El
coronel Daza describe a Namuncurá en acción:
“Organiza a los indios en grupos y orden abierto. En cuanto se acercan los cristianos,
la indiada se pone en movimiento: corona las alturas, en un radio como de veinte cuadras. Los
indios avanzan. Adelante van las guerrillas, y después en orden abierto, y separados por
distancias iguales, grupos compactos o columnas de ataque, se acercan. Están ataviados
lujosamente. Blanden las lanzas, con las que hacen hábiles molinetes. Montan briosos
caballos. Gritan que ni uno de los cristianos volverá al Azul. Va a empezar el combate, que
inicia el jefe cristiano con orden: "¡A degüello...!" Estos alaridos y el ruido de las armas y los
relinchos produce una infernal batahola..., tienen 53 muertos, huyen; pero para volver muy
pronto”. (Es cita de “Episodios militares” en Man. Gálvez, “El Santito de la Toldería”, ed.
1967, Apis)
En Paragüil lucharon durante cinco horas. Los cristianos estaban rodeados y
exhaustos, a punto de perecer, cuando aparecieron tropas frescas que los salvaron, pues, los
indios huyeron, dejando, sí, a las tropas sin caballos; así se presentaron al ministro Alsina en
Fuerte Lavalle.
No deben pasarse por alto dos cartas de Namuncurá publicadas en La Prensa, el 25 de
Marzo de 1876. La primera fechada el 12 de Marzo en Arroyo del Sauce, dirigida al
comandante Maldonado, jefe de la frontera Costa Sud: "...Ayer he llegado como a las cinco de
la tarde; he quedado atrás reforzando la gente dejada en Cargüé; así es preciso que Ud. salga
al campo a encontrarme, como lo hizo con mi hermano Alvarito Reumay que venía mandando
la fuerza y tuvieron unos encuentros. Amigo, hoy es día (en) que correrá nuestra sangre, pero
te has de recordar que yo no soy el culpable, que bastante he sufrido para hacer los tratados de
paces y no se me ha atendido.
"Yo no sé qué clase de Gobierno que hay, que quiere tener enemigos por todas partes.
Yo sé que el General Mitre lo está trabajando. Así es que vengo con diez mil lanzas a favor de
Mitre por ser mejor gobierno... A Juan José Catriel lo he auxiliado con mil quinientas lanzas y
venimos en separación. Hoy me tiene aquí hasta que Ud. salga. Y también te hago saber que
mañana salen tres mil indios para adentro a buscar hacienda. Y Ud. me tendrá de visita hasta
que Ud. me deja mis campos; que yo no pienso robar.
"No se me ofrece otra cosa, este su amigo.
P(or) A(utorización) del Sr. Cacique General D. Manuel Namuncurá, Bernardo
Namuncurá, Secretario"

Y la otra es del 14 de Marzo dirigida al mismo en semejantes términos:


"Señor Gefe. Señor, yo vengo en marcha con diez mil indios a pelear a aquel que me
pelee: pero el gefe que se amigue, es mi amigo, como lo hice con Pedro Mundo y Dn. Soilo
Otado. A Dn. Soilo lo perdoné con 250 hombres, todos armados. Así espero que Ud. se sirva
darse la mano conmigo. Amigo, yo soy ahora Mitrista a defenderlo hasta morir.
"Sin otro motivo espero que me conteste y salga a verse conmigo. Por A. del Sr.
Cacique General D. Manuel Namuncurá,
Bernardo Namuncurá, Secretario".

Cuatro días después fue la última batalla, aquella en la que Namuncurá debió retirarse.
En cuanto al número de indios opinaba el coronel Levalle la siguiente cantidad: De
Namuncurá: 1 cacique principal, 6 caciques, 70 capitanejos, 2.300 lanzas, 7.500 chusma. De
Catriel: 1 cacique principal, 1 cacique, 45 capitanejos, 760 lanzas, 3.000 chusma. De
Reuquecurá: 1 cacique principal, 5 caciques, 60 capitanejos, 2.200 lanzas, 6.000 chusma.
Suman: 3 caciques principales, 12 caciques, 175 capitanejos, 5.260 lanzas, 16.500 chusma.
(Publicado en Memoria del Ministerio de Guerra, 1877.En el Archivo del Museo Histórico
Nacional [ hoy AGN.] Nº 10.604, hay otra estimación de todos los indios que podrían
oponerse a la conquista del desierto: 19.600 chilenos de allende la Cordillera; 3.200
picunches, 11.500 huilliches o manzaneros, incluído Reuquecurá; 1.000 de Queupumill, 1.500
ranqueles, 1.500 de Namuncurá y 150 de Pincén.
El cacique Namuncurá será tenaz en la lucha y tenaz en su búsqueda de un convenio
de paz que le devolviera y garantizara los campos de Carhüé. En ese invierno mandó
Namuncurá una carta con sus proposiciones concretas al ministro Adolfo Alsina, cuyo texto
deducimos solamente de la carta respuesta del ministro con falaces promesas, aunque después
de un nuevo e importante malón sobre Olavarría (Clifton Goldney la transcribe en el anexo
XXI, p. 226s.). Primero le recrimina las invasiones, cuya historia Namuncurá había hecho
según otro punto de vista. Luego le dice: "...Para terminar y para darle una prueba de que el
Gobierno no le engaña, cuando le dice que está dispuesto a hacer tratados con Ud., le
propongo lo siguiente:
"Las fuerzas del Gobierno se retirarán de Carhué, Puán, Guaminí, Trenque Lauquen e
Italó y ocuparán una línea que pase por el Sauce y por el Tordillo. Cada tres meses recibirá
Ud. el racionamiento con hacienda, yerba y tabaco en la cantidad que se convenga. Usted, sus
parientes, hermanos y demás capitanejos recibirán un sueldo con arreglo a sus clases.
"Esto es lo que el Gobierno les ofrece. Si Ud. acepta, necesito saber, cuáles son las
garantías que Ud. me da de que su tribu no invadirá ni dejará invadir a los chilenos, ni a
Catriel. El Capitán Solano deberá ser despachado por Ud. con la respuesta a esta carta antes
de cumplirse veinte días de haber llegado a los toldos de Ud..."
Namuncurá no tomó en serio esta carta; retiró sus toldos de Chilihué hasta el Valle de
Namuncurá (Travesía) y Trarú Lauquen (más tarde General Acha). El 9 de Octubre, el mismo
día que sus maloneros y los de Pincén cayeron sobre el Partido de 9 de Julio y la tribu de
Coliqueo, Levalle inició su marcha hacia Salinas Grandes por orden de Alsina (Tel. del
7.10.76) y Ruibal atacó sorpresivamente a la invernada de Namuncurá. Fue el tiempo de la
guerra aguda.
Un mes más tarde Namuncurá había aceptado la comisión de Rufino Solano y lo
despachó con cartas para el Presidente y el Arzobispo Aneiros. Quiere afianzar la paz: se
queja de hechos escandalosos; pide sueldos y racionamiento por intermedio del capitán
Damasio Tapia y su hijo Catalino. La carta señala como lugar del envío a Salinas Grandes y
con fecha, el 9 de Noviembre de 1876. Le dice al Arzobispo que la comisión está presidida
por el capitán R. Solano y le recuerda que en 1875, "cuando vino Salvaire, estábamos en
principios de tratados de paz. Había que seguir la guerra por disgustos y desavenencias con
los indios de estas nuestras tierras y las fuerzas cristianas." No busca la guerra. Que
desocupen sus tierras que reclama al Superior Gobierno y acepta los tratados de paz. Por el
contrario, perderían... que los indios pierden poco. Repite el pedido de 20.000 pesos por la
toma de Carhué. Como señal de confianza manda a su sobrino Amaro, para que lo eduquen en
Buenos Aires y recuerda al Padre Salvaire (reproducción de la carta en Clifton Goldney, p.
227. y la respuesta en p. 229). El 7 de Diciembre le contesta que no aprueba la guerra y
"ustedes deben hacer todo esfuerzo para cortarla. Persuádanse que el gobierno debe ser
respetado". No todas las frases deben haber convencido a Namuncurá, ni tampoco pudo evitar
la guerra que ya se había desatado. En Diciembre, Pincén hacía otro malón sobre la zona de
Junín. En cambio Namuncurá volvía a pedir la paz por una comisión y carta dirigida al Dr.
Alsina. Pedía la paz y lo necesario para vivir y la devolución de Carhué (Memoria del Min. de
Guerra, 1877, p. 153). De la respuesta del ministro de Guerra se desprende el tenso clima,
cuando le dice el 25 de Febrero: "El Capitán Rufino Solano no quiere ir a los toldos, porque
dice que sabe positivamente que lo van a matar. Creo que esto no será una dificultad para
hacer los tratados, desde que Ud. acepta la propuesta que le hice en mi nota anterior
(¿fecha?). He comisionado al Comandante Wintter para que represente al Gobierno en las
negociaciones y Ud. nombrará a la persona que lo ha de representar a Ud... Espero que ésta
será la última que le escriba sobre estos asuntos y tengo esperanza de que llegaremos a hacer
una paz verdadera y larga." (Clifton Goldney. p. 230, reproduce la carta extraída de F. M.
Vélez, “Ante la posteridad”. El original se halla entre los papeles del Dr. Zeballos en el
Museo de Luján.)
Si comparamos los tratados de paz realizados en esa época, puede observarse que
poca o ninguna sinceridad hay detrás de la letra; fue un elemento táctico más en la lucha
contra el Indio. No sé si Wintter efectivamente llegó a Salinas Grandes; de todos modos los
jefes de las divisiones nunca retrocederían ni abandonarían a Carhué.
Namuncurá retiró entonces sus toldos unas 16 leguas más al oeste de Chilihué, sin
abandonar su campamento militar en Salinas Grandes y Chilihué.
Las Cámaras autorizaron al ministro de Guerra a invertir en su proyecto seis millones
de pesos (ley del 12 de marzo de 1877). Se trabajó en la frontera nueva y en la construcción
de la zanja defensiva. Había dinero, buenas tropas, ferrocarril y telégrafo y buena parte ya
conquistada. Ni soñar que iban a pagarles a los caciques por los campos tomados, como lo
reclamaba Namuncurá. (Memoria del Dr. Alsina, del 1° de Agosto de 1877. Hay una edición
de EUDEBA 1977)
En Agosto del mismo año arribó otra comisión salinera a Buenos Aires para gestionar
el tratado de paz definitivo: encabezaba el equipo político el cacique Carapán, el coronel
Huenchuquil y el capitanejo José Platero que antes había pertenecido a la tribu de Coliqueo.
“El Nacional” publicó (el 13 de Septiembre de 1877) dos cartas que habían entregado al
capitán y lenguaraz Rufino Solano y L. Copello publicó en su libro Gestiones del Arzobispo
Aneiros... (p. 219) otra, dirigida al Arzobispo de Buenos Aires, todas fechadas en Salinas
Grandes, el 23 de Agosto. Quedan por conocerse las cartas que dirigieron al ministro y al
Presidente de la Nación. [ver Durán 2006 Namuncurá y Zeballos]
Alvarito Reumas escribe a su amigo Solano: "En virtud de los tratados de paz que
celebramos por medio de nuestras comisiones que mandamos ante el Superior gobierno y ante
el Señor Ministro de Guerra y ante las demás personas de alto grado, a fin de definir los
tratados de paz que hoy afirmamos y por tanto espero que Ud. nos ayude y dirija a nuestras
comisiones ante aquellas personas de la repartición nacional (en) sus misiones de que
cargan." También le pide ropa e hilos para tejer”. Lo mismo le dice Bernardo Namuncurá, el
redactor de ambas notas a Solano; repite casi textualmente lo citado arriba y sus pedidos son:
que le dé cuenta de unos dineros (5.000 pesos) que le debía un tal Racholete y lo que debía el
Padre Salvaire. Agrega a sus saludos los de su esposa Juana. La carta al Arzobispo está
firmada por Alvarito Reumay, el hermano de Namuncurá, del que se dice ser el segundo
personal. Le encomienda la comisión que representa al cacique general Manuel Namuncurá, a
las tres personas que representan el gobierno de la tribu y sus secretarios que los mandan
"ante todas las principales autoridades nacionales, civiles, militares y eclesiásticas, para
definir los tratados y (poder) vivir como hermanos". Dice, además, que han recibido tres
notas "que acreditan que nos dejan los campos libres; tales son (los de) Carhué, Guaminí,
Puán y Chililafquén y que solamente tomarán los del Sauce hasta el Tordesillo para la línea de
Frontera y de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires y en esta conformidad quedamos
atendidos y solamente falta que el Superior Gobierno disponga ordenar, se nos pasen los
racionamientos..."
La respuesta concreta a estos pedidos de tratado de paz fue una acción militar bien
preparada, conforme al plan de Alsina. En Octubre lanzan seis columnas a una violenta
ofensiva general. Julio Argentino Roca escribió entonces a su hermano Ataliva Roca en Junín:
"Me he enterado de que Alsina piensa tomar la ofensiva; es el único medio de acabar con los
indios". (Publicaciones del Museo Roca, Documentos VI. p.157)
En Septiembre de 1877, el coronel E. Racedo atacó a los ranqueles. Entonces,
partieron: 1. Nicolás Levalle con su División de Carhué; 2. S. Maldonado, desde Puán; 3. M.
Freyre desde Guaminí; 4. C. Villegas desde Trenque Lauquen y 5. L. Nelson desde Italó. La
División Puán atacó las tribus de Catriel en Treycó. Fue terrible (véase la historia de Catriel).
La de Trenque Lauquen atacó las columnas de Pincén, al que tomaron preso. La División del
coronel Levalle debía atacar a Namuncurá. Este salió de sus campos y se retiró a
"Duraznillo", a 12 leguas, porque tenía noticias que le iban a producir un malón. "De Chiloé
fue a Feneiché", —declaró una ex cautiva—; cada uno de sus guerreros disponía de tres
caballos y arreaban vacas o novillos." (AEM, 17.12.77)
Y aun así, de nuevo insiste el cacique en querer definir el tratado de paz para vivir
como hermanos. El 7 de Diciembre envía de nuevo una comisión a Buenos Aires con carta al
Presidente de la República Argentina (publicada por Clifton Goldney en su obra citada, p.
230-233). La inicia con un tono muy optimista: "Excelentísimo Señor: Hemos arreglado
felizmente con el Excelentísimo Gobierno de la Nación nuestros tratados que son una garantía
para la tranquilidad de nuestras familias y al mismo tiempo para los pobladores, que es como
si dijéramos: la tranquilidad y bienestar de todo el mundo.
"Pero hoy nos es indispensable, para afianzar más (la paz) estos tratados, hacer
presente al Excelentísimo Gobierno ciertos hechos de alta importancia para evitar abusos y
verdaderos escándalos..." Firman la carta Bernardo Namuncurá, Manuel Namuncurá, Alvarito
Reymay y el segundo secretario Manuel Freire. Acusan a los Procuradores y Proveedores que
hacían fraudes en la distribución de raciones, cuando según el tratado anterior entregaban
animales y especies. Propone como su representante general y procurador en la Capital a
Dámaso Tapia. Reclama por injusticias de los jefes de las fronteras, despojos y apresamientos.
Piden o reclaman el racionamiento semestral de 4.000 animales y sus sueldos y una
indemnización de 200 millones de pesos por los campos ocupados en Puhán, Guaminí,
Carhué y Chipilaf. Namuncurá se mantiene en la propuesta que hizo en el momento de morir
su padre, el cacique Calfucurá. Si formulaba estas exigencias es que el Gobierno los ha
acostumbrado a ellas, cuando los necesitaba.
La comisión portadora de esta carta debía estar aún en Buenos Aires, cuando cundió la
noticia de que el Dr. Adolfo Alsina había muerto. El 28 de Diciembre sé sentía mal. El delirio
de la fiebre le hacía repetir ideas coherentes, pero en palabras recortadas: Namuncurá...
Levalle... indios,.. expedición,.. dice Enrique Sánchez en la biografía que dedicó a Adolfo
Alsina. Murió el 29 de Diciembre de 1877. Adolfo Alsina no pudo terminar su obra de
conquista, aunque Levalle y sus tropas le respondían, más que el general Rivas al ministro
Martín de Gainza. No desmerecía el reconocimiento que la propaganda de sus sucesores
querían quitarle; pero cabe la pregunta: ¿era necesaria esta guerra? ¿Era justo rechazar con
engaños las aspiraciones de paz de los pobladores autóctonos?
Las tropas y divisiones del extinto ministro estaban en marcha. Levalle, reforzado con
la División de Puán, se dirigió a Salinas Grandes y a Chilué. El 7 de enero de 1878 enfrentó
en batalla a los indios de Namuncurá y fue un encuentro tan violento que más de cien indios
fueron muertos y 200 tomados prisioneros (Parte del 28.1.78).
Fue ésta la más sangrienta campaña de estos meses de ofensivas en todas las fronteras.
Namuncurá no se dio por vencido; no se entrega, sino busca un nuevo canal para sus
gestiones por el tratado de paz. El 5 de Febrero se dirigió desde Trunaqué al misionero
Donati, franciscano de Río Cuarto que había logrado ya grandes cosas para los ranqueles
(Arch. del Convento Franciscano de Río IV. Nº 832). Le dice:
"Usted ha ayudado a Mariano Rosas y a Epugner a arreglar la paz. Falleció Mariano.
Epugner se mantiene fiel al Gobierno de Nicolás Avellaneda. Mi padre falleció estando en
tratados con el Presidente de la Nación Domingo F. Sarmiento. Me ha dejado el Gobierno de
las tribus de su mando. Sigo las ideas de mi padre tan conocido en la Nación India. Quiero
entrar en arreglos con el Superior Gobierno y mandé comisiones al Señor Arzobispo y para
S.E. al Gobernador de la Provincia, don Emilio Castro. Me traían nuevamente la guerra que
había sostenido por las revoluciones que hubo. El coronel Nicolás Seballos (sic. por Levalle)
pisó mi territorio. Sírvase ayudarme ante el Superior Gobierno, ante N. Avellaneda y Adolfo
Alsina..."
La carta es larga, y dice que ha mandado otra comisión a Buenos Aires al mando de
Pichicurá, que todavía no ha vuelto a sus tierras. Habla de las relaciones que han tenido antes
con los ranqueles a través del coronel Baigorria. Habla de la visita del Padre Salvaire que lo
ha protegido y lo ha hecho acompañar con las mayores autoridades de su tribu hasta el Arroyo
del Pescado. Que después de la Revolución del 74 ha mandado muchas comisiones. Que se
siente engañado suponiendo que debía ser por alguna traición. Y efectivamente "vino Levalle
a pisar el campo, a cautivar familias y pasar por las armas a mis indios; pero aunque esto ha
sucedido y por lo mismo (ya dicho) estoy dispuesto a seguir la buena armonía. No sé cuál
será la disposición del Superior Gobierno. Parece que ha tomado la mira de seguir la guerra
para concluirnos. Que si es así tendremos que estar nuevamente en guerra y nosotros
tendremos que cautivar familias y matar unos a otros... Yo no quiero seguir la guerra ni perder
mi trabajo..." Pide que lo comunique al Sr. Arzobispo para que los aconseje y lo comunique al
Superior Gobierno para que se consiga la estabilidad de un armisticio y el tratado de paz
definitivo. Luego hace un repaso de lo que ha vivido con su padre: "A mí me ha criado en la
falda de la Cordillera de los Andes, en esta parte de la Argentina, de este lado de la Cordillera.
Mi padre ha merecido tener influencia con el Gobierno de Chile y ha peleado en favor de la
Patria (del bando patriota) y ha peleado a los caciques que estaban de la parte de la República
Argentina (los borogas, realistas) que no querían tomar orden del Gobierno Argentino, en
tanto extraño, hasta que los ha concluido y después de esto ha sido merecedor de ser llamado
por el Gobernador D. Juan Manuel (de)Rosas y se ha recibido del campo que ocupó por el
llamamiento del Gobernador de Rosas en todo lo que corresponde a Salinas Grandes, dando
una estabilidad al tratado de paz en toda la administración, mientras duró el gobierno de D.
Juan Manuel de Rosas. Mi finado padre ha sido un hombre de tal condición, que suponía ser
adivino; que cualquier cosa que iba a suceder lo tenía que saber. Y esa condición yo no la
tengo. Pero sé que mi finado padre me ha dejado el cargo del gobierno de todas sus tribus y
(las) gobierno por Dios que me sostiene, que, si Dios permite, podré castigar a aquellos
hombres que me traicionaron y espero que Dios me ha de ayudar en el triunfo; que si Dios no
permite que salga victorioso, entonces podremos morir todos nosotros que, después de
muertos no sentiremos nada y nuestros hijos serán cautivados; pero si Dios permite mi
triunfo, he de ser victorioso, me ayudará en todos mis pasos y Dios castigará a todos los que
me traicionaron. Que como gobierno a mi Nación... me toman mi campo y me traicionaron...
"Esta remito por mano de Epumer. Recibirá los recuerdos de mis dos subalternos, mi
hermano D. Alberto Reumay y el cacique, mi cuñado, D. Bernardo Namuncurá sss. Sello.
Manuel Namuncurá."
El Padre Marcos Donati se dirigió en seguida al Arzobispo Aneiros para ver si hacía
algo en su favor. Monseñor Aneiros le contestó el 11 de Junio: "He hablado con el Ministro y
me dice que Namuncurá no ha mandado personas de representación: que manda pedir cosas y
mientras tanto prepara invasiones. Pero éste era otro ministro y encaraba los asuntos de otro
modo."
Bernardo Namuncurá se dirigió entonces al coronel H. Moreno (el 19 de Junio)
buscando su apoyo e intervención (doc.. 888, Arch. Franciscano de Río IVº):
"Soy [en el rango] el tercer cacique de esta tribu". Le pide ayuda para que consiga del
Gobierno Nacional lo que pidieron ya el cacique general Manuel Namuncurá y el general
Alvarito Reumay. 'Pedimos las paces y no nos contesta. Nuestras comisiones están allí sin que
sepamos si están vivos o muertos."

JULIO A. ROCA, LA GUERRA TOTAL Y LOS


SUFRIMIENTOS DE NAMUNCURÁ EN SU HUIDA
Después de la muerte de Alsina, Julio Argentino Roca fue designado ministro de
Guerra y Marina. Fue el ministro de la guerra ofensiva contra los indios del "desierto" y jefe
de la conquista del sur, no sólo hasta Río Negro, sino hasta Tierra del Fuego. Asumió su
cartera en Junio de 1878. Entretanto, había elaborado su plan que no poco fue inspirado por
modelos norteamericanos. Su palabra clave fue: "El honor de la Nación nos obliga a someter
en el acto por la razón o por la fuerza a ese puñado de indios salvajes"; y pidió para la
ejecución al Congreso la autorización de invertir un millón seiscientos mil pesos,
prometiendo haber concluido su campaña en dos años. Su ejecución está muy documentada y
descripta por muchos autores e historiadores. Su primera etapa ha sido una radical
terminación del avance de fronteras de Alsina. Ya desde Julio de 1878 hasta Enero de 1879
hubo más de 25 expediciones con la expresa finalidad de limpiar la pampa de indios.
Nos restringimos al enfoque de Namuncurá.
Apenas Roca había asumido el Ministerio, Namuncurá le envió una comisión al
mando del cacique Benito Pichicurá y una carta para pedir la definición del tratado de paz que
venía gestionando desde 1873. La carta está fechada en Salinas Grandes el 26 de julio de
1878 (E. L. Piana, “Toponimia”, p. 268). Pero el ministro se había informado —lo decía en su
gran mensaje al Congreso, el 14 de Agosto— que se encontraba con cien guerreros escogidos
y su familia en Maracó Grande, 20 leguas aproximadamente al sudoeste de Chilihué hacia el
Colorado. El resto se había dispersado entre los montes.
Mientras tanto, Catriel tuvo que entregar una buena parte de su tribu (31.3.78).
Sorprendentemente el Gobierno Nacional concedió a los ranqueles en Agosto la renovación
de su tratado de paz. No tardarían en ser atropellados con todo.
El 20 de Septiembre, Namuncurá escribió de nuevo al Padre Donati, y al mismo
tiempo lo hizo el cacique Alvarito Reumay, pidiendo que ayudase a la comisión de paz que
iba a Buenos Aires, para tener éxito. Los encargados de la comisión eran Llanquetrú
(hermano de Namuncurá), el tío Maguín, Carimán, otro hermano y su cuñado Dionisio Leví,
además de Felipe Cayul, primo hermano, y Mariano Ancao, cuñado carnal. (Arch.
Franciscano. Río IVº, doc.. 934 y 935)
Alguna publicación decía que Roca había ofrecido, el 28 de Agosto, la paz y que
había dado instrucciones a Wintter y proposiciones para Namuncurá; éste debía someterse y
ubicarse en la frontera en terreno que el Gobierno le asignaría. Le pasaría un sueldo y un
grado militar (Diario de A. Espinosa, "La Conquista del Desierto", p. 148, nota 92). No consta
que tal propuesta haya llegado a manos u oídos de Namuncurá; en ningún momento de sus
ulteriores gestiones lo menciona. Sí, Namuncurá había invitado al coronel Villegas a una
conferencia que no se produjo, ni Roca cita referencia alguna a esa supuesta propuesta.
En octubre empieza una nueva persecución, sincronizada entre las diversas divisiones.
Más de veinte operaciones eficaces destruyeron las tolderías de la pampa. Roca había
recibido un nuevo subsidio para la guerra por la ley 214 del 4 de Octubre. El día 6 de Octubre
el coronel Freyre marchó sobre la toldería de Namuncurá, cayó sobre el valle de Chilué.
Namuncurá había huído a tiempo; pero en el ataque a Utracán, las tropas mataron a muchas
lanzas. El parte del 14 de Octubre dice que murieron los capitanejos Calfimur, Cañolo y
Atorey y 80 guerreros y que apresaron a 95 indios de lanza y 253 de la chusma (Del Valle,
Recordando el Pasador. p. 366. Difiere del comunicado de Freyre del 30 de Octubre, en
Piana, p. 271). Al mismo tiempo la división de Puán cayó sobre la toldería de Cañumil al
Oeste de Guatraché. El resultado: 106 muertos. El 28 de Octubre, el jefe de la Frontera Sur de
San Luis apresó a tres comisiones de paz, una de Namuncurá y otras de Baigorrita y de
Epugner. Las primeras dos no ofrecieron resistencia fuerte, la otra luchó; hubo 50 muertos y
200 presos. Efectivamente, el 16 de Octubre llegó una comisión de Namuncurá a Villa
Mercedes. La encabezaron los caciques Caramán y Llanquecurá, hermanos de Namuncurá;
llevaban cartas al Padre Donati de fecha 9 de Octubre, pidiendo nuevamente apoyo e
influencia para conseguir la paz y el tratado (Arch. Franciscano, Río IVº, Nº 939). También
había una recomendación del cacique Epugner. (Ib. y AEM, 28.10.78)
En noviembre se aprestaron las mismas divisiones a nuevas incursiones y para la
persecución de Namuncurá se unieron tres de ellas. Roca los apuraba, para que efectuaran sus
campañas antes de que apretara el sol. A Villegas lo felicitó por sus éxitos contra Pincén,
diciéndole que no dejara inactiva su tropa y que desprendiera continuamente partidas ligeras
hasta las mismas tolderías; que evitara aglomeraciones de prisioneros en la frontera: "A estos
como a los que se tomen en adelante, los hemos de hacer marineros o agricultores en Entre
Ríos o Tucumán" (E. L. Piana, “Toponimia”, p. 269). Mientras conferenciaron los jefes en
Carhué, los indios de Namuncurá hicieron una gran junta. Expresaron ante todo el temor de
ser rodeados. Unos mil decidieron pasar a Chile. (Olascoaga, ob. cit., IV, p, 75)
Ya estaba en acción la persecución de los ranqueles. Catriel se había entregado,
cuando los expedicionarios se aprestaban para una nueva persecución de Namuncurá. Un
prisionero decía que se hallaba próximo a la laguna Algañaraz (10 leguas de Trarú Lauquén),
pues el 26 de ese mes Roca había ordenado a Levalle avanzar sobre Trarú Lauquén. Antes de
partir, Levalle telegrafió al ministro..." 14.000 indios menos". (20.11.78)
El 22 de noviembre envió su parte sobre el triunfo en Lihuel Calel: "Al Sr. Ministro
de Guerra. Tengo la satisfacción de comunicar a V. E. que hemos llegado a este punto (Lihuel
Calel, Lote 11 y 20, Frac. A, Sec. X) y apoderándonos de los restos de la tribu de Namuncurá,
el 7 del corriente, después de haber recorrido la extensa línea de tolderías ocupadas
sucesivamente por los indios en retirada hacia el oeste, visitando todas las aguadas de los
flancos del camino, y tomando en ellas los dispersos y familias que no pudieron seguir a este
cacique en su precipitada fuga.
"Namuncurá tenía conocimiento de nuestra llegada a Chilué por los bomberos; ha
mantenido siempre una distancia de 20 y tantas leguas a lo menos, entre él y nuestras fuerzas,
dejando en nuestro poder todo cuanto no podía llevar por falta de caballos y no atreviéndose
siquiera a mostrarse.
"Su última guarida escogida eran las Sierras de Lihuel Calel, 5 leguas de la
confluencia del Río Salado con el gran lago de Urre Lauquen y 80 leguas de Carhué... La
persecución ha tenido que cesar... dos días estaban ensillados los caballos y habían
tranqueado una travesía de 40 leguas, sin contar las correrías del día 7, que duraron desde las
cuatro de la tarde hasta las once de la noche... 50 y tantos indios han muerto y 300 indios
prisioneros entre indios de pelea y de chusma...
"Señor Ministro: El poder de Namuncurá está destruido, ha huído casi solo, en
dirección al Colorado, con ánimo, según parece, de alojarse en las faldas de los Andes. En el
territorio que formaba lo que él llamaba su patrimonio y que está dominado por las fuerzas
nacionales, desde Salinas Grandes hasta Chadi Leuvú, no queda una sola toldería, sólo vagan
en él fugitivos aislados...
"Al felicitar a V.E. por este hecho que deja asegurado para siempre el dominio del
desierto, cumplo con el deber de recomendar a la consideración de V.E., a todos los jefes,
oficiales y tropas de la fuerza expedicionaria y muy particularmente a los jefes de Puán y
Guaminí, Comandante D. Teodoro García y Dn. Marcelino Freire. Dios guarde a V.E. Cnel.
Levalle". (Copia de Piana.” Toponimia pampeana”, p.277)
Sin comentario transmitimos el parte. La felicitación de Roca lleva fecha 27 de
Diciembre: "Por primera vez sintió Namuncurá el peso de nuestras armas".
El coronel J. J. Daza. en “Episodios Militares” (Bs. As.. 1914, p. 123), habla de 600
capturados, entre ellos un grupo de novias que tenían sus caras pintadas de un modo
particular. Allí estaba la hija de Namuncurá, Manuelita Rosas Namuncurá. Habla también de
un Archivo de Namuncurá que habían encontrado. Efectivamente, el Dr. Zeballos, que recibió
la colección de cartas encontradas, publicó en su Revista de Derecho, Historia y Letras, Vol.
34.1909, p. 616-618, un artículo bajo el título "La Pampa 30 anos antes"; incluyó en el
artículo dos cartas del Padre Salvaire a Namuncurá y el párrafo de la carta de Nicolás Levalle
dirigida desde Trarú Lauquen al Dr. Zeballos con fecha 5 de diciembre de 1879. en la que
dice:
"Hemos tomado una parte de la correspondencia de Namuncurá en un médano..."
(Viaje al País de los Araucanos, Bs. As., 1979). La documentación de Zeballos había sido
confiada al Museo de Luján y fue guardada bajo secreto durante 100 años. Últimamente se
permitió su consulta como también las Memorias de Santiago Avendaño. La Colección de las
cartas (170) son la mayor parte de Bernardo Namuncurá; otra parte de Manuel Namuncurá
firmada con su sello. Son borradores. Y algunas cartas de militares. Muchas cartas están mal
conservadas. De todo modo no es el archivo de Calfucurá. El año 1878, el Dr. Zeballos
escribió el libro “La Conquista de 15 mil leguas”, editado dos veces el mismo año.

Manuel Namuncurá huyó a la toldería del capitanejo Maniyán en Putrán (Olascoaga,


IV, p. 100). Le acompañó su familia y una reducida escolta. Estaba sufridísimo, pero no
entregado.

TRISTE SUERTE HASTA SU RENDICION EN 1884

Todas las tribus del "desierto" estaban huyendo desde que Roca ordenara limpiar la
pampa. Hubo sorpresas sobre grupos que descansaban en tal o cual laguna, no eran combates.
Naturalmente, al ser atacados, muchos intentaron defenderse; otros se entregaron antes de
haber sido atacados. Marcelino Freyre, el jefe de la División de Guaminí, realizó en Enero de
1879 una rápida expedición sobre tolderías que habían pertenecido a Namuncurá y a
Baigorrita: rodeó y capturó (indios) el 21 de ese mes en Caichué y Trolfán, en el cruce del
Chadileufú. En la sorpresa murieron un cacique, tres capitanejos y 51 indios de lanza y
apresaron dos capitanejos, 148 indios de lanza y 420 de la chusma entre los cuales había 38
cautivas (R. Yaben, Biografías militares, II, p. 667). Algunos prisioneros decían que
Namuncurá debía estar en el Limay, pero Roca sabía que estaba con su tío Reuquecurá. El 18
del mismo mes. Clodomiro Villar hizo tres batidas por Nacaró Remecó y Trarú Lauquén. En
su parte dice, que ha producido 272 bajas: 43 indios muertos, 42 prisioneros y 158 de la
chusma (Piana, Toponimia, p. 281). El 23 de Junio, Levalle dio cuenta de otra expedición a
Lihue Calel, donde apresaron 37 familias. En Urrelauquen mataron a los caciques Querenal y
Anegner de Namuncurá, de mucho prestigio entre los salineros. No querían abandonar sus
dominios. En el parte Levalle agregó: "Puedo asegurarle que en la parte sur de Buenos Aires y
puntos recorridos por la División de mi mando no existen indios: la Pampa está limpia... Los
jefes, oficiales y tropa han cumplido dignamente con su deber y felicito a V.E. por el brillante
resultado de la ocupación del río Negro, obra grandiosa que viene a resolver para siempre la
cuestión fronteras, debatida durante tres siglos.(SIC!) (Piana, “Toponimia”, p. 288)
Toda esta carta refleja la mentalidad de esa generación y debería ser discutida e
interpretada. Aquí sólo diré que Levalle se refiere a la gran Campaña del Desierto en 1879,
después que más de 50 incursiones habían limpiado la pampa haciéndola "un desierto
humano" para ser ocupada en nombre de la Nación; se llevó así la línea de frontera
(provisoriamente) hasta el Río Negro y Neuquén. En cinco columnas partieron hacia esa
meta, cada una de distinto acantonamiento. 6.000 soldados partieron en Mayo. Roca comandó
la Iª División y pasó por tierras salinera hacia Choele Choel. Supo que Namuncurá estaba en
Neuquén con el cacique y pariente Reuquecurá, su tío. Roca mandó a Namuncurá y a
Reuquecurá una intimación. No sabemos si ambas llegaron a destino. Ya estaba decidida la
campaña de los Andes, cuando avisó, tanto al ministro sustituto, como al ministro del Interior,
que los había conminado, que Reuquecurá debería responder por haber acogido a Namuncurá.
(24 de Mayo de 1879)
Algunas divisiones encontraron a su paso grupos de indios de Namuncurá, no en
actitud de combate, sino en la huída, quizás rezagados. Grande fue la sorpresa, cuando el 24
de Mayo un soldado de la División de Levalle encontró cerca de Trarú Lauquen (hoy Gral.
Acha) el archivo de Calfucurá y Namuncurá en dos cajas de madera no bien enterradas, parte
en buen estado, parte dañada por la lluvia. Levalle entregó esa correspondencia al Dr.
Zeballos que venía tras los expedicionarios investigando los terrenos y hurgando en los
médanos y cementerios de los indios. Algunas cartas publicó, otras aprovechó en sus libros:
Viaje al País Araucano (1881),Descripción amena de la República Argentina (1881/83),
Calvucurá y la dinastía de los Piedra (1884). En ese primer libro (p. 192) escribe que buscó
enterratorios en Quiñé Malal, Dep. Utracán. Encontró un documento con el timbre del
gobernador de la Provincia de Buenos Aires. "Volví al médano, escarbamos como el minero
que busca la veta y sentí un verdadero arrebato de gozo más intenso e inefable. ¡Había allí un
archivo del Gobierno o cacicazgo de Salinas Grandes, confiado en depósito a los médanos por
los indios fugitivos que esperaban, sin duda, volver pronto a sus viejos dominios. Se hallaban
allí —dice el Dr. Zeballos, quien completó esa colección por una donación de documentos
que el coronel Levalle había quitado a los indios— comunicaciones intercambiadas de
potencia a potencia entre el Gobierno argentino y los caciques araucanos y cartas de los jefes
de las fronteras, las cuentas de los comerciantes y listas de las tribus y de sus jefes
dependientes del cacicazgo de Salinas Grandes. La herencia y la colección del Dr. Zeballos
han pasado a distintas manos en distintas provincias, una parte al Museo de Luján. Estas
cartas fueron guardadas allí bajo un hermético sigilo, porque había correspondencia que
comprometía a ciertos personajes. Pero han pasado más de cien años y ya era hora de levantar
el velo, por lo menos para una discreta utilización del valiosísimo material histórico. Yo recibí
permiso para sacar fotocopias y Monsr. Juan G. Durán en su libro “Namuncurá y Zeballos
ed. Bouquet 2006, analiza el Archivo del Cacicazgo de Salinas Grandes (1870 – 1880)”

Ya habían llegado tropas y jefes al Río Negro; Villegas con sus soldados al río Limay,
estableciendo en la confluencia de estos dos ríos el Fuerte Primera División, cuando
Namuncurá tuvo otra sensible pérdida. El 1° de Julio de 1879 el comandante Justo Aguilar
encontró y peleó a un grupo de salineros en Neuquén. Cayeron prisioneros dos hijos de
Namuncurá y una de sus esposas. El parte del coronel Uriburu no da sus nombres.
Había empezado la conquista del Neuquén, y la persecución de los caciques que
durante mucho tiempo habían vivido en paz y al servicio de la Nación. Reuquecurá, Purrán y
Sayhueque aglomeraron a varias tribus picunches y restos de la pampa. Inútil la resistencia.
El 25 de Enero de 1880 tuvo lugar la captura traidora de Purrán. (Véase la vida de Purrán)
Namuncurá y muchos indios huyeron ante las tropas del coronel Villegas, encargado
de la "limpieza" del Neuquén, cruzaron la frontera y entraron, a lo menos temporariamente,
en territorio chileno. Allí, el coronel Urrutia, quien había vuelto de la campaña del Perú a la
conquista de la Araucanía, y también el coronel Bulnes tomaron contacto con Namuncurá y le
ofrecieron ayuda, incluso para reconquistar tierras argentinas; él no quiso aceptar tal
ofrecimiento. Reuquecurá volvió al valle de Pullmarí y en Mayo de 1883 este cacique se
entregó a las tropas argentinas. Sus indios y los de Namuncurá habían intentado aún un ataque
al Fortín Primera División con la intención de rescatar prisioneros que había allí. Los
historiadores exageran cuando mencionan a mil indios: fueron cien que pelearon contra la
guarnición que a la sazón eran 15 hombres dbel Regimiento 7° de Caballería. El encuentro
ocurrió el 16.1.82.
Namuncurá, que también había retornado al valle de Pullmarí, hizo en Octubre de
1882 un primer ofrecimiento de sometimiento por intermedio de su secretario, Juan
Paillacurá. Pero los militares decían que esto lo hacían para ganar tiempo y huir nuevamente.
Efectivamente, no se presentó en la fecha concertada, aunque había dejado como rehén a su
hijo Mauricio de unos 15 años (Parte de Rufino Ortega en “Campaña de los Andes” y
Memorias de Guerra, 1883). En Diciembre, el coronel Ortega y el mayor Daza salieron a
expedicionar contra él con la intención de cumplir la orden de Roca, que se lo capturase.
Daza casi lo prende en Mamuil Malal, pero nuevamente escapó el viejo cacique con una
agilidad que sorprendió a los soldados, pero cayó en manos de la tropa parte de su familia.
Daza dice: "su esposa, que era de raza blanca, y Manuelita Rosas Namuncurá, hermosa niña
de 18 años cayeron prisioneros, además de tres hijos varones, tres indios de lanz a y dos
mujeres de la servidumbre. La esposa estuvo temerosa al principio e hizo decir por el
lenguaraz que ella. en otros épocas, había salvado la vida a muchos cristianos y que así
esperaba hiciera Daza con su familiar" (Olascoaga y Clifton Goldney, ob.cit., p. 152). Daza
no omite describir el aspecto físico de las mujeres; confesaron que habían estado prontas para
huir con Namuncurá a Chile. También el comandante Godoy habla en sus partes que su
brigada había capturado familiares del cacique, entre los cuales estaba "el hijo mimado de 14
o 15 años, de fisonomía simple e inteligente, maneras desenvueltas y aspecto altivo".
Apresados ellos se esperaba próxima la rendición de Namuncurá.
Efectivamente, Namuncurá mandó por segunda vez a su secretario Juan Paillalef para
que se presentara ante el coronel Rufino Ortega con nuevas proposiciones de paz. El 10 de
enero de 1883 se le dio un plazo de 20 días para presentarse. No lo hizo; pero dos días más
tarde llegó un enviado secreto de Millamain, quien pedía protección para poder presentarse.
No es fácil describir los momentos, cuando se vio acorralado el grupo disminuido de
Namuncurá; hasta tuvo que comprobar cómo en su último rincón de Pullmarí habían
levantado el fortín "Paso de los Andes”,(Abril de 1883). Cinco herrmanos estaban ya en
Chile. Ellos no estaban de acuerdo de que ni Namuncurá ni Reuquecurá se entregasen. Estos,
sin embargo, no pudieron tomar otra resolución. En esos dramáticos momentos Namuncurá
acudió a otro misionero, pidiendo consejo y ayuda: esta vez fue el Padre Domingo Milanesio.
Estaba a la sazón misionando en el Campamento Roca a los indios prisioneros.
Sobre la rendición de Namuncurá hay muchos testimonios: El periódico “Los Andes
(Abril de , 292-296) ; y los historiadores salesianos: P.Domingo Melanesio;
P.Cayetano Bruno;: Raúl Entraigas: Los Salesianos en la Argentina, Vol. II, p. 305-311 y el
P.Pascual R. Paesa : Patirú Domingo p. 170 - 177)

LA RENDICIÓN DE NAMUNCURA EN FEBRERO DE 1884

El gran misionero salesiano de la Patagonia, el R.P.Domingo Milanesio inició sus


andanzas apostólicas casi con la mediación ante el cacique Namuncurá quien le aconsejó que
se entregara a las autoridades militares. Namuncurá había enviado una vez más una comisión
para la obtención de paz y garantías. Comprendió que ya no podía imponer condiciones
altivas, sino sólo confiaba salvar lo que le quedaba: un resto de su familia y de su tribu.
En el archivo de los Padres Salesianos en Bahía Blanca hay una relación del mismo P.
Milanesio en que narra algunos hechos como éste:
"A mediados de abril de 1883 (mientras que estaba catequizando en el campamento de
Roca), el gran cacique D. Manuel Namuncurá, internado en las Cordilleras con su gente en
lugares secretos y desconocidos para los jefes de nuestro ejército, había mandado una
diputación a Roca (localidad hoy Gral. Roca. cerca de Neuquén) para tratar sobre la rendición
y la paz. Mas las autoridades militares no quisieron escuchar a esos hombres rotosos y
desaliñados, diciendo que los asuntos de paz debían ser tratados con el cacique personalmente
y no con intermediarios. Mortificados y humillados, los enviados de Namuncurá se dirigieron
al Padre Milanesio para que hablara a esas autoridades en su favor.
"Y así, cierto día se presentó al Misionero un grupo de indios a caballo. Uno de entre
ellos, que parecía tener más autoridad, se me acerca y me pide que le escuche. Me
comunicaron el rechazo de su misión y añadieron: 'No teniendo ya esperanza de tratar sobre
la determinación de nuestro cacique, deberemos volver sin una palabra de consuelo.
Considere la triste situación de nuestro cacique y de su tribu que perecerá de miseria en suelo
extranjero. ¿Por qué no interviene Ud. y habla en nuestro favor? Se lo agradeceríamos
sumamente. Nosotros siempre hemos respetado a los misioneros, porque siempre nos han
amado y protegido'.

"Mientras el indio hablaba, el Misionero se sintió emocionado hasta las lágrimas al


verlo a ese y a sus compañeros cubiertos de harapos, las piernas envueltas en toscos cueros,
las cabalgaduras en estado deplorable y sus aperos miserables. Pero, ¿qué hacer? Casi no
conocía a las autoridades militares, pues era la primera vez que me había aventurado tan lejos.
El Gral. Villegas y su segundo, le habían recibido cordialmente en el Fortín Roca, pero ese
trato tan pasajero no le autorizaba ni daba esperanzas para interponerse entre dos enemigos
decididos al exterminio. Además, él no conocía las razones por las que las autoridades de
Roca se habían rehusado a recibir a los enviados de Namuncurá...
"Después de reflexionar, el Misionero... creyó mejor escribirle a Namuncurá
aconsejándole que se presentará él personalmente con toda su gente a la autoridad militar,
asegurándole que el Gobierno argentino no le haría ningún mal, pues me consta —le dijo—
que no quiere la destrucción de los indios, sino su rendición absoluta e incondicional.
"Aquellos indios confiados ya, le dieron infinitas gracias y se apresuraron a llevar al
cacique la carta (que escribiera entonces y que a continuación citaremos).
"Este la recibió como el más seguro salvoconducto. Aún más tarde la mostraba en
todas partes. Confiado en las seguridades dadas por el Misionero, abandonó su escondrijo de
las Cordilleras y después de un penoso recorrido de 500 km en pleno invierno, llegó a fines
de mayo al Fortín Roca".
La carta, que los salesianos publicaron en 1928, en Datos biográficos del Padre
Domingo Milanesio. p. 52, copia de la del mismo Misionero, reza así:
"Roca, 20 de abril de 1883.
Mi respetable Namuncurá: Según he sabido por sus embajadores que ha enviado para
tratar la paz con las autoridades militares, ha determinado Ud. sabiamente someterse con los
indios al Gobierno Argentino. He dado mi palabra de que aquí será bien recibido y que el
Gobierno Argentino antes que causarle ningún daño, le favorecerá. Con su espontánea
sumisión ganará su simpatía y evitará el derramamiento de sangre, la miseria y mil otras
desgracias. Al mismo tiempo conseguirá la tranquilidad para Ud., su familia y su tribu;
favorecerá la obra de los Misioneros que instruirán a los indios y los harán cristianos, y así
adelantarán en la vía del progreso y de la civilización. Hago votos, querido Namuncurá,
porque los consejos que le doy no sean desatendidos y al desear verle pronto sometido al
ejército argentino, le saludo cordialmente. Su sincero amigo: Sac. D. Milanesio (Misionero
Salesiano)."
Era una voz de esperanza. Otras más le habían sido dadas por los militares chilenos,
como más tarde confesaría. "Pero sentí, como buen patriota, que me avergonzaba al oír tales
ofrecimientos". Sólo en caso de ser rechazado por las autoridades argentinas, aceptaría
negociaciones chilenas. (Periódico La Patria Argentina, Bs. As., 30.1.1884)
Finalmente se decide Namuncurá a presentarse ante el mayor Julio Morosini,
responsable del fortín Paso de los Andes (o Fortín Pullmarí), quien había capturado a su
esposa e hija Manuelita y las había tratado con humanidad. Efectivamente, ésta era ahora la
consigna, tratar bien a los rendidos; así se esperaba terminar más pronto la guerra y la
conquista.
El 23 de Febrero de 1884 se presentó Namuncurá con los indios que le quedaban o le
querían acompañar en su rendición, como lo habían hecho ya casi todos los grandes caciques.
El mayor Morosini dispuso llevarlos ante la presencia del teniente coronel Daza, responsable
del Fuerte Ñorquín (38° de latitud sur). El 10 de Marzo llegó allí el primer grupo enviado por
el mayor Morosini: el cacique Maripán con 5 capitanejos y 134 indios de lanzas. El 19 de
Marzo se presentó el grupo conducido por Namuncurá en Cadihué. Desde allí notició el
capitán Eusebio Carayta a Pablo Belisle, quien mandó la noticia a Ñorquín. Allí llegaron el 21
de Marzo, donde fueron bien recibidos: el cacique, 9 capitanejos. 137 indios y 185 de la
llamada chusma. El 23 de Marzo telegrafiaron desde Paso de los Indios al ministro de Guerra
general Benjamín Victorica, quien de inmediato los felicitó, aconsejando tratarlos bien y
llevarlos hasta el campamento de Roca. La prensa recogía ya el acontecimiento y Pablo
Belisle envió un cablegrama: “que el 7 de Abril se había despachado hacia el Fortín Roca al
cacique Namuncurá, a 28 indios y toda la chusma. Agregó que estaba satisfecho del
recibimiento y que unos comerciantes habían disparado unos cohetes. Con todo. se equivoca
al decir que el cacique tendría unos 50 años, pues a la sazón tenía 77. "Está bien conservado y
su cara abierta y despejada inspira simpatía". De los otros prisioneros nada dice, fueron
destinados a trabajos diversos.
En el archivo del Estado Mayor del Ejército está la nota definitiva del sometimiento
con fecha del 23 de Abril, en que el jefe del Estado Mayor, general de división D. Joaquín
Viejobueno, transmite al ministro de Guerra el parte del jefe de la Segunda Brigada.
El 5 de Mayo llegaron a Fortín Roca, donde también fueron bien recibido; a
Namuncurá incluso le regalaron un uniforme de coronel, con el cual iba presentándose en sus
ulteriores viajes. Entre su comitiva se hallaba su hermana mayor Canayllancatú, sus hermanos
Mariano Carumanque y Vicente Millacura, el hijo del primero Juan Quintanas: el lenguaraz
Regino Islas, oriundo de Carmen de Patagones y su mujer Andrea, pues era su lenguaraz:
(Hay una FOTO) Estuvieron también las dos esposas de Namuncurá. Rosario Burgos (que
decían tenía 18 años) e Ignacia Rañil, y los capitanejos José Manuel Loncomil y Juan José
Levicurá, Domingo Lincovil, Ignacio Pilumil, José Miel y Juan Calfuqueo. (Clifton Goldney
fide “La Patria”, periódico, 30.6.84) El 24 de Mayo de 1884 Namuncurá se sometió con 9
capitanejos, 137 indios y 185 de la Chusma en el Fortín Paso de los Andes. El Cnel. Pablo C.
Belisle acusó la noticia a Ñorquin y mandó al Sargento M. Julio Morosini del Reg. 3º.
Namuncurá se presentó voluntariamente en “Pulmary” (Fortín Paso de los Andes) J. Walther,
Conquista delDesierto, ed 1964 p. 730)
Namuncurá no se consideró prisionero, pero sí humillado y destrozado. Ahora pedía
para sí y los pocos que le habían quedado un pedazo de tierra para poder vivir. Poco antes, el
24 de Marzo de ese mismo año 1884 el Gobierno nacional ", en Rev. “Aquí está”, Bs. As.,
1939, Nº 321)
Namuncurá debía presentarse a las altas autoridades nacionales en Buenos Aires y
tuvo que emprender el viaje a la Capital. El, en cambio, inició su nueva batalla por conseguir
su pedazo de tierra, con menos pretensiones que las demostradas los últimos diez años.
J. M. Larsen escribió una crónica breve sobre este viaje (en GAEA, 1984. Junio).
Primero lo llevaron con su comitiva íntima hasta Carmen de Patagones. Allí conoció a
Monseñor A. Espinosa que había misionado en la zona y emprendía ahora había dictado una
ley de protección y de donación de tierras para los jefes indios y su gente que se hubiesen
entregado. (Véase H. P. Blomberg, "Namuncurá. el último cacique que entregó su lanza el
viaje de regreso. Les tocó viajar, por lo menos hasta Bahía Blanca, en el mismo vapor
Pomona. Allí desembarcó Monseñor Espinosa. El barco llegó al puerto en la Boca, el 22 de
Junio de 1884. Namuncurá, su hijo J. Quintuno de 13 años y 4 hermanos. En total 15 indios y
4 mujeres. Era un nuevo mundo para ellos, distinto de lo que se habían imaginado. La
"civilización" los miraba con ojos curiosos. Hubo reportajes, noticias en los diarios. Fueron
alojados en el Regimiento lº y el día 26 fueron conducidos ante la presencia del "Señor
Gobierno", como se decía.

Visitó al Presidente Julio A. Roca, el 26 de Junio, quien como regalo les hizo entregar
500 pesos. En la casa del Dr. Zeballos recibió otro uniforme de coronel. No faltaron
caricaturas en los periódicos. Se le fotografió con el vestuario de Coronel que le entregó el
Dr. Zeballos para sacarle la foto; luego se sacó una foto con los suyos: tres mujeres (Rosa
Burgos, Canayllancatú, hermana del cacique Namuncurá e Ignacia Raillín y seis varones: bien
adelante el niño Juan José Levicurá, sobrino del cacique, y atrás Juan Quintana, hijo de su
hermana, Vicente Millacura y Mariano Curumanque, hermanos del cacique y el intérprete
Regino Islas de Carmen de Patagones, y no se fotografiaron algunos más que pertenecían a la
embajada. (Foto reproducida en USS: Caciques Huilliches y Salineros, ed. El Elefante Blanco
2004 pág. 290). Las notas periodísticas decían que los llevaron al teatro y a recorrer la
ciudad. Finalmente, recibió el permiso de ubicarse con su gente en Chinchinal hasta que se le
asignara por ley una parcela grande de tierra para vivir. Ha declarado su sumisión ante el
mismo Presidente.

AHORA, EN PAZ, SUS ULTIMOS AÑOS (1884-1908)

Parece que en esta oportunidad fue hasta Bragado buscando la hija de su capitanejo
Gabriel Raiñ, llamada Ignacia Inaypán (nac. en 1862) y como ella no se encontraba en
Bragado fue a caballo hasta la tribu de Coliqueo, donde la muchacha se hallaba visitando
familias de su parentela. Esto es aún hoy tradición oral en Los Toldos. Hacía un año su joven
y querida esposa que era de raza blanca y su hermosa hija Manuelita Rosas han sido tomadas
prisioneras por las tropas del Cnel. Daza. También trajo a su casa la joven Rosario Burgos
(nac. 1866. Esta había sido cautiva . Creo que ella era más bonita y más sana que Ignacia.

De Buenos Aires volvió a Chimpay, en la provincia de Río Negro, sección 21, entre
Choele Choel y Chelfororó. Había buscado a los indios que le quedaron fieles hasta ese
entonces. El general Wintter les dio permiso para radicarse en Chimpay; pero no les dio
hacienda ni otra cosa sino promesas. Pero dio aviso (20.2.85) a las autoridades nacionales de
esta radicación. Así, el Presidente Roca presentó a las Cámaras un proyecto de Ley para
donarles tierras y el sueldo de mayor de Guardia Nacional. En la sesión de diputados se trató
el asunto el 19 de agosto: "Los antiguos caciques Namuncurá, Reuquecurá y Sayhueque
recibirán cada uno una legua cuadrada de campo y 60 pesos m/n mensuales". Pero el asunto
pasó a nuevos estudios.
Entretanto, Namuncurá perdió a un hijo de 3 anos por sarampión. Lo comunicó al
general Wintter el 6 de Febrero de 1885. El niño se llamaba Juan José Levicurá (AGN, S.VII,
7-5-3). Pero al año le nació el hijo que más gloria le iba a dar: Ceferino Namuncurá. Le
dedicamos ya un párrafo biográfico aparte. Nació el 26 de Agosto de 1886. El cacique
Manuel Namuncurá fue su padre a los 75 años. El cac. Juan Calfucurá (m.1873) era su abuelo
y Huntecurá, su bisabuelo.
Cuando el cacique quiso recibir el sacramento de la confirmación y del matrimonio
cristiano (estaba ya bautizado), el misionero le dijo: “El cristiano tiene una sola mujer. ¿Con
cuál te quedas?” El se quedó con Ignacia que era un poco más vieja y de la nobleza araucana.
En el bautismo del niño Ceferino, el 24 de diciembre de 1888, anotaron a Rosario Burgos
como la madre de Ceferino.Ese año Namuncurá volvió a Buenos Aires para hacerse curar por
el Dr. Manuel Biedma, acompañado por el sobrino Juan Coñuel, como lenguaraz.
En 1888 aún estaba en discusión la ley de donación de tierra para Namuncurá. La
Revista de la Sociedad Geográfica Argentina (IV, 1888, p. 172-77) menciona el proyecto de
ley, propuesto por Víctor M. Molina. Según ella se crearía una colonia indígena en la Sec. IX
Sud de Río Negro; seis leguas cuadradas, una para el cacique y 300 lotes de 25 hectáreas para
los demás.
En ese mismo año los visitó en Chimpay el misionero Padre Domingo Milanesio, el
que le había aconsejado la rendición. En esta visita cordial, Namuncurá permitió que
bautizara a su hijo de dos anos, el 24 de Diciembre de 1888, con el nombre de Ceferino, pues
el día de su nacimiento se celebraba la fiesta de San Ceferino y el nombre le gustó al Cacique,
porque Ceferino Epumay, que entonces vivía en Los Toldos de Coliqueo (Prov. Bs. As.), era
su tío y llevaba este nombre. La partida del bautismo se halla asentada en el Lib. 29 de
bautismos, fol. 127, de la parroquia de Carmen de Patagones. En 1897 Ceferino ingresó en el
Colegio Pío IXº en Buenos Aires, donde descubrió su vocación religiosa.
En Mayo de 1892 Namuncurá y los suyos se mudaron a otras tierras y se dirigieron en
nuevo éxodo hacia San Ignacio, en la confluencia del Arroyo San Ignacio con el Río Aluminé
en Neuquén, pues tenían la promesa de que les iban a dar allí nueve leguas cuadradas. La ley
Nº 3092 de 1894, finalmente, ley de donaciones a indios, asignó, según el proyecto anterior al
cacique Namuncurá y a su tribu 8 leguas cuadradas sobre la margen derecha del Río Negro.
Namuncurá se presentó entonces con su primo hermano Bernardo en Buenos Aires, porque
nuevamente le habían desalojado "judicialmente" de la zona del Aluminé. Se le decía cuál
sería el beneficio de esa ley del 17 de Agosto de 1884. Pero Namuncurá insistía que se le den
las tierras de San Ignacio en Neuquén (sec. XXX). En Septiembre se aclararon detalles y en
Febrero se aprobó la mensura realizada por el agrimensor Max Berlín, que la había iniciado el
22 de Enero de 1895. Tres leguas fueron asignadas a Namuncurá por Escribanía General de
Gobierno. Las cinco leguas restantes no fueron escrituradas y no hubo sucesión ni inscripción
en el Registro de Propiedad. Muchos seguían viviendo a 40 kilómetros de Junín de Los Andes
en San Ignacio. (Bernard, Tomás D., “El aborigen rioplatense en la historia y ante la ley”,
1963, en Bs. As.)
Allí vivió sus últimos años y allí, en San Ignacio, departamento de los HuiIliches,
siguen viviendo sus descendientes, algunos de destacada actuación.
En 1897 Namuncurá viajó a Viedma para pedir al Superior de los Salesianos un
misionero estable para su gente. Monseñor Cagliero le insinuó que dejara a su hijito Ceferino
que lo acompañaba, para que lo educaran, pero Namuncurá no quiso separarse de su
benjamín. Este, en cambio, le insistía tanto que quería estudiar en Buenos Aires, que
finalmente lo acompañó y lo confió al Colegio Pío Nono, por recomendación del Presidente
Sáenz Peña. De todos estos viajes de Namuncurá hay constancia en el periodismo y las
memorias de algunos escritores. Todos hablan de un gran aplomo y digno porte del cacique.
Testimonios que ha recogido Clifton Goldney en su monografía, detalles que omitimos aquí.

EL CASAMIENTO RELIGIOSO Y LA FAMILIA

QUE LE HA VISTO MORIR EN 1908

No es fácil reconstruir la familia o las familias del cacique Namuncurá. Adalberto A.


Clifton Goldney, en el apartado gráfico, reproduce "su" árbol genealógico; el de los Cura en
tres generaciones: Huentecurá - Calfucurá (con 20 hijos) - Namuncurá (con 11 hijos). Son los
que contiene el acta de casamiento que efectuara en 1900 por civil y por la Iglesia. Los
biógrafos de Ceferino Namuncurá, como Manuel Gálvez (El Santito de la Toldería), señalan
el hecho, pero hay que discernir algunos puntos aún en el documento registrado entonces.
Muy importante me parece también una anotación del Dr. Zeballos que hiciera, después de un
prolijo interrogatorio del historiador al mismo cacique en 1906, anotación que hallé entre los
papeles guardados en el Archivo de Luján. Además, tengo presente las noticias que los
documentos citados a través de esta reseña han arrojado para nuestro discernimiento.
Namuncurá ha entrado en contacto con los misioneros salesianos; pero tenemos sólo
la noticia de que lo hayan bautizado “sub conditione” (es decir: en el caso que no hubiera
recibido ese sacramento). Habrá dicho que había sido bautizado en el Palacio San José,
apadrinado por el general Justo José de Urquiza. Namuncurá no vivió como cristiano, ni ha
podido hacerlo. Como casi todos los jefes araucanos practicó la poligamia (semejante a la que
practicaban los hebreos). Un indio muy versado, Dn. López Ancán que vivió sus últimos años
en la tribu de Coliqueo, me dijo que Namuncurá había tenido siete mujeres con familias. El
Dr. Zeballos averiguó que tuvo 14 esposas, algunas estériles y agrega en su anotación que en
él hubo cierto pudor en la explicación de su situación poligámica. Cuando, en 1902, los
salesianos Monseñor J. Cagliero y los Padres D. Milanesio y N. Genghini visitaron la tribu en
San Ignacio, Namuncurá admitió de buen grado que misionaran e instruyeran a su gente.
Monseñor Cagliero se dedicó al cacique y a su familia. Namuncurá le decía: "Yo muy
contento. Yo vivir cristiano; mi familia también. Yo buen argentino y mi gente queriendo ser
cristiano todos".
Monseñor quiso observarle que la religión católica y aun la ley civil no permitían más
que una sola mujer y no la poligamia. Namuncurá le contestó: "Yo, Señor. casado bien en
Roca ante Iglesia y oficial civil. Yo tener tres mujeres, una muerta. otra vieja, muy buena la
pobre y enferma. Yo ahora vivir solo con mi Ignacia. Yo conocer la ley cristiana; yo saber ley
argentina; yo dejar costumbre paisana. Mi hijo una sola mujer, mis hermanos, una sola mujer
y casarse bien ahora presente señor obispo". Monseñor lo confesó, le dio la confirmación y el
25 de marzo comulgó, como también su familia y muchos indios, en la misa celebrada en su
rancho. Luego bendijo un lugar que el cacique había elegido como cementerio. El Padre Lino
Valle Carbajal en su libro La Patagonia, ed. En Turín 1899 I. p. 201- 496, tiene un relato sobre
el casamiento de Namuncurá que yo no pude consultar.
El acta de casamiento realizado con anterioridad reza así:
"Ante el jefe del registro civil de General Roca, Río Negro, don Alberto Lizarriaga,
acta Nº 2, el doce de Febrero de mil novecientos, don Manuel Namuncurá ( de 89 años), que,
desposaba a Ignacia Rañil (de 18 años), declaró haber tenido anteriormente los siguientes
hijos naturales: Juan. de 56 años: Juana, de 28; Vicente, de 25; Julián, de 24: Clarisa, de 14,
nacidos en Salinas Grandes; Don Ceferino, de 13 años; (María de 12); Alfredo, de 10; Clarisa
Segunda, de 8; Ignacio, de 5; Aníbal, de 4; y Fermina, de 3, nacidos en Choele Choel. Firman
como testigos del acta Tomás Cueto y Cayetano Domínguez". (Clifton Goldney, p. 179, fíde
Luis J. Pedemonte: Ceferino Namuncurá -Testimonios) N. Chindemi en: Historia y política.
II Documentos del Archivo de Patricio Maguire p.34 trae la documentación sobre la última
misión de Mons. Juan Cagliero en 1902. Francisco Pablo di Salvo en: La evangelización de la
Patagonia y de la Tierra de Fuego. Rosario ed. Did. 1992 p. 132 dice que “había solicitado la
visita de los misioneros. Quiso ver bautizada toda la familia y la tribu”
Milcíades A.Vignatí, quien publicara y comentara las fotografías, obtenidas sobre
Namuncurá y sus acompañantes en Buenos Aires, criticó ásperamente este acta matrimonial
de 1900 "que tantas falsedades ha allegado para lograr un barniz de legalidad a tanta
inmoralidad". En el grupo familiar señala las tres mujeres como Rosario Burgos, (NB. Las
otras no son esposas de Namuncurá) Callancatu-Curá e Ignacia. La foto debe haber sido
sacada en 1884 o 1885. El cronista que mencionó esa presentación de Namuncurá, después de
su rendición estimaba la edad del cacique en 63 años, la de Rosario en 18 y la de Ignacia en
22, pero esta estimación mo es acertada..
Rosario tuvo (crió) con Namuncurá los siguientes hijos: Ceferino (1900 de 13), nació
el 26 de Agosto de 1886, según el acta de su bautismo. Ceferino preguntó una vez a su padre
en qué fecha había nacido y él no le supo contestar: hasta dudaba de su nombre Ceferino,
porque en casa le habían llamado Morales como era el nombre de un tío, el cacique Juan
Morales. Cuando estando en Roma , se enteró de la despedida de Rosario Burgos y su padre
se quedaba con Ignacia que era poco mayor, pero de la nobleza araucana, en cambo Rosario
era cautiva blanca y seguramente muy maternal con todos los chicos. Ceferino se dolía y le
escribió una postal , que se guarda en el archivo de Fortín Mercedes ;
“A mi querida querida Mamá Rosario B. De Namuncurá
suafect6ísimo hijo de leche” (sic!)
Ceferino Namuncurá este recuerdo filial dedica a su madre.¡Felicidad!
,
Esto me convenció que ella le amantaba, porque su madre estaba enferma-
(ver la biografía del beato C eferino Namuncurá)
María era hija de Rosario, nac. en 1888, que no figura en el acta del casamiento.
Alfredo habría nacido también en Chimpay (cerca de Choele Choel) en 1890 y Clarisa
Segunda (más tarde de Giménez), habría nacido en 1892, después del traslado de la familia a
San Ignacio, y Fermina, en 1897.
Aníbal, que nació en 1896, dio más tarde el siguiente testimonio de doña Rosario, su
madre:
Ella fue traída por el cacique Manuel después de su derrota en 1879. Era muy joven. Una vez
que el cacique Manuel se casó por el civil y ante la Iglesia con doña Ignacia, entonces doña
Rosario pasó a la tribu de Yanquetruz, que vivía a unas catorce leguas más al norte de
Namuncurá. Allí se casó con un tal Francisco Coliqueo y con él fue a Comallo, Río Negro,
donde arrendó tierras. Pero, como fracasaron sus intereses, volvieron al Neuquén, a los
campos del estanciero Zingoni, en la localidad llamada de los Tres Morros. Años más tarde
volvieron al Río Negro, a Anecón Chico. Finalmente, en el año 1932, habiendo muerto su
esposo, volvió a pedir hospitalidad a la tribu de Namuncurá y se radicó con una de sus hijas,
doña Clarisa... Doña Rosario murió el 21 de octubre de 1945, en mi misma casa. Tendría más
o menos 85 años. Los hijos de doña Rosario somos María, Ceferino, Clarisa, Aníbal y
Fermina."
No conocemos las circunstancias que indujeron a Namuncurá a casarse a la edad de
89 años (si admitimos que ha nacido en 1811). El Padre Lino Carbajal al describir, en 1965, el
matrimonio de Namuncurá cita el acta de casamiento religioso. El Padre A . Stefanelli lo
asentó en el libro de bautismos de la Parroquia de San Ignacio.
Sabemos que despidió a la madre de esos cinco o seis niños. Ella se unió a Francisco
Coliqueo, que estaba entonces en la tribu rendida de Sayhueque. Parece que casi todos los
niños de Rosario se quedaron con el padre y su esposa Ignacia. A mí me preguntaron si ese
Francisco Coliqueo era de Los Toldos. No lo puedo afirmar, pues el capitanejo Francisco
Calfuqueo, hermano del cacique Ygnacio Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs. As.), estaba
casado con Rosa Reylef (Railef) de Azul, fallecida ya en 1875, cuando se bautizaron sus hijas
Carmela y Anastasia. (M. Hux, La Tribu de Coliqueo, genealogías, manuscrito)
Evoco también el testimonio del R. Padre Salvaire, quien visitó, en 1876, el lujoso
toldo de Namuncurá en Chilihué (M. Hux, Una expedición apostólica del Padre Salvaire a
Salinas Grandes en 1876, p. 97). Namuncurá le presentó a su "primera señora, hermana del
capitanejo Ignacio Paillán", a quien Salvaire había conseguido la libertad poco antes, pues el
Cnel. Rivas lo retenía en prisión en Azul. Ella y una hija los atendieron, pero no sabemos sus
nombres. La hija podría ser Manuelita Rosas que junto con su madre fue capturada en el
ataque a Lihuel Calel, de las que habla el mayor Daza en sus “Cuentos Militares” (1914, p.
123). Decía que la joven representaba unos 15 años y la describe con detalle. En la página
141 le hace decir: "El mayor Daza me tomó presa con mi madre y dos hermanos cerca del
Fuerte San Martín".
Los documentos mencionan a otros cuñados que significan otras tantas mujeres de
Namuncurá. El 15 de mayo de 1874 envió una comisión de paz a Azul y recomendó, a M.
Miñana, a su cuñado Manuel Lefiñancú, hijo de su tío Antonio Namuncurá y hermano de
Bernardo Namuncurá de brillante actuación en Salinas Grandes y fiel a su primo hasta la
última instancia. También en otras cartas menciona como cuñados carnales al capitanejo
Pedro Varela Melín y a Mariano Ancao. Además, tenemos noticia de una de las mujeres de la
estirpe del cacique Baigorrita (Rusconi, La hija del cacique Maliqueo, 1941, p. 272).
En 1884, Namuncurá hizo su última proposición de paz a las autoridades militares y
en prueba de su sinceridad dejó en el Fuerte de Ñorquín a su hijo Mauricio de unos 10 años.
Más tarde oímos de un hijo que cursó en Buenos Aires la Escuela de Cabos y Sargentos,
desde los 13 años. Fue bautizado (quizá en 1889) con el nombre de Juan Manuel en la Iglesia
de Balvanera. Ascendió en 1890 a subteniente y dos años más tarde a teniente y 2° jefe del
Batallón 8º en Buenos Aires. Allí lo visitó su padre en 1894. Pero murió al poco tiempo,
enfermo de tuberculosis.
En realidad, hay pocas noticias registradas sobre la familia de Namuncurá. Pensemos
que a lo largo de su larga vida crió y perdió a muchos hijos y como jefe tenía que seguir "la
costumbre paisana" y asumir a muchas mujeres, que le daban relaciones políticas y familiares,
que le aseguraron la amistad y colaboración de otros clanes. Las uniones matrimoniales
aparentemente no fueron estables y sus hijos se han rumbeado según sus posibilidades e
intereses.

Alfredo Namuncurá ha sido prácticamente el cacique sucesor en la colonia aborigen


de San Ignacio. En la lista de la tribu de Namuncurá se enumeran 76 familias con el número
de los miembros acreedores a una parcela de tierra (no del cacique, ni de su familia); la
encabezan cuatro hermanos de Namuncurá: Juan Namuncurá (antes llamado Calfucurá),
Mariano Namuncurá (antes Currumanque o Curü-mán), Juan José Levicurá y Vicente Milla-
Cura.
Finalmente, inserto la lista del Dr. Zeballos:.

LA FAMILIA DE NAMUNCURÁ, según dijo Namuncurá al Dr. Zeballos en


1906 (hoja registrada en los papeles del Dr. Estanislao S. Zeballos en el Museo de Luján)
Namuncurá tuvo 14 esposas, dice:
1. Juana Nanpuical
Hijos: 1. Esteban Romero (así se llamaba un cacique chileno muy activo en la
resistencia en 1881). Murió siendo marinero en la Armada Argentina. 2. Juan Namuncurá
(1877, es llamado Juan Calfucurá, hijo de Namuncurá). 3. Juan Manuel Namuncurá, que
llegó a ser teniente 2° (1876-1894). 4. Clarisa Rupaillanca. 5. Manuela Sillán. Murió en
Mendoza (fue apresada el 7.12.82).
2. Ignacia Inaypán, nac. 1862 de Rañil (o Ralliñ) de Bragado (Prov. de Bs. Aires). El
capitanejo Gabriel Rañín o Rallín o Rayiñ era pariente de los caciques Raninqueo y Coliqueo;
pero desde 1861 estuvo al servicio de Calfucurá como diplomático.
Hijos: 6. Ignacio (nace en 1895, pues en 1900 tuvo 5 años). 7. Juan Pillán. 8.
Namuncurá. 9 Alvarito Reumay. 10. Clarisa Rupaillanca (hago notar que el nombre es
repetición de Nº 4). 11. Manuela (Rozas), la que apresó Daza. La lista del reconocimiento
de 1900 en el acta del bautismo es bastante distinta.
3. Rosario (Burgos), mestiza, nac. 1857; en 1884 ha tenido 27 años. Murió 1943 en
Junín de los Andes a los 86 años. Su foto en Hux: Huilliches 2004 p.290 y P.Raúl Entraigas:
El Mancebo de la Tierra, Ceferino Namuncura Ed. Don Bosco 1953 y 1970.
Hijos: 12. Ceferino Namuncurá (n.26.8.1886 en Chimpay- m. En Roma el 11.5.1905)
"El Santito de la Toldería). 13. Huechencurá. 14.María Amuyllán, nac. 1888 (1900 tenía 12).
15. Inocencia. [Señalo que sorprende el hecho de que Zeballos no haya anotado a los
otros hermanos más pequeños (reconocidos 6 años antes, en 1900): Después de Ceferino
n. 1886; María n. 1888. 16. Alfredo Namuncurá. nac. 1890 (murió en 1948). 17. Clarisa
Segunda Namuncurá de Giles, nac. 1892 en San Ignacio- - Ignacio nac 1895- 18. Aníbal
Namuncurá. nac. 1896. 19. Fermina Namuncurá, nac. 1897.
4. Leuvu Curú. Falleció dejando dos hijos.
20. Mauricio nac. en 1873: estuvo de rehén en 1883. 21. Vicente Namuncurá emigró
a Chile. Nacido en 1875 en Salinas Grandes. 22. Una niña murió al nacer y quedó sin nombre.
5. Nagipí. Con ella tuvo un solo hijo:
23. Benito Pichicurá. Zeballos dice que era cristiano y que tomó el nombre del
padrino coronel Benito Machado (yo pienso que tomó el nombre indio de su tío Pichicurá).
6. Amuy Lehen. Con ella tuvo dos hijas y dos hijos:
24. Canqueillán. 25. Pichillán. 26. Careupán. 27. Levi Pichún.
7. Naghipí Namuncurá. Le decía "tocaya".
28. Huániquil. 29. Juan Reuque Cura. 30. Manuela Namuncurá.
8. Naivn Leuvú. Con ella tuvo una hija y un varón:
31. Juan Miel (era el nombre de un tío). 32. Incicahué, niña entonces ya muerta.
9. Naghi Tuillán. Con ella tuvo una hija sola. 33. Acllán.
10. Yeneghillan. Con ella tuvo una hija. 34. Geteril "Machorra", decía el cacique.
11. Amuy Hual. Mujer estéril.
12. Inay Leuvú. Otra mujer estéril.
13. Juana Pichi Llancatú. Una tercera estéril.
14. Millacurá. Murió durante su embarazo.
En la lista faltan Julián (o Juliano) Namuncurá que Fig. en 1883, poco antes de la
rendición de Namuncurá: murió el 30.1. 1885 por sarampión. Este llevó el nombre de otro
hermano de Namuncurá.
No cabe duda de que la familia de Namuncurá era grande y que hasta su vejez quiso y
pudo ser padre. Ha de haber tenido hijos desde 1834, cuando su tribu (la del padre) se radicó
en Salinas Grandes. Muchos habrán muerto en la larga guerra de la Conquista, pero ninguno
de ellos cobró un perfil destacado como tuvo él.

SU MUERTE Y SUS SUCESORES


Según la fotografía de Namuncurá de 1900, año en que se casó por las leyes
cristianas, deducimos que a los 89 años era aún un hombre vigoroso. Todavía viajaba desde
Neuquén a Buenos Aires, gestionaba sus asuntos y visitaba a sus hijos radicados en la ciudad.
Grandes esperanzas había puesto en Ceferino y no poco le costó que los salesianos lo llevaran
a Roma para continuar allí sus estudios, pues quiso ser sacerdote. De allí recibió unas cartas
muy tiernas. Hondamente sintió cuando el Padre Bonatti le trajo la noticia de que había
fallecido, pues murió de tuberculosis el 11 de Mayo de 1905. Pero se sobrepuso y viajó
nuevamente con un hijo y su lenguaraz Antonio Namuncurá (su sobrino), para agradecer a los
Padres Salesianos por todo lo que habían hecho por su hijo. (M. Gálvez en su libro “El
Santito de las Tolderías” transmite hasta las palabras que habría pronunciado en el comedor
del Colegio Pío Nono.)
El 1° de Agosto de 1908 llegó a Buenos Aires el telegrama que el coronel Manuel
Namuncurá, después de haber sufrido una enfermedad, había muerto el día 31 de Julio a
las 11.30 de la mañana. De inmediato la prensa hizo eco de su vida y muerte, evocando
algunos rasgos positivos que durante la guerra no los habían escrito. "El extinto era hijo de
Juan Calfucurá y nieto del célebre Huentecurá. Se le conoció rasgos de patriotismo y nobleza.
Prestó juramento a la Constitución nacional en Paraná ante el Presidente de la Confederación
Argentina, el general Justo José de Urquiza. (A. Clifton Goldney, en su obra “El Cacique
Namuncurá”, -que nuevamente califico como obra loable-, insertó en su apéndice documental
otros testimonios del periodismo.)
"La muerte de Namuncurá fue muy sentida por sus paisanos, pues el extinto amaba a
éstos como si hubiesen sido sus propios hijos". Fue una de las más grandes figuras
indígenas de nuestro país. Y por eso hemos insistido en detalles que nos lo demostrasen en
su verdad y en sus rectas intenciones.
Namuncurá murió en su estancia (Catán Lil) en San Ignacio, en su tierra y fue
enterrado en el cementerio de la colonia. Velado en Junín de los Andes, allí donde celebró el
misionero amigo Domingo Milanesio una misa de cuerpo presente. Lo llevaron al cementerio
(Según un testimonio: en Las Lajas: Dep. Picunches) el 3 de Agosto, mientras nevaba. El
Regimiento Nº 3 le dio los honores de la Patria. Según información de su hijo Alfredo (en
1945), el cementerio (más bien los restos del difunto) fueron trasladados más tarde y que
buscando los restos de su padre, no los han encontrado. (Clifton Goldney, ob. cit., p. 180).
Esto se hacía con muchos caciques difuntos, porque así se evitó su violación por los que
buscaban las joyas del cacique.
Su recuerdo quedará vivo mientras se venere a su hijo Ceferino, quien en tan corta
vida alcanzó vasta gloria.

Julián Namuncurá, nacido en 1876, juntamente con los hermanos tomaron entonces
el gobierno de la colonia indígena en el campo donado en San Ignacio.
Alfredo Namuncurá, nacido en 1890, fue su sucesor. Existe en el Museo de Tandil
una fotografía de él y de su familia, sacada en 1948 por D. Eliseo Tello. Falleció en 1948
Aníbal Namuncurá, nacido en 1896, lo reemplazó en 1961. Sister Hilger, que lo
visitó en 1979 en Collón Curá (San Ignacio) decía que su gente eran 45 familias (p.351
Araucanian child life and its cultural background (Chile-Argentina) Publ. Smitson Inst.Misc.
vol 133. 1957)
Andrés Namuncurá, hijo de Alfredo Namuncurá, fue reconocido como cacique en
1968.
Celedonio Namuncurá, nacido en 1921, es actualmente el cacique jefe de la
comunidad de San Ignacio, una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén.
El cacique Benigno Namuncurá fue nombrado Jefe de la Confederación Indígena
del Neuquén, en 1980.
Juan Namuncurá es actualmente diputado nacional.
Marcelino Rosario Namuncurá, nacido en 1911 y fallecido en 1981, ha sido jefe de la
reducción indígena de Sañi Có.

(En el texto he asentado algo de la extensa bibliografía : Clifton Goldney, A – Gálvez,


M. – Zebalos, E.S. – Hux, M. – Vignati, M.A. (1963) – Rev. Aquí está 1939 – Caras y Caretas
1899 (reportaje) – Entraigas, R. 1953 – La Prensa 2.8.1908 – Paesa, P. 1964 – Walther, Juan:
La Conquista del Desierto ; Monsr. Juan G. Durán, Namuncurá y Zeballos, Bs.As. 2006.
Cartas
-------------------------------------------------------------------------------------------------
NANCALÉN, 1830, cac que participó en el parlamento de Tandil con 32 caciques
(AGN. X. 25-9-4) (J. Fernández 2000 p. 18) Ver: Chocorí)
NANGONIEL, 1586, toqui, sucesor de su padre Layancura. Falleció en un combate.
Su sucesor fue el cac. Cadeguala (Paveza, Jorge 2005 . 46)
NANUI, 1846, cac. Ranquel. Ese año estuvo en Azul junto con otros comisionados
del cac. Painé (Capdevilla P.: Pedro Rosas y Belgrano ,Tapalquén 1973 p.67)
NAPAL, s/d., capitanejo tehuelche cuya fotografía se reproduce por J. M. Moldes en:
Tierra de los tehuelches 1837 p. 308.
NAPPAY ANTE, 1806, cac. Gobernador tehuelche de la costa patagónica. Fue
muerto en un malón de Linconao antes de 1806. Linconao era pampa de Quinchipí (De
Angelis I. p. 139/40 )
NAPICHÉN, cac. Huilliche que en1863 asistió en Carmen de Patagones a una junta
de paz a la que asistieron también los caciques B. Chingoleo, Reuquecurá y el Cnel. Julián
Murga.
NAPOLÓ,1820, aparece entre los caciques tehuelches del Norte, dependiente del
cacique principal Llampicó o Negro. 1822 asistió a la junta de paz que el Cnel. Pedro A.
García convocara al pie de la Sierra de Tandil. (Diario de García en De Angelis ed. 1910 IV p.
136 y 87)
NAUQUI NAVAJEN, 1783, cac. auca. El Diario de Villarino lo cuenta entre los
adversarios del cac. Chulilaquín (De Angelis ed. 1910 V. p.580).
NAUCU CHEO (Nauculó) Información: El periódico “El Constitucional” de
Mendoza del 11 de Febrero de 1879 dice: “El Cacique Nancucheo” Respecto de este indio,
que fue muerto en la expedición que llevó al desierto el Cnel. Levalle, tenemos los siguientes
datos que no dejan de ser interesantes. Al otro día de ser tomada la indiada y después de
emprender la división la marcha de regreso, a dos leguas del camino, el cacique Nancucheo
solicitó hablar con el Coronel Levalle, pues dijo, tenía que pedirle una gracia. El Coronel
ordenó que fuese traído a su presencia. Nancucheo dijo entonces que diese orden que no le
atasen tan fuerte que sus carnes se resentían de sus ligaduras. Y agregó que en cambio de ese
favor, una vez que llegasen a la laguna del Carancho, lo llevaría al paraje Tauco, donde se
encontraba un capitanejo importante que mandaba un crecido número de indios. El Coronel
Levalle accedió a lo que pedía, sin perjuicio de ordenar la más estricta vigilancia.
Cuando la división llegó a la otra madrugada a la laguna del Carancho, se dispuso que
acampasen. Nancucheo que venía preso en el Batallón 5º de línea, al ver que éste hacía un
movimiento necesario, creyó que era el momento oportuno para poner los pies en polvorosa y
castigando su caballo, emprendió la precipitada fuga.
Los soldados del Batallón, que no habían acabado poner pie en tierra, salieron en su
persecución en número de 40. A las tres cuadras de correr entre médanos, Nancucheo fue
alcanzado recibiendo en el cuerpo cuatro balas de remington, las que le dieron la muerte.
Este cacique era un verdadero y acabado tipo de nuestros gauchos. Vestía el traje de
éste y su estatura era bien llevada; nunca abandonó su aire arrogante y aún en los momentos
en que conferenció con el Coronel Levalle. No parecía prisionero sino el individuo que
trataba de potencia a potencia.

NAUPAYÁN (o Naupaín, Neupayante), 1797, “cacique principal de la Nación


Ranquelina” (Arch. MENA. doc. 36: 1797). Actuó en la Guerra Pehuenche, apoyando a los
huilliches en contra de los pehuenches de Malalhué. Estaba en frecuente comunicación con
los caciques de Chile, pero también con los pehuenches que correspondían al gobierno de
Mendoza. En Agosto de 1790 vino de Valdivia por el Paso Verde (Maremilao) para visitar al
cacique Pichintur de Malalhué y allí se quedó unos meses. En 1794 avisó que unos 600 indios
chilenos de Valdivia habían pasado la Cordillera para atacar a los caciques Mauquepán y
Coliné. Efectivamente, al primero lo mataron y le robaron chusma y hacienda; luego se
situaron en los campos de Llain. Los sobrevivientes pidieron ayuda para desquitarse (Arch.
MENA. doc. 12 /1794).
Luego hubo varias expediciones o malones de Sur a Norte y de Norte a Sur. Fueron
acciones importantes en la Guerra Pehuenche. Cayeron como víctimas primero el cac.
Pichintur, cac. Gobernador de Malalhué y luego Rayguán, cac. Gobernador de Barbarco. Su
sucesor era el cac. ranquel Carripilún. Este pidió a Naupayán que le mandase gente para
organizar otro malón vengador a Malalhué (Arch. MENA. doc.. 36: 21.11. 1797) Lo mismo
pidió a los caciques Huircapí y Chucao. Naupayán se resistió; pero hecho ya un segundo
malón a Malalhué, mandó a su sobrino con 100 hombres para rendir acatamiento y obediencia
al Gobernador de Mendoza. Éste los recibió el 21 de noviembre de 1797. Le decían que eran
amigos de los de Malalhué, pues eran de la misma sangre (Arch. MENA. doc. 42)
1806 lo trató el explorador Luis de la Cruz, según anota en su diario (De Angelis I. p.
205). Lo visitó en Meucó y lo acompañó hasta el rancherío del cacique Carripilún. En su
séquito venían los capitanejos Llamiñancó de Butatequén y Apeles. Les hizo regalos.
Naupayán era un hombre que en todas partes tenía amigos.
ETIMOL: Payán: barba; Nau es dudoso; quizás es nahuel: tigre
NAUPAYÁN, 1819, (Naupay), cac. Ranquel. Ese año asistió al parlamento de paz en
lo del cacique Lienán. 1825 asistió a la junta grande en Laguna del Guanaco. Era el Nº 41 en
la lista grande de caciques asistentes (AGN X. 27-7-6) No puede identificarlo con el cacique
“principal” de 1797. Ha sido quizás su hijo. 1884 se bautizó en Villa Mercedes un hijo de
Naupay (fallecido) casado con Tuguenail. Son los datos que pude reunir.
NAU PICHÚN (Naupichú o Naipichún), 1864, cac. huilliche de la zona de Carmen
de Patagones. Atraído por el ejemplo de otros caciques quiso celebrar también un tratado de
paz y ubicarse en la zona de Bahía Blanca. En septiembre de ese año mandó una comisión a
Buenos Aires la que encabezó su hijo Juan, acompañado del capitanejo Juan Leji, un
lenguaraz y un indio soldado. Se presentaron al Cnel. Juan Cornell, encargado de las
relaciones con los indios amigos y solicitaron un tratado de paz, el permiso de ubicarse cerca
de Bahía Blanca y de comerciar con esa población. (AEM doc. 791 del 3.1o.64) Decían que
vendrían con 10 capitanejos y 100 soldados guerreros y todas sus familias. Pidieron también
que se les asignase un sueldo al cacique y a sus oficiales y se diesen las raciones
acostumbradas asignadas a los indios amigos.
Juan Cornell propuso al Ministro Martín de Gainza que se hiciese algo semejante a lo
que se había tratado con el cacique Huayquil, pero que se le diese doble ración, porque era
una tribu tehuelche (sic!) más numerosa. El opinaba que dar a cada tribu sometida raciones,
daría buenos resultados. (AEM. doc.. 791)
La comisión volvió a Bahía Blanca, donde la esperaba Naipichún. Le trajeron de
regalo un vestuario completo y dos monturas completas. En su regreso los acompañó un
soldado de la guarnición bahiense. El Comandante del Fuerte fue facultado de celebrar el
tratado, porque el cacique se había comprometido situar a su tribu amiga en un lugar cercano
de Bahía Blanca, el que indicare el Comandante y a servirle, en caso de ser llamados y de
avisar cualquier noticia que obtuvieron de malón o invasión de extranjeros. Su gente debería
dedicarse a la labranza y a la cría de ganado en los terrenos fijados. En caso de ser
movilizados, cobrarían el sueldo correspondiente como G.N. Las raciones serían 150 yeguas,
dos bultos de yerba, una barrica de azúcar, un rollo de tabaco, dos resmas de papel, un
vestuario fino para el cacique y para los capitanejos un sombrero, un poncho de paño y un par
de botas, un pañuelo de seda y para los soldados un calzoncillo y un chiripá para cada uno.
Las raciones se entregarían anualmente en Bahía Blanca.
Asistieron al acta de celebración del tratado el cacique Naupichú, su hijo Juan y los
capitanejos Paillacheo, Juan Caillufú (o Cayufú), Pairlain y Antilef. Por ellos firmó el señor
Hermenegildo González. El documento conservado en el Archivo del Estado Mayor del
Ejército lleva el Nº 775. No figura la firma del Comandante, ni de otra autoridad. Tampoco
consta que hayan recibido la donación de terreno alguno, cuando otros pobladores extranjeros
como mi estudiado agrimensor suizo Jorge Claraz se consiguió en la misma época el acopio
de miles de hectáreas (Hux: Jorge Claraz (1832-1930): biografía de un explorador suizo en el
Sur argentino. Bs.As. 1977).
De Naupichún rastreé una sola noticia más. El General Rivas escribió desde Azul, el 7
de septiembre, poco antes de estallar la Revolución Mitrista, que Sayhueque había mandado
una carta a Namuncurá diciéndole que los huilliches (-se refería a los de Naupichún-) tenían
un proyecto de invadir y que había tomado de rehén a un hijo del cac. Naupichún, invitándole
que se juntara con él para invadir a Raninqueo (creo que estaba con Ancalao cerca de Bahía
Blanca). Pero estas últimas noticias podrían haber sido fraguadas, quizás para tener motivo
para deshacerse de estos indios.
NAUQUEPÁN, 1863, cac. boroga chileno. Había estado con el cacique Quilapán.
Pero en Junio de 1863 vino con 1000 indios a Salinas Grandes, donde estaba Calfucurá con
sus tribus. No sé si venía para malonear o si era para ayudar al jefe salinero a hacer presión
política (AEM Junio de 1864)
NAUQUITA, 1833, cac. boroga que tuvo entonces revueltos a los caciques Marileo,
Mariqueo y Antivil, al apartarse del grupo de Guaminí (AGN X. 27-5-6). En febrero de 1833,
Rosas los hizo perseguir. En la refriega del 8 de Junio de ese mismo año, Nauquita se escapó
sólo con 60 hombres (ib. p. 539) Supongo que ha vuelto a Chile.
NAUTERA, 1870 capit. Ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
NAUTUTUN, 1574, cac comechingón de Naututun Sacat, potrero de Garay, Córdoba;
encomendado de Tejeda (Montes p.87.
NAVALGIN NAO, 1553, cac. Araucano de Lebo Lucon (ver Lepichohuán)
NAVINTOR, 1588, cac. Comechingón en Chili Naure, Calamochita, Córdoba;
encomendado de Palencia (Montes p. 78)
NAY LEF, Mariano, 1867, capitanejo ranquel. El 19 de Mayo participó de un malón,
conducido por el cac. Epugnerr.
NAYPAN o Neipán: 1805 cac. Pehuenche chileno en tierra de Misión de San Juan
Costa (Noggler p. 306)
NAU QUE PAÑA, 1806, cac. ranquel entre los huilliches de Barbarco y
pertenecía al cac. Rayguán (hijo).
NEBSNO CURÁ, capitanejo huilliche-salinero, hijo del cac. Antonio
Namuncurá, quien era hermano de Juan Calfucurá- 1851 figura en la lista de los
obsequiados por Rosas en vísperas de la batalla de Caseros (AGN.20.10-4. El 20
de dic. de 1851)
NECIEL, 1867, capitanejo (boroga) de la Pampa. El 25 de Octubre de
ese año luchó en Foro Malal (Corral de Los Huesos, Part. Gral. Viamonte)
contra Coliqueo (Hux: Coliqueo ed. EUDEBA 1980 p. 93), a pesar de que había
pertenecido, como Pincén, a la tribu de Coliqueo, cuando vivían aún entre los
ranqueles. 1873 figura Neciel en el tratado de paz que firmó Pincén con el
Gobierno (ver la reseña sobre Pincén)
NECUL o Necol, 1822 cac boroga del grupo de los chilenos que emigró a
la Pampa argentina a raíz de la Guerra a Muerte. Necul era hijo del cac. Melillán
de Cholchol, hermano de Bulnes, Painemal, CURRIQUEO y Martín Salas. En
1833 figura entre los caciques de Guaminí (AGN X 27-5-6. del 23 de junio de
1833)
Etimolog: Necul : ligero, veloz

NECUL, o Rinquinecul,1846, capitanejo del cacique Renqui Necul. Ese


año fue capturado por los indios de Calfucurá y para complacer al Brigadier
General Juan Manuel de Rosas, lo mandaron engrillado, vía Azul, a Buenos
Aires, porque había robado en Tapalquén a los indios pampas de Rosas.
Calfucurá decía entonces en su carta que lo mandaba al Gobernador para que lo
fusilasen en seguida; y que no lo ha lanceado él para enseñar al Restaurador su
fidelidad. “Era el enemigo más malo de S.E.. Hacía alarde (de crueldad) en sus
últimas invasiones por Salto y Luján. Había asesinado una señora, le había
sacado el corazón, lo asó y lo comió, probando así una ferocidad singular. Decía
que jamás haría la paz con los cristianos; que él había nacido en el campo y en
él había de morir” .
Nos podemos preguntar, quién le habrá escrita esta carta. (Arch.: Azul,
16.1 1846). Bartolomé Ronco comentó ésta y otra documentación sobre el
capitanejo en la Revista Azul Nº5 (1930) p. 176, bajo el título: Prisión del cac.
Necul. Nota del Juez de Paz al General 1º Edecán, M. Corvalán: “Ayer llegó el
capitanejo Carenán de Calfucurá con seis indios conduciendo preso al primero y
segundo caciquillo Renqui, llamado Necul. Había ido de visita. Comprometía la
paz que mantenía con el Excmo. Gobernador. Era el enemigo más malo de su
Excelencia…(La copia es el borrador; la letra es del Cnel. Pedro Rosas y
Belgrano. (Ver lo escrito de Rinque Necul)
NECUL, 1864, capitanejo ranquel; figura en la lista del cac. Mariano
Rosas
NECUL, Antonio, 1875, capitanejo de Salinas Grandes (doc. 1232 AEM)
NECUL ANTÚ, 1656, cac. araucano que obedecía al cac. Inaqueu, quien
con 10 caciques de su parcialidad hiciera una celada al gran misionero R.P.
Diego Rosales (Gay, Historia III p. 155)
NECUL ANTE,1805, cac. pehuenche de Malalhué (Mendoza). En 1846,
después de la muerte del gobernador de los pehuenches (Guzmané), se presentó
en Mendoza.
NECUL ANTE, 1770, cac. araucano principal. En ese año murió en
Tilqui (Chile).
NECUL BUD, Francisco, cacique de la costa chilena. Estaba en el
parlamento de Tapihue 1772. Anteriormente fueron atacados por los llanistas y
tuvieron que refugiarse en Fuertes. (L.Leon, p. 182)
NECUL CHEO, 1820 estuvo entre los 15 caciques desafectos al
guerrillero chileno J.M. Carrera, quedaron fieles al Gobierno de Buenos Aires
(AGN S.VII Biedma 10-4-13. 26.12.20) Puede haber sido el mismo que en 1787
figuraba como segundo cacique de Llanquetruz Iº, cuando éste vivía en la
Pampa. Ese año fueron atacados por tropas mendocinas y tuvieron que unirse
con los huilliches de Neuquén y compartieron con ellos la terrible Guerra
Pehuenche.
NECUL CHEO o Neculqueo, 1875, capitanejo pampa, que pertenecía a
la Tribu de Pincén. La hazaña del robo de los 53 “Blancos” del Comandante
Villegas en Trenque Lauquen fue suya y del capitanejo Cayuqueo y no de
Vicente Piseñ. Esto consta por una carta del Cnel. Villegas del 21 de octubre de
1877 al Comandante Ataliva Roca (Se lee en las publicaciones del Museo Roca:
Documentos VI p. 158; carta en que dice también que a los “Blancos” los
hallaron en la toldería de Tromenlauquen, donde había 10 toldos del cac.
Cayuqueo y del capitanejo Neculqueo. Los atacaron. En el combate mataron
más de 50 indios . El Mayor Sosa llegó a Trenquelauquen con los 53 caballos
blancos y 300 caballos más, además de 36 chinas. Durante la “barrida” de la
Pampa, Vicente Pincén se había mudado a Luan Lauquen; Neculcheo huyó
junto a los ranqueles de Baigorrita, cuando entraron las tropas del Cnel Racedo.
Pero éstas lo alcanzaron. El 4 de Junio de 1879 fue apresado por Saturnino
Torres. (Olascoaga II p. 165)
NECUL HUAL, Fermín, 1837 – 1929, capitanejo boroga de la tribu del
Cac. Ignacio Coliqueo. Nació en La Pampa según las anotaciones del Padre
Savino, misionero en la Tribu en 1875 /76. Su segundo apellido, probablemente
es de su madre “Avendaño, como dos hermanos lo mismo: Martín Neculhual
Avendaño (n. 1863) y José Bernabé Neculhual Avendaño. Parece que su padre
se llamaba Martín Necul Hual o sencillamente , cac. Hualá. El capitanejo
Fermín estaba casado con Ceferina Unepeu que murió de peste en 1870. Ya en
1868 está en la lista de los capitanejos y en un censo de 1869 se dice que tenía a
cargo 19 personas. Sus hijos son: José Bernabé n. 1861, Martín n. 1863,
Lorenza n. 1867 y Victoriano n. 1869. De ellos quedó una descendencia
prolífera (Hux: trabajo genealógico sobre los pobladores de la Tribu de Los
Toldos ; manuscrito). Sobre la lápida de la tumba he visto una fotografía en
chapa: venerable figura de barba larga Murió a los 92 años y no a los 120, como
alguno creía.
NECUL HUEQUE, 1797, cac. araucano. Vivía en Chataicó (Chile) y
junto con Raquilhueque era subvencionado por el Gobierno Chileno (T.Guevara
1910 p. 24)
NECUL HUEQUE, 1796, cac. araucano de Quecheregua. Tomó parte en
la Guerra Pehuenche, especialmente en el malón contra los indios de Barbarco,
aún después de la muerte del cac. Rayguán. Lo acompañaron los caciques
Catrilaf y Güilli Lemú /Arch., MENA. 1797 doc 37)
NECUL HUEQUE (Necluegue), conocido también como Platero. 1822
es cac. chileno. De él informa el Cnel Pedro A. García en el Diario que se hizo
durante la expedición pacificadora a las Sierras de Tandil, diciendo: “No
pertenecía, según indagaciones, ni a los aucas, ni a los ranqueles, mucho menos
a los huilliches, porque habita en puntos muy distantes. Sus antecesores eran de
la primera tribu, hasta Calmegüé. El cac. Calhueque murió en una de las
incursiones a la frontera de Navarro. Otro hermano presente se llamó Necul.
Este vino con 120 hombres, aquel con 300. “De que eran chilenos en la Pampa
argentina nos lo dice otro documento de febrero de 1825 (AGN VII Biedma
1.14-4) “Caciques chilenos en la Pampa argentina: Pablo, Coñuepán…
Neculhueque” Este se mostró favorable al tratado de paz propuesto en 1822 por
el Cnel. Pedro A. García; el mismo reunió a los caciques principales: a Pablo,
Calimacuy, Joaquín, Antenao..”El 4 de Mayo vino al Campamento con 400
hombres armados con lanzas. Había ya 150 a caballo..Los jefes pampas Lincón
y Pichiloncoy vieron que no eran muchos los de la tribu de Neculhueque.. Este
era uno de los principales caciques, perspicaz, astuto y joven, lleno de
fogosidad; cumplió hipócritamente a García. Luego hizo la historia de sus
calamidades, guerras, muertes por culpa de los gobiernos.” Pero agregó también
razones para aceptar la paz. Con estas citas vemos que ha sido una gran figura
de la Pampa; y sin embargo, conocido tan solo por documentos ocasionales.
1827 fue perseguido por el Cnel. Federico Rauch en su segunda y
cruel expedición trayendo a su Regimiento 5º y acompañado por unos 900
indios tehuelches del cacique Negro y del pampa Catriel a la Sierra de la
Ventana. Regresó después de su ataque a los borogas de Epecuén. El 3 de
febrero de 1827 encontró en las Sierras los toldos de “Nequelqué, Ancaf y
Patracuá. Les serró las entradas del valle y los hizo atacar a degüello. Los indios
corrieron a las montañas y tiraron piedras y rocas contra sus agresores., pero no
pudieron resistir a su vehemente ataque. Se vieron escenas horribles. Sólo el
cac. Lincón pudo conseguir que no hicieran el total exterminio de la tribu de
Neculhueque, porque aducía que ellos eran sus parientes (Gaceta: 23.1.1827 y
AGN S.V. 20-11-8; 21-4-4; 21-5-1)
ETIMOLOG: Hueque: Guanaco y necul: veloz
NECUL LUÁN, 1875, cac. de la agrupación salinera. Estuvo en el
parlamento, cuando el misionero P. Jorge María Salvaire fue acusado de espía y
casi lanceado, el 30 de octubre de 1875. No tengo más noticias de él y esto me
hace pensar que era uno de los huilliches venidos de Chile por la emergencia.
(Hux: Una excursión apostólica del P. Salvaire a Salinas Grandes. 1980 ed.
ECA)
NECULÉN, 1814, cac. pehuenche que obedecía al cac. gobernador
Neycuñán.
NECULL, 1872, capitanejo pehuenche del cac. Tranamán de Barbarco.
Figura en el tratado de paz del 27 de Agosto de 1872 (Arch. MENA. Carp. 123
doc. 44)

NECUL MAN, Juan. 1806, “cacique pehuenche arrogante y malo”. según Dn. Luis
de la Cruz (en 1806). Su antepasado fue aparentemente el cacique Ñonque y su madre, una
cautiva argentina. El viajero dice en su Diario el día 10 de abril de 1806 (De Angelis I. 1910.
p. 137) “Había venido de la toldería del cacique general Manquel de Antuco y traía una
tropilla gorda”. En la Guerra a Muerte se había agregado a los Pincheiras del bando realista,
junto con Toriano y Chiuca. Ellos dominaban los valles trasversales hasta los pasos de Chillán
y el Descabezado de Maule.
Juan Neculmán era oriundo de Llico, dicen B. Vicuña Mackenna en su libro “Guerra a
Muerte” (ed. 1972 p. 123) y T. Guevara en su obra citada (de l9l0.p. 90 y 200). A fines de
1821., el general Prieto, en su retirada a Arauco, marchaba quemando y matando. Creía que
había muerto el cacique Neculmán (Vicuña Mackenna ib. p. 615, nota). Neculmán, a su vez,
seguía la guerrilla de los pincheiros. En el año 1829 y en el siguiente, maloneó hasta cerca de
Carmen de Patagones y en el sur de Mendoza, desde Aguanta hasta Chacay. En enero,
Neculmán, Trocomán y Mulato, entre otros, dirigieron un malón hasta cerca de Mendoza, la
cual estaba entonces en conflicto con la provincia de San Juan y en el mismo seno de su
gobierno se produjo una crisis.
La masacre de Chacay 11 de junio de 1830
El exgobernador Corvalán entró en negociaciones con los indios y los hermanos
Pincheiras. Estos pidieron un parlamento general en los toldos del cacique Neculmán. En
consecuencia,. el exgobernador Corvalán, acompañado del Dr. Maza, de Gatica, Hilarnes,
Lima y García, llegaron hasta cerca de Malargüe (7 de junio de 1830). A los tres días llegaron
los caciques Neculmán, Rondeao. Coleto, Mulato y otros. Ellos habían conferenciado también
con el exfraile. general J .F. Aldao. Recibieron algunos regalos, pero viendo que no iban a
cumplir con sus exigencias. empezaron a robar. No obstante, la comitiva mendocina,
alarmada por falsas comunicaciones, solicitó a los indios y a los Pincheiras su apoyo para
destruir el gobierno de José Videla Castillo. Cuando recibieron el mensaje de un chasque
indio, comunicando que sus fuerzas estaban en marcha, todos se dirigieron a Pichi Chacay.
entregando la custodia de sus caballos a particulares. Los indios, bien pronto, les arrebataron
buena parte de esa caballada.
El día 11, excusándose porque algunos indios habían sido ladrones, prometieron
darles satisfacción en el parlamento, en su presencia. Invitaron a los mendocinos a pasar a su
campamento. Allí hallaron a los indios en perfecta formación. Neculmán dijo entonces a José
Aldao, que contase a los presentes. Apenas llegó a la mitad de las filas, los indios se corrieron
por los flancos y formando un círculo. encerraron a la ilustre comitiva.
El cacique Coleto, hijo del cacique Neculmán. dio la orden de cargarlos y fue él quien
dio el primer golpe mortal a Dn. Felipe Videla. Masacraron uno por uno a toda la comitiva y a
una veintena de soldados que los acompañaban.
En todo el país hubo gran estupor y en Mendoza un gran duelo, cuando se conoció la
noticia de la trágica matanza de Chacay del 11 de Junio de 1830. Se ha escrito mucho sobre
este acontecimiento del año de los unitarios en el gobierno de Mendoza. Sin duda, hubo
tramas secretas que no nos permiten descubrir toda la historia.
Los caciques llegaron a disculparse después (Gaceta de Bs. As. 15.7.30; Verdaguer:
Historia Eclesiástica del Cuyo vol. II p. 60 ss. Revista Junta de Est. Hist. de Mendoza, IV
1935. p. 61-125 y AGN S. X. 27-76 y S. Avendaño, Memorias ed. 2000 p. 104 s. relato
vívido)
La guerrilla de los indios siguió asolando la provincia de Mendoza; por eso salió a
campaña el teniente coronel M. Virto y los enfrentó en la batalla de Chilecito, el 28 de Junio
del mismo año (Gaceta de Bs. As.. 12.8.30)
El gobernador Juan Manuel de Rosas intervino, entonces, en el caso y exhortó aun al
gobierno chileno a concertar medidas de paz con los indios, para poder acabar con la guerrilla
de los Pincheira y sus secuaces. El 16 de Octubre partió el general Juan Gutiérrez a
encontrarse con Neculmán y Trocomán, pero halló la muerte en un enfrentamiento. En Marzo
de 1832, el general chileno Manuel Bulnes cruzó la Cordillera con 2.000 soldados, invadió la
zona de Robles y Atuel y atacó el campamento de los Pincheiras en Coymuelo. F. Aldao. a su
vez, hizo otra expedición, para vengar el nuevo malón de Neculmán a la población de Luján
(Prov. de Mendoza).
Ese mismo año, en fecha incierta o imprecisa, fue muerto el cacique Neculmán.
Varios jefes militares se atribuyeron “la gloria” de haber muerto al famoso cacique. Así, el
general Bulnes afirmó, el 14 de enero de 1832, haber muerto al legendario jefe Neculmán, a
Coleto y Trocomán en un combate desigual en Epulafquén. (T. Guevara, Historia de la
Civilización Araucana y Juan Walther, Conquista del Desierto, ed.1964, p. 254 , Avendaño
Memorias ed 1999 p.199 - 303)
(Etimología: Man (manque): Cóndor + veloz.)

NECULMÁN, Juan de Dios, 1881, cac. araucano de Boroa. Actuó en la


última sublevación, la que reprimió el Cnel. Urrutia. Se conjuraron los
caciques Melín de Ñielol, Millipán de Cholchol, Necul Painemal de Carirriñe.
Licanqueo de Tromen, Marimán de Cudihué, Pedro Cadyupi de Imperial Baja,
Juan de Dios Neculmán de Boroa, Esteban Romero de Truftruf, Carimán de
Quepe, Cotar de Trumpulu, Colimán de Llaima y Coliqueo de Allipén (Anales
de la Universidad de Chile ..p.103/104 y J. Bengoa: Historia del Pueblo Mapuhe
1985 p. 292ss. Fue en el momento en que el cac. Manuel Namuncurá tuvo que
huir de las persecuciones del Ejército Argentino. En Julio, Neculmán convocó al
malón. Pero en noviembre fue vencida la revolución.
Su hijo Juan Antonio fue el primer maestro mapuche en Temuco (J.
Bengoa 1985 p. 225)
NECULMÁN , Francisco, 1881 cac. boroga, hijo del cac. Ñum. En ese
año se salvó de una expedición persecutoria del ejército chileno,; había
participado en la sublevación por vejaciones sufridas. Viendo que venían las
tropas ( eran de Urrutia) que habían vuelto de la Guerra en Bolivia, se presentó
en Tolten y Santiago con el propósito de descargar sus responsabilidades por la
desobediencia de sus subalternos. 1883 dio su conformidad que se fundase una
misión franciscana en su territorio, incluso mandó a dos hijos a buscar y a
acompañar al Frayle. Llegado éste, no le dio alojamiento, sólo le pedía regalos.
Rara conducta. Que tendrá razones ocultas para nosotros (Noggler.A: 400 años
Misión Araucana, 1973 p. 1973, escrito en alemán.
1884 aparece un Niculmán junto a los caciques Queupú, Meliqueo y
Manquepú, que asaltaron el fortín Alarcón,. Fue una de las últimas reacciones
contra la Guerra de la Conquista del Desierto (Walther J.: Conquista del
Desierto ed. 1964 p.739). Quizás fue el mismo Neculmán que en 1852 había
sido obsequiado por orden de Rosas en Bahía Blanca. Pertenecía al cacique
Manquefut
NECUL PÁN, 1821, cac. araucano patriota. Ese año fue agredido , él y
Marihuala (T. Guevara 1910 p. 193)
NECUL PÁN, hijo del cacique Alcapán se le conoció como José
Antonio Zúñiga, famosísimo militar, comerciante, traficante y diplomático. A
él dedicamos un propio capítulo :ZÚÑIGA

NECUL PICHÚN, Alonso, 1751, cac. pehuenche araucano de Navao,


donde lo visitó el 7 de Diciembre de 1751 el Padre Bernardo Haevstadt (Diario
de 1777)
NECUL PICHUY, 1822, cac. pampa (ranquel). De él nos informa el
diario del Cnel. Pedro A. García que hizo su expedición pacificadora a la zona
de Tandil, donde tuvo lugar un grandioso parlamento de paz. García halló a
Neculpichuy regresando a la Guardia del Monte, el 17 de mayo, cerca de las
tolderías de Chañapán y Catrillán. Tendría unos 400 indios y unos 12.000
vacunos en una verde llanura. Tenía 15 toldos y 80 guerreros (De Angelis IV.
126)
NECUL PILL, Venancio, 1833, capitanejo boroga. En marzo de ese año
se halló en Buenos Aires enfermo (AEM doc. 169 y AGN X. 27-5-6 p. 185)
NECUL QUEO, 1879, cac. ranquel (o boroga entre los ranqueles). En la
persecución de los ranqueles por las topas de la Conquista del Desierto, huía con
los indios de Baigorrita. El 14 de junio de 1879 fue alcanzado por las tropas del
Tnte, Cnel. Saturnino Torres. Neculqueo se rindió, sin mayor resistencia. Fueron
llevados prisioneros el cacique y 27 indios de lanza y 80 de chusma. (Olascoaga
II. P. 605 y 165)
NECUL TRIPAY, 1770, cac. araucano (chileno). Pertenecía al cac.
Pascual, al otro lado del Río Bueno y que decía que tenía noticias de la Ciudad
de los Césares.(De Angelis I. ed. 1910 p. 377) Ese mismo envenenó al
capitanejo Amotripay por haber revelado el secreto de esa Ciudad (De Angelis I.
378)
NEGRETE, Juan, 1873, capitanejo del caciquillo Nahuel Payún
(Nahuelpán). Figura en el tratado de paz que éste hiciera con el Gobierno en
1873, a la vez que el cac. Vicente Piseñ. En 1878 se entregaron a las tropas
expedicionarias del Cnel. E. Villegas, después que el cac. Vicente Pincén había
sido capturado. . Fue llevado como presidiario al Lazareto de Junín, sufriendo
mucha miseria. Más adelante, en 1881 fue enganchado en el ejército y fue uno
de los baqueanos. El mismo año fue incluído en la donación de las dos chacras
compradas para los jefes de la tribu de Pincén con sus familias en el Campo de
la Cruz, una legua y media de Junín. Pero él el 1º de enero fue llamado a
Trenque Lauquen y siguió prestando servicio en el Ejército de la Conquista. El
Campo de la Cruz recién en 1827 fue escriturado. Los Farías y Cheuquelén
fueron los jefes del grupo pobre. Entre tanto, en 1883, hubo una asonada de un
inglés Mac Clymont, que iba a poblar una estancia en un terreno recién
conquistado y llevó en su cortejo el capitanejo Juan Negrete como baqueano. Un
grupo de indios los interceptó y hubo un combate que en los periódicos fue
magnificado. Se decía que Juan Negrete se había escapado. No pasó mucho
tiempo, murió, no sabemos cómo ni dónde. En 1885 su mujer, viuda, doña
Juana Maza hizo una gestión ante el Gobierno Nacional para cobrar los sueldos
adeudados al baqueano del Gral. Villegas. The Stamdart (periódico) de Mayo
1883 dice que el capitanejo Juan Negrete era cristiano, ex cautivo de Pincén y
que gozaba la estima de éste cacique. Que era su mano derecha y cuñado. (Ver
la nota biográfica del cac. Vicente Pincén; En Rev. Historia de Junín Nº 46,
1972 La tribu de Junín y los Campos de la Cruz)

EL CACIQUE NEGRO (CHANEL O LLAMPILCÓ)

NEGRO I (Chanel o LLampilcó) Era cacique del grupo de los “pampas” (del norte de
la Patagonia y sur de la provincia de Buenos Aires). En 1750 se incorporó a la Misión de los
Padres Jesuítas en Nuestra Señora de los Desamparados, en la zona marplatense, junto con los
caciques Taychocó y Sacachú y sus indios. Su nombre "Negro" proviene de una traducción
como de Calfigner (1774):Zorro Negro. Algunos autores opinan que, por pintarse su gente la
cara con color negro y rojo, le habían dado ese apodo. Pero podría ser una adaptación del Río
Negro (Currú leufú). En 1778 ya lo llamaban "viejo" (Viedma AGN. S. IX. 16-4-1 y
Entraigas: Fuerte del Río Negro, p. 45 y 54). Era entonces jefe de 102 toldos de pampas y
tehuelches, situados entre el Río Colorado (Sauce) y el Rió Negro. Aún antes de que los
españoles exploraran y poblaran el estuario del Río Negro, el cacique Negro había entrado en
negociaciones de paz con la Capital y tuvo un permiso del Virrey J. J. de Vértiz para
comerciar libremente en Buenos Aires, lo cual también hacía con las columnas
expedicionarias que casi anualmente iban a Salinas Grandes (de La Pampa) en busca de sal.
El 15 de Diciembre de 1878, Juan de la Piedra partió desde Montes y fue en seis
buques con Francisco de Viedma hacia la Patagonia codiciada por los ingleses (véase el libro
del Padre Falkner, de 1774). El cacique Negro hizo contacto con estos advenedizos, sus
nuevos vecinos. Presentó la carta de franquicia, recibida del Virrey y un pasaporte. Lo hizo
acompañado de sus hijos Carlos y Gabriel; decía que vivía por la parte norte del Colorado.
(Entraigas: ib., p. 161)
El 8 de diciembre de 1778 una partida de 50 hombres con alférez fueron a reconocer
el campo hasta “Los Cerrillos” por haberlo pedido el cac. Negro. En caso de encontrar indios,
los pelearía. Era un cacique inquieto (Moncaut, C. :Ranchos p. 67 y p. 68 Nota 14)

Había estado en guerra con los indios aucas, que eran pobres. Era amigo del cacique
Julián. Tenía en sus toldos cautivas españolas de las chacras de Buenos Aires (ib., p. 54) Los
jefes españoles se dieron cuenta que podían conseguir de él cualquier cosa, especialmente
caballos, suministrándole aguardiente. El cacique Negro se ofreció para hacer llegar una
misiva al Virrey. (B. Villarino: Diario, AGN. S.IX, 16-3-2,1779; su mapa de la zona de
Carmen de Patagones está reproducido en Entraigas, ob. cit. p. 192)
En su primera carta, Villarino dice al Virrey, que estaban cercados por los indios. Que
las principales tolderías estaban a orillas del Río Sauce (R. Colorado) y los primos del
cacique Negro estaban sobre el Río Negro. Sobre el Río Colorado estaba otro capitán
emparentado, el cacique Quilignerr... con unos cien toldos. Los españoles, por temor a un
malón, tomaron como rehén o prisionero a Francisco Chanel, hermano del cacique Negro en
abril de 1780 (Entraigas p. 102); pero tuvieron que soltarlo.
Luego se dieron cuenta de las rivalidades enre los caciques Chulilaquín y el cacique
Negro.
Y siguiendo viejas tácticas, trataron de alimentar el fuego del recelo. El 7 de Julio de
1780 regalaron a Chulilaquín un bastón de mando y un vestido de brocado, como lo habían
dado al cacique Negro. Este había transformado su bastón de mando en rebenque.
Los españoles asesinaron al capitanejo Chiquito, lo que enturbió las relaciones
amistosas desde un principio. Por el cacique Chulilaquini se supo que en la región de la Sierra
de la Ventana se encontraba un gran contingente de araucanos para un próximo malón y que
Chanel (el cac. Negro) participaría con su gente. Efectivamente, el malón se hizo sentir en
Melincué, Luján, Areco y Matanza, en ese año 1780 y en 1781 en el pago de Magdalena. El
Virrey organizó en seguida una contraofensiva a las órdenes del Comandante Juan de Sardén,
por la que los indios sufrieron sensibles bajas, entra ellas al caciquillo Lorenzín. En
noviembre salió la expedición de Manuel Zizur al Sur de Buenos Aires (Véase el capítulo
dedicado al cac. Calpisquis, Lorenzo)
Basilio Villarino preguntó entonces al Virrey, si debía prender al cacique Negro y
atacar a su gente, y si así fuera, que lo haría con ardides, atrayéndoles con abundante
aguardiente. Pero, aunque el Virrey lo autorizó, no pudo capturar al cacique. (Zizur ,Pablo:
Diario de Buenos Aires por tierra al río Negro en 1781, en. De Angelis IV. 1836 , p. 121)
1781, al arribar Pablo Zizur a los toldos del cac. Lorenzo Calpisqui, el cac. Negro
estaba con éste “asilado” (refugiado) por haber muerto un pariente de Chulilaquín (Zizur p.
93) Enemistado con los indios de Salinas Grandes y los ranqueles, el cac. Negro se fue,
cuando éstos se presentaron a Pablo Zizur (ib. p.93)
En 1783 el piloto Villarino remontó el Río Colorado y Francisco de Viedma se dirigió
por tierra hasta tos toldos del cacique Negro. El 8 de Julio, el cacique se anticipó con regalos
a la visita. Lo hallaron el 19 de ese mes. Nuevamente se mostró amigo y se ofreció a llevar
cartas a Buenos Aires. Decía que iban a bagualar a la zona del Bolcán (Sierra de Azul).
Después de la retirada de los españoles, el cacique se tranquilizó. Pero otra vez los españoles
lo desacreditaron, por ir a bagualar. Decían que había ido a malonear. En 1782/83 la amistad
de Chanel con los españoles era manifiesta. Y Viedma pidió al ministro que facilitara las
bases para un tratado de paz (AGN. S.IX, 8-1-16; of. 197). Según dice el historiador Deán
Funes, el cacique Negro junto con el cacique Lorenzo Calpisquis, con Guayquilef y Quintún,
habría formalizado un tratado de paz en 1784. En Enero había estado en Buenos Aires,
especialmente para reclamar la libertad de sus hermanos prisioneros en la Capital. Otro
hermano suyo había sido atacado en el Río Negro. Dicen que venía adelantándose al jefe
español Basilio Villarino diciéndole: "Amigo". Se sorprendió cuando comprobó que venían a
atacarlos y se escapó a tiempo. Fue éste el cuarto hermano vejado por los españoles de
Patagones.
En 1784 supo que el Virrey Loreto y su sucesor Cristóbal N. del Campo habían dado
la orden de atacarlo, no sin ofrecerle su amistad (Raone, ob. cit. p.298). Por eso se retiró con
sus indios a la zona de la Sierra de la Ventana. El 1° de Enero de 1785, el piloto Juan de la
Piedra salió con sus tropas para expedicionar contra los indios de la Sierra. El 22 de Enero
estableció campamento al pie de las mismas sierras. Al día siguiente mandó una tropa selecta
para que asaltara las tolderías. Al mismo tiempo, los indios asaltaron el campamento
español. El superintendente Juan de la Piedra y Francisco de Viedma fueron las primeras
víctimas del astuto asalto.
EL ASALTO A LOS ASALTANTES
El alférez Lázaro Gómez relató luego las peripecias sufridas. Tres días duró el sitio,
aunque a los indios les habría resultado fácil hacer una masacre y el exterminio total, no los
mataron. El cacique Negro sólo pedía explicaciones por qué habían apresado a sus cuatro
hermanos, dándoles a los españoles una lección de humanidad indígena. Las tropas que
habían salido para exterminar las tolderías, fueron rechazadas. Muchos españoles murieron en
el combate, otros cayeron prisioneros. El 25 de Enero, el cacique Lorenzo Calpisquis, cacique
amigo de Chanel, que había acudido en su ayuda y protección, ofreció a los sitiados un
armisticio. Fueron a parlamentar el mismo cacique Negro, Maciel y Alejandro, y así los
españoles se reanimaron con la buena noticia. Les exigieron la devolución de los cuatro
hermanos y de sus familias presas en Buenos Aires. Pudieron regresar 157 españoles. El 3 de
Febrero llegaron a Carmen de Patagones. Incluso había recibido de los indios algunos
caballos para el retorno. (AGN. S. IX. 8-1 -16, of. 201 y Arch. Gral. de Indias 328 Charcas: el
cacique Negro propuso canje de prisioneros y renovación de la paz). El 16 de Febrero llegó
allí otra comisión del cacique Negro con las mismas exigencis: “Paz y Libertad”. El Sargento
J.A. Chinchón que transmitió estas noticias, añadía la frase: “Habría que vindicarse a su
tiempo por su escarmiento” (AGN S.IX. 8-1-16 of. 201)
En 1786 el cacique Negro presentóse de nuevo en Buenos Aires ofreciendo
nuevamente la paz, "no obstante los daños que le causara el superintendente Juan de la
Piedra". El Virrey M. de Loreto la aceptó con agrado y le regaló un bastón con puño de plata
(que era señal de síndico, en idioma mapuche "Calpisquis"), y un pellón encarnado.
Pero el cacique Negro no pudo gozar por mucho tiempo de esa paz, que merecía su
noble actuación. En una reyerta, en 1786, el cacique mató a un cacique araucano. El hijo de
éste juró entonces vengarlo como pudiera. Acudió, pues, a una fiesta en la que la mayor parte
de los indios se emborrachó; también el cacique Negro. "El chileno —dice el ex cautivo
Pedro Pedrosa en sus Memorias (AGN, S.IX, 1-5-3 y24-l-8)-lo mató (en 1786) con toda
frialdad y se arrogó después a quedar tranquilamente en la toldería"
SUCESIÓN
Aunque algún documento diga que la hegemonía del cacicazgo había pasado al
cacique huilliche-ranquel Llanquetruz y que tuvo gran influencia sobre los indios del sur del
río Neuquén, siendo el jefe de la Guerra Pehuenche, llevó ataques a los pehuenches del sur de
Mendoza, los indios pampas-tehuelches entre el Colorado y el Neuquén fueron conducidos
entonces por el cacique Llampilcó o Negro IIº, hermano del difunto cacique Negro Iº. Blas
Pedrosa, en cambio, decía que le había sucedido su hijo pequeño (Chañil) y que los hermanos
del difunto vivían más al sur (AGN. S. IX, 1-5-3). Un sobrino del cacique muerto se llamaba
Chacumallán. Recibió en el Fuerte del Río Negro, en 1788, otro bastón de mando, que
implicaba cierto reconocimiento de su autoridad. (AGN. S .IX, 16-3-3). Otras noticias en el
Diario de Viedma sobre la exploración del Río Negro, se hallan en:. Bibl. Nac. 0216; AGN.
S.IX, 16-4-1)
(Etimología: Chanel, hel o nahuel; tigre + Cha: Vutá, que significa el padre o el viejo).

NEGRO II

NEGRO II (se llamaba tambiéno Llampilcó y Yampalcó).1787 era llamado cacique


puelche, según el explorador Alcides D'0rbigny, quien lo visitó. Juan M. de Rosas lo clasificó
como chegüelche. Ese año, Llampilcó, también llamado cacique Negro, asumió el mando
principal de los indios pampa-tehuelches, entre el Río Colorado y el Río Negro. Era hermano
del cacique Negro Iº. El Padre Falkner, quien lo había conocido ya por 1750, dice
expresamente que Yampilcó era hermano de Chan(h)el. Llampilcó continuó la misma línea
pacifista de su antecesor. Hay varios documentos, noticias de las comandancias, que hablan
de las comisiones del cacique Negro. El hijo de éste, que acompañó en 1790 una comisión, es
llamado "síndico", expresión de un cargo en las misiones o reducciones (AGN. S.IX, 1-4-3;
Chascomus, 10.11.90). Mariluz Urquijo, en “El Virreinato del Río de la Plata en la época del
Marqués de Aviles”, habla de otras comisiones que iban a Buenos Aires en 1791 y 1800. En
1806 el cacique Negro se ofreció con otros muchos para ayudar a rechazar a los ingleses
invasores (ib., p. 229: y García Encizo: La gesta de Patagones, p. 23; y W. Zerda: Los indios y
las invasiones inglesas).
En 1829 vendió tierras a Lorenzo López, en las cercanías de Bahía Blanca, hecho que
despertó la atención del general Martín Rodríguez, quien iba a arrebatárselas en sus
expediciones. Además, durante el año 1820, cuando el ex dictador de Chile José Miguel
Carreras convulsionaba la pampa hasta Salto, mil indios del sur amagaron invadir. Por las
Memorias del coronel Juan Cornell (Acad. Nac. Hist., Conquista, 1980,1. p. 104) sabemos
que sus indios habían hecho un robo en la estancia de Ezeiza y que el capitán Ramón Lara,
siguiendo sus rastros, logró recuperar el arreo. El cacique Negro acampaba entonces en la
zona de Mar Chiquita (Partido de Maipú). Más tarde se acercó a las pampas en La Tinta. El
estanciero de Miraflores, Ramos Mejía, lo atrajo para que aceptara también el tratado de paz
(Marzo de 1820). Pero, luego del atropello del gobernador M. Rodríguez, asunto que
contamos bajo el título de Ancafilú, los indios del cacique Negro se retiraron de nuevo al Río
Colorado. (Gaceta, 24-1.21)
En 1822, el coronel Pedro A. García, fue enviado al sur bonaerense para convocar a
los caciques a un parlamento general y concertar con ellos un tratado de paz en nombre del
gobernador de Buenos Aires. También el cacique Negro se presentó a la cita. El 24 de Abril
de 1822 llegó con una columna de "tehuelches, el mejor escuadrón", al parlamento, que se
celebró al pie de la Sierra de Tandil. El coronel García, en su Diario, lo describe como
hombre excepcional de 2 metros de estatura (7 pies) y de palabras sensatas. Reclamó para sí
el título de las tierras desde el Rincón de Tuyú hasta el Bolcán. Su campamento fuerte estaba
en la laguna de los Camarones (García, 138). Decía que todos sus indios deseaban la paz. Le
acompañaron los caciques Canilié, Sebastián, Churlaquín y Napoló y 420 "huilliches" (sic).
Este tratado no fue respetado por la segunda expedición del gobernador, ni lo había firmado.
En 1825, al encargarse Juan Manuel de Rosas de las relaciones con los indios, trató
también al cacique Negro (IIº) en el Fuerte Independencia (Tandil). Este cacique estuvo
también con los hermanos Oyuela en Bahía Blanca, el 21 de Julio de 1825 en el parlamento
de paz (Oyuela: Informe, 19.9.25; 7 fojas y AGN. S.X, 13-8-2). En el tratado de paz del 13 de
Diciembre de 1825 figura el cacique Negro como primero y principal cacique. (AGN.X, 27-
7-6)
El 16 de Enero de 1826 volvió a expresar su voluntad de mantener la paz. Ese año
tuvo un choque con los indios chilenos al mando del cacique Melipán, quienes, como
patriotas de la Guerra a Muerte, fueron enviados a la pampa argentina para buscar a sus
adversarios, los indios realistas. Estos habían hecho una desastrosa invasión a Los Toldos
Viejos (Dolores) junto con tropas píncheirinas. El coronel F. Rauch, noticiado de ello, salió en
su persecución; buscó a 500 indios del cacique Negro y de Chañil como refuerzo y otro
contingente de Catriel, acampado en Azul y Tapalquén. Y los llevó en su segunda y cruel
expedición "punitiva" a las Sierras de la Ventana y a Curamalal hasta Epecuén. No hay un
relato específico sobre la actuación de estos indios amigos. En su parte del 10 de Enero de
1827 se habla de los ataques a los indios chilenos, a los de Pablo, Uñol y en Epecuén a los
borogas y aún a los pampas de Lincón. Agrega una lista de los caciques aliados que le habían
acompañado: nombra en primer lugar al cacique Negro, luego a Chañil, su hijo: a Chenil,
Chulilaquín, Lucané, Niguillé, Felipe, Tandeli, Tetruel, Yaguán, Guayle (Guayquilem),
Guoluán, y los pampas Calfiao, Catriel, Pichiloncoy, Antúa, Joaquín y Huillitrú. (AGN. S.X,
14-3-1 y 14-6-1)
En 1827, el coronel Estomba los atrajo a su amistad para que lo secundaran en su
expedición fundadora de Bahía Blanca (Fuerte Protectora Argentina). Y nuevamente tuvieron
choques con los indios chilenos de Melipán, quienes les robaron caballos y mataron al
cacique Cayupilque. Pero más tarde hicieron causa común con el hijo famoso de Melipán, el
cacique Venancio Coñuepán y juntos hicieron la expedición a Mamuil Mapú (La Pampa) que
culminó en el combate del 15 de Marzo de 1828, lucha que los enfrentó con los pincheiristas
chilenos. En noviembre de ese año, el coronel B. Estomba quiso ubicar a los indios amigos
del cacique Negro cerca de Bahía Blanca. Pero en 1829, druante la sublevación unitaria, ellos
se sublevaron contra el coronel Estomba y el coronel Andrés Morel, quienes estaban
plegándose a la Revolución de Lavalle (30.1.1829). Obedecían en eso a mensajes de Rosas.
Este bautizó en su homenaje una posta con el nombre del cacique Negro: "Posta del cacique
Negro" (véase la historia del cacique Venancio Coñuepán). El mismo año, Chanel y Chuncate
amenazaron en malón a Carmen de Patagones. (AGN. S.VII, Biedma, 10-4-14 y Ferracuti:
Las expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca, p. 87 y 96)
En 1833 el cac. Negro IIº debía ser muy viejo. Un tal Chañil vivía entonces cerca de
Bahía Blanca, responsable de los indios amigos de Rosas. Éste quizás era el sucesor del
cacique Negro. D'0rbigny, quien los visitó en 1829, nos dice que el hijo del cacique Negro
(IIº) se llamaba Chanel y su nieto Chenel. También el comandante M. Dupuy decía, que el 21
de Febrero de 1825 había ido con Catrepán a Cabeza de Buey, donde estaba el cacique
Chanel, el hijo del cacique Negro. Cerca de La Verde hay un bajo que aún hoy se llama Bajo
del cacique Negro. A partir de entonces gobernaba Chanel esa indiada del sur, los "pampa
puelches". (AGN. S .X, 14-3-1)

NEGRO, 1819, cac. araucano de las costas de Chile. “Se ha costeado a Lomapú con
el designio de tratar con los caciques Curritripay y los ranqueles (de la Pampa) para invadir la
frontera, especialmente la de San Luis . Epuán, “el Petizo”, estaba muy de acuerdo. El cac.
Negro había matado a muchos negros del Ejército de los Andes y apresado a soldados que
vendió luego en Salinas Grandes. Este cacique Negro parece que se llamaba también
Quintana (H. Lobos: Frontera Sur de Córdoba, 1979 p. 119)
NEGRO, capitanejo tehuelche, hijo d el cacique J.J. Chagallo. Según el tratado de
paz del 23 de septiembre de 1863 en Carmen de Patagones, cobraba como el cacique
Chagallo Chico 400$ mensuales. Era educado y hablaba castellano. Los indios habían oído de
la venida de misioneros extrangeros a la Patagonia. José A. Negrón se presentó en una de sus
idas por el tratado en Buenos Aires a la Iglesia Metodista (22.2.1864). No sé qué éxito ha
tenido, Seguramente los visitaron luego los dos misioneros suizos F. Húnziker y Teo Schmid,
quienes trabajaron por la Missionary Companí de Inglaterra (ver. Alc.M. Vignati: Misionando
por la Patagonia Austral, 1858-1865, Bs.As. 1964). Otro suizo, el explorador Jorge Claraz, en
su diario del “Viaje de exploración al Chubut”, ed. Marymar Bs. As. 1988, hace referencia a
este capitanejo. En un documento de 1868 figura Juan A. Negrón como miembro de la tribu
de Inacayal. Obedecían como indios amigos al mando del cacique general Benito Chingoleo y
después de su fallecimiento al del Mayor Linares.
NEICÚ, 1820, cac. pampa. Fue atacado el 25 de febrero de ese año por unos 150
hombres del guerrillero chileno José M. Carrera, mientras avanzaban hacia San Luis
(Comandancia Gral. del Ejército vol. III. p. 231) “Ñeicú: terremoto”
NEICÚ LLAN, Faustino, 1866, capitanejo pampa ranquel agregado con sus indios
reducidos al Regimiento 7º de caballería del Coronel Manuel Baigorria en la frontera Sur de
Córdoba (AEM 1.5.66) ETIM: Neyecullán: tener cosquilla
NEUCU ÑIL, 1852, capitanejo boroga (pampa) que pertenecía a la tribu de Ancalao
en Bahía Blanca. En un malón había sido capturado como muchos de esa tribu. Pero con
Ancalao pudo regresar más tarde. Un hijo fue detenido como rehén en Azul (ver la nota sobre
Ancalo y AGN X 18-4-8 y Revista Azul Nº 3,1930, p.134) ETIM: prob. Ñil (ñirr) zorro y
necul : ligero
NEIGUAL, Manuel, cac. tehuelche que vivía en Choiquenilahué (Chubut), cuya
fotografía reprodujo la Revista Austral Nº 165 (1945). Allí se dice que era cac. tehuelche
entre los años 1930- 1940. Yo creo que fue pampa ranquel que fue desplazado de la Pampa
por la Conquista del Desierto. El Dr. E. Palavecino lo vio a orillas del Lago Buenos Aires en
1934 e hizo su cefaloscopía. ¿Porqué no averiguó detalles de su vida? ETIM: Gualá:
pato y nei (necul) : veloz.
NEI GUAN, 1819, cac. ranquel que concurrió al parlamento convocado por Don
Feliciano Chiclana en la toldería del cac. Lienán, (ver la nota de éste)
Neicu Mill, 1783, cac. auca del Neuquén. En el diario de Villarino es nombrado entre
los enemigos de Chulilaquín (De Angelis V 1910 p. 580)
NEUCU CHEO (prob. Ñancucheo), 1785, cac. huillihe del grupo del cac.
Llanquetruz (Iº) que participó en la Guerra Pehuenche.
NEUCU PANGUI, 1782, cac. pehuenche que vivía en Río Bueno (Chile) (En 1774 se
conoció ya un cac. Andrés Naipangui en la Reducción de Malleco. Nos parece una grafía
alterada
NEUQUE PAN, 1782, estaba sobre el Río Buno en Chile. 1820 se hallaba en la
Argentina (si es el mismo) Estuvo en Kakel Huincul (Part de Maipú), cuando el estanciero
Ramos Mejía propuso el tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires. El General
Rodríguez atropelló a los pampas, cuando en realidad se había propuesto perseguir la
guerrilla del exdictador J.M.Carrera. El capataz de la Estancia Miraflores, amigo de los indios
pampas, exoficial de San Martín, que se llamaba José Luis Molina, se había casado con la hija
del cacique Neuquepán. Sufriendo en la estancia el mismo atropello se sublevó y encabezó
una sublevación y un malón contra Dolores en 1823 (P.Capdevilla: Gauchos célebres,
Tapalquén 1972)
NEUPAYANTE ver Naupayán
NEUQUÉN, 1810, cac. ranquel que obedecía al cac. general Carripilún. Según el
Cnel. Pedro A. García que lo vio y trató en 1810 durante el tiempo de la expedición
importante a Salinas Grandes y quien nos dejó un intresante diario, dice que tenía entonces
unos 70 años. Era ciego o casi ciego. Decía que si había visto a españoles, los había visto en
luchas y peleas (NB. Y creo no fue por falta de él) Se le presentó en compañía de los caciques
Milla y Coronado (Currunao). El Coronel dice que , cuando oyó el estampido de un cañón, se
cayó en tierra. (Diario de García en De Angelis III. Ed 1910 p. 245)
Los filólogos buscaroon largamente el significado de este nombre NEUQUÉN (del
río y de la Provincia). El historiador neuquino Dr. Gregoria Álvarez en la publicación
“Primer Congreso del Área Araucano Argentino” vol. II p. 109, señala varias interpretaciones
de este topónimo; no pensó en patronimio. El río Neuquén en su parte superior se llamaba
antiguamente Rancul leufú.
NEICU ÑAMCO: capitanejo pehuenche, 1758 visitado por el Obispo Fray Pedro
Angel Espiñeira, Obispo de Concepción, quien nos dejó un relato de su viaje y misión,
publicado por J. Pintos: Misioneros, Temuco 1988 p. 233-249. El capitanejo era de la parte
del Norte entre Dagueguo y Nauquem .Estaba vestido todo a lo español con camisa, calzones,
botas con hebillas de plata, corvo guarnecido de lo mismo, hebillas, espuelas, freno, todo de
plata. Tiene dos mujeres que compró a la nación puelche y cinco hijos. Deseaba una Misión
en Rainleu.

NEYCUÑAN (Ñeicunán, Necuñan. Neicuñ), 1799, cacique gobernador de los


pehuenches de Malalhué, sucesor del cacique Pichi Colemilla. Habíase terminado la Guerra
Pehuenche. Las noticias de él tenemos gracias a las gestiones del general José de San Martín,
cuando era gobernador de Mendoza y se empeñaba en preparar una campaña libertadora para
Chile, vuelto a caer en manos de los españoles realistas. El encargó al capitán José de Susso y
al cura araucano Fray Francisco Inalicán, capellán de San Rafael y San Carlos (Mendoza),
convocar a los caciques del sur mendocino a un parlamento de paz. Neycuñán, de antemano,
se consideraba cacique aliado y partidario de la causa de la Independencia. El 23 de octubre
de 1814 se reunió dicho parlamento a orillas del Río San Pedro en Malalhué. Las palabras del
misionero Fray Inalicán dieron la tónica a la reunión. Los indios aceptaron todo lo tratado y
propuesto por él en nombre del gobernador. J. de Susso confeccionó entonces la lista de los
asistentes (Arch. Mend. Carp. 123, doc. 1 y doc. 59), y los caciques 1 .Neycuñán, 2.Millantur,
3.Carripil. 4.Lincoñancú, 5.Payllayán, 6.Calvical, 7.Catrigüen, 8.Güininamcó (quizá más bien
Guilli ñancú). 9.Neculén. l0.Loncoñancú 11 .Lemunal, 12.Caniuñam, 13.Antical,
14.Lebyanty, 15.Rayñancú, 16.Huenucal 17.Llancán, 18.Millatur, 19.Fray Francisco Inalicán.
En 1816, utilizando a los pehuenches en la llamada “guerra de zapa”, San Martín
convocó a los mismos caciques a un nuevo parlamento en el Fuerte de San Carlos (22.1.16).
Se reunieron 2.000 indios. San Martín les habló de que había venido para pedirles el pasaje
del Ejército para ir a liberar a los chilenos. En esa oportunidad pronunció un buen discurso el
anciano cacique gobernador. (A.M. Vignati: “Datos de etnografía pehuenche del Libertador
D. José de San Martín”, en Revista del Museo de La Plata Nº 54, 1953. p. 176 ss.y R.
Velletaz: “El cacique Neyguñan”, en Rev.. Junta de Est. Hist. de Mendoza. Tomo I Nº 6,
1970 p. 567-577).
Según dice T. Guevara (ob.cit., p.124), los caciques Neyen, Pañüchiñe, Millagüín,
Paillar y Millatur, decididos por la causa patriota, viajaron, en 1820, a Santiago, la capital,
quizás para recibir órdenes, pues la Guerra a Muerte invadía cada vez más a la Argentina. En
1822- 1823 se registraron visitas de Neycuñán en Mendoza, donde gozaba de general estima.
En 1828, cuando la guerrilla pincheirista se expandía en Mendoza, dos ambiciosos caciques,
Antical y Chocorí mataron al cacique gobernador Neycuñán y se adueñaron de sus indios.
El cacique Antical se impuso a todos los demás caciques. Pero el hermano del difunto, el
cacique Llancán o Ñancamil, se empeñó en concentrar fuerzas, aliándose a tribus picunches.
huilliches y otros neuquinos con quienes se dirigó hacia Malargüe, donde desbarataron el nido
de los usurpadores reunidos con el pincheirino Hermosilla. (Comando General del Ejército:
ob.cit. IV. p. 451: 28.5.1828).
(Etimol.: Neicu; no me es conocido, a no ser que signifique temblante y ñán: ñancú es
aguilucho).
NEICU LEN, 1814, cac. Pehuenche que obedecía al cac. Gobernador Neycuñán
(Arch. Mend. 123 doc.1)
NEI GÜIR o Neigurú 1774, cac. Araucano que vivía a orillas del Río Bueno en
Chile. (De Angelis ed. 1910 p. 380) 1777, Neicurú y Queipul pidieron una misión (Brudny,
Enrique: Restauración de la Misión en la Araucanía en el siglo XVIII p. 240 , escrito en
alemán 1971)
NEIQUIP, 1833, cap. Ranquel; lenguaraz del cac. Yanque (Llanquetruz), dice el Cnel
Manuel Baigorria en sus Memorias.
NEYU LAUQUEN, Alonso, cac. Araucano de Pamqueco, donde lo visitó en 1751 el
Padre Bernardo Haevstadt, el 29 de noviembre . ETIM: Neyü: exhalación del Lago.
NEYEN, 1806, cac. Ranquel, que menciona el viajero Luis de la Cruz en su diario de
viaje por la Pampa ( en 1806 ) (De Angelis I. p. 223) Vivía en Minabcó, al Oeste de
Calchagüé. 1820 estuvo entre los caciques desafectos al guerrillero chileno J.M. Carrera y en
paz con el Gobierno de Buenos Aires.
NICO, 1573, cac. Comechingón de Sanchinta, Quiñino, Córdoba; encomendado a
Cabrera (Montes p. 50)
NICOLÁS, 1695, cac. que figura en el censo del 2 de Julio de 1695. Era de la
encomienda de Rodríguez Brito (Arch. Mend carp. 29 doc 6) Había entonces 5000 indios
encomendados en minas de Uspallata, 20.000 cerca de Medoza y 100.000 en Tunuyán (Lucio
Funes: Mendoza Colonial, Mendoza 1931. Murieron por exceso de trabajo y mal trato.
NICOL NAGÜEL, 1767, cac. Gobernador de huilliches, como cuenta un excautivo
en: L.Leon 1991 p. 139.
NICOLASQUÉN, 1750 cac. Pehuenche que vivía con el cac. Bravo (Cacapol) entre
los huilliches del Río Negro. El P. T. Falkner llegó a conocerlo y lo cita en su libro (De
Angelis I. p. 232. El historioador jesuita P. Pedro Lozano, en su diario de 1740 p. 297, dice
que era “cacique auca araucano que vivía ente los serranos (de la Proovincia de Buenos
Aires).
NICU MILL, 1841, caciquillo de la agrupación de Calfucurá. El 6 de febrero de
1841 vino en comisión de éste al Azul. Decía por intermedio del Cnel. Pedro Rosas y
Belgrano al Gobernador J.M. de Rosas, que habían mandado chasques a Chile al cacique
“federal” Lincotil de Maquehua y que asistieron a un parlamento general, donde hicieron las
paces con el cacique Maguíñ. El 20 de diciembre de 1851, Nicumill es nombrado en la lista
de los caciques obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca. (Capdevilla: Rosas y
Belgrano, 1972 Tapalquén p.62)
NICHU, o Nicha, 1552, cac. Cuyano. El 17 de diciembre de ese año fue
encomendado por el conquistador Valdivia a Juan Cuevas “tras la Cordillera” en el “Valle
Nahuel Turata”, de Mendoza. (J.T. Medina: Documentos vol. XV p. 308; R. Latcham: Los
indios en la Cordillera y la Pampa en el siglo XVI, en Revista chilena de Historia y Geografía
1929 y A. Gargano: Los primeros descubridores del Cuyo, 1932)
NIENÉN, 1875, caitanejo salinero que firmó el gran documento proyecto de un
tratado de paz (AEM doc 1232)
NIGTRIPIL, 1850, anciano capitanejo ranquel, citado en las Memorias de
M.Baigorria
NIHUIL, 1850, cac.puelche cerca de Salto de Nihuil (San Rafael, Mendoza)
NILACAOE, 1870, capitanejo ranquel mencionado por L.V. Mansilla en su libro .
Ninguisa, 1583, cac. Comechingón de Tuluptín, Puchuca, Córdoba; encomendado de
Funes (Montes p. 71)
Nininban, 1573, cac. Comechingón de Senen, al Sur de Soto, Córdoba; encomendado
de Velázquez (Montes p. 59)
NINI NAGUAN, 1573, cac. Comechingón de oxiscata, Sierra de Mogigasta, Córd.;
encomendado de Luna (Montes p.69)
NINI HOYOPANA, 1573, cc. comechingón de Sennen; encomendado de Velázquez
(Montes p. 59)
NINI TOC TOC, 1573, cac. Comechingón de Mose Henen, Sierra de Soto, Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes p. 58)
NIÑA GUIRRE o Ninguir), 1777 figura como huilliche en el parlamento con el cac.
Vuril. 1822 cac. Pampa que vivía a dos leguas de Salinas, junto con el cac. Collipal (AEM
doc. 209) Un excautivo declaró que tenía cien hombres reunidos y esperaba a 200 más para
invadir con ellos a Melincué y Rosario (Comando Gral. Del Ejército vol III p. 485)
NIQUIN NABAN, 1576, cac. Comechingón de Lahlen, Campana , Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes p. 69)

NIQUINILLE, (Niguinilé. Ñiquiñillé y Niguiliye); 1873. cacique auca o, como más


probable, pampa. Ese año lo nombra Basilio Villarino en su Diario (De Angelis V, 1910, p.
580) como auca y enemigo del cacique Chulilaquín. Unos 27 caciques habíanse conjurado
para vengar la muerte del cacique Guchumpilque, causado por Chulilaquín. Entre los
conjurados estaba Niquinillé. En 1822, el coronel Pedro A. García. en su Diario de la
Expedición Pacificadora a las Pumpas del Sur de Buenos Aires, lo nombra entre los caciques
huilliches: "A Niquinillé, Quiñifolo y Pichincurá, entre otros" (De Angelis IV, 1910. p. 126).
Vivía entonces en la Península de San José. Era cacique amigo, sometido a las autoridades de
Carmen de Patagones. Estuvo, pues, en el parlamento de paz convocado por el coronel
García, el 27 de Abril de 1822. En 1826 lo buscó el coronel Federico Rauch para que lo
acompañara a su segunda expedición a las Sierras de Tandil, que finalmente fue de cruel
exterminio para los indios pampas y borogas. Rauch califica a Niquinillé como tehuelche, al
igual que al cacique Negro. (Informe del 10.1.1827. AGN, S.X. 14-6-1)
También el general Juan M. de Rosas lo trató en oportunidad de su campaña al Río
Colorado, en 1833. Lo califica en su Diario de "prestigioso cacique de los tehuelches".
anciano y partidario suyo. En Julio de ese año, se presentó ante Rosas en su campamento
general. Participó de la fiesta patria, el 9 de julio. El general Angel Pacheco creyó que
pertenecía a la agrupación de Chulilaquín (AGN, S.VII, 1-2-6, 18.6.33). Al hablar a Rosas de
él, le dice Pacheco: "Su amistad nos será muy útil por ahora (¡sic!) para que aprehendan a los
chilenos fugitivos y en el futuro que les impidan el paso, como lo han hecho antes. Podemos
darles ayuda. Estos indios tienen un idioma enteramente distinto; han sido siempre enemigos
irreconciliables de los chilenos. No pasarán los 200, porque han concluído en las guerras y
ahora están sometidos por debilidad. Han sido los guardianes de Carmen de Patagones,
cuando eran fuertes. No necesitan robar, porque tienen mucha hacienda alzada que amansan y
las venden en Patagones... Niquinillé es de crédito entre ellos. Su padre fue mayor y general
de los tehuelches. Ha hecho varias expediciones a las Manzanas a pelear con aquellos indios."
En las cuentas de Rosas de 1833 hay dos asientos de gastos para el cacique Niquinillé
y Antiguan: el uno, el 1° de Septiembre, de 100 pesos, al enviarlos a la expedición al Río
Negro; y al otro, el 19 de Noviembre: "Una gratificación por su actuación con el Mayor
Ibañez en el Río Valchita" (AGN, S.X, 40-7-10). Y en otra nota del Diario (edición de 1965,
p. 156). leemos: "Niquinillé mostró más de 200 calaveras de los muertos por los chilenos,
como lo había predicho en el parlamento habido (1822) con el coronel García. Estos han ido
ahora del Río Negro. Si huyeran a los tehuelches, éstos los atacarían."
Pero como tantos otros "amigos" de Rosas, en el transcurso de los meses y años que
siguieron a la Campaña del Colorado, los indios de Niquinillé fueron falsamente embrollados
y eliminados en gran parte. No sé qué suerte le cupo a Niquinillé: sí, sé que fue acusado de un
conato de sublevación en el Fortín Colorado. La comunicación decía que había marchado a la
toldería del cacique Lucané. (AGN, S.VII, Biedma, 10-4-14, del 1.12.1834)

NIQUISAPE, Don Francisco, 1576, cac. Puntano de la encomienda de Morales


(Cabrera: Aborígnes del país del Cuyo p. 295)
NIRRIÁN, 1867, capitanejo de la tribu de Pincén (AEM :25.10.1867, presente en el
Combate de Foromalal, según una comunicación del cac. Coliqueo) Ver Piseñ
NISAC, 1767, cac. Tehuelche sobre el Río Colorado (AGN IX. 1-5-9: Zanjón, 9.5.67
con Salquache.
NOEL CHE, 1821, cac. pampa, fiel al Gobierno de Buenos Aires con el grupo del
cac. Quintana. ETIMOL: Noel (nahuel): tigre y Che protector de la gente
NOHIAO, 1586, Cac. comechingón de Nimira, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Tedjeda (Montes 70)
NOGÜENTAYA, 1584, cacique comechingón de Tulian aha, en Tulian Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes 61)
NOLOMO CHUCTAVI, 1587, cac. comechingón de Nulomo en Tuian Chabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes )
NONA ANCHECAN, 1594, cac. comechingón de Chagacao, Total, Córdoba;
encomendado de Ruescas (Montes p. 67)
NOLSDUINÍ, 1776, cac. Ranquel de la Pampa. Figura en el Censo de Diego de las
Casas.
NONAIPI, 1873, cac. Ranquel quien envió al Padre Donati una carta (Arch.
Convento franciscano de Río Cuarto doc. 336 (hoy publicada en Cartas del Desierto, UNN
Río IVº…1998)
NOTE MÁN, 1879, cac. Picunche, quien fue muerto en la persecución de la
Conquista del Desierto por la tropa del Mayor Saturnino Torres, el 8 de Mayo de ese año.
NUBALTE,1678, cac. Serrano, hijo del cac. Nusanach (Robles,1678: Documentos
Hist. Geográficos, de Peusser 1941 p.3139
NUSANACH (llamado Bravo) 1677, cac. Serrano, que fue cazado por una expedición
del Gobernador Robles y empadronado en las reducciones del distrito de Buenos Aires en
1678. Tenía entonces 35 años. Su mujer se llamaba Quiqueyupel y su hijo Nubalte. Habían
vivido cerca del Río Sauce (R. Colorado)
NULAY PANG, 1857, capitanejo del cac. Cañumil . (AGN X . 19-7-3: 6.10.1857)

ÑANCÚ, 1851, capitanejo del cacique Llusquén (Creo, ranquel) ese año fue
obsequiado por Rosas en Bahía Blanca.
ÑANCÚ o Ñanco, 1826, cac. boroga que asistió con 37 caciques al parlamento de
paz en Epecuén. (AGN: X. 27-7-6)
ÑANCU CHEL, 1873, cac. salinero que asistió al parlamento en que se aprobó el
proyecto de tratado y asistió al entierro de Calfucurá, fallecido el 3 de Junio de 1873.
ÑANCUCHEU, 1873, capitanejo del cac. Purrán. Figura en el tratado de paz del 11
de Agosto de 1873. Vivía en el Sur de Neuquén.

ÑANCUCHEO, Juan: cacique manzanero de la agrupación del cacique Sayhueque.


El 8 de octubre de 1872 hizo un tratado de paz por separado con el coronel Lino Bernal en
Carmen de Patagones. En ese acto se hizo representar por su capitanejo Güenul. El tratado fue
aprobado por el Presidente D. F. Sarmiento y su ministro del Interior. Dr. Uladislao Frías
(AEM, doc. 1185). En la misma fecha, Sayhueque celebró su tratado con el coronel L. Bernal
aparte.
A pocos meses después, el sargento mayor Mariano Bejararano tuvo el encargo de
inspeccionar los toldos del cacique Ñancucheo y verificar si la entrega de las raciones había
sido correcta. Allí encontró más de 200 indios de llevar armas. Se conservan listas de entregas
y de contratos de racionamiento hasta el año 1879, que son señales de mutua fidelidad.
Ñancucheo tenía su veranada a orillas del R. Chimehuín. J.Walther, en su libro La Conquista
del Desierto ed. 1864 p.691 dice que era uno de los grandes caciques; el más rebelde. Me
parece exagerada esa calificación.
En 1875 el Perito Moreno asistió a una ceremonia de pubertad de una niña y un
loncomeo (Casamiquela R. 1995 p. 102 y 1988)
Ante el avance de las tropas expedicionarias de la Conquista del Desierto, Ñancucheo,
como muchos otros caciques, se retiró con su tribu para establecer una nueva toldería sobre el
lago Aluminé. Allí mismo fueron atacados por la lª Brigada, que operaba en la Patagonia en
1881. Cerca del paraje de San Ignacio (Neuquén) se produjo el choque, el 26 de Marzo del
mismo año, al cruzar las tropas el Río Collón Curá. Los indios de Ñancucheo y de Huincaleo
huyeron.
Al establecerse el campamento militar de Junín de Los Andes, los indios fueron
llamados bajo armas e incorporados al Escuadrón de Indios Auxiliares, a las órdenes del
capitán Miguel Linares. En 1882, la tribu de Ñancucheo tenía sus toldos sobre el Malleo
(Mayeu).
La Campaña de los Andes de 1882, al mando del general Villegas, le trajo hartos
aprietos y sufrimientos. La Segunda Brigada tuvo la consigna de buscar y pelear a los indios
de Ñancucheo. El primer raid los llevó hasta el Río Collón Curá; luego adelantó Villegas al
coronel Roque Peiteado en busca de la tribu de Ñancucheo. El 6 de Diciembre de ese año, la
encontraron sobre el Arroyo Quenquetreu, donde hicieron algunos prisioneros. Pero al
retirarse, las tropas expedicionarias fueron atacadas de improviso por unos 150 indios:
algunos usaron armas blancas, otros pelearon cuerpo a cuerpo con los 27 del teniente Griman
y el capitán Bustos; media hora habrían peleado a orillas del Río Chimehuín, cuando cedieron
los indios, dejando 13 muertos en el campo. Dicen que otros se ahogaron en el río. (Parte del
general Villegas, del 5 de Marzo de 1882)
El segundo raid estuvo a cargo del teniente coronel Juan Gregorio Díaz, segundo jefe
del segundo batallón. E1 9 de Diciembre salió con 6 oficiales y 84 soldados en busca de los
indios de Ñancucheo. El 11 de Diciembre los hallaron atrincherados en un desfiladero sobre
el lago Huechu Lafquén (tributario del lago Aluminé). Cinco horas y media duró la lucha;
hubo tiroteo de fusiles y lluvias de piedras. De manera que los expedicionarios tuvieron
algunas pérdidas: entre ellos el teniente 1° J. Nogueira y el teniente Lescano; pero, al fin, los
indios abandonaron el campo y las tropas nacionales no pudieron hacer más que destruir los
toldos que encontraron y tomarles algunas viejas rezagadas en calidad de prisioneras y
regresar. Recién el 15 de Diciembre, llegando al campamento, se sintieron seguros. El
encuentro tiene en la historia el nombre de El Combate de la Trinchera.
El sargento mayor Saturnino Torres trajo, luego, la noticia de que, mientras él y sus
tropas apresaban la tribu de Manquiel, los indios de Ñancucheo venían a atacarlos para
apoderarse de sus haciendas. Esto ocurrió el 10 de Diciembre.
El tercer raid contra Ñancucheo estuvo a cargo del teniente coronel Godoy. Salió,
pues. el 18 de Diciembre, guiado por algunos indios de Manquiel. Desde el 22 al 29 de
Diciembre persiguió a los indios de Ñancucheo por cerros y montes. Ellos, abandonando
hasta sus enseres, obstruyeron los caminos de manera tal que se volvieron para el 1º de año,
sin mayores resultados.
Una cuarta acción llevó a cabo el sargento mayor M. Vidal. Salió con Godoy el 10 de
Enero de 1883, esperando darles un ataque frontal y por la retaguardia, a la vez. Los indios
huidizos de Ñancucheo pasaron a Chile en completa dispersión, desde donde el cacique
solicitó indulto y una entrega digna. Esta expedición retornó al campamento el 25 de Enero,
presentando 55 prisioneros a su jefe y la noticia de que habían muerto a cuatro.
El 6 de Enero marchó también el capitán Crouzeilles. Persiguió a los indios que se
hallaban en el Arroyo Pulmarí (cerca del Lago Aluminé). Allí fue atacado también por indios
de Ñancucheo y halló la muerte en sus territorios.
Estos son datos escuetos que merecerían ser contados e interpretados más
detalladamente. Son un típico ejemplo de la persecución de una tribu que no ha buscado la
guerra, sino que se le ha impuesto por la fuerza.
Terminada la Campaña de los Andes, Miguel Ñancucheo regresó con 300 de su tribu
empobrecida a la margen derecha del río Chinchinal. Inacayal había cuidado, entretanto, de
sus bienes. En 1886 llegaron los Padres Salesianos a sus toldos para catequizarlos. Vivían aún
junto con los indios de Sayhueque en Chinchinal y Chelforó. Hubo 300 bautismos, entre ellos
fue cristianada Ceferina Yancuché, de 9 años, hija del cacique Yancuché, huído a Chile. [NB.
Yancuché es una variante de Ñancucheo.] Miguel era capitanejo de la tribu, quizás hijo o
hermano del cacique. Monseñor Cagliero, en sus Reminiscencias, habla del joven capitanejo
al que instruyó y bautizó con toda su familia. Al mismo tiempo éste dejó la poligamia y no
asistió más al Camarujo.
En 1887, Monseñor Cagliero volvió a misionarlos, en cuya oportunidad logró con
maña que suspendieran un Camarujo que él consideraba ceremonia pagana. El mismo narra el
episodio en un artículo publicado en el Boletín Salesiano Nº 8 y 9, en Turín. Se había
convocado a un importante Camarujo (Fiesta con bailes y rogativas); 800 indios asistieron a
la ceremonia en una pampita hermosa de la Colonia Conesa. Eran indios de Sayhueque,
Ñancucheo, Linares y Paillemán.
Durante esa reunión fue destituido el anciano cacique Sayhueque y elegido el joven
Yancucheo (Ñancucheo) por oficio de la machí y por aclamación general de los concurrentes.
El gran misionero salesiano reconstruyó en su artículo el himno tayel que la machí
compusiera para ese solemne momento:
"Yo he visto a Sayhueque, cuando era poderoso.
Dios me llamó para juzgarlo... ¡Tú no serás más cacique!"
En cambio, en honor del joven capitanejo decía:
"Desde que se meció tu cuna, fuiste valiente.
Tu padre fue cacique y tú capitanejo.
Has sido humilde para con los cristianos.
Dios te ha protegido.
Tú has desarmado a Sayhueque;
Sayhueque ante la fuerza se rindió,
porque Dios velaba por ti.
Te ha dado campos;
Ha desatado lluvia benéfica sobre tu predio.
Alejó la peste de tus ovejas.
Has hecho huir al tigre.
y condujiste a tu esposa muchos leones
asiéndolos de la melena.
¡Tú serás Cacique!
Dios me lo ha dicho".
(Reprod. de Investigaciones y Ensayos, de Acad. Hist. Nac. Nº 1, 1966, p. 74.)

Este relato es un hecho singular y raro en la historiografía aborigen. Muchos otros no


se han registrado. Esa abolición de las rogativas se desaprueban hoy y las incorporan a veces
en la misa.
El cac. Juan Ñancucheo ha fallecido en Chile en marzo de 1883 en la Provincia de
Maquehua de enfermedad, como anotó el Cnel G. Urrutia (Arch. Nac. Minist. De Guerra Nº
1045)
Diez años más tarde, el 24 de diciembre de 1895, el gobierno donó a Sayhueque y a su
tribu 12 leguas cuadradas, formándose así la "Colonia 16 de Octubre" en el Chubut, cerca de
Esquel. En realidad la ley 3814 se promulgó recién el 26 de Septiembre de 1899 Allí se radicó
el cacique Ñancucheo (h) y su hermano [sic] Miguel. (R. Entraigas. "Una excursión a los
indios tehuelches en 1895", en Rev. Historia.Nº 41)
En 1897, el Padre Domingo Milanesio encontró allí mucha población de Sayhueque,
Yancuché y Quelchamar y otra en el Bolsón. (C. Bruno. Los Salesianos en la Argentina,
1982,1. p. 446)
En 1900. la tribu de Ñancucheo estaba en Comayo (Acad. N. Hist. Arg. 2° Congr.
Hist. Reg. III, 82). Y en 1902 Monseñor Cagliero misionó de nuevo entre las tribus de
Yancuché. Sacamota y Sayhueque.
Más tarde Miguel Ñancucheo vivía en Cushamén, provincia del Chubut. Clemente
Onelli reprodujo, en 1930, la fotografía de su mujer en su libro Trepando por los Andes, p.
56 (reproducida nuevamente en Rev. Argentina Austral, 1942, Nº 132). En Argentina Austral
(Nº 129/1942) se reprodujo la foto de Nahuelquir y de Miguel Ñancucheo. Julián J. Ripa,
en su libro “Recuerdos de un maestro patagónico en Cushamén” (Bs. As., 1980). habla de los
descendientes de Miguel Ñancueheo y Nahuelquir, de su aislamiento y su miseria.
ÑANCUCHEO, 1866, capitanejo del cac Luiguiñ, del cual leemos en una carta: “que
se arrodilló a Calfucurá con dos caciquillos más: llamados Epumán y Lincopán” (AEM
7.12.1866; la carta era dirigida al Coronel Manuel Baigorria) Este Ñancucheo luchó en 1876
durante el avance y la persecución de Alsina, junto con el cac. Juan José Catriel.
ÑANCUFILÚ, 1767 araucano de Boroa, estaba en un parlamento con el Obispo
Espiñeiro de Concepción. Más tarde estaba implicado en el tráfico de ganado (L. León, 1991
p.90). 1778, un excautivo declaró el 26 de Agosto que en el Río Sauces (Colorado) había
1500 indios aucas muy pobres, pertenecientes a los caciques Guchulaf, Ancaloán, Chañafilú y
Ñancufilú y que estaban en guerra con los tehuelches ETIM: Filú: víbora del Ñancú
(aguilucho sagrado)
ÑANCUFILÚ, 1821, cac araucano de Maquegüa. En la Guerra a Muerte se opuso a
los vecinos borogas junto con Ancafilú, Loncofilú, Painefilú, Filumilla y Loncomilla. (T.
Guevara)
ÑANCU FILÚ, 1869, cac. al norte de Salinas Grandes (La Pampa). Era
independiente de Calfucurá. 1873 firmó el gran documnto del proycto de tratado de paz y
asistió al entierro de Calfucurá.
ÑANCU FILÚ, Francisco. Estuvo en la Barrancosa (Bragado); fue tomado preso y
enviado a Tucumán. De allí huyó y volvió tras marcha de dos meses a la Barrancosa. Más
trade fue llevado a General Acha. En 1900, el Poder Ejecutivo de la Nación por la Dirección
de Tierras creó el 21 de febrero la Colonia Pastoril “Los Puelches”, en el Depart. Cuacó, lotes
20 y 21 Fracc A Sec. XV y lote 1 Fracc. D, para las últimas familias mapuches: Francisco
Ñancufilú Calderón ocupó su parcela y fue, lo que en la “Colonia Gral. Emilia Mitre fueron
los caciques Santos Morales y Ramón Cabral, promotores de esas Colonias. Francisco
Ñancufilú Calderón se apersonó al Gobierno en Buenos Aires para pedir ayudas. Pedía que se
creara una escuela para 80 niños. En 1902 recibieron al primer maestro de apellido Bianchi.
Este se casó con la india Lorenza Tripailao y tuvo cuatro hijos, Dionisia, Rufina, Donata y
Francisco,- dice el Dr. Narciso Binayán Carmona, en su artículo: Repartos de indios y
apellidos araucanos en la Pampa Central, en vol II. del Congreso del Area Araucano, 1963 p.
267). Francisco Ñancufil falleció en 1912 en su campo. Entre tanto se iba haciendo un
pueblo con el nombre Puelches. Unos investigadores vinieron a esa población y querían
aprovechar la memoria de un paisano viejo y de un nieto de Ñancufil para buscar la tumba y
también los restos de la vivienda, de lo cual dieron noticia en sendos artículos en La Nación
1º) del 2 de marzo de 1971: “Fue hallado en la Pampa la tumba del cacique Ñancufil. Es decir
encontraron el cementerio de la comunidad aborigen. El nieto del cacique Benito Morales les
mostró una cruz de caldén muy deteriorado por la acción del tiempo; pero se pudo leer en la
cruz las iniciales correspondientes al nombre del cacique. Luego documentaron con diversas
fotografías el hallazgo y un mapa señala con claridad la ubicación, entre Puelches y Lihuel
Calel. (Guardo los recortes). 2) en cuanto a la vivienda del cacique hallaron la tapera del
rancho que habitaba hasta el día de su muerte. (Art. En La Nación del 17.3. 1971)Un tal
Pedro Rodríguez, de 77 años, de joven conoció al cacique y su vivienda en la inmediación de
la Laguna La Dulce, a una legua del cementerio viejo. El paisano viejo decía que el cacique
solía organizar allí frecuentes reuniones. Creo que se construyó entre tanto la Plaza Ñancufil
con un Monumento, a cuyo pie se espera traer los restos humanos de este cacique .
ÑANCU GÜETE, 1847, capitanejo ranquel. Es llamado también Painé Ñancú
Güete, porque era hijo del cac Painé de Leuvucó. 1847 y 1848 llegó en comisión a Azul,
donde fue atendido y cargado de regalos (Rev. Azul Nº 3: Bartolomé Ronco: Cuentas de
proveedores; González Hangel: Catri Mapú p.9). 1851 estaba en la lista de los caciques y
capitanejos obsequiados en Bahía Blanca por órden de Rosas, en vista de una cooperación
con él en Caseros.
Su hijo se llamaba Llusquén. Una hermana estaba casada con el cac. Meliqueo
(Rusconi: La hija de Maliqueo, en Anales Soc. Scient. Argentinas T. 131, 1941 p. 268 – 28.
ÑANCU LEO, cac. boroga, principal de Huillío (1870); Su sucesor fue Martín
Catrileo (Bengoa, J.: Historia del pueblo mapuche s.XIX-XX. 1985 p. 114)
ÑANCÚ LLANGÜIR, 1850, cac. picunche del cac. F. Purrán. El 20 de agosto de ese
año participó en un malón en Chacay con 500 indios (Arch. Mend. Cap. 123 doc. 14) Esa
sublevación se debía a la muerte perpetrada en el cac. gobernador Guzmané. El 26 de marzo
de 1851 asistió al parlamento de paz en Barranco. (ver: Guzmané)
ÑANCULÚ, cac. ranquel de Llanquetruz. 1787 fueron muertos él, Antimain, Ancain
y Caripil.
ÑANCU MÁN, 1872, capitanejo ranquel. Hasta 1880 estuvo reducido en Villa
Mercedes con Villarreal y Cayupán. Tuvieron sus toldos donde “hoy” está la Avenida Mitre y
Matadero. Ayala nos cuenta que el cacique Epugner había decidido matar a Ñancumán y a
Santos Valor, porque habían desobedecido sus órdenes. Efectivamente los prendieron y
cuando los iban a ejecutar, el capitanejo le dijo al cacique que recordara que le había salvado
a su hermano en la invasión a la Carlota, que le había avisado, cuando de Río IVº venía una
tropa expedicionaria contra sus toldos; que a él mismo lo había salvado la vida en Sierra
Chica, alzándolo en ancas, porque le habían muerto el caballo. Entonces, el cacique llorando
de emoción le dijo: Hermano, no tengo corazón para matarlo (Rev. Junt. Est. Hist. Mendoza
VII p.155)
ÑANCU NAHUEL, 1584, cac. araucano. Ese año participó en la sublevaión que
organizara el mestizo Alonso Díaz, llamado el indio Paineñancu. Este fue vencido y fue
muerto por los españoles. El Gobernador Alonso de Sotomayor creyó entonces que la guerra
había terminado.; pero la siguieron los caciques Cayancura, Ñancanahuel, Cadehuala y
Huenuhuala. Intentaron destruir todo lo español al Sur del Río Bío Bío ( Campos Menchaca:
Nahuel Buta, 1972, p. 228)
ÑANCU PICHÚN, 1872, cac. picunche al Sur del Río Neuquén (J.Raone: Los
Tratados de paz 1977 p. 49) ETIMOLOG.: Pluma del ñancú
ÑANCU PILLÁN,1650, cac. araucano de Osorno (Chile). Este salvó la vida al
Misionero Agustín Villaza, cuando los “cuncos” lo iban a lancear; pero lo retuvo como
cautivo. Más tarde recobró la libetad (M: Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1972 p. 584)
ÑANCU PILLÁN, 1776, cac. pampa ranquel que Diego de las Casas censó en
Checau, en la Pampa. Era viejo; tenía 20 soldados, 10 toldos y un pozo grande cercado (De
Angelis IV. 1910 p. 584).
ÑANCU PILL o Yancupil, Yancubel, 1825, capitanejo pampa que, el 20 de diciembre
de ese año asistió con 50 caciques en el parlamento de paz celebrado a orillas de la Laguna
del Guanaco. En la lista ocupó el Nº 48 (AGN. X 27-7-6 ). Rastreé una sola cita más: En
Mayo de 1867 estuvo de malón con el cac. Epugner y Centré.
ÑANCU PIL, 1875, capitnejo del cac. Namuncurá. En una acción durante el Gran
Malón en diciembre de ese año, el Cnel. Levalle apresó en Juárez a 13 indios, entre ellos a
Colopill, hijo del capitnejo Ñancupil de Namuncurá (S.Romro: Tres Arroyos, 1947 p. 104)

ÑANCU TRIPAY (ÑANCTIPAY), 1790, cac. pehuenche del grupo de Malalhué


(Mendoza). Participó en la Guerra Pehuenche. Aparece en muchos documentops del Archivo
de Mendoza en esos años. El 18 de Mayo de 1790 estuvo con los asistentes al parlamento con
el Gobernador de Mendoza en San Carlos. Le solicitaron, como él era Comandante General y
Jefe de las Fronteras, que les ayudara a expedicionar contra sus enemigos del sur. No los
desoyó. Idéntico pedido le volvieron a hacer el 21 de marzo de 1794. Pero luego, el
Gobernador J.F de Amigorena invitó a 12 caciques huilliches y a 12 caciques pehuenches del
Norte, para concertar con ellos la paz. Allí estuvo entre los primeros el cac Ñancutripay. En
julio del año siguiente, Ñancutripay estuvo en Mendoza en gestiones diplomáticas. El 29 de
enero de 1796, Llanquitripay (sic : la ll y la ñ a veces los confunden) salió con una expedición
punitiva contra el gobernador Rayguán de Barbarco, quien acababa una funesta incursión a
sus territorios de Malalhué (10.1.1796: doc. 19) Ñancutripay avanzó hacia la Pampa (Mamuil
Mapú), donde descubrió humo (de convocatoria) ib. doc. 20) El 11 de abril del mismo año,
Rayguan y los huilliches agredieron nuevamente los toldos de Malalhué, mataron a cuatro
caciques y a mucha gente armada; llevaron como botín a las familias y a sus haciendas y
dejaron los toldos destrozados, de manera que los sobrevivientes se vieron en extrema
pobreza (ib. doc. 21). Entre los muertos se encontraron los caciques Ñancutripay, Cuntrus,
Guenucal y el cac. gobermador Pichintur (véase la historia de éste). De Ñancutripay no
sabemos nada más, ni de sus familias. ETIM: “Salió el ñancú”
ÑANQUELÁN, cac. pampa que Rosas en su Diario señala como uno de sus
prisioneros.
(Diario, ed. Sudestada 1965 p. 184)
ÑANQUETRUZ es a veces confundido con Llanquetruz
ÑATO, 1707 fue uno de los caciques “sublevados” -(decían)- al Sur de Córdoba (Río
Vº) Fueron atacados y apresados por Cabrera y sus 262 soldados. (véase la historia de Liquid.
ÑAU ÑAU, 1878, capitaejo ranquel. Ha vivido la historia de las tribus de Mariano
Rosas y de Epugner de Leuvucó (La Pampa) y el tiempo de la gran persecución de la Guerra
de la Conquista que allí se inició en 1878. Este cacique cayó en las redes de las tropas
expedicionarias al mando del Cnel. E. Racedo. Ya en abril de 1879, el Tnte. Vicente Bustos
había salido con un escuadrón desde el Fortín Alhuancó a batir unos 40 indios de Ñau Ñau y
les quitaron su caballada. Por la División del Cnel. Racedo, en un encuentro en El Nevado, el
23 de julio, Ñau Ñau sufrió otras bajas y se creyó que el caciquillo había muerto. (Olascoaga
IV p. 170) El capitanejo Ñau Ñau dio mucho trabajo a los expedicionarios. Y nuevamente fue
contado entre los muertos en el ataque de Lonco Matro. Vestía el traje de oficial, porque
pertenecía a los oficiales de los ranqueles “sublevados”, desde que el Gobierno les había dado
el último respiro con un tratado de paz (nada sincero). Las noticias que se anotaron en partes
traían noticias contradictorias (Olascoaga III p. 265 y el Padre Bentivoglio, en doc. 1029 del
Archivo del Convento Franciscano en Río IVº). En abril de 1879 tuvo aún 40 indios; Anaya
lo buscó en Julio en el Río Salado. “Hace dos meses que se creyó muerto”. Fue hecho
prisionero con100 indios.
En realidad había sido herido y quedó abandonado entre los caídos, en un monte
pampeano. En septiembre fue alcanzado nuevamente a orillas del R. Atuel por el Cnel.
Anaya, quien fue el último en retirarse de la tierra ranquelina. Sobre lo acontecido el Cnel.
Racedo informó el 20 de septiembre de 1879 al General Julio A. Roca (Olascoaga IV p. 175 y
I. p.94 y II p. 249) :”Cuando me retiré de Poitahué, quedó Anaya en el Salado buscando la
familia del capitanejo Ñau Ñau. Hacía dos meses que se creyó muerto. Había hecho las del
zorro; había logrado sustraerse herido en el combate, en que había sido dado por muerto. Su
resurrección poco le ha servido. (Viene con unos cien indios con Anaya). Hemos cumplido
nuetra misión, no dejándo un solo indio en pie en el vasto y rico territorio ranquelino., asiento
ayer de dos poderosas tribus y cuya campaña VE. Confió a la tercera División de mi mando.
Saludo a V.E. Racedo”
NB. Así se hizo la Conquista del “desierto” ; error de la época liberal.
En el periódico “La Patria” Nº 53 de Dolores, del 9 de octubre de 1878 leí la última
noticia: “Ñau Ñau murió en el Hospital de Buenos Aires por heridas recibidas en la lucha
(el último ranquel).
ÑONQUE,1750, cac. pehuenche que conoció el P.Th. Falkner (De Angelis I. p. 232)
ETIMOL: ñonque: pellejo grande que usaban como cubrecama
ÑONQUE (Llonqui) capitanejo agregado a la tribu de Ignacio Coliqueo en el Campo
de la Tribu en el Part. de Gral. Viamonte, Bs. As. Sospecho que ha sido ranquel y que
Coliqueo lo trajo de Junín en su paso a radicarse en Los Toldos de la Tapera de Díaz, en 1862.
Lo único que puedo decir es que era de la nobleza araucana y se entroncó con la familia
Coliqueo (En mi trabajo genealógico sobre la composición de la Tribu de Coliqueo lo veo
claramente Se conoció con un “alias” Gómez Quiñehuán)
Ñonque (Juan) fallecido en 1872, casado con Ampaimain, fall. 1864 (por la peste) :
Tenía más de 200 hectareas, porque era capitanejo.
Su hijo Juan Ñonque (alias López) era casada con Anita Coliqueo, n. 1847, hija del
cacique Ignacio Coliqueo.
Felipa Ñonque cas. con el cap. Sixto Huayquil, con Curriqueo y con Mariqueo
Catalina Ñonque se casó con el capitanejo Martín Rayú. (larga descendencia)
Ñonque Calderón se casó con Juana Huenerr y con Pedro Leiva o Baigorria
Sus hijos Juana Calderón y Manuel Calderón Martiniana 1861 – 1890
ÑUM,, 1870, cac. boroga de Chile. Su hijo se llamaba Francisco Neculmán. Este
cacique solía comerciar con los pehuenches del Neuquén granos, alcohol, etc. a trueque de
haciendas. 1870 quiso sorprender a Reuquecurá, pero espías anticiparon la noticia y resultó
él el sorprendido y derrotado. Neculmán, su hijo mayor, invadió por el Paso de Pucón y atacó
a Purrán. Ñum entró por el Paso de Arco. Reuquecurá y Sayhueque estaban prevenidos;
retiraron a sus familias y sus haciendas a 4 leguas al Oeste del Paso de San Ignacio.
Sayhueque venció a Ñum en el lugar, que hoy se llama Huaichauhué (Lugar de Batalla), y
Reuquecurá venció a Neculmán en Zainunco. Para atajar al invasor se habían puesto en
camino 400 guerreros de Purrán y Calfucurá. (San Martin: Neuquén, 1919 p. 140). Véase
también Néculmán, Francisco.
ÑUM PÁN, 1870, capitanejo pehuenche, pariente del cac. Ñum de Boroa. Es posible
que por esa afinidad haya resultado ese binomio : Ñum y Pan(gui)

J0AQUÍN ver Joaquín Pan


OCAPAL, 1822, cac. pehuenche del sur de Mendoza (Rusconi ob. Cit. IV p. 265)
OCOL, 1825, capitanejo ranquel o pampa que asistió al parlamento de paz en la
Laguna del Guanaco (AGN. X. 27-7-6: 20.12.25)
OCOYUNTA, 1561, cac. huarpe. Recibió al conquistador Castillo, cuando éste
apareció en el valle para fundar la población de Mendoza (Amunategui, Miguel L. La
cuestión límites entre Chile y la Rep. Argentina, Stgo. 1879.)
OCHA, 1573, cac. comechingón. Residía en Omanta; encomendado de Bohorques
(Cabrera: Aborígenes del País de Cuyo)
OELLI ver Güelé
OLÁN, Ignacio, 1751, cac. serrano que se integró en la misión jesuítica del Sur. Fue
elegido alcalde del pueblo o reducción de Ntra. Señora del Pilar (Lehmann Nitsche 1923
Chechehet)
OLAYAN, Don Lorenzo, 1688, cac. importante de San Juan (huarpe); encomendado
de Diego Salina y Herrera (Arch. Mend.)
OLEINUNTA, 1561, cac. mendocino. También él recibió al fundador de Mendoza en
su tierra.
OLGUÍN, Juan Gregorio, 1786, cac. pampa. Por entonces vivía cerca del Fortín
Lorenzo del Chañar, en la frontera de San Luis (Río Vº). El y Nicolás Iturrilla estuvieron
dispùestos a aceptar el cristianismo; pero se negaron ser trasladados a las minas de las
Carolinas. El Gobernador Sobremonte efectivamente prohibió deportarlos a San Carlos de
Mendoza (Arch. De San Luis Nº 880: 15.1.1793). Pero cuando en 1799 de nuevo querían
ubicarlos en la cercanía del Fuerte San Carlos, los pehuenches se negaron a aceptarlos; así
pudieron quedar en sus sitios ancestres (AGN Sec Gob. Tribunales 76. S.IX 36-4-5 exped. 18,
fide Mariluz Urquija 1964 p. 277) En 1800 visitó a Buenos Aires con Catimilla, Luna,
Quelentur y Nahuelpán (AGN. Sec. Contaduría caja B.A. 1800 Leg. I: XIII 22-2-3)
OLGUÍN, Rafael, 1795, capitanejo pampa; probalemente de la familia del Olguïn
anterior. Fue muerto a cuchillo por Antonio Sosa, el 12 de diciembre de 1795 (Grenón:
Documentos históricos, Córd. 1926 p. 80)
OLO ACÁN, 1579, cac. comechingón de Soc Soc Tuspi, Tamahalón, Córd.;
encomendado de Velázquez. (Montes)
OLO ACHABA, 1579, cac. comechingón de Sutuma Pitin, S.E. de Soto, Cord.;
enomendado de Bustamante (Montes p.60)
OLO CHARABA, 1582, cac. comechingón de Amagan Tuspi, SE. de Soto;
encomendado de Bustamante.
OLO NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Camelán Sacat, NO. de Quiscales,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 56)
OLOMAN CHOCTAN, 1573, cac. comechingón de Olomán Cativa, en Chocho Cono
Hal, Córd.; encomendado de Pérez (Montes p. 57)
OLOQUELLA, 1564 – 1573, cac. puelche (?) de Ulla Alla en el valle del Diamante
(Mendoza) Era hermano del cac. Anquiel (Cabrera: Aborigenes del País del Cuyo p. 297)
OLOY NALOMA, 1573, cac. comechingón de Coyba Halo, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 67)
OLVAINA, 1564, cac. huarpe de Paraguata (Mendoza); encomendado de Diego
Velasco (J.T.Medina, 1901 p. 190)
OMENTA, 1564, cac. huarpe de Mojoibe (Mendoza); encomendado de Diego
Velasco (J.T. Medina T. XVIII p. 424
ONIQUIS CHARABA, 1575, cac. comechingón de Oniquis Navira, Calamochita,
Córdoba, encomendado de Villalba (Montes 79)
OMIHUÁN, 1837, capitnejo pampa ranquel de la tribu de Baigorrita . (AGN X. 25-
5-1)
OÑAIN CHE, 1880, capitanejo salinero (E.S.Zeballos: Calvucurá ed. 1943 p.
173)
OQUI MÁN, capitanejo ranquel, hijo de Antenán. 1845 vino a Azul (Rev. Arch de
Azul,p. 114 .
OQUÍN, 1788, cac pampa ranquel. Ese año lo halló el Comandante M. Pinazo en su
excursión a Salinas Grandes. 1794, los caciques pehuenches de Malalhué lo invitaron para
hacer la paz con el Gobernador de Mendoza, Gral. José F.de Amigorena (Arch. Mend. doc. 9:
25.94) Allí es llamado Oquinagüel.
1800 y 1804 estuvo en Cruz de Guerra (Part . 25 de Mayo) y Cabeza de Buey (AGN
S:IX 1-4-2). El Cnel Pedro A. García lo trató en 1810 durante la expedición a Salinas Grandes
(según su Diario). El 21 de noviembre lo nombra “cacique amigo Oaquín, parcial del cac.
Quinteleo”. Con éste había estado en Buenos Aires para repeler a los ingleses invasores de
Whitelocke. García lo llama también “soberbio, pero moderado y dispuesto a vivir en paz (De
Angelis III 1910 p. 245) El día 30 de noviembre se presentaron al Cnel. García los caciques
Oquín, Epumur, Medina, Lincón, Bupán y Mical y 500 indios. Fue un encuentro amistoso.
Eran los que querían adueñarse de esta zona privilegiada de Salinas.
ORELLANA,1833, capitanejo pampa. El 10 de noviembre de ese año, cuando
marchaba ya la columna expedicionaria de Rosas, éste lo hizo fusilar con otros en Tapalquén,
en presencia de los indios amigos formados, para decirles que así pagaba Rosas a los
desobedientes. (J. Garretón: Escitos y diario 1946 I. p. 227)
ORCOCHORO, José Bernardo, 1851, cac. pampa que vivía en la Reducción del
Espinillo (Río IVº), reducción que el obispo de Córdoba, Mnsr. Argandoña había fundado con
8 familias (ver cac. Muturillo; y Pablo Cabrera: Tesoro del Pasado I. p. 63 y J.B. Fassi: La
Reducción de los pampas, en: El Heraldo, periódico de la Reducción 1935 – 1945). El Padre
T. Falkner lo sindicó como Taluhet, sector de los puelches, en traducción de Lafón Quevedo,
1911, cap. IV)

(ORELLIÉ, Antoine Iº de Tunens: aventurero francés que en 1860, constituyó una


efímera monarquía de la Araucanía y la Patagonia. Aunque en ambos intentos fue depuesto
por las autoridades chilenos, dejó algunas sequelas entre los indios de Quilapán y
Quilahueque. (Ver sus notas biográficas). Hay mucha literatura que lo tratan, como demuestro
en Guía Bibliográfica: El Indio en la Llanura del Plata 2000 La Plata vol. I)

ORKEKE
ORKEKE: Nacido en 1811 y muerto en 1883, era cacique tehuelche de Río Chico
(en la confluencia) y Salinas del Santa Cruz. Gracias a la visita que le hiciera G. Musters en
1869 tenemos buenos datos sobre él que complementan los que se han archivado,
especialmente en oportunidad de su captura, en 1883. Hay también una fotografía de él. El
viajero inglés G. Musters (en su libro “At Home witht the Patagonians”, 1871, capit. 2) lo
señala como alto, de seis pies; de unos sesenta años y aún ágil... de porte grave y solemne. Su
cabellera negra estaba levemente veteada de gris; tenía ojos brillantes e inteligentes: nariz
aguileña, labios delgados y firmes, diferentes de la que nos imaginamos en un indio patagón.
La frente achatada afeaba un poco el rostro. Parecía inteligente... Gustaba en su lenguaje de
dichos enérgicos y graciosos. No era dado a la bebida ni reñía... Estaba casado con Adad, de
la cual tuvo una hija. De esta también hay una fotografía sacada en el año 1883, cuando la
hija tenía unos 10 años (reproducida en la Revista Todo es Historia, 1966 Nº 10, p, 59. La
foto fue sacada por Spegazzini en el Hotel de Inmigrantes, en Buenos Aires). Por entonces no
tenía hijo, pero decía que tenía un gran afecto a su sobrino. Su hermano se llamaba
Tanquelao. R. Casamiquela cree que su abuelo se había llamado Orquinquen o
Ulquinquenque (1781). Musters afirma que Orkeke ha sido elegido cacique en una junta con
los indios de los caciques Huinchel (Sinchel) y Casimiro (Biguá).
Vivía en paz, practicando la caza y la pesca, como todos los indios patagones. Durante
la Campaña del Desierto de Rosas, en 1833, su tribu fue atacada y su familia deportada en
cautiverio. Se produjo entonces una gran protesta entre los patagones. Juan Lucio Almeida
excribió: "El cacique más hospitalario de la Patagonia, el invariable amigo de los cristianos,
fue tomado prisionero con toda su toldería y fue remitido a Buenos Aires".
No sé cómo fueron liberados.
El 19 de Julio de 1883 fue hecho prisionero de nuevo con 54 indios y deportado a
Buenos Aires. Veamos los testimonios. El coronel Wintter, gobernador de la Patagonia,
informó al ministro de Guerra: "En cumplimiento de la orden de V.E., zarpé del puerto de
Patagones el 16 de Julio de 1883), a bordo del "Villarino", en el que hice embarcar 30
individuos de tropa del Regimiento 1° y 39 caballos. El 18, después de una travesía feliz, el
Cnel. Lino O. de Roa con 30 soldados fue a intimidar a una tribu que se hallaba a unas 15 a
17 leguas (del Puerto Deseado). El 19 trajo 52 indios, incluso la chusma y unos 200 animales
yeguarizos... Había una batida general de Roa y del Mayor Linares y del Tnte. Gordan y 30
individuos entre los ríos Deseado y el Chubut y el Atlántico. Es una región desértica,
despoblada. Daré más información. Mañana salgo para Chubut... para ponerme en
comunicación con los caciques Sayhueque e Inacayal (sometidos en 1885, recién) que se
hallan sobre el Luyé. (Parte publicado en La Prensa del 31.7.1883)
Los prisioneros del Río Deseado llegaron el 18 de Julio a Buenos Aires. La Prensa
protestó, el 1° de Agosto, bajo el título: "La Civilización barbarizada". En la nota decía que
una tribu mansa fue apresada injustificadamente y despojada: se pedía que les devolvieran su
propiedad. Otro periodista atenuó la acción militar, pues en La Nación escribió bajo el título:
"Reparando Errores", que los indios de Orkeke habían sido bien atendidos por el Sr. Ramón
Lista, pues habían hecho un paseo a Palermo y una visita al Sr. Presidente.
La Prensa narró, asimismo, que habían presenciado una función en el Teatro Colón,
con gesto serio y sin reírse. (No estaban para reír. habrían preferido ver sus campos yermos).
Cuando R. Lista los presentara al público, ellos agradecieron con un canto.
También habían cantado, cuando aquella noche los atacaron, porque estaban en una
reunión religiosa. Y de pronto, inesperadamente aparecieron los soldados. Un pasajero de
aquel "Villarino" que viajó con los prisioneros hasta Buenos Aires, Dn. Nicolás Larraín,
recordaba una de aquellas escenas: "Luego se vio bajar de las alturas y montañas una multitud
de indios que venían a caballo cantando y rezando en alta voz, de un modo particular por la
monotonía de la música y extraño lenguaje. Eran 17 varones y 37 mujeres y niños, indios que
componían la parcialidad del cacique Olqueque y que tenían levantados siete toldos a 15
leguas del Deseado. Algunos venían con las caras pintadas en fajas negras que corrían sobre
las cejas y formaban un óvalo bajando por los carrillos hasta terminar en el mentón. Llamaron
desde luego mi atención la uniformidad del traje, la resignación que todos manifestaban, el
semblante de bondad de los varones, cierta altanería en las mujeres y sobre todo, el canto
monótono y plañidero de la multitud que repetía: "Le que(h)hueque yaquev deya le yu. le yu
queleló", canto triste que repitieron al despedirse de aquellas costas y que me conmovió hasta
el extremo de hacerme verter lágrimas de conmiseración."
El cacique Orkeke llegó enfermo, quebrado, a la Capital y fue internado en un
hospital; por eso no fue fotografiado. El 12 de Septiembre de 1883, a poco de llegar, murió,
seguramente de pena. Ni pudo descansar su cuerpo en tierra bonaerense. Se desecó su
esqueleto, que se conserva aún en el Hospital Militar; en cambio, su cabeza (cráneo) está en
algún estante con su número en el Museo de La Plata. Su gente consideró sucesor a su hijo
llamado Chacuala o Cochengan. El botánico Spegazzini lo folografió.
(Etimología: dicen que significa Nariz de loro.)
Bibliografía:
Rev. Todo es Historia; Nº 10, p. 10-56 y Nº 16, 1966, p. 56-57. El cura P. Bibolini de
25 de Mayo compuso una larga poesía, "La glorificación del cacique Orkeke", 1884 por su
imprenta de El Pampero (24 páginas).- Rev. Argentina Austral, Mayo 1945; "Semblanza de
Orkeke", p. 10 y Noviembre de 1960, Vestigios araucanos.
T. Caillet Bois: "Una semblanza de Orkeke, último jefe de los tehuelches", en Rev.
Argentina Austral, 1945. p. 10-13. Leoncio Deodat: "La captura de la tribu de Orkeke", en El
Orden, periódico de Puerto Deseado en 1937 y por separado (102 páginas). Deodat:
"Onomásticos araucanos, Orkeke", nota necrológica. J Lenzi: "Orkeke", en Rev. Argentina
Austral, Nº 168, 1945, p. 41 -44. Vignati, M. A.: Iconografía aborigen III, "La Tribu de
Olkelken", en Revista del Museo de La Plata, Nº 14. 1946, p. 276-299).- Nota necrológica en:
La Nación: 12. 9. 1883.

ORTÉS,1880, cac. de cuya procedencia no sé nada. Se conserva un daguerotipo que


lo presenta en compañí del Gobernador Dardo Rocha, 1880 en La Plata.
OSILE, 1573, cac. comechingón de Sanchinta, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p. 56)
OSPIS CHARABA, 1575, cac. comechingón de Ospis Navira; encomendado de
Villalba (Montes p. 79)
OTONUTA, 1594, cac. mendocino del Valle de Uco (Arch. de Mendoza)
OTUMINI, 1563, cac. huarpe de Olvo, Mendoza; encomendado de Diego de Velasco
(J.T.Medina 1901)
OYA, 1598, cac. comechingón de Cusimiscat, Tulian Cabiche, Córd.; encomendado
de Suárez (56)
OYAMBIS CATA, 1602, cac. comechingón de Toc Ana, Los Llanos, Córd.;
encomendado de Gallegos (Monts 72)
OYBAN, 1564, cac. huarpe en Jaracolene, Mendoza: encomndado de Diego de Velsco
(J.T. Medina 1901)
OYOPI ANTA, 1563 – 1579, cac. cuyano de Conlara, San Luis (J.T.Medina 1901)
OYOPI ANTA, 1625, cac, de Lolma (C0abrera: Aborígene en el País del Cuyo p 299)
OY QUEN, 1806 cac. de Minancó,al Oeste de Calchagüé. Lo encontró Luis de la
Cruz en compañía del cac. Neyen (Diario en :De Angelis 1910 I. p. 223)
OXIL, 1573, cac. comechingón de Anisacate, localidad de Quilino, Córdoba;
encomendado de Cabrera (Montes p. 46)
=============================================================
==
PABLO, 1690, cac. prinipal de Coro Corto (Mendoza) de la encomienda de Luis
Videla. Estaba casado con Catalina Treñán (Arch. Mend. Carp. 29 doc 5)
PABLO LEPNOPÁN ver la nota biográfica de LEPNOPAN
PABLO, 1775, capitanejo “chechehet” (puelche) que vivía al Sur del R. Colorado; su
hermano se llamaba Secauchú.
PABLO, 1833, cac. pampa que participó con los indios amigos en la expedición de
Rosas bajo la conducción del Capitán Eugenio del Busto.
PABLÚ,1878, capitanejo ranquel (prob.). En la guerra de la Conquista del Desierto
fue tomado preso con 17 más en el Valle Chilleu, Depart. De Utracán (La Pampa) (Olascoaga
II. 1940 p. 223).
PASCUAL VER PASCUAL CAYUPULQUI
PASCUAL, 1773, cac. araucano “al otro lado del Río Buenos” Chile. Que fue
interrogado si sabía algo de la Ciudad de los Césares. (De Anglis I. p. 377)
PACAMAS HALPANA, 1573, cac. comechingon de Cianlo Alpin, Panaholva,
Córdoba; encomendado de Luna (Montes p.66)
PACANANA, 1602 , cac. comechingón de Guata Sique, “Nación Pasca”;
encomendado de Quevedo (Montes p. 78)
PACA OSPEN, 1582, “de nación Llosumbes”. Juan de Garay lo encomendó a
Hernando Mendoza en el distrito de Buenos Aires
PACHECO o Puelán Pacheco, capitanejo ranquel. El 7 de Julio de 1878 se presentó
con 35 indios de chusma y 15 de lanza. En Agoto fueron puestos bajo las armas y enviados a
la frontera de Córdoba con el Cnel. Nelson. Hizo la campaña probablemente de mala gana
contra sus hermanos ranqueles. 1885 hizo bautizar en Villa Mercedes tres hijos habidos con
Margarita: a Froilán de 8 años; a Luis de 17 y a Carmen de 16 años (Linb. Baut. De esa
parroquia).
PACHECO LLUSQUEN,1869, capitanejo de la Tribu del cac. Andrés Raninqueo.
Anteriormente había pertenecido a la tribu de Ignacio Coliqueo. El y sus familiares estuvieron
en la Colonia indígena de La Verde, cuando llegó el malón de Calfucurá para apresar a toda la
gente de esa tribu joven, desprendimiento de Coliqueo en Los Toldos, Prov. Bs.As.)
Calfucurá los llevó a Salinas Grandes. Más tarde les dio la libertad. (Ver las notas biográficas
de A. Raninqueo y de Coliqueo y Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos)
Me dien que María Pacheco de Levipé muy anciana contó la historia de sus familias;
pero yo no encontré ninguna memoria de ella. En mi trabajo sobre la genealogía de las
familias de la Tribu de Coliqueo manuscrito e incompleto, tengo muchos anotaciones de
Pacheco:
Capitanejo Pacheco o Llusquen Pacheco nac. 1836 m. 1874 (En lista de Raninqueo
publicada por la Comisión Investigadora de las tierras de Coliqueo, La Plata 1940
2.María Pacheco nac. 1862
3.Luisa María Pacheco cas.c. Silvano Guayquil 1881 – 1981
4.Pedro Pacheco 1870 – 1920
5.Sabina Pacheco nac. 1863
6. Fermina Pacheco cas. c. Antonio Corón etc.
PAGA OSPEN, 1582, “de nación Llosumbes”, encomendado por Juan de Garay a
Hernando de Mendoza en la jurisdicción de Buenos Aires. (Tandix, en Rev. del Museo Mitre
Bs. As 1951 / 53)
PAGA YALEN, 1587, cac. comechingón de Chaga Pilipin, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Albórnoz (Montes p.68)
PAGÁ, 1772, capitanejo patagón, según el P. Sánchez Labrador (en su obra de 1772
p. 112)
PAGI NAHUEL es PANGI : Puma y Nahuel : tigre
PAI HUANQUE,1879, cac. pehuenche de Quilquilhué que fue atacado por las tropas
expedicionarias cuando trataba evadirse a Chile.
PAILLA ECO , cac. araucano siglo XVI, Toqui que sucedió a Quintu Güenu. El
murió al fin del año 1591
PAILLÁN, Ignacio capitanejo del cac. Manuel Namuncurá, la hermana de la esposa
se llamaba Ignacia Inaipán, nacida en 1862 del capitanejo Raniñ (o Rallín) y fue, según he
investigado de Ceferino Namuncurá, madre del “Santito de la Toldería”, cuando otros creen
que Rosario Burgos era su madre. Ceferino , el venerable en sus cartas desde Roma saluda a
Ignacia como “madre” y a Rosario “madre de leche” . Ignacia era de poca salud.

E L C A C I Q U E PA I N E GNERR DE LEUVUCÓ

PAINÉ o PAINE GNERR: 1780-1844, cacique general de los ranqueles de Leuvucó


de la Pampa, después de la muerte de Llanquetruz II. El Excautivo S. Avendaño,quien lo
conoció durante su cautiverio “feliz”, llama a Painé como “el indio más valiente que se haya
conocido en 1838”. Según que ha dicho él mismo cacique, había nacido en Huadá, cerca de
Leuvucó, en la Pampa Central. Piana, L.: (Toponimia y arqueología del siglo XIX en La
Pampa, 1981), opina que era Yuá Yuá, lote 10 B VII, en el departamento Rancul., lugar
encerrado entre médanos, entre la Laguna Leuvucó y Trapalcó). El Dr. Estanislao Zeballos
dedicó a este cacique una novela: Painé y la Dinastía de los Zorros. Este libro es de poco rigor
histórico. Se equivoca al decir que Paine ha fundado esa dinastía. En realidad es un eslabón
de una larga lista de caciques de varias generaciones, cuya "heráldica indígena" o animal
protector característico era el gnerr, el zorro. Posiblemente fue hijo del cacique Guayquignerr.
Un hermano de Painé se llamaba Huenchugnerr. Este fue un gran diplomático de la pampa.
Painé se destacaba por su físico y sus dotes espirituales. Era alto y macizo; un jefe nato. No sé
qué relación ha tenido con aquel Painé que el comandante M. Pinazo conoció en 1788 en
Salinas Grandes, o con el Painé que estaba en 1790 con el cacique Lorenzo Calpisquis, al
hacer éste un tratado con el gobierno virreinal de Buenos Aires.
Las actas del parlamento de paz que convocaran los agentes del gobierno de Buenos
Aires en abril de 1826 a orillas del Arroyo Pecuén, al que asistieron borogas y ranqueles, dan
-creo- una de las primeras documentaciones del cacique Painé (AGN S.X. 27-7-6). El Nº 27
de la lista de los caciques presentes es un cacique Painé; figura después del cacique Millán y
hay un capitanejo Painer, después del capitanejo Millapán, quienes en aquel entonces
obedecían al cacique gobernador Pablo (Lepnopán). Este mismo se encuadra en la galería de
los caciques gobernadores de los ranqueles: Llanquctruz Iº (+l788); Cumepayú (+1794);
Rayguán(+l796); Carripilún (+1820); Pablo Lepnopán C+1827); Llanquetruz IIº
(+l838); Painé (+1844); Cal-vaín (+1858); Mariano Rosas (+1877); Epugner(+1879). Si
repasamos la historia y biografías de estos caciques, vemos en qué situaciones difíciles y en
cuántas guerras y turbulencias debió templarse el carácter del joven Painé de la nobleza
ranquelina.
La peor conmoción, después de la Guerra Pehuenche, fue provocada por la llegada
del ex dictador de Chile José M. Carrera a la pampa y las invasiones de los Pincheiras
realistas. La invasión de numerosos grupos chilenos modificó notablemente el mapa
etnográfico de la llanura del Plata al principio del siglo XIX.

