Professional Documents
Culture Documents
PRESENTACIÓN
Í N DI C E G EN E RAL:
INTRODUCCIÓN
CACIQUES Y CAPITANEJOS:
ANCA NAMÚN
BAIGORRITA MANUEL
CABRAL RAMÓN
CALFUCURA JUAN
CALPISQUIS LORENZO
CAÑIUQUIR JUAN IGNACIO
CARRIPILÚM
CATRIEL, La gran estirpe
CAYUPULQUI PASCUAL
COLIQUEO IGNACIO
CONUEPAN VENANCIO
EPUGNER
GRANDE MANUEL
GUZMANÉ
LEPNOPAN PABLO
3
LOS PINCHEIRAS
LLANQUELÉN
LLANQUETRUZ IIO
MELÍN JUAN JOSÉ
NAHUELPÁN IIO
NAMUNCURÁ
NEGRO IO (CHANEL)
ORKEKE
PAINÉ GNERR
PAINEQUEO JUAN
PICHIHUINCA MANUEL
PICHUN GUALÁ
PISÉÑ o PINCÉN
PINCHEIRAS
PURRAN FELICIANO
QUEUPÚMIL JUAN
QUILAPÁN JOSÉ SANTOS
RAYLEF JOSÉ MARÍA
RANINQUEO ANDRÉS
REUMAY ALVARITO
ROCO Cacique Gobernador
RONDEAO MARIANO
ROSAS MARIANO
SAYHUEQUE VALENTÍN
TRIPAYLAF RAMÓN
VALDEBENITO JOSÉ
YAHATTI
ZUÑIGA JOSÉ ANTONIO
CACIQUES Y CAPITANEJOS
DE LA LLANURA DEL PLATA
INTRODUCCIÓN
Hace muchos años desde los primeros contactos de la raza blanca con los aborígenes
de América y recién, con la llegada de los españoles empezó la historiografía escrita. La presencia
del hombre y sus huellas Arqueológicas, empero, se calculan en miles de años. Las
transformaciones geológicas han provocado no sólo cambios del hábitat de los primeros hombres y
animales, sino también su estructura y su vida. Se han clasificado en distintas razas.
En este trabajo queremos dar a conocer hombres sobresalientes en la restringida zona de la
llanura del Plata, zona central de clima moderado que encuadra desde Melincué hasta el Río Negro
y desde Buenos Aires hasta Mendoza y aún pasando la Cordillera de los Andes hasta el Océano
Pacífico, si ,hablaremos de la raza araucana, utilizando casi exclusivamene documentación
etnohistórica asi coetánea de los acontecimientos.. Mi enfoque es sobre caciques y capitaenjos
contando mucha historia de tribus aborígenes de la zona araucanizada en la Argentina.
Al estudiar y escribir la historia de la tribu de Coliqueo, población de Los Toldos en la
Provincia de Buenos Aires, experimenté una alegría por haber rescatado para sus descendientes, mis
vecinos en primer lugar, su digna historia, quienes, por complejos de inferioridad o de sentirse raza
vencida, la habían olvidado o desechado. Creían, quizás, que en la larga guerra de la Conquista del
blanco, se habían enterrado con sus muertos su honor y sus esperanzas. Pero desde que vine a
radicarme en el Monasterio Benedictino, sentí más que simpatía, una sincera conmiseración, que me
impulsó a estos trabajos de investigación.
Durante aquella lenta búsqueda de documentos con referencias a esa historia particular, se
me amplió un campo de investigación insospechado. Casi sin notarlo, entré en esta nueva búsqueda
de testimonios sobre caciques y jefes más destacados de los indios en la Llanura del Plata. Mi
trabajo etnohistórico tiene sus límites, no sólo por mi propia limitación, sino también por la
posibilidad reducida que tengo de extender mi búsqueda solitaria y sin suficientes medios para
poder documentarme. Pero esperaba que estimularía a muchos profesionales o interesados a ampliar
lo que aquí espero presentar.
He buscado documentarme por libros y formé una rica bibliografía que finalmente pude
editar en dos volúmenes : Guía Bibliográfica sobre El Indio en la Llanura del Plata, unas diez mil
fichas ordenadas alfabéticamente por autores con un índice extenso por temas. El primer volumen
se extiende en publicaciones hasta 1980 y el segundo volumen incluye los libros más recientes hasta
el año 2000. Posteriormente he reunido unas cuantas fichas más.
Pero puedo decir que mucho más he trabajado sobre manuscritos en archivos oficiales y
privados y hay material inmenso poco o nada aprovechado. Los Archivos de la Nación, del Ejército,
del Estado Mayor (Sección de Estudios Históricos del Ejército), del Museo de Mitre; de los Padres
Jesuitas, los Padres Salesianos, los Padres Lazaristas, los Franciscanos de Río Cuarto, de la
Provincia de Córdoba, de la Provincia de San Luís, de la Provincia de Mendoza, de Bahía Blanca,
del Museo de Luján, el Archivo Nacional en Santiago de Chile, de Temuco y de los Capuchinos de
Las Casas, etc., que he visitado y consultado. Mis anotaciones, casi todas a mano y pocas
fotocopias, como ahora se puede hacer, están volcadas en sendos cuadernos clasificados
cronológicamente. Todo esto podrán hacer investigadores modernos, equipos becados, aunque el
acceso a ciertos repositorios está accesible con restricciones, por la seguridad y mayor control. No
cabe duda que coleccionistas e investigadores se quedaron con documentos que deberían volver a
su carpeta o estantería.
Mi documentación es amplia, pero no exhaustiva. Incluí principalmente noticias sobre
caciques y capitanejos y tribus araucanas o mapuches, como dicen ellos. Incluí a veces personajes
de zonas adyacentes por frecuentes contactos con los habitantes de la Pampa y con el Gobierno de
5
Buenos Aires u otras Provincias; también por la inmigración y emigración de grupos o tribus de
indios.
El “cristiano” que, en los siglos pasados se internaba a “Tierra Adentro”, en las pampas sin
límites y de amplios horizontes, se encontraba con el misterio de la raza desconocida. Esta pampa
guarda aún muchos secretos. Lugares que otrora estaban bien poblados recuerdan quizás por sus
topónimos al poblador primitivo; caminos por los que transitaban los indios de aguada en aguada,
de toldería a toldería distantes, se han transformado en rutas pavimentadas o son borrados de todo.
Andando por esas pampas (llanuras) el turista puede encontrar muchas caras de mestizos,
descendientes de aquellos primitivos habitantes y hasta de ciertas poblaciones prehistóricas. Se
dice que tanto la Provincia de Buenos Aires, como la pampa habían sido muy pobladas y por pestes
y guerras han sido reducidos a menos. Pero ya no hay memoria de esa historia, a no ser que uno
hurgue y los busque en anaqueles de hojas amarillentas datitos desperdigados.
Así lo hice. Y agradezco a todos los que me han ayudado y orientado. Entre muchos, el Dr.
Ricardo Piccirillo (en el AGN), a la Srta. Rosa Meli (en el AEM) y mis amigos historiadores Dn.
Pepe Mayo, Dr. Jorge L. Rojas Lagarde, Dn. Carlos Moncaut y la Prof. Celia Priegue.
Mi estudio quisiera abarcar todo el tiempo que duró la conquista de la llanura del Plata, los
cuatro siglos de lucha de los indios en defensa de sus vidas y de su suelo, si no luchaban
enganchados por una acción del blanco. Pero no enfoqué mucho al conquistador, sino a los indios,
especialmente de los caciques, responsables de la conducción de los pueblos aborígenes. No me
propuse escribir un libro de cuentos, sino relatos basados en fuentes auténticas del tiempo
designado. Este CIDI resulta ser así como un léxico-biográfico de consulta sobre los jefes indígenas
que actuaron en esa Llanura del Plata. Las figuras más importantes he presentado en libros
ordenados por zonas. Una parte importante de los testimonios se deben a los informes de los
militares que actuaron en la lucha contra los indios. Sabemos que los puntos de vista del vencedor
no concuerda siempre con el del vencido. Esto ocurre hoy en el periodismo actual que favorece a
tal o cual fracción política. Viajeros, especialmente viajeros extranjeros, nos han dejado narraciones
y descripciones más explícitas, pero tampoco en todo fiables. Los libros más interesantes han sido
traducidos y publicados en castellano. Otras notas son de pobladores, de misioneros, de
investigadores y no faltan cartas y memorias de algunos jefes aborígenes, necesarias para dilucidar
la veracidad de otros documentos y para completar aspectos desconocidos. Los caciques solían
tener escribientes y traductores a sueldo a quienes dictaban sus cartas. Los tratados de paz y las
cartas que los acompañaban son otras Fuentes importantes para esta historia. El testimonio de
pobladores viejos de ahora son menos confiables, dada la gran distancia histórica que los separan de
los hechos y de las personas estudiadas. El indio tiene mucha inventiva para cuentos.
En fin, buscamos con gran empeño todo lo que podía enriquecer estas historias biográficas
de los caciques de la Llanura del Plata. Algunos ensayos de geneoalogía enriquecen los relatos.
Hasta hace poco, pocas figuras del “Desierto” habían encontrado un biógrafo que les dedicara un
libro, excepto Calfucurá y Namuncurá, Painé y Catriel. Ellos fueron caciques de mucha actuación
en el siglo XIX. Creo haber aportado nuevos datos también para mayor comprensión de su historia.
Pienso haber desenterrado muchos tesoros de la historia de nuestra llanura pampeana, o sea del
interior del país. Los indios solían enterrar a los caciques fallecidos con todos sus pequeños tesoros
de platería y utensilios de su pertenencia y hasta sacrificaban a su caballo preferido y a veces
también a su mujer. Yo no busqué profanar ninguna tumba. Con todos quiero ser respetuoso. Pero
desenterré hasta los nombres de sus familiares y listas de sus subordinados, porque daban a la
biografía más vida y color. Pero quise excluir todo rasgo novelesco y toda generalización, cediendo
ese terreno a los poetas, payadores y novelistas.
C.
EL TÉRMINO CAPITANEJO, que arriba denominé como principales de la tribu. Designaba
a un jefe subordinado, responsable de cierto número de familias en la tribu. Los capitanejos eran
convocados al consejo o parlamento (“traún” o “Coyag”), que solían ser juntas solemnes y
prolongadas en los cuales se decidía democráticamente los asuntos públicos de la tribu. A los
capitanejos solían llamar “gutantur”, cuya traducción sería hombre grande (de vuta y huentrú). En
Los Toldos (Part. de Gral. Viamonte) recogí otra designación con la palabra araucana “zumún”. Los
capitanejos casi siempre provenían de familia cacical o eran hijos de un capitanejo, es decir,
provenían de la clase dirigente, de la nobleza. A veces un capitanejo fuerte se independizaba,
asumiendo las responsabilidades de un cacique. Se conocen también algunos casos que un gaucho
refugiado en una toldería ha sido reconocido como capitanejo, por su valentía.
LA CHUSMA: Dijimos que las familias de los jefes araucanos formaban la nobleza
en su sociedad. La otra parte de las familias se llamaba la chusma, “la gente común”
(Huedaqueche / gente común). En documentos militares se usaba este término para designar
mujeres, niños y ancianos, que no intervenían en las guerras. La chusma la formaban las familias
que se habían agregado al clan; se habían sometido a un cacique o han sido sometidas y asumidas
en su ruta de migración. Resultaba, entonces, que las tribus eran conglomerados humanos de varios
elementos raciales. En algunas páginas de este trabajo se leerá, por ejemplo, que los caciques
generales de Malalhué (Mendoza) regían sobre pehuenches y puelches. Al cacique general de los
ranqueles de Barbarco (Neuquén) obedecían también huilliches del Neuquén. En la zona de Carmen
7
de Patagones, desde tiempo, había convergencias de puelches, pampas y tehuelches, y no pocas
veces se encontraban indios bilingües o trilingües. Mezcla de sangre se daba también con los
prisioneros hechos en acciones bélicas. De algunos malones se traían hasta 200 cautivos,
principalmente mujeres, indios de luchas intertribales o blancos de ataques de las fronteras. Y si
algunos escuadrones de indios amigos (sometidos en la frontera y militarizados) acompañaban a
una expedición, era frecuente que les entregaban como gratificación a indias prisioneras, cuando no
eran repartidas en las chacras y estancias de poblaciones adelantadas.
Para entender el significado etimológico de los apellidos araucanos hay que reconocer los
elementos constitutivos y su interrelación con el adjetivo (nombre propio) con el sustantivo (el
apellido) algunas veces se constituye por dos sustantivos, uno antepuesto ( si se señala la
pertenencia pospuesto) en función de genitivo. Ese sustantivo desempeña entonces la función de un
adjetivo. Un ejemplo: Antü Pan (Pan en este caso puede ser el apócope de Pangui (puma) del sol;
pero en la mente del mapuche pensaría en un puma divino, sin que se podría deducir que el
araucano haya adorado el sol. Hasta nosotros decimos en castellano de un niño: “Qué divino”. La
parte pospuesta (el sufijo del nombre es el apellido. Se encuentra en muchísimos casos acopocado,
abreviado. Por ejemplo “Pan” puede provenir de Pangui “Puma”; pero puede también provenir de
Payún, que significa “Barba”.De Pangui he encontrado otra forma abreviada: Bi, que es la primera y
la última letra de Bangui. Los documentos a veces dan la forma completa o también la traducción.
En momentos solemnes, como en parlamentos o para firmar tratados de paz usaban el nombre
completo. Esos documentos, pues, nos dieron la pauta para asentar la verdadera etimología del
patronimio. Conociendo el árbol genealógico o el parentesco, pudimos esclarecer otros apellidos
dudosos. Esto ocurrió por ejemplo con el apellido Catriel, pues consta que provenía de Catri-Nahuel
y quedó en Catri-el. Los “Man” aparecen en forma completa como manqui, que traducido significa
cóndor y los “ñán” honran al ñancú, el aguilucho, que en ciertas regiones se veneraba como pájaro
protector. A veces este “ñan” se señala con una sola “ñ” final, como en Piseñ, que los cristianos
transformaron en Pincén. Ciertamente los oídos de los cristianos no han oído siempre correctamente
esos nombres o topónimos y los anotaron incorrectamente.
8
En mi trabajo original puse todos los nombres en orden alfabético y agregué los variantes de
los nombres que había encontrado en documentos referidos a los mismos caciques. No todas las
grafías eran lógicas ni querían serlo. Si, por ejemplo, se pronunciaba en Maliqueo, pudo haber sido
una transformación maliciosa, usando la palabra castellano similar “malo”, de manera que
jocosamente le dirían “Malote”.
Los diccionarios o vocabularios que conocemos actualmente no permiten interpretar todos
los nombres. Algunas palabras pueden tener su origen en otro idioma que no es el araucano. He
puesto mis interpretaciones etimológicas al fin de las notas biográficas como simple agregado..
Los araucanos tenían la costumbre de inventar un “tayel”, un canto, para honrar el nombre
de tal o cual familia. Carmona Binayán, quien estudio los apellidos araucanos de la Pampa, llegó a
hablar de la “heráldica araucana”, refiriéndose a estos cantos familiares que evocan símbolos
propios o ensalzaban la historia de los antepasados de la familia. (C.N. Binayán: ¿ Existe una
heráldica araucana? En Revista Hidalguía, Madrid Nº 75, 1966 p. 281 – 288)
Esteban Erize en su Diccionario Mapuche – Español (p.404, 1963) da cuenta de la
existencia de una fiesta de la imposición del nombre entre los mapuches; fiesta que se llamaba
“ülcantún”, para la cual se elegía los padrinos correspondientes. No sé si ésta era una costumbre
antigua o si era una imitación de la ceremonia del bautismo cristiano.
Para este trabajo sobre Caciques y Capitanejos de la Llanura del Plata he asentado unos
4000 jefes indígenas, los que me han ampliado los conocimientos etnográficas y clarificado su
clasificac.ión; de manera que a cada nombre le agregué la designación que se encontró en los
documentos de su época. Es cierto que agregué también nombres cuyo hábitat original no era
precisamente la Llanura del Plata. Los nombré por su presencia temporaria y su influencia sobre
algún grupo de dicha zona. Así nombré a algunos caciques tehuelches que hicieron tratados con los
gobiernos de la Provincia de Buenos Aires y chilenos que inmigraron o invadieron la zona o
tuvieron influencia en su parentela emigrada.
En Chile distinguen subgrupos entre los araucanos y lo mismo nosotros en la Argentina.
Allá hablan de los abajinos, chollchollinos, arribanos y costinos. O hablan de los boroanos,
huilliches, pehuenches, maquehuenos y chilotes. En la historia de los argentinos hablan de otro
grupo más, los “aucas”, gente que participó en la guerra, que trajo más de una contienda a la zona
neuquina. De los borogas, si bien toman el nombre del topónimo (Fuerte y Misión de Boroa o Voro
hue), constatamos que grupos de los antepasados eran considerados como puelches argentinos y que
en su momento se trasladaron a Chile, formando una cuña entre arribanos y huilliches, pues se
ubicaron entre los ríos Imperial y Tolten. Pero luego, durante la Guerra a Muerte volvieron a
emigrar a la Argentina en grandes contingentes. No los movió un tal nomadismo, sino el deseo de
poder vivir en paz; demasiado habían sido marcados por las guerras.
Se ha afirmado muchas veces que después de 1750 se había iniciado un proceso de
araucanización en la Llanura del Plata. La documentación del siglo XVIII no da pie para afirmar
esto en forma generalizada. Hubo, en cambio, fuertes desplazamientos hacia Chile antes y después
de la Guerra Pehuenche (1750 – 1798). Además no tenemos mucha información sobre la “Guerra
Lucrativa”, o sea de las expediciones que buscaban recoger esclavos, haciendas y sal. Ellas salían
de Buenos Aires, de Córdoba y de Mendoza, como también de Concepción de Chile. En más de una
época hubo proyectos de conquista total, con entradas generales y combinadas, como las realizaron
en el siglo XIX las tropas de Adolfo Alsina, de Julio A Roca y de Villegas. Creo que los principales
desplazamientos de los grupos étnicos se debieron a las guerras.
Algo semejante debemos decir de los primitivos habitantes de la zona de Buenos Aires en la
primera época de la conquista. Los querandíes (nombre que significa “habitantes de los
palmerales”) fueron sometidos a servicio y vasallaje de los encomenderos del Distrito de Buenos
Aires. Pero no sólo ellos, sino los que Juan de Garay trajo consigo, indios sometidos del Paraguay y
de Santa Fe, fueron asentados en las estancias de los españoles. Otros, sobre todo los gobernadores
buscaron en recogidas en el interior de la Llanura del Plata, “donde había un hervidero de indios”,
manos de obra, avisando a la Reina Católica, que los buscaban porque así sueltos no podían ser
catequizados. De esta manera la zona del Distrito de Buenos Aires presentó una población indígena
confusamente mezclada, en cuanto a etnia e idioma. Esto se comprueba leyendo el importante
documento de la distribución de las encomiendas de Juan de Garay, de 1582.
También el cuadro lingüístico de la Llanura del Plata tiene su historia que es difícil explicar
. A su tiempo el araucano llegó a predominar en la Llanura del Plata como allende de la
Cordillera. Pero hubo derivaciones dialectales, como antiguamente ocurrió en todos los países y
palabras incorporadas de otros idiomas. Es interesante lo que anotan algunas narraciones que hubo
caciques bilingües y hubo esposas de otra extracción. Pero gran parte de los nombres de caciques y
capitanejos son de raíz araucana, Creo que la transcripción de los muchos caciques y capitanejos
nos ofrecen un interesante cuadro etnográfico. Pero creo que más que estas aclaraciones
preliminares, interesarán las historias de los caciques que tratamos reconstruir con los elementos de
los documentos históricos que pudimos consultar. Hayan triunfado o no, estos jefes aborígenes
podrían darnos una lección de humanidad y valentía. Han luchado por justas aspiraciones de su
pueblo. Muchos han tratado de convivir con los “hermanos blancos”. Se les ha impuesto la guerra y
luego se les imputó el calificativo de “salvaje”. ¿Quién no es o era salvaje en la guerra? La
actuación de los cacique muchas veces nos habla de justos reclamos. Sabían que hay un derecho a la
vida, a la tierra y a la posibilidad de progresar.
Muy distinta habría sido la historia argentina en su primer siglo de libertad y de
independencia, si hubiésemos reconocido la igualdad de derechos en la nueva Patria. Lo ofrecimos
al inmigrante, al “gringo”, se la negamos al aborigen. En vez de ofrecerle a éste la protección que
prescribía la Constitución Nacional, le mantuvimos en un estado de continua sublevación, excepto
los momentos en que los políticos y militares querían aprovecharlo.
Hoy, que admitimos la declaración de los derechos humanos y los convenios internacionales
sobre los derechos de los pueblos indígenas, - (ver: Isabel Hernández: Derechos Humanos y
Aborígenes. El Pueblo Mapuche. Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, 1985) – debemos animar a
10
nuestro pueblo mapuche. En la zona cordillerana del Sur Argentino y en Chile se han censado unos
650.000 representantes, restos de las tribus de la Llanura del Plata y de la Araucanía chilena, cuando
en el primer momento de la conquista los estimaban en más de un millón.
Su historia es nuestra historia. Tenemos que descubrirla en su justa dimensión. El mapuche
debe conocer de nuevo lo que más de una generación ha tratado olvidar, unos por el complejo de
inferioridad, sintiéndose una raza vencida. Cada hombre y cada mujer tiene su valor y su dignidad.
Esto demuestra también este trabajo sobre Caciques y Capitanejos de la Llanura del Plata, que abre
nuevos caminos de comprensión y de futuro.
El hermano indio en gran parte vive pobre, -sobrevive-, en rincones apartados. Debemos
tenderle nuestra mano y darle la oportunidad que pueda progresar. Creo que la sociedad conciente
ha elaborado ya algunos proyectos. Sabemos que los indios necesitan tierra o lugar de trabajos que
le den alimentación, salud , cultura y educación y necesita seguridad legal.
La acción social y la caridad cristiana deberán remediar los errores históricos.
Hubo entre los araucanos (mapuches) nombres patronímicos que señalaban un determinado
linaje de la “nobleza”. El Dr. Estanislao S. Zeballos inventó el término “dinastía” al publicar sus
famosos libros “Calfucurá y la Dinastía de los Piedra” y “Painé y la Dinastía de los zorros”. Los
araucanos hablan de “cünga” que señala la estirpe, la alcurnia a la que pertenecen. Inserto una lista
de apellidos o nombres de linajes, cuyo primer elemento constitutivo es sacado del reino animal. El
nombre evoca al espíritu del aguilucho, del tigre, del puma, por ejemplo.
LINAJE DEL SOL (Antí, Antu, Antig, An) frecuente entre los pehuenches.
Ante (boroga) – Ante-che (boroga) –Ante choique (pehuenche) Ampall-ante (de Cautín) –
CANI-antig (pampa puelche) – Caullam-antu (ranquel ) – Cayu-án
Cupai-antu (araucano) – Curu-ante (pehuenche) – Ech-ante (pehuenche) – Fragi-Antig
(pampa) – Huenu-án (ranquel) – Güilli-án (ranquel) – Levi—ante ( pehuenche) – Lien-án (ranquel y
boroga) – Amri-antu (pehuenche) – Pu-ante (araucano)
LINAJE DE LA PIEDRA (CURÁ) : Predomina entre huilliches y salineros
Anti-curá (salinero) – Calfu-curá (huilliche) – CANI-curá (Huilliche y poya) – Carre-curá
(boroga) – Catri-curá (salinero) – Cayan-cura (araucano) – Cubil-curá (huilliche) – Cura-(hu)incul
(1582 en Bs.As.)- Curá (salinero) – Cura-leo (pehuenche) – Huente-cura (araucano) – Huicha-cura
(araucano) - Levi-cura (huilliche y salinero) – Lien-cura (araucano) – Llan-curá (salinero) –
Manque-curá (boroga) – Meli-curá (salinero) – Milla-curá (pehuenche) – Nahuel-cura (araucano –
Namun-curá (huilliche y salinero) –Paylla-curá (huilliche) – Pichi-curá (salinero) – Quila-cura
(chileno) – Quintu-curá (huilliche) – Reuque-curá (huilliche).
LINAJE DEL TIGRE (Nahuel) Predomina entre pampa ranqueles.
A-güel (pampa ranquel) – Ame-nagüel (pampa ranquel) – Añe-ñuel (salinero) – An-güel
(pehuenche) – Cachu-l (pampa puelche) – Caña-huel (huilliche) Catri-nahuel y Catri-el (pampa
puelche) – Cayu-nahuel (pampa puelche) – Colpi-nahuel (araucano) Curri-el (serrano) – Curi-
nahuel (araucano) – Cuyenn-nahuel (araucano) – Chañi-l (huilliche) – Hue-nahuel ( araucano) –
Huenchu-nahuel (araucano)- Güente-nahuel (pampa ranquel) – Huinca-nahuel (ranquel) – Linco-
nahuel (huilliche) – Linco-n (pampa serrano) – Linco - nabal (araucano) – Llami-el (huilliche)
LINAJE DEL TIGRE: (Nao) Predomina también en la Pampa
Amu-nao (ranquel) – Anca-nao (pehuenche) – Angue-nao (pehuenche) – Ante-nao (pampa
ranquel) – Ar-nao (ranquel) – Calcu-nao (pampa) – Calfu-nao (salinero) – Cani-nao (pehuenche –
Cari-nao (pehuenche) – Carrique-nao (ranquel) – Catri-nao (pehuenche y boroga) – Cayu-nao
(pehuenche ranquel) – Coli-nao (araucano) – Copia-nao (salinero) – Cumi-nao (chileno y pampa) –
Cupai-nao (salinero) – Curru-nao (pampa puelche) – Huenchu-nao (huilliche) – Güente-nao
(puelche) – Dugui-nao (ranquel) – Epi-nao (pehuenche) – Lami-nao (pehuenche) – Linco-nao
(boroga) – Llanca- nao (araucano) – Meli-nao (araucano) – Tucu-nao (pampa ranquel)
LINAJE DEL ZORRO (gnerr,ñer,ñir,guor,gurú) predomina en el Norte de la Pampa
11
Anca-mir (pampa ranquel) – Ane-gner (salinero)- Ante-ñer (ranquel) –Anü-guru (araucano)
– Aquí-ner (salinero) – Auca-ner (salinero) Ay-ñer (pampa ranquel) –Guayqui-gner pampa ranquel)
–Calfi-gner (pampa r.) Calfu mor (huilliche) – Calfu-nir (huilliche) – Calvai-ñ (ranquel) – Caniu-
guri (pehuenche) – Caniu-mir (pehuenche) – Cata-gur (araucano) – Catri-gur (araucano) – Cayu-
nirre (pehuenche) – Coli-gur (pehuenche) - Cantren-gor (ranquel) – Echa-gnerr (ranquel – Epu-gner
(ranquel) Epumur (ranquel) Huenchu-gner (ranquel) – Huenchu-nirre (boroga) – Huenu-gner
(boroga y r.) – Huicha-gner (ranquel) – Lemunier (ranquel) – Linco-guir ((araucano) – Llanca-ñer
( pehuenche) – Manque-gner (ranquel) – Meli-gur (boroga) – Milla-gur (araucano) – Nahuel-nirre
(pehuenche) – Paine-gner (ranquel) – Puel-gner (ranquel) –
LINAJE DEL AGUILUCHO (Ñancú, ñan) pehuenche de ambos lados
Alca-ñancú (pampa r.) – Ane-ñan (pehuenche) –Ani-ñán (pehuenche) – Anti-ñancú
(pehuenche) Cadi-ñ (araucano) – Cai –ña (peh.) – Calfui-ñ (araucano y boroga) – Caniu-ñancú
(pehuenche) – Cari-ñancú (peh.) – Cle-ñán (boroga) – Col-ñanco (peh.) – Cumi, ñán ( peh.) – Curi-
ñán (peh.) - Checu-ñán (bor.) Epu-ñán (peh.) Huenu-ñancú (peh), etc.
LINAJE DE LA VÍBORA (Vilú , vilo, filú, fil) preferentemente en Maquehua Chile.
Alca-filú (Maquehua) – Anca-filú (pampa) – Anti-filú (pampa y Maquehua) – Auca-filú
(auca) – Aina-vilo (araucano) – Carre-filú (ranquel) – Coli–filú (pampa) – Curi-filú (salinero) –
Chaña-filú (pampa) – Cheuque –filú (salinero) – Güenu-filú (huilliche) – Guinul-bilú (poya y
huill.) – Ina-vilú (araucano) – Linco-filú (Maquehua) – Lonco-vilú (Maquehua) – Mari-fil
(huilliche) Ñanca-vil (auca y Maquehua) – Paine- filú (Maquehua) – Vilu-Milla (Maquehua,Chile)
LINAJE DE LOS QUEO (Traducido por “siendo, el que es o queupú (pedernal)
Ane-queo (boroga) – Ante-queo (salinero) – Calfu-queo (araucano peh.) – Capa–queu (peh.)
– Carriqueo (ph. y boroga) Cayu-queo (huilliche) – Cla-queo (boroga) – Coli-queo (boroga) –
Curri-queo (boroga) . Huechu-queo (bor. peh.) – Huenu-queo (bor) – Güicha-queo (ranquel) –
Huilli-queo (manzanero) – Janca-queo (bor.) – Lican-queo (peh.) – Llanca-queo (peh) – Mali-queo
(ranquel) – Man-queo (huill.) – Mari-queo (bor.) – Meliqueo (bor.) – Milla-queo (boroga y salinero)
– Molfi-queo – (huill.) – Necul-queo (bor.) – Peine-queo (boroga) – Ranin-queo (bor.) Une-queo
(bor.)
HAY OTROS LINAJES: Calqui (cal) de – Manque (man) de Cóndor – Milla (mil) de oro-
Bangui (pan) de puma – Hualá (hual de pato) – Huanque (guán) de Avestruz – Lemu de bosque –
Luán de guanaco – Llanca (llan) de collar o perla – Lauquen (laf o lao) de Lago – Leufú (leo o lef
de Río)
12
13
Para las Fuentes archivistas (originales de documentos) se usan las siglas convencionales:
A.G.Ind. : Archivo General de Indias en Sevilla
A.G.N. : Archivo General de la Nación (Buenos Aires)
A.E.M. : Archivo del Estado Mayor, hoy Dirección de Estudios Históricos del Ejército
A.M.H.N.: Archivo del Museo Histórico Nacional (hoy A.G.N.)
A.H. La Plata: Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires , La Plata
Archivo de Geodesia de la Provincia de Bs. Aires, La Plata
A.Cord.. : Archivo de la Provincia de Córdoba (Córdoba)
A.Mend. : Archivo Histórico de la Provincia de Mendoza (Mendoza)
A.S.Luis : Archivo Histórico de la Provincia de San Luís (San Luís)
Archivos Municipales de Azul, Bragado, Bahía Blanca, Junín y Nueve de Julio
Guía Bibliografía : El Indio en la Llanura del Plata del P.Meinrado Hux 2 vol.
Algunos libros se citan al pie de las biografías importantes.
Abreviaturas :
Cac.. : cacique
bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
: página
14
CACIQUES Y CAPITANEJOS
DE LA LLANURA DEL PLATA
(Apellido – año de la documentación – grupo étnico –fuente de información: )
ABACHIN, 1573, cac. comechingón de Paya Sacate, Aguada Xeques. Fue sometido por el
fundador de Córdoba y encomendado a Cabrera. (Montes, A. 1954 p.50)
ABANTAY, 1616, cac. comechingón de Cosconoje; encomendado a Ardiles (Montes ib.
p.85)
ABAS COSTIN, 1575, cac. comechingón de Chabas Panaholva, Córdoba; encomendado de
Luna. (Montes ib. P.67)
ABAS PITIN, 1575 cac. Comechingón de Civicinta; encomendado de Bustamante. (Montes
ib. p.85)
ABULNE (ver Avuné)
ABACABEABA, 1575, cac. comechingón del Valle de Punilla, Córdoba.; encomendado de
Jerónimo Luís de Cabrera (G.A. Terrera)
ACAMPOLO, 1594, cac. comechingón de Chogo Pitepín, Salacate, Córdoba; encomendado
a de Las Casas.
ACAMUMU, Juan, 1596, cac. puntano (prob. Michilingüe) (Arch. Mendoza)
ACAÑAO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
ACAZUZO, José , 1740, cac. pampa carayhel o serrano; uno de los cinco caciques
fundadores de la Reducción Jesuítica de Ntra. Señora de la Concepción. (Lozano, en ESTUDIOS
t.26 y Sánchez Labrador (Furlong) p.227) El nombre parece castellanizado.
ACEVEDO, s. XVI, cac. sometido en Alto Alberdi, en las inmediaciones de Córdoba.
Recibió su tierra por una cédula del Rey. El nombre es castellanizado.
ACEVÍN, 1567, cac. huarpe de Guaymallén, cerca del Pucará. En encomienda de Diego de
Velazco.
ACIDUAM, 1831, cac. pampa que figura en la lista de los parlamentarios en Tandil. (AGN.
Biedma VII 10-4-14; 19.11.31)
ACLARICHIÁN (o Aclarichicán) 1620, cac. comechingón del Valle de Punilla, Córdoba (G.
Terrera)
ACOYOP, s. XVII. Cac. puntano junto con Gultiunta (Cabrera: Aborígenes del país de
Cuyo p.226)
ACÚN, 1847, cac. huilliche, segundo del cac. Cheuqueta. Ese año estuvo en comisión de su
cacique en Azul. El Comandante de ese Fuerte prefirió dar regalos y no llegar a guerra. Obsequió
con vacas y caballos a los enviados de Calfucurá: Llusquen, Unaiché, Acún y dos de Cheuqueta y al
capitán Guichal de Bahía Blanca. (Capdevilla,R :Pedro Rosas y Belgrano, Tapalquén 1973 p. 80-
82) Dos años más tarde P. Rosas y Belgrano informó que Acún había fallecido en Bahía Blanca, de
muerte natural. (Capdevilla, R,: Rosas y Belgrano 1973 p.90)
ACHAU(H)UENTRÚ) (o Achaventrú, Achagüentrú) 1870, capitanejo ranquel de Mariano
Rosas. Trató con L.V. Mansilla por el acuerdo de paz. Y encabezó varias comisiones diplomáticas
(Etim.:Achau = gallina; huentrú = macho, e.d. gallo) Se llamaba también Manuel López
ACHAGÜENTRÚ, 1820, cac. de la agrupación de Chulilaquín (puelche) adictos al
guerrillero chileno J.M.Carreras. Según éste, aquel vivía en Mocleo.
ACHALA COBININTA, 1573, cac. comechingón de Ychila Cubininta, Bosque alegre,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes p. 89)
ACALA COBINÍN, 1598, cac. comechingón, de Achala Sacate, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p 84)
Achala Charaba, 1573, cac. comechingón de Achala Sacat, en Chocho Conahal, Córdoba;
encomendado de Pérez (Montes p.72)
15
ACHALA UMBA, 1585, cac. comechingón de Tiquín Casta, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 72)
ACHANCAY, 1596, cac. Michilingüe de Tacala Ahme, Morro, San Luís. Encomendado de
Maldonado. (Montes p.79)
ACHANQUE, 1643, araucano que colaboro fuertemente con los españoles. (Gay,
Doc.II.1876 p.384).
Acha Tulía, 1588, cac. comechingón de Pula Olaen, Córdoba, encomendado de Olmedo.
(Montes p.87)
ADELAÚN, 1845, cac. puelche del Río Diamante (Mendoza)
AGA TOE TOE, 1598, cac. comechingón de Ocompach, Cruz del Eje, Córdoba,
encomendado de Peralta. (Montes p. 59)
AGELUPI (o Angue lupi), 1667, cac. araucano, quien junto con Aillam mamil y 2000
indios atacó la plaza de Tolpán. (Gay, Historia III. 1847 p. 249)
AGNERR (o Agneén o Huanhegüer) ver ANEGNERR
AGUANTAY, Francisco, 1691, cac. mendocino, nieto del cacique Alonso Sasetan (Arch.
Mend. doc 7, carp.29)
AGUANTAY, 1627, en Uco, Mendoza o Río Uco. (Strube Erdmann)
AGUARÁ, 1582, cac. de nación Chanás, por el repartimiento de Juan de Garay,
encomendado de Ortigosa en el Distrito de Buenos Aires. (Aguará es un perro – lobo).
AGUARATÍN, 1582, cac. de nación guaraní, por el repartimiento de Garay, encomendado
de Pedro Alvarez Gaetán.
AGUARINÉ, (o Guarinez) 1563, cac. tunuyán del Valle de Uco. Villagra lo encomendó a
Diego de Velasco (Latcham: Rev. Chilena 66, 1929 p.263)
AGUEL (prob. de Angue Nahuel: Cara de Tigre) 1770, cac. auca entre el Río Sauces y R.
Negro.
AGUELIPI, 1664, cac. araucano de Quilaco, Chile, de la falda de la Cordillera. Un día
pidió en el Fuerte de Virguenco doce soldados para maloquear con ellos a los pehuenches. Pero
llegado a su toldería, los hizo matar y luego atacó a aquella comandancia. Con un oportuno refuerzo
los sitiados lo vencieron y lo victimaron. (Gay. Historia III, 1847 p.248)
AGUIPÁN, 1833, cac. pampa, amigo de Rosas, al que acompañó en la Expedición al R.
Colorado. (Capdevilla, Tapalquén I. P.77)
AGUIRRE, Cornelio, 1770, cac. pampa en Baradero (Prov. B.A.) En ese año solicitó al
Gobernador de Buenos Aires el permiso para reedificar la iglesia de la reducción. (Barbich: Historia
de Santiago de Baradero, 1980 p.29) En 1800 reclamaron el goce de sus antiguos derechos y tierras.
Y pidieron la facultad de elegirse un cabildo en su pueblo. (Arch. La Plata, caja 13.2-7-28)
AICANTA ( o Aycanta),1561, cac. huarpe del valle Cuentota, hijo del cacique Acevín;
encomendado a Gabriel Sosa.
AIGO, Juan y Amaranto caciques huilliches de Hue Culle (Ruca Choroy, Prov. Neuquén.
Su resto de tribu (30 familias) es una de las 23 agrupaciones indígenas Nº 13 del Neuquén con
reserva reconocida por decreto en 1964 (Lit. Hassler, W. Nguellipún Lonco, Ruca Choroy mapú
meú, en Neuquenia 1956 y Rev. ETNIA Nº 12, Olavaria 1970 .Hay una foto de 1956.
AIGO, Hilario el abuelo de Amaranto, 1879, J.A.Roca lo empleó para su Campaña, porque
era un buen vaqueano en la Cordillera. Antiguamente vivía en Guillén. Juan Aigo era su sucesor y
quedó con una de las dos mujeres del padre. El cacique no solicitó dádivas, sólo reclamó un apoyo
racional que permitiese que la comunidad progrese. El padre obtuvo 2000 hectáreas (Rev. CRISIS
Agosto 1976 p.45-47)
AIGUAL, Tránsita (o Aingual) ,1857, cacica ranquel que residía en Fiumal. Era hermana
del cac.. Nahuelchó y tía del capitanejo José Victorio Nahuel. Era independiente con numerosa
indiada, heredada de su padre. Visitó personalmente al Presidente J.J. de Urquiza (AGN. VII. 14-1-
15 y 14- 2-2)
AILLAVILÚ, 1550, jefe toqui, que presentó batalla en Andalien. (Lista de P. Ojeda p 45)
AILLAVILU II.; sucedió a Huenecura. Abdicó en su dignidad y se eligió a Ancanamón
(Pavez: lista p.44 2004)
16
AILLA FILÚ, 1811, cac. pehuenche mendocino. Murió en octubre de ese año durante un
malón. (véase Unafilú. Nombre: araucano, de aillá = 9 y filú= víbora) .
AILLÁN , cac. boroga. Éste y el cac. Panguilef han derrotado en una batalla a Calfucurá en
Malal Kahuel. La fuente no precisa la fecha (Paez,J. : Conquist del Desierto Nº 10 ,Rev. Popular,
Bs.As. 1970) No sé si es el mismo que Ayllá que en 1824 vivía en las Sierras de la Ventana.
AILLAL, (o Ayllal) ,1845, cac. pehuenche
AILLA MAMIL, cac.. araucano que se unió a Aguelipi para atacar el fortín Tolpán. (Gay)
AILLA PANGUI, 1776, cac. araucano (peh.) quien, después de la muerte de O`Higgins por
el cac. Lebián (Leviantu) fue decapitado. Su cabeza fue llevada a Los Ángeles. (González p. 128)
AILLAPI, cac. pampa quien 1740 avisó que venía un malón contra Luján.
AILLAPÍ, cap. Salinero, 1878 perseguido con Querenal por el Cnel. Nicolás Levalle.
Lasc. . p. 122)
AIMÉ PAINE (sobrenombre de la cantante en idioma mapuche (1990)
AIMINUNA, Don Juan (o Aminuna), 1698, cac.. michilingüe de San Luís, encomendado de
C.Chirinos (Arch. Mendoza)
AINGÓN, 1857, capitanejo huilliche quien en Noviembre de ese año desempeñó una
misión diplomática con carta del cac. Calfucurá para el Cnel. Iturra en Bahía Blanca (Arch.
Salesiano, Bah. Blanca)
AINVILÚ, 1617 cac. araucano Toqui chileno, sobrino del famoso cac Palantaré. Su hijo se
llamaba Calfumanque, llamado también Don Lope, a quien bautizó el Padre Valdivia y se casó
cristianamente.(M. Campos Menchaca: Nahuelbuta 1972 p. 367)
AJÓ, 1750, cac. tehuelche de la zona del Tuyú, Prov. Bs. As. Era rico e inteligente. Tenía
hasta riego en sus campos. El mapa del Padre Thomás Falkner señala sus toldos. Un arroyo y luego
un partido (hoy Gral. Lavalle) perpetuó su nombre, Sus tierras se extendieron desde el Rincón de
Ajó hasta Manantiales.
AL CHABABA, 1583 cac. comechingón de Coqueques, en Tillán Cabiche, Córdoba.
Encomendado de Coria (Montes p.56)
AL CHUCHABA, 1573, cac. comechingón, de Caja Sacat, Río IIº, Córdoba. Encomendado
de Villegas. (Montes p.84)
ALALE, 1564, cac. huarpe de Mendoza. Encomendado de Velasco.
Anales, 1609, cac. huarpe cerca de Mendoza, sobre el camino a San Juan (Arch. Mend.)
ALANQUEPEIS, cac. pehuenche, pariente de Llanquelén y Ancain (Arch Mend. Doc.39)
ALPANTA, Lorenzo, 1608, cac. huarpe de Mendoza (Arch. Mend.)
ALAPÓN, 1831, cac. pampa. Vino con el cac. Anguelén a Tapalquén (R.Capdevilla,
Tapalquén I. P.70)
ALAYO,1658, cac. puelche, sujeto al cac. Mucsa. Maloqueó con el cac. Yoyarri las
estancias de los Jesuitas en Uco (Mend.). Buscó alianza con los pehuenches y fue a malonear en
Maule (Chile). Finalmente fue capturado y ahorcado en San Juan. (Cabrera, el país del Cuyo p.340)
ALVARRACÍN (Alvacín),Filiberto, 1868, capitanejo del cacique Raninqueo separados de
la tribu de Coliqueo en Los Toldos y establecidos en La Verde (Part. 25 de Mayo). Su nombre es
castellano. (Comisión Investigadora: Las Tierras de Coliqueo 1940 p. 382)
ALBELIS CHARABA, 1573, cac. comechingón de Albetis Sacate o Salasacate, Córd.
Encomendado de Yrobe (Montes p.65)
ALCA (O TALCA) 1579, cac. pampa del Río Vº, empadronado por Abreu en Amari.
ALCA CHOROY, 1750, cac. de la zona de Luján y Las Conchas, dice Falkner, quien lo
señala como taluhet (De Angelis I. 1910 p.332) Etimol. araucana “Loro macho”.
ALCA CHORROY, 1837, cac. pampa. Figura en una lista de indios amigos AGN.S.X. 25-
5-1)
ALCA FILÚ, León, 1821, cac. araucano de Maquehua, Chile, que participó en la Guerra a
Muerte, junto con Ancafilú, Loncofilú y Painefilú (T.Guevara, Los araucanos en la Revolución de la
Independencia, Santiago 1910 p.90 y 197) 1827 vino de Chile a Bahía Blanca a reforzar el
contingente patriótico del cacique Venancio Coñuepán. Llegó hasta Salinas Grandes y allí mató al
cac.. boroga Huircán. Etimol. Víbora macha.
17
ALCAIL,1781, cac. huilliche que fue a Bs. Aires de visita (León 1991 p 53)
ALCA LUÁN, (o Alcán) serrano. 1770, participó con 12 caciques y 300 indios (y 171
vecinos de Luján) en la expedición de Pinazo contra los tehuelches (Diario de Hernández, J.A. en
De Angelis, 1838 T.Vº.1778, cac. pueche pampa ; residía del Río de los Sauces (Colorado) hacia la
Cordillera. Actuó anteriormente con el cac. Lorenzo Calpisquis en la frontera y residía en Salinas
Grandes. Etim.. Guanaco macho.
ALCA MAN, 1770, cac. pampa. Celebró con 12 caciques un tratado de paz y acompañó la
expedición de M. Pinazo contra los tehuelches.
ALCA MAN, 1838, cac. pehuenche de Limen Mahuida. Lo nombra Man. Baigorria en sus
Memorias. Etimol. Manque : Cóndor macho.
ALCA MAN (o Alcamayn), 1854, capitanejo ranquel del cac. Llanquetruz (h). Desempeñó
misiones diplomáticas, señal que sabía castellano. En enero de 1853 llevó tres cartas al Gobernador
de San Luís. (Arch. San Luís)
ALCAN ver Alcaluán
ALCA ÑANCÚ (o Alcanán) 1797, cac. pampa ranquel, quien visitó con otros caciques al
Virrey en Bs. Aires. (Mariluz Urquijo, El Virreinato..Marques de Avila, Bs.As. 1964 p.229) (AGN
IX 1-6-6 Comandancia de Luján).
ALCA ÑANCÚ (o Alcaú) cac. pampa que en 1781 fue a bagualar con los caciques Negro,
L.Calpisquis, Toro, etc. (Extraigas: Fuerte del Río Negro p.147)
ALCAÑÓ, 1872, capitanejo ranquel “rebelde”, dice el misionero Fray A. Álvarez.
ALCA PANGUI (o Alcapán), 1648, cac. principal araucano de Quinchilea, Chile. Quiso
vengar la muerte de los caciques ajusticiados en Quilín, Chile. (Gay, Historia III. 1847 p. 79)
Etimol. Puma macho.
ALCAPÁN, 1800, cac. principal de la costa de Chile, padre del cac. Neculpán, alias José
Antonio Zúñiga, 1802- 1851 muy comprometido con los Pincheira (Arch. Mend. doc. 12 carp. 123).
Sobrevivió a su hijo y por eso José Antonio no llegó a ser sucesor de la tribu de Alcapán (ver
Zuñiga)
ALCA TRIPAY, cac. araucano del siglo XVI. Acompañó al cac. Caupolicán en la lucha
contra los invasores.
ALCOR, 1787, cac. pehuenche de Malalhue, quien intervino en la Guerra Pehuenche (Hux:
Caciques Pehuenches 2004)
ALEJANDRO, 1785 cac. tehuelche. En Mayo de este año tomó parte en la repulsa de la
expedició, de de la Piedra y parlamentó con los españoles que los han sitiado. (Extraigas: Fuerte de
Río Negro, p. 288)
ALEJO, (EL MESTIZO ALEJO), hijo del cac. Puane y de la cautiva Beatriz Gutiérrez e
Albornoz. 1657 organizó una sublevación contra los españoles, por haber infligido vejámenes a los
araucanos. El cac. Cleantaru lo eligió como segundo cacique y después de la muerte de ese gran
cacique fue elegido Toqui. Luchó durante varios años. Según Gay (Historia III, 1847) fue muerto,
estando ebrio. Según el Padre Campos Menchaca murió del mal de ausencia en 1661, porque le
habían muerto a su cautiva favorita. Esta fue asesinada en 1661 por dos de sus mujeres.
ALEMANTABAL, Don Francisco, 1615, cac. huarpe, de Tabalqué, a una legua de
Mendoza. Le sucedió su hija, la cacica Clara, quien donó su tierra a los Padres Jesuitas. (Arch.
Mend.)
ALEATU, Francisco, 1751, cac. araucano de Huera Covud, Chile, donde lo visitó el Padre
B. Haevstadt, el 21 de diciembre de 1751. (Haevstadt: Chilidungú )
ALEPÍN, 1765, cac. principal de los aucas (ver Lepín) Etimol. Dice que hay paz)
ALQUETE (o Sequete), 1770, cac.. tehuelche en las Sierras. Era suegro del cac. Yahati
(Priegue Nota 44). Tenía 15 toldos y obedecía al cac. Guayquitripay. La expedición de Manuel
Pinazo sorprendió, el 29 de noviembre de 1770, sus toldos e hizo una gran mortandad. Al cac. lo
ubicaron luego cerca de la Guardia del Monte( Diario de la Expedición por J. A. Hernández. Y AGN
IX. 1-4-1 y 1-5-1 Pinazo)
ALFONSO, Manuel, 1870, capitanejo del cac. Baigorrita (Lista del R.P. M.Donati cuyo
original poseemos)
18
ALGUANUZ, Francisco, 1606, cacique mendocino del Valle de Uco. Encomendado de
Artiz de Urbina. (Arch. Mend.)
ALIVE (o Alibe), 1598, cac. comechingón de Tutupital y en zona cordobesa. Le sucedió el
cac. Ona (Cabrera, país del Cuyo p. 231)
ALMADA, 1767, cac. pehuelche que acompañó la invasión de Lepín y Antepán. (Correa
Luna, Villa Luján p.22)
ALMADA, Santiago, 1834, ranquel de la tribu de Llanquelén en Junín (Pérez, Apuntes
p.31) El 25 de Junio de 1838 sostuvo con Calfunao una encarnizada lucha contra las tropas de
Bragado, 25 de Mayo y Junín. Perdieron 90 indios. (Sánchez, J.:Efemérides Militares I. p.212) ver
Llanquelén
ALÓN o ALÚN, cac. boroga de Chile, 1800 - 1837. Era uno de los muchos emigrados a la
pampa argentina durante la Guerra a Muerte. Era hermano del cac. Rondeao, de Guayquil y de
Melín. Cuando, en 1818, después de la Campaña Libertadora de San Martín en Chile, estalló la
llamada “Guerra a Muerte”, este grupo boroga acompañó a los realistas en todas las batallas, desde
la del Río Bío Bío (1.1.19) hasta el año 1824. También apoyaron las excursiones de los Hermanos
Pincheira en la Argentina. Algunos representantes estuvieron, por ejemplo, el día del masacre en
Chacay (Mendoza) en junio de 1830. El Gobernador Juan Man. de Rosas estaba forjando sus
proyectos para dominar o eliminar a las tribus de la Llanura del Plata. Quiso ante todo suprimir la
influencia chilena de los pincheirinos y atrajo con dádivas o por amenazas a los borogas, tratando
así comprometerlos en la lucha contra los ranqueles,
El cac.Alón fue llevado a varias expediciones. En el arroyo Pelicura
(Guaminí) resultó herido (AGN X. 27-7-69 desde entonces se halla siempre junto a los grandes
caciques borogas –Rondeao, Melín, Cañiuquir Cániullan-, tanto en los parlamentos como en la
guerra. Así su presencia se destaca en el parlamento con Rosas, el 23 de junio de 1833, al avanzar
en su campaña por Bahía Blanca (AGN. X. 27-5-6). Terminada esa expedición, Rosas continuó su
proyecto por medio de las tropas estacionadas en Bahía Blanca y en 25 de Mayo y los mismos
indios. Por compromiso secreto una coalición de indios patriotas de Cheuqueta, Juan Calfucurá,
Antonio Namuncurá y Tranamán cayó un malón sobre los campamentos de Guaminí y Masallé en
repetidos asaltos entre el 8 y 13 de Septiembre de 1834. El asalto de Masallé, que puede
interpretarse también como una de las postreras manifestaciones de la Guerra a Muerte, enlutó
especialmente a la familia de Rondeao. El Excautivo Santiago Avendaño atribuye la traición al
deseo de que Calfucurá llegase al rango de cacique general.
Rosas dirigió los deseos de los borogas de vengarse de los invasores hábilmente para su
lucha contra los ranqueles y los borogas que se habían refugiado entre ellos. Alón también habría
preferido mantener buenas relaciones con ellos, pero tuvo que marchar a la guerra fratricida. En
Febrero de 1835 los caciques Guayquil y Alón acompañaron con un escuadrón de sus indios la
expedición de las tropas de Bahía Blanca y las del Fuerte de 25 de Mayo guiados por el excautivo
Sargento Eugenio del Busto contra los indios ranqueles de Llanquetruz y de Pichún. El 7 de Marzo
los expedicionarios llegaron a Coiclure, pero Pichún había huído. No obstante, las divisiones
alcanzaron a los fugitivos y acuchillaron unos 300 indios y apresaron más de 350, entre chicos y
adultos. Esta acción disgustó grandemente al cacique Cañuquir, porque entre los caídos había
parientes. Bastó su resistencia, para que Rosas decretara su exterminio, que le llegó el 26 de Abril
de 1836. Gran parte de su tribu fue liquidada. Alón se había separado ya de él y vivió, por gracia de
Rosas, cerca de 25 de Mayo, en el paraje de la laguna La Botija (cuartel 2º de 25 de Mayo. C. Grau,
Fuerte 25 de Mayo. p. 158 y 161). No mucho después, otra tribu fue eliminada a pesar de sus
grandes servicios, la del cacique Venancio Coñuepán. en el ataque del 25 de agosto de 1836. Por
eso, en Agosto de 1837, llegó de Chile el cacique patriota Juan Raylef. uniéndose al malón sobre
Bahía Blanca los indios salineros. Llegaron también a la tribu del cacique Alón. 23 caciques
chilenos se habían unido. Invitaron pues a Alón a un parlamento. Este acudió con 250 soldados,
fueron saludados y aplaudidos, pero luego los rodearon y los mataron. excepto algunos que
escaparon a Bahía Blanca. Tomaron prisioneras a sus familias y les arrebataron sus haciendas. El 14
de agosto de 1837 lanzaron el ataque al Fuerte Argentino (Bahía Blanca), pero el comandante M.
19
Rodríguez, estando sobre aviso, logró rechazar los ataques. (AGN.S.X. 25-5-1 y La Gaceta
5.10.37). La mujer del coronel Iturra, había sido capturada, luego pudo escapar. Ella contó más
tarde cómo ha sido la muerte del cacique Alón.
ALONSO, 1629, cac. “ladino” (sabía castellano), encomendado en San Luis. Uno de los
que Pedro Pérez Moreno subyugó en sus 25 años, que iba “pacificando y ayudando a reducir indios
de la comarca”. (Barrionuevo, Historia de Río IVº I . p. 30)
ALONSO = ANTEMÁN
ALOSER QUELMENU, 1678, cac. serrano que cayó en una de las expediciones del
Gobernador Robles de Bs. Aires (Robles, 1876, p. 313)
ALCOSTAN, 1573, cac. comechingón de Tucuma Sacat, en Quilosite, Córdoba,
encomendado de Cabrera. (Montes, p.51)
ALQUETRAL, 1882, capitanejo pehuenche del Bajo del Aluminé, Neuquén. Una partida
del capitán Sat. Torres lo atacó y él tuvo que entregarse prisionero.
Etimol.: Quetrel : fuego;
ALTAHUENI ( o Altaoemi) cac. pampa quien participó en juntas de paz, el 13 de
Diciembre de 1825 en Bahía Blanca y en 1826 en Tandil. Etim.: alta: feo; hueñi: muchacho
ALTANÚ,1673, cac. serrano, encomendado al Capitán I. Fernández de Agüero, en la
jurisdicción de Bs. Aires. (Reg. Estado de Bs.Aires 1862 I. P. 128 y Arch.G.Ind. 135, Charcas 283).
ALUQUÉN, s. XVII, cac. puntano, junto con Gultiunta y Acyop. (Cabrera, país del Cuyo
p.226) Etim..: Ale = luz, quen = ser)
ALTIS (o Altic) cac. pampa de Quimi, Río 5º, Córdoba; encomendado de Berrú (Montes
p.84)
LUCHIRA CHARABA, 1582, cac. comechingón de Alunchira, Río 2º, Córdoba;
encomendado de Berú. (montes p.84)
ALLALME (O ALLALINÉ), 1561 cac. de la zona de Mendoza. Este, más los caciques
Ocoyunta, Guaymare, Amato y Tabalaste fueron al encuentro del conquistador Pedro de Castillo
(Arch.Mend. Y Latcham Rv. 1929 p 263)
ALLALME, 1586, un documento mendocino habla de su conversión, diciendo:”murió
cristianamente”.
ALAPEN, 1582, cac. de la nación Locultis, por el repartimiento de Juan de Garay,
encomendado de Juan Fernández Enciso, en el distrito de Bs. Aires.
ALLAIME, 1561 cac. huarpe de Mendoza. Tenía canales de riego (L. Funes 1931 p.)
ALLE, 1562, cac. huarpe de Mendoza, sucesor del cac.. Acevín, en la encomienda de
F.Peña. (Cabrera país de Cuyo p. 233
ALLIPIL, 1878, capitanejo salinero. En noviembre huyó a Chepucó (Olascoaga 1930 I.
P.125)
ALMACAN, 1575, cac. comechingón de Ame, al Este de Soto, Córdoba. Encomendado de
Bustamante (Montes p.55)
AMANCASTA, cac. huarpe, alias Yocacalú, 1632 de San Juan. (Cabrera, país de Cuyo
p.233
AMANTUCA, 1598, cac. comechingón de Cocoyan Hene, Los Llanos, Córd. Encomendado
de Díaz. (Montes p. 66)
AMARO, 1875, capitanejo salinero (Diar. América del Sur 16.9.77) Era sobrino carnal del
cacique Namuncurá. (Estuvo estudiando con los Padres Lazaristas de Luján y figura en una
fotografía)
AMASAP, 1833, cac. tehuelche, enemigo de los chilenos, según una nota del Gral. Pacheco.
(Diario de Rosas, 1965, p. 154)
AMAGUA, 1593, cac. mendocino, hijo de Ubciquian (Arch. Mend.)
AMBALA AMINTA, 1577, cac. comechingón de Ambia, Saldan, Córdoba. Encomendado
de Gallegos (Montes p.84)
AMBOLI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Amboli Sacat, Chila, Córd.
Encomendado de Yobre (Montes p.65)
20
AMBULO NAGUAN, 1585, comechingón de Pess Tuspi, Rique Lene, Córdoba.
Encomendado de Jaymes. (Montes 70)
AMBULO YANQUI, 1573, cac. comechingón de Ambulo Catna, Rique Hene, Córdoba.
Encomendado de Jaymes (Montes p.65)
AMBURETA, 1850, cac. pehuenche de Neuquén
ANCHAM,1573, cac. comechingón de Viinchin chin, en Quilino, Córdoba, Encomendado
de Cabrera. (Montes p. 51)
AME NAGÜEL, 1822, cac. pampa que se presentó en la junta de paz al Cnel. Pedro A.
García. (De Angelis IV 131) Etim..: Ami-se fue y nagüel- el tigre.
AMIAL, 1590, cac. huarpe de San Juan, compañero del cac. Pillao. (Cabrera, país de Cuyo
p.233)
AMIN CHINTA, 1573, cac. comechingón de Ami Sacat, Río 2º, Córdoba. Encomendado de
Villegas. (Montes p.84)
AMOLEPI,1750, cac. pehuenche, según Falkner (1774 p. 126); auca o araucano, según
Lozano (1740 p. 297) Vivía entre los tehuelches del Río Negro o era su aliado.
AMOTRIPAY, 1773, cac. pehuenche, del otro lado del Río Bueno. Murió envenenado por
su capitanejo Necultripay. Obedecían al cac. mendocino Pascual (en RJEHM, Mend. XI. )
AMPALL ANTE,1645, cac. araucano de Chile en Cautín. Ese año se sublevó junto con el
joven cac.. Huenchuquirque, porque el cap. Catalán había muerto a su comisión de paz, estando en
tratados de paz. (Campos Menchaca, Nauelbuta p.115)
AMPACAME,1761, cac. huarpe de Jáchal, San Juan. (RJEHM, Mend. II p.319).
AMPUS NAVIRA, 1579, cac. pampa de Campusuni, Río 5º, Córdoba. Empadronado por
Abreu (Montes p. 78)
AMSAL, 1608, cac. huarpe de San Juan. (Cabrera, país de Cuyo p.234)
AMUNAO, 1878, cap. Ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas de Leuvucó, del que habla
L.V.Mansilla en su libro famoso. Estaba casado con Juana Cardoso. Era inteligente. Sabía leer y
escribir. Después de la persecución de la Conquista de 1879 logró ubicarse en la Pampa Central. Sus
hijos fueron: Rosa (1878), Mariano (1880 en Mercedes), Marcos (1883 en Fte. Sarmiento)
Etimol.: Amuí-se fue y nao-el tigre)
Anagner ver Anegner
AMYLLÁN, 1879, hija del cac. Calfucurá, bautizada en Bs. Aires a los 30 años de edad.
ANAPILCÓ,1822, cac. del Norte de la Patagonia.(J.J.Biedma; Crónica Hist. Del Río
Negro, 1905 p. 484)
ANATO, 1561, cac. huarpe de Amaycate (llamado Don Diego Anato), era uno de los
principales jefes de la vecindad de Mendoza (J.T.Medina : Coll, de Historiadores de Chile T.V. p.76
y T.VI. p.250
ANCABIL , 1787, cac pehuenche amigo de Mendoza fue muerto en junio de ese año junto
con Carripil y Ñancucheo. Antimán había sido 2º cac. de Ancabil (Arch Mend. Doc. 36 y De
Angelis IV 110 p. 385
ANCAFILÚ: Era un cacique pampa, actuó ya en 1800 por la zona de Kakel Huincul. Vivía
en paz y criaba hacienda a orillas del Arroyo Chapaleufú. Su toldería se había hecho un punto
estratégico y muy frecuentado. Cerca de la Sierra Tinta (Estación Parker) pampas, pehuenches y
tehuelches se reunían anualmente en una "feria de ponchos", donde trocaban sus productos y no
pocos vianderos porteños acudían a la reunión.
Como es frecuente, la primera noticia de su presencia era una acusación. En Crónica Militar
II. p.94 se dice que en 1800 los indios de Ancafilú habían robado en la estancia Kakel. No decía
cómo se había formado esta estancia en tierra india.
Al formarse el gobierno patrio, Ancafilú acompañado por otros jefes llegó a Buenos Aires,
cumpliendo un deseo de Mariano Moreno. Feliciano Chiclana los recibió en el Cabildo y allí
firmaron un primer pacto de paz y reconocimiento del nuevo Gobierno. El mismo cacique había
estado en contacto con los blancos en oportunidad de las expediciones a Salinas Grandes.
Acompañó a varias de ellas. Su nombre figura también en las actas del Cabildo porteño, en
oportunidad de la primera invasión inglesa. Había ofrecido sus tropas para rechazar a los invasores
21
"colorados". Pero la paz no era tan segura. Hubo muchas tentativas y aún decretos para avanzar las
estancias sobre las feraces campiñas del sur. Estos avances dieron ocasión a malocas a los recientes
establecimientos de aventureros. El gobernador M. Rodríguez estaba decidido a avanzar e intimó a
algunos caciques exigiendo la devolución de haciendas robadas. Acusó a los caciques Ancafilú,
Anepán y Cachul de hacer daño a la Provincia. Que si no devolvían las haciendas, él les declararía
la guerra; el cacique Avouné contestó, el 7 de enero de 1820, que los caciques, alertados, pedían la
devolución de prisioneros y pasaportes "contra los cristianos ladrones y pulperos" (AGN. Biedma
VII 10-4-13). Devolvieron 500 vacas: pero la piedra de la discordia estaba tirada ya.
Para tranquilizar a los pampas, el gobernador M. Rodríguez comisionó al estanciero
Francisco Ramos Mejía, amigo de los pampas, a convocar a los caciques a un parlamento de paz en
su estancia Miraflores. El 7 de marzo de 1820 se reunieron con él los caciques Ancafilú, Tacumán y
Tritrinín en representación de todos los demás caciques pampas y firmaron un pacto de paz que
entró en nuestra historia como Pacto de Paz de Miraflores.
Este tratado será admitido por breve tiempo, porque no pudo detener el avance de los
estancieros blancos, incluyendo al mismo gobernador, quien un año después pisotearía los derechos
creados. Había entrado en la pampa el hábil guerrillero J. M. Carrera quien conquistó para las
actuaciones que realizaba con un grupo de chilenos a gran parte de las tribus ranqueles y pampas.
Hasta se había aliado con el gobernador de Santa Fe y el ex gobernador de Buenos Aires, el general
Alvear. A estos comprometió con un tratado de paz interprovincial- Cuatro días antes de firmarse
22
este tratado de paz, llegó el cacique Ancafilú al Campamento del general López (gobernador de
Santa Fe), acompañado de 16 capitanejos y algunos conas, dispuestos a hacer los arreglos para
ayudar a Carrera. A medianoche del día 24 de noviembre, Carrera y sus parciales y también el
cacique pampa desaparecieron sigilosamente. En realidad, el general López se había resistido a
entregar al gobernador de Buenos Aires a Carrera y sus 300 chilenos. Estos habían partido a tierra
ranquel. Allá celebraron grandes parlamentos. El secretario inglés de J.M.Carrera. describe, en sus
Memorias las ceremonias. (Yates. W.-.José Miguel Carrera, 1820-1821. Bs. As. 1941). Dos mil
indios se alistaron bajo el mando de Llanquetruz para el malón sobre Salto que se efectuó el 3 de
diciembre, que fue un terrible degüello. No me consta que Ancafilú haya intervenido en aquel
malón ni en el que. casi simultáneamente. se llevó sobre Lobos. Es natural que en Buenos Aires
haya estallado una tremenda indignación. El gobernador convocó a la guerra; quería perseguir a los
indios vándalos. No marchó contra los ranqueles ni buscó a Carrera, sino se dirigió contra los
pampas del sur. Desde Montes salieron dos columnas para hallarse en la Laguna de Los Huesos. El
4 de enero de 1821, 2.500 soldados rompieron la marcha y el día 8 estuvieron sobre las tolderías del
Arroyo Chapaleufú que, al parecer, estaban en silenciosa quietud. Cayeron por sorpresa, dice el
parte, mataron diez hombres, apresaron a niños y mujeres y se apoderaron de mucha hacienda.
Muchos indios se salvaron huyendo a nado por el río: otros no estaban en esos momentos. (La
Gaceta, Bs. As. 24.1.21).
Los indios no iban a abandonar a sus familias ni las haciendas y empezaron a hostigar a las
tropas por los flancos. Al día siguiente, los caciques pidieron un parlamento. Se presentaron pues
los caciques Ancafilú, Anepán, Pichiloncó y Catriel. El Gobernador les exigió que se incorporaran
para perseguir a los ranqueles. Los caciques prometieron juntar a sus indios y acompañarlo, así él
les devolvió a sus familias. Se cumplía el plazo, pero los indios no aparecían. Sí, llegó un chasque
para invitar al Gobernador avanzar con sus tropas al Arroyo Los Huesos (Forohuelu Leuvú). Pasó la
tarde. El día 15, el cacique Ancafilú mandó una carta que revelaba su desconfianza. Ese día llegó un
caciquillo pampa muy ladino para avisar al Gobernador que los indios tramaban una traición. El día
16 se presentó el cacique Pichiloncó con conas para conversar con el Gobernador sobre la
incorporación de sus contingentes. Llamó la atención que estuviesen pintarrajeados con colores de
guerra. Pero el General se hizo el zonzo. Terminado el parlamento, el ejército estaba sitiado por
indios. Se hizo el choque en que 150 naturales dejaron sus vidas. Pero durante todo el día
mantuvieron la guerrilla. El día 17, algunos caciques se presentaron con la bandera blanca
prometiendo la paz. Para mayor seguridad, el Gobernador ordenó la retirada, consciente que no
había logrado sus objetivos. A su regreso en Kakel Huincul, el Gobernador mandó apresar la familia
de Ramos Mejía e indios de la-estancia. Tales actitudes provocaron la indignación aún de J. M. de
Rosas quien, el 23 de enero, renunció a su cargo. El capataz J. Molina de la estancia huyó hacia
donde estaban los indios pampas y los incitó a la venganza. Con 1500 indios caerían en malón sobre
la incipiente población de Dolores y las estancias avanzadas. Durante una semana se veían las más
execrables escenas (Dorcas Berro, R.: Nuestra Señora de los Dolores).
El Gobernador llamó entonces al coronel Pedro Andrés García que tenía fama por sus éxitos
frente a los indios; el 15 de noviembre le comisionó para proponer a los pampas un nuevo tratado de
paz. Debía conseguirse la seguridad para la campiña y la perspectiva de poder adelantar las
propiedades. Sin entrar en mayores detalles de la arriesgada expedición de paz (Diario de la
Expedición de 1822 escrito por el oficial de ingenieros. D. José María de los Reyes, en Colección
De Angelis VI, 1838, p. l78ss); con todo puede decirse que no fue un éxito,
Ancafilú se mostró molesto ya en el primer parlamento, el 6 de marzo de 1822. en casa del
cacique Antiguan. La Junta Grande de 2500 indios y 43 caciques fue una gran demostración
indígena. El acto y la celebración de la paz se hizo en la toldería del cacique Lincón, el 18 de mayo.
Este fue, sin duda, la gran figura del acto. Cuando García al regresar se acercó a los toldos de
Ancafilú y Pichiloncó. ellos los evacuaron por temor que les ocurriera algún trastorno. García había
propuesto la fundación de un fuerte en Tandil y se negaron. García llegó a Buenos Aires el 3 de
febrero de 1823 e informó del resultado de su larga gestión y las condiciones que habían
23
manifestado los indios. El gobernador, nada satisfecho, resolvió salir a una segunda campaña con
rumbo a Tandil y lograr sus objetivos a la fuerza.
Iniciaron esta vez la marcha 269 hombres desde Montes, el 6 de marzo de 1823. El 17
estuvieron de nuevo sobre el Chapaleufú y el 27 en Tandil. El Gobernador invitó a los indios a un
parlamento para el mes de mayo. El 5 presentó una delegación de 20, anunciando la llegada de los
caciques. El día 7 llegaron 400 y 800 se mantuvieron ocultos. El cacique Ancafilú se hizo excusar
que no iba, por viejo, porque había peste en su tribu. El general Rodríguez fue víctima de una
emboscada, el 8 de mayo, en la Laguna "La Perfidia" (bautizada entonces con este nombre), donde
perdió dos capitanes, dos tenientes, etc. Y el gobernador, nuevamente acobardado, mandó regresar a
sus tropas.
Como respuesta del desierto, los indios organizaron una grandísima invasión a territorios
cristianos. Desde Chascomús hasta Melincué y el Arroyo del Medio se sintieron sus alaridos.
También los indios de Ancafilú y los pampas más mansos participaron junto con el gaucho J.
Molina. El coronel Arévalo organizó dos columnas para perseguir a los maloneros. En la Laguna
Pila les dio dos cargas. (Gaceta, 31 de Oct.-23) El 30 de octubre avistaron a un escuadrón de indios
en la Laguna Arazá, y el 1º de noviembre, en la Laguna Sucia (Part. de Dolores). Al día siguiente,
una numerosa partida de indios atacó a las tropas del Comandante de la Campaña (recién
nombrado), J.M. de Rosas. El choque fue feroz y los pampas fueron derrotados por los blandengues
y 300 milicianos de la Provincia- Allí, el cacique Ancafilú y unos 50 más perdieron sus vidas;
Pichimán y otros huyeron, abandonando unos 150 mil animales (La Gaceta 6 y 25 de Nov.1823)
Ancafilú había sido una de las grandes figuras patriarcales entre los indios pampas. Amaba
la paz y la prosperidad de sus tribus. Pero las agitaciones políticas y las ambiciones del blanco
llegaron a enturbiar sus últimos años. En enero de 1827, la tribu de Ancafilú, entonces unida a la de
Lincón, sufrió otro desastre, por la segunda campaña arrasadora del coronel F. Rauch quien,
uniendo sus tropas de 900 tehuelches, aniquiló las tribus de Ancafilú, Neculhueque y Patraguá.
(Gaceta 23.1.27)
(Etimología: Anca: cuerpo [de] filú: víbora).
ANCAFILU (IIº) en 1821 era cacique araucano de Maquehua. Chile. Pertenecía a una
familia cacical "Filú" como Ñancufilú, Filumilla, Loncofilú y Painefilú, que en la Guerra a Muerte,
primero buscaron mantener la neutralidad. Pero en 1821 se adhirieron al bando patriota del cacique
Venancio Coñuepán y Melipán; 1827, hecha ya la paz en Chile, vino con Ñancufilú a reforzar los
contingentes de esos dos caciques que por encargo del gobierno chileno, perseguían en la llanura
del Plata a los indios chilenos realistas. (T.Guevara, Los Araucanos 1810-1827; Santiago 1910, p.90
y Cap. VII). Les costó mucho. En 1830 estuvo en un parlamento de Tandil con 32 caciques
(Fernández,200, p. 18) Aquellos caciques prefirieron incorporarse a las tropas de Rosas: Ancafilú,
en cambio, volvió a sus lares. Pero, cuando en 1836 fue muerto traidoramente el cacique V.
Coñuepán,. cruzó de nuevo los Andes con el cacique Juan Raylef y más de mil indios para vengar a
sus compatriotas caídos. En alianza con otras tribus argentinas cayeron en Malón sobre Bahía
Blanca y sobre Tapalquén.
Ancafilú llegó también a Salinas Grandes, donde halló a su rival, el cacique Huircán, al que
dio muerte en el acto. Al volver por la Cordillera cayeron en una emboscada de los indios de
Calfucurá y del cacique mendocino Guzmané, donde hubo gran masacre y despojo del botín
(Guevara, ib.p.580)
ALCAIÑ, (alias Bartolomé Güelecal) 1769, cac. pehuenche. Se le nombra entre los
pehuenches sublevados Estaba unido al grupo de Malalhué y en guerra con los huilliches de
Malbarque. 1787, estando con el cac. Roco. Cayó muerto en un ataque de éstos, como también los
caciques Antemaíñ, Ñancucheo y Carrupil. Así se informó el Comandante Gral. José de Amigorena
en el parlamento del 11 de Octubre de 1787. (Arch. Mend. Doc.36)
ANCAN, 1787 cac. puelche de Malalhué (Mendoza). Estuvo en el ya nombrado parlamento.
Era hermano del cac. Llinquenquén, quien fue muerto el 14 de marzo de 1780 , junto con el cac..
Güentenao, por la expedición del Gral. Amigorena (Arch. Mend. Carp.29) . Ancán logró huir a los
24
pehuenches amigos del Gobernador Amigorena. Con ellos siguió los destinos de la Guerra
Pehuenche. 1790 el campamento de Malalhué (Diario de F.Barros, Arch. Mend.)
ANCALAN, 1575, cacique principal de los comechingones en Cuchi Corral, Sierras
Grandes de Córdoba. Era el padre de los caciques Tamacat, Cochu Charaba y Valacta (G.A.
Terrera).
ANCALAO. Francisco, 1860 es llamado cacique boroga. Era sometido al gobierno de la
provincia de Buenos Aires ya en tiempo de Rosas. Su tribu y la de Guayquil se ubicaron en las
inmediaciones de Bahía Blanca, a orillas del río Napostá. Eran indios amigos por largos años.
Pancho Ancalao con sus indios escaparon, en 1836, al malón que aniquiló a V. Coñuepán. Después
de la muerte de este cacique y después de la partida de las tribus de Collinao y Melinao,
conservaron sus campos en Punta Alta ( hoy Cementerio) hasta fines del siglo XIX. Rosas los
racionaba como indios amigos y realmente fueron los primeros defensores de Bahía Blanca, los que
daban el aviso de peligros y aumentaron la importancia al comercio bahiense (AGN.S.X.. 18-4-8).
Derrotado Rosas en la batalla de Caseros, el cacique Calfucurá invitó a todas las tribus de la
llanura del Plata, y en particular a los indios "amigos", a participar en la formación de una
confederación indígena. Se adhirieron los de Catriel, los de Bragado y también los de Bahía Blanca.
En marzo hubo una suerte de corte diplomática. Los indios de Ancalao ya no acudían al Fuerte, ni
para comprar víveres; en cambio hubo atropellos y robos en las estancias. El 3 de Abril 1852 se
acercó un malón bajo la orden de Calfucurá. El 6 estuvo a las puertas de Bahía Blanca. Si no
hubiese sido por el aviso del capitanejo Felipe Ancalao, los invasores habrían entrado en la
población, pero por el aviso hubo tiempo de organizar la defensa. La tribu de Ancalao, 100 lanzas y
300 familias fueron presas del malón e incorporados al contingente invasor. Naturalmente se decía
que se habían sublevado, pero en realidad fueron llevados por la fuerza hasta Salinas Grandes (R.
Capdevilla: Rosas y Belgrano. p. 101). El Comandante de Bahía Blanca le escribió a Calfucurá:
“Sabrás que una indiada tuya ha venido a robar a Ancalao, Lorenzo y otros dueños. Fueron
Ñanquetruz, Chocorí y chilenos de Traiqueo, Mulfinqueo y Guay Guilhi, 520 soldados y 300
güiliches. Nosotros seguimos el rastro hasta cerca de Salinas “ (AGN X. 18-10-6) Calfucurá
rspondió altaneramente mostrándole que tiene muchas fuerzas. (La Confederación Indígena)
En junio de ese mismo año, el gobierno de Buenos Aires inició intensas gestiones para
lograr un convenio de paz con el cacique Calfucurá. En un intercambio de prisioneros, éste entregó
unos indios del cacique Ancalao, entre ellos la propia familia del mencionado cacique (8.6.52). El
Cnel F. Olivencia quien se había internado a Salinas Grandes, al volver de su gestión por la paz
pudo traer junto con el capitanejo Necurril a esa familia que desde la invasión en Bahía Blanca
habían sido prisioneros. (AGN X. 8-4-8) Las autoridades de Bahía Blanca los admitieron de nuevo
en su vecindad, donde dieron pruebas de fidelidad por largos años. En Febrero de 1854. el
capitanejo más anciano de la tribu, llamado Güichal, que era compadre del cacique Ancalao, llevó a
su hijo a un colegio de Buenos Aires para que lo bautizaran, y lo educasen. Ese mismo año sufrieron
un atropello de los indios del cacique José María Llanquetruz (LIanquetruz IIIº), de Chocorí y 350
chilenos, que les robaron sus haciendas y las llevaron hacia Salinas Grandes (AGN.S.X.. 18-10-6).
Cuando en 1855 la provincia de Buenos Aires, en plan de expansión y para contrarrestar las
influencias de la Confederación, atacó a las tribus de Catriel en Tapalquén, Calfucurá y Coliqueo
humillaron al ejército y al propio general B. Mitre en Sierra Chica. Ancalao luchó entonces en las
filas del ejército porteño, como también en los enfrentamientos sucesivos, en la batalla de Pigüé
(18.2.58; Arch. Mitre XVIII p. 16) y en Carhué. Por el parte de esa última batalla (25.2.58) Nicolás
Rodríguez nos informa, que 100 indios amigos, unidos a una corta fuerza de Bahía Blanca,
chocaron contra 200 indios salineros. Se perdió un caciquillo Ancalao y otros seis indios. Al año. un
nuevo infortunio cayó sobre esta tribu amiga: el terrible malón de 3.000 indios contra la zona de
Bahía Blanca, el día 19 de mayo de 1859. Los Ancalao no se plegaron, sólo perdieron crédito ante
los blancos que desconfiaban ya de todo indio. El mismo año, el pintor y viajero ingeniero Carlos
Pellegrini escribió con tono algo despectivo sobre los indios amigos de Ancalao y de Linares. Habla
de su indolencia y atraso; de su poligamia y sus supersticiones. "No buscan para sus hijos ni pilas
(bautismales), ni escuelas. (y agrega) Nadie se las brinda tampoco" (En: Nueva Provincia, edición
del Sequiscentenario de Bahía Blanca, 1978, p. 35).
25
Opino que merecieron mejores calificativos, tanto el alférez y cacique Francisco Ancalao,
como su hijo Andrés Ancalao que sería su sucesor; como Adriano Ancalao, el subteniente y Melipil,
el cuñado del cacique y buen baqueano que se dejaba conchabar (S.III. 35-8-32) Andrea Ancalao se
casó con Pascual Cañiú en la tribu de Melinao en Bragado. Tengo una carta de Rita Ancalao, que
dice que es bisnieta de Rafael Ancalao, hijo de Francisco Ancalao.
ANCALAO. Andrés, nac. en 1809, también es llamado cacique boroga. Es hijo del cacique
Francisco Ancalao en Bahía Blanca. Encontré una carta del cac. Andrés dirigida al Presidente
Urquiza en 1859 diciendo: Sr. Presidente, he llegado a este punto (25 de Mayo) con el Gral.
Calfucurá echándole al Comandante González un nuevo sitio pàra convencerle que no hiciera
resistencia, porque ellos (4000) venían en nombre del Presidente Urquiza y no iban a robar ni a
matar (Arch. Juzgado de Paz de Bragado y Moya: Contribución a la historia de Bragado p. 95) “…
Mi familia se halla (aún) la mitad en Buenos Aires y espero de V.E. me la haga entregar..” Esto me
comprueba que desde el Asalto de Masallé estaban los Ancalao junto con Caniullán, Lorenza
Coliqueo y otros borogas que huyeron al Fuerte 25 de Mayo; estaban allí militarizados, como otros
se plegaron con el cac. Cristo a Calfucurá y la Confederación y entre tanto habían sido apresadas
sus familias y sequestrados sus bienes por el Comandante Valdebeníto.
El malón de revancha de Calfucurá por lo que habían hecho a los caciques Cristo, Andrés y
Lorenzo, se disolvió por la intercesión del cura Francisco Bibolini (ver en la bografía de Calfucurá:
La batalla de Cepeda y los hermanos Cristo)
A partir de 1860, la tribu de Ancalao fue creciendo en importancia, bajo la dirección del
capitán teniente Andrés Ancalao. Hay una lista de revista del 9 de Enero de 1861 (AGN.S.X. 20-71-
1). En 1861 Calfucurá promovió de nuevo las gestiones por la paz. Por eso mandó una comisión
importante al Gobernador de Buenos Aires,encabezada por el cac. Huenchuqir, el Mayor Andrés
(Ancalao) Llanquimán, Pinas y Cayuqueo, Pichipuel, Mrillán y Ciríaco que era su hijo.
El 27 de Diciembre de 1863 el cacique Ancalao celebró un tratado de paz con el Gobierno
Nacional probablemente por la ayuda que le prestó el capitán de Indios Amigos, coronel Juan
Cornell. Quería vivir cerca de los cristianos como Coliqueo.Encontraron también los consejos de
los agrimensores Christián Heusser y Jorge Claraz y el pastor F. Hunzikcr de la South American
Missionary. Encontré una carta amable del cac. Juan Calfucurá del 2 de abril de 1863, fechada en
Chilué., diciendo: “Querido pariente: Deséole buena salud al lado de su padre.. No me moví nada de
mis toldos, cuando vino el cacique Coliqueo (a la Prov. de Buens Aires) Con él somos amigos,
como soy amigo con Ancalao. Todo somos vestidos de carne humana”. (AEM. Nº 2187: 2.4.63)
Ancalao solicitó entonces del gobierno provincial dos leguas de campo sobre el Arroyo
Parejo, distante dos leguas al sudeste de Bahía Blanca. El 14 de abril de 1863 renovó su solicitud,
pero recién el 29 de mayo de 1865 se le concedió 2.200 hectáreas, las que midió el agrimensor
alemán Christián Heusser, (duplicado en Arch. de Geodesia. Part. Bahía Blanca Nº 27. La Plata).
Por ley de la Cámara del 12 de Octubre de 1866 se le otorgó el título de propiedad de dos leguas
cuadradas (Muzlera. J.M,: Leyes, decretos y resoluciones de la Provincia de Buenos Aires. 1810-
1895 II. p. 69 y p. 156). Un año después de la gestión de Ancalao, el cacique Pedro Guayquil fue
atendido igualmente. (Arch. Mitre Vol. 23 p.119; ratificado el 27.1.65. Arch. Est. Mayor Nº 9085)
El coronel O. Llanos había hecho este tratado sin autorización expresa de sus superiores; por ello el
Club 9 de Julio de Bahía Blanca se responsabilizó de los gastos (13.368 $) hasta la obtención del
correspondiente decreto.
Ancalao era muy hospitalario tanto con el blanco como con el indio. Así recibió al cacique
Cañumil, cuando este se evadió con su familia de Salinas Grandes y aceptó al cacique Manuel
Grande, cuando salió de la prisión de Martín García.