1. Primeras actuaciones de Paine

Recién en la década del 30 empezó Paine a perfilar su cacicazgo independiente y no


obstante ser de diferente línea, actuó con Llanquetruz IIº y se hizo amigo del puntano don
Manuel Baigorria, unitario refugiado en sus tierras. La política de éste lo condicionó
muchísimo. Painé tuvo también parentescos con algunos caciques borogas. Cuando el coronel
Delgado por orden de Rosas inicia una persecución sistemática del cacique Llanquetruz,
Painé y Carangué mandaron emisarios, pidiéndole que los admitiese en paz en el vecindario
de Guaminí. junto a las tribus borogas de Marileo, Mariqueo y Antibil (AGN S.X. 27-5-6:
3.2.33). Y en Julio le comunicaron al coronel Delgado: "Al cacique Payné, hombre honrado
en su proceder, hombre de nuestra confianza, le hemos comunicado que cien lanceros iban a
buscar a los caciques Camangué y Payllán (sic), que no se han presentado a nuestra
obediencia" (AGN S.V. 35-2-7: 35-2-6 y AEM. doc. 244).
Esto no entró en los planes de Rosas. Ya salía la columna de Huídobro a la pampa
ranquelina en la guerra combinada de 1833, la que tuvo un serio encuentro con los ranqueles
en la batalla de las Acollaradas, el 16 de Marzo de 1833. Los partes no dicen que Painé haya
estado en ella; sólo destacan que la victoria de la columna del centro vino a cimentar el ocaso
del cacique Vuta Llanquetruz. Terminada la Expedición al Desierto, Painé se puso de nuevo
en contacto con los borogas y con el coronel Delgado, comandante de 25 de Mayo. El 24 de
Enero de 1834 comunicó este que Painé llegaba con cien indios y sus familias (AGN S.X. 24-
9-1). No sé si la respuesta de Rosas fue sincera o cínica, al decir: "Que vengan, serán bien
recibidos". En mayo estaban aún allí y así evitó ser involucrado en las primeras persecuciones
de los ranqueles, especialmente las dirigidas contra Llanquetruz.
Pero cuando, a raíz de la invasión de Calfucurá y los huilliches a los borogas (8 de
Octubre de 1834 en Masallé), Rosas maniobró a los borogas vencidos contra los ranqueles y
aún contra los propios borogas allegados a ellos, Painé se retiró de nuevo. Mientras tanto.
Llanquetruz desangraba sus fuerzas y perdía a sus propios hijos en sucesivas batallas. Por lo
tanto, pudo surgir Painé como nueva estrella; pero las tropas rosistas de Bahía Blanca y 25 de
Mayo buscaron infligirle a Painé y su gente fuertes bajas, como asimismo a los indios
amigos, los borogas de Guaminí y a los de Venancio Conuepán. en Bahía Blanca. Fueron
atacados, después de haber prestado sumisos, exigentes servicios.
E1 7 de Marzo de 1835 más de 200 indios amigos y 130 soldados, al mando del Sarg.
Mayor Eugenio del Busto y Ramón Maza, atacaron las tolderías de Llanquetruz y Pichún,
causándoles 200 muertes y tomando 150 prisioneros; además los saquearon terriblemente.

En cambio, el cacique Painé (de Leuvucó) hizo un nuevo intento para llegar a
arreglos de paz, iniciando gestiones para un tratado con los gobiernos de Córdoba y de San
Luis. Así nos enteramos por un parte del gobernador F. Reynafé, enviado al comandante
coronel Estanislao López de Santa Fe, del 11 de Agosto de 1835: que Painé prometía
suspender sus ataques, siempre que le ayudaran a concertar algún tratado. Se avendría a venir
a vivir donde se le destinase. (Arch. hist. Sta. Fe, T. 5 Nº 57). Mientras estos gobernadores
estaban tratando con los indios, Juan M. de Rosas exigió las facultades extraordinarias, de
manera que él solo podría ultimar y firmar tratados de paz con los indios. Entretanto, el
cacique Llanquetruz había sufrido nuevos ataques y derrotas, infligidas por parte de las tropas
de Bahía Blanca, reforzadas por contingentes de indios borogas (21.11-35). De inmediato
Painé, juntamente con Llanquetruz y su hijo, envió urgentes comisiones para gestionar la paz
ante el gobernador de San Luis. (Arch. S. Luis doc. 6215: 15.1.36)
Pero el gobernador de Buenos Aires despachó otra expedición combinada contra los
ranqueles; los veteranos bonaerenses al mando de los coroneles R. Maza y E.del Busto y las
tropas cordobesas, al mando del teniente coronel P. Argañaraz. Cuando E. del Busto marchaba
por Junín, encontró una cuadrilla de ranqueles robando a los indios amigos de Llanquelén.
Entonces corrió la voz de que habían apresado a Painé, pero las noticias posteriores no lo
confirmaron. En cambio, fue apresado un hermano de Llanquetruz y se decía Llanquetruz
buscaba cómo incorporarse a las tribus del Moróte, cerca del Fuerte Federación (Junín).
Painé evitó el choque con estas tropas combinadas; se retiró al interior de la pampa,
protegiendo la retirada del ya enfermo cacique gobernador LIanquetruz. Fue entonces, cuando
el cacique moribundo delegó sus responsabilidades y su gobierno en el cacique Painé y no en
su hijo Pichún (Arch. S. Luis, Carpeta Indios 27.5.38). Así Painé quedó también con el resto
de las fuerzas de Llanquetruz. El documento es interesante también en este sentido: indica
una lista de caciques que con él deseaban mantener la paz con el gobierno puntano: Painé.
Pichún, Guayquignor, Pancho, Guichal (hermano de Llanquetruz), Antemañ; otro Ilan o Elán,
Guilé, Güete, Peñipil, Mailí, Calfutrú, Güiché, José. Estos eran entonces los sufragáneos.
Además el llamaba aliados suyos a Currupay, Güiquenor, Maliqueo y Carrepay.

2. Painé, cacique gobernador de los ranqueles

Investido con este nuevo mandato, antes que hubiese muerto el gran cacique
Llanquetruz, y viendo que no había progreso en las gestiones de paz y quizás guiado por otros
políticos "del desierto", como Calfucurá y el coronel refugiado Manuel Baigorria, adoptó una
nueva política. A mediados de 1837 Painé y Baigorria llevaron un malón de 700 indios hasta
Río IV: devastaron la zona de Las Pulgas, invadieron el Morro y Renca y, en Diciembre,
Baigorria los dirigía hacia el norte de la provincia de Buenos Aires y al sur de Santa Fe. No sé
si estas incursiones tenían un carácter político a favor del unitarismo. Fueron rechazados en
la batalla del 22 de Dciembre de 1838 en Pedernal y San Lorenzo, donde sufrieron numerosas
bajas (unas cien). Dentro de la misma campaña, debemos destacar también el ataque a la
toldería de Llanquelén. Sus indios habían acompañado como indios amigos al coronel
Eugenio del Busto a importantes entradas a la pampa, por ejemplo sobre Trenel , El Cuero y
Toay. Como hemos hecho notar en la biografía del cacique Santiago Llanquelén. Éste se había
comprometido con la guerra de Rosas contra la raza ranquelina y participó en las entradas del
Sargento Mayor Eugenio del Busto. Los indios de Painé y Pichún querían vengar éstas y
anteriores ofensas .
En un avance hasta las puertas del Fuerte Federación en noviembre de 1836
,recibieron (el falso) aviso de que Calfucurá estaba avanzando, dejaron el choque con
Llanquelén para más tarde y maloneaban en la zona de Rojas. Entre tanto dejaron en un bajo
su caballada, sus carruajes y a sus niños y mujeres que los venían acompañando. Llanquelén
tuvo noticia de esto y mandó arrebatar todo este botín. El Excautivo S. Avendaño nos cuenta
en sus memorias muchos detalles. Al cacique Painé le dolió que le hayan cautivado a su hijo
Mariano, un hijo de Pichuiñ y una hija y otros familiares y 1341 caballos. Llanquelén hizo
entrega de los prisioneros a Juan M.de Rosas que los retuvo en largo cautiverio. Los
ranqueles juraron venganza y la cumplieron en Abril de 1838. Según Santiago Avendaño, que
describe este trágico suceso del 23 de Abril de 1838, tuvo lugar poco después de la muerte del
cacique Llanquetruz.
En Diciembre del mismo año Baigorria, Painé, Pichún y sus ranqueles de la pampa
central llevaron un gran malón sobre la zona del NO. bonaerense y Sur santafesino, pero
fueron frenados en el Combate de Los Leones (20.12.38) y en La Tranquera de San Loreto
(21.12.38)
En 1839, Painé participó con sus ranqueles en otro gran malón contra Tapalquén y
Blanca Grande; y tuvo poco éxito en la batalla del 20 de Agosto de 1839 (AGN S.X. 27-7-6).
Allí murió otro hijo de Painé y el cacique Pichún salió mal herido (parte del general
Granada). Probablemente aprovecharon la esfervescencia política que estalló con la
Revolución de los Libres del Sur. También en San Luis participaron en la Revolución
Unitaria con Baigorria y los Videla. El 3 de Noviembre de 1839 hubo un primer choque en
Santa Catalina con las tropas del general Lucero (Arch. San Luis N o 7533 y ss.). Y al año
siguiente, el 11 de Noviembre, otro, en un nuevo intento revolucionario de la fracción unitaria
en San Luis. (AGN. S.VII Biedma 10-4-14, p. 430)

En 1840. Rosas, apretado por la Revolución de los Unitarios, inició otra política con
respecto a los indios, precisamente con los de Painé. Aceptó propuestas de paz de parte de
éste ante los gobernadores de San Luis y de Córdoba y recibió en Azul la comisión enviada
por Painé que presidía el capitanejo Millaqueo, el 23 de Abril de 1840. El general Pedro
Rosas y Belgrano y el edecán de Rosas asistieron a un parlamento, al que habían invitado
indios amigos de Catriel y sus lenguaraces, al capitanejo Pichi Callfiao y a Collinao de Bahía
Blanca.
El cacique Millaqueo manifestó que con el cacique Querón, el capitanejo Nahuelpán
y Huayquilaf y 23 indios del cacique Painé, había ido a ver al gobernador de Córdoba y que
éste, al igual que el de San Luis, los había remitido al gobernador Juan Manuel de Rosas para
que resolvieran con él un tratado de paz. Que estaba con facultades delegadas para ello.
Adujeron otros argumentos más para demostrar su sincero deseo de paz y armonía. Rosas,
quien no asistió al parlamento, contestó con una carta de 19 puntos que no transcribo. En
resumen: los felicitó, les entregó obsequios y los invitó a concretar el tratado, cuando hubiese
terminado la guerra con los franceses. (Arch. de Pacheco AGN S.VII. 1-2-9 T. V y Rev. del
Museo y Archivo de Azul Nº 2, 1962, p. 75-81)
Guichán, el hijo de Painé, se había escapado en esos días de la Quinta de Palermo.
Rosas, en vista de su nueva confrontación política en el interior y con el exterior, accedió a
negocios pacificadores para con las tribus que aún subsistían, después de su larga guerra de
eliminación. Pero el nuevo proyecto no pudo prosperar, porque los ranqueles se unieron a los
proyectos de Baigorria y de los unitarios. Con este proscripto invadieron el 11 de Noviembre
de 1840 la misma San Luis y atropellaron y expoliaron al gobernador Calderón (U. Núñez:
Historia de San Luis, II. 1967. p. 433). Fueron vencidos o a lo menos rechazados después por
F. Aldao en Las Quijadas: pero, mientras éste último expedicionaba en La Rioja, los indios
volvieron sobre la ciudad puntana el 10 de Abril de 1841 (Núñez, ib. p. 460 y Memorias del
Cnel. Manuel Baigorria). Se comprende que, tanto el gobernador de Córdoba como el de
Buenos Aires, hicieron gran esfuerzo y presión para que los indios ranqueles entregasen a
Baigorria y a los demás unitarios refugiados en la pampa. Rosas, por ejemplo, retuvo la
comisión de Painé en Tapalquén y le hizo informar al cacique sobre sus victorias. Ellos
entregaron a un tal Lorenzo Cabral, pero a su amigo Baigorria nunca lo traicionarían.
Los generales Angel Pacheco, Oribe y M. López le manifestaron a J.M. de Rosas que
sería beneficioso mantener una relación amistosa con Painé y sus ranqueles (2.4.41). Painé se
mostró impaciente frente al gobernador de San Luis y le escribió e! 8 de Noviembre: "No he
mandado chasques, porque me mataron al Capitán Curiñán... Yo creo que el haber cumplido
con el Gobernador, será la causa que a mí no me cumplen." (Arch. San Luis 8.11.41)
A su vez, el general unitario La Madrid envió al cacique Painé y a sus indios una
carta (el 10 de Septiembre de 1841) invitándolos a hostigar a los federales. La batalla del
Rodeo del Medio anuló las combinaciones previstas. Los ranqueles invadieron una vez más
con Baigorria, Coliqueo y Pichún la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe y llegaron
hasta las puertas de Pergamino (12.12.1841: Giménez Colodrero: Historia de Pergamino, p.
167).
Si bien el vigor físico del cacique Painé y su predominio político iban disminuyendo,
pues Baigorria y su amigo Ygnacio Coliqueo empezaban a sobresalir, las invasiones de los
ranqueles se iban repitiendo en la zona norte de Buenos Aires y al sur de Santa Fe. (AGN
S.VII. Pacheco 1-2-13 T. 10: 23.5.42; Arch. de San Luis Nº 8651: 25.9.42: en Arroyo del
Medio: 2.10.43: véase Best: Las guerras argentinas, p. 93: y Piccirilli: Diccionario Biográfico
por V. González: en Chañaritos, el 7 de Abril de 1844, R. Yaben: Biografías militares II ,
p.851: Best, ob. cit., p. 357 y Prudencio Arnold: Un soldado argentino, p. 132).
Finalmente, recién después de la muerte del cacique Painé,Pichuín y Galbán (Calvaín,
el hijo de Painé) celebraron en 1846 un tratado de paz con el gobierno de Córdoba (Arch.
Córdoba, Secc. Gob. Tom. 200).

En una de esas comunicaciones (ib. p. 438), leemos: "Se pide a Calbán que continúe
las paces como las llevaba su finado padre". El cacique Painé había muerto en la noche del
15 de Septiembre de 1844 en su toldo de Leuvucó. Su hijo Calvaín le hizo un terrible
entierro, que describe el Excautivo Santiago Avendaño en un impresionante capítulo de sus
memorias (ed. El Elefante Blanco, Bs.As. 1999 p. 91- 98. El drástico relato había sido
publicado ya en Revista de Buenos Aires en 1867 y ha sido analizado por Alberto Rex
González: "Las exequias de Painé Güor", en Relaciones Soc. Arg. de Antrop. XIII, Bs. As.,
1979. p. 137-161). Dn. Carlos Mayol Laferre, en su conferencia “El cacicazgo de Painé (1836
– 1844)”, en Río Cuarto en octubre de 1992, presentó la fotocopia del informe de José Tralma
y su compañero Necul, testigos oculares de los hechos, y que enumera la lista de las mujeres
sacrificadas durante el trágico funeral, documento que se halla en Arch. Cord. Gob. Tom. 192
leg. 4 f. 199 y 199 v.)
Pienso que sería excesivo incluir todo ese relato tan vivo y tan trágico, hoy tan fácil de
leerlo en las Memorias de Avendaño (Ed. El Elefante Blanco, Bs.As. 1999). Pero asiento aquí
algún párrafo del mismo:
“En una noche del mes de Septiembre de 1844 murió de improviso, quizás de
afección cardíaca, el muy respetado cacique Painé, en su toldo de Leuvucó. Su hijo mayor, el
cacique Calvaiñ, le hizo un entierro espectacular que voy a relatar, según la información que
he recogido.
“Inmediatamanete después de morir el cacique Painé, su hijo primogénito Calvainé
(sic) sucedió a su chau (padre). En el parlamento que convocó, ordenó disponer el cadáver
como era costumbre: que vistiesen al difunto en su lecho con todas sus prendas. Mandó a la
vez chasques a todos los caciques. Se dirigió particularmente al cacique Pichuiñ,
encareciéndole todo el sentimiento posible. Y le pidió fuerza armada para hacer una junta
general de todas las mujeres de sus departamentos para hacer una ejemplar limpieza de
brujas, quienes se habían ensañado con el cacique de más nombradía. Pichuiñ mostró su pesar
hasta donde pudo y condescendió con la requisición de mandar gente armada de lanza y bola.
Mientras tanto en el teatro del suceso todo era un labirinto, un frenesí, una locura feroz.....
“A las mujeres traídas les formaron un cerco todos los hombres de a caballo y con
lanzas...Vino Calvaiñ y determinó que todo hombre que en aquella reunión de mujeres tuviese
dos, dejaría matar a una, y el que tuviese tres, dejaría matar a dos y él que tuviese una, la
perdería....Era una necesidad de dar un golpe a las brujas, y era un deber cumplir con la ley
del caso....
“En medio de este caos se presentó Calvaiñ con su escolta; ordenó con voz clara que
de estación en estación (del camino fúnebre de unas ocho cuadras) se fueran entresacando de
la multitud ocho mujeres y las fueran matando, y así hasta llegar a la loma, donde había dos
algarrobos y donde se había mandado cavar la sepultura.

Según el informe de Martín Quenón y Ramón Bargas, fechado en Río Cuarto el 5 de


Octubre de 1844 fueron sacrificadas 71 chinas.
-Quintuillang, la mayor de las cuatro mujeres de Painé no fue incluída entre las
“brujas”,sino fue reservada a acompañar a su marido en la tumba. La mencionada nómina de
las sacrificadas encabezan Rupaymán y Aincal, las dos mujeres de Painé. Del cacique
Nagüelcheo figura Chicón; del capitanejo Payún, Lemey; de Cayuill, Mosmá; de Cayulef ,
Quegni , su madre y su tía; Pellol, china del toldo del Capitanejo Lincó; Busilcagüé, mujer del
caciquillo Calbuqué; Inaical del toldo del capitanejo Eguera; Ñeimil de Calbuín; la mujer de
Llanqueleo, hijo del finado cacique Llevil; la mujer de Quintunao, cuñado de Payne; dos
chinas del toldo de Coliqueo; dos chinas del toldo del capitanejo Paynecal; etc.[poseo
fotocopia]
El entierro del cac. Painé fue algo extraordinario y extraño.
Pedro Rosas y Belgrano transmitió a Juan Manuel de Rosas esta noticia. Decía
además en una carta del 22 de Julio de 1847 “Han llegado a Azul el hermano de Galván, hijo
del finado cacique Painé. Piden 500 yeguas, porque han venido al entierro caciques de
Mendoza y de Chile (R.Capdevilla: Rosas y Belgrano, 1873 p. 76) En otra nota decía que
desde Chile habían venido los caciques Mariguán, Quilapí y Ancapé de Lonquimay y con
Calfucurá a Salins Grandes, los chilenos de Colicó: Lemunao y Chicagual con más de 800
indios. Se comprende que Rosas consintiera que racionaran a los venidos con más de 2000
yeguas (ib. p.81)

Painé dejó una gran descendencia.


Sus hijos eran ya caciques:
1. Calvaín, el mayor que le iba a suceder.
2. Cheuquenao.
3. Panguitruz, que conocemos como Mariano Rosas, inmediato sucesor de Calvaín en
1857
4. Huenchugner, quien murió en oportunidad de una invasión a la provincia de San
Luis.
5. Epugner, quien asumiría el cargo de cacique general de los ranqueles en 1877.
6. Chantuipán.
7. Quinchan, capitanejo.
De sus hijas conocemos a:
1. Güenei Gner que se casó con el cacique Huenchul.
2. Chautuigán, llamada Carmen que falleció en 1890. Una hija estaba casada con el
capitanejo Quechulán y otra, con el cacique Meliqueo o Maliqueo.
Y de las mujeres, nombramos ya a Quintuillang, a Rupaymán y Aincal. Zeballos
nombra otra que habría sido cautiva de Río IV: Francisca Adaro.

Para señalar el poderío del cacique gobernador de Leuvucó agrego una lista de
caciques que le obedecían, distinta de las que presentan Zeballos. (ob. cit., p. 272) y R.
Pastor, (ob. cit., p. 93):

Pichún y los de la sierra: Licán


Ilan Ignecabal Millaqueo
Guayquignerr Cumiú Huenchil
Pancho Currupay Rinqué
Güichal Giaquenor Payllá
Antemán Maliqueó Curiqueo
Leví (Hno. del últ.) Carrepay Guayquil
Güeté Nagüelpán (primo hno.) Cainecal
Peñipil Güiechal(hno. de Llanque) Marileo
Mailí (Maulín) Querón Coliqueo
Güiché (Unaiché) Millaqueo, cap. Rancamul
Huayquilaf, cap. Quichusdeo
José Coche (hno. de Calvaín) Carrayné (Carriangué)
Pichi Painé Achahuentrú, cap. Linconao
(hijo de Llanquetruz) Anca nao Llanquelén
Mariano Rosas Millanao Pichuin Guala
(hijo de Painé) Carrinamón Querón
Ramón Platero Cristo Blanco
Baigorrita Naupai Canué
Llanquetruz (hijo) Antegner Epusdeo
Epugner(h) Nagüel Chico Curunao
Raiman Lafín Curupay
Pincén Coronel Luanhue
Caniupán Peñaiquil Huilligner
Melideo Quentreú Mangué
Relmo Jacinto Guinal
Manghin Tuquinao Caripilún
Chuhuailau Tropa Villarreal
Chaiunao Tapayú Pulcay
Llancaqueo Cayomota Huenchenao
Tupalao Epuequé Ichenquevil
Tripailao Yanque Lamelil
Millalef Antelelú Quiñulef. etc.
Quintunao
Peñaloza

PAINÉ (Painer o Painegnerr), capitanejo pampa ranquel. 1788 Manuel Pinazo lo


encontró durante su expedición a Salinas Grandes. Éste, bien puede ser antecesor del que
arriba mencionamos tan in extenso. En 1826 aparece Painer (es Paine gnerr) en la lista de los
caciques presentes en el parlamento de paz en Epecuén. Figura como Nº 2, lo que señala su
importancia (AGN X. 27-7-6: 25.4.26) El parte de la batalla de las Acolllaradas del 16 de
marzo de 1833 dice que un cacique Painé había muerto, entre otros.
PAINÉ, 1878, caciquillo ranquel, llamado “viejo y célebre” en el parte que dio cuenta
de su captura durante la persecución de la Conquista del Desierto. No podemos señalar más
actuaciones de éste. En uno de los raides de 1878- 1879 “para la limpieza de la Pampa”, la
División de Guaminí al mando del Cnel. M. Freyre salió al encuentro de los ranqueles que,
atacados por la División del Cnel. Racedo huían hacia el Sur. El capitanejo Painé huía con los
indios de Baigorrita (en 1872 figuraba entre sus capitanejos, cuando éste hizo el tratado de
paz) El Mayor J. Álvarez lo apresó, el 15 de febero de 1879 y junto con él cayeron en prisión
31 indios, 82 de familias, dice la comunicación que registró M. Olascoaga (ob. Cit. vol. I p.
103 y 118); pero otro parte que se conserva en el Archivo del Estado Mayor (que hoy tiene
otra designación) se dice que apresó 103 indios y 82 de la chusma y que habían muerto tres
capitanejos: Puchutio, Lincopán y Chiucol y 45 indios de lanza (AEM 17.2.79) El total de
prisioneros de esa expedición ascendió a 140 indios y 420 de la Chusma (Olascoaga I. p.
141). El 23 de abril de ese mismo año, el periodista Remigio Lupo vió al caciquillo Painé
entre los prisioneros en Guaminí y junto con él al capitanejo Huincá. “No ocultaban la pena
de verse privados de su libertad (R. Lupo: Conquista del Desierto; campaña de 1879, ed
Bs.As. 1938 p. 54)
PAINÉ, 1870 otro capitanejo ranquel de Baigorrita (Figura en la lista del P. Donati)
También tuvieron que huir en 1879 ante la persecución de las tropas expedicionarias. Fue
alcanzado el 19 de Mayo de 1879 por la División IVª del Cnel. Uriburu. Lo atacaron en tierra
cordillerana, sobre el Río Agrio, y el Mayor Ilesca lo redujo a prisión y con él 7 indios de
lanza y 54 de chusma (Olascoaga II. P. 117). Al día siguiente, dos de los prisioneros lograron
escapar y también Painé – parece-, ha intentado huir, pues el parte dice que recibió unos
hachazos y ha quedado gravemente herido (Olascoaga III p.53) También era pariente de
Baigorrita. Había establecido sus toldos en Yua Yuá (Olascoaga ib. p. 240 y 53). De él dio
noticias también el R.P. Pío Bentevoglio, capellán de la tercera división al mando del Cnel. E.
Racedo (Arch Río IVº doc. 1023: 20.5.79) escribiendo: “El capitanejo Painé fue tomado por
el Cnel. Moreno. Ha intentado fugarse. Recibió dos hachazos. El pobre está muriéndose”.
Más triste es la última noticia que Olascoaga en su colección de partes nos ha conservado
( Vol II p. 139) El 1º de julio de 1879 despacharon al cac. Painé, su mujer e hijos y 10
enfermos de viruela al cac. Purrán”. Y en otra carta se anunció este siniestro propósito: “…
que así largaría enfermos de viruela para que se contajiaran..” Fue dura la ley de la Guerra;
pero no justificaba tales procedimientos..
Durante la Campaña del Sur, el Cnel Ruibal encontró, en noviembre de 1882, la
toldería ranquelina del cacique Painé que se había refugiado en la zona Oeste del Neuquén,
cerca de la frontera con Chile. El parte decía que era el que había huído en 1879. Le atacaron
sopresivamnte, de manera que no atinó ofrecer resistencia alguna y optó por aceptar la
intimación del Coronel. De pronto alguien hizo dos disparos desde un toldo sobre Ruibal,
pero no lograron herirlo. Pero por la misma razón los expedicionarios abrieron fuego. De los
30 indios presentes, siete fueron muertos, los restantes se entregaron. Entre los prisioneros
estaba una hermana del cacique Mariano Rosas, la madre y la familia del capitanejo
Llancamil y la familia de Marillán y una hermana del cacique Epugner Rosas. Una de las
cuatro cautivas que iba con ellos había sido mujer del cacique Mariano. (J.Raone, El pampa
Ferreira, baqueano y lenguaraz (Ed. Bibl. Suboficil 1981 vol 151 II p, 199)
PAINÉ, Alberto, 1951 , cac.ranquel (parece) que residía entonces en la reserva
chilena de Trapa Trapa, cerca de la frontera argentina. Con el permiso de la gendarmería
nacional pudo entrar en terriotorio argentino para comerciar sus tejidos y yuyos. Decía que
era descendiente de la familia cacical de Leuvucó (Carta del Ingeniero Arquitecto Rafael
Cayol de Las Lajas, quien había conocido al cacique).
AINÉ PAINÉ: Cantante y actriz contemporánea de origen mapuche ( de Río Negro)
Había nacido y se crió en Ingeniero Huergo, ciudad de la Prov. De Río Negro.
Era una destacada intérprete de la música mapuche y difusora de la rica cultura de su
pueblo. También fue una ardiente defensora de las culturas y derechos indígenas. Llegué a
conocerla en Los Toldos furtivamente.
Falleció el 10 de septiembre de 1987 en la Ciudad del Este en una gira artística en el
Paraguay. Murió a causa de una aguda peritonitis. Sus funerales se hicieron de acuerdo a los
ritos mapuches. Calles e instituciones y bibliotecas llevan su nombre. Por Internet me enteré
que su nombre de pila era Olga Elisa Painé Hay videocasettes sobre su actividad.
Una frase suya quiero subrayar: “Es el principio de ser sabio, sabiedo quien es uno”.

PAINE CAL, 1750, cacique pichi huilliche, dice el P. T. Falkner en su libro ed. 1774
p. 128.
PAINE CHIÑE (creo que era Pañichiñe) Cacique pehuenche. Participó en la Guerra
Pehuenche en el bando de los de Malargüe. El 17 de junio de 1795 estuvo en San Carlos
participando del parlamento de reconciliación y el 6 de julio de 1799 en al parlamento de la
paz definitiva (Arch Mend. Doc. 47)
Durante la ceremonia, el Goberndor de Mendoza había depuesto al cac. gobernador
Millaquín e hizo sucesor al cac. Pichi Colemilla. Además designió como 2º cacique al cac.
Painechiñe (Arch. Mend. doc. 43: 31.5.98) y AGN IX 26-2-6). El mismo asistió a otro
parlamento de reconciliación, esta vez con los ranqueles, el 4 de Julio de 1799 (Arch. Mend.
doc.46) ETIMOL: Chiñe: zorrino; y painé: gris, plateado
PAINE FILÚ, 1820, cac. araucano de la zona de Maquehua. Durante la Guerra a
Muerte actuó con Ancafilú, Ñancufilú, Filumilla (todo el clan de los vilú). Combatieron a los
borogas, sus vecinos realistas. Ancafilú era tío de Painefilú (ver su nota biográfica). Painefilú
aparece en alguna documntación argentina. Estuvo en el gran malón contra Bahía Blanca, el
14 de agosto de 1837 , cuando venían a vengar la muerte del cac. patriota Don Venancio
Coñuepán (ver Raylef) .
PAINEFILÚ, 1980. Así se llama una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén,
cuya reserva fue reconocida por un decreto del Gobierno provincial en 1864. Se conoce las
sucesiones de los caciques Painefilú de este siglo, pero no se conocen las conexiones con los
del siglo pasado. Yo conocí al cac. Lorenzo Painefilú que vivía en Malleco, cerca de Junín de
los Andes, Neuquén. Era un promotor de la comunidad y de la cooperativa indígena, fundada
por los Padres Salesianos. Yo lo escuché mientras dirigía un discurso en araucano a sus
paisanos reunidos con el Obispo Jaime Nevares, oportunidad en que se fundó una cooperativa
de cooperativas indígenas. La humilde figura se elevó en la fuerza de sus palabras cargadas de
tradición. El Padre Bruno, en su obra: Los Salesianos en la Argentina vol II, 1983 p. 312
publicó una foto del cac. Painefilú y su lenguaraz
PAINE FILÚ, Mariano 1895, abuelo de los actuales Painefilú de Malleco (N) con 60
a 70 familias
PAINEFILÚ, Manuel, 1961 tenía 70 años. Estaba casado con Sofía Reñancó, de 60
años y con Gregoria. Su sobrino reconocido lenguaraz, se llamaba Huenuquir. (Cuadernos
Folklóricos, 1961 p. 233 ) Willi Hassler describió una ceremonia religiosa de esta tribu, bajo
el título “Fervor de la tierra”, publicado en el periódico “Neuquenia” IV 1955 Nº 22, con tres
fotografías. Nidia Zaav escribió en 1955 sobre esta fiesta aborigen, vista en el Parque
Nacional Lanín, donde se habían reunido representantes (unos 500) de tres tribus.
El cac. Painefilú contó a la Sra. Bertha Kössler de sus antepasados del Mallecó y
decía que Neculmán había sido su tatarabuelo .
PAINE GUAL, 1863, cac. boroga, hermano del cac. Pedro Guayquil. En Julio de ese
año se dirigió en carta al Presidente Bartolomé Mitre. (Arch. Mitre XXIV p. 125)
No sé cual ha sido la relación con el cac. Ignacio Coliqueo. De todo modo tanto
Painegual como Guayquil se han entroncado con las familias principales de la Tribu de Los
Toldos.
Painegual, Maximiliano (1867- ) se casó en segundas nupcias con María Pilar
Coliqueo (1869-1943) (hija del cac. Ignacio Coliqueo, cac. principal de Los Toldos BA.)
Hijos l. Gervasio Painegual; 2. Justo Painegual 1899- 3.Fortunata Painegual o
Pichigual (1905-1939), cas. con Salvador Coria. 4. Julio Painegual 1901- 1967 soltero 5.
Eusebia Painegual cas. con Victoriano Rinque (8 hijos) (Vive en Flores, Bs.As.)
PANEL (prob. Paine Nahuel) 1826, cac. pampa que figura en la lista de los caciques
presentes en el parlamento de paz en Pecuén: En 1833 fue tomado prisionero con Payllarín y
Lepín.
PAINE LEF, 1890, cac. araucano que acompañó a los geógrafos como baqueano
(Carlos Ameghino).
PAINELEF, Mariano murió en Septiembre de 1931 en Neuquén, casi centenario (La
Verdad, Junín 16.9.31)
PAINE LEF, Pablo, 1970 cac. pehuenche de Piedra Pintada (Prov. Neuquén). Tenía
30 a 40 familias (Hilger, Sister María Inés, en Araucanian child life and its cultural
background of Chile & Argentina) Smithsonian Ed. 1957 p. 351), contiene fotos de sus
visitas.
PAINE MAL (prob. Paine mán), Juan, 1820, cac. patriota chileno de Carriñirre
(Villarrica). Era hijo del cac. Mellillán. Luchó en la Guerra a Muerte con el Capitán Bulnes
junto al cac. Venancio Coñuepán. Antonio Painemal era su hijo más destacado (T. Guevara,
1910 p. 96 y 303) En 1908 este cacique fue llamado cuñado de Ramón Lienán.
PAINE MANQUE o Paynemán, 1776, cac. pehuenche de la Pampa, que fue censdo
por Diego de las Casas en Quilquil, a dos leguas de Colu lauquén. Tenía 14 indios (4 hijos
incluídos) en su escolta. Tenía 4 `pozos cercados tras un médano. (De Angelis IV p. 584)
Luis de la Cruz lo menciona también en 1806 en su diario del viaje por la Pampa..
PAINE MANQUE, 1776, pehunche de la Pampa, con 30 indios a orillas del
Chadileufú, según el censo de De las Casas (De Angelis)
PAINE MÁN, 1788, cac. ranquel. El 19 de marzo de ese año,la tropa expedicionaria
del Capitán Francisco Esquivel Aldao se estaba retiranddo con gran botín, cuando se le
presentó el cac. Pablo Lepnopán, prometiendo entregarles las cabezas de los más rebeldes, la
de Llanquetruz y la de Paynemán, si dejaran en libertad a los prisioneros. Esto fue un
episodoio de la Guerra Pehuenche (Diario de Esquivel Aldao en: Rev. Junta Est. Hist. de
Mendoza VII 1938)
PAINE MANQUE, 1612, cac. araucano de Elicura (Chile); estuvo en el parlamento
de Paicaví en 1612
PAINE MÁN, 1854, capitanejo ranquel del cac. José María Llanquetruz, quien
entonces hizo un tratado de paz en Bahía Blanca.
PAINÉ MAIÑ, cac, ranquel, 1848 durante una invasión a Coro Corto con Baigorria
fue herido por un tigre y fue curado en el toldo del cac. Antonio Pegüi por sus tres mujeres.
PAINE MILLA, 1837, capitanejo boroga. En una lista del cac. Collinao del 3 de
agosto de 1837 en Azul, figura como oficial suyo. También hallamos su nombre en la larga
lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca por orden de Rosas el 7 de enero de 1851.
Estaba entonces entre los oficiales de Calfucurá. 1859, éste pidió por o para el capitanejo
Painemill un vestuario al Gral. J.J. de Urquiza, Ha sido absorbido por la tribu de Calfucurá y
pienso, no voluntariamente.
PAINE MILLA, José María, 1903, cac. del Neuquén. Su tribu fue reconocida como
una de las 23 agrupaciones indígnas y su reserva se le ha reconocido por decreto del
Gobierno de la Provincia en 1964. Según decían, vivían ya en 1885 allí, después de la
rendición general de los indios neuquinos (Congreso Nacional de Historia: Conquista del
Desierto ,1980, vol III p. 633). En esa reserva viven actualmente las familias de Painemil,
Quinchao, Puel, Cheuquel y Morales. (creo que son de origen ranquel. Conforme a la ley
1532 del 16 de octubre de 1884, el Gobernador del Territorio Nacional debía procurar su
colonización, pero no hubo presupuesto para ello. (Ib. Gladys A. Varela de Fernández: El
acceso a la Tierra Pública de las tribus indigenas del Neuquén) . Máximo Painemil vivía en
Cerros Coloados.
El 7 de febrero de 1903, el cac. José María Painemilla escribió al Ministro de
Agricultura que él era vecino del Territorio Nacional del Neuquén; vivía en el paraje Tratayén
sud. Que durante la Conquita del Desierto se había sometido espontáneamente. Que entonces
había sido capitanejo del cac. Villamay, a quien había sucedido el cac. Nicolás García.
Muerto éste, recayó en él el cacicazgo. Que con su tribu había sido deportado a Mendoza.
Que el 1º de diciembre de 1885 se le había extendido el documento de licencia. Que ha
servido tres años y medio en la División de Río Negro y en la primera Brigada del Neuquén.
Que según la ley debían concederle una porción de tierra a cada tribu y familia. Que tenía 97
familias, que algunas estaban aún dispersas, que quería reagrupar. (Expediente Nº 5638). Es
un documento interesante que trasluce los sufrimientos de una tribu.
PAINEMILLA,1881, cac. de Ranquenhué (Chile). Ese año, el gobieno chileno, ante
la sublevación de tantos caciques, hizo un tratado de paz con él y 15 caciques más y en
consecuencia recibían pensiones del estado. Efectivamente Painemal quedó fiel durante el
levantamiento de Villarrica. Habrá previsto la inutilidad de prolongar la lucha contra las
armas modernas. De esta tribu, proviene el famoso cac. Pasual Coña, informante del Padre
Guillermo Moesbach para su libro :”Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la
segunda mitad del siglo IXº (1930 p. 247 y 280 y N. Noggler: 400 años de Misión en la
Araucanía p.51).
PAINEMILLA, Andrés, 1888, cac. araucano chileno-argentino. Su padre había sido
chileno Su tio Pascual Painemilla gobernba (por orden del gobierno chileno, decía) a unos
9700 indios araucanos. Desde 1888 vivía en Huechueun (Manzanal) con el cacique
Tremhuentrú Curruhuincá. Y desde Junín de Los Andes, escribió el 9 de abril de 1917 una
carta al misionero salesiano que se conserva en el archivo salesiano de Bahía Blanca (AC 3C)
en la que contaba algo de su vida y que ahora vivía en el paraje llamado Jacinto Arauz. Que
había sido cristianado ya en Chile y que su reducción estaba progresando.
PAYNÉN (Painé), 1833, cac. pampa que en 1833 fue perseguido por los
expedicionarios de Rosas. Fue atacado por sorpresa en la isla Choele Choel, el 3 de julio de
ese año. En el choque murieron los caciques Millao y Pichiloncoy y 53 indios. Paynen fue
apresado con 6 indios y 60 indias. El Gral. Pacheco en su parte decía a Rosas que Paynén era
una pieza valiosa, porque había estado al tanto de todos los planes y movimientos de los
indios. Rosas le contestó que el cacique prisionero había llegado, pero que no trajeron
muchos prisioneros. J.B. Garretón anotó entonces en su diario para el día 21 de septiembre:
Llegó el Comandante Zellarrayán conduciendo prisionero al cacique Paynén y lo presentó al
Sr. General del que que habló el día 2. Rosas en su diario había anotado ya el 16 de Julio:
“Tolderías vencidas de los caciques Lupo, Loncurá, Maulí, Catruén, Payné, Millán, Tumiñó,
Picú, Turipá y Pitriloncó. (AGN S.X 27-5-3) “Paynén, caudillo de unos 40 años, conserva
gran crédito entre los indios enemigos por su valor y porque era de los primeros en las
incursiones a las provincias. Contaba que en una acción por el Salto (en 1820), el cabllo que
montaba fue baleado por un cañón y el ginete herido en los pies; perdió la mitad de uno.
Hablaba castellano..” (Juan A.00 Garretón: Escritos y Diario de la marcha de 1833
Bs.As.1946 I. 193 y 205) Era pues fácil tomarle declaraciones. Después lo dejaron
incomunicado. Parece que Rosas le perdonó la vida y lo incorporó en la tribu de Catriel. Con
éste y el cacique Nicasio repelió el 1º de octubre de 1835 el malón de los salineros ,chilenos y
ranqueles que atacaron el Fuerte de Tapalquén (R. Capdevilla: Tapalquén en la historia, T.
1965 I. p.85)
PAINEMAL CUYO NOMBRE COMPLETO ERA: QUECHAN CHOIQUE
IQUELME PAINEMAL, que mostraba que era de la nobleza de ambas razas. Era cacique
araucano de los “abajines” de Villarrica. Estaba en 1819 en Chol Chol, comprometido con los
borogas realistas. Era el padre del cac. Melillán Painemal. A la vez era abuelo de la
importante descendencia de Melillán Painemal: de los caciques Antonio Painemal, Ramón
Painemal, de Necul Painemall, de Calfuill, de Curriqueo, de Bulnes Painemal y Martín Salas.
(Ver sus notas biográficas)
PAINEMAL, Antonio, hijo del cac. Melillán Painemal, nieto de Quechan Choique
Iquelme Painemal, cac. “abajino”. Gobernó durante 50 años en la zona de Choll Choll
(Carrerriñe). Antonio Paimemal era amigo del Gobierno de la Patria. Aconsejó que Gregorio
Urrutia fundara el pueblo Chol Chol a este lado del Río. Entonces Urrutia mandó a hacer el
Fuerte en la misma casa de Millapang (hermano de Venancio Coñuepán). Éste se refugió con
otros caciques en el Fuerte de Temuco para no verse expuesto a los malones de los “rebeldes”
(realistas). En el capítulo XXIV de Guevara – Manquelef :Histroria de familias del siglo XIX,
se lee que Antonio Paynemal era natural de Carürïungui
PAINE ÑANCÚ, 1574 – 1584, cac. mestizo, cuyo nombre verdadero era Alonso
Díaz. Se puso al servicio de los Araucanos y tomó el nombre Paineñamcú. Por su arrojo y
valor llegó a ser nombrado Toqui en 1574 para 9 años. Indignado por ver la esclavitud de los
indios que él mismo había experimentado, provocó una sublevación general de los araucanos
en 1584 Fue vencido por los españoles y tomado preso y después de haber confesado, fue
ejecutado empalado.
El cac. Cayancura asumió entonces su cargo, acompañado por los caciques
Ñancunahuel y Huenuhuala. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1972 p. 228)
PAINE ÑANCU,1850, cac. ranquel, hijo del cac.Painé. Se llamaba a veces Ñancu
Güete o simplemente Güete.
PAINÉ ÑÁN o Paynán, 1833, cac. ranquel que estuvo en contacto con Rosas (AGN
X 27-5-7: 20, 9. 33). Posiblemente era hermano de la esposa del cac. Cayupán, tío de M.I.
Unepeo.
PAINEO, cac. chileno que invadió en julio de 1880 la Provincia de Buenos Aires
“Está con lanzas nuevas (de Chile) Está en Luan Lauquen o Laguna del Carancho (AGN doc.
Victorica, leg.3, Junín 1980, 23. 11.)
PAINEO, 1877, capitanejo ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas. Vivió la tragedia de
los ranqueles perseguidos, en la última fase de la Conquista de la Pampa. Huyó y pudo
salvarse. 1881, volviendo a la Pampa con otros hermanos y parientes, intentaron robar a la
guarnición de Puán. Se escapó y luego se refugió en Chile para volver más tarde al Neuquén.
PAINEO,, 1970, (actualmente) es una de las 23 agrupaciones indígeneas cuya reserva
fue reconocida por ley del Gobierno de la Provincia en 1964, decreto 1039 / 72)
PAYNE PÁN, 1774, cac. pampa de la agrupación de Nagüelpán (AGN IX. 1-4-1 :
Salto 1.4.74)
PAYNÉ PÁN, 1937, cac. ranquel. Ese año visitó a sus toldos el Dr. José Imbelloni.
Luego publicó un artículo en la Revista de Geografía Americana VII Nº 43 p. 227 – 237, bajo
el título: Las dos aspiraciones del cac. Painepán, con varias fotografías. El cacique tenía 70
años.
PAINE QUEO, 1751, cac. araucano que el P. Bernardo Haevstadt visitó el 5 de
diciembre de ese año en Putaco (Vuta Có). El llama al cacique Painequeupú. 1758 el Obispo
de Concepción Fray Pedro Angel Espiñeiro lo visitó, según leemos en su diario (ed. Por Jorge
Pintos:Misioneros, Temuco 1988.P. 260 ) El cacique pidió misionero para su gente.
ETIMOLOG: Queo: ser y Painé color de muchas gamas
PAINE QUEO, 1776, cac. pampa que fue censado en Checaleo, La
Pampa por Diego de las Casas (De Angelis) El encontró al cacique con 17
indios y 7 toldos, al lado 8 pozos cavados; señal que habría más gente.
PAINE QUEO,1833, cac. pampa ranquel; algunos lo señalan como
chileno. En marzo de ese año fue sorprendido por la expedición de la División
de F. Aldao. Llegando a la zona del Salado, tuvo noticias de que Llanquetruz y
Painequeo se hallaban al sur de la isla en el Paso de Trascaltué. Entonces hizo
avanzar la tropa del Cnel. Velasco. El 31 de marzo hallaron a Painequeo con
pocos indios. Lo apresaron como también 18 indias con niños. Otros se le
escaparon. El cacique, al ser interrogado, decía que tenía 70 años. Les dio
buena información geográfica. Poco después hallaron también a los caciques
Barbón, Picún y Levián.. El 10 de abil, el cac. Painequeo fue muerto en su
propia toldería, por orden del Cnel. Velasco. (Su diario publicó la Rev. Junt.
Estud. Hist. De Mendoza V. p. 115) y Newton: Félix Aldao p. 114)
PAINEQUEO, 1845, capitanejo pampa; revestía en la lista de oficiales
del cac. amigo Quentriel (AGN X. 42-5-7 Carpeta Indios). Si Calfucurá avisó al
Gobernador Rosas en 1848, que Painequeo había salido a robar a las serranías
de Tapalquén, creo que se refería a este capitanejo (Rev. del Arch. de Azul p.
189)
PAINEQUEO o Payneken, 1843, cac. huilliche. “Cacique poderoso del
Sur de Río Negro y al Este de la Cordillera que contaba con unos 1500 indios”,-
decía entonces el marinerto inglés G.H. Gardiner (En su diario de la exploración
de la Patagonia Autral, y en: E. Fitte: Los primeros misioneros protestantes en la
región magallánica, en Bol. Acad. Nac. Hist. Tom. 35 ,1964)
1877 visitó al cac. Painequeo y su tribu el misionero lazarista Pablo E.
Savino en Rincón Grande del Rio Colorado. De allí enviaron una carta al
Arzobispo de Buenos Airs. (L.Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros en
favor de los Indios Bs.As. 1945 y M.Hux en varios artículos sobre este
misionero que actuó dos años en Los Toldos de Coliqueo.
PAINEQUEO ( o Painco), 1882, cac. huilliche o ranquel, que, después
de la limpieza de la Pampa, venía a pedir ubicación como indio amigo cerca de
las primeras poblaciones pampeanas, junto a Llancamill; pero fueron atacados
en la batalla de Cochicó, el 19 de agosto de 1882 (Ver Llancamill)

PAINEQUEO, Juan
PAINEQUEO, Juan. Cacique boroga entre los ranqueles. Nacido en
1826, murió en 1900 en Junín (Prov. Bs. As.). Había nacido en Chile. Era hijo
del cacique Lecaniqueo, llamado también Painequeo y de Rosa. En 1893 dijo
que no recordaba su apellido, cuando el sacerdote hizo las anotaciones para su
casamiento cristiano con María Inaical, nacida en 1863 de Chomelef, llamado
Inaical, y de Ailen (Lib. de Matrimonios Nº 12 de Nueve de Julio. 1893. Nº156).
En los libros bautismales figuran otras dos esposas. María Unaiché y María
Chanán. Así tuvo tres Marías.
La primera etapa de vida de este cacique no lo puedo documentar, pero
debe haber acompañado al cacique Ignacio Coliqueo en su migración, y era su
pariente. En 1861, estuvo en la proximidad de Junín, donde vivía un resto de la
tribu de Llanquelén que había sido casi destruida en 1838. Al venir Coliqueo y
su tribu a establecerse en la frontera Oeste de Buenos Aires, Coliqueo,
Raninqueo y su gente permanecieron un año (1861) a orillas de la laguna Mar
Chiquita. Al salir de allí para establecerse definitivamente en la Laguna de la
Tapera de Díaz del (entonces) Partido de 9 de Julio (hoy Los Toldos, Partido de
General Viamonte), la tribu de Coliqueo incorporó, no sin resistencia o por
fuerza, a los capitanejos Pedro Llanquelén, Tomás Rosas, Juan Painequeo,
Cheuquellán, F.Luna, Romero y José Victorio López con sus familias.
Estuvieron también las familias de Unaiché, Trayal, Meneses, Clauán y
Balmaceda. (M. Hux: Coliqueo. ed. 1980 p.63 y La Composición de la Tribu de
Coliqueo, trabajo genealógico manuscrito y un manuscrito que complementa el
libro de Máximo Castro: La tribu de Coliqueo en 1869. B.A. 1909: "Gente de
varias tribus que no pertenecieron a la de Coliqueo, que han sido incluídos por
el Dr. M. Castro". Se incluyeron allí especialmente los incorporados en Junín,
pero no al capitanejo Juan Painequeo. Esto y la posterior actitud de Painequeo
me hacen pensar que él pertenecía antes a la tribu de Ignacio Coliqueo y que se
habría separado de ella por su casamiento con María Ünaiché, cuando no por
otras circunstancias. Poco después de haberse incorporado en Los Toldos, figura
entre los capitanejos de la Tribu, que gozaban de sueldo y racionamiento, debido
al tratado de paz celebrado con el gobierno de Buenos Aires, en vísperas de la
batalla de Pavón. Pero me llama la atención que Juan Painequeo y José
Victoriano López Nahuel tuviesen sus toldos algo distante de la población
compacta que configuraba entonces la tribu (M. Hux. íb.p.66 carta catastral). En
1869 tuvo a su cargo 41 personas: 18 indios de lanza. 10 mujeres y 13 niños.
Mostró ser valiente en todos los momentos de la lucha a favor de la tribu
y en la defensa de la frontera. En 1868 es recomendado por su actuación en el
"Combate de Las Toscas" (M. Hux, ib.p.96). En 1873 detuvo a los Guardias
Nacionales que llevaban la orden de invadir la tribu de Los Toldos (Hux,
ib.169). Por eso el coronel Hilario Lagos ordenó remitirlo a la Comandancia
como preso, lo que no se hizo (Carta Nº 22 del Archivo del Museo del Indio.
Los Toldos)
En 1875, ya no vivía en Los Toldos, se había trasladado con un grupo a
Junín. El Padre Pablo E. Savino, misionero de la tribu de Coliqueo, les hacía
visitas para extender hasta ellos su misión y bautizó algunos de sus indios. No
obstante su alejamiento, reclamaba la posesión de las chacras en Los Toldos y
figuraba como actuante en ésta tribu, cuando estuvo a cargo de Simón Coliqueo.
Cuando en 1876 una parte de la tribu se sublevó y acompañó a Justo Coliqueo al
malón contra su propia población, produciéndose la batalla de la Tapera de Díaz,
(10.Oct. 1876), Painequeo estaba entre los defensores en la fortificación que
habían hecho. Con él también sus subalternos, entre ellos el capitajeno
Bartolomé Ulluán, a los que Simón Coliqueo en su parte oficial recomendó
(Hux, ib. p. 236). Poco después se realizó un censo en la tribu. Juan Painequeo
figura en él.
En noviembre de 1877 se sublevó Painequeo, -dice Antonino Coliqueo, el
hermano del cacique Simón Coliqueo, en su autobiografía manuscrita. Se
trasladó nuevamente a Junín. quizás influído por la política del poderoso
caudillo Ataliva Roca. En 1881 había obtenido un decreto administrativo del
gobernador Dardo Rocha, ”que le daba la mitad de las seis leguas del campo" en
Los Toldos (Antonino Coliqueo y doc. 920. Arch. Histórico de la Provincia de
Bs. As.. La Plata).
Su nueva tribu en Junín se constituyó con unos 8 o 10 capitanejos, 40
indios de lanza y 250 de la chusma. El año 1879 había iniciado un pleito contra
el cacique Coliqueo por el que pretendió que se le diese la tercera parte de las
seis leguas de campo en Los Toldos, no la mitad, como decía el documento
posterior de Antonino Coliqueo. Nos preguntamos por qué pudo pretender esto.
El 27 de febrero de 1879 presentó sus quejas por las diferencias, diciendo que
Coliqueo era un indio feroz que quería quedarse con las seis leguas solo, que las
vendería a unos cristianos que los quieren explotar por una bota de caña. (El
documento consultado en el Archivo de la Plata. C. 13 A. Nº 4-27,. dice:
"Nicasio B.Carbonell reclama a nombre del capitanejo Juan Painequeo...)
Otro reclamo similar se halla en el Archivo del Museo Roca, en Buenos
Aires. Painequeo o sus apoderados similares se dirigieron también al Arzobispo
Aneiros "porque hasta la fecha no hemos conseguido los terrenos que el
Gobierno nos ha ofrecido para formar nuestras viviendas y dedicarnos al
trabajo..." (L. Copello: Gestiones del Arzobispo en favor de los indios, p- 222.
fecha 2-6-81). Efectivamente el Dr. Dardo Rocha accedió a resolver el pleito.
Seguimos el texto del manuscrito de Antonino Coliqueo, publicado por su nieto,
Dr. med. Haroldo Coliqueo en su breve libro: Raíces Mapuches. 1985: "En el
1881 volvió aquí con un decreto administrativo del Dr. Dardo Rocha que se le
diera la mitad de las seis leguas. Con Simón, fuimos a Buenos Aires y nos
presentamos al Gobernador de la Provincia, patrocinados por el Dr. Benjamín
Candrot. El Gobernador se declaró incompetente, recurriendo a la Corte
Suprema, cuyo resultado fue la sentencia del 21 de abril de 1883, al que se dio
cumplimiento el 15 junio de 1885.
"Esta cuestión ha costado sacrificios, tiempo y dinero, para evitar la
pérdida de tres leguas del campo. Ha sido una lucha de cuatro anos".
El fallo de la Corte Suprema (Serie II Tomo 6 p.388) decía que debía
reponerse a Coliqueo y su tribu en el pleno goce de la posesión de la totalidad
del campo que le fuera concedido por leyes de 1866 y 1868.
En junio de 1885, Simón Coliqueo libró un poder para Antonino Coliqueo
en el juicio sobre disolución de condominio que les había promovido Dn. Juan
Painequeo: y confirió el asunto y un poder al Dr. Gallegos "contra Painequeo y
Dionisio Rosas".
Los "juninenses" movieron un nuevo proceso, desde marzo de 1885 ante
el juzgado de Mercedes: Juan Painequeo por sí y los suyos, con los viejos
capitanejos B.Ulluán, Pablo Huenchual y Dionisio Rosas. Libraron también un
poder para el Dr. Francisco Oliver: Federico Peinequeo, Fermín Peinequeo,
Natalia Peinequeo, Catalina Peinequeo, Mercedes Peinequeo, Bartolo Juan,
Estanislao Acuña, Ignacio Blanco, Vicente Llanquelén, Dionisio Rosas, Pablo
Rosas, etc. (Arch. Tribunales de Mercedes, hoy en Junín)
Como se ve, no figuraba ya el cacique Juan Painequeo. sino sus hijos o
yernos. Había muerto el 22 de marzo de 1900 en Junín y Simón Coliqueo
murió el 22 de septiembre de 1902 en Los Toldos. El 5 de octubre de 1904. los
demandantes juninenses retiraron su reclamo ante el juzgado del distrito, sin
éxito. Pero en 1906 se agregó un nuevo escrito corriente a fojas 211 de los Autos
de Painequeo; Dn Juan y otros contra Coliqueo, Dn. Simón, sobre cesión en
condominio) Pero luego hubo paz.
El entroncamiento con la tribu de Coliqueo se ve en mi trabajo
genealógico:
1.Lecaniqueo (alias) Peinequeo cac.boroga chileno cas. c. Josefa
Naitugual
2. capitnejo Juan Painequeo (1826-1900) cas.con María Inaical m. 1885
3. hijos Federico Peinequeo n. 1851 cas, con María Unaiche
Juana Peinequeo (1854 – 1885) bautizada en Junín
4. Nahuel Painequeo (1848 – 1898) cas. c. Toribia Ulluoa
5. hijos: Natalia – Fermín – Mercedes – Catalina n. 1866 c. c. Damián
Blanco
6. Manuel nac. 1871 – María – Asunción Peregrina todos Painequeo

PAYNE TÚ o Painetruz, 1788, cac. pampa que conoció Pinazo en su


expedición a Salinas Grandes (De Angelis 1838 T.V. p. 71)
PAINEQUÍN, 1780, cac. huilliche, amigo del cac. Chulilaquín ( León :
52)
PAINI HUELI, 1612, cac. araucano que asistió al parlmento de Paicaví
(Chile) ese año.
PAIRAL CO, 1833, cac. pampa. Fue atacado por el Gral. Pacheco
durante la Expedición al Desierto.
PAISA NÁN, 1864, cac. salinero de Calfucurá. 1878 fue tomado
prisionero junto con una comisión ranquel (AEM : 28. 10. 78)
PALIONTIGAC o Chinque, cac puelche del siglo XVI (Cabrera:
Aborígenes del País del Cuyo p. 341)
PALFULÉN, 1870, capitanejo ranquel, según L.V. Mansilla ed. 1890 p.
574
PALA NAMÚN, más correcto Don Martín de las Cuevas y Palán,
Toqui araucano de Tolten (Chile). El Padre Gabriel de la Guarda, catedrático y
abad de Las Condes, en Santiago de Chile, le dedicó un trabajo especial “
Caciques Gobernadores de Tolten en Genealogía (rev), Santiago de Chile Nº 19,
1966. Fue mestizo de gallarda presencia y dotes excepcionales; apodado “El
Bajo”. Según el Padre Olivares, era uno de los pocos caciques araucanos que no
eran polígamos. (Gay: Historia 1847 III p. 362). En su nombre llevaba los dos
apellidos, uno de la nobleza araucana y otro de la nobleza española. Nació en
Tolten. Fue Cacique Gobernador. Maestro de Campo el 6 de nov. de 1631,
Capitán Ret. Benemérito del Reino, 1696. Fundador de la Misión en Tolten Bajo
(1683). Falleció en 1707. Fue enterrado en la Iglaesia de la Purísima
Concepción de Tolten.
Sucesor fue Juan de las Cuevas, Cac.Gobernador, muerto en 1723.
Sucesor Diego de las Cuevas Huenchuyecú, cac. Gobernador, m. 1730
Sucesor Manuel de las Cuevas y Palán, Cac. Gobernador m. 1770
Sucesor D. Antonio de las Cuevas Palán Callumanque, Cacique
Gobernador, desde 1770.
Sucesor D. Francisco de las Cuevas Quilacán, Cac. Gobernador, 1772
Sucesor D. Bartolomé de las Cuevas, Cac. Gobernador, muerto en 1793
Sucesor D.N. de las Cuevas Callumanque, cac. Gobernador desde 1797.
El estudio trae otros ejemplos y con muchos testimonios históricos.
PALQUEIN, 1854, cac. salinero de la obediencia de Calfucurá.
PALQUIL, Lorenzo, 1846, cac. boroga “indio amigo” que acompañó al
Comandante Eugenio del Busto en la fundación de Bragado y en la expedición a
Toay (La Pampa), entre abril y junio de 1846. Según el parte del Comandante,
han muerto unos 60 indios; entre ellos al cac. Cañupí, porque no quiso rendirse.
Palquil, a su vez, perdió cinco indios (Hux: Diario de la Expedición, transcrito y
presentado en el Centenario de Toay en la Pampa. Hice fotocopias para el
Archivo de Santa Rosa, La Pampa y el Museo del Indio en Los Tolodos)
PALLALLAN, 1777, cac. pehuenche que se presentó en un parlamento
(ver Queupul)
PAMPA., Don Francisco, 1694, cac. puntano de la Ciudad de San Luis
(Arch. Mend.)
PAMANO, cac. comechingón de Pacamas Halo, Panaholva, Córdoba;
encomendado de Luna (Montes 70)
PAN, Joaquín, 1820, cac. pampa, llamado también Joaquín. 1820 estuvo
comprometido con el guerrillero chileno J.M. Carrera. En su lista de sus adictos,
Carrera lo señaló como “del otro lado de Cura Malal y súbdito del cac.
Chulilaquín. Cuando en 1822, el Cnel Pedro A. García convocó a los caciques a
un parlamennto de paz al pie de la Sierra de Tandil, Joaquín fue uno de los
caciques disidentes y uno de los principales (Diario De Angelis II 1910 p. 137).
1826 se presentó en otro parlamento sobre el Río Pecuén. En la lista de los
presentes figura como Nº 30 (AGN X 27-7-6: 25.4.26) Crivelli cree que era
chileno (1996 p. 197)
Al fin del mismo año, el Cnel Federico Rauch lo enganchó entre los
pampas de Calfiao y de Catriel, llevándolo a las sangrientas expediciones a las
Sierras de Tandil y hacia las Salinas Grandes (AGN X. 14-6-1): Informe general
del 10 de enero de 1827) ETIMOL: Pan es abreviatura de pangui:
puma
PAN, 1871, capitanejo ranquel. El Cnel. Charras lo nombra entre los
participantes de una comisión ranquel de un malón, junto con Güillicol y Martín
(Arch. Juzgado de Junín, libro que pertenecía al Archivo Municipal, donde lo
pude consultar. Luego fue secuestrado.)
PANANCIO, 1781, es llamado cac. auca. Quizás se llamaba Venancio
(Entraigas: Fuerte del Río Negro, 1960, p. 172) Aparece junto con Catemilla,
Talei, Cayumán y Toro. (Zizur p. 178)
PANONA, 1573, cac. huarpe de Chuluza; encomendado de Juan Coria
Bohorques (Rusconi IV)
PANCHO, Bulnes, 1908, cac. araucano de Chihaihue, cerca de Collipulli
(T. Guevara: Ültimas Familias, ANUCH, 1912)
PANCHO FRANCISCO,, 1881, capitanejo puelche. Ese año un
telegrama de Carhué decía: Fiebre violenta acometió al valeroso e inteligente
indio Pancho Francisco, cuyas fatigas fueron mayores que las nuestras y dos
días después…expiraba en su toldo triste. Era uno de los famosos baqueanos
araucanos de Tierra Adentro, el que guiara a Levalle”. Y el Dr. Zeballos añadió,
al citar ese documento: “El indio generoso que me alimentó y me condujo en los
desiertos con lealtad de un amigo y la sagacidad de un piloto..” (Zeballos:
Calfucurá, la Dinastía de las Piedras, ed Hachette p. 398)
PANCHO, 1838, cac. ranquel de la lista de Painé (Arch. San Luis, carp.
Indios, 27.5.1838). Será el mismo que participó en 1839 en el Asalto de
Tapalquén (AGN X 27-7-6). Durante la Expedición de la Conquista del
Desierto, la tercera División al mando de Alzogaray lo tomó prisionero junto
con el capitanejo Arno. (R. Pastor: Guerra con el Indio..p.507)
PANGUI CAL o Pangacal, 1783, cac. auca contrario a Chulilaquín, dice
B. Villarino en su diario (De Angelis V. 1910 p. 580) No sé si tiene que ver algo
con Painecal que menciona T. Falkner.
PANGUI LEF, 1830, cac. boroga que había vencido ese año a Jn.
Calfucurá en Malal Cahue (J. Páez: La Conquista del Desierto; Historia popular
Nº 10, 1970) Etimol: Puma ligero
PANGUILEF, Manuel, araucano de Collemallín. Nacido 1887 en la
Reducción Niguen. Era nieto del cac. Domingo Calfunao de Mugquen
(Valdivia). Fue abogado y sacerdote evangélico. 1916 fundó la Sociedad
Mapuche de Protección Mutua y una sociedad teatral araucana con 40
integrantes. 1921 convocó a los mapuches a un congreso y en 1924, a otro en
“el caserío del cacique Andrés E. Cayuqueo en Huinquil” Fue uno de los más
distinguidos profesionales de su raza. (Diccionario Hisatórico Biográfico de
Chile 1800- 1926, p. 67)
PANGUI NAHUEL,1752, cac. huilliche que vivía a orillas del Río
Barbarco, aflenete del Río Neuquén, donde lo visitó el Padre Bernardo
Havestadt, el 28 de febrero de ese año (Diario y Chilidungú II p. 930) “Tigre
Bravo”
PANG o Buchay PANG, 1797, cac. pehuenche del grupo de los amigos
de Malalhué (Mendoza) El 8 de diciembre de ese año participó de un malón a
Barbarco contra el cacique gobernador que lo había desplazado en la Guerra
Pehuenche. Expedicionó también a Queucó contra el cac. Guentenao y a
Antuco, contra el cac. Calfuqueo (Arch. Mend. Carp. 30 doc. 37) “Vuta
Pangui: el viejo
PANGUI NAMÚN, Andrés, 1751, cac. araucano cerca del Río Malleco,
donde lo visitó el Padre Haevstadt el 18 de eptiembre de ese año. 1805 pidió en
Osorno una misión franciscana en su tribu .(Lagos: Colegio de Chillán )
PANGUI NAO, José, 1840, cac. pehuenche de Tupungato. Tenía
entonces 90 años de edad. (Rusconi IV p. 275)
PANGUI NAO, 1870, cac. puntano que estaba bajo obediencia de
Calfucurá.
PANGUI ÑANCU, 1852, cac. de la pampa que tenía a sus órdenes de
Calfucurá unos 300 indios de pelea y 900 de familias (Allende,A.: La Frontera y
la campaña, 1852 – 1853, La Plata, 1961 p. 65)

PANGUI TUR,1854, capitanejo ranquel de la lista de Llanquetruz (h) y


1872 figura en la lista de Mariano Rosas. (Arch. Córd. Sec. Gobº T. 239, p. 92 y
Lista del Padre Donati Nº 31)
PANGUI NÁN ( Pangui Ñancú) 1826, cac. boroga, que asistió al
parlamento de Epecuén (AGN X: 7-7-6: 25.4.26)
PANSILACO, 1612, cac. araucano de Purén (Chil). Estuvo en el
parlamento de Paicaví, en dic. de 1612
PANTA, Don Francisco, 1695, cac. cuyano; encomendado de Gerónimo
Quiroga. Su hijo se llamaba Florán (Arch. Mend.)
PANTALÉN, 1596, cac. cuyano de los valles de Jaurúa y Uco
(Mendoza); encomendado de Gabriel de Cepeda.
PANTALÉN, 1875, cpitanejo salinero, firmó el proyectyo de tratado de
paz, Arch. AEM doc. 1232)
PANTE CUE o Pantequero, 1714, cac. puelche entre peheunches “de
Tierra Adentro”. Su hijo se llamaba Cheuyu o Chiqueyo. Maloneaba en el sur de
Mendoza . En 1752 se habló del difunto Pantucuero (ver Ceyu) (Arch. Mend.)
PAÑE RINGÚ, 1879, cac. ranquel. Ese año fue muerto en la persecución
o Guerra de la Conquista del Desierto por las fuerzas del Mayor Torres, en la
costa del Chicaleo. Murieron en esa oportunidad 14 indios más y apresaron 8
lanceros y 76 de chusma (Olacoaga I. 1930, p. 268)
PAÑI CHIÑE, 1796, cac. ranquel que vivía entre los pehuenches del
Diamante Era hijo del cac. Roco. El hermano se llamaba Antepán. Ellos
participaron de la Guerra Peheunche. El primer documnto que lo nombra es de
1787 (Arch Mend. Carp. 123, doc.3) Allí figura como Pangui Chingue. 1797
estuvo entre los caciques que se habían reunido en San Carlos en un parlamento
de paz. En 1800 murió su padre; pero sus hijos creyeron, inducidos por algún
veredicto de Machi –que esa muerte se debía atribuir al cac. pampa Bartolomé
Güelecal y por eso avanzaron contra él para maloquear sus toldos. Le
dispersaron toda su caballada y hacienda. Había peligro de que eso degenerase
en un nuevo inicio de la guerra. Por esta razón partió el Capitán de Indios
Amigos, el Tnte. Francisco Barros, Comandante interino del Fuerte de San
Carlos, junto con el leal cacique Carilef a los toldos de Antecal, Pañichiñe y
Güelecal, y consiguieron, no sin regalos, la reconciliación de los caciques
nombrados. (AGN Sec. Gobº, Guerra y Maria, 1801, leg. 31 Sala IX 26-3-7)
La fidelidad de Pañichiñe se renovó en cada visita que hiciera a Mendoza,
en 1801, 1802 y 1807, ante las autoridades de la Provincia. Durante la Guerra de
la Independencia y la llamada Guerra a Muerte, se mantuvieron neutrales. Por
eso sabemos que visitó al Presidente de Santiago de Chile. (T.Guevara, 1910, p.
124) El 20 de diciembre de 1820, el cura aborigen de San Rafael, Fray
Francisco Inalicán informó al Gobernador que el cac. Pañichiñe había muerto,
la vez que le aconsejaba enviar al Capitán de Amigos para dar a los deudos la
expresión de la condolencia. (A. Simón: Fray Francisco Inalicán, 1944 p. 115)
“Yo también mandé palabras de consuelo, porque es costumbre entre ellos
consolar unos a otros por medio de un enviado”, decía. ETIMOL:
Chingue: zorrino
PAÑERÍN GUR, 1879, cac. ranquel. Durante la gran persecución de la
Guerra de la Conquist del Desierto, huyendo, fue atacado por el Mayor
Saturnino Torres en plena noche. Les mataron 14, según el parte y 8 indios de
lanza y 76 de chusma fueron llevados prisioneros (Olascoaga IV p. 223)
PAPÓN,1880, cac. tehuelche que actuaba en Río Gallegos. Según el
investigador Federico Escalada (su libro: Complejo tehuelche, Bs.As. 1949 p.
310) Papón era el más imporetate de la agrupación tehuelche. Sobrealía a los
caciques Gunelto, Antonio, Vera, Ucamaní, Orkeke, Ojo de Pulga, Patricio,
Racaguiste y Calacha. Todos tenían contacto con la Comandancia de Carmen de
Patagones.
PAQUE, 1841, cac. ranquel al que cita J.M. de Rosas en una carta al Gral
F.Aldao (Rev. Junt. Est. Hist. Mendoza V. p. 253)
PAQUI, 1774, cac. pehuenche chileno que fue interrogado por noticias
sobre la Ciudad de los Césares.
PAQUI LLÁN, 1850, capitanejo huilliche de Calfucurá (fide A. Yunque:
Calfucurá p. 200)
PARANQUI AN, 1567, cac. puelche que residía sobre el Río Diamante;
encomendado de Diego de Velasco. (J.T. Medina, 1901, Documentos )
PARAYAMP, Don Juan, 1693, cac. cuyano; encomendado de Andrés
Toro. (Arch. Mend.)
PARCIATRÚ o Patrianú, 1879, cac. ranquel, hijo del cac Epugner. Su
historia se identifica con la de su padre, hasta su entrega o su prisión. Parciatrú
escapó ante la persecución hacia el Neuquén, donde fue alcanzado por la tropa
del Cnel. N. Uriburu.
PARI NAN, 1826, capitanejo que conocemos por la lista de los presentes
en el parlamento de paz en Epecuén, el 25 de abril de 1826 (AGN. X. 27-7-6)
PATRIA,1880, cac. tehuelche de Santa Cruz. (ver Papón)
PASAMBAY, Pablo, 1722, cac. huarpe de la Reducción de Tunuyán (al
otro lado de la Cordillera) Era el sucesor del cac. F. Caquiz. Después de su
muerte, ocurrida en 1729, su hija Pasambay, María, heredó el cacicazgo. (Strube
Erdmann: Técnica Etimológica 1943)
PASCUAL, 1670, cac. principal en el Sur de Mendoza; encmendado de
Dña. María Mesa (Arch. Mend. Carp. 29: 11.12.70), Lehmann Nitsche (1930 p.
289) dice que era hermano de Cucaltián. En 1714 maloneó, pero perseguido,
cayó en prisión. Era enemigo de los huilliches.
PASCUAL, 1690, cac. de 20 años; encomendado de Mariana de Vera y
Aragón (Arch. Mend. Carp. 29, doc.5 )
PASCUAL, cac. de 55 años, casado con Agustina. Sus hijos se llamaban:
Diego de 12 años, Pascual de 6 y tres hijas. (Arch. Mend. Carp. 29 doc. 5)
Vivía sobre las lagunas, en Eleucón de Manuel Pizarro. Otro documento (Nº 6)
lo da como encomendado de Catalina Roco.
DON PASCUAL,1690, cac. de la Reducción Pampa de Río IVº. Tenía 20
años (Arch. Gral. Ind 189 vta. Charcas 109)
PASCUAL, 1773, cac. huilliche “al otro lado del Río Bueno” en Chile.
Su hijo se llamaba Necultripay. Informó sobre la Ciudad de los Césres (Rev
Junt. Est. Hist. Mendoza XI. P. 96)
PASCUAL, 1854, cac. huilliche. El 1º de diciembre de ese año fue
agredido cerca de Bahía Blanca. Incendiaron su rancho. El recelaba de
Calfucurá. A la tarde un oficial de la Guardia Nacional de Bahía Blanca lo hirió
mortalmente. El Comandante suspendió entonces el viaje en el que el cacique le
iba a acompañar (AGN VII. Biedma 10-4-14) Su mujer estuvo con el
Comadante del Fuerte Argentino (Bah. Blanca), a quien aseguraba la amistad de
sus indios, tribu que estaba sobre el Río Sauce. En 1855 sus indios reforzaron la
tropa de Calfucurá y de Coliqueo que fueron a proteger a los indios de Catriel
contra el ataque del Gral. Bartolomé Mitre en Sierra Chica y Azul.
PASCUAL, 1866, capitanejo del cac. Chingoleo, cerca de Carmen de
Patagones. El documento 879 del Arch. del Estado Mayor del Ejército dice que
él era hermano del cac. Sayhueque
PASCUAL ver Pascual Cayupulqui, hermano de Lorenzo Cayupilqui
Luisa Pascual o Acevedo (1853 – 1935) era la esposa del cac. Simón
Coliqueo de Los Toldos Bs.As.) era puntana, hija de Rosario Acevedo y Leiguel
Pascual. Con ella tuvo 6 hijos y con la viuda de su hermano Justo Andrea López
Platero otras dos hijas. Ver Simón Coliqueo o Hux: Coliqueo, el Indio Amigo
de Los Toldos . Su genealogía fue elaborada por el P. Meinrado Hux. En la tribu
de Los Toldos había otros Pascual. Por ejemplo Zeferina Pascual nac. 1863, hija
de Pascual (chileno) y Andrea Raninqueo. Pascual, Mariana cas. con M.
Linares; Pacual, Damiana.
PASTOR, Manuel, 1854, capitanejo, por ser hijo del cac. Jn. Calfucurá.
Aceptó el nombre del Gobernador Pastor Obligado. 1856 estuvo en Buenos
Aires estudiando en el Colegio de Larguía. Tenía entonces 19 años. El mismo
año su maestro visitó a Salinas Grandes, con el propósito de liberar algunos
cauticos y preparar un trt<ado de paz. Pero Calfucurá, entonces, retuvo a su hijo
Pastor; porque entre tanto el cacique se había comprometido con el Gobierno de
la Confederación Argentina, El muchacho lloraba y pedía permiso para volver a
Buenos Aires. El cac. Calfucurá decía en una carta, dirigida al Cnel. Pío Iturra
de Bahía Blanca, que le mandaba saludos Manuel Pastor Calfucurá (sic) y todos
sus hijos. Aquí se ve que Pastor no era apellido, sino su nombre (2º) Los
Gobernantes de Buenos Aires, separados de la Confederación, hacían en esos
años grandes esfuerzos, inclusive económicos, para ganarse la colaboración del
“cacique fuerte” de Salinas Grandes. Justo José de Urquiza no hizo menos para
unirlo a la guerra contra el Estado de Buenos Aires “rebelde”.. Entonces
Buenos Aires usó las armas para someter a Calfucurá, en la batalla de Pigüé y la
invasión grande a Salinas Grandes. En septiembre de 1858, relativamente poco
después de la batalla de Pigüé, Calfucurá escribió al Cnel. Manuel Baigorria:
“..mandé a Manuel Pastor a Urquiza (AGN S.VII T. 152: 4.9.58). Y un año más
tarde escribió al mismo amigo Baigorria, que pensaba mandar a su hijo Manuel
Pastor al Sr. Presidente (Urquiza), a fin de que estuviera tres o cuatro años a su
lado (AGN. S.VII 14-2-3 p. 248: 4.9.57) El 22 de abril de 1861 (ib.. t. 224)
Calfucurá se dirigió al mismo Presidente, diciéndole “He sido muy diablo (en
mi juventud), por eso le mandé a mis hijos Pastor, que está a su lado y a
Namuncurá, para que se hagan experiencias ; se hagan hombres.”
En 1875 Manuel Pastor firmó como todos los caciques y capitanejos el
proyecto del tratado de paz en el día del fallecimiento de su padre. (AEM doc.
1232. Luego carecemos de datos para seguir la historia del joven, que deberá ser
la de su tribu salinera y de Namuncurá, su gran hermano.
PATLI NAVIRA, 1593, cac. comechingón de Hocog, Valle Concarán,
Córdoba; encomendado de Moxica (Montes p. 78)
PATRACUÁ o Patraguá, 1827, cac. pampa que vivía al pie de las Sierras
de la Ventana, cuando el Cnel. Fed. Rauch hacía su segunda expedición
eliminatoria. Atacó, pues, su toldería con dos divisiones. Los indios huyeron a
la montaña y se defendieron echando piedras sobre sus agresores y luego
luchando cuerpo a cuerpo; pero llevaron la de perder, a pesar de que protestaron
de haber sido amigos de los cristianos. Sus tolderías fueron arrasadas. No
sabemos cuántos han sido muertos. (Parte de Rauch, 10. 1. 1827 y Gaceta
23.1.27)
PATRICIO, 1865, cac. tehuelche del Sur de Chubut. Se soemtieron con
Chagallo, el 15 de Julio de 1865 (AEM. doc. 826)
PAULO, 1870, capitanejo ranquel que mencionó L. V. Mansilla en su
libro (ed. 1890 p. 574)
PAUNO NAVAN, 1573, cac. comechingón de Cositonos Hene,
Riquehene, Córdoba; encomendado de Jaymes (Montes p. 67) .
PAYÁN, 1825, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en
Laguna de Guanaco, el 20 de diciembre de ese año.
PAYAUCHI o Payami, siglo XVI, sucesor de su padre, el cacique
Bartolomé Baimisa. Los españoles los situaron “hacia la ciénaga de Jaguey”,
sobre el camino a Mendoza (Cabrera. Aborígenes del Cuyo p. 301)
PAYECTIQUE, Don Juan, 1658, cac. puelche de Yucunta en el Valle del
Diamante (Mendoza) (Cabrera: Aborígenes en el País del Cuyo p.350)
PAYEN LUAN, 1850, cac. pampa que vivía unos 20 Km de Trastalhué, La
Pampa. Fue amigo del cac. Meliqueo. Falleció muy viejo. Su hijo se llamaba José Payenluán.
PAYEINAN, cac. ranquel, 1878, a raiz de la persecución por los expedicionatrios de
la Conquista del Desierto tuvo que huir de sus tierras. Llegó a establecerse en Caipoche, en
Neuquén. En la noche del día 4 al 5 de Mayo de 1879, el Mayor S. Torres con su tropa de la
cuarta División, atacó su nueva toldería a poca distancia de la confluencia del Río Cure
Leuvú y del Neuquén. En el asalto murieron el cacique y 14 indios de lanza (NB. Los
números de los caídos entonces eran más simbólicos que reales) y según el parte, tomaron
prisioneros 12 c onas y 72 de la chusma. Les quitaron una buena punta de ganado y cantidad
de granos recolectados. (Olascvoaga 1930 I. 258 y II 159 y R. Ocampo: Historia del
Regimiento 7º p. 127)
PAYLLA = Paillá o Paila significa: de espaldas, boca arriba, dado vuelta
PAYLLÁ, 1833, capitanejo ranquel, el hijo de Llanquetruz IIº. Murió en la batalla de
las Acollaradas, el 16 de martzo de 1833, según dice M. Baigorria en sus Memorias (ed.1938
p.512)
PAYLLÁN, Adolfo (o Paillán o Ruiz) capitanejo boroga .Pertenecía a la
tribu de Ignacio Coliqueo y era pariente de éste y buen baqueano. No era de
todo estable en esta comunidad. Me consta que era conocedor de las tierras
ranquelinas. Aparece entre los que se salvaron en el asalto de Masallé y figura
en el censo de 1836 en 25 de Mayo en el toldo Nº 7 como hijo de Paillaén,
nacido en 1832 y hermano de Valerio y Carlota. Más tarde vivía cerca de la tribu
de Coliqueo y con ella vino a radicarse en Los Toldos (Prov. de Bs.Aires) En
1863 recibió una delicada tarea de sondear los caminos, mientras se trasladaba
la Comandancia de Bragado a Nueve de Julio. Cuando en 1868 el cac.
Raninqueo formó su propia tribu para establecerse en La Verde (Part. de 25 de
Mayo), fue incorporado en el elenco de los capitanejos de éste. Pero sufrió en
1872 el gran malón de Calfucurá que disolvió o cautivó toda la tribu. Parece que
más tarde, como también el cac. Andrés Raninqueo recibieron el indulto y
parece que Adolfo Paillán pudo volver a la tribu de Coliqueo. Ignoro el año del
deceso del capitanejo Adolfo Pailán
Adolfo Payllá estaba casado con Lorenza Lavalle de 25 de Mayo (1850 –
1908) Carlota,su hermana, (1862-1944) cas. con F. Cayún, figura a veces como
Ruiz, otras veces como Paillán
Valerio Ruiz o Paillán (sic) casada con Anita Ponce, hija de M.Ponce y
Antonio Coliqueo. Una hija firma Antonia Ruiz de Coliqueo. Otro parentesco va
por la línea de Ambrosio Lincoqueo.
Andrea Paillán estaba cas. c. Pascual Nic. Huechuqueo
PAYLLÁ, 1834, cac boroga. Ha estado con Payllarén (AGN X. 27-5-5:
21.1.34). En diciembre del mismo año entregó, como otros caciques, un cautivo
a Rosas para mostrar su lealtad con el gobernador.
PAYLABAN (prob. Payla Naban), 1800 cac. pampa, hermano de
Guayquilem.. 1799 pasó por Monte para ir a Buenos Aires (AGN IX. 1-4-6) En
1803 volvió con Paylaguán (Prob. su hermno). Vinieron con caballos que habían
robado los pegüenches. (ib. 1-4-3: 14.4.03)
PAYLLA CÁN, 1865, cac. araucano que actuó en el Sur de Carmen de
Patagones. Jorge Claraz, explorador del Norte de la Patagonia, dice en su Diario
del Viaje al Chubut (ed. Marymar, Bs. As. 1988), que Payllacán era araucano,
aunque otros modernos lo hacían tehuelche. Dicen que tenía una escritura del
campo. Ha hecho un tratado de paz, el 17 de Junio de 1863, junto con el cac.
Benito Chingoleo (Arch. Mitre XXIV p. 100). Como representante suyo mandó
al capitanejo Miguel Linares a ver al General Bartolomé Mitre (ib. p.47) Ya en
1860 había ofrecido sus servicios al Comandante de C. de Patagones y junto con
Güincagual, Chagallo y Sinchel recibió raciones para seis meses (ib. XXII p.
84 : 24.8.60)
1863 lo visitó el explorador Guillermo Cox (quien escribió el libro: Viaje
en las regiones septenrionales de la Patagonia: 1862/63; reeditado en 1999 por
El Elefante Blanco, B. A.). Paillacán lo recibió mal, dice, pero luego lo dejó ir a
Valdivia. Entonces Cox conoció a su familia. Su mujer se llamaba Pascuala y un
hijo, Quintunahuel y otro Foyel. Esto decía G. Musters, quien lo conoció
también seis años más tarde entre los manzaneros. También Inacayal era su
pariente, y con su gente de Huincabal formaba practicamente una sola tribu.
(Arch Mitre XXIV p. 107)
En invierno de 1863 se encontró con los caciques Reuquecurá,
Quilahueque (de Chile), con picunches y tehuelches en lo de Calfucurá; “no era
para hacer mal, sino a visitarnos”.
De nuevo, en 1867 estuvo en Salinas Grandes con 500 indios para
comerciar productos de sus telares. Para ese viaje había pedido permiso y pase
(Arch. de M. Paz, La Plata VI. p. 337)
Una última noticia, a lo menos creo que se refiere al mismo, -la anota
Juan Monteverde en sus Memorias sobre Catriel, publicadas en el periódico de
Azul “El Imparcial” 1908 Nº 4, donde se lee que en 1872 dos caciques grandes
llegaron a celebrar la paz: Payllacán de Valdivia, hombre alto y grueso, que
vestía uniforme de Comandante y botas de potro. Tenía una cicatriz en una
carilla. El otro era Cañumil…Rivas los trató duramente, porque tenían
cautivos”.
ETIMOL: Can: cántaro y payllá: puesto al revés
PAILA CAR, 1570, cac. araucano. Ese año derrotó al general español
Miguel de Avendaño y Velasco en Purén, en campo abierto y sin convocar a sus
aliados. (Campos Menchaca: Buta Nahuel, 1974 p.62) ETIM: Carca: vasija
grande
PAYLLA CURÁ, 1806, cac. pehuenche. Era hermano del cac. Calfuqueu
de Antuco. Desde allí acompañó al explorador Luis de la Cruz en su viaje por
La Pampa (De Angelis I. p. 126). Uno de sus hijos se llamaba Trecalán.
PAYLLACURÁ, Juan, 1879, cac. huilliche. Mientras los expedicionarios
de la Conquista del Desierto avanzaban en “su limpieza” palmo a palmo,
Payllacurá acompañó a los caciques Namncurá y Reuquecurá en su retirada,
pues eran sus parientes. El era su sobrino. En novimbre de 1882 se presentó en
su nombre al Gral Villegas en su campamento de Ñorquin para expresarle la
renovada decisión de esos caciques de hacer las paces y pidiendo la libertad de
su propio hijo que habían retenido como rehén, cuando poco antes había venido
con idéntica misión. No le dieron ninguna satisfacción, sino lo apresaron y las
tropas al mando de J. Daza y M. Ruibal salieron a expedicionar una vez más
contra los reticentes caciques Reuquecurá y Namuncurá. En esta acción
apresaron más de 700 indios, entre ellos la propia familia de Payllacurá, sus
hijos José y Benito y unos 200 indios de su obediencia. Los apresados fueron
llevados al campo de concentración de Rodeo del Medio (Mendoza) (Informe
del Gral. Ortega, 10 de enero de 1883). No cabe duda que Payllacurá pertenecía
a la Dinastía de los Curá.
PAYLLA CHEO, 1864, capitanejo huilliche, del cac. Naupichún. El 3 de
octubre figura en el documento del tratado de paz que Naupichún y Quiñiforo
hicieron con el Comandante de Carmen de Patagones. (AEM doc.775)
PAYLLA GUALÁ, 1770, cac. pampa que hizo el tratado de paz con el
Comandante Manuel Pinazzo. Lo acompañó con muchos otros caciques y 300
indios a la expedición contra los tehuelches del Sur de la Provincia de Buenos
Aires (Diario de J.A. Hernández en De Angelis 1838 V)
“PEILEGUAN” apareció en abril de 1781 con seis caciques en la Sala
Capitular de Mendoza. Debe ser el ya mencionado.
PAYLLA GUÁN, 1800, cac. huilliche (pampa) vino a visitar al Virrey junto con
los caciques Negro, Quentepid, Luna, Guayquilao Y Catimilla (AGN. Sec.
Contad. Leg. 1 XIII S.IX 23-3-5) . 1803 pasó nuevamente por la Guardia del
Monte con su señora y 14 indios en viaje a Buenos Aires (Sánchez Zinny: La
Guardia del Monte p. 129) En diciembre de 1806, después de la invasaión de los
ingleses, se presentó en Buenos Aires el cac. Epumer. Decía que ofrecía la
ayuda también de los pampas (sic) de Chulilaquín, Payllaguán y Catemilla
contra los agresores (W. Zerda: Los indios y las invasiones ingleses 1934)
ETIMOL: “Avestruz de espaldas”
PAYLLA HUEQUE, 1864, cac. araucano de Perquenco o Dumo (Chile).
En 1864 atravesó la Cordillera con el cac. Quillapán para invadir en la pampa
(AEM Junio de 1964) ETIMOL. :Hueque: llama de espaldas
PAYLLA GÜIN o Payllagüen, 1803, cac pehuenche que pasó ese año por
la Guardia del Monte (Sánchez Zinny, E.: Guardia del Monte 1939, p.129. Otra
noticia de 1816 decía que Lienán y Paillagüín se hallaban “en fermentación,
porque habían querido quitarles hacienda “robada”. Para apaciguarlos, el
Gobernador mandó aguardiente. Luego vino el cac. Carripilún a Córdoba para
ratificar el tratado de paz con el Gobernador J.J. Díaz (Héctor Lobos: La
Frontera Sur de Córdoba 1978 p. 65). Payllagüín estuvo también en el
parlamento de paz que se realizó el 20 de diciembre de 1825 sobre la laguna del
Guanaco (AGN X 27-7-6) ETIMOL: Huin: enderezar y Paillá: al
que está de espaldas
PAYLLA IN, 1810, cac. pampa ranquel, al que conoció el Cnel Pedro A.
García en su Expedición a Salinas Grandes ese año. En 1830 apareció una vez
más en un documento de San Luis como Pailain (doc. 4000).
PAYLLA ÍN, 1864, capitanejo huilliche, perteneciente al cac. Quiñiforo.
Se le nombra en el documnto del tratado de paz de éste, el 3 de oct. de 1864
(AEM doc.775)
PAYLLA LAO,, 1775, cac. pehuenche del Río Bueno (Chile). De
Angelis I. 375) ETIMOL: Lago manso
PAILLALADO, 1820, cac. pehuenche que intervino en la Guerra a
Muerte en el bando patriota y parece que ha intervenido también el la Guerra
Pehuenche a fines del siglo XVIII. (T. Guevara 1910 p. 303).
1834, el Cnel. Manuel Bulnes, empeñado como J.M. de Rosas en destruir
a los pincheirinos del lado oriental en Neuquén, comunicó a Rosas desde
Chillán, que el cac. Pichún había robado al cac. Payllado, cac. principal de esa
indiada. (AGN X. 24-9-1). Otro documento, conservado en la colección de
Biedma (AGN S.VII. 10-4-14) y que es de la misma fecha, da exactamente el
sentido contrario. Que Manuel Bulnes con 500 pehuenches del Neuquén
ofrecían sus servicios, cuyo cac. principal era el cac. Paillalado. Y éste avisaba
que había atacado y apresado al cac. Pichún ¿Cuál de los dos relatos es auténtico
y no fraguado? No nos da ninguna aclaración esta última noticia del mes de
septimbre de 1837, que dice, que Paillalao ha sido ejecutado en Mendoza,
donde se lo había retenido como rehén. Hubo un malón en su venganza. (R.
Pastor: La guera con el indio en la jurisdicción de San Luis 1942 p. 420)
PAYLLAYÁN, cac. pehuenche. 1845 era el instigador del atentado contra
Guzmané. (S. Avendaño: Memorias del Excautivo ) ver Guzmané.
PAYLLA LECO, 1612, cac. araucano de la Provincia de Purén (Chile).
Estuvo en el parlamento de Paicaví, en diciembre de ese año.
PAYLLA LEF, 1820, cac. araucano de Lumaco. Luchó junto con los
patriotas Colipí y Venancio Coñuepán. (T.Guevara 1910 p. 134)
PAYLLA LEF,Vicente, 1837, cac. araucano huilliche de Pitrufquen,
hermano del cac. Juan Raylef. Ha sido educado en Santiago. La familia estaba
emparentado con grandes familias (S. Uribe: Relaciones p. 293) 1860 lo visitó
el explorador P. Treutler en su villorio y lo describió simpáticamente (J. Bengoa:
Historia del Pueblo Mapuche 1985 p. 117)
PAYLLA LEF, 1833, cac. huilliche que actuó con el cac. Chocorí en el
Sur del Neuquén y fue perseguido por tropas expedicionarias de J.M. de Rosas.
Éste felicitó a José Alvarado por su acción contra esos caciques (AGN X. 18-4-
8: 26.5.33) Más tarde fue a vivir a orillas del Río Budi, donde su familia tenía
un hermoso predio (J. Pinto Rod. 1988: Misioneros en la Araucanía p. 321)
El mismo cac. Paillalef, creo, selló en 1864 un tratado de paz en Bahía
Blanca con el Cnel. A. Llano. Paillalef y Chagallo mandaron luego comisiones a
Buenos Aires (AEM 23.6 y 1.9. 1864) En 1870, durante una borrachera, se
suicidó un hijo del cac. Cayupán. Este, segurmente por veredicto del adivino, lo
atribuyó al maléfico de Paillalef. Al día siguiente Cayupán y sus guerreros
rodearon la toldería de Paillalef; lo sacaron al campo y lo lancearon. Luego le
sustrajeron a su gente la caballada. Es un típico ejemplo de maloca familiar
(T.Guevara )
PAILLALEF, 1879, cac huilliche de “la Pampa de Coirón”, según Jorge
Raone (Fortines del Desierto, 1863 p. 135) Fue desplazado por la Campaña de
los Andes en 1882 y diez años más tarde los misioneros salesianos lo visitaron
en Rawson (C.Bruno: Los Salesianos en la Argentina 1983 I. p. 434). En Esquel
hubo otro Paillalef, como comprobé en los libros de bautismos de la localidad.
PAILLA LICÁN, 1612, cac. araucano en Purén (Chile). Estuvo presente
en el parlamento de Paicaví.
PAILLA MANCÚ (prob. ñancú) 1591 – 1604. En 1591 sucedió al Toqui
Pailllaeco hasta 1604. 1598, dice un documento, era un cacique araucano joven
e inelligente. En un avance español fue tomado prisionero; pero se escapó.
Dicen que se había enamorado de Sor Constanza, una religiosa que él llamaba
Ragumilla. Se constituyó en jefe de una sublevación general. Los españoles lo
buscaron con afán; pero él no se dejó atrapar. Entonces le mandaron
proposiciones de paz que él rechazó de plano, diciendo, que la tierra debía ser
de los mapuches, sin un huinca, o para los huincas sin un mapuche (Vicuña
Mackenna: Guerra a Muerte p. 188) Fue el artífice de la destrucción de las siete
ciudades españoles en la Araucanía. Pero en 1601 cayó en la trampa, que los
españoles le habían preparado; fue apresado y fusilado. Se despidió antes de
ser muerto con un arrogante discurso. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p.84)
PAILLA MACH, 1651, cac. Toqui puelche de la zona del Lago Nahuel
Huapí. Ese año, los indios de la conocida zona turística, se sublevaron contra los
españoles por la Guerra Lucrativa; porque habían venido a sus tierras y cazaron
300 entre ellos para venderlos como esclavos, no respetando sus compromisos
del tratado de paz de 1541. El R.Padre Diego Rosales, quien nos narra estos
sucesos, tuvo que ir al Nahuel Huapí para pacificar nuevaente a los puelches.
Reunió 40 caciques en el Fuerte Voroa (Boroa) en un parlamento de paz.
PAYLLA MAY (o Polocon), 1593, cac. pehuenche de Coyata o Ujata. El
indio intérprete se llamaba Telenco. Al llegar el fundador de Mendoza, del
Castillo al Cuyo, Payllamay, Icno Ayllalme y Telencó se sometieron a la
autoidad hispana. (Arh. Mend. Y Cabrera: Aborígenes del Pais del Cuyo p.300)
En otro documento del mismo año aparece Pillamay junto con el cac.
Ubciquian.
PAYLLA MÁN, 1810, cac. pehuenche de la pampa. El Cnel. Pedro A.
García lo encontró durante su expedición a Salinas Grandes. En su Diario dice
que Paillamán era perverso. 1819 participó en el parlamento convocado por
Feliciano Chiclana en la toldería de Lienán. 1820 no se adhirió al guerrillero
chileno el Gral J.M. Cabrera.
PAYLLA MÁN, 1820, cac. pehuenche de Huequé; actuó en la Guerra a
Muerte (T. Guevara, 1910 p.134)
PAYLLAMÁN (Payemán), 1873, capitanejo de Salinas Grandes. En el
nombre de Namuncurá desempeñó varias comisiones diplomáticas, señal que
hablaba el castellano. En junio de 1873, él y su hijo se presentaron en Buenos
Aires al Sr. Arzobispo, entregándole las cartas de los caciques salineros en las
que le hablaron del fallecimiento de Jn. Calfucurá.
1875 lo encargaron junto con Traipi y Calfuñir de otra misión ante
las autoridades militares de Bahia Blanca. El Cnel. Levalle los apresó y los tuvo
de rehenes, lo que sucitó en Salinas Grandes una gran animosidad que casi costó
la vida del misionero R.P. Jorge María Salvaire (M.Hux: Una Excursión
Apostólica del P. Jorge María Salvaire a Salinas Grandes, ed. ECA 1979)
PAYLLEMÁN, capitanejo ranquel que, a partir de 1878 sufrió con todos
los ranqueles las consecuencias de la guerra de la Conquista del Desierto.
Huyendo y huyendo ante las persecuciones, cayó finalmente en manos del
Mayor S. Torres, el 5 de Mayo de 1879 sobre el Río Negro. Paillemán y los
suyos se resistieron luchando en esa noche clara. El cacique fue muerto y 14
más. (NB. Es el clásico número de muertos por la tropa de S.Torres) y 60
prisioneros que fueron llevados a Chosmalal (Olascoaga II. P. 162 y IV. 123 y
132)
PAYLLEMÁN, Juan, 1880, cac. huilliche que entonces se hallaba
afincado en la cercanía de San Javier (C.de Patagones). Allí fueron visitados por
Monsr. Espionosa y los misioneros salesianos que vinieron con la columna de
Julio A. Roca. En su diario anotó que “ya eran buenos cristianos”. Allí lo casó
en matrimonio sacramental con la araucana y chilena Rosario Piñú, en la
Guardia Mitre ( M.A. Espinosa: Diario ed. en 1939; el 6 de febrero de 1880).
Otro misionero que lo visitó en 1886, escribió en sus recuerdos que Payllemán
era rico y que su señora era de Valdivia (Boletín Salesiano Nº33 p. 29) 1895,
Payllemán y Linares estuvieron presentes en el histórico Camarujo que
presenció también Monsr. Cagliero, cuando fue depuesto de su cargo el cacique
Sayhueque.
PAILLE MILLA, 1820, cac. pehuenche de Huequen (Chile). En la
Guerra a Muerte se unió a los pehuenches del Cuyo (T. Guevara 1910 p. 124)
PAYLLA MILLA, 1824, cac. araucano, sobrino del cacique gobernador
Dumocán. En abril de 1824 fue mediador para que el cac. Mariluán hiciera la
paz. (Vicuña Mackenna: Guarra a Muerte p. 778)
PAILLAN, cac. ranquel. En 1833, el Gral Angel Pacheco, visitando la
tribu de Santiago Llanquelén en Junín, averiguó sobre el cacique Paillán, quien
había conducido un malón sobre Lovoy de la Prov. de Córdoba. Llanquelén
decía que siempre había sido un salteador y que era su enemigo. Que su padre
había sido esclavizado por ese, pero que se le había escapado y no lo
alcanzaron, sino lo degollarían. Que luego se ha refugiado entre los chilenos,
donde aún debía estar. (AGN X. 27-5-5: 2.2.33). De otros documentos se
desprende que Llanquelén, el viejo, había sido atacado por el cac. Carripilún.
Efectivamente Luis de la Cruz anotó en 1806 en su diario que Payllañancú era
capitanejo del cac. Carripilún y residía en Chicalcó (De Angelis I. p. 210)
En Julio de 1833,los borogas de Guaminí mandaron a buscarlo con
100 hombres, porque como Painé, había solicitado su amparo (AGN S.V
(anteriormnte)35-2-7) Rosas se opuso a esta unión y no se cansó en insistir que
ellos, los borogas, debían perseguir a los ranqueles.
Las expediciones de las tropas rosistas de Bahía Blanca y de 25 de
Mayo, llevados entre 1834 y 1836 contra los ranqueles, fueron fatales también
para Payllán, especialmente la de noviembre de 1835 al mando del Cnel.
Zellarrayán. Ya entrada la columna en tierra ranquelina, fraccionó su tropa en
tres secciones, las tres acompañadas por indios borogas Una debía destruir la
tribu de Painé (en Leuvucó), otra la de Llanquetruz (en Toay) y la tercera la de
Paillañ. Este último objetivo fue confiado al Cnel P. Iturra con 50 soldados
bahienses y 50 indios amigos. El ataque de las otras dos secciones había
fracasado, porque los indios habían huído antes de que los alcanzasen. En
cambio los cien de Iturra, apoyados por el capitanejo Manguil, atacaron, el 21
de noviembre la toldería de Paillañ y apresaron a casi todos los integrantes,
entre ellos a Colipé, Guayquil, Chodán, Migañan, Guillanao, Huanquén,
Güillatruz, Guayquilao y 313 de chusma. Algunos habían podido huir, pero los
agarraron, cuando bajaron a las aguas, acosados de sed. (Parte de Zellarrayán,
del 27 de nov. de 1835; pulicado en La Gaceta del 12. 12. 1835)

PAYLLANT, Joeph, 1782 era cacique pehuenche (chileno) Asistió al


parlamento del 12 de diciembre de 1882 en Santiago con O´Higgins.
PAYLLAN, Ignacio, 1851, capitanejo ranquel del cac. Epumán. En
diciembr de ese año fue obsequiado en Bahía Blanca por orden de Rosas (AGN
X. 20-10-4). En 1866, dice Calfucurá que se han sometido (“arrodillados” )
Luiguiñ, Lincopán y Epumáñ, junto con el capitanejo Payllañ (AEM 7.12.66)
Éte último se hizo cuñado de Namuncurá, casándose con una hermana de él.
1873 y 1875 firmó documentos importantes. Y poco después fue tomado
prisionero por orden del General Rivas y lo retuvo en Azul. El R,P. Jorge M.
Salvaire se interpuso, por ruegos de Namuncurá, para conseguir su libertad. En
Junio de 1874 pudo volver. Se lo agradció al P. Salvaiere por carta de
Namuncurá y le facilitó el acceso a esa tribu de Salinas Grandes. (Hux: Una
Excursión Apostólica a Salinas Grandes ed. ECA.1979) Debe haber sido el
mismo Paillán que, el 10 de Junio de 1875 fue a Buenos Aires, acompañado de
su hijo Mariano y el Capitán Damaso Tapia, llevando el gran borrador del
tratado de paz aprobado en un gran parlamnto (L. Copello: Gestiones del
Arzobispo Aneiros a favor de los Indios, 1939 p. 190) Después sufrió durante el
tiempo bravo del Malón Grande y del Avance de Alsina y luego la Guerra de la
Conquista del Desierto.
Creo encontrarlo documentalmente de nuevo en 1885 en Emerkaike con
tres toldos araucanos, según testimonio del misionero P. Angel Savio, en su
informe sobre la misión salesiana, diciendo: “indios venidos del Norte. Su mujer
Marìa Otero fue bautizada el 24 de abril en Patagones y se casaron en la misma
oportunidad en la iglesia católica de esa localidad”. (C. Bruno: Los Salesianos
en la Argentina Bs.As 1983 I. p. 408) y 410)
Pailla nao, 1874, capitanejo de Namuncurá. Actuó en varias
gestiones diplomáticas. 1874 y 1875 fue portador de cartas y propuestas para el
Cnel. P.Iturra de Bahía Blanca. En el Archivo de los Padres Salesianos de Bahía
Blanca se conservan tres cartas de él. El 10 de noviembre de 1875, Namuncurá
reclamó, porque Payllanañ y Tripailán habían sido retenidos. Efectivamente
estaban entonces en una gran incertidumbre y agitción, en vísperas del Gran
Malón (Hux: Una excursión apostólica del R.P. Salvaire a Salinas Grandes, en
1875.(ed. ECA. 1979 y Jorge L. Rojas Lagarde: El Malón Grande, ed. El Aljibe,
La Plata 1993).
Toda esta acción tenía que ver con Ignacio Paillanao. El Dr. Zeballos en
su libo Viaje al país de los araucanos B.A. 1881 ed. Hachette p. 235 nos dice,
que Pailanao y Chacalla tuvieron su última toldería, antes de la limpieza de la
Pampa por los expedicionarios de la Conquita del Desierto, en Tripahué, Dep.
Utracán.
PAYLLA PÜLLI, 1612, cac. araucano de Catriray (Chile) (Gay:
Documentos 1876 II p. 284)
PAILLA QUIN, 1806, cac. ranquel, hermano del cac. general Carripilún.
Vivía cerca de Calchagüé (La Pampa). Luis de la Cruz, al viajar en 1806 por La
Pampa, no sólo lo visitó, sino plantó su toldo alguna noche en su vecindad y de
allí visitó a otros caciques: a Carripilún, Pilquiñán, Millatur, Huenchullanca y
Maliqueñú. Según él, Payllaquin había nacido en Gualí cerca de Meucó, pero de
joven había ido con su padre a los puelches del Sur. Estuvo en muchos lugares y
conoció a muchos caciques; entre ellos a Tritriguén, Painegüinca, Quinilí,
Güilquichino, etc. Todos muertos ya en 1806. Asistió el 15 de enero de 1815 a
un parlamnto de paz. En 1816 quiso establecerse en Ñañes, 20 leguas al sur de
la Carlota. Pensaba que evitaría robos y propuso instalar un fortín junto al Río
Quinto y que se poblaran todos los pasos del Río Quinto hasta la Laguna La
Amarga (Arch. Hist. Córdoba Sec. Gobº c 48) El Comanante Bengolea mandó
partidas desde La Carlota para reprimir robos, con la orden de matar a los indios
culpables “a la más mínima resistencia”(ib. c.48 carp. 4) En 1817 Carripilún
propuso hacer un tratado de paz.
Durante el año turbulento de 1820, Pailla Quin era cacique segundo del
cacique gobernador Paillatur, ambos comprometidos con el Exdictador chileno
Gral. J.M.Carrera. Pero pronto se cansaron de éste. Paillaquín entró en
relaciones con los caciques adictos al Gobierno de Buenos Aires (N. Quintana).
El 15 de marzo de 1821 vino a su toldo un tal Ulloa para parlamntar y todos los
caciques ranqueles, menos el cac. Pablo (Lepnopán) se apartaron de Carrera.
Paillaquín con 1000 indios salió a pelear a Carrera en su paso por Río IVº y éste
se vio en harto apuro; pero al fin se les escapó. El 30 de marzo se hizo otro
parlamento para considerar la oportunidad para atacar al cac. Pablo Lepnopán.
No hay documento que diga que lo hayan hecho.
1822 un Payllaquín actuó entre los pehuenches de Mendoza. No sé si era
el mismo aquí nombrado. 1825 Payllaquín asistió al parlamento de paz
celebrado en Laguna de Guanaco; incluso protegió la comisión cristiana en su
retirada (AGN X 27-7-6 : 20.12.25)
1828, Paillaquín y Currilipay se consideraban los caciques principales de
los ranqueles. Ellos pidieron en Buenos Aires la libertad de sus indios presos.
(Morales Guiñazú, F.: Aborígenes del Cuyo, 1942 p. 258)
PAYLLAQUIR, 1845, cac. huilliche que actuó en la zona de Carmen de
Patagones. Ese año llegó a Azul por gestiones de paz ante el Gral. Pedro Rosas y
Belgrano. Lo acompañaron Chocón, Antiglefi y el hijo del cac. Chocorí. Allí
fueron obsequiados (Arch. Azul, 1.12.45). Más tarde actuó con José María
Llanquetruz y con su hermano Benito Chincoleo. Con éste presidió el
parlamento del 13 de abril de 1863 (Arch. Mitre XXIV p. 100)
PAYLLAR, 1820, cac. pehuenche que intentó enfrentar a los realistas (T.
Guevara 1910 p. 124).
PAYLLARÉN o Paillarín, 1819, cac. ranquel o huilliche.En noviembre
de ese año, después de la visita de Dn. Feliciano Chiclana a los caciques de la
Pampa, Paillarén con otros caciques, fue a Buenos Aires para devolverle la
visita. En el Cabildo pronunció un discurso, prometiendo fidelidad al Gobieno
de Buenos Aires. “.. y si los maturrangos (españoles) vuelven a mandar el país,
los indios estarán dispuestos a comer pasto para quedar bien con el gobierno de
Buenos Aires, pues somos americanos como ellos” (R.Muñiz: Los indios
pampas 1939 p.83)
1833, durante la expedición al Desierto, fue perseguido. La Vanguardia de
Rosas, al mando del Gral. Pacheco, obtuvo en Mayo su primer triunfo
“sorprendiendo a la tribu de Payllarén, acampada sobre el Arroyo Bagual y Río
Negro. Los hallaron desprevenidos y, aunque intentaron defenderse, todos
fueron muertos, incluso el cacique. (¡Qué barbaridad!). Juan Garretón (en su
libro: Escritos…Diario,ed 1946, I. p. 29) señala para el día 3 de Mayo de 1833
el hecho luctuoso y como actores responsables a Lagos y Sosa. El documento nº
239 del Arch. del Est. Mayor del Ejército dice que el Ñato Sosa los atacó y les
ha muerto 9 indios y al cacique Payllarén. En cambio el parte de Pacheco del 26
de Mayo (AEM doc. 117 y AGN X 27-7-6 p. 501) habla de muchos muertos.
(Descalzi y Chiclana y A. Barros ubican su toldería en la margen Norte del Río
Negro.
PAILLA TRARÚ,, 1564 – 1574, cac. Toqui, después de la muerte de
Antigüenú hasta su muert (en 1574) (Jorge Pavez ob cit. de 2005 p. 45)
PALLANTURREO, 1774, cac. pehuenche chileno quien supo dar
noticias de la legendaria Ciudad de Césares (De Angelis I. 1910 p. 379) , Prob.
Payllán trarú o Pelantaró.
PAYLLA TUR Iº (Paillatruz), 1787, cac. general de los ranqueles del
Neuquén. Unidos a los huilliches, él y Llanquetruz (Iº) dirigían la Guerra
Pehuenche contra los pehuenches de Malalhué. En realidad, Payllatur era el hermano mayor
de éste; pero “por viejo” delegó el mando en el más joven y fogoso. En 1784 les obedecían y
acompañaban los caciques huilliches Hayllolú, Quiliñancú, Buenomilla, Neucucheo,
Antemaín y Carripil y 10 capitanes cristianos chilenos. En 1780 sufrieron un tremendo ataque
por la tropa mendocina de Amigorena, cuando vivían en la Pampa. Por esto fueron a
establecerse en Neuquén y se confederaron con los huilliches. El cac. Creyó se hizo yerno de
Payllatruz.. Amigorena continuaba la guerra infatigablemente. Después de haber efectuado
con tropa mendocina su quinta expedición, Llanquetruz y Payllatruz ofrecieron, el 25 de
Febrero de 1785. una propuesta de un tratado de paz con el gobierno de Chile, claro está. con
la intención de conseguir su apoyo para la guerra, que desde ese momento se transformó en
un problema internacional. En el parlamento de Lonquilmo, el Presidente chileno expresó la
condición de que firmaran también los otros dos caciques gobernadores: el chileno Caullant y
el mendocino Ancanamún. Este último no lo quiso hacer, porque los huilliches le habían
muerto a su padre. (T. Guevara, 1910, p. 24)
El 12 de enero de 1787, el cacique Ancanamún alertó al jefe de la frontera mendocina
que en Chimpay-mu, unos 140 leguas al este de Corral de Guanaco, en el límite sur de
Mendoza, se habían reunido unos 5.000 huilliches y pampas, acaudillados por los caciques
Payllatruz, Llancatur, Laypán, Carrumilla y otros. José de Amigorena organizó, entonces, su
sexta expedición. Véase lo dicho detalladamente en las biografías de Llanquetruz, de
Rayguán, de Ancanamún, Pichintruz y Millagüín, sostenedores de la Guerra Pehuenche, la
cual se prolongó hasta 1797. Incluso quizás cobró nuevo ímpetu en 1819, pero bajo otro cariz
político en la Guerra a Muerte. Desconocemos cuál ha sido el fin de Payllatruz. Un tal José
Paillantú aparece como racionado y subvencionado por el gobierno chileno, así como el
cacique Juan Caullant y la cacica gobernadora de Vilucura, después de un espectacular
parlamento de paz (T. Guevara, 1910 p. 24).
(Etimología: Truz es trarú: carancho; y paillá: de espaldas o manso)

PAYLLA TUR IIº

PAYLLA TUR: 1806, cacique pampa ranquel. Luis de la Cruz menciona en su Diario
de viaje por la Pampa en 1806 que, haciendo la travesía de Trioaque y Meucó, hacía un alto
para encontrarse con los caciques Manquel, Paillatrú y Quillán; decía que Paillatur se había
alzado en Chaquilque. (De Angelis I., 1835, p. 205)
En 1810, mientras arribaba el coronel P. A. García con su expedición a Salinas
Grandes, llegó a ese punto un grupo importante de caciques, entre ellos Paillatur. Se hallaron
en el parlamento del 4 de Diciembre, además, los caciques Quinteleo, Victoriano, Payllaín,
Huayquimill. Quillán y Millapué (De Angelis II, 1910, p. 234). Decía que los caciques tenían
ya poca autoridad.
En 1819 llegó la noticia de que Paillatrú, Villán. Nagüelán y dos caciques más, de más
allá de Salinas Grandes, estaban preparando una invasión para vengar ofensas. (Arch. Cord.
Scc. Gob. Caja 48 y 43, Carp. 1, 37 y 59)
En 1820, el cacique vivía en Trarú Lauquen (Dep. Utracán, La Pampa) y era
considerado como cacique gobernador. Fue uno de los principales adictos del ex dictador de
Chile J. M. Carrera. Así lo afirmó éste en una lista que se conserva en la colección de B.
Vicuña Mackenna. Obedecían entonces a Payllatrú. los caciques Cariañé. Trarú, Guayquigner,
Hipólito y otros. En 1821 se separaron de Carrera; pero en 1824 y 1825 aterrorizaron de
nuevo a pueblos fronterizos; invadieron la zona de Sampacho, San Lorenzo, El Morro y
Portezuelo (Arch. San Luis). En septiembre de 1825, 200 indios al mando de Paillatrú estaban
nuevamente alzando sus lanzas. Por eso, Leoncio Suárez pidió al gobernador de San Luis que
mandasen una carga de aguardiente y que se cumpliera el tratado de paz. El 20 de diciembre
de 1825 Pallatrux (sic) asistió al gran parlamento de paz, a orillas de la Laguna del Guanaco
(Córdoba). Se les prometió pagarles anualmente una cierta cantidad de ganado y víveres. No
obstante las promesas de paz para con los gobiernos del Interior, Paillatrú tomó parte en un
nuevo malón sobre la provincia de Buenos Aires. P. Lucero comunicó entonces al gobernador
de ésta que Paillatrú había invadido Santa Catalina; que robaba y no mataba. Aprovechando
quizás la circunstancia de que tuvieran mucha hacienda. -Anzorena y Lucero con 300
cristianos le dieron un malón y mataron en sus toldos a “las viejas”, cautivaron a sus niños y
llevaron haciendas y platerías como botín. Esto tuvo fatales consecuencias. Paillatrú se armó
para el malón de venganza. Para prevenir su ataque, los puntanos armaron, a su vez, una
columna de 600 hombres y avanzaron hasta la laguna del Chañar. Los indios se hallaron en
marcha y sus “bomberos” descubrieron la presencia de los cristianos. En una noche oscura,
los indios atacaron a los acampados y toda la columna fue sacrificada. Basilio Sosa, quien
había sido soldado de San Martín, fue el único que logró escapar. Desnudóse y colocóse una
vincha y blandía una lanza; así lo tomaron por uno de ellos. Fue quien pudo informar sobre el
desastre del Chañar. Los indios continuaron invadiendo los indefensos pueblos del Norte
del Departamento de San Martín y Pringles; y mataron y robaron a mansalva (R. Pastor: La
guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis, 1942 p. 363s.). Conociendo estas
circunstancias, se comprende que se negara a participar en un nuevo parlamento en 1826.
(AGN S.VII Biedma 10-4-14: fecha 7.6.26).
Juan M. de Rosas, en su minuciosa preparación de la expedición combinada al
Desierto, pedía informes sobre la ubicación de las tolderías de Llanquetruz (II), de Parlatrú
(sic) y de Currutripay. (Arch. San Luis Doc. 4646)
El cacique Payllatrú (Pallan) fue muerto el 6 de Octubre de 1834 en la acción del
Arroyo del Rosario (Molle. San Luis) por el coronel Argañaraz en una lucha desigual. (D.
Núñez: Historia de San Luis II, p . 409)
PAYLLA YÁN, 1777, cac. pehuenche del Río Bueno. El ofreció tierra para establecer
la Misión que los caciques Neigurú y Queupul habían solicitado (H. Brudny 1972 p. 240)
PAYLLA YÁN, 1814, cpitanejo pehuenche que asistió con el cac. goberador
Neycuñam a un parlamento de paz, convocdo por el franciscano Fray Inalicán. Y en 1825
estuvo en otro parlamento a orilla de la Laguna del Guanaco (AGN x 27-7-6: 20. 12. 25)
PAYNA NIRRE, 1822, cac .pehuenche del Sur de Medoza “Nirre” es gnerr: zorro
PAYENTIGAC, 1880, cac. tehuelche en Palancó sierra y río al Este del Río Gande
(Strube Erdmann 1943)

PECHA ALAO, 1887, cac. tehuelche en Valcheta (Río Negro) según el Diario de
Carlos Burmeister 1888 : Ultimas exploraciones de la Patagonia.
PEDRO, 1673, cacique lagunero y pampa (de las lagunas de la Prov. de Buenos
Aires) Arch. Gral Ind. 31 Charc. P. 211.)
PEDRO, cac. ranquel, 1819 presente en el parlamento convocado por F. Chiclana en
la Pampa (ver Lienán)
PEDRO, 1852, cac que figura en la larga lista de caciques obseqiados en Bahía
Blanca por orden de Rosas.
PEDRO, 1879 cac. pehuenche. 1880 llegó a Mendoza ofreciendo paz al Gobierno
(Arch Mend. )
PEGÜEIÁN cac. ranquel con el sobrenombre “Come Perros”. Tres mujeres lo
cuidaban (Avendaño: Memorias del Excautivo )
PEGÜIL, 1847, capitanejo de Calfucurá. Vino en comisión al Azul
(AGN X 20-10-2)
PEGUEIPIL,1843 en diciembre tomo parte en un malón de los caciques
ranqueles con Baigorria a Cruz Alta. Y era por equivocación, porque el
Gobernador de Córdoba los envió a los pueblos de Santa Fe (El Gob. López era
rosista)
PELANTARÚ (probablemente Payllan trarú o truz), en 1598 era cacique araucano, uno de
los indios más belicosos de su raza. Su primera gran hazaña fue que venció el 23 de diciembre de
1598 con 600 indios al ejército español, guiado por el gobernador García Oñez de Loyola, a quien
lanceó personalmente y cuya calavera le serviría de signo para la convocatoria de las tribus a la
sublevación general. Esta dio por saldo la destrucción de las siete ciudades del sur de Chile. En la
fiesta del triunfo, Pelantarú fue proclamado toqui general. El y Ancanamún se encargaron del sitio de
Villarrica, que duró cuatro años y cuando quedaron ya pocos españoles, la destruyeron (7.2.1602):
pudo reconstruirse hacia 1883. En 1612.el misionero Padre Luis de Valdivia convocó a los araucanos a
un gran parlamento en Paicaví. Pelantarú no acudió a la cita, ni se sintió obligado a cumplir sus
conclusiones. En 1617 estuvo maloneando de nuevo y fue apresado. El Padre Valdivia se preocupó
mucho por él. Cuando creyó que sería ahorcado, el Padre Luis le ofreció o le consiguió la libertad,
sólo pedía que apoyara la causa de la paz. Libre, entonces, optó por quedarse en el Fuerte hasta que se
hiciera efectiva la paz. Entre tanto envió a sus mensajeros para que exhortasen a todos los indios
también por su voluntad a concertar la paz con los españoles. De esta manera se llegó a celebrar un
nuevo parlamento el 15 de octubre de 1517. Jurada la paz quiso que el padre Valdivia educara a su
hijo Lipañancu y a su sobrino Calbumanque. Estos fueron instruidos y bautizados; el primero con el
nombre de Felipe (nombre del Rey de España) y fue su padrino el gobernador Don Lope de Ulloa y
Lemus. El otro recibió el nombre de Don Lope (sic!).
M. Campos Menchaca, que en su libro Nahuelbuta relata esta historia, la
termina con el relato de un épico desafío entre Ancanamún y Pelantarú que se
habría producido durante una borrachera con que éste quiso festejar su
liberación. No tuvo consecuencias dramáticas, porque reconocieron que todos
habían estado borrachos. Pelantarú siguió gozando de gran estima y se considera
un símbolo de la raza altiva.
(Etimología: probablemente Carancho de espaldas).

PELAYTAY, Don Juan, 1696, cac. huarpe de las lagunas del Rosario:
encomendado de Nicolás de Viscarra (Arch. Mend.) Su nombre se ha hecho
topónimo.
PELGAMAIN, 1787, cac. pehuenche, Era sobrino del cac. Ancanamún
de Malalhue. Un escribiente español lo hizo “Bergamain”. Tomó parte en la
Guerra Pehuenche.
ETIMOL: Pel: cuello; ca: otro manque (main) : cóndor
PELGAMAIN, cac. manzanero, 1861. En junio de ese año llegó a
Carmen de Patagones, encbezando una importante comitiva (AGN X 20-7-1 : 12.6.61. son
6 fojas)
PEL QUE PANGUI, 1750, cac. picunche, citado por el Padre T. Falkner en su libro,
ed. en 1774 en inglés.
PEL QUE LEO, 1875, cac. salinero que firmó el importante proyecto de tratado de
paz (AEM Nº 1232)
PEL TA GÜINA, 1593, cac. huarpe milcayac, sucesor del cac. Tunuota (Canals Frau:
Un interesante pleito del siglo XVI, en Anales Inst. Etnog. Americ., Mendoza VI p. 133
ETIMOL: Pel: cuello de Huiña: gato
PELLÓN (sobrenombre del cac.Caniumain), 1787 actuó en la Guerra Pehuenche,
1787 estuvo en un parlamento de paz en Malalhue (Arch. Mend. Doc. 35: 17. 10. 1887) El
censo realizado en Malalhué en 1790, le asigna 29 hombres de armas. No era un censo de
población indígena, sino se contaba cuántos se ponían a disposición para la expedición contra
los huilliches. Pellón mismo había pedido ayuda al gobierno mendocino, pero no se alistó
bajo el argumento que tenía su hacienda demasiado lejos. (Arch. Mend. doc.30 y 35). Pero
por las actas del parlamento realizados en San Carlos en 1895, nos enteramos que Pellón
había muerto y que su muerte se inculpaba al cac. gobernador Pichintrú (Arch. Mend. Carp.
19 y Sosa Morales: El muy magnífico señor Dn José F. de Amigorena, 1965 cap. 1)
PEN CHAN, 1836, capitnejo boroga que fue muerto en el ataque contra Tapalquén y
los indios amigos (Gaceta 5.10.36. El ataque tuvo lugar el 1º de octubre)
PENIUDÍN, 1825, cac. auca del cac. mayor Pooti (o Petí) (AGN S.VII 10-4-14:
24.2.25)
PENTRILLÁN, 1863, cac. huilliche. Asistió al parlamnto de paz con Benito
Chingoleo en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.100) ETIM: Llanca:perla y pentil:
apartada
PEÑA CAL,, 1806, cac. pampa amigo. También en su nombre el cac. Epumer ofreció
su ayuda para repeler a los ingleses invasores (Zerda: Los indios y las invasiones inglesas,
1934, 63)
PEÑA LEFI, 1774, cac. pehuenche. Ese año invadió a Salto y Areco en la Prov. de
Buenos Aires (AGN IX 1-4-1: 25.5.74). En 1780 asistió a un parlamento de paz en Mendoza
y en diciembre de 1782 vino a Buenos Aires y estuvo en la Sala Capitular de esa ciudad junto
con Ignacio Guenenau y María Yanquilefi de Roco… Peñalefi pudo regresar, pero esa señora
fue retenida como rehén (ver Roco y Guentenao). En ese tiempo Peñalef participó en la
Guerra Pehuenche. Una última noticia de él de 1807 dice, que visitó una vez más a Mendoza
para renovar tratados anteriores.
PENOLEF, Ambrosio ver Pinolef
PEÑALOZA, 1870, cac. ranquel. Estaba en la lista que hiciera el P. Donati de los
caciques y capitanejos del cac. Mariano Rosas de Leuvucó. Llevaba un nombre español,
quizás adoptado del Chacho Peñaloza, con cuya montonera los ranqueles actuaron durante
varios años. Peñaloza era primo hermano del cac. Baigorrita. H. Greslebín en su
“Interrogatorio ranquel” (en Cuadernos de Invest. Folklóricas 1961) averiguó que en la zona
de Toay tenía su campo y su toldería y que ha muerto, reclamando sus derechos sobre el
paraje que hoy ocupa la ciudad de Villa Mercedes y exclamando “Siendo mío Fuerte
Pulgas” .Según otros documntos ha tenido una residencia cambiante: Ha estado en Jarilla, al
sur de Buena Esperanza; más tarde en Pichi Quingán o Quenhán. Su hijo Goyse vivía en
Médano Colorado y exigía tributo al que pasara por allí. Onésimo Leguizamón dice que
Peñaloza habitaba en los Montes de “El Cuero” y Lucio V. Mansilla, a su vez, dice que
consideraba suyas esas tierras heredadas de antiguos pobladores de su apellido.
Peñaloza era un jefe inquieto entre los ranqueles. 1864 aparece en los documntos
como capitanejo. 1867, Manuel Baigorria con su Regimiento 7º fue a pelearlo, porque había
maloneado y le sustrajo 70 familias (Yaben: Biografías Militares I. p. 425) En 1870, poco
antes que L.V. Mansilla ratificara su tratado de paz en Leuvucó, Peñaloza había realizado una
invasión en la campiña cordobesa, peligrando por ello las gestiones de paz de Mansilla, (Una
Excursión a los Ranqueles ed. 1890 p. 574) El cac. Mariano Rosas pidió entonces al Padre
Moisés Burela, en presencia del Coronel Mansilla, que retara a Peñaloza (Informe del Padre
Burela, en mi copia p. 12) . En 1872, Peñaloza estuvo presente, cuando los Padres Alvarez y
Gallo propusieron la nueva versión del tratado de paz con autorización nacional. En la lista
de caciques y capitanejos que confeccionó el Padre Donati figura su hijo como capitanejo.
El cacique Peñaloza Quinchao había murto el 21 de junio de 1871, en el
asalto del Fuerte Sarmiento. Lo dice Carlos José Rodríguez, historiador y abogado de Río
IVº en su “Historia de Río IVº; defensa del Fuerte Sarmiento y muerte del cacique Peñaloza”
( Se conserva el escrito en el Archivo Municipal de Río IVº)
Este librito destaca:
Iº La leyenda: El Mayor D. Cristóbal Baez, 1889 manco del brazo izquierdo en la
muñeca e iutilizado el brazo derecho, fue el defensor del Fuerte Sarmiento; el mató al cac.
Peñaloza.
II. La foja de servicios del Mayor D. Cristóbal Baeza, Legajo personal Nº 112 del 3 de
enero de 1876, incorporado al cuerpo de inválidos. 21 de enero de 1876, inf. De Victorino de
la Plaza
III. Antecedentes del asalto a Sarminto: 1871 a las órdenes del Tnte. Coronel Plácido
Laconcha (del 7º de Caballería) en lucha permanente contra el indio ranquel. Jefe Dn.
Antonino Baigorria (expedicionó en 1871 a los toldos, por orden del Gral. Arredondo). Ant.
Baigorria ha recibido el parte: El cacique Peñaloza se preparaba para invadir en busca de su
mujer, Dña. Fermina Zárate, al Fuerte Sarmiento o Villa Mercedes. Vino el malón. No estaba
el jefe de guarnición en Sarmiento, Egidio Sosa. Había escasa fuerza.
IVº El Asalto: El 1º de junio de 1871 dormían. Con las primeras luces del 2 de junio,
tropel y gritería. 200 indios asaltaron los cercos y la puerta. La guarnición corrió (en paños
menores) a tomar las armas. El Mayor Baez con el sable y la pistola. El que más luchaba y
forcejaba era el cacique Peñaloza. A él se fue Baeza y le echó un tiro certero y lo volteó
mortalmente herido. Por esto se desbandó la indiada atacante. Recogieron heridos, se llevaron
cautivos, hacienda, caballos. El héroe Mayor Baeza quedó herido gravemente en el brazo
izquierdo y derecho. El parte no habla de sus heridas.
Vº Muerte de Baez…

Los capitanejos Goyse y Tapayo, los subordinados del finado cac. Peñaloza, siguieron
maloneando.Pero en 1878 tuvieron que enfrentar la gran persecución de la Conquista del
Desierto, como los otros caciques ranqueles. Peñaloza hijo huyó ante el avance del Cnel.
Rudecinda Roca, pero lo alcanzó a él y su familia en la zona de Trenel y tomaron a 370
prisioneros ( Ed. Racedo: Memoria descriptiva 1881 ed. 1965 p. 131 y Olascoaga I p. 106 y
Todo es Historia Nº 295,enero de 1992) He leído que Peñaloza hijo murió en Tucumán, el
21 de febrero de 1879.
PEÑI PIL o Peñaipil, 1837, capitanejo ranquel. Era hijo del cac. Llanquetruz IIº,
hermano del cac. Pichún Gualá, según nos informa Manuel Baigorria en sus Memorias.
Participó en el malón de 1837 (AGN X 25-5-1). Después de la muerte de su padre, se integró
a la tribu de Painé de Leuvucó (Arch. San Luis: 27.5. 38) Peneipil dejó también descendencia
en la tribu de Coliqueo. Por ej. Pedro Peneipil, hijo de Peneipil, y Aiquil, nac. 1832 se casó
con Angela Lepimay n. 1842, cuyos hijos Ambrosia y Lucía están anotados en libros
bautismales.
PEÑAIPIL, 1885, cac. ranquel que fue atacado y apresado durante la Conquista del
Desierto. El Gral. Ortega lo llevó preso al Campamento de Concentración en Rodeo
del Medio (Mendoza). Su esposa se llamaba Maipa y sus hijos: Chicao, Isabel y
Ramón. 1885, enganchado en el Ejército, se hallaba en Ñorquin. Puede ser que sea el
mismo que nombramos arriba como Peñipil.
PEÑOLEO, Lorenzo, 1820, cac. “abajino”, principal de Lumacó (Chile). En la
Guerra a Muerte era lugarteniente del cac. patriota Don Venancio Coñuepán, con quien luchó
activmente contra sus congéneres realistas. El viajero Básil Hall, viajero y escritor inglés, lo
conoció y lo describió en Travels in Chili, Perú and México p. 360: “Era este un hombre alto,
de anchos hombros, con una enorme cabeza de cara cuadrada, en cuyo centro se distinguían
dos pequeños ojos ocultos por las quedejas de sus espesos cabellos que le caían por las
mejillas hasta los hombros, dando a todo conjunto, desde el postigo de la ventana a que se
hallaba asomando, el aspecto de una colmena de abejas”. Como militar se unió al Capitán
M. Bulnes en su expedición al Sur y fue el terror para los indios “godos” de Purén y Boroa.
“Venancio, Peñoleo y Lempi eran tres lanzas muy famosas que en 1822 tenía la patria en la
tierra mapuche”, escrbió B. Vicuña Mackenna en “Guerra a Muerte”. En la batalla de Pile, en
marzo de ese año se destacó principalmenmte. Más tarde hallamos en su lugar al cac.
Ambrosio Pinolefi.
PERALTA, Manuel, alias Juanchu Millán, 1868, capitanejo de la Tribu de Catriel en
la zona de Azul. Hay anotaciones de él desde la fundación de Azul (1832). En ese entonces
estuvo en contacto con la División de Bahía Blanca con el Cnel. Juan Aguilera. Estando éste
en Azul le servían los capitanejos Manuel y Cipriano Peralta (lenguaraces) Luego, creo,
fueron con esta División a Bragado, donde el Cnel. asumió en 1847 la Comandancia de
Bragado. Ya enstando en Azul Rafaela Peralta se casó con el capitanejo Ramón L.Melinao, de
la familia cacical. También en la tribu de Coliqueo en Los Toldos, Part. De Gral. Viamonte,
hubo Peraltas que anoto aquí:
l. Peralta, Augustina, nac. 1867 en el Campamento de Gral. Paz ,era hija de José
Peralta (indio) nac. 1838,cas. con Juana
2.Peralta, Justa, nac. 1841 (según el Censo de 1875 en la Tribu de Coliqueo
3.Peralta, Remigia cas. con Pedro Cleñán. Su hijo era Andrés Cleñan
4. Peralta, Calisto, cas. con Helena Díaz (familia de cacique. (Ver Man. Grande)
Su hijo se llamaba Marcos Peralta cas. c. Eulogia Acuña (1904)
5. Conejo Peralta. Un edocumento dice que “debe ser tomado preso” (Era de
Tripailaf)
6. Peralta, Ignacia, cas. con Celestín Manquillán
Con la tribu de Catriel les ha tocado momentos difíciles, especialmente durnte
la Revolución de 1874 (ver Cipriano Catriel). Cipriano Peralta se glorió haber sido en 1868
uno de los primeros pobladores de Olavarría.
PÉREZ, Pedro, 1871, capitnejo pehuenche que obedecía al cac. Purrán en el
Neuquén. En Mayo de 1871 avisó el cac. Caepí que esos dos preparban un malón. (Hago
notar que a veces un apellido español se tomaba como nombre y finalmente quedaba como
apellido como Bulnes, Guzmán o Pérez Meliú, que después era Pérez en la Tribu de Coliqueo
de Los Toldos.
PEREIRA, Juan , 1883, cac. huilliche que vivía en Choele Choel, donde los misionó
el Padre Salesiano Domingo Milanesio. Era un resto de las tribus de Purayén y Cipriano
Traimán, en total unos 1000 indios. Su nombre es español
PERINGO, 1872, capitanejo ranquel que el Padre Donati anotó en la lista de
capitanejos del cac. Baigorrita.
PESCADO, 1880, cac. tehulche de Río Gallegos (Santa Cruz) (Hasta el apellido
habían perdido)
PETAX, Francisco, 1699, cac. huarpe de la zona de Guanacache (Mendoza).
PESI, 1864, capitnejo ranquel del cac. Mariano Rosas.
PESIN HUE, 1863, cac. huilliche, que participó en el parlmnto de paz del cac.
Chingoleo
PETÍ, 1770, cac. pampa ( En realidad se llamaba Petizo). Ese año, vino a Areco a
comerciar y en 1780 pasó “el caciquillo Petizo” por Chascomús, para ir a comeriar a Buenos
Aires (AGN IX 1-4-3) .
PETÍ (o Petey y Pety). 1820. cacique pampa. Entonces estaba asociado al
cacique Maycá. Asistió, el 3 de diciembre de 1825, en Bahía Blanca a un
parlamento de paz, convocado por los hermanos Oyuela. En la lista de los
caciques asistentes es el quinto. También en 1826 acudió a Tandil por idénticos
fines. No obstante haber buscado la paz, el coronel F. Rauch lo declaró rebelde,
al iniciar su expedición eliminatoria a la zona de las sierras bonaerenses. El 28
de noviembre atacó su toldería en las Sierras de la Ventana. En su segunda
expedición, casi inmediatamente después de terminar la primera, salió con 900
indios tehuelches y atacó, el 3 de marzo de 1827, las tolderías de Petí, Maycá,
Uñol, Llanquelén y Coñuepán, cerca de la laguna Epecuén. Petí se escapó.
En 1830, el coronel del Valle de Bahía Blanca realizó otra expedición al
Sur, en busca del cacique Chocorí. En el camino halló toldos de la tribu del
cacique Petí, de Maycá y Calfiao. Se habían reunido, al sentir su llegada y
decían que eran indios de paz y que no habían robado. A los cinco días, después
de un buen descanso, volvió la tropa bahiense para atacar esos toldos. No
estaban entonces ni Maycá ni Petí. Pero los indios se defendieron, y hasta las
mujeres peleaban. La refriega fue cruel; mataron unos 140 indios. Entre los
caídos se hallaron los caciques Vilcay y Llanquelén. (AGN. S.X. 27-7-6:
30.4.30)
Otra expedición contra los sobrevivientes realizó el coronel Manuel
Delgado. Juan Cornel, al referirse al encuentro, lo llama “La graciosa jornada
del Sauce Corto”, porque los indios querían engañar a sus adversarios armando
a las mujeres con palos y apostándolas en la cima de un médaño. Pero la risa de
las muchachas las traicionó y muchas cayeron muertas en la encarnizada lucha.
De nuevo se salvó el cacique, pues el 15 de febrero de 1837 lo vemos en la lista
de los caciques amigos. Siempre habría sido “amigo”. (AGN. S.X. 25-5-1)
PETÍN HUE o Petuy, 1863, cac. huilliche del cac, Reuquecurá, que asistió a una
reunión de paz en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p. 100)
PEU NAQUÍN, 1783, cac. auca; uno de los conjurados contra el cac. Chululaquín,
después que éste había muerto al cac. Guchumpilqui (Diario de B. Villarino,en De Angelis V.
1910, p.580)
PEU CÓN, 1820, capitanejo araucano chileno, hermano del famoso cac. Venancio
Coñuepán. (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 455)
PEUTRÍ MILLA (Peutril), Manuel, 1840, capitanejo pehuenche que servía en la
División Sur del Cnel. N. Granada. (AGN S.VII Biedma 1-4-14)
PEYEI NÁN (Peyeumán ) 1879, cac. ranquel que conocemos sólo documentalmente
por dos partes de los expedicionarios de la Conquista del Desierto. El 5 de Mayo de ese año
fue muerto por las tropas de S. Torres en la confluencia de los ríos Negro y Neuquén. Muriron
15 indios y 62 fueron apresados, entre ellos la familia del cac. Rosas y de Reinaquel
PEYTREN, 1878, capitanejo ranquel. En Mayo de ese año pidió protección para que
pudiera venir a agregarse a la Reducción del cac. Ramón (Cabral) (Periódico: La América del
Sur, Bs. As. 7.5.1878)
PIBATRUÍN, 1798, capitnejo pehuenche (Arch. Mend. doc. 43 :1798)
PICELÁN, 1788, cac ranquel “rebelde”. Fue muerto por orden del Capitán F.
Esquivel Aldao, según el informe del 26 de enero de ese año. (Rev. Junt. Estud. Hist.
Mendoza VIII, 1938 p. 319. El nombre puede tener algo de Piseñ o Pincen.
PICÚN, 1833 capitanejo pampa, del cacique Pagué. Durante la expedición combinada
al Desierto fueron atacados por la División de F. Aldao en el Paso de la Balsa del río
Chadileufú y fueron fusilados por orden del Cnel. Velasco, el 11 de abril de ese año.
(Newton: Félix Aldao p. 111 y Rev. Junt. Est. Hist. Mendoza V. 130) ETIMOL: Picú : del
Norte y N o Ñ (ñancú)
PICU ÑANQUE, Santiago, 1774, cac. araucano. Fue uno de los embajadores del
estado de Arauco, reconocido por el Gobirno, por el gobernador Jáuregui, el Virrey y el Rey
Carlos IIIº. Se alojaba en la casa de los Jesuitas en Santiago. (Campos Menchaca: Nahuel
Buta p. 152)
PICHI, José, 1872. capitanejo del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
ETIMOL: Pichi: pequeño o hijo y lo contrario: Vuta: grande, viejo, padre
PICHA LEO, Andrés, 1884, cac. tehuelche. Vivía entonces en Valcheta, donde lo
visitó el Padre Milanesio (De Salvo: Monsr. Cagliero Civilizador, Bs.As. ed. Difusión 1939 p.
102)
PICHAPY,1804. cacique “moluche famoso de lejanas tierras” (chileno). Ese año
llegó a Mendoza con una gran comitiva y fue agasajado. Había venido por el Sur y en paz.
Decía que quería conocer. El cac. Vicente Goico, para agasajarlo, pidió medios del
gobernador, llamándolo “distinguido cacique de gran renombre del Sur” (Arch. Mend. 1804)
PICHI CAL ver Pichi Calquín
PICHI CALFIAO o Picho Colfellar, capitanejo pampa, unido a Catriel (ver Calfiao)
En abril de 1840 es mencionado por haber estado presente en el parlamento de paz de
los ranqueles y con ellos vivió desde 1841. (Museo de Luján. Arch. Q. 890)
PICHI CALQUÍN (o Pichical), cac. ranquel; probablemente el hijo del Cacique
Calquín, que prtenecía a los indios amigos de Santiago Llanquelén en Junín. 1838 fueron
atacados por el malón tremendo de los ranqueles de la Pampa. Pichi Calquín es mencionado
en las Memorias del Cnel. M.Baigorria. Carlos Rusconi averiguó que Pichi Calquín ha
muerto en Chile. Pichicalquín es también el nombre de una india suicida, protagonista de la
novela de Torres Ibañez 1924, Bibl. Suboficial, Bs.As.
PICHI CAIA, 1898, cac. tehuelche o advenedizo entre los tehuelches del Chubut. El
nombre es híbrido. Su padre se llamaba Shamata (F.P. Moreno: Apuntes Preliminres en Rev.
Mus. La Plata 1898, p. 235)
PICHI CAPEL, 1832, cac. pehuenche. Ese año fue atacado por tropas del Gral. Jose
F. Aldao. Huyó al deierto, dejando a muchos muertos (Walther: Conquista ed. 1964 p. 253)
PIHI COLEMILLA ver Colemilla
PICHI COPAHUE, 1835, cac. huilliche, hijo del cac. Copahué. En una maloca fue
muerto él y su mujer Pirpillán. Parece que por culpa de ella o porque la culparon.
ETIMOL: Copahué es topónimo que significa azufre (Las termas de Colahué)
PICHI CUBILCUÓ, 1786, cac. pampa de Laguna Blanca. Así dice el diario de la
expedición de Pablo Zizur a Salinas Grandes (De Angelis IV 1910 p. 255) Saliendo del
Arroyo Carileu hacia la laguna Blanca, lo encontraron. Se enojó, cuando los vio pasar por sus
campos.
PICHI CURÁ, 1822, cac huilliche. Apareció en el gran parlamento convocado por
Pedro A García al pie de la Sierra de Tandil. Lo acompañaron Niquiñilé y Quiñifolo. Será de
la dinastía de los Curá? (Diario de García – Hernández, en De Angelis iV 1910 p. 132)
PICHI CURÁ, Benito, cac. huillich de Salinas Grandes. Era el hijo menor del cac.
Jn. Calfuurá. No tenemos fecha de su nacimiento. Sabemos que el padre lo mandó joven a
estudiar a Buenos Aires; pero luego por su creciente amistad con Justo J. de Urquiza, lo
mandó luego a Paraná. Más tarde volvió a Buenos Aires en algunas misiones diplomáticas,
como leemos en la carta del 6 de julio de 1863 (Arch. B. Mitre XXIV p. 92) “..Hace mucho,
mandé a mi hijo Pichicurá y al Mayor Andrés y el capitán Quinchuquir y otros..”. En marzo
de 1867 estuvo otra vez en la Capitl con seis capitanes (29.3.67). 1873, al avisar al Arzobispo
Aneiros la muerte del cac. Calfucurá, le encomendó B. Namuncurá a su hermano Pichicurá a
transmitir la infausta noticia, porque había sido conocido del Arzobispo por algunos
contactos con el Prelado. Aún, cuando la Conquista del Desierto los había echado de Salinas
Grandes y perseguido sin piedad, Namuncurá mandó a su hermano Pichicurá en julio de
1878, a Buenos Aires con cartas, suyas para que intentara una vez más la gestión por la paz
interrumpida desde 1875 (Olascoaga IV. 43) Es posible que más tarde haya ido
definitivamente a Chile; pero de aquí en adelante no tenemos ya noticias suyas.
PICHI CURRU HUINCÁ, debe haber sido descendiente de los Curruhuinca que
eran borogas que vinieron a la región de los huilliches del Neuquén (Ver Curruhuincá).
Pichicurruinca se rindió (es decir se presentó) con Sayhueque y otros caciques con sus
respectivas tribus, el 1º de enero de 1885 en San Martín de los Andes. Queriendo rendir
homenaje, fueron agredidos y apresados (ver Sayhueque)
PICHI FILÚ, 1860, cac. pampa o de la Pampa que tenía su toldería cerca de
Tripahué, entre médanos. (Zeballos: Calfucurá y la Dinastía de la Piedra ed. 1934 p. 410)
PICHI HUALÁ, 1794, cac. pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche,
primero como capitanejo del grupo de Malalhué. En varoios actas de parlamentos es
mencionado. (1794-1798). Tomás Guevara señala a un Pichihualá como oriundo de
Curampangue, quien en la Guerra a Muerte colaboró con el grupo de patriotas, (Guevara
1910 p. 197)

PICHI HUINCA, Manuel (Pichi Huinca-NahueI). cacique pampa que


nació en 1790 y falleció en Gral. Acha. en 1882.
Su trayectoria como cacique amigo y baqueano del ejército es notable. Le
llamaron de joven ya Pichi Huincá, que significa “gringuito” y efectivamente se
ha entregado a la política de los gringos y luchó contra sus hermanos de raza. Se
conoció también como Manuel Fcrreyra, probablemente por el apellido de su
madre, de manera que era mestizo.
Era un perfecto militar y expedicionario y llegó a ser sargento mayor y
teniente coronel del Ejército Argentino. Vestía con orgullo el uniforme militar.
Existen dos fotos de él y una descripción que vale para identiquit: Remigio
Lupo (Conquista del Desierto, 1879. publicado en 1936, p. 69), quien lo visitó
en 1879 en Carhué, en el momento en que el Ejército del general Julio A. Roca
avanzaba por allí hacia el Río Negro, escribió esta nota:
“Al otro lado del Arroyo en Puán están situados los toldos que ocupa la
tribu del cacique Pichihuinca. Este indio es el más paquete de los que hasta
ahora he visto: pues, tanto por su traje, como por sus ricas prendas, que adornan
su caballo, no le va en zaga al militar más presumido. A todos los que veníamos,
nos llamó la atención la bizarría con que cabalgaba en un magnífico caballo
tordillo. cuando salió a recibir al General (Roca).
“Pichihuinca es muy querido y estimado de todos los militares de este
punto, tanto por su valor, que raya a veces a temeridad, cuanto por su fidelidad a
los pactos celebrados con el Gobierno no desmentida...” (ib., p. 94. se reproduce
su fotografía: la otra reproduce Alberto Vulletín: La Pampa: etimologías, etc., p.
152, lámina 14).
¿Cuál ha sido su origen? Seguramente proviene de la agrupación pampa
de Catriel. Fue primo hermano de Juan José Catriel. Pero, debido a alguna
desavenencia, se ha separado de ese clan. Ebelot averiguó y escribe en su
artículo sobre el Malón Grande (en Anules de la Sociedad Rural X, p. 279). que
la tribu de Pichihuinca, antes poderosa, fue sacrificada a los deseos de
(Cipriano) Catriel y que Rivas había fomentado sus desavenencias.
En 1855, el año del gran atropello de la tribu y la batalla de Sierra Chica
estaba en Azul y también en el momento de renovar el tratado de paz y hasta el
momento de la batalla de Pigüé, en 1858. estaba con Catriel. En 1858 fue él
quien avisó al jefe de la frontera que el cacique Millacurá quería venir a
quedarse con Catriel (AGN, S.X. 19-9-4). La separación se debe haber
efectuado por el año 1870.
Pichihuinca tuvo pasta de gran baqueano, un instinto y un recuerdo local
que le permitía señalar rumbos y caminos. Se dejó conchabar por viajeros
civiles y militares. Junto con indios de Catriel prestó servicios militares en
Sauce Corto (donde se haría el Fuerte San Martín). Allí tuvo su primera
actuación notable: el 11 de diciembre de 1873, a la madrugada y al toque de la
diana, se oyeron cornetas y gritos de indios malones. Estos, por la sorpresa,
consiguieron arrebatar las caballadas de los 80 indios amigos que sirvieron allí
al mando del capitán Pichihuinca, quienes se sostuvieron con bizarría y
consiguieron salvar a sus familias haciéndolas pasar por el arroyo y ganar el
Fuerte, protegido por el escuadrón del Regimiento “Gral. Lavalle” que, al
mando del mayor Nadal marchó en esta emergencia hacia el paso del arroyo. “El
número de los indios tan desproporcionado —más de cien— con el que yo
contaba, no me permitía sino mantenerme en defensiva, y tuve que retirarme”,
dice Nadal en su parte. Los batieron en su retirada en el Sauce Chico y les
quitaron unas 1.300 vacas. (Memorias Min. de Guerra, 1873, p. 600).
En 1874, durante la Revolución de Mitre, estaba sirviendo a la Nación. A
fines de diciembre de 1875 se produjo el Gran Malón como medida previa al
avance de Alsina, que para los indios salineros no era proyecto secreto. Los
indios de Calfucurá, en combinación con los indios de Catriel (justamente)
sublevados, abrasaron los campos de Azul y Tapalquén. Pichihuincá estaba
luchando contra los invasores superiores en número.
El ingeniero Ebelot narra que Pichihuincá. atraído por signos de alarma,
corrió con 250 indios hacia el Fortín Aldecoa, al atardecer del 27 de diciembre.
Que tenía una lanza muy larga; llevaba quepis militar. Grande fue su furor,
cuando supo que el cacique Catriel, su adversario, estaba huyendo. Vociferó
vituperios en indio y en español y quiso ir en su persecución... A los prisioneros
infligieron la pena de muerte. (Anales Soc. Rural X, 1876, p. 287)
La persecución del Gran Malón coincidió prácticamente con la orden de
avance de las seis columnas conquistadoras de AIsina. Los malones fueron
batidos en varios puntos. El 12 de marzo de 1876, en el combate de Las
Horquetas del Sauce, lucharon los indios de Pichihuincá y los soldados del
coronel S. Maldonado heroicamente. Los indios amigos llevaban un estandarte
de color azul y blanco para identificarse y reunirse. (Más datos en el libro de
Jorge Rojas Lagarde: El Gran Malón de 1875).
El 18 de marzo hubo otro enfrentamiento en la Laguna de Paragüil
(AEM, doc. 1262). Pichihuincá había descubierto la presencia de los indios.
Organizó el combate. En el parte oficial de esta acción fue recomendado por su
conducta y eficacia en el combate.

Los mismos indios de Pichihuincá avanzaron con la columan del coronel


Maldonado para la fundación del Fuerte en Puán (5.6.76). Existe un diario del
Fuerte de Puán de 1876 de 200 fojas (AGN, S. VII, 10.6.19). No lo leí, pero sé
que los 150 indios “auxiliares del Ejército”, a las órdenes del cae. Pichihuincá,
tuvieron buena acción en ésa.
El coronel J. S. Daza describió un episodio que, creo, es digno de
resumirlo aquí (de Episodios Militares, 1914,p. 153-162). Los indios no
aceptaron así no más el avance de las tropas y fronteras, sino que reaccionaron
con ataques repetidos a los avanzados. El coronel Maldonado advirtió a
Pichihuincá estas eventualidades y le propuso que entrenara con ejercicios a su
reducida tropa de lanceros. De 150 habían quedado 80. El cacique quiso que la
tribu realizara también una rogativa y de inmediato proclamó la convocatoria.
Los indios, a la madrugada señalada, ocuparon sus puestos en las lomas
que rodeaban el Fuerte de Puán. Veíanse desfilar las familias indígenas. Las
mujeres lucían sus mejores prendas, aros fantásticos, grandes prendedores,
relumbrantes pulseras en los brazos y por los tobillos. Y todos se dirigían a una
pampita, llamada “pillanlelfún”, hacia el oriente, donde esperaban la salida del
sol. Un viejo guerrero acompañado de una venerada anciana, iban a dirigir la
ceremonia. Apenas apuntó el sol, todos levantaron sus manos y pronunciaron en
voz alta sus oraciones, una especie de letanía. Luego prorrumpieron en gritos y
los hombres corrieron para espantar el diablo, si se hallaba cerca. Luego,
cantando al unísono al toque del cultrún, bajando la cabeza hacia el suelo y
volviéndola a levantar rítmicamente (loncomeo), entraron en la cancha sagrada
formando circuitos concéntricos: las familias y detrás los jinetes y rezaban con
gran recogimiento.
Luego, formándose en grupos los hombres, dieron principio a las
maniobras; simularon cargas contra infantería, cubríanse al atacar detrás del
pescuezo del caballo y suponiendo que estaban frente al cuadro enemigo,
comenzaron a lancear y a tirar chiporrazos a izquierda y a la derecha con gran
ligereza. En el ataque de la caballería contra caballería hacían una interesante
evolución: realizado el ataque, entraron en un entrevero, echaron sus lanzas y
quites con agilidad admirable.
Un grupo simulaba haber sido vencido y debía replegarse del frente,
escaparse al enemigo y tratar de prepararle una emboscada en dispersión.
Maniobras fantásticas bajo la hábil dirección del cacique. Ataques,
contraataques, retiradas, la defensa del caballo por la lanza para que no lo
balearan, quites, molinetes, cimbrazos de lanzas, gritos y animación... y después
de un breve descanso y una evaluación, todos se retiraron a los toldos cantando.
(En este relato que tiene algo de histórico, he corregido algunos puntos que la
fantasía de Daza incompetentemente había intercalado).
El 20 de abril de 1877, 300 indios de Juan José Catriel, invadieron
efectivamente hasta la plaza del Fuerte. La actuación de Pichihuincá en esos
momentos, fue decisiva. Los derrotó llevándolos por huida fingida a los fosos,
donde la artillería los limpió (E. Monferrán Monferrán: La Batalla de
Currumalán Chico de 1877. ed. 1958, p. 3). En el periódico la América del Sur
III Nº 699. del 5 de julio de 1878, se publicó una carta con reminiscencias de
Pichihuincá.
En noviembre de 1873, le tocó acompañar la "expedición liquidadora"
contra Catriel en Traicó. Véase la historia de Catriel y en junio de 1879 marchó
con la División Expedicionaria del general Julio A. Roca hacia el Río Negro.
Los capellanes del Ejército, monseñor Espinosa y dos padres salesianos
visitaron su tribu y, como el periodista R. Lupo, dejaron escritas algunas noticias
sobre esta tribu. Monseñor Espinosa halló a 43 hombres, 55 mujeres y 41 niños
en su toldería.
En 1880, Pichihuincá y sus lanceros fueron transportados hacia Buenos
Aires para que participaran en la Revolución del 80. Michemberg apresó al
cacique y a 27 indios y un teniente, mientras traían arreada una tropilla de
caballos para el coronel Levalle (A. Mus. Hist. Nac. No 9463, 20-6-80). Pero a
principios de 1881 estuvieron de nuevo en Puán. Allí los visitó de nuevo
monseñor A. Espinosa en compañía del misionero lazarista P. Jorge M. Salvaire.
En su diario escribió el primero, para el 23 de febrero de 1881, que allí había 42
hombres y 150 entre mujeres y niños (Diario. p. 122). El día 26 bautizaron,
confirmaron y casaron al cae. Manuel Pichihuincá. Estaba presente también su
hijo Juan, quien desde dos años estudiaba en el Colegio de los Padres Bayoneses
en Buenos Aires. (ib.. p. 122).
Pichihuincá y sus indios siguieron sirviendo en el Ejército formando el
escuadrón de “Los Fieles del Sur”. El 29 de febrero de 1881, Luis María
Campos movió la tribu hacia La Pampa, donde iban a fundar la nueva avanzada
de General Acha (el 12 de agosto de 1882). que sería la primera capital de la
provincia. Las tribus de Pichihuincá y de su segundo, el capitanejo Juan León,
se hallaban asentadas en sus inmediaciones a orillas de dos lagunitas.
Y allí ocurrió otro episodio que cuenta A. Rodríguez en su artículo:
“Puán”, publicado en Investigaciones y Ensayos de la Academia, No 4, de 1968:
El 5 de junio de 1881 los indios de su tribu salían a una gran boleada de
avestruces, porque no habían recibido ni sueldos ni raciones. Por allí merodeaba
el cacique Painé (el hijo del Gran Painé) y les dio una formidable sorpresa.
Hubo una matanza general de la cual uno solo escapó, el que trajo la noticia a su
cacique, porque por viejo no había salido. Dice el Cnel. Augusto Rodríguez
(Puán, comandancia de la frontera en Inf. y Ensayos Nº4, 1968) que Pichihuincá
se fue entonces al interior de la Pampa y que no se supo más nada de él. Pero es
falsa esta afirmación. También este datito es bueno: Fray Leonardo Herrera,
Franciscano de Río IVº en su viaje de misionero llegó también a Gral. Acha. De
la tribu de Pichihuinca bautizó once adultos. El 12 de Agosto cantó el Te Deum,
porque era el aniversario de la Fundación del pueblo de Gral Acha. Pichihuincá,
alias el “Mayor Manuel Ferreyra” murió el 22 de Septiembre de 1900 en esa
primera capital de La Pampa. Tenenos hasta una fotografía del velatorio del
cacique que había sido en la población una figura querida y conocida en todo el
país. Estaba casado con Tomasa Galván que murió en dic. de 1890 y con Rosa
Guanquifil.

El hijo le sucedió en el cacicazgo de la tribu reducida. En razón de la ley


3.369 del 30 de septiembre de 1894 que reglamenió la ley 3.154, se le asignaban
a la tribu de Manuel Ferreyra Pichihuincá tres leguas cuadradas en La Pampa
Central. No sé si realmente pudieron disfrutar de esa donación. Sus indios
siguieron sirviendo como “Escuadrón Alsina” y para sus niños se creó en 1883
una escuela, la primera de Gral. Acha (C. Binayán: Los indios de La Pumpa
Central, en Primer Congreso Area Araucana Argentina, 1963, II. p. 274) De
Petris en Crónicas Ranquelinas, Sta Rosa 1998 p.42 escribió también sobre este
cacique y en Crónicas Ranquelinas: 1994: Caccia: Los Franciscanos en la
Conquista spiritual de la Pampa p.55.
Un topónimo pampeano honra el nombre de Pichihuincá, la estación del
ferrocarril Pichihuincá (del Dep. Rancul por decreto P. E. Nº 16.572). En Santa
Rosa se le dedicó una calle.
PICHI HUINCÁ, Mariano, 1862, cc. Ranquel. De él hallamos pocos
datos. 1862 Calfucurá avisó que el cacique Pichhuincá invadía con 250 indios
ranqueles en El Morro (AEM: 21.6.62). El 28 de febrero de 1867 el mismo dio
el aviso de que Epugner y Mariano Pichihuincá con 200 indios estaban
apoyando la revolución mendocina y a Juan Saá. Y el mismo hizo escribir lo que
Pichhuincá había avisado desde Entre Ríos, el 19 de enero de 1871, que allí en
la lucha contra López Jordán había habido derrotas. Y creo que este cacique es
el de quien el Dr. Estanislao S. Zeballos dice que fue hijo del cacique Pichún
Gualá (que no lo creo)y que ha encabezado una embajada que debía pagar la
novia del cacique Namuncurá (el de Chile) Zeballos: Painé, 1889 p. 217)
PICHI LAUFUY (Pichi Laf), 1869, cac. pampa ranquel; tenía su toldería a 12
leguas de Limen Mahuída (en Ranquil Mapú) (Olascoaga II p. 253). 1869 Calfucurá pidió
regalos para él, señal que lo teneía o quería tenerlo bajo su obediencia (AEM 19.9.69)
PICHI LINCOY o Pichiloncoy o Pitriloncoi, 1820, cac. pampa. El investigador
Carlos Grau cree que Pichiloncoy ha sido hijo de Chocorí; pero ésto no me parece concordar
con la documentación, porque no ha tenido conexión con él ni en la época de la persecución
del año 33. Las primeras décadas del siglo XIX, los pampas del Sur de la Provincia de
Buenos Aires vivían en paz. Crivelli, 1996, cree que en 1807 era pehuenche de Chile ) La
primera noticia de Pichiloncoy es del 7 de enero de 1820, porque entonces pidió
por intermedio del cacique Cayupulqui la libertad de unos sobrinos suyos.
Mientras en Chile se estaba peleando en la gran Guerra a Muerte, el gobernador
de Buenos Aires, Martín Rodríguez, hizo un tratado de paz con los caciques
pampas por intermcdio de Ramos Mejía, el 7 de marzo de ese año en la Estancia
de Miraflores. Pichiloncoy estaba incluído en el tratado. Pero los planes
expansionistas del Gobernador y de los estancieros del sur habían fijado ya el
Tandil como meta de su avance y la pampa se estaba poblando con indios
emigrados de la Chile en guerra. En noviembre del mismo año (1820) hubo una
invasión en Lobos. Los que averiguaron la procedencia de los indios invasores
afirmaron que Pichiloncó no había tenido parte en el malón. En diciembre
ocurrió el bárbaro asalto de Salto y Rojas por los indios ranqueles que se habían
adherido a la guerrilla del ex dictador general José M. Carrera. El lenguaraz
Pablo Pérez visitó entonces a Pichiloncoy con el fin de preguntarle si el
Gobierno de Buenos Aires podía contar con él en la guerra contra los ranqueles.
En su informe, el lenguaraz decía que, cuando el cacique consentía, su
semblante respiraba docilidad al mismo tiempo que decía que podía contar con
él. Efectivamente, el sobornador movilizó las fuerzas concentrándolas en el Sur
y no marchó hacia el Oeste ranquel, como se podía esperar. Esto valía como una
declaración de guerra contra los pampas y no los encontraría dormidos. Incluso
Carrera conquistó su adhesión para la causa antiporteña. Se conserva su lista de
caciques adictos en 1820. El tercero de esa lista es “el Cacique Gobernador
Pichiloncó” con 2.000 indios de Tapalquen (Tapalquén) y sus subalternos
Anguepán, de Chapaleufú; Medina, de Cabeza de Buey y otro de Tandil. (W.
Yates: José M. Carrera. 1941)
Pero no tuvo tiempo para apoyar a Carrera, porque en enero venía el
gobernador M. Rodríguez con 2.500 hombres al Sur, donde le esperó un duro
encuentro. Pichiloncó le había negado su incorporación. Al llegar a unos toldos
en Chapaleufú, Rodriguez, mandó asaltarlos por sorpresa, pero al cruzar el río a
nado, los indios se les escaparon sin intentar pelearlos. Poco después, cuatro
caciques pidieron parlamento al gobernador: Ancafilú. Anepán. Pichiloncó y
Catriel. Era un ardid para luego vengar el atropello que hasta J. M. de Rosas
desaprobaba. Rodriguez, propuso a los cuatro caciques que marcharan con él
contra los ranqucles (AGN. S.X. 27-7-7:20.1.21). Ellos dijeron que iban a
consultar el asunto en su parlamento y no volvieron en el tiempo prefijado.
Rodríguez propuso nuevos arreglos a un cacique enviado, pero al retirarse ése y
a una señal convenida, salieron a gritos escuadrones de pampas avanzando en
forma de tenaza sobre la tropa en descanso. Rodríguez organizó de inmediato la
batalla y con su fuego de fusiles y cañones les hizo como 150 muertes, de
manera que los caciques ordenaron replegarse. Pero la expedición de Rodríguez
había fracasado y tuvo que retirarse bajo continuo hostigamiento. (ib.)
En febrero de ese año, Rodríguez mandó de nuevo al lenguaraz Pérez
para que hiciera componendas con los caciques Pichiloncoy y Catriel. Y al año
mandó al experto coronel Pedro A. García a pacificar y unir a todos los pampas.
Este nos dejó en el Diario de la expedición pacificadora hermosos datos y un
precioso mapa con ubicación de las tolderías. El 27 de abril de 1822 celebraron
el gran parlamento en la toldería del cacique Loncón. Pichiloncoy estuvo con
296 indios y pronunció un cuerdísimo discurso a favor de la concertación de la
paz, haciendo, a su vez, algunas exigencias: por ejemplo, que no podían admitir
que se plantara un fuerte en Tandil en medio de sus tierras. (De Angelis. IV.
1910. p. 216. 131 y 164)
Al volver el coronel García con las promesas de paz, encontró al
gobernador dispuesto a expedicionar de nuevo en las tierras del sur para
conquistar los terrenos hasta Tandil. Pichiloncó se enfermó en esos días y la
machí decía que la causa venía del blanco gaulicho. Se repuso para poder
enfrentar la nueva invasión.
Durante la segunda expedición efectuada con 1.200 hombres, el
gobernador Rodríguez convocó a los caciques a un nuevo parlamento en la
Sierra de la Ventana. El 5 de mayo de 1823 llegó al lugar señalado el hermano
del cacique Pichiloncó todo pintarrajeado, acompañado de 20 indios. Venía a
decir al gobernador que al otro día vendrían los caciques para hacer la paz. El
día 7, se presentaron 400 y 800 estaban ocultos, esperando órdenes. Recién al
día siguiente llegaron los caciques más representativos para saludar al
gobernador. Este les propuso nuevamente que le ayudaran a combatir a los
ranqueles y le vendiesen tierras en Tandil. La desconfianza era mutua. Al otro
día se presentó Pichiloncó solo y el gobernador pidió que se presentaran
también los demás caciques (era para apresarlos). Ellos le dieron, en cambio,
una nueva sorpresa astuta. En un ataque sorpresivo hicieron retroceder al
ejército hasta Tandil, donde habían hecho ya un cimiento para el futuro fuerte y
así concluyó esta expedición en un nuevo fracaso. (Diario del general
Rodríguez, ed. Sudestada. 1969, y R. Marfany: La expedición fundadora de
Martín Rodrigue: de 1823. en La Prensa 8.12.1940. y en la Historia de La
Nación Argentina, de la Academia Nacional de Historia. 1939, IV)
En 1824. el general Rodríguez se lanzó a una tercera expedición al Sur.
Esta campaña a la Sierra de la Ventana tuvo otras alternativas con los indios que
sería 1argo contarlas. Pichiloncó le echó una vez más una celada. En el Arroyo
Chapaleufú se buscó realizar de nuevo un parlamento. E1 gobernador mandó
como representantes al sargento mayor J. V. Bulewski y al teniente Montes.
Pichiloncoy en nombre de los demás caciques, pidió dos representantes más. Y a
los cuatro los mataron junto con el teniente coronel Milles (31.1.24) a orillas de
la laguna que desde entonces se llama “La Pérfida”. Pero el gobernador no llevó
todas las de perder, sino hizo un gran destrozo en las tolderías y adelantó la
frontera cien kilómetros más al Sur. La reacción a todo esto, eran terribles
malones reforzados con ranqueles y chilenos que venían de la Guerra a Muerte.
No sólo el gobernador de Buenos Aires, sino también las autoridades del
Interior, buscaron cómo pacificar la pampa por solemnes tratados de paz. El 3
de febrero de 1825, el comandante de Carmen de Patagones encontró sobre el
Río Colorado a los caciques Catrepán, Pichiloncoy y Enequile (AGN, X. VII.
Biedma. 10-4-14) y el general Balcarce contrató a los hermanos Oyuela para ir a
tratar con los pampas, tehuelches y borogas. Cerca de Bahía Blanca reunieron,
el 13 de julio de 1825, a 39 caciques, entre los cuales se enumeraba también a
Pichiloncoy. (AGN. X. VII. ib. y un folleto publicado por Oyuela de 1825)
En adelante, el comandante general J. M. de Rosas tomaría a su cargo la
cuestión frontera y de indios y procuró mantener a los pampas en paz. Pero el
coronel F. Rauch, después de un malón de pincheirinos sobre Los Toldos Viejos
(Dolores), hizo dos expediciones fulminantes y para eso conchavó un buen
contingente de tehuelches y los pampas de Catriel. En su segunda expedición a
fines de 1826 llegó a las Sierras de Curramalal y de la Ventana. Entre los
auxiliares pampas estaba también Pichiloncoy (AGN, S. X. 14-6-1: Informe
10.1.27). Pero Pichiloncoy estuvo también en la batalla de Las Vizcacheras
(Partido de General Belgrano) el 28 de marzo de 1828, donde el coronel Rauch
cayó (como unitario) en manos de los indios (federales) y hubo 200 muertos y
60 prisioneros. (J. L. Molinari, en: Bol. Acad. Nac. Hist. 1969, p. 213)
Molinari cuenta un episodio más del mismo año: Los indios chilenos
patriotas de Venancio Coñuepán y el sargento Montero habían ofrecido sus
servicios y sus mil lanzas al comandante de Tandil, coronel B. Estomba. Este
mandó al sargento Fabián González a recibirlos con una escolta. Esta fue
apresada por los caciques Lincón. Pichiloncoy y Ancafilú y debían ser muertos.
Pero durante la borrachera de esa noche se suscitó una reyerta entre los pampas
y alguien libró a los prisioneros y lograron huir a Tandil. Estomba mandó
entonces una tropa más numerosa en protección de los chilenos esperados, los
cuales le acompañarían a la fundación de Bahía Blanca. (Véase Venancio
Coñuepán)
En 1833, Pichiloncoy estaba en la lista de los que había que perseguir.
Angel Pacheco y su división de avanzada lo buscaron en la zona de Choele
Choel. Efectivamente la tropa de Hilario Lagos y del “Ñato” Sosa hallaron su
toldería y la cargaron el 3 de julio de 1833. Casi toda su población fue
acuchillada y concluída; el cacique pudo escapar en pelo, abandonando en la
carrera o huida hasta su sable y su coraza. (J. Garretón: Escritos... Diario, p.
193)

Por otra fuente nos enteramos que “al tornar en 1833 el coronel Hilario
Lagos la isla Choele Choel, libró un duelo personal con el cacique Pitriloncoy:
saliendo triunfante Lagos y el cacique habría rendido sus armas, escapando en
su caballo ligero para que no lo matasen”. (Abad Santillán: Enciclopedia
Argentina II, “Duelos”. p. 109). Con Pichiloncoy huyeron también los caciques
Chocorí, Millán. Maulí y Paynén y otros que se escondieron en los montes o se
tiraron al agua helada del Río Negro para salvarse a nado. El sargento Pancho
Sosa siguió sus rastros y sobre la rastrillada chilena sorprendió a 200 indios. El
8 de julio del año 1833 murió el cacique Pichiloncoy y con él el cacique
Millacal y 53 indios. Entre los prisioneros había 6 lanceros y 70 mujeres. La
variedad de comunicaciones dan variedad de caídos y presos, no sólo por la
pluma de Rosas. Este anota en su Diario para el 8 de agosto (AGN, S.X. 27-5-
3): “Toldería de Pitriloncó destruida, dos indios y 17 de la chusma prisioneros.
Murieron los caciques Pichiloncoy y Millacal. Al general F. Quiroga escribió el
31 de julio: Lagos... tuvo la fortuna de sorprender las tolderías del cac.
Pitriloncón, matarle casi todos tos indios de pelea y todas sus familias y caballos
y regresó el 9...”.
Pichiloncoy merecía mejor suerte en su vida; es mi opinión.
(Etimología: Lonco: cabeza + pichí: pequeña, o jefe pequeño.

PICHI LONCÓ IIº, 1865, cac. pampa. En Noviembre de ese año, participó en un
malón a Tres Arroyos. El Cnel. Barros, noticiado del hecho, el día 15, fue a esperar a los
invasores sobre el Arroyo Pillahuincó Grande (Part. Pringles). El 17 venían con arreo y los
atacó. Mataron a algunos pampas, otros fueron tomados presos; entre éstos se hallaron
Pichiloncó y Juan José, y se rescataron 1500 animales. (A. Barros: Fronteras y Territorios
Federales, ed. Hachette p. 173 y J. Mulazzi: Tres Arroyos, 1938 p. 41)
PICHI LLANQUETRUZ, así llamó Namuncurá a Jodé María Llanquetruz (IIIº)
Pronsato, Dom. 1954 p. 104. (Ver Llanquetruz, José María)
PICHI MANQUE (Pichimán), 1776, cac. pampa ranquel que vivía en Chaquihué.
Media legua de Canquai, camino a Tunas. Según el censo de Diego de las Casas, tenía 10
toldos y 3 pozos (De Anglis IV 1910 p. 584)
PICHI MÁN, 1846, cac. pehuenche, invitdo por Zúñiga a Chile ( Morris von
Bennewitz, R. y Rojas Lagarde, Jorge: Robo de Ganado en la Argentin, 2001 p.62)
PICHIMÁN (Pichuimán) 1820, cac. pampa, que vivió en Kakel Huincul, al Sur de la
Prov. De Buenos Aires, Pero por el atropello de la expedición del Gobernador Rodríguez se
alejó de la frontera, donde se le consideraba indio amigo. Con Ancafilú, Landao, Antonio
Grande y Huillitrú, sin embargo, estaría en el malón con el Gaucho José Luis Molina, en
1825. (Suárez García: Historia del Partido de Lobería, 1949 p. 102)
PICHI MILLAMÁN ver Millamán o Villamain de quien era hijo.
PICHI NAHUEL, capitanejo ranquel o salinero, pues firmó el gran documento del
proyecto de tratado de paz en junio de 1873 (AEM. doc. 1232)
PICHI NECUL, capitanejo ranquel que figura en el mismo documento Nº 1232)
PICHI TRÚ, 1878, capitanejo ranquel capturado en noviembre de ese año por los
expedicionarios.
PICHI ÑAM, 1848, capitanejo pehuenche que fue acusado en Mendoza de haber sido
implicado en el malón contra Guzmané y su murte; pues estaba junto con los caciques Porrán
(Purrán), Yaupí y Cristiano. (Comandancia Gral. Del Ejército vl IV p. 456) “Pequeño
aguilucho”
PICHI ÑAN, 1906, cac. que vivía en el Chubut, trashumano de la Ppampa,
seguramente. Ese año lo visitó el Padre Juan Mazio en su casa, sita en el Valle de Trelev.
PICHI PILLÁN, Cristóbal, 1758, cac. pehuenche de Ruculhue (Chile) Al fundarse el
Colegio de los Padres Franciscanos de Chillán, los caciques Pichipillán y Lorenzo Coñuemán
fueron los primeros en llevar a la escuela a sus hijos. Este era un colegio para hijos de
caciques en que se habrán formado muchos de la nobleza araucana; pero no conocemos las
listas de las inscripciones (Rob. Lagos: Historia del Colegio de Chillán, 1980 p. 124)
PICHI PILÚ, Manuel, capitanejo ranquel, que en 1875 firmó el gran documento en
Salinas Grandes.(Proyecto de tratado de paz).
PICHI PIL,1641, cac. Araucano que participó en el parlamento del Río Quillín el 6
de enero de ese año. Dicen que por su intriga fue apresado el cac. Buta Pichún. (Campos
Menchaca: Nahuel Buta 1942 p. 113 ETIMOL: Pillán: espíritu y pichi pequeño /
diablo
PICHI PILL, 1834. Capitanejo boroga del cac. Meligur (antes Melin). Había actuado
en la Guerra a Muerte en Chile y luego del 1822 emigró a la Argentina. 1834 y 1835 sufrió
los malones de sus adversarios “patriotas”, de Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta etc. Se
salvó y tuvo que llevar la infausta noticia en nombre de sus caciques al Fuerte 25 de Mayo
(AGN X. 24-8-6: 7.10.34) También compartió con los borogas las fatales expediciones
contra los ranqueles, cuando debían ir contra Calfucurá y los demás invasores. Murió en el
injusto ataque que hicieron el 26 de abril a la tribu de Cañiuquir (ver nota biográfica de
Cañiuquir)
PICHI PINCÉN, cac boroga – ranquel 1850 era sobrino del cacique Vicente Pincén
y de su hermano Francisco Pincén (Ver su historia)
PICHI PURRÁN o Pichi Prán, capitanejo huilliche, el hijo del cac Purrán.
PICHI PUEL, 1861, cac. Salinero de la obediencia de Calfucurá
PICHI QÜINCA, 1823, cac. Pehuenche. Entonces visitó a Mendoza por razón de
tratar o renovar la paz. (No sé si sería Pichi Huinca)

PICHINTRUZ

PICHINTRUZ (Pichintur, Pichuntur). 1787, cacique gobernador de los pehuenches


de Malalhué. Era hermano del gran cacique Anca Namún, quien ha sido su antecesor en el
gobierno, muerto en 1787 y también de Caniuguán.y Pañichiñe y tío de Millaquín. Vivió en
la época de la larga Guerra Pehuenche y fue fatalmente su víctima. Interesará leer lo que
escribí sobre Ancanamún y sobre Llanquetruz, su adversario principal del grupo ranquel y
huilliche del Neuquén.
Los inicios de esa guerra se establecen en la década del 50 del siglo XVIII., guerra
que se complicó con la sublevación general de los pehuenches en 1769 y se intensificó con la
presencia, desde 1776, del Comandante General José F. de Amigorena, quien. durante 20 años
dirigió en gran parte la contienda. Su primera acción militar estuvo dirigida contra los indios
pehuenches más cercanos a Malalhué y los sometió y los sujetó a su voluntad omnímoda.
Estos amigos de Malalhué serían el instrumento más valioso para sus ulteriores expediciones.
De esta manera implantó definitivamente el régimen del Virreinato del Río de la Plata en el
Cuyo. que hasta entonces había pertenecido al reino de Chile.
Desde que, en 1784, Amigorena hizo atacar las tolderías pampeanas del cacique
general Llanquetruz, quedó ardiendo el fuego de la guerra entre éste y Ancanamán, para no
apagarse hasta 1897. Llanquetruz se fue al Neuquén y se constituyó como jefe de los
ranqueles y huilliches de esa provincia. Desde entonces aparece el nombre de Pichintur en
numerosa documentación mendocina, que nos indica su importancia y la estima que gozaba
entre los pehuenches de su grupo. En 1785 fue encargado de perseguir al cacique Creyú y lo
mató, el 29 de Febrero de ese año, porque descubrieron que había sido espía, enviado por
Llanquetruz. Hecho, cuya consecuencia fue la organización de un gran malón por parte de
Llanquetruz. Sabiéndolo con anticipación, los malalché solicitaron ayuda al gobernador de
Mendoza. Los aprestos del malón duraron dos años, pero en 1787 se hizo realidad: cayó
primero sobre la toldería del cacique Lincopí. en la zona del Diamante (hoy San Rafael de
Mendoza) y luego invadieron a Curripíl y el 23 de Junio, los huilliches sitiaron las tolderías
de Ancanamún, al tiempo que Pichintur se preparaba para invadir a los huilliches.
Ancanamún, en estos mismos días, se hallaba atacado por la viruela, como también otros
muchos de su toldería. Pichintur, previendo una sorpresa, había evacuado a sus familias y a
sus haciendas, llevándolos a la montaña. Los huilliches, no obstante, infligieron a los
malalche un enorme daño, burlándose del enfermo y de sus amigos “flojos” de Mendoza.
Como Currilipí disponía de mucha gente y estaba en una ubicación estratégica muy
favorable, Llanquetruz no logró éxito con él; antes bien, fue puesto en una situación
comprometida, pues le fueron llegando los auxilios de sus parientes, Caniomáin, Calfiqueo y
Pichimáin. (Arch. Mend. doc. 35: 1787). A duras penas pudo escapar de la acosadora lucha
con que lo enfrentaron.
Recién entonces se movió el Comandante General F. de Amigorena hacia el sur y
convocó a los caciques a un parlamento para el 17 de Octubre de 1787. sobre el Río Salado.
(Carp. 29, doc. 35. ib.). Primero se informó sobre lo ocurrido en Malalhué y en la Campaña
hasta el Campanario. Los felicitó y prometió eficaz ayuda para vengar los insultos recibidos
de los huilliches. Confirmó, asimismo, la elección del cacique general en la persona de
Pichintur, pues preguntó a los caciques asistentes si así lo querían. Lo aceptaron y aplaudieron
y festejaron con vivas y salvas la entrega de la insignia. Pichintur, humilde y
diplomáticamente, ofreció el cargo a su hermano Caniuguán, pero éste se excusó, complacido.
Luego se sentaron a beber. (ib.) El documento relativo a este parlamento es muy explícito en
nombres y resúmenes de los discursos. El punto central no fue el duelo por los caídos, entre
los que se contaban tres hermanos de Pichintur: los caciques Ñancucheo. Antemáin y Curripil
y el gran Ancanamún. Se trató en primer lugar de cómo organizar la venganza. Pichintur y
Currilipí pidieron permiso para ir a Penco (Concepción. Chile) a fin de solicitar más ayuda de
la que podía ofrecer el gobernador Amigorena de Mendoza.(AGN IX 6-7-1)
Así se aprestaron para la nueva expedición hacia el sur, que acompañaría el
comandante Francisco Esquivel Aldao, acompañado por 53 hombres de tropas mendocinas y
dos cañoncitos. Su Diario fue publicado en la Revista de la Junta de Estudios Históricos de
Mendo;a (VIII 1937). Se inicia el 26 de enero de 1788 y termina el 18 de marzo del mismo
año. Los indios de Pichintur se habían adelantado para reunir el mayor contingente posible y
para tomar contacto previo con el cacique general de los “piñones”, el cacique Currilipí.
Esquivel Aldao dice en su Diario, que quiso frenarlos en su ira (pero se puede dudar de la
veracidad de la frase), “pero ellos no se dejaron retener ni con la promesa de que el
Gobernador Amigorena les iba a enviar más gente. Ellos disponían de 300 hombres de lanza.
100 con hondas y machetes y 27 trabuqueros. La esperada ayuda de Penco no había llegado
aún. Sin embargo, entraron en tierra de los huilliches y atacaron, el 18 de Febrero de 1788, a
la vez, la toldería del cacique Caullánt y la de Llanquetruz. Aldao dice, que no los apoyaba;
probablemente quiso eludir responsabilidades ante el Virrey. Los indios mataron a muchos,
cautivaron las familias y arrearon sus haciendas. Mas al cacique Llanquetruz no lo pudieron
hallar, el cual había partido hacia la Pampa. Luego hicieron dos ataques más, el uno contra la
tribu del cacique Arceabel y el otro contra el cacique Lepnopán. cuya toldería estaba muy
bien defendida por pircas y rocas. Recién entonces acercó el Comandante Esquivel Aldao a
sus arcabuceros —dice él—y sus cañoncitos para sacarlos del nido. Se echaron a huir y les
causaron 200 muertes y apresaron a 150.
Durante la retirada, se presentó una comisión del cacique Lepnopán para implorar a
los caciques que les devolviesen a los prisioneros, a lo menos a los hijos de los caciques,
prometiendo que les iba a traer la cabeza de Llanquetruz. Esquivel Aldao intervino diciendo
que la debían llevar al Fuerte de San Carlos. En su Diario cuenta muchos otros detalles.
El 28 de Febrero se despidieron Pichintur y Caniuguán del resto de las tropas,
comprometiéndolas para cualquier eventual reacción de los sureros (huilliches).
Currilipí, entre tanto, no aflojó en su intento de cautivar o matar al cacique
Llanquetruz. hasta que el 1º de Enero de 1789 pudo entrar en Los Angeles, ostentando en
una pica la cabeza del cacique general Llanquetruz. al que había sorprendido en un viaje a
Chile en el Paso de Villarrica, el 16 de diciembre de 1788.
El sucesor de Llanquetruz fue Comepayún o Caniupayún. quien, al empezar el
invierno, organizó una expedición contra los toldos de Currilipí para recuperar el honor y
algunos prisioneros y la hacienda. El éxito de esta expedición no fue grande, porque Pichintur
acudió de inmediato con 300 indios a los que se unieron 18 chilenos con fusiles.. Se lanzaron
tras los enemigos, decididos a darles un nuevo golpe.
En Julio de 1789, el Comandante General J. de Amigorena convocó a los caciques
amigos a un parlamento grande para hacerse cargo oficialmente del asunto de la guerra y
para renovar el tratado de paz en defensa de los malalché contra los huilliches. (Arch. Mend.
doc. 39: 2.7.89) Allí presentó la autorización del Virrey para una nueva expedición,
agregando que éste tenía noticias de que los huilliches estaban pobres y que. seguramente. por
algún lado invadirían. Los instó a que los observasen. El cacique Pichintur se mostraba
impaciente —dice el documento— por expedicionar. Amigorena se ocupaba casi al mismo
tiempo de la expedición contra los indios de Guanacache.
Al año, se organizó una nueva expedición al sur, porque desde Junio llegaron avisos
de que los huilliches habían reunido 400 hombres —otros decían 1500—. incluyendo
refuerzos chilenos de Santa Bárbara. En esta ocasión la campaña estuvo dirigida por el
comandante de San Carlos, Francisco Barros, en nombre del general Amigorena. También él
llevó un Diario que inició el 11 de Junio y terminó el 11 de Octubre del año 1790. (ib. carp.
30. doc. 2, 9 fojas).
Se presentó en Malalhué con 50 hombres armados de fusil y 70 indios lanceros. Allí
mismo convocó a los caciques amigos y les prometió ayuda para la expedición. Su Diario
incluye la revista de los indios malalché. que se aprontaron para marchar con él: 209: en total:
cinco caciques, Pichintur, Caniuguán, Llanquir, Guayquinao y Pellón, seis capitanejos. 144
lanceros y 54 boleadores. Había que contar, además. a los de Currilipí, Calvillán y Naupaín de
Valdivia, que se iban a unir con ellos sobre la marcha. (Sosa Morales. ob. cit. p. 92). La copia
del Diario que se conserva en Mendoza es incompleta. Pero de él se deduce con certeza que la
expedición tuvo éxito.
Los huilliches no se dieron por vencidos. En enero de 1792 corría la noticia de que
mil de ellos avanzaban hacia las tolderías de Currilipí, quien retenía aún gran número de sus
familias y haciendas. La noticia llegó demasiado tarde a Malalhué. Currilipí fue invadido y
vencido. Dicen que se arrojó al lago o río para no entregarse a los enemigos. Mataron a más
de 200 de sus indios y se apoderaron de unos 200 prisioneros, recuperando a 150 familiares
cautivos. (Arch. Mend. Carp. 30. Doc. 4: 17.2.92 e informe de Amigorena del 20.3.92).
Aunque los de Malargüé acudieran con 600 indios y hubo un refuerzo de Chile, no se
atrevieron a entrar en batalla y volvieron para preparar una expedición mayor: quedaron en
los ríos de Malargüé 100 hombres racionados hasta la nueva expedición. (doc. 5. ib.).
Esta nueva expedición fue dirigida por el comandante Francisco Esquivel Aldao, de la
que también nos dejó un Diario que abarca desde el 5 de Mayo hasta el 18 de Julio de 1792.
El recorrido llegó hasta Zapala. (Rev. Junta Est. Hist. Mendoza, VIII, p. 330 ss).

Cuando Esquivel Aldao arribó a Malalhué, se encontró con la noticia de que el


cacique gobernador había sufrido una rodada de caballo, que no podría acompañarlo a la
campaña y que había delegado el mando de sus indios en su hermano Caniuguán. Este
marchó a Mendoza para pedir 50 hombres más, por lo menos. Esperaban también a 25
soldados chilenos. Así partieron a la larga expedición. Tuvieron bravos encuentros y
volvieron con prisioneros y botín. El choque principal fue el 3 de Junio en la zona de Zapala.
Allí entre los huilliches mataron a sus caciques Millamán, Llancanam y Quilapí.
Mientras tanto Chile hacía grandes esfuerzos para apaciguar a los pehuenches. El 4 de
marzo de 1793 hubo un gran parlamento en Negrete. En cambio, Amigorena favoreció
militarmente las expediciones de los malalché. Finalmente, cedió a las insistencias chilenas y
convocó a los caciques del sur a un parlamento para proponer “la paz entre ranqueles y
huilliches” (sic). El 21 de marzo propuso al cacique Pichintur que ratificara la paz, que
pampas y ranqueles habían celebrado con el cacique Calpisquis (Lorenzo) en Salinas Grandes
(ib. doc. 7 y 8). Con garantías de rehenes, Pichintur fue al parlamento. (Informe del
Gobernador al Virrey 29.3.93; Carpeta 30. doc. 7. 9 y 10).
El 2 de Mayo de 1794, Amigorena hizo una importante reunión de caciques de las
“cuatro naciones” en el Fuerte de San Carlos. Se redactó un Diario de la Asamblea General de
los pehuenches, relatando los acontecimientos, desde el 10 de Marzo al 23 de Abril. Los
caciques Pichintur, Caniguán, Carilef y Llancatripay sellaron la paz y casi al mismo tiempo
había en Salinas Grandes un parlamento con los caciques Tintibur, Campayas, Lorenzo, Toro,
Carripilún y Guayquigner El cacique Lalpeán era el representante de los huilliches.
Aparentemente se disipaba la tormenta. Este cacique avisó, pocos meses más tarde, que en su
toldería había mucha peste y que había muerto el cacique gobernador Caniupayán, siendo
su sucesor el ranquel Rayguán (no el tocayo pehuenche) y que deseaba pasar por Mendoza
para marchar después a Los Angeles (ib. Doc. 13: 27.11.94).
Al poco tiempo de haber celebrado la paz, los pehuenches de Malalhué pidieron por
intermedio del comandante Francisco Esquivel Aldao al Comandante General ayuda para
atacar a unos 600 indios chilenos de Valdivia. Aquellos finalmente atacaron y mataron a los
caciques Mauquepán y Colmé, estando este último en paz con aquellos y con los huilliches.
Sin aquella ayuda no se atreverían a atacar a los intrusos para no exponerse a ser atacados por
los ranqueles, mamuilches o leubulches.
El nuevo gobernador de Barbarco, el cacique Rayguán, efectivamente, tramaba una
acción contra su rival de Malalhué. Le había enviado a éste repetidas invitaciones. diciéndole
que sabía dónde estaban los brujos que con veneno habían causado la muerte de su hermano
Caniuguán y que juntos podrían matarlos. El Comandante de la frontera aconsejó no aceptar
la invitación, e ignorarla.
No obstante, el cacique Pichintur encaminóse a los toldos del sur con cien hombres,
después de haber avisado previamente al cacique Rayguán. Este se burló de él, diciendo que
no había más brujos entre ellos fuera de él, y salió a atacarlo. Mató a un sobrino y Pichintur
escapó herido, pero, a su vez, había matado a un sobrino de Rayguán, ultrajando a sus
muertos. (ib. doc. 15: 11.12.95).
De nuevo en Malalhué, convocó a un parlamento e invitó a él al comandante
Francisco Barros. Este, según las instrucciones recibidas, les recriminó por haber ido a
perturbar la paz. Ellos, más que informar, querían demostrar que Rayguán se había alzado y
que el cacique Guayquinao había marchado a ver cómo podía asegurar la paz y que aquel
había contestado que tenía buenas lanzas... Querían una nueva expedición punitiva (Doc. 15:
16.12.95).

De nuevo partieron en expedición hacia el sur, acompañados por el comandante F.


Barros, quien dejó asentado un Diario, tal como el Rey exigía, que principia con fecha del 16
de Diciembre de 1795 y finaliza el 22 de Marzo de 1796 (ib. doc. 20). Partieron 206 hombres
hacia el Río Neuquén y Barbarco. Esperaban la incorporación de los indios de Guayquinao y
Colemilla durante la marcha. El día 10 de Enero de 1796 asaltaron las tolderías de Rayguán.
La lucha duró tres horas. Los indios de Malalhué afirmaron después, que nadie se les había
escapado, salvo Rayguán, que había huído a Penco (Concepción, Chile), para pedir socorro.
Le mataron 25 indios y trajeron 143 prisioneros, entre los cuales estaba la familia del cacique
Rayguán. (ib. doc. 20: 15.1.96). En Malalhué hubo fiesta.
Las autoridades chilenas del Fuerte Antuco protestaron por este grave motivo de
discordia y exigieron nuevos intentos, incluso de parte del Virrey de Buenos Aires. para
conseguir la reconciliación (doc. 18: 28.1.96).
El comandante general Amigorena se apresuró a parlamentar con los pehuenches de
Malalhué y les hizo ver la gravedad de la situación, leyéndoles los reclamos de Chile. (doc.
19: 29.1.96). Pero ellos echaron la culpa sobre Rayguán. En segundo lugar habían sido los
participantes de la expedición y los súbditos de Pichintur: los caciques Millaguín,
Llanquitripay, Colemilla, Pichicolemilla, Cayuqué, Lieñán, Catruén, Legüeque, Rayullán,
Guayquinao y Levipán.
Era de esperar que del sur vendría la respuesta, pues Rayguán reunió gente entre
huilliches y llanistas chilenos. El 2 de Febrero corrió de nuevo la voz, que en Mamuil Mapú
(La Pampa) había señales de humo.
El 1º de Marzo de ese año hubo otro parlamento en Malalhué, al que asistieron
algunos caciques más. La situación era difícil en esta Guerra Pehuenche, sobre todo porque la
intervención de Chile en el asunto se había hecho tema del día. No sé si Pichintur fue a Chile
en gestión diplomática o por razones de comercio, como quiere insinuar el Documento 21. El
día 5 de Abril retornó a su Malalhué y el 6 ya se hallaba sitiado por sus enemigos de
Barbarco. Habíanse acercado sigilosamente sus indios ranqueles y huilliches, a los que se
habían agregado los caciques de Antuco: Calfiqueo y Coñuemain (chilenos). El Documento
21. del 17 de Abril de 1796, anota prolijamente a los caciques agresores y nos da la noticia de
la muerte cruel que ha sufrido Pichintur, como también Ñancutripay, Güenucal, Cuntrurs y
otros mocetones. A Pichintur lo ultrajaron, arrancándole la lengua, entre Rayguán, Chucán y
Manqueo, gritando: “Ya murió el hablador!”, porque había estado en constante comunicación
con las autoridades de Mendoza. (doc. 23). “No le hace que se enoje tu Capitán Grande de
Mendoza!”,- decían. Estuvieron todo un día en la toldería de Pichintur. Luego se llevaron
muchos cautivos y gran cantidad de hacienda, saliendo de allí al ponerse el sol. No olvidaron
llevarse la cabeza del cacique gobernador. Las mujeres de Pichintur lograron escaparse. (doc.
16).
Por supuesto, los caciques sobrevivientes, humillados, avisaron sobre lo acontecido de
inmediato a Mendoza y al comandante de San Carlos. (doc. 21: 17.4.96). Don Francisco
Carilef decía que, a pesar del sentimiento por sus jefes Caniguán y Pichintur, los caciques
Millaguín, Ligñán, Guayquinao, Colemilla, Cayuqué, Levihueque, Calbufcal, Chingue,
Güelecal y otros, demostraban fuerza y sabían que los huincás estaban vivos. Carilef decía
también que deseaban un parlamento, como se hacía en Chile, a fin de conseguir la
aprobación del cacique gobernador que debía suceder al finado Pichintur. Amigorena agregó
en forma reservada a su informe oficial: “Arden los ánimos; quieren expedic77ión punitiva
contra Rayguán de Barbarco. Piden para esa nuestro auxilio y que vaya yo a acompañarlos.
Habrá que condescender”. (Informe al Virrey de Melo, del 26 de Abril de 1796). Para el
entierro delegó al capitán F. Barros para que los acompañara.
De nuevo ardía el fuego de la Guerra Pehuenche. Efectivamente, Amigorena llegó el
16 de Mayo con 300 hombres al Fuerte San Carlos, donde organizó de inmediato un
parlamento o concentración de caciques amigos. Aparecieron 15. Primero recogió informes
sobre los acontecimientos habidos; aprobó la elección del cacique Millaguín, hijo del gran
cacique Ancanamún y sobrino de Pichintur. Más tarde Amigorena remitió una carta y un
bastón al cacique Rayguán, deseando que se reconciliasen, diciéndole que los hermanos y
parientes no debían matarse y lo invitaba a concertar un tratado de paz. Si no aceptaba, lo
haría reducir por los jefes chilenos (sic). Obviamente, quiso someterlos a su jurisdicción). Al
mismo tiempo que escribía esto, facilitaba cien hombres para nuevos proyectos de venganza
(doc. 27, 18.5.96: en otro documento desmiente tal actitud).
La historia de esta Guerra Pehuenche prosigue en las biografías de Rayguán y
Millaguín. (Etimol.: pequeño carancho [ abrev. truz]).

PICHUN TUR , 1806, capitanejo pehuenche. En abril de ese año estuvo en un


parlamento de los pehuenches (De Angelis I 1910 p. 126 Relato de la Cruz)
PICHI VELE (vilú), 1750, cac araucano. Según el Padre Falknr sería del grupo
Diuhet (pampa). Este cacique ha estado en contacto con la primera Reducción Jesuítica en la
Pampa Bonaerense. (Falkner: A desciption of the Ptagonia 1774 p. 129) ETIMOL: Pequeña
víbora
PICHU LAU o Pichylao y Bichulao, 1847, cac. Picunche, hermano del cac.Yaupi y
yerno del cac. Purrán, que era cac. Gobernador de lo picunches. Tuvo mucho contcto con los
pehuenches. 1845 estuvo en malalhue. 1847 visitó a Epuñán y 1851 estuvo en Barrancas con
los caciques Caepí y Rancamil (Arch. Mend. carp. 1213, doc. 15: 26.2. 1851)

PICHÚN O BUTA PICHÓN, 1629, fue un famoso cacique toqui de Chile. De él


dice el Padre Diego Rosales en su Historia General del Reino de Chile, que era un corsario,
impetuoso y resoluto. También dice que había nacido en Tomeco. Que, cuando muchacho, fue
tomado cautivo por los españoles y remitido al mercado de Lima. Allí fue comprado para la
encomienda de Felipe de la Concha. Y, aunque estuviese herrado, quiso fugar, lo que le valía
terribles azotes. En 1629 lo trajo Francisco Lazo de la Vega y Alvarado, Gobernador de Chile,
junto con 200 mapuches en un barco hasta Concepción. Pensaba darles la libertad y
congraciarse con los de su raza. Pero luego, olvidando sus propósitos, trató con dureza a los
naturales y provocó una sublevación general entre ellos.
Buta Pichón era el lider de la resistencia. 1629 organizó la terrible y rapidísima
“infantería montada” de los mapuches. Enfrentó a los españoles sobre el Río Itata. En 1630,
estalló un pánico hasta en Santiago, cuando se supo de la gran concentración de araucanos. El
24 de enero de ese año tuvo lugar una encarnizada batalla en el Valle de Picolhue, la actual
“Angostura”; era gobernador a la sazón Dn. Lazo de la Vega. Los mapuches, al mando del
toqui Buta Pichún obtuvieron la victoria sobre los españoles conducidos por Alonso de
Córdoba y Figueroa. El Padre Diego Rosales se hallaba presente. Pero el 13 del mismo mes,
al avanzar hacia el Norte, Buta Pichún fue atajado por los españoles en La Albarrada y las
tropas del Fuerte Arauco.
Recién diez días después llegaron a aquietarse los espíritus. Buta Pichún y
muchísimos araucanos concurrieron, el 6 de enero de 1641, a los parlamentos de Quillín
(Nacimiento). El fue el orador más escuchado y todos prometieron vivir en paz.
Cuando algún tiempo más tarde corrían rumores de que Buta Pichún estaba
provocando nuevas discordias, los españoles lo buscaron, pero fue hallado sin culpa. No
obstante fue retenido, mientras los españoles hicieron entradas ofensivas. Los caciques
prefirieron la paz y corrieron a las montañas, evitando el enfrentamiento.
BUTA PICHÚN, Nicolás, cac. Pehueche. El 4 de noviembre de 1751 el misionero
jesuita Bernardo Haevstadt lo visitó arriba del Río Cautín. Tenía una capilla (Diario del
misionero de 1774)

PICHÚN GUALA CACIQUE GENERAL DE TOAY

En el siglo XVII había en Chile un famoso cacique toqui, llamado Pichún


(Pluma) o Vuta Pichón . Es posible que el cacique ranquel que vamos a reseñar perpetue
aquel nombre. Sabemos que los nombres (apellidos) muchas veces no se transmitían de padre
a hijo y podía evocar a un antepasado venerado.

PICHÚN GUALA (”Pluma de Patito Zambullidor”), es un cacique conocido. El


excautivo Santiago Avendaño dice en sus Memoias que Pichuín o Pichuiñ era hijo del
cacique Llanquetruz IIº, quien murió en 1838, tras una terrible persecución de parte de Rosas.
A la muerte de su padre, asumió la jefatura general de la "Nación Ranquelina", o por lo
menos, una fracción, la de Toay, le obedecía, mientras que Painé, algo menor de edad,.
mandaba la otra rama de Leuvucó que había sufrido menos en los últimos años, debido a las
maniobras políticas y a sus relaciones con los borogas que querían protegerlo. Más tarde el
cacique Pichuín se entendía como amigo con el Cnel. Manuel Baigorria y con J. J. de
Urquiza.
En 1831 huyó Baigorria al desierto; así se había salvado de la persecución que los
federales hacían a los unitarios, sublevados especialmente desde 1829. F. Quiroga hizo su
gran campaña en Córdoba y en San Luis.
El capitanejo Rainao recibió al joven Baigorria como a un amigo y lo presentó a su
cacique Llanquetruz, que lo trató también con generosidad. Baigorria en sus Memorias nos
cuenta sobre su permanencia entre los ranqueles Hacia el año 1835 selló su amistad con la
familia cacical casándose con una hija de Pichún. Por eso en sus Memorias habla con
frecuencia de ella. Pichún era ya grande, estaba casado con una mujer de nombre
Montiguana; más tarde se casó con Rita Castro.
1833 EMPEZÓ LA GRAN PERSECUCIÓN:
En 1833, durante la Expedición al Desierto, les aguardó una dura prueba. Dos de las
divisiones venían a acorralarlos. Primero fueron atacados estos ranqueles de la Pampa por la
división del centro al mando del general José Ruiz Huídobro, el 16 de Marzo, en las lagunas
Las Acollaradas. Aunque los indios perdieron, según el parte. más de 160 vidas, los
vencedores virtuales fueron ellos. En los partes de la división de Mendoza, al mando del
general J. F. Aldao se habla de otros encuentros con. los ranqueles de la Pampa y Jorge
Velasco afirma que en Butaló hallaron los cadáveres de los caciques Pichún. Güelef y Levián
(Rev. Junta Est.Hist. de Mendoza,V.p. 130). De ser cierto, se trataría de otro cacique Pichún.
Manuel Bulnes escribió el 1° de Enero de 1834 a Rosas que el cacique Pichún estaba preso
(AGN, S.VII. Biedma, 10-4-14). La noticia podía gustar a Rosas, porque había desarrollado
una diplomacia sorprendente para que los caciques borogas pelearan a los ranqueles. Pero era
falsa la noticia .
Rosas esperaba entoncs la colaboración de los borogas de Guaminí. El cac. Melín fue
invitado a una gran junta en que se informó sobre la campaña que se iba a hacer contra
Llanquetruz. Cañiuquir informó “Yo, Rondeao y Melín hablamos más de dos
horas..Saldremos con toda la fuerza en busca de Llanquetruz para cortarle la cabeza a él y a
sus hijos (AGN S:V (antes) 35-2-4) Informaron también que, luego de haber marchado 3
días, supieron que Llanquetruz había huído; que su EXPEDICIÓN desde el 13 de Mayo hasta
el 2 de junio ha resultado inútil y que tuvieron que volver por desgaste de los animales (carta
del 6.6.1833) Luego maifiestan que los ranqueles de los caciques Painé y Carriangué
desedaban vivir separados de Llanquetruz (estar) en unión con ellos, los borogas (carta del
Cnel Delgado del 6.6.1833).
Antes que Rosas había recibido estas comunicaciones, él les había mandado una carta
vehemente en la que exigía que le entregasen a Llanquetruz y a su hijo Pichún, vivos o
muertos (AGN X. 27-7-6 p. 455: fecha: 3.6.33) A Melín en particular le escribió que se
alegraba de que había venido y que iban a atacar a Llanquetruz y a los ranqueles (ib)
En Junio de 1833 Rosas escribió al cacique general J. I.Cañiuquir. diciendo: "Con
respecto a Ñanquitruz y Pichún, tenga paciencia. Haga todo para sacar cautivos de Painé"
(AGN, S.X. 27-5-6. p. 591 y p. 555). En la respuesta leemos: "Me ha ordenado a perseguir a
Ñanquctruz. Le tomamos toda la hacienda; morirá de hambre. Que vaya el cacique Melín a
ver al General Quiroga para hacer el plan cómo liquidar a Ñanquitruz y Pichún". En otra carta
del 6 de junio (AEM doc. 244) avisa a Rosas que Llanquetruz había quedado con solo 60
lanceros y que el capitanejo Inaipil saldría con 50 contra él. Que los principales ranqueles, los
de Painé y de Carriangué venían en paz para radicarse con ellos y que otros suyos, como
Antileo, Inalé y Antibil se les habían ido..
En Abril de 1834 estuvo un hijo de Pichún en la quinta de Rosas en un parlamento.
Claro que no se enteró de los planes del Gobernador de Buenos Aires, pero tampoco se dejó
engañar (AGN. S.VII, 1-2-10). En la nota biográfica del cac. Llanquetruz documenté las
actividades de Llanquetruz, que no estba tan triste y sin fuerzas, como decían algunos
documntos. En enero de 1834 había invadido la zona del Río Quinto y luego atacó el Fuerte
Achiras con más de 600 indios. Había llamado también a indiadas chilenas y en marzo de
1834 acompañado con el militar refugiado Manuel Baigorria ensayaron nuevas incursiones,
pero fueron rechazados por el Comandante José C. Calderón.
EL ASALTO DE MASALLÉ y nuevos ataques a los ranqueles :
Rosas por sus intrigas consiguió que los borogas fuesen asaltados y humillados por
sus adversarios chilenos al mando de Calfucurá (8.9.1834). Los ranqueles aprovecharon para
recuperar haciendas “ para no morir de hambre": invadieron, pues, la tierra puntna y
sostuvieron un combate en el Valle del Arroyo del Molle o del Rosario, el 7 de Octubre de
1834. Cuatro divisiones a las órdnes del Cnel. Pablo Lucero y el Tnte Cnel. Argañaraz los
atacaron. (R. Pastor: Guerra contra los indias en la jurisdicción de San Luis. p. 400. Al
transcribir la noticia, transcribió el error de que en el combate había muerto el hijo de
Llanquetruz, llamado Pichún.) Ciertamente sufrió Pichún aún las siguientes persecuciones.
Después del asalto en Masallé, Rosas no mandó perseguir a los chilenos de
Calfucurá, sino a los ranqueles, utilizando con engaño a los borogas ofendidos. Si bien
pasaron por Salinas Grandes, los dirigían contra los de Llanquetruz y Pichuín. Y cuando se
supo de la derrota de éstos en el Molle, salieron las tropas de Bahía Blanca, reforzadas con
190 indios de Caniuquir, en Marzo de 1835, hacia Nahuel Mapú (Pampa) y Caicluro. donde
habían acampado las tribus de Llanquetruz y de Pichún. El 7 de marzo, a la madrugada, los
atacaron los 190 indios de Caniuquir, acompañados de 85 hombres de la tropa del coronel
Maza, los 85 indios de Guayquil y Alón y 45 hombres más. Los ranqueles fueron
acuchillados; perecieron 133 indios y 77 indias. Entre los que llevaron prisioneros (353 de la
chusma), se hallaban los caciques Güichal, Lamen y su hijo Antil. El parte dice, además, que
rescataron 34 cautivos, 200 vacas, 132 caballos y 2.000 ovejas y 300 cabras. Los caciques
principales se escaparon. (Diario de la Tarde. 30.3.1835)

El cacique Painé se separaba cada vez más de Llanquetruz y de Pichuín Gualá,


acercándose primero a los borogas, hasta que en 1836 los había visto sucumbir; luego buscó
la alianza de los gobiernos de Córdoba y de San Luis. Pichún, en cambio, hacía sus malones
de compensación: en Las Pulgas, El Morro y en Renco (1836). e invitó a los indios
mendocinos para que le ayudasen (AGN, S.X, 25-5-1). Hizo también la tentativa de ganarse
la colaboración de Calfucurá y de sus indios salineros; se casó con una hija del cacique
Antonio Namuncurá, hermano de Juan Calfucurá. Y. según Zeballos, hicieron una gran boda
(Zeballos: Painé. ed. Hachette, p. 283). Por eso hicieron juntos el malón del 14 de Agosto de
1837 sobre Bahía Blanca.
Llanquetruz estaba quebrado y enfermo y se apartaba hasta de su propia familia: sólo
Manuel Baigorria le asistió hasta su fin. en 1837. Baigorria no sólo asistió a su cacique amigo
en la soledad del Chadileufú, sino también a sus familiares que quedaron en la extrema
pobreza. En sus Memorias Baigorria anota: “Llanquetruz, al tiempo de expirar, le dijo a su
sobrino, el capitanejo Güiral: “Dímele a Pichuín que, si Baigorria vive, no me lo excluya
nunca del derecho de mi familia, porque ni entre mis hijos hubo quien se preocupara tanto por
mí como él”.
“Güiral cumplió exactamente con el mandato de su tío. A Pichuín, que tenía un alma
generosa, le salió un profundo suspiro y una expresión de dolor, al recordar a su padre
fallecido. A su “hermano adoptivo” ( M. Baigorria) le dio, desde entonces, el lugar que
correspondía a los que habían nacido de una misma madre. De esto ha dado muchas pruebas,
hasta que también falleció, (el 25 de Mayo de 1855)”. El cac. Pichún Gualá no estaba en los
tristes momentos de la muerte de su padre, el cac. Llanquetruz, que datamos
aproximadamente en Mayo de 1838
No fue Pichuín Gualá, de Poitahué, sino el cacique Painé de Leuvucó, el sucesor de
Llanquetruz votado en un gran consejo. Este asumió entonces la primera responsabilidad
entre los ranqueles. Pichún se conformó. Pero “se apresuró a buscar nuevas fuerzas con que
sostenerse y defenderse” (ib.) .Baigorria en sus Memorias menciona como hijos de
Llanquetruz a Pichún, Carripilún, Paillá y Rulcó.

MÁS LUCHAS CONTRA ROSAS A LA PAR DE LOS UNITARIOS


En aquel tiempo, los unitarios anduvieron armándose para quitar al "Tirano de
Buenos Aires" el poder. Baigorria usó la amistad de Pichún para integrar a los ranqueles y
atacó con ellos primero a la tribu de Santiago Llanquelén en Junín, ranqueles reducidos a la
obediencia de Rosas, con los que querían saldar cuentas viejas. En el primer intento, en nov.
de 1836 se pasaron de largo hasta Rojas. Pero dejaron en un bajo sus caballos de marcha y
algunos de sus familiares. Los ranqueles llevaron consigo a sus mujeres y algunas de sus
hijas ; a otros los dejaron en el campo del bagaje. No quiero desperdiciar el pasaje tan claro
de las Memorias de Santiago Avendaño p.63 Ed. El Elefante Blanco 1999: “Pichuiñ llevó no
sólo a su mujer principal, llamada Mainque, sino también a sus dos hijos Guichal, el varón,
que tendría entonces como 12 años y a la hija de unos 14 años. Eran huérfanos de madre, pero
su padre los amaba entrañablemente. Painé, por su parte, llevó consigo a su mujer predilecta,
Quintuillang y uno de sus hijos menores, llamado Panguitruz, joven que más tarde (sería
Mariano Rosas, su sucesor en el cacicazgo). Pichuiñ y Painé dejaron a sus hijos en el campo
con las caballadas de reserva.
“Llanquelén, que constantemente mantenía una descubierta en el campo, supo por ésta
que la invasión iba a Rojas y que, como a dos jornadas de la Federación (Junín), en un
cañadón, estaba el depósito o la reserva de la caballada. En el acto Llanquelén y su hermano
montaron a caballo con su gente y, con la celeridad propia de los indios, acometieron a los
invasores en el campo de bagajes; se arrearon todo, caballos y gente, y los condujeron a la
Fortaleza. La indiada invasora jamás pensó que sería burlada de esa manera. Juraron vengar
la maldad de Llanquelén”.
Pichún rescató a su hija, que sería la esposa del cacique Raylao; pero a los otros
entregaron a Rosas. Este trató bien a Mariano y a Manuel Güenchuil. Engrillados fueron
trasladado a Santos Lugares y a la chacra de Rosas, ubicada en Palermo. Allí les prestó mchas
atenciones y empezó a quererlos. A Mariano lo hizo bautizar, le dio su apellido que
conservaría toda la vida y les hizo enseñar el castellano y los trabajos; luego los llevó a vivir
en una de sus estancias “El Pino”.
Cuando Mariano se enteró de que el padre había enviado comisiones de paz y
pedía su liberación, se apoderó de él un gran deseo de volver con los suyos y, en secreto
preparó su fuga y la de Guichal. Huyeron y pasando por Bragado llegaron a Leuvucó. Rosas
en una carta reprochaba a Painé y su hijo Mariano su proceder. Que los quería mandar bien
regalado. En realidad, cuando el anciano cacique Güinchal llegó a Buenos Aires con una
importante embajada, trayendo consigo a diez cautivos en rescate de los dos hijos de los
caciques, Rosas retuvo a ese jefe de la embajada durante más de un año (Ver: Cac. Mariano
Rosas)

Entre tanto hubo terribles expediciones y matanzas en la Prov. de Buenos Aires y en la


Pampa. Pero lo más terrible fue el asalto de la Fortificación de la tribu de Santiago
Llanquelén cerca del Fuerte Federación. Santiago Avendaño, quien estuvo íntimamento ligado
con Pîchún y Baigorria, nos dejó un vívido relato de esos acontecimientos. Pichún y Painé
condujeron a los ranqueles a ese malón contra Llanquelén. El 23 de Abril de 1838
irrumpieron la fortificación que les habían hecho a los de S. Llanquelén, hicieron una masacre
y llevaron muchos cautivos y botín De las cuatro mjeres de Llanquelén arrastraron tres al
cautiverio. Una tomó Pichuín, la más hermosa, llamada Montui-guang. Su mujer principal,
llamada Maiñque, le había acompañado en la primera campaña. Painé tomó otra y
Nahuelcheo la tercera (Memorias de Avendaño ed. 1999 p. 69. En la biografía de
S.Llanquelén transcribimos muchos testimonios... El malón siguió atacando el norte de
Buenos Aires, pero fueron atacados y vencidos en el combate de Loreto (hoy Maggiolo), el 22
de noviembre de 1838 (R. Yaben: Biografías militares. I. p. 423 y 807 y II. p. 69). Marcos
Rivas en su monografía sobre Melincué (1945. p. 20), afirma que fue la primera batalla
organizada por los ranqueles. Que en ella murieron el cacique Quiñimay y cien lanceros
indios y que Baigorria se salvó por la extraordinaria calidad de su caballo. (En el Museo de
Lujan he visto un cuadro grande que reproduce una escena de la batalla.) En mayo de 1838.
estos mismos ranqueles han hecho un esfuerzo para concertar un convenio con el gobernador
de San Luis. El Archivo de esa ciudad (Caja Indios) conserva la nota del 27 de mayo de ese
año en la que nos informamos que Payné, por consejo de M. Baigorria, había enviado al
capitanejo Guachaqueo (Huachuqueo) al gobernador al que ofrecían la paz,. a la vez que
pedían interviniera ante el gobernador de Buenos Aires para la entrega de su hijo preso y el de
Pichún.
Dos meses más tarde, el 9 de Julio, hubo una entrevista, quizas en San Luis mismo,
con los caciques Payné, Pichún y el hermano de Llanquetruz, es decir, el tío de Pichún (Arch.
S. Luis, Doc. 7252).Este documento dice que era de profesión platero y trabajaba con grandes
conocimientos y que regaló al Gobernador un reloj de plata. Pero a la gestión de un tratado de
paz le diron largas.
En otro documento transmite al Gobernador J.Greg. Calderón el relato de José León
que por su orden hizo excursión a las tolderías,dice: “Tengo mucho gusto en noticiar a usted
el recibimiento tan bueno que se me ha hecho; en el camino fui encontrado por tres
mocetones del cacique Painé, llevando consigo caballos para mí y para Bartolo y las cargas.
Arribé a la toldería y me regaló una onza y un reloj para el gobernador
“Después de la entrevista con el cacique Painé y el cacique Pichún, me retiré al toldo
de Painé . Y Lincon, sobrino de Painé, me regaló una onza y me hizo carnear una res.
“...Le recomiendo al tío del cacique Pichún, Güichal, hermano de Ñanquetruz y a la
mujer de Pichún”
En otra carta cuenta el resultado de su entrevista: “Estos dos señores (Painé y Pichún)
de Ranquel Mapó se conforman con que el Sr.Gobernador de San Luis haga una paz general
con las demás provincias, exigiendo de S.E. en prueba de la paz , cinco cautivas o cautivos: a
Miguel y Juana Caupolicán y Mariano, el que tiene el Capitán Ileseas y el que tiene el Sr.
Coronel, obligándose los dos caciques a mandar a S.E. otras cinco de las que están en este
país, siendo su gusto de las cautivas; en caso que quiera venir el cautivo, permítale licencia”.
(Junta de Est. Hist. S.Luis, Monografías Nº 2, 1980, p.10)

EN 1839 SE ESTABA GESTANDO LA REVOLUCIÓN de los Libres del Sur contra


el gobernador Rosas. Baigorria y los ranqueles no eran ajenos a estos planes y tomaron a su
cargo desempeñar una tarea en ella. En Abril corrió el preanuncio que las indiadas ranqueles
vendrían a invadir las indiadas adictas a Rosas en Tapalquén (J. Arena y A. Valverde: Historia
del Partido de Olavarría, 1967. p. 186: Documentos de la Colección Arce Nº 72 y 125). Antes
de producirse esa invasión, malonearon en la zona cordobesa, en Río Cuarto, Reducción y
Chilcas y saquearon una tropa de carretas que iba hacia Santa Fe. (Walther. ob. cit. ed. 1964.
p. 359)
El 20 de Agosto de 1839 dieron el atrevido golpe al Fuerte y a la toldería de
Tapalquén apoyados por Calfucurá y un refuerzo de indios venidos de Chile. El comandante
Eugenio del Busto accionó oportuna y eficazmente y rechazó al malón que venía con más de
1.200 indios. Castigó severamente al cacique Pichún y a su amigo Baigorria en la laguna
Huitel del Partido de 25 de Mayo (AGN, S.X. 27-7- 6: Capdevilla: Tapalquén, I, p. 94 y 97 y
Yaben: Biografías Militares, I. p. 144 y AGN. S.IX, 29-2-2, Secretaría de Rosas). Porque se
habían encontrado chapeaduras de Pichún y Baigorria (que serían de singular hechura) se los
creía muertos.
Rosas, abrumado por las dificultades del Interior, la Liga del Norte y por las presiones
de fuerzas extranjeras, decidió adoptar de nuevo una actitud conciliadora para con los indios y
continuó con el "negocio pacífico". Después de haber recibido nuevas propuestas de paz por
medio de los gobernadores de Córdoba y de San Luis, admitió una comisión ranquel en
Buenos Aires y en Azul. El 12 de Abril del año 40 estuvo un hijo de Pichún en Palermo y en
el mismo mes hizo atender generosamente a una fuerte comisión de paz en Azul,. encabezada
por los capitanejos Millaqueo y Quidulef. En el parlamento que tuvo lugar el 28 de Abril, en
presencia de una embajada de Catriel y de Collinao, se leyó un proyecto de tratado de paz con
el cacique general Painé y sus indios ranqueles. Poco después Pichún recibió permiso para ir
también a Tapalquén (AGN. S.VII, 1-2-9: 6.5.40). Fueron obsequiados y racionados.
No obstante, Baigorria llevó a los ranqueles a participar en la Revolución Unitaria en
San Luis el 11 de Noviembre de 1840. contra el gobernador G. Calderón. Asaltaron la plaza y
la casa del gobernador y fue necesaria la intervención del obispo para mitigar las exigencias
del invasor. (Núñez: Historia de San Luis. II. p. 433 y Memorias de Baigorria; interesante
como convenció a Painé sobre la marcha a Córdoba, a acompañarlo a San Luis. Luego
contuvo a los indios para que no entraran; el mismo se hizo el prisioneo y quedó en San Luis)
Rosas dio la orden de apresar a los mensajeros de Payné y de Pichún;- pero no lo
hicieron-, cuando el caciquillo Nahuelpán llegó en su nombre a Río Cuarto (Arch. San Luis:
18.2.41). Y el coronel Rosas y Belgrano entregó al capitanejo Quiñulef 500 yeguas en Azul.
Pero el historiador puntano Urbano Núñez registra otro malón de Baigorria y Pichún en su
provincia. El 10 de Abril de 1841 invadieron 300 indios y 50 cristianos (ob. cit.. II. p. 460).
cuando, al mismo tiempo, escribía el general Oribe al general M. López: "La amistad con
Painé será beneficiosa" (Arch. San Luis: 12.4.41). En Junio, Rosas autorizó al gobernador de
San Luis para que celebrase un tratado de paz con estos mismos ranqueles y efectivamente
recibió en su casa al cacique Curiñ. (Arch. San Luis: 10.6.41)
La actividad de los unitarios no había disminuido aún. El general Lamadrid y el
general Paz invitaron a Baigorria y a los ranqueles a colaborar y nuevamente avanzaron sobre
el sur de Santa Fe, en Mayo de 1842. Hubo invasiones en Cañada de las Pajas, en Arroyo del
Medio, en Cruz Alta, Guardia de la Esquina, Los Chañaritos. Baigorria tuvo poca suerte
(27.5.42), pero ya llegaban indios de Chile a reforzar su indiada. (fha.28.5.42. AGN, S.VII, l-
2-13,Doc.106)

El acontecimiento que más afectó fue la muerte del cacique Paine (Gnerr) y su
entierro espectacular el 15 de Septiembre de 1844. Su sucesor era su hijo mayor , el cacique
Calvaín (o Galván). Pero los malones siguieron sucediéndose, como también gestiones por un
tratado de paz. Por ejemplo, en 1845, después de la muerte del cacique Guzmané, una
comisión de los caciques Marihuán, Güircañamcú y Meligual se presentó al cacique Pichuín.
Este había asentado su toldería en Poitahué y todavía mantenía relaciones
diplomáticas con el fin de concluir el tratado de paz, sacando alguna ventaja. Rosas atendía a
sus comisiones por medio de su ahijado, el coronel Pedro Rosas y Belgrano en Azul. En
diciembre de 1847 llegó allí una comitiva de Pichún, encabezada por su hijo Manuel Guichal
de unos 25 años, con 150 indios. Otro acompañante era Locolil, hijo adoptivo de Pichuín,
quien reemplazó a Güichalá que se había muerto. Baigorria pudo evitar que no hubiese
matanza de mujeres en el entierro de .Calvaiñ
Se los atendió con prodigalidad, pero se les exigió que entregasen al unitario Manuel
Baigorria. quien los había conducido a la guerra. El capitanejo respondió con firmeza que no
entregarían a su amigo (R. Capdevilla: Rosas y Belgrano y Memorias de Baigorria Cap. V.).
Baigorria, quien era llamado por Rosas "forajido", estaba implicado en negocios con Chile.
Parecía comprometido también en el malón al cacique Guzmané (en 1845). Pichún defendió a
su yerno de todas las sospechas (Arch. Mend. Carp. 123, Doc.12: fha. 24.1.47).
En Abril de 1846. los unitarios habían movilizado a los ranqueles a un gran malón,
pues. Pichún. Calvaín y Guayquiner (hermano de Painé) invadieron la zona de Río Cuarto:
Antepán y Quechudeo, a La Carlota: y Baigorria con Coliqueo marchó a Rosario, donde
contaría con amigos unitarios. Pocos meses después invadieron con 300 indios a Río Tercero
haciendo muchos cautivos con el fin de liberar a los indios prisioneros que tenía el
gobernador de Córdoba. (Arch. Córdoba, Sec. Gob., T. 204 E: 5 fojas 273 y 292)
A raíz de la evasión de los Hnos. Saá y otros puntanos que se habían agrupado con
Baigorria, éste pasó una tremenda crisis, como lo escribe en sus Memorias., viendo que ni
Pichún le tenía ya plena confianza. Se apoyó en adelante más en el cacique Ignacio Coliqueo.

1852: ROSAS VENCIDO


La caída del “omnipotente” Gobernador Juan Manuel de Rosas en la Batalla de
Caseros, el 3 de Febrero de 1852, cambió la situación política del país. La guerra civil ya no
se jugaba entre unitarios y federales. Por cierto, no había ni paz ni unidad. Por la derrota
frente al Ejército libertador del Gral J.J.de Urquiza el gobernador de Buenos Aires. J. M. de
Rosas, debió renunciar al gobierno.
Baigorria fue indultado, incluso lo buscaron en el desierto para que ofreciera su ayuda
para la defensa de las fronteras del sur de Córdoba y de San Luis y colaborase en la
unificación nacional. Baigorria, en 1853, pudo reanudar buenas relaciones con el gobierno de
San Luis, su provincia. Hizo un tratado de paz entre el cacique Pichuín y el gobernador
Guzmán de Córdoba (Arch. Cord. Sec. Gob., T. 239, p. 116) y también indujo a Calfucurá
para que hiciera un tratado de paz. (Allende: Frontera y campaña del Estado cíe Buenos Aires,
p. 14 y 72)
La lealtad que había mantenido con los jefes unitarios, la volcó entonces sobre el jefe
de la Confederación Argentina, el general Justo J. de Urquiza, quien aceptó sus servicios y el
de los indios ranqueles. Aquí posiblemente podrían intercalarse más datos sobre la amistad de
Pichún con Baigorria y a través de él con el Presidente Urquiza.

MUERTE DEL CAC. PICHÚN

De pronto nos encontramos con la noticia de la muerte del cacique Pichuín.. Trascribo
la enternecedora carta del cacique Calvaín dirigida al coronel Manuel Baigorria por la que
cuenta de la muerte del cacique Pichún, su pariente:
"Leubucó, el 11 de junio de 1855.
"Mi apreciado suegro: ...El día sensible y triste, el 25 de mayo, vimos morir a nuestro
padre, el gobernador Pichún, como le será (triste) a usted el día que recibe ésta. Antes de
morir me hizo llamar para aconsejarme que hoy en día no quedaba otro más que yo y usted:
que unos a los otros nos entendamos y nos miremos como hermanos. Y así mismo advierto a
usted, ahora en la ocasión, no porque haiga muerto nuestro padre, no lo he de mirar en menos
a usted. Ahora en la ocasión lo debo de apreciar de que los dos quedamos pobres con haber
perdido un padre. "Y ahí mando a Catrenao con (las) demás palabras (para que a) usted
se vuelva a repetir las buenas palabras que me ha dado mi hermano Epugner y mi ayudante
Manuel Pineda que usted les había dado por lo que estoy agradecido de usted. Así. viste, ha
de tener presente los consejos que le ha dado el finado Llanquetrú, así no debe olvidar usted
este aviso que le doy a usted. Les participará a todos los gobernadores de estas provincias, en
mayor parte al Presidente Urquiza. Yo he mandado a San Luis (la noticia) de la muerte de
Pichún... Mando una manta que el Sr. Presidente Urquiza había pedido". (Arch. Cord. Sec.
Gob., T. 240. p. 46). Manuel Baigorria escribió, entonces, el 18 de Junio al gobernador Alejo
Carmen Guzmán de Córdoba: "Recibí la comunicación del cacique Galbán que anuncia el
fallecimiento de nuestro amigo el cacique Pichún y otra de los enviados de Manquellán. Estos
dos caciques me mandaron (también) relaciones verbales con Catrenao y Loncolí y piden (lo)
ponga (esa noticia) en conocimiento del Sr. Gobernador y del Sr. Presidente y que era preciso
que yo me vaya a hacer algunos arreglos según la orden de Pichún al punto de morir.
"Les contesté que... debía esperar órdenes... Pichún me había llamado en una anterior
para recomendarme su familia, por cual objeto despaché a mi hermano; y desgraciadamente
no lo alcanzó en vida..." (Arch. Cord. Sec. Gob.. T. 240. p. 45)
El gobernador Alejo C. Guzmán permitió a Baigorria que atendiera a la familia de
Pichuín, en oportunidad del entierro del cacique. Luego éste le contó en carta del 20 de Junio
de 1855: "Felizmente se ha conseguido ya, que no reciban ningún impulso de la desgracia que
siempre en un caso de estos saben recibir esas desgraciadas chinas" (ib.. T. 240. p. 50). Es
decir, pudo evitar que hubiese sacrificios humanos, como los había habido en el entierro de
Painé.
Si bien Calvaín era desde la muerte del cacique Painé (1844) el responsable más
importante de los asuntos ranquelinos, Llanquetruz (IVº). el sobrino de Pichún, asumió el
gobierno de la tribu de Pichún, esa otra rama del tronco ranquelino en Poitahué. Y su sucesor
habría de ser el cacique Baigorrita, hijo de Pichún (véase su biografía). A éste lo promocionó
en particular el coronel Manuel Baigorria: era su tutor y su padrino, por voluntad del mismo
cacique Pichuín.
El 5 de Junio de 1857 lo envió con cartas al cacique Calfucurá, quien había hecho un
tratado de paz con el general Justo José de Urquiza. En la carta decía: "...Le mando a
Baigorria. mi tocayo (esto es. al hijo de Pichún), para que afiance la amistad con él y le
aconseje: no pierda ni él ni Yanqui (Llanquetruz) su amistad, como la tenía el difunto mi
hermano Pichuín". (AGN, Arch. Urquiza, T. 779)
No podemos indicar la edad que alcanzó Pichuín. No debe haber sido muy mayor
cuando falleció. En 1830 es llamado ya cacique..Baigorria habla en sus Memorias de que
Lorenza Coliqueo, la hija mayor del cacique Ignacio Coliqueo le era prometida en
matrimonio y que murió antes de que formalizara el matrimonio. A consecuencia, ésta misma
fue prometida al Cnel.. Baigorria y la casó siendo muy joven,en vísperas de efectuar la
campaña de Cepeda, en 1859 (Memorias de Baigorria). Anteriormente pues había tomado el
compromiso de casarse con la hija menor de Pichún que aún era una "chinita, pero no se
realizó el casamiento". En las mismas memorias leemos el nombre de una de las esposas de
Pichún: Montiguana. En el relato sobre el malón contra la tribu de Llanquelén, en 1836,
leimos que su mujer principal era Mainque
Enumero los hijos del cacique Pichuín, según podemos conocerlos a través de esas
mismas Memorias de Baigorria y las de una nieta, llamada Josefa Poncela (La cumbre de
nuestra raza. vol. III, S. Rosa, La Pampa. 1942. p. 290): Cayupí., Guicha Leuquén (Guichal),
Llanquín, Carruén, Fernández, Baigorrita y Lucho y las hijas: María y Celia. Los últimos
hijos los tuvo con la cautiva Rita Castro, a la que Baigorria dio la libertad. Una hija de
Pichuín se casó con el capitanejo ranquel Millalauquén; a otra cautivó Llanquelén. Otro
documento nombra también a Caniupuel, quien, en 1836, cayó en prisión como Mariano
Rosas (Rev. Todo es Historia, No 130). Llanquetruz era su sobrino favorito y favorecido.
Si analizamos las noticias que tenemos de Pichuín, sobre todo por las que nos dio el
coronel Manuel Baigorria, descubrimos a un indio de buena humanidad, de fidelidad a la
tradición ranquel y de un apasionamiento político que lo llevó a la guerra junto con los
unitarios del interior. Avendaño, el cautivo que lo trató muy de cerca, lo caracteriza así:
“Pichuín era indio de una capacidad admirable, prudente y por consiguiente de un corazón
muy sano,..tan ponderado por su madura capacidad”

OTRO PICHÚN
El Pichún de 1878, capitanejo ranquel, debe haber sido de la parentela o sucesión de
Pichuín Gualá. Lo conocemos a través de documentos de la última etapa de la Conquista del
Desierto. En 1878, poco después de haberse ratificado por cuarta vez el tratado de paz de los
caciques ranqueles con el Gobierno nacional, irrumpieron las tropas del general Racedo en
sus tolderías, con la orden de limpiar la Pampa. Pichún huyó junto con el cacique Baigorrita
desde Toay hacia el sur. En Febrero de 1879 fueron alcanzados por una columna del coronel
Marcelino Freyre. El 15 de Febrero, yendo de Trecán hacia Quenquez, encontró su columna
el campamento del cacique Baigorrita y apresó por medio de una fuerte sorpresa a 103 indios
de lanza y 296 de la chusma. El parte dice que fueron muertos sólo el cacique Pichún, tío (sic)
de Baigorrita y unos 45 indios y a los capitanejos Lencué, Lincopal y Chincol (AEM. 17.2.79
y Olascoaga vol.I. p. 117). Su tumba se habría cavado en Médano Alto de la Laguna Corta.
(Noticia del 30 de mayo de 1879. Comisión Nacional del Monumento a Roca: La Conquista
del Desierto. Bs. As. 1940, III. p. 94)
PICHÚN, capitanejo boroga, hijo del cac. Ignacio Cañiuquir (según Mem. de
Manuel Baigorria
PICHÚN CÓ, 1850, cac. pehuenche del SO. De Malalhué (Mend.) en el límite con
Chile.

PICHÚN MANQUE,1821, cac. araucano que actuó en la Guerra a Muerte en el


bando patriota. Luchó junto con los caciques Pinolevi y Colipì. Dicen que poseía viñedos
(T.Guevara 1910 )
PIEM PÁN o Pienpán, 1780 cac. pehuenche principal. Actuó en la Guerra
Pehuenche. Por entonces vivía en la zona del río Diamante. Durante la expedición del
Comandante General José F. de Amigorena fue sometido, igual que el cac. Roco de la misma
zona. 1781 tuvo que acompañar las tropas mendocinas a una tercera expedición avallazadora.
1782 visitó al Gobernador de Amigorena en Mendoza. Allí se enfermó de gravedad. El 23 de
Febrero del mismo año fue bautizado y poco después murió (Arch Mend. Carp. 107: 10.3.82)
Según el tratado de paz, su tribu debía radicarse en Chacaycito. Tropas buenaerenses
los atacaron ( durante una de esas expediciones “por Sal”); se llevaron prisioneros a muchos
indios. El 13 de junio de 1784, varios caciques, entre ellos Pienpán (hijo), Roco y Puñalef
hicieron una gestión para que les fueran devueltos sus familiares, prometiendo que se
radicarán por San Carlos y que defenderían las fronteras contra los pampas ladrones (Arch.
Mend. carp. 29 doc. 27) El sucesor de Piempán fue el cac. Lloncapán, quien trasladaría la
tribu 44 leguas más al sur.
PIENA, 1833, cac. boroga. Era hijo del cac. Mulato. Sufrió los inonvenientes de la
guerra y política de Rosas que contamos bajo los títulos de Rondeao , Cañiuquir, Mulato, etc.
PILA HUEQUE, 1787, cac. pehuenche que figura en varias listas de parlamentos
ETIMOL: pilai : no (hay) y hueque: llama (s)
PILA NÁN, 1879, capitanejo ranquel que conocemos por documentos de la
Conquista del Desierto; pues en 1879 fue atacado por la columna del Gral. Uriburu, mientras
huía hacia el Neuquén. Les tomo 10 prisioneros y 54 de la chusma (Olascoaga I. 260 y II.216)
PILA TRUM, 1798, capitanejo que apaece en las listas de parlamentos de
pehuenches.
PILCHARABA, 1573, cac. Comechingón de Pilsaca, San Roque, Córdoba;
encomendado de Yrobi (Montes p.87)
PILETA (Pillanta), 1579, cac. De Mendoza; heredero del cac. Yanqueta (Cheuqueta);
encomendado de Gaspar Godínez de Benavides (J.T.Medina: Documentos II. 1959 p. 463)
PILESTRUÍN, 1796, cac pehuenche de Malalhué
PILME, 1770, cac. Pehueche. Se enfrentó al Gral. Ambrosio O´Higgins, el 12 de
febrero de 1770 y lo derrotó (González p.111)
PILQUE PANGUI, 1750, cac.puelche pampa. (T. Falkner en su libro de 1774 p.126
lo nombra).
PILQUI LLAN, 1806, cac. pehuenche que vivía al Este de Meucó (La Pampa).
Participó el 1º de abril de 1806 en el parlamento que convocra el viajero Don Luis de la Cruz
(Diario en de Angelis I. 1910, p. 126, 167, 193y 223)
PILQUIL, 1833, cac. pampa. Ese año fue tomado preso en Linlofú (“Cristiano
Muerto”). Le acompañaron Lepil, Payllarén, Reinquén y otros jefes pampas. Decía que era
primo hermano del cac. Chañil (cac. Negro)
Pilquil. En la Tribu de Los Toldos (Prov. de Buenos Aires) se desarroló una gran
familia Pilquil, entroncada en la familia cacical de Coliqueo, mejor dicho de la esposa de
Ignacio Coliqueo, Felipa Quintuil o Collil.
I. Lenqui Pilquil cas. con María
II. Manuel Pilquill (1836-1906) cas. con Máxima Coilill, n. 1846, nieta de Felipa
Coilill.
III. 1. Francisco Pilquil n. 1867 (soltero) – 2. Sandalio Pilquil cas. con Rafaela
Lepiman tuvo 3 hijos (Sara) – 3. Lorenza Pilquil (1874-1928) cas.con José
Suárez de Villa Mercedes :10 hij. – 4. Juan Pilquil (1879-1905) cas. con
Sinforosa Umayhual 2 hij. -
Micaelea Pilquil (1876-1951) cas.con Jaime Fernández, 2 hij. - /. Gregorio
Pilquil (1888- 1904) etc.

PILQUIL, Yenquen o Llenquei cc. María creo que fue capitanejo pampa

PIEMPAN o Pienpán, 1780, cac. pehuenche principal. Intervino en la Guerra


Pehuenche. 1780 estaba en la zona del Diamante. Durante la expedición del Comandante
General José F. de Amigorena fue sometido, igual que el cac. Roco de la misma zona. 1781
tuvo que acompañar las tropas mendocinas a una tercera expedición avallasadora. 1782 visitó
al Gobernador de Amigorena en Mendoza. Allí se enfermó de gravedad. El 23 de febrero del
mismo año fue bautizado y poco después murió (Arch Mend. carp 107: 10.3.82)
A consecuencia de un tratado de paz, su tribu debía radicarse en Chacaycito. Tropas
bonaerenses los han atacado (era durante una de esas expediciones “por la sal”) y se llevaron
muchos indios prisioneros. El 13 de Junio de 1784, varios caciques, entre ellos Pienpán (hijo),
Roco y Puñalef (quizás es Piñalef), hicieron una presentación, gestionando que les fueran
devuelto sus familias. Tuvieron que prometer radicarse en la cercanía de San Carlos y
defender la frontera contra los pampa ladrones. El cac. Lloncopán fue el sucesor de Pienpán;
trasladó pues la tribu 44 leguas más al sur.
PIENA,1833, cac. boroga. Era el hijo del cacique Mulato. (ver su biografía) Piena
sufrió los inconvenientes de la guerra y de la política de Rosas. (Véase la historia de Rondeao
y Cañiuquir)
PILA HUEQUE, 1787, cac. pehuenche. Figura en listas de parlamentos (Pila :”no”
hay y hueque: llamas
PILA NAN, 1879, capitanejo ranquel que conocemos por documento de la Conquista
del Desierto. En 1879 fue atacado por la columna del Gral. Uriburu, mientras huían hacia el
Neuquén. El parte dice que les tomaron 10 presos y 54 de la chusma (Olascoaga: I. 260 y
II.216)
PILA TRUM, 1798, capitanejo pehuenche
PIL CHRABA, 1573, cac. comechingón de Pilasacat, San Roque, Córd.;
encomendado de Yrobi (Montes p.87)
PILETA o Pillanta, 1579, cac. de Mendoza, heredero de Yanqueta o Cheuqueta,;
encomendado de Gaspar Godínez de Benavides (J.T. Medina: Documentos II 1959 p. 463)
PILESTRUÍN, 1796, cac. Pehuenche de Malalhué.
PILME, 1770, cac. Pehuenche que se enfrentó al Gral. Ambrosio O´Higgins
(12.2.70) y lo derrotó (González p. 111 )
PILQUE PANGUI, 1750, cac puelche pampa. El P.Thomás Falkner en su libro de
1774 p. 126 lo dice.
Pilquil, 1833, cacique en la pampa. Ese año fue tomado preso en Linlofú (“Cristiano
Muerto”). Le acompañaron Lepil, Payllarén, Reinquen y otros.
PILQUI LLÁN, 1806, cc. pehuenche que vivía al Este de Meucó en la Pampa.
Participó el 1º de abril de 1806 en el parlamento que convocra el viajero Luis de la Cruz (su
Diario: en De Angelis I. 1910 p. 126, 167, 193 y 223)
PILLQUILL , Yenquen o Llanquei de la nobleza araucana cuyo hijo Manuel se
entroncó en la tribu y familia boroga del cac. Ignacio Coliqueo en Los Toldos (Bs.As.) con
mucha descendencia.
PILQUILL, Manuel (1836 – 1906 se casó con Máxima Coilill (1852 – 1900)
Esta era hija del capitanejo Mariano Coillil y Llanquei.
Felipa Collill Quintuil (n.1797- 1892 era esposa del cac. Ignacio Coliqueo (1796 –
1871) t tíos de Manuel Pilquill
Hermanos de Máxima Coillill: 1.Juana 2. Pastorina. 3.Simón 4. Lorenza 5. Mariano
López Colil 6. José Colín 7 . es Máxima 8. Mariano Colín o Mariqueo 9. Cornelia 10. Felipa
Hijos de Mauel Pilquill y Máxima Coilill:
1.Francisco Pilquil (1867 - ) 2. Lorenza Pilquil (1874 – 1918) 3. Micaela Pilquil
(1876- 1951) 4. Juan Pilquil 1879- 1905 5. Sandlio Pilquil (1886 - 6. Gregoria Pilquil
1888 – 1904) 7.Fortunata (1889 – 1970) 8. Sinforosa Sofía …
Su genealogía marca una prolífera descendencia. Hoy se conocen algunas tejedoras en
La Rinconada del campo de la Tribu de Los Toldos (Pilquil y Lepimay)
PILQUI ÑIR, 1820, cac.pehuenche de Collicó que, unido a los pehuenches del Cuyo
luchó en la Guerra a Muerte en el bando de los patriotas (T. Guevara, 1910 p. 124 y 134)
PILQUI NIERE, Melchor, 1746, cac araucano que asistió al parlamento de Tapigüe,
Chile. (ver Güenchugula)
PILLA ACSI, 1590, cac. cuyano que vivía a corta distancia de San Juan. Sus tierras
fueron ocupados por Diego Lucero.
PILLÁN (Piyán) 1844, cac. ranquel que se había agregado a la tribu de Calfucurá.
Rev. Azul p. 110)
PILLANTÚN, 1612, cac. araucano que estuvo en el parlamento de Paicaví, el 7 de
dic
PINALEFI, cac. gobernador estaba asentado sobre la laguna Vicuncha. En 1776 el
Cnel Juan B. de Acosta hizo una represión violenta y hacía prisioneros. Pero el 25 de Abril
de ese año celebró en su toldería un convenio de paz. “Fue el primer reconocimiento a Tierra
Adentro”, dice C. Mayol. En 1777 el cacique Pinalefi estaba armando,- decía Cristina
Ferreira, una cautiva escapada,- una invasión en “El Sauce” al Sur de Río IVª(La Carlota)
(carta de Bautista Echeverría a Antonio Artigas, el 30 de oct. de 1777. El cac. Curruvilú con
Güenucal y también gente de Yanquelén invadieron, efectivamente, con 600 indios en el
distrito de Saladillo, de donde se llevaron haciendas y cautivas. Además atacaron dos
convoyes de carretas. En Saladillo sacaron 4 cautivas y mataron 8 que estaban de viaje para
Mendoza, el 31 de octubre (Estela Rosa Barbero. Cruz Alta 1990 p. 49)
PINA LEF, 1787, cac. pehuenche del sur de Mendoza (Arch. Mend. 17.10.87) . El
Cnel Pedro A. García lo encontró también en Salinas Grandes, en 1810, según su Diario de la
Expedición Salinas Grandes (De Angelis I. )
PINÁS (o Pinaas) , en 1855 era embajador de Catriel ante el cac. Calfucurá con
Huenchuquer. En 1859 era capitanejo pampa del cac. Quentriel. Actuó en Limen Mahuída,
según las Memorias del Cnel. Manuel Baigorria. Desde 1859, estuvo muy en contacto con el
cac. Calfucurá. En una carta que se conserva en el Archivo del Presidente J.J. de Urquiza
(AGN) T. 224 p. 201); En 1863 con el Presidene Bartolomé Mitre (Arch Mitre XXIV p.96) y
en 1865 estuvo en Bahía Blanca por gestión del cac. Calfucurá por un tratado de paz. En
marzo de 1866 asesinaron allí un chasque suyo. Allí mismo fue muerto el cac. José María
Llanquetruz a balazos, estando él en relación de paz. Una última noticia de julio de 1878 dice
que Pinaas era un capitanejo viejo, de buenos consejos, del tiempo del cac. Painé (Carta del
cacique Epugner Rosas)
PINÁN, 1797, capitanejo pehunche de Malalhué. Figura en listas de parlamentos
durante la Guerra Pehuenche (Arch. Mend. 1797) ETIMOL: Pi dijo o el grito del ñancú
PINÁN, 1878, capitanejo pampa ranquel. Se encontró en Puán como indio amigo
(Olascoaga I. p.90)
PICE LÁN, 1788, cac. pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche. Fue muerto
en una expedición que hicieron los indios (amigos) de Malalhué contra el cac. Llanquetruz
por las orillas del Río Agrio (Diario de Esquivel Aldao, publ. en Rev. Junta de Est. Hist.
Mendoza VIII, 1938 p. 319 ss)

PISEÑ O PINCÉN

1º El VUTA o TA PINCÉN, llamado por los indios Vuta Piseñ (Pincén


el viejo o el padre) o Pisel, o Picén, era en 1820 cacique boroga de Chile; de
manera que debe haber nacido antes de 1800. Era compañero del cacique
Ignacio Coliqueo (Guevara Silva, T. Los araucanos en la Revolución de la
Independencia, Santiago 1910). Lo testimonió también un hijo del cacique
Coliqueo, Martín. El cac. Hirio Lienán de Temuco afirmó que el cac. Pisén
participó como compañero en una expedición de venganza con Manguín contra
Coñuepán y Colipí porque habían muerto a su padre. Este Ta Pinseñ estaba
emparentado con el padre del capitanejo Catrenao, alias Vicente Inaquén.
Ignoramos el nombre de la esposa, de apellido Catrenao, apellido que asumieron
también sus hijos. Otro parentesco tuvo con el cac. Nahuelpán o Nahuelpayún,
que parece ser apellido pampeano. Coliqueo y (Vuta) Pincén estaban luchando
“como compañeros de armas” con el bando del Sur del R. Bío Bío, o sea con los
realistas, hasta que fueron vencidos en 1821. Vuta Pincén emigró, como muchos
otros borogas, a la pampa argentina, evadiendo el final de la Guerra a Muerte.
Hasta el Asalto de Masallé (en 1834), los Pincén estuvieron en la zona de
Epecuén - Carhué. Allí nacieron sus hijos los caciques Vicente Catrinao Pissén
(en 1829) y Francisco Catrinao Pissén (1824).
Más tarde evadiendo la persecución de las tropas de Rosas, se afincaron
en tierra ranquelina, igual que los Coliqueo. En 1860 se separaron, al venir éste
a la frontera bonaerense. Pincén, sobre todo su hijo Vicente Pincén, obedecía un
tiempo las órdenes de Calfucurá, manteniendo, sin embargo, una cierta
independencia. A la muerte del cacique Juan Calfucurá (1873), Vicente Pincén
entró en la historiagrafía de la Conquista del Desierto como el indio más
peleador, el tigre de la pampa bonaerense, mientras que Pincén el viejo se iba
eclipsando, a lo menos en los documentos militares. De todos modos, no se
puede afirmar que hubo un solo cacique Pincén (como pretendía J.J.Estévez en
su monografía: Pincén, vida y leyenda, La Plata, 1991). He rastreado la historia
de varios caciques Pincén que trataré por separado, conforme a la
documentación hallada. A veces actuaron unidos, otras veces los vemos habitar
distintas zonas.
Tengo ante mí el texto de una magnífica conferencia del escritor Juan
Ricardo presentada en Trenque Lauquen el 10 de abril de 1975 sobre Pincén. Es
notable sobre todo por el vigor de su palabra que ensalza la figura de Pincén.
Aquí sembramos datos biográficos rescatados de los archivos, para que algún
escritor profundice en estas biografías la historia de la pampa mapuche y
argentina, a la vez. Cito una frase de la conferencia que me dio ánimo para
proseguir investigando: "Pocas veces se dará el caso de rastrear la vida de un
hombre con tamaña fama y encontrarnos con semejante vacío en lo que respecta
a su vida; un hombre, cuyas hazañas lo convierten en una fuerza mítica,
arrolladora y así envuelto en ese hado de leyenda, llega hasta la seducción del
pueblo..." Aquí piensa seguramente en Vicente Pincén.

De las andanzas de Vuta Picén en Chile y de su participación en la


Guerra a Muerte tenemos escasa información. Por ej. Guevara;T.: Los araucanos
en la Revolución de la Independencia (1810-1827), Santiago Ch. 1910. Pero lo
que transcribe Hugo Gunkel en el Boletín Universitario de Chile Nº 43, 1963, es
confuso y erróneo. En cambio un documento argentino de 1833 lo señala como
amigo de los ranqueles y como amigo del cacique Llanquelén, reducido en Junín
(AGN.S.X. 27-5-5). Estos fueron casi eliminados en el tremendo ataque en su
malal, en Abril de 1838 . En 1845 Pincén habría acompañado a Coliqueo en un
malón sobre Pergamino en apoyo de los unitarios. (Schoo Lastra: El Indio del
Desierto, ed. 1937, p. 172). En 1858 lo buscó en la pampa la expedición del
coronel Emilio Mitre, pero su expedición falló- (Evaristo Rodríguez:
Expediciones premiadas, p. 53). Ese mismo año Ta Pisén (Vta Pisén) se halló
con los indios de Calfucurá en la batalla de Pigüe. Fueron arrollados, pero no
vencidos y siguieron luchando. El 28 de noviembre del mismo año enfrentó al
coronel B. Machado con tan mala suerte, que dejaron unos cien muertos en el
campo de batalla, si el parte dice la verdad. (Yaben: Biografías militares, I, p.
541). Es probable que haya estado con Coliqueo en la batalla de Cepeda. Pero
en 1861, cuando Coliqueo y Baigorria con su Regimiento 7° se pasan a las filas
del ejército de Buenos Aires, Pisén no quiso acompañarlos y desde entonces
olvidaron que habían sido amigos.

Vuta Pisén ha criado una respetable familia. En 1868 sus hijos eran
considerados hábiles guerreros, y caciques por la ley de herencia. Entre ellos se
destacó particularmente el cacique Vicente Catrinao Picén, nacido
probablemente en 1829 por Carhué. Le antecedió en edad el capitanejo Pancho
Catrinao Picén. Llevaron estos dos apellidos, quizá por sentirse de la nobleza
araucana por ambas partes, por padre y madre. Los documentos militares los
citan con el nombre Pincén, pero ellos en momentos importantes, como cuando
suscribieron un tratado de paz, lucían el nombre completo. Desde que ellos
intervinieron en la política y en la guerra, no es fácil señalar si tal o cual
documento se refiere a uno o al otro. Tampoco he encontrado un documento que
señalase la desaparición de Vuta Pisén (Pincén, padre); pero debía ser después
de 1878 / 79.

En Diciembre de 1862 el Cnel. Julio de Vedia organizó una expedición


más contra los ranqueles en combinación con las tropas del Cnel. M. Baigorria.
Julio de Vedia llevó consigo a un contingente del Cacique Coliqueo,
recientemente afincado en la Frontera del Centro Oeste (lo que hoy es Los
Toldos, en el Partido de Gral. Viamonte) y de la tribu de Melinao (Part.
Bragado). Habría que contar todos los disgustos de Coliqueo, cuando en 1860
decidió separarse de los ranqueles y radicarse en la Provincia de Buenos Aires.
Creo que militarmente tuvo que aceptar de acompañar esta expedición y no sólo
pensaba desquitarse de pasadas ofensas, sino de recuperar la gente que no le
había acompañado en su éxodo de la Pampa. En el parte que Coliqueo mandó el
16 de Enero de 1863 al Gral. B. Mitre dice: “También doy parte de haberse
presentado el cacique Rinqui con cuarenta y cinco indios de lanza y demás
familias, que ascienden a un número de sesenta; éste se ha presentado; y se
conoce verdaderamente que quiere estar en mi compañía, y como en otros
tiempos ha pertenecido a mi tribu, ahora ha visto su desengaño y se me ha
presentado con toda su familia; esa es una prueba de buena intención”. En la
Lista de oficiales de Coliqueo el 16 de Enero de 1864 figura Andrés Rinqui
como capitanejo con el doble sueldo de otros capitanejos. (AEM Nº 2.492)
Veremos que la hija Rosa Nahuel Payún (tiene el apellido de su madre, esposa
de Vuta Piseñ) era entonces esposa de Justo Coliqueo, hijo mayor de Ignacio
Coliqueo.
No lo dice en el parte citado, pero creo que esperaba traerse también a los
Pincenes, “que, -como dice en otro informe de un encuentro con Piseñ (sic)-
usted comprende que ellos han pertenecido a mí, al menos hemos sido
compañeros de armas. Han sido derrotados vergonzosamente a bola y garrote.
¿Qué sería, si fuese con lanzas y unas carabinas? Trataron robarnos caballadas y
haciendas y dejarnos a pie en la miseria. Pero se equivocan; le ha de costar
trabajo, antes que hagan su gusto, y bien caro les puede costar... (AEM. Nº
4.139 y Hux, Coliqueo ed. EUDEBA, 1980 p.94) Esto dice Ignacio (Vuta)
Coliqueo.

El 27 de Noviembre de 1863 llegó el Cnel. Julio de Vedia con toda la


tropa de la Comandancia a “Cla Lauquen” para fundar allí el nuevo Fuerte y el
pueblo Nueve de Julio. Entre tanto patrullaron hasta lejos partidas de
descubridores (indios de Coliqueo y de Melinao). De pronto, el 1º de Diciembre
de 1863 los indios malones del cacique Pincén (creo Vicente P.) se acercaron
hasta diez cuadras del nuevo campamento de la frontera oeste, (hoy) Nueve de
Julio (M. Hux: Coliqueo, ed.EUEBA, p.87). Los persiguieron que iban con
arreos hacia 25 de Mayo. Julio de Vedia, anoticiado mandó al Capitán Arístides
E.Coria con una compañía del Regim. 5º a perseguirlos Fue tremenda la
jornada, desplegron en el choque una audacia increible, lucharon uno contra seis
y finalmente los pusieron en Fuga (Arch. Mitre XXIV 37, 40, 97, 180)
En octubre de 1867. el cacique Ignacio Coliqueo informó en dos cartas,
una al jefe de la frontera y otra al cac. Juan. Calfucurá (Se ve que V. Pincén ya
no estaba con Calfucurá) Decía que su ex compañero Piseñ había intentado
atacar a sus indios en Foro-malal (Corral de Los Huesos), mientras estaban
boleando avestruces con su hijo Justo. Se les acercaron unos “bomberos” a los
que persiguieron en pelos. Luego descubrieron otro grupo de indios y los
reconocieron que eran de Vicente Piceñ. Los corrieron como diez leguas. En
esta desenfrenada corrida les mataron 26 indios. Durante la noche siguiente, a la
luz de antorchas de pajas encendidas en la punta de alguna lanza, recogieron a
los cadáveres. Justo envió un chasque a su padre con las noticias de la feliz
jornada: Decía que habían sido 160 los enemigos y fueron derrotados sin que le
mataran uno de él. Luego trajeron como trofeos 74 caballos, 20 de éstos
ensillados y muchas lanzas. Justo Coliqueo retuvo en su casa al cautivo que era
de la casa de Nirrián ,”a quien hemos salvado”.
La segunda carta mandó el cacique Ignacio Coliqueo al cacique Juan
Calfucurá, cuya copia se guarda en el Archivo del Estado Mayor bajo el Nº
4.139 , copiada en Hux, Coliqueo 3ª ed. EUDEBA p.94)

"Tapera de Díaz, Octubre 23 de 1867.


Al Sr.General y Cacique Principal de las tribus araucanas de la República
Argentina.
Estimado Hermano:
Por aquí no ocurre novedad, después de haber tenido un encuentro mi hijo
Justo en los campos de Forro – Malal con el cacique Piseñ y Neciel, quienes,
según se ve, nos persiguen como a enemigos mortales; pero usted comprende
que ellos han pertenecido a mí, al menos hemos sido compañeros de armas.
Han sido derrotados vergonzosamente a bola y garrote. ¿Qué sería, si
fuese con lanzas y unas carabinas? Tratan robarnos caballadas y haciendas y
dejarnos a pie en la miseria. Pero se equivocan; le ha de costar trabajo, antes que
hagan su gusto, y bien caro les puede costar. Pero no hay cuidado, el Gobierno
tiene bastante tropa y está dispuesto en cualquier tiempo a castigar la osadía de
los que quieren empobrecer el país con sus contínuas invasiones. Lo peor es,
que por donde estamos nosotros se ceen que no tenemos gentes y que no somos
tan hombres como ellos. Acaso no nos conocen. Llegará día en que llorarán a la
mujer cautiva, al hijo, a la madre, al padre. ¡Qué tarde será entonces que se
arrepienten de habernos insultado!
Todos amamos a nuestros hijos, nuestras mujeres y a nuestros hermanos y
aún a nuestros compañeros. Que los veamos morir por la lanza vengadora, sí, mi
Chalú Piseñ (dice Ignacio Coliqueo; según S.Avendaño Chalú significa yerno)
Piseñ (en otro lado se llama Catrinao Piseñ), Vecuti y Andrés y otros caciques
que no escarmientan de invadir por esas fronteras, les ha (he) de hacer una
visita, que no tema de que me he de perder.
Mariano Rosas, quien realmente es mi enemigo, por los antecedentes que
usted sabe; ahora los considero sean los más amigos, porque desde que somos
venidos aquí, nunca nos han invadido y no nos han hostilizado de ningún modo.
Usted sabe muy bien lo mucho que lo estimo, como se lo habrá dicho su
hijo Umay (Reumay); por consiguiente no debe dudar de mi amistad, que será
eterna y este vínculo será aún más estrecho por nuestros hijos, a quienes no me
concede advertirlos del modo (de) que se deben portar con sus hijos. Sobre esto
les he hablado mucho de palabra y por cartas.
Muchos recuerdos a sus hijos y Capitanejos de parte de todos nosotros, y
usted mande como siempre a su hermano
Ygnacio Coliqueo”

NB. Ignacio llama a Vicente Pincén Chalú que significa yerno, Es que
Justo Coliqueo estaba casado con Rosa Nahuelpayún, la que quería con
locura .Y cuando en 1864 murió de peste, lo sintió tanto que se enloqueció, de
manera que le tuvieron que internar en Buenos Aires dos años. Es pòsible que
alguna machí culpaba a Vicente Pincén como causante del embrujo.

Dos años más tarde, el 20 de octubre de 1869, Pincén hizo otra intentona
de invasión por el Partido de Lincoln, pero fue derrotado sobre la laguna Arín
(hoy Estancia Tres Bonetes). Es que el avance de la frontera Norte desde Junín
hasta Ancalú (hoy General Pinto) y de 9 de Julio hasta Carlos Casares (Fte. Gral
Paz) ha sido un escándalo para los de Pincén, que se habían radicado en el
oeste bonaerense. Y en 1870 volvieron las tropas de la Guerra de la Triple
Alinza en el Paraguay volvieron a las fronteras dispuestos a adelantar las
fronteras hasta el Río Negro. Y en 1876, el avance del Gral Adolfo Alsina con
seis columnas inició la terrible Conquista del Desierto. Por entonces se inició la
lucha del coronel Conrado E. Villegas, establecido en Trenque Lauquen, cuyo
primer objetivo era la eliminación de la tribu de Vicente Pincén, ya
independiente, en el Oeste bonaerense.
El Gral Ignacio Rivas, ya en 1870, recibió del Ministro de Guerra el
encargo de iniciar esa Conquista; pero el General quiso prepararla con mucha
escrupulosidad y fue “distraído” también por la Revolución del Gral. Ricardo
López en Entre Ríos.
En cambio, el Cnel. Francisco Borges, impaciente, se ofreció al Gobierno
iniciar una expedición contra el “Capitnejo” Vicente Pincén, que se supo, había
establecido su toldería en el “Médano del Avestruz”.
Lo contaremos al tratar de ese segundo Pincén, hijo más notable de Ta
Piseñ.
Una comunicación del coronel Villegas, fechada el 18 de noviembre de
1878, nos hace ver que Ta Pincén aún vivía en la Pampa: enumera los parajes de
los capitanejos de la tribu; y veremos cómo fracción por fracción fue cautivada
o se entregó, pero de Ta Picén los documentos ya no hablan más a no ser la
noticia que se hallaba en Toay..." (Memoria de Guerra, año 1878, p. 133).
¡Qué tristes deben haber sido los días y meses que vivía el viejo en
soledad hasta su muerte!

Además de Vicente Pincén. conocemos a Pancho Pincén, como hijo de Vuta


Pincén e Isabel, casada con Patricio Farías en el Campo La Cruz de Junín (M.
Hux: "La lanza de Pincén y la reverada en el rancho del Campo La Cruz", en:
Historia de Junín (Revista Nº 85/86. 1976); a Luisa Pincén. casada con Pablo
Farías, en Junín: Leiva Pincén, casada con LIanquelén Lavalle; Lebley Pincén.

He intentado confeccionar un árbol genealógico de los Pincén. Está


incompleto. Más difícil se me hizo, porque los mismos descendientes no tienen
clara su historia familiar.

Padres de Vuta Piseñ Padre del Capit. Catrenao Nahuel Payún, padre
(tío)
¿? ¿ ? Vicente Inaquel
-
I.Vuta Piseñ cac. boroga nac? Por la Guerra a Muerte emigró de Chile a Carhué 1824 nac.
Francisco
esposa de Ta Piseñ
Cas.con …Catrenao Cas. con ..Nahuel Payún
II. Hijos de Ta Piseñ
1) Francisco Catrinao Piseñ (Pancho) nac. En Carhué 1824 (L.Baut.)
Casado con Paula Laitú (Rinque), nac 1829,hija del cac. Rinquenecul de Chadileufú e Inayman.
La familia de ella vivía desde 1862 en Los Toldos, Part. G.Viamonte. Se casaron cristianamente el
15 .9. 1879 en la Isla Martín García L.B. I. foj. 33. Su hermana Rosa Rinque se casó con José
Baigorria “el Viejo” en Los Toldos
2) Vicente Catrinao Piseñ nac. en Carhué 1829 (Decía Martín
Coliqueo)
3) José Piseñ, nac. 1849 El nombre José le dio el misionero al bautizarlo en la Isla Martín
García, porque no tenía nombre cristiano (está entre paréntesis).y tiene el apellido de la madre
como ilegítimo
4) Isabel Picén Se casó con el capitaneko Patricio Farías. Desde 1881 radicados en el Campo
de la Cruz de Junín( (Ver Hux en Rev. Historia de Junín Nº55 de 1973)
5) María Piseñ (en cada generación hay una María Pincén o Martina que llegó a tener el
apellido Mansilla.
6) Luisa Picén sabemos que era hija de Vuta Pincén por la
testamentaria
7) Leflay Piseñ es llamado hermano de Vicente Picén
8) Justo Pincén (1825-1925) Vivía en Trenque Lauquen. Cuando había muerto, nadie
reclamó su cuerpo.
9) Rosa Pincén ( 1864- 1917) Se casó con Antonio Mansilla en Trenque Lauquen. Sus
hijos eran Ignacio Mansilla (1872), Pascual M. (1878) Fernando M (1882) y Benito Pincén En Los
Toldos

Hijos de Francisco Piseñ Catrinao y Paula Rinque


1. Simon Martín Nahuelgùr nac 1849 en Carhué [Su madre tenía 20 años]
2. Martina Ignacia (o María) Catrinao .bautizada el 15.9.1879 a los 13 años.LB.
3 Nº 142
3. Nicasio Ayllapán y Pisén (primo de Nicasio, hijo de Vic. Piseñ Catrinao)
Sobrino de Pancho Piseñ : Mariano que reconoció al cac. Vic. en la captura.
Los nietos de Francisco Piseñ Catrinao mencionaremos más abajo que
muestran los entroncamientos en la Tribu de Coliqueo ; los Mansilla.

Hijos de Vicente Piseñ Catrinao , tenía varias mujeres


Nicacú Piseñ nac. 1864
1. Antenao
2. María Vicente nac. 1847 (Lib. Baut.) – murió en Los Toldos en 1935
(Reg.Dif.)
FOTO :TÍA JOSEFA alta, unos 90 años; MARÍA PISEÑ en el medio, bajita,
más de 80 años “hija del cac. Vicente Pinsen” y Bartolo Mansilla, alto, unos
30 años. No sé la fecha de la foto.

3. Nicasio h. menor de V. Picén Catrenao y Agustina Cutraiqueo n. 1872


(primo de Nicasio que es hijo de Francisco Piseñ Catrinao); vivía en Sta.Rosa
5. Nipay (1874 llevado prisionero a la Isla Martín García)
6. Angel Pincén “hijo de Vicente Pincén y An… Currais (viuda. En Tribunales
de Junín Escritura 59 1889 , dio Poder Especial
En las fotografías que Pozzo sacó el día 13 de diciembre de 1878 en Buenos
Aires, muestran (en Nº 3) al cac. Vicente Piseñ con tres hijas. La menor no parece
tener 6 años y la mayor unos 17. (En la cuarta fotografía) Está Piseñ con las
mismas, además con tres mujeres y cuatro niñas, menores de seis años. No
conocemos sus nombres. Son muestras que nos dicen que Vicente Piseñ ha tenido
una gran familia

TRAYECTORIA DEL CACIQUE VICENTE PISÉN

VICENTE CATRINAO PISEÑ, es el cacique Pincén más conocido,


quien a sí mismo, en acto solemne, se llama Catrinao Piseñ. De él hay
abundante documentación.
Sabemos que ha nacido en Carhué en 1829, cuando hacía algo más que
diez años que su padre con su gente había emigrado de Chile a causa de las
premuras de la Guerra a Muerte. El Cnel. C.Villegas confirma esa noticia, de
“que Vicente Pissen había nacido en Carhué, cuando allí mandaban los caciques
Coñapán y Pablo. Los indios de Pissén son casi todos criollos... son valientes,
pues los he visto pelear y morir lanceando entre mis soldados...” ( fecha 24.ll.
1878) Publicado entre documentos de Patricio Maguire por N. Chindemi en
1995. )
Vicente Pincén se ufanó de ser argentino. “Amigo, también le haré saber
que no soy nacido en las Cordilleras, ni en la otra tierra, soy porteño como usted
y soy nacido en Carhué; así es que quiero a los porteños y me gusta estar en
buenas paces...Si no quiere creer, se puede anoticiar junto con los que conocen
esta tierra, estimado amigo. También Nahuel Payún como yo, somos todos
argentinos. Vivamos juntos. Firma: Catrinao Pissen” (Publicado en el diario “El
Siglo”, el 13 de Diciembre de 1878)
Sus primeras pruebas de bola y lanza las ha hecho en compañía de su
padre.
Hemos mencionado ya el Asalto de Masallé, la huida a los ranqueles de la
Pampa, la separación de sus amigos, los Coliqueo, los choques con Coliqueo del
27 de Septiembre de 1863, del Combate de Foro Malal en 1867. Hasta 1868 era
capitanejo de su padre, el Ta Piseñ.
Veamos su historia a partir de 1870 hasta 1878. Se había formado su
propia tribu y colocó su toldería en el Oeste bonaerense. El era el blanco de una
enconada persecución, en la que los adversarios engrandecieron su figura con
epítetos de bravo y héroe que debía ensalzar los dotes militares del conquistador
y así lo sigue tratando la novela y la poesía (Cordeviola y Ñusta de Piorno o
Carlos di Fulvio). Se conservan de él varias fotografías que se le han sacado en
1878 en Buenos Aires, que Manuel Villafañe tomó como tema de una lucida
audición radial:
En una de las fotos Pincén tiene un par de boleadoras que le cruzan el
pecho; viste un par de bombachas a la usanza antigua, botas de potro que
llamaban shumel; el torso desnudo; la clásica vincha sofrena el cabello y en la
mano del cacique, una lanza corta que sostiene con poca convicción; la
expresión es patética y triste. ¡Como para no serlo, después de haber sido
capturado y haber sido llevado a prisión! Le querían sacar una foto de guerrero.
Parece un anciano quebrado con sólo 50 años, en una ciudad desconocida, entre
gente extraña...
¿Es él de quien el Dr. Alsina afirmaba en pleno parlamento, que era "el
más atrevido de los montoneros"? Sí, es él que yo conozco como un amante de
su raza y de su tradición y que por amor a su familia, celebró dos veces un
tratado de paz con el gobierno, con la esperanza de recuprar a los presos. Es
cierto que se le agregaron unos capitanejos bravos.

Los indios borogas, al emigrar empujados por la Guerra a Muerte en


Chile, se radicaron sobre el camino chileno o la rastrillada chilena que iba de
Guaminí hacia Epecuén y Carhué y más tarde se afincaron por Toay, en La
Pampa, entre los ranqueles. Pero Vicente Pincén se separó de los suyos, formó
una tribu aparte, obedeciendo primeramente las órdenes de Calfucurá. En el
famoso tratado de paz del Cacique General Dn. Manuel Namuncurá con el
Superior Gobierno de la Nación Argentina, del 3 de Mayo de 1875, figuran
entre “Caciques Primeros” Dn. Vicente Pissén y Dn. Nagüel Payún y Pichi
Pissén y 10 más como caciques segundos. (Hux, Caciques Huilliches y
Salineros BA.1991 p.132)

Vicente Piseñ era de mediana estatura; su cuerpo delgado y sus pelos no


parecen haber sido cerdosos. Pero todos veían en él un indio cabal, un baqueano
consumado y un cazador de fama; era un guerrero corajudo y conservaba
alrededor suyo un aire religioso y misterioso. Era corredizo y ''montaraz", según
la expresión de la época, y con frecuencia cambiaba su habitat. Los documentos
revisados de los años 1870 a 1878 enumeran como paraderos suyos y de su
tribu: Archiquelú (creo que es Choiqueló o “San Enrique” de Raynal, cerca de
Timote): Potriló; Las Tunas (hoy Berutti); Langueló; Malal; Luan Lauquen y
Médano del Avestruz (Cheuqueló) .
Al finalizar la Guerra del Paraguay, el avance de las fronteras y la guerra
de la Conquista del Desierto se encararon con vigor redoblado, respaldado en la
ley 215 de 1867. Aquí empieza la historia de Vicente Piseñ. Primero se opuso en
1869 al avance de la frontera Centro Oeste (Hux, Coliqueo, 2da. ed. p. 121)

Primeras expediciones contra la tribu de Vicente Pincén

Después del ano 70, una sorpresa tras otra, una expedición seguida de
otra, cayeron sobre el cacique Vicente Pincén y su gente que se habían
aquerenciado en el Oeste bonaerense. Estaba en buenas relaciones con
Calfucurá y se sabía respaldado por él.
Se enganchó en los grandes malones que Calfucurá lanzara en junio de
1870 sobre Tres Arroyos y en octubre a la zona de Bahía Blanca, que los
salineros tomaban como un justo reclamo y una protesta por lo que el
comandante Llano había hecho contra la tribu de Cañumil. (Véase la historia de
Calfucurá 1870). Cuando se trataba de lograr componendas, Namuncurá
escribió al coronel F. Elía, el 6 de noviembre de ese mismo año, que los
capitanes Anegner y Pichen (Coliqueo decía Piseñ y nosotros ahora, Pincén),
Necul y Millahueque habían iniciado la invasión a Bahía Blanca, pero añadía:
"Viendo tantos capitanes, me puse en marcha con 700 indios (Arch. MHN Nº
5129).
Nota: Anegner 1866 capit. de Coliqueo. Se casó una hermana suya con el capit. Francisco Coliqueo.
1868 se fue con el cac. A.Raninqueo a La Verde. 1869 encabezó una invasión a Chadicó. 19.11.69 maloneó en
Ancalú y Chiquilof, cuando Charras avanzó la frontera. Creían que lo habían muerto En el malón sobre Bahía
Blanca, se hallaron con él sus hijos (23.10.70). En el malón de 1872 traicionó al cac. Raninqueo y se fue con
Calfucurá. Estuvo en el malón sobre los Coliqueo (19.9.72) “era importante y temido. Murio en Julio de 1874.
La historia de Anegnerr (hijo) sigue aún hasta despues de 1879.
Millahueque, cac. de Namuncurá, firmó en 1873 el gran proyecto de tratado. 1877 era cac. principal de
Namuncurá.
Necul es Rinque Necul o Rinqui. Proviene de Necul que conocemos desde 1822 como boroga emigrado
a raíz de la Guerra a Muerte. Era hijo del cac. Melillán de Cholchol; hermano de los caciques Bulnes, Painemal,
Curriqueo (padre de Coliqueo) y Martín Salas. Renqui Necul que en 1834 fue llevado a Salinas Grandes, fue dos
años más tarde entregado por Calfucurá a Rosas “porque era el enemigo más malo de S. E. (Arch. Azul
16.1.1846 carta de Calfucura a Rosas) y una carta del Juez de Paz al Edecán de Rosas decía:” Ayer llegó el
capitanejo el caciquillo Renqui, llamado Necul..”, pariente de Rinquinecul. Tengo la historia de José Rinque o
Rinquenecul , caciquillo que habría venido de Chile en 1826. Según las Memorias de Manuel Baigorria no
pertenecía al grupo de borogas de Guaminí, quiso unirse a Cheuquetruz y Chocorí para atacar a los borogas.
Antes se había visto en un parlamento convocado por Rosas en Tandil (1826). Con otros maloneó en el “Bolcán”
(Part. Tapalquén . El Cnel. Del Valle los persiguió. 1837 hubo otro ataque por el mismo Jefe bahiense. El 22 de
marzo, el Cnel. Yturra en una expedición a Salinas Grandes atacó al cac Rinqui en Pillahuincó
(J.Maguire.Loncagüe p. 141) . 1844 fue perseguido en Tapalquén Más tarde estaba entre los ranqueles con
Coliqueo,pero no lo acompñó en su éxodo a Los Toldos en 1860. Pero Coliqueo lo buscó en oportunidad de la
expedición de Julio de Vedia a los ranqueles en 1862 y radicó al caciquillo Andrés Rinque con su gente (45
indios y 60 de familias) en Los Toldos como cacique con doble sueldo. Estaba casado con tres mujeres: con
Inaimán de Chadileufú (La Pampa), con María Olivar, prob. Cautiva criolla y con Juana Callfutrai. India de
Azul, nacida en 1836. Una de sus hijas, PAULA LAITÚ RINQUE, se casó cristianamente en 1879, en la prisión
de la Isla Martín García con FRANCISCO (Pancho) Piseñ.). Pero ya era su mujer y tenían hijos anteriormente.
El cac. Andrés Rinque falleció el 4 de Mayo de 1868 de cólera. Su sucesor en la tribu de Coliqueo fue Nazario
Rinque, nac. en 1850, csado con Rosa Lloftui Curinao (Su alta como capitanejo era el 1º de Agosto de 1869. Y
otro hermanastro, llamado Salvador Rinque, nac. 1854, llegó a ser también capitanejo en la Tribu de Coliqueo.

Doble fue la táctica que adoptaron los indios con la que buscaron
mantenerse en sus tierras, ya atemorizando con sus guerrillas y malones, ya
buscando comprometer al blanco para tratados de paz. En la historia de los
ranqueles (Mariano Rosas) y la de Calfucurá resaltan estas dos características.
Pincén era reacio a un tratado de paz, quizás no esperaba ni resultados
definitivos, ni ventajas pasajeras. Calfucurá trató de convencerlo, como lo dice
él mismo en una carta dirigida al coronel J. Murga, del 6 de febrero de 1871:
"...Le doy a saber que el capitán Pisen recibió la carta que (le) ha mandado: así
es que lo he convencido a que se hagan los tratados con usted... que le escriba al
Superior Gobierno (como le dijo Ud.). Y le escribí de los dos capitanes, de
Pincen y Pichi Quintré. Pronto irá la comisión..." (AEM 25.2.71). Y Murga
escribió efectivamente al gobierno desde Patagones, que Calfucurá
recomendaba darles un aumento de raciones para racionar a Antemil, Pisen y
Quentriel "quienes han venido aquí con ese objeto... Los caciques Pisen y
Quentriel son de los más importantes y han figurado en todas las últimas
invasiones" (AEM: 25.2.71).
NB. Tngo una nota biográfica de Quentriel, cac. muy importante; que se llamó hermano de Juan
Calfucurá, muy movedizo, progresista y de política cambiante. En Caciques Pampa Puelches, ed. El Elefante
Blanco 2003 p. 215 – 221. Otra biografía de Antemil, también hermano de Juan Calfucuá, más comerciante que
guerrero, 1869 se estableció cerca de la toldería de Vicente Pincén. También hacía gestiones para un tratado de
paz. Y volvió a Salinas Grandes; pero finalmente en 1894 se estableció en Junín de los Andes.
Pero las gestiones por un tratado de paz no prosperaron y los capitanes de
Pincén volvieron a guerrear en la frontera Oeste y Norte de la Provincia de
Buenos Aires.

Combate de "La Picaza” en 1871 y otros malones

Actuaron los capitanejos Güenechú, Vicente Güentú, Vicnte Colinao, el


terrible cac.Añegnerr, Millagüer y Tapayú en esta contienda.
NB. Tapayú era capitanejo ranquel, hijo del famoso Peñaloza. Renegaba al cac. Mariano Rosas. 1871
realizó unas malocas en Las Tunas y luego se puso a las órdenes del cac. V.Pincén 1878 huyó ante el avance de
la Conquista del Desierto, pero luego en 1879 fue apresado por la 5ª División.
A principio de mayo del año 1871 Pincén movilizó unos 1.000 indios
hacia la zona de Ancalú o Lavalle (hoy Gral. Pinto). En el fortín Media Luna los
soldados fronterizos dieron la primera alarma, cuando notaron el avance de una
indiada. El coronel M. Charras reunió enseguida 130 hombres del Regimiento 3º
y 150 Guardias Nacionales de Junín y el coronel Salvador Maldonado, el
Regimiento 2° y otro contingente de Guardias Nacionales. En “Médano Acha”,
Partido de Vedia) encontraron a los indios descansando. El teniente Conrado
Villegas de inmediato les dio una violenta carga. Los indios saltaron a sus
caballos, ni hubo tiempo de ensillarlos y organizaron el combate. Cinco horas y
media duró la lucha, hasta que por fin los indios prefirieron retirarse, dejando en
el campo como 100 muertos, dice el parte. El lugar del combate es señalado por
“de la (laguna) Picaza”- En el cementerio de Junín hay un monumento cuya
inscripción reza: "A los vencedores de la Picaza (cerca de Rufino, Santa Fe),
muertos el 3 de Mayo de 1871".
Según cuenta el teniente coronel Eduardo Ramayón, C. Villegas habría
quebrado su lanza en el cuerpo de un indio y dos soldados suyos lo habrían
salvado en tan peligrosa situación (Ramayón: Del Ejército poblador, p. 150 y
Rodríguez. José: El 3° de Infantería de Línea. 1904).
Al mismo tiempo ocurrió un hecho grave en la frontera Sur: La batalla de
la Laguna de Burgos (Azul) que comprometió tanto a la tribu de Catriel como a
los caciques que fueron atacados el 2 de mayo de ese mismo año y que
provocaría los malones más grandes del siglo diecinueve. (Véase Calfucurá o
Catriel).
En julio del mismo año, los indios de Pincén volvieron a invadir la zona
de Junín y hubo un combate en la Estancia del general Emilio Mitre sobre la
laguna del Morro. El capataz A. Cuitiño salió a su paso y tuvo más suerte en la
pelea que el capataz de "La Mula Colorada" (Partido de Vedia), quien fue
muerto y cuya mujer junto con sus hijos fueron llevados al cautiverio (R. Pérez:
Apuntes para la Historia de Junín y una conferencia de J. Howden en Trenque
Lauquen, 1967).
El 20 de Octubre de 1871 entró un malón de unos 700 indios a la zona del
fortín Chiquilof (Cuartel 8º de Líncoln). Los batió la Guardia Nacional de
Junín.
El 24 de septiembre de 1872 se tuvo noticia de una nueva invasión por los
capitanes de Pincén, en la frontera norte de Buenos Aires. El teniente coronel
Villegas persiguió una de sus partidas en la zona del fortín "3 de Línea" (AEM
fech. 24.9 y 2.10.71).
A fines de noviembre libraron otra batalla en la misma frontera, atacando
el fortín Vigilancia. En gran número asaltaron la muralla del foso y penetraron
en el recinto del fortín, desprovisto de cañón. En el acto mataron a toda la
guarnición. El informe del coronel F. Borges enumera entre los muertos a un
sargento, un cabo y cuatro soldados. (AEM 19.11 y 25.11.71). En un segundo
informe habla también de la invasión a la Colonia de Brizuela (Partido de
Lincoln) y del sitio del fortín Bagual (AEM 29.11.71). El coronel Borges siguió
el rastro de los indios y pudo rescatar alguna hacienda (ib. 9.12.71). También el
coronel M. Charras tuvo que enfrentarse con 700 indios en la zona de Junín, el
20 de noviembre (M. Hux: Coliqueo, ed-1980 p.136). La guerrilla se hizo sentir
hasta cerca de la Comandancia del Fuerte Gral. Paz (hoy Carlos Casares).

Expedición contra Pincén, Diciembre de 1871


Los jefes de las fronteras se impacientaban por expedicionar contra
Pincén, y el ministro Martín de Gainza estaba conforme con sus planes, pero
quiso esperar hasta que el Gral. Rivas expedicionara de una vez contra
Calfucurá.
Rivas le decía que Pincén, el peor guerrillero, se había separado de
Calfucurá y tenía sus toldos en Las Tunas (Part. de Trenque Lauquen) y en
Médano del Avestruz (Choiqueló). El coronel F.Borges, comandante de Junín,
propuso hacer la expedición contra Pincén en febrero y el coronel Juan C. Boer
quiso que el teniente coronel Estanislao Heredia hiciera la primera expedición a
Las Tunas. Al fin la capitaneó el Sargento Mayor José Diez: llevó consigo 100
hombres bien montados; 40 con fusil y con buenos baqueanos y 60 indios de la
tribu de Coliqueo. A estos condujo el capitanejo Francisco Calfuqueo, el
hermano del cacique Ignacio Coliqueo, quien había fallecido hacía pocos meses.
Estos salieron desde el Fuerte Gral. Paz, el 12 de diciembre de 1871. En
el camino hacia Las Tunas apresaron a algunos indios que resultaron ser de
Pincén, otros se les escaparon y fueron ellos que dieron el aviso a su cacique de
que venían a sorprenderlos. El 16 de diciembre atacaron una pequeña toldería en
"Médano del Avestruz" y el 17. llegaron a las lagunas Las Tunas. Allí
encontraron sólo 14 indios. Los corrieron como a los avestruces y mataron 10 de
ellos. Entre los muertos reconocieron a dos de los mejores baqueanos de Pincén,
que eran desertores de Bahía Blanca. Se conservan dos notas por las que el jefe
de la Frontera informa al ministro sobre la expedición contra Pincén y Tapayú.
Destaca que a lo menos reconocieron el terreno y han hecho algunas bajas al
enemigo. Los indios de Coliqueo perdieron 3 lanzas y al lenguaraz Baigorria
cuyo valor se recordaba. (AEM Nº 6461: 27.12.71 y Hux. Coliqueo, 1980, p.
136). El ministro Gainza que había aprobado el plan de Borges, contó la acción
del sargento mayor J. Diez como una fallida expedición (A.M.H.N. Nº 5890,
5913 y 5926).

Los desafíos de Pincén en el ano 1872

Según opinión del Ministro Gainza, el proyecto de la Expedición al


Desierto urgía más que nunca, porque se iban multiplicando los desafíos y las
invasiones en la frontera adelantada. Pero la Rebelión de López Jordán en Entre
Ríos, frenó una vez más el proyecto.
Con inusitada arrogancia se presentó Calfucurá con los indios
confederados, entre los que se contaban los de Pincén en la batalla de San
Carlos, el 8 de marzo de 1872. Véase lo respectivo en la historia de Calfucurá.
Fueron vencidos, mejor dicho, prefirieron replegarse y salvar el gran botín
reunido. (Véase también M. Hux: Coliqueo, ed. EUDEBA p. 144). Pinsén
asistió a la gran batalla, donde los equipos de Calfucurá fueron replgados.
Juan Raninqueo, el hijo del cacique Andrés Raninqueo, nos cuenta en una
carta del 28 de Mayo de 1872, como su tribu ha sido sorprendida y apresada por
ese malón y dice: "...Un capitanejo del General Calfucurá, llamado Pisen, ha
apresado también al secretario Dn. Manuel Freire, pero que ha conseguido que
no lo matasen y lo dejasen con los Raninqueos, bajo ciertas condiciones"
(A.M.H.N. Nº 6150).

El 24 de septiembre de 1872 se tuvo noticia de una nueva invasión por los


capitanes de Pincén, en la frontera norte de la Prov. de Buenos Aires. Los indios
de Pincén siguieron maloqueando e intentaron arrebatar las caballadas de varios
fortines. El 7 de junio escribió Gainza a Rivas que el teniente C. Villegas tuvo
que correr a un malón que venía a apropiarse de su propia caballada. (A.M.H.N.
Nº 6159. Del famoso robo de los Blancos de Villegas hablaremos más adelante).
También a Hilario Lagos le hicieron tal travesura, de manera que tuvo que
buscar caballos en 9 de Julio para perseguir a los maloneros. El 9 de Junio de
1872 se arrimaron también al fortín Rodríguez.
El episodio del coronel Estanislao Heredia cobró especial relevancia. Era
éste el jefe del Regimiento 5° de caballería, establecido en San Carlos. También
él se lanzó a la persecución de un pelotón de indios maloneros y no pudo
alcanzarlos. A fines del mismo mes tuvo aviso que los indios andaban por los
Fortines Reunión y San Luis. Heredia partió de inmediato con 80 hombres a
reconocerlos. Habrá creído que la alarma se debía a una confusión, pero cuando
se adelantaba, encontró una escuadrilla de indios arreando unos 2.000 animales.
Los indios, al verlos, huyeron abandonando parte de su arreo. En realidad
empleaban su vieja táctica: huían para hacer a sus perseguidores una emboscada
en dispersión. Los indios, cuando vieron que sus perseguidores se habían
desgranado, volvieron para lanzarse sobre los adelantados; entre ellos iba el
teniente coronel. Fue inútil la heroica defensa de Heredia, la que describe el
conocido novelista Eduardo Gutiérrez en su libro: Croquis y Siluetas Militares.
Sólo el teniente Montes logró escapar del desastre. (Relatos más completos se
leen en A. Martínez: San Carlos de Bolívar, 1967 p. 169 y Album "El Orden"
del 28 de octubre de 1939. Nueve de Julio p. 21: B. Vita: Crónica Vecinal de 9
de Julio y Arch. Municipal de 9 de Julio Lib. 3 p- 254). A. Martínez ubica este
combate del 27 de junio de 1872 en las proximidades del Fuerte Gral. Paz.
Recuerda también los nombres de 20 víctimas. En el Cementerio de Nueve de
Julio existe su tumba y su panteón. (En el artículo ya citado del diario El Siglo
del 13 de Diciembre de 1878 completa el autor anónimo que ese combate del
Comandante Heredia tuvo lugar seis leguas al sur de las lagunas denominadas
“Las Encadenadas” y el oficial que pereció con él fue el Porta Barquiza, pues el
Tnte. Morales no tuvo tiempo de encontrarse con Heredia por haber quedado
mudando caballos, y cuando quiso incorporarse, los indios le interceptaron el
paso, corriéndolo hasta muy cerca de “San Carlos...”
Otro episodio nos cuenta el coronel Benito Meana en su Libro de Oro.
BA. 1944, p. 26, sobre un desafío con Pincén en 1872: "...Con 50 hombres
marchó al encuentro de un malón anunciado. Jefe de la invasión fue el célebre
capitanejo Pinsén. Al bajar de unos médanos, se avistaron mutuamente y
pararon la marcha. Cuando Meana hubo reconocido al cacique Pinsén, se echó
el kepis atrás y apartándose solo, después de haber dado órdenes que nadie se
moviera, se puso de frente blandiendo su lanza, moviendo su caballo y
desafiándolo a Pinsén. Atónito éste, no supo qué hacer. Se movía lo mismo
gritando: "Yo también guapo, huincá. ¿qué venís a mi tierra?"
Tenía unas espuelas grandes. Pero no se acercó.
Entonces volvió el coronel Meana a sus filas e hizo tocar a degüello. Los
indios huyeron. Y los soldados no eran bastante veloces para seguirlos. Les
quitaron la hacienda abandonada.
No doy fianza que no haya literatura en este relato.
Agrego otro episodio contado en el libro de Dionisio Schoo Lastra: El
Indio del Desierto (ed. 1937 p. 157), bajo el título de "Travesuras de Pincén".
"Se dicen cosas lengendarias de él... Según un relato, Pincén y cien de los
suyos, regresando de un malón con 4.000 potros arrebatados a las estancias
fronterizas, dieron contra un cuerpo de líneas (que había entrado en tierra india)
y los aguardaban, pie en tierra, cerrándoles con las bocas de sus remingtons el
paso entre cañadones.
"Los indios, sintiéndose perdidos, se volvieron a su cacique y éste,
apreciando la situación con un golpe de vista de buitre, improvisó con sus
hombres una manga y lanzando por entre ella a los 4.000 potros espantados,
contra la fuerza, pasó tras ellos sobre los soldados pisoteados y dispersados,
ganando así el desierto”.
Otro malón espectacular fue el que llevaron sobre la tribu de Coliqueo y
una zona más amplia de su vecindario, el 19 de septiembre de 1872. En plena
noche, justo después de haberse celebrado en la tribu de la Tapera de Díaz una
fiesta gaucha, más de 1.000 indios de Namuncurá y Pincén rodearon sus toldos.
El cacique Justo Coliqueo sólo tuvo tiempo para despachar un chasqui a los
Comandantes de Junín y otro a Nueve de Julio solicitando su auxilio y
liberación, porque era imposible resistirles. Sí, tuvieron que iniciar la marcha al
cautiverio, apenas había apuntado el día. Efectivamente fueron liberados durante
la noche siguiente por un golpe audaz del coronel Fco. Borges, pues asustaron
con fusilería y bochinches a los indios malones, parados en "La Amelia"
(Cuartel 4º del Part. de Gral. Viamonte). Ellos, abandonando sus prisioneros, o
sea la tribu de Coliqueo, se echaron en fuga.
En mi libro: Coliqueo (ed. 1980 p. 149 a 159) transcribí relatos del actor
principal, el coronel Borges y de otros testigos que presenciaron el “Saqueo de
la Tapera de Díaz”.
Entre tanto, el cacique Calfucurá (aún después de haber perdido la batalla
de San Carlos (8.3.72)) estaba en serias gestiones por un tratado de paz. Los
ranqueles de Mariano Rosas a su vez, firmaron el mismo año el tratado que el
Gobierno les ofrecía por intermedio de los misioneros franciscanos de Río
Cuarto. En realidad era simplemente un "parate" y Pincén quedaría entonces
como oveja negra, expuesto a la persecución. El general Rivas. en una carta,
dirigida el 2 de noviembre de ese año al ministro Gainza, decía, que Pincén se
había separado de Namuncurá por no haber querido consentir en el tratado,
recordándole que era instigador de malones.
El ministro insinuó entonces a Rivas que moviera una acción contra
Pincén. quizás usando las fuerzas de los indios amigos de Catriel. Pero el
coronel Hilario Lagos estaba más dispuesto a jugarse y se ofreció para esta
expedición. Decía en su carta al ministro: 'Tremendo fue el malón del 19 de
septiembre a Los Toldos de Coliqueo: pero peor será el que nos quiere traer a
Nueve de Julio". El ministro, con fecha del 4 de noviembre, autorizó la
expedición. (Arch. Mun. de 9 de Julio Lib. 7 p. 294 y Hux: Coliqueo, p. 153).
El general Rivas opinó que no era el momento oportuno para tal
expedición, cuando los indios de Salinas Grandes estaban por firmar un tratado
de paz. Lagos, entre tanto, hizo averiguaciones sobre el paradero de Pincén y
supo que estaba en "los Montes del Potrilló Oscuro" a 20 km. de Saliqueló, en
Choiquelaf y a orillas de la laguna "Las Sepulturas", a 30 leguas de Las Tunas.
El indio Peralta que había estado en los toldos, decía que de seguro Pincén
estaba separado de Calfucurá (A.M.H.N. Nº 6338).

La segunda expedición contra la tribu de V. Pincén: Nov. de 1872

El coronel Hilario Lagos aprontó entonces su división en el Fuerte


General Paz: 400 hombres del Regimiento 5º y 80 indios amigos de la tribu de
Coliqueo. Acompañaría la tropa el cartógrafo Federico Melchert para levantar
un plano de la zona (que se halla en el Archivo del Estado Mayor del Ejército en
borrador, en carpeta Nº 2 p. 8. reproducido en Hux: Coliqueo, ed. 1980 p. 160).
El 8 de noviembre rompieron la marcha hacia el Oeste: 90 hombres del
Regimiento 5°, al mando del teniente Lorenzo Wintter; 150 hombres del
Regimiento 7º del coronel M. Freyre, 80 indios de Coliqueo; el baqueano
"Carpio Caro" con algunos choiqueros y 25 Guardias Provinciales al mando del
coronel José Ignacio Garmendia.
La ruta expedicionaria los llevó a Las Tunas (o Atranentú), a Trenque
Lauquen, a Las Sepulturas, a Mari Lauquen hasta Sanquilcó. Garmendia llama
la campaña: expedición a las invernadas de Pincén. El teniente coronel Dolveo
Guevara avanzó con 80 hombres, 15 leguas más al oeste, internándose hasta el
médano Loncotué y hasta los toldos de Langheló (A.M.H.N. Nº 6361, 6380.
6383 y Hux: Coliqueo, ed. 1980 p. 160 y Memoria de Guerra, 1873 p. 174).
El 14 de noviembre de 1872, sorprendieron en El Carrizal unos toldos
pertenecientes a las tribus de Pincén. Los indios, después de una valerosa
resistencia, huyeron. Los invasores les habían muerto 24 indios y tomaron 50
prisioneros y rescataron 4 cautivos —dice el parte. Recogieron además un botín
de unas mil cabezas de ganado yeguarizo y 200 vacunos. El cacique Pincén Lalo
(sic.) pudo escapar gracias a su caballo ligero. (Mem. Min. Guerra ib. 174:
A.M.H.N. Nº6382 y 6383 del 20.11.72). El Archivo del Estado Mayor del
Ejército conserva una lista de 38 prisioneros que el coronel Hilario Lagos había
traído a su comandancia: más tarde fueron trasladados a la Isla de Martín
García. Entre los confinados figuran los capitanejos: Vicente Güentú. Loncoy
Llencú, Alfonso Carriqueo (al que habían traído del malón a Coliqueo). Luis y
Juan Martínez, el lenguaraz que había pertenecido al cacique Raninqueo y
habían sido cautivados el 5 de marzo del mismo año. (AEM 20-6537.
comunicaciones del 27.11 y 31.12 de 1872). Coliqueo conoció a un cacique
Piseñ Laylo. Será el mismo caso del doble apellido, como Piseñ Catrenao. Ya en
1806 Luis de la Cruz conoció y visitó al cacique Layló y su hijo Cheuquelán.
(Manuscrito de Hux: Caciques y capitanejos Nº 2131) NB. Lay significa “finado
o del finado Pincén”

En 1873, Pincén celebra un tratado de paz con el Gobierno Nacional

La Expedición ha cumplido sólo parcialmente el objelivo del ministro:


“que se destruyese a Pincén” (A.M.H.N. N" 6375). Quizás el mayor logro
consistió en que el cacique Vicente Pincén enviara de inmediato comisiones a
las comandancias para entablar negociaciones de paz. El día 13 de diciembre
Dn. Manuel Obligado comunicó al coronel Borges que el cacique pedía la paz
(i.b Nº 6421) y agregaba: "Esto le probará a usted que este indio tan valiente ha
inclinado la cabeza". Hilario Lagos. en consecuencia, pidió al ministro Gainza
instrucciones al caso.
Una carta tras otra le informaría sobre la marcha de las negociaciones.
Hasta la prensa intervino en el asunto y criticó abiertamente el ataque que se
había hecho a esta tribu (ib. Nº 6434:fha. 21.12.72). Quizás por ello el ministro
encargó al coronel F.Borges que preparase el tratado de paz con Pincén.
El cacique en primer lugar negoció con el fin de recuperar a hijos y
parientes detenidos. El amor a la familia fue rasgo prominente de su carácter.
Envió pues una comisión a la presencia del coronel F. Borges y al retornar a sus
toldos, pidieron el consentimiento del cacique para volver a darle al jefe militar
su respuesta. Esta vez Pincén devolvió una niña de diez años que habían hecho
cautiva en el partido de Nueve de Julio. A cambio pidió con insistencia la
libertad de su hija y seis o siete indios más. El coronel, comentando al ministro
la carta y el regalo de Pincén. le escribió:
"Es necesario dejarse engañar por este indio. Con la hija de él y algunos
otros prisioneros que son de importancia, lo tenemos medio agarrado". Agregó
también que los pedidos de racionamiento eran exagerados; que después de
algunos años se le podría dar sueldos a él y a sus principales capitanejos.
El ministro Gainza se alegró ante la nueva perspectiva y adelantó las
noticias al jefe de la Frontera Sur de Córdoba, coronel Julio A. Roca, diciéndole:
"La paz está hecha con Pincén y sus indios. Son nuestros aliados y basta". Se
adherirían, además de los indios de Vicente Pincén, los de los caciques
Francisco Pincén y de Nahuel Payún que vivían en la Pampa ranquel.
El 26 de febrero de 1873, el coronel F. Borges elevó al ministro el
proyecto del tratado de paz que les había propuesto a los caciques, a fin de que
fuese considerado y ratificado por el Gobierno Nacional. Efectivamente, el 3 de
marzo del mismo año, el presidente D. F. Sarmiento y el ministro Martín de
Gainza lo firmaron y lo autorizaron: Fue rubricado por Gainza con esta nota:
"Aprobado y devuélvase el tratado adjunto, según se pide y avísese a la
Contaduría" (AEM 21-6557).
Una interesante lista es la siguiente AEM Nº 6542: Depósito de Presos
Indios y familias en el Fuerte Gral. Paz, 2 de Noviembre de 1872

1.Capitanejo Vicente Goentú


2. “ Loncoi Lloncú
3. “ Juan Martínez lenguaraz.
4. Indio Domingo Entú
5. “ Alfonso Cargeo (Carqueo)
6. “ José Manuel
7. “ Juan &
8. “ Sisto Paine
9. “ Pedro &
10. “ Ferroro Luillant
11. “ Manuel &
12. “ Francisco Aquibi
13. “ Lorenzo Ramírez
14. “ Pioni Juancho
15. “ Francisco Martínez
16. “ Carlos Chinpil
17. “ José &
----------- Familias ------------------
18 mujer Calqui con dos hijos
19. “ Haimpui con cinco hijos
20. “ Mepai --
21. “ Manuela con dos hijos
22. “ Juana --
23. “ Clara --
24. “ Manuela --
25. “ Feliciana con una hija
26. “ Marra Juana con una hija

Texto del Tratado de Paz (3. 3. 1874)

El historiador Juan M. Raone rescató el texto del tratado del "cacique


Vicente Catinan Pisen y del cac. Nahuel Payún"; lo halló en el Libro Copiador
de Contratos. Además el coleccionista Juan Maguire publicó dos cartas que
esclarecen ciertas circunstancias de la gestión. Nos informamos que el cacique
Bernardo Namuncurá, escribiente y tío del cacique general Manuel Namuncurá,
había sido llamado para aconsejar a las tribus. El mismo escribió entonces: "Yo
he hablado mucho con el cacique Pisén, hasta que le he convencido y lo he
hecho firmar los tratados y yo soy (el) que firmo a ruego de estos dos caciques"
(J. Maguire: Loncagué. 1967, p. 150).
El cacique Pincén. a su vez. escribió a Borges desde Choiqueloó “Médano
del Avestruz”(hoy Berutti). que había demorado la contestación a su carta del
13 de Febrero, porque le habían llegado rumores de que el teniente Rivas venía
a pelearlos. En su carta presentó a los integrantes de su comisión y decía:
"...para que vea que quisimos tratar de todo corazón, y sólo esperamos que usted
cumpla con nosotros como Jefe de Frontera. Ni yo ni mi gente han de faltarle,
no sea cosa que me quieran quitar los campos, como lo están haciendo con
nuestro General (Juan Calfucurá)"- Luego vuelve a insistir en el pedido por la
libertad de los prisioneros, nombrándolos uno por uno, y solicitando un buen
racionamiento.

"Tratado de Paz de Vicente Catinan Pisen y de Nahuel Payún:

Don Francisco Borges, Coronel de la República Argentina y Comandante en Gefe de


las Fronteras Oeste y Norte de Buenos Aires y Sud de Santa Fe, en representación del
Excelentísimo Gobierno de la Nación, y los Capitanejos Curuñanca Canín y Lucanao, en
representación de los Caciques Vicente Catinan Pisen y Nagüel Payan y de los Capitanejos
Santiago Chico Nahuen,. Ambrosio Chanchillan Aoncao, Nicull, Millauchel, Urquizano,
Gerónimo Unaiché, Praiman, Pablo Leufó, Vicente Chico, José Badía. Huerafrán López,
Soldado Pedro Chauquelán, Aaman-cú. Cuminado, Catrenau,. Antelao y Coliqueo Ignacio
(Segundo, es de Chaimaqueo) han convenido en lo siguiente:
Art. 1º - Desde hoy en adelante, los Caciques y Capitanejos arriba
expresados y que firman el presente tratado por sí o según en representación,
todos se comprometen a mantener y hacer mantener a sus tribus la más completa
paz con el Gobierno y Pueblo de la República Argentina; por su parte, el
Gobierno Argentino se compromete a proteger y amparar la residencia tranquila
y permanente de dichos caciques. capitanejos y sus Tribus en los campos que
actualmente ocupan.
Art. 2º - En el terreno intermedio de la línea de Fronteras y los campos
fijados para residencia de las tribus, el Gefe de la Frontera podrá establecer los
Fortines que juzgue necesarios y, en el caso de establecerse algún poblador de
una u otra de las partes contratantes fuera de la línea, necesitará licencia escrita
del Gefe de la Frontera.
Art. 3° - Los Caciques y Capitanejos quedan obligados a entregar al Gefe
de la Frontera a los desertores o cristianos que vayan a asilarse entre ellos,
debiendo el Gefe de la Frontera pagar los gastos de remisión y a regalar con
generosidad a la comisión que venga a entregarlos-:
Art. 4° - El Gobierno Nacional se compromete a hacer respetar la
ocupación de los campos que hoy ocupan las tribus, a no invadirlos nunca y a
que puedan vivir tranquilamente bajo el amparo del Gobierno y, en el caso de
que alguna vez algunos capitanejos o indios nieguen la autoridad del Cacique
Picén, el Gefe de las fronteras lo ayudará a hacer obedecer y considerará como
enemigos a los Indios que se subleven.
Art. 5º - La tribu del cacique Picén podrá comerciar libremente con las
poblaciones cristianas, con la obligación de hacer el comercio entrando y
saliendo siempre por el Fuerte Triunfo de la Frontera Norte y debiendo
presentarse siempre a la entrada y salida al Gefe del fuerte referido, quien les
permitirá descansar allí y les dará mantención, considerándose como enemigas
toda comisión que venga armada por otro camino que no sea el del Triunfo o no
haya pasaporte del Cacique.
Art. 6° - Los Caciques y Capitanejos se comprometen a no dejar pasar por
sus campos ninguna invasión contra las poblaciones de la República Argentina y
a dar aviso por chasques cortando campos (cuando) de cualquier invasión que,.
aunque no deba pasar por sus campos, tengan noticia de que se prepara o dirige
contra las referidas poblaciones.
Art. 7° - Los Caciques y Capitanejos que firman este tratado reconocen la
soberanía del Gobierno Argentino sobre todo el territorio de la República y el
Gobierno Argentino reconoce a las tribus del Cacique Picén la posesión
tranquila de los campos que ocupan.
Art. 8° - El Gobierno Argentino se compromete a entregar al Cacique
Picén todos los prisioneros y familias que tiene, pertenecientes a su tribu y el
Cacique Picén se compromete a entregar todas las cautivas cristianas existentes
en su tribu, debiendo efectuarse el cambio de cautivos y prisioneros a número
igual y conforme las vaya entregando el referido cacique Picén.
Art. 9° - El cacique Picén se compromete también a negociar con las
tribus que no obedecen sus órdenes las cautivas que estos puedan tener y que le
indique el Gefe de las Fronteras, siendo éste el que pagará el rescate que con
anticipación se haya combinado.
Art. 10º - El Gobierno Argentino se compromete también a entregar al
Cacique Picén, para mantención de su tribu la cantidad de doscientas (200)
yeguas de cuenta, 200 libras de yerba, 200 de azúcar, 200 de tabaco. 200
cuadernillos de papel, 100 botellas de ginebra cada tres meses, o sea ochocientas
yeguas, 800 libras yerba, 800 de azúcar, 800 de tabaco, 800 cuadernillos de
papel y 400 botellas de ginebra al año, en cuatro entregas y entregando la
primera inmediatamente, la 2ª una vez firmado el tratado por los Caciques Picén
y Nahuel Payún y los Capitanejos espresados; la 3ª el día 1° de Julio del
presente año y la 4ª el 1° de octubre, efectuándose el racionamiento en el pueblo
de Junín, por el Gefe de la Frontera, quien cuidará de que, tanto los animales
como los demás artículos, sean de superior calidad y exactamente lo convenido
en el presente.
Art. 11° - El Cacique Picen se compromete a ordenar que las comisiones
que vengan a negociar con las poblaciones cristianas no cometan robos ni
violencia alguna, en la inteligencia que, si algún Indio llega a cometer algún
delito, será castigado por el Gefe de la Frontera con arreglo a las leyes de los
cristianos y/o también a devolver y entregar al Gefe de la Frontera a cualquier
Indio o Capitanejo de su tribu que llegue a faltar a lo convenido en este tratado
de paz, como así mismo el Gefe de la Frontera se compromete a castigar con
toda severidad a cualquier cristiano o Indio de su dependencia que llegue a faltar
en lo más mínimo a los Indios que vengan pacíficamente a negociar o a
cualquiera de los artículos del tratado.
Art. 12º - Tanto el Gefe de la Frontera, en representación del Gobierno
Argentino, como los Caciques y Capitanejos que firman este tratado, se
comprometen bajo el más solemne juramento a cumplir (el tratado) fielmente en
todas sus partes: en fe de lo cual lo firman a continuación
a ruego del Cacique Picén, Nahuel Payan (Payún), por no saber firmar
(firmo) Bernardo Namún Curá

(Autentificación: Está conforme... (Es copia del libro copiador de


contratos 1872-1880, páginas 45-48, R. Escola a f. 2a. En el Archivo del Estado
Mayor del Ejército está también el doc. 1209, el contrato con el proveedor D.
Esteban Isaía para racionar al cacique Catrinao Pisén).
Este tratado propuesto por el cacique Bernardo Namuncurá en nombre de
los caciques Pincén y Nahuel Payún, fue ratificado en Buenos Aires el 3 de
marzo de 1873 (Gainza a Borges A.M.H.N. Nº 6579: 4.3.73). Durante los meses
siguientes, muchas cartas y comisiones han ido a Buenos Aires, indicio de que
se había demorado el cumplimiento del tratado y por eso muchos indios se
distanciaron del cacique Pincén (ib. Nº 6660). Al mismo tiempo trascendió que
el Ejercito estaba preparando un golpe decisivo a la tribu del cacique Juan
Calfucurá (ib. 6631 y otros); pero la imprevista muerte del soberano de Salinas
Grandes, el 3 de junio de 1873, y el estallido de la Revolución en Entre Ríos (en
mayo) modificaron los planes.
Los caciques Pincenes firmaron otro documento de tratado de paz
Bernardo Calfucurá, el sobrino del cac. Juan Calfucurá, secretario y buen
escribiente de las tribus salineras estaba preparando un documento importante
proyecto de tratado de paz que el Cacique General Juan Calfucurá quiso
aprovechar para restaurar su idea de formar una gran Confederación Indígena,
cuando el 3 de junio de 1873 murió Calfucurá de muerte natural y los
representantes y jefes de las tribus venían para el entierro se prestaron a firmar
el documento “proyecto de Tratado de Paz”. No conocemos ningún relato sobre
ese entierro, pero en el Archivo del Estado Mayor se conserva ese documento
con el Nº 1232. Lo publiqué en mi libro: Caciques Huilliches y Salineros, ed El
Elefante Blanco 2004 p. 235- 240.
Allí figura como cacique primero Don Vicente Pissén y como caciques
segundos del mismo: Don Puelhuán, Don Lefno, Don Catrinao, Don Pichi
Pissén, Don Pichi Pinas y Don Collú
A continuación firma como cacique primero: Don Nagüel Payún y como
caciques segundos: Don Necolpán, Don Renaigüén y Don Llancao.
Transcribí el texto del Tratado (ib. 240 – 242) pero fechado en 1875,
porque el otro documento de 1873 no llegó a entrar en vigencia. En el Archivo
del Estdo Mayor del Ejército se halla también el doc. 1209, el contrato con el
Proveedor D. Esteban Isejo para racionar al cac. Vicente Catrinao Pisén.
Últimamente apareció el texto del mismo tratado de paz bastante alterado
el texto y nombrando el fallecimiento del cac. Juan Calfucurá y las nuevas
firmas (del triunvirato: Namuncurá, Alverito Reumay y Bernardo Namuncurá),
texto que fue aprobado el 10 de Julio de 1873 por el Presidente Sarmiento y su
Ministro del Interior Uladislao Frías.

Pero acontecimientos posteriores mostraron que esos tratados eran sólo


provisorios, hasta..
Pasada la Navidad de 1873, el general Rivas expedicionó hacia Salinas y
no tuvo éxito. (Véase la biografía de Calfucura).
El cacique Pincén parecía no haber sido afectado y siguió remitiendo
comisiones ante todo para conseguir la liberación de los prisioneros que habían
sido apresados en su toldería. Para lograrlo interpuso la influencia de sus
relaciones, incluso la del cacique Justo Coliqueo ante las autoridades (AEM
Doc. 6609). En una carta del 24 de enero, Nahuel Payún decía al coronel H.
Lagos que ellos querían la paz, que algunos indios empezaban a invadir, porque
no les entregaban las raciones estipuladas por el tratado... "Los jefes no deben
engañarnos". Más adelante le echa en cara haberles robado 30.000 $ y cuatro
recados de plata. "No se descuide —continúa— que la cuenta podría salirle
errada. No le gustaría que le hiciesen a usted esa picardía" (AEM: 27.1.74 y
copia de J. Raone).
¿Ruptura pretendida?

El Coronel Hilario Lago escribió, el 15 de enero de 1874, al ministro M.


de Gainza que temía una invasión organizada por el cacique Pincén. Teniendo
presente la larga historia de la guerra de fronteras y de la conquista, uno debe
convencerse que ese tratado fue firmado sin perspectivas de futuro. El 23 de ese
mes se presentaron en el fortín El Triunfo una veintena de indios para negociar,
como se había previsto en el tratado. El coronel Lagos los detuvo y el Inspector
y Comandante General Victorica lo autorizó. El ministro Gainza, a su vez,
encargó al coronel F. Borges que escribiese a los caciques Namuncurá y Pincén
para exigirles que entregasen los jefes culpables de un malón efectuado en
diciembre último y decirles que si ocurriese otra maloca, tomaría a cualquier
indio como espía y enemigo (AMHN Nº 8349).
En marzo de 1874, Lagos volvió a pronosticar una invasión de Pincén,
pues había abandonado sus toldos y reunía gente (AEM: 10.3.74 y AMHN Nº
8361). Y se había visto una partida de Pincén en "14 Jagüeles".
Mientras que el general Rivas prefería relaciones de paz, especialmente
con los salineros, Hilario Lagos deseaba no tenerlas ni aún con los indios
amigos. A éstos les prohibió toda comunicación con los indios del interior. Por
iniciativa propia, apresó el 10 de marzo de 1874 las comisiones de las tribus de
Pincén y Nahuel Payún y otra de Namuncurá en Junín y al cacique Coliqueo le
exigió que entregara a los indios de Pincén y Manuel Grande que se hallaren en
sus toldos. Y como no quiso entregar a sus parientes, Lagos hizo atacar a Los
Toldos, destituir al cacique Justo Coliqueo y aprisionar a numerosos capitanejos
(AMHN Nº 8417 y Hux: Coliqueo, 1980 p. 170 y sigs.) Se conservan tres listas
de prisioneros, firmadas en Junín, el 11 de marzo de ese año. Los de Pínccn
fueron 24 conas indígenas y algunas mujeres, encabezados por los capitanejos
Juan Curruín y Segundo (Segundo Curriqueo o Coliqueo, llamado Chaima
Coliqueo) (AEM Nº 6682 y AMHN Nº 8417).
Copio esta lista: “Relación de los indios que se hallan presos
pertenecientes a la tribu de Pincén y Nahuel Payún (Junín, 11.3. 1874)”
1. Capitanejo Juan Curruín [o Curín, cap. Que figura en el tratado de febr. De 1873; el
trámite del tratado no se había concluido. El era 2º de la tribu de Pincén. Era sobrino del cac. Justo Coliqueo.Por
su intervención fue liberado en 1875. En adelante vivió con la tribu de Coliqueo. Se casó con Juana Nahuel o
Amuypán
2. Capitanejo Segundo (Ignacio Segundo Coliqueo (Chaima) [ Hijo del
hermano de Ignacio Coliqueo y capitanejo de esa tribu y participó en la peregrinación de esa. En 1865 (después
de las batallas de Cepeda y Pavón) el Cnel. Manuel Baigorria lo buscó para reforzar su Regimiento 7º que
custodiaba la frontera Sur de Córdoba y de San Luis. Luego quedó en la Reducción de Villa Mercedes junto con
Villarreal, Peñaloza y Cayupán
3. Indio Calfucán
4. “ Martín Calfumán
5. “ Miranda Niche
6. “ Comó (Cumiú)
7. “ Lienlaf
8. “ Molina
9. “ Carriqueo
10. “ Cayún
11. “ Cheuquelof
12. “ Llanquenao
13. “ Picón
14. “ Quebrón
15. “ Huenchual
16. “ Cornejo
17. “ Medina
18. “ Nicasio Javier
19. “ Demunna
20. “ Huincarrey
21. “ Juanito
22. “ Miladeo
23. “ Pancho
24. “ Manuel Melinao

------- Familias de Pincén ------


25. Avelina (Calquín) con 2 hijos – esposa de Martrín Loncoy [ cap. Martín
Loncoy de la tribu de Pincén. Dos años y medio estuvo en la triste cárcel de Martín García. Luego lo
engancharon en el Reg. 1ª de Artillería. Estaba casado con Avelina Calquín y dejó alguna descendencia en Los
Toldos de Coliqueo
26 Isabel -- - soltera
27. Manuela -- 1 hijo - de Conitró
28. Somó -- 5 hijos - de Nicasio Jurial

(AEM. caja 22 Nº 6682. Están las listas de Justo Coliqueo y de


Namuncurá)
Entre tanto, Pincén, Tripailao y el capitanejo Calderón andaban boleando
avestruces en Las Tunas (AEM: 18.3.74). Se le mandó al cacique un chasqui
para ver lo que decía el "caballero" (AMHN 8364). Namuncurá. que mantenía
buenas relaciones con Pincén, envió una comisión a Buenos Aires pidiendo, por
intermedio del Arzobispo, se aprobara el tratado de Paz y se racionara a Pincén
en Junín. Martín de Gainza escribió entonces al coronel Borges que enviase a
Pincén los animales pedidos y que hiciera un nuevo tratado de paz con el
cacique (ib. Nº 8384 y 8393). Aparentemente Lagos se cortaba solo y hubo que
desautorizarlo.
Pero no había cesado la guerra de la conquista. Los indios de Pincén no
podían estar tranquilos.
En mayo de 1874 se internó un pelotón de soldados que acompañaban y
custodiaban al ingeniero Luis A. Huergo que venía a estudiar y señalar el trazo
del Ferrocarril Trasandino (más tarde F.C, San Martín) en su tramo de Junín a
Villa Mercedes. Los indios no habían sido avisados y creyeron haber sido
invadidos. Por eso atacaron al convoy y la escolta al mando del teniente coronel
Ferreira y del sargento mayor José Orellano y se produjo el combate de
Pichihuitrú (pequeño caldén), cerca de Junín; hecho que ocurrió el 8 de mayo de
1874. Sobre este acontecimiento escribí un artículo en la Revista Historia de
Junín Nº 44, 1972. El ingeniero Luis A. Huergo con 50 soldados se vio en
grandes aprietos y llevó las de perder.
Resumo: El 9 de Mayo los indios ya anoticiados del avance, 30 indios con
el capitanejo Felipe Coilá, bravo guerrro de V. Pincén, se venían para atacarlos.
Las tropas de Huergo y Ferreira se reconcentraron; formaron un cerco con los
tres carros y sus 60 caballos y enseres adentro. 40 carabineros del Regimiento 2º
estaban apostados ; pero al romper ellos el fuego, sus caballos se espantaron,
rompieron el cerco y se dispararon. “Nos dejaron prácticamente de a pie,
llevándose un centenar de la caballada”. El Sargento D. José Orellano
imprudentemente se arrojó en su persecución. Los indios lo dejaron correr para
que se cansase un poco. Luego lo atacaron e hirieron y mataron a 12 soldados.
El Sargento murió a los 7 días y fue sepultado en el cementerio de Junin. (El
documento más importante es del Arch. Hist. Mus. Nac., ahora AGN Nº 8416)
Aquel jefe indio Felipe Coilá no tardó en recibir su castigo. Cuando quiso
sorprender la caballada en la Estancia Estaqueadero, cerca de Junín, el 9 de
Agosto de 1874, el capitán de la G.N. de Junín D. Pablo Vargas lo hirió en la
persecución y luego lo capturó. Lo trajeron a Junín, donde lo fusilaron con otro
indio más, llamado Manqueo.
No obstante, el ministro de Guerra aconsejó al coronel Borges (28 de
mayo) escribiera a Pincén en su nombre, ofreciéndole tierras en propiedad y
otros beneficios para que viviesen en paz dentro de las fronteras (AMHN Nº
8429).
Se calculó entonces la cantidad de su gente en 1.000 almas, unos 300
lanceros, establecidos en Langheló, Toay y Mallincó (o Malalcó) a unos 30 km.
de Trenque Lauquen. En junio estalló entre ellos una funesta epidemia de cólera
y hubo pánico y miseria (ib. 8457 y 8461).
Al morir el cacique Anegnerr (Anhenher), el más temido, fugaron varias
cautivas por el miedo de ser sacrificadas (ib. 11.7,74). Hasta el cacique
Namuncurá se compadeció de su miseria y escribió al coronel Ataliva Roca,
llegado a Junín, diciéndole que recordase racionar a los indios de "Pissen" y
devolviese los prisioneros que sus antecesores les habían tomado (Arch. Museo
Hist. Lujan: Papeles del Dr. Zeballos, Nº 120 del 4.8.74).
También el Arzobispo de Buenos Aires escuchó sus pedidos casi
desesperados e intercedió por ellos ante el Gobierno Nacional, sobre todo por la
liberación de la familia de Pincén retenida en Martín García, reiterando lo que
había solicitado ya en septiembre de 1873 (L. Copello: Gestiones del Arzobispo
Aneiros en favor de los Indios, ed. 1945 p. 232). No tuvo éxito en su gestión.
Medio año más tarde fueron incorporados al Regimiento 1º de Artillería en
Buenos Aires, durante la Revolución de Mitre.
De todo lo dicho, se concluye que el cumplimiento del tratado de paz dejó
mucho que desear por ambas partes. Cuando estalló la Revolución de
Septiembre encabezada por el general Bartolomé Mitre, los indios de Pincén se
abstuvieron de intervenir. Aquélla trajo como consecuencia un empeoramiento
de las relaciones para con todos los indios y un cambio casi total de la plana
militar.

El avance de Alsina y los tres malones grandes

La angustia de “los pueblos del desierto" crecía en la medida en que ellos


vislumbraban a un Ejército Argentino preparando la conquista definitiva de sus
tierras y su gente. De hecho los caciques estaban bastante bien informados por
relaciones personales, por comerciantes y publicaciones de la prensa, o
simplemente por conjeturas o bien por un agudo instinto de intuición del futuro.
Por eso se mantenían en estado de alerta y se aferraban a toda gestión
pacificadora que les reportaría alguna ventaja. La correspondencia que
mantuvieron con los jefes militares y aún con el Arzobispo de Buenos Aires,
demuestra que su voluntad era mantener la paz; pero frente a la agresión se
unieron para enfrentar la guerra.
Ya dijimos arriba que el cacique Namuncurá, jefe de Salinas Grandes,
había convocado a un gran parlamento y los jefes o representantes de las tribus
sellaron, el 3 de mayo de 1873, el proyecto de un tratado de paz (AEM. Doc.
1232). Entre los caciques firmantes se enumeran nominalmente 17 caciques
generales. 36 caciques primeros y 51 caciques segundos. El cacique Vicente
Pisscn y el cacique Nahuel Payún figuran por separados como caciques
primeros.
El cacique exigía que no se adelantaren las fronteras sobre sus campos. Y
al pedir racionamiento, piden uno separado "para la tribu del cacique Don
Vicente Pissen por parte de la frontera Norte" y para Nahuel Payún por la
Comandancia de Gral. Paz.
Si el gobierno no rechazó de plano tales propuestas de paz, ante todo era
porque quería apaciguar y distraer a los indios para lograr con mayor seguridad
el avance de las fronteras que el Congreso Nacional en 1867 había votado.
Desde años, el ejército se estaba preparando para la campaña. El general Rivas
le había fallado al ministro Gainza. Pero el nuevo ministro de Guerra, Don
Adolfo Alsina se comprometió a r ealizarlo. En 1875, el Congreso votó para eso
una contribución de 200.000 $ fuertes, en agosto y en octubre 400.000 $ más
para el equipamiento del ejército y el cumplimiento de la Ley 215 de 1867. Ya
estudiaban los ingenieros la topografía y los caminos hacia las tolderías
importantes. Así, el sargento mayor Don Federico Melchert, acompañado del
coronel M. Freyre fue hasta Las Tunas de Pincén, en septiembre de 1875. El
mapa de Melchert, publicado en ese mismo año, es extraordinario y señala los
puntos del primer proyecto para adelantar las fronteras, e incluso un ferrocarril
hasta Carhué (A. Vuletín: La Pampa, p. 15 y Olascoaga: Estudio Topográfico de
la Pampa. Bs. As. 1939 vol. I. p. 29). El misionero Salvaire, que en esos meses
había estado en Salinas Grandes en gestiones de paz y para libertar cautivos,
experimentó con angustia las inquietudes de las tribus y supo que Pincén no
quería continuar con la espera de gestiones de paz, sino lanzarse al malón, a la
guerra.
Y se unieron también las otras tribus de la Pampa, salineros y ranqueles
junto con los chilenos que habían sido llamados para el Gran Malón, al que
adherían también los indios de Catriel, por la insostenible situación suya frente a
la sentencia del ministro. En Agosto de 1875 los indios de Namuncurá y Catriel
atacaron el fortín Almado de Olavarría y quince días más tarde, los de Pincén
invadieron el Campamento del Cnel. Freyre en Guaminí y poco después pasaron
la línea de fortines. (Hux. 1980 p.215)
Una carta del 11 de septiembre de 1875 del yerno del cac. Namuncurá de
Salinas decía “que un indio de Pincén confió al capitanejo Antumil (su cuñado)
que unos 250 indios de Pincén marchaban hacia Tres Arroyos maloneando; que
los de Salinas eran ajenos .
El 11 de noviembre de1875 se supo que Pincén había invadido el partido
de General Alvear y la zona del Fortín Esperanza (R. R. Capdevilla: El Fortín
Esperanza y el pueblo y partido de General Alvear, Tapalquén, 1968. p. 116). El
26 de diciembre se sublevaron 300 indios amigos de Catriel que estaban
prestando servicio militar en el Fuerte Lavalle (sur). No querían expedicionar
contra los hermanos de su raza. Y ya llegaron al mismo punto más de mil indios
de Namuncurá: y pronto se supo que unos 5.000 indios estaban en la frontera.
Habían desatado la guerra antes que avanzaran las tropas nacionales.
Vicente Pincén y su segundo, Curu Necul, capitanearon unos 1.500
indios. Se dirigieron hacia Bahía Blanca y hacia Tapalquén, arrasaron varios
fortines y arrearon unos 200.000 animales. (Anales de la Soc. Rural Argentina T.
XII 1876 p. 283-287).
Las tropas fronterizas no estaban aún en condiciones de enfrentarlos. Pero
en ligeras guerrillas intentaron arrebatarles y recuperarse cuanta hacienda fuera
posible recuperar.
El 30 de diciembre el coronel Lorenzo Wintter inició su persecución en
"La Tigra"; el 31, en "Fortín Aldecoa"; en "La Bandurria"; en Blanca Grande,
etcétera. (Véase lo escrito en la biografía de Namuncurá).
Se temía también que Pincén atacara asimismo la frontera del Oeste
bonaerense. pero no fue así, volvió a sus campamentos entre Masallé y
Langheló con numerosos caballos. Era consciente de que le aguardaban las
penurias del avance de la frontera. Efectivamente, el ministro Alsina en persona
había acudido para dirigir la guerra y ultimó el equipamiento de seis columnas
expedicionarias, que en marzo de 1876 rompieron la marcha hacia estratégicos
campamentos en el centro de la llanura pampeana. Durante la marcha hubo
algunas escaramuzas en "Paragüil" y en "Horqueta del Sauce Corto". El. 5 de
marzo. 3.000 indios entre los cuales se contaban también los de Pincén, fueron
dispersados.
Desconcierta la noticia que, el 12 de Marzo de 1876 se publicó en el
periódico “El Eco de Azul: “ Pincén...este terrible cacique es el que acaba de
invadir la Provincia de Córdoba. En la última vez que anduvo por acá (Azul),
Pincén se llevó una buena sableada. Quiera Dios que la que el Gral. Roca le dé
allí (en Córdoba) sea un poco más seria, hasta ver si acobarda a ese pampa
terrible y sanguinario” (La cita es de Lappas, A. :La masonería en la ocupación
del desierto, 1981 p.195).

Avance de Conrado E. Villegas


La columna o división Norte del coronel Conrado E. Villegas debía
invadir los aduares del cacique Pincén. al que entonces algunos llamaban el
Tigre (Nao o Catrinao) del Oeste. Partió, pues. desde el Fuerte General Lavalle
Norte (hoy General Pinto) con el Regimiento 3º de Caballería, el Batallón 2º de
Infantería y los Guardias Nacionales de Junín para establecer la nueva línea
(provisoria) de la frontera oeste y la comandancia y el pueblo de Trenque
Lauquen (el 12 de abril de 1876). En "Foro Malal" (Corral de los Huesos) y en
Anchiqueluán (supongo Choiqueloó), que habían sido los asientos de la tribu de
Pincén, establecieron los primeros fortines (José F. Mayo: Información
Histórica, Trenque Lauquen, 1965 y Walther: Conquista, ed 1964, p.515).
Los indios de Pincén retiraron a tiempo sus toldos y llevaron lejos la
hacienda, pero atacaron por la retaguardia, la vieja frontera, como para obligar a
los expedicionarios a retroceder. Así, hubo un combate por Guaminí y Laguna
del Monte. Del día 11 al 14 de Abril, 2.500 indios de Namuncurá, Catriel y
Pincén sitiaron las tropas de Marcelino Freyre. En Agosto, sitiaron un convoy de
14 carretas y la escolta del coronel M. Espina, en la laguna "La Chinchilla"
(Abad Santillán: Enciclopedia Argentina II. p. 5.596). El día 6 del mismo mes,
unos 3.000 indios atacaron el Fuerte Lavalle Sur (Salquincó) y poco después
atacaron el campamento de Blanca Grande. Desde allí. V. Pincén avanzó hacia
Nueve de Julio y atacó la toldería del cacique Coliqueo en la "Tapera de Díaz"
(Cuartel 2° del partido de General Viamonte). El cacique Justo Coliqueo en un
arranque de locura había sublevado una parte de su tribu y decidió adherirse al
“malón grande”. La abstención del cacique Simón Coliqueo y la oportuna
intervención de un batallón de la Guardia Provincial evitaron que este malón
eliminara por completo a esa tribu amiga ( En M. Hux: Coliqueo. ed. 1980. p.
226-237,se describe muy profusamente "El combate de la Tapera de Díaz", 9 de
Octubre de 1876). Destruyeron el pueblo, pero no pudieron llevarse la gente. En
su retirada fueron perseguidos hasta Quemú Quemú (La Pampa). Justo
Coliqueo, arrepentido, quiso volver a su Tapera de Díaz, pero Pincén, enterado
de eso, mandó unos 20 indios que lo lancearan en donde lo encontraran. Ese
mismo día, parece que fue el 13 de octubre, fue alcanzado y pagó con la vida los
yerros de locura.
En diciembre de 1876 el cacique Pincén retornó con 300 indios a la
frontera vieja. Se incorporó a las tribus de Manuel Grande, Tripailaf y Manuel
Díaz cerca del Fuerte Gral Paz y con ellos invadió la zona de Junín. Este
”último malón” fue rechazado por las tropas del coronel Manuel Sanabria y los
Guardia Nacionales de Junín, en el Bajo de Chiquilof, a 30 km. SO de Junín y
en la costa del Río Salado, el 8 de diciembre del mismo año. (M. Hux: Coliqueo.
Ed. 1980 p. 245 y R. Pérez: Apuntes para la Historia de Junín. 1950. p. 112). El
7 de dicimbre de 1876 se pelearon en el combate de El Hinojo (Venado Tuerto)
y el 9 de diciembre en Cañada de Bagual. (Rob. Landaburu: Santa Fe al Sur
1988 p. 197) Dos semanas más tarde, las tropas de Wintter y Freyre procuraron
arrebatar a los malones el botín en Sanquilcó, cerca del Fuerte Lavalle
(30.12.76).

Primera expedición del Cnel. Conrado Villegas contra Pincén


desde Trenque Lauquen: 1877

La fama de Pincén crecía, yendo de boca en boca, pero las perspectivas para su futuro
se hacían cada vez más sombrías. Un artículo firmado con las iniciales J.M.J., publicado en
los Anales de la Sociedad Rural Argentina (ano 1876 T.X.) decía textualmente: "...Pincén es el
indio más audaz, activo y emprendedor de toda la Pampa y el que ha hecho más daño en los
últimos años y nos lo está haciendo actualmente...".
La opinión pública exigía, pues. un escarmiento. "Para nosotros la
persecución de los indios es cuestión de progreso", rezaba un slogan (Arch. de
Marcos Paz, T. IV p.334).
El coronel Conrado E. Villegas, comandante de la frontera del Oeste
desde 1876 hasta 1878 se propuso arrebatarle la fama al cacique, batirlo y
conducirlo prisionero. En un primer atropello, por una nada, Villegas no perdió
la vida en una celada que le hiciera Pincén, en junio de 1876 (J.F. Mayo:
información Histórica. pág.8).
El ministro Adolfo Alsina estimuló al coronel Villegas para que
expedicionara contra Pincén con estas palabras: "Pincén, el indio indómito y
perverso, azote del Oeste y Norte de la Provincia, jamás se someterá a no ser
que por un golpe de fortuna, nuestras fuerzas se apoderen de su chusma. Si esto
último no sucede. Pincén se conservará rebelde, aún dado el sometimiento de
todas las otras tribus hostiles... Espero que a fines de octubre, podré desprender
columnas ligeras sobre Catriel y sobre Pincén con orden terminante para que los
persigan con vigor y sin descanso" (Memoria del Min. de Guerra y Marina.
1877. p. 130).

Otras invasones al Sur de Santa Fé en 1877 (R Landburu


ob cit. p. 214- 232)
Pero antes ya, Villegas pudo narrar una de las travesuras que le hicieran
los indios de Pincén: el llamado robo de los "Blancos de Villegas". El hecho
ocurrió el 21 de octubre de 1877 y fue atribuido al mismo cacique por varios
escritores, que narraron el hecho. Habría penetrado, esa noche, en el gran corral
del Campamento de Trenque Lauquen para sonsacar a Villegas los caballos
blancos que lucían sus oficiales en cada parada. Habrían hecho un boquete en la
empalizada que lo cercaba y por él habrían sacado sigilosamente 53 de ellos
para disparar con ellos al desierto- Este hecho se popularizó en artículos y
poesías sobre todo por la poeta de Trenque Lauquen: Ñusta De Piorno.
El hecho real es contado por el mismo coronel Conrado E. Villegas en
una carta familiar que resta mérito a Pincén. Este es el texto:
"Trenque Lauquen, 25 de octubre. 1877
Señor Don Ataliva Roca:
Querido amigo: Los indios han llevado una sableada que se acordarán
toda la vida, los que (se) salvaron de ella. El 21 de madrugada, una puntita me
sacó 53 blancos de un potrero. Inmediatamente desprendí (una) fuerza en su
persecusión con la orden de ir hasta los toldos. El 23 por la mañana, la fuerza
encontró una toldería compuesta de diez toldos en un paraje llamado Tromen
Lauquen, como a cincuenta leguas de aquí. La caballada estaba toda extendida y
los indios jugando quien se quedaría con “los blancos”. Fueron sorprendidos y
corrieron a sus lanzas, trabándose en un combate del que resultó la muerte de
cincuenta y tantos indios (estoy pensando en mis caballos). El cacique que los
mandaba (era) Cayuqueo y un Capitanejo Neculché.
NB.Creo que se trata del capitanejo Martín Cayuqueo boroga chileno, se salvó en 1834 en Masallé;
se acogió al amparo del Fuerte de 25 de Mayo; más tarde estba radicado en Los Toldos de Ignacio Coliqueo
(Gral Viamonte) Su primo, el capitanejo Sandoval Cayuqueo desempeñó comisiones en Salinas Grandes. Martín
Cayuqueo se unió con Calfucurá. Firmó en 1873 el gran documento (AEM 1232) 1876 se separó de Coliqueo.
Parece que con indios de Pincén hizo esa “travesura del robo de los Blancos de Villega”. Martín Cayuqueo
terminó sus días en la tribu de Coliqueo en 1884. Se había casado con Clara Pañilhué y dejó una larga
descendencia en Los Toldos.
Neculché o Neculqueo, capitanejo boroga que 1875 pertenecía a la tribu de Vinente Pincén. Se escapó
después de haber colaborado con Cayuqueo a robar a Villegas los 53 caballos blancos del Comandante
C.Villegas en Trenque Lauquen. Ante la persecución huyó junto a los ranqueles de Baigorrita. Perseguidos en
1879 por las tropas expedicionarias, fue hecho prisionero. Y ya no se supo más de él.
“Sólo tres escaparon, yendo uno de ellos herido. Se rescató toda la
caballada, sin faltar uno solo. Se quitaron 300 (caballos) de los indios y se
trajeron 36 chinas (aquí se renovó la escena aquella). Cada caballo que se
llevaron, ha valido el pellejo de un indio. Pincén se ha mudado 30 leguas más
allá de estos toldos, que han sido destruídos con sus moradores y hoy está en un
paraje llamado "Luán Lauquen''.
“Los milicos han pilchado bastante: mantas, estribos de plata y frenos,
juegos de botones, pues el cacique Cayuqueo era platero. Estos indios son
chilenos y son los que siempre venían a robar caballos. Mi nombre no les era
desconocido, pues un indio, en momentos que un soldado le apuntaba su
carabina, le decía: "No matando hermano; allí está todo, todo, lo caballo blanco
del Coronel Villegas: no falta ninguno".
“Este golpe se ha dado sin baqueano, pues usted sabe que Lorenzo no
conoce tierra adentro. El mayor Sosa con soldados del 3 ha sido el que lo ha
dado.
“Adiós, mi amigo; reciba el afecto de su siempre amigo,
Conrado E. Villegas"
(Reproducido del original del Archivo del Museo Roca. Doc. 77. 26.
Publicado en Documentos Vº 1966 p. 262s.

Hay otro documento en AEM, Doc. 1334 fha.24.10.77 y en Le Courrier


de la Plata del 26.10.77. Miguel A. Speron publicó un artículo sobre el robo de
los Blancos de Villegas en La Nación: 5.1.1969.)
El ministro Adolfo Alsina estimuló al coronel Villegas a expedicionar
contra Pincén. En efecto, el 11 de noviembre de1877, Alsina ordenó al coronel
Villegas atacar las tolderías de Pincén. A los dos días, 170 hombres
expedicionarios del Regimiento 3° de Caballería partieron hacia Mari Lauquen,
Sanquilcó, Potroló, Mamuil Tué. En la noche del 17 acamparon en los montes
de Malal, a 40 km. al Norte de Toay y al amanecer cayeron de sorpresa sobre
una toldería de Pincén. No dieron tiempo a los indios organizarse para el
combate y por eso emprendieron la fuga. Durante cuatro horas la tropa persiguió
a la indiada, inflingiéndole 80 bajas y haciendo prisioneros a 104 indios de la
chusma; 300 caballos, 70 vacas y 1.500 ovejas fueron el botín, según dice el
parte. La columna expedicionaria debió pelear durante el camino de regreso,
porque una guerrilla quiso insistentemente arrebatarles los prisioneros y el botín.
El día 20 estuvieron de regreso en Trenque Lauquen. "El terrible Pincén, - puede
decirse, - hoy está destruido -escribió el 21 del mismo mes el coronel Ataliva
Roca.
Vicente Pincén no había estado presente en el cómbate y supongo que
tampoco fue atacada su toldería, sí, la de un hermano. Hacía un tiempo que los
hermanos Pincén tenían separadas las tolderías o campamentos: Francisco
Pincén y Nahuel Payún vivían cerca de Toay, en la Pampa; en cambio, Vicente
Pincén acampaba en el oeste bonaerense, más cerca de la frontera (AEM doc.
1336 y Memoria del Ministerio de Guerra 1878 p. 133).
El coronel Villegas seguía la guerrilla, pues, a fines de diciembre informó
desde Trenque Lauquen que una partida había perseguido un pelotón de indios,
desde el Fortín 24 de Mayo hasta el lugar que hoy conocemos por General Acha.
Que en más de 40 leguas hasta "Licancha". no pudieron alcanzarlos. Que esa
buena aguada había sido lugar de campamento de Pincén (AEM. fha. 29.12.77).
Entre los papeles del Dr. Zeballos halladas en un médano, hallamos la
siguiente carta borrador. (es del archivo del secretario de Calfucurá, de Bernardo
Namuncurá Nº 10 de mis copias): (¿Creyó en el tratado de Paz?)
“Al Sr. Gefe Dn. Nicolás Levalle
“Salinas Grandes, 24 de Diciembre de 1877

“Muy Señor mío: Aunque no tengo el honor de conocerlo, me dirijo a


usted, haciéndole presentar que tengo la autorización del Sr. Coronel Villegas
para mandar mis comisiones a Buenos Aires y ante usted, que son las
comisiones encabezadas por el Capitán Cheuquelén, el 2º, el capitanejo, Ñancú
y el tercero el lenguaraz Bernardo (quizás era entonces Bernardo
Namuncurá)...paz , el captán Tharreú, es el que representa la persona del
cacique Nagüel Payún, siendo el capitán Cheuquelén mi representante. Los
acompañan dos personas más; siendo cinco las que paran en Comisaría en
Buenos Aires y otras cinco personas tienen que regresar de Trenque Lauquen,
encabezando Juan. (quizás Juan Cheuquelén)
NB. De Cheuquelén conocemos pocos datos. Era de la parentela de los Pincén; aquí se dice que era
capitán del cac. Nahuel Payún. Más tarde, en 1881, lo encontramos con los capitanejos Patricio Farías y Ngreti
en el Campo de la Cruz cerca de Junín, donado a los jefes de los Pincén y sus familias. Bartolo Cheuquelén se
llamaba también Bartolomé Mansilla; estaba casado en la Tibu de Coliqueo con Martina Pincén, hija María
Pincén. (Ver genealogía)
De Tharreú tenemos menos datos aún. El y su hijo eran borogas evadidos de la Guerra a Muerte. Según
informe del guerrillero chileno J.M. Carera, vivía en 1820 en Ganzú Lauquén (hoy Santa Teresita, Depart.
Guatraché, La Pampa. Lo llama Trarú. Puede ser que encontremos bajo otro nombre su historia.
Éstas tienen que conducir las cosas de vicios y ropas y animales para mí
y para el cacique Nagüel Payún.
“Recomiendo a todas mis comisiones y haber (a ver) si les puede dar
alguna cosa de ropa y vicios para su uso de ellos.
“Sin más se repite su S.S.
“P.A. (Por autorización) del Sr. Cacique Bisente Piseñ Catrinao,
Bernardo Namuncurá”
El general Julio A. Roca envía a Villegas a una segunda expedición

El 29 de diciembre de 1877 falleció el ministro Adolfo Alsina:. El coronel


Julio A. Roca fue designado para asumir el cargo vacante e implementar sus
proyectos. Desechando el avance de la “frontera”, quiso marchar en franca
conquista. Su plan consistió en lanzar campañas ligeras, limpiar la pampa y
hacer efectiva la conquista del territorio hasta el Río Neuquén y Río Negro.
Señaló también en un discurso en el Congreso como peligrosas a las
tribus de Namuncurá y de Pincén. Acusó a Pincén y Nahuel Payún de haber
invadido con 600 indios al Fuerte de Puán. Fueron rechazados y perseguidos por
el sargento mayor Camilo García en Marilán - Cargüé, el 17 de julio de 1878.
Hubo muertos y presos (Olascoaga: ob. cit. I. p. 60).
Roca afirmó que este atrevido aventurero residía en la zona de Malalcó a
diez leguas de Trenque Lauquen y contaba apenas con cien indios de lanza (ib.
I. p. 52). Y allí lo buscaron entonces en varias expediciones.
El 8 de septiembre de 1878 el coronel Villegas destacó al mayor graduado
D. Mariano Ruiz con 50 hombres del 3° de Caballería. Debían sorprender los
toldos de Nahuel Payún, en el paraje de Marilán-Cargüé. En la refriega mataron
al capitanejo Carriloncó NB.Cariloncó, 1870 era capitanejo del cac. Pincén y vivió las persecuciones,
especialmente las que ordenó Julio A. Roca en 1878. Pues cayó en manos del Mayor Mariano Ruiz del
Regimiento 3º de Caballería. Él y cinco más fueron muertos y otra veintena fue apresada, el 8 de septiembre de
1878 (L. Piana: Toponimia de la Pampa p. 269 y J. Sánchez: Efimérides militares 1908 II. P.68)
y 4 indios; apresaron a 22, rescataron una cautiva y les quitaron 88 caballos
gordos. Entre los prisioneros se hallaba el cacique Curriqueo de Salinas Grandes
(Olascoaga: ob. cit. I. p. 64 Sánchez. J.: Efemérides militares, II. p. 68). Fue la
segunda expedición. NB.Este cac. Curriqueo, más tarde se le llama capitanejo, proviene de la familia
de Coliqueo. Algunos usan indistintamente el apellido Coliqueo o Curriqueo (que así se llamaba el gran cac.
boroga Curriqueo, abuelo ,de Chile).. No sé a cuál se refiere y si ha vuelto a Los Toldos., Part. De Gral.
Viamonte.
La tercera expedición (Sept. 1878)
La tercera expedición se confió, en octubre, al capitán Luis Levalle. Este
salió con 800 hombres y atacó una toldería de Pichi Pincén en Naancó, donde
apresaron a 41 indios. El 11 de septiembre de 1878, el mayor M. Ruiz y 50
hombres estaban explorando el Oeste y encontraron en Marilán Cargüé los
toldos de la tribu de Pichi Pincén. Mataron a varios indios y apresaron a 22 y les
quitaron 88 caballos.
Cuarta expedición: (Oct. 1878)
También en el mes de octubre partió de Trenque Lauquen una cuarta
expedición. El l0 de ese mes se pusieron en marcha 100 hombres del Batallón
3°, 50 del Regimiento 3º, 50 del Batallón 2° y 10 baqueanos a las órdenes del
sargento mayor Benjamín Moritá y 50 del Regimiento 3° de Línea, 25 del
Batallón 2° y 7 baqueanos a las órdenes del mayor M. Montes de Oca. El 14 de
octubre de 1878 sorprendieron una toldería en Auquelén. El parte dice que les
mataron a 2 indios y tomaron como prisioneros 5 lanceros y 24 de la chusma y
les quitaron 108 animales.
La quinta expedición en noviembre del mismo año debía dar el golpe
decisivo a Vicente Pincén. El Día de los Muertos, el coronel Villegas puso en
marcha a toda su división: 6 jefes, 13 oficiales, 200 hombres del Regimiento 3°
y 100, del Batallón 2º, más 12 baqueanos. La columna se dirigió hacia Malal,
lugar de residencia ordinaria de Pincén. En marchas nocturnas llegaron a
Japeuque y Pihuehué (creo es Pigüé). Desde este lugar Villegas destacó al
sargento mayor Rafael Solís y 70 exploradores hacia la laguna Malal, a 20 km.
de allí al N.O.; el resto iba a sorprender los toldos en "Licancha". El día 6 de
noviembre se aproximaron a "Fota Lauquen" (Vuta Lauquen). Adelantaron a 50
hombres amparándose "bajo el poncho de la oscuridad". Pero los indios estaban
alerta y huyeron. Cuando el grueso llegó a la mañana siguiente a esa laguna no
los encontraron.

El 7 de nov, la tropa estaba descansando, cuando ¡oh, sorpresa! a las 10


horas y media se les incorporó el sargento mayor Rafael Solís con 60 hombres,
trayendo como prisionero al cacique Vicente Pincén, a dos capitanejos, 17
indios de lanza y 54 de chusma. Pronto se supo también que los sargentos
mayores G. Sosa, E. Ruix y J. Rohde habían sorprendido otras tolderías,
apresando a los indios o matando a los que se les resistían y que habían reunido
gran cantidad de hacienda.

“El cacique Vicente Pincén Catrinao prisionero”

Villegas contento sobre este triunfo, cablegrafió al ministro de Guerra,


general Julio A. Roca, para darle la buena noticia del triunfo militar: "Resultado
de la Expedición Villegas: El cacique Pincén. un capitanejo y 16 indios y 60
chusma prisioneros. En la chusma está toda la familia de Pincén. El cacique
mandó a un viejo indio a buscar a los demás indios." (Olascoaga: ob. cit. I. p.
84)
El Ministro le contestó y le felicitó a Villegas por telégrafo, el 11 de
noviembre: "Grande impresión causó la toma de Pincén. No demore a los
prisioneros." (ib. Pág. 84)
El coronel le contestó entonces: "Gracias, General, por su noble orgullo.
Pronto le enviaré a Pincén".
¿Cómo cayó prisionero el cacique de tanta fama? ¿Y cómo se atrevía el
cacique a quedarse a tan corta distancia de la nueva comandancia, sabiendo que
varios piquetes del ejército expedicionario andaban por todos los rumbos
eliminando tolderías? Reinaldo Pastor (en su libro Guerra contra el indio en la
jurisdicción de San Luis, 1942 p. 110) cree que "cayó prisionero, víctima de su
propia inocencia y altanería en un amanecer del 7 de noviembre de 1878.
Villegas le había intimado a que se sometiera y recibió la respuesta: "Si quiere el
Cabo Viejo (así lo llamaba a Villegas), que venga a buscarme". ¡ Si se hubiese
conservado el archivo de Pincén!
La carta en que Villegas daba cuenta de todo lo ocurrido, lleva la fecha 13
de Noviembre de 1878. Fue resumida en La Nación del 10 de enero de 1879.
Calificó el hecho como triunfo nacional.
"En la madrugada del día 7 de noviembre, al aproximarse la columna del
sargento mayor R. Solís a la toldería de Malal-Có, Pincén saltó sobre el lomo de
su caballo que tenía atado a la puerta de su toldo. En brazos llevóse a su hijo
menor (Nicasio). (Dicen que estaba herido en una pierna y) que provocó a la
tropa para que lo corrieran, a fin de que su gente tuviera tiempo para huir. El
caballo era superior a los de la tropa y tomó rumbo a Fota Lauquen. A una legua
y media vio otra patrulla. Entonces Pincén inventó otra treta. Se deslizó de su
caballo, lo echó a campo abierto y se escondió con su hijo en un pajonal.
(Cuando se lo conté a su nieta, doña Emilia Mansilla, exclamó: "¡Ahá!, entre
cortaderas, porque tienen virtud, mucha virtud”). Los soldados vieron el animal,
pero no encontraron al cacique. Entre tanto, el mayor Solís había invadido los
toldos y logró apresar unos 40 individuos, entre chusma y gente de lanza
-incluso la familia del cacique Vicente Pincén- y ya se disponía a incorporarse al
coronel Villegas.
"Cuando Villegas observó la ausencia del soldado Corvinas, mandó a
buscarlo en todas las direcciones. De pronto el soldado Pita, uno de los
flanqueadores de la derecha, vio que su perro negro toreaba frente a un matorral
de cortaderas. "...Debió ser un tigre", se decía y se dispuso a escopetearlo,
cuando vio salir de entre las pajas un indio bajo y flaco con un niño en sus
brazos. Se rindió.
"Después de andar unas dos o tres leguas, avisaron al sargento por señas
de ponchos que había novedad. Solís envió a dos baqueanos para averiguar qué
había sucedido. Uno de ellos era Mariano Pincén. sobrino del cacique, quien
reconoció en seguida a su tío y, subiéndolo a su caballo, pidió gracia para él, la
que le fue acordado no sólo por humanidad, sino por su importancia. El mayor
Solís volvió entonces a incorporarse a la división en Fota Lauquen, haciendo
luego al coronel Villegas el presente de tan importante cacique. Este dijo al
cacique que no tuviese miedo, que él le hacía la gracia. A lo que el cacique
contestó, que entonces lo tratara como a un amigo y no como a Pincén.
"Encontrándose con su gente reducida a prisión, todos se entristecieron;
las mujeres prorrumpieron en llantos, se arrancaron los collares y brazaletes y se
destrenzaron los cabellos en señal de profundo dolor. Más tarde, Pincén pidió al
coronel el permiso para mandar al capitanejo más anciano de entre los
prisioneros para que fuera a buscar a los otros indios de la tribu a presentarse, de
lo contrario él los invadiría y los traería a la fuerza. Al dar esta orden al
comisionado -dice el relato- lo hizo con voz imperiosa y sonora, propia del
hombre que estaba acostumbrado a mandar y a ser obedecido.
"Villegas pensó que la presencia del cacique Vicente Pincén en su
Campamento y Comandancia sería de mucha importancia hasta que se hubiese
rendido el resto de su tribu. Efectivamente, el 25 de noviembre se presentó el
capitanejo Catrenao con 13 indios y 13 mujeres (Olascoaga: ob. cit. p. 1151 y
IV p. 97).
Ante nuevas expediciones al mando del sargento mayor G. Sosa y 100
hombres del Regimiento 3º de Caballería se rindieron otras parcialidades suyas.
El 27, el Mayor Sosa sometió al Capitanejo Güera. Luego se presentaron
Pichi Pincén y Nahuel Payún. El 1° de diciembre de 1878, el mayor Bravo
trajo a los caciques Pancho Catrenao Pincén y Pichi Pincén, y muchos indios
y sus familias. Por ellos se supo que Namuncurá había querido impedir que ellos
se entregasen y los hizo pelear. (Olascoaga IV p. 99s). Y el 25 de Enero de 1879
se rindieron los últimos restos de Pincén en Maracó y "Cayuqueo". en la
Pampa."
Del documento 52 del Sr. Patricio Maguire, que publicó N. Chindemi en
1995, conocemos un dato más: Es una carta del Cnel. Villegas al Gral. Roca,
fechada el 7 de Febrero de 1879: “...Los Capitanejos Pissen, Peinau, Guillicán,
Santos y Chahuán Urquiza piensan reunirse a formar su Campamento en
“Pueltri Matraen” y que una vez allí, así que supieran como había sido recibido
Nahüelpayún, se presentarían.
NB.”Los capitanejos Pissén” ¿cuáles son, si no son los apresados ya? . – El capitanejo Peinau es
probablemente Paillanao. 1874 le encargaron varias gestiones diplomáticas. Cartas para Cnel. Iturra, el 10 de
nov. 75. El y Tripailán fueron detenidos en Bahía Blanca. Namuncurá reclamó. Era ranquel que se le había
sometido “arrodillado” y se hizo cuñado de Namuncurá, porque se casó con una hermana de Namuncurá. El P.
Salvaire le consiguió la libertad. Era en vïsperas del Gran Malón El Dr. Zeballos en su libro Viaje al país de los
araucanos 1881 p. 235 dice, que los caciques Paillanao y Chacalla tuviron su última toldería en Tripahué, Dep.
de Utracán antes de la gran limpieza de la Pampa.
Güillical, 1872 era capitnejo ranquel del cac. Baigorrita que figura en la lista del P. Donati (Museo Del
Indio de Los Toldos) Es posible que haya colaborado con los Pincén.
Santos, Lorenzo, 1874, capitanejo salinero. Ese año llegó a Azul en comisión de su cacique (AEM
9.6.74)
Urquiza, sobrino de Namuncurá, era capitanejo entre los ranqueles, pero 1871 Calfucurá, pidió regalos
para él. 1879 fue tomado prisionero. (ver su nota) (no tengo anotación de Chahuán Urquiza), pero en 1873
Urquizano figura como capitanejo de Pincén en el tratado de paz; pienso que ambos son los mismos)

Nahuelpayún es el cacique que se presentó el mes pasado en mi


Campamento.
“Estos datos son tomados de un indio que ha llegado de los toldos de
Baigorrita a Colu Lauquen....”

De esta manera el "Toro Villegas" había acabado con el mito del "terrible
Pincén". Los diarios de Buenos Aires se hicieron eco de tales eventos. Irma C.
Cendón publicó en CHNCD (Congreso Hist. Nac. de la Conquista del Desierto)
1980, vol III p.324 noticias aparecidas en los diarios porteños, por ej. en La
Tribuna el 11, 12 y 13 de Nov. de 1878 y 22 de Dic./78. Describe la prisión del
cacique en Martín García, un mes más tarde; lo mostraba como un niño,
llorando desconsoladamente por su imperio perdido (sic).

¿ Dónde fue a parar y dónde le aguardó la muerte?


Entretanto, el cacique Vicente Pincén y su familia habían sido
transportados a Buenos Aires. Grande fue el estupor en la ciudad, cuando el
diario La Nación del viernes 13 de diciembre de 1878 decía: Ayer llegó a
Buenos Aires el famoso cacique Pincén, hecho prisionero por el coronel Villegas
en su reciente expedición a las tolderías. Juntamente con varias mujeres que lo
acompañaban, ha sido alojado en el Cuartel del Batallón 6 de Infantería de
Linea. Entre tanto el cac. Francisco Piseñ se había entregado en Trenque
Lauquen, el 1º de Diciembre de 1878.
En otro periódico “La Patria” Nº 575 del 14 de Diciembre de 1878 leo:
“Pincén – Este cacique se halla en la Capital, alojado en el cuartel 6º de Línea,
situado en la Plaza General..Lo acompañan 4 mujeres, 16 indios de escolta y
cuarenta de chusma.
Pincén tiene el tipo del indio puro, lo que pone en ridículo la aseveración
hecha por la Tribuna de que era oriundo de España; es bajo y delgado, con un
pequeño bigote afeitado en la parte superior.Acusa una edad más o menos de 70
años. Viste chiripá, sombrero chambergo ancho, calzoncillo, botas de potro y un
poncho blanco. Se halla en el más profundo abatimiento.
Su lenguaraz es un soldado que en otro tiempo sirvió en el ejército de la
frontera.
Todos los indios e indias que acompañan a Pincén, se hallan en la mayor
miseria.
Algunas personas caritativas que han ido a visitarlos, han provisto a él y a
su gente de yerba y otros recursos de primera necesidad.
Una de esas personas le dijo que no se abatiera, que muchos generales
como él habían caído prisioneros y habían sido bien tratados.
El indio, avisado por su lenguaraz movió la cabeza y contestó con una
sonrisa”.

El fotógrafo Antonio Pozzi, de la calle Victoria y San José, tuvo la feliz


idea de retratar a Pincén y a sus familiares y sacó cinco fotografías
documentales. (Cuatro se conservan en el Archivo General de la Nación
(sentado Nº 303-121; de pie Nº 303-954: con varias personas 303-122 y 303-
767, donde figuran 3 mujeres y 8 hijos o niños). (Ver Estecez, ob. cit Cap. XIV
p. 225- 232)
En la primera, Vicente Pincén está sentado, triste, demacrado, vestido con
chiripá. poncho y botas de potro, a la usanza gaucha. La segunda es la más
famosa. A ruego del Perito Moreno se quitó el chaleco, se le dio una lanza en la
mano y se colgó un par de boleadoras sobre el pecho. Debía ser la pose del
guerrero. Amadeo Artayeta en su artículo: "La Nación Pampa" (publicado en la
Revista de Geografía Americana VII Nº 43, Bs. As. 1937) insertó una fotografía
de Pincén con su poncho "de ojos". Me dicen que hay otras fotografías de
Pincén o de uno de los Pincenes y John Maguire en su libro Loncagüé reproduce
la fotografía de una cabezada de plata que había pertenecido a Pincén. La
tercera toma fotográfica era de Pincén padre con cuatro hijas una de unas seis
años y otra de unos 17 años, todas tiernamente inclinadas hacia el padre y la
última toma aumentó ese grupo con sus tres mujeres no tan jóvenes y cada una
con dos hijas chicas. Otra toma de ternura y tristeza. No conocemos sus
nombres.
El 12 de Dic. llegaron a Buenos Aires y el 18 de Diciembre fueron
trasladados a la Isla Martín García.

Puedo insertar aquí unos versos de Ñusta de Piorno (en Cantos para la
Laguna Redonda, Trenque Lauquen. 1969. canto 5°).
"Este dolor antiguo:
Despojado del toqui y la arrogancia
de su inútil color estrepitoso,
con la estatura floja y un pañuelo
de oscura soledad sobre los hombros,
desciende aquel cacique bravo,
desciende aquel muy toro.

La pisada del gamo no tuviera


tal vez aire más débil y medroso...
Pero no le miréis la piel vencida
ni las desgarraduras de su poncho
ni los cautivos brazos impotentes;
miradle, sí, los ojos
y allí veréis entera su agonía;
veréis ese dolor antiguo y hondo
del hombre que, al perder la libertad,
lo pierde todo."

En la prisión de Martín García


Vicente Pincén fue recluído y confinado en la isla Martín García, como
también otros jefes de su tribu y parientes. Según algunos habría concluído sus
días en este destierro, lugar de miseria, de pestes y de nostalgias desesperadas
que los blancos le regalaron en cambio de sus vastos campos y aguadas en el
Oeste bonaerense. A él le colocaron grillos de hierro. Por disposición del Gral.
Luis María Campos (el 1º de Junio de 1880) se los quitaron a Pincén y a
Epugner Rosas - “que sean prisioneros como los hermanos Catriel”.
En una hoja del Lazareto de la Isla Martín García de Mayo de 1882 a
Mayo de 1883 figura en la lista de enfermos “Picen y Tumor”. (Arch. de la
Armada, caja 35, pero no dice a qué Piseñ se refiere. Creo que Vicente no estaba
en el Lazareto, su hermano Francisco, sí). La Prensa del 25 de Abril decía de su
primera prisión: Pincén era un prisionero enfermo y abatido. Cuando fue
libertado, estaba enfermo; tenía un tumor en la rodilla. Esto, creo, no fue escrito
por el cac. Vicente Piseñ, sino de su hermano, el cac. Pancho Piseñ, como diré
en su nota biográfica, a continuación.
En realidad no sabemos cuando y en que circunstancias ha sido liberado
de la prisión de Martín García.
Por la asonada del estanciero Guillermo Mac Clymont y sospechas que
Pincén haya sido comprometido en el fracaso de su avance y su muerte, Pincén
[pero qué Piseñ]fue tomado preso por segunda vez y fue confinado por breve
tiempo en la Isla Martín García. Desde Bragado a la Estación Once lo llevaron
en tren. Había estado en la estancia de Ataliva Roca con su mujer y unos hijos.
En la Estación Once lo esperaron un cabo y dos soldados y lo llevaron al
Regimiento 1º de Artillería.
También esto, creo, debo decir de Francisco Piseñ y no del famoso
Vicente Piseñ. Según noticia de La Prensa del 25 de Abril de 1883, Pincén era
un prisionero abatido y enfermo. Buscándolo, lo encontraron en el paraje “El
Dorado” , Partido de Líncoln (hoy Vedia). Allí tenía su residencia con su mujer e
hijos y que no se había movido de allí. La Prensa del 4 de Mayo de 1883 decía
que el Comisario de Lavalle (hoy Gral Pinto) defendía al “indio”. Y el día
siguiente decía La Prensa bajo el título: Pincén en la calle Florida :”Ayer se
paseó a medio tarde por la calle Florida en compañía de un indio y de un hijo en
fila india. El 25 y 26 de abril de 1883, La Prensa decía que Pincén había sido
liberado el mismo día que Epugner Rosas por influencia de Don Ataliva Roca.
(“Acotaciones a la Conquista del Desierto”, en Rev. de la Universidad Nacional
de Córdoba, 1934, p. 8 ). Algunos historiadores y los lectores de La Nación y La
Prensa de esos días de 1883 ceyeron que el cac. Vicente Pincén (en Mayo de
1883) había sido el enfermo y que en Abril había sido liberado y que se ubicó
luego cerca de Pablo Vargas, en el paraje El Dorado ( hoy Paraje del Prtido de
Vedia) Pero yo creo que fue Pancho Catrenao Piseñ el enfermo, a quien liberó el
18 de Julio de 1883 Don Agustín Roca (Tengo copia de la orden)
“Julio 18 de 1883
Al Señor Comandante Militar de la Isla de Martín García.
El indio Francisco Pincén cuya remisión se sirve V.S. comunicarme por
nota de fecha 8 del corriente fue recibido y entregado al Señor Don
Agustín(Debía deir Ataliva) Roca, por orden de S.E. el Sr. Ministro de Guerra y
Marina.
Saludo a V.S. atentamente
En cambio tengo otra cita de un diario de Buenos Aires :”Dentro de
pocos días el renombrado cac. Pincén irá a vivir al Partido de Bragado. Se
establecerá en la Tribu de la Barrancosa, en casa de Melinao, con quien lo unen
vínculos de sangre”. Don Electo Urquizo, el comerciante en la Tribu de
Coliqueo, hablando en sus “Memorias de un Pobre Diablo” (ed ECA. l983 p.
217) del malón y la batalla de la Tapera de Díaz del 9 de Octubre de 1876, dice:
“ El cacique invasor que acompañó a don Justo Coliqueo era el terrible cacique
Picén, a quien vos ( se dirige a su hijo) conociste veinte años después, (es decir
en 1896), juntando maíz en las chacras de San Emilio. Este monarca pampeano,
destronado por las armas conquistadoras de la Civilización…”
Al cac Epugner de Leuvucó (La Pampa) había sacado de la prisión el
Diputado y estanciero Antonio Cambaceres y traído a su estanbcia “El Torito”,
cuartel VI de Bragado, entre las lagunas del Toro y Las Cañas, cerca del campo
de la tribu de Melinao. La Prensa del 24 de Abril de 1883 “Pincen liberado de
Martín García. Fue liberado por el Sr. Cambaceres” Y al día siguiente, bajo el
título Rectificación decía.. Los ex-caciques Pincén y Epugner Rosas fueron
libertados en el mismo día; el primero bajo la responsabilidad de D. Ataliva
Roca y el segundo bajo la del Sr. Cambaceres.
Tengo ante mí un artículo del periódico de Trenque Lauquen, “La
Opinión” del 5 de Noviembre de 1994, con el título: Para vivir preso, vale más
morir peleando. Y dice: Esto dijo el cacique Pincén, en su castellano especial,
cuando estaba preso, según una crónica de “El Oeste” del 29 de Abril de 1883.
Allí se cuenta cómo informó La Prensa del 18 de Diciembre de 1878 el traslado
de Pincén a la Isla Martín García. El 6 de Diciembre lo habían mandado desde
Trenque Lauquen por carro a Junín y de allí a Buenos Aires, donde llegó el 12
del mismo mes. Pasó unos días en el Cuartel del Regimiento 6º y fue llevado en
el vapor Rosales con destino a la prisión. Le acompañaron 9 indios y dos
mujeres.

El mismo día, 24 de Abril de 1883 se le aplican infundios. La Prensa, La


Nación y The Standard hablan de una asonada de un poblador inglés Guillermo
Mac Clymont que fue atacado en Luan Lauquen por unos 50 indios que se
apoderaron de la hacienda arreada y mataron a 9 de los once acompañantes.
Imposible que sería responsable el cacique Vicente Pincén quien, ese mismo día
fue liberado y llevado, no a Trenque Lauquen, sino a Bragado. Su hermano
Francisco Catrenao Pincén tampoco fue a Trenque Lauquen que se había
ubicado en la Laguna El Dorado, hoy Partido de Vedia, antes del Partido de
Líncoln, a lo menos hasta su segunda captura en 1883. Fue tanto el furor de la
Prensa que se dio orden de apresar a ese Pincén de El Dorado y lo trajeron con
su mujer e hijos a Buenos Aires . Fueron llevados por segunda vez a la
prisión,”purgando por un crimen que no cometió”. Puede ser que indios de la
tribu de Pincén hayan atacado a ese convoy, que entraba para ocupar y poblar
sus tierras. Lo detallaré en la nota del cac. Pancho Piseñ.
Aquí se me cortó el rollo de la película. La última etapa del cacique
Vicente Pincén no fue documentada. Sólo quedan falaces recuerdos.
Ciertamente no se agota la historia de Pincén en estos datos entresacados
de las comunicaciones oficiales y militares. No conocemos suficientemente su
familia, de la que fue un excelente padre. Para mí la figura del “padre”
sobrepasa la del guerrero. ¿Quién nos contará sin añadiduras su vida hogareña,
su actividad ganadera, su autoridad y su arte en el hablar en el parlamento, de su
espiritualidad y su apego a las tradiciones?
Un buen “paisano”, Don José Cayún, me describió al cazador de tigres,"
de tigres cebados en la sangre humana". Publiqué su relato según la versión
grabada en cinta magnetofónica en el artículo "La lanza de Pincén y la reverada
en el rancho del Campo La Cruz" (publicado en la Revista Historia de Junín Nº
55, 1975).
Pincén no quedó en el olvido, porque Trenque Lauquen se hizo guardián de su
recuerdo y allí viven algunos de sus descendientes.

PINCÉN CATRINAO, Francisco (IIIº)

PINCÉN CATRINAO, Francisco o Pancho era hijo del mismo cac. Vuta
Piseñ, era hermano del cacique Vicente Pincén. De Francisco Piseñ conocemos
un documento biográfico preciso: las partidas de su bautismo y de su
casamiento religioso realizados en Martín García, el 15 de septiembre de 1879.
(Don José Mayo me proporcionó la copia del libro de bautismos Nº 3, partida Nº
800 y la del libro de matrimonios Nº 1. partida Nº 10) y Juan J. Estevez publicó
fotocopias ob. cit. p.248 y p 251. De ellas se sabe que Pancho Pincén había
nacido en Carhué el año 1824 (5 años antes de Vicente) y que era hijo del finado
Ayllapán y de la finada Amuypán. (Aylla Payún y Amui Payún)
NB. Tengo anotado un Aillapangui, cac. araucano que en 1776, después de la muerte de O´Higgins
por el cacique Lebián) fue decapitado y su cabeza fue llevado a Los Angeles y otro Aylapán, Francisco, cac. de
(Aclaración: Esta anotación, no es equivocada, ni tampoco es un
Malleco (Chile).
enigma. La práxis de los curas era que, si los padres o el padre no eran
bautizados, se anotaba el apellido de la madre; como en los hijos ilegítimos, si el
padre no lo declara como suyo, se hacía lo mismo. Además sabemos que entre
los mapuches, muchas veces no se transmitía el apellido de padre a hijo Algunas
veces adoptaron el apellido del abuelo; por ejejemplo el caso de Juan
Calfucurá.. Francisco Pincén nunca aparece con otro “apellido” que Piseñ o
Pissen. Nahuel Pan, tío de Francisco Pincén,tiene algo que ver con Aylla Pan y
con Amuy Pan. Pan es lo que sería el apellido, aquí apócope de Payún . El
cacique parienete se llamaba Nahuel Payún.

El cacique Francisco Piseñ se bautizó el 15 de septiembrte de 1879,


fecha en que contrajo matrimonio religioso con su compañera Paula Laitú
(Rinqui), nacida en 1829 en la región del Chadileufú (Río Salado, la Pampa).
Transcribo como ejemplo el texto del libro de matrimonios:
LIBRO DE MATRIMONIOS
Del Partido de Martín García
AÑO DE 1879
En quince de Setiembre del año del Señor de mil ochocintos setenta y nueve habiendo tomado
informes y dispensado de las proclamas sobre el matrimonio que libremente (como consta del boleto Nº…que
se registra en este Archivo) intentaba contraer el Casique Pancho Pincén Cathrunao de cincuenta y cinco
años, natural del Carhué ….de estado Cacique Indio domiciliado en el cuartel del Lazareto, hijo lejítimo de
finada Ayllapan natural del Carhué y de finada Amuypan natural del Carhué
Con la PaulaLaïtu natural del Chañileufu (Chadileufú) de estado ….. de edad de cincuenta años, hija
lejítima de D. finado Rincùnecul natural de Chadileufú y Dña. Finada Inayman natural de Chadileufú ….y no
habiendo resultado impdimento alguno canónico ……estando hábiles en la doctrina cristiana …. Enterado de su
libre y espontáneo consentimiento
los desposé por palabras de presente in facie Ecclesiae según la forma del ritual, siendo testigos el
Sarjento mayor D. Bonifacio Zapiola de cuarenta y dos años de edad, natural de Buenos Ayres domiciliado en
el cuartel La Isla y Dna. Paula de la Fuente Pérez de cincuenta y tres años de edad, natural de Buenos Ayres
domiciliada en el cuartel la Isla

y en señal de verdad lo firmaron el cura vicario del partido José Birot


Tetigo Paula de la Fte. De Pérez Testigo Bonifacio Zapiola

Aquí Francisco Pincen Catrinao y Paula Laïtu se declaran hijos legítimos


El finado cacique Rinque Necul, más conocido con el nombre de cacique
Andrés Rinque, que falleció en 1868 en Los Toldos, Part. de Gral. Viamonte.
(ver su nota biográfica) estaba incorporado en la tribu de Ygnacio Coliqueo en
Los Toldos, desde el ano 1862, pues entonces Coliqueo lo recuperó con su gente
durante la expedición de Julio de Vedia a los ranqueles. En realidad ya antes
pertenecía a la tribu de Coliqueo. La madre de la esposa se llamaba Inaymán.
(El cac. Justo Coliqueo, sucesor del cacique Ignacio Coliqueo, se había casado
con Rosa Rinque, hermana de Paula Rinque).

Simultáneamente, el 15 de septiembre de 1879, se bautizaron sus hijos


Simón Martín Nahuel Ghùr Pincén, de 30 años, hijo legítimo del cacique
Pancho Pincén y de Paula Laïtu; Acta Nº 801 del libro de bautismos; y Nº 802,
Martina Ignacia (Cathinao) de 13 años, hija legítima del cacique Pancho Pincén
y de Paula Laïtu, siendo padrinos de ésa el Sargento Isidro Drago y Dña Martina
Clarisa Harepi de Azul . (Son llamados legítimos porque sus padres estaban ya
bautizados y casados cristianamente) Esta señora Paula falleció en Trenque
Lauquen el 14 de septiembre de 1978, a los ll2anos. El periódico de esa
localidad La Opinión del 16 de septiembre de 1978, le dedicó un artículo "Adiós
a Doña Martina Pincén".
El cacique Pancho Pincén no participó en muchos eventos de la guerra de
fronteras y de la conquista del desierto con su padre y con su hermano Vicente
Pincén. Vivía apartado en la Pampa, pero también su toldería fue el objetivo de
varias expediciones del coronel Villegas. Francisco Pincén buscaba vivir como
ganadero pampeano al sur de Toay, justo en donde se iba a erigir la capital
pampeana Santa Rosa.
Después que Vicente Pincén fuera capturado (7.11.78), Villegas envió a
sus hombres a buscar a Pichi Pincén, su primo, y a Nahuel Payún. su tío, con la
gente que les quedaba. Como dijimos en la biografía de Vicente Pincén, éste
mandó a un viejo capitanejo para exhortarlos que se entregaran a las fuerzas del
ejército (Olascoaga: Estudio Topográfico de la Pampa. 1939 I. p. 82). Se
entregaron fraccionados. El 25 de Diciembre, el capitanejo Catrenao; el lº de
Diciembre, Nahuel Payún y en "Pueche Picú Lauqén" los del cacique Pancho
Pincén. (Se han entregado en paz, pero fueron considerados como prisioneros.
El día 6 arribaron en Trenque Lauquen. El sargento mayor G. Sosa había
reunido 227 prisioneros "de guerra" : 2 caciques, 51 indios y 174 de la chusma.
Y el 15 de Diciembre se presentaron también Antenán y Nicacú, ambos hijos de
uno de los Pincenes. Villegas sabía ya el 26 de Noviembre que el cacique
Pancho Pincén venía a entregarse. Lo encontraron en "Médano de la Laguna"
con dos capitanejos, 50 indios y 160 de la chusma (Olascoaga: ob. cit. I. p. 100
y IV. p. 98). Ese día (26) el mayor Bravo trajo a Pancho Catrenao Pincén, a
Pichi Pincén y a muchos indios más. Los documentos dicen que el Mayor Bravo
los atacó y los apresó: “a los dos caciques Nahuelpán y Pichipincén, 51 indios
de lanza y 174 de chusma más cuatro cautivos que tenían (Olacoaga IV. p.99; I.
p. 124; E. Stieben: La Pampa p.42 y “El Constitucional de Mendoza” 23.1.1879
p.2) Todos fueron llevados ante la presencia del coronel Villegas: El 1º de
Diciembre de 1878 se entregó al ejército. Más tarde trasladaron a los indios (o
los arrearon) al campo de concentración de Junín. Humillados sufrieron allí
hambre, desnudez y toda clase de miseria, como atestigua el cura párroco de
Junín en una carta dirigida al Sr.Arzobispo de Buenos Aires (reproducida en L.
Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios. 1945 y M.
Hux: "Indios del Campo La Cruz", en Revista “Historia de Junín” Nº 46, Junín
1972). La terrible peste de la viruela los diezmó literalmente. Ya 5 años atrás, el
cólera los diezmó en su toldería (AEM doc.8461)
Los nombres de los jefes entregados eran éstos: Nahuel Payún, Pichi
Pincén, Pichinao, Reynen, Huillicán, Chanán Urquiza, Rinquen, Nahuelché,
Huenchoal, Cascia, Tacunao y Pancho Pincén, mientras que Vicente Picén y su
familia fueron transportados a Buenos Aires para ser recluídos en Martín
García. 200 indios debían integrar cuerpos militares. (ver. Hux: Nahuel Payún
en Caciques Pampa Ranqueles 1991 p. 158)
Pancho Pincén y su familia también fueron trasladados al presidio de Martín
García, donde enfrentó también una espantosa situación. Allí, el 11 de Mayo de
1879 Pichi Pincén y su tío Nahuel Payún y Franisco Pincén , su esposa Paula
Laïtu el 15 de septiembre de 1879, recibieron de mano del sacerdote lazarista
José Birot el santo bautismo. Lo recibió en el Lazareto. Estaba enfermo y débil.
En un registro de indios presos enfermos, cuya fotocopia tengo,figura “Pincen
(en seco) con : Tumor”. Algunos creyeron que se refería al cac. Vicente Picen.
De él no se decía que era “enfermo y débil”.
El capitanejo Nahuel Payún fue enviado ya en 1880 al Fuerte Lavalle.
Pero el Ministro Victorica compró el 29 de enero de 1881 dos chacras (Campo
de la Cruz cerca de Junín) para el capitán Nahuel Payún, sus capitanejos y sus
familias y mandó distribuir a las demás familias ( que habían estado en el
Lazareto de Junín) distribuir en establecimientos rurales.
Francisco Piseñ y Vicente Piseñ quedaron en Martín García. Vicente,
primero engrillado hasta el 1º de junio de 1880. No tenemos seguridad en qué
fecha Vicente Pincén fue liberado.
Debemos mencionar aún un episodio que causó mucha sorpresa en
Buenos Aires y mucha tinta en los diarios. Lamentablemente los periódicos La
Prensa, La Nación y The Standard publicaron desde el 24 de Abril de 1883, día
tras día, hasta el 4º de Mayo infundios que no transcribimos. Se trata de un
choque de un inglés que entró en la Pampa para poblar una estancia. Se apoderó
de una tropilla de caballos que pertenecía a un grupo de indios que cerca
acamparon. Y los atacaron
El 29 de Abril The Standard publicó:
“La historia verídica: De la mesa del Edior: Las tropas rescataron a un
cautivo qien dijo que los malones mataron a un inglés llamado Andrés. La
policía fue más claro: Primero Mac Clymant y su grupo atacaron a los indios y
les sacaron los caballos. Estos, luego, los atacaron en “La Isla”, donde estaban
acampados. Hubo una pelea desesperada. Los saqueadores eran 50 y tenían
remingtones; los peones que cuidaban los caballos, que habían sacado a los
indios los dejaron para ayudar al grupo de Mac Clymont y los indos
recuperaron los caballos.Mac C. empezó a retirarse, pero fue alcnzado y
muerto, junto con Andrés Puruvis y Mac Phail y 5 hombres. Dos peones
escaparon. De los indios murieron cuatro. Mientras tanto en Buenos Aires se
organizó un grupo (de parientes) para ir a buscar los cadáveres en Trenque
Lauquen”
La Nación del 27 de Abril de 1883 decía: El Inspector de Armas hizo
remitir a Buenos Aires a Pincén. Porque se creía que Pincén había provocado
este episodio. Y el 1º de Mayo decía: Pincén, de Bragado a Buenos Aires-
Estaba en la estancia de Ataliva Roca. En Once lo esperaron un cabo y dos
soldados y lo llevaron al Regimiento 1º de Artillería .
Es tan embrollada la historia de los Pincén, en noticias y fechas que me
dan ganas no anotarlos. Una cosa es cierto: que tanto Vicente como Francisco
son dos hermanos caciques. Ambos fueron apresados; Vicente, el 11 de
noviembre de 1878 y Pancho el 25 de diciembre de 1878. Ambos fueron
confinados en Martín García, pero por separados y con sus familiares.
Después de 5 años el cac. Francisco Pinsén Catrinao había recobró la libertad.
Lo leemos en una carta, cuya copia tengo, del 18 de Julio de 1883 dirigida al
Comandante de la penitenciaría que Francisco Pincén había sido entregado a
Don Augustín Roca por orden del Ministro de Guerra y Marina. Su nieta
Martina, en un reportaje publicado en la Revista Siete Días del 23 de Febrero de
1970, que incluye cuatro fotografías, dictó algunos recuerdos de Martina Pincén
de Cheuquellén: "Mi abuelo —dijo— era blanco y alto (En cambio Vicente
Pincén era bajo y flaco). Siempre decía que si lo llevaban, lo mataban, pero no
había hecho nada, sólo porque se le ocurrió a los gringos. Querían los animalitos
para ellos... Lo llevaron a mi abuelo ¿quién sabe a dónde? Eso no lo sé. Un
hombre gordo era el que lo vino a buscar... La abuela quería verlo a él, pero no
se lo permitieron, porque lo mataron al cacique Pincén...".
No sabemos ni donde, ni cómo, ni cuando murió el cac. Pancho Piseñ
Catrinao
Carlos B. Hoss leyó en la Revista Pampa Argentina que un Pincén fue
muerto en General Villegas, pero no creo que se trate de este cacique. Esta
Martina Pincén era hija del cac. Pancho Pincén, prima de Nicasio Pincén, el hijo
de Vicente Pincén y había sido criada por Paula Rinque en Trenque Lauquen.
No cave duda que Paula Rinque de (Francisco) Pincén pasó sus últimos años
con familiares de Vicente Pincén. Ella murió en Trenque Lauquen, el 8.de Mayo
de 1917.

Ñusta de Piorno escribió en su memoria de Paula Rinque la poesía: "Ante


la tumba de Paula Rinkel". publicada en la Revista Semana Nacional de las
Campañas del Desierto. 1974 p. 11:
"Madre aborigen, vengo a velar tu sombra
en el costado de una muerte larga,
aquí donde los hombres olvidaron
escribir una fecha y dos palabras..."

PINCEN, José (IVº)

PINCEN, José de 1878, parece que es otro hermano de Vicente y Pancho


Pincén. Digo, parece que, porque hay quienes creen que no es así.
Es llamado Cacique nacido en la Pampa. No figura el nombre de José
Pincén en los documentos militares. Lo conocemos por una carta que hiciera
escribir en el presidio de Martín García a su captor, el entonces general Conrado
E. Villegas. Es tan esclareciente y enternecedor que la citamos de la copia que
posee Dn. José Mayo de Trenque Lauquen.
"Martín García. Mayo 6 de 1882.
Señor General: Aquí me tiene Ud. padeciendo, enfermo con mis hijos
Luisa y Manuel que han quedado ciegos de viruela, en junio.
La única que está buena es la Ignacia, que se la he dado a nuestra
madrina hasta que su Excelencia me saque de este presidio como me prometió.
Yo, mi General, estoy más para morir: puede pedir un informe al médico. Yo me
siento morir al ver a mis hijos tan desgraciados y que yo no pueda darles ni un
pan. En fin, mi General, si su excelencia es padre, sabrá hacerse cargo de lo que
sufro.
Si consigue mi libertad, tiene un esclavo mientras viva. Si a Ignacia la he
dado, ha sido por conservar su honra, como Ud. me recomendó la conservase y
aquí es imposible: estamos en un cuartel, todos entreverados y yo todo el día en
los trabajos.
(firma) José Pincén, cacique".

Quedamos en la incertidumbre en cuanto a los otros hechos de la vida de


este cacique en esa época. Según una información del diario La Prensa del 15 de
mayo de 1883, se habría visto al "cacique Pincén", seguido de un grupo de
indios pasar por la calle Florida en Buenos Aires. De qué Pincén se trataba, no
sabemos.
Una señora anciana de la tribu de Coliqueo en Los Toldos, Doña Dionisia
Cayún, me contó, cuando le mencionaba al cacique Pincén, que "cuando
salieron de la cárcel , la familia del cacique con María Pincén, su hija, estuvo
unos días en nuestra casa. Luego se fueron por Guaminí. donde habían nacido y
vivido".
Esa María Pincén se casó más tarde en la tribu de Coliqueo con un tal
Venancio Mansilla con quien tuvo tres hijas: Emilia (nacida 1898 y muerta
1973), Justa y Anita. Esta Emilia, la nieta del cacique Pincén, me decía, que su
abuelo se llamaba José Pincén y que había muerto en la tribu de Los Toldos.
Esto podría concordar con la noticia que nos da Don Electo Urquizo en sus
Memorias, donde dice que había conocido al cacique Pincén en 1896, cuando
juntaba maíz en campos de San Emilio (Ed. por E.C.A. Bs.As.. 1983). Otra hija
de María Pincén se llamaba también María y se casó con Bernardo Nahuel;
falleció en Junín el 21 de septiembre de 1957 a los 24 años. Sus hermanos se
llamaban Lorenzo, Ismael y Elsa. (Diario: Democracia fha.21.9.57).

PICHI PINCEN (Vº)

PICHI PINCEN es también llamado Cacique. Era de la estirpe boroga


como los otros Pincenes. Desde 1875, varios documentos lo llaman sobrino de
Ta Pincén (o Pincén el viejo), por consiguiente debe ser primo del cacique
Vicente Pincén y de Pancho Pincén. El 18 de noviembre de 1878, Villegas
escribió: "...El terrible Pincén se puede decir que hoy está destruído. Sus
antiguos caciques y capitanejos no le obedecen. Todos acampan por sus
respetos: Pichi Pincén, sobrino del viejo cacique, en "San-quilchegua", paraje
que queda al sur de Malal a 15 leguas. Paineo en "Fota Lauquen", dos leguas al
sur de "Malal". Inaquel (Inaiquén, o Vicente Inaquel, cac. boroga. Era
probablemente compañero de Vuta Pincén) Lo hallaron en "Ñaiñay" y
Loncoche. ( Creo que era Loncoñ, 1834 capitanejo boroga, que Calfucurá llevó
consigo después del Asalto de Masallé) En 1878 vivía a 4 y 8 leguas al norte de
"Malal". El viejo Pincén (vivía aún), tengo noticias: que se halla en Toay..."
(Memoria de Guerra,año 1878.p.183) No son muchos los documentos que lo
nombran. En 1873 figura como cacique 2º en la lista de los caciques salineros
que se nombran en el tratado de paz que Bernardo Namuncurá hizo presentar al
Gobierno Nacional. Y se enumera entre los que obedecían al cacique 1° Vicente
Pincén (Ver Namuncurá). En el tratado que se concedió al Cacique Vicente
Pincén ,por un lado. y a Nahuelpán, por otro, no se nombra ni a Vuta Pincén ni a
Francisco Pincén ni a Pichi Pincén.
Los Pincenes se entregaron fraccionados. El 25 de Diciembre e 1878, el
capitanejo Catrenao; el lº de Diciembre, Nahuel Payún y en "Pueche Picú
Lauqén" los del cacique Pancho Pincén. (Se han entregado en paz, pero fueron
considerados como prisioneros). El día 6 arribaron en Trenque Lauquen. El
sargento mayor G. Sosa había reunido 227 prisioneros: 2 caciques, 51 indios y
174 de la chusma. Y el 15 de Diciembre se presentaron también Antenán y
Nicacú, ambos hijos de uno de los Pincenes.(Olascuaga IV p.98) Villegas sabía
ya el 26 de Noviembre que el cacique Pancho Pincén venía a entregarse. Lo
encontraron en "Médano de la Laguna" con dos capitanejos, 50 indios y 160 de
la chusma (Olascoaga: ob. cit. I. p. 100 y IV. p. 98). Ese día (26) el mayor Bravo
trajo a Pancho Catrenao Pincén, a Pichi Pincén y a muchos indios más. Los
documentos dicen que el Mayor Bravo los atacó y los apresó: “a los dos
caciques Nahuelpán y Pichipincén, 51 indios de lanza y 174 de chusma más
cuatro cautivos que tenían (Olacoaga IV. p.99; I. p. 124; E. Stieben: La Pampa
p.42 y “El Constitucional de Mendoza” 23.1.1879 p.2) Todos fueron llevados
ante la presencia del coronel Villegas: más tarde trasladaron a los indios (o los
arrearon) al campo de concentración de Junín. Humillados sufrieron allí hambre,
desnudez y toda clase de miseria, como atestigua el cura párroco de Junín en
una carta dirigida al Sr.Arzobispo de Buenos Aires (reproducida en L. Copello:
Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios. 1945 y M. Hux: "Indios
del Campo La Cruz", en Revista “Historia de Junín” Nº 46, Junín 1972). La
terrible peste de la viruela los diezmó literalmente. Los nombres de los jefes
eran éstos: Nahuel Payún, Pichi Pincén, Pichinao, Reynen, Huillicán, Chanán,
Urquiza, Rinquen, Nahuelché, Huenchoal, Cascia, Tacunao y Pancho Pincén,
mientras que Vicente Picén y su familia fueron transportados a Buenos Aires
para ser recluídos en Martín García. 200 indios debían integrar cuerpos
militares. (ver. Hux: Nahuel Payún en Caciques Pampa Ranqueles 1991 p. 158)
Pancho Pincén y su familia también fueron trasladados al presidio de
Martín García, donde enfrentó también una espantosa situación. Allí recibieron
entonces de mano del sacerdote lazarista José Birot el bautismo. Yo creo que
después de 5 años recobró la libertad: así lo habría dicho su nieta Martina. En un
reportaje publicado en la Revista Siete Días del 23 de Febrero de 1970, que
incluye cuatro fotografías, leemos algunos recuerdos de Martina Pincén de
Cheuquellén: "Mi abuelo —dijo— era blanco y alto. (Francisco era alto; Vicente
era bajo). Siempre decía que si lo llevaban, lo mataban, pero no había hecho
nada, sólo porque se le ocurrió a los gringos. Querían los animalitos para ellos...
Lo llevaron a mi abuelo ¿quién sabe a dónde? Eso no lo sé. (NB. Nosotros lo
sabemos.) Un hombre gordo era el que lo vino a buscar... La abuela quería verlo
a él, pero no la dejaron, porque lo mataron al cacique Pincén...". (NB. Aquí
vemos como falla a veces la mmoria).
A partir del año 1877, cuando los expedicionarios intentaban una tras otrá
vez sorprender a las tribus de Pincén, empiezan a nombrarlo a Pichi Pincén. El
11 de septiembre de 1878, el mayor M. Ruiz y 50 hombres venían a explorar el
Oeste y encontrando en Marilán Cargüé toldos suyos, los atacaron. Mataron a
varios indios, apresaron a 22 y les quitaron 88 caballos. A veces las cifras de los
partes no son las correspondientes a la verdad, sino las adecuadas al interés de
los guerreros, porque esperaban que los partes fuesen publicados por la prensa
(Olascoaga: ob. cit. I- p. 64). En octubre sufrió otros ataques.
El 7 de noviembre de 1878 fue capturado el cacique Vicente Pincén. El 1º
de diciembre, los de Nahuel Payún y de Pancho Pincén. El 26 de noviembre se
había enviado al mayor Bravo, sabiendo que los indios de Pincén estaban
dispuestos a entregarse. Halló una comisión de Pichi Pincén en "Médano de la
Laguna". Y al día siguiente, el mismo cacique Pichi Pincén se le presentó. Bravo
y sus soldados llevaron aquel día dos caciques, 51 indios de lanza y 174 de las
familias ante la presencia del coronel Villegas “como prisioneros de
guerra”(Olascoaga. ib. IV. p. 95).
Los trajeron a Trenque Lauquen y luego al campamento de concentración
de Junín, donde padecerían todos una espantosa miseria y donde la peste de
viruela hizo muchas víctimas. El cura párroco de Junín. Pbro. Manuel Seijas,
hacía lo posible para asistirlos material y espiritualmente. El 15 de agosto de
1879 pudo enviarles unas hermanas de la caridad para que atendieran el
lazareto. (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros...)
El mismo sacerdote gestionó también ante el Gobierno Nacional y
provincial la donación de un terreno e instrumentos de labranza para la tribu
desheredada, como estaba previsto para los indios reducidos y los inmigrantes
extranjeros (M. Hux: "La tribu de Junín y los campos de La Cruz", en: Revista
Historia de Junin Nº 46. sep. l972, p. 14-19).
Pero Pichi Pincén no figuró en la lista de los favorecidos por la donación
del Campo de "La Cruz" que en 1881 el ministro de Guerra autorizó entregar a
los jefes de los indios de Junín. Se nombran al cacique Nahuel Payún y a los
capitanejos Cheuquelán, Farías, Neculpán y Negreti.

En 1884, un acta del Concejo Deliberante de Junín nombra a un cacique


Pincén: "Se acordó el pago de sesenta y nueve pesos, veintiocho centavos
moneda nacional oro a Tomás Barbas por importe de gastos hechos por éste para
la conducción a Buenos Aires del Cacique Pincén e hijos y vigilantes de
Custodia y mantención de los mismos".
Se acordó asimismo el pago de sesenta y cuatro pesos seis centavos m/n
oro, parte que le faltaba percibir por "la mensura practicada de las chacras de
este Partido por el Agrimensor Señor Benítez... dos que tiene donadas a los
Indios." De manera que podemos pensar que Pichi Pincén también ha ido a la
prisión, mientras que los indios de lanza y de la chusma que ha sobrevivido
fueron distribuidos en las estancias y chacras.