M. G. Mullhall dedicó, en 1868, una página a esta tribu (Handbook I, p. 189). Dice que
unos 70 lanceros prestaban servicios y que el hijo mayor de Ancalao tenía un trabajo respetable en
la Casa de Gobierno de Buenos Aires, que el cacique era teniente coronel.
Tristes son las noticias de las dos invasiones de 1870 que cayeron sobre Bahía Blanca y sus
adyacencias. Después de un atropello por las tropas de Bahía Blanca al cacique Cañumil, Calfucurá
26
envió una expedición punitiva hacia ésa. El 23 de Agosto de 1870 los indios invadieron también la
estancia del cacique Ancalao, cerca de la costa del mar, arreando todas las yeguas, además de las de
otros vecinos. Ancalao y parte de su gente emprendieron la persecución, pero no lograron
alcanzarlos. El cacique Linares que vivía entre Sauce Grande y el Arroyo Parejas también perdió
uno de sus peones y 1.000 vacas. El Cnel. O. Llanos los alcanzó en Los Leones. Eran 40 indios, a
los que escarmentó antes del anochecer (The Standard. 15 de Septiembre de 1870). El 23 de octubre
llegó el gran malón de unos 2.000 indios en protesta por la actuación del comandante O. Llanos
(Noticias en el mismo periódico inglés,. traducidas en el libro: El Malón de 1870 a Bahía Blanca y
la Colonia del Sauce Grande, por Jorge L. Rojas Lagarde. Ed. ECA. 1984).
La tribu quedó muy empobrecida y pocas noticias había ya de ella. Finalmente fueron
despojados de su tierra y "su gente se perdió entre la gente".
A través de la tramitación o venta de las dos leguas del campo al sur de Bahía Blanca
(sucesión no se hizo, sino maquinación de escribanos), conocemos la esposa de Francisco Ancalao,
llamada Micaela Nieve y su hijos legítimos: Luis, Rafael, María Manuel y Andrés Ancalao. Como
viuda de Andrés Ancalao se señala a Dña. Gervasia Aldao de Ancalao. Algunos descendientes se
trasladaron a Ñorquinco, Provincia de Río Negro.
Andrés Ancalao estuvo en la tribu de Melinao en Bragado, cuando el Padre Salvaire efectuó
una exitosa misión. También Ancalao de 65 años quiso ser bautizado, como así su hermana Andrea.
(Lib. baut. Fol. 316, fecha 29.8.74, de Bragado). El libro de baut. Nº 32 anota a Andrea Ancalao (de
31 años) y su esposo Antonio Pascual Cañiú (de 32 años).
(Etimología: Anca: en medio del: [lauquen] mar).
ANCALAO, Felipe, (1863), capitanejo boroga de Bahía Blanca.
ANCALAO, Luis, (1863), capitanejo boroga de Bahía Blanca
ANCALEF, 1884, cac. araucano de Chile. Después del último levantamiento de 1881, se
entregó en la vecindad del lago de Villarrica al capitán Barbosa. 1891 se reconstruyó la ciudad de
Villarrica sobre el terreno en que este cacique tenía su toldería. La ciudad había sido destruida ya en
1602.
Etimol: de cuerpo ágil (dice Moesbach)
ANCALICÁN, 1787, cac. principal de Boroa en Chile. Vivía sobre el río Tirúa. 1767
saqueó junto con los caciques Huenteneú y Ancatenú al Obispo Francisco Borja Marán. El cac..
Carumilla lo defendió, mientras los otros habían decretado su muerte. Finalmente convinieron jugar
su vida con un partido de chueca. Carumilla y los suyos le ganaron así la vida. (Campos Menchaca:
Butanahuel p.244) Etimol.: licán es piedra de cristal de cuarzo.
ANCALIGÜEN, Don Andrés, 1693, cac. pampa, llamado lagunero, porque ocupaba la zona
de las lagunas del Oeste bonaerense.
ANCALIGÜEN, 1822, cac. pampa, llamado también Ancal. 1822 tenía 21 toldos y 500
indios y 180 guerreros. Así lo dice el diario de la Expedición pacífica del Cnel. Pedro A. García al
sur de la Prov. De Buenos Aires (De Angelis 1910 IV p.126). Este cacique parlamentó con el
comisionado del Gobierno de Buenos Aires. Era muy ceremonioso; preparaba la gran reunión.
Participó también en el rechazo de la Expedición del Gobernador Rodríguez y en el malón de
venganza. Pero en 1826 se halló de nuevo en una gran junta sobre el Arroyo Epecuén (AGN.X. 27-
7-6 Etimol. Anca-cuerpo; lig nguén-ser = lig: blanco)
ANCA LOÁN, 1776, cac. pampa. De las Casas lo anotó como pehuenche que vivía en
Chadiló. (De Angelis, 1910 IV. P. 586) Un excautivo decía en 1778 en Mendoza, que sus indios
tenían nada con los pehuenches ni con los pampas y con los tehuelches estaban en guerra; que
vendían tejidos y alhajas. 1781 se supo que iba a bagualar con el cac. Lorenzo Calpisquis, Guchulep
y Alcaú (Extraigas, R.:El Pinto)
ANCAMILLA Fuerte del Río Negro p. 147)
Etimol.: “cuerpo de guanaco”
ANCALÚ s/d. Dicen que era un cacique que dio origen al topónimo Ancalú o Ancaló (hoy
Gral., Don Alonso, 1709, cac. araucano de Tolten, Chile. Según el Padre Olivares, era uno de los
pocos que no practicaba la poligamia. (Gay, Historia III. 262)
27
ANCAMILLA, Juan, 1751, cac. araucano que residía en Dencol, Chile. Allí fue visitado, el
2 de diciembre de 1751 por el Padre Bernardo Haevstadt.. (en Chilidungú)
ANCAMILLA, Ramón, 1821, cac. chileno ya viejo. Era hijo del cac.. Coñemilla y suegro
del famoso cac.. Colipí. Vivía en la zona de Petoeve de Maquehua, Prov. De Cautín. Tenía fama de
ser muy belicoso. En la Guerra a Muerte se ladeó a los patriotas. Dice un historiador que, cuando
fue a Nacimiento, lo recibieron con petardos, disparos y música. En Mayo de 1819 luchó a las
órdenes del Gral. Alcázar. Se enfilaron también sus sobrinos, los caciques Ancafilú, Filú milla,
Linco pilú y Lonco milla. (T. Guevara, 1910. p. 197 y 255) A ellos se unieron también los caciques
Calfuqueo y Trecamán. Se llevaban mal con los vecinos borogas y con los caciques Ven. Coñuepán,
Melipán y Neculmán, los persiguieron por encargo del gobierno patriótico hasta la pampa argentina.
Etim.: Mitad oro.
ANCANAMÓN (Anca Namún), cac. araucano toqui de 1610 – 1613, de Pellahuen, en
Chile. Es una de las figuras más vigorosas de la Guerra Araucana. El fin del siglo XVI resultó
humillante para el Gobernador Martín García Oñes de Loyola. El Pelantaró o Payllatarú organizó en
1598 una rápida concentración mapuche, atacó y venció a dicho Gobernador en Curalaba. Ese
levantamiento iba extendiéndose rápidamente y así arrasaron las siete ciudades fundadas por los
españoles en tierra araucana, al sur del río Bío Bío. Ancanamún sitió La Imperial (1600) y la
destruyó.; luego rindió a Villarrica (en Febr. De 1602) y lo mismo a Valdivia, Santa Cruz, Osorno,
Angol y Arauco echándolas en ruinas.
El misionero jesuita R.P.Luis de Valdivia, de gran prestigio entre los araucanos, impuso
todo su talento para pacificar de nuevo las tribus araucanas y a sus jefes. Les prometió remedio a los
abusos de los españoles y con la aprobación y firma del Rey de España abolió la guerra ofensiva.
Luego convocó a los caciques a un imponente parlamento de paz en Paicavó (1612), en el cual se
comprometieron a respetar la frontera del río Bío Bío y que recibirían a los misioneros de Cristo en
su territorio.
Aunque Ancanamún no estuvo presente, se adhirió `poco más tarde a las resoluciones del
tratado, prometiendo que iba a ganar para la paz a los demás caciques hasta de allende de la
Cordillera (23.11.1612).
Un incidente fatal trocó la esperanza en luto. El cacique, estando en presencia del
misionero, fue noticiado que el Sargento Torres le había arrebatado a su mujer preferida, la cautiva
María de Joquera y hallando que a dos mujeres más le habían robado, airado fue Paicaví a
reclamarlas . Pero a la cautiva María no la devolvieron. Entonces a gritos y juramentos proclamó la
guerra, cuyas primeras víctimas fueron tres misioneros de Elicura (el 14.12 de 1612). Al mismo
tiempo arremetió al cacique Tereulipe, quien había querido defender a los sacerdotes. También otros
caciques cayeron en manos de los ebrios de sangre y furor: Coñuemanque, Caniumanque y
Calbuñancú. Ancanamún se hizo proclamar “Toqui”, es decir Señor de la Guerra.
El Padre Valdivia, sin embargo, volvió a sembrar esperanzas, reanudando las
gestiones por la paz con los mapuches. Mandó a Ancanamún un enviado especial para decirle que
todo quedaría olvidado si aceptaba la paz.. Pero “el Renguito” no depuso su lanza, ni la coraza y
audazmente se enfrentó en arriesgado desafío al temido cacique Pelantarú, quien se había
pronunciado por la paz. Recién quince años más tarde, estando enfermo y viejo, Ancanamún mandó
al cacique Quepú-ante a Concepción prometiendo al Maestre de Campo la paz. El Gobernador
aceptó este ofrecimiento, pero le propuso la malvada condición de que él y su gente debían salir de
su tierra y afincarse entre los españoles como medida de seguridad.
Los caciques se reunieron y contestaron que, cuando años atrás, el Padre Valdivia les había
ofrecido la paz en nombre del Rey, no les exigía el abandono de su tierra. De esta manera fueron
impulsados de nuevo a la guerra. En el primer choque (1631) Queupú Ante perdió su vida. Y
Ancanamún murió ese mismo año de cáncer.
Lit. Campos Menchaca, Buta Nahuel p. 345-390; Enrich: Hist. de la Compañía de Jesús en
Chile, 1893 I p.267 s.) Etimol.: Namún-garrón ;Anca- cuerpo.
ANCA NAMÚN O ANCAN (mal escrito: ANCAN AMUN), murió en 1787. Era cacique
Gobernador de Malalhué. El tuvo una actuación especial durante la larga Guerra Pehuenche. Era
jefe de los indios amigos del Sur de Mendoza, opuesto al grupo de huilliches y ranqueles del Río
28
Neuquén. Ignoro el nombre de su padre, cacique de la misma zona, quien ha sido muerto por los
huilliches. El era hermano de los caciques Canihuán, Pichintur y Lingay y sobrino de los caciques
Bergamain y Malgamain.
Cuando, en 1769, estalló una sublevación general entre los indios chilenos y los pehuenches
de este lado oriental de la Cordillera, Ancanamún adhirió al movimiento. Los jefes militares de
Mendoza organizaron entonces una enérgica expedición, en combinación con tropas de San Luis,
Córdoba y Buenos Aires (Arch. S. Luis, Doc. 208 del 10 de abril de 1769 y Acevedo. E.,
Documentación histórica relativa al Cuyo. Catálogo Nº 445). Apenas establecido el Fuerte San
Carlos (5.2.70). fue destruido por los indios, quienes se opusieron al avance de la frontera y mataron
al capitán Salvador Ibarburú, que debía ser el primer comandante del Fuerte y de la Frontera del
Sur. Esto provocó una nueva reacción: el Capitán General de Chile. D. Francisco Javier Morales y
Castejón. y el general Ruiz salieron a campaña al sur de Mendoza. Desde San Luis (4.7.1772: Doc.
236) llegó la noticia de que los pehuenches y huilliches habían salido a malonear por la provincia de
Buenos Aires. El Rey de España. con estas noticias, aprobó entonces la “guerra a muerte” contra los
indios rebeldes. El flamante Virrey de Buenos Aires, D.S. Ceballos, envió al experto Maestre de
Campo D. Manuel Pinazo a “emplear el último recurso aconsejable: expedicionar contra los indios
con la orden de degollar hasta a los rendidos (Walther J.: La Conquista del Desierto. ed. 1964.
p.l00).
En 1776, los españoles de Chile hicieron un tratado de paz con los pehuenches para que
atacaran o ayudasen a combatir a los huilliches. El cacique Curiñancú, cacique general de Angol, se
adelantó para dar muerte al cacique general Coligurú y a su hijo. (Latcham. R.: en Rey. Chilena de
Hist. y Geografía. 1930, N 67). También en el sur mendocino prosiguió la guerra. El 25 de Agosto
de 1776, los pehuenches volvieron a destruir el Fuerte de San Carlos reconstruido (Acebedo,
Catálogo. Doc. N 776) y mataron al Maestre de Campo D. Gregorio Morel y trece soldados. (Funes:
Historia breve de Mendoza, p. 39). Como no he revisado esta documentación, no puedo afirmar que
Ancanamún haya participado en esas acciones.
El mismo año. 1776, el Rey de España creó el Virreinato del Río de la Plata, con sede en
Buenos Aires, incluyendo en su territorio las tres provincias cuyanas. que hasta entonces se
contaban bajo el gobierno de Chile. Ese año, llegó a Mendoza un hombre de mano firme,: el vasco
Comandante General Don José F. de Amigorena. quien fuera designado como gobernador y Maestre
de Campo de Mendoza. Su acción se prolongó hasta fin del siglo, tanto, como perduró la guerra
pehuenche que él. como veremos, dirigió y fomentó.
En 1778 se designó a un nuevo comandante para el Fuerte de San Carlos, nuevamente
reconstruido, el capitán Francisco Esquivel Aldao, experto también en dirigir campañas en tierra
india. En Febrero y Marzo de 1779, Amigorena hizo su primera expedición al Sur, con el fin de
escarmentar y someter a los indios del Río Diamante.
Contaba con la aprobación del Virrey: más todavía, porque de Chile había llegado la noticia
de que pehuenches, huilliches y pampas se estaban aprontando para el malón. De esa expedición
mendocina se conserva en Brasil el Diario: “Noticia diaria de todo lo acaecido en la expedición
efectuada contra los indios bárbaros, al mando del Maestre de Campo Don José F. de Amigorena,
Febrero-Marzo de 1779”. (Manuscrito depositado en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro: de la
Colección De Angelis). En la Biblioteca Nacional de Chile hay otro diario de una acción
simultánea: “Diario de la expedición contra los Indios Bárbaros por el Comisario de Guerra, D.
Pedro Núñez de Guzmán, 29 de marzo de 1779. (Acevedo: Catálogo N 1029). Además, existe en la
Colección de De Angelis, en Río de Janeiro, otro Diario del mismo año, prueba de que Amigorena
hizo una segunda expedición: “Diario de la persecución de los indios en la invasión que hicieron en
la provincia de Mendoza, el día 1º de Abril de 1779 por el Maestre de Campo, D. José F. de
Amigorena”. Como no leí estos documentos, no puedo dar detalles. Sé que las actuaciones de
Amigorena fueron aprobadas (Arch. Mend. Carp. 107: 10.12.79) y que el Virrey planeaba una
entrada general y formal en el interior de la pampa.
José de Amigorena organizó, entonces, en el año 80. una expedición bien equipada, con la
meta de llegar al lejano sur. Reunió a 650 hombres y partió a la nueva guerra.
29
Su primer ataque fue sobre las tolderías del cacique Ancanamún. (Arch. Mend. Doc. 26:
fha.27.1.80). El diario de la campaña, que abarca los días 8 de Febrero hasta el 31 de Marzo de
1780, fue publicado (en la Colección De Angelis. Ed. 1910 XV.p. 587-594): “Diario de la
expedición que de orden del Exmo. Virrey hizo D. José F. de Amigorena contra los indios bárbaros
pegüenches”.
El 18 de Marzo lanzó un sorpresivo ataque sobre la toldería del Corral de Guanacos. En la
refriega murieron 106 indios, 28 de los principales, entre los cuales se hallaron los caciques
Llingüeque, hermano de Ancanamún, y Güentenao, el más anciano del grupo puelche, que vivía
entre los pehuenches. Entre los prisioneros se hallaba la cacica Ignacia, aquella que más tarde se
casaría con el cacique Roco e integraría el grupo fundador de la villa de San Rafael. Los soldados
mendocinos hallaron unas mil ovejas y 200 cabras. Ancanamún y gran parte de la indiada logró
escapar huyendo a la Pampa.
La expedición llegó hasta El Campanario, paraje distante 800 kilómetros de Mendoza. En el
resumen del Diario se nombran 700 muertos y 705 prisioneros. Los indios, por mucho tiempo,
rememoraron la acción como un atropello injusto. Así lo recordaron en 1810 al coronel Pedro A.
García, cuando llegó con su expedición pacífica a Salinas Grandes.
Recuperados del “susto”, los pehuenches de Ancanamún delegaron una comisión a Mendoza
para pedir perdón y gracia. Amigorena les contestó que prescindía de su amistad y que los abrazaría
a balazos. Pero, como tal actitud fue desaprobada, ofreció al cacique Ancanamún un tratado de paz
que ratificaría en San Carlos, el 16 de Octubre de 1780 (Arch. Mend. Carp. 30, Doc. 11). Los
huilliches, aprovechando la ausencia del cacique Ancanamún y sus principales, invadieron sus
toldos y les robaron hacienda.
Amigorena envió al Virrey el tratado de paz celebrado con Ancanamún y otro firmado con el
cacique Marcos Roco, el 15 de Abril de 1781. Este último se comprometía a fijar su residencia y la
de sus indios en la orilla del Río Diamante. Se conserva también una notable carta de Ancanamún a
Amigorena, fechada el 8 de Octubre de ese año, por la que se pone a disposición del gobernador.
(Arch. Mend. Carp. 107). Desde entonces, esos pehuenches y puelches serán los indios amigos más
leales al gobierno de Mendoza y utilizados para sus contiendas futuras. (Torre Revello, J.:
Aportación para la biografía de Amigorena, RHAA. Mend. Nº 3/4. 1958. 59 p.).
El gobernador J. de Amigorena remitió entonces una carta al Virrey de Buenos Aires
diciéndole que proponía una “conquista pacífica” de 17.000 leguas cuadradas situadas en la mejor
tierra del universo... Y ya iba organizando una expedición tras otra. Su cuarta campaña salió el 24
de Mayo de 1781 con indios amigos y 60 hombres bien equipados y buenos baqueanos. Salió para
Mamuil Mapú (en lengua araucana: País de Montes). Quería enfrentarse con los huilliches y
ranqueles. Desconozco el resultado de esta expedición. Sólo sé que Llanquetruz fue desplazado y
por ello se hizo su peor enemigo. Amigorena realizó, el 16 de Agosto de 1781, un parlamento en la
toldería del cacique Roco. (fide: Comando General del Ejército, Política seguida con el Indio, vol.
II. p. 55).
En Abril de 1782. el cacique Bergamain intentó sustraer a los indios amigos de la influencia
de Mendoza; pero el comandante de San Carlos defraudó tales intentos, lo que agradecieron los
indios de Ancanamún y de Roco. (Arch. Mend. Carp. 107). La comisión de Ancanamún estaba
compuesta por los caciques Tercupí. Lincopí. Ligñam y Millaquir (chileno), hermanos de
Ancanamún, de los cuales el documento dice que eran chilenos.
En Julio de 1783, se creó la Intendencia de Córdoba, que abarcaba también las Provincias de
San Luis y San Juan. Amigorena aspiraba ampliar su territorio hacia el Sur. Pero ésta vez salió a su
quinta expedición con rumbo a las provincias de San Luis y Córdoba. En su informe de Diciembre
afirma que ha destruido a varias tolderías (Torre Revello, 1959 p. 103). El Diario de esta expedición
no está editado aún; se halla en Río de Janeiro. Terminada esta expedición, realizó un nuevo
parlamento con los pehuenches (20. de Oct. de 1783), para afianzar su compromiso de paz con el
gobierno de Mendoza. En esa reunión proclamó al cacique Ancanamún como “Padre de la Nación
Pehuenche”. (Arch. Mend. Carp. 107). El documento nombra como hermanos del cacique Anca
Namún a Pinchitur, Curripán, Caniguán, Velgomain, Calbiquén y Ligüequén.
30
Allí en un tratado de paz figuraron Pichintur, Curripán, Caniguán, Velgomain y Calfiqueo,
hermanos de Ancanamún y los cuñados Limpay y Ligüeque.
La reacción de los indios huilliches era de esperar. De nuevo irrumpieron al sur de Córdoba
y en la provincia de Buenos Aires. De nuevo, el Virrey quiso organizar una batida general; pero la
aprobación del Rey llegó recién en 1784.
Entonces, el Comandante General J. de Amigorena convocó a los pehuenches de Anca
Namún a una nueva Junta de Guerra y organizó con ellos una sexta expedición, cuyo Diario
principia el 10 de Marzo y termina e14 de Mayo de 1784. También este manuscrito está en la
Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, como tantos otros que Pedro de Angelis había reunido para
su colección. La campaña llegó hasta el Río Atuel y el Desaguadero; destruyó todas las tolderías
que halló a su paso, pues tenía 900 hombres a su mando que podían hacer frente a cualquier
enemigo. Aquellos indios, sin embargo, tuvieron aviso de su aproximación y huyeron a tiempo. En
cambio, del ataque a la toldería de Llanquetruz derivarían en el futuro graves consecuencias. (Torre
Revello, ob. cit. p. 21, y Arch. Mend. Carp. 107).
Ancanamún manifestaba entonces muchas pruebas de adhesión y fidelidad. Llanquetruz,
empero, se constituyó en su rival y enemigo del gobierno de Mendoza. En Noviembre de 1784,
Ancanamún llegó a Mendoza para comunicarle al gobernador Amigorena que Llanquetruz y sus
indios, entre los que se contaban ranqueles y huilliches, estaban preparando un malón contra ellos y
sus tolderías en Río Grande y Malalhué. Informó, además, cómo el cacique Creyú (antes de su
obediencia, ahora adicto de Llanquetruz) había querido traicionarlos,, haciendo espionaje entre
ellos, pero que, descubierto, había escapado. Amigorena envió, entonces, el 8 de Enero de 1785, 30
hombres en apoyo de los indios de Malalhué para que atacaran al cacique Creyú, prometiendo, a su
vez, 200 yeguas al que trajera la cabeza del traidor a Mendoza. La expedición resultó exitosa. El 29
de Enero dieron el asalto a su toldería y allí mataron al cacique Creyú. Resultó fácil, porque lo
hallaron ebrio. Y Amigorena pagó las doscientas yeguas, pues el cacique Antepán cumplía la
condición, el 7 de Febrero de ese año.
Ignacio Creyú o Quereyú había sido yerno del cacique Payllantur, quien era el hermano de
Llanquetruz. Cuando éstos supieron que los de Ancanamún habían muerto a su pariente y a su
familia y que Mendoza había premiado la acción, les juraron guerra.
El cacique Llanquetruz, astuto y diplomático, como otros muchos caciques, viajó a Chile y
solicitó (22.3.85) un tratado de paz con los españoles a nombre de sus 600 huilliches. Se dio ese
acuerdo como “singular acto de justicia”. Pero el Presidente de Chile exigió que tal paz debía ser
firmada también por el cacique gobernador de los pehuenches chilenos de Vilacura, de nombre
Caullant. y el de Malalhué, Ancanamún. Pero esta reconciliación no prosperó. (Señalo la
intervención de autoridades chilenas en asuntos del territorio argentino, que será una constante en la
Guerra Pehuenche).
Efectivamente, el 25 de Octubre de ese año, se supo en Mendoza, esta vez por aviso del
cacique Ancapán, que los caciques Llanquetruz y Payllatur se aprestaban a invadir las fronteras de
Mendoza con grandes contingentes En consecuencia. Amigorena envió un refuerzo de 400 hombres
al Fuerte San Carlos. Poco después, se presentó el cacique Ancanamún al Comandante General de
Amigorena para avisarle que sabía, por información secreta, que en Chimpay se hallaban 5000
huilliches reunidos, prontos a invadir a Mendoza y a Buenos Aires (12.1.86).
Amigorena informó entonces al Virrey (9.2.86) sobre esta visita y el anuncio de un malón en
ciernes, cuyos jefes serían los caciques Payllantur, Llanquetur, Laupan., Coñumilla y Coñiuhui,
Curilacay, Cheuquepán, Caranagüel y Curruhueque (AGN VI 3-1-2). Ancanamún no sólo avisó
sobre el proyectado malón, sino protestó también, porque el gobierno chileno quería levantar un
fortín en su territorio. Esto era una cuestión grave de consecuencias internacionales. Ciertamente no
era fácil aceptar el decreto de la separación del Cuyo de la Intendencia General de Chile. Pero
Amigorena fue el hombre fuerte que quiso mantener esas disposiciones reales y no le faltaron ganas
de extender la misma situación hasta el Neuquén.
Llanquetruz y los suyos se adelantaron, como se había informado, y atacaron como primer
objetivo la toldería del cacique Currilipí, cuyo campamento se hallaba sobre la orilla izquierda del
Río Negro, porque estaba muy ligado y vinculado con los pehuenches de Malalhué. El jueves 20 de
31
Febrero de 1787 fue sitiado, pues estaba dentro de un “malal” fortificado. El capitán Pichintur,
hermano del cacique Ancanamún, condujo casi de inmediato a 150 malalches en ayuda de los 300
que tenía Currilipí. No sólo lo liberaron del asedio, sino que organizaron juntos un contra-ataque a
las tolderías de Llanquetruz en el país de los manzanos. Con los caciques Pichintur, Cañimain,
Calfiqueo y Pituimáin, se reunieron 400 pehuenches y los caciques Manquel, Cayucal y
Collihuincá. Además, se les unió el comandante del Fuerte San Carlos, D. Francisco Esquivel
Aldao, con tropa para apoyar a sus “indios amigos”. Entre tanto hacía estrago en Malalhué y en
Corral de los Guanacos una peste fatal de viruela que afectó las familias y segó muchas vidas. El
mismo cacique gobernador Ancanamún fue atacado de la viruela.
Antes que avanzara esta expedición al país de los manzanos, Llanquetruz cruzó con sus
tropas ligeras el Neuquén y atacó la toldería del cacique Lincopí en el Río Diamante y el 23 de
Junio, invadió no “sin perros”, como se dice, al querer decir sin preaviso, con 600 huilliches y
ranqueles las tolderías de Malalhué. Habían salvado haciendas y las familias huían a las montañas.
No obstante, los invasores les hicieron mucho daño. Ancanamún, entre tanto, estaba postrado y en
agonía por su viruela, mientras sus enemigos sitiaban las tolderías, arreaban haciendas o
churrasqueaban lo gordo y peleaban a los que encontraban. Allí mataron a los caciques Ñancucheo.
Curripil, Antemáin y Ancain. Fueron muertos también el cacique Lingay,. hermano de Ancanamún
y su sobrino, el cacique Malgamáin. y mucha más gente. Fue un verdadero desastre.
Pero no terminó ahí la Guerra Pehuenche. El comandante F. Esquivel Aldao solicitó
entonces al gobernador un refuerzo de cien arcabuceros, pero éstos no llegaron a tiempo para
auxiliar a los amigos de Malalhué. Y los huilliches,. al retirarse con mucho botín, cautivos y
haciendas, pasaron cerca del toldo del cacique gobernador. gritándole que ahora ya conocía la
falsedad de los cristianos y que los mendocinos, sus amigos. eran unos flojones y que ellos los
esperaban en sus tierras.
El moribundo, humillado aun más con estos insultos, depositó en aquellos momentos el
mando de su tribu en manos de su hermano, encareciéndole desagraviara a su tribu y vengara tal
injusticia. (Arch. Mend. Doc. 35). Ancanamún murió el 25 de Julio de 1787 y fue enterrado por los
soldados que lo habían cuidado en sus últimos días, agotado por su enfermedad contagiosa.
Realmente un triste fin para un gran cacique. El gobernador J. de Amigorena sintió la muerte de este
cacique leal y así lo expresó en carta a Ambrosio O’Higgins (11.10.87).
Los hermanos de Ancanamún y los pehuenches de Malalhué solicitaron, entre tanto, al
gobernador de Mendoza un nuevo parlamento y una nueva expedición para escarmentar y castigar a
los huilliches que les habían invadido. (Arch. Mend. Doc. 31: 29.7.1787). Pero aun antes que F.
Esquivel Aldao transmitiera esta solicitud, y antes que Amigorena se movilizara para su séptima
expedición, Pinchitrur y sus indios habían realizado una ardua jornada, cumpliendo el deseo del
cacique desaparecido. El 16 de Julio acudieron al campamento del cacique Currilipí. su primo, pues
nuevamente se encontraba sitiado por Llanquetruz. El día 20 de ese mes estuvieron sobre el Río
Neuquén y con la ayuda de algún piquete chileno, al mando del capitán Francisco Vivanco,
liberaron una vez más a sus amigos, después de apresar a 200 enemigos. (Arch. Mend. Doc. 35).
El cac, Anuaie, pariente de los caciques gobernadores Ancanamún y Pichintur, vio morir a
sus hermanos y saió su sed de venganza especialmente en la expedición de febrero de 1788 Diario
de Esquivel Aldao publ. En Rewv. J:E:H:Mendoza VIII) otro hermano era Canuán.
La historia siguiente a estos hechos.- pues la Guerra Pehuenche proseguirá hasta el año
1799-. ha de ser contada al narrar la historia de los caciques Pinchitur y Llanquetur, Millaguín y
Rayguán.
Gustosamente habría relatado otros aspectos que no fueran militares, por ejemplo el de
Ancanamún como padre, ganadero, comerciante, de sus actos sociales y religiosos, de su familia, de
sus dotes personales. pues estamos convencidos de que fue un gran personaje. Pero la
documentación histórica no presta atención a este tipo de datos.
ANTE MILLA, 1767, cac..araucano de Maquegua, hermano del cac. Antivilu (León
Solís,L. 1991 El malón de Curiñamku p. 90) Era comerciante en Nacimiento y estaban implicados
en el tráfico ilegal.
ANTE MILLA,(o Antemil) 1767, cac. araucano de Maquehua que, durante la Guerra
Pehuenche (1788), enemistado con sus propios hermanos, hijos de Vuta Colemilla, vivía entre los
huilliches en Treca Malal sobre el Río Neuquén. Su hermano era el cac. Colemilla, otro Callfullán y
otro Antemilla. Se menciona ya en 1767 implicado también en el tráfico de de haciendas. Ese se
había casado con una mujer huiilliche. En verano de 1788, el Comandante F. Esquivel Aldao llevó
una fatal expedición contra los pehuenches sureños acompañado de los pehuenches del Norte (de
Malalhué). En el choque que se produjo el 19 de Enero, atacaron al cac.. Lepnopán, haciéndole
unos 200 muertos. También sus auxiliares perdieron más de 100 hombres. Durante la retirada de
éstos pasando por Treca Malal , el 21 de enero , venía el cac.. Calbuillán con 60 indios batiendo
banderas, pidiendo que lo incorporasen, porque –decía- temía un ataque de su hermano Antemil.
Los recibieron con todo ceremonial. 1788 vivía Antemil (-será él-) en Treca Malal. Y en 1790 figura
junto a los caciques Canighuán y Guanchocal. No sabemos cuál ha sido su fin. Etim.: Milla-oro;
“oro brillante”
ANTE MIL, Juan Andrés, 1869, cac. salinero, hermano del cac.. Juan Calfucurá. No tuvo la
misma vitalidad que sus demás hermanos. Era comerciante de caballos y hacía algunos mandados
en las plazas de Buenos Aires, Bahía Blanca y Carmen de Patagones. Por los años 1869/ 70,
estableció sus oldos en la frontera Oeste de la Provincia de Buenos Aires, cerca de los toldos del
cac.. Vicete Pincén. Juan Calfucurá los recupró con regalos e incluso pidió al Gobierno
racionamiento especial para él (carta del 25.2.71). En 1873 murió Calfucurá y Manel Namuncurá,
su hermano, entró a gobernar las tribus salineras y definía las relaciones de paz o de guerra con el
Gobierno argentino. Con gran empeño procuró un tratado de paz. Y cuando, en 1875, había
allanado todos los obstáculos de parte de las tribus, le falló el Gobierno de Buenos Aires, porque los
indios habían recibido noticias de que los estaban entreteniendo, engañando y preparando la guerra
ofensiva contra ellos (la avanzada de A.Alsina). Entonces los indios con un gran malón pensaban
que podrían prevenirse a los acontecimientos. Fue el “Malón Grande” de Diciembre de 1875 en
unión con los indios de Catriel que habían sido expulsados de su tierra. Juan Andrés Antemil había
viajado a Buenos Aires para mover las gestiones por el tratado de paz. El 2 de Junio de 1875
escribió al Comandante P. Iturra de Bahía Blanca, diciéndole que ciertamente debía tener ya
órdenes para hacer los arreglos de paz. “Estamos todos dispuestos”. El documento de la propuesta
de paz con muchísimas firmas de caciques está en AEM. Nº 1232 y la carta en el Arch. Salesiano de
Bahía Blanca). Quince días más tarde le decía al mismo Cnel. Iturra que andaban nuevos emisarios
en Buenos Aires. “Yo estoy viejo en estos arreglos”. A continuación le habla de sus negocios
comerciales. En Noviembre, estando el misionero Padre Jorge Ma. Salvaire en Salinas, se lo
menciona en una cartita de Namuncurá, diciendo: “Vino el cac.. Antemil, al que respeto mucho, no
como capitán, sino como cacique de estimación y agrado…Este quiere saber, cuando regresa. Ahora
41
se halla a mi lado. Yo soy su sobrino…El era hermano de mi finado padre, el cacique general
Calfucurá”. (Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios p. 12).
Luego vino el avance de Alsina, la Conquista del Desierto en su penúltima fase. Antemil fue
tomado prisionero en uno de los ataques; fue llevado a Carmen de Patagones y luego a Martín
García. Allí, en 1877, recibió el sacramento del bautismo de mano del R.P.Birot C.M.
Parece que en 1894 fue liberado y andaba buscando a su familia. El 13 de Julio se
dirigió a su amigo comercial, el Cnel Pío Iturra, diciéndole: “De mi familia no he podido saber nada
por el motivo que las Cordilleras no dan paso a causa de grandes nevadas”. Sabemos que más tarde
se estableció en Junín de los Andes, como él mismo informa en carta del 18 de Abril de 1895
dirigida al mismo Cnel. P.Iturra. Le dice que estaba haciendo diligencias para conseguir del Sr.
Presidente un pedazo de tierra. “Dice éste, que por el momento no se puede; no dispone de tierra,
sino el Congreso Nacional. Había hablado con J.E. Uriburu, con Bartolomé Mitre, conm E. Balsa y
F. Vivot. Todos se hacían los sotas frente a este indio vencido, aunque era de la más poderosa
estirpe. Habrá muerto en pobreza él de noble estirpe araucana y muy viejo ya. Entre sus hijos
conocemos a Juan José Antimil o Marivil y Francisco A. Antemil.
ANTENAO, 1872 , hijo del cac. Cayupán, hermano de Millao , capitanejo del cac. Mariano
Rosas.
ANTENAO, 1810, cac.pampa. Según el diario del Cnel. Pedro A. García, éste vivía y
trabajaba en la zona de Salinas Grandes. Hacía poco, había perdido a su padre (De Angelis III, 1910
p. 232) . Tenía muchas familias en la zona de Salinas Grandes. Cuando se acercaba la expedición
numerosa de García, se puso en acecho; pero luego tomó actitudes de amistad, hasta que dio
informes y consejos. Decía que su finado padre le había aconsejado vivir en paz con todos y que no
hiciera nunca la guerra, sino fuese en defensa propia. García dice que “ni su modo , ni su
razonamiento mostraba pesadez y no era molesto en peticiones. Llamó a su gente, previniéndoles
que no fuesen gravosos”. Aún en los años de agitación de la pampa, causada por el chileno J.M.
Carrera, él se mantuvo fiel a la Provincia de Buenos Aires, como los caciques Nic. Quintana,
Coñuepán, su padre, y otros. Pero en 1822 desconfió de la sinceridad del Gobierno, cuando mandó
al Cnel. García a realizar una junta cerca de Tandil, porque el Gobernador Rodríguez antes había
atropellado a los indios pampas en Chapaleufú.
En 1833, sus indios estaban banándose en la laguna del Chañar, cuando un malón los atacó y
casi todos fueron muertos en la sorpresa. Según C.Rusconi, Antenao (no sé si es el mismo) vivía en
1860, entre los pehuenches del Neuquén. En 1866 hizo un tratado de paz con el Comandante de
Carmen de Patagones, junto con Reuuecurá (AEM Nº 895 del 12.10.66)
En Enero de 1836, Antivil fue apresado en Bahía Blanca. Su padre protestó enérgicamente
(AGN X. 24-9-1). Pero, cuando después de los malones de los chilenos (patriotas de Calfucurá) ,en
connivencia con los jefes militares de Bahía Blanca, habían atacado a los borogas de Güaminí y
Masallé, Marivil y Maniqueo fueron desacreditados como traidores, porque habían huído entre los
ranqueles. Cuando el Cnel. F.Sosa de Bahía Blanca llegó a unir a los borogas sobrevivientes “para
perseguir a los matadores de los borogas”, los llevó primero, el 25 de Octubre de 1834, a la
Travesía, no para perseguir a los agresores chilenos, sino para atacar los indios de Ancapí, Marileo,
Ancafil (creo Antivil) y Mariqueo. Al concluir una nueva expedición, las tropas bahienses cayeron
sorpresivamente sobre la tribu de Cañiuquir, haciendo una espectacular matanza, en la que perdió su
vida el cacique Cañiuiquir. A Antivil se le ardía el corazón y en venganza convocó a chilenos,
ranqueles y los restos de borogas a un gran malón. Los condujo sobre Tapalquén ese año y
nuevamente el 20 de Agosto de 1839. Pero no llegó a saciar su sed de venganza porque las tropas
del Cantón y los indios pampas enganchados los rechazaron. No tengo más datos sobre el resto de la
vida del cac. Antivil. Quizás los Antivil que anoto a continuación sean de su familia.
ANTI VIL, Manuel, 1866, capitanejo de la tribu de Rondeao en 25 de Mayo. (Comisión
Investigadora de las tierras de Coliqueo y su tribu, 1940 p.401)
ANTIVIL,Andrs, 1868, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo. Ese año se incorporó al
elenco de sus oficiales, cuando se había separado el grupo de indios que acompañaría al cac..
Raninqueo a La Verde (Part. De 25 de Mayo). Antivil tenía 35 familias a su cargo. Se recomienda su
conducta en el parte de Coliqueo sobre el combate de Las Toscas (20 de Oct. De 1868. Hux,
Coliqueo ed 1980 p. 90) En Mayo de 1869 estuvo con Raninqueo; pero poco más tarde se hallaba
de nuevo con Coliqueo. Allí figura en la lista del censo de 1874.
ANTITRIPAI, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Manuel Baigorrita (Lista del
P.Donati)
ANTONA (prob. Antenao), pehuenche, 1802, visitó las autoridades de Mendoza para
renovar la paz (Arch. Mend).
ANTONIO, 1852, cac. tehuelche. No se conoce otro nombre o apellido de él. Actuó en la
zona de Carmen de Patagones y más al Sur. Con el cac. José María Llanquetrux, solía acudir para
recibir raciones. 1865 él y el cac. Chiquichano hicieron un nuevo tratado de paz con el Gobierno de
Buenos Aires. En ese año lo visitó el explorador suizo Jorge Claraz, como cuenta en su Diario del
viaje al Chubut (ed. Marymar).
ANTU ÁN, 1833, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. En 1830 asistió con 32 caciques a
un parlamento en Tandil (Fernándes, 2000 p.18). Era primo de Catriel. Participó en la Campaña de
Rosas al Río Colorado. Estuvo en la vanguardia. Y con el Cnel. Ibáñez llegó expedicionando más al
Sur del R. Negro, hasta Valcheta. En Enero de 1834 estuvo de regreso y acampó con su gente en
sobre el Arroyo Sauce Chico. En Noviembre tuvo que situarse en Tandil. Allí murió el m ismo año,
el 3 de ese mes.
ANTRÚ (prob. Huentrú), 1873, capitanejo picunche de la agrupación del cac. Purrán.
ANTUÁN, cac ranquel que había tenido como cautivo a Blas Pedrosa (Escribió una
memoria)
ANTU CO, 1751, cac. pampa. Era hijo del cac. Flamenco (AGN IX. 1-4-2). Se integró en la
Misión Jesuítica de Nuestra Señora de la Concepción, fundada en 1740 sobre la embocadura del R.
Salado. 1751 se nombra también a Antuco chico. El Padre Falkner, en su libro La Patagonia, lo
menciona: “un cacique joven, a quien conocí muy bien. Ed. Inglesa de 1774 p. 126) <<un
documento de 1771 dice de él, que había llegado a Buenos Aires.
Etimol. “Agua-co y antü- divina
ANTU CO (alias “el Bulnes”, 1884, capitanejo huilliche que, el 28 de Mayo de ese año
llegó a rendirse a las tropas expedicionarias, en Ñorquín, junto a los capitanejos Millapí y Vidal.
46
ANTU CHE (ver Ante che), 1750, cac. pehuenche a quien conoció el Padre T.Falkner en sus
andanzas misioneras.
ANTÜ HUENU, (o Antu güeno) 1564, cac. araucano, a quien las crónicas chilenas llaman
“feroz”. Pués de grandes batallas y vehementes expediciones de los españoles hasta el Cuyo, los
caciques Millalemo y Antühuenu sublevaron a las tribus araucanas hasta en la zona de Mataquito.
Durante los meses de Febrero y Marzo de 1564 peleó cerca de Penco (Concepción) y luego
pusieron sitio a la ciudad de Arauco. Algunos lo llaman “El Cid de Arauco”, porque en un arrojo de
Valentía provocó a los jefes contrincantes, en particular al muy afamado Maestre de Campo D.
Lorenzo Bernal del Mercado. Al pie del cerro Colo Colo, tuvo lugar la escena singular y, dice la
crónica-, lucharonm con tanta igualdad que se agotaron sin que hubiese vencedor ni vencido
(Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 60)
Etimol: “Sol del cielo”
ANTU HUENU, 1639, cac. araucano de Purén, de las faldas de Nahuel Buta, al Sur de
Angol. Mientras que, en 1639, grandes caciques como Lientur, Vuta Pichón, Liencura y
Lincopichún, entablaban negociaciones de paz con el gobernador D.Francisco López de Zúñiga,
Antehuenu adiestró a gran número de guerreros, seguro que no había terminado aún la guerra de su
independencia. Al fin, asistió él también al Parlamento de Quillan el 6 de Enero de 1641,
convocado por el Gobernador, Marqés de Baides, en cuyo séquito había 2350 hombres. Los 170
caciques reunidos presentaron a su vez a 4000 indios. Ese fue el primer parlamento así notable entre
muchos mapuches e huincas. Antehuenu fue proclamado Vice Toqui (Gay, Historia v.III. cap.V.)
Pero los indios exigieron que fuera una paz digna y no de sometimiento. Efectivamente una
cédula ral del 29 de Abril de 1643 ratificó esta paz que, en realidad, había sido un triunfo para los
mapuches. Sin embargo tuvieron que volver a la guerra, y no por culpa de los mapuches. El año
1655 fue muy duro. (Campos Menchaca:Nahuel Buta p. 120 y 391)
ANTU LÁN, (prob. Antullán), 1852, cac. pehuenche, sobrino del cac. Meli-llán. El 26 de
Febrero de 1852 estuvo en un parlamento de los pehuenches de Mendoza, con Caepí. (Arch. Mend.)
ANTU NAHUEL, 1561, cac. araucano de Chile (j.Tellez: Una raza p. 141)
ANU LIÉN, 1651, cac. principal de los pehuenches en Pintullanca, que reconcilió el
P.Diego Rosales con sus enemigos mortales, los puelches del cac. Malopara ( de Epulafquén
puelche.Ver Paillamach). El misionero jesuita pudo bautizar al cac. Antulién; estaba muy enfermo y
él mismo pidió el sacramento (Rosales: Historia del Rerino de Chile, ed. 1877 p.203). Hubo
parlamentos en Villarrica y en Epulafquén, donde se presentaron pehuenches hasta de las pampas
de Córdoba y desde El Nacimiento.
ANUAIE,1788, cac. pehuenche de Malalhué, pariente de los caciques gobernadores
Ancanamún y Pichintur. También a él le tocó participar en la Guerra Pehuenche con triunfos y
reveses. Vio morir a sus hermanos y sació su sed de venganza especialmente en la expedición de
Febrero de 1788 (Diario de Es1quivel Aldao, en Rev. J.E:H:Mend VIII. 1937) Uno de los hermanos
se llamaba Caniuán.
ANUGURU, Juan, 1751, cac. araucano que residía en Reivu (Chile). Allí lo visitó el Padre
Bernardo Haevstadt, el 28 de Nov. de ese año. Anaguru se consideraba como cac. principal o
general. No obstante no tenemos más datos de él.
ANUQUEO, 1843, cacique entre los ranqueles reunidos para el malón a Achiras. (Memorias
de Santiago Avendaño).
AÑAY, 1802, cac. pehuenche que figura en un documento de Mendoza, porque había
visitado al Gobernador.
AÑEÑÁN, 1814, cac. pehuenmche. El 22 de nov. San Martín mandó al Administrador los
caciques Lemón, Añeñán, Caepí y 24 indios al Administrador (Draghi, Rev JEH Mendoza II 1944
p. 139)
AÑI HUAL,1908, cac. mapuche de Quepé, Cautín, Chile, donde lo visitó el historiador
T.Guevara. Tenía una familia numerosa. Etim.:”Cara de Pato”
AÑITALBA, 1573, cac. comechingón de Ana Sacat, Escoba Sacat, Córdoba Encomendado a
Luna (Montes 1954 p. 46)
47
APELES,1806, capitanejo ranquel sujeto al cac. Naupayún. De ellos habla D.Luis de la
Cruz en su Diario del viaje por la pampa a Buenos Aires. Este le acompañó hasta Meucó para vsitar
al cac. gobernador Carripilún.
Etimil: Apel: tocayo
APÚ, 1815, cac. araucano que durante la Guerra por la Independencia chilena entró a la
Pampa y maloneó.
AQUÍ NER,1852, capitanejo salinero. Ese año fue tomado preso. Entonces se presentó en
Azul el cac. Felipe y solicitó su liberación, porque era su sobrino AEM. Bs.As. 7. 6. 1852)
ARAQUÍ, 1582, cac.. de la nación Chana, quien por el reparto de Juan de Garay fue
encomendado a Dn. Francisco Pantaleón, en la cercanía de Buenos Aires. (Doc. De Garay)
ARCEAPEL, 1788, cac. huilliche del grupo del cac. Llanquetruz Iº. Durante la Guerra
Pehuenche fue atacado especialmente en la expedición de Esquivel Aldao y sus indios amigos de
Malalhué, el 18/19 de Febrero, como anotó en su Diario. Era vecino de la tribu de Lepnopán, lo que
nos hace pensar que era ranquel como éste.
ARCHI MÁN (alias “Huilli Calquín”), 1833 cac. huilliche, compañero del cac. Cayupán
que fue atacado por una patrulla de la columna expedicionaria de Rosas al Río Colorado. El
capitanejo Mariano Calderón atacó a su toldería, dispersó a sus indios y los persiguió hasta no
verlos más. (AGN. X. 27-5-5)
ARCHIQUIL ver Huenchuquir.
ARIAS, 1881, capitanejo pampa de la tribu de Manuel Grande en Carhué. Allí Mons..
Espinosa les hizo una visita misionera. Más tarde estos indios ya reducidos fueron trasladados a
General Acha en La Pampa (ver Manuel Grande)
ARMADA, Juan, 1761, cac. querandí con nombre español. Entonces vivía en la jurisdicción
de Luján, sobre la laguna de Juncal junto al cac. Tambo (Tambo Nahuel). A mediados del año 1761
fue atacado por el cac. Culquín (Calquín seguramente). El cac. Armada sabía ir a Buenos Aires a
comerciar (AGN S. IX. 1-4-2 :Salto 9.7.61)
ARMSAL,1596, cac. querandí. Vivía en las afueras de Buenos Aires en el campo que
lindaba a la Chacarilla que Don Diego Lucero había donado a los Padres Dominicos (Abad
Santillán: Enciclopedia Argentina II. P.507)
AR NAO, 1879, capitanejo ranquel de la tribu del cac. M. Baigorrita. Cayó prisionero
durante la campaña de la Conquista del Desierto por la IIIa. División (R.Pastor: Guerra contra el
Indio en la Jurisdicción de San Luis p.507) Etim.: Are-celeste; nao- tigre
ARTI LLANCA, 1774, cac. pehuenche chileno de la Reducción Guinchilca.
Aseguró al Capit. Pinuer que existía la Ciudad de los Césares.
ARVUELQUE NER, 1802 , cac. pehuenche quien ese año acudió a Mendoza para
reafirmar la paz (Arch. Mend)
ASAHUATE, Barolomé (Asaguate), 1688, cac. huarpe de San Juan de la encomienda de
Diego Jufré de la Guardia. Vivía en Tecunuco; más tarde huyó a Córdoba. Su mujer se llamaba
Bartola Quilapay (Arch. Mend).
ATAN CHCHUCTAV, 1591, cac. comechingón de Tambi, Cruz del Eje, Córd.:
encomendado de Astudillo. (Montes, 1954 p. 60)
ATANU, 1673, cac. serrano (puelche) que había sido “Cazado” y llevado a una encomienda
de la jurisdicción de Buenos Aires (Lehman Niche:Chechehet p.250).
ATEN CO, 1852, capitanejo. Ese año se presentó en 25 de Mayo con una comisión de
Salinas randes, donde fue atendido po el Cnel. Olivencio. (Allende : Fronteras 121) Etimol: “Agua
fría”.
ATENTARO, Don Juan, 1658, cac. Chiquillán (puelche). Vivía en la región de Malalhué
(Mend.) y ocupó el cacicasgo interinamente, hasta que el joven príncipe puelche Yovirrie alcanzara
la edad reglamentaria.
ATNI MINTA, 1596, cac. comechingón de Cosnata, Córdoba, encomendado a Maldonado
(Montes p.77)
ATISYAMA, 1576, cac. querandí, establecido en Singlitón, Prov. De Sta. Fe
48
En su pueblo o toldería vivía también el cac. Totamo. Según el P. Alonso Barzana, estos
tenían su propio idioma. (Outes,F.: Luz sobre los Querandíes. 1936 p.11)
ATOREY, 1836, capitnejo boroga quien fue muerto en el gran ataque a la toldería de
Cañiuquir, el 26 de Abril de 1836 (ver Cañiuquir).
ATOREY, 1878, capitanejo boroga, quizás descendiente del que nombramos anteriormente.
Lo conocemos por la noticia de su muerte. 1878 obedecía a Namuncurá. Entonces las tropas
expedicionarias de la Campaña de la Conquista del Desierto lo persiguieron y alcanzaron su gente.
El Tnte. Cnel. Marcelino Freyre lo sorprendió en Utracán, al Sur de Santa Rosa. Según el parte del
7 de Oct., murieron en la acción los capitanejos Canolo, Atorey y Calfumur y 23 indios de lanza. Al
mismo tiempo fueron tomados prisioneros el capitanej Laiquelén con 35 indios de lanza y 135 entre
mujeres y niños. (Olasc. I. P.70 y Del Valle: Recordando el Pasado I. 366 y el Diario “La Patria” de
Dolores Nº 529 consultado en la Bilioteca de C. Moncaut) .
AUCAL (o Auca Llanca) 1810, cac. puelche que vivía en la zona de Cabeza de Buey (Part.
de Bolívar). Allí lo encontró el Cnel. P.A.García, durante su famosa expedición a Salinas Grandes
de 1810: lo obsequió. Poco después (el 1 de Nov.) se le presentó al Coronel el hermano del cac..
Aucal, quejándose de que los indios del cac. Lincón les habían quitado los agasajos y regalos que
habían recibido de él y los llevaban para ofrecerlos a su padre. Esto demuestra que los indios con
frecuencia vivían en rivalidades. Aucal, más tarde, vivía en Tromen Lauquén (Part. de Puán). 1820
se dejó enganchar en las operaciones del exiliado político chileno J.M. Carrera. Desde tiempo era
conocido comerciante de sal, pues llevaba cargamentos a la frontera hasta Navarro. Se le pedía por
un lenguaraz Juan Verdugo, que se interpusiera para conseguir la liberación de cautivos. Juan
Verdugo y otro lenguaraz, llamado Manuel Valdebenito se internaron hasta sus toldos en busca de
cautivos/cautivas. Allí les informaron de que les habían sido arrebatados y habían sido entregados a
Carreras que en ese momento actuaba en tierras cordobesas. La última notita de Aucallanca es, creo,
que asistió al parlamento de paz celebrado con 40 caciques pampas en la zona de Bahía Blanca.
AUCA LUÁN, 1837, cac. pampa que figura en la lista de los caciques amigos con Calfiao,
Canuanté y Petí, el 15 de Febrero de ese año.
AUCÁ N, (o Aucanahuel) , 1792, cac. huilliche que fue perseguido por los expedicionarios
de Francisco Esquivel Aldao y los indios pehuenches de Malalhué, igual como Quilapán,
Llancamán y Millaluán (Arch. Mend.).
AUCÁ N, 1825, cac. pampa que participó en el parlamento de paz, convocado por los
hrmanos Oyuela, cerca de Bahía Blanca. Etim.: N-nahuel : auca- bravo.
AUCA ÑÁN, 1872, capitanejo ranquel de la tribu del cac. Mariano Rosas. Ese año asistió al
parlamento que trataba el tratado de paz propuesto por los Padres M. Alvarez y T.M.Gallo. (Arch.
Río IV Convento franciscano )
AUCA NAMÚN, 1872, capitanejo ranquel que asistió al mencionado parlamento por la
paz.
AUCA NER, 1871, cac. salinero. En Julio de ese año vino en comisión a la frontera con 30
indios. Le acompañó un sobrino del cac. Calfucurá. Se presentaron al Coronel Juan C. Boer y
pidieron un tratado de paz y la posibilidad de comerciar. (AEM. Nº 73772: 1.Agosto de 1871)
Etim.: “Zorro salvaje”.
AUCA PÁN, 1980, cac. pehuenche del Neuquén. En esa Comunidad Casamiquele (1995
p.59) encontró a Delfina Collihual de Antinao y Antonio Huenufil.
AULETA, 1570 a 1590, cac. comechingón que vivía en la zona de Villa Dolores, en las
Sierras Grandes de Córdoba (Terrera, G.)
AUCA VILÚ, 1809, cacique de la nación auca que visitó al Virrey en Buenos Aires junto
con el cac. Catrimilla. Etim.: Víbora brava.
AUMADA, 1765, cac. “auca”, cuyo nombre derriba probablemente del apellido español
Ahumada, El 14 de septiembre de ese año, se presentó en el Fortín Zanjón con el cac. Lepín. Ellos
informaron que había muchos pehuenches en ambos lados de la Sierra (Cordillera). (AGN IX. 1-5-
9)
AVARO NAURE, 1594, cac. comechingón de Vascaquimira, Casan Catich, Córdoba;
encomendado de Nadal (Montes p. 73)
49
AVARO NAURE, 1594, cac. comechingón de Asan, Torol Córdoba; encomendado de
Ruesgas (Montes p.65)
AVELDAÑO, Ignacio, 1863, cac. salinero del cac. Juan Calfucurá. Este lo presenta en una
carta del 8 de marzo de ese año, dirigida al Presidente Bartolomé Mitre con estas palabras: “Va mi
yerno: se llama Ignacio Aveldaño. Este en un hombre de los mayores principales y…Son de mi
confianza”. En varias oportunidades ha demostrado su deseo de vivir en paz y armonía con los
blancos. Así dice una nota del jefe de la frontera: “El cuñado de Calfucurá, Ignacio, quiere servir en
algún punto de la frontera, como lo estaba haciendo su tocayo, el cacique Ignacio Coliqueo”. 1866,
cuando Calfucurá insistía ante el Cnel. J.Murga en el deseo de establecer la paz, mandó una buena
comisión y una carta que decía: “También el cacique Abeldaño los acompañó con una carta. Fue
probablemente la última misión de su vida (Arch B.Mitre Vol.24 p. 82. AEM 30.12. 62 y 22.12.66).
AVENDAÑO, Fermín, 1837 – 1929, capitanejo ranquel del cac. Ignacio Coliqueo (ver
Neculhual) . Es interesante como adoptó el apellido de su madre; pues era hijo de María Avendaño
y de Hualá (chileno) y tuvo una larga vida y una amplia descendencia en Los Toldos. Fue bautizado
en Nueve de Julio en 1892. En el cementerio hay una fotografía suya sobre su tumba. Sus hijos son
anotados ya como Neculhual Aveldaño, ya como Avendaño. Así Martín, Manuela, Justo, Lorenza,
Venera, Isidoro y Francisca, todos casados en Los Toldos y con muchos hijos. (Hux. Carpeta de
genealogías ) Franciaca Avendaño estaba casada con Thomás Morales .
AVOUNÉ (o Abulne, Abune, Afuné,Ajuené son sus variantes), 1810, cac. pampa, sucesor
del cac. Currutripay. Era hermano de los caciques Calfiao, Huilletrú y Antiguán y del capitanejo
Erna (Colecc. De Angelis, 1910 IV. P.119)
Avouné aparece en un documento de 1780 por primera vez; en oportunidad de un
parlamento de paz con el Maestre de Campo de Mendoza, J. de Amigorena y luego por una entrada
ofensiva a la Pampa. Amigorena había unida tropa de Mendoza, de Córdoba y de Buenos Aires e
hizo una campaña, con mucho suceso. En esta acción sorprensiva mataron a 706 indios y tomaron
unos 800 prisioneros de guerra. Entre los muertos debía hallarse el cacique Curritripay. Finalmente
se hizo un trtado de paz en 1790, considerando como límite el Río Salado del Sur (Bs.As.) (ver
Calpisquis).
Después hay para nosotros un largo silencio. 1810 lo encontró el Cnel. Pedro Andrés
García, según su Diario de la Expedición a Salinas Grandes. Avouné no titubeó en desacreditar la
brutal ofensiva de los años 80, que les habían hecho los cristianos a los pampas y pehuenches.
García reconoció el prestigio de este cacique y aconsejó, en 1820, al Gobernador Soler convocar un
parlamento general de paz. A principios de 1820 hicieron devolución de hacienda robada, así lo
había exigido el Gobierno, sino les haría la guerra. El lenguaraz que cumplía con el recado decía,
que ellos pedían la libertad de indios presos y que el cacique principal de las tolderías del Sur pedía
amparo contra los cristianos ladrones y pulperos (AGN VII. 10-4-13 (7.1) y 30-1-20). Avouné en
Chimalafquén. Incluso pedía 50 hombres para someter a una tribu sublevada. También pidió la
libertad de su sobrino, el cac. Pitriloncó (Pichiloncó). Se alegró por el tratado de Miraflores (del
7.3.1820), el que lamentablemente tenía poca duración, primero por la invasión del chileno Gral.
J.M. Carrera y luego, la expedicióndel Gobernador Martín Rodríguez quien atacó sorpresivamente a
los indios pampas en Chapaleufú (como explicamos más extensamente en la biografía del cac.
Ancafilú). Los pampas lucían entonces sus dotes guerreros y el Gobernador tuvo que volver con
sus tropas, reconociendo su fracaso. 1822, el Cnel. P.A. García fue delegdo a proponer a los pampas
de nuevo la paz. La voz de Avouné fue una de las más potentes en la junta de 2500 indios, cerca de
Tandil. Pero también criticó con toda claridad la deslealtad de los cristianos y exigió el desalojo de
todos los establecimiemntos al oeste del Río Salado, e hizo la historia de sus tribus, remontando
hasta el siglo anterior. Expresó al Coronel que ellos, los pampas, las tribus aucas y las tehuelches
tenían el deseo de vivir en paz.
Pocos días después de la gran reunión se tuvo la noticia de que los ranqueles no aceptarán
la paz y que planeaban una emboscada al convoy del comisionado del Gobierno. Se reunieron
rápidamente los indios de los caciques Avouné, Pichiloncoy, Ancaliguén, Chanafil, Neculpichuí,
Pitrí, Llanquelén, Chanepán, Epuán y Calfiao; resolvieron enfrentar a los ranqueles, si intentaban
esos atropellos. Para mayor eficacia solicitarían al Gobierno de Buenos Aires 200 hombres. Pero no
50
se produjo el enfrentamiento y el Cnel. García pudo regresar tranquilamente a la Capital. El nos
dejó un interesante Diario de la Expedición y un mapa precioso que publicó B. Muñoz en 1824, que
señala más de veinte tolderías en la zona de la Sierra de Ventana al Sauce Grande. Avouné había
traído 180 conas a la reunión. (Coll. De Angelis 1910, IV p.110, 121 y 131) Etimol.:posiblemente
de allvün-lastimada, Né o ngué: cara “Cara lastimada”
AYADO, 1880, capitanejo tehuelche cuyos toldos se hallaban a diez leguas de la confluencia
de los ríos Sehuen y Río Chico.
AYAL (o Aillal, Ayllal, Bayllal, 1824, cac. Pehuenche entre los huilliches. Vivía entonces en
la Sierra de la Ventana junto con las tribus de los caciques Pablo, Curritripay y Quinchán. Un
documento cuyano de esa época decía que éstos eran favorables al Gobierno de Mendoza. En 1845
otro documento mendocino lo nombra en oportunidad del proceso de la muerte del cac.. Guzmané,
quien era cac. gobernador mendocino. (A.Mend. carp. 123. J. Bengoa, Historia 1985 p.93 y 192
habla de un tratado de paz con Domingo Salvo, jefe del Ejército chileno. Es probablmente el mismo
que nombrmos a continuación.
AYLLAL (Aylla llancá), cac. picunche, suegro del cac. Guzmané; casado con una hija de
éste. Vivía sobre el Río Neuquén. El cac.Guzmané era cac. gobernador de los pehuenches
(picunches) del sur de Mendoza. Su tribu eran indios amigos de Mendoza.Había participado en un
malón de venganza en 1794 cuando habían muerto a su cac. general Pichintur. Después de un
tiempo de silencios sobre Guzmané, se dijo que el nuevo Gobernador de Mendoza Pedro Pascual
Segura había favorecido al cac. Guzmané. Éste - dice S.Avendaño en sus Memorias del Excautivo
(ed. 1999 p. 288 ss)- tuvo noticias que los indios de uno de sus departamntos habían hecho una
incursión a la Provincia de Chillán, cuyo robo había sido encabezado por el subalterno Purrán”;
preparó unos 120 conas para ir a castigar al que los había incomodado con el Gobierno Chileno.
Encontró la toldería desprotegida, porque los varones habían salido a cacerío. Hicieron un sacrilegio
de destrucción y muertes y llevaron cautivos y cautivas consigo. De allí surgió el malón de la
revancha, donde comprometieron también a Ayllal, recompensa y pomoción. Sobre este malón,
léase lo que escribi sobre Guzmané.
1845 unido con el cac. Purrán, hizo una traición (vengando el malón tras la Cordillera) .
Mataron al cac. gobernador Guzmané del Sur de Mendoza , y saquearon su toldería en un momento
descuidado. El malón se extendió favoreciendo la recogida de haciendas pera el comercio (ilegal)
en Chile en él que estaban comprometidos hasta los comisarios y capitanes de indios amigos: José
Ant.Zúñiga, Joé María Surita y Domingo Salvo. Decían que los picunches eran chilenos,recibían
sueldos y protección del Gobierno de Angol y propusieron al cac. Ayllal como cac. general de los
picunches y sucesor de Guzmané. Eso propusieron en un parlamento en Angol.
El Gobierno de Mendoza hizo una larga investigación. El cac. Cristiano declaró entonces
que el cac.(era Sargento Mayor) Zúñiga lo había mandado para conquistar a la tribu de Ayllal en
venganza, para que no apoyara más a los mendocinos. Surita, otro interrogado declaró que había
venido de Chile para ver las haciendas de los súbditos chilenos y para comprobar los daños que les
habían hecho las tribus de Ayllal, Yaupí, Fori y el Cristiano, aliados de Mendoza como Caepí,
Melillán y Currián. El Gobernador de Mendoza expresó en su informe el temor de que el refugiado
Manuel Baigorria hiciera causa común con Ayllal y los demás damnificados. El Gobernador E.
Segura mismo salió a campaña y convocó a los caciques a un parlamento en San Carlos. El 11 de
Octubre conferenció con el cac. Tripaiñám y emisarios de Ayllal, Caepí, Llaupí y Llancaner para
restablecer la paz y para recibir más información sobre el asesinato de Guzmané. Todos los indios
prometieron seguir en paz, de manera que el gobernador sin temor prosiguió su reconocimiento
hasta el extremo de la provincia. Tenía también el propósito de establecer algún fuerte más al sur
contra las pretenciones chilenos.
A principio de 1846 el Comiario de (Indios) Amigos , José Antonio Zúñiga, invitó a los
indios picunches a un gran parlamento. Todos eran aliados del Gobierno de Mendoza, pero
recibían sueldos de Chile. Participaron los caciques Ayllallanca, Yaupí, Torri, Cristiano, Coliné,
Lefino, Llankañir, Carpi, Lallilán. Currian, Pichimán, Alcapán Zuñiga, el padre de J.A.Zúñiga) y
como 3000 indios (Morris / Rojas Lagarde, J.L.: Robo de Ganado en la Argentina. Santa María de
51
los Angeles 2oo1 p. 48-85). Y Rojas Lagarde : El comercio de ganados robados, en Morris, ed. El
Faro, Los Angeles 2000)
Me falta documentación sobre la actuación del cac. Ayllal por largo rato.
1870 era Mayordomo de la hacienda al Este de la Cordillera del Gral. Bulnes. 1873 figura
Ayllal entre los que en San Rafael habían hecho la paz con el Gobierno Nacional, reconociendo la
soberanía argentina en su territorio. (Arch Mend. Carp.123 Doc. 45)
AYALLEPE, Pedro, 1742 , cac. pehuenche-picunche. Era pariente del cac. Cangapol, alias
cac. Bravo. Así dice un documento de 1741 que Mayu(pilquiyá) y los Yahatti, Güenulepe y Ayalepe,
sobrinos del cac. Bravo se apersonaron al Gobernador Miguel de Salcedo pidiendo un tratado de
paz. También llamaron al cac. Calelián. Al año volvieron con 20 caciques pampas-serranos y aucas
y trajeron 14 cautivos. Hay que tener en cuenta los disgustos, malones y “expediciones punitivas”,
que durante los años anteriores habían sufriodo. El viejo Cangapol había convocado a una
sublevación general, por los atropellos del Maestre de Campo Juan de San Martín. En 1739, los
indios asolaron la zona de Magdalena y en 1740 llegaron con el malón hasta Luján. 1842 bajaron
entonces dos comisiones del cac. Bravo a la ciudad de Buenos Aires “donde hicieron las paces”
(ver Cangapol)
Entre tanto, en 1740,los Padres Jesuitas Matías Ströbel y Manuel Querini habían fundado la
primera Misión de la Pampa, “Nuestra Señora de la Concepción”, sobre el margen Sur del Río
Salado y habían reunido en ella más de 300 indios pampas. 1741, los Padres Tomas Falkner y José
Cardiel fundaron una segunda Misión cerca de Mar del Plata, “Nuestra Señora del Pilar” y en 1748
agregaron a esas una tercera, “Nuestra Señora de los Desamparados, entre la laguna de los Padres y
Tandil.
Pero, si bien contribuyeron en la pacificación de la pampa, por la matanza injusta de la tribu
de Calelián, volvió a poner a los indios en pie de guerra bajo la conducción del cacique Cangapol.
Hasta desconfiaron de los Padres Jesuitas, cuando uno de ellos vino con séquito de 500 hombres
armados, si bien con propuestas de paz del Gobernador. El cac. Bravo decidió arrasar con la
reducción de Nuiestra Señora de los Desamparados.El cac. Ayalep, su pariente, se opuso a esta
decisión y le desaconsejó hacerlo. El Padre Sánchez Labrador dice en su relato que Ayalep era más
racional y de mejor corazón que Cangapol. Ayalep decía que no estaba dispuesto a pelear a los
españoles y menos a los misioneros, de los cuales nunca había recibido agravios, sino sólo bienes.
Esta respuesta sosegada y prudente no amansó al cac. Bravo, pues determinó acabar con Ayelep y
su gente. Animó para eso a su tropa que tenía juntada y marchó contra dicho cacique pariente, Para
lograr su traición, le envió primero unos mensajeros que le entretuviesen con palabras amigables.
Sobrevino después de sorpresa el cac. Bravo con su gente cargando de improviso sobre Ayalep y su
gente desarmada; quitóle cruelmente la vida, como también a otros cincuenta vasallos, llevando a
los restantes prisioneros y prisioneras a sus toldos. (Sanchez Labrador 1772 p. 132, g. Furlong:
Sanchez Labrador; Falkner 1774 p.126; Arch. G.Ind. 163 Charcas 317 (paces) e ib. 168 Charcas
AYALEPE, 1761, cacique baquiano de los tehuelches de Flamenco que vino a establecerse
en Vitel a cinco leguas del Fuerte Zanjón. Era quizás un hijo del que nombramos arriba. El
Comandante del Zanjón (Part. de Chascomús) le permitió incorporarse a su tropa. En el Censo de
1776, realizado en la pampa por D.Diego de las Casas figura en La Pampa y en 1787 estaba bajo la
jurisdicción del cacique Roco, probablemente desde la expedición del Gobernador de Mendoza José
de Amigorena en 1780. Allí, sobre el Río Diamante, estuvo entre los indios puelches participando
en la Guerra Pehuenche con los indios amigos de Malalhué. Es probable que haya sucumbido en
1787 en el ataque que les hizo el cac. huilliche Llanquetruz. Etim.: Aillá-nueve,; lep- leufú (ríos)
posiblemente.
AY AY, Don Juan: 1606, cacique mendocino del Valle de Uco.
AYANTA, 1594, cac. mendocino (huarpe?) del Valle de Uco. Un hermano se llamaba
Chiguti y otro Motú. Tuvieron sus “casas” y sus maizales y bosques de algarrobo. Arch. Mend.
26.5. 1594)
AYCONTA, 1593, cacique mendocino en Tecatucut (Canals Frau: Pleito 1945 p.130)
52
AYEN (Hayen o ayenquen) 1836, capitanejo boroga que fue sacrificado por la Expedición
Maza junto con el cacique Cañiuquir y tantos otros en la sorpresa de Languellú (ver Cañiuquir)
AYEN (o Hayen), capitanejo del cac.iquilla Ramón Tripailaf en La Verde (25 de Mayo)
quien conspiró en 1872 contra su propio cacique A. Raninqueo, en vísperas de la Batalla de San
Carlos de Bolívar. (ver Raninqueo)
AYGO PILLÁN , 1776, cac. pampa de Colulauquén, donde tuvo 20 indios y diez toldos,
según el Censo de Diego de las Casas (Coll. De Angelis 1910 Iv p.584) Era vecino de los caciques
Rainao, Llancán y Catruén.
AILLÁ es Ayllá sognifica 8 ver Ayllallanca
AYLLAPÁN, Francisco , 1775, cac. (lonco) de Malleo
AYLLA PÁN, dice un artículo en el periódico El Siglo del 13 de dic. de 1978, que este
cacique había sido el padre del famoso cac. Vicente Piseñ y de su hermano mayor Francisco Piseñ
nacidos en Carhué 1829 y 1824 respectivamente(Desconozco la fuente; creía que el padre era Vuta
Piseñ casado con (N) Catrinao)
AYLLAPÍ, 1780, cac. pehuenche, hijo del cac. Huequemilla (Cuequemilla) que vivía al sur
de Mendoza. M. Pinazo trabó relaciones con él, en oportunidad de alguna de sus expediciones por
sal a Salinas Grandes. 1776 fue censado por Diego de las Casas y también su pariente Cheuquemilla
(De Angelis, 1910 IV. P. 586)
AYNAVI, Antonio, 1616, cac. pampa de la reducción de San Esteban de Bolón, erigida ese
año al Sur de Córdoba en la estancia de D.Gerónimo Luis de Cabrera. En el empadronamiento que
se hizo entonces, él está señalado como de 34 años.
AYNAVILO,, 1605, cac. araucano del cac. Pellahuen, Chile. Ese año el R.Padre Luis de
Valdivia lo invitó a un parlamento de paz. Pero entre tanto el Gobernador había preparado otra
campaña a sangre y fuego, y destruyó así la obra pacifivicadora del Misionero. 1615 se encontró de
nuevo en un parlamento. (Gay, Documentos, 1876 p. 229 y 258)
AYNER, Vicente, 1833, cac. pampa-ranquel. Ese año, durante la Campaña al Desierto, su
toldería estaba en la orilla del Río Colorado. Fue atacado por la Vanguardia del General Juan
Manuel de Rosas, al mando del Capitán José Alvarado, cerca del Cerro Cheuque Mahuída. Etim.:
Ayllá- nueve; gnerr-Zorros
AYOPAR, 1575, cac. comechingón de Chiquisacate, Córdoba; encomendado de Villalba
(Montes p.91).
AYOXANA, 1579, cac. comechingón de Camin Sasan, Asenuza, Córdoba; encomendado se
Jaymes (Montes p. 91).
AYTI QUEUPÚ, 1612, cac. arauicano que vivía en la zona de Elicura, Chile. El 7 de
Diciembre de 1612 asistió al parlamento de paz en Paicaví; porque había participado en la
sublevación de Arauco. (ver Utablame)
AYSO, 1776, cac. tehuelche de Santa Elena, Patagonia. Lo menciona el piloto A. Viedma
(Diario p.65)
AYUQUEL, Juan, capitanejo boroga del cac. Coñuepán. Después de la muerte de éste,
pertenecía a la tribu de M. Collinao en Bahía Blanca, en Tandil y en Bragado (ver Collinao)
AZEVIN (Cevín) 1561, cac. huarpe que vivía en Macanota (Mend.) Le sucedió su hijo
Aycanta en el cacicazgo.
AZEVÍN, 1593, cac. huarpe mendocino, que vivía en tierras lindsantes de Tundra,
encomendado de Antonio Chacón
53
BADIA, José. 1873, capitanejo del cacique V.Piseñ, mencionado en el trtado de paz (AEM
doc. 1209)
BAGUAL, Juan (Yagual, Cangual, alias Miní), conocido en 1580 como cacique pampa. La
historia del Río de la Plata y la del Cuyo señalan para las últimas decadas del siglo XVI una
actividad conquistadora notable. Los españoles entraron con vigor y fundaron pueblos que serían
nuestras ciudades. Esto trajo también consigo que subyugasen a los primitivos habitantes,
reduciéndolos y repartiéndolos en las chacras y estancias. Otros eran deportados, desarraigados o
también expulsados. Esta actividad poco humana suscitó reacciones y, en algunos momentos o
zonas, sublevaciones generales. Juan de Gnray, al fundar, en 1580, la ciudad de Buenos Aires, echó
mano al mismo procedimiento de dar y repartir a cada español propietario un cierto número de
indios (prácticamente esclavos) bajo el concepto de “encomendados para la instrucción y
evangclización”. Al año de iniciar la fundación, el mismo salió a una expedición “para castigar a los
indios, de los cuales se han domesticado algunos y vienen al puerto de la paz”. Hermosa frase, pero
triste fue la realidad. El cacique Juan Bagual y sus indios, en el reparto de chacras e indios fueron
entregados a Dn. Cristóbal Altamirana. Deben haber sido de los que han sido “cazados” y
“domesticados” en la pampa. (En el documento, fechado el 28/3/1582 figuran 65 caciques con sus
familias encomendados).
A los baguales se los ubicó en la zona norte de Buenos Aires, en la zona de los querandíes,
es decir, en la zona de los palmerales, pues querandi significa palmera; era la zona fronteriza con los
indios guaraníes a orillas del Paraná.
No sólo el servicio forzoso, sino también el espanto de una viruela fulminante. impulsó al
cacique Bagual y a su gente, en 1599, a escapar a la pampa. Desde allí incitó a los demás indios a
disparar de las chacras. En 1604 quemaron al rancho destinado a capilla y mataron a varios
españoles, al sacudir de sus hombros el yugo de la servidumbre. Entonces el nuevo Gobernador de
Buenos Aires, Dn. Diego Marín Negrón, en combinación con el de Córdoba, Dn. Alonso Ribera,
mandaron sendas expediciones punitivas a la pampa. En la laguna que más tarde llevaría el nombre
del cacique Bagual (Dep. Pedernera, San Luis) hallaron la toldería de este cacique. (Cabrera, P.:
Tesoros del Pasado. La Cruz en la Pampa 1927, I p. 12: Arch. G. Ind. Charcas 27). El licenciado
teniente Luis del Peso atacó, pues, con sus tropas cordobesas a los indios de Bagual y Capaquén.
Según el parte, mataron a tres caciques y numerosos indios y llevaron a 212 prisioneros a la ciudad
de Córdoba. Los Padres Jesuítas y el mismo Obispo reclamaron por su libertad hasta amenazando
con echar la excomunión sobre los responsables. Juan Bagual y sus parientes Tubichaminís se
dirigieron al Visitador General Alfaro para que interviniera en el pleito. Del Paraguay vino entonces
la orden de reducir a Mbagual (sic. en versión guaranizada) sobre el río Luján en el distrito de
Buenos Aires. Pero después, en realidad, lo asentaron en la Reducción de San Josef sobre el río de
Areco, a 18 leguas de Buenos Aires. El encomendero beneficiado informó entonces al Gobernador:
“.. .Me han traido a un cacique, llamado Cangual. con diez vasallos...” Ciertamente eran más de
diez vasallos.." Según el estudio de José Peluso (“La Reducción de San José del cacique Don Juan
Bagual”. Capilla del Monte 1954: folleto). Juan Bagual y quizás su pariente Cagual se habían
sublevado de nuevo: por lo cual salió el capitán Francisco Salas a perseguirlos y los derrotó el 13 de
febrero de 1812. Luego de escarmentarlos “ahorcó a tres caciques y a 20 indios más”. El cacique
Bagual y 70 indios fueron apresados, a pesar de que vinieron a su encuentro llevando una cruz por
delante y pedían paz y misericordia. (Doc. 4085 y 4093 Biblioteca Nacional)
El cacique Bagual era bautizado ya, por eso le perdonaron la vida. dice el documento. (J.
Peluso. ob. cit.p.5). Fue llevado pues de nuevo a su reducción. En 1820 había allí 83 indios varones.
35 mujeres y 70 niños. El Gobernador D. de Góngora reforzó este número con otros “traídos” de la
pampa hacia la Sierra (de la Ventana). (Arch. G. Ind.: Charcas 27: 28 Charcas 139: 1-7 Charcas 27).
Ya en 1810. el Gobernador pidió al Rey Padres jesuítas para la Reducción: "son soldados
muy propios para esta guerra”. (C. Bruno, Historia de la Iglesia Argentina II. carta del 30/4/1610).
En 1815 Heniandarias visitó las tres Reducciones en el distrito de Buenos Aires. Trajo consigo al
Guardián de los Franciscanos, quien mandó luego uno de sus frailes a la Misión. Pero como no
había subsistencia, éste se retiró algún tiempo después. La iglesia que levantó era un aposento con
54
dos tapias, cubierto de paja. En el relato que hizo el Gobernador en 1619 sobre su visita, esta
Reducción era lamentable. Había 228 personas reducidas sin sacerdote: 59 eran bautizados, entre
ellos cuatro caciques o capitanejos.
Bagual, bautizado, tenía dos mujeres. Fray Juan Báez bautizó entonces a 20 niños.
“Están vestidos con mantas y camisetas de lana. Usaban sombreros que los españoles les
trocaban por caballos. Algunos se cubrían con pellejos de animales (guanacos)..., usan botas y
flechas. Los toldos son cubiertos de cueros de caballos. fijados sobre palos...” (Arch. G. Ind.
Charcas 27 Relación del 2/1/1620)
Bagual se portó bien y por eso le llamaron “Don”. Lo establecieron con algún piquete en
“La Dormida” (hoy Pergamino), posta sobre el camino de Buenos Aires a Córdoba, con el encargo
de impedir robos y asaltos. Recibía en cambio, una tercera parte de los impuestos (peaje) cobrados.
La Reducción de Bagual en San José de Areco y la de Caguané en la confluencia del río,- que tomó
el nombre de ese cacique,- con el río Arrecifes, se iban menguando. En 1640 el misionero
franciscano entregó la atención de la Reducción de San José al Licenciado Bartolomé Lencinas,
designado cura de indios en la Doctrina de Santiago de Baradero. Pero éste presentó su renuncia en
diciembre de 1642, la que aceptó el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires (9/1/43). En 1643 San
José fue extinguido, porque el cacique Bagual, en un nuevo intento de liberación fue muerto.
(Piccirilli. Diccionario Hitórico-biográfic argentino}. Ciertamente muchas páginas de la vida de este
cacique quedan sin escribir. Su sucesor para el resto de la tribu sería el cacique Ignacio. Una de las
hijas de Juan Bagual se casó en 1630 con el cacique Tubichaminí, jefe de otra Reducción. llamada
de San Juan Bautista en el Valle de Santa Ana, pago de Magdalena.
(ETIMOLOGIA: Se cree que bagual es la palabra castellana que significa caballo cimarrón.)
Bibliografía: José Peluso ob. cit.: C. Bruno, ob. cil.: P. Cabrera, ob. cit. y El país del Cuyo;
R. Laboulage, Reducciones franciscanas de la Jurisdicción de Buenos Aires, en Archivum (Rev.)
VIII; Burgueño.J.: San Antonio de Areco. 1972, La Plata; J. de la Peña: Reseña histórica de
Pergamino, p. 485-490; Pastells, Historia de la Compañía de Jesús, Madrid. 1912 1. 284: Trelle:
Registro Estadístico de la provincia de Buenos Aires. Bs. As. 1860,11 p. 26 y 288; Actis. F.: Actas y
Documentos del Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires. 1943. .Trelles: Memoria sobre el origen de
los querandíes, Bs.As. 1865.
BAIGORRIA, Luis: (1850-1933). alias "Lucho" era cacique ranquel, hijo del cacique
Pichún Hualá, nieto del famoso cacique Llanquetruz IIº. Llevó el apellido del padrino, el coronel
Manuel Baigorria. En 1879 heredó el cacicazgo, cuando las tropas expedicionarias del Desierto
habían muerto a los grandes caciques, entre ellos a su hermano, el cacique Manuel Baigorrita y
cuando sus tribus estaban despedazadas y diezmadas.
Nació por el año 1850. A temprana edad perdió a su padre, en 1855. Por eso el coronel
Manuel Baigorria, refugiado unitario en La Pampa y amigo de Pichún Gualá se hizo cargo de él y
de sus hermanos. Manuel, Quinchán, Cayomuta, Epuhueque, Caispán y Luis (Lucho); sus
hermanas Josefa (del primer matrimonio),María y Celia. Esta se casó con Juan Zabala, hijo de
Gabino Zabala que era de la tribu del cac. Raninqueo. Les dio hasta su apellido, mientras que a su
madre, la cautiva Rita Castro, la dejó ir a San Luis. "Lucho" frecuentó la escuela, cuando su
padrastro salió de su destierro, porque el Presidente general J.J. de Urquiza lo había nombrado jefe
de la frontera sur de Córdoba y San Luis. El Cnel. Manuel Baigorria era para ellos su padre y
Lorenza Coliqueo, su esposa, era su madre.
Más tarde, Lucho vivió en Poitahué, junto a su hermano, cacique ya de esa parcialidad de
ranqueles. Vivieron en paz, hasta después de la muerte del Cnel. Baigorria ocurrida en San Luis en
1875. Habían firmado ya tres tratados de paz con el Gobierno nacional, cuando en 1878 fueron
atacados, expulsados, perseguidos y aniquilados por los avances de la Conquista del Desierto de los
Coroneles Rudecindo Roca y Eduardo Racedo. Estos acontecimientos bélicos los contaremos en la
biografía de Manuel Baigorrita. "Lucho" Baigorria fue tomado prisionero, en Junio de 1879 en
55
Cochicó (Olascoaga II. 245 y 273). El 19, se les escapó. Cuando supo que su hermano había sido
muerto, sintióse responsable de su gente. Los que sobrevivieron la prueba y la peste de viruelas, se
dispersaron. El fue apresado nuevamente y fue llevado primero a Chosmalal,. así también sus
hermanas. Más tarde los llevaron a Buenos Aires. Durante la Revolución del 80 los sacaron de los
cuarteles para que combatiesen en Los Corrales. Fue herido y llevado al hospital. Todo esto cuenta
su hija Josefa Baigorria de Manquillán (Josefa Poncela: La cumbre de nuestra raza, Santa Rosa
1942, vol. III). Mejorado, le fue dado la libertad , como lo hicieron con el cacique Francisco Piseñ,
pasó a Los Toldos, donde estaba la tribu de Coliqueo que no había sufrido la persecución de la
Conquista del Desierto y donde tenía amigos de su infancia. Recordemos que el Cnel. M. Baigorria
había tomado como esposa a Lorenza Coliqueo, quien para "Lucho" era como una madre. Allí
quedó algún tiempo. Más tarde se internó nuevamente en la tierra ranquelina y obtuvo en 1889 el
permiso del gobierno para ocupar un campo en Miaucó Grande, provincia de La Pampa. Más tarde
lo cambiaron por otro en Limay Mahuida No 21 letra C secc. XIX.,- dice su nieta en su libro.