(Etimología: ortografía usada por los indios: Piseñ o Pissen Prob. viene de
pire: nieve o cordillera nevada [r araucana es como s] y ñ : ñancú: aguilucho
"aguilucho de la cordillera nevada"]). El autor del artículo aparecido en el
periódico EL SIGLO Bs.As. 13 de Diciembre de 1876 se refiere a un artículo
del Dr. Zeballos, aparecido en La Prensa, el 17 de Nov. de 1876, hace
rectificaciones en ese artículo. Escribe “PISSEN, que quiere decir nieve”.
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Creo que puede interesar la continuación del ensayo genealógico de los
Pincén
Vuta Piseñ o Ta Piseñ casado prob. con una Catrinao y una Nahuelpan
Hijos de Ta Piseñ
l. FRANCISCO (o PANCHO) PISEÑ ( CATRINAO ) nac. en Carhué 1824 -
casado con Paula Laitú (Rinque), nac 1829
2. VICENTE PISEÑ CATRINAO nac. 1829 en Carhué
3. JOSÉ PISEÑ nac 1849 El nombre José le dio el misionero en el bautismo

4.MARÍA PISEÑ (en cada generació hay alguna María Pincén)


5. ISABEL PISEÑ cas. con el cap. Paticio Farías
6. LUISA PISEÑ sabemos que es hija de Vute Piseñ por la testamentaria
7. LEFLAY PICEN es llamado hermano de Vicente Picén en la nota
8. Justo Pincén 1825 – 1925 Vivía en Trenquelauquen. Cuando había muero
nadie declaró parentesco; nadie reclamó su cuerpo.
9. Rosa Pincén nac. 1864 murió 1917 cas. con Antonio Mansilla en Trenque
Lauqen
Sus hijos:
Ignacio Mansilla nac. 1.11. 1872 - Pascual M. 1878 – Fernando M. 1882 y
Benito Pincén cas. c. Agustina Salvo (en Los Toldos de Coliqueo)
Hijos de Benito Pincén y Agustina Salvo : María Pincén 1857-1935
: María Pincén /////nac. 1857 y m. 1935 (certif. De dif. En Los Toldos)
Otra María Pincén nac. 1868 hizo bautizar a su hijo nat. Ignacio Pincén n. 1900 en
Los Toldos (lib. Baut. Nº 552). Madrina fue Josefa Mansilla n. 1883

Hijos de Francisco Piseñ Catinao y Paula Rinque


1.Simon Martín Nahuelgùr nac 1849 en Carhué [Su madre tenía 20 años]
2.Martina Ignacia (o María) Catrinao .baut. el 15.9.1879 a los 13 años.LB. 3 Nº
142
4. Nicasio Ayllapán y Pisén (primo de Nicasio, hijo de Vic. Piseñ Catrinao)
5.
Sobrino de Pancho Piseñ : Mariano que reconoció al cac. Vic. en la captura

Hijos de Vicente Piseñ Catrinao , tenía varias mujeres


1. Nicacú Piseñ nac. 1864
2. Antenao
3. María Vicenta – murió en Los Toldos en 1935 (Reg.Dif.)
4. Nicasio (hijo menor de V. Piseñ y Agustina Cutraiqueo (primo de Nic.)
5. Angel Pincén de Vic. Piseñ y A. Currais
Las fotorafías que Pozzi sacó el día 13 de diciembre de 1878 en Buenos Aires,
muestra (en Nº 3) al cac. Vicente Piseñ con tres hijas. La menor no parece tener 6
años y la mayor unos 17. (En la cuarta fotografía) Está Piseñ con las mismas,
además con tres mujeres y cuatro niñas, menores de seis años. No conocemos sus
nombres. Son muestras que nos dicen que Vicente Piseñ ha tenido una gran
familia

Hijos de José Nahuelpayún (Picén) nac. 1819 (según Lib.Baut. de Mart. García
1879 Nº 627) tenía 60 años)
1. Luisa Picén (en la Isla M. García se cegó por viruela como también Manuel)
2. Ignacia Picén (Ignacia María fue bautizada el 1.1.1883, teniendo 25 años)
3. Manuel Picén (Los tres estuvieron en el Presidio de la Isla . Vic. Piseñ era su
tío)
……. .Cheuquelén era capitán 1º del cac. Nahuel Payún
PICHI PISÉN ….. (ignoramos sus hijos, nietas y nietos)
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Nietos del cacique Francisco Pincén Catrinao
1. Martina Pincén (nieta por vía materna) nac. 1866- 1978 c.c. Anonio
Mansilla (en un reportaje en la Revista Siete Días, Año 3 Nº 146 del 23 de
Febrero de 1870, Martina llama “abuela” a Paula Rinque y que no era alta
como el cacique; “tío”, a Nicasio “el hijo menor de Vicente Piseñ; tía, a
María y dice que mamá ha muerto antes de 1970; Nosotros quedamos solos
con mi otro abuelo y con mi tío, hermano de mi mamá. Cuando nos dejaron
venir a Trenquelauquen: La abuela quería ver al marido, pero mataron al
marido, el cacique Pincén..Vinieron de Buenos Aires en tren de carga hasta
Bragado . (Pasaron visitando a parientes en Los Toldos)
Hijos de Martina 1866 – 1978 (112 años de edad) se crió junto a Paula
Rinque de Pincén. Se caso con Cheuquelén
Benito Venancio (Cheuquelén) n. 4.7.1938. cas. c. Nélida Garay (hij. SilviaA.
Liliana B. y Norberto
María Mansilla n. 21,11.1940 cas. c. Salvador Somoza (hij..Marcela y
Mariana)
Angela Josefa n. 13.8.46 cas. c. Alberto Cimas (hij. Gabriela y Angela
Evangelio Cheuquelén , alias Cacho .Su hija Angelita Josefa Mansilla de
Fosati

Nietos de Vicente Piseñ:


1. María Vicenta Pincén n.1865 cas. c. Venancio Mansilla n.1867 (Lib. Baut. 23)

Sus hijos. En Los Toldos (de Coliqueo):Angela Mansilla 1891 LBaut 23,207
Emilia Mansilla 1898 – 1973
Anita Mansilla 1898 -
Ignacio Mansilla 1900 -
Rufina Mansilla 1904
- 1950
3.Rosa Pincén nac. 1864 murió 1917 (ya nombrada arriba)
_________________________________________________________________
Otros Bisnietos
Lorenzo Cejas Pincén en Trenque Lauquen “Barón de Carhué” Foto en “La
Opinión” del 5.2. 1987)
Andrés Cejas Pincén, su hermano. Dicen que son nietos de Marcelina Pincén

Rufina Mansilla (hija de María Pincén, nieta de Vicente Pincén)


Su hijo: Bartolo Isaac Mansilla 1904- 1960 (Hay una foto con abuela
María Pincén) Debe ser de un Bartolo Mansilla o con otro apellidado
anteroiormnte Cheuquelén .
Nietos de Rufina : Benito Venancio (4.7.1938 cas. Nélda Garay
Bisnietos: Silvia Alicia, Liliana Beatreiz y Norberto Oscar
Otra nieta: Ana María Mansilla n.1940 cas. c. Salvador Somoza (2 hij.)
Otra nieta: Angela Josefa n. 1946 cas.c. Alberto Cimas (2 hij.)
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LOS HERMANOS PINCHEIRA, 1819 – 1832 : Antonio, Santos. Pablo y José Antonio,
hermanos que arrastraron a muchos indios a la guerrilla vandálica. Eran oriundos de
una familia de huasos alzados de la zona de Penco (Concepción). Lucharon a favor
de los realistas en Chile y en la Argentina. Empezaron a destacarse en la Guarra a
Muerte, después de la batalla de Maipú, e hicieron causa común con los pehuenches
cordilleranos. En enero de 1820 lucharon como oficiales del General Sánchez frente
a Chillán con la colaboración del cacique Neculmán, pero fueron derrotados En otro
encuentro, el 16 de Febrero de 1820, nuevamente fueron derrotados; por eso se
refugiaron entre los pehunches en Barbarco (Neuquén) y Mendoza. En un malal
fortificado en Alincó se creyeron seguros. Hicieron otro intento de montonera en
Lumaco (Chile) sin mayor éxito. En 1822 ya tuvieron más fuerzas y en Mayo
atacaron a San Carlos (en Chile) y saquearon El Parral. En Abril de 1823 murió
Antonio Pincheira y su hermano Santos se ahogó en el río Los Sauces, en `plena
Cordillera. Su hermano Pablo, el más malvado de la familia, salteador vulgar, astuto,
osado y feroz , se hizo llamar “cacique Pablo”; en cambio, el Gobierno de Chile los
declaró “fuera de ley” y organizó una expedición tras otra para destruir sus
montoneras: una en 1823, la segunda en 1826, la tercera en 1827 y la cuarta y
decisiva en 1832.
En 1823 el Cnel. Lantaño los buscó por Antuco y Epulauquén; no pudo encontrarlos.
Y en abril aparecieron ante las puertas de Linares (Chile). Fueron rechazados. Antonio
halló allí su muerte. Después tomó el mando de la montonera José Antonio. Ya que en
Chile la guerra se había aquietado, se instalaron en la Argentina el campo de sus correrías,
no sin dejar devastada la zona de Curicó. El 1º de septiembre malonearon en Salto y Rojas
(Prov. De Bs.Aires).Los batió el Cnel Federico Rauch. Diez días después 500 de ellos
atacaron Los Toldos Viejos (más tarde Dolores) e hicieron un masacre terrible. Lo que
provocó una expedición terrible del Cnel. Federico Rauch. Entre tanto otro grupo de los
montoneros pincheirinos asolaron los pueblos por Concepción en Chile (en noviembre de
1825) Y nuevamente tuvieron que huir. La tercera expedición del ejército chileno vino al
mando del Gral. Borgoño compuesto los 1157 hombres en tres columnas. Les ayudó
también el Cnel. J. Beauchef y la cuarta campaña se hizo a las órdenes del Cnel. Manuel
Bulnes y del Tnte Cnel. Vicente Carrero. Los corrieron y llegaron a rescatar 300 cautivas.
Pero como el tiempo era lluvioso y frío en invierno, el Cnel. Beauchef envió un mensaje a
José Antonio Pincheira, que estaba bien atrincherado en Butalón de la Cordillera del
Viento. Pero sabiendo que el invierno era su mejor aliado, rechazó el indulto ofrecido en
un papel sucio y con palabras necias, con fecha 10 de Febrero de 1827.
En 1829 se presentó en Carmen de Patagones, exponiendo sus deseos de entrar en tratado
de paz con el gobierno de Buenos Aires; “que era buen cristiano y tenía deseos de vivir en
el seno de la civilización”.
Entre tanto el Gobierno chileno había mandado a los caciques Melipán y Coñuepan a
perseguirlos con 1000 indios patriotas y 70 coraceros con la orden de expedicionar contra
los realistas de la pampa. (Ver las notas biográficas de estos caciques). Melipán perseguía a
los pincheirinos sobre el Río Colorado y fue muerto el 13.8.27), mientras Venancio
Coñuepán con su equipo colaboró en la fundación de Bahía Blanca. En 1828 aparecieron
los pincheirinos con 450 hombres ante la nueva fortaleza de Bahía Blanca. Juan Manuel de
Rosas, Comandnte General de la Campaña, encontró el modo cómo alejarlos de la
Provincia de Buenos Aires.
Los pincheirinos tomaron contacto con el gobierno de Mendoza que después de sitiar
la ciudad, aceptaron un tratado de paz. Para no exceder en información, diré: que después
de muchos tira y aflojas, terminó su presencia en un escandaloso masacre en El Chacay, el
11 de Junio de 1830. En Mendoza hubo una revolución contra el Gobernador Corvalán,
jefe de los federales. El depuesto Gobernador y el Gral. Aldao pensaban utilizar las fuerzas
del Cac. Neculmán y de los pincheirinos para la lucha política. Ellos pidieron un tratado de
paz y que se concentraran en El Chacay. Corvalán con 30 ciudadanos distinguidos acudió y
allí encontraron a los indios tranquilos y en formación para recibirlos. Pero a una señal se
abalanzaron sobre los mendocinos y los mataron traidoramente.
Rosas, ahora gobernador de la Provincia de Buenos Aires, hizo grandes esfuerzos para
separar a los indios del grupo de montoneros y el Gobierno de Chile mandó a 2000
soldados al mando del Gral. Manuel Bulnes. Los peleó en “El Roble” y en “Alamito”,
cerca de Malargüé.
Poco después José Antonio Pincheira pidió indulto al Gobierno de Chile y así se retiró
para ser luego administrador de la estancia de Bulnes en Chile (sic!)
BIBLIOGRAFÍA : Gregorio Älvarez 1961 y Vicente Osv. Cutolo: Nuevo Diccionario
Biográfico Argentino vol V. p. 498ss .Avendaño, Santiago, Memorias ed. 1999 p.199

PINEDA, Manuel (Pinda), 1857, capitanejo ranquel. Era hijo del cac. Calvaiñ. En
1857 ya era lenguaraz y fue ascendido a capitanejo. 1858 murió su padre trájicamente, en
el accidente que conocemos. Mariano Rosas fue el sucesor de Calvaiñ. y recomendó al
Gral J.J. de Urquiza a Pineda en su primera carta. (AGN. S:VII Arch. De Urquiza T. 124,
135, 127 y 158)
PINHUEL (PI NAHUEL), alias Cañiu huel, 1884, cac. pampa que entonces vivió en
Príngles. Monsr. A.M. Espinosa lo bautizó allí, según anota en su Diario (Diario del
Capellán de la expedición de 1879 Bs. As.Ed. 1968 p.138) El mismo anota los dos
nombres. ETIMOL: Pi: se llama; nahuel: tigre o caniu: cachorro de tigre
PINALEFE, 1782, cac. pehunche que asistió ese año al parlamento de paz con Roco
PINOLEFI, Ambrosio, 1819, cac. “abajino” y patriota de Purén, pariente o
hermanastro del cac. Colipí (h). Lo llamaban Huinca Pinolefi; otros lo llamaban Piñoleo.
Había estudiado en el Colegio de los Padres Franciscanos en Chillán. Le gustaba vivir con
los criollos, por eso le llamaban Huinca Pinolefi. El viajero inglés lo visitó en su casa que
era de adobe y tejas cerca de Nacimiento. (José Bengoa: Historia del pueblo mapuche,
Santiago 1985 p.73)
“Pinolevi era fuerte y bastante corpulento. Había abandonado la vestimenta
indígena..Hablaba el español con mucha facilidad y parecía estar muy a gusto en la
conversación. Tiene el rango de Teniente Coronel en el ejercito chileno y recibe
remuneración como pago por su amistad”…Se destacó en la Guertra a Muerte junto con su
hermano Catrileo; luchaba a la par de Liempí y Quilapí, en Nacimiento (1819), en Lumacó
y Angol y el 27 de noviembre de 1821 en Concepción. En tiempo de paz cultivaba sus
propios viñedos. (T. Guevara 1910 p. 197 y 255). Parece que murió en 1858. Sus hijos
Juan Pinolefi y Manquillán mantuvieron su bandera.
PIÑOLEO (puede tratarse del mismo ya mencionado inmediatamente arriba)
Era cacique pehuenche chileno, de las afueras de Nacimiento. Poseía una casa bastante
buena, dice Eduard Poepping (Viaje por Chile, traducicido , extracto por Carlos Keller en
Rev. Museo Hist. Nat., Santiago Ch. 1, Nº 3 ,1942) Era hombre de buen porte y ya canoso.
Tenía traza de hombre acostumbrado a mandar y vestir a la moderna. Tenía puesta una
casaca militar y una gorra con galón. Hablaba bastante bién el español y como había
pasado algún tiempo en Concepción, ya habían sacado provecho de la cortesía hispana y se
disculparon por no estar terminado el arreglo de su casa. Colocaron mantas sobre los
escaños que se habían colocado para nosotros (Pöeping y el cac.Zuñiga) Las mujeres
estaban vestidas a la usanza india, con el lindo adorno de la cabeza de perlas azules,
prendedores, chaquiras etc. Pero su chamal no era de tela de lana, azul o negro, tejidos por
ellas mismas, sino de tela inglesa, roja y amarilla” ( Morris von Bennewitz, Raúl 1997:Los
Plateros de la frontera ,ed. Univ. Temuco) p. 160.
El anciano cacique tomó asiento frente a nosotros, sin quitarse naturalmente el gorro y
preguntó al joven Zúñiga, que cuál de nosotros era el mejor amigo de su padre. Vino el
pariente, el cacique Catrileo, hombre pequeño, pero fuerte..
PINOLEFI, Juan, 1853, cac. “abajino” chileno, era hijo y sucesor de Ambrosio
Pinolefi en Purén. Ha nacido allí en 1839. También él siguió apoyando la causa chilena,
aún contra los hermanos de raza que frente el avance de las fronteras reaccionaron. 1853
fue retenido por algún comando chileno en rehén por su acatamiento. Y en 1868 fue
muerto por el indomable cacique Quilapí y sus indios aliados, por su chilenofilia. El diario
El Meteoro del 14 de noviembre de 1868 anunció así su muerte: “Pinolevi y Catrileo .
estos dos caciques de Purén, amigos leales al gobierno, acaban de ser asesinados. No
conocemos los motivos ni los pormenores; pero es fácil presumir que han sido asesinados
por su adhesión al gobierno y por indios enemigos de éste…(J. Bengoa, ob. cit. p. 201) En
su foja militar se ven servicios de alférez (1859); fue guardia de la sede presidencial etc.
PINQUI LLANCA, Manuel, 1875, capitanejo ranquel que firmó el gran documento
del gran tratqado de paz propuesto por los caciques confederados en Salinas Grandes
(AEM doc. 1232) Este mismo apellido pervive en la Tribu de Coliqueo en Los Toldos
(Prov. Bs.As.)
PINTU LLANCÁ, 1650, cac. puelche que participó en el parlamento convocado por
el misionero P. Diego Rosales en la zona del lago Nahuel Huapí.
ETIMOL: Pintu: pedazo de llancá: perla o collar
PIÑA CAL, 1750, cac. auca que estaba aliado a la tribu de Cangapol (El Bravo). Lo
llevó a la Misión Jesuítica con una comitiva de 500 hombres, a fin de engañar a los Padres.
Pero el 28 de agosto de 1750 diron a la Misión su sorpresa y ataque (Sánchez Labrador .El
Paraguay Católico 1772 p. 130)
PIÑI GUANQUEN, 1833, cac. pampa que fue perseguido y muerto por los
expedicionarios de Rosas (Informe de J. M. de Rosas del 25.3. 1834) (Peñi y huanque )
PIO ÑAM, 1804, cac. pehuenche. Ese año visitó con otros caciques al Gobierno de
Mendoza (Arch. Mend.)
PIQUEL MAN, 1863, cac. salinero. En junio de ese año fue enviado por el cac. Juan
Calfucurá al Comandante de Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.89)
PIQUINA NAVIRA, 1574, cac. comechingón de Canchisara , Altantina, Córdoba;
encomendado de Nieto ( Montes. Ob. cit. p.66 )
PIRE VUTAN MAPÚ, 1752, cac. pehuenche de “los montes andinos”, dice el P.
Haevstadt, quien lo había visitado ese año Pire: nieve ; vuta mahuída: gran cordillera
PIRRÁS: 1858, capitnejo pampa. Lo hallamos junto a los caciques Quentriel,
Cañiumil y Cristo AEM 13.2. 58)
PISCA GUARA CHARABA: cac. comechingón de Pisca Huara Sacat, San Roque,
Córdoba; encomendado a Yrobi (Montes ob. cit. p.87)
PISQUIN CHARABA, 1775, cac. comechingó de Seques Pisquin, Mogotes, Córdoba;
encomendado de L. Correa (Montes p. 71)
PITRI ES COMO PETRÍ o PICHI
PITRI HUEN, 1878, cac. pehunche de Catan Lil
PITRI ÑÁN, 1797, capitanejo pehuenche de Malalhué. Asistió en ls parlamentos de
1797 y 98, que pusieron fin a la Guerra Pehuenche ETIM: Pequeño aguilucho
PITRI ÑAN, 1900 capitanjo pehuenche que vivía al Oeste del Río Barrrancas estaba
unido a la tribu de F. Purrán.
PITUI MAIN, 1787, cac. pehuenche de Malalhué, activo en la Guerra Pehuenche.
PITUAN (Pitiñán) 1879, cac. pehuenche, que en la campaña del Desierto fue
perseguido por la cuarta División. El Sargento Mayor Illesca atacó a sus indios en el
margen izquierdo del Río Agrio. Según el parte del 19 de Mayo de 1879 mataron a seis
indios y apresaron a 58. Los otros huyeron por los cerros (Olascoaga II p. 181 y 162 ed 1ª
Y II 216)
PICHU ÁN, 1868, capitanejo del cac. Raninqueo (boroga). Se incorporó entre sus
capitanejos al separar una parte de la Tribu de Coliqueo, para irse a La Verde (Part. 25 de
Mayo). (ver nota de Raninqueo)
PIU LÁN, 1788, cac. pehuenche o ranquel que vivía en la Cordillera al Sur de
Mendoza (Diario de Esquivel Aldao, 26.1. 1788). Fue atacado el 16 de Febrero de 1788,
igual que Caullant.
PIUNTA, 1573, cac. huarpe de Mendoza (ciudad). Su tierra se llamaba Sampacha
Ajan que tomó en encomienda Coria Bohorques. 1625 aún se le nombra como cacique.
(Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 303).
Piurume, 1655, cac. araucano comprometido en la gran sublevación
PIUTRIN ROSAS, 1870, capitanejo ranquel. del cac. Mariano Rosas de Leuvucó
(Piutrin es nombre; a veces se llamaba Piutri nao). Era hijo del cac. Mariano y de Emilia
Nº 6 de la lista. Se casó con Mónica Cornejo.
PIVAITRÁN,1797, capitanejo pehuenche. Estuvo en el parlamento de Malalhué, el
12 de octubre de ese año.
PLATERO, Ramón ver Cabral; alias Platero
PLATERO, José (alias Cayumill o Cayumán), capitanejo de la tribu boroga de
Coliqueo en Los Toldos. Era hermano de Andrea López Platero (Cayumán), nac. 1841 y
hermano de Catalina López Platero. Los tres eran hijos de Levipán (alias López) y Jacinta.
Las dos hermanas se casaron con el cacique Justo Coliqueo (1838-1876) y tuvieron
importante descendencia (Ver Coliqueo, Justo)
José Platero había nacido en 25 de Mayo, en 1838 (4 años después del Asalto de
Masallé) y murió en 1877. Era indio bravo y cristiano. Probablemente su madre había sido
cristiana. Cuando Coliqueo se radicó en La Tapera de Díaz (Los Toldos BA.) el se vino a
este pueblo, quizás por el casamiento de sus hermanas. Era capitanejo de esta tribu.
Él en la tribu de Coliqueo se casó con dos hijas del cacique Ignacio Coliqueo: con
Anita (1848-1936)y con Agustina Coliqueo (1856-1901) La hermana de José
Platero, en cambio, Catalina Cayumill, se casó con el cacique Justo Coliqueo, el hijo y
sucesor de Ignacio Coliqueo. ¡Qué importantes entroncamientos!
José Platero, además de ser buen guerrero y cheuquero, desempeñaba el oficio de
platero. No sé si alguna vez se podrá conocer alguna pieza suya ( quizás en la colección de
John Maguire, que rastreó ya de joven la tribu de Los Toldos.) Sabía castellano y por eso
recibió del cacique varias misiones diplomáticas, por ejemplo, ante el Presidente D.F.
Sarmiento y ante el Arzobispo Aneiros en Buenos Aires.
Como lenguaraz cobraba un sueldo de 300 $. El 3 de Junio de 1873 fue el delegado del
cacique Coliqueo en el entierro del cac. Juan Calfucurá en Salinas Grandes y firmó el
documento del proyecto detratado de paz . (AEM. Doc. 1232) En 1876 acompañó al
cacique Justo Coliqueo, cuando éste se sublevó y lo acompañó en la Batalla de la Tapera
de Diaz, cuando éste quería integrar su gente en el Gran Malón de Namuncurá para
contrarestar al avance conquistador de las seis columnas del Ministro Adolfo Alsina.
(Conté el episodio en todos los detalles en mi libro Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, ed. EUDEBA 1980 capítulos XXX a XXXIII) Justo Coliqueo no pudo arrastrar a
su gente y cuando reconoió su error, que había tomado su resolución en arranques de
locura, quiso volver a Los Toldos; pero fue perseguido y lanceado por orden del cac.
Pincén. José Platero no volvió a Los Toldos; sin embargo su familia quedó allí. Acompañó
el último malón que se dirigió a la zona de Junín (parte de Ataliva Roca del 11. 12.76)
El 23 de agosto de 1877 llegó a Buenos Aires en su última misión diplomática ante el
Arzobispo Aneiros, pues la tribu de Namuncurá en la zona de Salinas Grandes estaba en la
angustiada situación de ser extinguida (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros 1939
p. 220)
Don José Cayún, hombre de la Tribu de Coliqueo, empapado de la tradición de su
gente, me decía, que había oído decir que José Platero había muerto en un combate por un
trabucazo del Coronel E. Villegas, a quien había dado primero un lanzazo. “Estoy herido,-
dijo volvió la brida y fue a morir aparte”
Lo mismo dice el Cnel. Villegas a su amigo, el Cnel Ataliva Roca, en una carta,
fechada en Trenque Lauquen, el 26 de septiembre de 1877. “Es una vergüenza, mi amigo,
lo que sucede y lo que sucederá, mientras no les llevemos la ofensiva a los indios. Guerra a
Muerte les debemos hacer. Nada de tratados… Varias veces he pedido permiso para
invadir y no me lo han dado.
“Cuando la refriega del 1º de Junio, el indio Platero me pegó un lanzazo en el costado
izquierdo, le cazé (sic) la lanza y le devolví el obsequio con un confite de mi revolver,, el
que el imbécil, en vez de trgarlo por la boca, como es natural, se lo engulló por el ombligo.
Ahora he sabido que al llegar a Los Toldos murió. Esto me lo ha dicho un cautivo. ¡ Que el
diablo lo conserve en una guampa1… Ese indio era el que más atacaba, y cuando le pegué
el balazo, sujetó el caballo y me dejaron todos”. (Publicaciones del Museo Roca, Bs.Aires.
Documentos vol. V. p. 258 y doc. Original :77.12) Otros detalles en Hux: Coliqueo ed
Eudeba 1980 p 204, 206 y 224).
En mi trabajo genealógico en borrador tengo muhos parientes y descendientes de José
Platero anotados y también con el nombre Coliqueo y Cayumán
Andrés Platero, hermano de José y Luis (nac. 1851) Andrés,. nacido en 1836. Casado
con Juana Calfitray de Azul. Y su hijo nació 1862.
Antonio Platero (al Lefilaf) cas. con Ignacia Peinequeo, fall. En Los Toldos 1884.
Sus hijas : Carlota. nac. 1874. cas. 1893 con Mnuel Farías y Juana Platero, nac 1863.
Hermana de José Platero: Catalina Platero esposa de Justo Coliqueo cuyos hijos
Se llaman Juan Platero, Pastor Huenchupán y Damián López (tengo alguna duda aquí)
Nietos hay montones. Yo conocí a Hipólito Platero Coliqueo, nac. 1870, hijo de José
Platero y Ana Coliqueo Y todos figuran en libros de butismos.
PLATERO, JUAN,en 1870 era capitanejo de la tribu de Rondeao en 25 de Mayo. En
marzo de ese año tenía dos hijos, Cirilo y Nicanor, en el Colegio de Catedral al Norte del
Maestro Larguía, calle San Martín en Buenos Aires. El Presidente Sarmiento aprpobó con
su firma la solicitud de la internación de estos dos hijos y los recomendó en una esquela
(Arch. Est. Mayor 7.3.1870)
Platero, Luis, 1869 capitnejo y lenguaraz del cac. Raninqueo (boroga), cuando este
cacique se formó su propia tribu en La Verde. Figura en la lista de los capitnejos. Luego
esa tribu en marzo de 1872 fue invadida por el gran malón de Calfucurá. No sé si Luis
Platero ha sido llevado como cautivo a Salinas Grandes. Creo que volvió a la tribu de
Coliqueo (Los Toldos)
PLATERO, Pancho, 1867 capitanejo del cac. Jn. Calfucurá en Salinas Grandes.
Como sabía castellano, igual que sus hermanos le encargaron varias misiones diplomáticas
en Buenos Aires En abril de 1867 se presentó al Presidente Mitre y al Gobernador de la
Provincia (AEM. ). En 1872 durante el gran malón que se desarrolló en la batalla de San
Carlos de Bolívar, salvó la mujer del cac. Raninqueo, cuando éste fue invadido y apresado
(A:M:H:N: doc. 6150: 28.5.73) En 1875, cuando las tribus de Salinas Grandes hacían un
gran intento de conseguir un tratado de paz definitivo, él no quiso entregar su cautiva. Pero
con el avance de Adolfo Alsina en 1876 /77 y la Campaña del Desierto perdió todo.
1882 estaba aún con los caciques Manuel Namuncurá y Reuquecurá, cuando el Mayor
Peiteado de la IVª División los atacó, el 5 de Diciembre, en el río Chimehuín. Platero
escapó, pero le quitaron 22 indios que lo acompañaban y los llevaron a prisión. (Walther:
Conquista del Desierto ed. 1964 p. 696)
PLATERO, Martín, 1878 capitanejo de la tribu de Catriel. Había sufrido los reveses
de esa tribu hasta su rendición a las tropas de la Conquista del Desierto el 31 de marzo de
1878, cuando se presentaron 658 indios en Carmen de Patagones (Periódico La Amércoca
del Sur). El 18 de Febrero de 1880 se bautizó y se casó por la Iglesia con Dominga Castro.
“Rezaron mucho”,- dice Monsr. Espinosa en su Diario (ob. cit. p. 81)
PLATERO, Pedro, 1864, capitanejo entre los tehuelches. Ese año, él y su hijo
acompañaron al misionero protestante (de la Sociedad misionera inglesa). Don Teófilo
Schmid en su viaje a Carmen de Patagones ( Diario del misionero, publicado por A.M.
Vignattti bajo el título “Misionando por la Patagonia Austral, ed. Acad. Nac. Hist. 1964 p.
115) habla de él. A Pedro Platero trataron varios exploradores, como Ch. Musters y Vaite
H. Stierling, Jorge Claraz . Y en 1886, M. Fontana, quien atestigua que el capitanejo o
caciquillo sabía hablar en inglés. El Pastor Arnaldo Canclini ha publicado varios trabajos
sobre los misioneros protestantes, Por ej. 1979: La Conquista Espiritual; el aporte
protestante; en Congrso Hist.Nac. Conquista del Desierto vol III p. 85-97
PLAZA, Mariano, 1863, cac. pampa (de Nahuel Mapú). El 3 de marzo de ese año
escribió el Gobernador de San Luis que estaba dispuesto de hacer un tratado de paz con él
(Arch. Mend. Carp. 123 doc 24)
POCOBA HUYBANA, 1598, cac. comechingón de Chilomina Niclistaca, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 68)
POCHIAN, 1582, cac. de nación guaraní, que por la distribución de las encomiendas
en el Distrito de Buenos Aires por Juan de Garay fue tomado por Pedro Rodríguez.
POLOMAS, 1820, cac. chileno que con J.M. Carrera participó en el asalto de Salto
(Prov. Bs.As.)
POLO, Juan, 1658 cac. puelche. Su tierra se llamaba Polo, en la zona mendocina de
Malargüe.
Era hermano del cacique Bartolomé Yoyarri. Los españoles lo apresaron y lo estaban
llevando a Chile, cuando se escapó durante el paso por la Cordillera. Más tarde fue
apresado de nuevo y llevado a trabajos esforzados en Callao. Había sido amigo del cacique
Tranaqueupú.
POLOCÓN, Luis, 1715, cac. pehuenhe, encomendado de Luis de Lemos Barros.
(Arch. Mend. Carpeta 30 doc. 18)
Polocon es en 1593 lo mismo que Payllamain. (ver)
POLON CAR, Felipe, 1685, cac. mendocino; encomendado del Sargento Mayor Luis
Chirimos de Posadas. Tenía entonces 41 años; estaba casado con Juana (Arch. Mend. Carp.
29 doc. 10)
POLOTO, 1598, cac. comechingón de Poloto Sacat, Candelaria, Córdoba;
encomendado de Sosa (Montes 87)
POLOTO AGAN, 1587, cac. comechingón de Sibac Chi, Candelaria, Córdoba;
encomendado de Albórnoz (Montes 88)
POMAT NAURE CHARABA, 1573, cac. comechingón de Pomat Naure Olaeta,
Calamuchita, Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p.79)
POMASAS, 1575, cac. comechingón de Pomasas Navira, Calamuchita, Córd.:
encomendao de Villalba
PONCE, 1878, capitanejo que vivía con los salineros. Durante la última fase de la
Conquista del Desierto fue perseguido por tropas al mando del Tnte. Cnel. T. García. Se
escapó de una sorpresa el 5 de octubbre de 1878, junto con el cacique Hucú Chuquil, y
alarmaron a las demás tribus. Pero, sí, perdieron 106 indios que les tomaron prisioneros
(Olascoaga-Galindes IV p. 61)
En la Tribu de Coliqueo de Los Toldos hallmos rastros en las varias familias de la
nobleza aaucana
PONCE O CAYUPÁN, Manuel nac. 1846 en Los Toldos; cas. con Agustina Meliú
Coliqueo
PONCE, Martín nac. 1862, hijo de Mauricio Ponce y Eulogia Acuña.
Martín se casó con Petrona Díaz (del cac. Díaz) Sus hijos: Martín 1888; Andrea
1890; Eleuterio 1892, Pedro 1894 y Teodora 1901
PONCE, Anita, nac. 1868 h. de Ponce Cayupán (m. 1877) y Agustina Meliú, viuda de
Coliqueo
POPIS NAVIRA, 1586, cac. principal del Río Vº; empadronado por Abreu
PORAN ver Purrán
PORROYÁN, Gerónimo, 1880, cac. de La Paz (Mendoza), huarpe. Allí tenía un
campo escriturado, me dijo su nieta que es profesora en Mendoza.
POS MAY (prob. Por Man), 1752, cac. auca de la zona de la Concepción (Misión
jesuítica del Sur de Buenos Aires) De él nos da noticia una carta del Maestre de Campo D.
Lázaro de Mendinueta, dirigida en ese año, al Gobernador de la Prov. de Buenos Aires,
diciéndole que se le había presentado, el 13 de Ocubre de 1752, en el Pueblo de
Concepción los caciques Posmán (“auca de nación”) e Ignacio, quienes manifestaron a los
Padres Jesuitas, que querían hacerse critianos. Mendinueta mandó entonces al Capitán
Juan Blas Cayu a reconocer la toldería de Posmay y ratificar lo dicho por éste y el número
de gente bajo su mando. El capitán lo halló así; pero estando allí, llegó otro cacique
(malhechor de estos campos) José Yati, que a dos o cuatro leguas tenía dos toldos
esperando a otro cacique (malo como él) llamado Malecá. Apresó a Yati, lo puso en cepo y
luego lo pasó a cuchillo. (Arch. Gral. Ind. 315 Charcas 2219. En la biografía de José Yati
daré mejor información, demostrando que las noticias mandadas al Rey de España, a veces
eran armadas y a veces eran falsas. (Arch. Ind. Nº 6 7 7474; El cac. Pos may trajo
cautivos.)
POTAN COLAN, 1573, cac. comechingón de Tabale Chame, Córdoba; en comendado
de Espinosa (Montes 60)
POTE GÜER, 1723, cac. auca que vivía a orillas del Río de los Sauces (R.
Colorado).
PORTILLO, capìtanejo del cac. Jn. Calfucurá. En agosto de 1858 acompañó a su
cacique hasta el Palacio de San José en Entre Ríos y se presentaron al Gral. Justo José de
Urquiza (Clifton Goldney: Manuel Namuncurá ) Estaba en amistad con el Gral. Urquiza
hasta la batalla de Pavón, en 1861; después se plegó a la montonera con Juan Pueblas y
Ontiveros e invadieron los departamentos de San Javier y de San Alberto, el 23 de marzo
de 1863 (Arch Mitre XXIV p. 265) y en enero de 1864 invadieron la zona de Villa
Mercedes con 800 ranqueles (R. Pastor: Guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis
p. 467)
POYO, 1573, cac. comechingón de Quisquisacate, Córdoba; encomendado de Luna
(Montes p. 50)
PRAI LÁN. 1878, capitanejo de los manzaneros; era hijo del cacique Huenuqueo
quien murió estando en Buenos Aires. Y por eso sus hijos atacaron a Francisco Moreno
(Moreno, Ed. :Reminiscencias 1942 p. 44)
PRAI MÁN,1873, capitanejo boroga del cac. Vicente Pincén. Figura en su tratado de
paz.
PRAI PANGUI (alias Perucho) 1751, cac. pehuenche que fue visitado por el Padre
B.Haevstadt.(Diario 1777 II p. Era hermano del cac. Huenchu Ñancú .
PRAL, cac. que estaba con el cac. Toriano y Zúñiga (Fernández 2002, p.44)
PORRAN es Purrán
PRAYEL (Prai nahuel), 1885, capitanejo del cac. Sayhueque, en el momento en que
éste se entregó al Ejército en San Martín de los Andes (Walther: Conquista del Desierto,
ed. 1964 p. 741)
PTUIPÍ, Pedro, 1751,cac. araucano en Chule (Chile). El 31 de dic. De ese año lo
visitó el Padre B. Haevstadt (Diario de 1777 II )
PUÁN, 1861, capìtanejo salinero (Arch. Mitre XXII p. 61) ETIMOL: Pu: dos;Ante:
soles
PU ANTE, 1657, cac. araucano. Su hijo era el famoso Mestizo Alejo, porque su
madre era la cautiva Beatriz Gutiérrez de Albornoz. Ambos, caciques, estaban con los
sublevados en 1657.
PU CHAÑAR, 1790, cac. pehuenche del sur de Mendoza. Ese año fugó de la frontera
con Mainquemán, Alcahuenche y Catiguán y otros (Morals Guiñazú: Aborígnes p. 54)
PU CHARABA, 1773, cac. comechingón de Pú, Sierra de Calamochita, Córd.;
encomendado de Yrobi ( Montes p. 79)
PUCHUL MÁN, 1879, cac. ranquel. Durante la Expedición al Desierto fue capturado
por la fuerza de Trenque Lauquen al mando del Mayor Ruiz, en Colo Lauquen. Los hallaron
de a pie (Olascoaga I. 134 : 27. 1. 1879) cf. F.Pincén
PUEL, 1845, capitanejo pehuenche, integrado en la tribu de Calfucurá. 1845
desempeñó con el cac. Aillal una misión en Azul (Rev. Arch. De Azul p. 113)
PUEL, Vicente, 1970 en Lago Aluminé, Neuquén, con 30 familias, actualmente en
Angostura, una de las 23 agrupaciones indígenas reconocidas por decreto de 1964. Los visitó
Hilger, María Inés (Sister) y editó en 1957 su libro Araucanian child life and its cultural
PUEL ÁN, 1782,cac. Pampa ranquel (“de Mancé Mapú”: tierra de montes). 1782
asaltó en Pergamino una tropa; estaba de malón. Luego se mudó al Diamante con Huenumilla
y apoyó a Llanquetruz Iº. Un excautivo decía que él guardaba el cáliz robado a un canónigo
(A. Mend carp. 117) NB. Lo mismo se decia de Carripilún.)
PUEL CA, 1865, cac. Tehuelche de más al sur del Chubut, que por intermedio del
cacique Chagallo se sometió con otros al Gobirno de Buenos Aires por un tratado de paz
fechado el 15 de Julio de ese año, celebrado en Carmen de Patagones (AEM doc. 826)
PUEL GNER, 1786, cac. Pampa ranquel. Ese año llegó una expedición a Salinmas
Grandes. El cac. Antemán que vivía en Picherñancú, a 36 leguas de allí, notició de eso al cac.
Puelgnerr,que vivía a una jornada corta hacia el Norte; declaró Blas Pedrosa (Memoria de este
excautivo AGN S. IX. 24-1-8; relato de 38 págias)
PUEL HUAN, JUAN (o Gómez Quiñehuán) 1868, capitanejo del cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Bs.As.) y al separarse una parte con el cac. Raninqueo para ir a
establecerse en La Verde del Part. De 25 de Mayo, lo acompañó. En 1872, en opotunidad del
gran malón del cac. Jn. Calfucurá,se sublevó y se entregó con otros sublevados a Calfucurá en
vísperas de la batalla de San Carlos de Bolívar.
En 1873, cuando se estaba estableciendo una Confederación de las tribus de la
Llanura del Plata, firmó el gran documento, la gran lista de caciques y capitanejos que pedían
el tratado de paz. Llegaron esos jefes indígenas justo en el momento de la muerte de Jn.
Calfucurá. (firmó “Pueluan”) El 1º de Agosto de 1878 se presentó en el Fuerte Italó (extremo
de la zanja de Alsina). El comandante comunicó entonces: “se pesentó el capitanejo Pueloán
con 50 indios de sus familias (AEM : 1.8.78)
El 5 de Agosto se presentó el capitanejo Puelán Pacheco con 14 indios en Río
Cuarto. Fue en el momento que los ranqueles habían logrado concertar su último tratado de
paz. Pronto serían perseguidos. Una de la descendencia, María Pacheco, nacida en Los
Toldos en 1862, sabía contar como en 1872 fueron llevados prisioneros a Salinas Grandes.
EN LOS TOLDOS (PROV. BS. AS.)
PUELHUAN, Juan, alias Juan Gómez Quiñehuán estaba integrado junto con
Tripailaf de Junín incorporado en la Tribu de Coliqueo, asentada en Los Toldos desde 1962 en
“La Tapera de Díaz” El era hijo de Antonio (Marihuán) según el apellido de la madre: Gómez
Quiñehuán. En la familia de Gómez Quiñehuán cada uno tenía su propio nombre indígena:
Antonio Marihuan; Benita Huaymihuán; Concepción Montuihuán; Rosario Moneihuán etc.
Tenían su campo propio.
Bartolomé Gómez Quiñehuán murió en 1890
Antonio Gómez Quiñehuán (alias Marihuán) su hijo cas. con Petrona Huechuña,
Unmadugmuí, sus hijos. Juan o (a) Huanquepí – Juana (a) Leftuihuán – Juan Puelmán –
Rosario (a) Moneihuán – Clara (a) Calquiñche – Concepción (a) Montuihuán - Ulluhuán
Quiñehuán (este era en 1890 capitanejo de Juan Peinequeo en Junín y se había casado con
Juana Peinequeo en Cuartel 10 de Junín (Mi trabajo genealógco daría más detalles)
PUEL MAN,1750, cac “Vuta Huilliche”, según el Padre Falkner. Vivía al sur de
Nahuel Huapí (Chubut). Vivía con Paniacal Tepuanca
PUEL MAIN (a. Puelmac), 1789, cacique ranquel entre los huilliches. Participó en
varios encuentros en la Guerra Pehuenche. El 5 de febrero de 1789, a duras penas se salvó en
un ataque. 1795, después de un duro golpe de malón en la zona de Barbarco, J.F. de
Amigorena invitó a los huillihes y ranqueles del Neuquén y de la Pampa a un parlamento de
reconciliación. Sólo cinco caciques se presentaron a la cita; entre éstos el capitanejo Puelmán
(Arch. Mend. Carp. 19) Cuando la Guerra Pehuenche estaba en su cenit, el capitanejo
Puelmain apoyó al cac. Gobernador Rayguán de Barbarco. Con él y 14 caciques más
expedicionaron, en abril de 1796 contra las tolderías de Malalhué, donde mataron al cacique
gobernador Pichintur y a mucha indiada, haciéndoles gran despojo de hacienda. (Arch. Mend
doc. 21 carp. 19) Es comprensible que no se haya presentado a otro parlamento de
reconciliación, convocado por el Gral. J.F. de Amigorena (17.8.96). Pero luego vino a traer
una carta de los caciques del sur. Cuatro caciques habían pedido la paz y la devolución de los
prisioneros.
El 17 de noviembre de 1796 los caciques ranqueles Treglén y Carripilún hicieron un
tratado de paz con el Gobierno de Córdoba (AGN S.IX 10-4-5)
1806, el viajero Luis de la Cruz conoció al cac. Puelmanqueo. Había vulto a las
pampas como Carripilún. Creo identificarlo con el cac. Puelmain. Desde Antuco acompañó a
Luis de la Cruz hasta la toldería de Carripilún, porque en su juventud había vivido algunos
años con éste y fue también su consejero. En el camino Puelmain habló a de la Cruz sobre la
Guerra Peheunche. De la Cruz lo llama un buen baqueano.
Su hijo se llamaba Leubumanque y su mujer Imiguán. Vivían entonces en Marifil (De
Angelis 1910 I. p. 126, 193, 291 etc.) En 1826 encontramos entre 37 cacique un cac.
Puelmáin que habían acudido al parlamento de paz a orillas del Arroyo Pecuén (AGN S.X.
27-7-6: 25.4.26)
PUEL MÁN, 1834, cac. ranquel , integró la tribu del cac. Santiago Llanquelén cerca
de Junín. El censo de esa Tribu le asigna 28 varones, 28 mujeres y 22 niños (R.Pérez: Apuntes
para la hisitoria de Junín p. 31 La Plata 1950).
PUEL MÁN, Juan, 1863, cac. huilliche que asistió al parlamento en el cual Benito
Chingoleo hizo un tratado de paz en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.100).
Monseñor Espinosa, misionando en la Guardia Mitre en 1880, asistió al casamiento religioso
del cac. Juan Puelmán con la chilena Rosario Piñú (Diario de Mnsr. Mario Ant. Espinosa
6.2.80)
PUEL PÍ, 1825, cac. tehuelche que acudió al parlamento convocado por los
Hermanos Oyuela, el 13 de dic. de ese año en Bahía Blanca (AGN S.X. 27-7-6 ) Su dirio se
perdió. Según el fichero, había estado en el Archivo de la Prov. de Bs. As. en La Plata. Quizás
se encuentre el documento en alguna colección privada.
PUÉN, (prob. Puel Ñancú), 1787, cac. pehuenche en Malalhué (Lista de un
parlamento)
PUEN LLALLÍN, 1789, cac. huilliche de la Guerra Pehuenche. Fue muerto ese año.
PUE VIL, Pedro, 1872, capitanejo del cac. boroga Andrés Raninqueo en la Verde.
Éste había pertenecido a la Tribu de Coliqueo en Los Toldos. De él habla el cacique
Raninqueo en una carta del 5 de marzo de 1872, en la que cuenta cómo su tribu había sido
sorprendida y que toda la tribu fue llevada al cautiverio de Salins Grandes. Lo llamaban
también el “Negro Puevil” o “Tapayo Puevil”. En Trenque Lauquen conocí a una de sus hijas,
más que centenaria, Dña. Felipa Puevil (o Colín según la madre) de Gómez. Fallecía allí en
1975. Me hablaba con tristeza de sus experiencias, especialmente en su juventud.
Una de las esposas del cacique Ignacio Coliqueo de Los Toldos se llamaba Juana
Amuifil Puefil que murió en 1864, de la cual nacieron dos hijas :Ana Coliqueo 1846 – 1936 y
Agustina Coliqueo, 1856 – 1901 (ver el árbol gnealógico de Coliqueo.
ETIMOL: Pue: vientre, panza y vil o vilú (de) víbora
PUGNON, 1877, cac. Picunche entre los de Purrán. Tenía 250 indios (Arch.Museo
Hist. Nac. Nº 10.604, ahora en AGN.)
PUICHENCHO, 1826, cac. boroga. Figura como tercero en la lista de 40 caciques
asitentes al parlamento de paz a orillas del Arroyo Pecuén (AGN S:X 27-7-6: 25.4.1826)
ETIM: prob. Piuchén: murciélago y ?
PUIELÁN, cac. en 1830, estuvo en el parlamento de Tandil (ver Chocorí o Cayupán)
(Ferandez, Jorge 2000 p. 18 )
PUÍN, 1861, cac. Salinero de Calfucurá. Ese año estuvo en Azul comerciando y con
noticias de su cacique 1874 avisó al cac. Cañumil, que 650 indios huilliches se aproximban a
la frontera Sur de Buenos Aires para ir a comerciar en las tolderías del cac. Puín. A pesar de
que parecía haber tenido gran poder económico, no tengo más noticis de él. (Arch. Mitre
XXII p.37 y AEM 11.8.74
PUIR CAPY (o Purá capy), 1787, cac. huilliche que intervino en la Guerra
Pehuenche. El 17 de octubre de ese año, después de haber sufrido con Llanquetruz un ataque
por los Malalches, vino al parlamento de reconciliación. Pero no era definitivo. También él
volvió a malonear junto con el cac. Rayguán, después de la muerte del cacique General
Llanquetruz Iº. 1796 participó en el gran malón que hicieron a los indios de Pichintur en
Malalhué (Arch. Mend. 21.5.96)
PUITCHUALAO, 1876, “jefe de los Gennakén (pampas del sur)”, dice P. Moreno
(en Reminiscencias p. 117) Tenía 8 toldos. Habrá tenido entoncs 60 años de edad. Su
hermano mayor se llamaba “Capitán Chivo”
PULCAY, 1834, cac. pampa ranquel de Llanquetruz IIº En la batalla del Arroyo del
Rosario (Prov. De San Luis), el Cnel. Argañaraz dio a sus indios una gran derrota, entre el 16
y 17 de octubre de ese año (Urbán Núñez: Historia de San Luis II p. 409)
PULQUI CURÁ, 1860, caciquillo salinero; fue uno de los hijos de Calfucurá sin
destacarse. ETIMOL: Curá: piedra y pulqui (de) flecha
PULQUI LEN, 1834, cac. entre los borogas de la Prov. de Bs.Aires (AGN X. 24-9-1)
PULTI ÑANCÚ, 1789, cac. huilliche del Neuquén que fue muerto en la Guerra
Pehuenche en un ataque a la tribu de Rayguán (Arch. Mend. 5.2. 89) ETIMOL:
pultü:colgado
PULLADA, 1802, cac. pehuenche. Ese año llegó con otros caciques de su parcialidad
a Mendoza para renovar los tratados de paz (Arch. Mend. 1802)
PUNISA, Agustín, 1598, cac. comechingón de Punisa Agustín, Salsacate, Córdoba,
encomendado de Díaz (Montes 71)
PUNIZA, COSTIN, 1573, cac. comechingón de Pitopahalo, Salsacate, Córdoba:
encomendado de Mitre (Montes p.70)
PUNZUMIA, 1767, cac. del Río Grande (AGN S,IX 1-5-9: 9.5. 1767)
PU ÑANCO (Puñanco), 1776, cac. Pampa, que Diego de las Casas censó en
Currumán. Tenía 20 toldos y 30 indios de escolta. Dice que también estaba en Las Tunas, en
el paraje Caichigüé que traduce por corciadero de yeguas.
PUÑA LEF, 1774 cac. ranquel, que ese año fue a Buenos Aires para vender sus
productos con Toroñam. En ese mismo tiempo se apresó a Nahuel Pán y saquearon sus toldos.
Puñalefi propuso invadir; pero los parientes de Nahuelpán no querían poner en peligro a que
degollasen a los presos (AGN IX. 1-6-1 foj. 633). 1776 Puñalef vivía en Colchagüé y Trenel
(La Pampa) sobre el camino a las Víboras, descubierto por el Coronel José B. de Acosta y el
Maestre de Campo Ventura Montaya en su expedición durante el mismo año. Diego de las
Casas en su censo le asignó 10 toldos, 10 indios y sus familias y 7 pozos.( De Angelis IV p.
584)
Más tarde fueron víctimas de una invasión del Comadante General de Mendoza, José
F. de Amigorena, acompñado de los indios amigos de Malalhué, en 1780. Esa fatal expedición
se combinó con otras que salían de Buenos Aires y de Córdoba. El 20 de abril de 1781
parlamentaron los caciques Roco, Pienpán, Llocopán y otros más en la Sala Capitular de
Mendoza (Torre Revello: Aportación para la biografía de don José Francisco de Amigorena o
en: Rev. Hist. A.A., Mendoza 1958 p. 21 y 26) Puñalef y los suyos hicieron un tratado de paz
en 1784 junto con los caciques Roco y Pienpan con el Gobernador de Mendoza, quien los
situó a orillas del Arroyo Llancha en Chacaycito (cerca de Malalhué). Lo que más pedían era
la devolución de sus familias que habían sido llevadas cautivas a Buenos Aires. (Arch. Mend.
Carp. 29, doc. 27: 13.6. 1784 )
PURA LLÁN , Pedro (Purayán), 1881, capitanejo picunche que conocemos sólo
através de algún documento de la Conquista del Desierto. Fue atacado por la tercera Brigada,
durante la Campaña al Sur, el 29 de abril de 1881 en Epulauquén, donde lo apresaron junto
con 37 indios. No sabemos cuántas bajas le han hecho. (Walther: Conquista del Desierto ed.
1964 p. 674)
En 1883 misionó en Choele Choel el misionero salesiano P.Domingo Milanesio. Allí
encontró en el campamento de concentración a unos 1000 indios y entre ellos a Pedro
Purayán, a Cipriano Traimán y a Juan Pereyra. Hizo 78 bautismos y esperaba volver más
tarde. (C.Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. p. 29)
PURAY GÜÉ, 1842, cac. pampa. Durante once años estuvo al servicio de Juan
Manuel de Rosas en Santos Lugares. Cobraba 100 $ como sueldo. En 1852 acompañó a
Rosas a la Batalla de Caseros. Después de su derrota partió con los indios amigos de
Tapalquén, pues había pertenecido a la agrupación de Catriel. Siguieron obedeciendo las
órdenes del Cnel. Pedro Rosas y Belgrano. Tuvo un hijo que se llamaba Orellano. Quizás era
nieto de aquel capitanejo Orellano que Rosas había hecho fusilar en Tapalquén en noviembre
de 1833.
Puraygüé y su hijo se presentaron el 17 de noviembre de 1853 en el Fuerte Argentino
(Bahía Blanca) sin armas “con el solo objeto de conocer, saludar al Comandante Julián
Martínez y ofrecer o confirmar la paz. Decían que vivían desde tres meses a 10 leguas antes
de legar a Salinas Grandes, sobre el Arroyo Pichihal (Antes en Arroyo Chico) con 200 indios.
Y que mantenían la independencia, aunque se hallaban cerca de las tolderías de Calfucurá.
(AGN X. 18-8-1)
En Junio de 1854 volvió a Bahía Blanca. El Comandante conferenció con él y le
prometió gestionarle un subsidio de 500 $ mensuales. El 15 de Agosto del mismo año, el
Comandante de Bahía Blanca informó al Ministro de Guerra que hacía un mes y medio que el
cacique Paraygüé había muerto de repente y con lápiz agregó a la nota, que no había
pagado los 500 $ (¿ Lo habrán muerto por el dinero?) (AGN S.X. 18-10-6)

PURRÁN, Feliciano

PURRÁN,. Feliciano (otras variantes: Prán, Porrán, Purrán) . fue el cacique mayor
de los picunches cordilleranos del Neuquén. en el último cuarto del siglo XIX. de la zona en
que actuaron un siglo antes los grandes caciques huilliches y ranqueles Llanquetruz y
Rayguán, etc. La vida de Purrán resultó sumamente dramática, debido a que coincidió con la
última etapa de la Conquista del Desierto. Su vida se prestaría para una novela histórica como
la esbozó el Dr. Gregorio Alvarez en su librito Purrán, Neuquén, 1981. Fiel a mi propósito.
presentaré solamente lo que rescatamos de la documentación contemporánea.
El mismo ha dicho que nació en “La Chimba”, un barrio de Mendoza y no pocas
veces hacía alarde de ser argentino (aunque Alvarez. p. 17, le reproche haber sido
chilenófilo). Desconocemos a sus padres. Sus hermanos se llamaban Cheuquellán y Santuno
(Olascoaga: ob. cit. vol.I p.97); también el cacique general Quinchao de Lonquimay (Chile)
era su pariente. Entre los hacendados chilenos que desde tiempo inmemorial ocupaban
fracciones de tierra en el lado Este (oriental) de la Cordillera, tenía varios amigos. También
tuvo amistades con los choiqueros. Conocía bien a Saturnino Torres que de gaucho choiquero
mendocino llegó a ser de los más bravos jefes expedicionarios de la Conquista.
Feliciano Purrán se hizo rico por trabajos rurales en las estancias, por comercio de
hacienda y, -dicen-, por haber descubierto unas minas de oro.
Pechmann lo describe así: “Era alto; medía quizás un metro setenta. Era grueso y
fornido y de cara lampiña. Usaba bigotes delgados sobre el borde del labio. Tenía cara
redonda, ojos negros y una mirada simpática. El pelo era negro, recortado sobre los hombros,
como cualquier gaucho de la época. Vestía camisa blanca, saco y chiripá de paño negro y
calzoncillos cribaos. Sus botas eran de caña larga y usaba sombrero”. Diría que es una opaca
pintura del cacique fuerte que tenía dotes para el mando y energía para enfrentar diversas
situaciones.
En un episodio de 1846, Purrán se hizo famoso. - Si no me confundo,- aquel Porrán ,
que maloqueó contra el cacique gobernador Guzmané en el sur mendocino fue este Purrán. A
Guzmané mataron en Junio de ese año. El asunto era medio turbio y echó mucho polvo al aire
(como solemos decir, al hablar mucho de tales asuntos). Se averiguó que bajo presión de
agitadores chilenos y del sargento mayor Zúñiga., habían ocurrido los hechos. En realidad
era una maloca de revancha, pues Guzmané había hecho la suya, atacando una tribu
desamparada en Chile.
Sobre los móviles y los acontecimientos nos informó, como nadie, de la maloca a la
tribu de Guzmané, quien era cacique gobernador de los pehuenches del Sur de Mendoza, el
Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias que pude editar por la edtorial El Elefante
Blanco en 1999. Página 288 hasta página 292 habla de ese episodio, que resumidamente
aproveché en el libro “Caciques Pehuenches” bajo el título “El Cacique Guzmané”. Se trató
de invasión, revancha y nueva revancha, según el axioma araucano: “La revancha es
sagrada”. Eso lo vimos ya en los episodios de la larga Guerra Pehuenche. Aquí, el cac.
Guzmané, aprovechando que los hombres de armas estaban ausentes en cacerías, atacó en el
lado chileno una tribu, cautivó a jóvenes y viejos; hizo un tremendo saqueo y mataron
prisioneros y permitieron toda clase de violaciones. Al salir dejaron el resto en miserable
estado.
Este atropello exigió un castigo y una revancha. Y esa expedición fue organizada
con aprobación y ayuda de la población de Los Angeles. Y ganaron por dadivas y títulos al
cac. Ayllallanca, como entregador, pariente de Guzmané. El cac. Purrán dirigía el contingente
chileno y picunche y volvió con gran botín, dejando después de la dramática muerte de
Guzmané su tribu en paz.
Hubo indios de Santa Bárbara entre ellos y al mando del capitán chileno Domingo
Salvo. El gobernador (Segura) de Mendoza se puso en campaña al sur para averiguar mejor el
episodio y establecer de nuevo la paz en su provincia. De los indios, unos se les sometieron,
otros siguieron al cacique Purrán. En adelante éste sería el cacique mayor de los picunches en
el norte neuquino y en sus tierras aledañas al sur de Mendoza.
En 1850 invadieron nuevamente ese sur de Mendoza con los indios de Antulán y su
yerno Pichulén, un hermano de Guzmané y un hermano de Ayllal y Ñancu Llenguir. Dice el
documento 14 del Archivo de Mendoza (Carp. 123, del 22 de Agosto de 1850) que los
reconocieron por el modo de hablar. El 26 de Febrero de 1851, un emisario del gobierno
mendocino convocó a un parlamento a Purrán, Caepí, Rancamil, Pichulén y Antulán, para
ganarlos para la paz. Pero en marzo de 1852 les llegó una formal invitación de Chile,
invitándolos a la guerra. Esta vez se opuso Purrán y se impuso en el parlamento que
celebraron con los emisarios chilenos a orillas del Río Barrancas. (Arch. Mend. Carp. 123,
doc. 15: 5.3.52).
Con los caciques huilliches Llanquetruz(IIº), Chingoleo y Sayhueque. entró en
contacto con el gobernador de Buenos Aires. Y fue invitado a celebrar un tratado,
prometiéndole que sería racionado. Efectivamente, en Marzo de 1868, Queupumé, Prán
(Purrán) e Huincalén y Chagallo Chico figuran en las listas de los caciques racionados. En
cuanto a Prán (Purrán) fue racionado recién en 1877 en Carmen de Patagones (AEM doc
3064) por la Casa Aguirre y Murga.
En 1870, al terminar la Guerra del Paraguay, debía entrar en vigencia la ley 215 de
1867, que ordenaba el avance de las fronteras (interiores) hasta el Río Negro y la Conquista
del Desierto. Este movimiento suscitó de nuevo la discusión sobre fronteras (exteriores) entre
Argentina y Chile que se desarrolló con bastante animosidad. Chilenos influyentes, como
Urquijola, que mantenían fundos al Este de la Cordillera, convocaron a los caciques
principales a un parlamento en Angol e hicieron un tratado de amistad entre ellos y el General
en Jefe de Operaciones en la frontera de Araucanía. El 1º de Enero de 1870 firmaron este
convenio (AEM: doc. 6464):

Convenio de autoridades de Angol con los pehuenches


“En la ciudad de Angol. el primero de enero de mil ochocientos setenta y dos, entre
el Señor Jeneral en Jefe de Operaciones de la Frontera e intendente de la Provincia de Arauco,
don Basilio Urrutia, por parte, y en representación del Gobierno de Chile; i como
embajadores i representantes de las tribus pehuenches, Purrán, cacique jeneral; Huenten por
Llancaqueo, Huenchulao por Cheuqel, Juan Agustín (Vilú) i Curraleo por Caepé. Lincanán
por Zúñiga, Aillal, un hermano de Odal i cincuenta i uno más entre capitanes y mocetones.
Después de discutidas suficientemente en la solemne entrevista del día de hoi, habida en la
sala del despacho del Señor General en Jefe, acordaron el siguiente convenio, cuyo
cumplimiento fiel garantizan formal i solemnemente las partes:
Art. lº-Las tribus pehuenches de ultra cordillera reconocen al Gobierno de Chile
como fiel amigo i por el órgano de sus representantes los embajadores mencionados.
declaran: Que es su firme i decidida voluntad conservar las buenas relaciones con el Gobierno
de Chile, que acudirán en el acto al primer llamado que les haga i prestarán los servicios que
se les exija.
Art. 2 - En el caso que las tribus moluches hicieran armas o se revelasen contra el
gobierno de Chile, los pehuenches se comprometerían a no prestarles auxilio en ningún jénero
i por el contrario. hostilizarlos, ayudando con sus armas a reprimir los avances de los
sublevados.
Art. 3 -Se comprometen asimismo a influir con las demás tribus en que ellas no
tengan un dominio directo, para que acepten y rectifiquen (sic) el presente convenio, con
cuyo objeto celebrarán juntas o se valdrán de los medios que juzguen más oportunos.
Art. 4 -Los indicados caciques i sus representantes se obligan a proteger con la
eficacia que les sea posible las personas o haciendas de los chilenos comerciantes o residentes
al otro lado de la Cordillera, para el efecto y con el fin de asegurar, tanto las propiedades de
ellos mismos, como la de los referidos chilenos, cuidarán que no se introduzcan en sus tierras
ladrones y malhechores, comprometiéndose a aprehenderlos i ponerlos a disposición de las
autoridades de ‘Antuco”.
Art. 5 -El Gobierno de Chile, por el órgano del Señor Jeneral en Jefe se obliga a
continuar la protección amigablemente que hasta ahora ha prestado a las tribus pehuenches.
Art. 6 -En compensación de los beneficios que dispensan a las vidas i haciendas de
los chilenos avecinados en el territorio que ellos ocupan, les concede, por vía de gracia. los
sueldos que a continuación se expresan.
Art. 7 -Los sueldos de que habla el artículo precedente, serán ciento veinte (120)
pesos anuales al Cacique Purrán: e igual cantidad al Cacique Llancaqueo: al Cacique Caepé.
cien.
Art. 8 -Habiendo hecho presente los caciques las vejaciones que se infieren a sus
hermanos en las relaciones comerciales con los chilenos civilizados en el pueblo de Antuco,.
el Señor Jeneral les acuerda i nombrará oportunamente un comisionado que vele por la
legalidad de tales relaciones, defendiendo a los Indios i reclamando justicia a favor de ellos.
Dicho comisionado tendrá su residencia en el pueblo referido i servirá al mismo tiempo de
comisario para la percepción de los sueldos acordados.
Art. 9 -Con el mismo fin del artículo anterior, en el que se refiere a la protección de
los Indios Pehuenches que trafican por el boquete de Gaillaqui., cajón del Bío Bío, se
nombrará otro comisionado con idénticas facultades.
Art. 10-° -Al cacique Zúñiga podrá declararse sueldos, una vez que se presente a
este cuartel jeneral a manifestar que aprueba las condiciones de la presente acta i está
dispuesto a cumplirlas.
Para constancia se firma dos (ejemplares) de un mismo tenor para el mismo fin.
Firma: Basilio Urrutia
A ruego del cacique Purrán. (firma) Manuel Bulnes
A ruego del cacique Huenchulao que representa a Cheuquel, José S. Dinamar
A ruego del cacique Juan Agustín Bilo i de Curralao, representante de Zúñiga, Eloi
Moreira
A ruego de Aillal, José Olegario Cortés.
“Es Copia con firma Eduardo Kraemer. secretario”
(Arch. del Estado Mayor del Ejército Argentino. doc. 3064)

Los caciques picunches no mantenían relaciones solamente con Chile: antes


pactaron también con el gobierno argentino. El cacique Caepí, ya en Febrero de 1870, se puso
en contacto con el comandante de San Rafael, al sur de Mendoza, y en San Martín (El
Alamito) haciendo un pedido de tratado de paz. El general Arredondo elevó de inmediato el
pedido al ministro de Guerra y éste le mandó las bases sobre las cuales podría concertarse un
tratado (Memoria del Ministerio de Guerra, 1870. p. 200)
Este documento puede ser una prueba de que había rivalidad entre Caepí y Purrán.
El 22 de Agosto de 1871, Caepí alertó al Comandante de San Carlos y San Rafael, que en la
Cordillera se estaba preparando una invasión y que retirasen las haciendas del Río Grande.
Que los indios de la Sierra habían hecho un tratado, cuya resolución estaba aún pendiente.
Que la invasión sería dirigida por el cacique Purrán del Río Mauquen. con Pérez.
No tengo noticia de que se haya cumplido tal preanuncio. Pero el Comandante en
Jefe de la frontera sud de Mendoza, el coronel Segovia. convocó, en Agosto de 1872 a los
caciques que correspondían a Caepí y celebró con ellos, el 27 de Agosto del mismo año un
memorable tratado de paz en nombre del gobierno de la Nación Argentina. En él no se
menciona en momento alguno al cacique Purrán; en cambio. sí, se lo hace a Caepí como
cacique principal representado en el parlamento por José Caepí y Masuchá; sus capitanejos: a
Tranamán, representado por el capitanejo Necull y su hijo Lincomán; a Juan Agustín Terrada
y Vilú, por el capitanejo Antonio Vilú y Juan Dios Vilú; a Udalmán, representado por los
capitanejos Manuel Barros y Pablo Manquené y a Juan Millalén, alias Juan Chico,
representado por el capitanejo Manuel Huenchumán y al cacique Cheuquel, representado por
el capitanejo Huenchulao. (Vease Caepí).
Pero frente a la complicación internacional que podría darse, era necesario extender
el tratado de paz a los pehuenches huilliches de Purrán. Efectivamente, el 11 de Agosto de
1873 se realizó este parlamento con los de Purrán, neutralizando así los tratados concertados
con el gobierno de Chile, frenando sus hostigamientos, mientras se conquistaba la llanura del
Plata. Por este tratado Purrán y sus indios prometieron paz y reconocieron la soberanía
argentina.
Su texto es éste:
“CONVENIO DE PAZ PROVISIONAL,
celebrado en fecha 11 de Agosto de 1873 en San Rafael. con los representantes de
los caciques del otro lado del río Neuquén y no comprendidos en el tratado de paz de fecha 27
de Agosto de 1872: y que son los siguientes:
Cacique Principal Purrán
Cacique Llancaqueo
Cacique Ayllal
“En la Villa de San Rafael, a los once días del mes de Agosto del año de mil
ochocientos setenta y tres: Don Ignacio M. Segovia. Comandante en Jefe de la Frontera Sud
de Mendoza, en representación del Excelentísimo Gobierno Nacional de la República
Argentina, por una parte y por la otra el Capitanejo Yancuchéu y mocetón Millapán, en
representación del cacique principal Purrán. Capitanejo Antinal, en representación del cacique
Llancaqueo; Capitanejo Antrú y mocetón Clayan, en representación del cacique Aillal,
convinieron en el siguiente tratado de paz:

Art. 1º -Desde la fecha de la ratificación de los presentes tratados de paz, que ambas
partes se comprometen guardar fiel y solemnemente, los capitanejos arriba mencionados que
firman el presente tratado de paz por sí y por los caciques que representan, se comprometen a
mantener y hacer mantener a sus tribus la más completa paz con el Gobierno y pueblos de la
República Argentina: y por su parte el Gobierno de la República Argentina se compromete a
proteger y amparar la residencia tranquila y permanente de dichos Caciques, Capitanejos y
sus tribus en el territorio que actualmente poseen hasta la margen derecha del Río Neuquén.
Art. 2 -Siendo respetado como neutral, por los tratados celebrados con las tribus del
Cacique Caepé, el campo intermedio de la línea de fronteras hasta la margen izquierda del
Río Grande, está convenido con el citado Cacique y su tribu, que el Gefe de la Frontera podrá
establecer los fortines que juzgue convenientes: y en el caso de establecerse algún poblador
de una u otra de las partes contratantes en el espresado campo neutral, será con licencia por
escrito precisamente del Gefe de la Frontera, en todo lo que también convienen el Cacique
Purrán y sus subordinados.
Art. 3 -Los permisos para bolear en su territorio serán igualmente dados por el Gefe
de la Frontera, a quien dará aviso previo el Cacique antes de salir los Indios a ese objeto. Y en
este caso se fijará el número de los que vayan.
Art, 4 -Los cautivos o prisioneros que al tiempo de ratificar estos tratados se
encuentren en poder del Gefe de la Frontera o en el de los Caciques y sus tribus se entregarán
reciprocamente sin cargo alguno.
Art. 5 -Los Caciques y Capitanejos quedan solamente obligados a entregar al Gefe
de la Frontera a los desertores o grupos de soldados armados que vayan a asilarse entre ellos o
en sus tribus, debiendo el espresado Gefe de la Frontera satisfacer los gastos de la remisión y
hospedar (con generosidad) a los individuos que vengan desempeñando esta comisión,
prestando para ello el auxilio si fuese necesario.
Art. 6 -El Gobierno Nacional se compromete a hacer respetar la ocupación del
terreno fijado, al sud del “Río Neuquén” para residencia de las tribus, en el cual podrán vivir
pacíficamente bajo, el amparo del Gobierno: y en el caso de ser alguna vez desconocida la
autoridad del Cacique principal Purrán por una parte de los Indios, el Gefe de la Frontera
cooperará a restablecer la obediencia de los Indios a su Cacique, considerándose como
enemigos comunes la tribu que se rebelase.
Art. 7 -El Gobierno Nacional costeará la educación elemental primaria de dieciocho
jóvenes indígenas (escojidos entre los hijos de los Caciques y Capitanejos y siendo este
número permanente), debiendo completar su enseñanza con un año de agricultura práctica en
la Escuela Nacional de este ramo en Mendoza.
Art. 8 -Se declara libre entre las tribus y las poblaciones de la República todo
comercio lícito con tal que las personas que lo ejerzan se presenten munidos de un pasaporte
que justifique su procedencia y buena fe, y para facilitar las relaciones con los Indios Amigos,
a más de las tres postas ya establecidas en la Junta de los ríos “Atuel” y “Salado” una, otra en
“Chenquecó” y la tercera en las “Barrancas”, se establecerá una cuarta en la Costa del “Río
Neuquén” en el paraje más a propósito, que más adelante se fijará y al cargo de una persona
de confianza de los Caciques y del Gefe de la Frontera. Los seis caballos con que debe
habilitarse esta posta serán entregados por la Comandancia en Gefe de la Frontera.
Art. 9-Los Caciques se comprometen a no dejar pasar por sus territorios ninguna
invasión dirigida contra las poblaciones de la República Argentina y a dar aviso de cualquiera
otra, que. aunque no deba pasar por sus territorios, tengan noticia de que se dirije contra las
referidas poblaciones, cooperando con sus armas a las órdenes del Gefe de la Frontera para
impedir o castigar la invasión.
Art. 10 -Los Caciques signatarios de este tratado reconocen la soberanía de la
República Argentina sobre todo el territorio de la República: y el Gobierno Argentino
reconoce a las tribus del Cacique principal Purrán y sus subordinados la posesión tranquila de
las tierras que actualmente ocupan hasta el límite fijado por el artículo primero, mientras dure
el presente tratado de paz.
Art. 11 -El Gobierno de la República Argentina se compromete a dar anualmente un
sueldo de doscientos pesos bolivianos al Cacique principal Purrán, ciento sesenta al Cacique
Llancaqueo y ciento sesenta al Cacique Aillal.
Art. 12 -Los Capitanejos, lenguaraces, etc. de las tribus aliadas por el presente
tratado, tendrán los sueldos siguientes:

Tribu del Cacique Purrán Capit. Cheuquillán $ 72


id. Carrileo...............$ 72
id. ....Euque...................$ 72
id .....Huequemán..........$ 72
Tribu del Cacique Llancaqueo Capit.Antoal..................$ 72
id. Huayquilán .........$ 72
id. .....Trurres.................$ 72
Tribu del Cacique Aillal capit...Calluvihuel.........$ 72
id.........Huillical .............$ 72
id.........Maripoll..............$ 72
id........ Tripaiñán ..........$ 72
Lenguaraz Manuel Paz 60 $
Escribiente..........................60 $

Todos estos sueldos se abonarán en moneda boliviana


Art. l3º -El Gobierno Nacional mandará entregar cada seis meses para ser
distribuído del modo más equitativo entre todas las tribus amigas que entran en estos tratados,
lo siguiente:
Para los Caciques:
Azúcar blanca cuatro arrobas
Yerba misionera cuatro arrobas
Tabaco tucumano tres arrobas
Papel una resma
Jabón tres arrobas
Para los Capitanejos y Lenguaraces:
Azúcar siete arrobas
Yerba siete arrobas
Tabaco diez arrobas
Papel ciento veinte cuadernillos
Jabón cuatro arrobas
Para mocetones:
Azúcar ochenta arrobas
Yerba ochenta arrobas
Tabaco noventa y seis arrobas
Jabón cincuenta arrobas
Papel mil doscientos cuadernillos
diez barriles aguardiente
veinte barriles vino
También se entregarán anualmente trescientas yeguas a las tribus amigas o sea
ciento cincuenta cada seis meses.
La entrega de estos artículos se hará a comisiones debidamente autorizadas por los
Caciques.
Art. 14° -Tambien se entregarán al Cacique principal Purrán y a los otros dos
caciques comprendidos en estos tratados en calidad de reprendidos (sic) en estos tratados, en
calidad de regalo, un vestuario completo correspondiente a sus categorías:
y cada dos años una montura completa de buena calidad.
Art. l5º -Si después de ratificar los presentes tratados el Cacique principal Purrán o
alguno de los demás Caciques. quisiesen se les construyese un edificio para capilla cristiana y
escuela, en un paraje que ellos determinen de acuerdo con el Gefe de la Frontera, los gastos
que la obra demande serán por cuenta del Gobierno Nacional, proveyendo de Capellán y
Preceptores y los útiles necesarios al establecimiento.
Art. 16º -La ratificación del presente tratado de paz tendrá lugar dentro de los cuatro
meses siguientes al día que se ha firmado por los comisionados, e inmediatamente se hará la
primera entrega de los artículos determinados en él.
Art. 17º -El presente tratado durará por el término de cinco años, y tendrán un
ejemplar de él cada uno de los Caciques para la mejor inteligencia: y si durante todo este
tiempo los Caciques y sus tribus permanecen sumisos y obedientes a la autoridad nacional,
podrá renovarse para mayores ventajas de ellos mismos: pero. si por el contrario, faltasen a
una de las cláusulas o se trajese alguna invasión a las poblaciones de la República por Indios
de las tribus en él comprendidos, el Gefe de la Frontera suspenderá de inmediato las entregas
de artículos y pagos de sueldos. suspendiéndolo en sus efectos, mientras no se den por los
Caciques explicaciones satisfactorias.
Artículo adicional: El Gobierno de Mendoza intervendrá en el recibo y entrega a los
Indios de los artículos que se les fijen por este tratado nombrando al efecto una comisión de
vecinos que presencie aquella operación e inspeccione los artículos.
Y para que conste se firmó el presente por el Señor Comandante en Gefe de la
Frontera Sud de Mendoza. Coronel Don Ignacio N. Segovia, en representación del Exmo.
Gobierno Nacional de la República Argentina y los enviados arriba mencionados en
representación de los Caciques Purrán,. Llancaqueo y Ayllal.
(firma) Ignacio M. Segovia
A ruego del Capitanejo Yancucheú y mocetón Millapán, representantes del Cacique
principal Purrán, por no saber firmar y como testigo Joaquín D. Godomar.
A ruego del Capitanejo Antiual, representante del Cacique Llancaqueo, por hallarse
ausente, por no saber firmar y como testigo: Miguel Mogrovejo.
A ruego del Capitanejo Antí y mocetón Clayán, representante del cacique Ayllal, por
no saber firmar y como testigo: Manuel Ventura.”
(Es copia del Archivo Histórico de Mendoza. carp. 123. doc. 45; 1873)

Este tratado de paz fue distribuido mediante varias copias. Una envió D. Uladislao
Frías al ministro de Guerra y otra está en el Archivo del Estado Mayor del Ejército (doc.
1181). El texto del convenio originó muchas interpretaciones, más, si consideramos que creó
un precedente jurídico en el territorio neuquino, cuando la frontera no había sido fijada aún
más allá de Bahía Blanca. Si bien Purrán fue racionado, no creo que lo haya sido en toda la
extensión del texto. Quizás Purrán también sabía que la paz no dependía de este papel y que
los militares habían puesto sus muros en sus tierras, incluso querían saber dónde iba a cazar.
Chile y Argentina tenían hecho un tratado sobre territorio indio...

En el año 1876 Julio A. Roca escribió al Presidente Sarmiento que esas tribus
acudían al llamado de las autoridades chilenas y el principal de ellos, Feliciano Purán (sic)
que tenía su residencia en Campanario, 12 leguas al sur de Neuquén, que se titulaba
Gobernador y General. Además era rico y recibía sueldos del Gobierno chileno para hacer
respetar los intereses y la vida de sus ciudadanos. (Walther: Conquista. p. 558) Y un año más
tarde, el 19 de junio, escribió el mismo coronel J.A. Roca al ministro Alsina: “Me dicen que
hay indios muy ricos y muy adelantados entre los pehuenches (indios de los Pinares): un Ayal,
secretario de Purrán, los Pichunes, Reglepán, los González y otros más. Purrán, cacique
importante, cuida de un Señor Francisco Méndez Urrejola, de Chile, bastante número de
vacas que algunos hacen subir a diez mil. Otros caciques arriendan sus campos, como los
Quilospe en los vertientes del Neuquén a unos dinamarqueses, que a su vez subarriendan. Un
indio Agustín (Terrada y Vilú). medio cristiano, tiene una estancia en las costas del Barranca...
Parece pues que está de por medio el honor de la Nación en averiguar qué hay de verdad en
todo esto y qué provecho se puede sacar de estas tribus (sic): saber si son aptos o no para el
trabajo o tiene que sucumbir como los Pieles Rojas ante las necesidades siempre crecientes de
la civilización”. (Texto impreso en Publicaciones del Museo Roca: Documentos vol V. p. 249.
Es un texto significativo que descubre ciertas mentalidades de los expedicionarios).
Sí, los ojos de los militares se habían puesto sobre ellos. En Memorias del
Ministerio de Guerra y Marina, 1877, p. 476, se afirma que los caciques Cheuquel y Purrán se
hallaban en la margen sur del Río Neuquén con unos 80 indios. En cambio en el Documento
Nº 10604 del Archivo del Museo Histórico Nacional (ahora del AGN) hay un estudio sobre el
potencial de los indios del sur: sobre los del Collicó en Chile, los picunches y huilliches. los
ranqueles y los de la llanura pampeana.
“... De este lado de la Cordillera: PICUNCHES (Gente del Norte)
Cacique Mayor Pichi Prán Indiada 2500
Cacique Mayor Manquillén (P) y Meliqueo (hijo) 500
Cacique Mayor Pugnón 300
.....3250 (sic)
Las manzanas HUILLICHES
Cacique Mayor Sayhueque Indiada 9000
Cacique Mayor Inacayal 1500
Cacique Mayor Reuque Curá 500
11.500
Colorado Apartada de Pichi Prán
Cacique Mayor Queupumill 1000 ”

A todos ellos les llegaría su hora.


Durante el avance de la frontera llevado a cabo por Alsina y la “limpieza de la
Pampa” (1876-1878), muchos indios escaparon ante los perseguidores hacia el sur. Los
ranqueles, por ejemplo, habían firmado un tratado tras otro, pero fueron atacados, expulsados
o eliminados como las tribus de Catriel y de Namuncurá. Feliciano Purrán fue generoso con
los refugiados y se horrorizaba ante las noticias que traían e imaginaba que idéntica suerte
podría sucederles.
Efectivamente ya había partido el comandante Rufino Ortega con una tropa desde
Malargüe (Fuerte San Marín) para atacar a los indios del cacique Udalmán; pero fueron
rechazados a pedradas. Anteriormente, el coronel Luis Tejedor había apresado al cacique Viló.
Naturalmente los estancieros chilenos de El Alamito (Barbarco), Departamento Minas,
estaban asustados como también sus indios amigos. Así, convocaron para el 16 de Febrero de
1879 un parlamento al que acudieron los caciques Udalmán, Purrán, Chiquillán, Zúñiga y
Curraleo y unos 260 mocetones. Conscientes de la gravedad de la situación decidieron optar
por el camino de la paz.
Resultado de ese parlamento es la siguiente carta del estanciero chileno Francisco
Méndez Urrejola de Barbarco, dirigida al coronel Taboada. En ella se considera argentino y
pide garantías, diciendo:
“La tropa de la expedición que vino contra la indiada del cacique Udalmán y otros,
donde se dice que murió un oficial argentino, tres soldados y varios indios, ha producido una
alarma en los indios del Este y Oeste del Neuquén, amenaza que afecta los intereses
argentinos y más a los hacendados chilenos, quienes no quieren hacer una [reunión] hoy, ni a
Chile, ni para El Alamito, sin la protección de las tropas.
“Amenazados de esta manera, tuvimos a bien llamar a parlamento a los caciques
Udalmán, Purrán, Chiquillán, Zúñiga y Curaleo con sus mocetones en número de 260 en
Cayante (Dep. Minas del Neuquén), el 16 del actual. Concordaron en proponer al Gobierno
proposiciones de paz, amistad y comercio. Reconozca el Gobierno Argentino como único
dueño a los caciques nombrados de las tierras que poseen y los pequeños campos que tienen
dados en arrendamiento a diferentes personas y el Gobierno será dueño de todo el despoblado
con derecho a edificar cuarteles y vender dicho territorio.
“Para llevar a efecto este tratado de paz, amistad y comercio, pasarán el que suscribe
y los caciques nombrados a celebrar en el Fuerte El Alamito este convenio”.
Y pedía pronta respuesta. (En: Publicaciones del Museo Roca, Bs. As.; Documentos
VI p. 182 y Raone J., Los tratados de paz, en A.H.N. Congr. Reg. II. 1977, p. 45).
Pero la respuesta habrá de ser la expedición de la IVa. División, al mando del
teniente coronel Napoleón Uriburu que saldría con 900 hombres desde San Rafael -San
Martín al Neuquén, para “limpiar” las franjas de los ríos Barrancas, Colorado y Neuquén.
En cuanto a la carta, el comandante Uriburu informó, el 5 de marzo de 1879, al
inspector general y comandante general Luis M. Campos que le había contestado, que “ese
movimiento sería la mejor garantía para él si se pone... (AEM doc. 8095). El comandante
recibió la orden de respetar a los propietarios chilenos e invadir a los indios que ahora más
que nunca se agruparon en torno al cacique Purrán. Más de mil indios le obedecían.
En un primer momento parecía que la expedición tenía por finalidad perseguir a los
indios ranqueles que huían de la Pampa, pues decían: “Buscan una guarida en los Andes,
figurándose que allí no los alcanzaremos” (AEM 17.3.79). Realmente ensangrentaron las
aguas y los totorales del Río Agrio. Allí murió también el buen cacique Baigorrita.
La IVa. División, al llegar a la confluencia de los ríos Neuquén y Negro, fundó el
fuerte que llamarían “Cuarta División”, hoy Chosmalal. Este era el punto preferido de
Purrán, quien estaba a corta distancia de allí. Su aldea principal se localizaba en Tilhué, cerca
del Chosmalal (Olascoaga: ob.cit. 11 p. 146). “seis leguas al Sur de la margen del Neuquén,
tolderías de los Picunces, cerca de un millar”..
El 6 de Mayo (1879) el comandante Uriburu le envió dos indios, que habían sido
apresados allí cerca, invitándolo a que viniese a conferenciar con los militares. Lo citó para el
día 8 a la confluencia del Curru Leuvú y el Neuquén. Ese día se levantó el acta de la
fundación de Chosmalal en el que se dice: “...limpio de indios... fueron sometidos a
jurisdicción argentina las poblaciones existentes... N. Uriburu”. (En: F. Ugarteche: El teniente
general D. Rufino Ortega. 1913. p. 184)
El día 12 de Mayo, Uriburu habría podido asaltar una estancia del cacique, que
habían registrado. No lo hizo por diplomacia. Tampoco dio muerte al cacique Zúñiga para no
excitar a Purrán. El 31 de Mayo, llegó al Fuerte un sobrino del cacique. Panchito Huallical
(Olascoaga. ib. II, p. 122), Le acompañó un cristiano con una bandera de parlamento y
llevaba una carta de su cacique principal. En ella ofrecía la paz con sus 900 indios,
agradeciéndole por no haberlo atacado. (N. Bustos Dávila, La segunda campaña del desierto
en Mendoza y Neuquén. 1979; en Rev. Hist. Americana y Argentina. 1966. p. 189)
Pero D. Pedro Herrera, capataz de Méndez Urrejola, avisó que había advertido algún
movimiento entre los indios y el 15 de Mayo le había llegado noticia de que los indios de
Udalmán, al pasar por la estancia del canadiense Enrique Price, lo habían muerto por haberles
hecho frente. Su peonada, a su vez, había muerto al bandido Sosa. Ese día Uriburu desplegó
una fuerte guerrilla y concentró a los prisioneros en el Fuerte.
No conocemos todos los detalles de ese episodio. Pero el 24 de Julio se leía en el
diario mendocino El Constitucional que Purrán con sus caciques y 800 lanzas estaban entre
los valles cordilleranos. Que sobre la margen norte del río Agrio se establecía un fuerte
acantonamiento de tropas, a corta distancia de las tolderías de Purrán. Otras comunicaciones
decían que en tres meses, el terreno quedaría limpio de Indios hasta el río Neuquén; que mil
indios habían desaparecido, en parte por la viruela (Best.: Guerras Argentinas. Actividad de la
IVa. Div.)
Por eso, y para librar a los prisioneros, los hermanos Udalmán y el mismo cacique
Zúñiga, los capitanejos de Purrán y.500 mocetones al mando de Huayquillán atacaron
sorpresivamente, el 6 de Septiembre (1879), el Fuerte IVa. División, pero fueron rechazados
(AEM doc. 8122).
En Diciembre, el cacique Purrán escribió desde el “Campamento de las fuerzas
indígenas”, dirigida al teniente coronel Ortega, jefe de las fuerzas acantonadas en Chosmalal.
Expresaba su pesar por la situación que la llegada de las fuerzas había creado, por las muchas
pérdidas de gente, animales y mantenciones que habían perdido, de manera que las familias
mucho padecían. “..Tengo reunidos 3000 hombres de pelea. —dice luego—. que no molestan
y otros 3000, en el territorio sud que defienden intereses y vidas. Ud.. Señor Ortega. nos hace
proposiciones de amistad, pero es Ud. quien debe mandar un jefe, porque yo me considero en
mi casa y Ud. es un forastero. Dígale a Isaac Torres que venga en compañía de algún jefe u
oficial y con toda confianza, pues se sabe muy bien que somos amigos de harto tiempo y
deseamos amistad y paz. Si Ud. se muestra caballero, nosotros corresponderemos igualmente;
si Ud. se muestra generoso, nosotros también lo somos. He hecho una junta general para
consultar a todos los caciques sobre la paz y amistad. Comparecieron aquí con su gente de
pelea: José Félix Purrán, Guiquillán, Andal. Curalén, Ñancupí, Huenten, Meliqueo,
Llancamill, Güenupil, Nagüelao, Valentín Sayhueque, Namuncurá, Nacayal y otros 20 más.
“He sabido que su gente se está desertando; pero si llegan a mis toldos, serán
tratados con las mayores consideraciones y cariños que merecen. También me han dicho
desde Chile, que han hecho un fortín en Carileo. Eso no me gusta; no me estrechen mis
lugares al otro lado...” (Publicada en El Constitucional, diario de Mendoza del 10 de enero de
1880).

CAPTURA Y PRISION
Pocos días después, el 15 de Enero, el mismo diario publicó la noticia de que la IVa.
División había batido y expulsado hacia Chile a los indios de Purrán, Nahuellán, Curaleo y
Llancamill, haciéndoles grandes pérdidas. Purrán pidió a su pariente y amigo Quinchao asilo
en Lonquimay. Este pehuenche accedió (Casamiquele, 1995 p. 101)
El mayor Ruibal logró atraer a su campamento al cacique general José Félix Purrán
y lo apresó, después de haber dado muerte a los caciques Chauquillán e Huichañir. Murieron
en la sorpresa además 138 indios de lanza y les tomaron 60 prisioneros entre indios guerreros
e indias. Les quitaron 485 vacas, 415 yeguas y 2.200 ovejas, dice el parte.
Esta es quizás la más sobria y la más verídica versión del acontecimiento que
procuré profundizar por otras versiones del hecho. Las noticias de la guerra. destinadas a ser
publicadas no eran siempre veraces, a lo menos en los detalles. ¿No lo vimos acaso durante la
contemporánea guerra de las Malvinas?
La obra tantas veces citada de Olascoaga reproduce otras partes (II p.96 y IV p. 30).
Félix San Martín en su libro Neuquén (1919, p. 30) dice: “El hecho de que Purrán, viéndose
arrojado de sus campos, acudiera en demanda de protección ante las autoridades chilenas (?)
y luego se refugiara entre los moluches, ha hecho considerarlo, tal vez no sin fundamento,
como el menos argentino de los caciques aucas” (No suscribo tal juicio). Bustos Dávila dice
así (ob. cit. 1966. p. 189): “Fue tomado preso por el Mayor Manuel Ruibal en las Juntas del
Lonquimay con el Bío Bío, en territorio chileno, traído a Mendoza, se lo condujo a Villa
Mercedes,. de donde por tren fue llevado a Buenos Aires y en últimas instancias a Martín
García...”
El teniente coronel Guillermo Petchmann nos da un relato más detallado en su libro
poco divulgado, a pesar de las dos ediciones de 1918 y 1939 de su libro El Campamento de
1878 (bajo el seudónimo: Cadete X). Resumiré el capítulo “Captura trájica del cacique
Purrán”.
Los primeros días de enero de 1880 integraban la IVa. División en Chosmalal el
Regimiento Nº 11, al mando del teniente coronel M. Nadal y el 2º del mayor Manuel Ruibal
con el Batallón Nueva Creación. Ellos siguieron la rastrillada fresca de los indios; siguieron
con cautela... De pronto se hallaron frente a la indiada, ignorando que eran de Purrán y que
estaban sobre el Bío Bío. Un chileno se presentó con cartas. Estaban en territorio chileno.
Ruybal mintió diciendo, que venía un gran ejército para arreglar la paz. Que el cacique
viniera a conferenciar. Fue el chileno y volvió con el mensaje de Purrán que él no quería
pelear, que quería la paz.
Más tarde llegó un capitanejo con dos soldados. Fueron obsequiados. Así, durante
tres días de idas y venidas, se esperaba que Purrán se aviniera a presentarse. Pero Purrán no
quiso hacerlo, a pesar de muchas promesas. “...Si no pasa, lo pelearemos; así son las
órdenes”, le mandaron decir.
La respuesta a esta intimación fue entonces, que vendría a los tres días. El mayor
hizo llevar víveres y asientos a la orilla del Río; apostó diez hombres escondidos a dos
cuadras, uno con una trompeta. La señal para el asalto se daría, si el mayor se quitaba el
quepis y se frotaba la cabeza; entonces habría que apoderarse del cacique y matar a los que se
resistiesen.
“El cacique cruzó el caudaloso río en una embarcación con 25 acompañantes,
alentado por las promesas y garantías que le hiciera el representante del Gobierno Argentino.
Desembarcó pues el jefe de los pehuenches y picunches. Nuestro jefe lo recibió con brazos
abiertos y con apretones de manos. En el lugar empezó a rondar el mate. Como lenguaraz
actuó el alférez Ferreyra, a pesar de que el cacique hablaba castellano, si bien con
dificultades.
Ferreyra, en nombre de Ruibal, hacía cargos por esperar tanto y por excesos de su
gente. El contestó que hacía muchos años que su gente no hacía guerra y que vivía
tranquilamente.
“Nuestro jefe estaba algo nervioso, olvidando la señal a los 15 minutos se sacó el
sombrero. El trompa tocó diana y ya cargaron sobre el parlamento, desplegados en guerrilla y
hacían fuego a la orilla enfrente (...)
Los parlamentarios traían puñales y boleadoras en la cintura, incluso Purrán,. quien
las esgrimió con presteza. Los desgraciados indios huyeron a pie, perseguidos por los
soldados que. al alcanzarlos, les daban la muerte. Algunos se lanzaron al agua ahogándose o
fueron alcanzados por nuestras balas. La indiada del otro lado. dando alaridos echaron pie en
polvo.
Mientras tanto, el desventurado Purrán era obligado a rendirse, después de haber
hecho toda la resistencia posible con sus boleadoras y dirigiendo improperios al Mayor y a los
soldados. Un hermano suyo tuvo igual actitud, hasta... El cabo Baigorria. y el soldado
Ferreyra dieron en tierra con Purrán. Asegurado de los brazos. se levantó del suelo y mirando
al mayor Ruibal. le dijo: Bueno, no matar a mi gente!” Se refirió a que no molestasen a su
gente del otro lado. El mayor hizo cesar el fuego, que por sí solo se hizo inútil, ya iban lejos.
Purrán miró por todos los lados, buscando a algunos de sus caciques, pero no
encontró a ningún paisano, todos y todo habían concluído...
Un momento después, apareció el sargento González con una manta fina y un
tirador... Nuestro jefe presentó las prendas al cacique, preguntándole si las conocía. Purrán
contestó tristemente: “Sí, mi hermano”
-¡Caramba!- exclamó el mayor -. Bueno, tenés que perdonar, porque estas son las
consecuencias de la Guerra. - El cacique movió la cabeza y murmuró algunas palabras que se
podían traducir en—: “No tengo más remedio”.
“El Sargento lo había corrido por la costa del río y. al alcanzarlo. según su propia
confesión, tuvo el cuidado de no agujerear la manta, al herirlo, se la levantó con una mano y
con la otra le hundió el puñal repetidas veces. El que esto escribe vio el cadáver, un momento
después, acribillado por terribles heridas...
“Del campamento indio sacaron 150 lanzas y ponchos y mataron a los heridos.
“A las cinco de la tarde hicieron montar al cacique y toda la tropa se retiró. De
noche apuraban, temiendo algún ataque de los indios. En la retirada se encontraron con el
mayor Taboada: “Tengo el gusto de presentarle al general José Félix Purrán”. El jefe le tendió
la mano...” - El comentario corre por cuenta del lector-.
La versión del propio Ruibal, transcripta en su biografía “El Coronel Manuel
Ruibal”, escrita por el coronel Héctro E. López Cabanillas, es ésta:
Después de un ataque por el Fuerte IVa. División, el 3 de Enero de 1880, donde
trataron de rescatar a 300 prisioneros.., fue desprendido (Ruibal) con 50 hombres de la
División, en fecha 22 del mismo mes. con la orden de perseguir al cacique Purrán, hasta darle
alcance ...Alcanzado, la tarde del 23. en las márgenes del Bío Bío. en la confluencia del
Lonquimay con aquel (río). habiendo tenido para esto que pasar los Andes a la parte
occidental, siendo, después de un pequeño combate al llegar al río,. rodeado por toda la
indiada de aquel cacique, la que pasaba en una cantidad de más de mil guerreros. Y,
permaneciendo así sitiados hasta la tarde del día 25, en que resolvimos salir del asedio en que
ya hacía tres días me hallaba, sosteniendonos para conseguir un rudo combate con aquellas
hordas salvajes y del que resultó la captura de aquel audaz cacique, consiguiendo así salvar la
tropa que se me había encomendado para el desempeño de tan delicada misión... En este
hecho de armas recibí tres contusiones de arma blanca y varios bolazos, siendo ascendido por
el Exmo. Gobierno de la Nación con fecha del combate al empleo de Sargento Mayor y 2º
jefe del Regimiento Nº 11 de caballería de Línea”.
El coronel Ortega, quien a su vez ha hecho una larga expedición, fue el encargado
de llevar a los presos al Campo de Concentración del Rodeo del Medio (Mendoza). El
Constitucional anunció el 13 de Marzo de 1880, que el Cacique General de las tribus del sud
de Neuquén, José F. Purrán, que había sido capturado por el mayor Ruibal, había sido traído
(por Ortega) a esta ciudad como prisionero. Que en su correspondencia se hallaron cartas de
autoridades chilenas que lo incitaban a combatir contra la Nación Argentina”. (El periodista
no prueba esta aserción, ni se ha visto tal colección de cartas)
De modo que el cacique Purrán fue llevado vía Villa Mercedes a Buenos Aires y no
fue tratado con atención, como lo prueba esta noticia del diario La Nación del domingo 9 de
enero de 1882: “En un infecto calabozo del Cuartel que ocupa en esta ciudad el “10 de
Línea”, se encuentra un individuo a quien los sufrimientos han degradado. Se lo ve tendido en
el suelo, donde no se advierte ni el miserable montón de paja, que sirve de colchón en las
últimas prisiones. Apenas contesta a las preguntas que se le dirigen y llora, a veces, tal es su
abatimiento. Se queja de hambre y de la desnudez en que vive brutalmente tratado por la
soldadesca, que no ve en él sino un salvaje. Su espíritu abatido tiene de vez en cuando
relámpagos que revelan su ardor de otro tiempo y que asoma a sus ojos sombríos. Ese infeliz
es el cacique Purrán”. (A continuación habla del Padre Esquiú).
Ocho años sufrió prisión: primero en el Retiro y luego en Martín García.
José Félix Purrán solicitó su liberación, él mismo, en 1886. El 23 de Agosto ppdo. ha ido a
Buenos Aires en libertad, con su mujer y tres hijos, por orden telegráfica de Pellegrini (cita
del documento del Archivo Gral de la Armada) De allí fue sacado por influencia del mayor
Zacarías Taboada, quien había sido expedicionario al sur durante la Conquista del Desierto.
Lo buscó porque tenía noticias de que Purrán conocía ciertas minas de oro. Durante el viaje al
Sur, descansando un día ya en Chosmalal, la primitiva capital de Neuquén, Purrán se fugó en
un momento de descuido, huyó a Chile, donde vivió hasta su muerte. (Raone 1991 p.221).
Pedro Nazarre Piñero. quien investigó el asunto, escribió sobre esta fuga en el
periódico local de Zapala “La Cordillera”, en 1940 y que yo he leído por la reproducción del
Dr. Gregorio Alvarez en su libro “Neuquén”, 1981. Según él, Purrán habría cruzado la
Cordillera por Moncol, costeando la laguna del Laja y habría llegado a las casas de Mirrihué,
el hermoso fundo de Don Calixto Padilla. Otro opinaba que se había ido a la estancia de su
amigo y padrino Don Juan Bautista Jiménez. De todo modo “el gran gobernador neuquino”
murió humillado y desterrado a una edad avanzada. Según me refirió el ingeniero y arquitecto
R. Cayol, quedan aún descendientes suyos en El Huecú. En 1905 se conoció a Pichi Purrán,
alias Juan Purrán a orillas del río Barrancas y dice C. Rusconi haber averiguado que murió
ahogado en él. José Bengoa nos dice en su Historia del Pueblo Mapuche (1985 p. 192) que
Purrán se había casado con una hija del cacique “arribano” Quilipán y mantenía buenas
relaciones con él, como también el cacique Aillál. su lugarteniente.
(Etimología: Purrá (número 8) y n: verbalizante: ser, o nao: tigre.)
Textos de la época tradujeron “Vale por ocho”
Bibliografía: Gregorio Alvarez: Purrán. 1981: y otros libros suyos. J. Raone:
Fortines y Neuquén: San Martín F.: Neuquén, 1919 y 1930: Guillermo Pechmann:
El Campamento de 1878, bajo el seudónimo Cadete X, 1918 y 1939: G. Alvarez: El
ocaso de Purrán: en Neuquenia, Nº 28. 1956: M. Olascoaga: “El Brujo de la
Cordillera”, en: Rev. Junt. Estud. Hist. de Mendoza, XIII, 1938.

PURÉN,, siglo XVI,, cac. araucano que ha dado el nombre a una ciudad de Chile y a una
0
PUTRUI, 1808, cac. Pehuenche que visitó entonces al gobernador de Mendoza en
compañía de los caciques Manquepú, Guanquenahuel y M. Goico (Arch. Mendoza)
PUSCAMA, Pablo, 1789, cac. Huarpe del Valle Fértil (San Juan) (Cabrera:Aborígnes
del país del Cuyo p. 304)
PUCHALAU, 1586, cac. comechingón de Puy Sacat, Río Tercero, Córdoba;
encomndado de Lori (Montes. P. 80)
PUIL, 1835, cac. boroga qu fue sometido por Calfucurá (S.Avendaño). Creo que es
Puevil, ya visto.
QUAL ver Cual y Qualquín ver Calquin
QUECHAN CHOIQUE IQUELME PAINEMAL 1819 nombrado omo cac.
araucano
de Villarrica, padre del cacique Melillán Painemal y abuelo de Antonio, Ramón,
Necul, Calfuill, Curriqueo, Bulnes Painemal y Martín Salas. Importantes caciques
borogas. Todos participaron en la Guerra a Muerte. Ese año Quechán estuvo en Cholchol. La
acumulación de sus nombres significa que.se sentía de la nobleza de ambas razas. ETIMOL:
Quechan : Bandada de choique (avestruces) Ver la genealogía del cac. Ignacio Coliqueo
(Ver Melillán Paynemal)
QUECHÁN, o Quechan vil, 1820 estuvo en la pampa argntina y se adhería a los
caciques que apoyaban el Gobierno de Buenos Aires y no a J.M. Carrera. En los parlamentos
del cacique Nicolás Quintana se le nombró.
1832, el Cnel. Manul Delgado, acampado cerca de los indios borogas en Guaminí,
llevó a 400 de ellos a una expedición contra las tribus del cac. Vicente Quiñigual y Cumiú y
200 chilenos del cac. Quillapí. Entre los jefes borogas que participaron los partes nombran a
los caciques Rondeao, Melín, Caniullán y Quechán. El 9 de agosto tuvieron un reció encuntro
en Pelicura.
Luego, en preparación de la Expedición combinada al Desierto (1833) Rosas
enganchó a los más adictos. El 14 de marzo de 1833, se presentó el capitanejo Quechán,
probablemente un hijo del cac. Quechán. Se lo enganchó y se le entregó para sus indios 920 $
(AGN SX. 40-7-10)
M.Delgaco, al marchar, por orden de Rosas, a una nueva expedición, informó a Rosas,
el 8 de junio de 1833, que le acompañaron el cac. Melín y el capitanejo Quechán. El 20 de
septiembre, Rosas dispuso darle una gratificación al cacique Quechán y al cacique Lorenzo
(AGN S.X. 40-7-10) – Ese mismo día Rosas clebró un parlamento con los caciques borogas;
les hizo serias advertencias y les exigió con amenazas que hicieran guerra y expediciones
contra los ranqueles, entre los cuales había refugiados de su propia parcialidad (ib. 27-5-7).
En diciembre de 1833, Rosas estaba empeñado en reunir el mayor número de
cautivos, quizás por fines publicitarios. Para ello había enviado a los Capitanes Plaza, Castro
y Quechán (Ib. 12. 12. 33)
A principio de enero de 1834, Rosas convocó a varios caciques a un parlamento a
Bahía Blanca. Los retuvo más de una semana. Los borogas de Guamioní, recelosos de lo que
ocurría en la toldería de Venancio Coñuepán, habiendo sido éste famoso jefe patriota de la
Guerra a Muerte en Chile, buscaron información por medio de una carta del escribiente
capitanejo Millilicán dirigida a Quechán. En ella preguntaban por qué tardaban en volver los
caciques (AGN SX 24-9-1). El día 14 de enero volvieron Quechán y Guayquil. Decían que
les había ido mal. Así comentó una carta de Millalicán, porque Rosas había usado con los
borogas un lenguaje muy duro. No sé porque no encontré más noticias sobre Quchán.
Supongo que él, como todos estos borogas habrá sufrido el malón de los chilenos de
Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y otros patriotas, enemigos de ellos y comprometidos por
un contrato secreto con Rosas. (Véase la historia de Rondeao, Melín etc.)
ETIMOL: Quechán: ser muchos.
QUECHUDEO (o Quichudeo) 1788, cac. Pampa. Su padre vivía junto al cac.
Llanquetruz 1º entre los hilliches, desde que Amigorena de Mendoza los había atropellado en
1780 y expulsado de la Pampa. El padre fue muerto por los expedicionarios de Esquivel
Aldao (Diario, 16 de febrero de 1788) Estaban en la Guerra Pehuenche.
Quicho, el joven, al terminar esa guerra, vivía en la Jarilla (Córdoba) obedeciendo al
cac. Santiago Llanquelén, como cacique agregado. Dicen que era travieso y bravo y por eso
gozaba fama entre los indios. Era yerno del cac Carripilún, quien era entonces el cacique
Gobernador de los ranqueles. Con el Gobierno de San Luis mamtenía buenas relaciones.
1806 lo conoció el viajero chileno Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa. El
parlamento de los caciques pehuenches y raqnqueles decidió, entonces, que Quechudén
acompañara durante el viaje de paz a Luis de la Cruz hasta Melincué (De Angelis I, 1910 p.
210)
Al año siguiente, el jefe militar del Fuerte San Lorenzo quiso que su tribu se
trasladara al “Corral de Chañar”. Pero el 13 de diciembre , Quichusdeo y seis caciques
amigos más pidieron en San Luis un parlamento para explicar el por qué no podían cumplir
esa orden por ahora. El cac. Güelecán hacía de interprete (Arch. S. Luis).
1814 se llegó a saber que en sus tolderías había”marranos”, es decir chilenos realistas
quienes allí se refugiaron, entre ellos el Padre Pisá. Desde San Luis mandaron al cacique
regalos para que entregara a ésos. (Arch San Luis: Carpeta Indios 1814). Se conserva también
una carta del Gral. José de San Martín al Gobernador de San Luis en la que indica al
Gobernador cómo debía tratar al cacique (Dragui Lucero,J.: Relaciones indígenas.En: . J.E.H.
Mend. 18 p. LXIV
El cac. Carripilún se disgustó con el cac Santiago Llanquelén y su yerno Quechusdeo
y los invadió en Julio de 1816 y los maloqueó; les mató gran número de indios, cautivó a
otros y les quitaron haciendas. Quichusdeo mandó entonces un urgente mensaje al
Gobernador de Mendoza (El 21.7.1816), informándole del atropello y pidiendo auxilio (Arch.
Mend. carp.20 doc.10) Llanquelén y Quechudeo también ayudan al Gobernador de San Luis;
pero el mensaje llegó recién el 24 de Julio. Su gente , entre tanto, habia disparado entre los
pampas de la Sierra de la Ventana y de Tandil (Arh San Luis, carp. 19 doc 2474) El cacique
había pedido a lo menos 60 hombres y los mensajeros traían unas mantas para conseguir unos
caballos, porque querían recuperar lo que habían perdido, Además prometieron ser siempre
fieles y fronterizos de este pueblo y que, concluída la expedición, harían ante ese gobierno un
armisticio de paz y fidelidad.
Fue el alcalde del Fuerte San Lorenzo el primero que informó del conflicto. El creyó
que la causa de todo lío era que los citados caciques no querían participar en el malón a Río
Cuarto. (R. Pastor: La guerra con el Indio en la jurisdicción de San Luis p. 356)
En San Luis mismo había, entonces, un clima político muy tenso. Unos culparon a los
otros de que querían ayudar a los indios. Porque eran de la misma fracción política (Arch. S.
Luis doc. 1478: 31.7. 1816) Don Pedro J. Gutiérrez llamó a los indios y tambien a Quichudeo
a un parlamento en San Lorenzo. Por un altercado de palabras, Quichudeo se enojó y dio a
Gutiérrez dos latigazos con sus riendas y quiso acometerlo con su sable. A lo menos, así se
quejó éste ante el Gobernador, el 15 de octubre del mismo año (ib. doc. 2523)
En el mismo archivo de San Luis hay cartas del cacique Quichudeo al Gobernador
Dupuy, en las que Quichudeo agradece por las atenciones recibidas y éste le agradeció sus
servicios (ib. doc. 2834 Carpeta Indios) Encontré también una nota del Teniente Gobernador
Dupuy del 13 de abril de 1818 en que dice haber recibido chasquis del cacique [RIE HM VI
620]
Como señalé en la biografía de Santiago Llanquelén, éste vivía desde entonces entre
los pampas. Sus toldos figuran en el mapa de D.Benito Muñoz, en campos que hoy son del
Partido de Pringles y Suárez. (A lo menos creo que era una fracción de éste cacique)
1820 no quiso hacer causa común con el guerrillero chileno José M. Carrera, sino se
pronunció con los pampas de N. Quintana a favor del Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires.
Más tarde parte de sus indios habían vuelto a los campos de Jarilla. Así llegó una
comisión pacificadora que invitó a los caciques a un parlamento a orillas de la laguna de
Guanaco (Córd.) Les dijeron que no fueran más al sur, porque allí, en el Salado, estaba el
ejército de Pincheira y había reunido mucha indiada que carneaba por día hasta 40 reses y que
habían pasado 200 indios y 200 critianos para el lado del Indio Pablo (cac. P. Lepnopán).
Quichudeo participó en el parlamento de Guanaco, que se inauguró el 20 de diciembre de
1825 (AGN X. 27-7-6)
Cuando seis años después, el cac. Llanquelén hizo un tratado de paz con el
Gobernador Juan M. de Rosas, éste quiso que se radicara con sus indios en las inmediaciones
de Junín, entonces llamado Fuerte Federación. Quechudeo quiso acompañarlo. Un censo de
1834 indica cuantos caciques y capitnejos e indios se habían incorporado en esa tribu de
Junín. (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín , La Plata 1950 p. 31 y AGN S,V,
(anteriormente) 26-3-6) . El capitanejo Quichudeo tenía 117 indios y otro capitanejo
Quichudeo tenía 56 indios a su cargo.
Una carta de J.M. de Rosas prueba que Quichudeo mantenía buena relación con él,
pues el 27 de marzo d 1834 le escribió que había vuelto de la Expedición al Desierto sin
cuidado y que se hallaba en el Fuerte Argentino (Bahía Blanca) (AGN S.X. 24-9-1)
Pero luego Quechusdeo participó en trájicos acontecimintos, sin que haya dejado
propias constancias. Pero hubo grandes malones y expediciones rosistas esos años. Sufrieron
el malón sobre la fortificación del cac. Santiago Llanquelén en abril de 1838. Unos indios del
cac. Quichudeo lograron huir a tiempo, otros fueron llevados como prisioneros de
Man.Baigorria y los indios ranqueles. Parece que entre ellos iba la hija de Quichudeo y que el
Cnel Manel Baigorria se había enamorado en ella (La Nación 12.4.1937).
Uno de los capitnejos de Quechudeo pudo volver a Junín con un grupo de indios
amigos del cac. Mariano Lllanquelén, sucesor del cac. Santiago Llanquelén, En 1840, el
capitanejo Tomás Rosas levantó una queja contra él, porque su padre había sido muerto por
Quechudeo por culpa de cuatro “chinas”. (AGN X. 23-7-3 y S. VII 1-2-9)
Otro Quichudeo fue incorporado a una tribu de ranqueles. Con ellos invadió en 1846 a
Achiras juntando haciendas; pero el cac. Calvaiñ lo hizo apresar, porque no quería que les
turbara las buenas relaciones con el Gobierno de Córdoba y con el cac. Canué trató quitarles
la hacienda mientras regresaban del malón, pero fue herido de un lanzazo .(Arch Cord. Secc.
Gobº T. 204 E.S. f. 257) Por intervención del Cnel. Manuel Baigorria le perdonaron a
Quechudeo..
Ese mismo año participó también en un malón en La Carlota y Río Tercero, pero esto
era una acción organizada por los unitarios (ib.T. 204 E.5)
El ll de noviembre de 1849 el cac. Quechudeo asestó un lanzazo al Capitán Saa, pero
éste tuvo una carabina para defenderse.
El Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias trae un caso curioso que no quiero
desperdiciar. En la edición de El Elefante Blanco de 1999 p.79 leemos lo siguiente:
El cacique Pichún buscaba hacer la paz con Córdoba. Había (entre los ranqueles) un
capitnejo llamado Quechuz(d)eo, que, siendo un indio en el Bragado, donde se crió y de
donde más tarde fugó, buscaba el amparo del cac. Painé. Este lo recibió y le hizo capitanejo
por ser sumamente baqueano de todos los pueblos fronterizos y era él que dirigía siempre con
acierto el golpe sobre poblaciones o cantones. Este Quechuzeo, pues, orgulloso con el
ascendiente que tenía con Painé, no respetaba a nadie ni nada, haciéndole más atrevido aún,
que el renombre que todos le daban era “El Auca”, es decir el inquieto, el alzado. Se había
casado con dos hijas de Painé.
Sucedió que, mientras ambas embajadas, la de Pichún y la del cac. Gobernador, se
hallaban llenando su respectivas funciones, cruzaban dede Buenos Aires con dirección a
Córdoba una Galera que conducía a un joven sobrino del Gobernador de Córdoba, a su
hermana, vestida con hábito de Carmelita y algunas otras personas de su compañía y servicio;
entre todos eran cinco personas, incluso un negrito de unos 9 años.
Quezudeo, que se había sustraído de sus toldos con unos cuantos de sus satélites, sin
meter ruido;porque tenía su choza algo retirada, se lanzó en pesquisa de topas que venían de
las Provincias para Buenos Aires, o iban de allí a las Provincias. Y quiso la fatalidad que se
encontrasen con estos viajeros en plena marcha. Tan pronto como los pocos soldados que
escoltaban la galera y los hombres que la tiraban, vieron a los indios, se pararon, cortaron las
correas y despejaron el carruaje plantado, disparando todos para salvarse. La angustia de los
que iban dentro es imposible bosquejarla, porque se veían con el temible enemigo que
llegaba, hallándose en el más espantoso abandono.
Llegan los indios y echan pie en tierra. Quezudeo manda que bajen todos los que
están adentro. Cumplida esta aterradora orden, manda que matasen al joven viajero, e
inmediatamente fue ejecutado. Las dos señoras, la criada y el negrito fueron separados por
unos indios, mientras los otros subieron a la galera y robaron de ella todo cuanto formaba su
equipaje. Sacaron ropas de mucho valor, fuentes, platos y cubiertos de plata; no dejaron nada
sin llevar o romper y desaparecieron internándose al desierto.
Los de la escolta y los tiradores llegaron por cierto al pueblecito de Frayle Muerto y
dieron aviso de lo ocurrido, de donde, sin pérdida de tiempo, se participó al Gobernador de la
Provincia. El chasque llegó al amanecer a Córdoba y dio cuenta del suceso.
Inpuesto el Gobernador López de la maldad de los indios en la que culpaban
injustamente a (Manuel) Baigorria, se violentó tanto, que contra toda costumbre y contra su
mismo precepto mandó llamar al cac. Melián (en ese momento como embajador de paz en la
ciudad) muy temprano. Al embajador extrañó el llamado tan perentorio y en una hora en que
no había costumbre de recibirlo; sin embargo se fue, lleno de zozobra, porque se presajiaba
algo extraordinario.
Cuando llegó a la casa del Gobernador, éste ya estaba de pie, saliendo a recibirlo el
intérprete Aguaya, quien lo introdujo en la sala. Poco después se presentó el Gobernador
saludando a Melián de un modo extraño, frunciendo el seño y sólo le largó dos dedos de la
mano, cuando siempre había salido él mismo al umbral de la puerta a dar la mano al huésped.
Melián fue invitado a sentarse y se sentó; el Gobernado también y su intérprete hicieron lo
mismo. Entonces López dijo que dijese a Melián lo siguiemte: ¿Qué es lo que han pensado de
mí? Vinieron solicitando la paz, dando tantas seguridades de que ese pícaro Baigorria no
invadiría y todo había sido para engañarme!¿Qué dices ahora de la buena fe de Pichún y de la
hombría de bien del salvaje unitario Baigorria?
¿Qué digo de qué?- replicó el cac. Melián, porque ignoraba el objeto de esas
preguntas. Entoncs, levantándose López, se le acerco al embajador y con tono amenazante le
dijo: “Vos sos un viejo embustero! Pichún, un traidor! Y ese Baigorria, un insigne pícaro!
Después que se les ha tratado bien, se les ha regalado cuanto se ha podido, han traicionado
ustedes esa paz que tan mañosamente me hicieron creer. Ha invadido, pues, el salteador
Baigorria. Me han asesinado a mi sobrino, llevado cautivas a dos señoras (una de ellas , mi
sobrina), dos sirvientes y matando alevosamente al que las traía. Han robado cuanto hallaron,
rompiendo lo que no pudieron llevar. La paz que viniste a ofrecer, es un juguete que es
preciso cortar. Yo no puedo permitir que por (ilegible en el original)… respetemos la paz.
Hoy mismo regresarás a decirle a Pichún que su sobrino queda preso, hasta que me sean
devueltos los cuatro cautivos y todas las piezas de la vagilla de plata que han robado. Que vea
si uno le puede creer sus protestas de amistad.
Señor, dijo Melián, creí estar en uno de esos sueños espantosos y sin saber qué
contestar,- Sr., yo ignoro esto, como creo que Pichún lo ignora, pues a tener intención de
traicionar, ¿habría mandado a su sobrino o a mí? - Sí, dijo López, siempre ignoran los indios
todo; pero no ignoran lo que es la mala fe y el robo…Melián regresó..legó llorando. La paz se
ha rota por una partida de indios- entre tanto llegaron dos indios con 3 yeguas y dijeron que
Quechuzeo pedía disculpa etc., pero Llanqueiñ quedó preso.
Allí no termina la historia azoroza del capitanejo Quechuzeo Ese mismo año participó
en un malón a la Carlota y Río Tercero, en combinación con los proyectos de los unitarios.
R. Pastor y otros tras él cuentan que el 11 de noviembre de 1849, en un combate
individual, Baigorria asestó un lanzaso al Capitán Juan Saa. Y éste tenía una carabina y le
rompió su quijada . Pero esta es una leyenda. Baigorria en sus Memorias la desmiente. Pero
sé que ese autor también se equivoca diciendo que el mismo Juan Saa había muerto en duelo
y en esa misma fecha .
QUECHU LEF, 1847, capitanejo anquel que había ido a malón a San Luis. Pero
como los ranqueles estaban en gestiones por un tratado de paz, el cac. Calvaiñ devolvió la
hacienda y un cautivo. (Rev. Arch. Azul p. 173)
QUECHU REU,1806, cac. Ranquel. El viajero Luis de la Cruz lo encontró con
Carripilún (De Angelis I. 1910 p. 210)
QUECHU RONTA, 1630, cac. Puntano (fide: Saldeña Retamar, Hoja Puntana
1.3..1927)
QUECHU VIL, 1870, capitanjo pehuenche. Vivía cerca de Mechanquil y del puente
del Río Grande (Mendoza)
QUEDEQUEU, 1776, Cacique de la Pampa. (D. de las Casas: Censo . en De Angelis
IV 587)
QUEHUÉ, 1878, cac. huilliche. Antes de la persecución de los ranqules vivía cerca
del Fortín Mercedes (R. Colorado) y tuvo su toldería en Fortín Rincón Grande (Olascoaga IV
75, 77)
QUEDEL, 1870 capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUELABÁN, 1878, capitanejo ranquel. Huyó ante la amenaza de la llegada de los
expedicionarios del desierto (División IIIa) Quelabán y Ludabán habían escapado al Capitán
Alvarez en Remecó; pero les tomó 22 prisioneros (R. Pástor, ob. Cit. p.500)
QUELA HUEQUE ver Quilahueque
QUELASQUÉN (Quila lafquén), 1783, cac. Auca y es enumerdo entre los enemigos
de Chulilaquín (Diario de Villariono: De Angelis V. 1910 p.500)
QUELCHAMAR o Quilchamar, 1892, cac. Tehuelche. Monsr. J. Cagliero,
misionando en El Bolsón (Río Negro) lo halló junto con los cacs. Canquel, Cayupil,
Sayhueque, Sacamate y Yauanche. (En: Relaciones de Mnsr. Cagliero y Cayetano Bruno: Los
Salesianos I. p. 440.
QUE LEAL, 1851, capitanejo ranquel de Painé Ñancú. Figura en la lista de caciques
obsequiados por Rosas en Bahía Blanca el 20.12.51 (AGN X. 20-10-4)
QUELMACUY, 1825, cac. Araucano chileno que acompañaba al cac. Pablo
(Lepnopán), a Coñuepán y a Uñol en la pampa.
QUELEMASÚN, 1824, cac. Araucano. Informó al Gobierno de Mendoza que estaba
con los caciques favorables a Mendoza, como Pablo, Curritripay, etc. (Comando Gral del Ej.
III p , 525)
QUELEMAIN o Quelesenain, 1710 , cac. Puelche serrano. Los Actas Capitulares de
San Luis anotan para ese año, que el cac. Melcagüén de Chiloe se había reunido con tres
caciques en la Sierra Casuhatti: Sanchal, Quelesenain y Sacachú conviniendo que iban a
apresar a toda tropa que viniese de Buenos Aires, Córdoba y San Luis (Acta Capituares p. 123

QUELEN TRUR, 1800, cac. Pampa. Ese año éste visitó con cuatro caciques más al
Virrey de Buenos Aires. (Mariluz Urquija: El Virrinato del Río de la Plata 1964 p.229).
Ver Olguín ETIMOL: Trur: trarú= Carancho. Y quelén: colorado
QUELO CHUSCA, 1584, cac. Comechingón de Camiuta Sacat, Ansenuza, Córdoba;
encomendado de Barrientos (Montes p.91)
QUELQUEM, 1760, cac. Pampa. En esos años se puso en contacto con los
comandantes del Fortín Zanjón. Ofreció su obediencia y la del cacique Quiba, a la vez que
pedía protección, porque estaban temiendo un ataque de los tehuelches y aucas. (AGN S,IX
1-5-9: 1.11. 1760)
QUELU PICHÚN, 1710, cac. Huilliche (dice Bárbará 1897 p. 7) “Pluma roja”
QUELLALCHE, 1564, cac. Huarpe de las lagunas Huanacache (Mend) Latcham: Los
indios en la Cordillera y la Pampa. En Rev.Chil Hist. N. 1929 p. 263
QUELEF, 1833, cac. puelche de la zona del Atuel. Fue atacado por la División
Expedicionaria mendocina en 1833. El Tnte. Rodríguez lo persiguió en el Salado y lo mató en
la confluencia de este río con el Atuel, el 7 de abril de 1833 (Diario de Jorge. Velasco (Cnel):
Diario de la expedición sobre los indios del Sur En: Rev J.E.H. Mendoza V, 1937 p. 75 – 164
QUELLI PAYÚN, 1833, cac. Pampa. Fue muerto por los expedicionarios de Rosas,
el 13 de sept. de 1833 (Garretón,J.: Escritos 1819 – 1852, con el diario de la Expedición al
Desierto (Bs.As. 2 vol 1846) I. 202
QUELLE CÓY, 1833, cac. tehuelche que trajo al campamento de Rosas hacienda
para venderla (Garretón ib. I. p. 2o6
QUEMA, 1598, cac. huarpe que vivia 20 leguas de la población de San Juan
QUEME LLÁN, 1806, capitanejo ranquel (de Mamuil Mapú). Luis de la Cruz, en su
viaje por la Pampa, lo encontró con Mariñán, arreando unos 1500 animales hacia la Cordillera
(Diario en De Angelis I. 1910 p. 190 ETIMOL: Cüme: hermosa Llanca: perla
QUEME, 1825, cac. tehuelche que obedecía al cac. Ancafilú en el Sur de Buenos
Aires.
QUEME HUENCHE, una familia famosa dentro de la Tribu de Coliqueo con un
árbol genealógico frondoso con señales de nobleza araucana.
La primera generación formó Necul Quemehuenche cas. con Micaela Leftuileu (n.
1812)
La segunda generación:Juan José Quemehuenche (1840-) cas. c. Josefa Coliqueo
(Maliqueo) (1848 -) y Juan Quemehuencho (1839- ) y Mariano Quemehuencho ( )
La tercera generación; Mariano 1867- 1927) boroga de la tribu de Coliqueo. Casado
con Macedonia Coliqueo (1870- 1927) Hijo de Juan José Quemehuencho nac 1867, casado
con Joefa Coliqueo (o Maliqueo) n. 1848 y Juan Quemehuencho n. 1839
La cuarta generación forman 9 hijos de Mariano y Macedonia Coliqueo (Platero)
l. Mariano Q. – 2. José Raimundo Q. se casó con Petrona Catalán,hija de Lorenza
Coliqueo (Antes de Baiorria) – 3. Nicanor Q. – 4.Catalina Q.- 5. Regina Q.- 6.Casiana Q. de
Cleñan 7.Aurelia Q. – 8. María Q. y Eulogio Q. El entroncamiento con Coliqueo y con
Cleñán es muy fuerte.
La quinta generación nietos de Mariano Q. y Macedonia Coliqueo (de Justo
Coliqueo)
José Quemehuenche padre y luego José Quemehuenche hijo han sido famosos
“hueseros” con una experiencia singular de arreglar quebraduras, enderezar columnas
vertebrales sólo con el tacto y el masaje, que sorprendió aún a los médicos. Los llamaban “El
indio de los huesos”, el huesero o el Indio de Los Toldos. El Municipio, periódico de Los
Toldos publicó el 17 de abril de 1969 un artículo sobre el Indio de los Huesos.
QUEM PIL, 1875, cac. huilliche que, según tratados, cobraba sueldos y recibía
raciones (J Raone: El Pampa Ferreira, 1981 p. 130).
QUEMPÚ, 1834, cac. pehuenche, según dice el Cnel. Manuel Baigorria en sus
Memorias . Etimolog. Quempú: suegro, pariente
QUEMPUMNÉ ,1875, cac. huilliche, que cobraba entonces sueldos (Raone: Ferreira
p. 130 QUEMUN PÉN, 1598, cac. Encomendado a V. Casero en el Distrito de Buenos
Aires
QUENDIPÉN o quengipen, 1582, cac. de “nación Meguay”, encomendado al mismo
Juan de Garay en el distrito de Buenos Aires, al igual que Tubichaminí y Bagual. (Más tarde
los llmaban querandíes, que significa gente de los palmaverales). El documento de la
encomienda se halla en el Arch. Gral. Ind. 178 Charcas 104: “Os doy y hago merced de..(F.
Outes (1897 p.22) Este cree que Quenguipén era el mismo Tubichaminí (ver su nota
biográfica)
QUENTACÓ, 1847, capitanejo . En octubre de ese año llegó a Río Cuarto por
encargo de su cacique Canué de la Jarilla, avisando que 50 indios habían salido a malón con
Guayqueo y que tras ellos salían Coliqueo y Baigorria (Rev. Arch. De Azul Nº 2 p. 163)
QUENTREPY o Quentre, 1787 , cac puelche pampa, sucesor del cac Catruén quien
ese año falleció de viruela. Siguió su política de conciliación. (AGN IX. 1-6-5 foj. 551) Vivió
sobre el Río Diamante junto con el cac. Roco. Anteriormente se decía que vivía “del otro lado
del Bolcán, en el Arroyo Colorado”. En 1779 pasó por Ranchos y decía que era hermano de
Catriel (AGN IX 1-5-1 foj. 274) 1800 visitó al Virrey de Buenos Aires junto con los caciques
Negro, Luna, Guayquilao y otros (Mariluz Urquija: El Virreinato 1964 p. 229) Se ve que se
había trasladado a los huilliches. 1805 llegó una expedición a su toldería (AGN IX 1-4-2).
Estaba con el cac. Antemain. 1806 Luis de la Cruz, el viajero de la Pampa, se informó que
Quichrepí ya había muerto de viruela. (AGN IX. 1-6-3). Sabemos también que el cac.
Mariñán se había criado con él en la Pampa.
QUENTREL o Quentarel, 1845, capitanejo pampa que figura en la lista de indios
amigos (AGN S.X. 42-5-7, carpeta Indios)

QUENTRIEL (o Guentarel)
QUENTREL, Mariano (Quentriel), 1847, era cacique pampa-puelche del
grupo de la tribu de Catriel de los Arroyos Azul y Tapalquén.
El aseguró en 1862 que era indio mestizo: que su madre había sido
cristiana de Bragado y su padre se llamaba Pichi Huincá (Arch. de Vedia doc. 1º
dic. 1862). Un documento de 1856 nos presenta dos hijos de él llamados
Nicanor Alonso, muchacho rubio, de 15 anos, y Enrique Alonso, trigueño, de
10 años. Su madre, pues, tendría el apellido de Alonso (Arch. Mus. Hist. Nac..
doc. 3372). Juan Manuel de Rosas lo había buscado entre los indios pampas
amigos para que se encargase en Santos Lugares de los indios al servicio del
Restaurador de las Leyes. Efectivamente, figura como “capitanejo encargado”
en las listas de Preste en lós años 1845 a 1847 (AGN S.X. 43-7-3). Allí crió a su
familia. Decía que el capitanejo Nicasio Maceda y Pedro Mario Maceda (2º
ayudante) eran sus hijos. Más tarde dirá también que el cacique Calfucurá era
su hermano político. Efectivamente, su hijo Juan Quentren llamaba a
Calfucurá “tío”. Esto decía no sólo que era de la nobleza araucana, sino también
que gozaba de gran estima aquí y allá.
Después de la muerte de Quiñigual (h), el que durante la Expedición de
Rosas se había entregado con 80 indios, Quentriel fue encargado del resto de la
tribu.
En 1852, en vista de la contienda con el general Justo J. de Urquiza, este
“cacique” fue obsequiado al igual que un centenar de caciques, por orden de
Rosas. Quentriel participó en la batalla de Caseros, pero producida la derrota, se
fue con su gente de nuevo al valle de Tapalquén, incorporándose a Catriel.
Durante la contienda de Caseros le habían apresado a su hija Manuelita, la que
reclamó durante diez años, pero la habían mandado (o vendido) al Uruguay.
En 1855 estuvo acampado sobre el Arroyo Pul, cuando el general Mitre
invadió las tribus de Catriel y Cachul. Mitre sufrió una derrota debida a la
intervención de Calfucurá y de Coliqueo con sus indios. Quentriel ni se había
enterado del asunto, ni lo buscaron las tropas del ejército bonaerense, aunque se
hallaba bastante cerca. (A. Mitre. XI.p.245)
En 1856 se hallaba con su tribu en Pichicul. El nuevo comandante de
Azul lo hizo llamar, porque preparaba un tratado de paz para los indios de
Catriel. (A.M.H.N. Nº 3372; 5.6.56)
En estos años hubo una carrera entre porteños y los de la Confederación,
quién ganaba más indios para su causa. Ambas partes enviaron embajadas y
dineros a las tolderías y ofrecieron tratados de paz. Parecía que Justo J. de
Urquiza había ganado la confianza de “todo el desierto”, pues a través de las
gestiones del coronel Manuel Baigorria se le adhirieron los ranqueles, los de
Coliqueo y los de Calfucurá. Hasta hubo “licencias” y estímulos para que
invadiesen las fronteras de la provincia de Buenos Aires.
El 10 de mayo de 1857 escribió al coronel Echenagucia al general B.
Mitre “que un cautivo escapado de las Sierras de Curamalal, donde el cacique
Quentriel tenía sus toldos, decía que este cacique pertenecía a las tribus de
Calfucurá. Que haría diez días que ese cacique había estado donde el cacique
Quentrel, exhortándolos a que participaran en el malón que saldría en la
próxima luna de junio” (E. E. Monferrán Monferrán: El Ejército de operaciones
del Sud. p. 24). Entonces, los militares porteños decidieron realizar una
expedición a fondo hasta Salinas Grandes. La noticia llegó a tiempo a las
tolderías. El 15 de diciembre de ese año, escribió Calfucurá al comandante
Fourmantín de Bahía Blanca, que había soñado que le iban a invadir. Por eso
había mandado descubiertas a los diferentes rumbos. Que Quentriel (Quentrael)
también había mandado descubiertas o exploradores hacia Mulita (Veinticinco
de Mayo) y Coliqueo (los de 25 de Mayo). Poco antes, el hijo de Quentriel había
estado en “San José”. Se llamaba Juan Quentriel y sobrino de Calfucurá. Había
traído cartas para J. J. de Urquiza. (Arch. Urquiza. T. 128. p. 101)
En enero de 1858. salió el ejército de Buenos Aires al mando de los
coroneles Emilio Mitre, N. Granada y Conesa. Calfucurá vino a su encuentro. El
15 de febrero se produjo una batalla (de Pigüé) bastante espectacular. Los de
Calfucurá tuvieron que replegarse. El ejército, animado por el éxito, prosiguió
su marcha hasta los montes de Salinas Grandes. El 13 de febrero había apresado
a un indio de los toldos de Quentriel (Quenthrel), pues estaban sobre un arroyo,
no lejos de Pigüé. Este declaró que Calfucurá había estado en sus toldos
influyendo a su cacique para que lo acompañase. Se encontraba con Collinao,
Pirras, Cañumil y Cristo, éste con mensajeros del coronel Baigorria. También
habían llegado dos oficiales del general Urquiza con 60 cristianos enviados por
éste. (AGN. S. X, 19-9-4).
En su marcha por el “camino viejo de los chilenos” hacia Salinas
Grandes, el Ejército del Sud encontró sobre el Arroyo Leufucó la toldería
abandonada de Quentriel (“El que había estado en Santos Lugares”, agrega el
informe). “Me quedé admirado al ver las zanjeadas y huertas y potreritos.
Hallamos una gran cantidad de pollos y gallinas de todas las edades; muchos
zapallos, melones, choclos, algarroba; huevos de gallina, avestruces mansitas y
un guanaco criado guacho. Se encontraron estribos y espuelas de plata y algunos
chapeados: guitarras, un acordeón (parece que para los chorros faltaron solo la
radio y el televisor).En fin —continúa la crónica—, mil cosas. Acampamos
sobre los toldos”. En las Memorias manuscritas del coronel Osornio se completa
la lista de lo hallado en el Arroyo Pul y en la laguna Leufucó: “...cueros, ollas,
platos, morteros y 500 animales.” Los indios habían huído poco antes. Lo
mismo han hecho los de Calfucurá en Salinas Grandes. Sin haber tenido otro
choque, la expedición de Granada volvió atrás, y Calfucurá, Cañumil, Collinao
y Quentrel volvieron a sus campamentos. (AGN, S.X. 19-9-4: 6.4.58).
En vísperas del choque de la Confederación con los de Buenos Aires en
Cepeda (1859) hubo nuevos intentos para atraerse a los indios a sus respectivos
planes. Calfucurá jugaba entonces a dos cartas y hasta se aprovechó de la
situación. Pidió, por ejemplo, un uniforme para Quentriel y maloneó con éste
“donde le habían mandado”.
Mariano Quentrel era entonces, ya dueño de una importante tribu y
segundo de Calfucurá, desde que el cacique Coliqueo se había separado de él.
Eran emparentados de manera que Calfucurá y Quentrel se decían hermanos y a
sus hijos: sobrinos.
Después de la segunda contienda en Pavón, Calfucurá y sus caciques se
abrieron a favor del general B. Mitre y buscaron celebrar también un tratado de
paz para poder cobrar racionamiento.
Tengo, a la vista copia de una carta de Mariano Quentrel (hijo) dirigida al
coronel Sánchez (AEM, Doc. 1757: 2.6.62). en la que agradece su nota y el
racionamiento, diciéndole. sin embargo, que no había suficiente y reclama o
protesta, porque las tropas habían muerto a 16 tehuelchcs que habían venido a
sus toldos a comerciar.
En otra carta se realza su prestigio, pues, el 30 de octubre de 1862,
escribió el comandante de Azul al ministro: “Ha llegado el cacique Quentriel —
que tiene igual prestigio o más que Calfucurá y jamás había llegado ni mandado
(comisiones) a este punto—. Vino a pescar y a buscar raciones. Fue bien
atendido. Parece que tiene simpatía al Gobierno y me asegura que su hermano
Calfucurá también.” (AEM 30. 10. 62))
En 1863 vivía aún con Calfucurá en Monte Chilué, al lado del cacique
mayor Juan Calfucurá, "su hermano" (AEM. 7.3.63) y estaba en buenas
relaciones con el gobernador de Buenos Aires. (Arch. Mitre XXIV. p. 113).
En 1865, había madurado un plan nuevo de Quentriel: quiso
independizarse; fundar un pueblo como el cacique Ygnacio Coliqueo y vivir
como indio amigo. Se lo confió al coronel Ignacio Rivas (Arch. de Vedia.
16.3.1865). Para poder realizar su propósito, pidió aÍ coronel A. Barros
protección del Ejército, pues pensaba separarse de Calfucurá, quien no tenía sus
miras de paz. Quiso venir a su antiguo asiento en Curamalal.
Se le dio el permiso, se le ayudó y le prometieron volver a racionarlo
(AEM, 15.4.66). Al final lo ubicaron en Blanca Grande . Pero tuvo la desgracia
que gran parte de sus indios lo abandonasen para irse de nuevo a Salinas
Grandes. Alvaro Barros escribió entonces al Dr. M. Paz, vicepresidente en
función, que Quentriel, quien había sido 2º cacique de Calfucurá, ya era un
cacique sin importancia: por eso el Gobierno no debía hacer sacrificios por él. Y
agrega: No volverá a Salinas Grandes. (Arch. de M. Paz. vol. VI, p. 51)
En otra carta le dice que había pedido casa en Azul: que se le podía dar
una que no tenía títulos o hacerle un rancho, (ib.. p. 51)
Pero un grupo de 50 indios volvió, entonces, a su obediencia y
establecieron sus toldos sobre el Arroyo Corto (Quetro Leufú), a 10 leguas de
Tapalquén. Quentriel pidió en esos días permiso para ir a Buenos Aires y
comunicarse con las Autoridades del Gobierno para gestionar la propiedad del
terreno. (30. VII 67 AEM)
El coronel Alvaro Barros lo recomendó, pues halló en él un gran
colaborador. Ya en febrero de 1867 lo había acompañado para rechazar un
malón. Quentriel había sido el último en abandonar la persecución de los
invasores. Por eso recibió una gratificación en suministros (AEM. 15.4.67). El
13 de diciembre del mismo año, participó en otra campaña y en recompensa
recibió cien animales (AEM. 4.1.68). En 1868 ayudó con sus indios a repeler un
malón en Sauce Corto y Parahuel y “sin recompensa” (dice el coronel Barros en
su libro Fronteras y Territorios Federales, ed. 1957, p. 195). Hubo otras
actuaciones de estilo.
Grave resultó el atropello del coronel Francisco de Elías, quien había
favorecido a Cipriano Catriel sobre los demás caciques de Azul y Tapalquén,
que llegó a enfrentarlo a sus caciquillos. El coronel Rivas, comandante durante
largos años en la Frontera Sud, había hecho lo contrario. De Elías convocó a
unas conferencias públicas en las que se resolvió en conformidad con los
vecinos de Azul. “someter por la fuerza” a los caciques “distantes”, entre los
cuales se incluyó a Quentrel. Así lo asentó el coronel de Elías en el tratado o
convenio del 15 de octubre de 1870. Quentrel mudó entonces sus toldos: volvió
a reunirse con Calfucurá, quien estaba en el cenit de su poder, aunque mantenía
permanentes relaciones con el gobierno argentino. Entonces, escribió al
comandante de Carmen de Patagones solicitando que el cacique Quentriel fuese
racionado por ese punto y no ya por Azul (AEM, 25.2.70).

El coronel de Elías, en cambio, no quiso perder sus negocios, ni su


influencia y pidió al Gobierno el permiso para ampliar los convenios realizados
con Catriel y extenderlo a Quentriel, Namuncurá y Pincén. (AEM. 5.11.70)
Elías llegó a provocar situaciones críticas, como dije. Quizás era ésta la
consigna, a fin de preparar los ánimos para la conquista definitiva. Véase lo
narrado en la historia de Cipriano Catriel, especialmente lo escrito sobre la
batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de mayo de 1871, y lo pertinente a la
invasión de Calfucurá y la batalla de San Carlos de Bolívar, el 8 de marzo de
1872. En una carta del 25 de febrero de 1871 Calfucurá había recomendado a
Antemil, Piseñ y Quentriel, diciendo: “son de los más importantes”
El 3 de junio de 1873 moría Calfucurá en Salinas Grandes. Quentriel
volvió entonces a su campamento cerca de los catrileros, pero los militares no
los dejaron quietos. En mayo de 1874, escribió Lagos al ministro, que había
apresado en la tribu de Coliqueo al resto de la tribu de Manuel Grande, quien,
antes de la batalla de Burgos, había pertenecido al grupo de los tapalcaneros.
Deportó a estos indios cerca de la tribu de Catriel, a fin de que los indios de
Chipitruz, Calfuquir y Quentriel, prisioneros o sometidos a Catriel, desertaran.
(AEM, 10.5.74).
Luego estalló la Revolución Mitrista de septiembre de 1874. Esta causó el
mayor daño entre los indios de Catriel. No tenemos noticias sobre la actitud de
Quentriel en esa situación. Sólo sé que su hijo, el capitanejo Quentriel asistió a
una Junta Grande convocada por Namuncurá que envió al Gobierno un gran
documento firmado por más de 200 caciques y capitanejos, una proposición de
un tratado de paz (AEM. doc. 1232)
Desde el momento del Avance de Alsina, en 1876, no recogimos ya
documento que de él hablase. En realidad, sabemos sólo datos que nos han
proporcionado documentos militares.
Datos sobre su vida privada de agricultor y estanciero o sobre su familia
no hallamos; pero creo que ha sido un cacique inteligente, de visión del futuro y
aspiración de progreso de su gente.
(Etimología: Quentrel: Caldén).

QUENTRE MAIN, 1848, cac. pmpa que recibía raciones en Azul (Rev.
Azul Nº2 Cuentas de proveedores).
QUENTRE MILL, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas
(Lista del P.Donati).
QUEO es abreviatura por Coliqueo (apellido) Así figura en alguna carta
el cac. Ignacio Coliqueo y también de su hijo, el cac. Simón Coliqueo
QUEOPÓ ANTE o Queopú Ante, 1626, cac. Araucano principal de Elicura, sucesor
de Vuta Pichún y Lientur. El nuevo gobernador del Reino de Chile recibió el 13 de abril de
1626 una real cédula por la cual quedó autorizado a hacer la guerra contra los indios
araucanos. Se hizo entonces una guerra ardorosa; “las piezas debían ser herradas”, es decir,
los mapuches debían ser marcados por el fuego y debían ser anotados en un libro. Pero hacia
el final del período gubernamental de Don Fernández de Córdoba, éste recibió al cac. Queupu
Ante, quien le ofreció la paz, también en nombre del cacique General Ancanamún.
El Gobernador les puso una condición imposible; quería que se trasladasen a tierras
cristianas y conviviesen con ellos. Los indios no quisieron abandonar sus tierras, Entonces el
gobernador impruente dijo a los representantes que habían acudido al parlamento, que podian
retirarse a sus tierras y afilar sus lanzas para la guerra, porque él se la iba a hacer en invierno
y en verano, hasta hacerlos salir de sus tierras por la fuerza. Amargados se retiraron los
caciques, diciendo: “Los españoles dirán después, que nosotros somos los malos y que no
queríamos la paz…Si quieren la guerra, nosotros se la vamos a hacer…”
Valiente y tenazmente guerreó el airado Queupó Ante. 1634 llevó un ataque a la
misma fortaleza de Concepción. (Gay 1876 II p. 374)
Fue muerto en uno de esos encuentros y su cabeza fue enviado a Santiago, para que
la colocaran en una picota alta en la Plaza de Armas, mientras repicaban las campanas para
celebrar la muerte del guerrero indomable. Sin embargo, él había buscado la paz y no se la
dieron. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1974 p. 387-390) Su sucesor fue Vuta Pichón.
QUEUPU TRO, 1820, cac. Araucano, hermano del cac Mañil (Manguil) quien se
enroló en las filas de los realistas durante la Guerra a Muerte. 1840 fue diputado para
entrevistarse con el Comandante Zamarón en gestiones de la paz. (M. Campos Menchaca,
Nahuel Buta p. 685)
QUEPAY ÑAN, 1834, capitanejo pehunche. Ese año Rosas en su síntesis de la
Expedición al Río Colorado, lo enumera entre los prisioneros de la guerra. (Diario, ed.
Sudestada 1965 p. 184) 1845, él o uno de su familia llegó con el cac. Aillal al Azul y fueron
racionados (Arch.Hist. de Azul, leg. 28 de 1845) ETIMOL: Cüpai: viene; el ñancú, el
aguilucho
QUEPEN, Tomás, 1582, uno de los caciques que por el repaqrtiminto de mercedes
por Juan de Garay, fue afincado en el Distrito de Buenos Aires. Me parece un típico ejemplo
que explica cómo se manejaban los nombres de las naciones americanas. El texto de la
encomienda dice: “Os doy y hago merced un cacique Thomás Quepen y por otro nombre
Quayesmeyay Emelaguay, con el pueblo cocobes con todos los indios y sujetos” (Arch Gral.
Ind. 178 Charc. 104 y 179 Charcas 104) ”..de un cacique que se llama Tomocpen y por otro
nombre Quanmeyan y Melayguay”.
QUEPE QUEPE SO, 1600, cac. puntano de San Luis, antecesor del cac. Aucal en
Gualusatec.
QUEPE QUEPE SO , 1791, cac. puntano
QUEPETIÉN, 1617, cac. Pampa de la Reduccióm de Pampallacta, Río IIIº,
empadronado por Meneses. Pidió que lo dejaran allí. Alfaro, el Defensor de Indios lo ha
visitado en Yucat y Lacla (P: Cabrera: Tesoros del Pasado Argentino; La Cruz en la Pampa I.
p.17)
QUEQUEN, 1750, cac. tehuelche que conoció el Padre Falkner junto al cac. Ajó. En
su libro Desacripción de la Patagonia ed. 1774 reproduce un mapa y señala su toldería.
QUEQUEN, 1853, vivía a 10 leguas de Salinas Grandes con el cac. Puraigüe, sobre
el Arroyo Pichihal con unos 200 indios. No estaba sometido a Calfucurá, igual que Quentriel.
Él también había estado en servicio de Rosas en Santos Lugares, cobrando un sueldo mensual
de 100 pesos (AGN X. 18-8-1 ETIMOL: Queque es un guiso de papas y n: ser
(verbaliza)
QUÜERAO, 1834, capitanejo boroga. El 14 de enero de ese año estuvo en un
parlamento en Bahía Blanca con comisionados de Rosas (AGN X. 24-9-1) ETIM:
Huera:malo y ao (nao) tigr
QUEREGUEREYÁN, 1707, cac. Pampa de la zona de Río Cuarto. Los 3 hijos se
llamaban Marcos, Ignacio y Frasquito. Un documnto dice que estaba entre los asesinos del
estanciero Antonio de Garay de Calamuchita (ver Liquid)
QÜERO CUAL, 1833, cac. puelche. En ese año, durante la Expedición al Desierto,
fue atacado por tropas del Comandante Hilario Lagos ETIMOL: Huera: feo y hualá:
pato
QUERÓN; cac. ranquel. Un documento sin fecha dice que mandó a su hermano
Calquitrín ante el Gobernador de Córdoba, pidiendo efctos (En. Rev JEH:Mendoza VII, 1937
p.311) (Compare Quirón) 1840 integró una comisión del cac. Painé para pedir al Gobernador
de Córdoba un tratado de paz (En :Rev. Arch.Azul Nº2 p.75) 1850 lo mencionó también
Baigorria.
QUESUÉ, 1825, cac. tehuelche que se había reunido con Caná ..(AGN VII Biedma,
10-4.14)
QUETE LELIÁN 1596: ETELIÁN (Cabera: Tesoros del Pasado I. p.78)
1698: Quetelián, Pedro, cac. puntano de Alcatoga (Arch Mend.)
1707 Cetilián, en Río Cuarto (Cbrera: Tesoros del P. I p. 77
QUETE LOAN, 1557, cac. araucano del Sur de Chile. (Gay Documentos II, 1876
p.94. De él tenemos noticias por el capitán Juan Ladrillero, quien lo visitó en su viaje al
Estrecho de Magallanes ETIMOL: Quete: Colorado y luán:
guanaco
QUETE PANGUI, Ignacio, 175l, cac. araucano que vivía sobre el Río Malleco
(Chile
El Padre Haevstadt lo visitó allí, el 18 de noviembre de ese año. (su Diario de 1777 )
QUETUTI, 1582, cac. de la jurisdicción de Buenos Aires por el reparto de Juan de
Garay. Fue encomendado a Pedro Luis.
QUEU PÁN, 1873, cac. pampa de Catriel. Se halló en Salinas Grandes, cuando se
suscribió el proyecto de paz, en Mayo de ese año. Después del avance de Alsina (1876) ante
la persecución de las tropas expedicionarias huyó a Colorado arriba.
QUEUPE LICO o Queupu Licon, 1612, cac. araucano chileno que estuvo en el
parlamento de Paicaví.
QUEUPÚ, 1775, uno de los caciques del Río Buenos (Chile)
QUEUPUL o Queipul, Juan, 1777, cac. pehuenche- huilliche algo inquieto. Sin
embargo, pidió un misionero para su territorio. Se presentó con el cac. Neigurú en el Colegio
de los Padres Franciscanos en Chillán juntamente con los caciques Trevqueguir,
Guachanquir, Tangol y Pallallán (Lagos,R.: Historia del Colegio de Chillán ,1908 p. 295) El
sacerdote que lo bautizó le dio el nombre Juan (Brudny, Heinrich: Restauración de la Misión
en Araucanía (en alemán) p.240)
1782 lo hallaron los buscadores de la Ciudad de los Césares (en Angelis I. p.880) 1792 se
produjo en su zona un alzamiento que desde tres años venía gestándose. Sus indios aliados
irrumpieron la Misión del Río Bueno y mataron al Padre Cuzcos. Juan Queipul no estaba allí,
cuando mataron a su amigo. A su regreso mató al asesino (Lagos p. 328 y Brudny p. 249)
Extrañó que Quepul no estuviese presente en el parlamento de la pacificación de los
pehuenches quienes se habían enfrentado tanto en Chile como en la Argentina durante la
Guerra Pehunche. Es que Vuchagner, Loncochino y Queipul habían estado presos. El primer
parlamento de reconciliación tuvo lugar en 1793 en Negrete y en Rahue. En 1819 Queipul
participó en la Guerra a Muerte. (T.Guevara 1910 p. 90) R. Lagos publicó en su libro una
fotografía de Don Juan Queipul, cacique de 110 años en 1903; era nieto del cac. Juan
Queipul del Río Buenos (Valdivia).
QUEUPUL o Queupil, 1858, cac huilliche de la aglomeración del cac. Juan
Calfucurá en Salinas Grandes. Ese año estuvo con su cacique General en la Batalla de Pigüé.
Luego evadio el avance del Cnel. N. Granada, quien volvió después de comprobar que sus
toldos habían sido abandondos. Queupul llegó como primer explorador detrás del ejército en
retirada hasta Carhué y pudo asegurar a su cacique General que las tropas porteñas se habían
vuelto a su campamento. (AEM 22.2.58)
QUEUPÚ ANTE ver Quepo Ante
QUEPU MIL, o Quempumil Juan, 1862 capitanejo boroga del cacique Ignacio
Coliqueo, cuando emigraron de las tierras ranquelinas y fue con su tribu a establecerse en Los
Toldos (la Tapera de Díaz) Prov. Bs.As. Cuando en 1862, después de la batalla de Pavón, se
disponían a abandonar su campamento provisorio en Junín, trataron llevarse consigo restos
de la Tribu de Llanquelén; pero se resistieron los capitanejos Mariano Seguí, Pedro
Llanquelén, Tripailaf y Quidulef. El 18 de Mayo de 1862, el cac. Raninqueo delegó al
capitanejo Juan Qeupuil a denunciar a los jefes de Junín y de Bragado la situación tirante de
esos capitanejos (ranqueles) y para pedir un piquete de 50 soldados con fusil y así los trajeron
a Los Toldos. Bastante pronto esos restos de Junín entraron en el elenco de capitanejos de Los
Toldos junto a Peinequeo. (AEM 1753: 18.5.62)
Juan Quepuil se casó con Juana Peinequeo y su hijo Cristo Queupuil se casó con
Josefa Nautuihuán o Rosas.

QUEUPUMIL (1815 – 1884)

QUEUPU MIL, Juan (Quempumé): cacique huilliche (chileno), nacido en 1815 y


muerto en 1884. Actuó entre los picunches del Neuquéa en la segunda mitad del siglo pasado.
Lo acompañaban sus hermanos Llancamill y Güenupil. Empezó a figurar en la
documentación en 1868, junto con los caciques Pran (Purrán) y Huincalén. Recibían entonces
raciones del Estado por la comandancia de Carmen de Patagones. En Agosto de 1870 se
presentó con los mismos y con Chagallo, pidiendo un tratado escrito como se lo habían dado
a Chingoleo y Sayhueque. Recién a los dos años concedieron ese tratado al "Queneral
Queupú" por gracia del comandante Liborio Bernal en Carmen de Patagones. Queupú
presentóse, entonces, con un grupo de indios de la Cordillera con la ilusión —lo diría cinco
años más tarde—, de que esta paz les diese la posibilidad de comerciar y progresar. El
contrato se hizo ajustado a los anteriores de la misma comandancia: exigiendo incorporación
a la Guardia Nacional y ubicación de un equipo estable en la cercanía de Carmen de
Patagones; recibirían sueldos y raciones. (Doc. AEM Nº 1180 del 4 de Agosto de 1872)
El lº de Febrero de 1874, el coronel Bernal hizo un nuevo contrato con él; es decir, lo
renovó (doc. 1239). Había entre ellos un cierto descontento por incumplimiento de lo
prometido. Queupú, en primer lugar, quiso asegurarse el título de propiedad del terreno que
ocupaba sobre el Río Colorado. El 22 de Junio del mismo año sus indios fueron movilizados,
quizás en vista a la revolución mitrista. Cuando ésta estalló en Septiembre, mandó una
delegación al Azul y luego a Buenos Aires a cargo de David Marambio Catán, con el fin de
gestionar la donación legal del terreno y el suministro regular de su tropa. Había llegado a ser
un poderoso cacique con unos 60 capitanejos, si no engañan los documentos.
El 13 de Octubre de 1875, el coronel Bernal celebró con ellos un nuevo parlamento en
el Fortín Mercedes al que asisitieron 130 indios. Su toldería estaba a corta distancia sobre el
Río Colorado. Fco. Moreno (en Reminiscencias, ed. 1964, p. 63-68), escribió algunos detalles
de ese momento. Dice que había llegado también el cacique Güenupil, muy bueno, con 69
indios y con su hermano Llancamil con 74 indios a caballo y que éste era un buen orador. Que
Queupumill vestía una chaquetilla colorada con alamares doradas, regalo del coronel Bernal.
El cacique general quiso celebrar un nuevo casamiento. El contaba unos 60 años y se casó
con la hija de un capitanejo. Ella tenía sólo 16 años. (ib., p. 66 y Raone 1995 p221). El mismo
Raone enumera los racionamientos de 1868 – 1879)
El 13 de Julio de 1878 se renovó el contrato para el racionamiento de sus indios,
aunque habían sido desmilitarizados; pero estaban en disponiblidad, según el contrato (doc.
1238). En la lista de revista de 1875 figura Queupumil con 14 capitanejos y 123 soldados en
servicio, Güemil con 78 soldados y Yancamill con 59.
En Febrero de 1877 los visitó el misionero lazarista Pablo Emilio Savino. Estaban en
Rincón Grande del Río Colorado. Este misionero había evangelizado durante dos años a la
tribu de Coliqueo (M. Hux, Coliqueo, 2a ed. 1980 p.179 – 204 y más 239 - 243). En una carta
dirigida al arzobispo de Buenos Aires, el cacique Queupumil cuenta que había recibido al
Padre Savino con toda su gente y con los honores militares: "Yo, estando a caballo, le di al
Padre mi mano derecha y lo mismo han hecho todos los capitanejos y principales de la tribu...
(L. Copello, Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios, ed. 1945, p. 137 y 216).
El sacerdote les aconsejó que formaran un pueblo y cultivaran la tierra, a lo que el cacique
respondió que eso querían, pero que esperaban que el gobierno diese cumplimiento al tratado.
"Desde que vinimos de la Cordillera, hemos estado cumpliendo fielmente con nuestras
obligaciones hacia el Gobierno, guardando esta frontera. Creíamos que haciendo el tratado,
estaríamos mejor: pero, al contrario, nos hallamos en peor situación... Nos morimos de
hambre."
El cacique pedía al sacerdote que presentara al Presidente y a su ministro sus reclamos
y necesidades. Que pedía al gobierno 20 leguas de campo en el sur y a lo largo del Río
Colorado, desde Sauce Blanco para arriba. Que según el tratado, el gobierno estaba obligado
a asignarles un campo y darles herramientas de agricultura y semillas para sembrar. "De este
modo estaríamos seguros que nadie vendrá algún día a desalojarnos bajo ningún pretexto..."
Pedía esa extensión porque eran muchos y que en Marzo vendrían los demás que estaban de
veraneo en la Cordillera. La carta termina de una manera típicamente araucana: "Si el
gobierno no quiere atender nuestras necesidades y reclamaciones, está bueno; pero yo
también soy general y tengo mi gente y que a mí no me agarran ni llevarán a Martín García,
como han llevado a tantos otros". (Veremos que no era profeta, pero que sus aspiraciones eran
buenas)
Pocos meses después mandaron otra carta al Arzobispo, firmada por Queupumil,
Yancamil y Güenupil en Rincón de la Espuela en el Río Colorado (Copello, ib., p. 222). En la
carta dicen que son 358 personas, 45 familias recién llegadas. "Hemos dejado (a) nuestras
familias y 800 indios para su cuidado, hasta ver cómo nos tratan nuestros hermanos, los
cristianos, y para hacer los tratados. Todo era fácil: hoy para nosotros todo es difícil. Han
prometido arados, bueyes, semillas... es época de sembrar. Hicimos con lanzas hoyitos;
sembramos zapallos y maís... esperamos vacas... Deseamos tener un sacerdote..."
Todo esto da testimonio de un cacique empeñado en progresar. El mismo año, en que
los militares hacían planes de guerra, ellos señalaron el poder bélico del cacique mayor
Queupumil con mil indios. (A.M.H.N. Nº 10.604).
La Conquista del Desierto estaba en marcha. Hasta esa fecha, Queupumil no había
sido molestado, había sido "entretenido" con raciones. Pero según el plan de Roca, también
ese Rincón del Colorado debía ser "limpiado". El 10 de Diciembre de 1878 el coronel
Donován escribió al coronel J. Campos: "Lo que han hecho con Catriel es desacertado, pues
los 500 indios de Queupumil... debían someterse; pero sabiendo eso, no lo harán" (Olascoaga.
ob. cit., vol. I. p. 109). En el mismo mes, el coronel Liborio Bernal efectuó una expedición
hasta los toldos de Queupú, que se hallaban a unos 20 ó 25 leguas distantes de la confluencia
de los ríos Neuquén y Limay hacia la Cordillera. Parece que Queupú, cansado de esperar y
asustado de las noticias recibidas, retiró a sus indios del Rincón Grande (según el mapa de
Wysosky Nº 1, entre los pasos Chocorí y "de los Indios"). Vivió entonces en Chinchinal, en la
costa del Río Negro. Allí acogió algunos grupos de ranqueles huídos de la Pampa.
En 1879 llegó la Expedición del general J. A. Roca hasta la confluencia del Río
Neuquén. Queupú ya no estaba allí. Lo dice el periodista Remigio Lupo en su artículo
publicado en el periódico La Pampa en Buenos Aires, el 3 de Junio de ese año: "A las 8,
estábamos en marcha y no paramos hasta dos horas después, en el sitio donde tuvo
establecido sus tolderías el cacique Queupé. Éste huyó, al sentir la aproximación de las tropas
expedicionarias en dirección a la Cordillera. Allí está establecido, según noticias que se tiene,
y muy resentido de que se les haya despojado a los indios de una tierra que por derecho
divino les pertenece desde sus más remotos antepasados". (Hay en esta nota un poco de ironía
que no concuerda con las actitudes anteriores de la guerra.)
Fue alcanzado y atacado cerca de Chimpay. (Remigio Lupo, Conquista, p.123)
En mayo de 1880, se afincó la División IV, al mando del teniente coronel N. Uriburu,
en la confluencia y erigió allí el Fuerte IVª División, en lo que sería Chosmalal, entonces
tierra ocupada por Purrán y sus indios. De allí hacían sus expediciones eliminatorias.
Queupumil se afincó en Llamucó para la invernada y en la costa del Aluminé o la
Pampa de Loncoluán para el verano.
La primera expedición de las tropas acantonadas en la IVª División atacó a los indios
de Purran. Los corrieron hasta la confluencia del Río Bío Bío y Lonquimay, donde los rindió
el sargento Ruibal, el 25 de mayo de 1880. Queupú se había agregado a esos indios en su
retirada, pero pudo huir. En cambio su hermano Yancamil y su familia y la de Queupú que se
hallaban arreando hacienda hacia Chile, fueron muertos por los expedicionarios. Ruibal
encontró un grupo de sus indios jugando a la "chueca" y al "Pillmatún", mientras que el
cacique Yancamil descansaba. Al oír unos gritos, se levantó, tomó la lanza y enfrentó a los
intrusos. Defendió su vida con admirable coraje. El cronista de La Prensa dijo que no habían
querido matarlo y por repetidas veces le habían pedido su rendición, a lo que el viejo cacique
contestó: "Indio guapo no entrega lanza". Entonces Ruibal ordenó acabarlo.Así murió el
cacique Llancamill, hermano de Queupú.
El capitán S. Torres encontró su toldería abandonada en Llamucó. Estaban en la
pisada de Queupú; cuando éste había huído.

Habría seguramene más que contar de esa época de la vida de Queupú. He leído que
participó el 16 de Mayo de 1880 en un ataque al nuevo Fuerte División IVª, pues los indios
intentaron arrebatar al invasor los prisioneros que allí habían llevado (Juan Raone, El pampa
Ferreira, 1981, vol. II, habla de un robo espectacular de caballos [p. 113], del ataque al fortín
Guanacos, hoy Andocillo, el 22 de 1880, donde perdieron 60 indios, ib. p. 119).
En enero de 1882 quiso asaltar por segunda vez el acantonamiento de Chosmalal
(Pechamnn, El Campamento de 1878, p. 67). Se había coaligado con Sayhueque y el
empobrecido Namuncurá. Destruyeron la guarnición. Peor, el 29 de Noviembre Ruibal los
atacó de sorpresa en el Lago Icalma. Allí murieron 14 indios (Raone: ib. p. 192).
En diciembre de 1882, Ruibal pisó nuevamente las huellas de Queupú y llegó hasta el
Bío Bío. El 15 de ese mes peleó a sus indios sobre el lago Huemicó y Sat. Torres los acosó
por el otro lado. Localizado el cacique, se le envió una intimación —dicen los partes—, para
que se sometiera como lo había hecho Millamain, hacía poco. Le prometieron un nuevo
tratado de paz (¡sic!).
El contestó que le parecía bien, pero primero debía reunir a su gente dispersa. A los
pocos días, el cacique contestó que el capitán Albornoz, allí presente, carecía de autoridad
para concertar tratados de paz. Que el gobierno enviara a otra persona más jerarquizada para
eso y con autorización del gobierno. El mismo regresó al campamento con carta del mayor
Ortega y autorización para iniciar la negociación... Pero el cacique ya no estaba allí. Había
huído una vez más (Raone, ib.,p. 202 y Campañas del Sur, 1882, p. 215). Entonces el coronel
Daza lo buscó con 120 hombres en varias expediciones.
El 29 de Noviembre de 1882, Saturnino Torres y su gente hallaron al cacique Queupú
con indios de Painé y Nahuel sobre el arroyo que corre entre los lagos Icalma y Moquehue,
protegidos por tropa chilena del fortín Lincura. Les hizo saber que le habían robado 700
caballos. Los chilenos entregaron 116. (Raone, ib., II, p. 218)
En la laguna Quincura, en la naciente del Bío Bío, la fuerza argentina había levantado
un fortín donde guardaron unos prisioneros quitados al cacique Queupú. Este intentó
arrebatarlos en un ataque con unos cien mocetones. (Fide el periódico de Río Negro)
En 1883, Reuquecurá y Sayhueque, caciques igualmente perseguidos, se sometieron
en una rendición; lo mismo hizo un poco más tarde el cacique Namuncurá; porque su gente se
había desangrado en una larga guerra.
El 29 de Febrero de 1884, el capitanejo Queupú (probablemente un hijo del cacique)
atacó el Fortín de San Martín de Los Andes y también al Fuerte de Junín de los Andes
(Walther, Conquista, ed. 1964, p. 729). El general Wintter lo rechazó y lo mismo hizo el
capitán Hon. Iturra. (Sánchez, Justo, Efemérides militares, p. 190,.25 de Mayo de 1884)
El cacique Juan Queupumil, que siete años atrás escribió como cacique general al
arzobispo de Buenos Aires, que a él no lo iban a apresar, fue muerto teniendo su lanza en
manos junto a Meliqueo, Manquepú y Neculmán, otros nobles araucanos. (F. San Martín
afirma que había sido muerto por soldados chilenos, porque no había querido dar apoyo a la
revolución contra el presidente Balmaceda y que les habría dicho: "Yo argentino; ésta no es
mi patria". Pero opino que en realidad se refiere a un hijo del cacique Juan Queupumil.)
(Etimología: Pedernal y oro [milla]).
Bibliografía:
Juan Raone, El pampa Ferreira, 1981 y Fortines: F. Ugarteche, El Tnte. Gral. Dn.
Rufino Ortega, 1913; S. Oyarzún, Rasgos biográficos del Gral. R. Ortega, 1906; H.
Cabanillas, El Cnel. Manuel Ruibal, un héroe de la conquista del desierto, 1955; S.
Magnesco. El Comandante Torres (Vida en la frontera), 1898; Oberlein, El Tnte. Cnel. Dn.
Saturnino Torres, en Rev. J. E. H. de Mendoza XIV. Campaña de los Andes, B.A., 1883.

QUIBA, 1760, cac. tehuelche mencionado en una carta de Dn. Zabala al Gobernador
desde Zanjón (Cit. Lehmann Nitsche: Grupo Het, 1923)
QUICHAO, 1879, capìtanjo ranquel. El Dr. Dupont escribió durante la expedición
conquistadora de Racedo a la Pampa: “Al acabar la selva de Poitahué, situado a la derecha del
camino, se hallan, a la izquierda, dos lagunas; en la llanura los vestigios de los toldos, donde
vivía el que fue el capianejo Quinchao (Dep. Leventué). Hace dos meses, falleció de viruela
en el Cerro Carriló, donde hallamos su original sepultura. (Racedo,E.: Conquistya del
Desierto, 1940 p. 119)
QUICHO HOYBANA, 1579, cac. comechingón de Muscahalo, Minas, Córdoba;
encomendado de Yames (Montes p. 69)
QUICHULEP ver Guidulep 1744
QUICHU QUIR,1863, cac. salinero. Ese año, el cac. Jn. Calfucurá lo mandó en
comisión ante el Gral. Batolomé Mitre (Arch. Mitre XXIV p. 92)
QUIDEL, 1821, cac. araucano del bando realista. Actuó con los caciques Manguín y
Curriqueo (boroga). Tenía su residencia en Truf Truf /T.Guevara, 1910 p. 197)
QUIDEL, 1872, capitanejo pampa ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUIDI GUANCHÚ,1767, cac. pampa serrano. Los documentos retuvieron su
nombre que dicen que había ido a robar hacienda (AGN IX 1-4-?: Ecobar 1.2.67)
QUIDU LEF, 1787, cac. ranquel, hermano de Quinteleo. 1787 estuvo en Malalhué y
seguramente le tocó actuar en la Guerra Pehuenche. 1806, Dn. Luis de la Cruz se informó
sobre los caciques de esa guerra, y entre otros, le nombraron a Quidulel (De Angelis I. p. 139)
. 1810 lo conoció el Cnel. Pedro Andrés García durante su expedición a Salinas Grandes, que
describió luego en un gran memorandum (diario). Se presentó este cacique con ranqueles de
Epuner. Parecía que el Coronel García le cayó en gracia. El 4 de noviembre de 1814, el Cnel.
García lo presentó al Cabildo de Buenos Aires; había venido con su escolta para presentar
ciertas quejas contra los cristianos. Decían que estaban dispuestos como su pariente
EPUMER, a colaborar con el Cnel. García (quien quiso adelantar las fronteras y fundar un
pueblo en Salinas Grandes.) Pedían sin embargo que les auxiliasen en caso de ser atacados
por indios del Sur o del Oeste con quienes, manifiestamente, no estaban de acuerdo. Yo
sospecho que los unos consideraban a los otros como intrusos en la zona tan rica para el
comercio. El 8 de noviembre se despidieron con un tratado de mutua ayuda (en el bolsillo). El
cac. Quidulef decía que mandaría a su hijo a Buenos Aires. Este y sus acompañantes fueron
muertos por desertores, a orillas de la laguna Calelián (Part. Alberti) y esto fue un asunto muy
engorrososo. Con una suma buena de dinero el cacique se dio desagraviado y prometió que
iba a proteger a los expedicionarios que venían a Salimas Grandes.
1820 no se dejó empaucar por el exdictador y guerrillero chileno Gral José Miguel
Carrera. Véase también lo escrito sobre Quinteleo, su hermano. Ellos temían siempre de ser
desplazados por los chilenos invasores que aumentaron entonces de día en día en la Pampa, a
raíz de la Guerra a Muerte. Quidulef quedaba fiel y en buena relación con el Cnel. García.
1822 acudió al gran parlamento que éste había convocado al pie de Tandil. Después
de confirmar la paz, Quidulef acompañó a la comitiva del Coronel para protegerla contra
cualquier inconveniente. (Diario de la expedición de 1822 a los campos del Sur de Buenos
Aires en De Angelis 1910 IV. Pag 161 ss.) También estuvo en las juntas de paz en 1825 en
Bahía Blanca y en 1826 en Tandil y en el Arroyo Pecuén. Se le vió siempre decidido por la
paz. No obstante tuvo que sufrir un cruel ataque del Cnel . Federico Rauch quien llevó a unos
900 indios tehuelches a guerrerar contra los indios pampas y chilenos (1826 – 1827).
1832 Quidulef se hallaba cerca del cacique Quiñigual, cuando Rosas despachó al Cnel
Delgado con 400 indios borogas para atacar a éste, porque había oído que había aceptado al
cac. Quilapí y 200 chilenos.
Una última noticia del cac. Quidulef data del 15 de Febrero de 1846, porque había ido
a Azul junto con los caciques Raylef y Lorenzo a presentarse al Gral Pedro Rosas y Belgrano,
el encargado para las relaciones pacíficas con los indios (doc. Arch. Azul). Es posible que
éste Quidulef haya sido el hijo, capitanejo Quidulef. Este estuvo en la gran reunión de
caciques para firmar el anteproyecto de una Paz General con los salineros (AEM doc.1232,
1873) y parece que estuvo en el entierro del cac. General Juan Calfucurá, quien falleció el 3
de Junio de 1875)
1881 QUIDULEF o QUIDUL era el cacique lider de la resistencia contra el avance
de las tropas chilenas sobre Temuco. No sé si hay un parentesco de este cacique con los arriba
nombrados (J.Bengoa: Historia del Pueblo Mapuhe, Santiago Ch. 1985 p. 296)
ETNOL: Lef (leufú) :río y quido: solitario, solo
QUIEPEI ÑAN, 1845, capitanejo del cac. Juan Calfucurá, en cuyo nombre se
presentó entonces con una comisión de 25 indios, acompañados también por el cac Aillal en
Azul (Rev. del Arch. de Azul Nº 2 p. 113) Ver Ayllal (Aylla llanca) hermano del cac.
Guzmané; comprometido con Purrán y otros chilenos en la muerte de Guzmané que provocó
un proceso en Mendoza. No sé si Calfucurá tenía que ver algó con ese asunto.
QUILA CURÁ, cac. araucano del siglo XVI (R.Latcham: Los Indios en la Cordillera
y en la Pampa en el siglo XVI, 1929 p.177) ETIM: Quila (cla) : tres y curá: piedras
QUILA HUEQUE, Faustino, 1840. Cac. de Perquenco y cacique mayor de los
araucanos en Collicó. Era hijo del cac. Güentecol, nieto del cac. Colicheo y hermano de los
cac. Nontri , Curihuán y Lemunao (J. Bengoa: Historia del Pueblo Mapuche, Stgo 1985 p.
194). No cabe duda, era de la nobleza araucana, poderoso entre los arribanos. Era también
compñero de armas del cac. Quilapán y del cac. Juan Calfucurá, en la Argentina. Quilahueque
vino con frecuencia a Salinas Grandes. Está su nombre en una lista de 1841 que enumera a
“los caciques chilenos en tierra argentina”. Arch. Mend. 23.7.1841)
1857 vino a Salinas Grandes “a traer lanzas” (y probablemente para llevarse vaquitas),
lo que comunicó Calfucurá al Gral. Justo José de Urquiza, quien tenía mucho interés en que
se armasen con él para la guerra contra los porteños disidentes (AGN VII 14-2.5; Arch.
Urquiza T. 124 pag. 248). 1860 se adhirió, igual que Quilapán, al aventurero francés Antoin
Orellié de Tounens, quien se autotituló (por momentos) “Rey de la Araucanía y la Patagonia”
Ellos espraban con un contingente francés hacer frente al avance chileno sobre la Araucanía.
(A.Galatoir: Quién fue el Rey de la Patagonia, Bs.As. 1972)
1863 Quilahueque se halló de nuevo con Calfucurá. Se lo comunicó al Gral. Mitre,
con quien estaba gestionando un tratado de paz (Arch. Mitre XXIV p.93)
Cuando en 1869 el Gral. Cornelio Saavedra (descendiente del que fuera presidente de
la Primera Junta de 1810 en Buenos Aires) iniciaron la Guerra de Exterminio y dejara un
saldo lamentable entre los indios, los caciques “arribanos” buscaron entablar negociaciones
de paz.
Quilapán de Perpenco se presentó en la Intendencia de la Provincia…el día 25 de
septiembre de 1869 en la sala del Despacho del Intendente y expuso por si y en
representación de los caciques José Santos Quilapán de Chanco, Montri de Perquenco.
Calvucoi de idem, Curriqueo de Chanco, Epuleo de Colico, Ñancucheo de idem, Levín de
Changlo, Huenchulao de Perquenco, Nahueltripay de Chanco, Quiñenao de Salto, etc.
estando presentes los caciques Nahueltripay, Quinchaleo, Pichulao y Liquén que, deseando
poner término al estado de guerra…”reconociendo los crímenes que nos hicieron reos en las
épocas pasados, vemos que el Gobierno es demasiado indulgente(sic?) perdonándonos Io que,
siendo el Gobierno la más firme garantía para asegurarnos nuestro terreno I demás bienes que
nos pertenecen, I que a fin de ponernos al abrigo de las autoridades de la República, como
verdaderos ciudadanos chilenos, nos comprometemos a respetar I hacer obedecer las
siguientes bases como garantía de la paz que nos concede el Supremo Gobierno de la
Nación:
1º Nos comprometemos a entregar desde luego todos los cautivos…El texto que se elaboró en
esa Intendencia está firmado en Collipí, el 5 de Julio de 1871, recopilado en J. Bengoa:
Historia del Pueblo Mapuche, Stgo. 1985 p. 232 ss. Y también la respuesta del Ministro de
Guerra que aplaudía el tratado)
Quilahueque con otros acompañantes viajó entonces a la Capital Santiago de Chile y
se entrevistó con el Sr. Presidente y demás autoridades de la Capital.
Al volver a Los Angeles, se enteró de que Quilapán y los demás caciques no
aceptaban el tratado en los términos en que se había sellado. No había consultado al consejo
de guerra. El pacto no se aceptó y Quilahueque se retiró a su soledad, mientras la guerra
continuó.
1873 vino a Buenos Aires, desde Angol, el aviso al Gobierno Argentino de que el
caciue Reuquecurá, el hermano de Juan Calfucurá, había ido a realizar un convenio con los
caciques Quilapán y Quilahueque para traerlos a un malón sobre Bahía Blanca (AEM: 7.3.73)
Poco después falleció el cac. general Juan Calfucurá, quien con sus caciques aún esperaba
conseguir un “pare” de la Conquista del Desierto. En 1877 , en plena marcha del avance de
las columnas de Alsina, los militares hicieron una lista estimativa de los indios de guerra de
aquí y de ayende de la Cordillera quienes podrían ser sus opositores. Asignaron a
Quilahueque 5000 indios, a Quilapán 8000 y a Montré 6000 (A.Mus.Hist. Nac (Ahora AGN)
Nº 10604) Aquí se me acaba la historia de ese cacique Faustino Quilahueque. Ni sé quién
había sido su sucesor. (“Tres hueques es d. llamas”)
QUILA LÉN, 1820, cac. boroga, que , a raíz de la Guerra a Muerte, emigró a la
pampa argentina, como otros muchos. Documentalmente lo encontramos presente en la junta
de paz en 1826 a orillas del Río Pecuén (AGN X. 27.7.6). En realidad ha vivido las
alternativas de sus compatriotas. En 1834 sufrió el Asalto de Masallé del que se salvó junto
con el cac. Meligur, sucesor del cac. Rondeao, quien había sido el cac. principal de la
aglomeraión de indios en Guaminí. Éste había sido la primera víctima de esa acción de la
Guerra a Muerte en la Argentinma. (AGN X ib. 5.10 y 7.10 .1834)

En otro malón, el 14 de agosto de 1837, Meligur y Quilaleo fueron sorprendidos y


aprisionados por los indios de Calfucurá y fueron privados de sus familias y haciendas. (Así
informó la mujer del Coronel P. Yturra de Bahía Blanca) ver Comando Gral. Del Ejécito IV .
399.
QUILA- N, 1795, cac. pehunche o ranquel, implicado en la Guerra Pehuenche. Era
aliado del cac Llaquetruz y de los huilliches. En 1788 volvió a la Pampa. Hizo malones en
compañía del cac. Carripilún. De él habla el viajero chileno Luis de la Cruz (De Angelis I,
1910, p.191 y 193) Lo recibió en su toldo a caballo . Volvió entonces al Este de Meuco,
camino a Salinas Grandes. De la Cruz lo describe como “feo, ridículo, chico y muy viejo que
tenía sus ojos ya gastados, la cara teñida de negro desde las cejas a la boca; un sombrero de
lana negra viejísimo, con una tira de cotense, muy puerca y vieja; un vestido de librea que
sería encarnado, un poco ordinario negro..y un caballo negro,flaco y viejo…Había vivído en
Aldirinanco (Renancó) y era el más peligroso” (Diario p. 205s)
1810 se presentó también al Coronel Pedro A. García en su expedición a Salinas Grandes. Lo
nombra en su Diario al día 19 de noviembre de 1810.(En:De Angelis, 1835 vol III.
QUILA PÁN, 1792, cac. huilliche o ranquel desplazado al Sur. Intervino en la Guerra
Pehuenche en el bando de Barbarco. Es mencionado en el diario de la expedición de F.
Esquivel Aldao con los pehuenches de Malalhué, el 2 de julio de 1792. Vivía junto a los
caciques Ancain. Llancamain y Millaluán y murió con ellos en el mismo ataque (Diario de
la Exedición, en Rev. Junt.Est.Hist. Mendoza VIII.)
QUILA PANGUI, 1782, cac. pehuenche chileno. Fue uno de los caciques
informantes sobre la existencia de la Ciudad de los Césares (Rusconi ob. Cit. IV p. 173)
QUILA PAY o Quilapayún, 1821, capitanejo pampa ranquel. Figura entre los
caciques que permanecieron fieles al Gobernador de Buenos Aires, cuando otros muchos se
adhirieron al ex dictador de Chile, Gral José M. Carrera. Como el Gobernador Bustos de
Córdoba respetaba a los ranqueles, éstos desde la toldería de Hilgüé pidieron, el 25 de abril de
1823 al Gral Bustos que interviniera a restablecer la paz en la Pampa. Firmaron la petición
los caciques Calquín, Huellán, Nahuelán, Quilapán, Canuillá, Santiago Llanquelén y
Curritripay.
Hay otro testimonio de Menoza de 1824 que lo cuenta entre los caciques dispuestos a
la paz y no al vandalismo de los Pincheiras. El 20 de diciembre de 1825 asistió al
parlamento de paz a orillas de la laguna Guanaco (AGN X 27-7-6)
Q U I LA P Á N importante cacique chileno

QUILA PÁN, José Santos, 1820 - 1875, era cacique araucano huilliche
de Truf Truf. Era hijo del gran cacique Manguín Huenú (muerto en 1867). Con
él actuó en la Guerra a Muerte en el bando realista. Luego tuvo su residencia en
Chancó, pero hacia 1829 su padre y Quilapán mismo pasaron con los Pincheira
al territorio argentino. No sé qué parentesco le unía al cacique Juan Calfucurá,
quien por su Asalto de Masallé (1834) se hizo dueño de Salinas Grandes.
Quilapí estuvo muchas veces allí con Calfucurá de visita o combinando
planes y proyectos. El 14 de Agosto de 1837 acompañó a los indios de
Calfucurá en el gran malón sobre Bahía Blanca. Encabeza, en el parte oficial, la
lista de los caciques agresores (AGN.S.(V.) X. 28-11-3 y S.I. 1-2-3 y S.X. 25-5-
1).
Quilapán no se afincó en la Argentina, pero oportunamente volvió a
intervenir en malones y negocios; en 1858, el cacique Catriel detuvo una
comisión de ése "porque los pampas desconfiaban de los chilenos" (Arch. Mitre
XVII p.74).
Manguín (Manil Bueno) y su hijo Quilapán con Quilahueque eran los
jefes indiscutidos de los araucanos, que en Chile llaman arribanos y que eran los
líderes de la resistencia contra el avance de las fronteras chilenas a la tierra
araucana. Buscaron realizar alianzas hasta en el extranjero. En 1860 escribió una
carta al Presídente de la Confederación Argentina, general Justo J. de Urquiza, a
quien explica razones de su lucha contra el "Gobierno de Santiago". Sabía de su
amistad con los indios y de su lucha contra Buenos Aires. A mí me parece que la
carta de Manguín no llegó a su destino, sino que fue interceptada. José Bengoa
reproduce en su libro Historia del Pueblo Mapuche (p. 193) algunos trozos de la
carta. Invocó los límites de sus tierras, aprobados en los tratados de paz con el
Rey de España, que ubicaban la frontera en el Río Bío Bío y continuó: "Después
en los años siguientes se han ratificado estos tratados muchas veces sin
alteración alguna, hasta el año 1793 (en Negrete) que fue el último que yo
alcancé a presenciar y tendría doce o catorce años" (Manguín). Más adelante
decía: "El gobierno patrio (de Chile) mandó a proponerme la paz en 1837 y mi
respuesta fue decirle que ésta se mantendría fielmente, siempre que se respetase
la línea del Bío Bío y no se permitiese pasarla a ningún cristiano a poblarlo y
menos a fuerza armada". Luego explica cuánta amenaza sufría su pueblo y que
por eso solicitaba ayuda, ya que a través del pacto que ha hecho con Calfucurá,
se considera aliado del gobierno argentino. Quilapán viajó a la pampa llevando
consigo esta carta destinada al general Urquiza.
Quilapán ha muerto al cacique Huinca Pinolefi de Purén, porque había
pactado con el gobierno chileno. (Campos Menchaca: Nahuelbuta. p. 174. Este
autor historió este asunto). Quilapán de Truf Truf, ese año 1860, aceptó en sus
tolderías al aventurero francés Antoine Orelié de Tounens, ciertamente porque
esperaba recibir armas y quizás alguna tropa auxiliar de Francia, con cuya ayuda
podrían detener los avances del ejército chileno.
Antoine Orellié vino a la Araucanía y concibió la idea, propia de un
megamaníaco, de fundar un reino entre los indios. Sólo se comprende por la
situación en que éstos se hallaban que tan pronto se consiguió la adhesión de los
caciques Quilapán y Quilahueque que disponían de más de 1.000 indios
guerreros. Entre los caciques sufragáneos se nombran Leviú, Meliú, Millcafill y
Huentecol (o Guantacol).
El 17 de noviembre de 1860, en una gran reunión mapuche, se proclamó
Orellié rey de la Araucanía. Su reino abarcaría desde el Bío Bío hasta el
Reloncaví (siete provincias chilenas). El 19, Orellié nombró a Quilapán ministro
de Guerra y Presidente del Consejo, a Quilahueque, ministro de Justicia y a
Antonio Mariluán, Min. de Agricultura. Por un nuevo decreto se anexó la
Patagonia.
Pero su gobierno duró sólo un año, porque el gobierno chileno, informado
de lo ocurrido, mandó tropas para capturarlo y luego lo juzgaron. Los jueces lo
consideraron loco y mandaron a despacharlo a Francia. Allí Orellié publicó un
libro titulado “Antoine Orellié, primer Rey de la Araucanía y de la Patagonia, su
advenimiento al trono y su cautividad en Chile; relación por él mismo (París
1863).
En 1864 Quilapán parece haber sido llamado por los ranqueles
(argentinos) o por la montonera federal que, en combinación con ellos actuaron
y malonearon en la provincia de Córdoba, poco después de la expedición de
Julio de Vedia contra tos ranqueles. En marzo de 1864 avisó al cónsul M.
Tocornal desde Chile que Quilapán marcharía en abril a la pampa argentina,
donde permanecería durante el invierno (AEM: 10 fha: 21.3.64 y 6.6.63). En
junio volvió a informar que los indios de Nauquepán de Boroa, Marivilo de
Maquehue, Quilapán de Collicó y Payllagüeque de Dumo o Perquenco habían
cruzado la Cordillera en número de 1.000 (ib.). A mitad de julio, los ranqueles
confirmaron su llegada y a mitad de septiembre el jefe del Estado Mayor avisó a
sus jefes que el cacique Caneupán (sic) había hecho declaraciones de que él
tenía 1.000 hombres; Quilapán: 100; Hueytrayán: 200; además el cacique
Ramón: 1300. Tenía noticias de que los militares de Buenos Aires invadirían en
seis columnas; que ellos harían la paz con Mendoza y de San Luis, pero que no
querían saber nada de Coliqueo ni de Baigorria (AEM 14.9.1864).
La planeada Conquista del Desierto se detuvo, entonces, porque la
Argentina se había comprometido en la Guerra contra el Paraguay y Chile había
entrado en una guerra contra España y no se dio el avance de las tropas huincas
(por el momento). Los indios chilenos de Quilapán volvieron entonces, a su
país, seguramente con algunas vaquitas de la Pampa.
En 1867 murió el padre de Quilapán, el cacique Manguín Huenú,
cuando tenía unos 86 años. Había estado enfermo del pulmón. Quilapán y
Epulef eran sus principales herederos. El primero tenía ya fama adquirida, que
no le resultó difícil asumir la gobernación de los indios "arribanos". Así lo había
dispuesto su padre, tomándole un juramento que impediría con todas sus fuerzas
el avance de los huincas chilenos.
Conquista del Desierto y Pacificación del Sur
Ese mismo año el general C. Saavedra había recibido de su gobierno la
orden de correr la frontera hasta el Malleco y el Congreso Nacional de Buenos
Aires, a su vez, ordenó avanzar la frontera hasta el Río Negro, en cuanto
volviesen las tropas del Paraguay.
Quilapán en Chile estuvo muy activo: el 26 de abril de 1868 ganó la
batalla de Traigüén y de Pelco en Cañete y meses más tarde en Purén. Ha habido
combates en Coipue, Tijeral, Centinela, Perasco y Collipulli. En Hualinucicó
fue escarmentado y a los pocos días maloneó sobre Angol (Busaniche: Estampas
del Pasado 1959, p. 544 y Cecilio Echeverría: Anotaciones sobre el cacique
Quilapán, ed. Museo Hist. Provincial, Rosario 1940).
El cacique Juan Calfucurá, a su vez, estaba muy alarmado por lo que
podría pasar en la pampa argentina y cuando tuvo noticias de que las tropas
nacionales habían ocupado la isla Choele Choel, un paso de fácil comunicación
con los chilenos, protestó enérgicamente y comunicó que había llamado a 6.000
indios huilliches. El presidente Sarmiento dispuso entonces el retiro de las
tropas de allí. Ante sus jefes militares justificaba la medida diciendo que venían
6.000 indios comandados por los caciques Quilapán, Calfucoy, Marihual y
Calvuén; que habían peleado cinco veces las tropas de Chile, habían tomado
cuatro fortines... muerto a 630 soldados... hecho a 205 cautivos... entre ellos dos
argentinos que iban a pactar. Prefirieron venir a pelear a la República Argentina.
Son 3.500 indios, quedando 5.000 en Collicó (Zeballos: Calvucurá. ed. 1957, p.
125: texto que corresponde a la carta de Bernardo Namuncurá, reproducida en
A. Barros: Fronteras y Territorios Federales, p. 86). Sobre el desarrollo de la
guerra en la Argentina léase lo escrito en la historia de Juan Calfucurá.
En Chile, el general C. Saavedra estaba dispuesto a la guerra total, que en
su libro llamaría “La Pacificación de la Araucanía”. Pero antes -y esto
pertenecía a la diplomacia de la época, - convocó a los indios a dos
parlamentos: los del sur a Tolten (2 de enero de 1870) y a Ipinco (18 de enero),
al que asistieron 60 caciques. Quilahueque de Perquenco se había adelantado a
estos parlamentos y se había presentado el 25 de septiembre de 1869, en el
despacho del Intendente General Saavedra ofreciendo en nombre propio y en
representación de los caciques José S. Quilapán de Chancó, de Montrí de
Perquenco, de Calvucoy, Curriqueo, Epuleo, Ñancucheo. Levín, Huenchulao,
Nahueltripay- etcétera. Se elaboró un documento de convenio que el cacique
mismo llevaría a Santiago, la capital. Efectivamente fue bien recibido por el
presidente y otras autoridades. Pero al volver a sus tierras tuvo que comprobar
que se había excedido en su proceder y que el convenio no fue aceptado por
ninguno de los caciques que pretendía representar.
El aventurero francés Antoine Orellié había aparecido una vez más entre
ellos con su idea fija de formar el reino de la Araucanía y la Patagonia. Había
viajado por la Argentina y entrado en ese territorio por el Paso Chaima. C.
Saavedra encaró en esa junta de paz con los arribanos la cuestión y ofreció dos
talmudes de plata al que le trajese la cabeza "de su Majestad, el Rey". Pero éste
huyó de inmediato, aunque en 1874 intentara de nuevo entrar en su reino, fue
apresado en la Argentina antes de que llegara a destino. Fue devuelto a Francia
donde murió en 1878.
En Mayo de 1870, Saavedra declaró la guerra a los indios del Sur y nadie
duda en afirmar que la guerra en el Malleco fue dura (J. Bengoa: Historia del
Pueblo Mapuche 1985, p. 239 ss).
El comandante Valenzuela entró en el territorio de Chancó con 440
hombres arrasando y apresando. Pero Quilapán había retirado ya a su gente al
sur del Cautín. La Guerra del Exterminio consternó al pueblo chileno, pero
desmoronó la unión mapuche. Saavedra convocó para el 21 de Enero de 1871
un nuevo parlamento en Lumaco. Tenía la fama de ser "Brujo". Consiguió entre
los asistentes el consentimiento para edificar allí un Fuerte. Y por el miedo a la
carabina de repetición Spencer, alguno que otro cacique se presentó a los jefes
militares con proposiciones de paz.
En verano de ese año, Quilapán juntó la gente, y formó un gran ejército.
Entre sus soldados se hallaban también grupos de argentinos. Pero, después del
fracaso de Collipulli (25.1.71), emigraron en masa a la Argentina.
Desde el año 1873, el coronel Basilio Urrutia, intendente de Arauco,
reemplazó al general Saavedra y continuó la ocupación de "los terrenos
rescatados de la barbarie".
Quillapán no había perdido nada de su valor y de su belicosidad, basada
en su sentimiento "patriótico de araucano libre". Quilapán y Quilahueque
apoyaron a los indios salineros del cacique general Juan Calfucurá en su lucha
"contra la injusticia contra su raza y por un tratado duradero que les garantizara
sus territorios". Estuvieron presentes en la batalla de San Carlos (8.3.72) y en el
gran parlamento de la propuesta del tratado de paz, después de esa derrota,
como asimismo en el entierro de Calfucurá, muerto el 3 de junio de 1873)
(AEM: 6.6.1873).
En 1875 se enfermó el cacique José S.Quilapán y murió en su tierra,
llorado por todos los mapuches. Fue un araucano de convicción que soñaba en
renovar las proezas de los caciques valientes del siglo XVI.
Su hermano, el cacique Epulef asumió entonces la jefatura de sus indios.
Siguió la lucha por la independencia y supervivencia de los araucanos. Al
estallar la guerra del Pacífico, convocó a los jefes mapuches para su sublevación
general (septiembre de 1880). cuando en la Argentina la Conquista del Desierto
había hecho grandes avances e inició su última etapa entre los huilliches del
Neuquén y de más al sur. Cuando en marzo de 1881 volvieron las tropas
chilenas al Sur, el general B. Urrutia encaró también la última fase para
proponerles la conclusión de la guerra. También Epulef tuvo que rendirse y se
retiró avergonzado. (Campos Menchaca: Nahuelbuta. p. 208). No hubo ya un
toqui como Quilapán. En el lugar de la residencia habitual de Quilapán se
edificó el pueblo que se llamaría Lautaro.
(Etimología: Quila: tres: pan [pangui] pumas o leones).
En el Archivo Histórico de Rosario (Prov. De Santa Fe) existe un cuadro
del cacique Quilapán al oleo, donado por una familia Echevarría. La ficha dice
que es obra de Martín L. Boneo, pintor del siglo XIX y dice que el valiente cac.
araucano falleció en Chile en 1873 (Debía decir en 1875). Es un retrato de la
cara 60 cm x 60 cm, pelo largo von una vincha. También la Enciclopedia
Argentina de Santillán VI p. 620 trae una foto de Quilapán. Cecilio Echeverría,
según la misma Enciclopedia, escribió “Anotaciones sobre el cacique Quilapán,
Rosario 1940”, existente en el Museo Histórico Provincial de Rosario.

QUILA PÍ, o Quilapú, 1810, cac. puelche serrano, hijo del gran cacique
Lorenzo Calpisqui o Cayupulqui. El Coronel Pedro A. García lo conoció en
oportunidad de su expedición pacífica a Salimas Grandes. Como dice su diario,
estuvo en el parlamento, al que había convocado a los caciques y capitanejos.
De él dice también que había sido implicado en un robo de 400 animales (De
Angelis 1910 III. 231)
En 1832 se anotó esta otra noticia: El Cnel. Delgado y 400 indios borogas
de Guaminí fueron a atacarlos. Quilapí tenía su toldería sobre el Arroyo
Balquiles. Luego atacaron también al cac. Quiñigual en Pelicura (Sierra de la
Ventana) AGN X. 27-7-6. Según Crivelli (1996 p. 145) el cac. Quillapil murió
en un combate contra las fuerzas de Rosas. (Parte de Delgado del 13 de 8 de
1832 en AGN VII. 10-4-14)
QUILAPÍ, José, 1820, cac. araucano de Quequen (Chile, hoy de Los
Sauces). Era uno de los patriotas decididos en la Guerra a Muerte. El se destacó
por su valor y no por el número de sus guerreros. Luchó al lado del Gral. Freire
y del cacique Colipí. Le decían “el Napoleón”, porque era peueño, membruno y
de porte airoso. En la segunda mitad de septiembre de 1820 luchó con el Gral.
Alcázar Llevaron las de perder y peor que la situación, cuando el Gral. Alcázar
había capitulado en Chillán (27.9. 1820). Contra las cláusulas de la capitulación
los enemigos sacrificaron las familias de los caxciques José Quilapí, Juan
Millaleu y Pascual Caminir. Quilapí se destacó en el sitio de Talcahuana.
Ocultamente había franqueado el cerco que les habían tendido los sitiadores. Le
acompañaron 40 indios y echaron a los realistas de sus posiciones (25.11. 20). A
los dos días, los atacó nuevamente en Chepe, Gavilán y Concepción.
(T.Guevara, 1910, p. 197)
Quilapí siguió al Gral Freyre, aunque casi todos los indios patriotas se
habían retirado a sus casas, después de la batalla de San Carlos de Cile (26 de
sept. 1921. Ibid. P. 193). Ëstos son los pocos datos de fuente militar que
conseguimos .
QUILAPIL, cac. puelche pampa, hijo del cac. Callfilqui (dice Civelli
1996 p. 195). Murió en un combate contra las fuerzas de Rosas (García 1974
p.66 y 104; Diario de Mateo Dupín; parte de Delgado del 13 de Agosto de 1932
–AGN S.VII 10-4-14)
QUILA PIL, 1879, cac. en Neuquén Raone, Fortines, 1980 p. 49.
QUILAPÍ, (Kilapí)Juan es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas del
Neuquén que el gobierno aprobó por decreto de 1964. Se halla en Chorriaca a 50 km. de
Chosmalal.
QUILAM (PE) HOYOPANA, 1576, cac. comechingón de Taba, Sierra de Soto,
Córdoba; encomendado de Velasquez (Montes p. 60).
QUILAM BE NAGUÁN, 1574, cac. comechingón de Ciguigasta, Córdoba;
encomendado de Figueroa (Montes p. 47)
QUILAM BI, 1573, cac. comechingón de Quilambi Sacat, Conchulaca , Córdoba;
encomendado de Luna (Montes p 50)
QUILAMBI NATIAN. 1676, cac. comechingón de Toc Henen, Sierra de Soto,
Córdoba; encomendado de Velázquez…
QUILA QUIRQUE, 1611, cac. araucano de Levo (Chile) Gay:Documentos 1878 II.
206)
QUILASTUN, 1573, cac. comechingón de Yilisacat, Río Navidad, Córdoba;
encomendado de Villegas (Montes 89)
QUILAYA, 1589, cac. huarpe(?) sujeto al cac. Auchuleta; encomendado de Adrián
Cornejo (Cabera: Aborígenes del país del Cuyo p. 306)
QUILCHAMA o Quilamar o Quilchamal, 1897, cac. en tierra de los tehuelches.
Vivía en Arroyo Verde; pero es posible que haya sido desplazado por la Conquista del
Desierto. Parte de su tribu eran tehuelches y otra parte pampa, pues vivía entre el Río
Senguel (hoy Guenguel, y Santa Cruz. 1903 visitó esa tribu el explorador Onelli (Su libro:
Trepando los Andes, 1930 p. 80) Existe una fotografía del cacique y su familia AGN Archivo
Gráfico) ya muchas veces publicada.
En la actualidad hay un cacique Quilchamal. 1892 concurrió con 100 hombres al
Camaruco de Pasto Blanco (Chubut).
QÜILI CANTA, 1541, cac. picunche de Chile que intervino con el cac. Michilongo
en la gran sublevación en el Valle del Aconcagua, con 16.000 indios (G.Bibar: Crónica de
Chile 1558 p. 50)
QÜILI CA, Don Marcos, 1688, cac. de San Juan sobre el Río Bermejo; encomendado
de Alonso de Pozo y Lemus (Arch. Mend.)
QÜILI CA, 1865, capitanejo puelche que vivía al sur del Río Grande.
QÜILI LABA, 1573, cac. comechingón de Quilo Sacat, Salsacate, Córdoba;
(Montes 71)
QUILI LÁN, Quelelán) 1833, cac. pampa que fue hallado y atacado en la isla del
Salado por la División mendocina que se combinó con la de Rosas, la Expedición al Desierto
(Diario de J. Velasco: 31. 3. 1833) ETIMOL: Perla roja
QUILINCHO NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Quilinauleta, Sierra de
Calamuchita; encomendado de Chávez (Montes p, 79)
QÜILINER,1779, cac huilliche araucano que tenía mucha toldería sobre el Río
Colorado, cerca del cac. Negro y del cac. Capeyán, al que llamaban Capitán. Andaba
boleando yeguas y bagules, dice Viedma en un informe al Virrey José de Vértiz, el 15 de
octubre de 1879. En 1880, Quiliner y Chanel (cac. Negro) estaban juntando indiadas para
invadir o para perseguir indios ladrones o para impedir “que nosotros pobláramos los montes
de manzanas y la Isla Choel Choel. (Entraigas: El Fuerte del Río Negro, 1960 p. 130) Luego
hubo un gran silencio, en el espacio en que no se asentaron noticias sobre él. El 14 de
diciembre de 1833, casi terminada la Campaña de Rosas, se le presentaron los caciques Qüilli
y Capeyán. Los tomaron prisioneros y …(mutis!) AGN Nº 274 ETIMOLOG: Zorro
surero
QUILIS CHICA, 1573, cac. comechingón de Paca Llahayo, holoa, Córdoba;
encomendado a Luna (Montes 70)
QUILIS CHILI NAURE, 1573, cac. comechingón de Quilis Sauleta, Sierra de Achala,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes 71)
QUILIS CHUCTANI, 1579, cac. comechingón, de Tichi, Tama hola, Córdoba,
encomendado de Chávez (Montes 79)
QUILIS NAVA, 1573, cac. comechigón de Nasa Capaca, Panaholva, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p.79)
QUILIS NAVAN, 1576, cac. comechingón de Quilis Henen, Sierra de Soto, Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes 59)
QUILIMITAMUX, Don Juan, cac huarpe (?) de San Juan Cabrera (Cabrera,
aborígenes del país del Cuyo p. 307)
QUILOVIS, 1573, cac. comechingón de Quilpovis Sacat, Córd. Encom. de Yrobi
(M.87)
QUIPO ACAN, 1576, cac. comechingón de Quilpo Epitin (actual Quipo);
encomendado de Bustamante.
QUIQUELEO, 1820, cac. pampa que participó con el Gral José M. Carrera en el
saqueo del pueblo de Salto. De él sabemos que sacó de la iglesia parroquial a la señora María
Candelaria Cejas de 19 años y la llevó al cautiverio (Comando Gral. Del Ejército III p. 213)
QUILUSQUIL, 1750, cac. “patagón o tehuelche”. . El 18 de septiembre de ese año
llegó con cuatro caciques más a la Misión de Nuestra Señora de la Concepcién (Sanchez
Labrador: Paraguay católico 1772 p. 142)
QUIMI CHALCURO, 1573, cac. puelche de Tarunpano, Uco, Mendoza
encomendado de Coria Bohorques (Arch. Mend,)
QUINCUELÍ, 1826, cac. pampa ranquel que estuvo en el parlamnto de paz sobre el
Arroyo Pecuén (AGN S.X. 27-7-6)
QUINCHA HUALÁ, 1876, cac. picunche al sur de Neuquén. Allí lo halló el Perito
Moreno en Caleufú, junto con Sayhueque. Según éste , era un cacique muy dado a la bebida.
Se opuso al viaje de Moreno al Lago Nahuel Huapí. Durante la Campaña del Sur fue hecho
prisionero y llevado al Campamento de Concentración en Rodeo del Medio (Mendoza) por el
Gral. Ortega.
QUINCHÁN, 1819, cac. pampa. Ese año se halló en el parlamento convocado por F.
Chiclana en la toldería del cac. Lienán. Comprometido así con el Gobierno de Buenos Aires,
en 1820 no quiso unirse con el guerrillero chileno, el Gral. José M. Cvarrera, sino quedó con
el grupo del cacique N.Quintana. Aún en Mendoza se supo que él era un hombre de paz (doc.
Arch. Mend. 1824). 1825 asistió al parlamento grande sobre la laguna Guanaco (AGN.27- 7-
6)
Pero en 1833 fue atacado por la Expedición al Desierto. La División mendocina al
mando del Gral. J.Aldao lo halló en la Isla del Río Salado, el 31 de marzo (Diario de J.
Velasco) ETIMOL: Nao: tigre y quicha: apareado
QUINCHAU, Peñaloza ver Peñaloza
QUINCHAU, 1841, cac. pehuenche chileno, pariente y amigo del cac. Purrán, quien
estuvo en la Argentina en 1845 (ver Guzmané). Una lista que enumera en 1841 18 caciques
chilenos en Tierra Argentina, lo incluye. 1878 lo conoció Francisco Moreno (Rev. Mueo La
Plata VIII p. 238). 1879 estuvo entre los picunches a quienes la Conquista del Desierto
empujaba a la Cordillera neuquina y finalmente huyó a Chile. No fue alcanzado por los
expedicionarios que habían atacado a la tribu de Purrán. Pero el 16 de abril de 1880 tropa de
la IVª División lo atacó en tierra chilena, en la Rinconada del Río Limay en Chile y lo
mataron, como también a Pichi Quinchau. Tenía entonces aun unos 400 indios. Tengo una
cierta inseguridad, si este Quinchau o Quinchao es el mismo de 1841 o es el capitanejo
ranquel, hermano de Baigorrita.
QUINCHAO, 1870, cac. ranquel, hermano del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUINCHAO, Manuel, cac. contemporáneo que vive en Nirecó (Nequén). Su tribu
está ubicado en Zapala, es un resto de aquella tribu de 1880. Quinchao es una de las 23
agrupaciones indígenas ( en Laguna Miranda, cuya reserva fue reconocida por decreto de
1864 (Foto del cacique en el libro Neuquén Nº2 . 50)
QUINCHAO, 1804, cac. pampa que entonces estaba en el sur de Mendoza.
QUINCHI PÍ o Quinchupi, 1806 cac. pampa mencionado en el Diario de Luis de la
Cruz (De Angelis I. )
QUINCHU GNERR (Quinchiquir), 1860, capitanejo salinero, pariente de Juan
Calfucurá. Para él desempeñó varias misiones diplomáticas. “Quiere ser amigo”, dijo el Cnel
Machado al Gral. Mitre, en 1863 (Arch Mitre XXIV p. 94). En 1865, en oportunidad de
desempeñar una nueva misión a Tres Arroyos, donde se hallaba acampado el Cnel. Machado
con sus tropas, le ofreció nuevamente la amistad de Calfucurá, a la vez que le entregó un hijo
para que lo educase, lo que era una señal de confianza (AEM 21,2,65)
QUINSI NAVIRA, 1590, cac. comechingón de Luyumba, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 78)
QUINTANA, Nicolás, 1819, cac. pampa de apellido criollo. Heredó su apellido
probablemente de un Comandante de la frontera de Luján, llamado Nicolás de la Quintana .
En realidad había tres caciques Quintana :Nicolás, Manuel y Santiago que tratamos
por separado. Nicolás es el más nombrado. Se criaron en la frontera y por eso sabían
castellano.
1819 lo visitó el lenguaraz Ulloa en Lolo Mapú y lo invitó a un parlamento que se
haría con la presencia de Don Feliz Chiclana en la toldería del cac. pampa Lienán. Hablaron
de la paz y de castigar a los ladrones. Chiclna no había llegado a tiempo y los 12 caciques
empezaron a desconfiar y finalmente, el 20 de noviembre, llegó a la toldería del cac.
Curritripay, donde recibió una solemne acogida. Luego fueron al “pillan lelfún” de Lienán.
Allí, 17 caciques juraron la paz
Al poco tiempo sobrevino una gran agitación entre las tribus de la Pampa a raíz de la
llegada del ex dictador de Chile, el Gral. José M. Carrera. El cac. Nicolás Quintana se
encargó entonces a mantener unidos a los caciques pampas, porque habían jurado su fidelidad
al Gobierno de Buenos Aires. En un gran parlamento del 18 al 26 de diciembre de 1820
reafirmaron su compromiso y juraron su fidelidad al Gobierno de Buenos Aires: los caciques
Millagur, Lieñán, Payllaquín, Neculché, Hilario, Nahuelpán, Huenuim, Huechum, Neyen,
Payllanam, otro Neyen, Millanam, Quechudén, Cayunán y Carrañé, junto con el cac.
principal Nicolás Quintana (AGN VII Biedma 10-4-13)
Quintana, apenas tuvo noticia del asalto cruel al pueblo de Salto, mandó mensajeros,
prometiendo a la población su ayuda. Los indios montoneros se acercaron también a sus
toldos, el 18 de febrero de 1821 y les robaron haciendas, porque N. Quintana los había tenido
en jaque meses atrás ((ib. 10-4-13) Más tarde rescataron cautivas de entre los malones
(Comando Gral del Ejército III. p. 217) Luego hubo una rivalidad entre los lenguaraces y
gestores de la paz y las relaciones del gobierno con esos indios (ib. p. 232)
En diciembre de 1825 Nicolás Quintana asistió al parlamento de paz en Laguna del
Guanaco con los ranqueles. También en abril de 1826, en otra junta sobre el Arroyo Pecuén..
No mucho después Manuel Quintana y sus hermanos y familias fueron atacados por
la expedición exterminadora del Cnel. Federico Rauch acompañado de unos 900 indios. A
Nicolás Quintana lo llevaron prisionero a la Isla Martín García. Manuel Quintana fue
fusilado. Nicolás Quintana enfermó en el hospital, pidió libertad y consideración, porque
había sido mediador de la paz y prometió trabajar siempre por la paz (AGN VII 10-4-14 y
S.X. 14-6-1 p.4) .
El 27 de noviembre de ese año, marchó “escarmentado” con Dn. Vicente Aspillaga a
una nueva conferencia de paz. Y allí se interrumpió el hilo de su historia que queríamos
seguir, porque hemos de reconocer sus méritos.
QUINTANA, Santiago también se expresaba en perfecto castellano y se decía “ser el
cacique mayor de todos”, según el testimonio del lenguaraz Gutiérrez. Vivía en la zona de
Epecuén. El 11 de febrero de 1818 suscribió con el Gobernador Castro de Córdoba un tratado
de paz “de alianza y confederación”, ratificando el anterior del Gobernador Ocampo del 25 de
enero de 1815. Allí suscribió con el nombre Santiago Quintana de la Vega (Barrionuevo
Imposti: Historia de Río IVº 1988 I. p. 151)
QUINTA NAURE, 1573, cac. comechingón de Quileta, Sierra de Vinacanicha,
Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes 79)

QU1NTELEO, Fabián (Quinteleu o Quintilén): 1792. cacique ranquel. Vivía


entonces entre los huilliches de Neuquén y con ellos intervino en la Guerra Pehuenche.
(Crivelli Montero, Ed. 1996 p. 197, afirma: “Se incorporaron (a los ranqueles) importantes
fuerzas de los caciques Quinteleo y Victoriano, procedentes de la cercanía de Valdivia.)” En
Febrero de 1792, Quinteleo participó en el malón que atacó a Campana (Mendoza) contra el
cacique Currilipe.
Más tarde vivió sobre el Río Colorado: su hermano Epumer, en cambio, en el partido
de 25 de Mayo. Otro hermano era el cacique Victoriano y un cuarto se llamaba Quidulef.
En 1810 llegó el coronel Pedro A. García con un gran convoy a Salinas Grandes. Allí
aparecieron también los caciques Quinteleo. Victoriano. Payllantur. Payllín, Guayquimil.
Quillán y Millapué con quienes hizo un gran parlamento, el 14 de Noviembre (Diario de
García, en De Angclis 111. 1910, p. 234). A Quinteleo lo califica como "de buen
entendimiento". Y cuando el cacique Lincón se mostraba ofensivo, él y sus hermanos
apoyaron al coronel. En 1811, Quinteleo y su sobrino Evingunán llegaron a Buenos Aires
para ver al coronel García y para ofrecer su apoyo al nuevo gobierno. García lo comunicó a
los integrantes del Triunvirato, diciendo que les había dado consentimiento de que se hiciese
alguna población en la Pampa y que él se avecindaría en la misma para gozar las ventajas de
la sociedad y para garantizarse contra los malones. Allí estaba, seguramente, la razón de su
apertura para con el gobierno de Buenos Aires: tenía temor de ser atacado por los realistas o
por los chilenos, cada vez más numerosos, que se adueñaban de La Pampa. Ya había sido
expoliado por el cacique Ramón. El coronel García declaraba que tenía mucha confianza en
este cacique. Y cuando presentó una memoria en la que explicaba su plan de avanzar las
fronteras, manifestó que contaba con la ayuda de Quinteleo y de sus hermanos.
El 7 de Octubre de 1811 Dn. Feliciano Chiclana los recibió oficialmente en el
Cabildo. Se pronunciaron discursos y los caciques fueron obsequiados. (W. Zerda: Los indios
y las invasiones inglesas. 1934, p. 562 y Carranza A.: Oratoria argentina I,p.75)
En Mayo de 1812, se presentó de nuevo en Buenos Aires "para tratar negocios
interesantes para la Patria, por el adelantamiento de las fronteras. Que se encargaría de
convocar un parlamento general en Salinas". Decía también que sus indios labraban la tierra.
El gobierno le dio 100 pesos para comprar útiles de labranza. Quinteleo avisó que 10.000
indios chilenos estaban preparándose para invadir el país. Que le habían hecho propuestas, las
que él rechazaba, y que temía grandes malones. (Acuerdos del Cabildo de Buenos Aires, S.
VI. T. VI, p. 395s.)
El 14 de Septiembre de 1813, presentóse nuevamente en Buenos Aires, solicitando al
Cabildo una audiencia. Le ofreció nuevamente sus servicios y prometió eterna amistad con el
gobierno de Buenos Aires. En agradecimiento de sus disposiciones, recibió nuevamente 100
pesos; los aceptó. A su vez, como retribución del dinero, aceptó el encargo de parlamentar
con los demás caciques acerca del proyecto de avanzar las poblaciones y haciendas, hecho
que cumplió entre Agosto de 1814 y Febrero de 1815. El 28 de Febrero de 1815, en sesión
municipal en Buenos Aires, Quinteleo dio cuenta sobre el desempeño de su misión. Decía que
los caciques habían mostrado buenas disposiciones a las propuestas y que habían desairado a
otras nuevas de emisarios chilenos. Esta vez, le dieron 40 pesos y lo mismo a su escolta.
Anteriormente también se habían presentado sus hermanos Epumer y Quidulef, como
anotamos en el respectivo lugar.
En 1816. el coronel Pedro A. García quiso reunirse con los caciques Quinteleo y
Quindulef; pero éste se excusó por estar viejo y casi ciego. Le envió otros dos hermanos. (De
Angelis V. 1910. p. 317).
De pronto, Quinteleo cambió de actitud, quizás porque los soldados del campamento
en Manantiales (hoy Alberti) le habían muerto una comisión enviada a Buenos Aires. La
presión de los chilenos era demasiado fuerte y debió hacerse amigo de ellos.
Cuando en 1819, Dn. Feliciano Chiclana convocara a 17 caciques pampas y ranqueles
en lo del cacique Lienán, preguntó por Quinteleo y le dijeron que estaba de acuerdo en no
rechazar las propuestas de los caciques chilenos.
Efectivamente, en Marzo de 1820, había reunido 800 indios y el 22 de ese mes
invadió con los indios del cacique chileno Pablo (Lepnopán) las estancias de Luján y
Navarro. De allí se llevaron 19 cautivas. Dos niños fueron recuperados, pagando 20 pesos por
cada uno. Pero los indios decían que, como eran vasallos del Rey, seguirían invadiendo. Así la
Guerra a Muerte que se llevaba en Chile con saña, se había trasladado también a la pampa,
(mamuilmapú) donde permanecería hasta el ano 1839.
En un parlamento del 28 de Marzo de 1820, se exhortó a los indios amigos que
castigasen a los que habían hecho el atropello en Navarro. Sabino (sic) Quinteleo envió
entonces una carta al "Gobernador de las Provincias Unidas de la América del Sur". Lleva la
fecha del 9 de Abril de 1819 y tiene pasajes desconcertantes: ....Con su Gobierno estoy muy
complacido y prometo a usted que por nuestra parte no habrá novedad. Viviremos sin pensión
chilena y sin susto. Todas las cautivas que están en nuestro poder, están prontas para ser
despachadas;. pero para contentar a los caciques y demás soldados chilenos que fueron a la
expedición, ustedes nos gratificarán con 800 pesos. Estos serán en plata sellada, lo que pueda
reunir, y lo restante en prendas de plata, chatas, aguardiente, ponchos de algodón... no es para
mí, sino para los que fueron a la expedición". Y continúa en tono extrañamente arrogante: "Yo
soy el Señor General de la Montonera." Me hubieran avisado con tiempo, los habría
acompañado con todos mis vasallos a la empresa que deseaban.
"El Gobierno anterior de Buenos Aires había despachado un oficio a Dn. Gaspar, que
decía que había hecho un fortín en medio de la indiada y los indios le pegaron fuego por todas
partes: murieron de una y otra parte mucha gente..." (AGN S.VII. Biedma, 10-4-13).
Como se ve, se había vendido. Mantenía, en cambio, alguna comunicación con
militares del Perú. El que se decía amigo de Buenos Aires, se hizo un jefe peligroso.
Fue terrible el asalto y saqueo de Salto, el 2 de Diciembre de 1820, organizado por el
ex dictador chileno general José Miguel Carrera. La actuación de éste, en Chile y en la
Argentina no es fácil de comprender. Ahora Carrera estaba en pugna con el gobernador de
Buenos Aires. Se ligó pues con grandes contingentes de indios, cuando él ya no contaba con
el apoyo del gobernador de Santa Fe, ni del general Alvear de Buenos Aires. Durante la noche
del 24 al 25 de Diciembre (en Navidad), esa guerrilla chilena y 2.000 indios al mando del
cacique Quinteleo y Lepnopán (y de Carrera, militar chileno) entraron a saco a la población
bonaerense de Salto, robaron y saquearon sin respeto alguno. (Ver lo narrado en la historia del
cacique Pablo Lepnopán).
Entonces el gobernador Martín Rodríguez organizó, a consecuencia de estos
acontecimiemntos o con distintos fines, varias expediciones a las pampas del sur; pero en
ningún momento contra la montonera de Quinteleo. (Ver las biografías de Ancafilú y
Pichiloncó, Hux, Caciques pampa puelche, ed Marymar, Bs. As. 1991 y ed. El Elefante
Blanco, Bs.As. 2002
En cambio, los pampas, vejados por el gobernador de Buenos Aires, se ensañaron,
luego, con las indiadas de Quinleleo. El cacique Lincón. quien había sido amigo y compañero
de él, lo hizo degollar. (Etimología: Quintu: buscado: Lef (leufú): Arroyo, "Arroyo buscado")

QUINTE LEF, 1839, cac. ranquel. Posiblemente era un hijo de Quinteleo. 1839 tuvo
comunicaciones muy amistosas con Juan Manuel de Rosas.
QUINTE LLANCA, 1770, cac. pampa . Es uno de los 12 caciques que acudieron a la
Laguna de los Huesos para celbrar un parlamento de paz con el Gral Manuel Pinazo. Pero
luego éste los llevo al sur a una expedición contra los tehuelches en las serranías bonaerenses
(Ver Lepi Nahuel o Lincón) ETIMOL: Perla buscada (quintu)
QUINTEN, 1819, cac. ranquel que participó en el parlamento convocado por
Feliciano Chiclana. Sus actas fueron publicados en la Gaceta del 19 de noviembre de 1819 ;
había sido realizado en la toldería del cac. Lienán.
QUINTEP, 1806, cac. pampa, se había casado con una hija del cacique Carrilón, dice
Luis de la Cruz en su Diario de viaje por la Pampa (En: De Agelis 1910, I. 129)
QUINTEPÍ o Quinchepí, 1804 es menciondo en el Diario de Justo Molina de
Vasconcellos (AGN IX. 39-5-5) Lo encontró en la Pampa. Su toldería estaba en Leumapú,
cerca de Salto. Un hijo acompañó al viajero.
QUINTO NAHUEL, 1798, cac. patagón “con gran indiada”, dice Francisco González
en su Diario (ed. por M.A. Vignatti, Acad. Nac. Hist. 1965 p.45) G. Musters lo encontró en
1868, 70 años más tarde, cerca del Lago Nahuel Huapí. Lo describe como viejo, bajo, robusto
y solemne. Tenía fama de ser peleador, cuando se hallaba en estado de embriaguez. Decía que
era pariente del cacique Casimiro. Su hermano era uno de sus capitanejos. Eran de
procedencia valdiviana (Musters: Vida entre los Patagones, ed. 1964 p. 268 y 273. En el mapa
adjunto figura la ubicación de su toldería.
QUINTO QUEO, 1863, cac. huilliche, hijo del cacique Juan Calfucurá en Salinas
Grandes. En una carta, dirigida en abril de 1863 al Comandante Rivas le dice: “Viene de
Patagones el tocayo de mi hijo Quintuqueo..”
QUINTRA QUEO, Lorenzo, 1874, capitanejo de Salinas Grandes. Se incorporó
luego con Curaqueo al cacique Raninqueo, libre ya de su prisión en Salinas Grandes.
Quintraqueo pasó con 17 acompañantes por Azul (AEM 29.9.74) (Ver Quintrequeo de
Peinequeo)
QUINTRAI LLÁN, 1863, cac. huilliche. Ese año estuvo en Carmen de Patagones
con Sayhueque y Reuquecurá, pidiendo al Comandante Murgas un tratado de paz (Arch.
Mitre XXIV p.50 y 105)
QUINTRE, 1821, cac. chileno; en la Guerra a Muerte luchó con el bando patriota.
QUINTRE MIL, 1864, capitnejo ranquel. Figura en la lista del cac. Mariano Rosas
de Leuvucó. 1870 en la lista del Padre Donati. Ver Quentre Mil.
QUINTRE QUAL, 1834, capitanejo ranquel, incorporado a la tribu de Santiago
Llanquelén en Junín (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín, La Plata 1950 p. 31)
QUINTRE HUÉ o Quinteué, 1810, cac. pampa ranquel que se presentó al jefe de la
Expedición a Salinas Grandes, Cnel. Pedro A. García. (Su Diario 10. 11. 1810 De Angelis III
p. 232) “Se presentó con bandera blanca y sus indios en orden de batalla.”
QUINTREPÍ o Quinchreipí, 1787, cac. puelche que tenía su toldería vecina a la del
cac Roco sobre el Diamante. Ha tenido intervención en la Guerra Pehuenche que se canceló
en 1898. Ha sido “visitado” en oportunidades de expediciones a Salinas Grandes: en 1787,
1788, 1799 (AGN IX. 1-4-2). 1794 fue invitado a San Carlos para celebrar la paz con los
indios de Malalhué. 1805 recibió por cuarta vez visitas de los expedicionarios a Salinas
Grandes. Debemos tomar en cuenta que aquellas expedicioneros no se contentaban con cargar
sus carretas con sal. ¿Por qué se llegaron hasta el Río Diamante? Quintrepí murió en 1806,
según las noticias que nos da Luis de la Cruz en su Diario (De Angelis, 1910 I. p. 152 y 205)
QUINTRE PIL, cac. gobernador pehuenche. Manque decía de él que Quiñepil (sic)
ha sido tan guerrero que siempre estuvo con la lanza en la mano. Maloqueaba a los huilliches
y llanistas y a los de Mamuil Mapú. Pero tuvo que sufrir también los reveses.
QUINTRE PIL, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita.
QUINTRE QUÍ, 1784, cac. gobernador de los pehuenches; uno de los principales de
la Guerra Pehuenche. No era ni del bando de Barbarco ni de Malalhué. Sí, peleó contra
Currilipí y secundó a Llanquetruz 1º en 1784 en el Campanario. (Luis de la Cruz Diario En
De Angelis 1910 I p.291) parece ser el mismo que nombramos como Quiñepi o Quintrepí.
QUINTRE QUEO (Quintriqueo), 1834, capitanejo de procedencia chilena; pero
entonces incorporado a la tribu de Llanquelén en Junín (René Pérez 1950 p. 31)
QUINTU CÓ,1834, cac. boroga que por el Asalto de Masallé fue a incorporarse a la
tribu de Juan Calfucurá. Dicen que Calfucurá lo hizo degollar, quizás por una discusión
vehmente.
QUINTU CURÁ, 1838, cac. chileno que en abril de ese año participó en el asalto de
la tribu de Llanquelén en Junín (René Pérez, Apuntes para la hist. de Junín, 1950 p.65)
QUINTU HUAL, 1873, cac. huilliche de la zona de Geylun, o sea pampa de Nor
Patagonia.
QUINTUV (quizás Quintulev), 1822, cac. huilliche que nombra el Cnel Pedro A.
García en el Diario de su expedición pacificadora al Sur de Buenos Aires (De Angelis 1910
IV p. 126) 1826 participó también en el parlamento que los Hermanos Oyuelaa habían
convocado en la zona de Bahía Blanca (AGN X. 27-7-6)
QUINTUILL o Coillil, Felipa era la esposa del cac. Ignacio Coliqueo (boroga de Los
Toldos) Ella nació en Chile en 1796 y murió en Nueve de Julio en 1894. En el libro Coliqueo,
el Indio Amigo de Los Toldos de M. Hux hay muchas noticias de esta buena esposa que
participó en el recurrido de esa Tribu (de Boroa a la Pampa – entre los ranquels - éxodo
durnte la guerra por la unidad nacional – radicada en La Tapera de Díaz (Los Toldos, Part. De
Gral. Viamonte. Después de la muerte de su esposo en 1871 vivió en la Rinconada de su hijo,
el cac.Simón y más tarde en la casa del mismo que adquirió en Nueve de Julio. Es posible que
Ignacio perdió a su familia en 1834 en el Asalto de Masallé y se tomó entonces a Felipa como
su mujer, cuyo primer hijo nació en 1838. Sus hijos son:
1. Justo Coliqueo 1838 – 1876, cac, sucesor
2.Simón Coliqueo 1840 – 1902 cac. sucesor
3. Lorenza Coliqueo 1846 – 1921
4. Ignacia Coliqueo 1847 - 1926
5. Carmen Coliqueo 1848 - 1919
6. Antonino G.Coliqueo 1849 – 1917
7. Micaela Coliqueo 1851 - 1929
8. Martín Coliqueo 1862 - 1934 Omito el frondoso árbol genealógico
Tenemos una preciosa fotogrfía de la familia de 1865. En ella se nota la voluntad de
asimilarse en vestido y costumbres a los blancos; excepto la mamá Felipa Quintuil y su hija
Ignacia que se presentan con atuendo tradicional hermoso y rico. Querían vivir cerca de los
cristianos y pidieron maestro y sacerdote.
En 1875 llgó a la Tribu el Misionero Pablo Emilio Savino. En la reunión que convocó el
cacique Simón presentó al sacerdote a Dña. Felipa diciendo: “Aquella es mi madre, Felipa
Quintuil”, señalando una anciana muy pulcra, vestida a la usancza antigua. El misionero la
saludó, pero ella sólo dirigió hacia él una mirada apática sin abrir la boca. Ella era estimada
por sus habilidades de buena costurera y en la fabricación o instalación de un toldo, - me
decía su nieta Ignacia.
Algo más tarde vivió en la azotea en la Rinconada que Simón Coliqueo se había
edificado y se adquirió una casa en Nueve de Julio. En abril de 1892 hubo una Misión para
los indios de la Tribu. En el libro de Bautismos de la parroquia de Nueve de Julio se anotaron
280 bautismos en el libro de bautismos Nº 23. El cac. Simón Coliqueo fue padrino de muchos
niños y tuvo la alegría que también su anciana madre, Dña Felipa Quintuil de Coliqueo
recibió la gracia del bautismo. Ese mismo año falleció. Se me extravió la fecha que había
sacado del libro de defunciones. (Creo que fue el 18 de dic. de 1892)

QUINTU LEMU, 1875, capitanejo salinero. Ese año lo mandó el cac. Namuncurá a
Bahía Blanca para entregar al Cnel. Iturra la gran propuesta de paz con una carta de Bernardo
Namuncurá. Ver AEM doc. 2312
QUINTULÉN, 1834, cac. ranquel incorporado a la tribu de Santiago Llanquelén en
Junín (René Pérez: Apuntes Hist. de Junín 1950 p. 31)
QUINTU LIPE, cac. tehuelche actual. Estos últimos años se hallaba al Oeste del
Chubut, en la frontera con Chile. ETIMOL: Lipi pluma y quintu: buscada
QUINTÚ N (Quintuín), 1790, cac. puelche; estuvo con el cac. Lorenzo Calpisquis, 2º
cacique de su tribu. En 1790 viajó su hijo a Buenos Aires, lo que se registró en Ranchos
(Diario de J.J. Hernández AGN IX 24-1-6) EIMOL: tigre buscado
QUINTUNGÜEME, cac. chileno, sucesor del cac. Guanalcaleu en 1591. Murió
despedazado (Pavez, Jorge )
QUINTU NAO, 1864, capitanejo ranquel que figura en la lista del cac. Mariano
Rosas (1872 lista del P. Donati ) . También Lucio V. Mansilla lo menciona en 1870.
QUINTUY o Quintuni, 1784, cac. puelche que estaba en paz con Buenos Aires y
solía ir a la Capital a comerciar, igual que Lorenzo, Toro y Guayquilef (Arch. Mus. Hist. Nac.
Doc. 7 de 1795) Ver Quintún. 1806 ofreció al Cabildo su ayuda para repeler a los ingleses
invasores (Zerda: Los indios y las invasiones ingleses, 1934 p. 49 y 63) 1824, terminada la
segunda expedición del Gobernador M. Rodríguez al Sur de Buenos Aires, siete caciques
solicitaron de nuevo la paz y seis quedaron en rehenes: Quinty, Nicolás, Millán, Nahuel y
Carrenao. Se hizo varios tratados de paz, pero Quintuy no figuraba más (AGN X 27-7-6 y
M. Rivas: El Mangrullo de Melincué p. 12)
QUINTUY, Nahuel figura como capitanejo salinero en el tratado de paz de 1873
propuesto por los caciques sufraganes de Namuncurá (AEM doc. 1232)
QUIÑA, 1658, cac. puelche, sujeto al cac. Goico en la zona del Diamante (Mendoza)
Arch Mend .
QUIÑA GUIRRI, 1782, cac. pehuenche chileno que supo de los Césares “Un zorro”
QUIÑA PAL: 1867, cac. pampa de Tapalquén. En marzo de 1867 invadió en Tres
Arroyos (AEM)
QUIÑE PIL ver Quentre pil
QUIÑE ANTE, 1859, cas. salinero (Arch. Urquiza)
QUIÑE CHEO, 1852, capitanejo ranquel que figura en listas de obsequios.
QUIÑE FORO, 1822, cac. huilliche, según decía Pedro A. García en su diariode la
expedición pacificadora a la zona de Tandil. (En: De Angelis, 1910 Iv p. 126), pues asistió el
27 de abril al parlamento de paz junto con los caciques Niguiñillé y Pichicurá.

QUIÑE FORÓ: 1866 era cacique pampa puro que se llamaban también quirquinches
(G. Musters). En la primavera de 1866 llegó con algunas capitanejos a Carmen de Patagones,
solicitando por intermedio del coronel J .Murga un tratado de paz con el Gobierno nacional,
como se había concertado con el cacique Benito Chingoleo. Estaba dispuesto a ubicarse él, un
capitanejo y 50 indios en la Segunda Angostura para vigilar los campos y estar a las órdenes
de esa comandancia como soldados (A.G.N.), toda vez que se necesitasen sus servicios.
Esperaba recibir el sueldo de $ 600 mensuales y $ 200 para el capitanejo y otras cosas como
se había convenido en el racionamiento de los indios de Chingoleo. El coronel Murga, que lo
recomendó al general Mitre, opinaba que así no harían daño en la zona (y era un precedente
de la conquista del Chubut, que ese año el explorador suizo Jorge Claraz había abierto para
los científicos (Véase M. Hux: J. Claraz, biografía y Diario de viaje de exploración al Chubut
1865 /1866, Ed. Marymar, Bs. As. 1988). Murga ponderaba a Quiñeforo como de mucha
influencia en el Río Negro. Tras información al respecto, el general Mitre y su ministro J.
Martínez autorizaron el tratado, con fecha 12 de Marzo de 1867 (AEM, Doc, 892), exigiendo
que debían mandar copia para la aprobación. No ubiqué esa copia, pero como se los racionaba
desde entonces, debo suponer que se había aprobado. .
El explorador inglés Musters estuvo en su toldería, en el preciso momento en que
Teneforo (sic) estaba en Carmen de Patagones para recibir raciones y animales. En su libro
´”Vida entre los patagones”, escribe: "Algunos de ellos están al servicio del Gobierno
argentino y en situación de ser llamados por el Mayor Linares. Los Tehuelches llamaron a los
'pampas' del Norte Patagónico 'quirquinches', porque algunos vivían en cuevas como ese
animal llamado quirquincho y era un sobrenombre despectivo".
En 1872, el comandante Liborio Bernal renovó el contrato con Quiñiforó. Su familia
vivía entonces en el paraje de Treneta de Río Negro, hasta el año 1877. Después, durante los
avances de la Conquista del Sur, ya no se la nombra más.
(Etimología: Quiné: 1 [uno]; foro: diente o hueso.)
QUIÑE GUER (Quiñiher), 1836, cac. boroga de Chile que murió en el Asalto de
Tapalquén, el 1º de octubre de ese año (Capdevilla: Tapalquén I p. 86)

QUIÑE GUAL, Vicente (o Quiñigual) en 1824 era cacique araucano huilliche. Según
las Memorias de Juan Cornell, el padre de Quiñigual había sido muerto por la tercera
expedición del general M. Rodríguez al sur bonaerense. Creo que era de esos caciques que,
evitando la Guerra a Muerte en Chile, emigraron a la pampa argentina. En 1826 estuvo
presente, cuando unos 40 caciques hicieron un parlamento de paz sobre el Arroyo Pecuén.
(AGN, S.X, 27-7-6; 25.4.26)
A raíz de un malón lanzado por los pincheirinos a Los Toldos Viejos (Dolores), el
coronel. Federico Rauch realizó dos expediciones "punitivas". Eran de exterminio. Se hizo
acompañar con un gran contingente de indios tehuelches. Arrasaron la zona de Epecuén y
Sierra de la Ventana. En un arroyo que había sobre el camino a Guaminí, atacaron la toldería
de Quiñegual. El arroyo lleva hoy su nombre.
El cacique se salvó y se presentó al parlamento convocado por J. M. de Rosas en
Tandil. Gervasio Rosas lo anotó en el acta del 19 de Noviembre de 1831 en octavo lugar.
(AGN, S.VII, Biedma, 10-4-14)
Pero, en preparación a la Expedición al Desierto, Rosas lo utilizó como "conejo de
experimentación"; quiso probar la fidelidad de los borogas en Guaminí. El coronel M.
Delgado tuvo que reunir a 400 borogas y realizar con ellos una "expedición punitiva",
perseguir y exterminar a los "indios enemigos", obligados a cortarles la retirada a Chile. Se
tuvo aviso de que 200 indios de Quilapí venían a reunirse con el cacique Cumiú y el cacique
Vicente Quiñegual. Los atacaron el 9 de Agostó de 1832 en el Arroyo Pelicurá, en la Sierra de
la Ventana y causaron la muerte de unos cien indios. El combate duró desde las once de la
mañana hasta las cuatro.de la tarde (AGN. S.X, 27-7-6; 6 fojas)

En Enero de 1833, Rosas envió otra expedición contra Quiñigual, Cheuqueta y


Chocorí. A estos dos justamente, porque habían recibido al cacique Quiñigual. Eran
prolegómenos de la expedición combinada al Desierto. Mientras Rosas inició la marcha de su
columna expedicionaria, averiguó que Quiñigual estaba entre los manzanos (del Neuquén)
(ib.27-5-6 y AEM Nº 233) y trató de indisponer a los indios amigos contra Quiñigual. Así
escribió el 8 de Julio de 1833 al cacique Cachul:
"No se fíe de Chocorí, ni de Toriano, ni de Quiñigual; son traicioneros... Nos han
robado con las armas que les dimos para jabonar a los boroganos. No han de jugar conmigo
como con el general Rodríguez... Me lo han de pagar, como pagó Pincheira. Quiñigual así me
paga el que yo haya hecho con él las veces de un verdadero padre. Que recuerde lo que hice,
cuando lo corrieron los boroganos (sic). Que recuerde lo que hice en esta ciudad, cuando les
atacó la viruela [NB —Los hizo vacunar—]. Me lo han de pagar; nada quiero ver con ellos;
que me cuenten como enemigo hasta la muerte". (AGN, S.(V),X 28-4-7 y copia en AEM, caja
5)
Intercalo el texto de la carta para que se vea el estilo y la política que Rosas seguía
con los indios. A los borogas les envió otra carta (Comando General del Ejército, ob. cit. V,
66). A la vez que los exhortaba a la fidelidad, les mostró el ejemplo de infidelidad de
Quiñigual que sería castigado. "...Se dio por amigo mío y lo auxilié, cuando ustedes lo
derrotaron cerca de Bahía Blanca. Le di armas y le dije, que esas armas eran para el caso que
ustedes pasaran a atacarlo, se defendiese. Pero si él pasaba la línea para atacarlos a ustedes...
ustedes eran mis amigos. El no quiso contenerse y los buscó para atacarlos. Quiñegual me
había prometido no faltar en nada, pero después de haber recibido regalos, faltó; por eso he
jurado a perseguirlo. Eso por mí y por ustedes..."
En Julio de 1833, las tropas de J. M. de Rosas atacaron al cacique Quiñigual y lo
vencieron. (J. Garretón. Escritos... Diario, 21 de Julio, T. I. p. 162)
Recién en Febrero de 1834 se lo presentaron a Rosas en el Campamento General,
"prisionero miserable", con 83 indios. Rosas anotó en su Diario, que estos eran los que le
habían quedado. "Se ha presentado (1.2.34) al teniente coronel Miranda, en el Sauce Viejo, el
cacique Vicente Quiñigual con la gente de pelea y chusma de su tribu que le han quedado y
cautivos cristianos de ambos sexos. El armamento que tenía, lo entregó..." El 2 de Julio del
mismo año comunicó el capitán Millalicán de Guaminí, escribiente de los caciques borogas,
al comandante de 25 de Mayo: que habían llevado 200 indios infelices al cacique Rondeao
con el capitán Don Juan. Habían huído con Quiñigual y habían estado muy cerca de los
huilliches. (Fue otra jugada de Rosas, entregarles a los borogas estos indios.) Finalmente,
Rosas se reconcilió con Quiñigual y le hizo entregar 200 pesos. (AGN, S.X, 40-7-10)
En cambio, a los borogas les impuso cada vez mayores dificultades y compromisos
que tendrían fatales desenlaces entre los años 1834 a 1836. Quiñigual fue ubicado entre los
pampas de Tapalquén, donde sufrió otro ataque de sus enemigos, e.d. de los amigos de Rosas.
En un primer momento del ataque a Tapalquén perdió la caballada y a las familias, pero
luego, tras una tenaz persecución, los caciques Catriel, Nicasio, Anepán y Quiñigual
recuperaron a sus familias, el 1° de Octubre de 1836. (AGN, S.X, 20-10-1)
Otro ataque más cayó sobre estos "indios amigos" de Tapalquén, el 20 de Agosto de
1839 (AGN, S.X, 27-70-6,8 fojas). El coronel Granada, con la colaboración de estas tribus,
los rechazó. Quiñigual fue enganchado también para combatir la Revolución de Dolores
(1839). Un documento de 1840 enumera a los caciques y caciquillos que integraron la
División Sud del coronel Nicolás Granada: "cacique Quiñigual, capitanejo José María,
Manuel Peutril y Millacao; cacique Nicasio (Maceda), capitanejo Fruelchén, Peutrimilán.
Railefe, Ramillé y Güesuén". (AGN, S.VII,Biedma,10-4-14)
Otro documento de 1851 habla del capintanejo Quentriel a cargo de los indios del
finado Quiñigual y del 2º del cacique, capitanejo Pedro Mario Maceda, sobrino carnal del
cacique Quiñigual. (Ib., Biedma)
(Etimología: Quiñé: un; huala: pato).

QUIÑE HUAL, Juan, capitanejo salinero que 1873 firmó el proyecto de Tratado de
paz (AEM 1232)
QUIÑE HUAL, Vicente, capitanejo de la tribu de Namuncurá . Ambos han sido
pobablemente hijos del viejo Quiñegual. También él firmó en 1873 el gran proyecto de
tratado de paz en Junio (AEM 1232) En Octubre de 1875 , el cac. Namuncurá lo envió a
Olavarría con 15 indios para escoltar al misionero R.P. Jorge María Salvaire que se disponía
viajar hasta Salinas Grandes. Acompañó también al sacerdote en su regreso (M. Hux: Una
excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes en 1875; ed. E C A 1980)
QUIÑEL ( prob. Quiñe Nahul) según las Memorias de Santiago Avendaño era cac.
boroga que en 1834 fue sometido por el cac. Calfucurá.
QUIÑE LAF, 1880, capitanejo picunche. El expedicionario Cnel M. Ruibal lo buscó
y lo halló, el 10 de Mayo de 1881 en su toldería a orillas del Arroyo Llamuncó (Neuqén).
Había huído y sus toldos estaban quemados dice el parto.
QUIÑE LEF,1870, cac. pampa, hermano del cac. Chipitruz, quien fuera muerto en la
batalla de Burgos, en Mayo de ese año.
El Dr. Zeballos visitó en 1880 un cac. Qiñelef en su toldería cerca de Lavalle. Con él
estaba su cuñado Maldonado a cargo de unos 20 indios y 40 mujeres (Zeballos: Viaje al país
de los araucanos ed. 1934 p. 90)
QUIÑE MÁN o Quiñemay), 1844, capitanejo ranquel del cac. Peiné Gnerr. Con el
Cnel Manuel Baigorria y mil indios invadió hasta el departamento de Rosario. En la batalla
de la Horqueta y del Zapallar se toparon con las tropas de Rosas y murió en la batalla del
Zapallar en el enfrentamiento con las tropas del Cnel. Prudencio Arnold en febrero de 1845.
(ver 1845 cac. Guzmané y el comercio de los chilenos)
QUIÑE MANQUE, 1622, cacique del Toqui Rua o Ruya que era puelche. Se
encontró en 1644 con el Marqués de Baydes en el parlamento de paz, según el P. Diego
Rosales: Hist. Geneal del Reyno de Chile , 1877 p.171)
QUIÑE NAO, Martín, 1824, cac. araucano que participó en la Guerra a Muerte en
Chile.
Era nieto del cac. Colicheo de Quillahueque (T.Guevara 1910 cap. IX) Ver Manguin.
QUIÑE NAO, 1836, capitanejo o “cabecilla” ranquel. Fue muerto en la Pampa por la
expedición de la División del Cnel. Eugenio del Busto en 1846 desde Bragado a Toay.
(Hux,M. Comandantes de Bragado y Moya: Contribución a la historia de Bragado La
Plata,1957 p.62)
QUIÑE NAO, 1873, capitanejo pampa ranquel que firmó en Salinas Grandes el
proyecto grande de paz (AEM. doc. 1232)
QUIÑE PÚN, 1873, suscribió el gran proyecto de paz en Salinas Grandes y figura
como cacique primero. (AEM doc. 1232) ETIMOL: quiñe: una y pun: noche
QUIÑE TRU, capitnejo salinero que firmó el mismo documento (AEM 1232) en
1873
QUIÑE LÍ, 1806, cac. araucano que nombra el viajero D.Luis de la Cruz (En: De
Angelis I. p.223)
QUIÑI LLÁN, 1806, cac. huilliche que tenía su toldería en Nahuel Mapú (La Pampa)
(según el Diario de Luis de la Cruz)
QUIÑIR (Quiñigner), 1836, capitanejo ranquel que murió en Tapalquén en el malón.
QUIÑIR, 1872, cac.huilliche. Aparece en el tratado de paz de los caciques Quepumil
y Yancamil en Carmen de Patagones.
QUIÑI YANCO, 1814, cac. pehuenche de la lista del cac. gobernador Ñeycuñán, en
San Rafael.
QUIÑOL, 1826, cac. boroga que asistió a los parlamentos de paz en Bahía Blanca,
convocado por los Hermanos Oyuela (dic. 1825) y sobre el arroyo Pecuén, el 25 de abril de
1826. Compartió la historia de los caciques borogas ( Ver:Rondao y Melín etc.)
QUIÑULEF, Antonio, 1838, capitanejo ranquel, integrado a la tribu de Llanquelén
en Junín. Cuando esa tribu fue asaltado, ese año, este capitanejo ha sido apresado, junto a su
hermana y otros familiares. 1840 viajó a Buenos Aires, porque llegó a saber que los ranqueles
Baigorria en sus Memorias (ver Querón)
habían hecho un tratado de paz y habían entregado sus cautivos. Por 500 $ pudo
rescatar a su hermana que Rosas hasta entonces había retenida. (AGN VII 1-2-9, febrero y
mayo de 1840)
QUIRÓN, 1850, cac. ranquel de apellido castellano. Lo menciona el Cnel. Manuel
QUIRQUI LEF, 1835, cac. de Tapalquén (pampa) que tuvo trato amistoso con J.M.
de Rosas (R.Capdevilla: Tapalquén I. p. 88 y 107). En 1839, después de la Revolución de los
Libres del Sur, los caciques pampas lo mandaron a Buenos Aires para averiguar si Rosas vivía
aún.
QUIRQUI QUEO,, Juan M., 1833, capitanejo tehuelche que participó en la Campaña
de Rosas y recibió una gratificación de 240 $ (AGN. X. 40-7-10)
QUIRQUI NAO, 1796, cac. pehuenche del grupo de Malalhué (Arch. Mend. 16.5.
1796)
QUISQUE CHARABA, 1573, cac. comechingón de Quisqui Sacat, San Roque;
encumendado a Yrobe (Montes p.71)
QÜITIÑO,1833, cac. ranquel con nombre cristiano. El 29 de abril de ese año de la
Expedición al Desierto, el Gral. Huídobro debía atacarlo en la laguna del Recado. (primer
nombre de Trenel, La Pampa).
QUITI QUIVIS, 1562, cac. araucano de la Cordillera nevada, a 40 leguas de La
Serna. Era compañero del cac, Guanavi. (J. T. Medina: Documentos vol. XIX p. 136)

RACU BIL, 1806, cac. pehuenche que vivía en Cachacama, a orillas del río
Yobarrana, cerca de Luján (Mendoza). Según el diario de Luis de la Cruz, en ese año ya había
muerto, cuando de la Cruz visitó a los pehuenches ETIM: prob. Bil (vilú) víbora y Racu
(rancul) del totoral.
RACUN CURA , 1881, cac. salinero. Monseñor A. Espinosa lo visitó en el
campamento de los indios rendidos en Gral. Roca (Colonia Catriel) . Tres años más tarde los
halló en Chichinal (Diario de Monsr. Ant.Espinosa ed 1939 p. 139)
RAFAEL (creo Rafael Yatti), 1750 cac. pampa serrano, que estuvo en la Misión
jesuítica. Era “ladino”; es decir, sabía castellano. 1761 pidió permiso para establecerse cerca
del fortín Zanjón. 1770, en el parlamento de paz a orillas de la Laguna de los Huesos, el
Piloto M. Pinazo exigió a los 12 caciques presentes que llevasen al Gobernador Bucarelli la
cabeza del cacique Rafael, porque ése no quiso participar en el parlamento. Lo buscaron en la
expedición que Pinazo con los 12 caciques y sus indios hizo contra los “tehuelches del Sur”
(ver Yahatti)
RAGUIL ANTE,1797, cac. pehuenche de Malalhué. Estuvo en el Parlamento que
tuvo como finalidad de dar término a la Guerra Pehuenche. (Arch. Mend. )
RAMÓN o Ramón Melillán (Painemal), hermano de Necul, Mulato Curriqueo etc.
(ver Melillán)
RANGUÍN o Rañin o Rallín, 1857, capitanejo del cac. Melinao IIº. Su hijo Domingo
Ranguín frecuentó la primera escuela de Bragado. Algunos creemos que Ceferino
Namuncurá era hijo de Ignacia Inaypán hija del cac. o capitanejo Gabriel Rañin de Bragado.
(Ver Namuncurá, Ceferino)
En los libros de bautismo de Bragado figuran Calderón Ragui, Paula, Josefa y
Carolina Raguin. Antes vivían por Azul con el cacique Collinao.
RAÑIN, 1869 , cacique patriota, pero no sometido al gobierno chileno.
RANGUÍN (o Ranguin) 1864, capitanejo ranquel de Mariano Rosas. (Arch. Mitre )
RAIGA PÁN, 1780, cac. pehuenche que, después de la expedición de Amigorena,
asistió en ese año al parlamento de reconciliación (Arch. Mend. )

RAIGÜÉ o Raihué. 1830, cac. huilliche; estaba establecido en Chacay Mallín oValle
Amarillo. Estaba casado con Gueneigpán y con Utrufigán. Los hijos del primer matrimonio se
llamaban Panguitrú, Caniú y Panguilem. S. Avendaño anota en sus Memorias a Raihue como
hijo mayor a Epiú, casado con Pichi Quintuí cuyos hijos eran Melitón que recibió el nombre
del abuelo Raihué) y Mariñancú. Al cacique se le aconsejó que se hiciera amigo del
Gobernador José F. de Amigorena. En 1897 se le invitó al parlamento de reconciliación en
San Carlos (Arch. Mend. 12.10.97).
El excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias (ed. El Elefante Blanco 1999)
detalla los momentos más álgicos de este cacique, pag. 99 y sig.) Se hizo muy amigo del
Gobernador Don José de Aldao. Cuando su hijo Caniú tuvo 15 años de edad ,el Gral. de
Aldao le propuso que ese hijo fuese a su casa para educarlo y sirviera de regüel. Fue enviado
a Mendoza bajo los mejores auspicios de paz. Allí se le trató de un modo muy satisfactorio.
“Pasaron así tres años en paz completa, durante los cuales no se veía otra cosa que
arrias conducidas por cristianos con importantes mercaderías para cambiarlas por vacas y
yeguas u ovejas que poseían los indios.
“Raihué aprovechó la quietud, pero alguién la minaba: el famoso Pablo Pincheira,
apoyado por el cac. Neculmain y por un grupo considerable de cristianos de mala laya.
Trataron secretamente de entenderse con los caciques subalternos de Rayhué, preguntándoles
cómo miraban tranquilos el egoísmo de aquel que juntaba todo para sí.. Raihué no ha hecho
otra cosa que aprovecharse de ustedes. Les toca ahora a ustedes aprovecharse de sus manadas,
de sus ropas, de su plata y verán que habían sido engañados.
Estos mensajes fueron divulgados con mucho sigilo por el capitán Zúñiga, intérprete
hábil y astuto de Pincheira…..
El cac. Raihué descansaba, porque convivía en la paz y armonía que mantenía no sólo
con todos los jefes de naciones indias, sino también con los gobiernos cristianos.
Entre tanto estalló una revolución en Mendoza y ocurrió la fatal sorpresa en Chacay
Mallín, donde fue muerto una importante comisión de la Ciudad (Ver Neculmán)
“Entonces Caniú, hijo menor del cac. Raihué, que estaba en casa del General Aldao,
fue despachado desde un lugar que se llamaba “El Retamo” para que se incorporara a su
padre y solicitara de él algún auxilio….Justamente el día en que llegó a su tierra, -era la hora
de entrarse el disco del sol,- subió a una de las últimas lomadas, antes de llegar a su casa, y
vio desde allí grandes polvaredas en diferentes direcciones hacia el Sud Oeste. Llegó
finalmente y encontró en el patio a su padre asesinado por sorpresa, en esa misma mañana; su
toldo estaba hecho pedazos; las petacas abiertas y rotas. No halló ni vestigios de tantas
haciendas que había poseído su padre. No halló alma viviente en aquel recinto, hecho un
cuadro de horror. Sólo encontró unos perros y unas gallinas. No había nadie que le informara
del suceso o de sus deudos.
Las Memorias de Santiago Avendaño se extiende aún más; pero invito a los lectores a
leer los originales.
Caniú se unió a algunos fieles que se habían salvado y sepultó al padre. Su hermano
Epiú se había salvado con sus hijos y su mujer y también halló a su madre y la otra mujer de
su padre, a una jornada de allí. Epiú quería irse a los ranqueles de Llanquetruz que era primo
hermano de su difunto padre. Otros propusieron irse a Neculmán en Trapa Trapa y Caniú
propuso que se amparasen en San Rafael.
Aquí dejamos la impresionante historia del cac. Raihué, cac. gobernador del Sur de
Mendoza.

RAYLEF, Juan

RAYLEF, Juan (Railén. Reilefe), en 1819 era cacique patriota chileno de


Lumaco. Era hermano del cacique Paillalef o Paillaleo de Pitrufquen (Treutler-
Keller: Andanzas de un alemán en Chile, ed. 1958, p. 380). Actuó desde 1819 en
la Guerra a Muerte junto con el cacique Venancio Coñuepán y oportunamente
con el cacique Juan Colipí. Acompañó con su guerrilla al coronel Jorge
Beauchef en la conquista o campaña de Valdivia y en la lucha contra el
gobernador Antonio Quintanilla de Chiloé. (T. Guevara: ob. cit. 1910 p. 134 y
Beauchef: Memorias Militares, 1964 p. 171).
Más tarde también acompañó al capitán Labbé con 40 indios durante su
expedición (Guevara ib. p. 140 y 375).
El cacique Raylef se estableció entonces entre el Río Bueno y Cudicó;
mantuvo siempre lazos de amistad con el coronel Beauchef. En las Memorias de
éste leemos —después de una descripción de fiestas indígenas—"El cacique
Railef había llegado a ser para nosotros una persona importante. Tenía una tribu
numerosa y cuidaba el desfiladero de Osorno a Maulín" (ib. p. 177). El gobierno
le obsequiaba buenos regalos.
Mientras sus amigos y parientes Melipán, Coñuepán y Melinao
expedicionaban en la pampa argentina contra los indios realistas y contra los
pincheirinos, se ha hecho (según he podido averiguar) un silencio en la
documentación referente a su persona o no he tenido la suerte de hallar la
documentación correspondiente. En cambio sabemos que su hijo José María
Raylef estaba acompañando a Melipán, Coñuepán y Melinao en su campaña en
la Provincia de Buenos Aires.
En 1837 Juan Raylef se presentó, no ya en paz, en Bahía Blanca y entre
los borogas de la Sierra de la Ventana, para vengar la muerte de su amigo y
pariente Don Venancio Coñuepán y la masacre de su tribu, muertos el 24 de
Agosto de 1836, víctimas de la política rosista y del malón salinero de
Calfucurá. (Véase la importante relación biográfica de Coñuepán V.) Juan
Raylef quiso ir a vengarlos, porque entre aquellos "indios amigos" de Bahía
Blanca había estado su propio hijo, el cacique José Mará Raylef, quien había
acudido en defensa del cacique Venancio desde Tapalquén, pero había llegado
tarde (31.8.36). El 1° de Octubre cayeron sobre su toldería y la de Tracanao los
maloneros de Salinas.
Seguramente José M. Raylef comunicó a su padre cuántas afrentas habían
sufrido, invitándole a que viniese a vengarlos. De esta manera Juan Raylef
reunió una indiada de más de mil indios con 23 caciques y se agregaron
ranqueles, entraron en Salinas Grandes y malonearon en varias zonas.
Exactamente un año después de la muerte de Venancio Coñuepán, se presentó el
malón de 1.700 hombres en Bahía Blanca. Hay una maraña de documentación,
incluso documentación falsa, en torno de estas actuaciones a punto tal que
confieso no he llegado a discernir claramente lo que ocurrió el 14 y el 25 de
Agosto, y el 26 de septiembre de 1837 (AGN S.X. 25-5-1: S.VII. l-2-10 Tomo 7
, Nº 12 y X. 25-5-1, 1.10.37 y Gaceta, 5 de Oct. de 1837 que habla de una gran
invasión de Raylef a los borogas.).
Simultáneamente fue atacado Bahía Blanca y la tribu boroga de Alón y
Guayquil. Una cautiva, la esposa del Sarg. Iturra escapó de la masacre de la
toldería, que pudo informar del hecho y del inminente malón a Bahía Blanca.
Habían apresado también al cacique Meligur boroga que se había designado a él
mismo jefe en reemplazo de Rondeao (muerto en 1834 y de Cañiuquir, muerto
en 1836).
Juan M. de Rosas obligó entonces al coronel Narciso del Valle y al
coronel Ramón Maza a perseguirlos con sus tropas; y al cacique Calfucurá le
aconsejó tenderle a Raylef y su gente una emboscada en la Cordillera y quitarles
la hacienda que iban arreando a Chile. El Dr. Zeballos cuenta que Calfucurá
cayó sorpresivamente sobre esos arreos en un momento de descanso en
Quintuco, antes de pasar por el Paso del Llaima y que mataron al cacique y a
500 indios, reteniendo las haciendas y muchos cautivos.
N. del Valle sorprendió (5 de octubre 1837) la toldería de un cap. Raylef
en Tapalquén, donde dio muerte a unos 90 indios, cautivando a 309. En cambio
el coronel Antonio Ramírez rechazó una fuerte invasión chilena en la zona de
Bragado, en el paraje llamado Pozo Pampa, el 2 de octubre de 1837 (Capdevilla:
Tapalquén I. p. 88: A. Allende: en Primer Congreso de la Historia de los pueblos
de la Prov. de Bs. Aires II p. 114 y AGN S.X. 25-5-1 fecha: 16.12.37).
El comandante de 25 de Mayo convocó luego a los indios amigos del
vecindario y les leyó una relación "circunstanciada" del triunfo sobre los indios
amigos, según él narró en una carta a Rosas del 17 de noviembre de ese año
(AGN. S.X. 25-5-1).
Rosas también leyó el relato de estos acontecimientos en su mensaje a las
Cámaras calificándolos como uno de sus mejores triunfos. La historia crítica ha
de juzgar si estos fueron triunfos verdaderos y justos.
(Etimiología: Rai [rayün]: flor del río [leufú]).

RAYLEF, José María

Raylef, José María, 1799 – 1874, cacique araucano, era hijo del cacique
patriota Don Juan Raylef, quien murió en 1837, a su regreso de un malón de
desagravio a Bahía Blanca.
José María acompañó a su padre en los primeros momentos de la Guerra
a Muerte. Pero desde 1824 acompañó la indiada del cacique Venancio
Coñuepán, con quien se había emparentado. También él llegó a la pampa
argentina por encargo del gobierno de Chile en persecución de los indios y
guerrilleros realistas. Fue pues, también compañero de los capitanejos Martín
Collinao y Pedro Melinao.
En 1827 los Pincheiras, sus enemigos, habían cortado los pasos y caminos
de manera que no se atrevieron a retornar a su país y ofrecieron sus servicios al
gobierno de la Provincia de Buenos Aires por intermedio del comandante del
Fuerte Independencia de Tandil. (Véase lo relatado en la reseña de V.
Coñuepán). Con éste llegaron a participar en la fundación de Bahía Blanca.
(1827). Pero desde 1830 radicaron a los indios de J.M. Raylef en Tapalquén, en
el vecindario de las tribus de Catriel y de Cachul. Una comunicación del
Comandante de Tapalquén en 1830 hace un elogio de él. Del cac. José María
Raylef, hijo de Juan Raylef, escribió a J.M. de Rosas: “El cacique Raylef, jefe
araucano, aquí asentado “es hombre de mucho juicio y muy laborioso; tiene una
chacra bastante grande, siembra maíz, porotos, zapallos, papas y otra porción de
cosas y sus indios casi todos trabajan y ningún vecino se queja de él” En un
censo realizado en Tapalquén, en las tribus de Catriel de 1832 se enumera 1742
indios de Catriel, 344 de Cachul, 198 del cacique Trancamán; 141 del cacique
Railef , (2 oficiales, 57 conas, 41 mujeres y 40 niños); 60 de Cayupán y 70 de
Quiñigual. (AGN. S.X. 43-1-2 y C. Alquereta: Los caciques Catriel, 1976 p. 67)
Más tarde repartió la gente de Railef a lo menos en dos partes. El
capitanejo Manuel Raylef siguió con la tribu de Catriel en Azul, hasta su
eradicación y persecución por la campaña de Adolfo Alsina, en 1876. Unos se
rindieron el 31 de Marzo en Carmen de Patagones; otros fueron vencidos en la
batalla de Treyco (La Pampa), el 11 de Noviembre de 1877, donde murió el
capitanejo Raylef y 150 indios, 302 indias fueron hechas prisioneras por las
tropas del Cnel. García .
1833 todos los indios de Raylef participaron en la Campaña del Desierto
y fueron reconocidos por su fidelidad. Cuando, en 1835, Rosas asumió por
segunda vez la gobernación de la provincia de Buenos Aires, toda la tropa de
Tapalquén y con ella los indios amigos de su vecindario festejaron el
acontecimiento con asado, vino y discursos, de los cuales hay noticias
documentales. También el cacique Railef pronunció un discurso, del cual La
Gaceta de Buenos Aires, del 31 de Julio de 1835, incluyó el párrafo que cito:
“Decía que él no era de esta tierra y que sin embargo, Juan Manuel de Rosas los
miraba al igual que los pampas y que se ofrecía a pelear en defensa de su
amigo...” (Gaceta Nº 3651)
No creo que, un año más tarde, habría dicho lo mismo, cuando tras la
matanza de los borogas de Masallé y de Cañuquir, Rosas permitió a los
huilliches que matasen a su gran amigo y patriota Don Venancio Coñuepán y a
su tribu. Fue entonces, cuando su padre, el cacique Juan Raylef llegó a Bahía
Blanca con unos 1700 indios para desagraviarlos. En su reseña arriba hice
mención del desastroso fracaso de esa expedición y el total despojo a su regreso
y la muerte del cac. Juan Raylef en Qintuco, preparándose para cruzar la
Cordillera.

En 1840, los caciques Martín Collinao y Pedro Melinao, sobrevivientes


de la tribu de Coñuepán en Bahía Blanca, se unieron al cacique Railef en Azul,
poniéndose a las órdenes del Cnel. Juan Aguilera y del Sargento Mayor Fabián
González . Sus indios amigos sirvieron en esa frontera hasta fines de 1845.
Rosas estaba preparando la fundación del Cantón y pueblo de Bragado y el
avance de la frontera sobre el Salado. Rosas destinó al Sargento Mayor Eugenio
del Busto para esta operación, cuando el Jefe de la Frontera, el Gral. Angel
Pacheco había pensado en el Coronel Juan Aguilera. Aguilera y su tropa fueron
enviados al Fuerte de Navarro. De los indios amigos, parte marchó desde Santos
Lugares a la Guardia de Luján y de allí en marzo de 1846 a Bragado y otra parte
arribaría con Aguilera el 13 de marzo de 1847 a la Guardia del Bragado. (Hux:
Los orígenes de Bragado 1995 p. 77, donde cito las Memorias del Sargento
Mayor Fabián González y Hux: Los Militares de la Comandancia de Bragado,
1845-1863, Bragado 2005 89 pág). En la reseña del cacique M. Collinao
transcribí una lista de Prest de Noviembre de 1845 en Santos Lugares de los
indios amigos de los caciques Martín Collinao, Juan Lleubul y José María
Raylef que es idéntica a la que se hizo en Enero de 1845 en Azul, firmada por
Fabián González y Jn. Aguilera. Otra nota dice para el 23 de marzo de 1846:
“Santos Lugares, indios del cacique Collinao marchan en la fecha, después de
haber sido gratificados. Antes, el 28 de Diciembre de 1845 estos indios pidieron
permiso para buscar a sus familias en Azul (AGN S.X. 26-6-1). Creo que los
indios de Raylef ya estuvieron desde la fecha fundacional en Bragado. En sus
Memorias, Fabián González dice: “En Marzo de este año (1846) se fundó el
pueblo de Bragado bajo la denominación de “Campos de Rosas” por el entonces
Sargento Mayor Don Eugenio del Busto, nombrado jefe de esta frontera por
orden del Gobernador Don Juan Manuel de Rosas, siendo Comandante General
de los Departamentos Norte y Centro el General Don Angel Pacheco. Las
fuerzas que componían las guarniciones de este campo eran: dos escuadrones de
Blandengues de la Nueva Frontera; Un Escuadrón del Regimiento VIº de
milicias de Campaña; un Escuadrón escolta de S.E. y los indios amigos de
Collinao”
Acantonados en Bragado, siguieron sirviendo en las fronteras del Oeste y
a veces salían a expedicionar con las tropas de la Comandancia, especialmente
cuando había aviso de que algún pelotón de indios maloneaba en la zona. Tanto
en 1846 como en 1847 Collinao y Raylef con unos 80 indios suyos actuaron en
tales circunstancias, según el breve relato de Fabián González (chileno de origen
y secretario de la Municipalidad luego). A partir de 1852, estos indios
participaron en la lucha por la unión nacional, siempre en compañía del
Comandante de Bragado. Por eso, José María Raylef figura en listas de las
tribus de indios amigos, racionados por servicios prestados.
En Bragado se hizo numerosa la familia de José María Raylef. Sus hijos
se bautizaron en la parroquia (que la hay desde 1857) y frecuentaron la escuela
del pueblo. Su hija Bartolomea Railef fue, por varios años, la mejor alumna de
lo cual nos queda suficiente documentación. (Moya,Juan: Un trabajo inédito
sobre las primeras escuelas de Bragado)
AHORA CACIQUE DE LA TRIBU DE MELINAO
El 27 de Junio de 1863 murió en Bragado el cacique Pedro Melinao.
Aunque su hijo mayor, el teniente Ramón Luis Melinao esperaba sucederle
como jefe de la tribu, el Coronel Julio de Vedia, Jefe de la Frontera del Centro
Oeste impuso a la tribu el cacicazgo de José María Raylef, un anciano
venerable y venerado, y el Gobierno lo ratificó en nota del 7 de Junio de 1863.
(Véase lo escrito sobre Melinao, Ramón)
El cacique Ramón Luis Melinao debía, entonces, acompañar al Jefe de la
Frontera para establecer la nueva Comandancia en 9 de Julio (paraje conocido
por Cla Lafquén). Se fundó el 27 de Octubre de 1863. Raylef pidió al Gobierno
insistentemente que no lo sacaran de sus campos en Bragado. Las Cámaras de la
provincia de Buenos Aires acababan de donarles en posesión dos leguas
cuadradas sobre la laguna Barrancosa (Cuartel 2º) de Bragado. El 2 de Enero de
1864, el cacique Raylef debió partir al nuevo destino de 9 de Julio, dejando a
sus familias en sus campos o en el pueblo (AEM. doc. 8783).
En 1866 murió el cacique Ramón Luis Melinao a consecuencia de una
enfermedad. Entonces quedó sellado con más firmeza el título de José María
Raylef como “Cacique Principal de los indios amigos de la tribu de Melinao”.
Pedrito Melinao, el hermano menor del Sargento Mayor Ramón Luis, contaba
recién 17 años. Durante la Guerra del Paraguay, el cacique Raylef cargaba con
una doble responsabilidad, porque debía reemplazar a los militares faltantes en
la frontera.
En 1868 hubo gran peste en la zona del Oeste bonaerense;
particularmente entre los indios amigos de Raylef y Rondeao, donde murieron
300 indios. (AEM. fha.13.2.68)
En Noviembre de ese año, estando en servicios en 9 de Julio, pidió
permiso para bajar a Buenos Aires con el fin de saludar al Sr. Presidente
Bartolomé Mitre, vuelto del Paraguay (ib. 28.11.68).
Le presentó una extraña reseña histórica de su tribu y de sus caciques,
fechada en Buenos Aires, el 30 de Diciembre de 1868, firmada a pedido por el
capitán D.Pedro Melinao.(El documento singular se halla en AEM.caja 33 Nº
9217 o caja 27-4877 30.1.69)
Al mismo documento se agregó una solicitud, fechada en Loncagüé, el 29
de Enero de 1869, por la que el cacique vuelve a pedir se le exonore del servicio
actual en 9 de Julio, argumentando que había servido a este Estado con fidelidad
desde 1827.
“Don José Ma. Raylefe, Cacique Mayor de la Tribu de Melinao, como
Gefe de ésta, ante V.E. con el respeto y subordinación que debo, me presento y
digo: que a nombre de dicha tribu vengo a pedir a V.E., se digne concederme la
separación del servicio activo que actualmente prestamos en 9 de Julio por
razones que paso a exponer: [los indios de] esta Tribu, Exmo. Señor, como
primeros pobladores de Bragado, tienen sus casas allí (hoy en ruinas) y unas
áreas de campo concedidas por el Exmo. Gobierno de la Provincia, donde todos
en comunidad tienen unos pocos animales, a los que no han podido atender, por
hallarse, há cinco años, de guarnición en "9 de Julio", motivo por el cual sus
casas se han arruinado y la Tribu ha disminuido, pasándose (algunos) a la tribu
del cacique Coliqueo, cuyo diminuto número hoy se compone de los que
manifiesta la lista que adjunto acompaño a V.E., como igualmente de las
familias de la misma.
“En cuanto a los servicios de esta tribu, V.E. se impondrá por la reseña en
que los manifiesta la lista que adjunto acompaño ...igualmente de las familias de
la misma, de los hijos de la Tribu Araucana que en 1827 fue a poblar a Bahía
Blanca" (Doc. 9217).
La lista nominal nos presenta a:
1 cacique Cacique Mayor Dn. José María Raylefe (n. 1799).
2 capitanejos: Francisco Coñequir (n. 1789).
Mariano Calderón
5 Sargentos Gabriel Nahuel (n. 1814: casado con Josefa Curumané)
Martín Melinao [muerto 1873 (30 años)]
Cristóbal Melinao
Antonio Pascual Caniú (n. 1842: cc. Andrea Ancalao)
Juan José Guayquilao
3 cabos: Martín Levimán
Pancho Catrinao
Andrés Tatalao
30 soldados y 4 muchachos (omitimos sus nombres)
60 mujeres y 100 niños (omitimos sus nombres)
Entre aquellos destacamos los nombres: Antonio Raylefe, Cayetano
Raylefe, Pinchulefe Raylefe, Bernarda Raylefe y 3 hijos: Bartoloméa Raylefe ,
Faustino e Isabel con 5 hijos y Natalia Raylefe.
Monsr. Juan Guillermo Durán en su libro “En los Toldos de Catriel y
Railef; la obra misionera del Padre Jorge María Salvaire en Azul y Bragado .
Bs.As. 2002, transcribe en pág. 719-721 la lista más completa. Pero le falta la
primera página de la lista de las mujeres (11) y niños.

Llama la atención que este documento, tan precioso, no incluyera al


futuro cacique Pedro Melinao, que sería sucesor de José María Raylef. Pero en
un agregado Raylef lo presenta y recomienda, fechando su carta en la
Barrancosa el 27 de junio de 1869, diciendo: "...con motivo de bajar a la Capital
mi hijo político, Pedro Melinao, para saludar al Señor Presidente de la
República y al Ministro de Guerra... firma a ruegos del cacique el vecino Pedro
Córdoba".

El capítulo más atractivo de la vida del cacique Raylef es la Misión


Católica de la Tribu de Melinao que procuré reseñar en extenso en mi libro
Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos (ed. Eudeba 1980 p.179-192).
incluyendo las fotografías de Bartolomea Raylefe y su esposo el cacique Pedro
Melinao. El misionero Jorge María Salvaire nos dejó un interesante relato
(lamentablemente trunco o incompleto) de su misión en la Barrrancosa en 1874.
El original se hallaba en la Basílica de Lujan en idioma francés, del cual hice
oportunamente una traducción.
En abril de 1873, Monseñor F. Aneiros, Arzobispo de Buenos Aires,
predicó una misión en el pueblo de Bragado. En esa oportunidad se le presentó
el anciano cacique José María Raylef con algunos de sus indios pidiendo el
bautismo. Monseñor Aneiros les explicó que primero debían instruirse y les
prometió enviar a un misionero. Como tardara en enviárselo, el cacique, por
medio del cura párroco de Bragado y por carta de Don James Kavanagh, insistió
en su pedido.
El 19 de julio, en pleno invierno, llegaron dos sacerdotes a Bragado y a la
tribu de Melinao: eran el Padre Jorge M. Salvaire, lazarista y el Padre Enrique
Cescas C.S.J. En una capilla provisoria, en la Estancia San Francisco de la
familia Kavanagh (Partido de Bragado), establecieron su centro de la misión.
Diariamente iban a la vecina toldería para catequizar las familias indígenas. Les
sirvió de intérprete el indio Don Sebastián Callfullanca (nacido en 1811).
El cacique, entre tanto, había aprendido ya las principales plegarias
cristianas y fue uno de los más deseosos de recibir la gracia del bautismo.
Efectivamente, él y su esposa, doña Bernarda Pereira, recibieron, el 11 de
Agosto, este sacramento con gran gozo interior y se comprometieron en
cristiano casamiento para recibir la bendición matrimonial. Se conserva la carta
que el cacique enviara al Sr. Arzobispo, el día anterior y otra del Padre Salvaire,
quien le decía a Monseñor Aneiros: "No puedo expresarle las admirables
disposiciones que animaban al virtuoso anciano... (en Anales de la
Congregación Misionera 1875 p. 150 s y L. Copello: Gestiones del Arzobispo
Aneiros... ed. 1945 p. 105-107 y H. Palacios: La Congregación de la Misión de
San Vicente de Paúl 1.1985 p. 249 ss). Asistieron muy emocionados casi todos
los indios de su tribu.
El 2 de septiembre del mismo año, el Jefe y su esposa Bernarda recibieron
la primera comunión. El cacique dispuso que para todos fuese un día de fiesta.
En esa oportunidad pronunció estas palabras: "Qué corazón tan bueno tiene
Dios!". Era un buen ejemplo para los demás que el Misionero elogió en varias
cartas (Anales C.M. 1875 p. 152-153).
El 8 de septiembre, casi toda la tribu había aceptado el santo bautismo.
José Ma.Raylef comunicó su gratitud y alegría al Arzobispo de Buenos Aires.
Además escribió una carta al cacique Simón Coliqueo, quien en su tribu
promovería otra misión semejante.
El domingo 19 de septiembre, los misioneros concluyeron su primera y
fructífera misión.en la tribu de Melinao (Raylef). El cacique entusiasta a pesar
de su ancianidad, quiso acompañar a los sacerdotes en su regreso para recibir de
manos del Arzobispo la santa confirmación.
El Padre Salvaire, en su relato inconcluso, describe al buen cacique con
estas expresiones: "José María Raylef era un anciano de unos ochenta años, de
talla mediana, flaco, ligeramente encorvado por su edad. Su cabeza calva
conservaba aún una corona de pelos cortos y negros. Su frente denotaba una
inteligencia ciertamente extraordinaria, por ser indio. En sus últimos años, su
vista se había cegado: pero esta enfermedad aumentó aún el interés y respeto
que todos le profesaban. Sus ojos no habían perdido nada de vivacidad ni de
pureza. Como entre casi todos los indios, su cara estaba desprovista de barba,
pero unos mostachos blancos y largos. como los chinos suelen tenerlos,
encuadraban una boca fina en la que a uno regularmente sorprendía una sonrisa
de delicadeza y benevolencia. Toda su fisonomía respiraba bondad, calma y
simplicidad. Su cutis tiraba hacia el tipo europeo por su blancura; no tenía el
característico color cobrizo, color de cuero, de los indios americanos del centro.
(NB. Así eran los de la nobleza araucana) Su porte y su andar eran sencillos y
dignos.
"...Una cosa me sorprendía en este hombre, que, a pesar de que ignoraba
las máximas virtudes evangélicas y dado su cargo importante de cacique, este
infiel (no bautizado) no usaba ni con los extranjeros ni con los indios la
arrogancia y el orgulloso porte que a otros jefes indígenas caracterizaban. Con
todos trataba con suma cortesía, muy natural y atrayente. Sus conversaciones
eran animadas y de un sabor agradable, amable. Su castellano no era muy
clásico; entremezclaba muchas expresiones y modismos indígenas... Pero
cuando hablaba a sus indios en público y en su propia lengua, su voz tomaba un
aire grave, de autoridad imponente... sin embargo. no perdía nada de su dulzura
habitual... Todos los indios se deshacían en alabanzas sobre su vida. "Nosotros
amamos a nuestro cacique —me dijeron en una oportunidad—; lo queremos
como si fuese nuestro propio padre. Es muy bueno. Nunca hizo mal alguno".
Creo que a ningún cacique los indios tributaron mejores elogios. Y
ninguno tuvo una muerte más santa que él.
Al disponerse los dos misioneros a regresar a Buenos Aires, el cacique
quiso acompañarlos para recibir de manos del Sr. Arzobispo el sacramento de la
confirmación, como él mismo se lo anticipó en su carta (Anales C.M. 1875, p.
153s y Hux: Coliqueo, p. 179). En el viaje se descompuso el anciano y al llegar
cerca de Lujan pidió que lo llevaran hasta el santuario de la Virgen. Allí se
agravó su malestar. En su nombre, el Padre Salvaire escribió una emotiva carta
al Arzobispo (L. Copello: Gestiones del Arzobispo, p. 110). Finalmente murió
santamente en los brazos de su amigo, el R.P. Salvaire, confortado por los santos
sacramentos, el 2 de octubre de 1874. Los que presenciaron esa muerte tan
digna y noble quedaron muy impresionados. El Padre Salvaire se apresuró a
avisar lo acaecido al Sr. Arzobispo con estas palabras: "El venerable cacique
Don José María Raylef ha entregado su hermosa alma a Dios, esta noche, a las
once y media. Su muerte santa y tranquila ha sido la muerte de un varón justo.
Sus últimas palabras han sido estas: 'Ellos vienen a decirme que una gran
Señora me viene a buscar'."
El misionero creyó que había tenido una visión y asistencia particular de
la Virgen. Luego, el Padre Salvaire volvió a la Barrancosa para consolar a su
familia y exhortar una vez más a los recién bautizados. "La tribu entera asistió a
sus exequias".
Ha quedado su gran familia. En los libros bautismales encontramos
muchos de su apellido: ante todo, las dos hijas Bartolomea (n. 1848) e Isabel (n.
1853). ambas casadas con el cacique Pedro Melinao quien lo sucedió en el
cacicazgo de la tribu en la Barrancosa. (ver su biogrfía)
Quiero dar a conocer los nombres de los hijos del cacique José María
Raylef (1789 – 1874) Murió con 85 años y de Bernarda Pereira de Bah.Blanca.
que se casó con el cacique con el sacramento cristiano a los 35 años .
1. Bartolomea Raylef, n.1857 .1878 lª esposa del c.Pedro Melinao.
2.Anita Raylef
3. Octavio, R. n. 1862 LB. 12 1874
4.Martín R., n. 1863
5.María Visitación, R. n. 1863
6.Faustina R, n. 1848
7.Cayetano, R. n.1848 Bautizado 18.9.70 LB.7 p.277
8.María Visitación,R
9.María, R LB.9 .casada con el cap. Francisco Coñequir (11 hijos)
10.Máxima, R.
11.Isabel, R. casada con el cac. Pedro Melinao
12.Felipe, R. LB.14 1875
13. Gregoria, R. baut. 1870 LB.7
14.José María, R. (el menor)

Una constatación: Según la costumbre de la “nobleza araucana” los hijos


de caciques o capitanejos se casaban con una hija de cacique o capitanejo. Se
comprueba también en esta tribu de Melinao:
De la Sra. de Melinao Iº no conocemos el nombre “india infiel” LB.)
Melinao, Ramón L. era casada con Victoria Coñequir
Francisco Coñequir (capit.) c.c. María Raylef (del Cac. Raylef)
Pascual Coñequir (cap.) c.c. Petrona Melinao
José María Raylef (Cac.) c.c. Bernarda Pereira
Sebastián Calfullang (cap.) cc. Andrea Collinao
José Llebulicán (cac.) c.c. Francisca Collinao
Juan J. Guayquilao (cap.) c.c. María Cruz Pallán
Antonio Pascual Cañiú (cap.) c.c. Andrea Ancalao (L.Matr. 1874)

De Cayetano Raylef me refirió Don Femando Coñequir la siguiente


anécdota: "María Rayief era mi abuela. La vivienda de José María Rayief estaba
donde hoy está la Sucesión de Juan Etchar. Allí falleció Don Cayetano en forma
trágica y memorable. En casa se realizó una de esas fiestas familiares. Después
de una cena larga, se armó un animoso baile y como era costumbre entre los
gauchos, uno desafió a Don Cayetano a zapatear un malambo. Aceptó. Iban por
partes. Se formó la rueda de espectadores entre los que estuvo su sobrino carnal,
Don Abdón Coñequir. Decía que estaba impecable, correcto, vestido a lo
gaucho. En el movimiento de las primeras mudanzas, se le cayó el revólver de la
cintura y al agarrarlo se le escapó un tiro. Quiso el destino que le bandeara la
pantorrilla y le buscara el corazón como blanco final, de manera que la alegre y
rebozante fiesta se transformó en doloroso velorio" (Memorias manuscritas de
1954 que presentó en resúmenes la Sra. Marcela Beatriz Coñequir en su libro:
Mis Antepasados en 1996).
(Etimología: Ray [en]: flor del Leufú: río).

RAILEF, Manuel, capitanejo integrado en la Tribu de Catriel en Azul.


No sé si es hijo de Juan o de José María Reilef . Y no tengo otros datos de él que
sucumbió en la Campaña de Adolfo Alsina en 1877. La tribu de Catriel fue
alcanzado por las tropas del Cnel. Teodoro García y vencido en la batalla de
Treyco a 12 leguas de Guatrache (La Pampa), el 11 de noviembre de 1877.
Mataron entre ellos a los capitanejos Railef, Tiburcio, Arriola, Chulia y Sigüey,
a 150 indios y 302 fueron hechos prisioneros (Ver Juan José Catriel, en Hux:
Caciques Puelches Pampas)
REILEF, José, capitanejo en la tribu de Catriel. También él murió en esa
persecución de nov. de 1877.
RAYLEF, Julio, alias Julio Pérez, capitanejo araucano; pariente del cac.
José María Reylef. También llegó a la Pampa Argentina. 1845 no acompañó ni a
Melinao, ni a José María Raylef, cuando éstos se trasladaron al Cantón de
Bragado. Antonio G. del Valle en su libro: Recordsando el Pasado, 1936, dice
que éste vivía en Traicó (lo que no me convence) y que en 1837 se había
sublevado y apresó al Cnel. Ventura Miñana. Esto podría coincidir con la gran
invasón del cac. Juan Raylef con 1700 indios confederados. Más tarde figura
como capitanejo amigo de Catriel, de Calfuquir y Peralta. 1872 un mapa señala
el “Toldo de Railef”. !875 acompañó al cac. Juan José Catriel durante el gran
malón que lanzaron como para frenar el proyecto de Alsina. Acercándose en ese
malón a Olavarría, el capitanejo Julio Reilef fue herido y rechazado. Luego
huyendo, se retiraron a La Pampa donde fueron vencidos hasta que los últimos
se ridiesen el 31 de marzo de 1878.
RAILEF, Martín, capitanejo de la tribu de Melinao. 1867 fue bautizado
en la iglesia de Bragado. Figura como capitanejo. Desde el 1º de noviembre de
1872 figura aùn como alférez de la Guardia Nacional en Tapalquén . (A.M.H.N.
Hoy AGN Nº 6312)
RAI MÁN, 1832, capitanejo ranquel, radicado en Pichileubú. Él recibió
al fugitivo Manuel Baigorria y luego lo presentó al cac. Painé y al cac. Pichún.
(Memorias del Cnel Baigorria ed. El Elefnte Blanco, Bs.As. 2006 p. 179)
RAI NAGÜEL, cac. boroga, padre del cac. Carriqueo. Fue muerto en
1833 por los ranqueles, al fin de un parlamento. Y sus hijos fueron apresados
por los mismos (AGN X. 27-5-6)
RAI NAGÜEL, José, 1833, capitanejo boroga, hijo del arriba
mencionado cac. Rainagüel. Participó en la División de Juan M. de Rosas en la
Expedición y de él recibió una gratificación de 240 $ (AGN 40-7-10: 9.12.33)
RAINAO, 1776, cac, pampa censado en la Pampa por Dn. Diego de las
Casas en Colulauquen. Le asignó 30 indios y 15 toldos (De Angelis, 1910 IV. P.
584)
RAINAO, 1850, cac. boroga, integrado en la tribu de Martín Collinao.
RAINAO, Manuel, capitanejo boroga, integrado en la tribu de Ignacio
Coliqueo. Tenía el sobrenombre “CORÓN”. Había nacido en La Pampa en 1836
y murió en Los Toldos (Prov. de Bs. As.) el 24 de Julio de 1874. Creo que su
padre se llamaba cac. Corón y algunos lo llamaban Coronado, como el Cnel.
Pedro A. García, en su diario de la Expedición a Salinas Grandes, en 1810. Vivía
en la laguna El Cuero, próxima a la laguna Huincarenancó, en el límite de
Córdoba con la Pampa. Su padre había sufrido muchos ataques y malones y así
su tribu resultó a ser una de las más pobres. (Ver lo que escribí bajo el nombre
Coronado Y Antonio Corón).
El cac. Ignacio Coliqueo vivía muchos años en El Cuero, hasta su éxodo a la
Provincia de Buenos Aires en 1860. Y lo trajo consigo a Los Toldos (Part. de
Gral. Viamonte), como también a los remanentes de la tribu de Llanquelén del
vecindario de Junín, los que trajo como prisioneros con su tribu, en 1862. Pero
luego asumió a Manuel Rainao como capitanejo en la lista de sus capitanejos.
En el Archivo del Ejército hay un legajo personal de Manuel Rainao y figura a
cargo de 25 familias. El se casó con Juana Llanquelén, hija del cacique Santiago
Llanquelén, quien murió en 1838 en el bárbaro asalto de su Fuerte o Malal de
Junín. También ese capitanejo tuvo la mala suerte que el malón de Manuel
Namuncurá y de Vicente Pincén, el 19 de octubre de 1872, lo llevara entre los
prisioneros. Pronto había vuelto, pero murió el 24 de Julio de 1874 en Los
Toldos, creo de enfermedad. Dejó en el campo de la Tribu de Coliqueo una
numerosa descendencia
Enumero sus hijos:
l. Ceferina Rainao
2.Cecilia Rainao (o Leftui cas. c. Salas Catrillán (10 hijos)
3.Justa Supaifil , cas. c. Lorenzo Inaipil
4. Bautista Rainao cas. c. Carmen Cayuqueo
5. García Rainao (“el renguito” músico)
6.Lorenza Ineignerr o Rainao cas. c. Lorenzo Ineipil
7. Albina Rosario Rainao cas. c. José Angel Cortés
8. Rosa Rainao o Corón cas. c. Julián Painegual – Coliqueo
9. Infante Corón.
NB. Rainao , Antonio, capitanejo, es más conocido como Corón o Coronado
(verlo)
RAIÑ, Gabriel (o Rannín, Rallín o Rayün), 1860, capitanejo boroga
incorporado a las tribus de Salinas Grandes. Es llamado hermano de Calfucurá y
era pariente de los caciques Coliqueo y Raninqueo. En una lista de los oficiales
de la tribu de Collinao del 3 de Agosto de 1837 figura un Teniente Rannín y en
1845, trasladado de Azul a Buenos Aires figura como Ragüín y en 1846
marchaba con Colinao con el Sargento Mayor Eugenio del Busto a la fundación
de Bragado. Su hijo Domingo frecuento la primera escuela de Bragado.
1862 le nació Ignacia Inaypán, hija del cacique o capitanejo Gabriel Rañin de
Bragado, quien será en 1884 esposa del cacique Manuel Namuncurá. En los libros de
bautismo de Bragado figuran Calderón Ragui, Paula, Josefa y Carolina Raguin. El capitanejo
fue muchas veces a Salinas Grandes como embajador y cayó tan en gracia del Cacique que lo
quería tener en su toldo como pariente; sí llegó a llamarlo hermano. Ya en 1857 varios
capitanejos del cac. Melinao se habían incorporado a las tribus de Calfucurá-
El capitanejo “Gabriel” (Raiñín) , cumplió desde 1861 varias misiones
diplomáticas y estaba incluído en la lista de los subvencionados. Creo que sabía
hablar en castellano. Ya en junio de 1861 era portador de cartas de Calfuurá y
en abril de 1863 fue enviado a Carmen de Patagones para parlamentar con el
Comandante Julián Murga y el cac. Chingoleo, quien, como su padre José María
Llanquetruz, había celbrado tratados de paz. También en 1869 llevó cartas al
Comandante de Azul en reclamos por la ocupación de Choele Choel. Y como lo
demoró en el Fuerte, Calfucurá y su hijo se enfadaron y lo reclamaron.
En diciembre del año siguiente llegó al Fuerte Gral. Paz trayendo cartas
de Calfucurá, quien estaba aún eneojado por “las felonías hechas a las tribus de
Tapalquén y de Cañumil en Bahía Blanca”. En esta oportunidad parlamentó
también con los caciques Coliqueo y Raninqueo de Los Toldos (Part. Gral.
Viamonte) (AEM.doc. 6256)
1872, después de la batalla de San Carlos de Bolívar, volvió como
comisionado a la frontera para mover las gestiones por un tratado de paz
En Mayo de 1875 se presentó al Jefe de la Frontera Sur en Azul, con
cartas de los caciques principales de Salinas Grandes. Habían tenido un gran
parlamento en el que se les presentó un gran documento, proyecto de tratado de
paz, confeccionado en 1873 por el cac. Bernardo Namuncurá, el escribiente de
los caciques salineros. Lo firmaron y lo juraron y querían presentarlo a las
autoridades Nacionales. El asunto no adelantó, sino más bien el ejército estaba
preparando el avance de la Conquista del Desierto, el que los indios querían
impedir por todos los modos. Por eso lanzaron malones a fines de 1875 y
principio de 1876. Pero las seis columnas de Alsina avanzaron no más y se
empezó a “limpiar” la Pampa. Desde entonces no hay documento que indique
que el capitanejo Gabriel Rañin estaba con los salineros. Quizás ha vuelto a la
tribu de Melinao en Bragado. Namuncurá, el sucesor de Calfucurá fue tan
perseguido que en la huida perdió gran parte de la tribu y de la propia familia.
Finalmente se entregó al ejército por consejo del misionero y fue bien tratado.
Pudo viajar hasta Buenos Aires y pfresentar su familia al Presidente Roca,
pidiendo un pedazo de tierra para vivir en paz. (Ver la biografía de Namuncurá).
Viajó a Bragado buscando a Ignacia Inaypán, la hija de capiyanejo Gabriel
Rañín. Como ella estaba con unos parientes en el campo de la Tribu de
Coliqueo, fue allí para llevarse la joven para que fuese su esposa. El recuerdo de
esa visita en Los Toldos de Coliqueo está bien conservada. Varias familias me lo
contaron. No era la más sana y linda, pero era de Gabriel Rañín, de la nobleza
Araucana. Además tuvo relación matrimonial con una cautiva blanca bonita,
algo más joven que Ignacia y que le dio varios hijos. Dio su leche al niño
Ceferino Namuncurá. Así le escribe con cariño desde Roma “qurida mamá, te
quiero; soy tu hijo de leche. (Véase lo que escribí detalladamente en el artículo
sobre el Santito Mancebo de la Pampo)
Como dije ya, la hija del capitanejo Gabriel Rañín, Ignacia, se casó tanto por
civil como también por la Iglesia con el cacique Manuel Namuncurá. Pues,
cuando pidió el sacramento, le dijeron que el cristiano tenía una sola mujer,
contestó, que él tenía últimamente tres mujeres. Una había muerto y se quedará
con Ignacia que era mayor. Ignacia había nacido en 1862 y tenía en 1900 38
años. Rosario había nacido en 1866 y tenía en 1900 34 años de edad.
Efectivamente despidió a Rosario Burgos que luego se casó con un Francisco
Coliqueo (o Cayuqueo) de la zona. Rosario no pudo ser ya madre de cuatro o
seis hijos : Clarisa (nac. 1886), Ceferino (nac. 1886) Alfredo, Aníbal, María y
Fermina, como se anotó en el acta del casamiento civil de Ignacia Rañín ,
Gabriel Rañín ha sido el padre materno de la madre de Ceferino, o sea el abuelo
de Ceferino Namuncurá.

RAY ÑANCÚ, 1821, cac. chileno de Trarulemu, compañero de armas


del cac. Colipí, patriota activísimo en la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1910 p
255 y 295)
RAI PIL, 1830 cac. pampa según anota Antonio del Valle en Recordando
el Pasado 1936.
RAMILLÉ, 1840, capitanejo pampa que estaba enganchado en la
División Sur del Cnel Granada (AGN S. VII Biedma 10-4-14)
RAMÓN, Luis Juan A., 1776, cac. pampa de Trenel quien se integró en
la Reducción de Río IVº (De Angelis 1910, IV. P. 586).
RAMÓN ver Ramón CABRAL , Ramón MELLILÁN y otros.
RAMPÁN, 1782, cac. puelche. Figura en el tratado de paz del cac. Roco
celebrado el 16 de diciembre de 1782 con el Gobernador de Mendoza. Una de
sus mujeres pudo acompañar al cacique durante su enfermedad. Tenían su
toldería sobre el R. Diamante.
RAMS, Felipe, 1980 cac. picunche y es nombre de una de las 23 agrupa-
ciones del Neuquén ( en Espinazo del Zorro) cuyo territorio fue reconocido por
el decreto de 1964 por el Gobierno de Neuquén. Sus jefes eran Rams, Catalán y
Dureck. El padre de Don Felipe era Esteban Rams.
RANCA MIL, 1851, cac. picunche que el 26 de febrero de ese año se
presentó en San Rafael para un parlamento. Se trataba de pacificar a los
pehuenches después de la muerte del cac. Guzmané. Los caciques principales de
esa reunón fueron Caipé, Rancamil y Pichulén (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 15)
RANCOMIN (quizás Rancamill), 1878, cac. ranquel. Fue tomado
prisionero con un gran número de ranqueles, el 18 de octubre de ese año. Pues,
antes de llevar la Conquista del Desierto sobre los ranqueles, el Cnel. Rudecindo
Roca, aún conociendo el reciente tratado de paz de los ranqueles con el
Gobierno Nacional, apresó una gran comisión que venía a Villa Mercedes a
buscart su racionamiento que les correspondía según el tratado de paz. (AEM.
28.10. 1878)
RANCA QUEO, 1876, cac. huilliche que vivía más al sur del Río
Neuquén. (Memoria del Min. de Guerra 1876 p. 579)
RANCO, 1782, cac. pehuenche de Quiñichilca (Chile)
RANGUI NAO, 1851, capitanejo salinero; figura entre los caciques
obsequiados en Bahía Blanca por orden de Rosas en vísperas de la batalla del 3
de Febrero de 1852. (AGN S. X. 20-10-4)

RANI LEO, 1869, cac. araucano chileno que hizo frente a la Guerra del
Exterminio iniciado por el Gral. Cornelio Saavedra. No luchó contra el Cnel.
González en la zona de Maquegua. Primero le hicieron proposiciones de paz los
caciques Rañín con 300 indios y Coñuepán (hijo). Ni Lemunao ni otros de
Chollcholl aceptaron sumisión al Gobierno chileno; pero les hicieron un
cuantioso robo a los mapuches que un autor actual calculó en 100.000 U$S
(J.Bengoa: Historia del Pueblo Mapuche, 1985 p. 213)

RANINQUEO, Andrés

RANINQUEO, Andrés, 1816-1877, cacique boroga nacido en la


provincia de Cautín (Chile). Acerca de su vida estamos bastante informados,
porque, al ser hermano o hermanastro del cacique Ygnacio Coliqueo y haber
llegado a ser segundo cacique de la tribu de éste, podríamos repetir mucho de lo
que sabemos de aquella historia (M. Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos. 3a. ed. Eudeba, 1980 y 4ª. ed Los Toldos 1999).

Después del Asaolto de Masallé en 25 de Mayo


El nombre de su padre era el cac. Curriqueo. Padre de éste era el cac.
Melilán Painemal, Ciertamente de la nobleza auténtica araucana. Y el
tatarabuelo era Quechán Choique Iquelme (noble español) Painemal.
El padre y los tíos han intervenido en la Guerra a Muerte en Chile. Como
otros realistas, en transe de ser vencidos, emigró a la pampa argentina, a la zona
de Guaminí. Padeció también las consecuencias del Asalto de Masallé, en 1834.
Se salvó y se ubicó en el vecindario del Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra.
Juan M. de Rosas hizo levantar un censo de los indios amigos de ese vecindario
que publico Carlos Grau en su documentado libro: El Fuerte de 25 de Mayo en
Cruz de Guerra ( La Plata 1936 p. 294). Raninqueo tenía entonces 20 años de
edad y habitaba en el toldo Nº 12. Fue recogido por el cacique Guayquimil.
Supongo que también estaba su esposa Alonsa de 20 años de edad. Vivieron con
ese vecindario hasta 1857. Aparentemente sus hijos allí nacidos eran Ignacio,
Juan y Lorenzo. En el año 1847 figura todavía como capitanejo. En 1857 los
buscaron emisarios e indios aliados de Justo José de Urquiza, para la guerra
contra los porteños- (Véase también lo dicho sobre Cristo). Se retiró pues
temporariamente agregándose a Coliqueo (creo su hermanastro) y a su hermano
Calfuqueo que vivían entonces en la zona de los ranqueles de la tribu de
Llanquetruz (hijo), cerca de Poitahué. Sus indios habían celebrado ya en 1854
un tratado de paz con el gobierno de Córdoba (Arch. de Córdoba. Secc.
Gobierno T. 2239 p. 92): ahora, en 1857 lo hacían con el Poder Ejecutivo de la
Confederación Argentina, moviéndo sus conas para integrarlos en el Ejército de
la Nación.
Hay un documento interesante escrito anteriormente por el cura párroco
Bibolini, primer sacerdote de 25 de Mayo. Al contarle al Obispo sobre la
ceremonia de la inauguración de la primera iglesia de esa localidad, el 9 de
Mayo de 1855. Dice que unos mil militares asistieron a la bendición: entre ellos,
los indios de Lorenzo Coliqueo, Andrés Raninqueo y Rondeao; y agregó
textualmente: "Nunca he oído que quinientos indios haciendo caso omiso de los
cristianos, asistieron a la inauguración de una capilla, cuyos techos eran de barro
y en el mismo día recibieron el bautismo 150 (personas) entre chicos y grandes"
(Archivo del Obispado de 9 de Julio, Leg. 25 de Mayo. doc. 10). No hallé las
anotaciones de los bautismos.
Cuando los documentos de 1857 mencionan al mayor Andrés y de Cristo
que se habían sublevado, y que sus familias fueron deportadas, opino que este
Andrés era el caciquillo Raninqueo, el cual, obedeciendo órdenes del presidente
Justo J. de Urquiza, se incorporó a las maniobras que el ejército federal hacía
alrededor de 25 de Mayo, ya que se había dado el anatema. El 22 de marzo
asaltaron el Fortín Arévalo (Esperanza), cerca de 25 de Mayo. Se inculpó de eso
a los caciques Andrés y Pancho Caniullán y al cacique mayor Rosa Coliqueo y
sus 2.000 indios (AGN S.X. 20-2-2).
Después que la tropa bonaerense de 25 de Mayo se hubiera incautado de
sus bienes y familias, el mayor empeño de Cristo y Andrés fueron a gestionar la
libertad y recuperación de esas sus familias. "Los hicieron esclavos en
Palermo", decía un documento (AGN. S.VII. 14-2-3,p.248y 14-4-1 1859).
Lucha por la unidad nacional
En consecuencia Raninqueo se aprestó también a concurrir a la batalla de
Cepeda, engrosando las filas del general Urquiza. En esos días se dirigió por
carta al Sr. Presidente Urquiza: "He venido con el cacique Calfucurá y el
Coronel Olivencia y el Gral. Olmos. Nos han recibido bien... Mitad de mi
familia se halla en Buenos Aires. Espero que V.E. la haga entregar a Ignacio
Caneovellán. Por eso mando a mi hijo Juan para que se vea con Caneovellán."

Con la tribu de Coliqueo


Raninqueo se había integrado (o reintegrado) con sus indios a la tribu de
Ignacio Coliqueo; éste lo hizo su lugarteniente. Y con él llegó también a la
provincia de Buenos Aires, en vísperas de la batalla de Pavón. Tanto el coronel
Baigorria, como estos 2.000 indios, habían sido "traicionados" (es expresión de
los mismos) por Derqui y por eso volvieron a las filas de Buenos Aires. Las
familias hicieron su primera estación sobre la laguna Mar Chiquita de Junín,
mientras que sus guerreros acudieron al campo de la batalla del Arroyo Medio y
también de Pavón (el 17 de septiembre de 1861). Manul Baigorria en sus
Memorias explica por qué se pasaron a las filas de Mitre. (Ed. Hux por El
Elefante Blanco Bs.As. 2006 p. 176 ss.) En una carta, cuya copia se halla en el
Museo del Indio en Los Toldos, decía: Los ranqueles nos han mirado mal a
causa de tener casi todos los parientes en la Provinci de Buenos Aires. Su
colaboración efectiva fue reconocida por el comandante porteño. No sé
exactamente en qué momento fue hecho el tratado de paz con Coliqueo, pero
como consecuencia de él recibía también los suministros de sueldos y de
raciones.
Al cacique Andrés Raninqueo le cupo organizar el traslado de la tribu de
Junín hasta la Tapera de Díaz, lugar que se llamaría desde entonces Los Toldos
(Prov. Bs. Aires). Allí estaban radicados desde agosto de 1862. (Arch. Mitre IX
p. 216). En su traslado quería integrar los remanentes de la tribu del cac.
Santiago Llanquelén, unos seis capitanejos (Peineque, Tripailao etc) y 60 indios
de pelea. Para obligarlos o combatirlos, Raninqueo pidio municiones al jefe de
la Frontera asentado en Bragado. El cac. Raninqueo y Simón, el hijo de Ignacio
Coliqueo se despidieron del Juez de Paz de Junín, Dn. Telésforo Chaves,
dándole cuenta de la orden de traslado (Arch. Municipal. Fronteras que
consulté, antes de que se retiraran) Luego en el campo de la tribu en Los Toldos
los integraron felizmente
Y desde esa fecha hallamos muchas cartas y comunicaciones del cacique
Raninqueo. Transcribo ésta, cuyo original conservamos en el Museo del Indio
en Los Toldos:
"Rojas. Febrero 18 de 1862
Sr. Teniente Coronel D. Carlos Terrada:
Mi querido hermano:
Anteriormente no he tenido ocasión de escribirle a U. a consecuencia de
la enfermedad de nuestro Cacique Mayor. Y así es que solamente le he mandado
espresiones, cuando ha ido algún chasque, lo mismo que la he recibido de U.:
pero como ahora va mejor de su enfermedad el Cacique Coliqueo que es como
nuestro padre, le escribo ésta, mi Comandante, para decirle que a causa de la
guerra he tenido que venirme a esta provincia, porque los ranqueles nos han
mirao mal a causa de tener casi todos nuestros parientes en esta provincia, pero
ahora que somos hermanos con los porteños, llegará día en que me dé a conocer
de U. mi Comandante y en que pueda repetirme de U. su amigo y hermano.
Al mismo tiempo le hago saber que mandamos estos chasques para los
Caciques Melínao, Luis Coñalás, Nereleff. Fueron dándole a saber de la
enfermedad de nuestro Cacique mayor y como para que U. no crea que es otra
cosa, es que le escribo por separado.
Reciba espresiones de su hermano y amigo.
Andrés Raninqué, segundo Cacique"
Aún estaban en marcha hacia su nuevo destino, falleció (en Julio de
1862) su pariente, el cac. Mariano Rondeao IIº en 25 de Mayo. Por una carta del
cac. Ignacio Coliqueo sabemos que mandó a su hermano, el capitnejo Chaima
Coliqueo con 3 soldados y a un capitanejo de su segundo cacique Raninqueo y 3
soldados para consolar a los deudos y felicitar a su sucesor, el cac. Martín
Rondeao.
Desde su llegada a Los Toldos, Raninqueo prestó numerosos servicios en
la frontera. El 28 de enero de 1862 tuvo que ir a Rojas para detener a 150
soldados sublevados (Arch. E.M.). Participó de la Expedición del coronel Julio
de Vedia contra los ranqueles. El con un piquete penetró hasta Toro Muerto y
fue el primero en encontrarse con el Coronel Manuel Bagorria. Luego informó,
como lo hizo también Coliqueo sobre la expedición que calificó de “poco
exitosa”. Incluso fue a Buenos Aires para informar al ministro sobre detalles.
(Arch. Mitre XXIV. p. 102 y 371).
Al fundarse el nuevo campamento de Clalauquén y el pueblo Nueve de
Julio, en 1863; (ver Hux: El General Julio de Vedia, su Vida y su Trayectoria
Militar. 9 de Julio, 2006), Raninqueo hacía patrullajes en vasta zona, para evitar
cualquier sorpresa de los indios del desierto. (Hux: Coliqueo. p. 80).
En la primera lista de revista de Coliqueo (en 1864) figura como
"Reynequeo, cacique segundo" con la asignación de 1.000 $ de sueldo. Tenía
entonces su propio escribiente, que era Don Damasio Tapia. Se lo había
concedido el mismo presidente Bartolomé Mitre (legajo personal de Damasio
Tapia en el Archivo del Ejército). Su hijo Juan estudió en 1866 en el Colegio de
Catedral al Norte, regenteado por el maestro Fco. Larguía, por orden del general
Mitre. Se pagó su equipo y 400$ mensuales (AEM. doc. 9139); lo mismo se
hizo por Antonino Coliqueo y dos hijos de Manuel Baigorria habidos con
Lorenza Coliqueo, la hija mayor de Ignacio Coliqueo, En abril se aceptó en esa
escuela otro indiecito, de 11 años.
Al estallar la guerra con el Paraguay, Andrés Raninqueo ofreció 800
indios al general Mitre, además de los que ofrecía el cacique Coliqueo (Hux:
Coliqueo, p. 89 ed. 1980). No los movilizaron al norte, sino les encomendaron
seguir en el servicio en la Frontera del Oeste.

DISGUSTO Y SEPARACIÓN

En 1866 Ignacio Coliqueo y su tribu fueron beneficiados por la ley 474


con dos leguas cuadradas; poco era para ubicar a 2.000 indios, hecho que
fácilmente motivaba los descontentos. En efecto, A. Raninqueo pretendía
adueñarse de buena parte de ese campo y por ello surgió una dura desavenencia
entre Raninqueo y Coliqueo, que trascendió al círculo militar. Hubo varias
tentativas para reconciliarlos; se celebró un baile y rogativas; se llamó a jefes
militares. Por ej. a F. Bárbara que puso todo su empeño en conseguir la paz.
Entregó los sueldos faltantes y recogió expresiones de obediencia y de
arrepentimiento por parte de Raninqueo. El coronel Granada también se hizo
intermediario. "Raninqueo me pide que proteste su adhesión y respeto al
Cacique principal, que es su tío y amigo" (AEM 5.3.67).
Finalmente las autoridades militares los separaron, haciendo así dos tribus
y dándole a Raninqueo servicios en la frontera adelantada o por adelantarse. Ya
en 1867 acampó una parte en La Verde (Partido de 25 de Mayo), donde tuvieron
su encuentro en lo que es hoy la estancia Huetel con indios de Salinas Grandes.
Otro encuentro hubo en la Laguna del Cura (Partido de Nueve de Julio), así
llamado por el encuentro amistoso del cura Bibolini con el cacique Calfucurá,
en 1859. (El cura publicó un librito de versos sobre el acontecimiento)
Según consta en una carta del comandante Antonio Osorio, fechada el 14
de junio de 1867, esperaban entonces que el Superior Gobierno de la Provincia
designara el campo en las alturas de Ballimanca, donde deseaban establecer sus
toldos (AEM. doc. 4020).
El trámite se hizo largo. Primeramente Coliqueo recibió en 1868 por ley
552 cuatro leguas cuadradas más,contiguas a la de la primera donación. El
gobierno propuso entonces darle al cacique Raninqueo, según su solicitud "los
sobrantes, resultantes de la mensura que efectúa el agrimensor Octavio Pico
para el Cacique Coliqueo..." (Hux: Coliqueo, p. 103: 9.12.68). En realidad eran
dos tribus ya en el Cuero, en Junín y así en La Tapera de Díaz. En un altercado
Ignacio Coliqueo decía que le iba a degollar. Y el otro contestó, si él sabía
degollar, él sabría lancear. Y se alejó del lugar esperando otra donación para sí.
Se presentaron los dos en Buenos Aires y el fallo era salomónico: Los dos deben
separarse.
Así el gobierno concretó lo propuesto, de separar a ambas tribus, sin
atender la solicitud del comandante Osorio que pedía refuerzos para su sector
(Hux: Coliqueo. p. 98 y Comisión Investigadora de las tierras de Coliqueo: La
Tribu y las Tierras de Coliqueo. La Plata. 1940).

Separación de la tribu de Raninqueo 1868


El 15 de diciembre de 1868 Raninqueo y sus capitanejos son dados de
baja en la tribu de Coliqueo, formándose al mismo tiempo otra lista propia de
oficiales de la tribu de Raninqueo, en noviembre de 1868. En esa oportunidad
fueron promovidos jóvenes guerreros al rango de oficiales o capitanejos. Si
analizamos sus nombres hallamos que Raninqueo aceptó algunos elementos un
poco rebeldes, como el que nombró como su segundo, el capitanejo R.
Tripailao.
Octavio Pico midió los campos en La Verde: seis leguas cuadradas; es
decir, una legua para el cacique y tres leguas para repartir a sus 16 capitanejos y
dos leguas para repartir entre Tripailaf y 9 capitanejos suyos (véase duplicado de
Mensuras del Partido de Bolívar, antes de 25 de Mayo Nº 11 en el Archivo de
Geodesia de La Plata) Esta es la lista:

1. El cacique Raninqueo tiene 16 capitanejos que reciben tierra


Pedro Puevil
Andrés Anteché
Justo Manquillán
Justo Huayquecheo
Carlos Calderón
Miguel Quiorín
Lorenzo Silva
Juan Caniullán
Juan Puelhuán
Luis Platero
Luis Quechán
Nicanor Álvares
Martín Ayen (Allen)
Álvarez Anhenher
Andrés Molcán (Milcán)
Nagüel Harina (Arín)

2. Tripailao tiene 9 capitanejos

Benito Tripailao
José M. Lafquén
Miranda Güenullán
Antonio Chaillán
Filiberlo Albarracín
Martín Arina
José M. Guayquil
Llanquelén
Catrilén
Mariano Calderón (escribiente)

Aprobado el 5 de abril de 1870, previa publicación en “La República”, de


Buenos Aires y “La Verdad” en 25 de Mayo.
Según el Registro Oficial, página 380, el Gobierno otorgó esas 6 leguas
cuadradas a Raninqueo y sus indios, el 18 de octubre de 1869 en La Verde,
laguna que antes se llamaba "Llugulauquén". Actuó el agrimensor Octavio Pico.
Para ellos se adoptó otro sistema de entrega: se hizo subdivisión e
individualización de las parcelas, mientras que la tierra de Coliqueo había sido
otorgada globalmente al cacique Coliqueo y a su tribu. La tribu de Raninqueo
fue favorecida por el permiso de construir a costa del estado una capilla y una
escuela (Decreto del 12 de junio de 1870: Registro Oficial, p. 513).
Así pues emigraron de Los Toldos 200 indios de lanza y 400 de chusma.
Es cierto que no todos quedaron con Raninqueo, pero todos tenían sus parientes
en ese pueblo y no querían romper sus lazos familiares.
Coliqueo, como así también Raninqueo con sus indios prestaron servicios
en la frontera. Quizás Raninqueo no haya advertido cuánto quedaban expuestos
a peligros de ataques por estar en líneas recientemente adelantadas
. La Guerra del Paraguay había terminado y muchos guerreros volvieron a
la frontera con la expectativa de la Conquista del Desierto, decretada por ley
215 en 1867. Si leemos la historia de Calfucurá, en esa época, vemos de
inmediato cuan tensa estaba la atmósfera.
El 16 de febrero de 1871 murió el cacique Don Ignacio Coliqueo,
hermano o tío de Raninqueo. No dudo que Raninqueo haya acudido al entierro
con una delegación y que haya llorado con sus primos la desaparición del tío
que tanto lo favoreció.

El gran atropello en La Verde 1872

En mayo de 1871 ocurrió un gran atropello a las tribus amigas de


Tapalquén y la batalla de la Laguna de Burgos, cuyo origen y desarrollo hemos
contado en la biografía del cacique Cipriano Catriel. Unos 500 indios de
Chipitruz y de Manuel Grande corrieron hacia las tolderías de Raninqueo y
luego se presentaron al Jefe de la Frontera Oeste en la Comandancia de General
Paz (hoy C. Casares), pidiendo amparo para ellos y sus familias, ya que por
instigación y orden del Jefe de la Frontera Sur (Azul) habían sido agredidos y
expoliados. Pero el coronel Juan C.Boer, después de haber consultado al
ministro en el asunto, los hizo apresar, después de darles falsas promesas,
pidiendo que abandonaran las armas. En las noticias publicitadas cayó sobre
ellos el mote de "sublevados", incluso sobre Raninqueo y sus indios. El jefe de
la Frontera les requisó 400 caballos, y algunos militares pasaron anuncios de
posible invasión por parte de Raninqueo unido a Calfucurá. Más aún para
provocarlos más, citaron al cacique en el mes de diciembre, imponiéndole una
multa de 5.000 $ por cueros vendidos de dudosa procedencia (NB. Los indios no
tenían marcas).
Calfucurá quien se había enterado de todo esto, se sublevó y organizó una
formidable invasión a la frontera Oeste. Sus indios llegaron primero a la toldería
de Raninqueo, en cuya tribu había algunos delatores y entregadores. Casi toda la
tribu fue rodeada y llevada como botín del malón. El cacique fue custodiado
particularmente. Lo narraría él mismo algo más tarde. Calfucurá presentó a los
tres días la batalla de San Carlos de Bolívar, el 8 de marzo de 1872.
Desde La Verde, campo de la tribu de Raninqueo, mandó esta carta al
Coronel Juan C. Boer, Comandante de la Frontera del Oeste:

"La Verde, 5 de marzo de 1872


Señor Coronel: Hoy le participo que el día 5 me vine a sorprender al
cacique mayor Andrés Raninqueo con toda la indiada; así es que me vine con
seis mil indios a vengarme por la gran picardía que hicieron con Manuel Grande
y Chipitruz y demás capitanes; en fin, muchas picardías que han hecho con los
soldados de Manuel Grande y creo que le mandase hacer lo mismo a Raninqueo,
por Uds. no vuelvan a hacer."
Juan Calfucurá” (Hux: Coliqueo. p. 132).

Raninqueo. por medio de su escribiente, remitió este mensaje urgente:


"La Verde, marzo 5 de 1872 - Son como la una de la tarde. El cacique
principal al Señor Comandante en Jefe de la Frontera del Oeste, coronel D. Juan
C. Boer: Le participo a usted que hoy, como a las 8 de la mañana, hemos sido
sorprendidos por el cacique Calfucurá que ha venido con toda su indiada en
número de 3.500 y nos tiene presos a todos sin comunicación. Y para darte
cuenta, ha sido preciso su consentimiento con la condición que le pida los
chasques que le tienen presos, por mi rescate y el de toda mi Tribu.
A.A. por la que dejo dicho, ruego a Ud. encarecidamente que. si fuera
servido, atienda mi súplica y ponga en libenad a los presos, porque de lo
contrario, dice Calfucurá que él irá a pedirles, llevándonos a tdos cautivos. En
estas críticas circunstancias no me queda otro recurso que implorar la
benignidad de Uds. por no tener de que otro modo salvar yo y toda mi tribu, que
quedamos, como le doy cuenta.
Dios guarde a V.E. Andrés Raninqueo"
(Publicada por Alvaro Barros: Fronteras y territorios federales, Ed.
Hachette, p. 148).

Prisioneros en Salinas Grandes y liberación

Raninqueo quiso repeler la invasión; per el caciquillo Tripailaf y otros se


sublevaron, lo apresaron y lo entregaron.

La Batalla de San Carlos resultó favorable a los "blancos" con la gran


ayuda de los indios amigos de Coliqueo y de Catriel. Algunos indios de
Raninqueo lograron escapar, quizás por benevolencia de sus captores, en
algunos casos. En cambio las dos comisiones que mandó Coliqueo, la de
Mariano Coifín y la del caitán Damasio Tapia con quince soldados y La mujer
de Andrés Raninqueo que había estado de visita en esos días en la tribu de
Coliqueo, fueron capturadas. Esta y su hijo Juan hicieron entonces múltiples
esfuerzos para conseguir auxilio para la tribu. Se dirigieron a los Comandantes
de las Fronteras. En el Archivo del Museo de Historia Nacional se ha
conservado una esclarecedora carta, escrita en la prisión de Salinas Grandes
(doc. Nº 6150) cuyo texto dice:

"Salinas Grandes, 28 de Mayo de 1872


Al Coronel Julián Murga.
Amigo: Una sola vez lo conocí, en Chivilcoy... Mando a mi mujer
pidiendo el pase para poder visitarlo. Mandé también a Pancho Platero para
pedir la intervención del Gobierno Nacional y Provincial a favor de nuestra
tribu.
Estuvimos situados en La Verde, por disposición del Superior Gobierno.
Vino el General Calfucurá en invasión y nos aprisionó el 5 de marzo. El 8. se
libró la batalla. Vinimos a parar en este punto, con un residuo (e.d. resto) de mis
tropas sojuzgados a las órdenes del General Calfucurá.
La debilidad de mis fuerzas ocasionó el entregarme prisionero al General
Calfucurá. Este General me salvó la vida y me ha traído prisionero a este punto.
El acompañamiento de dicho General era perverso: el movimiento tomado por
Ramón Tripailaf y los capitanes salidos, como Melcán. Huanhener y Puelhuán.
junto con el capitanejo Hayen han tenido una comunicación secreta con los
invasores y me perturbaron... Esto mismo le hago presente indique al Superior
Gobierno Nacional y Provincial y retenga la consideración en mi estado. Y en
adelante espero comunicarme para que sepa bien el motivo que ocasionó la
presente separación hasta tanto que tenga el gusto de felicitarlo con una nueva
entrevista.
Al mismo tiempo le manifiesto, que el día 10 del presente, me ha sido
cautivado por la invasión al Nueve de Julio el amigo y conocido Don Manuel
Freire, quien anteriormente ha sido mi secretario, cuando recién nos
establecimos en La Verde y habiendo sido tomado por un capitanejo del General
Calfucurá. llamado Pisén, ha suplicado no lo matasen, que conocía al cacique
Raninqueo de mucho tiempo. Y cuando yo he sabido que lo traían con el arreo
por estos puntos, pasé orden que me lo largasen y me lo concedieron, pues, para
esto me tuve que verme con alguna condición y hoy lo tengo a mi lado y es de
confianza y espera que a la vez tome alguna consideración en él y lo suministre
de alguna cosa: suplicadamente se dirige (a Ud.). Sin más objeto, reciba
recuerdos de mi parte y de los capitanejos Pedro Puevil, Carlos Calderón y el
lenguaraz Luis Platero.
por Autorización de mi Señor Padre, Juan Raninqueo"
(A.M.H.N. doc. Nº 6150 y publicada en A. Barros: ob. cit.. p.134).

Raninqueo no se entregó así no más. En junio hizo propuestas a los jefes


de las fronteras aconsejándoles llevasen una ofensiva a Salinas Grandes
(A.M.H.N.. doc. 6166, 6168 y 6169). Eulogio Payan, dueño de una empresa de
mensajería de Junín, comunicó el 25 de Julio, al general B. Mitre que los 250
hombres de Raninqueo, situados a unas 15 leguas de Salinas Grandes, estaban
sublevados (Arch. Mitre. doc. inédito).
Pero, mientras Calfucurá vivía, los militares no se atrevieron a actuar
contra él y continuaban con él las relaciones diplomáticas que debían
desembocar en una paz general, Calfucurá se enfermó en 1873 y murió el 3 de
junio de ese año.
Hay otro testimonio que se halló en el “Archivo de Namuncurá” y se
halla hoy entre los papeles del Dr. E.S.Zeballos. Andrés Raninqueo buscó ayuda
para “zafarse” del cerco de Salinas Grandes:
“Bahía Blanca, 19 de Septiembre de 1872
Al cacique D. Andrés Raninqueo.
Amigo: Ha llegado el momento de sacar a usted para que venga usted
con su familia y su gente a vivir, como antes, en sus campos y según el deseo
que usted manifestó.
Mándeme usted ahora mismo a su hijo con la indicación dónde usted
precisamente se encuentra, o el punto en que me .... a esperarlo; pero se precisa
prontitud y (fidelidad) sobre los secretos. Si usted se comporta como promete de
palabra, el Gobierno le ha de premiar y yo me he de empeñar para que consiga
buenos regalos.
Estoy esperando su contestación y saludo a usted y a su familia con el
deseo de verle pronto
su amigo Julián Murga”

El campo en La Verde
¿Qué sucedió, entre tanto, con el campo de Raninqueo y su tribu? Varias
manos querían apoderarse de él. Se vendió el trigo acumulado y todo lo que era
transportable. En septiembre de 1872 se creó allí, por disposición del Gobierno,
una comisaría de policía, utilizando para ella los edificios existentes para
oficinas y guardias. Don Agustín Martínez se instaló allí con una pequeña
"comisión" (A. González Rodríguez: Orígenes y Crónica Vecinal de 25 de
Mayo. 1904).
En el año 1878, el campo fue donado a la familia del malogrado ministro
A. Alsina en reconocimiento de sus servicios por la Conquista. Los
descendientes de Raninqueo, 15 años más tarde. les hicieron pleito. Lo ganaron.
Pero no consta en documento alguno que hayan disfrutado de ese inmueble.

¿Qué pasó en Salinas Grandes? Namuncurá fue el sucesor de Calfucurá.


Raninqueo mantenía (secretas) relaciones con el jefe de la frontera de Bahía
Blanca y por su intermedio consiguieron una o media ración, porque la tribu
estaba muy empobrecida. (A.M.H.N. doc.7098), cuando, finalmente, el general
Rivas se animó a emprender una excursión a Salinas Grandes, Raninqueo
intentó unirse a las tropas, pero Namuncurá, sospechando o advertido de algo
sospechoso, hizo trasladar al cacique Andrés Raninqueo y su gente, bajo fuerte
custodia armada, al interior de la pampa. Fue ésta la segunda humillación de
Raninqueo, en marzo de 1874 (AEM. doc. 6669: Fha. 8-3.74).
Entre tanto, tropas nacionales atacaron también a la tribu amiga de
Coliqueo. Apresaron a los capitanejos y separaron a los indios de Manuel
Grande que se habían integrado pacíficamente a esa tribu (véase Manuel
Grande) y los llevaron a La Verde "para que fuesen un motivo de irritación para
los indios de Catriel". La animosidad de los militares contra los indios, aún
contra los indios amigos y mansos, estaba creciendo.

En Bahía Blanca y en Bragado

Raninqueo. no obstante, poco después, escapó a la vigilancia de


Namuncurá. A fines de abril de 1874 se supo que estaba en marcha con ánimo
de trasladarse a Bahía Blanca. Efectivamente, llegó allí el 2 de mayo, donde
pidió permiso para presentarse al general Mitre en Buenos Aires (A.M.H.N. doc.
8404. 8406 y 8421). Los indios de Raninqueo fueron militarizados, a cuya
compañía venían agregándose algunos capitanejos de Namuncurá, escapados de
Salinas Grandes (AMHN: 25.9.74). Creo que Raninqueo no participó en la
Revolución del 74. El y su familia participaron en la misión del R. P. Salvaire en
Bragado (Tribu de Melinao).
Namuncurá, enojado con Raninqueo, tramaba algún desagravio con él;
pero no quiso romper las relaciones de paz, siempre tensas con el Gobierno.
Mientras se estaba elaborando el plan del Avance de la Frontera, conforme a la
ley 215 de 1867, los militares entretenían a los indios salineros con promesas y
proposiciones de paz. El 3 de mayo de 1875 un gran parlamento en Salinas
Grandes aprobó un proyecto de tratado de paz de Namuncurá y fue suscrito en
nombre de unos 200 caciques. El último artículo decía: "Art. 11: El Cacique
General Don Manuel Namuncurá pide que todos los indios que se han ido por la
fuerza con los caciques Raninqueo, Tripailaf y Marilef y quieren de su voluntad
regresar a sus campos, presentándose ante su persona, les permita salir en
libertad el Superior Gobierno Nacional comprometiéndose a recibir (los) el
Cacique General Don Manuel Namuncurá a todas las personas que estimen ir a
visitarlo conduciendo algún obsequio... Y también espera que el Superior
Gobierno ponga en libertad a todos los indios que hayan sido tomados por la
fuerza de la administración pasada y se halle bajo las órdenes del Superior
Gobierno Nacional, sean puestos en libertad, previniendo que en el Chaco se
hallan unos cuantos y en Martín García se hallan Manquehán y unos cuantos
más" (AEM. Doc. 1232).

El Gran Malón y el avance de Alsina

La paz no prosperó; los indios se vieron engañados y se armaron para un


gran malón para prevenir y desbaratar, si fuera posible, el decretado avance de
las tropas. Así se hizo el Gran Malón de fines de 1875. combinado con la
sublevación general de los indios de Catriel. Pero, a pesar de que habían hecho
gran daño, en marzo estaban en marcha las seis columnas que iban a ocupar las
nuevas comandancias enclavadas en tierra india y en puntos estratégicos.
Corrió entonces la voz que las tribus amigas de Bahía Blanca, la de
Andrés Raninqueo y la de Linares, se habían "sublevado”. La milicia civil de
Bahía Blanca marchó contra ellos. Raninqueo se rindió sin pelea y fue
deportado a la isla Martín García. (Memorias del Ministerio de Guerra, 1876. p.
35).
Preso en Martín García

En ese presidio Raninqueo fue bautizado por el sacerdote lazarista Birot


junto con el cacique J. J. Antemill (L. Copelio: Gestiones del Arzobispo Aneiros
en favor de los indios, ed. 1945. p. 170). Tengo ante mí una partida de bautismo
de Martín García del 27 de Abril de 1879 (Nº 997) en que el misionero
P.Cellerier bautizó a Martín Colliqueo, indio de 45 años [no de Ignacio
Coliqueo] cuyo padrino era Dn. Andrés Raninqueo de 61 años de Bahía Blanca.
Su familia y sus hijos, siguieron acampando cerca de Bahía Blanca. Juan
y Alfonso Raninqueo registraron las marcas de sus haciendas para evitar que los
"vivos" se apoderasen de ellas. Ignacio Raninqueo vivía en Tres Arroyos y uno
de los hijos del cacique Raninqueo fue muerto en la guerra de la Conquista del
Desierto en Neuquén, el 9 de junio de 1879, en un ataque del mayor Saturnino
Torres (Olascoaga. I- 223).

Falleció en Carhué 1884

Alvaro M. Martínez afirma en su libro San Carlos de Bolívar (ed. 1967, p.


163) que Andrés Raninqueo falleció en Carhué el 4 de julio de 1884,
comandancia de la Frontera del Oeste hasta la fundación de General Acha en la
Pampa.
[se encuentra la grafía de Raninqueo, Rallinqueo, Raguin-queo y Ranique]
Tenemos una foto preciosa de 1865 donde Raninqueo está con la familia
de Coliqueo, al lado del Coronel cac. Ignacio Coliqueo. Es menor en estatura y
más delgado, de manera, si es hermano como los otros tres, debe haber tenido
otra madre. Queo es el apellido, Ranin su nombre indio y Andrés su nombre
cristiano. Así Ignacio Coli- queo, Francisco Cayu-queo, Juan Peine-queo y
Chayma-queo.
Su esposa Alonsa fue madre de los hijos Juan, Ignacio, Lorenzo y
Alfonso. Entre los habitantes de la tribu de Coliqueo y el Libro de Matrimonios
de 9 de Julio 1893 Nº 160 está anotada Andrea Raninqueo casada con el indio
Pascual cuya hija se llamaba Zeferina Pascual nac, 1863
RANQUEL o Ranquil, 1821, cac.pampa; uno delos más adictos al Gral.
J.M. Carrera durante su guerrilla por La Pampa. El lenguaraz porteño de nombre
Gutiérrez afirmó que era ranquel sólo de apellido, no pertenecía a la familia
ranquelina. La amistad con Carrera fue efímera; pronto pactó con los emisarios
del Gobierno de Buenos Aires y en diciembre de 1825 asistió al parlamento de
paz que se celebró a orillas de la Laguna del Guanaco (AGN.X. 27.7.6 Nº 9)
RANQUILL ANTE,1797, cac. pehuenche, presente en el parlamento de
reconciliación al terminar la Guerra Pehuenche
RAPI ANTÚ, Francisco, 1751, cac. araucano (pehuenche) de Mulchén
(Chile). Lo visitó el 6 de noviembre de ese año el Padre Bernardo Haevstadt (Su
Diario 1777).
RAPI MANQUE, 1672, cac araucano de Repocura (Chile). Ese año
atacó con 2000 indios la plaza de Repocura. Los españoles desbarataron el
ataque y lograron capturar al cacique y lo colgaron en una horca, al igual que al
español Figueroa, su cómplice. (Gay: Historia. 1847 vol III. p. 273)
RAPI MÁN (Raimanque), 1776, cac. pehuenche de la Pampa que fue
censado por Diego de las Casas en Nahuel Mapú. Halló sólo cuatro toldos de él
(De Angelis 1910 IV p. 584)
RAPI MÁN, 1787, cac. pehuenche entre los huilliches de Barbarco, hijo
del cacique Rayguán. En la Guerra Pehuenche estaba comprometido con los
huilliches, luchando contra los pehuenches de Malalhué y los mendocinos que
los apoyaban. Un tiempo estuvo con Millagüín. 1796 tomo parte en el
contramalón contra el cac. Gobernador de Malalhué, entoncs cac. Pichintur.
Pero en el malón que le hicieron a Rayguán, Rapimán fue tomado preso (Arch.
Mend. Carp. 123) En 1797 estaba libre ya y avisó que se preparaba un nuevo
malón.
1820 figura un cac. Rapi en la lista de los adictos del guerrillero Gral
Carrera. Vivía entonces en “Guinca Treue” (será .Huinca Tregua = “Perro del
extranjero” en Trenel de la Pampa
RAPI MÁN, 1866, capitanejo de Calfucurá en Salinas Grandes (AEM:
22.12.66)
RAPI ÑÁN, 1760, cac. pehuenche que vivía en una Reducción. En ese
año fue visitado por el obispo Jesuita Angel Espiñeiro (ver Curipil)
RAPI ÑANQUE, 1875, capitanejo pehuenche, entonces presente en
Salinas Grandes, cuando se firmó el 2º gran proyecto de tratado de paz (AEM
doc. 1232)
RAPI-N, 1825, cac. tehuelche (?) figura en los actas de parlmentos de paz
en Bahía Blanca el 13 de dic. De 1825 y en Tandil en 1826
RAQUIL HUEQUE, 1797, cac. araucano en Chacaico junto con
Neculhueque.
RANQUE Ver Reuque (cura)
RAU LLÁN o Rayü llán, 1797, cac. pehuenche de Malalhue.
RAYÁN Manuel, 1878, capitanejo pampa ranquel, sorprendido por los
expedicionarios en Toay junto con Pichi Pincén, el 11 de septiembre de 1878.
222 indios cayeron presos (Olascoaga I. p. 64)
RAYGA PÁN, 1782 cac. puelche. Ese año se sometió, haciendo un
tratado de paz en Mendoza. Era el hermano de la cacica Ignacia Guentenao
(Arch Mend. 16.12.1782)

RAYGUÁN CACIQUE GOBERNADOR


RAYGUÁN (o Rayhuán): 1792, cacique ranquel, gobernador entre los huilliches del
Neuquén en Barbarco. Fue protagonista y víctima de la Guerra Pehuenche. Servía a las
órdenes de los caciques gobernadores Llanquetruz (I) muerto en 1788 y de Caneu Payún
(muerto en 1794). Fue su sucesor, heredando el grave peso de la Guerra Pehuenche, cuando
más incendiada estaba. Compartió los ataques dados por Llanquetruz, apoyados a veces por
algún contingente chileno, cuando sus adversarios, los pehuenches de Malalhué, contaban con
el apoyo del gobernador y comandante general José de Amigorena, de Mendoza, o por otros
jefes de la frontera. Por momentos, el conflicto se parecía a una disputa de una cuestión
internacional.
Las etapas iban sucediéndose desde el asalto del Fuerte San Carlos en 1780, la gran
expedición de Amigorena contra los indios del Diamante, ranqueles y pampas; 1784,
revanchas: 1785, muerte de Creyó; 1787. malón contra Anca Namún; 1787, expedición de
Pichintur y Currilipí que dejó el saldo de la muerte de Llanquetruz. Otras expediciones eran:
el malón contra Currilipí, expedición punitiva, en la que resultó muerto Caniupayán.
1794, Rayguán es cacique gobernador. Le hicieron una celada.. En 1795: expedición
contra Rayguán. En 1796, sitio y muerte de Pichintur. Estas líneas nos dicen que el número de
acciones de los malalches superó a las emprendidas por los del sur.
Rayguán, seguramente de noble estirpe y parentela en la pampa, aparece en los
documentos recién en 1780, cuando, el 16 de Diciembre de ese año, asiste a un parlamento de
paz, junto a su cuñado Antepán y la cacica Güentenao. Más se le nombra, desde que fue
elegido sucesor del cacique Caneupayún y es gobernador de los ranqueles. Fue él quien
comunicó a los caciques Roco y Pichintur el fallecimiento del cacique Caniupayún. en 1794.
Grande fue el duelo por los muchos indios que entonces habían muerto por la peste. Les
comunicó también que, acompañado de Lolpean y Guayquipán, viajaría a Los Angeles,
seguramente para ser confirmado por las autoridades españolas de Chile y para asegurarse
apoyo militar ante las emergencias de la guerra, aún latente (Arch. Mend. Doc. 13 del 27 de
Nov. de 1794). El documento dice expresamente que este cacique ranquel Rayhuán era tocayo
de otro Rayhuán pehuenche (Manuel); parecía que los unía una amistad. El gobernador
ranquel se disgustó mucho, cuando, en 1794, ese tocayo fue atacado por una “expedición
punitiva” de Pichintur y los malalches. Y aunque el cacique conciliador Guayquinao haya ido
a hablar para aplacar al cacique gobernador de los huilliches, éste no quiso saber nada de
Mendoza. Entretanto, estando el hermano de Pichintur, llamado Canoiguán, de visita en los
toldos de Rayguán, murió aparentemente de muerte natural. Pero, como los indios atribuían la
muerte al maleficio de brujos, hicieron averiguaciones entre brujos y machíes sobre quién
podría haber sido el causante del deceso del cacique. Y era frecuente después de tales
veredictos que hubiese venganzas y malocas.
El cacique Rayguán. aprovechando esta circunstancia, esta creencia, invitó con
insistencia al cacique Pichintur que viniera a visitarlo, porque sabía quiénes habían sido los
brujos que habían causado la muerte de su hermano; que juntos los matarían. El comandante
de San Carlos (Mendoza) aconsejó a Pichintur que no aceptara la invitación. Pero éste desoyó
el consejo y marchando con cien hombres, se dirigió hacia Barbarco, enviando delante de él
un mensajero para anunciar la llegada. Al entrar en la toldería fueron burlados, porque
Rayguán le venía a decir que allí no había más brujos que él y su tropa. Descubierto que su
llamada era una celada, de inmediato se retiraron, pero fueron perseguidos y atacados.
Pichintur escapó herido y perdió allí a un sobrino y algunos soldados indios. A su vez, los
malalches mataron a un sobrino de Rayguán y ultrajaron rabiosamente a los muertos de sus
adversarios. (Arch. Mend. Doc.15 del 11.12.95)
Era de esperar una nueva reacción. De regreso a Malalhué, Pichintur convocó a un
parlamento general, al que invitó al comandante Francisco Barros. Este, según las
instrucciones recibidas, les echó en cara que habían ido a perturbar la paz con los huilliches.
Ellos, a su vez. echaron toda la responsabilidad sobre Rayguán, diciendo que estaba alzado...
pues había dicho al cacique Guayquinao que tenían buenas lanzas y que nada tenían que ver
con Mendoza. E insistentemente pedían la organización de una nueva expedición punitiva (ib.
doc. 15: 16. 12 de 1895). De Rayguán se dijo que había salido a malonear a otros ranqueles y
que en el camino se había topado con un malón huilliche (sic), a los que quitaron unas
yeguas. Que ahora vivían sobre el Río Neuquén y el Río Cuduleuvú (e.d. Curru Leuvú: Río
Negro).
Poco tiempo después, los pehuenches mendocinos estuvieron en marcha, rumbo al sur,
acompañados por el capitán de Amigos Francisco Barros. Este escribió un diario de la
expedición (Arch. Mend. doc. 20. que comienza el 16 de Diciembre de 1795 y termina el 22
de Marzo de 1796). 200 hombres partieron con Pichintur y en el camino se les agregaron los
indios de Guayquinao y Colemilla. El 10 de Enero de 1796 asaltaron los toldos de Rayguán,
quien se había refugiado en el Malal de Cabilao. El combate duró tres horas. Según decía
luego Pichintur; “Se destruyó la toldería entera. Los rodeamos y no se escapó ninguno. El que
no murió, ha venido a ser cautivo” (Arch. Mend. doc. 16 de 1796). Se salvó el cacique,
porque en esos días había ido a Penco (Concepción de Chile), acompañado de pocos conas.
El cronista dice que mataron a 25, entre ellos 22 hombres y que se trajeron 143 prisioneros,
haciendas y armamentos (ib. doc. 16 y 20). Entre los muertos se halló un hijo de Rayguán.
Los sitiados se habían defendido heroicamente, lanzando una lluvia de piedras sobre los
agresores. Luego los malalche hicieron una gran fiesta en el Río Cobiple (Malargüé).
Las autoridades chilenas protestaron “por este grave motivo de discordia” y exigieron
a las autoridades mendocinas y a sus indios aliados que hiciesen cuanto fuese posible para
lograr una reconciliación (ib. doc.18: 28.1 y 14.1.96) y que devolvieran a los prisioneros.
Por ello, el comandante general J. de Amigorena convocó a los malalche a un “serio
parlamento para el 29 de Enero y otro para el 1ºde Marzo (ib. doc. 79); pero ya en Febrero
corrieron rumores de que veían humos de convocación en Mamuil Mapú (La Pampa).
Entre tanto, el cacique Pichintur cumplía una gestión diplomática en Chile, pues
solicitaba ayuda explicando su punto de vista acerca de la guerra. No bien había retornado a
su toldo, al día siguiente, el 6 de Abril de 1796, se hallaba sitiado por unos 600 indios
enemigos de Barbarco, de Rayguán y sus ranqueles y huilliches, a los que se habían agregado
tropas de los caciques Calfiqueo de Antuco y Coñumain de Chile, Decían que “habían venido
a desquitarse”. El documento 21 del 17 de Abril enumera a los caciques sureños que eran de
la partida con Rayguán: Millamain, Curenamún, Puelmain, Menqueo, Carilón, Lión.
Gaimain, Colegüinca, Levuimain, Manquel, Catrenao, Rapimain, Calepí. Calfiqueo,
Coñuemain y Puircapy.

El mismo documento nos informa de la muerte cruel que sufrieron los caciques
Pichintur, Ñancutripay y Cuntrurs y de varios mocetones. A Pichintur lo ultrajaron cortándole
la lengua y gritando: “Ya murió el hablador” —porque estaba en constante comunicación con
los mendocinos y porque tenía un don especial para convencer a los demás. (Arch. Mend., ib.
doc. 23)
Los invasores estuvieron todo ese día en la toldería del finado cacique gobernador
juntando cautivos y haciendas, recuperando así sus propias familias cautivadas anteriormente.
Estuvieron de fiesta y liquidaron dos majadas de ovejas. Al anochecer se pusieron en camino,
(ib. doc. 25, 26 y 23, de Abril de 1796)
Los malalches sobrevivientes y humillados, de inmediato avisaron a las autoridades
mendocinas, pidiendo con urgencia un parlamento para confirmar al cacique sucesor y para
tomar medidas punitivas, (ib. doc. 21 y 22)
Este parlamento se realizó efectivamente desde el 6 al 16 de Mayo de 1796. José de
Amigorena confirmó al cacique Millagüín, al que habían elegido como sucesor de Pichintur.
E! comandante recogió la mayor información posible sobre los últimos acontecimientos y
renovó su tratado de paz y la promesa de ayuda y protección.
Redactó también una carta para Rayguán. En ella le decía que estaba informado de los
acontecimientos últimos; pero quería que estuviesen en paz y no que los hermanos se
matasen. Lo invitaba a llegarse hasta allí. a su frontera, con algunos caciques, para concertar
un nuevo tratado de paz. (doc. 27; 18.5.96). Hizo llevar la carta a Barbarco por el cacique
Guayquenecul, hermano de Rayguán, y José Antehueque, su sobrino, y les decía que si no
aceptaban las propuestas, los haría reducir por jefes de Chile (sic) (doc. 22 y 27).
El teniente coronel de Milicias, D. Simón Gorordo, discutió la paz con los ranqueles
de la pampa, por encargo del gobernador Sobremonte. (Las gestiones se hallan en: AGN.
Secc. Gob. Copiador de decretos, 1799. S. IX 16-2-5 F. 55,68,70.93. 136: 1800 S.IX 16-2-6 F.
72. 98. 148. etc.)
Los ranqueles de Rayguán se excusaron, el 16 de Agosto de 1796, por no haber
acudido al parlamento y decían que vendrían a buscar a sus mujeres y amigos. Pero Millagüín
no se mostró dispuesto a devolverles familias, haciendas, ni rehenes (el hijo de Rayguán y
uno de sus sobrinos) hasta que no hubieran firmado la paz. (doc. 29 Arch. Mend.)
En el acta del primer parlamento escribió Amigorena: “Arden los ánimos: quieren
hacer una expedición punitiva contra Rayguán y los de Barbareo. Piden nuestro auxilio y que
vaya yo y Carilef. Habrá que condescender” (Reservado).
Amigorena desenvuelve en esa situación su juego diplomático. No actúa, pero deja
actuar. Cuando en noviembre escribe al gobernador intendente de Córdoba (Sobremonte) que
los pehuenches habían pedido 60 hombres para ir a matar a Rayguán, agrega, que no dará
auxilio hasta que lo ordene el gobernador intendente y el Virrey. Pero ya el 18 de Junio de
1796 el capitán de Amigos tuvo que acceder. La expedición no obtendría el éxito buscado,
(ib. doc. 30)
Había pasado menos de un año, cuando Amigorena convocó a otro parlamento en San
Carlos. En presencia de los caciques amigos, se leyeron y tradujeron cartas de Rayguán. del
comandante de Los Angeles, del gobernador de Concepción y del presidente de Chile. Se les
exigió devolver a los huilliches prisioneros y haciendas. Los pehuenches de Malargüé se
mostraron desconformes; decían que Rayguán quería cautivos y animales, pero olvidaba que
él se había llevado todo; que ellos habían enviado a un pariente de él para solicitar la
devolución de los cautivos, a lo que había contestado que aún no los podía devolver, porque
estaba con ánimo de maloquearlos otra vez. Amigorena replicó, que trataran de disuadirlo;
que lo invitasen a llegarse hasta allí y que quedarían amigos como antes. Que no fueran a Los
Angeles, donde los habían citado, que el camino era largo y pedregoso. Que tratasen estos
asuntos en esta jurisdicción, (ib. doc. 31 del 3.3.97). Notamos que el Capitán Gral. de
Amigorena, consciente de su “argentinidad” desde que el Cuyo se había separado de la
Intendencia de Chile, no dejó que los indios siguieran otra política.
En Mayo de 1797 se difundió la noticia de que el cacique Rayguán estaba preparando
otro malón para atacar a Malalhué. Los malalche lo sabían por un ex cautivo, hermano de
Millagüín, y por el capitanejo Rapimanque. Entonces Millagüín convocó a sus indios a una
junta de guerra y decidieron atacar a los sureños antes que lo hicieran ellos. Pidieron
urgentemente cien hombres al Comandante General con el fin de prevenir la invasión. Este no
accedió (doc. 33: 16.5.97). En cambio, el comandante de San Carlos sí, los acompañó.
En rápida expedición, 300 pehuenches llegaron a los toldos de Millamain; los atacaron
y lo mataron junto a cinco indios más. Los otros huyeron y dieron aviso de los
acontecimientos al cacique Rayguán, quien juntó cien hombres y fue al encuentro de los
invasores. Chocaron sobre el Río Cudileufú (Curri Leufú). En este combate murieron los
caciques Rayguán e Hingamain y otros seis. Los malalche rescataron a 4 cautivos y 7
ranqueles. Los demás se salvaron en la fuga; entre ellos desapareció también el capitanejo
Rapimanque (h). al que habían traído con ellos. No llegaron a la toldería. (Arch. Mend. Doc.
30)
En su informe, de regreso, F. Barros señalaba que los indios nada habían hecho contra
los españoles. Que vengar oprobios, era cosa permitida o sagrada entre ellos. Que los chilenos
habían arreado mucha caballada de Rayguán (Caja 30, doc. 30: 12.8.97). Amigorena hizo
entonces un nuevo parlamento con los pehuenches de Malalhué y se presentó en San Carlos
con 150 hombres. Los indios se excusaron y prometieron paz con los de Barbarco y
guardarlos boquetes de su territorio (ib. doc. 33) y agregaron: “Para que no se infieran daños
a los potreros de Chile”.
Esto escondía una cuestión que a fines del siglo XIX sería de nuevo motivo de
fricciones entre Argentina y Chile. En Mayo de 1797 murió Raiguán, el cac. ranquel del
Sur.
Amigorena reunió y habló a los 12 caciques y 15 capitanejos del grupo de Malalhué;
lo hizo en tono severo y les comunicó las cartas de Chile que hablaban de las gestiones de
esas autoridades por la paz. La carta del presidente de Chile, Marqués de Avila y la del
comandante de Los Angeles decían que sus tropas se habían retirado de Barbarco; y que en
Febrero de 1798 se haría en Chile un gran parlamento de paz y reconciliación.
La continuación de estas gestiones están incluidas en las biografías de Carripilún,
cacique sucesor de Rayguán y de Millagüín.
(Etimología: Rayen: flor de Huanque: avestruz)

RAI GUÁN, 1780, cac. pehuenche, “tocayo” del cacique ranquel. Los documentos
distinguen claramente entre uno y otro. El cacique pehuenche era hijo del cacique Güentenao
muerto en el asalto del Comandante Amigorena, el 14 de marzo de 1780. Su hermana fue la
famosa cacica Ignacia Gëntenao, quien no se había casado, porque no encontraba quien
pudiese pagar las cien pagas por su mano. Pero muerto su padre, se hizo esposa del cacique
mayor Roco. Raiyepán fue también hermano de éstos. Los tres se presentaron en Mendoza, el
16 de diciembre de 1780 con un gran séquito, pidiendo al Cabildo un tratado de paz, y se les
dio la gracia. Pero se les pidió que mudasen sus toldos a otro punto a 200 leguas de Mendoza.
Pero luego no tenemos casi noticias de este Rayguán, que no quiere decir que no haya
tenido su importancia. En 1800 atacaron al cac. Raiguan el cac. Cohiquimill (quizás
Guayquimill) con 1800 indios. El se defendió auxiliado por el Sarg. Pedro Baeza. El choque
fue violento. Mataron el caballo en que montaba este cacique, mataron también a su hijo y
hubo un gran desbande. El viajero Don Luis de la Cruz habla en su Diario de él y dice que
hubo 80 muertos. (De Angelis 1910 I. p.290)
RAY HUAN, 1880, capitanejo huilliche que se agregó al cac. Feliciano Purrán. Tenía
tolos en Ranquilón y en Ñorquín.
RAYI MÁN, 1730, cac. araucano (mencionado por Gay: Historia vol III. ) Quizás
tiene que ver con los Rayman.
RAY GÜÉ, 1828, cac. pehuenche (picunche). Lo agredió el Cnel. Félix Aldao, el 18
de enero de ese año (Arch. Mend.) J.Godoy se refugió por dificultades políticas entre los
indios. Halló a los caciques Ladimán, Raygüé y Coleto. Raygüé muió poco después del
masacre de Chacay en el combate de Chilecito en 1830. (Ver Neculmán, Memorias de
Avendaño , p. 140 s.y La Gacta del 12.8. 1830) ETIMOL: Hüé: lugar de Rayen: flores

RAYÚ, Martín , 1846 – 1890, capitanejo del cac. Coliqueo de quien era pariente, Más
tarde estaba con el cac. Raninqueo. Los nietos, que yo traté con frecuencia, me decían que
ellos venían de Bragado. Me pregunto si tiene algo que ver con el cac. Gabriel Rallín o Rañín
( ls letras y y ll y ñ se confunden a veces) que pertenecía a la tribu de Collinao y Melinao,
más tarde, desde 1861 al servicio del cac. Calfucurá y Namuncurá , pues tenía fama de
diplomático.
Un hermano de Martín se llamaba Tomás Rayú.
Martín Rayú (o Rayü) se entroncó en la tribu de Coliqueo, seguramente desde 1862,
cuando se establecieron en La Tapera de Díaz (Los Toldos de Gral. Viamonte) Murió allí
mismo en el campo de la Tribu.
Se casó con Eufemia Llancuy, (Ñancú), nac. 1848 y con Catalina Ñonqué (otra
familia entroncada con la flia del cac. Ignacio Coliqueo y de la nobleza araucana). Según los
libros bautismales tuvo 11 hijos:
1.Pedro Rayú n.1873 – cas. con Cenobia González
sus hijos: Pedro Rayú 1908 – 1976 cas. con Juana Cayuqueo
sus hijos: Agustín Rayú + 16.1.48
Omar Rayú
Lucio Rayú
Delia R. 1920 - cas.c.Claudio F. Calderón
Mirta R. cas. con Gómez
Natalia R. n. 1910 c.c. Marcelino G. Cayuqueo
Sus hijos (de Natalia):Adolfo C. – Juan Ign. - Alberto –
Marciano – Héctor- “El Zurdo” - Elvira - Horacio Raúl

2. Benedicta Venera Rayú 1881 - cas. con Segundo Cotar 1903 - 1990
Sus hijos (2) Martín Bonifacio Cotar ,1937 - cas. c. Zulma Marifil
Sus hijos: Rufino Cotar
Sabino Cotar - 1968, cas. c. Isabel Mariqueo
3. José Zoilo Rayú – sept. 1981, cas.c. Valentina Rainao ( Crón) 1896 – 1958 ( 7
hijos)
Sus hijos: Fortunata Rayú (1907- c.c Rufina Rayú 1914 – 2006
Sus 5 hijos: Segundo Zoilo cas.c. Paulina Maza / hij.:Luis Alb +Sofía
R.
Crispina Rayú (solt.)
Avelino Martín (1938 - (soltero)
Oscar Alberto Rayú cas. con
Rufina Rayú
Segundo Rainao (1911 - 3 hij. con Julia Bossi y Videla…
Valentina Rayú ( 1919 – cas. c. Mauricio Catamarca (6 hijos)
Chola – Rodolfo – Raúl – Martín – Carlos – Mabel
4. Catalina Rayú cas. c. Florntino Juan Rayú 1905 – 1994
Sus hijos José Rayú cas c….
María Angélica Rayú cas. c. Juan L. Laspade
Sus hijos: Ana María (1965
Roberto Ad. Rayú cas.c. Mabel E. Videla
Miguel Angel y María Ester cas. c. Agustín
Rayú
5 Felisa Rayú 1887 - cas. c. Ramón Soria (1915 –
Sus hijos (hij. nat.) Alberto César Rayú
Héctor Rayú
Ricardo Soria
6. Tomás Rayú (1888 – 1957) (Hijo de Martín y Catalina Ñonque) cas. Petrona
Nahuel
Sus hijos: Venera Rayú (1923 - (h.nat Oscar José)
Juana Rayú cas. c. Antonio Anchipe (1872 –
Eleuterio Julián Rayú (1911 – 1990) cas. c. Gregoria Cayún
Sus hijos : María Anchipé cas.c López
Adele M. Anchipe cas c. Ferreira (1939- 5 hij.
Viviana 1964 –Juan Carlos 1965+1971 - Antonito
Norma Beatriz 1979 – Hugo Hilario – Nélida -
Saul Anch. O Rayú cc. María Est. Ancay; Sus
hijos:
Nelson Javier 1980 – Mario Alb. 1978 – Nancy- Gustavo – Miguel
Julio – Domingo – Domingo Oscar - María Elena – Raúl etc
7. Hermenegildo Rayú (1930 – 2000 en.) cas.c Antonia Claudia Calderón (1934 -
Sus hijos l. José Luis Rayú (1958 - Cas. Julia Varela 1955 (Jefe de la
oficina del Monastero Benedictino Sta. María de Los Toldos)
Una hija: Florencia Rayú
2. Oscar Alfredo Rayú (1963 –
3. Norma Elida Rayú (1965 –
4. Hermenegildo Antonio (1968 –
5. Claudia Irene Rayú
8. Juana Rayú (1909 – 2000 cas.c Ambrosio Bravo 1909 – 1996
Sus hijos: Raúl Ignacio Rayú (h.nat.) cas c. Alicia Catalán (2 hij.) Jorge y
Daniel
Luis Pablo Bravo (1944 cc. Cicuto 3 hij.
Roberto Daniel Bravo (1948 – C.c. Isabel Carranza (1948 –
4 hij. Graciela – Andrea – Mariela _ María José
Ambrosio Bravo (solt) c.c Juana Rayú 4 hij
Nicolás Bravo
9. Florentina Juana Rayú (1905 – 1994 cas. c. Catalina Rayú de Rayú
Sus hijos: Adolfo Roberto Rayú cas, c. Mavel Ester Videla
Hijos: José Oscar - Roberto Javier-Miguel Angel María Ester
José Oscar (1926 – 1997)
María Angélica Rayú Vda. De Lespade
Hijos.Mabel Videla ,Pascuala Rayú y Rufina Rayú

RAYÚ HUENCHÚN, 1820, cac. mendocino (prob. pampa ranquel) El 28 de


septiembre de ese año pidió al Goberador de Mendoza una gratificación por sus servicios.
Había llevado cartas al Gobernador de Buenos Aires en las que se informaba sobre el triunfo
de la Revolución e Independencia (A. Simón: Fray Inañlicán p. 112) ETIMOL: Flor de
hombre
REGÁN, 1782, (no es el presidente de Estados Unidos), capitanejo puelche, hermano
de Regapán y de la cacica Ignacia Güentenao. Vivía sobre el río Diamante. 1782 estuvieron
en la ciudad celebrando un tratado de paz con el Gobernador José de Amigorena quien les
había humillado en el ataque de 1780.
REGULL ANTE, 1798, cac. pehuenche de Malalhué (Arch. Mend. 17.4.98)
REHUE CAN, 1656, cac. araucano de Chile, que actuó en la sublevación,
encabezada por el “mestizo Alexis”.
REINA, llamada la Reina, cuando en verdad se llamaba Bibiana García. Fue jefe
espiritual (cacica) del resto de la tribu de Catriel a partir de la rendición de su tribu en 1878
(Foto en Miguel Hangel González, Catri – Mapú, monografía, 1967, publ. por el Museo
Etnográfico de Olavarría, ilutrada.
REY ÑANCÚ, 1814, cac. pehunche de Malalhué. Aparece en el acta de un
parlamento del 23 de octubre en San Rafael (Arch. Mend.) ETIMOL: Flor de Ñancú
REI NAQUEL ( REINAQUEO creo), cac. boroga, que capitaneaba unos 1000
indios. El 25 de agosto de ese año Rosas tuvo noticias de que el cacique había sido asesinado
por la gente del cacique Toriani, “por haber sido amigo nuestro”, fueron apresados Carriqueo
y su hermano. (Ignacio Coliqueo o Chaima Coliqueo), era de los indios del cac. Reinaqueo
que se hallaban prisioneros desde que mataron al cacique los indios de Toriano (ver Toriani)
AGN X. 27-5-6 y AEM Nº 254. (Noticia a reverse)
REL ANTA, 1562, cac. huarpe de Mendoza. Su tierra de Omantaya fue dado en
encomienda a Diego de Velasco (1563)
RELANTA , José, 1870, cac. huarpe en la zona de las lagunas del Rosario en Balde
de Vaca.
RELINQUEO ver Raninqueo
RELMÚ O RELMÓ , 1834, cac. chileno, quien en Mayo de ese año integró la tropa
del Gral. M. Bulnes quien venía a operar con sus tropas chilenas en territorio argentino (Parte
de Los Angeles, del 8 de diciembre de 1834) . El cacique fue muerto en el Paso de Aichol.
ETIM: arco iris
RELMÚ o Relmó, 1864, capitnejo ranquel del cac. Mariano Rosas. Se le incluye en
la lista de los que por el tratado iban a recibir sueldos. 1870 lo conoció Mansilla y el P.
Donati. El Dr. Estanislao S. Zeballos dio a su libro de 1887 el título Relmú, reina de los
Pinares (novela)
RELMÚ NAHUEL, Juan, 1751, cac. araucao de Calvucó (Chile). Fue visitado por el
Padre Haevstadt entre los pehuenches (Diario de 1777)
REMULCAU, 1767, cac. araucano que asistió al parlamento en Concepción con el
obispo Espiñeiro . (Su diario o relación fue publicado por Jorge Pintos en Temuco 1988)
RENQUEL o Ranquel, 1855, cac. pehuenche que menciona Manuel Baigorria en sus
Memoias (ed. Hux, M. ed. El Elefante Blanco Bs.As 2006 )
REPE REPE, 1573, cac. Huarpe cerca de Mendoza; encomendado de Coria
Bohorquez .
REQUE LÁN, 1804, cac. pehunche que en ese año llegó a Mendoza para renovar la
paz.
RENCA MIL. 1851, cac. picunche que figura en un acta de parlamento con los
indios de Caepí
RENGUI PIL, 1846, capitanejo pampa de Catiel
REUMAY LAFQUÉN, Gabriel, 1751, cac. araucano de Puconi Leufú, cerca del Río
Cautín (Chile) El 19 de diciembre lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt (Diario de 1777)
REUMAY LAVQUEN, Domingo , 1751, cac. araucano de Meuco (Chile) que fue
visitado por el mismo sacerdote Bernardo Haevstadt (Diario de 1777)

REUMAY, Alvarito
REUMAY, Alvarito: 1847, cacique huilliche. Era el cuarto hijo del cacique Juan
Calfucurá. Alvarito puede ser el nombre que adoptó en honor del coronel Alvaro Barros. Se
crió, pues, en Salinas Grandes, junto con Catricurá, Namuncurá y otros tantos hermanos de la
gran familia cacical. Una primera noticia documental de Reumay es de 1847; pues recibió
raciones en Azul. Desde 1862 desempeñó muchas comisiones diplomáticas en nombre de su
padre. En Agosto quedó algún tiempo en Buenos Aires, quizás para aprender castellano y algo
más. El 1º de Marzo de 1863 encabezó con Blanco una comitiva de 30 indios y volvió a
presentarse ante Mitre con cartas de su padre. También en 1866 dirigió con Vicente Millacurá
otra embajada, esta vez para visitar al cacique Coliqueo. Al regresar fue detenido, por poco
tiempo, por tropa de la frontera. En una carta de Coliqueo a Calfucurá, que se interceptó. ese
cuenta acerca de una derrota de Pincén y termina la carta diciendo: "Usted sabe lo mucho que
lo estimo, como se lo habrá dicho su hijo Umay" (Reumay).
El 25 de Octubre de 1870, dirigió un malón de protesta contra Bahía Blanca, porque
su comandante y la guarnición habían atacado y saqueado a la tribu amiga de Cañumil. Este
era pariente de Calfucurá. Reumay habría estado también en la batalla de San Carlos, el 8 de
Marzo de 1872, como en la mayoría de los acontecimientos de las tribus salineras.
El 3 de Junio de 1873, perdió a su padre Juan Calfucurá. No era fácil, entonces, elegir
al sucesor, pero por consejo de algún capitanejo viejo, constituyeron por el momento un
triunvirato que integraban los caciques hermanos Manuel Namuncurá, Alvarito Reumay y el
primo Bernardo Namuncurá. Pero bien pronto se impuso el cacique Namuncurá, quien
respetaba no sólo diplomáticamente, sino fraternalmente, a sus hermanos. Todos estaban
convencidos que en esos momentos tenían que estar unidos, si querían gozar de la paz. El año
1875, cuando los militares argentinos preparaban "casi" sigilosamente el avance definitivo de
las fronteras, los salineros no ignoraban sus planes. Se esforzaron por conseguir del Gobierno
nacional un tratado seguro y concluir las gestiones que ya su padre efectuaba durante años.
Había que garantizar vidas, campos y haciendas. Alvarito Reumay se comunicaba
principalmente con el coronel Pío Iturra de Bahía Blanca. Se presentó también personalmente
al comandante Cerri (Sept. 75) y estuvo con el misionero Jorge María Salvaire, al llegar éste a
Salinas Grandes (Hux, Excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes, Bs. As.,
ECA, 1980). Alvarito Reumay tuvo varios contactos personales con el Padre Salvaire.
Menciono especialmente el encuentro del 17 de noviembre: "...Esta tarde, el cacique Reumay
vino a conversar conmigo, dice el sacerdote-. Me abrió del todo su corazón bueno; me habló
de Dios —“Chao”,el Padre—, de su fe y de su oración. Y escuchó con gusto mi testimonio de
fe cristiana. La fe de ellos es la de los profetas de Israel, igual que su moral y su conducta".
(Ib.. p. 127)
Terminada la delicada misión, el Padre Salvaire regresó a Buenos Aires. Lo acompañó
una caracterizada comitiva con la esperanza de conseguir con la ayuda del sacerdote y el
arzobispo de la Capital el tratado anhelado para poder evitar la Guerra de la Conquista.
Finalmente, advirtieron que era tarde, cuando se cruzaron con una comitiva de Catriel que les
anunciaba su mala situación, y que era inevitable la sublevación. Así se desató el Gran Malón
a fines de Diciembre de 1875.
También el cacique Reumay actuó en esa gran invasión a vasta zona, encabezando un
contingente de 1.500 indios. M. du Flurer (en "Una expedición al desierto", en Anales de la
Sociedad Rural Argentina, 1876), describe al "héroe de Diciembre de 1875", que puso sitio a
las tropas nacionales en Laguna del Monte. Remitió a sus jefes una carta "en estilo
macarrónico a la vez que arrogante" diciendo que había venido con 1.500 indios y otros
tantos estaban por llegar. Que tenían la orden del jefe, Namuncurá, de pelearlos, pero como
los consideraba como hermanos, no quería llegar a extremos. Pidió que abandonasen el sitio y
se fuesen por donde habían venido, etc.
Le contestaron negativamente. Y viendo defraudada la primera negociación,
comenzaron las hostilidades. De noche largaron sobre las caballadas de los blancos
(cristianos) yeguas con cueros atados en las colas, para provocar la dispersión de la hacienda
que se asustaba. Los guardias hicieron fuego sobre esos animales. Pero luego, a las cinco de
la mañana, los indios atropellaron el Fuerte con inmenso griterío. Durante la noche del 14 de
Diciembre, sorprendieron la guardia frente a la laguna y consiguieron arrebatarles unos cien
caballos ensillados y mulas. A medio día armaron otro tumulto.
Al clarear el nuevo día, enviaron un mensajero a parlamentar. Llevaba en la punta de
la lanza erguida un papel. El enviado se acercó a una cuadra de la primera guardia y, al clavar
la caña, recibió una lluvia de balas que le hicieron "brincar". "Cómica escena —anotó un
testigo ocular—, disparó ileso."
Esa noche hubo otro amago favorecido con la luna clara, pero cayeron en una trampa.
Los indios se acercaron silenciosamente por la laguna, pero se abrieron fuegos contra ellos
desde tres direcciones; la tropa se había colocado estratégicamente. "Día y noche nos
amenazan. Estamos herméticamente sitiados".
Alvarito Reumay puso también sitio a la joven población de Olavarría. Y tenemos una
carta de él que enviara al comisario de esa población alerta; fue publicada en el periódico
bonaerense La República, el 11 de Enero de 1876.
"Señor Comisario Don José Aguirre:
Sr. Comisario: Tengo el gusto de escribirle i aserle saber que oy ey bisitao a sus
campos. Ud. abrá bisto el número de jente que ey traío a estas fronteras. Pero mi benida á sido
por lo que el Gobierno ha querido (ha)cer con mi hermano mayor (el) General D. Manuel
Namuncurá i más nos manda a desafear. Oy me i(he) presentado y espero acampar hasta diez
días; quiero verme con el valiente Levalle (Cnel.), amigo, por librar a Ud. y a los
comerciantes la vida. Espero me entregará las casas de negocio(s). Si se meten a valientes, yo
no me le (h)aré a un lao, conque más tarde verán la indiada. Y espero que me conteste sin
falta ninguna (y) con el mismo portador de ésta, su amigo Alvarito Romay.
Vale: Yo sería muy gustoso darle la mano derecha a los comerciantes, porque yo sé,
ellos no son los culpables; mas sé que ellos son los que trabajan para el bien vivir."
Pero por más impresionante que fuera esa gran invasión, los indios no pudieron
impedir que en fecha prevista avanzaran las seis columnas expedicionarias bien equipadas por
el ministro Alsina. Las tribus salineras fueron expulsadas de sus campos y perseguidas a
muerte desde 1876 hasta 1884. Namuncurá huyó a tiempo al Neuquén; pero allí también
fueron atacados por la Campaña del Sur; porque la Conquista del Desierto ya no respetaba
tribu alguna. Namuncurá y Alvarito Reumay se unieron con los indios neuquinos del cacique
Purrán. Este fue perseguido hasta más allá de la frontera con Chile y capturado en la
Rinconada del Río Lonquimay. Reumay se presentó entonces con los caciques Carapán
Pereyra, Cañumil y Melicurá al comandante militar chileno, quien los recibió favorablemente.
Ese año viajó Estanislao S. Zeballos por la Pampa y halló la toldería de A. Reumay
abandonada; era aún una aldea de toldos de cueros. Denominó, pues, el lugar "Reumay" que
quedaba a orillas de la Laguna Verde, cerca del fortín El Sauce, del Departamento Utracán.
(Zeballos. Viaje al país araucano, 1881. p. 183 s.)
El cacique Alvarito Reumay, pues, concluyó sus días en el país hermano, en la
Araucanía de sus antepasados, seguramente añorando sus años prósperos pasados en nuestra
Pampa.

REUMAY, PEREYRA, 1869, capitnejo del cac. boroga Andrés Raninqueo.


Reumay Laf., 1860, cac huilliche del Sur de Neuquén. Era el padre del cac Manquiel.
Decían que nunca había maloneado ETIMOL: Ola del mar
REUMAY LAO, 1854, capitnejo ranquel del cac. Llanquetruz (hijo) que figua en el
tratado de paz que éste hizo ese año con el Gobierno de Córoba (Arch. Córd. Gobº T. 239 p.
92
REU PÍ, 1851, cac. picunche del sur de Mendoza. Ese año estuvo en un parlamento
sobre el río Barrancos con los caciques Caepí y Purrán (Arch. Mend. 1851)

REUQUECURA, Santiago
REUQUECURÁ, Santiago (Reuque): 1800-1887. cacique huilliche de la dinastía de
los Piedra. Era hijo del cacique Huentecurá, hermano de Juan Calfucura y Antonio
Namuncurá y tío de Manuel Namuncurá , de Reumay y sus hermanos salineros. Reuquecurá
había nacido en Pitrufquén, Departamento de Villarrica (Chile), a fines del siglo XVIII. y
murió en Roca (Río Negro) en 1887.
Al ver que su hermano Juan Calfucurá prosperaba mucho en la Pampa argentina, él
también quiso imitarle. Se ubicó en la Cordillera neuquina, en la zona del lago Aluminé, entre
la Cordillera Huaidog (actual Chaichil) y el Río Malléu, en la costa del Río Catanlil y al
Norte del Río Picún Leufú. Allí reunió una importante indiada. Además de ser ganadero,
mantenía un activo comercio con Chile. Más tarde, ante el peligro de la Guerra de la
Conquista, se confederó con los caciques manzaneros Queupú, Millamain, Nahuelpán,
Painefilú, Puelmac y Huenufil. Reunió una fuerza de más de 2000 indios guerreros.
Aparentemente Reuquecurá no era un guerrero nato, como Calfucurá, sino
comerciante. No obstante, su hermano de Salinas Grandes y más tarde su sobrino Namuncurá,
lo llamaron de vez en cuando y con ellos entró en malón, cuyo botín llevaba por los pasos
conocidos a Chile.
En 1850 llegaron cien de sus guerreros a Tapalquén y arrebataron unos mil caballos a
los indios amigos de Catriel. (Capdevilla, Tapalquén, I, p. 120)
En 1856, cuando el cacique José María Llanquetruz entró en relación amistosa con el
comandante de Carmen de Patagones y celebró un tratado de paz, Reuquecurá también quiso
obtener ese beneficio. Llegóse a Choele Choel con 600 indios; pero el coronel Villar no lo
quiso como vecino y salió a atacarlo, produciéndole considerables bajas. (AGN, S.X, 19-4.5
fecha :1.8.56 y S.VII, 14-2-3, fcha. 4.9.57)
Reumay volvió, entonces, al Río Pulmarí durante el verano, hasta la cosecha de los
piñones de pehuén; luego bajó a los cañadones del Aluminé y del Catanlil.
En 1863, el teniente coronel Julián Murga, socio de la gran Casa Comercial de
Carmen de Patagones, fue autorizado para realizar convenios y tratados de paz con los
caciques de la zona. Lo hizo con los caciques Chingoleo, Sayhueque, Huincabal y
Quintraimilla. También Reuquecurá solicitó un convenio de paz y pidió permiso para
comerciar en esa plaza. (Arch. Mitre XXIV, p. 50 y 105 fha. 30.7.63)
Algo o alguien lo impulsó a hacer malones. El general O. Llano de Bahía Blanca lo
acusó de haber hecho una invasión en Mayo de 1863 a la zona del Río Colorado. En agosto
del año siguiente, el coronel N. Granada, estacionado en 9 de Julio (Bs. As.), tenía noticia de
que Reuquecurá estaba en la frontera Sud con 200 indios y que esperaba unos 300 chilenos
más. Habría dicho que venía en paz a comerciar. Los militares que disponían de poca fuerza
en la frontera a causa de la movilización de tropas para la Campaña del Paraguay,
desconfiaban de su palabra. Había dicho que iba a Salinas Grandes. Coliqueo con sus indios
amigos fue movilizado para pelearlo (Arch. Municipal de 9 de Julio, Lib. 7, fol. 9. fha.30.8.66
y AEM, 6.9.66). En Octubre de ese año los jefes de la frontera facilitaron también a Calfucurá
un tratado de paz (doc. 896, AEM, 9.1.67 firmado por Marcos Paz y el ministro Martínez) y
al mismo tiempo hicieron idéntico convenio con el cacique Reuquecurá (ib.. Doc.895. ver:
Raone 1995 p.220)). El vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, el Dr. M. Paz, observó
entonces, el 2 de Octubre de 1867, que se había favorecido demasiado a Reuquecurá. (Arch.
M. Paz, Vol. VI, p. 365)
Las listas de proveedores comprueban que recibió suministros del estado hasta 1877 y
que le fueron derogados el 20 de Agosto de 1879, cuando la Conquista de Roca ya había
llegado hasta el Río Negro.
No sé si, como el cacique Quilapán, estuvo involucrado en el asunto del
establecimiento efímero del Reino de la Araucanía y de la Patagonia, idea que había lanzado
el aventurero francés Antoine Orellié, quien fue tomado preso y devuelto a Francia. Pero en
1868 intentó la empresa por segunda vez. Entonces visitó con el cacique Lemunao la toldería
del cacique Reuquecurá en el Río Picún Leufú. Buscó su adhesión. Pero de nuevo fue tomado
prisionero (Galatoire, Quién fue el Rey de la Patagonia, 1972, p. 102). A su nuevo regreso, en
1872, pasó de nuevo por su toldería.
Reuquecurá, entretanto, estaba en paz con el Gobierno argentino y de él recibía
suministros como los indios amigos que servían en las fronteras. Era una especie de
ocupación, un precedente para la Conquista. Cuando en 1869, el coronel J. Murga, por orden
del Presidente Sarmiento, quiso ocupar la isla Choele Choel, Reuquecurá, en unión con
Calfucurá, se lo impidió. (A. Barros, Territorios y Fronteras Federales, Ed. Hachette, 1975, p.
65 s.)
Al terminar la Guerra del Paraguay, hubo muchos incidentes en la frontera,
provocaciones que justificarían el avance militar decretado por la ley 125 de 1867. Calfucurá
fue el juez defensor de su raza, lanzó varios malones de protesta. Creo que siempre contaba
con el respaldo de Reuquecurá. Este lo acompañó con mil indios en la gran batalla de San
Carlos de Bolívar, el 8 de Marzo de 1872. Perdieron la batalla, pero no el prestigio y no
omitió llevarse un cuantioso botín.
El mismo año, el explorador sargento Bejerano halló a Reuquecurá a orillas del Río
Chimehuín (Diario de Bejerano, 26.7.72); los toldos de Ñancucheo los halló al pie del volcán
Villarrica, sobre el arroyo Malleo, donde hoy se encuentra un resto de la tribu de Namuncurá.
En verano se hallaba en la zona de Pulmarí y Aluminé y en invierno en el Cañadón Sto.
Domingo y Charahuilla (Encina, Moreno y Cía. Mensura del Triángulo)
Ese mismo año, Reuquecurá entró en contacto con el teniente coronel M. Guerrico,
explorador del Río Negro. (A.M.H.N., Doc. 6233, 29.8.72)
El 3 de Junio de 1873 murió su hermano Juan Calfucurá en Salinas Grandes, cuando
hacía grandes esfuerzos para asegurar sus posesiones por un tratado de paz. Debe haber
asistido a los funerales y las reuniones consiguientes por las que se eligió al sucesor. En un
nuevo parlamento grande, Namuncurá y todos sus caciques adictos firmaron y juraron un
nuevo proyecto de tratado de paz, el 3 de Mayo de 1875 (AEM. Doc. 1232).También
Reuquecurá había acudido a la cita (AEM,Doc. 1372), pero no fue incluído en la lista de los
caciques firmantes. El ya tenía tratado de paz y era racionado. Cuando de nuevo las tribus se
vieron frustradas y amenazadas por la resolución de emprender la Conquista. Namuncurá
organizó juntamente con Catriel el Malón Grande de fines de 1875, del cual Reuquecurá
aparentemente no participó. Pero en Marzo de 1876, se asustó, cuando avanzaron las seis
columnas conquistadoras al corazón de la Pampa. Los documentos dicen que Reuquecurá
invadió en Abril de ese mismo año en Tres Arroyos y Juárez y presentó batalla al coronel S.
Maldonado y a su tropa. (Olascoaga, I, p. 41)
Viendo que la resistencia de los salineros era ineficaz, no quiso comprometerse más
con ellos, aunque eran sus parientes. En cambio, fue muy hospitalario con los que huían ante
la persecución. Así aceptó a Namuncurá, a Alvarito Reumay y a otros parientes que venían
buscando refugio en los Andes neuquinos. Por ello se le suspendió el suministro de raciones,
enviándole recriminaciones amenazantes. En el Museo (Archivo) de Luján, en la colección
del Dr. Zeballos se conserva una carta de Reuquecurá dirigida al Cnel Villegas, por la que
pedía racions atrasadas desde dos años-
En Enero de 1879, la Primera Brigada del Ejército Expedicionario marchó en procura
de su toldería; pero sólo encontró la del capitanejo Cayul cerca del Lago Aluminé (AEM, doc.
1388). En Mayo, acampado en Panguecó, recibió esta otra intimación: "Si no procede de
inmediato a responder, como es debido, será tratado como los demás rebeldes".
Se estableció entonces en la confluencia del Río Limay del Arroyo Picún Leufú y en
Rumecó, el arroyo que desemboca en el lago Ñorquín.
En Agosto de 1879 escribió al coronel Villegas que se entrevistaría con él, cuando se
le ordenara. No se concretó esta entrevista. En cambio, los más bravos expedicionarios
Saturnino Torres y Manuel Ruybal y sus tropas buscaron su refugio, y también la toldería del
cacique Queupú. Hallaron algunas de sus familias y pocos indios, porque Reuquecurá, a su
vez, estaba expedicionando en la zona del Fuerte Gral. Roca (20.5.80) y por Choele Choel
con el objeto de liberar a los prisioneros. El ataque de Ruibal a su toldería fue fulminante:
dejó los toldos vacíos. El teniente coronel Guillermo Petchmann en “El Campamento de
1878” describe las escenas horribles y el delirio de los atacantes y concluye con estas
palabras: "dejo a la imaginación del lector la reconstrucción de aquellas aventuras... No
trajeron heridos, ni chusma vieja. Nadie pudo precisar el número de arreos que conducían.
Los prisioneros de "chusma" eran 150 y los indios de lanza 18."
Los militares aún no finalizarían su guerra. El 15 de Marzo de 1881 partió la 2ª
Brigada de Villegas en busca de los 200 indios de Reuquecurá. "Había que hacer limpieza,
como en la Pampa". Estaban en Pulmarí (o Quelmary) en lugares escondidos. Aunque él
recorriera los valles, no encontró a los indios de Reuquecurá. Más tarde supo que se habían
trasladado a Rümecó. Allí, pues, los buscó el coronel J. Daza con 120 hombres, en el mes de
Diciembre. Sobre la marcha, le enviaron un mensajero para que le propusiera condiciones.
Pero Reuquecurá demoró la respuesta para tener tiempo de escapar. Daza siguió sus pisadas
hasta el Paso Llaima. El ejército se había apoderado de sus tierras y de sus "veranadas".
Entonces el cacique Santiago Reuquecurá huyó a Chile con la gente que aún le quedaba. M.
Bulnes le habría ofrecido 2.000 hombres, si quería enfrentar las tropas argentinas. Dicen, que
no aceptó el ofrecimiento y quedó poco tiempo en territorio chileno. El viejo cacique regresó
a fines de Abril de 1883 hasta el Fortín del Paso de la Patria o Paso de los Andes a su querida
tierra de Pulmarí. Envió al general Villegas un nuevo mensajero para decirle que estaba
dispuesto a rendirse. Manuel Ruibal fue destinado a recibirlo (capturarlo) en Haichol. El 30
de Abril bajaron de sus escondites el cacique y 40 indios de lanza más 60 de las familias. El
resto 89 indios de lanza y 181 de chusma esperaba órdenes. Ruibal los condujo al
campamento del Regimiento Nº 11 en Codihué (Departamento de Picunches). El topógrafo E.
Encina y Moreno les sacó fotografías y el Padre Domingo Milanesio empezó la
catequización de los niños y de las mujeres, pero pronto serían trasladados al fuerte Gral.
Roca. Así bautizó un poco apurado a 32 niños y algunos pocos adultos. (Ruibal fue padrino
de algunos de ellos.) Entretanto, se rindieron también los caciques Lefícurá y Coñomé (o
Coñahuá) con 89 lanzas y 181 de la chusma. Casi al mismo tiempo se sometieron también
Millamain y Manquiel. Otros quedaron en Chile (J. M. Raone, "La rendición de los caciques
Reuquecurá y Sayhueque". en Revista del Museo Provincial de Neuquén. año I, tom. 2). Hay
que reconocer que se presentaron pacíficamente. Ellos fueron agredidos cuando querían vivir
en paz.
Según averiguó Carlos Rusconi, Reuquecurá murió en Gral. Roca en el año 1887:
murió viejo y de muerte natural. Ciertamente es también una de las grandes figuras de la
dinastía de los Piedra.
En el Archivo Gráfico (AGN) de Buenos Aires están las siguientes fotografías: 1.
Ruibal con Reuquecurá (B. 115.999); 2. Reuquecurá y sus hombres (s/Nº): 3. Bautismo en la
tribu de Reuquecurá (s/Nº); 4. Bautismo de Caonulhuá, Levicurá y Reuquecurá (s/Nº); 5.
Indios de Reuquecura en Codihué (s/Nº).
(Etimología: Cura: piedra: reuquen: agitada. J. Claraz lo llama "Reoke".)
REUQUE MÁN , Ignacio, 1772, cac. costino (Chile). En el parlamento de Tapihue
estuvo presente. No se conoce aún su filiación. En 1774 se casó en el rito católico en Santiago
(Ch) León p. 186
RIAMIO, 1582, cac. huarpe (?) de las Lagunas de Huanacache; encomendado de
Diego de Velasco (Rusconi IV. P. 320)
RINQUE, José (Rinquenecul o Baigorria, alias José Viejo ), caciquillo araucano,
venido a la pampa argentina durante la Guerra a Muerte, según dice Manuel Baigorria en sus
Memorias.Guayquinecul asistió en Tandil a un parlamento, en 1826 junto a unos 50 caciques
convocados por J. M. de Rosas. Parece que no pertenecía al grupo de borogas asentados en
Güaminí; sino se estaba por unirse con los caciques Cheuquetruz y Chocorí que venían desde
la región de las Manzanas. Cuando Rosas estaba preparando la Expedición al Desirto para
eliminar de la Provincia de Buenos Aires a los indios, sobre todo a los chilenos que se habían
venido de Chile, Reinqui, Epulán y Lepil con unos 200 indios estaban maloneando (cazando)
por el “Bolcán” (Part. De Tapalquén). El Cnel. Del Valle salió con sus tropas de Bahía Blanca
a perseguirlos. No le dieron batalla, pero en la persecución mataron 39 indios y tomaron a
309 prisioneros (NB. No concuerdan los números) ( Garretón,J. Escritos…Diario (de Rosas)
T. I. p. 16 y AGN S.X. 25-5-1: 18.1.33)
En diciembre de 1837, el mismo Cnel. Del Valle realizó otra expedición sobre las
tolderías de Guayquinecul, Millanquelen y Martín. El cac. Reinque no se hallaba; había salido
a malón sobre la zona de Salto. Les mataron 93 indios, -dice el parte del 16 de diciembre
(AGN X. 25-5-1). El 22 de marzo de 1839, el Cnel. Iturra de Bahía Blanca, en su expedición
con tropas bahienses y acompañado de los indios amigos del cac. Collinao, atacó al cac.
Rinqui en Pillahuincó y le quitó hacienda (Carta de Collinao a Rosas, el 15 de nov. de 1851
desde Bragado, publicada en J.Maguire: Loncagüé, 1967 p. 141)
El 20 de agosto del mismo año 1837 hubo un fuerte ataque al Fuerte de Tapaluén,
donde estaban estacionados también indios amigos. Según el parte del Cnel. Nic. Granada, los
jefes del malón fueron Calfucurá y Renqué (NB: podría ser Reuquecurá), en venganza, como
parece de la matanza que habían hecho en las tribus de Ignacio Cañiuquir y de Venancio
Coñuepán. Entre los atacantes había contingentes chilenos, ranqueles y borogas. En trabajosa
batalla fueron rechazados.
El Cnel. Juan Cornell, quien había estado en contínuo contacto con los indios amigos
de la Provincia de Buenos Aires, cuenta en sus memorias que el cac. Renguí había invadido
las estancias de Quequén Grande y que sus indios habían dado muerte al Juez de Paz de Bahía
Blanca, Dn. Pablo Acosta, a quien encontraron en el camino de viaje. El Sargnto Mayor
Yturra, apenas tuvo noticias, salió entonces con 50 soldados a perseguirlos. Los peleó en
Sauce Corto, a 50 leguas de Bahía Blanca. El caciqe. escapó con pocos indios, dice el informe
(AGN X. 18-4-3: 8.2.44 y Memorias de J. Cornell, en Academia Nac. Hist: Conquista del
Desierto 1980 I p. 116.
En diciembr de 1845, Calfucurá apresó al capitanejo Necul (Avendaño: Neculhual),
pariente de Rinquinecul. Lo mandó engrillado a presencia de Juan Manuel de Rosas como
prueba de su fidelidad y éste lo hizo fusilar (B.Ronco: Prisión del cacique Necul; en Revista
Azul I. 1930 Nº 5 p. 137)
En septiembre de 1847, un hijo del cac. Calfucurá avisó al jefe de la Frontera que una
division de ranqueles, 150 indios al mando del rebelde cac. Rinqui, había salido por la Sierra
Tinta hacia la costa del mar. El Cnel. Juan Cornell dice que eludió su persecución y fue a
invadir también la zona de Azul.(La estancia de Barragán, dice Santiago Avendaño en sus
Memorias :”A pesar de aquel golpe, Renguí no desistió de ser ladrón; contínuamente se dejó
sentir, ya sea por el Sur, ya sea por el Centro. En una de ellas, que Calfucurá me dio aviso,
invadía a Bahía Blanca. Salí yo –dice J.Cornell- con dos escuadrones desde Indio Rico y me
embosqué por el Curru Malal para esperarlo en su paso. Pero, fuese que Calfucurá le diese
aviso del peligro, o por efectos de la casualidad, no invadió esa vez a Baía Blanca, sino entró
en la frontera de Azul” (ib. p. 116 y AGN X. 17-8-1, 4 foj.) Debe haber sido traficante de
hacienda robada
También en 1848 atacó con una treintena de indios los campos de Tapalquén y
nuevamente en diciembre de 1851, con 400 indios. Entre ellos había chilenos. (González
Rodríguez: Orígnes y Crónca Vecinal de 25 de Mayo, 2da. Edición 1940 p. 43)
Después hubo un silenio grande. Es posible que haya muerto sin que se hayan
registrado las circunstancias. Creo que el cac. Andrés Rinqui continuará ,ya no como
guerrillero sino más mansamente su historia. La viuda de José Baigorria o Melín o José el
Viejo fue Rosa Rinque cas.con Andrés Rinque
RINQUE, ANDRÉS, cac. nac. 1809. 1859 entre los ranqueles. Murio el 4 de Mayo
de 1868 de cólera en el campo de la Tribu de Coliqueo en Los Toldos (Bs.As.)
Probablemente se haya incorporado a la obediencia del cac. Ignacio Coliqueo cuando
estaba todavía en El Cuero (La Pampa). Pero no vino con él emigrando a la Provincia
de Buenos Aires, cuando evadieron por una gran persecución. Los de Coliqueo
huyeron con el Cnel. Baigorria y su Regimiento 7º, viéndose traicionado y perseguido
incluso por los indios de Mariano Rosas de Leuvucó. En 1862 Coliqueo se afincó en
Los Toldos de la Provincia de Buenos Aires. Pero Coliqueo buscó a Rinqui cerca de
Leuvucó durante la expedición al “país de los ranqueles” al mando del Cnel. Julo de
Vedia, en 1862 (Hux: Coliqiueo el Indio Amigo de Los Toldos ed. EUDEBA, Bs.As.
1980 , p. 75 – 84 y Hux, M. El General Julio de Vedia, su vida y trayectoria militar,
ed. Nueve de Julio 2006) El cacique Coliqueo informaba al Presidente B. Mitre en
varias cartas sobre los acontecimientos durante esa campaña. Ya regresado le dice en
una carta del 16 de enero de 1863: “…También le doy parte de haberse presentado el
cacique Rinqui con cuarenta y cinco indios de lanza y demás familias, que ascienden a
un número de sesenta; éste se me ha presentado; y se conoce verdaderamente que
quiere estar en mi compañía, y como en otros tiempos ha pertenecido a mi tribu, ahora
ha visto su desengaño y se me ha presentado con toda su familia; es una prueba de
buena intención ..” (Arch Mitre vol. XXIV p. 97)
Coliqueo lo incluyó ya en la primera lista de caciques y capitanejos, en 1864, que
recibían sueldos , aprobada por el Presidente B. Mitre en enero de 1864. “Rinqui, cac.
agregado 500 $”, dice el documento.
Puedo presentar la familia del cac. Andrés Rinque, nac. creo, en 1809 y murió en
1868.
Casado 1º con Inaimán de Chadileufú
Su hija: Paula Llaitú Rinque nac. 1829, se casó con.el cac. Francisco Piseñ – por el
misionero, 15.9.79, en la Isla Martín García.
Hijos de ellos:Simón – Martín – Ignacia – Martina y Adela (Paula murió 1917)
(Véase la biografía del cacique Francisco Piseñ.

Otra hija nacida en Chadileufú fue (nac. 1830) Rosa Rinque que se casó com José
(Meliú) Baigorria con obrenombre que se casó con el capitnejo José Baigorria, hermano del
Coronel Manuel Baigorria.
Otro hijo del cac. Andrés Rinque, casado en 2as.nupcias: Nazario Rinque , el
capitanejo, sucesor, nac 1852 cac.con Rosa Lloftui Curinao
3er casamiento con Juana Callfutrai, india de Azul nac. 1836
Sus hijos: Salvador Rinque – Uinmané – Manuel (n. 1862)- Juana (Calvetrai n. 1862)
Huircán Feliciano – Manuela (Calfutrai) cas. c. Juan Toledo

DETALLES: 1.Paula Laytú (Rinque) se casó en Martín García con el cac. Francisco Piseñ y
pasó sus últimos días en Trenque Lauquen (ver Francisco Piseñ)
2.Rosa Rinque es un caso particular de una descendencia numerosa en el
Campo del cac. Coliqueo, en Los Toldos. Nació en 1829 y murió en 1926. Se casó con el cac.
José (Melín) Baigorria, llamado “El Viejo” (1826-1893) En su descendencia figuran
Baigorria (padre) y Rinque (madre)
hijos de José y Rosa: 1. Juana Melín Baigorria (1852- 1865) c.c.1º José Carneiro
(español) 2º cc. Castillo Simón .Sus hijos conservaron el apellido de la madre:Baigorria

La descendiencia de Juana Baigorria (de Carneiro) se desarrollan en dos líneas


a) Teodoro Santiago Baigorria 1889 - 1942 cc. Cecilia Cleñán
b) Arturo Baigorria cc. Andrea Valdés 1886 – 2958
c) Juana Avelina Baigorria 1896 (ver ensayos genealógicos M.Hux)
RINCO PI 1819, cac araucano realista de la costa chilena (T.
Guevara, 1910 p. 90)

ROCO CACIQUE GOBERNADOR

ROCO, 1790, cacique pehuenche o puelche que vivía entre los


pehuenches del Sud de Mendoza. Creo que su nombre proviene de un
encomendero C. Roco, nombrado en el documento 6, carpeta 29, del Archivo de
Mendoza, con fecha 11 de Diciembre de 1690. También el estrato de esta
agrupación debe provenir de esa misma zona.
Se conserva abundante documentación escrita durante la Guerra
Pehuenche y nos hablan con frecuencia del cacique Roco, de su mujer Ignacia
(Güentenao), de su hermano Antepán (alias Caripán) y de su hijo el cacique
Pañichiñe. Han sido aliados del Gobernador de Mendoza, el Gral. Dn. José F. de
Amigorena y actuaron en las filas de los pehuenches de Malalhué (Mendoza).
E1 primer testimonio explícito es del año 1780. El Maestre de campo
Amigorena, en oportunidad de su tercera expedición al sur mendocino, sojuzgó
a las tribus de los caciques mayores Ancanamún y Roco, tras un vehemente
ataque a sus tolderías, el 14 de marzo de 1780, al Sur del Corral de Guanaco
(Diario de la expedición en De Angelis IV. 1910 p.540 y Torre Revello:
"Aportación a la biografía de don F. de Amigorena", en: Rev. Hist. Americana y
Argentina. Mendoza No 3.1958 p.l7)
Con 300 soldados cayó sobre la toldería de Roco. Entre los muertos,
brevemente dicho, se hallaron los caciques Llingüeque, hermano de Ancanamún
y Güentenao, el más viejo y el más famoso. Capturaron también a la hija de
éste a la que llamaron cacica Ignacia. Aún era soltera, porque no había en su
nación quien pudiera pagar las cien pagas que se exigía para su dote. Pero en
estas circunstancias se unió al cacique mayor Roco. A los dos años hicieron su
solemne casamiento. El maestro de Campo, resumiendo el resultado de su
combate en el Campanario, habla de 100 muertos y 123 prisioneros. El 16 de
Diciembre de 1780 se presentó en Mendoza la cacica Ignacia con sus hermanos
Raiyán y Raigapán con un respetable séquito y pidió en el Cabildo a las
autoridades españolas el permiso para hacer sus proposiciones de paz. El
parlamento duró tres horas. Y cuando las autoridades querían redactar un
tratado de paz,. ella decía que era preciso requerir el consentimiento de su
esposo, quien se hallaba enfermo. Que quedase un grupo de su gente como
rehenes y con el consentimiento de Roco se firmaría el tratado. Efectivamente,
este se firmó en Enero, por el cual se les asignó otro paraje para su residencia, a
200 leguas al sur de Mendoza.
El 20 de Abril de 1781 parlamentaron en la Sala Capitular de Mendoza
los caciques Roco, Pinpán, Puñalef, Llocopán, Antepán, Malgamain y
Paylleguán ( J. Torre Revello p. 20) Ese año, Roco y Pinpán acompañaron la
expedición mendocina a Salinas Grandes, en busca de sal (Sosa Morales).
En abril de 1782 llegó el cac. Bergamain a la toldería del cac. Roco con la
misión de sacarlos del contacto amistoso con los huincas La hija del cacique
Roco, María Josefa (Roco), otra mujer destacada en esa tribu y María del
Carmen, una tercera, también hija del cacique Roco, descubrieron en Abril de
1782 una traición o conspiración, pues habían venido, tratando de sustraerlos de
la influencia de los güincas (blancos). Algunos ya habían fugado hacia el sur,
cuando la muchacha avisó al cacique principal Lloncopán (Longapay) lo que
había escuchado y éste le avisó al Comandante del Fuerte San Carlos para que
los auxiliasen. El cacique Roco a su vez envió emisarios al Comandante General
Amigorena, avisándole del engaño de Bergamain y pidiendo perdón. Los que
habían fugado al Campanario, pudieron volver en paz (Arch. Mend. carp. 107)
En agradecimiento varios caciques hicieron una visita al Gobernador en
Mendoza. El tratado de paz se hizo el 16 de diciembre de 1782. El 15 de Abril
de 1783, Roco volvió para ajustar detalles del tratado. El Gobernador le
adjudicó una extensa zona del Sur de San Rafael, que sucitaría una serie de
litigios. Recibió también el título de “Cacique de paz y Gobernador de
Indios” (L. Funes: Mendoza Colonial p. 63)
Parece que durante la nueva expedición de Amigorena en marzo/abril de
1784, combinada con expediciones de las fuerzas de Buenos Aires y de
Córdoba, fueron enganchados sin haberles restituido nada del daño infligido el
año 80. Por eso, el cacique Roco, Pienpán, Puflalef y otros, se presentaron, el 13
de junio de 1784 en el Fuerte San Carlos, pidiendo a su Comandante F. Esquivel
Aldao y al Virrey de Buenos Aires, les devolviesen sus familias.
Decían que por el tratado de paz se habían radicado en esta jurisdicción
bajo las órdenes del Corregidor D. Jacinto Camargo sobre el Arroyo Llancha en
Chacay y que les habían prometido devolverles sus chinas, algunas vacas y
ovejas. Que con buena fe habían cooperado a guardar las fronteras, combatiendo
a los pampas. Supongo que los han atendido (Arch. Mend. carp. 86 Doc. 27).
Dos años más tarde, el Piloto P. Zizur en su Diario de la Expedición a
Salinas Grandes (octubre -noviembre de 1786) anotó que sus soldados habían
llegado hasta los toldos del cacique Roco en la zona de Malalgüé y que su hija,
María Josefa, les había dado siete caballos para tenerlos contentos, (en: De
Angelis V p.255. Se ve que andaban buscando algo más que sal).
Un año bravo para los pehuenches fue 1787: sobre todo para los de
Malalhué tanto por la invasión que les hiciese el cacique Llanquetur. como
también por la epidemia o peste. También uno de los Roco murió por la viruela.
Mientras que los pehuenches del cac. Pinchitruz avanzaban contra los huilliches.
el cac. Roco quedó solo (Arch Mend. Carp. 29).
Después del desastre, Amigorena convocó a los "indios amigos" a un gran
parlamento para el 17 de octubre de 1787. Exigió que la tribu de Roco
trasladase sus toldos al Río Diamante, (ib. Doc. 36 y 37). Por eso deseaba huir
(ib. doc 30)
Fue la oportunidad en que se confeccionó la siguiente lista de sus
caciques y capitanes:

1. cacique Roco(sic)
2. cacique Antepa (yu) n, alias Barbas
3. cacique Cayunao
4. cacique Antepán
5. capitanejo Cayonao
6. Panguechingue
7. Epucal
8. Millán
9. Millapy
10. Caniuñam
11. Maro
12. Cuntrur-(m.-l796)
13. Lemudén
14. Inuminao
15. Llaninao
16. Caniuimán
17. Maripán
18. Millapán
19. Cuctrepán
20. Catruén
21. Turco
22. Burén
23. Lebyñam
24. Millain
25. Carenao
26. Quintrepy
27. Neddihueñen

Puelches:

28. Guñanquenecul
29. Ancaín
30. Llanquelén
31. Calbuyfmain
32. Aylapy
33. Logñig.

El documento No 39 de Julio de 1789 da cuenta de la visita del hijo del


cacique Roco en Mendoza. Pero en estos años son más bien escasas las noticias
de esta tribu deportada. En 1792 sus indios tomaron parte en la expedición
punitiva contra los ranqueles (huilliches) de Llanquetruz aportando 80 indios de
guerra. El Diario que abarca desde el 5 de mayo hasta el 18 de Julio de 1782,
describe el 20 de mayo la solemne incorporación de Roco y Antepán con sus
indios. (En: Revista .Junta Estud. Historia de Mendoza VIII. 1937).
El cacique Roco asistió al parlamento del 1º de junio de 1792, pidiendo
que los dejasen trasladar sus toldos más cerca de San Carlos. La Guerra
Pehuenche se había hecho brava. Los Roco dieron siempre las más acertadas
noticias de los movimientos de los enemigos, sea porque estaban cerca o por sus
vinculaciones. Roco ocupaba en esta reunión el segundo lugar. Tenía la
confianza de todos. Por eso también se so junta en Salinas Grandes. El 2 de
mayo estuvo de nuevo en un parlamento en San Carlos, al que asistieron v licitó
su intervención para poder restablecer la paz con los huilliches y ranqueles.
(doc. 7 del 10 marzo de 1794). Para eso hicieron una junta varios caciques
ranqueles y pampas. (Lista en doc. 9). Se dieron pues la paz.
Lamentablemente el cacique gobernador de los ranqueles (del sur), el
cacique Caniupayún murió ese año. Su sucesor, el cacique Rayguán no quiso dar
por finalizada la Guerra, que tanto había costado ya. El mismo hizo al cacique
gobernador de los pehuenches de Malalhué una celada y lo mató en un ataque
formal, el 6 de abril de 1796. M. Roco asistió al parlamento en el que se eligió
el nuevo cacique Gobernador Millagüín (doc. 21 del 16 de mayo de 1796).
Entretanto, las autoridades españolas de Chile insistieron que se hiciese la
paz general entre todos los pehuenches. El Gobernador Amigorena correspondió
a la invitación, primero convocando en marzo a los caciques a un nuevo
parlamento en San Carlos. El cacique Roco figuró nuevamente en la lista como
2º. En otro parlamento del 12 de agosto de 1797 no estuvo presente, pero lo
representaron sus dos hijos Marcos y Gaspar Goicó. Por un informe al Virrey
sabemos cuanto ha hecho Amigorena para provocar la paz, pero pocos caciques
de la jurisdicción de Mendoza partieron al Parlamento de Reconciliación en
Chile, quizás porque Amigorena había puesto entusiasmo para que pudiese
resolver el asunto en su jurisdicción.
No bien habían vuelto esos comisionados al parlamento en Chillan,
Amigorena convocó a otro importante parlamento (3.4.98) en San Carlos, al
que asistieron 19 caciques y más de 400 indios, (ib. doc. 43: 17.6.98 y AGN S6).
En la lista de los caciques asistentes no figuró tampoco el cacique mayor Roco,
pero de nuevo figuran los capitanejos Marcos y Gaspar Goicó. El Gral.
Amigorena no sólo reafirmó con los indios el tratado de paz. sino que depuso
autoritariamente al cacique gobernador Millagüín de Malalhué señalándolo
culpable porque no había obedecido a la invitación de participar en el
parlamento general de Chillan. El 2º cacique de Roco, Antepán, fue el primero
en pedir al Gobernador moderación en su enojo. Se eligió en el acto al cac.
Pichicolemilla como gobernador del grupo de Malalhué.
Faltó un parlamento más para celebrar la paz con los ranqueles al mando
del cacique gobernador Carripilún, desde que Rayguán había sido muerto
(1797). A este parlamento asistieron 20 caciques y otros tantos capitanejos más
3indios (doc. 46. Lista).
El 20 de junio de 1799, el Gobernador Amigorena entró solemnemente en
San Carlos con 250 soldados de su tropa. Fue un acontecimiento memorable.
Carripilún recibió de mano del Gobernador de Mendoza un dorado bastón de
mando y el título de cacique gobernador. El cacique Roco tampoco estaba;
estuvo representado por su hija. la cacica Josefa Ma. Roco: "por sí y su anciano
padre, el cacique Roco". Esto debe ser un caso singular y nos hace pensar en
una mujer de dotes excepcionales: y que el Gobernador José de Amigorena la
estimaba, prueba esta otra noticia: El 2 de octubre de 1799 murió en Mendoza el
Gobernador de Amigorena, "murió envuelto en dos ponchos azules tejidos por la
cacica María Josefa Roco. Para ella y para María del Carmen había sido como
un padre" (Sosa Morales: el muy magnífico Señor Don José Francisco de
Amigorena, 1965 p.l19).
El cacique Roco murió siendo de mucha edad a fines de 1800. "El
desierto estuvo a punto de convulsionarse por esa muerte, porque su hijo
Pañichiñe, consultando a los brujos y adivinos quién habría causado esa
desgracia, creyó el veredicto que culpaba al cacique pampa Bartolomé Guelecal.
Por eso le dieron una maloca.
El Capitán de Amigos, Francisco Barros, consiguió su reconciliación. Los
llevó también a entrevistarse con el nuevo Gobernador, el Comandante Ansay.
El 2 de junio de 1802 llegó también la cacica María Josefa Roco, viuda
del cacique Antepán con una comisión a ver al Comandante de San Carlos: vino
a gestionar el nombramiento de un nuevo capitán de Indios Amigos. Y en
diciembre se presentó la misma con siete caciques y tres capitanejos para
quejarse por el asesinato de cuatro pampas. Pero a la vez llegaron también el
capitanejo B. Güelecal, M. Viarte y José Goicó quejándose de los primeros.
En 1804 llegó el cacique Caripán (alias Barbita) a Buenos Aires de parte
de los Roco. solicitando que en sus tierras se estableciera una reducción.
Pidieron como capellán al sacerdote araucano Inalicán, porque era de su raza y
hablaba su idioma. El Virrey Sobremonte cursó pertinentes oficios al R. P.
Provincial de los Franciscanos y a través de un par de parlamentos con el
Comandante M. Telles Meneses se llegó a la fundación de San Rafael en la
confluencia del Río Diamante y Atuel. El cacique Marcos Goicó y su hijo
Vicente cedieron la tierra. El parlamento decisivo tuvo lugar el 2 de abril de
1805 (Arch. Mend.carp. 30 doc. 19), al que asistieron 23 caciques y 11
capitanejos. Doña María Josefa Roco era de los primeros que se ofrecieron a
poblar el nuevo pueblo (ib).
El mismo año. la cacica María Josefa Roco entró en la crónica histórica
por otro acto de generosidad: los exploradores S. Cerra y Zamudio y Sourriére
de Souillac levantaron un reconocimiento del camino de Talca a Buenos Aires.
El 17 de noviembre llegaron a San Rafael y recibieron de la cacica María Josefa
Roco 11 caballos de silla y de carga los que mandó a buscar en los toldos sobre
el Arroyo Chacay.
Nos gustaría tener más información sobre esta familia.
ROLU PÁN,1870, cac. pampa ranquel, hermano del cac. Linco (pán). En ese año
hizo un tratado de paz con el capitán R. Solano (Antonio G. del Valle: Recordando el pasado.
Campañas por la civilización Bs.As 1908 p. 340)
ROMÁN, 1783, cac. auca. Ese año lo visitó el piloto Basilio Villarino en Huechu
Lauquen, durante su exploración del Río Negro (Entraigas: Fuerte de Patagones p. 212)
ROMÁN, Blas, 1878, capitanejo de la tribu de Catriel de Azul muy apreciado por sus
caciques.Después de la gran sublevación en 1875, huyó con José Catriel a la Pampa. Fueron
perseguidos y atacados por la división del Cnel. Vintter. A Blas Román hallaron junto con
Marcelino Catriel en Sanquilcó (Ferracutti, E: Las expediciones militares en los orígenes de
Bahía Blanca p. 154)
ROMERO, 1821, cac. mapuche patriota de Truf Truf, padre de Esteban Romero que
fue uno de los últimos héroes de la resistencia mapuche contra el avance español en tierra
araucana (T. Guevara, 1910, cap.VII)
ROMERO, Esteban 1881, cac. mapuche de Truf Truf (Chile). Fue uno de los
guerreros de la última sublevación contra el avancwe chileno. Poco después de la fundación
de Temuco, empezaron sus hostilidades. En una gran reunión se juntron 63 caciques. Su
protesta fue unánime y todos clamaron por hacer la Guerra (El Mercurio, periódico de
Valparaíso 24. 3. 1881) José Bengoa enumera los asistentes a esa reunión en su libro:
Historia del Pueblo Mapuche 1985 p. 287 p.287)
El parlamento fue presidido por el cac. Venancio Coñuepán (h). Estaban entre otros Esteban
Romero, F. Reillón, Mallupén, L. Añiñil. Painevil, A. Painemal, Lienán de Temuco, Melillán
de Tromen, Pichuleo, cac. de Coliqueo y Melivilú de Maquehua. Llamaron también a sus
amigos argentinos:Sayhueque, Namuncurá, Foyel y Ancatrur ( ib. p. 293)
Los “arribanos” de cerca de Temuco se organizaron por separado bajo el mando del ansiano
cac. Quidel de Truf Truf; pero éste luego entregó el mando militr al cac. Esteban Romero a su
pariente y de la misma localidad, quien estableció de inmediato relaciones con los caciques
Lienán (de Temuco) y Melivil (de Maquehua) para combinar los ataques a las nuevas
posiciones chilenas sobre el Malleco.
El General Gregorio Urrutia hizo la guerra total: “Los ríos se tiñieron de sangre”.
Sería largo contar lo ocurrido (sólo ) alrededor de Temuco. J. Bengoa recogió testimonios que
hasta hoy han perdurado y los cuenta bajo el título “Morir en Temuco” (ib. p. 316)
Estebn Romero, Sandoval y Parra fueron a buscar también a los indios de Allipén y
Llaima del cac, Manuel Cotar. El día 9 de noviembre de 1881 atravesaron el Río Cautín. “Al
amanecer, -escribió Manquilef a pocos años después de los hechos-, una inmensa vocería, un
fenómenal ruido del …, que se hace llegar como 4000 lanzas, sobresalta a los moradores de
Temuco. Don Bonifacio Burgos, mayor del ejército pacificador y versado en las peleas con
los indios, defendió con valor y arrogancia el asalto. Persigue con tenacidad y denuedo una
partida de las avanzadas araucanas… Esteban Romero ostenta su melena rabiosa y por
camino secreto vuelan sus emisarios a donde Catrileo y Painevilú a fin de comunicar su
angustiosa situación…Llegan al lugar de la acción, es decir, al llano, donde hoy está el
cementerio…
Al valiente Mayor Dn. Bonifacio Burgos se le presenta ahora la más difícil situación y
habría sido derrotado , si no hubiera venido en su ayuda, muy oportunamente, un refuerzo de
137 a 150 infantes… Caen los indios sucesivamente. El muslo de Catrileo es atravesado por
una bala y otros jefes muertos, contándose entre ellos el valiente señor de mil lanzas, Manuel
Cotaru de Trompulo…
Catrileo y Romero pelean con furor. Catrileo se retira herido y desesperado. Esteban
Romero no da su brazo a torcer; en su hermoso corcel blanco...se lanza a lo más encarnizado
del combate; quiere morir y tanto el plomo como el acero enemigo lo respetan. Quieren
tomarlo vivo…Viéndose solo, el arrognte y orgulloso indio huye; se le persigue y se le
atrinchera en una barranca profunda y cortada a pico. El indio comprende su situación, desea
morir antes de ser perisionero. Junta sus talones en el ijar de su animal, envuelve con su
chamal la -, 1875, caciquillo salinero que conocemos por la firma del documento AEM 1232:
Propuesta de tratado de paz.
ROMERO, Esteban, capitanejo salinero, hijo del cac. Manuel Namuncurá. Lleva el
nombre de su tocayo de Chile.
ROMERO, 1854, capitanejo ranquel en Toay, hijo del cac. Guayquiñer. Según las
Memorias de Manuel Baigorria estuvo alistado en la tribu de Llanquetruz (hijo).
ROMERO, Tomás (alias Pestaña Blanca) capitanejo ranquel, nacido en la tribu de
Santiago Llanquelén en Junín. En 1862 fue incorporado, con el resto de esa tribu, en la de
Coliqueo que se iba afincando en Los Toldos (Prov. De Bs.As.) El comerciante Don Electo
Urquizo lo caracteriza en sus Memorias como un muchacho bravo. Se casó con María
Balmaceda y tuvo dos hijos, Román y Tomás y en 1893 recibió el sacramento de matrimonio
con María Lisarda.
ROMI ÑANCÚ 1806, cac. ranquel de Guacaguá, al Este de Renarcolob, como anotó
el viajero chilno D.Luis de la Cruz en su diario (en De Angelis I. 1910 p. 238)

RONDEAU, Mariano

RONDEAU, Mariano, 1820, famoso cacique boroga, llamado también


Sondiau, Rondeao o Dondiau. En la Guerra a Muerte en Chile fue inquieto
sostenedor de la causa realista, resistiendo a los patriotas chilenos, desde que iba
extendiéndose la Independencia por las armas, hacia el sur. Sus antepasados
habían luchado en la Guerra Pehuenche, lucha que sobre todo se daba entre los
pehuenches del sur de Mendoza y del Neuquén. Los borogas forman en la
Araucanía esa cuña entre los ríos Gautín y Toltén, enclave entre los araucanos
huilliches y los de Maquehua de Chile, procediendo, según algunos, de la zona
serrana y lacustre de la Provincia de Buenos Aires, gente astuta y guerrera. Lo
cierto es que a su tiempo aparecieron ellos ya allí ya aquí,
Mariano Rondeao, desde sus años mozos, tuvo que apretar fuertemente la
lanza. Sus hermanos Francisco Caniullán, Alón y Guayquil se hicieron célebres
recién después de haber emigrado a Guaminí y, más tarde a 25 de Mayo en la
Argentina.

1. Durante la Guerra a Muerte y su inmigración a la Argentina

Mariano Rondeau vivía al sur del Cautín, cerca de la confluencia del


Quepe, en la llamada Reducción de Boroa. En 1820 organizó a sus indios para la
lucha contra el ejército del capitán Manuel Bulnes y del Cnel. Freyre, quienes
con varios contingentes de indios que se adhirieron a la causa de la
Independencia y a los ejércitos patrios, invadían las "tierras intocables" de los
araucanos al sur del Bío Bío. Los que primero eran neutrales, prácticamente
todos los caciques del sur se incorporaron a realistas, buscando a la vez su
propia independencia por este camino. Los caciques principales eran Curriqueo,
Calfuqueo y Ñanquín, entre otros. Sus opositores principales fueron los caciques
Colipí y Venancio Coñuepán que no sólo se declararon patriotas, sino que tenían
familiares relaciones con los nuevos gobernantes.
Mariano Rondeau quizás haya estado en la batalla de Trapellanca, donde
los realistas rindieron al mariscal Andrés Alcázar y al general Freire.
Luego los indios de Ñanquín, Calfuqueo, Rondeau y Melillán debieron
retroceder ante la vehemente invasión del capitán Manuel Bulnes y sus indios de
las tribus de Melipán, Coñuepán, sus hermanos y Juan Colipí. (El informante
principal es T.Guevara: Los Araucanos en la Revolución de la Independencia,
1810 – 1827, Santiago Ch. 1910).
En 1820 ya había indios de Rondeao en la zona argentina de Guaminí. El
general José Miguel Carrera, ex dictador de 1812 de Chile, los reclutó para sus
correrías en la llanura del Plata y del Interior. Soñaba, decía a sus indios,
recuperar su posición política en su país que le habían quitado San Martín y
0'Higgins. Lo acompañaba un contingente de 200 chilenos. Contaba con el
apoyo circunstancial de los gobernadores Ramírez y López y del general Alvear,
quienes esperaban su ayuda para la lucha contra Buenos Aires. Abandonado por
estos amigos, Carrera reunió unos 4.000 indios entre ranqueles y borogas.
Antes de partir hacia el Oeste con rumbo a su país, organizó unos
espectaculares malones para reunir recursos, entre ellos el “Saqueo de Salto”
(Bs. As.), el 2 de diciembre de 1820. Después de esta acción, que realizó con
unos 2.000 indios al mando del cacique Llanquetruz, fue a descansar
precisamente en el vecindario de la toldería de Rondeao en Guaminí. Lo
sabemos por los relatos de su secretario inglés William Yates (José M. Carrera:
1820-1821. Trad. B.A. 1941).
Luego Carrera arrastró a muchos indios hacia San Luis, Río Cuarto y
Mendoza. Fue atacado y derrotado en Punta del Médano: apresado y fusilado en
la plaza de Mendoza, el 4 de septiembre de 1821. Poco tiempo después se supo
que habían muerto también los caciques Pablo Lepnopán y (un) Caniullán: éste
último era un hermano de Rondeao. La noticia pudo ser falsa, a no ser que
hubiera otros caciques homónimos que actuaron por más tiempo.
Los indios entonces se desbandaron. Unos volvieron a Guaminí. otros a
su país de origen; pero dado que sus adversarios se adueñaron de la Araucanía,
retornaron a la pampa argentina.
Tras ellos se encaminaron por encargo del gobierno chileno, los caciques
patriotas Melipán y V.Coñuepán, reforzados por un piquete de dragones al
mando del teniente Juan de Dios Montero. Su primer triunfo obtuvieron en
Salinas Grandes, el 23 de marzo de 1825.
1810 y 1822 el Cnel Manuel García había hecho tratados de paz en
Salinas Grandes y en la llanura de Tandil en nombre del Gobierno de Buenos
Aires. Pero el Gobernador Rodríguez volvió a invadir el sur.
Entre tanto, los borogas solicitaron paz y apoyo al gobierno mendocino.
El 24 de julio de 1824, La Gaceta de Buenos Aires anunció que los indios de la
Sierra de la Ventana habían celebrado un tratado de paz con aquel gobierno. No
debe haber complacido al gobernador de Buenos Aires, el general M.
Rodríguez. Este quiso despejar y conquistar el sur de la provincia de Buenos
Aires (Véase la biografía de Ancafilú y el libro de M. Hux: Caciques Puelche
Pampas). No tuvo el éxito esperado.
Por eso, el Gobernador Rodríguez destacó en julio de 1825, a los
hermanos Oyuelas en comisión, para convocar a los caciques del sur a un
parlamento de paz, en la zona de Bahía Blanca. A ese parlamento acudió
también el cacique Rondeau y su hermano Caniullán. Había 39 caciques
presentes, especialmente pampas y tehuelches (AGNS.X.27-7-6, S.V. 15-8-2;
S.VII 10-4-14. El Mensajero Argentino Nº 14, del 3 de enero de 1826).
Rondeau y Caniullán participaron también en el parlamento de paz sobre
el Arroyo Pecuén (Partido de Pigüé), el 25 de abril de 1826. Figura un capitán
Rondeao, capitán Alón,. cacique Caniullán en la lista de unos 50 jefes indios.
(AGN S.X 27-7-6).
No obstante estas disposiciones pacifistas, fueron atacados por la
expedición del coronel F. Rauch en las Sierras de la Ventana y Curamalal, el 28
de diciembre de 1826 (AGN S.X.14-3-1). En realidad debía perseguir a los
pincheiristas que habían atacado a “Los Toldos Viejos” (hoy Dolores).

2. Con los Pincheira en la Guerra Civil

Los hermanos Pincheira se mantuvieron en estado de rebeldía, aunque se


había hecho paz con todos los que habían protagonizado la Guerra a Muerte. Se
trasladaron al Neuquén, donde fueron buscados por varias expediciones chilenas
ya en 1826 y 1827, en Barbarco y Epulafquén. Esos guerrilleros “realistas”
buscaron apoyo entre los indios de la pampa. El cacique Mariano (Rondeao)
participó así con un contingente de sus lanceros en varios malones en las
provincias de Mendoza, Córdoba y Santa Fe.
Cuando se incorporaron sus adversarios chilenos del año 1820 al ejército
de la provincia de Buenos Aires y acompañaron a la tropa fundadora de Bahía
Blanca (Melipán y Coñuepán), estos pincheirinos atacaron la Fortaleza de Bahía
Blanca, cuando aún estaba en construcción (25.8.28). En enero de 1829 sitiaron
el Fuerte y la población de Carmen de Patagones. Si bien, fueron rechazados,
arrearon tropillas de caballos.
Con los caciques Neculmán, Coleto y Mulato (tío camal de Rondeao)
lucharon lanzas de Rondeao contra el general F. Aldao en Mendoza.
Creo que estas actitudes sólo se comprenden si se recuerda su larga lucha
con los realistas y el constante rechazo, cuando procuraban un acercamiento a
las autoridades argentinas.

Juan Manuel de Rosas que asumió la rsponsabilidad de la guerra con el


Indio, comprendió, que debía pactar con esa valiosa fuerza boroga anclada en el
territorio bonaerense; más aún, al empeñarse en distanciarlos de la influencia de
los hermanos Pincheira. En 1829 atrajo al cacique Francisco Caniullán. Para
observarlos y conocerlos mejor, destacó, durante dos años, al ex cautivo
Eugenio del Busto, en la vecindad de los toldos de los borogas. Debía
desafectarlos de los Pincheiras y los unitarios. Jorge O. Sulé en su (tendencioso)
libro “Rosas y sus relaciones con los indios, BA. 2003, seleccionó alguna
documntación
En Mendoza, la guerra civil entre federales y unitarios había sido
particularmente fatal. El 15 de julio de 1829, el gobernador de turno quiso
celebrar un tratado de paz con los indios, todavía pincheirinos. (AGN S.VII
Biedma 104-14). Pero más adelante, éstos, por intriga política, perpetraron una
de las más vandálicas traiciones en la persona del ex gobernador Juan Corvalán
y su comitiva. El hecho se conoce como "La Matanza de Chacay", partido de
Malargüe, del 11 de junio de 1830 (Verdaguer: Historia Eclesiástica del Cuyo. T.
II. p. 60). La nombrada comisión compuesta de más de 30 personas de
importancia, venía al sur para concertar ese tratado de paz (quizás por motivos
antagónicos a la nueva administración). Los caciques los invitaron el día 10
para el día siguiente a su campamento. Allí encontraron a los indios muy
numerosos ordenados con disciplina. Eran de los caciques Neculmán, Rondeao,
Coleto y Mulato. Iba a iniciarse el parlamento, cuando a la señal del cacique
Coleto los indios rodearon a los mendocinos y los ultimaron a todos.Uno se
escapó.
Son numerosos los hechos de armas que mancharon con sangre la historia
del cacique (Mariano) Rondeao y de su equipo guerrillero, mientras sus familias
vivían tranquilas en Guaminí. En 1831 también se hallaba complicado con los
proyectos del cacique Llanquetruz, cabeza de los ranqueles de la Pampa.
Obedecían a la vez a Don Luis Videla de San Luis y atacaron los campos de Río
IVº y el sur de San Luis (Arch. S. Luis, doc. 4212: 31.8.31 y Diario de Rosas,
Ed. Sudestada, p.50).
Ese mismo año, las tropas de Bahía Blanca atacaron al cacique Toriani.
restando a los pincheirinos un importante aliado. Estos mismos sufrieron a su
vez una "vergonzosa derrota", el 19 de octubre de 1831 (Arch. San Luis) y un
ejército chileno a las órdenes del general M. Bulnes las destruyó por completo
“en este lado de las Cordilleras", tal como señaló el gobernador de Mendoza en
su comunicado a J. M. de Rosas. Este pensó que un camino seguro para ganarse
a los borogas sería proporcionarles raciones.

3. Sometido a Rosas
A partir de 1832, Mariano Rondeau tuvo una conducta más sosegada entre
sus hermanos en Guaminí o sobre el Arroyo Cahuinque o en "la chacra de
Cargüé sobre el camino de Guaminí a Toay". La fuerza de los pincheirinos se
había disuelto. Rosas, en cambio, trató de aprovechar su sometimiento para sus
ambiciosos planes de conquistas y luchas que iban madurando desde que
asumiera el cargo de Comandante General de la Campaña de la Provincia de
Buenos Aires. Gobernó tres años la provincia con facultades extraordinarias y
ahora se iba a volcar a resolver viejos problemas con los indios, ya de modo
pacífico, ya por medio de la fuerza militar. De todo modo veía mal que su
provincia se poblara más de indios.
Durante el invierno de 1832 (julio-agosto), lanzó a 400 indios de
Rondeau. su hermano José Melín, de Francisco Caniullán, Alón y Cañiuquir
contra las tribus de Quiñigual,(Ver Quiñigual), Cumiú y 200 indios chilenos
de Quilapí. El coronel Manuel Delgado los guió e informó a Rosas cómo los
destruyeron en la batalla de Sanquilcó (Cuartel 8° de Puán) y en Pelicura
(Arroyo del Partido de Tornquist), el 9 de agosto de 1832. Mataron unos 150
adversarios, apresaron 200 cautivos y se apoderaron de sus caballadas. (AGN.
X.S. 29-7-6 y La Gaceta: 10.9.36). Al recomendar su conducta, Manuel Delgado
menciona además de los caciques, al ayudante de Rondeao, llamado Antonio
Coisece y al capitanejo Andrés de Alón, quien fue herido, como también lo
fueron el capitán Mariqueo, Colemilla y Leupil, Quechán y Cayumil. Esta
expedición fue considerada por los agredidos como una gravísima ofensa que
clamaba por venganza.
En otra expedición fue apresado el cacique Toriano. Decían que se había
sublevado y en marzo partieron unos 4.000 hombres desde Bahía Blanca. Los
borogas mostraron mucho interés de que Toriano fuese eliminado; había sido
anteriormente adversario de ellos y solicitaron su cabeza. Rosas en una carta
decía que "por humanidad" no lo había entregado y que lo ha hecho fusilar en
Bahía Blanca, el 30 de agosto de 1832.
Rosas proyectaba, lo que Julio A. Roca diría más tarde: deseaba: "limpiar
y despejar la provincia de Buenos Aires de indios". (Carta del 12.9. de 1832). En
otra carta decía al Gobernador de Mendoza: “Es preciso destruir las tolderías, si
queremos adelantar la industria rural” (AGN.S.X.28-4-4)
El 30 del mismo mes y año sus tropas batieron a muerte, "como V. .E. lo
ha ordenado", al cacique Guanquén y su tribu, asentada entonces sobre el
Arroyo del Gualicho.
En enero del año 1833 supo que el cacique Epullán se concentraba para
malonear y que esperaba a los indios de Chocorí para atacar a los indios borogas
de Rondeao y Cañiuquir. Estos, avisados de este proyecto, pidieron a Rosas
protección (1.2.33).
Una semana más tarde se quejaron por unos desertores, que habían
robado a los caciques Melín y Rondeao sus mejores caballos. Rosas aprovechó
la circunstancia para impresionarlos e influir sobre ellos; les mandó 10 caballos
de buena calidad y 500 yeguas para consumo- (AGN S.X.27-5-6).