Tengo en mi poder una carta de Luis Baigorrita dirigida al cacique Simón Coliqueo de Los
Toldos (Bs. As.), fechada en 1897 en Potriló, La Pampa, topónimo que se conoce en esa sección
XIX b. Luis Baigorria se había casado con Juana Galván, nieta del cacique Galván (Calvaín) y de
ella tuvo cinco hijos varones: Francisco, Juan, Santos. Pedro y Julián. y tres mujeres: Josefa 1º,
Cecilia y Marcelina. "Lucho" murió en su campo el 3 de Febrero de 1933, a los 83 años. José
C.Depetris de Santa Rosa me mandó el árbol genealógico que el elaboró dede Pichón Gualá y Rita
Castro hasta 1950 con muchos datos. Algunos descendientes viven aún en la Colonia Emilio Mitre.
Se conservan fotografías de “Lucho”. En Marzo de 1990 falleció “la última princesa ranquelina”,
Marcelina Baigorrita de Urquiza, hija de Luis Baigorria. Sabía que su abuelo ha sido el cacique
Pichún Gualá. Su hijo Benjamín alcanzó más de cien años. Ellos vivían desde 1880 en Epuló
(Bs.As.). Y finalmente en la Colonia Mitre (La Pampa), vecino de la tribu de Cabral.No eran
amigos. (Los datos saqué del periódico La Arena de Sta. Rosa (L.P.), artículo de J.C. Depetris y W.
Catzenave. El Padre Pozzoli visitó en 1925 su familia en Pichi Maricó e hizo una foto.
FAMILIA DEL CAC. LUIS BAIGORRITA ( LUCHO BAIGORRITA)
Bisabuelo : cac. Llanquetruz 1770 - 1838
Abuelo: Pichú Guala 1830 – 1855 cas.c. Rita Castro (cautiva)
Encomendado al Cnel. Manuel Baigorria 1809 – 1875 cas.c. Lorenza Coliqueo 1845-1921.
Man. Baigorria 1862 la devolvió a Los Toldos, cuando Lucho tenía 10 años
LUIS BAIGORRITA 1850 – 1933 casad. 1º Rita Achá y 2ºcon Juana Galván
1º Hijos de Lucho y Rita : Josefa Baigorrita 1877- cc. Justo Manquillán
Los nietos son numerosos.
2º Hijos de Juana Galván 1870 – 1942 llamada “Quinchui Rosá”, nieta del cac.
Calvaiñ
l, Pedro Baigorrita vivía en Epuló Bs.As.
2.José Gregorio Baigorrita cc. Ramona Orozco (sin hijos)
3. Francisco Baigorrita cc. Gabina Zabala (prima sanguínea ) en Epuló :muchos hijos
Un sobrino nieto Pedro Eugenio Vigne publicó en Memorias de las Jornadas Ranquelinas
1998 p. 157 dos páginas con fotos. Hoy vive en Toay
4. Juan Baigorrita cc. Avelina Urquiza 1901 estuvo en Toay y Loventuel Tuvo varios hijos
5. Santos Baigorrita cc Aurora Campú 1903 , en El Odre (varios hijos)
Carlos Campú fue designado cacique e introdujo el Nguillatún
6.Julián Baiorrita (soltero) 1904 en El Odre, 1954 en Telén
7. Celia Cecilia Baigorrita (soltera) en Epuló, Trenque Lauquen, Bs.As 1890, en el Odre
1913
8. Marcelina Baigorrita cc. Braulio Urquiza (sin descendencia) en Catriló 1897 y Victorica
1994, donde murió en 1999 en el asilo de ancianos.
9. María Baigorrita (sin datos) en EL Odre 1906
10.Guillermina Baigorrita cc. Graciano Zárate en El Odre 1906 ; m. 1997:numerosos hijos
11. Fausto Baigorrita (soltero) en El Odre 1905 y en Santa Isabel 1950
12. Yo detecté un 12º Benjamín Baigorrita en Epuló y en Colonia Mitre. Más de 100 años
56
Celso Valle en su libro Salesianos en la Pampa p. 34. Publica su foto. Luis F. Ruez: Los
indios araucanos en la República Argentina B.A. 1929, incluye fotos de caciques p. Ej. Del cac.
Antonio Campo y señora. 1825 el Padre Pozzoli visitó a las familias del cacique Luis Baigorria e
hizo fotos en Pichi Mericó secc XVIII c. 2 (R.P. Enrique Pozzoli: Tres misioneros salesianos.
Relato de una gira misionera por el dilatado yermo pampeano; cronista y fotógrafo. En Obra de
Don Bosco. Casa del Boletín Salesiano Bs.As. 1950 110 pp) . Memorias del Cnel Manuel Baigorria,
ed.El Elefante Blanco con notas del P. M-Hux, 2006.
RETRATO
Sin embargo, guardaríamos de Baigorria una imagen equivocada si lo viésemos como un
vulgar malonero. Lucio V. Mansilla nos lo describe, nos lo pinta en su famoso libro “Una Excursión
a los Indios Ranqueles”, pues lo trató y visitó en su toldería en Quequén (Poitahué, La Pampa) en
57
1870. En la misma oportunidad. fray Moisés Alvarez celebró una misa en su casa y bautizó al hijo
mayor de 3 años con el nombre de Lucio Baigorria. El misionero atestigua en su crónica que el
cacique le había solicitado el bautismo de este hijo y prometió educarlo cristianamente. Y escribe:
"Estoy seguro de que Baigorrita se inclina a ser bautizado. También el Padre Moisés Burela,.
dominico de Mendoza, llegó a la misma toldería, como anota en su informe al ministro Avellaneda
(25.5.1870). Mansilla. en el cap. 45, dice: "Baigorrita tiene talla mediana; predomina en su
fisonomía el tipo español (de su madre, de la que le hablaba muy bien). Sus ojs son negros, grandes,
redondos y brillantes; su nariz respingada y abierta: su boca regular; sus labios gruesos; su barba
corta y ancha. Tiene cabellera larga, negra y lacia y una frente espaciosa que no carece de nobleza.
Su mirada es dulce; bravía, algunas veces. En este conjunto sobresalen los instintos carnales y cierta
inclinación a las emociones fuertes, envuelto todo en las brumas de una melancolía genial... Tiene
reputación de valiente, de manso y de prestigio militar entre sus indios. Sus costumbres son
sencillas. No es lujoso ni en los arreos de su caballo... Tiene 32 años..." Ignacio Páez pintó su
retrato (Mus. Hist. Nac.).
TRATADO DE PAZ
Lucio V. Mansilla, pues, quiso concertar de nuevo el tratado de paz,. turbado por el avance
de la frontera hasta el Río Quinto. El tratado no fue aprobado por el Presidente que se había
disgustado con el coronel, siempre algo extravagante. Dos años más tarde, los padres M. Alvarez y
T. Gallo realizaron otro viaje hasta Leuvucó y Poitahué y concertaron, autorizados por el gobierno,
el nuevo contrato de paz ( el 20 de Octubre de 1872). En su relación escribe el P. Alvarez: "De
Leubucó a los toldos de Baigorrita sólo habrá 12 a 13 leguas... Así que llegamos, (Baigorrita) salió a
recibirnos, sin aparato ni ceremonias. Este es el indio más sincero que he encontrado en Tierra
Adentro: Dice lo que siente, sin rodeos, y manifiesta sus temores sin reservas..." Entre los
capitanejos principales nombra a Yanquetruz y a Cayupán. En una gran junta en estos toldos,
incluyendo también los representantes de Mariano Rosas, el 20 de Octubre ratificaron el tratado de
paz de 23 artículos (Copia Doc. 256 en el Arch. del Convento de Río Cuarto, original en Arch. Est.
May. No 1188). Por el artículo 3° se lo reconoció como oficial del ejército con un sueldo de 150
pesos. El gobierno aceptó este tratado el 6 de Diciembre del mismo año, y el coronel Arredondo fue
autorizado a racionar a los indios de Baigorrita como tropa regular (Doc. Mus. Hist. Nac. N o 10,
380). Desde entonces, los indios fueron pacíficos y no incursionaron más hasta que nuestras tropas
expedicionarias los atacaron, en 1878.
Ya en 1875, el general Roca quiso dar por anulado el tratado, pero había otro campo de
guerra en el sur que reclamaba ser solucionado primero. Para conseguir los beneficios del pacto
tuvieron que movilizarse. En 1874 partieron comisiones de Mariano Rosas y de Baigorrita junto con
el Padre Donati para reclamar las raciones en Buenos Aires. Pero cuál no fue su estupor, cuando se
les ofreció tierra entre los cristianos; es decir, que los querían desalojar de sus terruños. La política
de siempre, desde la época de la conquista española (Arch. Mus. Hist. Nac. N o 8449 y 8458). Otra
decepción ya habían experimentado en Mayo de 1872, porque el general D. Teófilo Rey de
Ibanowski había invadido sus tierras. Si no hubiera sido por la intervención del Coronel Manuel
Baigorria, los hechos habrían salido diferentes . Se llevaron consigo a la tribu del cacique Martín,
culpándolo de una invasión del año 1870. (Arch. Est May. No 1260)
Julio A. Roca, quien sustituyó después de la Revolución del 74 al jefe de la frontera, el
general J. M. Arredondo, renovó el tratado con los ranqueles, el 8 de Mayo de 1876, en Río IVº ante
los representantes de M. Rosas y de M. Baigorrita.
En 1877 murió el cacique principal Mariano Rosas (cuya biografía complementa muchos
datos aquí registrados). Baigorrita creció entonces en categoría e importancia, aunque no ha
superado al cacique Epugner. En la lista de los indios de lanza de las diversas tribus leemos que
Baigorrita tenía 600: Epugner. 600: y Yanquetruz, 300 soldados de lanza. En 1875 falleció en San
Luis su gran amigo, el Cnel.Manuel Baigorria, y descansó de sus azorosas campañas y andanzas.
LA PERSECUCION
58
La historia de los años siguientes es tenebrosa y a veces oscura, difícil de explicar.
Mientras, en Julio de 1878, el Presidente N. Avellaneda firmaba la renovación del tratado de paz,
los militares prepararon sus expediciones de la Conquista del Desierto, también a las tierras
ranquelinas. En el Archivo de Río IVº hay una carta de Baigorrita, del 3 de Julio de ese año, dirigida
al Padre Donati, en la que le dice ,que no se les da lo estipulado por los tratados. "Algunos jefes
piensan invadirnos.
¿ Por qué?" (Doc. 893, Río IV). El 20 de Junio le ha escrito "al Excmo. Sr. Ministro de Guerra y
Ministro de la República Argentina, General Julio A. Roca. Mi apreciado compadre: ...hoy mando a
mi cuñado Cayupán y a mi cuñado Millacedo (Millaqueo) y a mi hijo mayor para visitarlo... para
asentar nuevos tratados... A mi hijo lo mando para más constancia de sus tratados y espero que ¡mi
Dios!, mientras yo viva, no he de apartarme de mis banderas argentinas. Compadre, pues desde que
yo he tenido tratados, me parece no haber faltado yo a ninguno, porque yo no les permito.., y es que
no salen a robar". (Piana. E. L.: Toponimia pampeana, p. 267)
Los militares argumentaron: "No han cumplido los tratados". Y otro decía: "Para estos pillos
el pan en una mano y el garrote en la otra" (27.X.78). Cumpliéndose el término en que debían
presentarse en Villa Mercedes para recibir las subvenciones, se acercó una nutrida comisión. El 23
de Octubre, en una singular sorpresa, el ejército rodeó la comisión y apresó a 94 indios, ocho
mujeres y seis niños. (La Comisión de Epugner fue apresada el 26 de Octubre.) A unos decían que
sus familias debían venir a ubicarse donde el ejército les indicara, y a otros, que habían sido
apresados por robos. El 26 del mismo mes. el general E. Racedo y sus tropas llegaron ya a las
tolderías ranquelinas. En ocho días, -informó el general-, eliminaron a 250 indios de pelea. Ya la
viruela había hecho estragos entre ellos, los meses anteriores.
El 11 de Noviembre marchó el coronel C. Villegas a los campos de Baigorrita en Toay.
Racedo le había avisado "oficiosamente" de que vendría a buscarlos y que debía situarse donde él
les indicara. El 14 de Noviembre, el general Rudecindo Roca atacó con su Regimiento 9º de
Caballería los toldos de Leuvucó. De allí escribió una carta a Baigorrita, engañándolo, que venía a
estipular un nuevo tratado de paz. En realidad era un ardid para entretenerlos y ganar tiempo para
caer al día siguiente, con las primeras luces, sorpresivamente sobre sus toldos. El coronel R. Roca
logró alcanzar a Poitahué, el día 18 de Noviembre a las cuatro de la mañana, y capturó en la
sorpresa al cacique Melideo (hermano de Mariano Rosas), a 5 capitanejos y 70 indios de lanza y
230 de la chusma. Epugner fue capturado el 18 de Diciembre con 300 de su gente.
Baigorrita y "Lucho" se aprestaron a la resistencia, mientras desmontaban los
toldos: presentaron combate a los invasores en Nahuel Mapú y luego movieron a su gente hacia el
país de los pehuenches. Por más mal, los castigó un fuerte temporal (Informe de E. Racedo al
Ministro. 7.1.79). El 8 de Enero escribió Levalle: "Han de buscar sometimiento o deben morirse de
hambre". Durante 1879 el cerco de la persecución se hizo cada vez más estrecho y su gente se fue
desgranando. El 11 de Enero escribió M.J.Olascoaga al Dr. Zeballos, que había reunido todos los
partes de las operaciones y que cree que sólo en las operaciones de Villa Mercedes y Sud de
Mendoza se habían hecho unos 3.000 prisioneros. El mismo escribió el 7 de Febrero de 1879 al Dr.
Zeballos, que le había reservado un cajón de las curiosidades pampas, pero que temía que se había
perdido en el camino.
En Febrero, Baigorrita supo que las columnas del coronel Marcelino Freire venían en su
persecución. Efectivamente, el 15 de ese mes se acercaba desde Trecán hacia Quenquez, donde
acampaba Baigorrita. En la sorpresa le apresó 103 indios de lanza y 296 de la chusma (Olascoaga. I,
p. 117). Entre los muertos se enumeran un cacique , a los capitanejos Lenqué. Lincopán, Chincol y
45 indios más. Baigorrita se retiró quemando campos tras sí para protegerse. Pensaba volver en
Mayo, porque creía que durante el invierno lo dejarían tranquilo. En sus buenos tiempos invernaba
a sus caballos en Quentr Maraco, Merrucó, Trehua Lauquen y Chicalcó. Pero los perseguidores
siguieron sus pasos aún en el invierno.
El 13 de Mayo lo atacó el mayor Ilescas a la izquierda del río Agrio. Murieron 30 indios.
Taboada mató el caballo blanco del cacique; pero montando otro, se escapó. Quedaron prisioneros 7
indios de lanza y 57 de la chusma. (Olascoaga. II, 40 y 171) Llama la atención que no se notifica el
número de los indios muertos, ni se dan otras noticias, como la tenemos de de la Sra. Mariqueo
59
quien dijo al historiador Stieben: “En Leventuel trajeron un gran malón, mataron a muchos
paisanos; nos llevaron la hacienda y destruyeron los toldos”. El Dr.Dupont, quien acompañó la
columna del Comandate Racedo, anotó en su diario cuánto sufrieron los pobres perseguidos:
viruela, sífilis,hambre y diarrea. Los prisioneros morían de hambre y de frío. Cada día se cavaron
fosas para enterrar a los muertos..
El día 23 de Mayo, Baigorrita llegó con el grueso de su gente a Cochicó, donde lo atacó la
tropa de Rudccindo Roca, y le apresó a los capitanejos Fortuna y Colunao, en la margen derecha del
río Colorado. El Comandante Rudecinda Roca llevaba a Baigorria ya cerca y con solo un resto.En
Malbarco apresaron 13 más (12.6.79). A mediados de Junio, la división de R. Roca reanudó la
persecución. El 14 de ese mes el Tnte. Torres sorprendió un grupo que estaba huyendo y apresaron
al cacique Neculqueo y 27 indios de lanza y 80 de la chusma. El mayor A. Ilescas trajo entre los
prisioneros parte de 1a propia familia de Baigorria y a su secretario José "Vuta" (Viejo), a quien
quitaron cartas y pasaporte (Olascoaga, II. 141). El ayudante Amieva hizo 145 prisioneros. Era una
cacería de indios. El capitanejo Ramón Calfumén, yerno del cac. Baigorrita fue tomado preso por el
Mayor Taboada, el 16 de junio de 1879 y 300 más. Murió en el campo de concntración por las
condiciones inhumanas (Olascoaga II 157 y A. Vuletín: La Pampa p. 125)
El día 20 de Junio de 1879 también el sargento J. Alvarez volvió a emprender la
persecución, porque los exploradores habían visto al cacique sobre el Colorado. Se creyó que iba al
Neuquén. El 25 le dieron nuevo combate en Luancó y Ranquilcó. en el momento en que iban a
pasar el río. En esta acción le apresaron 22 indios y 102 de la chusma. Entre ellos se hallaba la
cautiva francesa, artista y secretaria personal, María Carriére de Omer.
Baigorrita nuevamente se escapó, mientras R. Roca regresaba de su expedición al
Chadileufú. Le habían quitado 229 indios, dice el Documento No 1034 del 20 de Junio de 1879
(Arch. Río IV). No es exacta la cuenta y tampoco dice el número de los muertos. Baigorria y
Cayupán estaban dispuestos a perderlo todo. "Lucho" Baigorria escribió a Mariqueo: "Dile al
Comandante Roca que sé muy bien que estoy rodeado por todas partes: Con todo no me rindo". Por
el momento los caballos de "los blancos" estaban rendidos.
SU MUERTE
El 12 de Julio, los temidos sargentos mayores Saturnino Torres y Zacarías Taboada salieron
a una nueva persecución. En Auca Mahuída se entregó el cacique Huillipán y su yerno Calfunao
con 8 indios y 38 de la chusma. El día 13 de Julio, el sargento Adrián Ilescas apresó a 230 indios de
Baigorrita (parte del 15. VII.). El día 15 de Julio, S. Torres, el jefe del 2° batallón de Choiqueros,
derrotó al mismo cacique Baigorrita y lo hirió gravemente: mataron 18 indios y apresaron a 150
(Parte de Ilescas), también al mismo cacique y lo hicieron montar después de vendarle las
heridas.Pero él, rompiendo las ligaduras, echando lejos el poncho, quiso morir peleando. Y lo
mataron, y a cinco más con él. Un gran silencio y nadie más le hizo el duelo al difunto jefe ranquel.
El día 16 de Julio, S. Torres volvió al campamento llevando al recinto entre los 300
prisioneros a la propia familia del cacique Baigorrita. Era un recinto de piedras, donde dominaba la
más espantosa miseria, hambre, desesperación y la viruela mortífera. El Constitucional, periódico
de Mendoza, resumiendo la campaña, dice: "Aquí hay 800 prisioneros".
Según el informe del sargento M. Torres, del 19 de Julio enviado al coronel Uriburu, el
cacique Baigorrita había intentado huir, con poca escolta, por el río Neuquén. Allí los sorprendieron
en la mañana del día 15. Los apresaron en la mañana siguiente. entre ellos también al cacique. Este
había sido herido "y falleció en el camino". (Olascoaga, II, 192: y Ocampo: Regimiento 7º, p. 143)
Torres Ibáñez, en su libro Pichi Calquín (1930, Revista del Suboficial) completa la
información, diciendo que, herido el cacique, lo pusieron arriba de una cabalgadura. Se lanzó al
suelo y pidió una lanza. Murió en manos del sargento Avila.
Otro informe del gobernador de Mendoza. D. Elias Villanueva, dirigido al ministro de
Guerra, decía: "Cayó el cacique Baigorrita en poder de las fuerzas, después de combate reñido. El
mayor Torres lo mató, porque no quiso rendirse". Es de notar que este informe difiere del expresado
por Torres.
60
El Periódico “La Patria” de Dolores, transmite el 30 de Agosto de 1879: “Comunica el Cnel.
Uriburu: El 13 de Julio salieron partidas en persecución de los (ranqueles) dispersos. Herido
Baigorrita, murió el 17 de resultas de las heridas.. Toda la tribu deshecha.”
Hay dos versiones más sobre estos hechos, de dos testigos oculares. El primer testimonio es
del expedicionario José Zabala: “Una patrulla perseguía a Baigorrita. Lo alcanzaron. Entonces los
indios saltaron de sus caballos y huyeron de a pie monte arriba. De lejos los fusilaron y mataron a
algunos. Luego le tiraron a uno a quien le habían destrozado el muslo izquierdo y el brazo derecho.
Luego lo alcanzaron. Por orden de Avila lo remataron. Cuando rejuntamos a los restantes, les
preguntamos cuál era el cacique. Contestaron que el que estaba allí muerto. Así terminó el famoso
Baigorrita”.
Félix de San Martín, en su libro “Neuquén”, da otra versión o variante: “Tenemos la versión
directa de uno de los actores en la tragedia final de los ranqueles, es del choiquero Diego Castillo,
mendocino, que falleció hace pocos años -–dice en 1919-, a una avanzada edad. Sorprendido por la
partida del Sargento Avila, en la madrugada siguiente al día del encuentro, Baigorria no quiso
montar a su caballo de batalla que uno de sus capitanes le alcanzara enfrenado. Quitóse el poncho
que vestía y esperó a pie firme, con la larga lanza en la mano y su puñal en la izquierda (rodeado
de ) la partida de choiqueros. Perdida sus tierras, su familia prisionera, muertos o dispersos sus
lanceros, el último soberano ranquelino debió sentir lo irreparable de su tragedia, de su destino y del
de su raza. Y grande, aunque bárbaro, supo ser digno de su rango en aquel momento supremo de la
vida; hizo pie en el propio deslinde de aquella pampa en que sus mayores y él, a su vez, reinaron,
cayendo con las armas en la mano. Si Baigorrita hubiera muerto en una carga al frente de sus
hordas, allá en los campos natales, su fin no tendría la grandeza trágica con que se presenta...Murió
peleando...a un año de firmar por tercera vez (4ª) un tratado de paz con el Gobierno Argentino. Lo
aniquilaron junto con su pueblo”.
BAIGORRIA, José María (su nombre indio era Güirichal) era hermano del cac. Baigorrita.
No tengo más datos que éste: Fue apresado en diciembre de 1869, en la invasión del cacique
Anegnerr en protesta del avance de la frontera por el Cnel Charras y el Ing. Cnel. Juan F. Czetz de
Junin a Fuerte Lavalle Norte “Ancalú” o San Martín. Mem. (De Guerra 1870 p. 268)
BLANCO, 1874, en realidad son tres los hermanos del anterior nombrado capitanejo o
cacique José Blanco. Quienes actuaron entre los ranqueles como jefes y maloneros. En diciembre de
1874 llevaron una patrulla a la Carlota. Un año más tarde estuvieron entre los indios del llamado
Malón Grande en Azul y Tapalquén; pero fueron batidos por la tropa del Tnte. Ruibal. Ante el
avance de la Conquista del Desierto en 1878, tuvieron que huir como todos los ranqueles que aún
quedaron. Pero parece que no aflojaron así no más las tierras de El Cuero. En Julio de 1879 habían
vuelto para invadir por el Tres de Febrero. Fueron sentidos a tiempo y perseguidos. Rudecindo Roca
trajo a uno de “Blanco” y 150 prisioneros más (Doc. 1028 y 1033, Arch. Río IV:13.6.799). A los dos
64
años, otro resto de los ranqueles que se había refugiado en la Patagonia, dio un último coletazo a la
vanguardia de la tercera Brigada del Cnel. Villar: Indios de Painé y Blanco sorprendieron, el 27 de
Agosto de 1881, a una patrulla en Renancó.
BLANQUILL0 o Blanco, 1857, cacique segundo de la toldería del gran Calfucurá. Era su
hijo .Vivía en la Quebrada de Pigüé. En octubre de ese año capitaneó con el cacique Manuel Grande
a sus indios en Quequén. Al día siguiente fueron batidos en Huinca leufú (Cristiano Muerto) y
Tapera de Villalba por el Ejército de Operaciones del Sur. Habían sido 500 indios en dos fracciones.
Blanquillo fue derrotado y murió el 2 de noviembre con unos 60 indios (Montferrán Montferran, El
Ejército de Operaciones del Sur p.51/52) El cacique principal Juan Calfucurá noticiado, se apresuró
a escribir al Cnel. Iturra de Bahía Blanca que se había enterado “de la derrota de Cañiumil,
Blanquillo y Manuel. Han ido sin orden mía…Sobre los que han muerto, yo no tomo mal, porque
han ido a robar a estancias (6.ll.1857) (Monferrán Monfrrán,E: Fundación de Pigüé 1955 p.56 y
J.Walther: Conquista del Desierto ed 1964 p. 549)
Otro Blanquillo se hallaba en la Batalla de Pigüé en febrero de 1858 y después de la
frustrada expedición contra los indios de Salinas Grandes, se hallaba con los caciques Colecal y
Cayunán (AGN S.X. 19-9-4)
BLIN BLINA CHARABA (o Bol Bol Charaba), 1575, cac. comechingón de Blin Bllin
Sacat, Salsacate, Córdoba, encomendado de Bustamante (Montes, 1954 p. 65)
BOLITAS. Puede ser una traducción de un nombre indígena, algo como Pichi Pül Pül. En
marzo de 1820 llegaron varios avisos a las fronteras de Buenos Aires de que 800 a 1000 indios se
habían reunido en los toldos del cacique Bolito para invadir los pagos de Luján, Navarro o Lobos.
Que eran de Quinteleo y Pablo. J.M. Carrera (chileno) estaba aún en la Pampa en pie de guerra.
Efectivamente hubo un malón en abril, que dejó a Dolores en cenizas; otro en Lobos (29.11.1820) y
el peor de todos en Salto (el 2 de 12 de 1820). Entonces el Gobernador Rodríguez convocó las
milicias a la primera campaña al sur. Allí había paz desde que se había hecho el gran tratado de paz
con el Rey de España. (AGN, Biedma, S.VII. 10-4-13)
BUENO CAL (ver Huenu Calquín) BUENA MILL (Ver HUENU MILLA) 1776
en el Censo de Las Casas de los ranqueles.
BULNES PAINEMAL, 1819, cac. boroga en Chile, hijo del cac. Melillán, quien intervino
con toda su familia en la Guerra a Muerte. Sus hermanos se llamaban: Necul, Curriqueo, Painemal,
Mulato y Salas, todos jefes de tribus. Algunos vinieron a la Pampa argentina. Véase sus historias.
BUSTOS, 1874, capitanejo ranquel. Lo conocemos por un telegrama que mandó al Padre
Donati desde San Luis, avisándole que venía con seis indios y siete mujeres para ir a vivir en la
Reducción del Fuerte Sarmiento (Arch Franciscano de Río IVº)
BUTRAY ÑAM, 1797, cac. pehuenche de Malalhué. Tomó parte en la guerra pehuenche.
También está anotado en actas de parlamentos que el Gobernador de Amigorena de Mendoza
celebró con frecuencia en el Fuerte San Carlos.
CAABARA, 1600 cac. comechingón del pueblo Pinturón, Río IIIº, Córdoba, encomendado a
Avila. (Montes 1954 p 79)
CAARE, 1582 por el repartimiento de J.de Garay fue asentado en la jurisdicción de Buenos
Aires, encomendado a Lázaro Griveo (nación caltis)
CABILI NAVIRA, cac. comechingón 1586 de Larisa Camchira, Sierra de Achala Córd.
Encomendado de Tejeda (Montes 69)
CABRAL, 1780, capitnejo puelche del grupo del cac. Negro, cerca de Carmen de Patagones
(García Enciso: Gesta de Patagones p.23) 1781 estuvo con el cac. Lorenzo Calpisquis con indios
tehuelches.
CABRAL, Ramón (o el cacique Ramón , el Platero): era un cacique ranquel muy conocido
Este cacique prestigioso entró en nuestra historia como cacique Ramón (Platero) por los
recuerdos que Lucio V. Mansilla le dedicó en su libro “Una Excursión a los Indios Ranqueles”. Yo
creo que su padre fue el cacique Lorenzo Cabral,. quien en 1841 hizo gestiones de paz ante el
gobierno de la provincia de San Luis a nombre del cacique principal Painé (Arch. S. Luis, 8.11.41).
Según una carta de José León Romero desde las tolderías ranqueles, los caciques Painé y Pichún
pedían en 1838 al Gobernador de San Luis, J.Gr. Calderón, una paz general y canje de prisioneros.
“En caso que quiera venir a pasear (regresar) el cautivo (prisionero) Platero Ramón, permítale
licencia”. (Núñez, Urbano, 1980 Monogr. Nº 2 p.11)
Mansilla, en 1870,. escribiendo sobre el cacicazgo que era hereditario, agrega: "Existe
abdicación del padre a favor del hijo. Por eso, actualmente, viviendo el padre del cacique Ramón, es
éste quien gobierna las indiadas de Carrilobo". El hermano de Ramón fue el capitanejo Linconao
(Linconao Cabral, firma en sus cartas). El cacique Coliqueo era su cuñado y el cacique Nagüel, su
tío.
Ramón Cabral vivía, pues, en el Rincón de Carrilobo, a tres leguas al norte de Leuvucó y
algún tiempo en Ruca Lauquen (Dep. Conhelo, lote 22. Frac. C Secc. VII). Según el Diario de
Martín Rivadavia, tuvo su toldo en una altura, un gran jagüel, mucha caballada y yeguada y una
majada de 200 ovejas. Cerca de todos los toldos criaba ganado y cultivaba sementeras de maíz,
zapallos y sandías. Dedicaba sus horas al oficio de orfebre (platero). El coronel L. V. Mansilla, a su
regreso de Leuvucó, lo visitó en su toldo. Lo describe así:
"En Tierra Adentro yo no había pernoctado bajo techumbre mejor. El toldo del cacique
Ramón superaba a todos los demás. Mi alojamiento era un galpón de madera y paja de 12 varas de
largo y 4 de ancho y tres de alto. Estaba perfectamente aseado. En un costado se veía la fragua y al
lado una mesa de madera tosca y un yunque de hierro. Yo he dicho que Ramón es platero y que este
arte es común entre los indios".
Mansilla opina, que Ramón debía haber sido el indio más aseado, inteligente, despierto y
activo en la República. Alrededor de su casa había cultivos y toldos. "Hablamos de agricultura y
ganadería, era un entendido. El ama a los cristianos y tiene en su toldería algunos. Una de sus
67
mujeres, dona Fermina Zárate, era muy de posición de la Villa Carlota, donde fue hecha cautiva,
cuando tenía unos 20 años. Tiene tres hijos. Ahora ya es vieja: es muy buena señora." Mansilla la
invitó a salir con él. diciéndole:
"?Por qué no se viene conmigo?
- Oh! ¿ Qué he de hacer entre los cristianos? ¿Y mis hijos? No quieren que los lleve.
Francamente soy más india que cristiana. Creo en Dios. Todos los días le encomiendo a mis hijos y
a mi familia."
El cacique Ramón tuvo cinco mujeres, de las cuales le nacieron siete hijos varones,
dice Mansilla. y tres hijas mujeres. El recordaba los nombres de las hijas púberes que las halló
graciosas y coquetonas, bien vestidas: a Comeñé (ojos lindos) y Pichi Cayún (boca pequeña).
"El cacique Ramón es hijo de indio y de una cristiana de La Carlota, dice Mansilla más
adelante. Predomina en él el tipo de nuestra raza. Es alto, fornido: tiene ojos pardos, cabello algo
rubio, ancha la frente y habla muy ligero. Es en extremo aseado. Viste como un paisano rico. Tendrá
40 años. Todo su aspecto es el de un hombre manso y sólo en su mirada se sorprende a veces como
un resplandor de fiereza... Montaba un caballo bayo domado por él... No hubo ranquel más rico que
él. Tiene grandes corrales, sementeras vastas y hacienda mansa." Mansilla estima que tenía unos
600 indios de lanza a sus órdenes. Otros creen que su número era superior aún. Su tribu compartía
con los ranqueles de Mariano Rosas los grandes acontecimientos del fin del siglo pasado. El cacique
Ramón, como también el cacique mayor Mariano Rosas, deseaba vivir en paz y no en guerra. Pero
el clásico procedimiento del desalojo forzoso por los conquistadores provocó violentas reacciones.
Estos ranqueles fueron objeto de violentas invasiones o expediciones. Primero en 1858. la del
coronel Emilio Mitre, casi al mismo tiempo que la expedición de N. Granada hasta Salinas Grandes:
pero ambas fracasaron. La segunda expedición a tierra ranquel fue llevada a cabo por el coronel
Julio de Vedia en combinación con el coronel Baigorria. Si no hubiera estado el cacique Coliqueo
con él, habría sido otro fracaso. Así, fue una molesta persecución, sin enfrentamiento directo (M.
Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos. Cap. XI) y M-Hux: El General Julio de Vedia 1826-
1892. Su vida y trayectoria Militar). Los ranqueles se inquietaron de tal modo que el Gobierno
nacional, después de la unión de la nación, quiso que el coronel Manuel Baigorria, jefe de la
frontera sur de Córdoba, concertara un tratado de paz con ellos. Efectivamente, este tratado se juró
en Leuvucó el 24 de mayo de 1865 (ver Mariano. Rosas). Al mes lo aprobó y ratificó el Gobierno
Nacional. En ese documento, después de los caciques Mariano Rosas y de Nagüel Quintuy. figura
como tercero en la lista el cacique Ramón. Ningún documento comprueba de que el cacique Ramón
haya participado de las agitaciones de los montoneros o del levantamiento de los revolucionarios
del Cuyo, como lo hiciera Epugner Rosas. 1867 el Congreso votó la ley 215 “del avance de las
fronteras hasta el Río Negro”, aún en plena guerra con el Paraguay.
En 1869, el gobierno hizo un primer gran avance de las fronteras. También el cacique
Ramón fue afectado por el mismo al llevarse la frontera (interior del país) hasta El Cuero y al
establecerse el Fuerte Necochea en los Cerrillos del Plata. Al mismo tiempo, tanto los militares,
como los misioneros franciscanos de Río IVº y el padre dominico Moisés Burela de Mendoza,
hicieron grandes esfuerzos para mantener la paz entre los ranqueles con regalos y grandes
promesas. Los caciques obraron con cautela y no omitieron reclamos por las tierras recientemente
ocupadas. El coronel L. V. Mansilla quiso concertar con el cacique Cabral el tratado de paz. Lo
firmó primero con los representantes en Fuerte Sarmiento y luego se animó, acompañado por dos
frailes, a la tierra "vedada" de Leuvucó y Poitagüé, para ratificar allí el pacto. Lucio V. Mansilla no
omitió reconocer prolijamente las tierras ranquelinas, editando luego con su libro un precioso
documento cartográfico, señalando accidentes y tolderías. La de Ramón Cabral está marcada con
letras grandes al norte de Leuvucó.
A pesar de este tratado, fueron objeto de dos invasiones militares del coronel Arredondo
primero, con el objeto de ocupar El Cuero y Río Vº, y luego, en Mayo-Junio de 1872, los coroneles
expedicionarios Roca y Racedo invadieron las mismas tolderías ranqueles. Hubo varios encuentros.
El sargento mayor Saturnino Undavarrena atacó la tribu del cacique Ramón Cabral. Los indios se
defendieron y lograron arrebatar la caballada a la tropa. Entonces ésta se volvió a su campamento.
Pero los ranqueles temían nuevos ataques. El gobierno, aprovechando la confianza que habían
68
logrado los misioneros, encargó al P. Moisés Alvarez y su compañero, el Padre T. Gallo, renovar o
lograr nuevamente un tratado de paz que tuviera vigencia por seis años. Efectivamente, aceptaron
esta proposición, el 16 de Octubre de 1872. (Ver la biografía del cacique Mariano Rosas)
Tendría que contar mucho para aclarar aquellos acontecimientos previos a los avances de la
Conquista del Desierto y los ocurridos en ellos, pero resumo algunos que tienen que ver
directamente con el cacique Ramón.
En 1874, el hermano del cacique Ramón, Linconao Cabral y el capitanejo
Villareal,también lenguaraz del cacique Cabral, aceptaron ubicarse en la Reducción del Fuerte
Sarmiento. Sus tierras fueron vendidas y las promesas de que recibirían otrás en la nueva ubicac.ión
nunca se cumplieron. Había en la reducción más de 200 mayores y 70 niños, para los cuales los
misioneros habían instalado una escuela. Pero también hubo allí brotes de la peste de viruela.
Ya en 1875. el coronel Julio A. Roca escribió al ministro de Guerra Adolfo Alsina que debía
considerarse roto el tratado para establecer la nueva línea sobre El Cuero (Publicación del Museo
Roca, Bs. As., Documentos Vº. p. 102). Se ve que los tratados eran nada más que un
entretenimiento, antes de emprender acciones bélicas. El cacique Ramón quedó aún "sosegado" en
Carriloó con 50 conas. Pero en 1876, después del gran avance de Alsina en el Sur, llegó la hora "de
sometimiento": es decir. de la Conquista de esas tierras ranquelinas del oeste.
En 1877, el teniente Alberto Capdevilla fue destacado para arrebatar las caballadas al
cacique Ramón. Las tropas del Fuerte Sarmiento salieron, pues, "en persecución de indios que
habían robado la caballada del Regimiento 4º, y el 18 de Septiembre de 1877, volvieron con 600
animales que habían pertenecido al cacique Ramón. Este se presentó de inmediato en la
Comandancia para reclamarlos. Pero el coronel Racedo, quien había previsto el jaque de la
maniobra, le impuso como condición de la entrega de los animales, que se viniera con su tribu a
vivir en la zona denominado "Sarmiento Nuevo", prometiéndole paz. tierras y más animales. El
cacique, después de reflexionar un rato, aceptó la propuesta, porque de lo contrario iba a exponerse
a nuevos ataques y a la creciente pobreza. Tan sólo pidió una escolta de protección para venirse, por
si acaso el cacique Epugner (Mariano Rosas había muerto) quería impedirle la salida. El coronel
Racedo salió a su encuentro con unos 300 hombres y el cacique trajo más de 400 indios al Fuerte.
Los diarios festejaron este "sometimiento", como un nuevo triunfo, agregando a la noticia la célebre
frase del coronel Roca: "Los indios tienen que ir comprendiendo poco a poco su importancia para
luchar con las fuerzas de la Nación y ver que les es más conveniente venir a vivir a su amparo y a su
servicio que permanecer en el desierto".
Los indios del cacique Ramón, en consecuencia, fueron obligados a servir como "auxiliares"
en las fronteras y expediciones militares contra sus propios hermanos de raza. El gobierno quiso que
el cacique Cabral revistiese como teniente coronel de indios; su hijo mayor, capitanejo en su tribu,
debía revestir como alférez. A los indios se les daría sueldos y raciones. A su llegada al Fuerte les
entregaron 600 vacas y 1.000 ovejas y 500 pesos para comprar géneros para las chinas. Formaron
pues el "Escuadrón de Ranqueles" con 245 indios en diez cuerpos, integrados en la división del
coronel E. Racedo. Establecieron sus toldos en El Tala, 5 kilómetros al norte del Fuerte Sarmiento.
Los demás ranqueles fueron perseguidos, expulsados, derrotados, apresados o muertos, en sucesivos
ataques y expediciones durante los años 1878 y 1879.
En 1880. los indios del cacique Ramón fueron trasladados a Villa Mercedes que por
entonces se estaba fundando. Ocuparon los terrenos al este de lo que es ahora la Avenida Mitre y el
norte de la calle San Luis. Al año, no obstante la oposición de los capellanes franciscanos, fueron
obligados a trasladarse al lugar llamado "Las Tres Esquinas", a una legua del centro hacia el sur. En
Febrero de ese año tuvieron que colaborar en la ocupación de Poitahué. las tierras del cacique
amigo Baigorrita. En 1882, Cabral y sus indios integraron la expedición fundadora del fortín y
pueblo Victorica. El 31 de Julio de 1883, Fray Quirino Porreca escribió un relato sobre la miseria de
los indios amigos (Depetris, J.C. En:Crónicas Ranquelinas II 1990)
En 1884, en virtud de la ley de colonización (Ley 2, de Octubre de 1884). se les concedió
unas tierras áridas para establecer la Colonia Emilio Mitre (I Dep Chalileo), denominado así por
aquel coronel ,que en 1858 los quiso invadir, pero derrotado por la sequía tuvo que volver con
grandes pérdidas de hombres y animales.
69
En 1885 se bautizaron dos hijos del cacique Ramón en la capilla de Villa Mercedes (o están
anotados en los libros bautismales de esa capilla), llamados Francisco Melí y Pegüe. Hasta 1886
vivían aún en “El Cuero” y luego fueron trasladados a Gral. Acha.
En 1900. finalmente, les midieron sus tierras, que en nada se parecían a los antiguos predios
en Carrilobo, Millancó (Manantiales) o El Cuero. La signación geodésica es entonces Dep,.
Chalileo Sccc. XVIII Frac. D-C.
El l6 de Abril de 1900 Ramón Cabral fue bautizado “in artículo mortis”. No mucho después
murió el cacique tan estimado y tan perseguido. Murió, en “La Blanca”, viejo en años (unos 80) y
madurado en tristes experiencias. José Depetris que investigó el árbol genealógico de este cacique,
encontró en el libro de defunciones que “El Platero murió el 1º de Mayo en Gral. Acha, La Pampa y
fue sepultado en el antiguo cementerio de la Guarnición.
Sus hijos Curunao y Caleo Cabral con Santos Morales reunieron los restos ranquelinos en la
Colonia Emilio Mitre. En 1925 el Padre Pezzoli y otros tres Salesianos visitaron la Colonia Mitre y
hallaron la familia del cacique Cabral y de Santos Morales. En Pichi Mericó hicieron 31 bautismos,
entre ellos el de Rosa Cabral, hija mayor de Ramón Cabral, casada con Carripilún. De ella sacó
una fotografía. Otra foto, de la anciana Manuela Cabral, hermana de Crianza del cacique Ramón
Cabral
Otros de la familia Cabral aparecen en la Tribu de Coliqueo; especialmente entroncados con
descendientes de Manuel Díaz.
Bibliografía
Mansilla, L. V.: Una Expedición a los Indios Ranqueles. Barrionuevo Imposti: "Una
apostilla para una excursión". 1961, en RUNC. Fray Porreca. Q.: Relación sobre las misiones
franciscanas, Río IV, 1894. Album del Centenario de Victorica (1982), p. 24,ss. Casamiquela. R.:
Informe sobre la Colonia Emilio Mitre (Geodesia, Sta. Rosa, mimeografiado). Platería reproducida
en J. Maguire: Loncagüé. p. 119, Lain. XX).
CABRERA, Bartolo, 1862, capitanejo ranquel, hijo del del cac. Bartolo Gómez Quiñehuán.
Figuró entre los capitanejos del cac. Ignacio Coliqueo. Un documento de Azul del 27 de septiembre
de 1847, posiblemente se refiere a él mismo, pues habla de un capitanejo Cabrera (A.Azul Nº2
p.144)
CABUCOTE, 1582, cac. Guaraní que quedó reducido en el distrito de Buenos Aires por el
reparto de Juan de Garay.
CAC. ACHÚ, 1747, cac. Puelche que se integró a la misión jesuítica de Nuestra Señora del
Pilar en el Sur bonaerense, junto con el cacique Chanel y Tayocho (Dobrizhofer,M. Hist. de los
Abipones T.I.)
CAC. ÁN, 1573, cac. Comechingón de Ciquei, localidad de Xeques, Córdoba; encomendado
a Cabrera. (Montes p.47)
CAC. ANA,1606, cac. araucano que vivió en Tutupital y Natupital y Natiloque. Era sucesor
del cac. Alive; encomendado de Larrea (Cabrera, país del Cuyo p. 241)
CAC.AÑA, 1560, cac. Michilingüe de Nali Tonguie, Sierra de San Luis; encomendado de
Lemos.
CAC. CACAPOL, Juan ca. 1650 – 1740, cac. pampa pulche.
Resulta casi una aventura escribir la vida del cacique Cacapol y de su hijo Cangapol,
llamado también el cacique Bravo. Nos faltan testimonios y los pocos que tenemos, a veces se
contradicen. Según el Padre jesuita Falkner, quien conoció personalmente a Cacapol, éste habría
sido hermano del cacique Cangapol. Pero en otra página dice luego, igual como los demás
historiadores de la época, que el cac. Cacapol, alguna vez llamado cac. Juan Bravo, era padre del
cac. Nicolás Cangapol, también llamado cac. Bravo. (Falkner 1774 p.109 y 140) En cuanto a la
denominación etnográfica hay aún mayor contradicción. El Padre jesuita Lozano los llama “pampa
- serranos, al igual que los caciques Marique y Yahatti. El Padre T. Falkner los clasifica como
taluhet o tehuelche y hay documentos que dicen que hablaba en idioma tehuelche (17.1.1754) Los
nombres (patronimios) probablemente proceden de ese idioma. El apodo “El Bravo” podría
70
señalarlos como “aucas”, ya que vivían cerca del Río Sauce (Río Negro o Choele Choel). Les
obedecían los caciuqes pampas Colcocac y Gualinecó y los aucas Colopichún y Nicolasquén.
Cacapol (padre) nació por el año 1670, en una época en que las tropas militares de Buenos
Aires, Mendoza y Córdoba salían, como casi anualmente, a “recoger” ganados e indios, desoyendo
decretos papales y reales. Hasta de Chile venían a cazar indios y los vendían como esclavos. En
1649, la expedición de Ponce de León, por ejemplo, cautivó a 300. Al año, los Padres Jesuitas
devolvieron la libertad a 500. Se calculó que en 1663 se han vendido 14.000 esclavos indios en el
mercado chileno de Chiloé. ¿qué nos extraña que los indios (libres) se hayan sublevado. En 1655
hubo una sublevación general. 1672 irrumpieron los indios serranos la Provincia de Buenos Aires
contra los avances de los blancos, soldados y vaqueros. Estas malocas fueron pagados por nuevas
“ recogidas y trasaplantes a mejor clima”.
En 1677, el Gobernador Robles trajo al regreso de una “entrada” al cac. Bravo y 300 indios
de la pampa. El informe oficial decía: “Se vinieron a entregarse de la nación serrana los caciques
llamados bravos que nunca habían bajado de la Sierra (Robles, 1678 p. 298) El Maestre de Campo
Juan de San Martín efectuó otra cruel expedición e hizo arcabucear tribus pacíficas, como al pasar,
provocando reacciones en la pampa. Además los indios sufrieron espantosas epidemias que ellos
atribuían al gualicho de los blancos. En 1719, por ejemplo, sucumbieron sólo en la Provincia de
Córdoba unos 17.000 indios. Eso no obstante, documentos de 1730 decían todavía que la pampa era
“un hervidero de Indios”.
Cacapol vivía entonces al pie de las Sierras de Tandil (Casuhatti) principal escenario de los
pampas. Aunque conservaba relaciones comerciales y de amistad con los españoles, con vaqueros y
expedicionarios, fue perseguido en 1734 y de 1737 a 1740. (Arch.G.Ind. 165 Charcas 317:
1744:AGN.S.VI 19-6-8). Fueron perseguidos también sus amigos, los caciques Calelián. Tolmichiá
y Mayupilquiyá. Mataron en Buenos Aires a cuatro emisarios que iban por gestiones de paz. Los
caciques Bravo se retiraron entonces para no ser alcanzados. (Falkncr ib. p.134).
Después de la muerte de Mayu Pilqui Ya, Cangapol ordenó que diesen muerte a todas las
hechiceras para ver si de este modo cesara la peste (fide Falkner y C. Moncaut: Ranchos p. 35).
En 1740 murió el cacique Cacapol: no sabemos cómo. Los documentos que nos traen esta
noticia, sólo anotan que. muerto este. Cangapol, su hijo se ha lanzado en terrible malón sobre los
pagos de Magdalena, sobre Lujan y sobre la Misión de Nuestra Señora de la Concepción, donde se
hallaba una hermana suya. A causa de estos eventos, el Maestre de Campo J. de San Martín fue
depuesto de su cargo y una comitiva de 300 españoles al mando del Cap. Cristóbal Cabral fue a su
encuentro en Casuhatti para proponerle la paz nuevamente. Este se presentó, el 8 de diciembre de
1840, en la Misión y, aceptando las razones del Padre Matias Stroebel, aceptó la paz. El mismo se
presentó más tarde al nuevo Gobernador Ortíz de Rozas en el paraje de La Matanza.
Cacapol, que vivía en sus años mozos en Huichín, en la margen izquierda del Río Negro, a
corta distancia de la confluencia de los ríos Limay y Neuquén (Falkner, p.26 y 80). podía
considerarse como leuvunche o guennaken, como su hermano Sausimián. Era serrano, desde que
vivía en las Sierras Casuhatti. Según el Padre Falkner. tenía siete mujeres: entre las cuales tenía sus
preferencias. No conozco más nombres de hijos que el del sucesor Nicolás Cangapol.
El Padre Florián Paucke, quien conoció al cacique Cacapol en Buenos Aires en oportunidad
que vino a pedir la libertad de 13 prisioneros de su gente, conforme al don de observación que ha
demostrado en su libro “Hacia Allá”, relata: ".. .Ha venido su cacique, llamado Juan Bravo, cuyo
distintivo consistía en una piel de llama, en lugar de manta.... con el pelo hacia adentro y adornada
por fuera con muchas figuras rojas. Alrededor del alero del sombrero tenía una pluma de avestruz
teñida de rojo y de un palmo de largo. Este cacique estaba completamente ciego: y a pesar de ello,
supo dirigir a sus indios en sus luchas contra los españoles con tanta destreza que no solamente
gozaba de gran reputación entre los suyos, sino que era muy temido por los españoles:
Especialmente Buenos Aires había sufrido muchos daños en hombres y reses de parte de los indios
serranos. El cacique fue varias veces a la casa de los misioneros: alegrábase cuando le tocaron algún
instrumento musical; lamentaba que no podía ver los instrumentos. Manifestaba deseos de llevar
misioneros a su tribu. Le contestaron que aún no podía ser..." (Regensburg 1770 p.52/53 y ed.
castellana Baucke,F. 1942, Bs.As.).
71
CANGAPOL. Nicolás o cacique Bravo, 1670, Era hijo del ya nombrado cacique Cacapol.
Ha nacido en Huichín sobre el Río Negro por el año 1670. pues tuvo 70 años cuando murió su
anciano padre en 1740, cuyo cacicazgo asumió entonces de derecho, cuando lo había ejercido ya de
hecho. El cacique Bravo fue el de más fama de su tiempo, reconocido y temido por su valentía y
ferocidad, según el caso. dice el padre Sánchez Labrador. El Padre Tomás Falkner habla de él en
muchas páginas de su libro :Descripción de la Patagonia... (edición inglesa en 1774) hasta incluyó
en él un ya famoso mapa y una litografía de la figura del cacique Cangapol y de su esposa Huenec.
"He tratado de dibujar su retrato, -dice Falkner, por lo que me acuerdo de él... (pues el P.Jesuita
había sido expulsado de la Argentina como todos los jesuítas en 1767). Este caudillo. llamado
cacique Bravo por los españoles, era alto, bien proporcionado. Debía medir unos siete pies y
pulgadas de alto... No me acuerdo de haber visto indio alguno que le aventajara a Cangapol en más
de una o dos pulgadas..." A su vez, Isaac Morris un inglés náufrago, fue huésped en la toldería del
cacique Bravo, como cuenta en su libro en que recuerda su odisea: “ A narrativ of the dangers..”.
(traducido por N. A. Vignatti 1956: original London 1750) dice: "Su magestad (el cacique
Cangapol, al que consideran Choelechel o habitante de Choele Choel) nos recibió en su choza.
sentado en el suelo con una lanza a su costado y arco y flecha del otro. Un manto suelto rodeaba su
cintura y una especie de vincha de plumas de avestruz en la cabeza. Fumaba una larga pipa de caña.
Después de rendirle nuestra obediencia, él empezó a hacernos preguntas en español, pues todos
hablaban un poco el castellano... Se distingue por ser el hombre más alto. Llevaba una faja notable
en su cintura..." Completa estas descripciones una tradición recogida de labios de los caciques
Catriel por el Cnel. Barbará: "...Cangapol era en esa época el más poderoso de las tribus nómades,
imponiendo respeto y temor a los demás caciques. Cuando algunos de éstos contravenía sus
dispociciones, hacía degollar a hombres. mujeres y niños, haciendo montones de huesos y cráneos
etc. teniendo que presenciar esta horrible escena aquéllos que escaparan de ser inmolados (Usos y
Costumbres. 1930.p.80).
Mientras vivía su padre, lo secundaba en todo, haciendo galas de sus destrezas. Muerto
Cacapol, organizó una peligrosa coalición de serranos (taluhets) che-cheches, Güilliches.
Pegüenches y Diviches —dice el Padre Falkner—para vengar las injusticias que los españoles
habían infligido a varias parcialidades: (AGN VI 19-6-8) sobre todo las que habían hecho con las
tribus de Tolmichiyá. Mayupulquiya y Calelial. El Gobernador de Buenos Aires comprendió
entonces que debía emprender otra diplomacia con el indio y encargó a los Padres jesuítas a
establecer unas reducciones entre ellos. Efectivamente, la primera se fundó en febrero de 1840 al
sur del Río Salado con 300 indios y cinco caciques: se llamaba Nuestra Señora de la Concepción.
Cangapol estaba sublevado y empeñado en su campaña, organizó ese mismo año, en
septiembre, una primera invasión a Arrecifes y otra al pago de Luján, donde mató unos 800 vecinos
(Arch. Mus. Hist. Nac. No 10.897: Acuerdos Capit. de Buenos aires T. VIII p. 190,202,212,259 y
264). Esto originó una expedición punitiva desde Buenos Aires con 800 hombres al mando del
Maestre de Campo Juan de San Martín. Pero Cangapol, en otro intento, irrumpió, el 26 de nov. de
1740 .sobre las estancias de Matanza. donde fue rechazado: pero en Magdalena mataron otro
centenar de pobladores. (Molinari, José L. en BANH. 1967 p. 39 y Arch. de la Merced. Bs. As. Lib.
7). Iba a atacar también la Reducción de la Concepción: pero vio que estaba defendida y al disparo
de un cañón, abandonó el proyecto.
En Buenos Aires se originó una fuerte reacción. Se hizo una colecta para equipar una fuerte
expedición punitiva al mando del Maestre del Campo Cristóbal Cabral. Pero el Gobernador propuso
que se buscase en primer lugar un acercamiento para lograr la paz. Designó al Padre Mathías
Stroebel de la Reducción que acompañase como capellán la expedición a la Sierra de la Ventana y
reunió muchos regalos para los principales caciques a quienes iba a proponer un tratado de paz. El
Padre Stroebel pudo reunirlos en un parlamento en la Reducción y se juraron los españoles y los
indios respeto y paz. El Padre Stroebel reconoció la jefatura del cacique Cangapol sobre las demás
tribus pampas y serranos y fijaron límites como división entre las tierras indias y las de los
españoles. ("Capitulaciones de las paces hechas entre los Indios Pampas de la Reducción de la
Concepción y los Serranos, Aucas y Pehuenches que el Gobernador Salcedo mandó publicar, en
72
presencia de Cangapol y otros caciques. Consta de 10 artículos en: ARAH. Madrid col. Mata
Linares T. 80. f. 197 – 199 y AGN VI 19-6-8 paces de 1742, cac., Mayú, Casuhatti, Yahatti,
Calelián y Cangapol).
Cangapol permitió a los Padres Jesuítas establecer otras dos Reducciones Misioneras: Decía
a los españoles: "Ustedes no nos quieren, los Padres Jesuítas. sí". La primera se había fundado al
Sur del Río Salado en 1740, con el nombre Nuestra Señora de la Concepción. La segunda para los
serranos, será en 1746, la de Nuestra Señora del Pilar, cerca de Mar del Plata y la tercera para 500
tehuelches. en 1749 a 4 leguas más al sur que llevaría el nombre de Nuestra Señora de los
Desamparados.
Cangapol. en 1744 se puso en camino "para rendir obediencia, hacerse amigo y establecerse
en Tandil y Cayrú y ofrecía ricos comercios". (Arch. G. Ind. 169 Charcas 317). Se le exigió que
entregara a los cautivos que tuviera y se le invitó a guardar esa frontera y a pelear contra el cacique
Calelián, condiciones que —creo— no le habían de agradar: pero no rechazó los regalos. El 23 de
junio de 1748 visitó la Misión del Padre José Cardiel. Allí estaba esperando las 50 vacas que le iban
a dar. A los indios que iban a Buenos Aires se les exigió que trajeran consigo la cabeza de Calelián y
sus cautivos, si querían seguir el tratado de paz. sino los atacarían con sus armas. (Actas Cabild. Bs.
As. vol. IX p. 183s.: Arch. G. Ind. 348 Charcas 317. y 67 - 221). En realidad se desconfiaba de los
indios. El Padre Stroebel acusó que el cacique Cangapol hacía la guerra a los misioneros, pues les
socavaba los indios reducidos: de 500 se redujeron a 9. cuando los regalos y la yerba se les había
acabado.
Efectivamente, apenas se había establecido la tercera Reducción, en 1750 apareció Cangapol
con una comitiva de 500 indios, acompañado también del cacique Piñacal. Se portó muy
correctamente y fueron regalados. Pero en el diálogo con los indios reducidos allí —dice el Padre
Sánchez Labrador—. inició su campaña contra la Misión. Luego se supo que no había vuelto a su
toldería, sino que había quedado a orillas del Arroyo Tinto, a diez leguas al Oeste de Nuestra Señora
del Pilar. Por un neófito de la Misión, los Padres se enteraron de que el cae. Cangapol les había
hecho ver a los indios reducidos que los blancos venían usurpando sus tierras desde Buenos Aires
hasta el Río Negro y recordándoles las injurias sufridas, los instigó a la sublevación: fijó el 28 de
agosto (de 1750) como día de su sorpresa a la Misión.
Pero la Misión así alertada, organizó la defensa y de esta manera los malones volvieron
derrotados y el cacique Bravo se alejó, pero sólo para convocar a otros caciques e indios más para
volver al ataque. Así invitó a su pariente, el cacique Ayalep y a su tribu a concurrir: pero cuando
éste se negó a acompañarlo, lo atacó de sorpresa y mató al cacique y 50 indios más.
Entre tanto se disolvió la Misión de los tehuelches y el cacique Cangapol inició sus ataques
a la Misión del Pilar. Entonces los cacique Sacachú sacó a sus indios a tiempo. Ya se habían visto
bomberos de los maloneros. El cacique Bravo quiso engañar a los misioneros y a sus indios amigos:
envió a un cacique amigo con escolta para invitar a los Padres a volver al establecimiento en el
Volcán. Estos se dieron cuenta de la falacia; sin embargo los regalaron y los mandaron de vuelta con
buenas palabras. La misma noche, del 1° de septiembre de 1750. los Padres se encaminaron hacia el
otro establecimiento de la Padres solicitaron urgentemente una mayor protección militar, que el
Gobernador no quiso concederles. Los indios cristianos de la Reducción empezaron a huir para no
caer víctimas del cacique Bravo. En Concepción, más cerca de la frontera. El cacique Bravo,
desconociendo la partida de los religiosos, atacó recién a los dos días la Misión y la saqueó. Los
Padres llegaron a la Reducción del Salado tras dura marcha de diez días. bajo lluvias.
En diciembre de 1750. cinco caciques de la Misión del Pilar llegaron a Bs. As. para
recuperar a los Padres Misioneros: pero el Gobernador los trató de tal modo que se volvieron
escandalizados y, en consecuencia, se unieron a los maloneros. Asimismo el Gobernador cuestionó
la Misión de los pampas, Nuestra Señora de la Concepción. Destacó allí al Maestre de Campo
Mendiuneta con 150 soldados. Ellos molestaron y atacaron a los indios cristianos allí reducidos. Al
cacique José Yahatti lo martirizaron arrancándole del altar de la capilla, donde había buscado asilo
cristiano. (Ver Yahatti. Sánchez Labrador p. 129 -134). Los sobrevivientes se encaminaron a los
hermanos serranos buscando ayuda. Estos vinieron y dieron a la Misión el primer ataque, el 13 de
enero, que fue rechazado por los Padres, el cacique Felipe Yahatti, hermano del cacique fallecido, y
73
12 soldados. Pero el 18 del mismo mes apareció el cacique Bravo. Adueñóse de las familias y de sus
haciendas y desapareció el día 13 de febrero. Los Padres pudieron salir con 25 familias cristianas.
El socorro pedido al Gobernador llegó tarde. Los maloneros no se contentaron con el saqueo y la
destrucción de estos establecimientos, sino extendieron sus tropelías hasta el pago de Magdalena y
Salto de Arrecifes (29.1153). El Gobernador llegó a escribir al Rey que "el bautismo que más les
conviene a los pampas es el de sangre". Y la expedición que estaba a cargo del Maestre de Campo
Cristóbal Cabral de Meló, trató de poner en práctica la "nueva evangelización". Yo creo que la mala
política seguida con los indios de la pampa inutilizó los admirables esfuerzos de los Padres Jesuítas
por atraerlos al cristianismo.
Las últimas noticias del cacique Cangapol, dominador de las pampas y vengador de la raza.
nos las transmite el indio viajero Hilario Tapary, que nos dejó un interesante relato. El también fue
atendido en el toldo del cae. Bravo durante unos quince días. Estaba acampado en el paraje de
Zanjón. El cacique se había presentado en Buenos Aires acompañado de 20 indios para protestar por
la matanza de julio de 1753: muchos indios fueron muertos entre ellos tres caciques. Finalmente en
1755 el cacique Nicolás Bravo reanudó la paz ratificando en su campamento el nuevo tratado de
paz. (Colecc. De Angelis IV. le) 10. p. 544). Después los militares ya no hablan prácticamente de
Cangapol. En 1757 (9.10.57) llegaron unos indios del cae. Bravo, diciendo que eran "rancacheles".
Vino a su vez, el "Capitán Brabo" que los gobernaba, acompañado de 7 caciques.
Seguramente me escaparon algunos documentos que darían testimonio de algunos
acontecimientos más. Pero resalta que era una figura señera en la primera mitad del siglo XVIII y
en tiempos y condiciones distintas habría actuado de modo diverso. diría el Padre Falkner que lo
trató mucho e íntimamente y que habían hecho juntos vida campera como amigos.
Bibl.: T. Falkner: Descripción de la Patagonia. Sánchez Labrador. J. Paraguay Católico. ed.
por G. Furlong Cardif. Los libros de Padre M. Stroebel y de Pedro Lozano y J. Cardiel. Isaac Morris
en edición de M. A. Vignatti y en Rev. Austral XV Nº145, Julio 1943. No consulté: G. Furlong
Cardif: "El cacique Cangapol, llamado «El Brabo»". en Rev. Humanidades, Bs. As.II N o 2 1962 p.
67 - 76. Etimol: Luis de la Cruz, 1806, opina que viene de Canig Colo: cachorro de "gato montés
(Colo Colo).
CACOMEL,1582, cac. de “nación Caltis”, quedó encomendado a Juan Ruiz de Ocaña, en el
distrito de Buenos Aires, según el repartimiento de Juan de Garay.
CACUTI 1582, según el mismo repartimiento de chacras e indios en el distrito de Buenos
Aires por Juan de Garay, fue encomendado a Baltasar de Carbajal.
CACTUQUÍ o Cactuí, 1778, cac. unido al cac. puelche pampa Cheuquehualá. Atacó la
Guardia del Monte. (AGN. S.IX. 1-4-6 y 1-6-2) 1779 participó de un parlamento en Salinas
Grandes con Calpisquis.
CACHANA OCAN, 1585, cac. comechingón de Yagtatuspi, Salsacate, Córdoba,
encomendado de Mitre.
CACHANAN, 1576, cac. comechingón de Yalga Henen, Sierra de Soto, Córd.;
encomendado de Velásquez.(Montes p.73)
CACHANILLA, cac. huilliche. 1834 fue tomado preso en Bahía Blanca, cuando Calfucurá
y sus chilenos habían muerto al cac. boroga Rondeao. (Gaceta 11 de Febrero de 1835)
CACHAMÁN, 1863, capitanejo picunche del cac. Laca Laca. Se presentaron ese año al
Cnel. Julián Murga en Carmen de Patagones para celebrar con el Gobierno un tratado de paz (el 17
de Junio de 1863: AEM Nº 2045 y Doc. 693)
CACHERICÓN, Pascual, 1783; cac. chileno quien, en agosto de ese año se presentó con
recomendaciones del Comandante del Fuerte de Nacimiento en la Comandancia de Luján (AGN IX.
1-4-6)
CACHI NAGAN (o Cacho Nazcan), 1594, cac. comechingón de Cla, Achola, de Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p.66)
CACHIMILLA (o Cachamilla), 1806, cac. huilliche, como decía el cac. pehuenche
Payllacura al viajero Luis de la Cruz. Decía que había vivido cerca de Luján; luego fue a reunirse
con los huilliches (y ranqueles desplazados) Payllacán, Quidulef y Carritripay y sobre el camino a
Salinas Grandes hacia el Chadileufú, al sur de la reducción del cac. Carripilún. Cachamilla nos
74
podría contar muchas historias de las guerras del fin del siglo XVIII, de la llamada Guerra
Pehuenche y de la Guerra a Muerte al inicio de la independencia chilena. En 1834 participó con
Calfucurá y su hermano Antonio Namuncurá en el Asalto de Masallé a los borogas (realistas).
Cachimilla con una escolta de 100 indios fue a dar cuenta de los acontecimientos a los jefes rosistas
(prevenidos ya de antemano) en Bahía Blanca, porque para ello, parece, tuvieron el visto bueno del
Gral. Juan Manuel de Rosas .(ver las biografías de Rodeao y Melín)
CACHIN CHICAN, 1585, cac.. comechingón de Halón Tuspi, Córd.; encomendado de
Mitre. (Montes p.68)
CACHICHA, 1598, cac. comechingón de Montavile, Rines, Córd.; encomendado de
Ceballos (Montes p. 69)
CACHINO, 1552, cac. del Valle de “Nahuel Turata” o sea “tras la Cordillera de Nieve” . El
17 de Noviembre de ese año, Valdivia lo encomendó a Juan Cuevas (T. Medina Doc. XV p.308).
1575 se encontró entre los huarpes de Guantada en la misma encomienda.
CACHO CHARABA, 1573, cac. comechingón del pueblo de Cacho Sacat, Punilla, Cord.
Encomendado a Pérez (Montes p. 84)
CACHUA NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Colomiche, Panaholva, Córd.
Encomendado de Luna. (Montes p. 66)
CACHUACHÉN, 1783, cac. auca, según el diario de B. Villarino. Era enemigo del cac.
Chulilaquín por la muerte del cac. Guchumpilqui (Diari en Coll. De Angelis V. p.580)
CACHU COCHA, 1598, cac. comechingón de Chistina, Valle de Cantapas, Córdoba;
encomendado de Astudilla (Montes p.57)
Bibliografía consultada:
Archivo Mitre, ed. La Nación, vol. XV y XVII.
Arena, José y otros : Olavarría ayer y hoy .1964
Bárbará, F. : Usos y costumbres de los indios pampas. Azul 1856.
Capdevilla, R. R. :Tapalqué en la historia. 1965
Durán, J.G.: En los Toldos de Catriel y Raylef, 2002
Hux, Meinrado : Los Orígenes de Bragado.
González, Fabián Sarg. Mayor. Reseña Militar de..(Manuscrito de 1878)
Sarramone, Alberto: Catriel y los indios pampas de Buenos Aires, 1993.
CACHUL, Juan. 1868, cacique pampa. Era hijo de Juan Manuel Cachul. que tratamos
arriba. No tuvo ni la talla, ni la estima de su antecesor. Vivía cómodo de las ventajas del trabajo en
paz y dándose a la bebida. Heredó pues en 1868 el cacicazgo. En el Ejército revistó como capitán.
Las intrigas militares de un lado y las disensiones de sus indios con los de los jóvenes
Catrieles, provocaron peligrosas divisiones entre los pampas amigos. El coronel Elía aprovechó la
situación y llevó, el 3 de mayo de 1871, un ataque contra la parcialidad de Chipitruz y Manuel
Grande. La Revolución del año 1874 agravó también la situación para los de Cachul, más aún la
sublevación general y el Malón Grande de 1875. Había quedado sólo un resto y se les suspendió el
aprovisionamiento militar. En un ataque sorpresivo, el 9 de enero de 1875, el capitán Lasciar con 40
soldados del Regimiento 5º. apresó a casi todos: al cacique, a 7 capitanejos, 57 indios de lanza y
165 de la chusma. Y con la salida de la tribu de Catriel al Desierto, en diciembre de 1875,
desapareció esta parcialidad pampa.
CADE HUALA, 1580, cac. toqui araucano, gran caballero. 1584 encabezó una sublevación
contra los españoles invasores, en cuyo desarrollo se dio un duelo individual (Campos Menchaca:
Buta Nahuel p. 64, 72 y 228). Cadehuala, según la tradición, 1586 se batió en las puertas de Purén a
duelo con el Gobernador Ramón Alonso García. Antes de enfrentar al español, le habría dicho:
“Hártate de ver el sol; pues ya no lo verás”. Pero su lanza se quebró al chocar contra la coraza del
adversario y éste, de un espadazo, lo derribó ante una muchedumbre de indios estupefactos.
Etimol: “Pato gris”
CADÍN, 1821, cac. mapuche chileno. Era pariente del cac. Colipí; ambos eran patriotas.
Pero “por harina tostada” tuvo una desavenencia con éste y se pasó a las filas de los realistas del
cac. Mangüín. Sacaron luego a Colipí de Lumacó y lo empujaron hacia Renaico. Igual suerte
sufrieron los caciques de Angol, Huequen y Trarulemu. Hasta el famoso Venancio Coñuepán tuvo
que retirarse. Cadiñ y Catrileo vivían en Purén. (T.Guevara, 1910 p. 193 y 197)
Etimol: “Ñandú gris”
CADU LAF, 1832, capitanejo araucano. Ese año era de mucho movimiento de indios en la
pampa. En Bahía Blanca se supo que 200 indios chilenos al mando de Quilapán y del capitanejo
Cadulaf venían hacia la Sierra de la Ventana a reforzar los contingentes de los caciques Cumú y
Quiñegual. Andaban rumores de posible invasión. Entonces el Cnel. Manuel Delgado, por orden de
Rosas, con una tropa de 400 soldados, salió, el 2º de julio del Fuerte 25 de Mayo en busca de los
invasores. El 9 de Agosto los hallaron y les dieron batalla; un recio combate en el que les mataron
unos cien indios; entre ellos los jefes chilenos (AGN S.X. 27-7-6) Etimol: Lafquén-laguna;
verdosa
CADU PANGUI,1770, uno de los 12 caciques, que asistieron al parlamento de paz en la
Laguna de Los Huesos (creo Part. De Gral. Viamonte) y luego acompañó la expedición de Pinazo
(ver diario de Hernández)
77
CAEN,1883, cac. pehuenche que conocemos por las investigaciones de Carlos Rusconi. De
él le dio noticias el viejo indio Cacuer. Caen tuvo su toldería en el Oeste de Neuquén, casi en el
límite con Chile. Su gente, unos 1700 indios, fueron apresados y deportados por el Gral. Ortega.
Entre ellos se hallaban los cacique Yaraum, Huincán y él mismo informante. Fueron llevados al
Campo de Concentración en Rodeo del Medio (Mendoza) y luego al campo del mismo militar
expedicionario. Allí lo ultimaron los mismos indios, porque sospecharon que él, el cacique, los
había “vendido”. (C. Rusconi: Poblaciones Pre y Posthisp.vol. IV. P.69)
CAEPÉ, 1880 según Olascoaga, el cac. Ayllál, cac. general de los picunches, desde la
muerte de Guzmané, era mayordomo de las vacadas del Gral. Bulnes en los Pinares del Neuquén y
Caepé era juez de la población
CAEPÍ (o Caipí), 1776, cac. pehuenche de la pampa, según el censo de Diego de las Casas.
Vivía en Colcó con diez indios de lanza.
1845, en oportunidad del atropello a la tribu de Guzmané, en venganza a su anterior
atropello a la tribu de Purrán; el capitán Zúñiga reunió en Angol a los caciques picunches Yaupí,
Fori y Cristino con Ayllal, Caepí, Melillán y Currián, Coliné, Lefino, Llancañir, Currimán y
Pichimán, haciéndoles ver que habían hecho daño a los hacendados chilenos al Este de la
Cordillera, que se consideraban aliados del gobierno de Mendoza, pero que recibían sueldos del
gobierno chieno. Y les hicieron el plan de una invasión importante. También el Gobernador Segura
de Mendoza llamö para un parlamento a San Carlos; quería informarse sobre la invasión y para
afianzar la paz. El 11 de octubre conferenció con el cac. Tripayñán y emisarios de Ayllal, Caepí,
Llaupí y Llancaner. (ver Ayllál)
CAIPÚ GUEYU, 1793, es probablemente el mismo como el de la pampa. Ese año se juntó
con el cac. Lorenzo Cayupulqui (Calpisquis), él y el cac. Sayi Ñandú ((Rayü ñancu) y Granin
Nahuel, pues Lorenzo Calpisquis había hecho un tratado de paz con el Gobierno del Virreinato
(AGN S.IX. 1-5-1); Ranchos 7.8.1793)
CAEPÍ (o Caipí), 1846, cacique pehuenche o picunche del valle del Río Barbarco y
Curileufú; llegó a ser el principal de los picunches del sur de Mendoza y Norte de Neuquén. Era
probablemente un descendiente del homónimo de 1776. Sus hijos se llamaban José Caepí y
Curalcó, y un hermano, Calquiñ Marucho. R. Morris en su libro de 2001 sobre Los Angeles dice en
p. 49, que este cacique era emparentado con la familia del Gral. Bulnes y se había desempeñado
como Mayordomo en la hacienda del Presidente Manuel Bulnes. En 1846 pertenecía a la obediencia
del cacique gobernador de los indios amigos de Mendoza, del cacique Guzmané, que fue asesinado
por el cacique Porrán y sus indios. Los caciques Ayllal y Caepí aparecen en los informes del
sumario como alzados, contra la autoridad, cuando en realidad fueron puestos bajo control de los
invasores chilenos. Estos los invitaron también a trasladarse a Chile. Ciertamente les prometieron
más de lo que habían recibido del gobierno de Mendoza, el cual sólo les había obsequiado
vejámenes. Pero, en Febrero del mismo año, se les presentó en sus toldos el capitán Plácido
Zeballos, comisionado por el gobernador de Mendoza para reconciliarlos y preparar un tratado de
paz que se ofreció a Caepí, así como a los caciques Nahuel Nirre, Goyo Filú, Ñancamil, Llaupi y
otros. Allí encontró también al capitán chileno de Indios Amigos, Manuel Palacios. Caepí le dijo
entonces, que le extrañaba que un caballero mendocino se encontrase en esos lugares. (La cuestión
internacional de límites ya era motivo de guerra entre los pehuenches 60 años antes). Explicados los
motivos y presentados los documentos, le respondió: “No sirven para nada. Yo no me fío de eso,
pues el papel admite lo que quieren poner”. Zeballos, no obstante, les leyó el proyecto de un tratado
de paz. Hubo airadas protestas de desacuerdos. Caepí replicó: “Lo que quiere el gobierno de
Mendoza es concluir por traición con los indios de las Barrancas y seguir después aprisionando sus
familias para hacerlos servir en las casas de la ciudad”. Se multiplicaron las protestas hasta ser un
fuerte griterío; pero intervino oportunamente el cacique Nagüel Nirre para evitar al capitán Zeballos
mayores inconvenientes. (Arch. Mendoza, doc. 15: 1846)
A pocos meses, los caciques ‘arribanos” (así llamaban los chilenos a los pehuenches de
Barbarco) fueron invitados a participar en la guerra de Chile; pero ellos no aceptaron la propuesta.
Por ello se dijo en Mendoza que Yaupi, Caipé, Purrán, Millallán, Fori y Nagüel Nirre eran amigos.
(Arch. de Mendoza. Doc. 16)
78
Desde entonces mejoraron las relaciones con Mendoza. El 26 de Febrero de 1851 el
gobierno mendocino selló con ellos el primer tratado, es decir, con los caciques Caipí, Rancamil,
Pichulán, Laupi y Porrán (Arch. Mendo., Doc. 15, Carp. 123). En 1862 firmaron un nuevo tratado
en Chacay (Malalhué). Vivían entre los picunches varios hacendados chilenos que insistían ante sus
autoridades que se realizara un tratado de paz que los protegiera. Así invitaron a los caciques
picunches a enviar a sus delegados a Angol, donde se concretaría un tratado. Efectivamente, el lº de
Enero de 1870, el general Basilio Urrútia, propietario también al este de la Cordillera y activo
comerciante de hacienda argentina, firmó como representante del gobierno de Chile y general en
jefe de Arauco, un tratado de 10 artículos con los comisionados del cacique general F. Purrán,
Huente por Llancaqueo, Huenchulaf por Cheuquel, Juan Agustín Filú y Curaleo por Caepí y
Licanán por el cacique Zúñiga, con Aillal, un hermano de Odal y 51 entre capitanejos y lanzas. El
Art. 1º estipulaba:
“Las tribus pehuenches de Ultra Cordillera reconocen el Gobierno de Chile como fiel
amigo: ayudarán a mantener buenas relaciones, darán protección a los chilenos del otro lado y
recibirán en gratificación sueldos: Purrán. 120$: Caepí y Llancaqueo, 100$” (Doc. 6464 del lº de
Enero de 1870: el documento está en caja 20, entre documentos del año 1872, probablemente por lo
que explicaremos a continuación. Arch. Est. Mayor). Señalo que el tratado no exigía
reconocimiento de soberanía chilena en el Este de la Cordillera.
Olascoaga, en su introducción a Topografía de la Pampa decía, hablando de los estancieros
chilenos que mantenían comercio ilegal con los indios: “...el cacique Juan Agustín de Las Barrancas
era en Chile el señor don Juan Agustín Terrada, honrado propietario, nombrado por aquel gobierno
subdelegado y juez de la población indio- chilena, sita en la costa de nuestro río de Barrancas..
El antiguo cacique Caepe del Neuquén (ya fallecido) tan conocido por sus invasiones y
cruldades, era también persona considerable en Chile. Estaba emparentado nada menos que con la
familia del General Bulnes. Y como esto pudiera parecer increible, voy a copiar aquí a la letra un
párrafode la declaración prestada amte el juzgado Federal de Mendoza por don Camilo Acuña,
acusado de complicidad en una invasión de indios al sur de dicha Provincia.
Dice así: “...Acuña, ratificándose en la declaración anterior, agrega: que es de 30 años de
edad, natural de Concepción, casado con doña Adelaeida Solar y de profesión comerciante; que
tiene relación, pero no parentezco con Caepe, quien contínuamente va a su casa, en Chile, con
varios artículos de regalo, que unas veces lo trata de compadre, otras, de hijo, porque dicho cacique
se supone ser pariente del General Bulnes, en razón de que su esposa es sobrina de Bulnes; que
dicho cacique es el que entiende todas las cuestiones de robo de haciendas, porque ha de saber el Sr.
Juez, que el General Bulnes tiene en los Pinares más de 4000 cabezas de ganado a cargo de un
capataz, el cual, como los demás jueces que hay allí chilenos, están bajo la autoridad de Caepe,
estando éste dependiente de las autoridades de Chile, a pesar de estar en territorio argentino, por
estar en los Pinares de este lado de la línea de la Cordillera.
“El cacique Aillal, es decir, el que conoce, como cacique de este nombre, es el mismo
mayordomo del establecimiento de vacas de Bulnes, arriba indicado”. (Ob. cit de Olascoaga en
J.Rojas Lagarde, 1992, p.9)
Caepí mantenía también buenas relaciones con los comandantes de los Fuertes de San
Rafael y de San Martín (El Alamito). El 8 de febrero de 1870. el general Arredondo elevó el pedido
de paz que el cacique Caepí había hecho llegar al coronel Segovia de la frontera sur de Mendoza.
Sea que los militares habían sido informados de lo actuado, sea porque a Caepí no se lo reconoció
como cacique principal, o sea por simple “viveza”, había pedido un tratado de paz con las
autoridades argentinas. El 24 de Febrero del mismo año, el ministro de Guerra, Martín de Gainza,
remitió en respuesta un proyecto de tratado como base de las negociaciones. que fue publicado en
las Memorias del Ministerio de Guerra de 1870. Habría que tener en cuenta muchos
acontecimientos que forman parte de la acción de la Conquista del Desierto. Felix Frías, cónsul
argentino en Chile, que se interesaba mucho por la cuestión de límites entre Chile y la Argentina,
informó al gobierno argentino, que el general Urrútia había obrado sin instrucciones.
El comandante de la Frontera Sur de Mendoza convocó a los caciques picunches a un nuevo
parlamento que se celebraría el 27 de Agosto de 1872 en el Fuerte de San Rafael. Se presentaron
79
como representantes: el cacique Agustín Terrada y Filú, el capitanejo José Caepí, como
representante de su padre, el cacique principal,: el capitanejo Necull y el lenguaraz principal Miguel
Castro, por el cacique Tranamán, el capitán Manuel Barros, por el cacique Udalmán. Allí aceptaron
el tratado de paz propuesto por el gobierno nacional (Arch. Mend. Carp. 123, Doc. 42 y 43 y Arch.
Est. May. Nº 1181/82, 1355 y 1455. J. Raone 1991 p.222). El tratado duraría 5 años en vigencia,
durante los cuales seis caciques recibirían sueldos y racionamientos. Un año más tarde, el cacique
Purrán, Llancaqueo y Ayllan firmaron en el mismo sitio, el 11 de Agosto de 1873, un tratado de paz
con idéntico tenor. Por el artículo lº los caciques se comprometen “guardar con sus tribus la más
completa paz con el gobierno y pueblo de la República Argentina; y por su parte, el Gobierno
Argentino se compromete a proteger y amparar la residencia tranquila.., en el territorio que
actualmente poseen. El Gobierno podrá establecer fortines y fijar los límites y dar permiso a
pobladores a establecerse en terrenos contíguos. Art 10º: Los caciques signatarios de este tratado
reconocen la soberanía de la República Argentina sobre todo el territorio de la República...” El Art.
11 detalla sueldos y racionamientos para los caciques y tropas; es decir que de una forma estaban
incorporados al Ejército Argentino y bajo su control.
El primer tratado fue ratificado por el Gobierno nacional el 23 de Mayo de 1873 y debía
renovarse en 1878. Efectivamente se presentó entonces ante el Comandante Luis Tejedor una
delegación de los caciques picunches, pidiendo la renovación del tratado. El coronel pidió
instrucciones y luego invitó a los caciques a un parlamente para Septiembre en Malargüe, pero los
caciques no aparecieron. Hubo una inferencia chilena. Por eso el coronel Tejedor encomendó al
sargento mayor Saturnino Torres una expedición punitiva, como se hacía entonces, durante la
Conquista del Desierto.
El cacique Caepí no la vería ya, pues murió antes a causa de la viruela y. según investigó
el Dr. Gregorio Alvarez, fue enterrado en Huerín Chenque (al Norte de Neuquén), en el Cerro
Caepe Malal. (Alvarez: Tronco de Oro. p. 187) Su hijo José Caepí asumió entonces la jefatura de la
tribu.
CAESPEN, 1582, cac. “de la nación Yotos serenes”, que por el reparto de chacras e
indios, fue encomendado a Antonio Bermeday, en el distrito de Buenos Aires.
CAGAPAS CHARABA, 1573, cac. comechingón de Cagapas Naure, Calamuchita,
Córdoba. Encomendado de Castañeda. (Montes 1954 p. 78)
CAGUANAÜEN (o Caguananagüen, Cahanagüen, Cayenagüen), 1812, cac. pampa ranquel.
Era sobrino del cac.. Seiman (Raymán). Vivía en las sierras del sur, al pie del Volcán. El 17 de
Enero de 1812, se presentó con el cacique ranquel Epumur y el Coronel P.A. García ante el Cabildo
de Buenos Aires, para testimoniar su amistad con el Gobierno Patrio y dar su conformidad por los,
trabajos en las fronteras. Ya en 1810 se había encontrado en Salinas Grandes con el Coronel García,
en oportunidad de su expedición pacífica a los yacimientos de sal.
Creo que se identifica también con CAHENAO, a quien menciona un documento
mendocino de fecha 18 de Mayo de 1790, pues llegó a Malalhué, sede de los indios amigos del
Gobernador J. de Amigorena, para pedir junto con los caciques Canighuán y Antemil auxilio contra
sus enemigos. Así empezó a participar también en la Guerra Pehuenche. (Lit. Rob. Marfany: La
guerra con los indios nómades,1939, en Hist. De la Nación Argentina T. VI.)