4. Durante la Expedición de Rosas en 1833

En marzo de 1833 las tres divisiones combinadas, la del Centro, la de


Mendoza y la de Rosas en la provincia de Buenos Aires, estaban en marcha en
guerra contra los indios "del desierto". Rosas incluyó en sus operaciones a los
"indios amigos", los pampas y algunos borogas. Rosas, en cuanto supo del
fracaso de las operaciones en la Pampa, aunque la columna del Centro había
ganado la batalla en las Acollaradas, quiso comprometer a los borogas de
Guaminí para pelear y exterminar al cacique LIanquetruz. Convocó una
delegación de caciques a una entrevista en Bahía Blanca para el 26 de abril de
1833. Los instó con mucha retórica a que acompañaran al coronel M. Delgado a
una expedición por la Pampa, llamada entonces Mamuil Mapú. Se atrevieron
aconsejarle que desistiese de esa expedición (hacía dos años eran compañeros de
armas y entre ellos había caciques con quienes les unían lazos de parentesco).
Les decía lo que ya les había escrito: "...me manifestáis que estáis tristes y
cuidadosos, porque voy con un ejército a perseguir a los enemigos. Esto sí que
es extraño para mí. pues debía creer que estaríais llenos de complacencia al
verme marchar con una fuerza respetable en persecución de mis enemigos y de
los vuestros." (sic.)
"Sólo un enemigo mío podría aconsejarme que no marchase a esta
expedición y si ustedes están tristes por esto, es una prueba de que no quieren
tener conmigo amistad sincera, ni saben conocer en lo que consiste su verdadera
felicidad, ¿Por qué son esas desconfianzas y esos cuidados que ustedes tienen?
Sera porque yo marcho con ejércitos. ¿Y si ustedes son mis amigos por qué se
entristecen de un paso que doy que tanto debían estimarlo? ¿O será porque he
mandado atacar a LIanquetruz y a los ranqueles? ¡No les he dicho tantas y tan
repetidas veces, de palabras y en mis cartas, que con LIanquetruz y sus alidos
nada quería: que era un picaro ladrón y que tarde o temprano la habría de pagar
[...] No tienen Uds. pues, que extrañar que salgan fuerzas en cuatro ejércitos en
persecución de los indios ladrones y malos- Yo voy, pero no para moverme
pronto: voy para componer la tierra para que todos podamos vivir en paz y
sosiego, cuidando nuestras familias y nuestros animales. Ustedes saben
alegrarse de esto, y mucho, porque compuesta la tierra todos viviremos felices.
"Yo no voy a meterme en ningunos indios que no me hayan robado. Sé
bien donde están mis enemigos y cuáles son los que me han robado.
''Los indios que no hayan hecho mal, quedarán, y como hermanos; todos
viviremos en paz y armonía; se abrirá el comercio para Chile, como estaba antes
y de este modo todos los indios irán a Chile y vendrán sin cuidado, venderán sus
gergas y todo lo que traigan y de aquí llevarán lleguas (sic) y vacas para Chile
de las que compren...
"¿No ven Uds. a Catrié, Cachul, Don Benencio, LIanquelén y todos los
demás caciques que viven felices?
"A ustedes mismos, ¿no les va mejor desde que hicieron las paces
conmigo y dejaron esa vida que tenían antes?
"Persigamos, pues, a los indios malos..." (AEM, Doc. 94 transcripta y
publicada en: Comando General del Ejército. ob. cit-, Vº p. 63-67. Es un
documento largo y revelador)
Influyó así sobre el ánimo de los borogas y a propósito remuneró
espléndidamente al capitanejo Cenobio, hermano del cacique Rondeao, a quien
llevó consigo a la expedición. (AGN, S.X.. 40-7-10).
En consecuencia, los borogas fueron obligados a expedicionar, guiados
por el coronel Manuel Delgado. La documentación al respecto no es del todo
transparente, aunque se conserve mucha correspondencia enviada al general
Rosas.(AGN. S. X. 27-5-6)

A principio de mayo. tras largos parlamentos y dejando rehenes en Bahía


Blanca, los borogas marcharon con un escuadrón de caballería al mando del
Cnel. Delgado contra los ranqueles. El 2 de junio estuvieron de vuelta. Las
tribus habían huído. Los rehenes eran las "cabezas" [lonco] Rondeao y
Cañiuquir. Los indios estaban al mando de Melín y Caniullán. Habían marchado
hacia Salinas Grandes y aún se adelantaron al coronel Delgado (AGN. S.X. 27-
5-6-.p. 481 y 472). Estos expedicionarios recibieron el pago de tres meses de
sueldo: $ 400 a Melín; $ 400 a Quechán; $ 300 a Antivil; etc.: $ 2.250 en total.
Guayquimil y Güenchui, que acompañaron a Rosas en su expedición contra
Chocorí, recibieron también el vestuario.
En el parlamento del 3 de junio, estaban relatando los sucesos durante dos
horas: en Salquique (Saliqueló) atacaron al cacique Mulato, tío de Rondeao,
quien desde hacía tres años no estaba con los borogas. Marileu, Güelé y Antivil,
desobedeciendo a su cacique mayor Mulato, se habían unido a los ranqueles. El
capitán Inaipil, quien, con 50 indios, hizo una recorrida de reconocimiento,
encontró otras tolderías de ranqueles, las que atacaron y saquearon (AGN ib-, p.
481 y S. V. 32-2-6). Decían que los ranqueles prometían no invadir y que Peiné
y Cariangué venían en paz a radicarse bajo sus órdenes y que Llanquetruz
quedaba solo con 60 indios. (AGN,S.X.27-5-6-,p-481)
Todo esto comunicaron a Rosas por cartas que firmaban en conjunto los
caciques Ignacio Cañiuquir y Mariano Rondeao.
El coronel M. Delgado, a su vez, dio cuenta de esta primera expedición
"21 días de persecución de los ranqueles”, quienes fugaron a los montes de
espinillos, abandonando toldos, familias y haciendas "que debían comer perros y
que estaban sin cabalgaduras. Que los caciques Marileo, Mariqueo, Antivil
(borogas), el Güelí, Ucallán y Painé, todos, se han rendido y han venido los más
de a pie, pidiendo gracia y misericordia a V.S.. que los perdone y les libre la
vida; que ya no quieren más la guerra y que se han amparado de los caciques
borogas que son sus hermanos".
"Que, porque los caballos no dieron más, tuvieron que retroceder sin
haber alcanzado a Llanquetruz, ese jefe que los tenía engañados. Que trajeron
unos 300 indios que se les habían rendido con 11 cautivas, las que iban a
entregar" (AEM, Doc. 245).
Delgado creyó que debían servir desarmados a los borogas, durante dos
años. Esto no podía agradar a Rosas, pues contradecía sus planes. No quiso,
entonces, que los borogas fuesen reforzados por ranqueles e hizo convocar a un
nuevo parlamento para el 10 de junio de 1833 a los caciques Cañiuquir,
Rondeao, Melín. Caniullán, Marileo, Mariqueo, Calbitruz, Antivil, Mulato y
demás caciques, proponiendo al teniente coronel Delgado seis puntos a tratar.
Debían perseguir a muerte a Llanquetruz; atacar a los que venían a entregarse y
entregar a todas las cautivas también las de los ranqueles. (AGN. S.X, 27-5-6, p.
588)
Los caciques contestaron que tuviera un poco de paciencia, que ya iban a
mandarle los cautivos que traía Painé. (ib.. p. 591)
El coronel M. Delgado les ordenó nuevamente, que persiguiesen al
cacique Llanquetruz y estimó conveniente que el cacique Melín, el enemigo
mayor de LIanquetruz, fuese a ver al general Facundo Quiroga para concertar
"un plan cómo liquidar al cacique", (ib.. p. 555)
El 12 de junio de 1833, Rosas expresó al cacique José Melín su alegría,
porque habían vuelto a expedicionar contra los ranqueles.
A los dos días volvió el capitán Pío Yturra de su reconocimiento,
diciendo que los ranqueles marchaban hacia los borogas. "Expedicionaremos
-dice Delgado en su carta a Rosas,- el cacique Melín con 60 indios nos
acompañará" (ib.. p. 555). Ayudaron también el capitán Curriqueo y su hermano,
indios del caciques Rainagüel, pues los ranqueles habían muerto al cacique de
ellos y apresado indios; todo ello, hacía poco tiempo.
Para el día 27 de junio de 1833, Rosas anotó en su Diario que de Bahía
Blanca habían llegado el capitán José Ma. Plaza, los caciques Rondeao,
Guayquimil, su hermano, y Cañiuquir. Que el cacique Melín permanecía en la
Guardia Argentina por hallarse enfermo y también el teniente coronel Delgado.
Este y los caciques informaron a Rosas que habían hecho la Campaña contra los
ranqueles con felicidad y suerte. (Diario, Ed. Sudestada, 1965, p. 108)
Rosas sintetiza sus resultados en una carta al general Facundo Quiroga, el
15 de julio: "El tenienie coronel Don Manuel Delgado y los capitanes D. Pablo
Castro y D. José María Plaza me aseguran que luego que pusieron en marcha a
los caciques boroganos, unidos al escuadrón... los ranqueles los sintieron y
Llanquetruz con ellos ganaron los montes, abandonando todo... que viendo que
nada les podían hacer dentro de los montes, por ser tan dilatados y espesos,
dispusieron mandarles que los librarían, si se presentaban haciendo (traer) las
cabezas de Llanquetruz y de su hijo Pichún. Que entonces empezaron a
presentar(se) sin haver podido agarrar a Llanquetruz, por haberse disparado con
sesenta indios que, dicen, sólo le han quedado". (Comando General del Ejército:
ob. cit Vº.. p. 587)
Cuando Delgado pedía licencia para ir a Buenos Aires para curarse de su
dolencia, Rosas le pidió que se quedara allí para poder concluir su obra
empezada con los ranqueles. Opinó que quizás temía haber procedido mal a los
ojos de Rosas. A lo menos, éste se mostró enfadado con los borogas, diciéndoles
con su característica provocación: que hasta ese momento había visto sólo
"buenas palabras de cortesía escritas, cuando lo que yo necesito son hechos... Yo
debo creer que no son mis amigos y que sólo tratan de estar entreteniéndome
con buenas conversaciones." (Comando General del Ejército: ob. cit. Vº.. p. 70)
No sé si “entretenían” a los caciques borogas en un nuevo parlamento en
el Fuerte Argentino. El cacique Rondeao se hizo representar por su hermano
Guayquimilla, porque estaba enfermo. (AGN, S.X- 27-5-6)
El Comandante en Jefe Don Martiniano Rodríquez presidía el parlamento
y, en sustancia, presentó la misma exigencia: si quieren la amistad de Rosas,
deben batir a muerte a los ranqueles y a los que se les unieron.
Después, mediante el escribiente, teniente coronel Pablo Millalicán,
remitieron una carta larga y astuta, rogándole tuviese paciencia en sus
exigencias: "Hablaremos a S.E. como a nuestro Padre, amigo y hermano, con
toda sumisión y con todo respeto. Esto es por lo mucho que lo apreciamos y lo
distinguimos entre los demás jefes y gobernadores de los pueblos y las
provincias. Nosotros hemos jurado las paces y verdadera amistad con V.E.,
(h)incados de rodillas en la presencia del mismo Dios, castigador y vengador
contra los perjuros y engañadores. Nosotros temimos los rigurosos castigos de
Dios tanto como puede tener V.E. bajo su honrado proceder y de su religiosidad.
"Nuestros juramentos, Señor y Padre, están estampados en los papeles de
los más sagrados de los asuntos de la paz; y por lo mismo deseamos complacer
con V. E. en todo y por todo; pero muchas veces no se puede hacer las cosas con
tanta brevedad y ligereza, como V.E. lo pide, porque, cuando las cosas se hacen
con tanta ligereza y prontitud, muchas veces no hay acertación. V.E. mismo,
sabemos, que sus cosas las hace con pausas,.. y sale victorioso y triunfante en
sus grandes obras.
"Nosotros, Señor y hermano, también queremos obrar con esa sutileza,
engañando a los rebeldes con dulzura, con toda suavidad, (para) que salgan de
los montes. Varios se han ocultado, unos con temor, otros por soberbios; porque,
si les metemos mucho ruido, se nos irán, los más de ellos, a mucha distancia y
no hay caballos para seguirlos. El mismo Llanquetruz se nos irá y quedaremos
burlados.
"No,. Señor Padre y amigo; tenga un poquito de paciencia..,''(AGN, S.X.
27-5-6)
Sin duda, una carta admirable que demuestra que habían captado mucho
de la psicología de Rosas. Terminan recomendando al cacique Painé a quien han
comisionado para buscar a Carriangué y Payllán que. "si no quieren obedecer,
los perseguiremos con todos los rigores que exige la guerra".
Lo que los borogas no querían hacer, tuvo que efectuarlo el coronel M.
Miranda: Expedicionó con 130 hombres y 60 indios de Coñuepán (patriota) a
Salinas Grandes, entre agosto y noviembre del mismo año.
El 16 de septiembre de 1833, el cacique Juan Ignacio Cañiuquir escribió a
Rosas de su gran consternación y sentimiento por el gran estrago y la mucha
mortandad que la expedición del comandante Miranda había causado en lo de
Mulato, Marileu, Calbulén y Lincolaf; que andaban cazando avestruces en
Salinas Grandes. Pero luego continúa la carta diciendo que ahora han oído que
no eran tantos los muertos, pero que lo sentían, porque han sido sus parientes,
como Lincón y no cree que Miranda haya tenido orden de atacarlos, por ser
borogas. (Comando General del Ejército, ob. cit.Vº..p. 625).
Mientras tanto Miranda acampaba y patrullaba en la Pampa; seguía
exigiendo a los borogas que le entregasen todos los cautivos y cautivas de los
ranqueles. Si no fuera así, que ni osasen presentársele nadie ni pedirle nada.
(AGN S.V 35-2-8.) Esta carta del 14 de octubre de 1833 tiene unos giros
caprichosos que podía hacerle entender el descontento de Rosas.

Ellos le habían llevado ya 33 cautivos a Bahía Blanca (el 14 de sept. 33),


oportunidad que Rosas aprovechó para conferenciar con ellos. Y les decía que
no eran todos los cautivos (Diario de Rosas). Más tarde Rosas publicaría una
Relación de los cristianos salvados del cautiverio de los indios por la División
Izquierda del Ejército expedicionario al mando del Brigadier Gral. D. Juan
Manuel de Rosas. Bs. As. 1835) Jorge O. Sulé, en su libro: Rosas y sus
relaciones con los indios, Bs. As. 2003, cita una carta del cac. Rondeao a Jn. M.
de Rosas “También le hago saber que ya estamos empeñados en sembrar todos
los indios. Y este año he dado fuertes órdenes para trabajar. Ya tengo bueyes,
arado y yugos para sembrar. (AGN S.X. 27-6-19)
En diciembre le anunciaron que estaban por enviarle 150 cautivos. Por
agradecimiento les mandó una carta larga, obligándoles nuevamente a que
atacasen a los ranqueles :"Es preciso que os convenzáis que, para que esos
indios malos y orgullosos os respeten, de(b)vais hacer lo que os aconsejo, que es
lo mismo que yo hice con Cayupán y Güilli Calquín (en el Sur).
"Estos no querían ser buenos y cada día eran más orgullosos. Los mandé
atacar de muerte. En el Río Valchetas en la Tierra de los Tegüelches tuvo lugar
el ataque (6.10). Allí murieron una porción: les tomó mi gente casi todas las
familias y sólo escaparon Cayupán y Güillipán con algunos indios... Después de
esto, viéndose perdidos, solos, en el caballo montado, sin tener qué comer,
pidieron perdón a Dios de sus pecados y dijeron: vamos a entregarnos a ese
hombre que él es justo y después que ya nos ha castigado, debemos creer que
nos perdonará..." Y Rosas saluda "como vuestro hermano y amigo J. M. Rosas"
(AGN S.V. 32-2-8; fha.12.12.33).
Así era Rosas en la guerra contra los indios.
Cuatro días después de haber despachado esa carta, escribió otra en la que
decía que debían pensar en "otra entrada" hasta acabar a los mismos borogas,
cuando parecía que había terminado su campaña. De todo modo, los caciques
borogas se dieron cuenta que Rosas les era cada vez más desafecto.
Juan Manuel de Rosas convocó a un nuevo e importante parlamento para
el 16 de diciembre de 1833 en Bahía Blanca. Lo presidió el comandante del
Fuerte Argentino, el coronel M. Rodríguez. Los comisionados borogas volvieron
decepcionados y hubo una cierta desconfianza general, incluso indignación que
manifestó el teniente coronel Pablo Millalicán en carta del 17 de enero de 1834
a Rosas, diciéndole: "...El cacique Rondeao está muy enojado con los chasques
que volvieron, pues ninguno ha podido hablar con Don Juan Manuel de Rosas y
recibieron, en cambio, grandes desprecios del coronel Corbalán. Le fueron
entregadas notas y no quiso saber de ellas. Rondeao salió del toldo gritando y
diciendo: "Vienen con papeles, de tantos desprecios..."! (AGN S.X. 24-9-1).
Además expresaron desconfianza porque continuamente se les exigía
atacar a los ranqueles y quitarles todas las cautivas. "¿Quién nos defenderá
contra ellos?"

5. El desenlace fatal en Masallé

En febrero de 1834 recibieron unos chasques de Venancio Coñuepán y de


su hermano Collinao y por ellos se enteraron de nuevas maquinaciones de Rosas
y sus jefes de Bahía Blanca. No es fácil documentar su desarrollo, porque Rosas
vigilaba aún la correspondencia, la publicidad y el repósito en los archivos.
Trataré de seguir este hilo hasta el desenlace ocurrido en septiembre de ese
mismo año.
Millalicán era el portavoz de los borogas, el escribiente que había
estudiado en colegios chilenos. El 27 de febrero le dice a Rosas en carta que no
comprende que se haya hecho paces con los caciques rebeldes de nuestras
tierras. "Los güincas nos quieren acabar", decía. Veremos a qué enemigos se
refiere.
Poco antes de que Rosas licenciase las tropas de la Campaña al Colorado,
el 25 de mayo de 1834, el gobierno de la República vecina alertó a Rosas acerca
de 2.000 indios araucanos que habían pasado la Cordillera y que el mismo
comandante de la Frontera, el general Bulnes pensó excursionar hasta el otro
lado de la Cordillera y que los atacaría a su regreso.
El 7 de mayo llegó el cacique pampa Juan Cachul al campamento de los
borogas, donde comprobó que los caciques tenían noticias sobre la llegada de
esos 2.000 araucanos al país de las manzanas y del Río Chadileu. Decían que el
cacique Melín iría a explorar hasta el Chadileufú (Salado) y que Collinao les
había dicho que tuviesen "cuatro ojos". Querían saber quiénes eran esos 2.000
araucanos.
Eran los mismos enemigos suyos de Colicó y Llaima que, hacía dos años,
celebraron un tratado de paz con el comandante M. Rodríguez de Bahía Blanca.
Eran los mismos que, un año atrás, querían atacar a los enemigos de la "Guerra
a Muerte" de antaño. Eran Cheuqueta, Cumiú. Quilapán, Antonio
Namuncurá y Juan Calfucurá. No lo ejecutaron, porque entre tanto la
expedición combinada marchaba por los "desiertos". Calfucurá confesaría más
tarde que había sido llamado por J. M. de Rosas (Arch. Mitre XXII y XXIV:
27.4 y 6.7.63. etc.). El erario del Estado no daría para otra entrada —decía
Rosas— pero algo haría con aquellos "patriotas chilenos" que odiaban a los
paisanos realistas. Como precio, Rosas les dejaría la posesión de la zona de
Salinas Grandes, donde Calfucurá. efectivamente levantará "su trono y real"
(AGN S.VII Biedma: 10-4-14:2.7.34).
Los borogas temían una invasión. El estado de nerviosismo se refleja en
este hecho que se nos ha narrado: Principio de mayo, algunos indios de Rondeao
han tenido un altercado con soldados del Fuerte 25 de Mayo. "Han muerto
cuatro soldados de lanza por el cacique Rondeao" —dice Delgado a Rosas
(AGN S,X 24-9-1).
Este, indignado, respondió: "Espanta la impavidez del teniente coronel de
Milicias, no contener a Rondeao, lo mismo que el capitán Bustos" (10.5.34 ib).
Pero ya llegaba el vengador, el grupo de los huilliches que querían vengar
al cacique Toriano y a Quiñigual y a castigar (en nombre de Rosas) a los que no
habían entregado todos los cautivos; eso también con la venia del coronel
Francisco Sosa, llamado el Ñato y del cacique Venancio Coñuepán.
El Excautivo Santiago Avendaño, en sus Memorias, editadas en 1999 por
Ed. El Elefante Blanco, nos da unos detalles de aquellos acontecimientos ya en
el primer capítulo: Origen de la hegemonía de Calfucurá en la pampa.
“El cacique Rondeao vivía por Masallé y extendía la toldería al Norte y
Este de Carhué, hallándose el cacique Melín y Alún, hermanos de Rondeao en la
costa del Arroyo Cahuinqué.
“Juan Calfucurá, el hijo primogénito, dotado de esa fibra y osadía que era
necesaria para conseguir grandes fines...El a su tiempo determinó tomar un
camino que más tarde le condujera a una posesión elevada. Empezó a inducir a
algunos de sus amigos y conocidos a que lo siguieran en sus viajes que había
pensado emprender, conduciendo mercaderías a los Borohué-che (ubicados en la
pampa argentina), para conseguir en cambio animales. Sus cálculos no
fallaron...empezó a hacerse más prosélitos y a actuar como caudillo....Cuando
vió que todo producía beneficios para él y los demás, inventó la treta de
engatuzar a sus compañeros con cuentos de sueños y revelaciones, en que dios
le había aparecido en tal o cual forma, para concederle el don de adivinar y
acertar en todos los planes.
Después de varias cruzadas y todas exitosas, en 1834 volvió el Caudillo
con un crecido número de mercaderes chilenos conduciendo consigo lanzas,
tejidos, harina de trigo, habas y alverjas,pañitos y paños finos, punzoes y azules,
comprados en Valdivia, Entuco y Chillán; objetos de plata fabricados allí y otros
comprados en la frontera de Chile; pintura para darse color en la cara, avalorios,
sarcillos, prendedores o tupúes, etc.
Y como era la regla avisar la visita al cacique soberano, antes de entrar en
el territorio poblado, hizo avisar que los viajeros venían en paz. Calfucurá,
desde un arroyo, llamado Chilihué, desprendió dos indios mensajeros, para que
notificasen al cacique Rodeau, como de costumbre, que venían con su comercio
inocente. Uno de los mensajeros iba enterado del proyecto de Calfucurá y
llevaba el encargo de quedarse en el toldo de Rondeau, para inspirarle
confianza; mientras el otro regresaría con la venia de éste para que la inocente
caravana avanzase, aunque “los viajeros” se convertirían en furiosos
invasores...”
Relato del excautivo Santiago Avendaño
Resumo lo que sigue relatando Avendaño: Recién entonces manifestó
Calfucurá su plan, su sueño que ha tenido de parte de Dios. Había hecho la
invitación de las tribus borogas para invadirlos de noche por sorpresa. El
mensajero mataría en primer lugar al cacique mayor Mariano Rondeau y ellos
harían lo mismo con los que se resitirían y llevarían como prisioneros a los
demás´.
Entre tanto se encaminaron los demás caciques a Masallé, pero sólo
vieron las correrías que en todas las direcciones emprendían, después de haber
asesinado alivosa y traidoramente a Rondeau. Los desgraciados concurrentes al
recibimiento de los (comerciantes) invasores, inmediatamente fueron víctimas
de su confianza; la pagaron con sus cabezas.
“Ese era el plan de Calfucurá, asesinar a todos los grandes caciques,
principiando por los tres hermanos, Rondeau, Melín y Alún, como personajes
más notables de la Nación Boróhue-che. Venía pues Melín y Alún, llamados por
su hermano Rondeau para el comercio. Ya muerto el cacique Rondeau los hizo
lancear. Perecieron en la persecución, después de los mencionados, los caciques
Curuangué, su hermano Curutripay, Nahuel Quintuy, Calfutrur, Marileo,
Curuloncó, Carreangué, Millafuz y Millapulqui. Estos fueron los que podían
haber disputado palmo a palmo sus derechos.
“Después de esta matanza, empezó a usar clemencia, perdonando la vida
a todos los que capturaron sus adeptos y los presentaban a él.
“Este día fue para los Borohué-ches un día de caos y de confusión. Nadie
se daba cuenta de lo que veía, porque fue un trastorno completo.
“De aquí Calfucurá en un gran parlamento ofreció un indulto a todos,
siempre que se le sometiesen, reconociendo en él la autoridad de Rondeau. El
cacique Llofqueiñ, Millaqueo, Güeste, Mainquefuz, Güeral, Calfuleo, Millafuz,
Güerevil y Meligur se sometieron al miserable traidor

“No hicieron lo mismo los caciques Coliqueo, Guayquillanca, Guorofil,


Cayupulqui, Carrelang, Teuque, Guayquimill, Guenuqueo ni Coñepang. Los
primeros tres atravesaron con sus parciales, sus familias y sus arreos, los
espesos bosques y pidieron asilo a los Ranqueles, quienes los admitieron, no sin
ponerse en guardia de cualquier agresión de los intrusos. Los cinco siguientes,
acompañados de los tres hermanos, denominados Cristos, también desocuparon
el país, pero salieron en dirección opuesta y vinieron a parar en la Cruz de la
Guerra, campamento militar ( en 25 de Mayo). Allí ofrecieron sus servicios al
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, si recibían en cambio una
hospitalidad tranquila. Y esta les fue prometida....
“Coliqueo, que ya empezaba a figurar en el momento en que murió
Mariano Rondeau, fugó buscando la protección del cacique Painé de los
Ranqueles. Allí vivió hasta 1860.
“Así fue la extinción de los indios Borogas, dispersándose por todas las
partes, hasta no quedar más que el recuerdo de aquella Nación guerrera. He aquí
el primer paso de Calfucurá para elevarse al rango de cacique”. –Ese fue el
relato de Avendaño.
Durante la noche del 8 de septiembre, unos 800 huilliches irrumpieron en
el campamento de los borogas en Masallé. Entre ellos los caciques Cheuqueta,
Cumiú. Tranamilla y Calfucurá.
Después de aprovechar el relato bastante amplio de S. Avendaño,
completo la información con relatos inmediatos del capitán Pablo Millalicán y la
declaración de Guaiquimilla hecha en Bahía Blanca, que el Dr. Carlos Grau
procuró analizar en su obra “El Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra” (La
Plata, 1938).
Hubo otras versiones como la del coronel Juan Cornell que en sus
Memorias narra la versión oficial de Rosas diciendo, que Rondeau de los
pampas (sic), disgustado con el gobierno de Rosas, había llamado a Calfucurá
en su auxilio. Vino con su tribu para hacer la guerra e invadir. Cuando llegó este
al Napostá con 800 lanzas, Rondeao había ajustado la paz con el gobierno.
Calfucurá agraviado por esta actitud sorprendió a Rondeao en su toldería y le
dio muerte él mismo con sus manos (Infundios!). La tribu se dispersó; parte se
fundió con la de Calfucurá.
Este relalo no corresponde a la verdad, ni a lo que decía G. Cuadrado
Hernández sin haber consultado el legajo del AGN. S.X. 24-8-6, cuando escribió
en la revista Todo es Historia Nº 172, sobre "El mito de la masacre de Masallé".
De hecho, no es fácil descubrir la verdad, toda la verdad.
Dos testigos borogas
Dos testigos borogas Pablo Millalicán y el cacique Guayquimilla,
hermano de Rondeao han declarado o comunicado cómo fueron aquella noche y
los subsiguientes días. En el primer momento ni se atrevieron a acercarse a los
Fuertes, porque, por lo que decían los invasores, debían creer que habían sido
entregados. Güillipán y Guayquimilla llegaron a Bahía Blanca y allí acudieron
también Tranamilla y Antonio Namuncurá y (lo que es más probable) sus
emisarios, quizás para recibir alguna gratificación.
Otro testigo boroga : Pablo Millalicán
La primera carta de Millalicán decía: "Campamento (de los boroganos) en
las inmediaciones de Guaminí. Septiembre 15 de 1834." "Señor Coronel Don
Martiniano Rodríguez:
"Hoy hace (siete) días. que murieron los dos caciques Rondeau y Melín.
Ha sido un asalto el más impensadado, muy al alba. Todavía estábamos en la
cama. Yo desaforado (desconcertado) sólo tomé el sable y corrí en camisa, en
calzoncillos, descalzo y un poncho puesto. De esta manera llegué a las casas del
cacique Rondeau, animándolo a la pelea. Pero en el momento que llegué, vide al
cacique sin valor, desmayado, viéndose sin gente. Y a mí comenzaron a
llamarme desde afuera, los caciques Calfucurá, Namuncurá. Tranamilla y
Cheuqueta. Yo, no creyéndoles, tomé una lanza, animando a los demás indios
que se pararon conmigo Alcanzamos a ser apenas cinco y, por último, no
peleamos viendo que Rondeau se había disparado y lo alcanzaron como a
veinticinco pasos de mi rancho
"En fin, me di ya por entregado a los caciques de "Gulumapú (Chile).
Todos me dijeron: Tú no mueres, Millalicán. Vienes muy recomendado de
Pancho (coronel F. Sosa) y de Coñuepán y me dijeron: traímos licencia de
quitarles la vida a estos dos perros picaros, engañadores del gobierno de Buenos
Aires y engañadores contra nosotros. Y tampoco quitamos las vidas a otros
capitanes, ni a los demás indios. —me dijeron: Vos te vas a la Guardia Blanca,
llevando todas las cautivas que no han querido entregar... así lo hemos
determinado con Pancho y Coñuepán. Estas son las palabras que me han dicho,
después que les quitaron las vidas a los caciques...
"Ahora veo que no se hace nada... y estoy dudoso que ellos hayan sacado
licencia... no he visto siquiera una firma de los Gefes de esa Guardia, para
creerles.
"Yo suplico y les ruego a todos mis Gefes y compañeros, me hagan el
favor y la merced de hacerme saber... si es verdad lo que dicen y me conformaré
con la voluntad de Dios y de mis superiores y compañeros.
"Pero ruego también hincado de rodillas, me hagan el favor y la merced
de sacarme de estas desdichas y amarguras, pues me considero ya como cautivo
entre los indios.
"Ruego y suplico a mi General Rosas, se duela de mí, que lo haga por
Dios, por sus familias y por todos los santos del cielo que les mande algún
consuelo a estos pobres indios voroganos, pues están aturdidos y llenos de
temores, que les parece que ya vienen los ejércitos para acabarlos.
"Y yo los estoy consolando... que no han dado motivo para que vengan a
invadirlos y les ha dicho que no teman que los cristianos se indignen (se hayan
indignado) contra ellos... Les han hecho creer que a Cañiuquir lo tenían preso
con todos los demás indios: Yo lo estoy negando fuertemente... Mi General
Rosas no es traidor con sus amigos.
"Ayer (día 14) vinieron a darle malón a Meligur y le mataron un indio y
hirieron ocho, dejándolos absolutamente sin hacienda a él y a los demás indios,
cautivando a las chinas mozas y sin dejarles con qué mantenerse y los más de
los indios dispersos en los campos... Yo estoy llorando con ellos como una
criatura de compasión.
"En fin, mi primo Ignacio Güillipán, portador de esta, explicará las demás
cosas, que Meligur lo manda a lo de mi primo Coñuepán... Espero la
contestación con toda brevedad Y Dios guarde a V.S. muchos años Pablo
Millalicán" (AGN S .V. 19-5-5).

Otra carta al comerciante Felipe Várela de Bahía Blanca, en idéntica


fecha, no modifica lo descrito. Dice que los jefes de Bahía Blanca impidan que
los borogas se retiren de Guaminí que ya se iban caminando para Salinas
Grandes, y que "desde hacía siete días hace frío y está lloviendo."
En varios días los invasores chilenos completaron la sorpresa del 8 de
septiembre. Toda la tribu de Rondeao y sus familias y haciendas cayeron en
manos de los enemigos. (Avendaño ib. p. 41, agrega que “Calfucurá tomó por
esposa la mujer predilecta del cacique Rondeao, cual aún vive y se llama Zugui-
llang. Esto lo hizo, sin duda, para revestir de más formalidad esa usurpación”.
También las demás tribus fueron atacadas. El cacique Francisco Caniullán
escapó con poca gente sin nada más que lo puesto, al Fuerte 25 de Mayo,
pidiendo protección. El teniente coronel Delgado consultó entonces a Rosas, si
debía acogerlos o atacarlos. Cañiuquir y su gente estaban muy distantes y
aparentemente no fueron atacados.
Nuevo malón y cautiverio del cac. Meligur
El hijo mayor del cacique Rondeao, el cacique Meligur, había reunido a
algunos indios, pero el día 13-14 los maloneros cayeron de nuevo sobre ellos. Se
vieron obligados a marchar al cautiverio, esperando una oportunidad para
liberarse o ser liberados. Algunos fueron integrados para siempre a esa tribu
huilliche.
Habría mucha documentación para citar, que comprobará que esta acción
de guerra estaba planeada y que Rosas estuvo de acuerdo con los jefes de Bahía
Blanca. Allí escribieron "para la posteridad" dos declaraciones, el 16 de
septiembre. Una: que se habría apresado a Guayquimil, hermano del finado
cacique Rondeao. Decía que no se había presentado antes, porque durante siete
días estuvo escondido; que el día 13 fueron sorprendidos y fueron desarmados:
pero que les prometieron armarlos luego, para atacar con ellos a la tribu de Don
Venancio Coñuepán, que estaba acampada aún por Pua-Lauquen (Puán).
La segunda declaración es una adición, la declaración del sagaz indio
Tranamilla, hermano del cacique de ese nombre y otros, mandados por
Calfucurá. "Sus expresiones todas pacíficas y moderadas" indicadoras de que
querían llevarse bien con los cristianos, fundando las razones que les habían
asistido para quitar de en medio a Rondeao, en que él los había engañado,
haciéndolos venir de su país para hacerlos ricos con las haciendas de los
cristianos de la Provincia de Buenos Aires... nos exigía nuestro parecer y
aprobación, sobre aquel hecho. Y se les hizo entender en contestación que
nosotros estaríamos en un todo a la disposición de S.E., el Sr. Gobernador
Rosas, a quien se le iba a dar parte de inmediato y que con su superior
contestación sería el resultado de lo que deseaban saber..." (Documentos
publicados por C. Grau: El Fuerte 25 de Mayo, 1949. p.270-277).
Calfucurá escribirá en 1857 al general Urquiza que, "cuando he venido
de Chile a estos destinos, he peleado a Rondeao, Melín, Curriqueo y Canuellán.
Estos he muerto yo, cautivando a Vanelcheo (AGN. Urquiza T 130, p. 137).
Ni los jefes de Bahía Blanca, ni el mismo Rosas se apresuraron a auxiliar
a los borogas clamorosos por venganza. Los entretuvieron con engañosas
palabras. "Que Rosas no era capaz de traicionar a sus amigos. Que él debía
darles las órdenes”. Rosas comunicó el día 20 del mismo mes al general Tomás
Guido, su ministro de Guerra: "...los anunciados araucanos (de Calfucurá,
Tranamilla, etc.), unidos a los ranqueles, sorprendieron a los borogas; han
muerto a los primeros jefes de éstos, Rondeao y Mellín; han hecho gran
mortandad, cautivándoles las familias y llevándose todas las haciendas. Esta
noticia debe considerarse de grande importancia para la República, porque ella
facilita ya un camino sin tropiezos para acabar o escarmentar para siempre a los
ranqueles. (Llama la atención ese relato de sangre fría) (C. Grau: ob. cit. p. 135).
En otra carta que Rosas escribió el 25 de septiembre al general F. Aldao,
gobernador de Mendoza: "Los indios chilenos enviados, fueron llamados por los
ranqueles, diciéndoles que, estando en guerra (civil) los cristianos unos con
otros, era oportuno que vinieran a llevar haciendas sin dificultad. Los chilenos a
que me refiero, son los indios, cuyos caciques principales son Namuncurá y
Calfucurá. Estos indios son, como creo sabe Ud., los que han casi acabado con
los restos de Borogas, aliados de los ranqueles y por consiguiente, no han sido
amigos de Namuncurá ni de Calfucurá. ni menos aún de las demás tribus
ranqueles.
"Cuando éstos enviaron a decir que fuera a robar, me lo avisaron,
pidiéndome al mismo tiempo permiso para situarse por Salinas. Mandaron
caciques a Tapalquén, en solicitud de este permiso, asegurando no vendrían si
yo no se lo permitía. Yo creí conveniente dárselo, porque no tenía motivo para
desconfiar de ellos..." (Rev. Todo es Historia. Nº 172, p. 85).
También en una carta dirigida al coronel Pancho Sosa del 29 de
noviembre de 1834 se desprenden los razonamientos de Rosas, cuando dice:
"...Es necesario buscar las cosas en su origen. Los borogas con Pincheira
componían hasta el año 20 un poder fuerte que tenían en conflicto a nuestra
República y la chilena. El año 30 logré deshacerlos con mañosa habilidad. Ellos
se prestaron a mis consejos y se separaron de Pincheira. Me entregaron varios
oficiales que querían venirse y dejaron de robar en nuestra Provincia y en Santa
Fe. Enseguida, con sagacidad, sin que ellos lo comprendiesen, pero al abrigo de
la amistad de ellos, logré la conclusión de Pincheira y el total exterminio de
sus fuerzas bajo nuestro plan que acordé con el presidente de Chile. Obra grande
que está oculta, pero que algún día figurará en la historia de nuestra Historia,
puesto que no hay secreto ni verdad que (no) los revele el tiempo." (AGN S.X
24-8-6).

Podemos preguntarnos si Mariano Rondeao mereció este fin. Sus pecados


mayores han sido: declararse realista, participando en las correrías del dictador
de Chile, haberse adherido a la política de los Pincheiras y de haber amparado a
sus parientes contra las pretenciones de Rosas.
Por lo demás era una noble figura, padre de una gran familia y unido a
una más grande párentela. Tres fueron sus viudas, entre ella una se llamaba
María Mareus, también de la estirpe boroga y otra Zuguillang, que Calfucurá se
tomó como su mujer. Las viudas se establecieron con sus hijos en la vecindad de
25 de Mayo.
Hermanos del Cacique Mayor Mariano Rondeau:
Francisco Caniullán (Caneullán)
Alón o Alún del Arroyo Cahuinqué
Guayquil, o Guayquimil o Guayquimilla
José Melín
Capitaenjo Cenóbio cac. Querupil
Mulato (tío carnal de Rondeao)
Hijo mayor de M. Rondeao : cac. Meligur

Tocóle a Meligur. hijo mayor de Mariano Rondeao, continuar la trágica


historia de su tribu completada por otros malones sangrientos. Guayquimill,
hermano de Mariano Rondeao no fue adepto a sus conas. La jefatura general de
los borogas de Guaminí recayó en Cañiuquir, hasta que Rosas decidió eliminar
también a esa gente (en 1836).

RONDEAO, Querupil
RONDEAO. Querupil, capitanejo boroga, hijo del finado cacique
Mariano Rondeao, quien murió el 11 de noviembre de 1836 cerca de 25 de
Mayo, hallándose en la tribu de Guayquil.

RONDEAU, Francisco
RONDEAU. Francisco, cacique boroga, nacido 1821 y muerto en 1886. Era
hijo del cacique Mariano Rondeao (Iº) y de María Mareus. Se casó con
Marcelina Correa, hija de Antonio Correa y de Isabel Ferreira, según dicen
documentos de la parroquia de 25 de Mayo.
Ha nacido en momentos en que el padre estaba peleando en la Guerra a Muerte
en Chile y de muy pequeño se asentó con su familia en la zona de Guaminí. En
1834, en el asalto de Masallé, perdió a su padre y su madre se refugió en 25 de
Mayo. José Valdebenito pudo ayudarlos, cediéndoles tierra entre Mulitas y
Durañone. Allí se establecieron también los restos de las tribus de su tío
Francisco Caneullán y Guayquil.
En un precioso censo de 1836, realizado en los toldos de 25 de Mayo,
figura un capitán Panchito como dueño del toldo No 2 de la tribu de Francisco
Canuellán. (Gran: Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, p. 291). La edad de su
mujer estaba estimada en 40 años, como la de él y tenía 7 hijos.
Desde 1852 vivía en el pueblo de 25 de Mayo. No sé con certeza, pero
aparentemente ese capitán "Panchito" de 1836 es el que conocemos en 1867
como fuerte ganadero y a la vez alférez y capitanejo. Francisco Rondeao es uno
de los tres capitanes de la tribu a quienes el gobierno de la provincia de Buenos
Aires donó, el 1º de octubre de 1867, cuatro leguas cuadradas de campo.
Además él compró en el mismo partido otras dos fracciones de campo (el
duplicado del documento se halla en el Archivo de Geodesia en La Plata; tiene
los Nº 148 y 125 del Partido de 25 de Mayo).
Francisco Rondeao figura en todas las listas de revista de la Compañía de
Indios Amigos de 25 de Mayo: es decir, prestó servicios en la frontera como
oficial y tenía sueldo y racionamiento. Opino que fue hermano del entonces
cacique principal don Martín Rondeao y de Manuel Rondeao.
Un episodio de los acontecimientos de la Revolución del 74 hizo
memorable a Don Francisco Rondeao. Los indios "mansos" se habían
incorporado al jefe, el coronel Jacinto González y juntos engrosaron el ejército
revolucionario del general Rivas (de Mitre).
El coronel Mariano Espina los hostilizó en el campo de Bartolón (más
tarde de I. Barrios) junto a la cañada del Saladillo: Se trabaron en lucha. Una
bala certera derribó el caballo de Mariano Rondeao, el hijo predilecto de Pancho
Rondeao, que se dejó caer al suelo. Viéndolo desde cierta distancia, su padre se
abalanzó rápido como un rayo entre los pelotones enemigos hacia el lugar donde
yacía su hijo. "¡Vení. te salvo!" —le gritó en su idioma. Mariano se incorporó y
asiéndose de la cola del caballo de su padre, retornó a su bando.
Aquí se comprobó una vez más que el amor paternal entre los aborígenes
para con sus hijos era muy grande (González Rodríguez: Orígenes y Crónica
Vecinal de 25 de Mayo. p. 118).
En 1878 compró otro campo de 1449 has., junto al campo de la tribu,
sobre el camino a 25 de Mayo. A esa estancia denominó "Estancia San Roque".
La heredaría su hijo predilecto, Porfirio Rondeao.

RONDEAU, Mariano (II)

RONDEAU. Mariano (IIº) m. 1862, capitanejo boroga. Este también fue


hijo del cacique Mariano Rondeau, quien fue muerto en el asalto de Masallé, el
8 de s+eptiembre de 1834. No escapó entonces al Fuerte 25 de Mayo, como
otros de sus familiares, para buscar amparo (C. Grau: Fuerte 25 de Mayo. p.
148). El, con 30 paisanos fue a Chile para solicitar auxilio contra los invasores
de su toldería. Su tío, el cacique Nahuelquel mostróse dispuesto a reunir gente
para vengar la muerte de su hermano. Pero no sabemos si algo en concreto se
hizo. La destrucción de la tribu de Cañiuquir en 1836 y la del famoso Don
Venancio Coñuepán, el mismo año, causó una nueva ola de clamores en Chile
por venganza . En 1837, 1.700 indios a las órdenes del cacique Juan Raylef
llegaron a Bahía Blanca y Tapalquén con ánimo de combatir a los enemigos. A
su regreso fueron atacados en la Cordillera.
No nos consta que los hemanos Rondeao hayan participado en el malón a
Bahía Blanca. En una memoria sobre las actuaciones del coronel Antonio
Ramírez leí que él en 1838 efectuó una expedición a los Toldos para batir al
cacique Rondeao. ¿Dónde estaría entonces? En 1839 parece que estaba unido a
los borogas y ranqueles que venían, el 20 de agosto, a atacar el Fuerte de
Tapalquén y a los indios amigos acampados allí. Otros de su parentela en 25 de
Mayo festejaron, una semana más tarde, con el coronel Vicente González y la
guarnición del lugar una "fiesta patria", dando vivas a Rosas y jurando que
darían hasta la última gota de sangre por él. (Oliver, M. M.: De la barbaridad a
la civilización. 1914. p. 15).
Más tarde lo encontramos también en 25 de Mayo, a las órdenes del
teniente coronel José María Plaza y del teniente y lenguaraz José Valdebenito,
cuando 25 de Mayo contaba sólo cincuenta pobladores. (González Rodríguez:
Orígenes y Crónica Vecinal de 25 de Mayo, p.24)
De la población indígena del vecindario poco y nada han contado esos
jefes, ni los siguientes comandantes llamados J.J. Quesada. J. G. Rodríguez
(1847-1851) y M. Espinosa. Se conserva un plano del Fuerte de 1848 que
González Rodríguez publicó y que señala los toldos de los borogas.
El 9 de mayo de 1850 llegó al Fuerte el cura párroco de Lobos, Presbítero
Antonio Abelanda, quien habría administrado bautismos durante cinco días. Al
año siguiente llegó el de Salto, quien habría bautizado a muchos indiecitos,
entre ellos a Matilde Rondeao (en 1848) quien fundaría una escuela en la tribu.
Desde 1855, 25 de Mayo tuvo sacerdote en la persona del Presbítero Francisco
Bibolini. Durante cierto tiempo se creyó perdido su primer libro de bautismos,
cuando sorpresivamente se encontró en la municipalidad. La primera capilla se
había incendiado. El comandante Juan A. Noguera y el mismo cura describieron
la fiesta de la inauguración de la capilla y la asistencia de unos 500 indios
borogas, el 26 de agosto de 1855. (Arch. Obispado de 9 de Julio, leg. 25 de
Mayo)
Durante la guerra de la Confederación contra la provincia (Estado) de
Buenos Aires, Justo José de Urquiza envió emisarios entre los indios,
haciéndoles partícipes de su lucha contra los porteños separatistas. Así ocurrió
que el pueblo 25 de Mayo fue varias veces el blanco de ataques y malones que
obedecían a esos designios políticos. (Véase la biografía de Calfucurá)
El 17 de enero de l854 hubo un malón sobre el 25 de Mayo y en marzo de
l855 otro más. Toda vez que hubo un ataque a esa zona, los indios amigos de
Rondeao debían defenderse y defender los intereses del pueblo. El 30 de mayo
(1855), el General B. Mitre expedicionó contra los indios de Catriel, pero fueron
salvados por los indios de Calfucurá y de Coliqueo, adictos a la Confederación.
El 13 de marzo de 1856 cayó otro Malón "político" sobre 25 de Mayo y Azul.
Luego se produjo la sublevación (es decir, el paso del bando porteño al de la
Confederación) de los indios de Cristo y de Lorenzo Garay (Coliqueo).
Poco antes el gobierno de Buenos Aires había hecho nuevos arreglos para
la manutención de los indios de 25 de Mayo. Desde 1856 hubo una escuela en la
tribu. Indignados por la injusta agresión en Azul y azuzados por los emisarios
del Presidente J.J. de Urquiza (Olivencio y Rosas y Belgrano), buena parte se
integró al ejército para volver como "maloneros de la Confederación" contra su
pueblo, el 26 de marzo de 1857. Les habían deportado sus familiares y saqueado
sus haciendas. (Véase la historia del Indio Cristo). Después de la batalla de
Cepeda, Calfucurá guió un gran malón contra 25 de Mayo y es notorio que el
Padre F.Bíbolini consiguió salvar las vidas de los pobladores.
Así por causa de ésta guerra, los indios de Rondeao iban mermando en
cantidad. En 1859 perdieron a su mandón, el chileno mayor José Valdebenito.
Entretanto, el pariente de los Rondeao, el cacique Coliqueo, había
actuado a favor de la Confederación junto con el coronel Manuel Baigorria.
Pero, cuando el nuevo Presidente, Santiago Derqui, hizo reanudar la guerra,
empezando con su revolución en su provincia (de Córdoba), marcharon de esas
tierras para ir a la provincia de Buenos Aires. En la batalla de Pavón decidieron
el destino de la unión nacional anhelada por Mitre. Coliqueo, apenas concretó su
tratado con Bartolomé Mitre, envió mensajeros al cacique Mariano Rondeao, su
pariente en 25 de Mayo, para que hiciera lo mismo.
25 de Mayo tuvo que soportar otros ataques, después de la batalla de
Pavón. Primero los atacó el cacique Calfucurá; más fueron hostilizados por los
montoneros del Ejército del Centro de la Confederación y también los ranqueles
los amagaron, así como seguían hostilizando a los indios de Coliqueo, entonces
radicados en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires).
Por una carta del cacique Ignacio Coliqueo. fechada el 12 de julio de
1862, cuando la tribu aún estaba en marcha para llegar al nuevo destino, nos
enteramos de que el cacique mayor Mariano Rondeao (II) había fallecido a
principio de julio de ese año. Coliqueo, pues, envió a su hermano Chaima con
tres soldados y un capitanejo de Raninqueo, el segundo cacique, con otros tres
soldados a 25 de Mayo para que consolaran a la familia, sus parientes y para
felicitar al cacique sucesor que era el cacique Martín Rondeao. (Hux. Coliqueo,
ed. EUDEBA 1980 p.69) Hay una Foto del cac Mariano Rondeao IIº

RONDEAO, Martín

RONDEAO, Martín, nac. 1822, Este cacique boroga también era hijo del
cacique Mariano Rondeao (Iº). Tenía 12 años cuando mataron a su padre en
Masallé: creció al amparo del Fuerte 25 de Mayo, junto al cacique Francisco
Caniullán. Se casó con Francisca Marín, nacida en 1837, hija de Juan Marín y
Jacinta Caniullán (Libro 15 de Matrimonios de 25 de Mayo. fol. 213).
Tenía 40 anos, cuando fue elegido como cacique principal de los indios
amigos de 25 de Mayo. En el servicio militar, el Ejército Argentino le había
otorgado el grado de teniente 1º de Caballería de Línea. Con sus conas defendió
a "su" pueblo contra una invasión salinera, el 4 de enero de 1863.
Constantemente servía un contingente de 50 conas en la frontera del Oeste, ya
en los fortines, ya patrullando entre 25 de Mayo y Huetel. El coronel Julio de
Vedia pidió su colaboración, cuando en noviembre de 1863 adelantó la
Comandancia General del Centro a “Cla Lafquén”, donde fundaría Nueve de
Julio (Hux: Coliqueo. p. 80). Le unía una especial amistad con las tribus mansas
de Melinao y de Coliqueo, de quien se decía sobrino. Como ellos, presentó una
solicitud por concesión de tierras al gobierno de la Provincia. Pidió cuatro
leguas en el partido de 25 de Mayo. Ya el 6 de febrero de 1864, el gobernador
Mariano Saavedra en nota al general Juan Gelly y Obes, se mostró favorable al
pedido y presentó el proyecto a las Cámaras. El capitán Juan Cornell hacía de
intermediario entre la tribu y el gobierno. Pero la ley de donación no la firmaron
antes de 1867.
Entre tanto estalló la Guerra del Paraguay. Las tropas desguarnecieron las
fronteras y el peligro de nuevos ataques contra las fronteras había aumentado.
Por eso, el comandante de la Frontera Oeste convocó a los indios amigos a un
parlamento y les inculcó que asumieran las nuevas responsabilidades (AEM
7.4.65).

Puede interesar la reproducción de la Lista de Revista de la Compañía de


Indios Amigos, fechada en el Fortín "Hombres sin Miedo", el 1º de febrero de
1866. La firmó por su tío Martín, Mariano Rondeao (IIIº).

CLASES NOMBRES DESTINO


1. Teniente 1º D. Martín Rondeao P
2. Alférez Francisco Rondeao P
3. Mayor Lorenzo Cayupulqui P
4. Tenientejo Domingo Güenuqueo P
5. Tenientejo Faustino Correa
6. Alferezejos Manuel Guayquimill
7. Alferezejos Francisco Caneullán
8. Sargento Manuel Ancavil
9. Sargento Tomás Colimán
10. Sargento Manuel Rondeao
11. Sargento Casimiro Arce
12. Sargento Mariano Teuque
13. Sargento Benjamín García
14. Sargento Faustino Lorea
15. Cabo Antonio Teuque
16. Cabo Toqui ante

Luego se enumeran los soldados entre los que están Canuellán, Epullán y
otros nombres conocidos (Comisión Investigadora: La Tierra y la Tribu de
Coliqueo, La Plata. 1940. p. 401).
Ese mismo año, Juan Cornell decía al ministro en carta del 27 de
noviembre (AEM. doc. 3646) que Martín Rondeao, por sus servicios de 30 años,
merecía ser promovido a capitán de Caballería; que sus cualidades personales de
juicio y probidad granjeaba la estima de los jefes de las fronteras.
Ellos todavía esperaban la donación y escrituración de sus tierras. En
1867, Rondeao envió una comisión a Buenos Aires integrada por el capitanejo
Faustino Correa (exescribiente de Coliqueo). Alonso Sosa, el lenguaraz e indios
representantes de los capitanes Martín, Francisco y Manuel Rondeao con cartas
para solicitar la entrega de las tierras que desde tantos años ocuparon en el
partido de 25 de Mayo.
La mensura. Duplicado Nº 55 del Partido 25 de Mayo de 1866 los ubica
junto a la estancia de Baldebenítez al sur de las Lagunas Manantial y La Brava,
dejando al oeste la Tapera de la Cruz de Guerra y al norte, el éjido del pueblo 25
de Mayo.
Las Cámaras aprobaron, el 30 de septiembre de 1867, la donación de las 4
leguas solicitadas para los capitanejos Martín, Francisco y Manuel Rondeao y su
tribu (Resistro Oficial p. 137 y Muzlera: Leyes, decretos y resoluciones de la
Prov. de Bs. As., Tom. III p. 436 Ley 512). La ley fue sancionada el 1° de
octubre por el gobernador de la provincia de Buenos Aires. El campo, conocido
como Campo de Valdés, fue medido y mensurado con el Duplicado Nº 179 del
Partido de 25 de Mayo. El mismo año el gobierno vendió también al capitanejo
Francisco Rondeao otras 337 hectáreas, a 3 km. del Ejido, en Médanos "Los
Pueblitos", cuya mensura realizó el agrimensor Miguel Vaschetti (Duplicado
148). Martín era el mayor ganadero de ellos.
En ese tiempo, se ubicó otra tribu emparentada —la de Raninqueo—. en
el partido de 25 de Mayo. La ubicaron sobre el Arroyo Vallimanca y en la
Laguna La Verde. El gobierno les donó seis leguas cuadradas, el 18 de octubre
de 1868.(Hux: Coliqueo, ed. EUDEBA 1980 p. 97)
En 1869 varios caciques amigos solicitaron a las autoridades militares que
se los exonerara del servicio militar. Así lo hizo Martín Rondeao el 5 de
noviembre de ese año. Pero el coronel Antonio Osorio lo obligó a continuar en
el servicio, ya que por el avance de las fronteras había más trabajo. Desde
entonces se le reconoció el grado de capitán de Caballería de línea y recibió los
correspondientes sueldos.
Don Martín fue para su tribu como un padre. Su hija Matilde Rondeao
(1848-1874) instruía a los indiecitos en la Escuela Indígena (más tarde No 5
"Domingo Faustino Sarmiento" de 25 de Mayo). Fue asimismo el consuelo de
su gente en todas las penurias sobre todo durante la epidemia del cólera de 1868,
que se llevó un millar de vidas del partido. En 1871 llegó también la fiebre
amarilla y en 1876 una nueva epidemia de viruela. (Hux: ob. cit. p. 216).
El Arzobispo de Buenos Aires D. Federico Aneiros, mucho se preocupó
por la misión entre los indios y él mismo estableció contacto con los indios de
25 de Mayo, pues, en marzo de 1873 llegó a ese pueblo con dos Padres
lazaristas para predicar una misión. E1 R.P. Emilio George quedó encantado de
las buenas disposiciones de estos indios (L. Copello: Gestiones del Arzob.
Aneiros, p. 47-49). El 6 de Septiembre de 1874, el cacique Martín Rondeao
comunicó por carta al Sr. Arzobispo Aneiros el fallecimiento de su hija, la
maestra. Más tarde, en 1876, los visitó el misionero Pablo Emilio Savino,
misionero en la Tribú de Coliqueo. Encontró en 25 de Mayo un cuadro
espantoso: la tribu se estaba muriendo de viruela (Hux, Coliqueo ob. cit. 1876)
Fatales habían sido las dos acciones de guerra: la invasión de Calfucurá
en 1872 y la Revolución del año 1874. No hallé datos sobre la actuación de los
Rondeao durante la invasión ni en la batalla de San Carlos. Pero sí en cuanto a
su actuación durante la Revolución del 74. El Comandante de 25 de Mayo,
coronel Jacinto González, los había incorporado a las tropas del general Rivas,
quien combatió contra las tropas nacionales. Estuvieron en el primer choque de
los mitristas en el Combate del Saladillo y acompañaron a Mitre en La Verde, el
26 de noviembre en su retirada hasta Chivilcoy. Allí los indultaron, después que
Mitre firmara su capitulación, el 8 de diciembre. (Arch. Municipal de 25 de
Mayo y González Rodríguez: Orígenes y Crónica Vecinal, p. 119).
Los Rondeao continuaron tan buenos y laboriosos como antes. Así lo dice
un artículo de los Anales de la Sociedad Rural Argentina. (Tomo X, de 1876-
p.219).
Lamentablemente ignoro los últimos acontecimientos del cacique Don
Martín Rondeao. De él poseemos un retrato fotográfico de Carlos Roever, calle
San Martín 91 de Buenos Aires..

RONDEAO, Manuel, capitanejo boroga, hijo de Mariano Iº y por


consiguiente hermano de Martín y Francisco Rondeao, con quienes compartió la
donación de las cuatro leguas de tierras, donadas por el Gobierno de la
Provincia en 1867. También figura en la lista de los oficiales de la Compañía de
Indios Amigos, en 1866 como Sargento y en 1869 con ascenso.

RONDEAU, Mariano (IIIº)

RONDEAU. Mariano (IIIº). cacique boroga, nacido en 25 de Mayo en


1842. Era hijo del caciquillo Francisco Rondeau y de Marcelina Correa.
Frecuentó la escuela de su prima Matilde Rondeao (González Rodríguez: ob. cit.
p. 42 y 81). A los l6 años ingresó al Ejercito. Antes había estado en Buenos
Aires estudiando; pero el padre lo extrañaba mucho y lo hizo regresar. Hablaba
el castellano perfectamente. También sus hijos estudiaron. Solía decirles: "Hijos,
estudien: que el saber no ocupa lugar". En 1886 se casó con Regina Morales,
hija de Juan Morales y Josefa Solís (Libro de Casamientos de la parroquia de 25
de Mayo Nº 18. 1886. fol. 47). Tuvo seis hijos: dos varones y 4 mujeres.
De su vida militar podrían enumerarse los mismos acontecimientos de la
Guerra Civil, que provocó en 25 de Mayo muchas invasiones (políticas). De
boca de la nieta escuché que siempre se había destacado por la nobleza y el
valor. Por haber concurrido a la escuela, pudo ser el escribiente de su tío,el
cacique Don Martín Rondeau. Ya narré la anécdota de cómo el padre lo salvó en
la batalla de Saladillo en septiembre de 1874, cuando el coronel H. Espinosa le
derribara el caballo con un tiro certero.
25 de Mayo fue primero un Fuerte. Cuando se formó el pueblo (en
Mulitas), Mariano Rondeao tomó parte activa en su vida social y comercial. Era
uno de los hacendados bien "puestos". Su vestimenta era la de un propietario de
campo. Y como había heredado una estancia de su padre, renunció a su parte en
el campo de la tribu que fue dividido en pequeñas chacras. En el pueblo a veces
integró comisiones públicas; por ejemplo, en 1890, la comisión examinadora de
la Escuela Nº 10. En 1896 integró el Concejo Deliberante. El había donado el
terreno y materiales para la creación de la Escuela, que hoy es la Nº 12. Ya la
escuela Nº 10 había recibido su nombre. Como dijimos, era un hombre que
fomentaba la educación y cultura. Sus hijos Mariano y Porfirio llegaron hasta
los estudios universitarios. El segundo cursó medicina en Buenos Aires. Otros se
dedicaron al estudio del arte, decía la nieta, conocida educadora y bibliotecaria
de 25 de Mayo, doña Regina Rondeao de Blanche.
Una de las hijas lo llevó a Buenos Aires en su ancianidad y allí falleció el
28 de abril de 1915, a la edad de 73 años. Su familia trajo sus restos a 25 de
Mayo, donde fue enterrado en el cementerio del pueblo, junto a sus antepasados,
en el panteón Nº 1 que su madre Marcelina y su familia hicieron erigir en
memoria del cacique Francisco Rondeau. La ciudad de 25 de Mayo honró la
memoria de este último cacique de la estirpe boroga Rondeau. imponiendo, en
1975, su nombre a una de sus calles. El Dr. Porfirio Rondeao, su hijo predilecto,
había nacido en 1894 y falleció en 25 de Mayo a los 89 años. en 1983. Si bien
recibido de médico, atendía la estancia heredada, llamada Estancia San Roque,
en el paraje de La Paloma. Fue un gran señor. Su hija Regina me contó cosas de
él como sólo una hija puede contar; pero sus conceptos sobrepasan nuestro
artículo.
Poseo fotos de Rondeau. Mariano IIIº y de su hijo Porfirio; otra de
Mariano Rondeao se publicó en Rev. Todo es Historia, Nº 172, p. 74.

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ROSAS, MARIANO

ROSAS. Mariano, alias Panguitruz: 1818-1877. cacique ranquel de Leuvucó, La Pampa.

1. Mariano Rosas es uno de los más conocidos caciques ranqueles y quizás el más pacífico
de los caciques gobernadores de esa "Nación" en nuestra Pampa Central. Su lista genealógica
empieza con el cacique Llanquetruz (1), muerto en el ano 1787: cacique Cumepayú o
Caniupayú. muerto en 1794; Rayguán, m. en 1796; Carripilún, hasta 1819; Pablo Lepnopán,
hasta 1826; Llanquetruz (II), m. en 1838; Painé Gner, m. 1844; Calvaín. m. en 1858. Estos
fueron los antepasados de Mariano Rosas en el gobierno de los ranqueles.
Su padre fue el cacique Painé Gner y su madre se llamaba Quilche. Tuvieron muchos hijos.
Los documentos nombran como hermanos de Mariano Rosas a Carriquenao, Calvaín,
Huenchugner, Epugner,. Melideo, Moreno o Cheuquenao, Chantuipán, Coche y Cayomota.
En cambio, conocemos sólo a tres hermanas: a Guneigner, que se casó con Güenchuil o Pablo
Güenchual, Vivían todos en Leuvucó. ( al Norte de La Pampa),Era una toldería famosa, que,
entre otros, visitara el coronel Lucio V. Mansilla. En su libro Una Excursión a los Indios
Ranqueles (1870), nos describe con arte y gracia lo mucho que ha observado allí y nos deja
un verdadero retrato del cacique Mariano, que transcribimos parcialmente ya al principio de
este relato histórico. (Cap. 33. Ed. de M. de Vedia, II. p. 84 y 92)
"Mariano Rosas es hijo del famoso cacique Painé: jefe de una confederación
indígena...Es prudente, sesudo, persistente y conciliador...hábil y elocuente orador y
gobernante... Pertenece a la categoría de los hombres de talla mediana. Es delgado, pero tiene
unos miembros de acero. Nadie bolea ni piala ni sujeta un potro como él... Una negra
cabellera larga y lacia, nevada ya (en 1870) cae sobre sus hombros y hermosa frente
despejada, surcada de arrugas horizontales. Unos grandes ojos rasgados, hundidos, garzos y
chispeantes, que miran con fijeza por entre largas y pobladas pestañas, cuya expresión
habitual es melancólica, pero que se anima gradualmente, revelando entonces orgullo, energía
y fiereza; una nariz pequeña, deprimida en la punta de abiertas ventanas, signo de
desconfianza, de líneas regulares y acentuadas; una boca de labios delgados que casi nunca
muestra sus dientes, marca de astucia y crueldad; una barba aguda, unos juanetes saltados,
como si la piel estuviese disecada, manifestación de valor, y unas cejas vellosas, arqueadas,
entre las cuales hay unas rayas perpendiculares, señal inconfundible de irascibilidad,
caracterizan su fisonomía, bronceada por naturaleza, requemada por las inclemencias del sol,
del aire frió, seco, penetrante, del desierto pampeano. Vestía con cierta distinción de gaucho
rico"...
Así recibió a Mansilla: "Con camiseta Crimea, cordoré adornada de trencillas negras,
paño de seda al cuello. chiripá de poncho inglés, calzoncillo con fleco, bota de becerro,
tirador con cuatro botones de plata y castor fino, con ancha cinta..."
Valga esta descripción por una imagen fotográfica que hubiéramos querido insertar.
(Varias imágenes he visto de un supuesto retrato de él, por ejemplo en Rev. Todo es Historia,
No 130, Marzo 1978. Roberto Capdevilla , de Venado Tuerto, en 1987 publicó un dibujo que
se inspiró en las expresiones de Mansilla).

2. Primeros años

Nació en la Pampa entre 1818 y 1820, cuando ésta estaba convulsionada por el rebelde
ex dictador de Chile, el general José Miguel Carrera. Ya era un muchacho cuando Rosas
organizó la famosa Expedición al Desierto. Vio como su padre fue vencido en las
Acollaradas, el 16 de Marzo de 1833, donde perdió 160 indios, y más sufrió cuando las
divisiones de la frontera Centro-Oeste de Buenos Aires expedicionaron en su tierra. Vivían
entonces en continua zozobra, porque el gobernador Juan M. de Rosas tenía jurado que no
descansaría hasta eliminar al cacique Llanquetruz y humillara a sus ranqueles. Así
comprometió a sus veteranos del Fuerte de Bahía Blanca y del de 25 de Mayo y a los indios
amigos y a los borogas de Guaminí a perseguirlos, como lo reseñé en otro lado.
En mayo de 1838, el moribundo cacique Llanquetruz (II) delegó su cargo de
gobernador de la Nación Ranquelina. no en su hijo Pichún, sino en el cacique Painé Gnerr,
hijo del cacique Guayqui Gnerr.
En la biografía del cacique Llanquelén detallé la terrible enemistad de los ranqueles
con el cacique de Junín que , según ellos, los había traicionado una tras otra vez. Le juraron
venganza. Así ya en 1836 querían atacarlo en su establecimiento cerca del Fuerte Federación
(hoy Junín). Pero por falsa alarma, llevaron el malón hacia Rojas. Habían dejado a diez
leguas de Federación la caballada de reserva, sus hijos y algunas mujeres. Llanquelén que
estaba informado de eso, salió a campaña y apresó todo ese “depósito”. Tomaron 1341
caballos, y entre los prisioneros un hijo y una hija del cacique Pichuín y Mariano Panguitruz,
hijo de Painé, un sobrino del cacique Güichuil y otro hijo de Llumulán. (Avendaño, Memorias
ed. 1999 p. 64).
Los dolidos padres y todos los ranqueles ofendidos, organizaron nuevamente un
malón en Marzo de 1838 después de haber enfrentado una expedición militar que libró una
batalla en la Laguna del Recado (en Trenel), desfavorable a los ranqueles. Ellos se juntaron
para un gran malón para vengarse de la “afrenta” de Llanquelén y sus indios. A pesar de que
estos se refugiaron en su Malal fortificado, éstos sufrieron una desastrosa derrota, el 23 de
Abril de 1838.
Los caciques ranqueles supieron que sus hijos prisioneros habían sido enviados a
Buenos Aires a disposición del Gobernador Jn.M.de Rosas. Engrillados fueron trasladados a
Santos Lugares y a Palermo a la chacra de Rosas. Allí el Gobernador les prestó a los
muchachos muchas atenciones y empezó a quererlos. A Mariano le hizo bautizar, dándole su
apellido “Rosas” que conservaría toda la vida. Les hizo enseñar el castellano y trabajos
rurales y luego los llevó a su estancia “El Pino”.
Cuando Mariano se enteró de que su padre había enviado comisiones de paz y pedía
su liberación, un gran deseo de volver a los suyos se apoderó de él y preparó en secreto su
fuga y la de Güichal, hijo del cacique Pichuín. En realidad Painé hizo un gran esfuerzo
diplomático, ya en Mayo de 1838, ante el Gobernador de San Luis, pidiendo por intermedio
del capitanejo Güenchual aceptara sus garantías de paz y que intercediese ante el Gobernador
de Buenos Aires por la liberación de su hijo Mariano y el hijo de Pichuín. (Arch. S. Luis
26.5.38)
En 1840 llegó a Buenos Aires el anciano cacique Güinchal con una importante
embajada, trayendo diez cautivas en rescate de los dos hijos cacicales. Al jefe de la embajada
Rosas retuvo un año y meses como rehén y exigía la entrega del caudillo Manuel Baigorria.
Según Santiago Avendaño (ib.p.71), Rosas había permitido a los dos jóvenes volver bien
regalados. Pero según otra documentación, principalmente una carta del 23 de Abril de 1840
dirigida al cacique Painé, se dice claramente que habían fugado secretamente, enderezando su
ruta por Bragado .Un nuevo enviado de Painé, Millaqueo, firmó en Azul el tratado de paz,
después que los gobernadores de Córdoba y de San Luis le habían dicho que sólo con Rosas
podía arreglarlo. Allí dijeron que Mariano Rosas, el fugado estaba con Painé y decía que
había sido bien tratado (AGN.S.VII (Arch. Pacheco 2-2-9 fecha 23.4.1840) Era cuando
Rosas inició otra diplomacia con los indios, porque se veía frente a la sublevación de los
unitarios.
El tratado de paz de 1840 contiene 19 propuestas, 12 fojas. Rosas mandó una carta
a Painé y a su hijo Mariano, reprochándole su proceder.
Poco después el liderazgo del jefe federal (Rosas) fue puesto a una gran prueba por la
Guerra civil, la Revolución Unitaria.
Manuel Baigorria refugiado unitario en la Pampa, logró con mucha astucia que los
ranqueles lo acompañaran a provocar la revolución en San Luis y con más astucia pudo
impedir que los indios no entraran en la ciudad, y que no obstante pudo copar la ciudad natal,
acompañado de Eufrasio Vidal y 25 inios elegidos. (Más detalles se leen en las Memorias del
Cnel. Baigorria, ed por El Elefante Blanco en 2006).
Mariano Rosas tenía entonces unos 22 años y pronto sería capitanejo de sus tribus. Se
alegraba de que Painé, su padre, siguiera en gestiones de paz, pues él había empezado a
conocer la vida cristiana y quería evitar peleas. Las gestiones se prolongaban, hasta que la
inesperada muerte del cacique gobernador Painé, el 15 de Septiembre de 1844, privara a los
ranqueles de su valeroso jefe. Ya hemos recogido las noticias sobre el espectacular entierro
que le hizo su hijo mayor, el cacique Calvaín. Después de ese horrendo acto, el parlamento
reconoció al mismo Calvaín como gobernador de la Nación Ranquelina asentado en
Leuvucó. Desde entonces el Cnel. Manuel Baigorria, siempre unido a la coalición de los
unitarios, se apoyó más en el cacique Pichuín, hijo del cacique Llanquetruz, asentado en la
zona de Toay.

3. El capitán Mariano Rosas, acompaña a su hermano, el cacique Calvaín (1844-


1858)
Calvaín, algunos lo llamaban Galbán, siguió la misma política de su padre. En
Septiembre de 1847 buscó cómo concertar con el gobernador de Córdoba, Manuel López, un
tratado de paz (La Gaceta. N" 7159). Rosas dio su consentimiento; pero exigió, a cambio, la
cabeza "del forajido unitario Manuel Baigorria". Pero la amistad de éste con Pichún y con
Coliqueo no permitió acceder a tales exigencias.
Durante la Campaña Libertadora del general Justo J. de Urquiza.(1851-1852) los
ranqueles del cacique Calvaín no querían intervenir; pero después de la caída de Rosas,
estuvieron firmes al lado de Baigorria a favor de Urquiza. Ese no sólo logró su libertad y
reconocimiento, sino se puso bajo sus órdenes. Finalmente, en 1854. lograron concertar un
tratado con el gobernador Guzmán de Córdoba y. poco después. con la ayuda del coronel
Manuel Baigorria, ahora comandante de la frontera sur de Córdoba y de San Luis, firmaron
otro con el Presidente de la Confederación (Documentos del Arch. Hist. de Córdoba. Secc.
Gob. 1854. T. 239. p. 97 y otras). Calvaín selló su amistad con Baigorria, haciéndose suegro
de él.
El capitán Mariano Rosas desempeñaba entonces algunas funciones políticas, no sólo
ante los jefes de la Confederación Argentina, sino también ante los caciques del interior. Así
fue a Salinas Grandes para entrevistarse con el cacique Calfucurá y lo comprometió para la
causa de la Confederación y aún para el caso de que hubiese una invasión a Buenos Aires
(AGN S.VII. 14-2-2 Arch. Urquiza, T. 123. y Arch. Azul. Rev. p. 116). De modo que se
aprestaron para la guerra civil en contra de Buenos Aires. A la vez. los ranqueles pedían
protección al gobierno nacional (cn sede en Paraná) por sentirse amenazados por las milicias
del Estado de Buenos Aires.
Los indios mantenían un buen servicio de información. Tanto en la Confederación
como en Buenos Aires, se preparaban para la guerra armada y ambos bandos buscaron como
aliados a los indios. En 1857. el gobierno de Buenos Aires hizo tratados de paz con las tribus
de Catriel, en Azul, y con las de Llanquetruz, en Carmen de Patagones. El coronel Olivencio
hacía gestiones para ganar y comprometer al cacique Calfucurá. A la vez que agentes porteños
traían dineros y regalos. Otros gestores de Justo José de Urquiza solicitaban la colaboración
de los ranqueles y de los salineros, ofreciendo el doble, toda vez que los porteños hacían sus
ofertas. El general B. Mitre quiso entonces forzar la adhesión de los ranqueles atacándolos
con una expedición al mando de su hermano, el coronel Emilio Mitre. Esta fracasó. Y otra, al
mando del coronel N. Granada, expedicionó contra los salineros; llegó a ganar la batalla de
Pigüé en Febrero de 1858 y hasta entró en territorios de Salinas Grandes, pero de pronto
retrocedieron, por haberse encontrado ante un vacío. A consecuencia de estos hechos, los
indios estuvieron más dispuestos a malonear a los porteños; incluso se lo pedían los de
Paraná.y de Córdoba El capitán Mariano estuvo bien enterado de los acontecimientos
políticos. En Septiembre de 1857 encabezó una comisión con cartas para el general Urquiza
en la que Calvaín presentaba a "su hermanito" Mariano.

4.Muerte fatal de Calvaín y elección de Mariano Rosas como sucesor.

Tres meses más tarde, el coronel Emilio Mitre inició su expedición sorpresiva contra
los ranqueles de Leuvucó: 2.000 hombres partieron de Médano Acha (Part. de Vedia), el l0 de
enero de 1858. Pero la sequía reinante y el desconocimiento geográfico de sus jefes y
baqueanos, los condujo al fracaso. (A.M.H.N. No 10759 Memoria de E. Mitre y otros
informes: AGN S.X. 19-8-2: plano, ll fojas.)
El 2 de Febrero, indios del cacique Coliqueo estuvieron sobre los rastros de la
expedición y de los rodados de su artillería. Los observaron desde un monte, a 20 leguas de
los toldos de Nagüelcheo ("Monte de la Tinajera"), donde hallaron caballada, gorras y
camisetas de los porteños.(Arch. Urqu. T.137 p.155) Los vieron cansados, sedientos y con las
monturas aplastadas; pero no los atacaron. Sólo dieron aviso al general Urquiza (AGN Arch.
Urq. T. 137, 382). El día 7 (dice otra carta), los vieron en Carrilauquen, a una legua del punto
anterior. Les tomaron un prisionero para llevarlo a presencia del cacique Calvaín. Vieron que
tenían menos caballos, pues se les iban muriendo de sed y que habían abandonado tres piezas
de artillería (ib. p. 135): luego los vieron en retirada desde Chamalcó. Los invasores habían
fracasado. (Arch. Mitre XVIII. p. 85 v Anschütz: "Algunas expediciones a los Ranqueles,
después de la campaña de 1833-34", en Rev. Mi litar N" 526. 144, p. 1058-1063)
El episodio militar tuvo un corolario trágico, pues los caciques e indios fueron a
verificar e inspeccionar lo que los porteños habían abandonado. Encontraron cañones, fusiles,
cajones de munición, etc. El cacique Calvaín quiso probar algún revólver e ingenuamente tiró
sobre envases de pólvora, lo que produjo una gran explosión que causó su muerte y la de 23
acompañantes.
No tenemos una descripción pormenorizada de esos momentos, ni relato del entierro
de Calvaín, ni del parlamento de la elección del sucesor. Pero sabemos que el parlamento
eligió por aclamación a Mariano Rosas como cacique gobernador de los ranqueles. El hecho
debe haber ocurrido alrededor del 23 de Enero de 1858. Los expedicionarios regresaron el 27
de Enero. En una carta del 26 de Enero el neoelecto cacique gobernador dirigió una carta al
coronel Manuel Baigorria. en la que el hecho se da por conocido. En la misma fecha remitió
también una comunicación al Sr. Presidente de la Confederación Argentina, diciendo:
"Ranquel mapú: Hace cuatro meses [NB. debería decir 4 días], mandé a mi hermano Coche
(para) hacerle saber de la muerte de mi hermano, el general Galbán y además (de) mis indios..
Y así soy el Gobernador de ellos. Vinieron chasquis de caciques chilenos a verme y
saludarme y a sentir la muerte (de mi hermano) y quieren que yo sea el sucesor. Es el Capitán
Pinedo que va en comisión (pues) el hermano que sabía mandar, había fallecido. Yo estaba
enteramente tirado. Los chilenos quieren que yo mande.(Que yo asuma el mando)
"Unos indios me han hecho quedar mal. Yo di licencia (conforme a las instrucciones
recibidas) a invadir a Buenos Aires y en el camino asaltaron a algunos hombres en el Arroyo
de Pavón a haciendas porteñas. Por (orden del) el Presidente asaltaron el Arroyo y atacaron
una casa... No puedo remediar el mal si mato a los malhechores; el consejo no lo quiso. El
General Mariano Rosas lo resolverá con el Señor Presidente. Yo trabajo por la paz. Firma:
Mariano Rosas y Martín Quenón." (AGN S.V11. 14-4-2. Arch. de Urq, T. 158 p. 181)
En la misma fecha envió esta otra carta al coronel Manuel Baigorria que muestra la
situación, cuando Mariano Rosas asumiera su cargo de cacique general o cacique gobernador:
"...Chescui (suegro), yo no quería ser gobernador de los indios; siempre desconfían
me habían de hacer mal. El Señor Presidente y usted me han puesto en este "lleibo" (lío?) que
estoy sufriendo ahora... Yo no le digo a usted ni al Señor Presidente... Yo soy guapo y capaz
de cumplir. Haré cumplir a mis indios... Me apuntó y lo (ha) hallado bien de que yo sea
Gobernador en el lugar del finado mi hermano. Por eso estoy sufriendo todos los males que
hacen mis indios a las provincias ... (Había recibido cartas reprensivas, por los
acontecimientos. Baigorria, en cambio, había comunicado al Presidente Urquiza que el
cacique Ramón había causado los malones).
"Me dicen que yo soy compel (cómplice?) en el malón. No. No quiero la guerra, que
hizo Rosas, sino la paz..." (Arch. Urquiza T. 135 p.119)
En otra carta, del 21 de Abril de 1858, leemos "Una comisión del ‘Cacique Prisionero'
Mariano Rosas, compuesta de dos capitanejos y ocho indios, trajo la noticia de que Mariano
Rosas había sido aclamado como Cacique de los Ranqueles. No ha querido aceptar ese título
sino en forma provisoria, hasta que surgiera la autoridad designada por la Confederación..."
(AGN S.VII, 14-3-3 p. 121. 5 fojas)

5. Entre las batallas de Cepeda y Pavón


La tensión entre los porteños y los confederados con Urquiza se iba en aumento. Los
indios ranqueles mentalizados por Baigorria y el Gral. Urquiza, se estaban preparando para
una invasión a Buenos Aires, dice una carta de Apolinario Baigorria al Presidente Urquiza,
(29.7.58 Arch de Urquiza T. 145 p.225). Efectivamente se adelantó un gran malón, 1000
indios ranqueles a las órdenes del cacique Coliqueo, hacia el Nor Este de la Provincia de
Buenos Aires. Obraron en entendimiento con el Gral. Urquiza, Presidente de la
Confederación Argentina. El 22 de Septiembre de 1859 , a su paso hacia Pergamino, asaltaron
con gran astucia el Fortín Mercedes (hoy Colón), desarmaron los 40 y tantos soldados,
mientras los indios saqueaban los campos del vecindario; y recién entonces soltaron a los
milicos de la guarnición, después de haberlos despojado de todo, especialmente de sus fusiles
y municiones; pero luego incendiaron el fortín.
El mismo día, el ministro Pedernera ordenó a Baigorria que avanzara con la indiada
hacia la Horqueta del Saladillo. En el camino siguieron recogiendo hacienda guiados por un
baqueano; incluso habían pedido licencia al General Derqui. De la Estancia “La Botija”
secuestraron la caballada del General Hornos y amagaron y sitiaron el pueblo de Pergamino,
entrando hasta la plaza. No pudieron perseguirlos porque estaban armados de carabinas,
lanzas y sables.

Mariano Rosas no quería intervenir en la contienda o lucha civil entre la


Confederación y los porteños y no acudió personalmente al campo de la batalla de Cepeda 23
de oct de 1859). aunque sí, lo hiciera su hermano Epugner en compañía del coronel Baigorria,
de Coliqueo y unos 300 entre borogas y ranqueles (Hux: Coliqueo, ed 1980 p. 38). Se
mantuvo informado y mostraba siempre su simpatía al general Urquiza. En noviembre de
1858 le había preguntado, cuándo iba a invadir a Buenos Aires. Antes de entrar en el campo
de la batalla, el cacique Epugner (Rosas) abandonó con 200 indios ranqueles a Coliqueo y a
Baigorria, llevándose mucha hacienda. “Le había dado la soncera de irse”, anota el Cnel.
Baigorria en sus memorias.
La batalla entre porteños dirigidos por B. Mitre y las tropas dirigidas por el Gral
Urquiza terminó a favor del Presidente, empeñado de forzar la unidad nacional.
El cacique Mariano Rosas vio con agrado que el Pacto de San Nicolás diera unidad al
país, aunque precaria., aún no duradera.
El nuevo rumbo político y la nueva ruptura
En 1860 el Gral Urquiza terminaba el período de la presidencia de la Nación.. El Dr.
Santiago Derqui fue elegido en su reemplazo. Su equipo gubernamental mostró un franco
desacuerdo con muchos logros de Urquiza y hasta provocó una revolución en Córdoba en
contra de las autoridades "liberales". El jefe de la frontera, coronel Manuel Baigorria.
reprimió con energía esa revolución y repuso a las autoridades. Pero él y sus amigos, los
indios del cacique Coliqueo cayeron en desgracia ante el gobierno de Paraná, la sede de la
Nación. Tarde o temprano iban a ser eliminados. Al mismo tiempo habíase agudizado de
nuevo el antagonismo nacional. Derqui reunió el llamado Ejército del Interior y B. Mitre, el
de Buenos Aires. Ante estos acontecimientos, Baigorria y Coliqueo tomaron partido por la
causa de Mitre (M. Hux: Cotiqueo, capítulo VII "El tratado de paz con el Gobierno de Buenos
Aires"). Mariano Rosas se disgustó con Baigorria y más con Coliqueo, en quien había visto
un rival. No quiso que abandonaran el partido de los federales. Apolinario Baigorria, sobrino
del coronel Baigorria, vióse obligado a ir a Paraná para informar que el cacique Mariano
Rosas los tenía en zozobra, y que había hecho un acuerdo con Calfucurá para invadir á la
tribu de Coliqueo "y sacrificarlo a todo trance." (AGN S.VII. 14-6-5: Arch. Urquiza T.195p.
195: fecha 26.2.60)
Baigorria fue citado por Pedernera a Paraná; pero advertido de que había proyecto de
liquidarlo, que él verificó, se sublevó con su Regimiento 7º y la Tribu de Coliqueo, moviendo
a su gente hacia la provincia de Buenos Aires. Mitre los esperaba para integrarlos al ejército
en el momento en que iba a medir una vez más sus armas con las de la Confederación, en la
campaña de Pavón.
En Octubre de 1860 había partido una comisión de notables de Coliqueo para hacer
sus propuestas al general Mitre y para pedir permiso para radicarse con su tribu en la frontera
de Bragado. En Febrero de 1861 el tratado era conocido hasta en las tolderías del sur y hacía
tambalear otros tratados de paz con el gobierno de la Confederación Argentina.
Mariano Rosas quiso averiguar los secretos de Coliqueo. A mediados de Diciembre
de 1860 estaba boleando con sus ranqueles en el sur de Córdoba y parece que no sólo
"bombearon" a los indios de Coliqueo, sino los ofendieron (AGN S.X. 20-4-6). El 26 del
mismo mes. Martín Quenón escribía al generl Urquiza: "El lenguaraz Pineda explicará en qué
estado hostil se ha colocado el cacique Coliqueo contra Mariano Rosas, cacique principal de
los ranqueles. Pero por ahora no ofrece ningún peligro". (Arch. Urq. T. 215 p. 129)
Entre tanto, aparecía el Presidente Derqui en la provincia de Córdoba en carácter de
interventor federal. Depuso al gobernador de nuevo y procedió a la creación del Ejército del
Centro (Decreto del 22 de Junio de 1861). El segundo de sus Cuerpos, formado por los
Guardias Nacionales de San Luis y de Río IV y los Regimientos 3º. 4º y 7º. fue puesto a las
órdenes del coronel Juan Saa. Este era un enemigo personal de Baigorria, desde que había
abandonado su campamento de refugiados unitarios en la Pampa.
El Presidente Derqui ordenó a Baigorria mediante notas que se pusiera a disposición
del coronel Saa. Al mismo tiempo Coliqueo llamó a Baigorria con urgencia a sus toldos,
porque se hallaba en una situación angustiosa. El comandante Ortiz habíase apoderado de las
caballadas de Coliqueo y el cacique Mariano Rosas los estaba enfrentando con sus ranqueles.
Supo también que Baigorria había sido sustituido como encargado de las relaciones con los
indios amigos. Decía también Coliqueo que el Indio Cristo le había dicho, que el coronel
Oyarzábal estaba acercándose a Río Cuarto y que le había ordenado ponerse a sus órdenes.
Baigorria salió entonces de Río Cuarto, poco antes que llegara el coronel Oyarzábal
(Arch. Urq. T. 229 p. 34). Aprovechó el último instante para escribir esta nota al coronel Juan
Saa. fechada en Río IV, el 2 de Julio de 1861, por la que nos enteramos de los
acontecimientos: "Concluída la cuestión de Córdoba, hubo desinteligencia entre los indios
que me (a Baigorria) decidieron a marchar con toda mi fuerza a mis órdenes a pacificarlos.
Esta medida tomada por mí y con precipitaciones, ha sido reagravada en cuestión 'salvaje', a
consecuencia de este último encuentro o muertes que les ha hecho el cacique Coliqueo a una
partida de Mariano que mandaba bastante número. Y como este hecho hacía precipitar a los
indios a una guerra sangrienta de la que debiéramos participar, he querido cortar el mal.
Marché sin elementos. Lo comuniqué en carta particular a S.E. Hoy pues, me encuentro en
marcha y con las indiadas reunidas, esperándome. Por eso no puedo cumplir la orden de S
.E." (ib.). Estas noticias las comunicó J. Saa al general Urquiza, diciéndole: "Baigorria se
halla en El Cuero con Coliqueo (13.7.61)... Coliqueo y Mariano se hallan disgustados desde
algún tiempo y han tenido algunos encuentros", (ib. T. 229 p. 213)
En sus Memorias. Baigorria cuenta el encuentro con Coliqueo y su común decisión de
irse antes de experimentar un contraste e inserta una carta conmovedora que enviara al
general Urquiza en esas circunstancias:
"Mi General: Con naides estoy más resentido que con V.E., porque ha permitido,
siendo Capitán General, ver vejar a su subalterno y no ha defendido su derecho, sabiendo que
él no es capaz de hacerlo. Como amigo, mucho le debo; desearía serle útil en cualquier
distancia o espacio. Pero como jefe, nada le debo, señor. No me ha correspondido. He salido
de mi cantón con la resolución que si no encuentro asilo en los pueblos de la civilización,
preferir de nuevo los desiertos, hasta morir.
Adiós, mi general. ¡Adiós!" (Memorias de Baigorria, p. 580, ed. l a.; Arch. Urq. T.
229)
El éxodo estaba preparado desde que Baigoma había recomendado a Coliqueo al
general Mitre, en Octubre de 1860. El 5 de Julio de 1861, el coronel Federico Olivencio
escribió al general B. Virasoro desde Río Cuarto: "Tengo noticias de que Baigorria se ha
sublevado. Infamante paso!, llevándose la fuerza. No conseguirá engañar a ningún cacique, ni
a Coliqueo. Hoy mandó chasques a Calfucurá, Mariano y Coliqueo. Aviso mi llegada a Río
Cuarto..." (ib. T. 229}
De este episodio habría mucho más que contar; pero nos limitamos a lo que concierne
a Mariano Rosas. La separación de Manuel Baigorria y de Coliqueo, en vísperas de la batalla
de Pavón, dejó en Mariano Rosas amargos recuerdos. El no dejó atraerse por los porteños. Se
incorporó a Federico Olivencio y obstaculizó el éxodo de la tribu de Coliqueo y del
Regimiento 7º de Baigorria. No los alcanzaron antes que se incorporaran al ejército de Mitre
en Rojas. Allí fueron recibidos con muestras de júbilo. En el campo de la batallado de Pavón,
el 17 de Septiembre de 1861, éstos desempeñaron un papel ponderable. (Hux: Coliqueo,
Capítulo VIII)
Los ranqucles de Mariano Rosas y la tropa de F. Olivencio siguieron las huellas de la
tribu de Coliqueo y llegaron casi a pisarles los talones, antes que éstos llegaran a la laguna
Mar Chiquita de Junín; pero sus caballos estaban en mal estado. En Octubre, una comisión de
Coliqueo avisó al jefe o comandante del Fuerte de Bragado que los ranqueles venían
avanzando hacia Junín, que ya estaban en el Fortín Piñedo, a dos leguas de sus toldos
(AGNS.X. 20-7-2: fha.18.10.61 y 23.10). Las autoridades bonaerenses enviaron en su ayuda a
las tropas de los coroneles Laureano Díaz y Eugenio del Busto y movilizaron también a los
indios amigos de Melinao y de Rondeao de 25 de Mayo (Arch. Mitre. IX, p. 33 y 35).
Sabemos que los indios de Coliqueo fueron atacados; así se lo dijeron a Baigorria, cuando
retornaba de la batalla de Pavón. Pero no conocemos los detalles.
Terminada la contienda de Pavón, los indios de Mariano Rosas y de Epugner se
mantuvieron en estado de guerra. El 4 de Enero de 1862, el general Bartolomé Mitre se
anotició de que los ranqueles habían invadido la zona de Río Cuarto (Arch. Mitre. X. p. 194).
Y en Abril del mismo año participaron los mismos en una invasión a San Luis (R. Pastor: La
Guerra con el Indio en la jurisdicción de S. Luis. p. 459). Esto daba a entender que, ellos,
como los montoneros, no querían doblegarse ante los vencedores de Pavón. Calfucurá fue
más flexible.
Bartolomé Mitre envió al general W. Paunero y al coronel Baigorria para que tomasen
contacto con los ranqueles. Baigorria no se entretuvo con los ranqueles; se marchó a su
provincia natal, interviniendo en la política de San Luis (Arch. Mitre, XI, p. 18 y 28). Los
ranqueles, en cambio, volvieron al malón, esta vez en el paraje de El Tío, donde se
apoderaron de cuantiosa hacienda. El 14 de Junio, el comandante de Melincué, J. M. Plaza,
avisó que 300 indios de Mariano Rosas (ranqueles, sauceros y cristianos) habían invadido la
zona de la Laguna de Loreto y 100 a Venado Tuerto (AEM fha. 2.5 y 11.6.62). No se
aplacarían por muchos años.
Coliqueo y su tribu se había separado definitivamente de los ranqueles, pues se
radicaron (en Agosto de 1862) en la frontera de Bragado , en la “Tapera de Díaz” (Los
Toldos) con permiso de los militares vencedores en Pavón. El avance de las fronteras al
interior del país era inminente.

6.Expedición combinada contra los ranqueles (1862)

El 28 de Julio de 1862, el ministro de Guerra Juan A. Gelly y Obes escribió al coronel Emilio
Mitre, jefe de la Frontera Norte, que era preciso marchar contra los ranqueles, cuanto antes,
que el ejército poseía ya buenos baqueanos, como Coliqueo y Baigorria. De inmediato
empezaron los preparativos; concentraron fuerzas en Bragado, Rojas y Río Cuarto. Los
primeros estarían al mando de Julio de Vedia; los segundos, al mando de E. Mitre y los
terceros al mando de Baigorria. El mando general fue confiado al coronel Julio de Vedia,
entonces jefe de la frontera del oeste bonaerense. Su división llevaría contingentes de los
indios del cacique Ygnacio Coliqueo y de la tribu de Melinao. Emilio Mitre saldría de Rojas
hacia Melincué y la Esquina. (Hux: Coliqueo, capítulo XI. "Coliqueo y la expedición a los
ranqueles" y más explícito en Hux: El General Julio de Vedia, su vida y trayectoria militar,
2828 - 1892, ed Cooperativa de Nueve de Juio 2006)
El 26 de Septiembre de 1862, mientras una "flota" de ranqueles maloneaba en La
Carlota (El Sauce), Mariano Rosas envió una comisión de paz. a Río Cuarto. El comandante
de la plaza los apresó, incluso al lenguaraz.
W. Paunero, en cambio, opinó que había que soltarlos, porque habían llegado en
carácter de parlamentarios y con cartas de Baigorria. Mariano Rosas pedía que algunos
personajes o Baigorria se llegasen a sus toldos a fin de convenir un tratado de paz. Llamaron,
pues. al coronel M. Baigorria para que él contestase la carta: que así como Calfucurá, Catriel
y Coliqueo y otros habían delegado a sus enviados a Buenos Aires, debían ellos hacerlo y que
serían bien tratados (Arch. Mitre XI, p. 210); que el general Paunero había comisionado
además a don Justo Daract de San Luis para convenir con ellos. Pero como éste no llegó a
Leuvucó, Mariano Rosas creyó que lo querían traicionar.
Ya no era un secreto para el desierto que se estaba preparando una expedición a la
pampa. En Leuvucó y en Salinas Grandes se estaba convocando a grandes consejos. Poco
después llegó a conocimiento del general B. Mitre la noticia de que los ranqueles habían
reunido unos 4.000 indios para un gran malón, a las órdenes de los caciques Mariano Rosas,
Epugner y M. Baigorrita. (Rivas: Melincué. p. 20)
Lo que había de cierto es que 1.000 indios, al mando de Epugner, hermano de
Mariano Rosas, habían salido de los toldos para "bombiar" y recoger noticias en todos los
rumbos. Se fraccionaron por grupos de 40 ó 50 y se acercaron a los puntos más significativos
para observar los movimientos militares. Llegaron a 25 de Mayo, a Olascoaga y cerca de la
Tapera de Díaz,. donde se hallaba la toldería del cacique Ygnacio Coliqueo. Ante todo
buscaron contactos con los indios amigos que hablaban su propio idioma. Supongo que poco
averiguaron. Donde fueron advertidos, fueron corridos y rechazados. Hay partes interesantes;
por ejemplo el del cacique Luis R. Melinao sobre un encuentro habido en Cla-lafquén (hoy 9
de Julio): Allí luchó el 24 de Octubre contra ranqueles y salineros. El 7 de Noviembre se batió
en El Hornito (hoy Zavalía) y Julio de Vedia dio cuenta de un asalto al Fortín Ituzaingó (hoy
San Emilio).
El 22 de Noviembre, Mariano Rosas avisó al coronel Iseas que sus indios habían
retornado y que nada notable hallaron en su recorrida: que en la provincia de Córdoba habían
ido por Saladillo, Cabeza de Tigre y Lobato. Pedía canjear los prisioneros. (AEM fha.25 y
29.11.62)

La columna de Julio de Vedia, 1.000 soldados y 200 indios de Coliqueo, partió de


Bragado el 4 de diciembre de 1862. 200 hombres salieron desde Río Cuarto, a las órdenes de
M. Baigorria y N. Iseas.
Llevaron como consigna y orden "de no abandonar hasta exterminar a los ranqueles o
reducirlos a hacer una paz. que convenga a la República". Gracias a la baquía de los indios de
Coliqueo, la columna del coronel Julio de Vedia pudo atravesar los campos secos. En vísperas
de Navidad encontraron buen agua en Carrilóo (Medaño Verde). Allí mismo descubrieron
unos cien ranqueles que venían de un malón. Los persiguieron hasta no poder más. Esperando
el encuentro con la columna de Baigorria, Julio de Vedia mandó una tropa ligera sobre
Leuvucó. donde el cacique Mariano Rosas tenía su residencia y toldería. Allí. pues. hubo un
encarnizado combate, del que desconozco detalles (aún no leí el diario de J. de Vedia). Los
ranqueles abandonaron la lucha; dejando muertos y heridos, se echaron en fuga. Fueron
perseguidos hasta el lugar llamado "Guada".
Entre tanto, la división avanzó y llegó a acampar en Leuvucó, aduar principal de los
ranqueles. Otras comisiones sondearon los montes (del Mamuil Mapú) y otras más,
excursionaron hasta Nahuel Mapú. Pero las tribus habían huído.
El 27 de Diciembre, J. de Vedia volvió con su tropa a Carreloó, donde finalmente
encontraron la división de Baigorria. Había venido "de mala gana". Allí concertaron su
regreso para el 29 de Diciembre. El 16 de Enero de 1863, Julio de Vedia estuvo en su
comandancia y los indios de Coliqueo en la Tapera de Díaz (hoy Gral. Viamonle). Desde allí
Coliqueo dio su parte "gráfico" al Presidente brigadier general don Bartolomé Mitre: "...He
llegado sin novedad, en compañía de toda mi tribu, sólo con el sentimiento de no haber
podido lograr lo que deseaba, porque fuimos sentidos por los indios enemigos, que andaban
en malón: pero sin embargo hemos hecho más de lo que creíamos hacer, en razón de que
habíamos sido sentidos también por un segundo malón que encontramos en Trenel que venía
de robar en el Río Cuarto. Como ha de ser, en otra lo haremos mejor..."(Arch. Mitre, XXIV p.
97). Julio de Vedia elevó un resumen de lo actuado el 1° de Febrero de 1863 (AEM). El
gobierno aprobó las operaciones de la expedición de J. de Vedia el 21 de Enero. (AEM: 21.1 y
1.2.63. informe de M. Baigoma)
El general Bartolomé Mitre envió entonces una carta al cacique Calfucurá,
seguramente para impresionarlo, y le dio los siguientes detalles de la expedición: "Llegaron
hasta los toldos de los ranqueles, quienes fugaron, después que les habían matado a 25 indios
y habían tomado 30 prisioneros, además de algunas mujeres y niños. Que habían traído como
botín 3.000 vacas. 5.000 ovejas y 1.000 yeguas y que Baigorria no había sacado menos".

Para Mariano Rosas quedó rota la paz y no hubo otra alternativa que organizarse para
la defensa. No podía contar ya con la ayuda de Calfucurá. Este. pues, escribió a Mitre que él
estaba en paz y que no había avanzado, cuando invadieron a los ranqueles. "Estaba bien
hecho, porque no quieren vivir en paz". (AEM Nº 2187)

7. Los ranqueles y los montoneros

Los ranqueles reaccionaron a estas incursiones y se comprometieron aún más con la


política de los federales y se unieron a la resistencia de los montoneros. Actuaron ante todo en
la zona de Río Cuarto y al sur del Río Quinto (Villa Mercedes). hasta despoblar el Fuerte 3 de
Febrero. Los ranqueles de Mariano Rosas y de Epugner acompañaron a los "bandidos". 400
indios invadieron el 29 de Marzo de 1863 a Río Cuarto, sitiaron el fuerte y mataron o
cautivaron lo que les venía a mano. (A. Vítulo: Historia de Río IV: Barrionucvo Imposti: Una
apostilla)
El coronel Manuel Baigorria, a quien quizás querían dar este golpe, hizo lo posible
para rechazarlos.
El 31 de Marzo, Coliqueo dio aviso al jefe de la frontera que tenía noticias de que los
ranqueles preparaban una invasión hacia ellos y por eso pedía 100 tiradores para reforzar su
defensa. Efectivamente, cincuenta mosqueteros fueron destinados a "Los Toldos" (AEM
4.4.63). Dos semanas más tarde, un pelotón de ranqueles irrumpió en un ataque nocturno en
los campos de Coliqueo y le arrebataron unos 2.000 caballos. Los conas de Coliqueo los
persiguieron con vehemencia y recuperaron casi todo lo robado, después de haberles muerto a
algunos muchachos. (AEM 29.4.63 Doc. 2215)
Otro pelotón invadió, casi al mismo tiempo, la Guardia de la Esquina (AEM 25.4.63)
Entretanto, antes de que el general Pauncro derrotara a los montoneros al mando de
los coroneles P. Saa y Juan de Dios Videla, en Las Playas (Córdoba), el cacique Mariano
Rosas buscó convenir un tratado de paz con el gobernador Barbeito de San Luis. Y a dos días
de esa batalla, Mariano Rosas escribió al gobernador puntano que le extrañaba su silencio.
Incluso lo animó a la lucha contra los porteños, quienes querían acabar con sus tribus. Que él
había mandado 600 indios a integrar la vanguardia de Juan Saa y que tenía también indios
chilenos para mandar a ayudarles. (AEM doc. 2263: 30.6.63) También al Cnel. Iseas le
escribió sobre sus disposiciones para hacer la paz. (ib.doc.2347, 30.6.63)
Y nuevamente salieron en malón hacia la Guardia de la Esquina (2.7.63). guiados por
el capitán Fernando Sosa. También asaltaron la Posta de Achiras: apresaron al Juez de Paz,
Dn. Severino Aparicio, exigiendo tributos y la entrega de mercaderías. (AEM 2.7. y 7.7.63:
Yabcn: Biografías militares II. 522: Vítulo: ob. cit. p. 154 etc.)
Mientras, el general W. Paunero trató de liquidar la resistencia de la llamada
Montonera, los coroneles Iseas y Baigorria buscaron cómo dominar a los ranqueles.
En el mes de Septiembre, Iseas derrotó en rápida campaña a una indiada cerca de Los
Molles (a 6 leguas de Villa Mercedes). Estaba acaudillada por el cacique Baigorrita. Estos
ranqueles habían sorprendido y asesinado una partida entera de la vanguardia al mando del
teniente Díaz, quien se había defendido heroicamente (Yaben: ib. II 191 y R. Pastor: ob. cit. p.
416). Casi al mismo tiempo atacaron con nuevos refuerzos de 360 indios y 20 cristianos las
estancias de San Luis (AEM No 2351: 28.9.63).
El coronel M. Baigorria ya no toleraba tanta obstinación y escribió en carta
confidencial al general B. Mitre, diciendo que había que sacar a los ranqueles de sus aduares,
que había que desalojar al cacique Mariano, porque estaba de acuerdo con los montoneros de
La Rioja y que Iseas estaba invadido. (Arch. Mitre, 21.9.63)
¿No quería la paz?
Mariano Rosas volvió a escribir al coronel Iseas que él quería paz.
"Leufucó, 4 de diciembre de 1863
Al Sor. Coronel Dn. José Iseas.

Grande y buen amigo de todo mi cariño:


Tengo el gusto de saludarlo y desiando esté bueno; es cuanto deseo. Que yo quedo
bueno y a su disposición para lo que guste mandar.
Amigo, me es (h)onorable el (h)ablarle sobre la inbasión de Mercedes, que me dicen
que (a) distancia (de) una cuadra le estavan matando soldados y nos los protegían; pero eso le
parece bien?
Amigo, [eso] cuál es mejor: la paz o la guerra? A mí me párese mejor la paz; porque
con la paz, bive un hombre sosegadamente y con la guerra no está en quietud ni el hombre, ni
la mujer está en sosiego. Yo soy un hombre que le tengo mucho miedo, por eso es que quiero
(h)acer paz con el Gobernador Juan Barbeites: si la quiere hacer. Y si no, qué le voy a (h)accr.
pero eso lo determinarán ustedes.
Acuerde usted, mi Amigo, del tiempo de Rosas, de Lopez, porque un(a) porción de
hombres agarró en ese tiempo..¿Piensa que a(h)ora sea lo mismo? No lo crea. Amigo.
Por eso será que mi Amigo Barbayta no me manda lo que le mando a pedir. Pensará
hacerme la guerra. Usted no se conduela de los cautivos que están acá, porque no es pariente
de usted, (ni) del Señor Gobernador. Por eso no hacen caso de preguntar por ellos.
Ustedes hagan por ellos todo cuanto les parezca. Yo deseo toda felicidad y el más alto
cariño al que tengo el gusto de saludar ss. y A.", (firma) Mariano Rosas. (AEM doc 2437).

El general B. Mitre, enterado de la disposición del cacique Mariano Rosas, autorizó al


gobernador de San Luis para hacerle una propuesta de paz; así lo comunicó, el 12 de
Diciembre, el general Paunero al ministro de Guerra, A. Gelly y Obes.
De la correspondencia de Paunero y Manuel Baigorria se desprende que hubo otro
malón sobre La Carlota, recriminándosele a Baigorria no haber concurrido a repelerlo. Fue en
uno de sus bajones anímicos, cuando Baigorria solicitó "una vez más su relevo, porque quería
ir a vivir con Coliqueo" (Arch. Mitre. XXIV. p. 193: 17.12.63). Poco después Baigorria
comunicó que estaba bien informado de que los ranqueles estaban en tratativas con los
montoneros.
En esos días se produjo la invasión más importante de todo ese tiempo turbulento,
nuevamente sucitada y dirigida por los rebeldes federales del Interior. El titulado coronel Juan
Gregorio Pueblas y Melchor Costas encabezaron a 5.000 hombres. incluídos 1.200 de la tribu
de Mariano Rosas y de la de Baigorrita. Operó sobre Mercedes, Pergamino, Melincué y las
cercanías de Rosario (Best: Historia de las guerras argentinas. II, p. 367 y R. Pastor: ob. cit;,
p. 416-418). El 21 de Enero de 1864 atacaron en el Fuerte Constitución al coronel Iseas,
quien contaba sólo con 40 soldados de línea, 40 de la Guardia Nacional y unos 20 civiles. "La
indiada y el gauchaje -dice Gez en su Historia de San Luis-, separados en tres divisiones, bajo
el mando respectivo de Mariano Rosas. Juan Gregorio Puebla y Carmena, alias "El Potrillo",
se dispusieron al ataque en medio de alaridos infernales de aquellas tribus bárbaras. La fuerza
estaba parapetada en trincheras. Puebla quería tener la gloria de haberse apoderado solo de la
plaza; se desvió hacia la derecha y penetró por una de las calles, guiado por un gaucho de
nombre Gallardo, muy conocedor de Mercedes. Allí cerca, detrás de una de las tapias y
álamos, unos extranjeros habían improvisado otra trinchera. Entre los vecinos se halló el
antiguo poblador Dn. Santiago Betbeder. Armado con su escopeta, esperó que la cabeza de la
columna invasora se pusiera a tiro. En el momento que le pareció oportuno, fijó la puntería,
disparó el arma y derribó a Puebla del potro que montaba. La indiada se detuvo y remolineó
en torno del Jefe caído, mientras que Betbeder seguía disparando su certera escopeta de
manera que todos creyeron que las fuerzas de Iseas se habían parapetado allí. En aquella
confusión de indios desconcertados, volvieron grupas y atropelladamente retornaron al
campo". Gez concluye diciendo que había que matar a Puebla para concluir la guerra de los
montoneros.

Pero los ranqueles seguían maloneando. M. Baigorria escribió que habían invadido la
Reducción (Prov.Córdoba) y no los pudo alcanzar. Otros pelotones asaltaron una tropa de
carretas en Las Cañitas (Estación Donován). a cuatro leguas de San Luis (23.2.64). Epugner
Rosas y el cacique Blanco llegaron hasta Manantiales (Informe del gobernador Barbeito AEM
2.3. 64). Y en Mayo hubo otros malones en la zona de Río Cuarto. "Cuatro veces en un mes
nos han atacado", decía el parte del 12 de Mayo (AEM) y el 16 de Junio estuvieron de nuevo
a las puertas de Río Cuarto. (AEM 21.6.64) '
En Julio, un tal Estanislao encabezó otro malón. Curiosamente, Mariano Rosas y el
cacique Ramón Cabral estuvieron a punto de arrebatarles el arreo, cuando se percataron de
que eran indios chilenos de Quilapán a quienes debían agasajar (AEM 14.7.64). Parece que
los habían llamado. Ya en Marzo se supo que iban a llegarse hasta allí.
El 25 de Julio de 1864 malonearon en Reducción y en Agosto, guerreaban con el
montonero M. Costas. (AEM 6.8.64)

No puede extrañarnos que los generales porteños propusieran que se realizaran otras
expediciones contra los ranqueles y darles un buen golpe, ya que otra política no había
fructificado. (Arch. Mitre, XXIV. p. 263: 38.8.64)
El coronel J. Iseas estaba informado de tales proyectos. Avisó, entonces, que en los
campos de los ranqueles había tribus chilenas, y que Mariano Rosas decía que había hecho la
paz con la provincia de San Luis (AEM: 14.9.64). Decía también que el Cnel. Manuel
Baigorria estaba resentido. En otra nota de la misma fecha decía que los caciques Caneupán,
Quilapán y Huetrayán estaban dispuestos a hacer la paz con Mendoza y San Luis, pero no
querían relación con Baigorria ni con Coliqueo, que se habían pasado al partido de los
porteños. En Octubre, el cacique Epugner y unos 400 indios estuvieron de nuevo en campaña
en la zona de La Carlota. Hilario Lagos y el comandante 0'Gorman les salieron al paso en Las
Tunas (el 19 de Octubre) y M. Baigorria e Iseas, en Paso de Argañas y Antonino Baigorria en
Quebrachitos (AEM 16.11.64). Paunero. quien informó sobre estas acciones, no supo de otros
resultados sino el de la recuperación de haciendas.

8. El tratado de paz de 1865, gestión del coronel Baigorria

El Presidente Mitre hacía grandes esfuerzos para pacificar el desierto; autorizó varios
tratados de paz, con los caciques del sur. En noviembre, finalmente, llegó a hacer arreglos de
paz con el cacique Mariano Rosas, mientras el Cnel.Emilio Mitre inspeccionaba la nueva
línea de fronteras (AEM 20.12-64. Informe en Memoria del Min. de Guerra, 1865, Anexo p.
40)

Mariano Rosas había enviado a su sobrino Curruqueo en comisión ante el coronel José
Iseas para sondear las condiciones de un tratado de paz. Encontré dos cartas al respecto: una,
del 6 de Enero de 1865. en el Archivo de Emilio Mitre (Vedia) y otra más, dirigida también al
coronel Iseas, depositada en el Archivo General de la Nación, en la cual hacía sus exigencias
de racionamiento y de suministro de yeguas. No todos los militares estuvieron de acuerdo.
Julio de Vedia, por ejemplo, insistió, el 1° de Abril, en que se debía expedicionar de nuevo
sobre los ranqueles.
Pero el 2 de Abril del mismo año estalló la Guerra con el Paraguay y se hizo más
imperiosa la pacificación del Interior. El coronel Manuel Baigorria se presentó entonces a los
indios, ofreciéndose como mediador. Desde la toldería del cacique Baigorrita envió carta
suya, de su ahijado y una comisión al coronel Emilio Mitre, fechadas en Toay, el 5 de Mayo
de 1865, por las que le hizo proposiciones de paz (Arch. de Emilio Mitre). Decía que el
gobernador Daract de San Luis había autorizado a celebrar la paz. Dos días más tarde,
también el cacique Mariano Rosas envió dos cartas y una comisión ante el mismo coronel
Emilio Mitre, comandante en jefe de las fronteras. Sus enviados eran: Moreno (o
Cheuquenao), el hermano carnal de Mariano, el tío Guayque y el lenguaraz Villarreal. Venían
a manifestarle el sumo interés que tenían para celebrar un tratado de paz con la República.
(AEM: 7.5.65) La respuesta fue favorable y el coronel Manuel Baigorria elaboró las bases del
tratado a celebrarse con los comisionados de ambos caciques primero, las que ratificarían sus
parlamentos y el coronel Emilio Mitre, quien iría a Río Cuarto para esos asuntos. Si el
coronel Manuel Baigorria hubiese tenido la habilidad del escritor Lucio V, Mansilla, podría
habernos contado los pormenores de sus entrevistas y parlamentos. Por ahora disponemos
sólo de escuetas comunicaciones y el texto del tratado de paz.
El 30 de Junio de 1865 informó el coronel Emilio Mitre al ministro de Guerra Juan A.
Gelly y Obes que se había logrado concretar tratados de paz con los caciques Manuel
Baigorria (Baigorrita) y Mariano Rosas, los que fueron firmados en Río Cuarto por el coronel
Manuel Baigorria y los comisionados de los caciques. Que los caciques a su vez los
ratificaron y firmaron en sus tolderías el 18 y el 21 de Junio, respectivamente, y que se habían
enviado copias (idénticas a la que le remitía ahora) a los gobernadores de Córdoba, San Luis
y Mendoza.

El documento, que reproducimos a continuación, es copia del documento 820


depositado en el Archivo del Estado Mayor del Ejército (Departamento de Historia) y
concuerda con el que se guarda en el Archivo de Mendoza (Carpeta 123. doc. 28. de fecha 24
de Mayo de 1865). El Gobierno nacional lo aprobó, dice Gelly y Obes en una carta dirigida a
Mitre. (Arch. de Emilio Mitre).

"TRATADO DE PAZ CON EL CACIQUE MARIANO ROSAS"


"En el Nombre de Dios todopoderoso, árbitro y supremo Juez de todas las acciones
humanas.
"Habiendo el cacique Mariano Rosas mostrado una decidida voluntad por hacer la
paz, la que le fue manifestada al señor General Don Emilio Mitre por una comisión que al
efecto mandó; y no habiendo por parte de la República interés alguno en destruir la Tribu de
la que es jefe, sino por el contrario un vehemente deseo de atraerla por medio de la dulzura y
de la persuasión a formar parte del pueblo argentino, han venido en comisión para el efecto,
por parte de dicho señor General, el Coronel Don Manuel Baigorria. y por la del cacique
nombrado, el capitanejo "Curruán"; quienes, después de exhibir sus respectivos poderes y
hallándose conformes, han convenido en lo siguiente, empeñando para su exacto y fiel
cumplimiento su honor y su buen nombre, y reclamando sobre el perjuro o perjuros de Dios,
que con mano inflexible, así premia a los buenos, como castiga a las malas acciones de los
hombres:
"Art. 1° - El cacique Mariano Rosas cuidará que los vecinos y pasajeros por los
caminos de la pampa, no sufran ningún perjuicio, comprometiéndose, como que esto suceda,
a entregar a los delincuentes a las autoridades de la República, para que sean debidamente
castigados.
"Art. 2° - Debe impedir el tránsito por sus tierras a los indios de Calfucurá o a
cualesquiera otros que quisieran pasar por allí con dañada intención, mandando aviso
oportunamente a las autoridades de la frontera.
"Art. 3° - Entregará a las autoridades antedichas todo desertor del Ejército o
malhechor que quisiera asilarse allí, dando permiso para establecerse en la pampa a todo
cristiano que voluntariamente quisiera hacerlo.
"Art. 4° - Del mismo modo se compromete a entregar todos los cautivos que
espontáneamente quieren salir de "Los Toldos", así hombres, como mujeres y niños, cuya
entrega le será remunerada con la suma de cincuenta pesos por cada cautivo.
"Art. 5° - Cuando sus indios traigan ganado en pie. para venderlo a los vecinos de la
República, sacarán un certificado del primer Comandante de Frontera que encuentren, a fin de
que después, y munidos de él, puedan expenderlo libremente en cualquier parte.
"Art. 6° - Se permitirá el pase una vez por año a una comisión que no excederá de
quince indios, para que vaya hasta la Capital a saludar al Excelentísimo Presidente de la
República. El valor estendido que esto es [valga lo mismo], cuando esa comisión tenga que ir
presidida por capitanejos, que cuando lo sea por caciques principales,[entonces] puede
componerse hasta de 30 individuos.
"Art. 7º - Considerando al Cacique Mariano Rosas como un comisionado del
Gobierno en Los Toldos, para la observación de este Tratado, se le reconocerá como Teniente
Coronel, asignándosele un sueldo mensual de sesenta pesos plata, que se le abonará en la
Villa de Río Cuarto o en Mercedes, a su elección, cuyo pago se hará en la persona del
apoderado que para el efecto nombrare. Este sueldo se le pagará en la forma y tiempo en que
se paguen los del Ejército de la República.
"Art. 8° - Este cacique tendrá una escolta compuesta de un Capitanejo y veinticinco de
tropa entre los cuales habrá tres sargentos y cuatro cabos. El sueldo mensual de esta escolta
será el siguiente: El Capitanejo, veinte y cinco pesos plata; diez, los Sargentos: ocho, los
Cabos; y los soldados, seis. Estos haberes se abonarán en la forma en que se determina el
pago del sueldo del Cacique, en el artículo anterior.
"Art. 9° - Se le asigna al cacique Mariano Rosas y a sus indios una ración trimestral de
seiscientas yeguas, cuatrocientas libras tabaco, quinientas libras yerba, mil libras azúcar, mil
libras fariña, cien frascos de aguardiente, seis frascos vino Carlón o cuarenta botellas ginebra;
siete fanegas maíz; dos piezas paño de la estrella y treinta arrobas de harina.
"Art. 10° - El Gobierno racionará y atenderá a toda partida de indio que venga a la
frontera en cuestión de servicio, por todo el tiempo de su permanencia: pero sólo lo hará por
ocho días con los que vengan de paseo o a sus negocios particulares, haciéndolo de su cuenta
los que excedieran de este plazo.
"Art. 10º - Este tratado no tiene limitación alguna de tiempo, pero si por cualquier
incidente tuviesen que suspenderse sus efectos, se tentarán todos los medios de pacífica
conciliación antes de llegar a un rompimiento formal.
"Art. 12° - El presente tratado será ratificado por ambas partes contratantes y canjeado
dentro del término de veinte y cinco días a contar de la fecha.
Celebrado en la Villa de Río 4º. a veinticuatro días del mes de mayo del año mil
ochocientos sesenta y cinco”. (Hay firmas) Manuel Baigorria - Curruán. Visto y examinado el
presente tratado y hallándolo conforme a las instrucciones dadas a mi comisionado y previo el
acuerdo de la Tribu de que soy Jefe, vengo en darle mi completa aprobación; a cuyo efecto lo
firmo en Leufucó, a veinte del mes de Junio de mil ochocientos sesenta y cinco. (Firma)
Mariano Rosas"
En la misma fecha se formalizó también el tratado de paz con el cacique Manuel
Baigorria, a quien representaba el capitanejo Cayupán. Firmado en Poytagüé, el 18 de Junio
de 1865 por “Manuel Baigorria Gualá” (AEM. doc.820).

(Esto se concertó cuando ya había estallido la Guerra con el Paraguay)


En consecuencia, los indios ranqueles indultaron a los cautivos y entregaron a los
desertores refugiados en sus toldos: y el gobierno empezó a entregarles sueldos y raciones. Se
consideraban dados al servicio de la República.
He seguido rastreando los documentos: el 9 de Agosto se entregaron unas yegüitas "de
regalo" a los caciques y se estableció que las raciones serían entregadas por el coronel Iseas
para el cacique Mariano Rosas y otras por el coronel Baigorria para el cacique Baigorrita (su
ahijado). El 17 del mismo mes se aprobó la lista y la licitación de las provisiones conforme al
tratado. El 27 de Septiembre de 1865, el gobernador Juan Barbeites informó sobre la llegada
de cien indios de Mariano Rosas a Mercedes con el fin de buscar las raciones. De esta manera
podía esperarse una época de paz. A pesar de que durante la Guerra del Paraguay se movían
aún los montoneros.

9.Nuevas dificultades a raíz del levantamiento del Interior

Se había hecho este tratado de paz para mantener tranquilos a los ranqueles y
apartarlos de la influencia de los montoneros de San Luis y de La Rioja. El Gobierno nacional
insistió, en Octubre de ese año, que no se deje de racionar a los indios. ¿Qué significó la
solicitud militar dirigida en Octubre al ministro de Guerra, que mandara armas para 500
hombres al Fuerte Mar Chiquita (de Córdoba), "para llegar hasta Los Toldos"? Y la respuesta:
"No se aprueba 'por ahora' la expedición a los toldos"? (AEM 11 y 14.10.65) El Gobernador
de San Luis Daract escribió, el 28 de Diciembre de 1865 al Cnel. Cruz Gorordo, que el
cacique Mariano quería volver al tratado de Paz (AEM Nº 9081).
Ciertamente habían ocurrido robos de hacienda perpetrados por indios; entonces los
militares querían declarar nulos los tratados. A mediados de Septiembre 10 indios,
probablemente de Baigorrita, habían robado caballos en El Molle. y 14 indios de Mariano
Rosas robaron caballos al mismo regimiento de Baigorria. El coronel J.Iseas, enfurecido,
decidió apresar a todo indio que cayera en sus manos, aunque fuera la comisión que quisiera
retirar raciones, hasta que se le devolviera la caballada. Incluso pasó la noticia de que el
cacique Baigorrita estaba sublevado (AEM 5.11.65). Baigorrita, sin embargo, estaba muy
empeñado en mantener la paz. Así se lo comunicó él mismo al Inspector General de Armas,
coronel Martínez, el 19 de Octubre. Y el cacique Mariano se dirigió al gobernador Justo
Daract de San Luis pidiendo que no considerara roto el tratado de paz. (AEM 28.12.65 doc.
9081)
Poco se ha estudiado la participación de los ranqueles en los movimientos
revolucionarios y de los montoneros. Aquí sólo consideramos los que fueron involucrados en
la política de los vencidos en Pavón. Ciertamente el tratado de paz ha sido una imposición de
"unitarios".

En marzo de 1866 se produjo la revolución federal en Río Cuarto y varias


invasiones cruzaron la provincia de Córdoba. Hubo choques en Algarrobos, La Carlota, Los
Barriales y Las Tunas, La Reducción, y aun en Mar Chiquita de Junín. El ex coronel
Fernández con un centenar de revolucionarios y 500 indios ranqueles se enfrentaron con
escuadrones del Regimiento 7º. (J. Sánchez: Efemérides Militares I.p. 126 y 129. y II. p. 9)
En Noviembre de 1866, poco después del desastre de Curupaytí en Paraguay, estalló en
Mendoza otra revolución federal, movimiento que de inmediato se extendió sobre las tres
provincias cuyanas. El puntano Carlos J. Rodríguez, senador que desde hacía 4 años había
estado preso, fue sacado de la cárcel y se hizo jefe de la Revolución. Esta también
comprometió a los ranqueles, produciéndose, el 22 de Noviembre de 1866, la más espantosa
invasión sobre el sur de Córdoba hasta los suburbios de Río Cuarto. En ella participaron más
de 500 indios ranqueles a las órdenes de un sobrino del cacique Mariano Rosas. En la batalla
del Corral de Barracas, a 5 leguas de Río IV, se vieron también a los montoneros Vargas y
Molina (Barrionuevo Imposti: Historia de Río Cuarto; y Walther: Conquista del Desierto, ed.
1964, p. 424). Los invasores se llevaron de ocho a diez mil animales. Treinta y cuatro quintas
fueron saqueadas. Los indios se llevaron 79 cautivos. Algunos documentos hablan de 70
muertos. La invasión había llegado sorpresivamente.
El capitán E. Sosa. del Regimiento 7º de Caballería, reunió al fin a 160 hombres,
adjuntándose algunos vecinos y los persiguieron en su retirada, dispersándolos en Pozo de
Poleo y en La Caleza; mataron unos 50 indios, entre los cuales se halló el capitanejo
Cayupán (el 23 de noviembre de 1866). (J. Sánchez: Efemérides Militares. II. p. 157)
En toda la frontera de Córdoba, San Luis y Mendoza seguían las agitaciones de los
montoneros e invasores. La revolución tomó un cariz nuevo, cuando el general Juan Saa,
recién regresado al país, tomó a su cargo la formación de un ejército de 5.000 hombres. Se
incorporó también un contingente de 500 indios de lanza. A fines de Enero, la montonera a las
órdenes de Felipe Varela atacó nuevamente la zona de Río Cuarto. El Gobierno nacional
envió al general Paunero con bastante tropa y él los dispersó. En Marzo hubo un nuevo
forcejeo al sur de San Luis. Los ranqueles sitiaron la Villa Mercedes. El general Mitre envió
entonces al coronel Arredondo a liberarlos. Al acercarse sus tropas, los ranqueles levantaron
campamento y se unieron a las tropas del general Juan Saa. Arredondo traía buenas tropas
bien equipadas. Luego de haber liberado a Villa Mercedes (29.3.67), fue a combatir a los
revolucionarios de Juan Saa, de Juan de Dios Videla, Carlos J. Rodríguez y los indios. La
batalla ocurrió el 1° de Abril de 1867 en el paraje denominado de "San Ignacio", sobre el
Río Quinto. Las tropas nacionales lograron dispersar a los 3.500 federales. Saa abandonó la
lucha el 3 de Abril y los indios de los caciques Epugner Rosas y de Manuel Baigorrita se
retiraron, quizás descontentos. (Rev. Junta Est. Hist. de Mendosa VI, p. 148: L. Funes:
Historia de Mendoza, Yaben: Biografías militares I, p. 789).
A mediados de Junio hubo otra invasión de gauchos e indios al mando de Pedro
Pérez en la zona de Río IV, luego en La Carlota y en Julio en San Rafael.
Poco después se discutía en el Congreso Nacional la cuestión de las fronteras
interiores y se votó, el 13 de Agosto de 1867, la ley 215 que autorizaba al Poder Ejecutivo
adelantar las fronteras hasta el Río Negro, que se haría (según artículo 9º) inmediatamente
después de concluír la guerra del Paraguay. A los indios se les facilitaría "lo que fuese
necesario para su existencia fija y pacífica... y los que se rebelen contra este avance, serán
combatidos". Juan Raone considera esta ley "Llerena", como "la partida de nacimiento
legalizada de la Conquista del Desierto".

10. Gestiones por la paz

Los indios se informaron de todas estas noticias y opino que fue por ellas que el
cacique Mariano Rosas envió de nuevo comisiones de paz. Una, a las órdenes del capitanejo
Nahuel Quintú, llegó a Río Cuarto. Quería saber en qué condiciones los coroneles Francisco
de Elía y Plácido López ofrecían la paz. No llegaron a ningún acuerdo. Y hubo nuevos
malones, sobre todo en la zona de Las Tunas (Córdoba). En Noviembre, según informó el
comandante Antonino Baigorria, unos 150 indios se le habían enfrentando con gran osadía; se
llevaron cautivos de San Gerónio y Villanueva.(AEM:22.11.67)

Por entonces los MISIONEROS FRANCISCANOS DE RÍO CUARTO iniciaron


su obra pacificadora y evangelizadora entre las tribus que obedecían a los caciques Mariano
Rosas y Manuel Baigorrita. De esa acción habla un rico depositorio de cartas en el convento
franciscano de Río IV, hoy publicado "Cartas del Desierto", ed. por la Univ. de Río Cuarto.
El Padre Marcos Donati fue quien más trabajó en favor de esos indios. Inició su
correspondencia con el cacique Mariano, el 28 de Febrero de 1868. Le escribió que el coronel
Plácido López quería visitarlo con el deseo de preparar un nuevo tratado de paz, y que él iría
algo más tarde para organizarles una reducción con la posibilidad de educar a sus niños. El
coronel López creyó que habría buen clima para convenir en un tratado de paz. Pero antes de
moverse, el gobierno destituyó al Coronel López.
Su sucesor, el coronel Francisco de Elía, dudaba de las buenas disposiciones de los
ranqueles. Había enviado como emisario al Dr. Macías a las tolderías y éste fue retenido
como rehén. Parece que a éste le faltó tacto en sus tratativas.
Los montoneros continuaban aún sus correrías y junto a ellos había ranqueles (AEM:
7.3.68). Santos Fernández los condujo al malón a la Villa Río Seco en San Luis. Al mismo
tiempo otro grupo se hizo sentir en la zona de Junín (Bs. As.). El 10 de Abril, el gobernador
de Córdoba denunció otras terribles invasiones de 2.000 indios en su provincia. El 5 de
Octubre hubo ataques a Villa Nueva y sobre Río IV. El comandante Antonio Baigorria elevó
informes preocupantes. (A. Vítulo: Historia de Río IV, p. 192)
El Padre Donati se dirigió nuevamente y con expresiones muy cálidas al cacique
mayor D. Mariano Rosas, diciéndole: "Les ofrezco mis servicios con sentimientos de sincera
amistad". Y también el dominico Padre Moisés Burela de Mendoza había entrado en contacto
con el cacique y esperaba poder sembrar algunas semillas del evangelio entre ellos.
En cambio, los militares estaban preparando el avance de las fronteras que afectaría
también el territorio de los ranqueles. El coronel F. de Elía llegó a amenazar al cacique
Mariano Rosas con palabras duras, a las que el cacique contestó desde Leuvucó el 14 de
Noviembre de 1968: "...Con respecto a la amenaza que usted me hace, diré a usted que eso es
hablar por demás: es decir, que no querrá que vivamos en buena armonía, porque ese no es el
medio de conquistar la buena voluntad,. Yo por mi parte estoy dispuesto a lo que usted
disponga: Si Ud. quiere mandar su comisión, mándela; y si Ud. quiere invadirme, puede
hacerlo; quién sabe, más tarde, cuál será el que tenga que llorar más". (Barrionuevo Imposti:
"Apostillas para una excursión a los ranqueles", p. 329)
No sé si Epugner Rosas y sus 500 indios guerreros participaron con el "bandido"
Pedro Pérez en el asalto a la Villa de San Carlos de Mendoza, el 15 de Junio. Sí, participaron
el 20 de Noviembre de 1868 con 300 indios en el horrible saqueo de La Paz (Mendoza)
(Arch. Mendoza 28.11.68 y A.M.H.N. Nº 3990 (AGN.):4.12.68). Veinticuatro horas de
saqueo, degüello e incendio. Según R. Pastor (ob. cit. p. 107). Epugner habría propuesto
condiciones de rendición. En la biografía de Epugner se incluyen algunos detalles más.

El misionero P. Marcos Donati, seguramente dolido por las actividades


revolucionarias de los ranqueles, intensificó su intervención por la paz. Solicitó al Gobierno
Nacional la autorización para entablar comunicaciones con el cacique Mariano Rosas (Arch.
Río IV No 114: 23.11.68) y pidió un subsidio para la gestión de una Misión o Reducción en la
zona cercana a Río Cuarto (ib. N" 116). El ministro N. Avellaneda le otorgó las facultades
solicitadas "para tratar la paz" y le prometió un subsidio de 40 pesos mensuales para la
Misión y Reducción, (ib. Nº 116 y 117: 10.1.69)

Conocidos los acontecimientos de Mendoza, el Gobierno Nacional designó, en


Diciembre de 1868, al coronel Lucio V. Mansilla como jefe de la frontera sur de Córdoba.
Venía de la guerra del Paraguay, donde había tenido un incidente personal, pero el Presidente
Sarmiento lo indultó y lo ascendió a coronel. Así llegó a Río IVº, el 18 de Enero de 1869 con
su Batallón 12 de Línea, que había sido llamado del Paraguay para que colaborase en la
pacificación de los indios y de los montoneros del Interior. El contacto de Mansilla con los
ranqueles sería positivo y dejaría a la posteridad una documentación histórica muy
interesante, como veremos.

11. Mansilla y su proyecto de conquista

Durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento se efectuó un considerable avance de


las fronteras interiores, siendo el técnico de la operación el coronel de Ingenieros D. Juan
Federico Czetz, con quien colaboraron todos los jefes de las fronteras. Por el momento, los
indios eran espectadores de estas operaciones; pero luego empezaron a reaccionar. El coronel
Lucio V. Mansilla aceptó gustoso la orden y las instrucciones que le enviaron el ministro de
Gainza y el coronel Arredondo, el comandante en jefe de las fronteras del interior. Le
propusieron llevar la frontera por sorpresa hasta el Río Quinto (A.M.H.N. N o 4021 y 4052:
3.2.69). En Febrero expuso ante el ministro su plan.
Mansilla pensó estudiar el terreno y tantear la situación de los ranqueles primero. y
por eso citó el 8 de Febrero al cacique Mariano a una entrevista para considerar con él un
tratado de paz; Si no quedaría en guerra como hasta el momento (ib. Nº 4060). Al mismo
tiempo. Mansilla pidió autorización para hacer una expedición pacífica a las tolderías (ib. Nº
4072 y 4079). Mansilla pensó que iba a impresionar a los jefes ranqueles. En esos días
Mariano Roas envió unos indios a negociar a Río Cuarto, y mediante ellos un hermoso
caballo para el boticario. El coronel lo degolló a su vista "porque no quería tratos estando en
guerra" (La Tribuna. Bs. As.. 20.2.69). El 13 de Marzo, el cacique Mariano advirtió cómo
pensaba que debía procederse para hacer la paz.
Mariano Rosas delegó también una comisión al misionero Fray Marcos Donati,
advirtiéndole que deseaba la paz y que, en cuanto hubiera de nuevo un tratado de paz, podría
iniciar su misión (8.2.69).
En abril, el coronel Czezt y su equipo habían estudiado el terreno, pero se quejó por el
ambiente hostil en que debía efectuar sus estudios. Mansilla avisó al gobernador de Córdoba
que hubo ataques de indios a los cuales no había podido alcanzar. El coronel Arredondo quiso
realizar una expedición punitiva; pero el coronel Mansilla se mostró en desacuerdo. No
obstante, se hizo la ocupación del Río Vº, saliendo una tropa desde Mercedes al norte del Río
Vº. Y el ministro de Guerra los felicitó. En cambio, en la prensa y en el Senado se expresaron
diversos sentimientos. Era de esperar que los ranqueles reaccionaran. No obstante, el ministro
animó al coronel Mansilla a iniciar gestiones por un tratado de paz. Ya el extenso documento
del coronel Czezt propuso las bases para un nuevo tratado de paz con Mariano Rosas.
(A.M.H.N. doc. 4209: 25.5.69, 12 páginas)

12. Esfuerzos por un nuevo tratado de paz: 1869-1870

Mariano Rosas habíase negado a presentarse a una entrevista con el coronel Mansilla.
Este le envió como prueba de su amistad su banda militar (A.M.H.N. doc. 4166). Arredondo
escribió al ministro, que estaba conforme con el proyectado viaje de Mansilla (10.6.69). El
misionero Fray Donati quiso adelantarse a la visita militar y pidió autorización para internarse
incluso al ministro Avellaneda. Pero Mansilla lo hizo desistir de su proyecto, invitándolo a
que lo acompañara, (ib. 15.6.69) Mariano Rosas, sin duda, quería llegar a la situación de un
tratado de paz con la condición de poder quedar en sus tierras, lo que el misionero también
quería conseguir. En cambio, los militares tenían como meta el avance de las fronteras hasta
el Río Negro y empujar las tribus fuera de las zonas conquistadas. Se ofrecían tratados de paz
como a foráneos, sin ofrecerles la integración y la posesión de sus tierras. En Junio, Mariano
Rosas escribió de nuevo cartas a Mansilla, enviadas por intermedio de los capitanejos Piutún
y Coche, diciéndole que tanto él como Baigorrita estaban con buenas disposiciones para la
paz. Mansilla le contestó que, viendo sus buenas disposiciones, les enviaba en comisión al
teniente Gabriel Baigorria y les pedía que ellos, a su vez, enviasen su comisión para
entrevistarse. Que las bases del tratado de paz serían las siguientes:
1° Compra de tierras hasta El Cuero.
2° Entregar cautivos.
3° Entregar cristianos refugiados.
4º Prohibir el comercio a los chilenos.
5º Ofrecer la paz extensiva.
6º Permiso para ir a comerciar.
7º Que el tratado se rompería si hicieran invasiones. (AEM doc. 5272: 9-6-69)

Gabriel Baigorria estableció relaciones cordiales con los caciques. Mariano Rosas. "El
General de las Tribus Ranquelinas en Leubucó", se dirigió, el 29 de Julio al Presidente de la
Nación. Para apurar la gestión por el tratado de paz; le envió toda la correspondencia que
había recibido el último año con propuestas de paz, diciéndole que le había escrito, hacía un
año, sin haber recibido respuesta. Que quería saber si el Gobierno Nacional estaba dispuesto a
arreglar una perfecta paz.
Toda esa correspondencia se conserva ahora en el Archivo del Estado Mayor: 20.7.69:
-1. Fco. de Elía a Mariano Rosas. 25.6.68: El Gobierno quiere la paz. El tratado se
haría en Río IVº, sin necesidad de enviar gente a Buenos Aires.
-2. Fco. de Elía a Mariano Rosas, 12-7-68: Envíe comisión y cambie cautivos por regalos.
-3. F. de Elía a Mariano Rosas, 13-7-68: Habla de la invasión al Cuero y pide mandar
comisión. -4. F. de Elía a Mariano Rosas. 19-7-68: Dos indios vinieron a mi casa en comisión.
-5. F. de Elía a M. Rosas.4-8-68: Van los chasques de vuelta. Compré cautivos. Desea el
tratado de paz. Mande en comisión a Villarreal. –
-6. F. de Elía a M. Rosas, 21-12-68: Mande un cacique o capitanejo para tratar la paz.
-7. Mansilla a M. Rosas, 8-2-69: Está en el cargo desde enero. No discute los motivos por qué
no se ha hecho el tratado. Propone una entrevista. Si no seguirán en guerra.
-8. Mansilla a M. Rosas, 8-2-69: "Yo me trasladaré un día señalado con 50 hombres y 30
infantes a un punto de este lado del Río Quinto, rumbo al sud de Santa Catalina. Usted elegirá
el punto. Yo iré adelante con mi 2º y el capellán Padre Donati. A media legua dejaré la escolta
y vendría a usted..." (Hay un mapita.)
-9. Mansilla a M.Rosas. 2-5-69: Casi no creía en su buena disposición. Pide comisión.
-10. Mansilla a M. Rosas. 9-6-69: Envió al teniente Gabriel Baigorria a proponerle las bases
para el tratado de paz.

El Presidente Sarmiento aceptó esta solicitud favorablemente. El 1º de Agosto el


ministro de Guerra avisó al coronel Arredondo, comandante en jefe de las fronteras del
Interior, que el gobierno había aprobado las bases del tratado de paz (13 páginas) que se
habían enviado a Mansilla.
El movimiento de la frontera en la provincia de Buenos Aires durante los meses de
Septiembre y Octubre del mismo año, puso a prueba la gestión por el tratado de paz. Las
tropas del coronel Charras enfrentaron ataques de indios. También el coronel Mansilla
marchó con una escolta de 12 hombres hasta Vitaloó (Huitalobo), un año antes que hiciera su
histórica excursión a los ranqueles. Había oído de una invasión a Junín y Ancalú. Pero a la
vez, estudiaba la topografía de su frontera (AEM: 5.11 y 19.11.69). Así preparó su famoso
mapa de la nueva frontera que señala todos los fortines. En quince días recorrió 185 leguas.
(Reproducción del mapa en la edición de Mariano Vedia y Mitre de: Una Excursión a los
Indios Ranqueles. Bs.As. 1959. en el anexo).
Dos misioneros se esforzaron para promover la paz, el P. Marcos Donati desde Río
Cuarto y el P. Moisés Burela. desde Mendoza. En el Archivo de los Padres franciscanos en
Río Cuarto hay varias cartas firmadas por Mariano Rosas que manifiestan constantemente su
voluntad de arreglar definitivamente la paz. (doc. 133: 14.9.69 y Mariano Rosas al Padre
Burela: doc. 134: 4.9.69; Jorge Macías al Padre Burela: doc. 135 y 136; M. Rosas al Padre
Donati. etc.)
El 29 de Noviembre llegó a Río IVº una notable comisión enviada por el cacique
Mariano, encabezada por su hermano Carriquenao (Cheuquenao). y un hijo del cacique
Llanquetruz. Como lenguaraz actuó la "China Carmen". También trajeron una carta al Padre
Donati en la que el cacique repetía que deseaba la paz cuanto antes y que lo hiciera presente
al coronel Lucio V. Mansilla: "Yo y mis capitanejos estamos a su disposición".
El 15 de Diciembre de 1869, Mansilla avisó a su superior, el coronel Arredondo que,
después de largos parlamentos, había conseguido que aceptaran el tratado de paz y agregó que
el Padre Burela daría más explicaciones. Por supuesto, este tratado debía ser ratificado tanto
en Los Toldos como en Buenos Aires. (AEM: 15.12.69) El coronel Mansilla destinó entonces
una comisión que acompañara a los enviados de los ranqueles para presentarse al cacique
Mariano Rosas. La encabezó el capitán Martín Rivadavia (hijo del prócer Bernardino
Rivadavia. El periódico Ecos de Córdoba Nº 2102 del 4 de Marzo de 1870 publicó un diario
de este capitán. (Poseo una copia. También tengo copia de una conferencia del P. José Luis
Padrós de la Comunidad Franciscana de Río IVº de 1992) El Padre Burela acompañó esa
comisión, pues era considerado como gran amigo del cacique Mariano.
M. Rivadavia dice para el 25 de Diciembre de 1869:
“Estuve con el General Mariano Rosas. Nos recibió muy bien...en formación y
batiendo marcha el trompa. Después de saludarlo y entregarle el tratado (firmado por el indio
Martín López, secretario de Mariano Rosas y el cacique Baigorrita), pasamos con el Cnel.
Ayala a alojarnos en un rancho, a pocas varas del toldo del General. Campo malo, médanos y
lagunas chicas, saladas. Hay pozos jagüeles para la hacienda. Tienen pocas vacas, una majada
de ovejas, otra de cabras, pero muchos caballos y yeguas. Su familia, entre mujeres, hijos y
agregados, es de 40 personas. Hay muchos cristianos aquí y en todas las tolderías. En las de
Baigorrita hay muchos chilenos que vienen a comprar especialmente vacas y a hacer
negocios.
Para el 1º de Enero de 1870, escribe: “Se realizó una memorable junta. Marchamos
con el General Mariano Rosas para Ayuncué. El camino es guadaloso. Allí fue la reunión
ranquelina que se efectuó a las tres de la tarde, en una llanura, cerca del monte y junto a dos
grandes caldenes. Estuvimos todos a caballo parlamentando, el General, los caciques y
capitanejos, hasta las ocho de la noche, y fue cuando nos apiamos y nos sentamos en rueda
con los caballos de la rienda. Siguió la conferencia hasta la una de la mañana y nos fuimos a
la costa del monte a dormir.
“Día 2: Nos volvimos a reunir en la llanura y siguió la conferencia hasta las nueve de
la mañana y (luego) pasamos a una playa en la costa del monte, donde se pusieron a jugar a la
chueca (para dirimir los asuntos). La reunión se componía de 300 indios, incluso 40
cristianos.....
“Día 12: Salió para Río IVº el Tnte. Mansilla con la comisión y las cautivas, Escribí al
Coronel, dando cuenta de las nuevas exigencias de los indios.
“Día 17 de Enero: A las siete de la tarde salimos con mi tocayo Martín López,
secretario del cacique Mariano a visitar a Villarreal y su familia en Carriloo, a donde llegamos
a las oraciones. El campo es guadaloso, pero de mejores pastos que en Leubucó.
“Día 18 de Enero: Acompañados de Martín Villarreal y Bustos, fuimos a visitar al
cacique Ramón (Cabral) que vive en Coño Lauquén. Tiene su toldo en una altura, un gran
jagüel, mucha caballada y yeguada, pocas vacas y una majada de 200 ovejas. En todos los
toldos hay sementeras de maíz, zapallos y sandías.
“El 21 de Enero: A la tarde fui a visitar al cacique Epumar (Epugner, hermano de
Mariano) que tiene su toldo en la altura. En el bajo están el corral y los jagüeles. Tiene mucha
caballada y ovejas; poco vacuno.....
“24 de Enero: A las ocho de la mañana llegaron dos indios del Fuerte Sarmiento con
los que recibí una carta del Coronel y los tratados renovados. Mariano estuvo muy enojado, al
principio; pero al fin se convenció de los esfuerzos y deseos del Coronel por la paz con la
penosa travesía por la pampa por obtener la paz del Gobierno Nacional, y se calmó.
“25 de Enero: Llegó el secretario Martín (López) y me llamaron a leerles el tratado y
a darles las explicaciones que pedían. Martín se mostró muy contento y grato (agradecido) al
Coronel por sus sacrificios y empeño por la paz.
“29 de Enero: Al salir el sol, salimos a caballo a ocho cuadras de sus toldos, donde se
efectuó la reunión. Entre los cristianos estaban Ayala, Nicolás y Camargo. A los doce del día
concluyó la reunión, quedando decidida la aceptación y aprobación de los tratados.”

El secretario Martín López, al que los indios llamaban capitanejo Achauhuentrú, había
sido educado en Córdoba en el Colegio de los Jesuitas.
No era fácil aceptar la paz, incluída la condición de entregar al ejército sus tierras del
Río Quinto. El 6 de Enero llegó al Fuerte Sarmiento el hermano del cacique Mariano, llamado
Cheuquenao, para avisar que el tratado había sido aceptado. El 12 regresó también la
comisión de Rivadavia, el que vino acompañado por cien indios encabezados por el
capitanejo Achauhuentrú, e.d. Martín López, por Cayupán y Linconao, hermano del cacique
Ramón. Decían que venían a manifestar la aceptación del tratado en nombre de los caciques
Mariano Rosas, Manuel Baigorria, Yanquctruz y Ramón. (Ecos de Córdoba, del 21 de enero
de 1870 (Na 2069), decía que no poco habían contribuido los regalos que les había enviado el
Padre Moisés Burela.
El Presidente Sarmiento firmó a su vez el tratado, no sin introducir algunas
modificaciones, lo que disgustó al coronel Mansilla. Sarmiento le dirigió algunos reproches
por haber negociado la paz por su propia autoridad. (Arch. Vedia y Mitre)
También los acompañantes de la comisión de Rivadavia decían que el Padre Burela,
prior de Mendoza y capellán de San Rafael, tenía mucha influencia entre los ranqueles,
porque les había remitido cuantiosos regalos por el rescate de cautivos. En la colección de
John Maguire se ha encontrado una carta, que debía haber estado en el archivo del convento
de Mendoza. Es una carta del 12 de Enero de 1870, enviada por el cacique Mariano Rosas y
su escribiente Martín López, dirigida al Padre Vicente M. Burela, en la que dice que ha
reunido ocho cautivas y que a tres las envía con la comisión de su hermano Chuquenao, el
teniente Ambrosio Mansilla., un hermano del cacique Ramón, un cunado de Baigorria y
Amado Cayupán. Y dice, además, que en cuanto al tratado tenían dificultades por
desconfianzas, y agrega: "Creo que no habrá inconvenientes para el tratado de paz. Sólo
algunos artículos no nos convienen: por ejemplo: la venta de terrenos... No falta más que se
arregle pronto el tratado". (Publicada en J. Maguire: Loncahúc, p. 148)
Al Padre Donati, en cambio, escribió el cacique, que hasta que no se hubiera ratificado
la paz, no habría ninguna esperanza de rescates de cautivos. (Arch. Río IVº; Nº 140: 13.1.70)
El periódico Ecos de Córdoba anunció, el 21 de Enero, que el gobierno había ratificado un
tratado de paz con los caciques Mariano Rosas, Manuel Baigorria, Yanquetruz y Ramón, pero
con cargo de someterlo al Congreso Nacional. Fue una nueva comisión a los toldos y el 29 de
Enero hubo otra junta a ocho cuadras de ellos, para ratificar algunas enmiendas que el
Gobierno nacional había propuesto. Quedaron en pie las condiciones:
1º: Debían entregar a los ladrones.
2°) Garantizar la vida de los cristianos que se hubieran internado en sus toldos.
3º) Pagar lo robado.
4º) Vender una franja de tierra sobre el Río Quinto: 250 x 20 leguas por 2.000 pesos y
1.000 yeguas.
5º) Ayudar en las guerras exteriores...
Que los caciques prestasen protección a los sacerdotes misioneros.
La nación se obligaba a pagar sueldos a los caciques: 150 pesos mensuales a M. Rosas
y M. Baigorria; 50 pesos a Yanquetruz y a Ramón: y 20 pesos a 66 capitanejos:
además, 1.000 pesos y 600 yeguas a los indios: maíz, arados, ropa para los capitanejos
y uniformes para los caciques. Una casa para el cacique y una capilla para el
sacerdote.

El texto del tratado del 22 de enero de 1870 existente en el doc. 5686 del Arch.del Estado
Mayor de Bs. As.; consta de 31 artículos y empieza casi como el de 1865: "En el Nombre de
Dios Todopoderoso, Creador del Ciclo y de la Tierra, que a todos los hombres impone el
deber de vivir en paz y amarse como hermanos, el Coronel Don Lucio V. Mansilla, jefe de la
frontera Sud y Sud Este de Córdoba, como representante del Gobierno Nacional, y el
Capitanejo Achauentrú, como representante del cacique Mariano Rosas, autorizado a su vez
por los caciques Baigorria, Yanquetruz y Ramón, han concluido en celebrar un tratado de paz
sólido y duradero, bajo las condiciones que se estipulan a continuación, sirviendo de testigo y
de consejero del referido Capitanejo Achauentrú. el Reverendo Padre Frai Vicente Burela, en
virtud de los poderes que ha recibido i presentado del cacique Mariano Rosas..."
El Padre Burela gozaba de mucha confianza entre los caciques, y estos lo nombraron
asesor del representante del cacique y fue el encargado de llevar el tratado a Buenos Aires
para su ratificación por las autoridades nacionales. Mansilla lo recomendó a algunos amigos
suyos en Buenos Aires. Acompañaron al Padre el capitán Demetrio Rodríguez que llevó
cartas para el brigadier general Emilio Mitre, inspector y comandante general de Armas y
para el ministro de Guerra Martín de Gainza con fecha 5 de Febrero (AEM, doc. 5686). El
tratado fue aprobado y devuelto a Mansilla. (Las Memorias del Ministerio de Guerra de
1869/70. página 291, publican estas notas: pero por un error publicó un tratado realizado en
Carmen de Patagones)

13. La Excursión Pacífica de Mansilla a los Ranqueles (1870)

Hacía ya un ano que Lucio V. Mansilla proyectaba un viaje a las tolderías. Ahora, que
se había logrado la firma de ese tratado, le era más fácil realizarlo. Tres fueron .sus
propósitos: iba a aclarar el tratado; a observar vida y costumbres de los indios y a reconocer
los terrenos ranquelinos. Pudo unir sus deseos de aventurero a los propósitos apostólicos de
los misioneros que lo iban a acompañar.
El 5 de Febero se dirigió por carta al ministro Gainza, pidiéndole que acelerara ante el
gobierno la ratificación del tratado. En otra carta solicitó al coronel Arredondo el permiso
para ir a los toldos de Mariano Rosas y de Manuel Baigorrita. (AEM, doc 5797: 27.3.70)
Dos circunstancias casi malograron sus proyectos: En Marzo de 1870 se produjo un
malón en territorio cordobés. Si hubiesen sido los ranqueles los invasores, se habría
inutilizado el tratado; pero de inmediato pudo comprobarse que los invasores habían sido
indios de Salinas Grandes (AEM: 28.3.70). Más grave era la situación personal de Mansilla.
En Buenos Aires se le había iniciado un sumario por delitos políticos. El general Emilio Mitre
escribió entonces al coronel Arredondo, que el permiso para la expedición de Mansilla
entorpecería la causa que se le seguía. (Cartas del 7 y 9 de Abril mencionan la suspensión
interina de Mansilla).
De todos modos, el coronel Mansilla había partido ya el 29 de Marzo con la pequeña
escolta de cuatro oficiales, dos sacerdotes franciscanos y once soldados desde el Fuerte
Sarmiento, dirigiéndose hacia Leubucó.
Al mismo tiempo había emprendido un viaje apostólico a Los Toldos el muy
venerable misionero dominico fray Moisés Vicente Burela. (Su biografía [1825-1881 ] fue
escrita por fray Rubén González en “Los Dominicos en la Argentina”, Tucumán, 1980. p. 85-
108. En ese trabajo recogió los infundios y calumnias vertidas por Mansilla contra el Padre
Burela en artículos de la prensa y en el mismo libro, Una Excursión a los Indios Ranqueles.)
El Padre Prior Burela había ido a Buenos Aires a fines de 1869, donde celebró un
contrato con el Gobierno nacional que le otorgaba el permiso para gestionar la redención de
cautivos. El Dr. Nicolás Avellaneda, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, le
autorizó para ir a las tolderías, para poder rescatar cautivos y estableciese una Misión en un
punto central, desde el cual podría extender su acción hasta las tribus de Yanquetruz,
Baigorrita, Ramón y Mariano, juntamente con los padres de la Propaganda Fide de Río
Cuarto.

El Padre Burela intervino, como dije, en la celebración de la paz, el 22 de Enero de


1870, y entregó el tratado personalmente a las autoridades nacionales en Buenos Aires. En
Febrero estuvo de nuevo en Mendoza, recibiendo de la prensa local elogios y muestras de
gratitud. Para asegurar la aceptación del mismo tratado en Los Toldos, se puso en camino
hacia Leuvucó. Notificó al ministro su partida por carta desde Villa de la Paz, el 19 de Marzo
de 1870.
De su viaje ha quedado un interesante relato, que me parece un complemento
indispensable para el libro de Mansilla. Anota lo observado en el viaje, paradas, entrevistas y
hasta observaciones sobre las costumbres indígenas. Creo que no ha sido publicado aún. El
itinerario fue el siguiente: La Paz - Los Pozos - Pozos de las Hormigas (20) - Pozos de Ti1a
(21) - Pozo de las Salinas (22) - Arroyo del Fortín (23) - Médano Colorado (24) - Paso Ancho
(25) - Río Nuevo (26). Desde aquí envió un chasque al cacique general Mariano Rosas,
anunciándole su próxima visita.- Travesía de 20 leguas hasta Carriló (27), donde le esperaban
muchos cristianos con carne y sandías. El día 28 encontró una comisión del cacique para
saludarlo y protegerlo.- Jagüel Dulce (Cochenquengan) - Loma del Tigre (29) - Rincón (30).
donde halló una fuerte toldería. Allí concurrió una gran turba para ver "al Dios que iba a
visitarlos". Le pedían regalos y aguardiente, lo que no pudo darles.- El mismo día pasó por
otra toldería de Remecó (Manantial), cuyos indios habían marchado con el capitanejo
Caniupán a Leuvucó a esperarlo. Durmió en Chicabio (Chañaral de agua).- El 31, a las 10
horas, llegó a Leuvucó. Sobre los médanos divisó gran formación de indios de lanza. Esta se
realizó como ceremonia del recibimiento. La describe escuetamente.-
El 1° de Abril, a las cinco de la tarde, llegó un chasque, anunciando la aproximación
del coronel Mansilla, lo que produjo una terrible agitación. Fue necesaria mucha habilidad del
Padre Burela, del coronel Ayala y otros cristianos que vivían entre ellos y gozaban de estima,
para que no lo corrieran de entrada. El Padre Burela atribuyó al hijo mayor del cacique
Mariano, a Epugner y al retraso del coronel que pudo llegar a Leuvucó.

Veamos también brevemente el itinerario del coronel Mansilla como él nos informó:
El 29 de Marzo salida del Fuerte Sarmiento para tierra adentro. Le alcanzó aún el permiso de
Arredondo. Le acompañaron los Padres Marcos Donati y Moisés Alvarez.- Laguna Alegre -
Monte de la Vieja - Zorro Colgado - Pollo Helo - Ushelo - Cola Mula - Ralincó - Tremencó -
Médano del Cuero - Chamalcó - Laguna del Calcú Mulén - y ya se acercaban a las
poblaciones ranquelinas. Por todas partes halló hostilidades. Casi tres días estuvieron
rodeados y demorados en el campo. Finalmente, les llegó un chasque del cacique general con
una comisión que los debía conducir a Leubucó (1° de Abril de 1870).
El Padre Burela nos cuenta, que a la llegada del coronel, el coronel Ayala formó a 15
hombres desarmados, a los que se agregó Senecio Flores con la escopeta del Padre, para hacer
alguna salva a la llegada. En realidad fue más solemne el recibimiento del Padre Burela que el
del jefe de la frontera de Córdoba. Mansilla magnifica las escenas que describe. No cabe duda
que usó su arte literario en descripciones de personas y situaciones. Prueba es el retrato que
Mansilla hiciera del jefe ranquelino Mariano Rosas.
El cacique pidió al Padre Burela que lo acompañara en el recibimiento que tendría
lugar en el patio de su toldo. Hubo una breve ovación al Presidente de la República, al general
Mariano Rosas y al coronel Mansilla por su llegada. Según anotaciones del Padre Burela. esto
se hizo por iniciativa de Jorge Macías-. Dice el Padre Burela que hubo algunos momentos
desagradables por el estado de embriaguez de los hombres, pues Mansilla repartía mucho
alcohol y no se hablaba del tratado de paz. Lo mismo dice también el Padre Moisés Alvarez
en su Crónica del Convento de San Francisco de Río IV, en el capítulo 8º. Mariano Rosas no
bebía mucho y vigilaba que no hubiese desmán alguno. Dice también el Padre Moisés que,
si los Padres no le hubiesen acompañado, los indios habrían muerto al coronel y a su escolta.
El día 2 de Abril -cuenta Burela-. fue un día de calma. Por la tarde lo llamó el cacique
general para contarle que se había perdido un chico, hijo de una cautiva y le pedía que
encendiera una vela bendita y rezara para que lo encontrasen. Lo mismo contó al coronel
Mansilla. Este le prometió que al día siguiente se celebraría una misa con dicha intención,
para congraciarse. Efectivamente, se celebró la misa en el rancho del sargento Arellano, con
asistencia de todos los cristianos que vivían en la toldería. Fue probablemente la primera misa
en esas tierras la que celebró el Padre Marcos Donati. El niño no apareció. Y por eso el
cacique se expresó muy despectivamente de esa misa. Luego aconsejó al coronel entrevistarse
con el cacique Baigorrita en "Quenque" y que luego harían un parlamento general. (Véanse
los capítulos 40 y 45 a 50 de “Una Excursión a los Indios Ranqueles” de Mansilla). El
P.Ernesto. Szanzo, en su libro “Raices y claves de la Patagonia” Bahía Blanca, 1998 p 62
dice, que el día 13 de Abril hubo una misa, en la cual se bautizaron 18 niños y entre ellos dos
hijitas del cacique Mariano Rosas.

14. El Parlamento General

El Jueves Santo, 14 de Abril de 1870. se juntaron los jefes ranquelinos y muchos


indios de Leubucó y de Quenque, en el lugar llamado “Ayunque”. La comitiva de Mansilla
llegó a las doce y a las dos de la larde se celebró entonces el parlamento general con los
caciques y capitanejos, como era costumbre entre ellos. (El Padre Burela, sin saber lo que
Mansilla iba a escribir en su capítulo 53, decía que el coronel no quiso saludarlo a él) El
coronel cuenta que él inició el parlamento, explicando el tratado mediante el intérprete. El
cacique le hizo repetir los artículos "para que todos se enterasen del contenido del tratado que
iban a hacer". Lo habían firmado sus representantes y el gobierno había introducido sus
enmiendas; por ello, el parlamento debía ratificarlo. Mansilla había recibido la orden de
explicarles que el racionamiento debía ser aprobado por el Congreso. Y cuando el coronel en
algún momento levantó la voz, el cacique le hizo decir que la moderase, para que los indios
no se enojaran. Los caciques y capitanejos continuaron en parlamento hasta las doce de la
noche y al día siguiente hasta las dos de la tarde.
Mansilla escribió cómo se libró de la pregunta sobre, qué pasaría si el Congreso
Nacional no aprobaba lo que el Sr. Presidente había suscrito (Capítulo 54). Otra pregunta
sobre la ocupación del Río Quinto le puso en nuevo aprieto, pues le decían que esas tierras
siempre habían sido de los indios, de sus padres y de sus abuelos; que aquellas debían haber
sido donación (sic. Burela) a los ascendientes del cacique Ramón Cabral y del capitanejo
Peñaloza. Mientras el coronel Mansilla explicaba una larga serie de razones suyas, el Padre
Burela observó que el cacique general le hacía cargos al coronel Mansilla por las repetidas
traiciones de los cristianos a los indios, según sabía de su historia. Mansilla le contestó que
lamentaba que se ocuparan tanto de sus tradiciones. A lo que el cacique contestó que los
cristianos tenían libros para estudiar, que ellos no tenían más que un libro, éste de las
tradiciones de sus antepasados.
"Inventé todas las matanzas imaginables -dice Mansilla- y las relaté junto con las que
recordaba."
-"(Huinca, Huincá, mintiendo!" -gritaron unos cuantos. Mansilla quiso interpelar al
Padre Burela para que lo apoyara y éste no le correspondió.
Entonces el coronel le dijo al cacique Mariano, ¿por qué no le hacía cargos al Padre
Burela (cito la Memoria del P. Burela), quien había asistido a la realización de los tratados?.
El cacique le contestó, que no tenía ningún cargo que hacerle, pues él había sido el
representante de los indios y que no era hombre de armas llevar; que esos cargos le hacía a él
como jefe nacional.
El coronel tuvo que repetir una vez más los compromisos que el estado iba a asumir
para con sus tribus, especificando cantidades. Luego el coronel exigió la devolución de 50
cautivos. A lo que el cacique contestó que esto no podía arreglarse tan pronto. Y el coronel
tuvo que conformarse.
Y nuevamente el cacique preguntó con qué objeto se había puesto en el tratado la
venta de un terreno que para el Gobierno Nacional era inútil, en cambio a ellos les sucitaba
sospechas y temores.
A lo que el coronel contestó diplomáticamente con una sonrisa, que eso no era otra
cosa que un comercio. Y así terminó el proceso que el cacique le hacía al coronel Mansilla
( dice Burela). Si Mansilla hubiese sabido que, conforme al proceso que se le estaba
siguiendo en Buenos Aires, y él ya estaba suspendido en sus funciones militares (desde el 9
de Abril), habría abreviado quizás estos parlamentos.
Terminado el acto solemne, hubo algunas intervenciones particulares, anota Mansilla
al fin de su capítulo 54, mientras la mayoría se estaba retirando. El Padre Burela anotó:
"Concluido este acto, me retiré a Leubucó y a poca distancia me alcanzó el Cacique General y
con él llegué a mi destino, a las cinco y media de la tarde. El Coronel llegó de noche, pero sin
novedad, y hasta el retiro del Coronel no hubo novedad alguna, quedando allí el Capitán
Rivadavia, bien mirado por el Cacique y los indios".
Luego el Padre Burela habla de sus trabajos por liberar cautivas, pero que la mayoría
tenía hijos y aún hablaban mejor el idioma mapuche, de manera que no querían salir. Cuenta
que una mujer soltera, de apellido Domínguez, no pudo salir, porque el indio que la tenía
decía que le había criado sus hijos y la querían como madre.
Luego Burela anota también que los indios en general tenían odio al huincá o a los
cristianos. "El único indio que quiere y protege a los cristianos es el cacique general".
Mansilla habla también del Dr. Macías que, como delegado del coronel Fco. de Elía. pasó a
ser rehén y llegó a quedarse como secretario del Cacique General.
En el capítulo 58, Mansilla habla de unos 30 bautismos en el toldo de Mariano y que
él había slido padrino de cuatro indiecitos y agrega: "Mi ahijada fue María, la hija de Mariano
Rosas" y se decía su compadre. Y que la niña de unos ocho años, vestía un brocado, vestido
que había pertenecido a la Virgen de la Villa de La Paz. Y que la niña llevaba unas botitas de
potro, de cuero de gato. Averiguando la verdad, encontré en la parroquia de Villa Mercedes el
primer libro de bautismos que llevaba el Padre Marcos Donati a partir de 1870. Para el 13 de
Abril de 1870 tiene cuatro asientos: 1º) Bautismo de Mariano María, hijo de cuatro años de
edad de Adoración Contrera, cuyo padrino fue Lucio V. Mansilla. 2º) Bautismo de Martina,
de 8 meses, hija del cacique principal Dn. Mariano Rosas y de Trepaimain, su mujer. Padrino
fue Dn. Martín Rivadavia. 3°) Bautismo de Venancia Gregoria, hija del cacique principal Dn.
Mariano Rosas y de Trepaimain, nacida el le de Abril de 1869, cuyos padrinos fueron el
coronel Lucio V. Mansilla y Juana Cornejo. 4°) Bautismo de Nazaria, hija del indio Epumer
Chico, de 9 meses, cuyo padrino fue el coronel Feliciano Ayala. Además, anotó que realizó
estos bautismos : en el toldo del cacique principal Mariano Rosas, cristiano, hijo del cacique
Peinemí, ahijado del general Juan Manuel de Rosas.

El 15 de Abril, la comitiva del coronel Mansilla emprendió su regreso. Llegó el 17 a


Villa Mercedes y el 18 a Río Cuarto. Cuál no fue la sorpresa: En vez de ser felicitado,
Mansilla fue apresado y llevado a Buenos Aires ante un Consejo de Guerra. No sólo fue
depuesto de su cargo de jefe de la frontera sur de Córdoba, sino que fue destinado a P.M.D.
por una resolución del 5 de Junio. No es mi propósito seguir la biografía del coronel. Más
bien le agradecemos su libro Una Excursión a los Indios Ranqueles. Lo escribió primero
como folletín para La Tribuna, a partir del 20 de Mayo de 1870, un poco por urgencias
económicas y otro poco para reivindicar su fama deteriorada. Hacia fines del mismo año
apareció el libro en su primera edición, al que agregó algunas figuras biográficas y el mapa
precioso de la frontera sur de Córdoba.
Por las circunstancias señaladas, no elaboró ningún informe oficial sobre su viaje. En
cambio, el Padre Burela escribió un extenso informe (en copia mecanografiada son 13
páginas) que fechó en Mendoza el 25 de Mayo de 1870, dirigido al ministro Dr. Nicolás
Avellaneda y el P.Marcos Donati escribió Crónicas del Colegio de Río IVº.
V. Barrionuevo Imposti dedicó al episodio varios artículos; otros, M. A Cárcano, José
L. Lanuza, E. Popolizio, C. Urien, A. Vítulo. Mariano de Vedia y Mitre publicó sus estudios
preliminares al libro de Mansilla sobre la excursión a los ranqueles.

15. Siguiendo las gestiones por la paz y el reconocimiento del tratado

A pesar de las solemnes reuni0ones y prome,sas, los ranqueles sospecharon que no se iba
a cumplir lo pactado. El coronel Arredondo, no bien tuvo noticia del regreso del coronel
Mansilla, escribió al ministro de Guerra (20.4.70) que el viaje de Mansilla había sido
provechoso, pidiéndole que activara el tratado de paz ante el Congreso Nacional. A la
semana propuso que en cumplimiento del tratado podía adelantarse lo convenido para los
indios, porque sabía que la paz dependía de este cumplimiento.
A fines de Mayo (27.5.70), el Cnel. Arredondo recibió una notable comisión ranquel
en Villa Mercedes que venía para recibir sus raciones. No sé cómo se arregló, ya que el
Congreso Nacional ni entonces, ni nunca aceptó el tratado del ano 70. En prueba de fidelidad,
el cacique Mariano Rosas avisó que se estaba preparando un malón, a la vez que reclamaba
los sueldos que Ies correspondían según el tratado. (AEM: 20 y 27.7.70 y A.M.H.N.)
Si recordamos los hechos ocurridos ese mismo año en Azul con la tribu de Catriel y
sus aliados y en Bahía Blanca con la tribu de Ancalao, no nos extrañará que se estuvieran
preparando nuevos malones y en círculos militares organizándose nuevas campañas contra los
indios. Los legisladores votaron dos millones de pesos para el trabajo del avance de las
fronteras (Ley 385: A.M.H.N. doc. 4790). Cuando Arredondo supo que de nuevo venía una
comisión a comerciar y a reclamar sus raciones, escribió al ministro M. de Gainza una carta
de ocho páginas, pidiéndole que solucionara la cuestión del tratado (AEM: 14.8.70). El 19 de
Agosto se lo autorizó a licitar el racionamiento de las tribus de Mariano Rosas y de Manuel
Baigorria; pero la licitación se hizo recién en octubre con la cláusula que estipulaba que a
partir del 1° de Diciembre podrían retirar sus raciones. (AEM doc 6147. S. Echeverría)
En noviembre hubo una maloca en alguna estancia; los indios alegaron que el
gobierno no pagaba y se veían en la necesidad de robar. Pero los caciques devolvieron lo
robado. (AEM: 16 y 20.11.70)
Los misioneros les enviaron varias cartas aconsejando a los caciques y a sus indios
que no invadiesen. Mariano Rosas contestó al Padre Marcos Donati: "Me lamento que hayan
robado, pero comprendo que la pobreza es grande. Nuestra riqueza son los hijos muchos."
(Arch. Río IV, No 163, 154, 172).
Hubo una invasión a la zona de La Carlota, pero no por indios ranqueles, como se
comprobó efectivmente. Sin embargo, las tropas invadieron en revancha a las tierras del sur
del Río Quinto. Mariano Rosas reaccionó con prudencia y energía. Escribió al mayor Pando,
encargado de la operación: "Me extraña que usted, en vez de seguir el rumbo de los invasores,
haya venido al Cuero. Creo que fue un malón de Calfucurá... No podré quedar conforme.
Prevengo a usted no se atreva a pisar otra vez con gente armada este punto." (AEM: 7.12.70,
y R. Pastor: ob. cit. p. 181)

Otros incidentes hicieron peligrar la paz: En Enero de 1871 se sublevó la guarnición


del Fuerte Sarmiento por no haber recibido los sueldos de 15 meses que se les adeudaba, y 50
soldados marcharon a los indios ranqueles. El 19 del mismo mes salieron en expedición dos
contingentes hacia Leuvucó, uno al mando del coronel Arredondo y otro al mando del coronel
Antonino Baigorria de Villa Mercedes y de Río Cuarto, respectivamente. Durante días
acamparon cerca de las tolderías y el 24 atacaron los toldos de Mariano Rosas, rompiendo la
paz. Huyeron a tiempo, pero le mataron unos 50 indios (lea: sin cuenta), apresaron dos
capitanejos y 70 indios. Regresaron llevándose la hacienda que recogían al pasar (Memoria
del Ministerio de Guerra. 1871. p. 288). Las tropas, pagadas por sí mismas, habían retornado
el 3 de Febrero.
Mariano Rosas y el cacique Ramón declararon su voluntad de mantener la paz y
pedían el cumplimiento del tratado, ofreciendo inclusive la devolución de cautivos. Se les
contestó que los tratados aún no habían sido aprobados por el Congreso. Pero el coronel
Tejedor les envió algunas raciones (AEM: 1.3.71). Baigorrita también pedía la paz.
El cacique Epugner, hermano mayor de Mariano Rosas, en cambio, dio por rotos los
tratados y empezó a hacer sentir su guerrilla. El primer ataque lo dirigió sobre el Fuerte
Sarmiento. Unos 200 indios al mando del cacique Blanco cayeron, el 25 de Febrero, sobre la
Posta y el Fortín de Chemecó, donde mataron a toda la guarnición: 5 oficiales y 60 hombres
(el Padre Alvarez dice 76). Entre ellos murieron el teniente E. Sosa y el capitán Morales
(AEM: 9.3.71). El cacique Epugner con 500 indios desafió en Salto y el sur de San Luis al
capitán Montoya y al coronel Barros. (AEM: 12.3 y 3.4.71: A.M.H.N.: 10.4.71)
Otra invasión cayó sobre la zona de Junín. Más de mil indios se midieron con el
teniente coronel S. Maldonado y sus Juninenses en la laguna La Picaza, en Médano Acha
(Vedia BA), en Lavalle y en Fortín Las Heras. (J. Sánchez: Efemérides militares, p. 169)
El coronel Arredondo, a su vez, tomó la iniciativa y envió al coronel Antonino
Baigorria con 360 hombres del Regimiento 7° a destrozar a los indios que tanto horror habían
perpetrado. La exedición duró 5 días (Parte del 3.3.71 en Ocampo: Historia del Regimiento
7°, p. 98; A.M.H.N. doc. 5455:8.3.71: y Barrionuevo Imposti: ob. cit. p. 55). Hubo encuentros
en Marilancó, Carrilobo. Nilleú y Trapal. (A.M.H.N. doc. 5600)
En realidad, si no hubiese estallado la revolución de Ricardo López Jordán en Entre
Ríos, las provocaciones en todas las fronteras habrían desembocado en una guerra total, en la
Conquista del Desierto. Las tribus ofendidas se unieron y se dejaron llevar a la batalla de San
Carlos de Bolívar (Prov. Bs. Aires), el 8 de Marzo de 1872, "en protesta por las muchas
picardías cometidas contra las tribus..." El general Epugner Rosas participó con 500 ranqueles
en la retaguardia de la formación de Calfucurá (ver Calfucurá). Los 3.500 indios se
replegaron, porque Calfucurá se había atrevido a presentar batalla en una forma totalmente
desconocida por ellos: tendidos en líneas como los blancos Ver la biografía de Jn. Calfucurá).
Mientras Epugner, como jefe vandálico que era, iba de guerra en guerra, su hermano
Mariano y también el cacique Ramón Cabral buscaron contactos para renovar la paz
(A.M.H.N. No 5993: 5.2.72. Arredondo al ministro de Gainza). El ministro los tomó en
cuenta, porque en una carta al general Rivas se lee que no emprenda acción alguna contra
Calfucurá, mientras Arredondo arregla la paz con los Ranqueles (ib. 21.3.72). A Arredondo le
aconsejó mililarizar las tribus ranquelinas y ubicarlas entre Río Cuarto y Río Quinto, (ib.
22.3.72: doc. 6060 y 6072).
El 5 de Mayo se presentó en Villa Mercedes una comisión ranquelina solicitando la
renovación del tratado. Julio A. Roca, entonces jefe de la frontera Sur y Este de Córdoba y
San Luis, opinó que había que expedicionar contra los ranqueles y concentró sus fuerzas en
Tres de Febrero. En consecuencia, Arredondo adoptó las mismas disposiciones, porque los
ranqueles mantenían contactos con Calfucurá, quien parecía preparar otra invasión.
Otra invasión conta los ranqueles: Destinó, pues. al general Teófilo Rey de
Ivanovski con tropa mendocina y puntana para que expedicionara hasta Leuvucó y Poitahué y
lo mismo iba a hacer Julio A. Roca con 700 soldados cordobeses. Se señaló el 24 de Mayo
como día de la partida. En Aillancó se unieron las dos tropas. Luego hicieron batidas en
todas las direcciones. Hubo una escaramuza entre Aillancó y Leuvucó, dirigida por el
capitán José Baigorria. A las doce del día llegaron a Leuvucó, pero los indios los habían
divisado y habían huído. Se comisionó al comandante Plácido Laconcha para que los
persiguiera hacia el sur. No encontraron al cacique Mariano Rosas y entraron en Poitahué.
donde acamparon. El viejo coronel Manuel Baigorria se ofreció para parlamentar con el
cacique Baigorrita (su ahijado) y conferenciaron durante 12 horas sobre el médano más alto.
Naturalmente hablaron de la paz y la reducción como ventaja, siempre "con el fusil sobre el
pecho" (A.M.H.N. Doc. 6144).
Lástima que no tengamos una crónica como la de Lucio V. Mansilla sobre esta
expedición. En el informe del general Arredondo del 4 de Junio se habla de batidas con rigor;
que han perdido 50 hombres; que han quemado casas, matando como cien, incluso a su
cacique Martín y han arrebatado caballos (A.M.H.N. doc. 6757). A su regreso trajeron a toda
una tribu que se iba a reducir en el paraje "Totoritas", sobre el Río Quinto, a 10 kilómetros de
la Villa Mercedes. El 28 de Junio estuvieron de regreso. (Ocampo: Historia del Regimiento
7°. p. 117: Best: Guerras argentinas; A.M.H.N. doc. 6175. El Presidente Sarmiento calificó la
expedición como un fracaso).
Juan J. Gómez rememoró a aquella expedición en un artículo en el periódico “El
Expedicionario” No 37, diciendo: "El 23 de Mayo hicimos campamento en la Laguna Bagual,
cerca de la primera toldería ranquel. El 24 tuvimos un encuentro en Médano Colorado. De
todos los toldos salieron indios de a pie, tomaron sus lanzas tacuaras y saltando sobre ellas en
son de guerra, nos vinieron a decir lindezas... La verdad es que hacían unas figuras
verdaderamente originales y salvajes, como no he tenido oportunidad de ver después...
Pelearon como unos desesperados hasta que todos cayeron bajo el filo de los sables de
nuestros soldados... Hicimos 30 prisioneros... Luego encontramos otra toldería abandonada...
recogimos sus provisiones. El 25 de Mayo entramos en Leuvucó al son de la banda de
clarines..."

13. El tercer Tratado de Paz en 1872

Los caciques, a pesar de todo, seguían insistiendo en el pedido del tratado de paz.
"Todos los indios lo quieren, como hermanos (que) somos". (A.M.H.N.. doc. 6189: 27.7.72)
En cambio. Arredondo seguía con el ojo encima de ellos. Apenas supo que había ocurrido
otro robo en Jagüeles y Corralito, envió una expedición ligera a perseguir a "los indios
gauchos". Pocos días antes se había quejado al ministro de Gainza de que el Padre Marcos
Donati propusiera al coronel J. A. Roca para gestionar la paz; no quería ver menguada su
autoridad (A.M.H.N.: 17.8.72). La historia los mostrará pronto a ambos como contrincantes
políticos.
El ministro le contestó que el gobierno le ordenaba concertar un nuevo tratado de paz
con los ranqueles (ib. 19.8.72). Este encargó entonces a fray Moisés Alvarez (no al Padre
Marcos Donati) efectuar una nueva tentativa para conseguir el consenso para un nuevo
tratado de paz. El Padre Donati había fomentado y mantenido ese deseo entre los caciques,
como lo comprueba la colección de cartas depositadas en el Archivo del Convento
Franciscano en Río IVº. El 15 de Julio, por ejemplo, le escribió el cacique Mariano Rosas,
que estaba contento porque iba a visitarlos. En Septiembre el Padre consiguió el permiso del
gobierno provincial para que fuese a vivir a la Reducción de Villa Mercedes (Arch. Río IVº
No 244; 4.9.72). Casi al mismo tiempo, el coronel José M. Arredondo remitió un telegrama al
Superior del Convento de Río IVº, pidiéndole que delegara a un sacerdote a Tierra Adentro
con el fin de rescatar cautivos y promocionar un nuevo tratado de paz (ib. Nº 253: 10.9.72).
Este comisionó entonces al Padre Moisés Alvarez., quien pidió que lo acompañara el Padre
Tomás M. Gallo.
( en sus Crónicas. Cap. 10, Nº 66, decía que solicitaba al acompañante "por temor").
El 3 de Octubre del mismo año, emprendieron los dos frailes el viaje desde Villa
Mercedes hasta Leuvucó y Poitahué. Nadie huyó de su presencia, ni nadie los molestó. En
Leubucó se reunieron con el cacique Mariano, mostráronle sus credenciales y le hablaron del
tratado de paz. Hallaron al cacique malhumorado, diciendo que no quería resolver nada por sí
solo. Pidió a los sacerdotes que hablaran primero con el cacique Baigorrita en Poitahué,
diciendo que él se uniría a su criterio. No les ofreció hospedaje. Se quejó mucho por
Arredondo que los había invadido y porque el Padre Donati no se había presentado, cuando
había sido designado por el gobierno para tratar la paz.
En Poitahué hallaron mejor acogida y después de unas juntas prolongadas que se
hicieron en el Médano Colorado, firmaron, el 20 de Octubre, un tratado de paz de 23
artículos, valedero para seis años: pero quedaría roto, si se produjeran nuevas invasiones de
sus indios. Cuatro días después aceptó también el cacique Mariano Rosas el tratado de paz en
Leuvucó. Se hicieron varias copias. El texto fue publicado también en el periódico cordobés
“Ecos de Córdoba”. Una copia se halla también en el Archivo Franciscano de Río IVº; es la
que el Padre M. Donati enviara al superior de su convento. La copia que se envió al ministro
se halla en el Archivo del Estado Mayor del Ejercito, documento N q 1188, y lleva las firmas
de los dos caciques principales: Mariano Rosas y Manuel Baigorrita. Por una carta del
cacique Mariano al Padre Donati, del 25 de Octubre, nos enteramos de que el cacique no
estaba conforme con todos los términos del tratado. "También quieren comprometerme a que
deba prestar auxilio en caso de que la República se viese invadida por extranjeros. A mí no
me conviene... A lo que me comprometo es a no ayudar ni desayudar. Yo sólo quiero vivir en
paz" (Arch. Río IVº Doc. 257). El Coronel Arredondo expresó al ministro su conformidad
sobre la gestión de los frailes (A.M.H.N. doc. 6325). El 6 de Diciembre el presidente y el
ministro de Guerra estamparon su firma aprobatoria sobre el documento (AEM N o 1188).
Arredondo ya lo había firmado.

EL TEXTO DE TRATADO, según el Documento 256 de Río IVº

"El General D. José Arredondo, Comandante General de las Fronteras de Córdoba,


etc., como representante del Excelentísimo Gobierno Nacional, por una parte, y los Caciques
Mariano Rosas y Manuel Baigorria, por otra, que reconocen y acatan como miembros de la
República Argentina, la Soberanía y Autoridad de la Nación, han convenido celebrar un
tratado de paz sólida y duradera, bajo las siguientes estipulaciones:
Art. 1° - Queda solemnemente acordado que existirá por siempre paz y amistad entre
los pueblos cristianos de la República y las Tribus Ranquelinas, y éstas aseguran por este
tratado de paz fidelidad hacia el Gobierno de la República y sus pueblos y el Gobierno les
promete igualmente Protección Paternal.
Art. 2° - El Gobierno Nacional pagará mensualmente: al cacique Mariano Rosas 150
pesos Bolivianos; al cacique Epugner. 100 pesos Bolivianos: a un trompa de órdenes. 7 pesos
Bolivianos: a un escribiente. 15 Bolivianos: a un lenguaraz de Mariano Rosas. 15 pesos
Bolivianos.
Art. 3° - El Gobierno Nacional pagará mensualmente al cacique Manuel Baigorria,
150 pesos Bolivianos; a un trompa de órdenes, 7 Bolivianos; a un lenguaraz del mismo
cacique, 15 Bolivianos.
Art. 4° - El Gobierno Nacional pagará mensualmentc a los caciques Yanquetruz,
Cayupán y Ramón: 50 pesos a cada uno, y 15 pesos mensuales a los lenguaraces de cada uno
de estos caciques.
Art. 5° - El Gobierno se obliga a entregar a los caciques arriba mencionados, cada tres
meses: 1.500 libras de yerba, 1.000 libras de tabaco, 500 cuadernillos de papel, 750 libras de
harina, 500 libras de azúcar blanca. 200 libras de jabón y dos pipas de aguardiente.
Art, 6° - El Gobierno se obliga a entregar a los caciques cada tres meses: 2.000 yeguas
para repartir entre ellos y sus capitanejos.
Art. 7° - Cada cacique arriba mencionado entregará dos cautivos. Los RR. Padres Fray
Tomás Gallo y Moisés Alvarez, comisionados para celebrar estos tratados, arreglarán los
medios de canjear nuestros cautivos cristianos por los cautivos indios que tenemos; y se da
autorización a los Comisionados para que traten de obtener la entrega de los demás cautivos
que haigan en Los Toldos, por una remuneración de cien Bolivianos por cada uno.
Art. 8° - En este artículo se ofrecía a Mariano Rosas una escolta de sesenta soldados
de línea que por nada quiso aceptar.
Como remuneración de este compromiso, por una sola vez. y a los meses de canjeado
el presente tratado, se les daría a los indios 30 yuntas de bueyes, cien rejas de arado, cien
palas, cien azadas, cien achas, 25 fanegas de maíz y cinco de trigo. También por una sola vez,
al mismo tiempo, un uniforme completo a los caciques Mariano Rosas y Baigorrita y otros
para Epumer, Ramón, Yanquetruz y Cayupán; y para cada capitanejo: un poncho fino, un par
de botas becerro, un sombrero, cincuenta pesos mensuales para tres capitanejos de Baigorrita
que son hermanos del mismo: Quinchan, Cuyumuta y Epueque (estos tres fueron excluidos,
creo. por Arredondo).
Art. 9º - Este no fue admitido por los indios, los cuales temen no sé qué cosa.
Art. 10º y 11° - Se habla de que los indios debían admitir a los Padres Misioneros y
contestaron que no era oportuno hablar de eso para entonces. Mariano y Baigorria se
obligaron a perseguir a los Indios Gauchos ladrones quitándoles sus bienes y repartiendo a los
indios pobres y honrados, a los que observan con fidelidad estos tratados de paz y al efecto el
Gobierno Nacional les prestará todo su apoyo.
Art. 12° - Mariano Rosas y Baigorrita se obligaron a entregar los desertores y
criminales que se refugian en Tierra Adentro, a las autoridades del país que las reclaman; y
también, por su parte, el Gobierno Nacional se obliga a entregar todo indio que, habiendo
cometido una muerte o robo en Tierra Adentro, se refugie entre los cristianos, y sea reclamado
por alguno de los caciques estipulantes.
Art, 13º - Ningún cristiano podrá ir a Tierra Adentro sin recabar de las Autoridades
Militares fronterizas un pasaporte que explique el objeto de su visita; y los caciques Mariano
Rosas y Baigorrita se obligan a multar a los cristianos que infrinjan este artículo, quitándoles
las mercaderías que llevan para negociar, prendas, caballos y dando cuenta al Gefe de la
Frontera más inmediata.
Art. 14º Ningún indio podrá venir de Tierra Adentro, sin pasaporte de su
correspondiente cacique, expresándose por cuánto tiempo viene licenciado y con qué fines, y
las Autoridades fronterizas podrán arrestar a los infractores de este artículo, dando cuenta a
los caciques.
Art. 15º - Los indios sólo podrán traer a vender ganados orejanos. Toda compra o
venta de ganado deberá hacerse en los fuertes fronterizos con intervención de la Autoridad
Militar. Para las demás compras o ventas de cualquier género que sea, los indios podrán pasar
la línea de Frontera llegando hasta donde puedan vender con más provecho. Los caballos,
mulas o yeguas de marcas conocidas, desconocidas en que vengan los indios, no les serán
quitadas por ninguna Autoridad civil o militar y sólo podrán venderlo a los que fueron sus
dueños.
Art. 16º - A la primera invasión grande o chica de Mariano o de Baigorrita y demás
que les están subordinados, el presente tratado quedará sin efecto, rompiéndose la paz por el
Gobierno Nacional, si no recibiese explicaciones satisfactorias de su inculpabilidad; es decir
que la invasión ha sido (hecha) por tribus que no están en paz con el Gobierno Nacional.
Art. 17º - Igualmente quedará sin efecto el presente tratado y se romperá la paz,
cuando alguna de las partes contratantes faltase al estipulado en los artículos anteriores y
siguientes y no diese, en el término de dos meses, una explicación satisfactoria sobre su
conducta.
Art. 18° - El Gobierno Nacional ofrece indulto de la vida de todos los cristianos
refugiados en Tierra Adentro que quieren volver a sus hogares, en la inteligencia que los que
no la acepten, si bien no podrán ser reclamados por el Gobierno Nacional, quedarán sujetos a
las penas de la Ley para todo tiempo.
Art. 19º - El pago y la entrega de todo lo estipulado en los artículos anteriores, se hará
en Villa Mercedes. Los caciques Mariano Rosas y Baigorrita mandarán sus representantes a
recibir sus sueldos que les asigna el Gobierno Nacional, el ganado y las raciones de
entretenimiento que deben distribuirse entre sus respectivas tribus. Los capitanejos,
lenguaraces y escribientes vendrán en persona o mandarán a sus apoderados.
Art. 20° - En caso de invasión extrangera, los indios de Mariano Rosas y de Baigorria
y todos sus dependientes, prestarán su apoyo al Gobierno Nacional.
Art. 21º - En caso que algunas otras tribus se sublevasen contra el Gobierno Nacional,
los caciques Mariano Rosas y Baigorria se comprometen a prestar el auxilio que se les
requiera, hasta someterlas.
Art. 22° - Este Tratado durará seis anos, a contar desde el día en que se haga su cange
y podrá ser renovado por mutuo convenio de las partes contratantes.
Art. 23° - Los Reverendos Padres quedan encargados de hacer la ratificación del
presente Tratado, así como todo lo demás conveniente."
A ruego del cacique D. Manuel Baigorria, por no saber firmar, el Comisionado firmó
este tratado en Poitahué, el 20 de Octubre del ano 1872: Juan de Dios San Martín.
A ruego del cacique Yanquetruz, por no saber firmar: Hilarión Nicolay.
Como Comisionado del General Arredondo, firmaron este tratado de paz. en la misma
fecha y año: Fray Moysés Alvarez y Fray Tomás María Gallo. Comisionados.
Otra copia se firmó en Leubucó. el 24 de octubre de 1872, con Mariano Rosas {doc.
1188). Y una copia más se halla en el Archivo del Dr. Zeballos, en Luján.
Pero con todo no hubo fiesta, sino desconfianza, como decía el cacique Mariano
(A.M.H.N. doc. 6361; 9.11.72). El Padre Alvarez en su Crónica comentó años más tarde
(Capítulo 10): "La paz, esta vez fue duradera, hasta que el General Roca estudió el modo para
hacer desaparecer ese puñado de salvajes que se daban los aires de Nación belicosa".

17 Era difícil para ambas partes cumplir el tratado

En esos años hubo una correspondencia fluida de los caciques con los padres
franciscanos: también más tranquilidad y los pobres de las tolderías deseaban "gozar un poco
de los regalos de la civilización". Nos sonreímos al leer los pedidos que les hacen en sus
cartas. La esposa de Mariano Rosas, la señora Tripaimain. pedía un asador, añil. café y dos
tijeras (doc. 324: 27.7.73 Río IV). Hubo quien pedía cornetas, un acordeón, paños finos, hilos
y agujas.
Los misioneros Donati y Alvarez trabajaron para instalar colonias indígenas a modo
de reducciones, tanto en Villa Mercedes, como en el Fuerte Sarmiento o se empeñaron en
rescatar cautivos, empleando los fondos que para ello habían podido reunir. El 4 de Agosto de
1873, el Padre Donati preguntó por carta al jefe de la frontera, qué ayuda daría a los indios
que se trasladarían a la reducción y le manifestó que había pedido al Gobierno un terreno para
la reducción . (Documento reproducido en el Boletín de Río Cuarto N o 5 y Arch. Río IVº
Nº338, sobre Roca y la Reducción. Otras citas en Salvatore Zavarella: Pionerí franciscani
nella Pampa, Assis [Italia], 1983, tesis doctoral que explota el Archivo Franciscano, pero
desconoce mucho de nuestra historia y resta méritos a Donati).
Ni el gobierno ni los militares apoyaban debidamente esa obra: la desubicaban y
dispusieron una reubicación de las tribus en la frontera. Es comprensible que Mariano Rosas
y los demás indios ranqueles se resistieran a tales proyectos. "Digo a usted que es imposible
aceptar tales proposiciones... Tengo en vista los sucesos anteriores. Siempre los tengo en mi
cabeza, los cuales se los haré saber por extenso:
"Por primera vez hubo una gran traición en el lugar denominado Laguna del Guanaco,
en donde resultó una mortandad terrrible, después de haber (habido) un quebrantamiento de
armas y haber puesto una cruz, juraron por ella que no faltarían a las proposiciones que por
ambas partes aceptaron. Ese (tratado) duró poco tiempo.
"Y por este tenor siguieron (otros) sucesos: "Por primera vez (en) la Laguna del
Guanaco; la segunda vez: en El Lechuzo; la tercera vez: en El Sauce; la cuarta vez: en las
inmediaciones de Nagüelló. Y por este tenor en Luán Lauquen; en la Laguna del Recado; dos
veces en Licanché; en Toay; en Ampuil; en Rigancó... Vea usted. Padre, todos los
antecedentes que tengo para no entregarme ciegamente.
"Yo trabajaré sin descanso a fin de con servar la paz; pero salir a los cristianos me es
imposible, porque todo hombre ama el suelo donde nace." (Arch. Río IVº doc. 170, Rosas al
Padre Donati). También el 2 de Marzo de 1874 le dice que le culpan de cinco invasiones.
"Yo no tengo intención alguna de perder la paz por nada"(ib.Doc 394). Y en otra le
repitió: "Yo no pienso en ninguna otra cosa, sino en cumplir las condiciones de la paz. Los
indios han hecho una entrada al Fortín Charlone: me dicen que han arreado trece caballos
patrios y que son de Peñaloza. Con esta fecha mando una comisión armada a juntar los
caballos y que los lleven a entregarlos." (ib. Doc.334)
El 7 de Junio de 1874, el Padre Donati partió para Buenos Aires con una comisión
ranquelina de ambas tribus (de M. Rosas y de Baigorrita) para asegurar el favor del gobierno
y para entregar cautivas redimidas. El 23 de ese mes se presentaron ante el arzobispo D.
Federico Aneiros y con su recomendación se apersonaron al Presidente D. F. Sarmiento y al
ministro Martín de Gainza. Querían aclarar el asunto de los sueldos y de las tierras.
Indirectamente conocemos la respuesta; pues Gainza escribió al cacique Mariano Rosas, el 15
de Julio, que el Presidente prometía facilitarles lo necesario para que viviesen y trabajasen en
paz (A.M.H.N. Nº 8467}. En otra ocasión le ofreció casa y raciones (ib. 8458). Eran
promesas... El Padre Donati. en cambio, a su regreso comunicó al compañero, el Padre M.
Alvarez, que el gobierno no pagaba los sueldos. (Arch. Río IVº, Nº 446)

Ese año 1874. además, hubo entre indios y soldados una espantosa epidemia de
viruela. Y en Septiembre estalló la revolución mitrista que resultó muy infortunada para las
tribus en general. El coronel Julio A. Roca se enfrentó al coronel José Arredondo, quien con
sus efectivos se había plegado a la revolución, movimiento de protesta política. Esta nueva
lucha civil entre los cristianos desconcertó a los ranqueles; pero no fueron comprometidos en
la guerra, como lo fueron los de Catriel y otras tribus del sur. El coronel Julio A. Roca hizo
decir a los ranqueles de la pampa que el gobierno quería que se mantuviesen en paz (Arch.
Río IVº. Nº 464). Julio. A. Roca fue el vencedor sobre este sector afectado por la sublevación,
y fue nombrado comandante en jefe de la frontera sur de Córdoba y San Luis.
Me falta un eslabón histórico para poder explicar por qué, el 20 de Diciembre de
1874, cien ranqueles expedicionaron al mando del cacique Melideo, hermano del cacique
Mariano y de tres hermanos del Indio Blanco. Llegaron a la Frontera Norte de Buenos Aires.
Fueron advertidos en el Fortín Chañar y Fortín Gainza. El teniente coronel E. Laprida salió al
encuentro. A fines del mes estuvieron en la zona de La Carlota. (AEM.-31.12.74) Por la carta
de Mariano Rosas al Padre Donati, fechada en Leubucó el 12 de Diciembre, vemos que el
cacique no estaba conforme. Pero no hubo mayores consecuencias. (Arch. Río IVº. Doc. 482
y 486)
Tampoco le gustó al cacique que tantos indios suyos se hubieran ofrecido a vivir en
las reducciones cerca de las fronteras, porque veía debilitarse su fuerza militar.
El 30 de Abril de 1875, mandó a su hijo Manquegnerr con 300 indios al Fuerte Villa
Mercedes para reclamar los "regalos" estipulados en el tratado. Pero el sustituto del general
Roca los despachó sin atenderlos, diciéndoles que debían esperar la vuelta del general. Este
escribió al Padre Donati, el 19 de Mayo, que las comisiones del cacique Mariano Rosas y de
Baigorrita debían ir a Buenos Aires y presentarse al señor Presidente (Boletín de Río IVº, Nº
5). Así lo hicieron.
En Buenos Aires no recibieron muestras de simpatía: incluso el ministro les decía que
el tratado era insostenible y que había que trasladar a los indios, también a los reducidos.
-"El precio a que se compró la paz con Mariano Rosas es caro, carísimo... -decía
Alsina a Roca-, y en caso de renovar la negociación, deben ser alteradas dos de las bases
existentes: No darles todo y exigir otra compensación (servicio) y no contentarse en que no
invadan". (Olascoaga: La Conquista del Desierto, I.p.30).

Roca definió las nuevas condiciones en carta al ministro Alsina, el 19 de Octubre de


1875: "Para establecer la línea a la altura del Cuero, debemos dar por rotas las paces con los
ranqueles, que -la verdad sea dicha- han cumplido fielmente sus compromisos, a pesar de
haber sido completamente abandonada la frontera en Septiembre del 74, con motivo de la
rebelión.
"Los indios mirarán el solo hecho de estudiar los puntos que V.E. me indica (como) un
ataque a sus derechos, pues consideran suyos estos campos, aun los que actualmente
ocupamos en Río Quinto, como lo comprueban las reclamaciones, que en distintas épocas han
hecho, y acudieron a las armas en su defensa.
"Nos acusarán de ser nosotros los primeros en faltar a la fe de los tratados y,
agregando este agravio a los que conservan vivos en sus recuerdos de los tiempos más
remotos contra los cristianos, se prepararán para oponernos la más tenaz resistencia, con el
vigor de los que combaten por su propia existencia, ya sean bárbaros o no" (en: Publicaciones
del Museo Roca: Documento VII, p. 205 HA). Propuso, al fin, no romper la paz por "El
Cuero", pero sí, preparar una ofensiva que llevaría en dos años las fronteras hasta el Río
Negro. No obstante, un mes más tarde, el general Roca escribía a los misioneros sobre la
posibilidad del traslado de los indios, algo así como se ensayó con los indios de Catriel. (Río
IVº, doc. 583: 24.11.75)

Los misioneros franciscanos no pudieron adelantar sus proyectos de fundar colonias o


reducciones en los campos de los indios; los militares exigían que hicieran sus obras en las
zonas militares, donde a la vez militarizaron a los ranqueles.
En su conferencia del P. José Padrós, ya citada, detalló esa otra obra misional, de
rescatar cautivos. La Crónica del Colegio señala más de 300 rescates de cautios.
El cacique J. Villarreal fue el primero que se presentó con un grupo de familias en el
Fuerte Sarmiento para fundar la “Colonia Indígena de Sarmiento (Crónica Cap. 13 p.102 –
103.
Una segunda colonia se estableció en “Totoritas, cerca del Fuerte Tres de Febrero (ib.)
El P. Marcos Donati trabajó ya desde 1870 en el Fuerte Constitución de Villa
Mercedes. Poco duró. Y en “Espinillo” (actual Reducción), zona donde, ya hacía dos siglos,
Jesuitas y Francisacanos ensayaban “reducciones”, el P. Donati esperaba tener más éxito; pero
ni los militares ni los pobladores favorecieron esa obra.
En Villa Mercedes se presentó el cacique Martín Simón con 30 familias que se
quedaron hasta 1876.
El último cacique que se presentó pacíficamente en 1877, fue el cacique Ramón
Cabral. Pero ya era tarde, ya marchaban los ejércitos para la conquista definitiva del Interior
del país. Y fue Roca que “rindió sin pena ni gloria los restos desnudos y famélicos de las
tribus ranquelinas” – Palabras del Gral. Julio A. Roca.
En éste rápido resumen de las fundaciones misioneras nos adelantamos demasiado.

En Diciembre de 1875, poco antes de la gran invasión de Namuncurá unidos en


protesta a los indios de Catriel, un contingente de ranqueles maloneó en la provincia de San
Luis; pero se vio que no eran los de Mariano. Así lo escribió Roca al ministro Alsina que
estaba en los preparativos para su Avance y la Conquista del Desierto: "Mariano se ha portado
bien y ha cumplido sus compromisos. No tomó parte de la invasión. El tratado de 1872-1876
no ha caducado..."(AEM: 17.12.85). Efectivamente, Mariano Rosas nunca tomó parte en
invasión contra cristianos, según el voto que había hecho en 1840, al salir de su retención por
Rosas.