CAGUANÉ, Don Juan, 1642, cac. puelche serrano, reducido con el cac. Juan Bagual en la
Reducción de Santiago de Barradero. Como su colega, no se sentía nada cómodo en esta forma de
esclavitud, si bien tenía una atención espiritual de un doctrinero cristiano. Este se quejó entonces de
que el cac. Caguané era muy andariego. . Ya en 1582 fue sometido por el reparto de Juan de Garay y
lo signó como de “nación de caguanén, junto a la bocas del Río Luján. Don Ignacio Ponce de L,
había recibido la posesión “en primera vida” de 15 indios “del cacique serrano Caguani-Suca”; es
decir de la Ruca (casa) de Caguaní. (Arch G. de Ind.134 Charc.283) Su nombre se perpetúa como
nombre de un arroyo, confluente del arroyo Arrecifes en Capitán Sarmiento (Prov.de Buenos
Aires). Tengo ante mí algunos recortes del periódico local escritos por el Dr. Luis Paccusse.
Etim.: Cague-pato; né-nariz. “Nariz de pato”.
CAGUAYE (o Caguayo), 1567, pehuenche o serrano; figura en un documento de Sancho de
Medrano, correspondiente a aquel año. (J.T.Medina, Doc. 1901) Etimol: Nariz de pato, prob.
80
CAICAL (o Caycal, Cayacal), 1584, figura entre los indios reducidos en el distrito de
Buenos Aires y se consideraba caciquillo de la Tribu principal del cacique Telomián. Ambos pedían
posesión de su tierra. (Arch.G.Ind. 178 vta. Charcas 104 y F.F. Outes, 1936: Una luz sobre los
querandíes) Etimol: Cai-cayú (seis); cal-Calquín (aguilucho o caial-loro).
CAI CO (o Caiecó), 1794, cac. huilliche o tehuelche. “Gente del sur que no entendía la
lengua veliche”. 1791 lo vio Fray Fracisco Méndez durante su viaje a los puelches, junto con el cac.
Macúvunai (F. Fonk 1900 p. 301). 1794 lo encontró la expedición chilena de Joaquín Sánchez,
cerca del lago Nahuel Huapí. Le entregó una carta de “puel hinca”, es decir de los pobladores de
Carmen de Patagones y decía que, hacía poco, había sufrido una maloca por la que había perdido
siete caballos.(AGN IX. 16-4-10) Etim.: “Seis Aguas”.
CAICHURÉ, 1835, cac. ranquel de la obediencia del cac. Llanquetruz. La expedición del
Sarg. Mayor Eugenio del Busto con 190 borogas de Cañiuquir lo enfrentaron en la Pampa Central,
el 26 de Febrero de 1835 (Periódico La Tarde, 30.3.35 y Anschütz: Algunas expediciones a los
ranqueles 1944 p.104)
CAIDANE, Diego, 1600, cac. chilote, que ese año, junto con los caciques Levihuán y
Cheuquel pidió protección al Gobernador Francisco de Quiñones. Etimol: “seis nidos”
CAILA, 1658, se conoció como cac. puelche, cuyas tierras estaban junto a los orocoiambes
y era de la obediencia del toqui B. Yoyarric. De él dice un documento mendocino que fue elegido
cacique por su don de gente.
CAI MÁN (Cayumán) ,1777, se prestó para reforzar las Guardias de Luján y de Areco
(AGN IX. 1-6-1; 18.9.1774 y Bras Harrott p.39)
CAI NAMÚN, 1792, cac. norpatagónico que vivía sobre el arroyo Sauces (prob. Río
Colorado) Allí vivían también los caciques Guanquene, Yojuanche y Guichulef. Estas noticias las
recogió Dn. Vicente Colomer en los toldos del cac. Lorenzo Cayupilqui (Calpisquis) (AGN IX 1-5-
1 y C. Rusconi, Poblaciones vol.IV. p.70)
CAI ÑAM (o Cainán), 1797, cac. pehuenche del grupo de Malalhué que obedecía al cac.
Gobernador Millaquín. Vivió con éste los malhadados acontecimientos de la Guerra Pehuenche.
Figura en los actas de los parlamentos de paz que en esa época eran frecuentes (Arch. Mend. Y
Hux: caciques pehuenches) Etimol: “seis aguiluchos”
CAIPE GÜEYU, cac. araucano vino a la Argentina
CAIQUI GUOR, 1830, cac. ranquel. Probablemente era el padre del cac. Painé Guor .
CAITI LLANCA, 1563, cac. cuyano del pueblo de Olvo, compañero del cac. Layo;
encomendado de Diego Velasco. (J.T.Medina, Doc. 1901)
CAITRUZ, Damián ver Ancatruz
CALA CALA (o Coacala), 1599, cac. de Paranoa, tierras de “Chuliquia”; encomendado de
Juan de Coria Bohórquez (C.Rusconi, ob cit. T.IV. p.70)
CALACHA, 1880, cac. tehuelche de Santa Cruz. Ese año pidió misionero. (C.Bruno:
Salesianos en la Argentina p.83)
CALAQUA (Cala cuá), 1584, capitanejo del cac. Condie, llamado Telomián, junto al cac.
Cayacal o Caical. (Arch G. Ind 178, Charcas 104 y A.Robles 1678 en: Documentos Hist.
Geogr.f. ,Bs.As. 1941)
CALA HUINCA,1847, cac. tehuelche del Neuquén (G. Terrera) “Cristiano rubio o
colorado”
CALAHARA HUANCHIQUIN, 1550 – 1600, cac. principal de los comechingones,
sobrino del gran curaca de Salacate, Sierra Grande de Córdoba.
CALAMBEL, 1594, cac. puntano (michilingue quizás) de la encomienda de Gabriel de
Cepeda en Cambalac (Arch. Mend. 29.11.1594)
CALAMUCHITA, 1785, cac. pehuenche, señalado como amigo de Curilef. Tiene el
nombre como el topónimo cordobés.
CALANA CHARABA (Calana), 1575, cac. comechingón de Cala Navira, Córdoba;
encomendado de Villalba en Sierra Grande (Montes p.78).
CALA PALHUITA (o Calapalchita), 1573, cac. comechingón del Valle de Vera Cruz,Prov.
De Conlara, San Luis (J.T.Medina, Doc. Ined. II. 1959 p. 399)
81
CALAT CHARABA, 1573, cac. comechingón de Sat Lara, Sierra de Calamuchita, Córd.
Encomendado de Yrobi (Montes p.79)
Calbán ver Galván o Calvaiñ Calbical es Calfu (Calbu)
CALBULERI, 1833, cac. boroga del grupo de Güaminí a las órdenes del cac. Cañiuquir
(AGN S.X. 27-5-7: 16.9.33)
CALBUILLÁN, 1789, cac. pehunche huilliches implicado en la Guerra Peuhuenche. Era
hermano del cac. Antemilla que se había disgustado con sus propios hermanos Colemilla y
Antemilla. El Comandante F. Esquivel Adao llevó en 1788/89 una fatal expedición contra los
indios sureños. En el choque del 19 de enero de 1789 atacaron la toldería del cac. Lepnopán
(ranquel- huilliche), haciéndole unos 200 muertes. Durante la retirada de éstos hacia Treca Malal, el
21 de enreo, vino el cac. Calbuillán con 60 huilliches batiendo banderas, pidiendo que los
incorporara, porque –decía- temía un ataque de su hermano el cac. Antemill. Los recibieron con
todo ceremonial.
( Esquivel Aldao: Relación de la Campaña de 1788 publicado en Rev.J.E.H.Mendoza VIII
1938)
CALCUFURA VER CALFUCURÁ
CALCU GUEY, 1875, capitanejo salinero, tío de Namuncurá (Hux: Una Excursión
Apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes p.13) Etim.: Calcu- brujo
CALCU NAO,1852, cac. pampa que figura entre los caciques obsequiados en Bahía
Blanca, 1.de enero de 1852 Etimol: “Tigre brujo”
CALCHINO (o Cachino), el 17 de diciembre de 1552 fue encomendado por Valdivia a Juan
Cuevas (R.Latcham: Los indios de la Cordillera y la Pampa, 1929 en Rev. Chil. Hist y Geogr.)
CALCHIRA, “curaca” de la encomienda de Diego Muñoz (Cabrera: país del Cuyo p.243)
CALDERÓN, Carlos ,1869, capitanejo y escribiente del cac. Andrés Raninqueo (boroga) en
la tribu de Coliqueo y con Raninqueo salió el capitanejo Carlos Calderón de Los Toldos, para
trasladarse a La Verde (en 25 de Mayo) con la tribu (nueva) de Raninqueo. Tres años más tarde
fueron invadidos por los salineros de Calfucurá que se presentó en la Batalla de San Carlos de
Bolívar. Esa pequeña tribu fue deportada hacia Salinas Grandes. Más tarde, parece, acompañó al
caciquillo Tripailaf, quien era caciquillo en La Verde.
CALDERÓN, Mariano, 1833, capitanejo boroga es una figura de la tribu de Melinao. Ese
año (el 28 de Nov. De 1833) sorprendió al cac. Cayupán; era tropa de Rosas que expedicionó más
allá del Río Negro. Más adelante lo encontramos en Bragado con Melinao y Collinao.Era
escribiente 1851 repelió un malón en el Pozo Pampa (Part. De Bragado). 1868 pertenecía “aún” al
cacique José María Raylef junto con Francisco Coñequir (AEM doc 9217) Creo que era pariente de
Carlos Calderón, ya nombrado. 1874 estaba boleando avestruces. En un documento decía el cautivo
José Flores, que él había sido capturado en San Carlos (de Bolívar) y que lo habían vendido los
captores ranqueles a los indios de Salinas Grandes y que luego pudo escapar. Decía que había
estado con Calderón, “indio de mucha importancia y ya de edad, que tenía un gran tajo en la cara”
(Arch. Hist. Nac. –AGN. Doc. 8039). Otro documento nombra a un Domingo Calderón como
primo hermano de M.Namuncurá. En la Tribu de Coliqueo, está anotado Mariano Calderón, nacido
1846: Calderón Severo era un secretario de Ignacio Coliqueo. Entre los muchos Calderones
anotados en mi registro de habitantes de la Tribu de Coliqueo nombro algunos: Ana Calderón
casada c. Beníto Baldebenito (caciquillo de 25 de Mayo. Tenía en la tribu 400 hectáreas). Bartolo
Valdebenítez Calderón, se casó con Agustina Coliqueo, hija del cac. Ignacio Coliqueo. Hubo un
Antonio Calderón cas. c. Micaela Canales y Braulio Calderón, cas.c. Florentina Cayuqueo. Pancho
y Domingo Calderón eran primos hermanos del cac. Manuel Namuncurá, según una carta de éste
del 11 de junio de 1873. Y no olvidamos que Carlos Calderón que nombramos aparte era
capitanejo de la tribu de Ignacio Coiqueo.
CALDERÓN, Pancho (Francisco), 1873, capitanejo entre los salineros. Ese año estuvo
preso en Buenos Aires. El cac. Namuncurá solicitó entonces su libertad, aduciendo que era su primo
hermano.
CALDERÓN, Luciano, 1855 figura entre la tropa de Bragado como Teniente 2º (AGN
X.19-3-3)
82
CALDERÓN NAUCUPIL, Francico, 1899, cac. de los puelches de la pampa. El 10 de
Julio de ese año solicitó al gobierno provincial las tierras que después debían ser la Colonia “de los
Puelches”, Secc. XV Frac. A y D, tierras que fueron medidas y entregadas por el agrimensor Lázaro
R. Molin ari, el 20 de Agosto de 1900. Allí se halla la laguna Urre Lauquen. El cacique decía que
era hijo de un capitanejo de Namuncurá y de madre chilena. Tuvo entonces 50 años de edad
CALEÁN, 1864, cac. chileno que participó con los ranqueles de Epugner en una invasión a
la Provincia de Córdoba. Tuvieron un encuentro con el Comandante Ogorman en Las Tunas, el 19
de Octubre de 1864. En la persecución murió el cac. Caleán (AEM Bs.As)
CALEI, 1848, cac.. ranquel, hermano del cac. Canué, Una de las mujeres del Cnel. Manuel
Baigorria, llamada Huechuofán, era en 1848 recientemente casado con él. Era hija del cac. Calei
(Memorias del Excautivo Stgo. Avendaño ed. El Elefante Blanco 1999)
CALELIÁN Iº (o Quelelián.Caleliyan.Alquelelian). Creo haber encontrado los primeros
rastros de los Calelianes, en 1620, en San Luis. y en 1666. entre los diaguitas, vecinos de los
Quilmes en la Pampa de Aconquija. Pero, mientras éstos fueron capturados y transportados a
Buenos Aires (Quilmes de hoy), los “Calelianes” huyeron a tiempo. El gobernador de Tucumán fue
también tras sus huellas para capturarlos; alcanzó a 40 de ellos, los que fueron llevados a los
Quilmes de Buenos Aires. En 1699 existían aún algunos de ellos en la Prov. de Tucumán, en la
localidad de Yerba Buena. (Juan A. Carrizo: Cancionero Popular de Tucumán. 1933.1)
Es de imaginarse cuál fue el eco del infausto episodio entre los indios de la pampa, cuando
fue ya grande la consternación entre los cristianos. De la documentación que transcribe Mons. Pablo
Cabrera en su libro: 'Tesoros del Pasado Argentino; la cruz en la pampa" (1927, cap. VI,) no se
desprende con claridad que Quelelián haya estado entre los ultrajados en la cárcel como Liquid,
Ereguereyán, etc., pero presupone su muerte, cuando concluye el capítulo, diciendo: “D. Vicente G.
Quesada ha atribuido a la prisión y destierro del cacique Cayupulquiá (Mayupilqui) y el asesinato
de Quelelián desacertadamente consumados por los españoles, las depredaciones ingentes y los
degüellos horrorosos de que fueron víctimas por parte de los indios en desquite de aquellos
atentados”, (ib.. p. 102)
83
CALELIAN IIIº, José, 1720, cacique serrano, pampa, taluhet o tehuelche, o sea, de
insegura denominación etnográfica.
Tras haber sufrido nuevas expediciones “punitivas” —siguiendo la historia de la biografía
anterior—. algunos caciques de la pampa aceptaron el ofrecimiento de tratados de paz por parte del
Gobierno de Buenos Aires y de Córdoba: Cacapol, el llamado cacique Bravo, en 1820. y el cacique
José Calelián y Mayuluque, en 1726. El comandante general Juan de Argüello había sitiado a estos
con 300 hombres en su recinto fortificado del Río Sauces (Córdoba, La Carlota).
Ellos no querían pelear, parlamentaron con el militar, quien les ofreció garantías de paz,
bajo la condición de que trasladaran sus toldos al descampado de Cruz Alta. Calelián —no sabemos
por qué convenio— se retiró hacia el este y se estableció cerca de unas lagunas, hoy del cuartel 8º
del Partido de Alberti (B.A.), donde perdura su nombre en el topónimo “Manantiales de Calelián”.
A raíz de una invasión que hubo, en Agosto de 1734, en Las Pulgas (V. Mercedes) y otra que
hicieron indios chilenos en las estancias de Arrecifes, en Agosto de 1737, salieron nuevos
contingentes en expedición punitiva y no se respetó ni tratado ni relación de amistad de tribu
alguna.
El Maestre de Campo Juan de San Martín, jefe de una columna expedicionaria, atacó la tribu
del cacique Cacapol (Bravo) y la del capitán Juan de Melo y del alférez Esteban del Castillo,
sorprendió la tribu de José Calelián, mientras dormían pacíficamente, y los exterminaron
completamente. Así murió el “viejo y buen Caleliyán” (Cabrera. P.: Tesoros del Pasado I. p. 89;
Acuerdos del extinto Cabildo de Bs. As. II y VII. p. 746; T. Falkner: Descripción de la Patagonia.
ed., 1911, p. 55 ss.)
CALELIAN. Manuel IVº, .nac. 1707 y murió en. 1745, serrano-pampa. Era hijo (o
sobrino) del cac. José Calelián. Había estado ausente, cuando se hizo, en 1737, aquella matanza. A
su regreso sólo encontró cadáveres mutilados y todo saqueado. Herido profundamente, juró
venganza y buscó para ella posibles alianzas. Reunió a 300 indios y con ellos llevó un malón sobre
el pago de Luján, donde sacrificaron a 22 cristianos y volvieron a la pampa con algún botín. Más
tarde reunió a 2.000 indios, entre ellos también a chilenos e hizo con ellos nuevas invasiones. Pero
los españoles respondieron con sendas expediciones punitivas, sobre todo el Maestre de Campo de
Buenos Aires, Dn. Juan de San Martín, cuyos detalles no conocemos.. El Cabildo Abierto, llamado
Junta General de Defensa, del 27 de Noviembre de 1840, estudió los medios para aplacar las
sublevaciones indígenas. Por consejo del gobernador, el mismo año iniciaron los Padres Jesuítas las
Misiones o Reducciones de la Pampa, primero la de Nuestra Señora de la Concepción, al sur del
Río Salado. Y viendo que para tranquilizar la pampa y restablecer la seguridad de las estancias no
había otro medio mejor que ofrecer a los indios nuevas garantías, se buscó reanudar los tratados de
paz.
En 1741, se internó el teniente maestre de campo D. Cristóbal Cabral con 700 soldados a
campaña pacífica, acompañado también del Padre Mathías Strobel de la Misión. Hizo tratados de
paz con Calelián. con Cangapol y con F. Yahatti (Arch. G. Ind. 169, Charcas 317: “El Procurador
General ha celebrado paz con todos los caciques y en especial con Calelián y el Bravo que rigen
sobre ellos”). Un documnto de 1741 dice que el cac. Pedro Ayelepe, paiente del cac. Cangapol, alias
Bravo, Mayúpilquiyá y los sobrinos de Cangapol Yahatti, Güenulepe y Ayelepe se apersonaon al
Gobernador Miguel de Salcedo pidiendo un tratado de paz. (ver Ayalepe)En 1742 hubo un
parlamento grande en Buenos Aires con 29 caciques. En síntesis se prometieron respeto mutuo y
reconocerían como límite divisorio el Río Salado. Parece que Calelián no estaba entre ellos. Hasta
se exigió a algunos caciques traer su cabeza a Buenos Aires. Algunos indios habían hecho algún
robo de hacienda y en la pesquisa fueron arrestados tres indios “ladinos” de Calelián. Manuel
Calelián mismo se acercó a la ciudad, exigiendo su devolución. Y como de nuevo hubo un malón en
Luján y Cañada de la Cruz, se hizo averiguaciones sobre los autores. Aunque no hubo pruebas de
que Calelián hubiese participado en el malón del 27 de Julio de 1744, el teniente maestre Cristóbal
Cabral fue a atacar a su tribu y apresó a los que pudo y a los que se resistían los mataron allí. El
84
cacique también fue hecho prisionero. Se le describe en el proceso: “Que es delgadito, de poco
cuerpo y muy ladino” (Arch. G. Ind. 165 vta. Charc. 317 y AGN, S. IX. 19-2-2, foja 6). Vivía
entonces a una legua de la frontera de Luján, donde se le había admitido por haber manifestado
deseos de paz”. (Arch. G. Ind. 41 Charc. 125)
Unos sesenta prisioneros fueron llevados a Montevideo a trabajos forzados en la
fortificación de la Plaza; las mujeres fueron llevadas a la Misión de Santo Domingo Soriano y
Manuel Calelián con doce de los más bravos y cuatro niños fueron embarcados engrillados en el
barco “Asia” para ser enviados a España. Así lo había decidido el Acuerdo del Ayuntamiento de
Buenos Aires. (Arch. G. Ind. 170, Charcas 317 el l9. 7 45)
Estando ya en alta mar, el capitán Gaspar Vélez los alivió de sus amarras, pensando que ya
no podrían ocurrir inconvenientes y pudieran pasear por la cubierta. Ellos, empero, se confabularon
y decidieron atacar a la tripulación y apoderarse del barco. Hallaron balas de cañón y las
transformaron en boleadoras. Entonces se echaron sobre los marineros e hirieron a unos treinta.
Pero. éstos los atacaron “a balazos y alfanges y viéndose los indios al fin perdidos, se arrojaron al
mar con tal salvaje temeridad como la que les indujo al levantamiento, donde se ahogaron todos”.
(Trelles, M. R. en Revista Patriótica III. 1890. p. 13 - 215. Acuerdos del Cabildo II. IX. p. 184 y
III.1 258: 53 y 475). El Padre Sánchez Labrador, que en 1772 (p. 97) cuenta en su libro {El
Paraguay Católico} estos hechos, agrega que todo esto inquietó a las tribus de la pampa y turbó su
trabajo en la Misión. Yo pienso que este cacique y sus indios con otra política habrían sido indios
amigos y de paz.
Bibliografía consultada:
Sanchez Labrador. J.: Paraguay Católico. Los indios pampas, puelches y patagones: ed. por
el P. Guillermo Furlong. B.A. 1936.
Colección de Viajeros y Memorias Geográficas. ed. por Fac. de Fil. y Letr. B.A. I. p.174
Domenech, G.: Pampas y otros indios en la Banda Oriental, en Rev. Soc. Arqueologica,
Montevideo T. IX. 1939. p. 227 ss.
Revista del Archivo Gral. Nación. II, p. 329.
Acuerdos del extinguido Cabildo. AGN. S. III (ed. Acc.Hist.Arg.:1931).
CALELIAN, Tomás 1748, hermano del difunto Manuel Calelián IVº. Pues también esta vez
hubo sobrevivientes de la familia tan notoriamente castigada, quienes se mantuvieron en estado
hostil. Lo sabemos por medio de los misioneros. El 17 de Septiembre de 1749 avisó el P. Stróebel
que estos hermanos habían atacado una tropa de carretas y que en la laguna que llaman (Mar)
Chiquita se han juntado de nuevo 2.000 indios, capitaneados por dos hermanos del difunto Calelián
(Arch. Gral. .Ind. 222 vta. B.A. 60) para invadir de nuevo a Areco y el pago de Luján.
Luego se unieron con el cac. Cangapol (Bravo)... En fin, en 1761 ya no estuvieron en las
tierras de sus Manantiales (Part. Alberti), sino en Salinas Grandes, en compañía del cac. “León”
(pangui). (AGN. S. VI. 1-3-7 y S. IX. 1-4-2: 1.4.61)
CALELIÁN, Diego, Vº, l777. cacique reducido en la Reducción franciscana del Río IVº,
donde llegó a ser alcalde (Arch. G. Ind. 256, B.A. 244 y P.Grenón: Pampas del Río IVº, 1924.
Etimología: Quzás de Calül: cuerpo humano, cadáver; y: Llanca: adornos, collar...).
CALENTUR, 1790, cac. puelche de la obediencia del cac. Lorenzo Calpisquis, con quien se
presentó en paz al Comandante Juan Antonio Hernández . (AGN. IX.24-1-6) Etim.: Calel-gaviota;
tur-ojo de.
CALE PAY, 1835, cac. ranquel adicto a los Pincheiras. Murió en una acción del Sur de
Córdoba. (M.Rivas:Historia del Mangrullo de Melincué 1968 p.16)
CALERIANO, 1759, cac. pampa, cuya toldería se hallaba instalada en las Isletas a 10 u 11
días distante de Salto. (AGN.IX. 1-4-2; Salto 1.9.59)
85
CALFIAO, (o Califan, Calfuiyán, Callfellao), 1822, cac. pampa. Era hijo del cac.
Carritripay (ranquel), quien en los primeros años del siglo XIX vivía entre los huilliches neuquinos.
Calfiao aparece siempre junto a los caciques pampas. En marzo de 1820 aceptó con el cac. Ancafilú
el tratado de paz propuesto a nombre del Gobierno de Buenos Aires por el estanciero Francisco
Ramos Mejía. Luego sufrieron el atropello de la expedición del Gobernador M.Rodríguez, después
del asato de Carrera a Salto. En 1822, el cac. Calfiao era uno de los primeros que el Cnel.
P.A.García encontró en su expedición de paz (en 25.4.1822, según su Diario)) y estuvo en el
solemne parlamento entre los 24 caciques: los cacs. Avouné, Pihiloncóy, Ancaiguén, Chanafilú,
Neculpichuí, Pitrí, Huilletrú, Llanquelén, Chanepán, Epuán y C a l f i a o.
Así mismo, el 25 de abril de 1826, estuvo en la junta de paz de 72 jefes indígenas en el
Arroyo Pecuén (Güaminí) y precede en la lista al cac. Curritripay, (AGN.S,X. 27-7-6)
Pero luego tuvo que acompañar con otros caciques pampas (Pichiloncoy, Catriel y Huillitur,
al Cnel. F. Rauch en su segunda expedición a Epecuén y Sierras de la Ventna.
Rosas en 1830, hizo marchar al capitanejo Anteloán con 90 hombres a la orden del Cnel
Villalba contra los indios pampas. El 29 de abril de ese año atacaron las tolderías de Calfiao, Maicá,
Petí, Caniuante, Vilcay y Llanquelén. Entre los muertos hallaron a Vilcay y Llanquelén (AGN X.
40-7-10)
Luego estuvo, en el mismo año, en el Parlamento de Tandil (AGN X. 23-9-4) El 30 de
Septiembre de 1831 marchó con el Cnel. Del Valle contra los caciques invasores: Calfuán, Petú,
Maicá, Checanain, Puelluán, Catrerén, Chacalaf, Quiñindo, Chanavil, Currugüequé y Felipe
Calfuán. El 19 de Noviembre de 1831 estuvo en el parlamento en el Fuerte Independencia de
Tandil con muchos militares, los caciques mayores Torián y Califán, los caciques Tucumán,
Antuán, Güillitur, Aciduam, Charman, Quiñegual, Chócorí, Chamanil, Huincán, Goñoantig, Epuán,
Nacuiluán y Felipe Calfuán y los capitanbejos: Nicasio, Amagual, Marincoul, Llancalén, Voluán,
Candel, Llimellín, Gené, Quiñeguan, Guailé, Llaiquimil, Trarual, Ranpuiviñanque y por Chaqueta,
Chamanil (FIDE Palumbo)
Calfiao vivía entonces en el partido de Rauch.. A pesar de ser de la amistad de Juan Manuel
de Rosas, el Cnel. Del Valle, volviendo de una expedición realizada contra la toldería de Chocorí,
en Abril de 1830, hallándose en la toldería de Calfiao, Maycá, Petí y Cañuanoi, no los miró con
buenos ojos. Se le presentaron reunidos, rogándole que no los atacara, que ellos no habían robado.
Hospedaron a sus tropas y les entregaron 200 vacas; pero a los cinco días, -dice el documento-,
mandó el Mayor Villalba con 90 hombres y sus indios tehuelches a atacarlos y –continúa el parte-
“los castigaron ejemplarmente” entre el 29 y el 30 de abril; les mataron 10 indios, entre los que se
hallaban caciques, y les sustrajeron 180 chinas; además recogieron 87 chicos y 37 chicas. Calfiao
escapó gracias a su caballo extrordinario (AGN S.X. 40-7-10 y 27-7-6)
El Sargento Mayor Juan Cornell nos ha dejado un relato de la hazaña del cac. Calfiao y de
su zaino pangaré, que en esa oportunidad mostró qué valiente debía ser el caballo del indio
guerrero. “Asaltados los toldos por las fuerzas cristianos, el cacique tuvo tiempo de montar su
caballo, llevando a su hijo, mocetón ya, en ancas. Lo persiguieron Pancho, “El Ñato”, Zelarrayán y
otros más que iban parejos. El cacique, entre tanto, había conseguido ganar los campos, corriendo
como gama, a pesar de que bolas potreadoras le maneaban las patas. Así continuó por espacio de
tres leguas. Sus perseguidores debían hacer un alto por haberse aplastado sus cabalgaduras. Al día
siguiente apareció el indio a la vista de la columna que llevaba cautiva a su familia; pero no
intentaron darle caza, visto que iba montado en el mismo orejano de pelea. Tres días después,
Calfiao se presentó en Tandil a parlamentar, pudiéndose entonces contemplar el famoso caballo”
Cita en “La Revista” 39, Bs.Aires 1880 p. 185) Efectivamente volvió el 19 de Nov. de 1831, a
proponer la paz con 15 caciques y 15 capitanejos en una junta general en Tandil ante el Cnel.
Gervasio Rosas (AGN Biedma VII 10-4-14) Ya se estaban elaborando planes para la Campaña del
año 33, donde se utilizaría los servicios de los pampas, una vez más. Acompañó a Rosas con el
caciquillo pampa CaniAntig (19.7.1833; y AGN X 24-9-1)
¿Cuál habrá sido el destino de este valiente cacique y el de su familia? Lo ignoro. En
adelante los documentos hablan sólo de su hijo, llamado Pichi Calfiao.
86
CALFIAO (hijo), llamado Pichi Callfellao), capitanejo pampa. Era hijo del cac. Calfiao. Al
heredar el gobierno de la tribu, se hizo cacique. Era de la obediencia del cac. J. Catriel. El General
Juan Manuel de Rosas lo estimó por su valentía y su don de diplomático. Intervino en el importante
parlmento en Azul y en Buenos Aires, en 1840, cuando los ranqueles del cac. Painé se avinieron a
celebrar un tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires, entonces ocupado por la Revolución
unitaria. (Copia del tratado en Rev. Del Museo de Azul, Nº 2 p.75 ss.) Idéntico servicio de
medianero hizo en Diciembr del año 1841, con respecto de las tribus salineras. Aparece más tarde
en la documentación y correspondencia de Calfucurá. De esto se desprende que era indio inteligente
con capacidad de lenguaraz y parlamentario. Su nombre figura en muchas listas de suministros de
raciones. (Bart. Ronco, en Rev. Azul Nº 3 p. 134; 1839 – 1867). No sé nada de su muerte.
Etim.: Calfu y auca: Yegua parda.
CALFICAL, 1796, cac. pehuenche. Participó en la Guerra Pehuenche con el grupo de
Malalhué y figura en los actas de los prlamentos del 16.5. 1796 y en 1814. Un cac. Calfical tomó
parte en el combate de Tapalquén, en 1839. (AGN X. 27-7-6) ETIM:: Cal-lana; calfú -más que
azul, parda, casi negra
CALFI GNER ( “Zorro Negro” o Calvugur, Calfigüer, Calfunir) , 1770, cac.. pampa, que
tras un tratado de paz en la Lag. de Los Huesos, acompañó con otros caciques al Maestre de Campo
Manuel Pinazo, contra las tribus tehuelches del Sur de la Provincia de Bs.Aires. (Hay un Diario de
A. Hernández en Col. De Angelis, 1938 T.V. p.71 ss.). El 29 de Mayo de 1774, un chasque del cac.
Nahuelpán, quien pasó por el campamento de Escóbar, hablaba del cac. Calfi, alias “Zorro Negro” y
decía que había que quitarlo del medio. (AGN S.IX 1-4-2 y 1-4-4., del 28 de Agosto de 1774). En
Julio del mismo año se había transmitido al Gobernador la siguiente nota: “Ayer llegó a esta (a
Escóbar) el cac. Calfig(ñ)ere, alias “Zorro Negro” con la noticia de que Nahuelpán y Canupí
avanzaban contra las tribus ranqueles de Toriano (Toroñan, Millán, Cateuca y Guayqui lauquen,
“cuatro ranqueles y malditos”. Toroñam, en realidad, había hecho alianzas con los tehuelches. Se ve
el enredo de las noticias y de las alianzas. 1776, en diciembre, el cac. “Zorro Negro” con 300 indios
vino en malón sobre la frontera de Matanza, entrando por Cañada de la Paja y saliendo por la
laguna de los Lobos. Hizo 23 muertes y 47 mujeres y niños fueron llevadas como cautivas. Esta fue
en respuesta de una invasión de las tropas porteñas al mando de Diego Salas y Francisco Balcarce
(Tambossi, R., p. 110)
1778 los documentos hablan del hijo de Calfi, alias “Zorro Negro”, y que él estaba en paz
con Buenos Aires: pero no con las demás provincias. (Me pregunto si Calfigner o “Zorro Negro
tiene que ver algo con el cac. Chanel o Tampilco, llamado “Negro”(?).
CALFIGÑERE, alias Zorro Negro, 1774 cac. araucano. 1821 (probablemente el mismo)
cac. de Malecó, cac. patriota quien guerreó junto a Colipí, Lincogür y Meligür. (T.Guevara, 1910, p.
255 y 295)
CALFINAR (o Calfigur) de 1793, cac. araucano, Gobernador de Thumagh (Valdivia); fiel
amigo de los misioneros. Al sellar o jurar la paz en el parlamento de Rahue, dice el acta- enterró un
fusil, una lanza y una macana e hizo un gran discurso (R.Lagos: Historia de las Misiones del
Colegio de Chillán entre los araucanos. 1908 p.159).
CALFÍN (o Calfuín) Juan, 1628, cac. araucano de Quill(a)cura, Chile. Fue desplazado por
los españoles.
CALFI TRUZ, 1833, cac. boroga en Guaminí. Firmó el 8 de marzo de ese año una carta
con los grandes caciques de su parcialidad.
CALFU COI (o Calvucoi), 1869, cac. araucano chileno, dueño de Pía (Victoria). En abril de
ese año Bernardo Calfucurá (pariente y escribiente de Calfucurá) escribió al Ministro de Guerra que
unos 3000 indios venían con Reuquecura, Quilapán, Calfucoi, Marihual y Calfuén para defender la
zona de Choele Choel, oponiéndose al avance de las tropas argentinas. El documento (en
AEM.Bs.As.) hace alarde de su número y de sus éxitos habidos en la lucha contra las tropas
chilenas. (A Barros: Fronteras y territorios p.86 y
87
CALFUCURÁ "El Viejo" o "El Gordo" (Iº) fue muerto en 1822. Era cacique huilliche
chileno, de Pitrufquén (T. Guevara, 1910, p. 340). Muchos llamaban a este cacique Calcufurá, es
decir "El Brujo" o " Piedra del Brujo". Tenía fama por sus dotes hipnotizantes y por la riqueza y la
obesidad. En tiempo de guerra, por ejemplo durante la Guerra a Muerte, vivía en un malal
fortificado. Era enemigo de los borogas. Durante el enfrentamiento de patriotas y realistas,
Calfucurá actuó primero en complicidad con el montonero Vicente Benavides; pero el coronel
Beauchef en su expedición sobre los borogas y también sobre Pitrufquén, en Diciembre de 1822,
obligó al "cacique gordo" a plegarse al bando patriota. Calfucurá, teniendo noticias de la
proximidad de esas tropas (800), se refugió en el monte; pero lo buscaron y hubo un combate, el 21
de Diciembre, en el que murieron más de 40 indios. El cacique no logró huír por su excesiva
corpulencia y edad. Fueron apresados también su mujer, sus hijos y su yerno. Prometió entonces
enmienda y hasta ofreció entregarles al sargento F. Palacios, temido realista montonero. Como "El
Brujo" ejercía mucha influencia entre las tribus diseminadas entre Cruces y Tolten, "indios más
mansos que los borogas entre el Cautín y el Bío Bío", el coronel Beauchef le dio la libertad. Pero no
pasó mucho tiempo que volvió a hostilizar a los indios patriotas a los que llamaba "pachecos". T.
Guevara, que investigó la participación de los indios araucanos en la Guerra por la Independencia,
afirma que murió poco después de los eventos contados y muy viejo. "Lo habían devorado sus
gastronomías". (Ob. cit., p.433).
Bibliografía :
J. Beauchef, Memorias Militares (1817-1829), ed. 1964; T. Guevara, Los araucanos en la
Revolución de la Independencia (1820-1827); B. Vicuña Mackenna, La Guerra a Muerte, 1868,2a
ed. 1972; J.Miers, Travels in Chile and La Plata (1819-1824), II.471.
CALFUCURÁ, Juan nació en Pitrufquén, Prov. De Valdivia, Chile, el año 1790 y murió
1873 en Salinas Grandes, La Pampa , Argentina. Era pues de la zona de los huilliches. El periódico
El Meteoro de los Angeles Nº 141 del 31 de Mayo de 1869 dice: “..Ese Cac. Calbucura es de la
provincia de Valdivia de un lugar Pituviquen, habiendo allí también boroanos, las guaridas más
avanzadas de los chilenos. Más tarde fue cacique general de las tribus salineras en la Prov. La
Pampa..”
Su padre era el cac. Huentecura. Su nombre procede de su tío, "El Gordo" Calfucurá de
Pitrufquén, y no, como afirma el ex cautivo Augusto Guinnard, que su nombre provenía de una
piedra azul que siendo niño había encontrado y que nunca dejó de acompañarle y que los indios la
miraron como talismán. El tronco, la cünga de los Cura (en la Argentina Curá) es de una familia de
siglos atrás. Pero este Calfu Cura alcanzó fama legendaria entre indios y blancos; tenía algo de
fascinante, pero también de fascineroso, de genio y político y de corajudo militar; además de una
intuición de brujo, dándose aires de serlo.
Hay gran acopio de datos sobre este cacique, libros y relatos ocasionales de personas que lo
han tratado, pero creo que un estudio estrictamente histórico, basado sobre documentos de la época,
pueden realzar la verdadera figura de Calfucurá y ubicarlo dentro del proceso histórico que ha
vivido. Ciertamente será siempre útil consultar las obras clásicas del Dr. Estanislao S. Zeballos:
Calvucurá y la Dinastía de los Piedra; su fuente principal, las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño, la de Alvaro Yunque: Calfucurá y la Conquista de las Pampas-, la de Adalberto A.
Clifton Goldney: El Cacique Namuncurá, el último soberano de la pampa o la de Manuel Galvez:
El Santito de la Toldería; la vida de CeferinoNamuncurá. Hay en ellas páginas estrictamente
históricas, pero encontramos también epítetos y rasgos novelescos que deberemos evitar o matizar.
Entre los relatos de los que lo han visitado y tratado personalmente, pocos hallamos que nos
lo describan en realidad. Augusto Guinnard, cautivo bien acogido en su tribu, dice en su relato:
"Después de haber galopado el día entero llegué al campo de Calfucurá —"Piedra Azul'— gran
cacique de la confederación indígena... Nada, al llegar, hizo adivinar, cuál entre los indios que tenía
por delante podía ser el gran cacique, porque ninguna.seña lo distinguía de sus subditos. Pero
cuando empezó a hablar dando órdenes, reconocí al jefe por el aire imperioso de su voz.
“Era un hombre más que centenario [NB. Esto es una exageración que alguien quizás le ha
hecho creer. La continuación concuerda con otros testimonios], pero que parecía tener, a lo sumo.
sesenta años, su cabellera negra todavía daba marco a una vasta frente sin arrugas, que los ojos
vivos y escrutadores lo mostraban muy inteligente. El conjunto de la fisonomía de este jefe, aunque
de cierta dignidad, recordaba perfectamente al tipo de los patagones occidentales (huilliches), a
quienes remontaba su origen. Como ellos, era de alta estatura; tenía los hombros muy anchos,
arqueado el pecho; la espalda algo agobiada; el paso pesado, casi dificultoso (debido a que, por
andar continuamente y desde niño a caballo, los indios tenían las piernas arqueadas); pero gozaba
todavía de todas sus facultades: con la excepción de los dientes perdidos en un combate en que le
habían partido el labio superior, este viejo los poseía todos los demás intactos..."
Alvaro Yunque cita un verso de La Araucana de Ercilla, en los que describe al famoso
cacique chileno Lautaro. Yo citaré otro verso del mismo autor que quizás mejor le cuadra a este
noble de la raza araucana:
"Era este mozo de alto hecho,
varón de autoridad, grave y severo,
amigo de guardar todo derecho;
áspero, riguroso, justiciero,
de cuerpo grande y relevado pecho,
hábil, diestro, fortísimo y ligero,
sabio, astuto, sagaz, determinado
y en casos, de repente reportado..."
"Yo soy chileno —decía 'Piedra Azul'—; había estado en Chile. No estoy en estas tierras por
mi gusto, sino que fui llamado por Don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno; (carta
del 27 de Abril de 1861; Arch. Mitre, T. XXII, p. 22) y ahora hace como treinta años que estoy en
estas tierras". Los contactos de los indios salineros con las tribus chilenas eran constantes,
94
frecuentes los intercambios comerciales y no me extrañaría que hubiese favorecido el comercio
ilegal y la política de expansión chilena. Incluso, llamaba a su lugar de residencia Chilué (Chili
Hue, tierra chilena o lugar de Chile). En Julio de 1851, el gobernador de Mendoza envió a Rosas
una nónima de 13 caciques (tribus) chilenos que se hallaban en tierra argentina, según pedía el
gobernador de Concepción (Chile). Por el general A. Pacheco confesó a un pariente, que los indios
chilenos habían avanzado (nuevamente) mucho en territorio argentino. Pero agrega: "Hasta la fecha
se han conducido bien". (AGN, S.VII, 1-2-12: fha.15.9.41)
Otro documento que cito confirma lo antedicho; es una carta del coronel Pedro Rosas y
Belgrano, enviada el 7 de Febrero de 1841 a Juan M. de Rosas (en Capdevilla, Rosas y Belgrano,
1973, p. 62): "Ayer llegó de chasque el caciquillo Nicumil con dos capitanejos y cuatro indios
mandados por Calfucurá y Namuncurá (su hermano) a decir a S .E. y a Catrié que ya habían llegado
de regreso los chasques que ellos habían mandado hacia Chile a verse con Lincotil, cacique federal
que se halla en Maquehue, que estaba en guerra con Magüin; y con la llegada de los chasques de
Namuncurá y Calfucurá hubo un parlamento general, del cual resultó hacer las paces. Que a ese
parlamento asistieron los caciques Guillipán y Coloful que también estaban en guerra. Y asistieron
al parlamento Chocorí y Cheuqueta, como asimismo los caciques Iculmané (Guzmáné, cacique
gobernador del sur de Mendoza) y Coloné, primos hermanos de Namuncurá y Calfucurá que
estaban peleados con ellos por los campos de Salinas Grandes, pero que ahora están de amigos y les
mandan a decir que piensan venir a estar juntos con ellos... y de que pronto se abrirá el comercio de
una y otra parte..." (R. Capdevilla, P. Rosas y Belgrano, p. 62). No sé qué conocimiento tuvo
Calfucurá del atropello que en 1845 hicieran los caciques chilenos Purrán y Cristiano. De todos
modos se encontró con él un tal capitán Salvo, socio del Presidente Bulnes en Salinas Grandes
comprando hacienda. El cacique Cristiano de Antuco o Uñusquín era cuñado de Calfucurá y hacía
frecuentes viajes a la pampa. Calfucurá decía (24.1.1847, Arch. Mend., Doc. 12): "Los indios
chilenos venían a buscar indios amigos nuestros". Otra misiva de Rosas y Belgrano, del 11 de
Agosto de ese mismo año, decía: "Calfucurá tiene visita en su toldería: los caciques Lemunao y
Chicagual de Colicó con 800 indios de lanza, mientras que los ranquelés (Pichún y Painé) tienen a
los caciques Mariguán, Quilapí y Ancapé con unos 1.000 indios, haciendo comercio de tejidos"
(!?!). Quizás han acudido también al entierro de Painé. Los jefes de la frontera prefirieron dar
regalos a los indios y no sufrir malones. Así dice poco después el mismo Rosas y Belgrano a su tío
Rosas: "Cheuqueta y demás indios recibieron 1.300 yeguas y 500 vacunos"... y en otra: "He
despachado a los enviados del cacique Calfucurá, a los de Llusquen, los de Unaiché, al cacique
Acum, y dos de Cheuqueta y al capitán de Bahía Blanca, Guichal, dándoles a cada uno un número
de cabezas de ganado.." (R. Capdevilla, P. Rosas y Belgrano, 1973, p. 80,81,82)
Pero de este tiempo tenemos también noticias de malones o proyectos de malones. En las
Memorias de Juan Cornell (A.N.Hist. Conquista del Desierto, 1980, 1, p. 118) Reuque Curá,
hermano de Calfucurá proyectaba en 1847 una invasión chilena-ranquelina en combinación con
Calfucurá, por cuyo motivo el coronel Del Valle tuvo orden del gobernador (Rosas) de salir con la
Quinta División "a situarse en Cristiano (Muerto) y yo con dos escuadrones de vanguardia a
estacionarme en donde creyere conveniente. Los indios chilenos y algunos comerciantes chilenos
vinieron, efectivamente, a Salinas, para comprar haciendas. Mas como yo me entretenía en recorrer
la Ventana y el Currumalal, antes de situarme en Pillahuincó y algunas jomadas estuve muy cerca
de Carhué, fui sentido por los indios. Y a pocos días, me alcanzó en Pillahuincó una comisión de
Calfucurá a preguntarme de parte de su cacique el motivo, por qué había penetrado en sus campos
con fuerza armada. Mi contestación fue decirle que tenía orden de perseguir a muerte hasta sus
toldos a los indios chilenos que entraban a robar. Antes de un mes, el cacique Manquefú, segundo
de Calfucurá, vino con 400 lanzas hasta Pillahuincó Chico, sin duda a sorprenderme. Salió en
persona con dos de sus capitanejos y algunos indios a explorar el Campo y a divisar mis caballos
desde lo alto de un cerro precisamente donde yo tenía una guardia de vigilancia, la cual tomó y
detuvo a Manquefú y a su comitiva. Como mis instrucciones fueron las de batir a los chilenos, si
entraban a robar, y respetar a los de Calfucurá, caso de no invadir, que el cacique detenido no había
cometido ningún daño, sino la sospecha de qué había hecho, si no era la casualidad de caer en mi
95
poder, creí sacar más provecho, como en efecto lo saqué, en dejarle ir en paz, que detenerlo y atacar
a sus indios que solo dos leguas distaban de mi campamento. Despedí al cacique y comitiva,
amonestándole a que se mantuviera la paz y le comunicase a Calfucurá mi modo de pensar y
Manquefú y Calfucurá me enviaron como visita a sus hijos en señal de confianza y de dar más
crédito a cuanto les hice decir. Por consiguiente no tuvo lugar la invasión de chilenos ni de
ranqueles y se convirtió en pedirme pasaporte para pasar más adentro a cambiar tejidos por yeguas,
y aun los mismos negociantes chilenos, un tal Parra y un Burgos, vinieron a visitarme en
Pillahuincó". El mismo Calfucurá vino a Azul, como dice F. Barbará (anota que tenía unos 55 años).
Rosas comisionó entonces (1847) al general A. Pacheco a Salinas Grandes para protestar y
exhortarlos a la paz. Autorizó también a Pedro Rosas y Belgrano a renovar el tratado con
Calfucurá y su hermano Namuncurá. Willam Mac Cann en “Viaje a caballo por las Provincias
Argentinas, en 1847”, describe aquella escena y resume los artículos del tratado: "Los indios se
comprometieron a mantenerse dentro de sus propios territorios sin cruzar nunca la frontera ni entrar
sin permiso en la Provincia de Buenos Aires. Obligáronse también a prestar contingentes militares,
cuando se los pidieran y mostrarse pacíficos y fieles. En compensación, cada cacique recibe hasta
ahora del Gobierno cierta cantidad de yeguas y potros para alimento de su tribu y de acuerdo al
número; además, una pequeña ración de yerba, tabaco y azúcar... con verdadera economía se ha
comprado la paz por las cláusulas del tratado encomendado a D. Pedro Rosas y Belgrano, persona
muy querida por todos tos indios, criollos y extranjeros". Se observa pues que, con todas las
relaciones con los chilenos, no quiso perder la amistad que tenía con Rosas. Y es interesante cómo
interpretaba Calfucurá los tributos de la paz: El 30.4.48 retornó un indio de Catriel con la noticia de
que se estaba gestando un malón y "dice también el cacique Calfucurá que la ración y regálos que
se hacen todos los meses, no tiene que agradecerlos porque es pago de arrendamientos por sus
tierras ocupadas" (R. Capdevilla. ob. cit., p. 89). En Rev. del Museo de Azul Nº 2 hay información
sobre racionamiento de indios amigos, entre los que figura Calfucurá. Y así lo fue, porque cuando
Rosas iba a enfrentarse con el general Justo J. de Urquiza en Caseros (1852), Calfucurá tanto como
Catriel llevaron un contingente para pelear al lado del gobernador de Buenos Aires. Un documento
del 20 de diciembre nombra entre los obsequiados a Calfucurá y a los siguientes capitanejos de él:
Catricurá, Pan, Ignacio, Martín Chiguaylao, Luán, Calfuín, Lorenzo, Don Juan, Ranghinao,
Tripainagüel, Guaynao, Maricolí, Güenülao, Yampí, Lefilao, Nagüelchén, Vunín, Güenuchu,
Güenchuquil, Frucal, Catrinao, Nicicumill, Ñancutripay, Millahal, Nahuel, Manque.
Calfucurá era chileno y mantenía una muy buena relación con sus amigos chilenos, pero se
había “ciudadanizado” como argentino e intervenía en los movimientos políticos de este país que ya
no abandonaría más.
El sargento mayor Juan Cornell, entre tanto, estaba en Salinas, gestionando aún el tratado de
paz en nombre del general Urquiza, cuando le llegó la orden de que "todos los asuntos de los indios
serán sometidos a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano". El sargento Juan Cornell,
entonces, hizo convocar a una nueva junta a todos los caciques e informó de esta nueva, pidiéndoles
no hicieran oposición al asunto tratado. En realidad, el negocio del tratado de paz había concluido,
según las instrucciones del señor Director J. J. de Urquiza y el comandante de Bahía Blanca había
extendido pasaportes para dos caciques y cien indios que estaban por acompañar a Cornell hasta
Buenos Aires "a conocer. a tener el gusto de conocer al Sr. Director, abrazarlo y oír de su boca la
ratificación de la paz" y para comerciar allí sus tejidos, quillangos y cueros (AGN, S.X, 18-4-8; 26-
9-52). El coronel M. Delgado extendió entonces un pasaporte para Olivencia "para llevar
comunicacones importantes a S.E.,el Gobernador Provisorio". Supongo que la comisión india no ha
viajado entonces.
Semejante comitiva ranquel había llevado el coronel Manuel Baigorria ante la presencia del
general Urquiza y junto con éste tuvieron que retirarse apresuradamente de la ciudad "sublevada".
Fue entonces que el coronel Hilario Lagos movilizó la campaña y puso sitio con sus tropas a la
97
propia ciudad. En cambio, el coronel Rosas y Belgrano armó a su tropa de Azul y con 500 indios de
Catriel acudió a ayudar a los defensores sitiados, pero al vadear el Río Salado en el Rincón de San
Gregorio (Partido de Chascomús) fue vencido, el 22 de Enero de 1853. Los indios amigos huyeron
y el coronel fue hecho prisionero; pero pronto recobró la libertad, el grado y el cargo en Azul.
No cabe duda de que esa revolución inició un período negro de nuestra historia nacional. En
ella los indios fueron invitados una y otra vez a combatir a la parte opositora, pagándoles para que
hicieran barbaridades. Casi diría que en esa época se azuzó al jefe salinero, llenándole las manos
con dineros públicos (lo demostraremos a continuación y por las copias del Archivo de Calfucurá,
según dice el Dr. Zeballos, encontrado en la Pampa durante la expedición de Roca y Monsr. Juan
G. Durand en su libro: Namuncurá y Zeballos – Archivo del cacigazco de Salinas Grandes, Bs.As.
2006. Estaba guardado bajo secreto, en el Museo de Luján..NB. Lo que se dio a conocer, hace poco
en el Archivo del Museo de Luján, no satisfizo mis expectativas.
El coronel F. Olivencia retornó una vez más a Salinas por orden del coronel Hilario Lagos.
Partió el 25 de Enero de 1853, acompañado por siete soldados y un piquete de indios amigos de
Salinas Grandes. El 23 de Febrero comunicó desde Carhué al coronel Eugenio del Busto que,
llegado a ese punto se enteró de que "su gran amigo" (Calfucurá) hacía 16 días que había salido en
compañía de los caciques Pichún y Calvaíñ y sus indios a invadir al Azul, en venganza por la
muerte de un hijo y sobrino de Calfucurá, realizada en el mes de Marzo de 1852; que se hallaba
detenido como rehén; que tras largos parlamentos había conseguido que su lenguaraz Santiago
Avendaño le llevara estas noticias a Bahía Blanca. Le rogaba que tratara de comunicarse con
Calfucurá "amistosamente", sin ninguna clase de hostilidad para con él. Temía por su suerte.
Finalmente, pudo llegar a la Toldería General en Atreucó y de allí comunicó al coronel
Hilario Lagos, por intermedio de Francisco Blanco, quien iba acompañado del propio hijo del
cacique general Juan Calfucurá (Namuncurá), que los indios habían vuelto de su invasión a El
Sauce, Mostazas, Queuquén Salado, Tres Arroyos, Tres Lagunas, Cristiano Muerto, Pescado
Castigado y Queuquén Grande, trayendo unas 130.000 vacas y unos 30 cautivos hasta
Guayquileufú. Subrayaba Olivencia en su carta que Calfucurá aseguraba que el general Urquiza le
había enviado la orden para asolar la parte sur de la provincia de Buenos Aires y que en virtud de
aquélla, había llevado a cabo su invasión... Olivencia pedía a Hilario Lagos agasajara al cacique
blanco y al hijo de Calfucurá y entregara lo que éste había pedido para concluir el tratado de paz
propuesto por él a nombre del coronel Hilario Lagos.
Lagos le contestó el 16 de Mayo de 1853, que viviesen tranquilos, que ya mandaría lo
pedido (AGN, S.X, 18-8-1: fha. 24-7.53). Después de ese convenio que constituía
fundamentalmente la promesa de no invadir, Olivencia y Avendaño pudieron retornar a Buenos
Aires en compañía de un capitanejo y diez indios que venían con negocios. Olivencia volvió a
Salinas el 17 de Agosto. Pero, por no haber sido atendido su pedido de ascenso militar, después del
levantamiento del sitió, pasó al Ejército del general Urquiza de la Confederación. (R. Yaben,
Biografías Argentinas y Sudamericanas, T. IV, p. 246 [Olivencia]. Una señora historiadora de Bs.
Aires me dijo que tenía unas memorias del Cnel. Olivencia)
En realidad, no era fácil para Calfucurá discernir a qué bando debía apoyar, si a los militares
mismos resultó difícil esa opción. Cuando Pedro Rosas y Belgrano estaba primero de parte de
Buenos Aires, terminó adhiriendose a las órdenes del general Urquiza, primer presidente
constitucional de la Confederación Argentina. Lo mismo harán F. Olivencia y otros militares que,
como Manuel Baigorria y la tribu amiga de Coliqueo (M. Hux, Coliqueo, p. 25) fueron los más
activos agentes de Urquiza ante la "corte" del cacique general Juan Calfucurá y sus tribus
confederados hasta su cambio. Los salineros mandaban pues a sus comisiones al Palacio San José
de Concepción del Uruguay. Esto no impidió que mandaran otras comisiones a Bahía Blanca, donde
comerciaban regularmente. El coronel Francisco Pío Iturra (chileno), militar y comerciante en Bahía
Blanca,(en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca hay un legajo colección de cartas de Yturra con
los caciques Salineros) también los visitaba en sus toldos y llegó a ofrecerles hasta ayuda del
gobierno para que sus hijos pudiesen educarse en Buenos Aires. El gobierno de Paraná les había
ofrecido idénticas oportunidades que fueron aprovechadas. Por ejemplo, Namuncurá fue bautizado
en San José y Urquiza fue su padrino. (M. Gálvez en El Santíto de la toldería ed. 1967, p. 35 difiere
98
en la fecha con A. Clifton Goldney, Man. Namuncurá, ed. 1956, p. 37 y J. Cornelle. AGN, S.X, 18-
10-6)
El general Urquiza, pues, tuvo más éxito en atraerse a Calfucurá para sus planes.
La Constitución de la Confederación Argentina, en su artículo 67, 15 les garantizaba
protección. Además la amistad de M. Baigorria, y a través de él la de los ranqueles, inclinó a
Calfucurá a pronunciarse a favor del general Urquiza y de la Confederación Argentina. En el
Archivo de Córdoba se conserva, entre otros documentos interesantes, una carta de Baigorria
dirigida al cacique Calfucurá por la cual le invita a hacer también un tratado de paz con el gobierno
de Córdoba a favor de los pueblos de la Confederación con la condición de no invadir sus pueblos,
ni unirse con ninguno de los enemigos de la Confederación o del señor presidente, el general
Urquiza, y "hacer la guerra a aquéllos" (Arch. Córd., Secc. Gobierno, T. 239. p. 88, fecha 18.7.54).
Aún antes de que aceptara esta invitación, obtó así. En Enero de 1854 invadió a 25 de Mayo (La
Tribuna, 17.1.59). Quizás quería subyugar a los indios amigos de la tribu del cacique Fco. Rondeao.
Al mismo tiempo buscó la adhesión de la numerosa tribu de Catriel. A mitad del año, atacó a los
indios de Ancalao en Bahía Blanca. El comandante de esa localidad sureña había escrito, el 4 de
Junio, a Calfucurá, que guardase la paz y traicionase a los indios ranqueles (AGN. S.X. 18-10-6).
En cambio, ahora le escribió: "Sabrás que una indiada tuya ha venido a robar a Ancalao, Lorenzo y
otros dueños. Fueron Ñanquetruz, Chocorí y chilenos, Traiqueo. Mulfinqueo y Guay Güilchi, 520
soldados y 300 güilliches. Nosotros seguimos el rastro hasta cerca de Salinas Grandes" (ib.). La
respuesta de Calfucurá, carta de siete fojas, escrita a lápiz, es un tanto altanera. Dice que "Hay
robos; me es preciso valerme de mis armas y se lo aviso. Tengo 100 capitanes, cuatro generales:
Pichún, Calvan Pichún, Huinca Nagüelcheo, y toda la gente innumerable y trece pueblos argentinos
bajo el general Urquiza. Tengo paz con el general Urquiza". (AGN, S.X, 18-10-6: fha. 15.8.54)
Esta era ya una declaración de guerra.
En el Partido de 25 de Mayo hubo invasiones bastante seguidas: En enero de 1854 y en
marzo de 1855 denunciaron los periódicos invasiones. Especialmente Calfucurá y Coliqueo
desbarataron la expedición de B. Mitre a Sierra Chica y el malón del Cnel. Laureano Díaz contra la
tribu del cacique Cachul. En 1856 se acercó otra vez un malón. Cuando los indios de Cristo y de
Lorenzo (Coliqueo) “se sublevaron”; es decir aceptaron la invitación de los emisarios de Justo José
de Urquiza y probablemente también sus “Propinas” para que se unieran a la política de la
Confederción. Una noche se ausentaron los indios amigos sin llevarse ni familias ni hacienda. Pero
el Comandante José Valdebenito confiscó sus bienes y deportó sus mujeres y niños. Esto sucitó un
largo proceso de reclamos y por ello hubo nuevos malones en 1857 y 1858.
La política porteña para con los indios fue diferente a la del general Urquiza. Creían en la
posibilidad de aprovechar las hostilidades para adelantar sus fronteras y ganar terreno para "la
civilización". El 6 de Marzo de 1854 se decretó en Buenos Aires la creación del nuevo pueblo
Tapalquén y el adelantamiento de la frontera en ese sector, lo que significó para los indios de Catriel
99
la expropiación de sus tierras y el desalojo por las armas (véase Catriel). El Juez de Paz de
Tapalquén y el comandante de Azul dispusieron el cumplimiento del decreto. Este 2º fue atacado y
preso por los indios amigos. Aquél informó, entonces, al gobierno que los indios pampas se habían
sublevado. El coronel Benito Machado aconsejó al general B. Mitre dar un golpe de mano a los
indios. El gobernador autorizó entonces al ministro de Guerra que era B. Mitre, que partiera, en
campaña, hacia Azul. Allí Mitre dividió el Ejército de Operaciones del Sud en dos fracciones: una,
600 hombres, al mando del coronel Laureano Díaz que debía sorprender la tribu de Manuel Cachul;
la otra, a su mando con 700 efectivos, atacaría a la tribu de Catriel.
Los partes de los días 1° y 2 de Junio de 1855 dan cuenta del hecho de armas y del fracaso
de la expedición, del aprieto que Mitre y sus tropas sufrieron el día 30 en Sierra Chica. Catriel,
con táctica premeditada, emboscó y arrinconó a Mitre en esa sierra. Entretanto, una indiada de 600
guerreros al mando de Calfucurá y de Coliqueo, liberó a la tribu de Cachul invadida por las tropas
del Cnel. Laureano. Díaz y le quitó el botín (que vendieron "con permiso" en Carmen de
Patagones); reforzaron luego a los sitiadores del ejército de Buenos Aires en Sierra Chica durante
una noche y un día. Sólo abandonando todo, hasta los 1.300 caballos, dejando encendidos sus
fogones, los soldados pudieron escapar a pie sigilosamente bajo la protección de una noche oscura.
Calfucurá dirá más tarde que esto lo había hecho sólo para salvar a los tapalqueneros, familias y
haciendas. (Arch. Mitre, XVIII, p. 123). Avendaño dice que Calfucurá quiso ocupar tierras de
Catriel, porque éste se había retirado al límite de las suyas. Ëste mandó una hábil embajada y hubo
un pacto de paz. Los representantes fueron los caciques Güengner, Pinás y Quiñé.
Los indios, envalentonados, invadieron entonces una vasta zona del Partido de Azul y Tandil
y Lobería, saquearon los campos hasta el Río Salado, "su vieja frontera". Los periódicos dicen que
hubo unos 5.000 indios en esa guerra y que sacrificaron unos 300 pobladores del Partido de Azul.
El ministro de Guerra dejó entonces bajo las órdenes del coronel Hornos el mando del
Ejército de las Operaciones del Sud, para que prosiguiera la guerra contra los indios, autorizándole
a movilizar más hombres.
Pero Calfucurá, con táctica superior, atrajo sus tropas astutamente a un guadal de Tapalqué,
junto a las Sierras de San Jacinto, y allí derrotó a su caballería, el 29 de Octubre de ese año (1855).
Hornos perdió 18 jefes, 25 soldados y tuvo 280 heridos.
Otro avance del coronel Nicanor Otamendi, en Septiembre, había terminado en un desastre.
En la estancia San Antonio de José G. de Iraola, su tropa fue sorprendida por la indiada del cacique
Llanquetruz de Carmen de Patagones y de Coliqueo, enganchado con un contingente de su tribu . El
13 de Septiembre, ésta sitió a los 185 hombres de Otamendi en un corral que debía servirles de
refugio y los masacraron después de un reñido combate. Uno solo se escapó.
Sólo en los encuentros de Chapaleufú, el 9 de Noviembre, y de Los Huesos, el 10 de
Diciembre, fueron humillados los guerreros de Calfucurá, en cuanto les quitaron alguna caballada
"recogida en sus malones".
Así afianzó Calfucurá su Confederación y se unió también a las tribus pampas de Catriel y a
los otros indios amigos de la provincia de Buenos Aires.
En esa lucha, algunos indios cayeron prisioneros de las tropas porteñás. Como el gobernador
de Buenos Aires desoyera los reclamos de los prisioneros, Calfucurá inició otra campaña para
vengarlos. Del día 13 al 15 de Febrero de 1856 lanzó otro malón formidable sobre 25 de Mayó y el
Azul y libró otra batalla contra las tropas de Hornos en la Sierra de Sotuyo. La población rural huyó
y en general se propagó el terror. Además, corrió la voz de que Calfucurá obedecía órdenes del
Presidente Urquiza. El Juez de Paz de Carmen de Patagones escribió entonces al general Mitre que
él había visto comunicaciones escritas, en las que Llanquetruz y Calfucurá eran estimulados por el
general Urquiza a manobriar sobre la frontera bonaerense. D. F. Sarmiento escribió entonces
vehementes artículos en El Nacional (Febrero de 1856): "...Calfucurá hace la guerra, cuando
quiere... Roban caballos y vacas...' Tienen mercado en Chile y se envalentonan cada vez más..."
Efectivamente, Calfucurá recibió refuerzos de su país para estas operaciones.
100
GESTIONES DE PAZ DE LOS PORTEÑOS
Ante tal situación, el gobierno de Buenos Aires optó por iniciar gestiones de paz ante el
cacique Calfucurá y ganarse con regalos a las tribus de la peligrosa Confederación. Las
negociaciones fueron largas. Calfucurá, naturalmente se excusaba diciendo que había obedecido
órdenes del general Urquiza (Arch. Mitre XV), y porque habían muerto a un hijo (Millaqueo) y a un
sobrino. Aun sobre el campo de la batalla escribió al general Hornos, el 15 de Febrero de 1856:
"...Si convenimos en las paces, me mandará usted cuatro jefes a que me den las manos": y agregó
una lista de pedidos de yeguas, ponchos, espadas, etc.
B uenos Aires debía pacificar la campaña y restar al gobierno rival de Paraná la adhesión de
las fuerzas indígenas. Calfucurá. astuto como siempre, atendió los ofrecimientos porteños y recibía
sus regalos, pero su corazón quiso ser "federal". Dejó incluso que los catrileros volvieran a celebrar
un tratado de paz que les garantizara sus tierras, concediendo, sin embargo, que un ejército de 3 000
hombres acantonara en lo que sería la ciudad de Olavarría.
No pude detectar mucha documentación sobre estas negociaciones con Calfucurá, ni sé
quién se internó en Saliñas Grandes para llevar las proposiciones porteñas de paz al jefe principal de
la Pampa. De allí, Calfucurá escribió el 6 de Mayo de 1856 al coronel Francisco Iturra con quien
solía comerciar en Bahía Blanca:
"Están hechos las paces. ¿Quién sabe si tratarán de tan buen corazón como nosotros?
Eduardo Clérici, el Mayor Baldebenítez, el Mayor Díaz o el Gobernador Obligado mañana o pasada
nos engañarán..." (Arch. Salesiano de Bahía Blanca, 6.8.56)
Al mismo tiempo, en un mensaje al Congreso Legislativo, Urquiza declaró, el 18 de Mayo
de 1856:
"Las tribus indígenas se mantienen en buena amistad con la Confederación... Pocos o ningún
hecho de su genial rapacidad tenemos que deplorar en nuestro territorio". (Clifton Goldney, M.
Namuncurá, ed. 1956, p. 38)
La frase de Calfucurá, "¿Quién sabe si tratarán de tan bueno corazón como nosotros?",
señala que Calfucurá era realista. En Febrero el caciquillo Cristo abandonó el campamento de 25 de
Mayo en vísperas del gran malón. Se decía que habían traicionado su deber, que se habían
sublevado y se les confiscó familias y haciendas. En cambio, Calfucurá opinaba: "Se les hizo feo
servir a los unitarios, cuándo Rosas y Belgrano, Lagos y Bustos estaban con la Confederación
(Arch. Urquiza, T. 124, p. 248, fecha 4.9.56). Los caciquillos Cristo y Lorenzo Gueray (Coliqueo)
incorporaron sus indios a las tropas de Calfucurá. En ocasión del malón, lo visitó Antonio Llorente
ofreciéndole a Cristo en nombre del gobierno de Buenos Aires el indulto por su abandono y 1.700 a
2.000 yeguas si llevaba la cabeza de Calfucurá (AGN, S.X, 19-4-5). En esos días se forzaba
también el tratado de paz del cacique Llanquetruz en el sur. (ib., S.X, 19.4-5)
Pero no cesaron de llegar noticias de Paraná, como ésa del 27 de Agosto de 1856: "Ayer
llegaron a Paraná dos caciques de mucha importancia. Fueron traídos desde el puerto hasta la Casa
del Gobierno en coche." (Arch. Mitre, XV, p. 210 y 213): o la del 5 de Octubre de 1856: "Salieron
del Paraná 75 indios... El Presidente les regaló 30.000 cartuchos y Olivencia fue con ellos." En el
Archivo Salesiano de Bahía Blanca hay una colección de cartas que Calfucurá dirigía al coronel
Francisco P. Iturra; algunas son comerciales y otras son noticias como la del 12 de Noviembre de
1856 en la que pedía por Levicurá dos pistolas que había mandado para arreglar y una libra de
pólvora. El mes siguiente acusa haberlos recibido. Iturra quiso aprovechar esa confianza, ya que le
decía: 'Trato de buena fe; estoy haciendo las paces con el Gobierno de Buenos Aires". "Yo no tengo
dos corazones, sino uno." (ib. 12.11.56), y mediaba por la paz.
El famoso y anciano maestro del Colegio al Norte de la Catedral de Buenos Aires, Dn.
Francisco Solano Larguía, inició otra gestión por un tratado de paz. El había acogido en su aula.
entre otros hijos de caciques, a Manuel Pastor Calfucurá, entonces de 19 años, con quien el cacique
mantenía correspondencia, a través de su escribiente, Elias Valdés Sánchez. Como Calfucurá exigía
el regreso de su hijo, quiso acompañarlo e iniciar la gestión humanitaria de liberar algunos cautivos,
entre los cuales había parientes suyos, y además bregar por el tratado de paz. Le acompañaron dos
hijos y el afamado lenguaraz de Azul, Santiago Avendaño, quien había hecho ya muchos méritos en
101
el rescate de cautivos. En el Archivo de Azul hay notas que hablan de colectas y gratificaciones de
tales gestiones. El general Manuel M. Escalada, jefe del Ejército del Sud, sucesor de Hornos, editó
un libro bajo el título “Suscripción para el rescate de cautivos, Buenos Aires, 1857”.
La comisión de Larguía llegó a Salinas y no halló a Calfucurá, porque estaba en campaña.
Por eso se retiraron unas leguas de las tolderías hasta Ñancú Huitró, donde esperaron el regreso del
cacique. Finalmente lo encontraron. El cacique se alegró grandemente por el reencuentro con su
hijo; pero antes de acceder a la entrega de cautivos, exigió la liberación de las familias del
caciquillo Cristo, apresadas en 25 de Mayo (Gálvez, El Santito de las Tolderías, 1943, p. 39). En
una carta del Juez de Paz de 25 de Mayo al de Mercedes, del 25 de octubre de 1856 nos informamos
qué pasó más tarde: "En estos momentos que es la una y cuarto de la tarde, aviso a usted que ha
llegado el Sr. Larguía, dejando a los indios a distancia de 50 leguas de este pueblo, dejando a sus
hijos cautivos en poder de Calfucurá. Su misión es pedir las familias de los indios del sublevado
Cristo en este punto, para rescatar los hijos de él. Trajo también un ciento de amenazas tanto de
Calfucurá como del sublevado Andrés. La contestación que preparo será, decirles: que vengan, que
vengan; pero que lo primero, antes de entrar en pelea, será acuchillar las familias de los prófugos.
Se espera por momentos al Gral. Hornos con 400 hombres y en el Bragado hay 1.500 hombres
reunidos, por lo que creo que no se las llevarán de balde". (Copia facilitada por G. Palombo).
Últimamente, en 2007. El Dr. Jorge Luis Rojas Lagarde publicó por la Editoril El Elefante
Blanco: “Viejito Porteño”. Un maestro en el Toldo de Calfucurá”. Es un testimonio singular, a base
de unas Memorias del maestro Francisco Solano Larguía. Amplía un librito del arquitecto
Alejandro Larguía, bisnieto del mencionado Francisco Solano Larguía, quien entregó los
manuscritos al Archivo Histórico de Sant Fe. Su librito lleva el título: 1856 En los toldos de
Calfucura; a través del diario de Francisco Larguïa.. El libro del Dr. Rojas Lagarde reune esas
Memorias y lasamplía con mucha información periodística y documentos del Archivo General de la
Nación, Bs.As. Muestra un cacique Calfucurá débil, borracho, gracioso y cruel. La historia de esa
misión del maestro Francisco Solano Larguía por afianzar la paz del Gobierno porteño con los
Salineros y el rescate de unos cautivos está expresado con un dramatismo singular. Incluye
observaciones de costumbres que él afirma había presenciado.
Las Memorias del Excautivo Santiago Avendaño, completa en algo la información que me
parece interesante. Y la transcribo de las páginas 357 y 358 de ese su libro: Habló primero de la
huída del Cacique Cristo de 25 de Mayo y su temerosa presentación a Calfucurá y de las familias
apresadas y maltratadas.
“Como he dicho antes, el 5 de Marzo de 1856 me vi con S.E. (el Gobernador Pastor
Obligado) y permanecí en su alojamiento hasta el 11 del mismo mes. En las varias entrevistas que
tuve el honor de tener con el gobernador, hablamos de los indios, particularmente de Calfucurá.
Recuerdo que él me dijo:
-El gobierno tiene actualmente a un hijo de este cacique en el Colegio de Catedral al Norte,
bajo la dirección del Sr. Dn. Francisco Larguía. Y como el tal Calfucurá no está en guerra abierta
con nosotros, pero ni en paz positiva, estamos en la creencia de que mandándole al hijo (Pastor),
acompañado de su preceptor, éste podría influir en el ánimo de su padre, para que haga la paz
efectiva. Sabemos que ya está un poco apegado al bienestar, hará lo posible para que las relaciones
sean mejores para cuando vuelva. ¿Qué le parece a usted la idea?
-Señor,- le contesté- la idea sería buena, si el pupilo fuese más capaz de apreciar lo que es la
vida civilizada, pero es muy joven aún (NB. Tenía 19 años, entonces)- y lo que es peor, siendo tan
nuevo en la educación, creo, no tuvo suficiente tiempo para haberse impregnado de los beneficios
de la paz, ni de la vida social.
-Pero el Sr. Larguía me ha dicho que se ha hecho muy apegado a nuestro lujo, que ni para
acostarse hay forma de que se desnude. Tiene que dejarlo dormir con los botines, el pantalón y
levita puestos. Quiere decir que ni para dormir se saca la ropa, porque ésta le gusta.
-Señor, le repliqué yo- bien podría ser que por apego al lujo duerma vestido, pero yo creo
que eso no es más que por pereza y no por otra cosa. Si, como dice V.E., el muchacho va a su tierra,
me aventuro a predecirle que no se acordará de lo que supo vestir, ni dará señales de pesadumbre
102
por no poder volver, porque dará preferencia al vestido conocido desde un principio, antes que a un
palacio, porque el indio no es feliz sino en su tierra.
El Sr. Gobernador me manifestó que tenía esperamnza en obtener un resultado satisfactorio,
yendo el ahijado Manuel Pastor a Salinas Grandes, acompañado de su preceptor.
Yo, por mi parte, no insistí para no contrariarle más.
En efecto, poco después del regreso del gobernador a la Capital, vimos partir al venerable
anciano, Dn. Francisco Larguía, lleno de abnegación, conduciendo a su pupilo a las Salinas
Grandes. Sea que el gobernador tomara mis palabras como vicio de contradecir, sea lo que se
quiera, no hizo caso a cuanto había dicho, con el objeto de desvanecer la misión. Un poco más
tarde, tal vez, me habría dado la razón el Dr. Obligado, si es que se acordó de mí, y se habrá
convencido de que al contrariar yo la buena idea que se había formado del padre Calfucurá y del
hijo, lo había hecho con pleno conocimiento del carácter del astuto del uno y de la absoluta
incapacidad del otro.
Todo Buenos Aires sabe qué resultado ha tenido esta misión, y esto me ahorra entrar en
detalles. El Sr. Larguía, junto con sus dos hijos, tuvieron que sufrir grandes amarguras.”
Sí, he visto algún relato más; se ha encontrado el diario del preceptor Larguía, pero no me
parece todo correcto. Nos vamos a dedicar en otro momento a verificarlo. Gálvez dice que Larguía
dejó a Manuel Pastor llorando y él volvió con una comisión enviada por el cacique Catriel, quien
desde el 25 de Octubre de ese año tenía firmado su tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires
(AGN, S.X, 19-7-3). Y Calfucurá trató de guardar una imagen buena ante ese gobierno,
devolviendo unas cautivas a través del mismo cacique Catriel (ib. 30.1.57). Calfucurá no quiso que
su hijo volviera a Buenos Aires, sino lo mandó a Paraná con una carta al general Urquiza
diciéndole: "Mando a mi hijo Manuel Pastor para que esté al lado del Sr. Presidente tres o cuatro
años", (4.9.57). Este fue un momento en que Calfucurá recibió muchas embajadas de carácter
político y por canjes de prisioneros, Especialmente los de 25 de Mayo.
A pesar de estas gestiones, el clima del Desierto continuó hostil. Las noticias de los
periódicos que llegaban hasta Salinas Grandes daban al cacique la certeza de que estaba
preparándose una guerra total. Calfucurá así lo entendió. El 4 de Febrero de 1857 escribió al general
Urquiza: "Deseo saber, si S.E. está aburrido de las guerras. Yo no estoy aburrido; todos los días me
están insultando los porteños, porque yo no quiero arreglar con ellos, esperando que S.E. nos ayude
a echar ese partido abajo" (AGN, VI, 14-1-6. T. 111, p. 61). El 26 de Marzo de 1857 cayó otro
malón sobre la zona de 25 de Mayo y de Bragado por las familias del cacique Cristo, retenidas aún.
Los vecinos elevaron entonces un urgente petitorio para que se hiciera pronto una expedición
punitiva a Salinas Grandes. (AGN, S.X. 19-8-2)
El mismo día que el cacique José María Llanquetruz selló su tratado de paz en Buenos Aires,
el nuevo gobernador porteño, Dr. Adolfo Aisina, acordó en el Consejo de Ministros (18.5.57) que
las fuerzas combinadas debían caer indefectiblemente sobre Calfucurá: las fuerzas de Bahía Blanca
y la Legión Agrícola, 535 hombres, al mando del general B. Molina, los indios de Llanquetruz y
200 hombres de Carmen de Patagones y 500 del Ejército del Sur, al mando del general Nicolás
Granada (AGN. S.VIL 14-1-13, T. 124, p. 91). De inmediato se levantaron voces de protesta, como
ésta de fecha 20 de Mayo de 1857(ib.p, 124); "Por más que hagan Mitre. Hornos, Díaz, Alvarez y
Zapiola en la Provincia de Buenos Aires, no podrán resistir la terrible invasión que prepara
Calfucurá. Hasta los indios de Catriel y Cachul tomarán parte en ella".
El general Urquiza procedió de otra manera; aprovechó la habilidad del coronel Manuel
Baigorria para ganarse a los indios ranqueles y salineros. Este, a su vez, envió a su sobrino
Apolinario, a Pichún y a Baigorrita con comisiones al general entrerriano, mientras atendía los
pedidos de los caciques, aunque pidiesen "30 tercerolas. 30 paquetes de municiones y 30 sables".
(AGN, S.VII, 14-2-3, T. 119, p.85 y 14-1-15. p. 137 y J. Maguire: Loncagüé, p. 143)
103
Hubo una breve tregua entre los caciques Coliqueo y Calfucurá. porque Baigorria había
enganchado al primero en la milicia de la frontera del sur de Córdoba y de San Luis, sustrayéndolo
así de la influencia de los salineros, de cuya Confederación había sido nombrado cacique segundo.
Pero el asunto se arregló amistosamente. (AGN, S.VII, 14-2-2, T. 123,p. 46 y T. 124, p. 248)
En todo este tiempo Calfucurá continuaba enviando cartas y comisiones al Palacio de San
José: "Cuando Coliqueo y mi hijo Namuncurá vinieron a esa, me dijeron que usted había dicho que
no tomásemos los regalos que me mandaren los de Buenos Aires; que podrían hacer daño. Yo tomé
sus consejos... Todos los días me están insultando los porteños" (ib., T. 111, p. 61). Y a Baigorria le
dice: "Soy amigo suyo y del Señor Presidente; donde mande a invadir, voy al momento" (ib. T. 124,
p. 248). Y a Baigorria agradece también, porque lo había avisado sobre lo que los porteños estaban
planeando contra él. (ib. T. 121. p. 50) Como también, porque le indicaba quiénes estaban a favor de
la política de Buenos Aires, por ejemplo, Llanquetruz de Carmen de Patagones. Efectivamente, este
mismo le escribió a Calfucurá, el 3 de Agosto de 1857,comunicándole que había hecho un tratado
de paz con el gobierno de Buenos Aíres e instándole con estas palabras: "Señor Calfucurá, ¿por qué
no hace las paces? No sea cosa que esa soberbia Dios algún día se la castigue."
Pero Calfucurá estaba comprometido con Urquiza y de él esperaba protección en caso de
que los porteños le invadiesen. (J. Maguire, Loncagüé. p. 144; carta del 21.9.57). El capitanejo
Aniqueo, que había sido apresado por Calfucurá en 1834, se hizo amigo y escribiente de Calfucurá,
llevó una carta de Calfucurá al Presidente, el Gral. J.J. de Urquiza con la fecha 1º de diciembre de
1857.
Animados por una especie de euforia, los militares de Buenos Aires querían forzar la
conquista del sur de la provincia, vencer a los indios y con ellos a Urquiza y atraerse al jefe salinero
más temido. Mientras reunían las tropas para dar un golpe a los indios, Calfucurá renovó su
coalición con las diferentes tribus aquí y allende de la Cordillera y se lanzó por adelantado al malón.
Primero el mismo dio falsas alarmas de que Coliqueo atacaría a Bragado y Cañumil a Quequén
(Monferrán, Ejército de Operaciones del Sud, p. 26). A la vez envió una comisión al Azul,
encabezada en su nombre por el cacique Nahuel Pan y el capitanejo Güenu Ante y de su segundo, el
cacique Manque Fu, el cacique Marilef y otro del cacique Caniu Milla (ib). Como Catriel
desconfiaba de la sinceridad de la comisión, no se llegó a nada positivo en el parlamento. De modo
que las dos fuerzas, la del blanco y la de los indios se buscaron y chocaron en los campos de
Quequén y Tres Arroyos, en Las Flores y en Tandil. El 27 de Octubre de 1857, el coronel
Paunero enfrentó a unos 300 indios y el coronel Conesa a 700; ambos obtuvieron ventajas, según
los partes en el Combate de Cristiano Muerto (30 de oct./57) y los vencieron en la batalla de Sol de
Mayo, denominada así por un boliche de la zona (Est Echandi). Eran unos 2.000 indios al mando
del cacique Blanquillo. El coronel Machado atacó el centro del malón, Conesa la derecha y Osorno.
la izquierda y de esta manera rescataron mucho del botín y mataron a 33 indios (Arch. Mitre, XV. p.
295/96). El coronel Paunero, que también había acudido a la batalla, escribió pocos días después al
general Mitre: "Creo que no estará usted descontento de mi campaña de diez días contra los indios y
de su feliz resultado." (ib.p.294:y La Tribuna, 20 y 22 nov/ 57 y AGN. S.X, 19-7-3)
Calfucurá. entretanto, estaba en constante relación con Urquiza y arreglaba con él los
rescates de cautivas, recibiendo por cada una, según orden del General, 150 pesos. Al coronel Iturra
escribió a Bahía Blanca. antes que Paunero publicara su parte del combate: "Salinas Grandes, el 6
de Noviembre de 1857... Supe de la derrota de Cañumil, Blanquillo y Manuel. Han ido sin orden
mía. Por los muertos yo no lo tomo mal, porque han ido a robar en las estancias de los cristianos.
Mando a Calfunao y a mi mujer que quieren pasear. Usted puede mandar a su hijo o dos cristianos a
tratar, los haré escoltar... A esa guardia no he de invadir... Quiero vivir sosegado. ¡Que no salgan los
cristianos a los indios (de la comisión) a desnudarlos, cuando salgan de la Guardia!" (Monferrán.
M., ob. cit., p. 56). No obstante, esta comisión fue detenida y despojada de sus caballos, lo que
disgustó mucho a Calfucurá.
104
En Diciembre, el ministró Alsina preparó dos operaciones: una para batir a los salineros; y
otra, para invadir a los ranqueles. Calfucurá procuró entonces hacer un frente común: quería unir a
Coliqueo y las fuerzas ranqueles a las suyas, como escribió al general Urquiza, el lº de Diciembre
de 1857: "...Aconséjemelos bien y hágales conocer que yo soy el principal a quien deben obedecer...
Aquí vienen los chilenos muchos... Si vienen los porteños a ésta, puede dentrar a Buenos Aires, sin
cuidado ninguno a esos jefes D. Pedro Rosas y a Mainquellán o Hilario Lagos... En caso de ataque,
pedimos unos 400 a 500 hombres.”(Arch.Urquiza.T. 130, p. 137).
El 15 de Diciembre, el cacique Cañumil transmitió al comandante de Bahía Blanca, N.
Fourmatín, una carta en que le decía: "Hermano, anoche he soñado que venían a invadirme. Por eso
mandé una descubierta hasta Reca Pañihilqué. No piense que van a invadir. Quentriel va hacía
Mulitas y Coliqueó hacia Bragado á explorar..." (Arch. Salesiano de Bh. Blanca). Fourmatín le
contestó de inmediato: "No hagas caso de sueños; nosotros queremos la paz... Urquiza nada tiene
que hacer con nuestras cautivas... Están bien retenidas... ¿Para qué nos bombean? ¿Seguramente
porque quieren vivir con nosotros en...'?
En señal de su buena disposición, Cañumil y Galfucurá liberaron a varias cautivas que
enviaron a Bahía Blanca y el coronel Iturra les envió en canje los retenidos de Calfucurá, pero le
habló a Calfucurá en tono un poco subido, escribiéndole:
“..Mejor la paz, que robarnos 200 mil cabezas por año.... Los cristianos somos 'montones'.
Cada día vienen más de Europa; así somos muchos y tenemos muchos recursos. Cada día
inventamos máqimias para matar gente, han de concluir mal.(ib 19.12.57). A ésta contestó Cañümil,
el 28 de diciembre:
“Tenemos buenos deseos de paz. Si quiere invadir a Calfucurá... no tiene más que pasar por
mís toldos y yo y mis indios los acompañarán" (ib.). Esto era como una profecía.
Mientras tanto, el coronel Emilio Mitre había concentrado 2.000 hombres bien pertrechados
en Médano Acha (Partido de Vedia). De állí partió el 31 de Enero a tierra ranquelina. Pero no se
enfrentaron a los indios –ni los hallaron-, sino los hostigó una sequía implacable. A duras penas
llegaron hasta Chamalcó (véase la historia del cacique Calvaín) - y volvieron diezmados, después
de haber abandonado armas y municiones. En el camino fueron vigilados continuamente sin que se
hubiesen percatado. De todo ésto fue informado el general Urquiza También Calfucurá le escribió,
el 6 de Abril de 1858: "En (el campo de) los ranqueles dejaron el armamento; casi murieron de sed."
(Arch. Urquiza. T. 140)
A Calfucurá lo invadió otra columna al mando del general N. Granada. Este había
concentrado 3.000 hombres: las divisiones de Bahía Blanca con Paunero y el Regimiento Sol de
Mayo con Machado. El 7 de Febrero, llegaron hasta Sauce Corto. Traían 7 cañones, dos obuses y
cohetería. Marchaban hacia Pigüé. Los indios de Calfucurá prevenidos, vinieron a su encuentro.
Antes de entrar en batalla, Calfucurá envió parlamentarios y cartas. Una, de fecha 15 de Febrero de
1858, decía:
"Al Señor General de la División: Amigo, he llegado a éste por saber que usted tenía a
Cañumil sitiado. He llegado con 1.500 (indios); el coronel Baigorria viene con orden del Sr.
Presidente con 200 hombres y ranqueles que llevan a Baldebenítez derrotado (en 25 de Mayo) y le
han quitado dos cañones y mucha gente.
"Yo no he inbadido al Sr. Iturra y me viene a inbadir mis campos! Han llegado ayer a ésta,
unos indios de Azul mandados por Dn. Juan Catriel, diciéndome que el Gobierno ha puesto las
mujeres de Cristo y Andrés a su disposición para mandarlas. Si usted quiere hacer las paces,
mándeme usted un parlamento sobre la marcha; con confianza puede mandarme a un hombre: yo le
doy mi palabra que no le ha de suceder nada... Juan Cálfucurá." (Publicada en El Nacional, 2.3.58)
Se despachó, entonces, a Iturra con 30 hombres. Este había tratado y comerciado con
Calfucurá desde tiempo y lo había conocido de peón (¡sic!) en la estancia del coronel Pancho Sosa,
muerto en 1836:
105
A Iturra adelantó una carta en la misma fecha: "Amigo, contesto a usted diciendo que, como
usted se ha tomado la facultad de invadir mis campos, he venido con toda mi gente. Ayer llegó el
coronel Baigorria, con 200 hombres. Lencopán, Lengui Güenagüén habían ido a invadir a Bahía
Blanca. Ya he mandado a hacerlos volver... Yo le mandaré los cautivos y usted me mandará a mi
mujer. (El Nacional. 2.3.58)
Ese día 15 hubo algunas escaramuzas dirigidas por el coronel Paunero por las que mataron
cinco indios y persiguieron a los emisarios diplomáticos. Pasada la noche, ya al alba, se adelantaron
los escuadrones indígenas. "Vinieron como avalanchas, trayendo una bandera argentina"; 400, al
mando del cacique Manque Fu, atacaron ya a las cinco de la mañana e irrumpieron sobre la
izquierda: pero tras recio entrevero fueron rechazados. Luego apareció la fuerza confederada: 500 a
la orden del general Calfucurá, 500 con su lugarteniente; el cacique Manque Fu y 500 de Cañumil.
Al toque de clarín se organizaron también las fuerzas expedicionarias de Nicolás Granada: 1.608
hombres al mando del coronel Conesa y 706 de reserva. El primero hizo formar cuadro.
Los indios simularon cargas, pero desbandaban al empezar el trueno de los cañones.
Calfucurá, "jineteando festivamente", no arriesgó librar la batalla en tales condiciones y retiró a su
gente. Granada avanzó tras ellos hasta Carhué, desde donde envió un parte a Buenos Aires (AGN.
S.X. 19-9-4, el 17.II.58). Los indios, ante nuevos avances, hacían a las tropas el característico vacío,
abandonando sus toldos. Incluso la zona de Salinas Grandes fue evacuada, pues la División de
Paunero se dirigía a esa tierra misteriosa. El escribió su parte el 21 de Febrero desde el
Campamento de Los Toldos de Calfucurá, Laguna de la Cordillera, a ocho leguas al Oeste de
Salinas Grandes. En él dice de una victoriosa acción que ha arrojado desde la misma guardia al
soberbio Calfucurá. Dice también que allí ha encontrado alguna correspondencia de interés. (AGN,
S.X, 19-4-4,8 f.)
El único comentario que cabe hacer es que no hubo allí encuentro alguno y que la división,
sin orden, se retiró hacia Bahía Blanca, siendo hostigada en su retirada.
El coronel Conésa también adelantó su división hasta Quetré Huitrá (hoy General Acha) y
de allí retornó sin victoria. El 6 de Marzo escribió al ministro: "Retrocedimos, porque no había buen
agua ni pasto. Comimos sus 600 vacas y 3.000 ovejas. Hemos destruído más de 300 toldos que dan
la idea de las muchas almas que las habitaban, en una extensión de 30 leguas."
Calfucnrá comentó en seguida, el 22 de Febrero, el suceso al general Urquiza, diciéndole
que la expedición porteña había sido un fracaso, pues el general Granada paralizó su marcha ya en
Carhué (A. Urq., T. 137, p. 382). Los mejores relatos de esta expedición son de M. López Osornio
en sus Memorias y E. Monferran-Monferran en su monografía: "El.Ejército de Operaciones del Sud
y la batalla de Pigüe". 1962. p. 145 ss., quien reproduce el croquis de la marcha levantado por
Felipe Caronti, señalando también las tribus. (Mus. Hist. Nac. Nº 3490, fha. 20-7-58, 3pp.
En consecuencia. hubo un cambio en la Plana Mayor de los militares porteños: ascendieron
Machado. Rivas y Julio de Vedia,.quienes habrían de tratar en los años sucesivos con Calfucurá. Él
continuó impertérrito su vieja política, conectándose ya con el jefe de la Confederación, o
buscando el diálogo con el gobierno de Buenos Aires. Y nuevamente invadieron sus indios a
Saladillo, el 3 de Julio (AGN, S.X. 19-8-2, una narración de 20 f.). y con los ranqueles invadieron,
el 13 de Agosto, la zona de Salto y Junín (ib).
Durante esos mismos meses llegaron a Paraná grandes embajadas salineras. Y en Córdoba el
gobernador Mariano Fragueiro hizo un tratado de paz con Calfucurá firmado y fechado el 29 de
Agosto de 1858. En cambio, el.capitán Huenchuquir, pariente de Calfucurá. llegó el 26 de ese mes a
Azul, encabezando una comisión del cacique general. Solicitaba un tratado de paz con el gobierno
de Buenos Aires. En todas partes fue bien atendido. En Rosario, mientras Namuncurá, Catricurá y
Carupán y el Indio Cristo aguardaban el vapor para cruzar el Paraná, les reglaron un sello; una
especie de medalla grande para el cacique Calfucurá; regalo del artesano Santiago Caccia. Fue
reproducido muchas veces, (p. ej. en Clifton Goldney: Manuel Namuncura, p. 144). pero no
encontré carta alguna sellada con esa pieza curiosa. Incluso, alguien creyó que Calfucurá había ido
él mismo a Paraná. Tropas bonaerenses interceptaron una carta fechada en Salinas Grandes, el 6 de
Agosto y dirigida al general Urquiza, que decía: "Mi,corazón está más contento desde que la
comisión que usted ha mandado ha llegado a mis toldos. Vuelve mañana y lleva 35 cautivas del
106
Salto... Como usted bien me dice, Dn. Juan Catriel juega a dos barajas; así que me tiene enojado...
Si Granada no me pelea, iré a atacar a los pampas para hacerles ver lo que vale la lanza de los
chilenos!” -Pero agrega: "Yo; deseo hacer la paz con los de Buenos Aires por tener negocios de sal
y cueros. El Jefe de Azul me ofrece la amistad." Él también ,(Arch Mitre, XVIII, p, 123). El
cpronel Ignacio Rivas en Azul le había pagado por una cautiva (Aurelia Beltrán) y su hijo 2.500
pesos. Así, quiso hacer la paz con Buenos Aires. Urquiza, no. Pero una vez más le preguntó al Sr.
Presidente, el 4 de Noviembre de 1858, cuándo iba a atacar a Buenos Aires; (Arch. Urq.. T. 152, p.
92).
El año 1859 estaba bajo el signo de la contienda por la Unión Nacional, es decir, la guerra
entre Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. Los dirigentes de Paraná se aprontaron
para hacer todo lo posible para incorporar a Buenas Aires a la Confederación; antes que Urquiza
dejara la presidencia. También los indios debían servir a estos intereses, como Sarmiento lo escribió
en la prensa:
"Urquiza quiere valerse de Calfucurá para incorporar a Buenos Aires". Efectivamente.
Urquiza destacó para ello a los coroneles Rosas y Belgrano, y Baigorria; el uno para que dirigiera a
los lanceros del sur; el otro, para capitaneara a los indios de Coliqueo y de los ranqueles. En tales
circunstancias, Buenos Aires no pudo esperar ya apoyo de los indios, a no ser que aquellos amigos
de Catriel en Azul y los de Chingoleo en Carmen de Patagones quisieran cumplir con los tratados
hechos con Buenas Aires.
En Febrero de 1859 corrió la noticia de Cañumil, desde Bahía Blanca hasta Buenos Aires, de
que Calfucurá estaba preparando un malón. Efectivamente, en Marzo puso a 2.000 lanceros a
disposición de Urquiza, avanzó primero sobre Saladillo (16-III-59), puso sitio luego a 25 de Mayo,a
Blanca Grande y al Fortín Arévalo (22-III) (AGN,S.X, 20-2-2, legajo que contiene un sumario de
123 fojas). El coronel Rivas salió el 19 de marzo de Azul, y el coronel González avanzó desde el
Cantón de Cruz de Guerra, sin poder imponerse al malón (González Rodríguez, Orígenes y.Crónica
Vecinal de 25, de Mayo, 1940. p. 45). Al mismo tiempo invadieron los ranqueles la zona de Rojas y
el Norte de la provincia de Buenos Aires.
El golpe principal iba a darse a Bahía Blanca. Así se desató la guerra de la Confederación
Argentina contra el Estado de Buenos Aires. Los dirigentes bonaerenses presentaron ante su Cámara
el proyecto de ley, aprobado el 5 de Mayo, por el cual se autorizó invertir hasta 20 millones de
pesos "para la guerra contra la Confederación" y en sesión del día siguiente la Cámara dictaminó
"autorizar a repeler con las armas la guerra". Mitre asumió la cartera de Guerra. La guerra, .estaba
declarada.
Y Calfucurá estaba en marcha hacia la zona de Bahía Blanca, capitaneando a 3.000 indios de
guerra. Un carretero, Agustín Mora, detectó primero, el 18 de Mayo, la presencia del malón, y
corrió al Fuerte de Bahía Blanca para dar el aviso. Al principio no se le creyó, pero luego se
organizó una débil defensa. A la madrugada siguiente, los malones cayeron súbitamente sobre las
caballadas del Ejército de Granada mismo y de Paunero, vengando así su saqueo en Salinas
Grandes. Luego entraron por todos los lados hasta dentro del pueblo. Ya ardían algunas casas y el
negocio de Francisco P. Iturra. Hubo gran pánico y espanto hasta que acudió alguna tropa de la
Colonia de los "Gringos" (Legión Militar) y juntos con los granaderos "a pie", alcanzaron a
rechazar a los invasores. Estos volvieron al campo continuando el saqueo. Entre los informes del
hecho se destacan el parte del coronel Cerri, publicado por la Imprenta Nueva Provincia en el
Album del Sesquiccntenario de Bahía Blanca, p. 13. Memoria del pintor viajero C. Pellegrini de
1859. ib. p. 31-37:. Pero ante todo Crespi Valls esforzóse por reunir toda la información y hasta
pudo interrogar algunos testigos oculares, datos que volcó en dos publicac.iones: Invasiones y
malones, 1957 y El centenario de la invasión del 19 de Mayo de 1859 (1959). También escribieron
sobre el mismo A. Lattanzio y D. Pronsato, aunque quizás no captaron el significado de esa
invasión en la perspectiva de la historia de la guerra entre la Confederación y el Estado de Buenos
Aires.
107
LA BATALLA DE CEPEDA
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Otro pasaje es éste: Y ya amansado el cacique
“De ti, mi amigo cura hacia la plaza marchando
habló bien el ayudante, indiada (de) Calvucurá,
siempre mucha finura seis de la tarde dando
hacia los indios usaste apeóse a lo del cura
Este episodio fue evocado por un pintor anónimo en una preciosa litografía que está en el
Museo Histórico Nacional y fue publicado por John Maguire en Loncagüé.
El día 11 de Noviembre, Buenos Aires se sometió a Urquiza e integró la Confederación
Argentina por el Pacto de Flores. Ese mismo día el coronel Olivencia entró en Azul a la cabeza de la
indiada de Calfucurá a quienes hasta entonces "había distraído y retenido a las fuerzas norteñas",
mientras Urquiza avanzaba contra Buenos Aires. Pocos días antes, habían asolado el Fuerte
Esperanza (hoy Gral. Alvear. cf. R. R. Capdevilla, El Fortín Esperanza y el pueblo y Partido de
General Alvear. Tapalquén, 1968). Los indios traían un inmenso arreo.
Ante la llegada de Olivencia y los indios, el pueblo de Azul y el mismo coronel Pedro Rosas
y Belgrano se sorprendieron, porque la plaza estaba ya rendida a la Confederación Argentina.
109
Calfucurá con su gente, esta vez, se presentó “a parlamentar y ponerse a las órdenes del que en él
hubiese. Todo en el mayor orden y dando vítores a Urquiza . 14-5-16, leg 189 f.200 Rosas y
Belgrano a Benjamín Victorica 14.11. 1859). N. Ocampo logró enfrentarlo y tomar preso a
Olivencia. Poco después Rosas y Belgrano fue también suplantado por el general Flores por orden
del Sr. Presidente, lo cual aquél acató. No hay noticias de que los indios hayan hecho desmanes en
el poblado: con todo, se llevaron su rico botín. Sin embargo, Calfucurá habría echado con gusto a
todo poblador que había entrado en el territorio indio.
El 15 de Noviembre hubo todavía un episodio en Azul: Rosas y Belgrano quiso imponerse a
Juan N. Linares nombrado nuevo comandante de la plaza, en reemplazo del comandante Machado.
Al tener noticia de que éste se avecinaba con buenas tropas, aquél abandonó el pueblo “amenazando
publicamente a la población diciendo, que volvería con 100 cristianos y 500 indios para someter y
escarmentar al único pueblo rebelde, que desconocía al gobierno de la Confederación Argentina. El
17, pues. llegó el coronel Machado y el 18, una comisión de vecinos fue al campamento de Linares,
comunicándole que podía entrar con los cristianos. Al llegar con el Indio Cristo a caballo a la Plaza,
nombró al nuevo Juez de Paz y proclamó que por orden de Dn. Pedro Rosas y Belgrano debían
perseguir al coronel Machado. Cuando quisieron verificarlo con la fuerza cristiana y los indios de
Calfucurá, éstas se desbandaron en pequeñas partidas y no hicieron otra cosa que arriar hacienda
vacuna y yeguariza del Partido. Linares se marchó a Tandil, cambió las autoridades y exigió la
entrega de los dineros públicos; (el 1° de nov./59). Ante la resistencia del pueblo y la proximidad de
Machado, abandonó la población y Machado pudo restituir las autoridades. Pero el episodio costó al
partido la pérdida de unos 17.000 animales, (R. R. Capdevilla. Rosas y Belgrano, 1973, p. 162)
Fueron los últimos coletazos de la guerra que libró la Confederación Argentina por la unidad
nacional.
Al fin, también Calfucurá reconoció el Pacto de Flores y retor nó a Salinas Grandes: o más
exactamente, unas leguas más allá al Sudoeste. Siguió atento
a todos los acontecimientos políticos, tanto en la Confederación unificada, como entre las tribus de
aquí y allende de los Andes. Parecía que el elegido como nuevo Presidente, Dr. Santiago Derqui. no
era de su devoción. También celaba la actuación de Coliqueo. Por eso mantenía aún a 200 indios de
Reuquecurá en Salinas Grandes y renovó con nuevos regalos las alianzas con los indios chilenos.
He procurado averiguar, si Calfucurá tuvo contactos con el aventurero francés Antoine Orellie,
abogado de 30 años que llegó a afincarse entre los araucanos y logró proclamarse "Rey de la
Araucanía y de la Patagonia", a lo menos por un año, estableciéndose en Truf Truf, tierras del
cacique Quilapán. (Véase Quilapán). No tuvo contacto con Salinas Grandes.
Calfucurá inició relaciones diplomáticas con el coronel Ignacio Rivas y el coronel
Bartolomé Mitre. Aquél le aconsejó hacer por intermedio suyo un tratado de paz y Mitre le enumera
los cautivos.que ha devuelto al Azul y a los indios de Catriel (Arch. Mitre, XXII, p. 39 y 49),
naturalmente no sin haber recibido buenas gratificac.iones. Calfucurá estaba bien informado de los
nuevos incidentes en las provincias de Córdoba. San Juan y Mendoza. Se hizo leer las noticias
periodísticas de Buenos Aires y del Paraná y pudo escribir a su "compadre", el general Rivas: "...Si
Derqui y Urquiza han hecho la paz. ¿porqué pelean como muchachos mal educados?". (AGN, S.X,
20-4-6, del 20.9.60)
También supo que lo espiaban con desconfianza, porque de Chile se había cursado la noticia
de que Calfucurá invitaba a indios chilenos a un malón sobre Carmen de Patagones (AEM Nº
564).Los militares tenían estudiado con exactitud el camino y las aguadas desde Bahía Blanca hasta
sus toldos: Bahía Blanca - Leufucó - Maricó -Maillecó - Salinas - Atreucó y laguna Ñanculuché
(Memorias del coronel A. Osornio). Sabían que tenían 1.000 indios y algunas cautivas cristianas.
(AGN. S.X, 20-7-1: 5.2.61)
Emisarios de Buenos Aires y de Paraná volvieron a llevarle dinero y ésto debió complacer y
hasta engañar a unos y a otros. En una carta del 9 de Marzo de 1861 dirigida al general Urquiza dice
que había recibido noticias de él y de Santiago Derqui por F. Olivencía. "Bartolomé Mitre y Buenos
110
Aires quieren agarrarme y Rivas y Machado dicen que cuando me agarren, Calfucurá verá a donde
irá a parar [...] Pueden venir a ver si me agarran. Nunca me han de agarrar; nunca. También oí que
Coliqueo está en pacto con el Gobierno de Buenos Aires. Creo que está por jugar traición: será para
hacerme agarrar. Rivas y Machado habían querido jugar traición a Catriel, porque habían sabido que
estaba en amistad conmigo. Machado reunió a 2.000 hombres y Rivas a otros 2.000. Amigos
federales le avisaron y Catriel hizo sus preparativos para defenderse. Rivas. al saberlo, dijo: Estos
"puneteros" indios han sabido nuestro intento. Es preciso hacerles la paz. Catriel juró amistad a
federales.
"A mí también querían embromar como (a) chiquito: ellos creen que yo soy un zonzo; pero
soy más fino que ellos, que no me engañarán así no más. El coronel Rivas, bajo sus tratados de paz,
me quiere engañar para poder agarrarme o correrme; pero es más fácil que yo le engañe y lo corra.
Nos.cscribimos de vez en cuando.
“Deseo saber si usted recibió mis cartas..."
Cartas como ésta. son cada vez más frecuentes.
Un mes más tarde, el 22 de Abril de 1861, volvió a escribir al general Urquiza, justificando
su conducta, a veces ambigua. Son siete fojas (Arch. Urq., T. 224, p. 118s). Entre otras cosas, le
dice: "...Usted tiene muchos enemigos en Buenos Aires. Usted es federal, lo mismo que yo. A usted
no he de falsear. Si yo me doy ahora con los porteños, no es de corazón; tengo sangre colorada
federal, no como los porteños que hasta las puertas las tienen verdes y azules. Usted también tiene
amigos en Buenos Aires. Me mandaron regalos (frioleras). Si usted quiere, le ayudaré. Baigorria me
manda a decir que no invadiese, porque usted estaba en tratos. Obedecí y por eso pido permiso para
tratar con los de Buenos Aires.
"Voy a mandar chasques a Mitre. pediré raciones para Cañumil, Quentriel. Pinas y
Mainquevas, si no invaden. Se dirá que el Gral., Urquiza ha enviado a Calfucurá. Mandaré a mi hijo
Namuncurá... Tiempo pasado vino mi hermano de Chile con 2.000 para visitarme e invadir. Yo no le
di permiso, porque estaba en tratado de paz. El, enfadado dijo: Ustedes siempre están en tratados..."
(AGN. S.X. 15-1-13, T. 221, pág.147).
Si bien estas cartas son escritas por escribiente pago, eran dictadas por el cacique, quien de
sí decía: "Ahora soy ya hombre de edad y he adquirido mucha experiencia... Envíele a mi hijo
Pastor que está a su lado y a Namuncurá para que se hagan experiencia, que se hagan hombres".
Tanta es la familiaridad con el general Urquiza.
Pero también, casi al mismo tiempo, despachó cartas a los jefes porteños: a Rivas, Conesa,
Navarro y Hornos, los que normalmente llegaron a las manos del general B. Mitre. En una de ellas
decía: “Hemos de vivir en armonía y que la paz que hemos hecho, ha de ser duradera." (Arch.
Mitre, XXII, p. 11). En cambio, el general Gelly y Obes le comentó sobre la misma al general
Mitre: "Por las adjuntas de Calfucurá, ...recibidas ayer, verá que con sacrificios de pesos podemos
asegurar la frontera o cuando menos ganar tiempo hasta estar en otro estado."
Creo que es bueno que conozcamos un poco los trasfondos de las acciones de aquellos años.
Calfucurá, de nuevo, en otra decía que en el parlamento (los indios) se mostraron contentos
por hacer la paz. Por eso mandó una comisión importante, encabezada por el cacique Huenchuquir,
el mayor Andrés, Llanqimán,. Pinas y Cayuqueo, Pichipuel, Marilán y Ciríaco que era su hijo (ib. p.
16). También quiere explicar su conducta anterior, sus malones: "Nunca he ido a invadir por mi
orden, sino porque el Señor Presidente Urquiza me lo ha ordenado..." (ib. p. 14)
El ministro Andrés Gelly y Obes quiso acercársele en persona y llegó hasta Azul, el día lº de
Mayo de 1861. Quiso conversar con las comisiones de Calfucurá y con el cacique Catriel, pues
Buenos Aires tenía mucho interés en atraerse finalmente a esas tribus o quitarlas a la influencia de
Paraná, pues los acontecimientos políticos hacían prever un nuevo enfrentamiento entre las tropas
bonaerenses y los ejércitos del interior. '
Esto se lo dijo el general Juan E. Pedernera claramente con fecha del 12 de Junio de 1861.
La carta ha sido publicada y fotocopiada como parte de la colección privada de John W. Maguire en
su libro Loncügüé (págs. 146/47):
"Señor General Dn. Juan Calfucurá:
111
Estimado amigo y compañero: Me ha sido entregada por mano de su hijo, el coronel
Olivencia, la que fue conducida por su hemano Gabriel y su hijo Gorosito. Ellos pasaron a verse
con el Capitán General en su campo de San José: los que le llevan cartas y algunas órdenes para
usted de su hermano, el Capitán General Urquiza.
Estamos ya reuniendo nosotros un gran ejército, para echar para siempre de Buenos Aires a
los malos porteños y traidores que quieren de nuevo volver a la guerra, faltando a todos los
compromisos que tenían con-la Nación y con el general Urquiza y queriendo traicionar a nuestros
hermanos y amigos, los Yndios; por eso es que hoy los llaman a usted a la par y les ofrecen y les
llenan de grandes regalos, para después matarlos con el puñal o con el veneno, pues ellos no se
paran para sus traiciones, matan de todos modos. Así es preciso que ustedes estén prontos para que
en el momento que Olivencia les dé nuestras órdenes, les den ustedes el más pronto cumplimiento,
pues él las recibirá de nosotros y del Señor Capitán General Urquiza... Le recomiendo mucho, no se
fíe de los regalos que le están haciendo los porteños, pues usted sabe que estos hombres de Buenos
Aires son muy traidores... Le recomiendo al Coronel Olivencia y al Mayor Cristo..."
Por un fragmento de carta publicado en el mismo libro, nos informamos que Calfucurá
comunicó inteligentemente estas noticias a cierto jefe porteño; no sé si lo hizo como táctica
ordenada o para mantener la apariencia de cierta neutralidad, diciendo: “Querido hermano: esto que
te digo no son lisonjas ni mentiras; porque yo no trato de- engañar ni a usted ni a su Gobierno. Por
eso lo aviso para que usted avise a su Gobierno y que él vea lo que tiene que hacer... Después que
marchó mi hijo Millacurá adonde usted, llegaron un hijo mío y un hermano mío del Río Cuarto de
chasque y por ellos supe todo lo que le digo y me han dicho que de todas las provincias, como ser
de Mendoza, de San Luis, de Córdoba, de Tucumán y, en fin, de todas partes de a dos mil, de a tres
mil, de a cuatro mil, se vienen a reunir con el Ejército y del Paraguay también le prestan fuerzas y
hasta el Francés y el Inglés lo protegen a Urquiza. Y también me han dicho que de la gente de mi
compadre Rivas... se están pasando (a) las avanzadas de Urquiza; así, de ese modo creo que Urquiza
ganará la acción. Ustedes creen que no... pero le viene gente de toda parte como la langosta...
Olivencia no me ha mandado decir nada que los vaya a ayudar, porque me manda a decir que tiene
gente de sobra para combatir (a) los porteños... Reciba mis afectuosos recuerdos. Juan Calfucurá."
Es posible que esta carta haya sido escrita para el comandante I. Rivas, de Azul, o para el
comandante J. O. Llano, de Bahía Blanca. Este último solicitó, el 15 de Junio de 1861, autorización
para entablar nuevas relaciones comerciales con Salinas Grandes, porque se trataba de algo vital
para ellos. (AGN,, S.X, 20-7-1)
Mientras los ranqueles se comprometían con alma y vida con la resistencia federal o de los
montoneros contra el avance del Ejército nacional, Calfucurá recibía raciones mensuales, como lo
prueban varias notas depositadas en el Archivo del Estado Mayor (p.ej. el 17 de Enero, el 17 y 1º de
Febrero de 1862.). Calfucurá avisaba; conforme el texto del tratado, cuando se movían los ranqueles
o aun los chilenos para invadir (por ej.. Ib. 11.6 y 20.7.62); pero luego avisaba también cuando se
habían retirado. En una carta dirigida al comandante Sánchez con fecha 2 de Junio (ib. Doc. 1767),
113
agradece las raciones y hace ver que después de haber repartido todo, él nada reservaba para su
tienda, porque había sido poco para repartir.
En otra carta protesta, porque en Carmen de Patagones hayan muerto a 16 tehuelches que
habían vuelto, después de haber comerciado en Salinas Grandes (ib. Doc. 597). Se disculpa, cuando
unos indios duranrte su boleada habían robado animales. "¿Qué hago yo, cuando de esa boleada
vive mi gente? Allí entre los cristianos hay muchos ladrones y se mandan a mudar. Así tengo
ladrones entre mi gente. Hice averiguaciones... Que los agarren, cuando vayan a la Guardia y los
pongan presos. ¿Qué más quiero yo?" (ib. Doc.1767).
En Agosto volvió Rivas a la comandancia de Azul. Inició una nueva relación con Calfucurá,
que me atrevo a llamar "como entre dos zorros". Ninguno quiso quedárse corto, como veremos,
pero habrá mucho que no sabremos. Calfucurá lo visitó allí, como deducimos de su nota del 1º de
Septiembre (ib.). Dejó pues en Azul a su hijo Reumay, en señal de su confianza. En Octubre estuvo
el hermano Quentriel por cuestión de raciones; (ib.).
Calfucurá no se opuso, cuando su cuñado, el cacique Cañumil quiso salir de la zona salinera
para vivir más cerca de Bahía Blanca. Este. pues. había solicitado un tratado de paz propio y el
permiso de ubicarse, como Coliqueo y Ancalao cerca de los cristianos en el Arroyo Frías (del Agua
Fría), a 30 leguas de Bahía Blanca, pedido que le fue concedido, (ib. 26.8 y 10.11.62).
Cuando, en Noviembre, el coronel Julio de Vedia organizó una expedición contra los
ranqueles, Calfucurá no tardó en saberlo. Se inquietó especialmente porque supo que la tribu de
Coliqueo había sido enganchada (M. Hux. Coliqueo. Cap. XI). Calfucurá. entonces, hizo difundir
que preparaba una fuerte invasión y que veinte caciques habíanse reunido con él. Además, envió
unos 400 indios, en combinación con el cacique ranquel Epugner Rosas a recorrer los campos para
"bombear" los movimientos de esa expedición esperada. Aún desconfiaba de Coliqueo. Emilio
Mitre, comprometido también en esa expedición combinada, escribió entonces: "Los malditos
chilenos tuvieron informes sobre nuestros planes y en grupos de a 40 o 50 vinieron a husmear y
bombearnos". Llegaron hasta 25 de Mayo (donde estaba la tribu de Rondeao). a Olascoaga (tribu de
Melinao) y cérea de la Tapera de Díaz (tribu de Coliqueo): pero fueron advertidos y corridos (M.
Hux, Coliqueo. p. 70). Calfucurá. sin embargo, se abstuvo de intervenir durante esa campaña.
Quizás se alegraba de que ella no hubiera resultado del todo exitosa. "No avancé, cuando invadieron
a los ranqueles. Estaba bien hecho, porque no quieren vivir en paz", escribió. Calfucurá,
carteándose con el presidente Mitre, se atreve a acusar al coronel Rivas de ladrón de sus raciones y
de prepotente, porque quería ocupar las tierras de Olavarría y Blanca Grande, desplazando a los
indios de Catriel (Arch. Mitre. XXIV, p. 9 y 83; Arch. Est. Mayor. Nº 2154). El 1º de Marzo envió
a sus hijos Reumay y Blanco con una comisión de 30 indios al comandante José O. Llano para
renovarle la promesa de mantener la paz y de no disgustar al Gobierno. Hasta le hizo mostrar una
carta que había recibido del presidente. Le concede que había habido raterías, de las que no se le
podían culpar.
El 2 de abril escribió desde Chilué al cacique Andrés Ancalaó: "Querido pariente: Deséole
buena salud al lado de su padre... Allí está mi hijo Reumay... Vino Pedro Rosas (y Belgrano) a
avisar que a Juan Catriel le han comprado con dinero (¿para hacerme la guerra?). No me importa.
Estoy aquí con toda mi fuerza cumpliendo con el Sr. Presidente Mitre mi buena fe y palabra que
tengo dada y no seré falso en mis tratados, que yo tengo hechos con él. Muchos hay que quieren
robar y no les puedo dominar... No me moví para nada de mis toldos, cuando vino el cacique
Coliqueo (a la pampa). Con él somos amigos, como soy amigo con Ancalao. Todos somos vestidos
de carne humana". Después se queja de Rivas y de otros cristianos, diciendo: "Pongo en
conocimiento del Gobierno que muchos nos dan mal trato; nos miran como a perros en estos
pueblos" (Arch. Est. Mayor. Nº 2197, fha..2.4.63). Pocos días después reclamó por el
incumplimiento del tratado, (ib. 19.4.63)
Casi al mismo tiempo escribió el coronel Rivas desde Azul al general B. Mitre: "Los que
robaron en el Arroyo de los Gauchos, fueron de Calfucurá... ya es intolerable la conducta de este
indio ileal. Ya hablé con Chipitruz para operar sobro ellos. Están dispuestos". Y más tarde, el 21 de
mayo, le volvió a escribir: "...Estamos amagados por otra invasión del amigo Calfucurá. Otra,
114
porque hace 15 días, hicieron una a Tres Arroyos, e hicieron buen robo (ib.). Calfucurá me desligó
de la acusación, diciendo que habían sido ranqueles quienes habían invadido.
Entre las muchas cartas que Calfucurá dirigía al Presidente, quiero destacar la del 6 de Julio
de 1863 (Arch. Mttre, XXÍVI,,,p. 92), en, la que le dice: "Soy un hombre que tengo muchos años y
cargado de famila y no quiero quedar mal con usted. ni con sus jefes... Viviremos en paz. Yo no soy
de este campo, pues yo bajé (de la Cordillera) cuando el Gobernador me mandó llamar... yo sólo
estoy aquí, porque vivimos en paz. Al Gral. Urquiza dos veces he acompañado (en la guerra). Yo no
he hecho estragos en personas ni he muerto a.nadie;.. ayudo sujetando a los malos..."
Y Calfucurá seguía recibiendo raciones, y pedía que se las entregasen por la comandancia de
Bahía Blanca (Arch. Est Mayor 15.10.63 y 7.1.64), Allí se atendía también a los indios de Cañumil.
Distinto fue el lenguaje de algunos militares. Rívas estaba todavía con sus planes de dar
golpes, lo que B. Mitre desautorizó, por lo menos por el momento (Arch. Mitre XXIV, p. 22,9.1864
y 20.2.64), Pero el ministro Gelly y Obes le contestó: "Catriel y Calfucurá,. buen par para adornar la
horca!" (AGN. S.X. 2-2-2). Mitre estaba preparando nuevas elecciones,. Sólo aprobó el avance de
la frontera en el sector Centro Oeste y la fundación de Nueve de Julio por su cuñado, el coronel
Julio de Vedia.
Los indios del Desierto vinieron a observar este avance y los nuevos fortines que se estaban
construyendo. Y allí se produjo un incidente en el Arroyo Vallimanca. Una partida de 200 indios
(Julio de Vedia afirma que eran tapalqueneros; Otros creyeron que habían sido salineros); se
trabaron en lucha en el destacamento o fortín Vallimanca (Partido de 25 de Mayo). Los soldados
todos fueron muertos sin excepción. Julio de Vedia envió al ministro de Guerra un dramático parte y
al general B. Mitre otra carta, en la que llegó a afirmar que habían peleado al verse reconocidos
como tapalqueneros, sin duda con el objeto de que no quedara quien los delatara. (El parte fue
publicado en Memorias del Min. de Guerra 1864, p. 58-60; la carta, en R. R. Capdevilla, El Fortín
Esperanza, 1968,p, 127)
Pero Calfucurá seguía comerciando con Bahía Blanca.. De pronto corrió la voz por las
fonteras que unos 1.000 indios venían cruzando la Cordillera, porque Calfucurá había invitado al
cacique Quilapán a invadir La Argentina. Este aviso debíase a una carta del gobernador de
Araucanía, quien informaba que, unos mil indios a las órdenes de los caciques Neuquepán de
Boroa, Marivil de Maquegua, Quilapán de Cólico y Payllagüeque de Perquenco habían atravesado
la Cordillera en dirección a la Pampa. (Arch. Est. Mayor. 21.3. 64)
¿Qué ocurría? Creo que entre los indios.salineros.se sospechó que los militares estaban
preparando el avance de cinco columnas (Proyecto de Paunero) y el avance de la frontera hasta el
Río Negro, porque las tierras fuera de las fronteras habían sido declaradas Tierras Nacionales (Ley
Mitre). Por eso estaba preparándose entre los indios una acción combinada, "una invasión en seis
columnas", decía el cacique Caneupán al jefe del Estado Mayor de Córdoba, mientras hacía
gestiones de paz (de neutralización) en Córdoba, Mendoza y San Luis (Arch. Est. Mayor, 14.9.64;
Arch. Mend. Carp. 123, 21.8.64). Estarían involucradas también las tribus ranquelinas (Arch. Est.
May., 14.9.64). Estos estuvieron dispuestos a malonear. Ya en Junio, Calfucurá había avisado al
coronel Julio de Vedia, que indios chilenos habían llegado a Salinas Grandes y que un nuevo malón
ranquel estaba en marcha.
El gobierno de Buenos Aires trató de conjurar el peligro, ofreciendo nuevos regalos y
tratados a Calfucurá, Cañumil y Blanquillo a través de la comandancia de Bahía Blanca (Murgas)
(Arch. Est. Mayor, 29 .9 y 18.11.64) y el coronel Manuel Baigorria fue encargado de buscar el
mejor modo para hacer el tratado de paz con el cacique Mariano Rosas y los ranqueles. Pero los
chilenos no iban a volverse con las manos vacías. Hubo malones en la zona de Río IVº (8.12.64) a
la orden del cacique Curuín (Ocampo, Regimiento 7°, p. 26 y parte del coronel M. Baigorria, Arch.
Est Mayor, 10.12.64). Otro malón se vino sobre el centro oeste de Buenos Aires (Parte del coronel
E. Frías, 28.12.64 desde Junín) y otro más, en el sur (Parte de E. Seguí). El coronel Juan Córnell
115
cuenta en sus Memorias que había derrotado esta invasión en la Cañada de la Tigra al Norte de
Quequén Salado, quitándoles unos 20.000 vacunos. Pero que los mismos indios atacaron luego el
fortín de la laguna del Puellucalel, "y se singularizaron llevándole sólo a Rivas su ganado y su
tropilla de caballos blancos. No hizo nada este jefe, pero después le devolvieron los indios de
Calfucurá algún ganado." Curiosa anotación que insinúa que muchos acontecimientos no se
registrarán ya jamás.
Así se restableció la relación pacífica con el Gobierno nacional. Nuevamente venían sus
comisiones a comerciar con los pueblos fronterizos o a visitar a los jefes de las comandancias; por
ejemplos, sus hijos Vicente Illacura y Alberto Reumay (ib., 7 y 13 de diciembre/66). Calfucurá
envió también una excepcional comisión al cacique Coliqueo de Los Toldos (Prov. Bs. As.).
Integraron la comisión dos hijos del jefe salinero, 12 capitanejos, un capitanejo de Catriel, un hijo
de Manuel Grande y Manuel Raylef. En la carta que los acompañó, Calfucurá lo intituló: "Señor
General y cacique Principal de las tribus amigas de la República Argentina". Este, no obstante,
recibió la comisión bastante fríamente. Desconfiaba, quizás de Calfucurá que soñaba ser grande en
la guerra y en la paz. ,
El coronel N. Granada aprovechó el paso de esta comisión por la comandancia del Fuerte
Gral. Paz para hacer una demostración de sus fuerzas militares: hizo formar a 500 hombres de
caballería y artillería; los llamó a "formación de batalla", y dijo a los indios que de un momento a
otro podía convocar a mil hombres. (Arch. Est. Mayo., 15.1.67 y La Nación, 23.1.67)
Calfucurá, siempre atento, registraba todo movimiento en las fronteras y reclamaba por
nuevos avances; el 15 de Enero, por ejemplo, por el movimiento en Pillahincó y Sauce Grande. El
coronel Granada le contestó que esto era asunto del Gobierno y no suyo. Apenas estallada la
Revolución Federal en el Cuyo, ya lo sabía Calfucurá. Si salía un grupo de "indios gauchos" a
maloquear, él lo sabía y aún lo comunicaba al Gobierno, excusándose y eludiendo
responsabilidades. Una vez felicitó al coronel A. Barros porque había tenido éxito en la correría a
un malón en "El Perdido" (a 6 leguas de Olavarría) y en "Paragüil", los días 16 y 17 de Febrero
(Arch. Est. Mayo. varias notas Febr./67 y A. Barros, ob. cit., p. 191). Sabía que 500 ranqueles
acompañaban al general Saa en su campaña revolucionaria y supo bien pronto que los coroneles
Paunero y Arredondo habían vencido en la batalla cruel de San Ignacio (1.4.67). Al comunicar estas
novedades a los comandantes Barros (en Olavarría), Granada (en 9 de Julio) y López Osornio (en
Quequén Salado), profesaba siempre su voluntad de seguir en paz. Iban y venían, pues, comisiones
y chasques volviendo con suministros y compras. En las tolderías se desarrollaba un intenso
comercio con indios y blancos. El 30 de Julio Calfucurá avisó que 500 tehuelches habían venido a
comerciar en sus toldos. En oportunidad de desempeñar una misión, su hijo Vicente Millacurá visitó
al Gobernador y otras autoridades en Buenos Aires.
Allí se contagió de cólera y falleció lejos de su padre. Debe haber sido un gran dolor para él,
porque, como buen araucano, amaba mucho a sus hijos. (AEM, 27.4.67)
Calfucurá se convencía cada vez más de que, si bien el Gobierno nacional le concedía
raciones y regalos, no había cambiado su táctica de ''guerra de fronteras", de avanzar palmo a palmo
en tierras indias. Comprendió que las deliberaciones, debates y resoluciones sobre el traslado de las
fronteras interiores equivalían a una nueva declaración de guerra.Quizás se hizo leer lo que
119
entonces escribiera D. F. Sarmiento: "La persecución de los indios es cuestión de progreso; triunfo
de la civilización sobre la barbarie. Si la frontera no está segura, la industria no se desarrollará,
nuestros campos, en vez de acrecer su valor, desmerecen..." El senador N. Oroño. a su vez. propuso
en la Cámara de Senadores la ocupación de Salinas Grandes y adelantar el Ferrocarril Oeste y
favorecer la inmigración. Las discusiones de los legisladores nacionales se cristalizaron así en la
Ley 215 del 13 de Agosto de 1867 (en plena guerra del Paraguay) que ordenaba que se adelantasen
las fronteras interiores hasta el Río Negro y el Neuquén. El texto preveía el otorgamiento de tierras
a los indios que se sometiesen (no precisamente en el lugar de su habitat) y autorizaba a combatir a
los que se rebelaren contra el avance. La operación había de ser ejecutada por el Ejército, cuando
regresara de la guerra del Paraguay. El plan correspondiente estaba ya elaborado por el Ministro
Martín de Gainza:
Arredondo avanzaría desde Mendoza a Malargüé y Leuvucó. Borges: adelantaría la Frontera
Oeste hasta Blanca Grande; Rivas y Murgas marcharían de Bahía Blanca sobre Salinas Grandes
hasta el Río Colorado y la Isla Choele Choel (R. Yaben, Biografías Militares, etc. II. p. 687). El
general B. Mitre, a su vez, firmó el decreto por el que debía establecerse la nueva línea fortificada
en Choele Choel y continuación hasta El Planchón. (Memorias Min. Guerra, 1868. p; 19).
El coronel Barros fundó el pueblo de Olavarría, el coronel Granada, el Fuerte Gral. Paz, que
sería Carlos Casares y Osornio, el campamento de La Verde y Loncagüé.
Esta pues, era la nueva situación que Calfucurá y las demás tribus del Desierto debían
enfrentar. De sus parlamentos no estamos informados, ni de sus contactos secretos. El enviaba
retirar los regalos que se le daba según los tratados. A veces los engañaban en calidad y cantidad.
Cuando, por ejemplo, ofreció (22.6.67) por medio de Huenchuquir dos cautivas, madre e hija, pedía
800 yeguas. Osornio propuso entonces, que se le diesen 400 y alguna bebida mezclada con "hagua"
(sic) que llamaban "0jo de gallo" y algún sueldo de capitanejo, que eso sería el mejor tratadao
(AEM).
No nos sorprenderá que en tales condiciones algunos indios exigieran de Calfucura una
intervención nueva. El mismo Calfucará se encargó de delatar que algunos indios estaban
preparando un malón. Efectivamente, de nuevo hubo pequeñas invasiones. Así en la Frontera Sur;
en Calel Huincul, el coronel Barros los enfrentó el 13 de Diciembre, quitándoles algún arreó. Parece
que Barros los comprendía, cuando escribió: “La perfidia de los indios es el resultado de nuestra
enseñanza”-(ob.cit.p. 207) No reconoció, sin embargo, que el mantenimiento de las fronteras, el
aumento de las fuerzas y el avance de las comandancias y de los fortines, a la par del de la
población, equivalía un estado de guerra inconfundible para un indio como Calfucurá.
Por el contrario, el cacique siguió siempre los pasos cómo renovar "los pactos de amistad"
(4.4.67) diciendo que deseaba vivir con ellos en armonía, siempre que los dejasen dueños de sus
tierras; así, dejarían tranquilas las provincias avanzadas. (J. Sánchez, Efemérides II, 196)
Y aunque maloneen los ranqueles y lleguen chilenos de los caciques Quilapán y Nagüelchén
(Mayo /67 AEM), él permanece en Chilhué,. disfrutando las raciones del Estado.
El 15 de Julio envió una nueva comisión de 60 indios para recibir raciones. Les demoraron
la entrega de los artículos, les robaron en calidad y cantidad y los incitaron a vender artículos y
haciendas por un precio irrisorio; por lo que protestó ante el Gobierno el coronel Barros (AEM. Nº
4414). y escribió (a lo menos se cree que él lo escribió) un librito anónimo bajo el título “Abusos y
ruinas de la campaña, 1871 (por un viajero argentino)”. El librito critica sobre todo a las autoridades
de Azul.
Otro hecho de mayor gravedad ocurrió durante el mes de Septiembre de 1868. El Ministro
de Guerra ordenó explorar y ocupar militarmente la isla Choele Choel en el Río Negro. Esta era una
zona estratégica para el comercio y las comunicac.iones con Chile. Calfucurá, no bien tuvo noticia
del hecho, reaccionó y por poco no declaró la guerra al general B. Mitre en sus últimos días de su
presidencia.
120
Transcribo la carta que el cacique envió en esas circunstancias al coronel A. Barros. (Ob.
cit., p. 85)
"Salinas Grandes, Septiembre 17 de 1868
Señor Coronel don Alvaro Barros
Mi querido señor y compadre:
Los dos somos amigos y no me he de olvidar nunca que usted fue el padrino de mis hijos,
cuando estaban presos y les dio la libertad; pero tengo un sentimiento en usted, porque no me ha
avisado por este parte, de la población que han hecho en Choele Choel; pues me dicen que ya han
llegado las fuerzas y que vienen a hacerme la guerra. Pero yo también, ya he mandado mi comisión
para donde (está) mi hermano Reuquecurá, para que me mande gente y fuerzas. Pero si se retiran de
Choele Choel, no habrá nada y estaremos bien; pero espero (en) de que usted me conteste y me diga
de (cuáles son) los asuntos de los señores ricos y jefes del señor gobierno.
Juan Calfucurá"
Barros añade en su libro, que había recibido varias cartas de él en el mismo tono y que trató
de tranquilizarlo. Más amenazador fue el tono de la carta de Bernardo Namuncurá que Barros
publica en la misma página de su libro, sobre todo, cuando dice: "...Me dice mi general que le dé a
saber a usted de la venida del hermano Reuquecurá y que ya está en Choele Choel con 3.500 lanzas,
sin contarlas que vienen todavía (y están) en camino y la venida de ésta (fuerza) es por la población
que se iba a hacer en Choele Choel... Y también me dice mi general que le informe de las peleas con
los cristianos chilenos. El cacique Quilapán y el cacique Calfucoi, Marihual y Calfuén han peleado
cinco veces y han derrotado cuatro fortines: Gualeguaycó, Pecosquén, Rinaicó y Marfén y en toda
la pelea se cuentan 630 muertos de los cristianos y 205 mujeres cautivas... y dos jefes prisioneros,
los que han prometido al cacique Quilapán.de hacer el tratado (de paz) con el Gobierno chileno;
pero él quiere primero venir a pelear en esta parte de la Argentina... con 3.000 lanzas, dejando 5.000
en Collicó..."
El presidente Sarmiento (ya en el inicio de su gobierno) creyó que era mejor retirar las
tropas de Choele Choel y dar por terminada esa expedición.
Calfucurá no se dejó estar. Supo por nuevos avisos que el Presidente D. F. Sarmiento había
encargado al ingeniero Juan Gzetz que realizara un estudio sobre las fronteras y acompañara su
avance (su informe completo lleva la fecha 29 de enero de 1870: R. Yaben : J. Campos, p. 175). Los
indios lo habían observado; se mantuvieron en alerta y ante tales avances, realizaron nuevas
guerrillas o malones. Una de las primeras invasiones entró en Tres Arroyos, en la laguna Cuatro
Reyes, hacia el fortín Machado. El nuevo comandante de la Costa Sur, el coronel Julio Campos, les
siguió el rastro hasta la laguna Sayago (Rayecó), donde batió a unos 50 indios (Arch.Mus. Hist.Nº
4100 y R. Yaben, J. Campos p.173) El nuevo jefe de la frontera sur, coronel F.Borges, batió el 19 de
Mayo otro grupo de indios (50) que habían entrado en el pueblo Tapalquén y que se llevó un
cuantioso botín (R. R. Capdevilla, Tapalquén II p. 45). Calfucurá difundió, él mismo, la noticia de
que se preparaba una gran invasión (Arch. Mus. Hist. Nac.:31.5.69). .Mientras que Czetz marcaba
la línea de la frontera.Sud hasta Blanca Grande, hubo otro ataque al Fortín El Ciudadano (Part. de
Olavarría) (AEM, 5.6.69). No bien se dio por asentada la creación del pueblo y Partido de General
Alvear (sobre el Fortín Esperanza), Calfucurá escribió al coronel A. Osornio (AEM, 15.8.69) que
desde Chile venía su yerno, el cacique Trapell. En cambio, Namuncurá, su hijo, le ordenó al capitán
Huenchuquir con expresiones de paz, pidiendo que se entregara la porción de hacienda (ib). Ésta
comisión compuesta de cuatro caciques y 30 capitanejos, llegó, el día 27, al Campamento de
Loncagüé (ib). Desde ese instante, el coronel Osornio no se sintió seguro en aquel punto avanzado y
propuso al ministro de Guerra que su fuerza volviera al sitio anterior (ib.). En todos los rumbos, se
encontraron indios exploradores.
En Febrero de 1870, otro malón se dirigió hacia el sur, eran los indios chilenos que habían
traspasado la Cordillera para la ocupación de Choele Choel. Así lo dijo el mismo Calfucurá. El 12
de Febrero aparecieron en la frontera por Tres Arroyos y el fortín Caleuhuincul, donde acampaba el
general Ignacio Rivas, desde que había vuelto del Paraguay (S. Romeo, Tres Arroyos, p. 91).
Calfucurá dio aviso también de esta invasión, aunque un poco tarde (AEM, 26.2.70). También
122
preanunció otra invasión para el lado de Coliqueo. Toda esa zona se puso en alerta. En los primeros
días de marzo hubo en Salinas Grandes una gran reunión de caciques y capitanejos. Allí
concertaron dar un gran malón a las fronteras. Hubo luego un gran nerviosismo en la campaña y
también en la tribu de Catriel y varias cartas alertaron al ministro de Guerra. .Había bravos jefes en
el frente y muchas tropas reunidas.
Un incidente "imprudente" agudizó la situación. Mientras el Jefe de la frontera Sur, el
general Rivas, recorría e inspeccionaba las posiciones militares, el comandante J. O. Llano de Bahía
Blanca atacó sorpresivamente a los indios amigos del cacique José Cañumil: 110 hombres y vecinos
voluntarios irrumpieron en sus toldos; mataron unos 70 indios y aprisionaron al cacique con toda su
gente. Con ellos llevaron unos 2.500 caballos. 300 vacas y un estandarte nacional, decía en su parte
el coronel. Para justificar el hecho indicaba que estos indios habían mantenido a desertores y habían
atacado una tropa de carreta de Dn. Abelardo Laborde (Memorias Min.Guerra 1870.p. 287 y The
Standart, 3 de Diciembre, reproducido en “EI malón de 1870 en Bahía Blanca” de J. Rojas Lagarde
p.54). Calfucurá era pariente del cacique Cañumil. Le había permitido que partiera a la frontera sur
para colocar su toldería entre los cristianos Pero no toleraría su vejación por éstos.
Calfucurá lanzó en consecuencia dos grandes malones para protestar y presionar al
Gobierno a un cambio de actitudes y de personal. Primero cayó sobre Tres Arroyos (del 14.al 16 de
Junio de 1870), no sobre Bahía Blanca; probablemente para que allí no matasen a los indios
prisioneros. No obstante avisó con claridad que este malón lo estaba haciendo en represalia por las
felonías cometidas con Cañumil, diciendo que, si no soltaban a los prisioneros, caería también sobre
Bahía Blanca.
Según informe de J.Catriel (AEM. fha. 22.6.85) cayeron unos 300 indios sobre la joven
población de Tres Arroyos; la destruyeron y apresaron a su guarnición. Salvador Romeo, el
historiador de Tres Arroyos, da más informes sobre la invasión y los efectos sobre su Partido.
Recuerdo sólo lo siguiente:
Por un excautivo se supo que unos 1.000 indios al mando de los caciques Liefcura y
Marihualá arrasaron una extensión de más de 20 leguas, desde el fortín Santa Isabel hasta el fortín
Machado y hasta el Arroyo Cristiano Muerto. Sorprendieron al coronel J. Campos en Fuerte
Belgrano (Pillahuincó), y en Quequén Salado, al campamento del coronel Nicanor de la Barra
(Parte de J Campos: Arch. Mus.Hist. Nac. Doc. 4588. fha.18.5.70 y 4763)
Cabía esperar una reacción de los jefes de las fronteras y grandes títulos en los periódicos de
la Capital. Los informes eran escuetos como:."Parece que las indiadas de Calfucurá, alborotadas por
los últimos sucesos de Bahía Blanca, se han coligado para ejecutar un gran malón”. La atención
del.público se fijó entonces, más en los acontecimientos de la Revolución en Entre Ríos y el
asesinato del general Justo José de Urquiza. Se esperaba un pronto movimiento militar en
cumplimiento de la Ley 215 de 1867. Para ese avance el Senado votó, el 27 de Julio, el crédito de
dos millones de pesos.
Pero Calfucurá siguió insistiendo en su reclamo. Escribió el 18 de Agosto al jefe interino de
la Frontera Sud, coronel Francisco de Elía, que debía liberar a Cañumil, su yerno y a su gente
prisionera. Por ello –decía nuevamente, había hecho la invasión a Tres Arroyos. Además solicitó el
documento, su tratado, que debía estar en Buenos Aires (AEM. Doc 6054, fha. 18.8.70)
El coronel Elía despachó entonces al Mayor R. Sosa a Bahía Blanca con la orden de que el
mayor J.O.Llano entregase al cacique Cañumil y los otros rehenes para que con ellos pudiese
canjear a 47 cautivos de Tres Arroyos.(Rojas Lagarde ob. cit. p. 40). Poco después, el coronel Elía
se quejó de que Calfucurá había entregado sólo dos prisioneros y retenido su comisión. Calfucurá
escribió al jefe, estacionado en Pillahuincó ( el 14.9.70, Arch. Mus; Hist. Nac.) que tenía en su
poder al teniente B. Rivero y a sus soldados, ponderándolos para luego exigir una gran suma por el
rescate. Dos semanas más tarde hubo un canje de prisioneros (Ib., 26.9.70 y Doc. 10.372 s/f.).
Cañumil no fue entregado aún. Así que Calfucurá siguió presionando, exigiendo que el mayor O.
Llanos fuese destituido. "Seríamos muy agradecidos que pusiera otro jefe baheno para vivir de una
vez en paz..." (Rojas Lagarde. p. 70). No halló el eco esperado y entonces preparó otro malón, para
Bahía Blanca.
123
Y así fue; el 23 de Octubre del mismo año cayeron 2.000 lanceros y unos 300 arreadores, al
mando del cacique Manuel Namuncurá y cuatro caciques más, sobre la población y zona aledaña de
Bahía Blanca. Jorge L. Rojas Lagarde, en “El malón de 1870 a Bahía Blanca” (p. 42-87),
reproduce gran cantidad de documentación sobre esa importante invasión, incluyendo notas
periodísticas de los pobladores extranjeros de la zona (entre ellas, notas de J. Claraz en The
Standard). Resumo lo que respecta a Calfueurá.
El cacique Cañumil, liberado ya, sabiendo que Calfucurá estaba preparando esta nueva
campaña, quiso disuadirlo, como también lo había intentado el cacique Ancalao. Ya no temía que
Llano fusilara a los presos, como poco antes decía (ib;, p. 56). Calfucurá quedó firme en su
propósito y quiso "dar una paliza al comandante O. Llano y al teniente Rufino Romero".Así lo avisó
al coronel J. C. Boer, en 9 de Julio (Arch. Municipal de 9 de Julio. Lib. 7, p. 136). Lo mismo supo
el coronel Charras (Arch. Municipal de Junín. Lib. 3). La comisión del capitán R. Solano quedó
retenida hasta que se liberó en Blanca Grande a 100 prisioneros (Rojas Lagarde, p. 66). G. Musters
recuerda, en su libro “Vida entre los patagones” (p.277). esta interesante nota con que Calfucurá
había invitado al cacique Casimiro y a sus tehuelches al malón: "Tengo el caballo pronto, el pie en
el estribo y la lanza en la mano, y voy a hacer la guerra a los cristianos que me tienen cansado con
su falsía." Musters agrega que el parlamento de Casimiro no aceptó el llamado de Calfucurá.
Sólo Bahía Blanca no tuvo noticias, aunque O. Llanos, sí, de manera que en la madrugada
del sábado 23 de Diciembre, día de lluvia, se acercaron las lanzas de Calfucurá y Cañumil y unos
ranqueles, cuyos jefes fueron los hijos de Calfucurá: Manuel Namuncnrá, Alv. Reumay, Leficurá,
Pichicurá, Catricurá, Juan Miguel Carumán, y los capitanejos Lincopí, Pichún, Epuñán, Quentriel,
Naipó, Lenqui, Ñamcucheo y Blanqui (AEM. Nº 1124: Rojas Lagarde, ob. cit., p. 65; y Sánchez,
Efemérides militares II. 23 de Octubre). Los indios llegaron hasta las cercanías del pueblo, a unas
dos cuadras, igual que en mayo de 1859. Con todo, en el último momento un ex cautivo pudo
alertar la población y así se organizó una defensa eficaz. Unos 500 indios atacaron la población,
mientras un destacamento luchaba en la Guardia junto al Napostá, a una legua de Bahía Blanca,
donde se destacó el teniente R. Romero. O. Llano se retiró ("huyó", dice alguno) a la vista de tantos
indios. Por suerte, llovía; esto evitó que se propagara el fuego que hubiera devastado a la población.
Ante la firme resistencia no se produjo un gran choque y la guerrilla se retiró maloneando a su paso
hasta Quequén Salado y Tres Arroyos. (AEM.23.l0.70)
J. Rojas Lagarde publica los partes de R. Romero, de J. O. Llano y cuatro notas del poblador
Jorge Claraz. (Ob. cit., p. 42, 50 y 58)
Estas noticias levantaron una gran "polvareda" en Buenos Aires. De inmediato, el Gobierno
sustituyó al Mayor O´Llano por el coronel J. Murga, quien asumió la comandancia en los primeros
días de Diciembre, y él se apresuró a comunicárselo a Calfucurá invitándolo a nuevas propuestas de
paz (Arch.Mus. Hist. Nac., Nº 10.493, nota en que se lo comunica al ministro; y AEM. Nº 5151).
"Ya he despachado chasques al cacique Calfucurá para iniciar de nuevo tratados de paz y espero que
aquí me mande sus comisiones para arreglar los nuevos tratados y ganar el tiempo necesario para
reunir los informes precisos sobre caminos, pasos y aguadas para cuando se determine
expedicionar”, es decir, atacar las tolderías. Y al mismo tiempo, remitió al ministro un croquis del
territorio que ocupaba Calfucurá. - Si éste lo hubiera sabido..(¿). Los pobladores del Sur exigían esa
expedición. "Estamos ansiosos en que (el coronel Murga) salga a los toldos” (Rojas Lagarde,p. 52).
En una reunión popular, el 6 de Noviembre, los bahienses resolvieron mandar una comisión al
gobernador para solicitar protección y ayuda.
Es interesante leer también lo que escribió Namuncura en esos días: "Mi padre quiere hacer
los arreglos con usted y lo mismo yo". Luego le hace al coronel Elía proposiciones para el
racionamiento. Otra carta, ésta de Calfucurá y despachada en la misma fecha, muestra su
preocupación por el canje de prisioneros, y le dice que si saliera con otra, ya no le contestaría más,
porque, estoy cansado. Por si de una vez hacemos los arreglos... hemos de vivir de otro modo (ib.
p.70). Le envío pues una comisión al mando del capitanejo Payllanán. “Y ya no tendrá que haber
invasión, cuando vean mis capitanejos, que recibo mi ración".
El coronel Elía mismo estaba deseoso de entrar en "negocios" con Calfucurá y lo decía en su
carta al ministro de Guerra. (AEM. 5.11.70)
124
La paz o la guerra
Sin embargo, todas estas comunicac.iones manifiestan el estado de guerra latente. El
ministro de Guerra opinó que debía hacerse la paz; por el momento, tanto con Catriel, como con
Calfucurá.
El coronel Murga, recién llegado a la frontera de Bahía Blanca, tuvo que luchar contra la
guerrilla rezagada del malón en Fuerte Belgrano sobre el Arroyo Pillahuincó (Arch. Mus. Hist. N.,
Nº 5111 y 5114, fha. 27.10.70). Pocos días después se comunicaron entre los jefes de las fronteras
acerca de que Calfucurá estaba preparando otro malón más grande. (AEM, Nº 1137 y 1138, fha. 8 y
11.11. 70)
Y otro evento desgraciado ocurrió en Tres Arroyos, que sólo puede explicarse por la guerra
latente: Allí apresaron a la comisión salinera que debía entregar a los cautivos; escaparon, pero
fueron perseguidos y muertos, seguramente en venganza por los malones sufridos (AEM, 9.11.70).
Una comisión cristiana, encargada de rescatar prisioneros en Salinas Grandes, tuvo cierto éxito: se
les entregaron 22 cautivos, pero tuvieron que pagar 10.000 pesos y chafalonías (Carta del capitán R.
Solano, AEM, 19.11.70). Calfucurá había convocado un parlamento especial para poder entregarlas
(A. Mus. Hist. N., Nº 5138). También J. Murga remitió al Ministerio una comunicación con una
carta de Calfucurá y la noticia que en Sauce Chico había derrotado a 200 indios del cacique Pincén
(el 19 de Noviembre), mandado por Calfucurá "a pelar" a los indios amigos en el Arroyo Parejas
(asiento de las tribus de Linares y Ancalao al sur de Bahía Blanca). Uno de los que lograron
aprisionar declaró que Calfucurá estaba preparando otra invasión, que vendría muy pronto a atacar
Bahía Blanca (J. Rojas Lagarde, ob. cit., p. 75ss). "Que mientras el comandante Llano esté en Bahía
Blanca, harán todo para arruinar el Partido" (The Standard, ib., p. 77). El 21 de Diciembre,
Calfucurá envió otra distinguida embajada al coronel Borges: al cacique Lemunao, al capitán
Gabriel Rayín y a Huenchuquir con una carta que decía: "Señor, mi sublevación ha sido por las
tantas picardías que ha hecho el jefe de Bahía Blanca. Doy a saber que recién ahora estamos
deseando los buenos arreglos. Por eso envío a la comisión. No tengo queja de usted, ni usted de mí.
Por eso busco la amistad. Vivimos en un campo en que podemos vivir. Yo sé muy bien de la guerra
de 'entreriyo'." Ya anteriormente, el 7 de Diciembre, el "coronel Faustino Güenchuquir" escribía al
coronel Borges desde Salinas Grandes, anunciándole su visita: "Puede usted preguntar al
comandante Raninqueo qué clase de hombre soy y que he hecho los tratados". (AEM, Nº 6256)
El 28 de Diciembre llegó la comisión al Fuerte General Paz; allí parlamentaron con el
comandante en presencia de los indios amigos Coliqueo y Raninqueo. Rayín era pariente de ellos.
Pidieron permiso para comerciar en esta parte, prometiendo que no traerían ningún malón, pues
buscaban la amistad del comandante y de estos caciques. Además, dieron explicac.iones acerca de
por qué habían invadido en el Sur. Pero el coronel Elía estaba empeñado en manejar la distribución
de raciones de los salineros por Azul.
No menciono, en estas paginas, a los vecinos de Calfucurá, los ranqueles; y sin embargo, en
1870, eran noticia a raíz de la Excursión de Lucio V. Mansilla a Leuvucó y Poitahué y las
expediciones militares que siguieron a esa (Véase Mariano Rosas y M. Baigorrita). Todo debe haber
afectado también a Calfucurá.
De inmediato A. Barro publica una carta del cacique.Raninqueo, dirigida al coronel Juan C.
Boer, carta que escribió con el consentimiento del cacique Calfucurá, pidiéndole que entregara los
prisioneros indios en rescate suyo y de su tribu; "de lo contrario —dice Calfucurá—, él irá a
pedirlos llevándonos a todos cautivos", lo que en efecto hizo. Y así quiso incorporar las tribus de
Catriel y de Coliqueo.
Una vez más explica Calfucurá los motivos de. su presencia beligerante en la frontera, que
no era simplemente el afán de saquear y hacer cautivas, aunque no le faltaba oportunidad de hacer
negocios con haciendas y cautivas recogidas. El es el justiciero vengador de su raza.
Ante estas noticias, el coronel J. C. Boer reunió sus efectivos de la Frontera Oeste y unos
250 indios amigos de Coliqueo y lo propio hizo el general I. Rivas, el 6 de Marzo, en Azul,
agregándose 800 indios amigos de Catriel. Estos se incorporaron bastante renuentes; lo hicieron
porque su cacique Cipriano Catriel estaba comprometido con toda su fuerza moral y persuasiva.
Ambos avanzaron de tal modo que reunidos podrían enfrentar a las fuerzas indias de Calfucurá.
Parecía que todo convergía en el campo del Fortín San Carlos, .aunque Calfucurá se propuso
impedir la unión de las fuerzas blancas. Efectivamente, allí se produjo el choque, la "gran Jomada
de San Carlos", el 8 de Marzo de 1872.
LA GRAN JORNADA DE SAN CARLOS DE BOLÍVAR 8.3.72
Con el sol naciente se levantaron polvaredas en el horizonte. Los "bomberos" volvieron a
toda carrera: "¡Allí vienen los malones!" "Es el mismo viejo Calfucurá, el que está aquí con muchos
chilenos y ranqueles". (AEM, 6477)
No hay una descripción del gran cacique en el momento culminante de su vida; gigantesco,
seguro de su empresa, atrevido y desconcertante en su actuar, admirado tanto por los de su raza,
como por los que le debían enfrentar. Bajo su mando estuvieron grandes jefes; en primer lugar sus
hijos, los caciques Catricurá con 1.000 indios salineros. Manual Namuncurá con 1.000 indios
chilenos y patagones, su hermano Reuquecurá con 1.000 indios cordilleranos y chilenos y Epugner
con 500 ranqueles, sumados 3.500 indios guerreros escogidos, tendidos en línea como los
"europeos" y en la retaguardia los arreadores con inmenso arreo.
El general Rivas organizó sus tropas y las del coronel Boer de la siguiente manera: al frente
1.300 indios amigos. 800 al mando del cacique Cpriano Catriel, el teniente coronel Palavicini con
200 indios amigos y 50 Guardia Nacionales en la vanguardia del centro y el coronel Juan C. Boer a
la derecha, con 130 lanceros del cacique Simón Coliqueo; detrás estaba el Regimiento 5º del
teniente N. Levalle y el 2º Batallón del teniente Pablo Arias y un grupo de 60 Guardia Nacionales
de 9 de Julio al mando del capitán I. Núnez.
Armonizando los partes —porque difiere el relato de Rivas del de Boer—. (Rivas, 14.3.72:
AGN, S.X, 43-7-3 (1 f.) publicado por J. Walther.ob. cit. Anexo IX; Boer, AEM, 6482,6481; Borges
ib. y Arch. Mus. Hist N. Nº 6043 [Rivas] y Arch. Municipal. de 9 de Julio, Lib. 28,p. 4 y 26, y
agregaré el del cacique Justo Coliqueo. Véase Hux, Coliqueo, 1980 p. 135-144). Compaginando los
partes y relatando sin dramatismo el momento del hecho de armas, describo: la derecha, al mando
del cacique (Gral.) Catriel. debía atacar primero el ala izquierda de Calfucurá. Pero, como el
cacique no logró despertar el entusiasmo de sus lanceros, pidió al general Rivas que pusiera un
piquete de "tiradores" detrás de su gente para que matasen a los que se mostraren cobardes, pues ya
en el camino habían querido desertar. Distinta fue la conducta de los indios de Coliqueo. al mando
128
del coronel J. C. Boer y de Simón Coliqueo: Ardían de gozo por la pelea. "Parecía que el enemigo
no iba a resistir la fogosidad de su carga" (Parte de Boer).
El enemigo los recibió impasible, como diciendo: "Eh, hermanos de raza, hagamos causa
común. Cruzaron lanzas y dieron media vuelta en retirada. Pero Coliqueo rehizo la columna sobre
la marcha, mientras el Batallón 5º de Infantería barría con su fuego el flanco derecho de los
chilenos. Entonces los Coliqueos volvieron a la carga, las lanzas enristradas, y nuevamente fueron
rechazados. Un grupo de 200 indios de Námuncurá había alcanzado las caballadas del Batallón.
Entonces el coronel Boer enardeció a sus indios amigos a un tercer y cuarto ataque, al mismo
tiempo que el general Rivas atacó con fuerza formidable la línea del centro de Calfucurá reforzado
en el avance por 400 tiradores.
Entonces Calfucurá hizo apear a los suyos, trabar a sus caballos y emitiendo gritos
ensordecedores y retumbando el suelo con su pataleo, avanzaron sus lanzas consagradas al choque.
¡Yaaa, Yaaa! ¡Lape, Lape! Golpes de lanzas, golpes de boleadoras, sablazos, gritos, gemidos y
tiros...
El combate duró casi tres horas. La línea de Calfucurá estaba quebrada. Empezó entonces el
desbande del centro y de las demás falanges. Los indios de Catriel y los de Coliqueo habían
rechazado el ataque.
Calfucurá se retiró con los suyos, pues la batalla estaba perdida, quizá porque su jefe había
adoptado la inusitada táctica del blanco, la de la línea tendida, y no la tradicional guerrilla, sin
emboscada, sin otras tácticas más conocidas entre ellos. Con todo, Calfucurá se retiró enorgullecido
de su protesta, y por su manifestación de poder de convocatoria.
Los vencedores se lanzaron en tenaz persecución de los arreos de los pampas. Una tormenta
atemperó el ímpetu y sosegó las polvaredas. La División del coronel J. C. Boer volvió al mediodía.
A la tarde, Rivas continuó recogiendo la hacienda. El coronel Boer envió desde 9 de Julio el primer
mensaje al ministro de Guerra: "El general Rivas, con fuerzas de Frontera Sud y Oeste ha batido a
Calfucurá frente al Fortín, San Carlos. Se ha triunfado. Han muerto más de 200 indios y se
rescataron más de 20.000 cabezas. (Arch. Municipal de 9 de Julio, Libro Ministerios, p. 198). Los
partes sucesivos hablan de 300 pampas muertos, 200 heridos, 30 cautivos liberados, 40 indios de
Raninqueo y Chipitruz vueltos y 60 a 80.000 vacunos y 16.000 yeguarizos recuperados. Las
Divisiones Sur y Oeste solo tuvieron 15 bajas y otros tantos heridos. Los indios amigos perdieron
31 y llevaron 14 heridas (Parte de J. C. Boer).
Agrego el parte del cacique Justo Coliqueo; cacique de la tribu de Los Toldos, dirigido, con
fecha 14 de Marzo, al presidente D. F. Sarmiento, porque es un vivo relato de uno de sus actores, no
citado por los historiadores del famoso combate. Los dos relatos de Rivas han sido escritos para ser
publicados. El general A. Gelly y Obes, el 11 de .Marzo, le felicitó por su triunfo y agregó "de no
haber triunfado. mejor se hubiera pegado un tiro" (AGN, S.X, 2-2-2). También el presidente le
felicitó. Sin embargo, la prensa hacía su crítica y hasta en el Congreso hubo intervenciones "por San
Carlos", por el saqueo de los militares. También el Juez de Paz de 9 de Julio pidió una investigación
en el asunto "Rivas". (Arch. Mus; Hist. Nac. Nº6064 fha.26.3.72 y AGN. S.X, 2-2-2, 20.6.72) .
Parte del cacique Justo Coliqueo, publicado en el Boletín Oficial Nº 328, del 27 de Marzo de
1872:
Tapera de Díaz, Marzo 14 de 1872
Señor Presidente de la República Argentina
D. Faustino Sarmiento:
Me dirijo a S.E. por separado para poner en el conocimiento de S.E. que el día 6 del
corriente, recibí orden del Gefe de esta Frontera,de que me pusiere en marcha para San Carlos. En
cumplimiento (de esa) salí de mi campo como a las 11 del mismo día, como con 180 lanzas. a todo
galope; llegando al Fuerte General Paz como a las ocho de la noche. Dispuso el Señor coronel que
marchásemos al otro día, al aclarar, para San Carlos, en donde llegamos como a las doce del día.
Allí estuvimos como,hasta el 9 (día 8) que fue cuando comenzaron a cruzar recién los malones con
los arreos, como a dos leguas del Fortín. Salimos, a batirlos. Y cuando llegamos cerca de ellos, me
129
ordenó el Coronel Boer de cargar a un grupo de enemigos que se venía de frente. No me
avergüenzo. S.E., de confesarle la verdad: pues la primera, segunda y tercera carga que les hicimos
fui rechazado, hasta verme en la necesidad de echar pie a tierra; entonces se pusieron en fuga. Pero
ya en los encuentros que habíamos tenido quedaron entre una y otra parte muchos muertos y
heridos: perdiendo por mi parte cinco soldados y siete heridos, inclusive dos capitanejos, como
cuatro Caballos heridos. En el segundo entrevero salió con el caballo herido mi hermano Simón, mi
segundo cacique, que (en) el tercer encuentro su caballo apenas podía correr por falta de sangre.
Después de este combate, que duró como tres horas, se quedó Simón con los heridos y con la mayor
parte de la gente, y yo con unos cincuenta hombres atravesé el centro enemigo, encontrando a poca
distancia al General Rivas y a Catriel con los caballos cansados. Me ordenó el general que buscase
la incorporación de un capitanejo de Catriel que había salido a batir a los enemigos. No me pude
encontrar con ese capitanejo y solamente con los míos pelié a un pequeño grupo de malones que de
lejos no más comenzaron. Allí maté ocho y (traje) un prisionero y una muchacha como de 9 años.
Ya me venía con los caballos cansados y rodeado de enemigos. Unos disparaban con caballos de
tiro por todas direcciones y otros comenzaron a reunirse disponiéndose a pelear, dejando todos los
arreos. Entonces no tuve más remedio que refugiarme por quedar más inmediato; pues todas las
fuezas del Coronel y del General se habían vuelto a San Carlos. La Providencia me amparó en esta
triste situación, pues cayó un golpe de agua que se puso medio oscuro y el enemigo nos perdió de
vista y yo seguí al trote hasta (el fortín) "Rifle", donde dormí. Al otro día, mi hermano Simón había
mandado una partida para buscarme, porque nos creían a todos muertos; pues no sabían qué
dirección había tomado en medio del enemigo.
Yo doy gracias a los valientes Generales Rivas y Catriel, que si no hubiesen venido estos dos
amigos, estoy seguro, mi General, que no habríamos quedado ni uno solo vivo.
Faltaría a mi deber si no hiciera una recomendación a los bravos soldados de Chipitruz y
Manuel Grande, quienes han peleado llenos de entusiasmo a la par de los míos, muriendo dos de
ellos en el combate y uno herido. Esto es para mí una gran satisfacción el haber podido dar una
prueba de lealtad y patriotismo (y) de estas desgraciadas personas que se hallan tan contentos con la
libertad que han obtenido. Yo, Simón y toda mi tribu no hemos hecho más que cumplir con S.E.
Saludo a S.E. con todo respeto y consideración. Justo Coliqueo."
Si estudiamos su personalidad, hay que admitir que tenía un corazón paternal, compasivo,
nada cruel, nada salvaje, aunque frente a injustos ataques (a Catriel, 1855; a Cañumil, 1870;. a
Chipitruz, 1871) no rehuyó las consecuencias del reto y de la venganza, que para el araucano era
causa sagrada. Estando por morir en su limpio toldo, llamó al capitán Rufino Solano, el buen
lenguaraz y diplomático de Azul y le dijo con voz serena y firme:. "¡Huya, amigo, y llevate las
cautivas, antes de que yo muera, para que no las maten..!" (Alv. Yunque, “Calfucurá”. p. 224).
El 3 de Junio de 1873, moría el gran cacique. Eran las 22 horas de la noche, cuando
entregó su espíritu. Lo sabemos por las cartas que entonces escribieron sus hijos, Manuel
Namuncurá y Alvarito Reumay y el secretario Bernardo Namuncurá: Cartas dirigidas al Arzobispo
de Buenos Aires, las que llevaron el capitanejo Leviñancú, hermano de Bernardo y Payllanán con su
hijo Mariano, que encabezaron una solemne comisión a la que acompañaron los capitanes Dámaso
134
Tapia y Rufino Solano. Hacían aún, en nombre del difunto un nuevo esfuerzo por la aprobación de
un.tratado de paz.
Manuel Namuncurá agradecía al Obispo la carta del 28 de Febrero y la fotografía suya,
diciendo que la habían recibido con mucha veneración. Que desde principio de Mayo su padre iba
disminuyendo en salud y que finalmente resultó "el más triste acontecimiento, ya que falleció"...
"Nuestro Señor Padre falleció el día 3 del presente, como a las 10 de la noche... dejándonos
huérfanos." (L. Copello, Gestiones del Arzobispo Aneiros..., ob. cit., p. 193 s.). Luego manifiesta
sus exigentes pedidos que por manos del Obispo quería presentar al gobierno. También pidió la
liberación de sus indios presos en Retiro y en el Chaco.
Alvarito Reumay, en su carta, entregada por la misma comisión, le decía al mismo prelado:
"Mi muy respetable Señor Obispo: Por ésta tengo el honor de escribirle, ilustrísimo Obispo, aunque
con dolor y la gran pena que tengo en el corazón por la pérdida de mi padre, para pedir su ayuda y
amparo. Le digo que mi pobre padre recibió su regalo estando todavía con toda su salud... El Sr.
Capitán Rufino Solano y el Sr. Capitán Dámaso Tapia con su hijo Catalino sabrán explicar(lo)
mejor y además llevan un borrador de tratado de paz del gran parlamento que tuvimos al día
siguiente del fallecimiento de mi padre que son (expresa) los buenos deseos que tenemos para vivir
tranquilos y como hermanos, y mandamos ante el Superior gobierno a enterarlo del modo que
queremos marchar. Así no me extiendo más...". (L. Copello, Gestiones..., ob. cit., p, 190)
CAC.IQUILLOS 2° .
21. Juan Blanco
22. Benito Pichicura (h)
23. Vicente Millaguayqui
24. Ferreira Caripán (h) •
25. Faustino Guaychuquir
26. Justo Liencurá
27. Juan Quiñehuala
28. Antonio Linares
29: Pedro Varela Melín
30. Juancito Cheuquefilú
31. Llanquelén
32. Blancuelo
33. José Platero
34. José Sánchez Clun
35. Güenchenao
36. Cayulén
37. Juan Romero
38. Antonio Necul
39. Milla Gómez
40. José Cristo
CAPITANEJOS
41. Manuel Foró
42. Ñancuchel
43. Huincafílú
44. Sarg. Ñancufilú
45. Qnintunán
46. Manquillán .
47. Dionisio Lefí
48. Domingo Cayuqué
136
49. Manuel Pichipilú
50. Gabriel Güirrín
51. Quidulef
52. Rapiñanque
53. Conue luán
54. Epuñán
55. Huincañán
56. Panguinao
57. Huihuin chanchú
58. Tapayú
59. Andrés
60. Cayupí
61. Coñulaf
62. Cayuán
63. Pichinecul
64. Namun Ñancufilú
65. Taconao
66. Justo Epuñán
67. Venancio Culuhuentrú
68. Lincón
69. Anculán (Ancaluán)
70. José María Gabriel
71. Epupán
72. Catrinao
73. Juan Tarro
74. Carruqueo
75. Manuel Pastor (Sarg.) (h)
76. Manuel Curá
77. Güichao
78. Huinca Melinher • • - .
79. Cotar
80. Curique
81; Ancaob
82. Lemunher
83. Manquenán García
84. José Carruqueo
85. Canales
86. Clencheu .'
87. Ignacio Paillán
88. Quiñetrú
89..Quentren
90. Vicente Quiñehual
91. Traipí
92. Railef
93. Painepán
94. Millanher
95. Antucurá.
96. Lantú
97. Nahuel Quintuy
98. Guanquepí
99. Güenchulaf
100. Benito
137
101 Pelqueleo
102. Queupán
103. Melimán
104. Villao (Millao)
105. Venancio
106 .Curumán
107. Florencio
108. Nahuel Chao
109. Antel
110. Marín
111. Güenumehán
112. Güenuqueo
113. José Melimán
114. Aparicio Licán
115. Ancamil
116. Rahín
117. Güichal
118. Painén
119. Montré
120. Lefihueque
121. Alecoy Toro
122. Paillao
123. Pichihuel
124. Venancio Coñuepán
125. Toro
126. Cla-luán
127. Güenunguen
128. Lemo
129. Güenún
130. Lienquén
131. Curuhuinca
132- Turá
133. Villavey Chico
134. Millapán
135. Callonao
136. Huiñol
137. Félix Catricurá
138. Manuel Pichillancá
139. Francisco Calfiqueo
140. Calfiqueo
141. Mariano
142. José Cañumil
143 Luis Gorosito
144. Mariano Cañumil
145. Ponce
146. Güenchulaf
147. Lefilco
148. Melinao
149. Pantaleón
150. Huincal
151. Carel
152. Quiñenao
153. Matías
138
154. Lapén
155. Antuqueo
156. Esteban Romero
157. Juan
158. Calfiqueo
159. Marín
160. Nienén
Rescato el concepto que el general José Ignacio Garmendia volcara en “La cartera de un
soldado”: "En mi opinión ha sido el más grande genio de la pampa", Su historia continuó en la de
sus hijos, particularmente en lo que hemos de reseñar del cacique Manuel Namuncurá.
Dn.Bernardo González Arrili (La Prensa, 5,3.1972) habla de una fotografía de Calfucura; pero me
parece que nunca fue fotografiado.
Teniendo la Guía Bibliográfica “El Indio en la Llanura del Plata”, pueden completar la
Bibliografía para este trabajo.
Clifton Goldney, A. –Yunque,A. – Zeballos, E.S. – Avendaño, S.-Walther, J. – Bibolini, F. –
De Salvo,F. – Falconi, R.- Franco, L. – Gálvez, M. – Priegue, C. – Landaburu, Rob.:Relatos 2000, y
lo señalado en ete texto.
CALFUCURÁ, Juan (Juancito) Nació en 1833; era hijo del cac..Manuel Namuncurá y nieto
del gran cacique Juan Calfucurá, quien lo estimaba mucho. (Su pasaporte del 16.6.1853 existe en
AGN S.X. 18-8-1) Más tarde, por ej. En 1894, se llamaría Juan Namuncurá. Apareció en alguna
foto. P. Ej de 1884 en la embajda familiar a Buenos Aires del cac. Namuncurá Monsr. Durán 2006
p. 345
CALFUCURÁ,Pastor: Nació en 1837; era hijo del cacique Juan Calfucurá. Recibió en 1856
educac.ión en Buenos Aires en el Colegio de Framcisco Solano Larguía. Estuvo becado en el
internado junto con otros hijos de caciques. En 1856 su preceptor lo llevó a Salinas Grandes para
facilitar su gestión por libertad de cautivos y contactos de paz. Pero su padre, el cacique lo mandó a
Entre Ríos, para que bajo la tutela tutela del Gral Urquiza perfeccionara sus estudios. Intervino en
multiples gestiones de paz de su padre. Era, pues, un noble representante de la estirpe de los “curá”.
CALFUCURÁ, (cac.. araucano) cac.. chileno informante del lingüista del Profesor Rodolfo
Lenz, como dice en sus Estudios araucanos y Cuentos araucanos).No tengo otros datos de él.
CALFU HUAL, Esteban: cac. del Neuquén. San Martín en su libro “Neuquén” (ed. 1930 p.
195) describe uno de sus nguillatunes.
Etimol. Hualá-pato; calfú- negro o azul o pardo.