18. Dos años críticos, durante el Avance de Aisina 1876/1877

El ano 1876 se inició con la guerra de la Conquista del Desierto. El Malón Grande
que quería atrasar o impedir el Avance de Alsina, planeado ya sin secretos, casi aceleró la
ejecución de ese plan. Los caciques ranqueles se abstuvieron de intervenir, conscientes de sus
compromisos. Roca decía que las tierras ranquelinas eran como un oasis de paz (Doc. Río
IVº, 295). El general Roca continuó su política de paz (el tenía sus propios proyectos). Encaró
también el ajuste y la renovación de los tratados que se habían concertado por seis anos.
También los Padres franciscanos eran sus intermediarios, quienes mantenían constantemente
contactos (a lo menos epistolares) con los caciques ranquelinos.
El 8 de Marzo de 1876, Roca le decía al Padre Donati que tenía ajustadas ya las paces
con Baigorria y Cayupán y para comprar un terreno, esperaba una resolución del gobierno.
Efectivamente se había dirigido al ministro de Guerra, pidiéndole aprobara los nuevos
tratados, arreglados con Mariano Rosas y con Baigorrita, a lo que asignaba artículos
adicionales, con respecto al tratado de 1872. Creía que los comisionados de los caciques
estarían dispuestos a aceptarlos. Hacíale ver que le resultaba difícil racionarlos en fecha
(AEM: doc. 7367). No quiso demorar a las comisiones, porque entrarían en sospechas. El
ministro de Guerra intervino. Bartolomé Mitre, aprobó el 10 de Abril las bases de este arreglo
del tratado (AEM: doc. 1260 y 1178); el 24 de Junio de 1878, el tratado sería renovado una
vez más. (AEM: doc. 1346)

Convenía que esta parte del "Desierto" estuviese en paz, mientras se guerreaba
cruelmente más al sur. (¡Y qué cerquita!) Los indios perseguidos hicieron varios llamados a
los caciques ranqueles para que participaran en la lucha de su raza.
A Mariano Rosas, toda esa situación le dolía y mantenía su angustia y su
desconfianza. Confiaba sólo en los sacerdotes amigos, como decía en la carta del 5 de
Septiembre de 1876. (Río IVº. doc. 653).
Nos parece que fue la última carta que dirigió a su amigo, el Padre Donati. De allí se
fue silenciando por una grave enfermedad.
Cuando Aisina, jefe de la gran ofensiva en el sur de La Pampa, se enteró de los nuevos
arreglos de Roca con los ranqueles, protestó diciendo, que el tratado hecho con Mariano
Rosas era oneroso. "(¡15.000 pesos va a pagarles por trimestre!" (AEM: 6.10.76). Pero Roca
se entendía con el ministro interino y con el Presidente, cuya candidatura había apoyado.
Pronto sería él mismo su ministro de Guerra y algo más tarde su sucesor.
Por la correspondencia de los ranqueles con el Padre Donati nos enteramos de que a
fines de ese año hubo una ligera expedición que iba para atacar sus toldos, el 27 de Diciembre
de 1876 (Arch. Río IVº. Doc. 715: Epugner Rosas a Donati: 10.1.77). Y parece que la razón
de este ataque fue que los indios de Melideo habían salido a robar. (El parte del coronel Luis
M. Campos falta en el Archivo del Estado Mayor del Ejército)

En Marzo de 1876 fueron atacados de nuevo, primero en Poitahué y luego también en


Leuvucó (J. Rodríguez: Campañas del Desierto. 1927, p. 23 y 78). El comandante del Fuerte
Sarmiento fue destacado contra el cacique Ramón Cabral para quitarle la caballada y forzarlo
así a que se entregara (R. Yaben: Biografías Militares, I. p. 811). En Junio de 1877 lo hizo.
Julio A. Roca de pronto había cambiado su posición y política con los ranqueles. Lo
manifestó al ministro de Guerra D. Adolfo Alsina, el 19 de Junio de 1877: "Es un sacrificio
para la Nación mantener este estado de cosas. Estemos en guerra abierta o en paz armada,
como la que se mantiene con los Ranqueles, el país no economiza un solo peso y exige las
mismas fatigas y vigilancia a las tropas." Incitóle a expedicionar: "a amenazar también la
retaguardia de los pampas y ranqueles... Parece, pues, -dice más adelante-. que está por medio
el honor de la Nación en averiguar qué hay de verdad en todo esto. y qué provecho se puede
sacar de estas tribus: saber si son o no aptas para el trabajo, o tienen que sucumbir como los
Pieles Rojos en América del Norte, a quienes tanto se asemejan, ante las necesidades siempre
crecientes de la Civilización". (En: Publicaciones del Museo Roca, Documento V, Bs. As.
1966, p. 144/45. Esta será la filosofía de Roca en los años de la Conquista)

19. La muerte del cacique Mariano Rosas


Los ranqueles no ignoraban que les soplaban vientos desfavorables. Eran también
lectores de los diarios porteños. Y por colmo de males, fueron castigados entonces por el
flagelo de la viruela.
Ya la angustia o la tristeza podían haber aniquilado al cacique Mariano Rosas, aunque
no contaba más que 59 años de edad. Era el gran nostálgico de la paz.
El gran "paisano Mariano Rosas", jefe de los ranqueles de Leuvucó murió el 18 de
Agosto de 1877 a causa de la funesta viruela. Por la misma epidemia murieron poco después
dos de sus queridos hijos: Linconao y Epugner chico. Deben haber sido momentos muy
tristes, semejantes a los que habían vivido al morir Calvaín, el hermano de Mariano Rosas en
1858.

El cacique Epugner Rosas fue designado de inmediato sucesor de Mariano Rosas. El


mismo nos da las primeras noticias sobre la muerte de su hermano por dos cartas dirigidas al
Padre Marcos Donati que transcribo:
"Leubucó, Septiembre 14 de 1877
"Al R. P. Marcos Donati
"Mi reverendo Padre y amigo: El objeto de la presente es poner en su conocimiento
que el 18 del (mes) próximo pasado tubimos que lamentar la muerte de mi Ermano, el
General Mariano Rosas, con quien sostenían sus arreglos de paz..
"Mi padre, hoy soy yo, quien lo represento y para el efecto he tenido a bien reunir a
todos mis capitanes y decirles: Señores, ha muerto mi Ermano, pero hoy soy yo quien lo va a
representar y no pienso perder la paz por nada y es preciso que me ayuden a quedar bien. Mi
padre, yo estoy dispuesto a cumplir con la paz y si mis capitanes no me ayudasen, entonces
tomaré las medidas que me convengan. Usted sabe que no tengo ese corazón que tenía mi
Ermano. Mi padre, yo he de hacer cumplir. No creo que por... tres o cuatro diablos dañinos yo
he de quedar mal. No, mi amigo.
"También quiero decirle otra cosa: Que pienso mandar a mi sobrino a Buenos Aires.
No sé cuándo será: pero es preciso que me ayude en lo que sea posible.
"Es cuanto se le ofrece a su amigo y mi señor. (Firma) Epumer Rosas". (Arch. Río
o
IVº. N 769).
En otra carta del 8 de Octubre del mismo año, le dice al Padre M. Donati:
"...Yo pienso sólo conservar la paz.. Tengo presente que mi hermano Mariano Rosas
un día. antes de morir, me aconsejaba, que siguiese en paz, haciéndome presente que me
dejaba su familia y yo era quien debía dolerme de sus hijos, por cuya razón he creído mandar
una comisión a Buenos Aires (para que) hable con el Sr. Presidente con orden a la
conservación de la paz..." (Arch. Río IVº. No 780)

Son bien elocuentes estas palabras y nos dejan la imagen del cacique Mariano Rosas,
venerado por todas las tribus ranquelinas y aún más allá de su tierra pampeana. Era un digno
vástago de la nobleza araucana y respetuoso para con todos los hombres, aún con los blancos
que tanto le habían hecho sufrir. La Providencia le ahorró los sufrimientos que su gente tuvo
que enfrentar durante los siguientes dos. tres años, en la última fase de la Conquista del
Desierto. Esta última historia de la persecución y aniquilación de las tribus ranquelinas la
resumimos en las biografías de los caciques Epugner y Baigorrita, Ramón Cabral y algunos
otros más.
La noticia de la muerte de Mariano Rosas corrió de tribu en tribu, aunque pocos
caciques del sur pampeano y de Chile pudieron acudir al entierro, por la cruenta guerra que
aquí y allá tuvieron que enfrentar.
La primera nota periodística sobre este acontecimiento la encontré en el diario “La
América del Sur”, Nº 449. del 26 de Agosto de 1877 (Bs. As.), bajo el título: "Muerte de un
cacique":
"Acaba de morir el poderoso cacique de la tribu de los Ranqueles, de muerte natural.
Mariano Rosas. Era una autoridad del desierto. Por su influjo. su valor y. sobre todo, por su
prudencia, ha sido posible mantener(se) la paz con él: y el General Roca había logrado
imponerle respeto e inspirado confianza..."
A mi investigación deben haber escapado otras comunicaciones, pues el 27 de Agosto
del mismo año, Ataliva Roca, estacionado en Junín, tuvo ya noticia del deceso del cacique.
Escribió entonces a su hermano Julio Argentino, que temía que la muerte de Mariano Rosas
pudiese desatar una invasión a la provincia de Buenos Aires.
El diario La América del Sur Nº 456 del 2 de Septiembre de 1877, publicó una
hermosa nota sobre "Las Exequias de Mariano Rosas":
"Las exequias que los Ranqueles han hecho al cacique Mariano Rosas han sido
verdaderamente regias. El cuerpo de Mariano ha estado expuesto a la puerta de su toldo por
espacio de 24 horas y lo rodeaban más de 200 mujeres que lloraban como las antiguas
plañideras. Todos los objetos de que se había servido en vida, estaban a su cabecera; es decir,
el apero, lazo, boleadora, etc.. etc.
"A las 24 horas después de haber dejado de existir, fue llevado a su última morada.
acompañándolo todos los indios de Ramón, de Cayomuta, de Epugner y de Baigorrita. Las
mujeres lloronas seguían las angarillas en que iba conducido por cuatro mocetones. Llegado
que hubo el cortejo al sitio donde debía ser sepultado el cadáver, varios cautivos e indios
procedieron a abrir un gran hoyo. Mientras unos hacían esta operación, otros degollaron tres
de los mejores caballos del finado y una yegua gorda. Después de haber concluído de abrir el
hoyo, se hicieron las ceremonias de estilo. En la fosa se sepultaron los caballos, la yegua,
varias prendas del finado. etc., para que pudiese emprender su largo viaje con felicidad.
Encima de todo se puso el cuerpo de Mariano y los capitanejos fueron los primeros que
echaron tierra sobre su cadáver.
"En ese mismo lugar, las mujeres han pasado dos días llorando y los hombres
desechando penas, es decir, emborrachándose. He aquí cómo cumplen sus últimos deberes los
hijos de la Pampa".
No sé quién ha sido el observador que transmitió estas noticias al diario porteño.
Quizás el periodismo cordobés a su vez haya hecho eco al acontecimiento. Parece que ni el
jefe de la Frontera, ni el amigo misionero estuvieron en Leuvucó para consolar y acompañar a
sus deudos. El coronel Manuel Baigorria había fallecido dos años antes. Ellos podrían
habernos dejado sus observaciones y su juicio valorativo de esta gran figura de la Pampa, que
se destaca entre los demás caciques contemporáneos.
Su tumba, que debiera haber sido sagrada, fue profanada por las tropas
expedicionarias del coronel Eduardo Racedo, cuando en Noviembre entraron en Leuvucó a
sangre y saco, haciendo estragos y espantos. Alguien trajo como botín el cráneo del cacique
Mariano Rosas que más tarde formaría parte de la colección del Dr. Estanislao S. Zeballos y
más tarde formó parte de las colecciones antropológicas del Museo Natural de La Plata.. El
23 de Junio de 2001 , esta reliquia fue repatriada y restituída a la comunidad ranquel a orillas
de la laguna de Leuvucó, 25 Km. al Norte de la ciudad Victoria en La Pampa. El Diario La
Nación del 21 de Junio de 2001 página 17 reproduce el hermoso monumento dedicado “a los
ranqueles”
La sucesión en el cacicazgo, normalmente, recaía en el hijo mayor de un jefe
mapuche. En este caso, Mariano Rosas (hijo), alias Guayquigner, cedió el cargo a su tío
Epugner, gran guerrero. Los tiempos eran difíciles.

20. Una palabra más sobre la familia de Mariano Rosas, el cacique de Leuvucó
Al inicio de esta biografía nombré a los padres del cacique Mariano Rosas y a sus
hermanos. Su padre fue Painegnerr (o Painé) 1780 – 1844 y su madre Quilche. El hijo
sucesor del cac. Painé fue Calvain que murió trájicamente en 1858. Le sucedió Mariano
Rosas.
El coronel Lucio V. Mansilía conoció en 1870 la familia “real”. Habla de cinco mujeres de
Mariano Rosas y conoció a tres de sus hijas. Pero el P. Burela averiguó en 1870, que tenía 22
hijos vivos y 10 muertos. El Padre nombra a la primera mujer de nombre Tripaimán "de buen
físico"; otra ha sido Mercedes Villegas y las dos hermanas Daniela y Perfecta Capdevilla.
Otra se llamó Emilia, quien luego convivió con el cacique Epugner, hermno de Mariano
Rosas. En los libos bautismales de Villa Mercedes figura también Adoración Contrera. De
Petris, J.C. de Santa Rosa dice en su estudio genealógico que la principal esposa de Mariano
había sido Petrona Carripilún, quien murió en Gral. Acha en 1890.
Anotaré los nombres de los hijos que hallé en diferentes documentos:

Epugner (chico) Rosas, nac. 1857. m. en 1877, de viruela; "manso y favorable a los blancos".
Guayquigner (Waiquiner o Güinquigner), nac. 1859; quizás el Manquegnerr de 1875 o
Mariano Rosas IIº
Amunao, Manuel "Tigre Caminador", casado con Juana Cardozo: inteligente, sabía leer y
escribir.
Puitrinao o Puitrín (hijo de Emilia y Mariano), nac. 1869; se casó con Mónica Cornejo.
Duguinao (según Mansilla).

ROSAS, MARIANO

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ROSAS, Mariano (IIº), hijo del cacique Mariano Rosas, el General ranquelino de
Leubucó.
No hay que confundirlo con el sobrino del mismo nombre. Este es hijo de Pitrinao y el otro
hijo del cacique Epugner y de Emilia Nantius, nacido también en Leuvucó.
El 21 de Mayo de 1878, el períódico La América del Sur (de Bs.As.) incluía ésta
noticia: “Mariano Rosas. Este joven indígena se educa actualmente en el Colegio Nacional de
Buenos Aires. Va a emprender una expedición al desierto para somter a los indios, llevándolos
por el trabajo a la Civilización. Quiere que le den los niños para ser educados en la ciudad y
pidió 10.000 $”. Parece que ha sido mentalizado o sus palabras eran una avivada. En el
Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, en La Plata, existe esta su solicitud con
fecha 8.8.78; Catálogo VI p. 279.
En la iglesia del Pilar encontramos a otro Mariano Rosas, entre los bautizados, el 20
de julio de 1879, hijo de Cayupí de 26 años, incorporado en el Batallón de Artillería, cuando
murió su padre en 1877; pero ni Baigorrita quiso asumir esa responsabilidad sobre la tribu,
sino que llegaron al consenso que asumiera Epugner el cacicazgo, porque era el hermno
mayor del “General” Mariano Rosas (Iº) Este tuvo la satisfacción de que el Gobierno
aprobara, el 24 de Julio de 1878 de nuevo el tratado de paz (AEM doc. 1346, publicado por J.
Walther: Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 815 Anexo) . A Epugner chico se le asignó 100 $
mensuales. Pero fue un engaño. Pues poco tiempo después cayó una fuerte expedición al
mando del Cnel. Eduardo Racedo sobre las tribus ranquelinas. Y luego una expedición tras
otra debían “barrer a los salvajes de la Pampa”. Los que podían huir se iban al Neuquén, pero
siempre fueron perseguidos por las tropas expedicionarias. En diciembre de 1878, Epugner
había vuelto para levantar algo de su trigal que había sembrado. Una patrulla lo descubrió y lo
apresó. Entre tanto Mariano IIº y sus primos, los caciques Patrianú y Guayquigner estaban
traspasando la gran “Travesía” para irse al Neuquén. Les quedaban sólo unos cien indios de
lanza. El cacique F. Purrán les dio acogida y protección, hasta que los ataques se le venían
también a él y a su tribu.
Por una página de la “Historia Eclesiástica del Cuyo” de Monsr. J.A. Verdaguer (tomo
II. P. 763) nos enteramos de que en 1881 Mariano Rosas había dirigido un último malón
contra la población mendocina de La Paz. Que se han llevado cautivos que luego el Padre
Prior Moisés Vicente Burela, amigo de su padre, consiguió rescatar. (Me cuesta creerlo).
En 1883, el Coronel Ortega, al cautivar las familias de Namuncurá, le cautivó a
Mariano Rosas unos 70 indios e indias, entre los cuales estaba su tía “la anciana esposa del
cac. Mariano Rosas Iº; le mataron dos capitanejos y 50 indios. Pero él logró huir”.
Al terminar mi reseña de Mariano Rosas, me pregunto qué tendría que contestar al
General Julio Argentina Roca, quien en 1877 escribió, que el honor de la Nación soberana
exigía que sucumbiera todo un pueblo ante las necesidades crecientes de la civilización.
(Roca: en Publicaciones del Museo Roca en Bs. As.. Documentos, vol Vº 1966 p. 249)

ROSAS, Alonso, cac. ver Antemain, Alonso

Rosas, Cipriano, 1820, capitanejo pampa. En diciembre de 1826, el Comandante


Morel de Kakel comunicó, que Cipriano Rosas no se había alistado para la expedición del
Cnel F. Rauch contra los bárbaros (AGN X. 14-6-1)
ROSAS, Divitio, 1861 capitanejo boroga, hijo del cacique Francisco Meliqueo. Se
incorporó a la tribu de Santiago Llanquelén en Junín. En 1862 fue incorporado a la tribu de
Coliqueo, donde se incorporó a la lista de los capitanejos con sueldo y era lenguaraz y
desempeñaba alguna misión diplomática. 1874 fue tomado preso, mientras se presentó en
una de las varias comisiones al Jefe de la Frontera de Junín y fue confinado a Martín García.
A los dos años regresó a la Tribu de Coliqueo. Allí vivieron unos momentos muy dramáticos.
En 1878 acompañó al caciquillo Juan Painequeo hasta Junín, separándose de la Tribu de
Coliqueo. En nombre de Painequeo hizo algunas gestiones para obtener tierras en propiedad.
1885, por ejemplo, se presentó ante el juzgado de Mercedes, acompañado de su mujer y de
sus hijos y algunos indios más.Querían obtener una porción de tierras en el campo de los
Coliqueo. La Revista BBT en 1900 publicó su fotografía, estando en Los Toldos)
ROSAS, Ramón, 1855, capitanejo del caciquillo Tripailaf. Ese año se sublevó y partió
a Entre Ríos. Donde se hallaba a la sazón el Indio Cristo , quien había entrado en contacto
con el Gral. J.J.de Urquizo. En 1866 se presentó al cacique Ignacio Coliqueo en Los Toldos
(Prov. Bs.As.) Y finalmente quiso irse a Buenos Aires. Se ve que era un hombre inquieto. Es
posible que era el padre de Tomas .
ROSAS, Tomás, 1806 – 1880, en la lista de oficiales subvencionados de Coliqueo en
1868, figura como capitaejo. Más tarde se juntó con Painequeo en Junín.
Sus hijos fueron Manuel Rosas (1854 – 1877); cas. con Polonia Olguín y Leonor Sánchez (y
tuvieron 5 hijos).
Dionisio Rosas cas. c. Rosa Cabrera
José Rosas m. 1875
Manuela R. m. 1877
Marica R. m. 1874
Ursula n.1881 m.
Según el libro de bautismos del Padre Pablo Emilio Savino (1875/76)Tomás Rosas
pertenecía a la Tribu de Llanquelén en Junín, ranqueles que se habían venido a la frontera de
la Provincia de Buenos Aires, al amparo de Rosas y del Fuerte Confederación (Junín). Fueron
favorecidos hasta su aniquilamiento en 1838. (Ver Santiago Llanquelén).
Estando en Buenos Aires, llegó a adoptar el apellido del Gobernador Juan M. de
Rosas. No sé si en calidad de peón o de prisionro ha estado con él. Una nota del año 1837
dice que “el convertido indio Tomás, de la Piedad (Bs.As.) regresaba al Fuerte Federación
con su esposa y que llevaba una lista de beneficios… que el padre, cacique Francisco
Meliqueu tenía en su toldería 70 indios de todo tipo y que recibía mensualmente 17 yeguas
para su mantención” (AGN S.X. 23-7-3 p. 176)
Su rival. El caciquillo Quechudeo había dado muerte al cac. Francisco el 1º de enero
de 1842, el caciquillo Troyal asumió la dirección de su gente, mientras el capitanejo Tomás
Rosas se presentara al Gobernador en Buenos Aires con el fin de acusar al cac. Quechudeo
( otro de la agrupación juninense) por haber matado a su padre, a causa de cuatro chinas que
habían intervenido en la pelea y quería que las entregasen al Gobernador para que las
matase, como también al cacique Quechudeo (AGN X. 23-7-3 y S.VII 1-2-9)
1855 Tomás Rosas siguió viviendo en Junín al servicio del Comandante Ruiz, junto
con otros restos de la tribu de Llanquelén. Un día de ese año, hubo una trifulca entre aquellos,
no sé por qué motivo y él se separó con un pequeño contingente. Se fue a Entre Ríos,
ofreciendo sus servicios al Gral. J.J. de Urquiza, empeñado en la lucha contra la Provincia de
Buenos Aires separada de la Confederación. Después de la Batalla de Cepeda volvió a Junín.
Cuando en 1862 pasó por allí la Tribu del cac. Ignacio Coliqueo en su éxodo del país
de los ranqueles para ubicarse en Los Toldos (Part. De Gral.Viamonte), incorporaron también
al capitanejo Tomás Rosas y a sus hijos (Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos, ed.
EUDEBA p. 64 y Arch Mitre XV p. 332)
Un documento de 1867 nos dice que tuvo una fuerte discusión y divergencia con el
cac. Ignacio Coliqueo y que éste se quejó al Jefe de la Frontera. Le llamó pícaro y recordó
que en 1855 quería sublevarse con su gente. Le había dicho que se iba con Calfucurá a
Mamuil Mapú, donde tenía muchos parientes y tan sólo esperaba el retorno de su hijo. Pero
luego se reconciliaron No se fue de Los Tolos. Y Coliqueo le dio en 1868 la incorporación a
la lista de los oficiales que recibían sueldos del estado. En esa lista se dice que tuvo 40 indios
a su cuidado.
En 1874 integró con su hermano Divitio Rosas una comisión de paz del cac. Justo
Coliqeo ante el jefe de la frontera, Cnel. F. Borges en Junín. Al llegar allí, los apresaron y los
mandaron a la prisión de Martín García (AEM doc. 6669: 11.3..74) Un año más tarde
recobraron su libertad. En 1871 murió el cac. Ignacio Coliqueo. Luego les tocó unos
acontecimintos muy dramáticos, especialmnte la Batalla de la Tapera de Díaz (1876) Murió
en 1880 en Los Toldos.

ROSAS, Francisco (Pancho) 1852, capitanejo de la Tribu de Catriel (Figura entre los
caciques y capitanejos obsequiados por Rosas en Bahía Blanca en vísperas de la Batalla de
Tres de Febrero.
ROSAS, Nahuel, 1850, caciquillo de la tribu de Catriel. La documentación consultada
dice poco o nada de él. 1875 figura entre los sublevados de Azul. Luego fue perseguido, como
todos los indios de Catriel, por los avances de la Conquista de Alsina. En marzo de 1878 se
presentó con 658 indios en Carmen de Patagones pidiendo aceptaran su rendición. Le
acompañaron también los capitanejos Reilef, Platero, Manuel Guerra y Millanamún (noticia
del Diario América del Sur del 31 de marzo de 1878)
ROSAS, Simón, 1867, cac. salinero. De su primera actuación no estamos informados.
Tomás Rosas decía que tenía parientes en la tribu de Calfucurá. 1867 acompañó Simón a
Vicente Calfucurá, hijo del Cacique General Juan Calfucurá junto con el capitanejo Platero
hasta Buenos Aires. En Azul encontraron al Gobernador quien los animó a continuar el viaje a
Buenos Aires para presentarse al Sr. Presidente. Estando allí, murió el capitanmejo Vicente
Calfucurá, atacado por la peste del cólera.
Simón Rosas ha participado en muchos acontecimientos de Salinas Grandes que
reseñamos en las biografías de Juan Calfucurá y de Manuel Namuncurá.
Durante la época de la “Conquista del Desierto” emigró al Sur o fue capturado. En
1880 lo encontró Monseñor Antonio Espinosa en la Colonia Conesa, campo de concentración
de indios rendidos. El misionero anotó en su Diario (p. 81) para el día 16 de febrero de 1880,
que los caciques y capitanejos lo habían recibido con un canto en araucano. Ese día bautizó
18 niños. Tres días después, Monsr. Espinosa asistió a un gran consejo o parlamento de
representantes de todas las colonias que se habían reunido frente al rancho del cacique Simón
Rosas. Discutían sobre la nota que habían recibido del Gobierno y sobre la visita próxima del
Gobernador A.Barros. Ese mismo día Monsr. Espinosa bendijo el matrimonio del cacique
Simón Rosas con doña Manuela Fernández. Antes había bautizado al cacique, porque deseaba
ser cristiano (Diario p.82)
ROYOANQUÉ, 1879, cac. del Sur de Neuquén (huilliche)
ROHUAN (Rowan), 1870, cac. pehunche de los Piñares de Neuquén (Olasc. I. p.
165)
RUA, 1650, cac. puelche de Malalhué o del Diamante (Mendoza), antecesor y abuelo
de Bartolomé Yoyarri.
RUCA LAUQUÉN, Angelito, 1751, cac. araucano de Voyelum, cerca del Río Trayen
(Chile). Ese año lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt (su Diario ed. 1777)
RUCA N, 1821 cac. araucano, cuñado del cac. Venancio Coñuepán, pues se había
casado con su hija María. Estuvo participando en la Guerra a Muerte comprometido con los
patriotas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte, 1972 p. 455)
RUCA ÑEÑQUI,1674, cac araucano; vivía en Rucachoroy (Chile). De malonero se
hizo un fiel soldado del Rey (Gay: Histopria 1874 III p. 324)
RUGUI LLANCA o Ruqui llanca), Juan Bautista, 1870, capitanejo salinero; primo
hermano del cac. Manuel Namuncurá. Cuando éste asumió el gobierno de las tribus salineras,
lo mandó varias veces a gestiones diplomáticas. 1875, por ejemplo, acompañó al Padre Jorge
M. Salvaire. Era hijo del cac. Martín Ruguillanca
RUGUI LLANCA, Martín, 1851, cac. salinero. Es decir, en 1851 era aún capitanejo
(Rughuil) del cac. Lluquen. Quizás ha sido su sucesor. Bajo el cacicazgo de Manuel
Namuncurá ascendió a cacique. 1875 habían apresado a dos de sus hijos en Bahía Blanca.
Luego el Comandante Cerri los liberó y los devolvió con una carta al cacique Ruguillanca
(AGN doc. 1244; 28.10.75)
RUHIQUÉN, en agosto de 1780, cac. que había participado en el malón que se
dirigió sobre Luján. Fue muerto por la tropa del capitán Balcarce (AGN IX 1-7-4)
RUILAPI, 1821, cac. patriota chileno (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 388)
RUIZ, Adolfo ver Payllá
RUL CO, 1833, capitanejo ranquel, hijo del cac. Llanquetruz (IIº). Murió en la batalla
de las Acollaradas (Memorias de Manuel Baigorria)
RUMI LLÁN, 1818, capitanejo ranquel del Sur de Córdoba, entre los que han hecho
un tratado de paz (Barrionuevo, Imposti. Hist. de Río IV vol I. p.151)
RUPAYÁN, 1774, cac. pehuenche que dio noticias sobre la ciudad de los Césares
RUYAN QUEO, Manuel, 1879, fue apresado durante la Conquita del Desierto y fue
incorporado al Batallón de Artillería en Buenos Aires, Fue bautizado el 20 de Julio de 1879 en
la iglesia del Pilar, junto con su hermana Agustina. Ambos eran hijos del cac. Martín
Ruyanqueo.
RURU PÁN, 1797, cac. pehuenche que conocemos por haber estado en el parlamento
de reconciliación en el Fuerte de San Carlos. (Mend) Arch de Mend. Doc 31 de 1797).
RUYA o Rua, cac puelche, 1622 participó en el parlamento en la estancia del Rey en
Chillán con el Marqués, según el R.P. Diego Rosales.
SABAYA, 1573, cac. comechingón de Un Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p. 31)
SACAMIQUE o Chacabique, 1708, cac. puntano, hijo del cac. puelche serrano
Ereguereyán.
SACACHÚ o Yacachú, 1710, cac. puelche serrano. Ese año quiso invadir con el cac
Melcagüén a la tribu de Yahatti en la tierra de Casuatti (Acta del Cabildo de San Luis p. 123)
El Padre Falkner lo llama Secanchú y el Padre Dobrizhoffer, Sejechú. (Chú es país).
SACA CHÚ,1748, cac. tehulche, patagón o Chechehet. Ese año se integró con 1200
indios a la Misión Jesuítica de Nuestra Señora de los Desamparados. El misionero lo llama
“astuto”. Había cinco caciques en la Misión: Quisquil, Chanal, Taychoco, Chanal, Sacachú y
Pagá. Sabiendo que el cac. Bravo (Cangapol) estaba sublevado, tuvieron miedo.
Efectivamente en 1751, éste consiguió que abandonaran la Misión. El hermano de Sacachú y
un lenguaraz de la Misión fueron detenidos. Algunos indios, al salir, robaron a los Padres.
Más tarde algunos caciques volvieron a pedir misioneros. El 24 de Febrero de 1751, la Misión
o pueblo de los Patagones fue destruído. (G.Furlong: Entr e los Pampas, Bs.As 1938 p. 195)
SACAGUA, Dn Juan, 1688, cac. principal de San Juan en El Leoncito, Departamento
de Calingasta; encomendado de Juan G. Morales (Arch. Mendoza 1688).
SACA LOCA, 1573, cac. comechingón de Lulache, Chila, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 69)
SACA MATA (Zakamata), 1883, cac. tehuelche o puelche del sur (Chubut). Era hijo
del cac. Nahuelpán. 1883/84 lo visitó el Padre Milanesio (Salesiano) en Valcheta. Sacamata y
Andrés Pichalao tenían entonces unos 300 indios. Uno de los jóvenes hacía de maestro de los
niños de la tribu. (Academia Hist. Nac. Conquista III 1980 p.72)
1892 Monsr. J. Cagliero tomó contacto con él. Cagliero escribió sus Relaciones. (Arch
Salesiano Bs. As) En 1895 encontraron a Sacamata en Tecka junto con el anciano cacique
Foyel y el Gobernador Tello. “Sacamata y su sobrino, el capitanejo Eduardo Prané vestían
chiripá, saco y chaleco de paño oscuro y sombrero castaño y bota de potro. Sabían hablar en
castellano; pero eran parcos en sus expresiones. El cacique era cristiano, amigo del Padre
Milanesio, quien lo había bautizado en Valcheta. También su hijo Venancio ha sido bautizado.
Vivía aún el padre de Sacamata, pero en un estado de decrepitud, llamado “Nahuelpán” (R.
Entraigas: Una Excursión a los indios tehuelches; en Revisata Historia X. (1965) Nº41 p.
105)
1897, el Padre Milanesio volvió a encontrar al cac Sacamata junto con una gran
población indígna de los caciques Quelchamar, Canquel, Cayupil, Sayhueque y Ñancucheo
(Cay. Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. 1982 p. 440)
SAC MARU, 1678, cac. serrano, que fue “cazado” por el Gobernador Robles
(anualmente hacía una expedición para recoger indios para las encomiendas del Distrito de
Buenos Aires) (Documentos Histórico Geográficos ed. Peusser 1941, p. 313)
SACA PERÚ, 1678, “Indio indómito e infiel de la nación serrana y pampa”, dice el
Gobernador Robles. Ha sido cazado por tropas de Buenos Aires y fue deportado a la
Reducción de Santo Domingo Soriano, al Uruguay, “naturalmente” separado de su familia.
Alli se trasladaron también indios charrúas con quienes entraron en conflicto. El documento
consultado dice, que se había originado la pelea, porque supieron los adverarios que los otros
habían muerto a españoles. (Arch Gral. Ind. 140 y 141 Charcas 38: año 1686)
SACA TOCO, 1564, cac. chiquillán del Valle del Río Diamante (Mendoza);
encomendado de Niza )
SACAR, cac. tehuelche que se nombra en el tratado de paz de Chagallo, firmado en
Carmen de Patagones, el 15 de julio de 1865. “Deberá ser sometido por el cac. Chagallo”.
SAFI CURÁ (es probablemente Leficurá), 1841, capitanejo chileno que participó en
un malón sobre Pergamino en compañía del cac. Ig. Coliqueo y de Baigorria. (Hux: Coliqueo
1980 p. 35)
SAGUISGNER Y SEQUELQUIÁN, 1658, caciques pehuenches del Cuyo. Figuran
en un proceso en Mendoza (en Cabrera: Los aborígenes del Cuyo p. 188 – 192)
SAILÄ (quizás Rayla) 1882, capitanejo del cac.Reuqueurá (huillihe); fue tomado
prisionero durante la Campaña del Sur, el 4 de diciembre de 1882 por la tropa del Tnte. Cnel.
Godoy.
SALA CATA, 1677, cac. serrano puelche. Ha sido “cazado” y encomendado a Dn.
Cristóbal Ponze de León. Se empadronaron 70 indios, en la Jurisdicción de Buenos Aires.
(Arch. Gral Ind. 134 Charcas 283: 10.1.1678)
SALA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Salsacat, Chocho Coma Hal,
Córdoba; enomndado de Pérez .
SALA GUA,, 1677, cac. serrano (puelche). Fue cazado, pues 150 hombres hicieron
una “entrada” y trajeron a 300 indios del Sur de Córdoba. Fue encomendado a Cristóbal
Ponze de León con 8 indios más.
SALAN, 1562, cac. mendocino en Omantaisa; fue encomendado a Jufré.
SALAS, Martín, 1821, cac. boroga de Chile. Era hijo del cac. Melillán de Cholchol.
Sus hermanos se llamaban Necul, Mulato, Curriqueo y Bulnes; su abuelo Painemal. Eran del
bando realista, como la mayoría de los borogas (T. Guevara 1910 p. 96) Más tarde emigraron
a la Argentina. Hasta hoy hay descendientes del cac. Martín Salas en la tribu de Coliqueo en
Los Toldos (Proov. De Buenos Aires)
Por ejemplo: Salas, Remigo (alias Catrüllán) 1873-1934 , hijo de Martín Salas
Catrüllán y Cecilia Rainao o Leftuigner, estaba casado con Damiana Coifín. Su hija Rosario
Rainao de Cortés, que yo conocí, me dijo que eran 5 hijos: Remigio, Rosario, Valentina,
Cecilia, Gerónimo y Carmen Salas-Rainao. Entre los muchos descendientes que tengo
anotados nombro uno mäs: Salas, Marcos se casó con Pascuala Coliqueo, hija de Antonio
Coliqueo y Agustina Meliú. Por el constante entroncamento con nobles vemos que
pertenecían a la nobleza araucana.
SALCASACAN, 1579, cac. omechingón de Com Com o Chavay Cayac, Córdoba;
encomendado de Velazquez.
SALCHORABA, 1573, cac. comechingón de Salsacate, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p.71)
SALDA CHARABA, 1574, cac. comechingón de Saldán Sacate, Córdoba;
encomendado de Peralta (Montes p. 88)
SALMÓN, 1822, cac. ranquel, que ese año se presentó en el parlamento en la zona de
Tandil, convocado por el Cnel. Pedro A. García. Estuvo con 100 indios armados. (De Angelis
1910. I. p. 160)
SALQUA CHE, (alias “del Bastón”), 1768, cac. serrano. De él dice el documento:
“entiende la lengua tehuelche; había estado en el Río Negro. Vino con Nisac Sac al Fortín El
Zanjón y quedó en la Sierra Grande. Había comerciado hacienda con los indios aucas”. (AGN
IX Zanjón 26.11. 1768)
SALTA GUACAY, 1587, cac. comechingón de Pina Tuspi, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Albornoz (Montes p.70)
SALTAN COLO, 1573, cac. comechingón de Pina Panholva, Córdoba; encomendado
de Luna (Montes p. 70)
SALVAPÉN, 1582, cac. de la nación Chubuhet encomendado por Juan de Garay en
la Juriadicción de Buenos Aires de Antón Rodríguez (Lehmann Nitsche 1930: El Idioma
Chechehet p. 282)
SALUTIA, 1885, cac. de la tribu de Sayhueque. Con él se rindió a las armas del
ejército en Junín de los Asndes, el 1º de enero de 1885 (Walther: Conquista del Desierto, ed.
1964 p. 741)
SALLANCA VER SAYANCA
SALLA OMPEM, 1582, cac. encomendado por Juan de Garay a Antonio Rodríguez
en el distrito de Buenos Aires
SAM SLIK, capitanejo tehuelche, 1863, hijo del cacique Casimiro de Santa Cruz
(Foto) (Ver Caimiro o Biguá)
SAMANQUIEL, 1586, cac. mendocino del Valle de Uco; encomendado de Diego
Gómez (Arch. Mend.)
SAMALÉ, 1880, cac. tehuelche, cerca de Río Gallegos. Estaba reducido con 20
indios (Arch. Gral. Ind. 189 Charcas 109)
SAN ANTE, Juan, 1690, cac. pampa del Río Cuarto. Estaba reducido con 20 indios
(Arch. Gral. Ind. 189 vta. Charcas 109)
SANCHAL, 1710, cac. tehuelche. Estuvo en Casuhatty, prov. de Bs. As) con
Sacachú, Quelesnain y Melcagüén. Según dice un documento, se habían conjurado atacar a
toda tropa de carreta que viniera de Buenos Aires, Córdoba o San Luis (Acta Capitular de San
Luis p. 123)
SANCHEZ MILANO, (Sánchez puede ser nombre), 1874, capitanejo de Pincén,
SANCHEZ CLEN, José 1875, capitanejo de Salinas Grandes. Figura en el gran
documento del proyecto de un tratado de paz (AEM doc 1232)
SANDOVAL ver Cayuqueo, Sandoval
SANGRE GRANDE, Antonio, (1806 – 1869) capitanejo de la tribu de Coliqueo.
Pariente de Coliqueo.
Ver Grande o Mollfinqueo que es Sangre en mapuche.Es un apellido muy presente en
la Tribu de Colique en cuatro formas:l.Mollfinqueo, 2. Sangre, 3. Sangre Grande y 4. Grande
1. Antonio Sangre Grande n. 1806 (Sangre Viejo)
2. Antonio Mollfinqueo nac. 1836, baut. 7.7.1876, cas. c. Juana Tranamill, nac. 1851,
Ha sido capitnejo en la Tribu de Coliqueo
3. Antonio Sangre - Su hijo:Francisco Sangre cas. con Venera Avendaño (de Fermín
Avendaño)
Sus hijos: Vicente S. – Josefa S, - Victoriana S. – Pedro S.
Pedro Sangre era un buen resero que he tratado con cariño (nac. 1894 y m. 1974)
Casado con Juana Maldonado. Sus hijos: Benjamín – Fermín – Martín Pedro – Elena
– Venera – Juana Rosario
4. Ignacio Grande nac. 1839 cas. c. Carmen Millao
(Véase la biografía del cac. Manuel Grande también pariente de los Coliqueo)

SANQUELAO (prob. Ranquelao) 1878, capitanejo ranquel que cayó en la redada de


la Conquista del Desierto con 34 indios de lanza y 152 de la chusma. (AEM. 30.10. 1878)
SANTAGUA, 1613, cac. diaguita en San Juan, sucesor del cac Moscuno;
encomendado de Andrés de Lemos (Edberto O. Acevedo: Documentos de Cuyo 1963)
SANTAGUA, Don Pedro, 1695, cac. diaguita del Río Bermejo de San Juan;
encomendado de Pedro Angulo (Arch. Mendoza)
SANTOS, Lorenzo, 1874, capitanejo salinero. Ese año llegó a Azul en comisión del
cac. Namuncurá (AEM 9.6.1874)
SANTUNO, 1879, cac. huilliche del Sur de Neuquén. Tenía su residencia cerca de la
confluencia donde la División expedicionaria estableciera el Fuerte IVª División (Walther:
Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 619)
SANTURÓN, 1855, cac. huilliche del Neuquén. El misionero Teóilo Schmid en su
libro Misionando por la Pagania Austral, trad. Ed. Vignatti , decía que se llamaba Santos
Centurión; que usaba pantalón. Se había hecho capitán en el ejército chileno. 1855 era ya
cacique. Se presentó con el cac. Biguá (Casimiro) en Buenos Aires pidiendo al Gobernador de
la Provincia un tratado de paz. Era mestizo y había brindado servicios al Gral. Manuel
Belgrano, a José M. Carrera, a Dorrego, decía, y luego había ido a la Patagonia. Hablaba,
pues, diferentes idiomas.
SAÑI CO, Juan José, 1855, caciquillo de la tribu de Maycá (pampa) en Azul.
SAONAY, 1573, cac. mendocino de Sata Pala; encomendado de Coria Bohorques
SAPA NAVAN, 1575, cac. comechingón; encomendado de Jaymes (Montes 70)
SAPAYÚ ver Tapayú
SAPATAY,Francisco, 1632, cac. de San Juan; sucesor de Cocogui (Cabrera Indígenas
del Cuyo 311)
SAQUI YÚ, 1658, cac. pehuenche (Chile). Participó en el asalto de Maule.
SARA CAMPO, 1598, cac. comechingón de Quelos, Ansenuza, Córdoba;
encomendado de Barrientos ( Montes p. 91)
SARA VAN, cac. comechingón de China Muerta, Mogingasta, Córdoba,
encomendado de Ardiles (Montes p.67)
SASISTÁN, 1691, cac. mendocino. Su nieto se llamó cac. Francisco Aguantay (Arch
Mend)
SATETAN, Don Alonso, 1691, cac. mendocino, antecesor del cac. Francisco
Aguantay, abuelo de Lorenzo Aguantay. Residía sobre la laguna Guescai Traita;
encomendado de A. Sánchez Chaparro (Arch. Mend.)
SAUSIMIÁN (Sausimiyán), 1707, cac. puelche, hermano del cac. Cangapol (el
Bravo). Vivía en Huichín sobre el Río Negro junto a tehuelches. 1707 estuvo un cacique
Sausimián en la reunión de 11 caciques en Las Pulgas (Córdoba) dispuestos a vengar la
muerte injusta del cac. Mayupulquiyá, tío del cac. Ereguereyán (Cabrera: Tesoros del Pasado
I. p. 87 )
El jesuita Sanchez Labrador cuenta que el 18 de septiembre de 1751 habían llegado
varios caciques a la Misión de La Concepción; eran patagones con un puelche muy poderoso
que se llamaba Sausimián; los otros, Sacachú, Pagá, Chanal, Taichoso y Quilusquil ( G.
Furlong: Entre los Pampas 1938 p. 195) El Padre Falkner habla también de él (en A
Description of Patagonia, 1774 p. 140) La Misión fue destruída por el cacique Cangapol.
Sausimián aparece también en un documento de 1757, cuando pasó con 26 indios a
Buenos Aires para comerciar. (AGN IX. 1-5-9 de Zanjón).
SAVALAT, 1612, cac. de la nación sabalates en el Valle de Conlara (Cuyo) (Carta de
Gaspar Quevedo del 16.11. 1612) Más tarde levantó un pleite contra Teresa Nova, porque ella
había hecho transportar a sus indios a zona cordobesa.
SAVAMBRE CHARABA, cac. comechingón de Savambre, Córdoba; encomendado
de Pérez (Montes p. 80)
SAYAN ACSIN, 1598, cac. comechingón de Sichi Sacat, Punilla, Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes p. 88)
SAYANCA o Sallanca, Francisco, 1645, cac. huarpes de Huanacache. Su hijo se
llamaba Diego. En Perú, este nombre es un topónimo (Rusconi: Supervivencia de algunos
aborígenes de Mendoza; en: Revista Geográfica Americana, XIV 1940 Nº 85 p. 259 – 264.
SAYANCA, Don Diego de, 1713 en una famosa merced del Tnte. Capitán General D.
Tomás de la Llanca (L. Funes: Historia de Mendoza )
SAYANCA, Don Pascual, 1698, cac. huarpe residente a orillas de la laguna
Huanacache; estaba encomendado de Martín Pizarro de Córdoba y Figueroa (Cabrera:
Aborígenes del Cuyo )
Tenía muchos indios reunidos en un pueblo. (Ver Verdaguer y F.Morales Guiñazú: El cac.
Sayanca y la Merced Real de 1713: en Revista Junt. Est. Hist de Mendoza IV 1936 p. 24-34)
Merced del Comandante y Capitán General del Cuyo Tomás de la Llana. E. Torres afirma en
un artículo:”Los indios huarpes”, ed. En Rev. Junt. Est. Hist.Mend. vol. I. p. 463-468) que los
Sayanca venían del Ecuador , precisamente del Valle Sayanca, conquistado por el 12º Inca
Huayna Capac. Otros han dicho que descendían de Aztecas del siglo XI.
Su sucesor en 1713, fue Don Diego Sayanca, nacido de Pascual Sayanca y Rosa
Guaquinchay.
Otros hijos se llamaban Jacinto, Pascual y María. Diego se casó el 2 de Mayo de 1701
en Mendoza con Rosa Cunampa. Entonces fueron bautizados dos hijos: Leonor y Miguel.
Diego Sayanca afirmaba que por real Merced había recibido 700 leguas de tierra, gran
parte del Cuyo. (Emiliano Torres en: Etnografía aborigen: Los indios huarpes 1934 ) Morales
Guiñazú en la misma revista T. IV 1936, p. 29-34 refuta esa donación. J. Wateau le dedica
también un artículo o folleto de 18 páginas :Merced real de 1713 en la Provincuia de
Mendoza (Mendoza 1898 con plano). Canals Frau lo menciona también.
SAYE MANCÚ, 188o, capitanejo huilliche; primo de Sayhueque.
SAYI ÑANCÚ, 1793, cac. huilliche, quien se incorporó en la tribu del cac. Lorenzo
Calpisqui. (AGN IX. 1-5-1; Ranchos: 7.8. 1793)

SAY HUEQUE, Valentín

SAY HUEQUE (Ray Hueque, pues la R y la S son sonidos intercambiables),


Valentín: 1823-1903, cacique puelche-manzanero, hijo del cacique Chocorí, subordindo al
cac. Paillacán. Es uno de los caciques más conocidos. Mucho se ha escrito sobre él. Se
conoce su actuación e incluso su imagen fotografica. Se le llamó Rey de las Manzanas y
también último rey de la Patagonia; y de hecho lo fue en 1880. Era el "Loncó" sobre más de
10.000 almas, 1.500 indios de pelea que los empleó sólo para defender su terruño. Gobernaba
desde el sur de Mendoza hasta Teckel, en el Chubut. Cinco parcialidades se le habían
sometido: mapuches, manzaneros, picunches, huilliches y tehuelches. Muchos lo alabaron por
inteligente y han sido muchos los viajeros que lo vieron actuar en su familia y en su tribu
sobre el Río Caleufú. Vamos a resumir sus datos histórico-biográficos, evitando así
expresiones generalizadas.

1. Origen y juventud

El Dr. Zeballos. que lo conoció, escribió en su libro “Conquista de 15.00 leguas”, (Ed.
Hachette, 1958, p. 321): "Sayhueque es un indio de raza pampa y araucana, bastante
inteligente y digno de mandar en jefe a las indiadas". Francisco Moreno, quien lo visitó,
averiguó que era hijo del cacique Chocorí (véase su biografía), huilliche o pampa puelche. M.
A. Vignati averiguó que una de sus esposas se llamaba Llikelachem o Leikelachem, una
pampa del norte de la Patagonia. Otro autor dice saber que su madre había sido cautiva
chilena y parece que ha sido cristiana. Entre los hermanos de Valentín Sayhueque conocemos
los nombres de Antelef, Cayuqueo y Zumehueque. Era primo también de los caciques José
María Llanquetruz, de Benito Chingoleo y de Manquiel, hijos del cacique Cheuqueta.
Sayhueque tuvo una juventud difícil por los hechos de guerra. Ya en 1828, Antical y
su padre estuvieron con la guerrilla de los Pincheiras y mataron al cacique gobernador de
Malalhué. También maloneó en la zona de Bahía Blanca. Dicen que en Septiembre de 1830
Chocorí huyó de Bahía Blanca después de la matanza en Tetruel. Rosas logró atraerse a
muchos caciques, apartándolos de los Pincheiras. En 1831 Chocorí se vio con Rosas en
Tandil; pero después lo declaró enemigo y lo enemistó con los indios borogas. Al año
siguiente fue perseguido. Pero luego se lo vio en Carmen de Patagones comerciando. Y en
adelante siempre actuó en esa zona sureña. Por una carta sabemos que su abuelo había sido
encarcelado (engrillado) por el comandante antereior al comandante Fourmatín. Fue liberado
y vivió hasta 1850. En otra carta de 1863 decía al comandante J. Murga: "Mi Padre y el de
Chingoleo han sido hombres de paz en este pueblo, y nos aconsejaron hacer lo mismo. Mi
padre estuvo en paz desde el comandante mayor García." (Arch. Mitre, XXIV, p. 106)
Rosas quiso destruir a Chocorí por la Expedición al Desierto en 1833; llegó a apresar
parte de sus familias, pero él huyó a tiempo. Muchos creyeron que había sido muerto en esa
persecución, porque se desprendió de su coraza y de su sable, que fueron levantados. Pero la
misma documentación dice que huyó acompañado de su hijo, Pichi Chocorí, y del cacique
Painén (AGN. S.VII. 1-2-6, Doc. 126). Marcharon al país de las manzanas y encontraron
amistad con los indios chilenos acaudillados por Calfucurá, quien venía a malonear sobre los
borogas (realistas). En fin, el pequeño Sayhueque no supo de paz, hasta después de 1840,
cuando Rosas dejó de perseguir a los indios. Chocorí y su familia (tribu) vivía entonces en
Chimegüín, que es un río afluente del Collón Cura, que fue siempre la querencia de
Sayhueque. La suposición de que Chocorí había muerto en 1833, dio pábulo a la opinión de
que Utraillán había sido regente del menor Sayhueque y que Miguel Linares lo había
educado. Esto último puede tener cierta dosis de verdad; también Andrés M. Carretero decía
que se había educado en Carmen de Patagones. Hablaba castellano y sabía escribir.
En 1845 llegaron sus hermanos al Azul y fueron tratados como amigos. En 1846, su tío
Cheuqueta había hecho un tratado de paz con el coronel Pedro Rosas y Belgrano en Azul. Y
poco después se tuvo noticia de que Chocorí mismo había ido a Bahía Blanca. "Hizo un
tratado de paz y hoy es uno de nuestros amigos" (Arch. Azul. Rev. Asul. Nº 2, p. 145).
Después de la caída de Rosas, acudía a Carmen de Patagones, pidiendo un nuevo tratado de
paz. El 31 de mayo de 1852 se presentó allí un hijo (Sayhueque tenía entonces 29 años), con
11 capitanejos, pidiendo que los dejasen ubicarse en el Potrero de San Francisco, 19 leguas
más arriba al norte de Carmen de Patagones y parece que allí Chocorí concluyó su vida,
quizás en 1854.

2. Valentín Sayhueque es cacique y cacique amigo de los huilliches


A la muerte de su padre Chocorí, Valentín Sayhueque asumió el cacicazgo de los
huilliches. Ya era un respetado guerrero, cacique inteligente y con dotes de mando. Quiso
mantener los lazos de amistad con los cristianos, especialmente con los comandantes de
Carmen de Patagones, como también su primo José María Llanquetruz y ambos solicitaron un
tratado de paz con el gobierno de la Provincia. Esta se hallaba en guerra con la Confederación
Argentina, situación que los afectaría también. Los emisarios del general Justo J. de Urquiza
llegaron también a sus tolderías, así lo azuzaron al malón. En abril de 1855 atacaron primero
la zona de Carmen de Patagones, luego en otros campos. Famosa es la acción de Llanquetruz
contra la tropa del comandante Nicanor Otamendi en la estancia de San Antonio de José G.
Iraola, el 8 de Septiembre de 1855 (véase la biografía de Llanquetruz). Llanquetruz había sido
bautizado hacía tres años y el comandante Fourmatín de Carmen de Patagones fue su padrino.
Ante él se justificó por las cartas que le presentó en las que había recibido órdenes del capitán
general Urquiza. En cambio. V. Sayhueque había sido tomado preso, pero por poco tiempo.
(Arch. Mitre, XVIII, p. 93)
El comandante B. Villar les ofreció la posibilidad de un tratado de paz, en 1856,
señalando las ventajas de éste. El gobierno de Buenos Aires no ahorró dinero para ganarse la
simpatía y colaboración (o simplemente la paz) de los indios.
El 3 de Febrero de 1857, se presentaron en Carmen de Patagones los caciques
Llanquetruz y Sayhueque, cuatro capitanejos y 26 indios más, ofreciendo su obediencia. El
comandante Villar los recibió espléndidamente y les distribuyó regalos por valor de 2.900
pesos. Decían que disponían de 300 indios de pelea en Chinchinal, al norte del Río Negro. El
Gobierno aprobó los obsequios y sueldos y envió las bases para un tratado de paz (AGN, S.X,
19-4-5 y 27-7-6). Llanquetruz era más activo en esta gestión, hasta viajó a Buenos Aires,
donde firmó ante los ministros su tratado de paz (texto transcripto en la biografía de
Llanquetruz) el 24 de Mayo de 1857. Volvió contento con el título de teniente coronel y
sueldo y racionamiento. Este ejemplo atrajo a muchos otros caciques a hacer lo mismo.
Sayhueque se presentó a Villar como otro candidato a un tratado. El comandante
Villar escribió al general Mitre, el 4 de Enero, que Llanquetruz y Sayhueque, su primo,
habían llegado a Patagones y que este último era un nuevo aliado (Arch. Mitre, XVIII, p. 93).
Y al ministro Zapiola, que Llanquetruz estaba en Chinchinales con 300 indios de guerra y el
cacique Sayhueque con 200 lanceros y que éste se había presentado por primera vez al
Gobierno y pedía al ministro la asignación de un sueldo superior al de un capitanejo.
Luego, el 24 de Octubre de 1858, Llanquetruz fue muerto en un boliche en Bahía
Blanca, cuando no tenía aún 40 años. Su sucesor será el cacique Benito Chingoleo Cheuqueta,
quien para reafirmar su tratado de paz viajó con su primo el cacique Sayhueque a Buenos
Aires, donde firmaron un nuevo documento con el general Mitre, el 10 de Mayo de 1859.
Según el documento correspondía a Sayhueque un sueldo de 600 pesos (el original se halla en
poder de Juan M. Raone. En el A.G.N. S.X. 27-7-6 se hallan otros antecedentes de Sayhueque
y en AEM, doc. 550) Chingoleo fue considerado como cacique mayor y comandante.
Sayhueque militarmente le estaba subordinado. Así figura en la lista de los Indios Amigos del
3 de Enero de 1861, después de Chingoleo y su hermano el mayor Manquelao (Menguelao).

3. Sayhueque en ascensión con tratado propio

Desde 1863 empieza a independizarse más. Menguelao ha muerto en 1863 y Benito


Chingoleo murió en su casa el 1º de Marzo de 1867, al que Sayhueque reemplazaría como
jefe de los Campos con Miguel Linares, quien lo había criado después de la muerte de su
padre Chocorí.
En Marzo de 1863, el coronel Murga hizo una junta de paz en la cual, además de B.
Chingoleo, estuvieron Reihueque (sic, Sayhueque), Utrailán, Petinhué. Molfinqueo,
Napicheu, Güincaval, Paillacán y Paillaquir y otros caciques más (Arch. Mitre. XXIV, p.
100). Algunos de ellos ya habían formado un tratado de paz. El coronel Murga propuso al
ministro de Guerra celebrar un tratado con el cacique Sayhueque y Quintraillán, su segundo
(ib., p. 106). Le dieron forma al tratado, el 20 de Mayo de 1863 (AEM, doc. 672), cuyo texto
transcribo a continuación:

"El cacique Saihueque, deseando establecer una paz sólida y duradera con el Gobierno
de la República Argentina, y deseando éste prestar a dicho cacique todo apoyo y protección
que le sea posible, de manera que todo redunde en fabor [sic] de la seguridad y el bien del
país en general, han convenido ambas (partes) en ajustar y celebrar el arreglo comprehendido
en los artículos, fundados en el tratado solemne y se obligan a cumplir con exactitud y
lealtad.
Art. lº.- La Tribu e Indios del cacique Sayhueque y los amigos de él podrán venir
libremente a comerciar en el pueblo de Carmen y en cualquier otro de la República Argentina
y las personas, como también los animales y efectos que conduzcan o que lleguen a adquirir
legítimamente serán completamente respetados. De igual modo todo habitante de la
República Argentina que quiera ir a comerciar con dicha Tribu e Indios, podrá hacerlo
libremente y su persona como también los animales o efectos que conduzcan o lleguen a
adquirir legítimamente, serán completamente respetados y protegidos.
Art. 2°.- Si el Gobierno de la República Argentina determinase esplorar el Río Negro
u ocupar algún punto militar en todo el curso de él, el cacique Sayhueque le prestará todos los
auxilios que le sean posibles, los que serán debidamente remunerados y pagados por el
Gobierno.
Art. 3°.- El cacique Sayhueque se obliga a estar siempre pronto con su indiada para
proteger y apoyar la defensa de Patagones, obrando a las órdenes del Comandante de este
punto y según las instrucciones que de él recibiere.
Art. 4°.- Queda obligado el cacique Sayhueque a tratamiento (comunicarle) al
Comandante de Patagones y cuantas autoridades le sea posible, toda noticia que adquiera
acerca de intentos o movimientos de indios enemigos.
Art. 5º.- El cacique Sayhueque reconoce al Cacique Chingoleo por amigo del
Gobierno y Gefe de los Campos y serán indios enemigos del Cacique Sayhueque todos los
indios que sean enemigos del Gobierno. Y si fueren atacados u hostilizados por algunos de
ellos, recibirá de las fuerzas y de las autoridades del Gobierno toda la protección y auxilio que
fuesen posibles, según sean las circunstancias del caso.
Art. 6º.- En caso que el Gobierno resolviese atacar o expedicionar contra indios
enemigos, estará obligado el Cacique Sayhueque a ponerse en campaña con todos sus indios;
debiendo obrar en todo con sugeción a las órdenes que le comunique el Gefe o Autoridades
que el Gobierno designe al efecto
Art. 7º. Llegado que sea el caso del articulado anterior, el Cacique Saihueque, los
Capitanes y Soldados de que se componga su Tribu, recibirán mientras dure la campaña, los
sueldos que entonces fijarán y serán además alimentados por cuenta del Gobierno, para todo
lo cual serán revistados cuando el Gobierno lo disponga.
Art. 8°. El Cacique Saihueque gozará 420 pesos mensuales, debiendo revistar en la
lista donde lo hacen los de Chingoleo y Huincalén.
Art. 9°. El Gobierno se obliga a dar cada año al Cacique Saihueque cien yeguas, una
rezma de papel y a vestir a todos los indios hasta el número de cincuenta, dándole un
vestuario fino para el cacique, 6 para capitanejos: Un sombrero, un poncho de paño, un
chiripá, una camiseta, un par de calzoncillos, un par de botas y un pañuelo de seda. Y para los
soldados una camisa, un chiripá, un par de calzoncillos.
Y en fe de lo que queda pagado (pactado), se firman los ejemplares de un mismo
tenor, firmados por el Señor Comandante del Fuerte, Teniente Coronel D. Julián Murga, en
representación del Excelentísimo Gobierno de la República Argentina y por el Cacique
Sayhueque firmará a su ruego el Señor D. José Rial, los que serán sellados con el sello de esta
Comandancia y sometidos al Excelentísimo Gobierno para su aprobación. Firma: Julián
Murga. A ruego del Cacique Saihueque por no saber firmar, José Rial. En Patagones, a 30 de
Mayo de 1863. (es copia) Mariano Ruiz."
El texto del tratado daría motivo a varios comentarios sobre la política aplicada a los
indios. Cada tratado tiene sus motivaciones, a veces hasta comerciales de ciertos militares. El
comandante Murga invitó a Valentín Sayhueque y a sus indios a festejar el tratado, que trajera
un parejero para correr carreras y que a la vez invitara a todos los caciques porque a él le
gustaba eso "y no andar matando gente" (carta del archivo de Sayhueque, confiscado por
Villegas más tarde, AGN. S.VII, 7-5-3). Así hizo Murga varios tratados en nombre del general
B. Mitre, hasta con Reuquecurá, hermano de Calfucura y pagó en regalos 63.000 pesos para
unos 2.000 indios (Arch. Mitre XXIV, p. 50). En realidad estaba formándose una coalición de
huilliches en torno a Chingoleo-Linares y Sayhueque, que podía contraponerse al jefe
salinero. Al morir Chingoleo, (1867) ocupó el cargo de "Comandante e Inspector" el coronel
y cacique Miguel Linares de San Javier. En la lista de revista Sayhueque figura entonces
como Mayor del Ejército. "Este cacique es amigo desde muchos años y su lealtad al tratado es
primera garantía para la propiedad en el Partido de Patagones. Es tan fuerte como Reuque
Curá" (Arch. de M. Paz, 2.10.67). Sayhueque reside sobre el Arroyo Caleufú, en el país de las
manzanas y su jurisdicción se extiende hasta Teckel, donde nace el Río Chubut".

4. El retrato de Sayhueque y otras observaciones de viajeros curiosos


De los militares no cabe esperar, regularmente, descripciones o retratos de los
caciques. Lucio V. Mansilla fue la excepción. Son los viajeros extranjeros, que en sus diarios
y relatos asientan observaciones de la vida cotidiana y familiar. A Sayhueque lo conocieron y
visitaron muchos, entre ellos G. Cox. F. Fonk. F. Braemer. Jorge Claraz, Otto Mühn. G.
Musters, Bejerano y Francisco P. Moreno y los misioneros salesianos. Hay una foto preciosa
que se le sacó al cacique en Buenos Aires en 1885, a los 62 años, bien vestido con chaleco,
pantalón, bota charol y buen sombrero. Su expresión denota cierto cansancio. Mira en la
lontananza, como para descubrir nuevas esperanzas, después de su rendición. También la boca
tirada en los ángulos hacia abajo denota su sufrimiento, mientras su mano apoyada en la
cintura nos dice: aún tengo ganas de trabajar. Se interpreta la foto, tomada en Buenos Aires,
cuando se conocen los acontecimientos de ese año.
Francisco P. Moreno lo visitó por primera vez, el 30 de Diciembre de 1875 en su
querencia, luego lo describió así: "A las 9 de la mañana, después de atravesar el Río Caleufú,
llegamos a las tolderías del Rey de las Manzanas, personaje que, vestido con sus mejores
prendas, estaba a caballo, rodeado de sus parientes inmediatos. Entre ellos sobresalía el viejo
cacique Puelmanque (Cóndor del Este), de quien habla Cox (en un relato de viaje).
"Nos dimos la mano; invitóme en seguida, a bajar del caballo y a entrar en su toldería.
Mientras tanto, las mujeres y niños entonaban un canto monótono, doliéndose de los malos
ratos y peligros por (las) que había pasado el viajero... 'Sí, amigo..." Sayhueque es un indio de
raza pampa araucana, bastante inteligente y digno de mandar como jefe a las indiadas. (Está)
convencido de su elevada posición y poder sobre los demás caciques; se considera superior a
todos estos; manda a siete naciones..." ("Viaje a la Patagonia Austral", en Anales, Soc.
Cientifica. Arg. 1,1976)
G. Musters estuvo en 1870 una semana con él en su toldería. Lo llama el más
poderoso (cacique) de la Patagonia. Protector y Jefe de los araucanos de los Andes orientales,
enemigo de Chile, protector de los patagones.
Describe (en su libro “Vida entre los Patagones, ed. Hachette. 1964, p. 311) su
recibimiento: "Formaron los araucanos o manzaneros en línea. Hicieron un simulacro de
choque. Los tehuelches estaban excitados, había cuatro escuadrones con sus jefes. Este
llevaba una grímpola flameando en la lanza, hubo apretones de manos...
"El gran Cheoeque (así escribe el nombre Sayhueque), hombre de aspecto inteligente,
como de 35 años de edad (tenía 57 años), bien vestido con poncho de tela azul, sombrero y
botas de cuero, recorrió a caballo nuestras filas [NB. Musters vino acompañado de
tehuelches], estrechando a todo el mundo la mano, haciendo alguna que otra observación..."
Los toldos de Sayhueque estaban emplazados en el lugar donde el valle del Río
Caleufú confluye con el río Collón Cura. (Varios mapas señalan el lugar: Cox, Moreno. 1879,
J. Daza, etc.)
Musters describe también un parlamento habido con los tehuelches. Permanecían
montados a caballo hasta la puesta del sol. Se dieron la paz y las mutuas noticias. Otro día
iban a discutir sobre la protección de Patagones y la guerra chilena con los indios más al
Norte y sobre el mensaje de Calfucurá invitándolos a participar en un malón sobre Bahía
Blanca, al que al fin respondieron con una exhortación de moderar sus hostilidades, que era
más provechoso vivir en paz con ellos... (p. 318)
En la página 320 amplía sus observaciones, diciendo: "Llamó la atención el respeto y
obediencia al cacique. La autoridad de Sayhueque se extiende al norte hasta Mendoza, sobre
centenares de indios que residen en tolderías fijas, unos cuantos en el valle próximo a Las
Manzanas, pero la mayor parte más hacia el norte, cerca de los bosques de araucarias. Su
palabra es ley, hasta para sus subditos más distantes. A una orden suya. dejan sus toldos, sus
mujeres e hijos y acuden montados y listos para cualquier servicio, a su cuartel general."
"Su riqueza es considerable: aparte de numerosos rebaños y manadas, tenía uno de los
toldos destinado exclusivamente para depósito y en él ponían a buen recaudo sus adornos de
plata, ponchos y mantas, etc."
Este cacique tenía plena conciencia de su alta posición y de su poder. Su cara redonda
y jovial cuya tez, más oscura que la de los subditos, había heredado de su madre tehuelche
(?). Mostraba una astucia disimulada y su risa frecuente era algo burlona. Tenía su cabeza
regiamente fuerte y parecía que despreciaba a Casimiro (cacique tehuelche) por su
embriaguez. Describe también el banquete al que asistieron tres esposas.
En la página 314 Muster describe su toldo grande, de 16 pies de alto y podía alojar a
cuarenta hombres. En la parte delantera había tres fuegos. El toldo tenía una sola salida, una
cortina de cuero. A lo largo del frente había una enramada. Las camas se alzaban sobre
estantes de madera. En fin. todo ello era un respetable conjunto incluyendo el corral.

5. "Soy argentino; yo también quiero una bandera"

Hubo muchos acontecimentos por entonces en las fronteras de la pampa bonaerense,


en la pampa de los salineros y ranqueles y aun entre los picunches. Sayhueque no estaba
desinformado. Desechó toda invitación al malón y aún peleó al cacique Ñum de Chile,
cuando intentó dar al cacique Reuquecurá un malón con su hijo Neculmán. En 1870 hubo
choques en Zainuncó y sobre el Río Aluminé (San Martín, “Neuquén”, p. 140). El
comandante Murga le escribió el 9 de Marzo de 1869, que el Presidente D. F, Sarmiento lo
consideraba "el mejor cacique" y deseaba que él hablase a los demás jefes para que hicieran
una paz duradera.
El Gobierno envió al teniente coronel Guerrico a explorar los ríos y la isla Choele
Choel y al mismo tiempo salió (en Junio de 1872) el sargento mayor Mariano Bejarano con el
mayor Miguel Linares y cinco soldados por tierra para conferenciar con los caciques que
recibían raciones del Estado. Visitó las tolderías de Sayhueque, de Ñancucheo y Huilliqueo, y
dejó un breve diario de su exploración. Sayhueque le dio un buen recibimiento y escuchó con
gusto que el nuevo comandante de Carmen de Patagones, el coronel Liborio Bernal, quería
renovar el tratado de paz. En su honor convocó a sus indios a una boleada. Le decía también
entre otras cosas: "Decíle a tu Gobierno, que yo también quiero una bandera (argentina) como
la usa Casimiro en todos los parlamentos: pero que tiene que ser más grande que la que tiene
Casimiro... porque yo soy más argentino que él." (Memoria de Guerra, 1873) Se sentía como
cacique general.
Poco tiempo después, Sayhueque envió a su hermano el capitanejo Sumingüeque, con
una comisión para que firmaran como sus representantes el nuevo contrato o tratado de paz.
Se firmó en Carmen de Patagones en presencia del teniente coronel Liborio Bernal, el 8 de
Octubre de 1872 y por el capitanejo y en nombre del cacique firmaron los testigos Mariano
Larrazábal e Ignacio León. (AEM, Copias del contrato de Contaduría, Carpeta 751, p. 25-27)
Sayhueque se comprometía una vez más a colaborar en la defensa del sur; permitiría
el reconocimiento de los ríos del Neuquén; rechazaba las pretensiones chilenas al oriente de
las Cordilleras. El general Villegas, quien halló su archivo, encontró unas cuantas cartas de
autoridades chilenas que querían comprometerlo. Cuando el coronel Serrano de Osorno
(Chile) fue a visitarlo con muchos obsequios y le ofreció dos banderas chilenas, las miró,
sacudió la cabeza y dijo: "Devolvéle estas banderas a tu Coronel. Decíle que Saihueque no las
va a aceptar. Saihueque es argentino" (Estanislao S. Zeballos, Conquista de 15.000 leguas,
1878). En pleno avance de las tropas nacionales durante la cruel Conquista del Desierto,
quiso mantener la paz y lo manifestó expresamente a Roca y éste lo aceptó; decía en su carta
respuesta que lo nombraba "Gobernador del país de las manzanas". (Olascoaga. ob. cit ILp.
236, fha.23.6.79)
Con Calfucurá fue inflexible, hasta su muerte en 1873; en cambio con Coliqueo
intercambiaba correspondencia de amistad. Cuando Namuncurá asumió la jefatura de los
salineros, Sayhueque reanudó las relaciones con él (A.M.H.N. Doc. 8483, fha. 7.9.74). Al
año, cuando en Salinas Grandes sabían ya los planes del avance de Alsina y vieron que su
gestión por un tratado de paz se había frustrado una vez más, Sayhueque despachó una
comisión de "cien güilliches". pero seguramente les dijo que no entraría en guerra (Arch.
Salesiano de Bahía Blanca, 4.6.75, Bernardo Namuncurá al Cnel. Yturra). Sayhueque le dijo a
Moreno que su padre, el cacique Chocorí, le había recomendado al morir que jamás peleara
contra los cristianos. El viajero había observado también que todos los días izaba la bandera
azul y blanca frente a su rancho.
Citaré unos párrafos de una larga carta que el cacique V. Sayhueque por su secretario
José Antonio Loncochino envió al Gobierno de la Nación el 16 de Septiembre de 1874 desde
la Bajada de Valcheta. Primero se da por enterado del cambio de comandante en Patagones y
denuncia el retraso de sus raciones, estipuladas en el tratado de paz. Luego indica cómo ha
organizado sus indiadas y sus caciques y continúa: "Aunque soy joven, cada día que amanece,
aumenta mi sabiduría por la gracia de Vuestro Rey de los Cielos... Participé a mis caciques
que había recibido fíeles obsequios de la autoridad principal... que correspondamos fiel y
eternamente (a) los anteriores convenios, que apoyemos la defensa de Patagones, Bahía
Blanca, Azul, Colorado... (haciéndoles unas comparaciones y expresando que) con las
naciones cristianas somos paisanos, hijos del mismo territorio, hijos de un solo Rey de los
Cielos y de las mismas mujeres, que respiramos el mismo aire, nos sustentamos con los
mismos animales que el Rey de los Cielos crió en el mundo y que ante El somos todos
iguales; que no haya mérito (distinción) entre el pobre y el rico. Les dije también que
comprendiesen que vuestro Rey, al ponerme a la cabeza de una tribu, lo ha hecho porque
sabía, cuando nací, que sería capaz de ser jefe de los valientes que mando y me dio
inteligencia para que mirando por todos, hiciera mi felicidad y bienestar (de los demás).
Asimismo me permití añadirles que en las invasiones habíamos perdido ( a nuestros) buenos
padres, hermanos y familias, animales, prendas de plata y últimamente propiedades; en
cambio viviendo tranquilos en sosiego todos los habitantes, aumentan las naciones,
haciendas, animales de crianza, se vive en una pura alegría...
"Para confirmar mis pensamientos di a cada cacique de regalo buenos caballos
parejeros y prendas de plata, y les referí que mi finado padre Chocorí había tenido unión con
las naciones cristianas (no impidiendo) la formación de pueblos como Patagones, Bahía
Blanca, Azul...
"Prometiéronme estos conservar eternamente mi acuerdo (jurando) por la luz del Sol y
de la Luna, ratificaban todas mis exposiciones evidentes..."
Luego dice que había venido a Patagones, pero sin encontrar a ningún jefe militar a
quienes podía transmitir estos pensamientos y juramentos.
"Sin embargo, V.E. se sirva tener fija confianza y cuente que su Amigo ha trabajado
para el bien público. Que no sé mentir. En mí encontrará un criollo sin doblés; cajetilla en el
desierto y gaucho en el campo..."
Y termina diciendo que había remitido una nota al cacique Namuncurá, exhortándolo
a que impusiera orden entre sus caciques para que no robaran, y que la nota la había enviado
por intermedio del comandante Bernal. Este es el lenguaje solemne del parlamentario. Y
consiguió lo que quería, el nuevo reconocimiento del tratado y un aumento de contribuciones.
El 20 de Mayo de 1879 hizo el último contrato celebrado con el Gobierno por
intermedio de los Señores Escalada y Ramayón para la provisión de sus indios (Doc. en
Contaduría del Ministerio de Guerra y Marina)
En esos años lo conocieron los exploradores científicos D. Francisco P. Moreno y
Antonio Oneto. Del primero quedó un libro “Recuerdos de un viaje”, y del otro algunas
observaciones y una carta de él al cacique Sayhueque en la que le advierte del peligro de
presidiarios y soldados sublevados en Punta Arena que han escapado y podrían llegar a su
tierra (23.1.78, AGN, S.VII, Arch. Villegas).
Moreno precisa el ambiente geográfico de las tolderías de Sayhueque que caracteriza
por muy hermoso paisaje. "Sayhueque vive en el ángulo que forman el Río Caleufú y el
Yalaley-curá, hoy Alicurá que desaguan juntos en el Collón Curá, en un precioso valle que se
extiende al pie de la Sierra de Tchilchiuma... en ella nace el Caleufú, en un pequeño lago."
Conoció "el camino indígena” entre las tolderías del Caleufú (habitat de Sayhueque). Collón
Curá (el de Molfiqueo) y de Punguechaf o Malleco (el de Ñancucheo)... Frente a esos toldos
de Ñancucheo hay un promontorio basáltico con columnas gigantescas que desvían el curso
del río Chimehuín.
En 1879, Moreno volvió a visitar sus tolderías, pero Sayhueque sospechaba de él y lo
retuvo como prisionero durante 15 días. Si podemos creer lo que Moreno escribió más tarde,
lo querían sacrificar, porque la bruja lo había señalado como espía, pero mientras los indios se
daban a la bebida, alguien lo liberó y él huyó por medio de una precaria embarcación, el 23
de Enero de 1880 ("Recuerdos de un viaje", en El Diario, Bs. As., Nº 1041, fha. 20.2.85). Ese
año se concluyó el avance del general Julio A. Roca hasta el Río Negro y Neuquén, una
campaña que en dos años había limpiado la Pampa de todas las tolderías y toldos. Los
ranqueles y los salineros casi aniquilados; pocos lograron huir al Neuquén. De todo esto
estaba informado Sayhueque. El general Roca hizo reproches al cacique Reuquecurá, porque
había dado acogida al cacique Namuncurá. A Sayhueque le escribió desde Choele Choel que
reconocía su tratado de paz y lo consideraba "Gobernador de Las Manzanas". Efectivamente,
el 20 de Agosto se hizo el último convenio para racionarlo. Y el cacique a su vez reiteró su
formal reconocimiento de las autoridades nacionales.En la colección del Dr. Zeballos en el
Museo de Luján se conserva una carta de su secretario Loncochino en la cual protesta,
“porque los hacen sufrir”, cuando no han agredido nunca a ningún blanco, y menciona una
carta de amistad de Roca con fecha 19 de noviembre y otra del 14 de junio de 1879.

6. Las matanzas del Neuquén y el desalojo del cacique Sayhueque

Editorial Plus Ultra editó en 1984 un estudio de Curruhuinca-Roux, bajo el título "Las
Matanzas del Neuquén", enjuiciando la "invasión" del coronel Uriburu en Neuquén, la
campaña al Nahuel Huapí (1881) y la Campaña de los Andes (1882) como la Conquista del
Chubut, cuando la legislación nacional exigía otros fines, métodos y el respeto a los indios
que se presentaran o reconocían la autoridad nacional.
Sayhueque, realmente, esperaba que sus tribus fueran respetadas, pues durante más de
20 años habían mantenido la paz y habían servido a mantenerla. Era amigo de los cristianos y
respetado por los indios.
Sayhueque escribió hermosas cartas expresando al Gobierno sus sentimientos de paz y
aun su agradecimiento por lo que había recibido: yerba, azúcar, harina, galletas, etc., que
antes no habían conocido, pero afirma convencido que "Dios nos ha dado estas llanuras y
estas montañas para habitar en ellas. Nos ha provisto de ganado, de cuyos hijos tiernos
sacamos el cuero de nuestra ropa. También poseemos el avestruz y el armadillo..." (AEM)
En 1880, siendo ya presidente Julio A. Roca, su ministro de Guerra, B. Victorica,
ordenó al general Villegas una batida de "pacificación y sometimiento" de los indios
"rebeldes" y la ocupación militar del territorio. Así salieron las Brigadas a la Campaña del
Nahuel Huapí y a las Campañas de los Andes. Se procedió también al hostigamiento del
gobernador de Las Manzanas. Lo exasperaban a él y a sus vecinos y luego se los perseguía
como sublevados. Ocurrió también que un arreo de mulas de San Juan enviada al Neuquén
fue atacada por indios al pasar por Choele Choel. Se lo atribuyó a los indios de Sayhueque
(Olascoaga, IV, p. 182), pero posteriores investigaciones demostraron que indios salineros
habían intentado arrebatarles el arreo, el 29 de Septiemre de 1879 (J. Raone, Los tratados de
paz con los indios del Sur, manuscrito, p.51 que me dejó consultar). Sayhueque aseguró su
inocencia al Sr. Jones, jefe de la Colonia Galesa en el Chubut.
A. D. Ygobone escribe en su libro “La epopeya patagónica y las misiones
patagónicas” (1945, p. 270). que los caciques Sayhueque, Ñancucheo, Mollfiqueupu,
Naquipichún y Janka Kirque con 453 indios celebraron un traun (consejo de guerra) en Quem
Quem Treu, el 3 de Febrero de 1880. Cinco horas a caballo... largas exposiciones y quejas
acerca de que el Gobierno no cumplía. Luego, el 12 del mismo mes, Sayhueque escribió una
carta a Francisco Moreno, diciéndole que comprobase su comportamiento. Que lo tuvo de
rehén para cambiarlo por los 68 indios que el Gobierno tenía retenidos en la Guarnición de
Choele Choel. (AGN, S.VII, 7-5-3)
Entre tanto, los militares avanzaban contra esa y otras tribus. De Sayhueque decían
que no tenía tanto poder como se había dicho y que era amigo de Purrán, que se perseguía a
muerte (Olascoaga, ob. cit. II, p. 98). Un recuento de indios de 1877 asignaba a Sayhueque
9.000 indios (A.M.H.N., Nº 10604). Alvaro Barros escribió, el 2 de abril de 1880, a
Sayhueque desde Viedma, que considerara como se habían abatido caciques grandes de ayer y
le aconsejó entregarse y que no se fiara de su secretario. (AGN, S.VII. 7-5-3, Archivo del
cacique). A lo que el cacique respondió el 26 de Mayo: "Soy muy poco sordo para
comprender aquel estilo que se escribe y únicamente se falta el explicar(me) bien en idioma
de Castilla, de los cristianos... A Dios gracias, tengo a mis habitantes adelantados en
civilización..." (AGN, ib. Son 7 páginas y el secretario Loncoché escribió 9 páginas y declara
que no tiene doble moral, que ha recibido buena educación y de amor legítimo. Nº 419, 427 y
431). El cacique envió una comisión encabezada por el capitanejo Vera para renovar las
buenas relaciones con el comandante de Patagones y su gobernador. A su regreso llevaban
una carta del secretario del gobernador de la Patagonia en que le decía al cacique, que enviara
con confianza a sus capitanejos para tratar sobre la paz; que serían respetados (AGN, S.VII,
7-5-3). Pero no creyeron en las palabras y promesas. como cuando, el 6 de Diciembre de
1879, le escribiera el gobernador Alvaro Barros que no temía a Sayhueque, pero que no
quería pelearlos, que procuraba convencerlos a elegir el verdadero camino de la prosperidad.
(AGN, S.VII, 7-5-3)
El 9 de Febrero de 1881 escribió una carta muy solemne al general Conrado Villegas
con el encabezamiento: "Gobernación indígena de las Manzanas en el Río Caleufú". El
motivo de la carta era pedir la libertad de uno de sus hijos y de 68 indios prisioneros por un
crimen que se les imputó injustamente. Dice también en ella, "por ser puramente inocentes
del crimen que se les ha suplantado (a) los autores del asesinato de los carreteros de
Neuquén".
Ya estaban en camino las dos brigadas que iban a atacarlo, la primera a las órdenes del
teniente coronel R. Ortega: y la segunda, al mando del coronel Vinter. Esta llegó a Collón
Cura. Los indios habían huído, pero el sargento Acosta descubrió al hijo de Sayhueque.
llamado Tocomán. quien sostuvo, el 24 de Marzo el ataque en La Rinconada y Traful. Hay
varios relatos discordantes sobre el hecho. Las Memorias del Ministerio de Guerra (Anexo de
1881. p. 72) publican una nota del general Villegas que dice que el sargento Acosta con 5
soldados habían muerto unos 40 indios. La nota es del 30 de Marzo. García escribió el 15 de
Abril al Padre Fagnano (salesiano) que habían obtenido una brillante victoria sobre la
aguerrida tribu de Sayhueque. (Entraigas, Los Salesianos en la Argentina. Vol. III, 1973, p.
202)
Otra noticia difundida era que el teniente Tejedor hacía arrear 1.000 animales,
producto del ataque a las tolderías de Sayhueque (25.III.81) y que dos días después se
hicieron nuevos ataques (Ocampo, Historia del Regimiento 7º. p. 176). El capitanejo
Trocomán fue herido: otro hermanito, también hijo del caciques Sayhueque de unos 12 años,
escapó, montando en pelo. (Walther, Conquista del Desierto, ed. 1964, p. 674 y 666)
El cacique escribió el 3 de Abril de 1881 en nombre del "Gobierno aborigen
argentino" desde el Río Limay. manifestando su inocencia (y por consiguiente protestó contra
la agresión injusta), diciendo correctamente: "A causa de esto. amigo, le pido que eleve al
Gobierno todas mis protestas y las aflicciones que he sufrido. No soy culpable de nada: soy
un noble criollo y, por derecho, dueño de todas estas cosas. No soy extraño de otro país, sino
nacido en esta tierra y un argentino leal al Gobierno..." (Lewis Jones, “Una nueva Gales en
Sudamérica”, p. 138: Jones fue director de la Colonia Galesa en el Chubut).
Continuaban las expediciones que limpiaban el Neuquén y Sayhueque protestó una
vez más por carta, firmada por su secretario José Antonio Loncochino, del 22 de Noviembre
de 1881 dirigida al explorador Erasmo Obligado, diciéndole: "El cacique quiere saber por qué
está en Limay y qué intenciones le traen. El 6 de Septiembre ha mandado una carta a la Casa
del Gobierno, protestando su paz que religiosamente ha observado ya (durante) 20 años. Se
extraña que el Gobierno haya olvidado aquel fiel cumplimiento.
"El 20 de Marzo fueron atacados por Villegas y Bernal; se salvaron. (Le) tomaron
preso al capitanejo Praillanca y 20 indios. Murieron cuatro." Y termina diciendo que desea la
paz y libre comercio el uno con los otros. (Almeida, Modesta Conquista, p. 132)
Al otro día recibió la respuesta de E. Obligado, quien se hallaba prácticamente a la
misma altura del río en su barco, de manera que los indios le gritaban en coro: "Huincá, ¿qué
negocio traendu?"
En la carta le decía al cacique: "En vista de mostrarse ustedes siempre hostiles, me
veo obligado a regresar, debiendo prevenir que el Superior Gobierno sabrá castigarlos."

7. Sayhueque no sabe si unirse a tos demás caciques o emigrar.


Huye al Chubut

Frente a los sistemáticos ataques, los caciques pensaban que unidos podrían
resistirlos. Después de las batallas de los primeros días de Enero de 1882, los expedicionarios
habían muerto a centenares de indios y fueron aprisionados otros tantos. A estos intentaron
liberarlos. Sayhueque, Ñancucheo, Reuquecurá, Namuncurá y Queupú, con un millar de
indios, sitiaron el Fuerte Primera División, que en estos momentos estaba escasamente
defendido. El capitán J. Gómez con 16 hombres del Regimiento 7° y 14 peones, se
defendieron heroicamente y en media hora de lucha les hicieron 21 bajas, de manera que
retrocedieron. (Enrique C.Recchi, “Pequeña historia del Fortín lª División)
Los combates, las expediciones, los desalojos que en esos meses se dieron, llenarían
paginas y capítulos. Y Sayhueque siguió escribiendo cartas pidiendo paz, como aquella que
escribió el 20 de Noviembre de 1882. En una libreta manuscrita que pertenecía al general
Villegas y que se archivó en el Museo de Bariloche, se lee: "Sábado, 25 de Noviembre de
1882... Creo que dentro de poco podré comunicar al país el sometimiento de la mayor parte
de los indios que habitaban el cuadrilátero, formado por los ríos Neuquén y Limay, Cordillera
de los Andes y Lago Nahuel Huapí y quizás también algunos de los que habitan al Sud del
Limay y esto me sería sumamente satisfactorio, pues seres que hoy son perjudiciales a la
sociedad, mañana redimidos de la barbarie, entregados a la civilización, serán una palanca de
nuestra futura grandeza."
Y en la misma libreta se lee en fecha 26 de Noviembre del mismo año: "El mismo jefe
me comunica que Sayhueque e Inacayal han ido a presentarse al Chubut a la Colonia Galesa.
¡Ojalá!"
A un mismo tiempo la Brigada 3ª, al mando del coronel Palacios, emprendió, el 15 de
Noviembre de 1882 una nueva expedición a la zona del Nahuel Huapí. El día 25, destacó al
comandante Rosario Suárez, con 155 hombrs y 15 indios auxiliares para buscar y batir a
Sayhueque; el teniente coronel Torres debía batir a la tribu de Ñancucheo. A mediados de
Diciembre hubo un enfrentamiento con Sayhueque, como informó, el 23 de ese mes el
comandante Suárez al general Villegas:
"...Han tomado prisioneros a indios de Sayhueque, a quien se le ha dado ocho días
para que se presente; de lo contrario el Gobierno le hará la guerra." Decía también que estaba
informado que no se presentaría. Reforzó su defensa y mandó levantar el campamento a
orillas del arroyo. El comandante Suárez lo denominó "Arroyo del Triunfo". (AGN, S.VIIL 7-
5-3)
También una patrulla del teniente Trayman atacó a Sayhueque, el 2 de Enero de 1883
(Ocampo, “Historia del Regimiento 7°”, p. 199). Sus indios lo rodearon, pero en el momento
justo llegó el grueso de la tropa y fueron derrotados y perseguidos. Así, como aquí,
Sayhueque escapó a varias expediciones, mientras se retiraba hacia el Chubut; primero a
Schinni.
El 9 de Enero la Tercera Brigada al mando del coronel Palacios salió de nuevo en
busca de Sayhueque e Inacayal, con quien se iba a juntar. Pero en Lipanduán no los hallaron.
Destacaron al capitán A. Drury para bolear guanacos. En Apulé encontró una toldería y unos
400 indios de pelea; 70 tenían unos Remigtons que habían conseguido en la Colonia Galesa.
Se trabaron en pelea y los expedicionarios se veían en harto aprieto, hasta que les llegó un
buen refuerzo. Los indios perdieron unos 50 hombres (según algunos: 80) y 1.000 prisioneros
de la chusma; y ellos tuvieron 11 muertos. Este fue el combate de Apulé o Apelec, al sur del
río Limay, del 22 de Febrero de 1883. Sayhueque. Inacayal y Foyel se escaparon de nuevo.
(Ocampo, Hist. del Regimiento 7°, p. 238)
El general Villegas escribió el 5 de Mayo del mismo año en tono de triunfo:
"Al sur del Limay quedan los restos del cacique Sayhueque, huyendo, miserables y sin
prestigio" (Walther, Conquista del Desierto, ed. 1964, p. 726). El Neuquén había sido
limpiado.
El general L.Wintter, reemplazante del general C. Villegas y gobernador de la
Patagonia, encargó a los Regimientos 5° y 7° de Caballería al mando del teniente coronel
Lino O. de Roa, acabar con las indiadas de Sayhueque, cuya toldería se hallaba ahora en
Maquinchao. Wintter escribió al ministro de Guerra, el 21 de Julio de 1883,. que habían
capturado al cacique Orkeke y su tribu; y continúa: "Mañana saldré para el Chubut para
ponerme en comunicación con los caciques Sayhueque e Incayal... Se halla sobre el Luyé."
(La Prensa. 31.7.83 y AEM, 21.7.83)
En septiembre partió de Roa en una nueva "expedición punitiva" contra Sayhueque e
Inacayal. Son noticias salteadas y fragmentarias. Si Sayhueque hubiese escrito un diario...
Exploraban la zona de Maquinchao y nada hallaron. El 21 de Noviembre salió del Fuerte
Villegas hacia el Río Valcheta con 100 hombres y 40 indios amigos, al mando del mayor M.
Linares. Los primeros días de Diciembre capturaron unos indios que hablaron de Sayhueque,
que se había retirado desde hacía un mes al sur del río Chubut y que estaría en el paraje
Schiunique Paria (Juncal del Sol) con unas 400 lanzas y que allí había tenido lugar un gran
parlamento al que habían concurrido los caciques Inacayal, Foyel, Chagallo, Salvutia, Rayel.
Nahuel, Pichi Curruhinca, Cumilao, Huichaimilla, Huenchunecul, Huilcaleo y Sayhueque y
unos 440 guerreros. Que habían resuelto pelear hasta morir, cuando en realidad decidieron
buscar una rendición honrosa.
Durante el año 1884 los expedicionarios estaban empeñados en atrapar a Sayhueque.
Y mientras grandes caciques, como Reuque Cura y Namuncurá se entregaron, el ex
gobernador de Las Manzanas iba marchando y esquivando. Según Curruhinca Roux,
"...subiendo y bajando; del Nahuel a Gualkaina; de Gualkaina a Cushamen; del Neuquén al
Chubut; de Tecka a..." Distancias y dificultades que ni los hebreos en su partida de Egipto
tuvieron que superar.
El general Wintter organizó nuevas expediciones; tres columnas ligeras salieron con la
orden de atacar a Inacayal y a Sayhueque, aunque éste había prometido presentarse en Nahuel
Huapí (Best, Guerras argentinas, p. 403). Destacó al coronel Lasciar al Chubut y al mayor
Vidal por otro rumbo y la tercera columna al Nahuel Huapí, al mando del mayor Gómez.
Tras una primera comunicación con Sayhueque, le conminaron que se presentara y
que iban a obsequiarlo en Junín de Los Andes (antes Chimehuín). Tras una refriega en el
paraje Jínua (Río Genua), el 3 de Octubre de 1884, se presentaron ante el coronel Lasciar los
caciques Inacayal, Foyel y Chiquichano, varios capitanejos y 66 indios de lanza con el fin de
someterse al Gobierno nacional. Lasciar retuvo a Inacayal y a Foyel como rehenes, mientras
que Chiquichano debió ir en busca de las familias. Estas se resistieron a entregarse en calidad
de prisioneros; y el teniente 1° F. Insay ordenó abrir fuego contra ellos y entonces se
entregaron. Fue el 12 de Noviembre de 1884. Lo hicieron 127 indios. (AEM. Doc. 8475)

8. Rendición, pero no a prisión

El teniente coronel V. Lasciar informó el 9 de Septiembre de 1884 que se habían


presentado ante el general Wintter los caciques Inacayal, Foyel, Chiquichano, varios
capitanejos y 76 lanzas "con los fines de someterse con todas las personas de sus tribus al
Gobierno nacional para ser incorporados a las prácticas de la vida civilizada". Wintter dispuso
que la mitad volviese a sus toldos y que el cacique Chiquichano "active la presentación de las
tribus que se encuentran asentadas a 7 días de marcha de donde se encuentra actualmente el
comandante Lasciar, dándoles de plazo para ello hasta mediados de Noviembre próximo".
Sayhueque estaba dispuesto a una rendición honrosa. Nunca había buscado la pelea;
había procurado mantener la paz y recuperar el uso del tratado. Se acercó al Río Negro y
valientemente marchó con su gente hacia su tierra y luego a Junín de Los Andes.
El lº de Enero de 1885 se presentó en el Fuerte de Junín de Los Andes al jefe del
Regimiento 7°, teniente coronel Nadal, amparándose en las leyes de la Nación con 700 indios
de lanza y 2.500 de chusma, indios pertenecientes a los caciques Inacayal. Huenchenecul.
Chiquichán, Salvutia, Prayel, Nahuel, Pichi Curruhuinca, Cumilao, Foyel y otros más. Se
entregaron bajo capitulación en paz.
La rendición de Sayhueque y sus confederados fue recibida con el beneplácito de la
prensa de Buenos Aires. Ya el 21 de Enero, La Prensa publicó la noticia:
"El ultimo indio. El cacique Sayhueque. El último y más prestigioso de los caudillos
salvajes, el famoso Sayhueque, ha clavado su lanza enmohecida en las orillas del Limay,
cansado de luchar con la civilización que asciende y lo ahoga, cual rápida marea, hasta los
más elevados picos andinos.
"Ocho capitanejos, setecientos indios de guerra y lanza y dos mil quinientas personas
de chusma, acaban de presentarse espontáneamente en son de paz y han depuesto sus armas,
humildes y sumisos ante el Gobierno Nacional, por intermedio del jefe de la segunda
División, General Wintter, a cuyo esfuerzo se debe en gran parte este importantísimo
resultado..."
Con garantía de paz, Sayhueque debió dejar un hijo de rehén que fue conducido a
Viedma, cerca del gobernador y del general Wintter. Este informó desde su residencia en
Viedma al Superior Gobierno y al país, que con esta rendición la Conquista del Desierto había
llegado a su conclusión.
De Sayhueque en particular escribió: "El cacique Sayhueque, cacique eminentemente
prestigioso por su poder entre todas las tribuas que tenían su asiento entre el Río Collón -
Curá, afluente del Limay al norte y el Río Deaseado al sud, acaba de efectuar su presentación
voluntaria..." (Memoria del Min. de Guerra y Marina, 1884-1885, p. 55-57; y Walther, ob. cit,
p. 743)
Con todo, el 7º de caballería tuvo aún bastante trabajo para reunir el resto de la
indiada de Sayhueque, como señaló entonces el capitán Juan José Zabala. (foja de servicio, p.
8. Bs. As., 1911)
"En 1885 nos retiramos del lago (Nahuel Huapi) para incorporarnos al Regimiento en
Junín de Los Andes. En Marzo de 1885 marchó el mayor Gómez con 15 soldados del
Regimiento 7º y dos oficiales con 50 del 6° de infantería, escoltando esos 3.000 indios hasta
la confluencia del Limay con el Neuquén. Estos salvajes nos dieron mucho que hacer,
primero para salir del Río Collón Curá y el coronel Marcial Nadal tuvo que reunir todo el
regimiento y mandar orden terminante de que salieran inmediatamente, en caso contrario los
sacarían a la fuerza. Se pusieron en marcha a los cinco días de haberles dado la primera
orden. Anduvimos una legua, y así nunca marchábamos más de dos leguas por día... Al mayor
Gómez, que venía pensando hacerles sentir su autoridad, se le presentó la oportunidad en el
Fortín Nogueira: Ese día marchamos adelante y el mayor ordenó al cacique que marchara
hasta Nogueira. Esta orden la dio en Pantanito o Menucos, distante dos leguas y media.
Nosotros llegamos como a las once a.m., desensillamos y estábamos por carnear, cuando se
presentaron 10 indios de parte del cacique a decirle al mayor que no podían marchar ese día
porque una tía del cacique se había enfermado y que le mandara las reses: todos los días se les
daba 15 novillos. El mayor preguntó de qué estaba enferma la tía. Los indios le dijeron que de
la cabeza. Gómez les contestó entonces, que no les mandaba nada de carne y que se vayan a
la... y que le digan al cacique que él lo va a traer a palos; los indios se retiraron... No permite
que ningún indio vaya a la carpa: "Al que venga que lo saquen a palos con una vara de sauce
cada uno".
"Una hora después, principiaron los manzaneros a llegar; el secretario o escribiente
del cacique Manuel Salva, fue el primero que se presentó ante la tienda del mayor diciendo:
'¿Dónde está mi amigo?' —Sosa le dice: 'No se puede llegar a donde está el jefe'. '¿No? —
dice Salva— Yo voy'. Se baja de su caballo y se dirige a 1a tienda... y fue apaleado".
"Los indios parlamentaron y resolvieron obedecer. Un capitanejo hizo llegar un
papelito al mayor Gómez, diciendo que contara con 300 hombres que tenía a sus órdenes, en
caso de que se le insolentaran sus compañeros de la tribu, que él también venía cansado con
el cacique. "...Desde ese día marchamos 3 o 4 leguas por día. A pesar de esto la marcha fue
hasta el paso del Neuquén y entregamos la indiada al comandante Vicente Lasciar y
subteniente Pinto que lo acompañaba con 50 del Batallón 2° de Infantería..."
El capitán Juan José Gómez los llevó hasta el Fuerte Gral. Roca y de allí ante el
comandante Lasciar a Choele Choel.
En cambio el cacique Sayhueque y sus compañeros Inacayal y Foyel fueron llevados a
Carmen de Patagones y de allí transportados a Buenos Aires.
El cacique Sayhueque mismo llegó a Carmen de Patagones el 15 de Enero.
Consideraba un honor que pudiese presentar al Sr. Presidente y al Ministro de Guerra su
voluntaria rendición, esperando que le concediesen las gracias que la ley preveía en tales
casos.
El periódico de Viedma “La Patagonia” le hizo este reportaje que publicó el 15 de
Febrero, que transcribo del libro de Curruhinca Roux (Las matanzas del Neuquén, ed. Plus
Ultra, 1984, p. 179):
"Hemos tenido el placer de conocer al famoso Cacique... Al presentársenos de
improviso, lo encontramos muellamente reclinado sobre su montura de campaña. Para
saludarnos se incorporó súbitamente, conservando una actitud digna y desembarazada.
Entonces recién pudimos apreciar exactamente su estatura y sus facciones de detalle.
"Sayhueque es un bello tipo de raza. Representa alrededor de 40 años de edad [en
realidad tenía 63]: posee una frente ancha y despejada, grandes ojos pardos, de mirada
escrutadora y al mismo tiempo desconfiada, cabellos negros y lacios, cayendo en abundancia
hasta su cuello, encuadrando su rostro; nariz aguileña, un tanto achatada. Vénse en cada
extremo de su labio superior unos cuantos pelos haciendo oficio de mostacho y el resto de la
cara, limpia como la palma de la mano.
"Ambas orejas las tiene adornadas con grandes aros de plata, siguiendo la costumbre
indígena.
"Sayhueque es alto y corpulento y sus miembros bien desarrollados revelan una
robusta organización y considerable fuerza muscular. Tal es su aspecto físico.
"Iniciada la conversación, después de cambiados los primeros cumplimientos de
obligada etiqueta, el caudillo indio nos dijo, encontrarse muy contento y satisfecho de haberse
entregado al Gobierno. Y nos expresó vehementes deseos de conocer la Capital de la
República y visitar a su amigo, el Señor Presidente de la República.
"Le preguntamos por su familia y nos dijo que tenía cuatro mujeres... y cinco hijos, si
mal no recordamos...
"Después la conversación giró sobre los buenos tiempos de su mocedad, cuando venía
a visitar a sus viejos amigos de Patagones... Mucha reserva guardó Saihueque en lo que se
refiere a recuerdos de sus campañas militares, correrías, etc. Esta actitud reservada, oportuna
y discreta, nos revela en Sayhueque un consumado diplomático..."
El 16 de Febrero partió Saihueque en el vapor "Pomona" acompañado por el
comandante Daza. “El Nacional” de Buenos Aires del 20 de Febrero avisó su llegada para el
mediodía del día siguiente. El 22 a la mañana anclaron en el puerto del Riachuelo. A
Sayhueque lo acompañaron también su hijo homónimo (Valentín), Namuncurá (hijo) y siete
indios más.
Visita de Sayhueque en Buenos Aires
Por entonces escribió Fco. P. Moreno en su dario: "Dentro de pocas horas veré a
Saihueque bien lejos de Calelfú (sic). El Superior Gobierno de Las Manzanas llega en
distintas condiciones de las de (los caciques) Pincén, Catriel, Namuncurá y otros de la
nobleza salvaje (¡ sic!). No mataron cautivos, no asesinaron en las fronteras; sólo luchó
defendiendo su suelo..." Moreno los visitó en el Cuartel del Retiro y en Palermo y otros
curiosos iban a verlo. El administrador de “Ilustración Argentina” vino para sacar una foto. El
25 de Febrero Sayhueque visitó al ministro de Guerra, general Viejobueno, en la Casa de
Gobierno, acompañado de su hijo y del cacique Chagallo; el Sr. Presidente no se hallaba en
Buenos Aires. Al respecto reseñó La Prensa: "...El ministro manifestó al cacique Sayhueque
que una vez que se halle de vuelta el Presidente de la República, se le darán tierras para
establecerse y dedicarse a la agricultura, si así lo prefiere; al mismo tiempo accedió al pedido
hecho por Chagallo para traerle su mujer, una hermana y dos sobrinos que se encuentran en
Martín García", Luego visitaron al Sr. Vicepresidente. Más tarde también al Arzobispo Monsr.
Aneiros, por el que fue agasajado con ropas para su gente. En general, su recibimiento fue
juicioso y más silencioso que el del cacique Orkeke o de Manuel Namuncurá que los habían
hecho objeto de la curiosidad popular. El 5 de Marzo, por fin, visitó al Presidente Roca. El
Nacional del 6 del mismo mes publicó un artículo sobre la conferencia "de los jefes de
Estado". Le pidió tierras para establecerse con su tribu, fundando una colonia agrícola y
pastoril y que el hijo presente pudiese educarse en la Capital. El Presidente se mostró
favorable y encargó al ministro de Guerra la ejecución de tal pedido, el cual estaba
activándolo durante los días que permaneció en Buenos Aires.
El lº de Abril emprendió el regreso a Carmen de Patagones, tres meses después de su
rendición. Allí le aguarda la orden de ubicarse en el Chubut y no en sus tierras de Collón
Cura. Más tarde se instaló en Chinchinales, tierra que le fue asignada en la Reserva de Nahuel
Pan, cerca de Esquel. 1888 su tribu fue ubicada unos 40 Km al Sur de Ingeniero Jacobacci;
allí los visitó el naturalista francés De la Vaulx. (Henry de la Vaulx publicó dos artículos que
pude consultar en el Museo Mitre: A travers la Patagonia du Río Negro au detroit de
Magallanes , en Journal Soc. Des Americanistes. Paris Nº 6, 1897 p. 71-99.ilustr. y Voyage en
Patagonie (seize mois en Patagonie) Paris 1900 y 1901 ed. Hachette, 248 pp 40 ilustr. 1 mapa
Cerca de la Escuela Nº 18 de la "Colonia 16 de Octubre" instaló su rancho. Allí se le
reunió alguna gente. En Choele Choel quedaron (reducidos) 1.700 indios. Mosneñor J.
Cagliero bautizó allí, en 1887, 700 indios de los de Sayhueque y 300 de otra tribu. (Cayetano
Bruno, Los Salesianos en la Argentina I, p. 365)
El Boletín Salesiano del 18 de Febrero de 1887 (Nº 2, p. 18) cuenta acerca de una
entrevista habido con el hijo del cacique Sayhueque en Patagones y con su intérprete Juan
Salvo. Decía al misionero: "Somos 1.700. Entre nosotros está la tribu de Ñancucheo con 800
indios". En el Nº 4 cuenta, que este cacique ha sido bautizado y también el hijo de
Sayhueque. El cacique no tuvo valor para hacerlo. En esos días había llegado una orden del
Gobierno de separar a 80 familias y mandarlas a Mendoza.
Otro grupo de los indios de Sayhueque estuvo con Reuquecurá sobre el Río Valcheta.
(Revista Sociedad Geográfica VII, 1888, p. 172-177)
En Febrero de 1888 se levantó un censo de la población de Sayhueque en Chinchinal
Sud, que arrojó un total de 355 indios; 229 mayores y el resto menores (79 varones).
Encabeza la lista nominal el cacique Valentín Sayhueque, siguen: Juan Cachul Pedro R.
Clencheo, Marcelo Güerá, Huincaleo, Cunquequen, Millaguín, Penefil, Aunqueo, Mielopé,
Chivismán, etc.
La lista de las mujeres encabezan: Imaileo, Imaíl, Maipié, Elchemar, etc.(AGN.,
S.VII, 10-7-2. Censo de la Tribu de Sayhueque, 12 foj.): allí mismo hay un informe de la
inspección de los indios de la costa del Río Negro y Limay del 4 de Agosto de 1885.
Costó mucho sancionar la donación de tierras para la tribu de Sayhueque, mientras
con facilidad se repartía a los expedicionarios leguas de tierras en el sur. El primer proyecto
de ley de repartición de tierras para ubicar indios sometidos fue tratado en la sesión de
diputados nacionales, el 15 de Agosto de 1885. Su artículo tercero decía: "A los antiguos
caciques Sayhueque, Namuncurá y Reuquecurá se les asignará a cada uno de ellos una legua
cuadrada de campo y 60 $ m/n mensuales. Pero el proyecto volvió "a estudio". Namuncurá
consiguió la donación en 1894 y el cacique Valentín Sayhueque consiguió por Ley 3814 del
26 de Septiembre de 1899 la concesión de tierras en el Territorio de Chubut: "12 leguas
cuadradas, 4 para el cacique y 8 para distribuirlas entre las familias". (Véase Curruhinca
Roux, ob. cit., p. 230 ss.) .

El 4 de diciembre de 1889 el grupo de Valcheta había recibido 4 leguas cuadradas.


Hay que pensar que estas leguas no son de la calidad del Chimehuín o Collón Curá en
Neuquén, donde se habían radicado estos indios cuando había paz.
Aprovecho la lista que se presentó en la 28ª Sesión de Diputados que nos presenta
la familia del cacique Sayhueque, en 1899:
Valentín Sayhueque (padre de trece hijos)
Truquel Sayhueque (hijo y casado con 5 hijos), cuya fotografía se publicó en
Argentina Austral 163, p. 7, 1945 y Nº 159.
Tacumán (3er. hijo)
Cachul Sayhueque (casado con cinco hijos)
Emilio Sayhueque (hijo, casado y Vdo. con tres niñas)
Francisco Sayhueque, hijo, soltero)
Mariano Sayhueque (hijo, soltero)
Liquechún Sayhueque (hija, casada con cuatro hijos) o Liquechén.
Margarita (hija, soltera)
Carmelita Sayhueque (hija, soltera)
Angela Sayhueque (hija, casada, una hija)
Matilde Sayhueque (h. casada con un niño)
Marta Sayhueque (h. casada con un niño)
Rosa Sayhueque (hija soltera)
Juana Sayhueque (casada).
Conocemos otra hija por F. P. Moreno, llamada Umantesh.
Feliciana Sayhueque (hermana del cacique Valentín Sayhueque, casada con 3 niños)
Antonia Sayhueque (hermana, casada con dos hijos)
Sofía Sayhueque (hermana, casada con dos hijos): y 222 personas de esta agrupación
( fide Curruhuinca Roux, ob. cit., p. 234)
F. P. Moreno nombra a Chadayal (¿Chagallo?) como suegro de Sayhueque.
(Reminiscencias, p. 28)

Entre las últimas noticias está lo que escribió en 1892 el R. Padre Pedro Bonacina,
misionero salesiano que se encontró con él y su gente: "Desde Choele Choel, la Isla Grande,
fui también a los toldos de Sayhueque (en Valcheta), quien a la sazón estaba de paso para
Valcheta. El Cacique, el gran rey de su tiempo... Como no estaba en su toldo, lo hice llamar
por medio del alcalde Gavina, y acudió. Esperaba ver un indio gigantesco, coronada la testa
de vistosas plumas, distintivo de los caciques... El actual Sayhueque ya no era el de antes. Lo
había visto en 1888 al norte de la isla Choele Choel. Su rancho estaba rodeado de otros cien.
Tenía unos cien flecheros y hombres armados de boleadoras. Un numeroso cortejo de mujeres
y niños le seguía. Pero ya entonces se advertía que su estrella iba declinando. Sin embargo,
algo conservaba de su altivez y poderío del rey de las pampas. ,
"Mas ahora, en 1892, todo estaba concluído. El cacique se me presentó ya viejo,
decaído, aplastado. Es un indio... de fisonomía repulsiva, siniestra. Alto, encorvado,
desgarbado, zurdo... acompañado de sus tres mujeres y un hijo menor con traje de policía,
porque en esos días el Gobierno lo había obligado a engancharse. Sayhueque vestía chiripá y
poncho y traía la cabeza ceñida con una vincha vieja. Calzaba botas de vaca y montaba un
buen tordillo. Eso sí, a caballo se engrandecía... pero de a pie no era más que un indio viejo."
(Memorias manuscritas del Padre Bonacina, en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca)

Tremenda humillación del viejo cacique Valentín Sayhueque


Por el Boletín Salesiano Nº 8 de 1895, nos informamos de un acontecimiento que
debía humillar muy profundamente al anciano cacique. Monseñor Cagliero estaba misionado
en Conesa y allí mismo convocó el cacique a sus indios a un solemne Camarujo al que
concurrieron unos 800 indios. El obispo quiso impedirlo; pero el cacique le pidió que los
dejase celebrar ese día y esa noche esa fiesta y rogativa. No fue el obispo, sino la machí
Perimontón, quien intervino en la celebración. Después de cantar verdades y reproches al
anciano cacique que lloraba ante sus hermanos y ante Dios sus desgracias y sus desdichas, la
machí lo destituyó. "Tú no eres más nuestro cacique". Ensalzó en cambio al joven jefe de la
tribu de Ñancucheo (Yanqué). Este, como buen cristiano no había asistido al Camarujo. Pero
la concurrencia le cantó entusiastas cantos y vítores: "Desde que se meció tu cuna, fuiste
valiente. Tu padre fue cacique y tú. capitanejo. Ahora tú has desarmado a Saihueque".
Si en Conesa no ha sido aceptado, nadie lo molestó en su "Colonia 16 de Octubre",
donde cuidaba animales y cultivaba sembrados y era respetado como padre y abuelo de su
familia. Allí murió Sayhueque relativamente pobre en su casa de Piedra de Sótel, a orillas
del río Jenua (Colonia San Martín), en el Chubut. Había alcanzado trabajosos 80 años. El 8
de Octubre de 1903 murió cristiano pues el P. Lino Carbajal. misionero salesiano, lo ha
asistido. (L. Carbajal,” Por el Alto Neuquén”, Bs. As., 1906. p. 254)
Sus indios vivían desparramados. Un grupo perduró en ese mismo lugar y les costó
mucho mantener la herencia recibida. Otros vivían entre los ríos Chubut, Limay y Negro; otro
grupo es la "Agrupación Saihueque" en el paraje Atrencó, Departamento Huilliches en el
Neuquén. Pero el mayor núcleo se mantuvo en Valcheta. (Monseñor Cagliero, “Relaciones”
en Archivo Salesiano de Bahía Blanca, p. 434)
Sayhueque es una figura que mereció nuestra atención y estima como hombre de paz.
(Etimología: Say proviene de la particular pronunciación de Ray: Rayen: Flor y de
Hueque: llama o carnero del país. Fotografías en: Curruhuinca Roux, y también en el Museo
del Indio de Los Toldos.
Bibliografía
Caillet Bois, Teodoro: "El fin de una raza", en Argentina Austral, Nº 158, 159 y 167.
—. "Los últimos caciques", en Boletín del Inst. de Invest. Hist., Facult.. BA, 1943, p. 7-41;
93-96. Castan, Ernesto: "Valentín Sayhueque", en Todo es Historia, XI, No 136, 1978, p. 72-
79, ilustr. Curruhuinca- Roux:Las matanzas del Neuquén; crónicas mapuches. B.A,
1984.ed.Plus Ultra.- Daireaux, Emile: Buenos Aires, La Pampa.y la Patogenia. París, 1877.-
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Entraigas, Raúl: Fortín Confluencia o Primera División, Bs. As., 1967.- Boletín Salesiano, Nº
8, Turín 1895.
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Scunio, Alberto: "El País de Las Manzanas", en Boletín Acad.Nac. Hislt,T. 45, 1972, p.183-
217.
Pietrobelli, Francesco: "Esplorazioni e colonizzazioni della Patagonia Central, Venezia,
1911". Traducido por P. Sgrosso en Cuadernos de historia del Chubut 6, 1969, p. 96. "El
último rey de la Patagonia: su rendición, en “Argentina Austral” (Rev.) N° 107, 1938, p. 12-
13. - Una carta de Francisco Pietrobelli, en Argentina Austral. Nº 76, 1935, p. 46-47. Vignati,
Milcíades A.: "Iconografía aborigen" Nº I, Sayhueque, Inacayal y Foyel, en Rev. Museo La
Plata, Nº 10, 1942, p. 13-48,- Georges Musters: "Su segundo viaje a los dominios de
Sayhueque", en Boletín Accad. Nac.Hist.. T. 35, 1964, p. 49-59.- Vaulx, Henri de la: "A
travers la Patagonie du Río Negro au detroit de Magallanes", en Journal Soc. du
Amérícanistes, París, Nº 6, 1987, p. 72-99, ilustr. - Voyage en Patagonie, París 1900 y 1902,
Cap.IX a XII y mapa. –Ginobili de Tuminello M.E.: Muerte del cacique Sayhueque. En:
Mundillo Ameghiniano Nº 20, Viedma 1988.

SAYHUEQUE, 1980 cac. de Atreuca (Neuquén); cac. contemporáneo con unas 30


familias (Casamiquela, R. 1995 p. 102 ss)
SAYI ÑANCÚ, 1793, cac. pehuenche que se agregó a las tribus de Lorenzo
Calpisquis (AGN. Comandancias , 1766 – 1809)
SEBASTIÁN, 1822, cac. huilliche o pampa de la Patagonia septendrional. Perteneció
a la agrupación del cac. Negro. Participó en 1822 en el parlamento de paz, convocado en la
zona de Tandil por el Cnel. Pedro A. García (De Angelis IV 1910 p. 136).
SECAUCHÚ o Sejechú, 1750,, cac. “chechehet”. Cano y Olmedilla señala su tolería
en su mapa de 1775 en el recodo del Río Negro, en “El Cercado” o Tehuel Malal, como decía
Flakner, hoy Laguna Abra de la Estación Río Colorado. El Padre Dobrizhoffer lo llama
Sejechú (p. 184). Falkner lo nombra dos veces en su obra de 1774 (p. 13l y 102)
SECTI, 1582, cac. por la repartición de Juan de Garay en la Jurisdicción de Buenos
Aires. Fue encomendado a Jerónimo Jérez
SEGUÍ, Mariano ver Llanquelén, Mariano 1838 (ranquel)
SEGUA QUIMILLA, 1634, cac. araucano de Purén (Chile) que tuvo que entregarse
a los españoles (Gay: Documentos II. 1876 p. 400)
SEGUEL, 1855, cac. pehuenche del Sur de Mendoza.
SEGÚN, 1582, cac. de la jurisdicción de Buenos Aires; encomendado por la
repartición de Garay a Pedro Izarra. (Tanodix, A. en Rev. Museo Mitre 1951 y 1953)
SEGUNA, 1582, figura en la repartición de Juan de Garay en el Distrito de Bs.Aires
SEGUNDO, 1874, capitanejo del cac. Pincén. Creo que ha sido Ignacio Segundo
Coliqueo. Ese año fue tomado preso junto con otras embajadas en Junín (AEM. )
SEFI ÑANCÚ ver Levi ñancú.
SEI MÁN (prob. Ray mán), 1812, cac. pampa serrano. Ese año conferenció con F.
Chiclana en el Fuerte del Monte. Chiclana había recibido ya en el Cabildo de Buenos Aires a
los caciques ranqueles Epumur y Cagüenagüen. Seimán decía que era sobrino del cac. Seimán
de la Sierra del Sur. En señal de la paz devolvió alguna hacienda que sus indios habían
robado. ( Suárez García: Historia del Partido de la Lobería 1939 p. 100).
SELEMINA, 1573, cac. comechingón de Alisacat de Conchuluca, Córdoba;
encomendado de Ardiles (Montes 46)
SEME, Don Diego, 1723, cac. huarpe de Corocorto (Mend) La Paz. Decía que era
amigo del cac. Melchor Tunuyán (R. Pastor: La guerra con el indio en la jurisdicción de San
Luis p.338)
SEME YAN, 1807, cac. huarpe de Corocorto (Mendoza) Puede ser descendiente del
anterior.
SEPÚLVEDA, 1752, cac. araucano que vivía sobre el río Maule. Allí lo visitó el
Padre Haevstadt (Diario de 1777)
SEQUELQUIÁN, 1658, cac. pehuenche del Cuyo, que figura con Saquisgner en un
proceso de Mendoza. 1673 vivía sobre el Río Areco (P. Cabrera :Aborígenes del Cuyo p. 188-
192)
SERIS PÁN, 1802, cac. puelche que visitó las autoridades de Mendoza (Quizás
Levipán)
SERRANO, Juan, 1673, cac. del distrito de Buenos Aoires, “Era de la nación
serrana”. Se anotó probablemente así, porque no conocían su nombre indígena.
SERRANO, Don Bernabé, 1678, cac. pampa, dice el Gobernador Robles quien lo ha
cazado para traerlo a la encomienda (Robles: en Documentos Histórico Geográficos, ed.
Eusser 1941 p. 306)
SEVIÁN (prob. Sevillán), cacique que en 1800 visitó con Cuyuque, dos capitanejos y
48 indios al Gobernador de Mendoza ( Arch. Mendoza)
SEVILLÁN, 1836, cac araucano del Río Quinto, quien fue al Cuero con unos 200
indios y caballos gordos (Arch. De San Luis 15.1.1836)
SIAL SHARABA, 1573, cac. comechingón de Sial Sacat, Punilla, Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes p.80)
SIANACAN, 1580, cac. comechingón de Sian Pitiu, Punilla, Córdoba; encomendado
de Pérez (Montes p. 80)
SIBITA ACAN, 1585, cac. comechingón de Sibita Pitin, Saldan, Córdoba;
encomendado de Navarrete (Montes p. 88)
SIBA CUÁ, 1582, cac. del distrito de Buenos Aires por el reparto de Juan de Garay.
Era encomendado del mismo Garay. (ver Tanodix, A. en Rev. del Museo Mitre 1951 y 1953))
SICOMO HANCHIGUIN, 1594, cac. comechingón de Salsacate, Córdoba;
encomendado de Díaz (Montes p.70)
SIGUINAO MAGPICHI GUIT, 1585, cac. comechingón de Nata Chalo, Salsacate,
Córdoba; encomendado de Díaz (Montes 70)
SIG ÑAU, 1879, caciquillo de la agrupación del cac. Purrán (picunche) en el
Neuquén.
SIGUIBAT. 1573, cac. comechingón de Casalo Manan, Sierra de Soto, Córdoba;
encomendado de Velazquez (Montes p. 56)
SILCA CHO, 1890, cac tehuelche de Santa Cruz (Casamiquela, 1965,
Rectificaciones p. 108)
SILICAR, 1579, cac. del Río Quinto, pueblo punsuni, junto con el cac. Ampus
(Pampas) Gonzalo de Abreú hizo censos y expediciones.
SILISICAR, 1579, cac.pampa del Río Quinto, pueblo Guaslaco (empadronado por
Gonzalo Abreu )
SILMAN, 1761, cac, pampa (AGN. S.IX 1-5-9. Zanjón) Pasó por esa avanzada para
ir a comerciar con los españoles.
SILVA, Julián, 1870, capitanejo del cac. Manuel Grande. 1879 fue apresado en el
avance de la Conquista del Desierto. Ortega lo trajo “de esclavo”. Había servido en el
ejército.
SILVA, Lorenzo, 1868, capitanejo de Pincén y luego capitanejo del cac. Raninqueo.
Tiene descendientes en la Tribu de Coliqueo. Lorenzo Silva estaba casado con Rosa Acuña.
Su hijo Gregorio Rufino nac. 1880 m. 1960) . Nicolás Silva n. 1874, estaba cas. con Rosa
Pincén nac. 1860. Su hijo se llamaba Pedro. En 1916 tuvo 119 hectáreas. Sixto José Silva
cas.c. Nicolasa Solano Baigorria. Silva Clementina, Silva, Valentina, Cristina etc. son
represenantes de esta familia que tuvieron su campo. Tengo una descendiente fotografiada
trabajando en el telar y he recogida una sabrosa historia de un transe de ella con un Tángaro.
SIMI NAURE, 1595, cac. comechingón de Chila, ; encomendado e Burgos
(Montes 67)
SIMISTAY, 1678, cac. serrano (puelche) que fue recogido en la pampa por el
Goberndor Robles. (Documentos Históricos Geografios ed. Peusser 1941 p. 313)
SIMÓN, Mariano o Manso, 1878, cac. ranquel. Por la irrupción de la tropa
expedicionaria fue atacado. Huyó y llegó a la Patagonia. En 1883 lo hallaron los misoneros
salesianos en Coneja. Se interesó mucho por sus enseñanzas (Arch .Salesiano de Buenos
Aires, caja 201, 46)
SIMÓN, MARTÍN, 1878, caciquillo ranquel que llegó con 30 familias (unos 300
indios) a la Reducción de Villa Mercedes fundada por el Padre Marcos Donati. Eran
sumamente pobres. Se les dio 30 cuadras de pastoreo como limosna, cerca de la estación.
Para que allí se hicieran sus ranchos. Eran ya cristianos. Pero el Cnel. Julio Argentino Roca
no estaba conforme. Este adquirió 15 cuadras a Olmo, al Norte de la Villa Mercedes, a cinco
cuadras de la estación. Se decía entre los militares, que la reducción no era eficaz, porque no
lograba transculturarlos; que se debía desvirtuar el cacicazgo y que no cultivaran su idioma
araucano. (Carta de Roca a Irigoyen del 14 de Agosto de 1877. (Barrio Imosti: Río Cuarto )
1879 fueron militarizados y tuvieron que acompañar al Cnel. E. Racedo en la tercera
División para expedicionar contra sus propios hermanos ranqueles: 230 soldados de los indios
amigos de Simón y de Cayupán, 15 oficiales y el caciquie. No sé cuándo y cuántos pudieron
regresar. (Ver también Martín)
SIMONAO, 1857, cac. chileno. Vino a la Argentina con el cacique Clahueque en ese
año, probablemente para “reunir hacienda para venderla o consumirla”. (AGN S:VII. 14-2- 3
T. 124 p. 248) Más tarde, en 1870, se le ofreció un tratado de paz en Carmen de Patagones. El
cacique se hizo entonces representar por sus hijos Huayhal y Mariano Ruiz. Parece que actuó
desde tiempo en esa zona.
En el tratado se leía lo siguiente:
Art. 1º Reconocerá la soberanía nacional y no a Calfucurá…
Art. 3º Formará una colonia militar cerca de Patagones con comisario, intendente,
sacerdote y maestro.
Art. 4º Pelearán contra los malones… (AEM. doc. 5402)
SINCHEL ver a MACIEL, APOLINARIO, que es el nombre verdadero
SIVI PÁN, 1801 , cac. pehuenche que ese año visitó con otros caciques pehuenches al
Gobernador de Mendoza. (Arch.Mend.)
SIQUI MIRA, 1590, cac. comechingón de Beleque, Sierra de Calamuchita, Córdoba,
encomendado de Acosta (Montes ..)
SIRMI NAVIRA, 1590, cac. comechingón de Shummalivi, Sierra de Calamuchita;
encomendado de Fonseca (Montes..)
SLALLIN, 1787, cac. puelche que vivía al Sur de Malalhué, Mendoza.
SLANI, 1802, cac. pehuenche quien se presentó ese año en Mendoza para renovar el
tratado de paz.
SLIK, Samuel, 1868, capitanejo tehuelche, hijo del cac. Casimiro Biguá. Había
nacido en la Patagonia en 1846 (Su foto se halla en Iconografía Aborigen de M.A. Vignati en
Rev. Mus. La Plata 1944 N 13 y Rev. Todo es Historia II nº 10 p. 59. ) ver Casimiro Biguá
SOLDADO, 1827, cac. pampa huilliche, pariente del cac. Negro. ese año fue
apresado por la expedición del Cnel. Federico Rauch.
SOLI PAN o Sola Pan, 1791, vivía sobre el Río Quinto (ranquel o pehuenche). 1801
visitó al Gobernador de Mendoza.
SONDEAO ver Rondeao
SONSONT o Velis, 1658, cac. pehuenche “entre dos cordilleras”
Sopallo (Prob. Tapallo), 1878, cac. ranquel que fue capturado por la expedición de
Rudecindo Roca, según su carta del 28 de octubre de ese año (Olascoaga I. p. 103)
SOR HA (quizás Soria), siglo XVI, cac. sanjuanino de Agualasto

SORIA (o Huener), Francisco, capitanejo boroga del cac Coliqueo. Conocemos su


larga genealogía según los libros bautismales y de casamientos. Los entroncamientos
muestran que la familia Soria y Huener es de la vieja nobleza araucana, de la estirpe de los
“gnerr” (zorros)
Hue-ner significa zorro nuevo; Ñami-gner – zorro perdido; Lefner – zorro ligero, Linconer –
Zorro del Ejército. Mantenían el rango de capitanejos. Soria vino agregándose por la mujer
del primer miembro que conozco:
I. Ignacio Lemugner cas. c. Inaillán Soria [o Inaillán Ñamigur (1766-1877 sic!]
II. el hijo, capitanejo Francisco Huener (a) Soria (1808-1877) cas.c. Juana Caniulef (a)
Gneicurrai (.. -1863) h. del cac. Caniulef (boroga)
sus hijos: l. Juana (1839 –
2. Ignacio Huener Soria (1848 cas. c. Ignacia Coliqueo, hija del cacique Simón
C.
3. Nicolás Huener Soria 2º cas. con Ignacia Coliqueo, hija de Simón
4. Francisco Huener Soria (h) cas. con varias mujeres
5. Antonia Huener Soria (1852..
6. María Huener Soria (1850- 1902) sus hijos: Dionisio, Rafael, Pascual
III. Linconer Soria ( 1832 - .. cas.c. Lorenza Llancá ( .. – 1886)
IV. Francisco (Pancho) Huener Soria o Ñamignerr o Llamigur (1845- ) cas,c. Aurelia Quemehuencho
Sus hijos: l. Felipa Soria Llefner ( 1867 - )
) su hija: Rosa (1871- )
2. Angel Soria Llefner c.c. Luisa Pichimain (1841 -
3. Manuel Soria Llefner (1869- 1902) cc. Jacinta Castillo 4 hijos
4. Fermín Soria Llefner (.. – 1879)
5. Agustina Soria (1866 - )
Pancho cas, c. Epumai su hijo Francisco Huener (otro Francisco)
Pancho cas. con Andrea Carranza o Caniulef (1859 - ) es hija del capit. José Carranza
(1838-
Sus hijos: 1.Benito (Carranza o Soria )
2. Floinda “ “ -1890
3. Saturnino “ “ 1889- 1973
4. Francisco
5. Florenci
6. Santos 1881 cas. c. Josefa Mansilla (Pincén) su hija: Luisa Soria
Hay mucho más anotaciones y muchas entoncamientos importantes con: Coifín, Corón,
Anchipe, Meliú, Calderón, Carranza, Catalán, Rinque, Coliqueo y Curriqueo. Ver también
Huener
SOTO, Bernardo, 1871, cac. de la Patagonia (Arch. Mend. carp. 123 doc. 41)
SUAL CHABA, 1573, cac. comechingón de Sual Sacat, José María, Córdoba;
encomendado de Ardiles (Montes 88)
SUALLÁN, 1864, captanejo ranquel, que figura en la lista de los oficiales del cac.
Mariano Rosas (Arch. Emilio Mitre)
SUAN, (prob. Ruán) 1820, cac. pampa ranquel de Tapalquén que se incluyó también
en el tratado de paz del Arroyo de Chapaleufú (ver Ancafilú)
SUBA NAO, 1863, cac. huilliche. El 13 de abril de ese año asistió a un parlamento de
paz en Carmen de Patagones, cuando se hizo el tratado de paz con el cac. Chingoleo (Arch.
Mitre vol. XXIV p. 100)
SUCA, 1677, cac. serrano. Figura en una lista de encomiendas como Caguané Suca
(AnalesXXVº Congreso Americanistas p. 288) Suca podría ser Ruca (toldo) de Caguané
SUCO, 1598, cac, comechingón de Lavapis Sacat, Ansenuza, Córdoba; encomienda
de Barrientos (Montes p. 91)
SUCHI, 1879, cac. tehuelche que fue abatido en la proximidad del Lago Nahuel
Huapí (R. Yaben, Biografías Militares vol. I. p. 729)

SUCHO NAGAN, 1632, cac. comechingón de Olahen, Córdoba; encomendado de


Soria (Montes 87)
SUEÑE MÁN (Prob. Huenu Manque), 1829, cac. phuenche que vivía sobre el Río
Curileubú, es d. Río Negro junto con Neculmán.
SUENTE MIL (prob. Huente Mil), 1847, cac. chileno que se presentó al Comandante
Pedro Rosas y Belgrano en Azul el 27 de noviembre de 1847 y recibió 500 yeguas (como para
tenerlo tranquilo. (Rev. del Arch Azul p. 155)
SULI, 1598, cac. comechingón de Cosma Halon, Los Llanos, Córdoba; encomendado
de Vallichia (Montes p. 67)
SULIMA, 1590, cac. comechingón de Malayo, Sierra de Calamuchita, Córdoba;
encomendado de Fonseca (Montes p. 79)
SUMAC o Sumarz, 1562, cac. en Tunuyán o Tuobolo (Mendoza) (Latcham, en Rev.
Chilena de Historia y Geografía Nº 66, 1929 p. 263)
SUMIN GÜEQUE, 1872, capitanejo del cac Sayhueque; era su hijo a quien mandó
con Bejarano en comisión de paz a Carmen de Patagones (AEM. doc. 1285. :8,10, 1872)
SUNCA, 1585, cac. comechingón de Colón-Colón, Río Tercero, Córdoba;
encomenddo de Villalba (Montes p. 78)
SUSUMON ACAN, 1575, cac. comechingón de Susumonacan, S.E. de Soto,
Córdoba; encomendado de Bustamante (Montes p 60)
SUSECHA, Juanillo, 1673, cac. serrano, empadronado en el Pago de Luján; sus
hermanos se llamaban Don Ignacio y Juan Guasemil. Este último sucedió en el cacicasgo a
Juanillo Susecha. (Arch. Gral. Ind. 185 vta., Charcas 103)
SUTU MACSI, cac. comechingón 1579, de Siguic- Siguig Tusqui, Toma halon,
Córdoba; encomendado de Velazquez (Montes p. 71)
SUTUMBA, 1598, cac. comechingón de Sigui-guich, Valle Cantapes, Córdoba;
encomendado de Astudillo (Montes p, 59)

TABA CHARABA, 1574,, cac. comechingón de Taba Sacat, Anisacate, Córdoba;


encomendado de Tejeda ( Montes p. 88)
TABALESTE o Tobal, 1561, cac. huarpe del valle de Güentota. Este cacique salió a
recibir a Pedro Castillo, cuando llegó a fundar a Mendoza. Vivía cerca de El Challao.
TAMBALI, 1577, cac. comechingón de Hana Sacat, Ychilin, Córdoba; encomendado
de Ardile (Montes 48)
TAMBALQUE o Tabalaste, 1555,vivía en Guantata de Mendoza; encomendado a
Juan de Cuevas (Canals Frau, en Abales Instit. Etnogr. Americ. Nº 19) Su hija era la cacica
Clara (Rev. JEH. De Mendoza I) Es posible que era el mismo Tabalaste que vio venir al
fundador de Mendoza (Cabrera …p. 317)
TABALQUE, Fernando, 1615, cac. huarpe, cultivador de viñas, utilizando el riego
artificial. La cacica Clara hizo donación de sus tierras a los Padres Jesuítas (Rev. Est.
Hist.Mendoza I) y Arch. Mend. Carp. 29 doc. 2 ) Un hijo suyo se llamaba Catirai.
TABUZE, 1600, cac. comechingón de Talusano, Río Tercero, Córdoba; encomendado
de Ávila (Montes 80)
TACAN CHUCTAVI, 1598, cac. comechingón de Visla Hen, en Tulian Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 61)
TACOMÁN, 1820, cac. pampa criollo, figura en el tratado de paz de Miraflores.
1822 estuvo también presente en el parlamento de paz con el Cnel. Pedro A. García cerca de
Tandil , Allí mismo estuvo con Gervasio Rosas en gestiones de paz en 1831. En 1832 vino a
Tapalquén para incorporarse con sus indios al Gral. Juan Manuel de Rosas para su expedición
(AGN X. 17-5-5, 24.1. 1833) Ya anteriormente actuó con el Mayor Villalba del que recibió 26
prisioneros “porque eran parientes” (AGN X 27.7-6)
TACOMÁN, 1881, cac. huilliche; el tercer hijo del cac. Valentín Sayhueque. Durante
la Expedición al Lago Nahuel Huapí, se enfrentó con el Tnte. Cnel. Ortega (ver Sayhueque)
TACUL, s/f., cac. de la zona del Lago Nahuel Huapí. (Dato obtenido en el Museo de
San Carlos de Bariloche)
TACU MALLÁN o Chacumallán, 1788, sobrino del cac. Negro, capitnejo huilliche-
TACU MARA,1789, cac. huilliche (pariente del cac. Ancain) que participó en la
Guerra Pehuenche junto con el cac. Llanquetruz (Iº) (Acuerdo 2.7.89) Después de la
muerte de éste, entró en gestiones de pz con los indios de Malalhué, para terminar esa
Guerra tan prolongada. El cac. Pichintruz no lo aceptó. 39 : 2.7. 1789)
TACU NAO, MANUEL, 1869, cac. pampa ranquel. Vivía cerca de Salinas Grandes,
pero independientemente de Calfucurá. 1873 firmó con los caciques Piseñ y
Nahuelpayún un tratado de paz (Ver Piseñ). Un conjunto folklórico perpetua su
nombre.
TACUNAO, Manuel, padre del capitanejo José Tacunao de Trenquelauquen.
TACUNAO, José, capitanejo pampa, nacido en 1840. Fue hijo y heredero del cac.
Manuel Tacunao. Sirvió 15 años al Cnel. E.Villegas. 1880 interinamnte con Ataliva Roca en
la Revolución en Buenos Aires. 1893 se asentó en Trenque Lauquen, donde murió el 6 de
junio de 1901. (Periódico “Independiente” de Trenque Lauquen III. Nº 144 del 6.8.1901)
Antes de morir dictó varias cartas. María Roca (al. la Santa María) le hizo la despedida. En el
Museo del Indio de Los Toldos tenemos una Foto de María Roca y buenos datos.
TADEA, llamada la China Tadea, cacica de Tandil, 1825. Se consideraba dueña de las
tierras de Tandil y del Volcán (C. Grau: El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra,La Plata
1949 p. 30 y 35 y Comando Gral del Ejército vol. IV p. 29I)
TACOLLANCA, 1755, cac. araucano del Río Bueno (Chile) en De Angelis I. p. 380.
TAIPI LABQUEN, Francisco, 1775, cac, hijo del cac. gobernador de Quechereguas
(León p. 186)
TALABAN CHARABA, 1574, cac. comechingón de Tapa Laban, Mogotes, Córdoba
(Montes p.72)
TALACA o Alca, 1579, cac. comechingón de Amari, Río Quinto, Córdoba;
encomendado a Abreu (Montes 76)
TALACHO, 1584, cac. comechingón de Caronde, Mala Mala, Córdoba; encomendado
de Funes (Montes p 66)
TALAMI CHICAN, 1579, cac. comechingón de Chacho Mina, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes 65)
TALAMO, 1587, cac. comechingón de Manampo, en Tulian-Cabiche, Córdoba;
encomendado de Peralta (Montes p. 58)
TALAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Talfa Laban, Chila, Córdoba;
encomendado de Yrobe ( Montes 78)
TALEÍ,1781, cac. pampa, según el diario de Pablo Zizur, el 2 de noviembre de 1781,
en De Angelis 1836 IV )
TAL GUAY, 1785, cac. tehuelche- huilliche. J. Galdós, en su expedición al Río
Negro, el 2 de marzo de ese año, desembarcó su gente y mataron al cac. Talgualguay y siete
indios más. El documento español agrega que en premio de la matanza “merecerá
recompensa” (AGN IX. 8-1-16 p. 225)
TALIBE o Tali Hue, Felipe, 1632, cac. sanjuanino. Por considerarlo rebelde, lo
sustituyeron por su sobrino, el cac. Catintulca (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 319).
TALIMC, 1780, cac. pehunche del Río Negro (huilliche) AGN S.IX. 1-5-3:
Chascomús, 9-12. 1780)
Talimc, 1678, cac pampa de Córdoba; encomendado de Alonso. El Gobernador de
Buenos Aires A.Robles 1678 lo nombra (en: Documentos Histórico Geográficos, ed. Peusser
1941 p. 309).
TALINA, 1594, cac. comechingón de Caoli Ulacta, Torol, Córdoba; encomendado de
Ruegas (Montes p.66)
TALINE NAURE, 1573, cac. comechingón de Apaga Naure, camino de Cuyo;
encomendado de Martínez (Montes 77)
TALIRA, 1579, cac. (pampa) del Río Quinto del pueblo Usca, junto con el cac. Cata
Navira ( Abreu )
TALQUAQUIN, 1780, cac. puelche que estuvo de visita en Carmen de Patagones y
decía que Cangapol estaba en Choele Choel. (Entraigas: Fuerte de Patagones 1960,p. 118)
TALQUENCA, siglo XVI, cac. mendocino (Rusconi:Supervivencias de algunos
descendientes de aborígenes de Mendoza. En Rev. Gegráfica Argentina vol. 14 Nº 85, 1940 p.
259-264)
Talquenca, Juan, 1689, cac. huarpe de Huanacache, Prov. De Mendoza (Arch.Mend
16.7. 1689)
TALQUENCA, Juan Pablo, 1695 cac, huarpede Huanacache (Mendoza)
TALQUINCA, Nicolás, 1629, cac de 40 años, en una encomienda de Mendoza (S.
Zapata: La Encomienda Indíana 1978 Nota 15)
TALQUIN, 180, cac puelche. En noviembre de ese año estuvo en Carmen de
Patagones (Entraigas : Fuerte de Patagones p. 118)
TALQUINA, Don Tomás, 1632, cac. huarpes del Río Bermejo (S. Juan). Su hijo y
sucesor fue Lorenzo Subpa (C. Rusconi: Supervivencias 1940)
Talovin, 1590, cac. comechingón de Guat Pulo, Sierra de Calamuchita, Córdoba;
encomendado de Fonseca (Montes p. 78)
TAMACAT, s. XVI. Cac. comechingón. Era hijo de Ancalán de Cuchi Corral; en
comendado de G. Terrera (Montes p. 115)
TAMACAN, 1580, cac. comechingón de Tamacan Olahen, Córdoba; encomendado de
Olmedo (Montes p. 88)
TAMA LLANCA, capitanejo araucano, 1817, oficial en el Ejército de Los Andes
(Man. Pueyrredón: Escritos históricos, 1929, p.311. Estuvo allí también Millallicán.
TAMBO, 1761, cac. pampa. Por entonces estaba acampando en la Laguna Huncal y
Palantelén (Part. De Bragado). Tenía 18 toldos y comerciaba con Buenos Aires. Estaba “en
guerra ardiente” contra el cac. Gualquin. Contaba con la ayuda del cac. Juan Armado (AGN
IX 1-4-2: Salto 9.7.1761 y San José de Luján, 7.6.61)
TAMBO NAURE, 1573, cac. comechingón de Tambo Gualuto, Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Villegas (
TAMBO NAGÜEL,1770, cac. pampa. Se presentó al parlamento en la Laguna de
Los Huesos con 11 caciques más al Maestre de Campo Manuel Pinazo y por su orden lo
acompañaron en su expedición contra los tehuelches en el Sur bonaerense, de la cual se
conserva un Diario, escrito por J.A. Hernández (en De Angelis V. 1838) ver Lepi Nagüel
TAMOA HENTA, 1783, cac. araucano, figura entre los indios enemigos del cac.
Chululaquín (Diario de Basilio Villarino V. 1910, p. 580)
TAMPILCÓ ver Llampilcó o cac. Negro
TAMÚ, 1750, cac. tehuelche . El P.Tomás Falkner lo conoció (en su obra de 1774 p.
140)
TANA MANQUE o Tanamán, 1767, cac. pampa puelche que tenía su toldería en
Guaminí (Correa Luna: Historia de la Villa de Luján en el siglo XVIII, B.A. 1916 p. 22) En
1770 participó en el parlamento de la Laguna de los Huesos convocado por el Maestre del
Campo M. Pinazo para el 20 de Mayo y con él realizó con 11 caciques y sus indios la
expedición “contra los tehuelches del sur bonaerense (Diario escrito por J.A.Hernández De
Angelis V. 1838 y Plus Ultra)
TANA MILLA, 1782, cac. pehuenche chileno que vivía a tres leguas del Río Bueno.
El informó de la legendaria ciudad de los Césares.
TANAMÁN o Tranamán, 1807, cac. del Chubut, quien con el cac. Colchecán y otros
invadió la Península Valdés.
TANA MAR, 1593, cac. toqui araucano de La Imperial. Fue tomado preso por haber
sido agresivo (J.T. Medina: Documentos Inéditos 1960 IV p. 385)
TANA QUEUPÚ, 1655, cac. araucano de la Cordillera durante la sublevación general
de ese año de los araucanos y calchaquíes contra los españoles él era muy activo. se
confederó con los puelches, pehuenches y pampas. 1658 sublevó también la tribu de
Bartolomé Yogarri y su hermano Juanillo en San Luis y los estimuló para invadir en las
poblaciones de Mendoza (1659).
El Gobernador de Mendoza (del Cuyo) envió a Melchor de Carbajal y Saravia para
sorprenderlos. Consiguió apresar al cacique y buena parte de su gente. Unos fueron
condenados a muerte y otros a galeras en Callao. Pero al cruzar la Cordillera, muchos se
escaparon. Al año, volvieron a malonear. 1661 destruyeron la población de Uco y Corocorto y
pusieron sitio a San Luis. 1666 invadieron a San Juan y mataron al Padre Jesuíta Lucas
Pizzarro (J. Verdaguer: Lecciones de historia de Mendoza, 1918 p. 35).
TANCAOL QUEPEN, 1582, cac. que en el repartimiento de Juan de Garay fue
encomendado a Juan Domínguez (Tandix, A. Rev. Mus. Mitre Nº4 1951 y 1953) .
TANCÚN, 1780, cac. puelche de la zona del lago Nahuel Huapí. ( Adolf Carmen: El
Padre Mascardi y la Tribu de Tacún. En: La Nación, 14. 12. 1947, 3a. secc p. 5)
TANDELI, 1827, cac. tehuelche que acompañó como indio amigo al Cnel. F. Rauch
en su expedición contra los indios de Curamalal y Salinas Grandes (AGN X 14-6-1: Informe
del 10.1. 1827)
TANGA, 1575 cac. querandí de los llanos del Río de la Plata. 1582 fue encomendado
por el repartimiento de Juan de Garay en la jurisdicción de Buenos Aires. En el documento
figura como capitanejo del cacique Grande, ubicado en el pueblo Quilasnanque (Cabrera, P.:
en Actas 25º Congreso de Americanistas I p. 99 y Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 66)
TANGO, 1797, cac. araucano de Quecheregua, quien por el tratado de paz sería
subvencionado por el Gobernador de Chile (T. Guevara 1910 p. 24)
TANIENTEG, 1836, cac. tehuelche o puelche “Cacique amigo” de Tapalquén. El 1º
de octubre de 1839 fue atacado como también los indios de Catriel por un malón de coalción
y fueron conducidos ya como prisioneros. Luego fueron recuperados por la acción del Cnel.
N. Granada.(1839)
TANÚ, 1839, capitanejo araucano de Chile, quien participó en el malón y asalto de
Tapalquén en la Prov. De Buenos Aires, el 20 de agosto de 1839 (AGN X. 27-7-6)
TAOABA, 1582 cac. “guaraní de las islas” que por el repartimiento de Juan de Garay
fue encomendado a Alfonso Parejo en la Jurisdicción de Buenos Aires.
TAPA o Capa, 1573, cac. puelche en tierra mendocina; encomendado a Coria
Bohorques.
TAPARY, Hilario 1753 hizo el famoso viaje de San Julián a Bs.Aires y escribio
“Relación que ha hecho el indio paraguayo desde el Puerto de San Julián por tierra a Buenos
Aires (en Colecc. De Angelis 1837 Tom. V p. 25-30 y Vignati, M.A….)
TAPAYÚ, 1864, capitanjo ranquel. Era un hijo del cac. Peñaloza Quinchao. Ese año y
en 1872 figura entre los capitnejos del cac. Mariano Rosas de Leuvucó quien había hecho
tratados de paz. Pero Tapayú le hizo renegar, porque, estando en paz, se lanzó a unas malocas
a las Tunas que peligraba toda la gestión de paz (AEM 9.3.71) Ver Peñaloza .
Parece que luego se puso a las órdenes del cac. Vicente Piseñ que se había
indpendizado. 1878 tuvo que huir ante el avance de las tropas expedicionarias de la conquista
de Desierto. En 1879 cayó prisionero en manos de la Quinta División (Walther: Conquista del
Desierto ed. 1964 p. 636) Su hermanito Juancito Tapallo había sido apresado en Villa
Mercedes, el 28 de octubre de 1878 (Olascoaga II p. 202) ETIMOL: Tapayú : color negro o
morocho
TARAHUANDO, 1553, cac. araucano de Lebo de Cavintuán
TARTAR, 1573, cac.puelche sobre el Río Tunuyán; encomendado de Coria
Bohorques
TAPIOCA, 1596, cac. comechingón de Tocancich, Sierra de Tavas, Córdoba;
encomendado de Maldonado
TAPICHIN CHARABA, 1575, cac. comechingón de Tapichin Sacat, Olahen;
encomendado de Bustamante
TAQUIL MAGATA, cac puntano de Chama Nonal, Sierra de San Luis; encomendado
de Villalba
TARRO, Juan, 1875, capitanejo salinero que figura en el gran anteproyecto del
tratado de paz de 1875 (AEM. doc. 1232)
TASCONA CHARABA, cac. comechingón de Tscona Sacat, Chila, Córdoba;
encomendado de Yrobe (Montes p. 72)
TATONA, 1582, cac. “guaraní”, pero por repartiminto de Juan de Garay en el Distrito
de Buenos Aires, encomendado de Francisco Bernal.
TATI, Raphael, 1758. Hubo buenas relaciones con las tropas; estaba dispuesto a
viajar él con las tropas a Salinas Grandes. (AGN IX 1-4-5 doc. 302 (2 foj.)
TAUPI, 1845, cac. pehuenche mendocino. Fue invitado al parlamento de Zúñiga
(Morris Von Bennewitz, R. y Jorge Rojas Lagarde: Robo de ganado en la Argentina, Los
Angeles 2001)
TAVI, 1585, cac. comechingón de Labac Viltich, San Marcos ,Córdoba;
encomendado de Pérez (Monts p. 60)

TAYCHOCÓ o Daychocó, 1748, cac. tehuelche (patagón). Ese año se presentó con
80 familias en la Misión jesuíica de Nuestra Señora del Pilar. “Mostró grande amor a los
misioneros. 1749, el Padre M. Ströbel pidió por intermedio de una comisión indígena más
sacerdotes para la Misión. Pero fue una época de grandes tensiones en la pampa. Los
ranqueles y dos hermanos del cac. Calelián habían asaltado una tropa de carretas. Por eso,
cuando los emisarios de Taychocó llegaron a Buenos Aires, fueron apresados. Los sacaron de
la casa de los jesuítas. Los jueces, ciertamente, no hallaron culpa en ellos; pero han sido
molestados. Sufrieron tres meses la prisión, lo que alarmó también a los indios de la Misión
en el Sur, en el Volcán. Muchos desertaron. Pero Taychocó se quedó. (Sánchez Labrador:
Paraguay Católico, 1772 ed. G. Furlong 1936 . 123)
Los Padres buscaron otro sitio para la Misión de los Tehuelches. El Gobierno les
cedió la tierra y la aprobación; así fundaron Nuestra Señora de los Desamoparados. La
atendieron los Padres M. Ströbel y N. Balda.
La sublevación del cac. Cangapol (el Bravo) obstaculizó la nueva misión; al fin la
destruyó y apresó a los indios, el 24 de febrero de 1751. Los Padres se habían retirado a
tiempo.
El 18 de septiembre del mismo año, cinco caciques patagones se presentaron en la
Misión de Nuestra Señora de la Concepción, porque valoraron el sistema de los Padres
Jesuitas. Pero allí tampoco pudieron mantenerse, a raíz de la presente guerra (ver Cngapol)
Sobre la etnía de este cacique disputaron ya los Padres Jesuítas. El Padre José Sánchez
Labrador lo llama tehuelche (meridional) en su libro:Paraguay Católico, 1772 p. 119.El Padre
Martín Dobrizhoffer, en su obra Historia de los Abipones 1784, lo llama “patagón” y el Padre
Tomás Falkner en su obra de 1774 ( p. 131) lo llama “chechehet o puelche.
TAYU NUEL, 1678, cac. serrano, buscado y empadronado por el Gobernador A.
Robles (Documentos Histórico- Geográficos, ed. Peusser Bs. As 1941 p. 313).
TECI, 1878, caciquillo ranquel. El 30 de octubre de ese año fue apresado junto con
los capitanejos Coñolo y Calfunao y 23 indios más.
TECO, 1678, cac. serrano buscado y empadronado por el Gobernador A. Robles en
Documntos Historico – Geograficos, ed. Peusser, 1941 p. 313).
TEGTUI, 1779, cac. puelche del grupo del Volcán; estaba con el cac. Lorenzo
Calpisqui o Cayupulqui (AGN IX 1-5-9: Chascomüs 18. 10. 79)
TELEMONIÁN ver Condié en el Río Matanza siglo XVI.
TENÍN, cac. pampa que figura entre los asistentes al parlamento del 13 de diciembre
de 1825 convocado por los hermanos Oyuela (AGN X. 27-7-6)
TENECU CUPO, 1705, cac. del Valle de Tunuyán (puelche o pehuenche)
TENECHÍN, 1579, cac. comechingón de Tenechin, Pinas, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 72).
TENE FORO, 1873, capitanejo huilliche que vivía cerca de Carmen de Patagones.
TENE ÑAN, 1782, cac pehuenche del Río Bueno de Chile.
TEN QUIN, 1564, cac. mendocino del Río Diamante; encomendado de Niza y
Bohorques.
TEGLÉN o Treglen, 1796, cac ranquel. Para arreglar la paz con él se hizo desde
Códoba una expedición (de intimación). El cac. Carripilún se adhirió también al ofrecimiento
de la paz (Real Academ,ia de Historia, Madrid 13 Mata Linares XI: 1796)
TEPU ANCA (prob. Epú Anca) 1750, “pichi huilliche”; así lo llama el P. Falkner en
su obra de 1774 (p. 128)
TERCU PI, 1782, cac. pehuenche entonces ya anciamno. Se presentó en Mendoza
(Arch Mend. Carp 107)
TERRADA, Jun Agustín ver Vilú, cac. picunche en 1872.
TERU LIPE (prob. Traru Lipe), 1612, cac. pehuenche de Purén, Chile. Ese año fue
tomado como rehén en el Fuerte Paicaví. Fue liberado por intercesión del Padre Horacio,
Misionero Jesuíta. En una reunión de paz, los caciques Ancanamún, Ainaviú y Pelantarú se
sublevaron y atacaron también a los sacerdotes presentes. El cac. Terulipe quiso salvar al
Padre Horacio; disparó con él llevándolo en ancas, pero el cac. Ancanamún los corrió y clavó
la lanza primero en el sacerdote y luego en Terulipi. Así murió con los mártires de Elicura.
(Campos Menchaca: Nahuelbuta, 1972 p. 344-357).
TEREU LIPE, 1770, cac. pehuenche. Durante la sublevación de ese año buscó
refugio con 20 familias en Chillán. Allí los mataron cruelmente (Carvallo y Goyeneche, V.
Descripción Histórica Geográfica del Reino de Chile –escr. 1796- ed. Stgo. 1875 )
TERU LIPE, 1787, cac. araucano que intervino el 28 de noviembre en el asunto de la
captura del Obispo Francisco de Marán. Durante el viaje por la Araucanía le acecharon los
indios de Ancatenu y Huentenú en Tirúa. Después de presentarlo en palamento, unos querían
que se respetase su vida y otros, no, de manera que al fin quisieron decidir por unos partidos
de chueca el asunto. Curamilla prestó el equipo que jugaba a favor del Obispo y si ganaba
había que respetar la vida del prelado. Tereulipe debía ser el juez. Los de ese equipo salvaron
la vida del obispo, porque alcanzaron primero los puntos establecidos y Tereulipe proniunció
la sentencia que la voluntad de Nguenechén (Dios) era que el Obispo viva (Campos
Mancheca: Nahuelbuta, 1972 p. 250-252)
TETRUEL o Tetruil, 1825, cac. pampa o tehuelche. Figura en la lista de los caciques
presentes en el parlamento del 13 de diciembre de ese año, convocado por los hermanos
Oyuela en la zona de Bahía Blanca. Era el cac. segundo de 40 nombrados, lo que señala su
importancia. Y luego Tetruel y Chañil viajaron con una comisión de 16 indios a Benos Aires
para ultimar los requiitos del tratado de paz propuesto. 1826, el Cnel F. Rauch utilizó primero
a 400 y luego 900 indios pampas y tehuelches, entre ellos al cac. Tetruel, para sus
expediciones “contra los chilenos” y pampas de Salinas Grandes y Curamalal (AGN X. 14-6-
1) y Sarciat:Chapaleufú 1945,48). En abril de 1827 integró a los mismos indios el Cnel.
Estomba en su expedición fundadora de Bahía Blanca (Diario de la expedición, publicado por
E. Ferrecuti: en Expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca P. 77) Era decidido
custodio de la misión del Ingeniero Parchape a los campos del Sur y valiente integrante del
grupo fundacional de la Fortaleza Protectora de Bahía Blanca. En 1830 estuvo en el
Parlamento de Tandil . El cacique Tetruel informó sobre el masacre de los pincheirinos, de
Zúñiga, 400 pincheirinos y 80 cristianos, en Colins y Finel. En la madrugada del 25 de
septiembre del año 1830 los pincheirinos atacaron su toldería sobre el Arroyo Curamalal.
Hubo gran matanza y se apropiaron de sus familias y sus haciendas. (Jorge Fernández: El
Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827-1831) B.A. 2000 en Rev. Nuestra
Historia Nº 49/50 p. 18 y 100)
TEUQUE, 1878, capitanejo boroga de la tribu de Rondeao. Actuó en la batalla del
Saladillo (ver Rondeao).
TEUQUE,1834, cac. boroga. No se sometió a Calfucurá (Avendaño ,Memorias
p.469) Era cacique mayor en 25 de Mayo, en 1857 con Guayquimill, Cristo y Caneuqueo
THEUQUE GUIR, 1777, cac, huilliche. (Estuvo en el parlamento.)ver Tevque Guir)
THIPAINÁN ( Tripai ñancú) , 1879, cac. picunche que se hallaba con el cac. Purrán.
THOEL, Silvestre, 1751, cac. serrano. Era aguacil mayor en la Misión jesuítica de
Nuestra Señora del Pilar (Prov. Bs.As.)
THEVQUE GUIR, (Teuqueguir) 1777, cac. huilliche chileno estuvo en el
parlamento ( RP. Roberto Lagos: Hit. Del Colegio de Chillán , p. 292 )
TIBURCIO, 1877, capitanejo pampa de la tribu de Juan José Catriel. Atacó ese año a
Puán. (ver Catriel, Juan José)
TIBICHAMINÍ ver Tubichaminí
TIGNAN, 1573, cac. comechingón de Milanga Sacat en Calacite, Córdoba;
encomendado de Cabrera ( Montes p. 49)
TILIBIA, cac. pampa 1579, empadronado por Abreu en el Río Vº en el pueblo
Cayetón.
TULINA, 1600 cac. comechingón de Gutimba, Los Llanos, Córdoba; encomend. de
Díaz (Montes p. 67)
TINAQUEUPÚ, 1622, puelche entre pehuenches de la Cordillera. Estuvo en el
Parlmento del Marqués ese año en la Estancia del Rey con los Caciques Güillipel, Guilliguru
y Puya (según el Padre Diego Rosales y Casamiquela 1995 p. 141.)
TILTO MAULI, apellidado del cac Ancal, pehuenche de 1791 (Cabrera: Aborígenes
del Cuyo p. 322)
TIMBAC SARA, 1586, cac. comechingón de Guaquli Tilara, Sierra de Achala,
Códoba; encomendado de Tejada (Montes p. 68)
TIMBAS, 1573, cac. comechingón de Ati Sacat, Conchuluca, Córdoba; encomendado
de Chávez (Monts p. 46)
TIMBILAS NAVIRA, 1579, cac. comechingón de Timbilas, Córdoba; encomendado
de Mitre (Montes p. 80)
TIMICHO, 1577, cac. comechingón de Chimuli Sacat, S:O: de Quilcia, Córdoba;
encomendado de Ardiles
TIMICHO, 1591, cac. comechingón de Checun Sacat, S.O. de D.Funes, Córdoba;
encomendado a López
TIMPALSA NAURE, 1573, cac. comechingón de Tala Naure, Sierra de Calamochita,
Córdoba; encomendado de Montañés (Montes p.80)
TINCA, 1573, cac. comechingón de Caminsis Sacat, Córdoba; encomendado de
Mejías
TINGA AMA, 1573, cac. comechingón de Tungi Sacat, Nusacate, Córdoba;
encomendado de Cabrera
TINTIBUR, 1792, cac. huilliche o ranquel que concurrió al malón contra Currilipi y
el 10 de marzo de 1794 asistió al parlamento de paz en San Carlos ( Arch. Mend. doc. 4, 8 y 9
de 1794)
TINTILA, 1584, cac. comechingones de Chacha Voca, Mala Mala Córdoba;
encomendado de D. Funes (Montes p. 67)
TINTIN NAGUNIS, 1598, cac. comechingón de Tintin Sacat, Serrazuela, Córdoba;
encomendado de Tejada.
TINTIN TALA, 1575, cac. comechingón de Tintin Talalo, Córdoba; encomendado de
Ardiles (Montes p. 51)
TIN TIN, 1578, cac. comechingón de Patun, Río Quinto, Córdoba; encomendado de
Mitre (Montes 79)
TINTIN NAVIRA, 1579, cac. comechinón de Guaslaco, Río Quinto; encomendado de
Mitre ( Motes p. 79)
TINTIRA HARABA, 1583, cac. comechingón de Muxigasta, Puchun, Córdoba;
encomendado de Coria (Montes p. 69)
TIQUI CHARABA, 1575, cac, comechingón de Tiqui Navira, Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Villalba -
TIQUILIS, 1583, cac. comechingón de Guaco Sacat, S.O. de Quilino, Córdoba;
encomendado de Cabrera
TISCAP AHA, 1573, comechingón de Tava Baca, Panaholva, Córdoba; encomendado
de Luna (Montes p. 72)
TIRUA, 1612, cac. araucano de Chile; estuvo en el parlamento de Paicaví, el 7 de
diciembre de 1612.
TOCABO, 1598, cac. comechingón de Chicona Loma, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vellicia
TOCANA, 1573, cac. comechingón de Alisacat, Conchuluca, Córdoba; encomendado
de Ardiles (Montes p.46)
TOCLO SICLA, 1573, cac. comechingón de Halamo, Córoba; encomendado de
Tejada (Montes p. 57)
TOCO GASTA, 1598, cac. comechingón de Ciqui Ulpa, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vellicia
TOCOLINA, 1596, cac. huarpe de San Luis, aquien sucedió el cac. Macha, tributario
de Larca (Canals Frau: Arreglo entre encomenderos del siglo XVI (En Anales Inst.
Etnogr. Americ., Mendoza V, 1944 p. 251)
TOCOLMA, 1596, cac. cuyano, antcesor del cac. Larca; encomendado de L. de
Guevara
TOCO MÁN, 1883, cac. huilliche del Neuquén, hijo del cac. Valentín Sayhueque.
TOCONON CHUCTAVI, 1591, cac. comechingón de Visi Hen, Tulia Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez
TOCONON COSTIN, 1576, cac comechingón de Toconon Henen, Córdoba;
encomendado de Velazquez (Montes 60)
TOCSAN CACHI NAGAN, 1587, cac. comechingón de Nasi Vagan, Salsacate,
Córdoba; encomendado de Albornoz (Montes p.70)
TOCUYO, 1890, capitanejo pehuenche del Neuquén
TOCHI, 1579, cac. comechingón de Muni, Río Quinto , Córdoba; encomendado de
Mitre (Montes 79)
TOGUIN MAZA, 1584, cac. comechingón de Viche Sacat, Mojigasta, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p. 73)
TOJO, 1870, capitnejo ranquel del cac. Mariano Rosas en Leuvucó (Lita del P.
Donati)
TOLAY, 1785, capitanejo phuenche de Malalhué que intervino en la Guerra a Muerte
( 7.2.1785)
TOLEDO, Faustino, 1855, capitanejo ranquel en Junín. (R.Pérez: Apunts para la
Histoia de Junín.
En la tribu de Ignacio Coliqueo de Los Toldos (B.A.) encontramos unos cuantos de la
familia Toledo que alguna vez se transformó en Unaiché o Mellado.
Por ej. Toledo Unaiché , Juan n. 1860 cas. c. Francisca Calfiao n. 1880 es hijo de
Manuel Unaiché y Juana Toledo - Maros Toledo Colhuán n. 1853 era hijo de Ignacio
Toledo Colhuán. cas. c. Rosa Seguí , hija de Leona Seguí (Seguí era caciquillo en Junín) y
otros…

T O L M I C H I – Y A, 1737, cac. tehuelche-pampa. Era primo de Cangapol. Vivía


cerca de Los Lobos y en el Saladillo con una fuerte población de “Taluhet”, según el Padre
Falkner (en su obra publicada en 1774 p. 140). En agosto de 1739 fue víctima de un atropello
del Maestre de Campo Juan de San Martín quien antes destruyó la tribu de Calelián que
estaban en paz y también a Mayupilquiyá, tan querido y apreciado entre los indios. Cangapol
se había retirado evitando un atropello.
Al acercarse Juan de San Martín con sus tropas a la toldería del anciano cac.
Tolmichiyá, éste salió a su encuentro, mostrando una carta del Gobernador Salcedo para
acreditarse así como amigo de los españoles. San Martín lo saludó a balazos y todos los
varones adultos fueron muertos. Las mujeres y niños fueon llevados presos, entre ellos un
hijo del cacique que tenía a la sazón 12 años de edad. Solamente pudo escapar el hijo mayor,
porque en ese momento estaba ausente. (T. Flkner en su obra citada y Moya, J.: Contribución
a la hitoria de Bragado, La Plata 1957 p.10) Estos hechos originaron un serie de
indignaciones, sublevaciones y malones, durante años.( Schoo Lastra: El Indio del desierto p.
35 y Dean Funes ed. La. 1816)
TOLOMÁN ver Condie (1583)
TOLÓN (o Trolón) 1870, capitanejo pampa –tehuelche de la zona de Nahuel Huapí,
Era hijo del cac . Inacayal.
TOLIÓN o Trollón, 1653, cac. huilliche del Neuquén a quien conoció el Padre Diego
Rosales (Historia Gral. Del Reino de Chile, 1877)
TOLOYA NABÁN, 1576, cac. comechingón de Toltina Navira, Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Villalba.
TOLTINA CHARABA, 1573, cac comechingón de Toltina Navira, Calamochita,
Córdoba; encomendado de Villalba.
TOLYU NAGUAN, 1586, cac. coechingón de Taluin, S.E. de Soto, Córoba;
encomendado de Bustamante (Montes p. 61)
TOMANA, 1598, cac. comechingón de Xhilichin, Córdoba; encomendado de Ludeña
(Montes p. 47)
TOMÁS ver T. Yahatti
TON CUAN (Don Juan), 1870, cac. boroga o pampa subordinado al cac. Ancalao al
Sur de Bahía Blanca (AEM.)
TON NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Siton Naguan, Lona Hol, Córdoba;
encomendado de Pérez
TONAY GURIN, cac. comechingón de Toma Lach, Casan Catich, Cordoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 72)
TONGUINECHO, 1573, cac. comechingón de Hotan Henen, Valle Cantapa, Córdoba;
encomendado de Velázquez
TONIS, 1599, cac. comechingón, de Chalo, Córdoba; encom. de Tejeda
(Montes p. 57)
TONTOLE NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Chocho Cona Hal, Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes 61)
TONTOLEA NAGUAN 1594, cac comechingón de Guabasc, Tulian Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 57)
TONUTA o Tonucta, 1593, cac. huarpe milcayac de la zona de Guanacache, entre
Mendoza y San Juan; encomendado de Coria Bohorques. Lo halló el fundador de Mendoza,
Pedro de Castillo en 1581.
TONUTA, 1551, cac. hurpe; era hijo del cacique Ucchuquimi ( de 65 años); su tío se
llamaba Martín Achagua y la abuela Inclaacu. Tonuta ha sido el sucesor de Pelantina en 1561
y éste recibió al fundador de Mendoza, Cap. Pedro del Castillo, en el momento de su llegada
(2.3. 1561) Enciclopedia y Canals Frau :Interesante pleito entre encomenderos de Mendoza
en Acta Inst. De Etnogr. Americana, Mendoza 1945 Apéndice documental p. 149 – 167)
TOQUILIS, 1579, cac. comechingón de Oyen Sacat, N. de Ischilin, Córdoba;
encomendado de Villalba (Montes p. 50)
TOPOLASQUÉN, 1791, cac. pehuenche chileno, hijo de Turuñán. En abril de ese
año emigró de Villarrica con el cac. Caneclulu y otros para unirse luego con el cac. Lorenzo
Calpisqui en el paraje de Tapalquén (AGN IX. 1-5-1: Ranchos 27.8.91)
1801 murió ya viejo y de enfermedad; pero como los araucanos creían que tales males
ocurrían, porque alguien le había echado embrujos o antojos, consultaron una bruja,
preguntándole, quién había echado el gualicho sobre Topalasquén. Ella contestó que lo había
sido la mujer del cacique Gobernador Manquel, De inmediato salieron a matarlo. Ella quiso
culpar a su suegra y ésta también fue muerta (Diario del Cnel. Pedro A. García de la
expedición a Salinas Grandes en 1810 (en De Angelis III. 1910 p. 226) Topolasquén era padre
del gran cacique Treca de Antuco (Chile)
TOQUEL, 1792, cac. unido a los huilliches de Malbarco; intervino en la Guerra
Pehuenche; por ejemplo en el ataque al cac. Currilipi (Arch Mend. Doc.4: 20.3. 1792)
TORI, 1837, cac. pehuenche, amigo del cac. gobernador Guzmané.
TORI, 1877,capitanejo del cac. Manuel Namuncurá de Salinas Grandes. 1877
estuvo en la prisión de Martín García (Bs.As.).

TORIANO, Martín

TORIANO, Martín, algunas veces llamado Toriani, era en 1820, “cacique mayor de
los indios (pehuenches) chilenos”.
En su juventud fue salteador de caminos, también lo hacía en la Pampa argentina.
En 1818 luchó primero a favor de los realistas con Curriqueo (Grau: Fuerte de 25 de Mayo, p.
114) En 1820 y 1821 se reunió con los caciques Juan Neculmán y Chuica y los pehuenches de
Neuquén y de Mendoza. Hizo causa común con los Pincheiras y sus guerrilleros realistas (T.
Guevara: ob .cit. l9l0 p. 200) V. Benavides, después de su derrota en Concepción (27.10.20).
llamó a Toriano, “el más viejo y respetado”, a Magüin y a Mariluán y los comprometió para
la guerra en Yumbel (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte. p. 411). El 24 de Diciembre de
1820, el general Pico, ayudado por Toriano. dio un golpe furioso a los patriotas en Chillán (ib.
p. 443). En 1822, las expediciones de los generales Freire y Bulnes que penetraron en la
Araucanía, cayeron también sobre los pehuenches.
Ocurrió entonces que el cacique Melipán se decidió a pelear “por la Patria”,
haciéndolo contra Toriano, matándole unos 200 hombres. Finalmente lo empujó hacia la
pampa argentina. Melipán accionó entonces con más de 1.000 indios comprometidos con los
patritoas. Y el Gobierno le encargó perseguir a las tribus realistas hasta la misma Pampa. Así
llegó a cruzar la vasta planicie, llegando en Abril de 1822 hasta Melincué. Más tarde se
afincaron los indios de Melipán y V. Coñuepán en la Argentina. En 1825, varias provincias
buscaron realizar una junta de paz con los nuevos habitantes chilenos de la Pampa y con los
viejos pobladores. Toriano se presentó a la cita y asistió al parlamento de paz que se efectuó a
orillas de la laguna del Guanaco (Prov, de Córdoba) el 20 de Diciembre de 1825. Asistieron
en la reunión unos 50 caciques y más de mil indios (AGN S. X 27-7-6). En otra reunión
similar, al que asistieron pampas y borogas sobre el Arroyo Pecuén, el 25 de Abril de 1826, la
concurrencia estableció entre otras cosas en el Artículo 9º que se mandase chasque al cacique
Toriano para que como cacique mayor de los indios chilenos, entonces en paz con la Capital
de Chile, entregase a los hermanos Pincheira. Que él podía movilizar unos 4000 indios y 100
más del cacique Zúñiga. Este Zúñiga era compinche de hacía tiempo. El sargento mayor Juan
de Dios Montero, patriota, que acompañaba el contingente de Melipán y Coñuepán, escribió
el 2 de Noviembre de 1827 al coronel Estomba, comandante de Tandil, que los “españoles”
(realistas) del fascineroso Pincheira y Toriano mantenían un efectivo de 1.000 y más naturales
y estaban sobre armas; que habían tomado todos los caminos y cortado toda correspondencia
con Chile de manera que no podían ni regresar ni concluir su misión. Que ofrecía, en
consecuencia, sus servicios a esta provincia (Bs. As.) (AGN S. X 14-6-1). En la biografía de
Melipán y de Venancio Coñuepán -opino que- he demostrado qué acogida les dio Rosas.
Toriano concurrió también al parlamento de Chacarita habido con Rosas. Rosas lo armó, el 23
de Nov. de 1830. Hacía poco que Toriano y sus aliados habían hecho un malón a la gente del
cacique M. Rondeao (11.XI. 1830. Fernández,J. 2001 p 108) Al regresar de Buenos Aires, el
Comandante Miranda y el cacique Caniullán con 50 soldados de escolta, encontraron en
Guaminí la chusma de los borogas sola, porque los guerreros habían ido a invadir a la tribu
de Toriano.Luego se unieron con los ranqueles y unitarios de Córdoba (Fernández, J. 2000
p.99)
Juan M. de Rosas, antes de decidirse a realizar la Campaña al Desierto, envió unas
expediciones por medio de su activo ejército de Bahía Blanca, mientras que buscaba
contactos diplomáticos aún con los indios de Chile y su gobierno nacional. Con lisonjas o por
medio de amenazas imponía a ellos planes y proyectos.
El 12 de Abril de 1830, una expedición al mando del coronel N. del Valle atacó la
toldería del cacique Chocorí. Este huyó a los toldos del cacique Toriano que se hallaban
entonces sobre el Chapaleufú. Poco después Manuel V. Maza escribió al gobernador Rosas
por intermedio del coronel Angel Pacheco una elogiosa carta sobre Toriano, diciendo: “El
cacique Toriano es uno que, hace tiempo, es amigo. Tiene sus tolderías... en el Colorado. El,
en prueba de su amistad, se declaró enemigo de los Pincheiras y de los que no eran amigos
nuestros. Felizmente todos ahora parecían conciliados y se mostraban en amistad con el
Gobierno. El Comandante Miranda con 30 fue a los toldos (de Toriano). Media tribu salió a
recibirlos. Regresó con 60 indios y capitanes. Está en (la estancia) San Martín con el
Gobernador. Vinieron dos oficiales que han estado con el cacique Caniuquir; está en casa de
Ezcurra. Morales puede escribir a Toriano...” (Arch. Mus. Hist. N 1951: 30.11.30).
A principios de 1831, Toriano hizo un tratado de paz con el coronel Martiniano
Rodríguez de Bahía Blanca. El 3 de marzo de 1831 Alonso Rosas llegó con cuatro caciques
de Toriano a Bahía Blanca: con Catreu, Pral, Huentenao Leffenal y con Capainá. Pincheira.
entre tanto, había perdido fuerzas, especialmente después de la Matanza de Chacay.
J. Fernández que se documentó especialmente sobre esta época en su trabajo de
2001 en “El Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827 – 1831) Bs.As. en
Revista Nuestra Historia Nº 49 / 50, dice que el 11 de Mayo de 1831 Julián Hermosilla tuvo
un ataque sobre el Río Diamante, tomó 200 caballos, hizo 55 cautivos, entre ellos la mujer de
Hermosilla.
Rosas escribió entonces al gobernador de Mendoza (el 19 de Julio de 1831): “A mis
combinaciones se ha debido que el poder de los Pincheiras se fuese debilitando... Yo trabajé
con suceso, consiguiendo separar de los Pincheiras a las tribus fuertes de los Boroganos,
haciendo alejar de la Cordillera a Toriano...” (Diario de J.M. de Rosas, Ed. Sudestada. 1965.
p. 53)
Sí, el cacique Toriano se había declarado amigo de Rosas, pero después invadió y se
retiró a Salinas Grandes. (AGN 5. VII Biedma 10-4-14 del l.6.31 y S (.V) X. 28-6-2). El 25
de Agosto de 1831 atacó y asesinó al cacique Reynaquel (AGN S. VII Biedma 10-4-14).
Gervasio Rosas convocó a los indios a un parlamento en Tandil. La lista de los
caciques presentes la encabezó el cacique mayor Toriano y siguen: 2. Calfián. 3. Tacumán,
4.Antuán. 5.Guilletrum. 6.Aciduám. 7.Charnán. 8.Quiñigual. 9.Chocorí. 10.Chananil:
11.Huincán. 12.Cano antig.. l3.Epuán, 14.Nacui luán, 15.Felipe. Y los capitanejos eran:
Voluan, Amagual, Mancoln, Llanca deu, Vo luán, Candel,. Llimelín, Güené, Quiñeguán,
Guaylé, Llaiquimil, Tranual, Raupiñ,. Viñanque, Chananil (por Cheuqueta) (AGN S.VII
Biedma 10-4-14: 19.11.31. Chocorí fue excluído).
Pero las promesas de paz se esfumaron pronto. Aparentemente los jefes de Bahía
Blanca recibieron la orden de atacar a Toriano en la primera oportunidad que les pareciera.
Tal se desprende del documento del 10 de Abril de 1832: AGN S 32-6-1)
En mayo de 1832. unos 2.000 indios de la obediencia de Toriano invadieron la zona
de Azul y de Tapalquén, “en un malón de desagravio” (Diario de la Comandancia de Bahía
Blanca).
Casi al mismo tiempo, el coronel M. Rodríguez organizó sigilosamente una
expedición al Chadicó, a unas 30 leguas al noroeste de Bahía Blanca: estaban faltos de
caballos. Así. el 27 de Mayo de 1832, partió el coronel con 164 soldados sin caballos, a pie.
con rumbo a los toldos de Toriano. El cacique viejo estaba aún durmiendo, cuando el 1º de
Junio 1832 lo atacaron sorpresivamente, rodeándolo. Los indios que no habían salido en
malón, no lograron organizarse. Lo primero fue logrado en 15 minutos: les arrebataron la
caballada. En la pelea murieron más de 100 indios. El cacique y más de 1000 indios fueron
conducidos como prisioneros, llevando consigo a 37 cautivas y 400 vacas que venían bien
para la hambrienta guarnición de Bahía Blanca. (Parte del 10 de Junio de 1832: AGN. S .X.
27-7-6).
Confirma el Sargento Mayor Dn. Fabián González la información en su “Resumen
de los servicios del Sarg. Mayor Fabián González (inédito, cuya copia poseo): “El 1º de Junio
de 1832 acompañé a las tropas de Bahía Blanca (100 infantes,30 caballos, 20 montados, 40
leguas al NO, en 5 días) que atacaron sorpresivamente a las tribus del famoso cacique Toriano
en sus mismas tolderías, situadas en los montes de Mamuil Mapú, cuyo resultado fue la total
destrucción de aquella masa formidable de bárbaros”
Cuando los indios de Toriano, que habían salido en malón, llegaron de nuevo a su
toldería,. encontraron sólo vestigios de su desgracia que se completaría con la noticia del
fusilamiento de su anciano cacique Toriano. (Ferracuti: Las expediciones militares en los
orígenes de Bahía Blanca, p. 98 ss)
El coronel M. Rodríguez fue ascendido, por esta acción militar. J.M. de Rosas, a su
vez, procuró explotar ese “triunfo resonante”. Los borogas, resentidos contra el cacique
Toriano desde tiempo atrás, solicitaron la cabeza del cacique prisionero. El 25 de Agosto ya
se la iban a entregar, cuando Rosas ordenó fusilarlo. Murió el 30 de Agosto de 1832 (Grau:
Fuerte de 25 de Mayo. p. 121)
M.A. Vignati opinaba, en Ensayos e Investigaciones (Acad. Nac.Nº. 13,. 1972, p.
104) que la documentación existente en el Archivo General de la Nación había sido alterada y
citó un relato de Fitz Roy sobre los sucesos, como sigue: “...El comandante Rodríguez atacó
su toldería (la de Toriano), poco antes de salir el sol y capturó a los ancianos, mujeres y niños.
Toriano fue fusilado a sangre fría junto con otro cacique y varios indios de menos categoría:
luego le cortaron la cabeza y la conservaron en el Fuerte por algún tiempo, para convencer a
sus secuaces de su muerte. Era tanto su prestigio que su gente había creído que era
invencible”. (Fitz Roy: A narrative. 11 p. 106)

Rosas hizo comunicar a los borogas de Masallé que, unidos a las tropas de Bahía
Blanca (a las órdenes del coronel Rodríguez) y de Tandil (de Del Valle) debían combatir a
muerte a los rebeldes indígenas enemigos del finado Toriano,. de Cañiumcuil, Cumiú, Lipil,
Cayupán. Pichín, Chocorí. Choiqueta, Chañincuil, Namuncurá y otros (Carta de M.
Rodríguez al teniente coronel D. Manuel Delgado. Jefe de la División de Boroganos).
Pero justamente estos “enemigos rebeldes” actuaron contra los borogas de Guaminí,.
dos años más tarde, en el asalto de Masallé del 8 de Octubre de 1834, con anuencia de Rosas
y de los jefes militares de Bahía Blanca (Verse Rondeao o Melín).
[Como curiosidad agrego que en Estados Unidos había también un cac. Toriano
famoso]

TORO, Manuel (Torele), 1781, cacique pehuenche (pehuelche) que vivía cerca del
Río Colorado. En 1782 tenía unos 40 toldos en la zona de la Sierra de la Ventana. Hasta fin
del siglo, hizo causa común con los caciques Lorenzo Calpisquis, Guayquilef. Quintuni y
Negro. Ellos concertaron tratados de paz con los Virreyes de Buenos Aires.Vivía ya en 1781
en la zona de Casuhatti. Era un cacique de mayor edad y con múltiples conexiones, incluso en
la zona del Río Colorado (Zizur 1781 p. 81) y con parcialidades no aliadas con Calpisquis.
En 1786, el cacique Toro y el cacique Chanel (Negro) recibieron del Virrey de
Buenos Aires un bastón de mando con puño de plata y un pellón encarnado, regalo que les
halagaba (Torre Revello: Sociedad Colonial, 1970, p.7 1) El año 1788 lo halló Manuel Pinazo
en Salinas Grandes. En 1790 acampó por Tapalquén. Desde allí viajó a Buenos Aires para allí
visitar al Virrey. En 1792, de nuevo visitó al Virrey comunicándose con él por intermedio de
su lenguaraz Juan Gregorio Girado que dominaba el idioma “pehuelche” (AGN S.IX 1-4-3; p.
225 – 340) Chascomús 29.9.92). Hubo visitas anteriores también, de manera que vemos que
estos caciques eran bastante desenvueltos. “Decían de él que era leal y nada interesado”
En 1794, los caciques Cañiupayún, Lorenzo (Calpisquis), Toro y Carripilún hicieron
una junta de paz en Salinas Grandes —era durante la Guerra Pehuenche— y solicitaron que
los indios de Malalhué, al mando de Pichintur, se unieran a ellos en la paz (Arch. Mend. doc.
8: 21.3.94). El 2 de mayo del mismo año se realizó otro parlamento general de paz y también
en 1795 fueron reconocidos como “indios de paz, indios amigos en la pampa y en la Sierra de
la Ventana” (Arch. M.H.N.99. Doc. 7) El cacique Toro asistió al parlamento de paz en el
-Octubre de 1796 fue sucedido por su hijo (según AGN. S.IX 1-4-3 p. 336) sin indicar su
nombre ; pero indica siguientes legajos: AGN IX 1-4-3; 1-5-1 p. 275; 1-6-5 p. 551 y 1-6-6 p.
613)

Sin embargo tenemos otra noticia de 1802, que decía que el cac. Toro había ido
nuevamente a Buenos Aires. presentándose también en el campamento del Monte. Fue quizás
su última visita al Virrey. (Sánchez Zinny: Guardia de San Miguel del Monte. pp 129 y 377 y
AGN S. IX 1-4-6)
TORO MELÍN, 1821, cac. patriota en Chile. Era hijo del cac. Meliñancú (T.
Guevara, 1910 p.295)
TOROÑÁN, 1774, cac. pampa ranquel. Era hijo del cac. Catruen, primo de
Nahuelpán y sobrino del cac. Lincón. Ese año comieza a haber noticias de él, porque los
españoles habían decidido avanzar sobre sus tolderías. A la comandancia Cañada de Escobar
había llegado “el cac Alfigner (alias Zorro Negro) con la noticia de que el cac. Nahuel Payún
y Caneupí avanzaban a Toriani ( lea Toroñan) Millán, Catencapu y Guayqui Lauquen, -los
cuatro ranqueles malditos”. Toroñán vivía en Cruz de Guerra (Partido de 25 de Mayo).
Habían hecho una alianza con Nahuelpán y tehuelches. En oportunidad de ir a Buenos Aires
en razón de comrcio fue apresado. (Joseph Vague AGN IX 1-6-1 escribió el 19 de Agosto de
1774 que el cacque Toproñam pasaba a la Capital con algunos indios y chinas a vender sus
productos. Dice también que una partida de aucas había llegado a los toldos de Nahuelpán. Lo
confirmaron cinco indios de Caniupy y que traían algunos ponchos de sus parientes de Chile.
Mandaron a Toroñam a Buenos Aires, donde vendería mejor (pero pensaban que los iban a
apresar). El 28 de Agosto de 1874 fueron apresados . Sus toldos fueron atacados con la orden
de matar a todos los mayores de 8 años (AGN. IX 1-6-1 p. 614, 619, 622 y IX 1-4-4 p. 110,
112, 420 s y 425 y IX 1-6-1 p. 614 y 619) En Agosto de ese año se escribió esta nota: “El cac.
Toroñán, su hijo, 14 indios y 7 chinas acaban de ser asegurados en la cárcel de esta ciudad,
dispuestos para embarcarse para Montevideo (AGN IX 1-5-9, Zanjón oct. 1774 y 1-4-1 . 412
y 1-6-1 p. 619. Este hecho se consideraba entre los indios como injusto y produjo un
movimiento entre los ranqueles que querían vengar al cacique prisionero. 1775 el cac.
Toroñán (hijo) se presentó como rehén por su padre prisionero (Crivelli en Rev. Todo es
Historia 1991). Pero ése no volvió del Uruguay. 1779 participó en una concentración de
fuerzas en el Oeste de Salinas Grandes, mientras que enviaron al cac Catruen como delegado
a Buenos Aires a gestionar la paz y libre comercio. Ese también fue aprisionado (Crivelli ib.)
Se decía en 1779 que Catruén, no obstante de gestiones de paz, estaba planeando un ataque a
Salto en represalia de la captura de su primo Toroñán y de otros parientes suyos (ib. Todo es
Historia 1991 AGN IX 1-4-4 p. 485 y 1-5-1 p. 172s). - Triste historia.
TORO o Toyo (según la pronunciacón de la “r”), 1872, capitanejo ranquel del cac.
Mariano Rosas de Leuvucó. Posteriormente huyó con los indios de Baigorrita ante el avance
de los expedicionarios. 1879 fue alcanzado y muerto en Luan Toro (Depart. Conhelo, La
Pampa) por el Regimiento 6º de Línea (Piana: Toponimia de la Pampa ed. EUDEBA 1981 p.
75)
TOS, 1608, cacique sanjuanino sobre el camino a Mendoza
TOSCUNO, 1613, cac. sanjuanino encomendado a Lemos (Rusconi vol IV. )
TOTAMO, 1588, cac. querandí del distrito de Bueno Aires (Outes, F. Luz sobre
querandíes. 1936 p. 11) El P.Alonso de Bárzana, jesuíta, escribió en 1594 a su Provincial de
otro cacique en Singlitón (Sta. Fe). Decía que tenían otro idioma.
TOTOC CHARABA, 1575, cac. comechingón de Taca Sacat, Olahen, Córdoba;
encomendado de Bustamante
TRACA NATO, 1836, cac. araucano que participó en el malón contra Bahía Blanca
(1837) que debía vengar la muerte del cac. Venancio Coñuepán (AGN X. 20-10-1: 24.8.37)
TRAFEL ver Trapel
TRAI CAL, 1834, capitanejo ranquel; figura en la lista de la tribu de Llanquelén de
Junín. ETIMOL: Trai: grito del ; Calquin: aguilucho
TRAY GUÁN 1797, cac. ranquel. En ese entonces estaba en enemistad con
Llanquelén (Arch. Mend. 1797 doc. 31)
TRAI MÁN, 1881, capitanejo pehuenche – huilliche que obedecía al cac.
Sayhueqe. El 23 de abril de ese año, el Sargento Mayor Julio Alva ordenó su captura, el día
que viniera con 80 indios a Carmen de Patagones. Vinieron, porque el Gobernador les había
prometido un pedazo de campo. El Mayor Lucero había conferenciado con ellos sobre el tema
en Piedra de Aguila “Y no hubo ningún barullo”. El 6 de Mayo vino, pues, conducido por otra
partida de soldados al mando del Comandante Gil (Campaña al Lago Nahuel Huapí)
1883, el Padre Dominmgo Milanesio halló en Choele Choel unos 1000 indios en el
campo de concentración, pertenecientes a las tribus de Cipriano Traimán, Pedro Purrayán y
Juan Pereira (C. Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. 1982 p. 291)
TRAI PÁN,, 1860, cac. pehuenche de Malalhué. El cac Llancaqueo reclamó ese
año al Gobernador de Mendoza por haber entregado y traicionado al finado cac. Traipán
(Arch. Mend. Carp. 123 doc. 20. No explica el asunto).
TRAI PE, 1821, cac. araucano de la Reducción Muco, donde hoy es el pueblo
Lautaro (T.Guevara , 1910 Cap. VIII) Traipe actuó en la Guerra a Muerte con Curriqueo y su
hermano Maliqueo en la zona de Temuco
TRAIPÍ, Miguel, 1875, caitanejo de Namuncurá en Salinas Grandes. En Mayo de
1875 fue enviado con el famoso documento y cartas con proposiciones de paz al Cnel. Yturra
en Bahía Blanca. Poco tiempo después en idéntica misisión se apersonó al Cnel. Levalle. Este
retuvo la comisión, lo que sucitó una gran indignación en Salinas Grandes. Fue éste un
momento álgico para los salineros, porque veían venir el avance de A. Alsina, cuando ellos
querían salvar su situación por un tratado de paz. Entendieron que los estaban entreteniendo.
Namuncurá en represalia retuvo de rehén al capitán Salvador Correas. Coincidió esa agitación
con el viaje del Padre Salvaire a Salinas Grandes. Miguel Traipi y Salvador Correas habían
acompañado al Misionero hasta el Fuerte Lavalle, donde tuvo que abandonar su primer
intento de llegar a presencia del cac. Namuncurá. Durante ese viaje, el capitanejo M. Traipí se
enfermó y su hija Lucía que lo acompañaba, fue violada en ese Fuerte. El Padre Salvaire tuvo
que abandonar entonces su primer intento de su excursión apostólica. El cac. Namuncurá le
envió entonces una carta, expresándole el disgusto que tenía por la retención de los
capitanejos Traipí, Payllanao y Calfunir. (Hux: Una excusión apostólica del Padre Salaire a ..
Ed. ECA 1979 p. 27. 29 y 77)
TRAIPI LAFQUÉN, 1770, cac. araucano – pehuenche de Quecheregua se sublevó
con el cacique levantizco Curiñán. La Paz celebrada luego en Negrete costó vacas y mucha
plata (Menchaca, Nahuel Buta p. 151) . 1797 aún seguía recibiendo subsidios del Gobierno.
TRAI QUEO, 1854, cac. huilliche; hizo un malón con los caciques Llanquetruz IIIº
y Chocorí sobre Carmen de Patagones y la tribu de Ancalao. Decían luego que lo haían hecho
por orden del Gral Urquiza (AGN X 27-7-6).
TRALCA, 1830, capitanejo pampa que fue muerto por la expedición del Mayor
Villalba, el 30 de abril de 1830 (AGN X. 27-9-6) Tralca : fusil o estampido de fusil
TRANA MÁ, 1825, cac. ranquel o pehuenche que asistió ese año a dos parlaments
de paz, en abril con los hermanos Oyuela y en diciembre sobre la laguna de Guanaco (AG X
27-7-6)
TRANAMÁN, 1872, cac. pehuenche (picunche) del Neuquén. En agosto de 1872,
el Gobernador de Mendoza ofreció a los cacques picunches un tratado de paz, para
contrarestar la influencia chilena en la zona. El lenguaraz chileno Miguel Castro presentó
para eso a los caciques Caepí y Tranamán y luego a sus capitanejos Necul y Lincomán. (El
tratado se halla en el Archivo de Mendoza, carp. 123 doc. Doc 44) Tranamá vivía sobre el Río
Barrancas frente al Paso de la laguna Maule. Tenía unas 200 lanzas. Comerciaba con Chile
(Olascoga I. p. 42) 1879 fue atacado por las tropas expedicionarias del Cnel. Ortega, al Norte
de Neuquén. La división salió de San Rafael y el 9 de enero atacaron a los indios de
Tranamán , Udalmán y Millaluán. Les hicieron 35 prisioneros y tomaron mucha hacienda.. El
parte no nos indica a cuäntos han muerto. (Olascoga I. p.114 y 235) ETIMOL: Trana:
derribado, manque: cóndor
TRANA MILLA, 1820, cac. araucano de Huequeñ (Chile) Por entonces estaba
afiliado al bando los de patriotas, participando en la Guerra a Muerte.1834 acompañó a los
caciques Cheuqueta, Calfucurá y A. Namuncurá a la Pampa para el asalto de las tribus
borogas de Guaminí y Masallé (El 8 de sebtiembre de 1834. Estaban de acuerdo con los
militares de Bahía Blanca; lo prueba el hecho que Calfucurá y Tranamilla se presentaron aún
antes de que se presentaran los damnificados por el malón, para avisar la muerte de los
caciques mayores Rondeao y Melín y mucha gente (AGN X 24-8.6; 14.10.34). Rosas no
quiso que los borogas expedicionaran contra los invasores chilenos, -pues él los había
contratado-,. En cambio debían expedicionar contra los ranqueles y aún contra sus hermanos
borogas que se encontraban refugados entre ellos. Desconcierta esta carta, entre la frondosa
correspondencia de Rosas, que escribió el 20 de septiembre de 1834, en la que felicita al
Cnel. M. Rodríguez diciendo: “El mérito de esta jornada es altamente recomendable…Los
indios felizmente apresados; a Chanamilla y Calfucurá…deben ustedes conservarlos en
completa seguridad. A nadie den libertad hasta que yo mismo lo permita…” Por otros
documentos sabemos que las tropas habian llegado a Salina Grandes y cerca, asaltaron una
toldería; pero no era de los huilliches, sino de borogas que el cacique Cañiuquir quiso
defender. Se decía que el cac. Calfucurá había huído. Yo, de todo modo, creo que ni
Tranamán ni Calfucurá han sido presos.
23 años más tarde, el cac. boroga Ygnacio Coliqueo se queja de Tranamil (puede ser
del mismo que nombramos aquí) “..que es él que más viene en las invasiones a corresponder
el servicio que le hicimos”. Suena enigmático, pero quizás da una pista para mayor
investigación. (AEM Nº 4139: 23.10.67) ETIMOL: Oro: milla Trana: labrado o matillado
TRAPOLL (o Trapell, Trafell) 1869, cac. chileno que vino a reforzar las fuerzas de
Calfucurá, quien quiso defender a todo trance la isla Choele Choel. En septiembre de ese año,
Calfucurá lo mandó junto con Gabriel Raiñ y Huenchuquir al Azul para que buscasen la
ración trimestrial de los salineros. Pero los militares los retuvieron. Entonces Calfucurá hizo
una protesta vehemente (AEM doc de 15.8.69 y 19.9.69) ver Namuncurá 1869
TRARIPA, 1870, capitanejo boroga del caciquillo Juan Painequeo o ya de Coliqueo
TRAREÚ, 1877, (de la tribu de Piseñ) representante del cac Payún [ver Nº 324]
TRARÚ, 1820, cac. borog chileno, entonces adherido al guerrillero Gral J. M.
Carrera. Según información de éste, vivía en Ganzú Lauquen (hoy Santa Teresita, Dep.
Guatraché, La Pampa) Después del asalto de Masallé en 1834, estuvo con los caciques que
entregaron cautivos a Rosas (AGN X. 24-9-1) ETIMOL: Trarú : carancho
TRARÚ LEMÚ, 1821, cac. araucano de Angol. Implicado en la Guerra a Muerte,
junto con los realistas. En la batalla de Zapata en San Carlos, el 26 de noviembre de 1821,
después que Benavídes había huído, se retiró también Marihuán a sus tierras (Guevara T.
1910 p. 193)
TRECA LEN,1794, cac. ranquel de las pampas. El 2 de Mayo de ese año estuvo en
un parlamento de paz en San Carlos (Mendoza). Don Luis de la Cruz en su Diario dice que
Trecalén era hijo de Manquiel ETIMOL: Treca : loro Len: ser, es
TRECA MÁN, 1806, cac. pehuenche “Reducido en Antuco”; era el hijo del cac.
Topalasquén. En 1806 avisó al viajero Luis de la Cruz, durante su viaje por La Pampa, que se
cuidase del cacique Curalén, porque quería matarlo (Diario en De Angelis I. 1910, p. 136) El
mismo viajero lo describe de rostro agradable, afable, cálido, fiel y rico en hacienda. Había
estado en abril en el congreso (parlamento) convocado por de la Cruz, con Manquelipe y
otros.1819 estaba por entrar en guerra contra los patriotas que venían avanzando hacia el sur;
pero el Gral Alcázar consiguió convocar a un parlamento en Antuco. Allí Trecamán,
Calfuqueo y Huancamilla prometieron mantenerse en neutralidad .
TRECÁN, 1845, capitanejo pehuenche al servicio de Calfucurá En Rev. Arhivo
Azul Nº 2, 113). 1849 llegó de nuevo al Azul junto con el capitnejo Pegüil, desempeñando
una misión en nombre del cac. Calfucurá. 1865 estuvo en Salinas Grandes. Llevaba a 200
indios y estaba munido de un pasaporte de Valdivia, como Bernardo Namuncurá y se llamaba
primo hermano de Calfucurá. 1875 había muerto ya, cuando su hijo el capitanejo Chodi llegó
a Carmen de Patagones para buscar raciones del Estado (AEM 11.8. 65 y y 1875)
TRECA NAO, 1836, cac. chileno que maloneó con el cac. Raylef (AN X. 20.10.1;
25.8.36)
TRECU LEO, José María, 1867 – 1946, capitanejo huilliche; era hijo del cac.
Molfiqueo (Trad. Sangre). Vivía en San Ignacio, Depart. Huilliche, ( Neuquén)
TREGLÉN (Cheglén) 1796, cac. pampa ranquel del Río Quinto que ha dado
muestras de fidelidad en la Frontera. 1786 había hecho un pacto de paz con el Gobenador de
San Luis; quiso asegurarse su querencia sobre el Río Quinto, como el cacique J. G. Blanco
(Mariluz Urquijo, 1964 p. 229 y Arch. De Córdoba, Sec. Gobº T. 20). 1796 renovó la paz con
el Comandante Gordo y se ofreció para defender con sus indios la frontera en caso de
invasión (ib.) El 16 de noviembre de 1790, el cac. Treglén, cac. principal, fue obsequiado en
Córdoba con un rico uniforme y espada (doc. 46, 1799) Barrio Nuevo Imposti: Historia de
Río Cuarto vol. I p.88) A esa propuesta de paz se adhirió también el cac. Carripilún. En el
gran parlamento de paz y de reconciliación en Chillán en marzo de 1798, aportó noticias y
ofreció su cooperación (AGN Sec.Gobº ,Intendencia de Còrdoba 1798/ 99)
TREGÜENTO 1882, cac. huilliche, que estuvo con el cac. Curruhuinca en el Lago
Lácar. De allí escribió una carta al Gral. Wintter (Cliften Goldney: Namuncurá p. 151)
TREHUEL PIE, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista de capitanejos de
Mariano Rosas en Leuvucó. Lista del Arch. de Emilio deVedia y Mitre.
TREINAO (PROB. RAINAO) 1881, cac. pampa, al que las tropas expedicionarias
hallaron sobre el Río Limay. Concluída la Campaña, el 6 de Mayo de 1881, lo dejaron a
orillas del Lago Nahuél Huapí (AGN S.VII 7-5-3)
TRE LEUF (Tre Leufú) 1882, cac. huilliche. Lo sometieron las tropas del Cnel. N.
Palacios de la Brigada del Cnel. Godoy, junto al los caciques Inacayal y Curuhuinca (AGN. X
43-6-10) Trelew, topónimo galés tiene la misma pronunciación
TREQUE PÁN, 1881, capitanejo picunche, sometido por las tropas expedicionarias
TRERQUE GÜIR, 1777, cac. huilliche
TRETUC, 1820, cac. pampa, incluído en la lista de los caciques que aceptaron el
tratado de paz de Miraflores (ver Ancafilú).
TREURE PÁN, 1833, cac. pampa que fue muerto por los expedicionarios de
Rosas (Inorme de Rosas en AGN X 27-5-33: 25.3.34)
TREUTRIF, 1887, capitanejo pampa del sur de Valcheta, Río Negro. Pertenecía al
cac. Sharmata.
TRICA MÁN, 1829, cac. pehunche que entonces se adhirió a los pincheirinos. El
14 de enero de 1832 murió en el campamento de ellos en Neuquén por el asalto eficaz del
Gral. M. Bulnes (chileno) y sus tropas. Murieron a la vez los caciques Neculmán y Coleto (h)
(T. Guevara Historia de la Civilización III. p. 254) ETIM: Manque: Cóndor Treca:
derribado
TRICAO, 1796, capitanejo pehuenche que fue muerto en un malón contra los
huilliches, anota Luis de la Cruz en su diario (en: De Angelis I. p. 236) Calfuqueo lo mandó
salir de su antiguo malal para esa expedición. Una noche fue sorprendido, muerto cuando
dormía. Su mujer había sido la mujer del cac. Millanán, la que había raptado.
TRICNÍN ( o Trinín, Triguín) 1820, cac. pampa que fue incluído en el tratado de
paz de Miraflores (7.3. 1820). Pero cuando pronto después, el Gobernador M. Rodríguez
expedicionó hacia el Sur y atacó a los pampas en el Río Chapaleufú, en vez de atacar a los
carreristas invasores. Tricnin acudió también a la defensa de los pampas. 1822 acudió con
tantos otros pampas y tehuelches en el parlamento que convocara el Cnel. Pedro Andrés
García en la zona de Tandil en 1826.
TRINTRICA,1860, capitanejo puelche. Vivía a 40 Kms al NO de Llancanelo
TRINTRI LONCÓ, 1820, cac. pampa que estuvo presente en el parlamento de paz
en la estanci Miraflores. Era un amigo de Ancafilú. (cabeza o cabello rizado
TRIPAY ANTE, 1620, cac. araucano que vivía sobre el río Puele. ( Etim: “Sale el
Sol”)
TRIPAY (ANTE) o Tipay, 1776, cac. pampa del Arroyo Cayrü. Ese año lo nombró
Manuel Pinazo en el diario de su expedición y lo llama cacique de paz (en De Angelis 1938
T.Vº y A. Yunque: Calfucurá. 71) En 1878 Tripay fue al encuentro del Maestre de Campo
Pinazo en Cabeza del Buey (hoy Bolívar) para comerciar con los expedicionarios En De
Angelis 1838 T.V Escobar 11. 12. 78) 1776 había sido censado por Diego de las Casas. Anotó
10 soldados de escolta y 6 toldos (en De Angelis IV. 1910 p.584. Más tarde, en 1801 y 1804
las crónicas mendocinas anotan su visita. En esa estaba acompañado con Anchín y Epulay
TRIPAY, 1655, cac. araucano que acompañó en su guerra de resistencia al cac.
Caupolicán y también Alcatripay (que puede ser de la misme estirpe. (Ver Caupolicán)
TRIPAY, José Victorio Ver López Nahuel (1862 en Junín; luego en Los Toldos)
TRIPAILAF, Benito, 1865, capitanejo pampa, hijo del caciquillo Ramón Tripailaf,
quien, estando en Junín, en el campo de Llanquelén, fue incorporado 1862, no sin resistencia,
en la Tribu del cac. Ignacio Coliqueo. 1868 se separó de ella para acompañar al cac.
Raninqueo quien formó entonces una tribu aparte en La Verde (Part. De 25 de Mayo). El
hijo, Benito Tripailaf pudo incorporarse como alumno en el Colegio de Larguía en Buenos
Aires, Catedral al Norte, becado por el Gral Mitre. Llegó a expresarse en francés e inglés. Un
día volvió a su tribu, donde quedó atrapado, porque su padre lo incluyó en la lista de los
capitanejos con sueldo ( y no “por su sensualidad”, como dice Alvaro Yunque en Calfucurá p.
376) Fue una época brava para ellos, como se leerá a continuación. Más tarde lo hallaron
también los misioneros lazaristas en Carhué, donde se había ubicado la tribu de Manuel
Grande y de Ramón Tripailaf.

T R I P A Y L A F, Ramón

TRIPAYLAF, Ramón (o Tripailao) 1829 – 1882. Era un caciquillo pampa ranquel


.Llegó a ser Sargento Mayor del Ejército Argentino.
Había nacido en La Pampa por el año 1829. Fue hijo del cacique Huayquilef y
hermano de Cayulef y la madre era cautiva, llamada Ignacia del Moral, la que habían traído
del Salto, después del terrible malón y saqueo de esa localidad bonaerense. (Eso afirmó
Gumersindo Roldán).
Tripailaf tuvo una vida inquieta; era de un carácter inquieto, como su nombre
significativamente expresa. Era inteligente y llegó a expresarse correctamente en castellano.
Tenemos un retrato fotográfico de él que le sacó Remigio Lupo, el periodista de la Primera
División de la Conquista del Desierto de 1879. En su libro, publicado en 1888 en Bs.As. dice
de él: “Tripailao es un indio imponente por su figura. Representa tener unos 50 años, de
bigotes poblados y una pera más poblada aún de pelos duros como cerda. Su mirada torva
causa penosa impresión en el ánimo del que es objeto de ella. Y es tan brusco en su trato,
como duros son los pelos de su cara, y acentuados sus perfiles de su rostro que lo trazan como
hombre de pasiones enérgicas y de gran fuerza de voluntad..Sus respuestas a los lenguaraces
que le transmitían mis palabras, eran breves y de acento profundo y cavernoso”.
Los misioneros que lo trataron en los mismos días, suavizan en sus relatos esa
imagen tan recia, estampada por el periodista.

Ramón Tripailaf entró, parece, por primera vez en la documentación militar en 1862,
siendo capitanejo de la reducida tribu de Pedro Llanquelén en Junín. Esa tribu había sido
deshecha en 1838, Tripailao se juntó probablemente más tarde a los sobrevivientes. La tribu
del cacique Ignacio Coliqueo, en su emigración del país de los ranqueles (en 1860) y que iba
a afincarse en “La Tapera de Díaz (Los Toldos, Partido de Gral. Viamonte), quiso incorporar
ese grupo a su tribu. Se resistieron, de manera que el cacique Raninqueo, en ausencia del cac.
Coliqueo, pidió ayuda militar en la Comandancia de Bragado. Y así quebraron su resistencia.
A poco de asentarse en “Los Toldos”, Coliqueo le dio a Tripailaf el empleo de un
oficial con sueldo del estado. Quizás reconoció su valor. Los ranchos o los toldos de
Peynequeo y Tripailaf estaban a unas cuadras distantes de los de los Coliqueo. Así lo señala el
plano catastral del agrimensor Octavio Pico, Duplicado Nº 14 del Partido de Gral. Viamonte
(Geodesia La Plata)
En la lista de oficiales de 1864 aún no figuran ni Peinequeo ni Tripailaf. 1865 el
“capitanejo” Ramón Tripailaf , acompañado de su hijo Benito y del indio Nahuel, su
lenguaraz, hizo una visita al Presidente Bartolomé Mitre y fue bien atendido. Puede ser que a
consecuencia de esta visita fue incluído en la lista de oficiales con sueldo.
. En el momento de la entrega oficial de la donación de la tierra de Coliqueo y su
tribu, Ramón Tripailaf entró en conflicto con el cacique principal y hubo disputas acaloradas.
Se preparaba el camino para la separación. Tripailaf y el cacique Raninqueo solicitaron el
arbitraje para el justo reparto de la tierra. Primero se les propuso que ocuparan unos sobrantes
que el agrimensor O.Pico había incluído. Pero no. Los disidentes solicitaron al Jefe de la
Frontera y al Sr. Presidente de la Nación un nuevo destino en la Frontera y un nuevo empleo
en la defensa de la Frontera (Arch. E.M., Marzo de 1867) De paso solicitaron al Gral. Mitre
la admisión de sus hijos en un colegio en Buenos Aires.
Se les propuso el nuevo destino en la Frontera adelantada hasta Loncagüé, al mando
del Cnel. Osorio. Finalmente recibieron la ubicación para sus toldos y la donación de seis
leguas cuadradas en la zona de la laguna La Verde (Partido de 25 de Mayo)
El 15 de Diciembre de 1868, Raninqueo y Tripailaf se dieron de baja en la lista de
revista de Coliqueo. En Noviembre ya de ese año, se confeccionó una nueva lista para las
tribus de Raninqueo y R. Tripailaf. Este figura como Sargento Mayor y cacique segundo de la
Tribu de Raninqueo (Hux. Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos ed. 3 de EUDEBA p. 97)
Dos capitanejos y 378 indios se fuerton a La Verde.
A continuación de la lista del Tnte. Cnel. y cacique Andrés Raninqueo, sigue la lista
del Sargento Mayor Ramón Tripailaf (segundo cacique) y Capitanejo: Benito Tripailao

José Manuel Lafquén


Miranda Güenullán (Jehaullán)
Antonio Chaullán
Filiberto Albarracín (Alvarracín)
Martín Arín (Hayén)
José María Guayquiñ
Llanquelén
Catrilén
Mariano Calderón (escribiente)
No tenemos testimonios de la separación de Los Toldos. En realidad ya hacían
servicio fronterizo a distancia. El Gobierno cumplió su promesa e hizo medir seis leguas
cuadradas en la zona de la Laguna La Verde.por el agrimensor Octavio Pico, en Noviembre
de 1869. Su Duplicado del plano catastral está en Geodesia de La Plata, Partido de Bolívar,
Nº 11. Lo notable es que individualizó las propiedades de los caciquies y capitanejos.¿Quién
podía predecir que estas dos tribus iban a disfrutar poco tiempo de su campo?

En 1869 hubo un avance de la fronteras, lo que ofendió enormemente a las tribus que
tuvieron noticia de los planes futuras del Ejército. En 1870 además hubo graves atropellos a
los indios amigos del cacique Cañumil de Bahía Blanca y en Azul a los indios de Chipitruz y
Manuel Grande: dos saqueos y muchísimos prisioneros (como lo cuento en las biografías de
Cañumil y de Catriel). 500 lanceros de Chipitruz y Manuel Grande huyeron a la Verde y
luego se presentaron al Jefe de la Frontera Oeste, en el Fuerte de Garl. Paz, pidiendo amparo.
Pero éste Coronel completó el atropello, apresando a todos, por consejo del Ministro de
Guerra.
El cacique Juan Calfucurá de Salinas Grandes vino con un gran malón a vengar
esas injusticias. De paso se incorporó también las tribus de Raninqueo y de Tripailaf, pocos
días antes de la batalla de San Carlos de Bolivar (8.3.1872)
Tripailaf había sido informado de este plan con anticipación y, enojado como estaba
por los atropellos mencionados, se sublevó incluso contra su jefe, el cacique Raninqueo. Se
entregó con su gente a Calfucurá. Pero éste llevó a los indios de Raninqueo como cautivos
con cuantioso botín a sus tolderías en Salinas Grandes (AEM. Nº 6150 fha. 28.5.72) Los tenía
severamente vigilados. Tripailaf y los suyos andaban más libres.
En 1874, Tripailaf estaba boleando con indios del cacique Pincén, en Las Tunas (Part.
De Trenque Lauquen). Entre tanto deportaron a Raninqueo y a sus indios más al Oeste para
que no se escaparan a los cristianos.
Ocurrió durante la Revolución de Mitre, que el cacique Tripailao se presentó con 60
indios de lanza y 166 de chusma en el Fuerte de General Paz (Carlos Casares). De inmediato
fueron mandados a la Verde, donde habían estado antes. Y también un contingente del cacique
Manuel Grande fue llevado al mismo destino. Este, salido de la prisión de Buenos Aires, se
había juntado una paisanada y se refugió en la tribu de Coliqueo. Pero los Jefes de la
Frontera, temiendo que ese aumento de gente en “Los Toldos” podía traer malas
consecuencias y en un ataque que no llegó a causa mayor, exigieron que el cacique M.Grande
con su gente se separase de los Coliqueo y fuese a La Verde. Fue donde el mismo año se libró
la batalla en la que el nacionalista Coronel Arias sitiado por las tropas del Gral. Bartolomé
Mitre no sólo se sostuvo, sino que llevó a los revolucionarios a entregarse y a cancelar la
campaña.
No sé qué había pasado a los indios amigos de Tripailaf y de Manuel Grande. Pero a
consecuencia de la reorganización del Ejército, el Gobierno cortó a todos los indios amigos el
suministro de sueldos y raciones (Arch Municipal de Nueve de Julio, Lib.28 p.72; fha.
11.11.74)

El cacique Ramón Tripailaf y sus indios no dejaron de servir en las guardias de la


frontera. Pero sabemos que su pobreza y miseria iba en aumento de día en día, a lo que se
sumó el flagelo de una espantosa peste de viruela.
En 1876 tres parcialidades de indios acamparon “a tiro” del Fuerte Gral. Paz: la de
R.Tripailao, de Manuel Grande y la de su hijo Manuel Díaz. Allí los visitó el misionero
lazarista Padre Pablo Emilio Savino, quien había establecido una estación misional en el
campo de la Tribu de Coliqueo. Supo de la situación de los indios frente al Fuerte Gral. Paz.
Vino a consolarlos, en cuanto era posible. Los visitó con el médico militar, y él mismo era
médico recibido en Italia. Constataron una gran mortandad a causa de la epidemia. Los
caciques pidieron al misionero que hiciera de intermediario ante el Gobierno para solicitar
ubicación y tierra en La Verde. (Hux, Coliqueo ed. 1980 p.216. En este libro reproduzco el
relato del sacerdote).
Benito Tripailaf, el hijo del cacique Ramón, solicitó dos leguas de campo, “situado al Sud de
los campos de La Verde”. En su carta al Presidente Nicolás Avellaneda describe su pobreza y
pide la libertad de algunos de sus indios presos. Decía que un nieto estaba en casa del Sr.
(Ministro) Gainza como esclavo (AEM. 19.6.76).

El Ejército preparaba un gran avance de las fronteras, que el Gral. Adolfo Alsina en
1876 iba a avanzar con seis columnas del Ejército. Las tribus del Interior, sabiendo aún
detalles de este proyecto, organizaron rápidamente un gran malón a fines de 1875. Los indios
salineros y los de Catriel convocaron a todos los “paisanos” para prevenir y si posible impedir
el avance militar. El cacique Justo Coliqueo (hijo de Ignacio Coliqueo) pensaba aceptar la
invitación y arrastró una pequeña parte de sus indios al “Desierto”; su hermano Simón y gran
parte estaba en servicio en destacamentos. Justo Coliqueo sublevó a las tres parcialidades
vecinas al Fuerte Gral. Paz para incorporarlos a las tropas de Namuncurá y de Pincén. Pero
los suyos en Los Toldos se resistieron heróicamente, como describo in extenso, describiendo
la batalla de la Tapera de Díaz, del 9 de Octubre de 1876. Perseguidos llegaron a los indios de
Tripailaf, M. Grande y M. Díaz y los arrebataron consigo, porque el Comandante Matosso no
los protegió. El cacique Tripailaf lo acusó, meses más tarde, en una carta dirigida al Ministro
de Guerra. Le decía que la guarnición del Fuerte había hecho fuego contra ellos. Mientras
peleaban con heroísmo contra los invasores para resistirles (AEM. Nª 7899 fha. 10. 8. 77)
“Tuve que entregarme, decía en la carta. Y continuó, que el cacique Pincén le había muerto a
su hijo Andrés y que con violencia trató apoderarse de una de sus hijas.. Tuve que entregarme
“no por voluntad, sino por fuerza”.
Entre tanto Manuel Grande, Tripailaf y Man. Díaz siguieron en compañía de V.Pincén.
Se sospechaba que Pincén volvería contra “Los Toldos” de Coliqueo, pero maloneó en
Diciembre del mismo año en la zona de Junín.(Memoria de la Guerra de 1977 p. 232 y 235)
Y una vez más fueron deportados. El Tnte. Marcelino Freyre informó, el 26 de
Febrero de 1877 (AEM) que los toldos de Namuncurá, R. Tripailaf, Manuel Grande y de Juan
José Catriel se hallaban al Oeste de Salinas Grandes, escalonados entre 16 y 22 leguas sobre
el Camino de los Chilenos. Y agregó que Manuel Grande y Tripailaf estaban esperando la
oportunidad para escapar a la vigilancia de Namuncurá (Alsina: Memoria especial. EUDEBA,
Bs.As. 1977 p. 220).
En Julio de 1877, las tribus de Manuel Grande y R. Tripailaf se presentaron al
Comandante de Carhué, 141 indios de pelea y 300 de familias, entregándose y pidiendo
disculpa por sus errores (Walther, Conquista ed. 1964 p. 230) En la carta, arriba ya citada le
decía al Ministro Alsina: “..A costa de mil sacrificios y espuesto a perder mi vida y la de mi
familia, he conseguido volver a ponerme a las órdenes del Gobierno”.

Así se incorporaron una vez más el Ejército Conquistador. En Noviembre de 1878, el


Cnel. Teodoro García disponía un escuadrón de indios amigos de Manuel Grande y de
Tripailao para su expedición que salía de Puán hacia la laguna de Traico.
La tribu de Tripailao fue asentado al pie del Fuerte de Carhué. Poseemos una lista
grande de los indios del cacique Tripailaf (existente en el Archivo del Estado Mayor con el Nº
7907) que contiene, dicho en resumen, E1 cacique, 8 capitanejos y 41 indios de lanza., en el
Fuerte Belgrano, desde el 30 de Julio de 1878. Estos jefes eran Ramón Tripailaf (hijo),
Gerónimo Unaiché, Antonio Pichiguán, José Unaiché, Manuel Bernardo, Nagüel Pedernera,
Juan Rufino, Domingo Artaza y Ramón J. Tripailaf (h). En la misma vecindad estaba la tribu
de Manuel Grande: 1 cacique, 12 capitanejos y 82 indios
A partir de entonces servían en la defensa de la frontera (nueva), recibían sueldos y
raciones; formaron el “Escuadrón Auxiliares del Desierto”.
Durante la dura “conquista” del año 1878/79 estuvieron en la vanguardia: 1 jefe, 1
oficial y 67 de tropa con 22 mujeres; en la 2da. División al mando del Cnel. Nicolás Levalle...
(Olascoaga, ob. Cit.II p.9). 20 indios acompañaron al Cnel Bedoya (ib. P.19). Ese año se hizo
la barrida del Oeste.
Cuando en 1879, el Gral. J.A.Roca avanzó con su primera división hacia el Río
Negro, pasó con su tropa expedicionaria por Carhué. Allí hallaron la tribu de Ramón
Ttripailao. El periodista oficial, Rafael Lupo, a quien citamos más arriba y los misioneros
Monsr. Antonio Espinosa y los Padres Salesianos S. Costamagna y L. Botta visitaron sus
toldos durante los días que permanecían en el Fuerte. Los sacerdotes dedicaron especial
atención a esta “tribu mansa”, y con gusto habrían quedado más tiempo con ellos. Llegaron el
26 de Abril de 1879 y partieron con la tropa el día 29 del mismo mes. Lograron bautizar a 18
niños indígenas de la tribu de Tripailaf. Además bendijeron el matrimonio del joven Ramón
Tripailaf, hijo mayor del cacique, que se unió cristianamente con Juana Pedernera.
“Ramoncito” era cristiano (bautizado) desde chico y recibió educación en la Capital. Juana
era una cautiva cristiana, que siendo niña, cayó en poder de esta tribu. Estaba ya muy
acostumbrada al modo de vivir entre los indios, de manera que no quería apartarse más de
ellos (Informe de Monsr. Espinosa al Arzobispo de Bs.As., publicado por L.Copello en su
libro: Gestiones de Monsr. Aneiros a favor de los indios, Bs.As. 1945 p. 264) El Padre
Costamagna, a su vez, informó a (san) Juan Bosco en Turín, que el hijo de Tripailaf hablaba
muy bien el castellano; que los había presentado al cacique, su padre; que éste los ha recibido
con cariño y expresado el deseo que su gente se instruyera en la religión católica.
El Padre Costamagna menciona y describe la pobreza de estos indios “reducidos”.
Realmente su condición era penible (Boletín Salesiano,Julio de 1879, Turín, Italia).
Desde Carhué, el Gral Roca partió con su columna, llevando 20 oficiales y 105
soldados de los indios amigos. Partieron el 1º de Mayo hacia la Pampa. De su actividad
guerrera de los dos años siguientes, no podemos contar nada de los indios de Tripailao.
En 1881, los misioneros volvieron sobre su pista anterior. Hallaron una toldería en
Carhué, otra en Puán y otra en Guaminí. El 1º de Febrero de ese año, Monsr. Espinosa y el
Padre Salvaire (lazarista) llamaron al tercer asiento “Santa María de Güaminí”. En sus
anotaciones escribió el 10 de Febrero: “Apliqué la misa por la conversión del cacique
Tripailao” (Diario, ed. 1938 P. 120) El mismo día realizó tres bautismos, un casamiento y 36
confirmaciones. Entre los confirmados se hallaron el cacique (hijo) Ramón Tripilao y el
capitanejo Juan Canales (de la tribu de Catriel).

Ese mismo año 1881, los indios de la Tribu de Tripailaf fueron movilizados para la
tercera batida de la Pampa, puestos a la orden del Cnel. Villar y la de José Daza. Colaboraron
también en la fundación de General Acha, la primera Capital de la Provincia de La Pampa.
1882 se fundó una pobre escuela para los indiecitos de Tripailaf y de Pichihuincá. Esa
parcialidad se había agregado allí. (Stieben: La Pampa p. 83)
El cacique Tripailao figura aún en 1895 en el Censo Nacional de Población en la
Pampa..
Sus hijos : Ramón José Tripailaf (h) – Benito Tripailaf _ Andrés Tripailaf (al que
mataron en 1876) –Sixta Tripailaf (asentada en el libro de bautismos de Nueve de Julio Nº 11
p.229 – Isaac Joaquín Tripailaf (nac. 1871 (Lib.Baut. Nº 24 p. 520, h. de Sixta Tripailaf de
Labbé.
J. Depetris averiguó los nombres de otros hijos de Tripailaf: Pedro Tripailaf,
Victoriano, - Mariano – Francisco – Lorenza y Cita y sigue la pista del puestero Victoriano
Tripailaf
Sixta Tripailaf se fue con un francés Bautista Labbé, me dijo Ilda A Labbé. Zenón Labbé,
descendiente de Sixta figura entre las primeras autoridades de Carlos Casares (Cuartel 8º de 9
de julio, entonces) En el mismo 9 de Julio vivíeron en la casa del fundador , Julio de Vedia,
una flia. Labbe. La señora era maestra, de las primeras maestras de ese pueblo.
Por la Ley 3154 de 1894 el Gobierno debía al cacique Tripailao tres leguas cuadradas,
como “expedicionario”. Recién el 24 de Febrero de 1900 se fundó la Colonia Pastoril de San
José para los indios de Ramón Tripailaf y Manuel Pichihuincá.
Ignoro cuando ha partido a la eternidad. Su hijo Ramón José fue su sucesor,
acompañado por Benito Tripailaf, el que sabía francés e inglés..
R. Elizondo publicó una foto del Sargento Mayor Ramón Tripailao, en su artículo de
la Revista El Monitor de la Educación Comun, 1932 (Se le dio entonces la edad de 70 años)
Binayán, 1963 p. 275). Yo incluí la Foto en su reseña en Caciques Pampa Ranqueles ed. El
Elefante Blanco Bs.As. 2004 p.324.

(ib. p. 325) :El lector que ha repasado las vidas de estos caciques pampa-ranqueles se hará
una imagen más real de la situación de nuestros aborígenes, condicionada por la terrible
conquista de la pampa. ¡Cuánta guerra, cuánta sangre valiente vertida, cuánto anhelo de paz
defraudado!
No me constituiré en juez; sólo quise ser portavoz de la verdad histórica con un
sentimiento de cristiana humanidad. “Perdónanos, Padre, nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Si pudiéramos rehacer nuestra historia....
TRIPAI, Nahuel, 1851, capitanejo salinero que fue obsequiado en Bahía Blanca por
orden de Rosas (AGN X. 20-10-4)
TRIPAY ÑÁN, 1806, cac, pehuenche que conoció Luis de la Cruz en la Pampa.
1846, después del asesinato del cacique gobernador Guzmané, el Gobernador de la Provincia
de Mendoza quiso realizar una investigación sobre los hechos y encargó al cac. Tripaiñán a
convocar los caciques pehuenches del Sur (AGN X. 5-6-4) Existe un diario del viaje de ese
Gobernador Segura (Ver Guzmané)
TRIRE PÁN, 1798, cac. pehuenche que se presentó en el parlamento de San
Carlos que dio término a la larga Guerra Pehuenche (Arch. Mend. doc. 43 ,1798)
ETIM.“Acomoda la barba”
TRITI GÜEN 1806, cac. huilliche que nombra el diario de Luis de la Cruz (De
Angelis I. p. 223)
TROCO ver Roco
TROCO MÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido en la guerrilla de
los picheiristas. En enero de ese año fueron atacados por la expedición del Gral. Virto, junto
con él los caciques Neculmán y Mulato. Fue una época brava para el sur de Mendoza. La
Campaña del General chileno Manuel Bulnes destruyó en tierra argentina, en 1832, el nido de
los Pincheira que habían establecido en Coyamuelo (Depart. De San Rafael.) En la sorpresa y
persecución hubo un gran masacre. Muriron también los caciques Trocomán, Coleto y
Neculmán (Ver Neculmán)
TROCO MÁN, 1881, cac. huilliche del Neuquén. Era hijo del cac. Sayhueque. Se
destacó en las últimas batallas de la Conquista del Desierto. El 30 de marzo de 1881 atacó
con sus indios la caballada de la Iª Brigada que avanzaba hacia el Lago de Nahuel Huapí. En
Traful hizo otro tanto. Luego se entregó junto con su padre y tantos indios, el 1º de nero de
1885 en Junín de los Andes. En 1900 vivía en el paraje llamado “Contra”, según averiguó el
historiador Juan Raone. En 1907 solicitó la propiedad de esas tierras y en ellas reunió la
familia del finado cacique Manuel Baigorrita.
TROLÓN o Tolón, 1775, cac tehuelche del Río Limay (Neuquén) Trolón y Guatoc
eran hijos del cac. Manquenai, como averiguó el Padre Nicolás Mascardi (Casamquela, 1965
Rectificaciones p.24)
TROMEN CO, 1880, pehuenche del Neuquén. Tromen es como rancul planta de
bulbo cometible
TROMO, 1821, cac. araucano chileno que luchó en el bando patriota. Tenía su
toldería en Butacó al Norte de Angol (T. Guevara 1910, 295)
TROPA, 1835, capitanejo ranquel. En enero de ese año atacó a una tropa chilena en
Salinas Grandes. Probablemente les arrebató algún arreo. Luego se disculpó al Gral. Bulnes
(AGN VII Biedma 10-4-14)
1870 lo conoció el Cnel. Lucio V. Mansilla y en 1872 figura entre los participantes
del parlamento de paz que convocaron los Padres M. Álvarez y T. Gallo en nombre del
Gobierno..
TROYAL, 1841, capitanejo ranquel que asumió el mando de la parcialidad del cac.
Meliguán en Junín (Prov. Bs.As) por fallecimienmto de éste. Pertenecían a la tribu reducida
de Llanquelén.
TRUNI QUE, 1841, capitanjo ranquel. Ese año acompañó al Cnel. Manuel
Baigorria y a los indios de Ignacio Coliqueo en un malón sobre Pergamino, una posición de
los federales. El 13 de octubre de 1851, invadió con 200 indios la zona del Pozo Pampa, cerca
de Olascoaga, en el Partido de Bragado. El Comandante del Fortín de Los Angeles (cerca de
C.M.Naón) persiguió a Truniqué con 150 hombres. Tras una marcha forzada de todo un día,
los alcanzó y los derrotó y recuperó el botín que se llevaban. El parte nombra entre los
muertos al capitanejo Truniqué (J. Sánchez: Efemérides militares, 1906, II p. 113) fecha: 14
de oct. de 1851.
TRUNIQUE, 1860, capitanejo de la tribu de Melinao de Bragado y de la
Barrancosa
TSEU (CUM) ANTÚ, 1750, cac. puelche, señalado por T.Falkner como Taluhuet.
Estaba con Carulonco. Después malonearon sobre Areco y Arecifes (dice C.Moncaut en su
libro "Ranchos). El Padre Dobrizhoffer narra que se había integrado en la Misión de Nuestra
Señora del Pilar junto con el cac. Marique (Falkner ob. 1774 p. 132 Y Dobrizhoffer p. 67)

TUBICHÁMINÍ (QUERANDÍ)

TUBICHAMINÍ o Queudipén y Quenguipén, en 1582, cacique reducido


en el sur de Buenos Aires. Quenguipén no suena a guaraní como Tubichaminí:
ni era querandí, pues no vivía en “los palmaverales”, sino, —según el testimonio
de Ruy de Guzmán de 1612— “en tierra rasa y desabrigada, de malos pastos,
falta de leña. de pocos ríos. salvo uno que está 20 leguas adelante, que llaman de
Tubichaminí (tu-bichamiro). nombre de un cacique de aquella tierra”.
Efectivamente estaba ya reducido en 1582 por el reparto de Juan de
Garay, ubicado sobre el río Santiago (hoy Cañada de Arregui o Arroyo Pescado,
cerca de La Plata, en el partido de Magdalena (A. Calcagno: Apuntaciones
históricas sobre Magdalena. La Plata 1930). Otro grupo de la misma parcialidad
estuvo en 1604 sobre el Arroyo del Espinillo, dado en merced a Pedro Giles (A.
Salvadores: “El reparto de tierras de Juan de Garay en el Valle de Santiago”, en:
Actas del XXV” Congreso Americanistas BA. 1934 p. 315-322). El nombre
(guaraní) Tubichaminí se ha hecho, luego, denominación de un grupo de tribus
reducidas al sur de Buenos Aires: de los caciques Telomián o Condié, Colcol y
Tucague, emparentados también con la del cacique Bagual.
Veamos algo más sobre la historia del cacique Tubichaminí. En 1582,
cuando Juan de Garay fundó por segunda vez la población de Buenos Aires, con
gauchos e indios (mil) traídos del Paraguay o Santa Fe, Quenguipén ya estaba
allí. Alguien afirmó que era de raza inca del Alto Perú. Yo creo que era de raza
pampa-querandí, sí como el cacique Bagual. Querandí significa habitante de la
zona de palmaverales (al N. de Buenos Aires), zona de vecindad y penetración
guaraní.
En el repartimiento de mercedes y encomiendas por Juan de Garay,
firmado el 28 de marzo de 1582, Tubichaminí cayó en suerte al hijo natural de
Dn. Juan de Garay de idéntico nombre y por “tres vidas”, “os doy y hago
merced un cacique llamado Quenguipén...” (Arch. Gral. Ind. 178 vta. Charcas
104).
Los indios de Tubichaminí, igual que los de Juan Bagual dispararon un
día sustrayéndose a la vigilancia y al mal trato de los españoles. Una expedición
de fuerzas cordobesas al mando de Luis del Peso los buscó para someterlos otra
vez. (ver Bagual). Por orden de Hernandarias de Saavedra fueron devueltos al
distrito de Buenos Aires.
En 1615, Alonso Muñoz Bejarano repobló de nuevo la reducción sobre el
río Santiago con 160 indios del cacique Tubichaminí. En 1619 se empadronó esa
reducción. El documento anota 80 indios, 73 mujeres y 89 niños, “pocos
andaban vestidos”. (M. Cervera: Historia de la Ciudad y provincia de Santa Fe,
1907 p. 83-90). Una nota de 1620 dice que “el dicho cacique Tubichaminí está
casado con la hija del cacique Vagual (Bagual) (Arch. Gral. Ind. 1,7 Charcas 27:
2/1/1620) Y desde 1621 (Mayo) la reducción de San Juan Bautista de
Tubichaminí tenía doctrinero que era fray Juan de Ibárraga. Al regresar a esa
reducción algo más tarde encontró sólo 50 indios de los 300, para reunirlos a la
doctrina. (Arch. Gral. Ind. V Charcas 147). En 1622 los visitó el obispo para
confirmar a los bautizados, pero por causa de una peste se habían dispersado en
los campos, (ib. 28 Charcas 139). Góngora en su recuento anotó 80 indios. 73
indias y 89 jóvenes. Y había una Iglesia recientemente construída. La atendían
los franciscanos. El testimonio del obispo es un poco negativo, cuando dice:
“gente cimarrona, muy bárbara; no tienen ni casas; pocos son cristianos.. .
huyen del trabajo...” (C. Bruno: Historia de la Iglesia Argentina. II, 1967 p.194).
En 1627 ya no tuvo doctrinero. Y era el tiempo en que los españoles se
apoderaban de los indios por la fuerza, aún los sacaban de las reducciones.
Según el Registro Estadístico de 1860 (I. p. 68) en 1640 se hizo de esa
reducción un Curato. En 1672 lo abandonaron los franciscanos que lo atendían
“por falta de sustento de los frayles” (Rev. Archivum VIII p. 212). Los indios se
habían sublevado en 1659, y por el momento había sólo 20 familias. Los
sublevados han hecho saqueos junto con algún grupo de serranos. (Deben
haberse entendido en su lengua). En 1674 se habla de tubichaminís cerca de
Luján y en 1675 un documento nombra al cacique Pedro Tubichaminí. Pienso
que ha sido el sucesor del que se conoció en 1582. A éste lo nombran como
cacique pampa. (J. M. Torre Revello: “Las encomiendas de los indios
Tubichaminí y Vilachichiz”: en Rev. Univ. Nac. de Córdoba 1958 Nº especial p.
231ss.). El Gobernador Martínez de Salazar los había trasladado a mejor sitio.
Allí los atendía el Padre Jesuita Tomás Baeza (C. Bruno: Historia de la
Iglesia Argentina. II.p. 111).
En 1654 el Rey de España Felipe IV. pidió una relación individual de los
encomenderos: así hay listas de varios años, de 1673, 1677, 1682 y 1684. Cada
encomendero debía solicitar la confirmación real de su encomienda.
En 1693 hubo otra sublevación entre los indios reducidos del distrito de
Buenos Aires. Muchos se retiraron a las Sierras del Sur de la provincia de
Buenos Aires. Pero allí volvieron a buscarlos. El 17 de setiembre de 1705 se
agregó a la encomienda al cacique Mayupulquiyá “cazado” con “un corto
número de indios en la Sierra de Tandil para que cuidasen de su enseñanza y
conversión”. Ciertamente los indios no lo entendieron así. Y este atropello sería
causa de varias reacciones, porque Mayupulquiyá era muy apreciado en la
pampa.
La reducción no prosperaba, sino más bien se iba disolviéndo. En 1737
quedaron sólo sus vestigios. Algunos indios siguieron trabajando en las
estancias.
(Etimología: Tubichaminí: “Jefe chico”. El sobrenombre se ha hecho
nombre. Quedipén o Quenguipén fue quizás Quengui pan- (gui) puma del
pajonal.
[F. Outcs: Los Quenrandíes. 1879. 204 pag. Mercedes de Tierras, Archivo
de la Prov. de Buenos Aires, La Plata 1979, nombra los españoles vecinos ].
(Rodolfo Casamiqula en un artículo de 1995 p. 23 dice de Tubichaminí que estaba
encomendado a Moran juntamente con indios serranos sujtos al cac. Colcol, que 1683 aparece
sindicado como querandí)
TUCA GÜE, 1582, cac. pampa, que vivía 16 leguas al sur de Buenos Aires.Estaba
con el grupo de los tubichaminí (F.Outes: Una luz sobre los querandíes, 1897, 204 pag.)
Nombra un cac. Tucagüé “alzado” ETIMOL: Tuca o Teca: cereal autóctono; güé: lugar de
TUCA LAO, 1859, cac. pampa. En agosto de ese año visitó al Cnel. A López
Osornio con varios indios y le decía: Yo era hermano de su amigo Pedro López (Memorias
manuscritas p. 47)
TUCAPEL, siglo XVI, cac. araucano de la costa, compañero de Caupolicán; gran
guerrero que resistía a los españoles invasores. Una ciudad perpetúa su nombre en Chile.
TUCUMAN ver Tacumán 1828
TUCUMAS, 1574, cac. comechingón de Tucuma Lobas, Mogotes, Córdoba;
encomendado de L. Correa (Montes p. 73)
TUGUA CANE 1582,cac. de origen guaraní; fue asentado y encomendado por Juan
de Garay en el Distrito de Buenos Aires a merced de Gerónimo Muñoz.
TUGUELIGUA, 1600, cac. pampa en Cunumijaias, cerca de Buenos Aires
(Cabrera: Los Araucanos en territorio argentino; en Acta del XXVº Congr. Americ. 1934 I.
p.99), procedente de la nación Susca.
TUGULIGUA, 1598, cac. principal de nación Suscay; fue encomendado con todos
sus caciques e indios por Hernandarias Saavedra al Capitán Víctor Casco de Mendoza en el
Distrito de Buenos Aires.(Los dos asientos deben ser del mismo cacique.
TULIAN, 1607, cac. comechingón de Ayan Pitin, Olahen, Córdoba; encomendado
de Soria (Montes p. 84)
TULON CHUCUTIVA, 1598, cac. comechingón de Cusi Navira, Tulian, Córdoba;
ncomendado de Suárez (Montes p. 57)
TULTI NAURE, 1573, cac. comechingón de Gualavyra, Calamochita, Córdoba;
ecomendado de Yrobi (Monts 79)
TULTINA NAVIRA, 1586, cac. comechingón de Gusa Pocora, Sierra de Córdoba
TULÚN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Tulun Guleta, Calamochita,
Córdoba; encomendado de Chavez
TUMIN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Tanin Sacat, en Chocho Cona
Hal, Córdoba, encomendado de Pérez (Montes p.60)
TUMI ÑA o Tumuná, 1833, cac. ranquel que fue atacado por las tropas
expedicionarias de Rosas en Choele Choel. El anotó en su diario, el día 16 de Julio de 1833,
que han sido destruías las tolderías de los caciues Lupo, Painé..y Tumiñá. Painé fue tomado
preso, los demás escaparon . ETIMOL: Tumü: pata de Náncú : Aguilucho
TUMUI LEMUI, 1776, cac. pampa ranquel del “Monte”. Era hermano del cac.
Curru Huillí. En su censo, Diego de las Casas anota para él a 6 indios de escolta, 6 toldos y 4
pozos (De Angelis IV p. 584) Vivía en Metrenquel.
TUMU TUMUS, 1582, cac. querandí del Distrito de Buenos Aires; encomendado
por el repartimiento de Juan de Garay.. (ver Tanix)
TUNGUN QUICH, 1585, cacique comechingón principal; encomendado a Mitre
(Montes 1956 )
TUNUN, 1598, cac. comechingón de Tumun o Vili sacate, Córdoba; encomendado
de Peralta (Montes p. 61)
TUNUN GUINACA, 1577 cac. comechingón de Chinchil, Puchun, Córdoba;
encomendado de Coria (Montes p.68)
TUNU YÁN, DON MELCHOR, 1723, huarpe o quechua “amigo”, según Canals
Frau (Anales Inst. Etnog. Americ., Mendoza 1942 p. 70) Vivía en Corocorto (Mendoza, Dep.
La Paz) Tuvo el nombre del Río Tunuyán.
TUQUI NÁN, 1833, cac. pampa. Su tribu fue destruída por los expedicionarios de
Rosas. En su síntesis o relato de la expedición de 1833, Rosas lo nombra entre los prisioneros.
(AGN. X. 27-5-3) Diario p. 185
TUQI NAO,1870, capitanejo Ranquel, según el libro de Lucio V. Mansilla ed. 1890
p. 574).
TURÁ, 1875, capitanejo salinero, que firmó también el gran proyecto de paz
(AEM doc. 1232)
TUR CÓ, 1787, capitanejo pehuenche; figura en la lista del cac. Roco del Río
Diamante (Arch. Mend. Doc.37)
TUREU LIPE,1655, cac. arucano chileno, amigo del cac. Clentarú. Cayó en
cautividad en el asalto del Fuerte Arauco. Por intermedio del Padre Valdivia fue liberado
(Gay: Documentos 1876 II 265 y 277) ETIMOL: Lipe: Pluma del Tureu: Churrete.
TURECU NAO, 1726, cac. araucano que en el año 1726 asistió al parlamento de
paz en Negrete.
TUREÚ LLANCA, 1751, cac. araucano que fue visitado el 14 de diciembre de ese
año por el Padre Bernardo Haevstadt en Rhuemu (Chile)
TUREU PÁN, 1797, cac. pehuenche que había participado en la Guerra Pehuenche
y asistió en los parlamentos que sellaron la paz. (Arch. Mend.)
TUREU PICHÚN o Tereu Pichún, 1751, cac. pehuenche al que encontró y visitó el
misionero P. Bernardo Haevstadt en su viaje a la Cordillera neuquina. Estuvo con el cac ,
Mariantú (Haevstadt: Chilidungu – Diario 1892 p. 912)
TURIGAINA, 1553, cac. araucano de Lebu de Lucone (El nombre debe ser
deformado)
TURUÍN ver Curruín
TURUN CHARABA, 1575, cac. comechingón de Turun Sacat, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 73)
TURU ÑÄN, 1806, cac. ranquel que llegó a Buenos Aires, acompañando al cac.
Epumer. Allí ofrecieron la ayuda de los indios en contra de los ingleses invasores. Decían que
tenín 2800 hombres. 1810 lo halló el Cnel. Pedro A. García en Salinas Grandes. Turuñán
participó en el parlamento de paz. Ya era viejo, dice García en su Diario. Su lanza era de 6
varas que lucía hermosas plumas en el gollete. Turuñán era padre del cac. Topa Lauquen. A la
muerte de ese hubo gran justicia de brujas (Diario de García en De Angelis III. 1910 p. 226,
228, 289)
ETIMOL: Tureu Ñancú: churrete y aguilucho (Moesbach y Meyer Ruusca
TUXAM PÁN, 1863, cac. tehuelche que asistió al parlamento de paz en Carmen de
Patagones junto con el cac. Benito Chingoleo (Arch. Mitre XXIV p. 100)
TUISCAN, 1594, cac. comechingón de Cayton, Río VºProv. De Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 78)

UAIS´HO, 1867 cac. tehuelche del Valle de Chubut, hermano del cacique
Chiquichán. En septiembre de ese año llegó a Buenos Aires en representación de su hermano
con 6 indios más para solicitar su racionamiento que esperaban recibir por la Colonia Galesa
(Juan Raone: Tratados de paz con los indios del sur , 1977 p. 86).
UATONTA, 1596, cac. huarpe en Ñartac (Mendoza)
UBIQUIAN o Ucequián, 1593, cac. mendocino que residía en Canscari (Morales
Guiñazú: Población Indígena p. 13) Su hijo se llamaba Aymagua y su hermanastro Lincao.
Vivían junto al cac. Payllamay (Arch, Mend.)
UCACHA, Diego, 1707, cac. “manso” en Tegua, Río Cuarto (pampa) Ese año fue
interrogado por la muerte del estanciero Garay y la sublevación del cac. Liquid y de otros
pampas. 1727 fue asesinado su tío Chincha (A.Vítulo: Historia de Río Cuarto p. 46) en
Sauces (Córdoba) 1751 fue propuesto para integrar la Reducción del Espinillo, junto con
Goico. Morcoyán, Setetián, Viucho y Colcolyán (Pablo Cabrera: Tesoros del Pasado 1927, I.
p.54) Diego Julio Ludueña de la localidad de Ucacha escribió un pequeño libro sobr este
cacique 2001.
UCAMANI, 1688, cac. tehuelche del sur argentino ( ver Gumelto)
UCUMANI, 1879, uno de los últimos caciques tehuelches (Federico Escalada: El
Complejo tehuelche 1949 p. 310).
UCUMALE, 1560, cac. mendocino de Tupungato (Chaca : Breve Historria de
Mendoza 1961)
UCULMÁN o Ulcamán, 1804, cac. pehuenche que visitó entonces al Gobernador
de Mendoza y de nuevo en 1806 acompañado de otros caciques (Arch. Mend.).
UCHA, Don Juan, 1688, cac. huarpe de San Juan; encomendado de Juan Gregorio
Morales (Arch Mend.)
UCHIMBO, 1573, cac. comechingón de Nilange Sacat, Quilino, Córdoba;
encomendado de Castañeda (Montes p. 49)
UDALEVI, 1664, cac. araucano de Purén (Chile). 1663 fue nombrado toqui
general, después de la muerte del cacique Colicheuque. Él nombró como cacique 2º al cac.
Calvu ñancú. En un encuentro con las fuerzas españoles, al mando del Capitán Lara, fue
muerto y también unos cien de sus indos fueron sacrificados.(Gay: Historia III 1874 p. 229)
Le sucedió el cac. Ayllacuriche.
UDALEBI, Ramón, 1782, cacique costino que participó del parlamento del 12 de
diciembre de 1782 en Santiago con O´Higgins

UDAL MAN
UDAL MAN, 1872,. cacique generalmente considerado como picunche del
Neuquén; pero era de origen pehuenche de Chile. Vino a la zona de Neuquén, traído quizás
por los estancieros chilenos para cuidarles las ‘veranadas´,y los campos que ocupaban al este
de la Cordillera tal como los caciques Vilú y Caepí. Más tarde se incorporó a la liga del
cacique Purrán.
Udaldmán vivía en Traico Malal y tenía unos 70 indios de lanza en la margen norte
del Río Curileo (Negro). Una legua más al oeste vivía el cacique Viló con 40 indios y más al
sur el capitanejo Lincó y una legua más allá el cacique Caepí con otros 80 (Memoria del Min.
de Guerra, 1877, p. 476 y 579).
La primera noticia de Udalmán la tenemos del Cnel. Manuel J. Olascoaga, quien
hizo estudios y cartografía en Chile y escribió entre sus libros, uno anónimo o bajo el
seudónimo Mapuche en 1899 donde dice que el General M. Bulnes ha estado a lo menos en
1868 y 1877 con el cac. Purrán en Pinares. En la junta que se reunió estaban los caciques
Rowan, Udalmán, Cheuquel y otros, de cuya junta salieron emisarios a los caciques ranqueles
de la Pampa, a Baigorrita, Epumer y Cayupán que mantenían tratados de paz con el gobierno
argentino, instándolos a nombre del General Bulnes (chileno) que no respetaran a las
autoridades argentinas, en razón que era Chile que gobernaba a todos los indios, a cuyo
mérito hubo un parlamento en Poitahue entre los ranqueles para contestar a los emisarios
presididos por el cac. Meliqueo del Neuquén. Aquí está plantado el gran problema de
Udalmán y sus conaturales en la Cordillera.
Ya desde 1872 Udalmán era noticia en la Argentina. Olascoaga dice que Bulnes a lo
menos en 1868 y 1877 ha estado con Purrán en Pinares. El 1° de enero de 1872 hubo en
Angol (Chile) una importante concurrencia de caciques y el comandante general hizo un
convenio con los caciques picunches: con Purrán. Huenten, Huenchulao, Vilú, Curaleo y
Caepí. Aunque Udalmán no es nombrado en el documento que se envió por intermedio del
consulado argentino en Chile a Buenos Aires, opino que no ha sido ajeno al tratado o
convenio de paz. cuyo texto he transcripto en la biografía de Purrán. Las tribus pehuenches de
ultra cordillera debían reconocer al gobierno chileno como fiel amigo con el que mantendrían
buenas relaciones y protegerían vidas y haciendas de los chilenos residentes al otro lado de la
Cordillera. Este documento llegó a manos del gobierno argentino con el que Chile mantenía
cierta tirantez por cuestiones de límites en las Cordilleras. El gobierno argentino dispuso
entonces convocar, a su vez, a los caciques pehuenches y picunches a un parlamento de paz
en San Rafael. a fin de presentarles un tratado por el cual reconocerían la soberanía argentina.
La duda entre los indios a quién obedecer, era una cuestión vieja, si pensamos en la Guerra
Pehuenche del siglo XVIII en la que los pehuenches de Malalhué fueron apoyados por tropas
mendocinas y los de Malbarco y del Neuquén en general por tropas chilenas.
El 27 de Agosto de 1872, el jefe de la frontera sur de Mendoza, coronel Ignacio M.
Segovia, en representación del gobierno nacional, firmó un tratado de paz con los
representantes de los caciques pehuenches que vivían en las Barrancas y de este lado del río
Neuquén: con los caciques Caepí. Tranamán. Udalmán, Millalén y Cheuquel, por el cual
recibirían sueldos y raciones. Ante todo debían mantener la paz con el Gobierno y Pueblo de
la República Argentina y este se comprometía a protegerlos y respetar sus tierras y
residencias. Udalmán figura en el documento con dos capitanejos: Manuel Barros y Pablo
Manque (doc. 43. Carpeta 123 del Archivo de Mendoza).
El 14 de Diciembre de 1872 se convocó a nuevo parlamento a los caciques Juan
Millán, Udalmán y a Juan A. Terrada y Vilo. También acudió a la cita el cacique Cheuquel,
hermano de Purrán con su escolta. (AEM: 11.2.73) Entonces se ratificó el tratado de paz,
firmado pocos meses antes.
No obstante estos compromisos, Udalmán y sus indios fueron atacados, el 22 de
Diciembre de 1873, por una pequeña expedición que dirigió el comandante Saturnino Torres,
uno de cuyos partes decía que Udalmán había hecho una invasión en Coihuecó, provincia de
Mendoza: 350 indios a las órdenes del cacique Udalmán lucharon durante cinco horas contra
los 35 Guardias Nacionales de Torres. En el combate murieron 60 indios y también el capitán
Paez (AEM: 24.12.73)
Un mes más tarde, el 13 de Enero de 1874, fue denunciado otra invasión. Dos días
antes Udalmán había invadido Río Grande. En la represión murieron 7 indios y un cacique
(AEM).
Llegó la conquista del deierto.
La Conquista del Desierto penetró en su territorio en 1878. Al año siguiente la
frontera debía haber sido adelantada hasta el Río Negro y Neuquén, previa “limpieza” del
territorio a recorrer. Las tropas mendocinas tenían a su cargo esas operaciones en el sur de
Mendoza y al norte de Neuquén.
Del primer choque fue protagonista el teniente coronel L. Tejedor. El 18 de
Noviembre de 1878, al atacar las tribus de Udalmán y Millahuán, 120 indios pelearon por
detener el Regimiento 7º de Caballería y 50 paisanos voluntarios (que venían a robar a los
indios). El combate se produjo en Salina Natumo, cerca del Río Negro. (AEM. Doc. 1355).
Murieron 20 indios y se tomó prisioneros al cacique Juan Viló y a su hermano. (El
Constitucional, periódico de Mendoza. 5.12.78 p.2). El mismo año los expedicionarios
desalojaron a los salineros y a los ranqueles de sus tierras pampeanas. Algunos lograron huir a
las Cordilleras y fueron a refugiarse entre los pehuenches o picunches.
La IVa. División estaba al mando del teniente coronel Napoleón Uriburu, cuyo
recorrido salía de San Rafael, hasta Malargüe y el Neuquén. El 2 de Enero de 1879, partió el
comandante Rufino Ortega desde Malargüe (llamado entonces Arroyo del Alamito o Fuerte
San Martín AEM. doc. 8075). También él atacó al cacique Udalmán y a sus indios, el 9 de
Enero de 1879. Estos los rechazaron a pedradas y mataron al capitán Bru y a tres soldados. En
cambio el comandante Ortega apresó unos 35 indios y algunos hacendados chilenos, recogió
mucha hacienda de Udalmán, Tranamán y Millaluán (El Constitucional. Mendoza 4.2.79).
Esto suscitó una gran alarma entre los hacendados chilenos, que no sólo protestaron, sino que
manifestaron que eran argentinos. (Olascoaga, vol I..p. 114 y Universidad Nac. del Cuyo:
Centenario de la Campaña al Desierto, Mendoza, 1979. p. 88).
En este sentido el estanciero Francisco Méndez Urrejola comunicó al coronel
Taboada desde El Alamito. que habían hecho un parlamento con los caciques Udalmán,
Purrán, Chiquillán,. Zúñiga y Curaleo y con 160 mocetones en Cayanta (Depart. Minas. prov,
de Neuquén) para proponerles que renovaran el tratado de paz y comercio, reconociendo al
Gobierno la posesión de las tierras de los caciques y de los pequeños arrendatarios, y además
que fuesen invitados a otro parlamento en El Alamito. El Gobierno prometió garantías de vida
a los hacendados chilenos. A los indios se les contestó con la expedición del avance
definitivo de las fronteras y pronto marcharían las cinco divisiones al Sur.
El 5 de Mayo de 1879 la IVa. División llegó a la confluencia del Río Negro y
Neuquén y fundó allí el Fuerte IVa. División, que sería la base de la nueva población de
Chosmalal, que había sido la tierra preferida y querencia del cacique Purrán. Este, previsor, se
retiró más arriba, y según su ejemplo, siguieron también los indios de Udalmán, cuya toldería
estaba entonces en Piñín Mahuida.
Salían del nuevo Fuerte expediciones ligeras. El 8 de mayo atacaron los toldos de
Udalmán. Saturnino Torres, que era siempre el primero en atacar, regresó con 9 prisioneros
(Olascoaga II. p. 179) En otro combate apresaron al cacique Matemán, cerca del Arroyo Vuta
Leubo y luego lo mataron. (Olascoaga II p. 179)
Al retirarse los indios y pasar por la estancia de un canadiense, llamado Price (dice
el documento), éste y su peonada corrieron a los indios, quienes mataron al animoso
estanciero, mientas sus peones mataron al “bandolero” Ramón Sosa. (Olascoaga, II. p. 180)
El 6 de Septiembre de 1879, unos 500 indios coaligados por los caciques
Guayquillán, Udalmán y Zúñiga y capitanejos de Purrán intentaron asaltar el nuevo Fuerte
la IVa. División, con la intención de liberar a los prisioneros, que allí tenían; pero fueron
rechazados. (AEM Doc. 8122) En la acción murió un hermano del cacique Udalmán.
(Olascoaga, IV p. 176).
La situación de Udalmán se hizo insostenible, cuando el 25 de Enero de 1880 el
teniente coronel M. Rubial apresó al cacique gobernador F. Purrán en la confluencia del
río Lonquimay y el naciente Bío Bío. A consecuencia de ello sus indiadas huyeron a Chile
como los de Namuncurá , Reumay, Reuquecurá, Queupú y Zúñiga (Olascoaga IV p. 30)
Y ya no tenemos más noticias de este cacique.
(Etimologia Man [que]: Condor y udal (udan): apartado.
Espero que algún valiente mendocino investigue y nos demuestre la situación de los
descendientes de las familias pehuenches, cacicales o no, en la actualidad, como se hace
últimamente con los descendientes de las familias ranqueles en La Pampa. Talvez podemos
darles nuestra mano de amistad y reconciliación y prestarles la ayuda necesaria para que
puedan forjarse un porvenir en paz.
UIMINAY, Francisco, 1622, cac. hurpe del Valle de Tabalque,cerca de Mendoza.
(Quizás se llaba Cumi Nay que significa Buen amigo).
UISEL, 1867, capitanejo tehuelche del cac. Chiquichano, en el Valle del Río Chubut
ULAYONA, 1598, cac. comechingón de Anchulla, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vallicia (Montes p. 65)
ULI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vitigasta, Nondohua, Córdoba;
encomendado de Castañeda (Montes p. 52)
UILLI PÁN (Huillipán), 1879, capitanejo ranquel en Trarú Lauquén (Olascoaga II.
35 ) Era de los que huían de la Pampa central (Ver Huillipán)
ULLOA, 1836, capitanejo pampa de Tapalquén (Capdevilla: Historia de Tapalquén
vol p.127)
ULLUÁN, BARTOLOMÉ , 1862 capitanejo ranquel que estaba en Junín con el
resto de la tribu de Llanquelén, emparentado con el caciquillo Peinequeo. Al pasar la tribu de
Coliqueo para ubicarse en Los Toldos (Part. De Gral Viamonte) después de la batalla de
Pavón, incorporaron casi violentamente a ese grupo y los llevaron consigo al nuevo
destino.En 1869, al separarse el cac. Raninqueo y el caciquillo Tripailaf para ubicar la nueva
tribu en La Verde (Part. De 25 de Mayo), Bartolomé y sus familias los acompañaron (Hux:
Coliqueo, el Indio Amigo de los Toldos, ed. EUDEBA, 1980 p. 97-99) Pero por el gran malón
de Calfucurá en marzo de 1872, la tribu fue deshecha y apresada. Los Ulloa escaparon y
volvieron a la tribu de Coliqueo y en el ataque o en la batella de La Tapera de Dïaz, en
octubre de 1876 permanecieron entre los fieles defensores. Pero ya desde la distribución de
las Tierras donadas a Coliqueo y a su tribu, Peinequeo, pariente del cacique Coliqueo se sintió
postergado y empezó a pleitearlo para conseguir una parte de la tierra especialmente después
de la muerte del cacique principal. En 1880 Peinequeo y Ulluoa con sus familias se
trasladaron a Junín llevaron con ayuda de abogados su pleito al Juzgado de Mercedes durante
20 años, hasta que se murieron Coliqueo y también Peinequeo, en 1906. (Ver Peinequeo)
Su familia:
El capitanejo Bartolomé Ulluán (o Gómez por su padre, el capitanejo Gómez
Quiñehuán) y su madre era Manuela Calquín que murió en 1869) dejó descendencia tanto en
la Tribu de Los Toldos como en Junín. Bartolomé Ulluán se casó con Juana Ñauñan o
Uaniqueo, muerta en 1886 , dice una escritura de 1905)
- Su hija Benigna Ulluán, nac. en 1856. Sus hijos habidos con Nahuel Peinequeo
fueron: Fermín, Mercedes y Catalina Peinequeo.
Otra hija se llamaba Toribia Ulluán (1846- 1878) . Nació en Junín. Casó a Nahuel
Peinequeo (que figuraba como esposo de Benigna Ulluán) y aceptó sus hijos. Toribia tuvo a
Natalia nac. 1868 que está anotada en el libro de bautismos del misionero Pablo.E. Savino en
en Los Toldos (o Junín, pues misionó también allí) en1876 .
ULLU MAN, 1584, cac. comechingón de Moxeguasta, Mofingasta, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p. 69)
UL PAN, Don Miguel, siglo XVI, cac. comechingón (de “nación sauleta”); era hijo de
Felipe Caleyuta. (Cabrera: Aborígemes del Cuyo )
UL PAN, 1612, cac. puntano (michilingüe) de Malanchay, San Luis; encomendado de
Quevedo (Montes p. 78)
UL QUINQUE 1780, cac. tehuelhe del Puerto Deseado que informó a Viedma sobre
habitantes de la Cordillera.
ULTU CURACA, Don Sebastián, 1723, cac. huarpe de Coro Corto, Dep. La Paz,
Mendoza.
UMI GUANQUI, 1776, cac. pampa ranquel que fue censado por Diego de las Casas
(De Angelis IV. P. 585) ETIMOL: Huanque: avestruz
UNAI CHÉ, 1847, capitanejo pampa, sometido al cac. Calfucurá. Ese año estuvo en
Azul cumpliendo una misión en nombre del cacique. Las cuentas de proveedores lo anotan
también en 1848. 1851 estaba en la lista de los caciques y capitanejos obseuiados en Bahía
Blanca por orden de J.M.de Rosas. Era entonces cacique y sus capitanejos se llamaban Juan
José (Catrilef) y Güelimán. Tenía 150 lanzas y unos 450 de chusma (Allende: La Frontera y la
campaña del Estado de Buenos Aires, La Plata 1957 p. 65) En la Pampa hay un topónimo
homónimo (A. Vuletín: La Pampa,ed EUDEBA 1972 p. 201)
ETIMOL: Unai: bueno y valiente; che: gente
UNAI CHÉ, 1879, capitanejo pampa incorporado en el ejército expedicionario como
baqueano; desde el 26 de enero de 1879 con 70 indios amigos junto al Regimiento 6º
(Olascoaga II. P. 35. Los Unaiché se habían separado de Salinas Grandes después de la
muerte de Calfucurá en Junio de 1873.
La familia Unaiché tuvo presencia en la Tribu de Coliqueo: Los viejos eran Manuel
Unaiché cas. c. Juana Benita Caucau. Su hijo era Francisco Unaiché (alias Toledo o Coillil).
Otro era Juan Unaiché (alias Juan Toledo) nac. 1860 cas. c. Francisca Calucau o Calfiao y
Carmen Unaiché cas c. Andrés Balmaceda en Junín. Otro es Gerónimo Unaiché, capitanejo
pampa que se incorporó a la tribu de Pincén y luego de Tripailao (1877)
UNE QUEO, 1854, capitnejo boroga. Según una carta de Calfucurá, estaban por
invadir ese año los caciques Curruval, Unequeo y Curruqueo (AGN X. 18-10-6).
UNUNENGA, 1612, cac. araucano que asistió al parlamento de paz en Paicaví
(Chile)
UNGU ÑAN o Ungañan, 1833, cac. pampa que vivía sobre el Río Colorado y fue
perseguido por los expedicionarios de Rosas. En Julio de ese año, el Cnel. Francisco (Pancho)
Sosa y el Comandante Hernández con 200 soldados sorprendieron sus toldos. El cacique
logró escaparse; pero en un segundo ataque, el 16 de agosto, fue derrotado y muerto, como
también los caciques Millao y Pichiloncó (AGN S.V (antes) 26-5-5) y (AEM Nº 274)
UNO BILÚ (quizás Ina Vilú), 1670, cac. huilliche que vivía al norte del lago Nahuel
Huapí. Era amigo del misionero Padre Nicolás Mascardi y de los españoles (relato del Padre
Mascardi, 1670 p. 118, 120 y 130: RP. G.Furlong: Entre los Tehuelches de la Patagonia
1943)
UÑOL, 1819, cac. chileno que ya estaba actuando en la pampa argentina, primero
unido al cac. Pablo (Lepnopán), luego se unió a los Pîncheiras. 1819 robaron en Salto, él y
los indios de Millao, Clapil e Huincatrú (AGN S.VII Biedma 10-4-13)
1825 estuvo presente en el parlamento convocado por los hermanos Qyuela en
diciembre de ese año en Bahía Blanca. En la lista de los caciques es el sexto. El Cnel. Rauch
los atacó a esos caciques chilenos que se habían introducido en Curamalal y Epecuén. Los
atacó el 3 de enero de 1827. Uñol se escapó y se unió a la guerrilla de los hermanos Pincheira.
Tres veces atacaron a los borogas, chilenos realistas. (Ver Moya: Contribución a la historia de
Bragado p. 18)
UPA ÑÁN (prob. Epuñan), 1833, cac. puelche junto a Lepil y Payllarén . Sufrió por el
avance de Rosas en el Sur (AGN X. 27-5-5: 21.1.33)
URE NAMÓN, 1825, cac. chileno en la Argentina junto a Uñol, Pablo, Cañiullán y
Cañiuquir (AGN S,VII Biedma 10-4-14)
URQUIZA, 1864, capitanejo ranquel, sobrino de Namuncurá (AEM: 8.7.1877)
1864 invadió con 58 indios cerca de Río Cuarto y atacaron una tropa de carretas (AEM.
29.10.64) El Cnel Antonino Baigorria salió entonces para perseguirlos. Los atacó en
“Quebrachos” a 8 legus de Río Cuarto. (Alfredo Vítulo: Historia de Río IVº p. 163),
1871 el cac. Calfucurá pidió al Cnel. Murga regalos para él. (AEM. 19.1.71)
Durante la Conquista del Desierto en 1879 fue tomado prisionero por las tropas que
avanzaban al mando del Alferez J. M. Rivarola (Olascoaga II. P. 243)
URQUIZANO,1873, capitanejo del cac. Vicente Piseñ. Figura en el tratado de pas
(ver Pisén)
URRIQUEO, (Quizás Curriqueo)1869, cac. huilliche de la obediencia del cac
Namuncurá. En septiembre de 1878, cuando la Conquista del Desierto estaba en su última
fase en La Pampa, invadió a Venado Tuerto; pero fue batido y muerto por el Mayor Ruiz
(Olascoaga I. p.64) Sólo el capitanejo Liripín y su hijo se salvaron huyendo. ETIMOL:
Urre: amargo y queo: ser, es
USCUBA, 1590, cac, comechingón de Solin Sacat en Cauta Calo, Córdoba;
encomendado de Gallegos
USIL, 1573, cac. comechingón de Cin Sacat en Nunsacate, Córdoba; encomendado
de Tejeda (Montes p. 47)
USUSACAN, 1579, cac. comechingón de Ususu Pitín Tamahalón, Códoba;
encomendado de Tejeda (Montes p. 47)
UTA BLAME (quizás Vuta Blame) , llamado “El Exelso”, el Señor del Valle de
Elicura (Chil). 1612 tenía 70 años y había peleado ya 50 años contra los españoles. En el
Parlamento de Paicaví, en diciembre de 1612, al que asistieron 73 caciques, éste cacique
gobernador tuvo una actuación positiva. Pero Ancanamún salió de la reunión ofendido y
quiso matar a dos sacerdotes jesuítas españoles. Utablame trató calmar a su colega. La
respuesta de Ancanamún fue un terrible lanzaso que atravesó el pecho del anciano cacique
quien cayó desangrándose. También los sacerdotes Horacio y Martín fueron sacrificados a
pesar de que algunos caciques y conas los defendían. (Gay: Documentos 1876 II p. 284 y
Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 144-354.) A Utamblame sucedió su hijo Chenaede. Gay
completa el relato, enumerando quince caciques “que venían en traje de nesues, a modo de
sacerdotes suyos, con bonetes redondos en las cabezas y encima de las camisetas unas yerbas
(algas) de la mar que se llaman cochayuyos, colgando muchos por delante y por detrás, a
manera de borlas y dalmáticas, las cuales con insignias entre ellos de una superstición que
llaman regüetum. La usan solamente en paz y quietud que es la mayor señal que ellos pueden
darnos de ella”. (interesante nota)
UTARIQUE, 1749,según el Padre Ströbel era cacique tehuelche. (Ver: Mathias
Ströbel, Memoria sobre el estado de la Misión de los Pampas, 1749 ed en Rev. Estudios 1925
p. 54. O, su libro que tiene dos volúmenes)
URTILLO, 1786 – 1797, cac. reducido en San Luis (Casamiquela …. P. 99)
UTRAI LLAN (Huitraillán), 1863, cac. pehuenche que vivía a orillas del Arroyo
Chemehuín en Neuquén (según Guillermo Cox, “Viajes en las regiones septendrionales de la
Patagonia, 1862- 1863, en Rev. Anales NUCH p. 133 y El Elefante Blanco BA. 1999) Ese
mismo año estuvo en un parlamento del cacique Benito Chingoleo en Carmen de Patagones
(Arch. Mitre XXIV p. 100). Según A.M. Vignatti, tuvo que ver con la educación del futuro
cac. Sayhueque.
UTRAI NAO, , 1852, cac. salinero que figura en la lista de los obsequiados en Bahía
Blano por orden de Juan M. de Rosas en vísperas de la batalla de 3 de Febrero de Caseros.
UZEL, (o Wezel, Güisel), 1781, cac. huilliche o tehuelche. Basilio Villarino lo halló
cerca de la desembocadura del Río Colorado. Vino a verlo con 18 indios y con una tradutora.
Villarino, al año, exploró el Río Negro. Estando en Choele Choel, supo que el cacique Güisel,
proveniente del Río Colorado, se había instalado con sus toldos en un potrero a retaguardia, lo
que causó a los españoles no poca inquietud (Diario de Villarino de 1782 (ver Uisel)
VACAYA ACAN, 1579, cac. comechingón de Ylitin tuspi , Tamahalon, Córdoba;
encomendado de Velázquez
VACONA, 1573, cac. comechingón de Sin Vanacona, Nunsacate, Córdoba:
encomendado de Tejeda (Montes p.51)
VAGON CHARABA, 1583, cac. comechingón de Talamo Puchun, Córdoba;
encomenddo de Coria (Montes p. 72)
Valacta, 1590, cac. comechingón de Cuchi Corral, Córdoba; era hijo del cac. Ancalán
(G. Terrera 115)
VALDEBENITO, José (1809-1859) Hay una variedad de denominaciones como:
Benito Valdez, Valde Benitez. Era considerdo como caciquillo que vivía en 25 de Mayo. Era
también conocido como Mayor o Sargento Mayor Valdebenítez.
Había nacido en Chile, en la zona de Los Angeles. Es posible que sea un descendiente
de los Valde Venito: José, Pedro, Santiago , que se conocían en el siglo anterior como
capitanes de indios amigos entre los de Maquegua, en Chile. Tuvo sólo 16 años –decía-,
cuando los indios pincheirinos lo trajeron a la Argentina. Luego entró en contacto con los
jefes del ejército argentino en Tandil. Fue apreciado por su habilidad lingüística, “era ladino”
y también su mujer de apellido Ferreira.
En las Memorias del Excautivo Santiago Avendaño (ed. El Elefante Blanco 1999)
leemos que “con el cac. Venancio Coñuepan estuvieron otros chilenos:Francisco Yturra, José
Benítez Valdez y Domingo Castro, chilenos y Lucio Campos con el cac. Collinao. Estos se
constituyeron en pequeños reyezuelos de pueblos fronterizos y cometieron toda clase de
delitos con los habitantes. A más de adoptar una vida repugnante, el José B. Valdez se hizo
odioso por sus robos y aún perdió el prestigio entre los malhechores a los que había
favorecido”. Creo que es un juicio demasiado apasiondo.
En 1825, Rosas lo llamó al parlamento junto a la “China Tadea” por tratar el asunto de
las tierras de Tandil (Capdevilla: Pedro Ross y Belgrano, Tapalquén 1973 p. 35) Fue dado de
alto en la milicia de la Provincia de Buenos Aires. Rosas sabía premiar a las lanzas chilenas
con distinción (a lo menos, en esa época) y consiguió apartarlos de la influencia de los
Pincheira. El 22 de marzo de 1828 Rosas escribió una nota en Cerrillos, en la que decía que
buscaba ayuda para ubicar lugares de fortificación, por ejemplo los servicios del Indio
Lenguartaz Manuel Baldebenito, avecinado en la ciudad y la China, su mujer, ambos
cristianos de conducta ejemplar y crédito entre los pampas…que habría largas y penosas
conferencias para cumplir con el decreto del Presidente B. Rivadavia que propone fundar
fortificaciones 1º en la Laguna Curalafquén, 2º en la de Cruz de Guerra y 3º en Laguna del
Potroso (AGN Dr, Juan A. Farini; Legajo 17)
José Valdebenito (no Manuel que creo era una equivocación) fue dado de alto como
Teniente 2º de un escuadrón al mando del Cnel. Izquierdo, con asiento en Luján. El 18 del
año 1830, éste le consiguió el ascenso a Teniente 1º. Por no sé qué desacuerdo Valdebenito
pidió su separación.
El era indio y veía en que apuros iban a llevar a sus congéneres y compatriotas. Se fue
al Campamento de los borogas en Guaminí. Era amigo del Teniente Cnel. Pablo Millalicán, el
escribiente y lenguaraz de los caciques mayores y cobraba sueldos de la Provincia,
Durante la Expedición al Desierto (1833) participó en la vanguardia de Rosas. Luego
ha sido dado de alto en la Plana Mayor del Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Y desde
entonces su vida quedó comprometida con esa plaza fortificada.
Estuvo presente en el gran parlamento del Napostá que sería decisivo para el futuro
de los borogas (Ve Rondeao). Es probable que animó a esos caciques que cumpliesen las
duras exigencias de Juan Manuel de Rosas y expedisiesen contra los ranqueles y los
sobrevivientes del Asalto de Masallé (1834). Intervino también en el asunto de la entrega de
las cautivas de los ranqueles que Rosas encargó a los borogas.
En 1839 residía en el Fuerte de Cruz de Guerra; cultivó una pequeña estancia en el
Partido de 25 de Mayo. Era el alma del escuadrón “Mayo” y seguía siendo consejero de los
sobrevivientes de los borogas que se refugiaron al vecindario del Fuerte, de los que existe un
interesante censo.
En el año de la Revolución de los Libres del Sur que era el principio de la Campaña
de los unitarios, hubo en el pueblo una especial celebración en honor de Rosas. De ello
leemos en una carta del Cnel. V. González : “Hubo una formación de toda la guarnición de mi
accidental mando y vecinos de este punto, como igualmente los indios amigos, para felicitar a
S.E., nuestro Ilustrísimo Restaurador de las Leyes…Del mismo modo les hablé a los indios
amigos por medio del Lenguaraz José Baldebenito. Ellos han jurado que darán la última gota
de sangre por Don Juan Manuel de Rosas y que no conocen más pàdre que (a) él”.
La lanza de José Baldebenitez era temida; era un bravo guerrero y lo demostró en la
persecución de varios malones a la zona de 25 de Mayo. Siempre estaba unido a los borogas
de los caciques Rondeao y Caniullán, Siempre se mostró desafecto a Calfucurá y a sus indios.
Hubo hechos y casos que le han hecho una figura casi legendaria. El recurdo de esas luchas,
siempre desiguales en fuerzas, perduran en las tradiciones familiares y algunos se registraron
en las crónicas del pueblo 25 de Mayo. Yo conocí en Los Toldos, en la tribu de Coliqueo la
nieta de José Valdebeníto, cuando tenía más de 100 años; ella y su sobrino Don Pepe Cayún
se recordaron de las peleas del caciquillo José con los malones. Su casa estaba sitiada varias
veces.
El 12 de junio de 1840 un malón se llevó la caballada de los caciques Caniullán,
Guayquil , Ayudante Mayor Toribio Castro y el Capitán José Valdebenito; los alcanzaron
(Elogio al Tnte José Valdebenito en Crónoca de 25 de Mayo p.33) El 7 de septiembre de 1840
hubo un enfrentamiento en Laguna del Trigo, hoy Norberto de la Riestra contra unitarios del
Cnl. Pedro Oroña. Se puden leer datos ampliatorios en C.Grau: El Fuerte de 25 de Mayo en
Cruz de Guerra, La Plata 194l p. 197-199).
1846 participó en la expedición del entonces Sargento Mayor Eugenio del Busto en la
persecución de indios que regresaron de su invasión al Noreste de la Provincia de Buenos Aires.
Siguiendo sus rastros llegaron hasta las tolderías de Toay. He rescatado el diario que abarca los
meses Mayo a Junio de 1846 aun no publicado. En mi libro (Los Orígenes de Bragado, Brag. 1995
p. 88 ss) se reproduce una extensa carta del fundador de Bragado (Eug, del Busto) - noiembre de
1847 sobrevino un malón a “Mulitas” (nombre antiguo del lugar de 25 de Mayo). José
Baldebenito con su escuadrón Mayo y los indios amigos de los capitanejos Andrés y Lorenzo
(Gueray o) Coliqueo los persiguió por espacio de 16 leguas, hasta la laguna de Cabeza de Buey.
El 21 del mismo mes informó por intermedio de su escribiente Miguel Calderón al Comandante
del Fuerte (él dice fortín) Cruz de Guerra de 25 de Mayo, que había cumplido con su misión con
resultado feliz. El, sin embargo, debe haber sido empobrecido y saqueado por los invasores, como
se despende de la solicitud del Cnel. Francisco Yturra al Gobierno: pidió 250 vacas y 150 yeguas
para auxiliar a su suegro Baldebenito.(AGN X. 17-8-1) quien buscó entre los indios y encontró a
su hija que volvió a Chile a los Angeles. Ha perseguido a los indios 14 leguas y resultó su empeño.
LA FAMILIA DE VALDEBENITO:
Transcribo ese documento porque nos informa sobre varios lazos de parentesco:
Bahía Blanca, Setiembre 13 de 1847
Año 38 de la Libertad y 32 de la Independencia
Y 18 de la Confederación Argentina
Solicitar que si S.E. lo tiene a bien se le auxilie a su hermano político Don Miguel Seguel y Don Pedro
Isla (que han venido del Pueblo de los Ángeles en la República de Chile) con cuatro hombres de esta guarnición
para conducir el ganado y yeguada que voluntariamente les ha dado, con el objeto de socorrer a su suegra Dña.
Feliciana Baldebenitro.,
Exmo Señor.
Don Francisco Yturra, Sargento Mayor de la Plana Mayor de esta Guarnición, con el mayor respeto
tiene el honor de presentar ante la Superioridad De V. E. haciéndole presente: Que con motivo de hallarse en la
República de Chile, en el Pueblo de los Ángeles, la Señora Madre de su Esposa que lo es Doña Juana Seguel de
Yturra; y deseando su querida suegra Doña Feliciana Baldebenito saber de su hija querida (a quien perdió entre
los Indios, hace muchos años) , Comisionó a su hijo Miguel Seguel y a Don Pedro Isla, para que , pasando por
medio de los indios bárbaros vieren el modo de poder conseguir, llegar hasta donde se hallaba su querida hija
Juana, esto lo han conseguido, Exmo. Señor, pasando infinitos trabajos entre los Indios, con peligro de perder
sus vidas, hasta lograr el objeto que se habían propuesto; así es que , habiendo llegado a ete destino con
felicidad, el suplicante se ve en el caso de auxiliarlos para su regreso al Pueblo de su Origen, franqueando 250
vacas y 150 yeguas, para su regreso y auxilio de su suegra Doña Feliciana Baldebenito; y al efecto de dar
cumplimiento a esta su buena voluntad, por el aprecio que hace de la familia de su esposa; es que rendidamente
pide y suplica que teniendolo a bien V.E. se digne concederle el correspondient Pasaporte por la Policía,
cediendo cuatro hombres de esta Guarnición para que los acompañen y ayuden a conducir ese ganado y yeguada
hasta el lugar de su destino: de donde los cuatro hombres regresarán con su hermano político Don Miguel Seguel
quien les entregará en esta Guarnición al Señor Comandante en Jefe por todo lo que, a V.E. con el más humilde
respeto, pide y suplica se digne concederle la gracia que solicita a fin de llevar el objeto que se ha propuesto:
cuya gracia espera merecer de la benignidad de V. E., Exma. Señoría, Francisco Yturra. [AGN S.X 17-5-1]
El Tnte Cnel Comandante accidental del Fuerte Argentino,José Luis Palavecino concede el piquete el
14 de septiembre y el importe exigido [AGN S.X. 17-8-1] y también el Pasaporte.
La madre del Cnel. Francisco Yturra, es decir la esposa del cac. José Baldebenito era
hija del cac. Mariano Rondeao y se llamaba Josefa Llanqueivil o también Josefa Ferreira. Era
cristiana; había nacido en 1786 y murió en 1848. Ignacio Coliqueo de Los Toldos se decía
primo hermano de José Valdebenítez.
De este matrimonio conocemos como hijos: a Petrona Baldebenítez que se casó con el
capitanejo Ramón Cayún de la Tribu de Coliqueo (en Los Toldos BA); a Martiniano
Valdebenítez, alias Melillán, que actuó también en la tribu de Coliqueo y fue capitanejo del
cac. Raninqueo en 1869 y a Epullán o Maicuel y Juan José Baldebenitez (hijo), nacido en
1852.
DESPUÉS DE LA CAÍDA DE ROSAS
El Excautivo Santiago Avendaño dedica en sus Memorias en el último capítulo
(XII.pág. 335 ss) relatos sobre José Valdebenito. Lo conoció personalmente y en 25 de Mayo
vivían también sus padres y parientes.
La cita que reproduzco muestra como el lenguaje y los criterios pueden cambiar con
un cambio político, cuyos juicios apasionados pueden ser injustos o a lo menos exagerados.
“Después de la caída de Rosas en la batalla de Caseros (3 de Febrero de 1852) donde
intervino también José Valdebenito, la situación política se cambió radicalmente. Pero “el
Gral. Justo José de Urquiza, Director Provisorio de la Confederación Argentina, se mostró
pródigo, con Baldebenito, elevándole al rango de Sargento Mayor, salteando por encima de
otras escalas indispensables en la carrera de soldados. Rosas le había mantenido años con el
grado de Teniente 1º y fue sorprendente ver un bípedo con charretas sin más título que el de
ser cristiano renegado, asqueroso por su habilidad de vivir con varias mujeres juntas (indias,
por cierto), como cacique con sus primitivas costumbres.
“Este chileno inmoral acumuló una fortuna, no porque sus sueldos fuesen tan
crecidos, ni él era capaz de formarla con ellos; pero sí de sus correrías por los campos so
pretexto de tomar haciendas alzadas. Este perverso caudillo, desde la caída de Rosas, se
desenfrenó; fue puesto al frente de una meritoria tribu (la de Rondeao) de fieles indios….Se
formó una estancia cerca de la Cruz de Guerrta, a costa de los servicios de los indios y de
intereses de los vecinos.
“Nadie pudo hacer reclamos, ni si quiera censurar la osadía de los ladrones; se veía
en peligro de ser asesinado la misma noche, ya por el mismo chileno o por uno de sus
muchachos criminales.
“Se reclamó una vez al Juez de Paz, y éste contestó lo siguiente: ´Pero vaya usted y
véalo…´
“No se ha permitido a nadie que revisase el rodeo y sabemos que todos los días matan
vacas y yeguas ajenas con lo que mantiene ese número de bribones. Alguien se presentó al
Coronel (anciano Jefe) y este le contestó: ´¿Qué quiere que yo haga?”…
“En 1854 cambiaron las autoridades civiles y militares. Valdebenito se hizo más
mimado y se puso peor, entonado por la impunidad. Por lo menos fue el mismo de antes.
“Había un capitán Velez (Juan de Dios) chileno y compañero de aventuras de
Valdebenito, pero hombre juicioso y moderado. Ha sido un padre de familia honrado y buen
ciudadano…
Viendo las maldades que Valdebenito cometía… se hizo contrero y con él el Teniente
Cándido Loaiza…Finalmente Veliz se separó del servicio”
(Saltando un párrafo leemos:) “Había en 25 de Mayo un vazco español con casa de
negocio, habilitado por Valdebenito. Allí lo envenenaron a Cándido Loaiza, porque estando
borracho, habló mal de Valdebenito.
INTERVENCIÓN CONTRA EL INDIO CRISTO
“Quedaba a Valdebenito un enemigo más que le causaba fiebre, porque lo envidiaba
por el aprecio que de todos merecía y estaba resentido contra él.
En 1856, Valdebenito no pudo aguantar ya la sombra que le hacía, según le parecía,,
el benemérito indio Cristóbal Carrelang (llamado el Indio Cristo), quien mereció el aprecio de
todos por su valor y su fidelidad y moderación. Valdebenito lo difamó y se decía que
Valdebenito estaba enojado de los tres hermanos, denominados “Cristos” y también supo que
uno llamado Cristobal estaba en relación con Calfucurá”.
(NB. Estos acontecimientos los reseñé en el artículo “Los hermanos Cristo o
Carrelang en el libro Caciques Borogas y Araucanos, ed. El Elefante Blanco 2004 Bs.As
p.160-166 y aquí bajo su nombre)
Durante la guerra civil y el sitio de Buenos Aires les resultó difícil discernir con quien
afiliarse, especialmente porque los emisarios del Gral. Urquiza hacían fuerte proselitismo
entre los indios. En un principio los indios amigos de 25 de Mayo no querían participar con
Calfucurá en la consigna de establecer la Confederación Indígena. Pero cuando vieron como
el ejército de Mitre atacaba a los indios de Catriel y cuando supieron que los Coroneles Pedro
Rosas y Belgrano y Eugenio del Busto se habían separado de la política de Buenos Aires para
favorecer a la Confederación Argentina, siguieron el llamado de F. Olivencia y de Calfucurá,
sin levantar los toldos ni llevar a sus familias. Baigorria dijo más tarde: “que se sublevaron
porque se les hizo feo servir a los de Buenos Aires, cuando Rosas y Belgrano, H. Lagos y E.
del Busto estaban con la Confederación. Por eso se acercaron a Calfucurá. -
“Valdebenito avisó al Comandante de la Plaza que debía asegurar a los Crtistos"
(Avendaño continuó p.212-213) y este permitió que Cristóbal y sus hermanos fuesen sacados
de sus domicilios, los ranchos a orillas del pueblo 25 de Mayo, y puestos en prisión; matarlos
era imposible. Avanzada la noche iba con algunos indios jóvenes. Pero los buscados habían
desaparecido. Esto era lo que quería el caudillo, pues podía demostrar su relación con los
indios de afuera…
“Valdbenito arreó con todas las familias de los Indios Cristos. Los introdujo a la
Fortaleza en arresto. Se avisó al Gobierno. El Ministro de Gobierno aprobó la acción y
mandó que las chinas fuesen remitidas a la Capital. (Fueron repartidas) Fueron violadas. Los
que llegaron a Buenos Aires fueron atendidas en “maestranza”.
En los meses y años siguientes, los indios huídos de 25 de Mayo hacían todo lo
posible para recuperar a sus familias. Era cuando fueron a implorar la protección del cac.
Calfucurá. Buscaron, pues, a pesar suyo, el amparo del enemigo. (véase ese artículo sobre el
Indio Cristo)
Esto ocurrió durante la Guerra Civil entre la Confederación y el Estado de Buenos
Aires. La frontera de Buens Aires fue objeto de malones dirigidos por los agentes de la
Confederación; malones de ranqueles o malón de salineros.
La Tribuna del 17 de enero de 1854 y el Nacional del 3 de enero de 1854 hablan de un
importante malón. No tengo transcripta sus detalles. El mismo periódico. La Tribuna del 6 de
marzo de 1855 da cuenta de otro malón a 25 de Mayo, que fue rechazado por la intervención
de Valdebenito. El 2 de Junio de 1855, Valdebenito acompañó al Cnel. Laureano Díaz de
Bragado a la sorpresa contra la tribu de Cachul, mientras que el Gral Mitre atacó a la tribu de
Catriel. Ambos intentos fracasaron (ver biografía de Cachul y AGN X. 27-7-6) En 1856,
cuando se acercó otro malón ocurrió lo que acabé de contar : el atropello a la tribu del Indio
Cristo.
1858 El cac. José Valdebenito acompañó al Coronel porteño Emilio Mitre en su
expedición contra los ranqueles, pero debido a una gran sequía resultó un fracaso. Fue
ascndido en el acto a Sargento Mayor. Debido a su vaquía se salvó buna parte de la tropa (ver
la nota sobre Calvaiñ) José Valdebenito había salido enfermo y volvió más enfermo. El
domingo 6 de marzo de 1859 m u r i ó en 25 de Mayo. Sus restos fueron trasladados a la
iglesia de 25 de Mayo; más tarde, al cementerio viejo, donde el Consejo Deliberante de 25
de Mayo mandó levantar a su memoria un monumento. Lo reproduce A.González Roríguez
en su libro “Crónica Histórica de 25 de Mayo p. 42 y consultamos la nota del cura poeta,
Pbtro. Francisco Bibolino en el libro de defunciones Nº 307.
El Pare Bibolino compuso en 1859 un poema sobre la entrada del cacique Calfucurá a
su pueblo 25 de Mayo, después de una famosa conferencia que tuvo el cura con él al borde de
la laguna vecina que sigue llamándose aún Laguna del Cura. Allí le pidió al cacique que no
hiciera muertes en su pueblo. Y en la página 17 de ese poema impreso en 1884, dedicó un
recuerdo póstumo al cacique José Valdbenmítez, diciendo:
“Cacique Baldebenito “Martín Rondeao y Caniullán
y guapos capitanejos Teuque y Nahuel Mapú
hasta el cementerio en suplicante ademán
acompañaron los restos llamando a Vuicha Huentrú (Dios)
- Las muy piadosas chinas - Nuestro amigo Uaguimí
Para acompañamiento a su mejor caballo
Con los niños y las niñas degollar queriendo ahí
Fueron del campamento. En honor del finado”
- -Manuela, Juana y Rosa
arrojando sus añillos Estos versos se refieren al entierro
adentro de la gran fosa de Juan de Dios Veliz; pero describen
junto con los gemidos. Seguramente también la situación del
entierro del cacique José Baldebenítez.
VALDEBENÍTEZ, Benito , hijo del cac. José Valdebenítez cas. con Ana
Calderón. (No tengo más datos de él, que tendrían que buscarse entre los indios
amigos de Bragado)
VALDEBENÍTEZ CALDERÓN, Benito,1845, capitanejo de la tribu de
Melinao. Se radicaron en Bragado al fundarse ese Fuerte o pueblo. Pertenecía a la
nobleza araucana. Se casó con Agustina Coliqueo, la hija del cac. Ignacio Coliqueo de
Los Toldos (Prov. De Buenos Aires) El hermano se llamaba Ucal Calderón y es
probable que ese era el apellido de la madre de Benito y de Ucal.
VALERIANO, 1810, cac. pampa. El Cnel Pedro A. García lo encontró en
Salinas Grandes, en oportunidad de su expedición grande (ver su Diario en de Angelis
1835 T. III y EUDEBA 1974).
VANEL CHEO,, 1834, capitanejo boroga que por el malón y asalto de
Masallé fue apresado por Calfucurá (Cata a Urquiza del 1. XII de 1857 Arch. Urquiza
en AGN. S.VII)
VANTA VANTAN, 1579, cac. comechingón de Paga Lenta Halo, Tama Halo,
Córdoba; encomendado de Velázquez (Montes p. 72)
VARELA, Juan, En 1855 fue heredero del resto de la tribu de Juan Cachul.
En 1863, cac. pampa de Tapalquén. Unido a la tribu de Catriel, crecía en importancia,
cuando, en 1863, el Cnel. Ignacio Rivas quiso debilitar el poder de Catriel separando
de su jurisdicción a las parcialidades de Varela, Chipitruz y Manuel Grande. Varela
era el cacique principal de ese nuevo bloque. 1864 pidieron al Gobierno de la Comuna
de Azul la aprobación de una marca de hacienda, porque no sólo los indios les estaban
robando, sino más los “cristianos”. En ese entonces le obedecía también el cacique
Cachul. Varela solicitó por intermedio del Cnel. Juan Cornell la devolución de algunas
familias de Cachul, las que en la campaña de Mitre y Laureano Díaz en 1855 los
caciques Melinao y Rondeao les habían arrebatado. Se hizo la averiguación y de
Bragado como de 25 de Mayo vino la contestación que ninguna de esas familias
quería volver (AEM 29.5.68) El mismo Cnel. Juan Cornell, encargado de las
relaciones de los indios amigos, pidió ese mismo año al Inspector de Armas B. Názar,
de parte del principal cac. Juan Varela , para él el título honorario de Sargento Mayor
y para los capitanes Manuel Grande y J. Chipitruz, el título de Capitanes Honorarios.
Tenían así sueldos y recibían raciones para sus indios que servían en la frontera o
cuando los llamare el Comandante de Azul.
El primer cura párroco de Tapalquén, Pbtro. Daniel Urbani, escribió el 31 de
octubre de 1869 que, estando muy cerca de ese pueblo muchos toldos de indios
amigos, muchos de ellos, particularmente un tal cacique Varela, deseaban con bastante
empeño cristianar a sus hijos. Consultó pues al Sr. Obispo, si convenía administrarles
el bautismo .
Desconocemos la respuesta del Obispo; pero conocemos las objeciones que
dificultaron la administración de este sacramento a hijos de padres “infieles”, es decir
no bautizados.
Ramón Rafael Capdevilla en su libro “ Tapalqué en la historia” (vol. II 1965
p.69) afirma que el cacique Varela fue muerto en un duelo singular que sostuvo con
el poblador tapalquenense Dn. Eusebio Barraza. Lamento que no haya indicado ni la
fecha ni otro detalle. Debe haber sido antes que ocurriera el atropello de Mayo de
1871 en la batalla de la laguna de Burgos (Véase la nota biográfica de Cipriano
Catriel o de Chipitruz) Los sobrevivientes de la tribu de Juan Varela se refugiaron en
Salinas Grandes, poniéndose a las órdenes del cacique Jn. Calfucurá.
Sucesor de Juan Varela fue Pedro Varela Melín .
Isabel Varela (1853-1890 llamada “La Cautiva” dio al cacique Ignacio, cuando
ese tenía 73 años, una (última) hija, María Pilar Coliqueo (1869-1943) Esta se casó
con el estanciero vecino Modesto Medina. (La cantante de fama Pichimalén es una
descendiente de ella)
En la tribu de Coliqueo he establecido un frondoso árbol genealógico de uno
de los tres hijos del cac Varela .
I. Anacleto Varela II. Gumersindo Varela y III. Rosa Varela.
1.Anacleto Varela cas. c Indalecia Ayllapán
2. 7 hijos: Antonio – Isabel- Juana – Pilar – Cirilo –María y Magdalena
cas. con. Cayú c. c.Videla López Cayú Quevedo soltera
3.Antonio Varela 1932 y Zulema Angélica Cayú 1934
4 3 hijos: Clide Varela cc. N. Cambareri 2 hij. José y Miguel
Julia Varela 21,12.1955 cc. José Luis Rayú 1958 1 hij. Florencia Rayú
VARELA MELÍN, Pedro, cac. pampa, 1871, heredero del cac. Juan Varela,como ya
dije arriba. Llegó a ser cuñado del cac. Namuncurá en Salinas Grandes. 1875, el año de
las grandes decisiones y gestiones por un tratado de paz, Namuncurá le confió una gestión
diplomática ante el Cnel. P. Yturra en Bahía Blanca (Arch. Salesiano de Bahía Blanca
2.12.75)
VATANA, 1598, cac. comechingón de Tahene, valle Cantapes, Córdoba;
encomendado de Astudilla.
VAYO, 1596, cac. comechingón de Tocancich, Sierra de Taras, Córdoba,
encomendado de Maldonado (Montes p. 80)
VAYO, 1602, cac. comechingón de Guata Sigui, “nación Pasca”; encomendado de
Quevedo (Montes p. 78)
VECA, 1574 – 1588, cac. mendocino; encomendado de Alonso Reinoso, junto con el
cac. Lara (Verdaguer: Historia Eclesiática del Cuyo I. p. 73)
VECUTI, 1873, capitanejo pampa ranquel de la tribu de Vicente Piseñ (Ver V. Piseñ)
VENANCIO, 1817, cac. puelche de la zona de San Rafael (Mendoza). Acompañó
con 200 indios el ejército del Gral. San Martín en su campaña libertadora. (Periódico: El
Verdadero Amigo del País Nº 20, del 2 de marzo de 1832 San Rafael ) Yo anoto mi duda
si no se confundió con otro cac. Venancio.
VENANCIO, 1877, capitanejo ranquel de la lista de la tribu de Man. Baigorrita.
VENI NAM ver Huenu Ñancú
VEÑA (Hueña o Feña), 1834, capitanejo boroga que después del asalto de Masallé
quedó con el cac. Meligüer, Millalicán, el escribiente de los borogas, lo llama en una
carta “el gran Capitán Veña”. Y no conozco más datos de él.
VERA o BERA, 1865, cac. tehuelche, cacique principal entre los indios de más al
sur del Río Chubut. Desde tiempo venía a Carmen de Patagones a comerciar con los
cristianos. Algún tiempo se radicó en Valcheta. Estuvo presente en el parlamento de paz,
que hiciera el 15 de julio de 1863 Julián Murga con el cac. Chingoleo (AEM doc. 826)
El mismo hizo un tratado de paz, el 26 de agosto de 1867 en Camen de Patagones
(AEM doc. 826) El explorador del Chubut, Jorge Claraz, se llevó al capitanejo Vera en su
viaje por el Río Chubut en 1865/66, porque era baqueano y lenguaraz (Diario de Claraz
fue editado por Ed. Marymar B.A. 1988 . Contiene interesantes vocabularios del idioma
pampa y de araucano. M. Hux edito una biografía de este explorador .)
VERA, Rufino, 1880, cac. tehuelche de Santa Cruz. Lo conoció Francisco P. Moreno.
Lo trajo a La Plata, donde fue empleado del Museo (Rev. del Museo de La Plata VIII,
1898 p. 312) Tenía 45 años, cundo le scaron dos fotografías . Rufino Vera había sido
lenguaraz del cac. Inacayal, quien también acabó sus días en el Museo de La Plata. (ver
Inacayal)
Tengo una reproducción de un cacique tehuelche que falleció, según se afirma a la edad
de 152 años. Dibujo de A. Jonza, C. Rivadavia
VEYLO CURÁ, 1833, cac. pampa que fue atacado por la división del Gral. Angel
Pacheco en la zona de Choele Choel. En Julio cruzaron campos y ríos helados para atacar
su toldería. Los partes son horrorosos y me repugna incluirlos ( ver Lupyl y Schoo Lastra
El Indio del Desierto, primera ed. p.87)
VICENTE, 1798, cac. tehuelche, hermano del cacique Chegües. 1792 era ya casado
con una “mujer despejada y ladina, llamada Coyocha”, dice Elizalde, -la que ha sido
amiga del Piloto Peña. (Ratto, Hector: Actividades marítimas, Cádiz 1929p. 188). Tenía
una agraciada hija de nombre Mariquita.
Vicente vino a bordo diciendo que un Cristo (Crucifijo) le había hablado. Y en su
nombre pidió algo para fumar y un poco de harina. Le acompañó en la circunstancia el
cac. Conoria y un tal Capón. (Elizalde…Extractos, p.18. Fco. Gonzales: en su viaje a pie
de Puerto Deseado hasta Río Negro en 1798 fue acompañado por el cac. Vicente y sus
guías indios y con su tribu (49 toldos) desde el 20 de agosto hasta el 12 de diciembre.
(González escribió su Diario ed por Vignati 1965 por Acad. Hist. Nac p. 30 y nota 3 p. 53)
En una ceremonia María actuó como sacerdotisa y dirigía a la tribu en ese rito. Hablaba
también en español y alababa a Cristo.
En 1817 fue muerto por un desertor que vivía en la tribu de Chicoleo y también fue
herido su hijo.
VICNTE, Cacique teche. 1830 estuvo en un parlamento con Chocorí y Reynán, en
total 32 caciques con el Comandante Rodríguez en Bahía Blanca (Jorge Fernández: El
Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827-1831) en Rev. Ntra Historia
Nº 49/50 Bs.As. 2000)
VICENTE, 1845, cac. tehuelche, fue quizas un descendiente del cac. Vicente
anteriormente nombrado. Se conoció también como Vicente Yaques. 1845 llegó a Azul,
como tantos otros caciques que Pedro Rosas y Belgran obsequiaba en nombre del
Gobernador Rosas para mantener la paz, mientras estaba ocupado en la Guerra Civil. El
también recibió raciones. 1852 es nombrado junto con otros caciques tehuelches, entre
ellos Antonio, Guachi y Chivi (AGN X. 18-4-8: 9.7.52) Algún tiempo estuvo en San
Gregorio (Arch. Azul 1845). En la lista de los caciques obsequiados en Bahá Blanca en
vísperas de la batalla de Caseros figura un Vicente “del cac. Inaiqueñ”. Este puede ser
otro. 1865 los caciques entraron en un tratado de paz con el Gobierno nacional (con
Mitre) los caciques del Sur: Antonio, Chiquichán (de Santa Cruz), Vicente Yaques, Ynahel
y Crimé (AEM doc. 538 del 12.8.67 y doc. 826 y 1423) Ch. Musters habla de un cacique
Jackerman o Jackechán, puede ser Vicente Yaques
VICTORIANO, cac. puelche ranquel, hermano de Quinteleo y Epumer. Un
documento afirma que han sido hijos del cac. Lorenzo Calpisquis. En 1810 vivían entre la
Laguna Salinas Grandes y Santa Isabel, al Norte de Salinas Grandes. Epumer vvía en
Cruz de Guerra (Fuerte 25 de Mayo (desde 1827) y Quinteleo hacia el Río Colorado. Los
tres visitaron al Cnel. Pedro A. García, cuando en 1810 hizo su expedición a Las Salinas
Grandes. En su Diario (publ. por De Angelis III 1910) caracteriza a Victoriano como
veraz y fiel amigo. Y a Quinteleo como hombre de entendimiento.
1820 Victoriano estaba en Chile, actuando con el Cnel. Pico en la Guarra a Merte.
Este lo mandó con 600 indios y una patrulla chilena a las tolderías de los pehuenches del
lado argentino. No conozco detalles de esa actuación. Al fin de esa campaña, se radicó en
la Provincia de Mendoza. En 1823 un documento habla de triunfos suyos (en De Angelis
IV. 1910 p. 179)
En febrero de 1825, los caciques pampeanos, ante la constante inmigración de indios
chilenos en la Pampa, pidieron al Gobierno de Buenos Aires que convocara a los caciques
chilenos a un parlamento de paz, a Pablo, Coñuepán, Uñol, Caniullán, Cañiuquir,
Neculhueque y Chisca o “Victoriano”, como era hijo del famoso cac. Lorenzo
Calpisquis,quien hiciera las paces con los Virreyes (AGN VII. Biedma 10-4-14)
Aunque se hicieron parlamentos de paz, hubo nueva invasión de parte de indios
chilenos comprometidos cn los guerrilleros pincheirinos. Entonces el Gobierno encargó
al Cnel. Federico Rauch a perseguirlos; pero él hizo aún más atacando con el auxilio de
900 indios tehuelches a los pampeanos y demás tribus pacíficas en Curamalal y a lo largo
del camino chileno hacia Salinas Grandes. En su parte final afirmó Rauch que los
caciques Hipólito, Victoriano y Pablo (Lepnopán) habían pasado a los chilenos invasores.
Por otro lado, no me consta que Rauch haya alcanzado a estos indios, ni los haya
hostilizado como a otros. No obstante, allí en 1827 se me corta el hilo de las débiles
noticias sobre la vida de Victoriano.
VICOLA, 1598, cac. comechingón de Acagasta, Los Llanos, Córdoba;encomendado
de Vellica (Montes p. 65)
VIDAL, 1884, captanejo salinero que con Namuncurá se entregó en Ñorquin
VIEJO, 1781, Basilio Villarino en su segundo reonocimiento del Río Negro, se
encontró en Choele Choel con el cac. Viejo y el cac. Francisco.
“EL VIEJO” o JOSÉ (MELIN) BAIGORRIA, capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo .(Nació 1826 – muró 1893) , casado con Rosa Rinque (1829-1926 ) hija del cac.
Andrés Rinque de la tribu de Coliqueo con muy frondosa descendencia aún hoy presente
en la población de Los Toldos. Es posible que ese José Baigorria “El Viejo” haya sido
pariente del Cnel Manuel Baigorria. Rosa Rinque es la hermana de Paula Rinque, esposa
del cac. Francisco Piseñ
Sus hijos: l. Juana Melín Baigorria –(sus hijos Teodoro B.- Santiago Baig.– Arturo
Baig .- Juana Avelina Baig.) 2. María Baigorria cc. Colín, A.M. 3. Dionisio
Hermenegildo Baigorria 1899-1942 4. Rosa Melín Baigorria (Rinque) cas.c González y
con Isid. Huenchual. 5. Florentino Baigoria 6. Victoria Baigorria (1888-1968) 7.
Fortunato Baigorria 8. Eufemia Baigorria (1869-1918) (sus hijos Tito Baig. Rinque –
Máximo Baig. Rinque _Teresita Baig. Rinque 9. Paulina Baigorria (1874- 10. Manuel
Baigorria (1879 - 11. José Baigorria 12 Eugenia Baigorria etc.
VIEJA, 1782, cacica huilliche la que conoció el Capitán Villarino en su viaje de
exploración del Río Negro. Ella vino a verlo acompañada de la lenguaraza Teresa, -anota
Villarino en su diario. Había a la vez en la Isla Choele Choel un cacique llamado “Viejo”,
en buenas praderas. Villarino deseaba tomar posesión de esas tierras (De Angelis V. 1910
p. 515)
VILACHICHIS, Juan, o Velachichis, 1673, cac. pampa “en las cabezas de Luján”.
Pertenecía al grupo de los tubichaminí (Torre Revello: Las encomiendas de los
Tubichaminí y Vilachichiz, en RUNC 1958 p. 238 de Arch. Gral. Ind. 186 Charcas 103).
En 1673 figura en el padrón con 29 años, viudo con un hijo de 7 años.
Otro “Belachichí ayudó en 1744 a descubrir las Salinas Grandes. Ese descubrimiento
dio origen a las grandes expediciones en busca de sal y (algo más)(sic). (Carlos Grau:
Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata 1949 p.11)
VILCAY, 1830, cac. mayor de los pampas. A pesar de haber tenido cierta
importancia, tenemos solamente el dato de su exterminio. Pues, el Cnel. N. del Valle de
Tandil, salió ese año en abril a perseguir a indios maloneros (quizás cazadores). Y llegó a
la toldería de Chocorí, quien le aseguró que no había robado. Al otro día, cuando querían
visitarlo de nuevo, ya no estaba; había huído. Al regresar la tropa, hallaron los toldos de
los caciques Calfiao, Maycá, Petí y Cañiuante. Los hallaron reunidos y sus parlamentarios
decían que no habían robado ni querían pelear; que los dejaran en paz. Y para satisfacerlos
les dieron 200 vacas.
A los cinco días, los expedicionarios del Mayor Villalba, 90 hombres y algunos indios
amigos volvierom sobre la pista. Atacaron, el 30 de abril de 1830 la toldería del cacique
Vilcay y Llanquelén sobre el Arroyo Mayo Güelo. Estos se defendieron como pudieron,
incluso las mujeres. Los caciques principales Maycá, Petí y Cañiuante con un buen
contingente estaban ausentes (boleando avestruces). Así los atacaron y les mataron dos
caciques, un capitanejo y 140 indios y apresaron 80 “chinas”, 87 niños y 37 niñas. (AGN
X. 27-7-6) Así se preparó la Campaña de Rosas.
VILI NAVAN, 1598, cac. comechingón de Vita Gualata, Sierra de Vinachauche,
Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p. 80)
VILILTO, 1573, cac. comechingón de Chuap Sacat, Quilino. Córdoba; encomendado
de Cabrera (Montes p. 48)
VILÓ, José Dolores, 1872, capitanejo pehuenche; uno de los hermanos Vilú (trad.
Víboras)
VILÓ, Gregorio (Goyo) cac. pehuenche amigo. 1852 se presentó en el parlamento
convocado por el Capitán de Indios Amigos, Plácido Zeballos junto con el cacique Caepí
(Arch. Mendoza, doc. 15 y 16: 1852)
VILÓ, o Terrada y Viló, Juan Agustín, 1872, cac. pehuenche del sur de Mendoza, por
Malargüe, San Rafael y Las Barrancas. En Mayo de 1862 hubo allí un levantamiento por
malos y falsos anuncios del alferez Vallejos. Estaban arreando sus haciendas hacia el Río
Grande. (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 21)
1872, los terratenientes chilenos que tenían veraneadas y campos arrendados en la
zona de los pehuenches del Este de la Cordillera, consiguieron que los caciques bajaran a
Angol (Chile) para concertar un convenio de amistad y mutua ayuda con el Gral. Urrutia,
quien les prometió una gratificación mensual si se comprometían a proteger a los
hacendados chilenos en su lado. Firmaron el convenio el 1º de enero de 1872 o un poco
antes. Cuando el cónsul argentino, destacado en Chile, se había enterado de eso, dio aviso
( 1.1.72) al Gobernador argentino y de inmediato se trabajó para convocar a los mismos
caciques al Fuerte de San Rafel para hacer con ellos un tratado de paz, en el que
reconociesen la soberanía nacional sobre su territorio, prometiéndoles seguridades y
sueldos. (Ver lo diho en la nota biográfica de Caepí).
El 27 de agosto de 1872 se reunieron los caciques del Río Barrancas y de este lado
del Río Neuquén en San Rafael y firmaron el tratado, cuyas copias se hallan en el
Archivo del Estado Mayor (hoy tiene otro nombre) Son los documentos 1181 y 1182 y en
el Archivo de Mendoza: carp. 123 doc. 39 y 40) y poco después se hizo un idéntico
tratado con el cac. Purrán.
En el documento aparecen también los capitanejos Antonio Viló y Juan de Dios Viló.
El cac. Caepí, como cacique gobernador de los indios picunches, tendría el sueldo de 200
$; los otros Viló, 150 $ y otros algo menos según su rango. El tratado debía renovarse a
los cinco años. (infomación del periódico de Mendoza “El Constitucional”, al dar la
noticia, dice también que los chilenos les habían propuesto otras variantes.
En 1878 se les intimó a los caciques por el Comandante Saturnino Torres, que si no
firmaban el nuevo tratado, serían considerados enemigos. Era la hora de la Conquista del
Desierto en su última fase. Y ellos lo sabían. Como dieron largas al asunto, el Tnte. Cnel.
L. Tejedor dispuso que se atacasen las primeras y más próximas tolderías y luego él
mismo dirijió el segundo ataque, por el que tomó prisioneros al cac. Juan Agustín Terrada
y Vilú y a su hermano José Dolores. Mataron al cac. Millalén y 29 indios (AEM doc. 1355
y El Constitucional, Mendoza 5.12.78)
En 1879 avanzó la IVª División expedicionaria al mando del Tnt. Cnel. Napoleón
Uriburo, por el Sur de Mendoza hacia Neuquén. “Consideraron” a las tribus picunches
refractarios, mientras que políticamente respetaron a los estancieros chilenos; así era la
orden que el Gral. J.A. Roca le había dado. Antes que partieran de San Rafael, esos
estancieros por su cuenta habían convocado a los caciques a un parlamento en “El
Álamo” y luego mandaron un petitorio al Sr. Presidente Roca. Este dispuso que, habiendo
concluído la cuestión de límites con Chile y los estancieros se consideraban ciudadnos
argentinos, había que respetarlos.
La anciana Luisa Yanquinao o Viló contó aún en 1961 de lo que habían sufrido sus
antepasados Dn. J. Agustín Viló, quien estaba casado con Manuela Viló en Río Barrancas
(Curileo al Norte) y de José P. Yanquinao. Decía que el cacique Viló ha sido enterrado en
Chile (información de periódico “Los Andes” de San Rafael; 19.11..61 )
VILU CHE,1834, capitanejo boroga que, después del Asalto de Masallé caminó con
el cac. Meligüer a Salinas Grandes (AGN S.X. 24-8-6).
VILU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vilchi Sacate, Chocho, Cona Hal,
Córdoba; encomendado de Suárez
VILUMILLA, cac. Araucano, en 1722 toqui hasta su muerte, jefe de la sublevación
general contra los españoles. Era el Señor de Maquehua. Respetaba a los misioneros. Y
aún los avisó antes de que se produjera la sublevación para que se retirasen para que nadie
los molestara. 1726 se hizo la paz.
Cuando los misioneros franciscanos abrieron un colegio en Chillán destinado para la
educación de los hijos de caciques, Vilumilla decía que, para ser valeroso, sus hijos no
necesitaban saber leer ni escribir. Otro dia, en una bravata dijo que le gustaría jugar a la
chueca con la cabeza del Gobernador español. Vilamilla en general ha dejado un mal
recuerdo. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1972 p. 430 – 434 y Gay: Historia 1847 III p.
364) - Elegido en 1760 Antivilú (prob. Un hijo del Vilumilla) como toqui, no aceptó el
cargo y fue elegido Curiñancú (en 1760).
VILU MILLA, 1820, cac. de Maquehua que intervino también en la Guerra a Muerte
junto con su hermano Ancafilú, Loncofilú, Loncomilla y Painefilú. Era sobrino del
famoso cac Ancamilla (T. Guevara 1910 cap. VII) Jose Bengoa en “Historia del pueblo
mapuche” p. 105, hablando de los mapuches de Tolten, dice que los Vilú de Maquehua
poseían una historia que se remontaba a la llegada de los españoles.
VILLA CAVE, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista del P.
Donati , donada al Museo del Indio, Los Toldos)
VILLA FEI CHICO, 1875, capitanejo salinero, firmó el documento Nº 1232 de
AEM, el propuesto tratado de paz, como también Vicente Villa Guayquil y Villagüeque.
VILLA MAIN,1818, cac. amigo ranquel, que hizo en “El Arbol” un tratad de paz. En
La Carlota (Punta del Sauce) se decía amigo, pero sus indios siguieron robando
(Barrionuevo Imposti, Historia de Río Cuarto ,1980 I. p. 151)
VILLA MAIN, (prob. Villa Manque), 1882, cac. picunche o pehuenche austral,
pertenecía al grupo del cac. Queupú. Figura en los documentos de la Conquista militar del
Sur. Al iniciar la Campaña de los Andes, en Noviembre de 1882, se reunieron los caciques
Villamain, Reuqucurá, Namuncurá, Quepú y otros para determinar qué actutud iban a
asumir. Villamain, previendo las desgracias, propuso que se sometieran y que así
recibirían raciones del Gobierno. Casi lo mataron los caciques presentes. Después se alejó
de ellos y en secreto mandó un mensajero al Gral. Ortega pidiendo permiso para
presentarse con su gente. A los seis días de haberse iniciado la Campaña, en diciembre de
1882, Villamain se entregó con cien indios y varios capitanejos en Taleufú (Costas del
Llamuco) En febrero de 1883 los encontraron en Ñorquin los Padres Salesianos Milanesio
y Bouvoir. Allí les dieron catequesis y consiguieron bastantes conversiones. Lucharon
contra muchas dificultades; especialmente por su pobreza en que los hallaron y por el
carácter brutal del cacique que era un borrachón, dice uno de los misioneros en sus
recuerdos. Además el ambiente soldadesco no les era favorable. El Padre Milanesio tuvo
muchas conferencias con ellos en que les hablaba de Dios, aunque muhos le decían que
sus padres les habían enseñado de otra manera. (Boletin Salesiano, Turín Nov. de 1883 y
el Padre Pascual Paese en su libro Patirú Domingo 1964 p. 324) Enrique Mases sacó una
hermosa fotografía, las mujeres y niños sentado en el pasto y el cac. parado en uniforme
de marino parado frente el típico toldo (Vr tapa de Indios y Soldados, ed. El Elefante
Blanco 2002). Otra foto se sacó del cacique y su tribu, incluso con los salesiano
catequizantes (ib. y AGN Arch. Gráfico B. 114.926, B. 123.817 que lleva la leyenda “El
capitanejo Villamain con indios de Peleg”. En Mayo de 1884 Monseñor Espinosa visitó
también a esta tribu “rendida”. El día 8 bautizó a 13 indios y confirmó a 36 ya bautizados
y el día 12 bautizó al cacique y a 35 indios más. (Diario del Capellán de la Expedición de
1879 , Monsr. Mariano Antonio Espinosa Bs. As. 1939 p. 144 )
Addenda: Hay fotografías de los toldos de los indios de Villamain (toldos provisorias)
en Quilacheuquil sobre el arroyo Curá Culén (Neuquén) y la otra del cac. Villamain, su
familia y mujeres está expuesta en el Museo del Indio en Los Toldos.
ETIMOLOGÏA: Milla : oro y Mainque: Cóndor (de oro)
VILLA NAMÚN, Juan, 1870, capitanejo del cac. Cipriano Catriel en Azul. De él dice
G. del Valle en su libro “Recordando el Pasado” que ha sido un baqueano sagaz. Y que en
la batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de 1871, había provocado al cac.
Calfuquir a duelo individual y que finalmente le ha cortado la cabeza, la que llevó como
trofeo al cacique Cipriano Catriel. Este se lo habría devuelto diciendo :”Toma, penacho
para tu lanza”.
VILLAN HER, 1877, capitanejo de Namucurá. Éste pidió al Ministro de Guerra su
libertad, cuando lo tenía prisionero. ETIMOL: Zorro dorado
VILLA PÁN, 1826, capitanjo pampa o boroga, que se halló presente en el
parlamento del Arroyo Epecuén, primero en la lista de los capitanejos (AGN X 27-7-6)
VILLA HUEQUE (o Millahueque), 1859, capitanejo de Calfucurá en Salinas
Grandes. Lo recomendó al Gral. Urquiza (AGN S.VII 14-4-1)
VILLARREAL, Juan, 1872, capitanejo ranquel y lenguaraz del cac. Ramón Cabral.
Su mujer era hermana de la india Carmen que nombra Lucio V. Mansilla en su libro y
llegó a ser su comadre (Una Excursión a los Ranqueles ed 1890 p. 144) Villarreal se hizo
mérito durante las gestiones por un tratado de paz. Era amigo también de los Padres
franciscanos. En una carta, fechada en Carriló el 28 de febrero de 1871, le dice al Padre
Marcos Donati: “Querido Padre: Usted es el único a quien puedo dirigirme con más gusto
que a ningún otro, para decirle que medie con el Coronel, a fin de que no se interrumpan
las paces por la invasión de Peñaloza…” (Arch Convento franciscano en Río Cuarto doc.
173). El capitanejoVillarreal correspondió entre los primeros a la iniciativa del Padre
Donati, de establecer en el Fuerte Sarmiento un plantel misional (una Reducción
misionera). El 25 de Mayo de 1874 se integró allí con 250 indios. “Querían vivir
cristianamente”. Más tarde llegó también el capitanejo Linconao, hermano del cac.
Ramón, con 105 indios . Eran mansos y apreciados. Decían que no querían pelear. El
Padre Donati quiso ser su capellán (Recibió su nombramineto el 22 de sept. de 1874 y
fundó allí una escuela. Una señora enseñaba en la “Colonia Indígena”. Se sembraba los
campos y prosperaban como la Colonia de Villa Mercedes. El P. Donati fundó luego otra
reducción en “Tres de Febrero”. Pero la orden de militarizar a todos los indios, también
los de la Reducción y la marcha a la Conquista del Desierto, todo desbarató. A los
hombres los obligaron a marchar a la guerra a pelear contra sus propios hermanos. La
acción de los misioneros fue ridicularizada e inutilizada. (S. Zavarella: Pioneri
Franciscani nella Pampa, tesis en 1985 p. 144 ss). En 1880, el Padre M. Älvarez se quejó
de que los militares los restringían en su labor pastoral. En 1882, parte de los reducidos
fue trasladada a Victoria en la Pampa y en 1888, otra parte a General Acha. No sé cual ha
sido el final de la vida del capitanejo Juan Villarreal. (Lor. Massa: Historia e las Misiones
Salesianas de la Pampa vol. I. p. 178 y 290) José Carlos Depetris de Santa Rosa tiene
varios trabajos sobre colonias indígenas en La Pampa y traslado de los restos de (tribus)
ranquelinas a la Pampa Central en : Crónicas ranquelinas 1998 ss.
La familia está presente también ente los pobladores de la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos que se desprende del libro de bautismos del misionero Savino en 1876: Sinforosa
Villarreal nac. en Río IVº en 1856 cas. con Vicente Pedro, también nacido en Río IVº en
1850, “comerciante en la Tribu” presentó para el bautismo a su hijo Cayetano y la Sra.
Sinforosa.Su hijo se llamó Cayetano Villarreal.
VILLAVIEN, 1791, cac. auca que se hallaba “en las primeras Sierras” dice una nota
de Chascomús (AGN S.IX 29.3.1791)
VILLAVI ÑAM, 1774 cac. , hermano del cac. Cayumán,envió una propuesta a
través del cac. Carrupí: canjear a su hermano preso por cautivos comprados a los
pehuenches. Pero no la aceptaron (AGN IX 1-6-1: 22.9. 1774)
Villi ver huilli
VINCA-L, 1875, (Huinca nahuel), capitanejo salinero que firmó el gran proyecto de
tratado de paz. doc. 1232 de AEM.
VINCA MELINHER, (es Huinca Meli Gnerr) 1875, capitanejo salinero, firmo el
doc.1232 de AEM.
VINTICO, 1590, cac. comechingón de Vintico, Sierra de Calamuchita, Córdoba;
encomendado de Fonseca .
VIÑACA, 1573, cac. huarpe de Huanacache; estuvo con el cac. Tabalque;
encomendado de Lope de la Peña (J.T. Medina vol. XV)
VIÑOL es UÑOL
VIPICHITA, 1652, cc. puntano de Lolma (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 335)
VIPUEHITA, 1573, cac. al que llaman Solma de la Provincia de Conlara en el Valle
de Vera Cruz (J.T. Medina II. Dic. Inéditos 1959)
VISCALANXEN, 1778, cac. pampa de Chadilauquén, según el censo de Diego de las
Casas (De Angelis IV p. 584)
VITIE POLQUE, 1600, cac. comechingón de Doldelgues, Río Tercero, Córdoba;
encomendado de Ávila (Mntes p. 79)
VITULO, 1598, cac. comechingón de Ayapayo, Chulume, Córdoba; (Montes. p. 76 )
VITURRO, 1774, cac. ranquel, hijo del cac. Toroñam, apresado y deportado en
agosto de 1774. Estaba con el cac. Carrupí, desde el incidente. No quiso participar en el
malón ranquel. (AGN IX 1-6-1, p. 653- 656; 665-667; 6.1. 1775), pero los “hispano
criollos” atacaron las tolderías aliadas de Miguel Yati, Alequete, Calfignerr y Caullamán.
Los caciques lograron escapar..
En la Tribu de Coliqueo hay muchas familias Viturro, según los libros bautismales,
incluso entroncados en la descendencia de Coliqueo. Un ejemplo: Eusebia Coliqueo (!930
– 1994 ( de la línea de Chaima Coliqueo) estaba casada con Juan C. Viturro. Sus
hermanas ern Juana Aurora Coliqueo y María Micaela Coliqueo. – Alejando Viturro n.
1871 cc Paula Mendoza – Rosa Biturro nac. 1870 - Ramón Biturro n. 1877- Valentín
Biturro n. 1868 – su hija Isabel Biturro nac. 1889 - Venturo Biturro (1894-1977) –
Gregorio Bit, nac. 1901 – Julia Dionisia Benítez de Viturro 1915 - 2003 – Julio Celso
Viturro cas.c. Marta Lenzuain - María Julia, su hija n. 1971 y Martín Abel 1970
VIVANCO, Francisco, 1788, cac. pehuenche chileno que intervino en la Guerra
Pehuenche, acompañando a los pehuenches mendocinos de Malalhué. Con Pichintur y
Curilipí persiguió a Llanquetruz, a quien hallaron en el Paso de Villarrica y donde lo
victimaron el 16 de diciembre de 1788.
VUNÍN, 1851, capitanejo de Calfucurá. Fue obsequiado ese año en Bahía Blanca
(AGN X.20-10-4: 20.12.51)
VURIL, 1777, cac. chileno, principal de Puyehué (Lago Llanquihué) (Diario del R.P.
Benito Delgado, del 12 de octubre de 1777; fide R.Lagos: Colegio de Chillán, 1908
Barcelona ETIMOL: Vuri: a espaldas, detrás y la “l” (nahuel): tigre
VURE UPÁN, 1797, cac, pehuenche del grupo de Malalhué. Figura en la lista del
parlamento de paz 1797, al fin de la Guerra Pehuenche.
VUTA GNERR o Vuchaguir, 1792, cac. pehuenche de Río Bueno, sublevado
entonces. Había estado preso.
VUTA significa “el padre”, el “viejo” o el Grande – Pichi significa: el pequeño, el
joven , el hijo.
VUTA PICHÓN ,cac. araucano; fue sucesor del cac. Lientur. Fue herido en el asunto
de Alvarrada. Vuta Pichón sucedió en el cargo de Toqui al cac. Huenucalquín. Perdió su
vida en un combte en Elicura. En el momento se eligió como sucesor a Curante .
VUTA PIHCÚN, Niolás, 1751,cac. araucano que tenía entonces su propia capilla
cerca del Bío Bío. El Padre B. Haevstadt lo visitó allí el 4 de noviembre de ese año.
VUTA PISEÑ el padre de los Pincenes (ver Piseñ)
VUTRI ÑAN,1870, capitanejo pehuenche (vutril: un montón de)
Wa es como Hua o Gua We como Hue o Güe
WACHUL CO, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla
WALDEMÁN, 1879, cac. picunche. Fue atacado por la tropa de S. Torres, el 8 de
Mayo de 1879, río arriba del Neuquén (Olascoaga II p. 114)
WAFIL, 1883, capitanejo del cac. Namuncurá. El Tnte. Gorordo lo atacó el 1º de
febrero de ese año. Sánchez, J.: Efemérides Militares, nombra el encuentro para el 1º de
Febrero. Hubo muertos y prisioneros.
WEULÉN, 1879, cac. huilliche que conocemos por acciones militares en el Sur
WILLINER ver Huilligner
XAI MAN, (prob. Raimán) 1804, cac. de la nación peguelchu (AGN IX. Chascomús:
16.12. 04)
XARBA, 1573, cac. comechingón de Pus Cat Córdoba; encomendado de Cabrera
(Mont p.50)
XUMIA, 1564-1573, cac .puelche de Ulloalla, en el Valle del Diamante, Mendoza
(Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 336)

YABAC CITON, 1591, cac. comechingón de Siguna, Nondolma, Córdoba;


encomendado de Abreú (Montes p. 51)
YACABA QUEABA, 1573, cac. comechingón de Cami Cosquima, Valle Hermoso,
Córdoba; encomendado de Cabrera ( Montes p. 84)
YACALÍ, 1710, cac. pampa, nombrado en los Actas del Cabildo de San Luis, el 20 de
dic. De 1710. Unos vaqueros lo habían encontrado con mucha gente y decían que iban a
pelear a Yahatti.
YACALTA, 1573, cac. comechingón de Corcac. Principal de los indios poyas o Coro,
Córdoba; encomendado de Trejo (Montes p. 47)
YACIM, 1551, cac. mendocino que conoció al cac. Ayconta (Canals Frau: 1945 p.
130)
YACENA, 1573, cac. comechingón de Elug Sacat, Quilocito, Córdob; encomendado
de Cabrera (Montes p. 48)
YACSANDA,1594, cac. comechingón de Puchu Cuxi Munara, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Monforte p.79)
YACHI Charaba, 1573, cac. comechingón de Yasilis Auleta, Sierra de Calamochita,
Córdoba; encomendado de Montañez (Montes p. 81)
YACÓN, 1825, capitanjo pampa ranquel que asistió al parlamento de Lag. Guanaco
(AGN X. 27-7-6)
YAGUÁN,1827, cac. tehuelche que acompañó al Cnel. Federico Rauch en su
expedición a las Sierras de la Ventana y al camino chileno hasta Epecuén. Atacaron a
varias tribus, como informó luego Rauch (Ver cac. Negro)
YAGUAPANA, cac. principal de los indios poyas (J.Fernández y Casamiquela 1995
p.46

YAHATTI

YAHATTI, 1705, cacique pampa serrano. Fue probablemente el padre de


otros Ya-hatti que a continuación trataremos. En el Archivo de San Luis. en la
Carpeta Nº1 encontramos una primera noticia de él. Don Bernardo Ygosteguida
cuenta de una expedición contra los indios y la justifica diciendo: "Desde 1700
han entrado los indios pampas, han causado muertes de los troperos (vaqueros) a
los caciques que habitan en la Sierra de Sauatti, llamados Maiapilquia
(Mayupilqui-ya) y Yatti (Yahatti): son los agresores. Tienen amistad con los
indios aucas y han pasado de la otra parte de la Cordillera. Los pampas han
hecho algunos agravios a dichos caciques. Estos pidieron ayuda de la ciudad
para matar a los pampas. (El declarante agregó) que los troperos huyen de las
tolderías". Otro documento del Archivo de San Luis de 1705 dice que el
capitanejo Antequé pidió licencia (ayuda) para destruir a dos caciques agresores,
a Yahatti y Mayupilque. Por otro lado son éstos que fueron estimados
particularmente.
Mientras que los Padres Jesuítas fundaron (1703) por segunda vez la
Misión de Nahuel Huapí y establecieron una floreciente cristiandad entre
puelches y huilliches o huillipambos, los militares organizaron varias
expediciones. (Véase Actas Capitulares de San Luis: 1704 p.71: Actas
Capitulares de Buenos Aires 1704 y 1706 sobre "vaquías" y la expedición a
Salinas Grandes: 1707 la expedición de Silvestre Antonio Roxas, etc.).
El año 1707 fue fatal para Yahatti: porque, al ser muerto el explorador o
estanciero Antonio Herreras y Garay en la laguna Sayape (a 6 leguas de Villa
Mercedes, San Luis), las autoridades militares de Córdoba tomaron severas
represalias que, a su vez, suscitaron un gran revuelo entre los indios de la
pampa. Monseñor Pablo Cabrera da cuenta de una gran concentración de indios
serranos, puelches y guennaken de la guerra de Chile. (Revista Univ. de
Córdoba XIV. 1927. p.92) y relaciona la muerte de A. Herreras y Garay con el
hecho que el Maestre de Campo había aprehendido al muy querido cacique
Mayupulqui-yá y había afrentado al cacique Francisco, hermano del cacique
Andrés Liquid. El mismo año fue muerto también el misionero jesuita del Lago
Nahuel Huapí, el R. P. Felipe van der Meeren (alias Laguna. Cabrera: ib.p.64).
Además se persiguió en acción combinada a los caciques Yahatti, Callelián y
Eregereyán. como también a los caciques Morcoyán. Colocloyán. Catilmán y al
cacique Calayán del Diamante.
El mismo historiador, Mons. Pablo Cabrera nos narra el muy infeliz
proceso de Córdoba (que algún documento español sindicó como "una
quimera": (ver: Cabrera,Tesoros del Pasado Argentino, 1927 I. p. 101). En una
enérgica acción fueron apresados los principales caciques: Eregereyán. y sus
hijos. Milancoayán, Andrés Liquid y otros y fueron condenados sin proceso a
perpetua prisión. Un día fugaron hábilmente de la cárcel y buscaron asilo y
protección en el convento de los Padres Dominicos; apelaron, pues, al derecho
de asilo cristiano, junto al altar. Por garantías dadas a los Padres en favor de los
caciques, éstos volvieron a la cárcel. Pero pocos días después fueron muertos
"bárbaramente" en la cárcel. Les tiraron desde el techo trabucazos sin dejar uno
vivo. Casi al mismo tiempo fue atacada la tribu del cacique José Calelián y
fueron muertos todos los que se hallaban en la toldería. Ademas fue desterrado
en ese tiempo el gran cacique Cayupulquiyán.
Estos son hechos, que tenemos que contemplar, si queremos comprender
ciertas actitudes de los diferentes Yahatti, descendientes de aquel Yahatti de
1707 y que vamos a mencionar. En 1710 el cac. Canchal, puntano, fue acusado
de haber atacado la tropa de carretas de Francisco Quiroga (Arch S.Luis:
20.12.1710) En el testimonio del excautivo se dice que estaban en tren de
maloquear a Yahatti y Mayupilquiyá.
El historiador Marfany nos informa que, más tarde, se utilizó a los
caciques Mayupulquiyá y Yatti para establecer nuevas relaciones de paz con los
indios de la pampa (1716). Pero en muchos españoles de la Colonia prevalecía
el deseo de volver a las vaquías y volver "a robar a los indios". El Acuerdo del 9
de septiembre de 1716 decía textualmente: "que saliesen a las Salinas, porque se
da al mismo tiempo la providencia de inquirir y castigar los indios que se han
bajado a estas campañas".
Por otro lado, también en Chile se habían producido fuertes alzamientos
de los indios por crueldades cometidas por españoles, de manera que los Padres
Jesuítas tuvieron que desmantelar todas las misiones al sur del Río Bío Bío. Y
Nahuel Huapí fue destruida por tercera vez.
Finalmente, el exterminio de la tribu de Calelián, el ataque a la tribu del
cacique Bravo (Cacapol) en que murió este cacique y por otras expediciones
organizadas desde varios puntos del país, mantuvieron a los indios pampas en
permanente sublevación. (Consulté la documentación del Archivo de San Luis,
de Córdoba y de Buenos Aires, por ej. Acuerdos: II T. VIII. p.409.410 y 495).
(Etimología.: Ya-hatti: cacique alto [Cabrera]).

YAHATTI, José. 1740. cacique pampa serrano. Hijo del cacique Yatti o
Yahatti de 1707. De él tenemos más noticias porque estuvo en contacto con los
misioneros jesuítas.
Entre tales movimientos de exterminio y deculturación de la pampa, la
guerra contra el indio se había endurecido. No obstante y para la pacificación de
los indios, los Padres Jesuítas de Buenos Aires iniciaron su obra misional entre
los indios de las pampas al sur de Buenos Aires. Correspondían a la solicitud de
algunos caciques y recibieron la autorización en el Acuerdo del Cabildo de
Buenos Aires, el 9 de febrero de 1740. Ese mismo año, los Padres Manuel
Querini y Matías Strobel abrieron al sur del Salado la primera Misión
(Reducción), llamándola Misión de Nuestra Señora de la Concepción. El
cacique Yahatti fue uno de los fundadores que se integró con su gente, como
también los caciques Lorenzo Machado, José Acazuzo, Lorenzo Masiel y Pedro
Millán. En poco tiempo se les habían incorporado 340 indios. Pero la presencia
de soldados españoles y la actuación de varios Maestres de Campo
obstaculizaron esa acción de paz y evangelización.
El cacique José Yahatti pronto quiso cristianizarse, y también dos hijos
suyos fueron bautizados allí. En premio de la buena conducta, los misioneros
confirieron a José Yahatti el cargo y el bastón de "calpisqui". es decir de fiscal
de la Misión. En cambio, su hermano Felipe Yahatti, quien había trasladado
también algunos toldos del Volcán a la Misión de la Concepción, no se mostró
tan dispuesto a la conversión- dice el Padre Sanchez Labrador en su libro
“Paraguay Católico”, escrito en 1772: publicado en “Los indios Pampas,
Puelches y Patagones” por el P. G. Furlong, 1936, p.153-.
Según una carta del Teniente de Milicias Cristóbal Cabral, enviada el 2 de
noviembre de 1741 desde Sierra de Cairú, dirigida al Gobernador D. Miguel de
Salcedo, Cabral estaba empeñado en “pacificar” a los pampas y por ello mandó
a llamar al cacique Felipe Yahatti, quien se presentó con su hermano el cac.
José Yahatti. A éste lo mandó a Buenos Aires y al primero lo retuvo con los
indios de 15 toldos para que los secundaran en sus acciones de guerra,
especialmente para combatir al cacique Calelián (h). La documentación se halla
en el Archivo General de Indias en Sevilla.
El Gobernador de Buenos Aires se apresuró a comunicarle al Rey que la
Expedición del Tnte. Cristóbal Cabral con 500 hombres había logrado imponer
la paz, conforme a sus órdenes, (las que eran: "que los que no den motivo a
insultos: que los atraigan más por agasajos que por fuerza de armas y que se
guarden los pactos"). El Gobernador decía en esa carta del 20 de noviembre de
1741, que la paz se había concertado provisoriamente,"quedando en bajar para
su final conclusión, los principales caciques de la nueva Reducción de los Indios
Pampas... para arreglar la forma" (Arch. Gral. Ind. Secc. 5 Audiencias Charcas
221). En 1742 hubo una gran feria de ponchos y fiesta, al celebrar la paz.
El año siguiente, el mismo Gobernador concertó la paz con 20 caciques
en Cairú, la sierra de Azul, entre los cuales se hallaron los hermanos Yahatti. En
el proceso que se hiciera más tarde a los pampas (en 1752), Yahatti declaró que
los dos caciques habían abandonado la Misión, volviendo al Volcán, su habitat
ordinario. Pero consta por otros documentos que no han perdido el contacto
cordial con los sacerdotes. El Padre Sánchez Labrador cuenta que el cacique
Felipe Yahatti, yendo en comisión a Luján, fue apresado y condenado a
muerte a principio de 1748, (probablemente bajo la acusación de que había
tomado parte en algún malón). Tres hermanos de Yahatti y los caciques Marique
y Chuyuntuya fueron a Buenos Aires a hablar con los misioneros y después de
cuatro meses de prisión, los misioneros consiguieron su libertad. (Ver proceso
de 1752 y los relatos del P. Sánchez Labrador en Suárez García: Historia de
Lobería, 1940 p.44-46).El cac. Marique acompañó a los Padres Jesuitas a la
nueva Reducción “Nuestra Señora de Concepción” En su historia se cuenta
también como en 1750 los caciques se escandalizaron de las autoriddes en
Buenos Aires
José Yahatti, entre tanto, se había establecido a una legua del campo de la
Misión: cuando ocurrieron hechos violentos en la otra Misión, la de Nuestra
Señora del Pilar, en ocasión de la sublevación del cacique Nicolás Cangapol.
comúnmente conocido con el nombre de el cacique Bravo, como su padre
Cacapol. El Gobernador José de Andonaegui envió a expedicionar al Maestre de
Campo D. Lázaro Bernardo de Mendinueta a cargo de 150 soldados. Llevaba la
orden de que "todos los indios que viniesen de la Sierra, se pasasen a cuchillo,
porque no necesito (ni yo) ni el Rey en sus dominios perversos indios que no
obedecen a ambas Majestades" (Arch. Gral. Ind.).
De esto se informaron también los misioneros, pues, el Maestre de Campo
Mendinueta llegó a establecerse en la Misión de la Concepción. Allí hizo tomar
presos a dos o tres caciques menos sumisos y prohibió que se diese acceso
alguno a indios de afuera, "antes, que los pasasen por armas". "Llegó confiado a
la Misión el cacique José Yahatti, quien por su buen comportamiento en la otra
Reducción del Pilar obtuvo el bastón de Capitán o Corregidor de aquel pueblo.
Amaba a los Misioneros y dos hijos eran cristianos. Estaba (aún) a una legua de
la Misión. (Entonces) el Maestre del Campo, sabiéndolo, envió a un capitán
(Juan Blas Gago) y tropas a encontrarlo e informarse a qué venía.
"Los españoles le tenían aversión por cosas antiguas. Al llegar contra
órdenes, le dieron a entender que no venía de paz. Amenazaron a los indios con
que los acribillarían, sin dejar ni uno con vida. Se pusieron a la justa defensa.
(Los españoles) no necesitaron otro "Santiago" para acometerlos. Cargaron
sobre los indios indefensos: quitaron la vida a los grandes. sin dejar cuartel a las
infelices mujeres, de las cuales perecieron algunas a los filos de los alfanges con
los que les partían los pechos... A los demás con muchachos y muchachas
llevaron cautivos.
"El cacique Yahatti, desde que vio acercarse los españoles, clamó que
venía en paz y que le permitieran ir a ver al Maestre de Campo. Se entregó a los
españoles, seguro de su inocencia. Lleváronle a la Reducción, donde aún estaba
el Maestre de Campo. Lo aseguraron en un cepo, suponiéndolo culpable. Lo
sacaron sólo para necesidades de la naturaleza.
"En una de esas ocasiones huyó a la iglesia (de la Reducción).
Advirtiéronlo los valientes soldados españoles, y en tropel con todas sus armas
entraron a buscarlo, menos reverentes al lugar sagrado que un infiel que buscó
en él su asylo... El cacique Yahatti no se dio por seguro, sino agarrándose del
altar mayor, haciendo fuerza para que no lo llevasen.
"Aquí fue la barbaridad, que no se hiciera verosímil, a no haberse
ejecutado a la vista de dos sacerdotes misioneros y de mucho pueblo. Sacaron
los alfanges los soldados y a Yahatli, agarrado al altar, dieron tantas cuchilladas
que quedó mal herido y todo bañado en sangre. Los manteles del altar mismo, el
presbiterio y la puerta de la sacristía teñidas en sangre del infeliz Yahatti.- ¡Grita
la atrocidad irreverente e inhumana!
"Falto ya de fuerzas para mantenerse asido al altar el indio, le tiraron y lo
arrastraron los soldados, sacándolo por la sacristía al patio de la Casa de los
Misioneros. donde, echando el colmo de su maldad, le acabaron de quitar los
pocos alientos que le restaban de vida.
"Acudieron oyendo la gritería los Padres Juan Reus y Agustín Rodríguez,
misioneros nuevos (en el establecimiento): pero ya tarde y sin poder remediar
nada, ni administrar el sacramento al desdichado Yahatti".
Termina el Padre Sanchez, su relato diciendo: "A la profanación de esta
Reducción, siguió su total destrucción. (Mientras) que,. ejecutadas estas
muertes, volvieron los soldados a Buenos Aires con los cautivos, llenos de
gloria y fama militar. .." (Sánchez Labrador ib. p. 154).
Contrasta la información con la que se mandó a la Corona, totalmente
distinta a la que nos transmitió el Padre Jesuíta. El Maestre de Campo D.
Lázaro. B. de Mendinueta escribió el 13 de octubre de 1752, desde la Misión de
Concepción, al Gobernador Joseph de Andonaegui. diciéndole: "... Dos
caciques. Posmay e Ignacio vinieron a la Reducción diciendo que querían ser
cristianos. Luego mandé a reconocer sus toldos al Capitán Juan Blas Gago. Allí
llegó el cacique José Yati, quien tenía a 3 ó 4 leguas dos toldos: esperaba a otro
perverso. El Capitán le invitó a que arrimara sus toldos a la Reducción. Luego
vino a toda carrera y el Capitán entró en sospechas. Lo hice meter en el zepo (a
quien tengo intención chusear en el camino, porque sus maldades merecen eso y
mucho más...) Felipe es hermano del que tengo asegurado: por lo que V.M. le
parece, los llevaré conmigo a mi retirada, por convenir así al servicio de Dios y
del Rey".
Y para completar esta fraguada y mentida información, agregó la
contestación de Madrid del 22 de noviembre de 1753: "Se ha recibido
información, fines de octubre de 1752: Mendinueta envió presos a los más in-
quietos y avisa al Gobernador haber pasado a cuchillo al cacique Don Joseph
Yati con otros siete Indios..."(Arch. Gral. Ind. Secc. 5 Audiencias de Charcas
Leg. 221 y 163. reproducidos por Celia N. Priegue en “Patagonia Documental”,
Bahía Blanca N" 8 1982/83 con el título: "Nuevos aportes sobre dos caciques
tehuelches septentrionales de la provincia de Buenos Aires".

FELIPE Yahatti y su reacción


Fácilmente nos podemos imaginar que los indios de Yahatti, heridos en su
honor y su derecho, se hayan sublevado y combinado con otrás parcialidades.
En el proceso que se les levantó poco más tarde, un testigo declaró: ..."Por
orden del Gobernador los echaron y se fueron a los enemigos" (Arch. Gral. Ind.
58 y Charcas 229).
Y el Padre Sánchez Labrador dice en su historia (ob. cil. p.I56) "Felipe
Yahatti con 300 indios venía a vengar la muerte de su hermano en la Reducción
de los Pampas. El 13 de enero de 1753 invadió la Misión. Querían forzar la
iglesia, pero no lo lograron. Doce soldados y otros hacían mucho fuego sobre
ellos. Casi murió el cacique Felipe. Le sacaron la lanza de adentro. Un arcabuz
le iba a matar, pero no funcionó. Pero otros dos perecieron. Uno era (un) cacique
auca. Viendo (la tarea) difícil y mirando los muertos, abandonaron la Misión,
robando sin embargo toda la hacienda que eran unas 6.000 vacas.
"En la retirada, el cacique Bravo (Cangapol) se encontró con ellos: era su
enemigo. Entonces éste llevó una carga sobre ellos, mató bastantes y quitó el
arreo...-El cacique Yahatti fue herido: luego le mataron de muerte lenta, crudelí-
sima"(ib.p.l58). Esto ocurrió en eneo de 1753.
Felipe Yahatti que capitaneaba a los serranos junto con otros hermanos de
José Yahatti terminó así su campaña de venganza.
Miguel y Rafael Yahatti siguieron viviendo en sus tolderías del Cairú
(Sierra Chica) aún después de la destrucción de la Reducción, que la destruyeron el
23 de febrero de 1753 indios del cacique Bravo. Los "bravos" no se contentaron
con el saqueo del establecimiento, sino extendieron el malón hasta los pagos de
Magdalena. Salto y Arrecifes.
Las sucesivas entradas “punitivas” de los españoles han atacado más de una
vez a los indios de Yahatti, quitándoles familias y haciendas. Así , por ejemplo, el
21 de enero de 1756. Cinco años después derrotaron los indios tehuelches al cac.
Rafael Yahatti ( Correa Luna: Villa Luján, 1965 p.5)
El Sr. Carlos Moncaut averiguó que en 1777 Rafael Yahatti y su mujer María
Manuela se encontraron con el estanciero Clemente López de Osornio. Había
venido de su estancia “Las Víboras” para conversar con el cac. Rafael. Le trajeron
regalos. Los indios estaban pescando. Esta era otra manera de convivir con los
aborígenes.
De Miguel Yahatti averiguó que él con su suegro Alequete estaba de éste
lado del Salado, a cuatro leguas del paraje de las Barrancas, no muy distante de la
Guardia del Monte (4.8.74, Man. Pinazzo, Cañada de Escobar AGN IX 1-5-1 y 1-
4-4 p. 107)
Las sucesivas entradas punitivas de los españoles han atacado más de una
vez a los indios de Yahatti, quitándoles familias y haciendas. Así. por ejemplo, el
21 de enero de 1756. En 1777 fue muerto Don Miguel Yahatti
Tomás Yahatti, otro de la parentela, avisó el 11 de diciembre de 1777 a las
autoridades fronterizas que el cacique Güelegüete y sus indios de Culu Culu, había
avanzado sobre el cacique Miguel Yahatti. a quien han matado, como también a
otros dos hermanos. (Correspondencia de la Comandancia del Zanjón: AGN S.IX
1-5-9) Tomás Yatti tenía entonces sus toldos sobre el Arroyo de Víboras. En 1770,
el cacique Don Miguel Yahatti. "leal y constante", se conocía también con el
nombre ''Curriel" (que sería Curru Nahuel. probablemente de la parentela de los
Catriel). También en 1780 avisaron a los indios de Callfilqui que los españoles
estaban avanzando. (AGN 1779) Y en plena paz aprisionaron alguns indios de él.
La correspondencia de los fuertes de la frontera nos habla con cierta
frecuencia de los Yahatti nombrados y de otros Yahatti que comerciaban en Buenos
Aires.

Francisco de Viedma conoció en 1784 a otro José Yahatti que era baquiano y
"ladino", que quiere decir versado en varias lenguas. (De Angelis 1. p.457) El
Diario de Félix de Azara de 1796 (Reconocimiento de indios y fronteras, en De
Angelis VI, 1836 p.82) habla de un Miguel Yati Güé, al que conoció en
Chascomús, donde —decía— quería acabar sus días.
Ese cacique Miguel Yati junto con el cacique Miguel Landau (más larde en
Azul) se hicieron cargo de la Comandancia de Chascomús en Navidad de 1790.
El cac. Miguel Yahatti pidió allí el bautismo para él y su familia, es decir
para dos esposas, 5 hijos, 2 hermanos y un cuñado y otro. (Infome del Virrey
Arredondo (citado en Tabossi, Ricado: Historia de la Guardia de Luján 1969 p. 141
El Diario de Pedro Pavón: (Colecc. De Angelis IV 564ss) de 1772 nos da
buenas noticias de Tomás Yatti. Escribió, al descubrir su habitat y su toldería que:
“de a diez toldos se alternaban entre lomadas y lagunillas accidentadas, cerca del
Volcán. En Monte de los Huesos, al pie de una laguna grande, vino el cacique
Tomás Yati a hablarnos, quien nos dio unas cuantas reses de las que tenían..."
En 1778 Tomás Yahatti llevó cartas a la Guardia del Zanjón de Juan de la
Piedra desde Carmen de Patagones (R.Entraigas: Fuerte de Río Negro, 1960 p.37).
Con todas estas noticias espigadas de la vida de una familia cacical, tenemos
bastantes pruebas de su fidelidad hacia los nuevos pobladores de América y que
merecían mejor consideración.

YAHUABINA, 1704, cac. de la Cordillera del sur, al que visitarn los misioneros del Lago
Nahuel Huapí. El Padre Laguna (van der Meeren) lo llamaba “huillipambo”
YAL CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yalsacate, Punilla, Córdoba; encomendado
de Pérez (Montes 82)
YAL CHARABA, 1598, cac. comechingón de Cupil, Córdoba; encomendado de Navarrete
(Mont. 85)
YAL CHIMBO, 1573, cac. comechingón de Yal Sacat, Mondolma, Córdoba;
encomenddo de Tejeda (Montes p. 52)
YAL GA CHARABA, 1573, cac. comechingón, de Yal Sacat, Chocho Cona Hal,
Córdoba; encomendado de Pérez (Montes 62)
YALEP, 1750, cac. pehuenche que conoció el Padre Falkner (De Angelis I. p. 232)
El nombre es semejante a Ayelep que en el siglo XVIII era pariente de Cangapol.
YAL FUE, 1827, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en el Arroyo
Epecuén en abril de ese año (AGN X. 217-7-6)
YAL NAVAN, 1576, cac. comechingón de Yal Henen, Minas, Córdoba; encomendado de
Velázque (Montes p. 73)
YALIS, 1573, cac. comechingón de Quiloasa, Mar Chiquita, Córdoba; encomendado de
Villegas (Montes p. 91)
YALIN, 1573, cac. comechingón de Pira Imba Sacat, Río 2º, Córdoba; encomendado de
Villegas ( Montes p. 87)
YAMPI ver Llampi
YAMPILAO, 1833 o Yaipilao o Yanpilán, cac. pehuenche-ranquel de Ranquilcó,
Mendoza. En marzo de ese año fue sorprendido por los expedicionarios al mando del Gral.
Ruiz Hidobro. Logró escapar como también Llanquetruz (Diario de Rosas, ed. 1965, p. 71 y
144)
YAMPLIQUENTA, 1560, cac. mendocino, que vivía junto al cac. Guarinay (Chacha:
Breve Historia de Mendoza, 1961). 1581 estuvo asentado en Tupungato y en el Valle Uco. El
sembraba sus campos. (Arch. Mend.)
YAMQUINCHEN,1674, cac. “poya” del Nahuel Huapí. El Padre Mascardi narra que le
habían avisado que este cacique quería matarlo; pero en realidad vino por la doctrina.
YAMUR, 1861, capitanejo huilliche del cac. Benito Chingoleo en Carmen de Patagones.
YANA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yana Auleta, Córdoba; encomendado de
Montañez
YANA MINE, 1573, cac. comechingón principal de ocho pueblos, de Yana Mine,
Milauga Sacat, Córdoba; encomendado de Luna (Montes p.52)
YANCA ver Llanca por ej . Yancamil o Yanquelén
Yan puede ser Ñan por ej. Yancucheo es Ñancucheo
YANÉ, 1836, capitanejo del cac. Cañiuquir (boroga). Con él murió en el masacre del 26
de abril de 1836. (Ver Cañiuquir)
YANE CHIN, 1579, cac. comechingón de Hilegua Hen, Pinas, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 68).
YANFUL, 1833, capitnejo pampa que acompañó a Rosas en su expedición al Desierto.
Recibió como sueldo 930 $, más que el cac. Catriel
YANQUETA , quizas Cheuqueta, 1570, cac. mendocino. 1579 le sucedió el ac. Pileta.
(J.T. Medina II Doc. Ined. 1959, p. 463)
YANQUE PÍ, María, 1780, cacica pehuenche ranquel , hermana de los cac. Rayguán y
Raugapán.
YANQUI HUÉ, 1878, cac. pehuenche que vivía cerca de la laguna Carrilauquen, margen
izquierda del Río Barrancas, Mendoza. Su esposa se llamaba Mallín. El murió en la Guerra de la
Conquista.
YANQUI LLACAN, 1598, cac. comechingón de Soco Posopos, Valle Contpas, Córdoba;
encomendado de Astudillo (Montes 60)
YANTRÉ, cac. 1830, que asistió al parlamento de 30 caciques en Tandil (J.Fernández
2000, p. 18)
YAPA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Camibasa, Córdoba; encomendado de
Suárez (Montes p. 62)
YAPA MIS HOYBANA, 1573, cac. comechingón de Yapis Tocto, Riquehene, Córdoba;
encomendado de Jayme
Yapa Yolanca (quizás Tapallo Llanca), 1870, capitanejo de Calfucurá que condujo una
invasión a la Provinmcia de Córdoba y fue peleado el 7 de dicviembre de 1870. Peligró por eso
la paz firmada con los ranqueles. (AEM 7.12.70)
YAPEL CHE, 1750, cac. tehuelche, según escribe el Padre Falkner en sus recuerdos
YAPILIO, 1825, cac. pampa, que figura en primer lugar en la lista de los caciques que
han asistido al parlamento convocado por los hermanos Oyuela, el 13 de diciembre de 1825
(AGN X, 27-7-6)
YAQUES, Vicente ver cac. Vicente
YAQUILOY, 1620, cac. huilliche del Lago Nahuel Huapí. Vecino del cac Llaquilé (P.
Cabrera: Los araucanos en el territorio argentino; en Acta Congr. American. 1970 I. p. 103)
YAQUIN CHE, 1577, cac. coechingón de Cami basa, Córdoba; encomendado de
Espinosa (Montes 46)
YARAUM, 1883, capitanejo pehuenche en Salinas Gr., Oeste del Neuquén. Éste, junto
con el cac. Caén, fue apresado por las tropas expedicionarias del Gral. Ortega. Los llevó luego al
campo de concentración en el Rodeo del Medio (Mendoza) y allí fueron ultimados por sus
propios indios por sospechas que los habían traicionado. (Rusconi IV p. 371)
YARCETE,1707, cac. auca al sud de Malalhué
YATI ver YAHATTI
YAUPÍ, 1845, cac. y Gürcalafquén integraron una embajada del cac. Marihuán,
picunche, “anciano y juicioso” ante Calfucurá. Lo retaron (Avendaño S. Memoria del
Excautivo ) Era tío del cac. Juan Ignacio Paillalef. Éste confesó que el ganado robado en la
Argentna se vendía en Santa Bárbara, Los Ángeles, Nacimiento y San Carlos. Y que Zúñiga era
el gran comerciante. Se hizo un parlamento ante los reclamos del Gobierno Argentino en Agosto
de 1845 (Ver el caso del
cac. Guzmané. (Rojas Lagarde, Jorge 2004 p. 137 ss.)
YAUPILAF, 1833, cac. ranquel de Buta Ranquil. El 23 de marzo de ese año fue atacado
por los expedicionarios de Mendoza al mando del Cnel. Jorge Velasco. El cacique se hallaba con
800 hombres (Diario de Velazco, en Rev. Junta Est. Hist. de Mendoza V., 1937, p. 75-164)
YBAT, 1573, cac. comechingón de Alia Sacat, Córdoba; encomendado de Cabrera
(montes p.46)
YBIA CHARABA, 1573, 1579, cac. comechingón de Ibia Sacat , Lagoa San Roque,
Cordoba; encomendado de Yrobe Montes 89)
YBIS NAVIRA, 1579, cac. comechingón de Cuio, Río Cuarto, Córdoba; encomendado
de Mitre (Montes 78)
YBRA, 1573, cac. comechingón de Ibra Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes 48)
YBULIB HOYBANA, 1579, cac. comechingón deYbriligua henen, Pinas, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 68)
YCHILI CHARABA, 1594, cac. comechingón de Tiquin, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre
YEBUL, cac. araucano (fide Pavez 2002 p. 30)
YELULA, 1867, cac. tehuelche. En septiembre de ese año llegó con 6 caciques y
capitanejos tehuelches a Buenos Aires. Él representó al cac. Francisco, agregado a Chiquichán
YEMEHUECH, Thomás, 1747, cac. pampa que se había agregado a la Misión Jesuítica
de Nuestra Señora del Pilar en el Sur de la Provincia de Buenos Aires. Allí lo eligieron alferez
real. (doc. Biblioteca Nacional, según Lehmann Nitche 1923)
YEMÜLL ANTU, alias José María Yanquetruz, era el primer hijo del cacique José
María Llanquetruz (IIIº) y de Mashal o María Pill, que era de la zona del Bragado. Yemull Antu
tenía grado militar y sueldo. Murió en Carhué Guiyen (Chubut) el 9 de Julio de 1916. Había
nacido en 1835. Su sucesor fue Juan Llanquetruz en Blan Cuntre (Chubut)
YEMUUELL HAN Y EPULL HAN, 1833 caciques huilliches maloneros. En enero de
ese año los vieron y atacaron en Salinas Chicas,(al sur de Bahía Blanca) y el Arroyo Quequen.
Según confesión de prisioneros, venían con 100 indios y esperaban un refuerzo de los caciques
Chocorí y Cheuqueta para ir luego a atacar a indios enemigos, los borogas Cañiuquir, Melín y
Rondeao (AGN X. 27-5-5).
YEPELYE,1746, cac. serano, según el Padre Ströbel. Se había agregado a la segunda
Misión o Reducción de Nuestra Señora del Pilar y fue alcalde de la misma. El Padre Falkner lo
llama Yepelche. (Ströbel, 1746 p. 447 y Falkner, 774 p. 140. Ver Mayupilquiyá)
YESNANDO, 1834, cac. boroga; era yerno del cac. Cañiuquir. El 21 de enero de 1834 se
había agregado con 26 toldos (60 indios) al campamento de Guaminí. Había estado entre los
ranqueles. Sin embargo les aguardaban grandes penurias, como a los borogas en general (Ver
Rondeao y Cañiuquir).
YIUYARIC, 1658. (es llamado también Don Bartolomé). Importante
cacique puelche. Era dueño de extensas tierras en el sud mendocino, desde la
Laguna Grande hasta más allá del Payen. 1658 participó en una sublevación
general originada por malos tratos de los indios por parte de los españoles. Fue
tomado prisionero por el General M. Carbajal y Saravia en el Cuyo. En el proceso
se anotó que sus indios ni sabían el araucano ni el milcayac. En el acta del proceso
mendocino lo llaman también Yoyaric. Fue condenado a muerte porque había
sublevado a huarpes, puelches y pehuenches y hasta el cacique araucano
Tonaqueupú. Su hermano, el cacique Juanillo, quien sabía araucano, fue trasladado
a Chile para penar en una galera en Callao. En el Paso por la Cordillera se fugó y
volvió para planear otra invasión para el ano 1660; pero el teniente corregidor de
Mendoza,. Sargento Mayor Gonzalo Fernández de Lorca lo persiguió y lo mató
cerca de Mendoza. (R. Pastor: La Guerra con el Indio en la Jurisdicción de San
Luis. p.334). Se averiguó también el nombre del abuelo que era el cacique Rúa.
R. Casamiquela en su obra de 1969 (p. 111) cree que este cacique puelche
había de ser tehuelche septentrional (pampa de la Palagonia).
YLAQUILE, 1620, cac. huilliche del Lago Nahuel Huapí, Juan Fernández
lo nombra en su diario de viaje de 1621. (.. ) NB. No me recuerdo de dónde saqué
el dato y el nombrado diario
YNABALBURI, 1611, cac. araucano (Gay, Documentos II. 1876, p. 206)
YNAYGUNO, 1672, cac. 72, cac. araucano de la Prov. de Loico (Chile)
YOBA HUANQUILANO, 1573, cac. comechingón d Pulista Halo, Sacat,
Córdoba; encomendado de Mitre.
YOBATI NAVAN, 1576, cac, comechingón de Yobati henen, Sierra de Soto,
Córdob; encomenado de Velázquez (Montes p. 62)
YOCALU, Don Juan, 1576, cac. huarpe (llamado también Anacasta;
encomendado de Sánchez Molina (P.Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 338)
YOCOLI, 1802, cac de Tunumaya o Tulumaya
YOCOTA, 1573, cac. comechingón de Cinis Cate, Higuerita, Córdoba;
encomendado de Mejía (Montes p. 47)
YOCUNDA, 1574, cac. comechingón de Soconda. Altantina, Córdoba;
encomendado de Nieto ((Monte p. 71)
YOCUNDA CHARABA, 1575, cac. comechingón de Yocunda Sacat, Sierra
de Calamochita, Córdoba; encomendado de Martín (Montes 80)
YOFQUEIÑ, 1834, cac. boroga que en el Asalto de Masallé se sometió a
Calfucurá (Avendaño Santiago: Memorias del Excautivo ed. 1999 Bs.As.)
YOLA, 1573, cac. comechingón de Chana Sacat, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p. 47)
YOLOME, 1594, cac. comechingón de Toma Halon, hoy Chacras, Córdoba;;
encomendado de Nóbile (Montes p. 72)
YOLOMEN, 1576, cac. comechingón de Chemelan, Valle Salsacate,
Córdoba; encomendado de Velázquez (Montes 76)
YOLOMEN, 1576, cac. comechingón de Yalga henen, Min, Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes 70)
YOLONE, 1574, cac. comechingón de Canta Cola Halo, Campana,
Córdoba; encomendado de Nóbile (Monts 66)
YOMEONTA o Chome Onta, 1594, cac. puntano de Chulupte (S. Luis):
encomendado de Gregorio Morales de lbornoz (Arch. Mend)
YONGLISLE, 1829, cac. pehuenche comprometido con Neculmán y los
pincheirinos (Comando Gral del Ejército IV p. 200)
YONGO CHARABA, 1575, cac. comechingón de Yongo Navira,
Calamochita, Córdoba; encomendado de Villalba (Montes 81)
YONOS CALNA, 1573, cac. comechingón de Yonos Costin, Salsacate,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes 74)
YOSUANCHE, 1792, cac. pampa, junto a los caciques Guichulep y
Guenaquene, sobre el Arroyo de los Sauces (Lehmann Nitsche: Grupo liguuístico
“Het”,1923 Rev. Museo La Plata Nº27 .
YOUZON,1866, cac. tehuelche quien junto con el cac. Casimiro Biguá hizo
el tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires (AEM. Doc. 876: 5.7. 1866)
YOVAY MULAN, 1594, cac. comechingón de Tia Sacat, Valle Salsacate,
Córdoba; encomendado de Díaz (Montes p. 72)
YOYARRI, Bartolomé es Yoiaric
YOYO BILO, 1851, cac huilliche. Estuvo en el parlamento en Barrancas con los
picunches y prefirió vivir en paz y no ir a la guerra a Chile (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 15)
,,0YPACHI NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Camara Sacat, Los Quiscales,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 55)
YQUIL CHALQUILANA, 1573, cac. comechingón de Yatahalo. Panaholva, Córdoba;
encomendado de Lupo (Montes 73)
YQUIN CHARABA, 1581, cac. comechingón de Aminta, Anisacate, Córdoba;
encomendado de Hernández
YSI CHUCTANI, 1579, cac. comechingón de Semin Picha, Tamahalon, Córdoba;
encomendado de Uel.. (falta algo)
YTIZ HONO, 1573, cac. comechingón de Chulume, Río 3º, Córdoba: encomendado de
Fonseca ( )
YUAN GUAILO, 1857, cac. picunche del Sur de Mendoza. Ese año Jn. Calfucurá le
mandó por su hijo Pastor un mensaje y regalos (AGN S.VII. Urquiza Tom 130 p. 137)
YUCAN ANTU,cac. pampa ranquel, hermano del cac Caniupayún, como Ruiquilante
YU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yu Sacat, Norte de Quilius, Córdoba;
encomendado de Mejía (montes 52)
YUCA, 1582, cac. de la nación Chanás y por el repartimiento de Juan de Garay
encomendado de Pedro Sánchez de Luca, en el distrito de Buenos Aires (Tandix, Aurelio:
Reprtimiento de indios en 1582 en Rev. Museo Mitre Nº4)
YUCAMIL, 1847, cac. pehuenche
YUCLETA, alias Magüilta, 1600, cac. puntano de Siliguasi ( C. Rusconi IV )
YULUMÍN, 1575, cac. comechingón de Yulcemin Sacat, S:E: de Soto, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes p. 62)
YUMUL-ÁN (Llumulán) 1836, cac ranquel que promovió la invasión a Llanquelén en
Junín; pero esa vez fueron a Rojas (Avendaño S. Memorias del Excautivo ed.1999 El Elefante
Blanco )
YUMBA, 1598, cac. comechingón de Nondolma, Córdoba; encomendado de Ludueña
(Montes p. 49)
YÚNGULO, Don Juan, 1587, cac. comechingón de Guana en la Prov. Conlara (San Lis).
Fue visitado por el conquistador Francisco Villagra y lo obsequió con oro y cristales de beriles
(P. Cabrera y Strube Erdmán)
YUNARLO, 1594, cac. comechingón de Chila, Mojigasta, Córdoba; encomanddo de
Ardiles (Montes p.67)
YUPIL, 1865, capitanejo salinero del cac, Huenchugnerr (Arch. Mitre XXIV p.47)
YURE LÁN, 1826, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en Lag. De
Guanaco (AGN X. 27-7-6 : 20.12. 1826)
YUSCABEL, 1830, cac que participó en el parlamento de 1830 en Tandil (ver Chocorí)
YUTMA INCHITA, 1573, cac. comechingín de Yutma Sacat, Río Ceballos, Córdoba;
encomendado de Mejías (Montes p.89)
ZABALA, 1873, capitanmejo incrporado al servicio de la frontera en San Quilcó (Prov.
De Buenos Aires) Memoria del Ministerio de Guerra 1873 p. 583.
ZANQUIMÁN (prob. Yanqui Mán), 1879, capitanejo ranquel. Cayó también “bajo la
rueda de la Conquista del Desirto”. El 5 de enero de 1879, el Cnel. Freyre dio cuenta de su
apresamiento por sus tropas y con él apresaron a 19 indios de lanza y 52 de la chusma.
ZAPATA, Miguel, 1677 cac. de la encomienda de F.Díaz Barros en San Luis. Es
probable que lleve el apellido de otro encomendero ( Barrionuevo Imposti: Historia de Río
Cuarto Tom.I p.30 .1988 Río Cuarto)
ZELAO, 1863, caciquillo pampa del cac. Chipitruz en Tapalquén
ZELÍN o Celin), 1573, compañero del cac Tanga, era cacique de los llanos del Río de La
Plata. 1582 figura en el reaprtimiento de Juan de Garay en el Disrito de Buenos Aires, como
capitanejo del cac. Grande Quilasñanque (P. Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 66 )
ZORRO NEGRO ver cac. Negro o Calfi gnerr 1774 o Curru gnerr
ZOY HUY,Miguel (Quiori) 1818, capitanejo
ZULO NAURE, 1573, cac. comechingón de Gaule Naure, “camino de Cuyo”;
encomendado de Martínez.
ZUMUG HUEQUE o Sumin güeque, 1878, cac. huilliche, hermano del cac. Sayhueque..
1872 representó a su hermano en la junta parlamentaria para un tratado de paz y en 1875 lo
conoció el investigador Francisco P. Moreno en su toldería ( ver Sayhueque)

Z Ú Ñ I G A, José Antonio
ZUÑIGA, José Antonio (1802 – 1851), hijo del Capitán de (Indios) Amigos como su
abuelo, José Antonio en Valdivia, y José Zúñiga, hijo de José Antonio y su sobrino Fidel. Algún
autor chileno dice que Zúñiga padre era cacique con el nombre Alcapán, y que su hijo se llamaba
Neculpán. (Alcapán significa puma macho y Neculpán, puma ligero). Casi siempre es llamado
José Antonio Zúñiga. Era mestizo y cristiano y su madre cristiana también. Era india, pero de la
buena sociedad, de la cual recibió una buena educación. No es raro de que adoptara el hijo el
apellido de la madre, especialmente si era cristiana. Aun en nuestra zona los párrocos no
anotaban al padre si no era bautizado (o escribían en el libro de bautismo: hijo de padre infiel)
En Chile se casaban bastantes chicas de caciques con un jefe indio)
El principal abolengo de su apellido puede haber sido el Virrey Gaspar de Zúñiga que
trajo su apellido al Perú. El hijo del Marqués de Zúñiga ha sido misionero jesuíta y provincial de
esa orden. En 1686 abrió en Colihuaca, cerca de Rucachoroy (Neuquén) una Misión.
José Antonio Zúñiga era bautizado, sabía leer y escribir y tenía unos dotes de
diplomático, orador, comerciante y militar admirables; pero también un carácter tremendo, una
voluntad imponente y una facilidad de relacionarse con amigos y contrarios. Todo esto lo
sabemos por hechos puntuales de su vida que fueron registrados en sendos documentos y
archivados.
Era uno de los personajes más destacados y de gran influencia entre los indios araucanos,
ya por sus dotes personales, ya por sus cargos políticos de Capitán de (Indios) Amigos y luego de
1830, Comisario de Naciones, cargo que no dependían de los gobernadores de distritos sino del
gobierno central de Chile.

Hay muchos testimonios sobre él. Actuó en Chile y en la Argentina. En Chile era
considerado por muchos un héroe; en cambio en el Este de la Cordillera era considerado como
jefe de bandidos y de traficantes ilegales de hacienda de la Argentina.
La información principal la saqué de la monografía “Fray Querubín María Brancadori :
Documentos relativos a la Araucanía 1837 – 1852, editados por el Prof. Rolf Foerster por
Publicaciones del Archivo Franciscano, Santoiago de Chile 2006. Contienen diarios de ese
misionero de Arauco y cartas del mismo. Pero consulté también los libros de Ignacio
Domeyko:La Araucanía y sus habitants, Santiago 1844 y Tomás Guevara: Historia de la
Civilización de Araucanía ed. 1977 vol. II.
En mi libro Caciques Borogas y Araucanos , edit. Marymar, Bs.As. 1992 p.185 a 187,
hice un primer ensayo biográfico sobre éste Zúñiga, que luego mi amigo Joge L. Rojas Lagarde
retomó para su trabajo sobre “malones y comerció de ganado con Chile en el siglo XIX, Bs.
As. 1995 y que quiero ampliar con más datos que he recogido entre tanto .
Juventud de José Antonio Zúñiga
Nació en la época de la Guerra por la Independencia Chilena en 1802 en el Fuerte de
Arauco, en el hogar de un viejo Capitán de Amigos
Aquí reproduzco el árbol genealógico de página 36 de Foerster:
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ZÚÑIGA (padre) Cap. De Amigos casado con una mujer mauche
______________________________________________________________________________________________
Comisario Cap. De Amigos º casado con una mapuche
José Antonio +1851 Juan Manuel +1848 María Rosario Petrona Contreras e Ignacio Z.
________________________________________________________________________________________________
hijo mayor 2º hijo 3. hijo monja trinitaria Fidel Z. (Cap. Amigos
J osé Zuñ. Pedro Zuñ. +1851 Juan Zuñ +1851

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En la Guerra por la Independencia chilena (1810 – 1818) el padre de Juan José


Zúñiga fue perseguido por favorecer a los realistas, por lo cual se refugió en las ruinas del Fuerte
de Tucapel. Allí el joven adoptó las costumbres mapuches; aprendió su idioma a la perfección,
así también el uso de sus armas y sus tácticas. Como dije ya, ha sido cristianado, pero su vida
será la de un guerrillero. Los mapuches circundantes se llamaban lafquenche. Pero la vida de
aventurero durante 12 años, le llevaron hasta las provincias argentinas, de Mendoza, Córdoba y
Buenos Aires.
Los realistas, en 1819 hiceron de Arauco y Chillán centros de resistencia con el
generalísimo Juan Manuel Pico, Vicente Benavides y los caciques Francisco Mariluán, los
borogas con Curriqueo y Manguíñ; ellos mantuvieron la Guerra a Muerte de 1819 a 1825 A ellos
se incorporó el joven José Antonio Zúñiga. Primero tuvieron éxito en Concepción, en 1818 ,
también en Los Angeles,el 20 de Febrero de 1819. En Yumbel tuvieron una derrota. Vencida la
barrera del Río Bío Bío, los patriotas iban gnando terreno. Entre los indios llanistas dominaba el
cac. Colipí y entre las tropas regulares, el capitán Manuel Bulnes, el que sería Presidente de
Chile. No voy a insistir en esa Guerra a Muerte que causó importantes desplazamientos de tribus
hacia la Argentina.

Después de la rendición de Mariluán, José Antonio Zúñiga se unió a los hermanos


Pincheira, “la Guerrilla del Rey”. Fue secretario y traductor de Pablo Pincheira y embajador para
relaciones diplomáticas. Llegó a cartearse con Juan Manuel de Rosas. En varios malones hacía
causa común con ellos. El 15 de Febrero de 1828 atacaron el Fuerte de Encarnación (luego
llamado Junín). Les arrebataron la caballada y así no pudieron perseguirlos Destruyeron lo que
durante un año habían edificado. Zúñiga casi perdió la vida, cuando el excautivo el Sargnto
Eugenio del Busto le enfrentó en un duelo individual. Esto está certificado en un documento del
Museo de Luján . Y también A. Barros en su libro: Fronteras y Territorios Federales, ed. 1957 ,
pag., 296 anotó que el capitán Zúñiga se había enfrentado con el capitán Eugenio del Busto en un
duelo individual, del que Zúñiga salió herido.
Juan Manuel de Rosas, Goberndor y Maestro del Campo tuvo especial empeño de
eliminar los Pincheira que tanto destrozo hacían en las provincias, en Dolores , llamado Los
Toldos Viejos, en Mendoza, el masacre de Chacay (ll.6.30). La muerte cruel del cacique Raihue,
en el Sur de Mendoza. Zúñiga se había presentado también a los borogas en Güaminí y Epecuén,
indios realistas que se habían instalado allí, huyendo de la Guerra a Muerte.
Em Noviembre de 1830 Zúñiga mandó una carta al Comandante de Patagones dede
Chadileufú, en la Pampa, diciémdole que habían invadido al cacique Rondeao y aliados,
llevando haciendas y familias, retirándose al Río Neuquén, buscando la alianza con Cheuqueta
para invadir a Patagons... "Yo trataré perseguirlos hasta concluirlos" (AGN S. X. 23-9-4).
El capitán Millalicán (booga) escribió el 28 de Noviembre de 1830, que el cacique
Toriano había invadido a las familias en Chadileufú, mientras los caciques estaban ausentes para
hacer un tratado de paz. Que, al ser informados, marcharon con el jefe auxiliar Dn. Antonio
Zúñiga "que es nuestro aliado y amigo de J.A.Pincheira. Toriani dice que está veng,ando la
muerte del cacique Curitripay. Millalicán se refería a la masacre de Chacay en Mendoza, el 11 de
junio de 1830. (Ver la biografía del cac. Neculmán) Esto fue un antecedente del masacre de
Masallé (de 1834)
Zúñiga no sólo trabajaba a favor de los Pincheira, sino finalmente contra ellos, hasta que
entregó al menor de los cuatro hermanos al Gobierno de Mendoza, cuando los otros habían sido
eliminados. (Ver Pincheiras). El 11 de febrero de 1835 Zúñiga publicó en la Gaceta de Buenos
Aires sus recuerdos sobre los Pincheira que yo no pude consultar..

Allí, el 28 de Mayo los Pincheiras habían celebrado una junta general con 16 caciques
principales. Curitripay no aceptó la invitación. Por eso decidieron matarlo a él y a sus dos hijos
y a Catrileo (AGN X. )
Desde “Los Maitenes” mandaron a Zúñiga a ponrse en contacto con los borogas. “El
Capitán José Antonio Zúñiga marchó en apoyo de los borogas”; porque el cac. Rondeao había
apoyado a ellos en la campaña de Mendoza (1830).
Zúñiga que se comunicó con Rosas en señal de amistad, le prometió entregarle 12
cautivas y 4 varones. Había traído de Mendoza 400 lanceros y el cac. Mariano Rondeao, otros
300. Sí, Rosas quería separarlos de los Pincheira.
Otro testimonio dice que Zúñiga estaba con los Pinheiras y el cac. Neculmán en el
masacre de Chacay (Mendoza), el 11 de junio de 1830, donde se presentaron a una comisión de
representantes del depuesto gobierno de Mendoza. En vez de prometerles su ayuda, los mataron
a los 30 hombres de importancia. (Ver Hux. Caciques Pehuenches, ed. El Elefante Blanco,
Bs.As. 1991)
El 20 de Julio el cac. Caniullán y 200 indios juraron en Chacarita ante Rosas separarse de
Pincheira (AGN 24-7-2) Rosas , sabiendo lo que pasó en Chacay, temía que los Pincheia y
borogas se unieran con los unitarios . Por eso mandó por intermedio de Zúñiga una carta a
Pincheira que no apoyara al General Paz ni a Llanquetruz quienes estaban realizando la campaña
contra Córdoba.
El 10 de agosto de 1830 el cac. Tetruel, un importante “cacique amigo” desde antes de la
Fundación del Fuerte Argentino de Bahía Blanca, pidió a Rosas ayuda, porque Zúñiga con 400
lanzas y 80 cristianos con fusiles habían hecho un masacre en las tribus de Colins y Finel.
El 29 de septiembre Zúñiga avisa que hubo tres choques sableando.
El 25 de Septiembre de 1830 los pincheirinos atacaron los toldos el cac. Tetruel en el
Aroyo Curamalal, hicieron una gran matanza y mataron al cacique Tetruel; se apoderaron de las
familias y las haciandas ( Fernández., Jorge: El Coronel Pincheira y los realistas en la pampa; en
Revista Nuestra Historia 2000 p. 18 y 100 (AGN.X.23-9-4)
Luego Zúñiga estuvo con el cac. Cañiuquir (quizás se encontró con el Capitán Eugenio
del Busto, el del duelo en Junín, quien desde dos años y por encargo de Rosas estuvo entre los
borogas (él era excautivo y hablaba bien el “mapudsungún”) para separar los borogas de los
Pincheira. De allí . J.A. Zúñiga se comunicó con cartas con el Gobernador Rosas. Este tuvo
interés en ganarlo para su causa.
El 24 de Agosto de 1830, Zúñiga mandó una carta
El 28 del mismo mes y año escribió desde Carhué; firma de nuevo su amistad . Es tan
intrigada la historia en este período de la preparación de la Expedición al Desierto combinada
que me pierdo en esta reseña breve. Y son tantas las mentiras que se decían unos a otros.
El Comandante Miranda con el cac. Caniullán y 50 soldados habían estado con Rosas en
un parlamento de paz en la Chacarita (23.Xi.1830). Cuando llegaron a Guaminí, encontraron
sólo la chusma, pues los caciques con sus conas habían salido a perseguir a Toriano que estaba
en la Cordillera buscando unirse con Chocorí. El ataque definitivo se dio recién el 1º de junio de
1832 (AGN X.27.7-6) Rosas lo hizo fusilar el 30 de Agosto de 1832, antes que lo entregase a los
borogas que pedían su cabeza. (C. Grau: Fuerte de 25 de Mayo de 1939 p. 121)
Un importante acontecimiento del año 30 fue la Gran Junta en Chadileo (L Pampa) El
Mayor Delgado hizo un riesgado viaje hasta Chadileo, a 50 leguas a SO. De Salinas Grandes. 57
caciques y 4000 indios se daban cita el 14 de diciembre de 1830: Los caciques Cañiuquir,
Rondeao,Alón, Mlin con el Cnel Miranda. Vino también el cac ranquel Llanquetruz y Rosas le
mandó regalos.(AGN VII 3-3-2). Lo ranqueles vinieron con ropa festiva. Llanquetruz prometió
paz; pero se fue enojado. Rosas mandó el 21 de Diciembre 314 $ para el caudillo José
Valdebenito de 25 de Mayo . También hubo regalos para Vicente Quiñegual, hijo del cac Chocorí
y sus indios pampas. El caudillo y escribiente de los borogas de Guaminí decía que Juan M. de
Rosas estaba muy apurado para conquistar a toda la Nación Indiana.
No es fácil seguir la actividad política y militar del Capitán José Antonio Zúñiga .
En el 28 de Mayo de 1831 dice un documento que el Capitán José Antonio Zúñiga se
puso en contacto con los borogas de Guaminí. En 1832 Zúñiga se había juntado con Toriano.,
que fue fusilado, como dije arriba. Era también el momento del ocaso de los hermanos
Pincheira., especialmenter por la intervención del General Manuel Bulnes. Este salió en enero de
1832 con 2000 hombes al Este de la Cordillera, guiado por un expincheirino. En el campamento
del menor, José Antonio Pincheira (de 29 años) hizo una espectacular sorprea, después se
presentó en Mendoza. El 12 de enero de 1832 Bulnes atacó en el “Roble Huacho” las hordas de
Pablo Pincheira, lo apresaron y dos días después lo fusilaron. En el asalto dieron muerte también
al cacique Neculmán. Dos de los colaboradores íntimos de los Pincheira. Hermosilla y José
Antonio Zúñiga, salvaron su vida, porque se habían separado del grupo poco antes (Hux:
Caciques Pampa Ranqueles, ed. El Elefante Blanco Bs.As. 2004 p.70 – 76, Los Pinheira 1819 –
1832)
ZUÑIGA DE VUELTA EN SU PATRIA
En diciembre de 1832 el capitán Zúñiga se presentó con Gatica en Chillán. Y como se
había ofrecido al Gobierno de Buenos Aires, ofreció sus servicios (como Comisario de
Naciones), cuando se había apagado ya en Chile la Guerra a Muerte. Y después del gran malón
del cac. Calfucurá a los borogas y tribus aledañas de Masallé y Güaminí, “llamado por Rosas”,
como decía él más tarde, decidió irse definitivamente a su país y consiguió que su familia, su
madre, su mujer y su hermana y su concubina, llamada Feliciana, volvieran a Chile. Y él fue
nuevaente incorporado al ejército chileno.
Un retrato de la época: Un oficial francés, Dn. Agustín Bardel, viceconul de
Concepción (en Chile) describe creo fielmente al Capitán de (Indios) Amigos: “El Capitán
Zúñiga era entonces (en 1836) un hombre de 34 años. (Había nacido pues en 1802) Era de talla
meridiana. Su fisionomía, sin ser bella, es la de un militar nato”.
El viajero Ignacio Domeyko anota en su Diario p. 174: Cuando llegué a Tucapel, en casa
de un medio indio español, se hospedaba allí el comisario gubernamental Zúñiga, famoso por su
fuerza y coraje, para el cual yo llevaba órdenes y una carta confidencial del presidente de la
República. (luego se desplaya por sus competencias y cualidades) “Entre los indios era famoso
por su fuerza y coraje; con su puño derribaba al cacique más fuerte, a doscientos pasos alcanzaba
su laque (boleadora) el caballo de un canalla escapando. Con igual destreza manejaba el sable,
la pica y el cuchillo; se abalanzaba (aúnque era) uno contra diez…
Me dirigí directamente a la vivienda del Comisario. Bajo un roble ramoso estaba una casa
con techo de juncos, y frente a ella sobre los palos se apoyaba un tejado a modo de porche. Bajo
este tejado sobre un banco estaba sentado Zúñiga, bien proporcionado, un poco gordo, de cara
llena y redonda, algo morena, ojos chispeantes, que por su color competían con su cabellera y
bigotes negros. Llevaba un poncho de listas azules y rojas vivas, del cual asomaba el cuello y los
galones de un uniforme rojo y más abajo , amplios pantalones de montar del mismo color,
estribus plateados y un sable resonante. Sobre una mesita delante de él había un gran vaso,
medio vacio y en el piso diez caciques sentados con piernas cruzadas y cabizbajos. Zúñiga con
su brazo derecho se apoyaba sobre la mesa y en la izquierda tenía un tabaco echando humo. En
el patio había una gran cantidad de indios y caballos.
“Zúñiga, sin moverse del lugar, me tendió con serenidad su mano tan gruesa y ancha que
no podía asirla, y tan seca y dura como una tabla. Le entregué en medio del silencio general, los
escritos gubernamentales, provistos de sellos rojos. Leídas las cartas, el comisario se levantó un
poco del banco y habló en araucano con voz baja y ronca a los caciques, informándoles que
viene de la Capital un amigo del presidente, un gran caballero. Esto no impresionó demasionado
a los oyentes.
“Declaré que al día siguiente me gutaría seguir el camino y que necesitaba un intérprete
y guías. Zúñiga llamó uno de los capitanes de amigos y le ordenó que me llevara a casa del
misionero. Allí –dijo-, podrán ustedes pernoctar cómodamente y tendrán lo necesario.
“A la puesta del sol nos apeamos junto a una iglesia, donde nos recibió el misionero
italiano, fray Querubín Brancadori de la orden de los franciscanos de Chillán…”

Zúñiga no solo buscaba una posición militar en su país, sino se hizo un gran comerciante de
hacienda que sus amigos le traían de la Argentina, recogida en malones. Una noticia de 1841
decía que los caciques Clapil , Mariguán y Deuputrur pasaban anualmente la Cordillera. Después
del malón vendían su producto en nombre del cac. Zúñiga en Concepción.
En 1846 el cacique Curruhuinca estuvo con 3000 indios pehuenches en Angol, convocados por
José Antonio Zúñiga para pasar la Cordillera y establecer campamento en Auca Mahuída para
buscar haciendas (Arch. Mend.).
Un episodio de 1845 es característico en la vida de Zúñiga: La muerte del cacique
Guzmné y el gran malón que desde Angol envió a la Argentina como para demostrar que la
tierra allende de los Andes eran chilnas. Zúñiga por ejemplo era Cacique general de los
pehuenches, adicto al Gobierno de Mendoza, pero cobraba sueldos del Gobierno chileno. Por
qué y como fue mueto en un asalto horrible y bien documentado, léase la historia de Guzmané.
Este había sufrido un ataque de medio parientes de Chile y quiso vengarlo. En secreto
invadió una toldería en un valle chileno. Y se dio el caso que los hombres guerreros estuvieron
reunidos cazando y parlmentando. Averiguando eso,entró con sus guerreros las tres tolderías;
mató a los mayores, cautivó a los jóvenes, recogió todo lo que les podía ser útil o destrozaron el
resto, como también los toldos. Cuando volvieron los guerreros , buscaron ayuda y consuelo
entre las tribus vecinas, especialmente del Sarg. Mayor J.A. Zúñiga. Pero como tardaron en
expedicionar contra Guzmané, éste quedó ya despreocupado.
El mismo tiempo estaban reuniendo como 3000 indios para un malón al sur de Mendoza;
pues el padre de J.A. Zúñiga, llamado cacique Alcapán decía que los cristianos les quitaban más
y más sus tierras y estaban por establecerse por Auca Mahuídea, entre los ríos Colorqado y
Neuquén, donde ellos tenían su campamento general (Arch. Mend.carp. 123 doc. 12). En
Concepción hubo un gran parlamento en 1846 al que asistieron cuatro caciques gobernadores.
Era un momento de gran recogida de hacienda, utilizando con habilidad las relaciones de
los Zúñiga, José María Surita y caciques Purrán, Aillal y Curriñán y el Comandante Domingo
Salvo de Santa Bárbará, comprometiendo también a los ranqueles de Toay y a Calfucurá e
Salinas Grandes.
Quedaría mucho que aclarar en esta vida de José Antonio Zúñiga, de la familia de los
comisarios y capitanes de Indios Amigos. Sólo termino con los datos de la muerte de él.
MUERTE DEL CAUDILLO en 1851
El Gral Cruz (1801-1875) primer Intendente de Concepción y caudillo. enemigo del Gral
Manuel Bulmes sucitó en Concepción y Coquimbo una revolución, antes que asumiera la
presidencia D. Manuel Montt. El General Manuel Bulnes entonces, antes de inicar la campaña
contra los sublevados, delegó el mando en su sucesor en la magistratura; tomó el mando del
ejército y marchó contra los revolucionarios que se acercaron a Los Amgeles.
Eusebio Ruiz que se adhirió en Nacimiento a la revolución, consiguió arrestar en el acto
al Comisario General de Indígenas, el sargento Mayor Don José Antonio Zúñiga. Ese comunicó
el hecho a Concepción y pidió instrucciones para proceder. pero el comunicado no llegó al
destinatario. Entonces Ruiz puso a Zúñiga en libertad exigiéndole que se presentara a las
autoridades en Los Angeles. En el camino lo hicieron acompañar por el Capitán Pablo Zapata y
éste había sido compañero de armas en otro tiempo. Zúñiga se le escapó, penetró en la
Araucanía y juntó a los caciques amigos. Aunque el Gobierno no creyó oportuno emplear a los
terrribles indios, pero habí que restar al enemigo esas fuerzas. Bulnes mandó regalos, hasta ropas
a los caciques. Finalmente Zúñiga se unió al ejército del Gral. Bulnes. Las fuerzas beligerantes
se encontraron en reñida batalla en el campo de Loncomilla, cerca de Talca, el 8 de diciembre
de 1851, peleando sin dar cuartel a los prisioneros. El General Cruz fue completamente
derrotado, quedando el campo sembrado de cadáveres.
Antea de esta batalla ocurrió otro hecho, surgido de vejos antagonismos: El cacique
Loremzo (o Juan) Colipí de Amgol, o emtre Lumacó y Purén, igual que su hermano, el cacique
Ambrosio Pinoleo, residente en Purén, actuaron durante la Guerra a Muerte, muy activamente
en el bando de los patriotas. Esta guerra se pudo concluir en Chile con un patlamento de paz, en
1827. Pero los antagonismosno no se habían extinguido en 1850. A raiz de la muerte corrió la
voz que el gran cacique Manguin Huenú, no sé por qué motivo particular, convenció al Capitán
de Indios Amigos, José Antonio Zúñiga, que liquidara a su rival, al anciano cacique Lorenzo
Colipí, envenenándolo. Efectivamente murió envenenado. Así corrió la voz o la sospecha. El
Historiador Tomás Guevara en su libro Historia de la Civilización, nos dice en la pág. 192 en
nota 2: "Corrieron entre los indios de ese tiempo que un ajente secreto de Manguil había
envenenado a Colipí; mas los informes que nos han suministrado algunos indíjenas de su
comarca y don Daniel Sepúlveda, nos permiten afirmar que murió de tifus, en un viaje de Sauce
a Purén" El diario de Valparaíso "El Mercuio" del 6 de Febrero de 1851 publicó una crónica de
su entierro. Al año sus hijos mataron al famoso José Antonio Zúñiga y a dos de sus hijos: a Pedro
y a Juan Zóñiga. La venganza entre los araucanos era algo sagrado; y los veredictos de las
machís, aún los absurdos, eran respetados. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 166 y Guevara,
T.: Histoia de la Civilización de Araucanía)
La última fecha nos da una carta de Fray Querubín María Brancadoni. amigo del difunto,
carta del 31 de diciembre de 1851, hablando del "finado Comisario Sargento Mayor Don José
Antonio Zúñiga". Editada por el Prof. Rolf Foerster en :Documentos relativos a la Araucanía.
Santiago 2006.
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Aquí termino mi recogida de datos históricos biográficos de los Caciques y Capitanejos
de la Lllanura del Plata, aunque traspasélos límites de nuestra llanura pampeana por las ,muchas
implicaciones de las tribus y jefes de parcialiddes em las zonas zraucanas. Espero que estas
historias povenientes de documentación contemporánea, traigan a luz la verdad, el conocimiento

SECUENCIA CRONOLÓGICA DE LOS HECHOS SOBRESALIENTES


Desde 1527 a 1900
1460 Primera invasión Inca en territorio chileno.
1485 Penetración del Inca hasta Maule. Enfrentamiento con los mapuches.
1527 Gaboto: Primer asalto español y construcción del primer fuerte.
1535 D. Almagro y P.de Valdivia: Invasión a Chile. Epos: La Araucana (1549/ 85).
1536 Pedro de Mendoza Invasión con 1220: Primera Fundación de Buenos Aires.
1541 Destrucción de Buenos Aires (Reacción por malos tratos).
1541 Fundación de Valparaíso (Saavedra) y Santiago de Chile ( P. De Valdivia)
1541 Gran batalla en Santiago de Chile. Cacique Michilongo
1545 Valdivia buscó esclavos (obra de mano) – 1550 Batalla en el Bío Bío
1553 Levantamiento general de los indios (Guerra de Arauco) c.Lautaro y Caupol.
1551 Descubrimiento del Cuyo (F. De Villagra) Fund. Mendoza, San Luis,Córdoba
Peste general de viruela – En Chile, guerra de fronteras
1564 Primera reacción (sublevación) en Mendoza
1573/76 Gran epidemia entre los indios: viruela y sarampión. Murió la mitad
1580 Segunda fundación de Buenos Aires por Juan de Garay y expedición al Sur
1582 Reparto de estancias y encomienda de unos 20.000 indios. Chile sublevación
1598 Sublevación general en Chile. Destrucción de 7 ciudades españolas
1584 Sublevación de indios en Córdoba y San Luis Represión por Tristan de Tejada
1601/03 Pestes en Chile. Murió una cuarta parte de indios
1604 Expedición de Hernandarias de Saavedra hasta Río Colorado 130 esp.500 ind.
(probablemente hasta confluencia del Río Neuquén y Limay
1605/08 Gran Peste en Bs. Aires y Santa Fe. En Cuyo enterraron 15.000 bautizados
1606 Sublevación en Cuyo – exportación de Mendoza y San Luis
1609 Exped. Al Sur de Córdoba – primera vaquería en la pampa – Tr. De Paz
1610 Empieza el siglo de los misioneros y reducciones. RP. Valdivia: gra.defensiva
1617 Fundación de la Gobernación de Buenos Aires
1621 Protesta de la Iglesia por deportación y explotación de indios
1621 Expedición de Diego de León contra puelches y pehuenches hasta Nah. Huapí
1622 Fabulosa expedición de Jerónimo Cabrera, fundador de Córdoba
1626 Cac. Quepuante traspasó los Andes con botín. Y otras invasiones de Chile
1627 Exped. De Cap. Jn. Fernández desde Chile contra pehuenches; 130 prisoneros
1632 Expedición de 1000 sold. En busca de Los Césares (Hubo muchas exped.)
1634 Cabildo de Buenos Aires solicita 700 esclavos negros. No hay indios
1637 Expedición del Gobernador de Bs.As. para recoger indios
Bulas papales prohiben mal trato de indios y salir a hacer guerra
1641/47 Dos parlamentos en Quillín (Chile) – Ha habido invasiones en Cuyo para
cazar indios, En Boroa se vendieron por 80 $ Era la Guerra Lucrativa.
En 1666 se vendieron en Boroa 14.000 indios
1658 Avanzada: Fuerte de San Carlos (Mendoza) Por eso gran malón en San Luis;
sublevación araucana
1659 Confederación de Tubichaminís, serranos y pampa puelches
1666 Deportación de los indios Quilmes a Buenos Aires
1668 Descubrimiento de Salinas Grandes – Luego habrá expedicioens por sal
1674 Malocas del Gobernador Andrés Robles. 1675: 8000 indios recogidos
1680- Expediciones “punitivas” del Maestre del Campo Jn. de San Martín
1704 Exterminio de la tribu del cacique Calelián
1706 Primera expedición a Salinas Grandes para buscar sal y atemorizar a indios
1707/09 Proceso de Córdoba por la muerte cruel de siete caciques
1710/18 Se prohiben vaquías
1710 Movilización de pehuenches contra serranos
1712 Invasiones de pehuenches, huilliches y puelches
1716 Tratado de Paz de los cac.s. Yahatti y Mayupulquiyá con Gob. de Bs.As.
1716 Tratado de Paz en Trapihué (Chile) y 1726 en Negretti. 1727 Sublevación
1730 Expediciones casi anuales desde Mendoza
1731 Expedición al Diamante (hoy San Rafael). Gran escarmiento
1737 Llamaron a 2000 indios de Chile
1738 Sublevación del cac. Cacapol (Bravo); malón hasta Luján. Expediciones punit
1740/53 Fundación de tres Misiones jesuíticas en el Sur Bonaerense
1741 Feria de ponchos en la Reducción de Concepción
1740 Expedición punitiva y a Salinas Grandes; 800 soldados y 300 peones
1741 Guerra de Buenos Aires contra puelches y serranos (Cristóbal Cabral)
1744 Cacique Calelial apresado y enviado a España. Se sublevó en el barco
1745 Estudio cómo adelantar las fronteras. Expedición “punitiva” de C. Cabral
1746 Guerra de los cac. Cacapol y Cangapol por injusticias del invasor
1751/52 R:P. Haevstadt S.J. misionando por Neuquén y tierras pehuenches
1751/79 Fundación de la reducción franciscana para pampas por Río Cuarto
1751 Extensión de las fronteras contra los indios y creación de 3 Compañías de
Blandengues en el sur de Buenos Aires; (Luján, Salto y Magdalena);otro
avance hizo también Córdoba.
1751 Malón en Pergamino y Magdalena( c. Bravo)– Expedición a Salinas Grandes
1753 Los PP. Jesuitas abandonan las Reducciones al Sur de Bs. Aires
1753 Construcción de la Guardia de Luján (hoy Mercedes) – Reconstr. 1779
1754 Expedición de Cabral con diario a Salinas Grandes
1756 En Chile (Salto de Laja) gran parlamento de paz con 103 caciques
1759/97 GUERRA PECHUENCHE MALARGÜE CONTRA BARBARCO
1762 En Chile otro parlamento en Nacimiento (200 caciques)
1763 Combate de Huilliches y pehuenches en Coquileo (Mendoza)
1764 Gran parlamento en Nacimiento Puelches aceptan, huilliches, no.Curiñanco
1764 Avisan al Presid. de Chile: En las invernadas de los pehuenches hay 600
huilliches.Piden ayuda, sino deben emigrar a la pampa
1766/68 Alzamiento en Chile (cac. Curiñán) y malón con participación de ind.
Chilenos
1767 Expulsión de los Jesuítas
1767 Declaración de guerra, preparación de entradas generales, impuestos –guerra
1767 Sangrienta expedición a Salinas Grandes
1768 Expedición hasta el Río Colorado por Man. Pinazo – invasiones
1769 Sublevación General en Chile pehuenches y mapuches
1769 Expedición al Sur de Mendoza. Fund. del Fuerte de San Carlos (Mend)
1770 Tratado de paz de los Huesos y expedición de M.Pinazo y 12 cac.(con Diario)
1770 Bucarelli a Vértiz: Me dediqué eficazmente a proporcionar los medios
oportunos para dividir las fuerzas de los indios y ponerlos en discordia.
M.Pinazo el propulsor de la guerra del exterminio
1770 Cita de F. Pérez (Chile): “..a esta nación (pehuenche) ha perseguido y
contínuamente guerreado la de los indios huilliches..con los que se une una
gran porción de los indios de los llanos, dando todos los años cruda guerra a
los pehuenches para destruírlos ..El Gob. daba auxilio a los pehuenches..
1772 Borogas e ind. de Maquehua con huilliches invaden jurisdicc. De Bs.As.
1774 El Rey de España aprueba la “guerra a Muerte”
1776 CREACIÓN DEL VIRREINATO DE LA PLATA. incluye CUYO
1776/81 Política de crear Fuertes. Ataque de huilliches a Fte. San Carlos
1776 Plan del Virrey Ceballos: Avanzar hasta Río Colorado,”degollar hasta a los
rendidos. Junta de Guerra desaconseja.
1776 Censo de indios en la Pampa por Diego de las Casas (46 caciques)
1776 Expedición a Cairú y Lag. Grande (300 muertos.) y desde Río IVº.
1777 En Chile alzamiento de los huilliches – Unos 1000 indios cruzan la Cordillera
– Creación de Fuertes de Rojas y Melincué
1778 José de Amigorena jefe militar de Mendoza. Gobernador de Mendoza
1778 Primera exped. de Amigorena a Malargüe
1778 Expedición Pinazo a Salinas Grandes – Exped. de la Piedra a Patagones
1778 Cerco de indios en Salto – Luján y Magdalena
1779 Exped. de Amigorena contra Carripilún (ranqueles) –Diario
1780 Exped. de Amigorena contra Pehuenches – Diario – 2 Parlamentos
1780 Malón en la zona de Luján. Salto y Chascomús . Fund. Perto Deseado
1781 3ª Exped. de Amigorena contra Roco en el Campanario – Paz en Mendoza
1781/82 Tratado de Paz con el cac. Lorenzo Cayupulquiá en Sierra de la Ventana
PazFund. Mercedes(Colón)), Ranchos, Río IVº, Chascomús.
1782 Parlamento general en Chile con O´Higgins
1783 Exped. de Amigorena al sur - Exploración del Río Negro (Villarino)
1783 Invasión de 3000 pampas y tehuelches a Luján por venganza- 3 exped. punit.
1784 Cédula Real aprueba el plan de una entrada general
1784 Exped. combinada: Bs.As., Córdoba y Mendoza. 1ª exp. militar seria
1784 Exped. de Amigorena contra Carripilún y ranqueles; los expulsa –Diario
1784 Exped. de Jn. de la Piedra a Sierra de la Ventana fracasada
1785 Amigorena es suspendido por dos años
1786 Exped. Zizur a Salinas Grandes. Diario y Maestro del Campo (Pinazo)
1787 Malón de huilliches y ranqueles contra cac. Ancain, con ayuda chilena
1787 Expedición de Amigorena hasta Salado contra Llanquetruz – Parlamento
1787/88 Exped. de Esquivel Aldao (Mend) desde Malalhue contra huilliches y ranq.
1787 Sublevación de indios en Chile. 16.12.1688 fue muerto Llanquetuz / festejo
1789/90 Dos Exped. de Esquivel Aldao y Fco. Barros contra Llanquetruz y huilliches
1790 3.5.90 Tratado de Paz con Cac. Lorenzo Calpisquis .España lo reconoce
1792 Expe. de F. Barros y Esquivel Aldao y Tratado d

e Paz
1793 Parlamento y tratado de paz con 527 caciques en Chile (Negrete)
1796 Exped. de F. Barros contra el cac. Rayguán Parlamento con Amigorena
1798 Parlamento y tratado de paz en Chillán
1799 20.6.99 Parlamento y Paz en San Carlos. Fin de la GUERRA PEHUENCHE

Segundo Plan: CONQUISTA PACÍFICA


1803/06 Exploración de caminos por la pampa ( de la Cruz Diario)
1804 Segundo Plan de conquista :Conquista pacífica
1805 Tratado de paz con los ranqueles de la pampa
1806 Ofrecimiento de indios contra la invasión inglesa
1808 Sometimiento de tehuelches por indios mapuches
1810 Revolución de Mayo – Expedición de Pedro A. García a Salinas – Diario
1811 Manifiesto de reconocimiento de los indios del Virreinato- Plan avanzar front.
1811 En Chile Parlamento con los indios “patriotas” en Concepción
1811 GUERRA POR LA INDEPENDENCIA CHILENA Y ARGENTINA
1813 Sublevación de indios en Chile (15 caciques)
1814 Parlamento de pehuenches mendocinos con Fray F. Inalicán 22 caciques
1814 en Chile, parlamento en Arauco con los indios “realistas”
1815 Evasión de 10.000 indios, de Chile a la Prov. de Bs.Aires
1815 San Martín parlamenta con los pehuenches del sur mendocino
1818 Pedro Campell ataca con 600 indios a Pergamino
1819/25 Inicio de la GUERRA A MUERTE EN CHILE (patriotas – realistas)
1819 Paz con los ranqueles de la pampa por Chiclana. Constitución 1819 reconoce
1820 Funesta actuación del general chileno José M.Carrera asaltos con indios
1820 Expedición del Gobernador M. Rodríguez contra pampas y no ranqueles
1820 Cornelio Saavedra y la paz con ranqueles
1822 Exped. pacificadora a Tandil del Cnel. Pedro A. García –Diario
1822 Nueva inmigración desde Chile. 2000 con el cac. Pablo Lepnopán
1823 Nueva expedición del gobernador M.Rodríguez. Fundación Fte. de Tandil
1823 Reacción india :un gran malón – Exped. del gobernador E.López a la Pampa
1822/26 Inmigración de tribus indígenas de Chile.
1825 En Chile, paz general y fin de Guerra a Muerte – en Argentina continúa
1825/26 Importantes parlamentos y tratados de paz: Bahía Blanca – Lag.del Guanaco -
Frontera:Melincu , Potroso, Tapalqué, Independencia
Arroyo Pecuén (Buena documentación)
1825 Comisión Senillosa, Rosas y Lavalle proyecta nueva frontera
1826 “Desastre de Los Toldos Viejos por invasión de Pincheirinos.- Exped. Rauch
1827 Gob. Dorrego encarga a Rosas el negocio pacificador de indios y preparar
expedición hasta el Río Colorado
1827 Se establecen Fuertes, la nueva frontera: Federación, Cruz de Guerra etc.
1828/52 GUERRA CIVIL (Unitarios contra federales. Participan indios
1829 Revolución del Gral. Lavalle. Sublevación de indios a favor de Rosas (Gob.)
1830/040 Campañas al sur de Bs. Aires y de Mendoza
1833 “Expedición al Desierto”, exped. combinada hasta el Río Colorado (Rosas)
Expedición combinada, Ganaron 2900 leguas al desierto.
1834/39 Guerra a Muerte y la intervención de Rosas. Asalto de Masallé; 3 exped.
contra ranqueles; destrucción de tribus (Llanquetruz, Cañiuquir, Coñuepán)
1834 Calfucurá se establece en Salinas Grandes
1835 expedición de N. Del Valle al Río Colorado
1838 Expedición del Cnel. Granada sobre Salinas Grandes.
1836/39 Malones de revancha en Tapalquén – Calfucurá se afinca en Salinas Grandes
1838 Destrucción de la tribu de Llanquelén
1836/38 Expediciones a la pampa y expediciones (malones) de ranqueles y Baigorria
1837 Exped. de Nic. Granada a Salinas Grandes, fracasada
1840/52 Rosas retorna el negocio de la paz; a causa de la guerra civil
1841/43 Expediciones unitarias con indios al Norte de la Prov. de Bs.As.
1845 Malón del cac. Purrán contra el cac. Guzmané – exped. del Gob. de Mendoza
1846 Nuevas expediciones a la pampa. (Cnel. Eugenio del Busto)- fund. Bragado
1847 Baigorria y el cac. Painé atacan a San Luis.
1851 Pronunciamiento de Urquiza contra Rosas. Este compromete indios con regal.
1852 Después de la Batalla de Caseros, Calfucurá intenta fundar Confed. Indígena
1852/61 GUERRA ENTRE LA CONFEDERACIÓN Y EL ESTADO DE Bs. As.
1852 Malón de Calfucurá a Bahía Blanca – Apogeo de Calfucurá (1855- 1856)
Retroceso de la frontera hasta la línea de 1828.
1855 B. Mitre y el ejército del Sur ataca a los indios de Azul. Es derrotado por los
indios de Calfucurá en Sierra Chica. Catriel y Cachul son liberados
1857 Tratado de paz de Catriel y de J.M.Llanquetruz con Bs. As.
1858 Dos campañas fracasadas: Granada a Salinas G.; Em. Mitre contra ranqueles
1859/61 Participación de los indios en Cepeda y Pavón. y la pacificación del Interior
1862/65 Comienzan los preparativos del avance hasta Río Negro.Frena la G.del
Paraguay. Ayudan los indios amigos a guardar las fronteras.
1862/65 Los ranqueles de la pampa se unen en guerrillas de los montoneros
1862 Exped. del Cnel. Julio de Vedia contra los ranqueles
1865 Tratado de paz con los ranqueles por M.Baigorria jefe de fr. sud de Córd y
San Luis.
1866/68 Primeras donaciones de tierras a tribus amigas en la Prov. de Bs.As.
1867 La Ley 215 ordena adelantar las fronteras hasta el Río Negro
1868/70 Avances paulatinos de fronteras y comandancias
1869 Fuertes y fortines marcados por el Ing. Czetz . Guerra renovada
1869 Chile, campaña de exterminio – ensayo de Ant. Orellie (francés)
1870 El Cnel. Lucio V. Mansilla y su Excursión a los Ranqueles
1870 Vuelta de tropas del Paraguay. Provocaciones a los indios en Azul (Elía) y
Bahía Blanca (Cn. O´Llanos)– Revolución en Entre Ríos.
1870 Dos sangrientas protestas de Calfucurá en Tres Arroyos y en Bahía Blanca
1871 Agresión a los indios pampas en Azul
1872 Arrogante protesta de Calfucurá en la Batalla de San Carlos de Bolívar
1872/75 Vacilante preparación del Gral. Rivas para invadir a Salinas -
1872 Exped. de H.Lagos contra el cac. Pincén y de Arredondo a Leuvucó
1873 Muerte natural de Calfucurá – Namuncurá sigue la gestión por un tratado de
paz
1874 La Revolución Mitrista y el ocaso de la tribu de Catriel
1876/77 Avanzan en seis columnas (Alsina), adelantan nuevas comandancias.
expediciones eliminatorias a la pampa. Avance de la frontera a Italó,Trenque
Lauquen. Guaminí, Carhué, Puán con fuertes y fosos; Constrcción de la
“Zanja de Alsina”. Muerte natural de Alsina
1878 J.A.Roca, Ministro de Guerra. Batidas ligeras (70) para limpiar la Pampa
1879 Campaña solemne en cinco columnas de la “Conquista del Desieto” hasta el
Río Negro. Solemne celebración en Choele Chuel Erradicación de los
ranqueles Muchos muertes y prisioneros. 17 de Agosto fue muerto el cac.
Baigorrita.
1880/84 Campañas al Sur (Villegas), Campaña de los Andes y en la región
patagónica.Derrota de Purrán y fue prisionero en la Isla Martín García
1884 Entrega y sometimiento del cacique Manuel Namuncurá. Se presentó en B.A.
al Presidemnte en solemne comisión y vuelve a Chimpay.
1885 Presentación de Sayhueque y su tribu en Junín de los Andes. Triste fin

Esta mi sequencia cronológica es un extracto de hehos importantes.


En otro trabajo enumeré las expediciones de las tropas del blanco en lista contrapuesta a
otra de los malones o expediciones de los indios.
Además enumeré en una fila los tratados de paz en la Argentina y en otra fila los tratados
realizados en Chile durante los siglos XVIII y XIX
Otra lista señala las Expediciones a Salinas Grandes desde 1705 hasta 1810
En fin: todo este mi trabajo quiere ser una ayuda paro nuevas investigaciones de las
jóvenes generaciones; lo mismo quiero alcance la publicación : El Indio en la Llanura del Plata -
GUIA BIBLIOGRAFICA elaborado por el P. Meinrado Hux. – editado por intermedio de la
Asociación Amigos de las Artes Tradicionales vol I y vl II en marzo de 2000 en los talleres de
Artes Gráficas San Migul , La Plata, Prov. de Buenos Aires. Son 10.000 fichas de libros y
artículos ordenadas por autores alfabéticamente , numeradas y con un Indice Temático, todo “a
pulso” sin internet. Amo a mis hermanos ,amo la verdad y compadezco a quienes han sufrido y
sufren y animo a los que andan bien.

A CONTINUACIÓN EN REGISTRO APARTE:


FOTOG RAFIAS DE CACIQ UES
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Doy fin a este trabajo de investigación en el Monasterio Benedictino de Los Toldos
el 1º de Junio de 2007. P. Meinrado Hux

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