CALFUIÑ, Juan o Calbiñ) 1628, cac. araucano chileno de Quilicura. Fue desplazado por
colonos españoles de sus tierras. (Fernando Silva Vargas: Public. Universidad Católica, Chile Nº 7,
1962 p.70: “Tierras y pueblos de indios en el Reino de Chile”. Etimol: Ñancú pardo.
CALFUÉN (o Calfuín, Calfún, Callbié) 1821, cac. chileno de la parentela de Calfucurá y de
Quilapán. Era patriota e intervino en varios malones o gestiones políticas en el Sur de Mendoza y de
la Pampa en 1847 a 1869. Su hermano se llamaba Caninlao. (T.Guevara, 1910 p. 295)
139
CALFUÍN, 1836, capitanejo araucano que intervino el 1º de octubre de ese año en el
malón de Tapalquén, donde halló la muerte. (Gaceta 5.10. 1836 y Capdevilla: Tapalquén I. P.86)
CALFUIÑ, José Francisco(o Carranza, o Carranza Callfián o Canirelef) nac. 1836 y murió
el 1. de sept. de 1885. Era capitanejo boroga y pertenecía a la tribu de Ignacio Coliqueo. En el libro
Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos tengo varias noticias de él y de la historia que
compartió en la tribu de Los Toldos.
Era hijo del cacique Pedro Melín y de Gelay Ken (según las anotaciones del libro de
Bautismos de 1875) Se casó con Petrona López, hija del capitanejo Antonio Lopez Levipán y de
Lorenza Colín (en otra anotación sedice que su madre se llamaba María Alonso; era de 25 de
Mayo). Era pariente del cacique principal. Era bautizado por su propia insistencia en 1875 por el
Misionero Pablo Emilio Savino. De él narré cosas buenas en mi libro citado : Sobre su familia, su
bautismo, su ayuda en la confección del catequismo bilingüe del Misionero y su valor en la defensa
de la tribu.
“Calfuiñ y Petrona eran felices. A la primera hija le dieron el nombre Andrea. ¡Qué alegría
cuando empezaba a hablar y decir Ñuqué (mamá) y chao o chachay. Andrea Carranza sería una gran
mujer. Curandera famosa y de larga descendencia. Tres años más tarde, en 1864, nació Cecilia y
luego otra más, Gabina Carranza.
Calfuiñer, el Tigre pardo” fue un valiente capitanejo, un hacendado y soldado. Figura en las
listas de los oficiales, por ejemplo el 18 de noviembre de 1868, en tercer lugar (antes del Pancho
Calfuqueo), es llamado Caniurelef (Calfuiñ) Carranza; su mujer Petrona López y tenía 10 hombres.
Fue uno de los primeros cristianos de la Tribu. En 1875, el misionero doctor Pablo Emilio Savino
estableció entre ellos una misión, capilla y escuela. Calfuiñ bien pronto fue su mejor amigo. Era
hombre honrado y gozaba más que todos la estima del cacique Simón Coliqueo (no tanto la de Justo
Coliqueo). Era un indio “ladino”, en su primer significado, es decir, sabía el castellano casi como el
mapuche. El y su familia, desde un principio, mostraron gran interés por la religión católica. Las
niñas Andrea y Cecilia fueron los primeras en bautizarse, el 31 de enero de l876. El mismo
capitanejo acudía dos veces a la capilla para aprender las oraciones y prepararse para el bautismo.
Aún más; hacía de trductor para el Padre (de quien tenemos estas noticias) y le corregía la versión
del catecismo en idioma indio que estaba redactando y que luego ha publicado por la editorial Coni
Bs.As. en 1876.
El 4 de junio (día de Pentecostés) de 1876 el “Tigre Pardo” y doña Petrona recibieron muy
emocionados, junto con el bautismo, el sacramento y la gracia del matrimonio cristiano.
Seguramente contrastaba esa simple ceremonia a la del año 1858. Pero en estos momentos no eran
menos felices. Calfuiñ, a los cuarenta años de edad, quiso cambiarse el nombre al recibir el santo
crisma del bautismo. Hasta la muerte, ocurrida el 1º de septiembre de 1885, se llamó Jose Carranza,
añadiendo a ves el apellido Calfuiñ.
Leemos en la partida de bautismo de Andrea Carranza: 31 de enero de 1876; Yo,
infrascrito sacerdote de la Congregación de las Misiones, bauticé sub condicione y puse los santos
óleos a Andrea Carranza de Junín (pues la tribu estaba aún allí), de 16 años, hija del capitanejo José
Carranza, de cuarenta años de edad y de Petrona López de treinta y cinco años de edad, ambos
indios. Padrinos: Don Mateos Letamendi, español y su señora, doña Rafaela Morados, argentina,
domiciliados en el Partido de Líncoln; y por así lo firma Pablo Emilio Savino, C.M. – Padrinos :
Don Juan Arzuaga y Doña Irene Ferreira.
En el sacramento de Matrimonio han reconocido y legitimado a tres hijas: Andrea,
Cecilia y Gavina”
CALFULÉN, Francisco (Callfulén, Pancho, “Cola Negra”) 1833, J.M. de Rosas lo llama
cacique pampa. Participó en la Expedición del Desierto. Pertenecía entonces a la tribu de Santiago
Llanquelén; era su hermano y su segundo jefe. En el censo que se hizo en Junín en 1834, figura con
59 inios de lanza, 24 chinas y 17 chicos. Con su hermano tuvo que sufrir muchas persecuciones
entre los pehuenches y ranqueles y con él sucumbió en el fatal malón de 1838 en su “malal” en
Junín, Prov. de Bs.As. Fue degollado por el cac. Güenchuil, dice Avendaño en sus Memorias. Sus
dos mujeres fueron repartidas entre los vencedores del malón, Painé y Pichún. (ver Llanquelén)
140
CALFULÉN, Celedonio, 1911, cac. del Neuquén, al Este del cacique Painefilú, entre los
ríos Aluminé y Malleco (Gerula, 1972).
CALFULEO, 1847, cac. ranquel, quien participó de una embajada del cac. Pichón.
CALFULEO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del R.P. Donati, que me
fue donado)
CALFULEUFÚ, 1820, cac. huilliche chileno de Pitrufquén Etimol: Río Azul
CALFUI LLÁN (o Calvilan, Calbuyllan, en nov. de 1781 en oportunidad de una embajada
en la gestión de la paz fue retenido en el Fuerte Montes. Cuando le querían dar libertad,el huyó.
1790 cac. huilliche o ranquel. Según un Diario de Francisco Esquivel Aldao, 1788 se entregó
con 60 indios a la columna expedicionaria de Esquivel y de los pehuenches de Malalhué. Se
sublevó contra sus conaturales. Según el mismo Diario, él tenía dos mujeres huilliches; era hermano
del cacique Antemil. El 3 de Agosto de 1790 se incorporó a la tribu de Pichintur. Etimol: Llancá-
perla; calfú- azul o negra.
CALFU MAÍN, (o Calfumán, Calbuymain, Caltimán), 1787, cac.. puelche o pampa, que se
alió con los pehuenches, pues en 1787 se situó con el cac.. Ronco y con otros puelches, como
Guanquenecul, Ancaiñ, Llanquelén. (Ach Mend. Doc 37 de 1787). 1806 visitó al gobernador de
Mendoza con los caciques Uculmán, Nehuelquín y Equimán. Etim.: Cóndor pardo
CALFU MANQUE,,1617, llamado Don Lope, cac. chileno. Era hijo del cac. Toqui Ainvilú
y sobrino del famoso cac. Palantarú. El Padre Valdivia lo tuvo de amigo y lo llevó como rehén y
garntía de paz y también para prepararlo para el bautismo Meses más tarde recibió solemnemente
este sacramento por el cual le impusieron el nombre “Don Lope”. Desde entonces vivió
cristianamente entre los españoles y allí contrajo matrimonio. Pero en 1626, cuando rebrotó el ardor
de la guerra, no quiso quedar impasible. “Se enfermó de presión y marchó a la guerra”. En un
combate fue aprisionado, reconocido y degollado “por el crimen de haber abandonado la vioda de
paz entre los españoles”. (M.Campos Menchaca:Nahuelbuta 1972 P. 367)
CALFUMÉN, Román, 1879, capitanejo ranquel, yer no del cac. Baigorrita. En un ataque
del expedicionario Mator Toboada, el 16 de junio de 1879, fue tomado preso y 330 más y parece
que ha muerto entre los prisioneros del Campo de Concentración por las condiciones inhumanas o
por la viruela. (Olascoaga ob. Cit. II. 157 y A. Vuletín: La Pampa p. 125)
CALFUMUR, (o Calfimor, Calfinir), 1875, capitanejo huilliche de la tribu de Reuquecurá,
que en cierto momento pasó a la tribu de Namuncurá. En octubre de 1875, éste lo mandó con dos
capitanejos (Traipi y Paillanán) para gestionar ante el Gobierno Nacional un tratado de paz (AEM.
Bs.As. Doc. 320; 10.11.75) Pero el Cnel. Levalle los arrestó sin más, acto que causó una enérgica
protesta del jefe salinero, reflejada en una carta de Namuncurá al misionero R.P. Jorge Salvaire y en
la gran sublevación que inscenaron para contrarestar el avance de Ministro Alsina. No tuvieron
éxito. Pero Calfunir ha vuelto a su tribu. En 1878, durante la gran ofensiva del Gral. J.A.Roca, en
un ataque de la División del Cnel. Marcelino Freire a Utracán (La Pampa), Calfumur halló la
muerte, junto con los capitanejos Canolo, Atorey y 80 indios; al mismo tiempo fueron tomados
prisioneros el capitanejo Lanquelén, 95 indios de lanza y 153 de “la chusma”..(varían los números
en distintos informes) Olascoaga I. p.52: el 16 de oct. De 1878. Y Del Valle: Recordando el Pasado
p. 366) y el perióico “La Patria” de Dolores Nº 529, consultado en la casa de C. Moncaut) . Según
información del Dr. Carlos Rusconi, un Calfún (no dice Calfumur)habría sido tomado preso y
llevado a la Reducción de Campamentos (Rivadavia, Prov. De Mendoza) de donde habría escapado
a los montes del Rosario y donde habría muerto a los 80 años de edad.) No conuerda con lo dicho
anteriormnte.
CALFUNAO (o Calfunau, Calfonas), 1858, capitanejo de Calfucurá. Era su fiel compañero
y bastante rico. En la batalla de Pigüé, el 16 de febrewro de 1858, cayó prisionero y el Mayor
Osornio mandó lancearlo. Éste, en sus Memorias describe mismo ese dramático episodio:
“Miércoles, 17. Di orden al Comandante Susini que entregara al cacique al capitán Méndez. Lo
llevó atado de las manos. Lo llevaron tirando. Clavaron una estaca y lo ataron como quien ata un
caballo a soga, para lancearlo al tiempo de marchar. El indio estaba llorando y decía: “¿Para qué
matao? ¿No mataó, hermanos!” Marchamos a las 16.50 en dirección a Cargüe y lo lanceamos al
141
indio y lo dejamos a soga”. (Memorias Manuscritas: Extracto p.7). Sucesor de Calfunao fue el
capitanejo Coñolo.
CALFUN, José, 1819, cac. chileno realista de Huequén. Era yerno del cac. Mariluán.
CALFÚN: Según información del Dr. Carlos Rusconi, un Calfún (no dice Calfumur)habría
sido tomado preso y llevado a la Reducción de Campamentos (Rivadavia, Prov. De Mendoza) de
donde habría escapado a los montes del Rosario y donde habría muerto a los 80 años de edad.)
CALFU NAO, 1872, capitanejo ranquel de la tribu del cac. Man. Baigorrita (quizás
hermano. Lista del P.Donati). 1881, el cac. Calfunao desplazado ya al Neuquén, fue sorprendido en
su nueva toldería por la tropa del expedicionario el Sarg. M.Ruibal, poco después de la captura del
cac.. Purrán. (J.Raone: Fortines II. 80) Etimol: Nao-tigre; calfú- pardo
CALFUNER, 1781, cac. huilliche que con otros fue a Buenos Aires (León 1991 p. 53)
CALFU PÁN (o Calfoipán), 1800, cac. puelche que visitó a Mendoza (Rusconi )
CALFU PÁN, cac.chileno, 1820 de Cholchol, padre del cacique Venancio Coñuepán,
famoso combatiente contra los realistas en la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1900 p. 124 y 1920 p.
595) Etim.: Pangui-puma
CALFU QUEO (o Calfuquen, Calbuquen, Calfiqueo). Este nombre aparece en distintos
lugares y a veces no sabemos a quien señala el documento.
Entre 1757 y 1787 actuó el cacique gobernador Calvuquen en Cudicó, al Sur de Valdivia, del
que tenemos noticias buenas anotadas por el misionero Fonseca. Sus indios aceptaron con
entusiasmo la instalación de la Misión y aprendieron no sólo la doctrina, sino tambien a leer y
escribir. (Campos Mancheca: Nahuelbuta p. 452 y R. Lagos: Chillán p. 301) “El Negro”
CALFU QUEO, 1787, cac. pehuenche. En Junio de ese año el hermano del cacique
gobernador Ancanamún de los pehuenches de Malalhué , vio avanzar a 2000 huilliches contra ellos,
y eran del Cacique Calbiquén, cuñado de Limpay. El cac. Pinchitur, a duras penas, salvó su
hacienda.
Calfiqueo vivía sobre el lago de Antuco, al pie del volcán de ese mismo nombre. El río Laja
se vuelca desde grandes alturas sobre fantásticas cascadas hacia el lado chileno, hacia Los Angeles.
Bajo los títullos de Ancanamún, Pichintur, Currilipi, Rayguán, etc. veremos los vaivenes de esa
Guerra Pehuenche de avances y revanchas. Calfuqueo vio morir a muchos jefes y soldados de uno
y otro lado. El hacía contactos y correo con las tropas chilenos y tomó parte en varias expediciones
al Norte. En 1788 se peleó con el cac. Carripilún, entre el Fortín Primero de Mayo y Esperanza del
Zorro; lo atacó porque le había cautivado una hija en 1769, cuando Calfuqueo se negó a participar
en la sublevación general. Calfuqueo le exigió ahora que se retirase a Mamuil Mapú (La Pampa) y
él quedaría en Calvián Malal, en el Cerro Caicayén (En: Neuquenia II 1952 Nº 12 :Rendición
pehuenche por amor paterno).
El mismo sufrió el primer ataque de la Expedición de Esquivel Aldao, en 1792, mientras
acampaba sobre el río Picún Leufú. En el choque murieron 60 de sus indios, entre ellos los caciques
Millaluán, Quilapán y Llancamán y 160 cayeron prisioneros. Además perdieron 1500 caballos y
2000 ovejas. Pero Calfuqueo escapó y fue a dar la alarma a sus aliados. En enero de 1796,
Calfuqueo regresó de la otra banda de la Cordillera, enviado por los caciques Inaimán y Rayguan.
Hablaba de un segundo malón. (Arch. Mend. Doc. 18:28.1. 1796. El documento 21 del 17 de abril
habla de este fatal malón que trajeron los indios de Barbarco. Junto con ellos Calfuqueo y
Conuemain de Antuco irrumpieron las tolderías de Pichintur y mataron a este cac. gobernador, a
Ñancutripay, Güenucal y Cuntrurs y 6 mocetones más. Llevaron a muchas familias y haciendas;
dejarton destrizados los toldos y majadas, dejando a los sobrevivientes en una gran miseria. Pero el
8 de diciembre hubo un nuevo malón “de la Reducción del Capitán Salazar (como revancha);
saquearon y se llevaron haciendas y familias y mataron al cacique Catrielo y no saben cuántos más,
dice el parte del cacique. Los jefes que le atacaron fueron los caciques Maniqueo, Buchapang y
Levinirre (Arch Mend. Doc. 31 de 1797)
En 1806, el explorador Luis de la Cruz, que buscaba el camino a Buenos Aires por la
Pampa, en su informe nos da nuevas noticias del cac. pehuenche Calbuqueu de Antuco. Conoció su
toldo; habla de su mujer Petuy y de Trecalán. Su hijo, que ya era famoso, Calfuqueu, contó de sus
142
desgracias sufridas en la guerra y señaló como culpable principal al cac. ranquel Carripilún. Contó
cómo le cautivó una hija y que le exigió por su rescate, que se retirase de los huilliches. De la Cruz
convocó a los caciques pehuenches a un congreso para el 1º de Abril de ese año. Lo presidió el cac.
Calbuquen. Asistieron los caciques Pilquiñan, Levinirre, Manquelipe, Pichintur, Layló,
Puelmanque, Paillacurá, Trecalán y Carrilón. Calfuqueo fue el primero en ofrecer su ayuda al
expedicionario chileno y así el célebre viaje se hizo posible. Fue notable su discurso en el congreso,
en que recordaba los benficios recibidos por los españoles (De Angelis I. P. 127-130)
CALFUQUEO, 1819, cac. boroga, parinte del cacique mayor Ignacio Curriqueo. Su madre
era de la noble familia Quillahueque; su hijo se llamaba Manguiñ. Cuando la Guerra a Muerte
inflamaba de nuevo el área araucano, Calfuqueo y Curriqueo lucharon con sus indios del lado de los
realistas. Sin embargo T. Guevara (1910 p.134/36) averiguó que en Mayo de 1820 Calfuqueo,
Huancamilla, Treca y Lailó aceptaron un convenio de paz que les ofrecía en una conferencia el
Brigadier P.A. del Alcázar. Quiso ganarlos para la causa de los patriotas y romper así la resistencia
realista.. Ricardo Yaben cuenta que tuvo éxito. En cambio los realistas al mando de Vicente
Benavides fueron a atacarlo y pegarle una tremenda derrota. Benavides lo entregó traidoramente a
los indios enemigos, “los cuales a todo correr de sus caballos se lanzaron sobre Calfuqueo
ensartándolo en cien lanzas, esparciendo luego sus ensangretados miembros en medio de una
algazara infernal”. (R.Yaben: Biografías Militares I. p.80)
CALFUQUEO, Francisco (Pancho), capitanejo boroga, nacido en chile en 1795 y muerto
en Los Toldos (BA.) en 1885. Era pariente del cacique Ignacio Coliqueo, hijo de Curriqueo de
Huincul (Boroa). Lo acompañó duranten toda su vida. Vencidos en la Guerra a Muerte, emigraron a
la pampa argentina. Pero cerca de Guaminí, en el Asalto de Masallé, en Septiembre de 1834,
Calfuqueo huyó a 25 de Mayo pidiendo protección. Más tarde fue a vivir como Y.Coliqueo entre
los ranqueles y de allí en más conocemos su historia como miembro de la Tribu de Coliqueo y
llegó, en 1862, a La Tapera de Dïaz, el pimer Los Toldos (hoy cuatel del Partido de Gral.
Viamonte). Ya se radicaron en las seis leguas de tierras donadas por el Gobierno, debido a su
colaboración en la Guerra por la Unificación de la Argentina. Está también en la foto familiar del
Cac. Ignacio Coliqueo. Como indios amigos figuraban en listas del Ejército, él como capitanejo. En
el censo de 1868 le asignan 10 indios y sus familias. Su esposa se llamaba Rosa Railef, quien era de
Azul. En el entierro del Cacique Ignacio Coliqueo, en febrero de 1871, el hizo un discursao de
despedida. En 1873 también fue enviado como representante al entierro del cacique general Juan
Calfucurá en Salinas Grandes y asistió al gran parlamento del 3 de Junio de ese año. En 1874,
cuando se dirigió como otras embajadas para concertar la Paz con el gobierno en Junín, fue tomado
preso y enviado a la Isla García. Por insistencia de los Coliqueo fue liberado. En los libros
bautismales, en los que el misionero Pablo Emilio Savino en 1875/76 hacía sus anotaciones,
encontramos las anotaciones de los hijos de Pancho Calfuqueo: Carmela (nac. 1867), Anastasia
(nac. 1873) y Rosa Hueche. Angel Calfuqueo fue bautizado en la iglesia del Pilar con varios indios
compañeros del Batallón de Artillería, el 20 de Julio de 1879. En la tribu de Coliqueo hubo larga
descendencia de esta familia. Según el Dr. Max Castro, el capitanejo Pancho Calfuqueo habría
muerto en Los Toldos, en 1880. (vr el libro:Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos )
CALFUQUEO, Francisco,1961, capitanejo del cac. Feliciano Linares en Ancapán, en la
Agrupación mapuche Nº 17, a 15 Km. Al Oeste de San Martín de Los Andes (Neuquén), en una
zona inhóspita. Habían sido desplazados de San Javier. En 1961, la investigadora Mabel R. De
Bianchi lo conoció y calculaba su edad en 80 años y nombra a sus esposas, las hermanas Manuela y
Margarita Tropán. (En Cuad. Instit. De Investig. Folklor. 1961 p. 208)
CALFUQUÉN (Calfuquil, Calfuquir), 1870, cac. pampa. De este cacique tenemos una
descripción en las Memorias del estanciero Juan Fugl, quien visitó en 1870 su toldo cerca de Azul.
Por otra fuente sabemos que el 25 de marzo de 1834, Juan Man. De Rosas le había hecho
prisionero, llevándolo al naciente Fuerte de Azul. En 1870 vivía en una casa de ladrillos. Frente a la
entrada había unas siete u ocho lanzas clavadas en el suelo. Fugl debe errar al dar al cacique solo 40
años. Era un hombre grueso y algo desalineado, dice Fugl. Saludó al huésped, se sentó sobre una
cabeza de toro que cubrió un coginillo. Y para el huésped había tendido unas matras sobre el suelo.
La conversión se hizo en castellano, entre mate y mate. Después de un rato, el cacique mostró al
143
visitante sus dependencias; el toldo bajo de las mujeres, detrás de la casa. Estaba dividido con
tabiques de cuero y había lugar para la cocina. Unos días más tarde, el cacique devolvió la visita al
estanciero en Tandil. “No mucho tiempo después fue muerto con otros indios en una contienda con
la guarnición de Azul”. (Fugl: Abriendo Surcos, ed. 1955 p.127)
Efectivamente fue muerto en la Batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de 1871. Por
instigación del Cnel. Elías hubo ese enfrentamiento en el que sucumbieron los caciques Chipitruz y
Calfuquir; 700 indios fueron apresados y 600 se presentaron en el Fuerte Gral. Paz (Hoy Carlos
Casares) donde también fueron apresados (ver Chipitruz o Cipriano Catriel)
Calfuquir había sido un fiel indio amigo de la zona de AzuL.
CALFUQUIL (o Calfilqui) ver CALPISQUI, Lorenzo.
CALFUQUIR (o Calfunquir), 1819, cac. araucano de Río Bueno y Valdivia (Chile) ver T.
Guevara, 1910 p. 90.
CALFUQUIR, 1906, el Padre salesiano Juan Muzio visitó a un cacique Calfuquir en el
valle de Chubut. Etim.: Quirque-lagarto; calfú-pardo.
CALFU TRIPÁN (o Calboitripán), 1800, cac. pehuenche que vivía en el Sur de Mendoza,
sobre la ruta que llevaba a la ciudad. Había sufrido la Guerra Pehuenche. En 1800 llegó una gran
comitiva (tres capitanejos y 46 indios) a la ciudad, para visitar al gobernador y para reafirmar la
paz. 1806 lo visitó el explorador chileno Luis de la Cruz en Maucol, cerca de la Cordillera de Picón,
Mahuída (Neuquén). Lo señala como viejo y agradable (De Angelis I. p. 167)
CALFUTRUZ (o las variantes:Calfutú, Calbitur, Calbitruz, Cailbuthrur (Avendaño) 1832,
cac. de la agrupación boroga en Guaminí, con la que compartió los dramáticos acontecimientodos
entre 1832 y 1839 que se explayan en los títulos Rondeao, Cañiuquir y Melín. 1833 asistió a varios
parlamentos convocados por orden del Gral Juan Manuel de Rosas por el Cnel. Manuel Delgado
con los caciques Cañiuquir, Rondeao,Melín, Caniullán, Mariqueo, Calfutruz y Antivil. No se
pusieron de acuerdo. 8.6.33 firmó una carta con los grandes caciques. Rosas lo quería remediar
mandando algunas gratificaciones (200 $ p. Ej.) Luego los invadieron los chilenos. Figura en los
documentos aún después del Asalto de Masallé contra los indios borogas en sept. de 1834, pues
había logrado huir. Pero poco después, sobre todo después de la Matanza en Languayú, se sublevó
con los borogas sobrevivientes, lanzándose junto a los ranqueles al malón sobre Tapalquén, el 20 de
Agosto de 1839. Dos meses más tarde fueron rechazados por las tropas de Rosas.Ya antes, en 1837
la expedición de Ramírez y Eugenio del Busto a Leuvucó hallaron sus toldos y los del cac. Maulín
(Hux: Orígenes de Bragado).
CALFUY (Calfuimán), 1774, cac. pehuenche; con Marimán animaron al capitán chileno
D.Ignacio Pinner a buscar la Ciudad de los Césares. (C.Rusconi ib. IV. P.75 y 223).
CALHA LLÁN, 1787, cac.. pehuenche de Malalhue (Mendoza)
CCALHUEQUE o Cal-güeque, Calmege), 1790, cac. pampa o puelche, hermano de
Neculgüeque. 1820 se hizo famoso por su resistencia que hizo a las invasiones de M.Carrera y de
sus indios chilenos. Vivía entonces en Chaicalegú con un centenar de indios de guerra. En Enero de
ese año se hallaba asociado a los caciques Nicolás Quintana e Hipólito. Calhueque avisó entonces al
Comandante que tenían cercado cinco caciques (a Uñol, Coñuepán, Millao, Coapil y Huincatrú) y
que devolvían la hacienda robada en Salto (AGN S.VII. 10-4-13) En 1822 Calhueque asistió al
parlamento de paz convocado por el Cnel. P.A.García en Tandil. En enero de 1827 su tribu fue
atacado por la expedición del Cnel. Federico Rauch en el valle de las Sierras de la Ventana. En
1833, en vísperas de la Expedición de Juan Man. De Rosas, éste convocó a los indios pampas a un
nuevo parlamento de paz; primero en su estancia de San Martín y luego en Chacarita, en Buenos
Aires, al que asistieron además de Calhueque, los caciques Juan Catriel, Venancio Coñuepán y
Llanquelén, comprometiéndose a participar en la campaña. (AGN.S.VII. 10-4-13; Comando Gral.
Del Ejército: Diplomacia seguida III p. 298) Etimol: Lana de carnero indio.
CALI HUEQUE (Quzás Colihueque), entre 1555 – 1633, cac. araucano que actuó junto con
Colicheu en la Guerra Araucana de Chile. Su compañero fue muerto en una batalla que libró el
Gobernador D.Diego González y Montero. Calihueque huyó y más de 4000 indios pidieron en 1563
la paz (Gay: Documentos, 1876 vol. 22 p. 452)
144
CALIGÜINCA (o Colihuinca) 1787 a 1797, cac. pehuenche chileno quien participó en la
gran contienda de los pehuenches norteños y los sureños (Guerra Pehuenche) Para 1792 trajo de
Chile un equipo armado de fusil y a los caciques Lingamain y Caricón con sus indios (Diario de
Esquivel Aldao de la expedición de San Carlos hasta Zapala) Etimol: “Gringo rubio”
CALIMACÚ (o Calimacuy) , 1820, cac.ranquel de la agrupación del cac. Pablo y como
éste, se dejó envolver en la guerra devastadora de J.M.Carrera (1820/21). Pero en 1822 asistió al
parlamento de paz convcado por el Cnel. P.A.García en nombre del Gobierno de Buenos Aires.
CALIN, 1550, cac. huarpe de Calingasta de San Juan.
CALIQUEO ver Coliqueo
CALOANI (o Calloani), 1776, según el Censo de Diego de las Casas, era cac. pampa (De
Angelis IV. p.584) Vivía en Checalgo, cerca de Trobalauquen. En 10 toldos había 17 indios.
CALOA NAURE, 1573, cac. comechingón de Loclo Olaeta, Sierra de Vinacamche,
Córdoba; encomendado de Castaño (Montes, 1954 p.78)
CALO CHARABA (ver Calvi Charaba), 1587, cac. comechingón de Cachinan, en Tulián-
Cabiche, Córdoba; encomendado de Peralta (Montes 55)
CALOETRUZ, 1820, cac. ranquel que figura en la lista de los adictos de J.M.Carrera.
CALOPAN , 1881, cac. pehuenche de Neuquén, cautivado por el Gral. Ortega. Más tarde se
radicó o lo radicaron en Cuadro Benega, San Rafael, Mendoza (C.Rusconi ib. IV p.75) Etim.:
Pangui- puma; colü- colorado
CALPE ver Caipé.
CALPEMENU, 1678, cac. serrano (Robles p. 313).
CALPIA, 1771, cac. ranquel que vivía en el paraje “Isletas del Río Salado” en La Pampa.
Llevaba como apodo el nombre “León” o “Petizo Lincopán”. En septiembre de 1768 había invadido
en India Muerta (AGN S:IX. 1-4-1; 6.10.71) Etim.: Calpe-antü :”Sol de la Quebrada”
CALPI CHILIN, 1578, cac. comechingón de Cala Cara, valle de Concorán, Córdoba:
encomendado de Cámara (Montes p. 77)
CALPI NAURE, 1581, cac. comechingón del pueblo Calpi Naure, Bosque Alegre, Córdoba;
encomendado a la familia Mitre. (Montes p.84).
CAPI NAURE, 1581, es otro cac. comechingón del pueblo de Chaca Olaeta, Anisacate,
Córdoba; encomendado de Hernández (Montes p.85)
C A L P I S Q U I S, LORENZO
En marzo de 1779, Calpisquis que vivía en las sierras de Casuhatti. Cuando se acercó una
expedición a Salinas grandes los indios de la pampa convocaron a una Junta General. Lorenzo
Calpisquis participó en ese parlamento, una demostración de fuerzas, en los montes de Salinas
Grandes con los caciques Catruén (ranquel que vivía en Salinas Grandes), Lincopangui (vivía en
Cairo), Toró, Cactuquí , Catumilla y Cheuque huala (Changuegualá dice el doc.) con 600 indios
para impedir que fuera ya expedición de sal alguna a Salinas Grandes, prefirieron hacer ellos
incursiones a las fronteras; y delegaron al cac. Lincopán para que gestionara en Buenos Aires la paz
y libre comercio. A éste lo apresaron en la Guardia de Luján, porque lo tomaron como espía y lo
mandaron a las Isls Malvinas. (AGN,S.IX. 1-6-2 p.37s Y IX. 1-4-4 Doc 485). También el cac.
Cayupulqui fue apresado, cuando llegó hasta Buenos Aires (AGN. S.Ix. 1-6-5 p.164 y 1-4-3, p.39 y
83).
Y Buenos Aires prohibió todo comercio en la ciudad, lo que los indios tomaron como
declaración de guerra.
Sí, en Buenos Aires hubo clima de guerra y se abogaba por cerrar las fronteras con los
indios, impidiendo el comercio que solían hacer con el blanco. Betbezé, Sardén, Nicolás de
Quintana y Escribano propusieron establecer un Cantón en la Laguna de los Ranchos (Moncaut:
Ranchos p.75)
La alianza del cacique Lorenzo Calfilqui (AGN S. IX. 1-4-4) no pudo prosperar. El 10 de
diciembre de 1779 el virrey aprobó una formal entrada combinada (Ach.Mend-.Carp. 107). Vértiz
había consultado a los jefes miliares y prácticamente todos se inclinaron a llevarles a los indios una
guerra de exterminio. Sólo el fiscal decía que una propuesta de paz no podía desoírse. (AGN. S. IX.
1-6-2; Crivelli: Malones ¿Saqueo o estrategia?. en TH. No 283, Bs. As. enero 1991. p. 18)
Lincopangui había sido apresado como espía, para que no diese aviso a sus indios que una
expedición militar ya había salido a sorprender indios y estaban en las lagunas Cabeza de Buey y
Blanca Grande.
146
Los indios, conociendo los hechos, iniciaron entonces acciones vengativas. El 24 de
noviembre cayó el primer malón sobre la zona de Chascomús: otro sobre Río IVº (AGN. S. IX. 1
-4-3). En Navidad de 1879 700 indios con el cacique Cactuqui atacaron la Guardia del Monte. En
julio de 1780, Calfilqui maloneó por Cruz Alta (Córdoba). porque los pampas y ranqueles habían
hecho una alianza. (AGN. S. IX, 1 -4-3,f,61)
En agosto de 1780 tuvo lugar una junta general de 1.500 indios bajo la presidencia de
Calfilqui y de Guchulep (“valdiviano”) por los agravios y resolvieron dar golpes a la frontera y
luego enviar propuestas de paz. Así el 27 de agosto cayó un formidable malón sobre la zona de
Lujan al mando de Calfilqui, el Negro y el ranquel Quiliner; hasta indios chilenos y pehuenches se
les habían agregado; así eran unos 1000 indios, de los cuales mataron 50. (El Padre Salvaire:
Historia de la Virgen de Lujan, atribuyó la protección a laVirgen que los indios no hayan atacado el
poblado de Lujan. Se perdieron en la neblina. El cura anotó en el libro de difuntos 40 fallecidos,
agregando: "Los indios vinieron a vengarse."). El producto del malón se vendió en Carmen de
Patagones y en Chile.
Desde entonces, los indios se mantenían en estado de alerta haciendo ejercicios de armas
(Crivelli en Todo es Historia 1991 y AGN. IX. 1-7-4.
Al mismo tiempo la masa de ranqueles forcejó contra la agresividad del Gobernador de
Mendoza, Gral. José de Amigorena. Pero éste los desplazó de la Pampa y provocó la Guerrra
Pehuenche (Hux, Caciques Pehuenches, Ed. El Elefante Blanco, Bs. As. 1991) También hubo
malones en Melincué y Rojas.
Por la reinante sequía no hubo expedición punitiva. Efectivamente, los indios volvieron a
enviar emisarios para avisar a las autoridades de Lujan que ellos estaban dispuestos a concertar un
tratado de paz con la condición de que pusieran en libertad los presos en Buenos Aires, si no,
continuarían sus irrupciones". (AGN. S. IX. 1-6-2, f. 170) También Calpisqui mandó al cautivo
Zamora a Buenos Aires y el Virrey Vértiz lo reenvió con la propuesta de 16 artículos “inaceptables”
(Levaggi 1995 p.122ss) Desde las Sierras de Casuhatti Calfisqui mandó al cac. Guachán, alias
Maciel al piloto F. Viedma; pero su respuesta eran sólo barriles de aguardiente (Nacuzzi, 1998
p.150) .Otra visita a Carmen de Patagones, en junio de 1781 decía que Calpisqui estaba reunido con
los caciques Toro, Maciel, Catumilla, Villaviqui, Pancacín y Talquaquia. Pero después apareció
Juana, sobrina de Calpisqui para vender caballos y dar noticias del tío. Entonces mandaron peones
para rescatar cautivos. En otra oportunidad, Calpisqui ofreció ganado que había podido adquirir de
los ranqueles “nación amiga”, y daba noticias de sus desplazamientos y mudanzas de toldos.
(1781) El Gobierno de Buenos Aires no aceptó el ofrecimiento y por eso se preparó otro
malón. Calfilqui, Guchulep con el agregado de indios tehuelches del cacique Cabral se reunieron a
orillas del "Arroyo Pantanoso" (Tapalquén). En noviembre avanzaban bien armados y con cautela
hacia la tronera de Chascomús. No obstante, las tropas estaban alertas. Juan de Sardén los enfrentó
el 24 de noviembre y fue rechazado y salvó a la tropa del quemazón entrando en una laguna desde
donde se defendían a tiros. Los indios se retiraron al trote sin ser perseguidos. Por eso Sardén tuvo
que responder a un juicio militar y fue deportado a España.
Los indios presionaron, porque no habían aceptado propuestas de paz y por vengar afrentas
recibidas (Crivelli en TH 1 ..1991 da más detalles). Después de otro ataque a la frontera de
Melincúe (23.2.81), hubo nuevamente una gran junta de caciques de la zona: Catumilla, Falci,
Pañancio, Cayumán y 4 más con el cac. Toró (Zizur p.80), luego también Guachán (alias Maciel) y
Alcaluán, Chumiante, Llancagré y el hijo del difunto cac.. Lepín. Zizur menciona a Catruén de
Salinas Grandes quien había sufrido el secuestro de su padre; ese era emparentado con Calpisquis.
También Lorenzo López su sobrino intervino en las discusiones (Zizur p.80-92) Se ofrecieron
obsequis. Los ranqueles le dieron a Calpisqui un precioso poncho. Cayupulqui tenía sus toldos cerca
de las Sierras de la Ventana, algo distante de su hermano.
CALPISQUIS , EL LIDER INDISCUTIDO CONVOCA
En Febrero de 1780 Calpisquis, el lider indiscutible, renovó sus propuestas de paz, por un
cautivo enviado como emisario. Si no volvía antes de un mes con propuestas de paz, "Buenos Aires
sería atacado por todas partes".
147
El Virrey, que tuvo noticias de la Sublevación del cac. Tupac Amaru en Perú, mandó a
algunos prisioneros y una carta que contenía las condiciones para un tratado de paz. El 5 de abril
este emisario volvió con cautivas liberadas y como el Virrey se inclinó a hacer la paz, el Consejo de
Guerra aprobó que se hiciera un tratado de paz. Calfilqui pudo proponer sus condiciones. En
agosto de 1781 18 caciques hicieron una propuesta de paz. Entonces Vértiz envió al lenguaraz ofiial
Luis Ponce, a Sierra de la Ventana, anunciando que se haría de inmediato la paz. Entre tanto
Calpisqui hizo un viaje de dos días a las tolderías del Río Sauce para conseguir más cabllos.
En un comunicdo del 3 de Noviembre de 1781 leemos que el lenguaraz Faustino Medina
que en su oportunidad le habían entregado en Buenos Aires para hacer una gestión en la toldería, 11
chinas cautivas y tres indios, siendo el primero el cacique Cayupulqui, el segundo un sobrino de
éste y el tercero un indio llamado Lorenzo; además la mujer de Lorenzo, dos chinas y un indio más.
Que esto sucedió en la Guardia del Monte, de donde Cayupulqui y su sobrino se huyeron; que la
comitiva antes de llegar al arroyo del Salado fueron recibido por unos 30 indios armados de coleto y
lanza. Con ellos caminaron a los toldos. Estaban en peligro de ser atacados. Los indios no creyeron
en las proposiciones de paz y decían que los cristianos estaban siempre engañándolos Uno decía
que había que cortarle la cabeza por la matanza en “Los Cerrillos” donde murieron su padre y su
madre. Y lo agredió con un cuchillo, pero el emisario pudo escapar. (C.Moncaut Ranchos p. 130 s.)
El 12 de octubre partió hacia las tolderías de Casuhatti el piloto Pablo Zizur para devolver al
cacique Cayupulqui, para sellar un acuerdo de paz con los caciques de las Sierras, y explorar el
camino desde Luján al Fuerte de Carmen de Patagones. -La tropa de Biedma de Carmen de
Patagones expedicionaban en la Cordillera-. En realidad el cac. Pascual Cayupulqui había logrqado
escaparse de la prisión de la Guardia del Monte, donde le habían retenido. (Zizur 1781) De ese viaje
de Zizur tenemos un relato extenso (publicado en 1973 por Vignati). Dice que había encontrado
unos 60 toldos, 1000 indios de armas y otro tanto de chusma; mucha caballada y muchas vacas. Dos
meses permaneció Zizur allí: hubo parlamentos y momentos críticos. El 27 de julio de 1782 recién
se haría el acuerdo. Por el agravio hecho a Cayupulqui, su hermano, Lorenzo Calfilqui puso sus
objeciones. (AGN, S. IX. 16-3-6 Diario de Zizur y IX 9-8-3)
(1782)Finalmente se firmó el Tratado de paz, reproducido en Juan Mario Raone: Fortines
del desierto. 1969.1. p. 289)
"En la ciudad de la Santísima Trinidad, Puerto de Sta. María de Buenos Aires, a 27 días del
mes de julio de 1782. En consecuencia de lo dispuesto por el Exmo. Sor. Virrey con fecha del 15 del
corriente sobre los puntos que propone el cacique Pascual Cayupulqui en nombre de su hermano
Lorenzo Calpisquis para que se le conceda como preliminares de la que se está tratando. Hice
comparecer... y al cacique Cayupulqui para que en presencia de todos propusiera nuevamente los
partidos que por ahora solicitaba, para establecer la paz; y habiendo ejecutado por medio del
lenguaraz Almirón y reduciéndose a que se le permitiera a los indios de su nación "aucar" y potrear
en las campañas inmediatas (a la frontera) sin que se les incomode ni se les haga perjuicios por las
partidas exploradoras y guardias de la frontera, se acordó de común acuerdo en señalarle a dicho
cacique y a los suyos los parajes y límites hasta donde deben (pueden) llegar, con tal que no se
excedan de ellos que, con otras condiciones que se le propusieron, aceptó dicho cacique: son los
siguientes:
148
Respecto a que la extensión de estas campañas es dilatada y que franquea su utilidad a todas
las naciones de indios que las pueblan, sin perjuicio de nuestros usuales territorios, siempre que se
contengan en los que son a ellos proporcionados. se le concede al referido cacique y a su hermano
Lorenzo el que pueden potrear en las campañas incultas que "están a los frentes de los Fuertes de
Chascomús hastael Rincón de Tuyú y Corral de Vezino, desde el frente de los Ranchos hasta la
lguna de Camarones, del Fuerte del Monte hasta la Laguna Blanca y desde el frente de la Guardia
de Luján hasta el paraje llamado Palantelén en esta forma sin poder ocypar otras extensiones fuera
de los límites referidos por motivo alguno, y si lo hicieren, principalmente si pasaren de Palentelén
que es el camino de Salinas, deberán tenerse y tratarse como enemigos y como que fallasen a lo
estipulado.
"...Será del cargo del referido cacique y su hermano y desde luego se obligan a darnos avisos
anticipados siempre que los Indios Rancacheles (enemigos suyos) con quienes estamos en guerra,
intenten atacar nuestras fronteras y se comprometerán desde ahora a auxiliarnos recíprocamente
para hacerles la guerra a esta nación, atento a que, siendo contrarios de ambos partidos, sean
castigados con más facilidad por nuestras superiores fuerzas o reducidos a una paz general...
"Instruido por el lenguaraz palabra por palabra de lodo lo relacionado, ofrece el referido
cacique en prueba de su agradecimiento y satisfecho del buen trato, hacer venir a su hermano
Lorenzo a concluir enteramente las paces, trayendo en su compañía todos los cautivos y cautivas
que están entre ellos y cangearlos por los indios e indias que hay en esta Capital, aptos para
entregárselos y que no se comprendan los de clase de cristianos que por ese tratado queda negada su
extracción. Y asimismo ofrece auxiliar, por sí y por los suyos hasta el paraje de su destino, al
chasque que con pliego del Exmo. Sor.Virrey se dirige a los establecimientos de la Costa de
Patagones, asegurando que no debe quedar recelo en su conducción.
"De todo lo que aquí va expresado ha dado muestras dicho cacique de estar entendido,
haberlo aceptado y ofrecido su cumplimiento, sintiendo y manifestando con vivas demostraciones
no poder el mismo venir con su hermano Lorenzo y demás amigos a formalizar la paz por ser
preciso quedarse en los Toldos, para que sus indios se mantengan pacíficos. Y no teniendo que
agregar firmamos este tratado en dicho día. mes y año.
Diego de Salas - Jhp. Miguel Salazar - Matías Corro - Juan José Sarden - Francisco Leandro
Sosa" (AGN, S. IX, 30-8-3)
Los indios de Calfilqui exigían se reconociera como límite el río Salado y el Gobierno de
Buenos Aires quería vía libre a Carmen de Patagones, y ayuda en la guerra contra los ranqueles, al
mismo tiempo que el Gobernador de Mendoza. F. de Amigorena, quien llevaba la guerra con los
pehuenches.
Calfilqui mantenía, entretanto, buenas relaciones con Buenos Aires. En enero de 1783 visitó
al explorador capitán Basilio Villarino y le prometió acompañarlo desde su tierra hasta Valdivia ida
y vuelta y franquearle los caballos que necesitara. En marzo se hizo la expedición (AGN. IX. 16-4-
6). En cambio, se opusieron junto con los ranqueles a la nueva entrada de Juan José Sardén, quien
se disponía ir con 199 hombres a Salinas Grandes. Incluso, se produjo un choque armado en
Bragado, "batalla sin éxito", decía Salas al Virrey. (AGN. S. IX. 30-1-2)
Pero el Gral. Amigorena de Mendoza había realizado ya 4 expediciones contra los indios del
sur y Pinazo y Balcarce proponían una entrada general combinada de exterminio. Pero quizás por
eso los indios puelches y los ranqueles lanzaron nuevos malones contra la frontera: atacaron las
rutas de tránsito, en Chascomús y Magdalena (en mayo), en la Guardia de Lujan y Navarro y “La
Choza” (en agosto) y en septiembre a Río Cuarto. Se suspendió la expedición a Salinas Grandes.
Pero este era el año en que se exportaron más de un millón de cueros. Además el Gobernador de
Chile avisó que entre los hulliches y los de Maquehua se preparaba un malón a la pampa de Buenos
Aires.
VARIAS TENTATIVAS de los militares combinados
El 20 de agosto de 1783. al mismo tiempo que el Virrey Vértiz elaboraba un plan de entrada
general combinada, se confederaron ranqueles, pampas y tehuelches en malón sobre la frontera de
Lujan y Navarro, exigiendo la devolución de prisioneros notables y suspensión de expediciones a
149
Salinas Grandes, "sino allí nos veremos las caras" (AGN. S. IX, 1-5-1 y 1-6-2). Y el cacique
Charaví avisó al alcalde de Navarro que si no le enviaba su hermano, en Salinas Grandes "yo les
daré sal"(ib. 1-4-6). En tanto, el piloto Manuel Pinazo propuso efectuar una fuerte expedición:
batida grande con milicias de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, exactamente como lo iba a hacer
Manuel de Rosas y J. A. Roca un siglo más tarde. Pero la aprobación del Rey tardó un año. Así se
frustró por el momento la gestión por un tratado de paz.
Pero el Cnel. Balcarce entró con un total de 2.800 hombres (875 de Córdoba a las órdenes de
Sobrcmonte y 959 a las del comandante Amigorena de Mendoza) "para castigar a los indios".
Acusaban principalmente al cacique Calfilqui de haber violado el tratado de paz.
A pesar de que se había estudiado perfectamente la ubicación de sus toldos y el número de
sus indios (AGN. S. IX. 1 -7-4), pudo evadir el enfrentamiento. Desde Sierra de la Ventana mandó
una propuesta formal para concertar la paz (ib. 1-6-2. Carta de Balcarce al Virr ey Loreto). La tribu
de Catruén, sí, tuvo grandes pérdidas: como 100 bajas y 80 mujeres cautivadas
Y no desistió de esa su propuesta, aunque fueron invadidos otra vez por Juan de la Piedra
desde Carmen de Patagones, quien creó que sería tarea fácil sorprender a los serranos. A éste le
salió mal la cometida. Fue rodeado por los indios, los jefes apresados y sacrificados y los demás
soldados auxiliados con carne y escoltados para su regreso, a Carmen de Patagones, exigiendo canje
de prisioneros. Esto ocurrió en la segunda mitad de enero de 1784 (Documentación AGN. S. IX. 8-
1-16 y 16-4-2. Una época de muchos acontecimientos que aquí no pudimos detallar). El alférez
Lázaro Gómez era el que condujo la tropa de sobrevivientes a C. de Patagones y celebró allí un
último parlamento. Meses más tarde el cac. Calpìsqui dio libertad a los cautivos, entre ellos el padre
de J.M. de Rosas, el Tnte León Ortiz de Rosas.
Podría enumerar muchos tratados de paz que en esos años se han celebrado entre los
pehuenches y en Chile. Pero el de Lorenzo Calpisquis se sellará definitivamente en el año 1790 y
quedó en vigencia para todo el resto del gobierno colonial. Los indios, pues. toleraron las anuales
expediciones a Salinas Grandes.
En Junio de 1784 llegó una carta de España que decía que el Rey deseaba el exterminio de
esos bárbaros infieles (AGN. S.IX. 25-4-8), cuando anteriormente había recomendado buen trato y
amistad con los grupos indígenas. El Virrey Loreto, sucesor de José de Vértiz dispuso encarar el
exterminio. Al mismo tiempo que llegó esa carta, el cac. Calpisqui envió una de sus esposas, a
María Francisca, junta con un indio criollo de la Reducción que habían puesto los Padres Jesuitas
que se llamaba Joseph Llampallo y otros, para pedir el tratado de paz en nombre del cac. Calpisquis
y que los demás caciques estaban conformes. Que con él estaban los caciques Negro, Toró, Calfiao,
Catumillán y el sobrino Lorenzo que se llamaba también Catumillán, Pinsumia, Aculia, hermano del
cac. Negro y Maciel. Que 2000 indios estaban con Lorenzo Calpisquis.
En agosto llegó otra comitiva al Fuerte Ranchos con propuestas similares y pidiendo canje
de la mujer de Calpisquis, retenida como rehén, trayendo dos cautivos.
Entre tanto, el Virrey exigió la presencia de los caciques principales, enviando una propuesta
de paz de cuatro artículos. (AGN. IX. 1-7-4). También los caciques del Sur con Churlaquí pedían la
paz; que ya eran amigos los serranos. Que Lorenzo quería establecerse en Tapalquén, el Negro en
Sierra del Bolcán y otros en Sierra de la Ventana. El documento Nº 52 del Libro Ranchos de
C.Moncaut, fechado el 17 de Junio de1784. Que una comisión venía de la Sierra de la Ventana,
donde residía la tribu de Calpisquis y del cac. Negro, quien vivía con sus indios en otra sierra, más
adelante. Venían a pedir la paz . Avisaron que los indios de la parte de las Salinas querían hacer una
entrada, pero que el cac. Calfiqui los había “sostenido”. Retuvieron a los emisarios en Luján “hasta
que V.M. me avise qué debo hacer con ellos”.
Otro documento del 10 de Octubre de ese año, que otra partida había llegado, enviada por el
cac. Catumilla para que averiguasen si el Virrey hacía la paz solo con el cac. Lorenzo Calpisqui o
para todas “las naciones” y para rescatar dos sobrinas del cac. Catumilla.(C. Moncaut ib. p.175) El
documento Nº 55 el 1 de Noviembre del mismo año dice, que en la Sierra de la Ventana se habían
reunido todos los caciques principales y envíaron al cac. Negro, su hermano, también cacique, y
una respetable comitiva y que pedían permiso para ir a Buenos Aires a verse con el Sr. Virrey.
150
1787 Manuel Pinazo hizo una gran expedición a Salinas Grandes y nos dejó un notable
diario. Intervinieron 336 carretas, 22 carretillas y 9 carretones. El cac. Catruén, hermano del cac.
Calpisquis, con sus indios vino a su encuentro y les mandó un recado diciendo que los esperaba
para el trueque y comercio. Acudieron también los caciques Antonio y Truenquene. Sí, hubo
frecuentes encuentros pacíficos (Moncaut. p. 203 y 230)
Recién en 1790 se llegó a firmar la paz, coincidiendo con una expedición anual a Salinas
Grandes. Y ésta paz durará hasta 1810.
Uno de estos jefes expedicionarios camino a Salinas Grandes, el Capitán de Blandengues
Juan Antonio Hernández, tuvo un largo encuentro con el cacique Lorenzo Calfilqui. El 3 de mayo
de 1790 parlamentaron en la laguna Cabeza de Buey (Partido de Bolívar). El cacique traía 500
guerreros. Luego fueron al campo de Guaminí, donde convino el Capitán Juan Antonio Hernández
con 14 caciques (entre ellos Antequén, Catemilla, Quintún y Huechal AGN IX. 1-4-3))- en cinco
puntos, el principal, el reconocimiento de su territorio hasta el Río Salado. Para la redención de
cautivos usaron dineros provenientes de las limosnas reunidas por los Padres Mercedarios. El
juramento de los jefes españoles e indios se hizo según usanza de los indios '"dándose la mano y
levantándolas hacia el cielo". Los expedicionarios prometieron respetar sus tolderías al norte del
Bolcan, de Tandil, Sierra del Cuello, Cairo, Arroyo de Tapalquén (Tapalchén) y de la laguna
Tenemiche (Blanca Grande), donde criaban sus invernadas. El cacique Calfilqui (Calpisqui) será
reconocido como jefe de todas las pampas y "de esta nueva República" (sic). reconociendo como
límite el Río Salado y garantizando la libertad de comercio en la frontera, como se había estipulado
ya en un tratado de paz en 1742. (AGN IX 13-8-12 y 24-1-6; el Acuerdo de la Junta Superior de
Buenos Aires a su Majestad RAH Academia)
El 15 de Septiembre de 1890, el cacique Lorenzo Calfilqui (Calpisqui) viajó también a
Buenos Aires, donde se ratificó este tratado. Le acompañó el excautivo Blas Pedrosa, quien había
sido cautivo del cac. ranquel Antuán Este tratado de paz selló y concluyó la Guerra Puelche
Serrana de 1779 a 1790, figura entre los tratados internacionales de España. (AGN IX 24-6-8. un
diario de siete fojas. Abregú y Bertondo: Gran colección de tratados de paz: de España)
Juan A. Hernández, al elevar la documentación de su actuación, hacía ver al Virrey que era
necesario darles lo que les habían prometido, que así se avendrían otros caciques y tribus a la paz.
Recuerda que en Chile se hacían grandes gastos y esfuerzos en favor de la paz con los indios: que
allí funcionaba a expensas del Rey un colegio para los hijos de caciques y gastaban anualmente
muchas sumas en regalos durante los parlamentos, (ib.)
El Gobierno de Buenos Aires se alertó, ya en 1791, cuando supo que desde Villa Rica (en
Chile) habían llegado refuerzos a Calpisqui: los caciques Caneculú, Tapalasquén, Mari Coly,
Filungún y 96 huilliches que se asentaron junto a ellos en Tapalquén. El año siguiente se les unió
otro contingente: los caciques Sayi Ñancu (Román), Grani Hagüel y Caipe Güeyu (Priegue, en
ETNIA II 1. p. 6). Estos, durante la guerra pehuenche buscaron protección y ayuda. Hubo también
grandes parlamentos en San Carlos de Mendoza y en Negrete en Chile. Asimismo, el cacique
Calpisqui convocó a Salinas Grandes una gran junta de caciques, a la que acudieron, entre otros:
Tintibur. Caniupayún, Toro, Caripilún. Guayquiné, Quintrepí, Trecalén (el hijo de Calfuqueo),
Nahuelpán. Llancabuena, Gualquiné. Oquinagüel.y Epumer. Venían con pasaportes y señas: "Un
Peso Fuerte taladrado, colocado sobre el poncho a la altura del corazón" (Arch. Mendoza. 21-
3.1794). Deliberaron cómo pacificar a los pehuenches de Malargüé que estaban a las órdenes del
cacique Pichintur. apoyado por el gobierno mendocino. Este cacique, a su vez. había convocado a
una junta de paz. Pero estos movimientos pacifistas sirvieron sólo para reforzar las alianzas para la
guerra. Entonces, el gobierno de Mendoza mandó al Cap. F. Barros a una nueva expedición contra
las tribus del cacique gobernador de Barbareo, cac. Rayguán. El choque tuvo lugar en marzo de
1896 y el ataque de revancha en Malalhue, en abril del mismo año. Un grandioso parlamento
general, celebrado en Chillan en 1797, parecía haber finalizado la guerra pehuenche de medio siglo.
El gobernador Amigorena de Mendoza convocó, además, dos parlamentos, uno en 1798 en San
Carlos y otro, en 1799. en Malalhue (Malargüé).
151
Lorenzo Calfilqui en marzo de 1794 hizo una junta grande para dar su respuesta a los
caciques pehuenches animándo a los caciques Caniupayún y Carripilún, sus embajadores, a hacer la
paz. Más adelante ya no figuró entre los caciques : el cac. Lorenzo Calpisqis había fallecido en
1796. Su pariente,el cac. Quentrepí envió entonces un chasque a Buenos Aires para dar aviso de la
muerte del Cacique Lorenzo Calpisquis (AGN.IX. 1-5-2.p.2 y 1-6-5 p.570).
Bien merecería una biografía más completa. Sé que mis investigaciones no han sido
completas, ni se ha estudiado bien a fondo esa documentación de la época colonial, que a su vez
nunca fue asentada completa ni totalmente objetiva. Al parecer el sucesor inmediato de Calpisquis
era el cac. Quentrepí.
CAYUPULQUI, Lorenzo , hijo del cac. Lorenzo Calpisquis, arriba reseñado, aparece como
cacique en 1810 en el Diario del Cnel. P.A.García en oportunidad de su viaje a Salinas Grandes. (De
Angelis III p.231). A partir de la década del año 1820 se lo nombra con frecuencia. Después de la
malograda primera expedición del Gobernador Rodríguez contra los pampas, éstos, temiendo otras
medidas de fuerza, enviaron al cacique Cayupulqui, diplomático y versado en castellano a
entrevistarse con el Gobernador. Propuso un Parlamento de paz. P. A. García decía entonces que "el
cacique Cayupulqui hablaba con generalidades sin determinar el número de concurrentes ni el punto
en que encontrarse..." Por eso el Coronel mandó a su capitanejo Antiguán para que convocara a los
caciques a un parlamento en la Sierra Curacó (Olavarría) en la toldería del cacique Lincón.
Cayupulqui entre tanto quedaría detenido como rehén. Antiguán volvió muy pronto diciendo que
más de 15 caciques estaban dispuestos a concurrir. Por eso el Cnel. García emprendió su famosa
expedición pacífica a las Sierras de Tandil para proponer a los caciques pampas un tratado de paz.
Cayupulqui pudo acompañarlo e intervino favorablemente en las reuniones. (16.5.22)
Lamentablemente esa paz jurada duró poco. El "güinca Rodríguez" los hizo atacar de nuevo para
quitarles las tierras del sur hasta Tandil (Véase Lincón y Ancafilú). Otro hijo se llamaba Chisca,
1825 (AGN Biedma VII 10-4-14
Sabemos que a la par de la anarquía política la pampa fue convulsionada por diferentes
movimientos, particularmente por los chilenos J. M. Carrera y los hermanos Pincheira„ pero
también por la inmigración de varias tribus chilenas durante la Guerra a Muerte, la que
prácticamente se vino a proyectar sobre nuestras llanuras. El Gobernador M. Rodríguez quiso
dominar la situación por la fuerza. Al asumir J. M. de Rosas la Comandancia General de las tropas
bonaerenses, desempeñó también una gestión de pacificación por medio de "negocios de paz" o
parlamentos de paz. Efectivamente durante 1825 y 1826 se celebraron importantes concentraciones
y parlamentos de paz: Rosas en Tandil: (Arch. Hist. La Plata: Primer Congreso. v.III p.135). los
Hnos. Oyuelas en la zona de Bahía Blanca, en Epecuén y en la laguna de Guanaco. Cayupulqui
estuvo en Tandil donde fue regalado por Rosas. También Quilapán y Victoriano, caciques que son
llamados hijos del cacique Lorenzo, tíos(¿?) de este Cayupulqui. participaron en estos movimientos
pacifistas (AGN.Biedma S.VIII 10-4-14). Pero por la irrupción de unos 4.000 indios adictos a los
guerrilleros chilenos rompieron el orden y la paz. También el Gobierno chileno había mandado unos
1.000 indios patriotas a las órdenes de los caciques Melipán y Coñuepán, acompañados de un
regimiento de coraceros chilenos y vinieron en persecución de los realistas (Pincheirinos). El primer
choque se dio en Salinas Grandes y otro el 11.9.1826 en Los Toldos Viejos, en la cercanía de
Dolores. En el choque murieron más de un centenar. Allí yacía también el cadáver del cacique
Pascual Cayupulqui y otros parientes de Lorenzo Cayupulqui. Haciendas y familias fueron
arrebatados por los pincheiristas.
Poco después, el Cnel. Federico Rauch en su expedición punitiva alcanzó también a este
resto de indios, aunque no habían sido infieles a su compromiso.
(Etimología: Cayú- "seis flechas").
CALQUILLÁN, 1823, cac. ranquel que pertenecía al grupo del cac. Llanquetruz (IIº). El 25
de abril de 1823 firmó entre otros en la toldería de Hilgüe una solicitud dirigida al Gobernador
J.B.Busto de Córdoba, pidiendo interviniera para restablecer la paz turbada por el Gral. Carrera y la
indiada del Gral. Estanislado López de Santa Fe. En diciembre de 1825 asistió al parlamento de paz
en la Laguna del Guanaco, al sur de Córdoba y más tarde, en el Arroyo Pecuén. Pero durante la
Expedición al Desierto combinada en tres fracciones, le tocó luchar con Llanquetruz en la batalla de
152
las Acollaradas, el 16 de marzo de ese año. Más tarde lo encontramos nuevamente en gestiones de
paz y por consejo de J.M. de Rosas se radicó cerca del Fuerte Federación (hoy Junín) junto a su
suegro, el cac.Santiago Llanquelén.(AGN Biedma S.VII 10-4-14 y R.Pérez: Apuntes para la Hist.
De Junín p. 31) En un censo de dicha tribu figura con 26 indios de lanza, 21 mujeres y 20 niños; es
decir, la guerra los había reducido. Le esperaban aún grandes sufrimientos, porque en 1838 y en
1861 su gente fue atacada (ver Llanquelén). Sus últimos descendientes Manuela, Martín y Lorenza
Calquín estaban incorporados en la tribu del cacique Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs. As.).
Etim.: “Perla del Águila”
CALQUÍN (o Güille Calquen), 1830, cac. tehuelche. Para distinguirlo del homónimo
ranquel tenemos que tomar en cuenta su habitat al sur del Río Negro. Vivía junto al cac. Cayupán en
gran pobreza. Durante la Expedición al Desierto, la columna de J. M. de Rosas los atacó. Cayupán
fue muerto y Güillicalquín fue tomado prisionero por la campaña del Sarg. Mayor L. Ibáñez al
mando de 250 hombres. La sorpresa tuvo lugar el 16 de octubre de 1833. Mataron, según el parte, a
20 indios y apresaron a 75. En el primer momento Cayupán y Calquín escaparon, pero poco después
cayeron en la red. El hambre y el amor a las familias no les dejaron huir más lejos. Así se entregó
un centenar y los jefes indios, Catruén, Calfuén y Nahuelán. (AGN X. 27-5-5)
CALQUÍN, Martín, 1834, capitanejo del cac. Juan Catriel en Azul. Era sobrino del cacique
pampa. Algunos documentos lo nombran, señal de que se destacaba por su valor. El Gral I. Rivas lo
llamó “forajido”. (A.Valverde:Antecedentes.de Olavaria p.229). En 1856 se presentó con una
embajada en Salinas Grandes para conversar con Calfucurá (S.Avendaño: Memorias de un
Excautivo)
CALQUINCA, Don Nicolás, 1690, cac. huarpe de Mendoza, de la encomienda de Catalina
Roco (Arch. Mend.) Estaba casado con Pascuaza, originaria de las lagunas. Vivía en Cruz Alta
(Doc.13 de 1698) a orillas de la laguna de Guanacache; encomendado al Maestre de Campo D.
Francisco de Herraso. Tenía unos 40 años y le llamaban también Nicolás Talquinca.
CALQUITRÍN, capitanejo ranquel. 1840 se dice que era hermano de Quirón.
CALUBI NAVAN, 1573, cac.. comechingón del pueblo Calaba, Coscorrón, Córdoba
encomendado de Yrobe
CALUENDE, 1834, cac. tehuelche que figura en un tratado de paz concertado con el
Comandante S. Olivera (AGN. Biedma S.VII 10-4-14: 26.9.34)
CALVAÍN (CALVAÍN GUOR. Galván. Galbán, Calvan): 1844-1857 cacique general de los
ranqueles de Leuvucó. Era hijo mayor del famoso cacique Painé (Guorr) y hermano de los caciques
Mariano Rosas y Epugner. Esas biografías pueden completar los datos que aquí asentamos. En
compañía de su padre había sufrido la larga persecución que J. M. de Rosas a sus tribus, hasta que
Painé aceptó en 1840 un tratado de paz que los comisionados le ofrecieron en Azul. Las fuerzas del
cacique padre iban declinando, entonces Calvaín y Pichún (de la tribu de Toay) atendieron los
asuntos públicos. Después de la inesperada muerte del cacique Painé, organizó el espectacular
entierro con una inusitada turba de mujeres, que él señaló como brujas responsables de la muerte de
su padre. Así empezó su gobierno con autoridad indiscutida.
Desde que J. M. de Rosas tomó como blanco de sus guerras a los ranqueles y más desde que
éstos admitían la presencia y actividad política del refugiado Manuel Baigorria, hubo una serie de
expediciones, malones y choques; pero también muchos intentos de restablecer la paz que Painé
había firmado por sus emisarios en Azul y con Rosas, acosado por la guetrra sucitada por los
llamados unitarios. Sólo brevemente iremos señalando esa época infausta.
Poco antes de la muerte de Painé unos 70 ranqueles conducidos por Manuel Baigorria
invadieron la Provincia de Buenos Aires y fueron rechazados en el combate de Chañarito. Poco
después de la muerte de Painé (Sept. de 1844) trajeron un malón a Cabeza de Tigre.
Entre tanto, el cacique Calvaín reanudó las gestiones de un tratado de paz con el
Gobernador de Buenos Aires y más con el Gobernador de Córdoba, quien le pidió en carta del 21 de
Marzo de 1846 “continúe las paces como las llevaba su finado padre. Tengan cuidado de no invadir
en esta Provincia ni en San Luis; que las invasiones que ellos deben hacer han de ser sobre las
Provincias de Buenos Aires y Santa Fe, como Baigorria lo ejecutaba con una masa de novecientos
153
Indios y han regresado hoy, desde Güa Güaca a consecuencia de falta de agua y la mucha caballada
que se le murió”(Arch Córd. Gobº.T.200 p.438
El 1º de Febrero de 1845 se presentó en Azul una comisión encabezada por el hermano
menor del cacique, llamado Guichal con otros capitanejos. Pero las gestiones durarían más de un
año.
En el mismo mes Baigorria con los indios del cacique Pichún invadieron el sur de Santa Fe
(combate en el Zapallar, el 19.2.45); en Abril malonearon en la Provincia de San Luis; en
Septiembre (900 indios con Baigorria, Saa y puntanos refugiados) sobre el Arroyo del Medio y el
mismo mes en San José del Morro. Era la época en que el malón juntaba hacienda para el trueque
ilegal con Chile y para debilitar los recursos de las posiciones rosistas, a la vez que avanzaban las
tropas unitarias.
Parece que el cacique Calvaín no se dejó envolver en estos negocios. En Abril de 1846, el
cacique Quechusdeo había invadido a Achiras. El cacique Calvaín, entonces, ordenó apresarlo,
porque no quería perder las buenas relaciones con Córdoba. Pero dos meses más tarde, bajo la
influencia de los unitarios (Baigorria). se dispuso a invadir a Río Cuarto, acompañado de Pichún,
Guayquignerr y sus indios (Arch. Córd. Secc. Gob. T. 204 E, leg. 5 f. 273).
El 13 de Junio de 1846 se avisa que hacía quince días que los indios ranqueles tuvieron un
gran parlamento en lo del cacique Calvaín, decidiendo que se abstendrían a invadir especialmente a
la Provincia de Córdoba. (A.G.N. VII 1-3-2)
Rosas hizo un gran gesto con los unitarios puntanos, refugiados como Baigorria en la
pampa. En Octubre les dio un indulto general; así los tres hermanos Saa, Juan, Felipe y Francisco y
compañía abandonaron los toldos, dejando a Baigorria en gran confusión, como lo cuenta Avendaño
en sus Memorias (ed. 1999 p.133 ss). Calvaín se disgustó con Baigorria y pensaba matarlo; pero
Pichuín y Coliqueo se le opusieron vehementemente.
El 21 de Diciembre de 1846, volvieron al Azul importantes comisiones para ultimar las
gestiones de la paz ante el coronel Pedro Rosas y Belgrano; allí recibieron raciones, mientras
esperaban la respuesta del Gobernador Juan M. de Rosas. (AGN S.X. 20-10-2); al informar de la
llegada de la comisión, comunicó aquél a Rosas que ésta era conducida por "el hermano de Galván
y Güenchugnerr, hijo del finado cacique Painé". Ellos pidieron perdón y esperaban ponerse bajo la
protección de Su Excelencia. Además solicitaron 500 yeguas, porque tenían que obsequiar a los
caciques que habían venido de Mendoza y de Chile. Calvaín, al asumir la jefatura de las tribus
ranquelinas, parecía ser un hombre, de paz.
La respuesta de Rosas fue tajante: “Si no entregan a Baigorria, en vano piden protección”.
Ellos dijeron que no tenían instrucciones. Y Güichal, el hijo del cacique Pichún, como
cuñado del “Salvaje Unitario” Baigorria, propuso que éste se quedara entre ellos, ya que lo habían
abandonado los cristianos que habían estado con él y que lo consideraban “como una mujer” desde
que ellos eran las cabezas principales y los que se obligaban a guardar fidelidad, haciéndolos
obedecer. (A.G.N. S.VII 1-3-2 y 4-3-2; allí se hace relación de las cautivas que tanto Calvaín como
Pichún remitieron al Azul).
Los partes militares siguen también en 1848 informando sobre choques con invasiones
ranquelinas en la Provincia de Buenos Aires. El 28 de Febrero, el Cnel. Prudencio Arnold había
corrido una invasión en Horquetas de Saladillo del Rosario; el 1º de Marzo del mismo año el mismo
Coronel y el Cnel Vicente González rechazaron con su tropa el malón en El Zapallar . También en
Río Quinto y Laguna del Sarco maloneaban estos indios y fueron rechazados; pero en la
persecución toparon con el Regimiento de Dragones puntanos y masacraron a los desprevenidos de
San Luis.
Reinaldo Pastor, en su libro La Guerra con el indio en la Jurisdicción de San Luis (1942,
p.431) narra de otro malón del 17 de Febreo de 1849, en el Paso del Molle y Paso Lechuzo que
derrotó las tropas del Cnel Meriles. “Terrible derrota” llama a aquel encuentro. Y, página seguida,
cuenta de otra invasión del 26 de Diciembre del mismo año en Achiras y Pugios donde 300
soldados tuvieron que retroceder ante el empuje de 60 o 70 indios. En noviembre, mientras que los
indios avanzaban hacia San Luis, el Cautivo Santiago Avendaño huyó apresuradamente y llegó a
154
tiempo para dar el aviso en San Luis. En los capítulos IX y X de sus Memorias él mismo cuenta
con vivos colores su aventura en el camino a la libertad.
Durante la revolución libertadora de Urquiza (1851) el cacique Calvaín no quiso
apoyar a Rosas como otras tribus, y después de la caída de Rosas, durante el sitio de Buenos Aires,
tomó parte contra los porteños, lo que sería una constante en la historia ranquelina. En adelante
obedecería al coronel Manuel Baigorria. que fue destinado como jefe de la frontera al sur de
Córdoba y de San Luis (1854). Dada la amistad de Baigorria con los indios ranqueles y con la tribu
de Coliqueo en particular, esa frontera, comprometida con el Gral. J.J. de Urquiza y la
Confederación, quedaba en paz..No así el estado de Buenos Aires.
Los ranqueles no participaron en la batalla de Caseros, el 3 de Febrero de 1852. Pero
Urquizo, el vencedor de Caseros buscó en seguida el contacto con Baigorria y los indios ranqueles.
Lo llamó a Buenos Aires para un encuentro. En el día 11 de Septiembre estalló la Revolución
porteña contra Urquiza, Baigorria había llegado con cien indios y varios capitanejos, entre ellos el
capitanejo Coche, primo del cacique Calvaín. Después de largas conferencias le dijo en
confidencia: “Lo encargo de la frontera...” ( Memorias del Cnel. Manuel Baigorria.)
Desde entonces, Baigorria será el hombre que favorecería la paz con los indios. Según sus
consejos, Calvain y los ranqueles hicieron en 1854 un tratado de paz con el gobierno de Córdoba y
el Gobierno nacional (Arch. Histórico de la prov. de Córdoba, Gob. Tom. 239. p. 97s.).
En sus Memorias Baigorria detalla los difíciles parlamentos con el cacique Calvaín.
Finalmente el Gobernador de Córdoba pudo exclamar: “No habrá invasiones; Urquiza hizo un
tratado de paz”. En Mayo del año anterior Baigorria escribió al Gral Urquiza, que no pudo impedir
el último malón. Que estaba seguro solamente de Canué y de Coliqueo. El cacique Pichuín murió
el 25 de Mayo de 1855. Lo avisó el cacique Calvaín a Baigorria para que informara al Gobernador
de Córdoba. Baigorria estaba organizando su Regimiento 7º de Caballería para el servicio en la
frontera.
Buenos Aires que se había separado como estado propio de la Confederación, seguía
rechazando las invitaciones del Presidente J.J. de Urquiza a volver a la unidad nacional. Quiso
apoderarse de las indiadas , porque veía que Urquiza estaba en buenas relaciones con ellos.
Formó el Ejército de Operaciones del Sur e inició una serie de expediciones para someter las
tribus del Sur y del Oeste.1855 el mismo Cnel. Bartolomé Mitre quiso sorprender las tribus de
Catriel y de Cachul, pero fue él el sorprendido. Desde allí hubo una serie de batallas. El año 1857
se prepararon dos campañas, una contra los indios de Calfucurá a cargo del Cnel. N. Granada , que
tuvo que volver sin haber encontrado a los indios en Salinas Grandes. Y la otra expedición, a cargo
del Cnel Emilio Mitre, mientras los indios se comprometían a invadir la Provincia de Buenos Aires.
Dos veces invadieron la zona de Rojas y la de Pergamino, llegando hasta la plaza de ese pueblo.
Reunieron a 100 cautivos y 40.000 animales. En el Fortín Mercedes , el 30 de Agosto de 1857,
vencieron la guarnición, dejandolos en cueros.
El 10 de Enero de 1858 salió desde Médano Acha (Part. De Vedia) una columna de 2000
soldados al mando del Cnel Emilio Mitre para invadir a los ranqueles. Pero la sequía reinante y el
desconocimiento geográfico de los baqueanos y jefes les causaron grandes frustraciones. El 2 de
Febrero los indios de Coliqueo y de Calvaín estuvieron sobre los rastros de las tropas y de los
rodados de su artillería. Los observaron desde un monte, a 20 leguas de los toldos de Nagüelcheo.
Los vieron cansados, sedientos y con sus monturas aplastadas; pero no los atacaron. De todo dieron
aviso al Gral. Urquiza. El día 7, los vieron en Carrilauquen, a una legua del punto anterior. Les
tomaron un prisionero para llevarlo a presencia del cacique Calvaín. Vieron que tenían pocos
caballos, porque iban muriendo de sed. Ya habían abandonado seis piezas de artillería, armas y
municiones.. Luego los vieron retirarse desde Chamalcó, a 25 Km. al Sur de Río IVº. los sitiaron,
poniéndolos en hartos apuros.
De allí se produjo un fatal accidente: Los indios y caciques fueron a inspeccionar lo que los
porteños habían abandonado. Encontraron cañones, fusiles, cajones de munición, etc. El cacique
Calvaín quiso probar algún revólver e ingénuamente tiró sobre un envase de pólvora, lo que produjo
155
una gran explosión que causó la muerte a él y a 23 de sus compañeros. Esto ocurrió el 23 de Enero
de 1858. Grande fue el duelo del cual no tenemos descripción segura, como la mencionamos en el
terrible entierro de Painé, padre del cacique Calvaín. Sabemos que la mujer de Calvaín se escapó a
tiempo. (La Tribuna 17.4.58) Y los indios del capitanejo Llanquetruz y de Coliqueo se lanzaron en
persecución de los “brujos huincas”, y el 3l de enero rodearon la tropa deshecha de Emilio Mitre,
pero luego dejaron que la tropa diezmada se fuera.
A raíz de esta inesperada muerte, los jefes ranquelinos eligieron al hermano menor Mariano
Rosas como cacique general de ellos.
Los documentos nombran pocos de los hijos del cacique Calvaín; entre ellos al capitanejo
Manuel Pineda y a Felipe Mariano Rosas, habido de la Rosana Saa de cuya vida informa la revista
Todo es Historia, Nº 130 (1978. p. 23) Juana Calván 1870-1942 se casó en segundas nupcias con el
cacique Luis Baigorria ( ver Lucho Baigorrita) El árbol genealógico de J.C. Depetris enumera 12
hijos. (W. Cazenave: "La última princesa ranquelina. Marcelina Baigorria de Urquiza", en Rev.
Universitaria, Sta. Rosa. La Pampa. Nº 7. 1984)
CALVEZ, 1751, cac. araucano chileno a quien visitó el P. Haevstadt (Jesuita)
CALVI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Calli Hula Sacat, en Chila, Córdoba;
encomendado de Yrobe (A.Montes, 1954 p.66)
Callanque ver Cayanque
Callaupacatapa, 1574, cac. huarpe de un pueblo de las lagunas de Guanacaze (sic);
encomendado de Juana de Cueva (J.T. Medina, 1901 T.XV p.405)
CALLIMIL (Cayumill), 1790, capitanejo serrano de la agrupación del cac. Lorenzo
Calpisquis. Lo encontró Hernández en su expedición en Cabeza de Buey. 1832 estuvo entre los
borogas, acompañando a los caciques Rondeao y Melín en una expedición dirigida por el Cnel. M.
Delgado. (AGN.S.X. 27-7-6)
Etim.: Solo oro; oro puro
CALLÓN THUEREN, 1833, cac. pampa que estuvo en el Arroyo Cahuinca, en el combate
de Pelicura (Del Valle: Recordando el Pasado P.13)
CA MA, 1573, cac.. comechingón de Lama Sacat en Quitecito, Córdob; encomendado de
Cabrera. (Montes p.49)
CAMARGO,1868, capitanejo ranquel, lenguaraz de la tribu de Mariano Rosas En Nov. de
1868 participó en un malón sobre La Paz (Mend.), dirigido por el cac.. Epugner. (Pastor: La guerra
con el indio..San Luis p. 107).
CAMBIS CAMBIS, 1783, cac. de los manzaneros (Neuquén), que conocemos por
testimonio de un cautivo (Extraigas: Fuerte del Río Negro p.239)
Camié ver Canué
CAMILEO, 1870, cac. ranquel de la agrupación del cac.Baigorrita. 1878/79 fueron
desplazados de su tierra pampeana, Tenía sus toldos entonces cerca de Yguén Cayupen (Olascoaga
1930 II p.31) Etimol: Ca-otro; leo-leufú-río.
CAMONALLAQUEN o Camillaguien), 1780, cac. huilliche. Vivía al Oeste del Río Negro.
Era hermano del cac. Antequín (Terrera). Luis de la Cruz lo encontró en 1806 con el cac. Carripilún.
CAMIN CHARABA, 1584, cac. comechingón de Chirin Yaco, Copacabana, Cord.;
encomendado de Yames. (Montes p. 46 ).
CAMIN, 1573, cac. comechingón de Camincis Sacat, localidad de la Higuerita, Córdoba:
encomendado de Espinosa (Montes p. 46)
CAMINCHA, 1562, cac. huarpe o comechingón de las lagunas del Rosario (S. Luis);
encomendado de Juan de Cuevas (J.T.Medina, T. XVI p.208)
CAMINTA, 1612, cac. comechingón de Malacara, Malancha, San Luis; encomendado de
Quevedo (Montes p.78)
CAMINTA NAURE, 1602, cac. de la nación “Savaletes o Jauleres”. Algunos indios de su
tribu fueron trasladados a la estancia de Guaclira (hoy Nono) en la Sierra Grande de Córdoba. (P.
Cabrera: País de San Luis p.242)
CAMPAMPEN, 1582, figura en el repartimiento de los indios de la Jurisdicción de Buenos
Aires por Juan de Garay. Su tribu se llamaba Nación Ajay”.
156
CAMPAYÚN ver Caniupayún
CAMPIN, 1830, cac. pehuenche que entonces actuó con los hermanos Pincheiras en la zona
de Mendoza (Rusconi IV p.78)
CAMPO AYLO, 1573, cac. comechingón de Escoba Sacat, Cruz del Eje, Córdoba;
encomendado de Luna (A. Montes p.48)
CAMPOS, Luciano, 1850, capitanejo de la tribu del cacique Melinao. Era Teniente de
caballería y lenguaraz siempre fiel. (AGN. S.X. 19-8-2)
CAMPO, 1928, cac. ranquel en La Pampa (ver Depetris)
CAMPUMIL (o Diempumil) 1863, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo (A.Mitre
T.XXIV p. 103) Desempeñó varias comisiones y durante la fundación de 9 de Julio (1863)
exploraba los horizontes del Oeste.
CANÁ, 1825, cac. tehuelche (AGN. Biedma S.VII. 10-4-14)
CANABALLÓN, 1790, cac. puelche serrano que figura en el tratado de paz del cac..
Lorenzo Calpisqui.
CANA HENÁ, 1852, capitanejo salinero. Figura en la lista de los caciques y capitanejos
obsequiados en Bahía Blanca, el 7 de enero de ese año, en vísperas de “Caseros”..
CANALES, Juan (apellido español), 1877, capitanejo de los carrileros; luego servía al cac.
Namuncurá. En 1877 se separó de él “por malos tratos”. 1881 figura con un piquete de sus conas en
el Regimiento de Exploradores del “Desierto”. Los misioneros Mons. Espinosa y el P. Salvaire los
hallaron con sus familias junto a la tribu de Manuel Grande. Entre los bautizados nombra también al
capitanejo Juan Canales (Espinosa: Diario p. 121). Concluyó sus días en Carhué o en Gral Acha.
CANALES, Martín, 1871, capitanejo de los carrileros o sea del cac. Chipitruz. Después del
atropello que sufrieron con su cacique en la batalla de la laguna de Burgos, en Mayo de 1871, huyó
a Salinas Grandes. Figura también en el gran documento de Bernardo Namuncurá con fecha 3 de
Junio de 1873, que debía ser un tratado de paz.
CANCHAL, 1710, cac. puntano a quien se acusó de haber atacado la tropa de carretas de
Francisco Quiroga (Arch, de San Luis: 20.12.1710) Se dice en el testimonio del excautivo que
estaban en tren de maloquear a Yahatti y a Mayupilquiyá.
CANCHULETA (o Archuleta) 1562, jefe de varias tribus de la provincia de Conlara
(S.Luis) Fue tomado en encomienda por Francisco Muñiz. 1605 residía cerca de San Luis (a no ser
que ese era un cacique homónimo) Cabrera:Aborígenes del País del Cuyo p.96 y Núñez: San Luis I.
p.60
CANECULÚ, 1791, cac. chileno de Villa Rica quien se incorporó en Tapalquén a la
obediencia del cac. Lorenzo Calpisquis. (Colomer en Lehmann)
CANEU PAYÚN (o Canapaiún, Caniupayún, Comepayún), 1774, cacique ranquel,
Gobernador en la Pampa muy respetado. Caneupí y él avanzaban con Nahuel Payún. Ese año
apresaron a Nahuel Pan en Buenos Aires y saquearon sus toldos. Caneupayún se presentó como
rehén y ofrecióse con la promesa canjear cautivas por los prisioneros
Caneupayún vivía en 1776 en Ampiel, junto a Güigüiante en Chin, donde lo censó Diego de
las Casas. Tenía 15 toldos. Tucante y Rutilante eran dos de sus hermanos. Participó también en la
Guerra Pehuenche e invadió una vez la Provincia de Córdoba. (De Angelis IV. p.584). Durante esa
guerra fue expulsado, igual como Llanquetruz y sus tribus por la expedición brava del Gobernador
de Mendoza José de Amigorena auxiliado por los indios de Malalhué, en 1800. A partir de allí
vivían entre los huilliches del Neuquén. Llanquetruz se constituyó toqui y lider en esa guerra; pero
fue muerto el 16 de diciembre de 1788. Caniupayún fue elegido su sucesor con residencia en
Barbarco, de Neuquén. (Arch Mend. Carp 39:Julio de 1788). Inmediatamente organizó una
expedición de venganza, sin estimar el rigor del invierno. Atacaron a Currilipi en El Campanario; le
robaron haciendas . El Piloto Manuel Pinazo de Buenos Aires , en 1786 y 1788 hizo sendas
expediciones a Salinas Grandes. Allí encontró al cac. Caneupayún e hizo un tratado de paz con él y
sus indios (AGN IX 1-5-9).No sé en qué momento se unió con el cac. Gobernador de Barbarco
Apenas le informaron del malón al cac. gobernador Pinchitruz de Malalhué, salió con 300
hombres en auxilio de sus parientes en el Campanario. Parece que no entraron en batalla; pero
salvaron lo que se podía salvar. El 9 de Julio de 1790 se tuvo noticia de otro avance de los huilliches
157
y ranqueles con un contingente de 1500 indios y un refuerzo de las tribus de Valdivia y del Fuerte
Santa Bárbará. El Capitán Francisco Barros de Mendoza, en cambio, acompañó a los pehuenches de
Malalhué, apoyándolos con 50 trabuqueros en su búsqueda del enemigo. Fue esa la época de mayor
intensidad del encono de los pehuenches y la guerra no amainó hasta que no habían eliminado a los
caciques principales.
En 1792 y en 1794 encabezó una célebre embajada para ofrcer la paz de parete de los
huilliches y ranqueles. En Mayo de 1794, Canuepayún pudo intervenir para que los ranqueles del
cacique Carripilún aceptaran también la paz que se había sellado con los de Malalhué. (Arch.
Mend. Carp 39: 10.3.94). En Chile se inició un gran movimiento para lograr la paz entre todos los
araucanos.
Ese mismo año murió Caniupayún, víctima de la peste y también su lenguaraz Julián de
Valdivia. El 27 de noviembre llegó la noticia a Mendoza (Arch Mend. Doc. 7 y 13) .
Le sucedió el cac. Rayguán como cacique gobernador de los ranqueles y huilliches en
Barbarco. El Virrey Arredondo escribió en su informe a su sucesor que la paz daba frutos, que el
cacique Caniupayún, sintiéndose en transe de muerte, se presentó a la Guardia de Luján (hoy
Mercedes Bs.As.), donde pidió el bautismo. Fue sepultado en la capilla del Fuerte (Tabossi,
Ricardo; Historia de la Guardia de Luján, La Plata 1969 p. 141)
Etimol.: Payún-barba; caniu- nueva o come-hermosa.
CANEOVELLÁN, Ignacio, 1859, capitanejo boroga del cac. Andrés Raninqueo (AGN
S.VII 14-4-1 T.157)
CANGAPOL ver Cacapol
CANGUAL, cac pampa (querandí) 1582 o un poco más tarde. El encomendero de la
Reducción de San Josef sobre el Río de Areco, a 18 leguas de Buenos Aires escribió al Gobernador:
“..Me han traído a un cacique,llamado Cangual con diez vasallos” Habrán sido más. Quizás era
hermano del cac . Cagual junto al cac. José Bagual (José Peluso: La Reducción de San José del cac
Don Juan Vagual, ed. Capilla del Monte 1954 folleto)
CANI ANTIG (o Canü ante, Canián), 1833, caciquilla pampa, quien acompañó a J.M. de
Rosas en su Expedición al Desierto. Este habla de su gratificación en su Diario, el 19 de Julio de
1833 (AGN S.X. 25-5.1). También otros documentos lo mencionan como cacique amigo junto al
cac.. Calfiao (S.X. 24-9-1) Etimol: antü-sol; caniú- nuevo (“sol nuevo”)
CANICUL, Francisco, 1970, cac. de Huechulafquén, Lago Paimun y Lago Epulafquén en
la Prov. de Neuquén. con 30 familias. (Sister Hilger p.351)
CANI CURÁ, Bartolomé, 1703, capitanejo puelche-poya ya anciano de Nahuel Huapí. El
Misionero R.P. Felipe Laguna (o van der Meeren) le enseñó las oraciones y la doctrina y luego fue
bautizado. El sacerdote aprendió de él algo de su dialecto (Campos Menchaca: Nahuel Buta p.412)
CANIG COLO (o Caneculu), 1806, cac. huilliche de Guechuguebún, al que conoció el
explorador Luis de la Cruz durante su viaje por la pampa. En su relato o diario habla de él, de sus
vestidos, armas y costumbres. Canigcolo le contó también detalles de la Guerra Pehuenche. Había
guerreado junto con los huilliches y llanistas, enfrentándose con los pehuenches mendocinos. 1791
se encontró con el cacique Lorenzo Calpisquis en Tapalquén. Hacía cuatro meses que habia venido
de Villa Rica con los caciques Topolasquén, Maricoly y Fitugún. (De Angelis I. p. 153 y Revista
ETNIA Nº 3, 1966 Nota 16) El cacique Manquel decía al viajero Dupuy que sus antepasados
habían peleado a los huilliches a los que gobernaba en esos años el cac. Canigcolo.
El 13 de febrero de 1825, el francés Dupui, al visitar cerca de Patagones los toldos del
cac. Chulaquín, encontró también siete toldos de Canicó y cuatro de Maricol, que creo, se
identifican con los ya nombrados (AGN S.VII 10-4-14)
Etim.: Colo Colo- gato montés; caniu-pichón de, nuevo.
CANI GUÁN (o Cani huán, Caniuán), 1792, cac. pehuenche de la gran familia del cac.
Ancanamún. Era hermano del cac. Pichintur y de otros famosos caciques de la Guerra Pehuenche.
Vivía por Malalhué (Mend.) De él se dice que era muy inteligente y que sabía castellano. A través
de documentos mendocinos del gobernador de Amigorena y de Esquivel Aldao sabemos bastante de
la historia que le tocó vivir. (ver Amigorena, Pichintur..) Esas tribus fueron sometidos violentamente
por las primeras expediciones del Maestre de Campo y gobernasdor José de Amigorena. Luego fue
158
integrado en las expediciones contra los indios pampas y contra los huilliches de Llanquetruz.
Durante un malón de revancha de los huilliches a Malargüé, 1787, murió el gran cacique
Ancanamún, afectado de viruela. Amigorena dirigió la elección de su sucesor que sería Pichintrur
(hermano de Canighuán). Ése rogó entonces a su hermano que él aceptase el gobierno. Pero ese le
replicó, que siendo mayor entre los hermanos, le correspondía el cargo y la insignia. Bajo la jefatura
de Pichintur (1787 – 1796) hubo una serie de malocas y expediciones militares. 1788, a las órdenes
de F. Esquivel Aldao; en 1790 con F. Barros y 1792 con su primo, el cacique Currilipí. Asistió
también a varios parlamentos de pacificación. Pero en 1795, estando en comisión y de visita en los
toldos de Barbarco, Canighuán murió a manos traidoras del cac. Rayguán (Arch Mend.
16.12.95). Rayguán aprovechó este hecho para mayores venganzas, pues, “desde que había muerto
el cacique Caniguan, no ha cesado Rayguán de mandar correos a Pichintur, invitándolo que viniera,
porque quería matar “ a los brujos” que habían envenenado a su hermano Caniguán. Así éste fue
con cien hombres, pero Rayguán le tendió una celada: lo atacó con 30 conas”. Pinchitur escapó
herido en su cuerpo, pero más herido en el alma. En seguida buscó auxilio para vengarse. Rayguán
a su vez, buscó nuevas alianzas y se presentó a las autoridades chilenas de Los Angeles, porque
estaba en guerra desde la visita de Caniguán en sus toldos. Las tensiones de los dos bandos y de las
dos autoridades, de Mendoza y de Los Angeles, de Chile y del Virreinato de la Plata, -que no es el
lugar para reseñar éstas-. Caniguán murió en 1796 y poco después su hermano Pichintur. En 1797
murió también el cac..gobernador de los huilliches, J. Rayguán (Arch. Mend. Carp. 30 Doc. 1; 9;
15; y 32)
CANI GURRI (Canigner, Canugur, Coñegner), 1776, cac. pampa ranquel, que vivía en
Renancó (Huinca Renancó) Prov. de Córdoba. Según el censista Diego de las Casas tenía entonces
20 toldos (De Angelis IV 584). 1797 asistió al parlamento de reconciliación entre ranqueles y
pehuenhes en Malalhué. Con el mismo fin acompañó, en 1799, al cac. Carripilún. Las noticias de
Canigner son ralas. En 1826 aparece el mismo nombre, quizás el hijo de éste, pues el Cnel.
Federico Rauch en su expedición a la Sierra de la Ventana y al Río Sauce Grande (Pecuén),
Canigner estuvo con el cacique Calü Macum; pero creo que se escapó del masacre de Rauch y de
sus indios aliados.
Etimol: “Cachorro de zorro”
CANI HONA 1573, cac. comechingón de Anquila, en Cruz del Eje, Córdoba; encomendado
de Espinosa. (Montes p.55)
CANI HUAN, 1792, cac. huilliche de Neuquén. F. Esquivel Aldao lo nombra como cacique
rebelde del Neuquén, de manera que no debe confundirse con Caniguán de Malalhué (Arch Mend.
5.5.1792).
CANILAO, 1830, cac. que participó en el parlamento de Tandil (Fernández, 2000 p.18
CANILEM,, 1748, cac. serrano (puelche). Lo nombra el misionero R.P.Stroebel en su
memoria sobre la Reducción de los Pampas y la Historia de los Abipones. Vol.II p.72 y su carta del
14 de enero de 1748.
Etimol: “Renuevo de bosque”
CANILIÉ, Caniló), 1822, cac. huilliche de la agrupación del cac. Negro al que acompañó
ese año al parlamento de paz, ofrecido por el Cnel. P.A.García en nombre de la Prov. de Buenos
Aires, al pie de la Sierra de la Ventana. En las discusiones mostraba aversión a los indios aucas y
reclamaba como propiedad las tierras del Tuyú y de San Antonio. Era compañero de los caciques
Napolo y Sebastián (Terrera).
CANILIPAIGUEN, 1785, según el Diario del piloto Manuel Pinazo sobre la expedición a
Salinas Grandes, este cacique se hallaba en Salinas Grandes (AGN S.IX. 1-4-2)
CANILÓ (o Canolo,Cañolo) 1852, capitanejo salinero. Murió en Pichi Carhué (Atracán)
junto a los capitanejos Anoney y Calfumor en el ataque del Cnel. M.Freyre, el 17 de octubre de
1878 (Del Valle:Recordando el Pasado p. 366; Olascoaga II p.52
CANIUMUR (o Caniu gner), 1760, estuvo en Lonquimay, igual que Traypayán.
(Reducciones de Chile)
CANI PIL,1787, cac. pehuenche, amigo del cac. Llanquetruz Iº
Etimol: Caniú- pichon o pequeño; pillán-diablo
159
CANISIÁN, 1788, cac. pehuenche que cita Esquivel Aldao en su diario de la expedición de
1788.
CANISOLO,1582, cac. que figura en el repartimiento de indios de Juan de Garay en el
distrito de Buenos Aires. Lo anotan como “chana”
CANIÚ, 1793,cac. araucano de Rahué (Chile), quien favoreció mucho al misionero
R.P.Alday. Era la época de grandes parlamentos para alcanzar la paz definitiva. En un parlamento
público decía que cedía un pedazo de tierra para el establecimiento de su misión. (A. Noggler:
Vierhundert Jahre Araucanermisisión (400 años de Misión Araucana) 1973 p. 207)
CANIÚ, 1833, cac. ranquel de la Pampa. Durante la Expedición combinada al Desierto fue
tomado preso por la División que capitaneaba Juan M. De Rosas. En sus Memorias, Juan Cornell
precisa que los caciques Cañuante y Calfiao vivían a 7 leguas distantes de Tandil cerca del Arroyo
Colongueyú. Para atacarlos se decía que se habían alzado o querían alzarse. Las tropas de Bahía
Blanca al mando de Del Valle y Francisco Sosa (Pancho el Ñato) les dieron una sorpresa en sus
tolderías; prácticamente mataron a toda la indiada, fuera de unos seis u ocho: Cautivaron a los
caciques y familiares. El Arroyo se llama desde entonces “de las Calaveras”. Cornell finaliza su
relato diciendo: “Pancho cometió desórdenes sin que Del Valle pudiera estorbarlo, con las familias
desgraciadas, que ruboriza el decirlo” Yo creo que hay engaño y falsedad en estos testimonios. Ya
en 1830 habían sido estos indios por las tropas de Bahía Blanca, que venía de regreso de una
expedición contra el cac.Chocorí. Calfiao, Maycá, Petí y Cañuante se presentaron en paz a los
expedicionarios y, a sus acusaciones de haber robado, se excusaron y afirmaron de no haberlo
hecho. Además los aprovisionaron con 200 vacas. Pasados cinco días, el Mayor Villalba con 90
hombres y los indios tehuelches del cac.. Felipe los atacaron, el 29 y 30 de Abril de 1830. Esa
madrugada hicieron una gran matanza: 140 indios, entre ellos mataron a los caciques Vilcay,
Yanquelén y el capitanejo Tralca y apresaron 180 chinas, 87 chicos u 37 chicas. El parte de la
acción hace notar que hasta las mujeres habían peleado. Cañiuanti no había estado en su toldo del
Arroyo Colangueyu, pero sufrió esa otra afrenta 1a que arriba mencionamos.
CANIÚ, 1830, hijo menor del cac. picunche Raihue (Raique) que poblaba Chacal Mallín, de
Mendoza.
De éste cacique tenemos hermosa información por las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño. De él pues citaré las partes que me parecían más intresantes: Página 89 de la Edición de
1999 dice en una página autobiográfica: “Fui raptado por una invasión de indios ranqueles, el día 15
de Marzo de 1842, en un establecimiento rural al sur de la Provincia de Santa Fe. Tenía entonces
exactamente 7 años, 7 meses y 21 días, cuando fui arrancado a mis padres. Papá se llamaba
Domingo Avendaño y Mamá, Felipa Lefebre. Eramos cinco hermanos, Juan, José, Andrés, Fausto y
yo. Los mayores me enseñaon a leer, porque no había escuela en el vecindario. Yo era el menor de
la familia. Había nacido el 24 de Julio de 1834. Luego supe que la invasión había sido encabezada
por los caciques Coliqueo, Painé, Nahuelcheo, Anequeo, Quechudeo, Caniu Cal, Llemulhué,
Guenucal y otros, cuyos nombres olvidé
Al cabo de unos días de angustia y padecimientos llegué a parar en la casa del cacique
Caniú (o Caniu Cal). Este llegó a quererme como a un hijo y yo también le daba el nombre de
padre. La india que me crió se llamaba Pichi Quintuy. Tenía un hijo de unos 20 a 25 años de edad,
fruto de su primer matrimonio Fue esposada en segundas nupcias con su cuñado Caniú Calquín
(hermano legítimo del primer marido). De éste tenía cuatrto hijos: el primero, llamado Llanquei,
tenía entonces 12 o 13 años de edad. Enfermó de repente..no se pudo parar la infección. El segundo
se llamaba Ñandú Anté, Este vive aún. A este siguió una mujer, llamada Güomay-Calquin, que
quiere decir llora el aguilucho. El último y curto hijo se llamaba Mulai Ñandú. Le dieron también
un nombre castellano Antonio Lucero. Estos que sobreviven forman hoy un Lof (caserío o
vecindario), asociados a sus deudos más inmediatos: Levipang, Huentú y Quintulem. Estos son tres
cabezas de familias (lonco) y residen en las faldas del bosque llamado Quenquinor Mamuil (Monte
Rodeado), cuyo distrito está lindando por el Este con el de Vicha Trumé (Juncal Grande); por el
Nor Este con Tromé Rau; por el Nor Oeste con Poitá Güé; por el Oeste con Palao manca
(Mancarrón gateado) y por el Sur Oeste con Mutrénquelú (clavado). Y por el Sur lindan con la costa
160
del gran bosque, que se extiende hasta más allá de Bahía Blanca. En otras páginas contaré mis
convivencias y mis muchas observaciones o averiguaciones entre estos indios.
Permanecí en esta tribu 7 años, 7 meses y 14 días, hasta que busqué mi salvación en la
fuga, que emprendí el 1º de noviembre de 1849, año venturoso y felñiz. Bendita la Divina
Providencia que me condujo en una veloz carrera a caballo hasta la patria…...”
En la pagina 99 habla del padre del cac. Caniú, cuya triste historia le ha contado.
“Rahué , un cacique de mucha nombradía, se había segregado de la nación picunche y pobló las
tierras de Chacal Mallín, al sur de Mendoza . Este cacique tenía dos esposas. De la mayor tenía dos
hijos. La menor no tuvo hijo alguno. …El hijo segundo del cac. Raihué se llamaba Caniú. Cuando
tenía unos 15 años, fue solicitado por el General Dn. José de Aldao para que fuese educado en la
ciudad de Mendoza y sirviera de “regüel”. Allí se lo trató a Caniú de un modo muy satisfactorio
durante tres años de paz…Su padre estaba lejos de pensar que el cúmulo de riquezas que se había
acumulado lo arrastraría tan pronto a la perdición.” Después habla de un movimiento entre los
indios y una revolución y cambio de gobernador en Mendoza. El joven Caniú se encaminó para
incorporarse a su padre. De lejos veía polvaredas en el llano grandes polvaredas de un malón y en el
patio encontró a su padre asesinado; su toldo hecho pedazos, las petacas abiertas y rotas. No halló ni
vestigios de la hacienda , ni halló alma viviente en aquel recinto, hecho un cuadro de horror.
Después de enterrar a diez de los muertos en tormo a su casa, se encaminó a buscar a sus parientes y
encontró a su madre, a su hermano Epiú y a la famila de él, en el Cerro Nevado. Habla brvemente
de la desastrosa traición de Neculmán y los Pincheirs en Chacay, el 11 de Junio de 1830 y del
Asalto de Masallé y la destrucción de las tribus de borogas (1834/36, vuelve, en página 155 a hablar
de su padre adoptivo, el cac.. Caniú, quien entre tanto se había ubicado entre los ranqueles de
Poitahué, pues su esposa era viuda en su primer matrimonio, cuyo esposo había sido primo del cac.
Llanquetruz.
También dice que Caniú era hermano del cac. Calei, que ambos eran poderosos. Su
mujer se llamaba Huechofán
Al empezar el capulo de la fuga (p.155) habló que extrañaba a su verdadera familia;
pero también recordaba como lo estimaba el cacique Caniú Calquín. “ En momentos de familiaridad
me decía o una sola vez: Hijo, vos vas a ser un gran hombre. Cuando seas maduro vas a tener una
palma en tus manos. Nuestra suerte va depender de vos. Sabes hablar en la lengua nuestra como si
fueras indio y hablas con el papel (lees) como si hablaras con alguien…Hoy sos un hijo tan querido
que te dejo comer de mi plato conmigo; te duermes cuando te da la gana y antes, cuando vivía la
finada esposa te dormías con la cabeza en sus faldas. Te llamamos nuestro hijo y te enseñamos que
dijeras padre y madre a nosotros…Como más de una vez mi padre adoptivo me había dicho que
cuando me casara, sería hombre libre y entonces podría ir a visitar a mis padres; yo creía que esto
no era más que un chiste. Y la sola consideración de que mis padres tal vez habían sucumbido por la
pesadumbre de mi cautiverio, me hacía renunciar a la idea de verlos otra vez.
Omitimos más textos, porque ya está caracterizado el cac. Caniú, Santiaguito decía (en
p. 159) “no omití mis plegarias a Dios desde que fui cautivado, el 16 de marzo de 1842 , hasta que
salí a la ciudad de San Luis el 7 de noviembre de 1849.
En su segunda parte que titulamos Usos y Costumbres de los indios de la Pampa, a
partir de la p. 111 en más de 30 páginas habla de lo que ha sufrido la esposa de Güenucal, hijo de
Caniucal, en 1843 por tomarla como bruja; pues cuando brotó una epidemia de viruela en su
vecindario y su toldo no sufrió nada, la declararon bruja y la martirizaron muy cruelmente. Es
hermoso oír como Caniú y su hijo se preocuparon en ayudarla y hasta el refugiado Manuel
Baigorria les ofreció su casa para que estuvieran resguardados de la persecución.
Más no he podido averiguar. Me hubiera gustado presentar la historia de su muerte.
(NB. Tengo una dificultad en distinguir o confundir al cac..Caniú (Calquín) con el cac.. Canué)
CAÑINCUIL, (o Coñucluil) 1834, cac. huilliche. Tres datos tengo de este cacique: En
noviembre de 1832, las Divisiones de Bahñia Blanca y Tandil y los borogas de Güaminí debían
atacar el grupo de los chilenos de los caciques Namuncurá, Choiqueta, Cayupán y Toriani.
Cañincuil figura dos veces en su compañía. Quizás ha sido un hermano de alguno. Luego en 1834,
les ofreció la paz con el objeto de aprovecharlos para destruir a los borogas de la zona lacustre de la
161
Provincia de Buenos Aires. El 10 de Mayo lo esperó el Gral. J.M.de Rosas. Coñucuil debía
acompañarlo (AGN. 24-9-1)
Una última noticia de un Cañiucuil es de 1879. Se trata seguramente de un
descendiente del ya mencionado. Pues con Juan José Catriel se entregó el cacique Cañiucuil al Gral
Villegas (FIDE Clifton Goldney: Namuncurá .
CANUHUEL (Cañuel o Pinhuel), Santiago, el 9 de Abril de 1884, cac. asentado en Pringles
Prov. Bs.As. Allí lo bautizó y lo casó Monseñor Espinosa, según él anota en su Diario p. 138)
CANIULAO (Cañulao)o Caninlao, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (según la
lista que conservó el Coronel Emilio Mitre). Yo tengo una anotación de Caninlao que dice que era
hermano del cac. chileno Calfún
CANIU LEUFÚ, 1767, cac. llanista de Chile, presente en el Parlamento de Nacimiento con
el cac. Antivilú. Emigraron al principio del siglo XIX a la zona lacustre de la Provincia de Buenos
Aires y siguieron llamándose borogas, después que Calfucurá (huilliche en su origen) se había
apoderado de un resto de esas tribus borogas
Estudiando la historia de la tribu de Ignacio Coliqueo y de su padre Curriqueo, pude
comprobar que a mitad del siglo XVIII se encontraron antepasados (Coli-queo o Queo) tanto en la
zona de Salinas Grandes como en la Precordillera neuquina. (Hux, Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, cuarta edición, Los Toldos 1999 p.15 s.) Por hechos de armas emigró ese grupo y se afincó
al sur del Río Bío Bío, haciendo una cuña entre los pehuenches chilenos. No fueron bien vistos por
sus vecinos y durante la guerra de la Independencia y más durante la Guerra a Muerte (1819 –
1827) fueron perseguidos como realistas y tuvieron que emigrar al Este de la Cordillera. Esta nota
preliminar nos facilita la comprensión de las otras tribus que aquí queremos reseñar.
CANIU LLÁN, Francisco, cac. boroga chileno, nació en 1775. y murió en 1848. Lo
conocemos recién a partir de 1830, cuando se había afincado en la zona de Guaminí. Fue
contemporáneo de los famosos caciques mayores Melín, Cañiuquir y Rondeao Según investigación
de Carlos Grau (El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata 1949) habría sido hermano de
éste último y también de Guayquimil, de Alón, de Antonio Coisele y de Meligur.
Francisco Caniullán, según dice el censo de 1836, habría nacido en 1775, pero no dice
dónde. Por tradición familiar conoció la gran Guerra Pehuenche, la que parecía liquidada por la
convocación y celebración de grandes parlamentos de paz a fines del siglo XVIII. Aquella guerra
rebrotó con nuevos tintes políticos en 1818, después de la batalla de Maipú, embanderándose los
indios araucanos, los unos a los realistas o al bandolerismo de la resistencia, otros con las tropas
patriotas de Bulnes y Freire. Un número considerable de los borogas emigró, entonces, a la pampa y
se concentró en un campamento en Guaminí.
José M. Carrera pasó por allí con un centenar de chilenos que se habían sublevádo contra su
propio gobierno y actuaban en guerrilla en las provincias argentinas desde 1820. Comprometió a
4.000 indios para ir a recuperar su posición de dictador en Chile. William Yames, secretario de
Carrera, describe sus andanzas entre los indios. Carrera fue vencido, apresado y fusilado en
Mendoza (4.9.21). Poco después fue muerto el cacique Pablo Lepnopán y junto a él su pariente
Kaniullán. Este Caniullán suscribió en Abril de ese año junto con caciques ranqueles una solicitud
desde la toldería de Hilgüé al Gobernador J.B.Bustos de Córdoba, pidiendo que interviniera a
restablecer la paz de la pampa turbada por el Gral. Carrera y la reciente invasión de Lieñán y otros.
Respomdería en 1825 en los parlamentos de la Laguna del Guanaco. Me parece que no era este
Pancho Caniullán, quizas fuera su padre o un hermano, pues él entonces se hallaba ya aliado a los
caciques refugiados en un campamento grande en la zona lacustre de la Provincia de Buenos Aires,
comprometidos a su vez con los realistas pero contrarios a los carreristas. Se había unido a los
caciques Quintana, Coñuepán y su hijo Antenao (Comando General del Ejército: Política seguida
con el indio v. III p.216 y 286).
Caniullán no figura en la lista de los participantes del parlamento de paz en la toldería de
Lincón, convocado por el coronel García en 1822. En cambio estuvo con los caciques Pablo,
Curritripay y Quinchan en la Sierra de la Ventana, señalado como cacique de paz (ib. p. 525). En
162
febrero de 1825 "los caciques pampas pidieron al Gobierno de Buenos Aires que se convocase a los
caciques chilenos. Pablo, Coñuepán, Uñol, Urenamón, Quelmacuy, Caniullán, Carñuquir,
Neculhueque y Chisca, hijo del famoso cacique Lorenzo que había hecho la paz con los Virreyes"
(AGN Biedma S. VII 10-4-1). Efectivamente Caniullán participó en abril de ese año en un
parlamento de paz sobre el Arroyo Pecuén, al cual asistieron 37 caciques.
Pero en la misma zona y al año siguiente, el coronel F.Rauch atacó con sus coraceros y
tehuelches sus toldos (28.12,2) donde mataron más de cien indios y apresaron a unos 400
(AGN.S.X.27-7-6). Rauch pagaría sus crueldades para con los indios en la batalla de Las
Vizcacheras, el 28 de marzo de 1829.
Juan M. de Rosas modificó su diplomacia para con los indios, a lo menos por eso entonces.
Continuó su llamado negocio pacífico a fin de dar solución al problema del pincheirismo en nuestro
país. Para ello invitó a los borogas a nuevos tratados. Acercándose el cacique mayor Francisco
Caniullán con 200 indios, celebró con Rosas las paces en nombre de su tribu y en el de los demás
caciques de sus parcialidades. Rosas le propuso que se reconciliase con los viejos pampas de Catriel
y de Cachul (comprometidos con el Cnel. Rauch en sus expediciones) y con el cacique Venancio
Cayupán. La astucia de Rosas consiguió que los borogas admitiesen un piquete de soldados al
mando del coronel Manuel Delgado en la vecindad de sus campamentos. Era buen conocedor de su
idioma y sus costumbres y podía observar de cerca sus movimientos.
Luego los comprometió y exhortó a la lucha contra los huilliches, sus antiguos
contrincantes, cuyo mayor triunfo, culminó en 1832 con la ejecución del cacique Toriani. Luego, en
pleno invierno de ese año, 300 indios de Rondeao, Melín, Cañiuquir y Caniullán tuvieron que
acompañar al coronel Delgado para atacar las tribus de Vicente Quiñigual y de Cumiú y 200
chilenos al mando del cacique Quillapí. Los destrozaron en el combate de Pelicura. el 9 de agosto
de 1832; allí murieron unos 100 indios.
Rosas no llevó a los borogas a su Expedición al Desierto, pero los mantuvo en constante
alerta, mostrándoles más bien una actitud de desconfianza, como quien piensa: "a la vuelta los
agarraré".
El año 1834 debe haber sido su año más trágico para Caniullán o el del inicio de su ocaso.
Los enemigos suyos de Collicó y Llaima habían entrado en secreta comunicación con las
autoridades militares de Bahía Blanca, quienes solicitaron su colaboración. Luego irrumpieron en
dos malones sucesivos en las tolderías de los borogas: el primero en la madrugada del 8 de
septiembre de 1834, en el llamado Asalto de Masallé. Eligieron como víctimas principales a los
caciques Rondeao y Melín y mataron a todos los que se resistían. Luego del saqueo los desarmaron
y los llevaron consigo, con todo el botín. Ciertamente hubo un gran desbande: unos se lanzaron a
los montes de la pampa, otros buscaron acogida entre los ranqueles. Caniullán, despojado y
humillado, disparó hacia el Fuerte de 25 de Mayo, donde llegó con 25 indios, 30 chinas y unos
cuantos niños. Preanunció su llegada unos días antes, para saber si sería aceptado. La guarnición fue
a esperarlos hasta una legua del fuerte, y a su arribo, tiraron con sus fusiles hacia el cielo como
salva. Luego izaron juntos la bandera y los invitaron a un asado que aceptaron gustosamente a pesar
de su luto.
El relato que escribió entonces el coronel Delgado para el gobernador Rosas es lastimoso:
"Después que sus enemigos les han quitado cuanto han tenido, todas sus prendas de plata y
ropa y aun los toldos les han quitado; sólo se han escapado con lo encapillado, perdieron sus ovejas,
caballos, y sólo han salvado las vaquitas que estaban distantes. Le suplica a S.S.A. que los mire con
lástima (por) que no tienen cómo abrigarse, ni tampoco un cuero para toldos, ni una holla para hacer
un hervido, ni una caldera para calentar agua... Lloraba por la muerte de sus hermanos,
especialmente los caciques y le dolía porque los indios enemigos venían diciendo que S.S.A.
mandaba matar a los caciques, a Rondeao y a Melín. Pedían auxilio para acabar con todo Indio
Chileno y Ranqueles".
Al transmitir estas noticias, el comandante quería saber qué actitud debía asumir; si debía
atacarlos (!) (AGN.S .X. 24-8-6. y C-Grau: Fuerte 25 de Mayo, p. 135).
Al fin fueron admitidos "a una legua del Fuerte bajo la protección del cañón". Rosas escribió
el 26 de septiembre al coronel M. Rodríguez de Bahía Blanca, que aconsejaba a Cañuquir situarse
163
en Laguna Blanca, como Caniullán en 25 de Mayo, otros se acercaron a Tapalquén para unirse a
Cachul. (AGN.S.X. 24-8-6 Secretaría de Rosas y 24-9-1). Santiago Avendaño, en sus Memorias,
habla muy resumidamente de estos acontecimientos y agrega, que “los caciques (tribus de)
Cayúpulqui, Carrellang, Teuqué, Guayquimill y Güenuqueo con los tres hermanos llamados Cristos
también vinieron a parar en Cruz de Guerra (25 de Mayo) Y los caciques Coliqueo, Guayquillanca
y Guorrofil atravesaron con sus parcialidades, sus familias y sus arreos, los espesos bosques y
pidieron asilo entre los Ranqueles, quienes los admitieron, no sin ponerse en guardia de cualquier
agresión por parte de los intrusos” (ib. p.34 ).
Y el mismo autor añade: “Calfucurá tenía gran interés en no perder a Caniullan (Carrillang)
con todos los que le seguían..una porción de juventud que le podía ser útil, conquistándose su afecto
por medio de dádivas y casamientos. Así mandó chasque a Cruz de Guerra” (ib)
En la historia de Cañuquir detallo los acontecimientos siguientes, pues Rosas quiso
aprovecharse de los sentimientos de venganza de los borogas y políticamente los desvió en su
expedición hacia los ranqueles de Llanquetruz e incluso contra los borogas refugiados en la pampa.
Finalmente fueron ellos mismos el blanco de las tropas de Bahía Blanca.
Los indios de F. Canullán armaron poco a poco nuevos toldos para 80 personas. Un
interesante censo de 1836 enumera los nombres de ellos, el cacique, dos capitanejos y 31 soldados y
sus familias. En el toldo Nº 1 había 20 personas; incluía además de su mujer Sunguillán (NB.
Quizás decía que no hablaba castellano), el y la viuda del finado cacique Mariano Rondeao y su
hijo Francisco. El censo indica además su probable edad. El cacique tenía 60 años y el jefe del
segundo toldo, el capitanejo Panchito, su sobrino, tenía 40 años. En 13 toldos se nombran 119
personas. La lista fue publicada por C Grau en su libro: El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra.
1949, p. 290.
En 1837 estos indios, los caciques Caniullán, Guayquil y la cacica Luisa fueron llevados a
Chacarita en Buenos Aires en calidad de cautivos; así lo dice una lista de racionamiento de febrero
de este año (AGN.S.X. 25-5-1). En junio se enfermó el cacique y Rosas procuró su curación. El
documento relata muchas anécdotas, así cuenta cómo Rosas indujo al cacique para que se dejase
vacunar. Y el cacique hizo rezar misas para su curación (Grau: ib. p. 159 y 137 y Arch E.M. No
169).
Más tarde Pancho Caniullán había retornado a 25 de Mayo, participando en diversas
desaventuras de ese lugar; también en Azul y Santos Lugares. Pero como se cita a varios indios,
conocidos como Caniullán, pueden ser hermanos o hijos y no sabemos cuál de las noticias
corresponde al viejo cacique. En 1840, después de un malón sobre sus tribus, "los indios de
Caniullán y Guayquil fueron trasladados a Lobos por el coronel Plaza" (Grau ib. p. 188). En la lista
de la tribu de M. Rondeao de 1866 y otra vez en 1868 figura un alférez Francisco Caniullán. que no
parece ser el cacique. Hay además un Francisco Caniulián, un Martín. un Juan, Ignacio y un Alonso
(Comisión Investigadora: La Tribu y las Tierras de Coliqueo, La Plata, 1940, p. 401). De un
hermano de Caniullán sabemos que en octubre de 1837 estaba "choiqueando" con un grupo de
indios y al llegar a la zona del "Pozo Pampa" (partido de Bragado, en Olascoaga), tropas fronterizas
los corrieron confundiéndolos con malones y los mataron "por equivocación".
CANIULLÁN, Ignacio, capitnejo (boroga) en Fuerte 25 de Mayo, hijo del cac.. Francisco
Caniullán.1840 asumió el resto de la tribu de su padre. Cuando en 1857 la demanda del Gral
Urquiza hizo que pasasen los indios amigos de 25 de Mayo a su servicio, sus hijos y mujeres se
quedaron con Ignacio Caniullán (Caneovellán), especialmente los del Indio Cristo, de Andrés
Raninqueo y de Rosa Coliqueo; luego fueron deportados, lo que originó un largo pleito, y varias
invasiones sobre el pueblo de 25 de Mayo (AGN S,VII 14-4-1) Más tarde hubo pocas noticias sobre
esas tribus. Durante la Conquista del Desierto de 1879 un capitanejo Caniullán, junto al capitanejo
Magín y el cacique Ñau Ñau cayeron víctimas de la barrida (Olascoaga III. 265)
CANIULLÁN, Juan, 1868, capitanejo de la tribu del cac. Ignacio Coliqueo; pero luego pasó
a establecerse con el cacique A.Raninqueo en La Verde. En 1872 esta tribu fue invadida y
aprisionada por el cac. Juan Calfucurá en vísperas de la batalla de San Carlos de Bolívar (8.3.72)
164
CANIULLÁN, 1872, capitanejo de la tribu ranquel del cac. Mariano Rosas, según la lista
del Padre Donati.
CANIU MANQUE, 1600, cac. araucano. En 1612 murió a manos del cac. Ancanamún
sublevado en Elicura (Chile) junto a tres misioneros jesuitas. El hecho tuvo mucha repercición en
Chile. (Campos Menchaca: Nahuelbuta p. 357)
CANIU MAIN (o Cañiumán, Cañemain), 1787, cac. pehuenche (alias Pellón), hermano del
célebre cacique gobernador de Malalhué, llamado Ancanamún. Amigorena Maestre de Campo y
Gobernador de Mendoza lo llamaba cacique amigo, aún no vasalle de la Nación Española, 1887,
después de haber invadido a los huilliches, sufrió un gran malón de revancha por parte del cac.
Llanquetruz. Era el tiempo de la Guerra Pehuenche. Luego asistió al parlamento de paz, convocado
por Amigorena en San Carlos (Mend.) el 17 de octubre de ese año. Pero la Guerra siguió a las
órdenes de Pichintur, unido al cac. Currilipi, en 1788 y 1792 (ver las rseñas correspondientes y
Arch. Mend. Carpetas 29 y 30). Canumain, ocasionalmente reemplazó a su hermano. No conozco
más datos de él. Puede ser que haya muerto en 1895, en el choque con el cac., Rayguán.
CANIUMÁN (o Cañomán), 1820, cac. pehuenche que acompañó al Gral chileno J. Carrera
hasta el saqueo de Salto (Prov. Bs.As)
CAÑU MIL, 1770, cac. pampa ranquel de la gente de Linconahuel (Lincon). En junio de
ese año fue muerto, según una escueta información desde el Fortín San José (AGN S.IX. 1-4-2;
29.6.70)
CANIUMIL (CAÑIUMIL, COÑIUMIL), 1792, cac. huilliche del Neuquén.; quizás era de
la parentela del ya nombrado. Su nombre aparece en el parte sobre un malón que en 1792 sufrió el
cac. Crrrilipi. En consecuencia, una expedición punitiva al mando del Capitán Francisco Esquivel
Aldao invadió sus tolderías. En su Diario, este capitán acusa a Caniumil como instigador de la
Guerra Pehuenche; que en el combate de Renileufú, en enero de ese año, había invadido junto con
los caciques Huenumilla y Cheuquepán, la toldería de Currilipí, al que han matado. De veras le
dieron una sangrienta derrota; le corrieron gritando que le iban a arrancar el corazón para beber su
sangre y que arrojarían su propia lanza contra su gente. Entonces, dice el documento, se arrojó al río
y murió ahogado. (El Diario está publicado en Rev. De la Junta de Estudios Históricas, Mendoza
VIII, 1938) Esquivel alcanzó a Cañiumil a dos días y medio de Zapala y al cac. Güeragüé, su
compañero, en Vuta Confín.
CAÑUMIL, José , 1850. Este cacique actuó con su tribu en la pampa bonaerense, como
agregado y emparentado de Calfucurá y sus tribus huilliches o salineras. Desde el primer
documento hasta el último que de él pudimos hallar, se vislumbra que ha sido un cacique
autónomo, siempre inclinado a vivir en armonia con los “cristianos”. En enero de 1855, cuando
Calfucurá ya estaba ganado para la causa del Gral. Urquiza, escribió el Cnel. Wenceslao Paunero al
Gral Bartolomé Mitre: “Tenemos casi la seguridad de repasar (separar) a Cañumil de Calfucurá. El
lo promete. Le he pedido rehenes muy en secreto…Después sabremos qué convendrá hacer más: si
atacarlo, lo cual es fácil, o seguir embromándolo hasta mejor oportunidad” (sic!) (Arch. Mitre XVII
p.55)
Luego los jefes porteños iniciaron una serie de operaciones en el sur, no siempre
exitosas, como la que terminó en la derrota de Sierra Chica (30.5.1855), la derrota del Gral. Hornos
en el temblaral de Sierra San Jacinto (Febr. 2856) y la mal lograda expedición del Cnel. Emilio
Mitre contra los ranqueles
. El gobierno de Buenos Aires abrió intensas negociaciones de paz con los indios, y el
mismo Cañumil buscó contactos con los comandantes de Bahía Blanca y Carmen de Patagones. Allí
se presentó él mismo en Mayo de 1857. En Octubre de ese año envió una comisión de paz al Fuerte
de Azul. Pero luego le acusaron de haber invadido la provincia de San Luis. El se excusó y remitió
una comisión a Bahía Blanca al coronel Yturra y al comandante Fourmatin para ofrecer sus
servicios al gobierno de la provincia de Buenos Aires y canjear cautivos (19 y 25.12.57). Yturra
comunicó esta novedad a sus colegas Granada y Paunero, diciendo: "Cañumil tiene buenos deseos
de paz linda y duradera. Si usted quiere invadir a Calfucurá —me dijo por palabras— no tiene más
que pasar por mis toldos (entonces en Pigüé) y yo y mis indios lo acompañarán." (Arch. Salesiano,
Bahía Blanca, correspondencia del Cnel. Yturra 27.12.57). Al cacique le dijo el mismo Yturra:
165
"Exijo que nos mande a todas las cautivas de este pueblo (Bahía Blanca). Recibí carta de Calfucurá
en la que dice, que quiere la paz, que no quiere derramar sangre. El Gobierno quiere tratar (con
nosotros la paz). Ustedes deben respetarlo. Tiene quizás doce cautivas de este pueblo. Te dejo un
plazo de ocho días. Nosotros, los cristianos, somos muchos y todos los días vienen montones de
Europa, así somos muchos y tenemos muchos recursos para matar gente", decía en carta del 9.12. El
Año Nuevo de 1858, Yturra le contestó: "Recibí la carta del 28 ppdo. y cinco cautivas y la palabra
de una paz linda. Daremos pruebas; también tú las has de dar. Deseamos tu fidelidad y la de los
caciques Ancaláo, Bichal (Guichal), Juancho, Ináre, Comilla, Añone, Bermina y los demás indios,
tus amigos y hermanos."
Al mes, les iban a dar una prueba de su fuerza, pero no de paz linda, como pedía el jefe
salinero: la expedición de Paunero y de Granada a la Pampa que conocemos particularmente por la
batalla de Pigüé, del 14 al 16 de Febrero de 1858. El día 13 de ese mes el brillante Ejército de
Operaciones llegó al campo que ocupaba Cañumil. Calfucurá envió parlamentaroios y cartas Una
fecha 15 de febero de 1858: “Al Señor General de la División: Amigo, he llegado a ésta por saber
que usted tenía a Cañumil sitiado. (Ver Calfucurá: La Batalla de Pigüé)
Calfucurá se había adelantado a este movimiento, había llegado con los indios de Cristo,
Collinao y Quentriel (Monferrán-Monferrán, “El Ejército de Operaciones del Sur y la batalla de
Pigüé”, 1962, p. 105 ss). No describo aquí el desarrollo de la batalla (véase la biografía de J.
Calfucurá) que resultó a favor de los cristianos. Después de la retirada de los indios, el 17 de
Febrero, el coronel Machado exploró la zona y llegó hasta la laguna Pigüé, donde halló las tolderías
de Cañumil y de Lecopancurá. A la vista de los invasores, los indios se lanzaron a una precipitada
fuga, abandonando toldos y haciendas y hasta los heridos y el archivo. Las tropas expedicionarias
avanzaron en persecución de todos los indios, pero ellos astutamente les hicieron un gran vacío, de
manera que la expedición terminó en un "paseo" a Salinas Grandes sin consecuencias, e indios y
militares volvieron a las negociaciones de paz. Cañumil se mostró en eso el más entusiasta y
consiguió que Calfucurá se aviniera a celebrar con Buenos Aires (en Azul) un tratado de paz. El
mismo Calfucurá se lo comunicó al general Urquiza, pero demostrándole que se inclinaba más por
él: pero pedía racionamiento para Cañumil, Quentriel y otros. (Arch. Urquiza. T. 108, fha. 22.4.61)
Calfucura no se opuso que su cuñado, el cac. Cañumil, quería salir de la zona salinera para
vivir cerca de Bahía Blanca. Este pues había solicitado un tratado de paz propio y el permiso de
ubicarse, como Coliqueo y Ancalao, cerca de los cristianos en el Arroyo Frías, a 30 leguas de Bahía
Blanca, lo que le fue concedido (AGN S.X 20-7-2: 26.8 y 10.11.1862)
El 25 de Agosto, Cañumil escribió al comandante de Bahía Blanca, mostrando júbilo por
haberse firmado la paz, la que pensaba celebrar con un gran baile para dar gracias a Dios por la paz
lograda. La carta fue escrita en Salinas Grandes, prácticamente en vísperas del segundo
enfrentamiento bélico de Buenos Aires con la Confederación Argentina en Pavón. Apenas habían
triunfado los porteños, José Cañumil escribió a D. Pedro Navarro (24.9.61) que habían sido
engañados por Urquiza y que querían estar tranquilos con los cristianos (AGN, S.X, 20-7-2). Desde
entonces Cañumil se acercó a la frontera.
En Agosto de 1861 su tribu volvió a Pigüé (carta de J. A. Llano, 26.8.61). Calfucurá no puso
obstáculos a su yerno y despachó también las indiadas auxiliares que llegaban de Chile. Cañumil,
atento a los progresos de las tribus amigas, pidió en Septiembre de 1863 que el Gobierno le diese
también un pedazo de tierra como había otorgado a Melinao, Coliqueo y Ancalao. En una carta le
dice al Presidente Mitre:
"Usted debe saber muy bien que soy el cacique Cañumil, el que hice los tratados en Azul y
ayudé a arreglar con Calfucurá. Tengo 200 hombres a mis órdenes; ninguno roba..." La comisión
estuvo encabezada por los capitanejos Luis Gorosito y Juan López. Decían que se habían separado
de Calfucurá y pedían sueldos para su cacique y el capitanejo Guayquil y que les permitiesen situar
sus toldos en el Arroyo Frías, (A. Mitre, XXIV. p. 122 y AEM. 7.12.63). Se le respondió que el
Gobierno haría los tratados cuando viniesen y de regalo les entregaron 100 yeguas para Cañumil y
50 para Guayquil. En diciembre se ratificaron los detalles del tratado. También el coronel Juan
Cornell, encargado de los indios amigos, recomendó a Cañumil y Guayquil al ministro de Guerra y
166
que se gastara algo por ellos, "conviene este gasto entreteniendo la paz, mientras se va conquistando
la tierra que se hace útil formando pueblos y aumentando la riqueza del país". (AEM, 10.11.63)
Un año más tarde, Cañumil llevó a Calfucurá y al temido cacique Blanquillo al Fortín
Colorado para que celebrasen la paz con el coronel Murga. El comandante de Bahía Blanca J. A.
Llano no tenía fe ni en Cañumil ni en Guayquil y pidió cuatro veces al Gobierno que los situase
cerca de Nueva Roma para que la Legión italiana los vigilase. Pero no se realizó tal tratado.
Cañumil insistía en que se le concediese un tratado de paz. Había enonces avisos de que se
estaban preparando nuevos malones con ranque les y chilenos. Por eso el Gobierno de Buenos Aires
trató de conjurar el peligro, ofreciendo nuevos regalos y tratados a Calfucurá, Cañumil y el
Blanquillo a través de Murgas de Bahía Blanca y por el Cnel. Manuel Baigorria. Pero los chilenos
no se iban a volver con manos vacías y malonearon en la zona de Río IVº (AEM. 29.9 y 18.11 de
1864 y 8.12. de 1864)
En diciembre Cañumil envió al cacique Guayquil y a 34 indios en comisión a Bahía Blanca,
a pesar de que su hijo había sido asesinado, poco antes, en esa vecindad (AEM, 2.12.64).
Finalmente, el 25 de Septiembre de 1865, se realizó en Bahía Blanca el tratado de paz. En él se
estipulaba, además de lo corriente en esos tratados, que Cañumil debía enviar partidas de indios
para controlar los campos desde Sauce Grande hasta el Colorado y mantener buena amistad con los
indios amigos de Ancalao. Al cacique se entregaría "por una sola vez" dos fanegas de maíz y una de
trigo para que hiciesen sus primeras sementeras, recibirían 6 arados, 6 palas y 12 azadas. Se les
entregaría 200 yeguas y racionamiento trimestral en Bahía Blanca, a partir del 1° de Enero de 1866.
En el acto de firmar el contrato estuvo presente el cacique José Cañumil con 18 capitanejos de su
tribu, además del comandante como representante del Gobienio, el juez de paz Dn. Francisco
Barajes y el coronel Dn. Felipe Caronti; pero recién el 26 de Diciembre de 1865 fue aprobado por el
Dr. Marcos Paz, vicepresidente a cargo del P.E. y Julián Martínez. (AEM. Nº 833 y Arch. Mitre,
XXIII)
El 10 de enero de 1866, José A. Llano comunicó a Cañumil que, ratificado el tratado por el
Gobierno, se presentase con sus capitanes (AEM, 10.1.66). El juez de paz informó al gobernador
Mariano Saavedra que Cañumil se había presentado con su familia y sus capitanejos para ratificar
una vez más los tratados concertados con el Gobierno nacional.
El geógrafo V. Martín de Moussy le atribuyó, según el censo de 1869, 1.500 indios.
Bahía Blanca, con este refuerzo de indios amigos, habría vivido en paz, si no hubiese
ocurrido un hecho de torpe bravuconada que abrió una época de funestos malones para ese
vecindario. El 1º de abril de 1870, el coronel José O. Llano atacó sin previo aviso y sorprendió con
110 hombres y vecinos voluntarios la toldería de Cañumil. Para ir a robar a los indios, siempre
había voluntarios... En la sorpresa hicieron unos 70 muertos y los demás, incluyendo al cacique,
fueron arreados como prisioneros de guerra a Bahía Blanca. El coronel confesó haberles quitado
2.500 caballos y 300 vacas y un estandarte nacional. Para justificar el hecho indicó en su parte que
esos indios habían mantenido a desertores y que habían atacado una tropa de carretas de Dn.
Abelardo Laborda.
No toda la población estuvo conforme, como se lee en The Standard. En Buenos Aires hubo
indignación y en Salinas Grandes un gran clamor por venganza. Jorge L. Rojas Lagarde describe los
hechos citando los partes y artículos de la prensa en su libro “El Malón de 1870 a Bahía Blanca y la
Colonia Inglesa de Sauce Grande”. Bs. As.. 1984.
El cacique Calfucurá. apenas fue anoticiado del hecho, montó en cólera y organizó un malón
de protesta que cayó el 15 de junio de 1870 sobre la zona de Tres Arroyos a la vez que avisó al
coronel de Elía de la Frontera de Azul que estaban haciéndolo en represalia de la felonía cometida a
Cañumil, su cuñado, y añadía que si no libertaban a Cañumil y a su gente, caerían también sobre
Bahía Blanca. Exigía que cambiasen al jefe de esa frontera. Seguramente no cayó sobre Bahía
Blanca, para evitar que matasen a Cañumil y sus prisioneros. Con estas nuevas actitudes se
oscureció el horizonte político de la pampa: nuevos contingentes reforzaron los efectivos de
Calfucurá y era previsible la irrupción de otro malón. En Agosto, Cañumil y sus rehenes fueron
trasladados a Blanca Grande para canjearlos luego por prisioneros, hechos en Tres Arroyos. Pero las
exigencias de Calfucurá no se cumplieron. Entonces lanzó otro malón de 2.000 indios aguerridos
167
sobre Bahía Blanca y las estancias de Napostá. Cañumil, conociendo este plan, procuró disuadir a
Calfucurá, pero éste no quiso oírlo. Y así se produjo un nuevo hecho sangriento. Bajo tan
formidable presión, el Gobierno nacional mandó libertar a Cañumil, lo que éste mismo agradeció
por intermedio del coronel Elía desde Blanca Grande y Salinas Grandes, prometiendo vivir en paz
(Arch. M.H.N., Na 5127) y el comandante Llano fue sustituido por el coronel Julián Murga.
Cañumil volvió a pedir racionamiento según el tratado de paz y, según las Memorias de J.
Montenegro - Catriel (en “El Imparcial, Nº 4, 1908, Azul), Cañumil y Payllacán habían venido a
Azul para renovar la paz. A Cañumil lo describe como "hombre anciano, de buena presencia.
Vestían bien, tanto él como su caballo. Este era de la parte de la Patagonia" (huilliche). En Bahía
Blanca nadie quiso proveerlos. (AEM, 14.1.71)
¿Por qué pidió el coronel Elía al ministro de Guerra, el 7 de Julio de 1871, "autorización
para invadir los toldos de Cañumil y El Carhüel , donde habría muchos caballos"? ¿Era pura codicia
o era plan premeditado? La guerra contra el indio sólo tuvo treguas, no interrupciones. Véase el
desarrollo de esa guerra en la biografía de Calfucurá. No sé qué participación habrá tenido Cañumil
en el malón y la batalla de San Carlos, el 3 de marzo de 1872, provocado por otra "felonía", según
carta previa de Calfucurá, perpetrada en las tribus de Chipitruz. Manuel Grande y Calfiao. Cañumil
siguió unido a la historia de Calfucurá hasta que éste murieraa, en 1873. Alvaro Yunque, en su libro
Calvucurá, cuenta cómo el lenguaraz capitán Rufino Solano fue salvado por Cañumil, mientras que
Calfucurá estuvo en agonía. También bajo el gobierno de Namuncurá mantuvo contactos de paz con
el Gobierno nacional. En Febrero de 1875 encabezó una comisión de paz en nombre de Namuncurá,
a Buenos Aires y solicitó al Arzobispo F. Aneiros su intevención y apoyo (L. Copello. Gestiones del
Arzobispo Aneiros en favor de los indios, 1945. p. 198). En el tratado de paz, propuesto por un gran
número de caciques salineros (AEM, Nº 1232, 3.5.75), se dice en el artículo 2° que los caciques
Juan Morales Catricurá y Cañumil debían recibir sus raciones en Bahía Blanca. Se entretuvo a los
caciques con algunos regalos, mientras los militares preparaban la conquista de la pampa, la que
sería el avance de Alsina. A fines de 1875. seguros de que los engañaban, los indios adelantaron su
ofensiva, el Gran Malón sobre la frontera sur. Esto no impidió que en Marzo de 1876 avanzaran las
seis columnas previstas e iniciaran la conquista desde puntos estratégicos previsto en la ley 125 de
1867. Después de la muerte de Alsina, antes de que Roca lanzara su ofensiva, Cañumil recibió
algunas raciones. Pero en 1878 empezó la "barrida" de la pampa. La División del coronel Teodoro
García salió con 250 hombres y sorprendió, el 4 de Octubre de ese año, una de las tolderías de
Cañumil cerca de Guatraché: apresaron a Mariano Cañumil, hijo del cacique José Cañumil. El día
6., atacaron en Hucal Grande o Rumecó Grande a Cañumil padre y al cacique Huechuquil, quien se
escapó. Otro encuentro se produjo en Cono Lauquén, a 12 leguas al oeste de Guatraché. T. García
entró en Puán triunfante, trayendo consigo 106 indios prisioneros, habían muerto también un
centenar (Olascoaga, 1930, p. 98,1). Otros habían escapado a los montes de Trumecó, 20 leguas al
sur de Chilué (ib., p. 70). El 22 de noviembre de 1878, el cacique buscado se presentó en el Fuerte
Argentino con 151 indios de lanza, entre ellos, despes el cac.Cañumil y 360 mujeres y niños.
(Telegrama del 22 de noviembre, en Olascoaga I. 88 y IV 86) “Es un regalo que quise hacerle, le
dijo, según Ebelot, - el Comandante Wintter . Cañiumil y su gente se presentaron ante el general
Wintter sometiéndose, porque sus familias habían caído en poder de los cristianos. Este informó al
ministro: "Cañumil. que pertenecía a los montoneros de Namuncurá, viene desnudo y hambriento".
El mimo día de la rendición , Wintter llevó a 600 indios a Bahía Blanca. A los jefes los
destinaron a la prisión de Martín García. El cacique fue conducido como prisionero a Buenos
Aires e incorporado al Batallón de Artillería. Allí, por lo menos, tuvo la gracia de recibir de los
Padres Lazaristas instrucción cristiana y el bautismo que recibió el 11 de Agosto de 1879 en la
Iglesia del Pilar, junto con los caciques J. J. Catriel, Marcelino Catriel y el ranquel J. Melideo
(Meliqueo).
El resto de los indios de lanza“prisioneros” (digo entre comillas) incorporaron el 14 de
enero de 1879 a la División de Alvaro Barros para la expedición al Río Negrto, a Malal Huaca y
Chichinal.
FAMILIA Y BAUTISMOS
168
La anotación dice: "Cacique Cañumil de 68 años de edad, hijo de Huenumilla y Antonia"; y
a continuación: "Albino Cañumil de Salinas, de 6 años, hijo de Cañumil y Marica y Martín Cañumil
de 11 años de Cañumil y Marica". Cómo desearíamos que estas escuetas anotaciones fuesen más
elocuentes y explícitas...El 1º de Junio de 1880, Luis M. Campos dispuso que quitasen los grillos a
los caciques Epugner Rosas y Pincén y a los capitanejos Melideo y Cañumil. Lo había pedido el 25
de Mayo, fiesta patria, M. Matoso, el Comandante de Martín García.
Una última noticia del 11 de Agosto de 1883 registra una carta de Salinas Grandes enviada
al coronel Pío Iturra de Bahía Blanca en que el cacique (ya liberado, al parecer) le pide que le
entregue los hijos y nietos. "Murga dice que mi hijo Mariano ha invadido y robado. Estoy muy
enojado". Esta, su última palabra, caracteriza la amargura de un hombre que siempre deseó vivir en
paz y armonía con los cristianos.
CAÑUMIL, Mariano con el apodo de “el Trenzador”, era hijo del cac. José Cañumil y
capitanejode su tribu. Compartió pues los infortunios de éste y de su tribu especialmente en las
últimas faces de la Conquista del Desierto hasta su captura el 5 de octubre de 1878.
CAÑUMIR, José, 1980, cacique de la tribu neuquina, llamada “de Zúñiga”. Debe llevar el
nombre de ese cac. José Cañumil que reseñamos arriba. J.Raone publicó su fotografía en :Neuquén,
la Provincia de los grandes Lagos Nº 2, 1980 p.39
CANIUMUR, 1760, cac. pehuenche de Lonquimay, junto al cac. Tripayán (Burdny)
CANIU ÑAMCÚ, Nicolás (Caniuñán), 1751, cac. pehuenche en Arquenco. Ese año lo
visitó el Padre Bernardo Haevstadt. 1787 aparece en la lista del cac. Roco sobre el Diamante en
Mendoza y nuevamente, en 1814, figura un cacique Cañuñam entre los caciques sufragáneos del
cac. pehuenche Ñeycuñán. ( Arch. Mend. Carp.30 Doc. 10 y 37 y Carp. 123 Nº 13)
Etimol: “Pichón de aguilucho (Nancú)
170
CANIU PÁN, el 22 de Junio de 1837 mandó un parlamentario al Cnel. A.Ramírez y a del
Busto (Diario). Y el tío, Laureano Cañupán dio libertad al padre del ilustre Restaurador de Leyes, a
León Ortiz de Rosas. 1779 había ascendido a subteniente. Intervino en la expedición de Antonio de
Biedma a la Cordillera en 1781/82 y en la expedición de Juan de la Piedra de Patagones a la Sierra
de la Ventana a combatir los indios serranos. La expedición fue un verdadero fracaso, muriendo los
jefes; pero no la tropa que escoltados volvieron a Patagones. León Ortiz de Rosas cayó prisionero,
pero no fue muerto. El cac.. Lorenzo Calpisqui formalizó luego un pacto de paz con el alférez
Lorenzo Gómez que había quedado al mando de la tropa diezmada. Los prisioneros después de
varios meses quedaron libres, entre ellos León Ortiz de Rosas. (Diccionario Histórico Argentino por
Ric.Piccirilli y otros 1954 Vol Vº) .
CANIU PAYÚN. (ver Caneu Payún)
CANIUPAYÚN, 1776, cac. pampa ranquel que vivía en Apiel junto con el cac. Güigüiante,
según el censo de Diego de Las Casas. Cuando en Buenos Aires apresaron al cac. Nahuel Pán y se
saqueó sus toldos, Caniupayún se presentó ofreciéndose como rehén con la propuesta de canjear
cautivos por los prisioneros. Pero en diciembre de 1788 él y el cac. Cañumil llevaron un malón de
300 indios sobre el Sur de Córdoba. El 16 de Diciembre de 1788 mataron y degollaron a
Llanquetruz. El 1º de enero de 1789 Currilipí entró en Los Angeles con el trofeo, orgulloso de su
victoria. De inmediato Caniupayún preparó una expedición de venganza.(ver el artículo sobre
Llanquetruz Iº en Hux: Caciques Pampa-Ranqueles). Atacaron a Currilipí; le robaron hacienda de
parte de los huilliches y ranqueles. En esos años se hicieron en Chile grandes parlamentos de paz.
Caniupayún fue el sucesor del gran cacique ranquel Llanque. en 1792 y en marzo de 1794, firmó la
paz. El mandó una gran embajada para ofrecer la paz. El mismo año, el 27 de noviembre, llegó a
Mendoza la noticia que había muerto de peste él y su lenguaraz Julián de Valdivia. (Arch. Mend.
Doc. 7 y 13)
CAÑUPÁN, José, 1850, capitanejo ranquel del Sur de Río Grande de Mendoza. Sus hijos se
llamaban Juan y Bartolomé (C.Rusconi ob. cit. IV. p.84
CAÑIUPÁN, 1864, capianejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista del Arch. De E.
Mitre y 1872) Etimol: “Barba nueva”
CAÑiU PIL (o Caneupi, Canopé, Canupí), 1781 cac. pampa a quien conoció B. Villarino.
Bagualizó con el cac. Negro y Lorenzo Calpisquis en la pampa bonaerense. 1787, la expedición que
iba en busca de sal a Salinas Grandes, lo halló en Cabeza de Buey (Part. Bolívar) .
CAÑUPIL,1839, cacique y capitán mayor de indios chilenos. Así es llamado en el parte del
asalto de Tapalquén del 20 de agosto de 1839 (AGN X. 27-7-6)
La otra noticia que de él encontré es que murió en 1846 a manos del Sargento Mayor
Eugenio del Busto en su expedición contra los borogas (J.Moya:Contribución a la Hist. De Bragado
p.62, Informe del 25.5.46) porque no quiso entregarse. Del Busto en su Diario lo llama cac. Cayupí
que era de la parentela de Baigorrita.
C A Ñ I U Q U I R, Juan Ignacio
CAÑUQUIR, Juan Ignacio (o Caniuquil) cac. boroga muerto en 1836, era uno de los
caciques “mayores” de los borogas —quizás el más independiente—, junto con Mariano Rondeao,
Melín y F. Caniullán, los que actuaron en la zona de Guaminí, desde su emigración de Chile. Pues
con la batalla de Maipú se inició en Chile la terrible Guerra a Muerte que enfrentó a tribus en uno y
otro bando. Evadiendo esa guerra, tribus enteras se trasladaron a la pampa argentina, como ésta,
cuyos acontecimientos quiero contar.
ROSAS LO COMPROMETE
Los caciques borogas aceptaron otra invitación de Rosas y concurrieron con 150 indios a un
parlamento a la Estancia San Martín y luego a Chacarita, en Buenos Aires, donde juraron no unirse
más con los Pincheiras, haciendo la paz con el Gobernador y reconciliándose con los caciques
pampas y con el cacique patriota Venancio Coñuepán, quien en Chile había sido uno de sus grandes
adversarios. En una minuciosa exposición (existente en el Archivo del General Guido, con fecha 20
de Julio de 1832, 6 fojas publicadas en la Revista “Azul”, de Azul 1,1930, Nº 4. p. 68-76) se cuenta
cuánto hizo Rosas para separar a los borogas de aquellos guerrilleros chilenos, realistas. Quizás le
costó más a Caniuquir reconciliarse con Don Venancio Coñuepán, a quien quería destruir. (AGN.
S .VII 16-1 -11).
El capitán Eugenio del Busto durante dos años vivió cerca del campamento de los borogas,
con la misión de observarlos y ganarlos de nuevo para la paz (Hux, Orígenes de Bragado; vida de
E.del Busto p. 31s). En mayo de 1832 comunicó a Rosas que estaban dispuestos a aceptar un tratado
de paz y a reconocer a las autoridades argentinas. Por otra carta del mismo nos enteramos que
efectivamente celebraron un convenio de paz con Rosas, tanto Caniuquir, como Caniullán,
Rondeao, Catriel y Venancio. (Comando General del Ejército: Política seguida con el Indio, T. IV. p.
305 y R.Muñiz, Los indios pampas p. 141 quien cita “El Lucero” lº de Abril de 1833) El teniente
coronel indio Pablo Millicán acusó a Rosas, el 20 de diciembre de ese año (1832), de que el cacique
172
Juan Ignacio Caniuquir había recibido mil cabezas yeguarizas de todas las edades. Así había entrado
en el negocio de la paz, siendo racionado por el estado de adopción. Prestaron algunos servicios y
recibieron sueldos, a lo menos los jefes.
Rosas escribió a Caniuquir: “Ustedes criarán a sus hijos felices y en perpetua paz y a sus
haciendas. Sembrarán todo lo que quieran, como lo ha hecho Llanquelén en la Federación (Junín),
que ha hecho una huerta grande. (Hux, Ccaciques Ranqueles p.47)
En carta del 16 de febrero, Caniuquir le dice a Rosas, a su "buen hermano":
"que con él todos querían hacer la paz y entenderse, después que tuvieron la fortuna de
firmar los tratados. Los indios están siempre llenos de entusiasmo y con energías (para) exponer
gustosamente sus vidas a fin de darle honra y gloria a V.S." (ib. p. 124).
A los dos días le escribe de nuevo por medio de Pablo Millicán para expresarle "el gran
sentimiento, porque unos soldados vinieron a robar los mejores caballos de montar de los caciques".
Rosas le contesta que trataría localizar los caballos robados y a los malhechores y les envió unos
caballos gordos y buenos, dos superiores y una yegua madrina (AGN. S. X 27-5-6).
Los militares de Bahía Blanca pensaban primero ubicar a los borogas sobre el Río Colorado,
pero Rosas decidió otrá cosa (21.3.33: AGN.S.X. 27-5-5). Al incorporar a su división a los pampas
de Tapalquén, incorporó también a algunos borogas. Los demás deberían desempeñar otras
misiones. Es abundante la correspondencia de estos años que demuestra con cuánta diplomacia
trabajó Rosas a ese grupo de indios borogas en Guaminí. Ya en 1832 los mandó expedicionar contra
los huilliches chilenos del sur, donde derrotaron al cacique Toriano y a otros caciques que más tarde
debían darles un formidable "zurdazo" con permiso de J.M. de Rosas. como veremos.
En marzo de 1833, apenas Rosas supo los resultados de la batalla de las Acollaradas
(16.3.33) en la que chocaron los indios ranqueles con la división del Centro, Rosas escribió al
cacique Caniuquir, de quien había recibido noticias de la batalla, diciéndole que estaba disgustado
con los borogas, porque había llegado a saber que algunos de los suyos habían estado en las filas de
Llanquetruz y exigía que ellos fuesen muertos. El cacique amigo Llanquelén de Junín le había
escrito a Rosas, ya en febrero, que se cuidara del cacique Caniuquir, porque estaba en comunicación
con el cacique Mulato, amigo de Llanquetruz. La carta de Rosas es fuerte, amenazadora, protesta,
exhorta. Se extraña de que algunos de los de ellos apoyaban a los enemigos y que no mostraran
alegría cuando expedicionaba contra ladrones y sus propios enemigos y termina así: "Si no me dan
pruebas de adhesión, los castigaré como a traidores, como perseguí a Quiñigual" (AGN.S.X.27-5-6
y S.V.35-2-6;24.4.33).
Poco después convocó a Caniuquir y otros jefes borogas a un parlamento en Bahía Blanca
que se inició el 28 de abril. Allí les habló en términos similares, pero para untar sus manos hizo
entregar a Caniuquir y a su comitiva una gratificac.ión de 3000 $ (AGN.S.X.40-7-10: 30.4.33,
Cuaderno de Rosas). Les prometió también, que iba a otorgarles tierras en el Río Colorado.
La expedición contra los ranqueles debía satisfacer a Rosas, pues "hicieron mucho castigo,
mucha mortandad entre los indios de los caciques Mulato. Marileo. Calfulén y Lincolaf". (AGN,
Pacheco S.VII.1-2-6:19.7.33 y S.X.27-5-7,fha. 16.9.33)). Después de esta expedición Rosas exigió
un nuevo parlamento con los caciques Caniuquir, Rondeao, Melín y Caniullán en un tono que no
debía ser precisamente de reconocimiento (ib. 20.9.33): les impuso como grave obligación la
devolución de lodos los cautivos y también la de los ranqueles. Para Rosas esto era causa de
prestigio. Efectivamente, el 12 de diciembre de 1833, un documento de él acusa haber recibido 150
cautivos. Eugenio del Busto nos conservó toda una lista de capitanes indios que correspondieron, a
la vez que nos señala los "sufraganes" del cacique Juan Ignacio Cañiuquir.
Caniuquir entregó 3 cautivos; Güenchalén 2; la viuda de Rondeao 3; Epullanca 1;
Quechanfil 1; Mariqueo 1; Caniullán 1; Loncon Güenupil l; Guayquiñancu l; Linconao l; Filuché 1;
Güenchú l; Curumán 1; Payllá 1; Mariano Cuan 1; Guayquimil 1; Güechuqueo 1; Pu Luán 1; Trarú
1; Güircán 1; Coloil 1; Güeza Güenchul 1; Antumain 1; Fernando 1; Mulato 1; Pulquilen 1; Alón 1.
(AGN.S.X. 24-9-1:fha. 27.12.34. e.d. después del asalto de Masallé y S.VII 10.4.8)). J. M. de Rosas
hizo imprimir un folleto "Relación de los cristianos salvados del cautiverio de los indios por la
división izquierda del Ejército Expedicionario al mando del Brigadier Gral. D. Juan Manuel de
Rosas". Buenos Aires, 1835. (Un ejemplar se halla en el Museo Mitre, Bs.As. y C. Moncaut
enumera las nóminas de los cautivos redimidos en:
EL ASALTO DE MASALLE
Rosas seguía insistiendo en la obligación de que los borogas atacasen a los ranqueles. Ellos
diplomáticamente dilataron el asunto. En enero de 1834 el termómetro de enojos y desconfianzas
había subido como lo expresa el indio teniente cacique Pablo Millalicán: “Rondeao está enojado
con los chasques; no pudieron ver a Rosas y fueron despreciados por Corvalán. "Vienen con papeles
—exclamó— ¡tantos desprecios!. En Bahía Blanca los han mirado como a perros!" (AGN. S-X. 24-
9-1; fha.19.1.34) Y escribieron que no se habían movido, porque nadie iba a defenderlos. Que
estaban arrepentidos del atropello hecho a Mulato. "Se ha muerto de pesadumbre ¡Sería tan linda la
paz!"
Angel Pacheco advirtió entonces a Rosas que seguramente ganaban tiempo para conseguir
refuerzos de Chile. (En realidad él tenía confabulado con los caciques que lugo nombrarmos un plan
de exterminio). Rosas, efectivamente, tenía noticias de que 2000 indios, no precisamente los amigos
de los borogas que actuaron en el bando realista en Chile, habían cruzado la Cordillera para ir a
malonear. Noticia que comunicó el general Bulnes al Gobernador de Buenos Aires, agregando que
pensaba excursionar hasta la pampa y atacarlos en unión con los indios aliados (patriotas). La carta
lleva la fechadel 4 de abril de 1834.
Aquellos aliados, huilliches patriotas, enemigos de los borogas, entraron en contacto con las
autoridades de Bahía Blanca y fueron aprovechados para un plan de Rosas para destruir a los
poderosos borogas. Ya lo sabían en Guaminí; porque Millalicán escribió el 27 de febrero de ese año
a su primo Venancio Coñuepán, el gran cacique patriota, quien había entrado a la pampa por orden
del gobierno chileno y estaba ahora al servicio de Rosas: "¿Cómo han hecho las paces los caciques
rebeldes de nuestras tierras? ¡Los güincas desean que nos acabemos los unos con los otros!"
Los 2.000 huilliches, entre ellos Jn. Calfucurá y Antonio Namuncurá, llegaron a la pampa y
se establecieron "con permiso" en Salinas Grandes. Caniuquir entre dudas e incertidumbres, se
presentó al Comandante en el Fuerte del Monte y parlamentó luego también con el coronel Delgado
en el Arroyo del Pescado, en el camino a Salinas Grandes. Delgado, en su informe a Rosas no
parece tomar partido por los borogas. Decía que el hijo de Caniuquir transmitió incorrectamente lo
tratado en el Fuerte del Monte y que incluso Caniuquir tenía planes siniestros para los cristianos.
La comunicación es del 30 de agosto. Entre tanto el plan sinistro de la destrucción de las tribus
174
borogas en la zona lacustre de la Provincia de Buenos Aires estaba cocinado. Rosas utilizó los
servicios de Calfucurá, enemigo desde muchos años de estos borogas y ël con astucia los invadió.
El excautivo Santiago Avendaño cuenta en el primer capítulo de sus Memorias (ed. 1999: Origen de
la hegemonía de Calfucurá en la pampa p.30 ss) como engañó a los caciques, invitándoles a una
junta de feria, de intercambio, como ya en otros momentos lo habían hecho; que se juntaran en lo
del cacique Rondeao. Esto preanunciaron dos “huerques”. Uno se quedó en el toldo de Rondeao
para matarlo, en el momento que se iba a huir y el otro debía llevar la contestación a Calfucurá. Al
romper el alba siguiente cayó el malón sobre los desprevenidos. No voy a copiar este relato, pero
advierto que Avendaño no supo nada de la secreta conivencia de los huilliches chilenos con los
militares de Rosas de Bahía Blanca.
En la madrugada del 8 de septiembre de 1834 irrumpieron unos 800 a 1.000 indios en las
tolderías de los borogas, guiados por los caciques Cheuqueta, Cumiú, Namuncurá y Calfucurá- En
el Río Carhué y en Masallé (al norte del lago Epecuén) entraron en los toldos de los caciques M.
Rondeao y Melín gritando y diciendo que llegaban con anuencia del coronel Francisco Sosa y el
cacique Don Venancio de Bahía Blanca a matar a los pícaros caciques. Pero mataron no sólo a
estos, sino a todos los que se resistían con armas. Por lo demás desarmaron a todos, los saquearon,
les quemaron los toldos y los obligaron a seguirles. Varios días permanecieron en tal tarea. Los
demás borogas, avisados, se dispersaron y escaparon al golpe final, que tuvo lugar el 13 de
septiembre. Algunos huyeron hacia los ranqueles de la pampa. Caniullán llegó con algún resto
"desplumado" al Fuerte 25 de Mayo y Cañiuquir, cuya toldería estaba más lejos, se dirigió al Arroyo
del Pescado que desemboca en la Laguna del Monte. En el primer momento. aparentemente,
desconfiaba de sus propios hermanos. Toda la acción se libró en un ambiente misterioso, de tal
manera que la revista Todo es Historia Nº 172 pudo publicar el artículo de G. Cuadrado Hernández:
"El mito de la 'masacre de Masallé'.", quien cree que sólo los dos caciques Melín y Rondeao fueron
sacrificados. En el capítulo II de mi libro “ Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos” 2da. ed. 1872
ya señalé y analicé la documentación al respecto; entre ellas una carta de Rosas a J.F.AIdao y otra al
general T. Guido en la que le comunica: "...Los anunciados araucanos (de Calfucurá, Tranamilla.
etc.), unidos a los ranqueles sorprendieron a los borogas; han muerto a los primeros jefes de estos
que son Rondeao y Melín: han hecho gran mortandad, cautivándoles las familias y llevando todas
las haciendas..." (de Revista Nacional, 1898 T. XXV fecha 20/9 /34).
Algunos de los que iban cautivos escaparon e hicieron contacto con Bahía Blanca y 25 de
Mayo y enviaron chasques a los borogas, que no habían sido alcanzados, exhortándolos, para que
los auxiliaran a perseguir a los traidores y recuperar familias y haciendas. Las primeras cartas llevan
las fechas del 15 y 16 de septiembre y otras del 5 y 7 de octubre. Son así los informantes Pablo
Millalicán, Güillipán y Meligüer. el hijo mayor de Rondeao.
En las comunicaciones hay ciertas incongruencias y dicotomías en las declaraciones de las
autoridades militares de Bahía Blanca, del 16 de septiembre y otras. Primero compareció el chasque
del cacique Guayquimil para comunicar los hechos de la sorpresa de Calfucurá, Tranamilla,
Cheuqueta. etc., e indicó la fecha 13 de septiembre, mientras que dos notas del 15 de septiembre
enviadas por el teniente cacique Pablo Millalicán declaran que hacía siete días que habían sido
atacados y que el día 13 había concluido el saqueo. La respuesta lleva la fecha 17 de septiembre,
acusando recibo de las notas y afirmando que se había elevado las noticias al general Rosas de
quien debían esperar las respectivas órdenes. En la segunda declaración, agrega a los militares de
Bahía Blanca, que en la misma fecha habían arribado a esa indios de Calfucurá y el hermano de
Tranamilla para informar de la muerte de Rondeao y Melín "en términos moderados y con
propuestas de paz": que los habían muerto, porque los habían llamado con engaños y pedían
entonces su aprobación. Se les dijo que debían informar y esperar las órdenes de Rosas; luego
serían recompensados.
Cañiuquir mantuvo un largo silencio. Recién al mes de haber ocurrido el asalto, mandó
chasques para preguntar, quiénes eran fíeles a los borogas y cuáles eran disidentes o ausentes
(AGN.S.X. 24-8-6). Millalicán respondió, pidiendo su pronta concurrencia que con Meligur habían
175
quedado Guillipán. Guayquil, Quilalén, Maguí, Calbutur,. Millaclén, Güelé, Curriqueo, Campan,
Loncón, Juanicu y Anulén. Que Inaypil, Llanquihuén, Huenupil. Caniguán, Líncolaf y Catrilén
habían disparado, creyendo que Rosas los había entregado y que Marileu, Mariqueu, Antibil,
Cheuquepil, Calbulán, Güircán y Piena venían a su favor. Y finalmente que Nahuelpan de
Gulumapu (Chile) estaba dispuesto a vengar a su hermano difunto (ib.24-8-6).
Los borogas pedían auxilio para poder perseguir a los huilliches que los habían asaltado.
Pero Rosas decidió que los aprovecharan para perseguir a los ranqueles, quienes habían escapado a
la Expedición combinada al Desierto. Así lo decía al general Tomás Guido en la carta ya citada del
20 de septiembre de 1834: "Esta noticia debe considerarse de grande importancia para la República,
porque ella facilita ya un camino sin tropiezo para acabar o escarmentar para siempre a los
ranqueles".
El 5 de octubre, Rosas dio la orden de movilizar las fuerzas de Bahía Blanca y de 25 de
Mayo y reunir a los borogas. El teniente Millalicán quiso entonces disuadir a Rosas, aconsejándole
que desistiese de la expedición. Pero él le contestó enérgicamente, exigiéndole completa lealtad.
(A.E.M. Doc. 94).
En Tapalquén había 400 borogas a las órdenes de Millalicán quienes saldrían con Juan
Ignacio Cañiuquir y con las tropas de 25 de Mayo a expedicionar. Les pareció que iban a perseguir
a Calfucurá. (AGN.S.V.28-7-4 y Gaceta 1.12.34). Eugenio del Busto condujo 60 indios; Meligur y
Guayquil 400:. El Cnel. Zellarrayán de Bahía Blanca 300 y el cacique Venancio 60 (AGN.S.X.24-8-
6). Se dirijieron por el camino chileno hacia Salinas Grandes. Los exploradores retornaron con la
noticia de que Calfucurá había huído. Luego hallaron chusmas y haciendas: 60 chinas, 6 cautivas.
Informaron que se habían apoderado de 192 chinas. 600 caballos y 7.000 vacas. Tal comunicación
es de Cañiuquir, quien decía que los apresados eran parientes. Corvalán, el edecán de Rosas,
contesó (el 23 de nov.) que los indios chilenos habían huído hasta la Cordillera y que la tropa había
caído sobre una toldería de ranqueles, mientras estaban buscando a Llanquetruz.
Los coroneles F. Sosa y J. Zellarrayán informaron de modo diferente sobre el encuentro del
3 de noviembre. Las cartas son del 11 del mismo mes. Acusan a los borogas, porque habían hecho
fracasar el golpe, diciendo que los apresados eran sus parientes. "Si Cañiuquíl no hubiese estado,
ningún Ranquil habría quedado con vida. Estos son los primeros enemigos de la Provincia" (ib.24-
8-6).
Habría mucho más detalles sobre esta malhadada expedición. Cañiuquir llegó en su
recorrida hasta Venado Tuerto. Recibió de Rosas dos cartas del mismo tenor que las anteriores en
que le exige colaborar en la destrucción de los ranqueles y la entrega de las cautivas.
Suena como increíble que al mismo tiempo que promete amistad y protección, protesta "que
no he tenido parte en el atentado de traición. Usted y Caniullán están atendidos por mí y bajo mi
amparo, que le diga también que les había ocurrido eso, porque no han querido seguir su consejo y
porque, más que se fiasen de sus enemigos, les había de costar muy caro; porque alguna traición les
habían de pegar" (Carta de Rosas a M. Delgado: ib.28.10.34).
El 29 de noviembre Rosas felicitó al Comandante M. Rodríguez y a sus jefes de Bahía
Blanca por la jornada. Que a los indios de Calfucurá y Tranamilla (sic!) los debía conservar en
seguridad. A fines de diciembre, los expedicionarios regresaron a sus campamentos.
En enero de 1836, Rosas acusa a Cañiuquir ser amigo de sus enemigos; y por eso quiere
castigarlo ejemplarmente. El 19 de marzo salió por orden suya la División Blandengues de Bahía
Blanca conducida por los coroneles J. Zellarrayán y Francisco Sosa para dirigirse a Guaminí.
Marcharon rápidamente y, en la madrugada del 22 de marzo 1836- sorprendieron la toldería del
cacique Cañiuquir, establecida sobre el Arroyo del Pescado (hoy Arroyo Corto) que desemboca en
la laguna del Monte. Luego de un recio combate que duró tres horas —dice el parte— 900 indios
fueron abatidos, 400 murieron y gran cantidad de hacienda fue "devuelta a la civilización".
Cañiuquir con unos 300 logró huir. (La Gaceta 7.4 y 2.8.36).
Al mes. el 19 de abril, salió la división de Bahía Blanca por segunda vez en busca de los
indios de Cañiuquir. En esa misma fecha se enteraron de que el cacique Cañiuquir había
maloqueado al cacique Guayquil, porque se había entregado a los huincás, puesto en contra de él.
Suponían que lo mismo haría con el cacique Alón. Rosas mismo había provocado esa reacción,
favoreciendo ostensiblemente a esos dos caciquillos. Los había invitado a establecerse cerca de 25
de Mayo, porque Cañiuquir se había vendido a los ranqueles. Cañiuquir, después de enterarse de
esto, remitió un mensajero a Guayquil para que dijese a Rosas, cuando fuera a Chacarita, que él
estaba arrepentido de haber tenido esos contactos. Rosas le contestó que viniera a Buenos Aires, que
en los cantones de Chacarita había mucho lugar (para presos).
Los coroneles Sosa y Rodríguez partieron, pues, del Fuerte Argentino hacia Guaminí y más
allá hacia la pampa, recorriendo unas 76 leguas. Después de siete días de marchas forzadas
avistaron el 26 de abri de 1836, los toldos buscados en el paraje Llanguillú. (AGN.S.X. 18-4-8).
177
En rápida maniobra los cercaron y los acuchillaron, el día 26 de abril de 1836. El
parte cuenta entre los 650 muertos al mismo cacique, Maribil. Alarcoy. Antén, Pichipil, Antelén,
Yane, Ayén, Yanqué, Carrilao y Loncochí; en total 11 caciques. El cacique Cañiuquir fue desollado,-
dice el parte. "Ahí mismo fue colgada la cabeza del tan ponderado como malvado Caniuquiz" y allí
concluyó el martirio del cacique mayor Juan Ignacio Cañiuquir, padre de una numerosa tribu que en
la pampa no pudo hallar paz ni prosperidad. "Los cristianos" se llevaron unos 300 presos (cautivos)
y mucha caballada.
Regresaron a Guaminí, desde donde saldrían a la séptima expedición contra los ranqueles.
(AGN.S.V(X).23-4-6. Parte del 9 de Mayo de 1836 en La Gaceta Nº 3944 del 2.8.36).
El parte registra también que los indios auxiliares de su columna, viendo la espantosa
masacre, se sublevaron en número de 800 y de regreso iban matando a cuantos cristianos hallaron.
Así perecieron unos 70 soldados y troperos en los caminos. También acosaron al cacique Venancio
Coñuepán, quien protegiera en la acción a la tropa de Bahía Blanca.
Luego hubo toda una secuencia de violentas acciones. El formidable malón cayó sobre
Bahía Blanca, el 24 de agosto de 1837, con un refuerzo llegado de Chile al mando del cacique
Raylefe que había ido para vengar la otra matanza entre los indios de Venancio Coñuepán. (Véase
esa biografía). Poco antes murió en Bahía Blanca el coronel Francisco Sosa por misterioso
envenenamiento. El 1° de octubre del mismo año hubo un malón de 1.000 indios sobre la Guardia
de Tapalquén y los indios amigos allí acampados. Fue una reñida batalla de tres horas, pero
finalmente las tropas del ya herido coronel Pedro Ramos, dominaron la situación. En premio de esta
acción. Rosas le regaló una condecoración y una estancia para poblar con la hacienda ganada.
Hubo aún otros malones. En uno de ellos murió el cacique Alón. En 1838 murió Zellarrayán
y ese mismo año, en abril, fue atacada la tribu de los indios amigos de Santiago Llanquelén en
Junín.
Concluyó esta Guerra a Muerte con un nuevo gran malón sobre Tapalquén. el 20 de agosto
de 1839, en el que se destacó el cacique Antré (Antívil), hijo del finado cacique Cañiuquir. Muchas
fueron las víctimas que exigieron estas guerras bajo diversas divisas políticas de los blancos:
primero por el predominio de los realistas o de los propagadores de la Revolución de la
Independencia y por la expansión rosista en la pampa.
Creo que los Caniuquir (Cañiuquir) siguieron viviendo en las familias de Coñequir junto a la
tribu de Melinao en Bragado y de Coliqueo, en Los Toldos (Part. Gral. Viamonte).
Antivil, Andrés, el hijo de Ignacio Cañiuquir, era luego capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo,como dice la lista de capitanejos de 1868 y le asigna 35 personas; Carmen Cañiuquir era
la mujer del capitanejo Juan Levipil, con 21 peronas
CARÜ ANGUÉ (Carüán), 1787, cac. ranquel que participó en la Guerra Pehuenche con los
de Malalhué. (Diario de la expedición contra Llanquetruz. (ver Cariangué)
CARI AÑÍ (angué) 1º de diciembre de 1830 éste y el cac. Angueleo fueron muertos por una
partida del Gral M. Bulnes a Salinas Grandes. Murieron 40 indios (Gaceta 11.2.1835)
CARIANGUÉ (Carüanguel.Carané. Carrané. Carayme): Los documentos de la segunda
década del siglo XIX señalan a dos caciques con este nombre; son caciques hermanos entre los
ranqueles de la pampa: hermanos del cacique gobernador Colepay en Barbarco, sucesor de
Rayguán. El Cariangué, que primero quiero nombrar, tenía unos 5 toldos en el paraje Ayóngueque.
En una desatrosa agresión habían perdido todo, por una invasión de cristianos de la Provincia de
Córdoba , los exterminaron. Cariangué pudo salvar algo, - dice Santiago Avendaño en sus
Memorias, ed. 2001, p.125) – y vinieron a pedirle algo, los despojados y él los aliviaba. Más tarde,
viendo que iba a menos en su hacienda, se negó a dar más. Entonces se formó un complot, lo
lancearon por la espalda, cuando quiso escaparse. Mediante que estaba con él, lloró .
Del otro empezamos ya señalando noticias suyas desde la segunda mitad del siglo XVIII.
El 23 de Noviembre de 1787, los expediccionarios a Salinas Grandes encontraron. a los hijos de
Carüán en esa laguna. De algún modo participaron también en la Guerra Pehuunche. En 1820
aparecen nuevamente en los documentos históricos, porque se dejaron envolver en las guerrillas del
exdictador chileno, general J. M. Carrera (AGN. Biema VIII 10-4-13). Carrera menciona en la lista
de sus adictos a un Carrané con el cacique gobernador Payllantrú y Paillaquín y señala su paradero
en Chilgüé (Chilihué) Depart. Guatraché, en La Pampa, donde habitaría más tarde el cacique
Calfucurá. Su adhesión a Carreras no debe haber sido prolongada, porque en 1821 estuvo
comprometido con los pampas del cacique Nicolás Quintana, opuesto políticamente al invasor
chileno. Y en 1825 los dos hermanos Carrané se hallaron en el parlamento de paz en la Laguna
Guanaco, donde firmaron muchos ranqueles la paz con las provincias limítrofes. (AGN. S.X. 27-7-
6).
Durante la expedición combinada al desierto de 1833, la división del Centro libró, el 17 de
Marzo, la batalla en las Acollaradas, donde los ranqueles se habían concentrado. En esta ocasión,
Cariangué estuvo al lado del cacique Pichún con un grupo de borogas, lo que a Rosas le fastidió,
incluso porque pocos días antes había gratificado a un buen número de su tribu (AGN. S.X. 40-7-
10: 6.3.33). Rosas quiso pelearlos, aunque pidiesen perdón, aunque los borogas los recomendaran
en varias cartas. Ya más tarde, su hermano Colilipay y 190 indios fueron a integrarse a las tolderías
del cacique amigo Llanquelén en Federación (Junín). En Octubre de 1834, un mes después del
asalto de Masallé por los "huilliches conchabados", las divisiones expedicionarias del interior
batieron a los ranqueles en la Pampa de Los Molles del Rosario (San Luis), quitándoles cuantioso
botín. Entre los muertos del encuentro se contaban los caciques Colipy, un Carrané, Pulcay y
Pichui; además unos 60 indios más. Los esfuerzos de Rosas por destruir a los ranqueles no se
agotaron en esa acción.
El brigadier José F. Aldao, a su vez, hacía esfuerzos para atraerse a Carriangué a fin de
quitarle a Llanquetruz sus efectivos. Le hacía promesas especiales con la condición de que trajera la
cabeza del temido Llanquetruz (IIº). Otros prepararon su caída, difundiendo noticias difamantes:
que estaba preparando una nueva invasión: que en "Cola de Mula", al norte de El Cuero tenía
reunidos 200 indios. Al mismo tiempo se movieron las divisiones del mayor Maza, del sargento
mayor Eugenio del Busto y una expedición cordobesa al mando del coronel Argañaraz. El decreto
182
correspondiente del gobernador de Córdoba decía: "Art. 2": El objetivo y fin a que se destina al
Cnel. Argañaraz y su División es atacar por sorpresa a las tribus Ranqueles, debiendo principiar por
la de Carrané". La columna bonaerense Maza-del Busto llegó primero a la "Tapera de Carriangué"
(6 de Mayo de 1836), pero la tribu había huído. Durante la persecución se encontraron con las
tropas que venían de Córdoba, y juntos continuaron la persecución. Al otro día hallaron unos toldos
en Mulartué. Sus habitantes escaparon; con todo, en la persecución mataron a unos 60 y apresaron
unos 112 indios. Al día siguiente se presentó el cacique Cariangué ante el coronel Argañaraz para
ofrecer su rendición y la de su gente que no se hallaba lejos. Lo apresaron y enviaron al capitán
Villanueva a "reducir" a los indios (12 de Mayo de 1836). También las tropas bonaerenses
recorrieron todo el territorio que había pertenecido a Cariangué en busca de más indios. Obligaron
luego al cacique a conducir a sus indios hacia "La Jarilla" (San Luis), donde se suponía que se
hallaba Llanquetruz. El 20 de Mayo se despidieron las tropas cordobesas de la división bonaerense
en La Amarga, después de buenos "asados". Pocos días después, se presentó también un hijo de
Cariangué y su hermano Colipay con algunos indios. Decían que los demás se habían disparado.
Después de apresarlos, el mayor Maza remitió al teniente L. Duarte con escolta para que llevara
estas noticias a J. M. de Rosas y los entregaran: "acollarados con cadenas, a un hermano de
Llanquetruz., al cacique Guitré, al cacique Cariangué y a su hijo y unos 25 cautivos rescatados". El
24 de ese mes, Rosas escribió al gobernador Pascual Echagüe que ya tenía a Cariangué "con
cadenas para ser fusilado". Efectivamente engrillado, el 8 de Julio de 1836 lo hizo fusilar en la
Plaza de Retiro junto con 110 ranqueles, porque no han querido entregar al Coronel Manuel
Baigorria”, unitario refugiado entre los ranqueles. A su vez informó el Gobernador de Córdoba
sobre la matanza en Abril de 1836, según testimanio del Padre Quirico Porreca, franciscano de Río
Cuarto. Fue una matanza horrorosa: 253 indios muertos y 92 indias; perdonó la vida a 324.
(Documentos AGN. S. X. 24-9-1:27-7-6:27-5-6. A.E.M. N o 245: Arch. Hist. Gob. Entre Ríos 1836.
C 1-340; Arch. S. Luis 1836,2, 15 I y 29 III; La Gaceta 2.8.36 y Diario El Día); además una
conferencia de Carlos Mayol del 25 de Octubre de 1992 .
El capitán Cristo actuó pues con Calfucurá y también con Coliqueo al servicio de la política
de la Confederación. En Febrero de 1858, el cacique Cristo estuvo con Calfucurá en la batalla de
Pigüé, donde se replegaron ante el ejército porteño. Pero también estuvo presente en la batalla de
Cepeda, donde el ejercito de Mitre fue vencido (oct. 1859). Después de la batalla, incorporado con
20 capitanejos y sus indios a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano, agentes de la
sublevación de la Provincia de Buenos Aires, fueron a sitiar a 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Rosas
y Belgrano se apoderó también de Azul (10 de nov. 59). El coronel N. Ocampo rindió la plaza y fue
designado por el gobierno de Buenos Aires, jefe de la Frontera sur. Cristo y Rosas y Belgrano se
retiraron a Rosario.
Entre tanto Urquiza y Mitre habían hecho las paces. Buenos Aires trató de extender su
influencia sobre las tribus del interior. Cristo y Coliqueo mandaron en octubre de 1860 comisiones
de paz a presencia del general Mitre (Arch. Mitre XI p. 134), también con el trasfondo de pedir la
liberación de sus familias perdidas en 25 de Mayo. Se hizo averiguaciones en Azul y otros puntos
de la frontera. Rivas informó, el 27 de diciembre de 1860, sobre el paradero de algunas familias:
"...Los indios de esa tribu fueron distribuidos por mí, en 1858, por autorización del gobierno.
Manuela, hija del cacique Cristo, está en mi poder; otra María, de 8 años la tiene el comandante
Facio. Está la china Felipa, mujer del capitanejo Lorenzo Garay (Coliqueo)..." (AGN. S. X. 20-7-2
y 20-2-2) Y Julio de Vedia escribió desde Bragado: (20 de enero de 1861)."El Indio Cristo ha
solicitado se le remita ya su familia. Haré en consecuencia que el capitanejo Lorenzo Garay
(Coliqueo) pase hasta Azul para que se entienda a este respecto con su familia..."En Paraná se pagó,
el 21 de marzo de 1861, al sargento Cristo Carrilán una cierta suma (A.E.M. Doc. 1510 y 2063);
pero no vi documento alguno que testimonie que haya recuperado a su familia.
Cuando las relaciones entre Paraná y Buenos Aires se volvieron tensas, en 186l, los indios
invadieron una vez más. En mayo operaba con F. Olivencia (Arch. Mitre XXI p. 12) y poco después
escribió el vicepresidente general Pedernera a Calfucurá, exhortándolo a movilizar a sus conas
contra Buenos Aires. "Le recomiendo en todo al Mayor Cristo, que es un verdadero amigo de usted
y un jefe patriota y buen servidor..." (J. Maguire: Loncohué. p. 147). Cuando Baigorria se vio
traicionado, se sublevó para entregar su fuerza al ejército de Buenos Aires. El cac.. Ignacio
Coliqueo lo acompañó: separándose casi violentamente de los ranqueles, saliendo de “El Cuero”,
donde había permanecido unos años. Cristo trató de disuadirlo y como no lo escuchó, lo maloqueó,
quitándole caballos (M. Hux: Coliqueo. p. 49). El cac. Ignacio Coliqueo participó en la batalla de
Pavón (17.9.61) y decidió la victoria a favor de Buenos Aires.
Cristo operó en el interior con Olivencia en combinación con los ranqueles y Calfucurá.
Pues, después de la batalla de Pavón, hubo luchas de guerrillas indias y de montoneras. El 2 de
noviembre Calfucurá estuvo en Cabeza de Buey (Bolívar) esperando la incorporación de F.
Olivencia y del cacique Cristo (Arch. Mitre IX p. 19 y AGN. S.X.20-7-2). Un mes más tarde se
decía que Cristo había pasado por la Guardia de la Esquina, rumbo al desierto. Coliqueo,
establecido ya en la frontera Nor Oeste de Buenos Aires, deseaba recuperar al cacique Cristo y pidió
por carta al gobernador B. Mitre que influyera "para que viniese el Mayor Cristo con el coronel
Baigorria a vivir con ellos en Los Toldos" (Part. Gral. Viamonte). Mitre le contestó que, mientras
durara la guerra, no podía quedar en esto: Que Cristo estaba en Paraná y Baigorria en San Luis (M.
Hux: Coliqueo p. 59 y Rev. Museo Mitre Nº 9).
Cristo se acercó al Partido de Bragado en junio de 1862; pero para invadir. Más adelante la
figura de Cristo fue eclipsándose: quizás habitaba entre los indios ranqueles o entre los salineros. El
día del fallecimiento de Juan Calfucurá, el 3 de junio de 1873, estuvo en el gran parlamento, para el
entierro de su amigo. Firmó como Nº 40 el gran documento del proyecto de un tratado de paz
(AEM. Doc. 1232).
Lo más notable de este cacique ha sido el amor que tuvo a su familia, cuyo retorno buscó
con tesón y perseverancia. No sabemos mucho más. Un documento mencionado nombra a dos de
sus hijas, Manuela y María. Otro. dice que Cristo era padre del lenguaraz Andrés y que Lorenzo
186
Coliqueo fue sobrino de él. Páez. J.. en "La Historia Popular", Nº 10. 1970. p. 64. publica su retrato
fotográfico. (Arch. Urquiza T. 163. fha. 28.3.59)
CAR R IPI LÚ N
Carripilún decía que había nacido en Guaylí, cerca de Meucó (La Pampa). 1806 era ya de
edad avanzada. Recordamos que en 1769 hubo una gran sublevación en todas las parcialidades
araucanas. Un gran parlamento efectuado en Negrete Chile, en 1770, trajo algún sosiego; y en la
pampa otro parlamento, en la Laguna de los Huesos, que comprometió a los caciques pampas de la
región bonaerense, con la expedición del maestre Manuel Pinazo. Carripilún se vio obligado a
esquivar esa expedición como también otras tres expediciones del gobernador de Mendoza, José de
Amigorena. Perdió entonces, según decía, a 17.000 animales y le cautivaron una hija. la que
recuperó recién en 1788. La animosidad de los militares había crecido, desde cuando el 6 de
Febrero de 1774, el Rey de España aprobara la guerra a muerte contra los indios "rebeldes". Cuánto
más pérdidas tenía Carripilún, tanto más rebelde se hacía. En diciembre de1777 asaltó en Achiras al
Canóni0go Ignacio Pedro Cañas, del cual conservaba un cáliz (Sosa , Narciso: Por los caminosde
entonces, Mendoza 1943 p. 146) El viernes Santo de 1779 llevó a cabo una invasión hasta a seis
leguas de Mendoza. El Comandnte José de Amigorena organizó entonces una expedición
punitiva..Decía: “Lo perseguí, dejándolo roto, despojado y escarmentado”. Llegó hasta el Río
Diamante. Carripilún abandonó sus tierras y se reunió con los huilliches al Sur del Río Negro, lo
que haría también Llanquetruz, después de una persecución semejante en la Pampa.
Varias expediciones de Buenos Aires (algunas, al buscar sal, se apropiaron haciendas y
esclavos) y otras que partieron de San Carlos, en el sur de Mendoza (en 1780.1783 y 1784
especialmente) le causaron muchas muertes en sus toldos de Manantiales y lo obligaron en 1785 a
trasladar la tribu al Río Sauce. (Creo que el Río Colorado. Arch. Mend. Doc. 40). Estaba aliado al
cacique ranquel Llanquetruz (I), quien también se había desplazado entre los huilliches. Llanquetruz
fue muerto por una expedición mendocina y los indios amigos de Malalhué en 1787. En 1788,
Carripilún se peleó con el cacique Calfuqueo, quien quiso imponerle que se retirase de nuevo a
Mamuil Mapú (La Pampa). En el periódico Neuquenia II, 1952, No 12. se novela el acontecimiento
bajo el título "Rendición pehuenche por amor paterno". Efectivamente en 1788 fue atacado entre el
Fortín Primero de Mayo y Esperanza del Zorro porque le había cautivado una hija en 1769 quien se
había negado a participar en la sublevación general.
En adelante adoptó una posición más conciliadora. En 1793, se presentó espontáneamente y
en paz al jefe de la expedición a Salinas Grandes (AGN. S. IX. 1-4-2, Cabeza de Buey). Y en 1794
ofreció, por intermedio de su pariente, el cacique Roco, la paz al gobernador de Mendoza. Habían
hecho previamente un parlamento en Salinas Grandes (Arch. Mend. Doc. 9); pero esa paz no se
firmó aún por entonces. En Mamuil Mapú había, a la sazón, mucha peste (ib. Doc. 13). En 1796.
precisamente el 7 de Noviembre, Carripilun celebró un tratado de paz con el gobernador de
Córdoba por intermedio del cacique Cheglén (o Treglén). Se le concedió uniforme militar y el título
190
de Cacique Amigo de Barbareo y le dieron una medalla. El documento del Archivo General
Nacional de Buenos Aires 24-3-2, Leg. 26 Exp. 31 precisa, que Caripilún se había presentado al
Gobernador de Córdoba y le había pedido un uniforme entero. Se lo concedió y el Virrey aprobó su
gasto: 49$ 1 real). (R.A.H. 13 y 10, Mat. Linares,.Madrid, Españla, Nov. 1796).
En 1797, se hizo responsable principal de las tribus ranquelinas y huilliches, como sucesor
del cac. general Caneupayún en Barbarco. Buscó entonces, alianzas en Chile, especialmente con
Naupayán., esperaba desagracviar la muerte de su antecesor, pero éste no quiso compartir la acción
por ser su sangre eslabonada con la de los de Malalhué (Millaquín) Cuando ese mismo año acudió a
un parlamento de paz, se le reprochó que había sucitado la guerra, en 1770 y por todos los ataques
que los huilliches habían realizado contra el Campanario y Malalhué. La guerra pehuenche había
llegado a un punto tal que ya se podía considerar cuestión internacional, y por eso el presidente de
Chile, Marqués de Avila (futuro Virrey de Buenos Aires) trató de conjurar la división con toda su
influencia. Convocó a los jefes de las naciones pehuenche y ranquelina en disputa a un parlamento
general en Chillán. Los indios amigos de Malalhué, notoriamente, no quisieron comprometerse.
(Sospecho que fueron dirigidos políticamente, pues, desde 1776, Mendoza ya no pertenecía al
"Reyno de Chile", y el gobernador J. F. de Amigorena mostró bastante celo para salvaguardar la
soberanía oriental y, si era posible, extenderla). Ya en 1793 Carripilún asistió a un gran parlamento
con el cac. Calpisqui y los serranos. En 1794 el cacique Caniupayún fue enviado por Calpisqui para
ganar a Carripilún para la paz. En el parlamento de Chillán en 1797, el Marqués de Avila pidió
nuevos arreglos y la deposición del cacique gobernador de Malalhué, que era entonces el cacique
Millaquín. Y a los ranqueles quiso "expatriarlos a islas por la continua opresión y el castigo".
(Arch. Mend. Doc. 44). Amigorena no aceptó fácilmente las decisiones del parlamento chileno y
reunió en San Carlos (Mendoza) un nuevo parlamento donde realmente se hizo el cambio del
cacique gobernador entre los pehucnches de Malalhué.
En 1799, el Marqués de Avila fue designado Virrey del Río de la Plata. Cuando pasó por
Mendoza, el cacique Carripilún se le presentó ofreciéndole la paz de los ranqueles (AGN. S.IX. 37-
5-5- exp. 2339 y Mariluz Urquijo: El Virreinato del Río de la Plata en la época del Marqués de
Avila, 1964. p. 224). Avila estaba empeñado en abrir un camino seguro desde Chile a Buenos Aires;
encargó al comandante general Amigorena "tratar de conseguir la paz entre las dos naciones
rivales". En Julio convocó, pues, al parlamento invitando especialmente a Carripilún por intermedio
de su pariente, el cacique Goico. Llegóse de inmediato con 334 indios y muchos caciques. En San
Carlos se le tributó mucho agasajo. El gasto era de $ 2.301. El nuevo cacique gobernador de
Malalhué lo recomendó en su discurso al parlamento, el 20 de Julio, y se firmó la paz (Arch. Mend.
Doc. 46 y 47 y AGN. S. VII 2-5-3) y S. IX. 26-2 -6).
El discurso de Carripilún debe haber impresionado a todos. En sus explicaciones, él se
ofrecía a colaborar para la reconciliación y brindaría su sincera amistad. También hizo una especie
de reseña de su historia y mostró una medalla que el gobernador de Córdoba le había dado el año
anterior, en oportunidad de sellar la paz con él. Amigorena le donó un bastón (de mando). Según la
información del Gobernador de Mendoza, el cacique se mostró muy suelto, respetuoso y orgulloso,
a la vez. Amigorena quiso halagarlo, dándole el título de “cacique gobernador y principal caudillo
de la Nación Ranquelche y amigo de nuestros amigos, enemigo de nuestros enemigos”. (Arch.
Mend. Doc. 46) Este documento incluye la lista de 20 caciques y capitanejos presentes en el
parlamento. El doc.47 asienta el tratado de Carripilún. Este recibió además de otros regalos un
bastón dorado y el reconocimiento como cacique gobernador.En 1804 figura como cacique
principal en el Diario de J. Molina de Vasconcellos. Prometió acompañarlo; pero estaba dolido en
una pierna. Le dio cuatro indios de Carripilún y Tixalemu en La Carlota (entonces Punta del Sauce).
Molina hizo una segunda Junta y quedó allí tres semanas en Abril.
El viajero Luis de la Cruz, encargado de rastrear el camino a Buenos Aires, visitó al cacique
Carripilún y nos dejó de él unos preciosos datos: "El 23 de mayo de 1806, pasamos en balsas el Río
Chadileo (Salado) y entramos en territorio de los ranqueles. Carripilún vivía entonces en Marivil, al
este de Meucó, al Este del Río Desaguadero y próximo a Cura Lauquen (De Angelis I. p. 126 y 139
y 290). Su segundo cacique era el cac. Paillatur en Chiquelque y el cac. Chacalén, en Charamantue
(Según Tello, allí se hizo el parlamento en 1870 con el Cnel Lucio V. Mansilla. Por tener particular
191
amistad al cacique acompañante llamado Puelmanque, Carripilún recibió a De la Cruz con mucha
ceremonia: "Montado en un famoso corcel y con aire de majestuosa arrogancia, lo fue a esperar".
Luego el viajero lo describe como amigo y gran señor, cacique rico y poderoso ("el más poderoso
de la Pampa"). En el discurso que hizo. manifestó su alegría que sentía al recibirlo a él y a su
comitiva pehuenche. Le dijo, además: "Dicen que soy alzado, porque el Sr. Virrey difunto que
gobernó antes del actual (Sobremonte) me mandó llamar y yo le contesté que no quería ir, a no ser
si él me mandaba llamar como Virrey. Yo quería ir como cabeza principal de estas tierras,
independientes de su jurisdicción. No tengo porqué ser soberbio, pues no poseo más bienes que mis
vasallos". También le decía que ésta era la primera comitiva española que pisaba su tierra; que se lo
permitía por la importante representación pehuenche. Lo recibió en su toldo, donde De la Cruz
conoció a su familia, tres hijos varones y dos hijas casadas, una con el famoso cacique Llancamil y
otra con el cacique Quintep.
Días más tarde, convocó a 150 conas para un parlamento especial en el que De la Cruz debía
explicar el objetivo de su viaje. Carripilún con su "chupa", poncho y bastón, habló en ese tono
solemne, el parlamentario, sobre la confraternidad entre las naciones aborígenes y la hispana. Dijo
que era conveniente mantener la paz y relaciones comerciales y se ofrecía a dar buena protección a
la comitiva en su ulterior trecho de viaje. No sé porqué el Cabildo del 4 de Enero de 1806 afirmó
que Carripilún estaba disgustado y tenía a despecho los tratados de paz (Actas Capitulares 179). No,
Carripilún estaba en paz y él en persona, a pesar de su vejez, acompañó con sus hijos a la comitiva
de Luis de la Cruz hasta Melincué, donde llegaron el 5 de Julio y donde lo sorprendió la noticia de
que los ingleses habían invadido por el puerto de Buenos Aires. Carripilún se ofreció al Virrey
Sobremonte a ayudar a repeler al enemigo. Así lo leemos aún hoy en una carta fechada en Córdoba
el 31 de Julio de 1806: "Del cacique Carripilún, el más autorizado de los caciques, acabó de tener
aquí pruebas de su amistad". Siguiendo su ejemplo, se ofrecieron otros caciques más, como
Catremilla y los caciques pampas Negro y Chulilaquín (W. Zerda: Los indios y las invasiones
inglesas. 1934. p. 57). En diciembre del mismo año se presentaron en el Cabildo de Buenos Aires
diez caciques. Desde entonces era frecuente que aparecieran caciques ranqueles y pampas en la Sala
Capitular de la Capital.. Liniers hizo un convenio con "el cacique Carripilún". El mismo se
presentó. el 21 de Mayo de 1808. ante el Virrey Liniers y el Cabildo, llamándose Señor Virrey y
Rey de los pampas, luciendo su uniforme de general (Acta del Cabildo de Bs. As.). En el tratado de
paz, o mejor dicho de comercio, se les autorizó a entrar en Buenos Aires para vender allí pieles,
plumas y sal de las Salinas Grandes.
Cuando en 1810, el coronel P. A. García fue comisionado a llevar una excepcional
expedición a Salinas Grandes, el cacique Carripilún fue a su encuentro con 600 hombres, porque
vio en ello una violación de sus derechos. Sólo el cacique Victoriano pudo convencerlo de que no
debía provocar algún incidente desagradable. El había atacado ya la penúltima expedición salinera y
habíase apoderado del carruaje del propio jefe. El 5 de Noviembre, García convocó a un soberbio
parlamento. Allí, por fin, Carripilún estrechó la mano del comandante García, levantándolas hacia el
cielo y jurando la paz. En el parlamento del 13 de Noviembre de 1810 se presentaron 24 caciques,
otros estaban apostados a corta distancia. Los jefes pampas se opusieron vehementemente a la
propuesta de García de fundar en Salinas un fuerte. En la discusión, uno de los caciques ranqueles
dijo, en nombre de su toqui Quidulef, que los ranqueles. en realidad, no podían llamar a esta tierra
suya; pero que debían defender á su raza. Este cacique era, sin embargo, más abierto para con los
blancos, porque temía a sus propios hermanos y quiso sacar de las constelaciones su provecho (ver
Quidulef). Sería interesante reseñar aquí la historia de las Salinas Grandes que pasaban de mano en
mano. Aparentaba ser lo que es hoy una zona petrolera apetecida por potencias. El antagonismo de
Carripilún con los antiguos pampas provocó de nuevo en 1816, en un incidente cuyo trasfondo no
puedo discernir. Ciertamente aquí, y más en Chile, estallaron viejas rencillas a raíz del
enfrentamiento de realistas y patriotas. Los caciques pehuenches. y también los ranqueles de
Carripilún, se habían declarado amigos de San Martín, quizás por la prédica "política" del R. Padre
Inalicán., eximio sacerdote de su raza. "Veían mal que Chile hubiese caído de nuevo en manos de
los enemigos de la libertad" (Arch. Mend. Carp. 123 Nº 1). Denunciaron que en la toldería del
cacique Quichusdeo había cuatro confinados, "enemigos de nuestra sagrada causa, entre ellos el R.
192
P. Pisa" (Arch. S. Luis No 2210). Se le pidió al cacique Quichusdeo que los apresara. Después de la
batalla de Rancagua (Chile), hubo un gran movimiento inmigratorio hacia la pampa oriental.
Carripilún, entonces, convocó a la resistencia y al malón. Quichusdeo se negó. El 23 de Julio de
1816, éste estaba en San Luis por negocios, cuando le llegó la noticia de que el cacique Carripilún
había atacado su toldería y había hecho muertes y robos, llevándose gran botín. Quichusdeo
denunció, de inmediato, estos hechos al gobierno puntano, a la vez que pedía ayuda para poder
rescatar y salvar lo perdido. Parece que no fue atendido; antes bien, hay documentos que se quejan
de él (quizás para disculpar esa conducta negativa).
Así Carripilún quedó impune. En 1817 Carripilún llegó a Río Cuarto, ratificó su paz con el
Gobernador de Córdoba, el 11 de Diciembre de 1818, cerca de los toldos de Chacalén. Y Chacalén
fue a Buenos Aires a “besar” las manos del Supremo Director (Arch. de Córdoba, c 49 , carpa 4).
Carripilún renovó,también en 1818 los tratados del 25 de enero de 1815, que había hecho con el
Gobernador de Córdoba Ocampo o también el que hiciera el Gobernador Sobremonte en 17 96
( Arch. Córd. caja 58 c. 5).
Así vemos que el cacique Carripilún siguió su política favorable al gobierno patrio;
mantenía activas relaciones con los gobiernos de Córdoba y de Buenos Aires. Algunos caciques,
entre ellos recién inmigrados, lo estaban hostilizando, a los que él señalaba como "maturrangos" y
enemigos. Según la noticia del 3 de Marzo de 1819 en La Gacela de Buenos Aires, hubo violentos
choques justamente en la zona de las Salinas. Habían invadido la toldería del cacique Marifil y al
cacique Carripilún lo habían apresado, - marchó a Buenos Aires una comisión india encabezada por
el cacique Santiago Quintana, a decir que "pensaban matarlo por haberse vendido a los anarquistas".
El Director Supremo J. Rondeau intervino para impedir tal procedimiento y los mandó con escolta
para pedir su liberación, lo que se le concedió. Pocos meses más tarde, el gobierno pudo cerciorarse
de los buenos sentimientos del "Vuta Ranquel" (Gran Ranquel), el cacique Carripilún. Como no
hicieron caso a la convocación para un parlamento de paz en Río Cuarto, el Gobierno de Buenos
Aires, mandó a Don Feliciano A. Chiclana, comisionado por el gobierno, para realizar la
pacificación de la pampa. Y éste reunió, el 19 de Septiembre de ese año 1819, a 17 caciques
ranqueles y pampas en la Pampa, a 200 leguas de Buenos Aires. Les propuso un tratado de paz,
pidiéndoles que impidiesen los robos de los chilenos a favor de los españoles rebeldes (realistas).
Cuando Chiclana en su diplomático discurso empezó a hablar acerca de adelantar los fortines,
Carripilún le interrumpió diciendo: "que habían convenido de antemano (ya antiguamente) se
colocasen las fronteras en la banda oriental del Salado".
Entre las últimas noticias leí, que estaba enfermo y se puso en camino de la frontera de
Córdoba para buscar entre los cristianos los remedios para recuperar su salud. La muerte lo halló
aún durante el viaje, el día 13 de Marzo de 1820 (C.Mayol, conferencia de 1992).
Carripilún fue un gran señor, un hombre notable de nuestra pampa argentina.
(Etimología: Pilún. Oreja; Carri: negra [en lengua pampa).
Debo confesar que no pude leer el artículo del R.P. G. Furlong: "Los púntanos y el cacique
Carripilún", en Historia, Bs. As. I 1944 2 p. 149.
Además de las noticias de los archivos hay publicaciones que tratan de él: j.M.Mariluz
Urquijo: El Virreinato de Avila, cap.8; Comando Gral. Del Ejército vol III p. 290-293; José C.
Depetris: La trama de una dinastía pampeana, trabajo genealógico, publicado en De la Araucanía a
Las Pampas de Walter Cazenvave, Sta. Rosa 2001; Pozzoli, Enrique (RP): Tres misioneros
salesianos. El P. Pozzoli relata una gira como cronista y fotógrfo. Pag. 105 toldo de Carripilún
casada con Rosa Cabral, hija mayor del cac. Ramón Cabral 1925 y su familia en Santa Isabel, a 4
leguas de la Colonia Emilio Mitre.
CARRUÍN o CURRUÍN, Juan, capitanejo del cac. Coliqueo y más tarde del cac. Pincén.
Nació 1836 y murió en Los Toldos en 1891. Era hijo del cacique o capitanejo José Curunao casado
con Juana Nahuel o Amuypán; murió 1863, probablemente por la peste.
Fue comisionado por éste y con el cac. Nahuel Payún para negociar la paz ante el Cnel. F.
Borges; pero fue apresado allí, el 11 de marzo de 1874 y depaortado a la prisión de Martín García.
Era pariente del cac. Coliqueo (Arch AEM: 11.3.74), quien lo liberó de la prisión.
En la tribu de Coliqueo había otros hermanos de Juan Curruín: Andrés n. 1831 cas. con
Juana Llanquelén y Rosa Curinao nac. 1858 cas. con Nazario Rinqui hijo, del cac. Andrés Rinqui y
194
la hermana de Francisca Rinqui cas.con el cac. Francisco Piseñ Catrenao. Son datos de los libros
bautismales.
CARUEQUE ver Carihueque
CARU PANGUI (o Carupán, Cadupangui) 1770, cac. pampa. Durante la expedición del
Maestre del Campo Manuel Pinazo contra los tehuelches, se le incorporó con 300 indios. El Diario
del Capitán A. Hernández (De Angelis V. pag. 34-60) dice que Caripangui y sus tres hijos tomaron
parte en el ataque cruel a la toldería del cac. Guayquitripay, el 29 de nov. De 1770 (De Angelis IV.
p.557) Pienso que habrá firmado la paz en Los Huesos en marzo. Lo conoció también el misionero
jesuita P.Thomas Falkner y lo llama cacique puelche. (en su libro Descripción de la Patagonia,
editado en 1774 p. 126)
Quedo en duda si Caripán de 1805 es el mismo Carupangui de 1770. Este convino con el
Comandante Miguel Trelles de San Carlos (Mendoza) en celebrar en un parlamento general la paz.
Llegaron 34 caciques y capitanejos y no sólo se hizo un tratado de paz, sino que aceptaron el
proyecto de la fundación de San Rafael, en la confluencia de los ríos Atuel y Diamante (Arch.
Mend. carp. 30 Doc. 19). Etimol: Pangui o Pan- puma; Cari- negro
CARRUPÁN (o Carripán), 1826, capitanejo boroga que participó ese año en el parlamento
de paz sobre el Arroyo Pecuén de la Prov. de Buenos Aires. Pero luego sufrió los trágicos eventos
que contamos bajo los títulos de los borogas Cañiuquir, Rondeao y Melín. Después del Asalto de
Masallé en 1834, siguió fiel al cac. Meligur. Más tarde lo hallamos agregado a los indios pampas de
Tapalquén. Quzás era de los que fueron recogidos por los pampas por orden de Rosas. Tenemos
también la noticia que en 1842 una comisión de indios borogas lo fue a buscar allí, lo que desagradó
al Comandante Villamayor. Pocos años más tarde, precisamente el 16 de mayo de 1848, falleció en
Tapalquén, a consecuencia de que recibiera heridas en una reyerta durante una borrachera. Juan
Manuel de Rosas entonces hizo expresar su condolencia a los deudos del cacique (Rev. Azul de
Azul p. 107 y 198)
CARUPÁN, Ferreira (o Carupán curá), 1860, cac. salinero; sexto hijo del cac. general Juan
Calfucurá. Lo llamaban Ferreira Carupán, talvez en homenaje de algún amigo cristiano de apellido
Ferreira. Parece que había heredado los dotes de su padre, de guerrero y de diplomático. 1861 fue
enviado para presidir una embajada al gobierno de Buenos Aires para tomar contacto con el Estado
de Buenos Aires y decirle que no apoyaría al Gral Justo J. de Urquiza en un enfrentamiento. Pero no
obstante participó de un malón. En 1864 acaudilló a 200 indios que arrasaron con la guarnición
militar de Ballimanca (Part. 25 de Mayo). 1865 integró nuevamente una gran embajada de paz;
visitó al Vicepresidente Dr. Marcos Paz (en ejercicio durante la Campaña del Paraguay) y así
también en otra embajada, casi siempre en compañía del gran diplomático del desierto, el Cacique
Huenchuquir. Por última vez, cuando el avance de Alsina los había desplazado de sus tierras, pero
su gestión quedó sin efecto positivo. Entonces emigró a Chile- dice el Dr. Zeballos. Pero en 1878
estuvo aún en la Prov. de Neuquén con los caciques Cañumil y Melicura. Luego perdimos su rastro
CARSUNGA (Carsinga), 1740, cac. arraucano, como dice el historiador jesuita de la época
R.P. Pedro Lozano. El P. Sánchez Labrador dice que estaba confederado con el cac. Melipilú. Tenía
unas 70 familias. Este indio, decía Sánchez Labrador, ha causado estragos en la zona de Luján.
Serrano cree que ha sido pehuenche que vivía entre los pampas primitivos que más tarde eran
llamados ranqueles. Yo personalmente no lo creo. (Lozano, 1740, p.296 y Sánchez Labrador, ed
1936 p.200)
"El Gobierno Argentino por una parte y por otra el Cacique Don Casimiro Viguá. por sí y a
nombre de sus caciques principales: Criman, Cuimosque (Yonzon) y demás Gefes de las tribus que
pueblan el territorio patagónico desde Bahía Blanca hasta tocar los límites del Continente Argentino
sobre el Estrecho de Magallanes, han convenido en tratar lo siguiente:
Art. 1°-: El Cacique Mayor Dn. Casimiro, autorizado por los caciques y demás Gefes ya
expresados, declaran que, habiendo nacido sus antepasados y ellos mismos en Territorio Argentino
que se comprende en la parte oriental de las Cordilleras de los Andes hasta el Estrecho, reconocen
por su Gobierno al Nacional Argentino, se declaran sus subditos y obedecen como tales a las
autoridades de su dependencia en Patagones.
Art. 2°-: Declaran que ellos no reconocen como territorio chileno el lugar que ocupa hoy la
actual Colonia Chilena en Punta Arenas, porque saben por tradición de sus antepasados y de los
datos que han tomado de los Estrangeros que frecuentan sus puertos, que el Gobierno Argentino ha
sido y es al que le pertenece todo el territorio patagónico hasta el Estrecho.
Art. 3°-: Declaran así mismo que han resuelto, él y sus Gefes, formar un Pueblo, al cual
llamarán 'La Argentina', admitiendo y subordinándose él y sus Gefes al Comandante Político Militar
que el Gobierno Nacional mandase para gobernar dicho Pueblo y recibirán misioneros que les
enseñasen la religión cristiana.
Art. 4°-: El Cacique Casimiro pondrá en práctica la fundación del mencionado pueblo, tan
luego como regrese a su destino, llevando los útiles que el Gobierno le dé para construir la primera
casa de madera que le servirá para su residencia y la de los demás Caciques en el mismo Puerto, y
enarbolarán en ella el pabellón argentino.
Art. 5ª-: El Gobierno por su parte, admite las propuestas del Cacique Dn. Casimiro por sí y a
nombre de sus caciques principales y los reconoce subditos argentinos.
Art. 6°: Consiente en la formación de un pueblo sobre el Puerto San Gregorio y proveerá los
útiles que necesitan para la construcción de la primera casa y sirva para la residencia del Cacique
Casimiro y los demás caciques principales: enarbolando en ella la Bandera Argentina.
Art. 7º-: Con mejores informes, tanto del local como de la fertilidad de los terrenos y sus
productos útiles al comercio, y después que el mencionado cacique haya principiado la formación
del Pueblo que pretende establecer, el Gobierno mandará al Empleado que ha de dirigirlos y
gobernarlos.
Art. 8º-: Si con efecto el Pueblo de los Tehuelches se establece y se subordina, como el
Cacique promete, el Gobierno les enviará los elementos precisos para su adelanto.
197
Art.9º-: Por ahora y en prueba de la estimación que el Gobierno hace del Cacique Dn.
Casimiro y de sus Gefes principales, les envía un regalo compuesto de artículos para vestuario y de
consumo, al mismo tiempo que le entregará en esta Capital las armas y municiones que el
expresado cacique ha pedido.
Art. l0º-: Desde el día primero del año próximo de 1867, se les enviará cada tres meses, por
mar, al mencionado Cacique para que distribuya entre él y sus Gefes, los artículos de ración
siguiente:
10 tercios de yerba paraguaya
6 barriles de azúcar terciada
40 arrobas de harina de trigo
40 arrobas fariña ;
40 arrobas galleta
40 arrobas porotos
20 arrobas arroz
20 arrobas de grasa de vaca
4 rollos de tabaco
4 resmas de papel
2 barriles de vino
2 barriles de aguardiente
4 piezas paño de la estrella para mantas
100 calzoncillos
100 camisas
Art. 11º-: Por tierra recibirán en Patagones, cada fin de año 100 yeguas al corte, 100 cabezas
de ganado vacuno al corte y 500 ovejas al corte.
Art. 12°-: Al Cacique Mayor Dn. Casimiro, como Gefe Encargado por el Gobierno para
guardar las Costas y el territorio patagónico del sud, se le asigna 1.000 $ m/c por mes. debiendo
revistar desde el lº del corriente y un vestuario cada año.
Art. 14°-: De este tratado se firmarán tres copias dándole una al Cacique Dn. Casimiro y
quedando dos para el Superior Gobierno.
Fechado en Buenos Aires, en el Palacio de Gobierno, cinco de Julio de mil ochocientos
sesenta y seis."
Firma "Marcos Paz - Julián Martínez"
Después de un fecundo encuentro en Buenos Aires, se le tomó allí otra fotografía con su
nuevo uniforme y una más en compañía de una hija (Vignati, Iconografía aborigen, II. 1945). Juan
Raone, quien siguió la documentación de la historia de esa colonia concluye que el Gobierno no
correspondió debidamente a sus compromisos y así, en 1881, ha perdido gran parte de Tierra del
Fuego.
El cacique Casimiro volvió a su toldería sureña en compañía del ahora capitán de Guardia
Nacional Doroteo Mendoza. Poco después de su llegada, se presentó al gobernador de Punta Arenas
para mostrarle sus credenciales de "Cacique Principal de la Patagonia y Teniente Coronel del
Ejercito Argentino", y la de su hijo Sam Slicky como "Capitán". Pero ese gobernador se guardó los
despachos documentales y le devolvió otros escritos. Doroteo Mendoza lo advirtió, sintiéndose muy
afectado.
El capitán del barco de los misioneros, G. H. Allen Gardiner, dice en su “Diario” que, al
llegar con su buque al Río Santa Cruz, tanto en Diciembre de 1866 como en Mayo de 1867, los
caciques Casimiro y Cuiman fueron a su encuentro, porque esperaban recibir sus sueldos y
racionamiento prometidos. Pero Gardiner no había ido para eso. Recién el 21 de Junio de 1867 se
despachó en Buenos Aires al buque del capitán inglés H. Smytes para que transportara maderas
hacia Bahía San Gregorio para los caciques tehuelches Casimiro Viguá, Guinmugui y otros, o sea
para la colonia indígena "La Argentina". Juan Cornell, que nos informa del detalle, dice que tenía
cierta intimidad con dichos caciques y se alegraba poder llevarles sueldos y víveres. (AEM,
21.6.67)
198
Piedrabuena aprovechó para erigir allí una primera casa de comercio, a la vez que construyó
alojamientos para los caciques: quiso comprometer así su fidelidad. (R. Entraigas, ob. cit.. 101)
En Marzo de 1868 el capitán G. H. Gardiner se encontró cerca de la Colonia con el cacique
y 600 indios de tres tribus. Le pidieron que les ayudase a recuperar sus papeles, pero no obtuvo más
que una imitación de los documentos. El cacique no los aceptó, e incluso dieron muerte a un
compañero del capitán.
En 1869 llegó a la tierra de estos tehuelches el viajero inglés Georges Charworth Musters,
autor del famoso libro “At Home with the Patagonians”, publicado en Londres en 1871 y traducido
en Buenos Aires por R. Rey Balmaccda con el título “Vida entre los Patagones”. Un año entero
vivió Musters con los tehuelches compartiendo con ellos el largo viaje desde la Isla Pavón hasta
Caleufú y Patagones y en 1871 los visitó por segunda vez. Hizo observaciones preciosas y nos dejó
recuerdos de la familia y trató de dibujarlos. Al cacique Casimiro lo describe como un hombre
inteligente y habilidoso, que mantenía un gran dominio sobre su tribu. Charwort Musters en su libro
p. 277 nos conservó también esta nota con la que el cac. Jn. Calfucurá había invitado al cacique
Casimiro y a sus tehuelches al malón: Tengo el caballo pronto, el pie en el etribu y la lanza en la
mano, y voy a hacer la guerra a los cristianos que me tienen cansado con su falsía”. Musters
agrega: que el Parlamento que Casimiro había congregado no aceptó el llamado de Calfucurá.
A Casimiro le acompañaban los caciques Orkcke, Campan, Cayuqué y Tanquelao. Su
extensa parentela le acrecentaba la influencia y lo vinculaba con caciques muy nombrados. Contó al
viajero inglés que seis veces se había casado. Ese año (1869) murió su última esposa. Musters dice
que había sido fea, llamada Chingook. Además conoció entre sus hijos a Manuel, Gabriel, Papón y
Juana. Casimiro dependía mucho de la bebida. No obstante, era trabajador, diestro en varias artes
indígenas. Supo confeccionar monturas, lazos, espuelas, pipas, etc.: y, además de ser buen jinete,
impresionaba por su oratoria. Poco le costaba narrar historia de hasta dos horas de duración.
Musters lo describe como bastante simpático.
Casimiro falleció en 1873, a la edad de 54 años. Sam Slick le había precedido dos años
antes. Por eso su hijo Papón heredó el cacicazgo. El Perito Moreno, el naturalista, desenterró sus
restos. Sus huesos han de estar ahora en el Museo de La Plata con algún número. Quizás perdure su
recuerdo en su provincia. (Su foto, AGN, B 144.926))
Bibliografía
G. Musters: Vida entre los patagones.
Entraigas: Piedrabuena, 1966.
D. Mendoza: Memoria de mi viaje al Estrecho de Magallanes (Museo Mitre y en Anales
Inst. Geogr. Argentino).
Teófilo Schmid: Misionando por la Patogenia austral, 1858-1865, ed. M. A. Vignati, 1964,
incluye fotos de Casimiro y sus hijos.
G. H. Gardiner: Diario de la exploración de laPatagonia austral, en Inst. Geogr. Arg., 1880,
p.29.
Braun Menéndez: Pequeña historia patagónica, 1945 y "Los apuntes del secretario del
cacique Casimiro, en Anuario Soc. de Hist. Arg. I, 1940, 233 y ss.
M. A. Vignati: Iconografía aborigen, II, el cacique Casimiro en Notas Mus. La Plata IV,
1938, Nº 13 p. 251.
C.C.Borgialli:Rev.Argentina Austral, N° 44, p. 10 y Todo es Historia Nº 136, 1978, p. 74.
Fotos: Vignati y Braun Menéndez, p. 212, 214 y 242 y Páez, J.: La Conquista del Desierto,
N° 10, 65.
CATE MILLA (o Catremilla, Catirilla) 1779 en marzo se halló en Salinas Grandes (La Pampa) en
una gran concentración de fuerzas con el cac. Catruén (AGN. S.IX 1-6-2 f.37). 1781 era
considerado cacique de cierta importancia. Ese año en Noviembre lo halló la expedición de Zizur,
junto al cac. Lorenzo Calpisqui. Desde entonces se consideraba cac. amigo de Buenos Aires. 1790
figura en el Tratado de Paz (AGN IX. 24-1-6. ) Los caciques sufraganes de Lorenza eran
Antequene (Antequeo), Quintún y Huechal. Cada tanto llegó a la Capital para cobrar sus
subvenciones. Prueba de ello son los legajos de la Sección Contaduría. “Es cacique en realidad”,
dice un documentoto que Sánchez Zinny en su libro Guardia de San Miguel del Monte p. 129, de
fecha 4.8. 1802: Figuraba entonces en la lista de los caciques amigos con los caciques Luna,
Quelentur,Hoguin,
Nahuelpán, Quentepid, Guayquileo y Payllaguán (Mariluz Urquijo, 1964 p.229)
1806, enterado de la invasión inglesa enm Buenos Aires, ofreció con el indio Felipe, en
nombre de 16 caciques su ayuda a la ciudad contra los ingleses. Que para eso había hecho las paces
con los ranqueles (15.9.06). A fines de diciembre se presentaron en la Capital los caciques Epugner,
Errepuante y Turruñanqui, diciendo que en Cabeza de Buey (hoy Part. de Bolívar) se hallaban
reunidos 7000 indios y en Tapalquén otros 7000 para ayudarlos. Que sus jefes eran Chulilaquini,
Payllagnerr, Catremilla y el cac. Negro (Zerda,W.: Los indios y las invasiones inglesas p.57 y 63)
En 1820 le tocó sufrir los atropellos del general cxhileno J.M. Carrera, pero un documento
de Mendoza de Mayo de 1824 dice, que (los caciques) Pablo, Curritripay y Catremilla de la Sierra
de la Ventana se mantenían fieles al Gobierno.
ETIMOL: Cate:brillo y milla: oro
CATEUCAPU, 1774, cac. ranquel. En julio de ese año, cuatro caciques “ranqueles
malditos” invadieron la zona fronteriza de la provincia de Buenos Aires: Toroñán (Toro), Millai,
200
Cateucapú y Guayquilauquen. (AGN IX. 1-5-1; 26.7.74, añada Escóbar) Contra ellos avanzaron los
caciques Nahuel Payún y Caneupí.
CATIGAN, 1785, cac. huilliche que durante la Guerra Pehuenche huyó de la frontera de
Mendoza (Morales Guiñazú:Aborígenes de Mendoza p. 54)
CATI LLANCA, 1634, cac. araucano de la Reducción de San Cristóbal (Chile) :Gay,
Documentos II p. 369)
CATIMAL, 1634, cac. araucano, amigo de Carqampangue, sublevado (Gay, Doumentos II
1876)
CATIMAL, 1870, capitanejo pehuenche; por Ortega fue llevado prisionero a Rodeo del
Medio. Más tarde se radicó en Lagunas del Rosario (San Luis) (FIDE C.Rusconi IV p.94)
CATHI MAN, 1760 cac. pehuenche chileno de una Reducción. El Obispo P.A.Espiñeiro
visitó sus toldos en la confluencia de los ríos Neuquén y Rariñ Leuvú.(Relación del viaje y misión
del obispo Pedro Angel Espiñeira ed. Jorge Pintos 1988 Temuco)
CATI NAHUEL (o Catinán ver Catri Nahuel)
CATIN TUCLA, Don Alonso, 1632, capitanejo huarpe del Río Bermejo (San Juan). Lo
llamaron también Quilmil tamux. (Cabrera: Indios del país del Cuyo p.248)
CATINTUCLA, Juan, 1632, cac. huarpe del valle de Mocna (San Juan), Lo llamaron con
otro nombre Tucman casca, Fue ajusticiado y le sucedió su tío Felipe Talive (Arch. de Mendoza)
CATI RAY,1672, capitanejo araucano, hijo del cac. Tabalque EtTIMOL: Catri: cortada;
ray (rayén): flor
CATRE MAN, 1792, cacique huilliche “rebelde” del Neuquén. Lo menciona F. Esquivel
Aldao en su informe sobre su expedición al sur y la batalla del 5 de Mayo de ese año. En 1796
aparece su nombre en forma más completa: Catrenao Manquiel (Arch. Mendoza)
CATRE MÁN, 1880, cac. que en la etapa final de la Conquista del Desierto se había unido
a los indios de Sayhueque y Huincalao. Fue atacado de sorptresa por el Comandante S.Torres y
tomado prisionero, el 19 de diciembre de 1882. (Ocampo: Regimiento 7º p. 198)
CATREMILLA VER CATEMILLA 1790
CATRE NÁN, 1854, capitanejo ranquel del cacique Calvaiñ. Vivía en Malalcó, La Pampa.
Fue recomendado del gobierno nacional en Paraná al Gobernador de Mendoza (Arch Mend. Carp.
123: 29.12.54) Compartió en todo la historia de las tribus ranqueles. 1875, el R.P.Donati bautizó en
Villa Mercedes a Ignacio, hijo de Catrenán y de Quintuín. Más tarde fueron atacados y durante la
barrida de la Pampa en 1879, cayó prisionero en manos de la Vª División del Cnel. Hilario Lagos.
Y no se sabe nada más de él. (J.Walther: Conquista del Desierto. Ed 1964 p. 636)
Etimol: ñancú: aguilucho y catre: cortado
CATRE NAO, 1796, cac. pehuenche de Barbarco. Era uno de los participantes de la Guerra
Pehuenche y más de una vez maloneó contra los pehuenches de Malalhué (Mendoza). Vio morir a
su cacique Rayguán y al jefe del bando contrario a Pichintur. También pudo asistir a los
parlamentos de reconciliación en Chillán (1798) y en San Carlos (1799). Así pudo visitar en paz la
ciudad de Mendoza (Arch Mend. Carp. 29, doc. 21, 31 etc.)
CATRE NAO, 1851, Dos hermanos han sido importantes capitanejos del cac. Pincén
(Piseñ). La primera noticia de Catrenao data de 1851, porque está en la lista de los caciques y
capitanejos obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca, el 17 de febrero, en vísperas de la
batalla de Caseros. Allí se dice que Catrinao era hijo de Inaquén (AGN.S.X. 18-4-8). Es posible
que haya sido del grupo de los borogas y que como Coliqueo, más tarde se integró con el grupo de
los indios ranqueles del cac. Baigorrita. 1857 fue a Mendoza en comisión del cac. Calvaiñ (Arch.
Urquiza T.127 p.90). Según las Memorias del Cnel Manuel Baitgorria vivía cerca de una aguada,
llamada Pichileufú. Para saber más de lo que le ha tocado vivir , hay que leer las notas biográficas
de Coliqueo y de Pincén. 1873 figura entre los mencionados en el tratado de paz de este último.
Cuando la conquista del desierto avanzó contra la Pampa, fue atacado como Pincén por las tropas
del Cnel. Conrado E. Villegas. En una bien calculada sorpresa capturaron a V.Pincén el 6 de
Noviembre de 1878 en Fotalauquén (al Oeste de Trenquelauquen).
Por consejo y pedido de Pincén iban entregándose los demás tribus e indios. Catrenao, el
capitanejo anciano fue el primero que se presentó el 25 del mismo mes y año con 13 indios de lanza
201
y 13 mujeres. Un mes más tarde, el 26 de diciembre se acercaron desde Toay los caciques Francisco
Pincén Catrenao. Creo me parece que su madre casada con Vuta Piseñ el padre de Francisco y
Vicente Pincénse había llamado Catrenao. Por eso en oportunidad solemne se firmó Vicente y
Francisco Piseñ Ctrinao). También se entregaron Pichipincén y el tío de los hermanos Pincén,
llamado Nahuelpayún. El Mayor Bravo era el encargado de buscarlos; el 25 de diciembr se entregó
el capitanejo Catrenao y “el 27 de diciembre se presentaron 108 conas, entre ellos el capitanejo
Catrenagu (es decir Catrenao), hermano de Catrinao Yocuqueien”, dice el parte (Olascoaga IV p.97)
El día siguienmte se presentaron Antenao y Nicacú hijos de Pincén y 51 indios y 174 de familias en
Médano de la Laguna. Otros y otros que se presentaron, fueron apresados y “arreados” hacia Junín.
Allí los hacinaron en unas barracas o cuartel en pésimas condiciones. “Así pagan sus fechorías”-
decían entonces, festejando la entrega como triunfo. Sólo el cura párroco y unas religiosas se
preocuparon como pudieron de esos miserables (M.Hux: La tribu de Junín y los campos de “la
Cruz”, en Rev. Historia de Junín Nº 46, 1972). El cacique Pancho Pincén Catrenao, estando preso
en Buenos Aires fue bautizado, en la enfermería de la cárcel, el 15 de septiembre de 1879, a los 55
años de edad; se casó con Paula Laitú, hija de Rincu Necul. 1885 Catrenao viejo reclamó sueldos
(ver Farías, Patricio)
CATRE PAN, (Catquepán), 1770, cac. pampa que vivía en Río Sauce (creo es Colorado).
Parece que ha sido amigo de Guayquitripay, Lincón, Agüel y Nabaltripay. Fue el año de la famosa
expedición de Manuel Pinazo contra los “tehuelches”. El Comandante Juan de Mier habla de él en
una carta; lo llama Catquepan (AGN S.IX 1-5-9, Zanjón)
CATRE PAN, capitanejo pehuenche. 1801 llegó a Mendoza para avisar que su pariente, el
cac.. Antepán, “alias Barba” había sido muerto (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mndoza p.77)
ETIMOL: Pan significa (payún) barba o (Pangui ) puma y catre: cortado)
CATRE PAN, 1825, cac. pampa que asistió al parlamento convocado cerca de Bahía Blanca
por los hermanos Oyuela. Creo que no es el viejo Catrepan de 1770, ya que es enumerado entre los
jóvenes. (AGN S.X. 27-7-6 : 13,12.1825)
Cacique salinero. Era el segundo hijo del famoso cac. Juan Calfucurá. Nació en la primera
década del siglo XIX en Llaima (Chile). Como su hermano Namuncurá, vino con su padre a la
Pampa en 1834 y participó en todos los acontecimientos de su tribu; tiempos de paz y de guerra. El
primer documento que lo menciona como capitanejo data del 20 de diciembre de 1851, pues entre
los muchos caciques fue obsequiado por orden de Rosas en Bahía Blanca en vísperas de la batalla
del 3 de febrero en Caseros (AGN.S:X. 20-10-4). El 26 de abril de 1854 desempeñó una misión
diplomática en Bahía Blanca. Parece que había aprendido hablar en castellano. Luego fue varias
veces a Entre Ríos a ver al Sr. Presidente Justo José de Urquiza, pues su padre se había
comprometido con la política en la guerra contra los porteños separatistas. Habrá participado en
algunos malones que decían que los hacían en nombre del Sr. Presidente. Véase la historia del
Cacique Juan Calfucurá.
En el momento de la muerte de su padre (el 3 de Junio de 1873), se produjo en la gran tribu
un problema serio por la sucesión. El parlamento reunido en Chilihué consideró a José Millacurá
por ser el hijo mayor de la familia, pero éste era inhábil para gobernar la importante confederación
de tribus salineros. De todo modo su hermano Namuncurá sobresalía ciertamente entre los
hermanos. Pero según la ley de herencia entre los araucanos, Juan Morales Catricurá debía
designarse como sucesor de Calfucurá. Intervino el anciano diplomático, el cac.. Huenchuquir y
propuso establecer, por el momento, un triunvirato compuesto por Manuel Namuncurá, Alvarito
Reumay y Bernardo Namuncurá, quienes representaban las diferentes ramas de parentela y quienes
habían secundado más a su padre Calfucurá. Catricurá quedó así excluído. En lo sucesivo bien
pronto Namuncurá era el apoderado del poder supremo de las tribus salineros. Catricurá recibió de
su hermano muchas consideraciones y le encargó muchas actividades políticas. En Mayo fue
encargado de concertar con el jefe de la Frontera Sud un tratado de paz. Así se desprende de dos
cartas conservadas en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca. El misionero P. Jorge M. Salvaire,
202
quien hizo en 1875 un famoso viaje apostólico a Salinas Grandes, le dirigió una carta para ganar su
simpatía y su apoyo, en primer lugar para el rescate de cautivos (ver Hux: Una excursión apostólica
ed. ECA 1980 Bs.As.)
A fines de 1875, la guerra de la Conquista del Desierto recrudeció. Y los indios salineros y
los de Catriel se lanzaron al Malón Grande” para prevenir o impedir el avance de Alsina”. Pero el
avance no se detuvo, pues desde entonces los ejércitos les pisaban los talones a cada rato
Finalmente los batieron en Neuquén hasta que Namuncurá con los pocos de los 40.000 que le
habían quedado, se sometió en el Fortín Ñorquín con 9 capitanejos, 137 indios y 185 de “chusma” y
fueron “decentemente” recibidos. Por orden telegráfica del Minitro Victorica, el Coronel Belisle los
hizo trasladar hasta el Fuerte Roca (Río Negro). Entre los “reducidos” iba también el cac.,
Catricurá. Ese mismo año el cac. Manuel Namuncurá viajó a Buenos Aires y contó a las autoridades
que los indios chilenos los habían atacado y les habían robado lo poco que les había quedado; que
el cacique Quepil, su enemigo cordillerano, los había seguido hasta el Fuerte Roca. Allí le ha
matado a su hermano, el cac. Catricurá, mientras estaba trabajando en el canal (La Tribuna, Bs.As.
30.6. 1884)
CATRICURA, Felix, capitanejo salinero, quien firmó en 1873 el gran documento pidiendo
un tratado de paz. (AEM Nº 1232)
CATRI NAHUEL Iº: (Catinaqüel. abreviado Catriel), 1640. puelche. El R.P. Diego Rosales
conoció ese año a dos caciques Catrinahuel que vivían en la jurisdicción colindante con los
puelches. Habían sido maloqueados y capturados en la pampa por los españoles de Chile. Varias,
muchas expediciones chilenas llegaron entonces al oriente de las Cordilleras, no sólo para recoger
haciendas (vaqueando), sino también para capturar a indios para venderlos como esclavos. Los que
cautivaba el Capitán Muñoz, vendían en Boroa (Fuerte y Misión jesuítica) por 80 $, anota el
historiador Padre F. Enrich (Historia de la Compañía de Jesús en Chile. 1893 p. 554). Fue una época
brava para los indios pampas; se pisotearon los derechos humanos en muchas partes de América,
hasta que el Papa Urbano VIIIe con su Bula Comissum Nobis (1639) "condenó bajo pena de
excomunión tales acciones como capturar indios, venderlos, comprarlos, trocarlos, donarlos,
apartarlos de sus mujeres y niños, despojarlos de sus bienes, llevarlos y embarcarlos a otros sitios,
privarlos de cualquier modo de la libertad o retenerlos en esclavitud".
Porque estos dos caciques Catrinahuel no quisieron presentarse al parlamento de paz que el
nuevo Gobernador Marques de Baides había convocado, en enero de 1641 a Quillín (hoy
Nacimiento), cayeron en desgracia. El R.P. Rosales, quien asistió al parlamento en calidad de
lenguaraz, quedó admirado del arte oratorio de los caciques y había allí 170 caciques congregados.
Después de esta reunión, el Gobernador envió al Padre Rosales a los pehuenches de la pampa, pero
ellos no escucharon las proposiciones del gobernador chileno. Enterado de ello, el Gobernador
mandó maloquearlos. Allí fueron capturados los dos caciques Catrinahuel. Uno de ellos fue
bárbaramente ajusticiado y el otro "encomendado". El Padre Rosales. avergonzado por esas
injusticias, consiguió en 1648. rescatar a un buen número de indios "encomendados". El buen y fiel
cacique Catrinahuel. -dice Rosales en .sus crónicas- pudo acompañarlo hasta los toldos de los
puelches y también a los pehuenches, donde iba Rosales con proposiciones de paz. Pasaron por el
Paso Villarrica y por Epulauquen. El mismo cronista narra como sostuvo un parlamento con el
cacique Malopara con la ayuda del cae. Catrinahuel que poseía más de un idioma. Rosales hablaba
en araucano y Catrinahuel lo traducía al puelche (Rosales, D.: Historia General del Rey no de Chile,
v. III p. 435). Para mí era un admirable cacique, probablemente antecesor de los siguientes Catriel.
(Etimología: Nahuel: tigre. Catri: cortado).
203
CATRIEL (II) (Catril, Catruel o Casuel) 1770, cac. pampa. Entre los años 1770 y 1790, los
documentos hablan otra vez de un cae. Catriel. Tropas fronterizas hallaron entre las lagunas Mar
Chiquita y Rojas, cerca de Manantiales de Piñeiro al cacique con un grupo de indios, probablemente
cazando o vaqueriando. La comunicación de Salto lo señala como "indio amigo", igual que el
cacique Toroñán, su primo. Nabalpán y Canupí. Se conoció como puelche y tenía sus toldos bien
retirados (ACH. S. IX 1-4 2: Salto). Ese mismo año estalló la guerra entre los pampas y los
ranqueles. Es probable que Catriel haya participado en las malocas como Navalpan. Catriel
comerciaba entonces con la sal de la Pampa. En los últimos decenios del siglo XVIII hubo varias
expediciones desde Buenos Aires a Salinas Grandes. con el fin de apropiarse de la sal necesaria y —
como decía Manuel Pinazo en uno de sus informes— "sobre todo para arredrar al enemigo de las
últimas poblaciones. batiéndose por aquella parte de la campaña (que) se emplean últimamente en
su beneficio y de sus familias...". En 1776 el jefe de una de esas expediciones obligó al cacique
Flamenco que lo acompañase con 70 conas hasta Salinas Grandes. A su regreso, el cacique
comprobó que entre tanto los "huincás" se habían apoderado de sus familias llevándolas a Buenos
Aires como cautivos.
Al crear el Virreinato del Río de la Plata, los españoles intensificaron sus proyectos de
conquistas del interior y sus expediciones desde varios puntos. El Virrey propuso, en 1777. a los
Maestres de Campo el siguiente plan: "Haremos expediciones no para atemorizar, sino para
exterminar". Ellos no estaban dispuestos a tan vasta empresa y prevaleció la idea del avance
sucesivo, la guerra de las fronteras. Entre tanto se celebraron tratados de paz con los jefes más
poderosos.
Las expediciones de M. Pinazo y de P. Zizur hallaron al cacique Catriel y a su hermano
Quentrepí en la zona de Salinas Grandes. En 1789 el cacique Quentre o sea. el hermano de Catrüe,
se hallaba "del otro lado del Volcán en el Arroyo Colorado, cerca de los toldos de los hermanos
Cayupulqui (Calpisquis).
CATRIEL (III) (Katrié), 1820. hubo dos caciques puelche, Juan y Juan Manuel,
probablemente padre e hijo. No me atrevo a identificar al padre con Catriel II°. Los documentos los
llaman pampas que vivían en paz como Ancafilú, Pichimán. Antonio Grande y Landao en Lobería.
Tandil. Chapaleufú, Los Huesos, Tapalquén y Kakel Huincul. Los Catrieles habrían vivido entre
Carhué y Salinas Grandes. (Aquercta C.: Los caciques Catriel. 1976. p. 57). Según estimación del
Cnel. F. Barbará, quien conoció a Juan Calriel, "el viejo" (Vuta Catriel), habría nacido por el año
1770 y ha muerto en 1848.
Si contara todos los acontecimientos dramáticos que le han tocado vivir, habría contado una
larga historia de las convulsiones de la pampa. Los documentos, en realidad, lo nombran poco. Lo
incluyen entre los "pampas". Era bajo y grueso y de mal genio. Su sangre estaba cruzada con la de
los caciques norpatagónicos (también llamados pampas). Una de sus hijas fue la esposa del cacique
Cayupán. que sería una de las víctimas de la Expedición del año 1833. Cuando la Guerra a Muerte
de Chile se trasladó a la Pampa argentina, los catrieleros eran decididos antirrealistas y argentinos.
No se dejaron enredar, tampoco, por el guerrillero chileno J.M. Carrera. No obstante sufrió las
presiones del Gral. y Gobernador Rodríguez quien quiso avanzar las fronteras en territorio de los
pampas.
Para proceder con cautela, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires intensificó sus
gestiones de paz con los ranqueles y pampas. El Cnel. P. A. García, Feliciano Chiclana y el
hacendado Ramos Mejía mantenían contactos pacíficos con los caciques y las tribus pampas. Y
Juan M. de Rosas mantuvo a sus expensas tropas indígenas y gauchas para la frontera sud.
A raíz de unos robos sobre el Río Salado, en enero de 1820. salió el Capitán Vicente
González, alias Carancho del Monte, en persecución de "los indios ladrones" y llegó hasta
Tapalquén. Catriel no fue atacado, pero sí, Cachul. que sería inseparable compañero de los Catriel.
En ese tiempo se juntaron cada vez más indios chilenos, realistas y patriotas en la pampa y hubo
invasiones escandalosas. Mil indios invadieron, en noviembre, el sur de la Provincia y dos mil, en
diciembre, en Salto y Areco. Rosas, conocedor de las tribus decía entonces: "Los pampas hasta hoy
204
no han atacado". Pero el Gobernador los responsabilizó a ellos, y los atacó, quizás porque los tenía
más a mano y más desprevenidos.
Ataque del gobernador
El primer ataque cayó sobre Ancafilú y Anepán, lo que trajo como consecuencia que los
pampas se concentraran y se trasladaran a la Sierra de la Ventana y de PiIlahuincó, entre ellos.
Catriel, Antonio Grande, Pichimán y Pichiloncó. El Gobernador comisionó entonces al estanciero
Ramos Mejía a restablecer la paz. Este celebró en su estancia, el 7 de marzo de 1820 con los
representantes de los caciques pampas, un tratado de paz, en nombre del Gobierno, cuyo texto está
articulado en 10 puntos. También D. Pablo Pérez trató con Pichiloncó, Cachul y Catriel. En su
informe decía que el semblante de Catriel respiraba docilidad.
El Gobierno no los respetó; es que entre tanto habían ocurrido los grandes malones.
El Gobernador, tras una proclama pública, salió con un gran ejército a campaña. Lo
concentró en tres columnas y dirigiéndose al sur, atacó a los pampas, aunque pudo saber que no
habían sido ellos los invasores. Rosas le escribió: "He hecho seguir muy lejos el rastro de los indios
malones y. por los rumbos que conozco, me afirmo que no son los pampas, y sí, ranqueles los que
han invadido y han robado en estas fronteras. Por ello es que clamo al cielo porque nuestras
operaciones militares no alcancen a ofender a los pampas a quienes debemos buscar por amigos y
protegerlos como tales".
Pero el Gral. M. Rodríguez "acuchilló por sorpresa", el 8 de enero de 1821, a los indios
asentados en Chapaleufú y dio orden de cargar todas las tolderías hasta Salinas Grandes. (AGN.S.X.
27-7-6 Y 13-6-1). En la biografía del cae. Ancafilú detallé los acontecimientos que no resultaron
favorables al Gobernador Rodriguez. El 10 de enero informó a Buenos Aires que había podido
reunir a los cuatro caciques principales: a Ancafilú. Anepán. Pichiloncó y Catrié, obligándolos que
se incorporaran a sus columnas para marchar contra los ranqueles. Más sus indios aparecieron
pintarrajeados en señal de guerra. Que el 16 de enero habían atacado las columnas bonaerenses y las
obligaron a retirarse. En ese retroceso las tropas hicieron nuevos desmanes en la estancia de R.
Mejía, lo que dio ocasión a un formidable malón de represalia sobre la zona de Dolores. El 30 de
abril destruyeron esa población por completo.
Expedición de paz
El Gobernador Rodríguez no quiso ab andonar su plan de conquistar las campanas del sur.
Antes probó el camino de la negociación de paz. como J. M. de Rosas le aconsejara. Envió, pues, al
Cnel. P. A. García para que reuniera en la zona de Tandil a los caciques pampas, ranqueles y
tehuelches para un parlamento general a fin de celebrar un nuevo tratado de paz. Esto fue una
empresa muy arriesgada como él mismo lo describe en un extenso informe (Diario de la expedición
de 1822 a los campos del Sud de Buenos Aires, en: Colección De Angelis VI 1838). De él
desprendo también, que Catriel y Cachul se han presentado al parlamento, el 28 de abril de 1822
con 9 caciques. Su división pampa tenía 364 indios: en total asistieron 2.590 indios divididos en 9
divisiones. Si bien se pronunciaron por la paz. García no pudo quitarles ni los temores ni los
resentimientos y tampoco admitieron que se establecieran guardias militares en Tandil.
Nuevos ataques
El Gobierno no pensaba en capitular ante el indio, sino en ampliar la conquista y establecer
la frontera más al sur y estaba preparando una nueva expedición a Tandil, cuando el Cnel. García
reunía allí a los indios en parlamentos de paz. Extraña que el mismo a su regreso apruebe con
facilidad el nuevo plan y ponga sus conocimientos obtenidos al servicio del nuevo proyecto
expedicionario. En junio de 1822 las Cámaras aprobaron el proyecto y el presupuesto que exigía la
nueva expedición que se haría en combinación con los efectivos de las provincias de Santa Fe, y de
Córdoba. Las tropas bonaerenses se concentraron en laguna del Monte desde donde marcharon. el 6
de marzo de 1823, 2.693 hombres hacia Tandil. Llegaron sin novedad a la meta: pero cuando
buscaron el contacto con los pampas, éstos le tendieron astutamente una emboscada, quizás como
los primeros pensaban hacerla a ellos. El 26 de abril fue el encuentro. Y el Gral. Rodríguez tuvo que
suspender una vez más la empresa. Y como respuesta o venganza los indios cayeron en malón
primero sobre la zona de Tandil y luego en tres columnas sobre los poblados fronterizos hasta
205
Navarro y Lujan. También Catriel participó en este malón (El Centinela del 19 de oct. de 1823 y
AGN.S.X. 27-7-6).
En 1824. el Gobernador Rodríguez realizó una tercera expedición que debía ser la que
fundara a Tandil como fortaleza y pueblo. Y hubo nuevos malones. Incluso vinieron 8.000 indios de
Chile con el propósito de intervenir en la guerra. Caído el Gobernador Rodríguez, el sucesor. Gral.
Las Heras, entre las primeras medidas. nombró a Juan Manuel de Rosas como encargado de la
Comisión Pacificadora de los indios y a la vez fue encargado de crear una Comisión demarcadora
de la nueva frontera que partiría desde Bahía Blanca al Potroso (Junín). En sus gestiones se valió de
la amistad que tenía con el cacique Calriel. Colmó sus manos con regalos obsequiosos, cuando
llegaba a sus estancias Del Monle y de Matanza. Lo atrajo a la cercanía de Tandil y lo mismo al cae.
Cac.hui y algunos indios tehuelches (pampas de la Patagonia del Norte) de los caciques Negro y
Chani.
Grandes parlamentos
En los dos años sucesivos se hicieron grandes parlamentos de paz. Calriel no figura en la
lista de los caciques concurrentes al parlamento de la Laguna de Guanaco, el 20 de diciembre de
1825. y había 50 caciques pampas y ranqueles. Tampoco estuvo en ese otro gran parlamento del
Arroyo Pecuén, el 25 de abril de 1826. donde concurrieron 72 caciques y capitanejos. (AGN.S.X.
27-7-6). El tuvo, en efecto otra misión por encargo de Rosas. El Diario de la Comisión
Demarcadora, escrito por Senillosa (editado por el Padre Furlong en 1972) ubica para entonces a la
tribu en Tapalquén.
Los llamados tratados de paz duraron poco. porque en agosto del mismo año irrumpieron
tropas pinchcirinas con sus indios adictos en nuestra provincia. Especialmente lastimoso fue el
asalto a Los Toldos Viejos (Dolores). El Presidente B. Rivadavia comisionó entonces al aguerrido
Cnel. Federico Rauch a expedicionar contra ellos para escarmentarlos. El 13 de noviembre tuvo un
primer choque con los chilenos. No paró en ello. En dos expediciones sucesivas en las que
comprometió a los pampas y tehuelches. se excedió en celo y crueldad. Hubo batallas en el Arroyo
Sauce Grande, en Sierra de la Ventana y en Epecuén y la Sierra de Curamalal. Catriel de Tapalquén
estuvo acompañándolo con sus pampas amigos y los tehuelches que habían pactado con J. M. de
Rosas. La segunda expedición que integraba a 900 indios fue una especie de carnicería de indios en
la que cayeron también algunas tribus pampas. Sólo el cacique Lincón se salvó gracias a los
caciques Catriel y Negro porque ellos decían que era su pariente. (AGN.S.X.14-6-1). Terminada la
campaña, el 22 de enero de 1827, Rauch se acantonó en Tapalquén. De él tenemos la interesante
nota que sus indios aliados habían vendido haciendas (arrebatadas) a los indios chilenos.
Probablemente trátase de los indios borogas que habían entrado ya en contacto pacífico con el
Gobierno y los jetes de la Frontera. De una relación fechada el 1" de febrero se desprende que
Rauch tenía gran estima de los indios de Catriel.
Expedición de exterminio 1827
En octubre de 1827, Rauch recibió otra orden "de operar contra los indios chilenos (A.E.M.
Doc. 13). hará lo mismo con los ranqueles. Destruidos los salvajes, procederá a hacer lo mismo con
los indios amigos." (sic) ¿Qué le esperaba a Catriel qu tuvo qu acompañar al Cel F. Rauch en su
segunda expedición con Calfiao, Huillitrur y Pichiloncoy y Antiguán? Catriel actuaba siempre como
amigo. Le salvó la vida al sargento Fabián González, cuando los indios de Lincón y de Ancafilú le
habían apresado. (Molinari, J. L.: "Indios y caciques en la zona actual de Bahía Blanca", en Bol.
Junta Est. Hist. de Bahía Blanca. II, No 2) y Memorias del Srg. Mayor D. Fabián González en Hux:
Los orígenes de Bragado.
Se funda Azul
En 1832, finalmente, el Cnel. Pedro Burgos fundó el Fuerte y el pueblo de Azul, que sería la
capital para las negociaciones con los indios. Será un capítulo que probablemente nadie escribirá. El
4 de abril de 1832. el agrimensor F. Mesura confeccionó el plano o la traza del nuevo pueblo (AGN.
S.X. 24-9-1). El convoy, las familias y las tropas que partieron desde Chascomús. llegaron a
establecerse en el sitio designado el 16 de diciembre de 1832.
Los acompañó el caciquillo Landao. El Cnel. Vicente González, que trató a Catriel y a
Cac.hul con más frecuencia, fue comisionado a convocar a los caciques de la zona para preparar los
ánimos para la medida del desalojo, ofreciéndoles, en cambio la manutención: una res por cada 40
personas, es decir cada mes unos 400 yeguarizos (Comando General del Ejército: Política seguida
con el Indio, vol. V. p. 49-51.) Rosas esgrimía en sus cartas a otros caciques esta frase: "No ven que
Catriel y Cac.hul viven felices?" Pero "que den pruebas de amistad... Si no cumplen, serán atacados
a muerte todos los indios de pelea y prisioneras sus familias".
El Cnel. Pedro Burgos dio muestra de tal procedimiento en el desalojo forzoso, atacando la
toldería del cacique Guanquelén. El Mayor Pedro de la Peña debía actuar, si era preciso, entre los
indios de Catriel. Realmente, J. M. de Rosas jugaba en estos años, un gran "partido de ajedrez" en la
pampa verde, haciendo rápidas expediciones y gestos diplomáticos que preparaban la realización de
su plan de una expedición combinada al desierto en 1833.
Tratado de paz, nuevo sitio, un censo.
207
En 1832, la tribu de Catriel tuvo que cambiar una vez más su campamento. C. Aguerrete en
su libro Los Caciques Catriel (p. 62) reproduce el Diario del Mayor de la Peña y sus movimientos.
El 2 de agosto de ese año, Catriel acató la orden de marchar al Arroyo Romero. El 5 del mismo mes
reunió a todos sus indios: pero demoraron su marcha hasta el 15 de agosto, porque una tormenta les
había desparramado la caballada. Emprendieron la marcha después que habían escuchado una
brillante arenga del cacique en la que había dicho que fuesen muy hermanos con las tropas y no
salieran del campamento sin licencia, sino los declararían "guachos". Se establecieron pues, a 4
leguas de Tapalquén (El pueblo Tapalquén recibió ese mismo año su ubicación definitiva
[AGN.S.VII Arch. Guido 10-4-14).
En este nuevo campamento se realizó el interesante censo que, resumido, quiero reproducir:
Entre caciques, cac.iquillos, oficiales, soldados, chinas, muchachos y muchachas había en total
1742 indios de Catriel, 344 de Cachul, 198 del cae. Trancamán, 141 del cae. Reilef, 58 de Cayupán
y 70 de Quiñigual. En este censo se mencionan a dos hijos de Catriel "El Viejo" como oficiales,
Juan Segundo y Manuel Segundo (ib. en el Archivo de Arce. de Olavarría existe otra relación de los
indios de Tapalquén, 46 oficiales, 440 indios y 268 de la chusma). (Jorge Oscar Sulé, Rosas:
Relaciones con los indios y Rev. Militar Nº 531 Ba. 1951 dan otros aspectos)
Durante la Expedición de Rosas
Reseñemos también la participación de Catriel en la Expedición de Rosas al Río Colorado
en 1833. Rosas, un indiscutible diplomático de la pampa bonaerense, había logrado establecer la
nueva frontera de avanzada. Su nuevo plan, el que iba elaborando casi bajo sigilo y que conjugaba
con otros proyectos de las provincias del interior, era un avance en una acción combinada de
grandes dimensiones, cuyo resultado sería alejar a todas las tribus hasta el Río Negro. Antes de
finalizar su primer período de Gobierno, expresó el 30 de noviembre de 1832, en un mensaje de las
Cámaras, la urgente necesidad de recursos para posibilitar esa operación militar. El reasumió el
cargo de Comandante General de la Campaña y preparó hasta los detalles de ese proyecto. Entre sus
electivos contaba a los indios amigos, los pampas. Para eso hubo parlamentos y conferencias y
regalos a discreción. Una primera reunión de caciques hubo en enero en Chacarita. Y como muestra
de fidelidad. los pampas tuvieron que atacar el 16 de enero al cacique Quiñigual y a su tribu. Otro
parlamento se celebró, el 8 de febrero en la Estancia San Martín. El 21 de ese mes. los indios
amigos se concentraron en la Guardia del Monte. El 24 del mismo mes. se realizó, allí otro
parlamento con los oficiales de Catriel. CachuI y algunos borogas. El 21 de marzo Catriel y CachuI
dieron otra prueba "de fidelidad y coraje" apresando al cacique chileno Lepen, acción que Rosas
premió con 600 $ (AGN.S.X. 40-7-10).
El Ejército o la División del Brigadier General Juan M. de Rosas salió del Monte y el 31 de
marzo llegó al Cantón de Tapalquén. Catriel se había adelantado con su escolta para saludar a los
amigos. El 3 de abril de 1833 —seguimos el Diario de Rosas—. a las 3 de la tarde, se incorporaron
a la División unos 600 indios y los caciques Catriel, CachuI, Francamán, Reilef, Llanquelén y Pablo
y los caciqueillos Nicasio. Antuán y Anguipán. Parece que Rosas no quiso llevarse a todos, sino se
eligió lo mejor y los demás debían quedarse en sus toldos a 4 leguas del Cantón de Tapalquén.
Catriel y los suyos marcharon a la vanguardia, acompañados por el Sargento Mayor y
lenguaraz Eugenio del Busto. A los pocos días. el cacique se sentía afiebrado (7.4.33): pero no quiso
abandonarlos. El 18 del mismo mes estuvieron en Sauce Grande y el 19 de mayo llegaron al Río
Colorado.
Entre tanto hubo una pequeña revuelta en los toldos de Tapalquén. Dos chasques vinieron a
informar al cacique. Y éste los mandó de vuelta con la orden de que el Comandante apresara a los
más culpables y los fusilara. En esa época visitó a Tapalquén el viajero inglés Ch. Darwin y anotó:
"Vi en una campiña fértilísima un conjunto de toldos y chozas indias en formas de hornos (e.d.
ranchos de barro), diseminados en una llanura horizontal"... En su relato menciona casas de
comercio; alaba la habilidad de las tejedoras, etc.
Después del festejo del 25 de Mayo, que Rosas destaca en su Diario, Catriel y los suyos
acompañaron al Cnel. M. Rodríguez y a M. Miranda a la persecución del cacique Chocorí. Se les
escapó. En fin, las órdenes eran de guerra, como ésta: que no trajeran muchos prisioneros vivos: que
mataran en caliente. (Comando General del Ejércilo. ob. cit. V. p. 50). A Calriel y a Cac.huI les
208
escribió J. M. de Rosas que no pensasen en traer las familias de los ladrones. Que den muestras de
fidelidad. "Si los persiguen a muerte, entonces les creeremos" (AGN. S.V. 28-4-4).
Y otra vez a la guerra
En diciembre Rosas levantó el Campamento del Sur y las tropas regresaron hasta Bahía
Blanca. Pero ya en octubre había mandado a algunos indios de Cachul a Tapalquén y ha dispuesto
que ni en Azul ni en Tapalquén repartiesen raciones. ¿Estaría desconforme con sus "amigos"? El 10
de diciembre Rosas conferenció con Catriel en Bahía Blanca y dos días después tuvo que asistir a
una riesgosa conferencia con los representantes de los borogas a quienes tenía designadas nuevas
"tareas".
El 29 de diciembre Rosas hizo entregar a Catriel y a CachuI 6.300 $ como gratificación de
sus indios. Luego regresaron al Napostá (AGN. S.X. 40-7-10).
Desde principios de 1834 Rosas intensificó sus trabajos diplomáticos en contra de los
borogas. a la vez que los obligaba a cxpedicionar contra los ranqueles. Y aún los catrileros debían
ejercer una presión sobre ellos. El 26 de enero ordenó a los caciques CachuI. Antuán y a Juan
Catriel, hijo, a situarse en Sauce Chico. Catriel "El Viejo", acompañando a Rosas se cayó del
caballo cruzando un guadal. Rosas se rió del gordo. Este llegó a salvo a su toldería. Allí vio que no
había recibido sus raciones por eso le escribió a Rosas una carta estremecedora que Rosas mismo
reprodujo en su Diario de la Expedición (ed. 1969 p. 202): "...No hay noche que no se matan 4 ó 6
caballos... Quisiera que usted nos mandase pronto las yeguas, porque ya no hay qué comer, ni yerba
ni nada... su hermano Catriel".
El 8 de Sept. de 1834 cayó el malón de los huilliches chilenos de Jn. Calfucurá, A.
Namuncurá y Cheuqueta sobre los borogas. con anuencia de Rosas (Ver Melín, Rondeao, etc). En
una carta a Catriel, Rosas menciona el asunto y le dice que los borogas habían sido enemigos de sus
amigos y le ordenó que atajaran y reuniesen a los borogas dispersados. (AGN. S.X. 24-8-6). Esto
será de graves consecuencias para los tapalqueneros.
Atenciones al enfermo
Catriel arrastraba una enfermedad desde la campana al desierto. Por eso. el 1° de Mayo de
1834 pidió permiso para ir a curarse en Buenos Aires. Tenía úlcera. Ya no confiaba en sus
curanderas. Y como llevaba consigo a su familia, el Gobierno le puso a disposición una casita
(Diario de Rosas, p. 204). Podemos anotar también acontecimientos alegres de los cuales escribe La
Gaceta de Buenos Aires. Del 24 al 26 de Junio de 1835 se realizó en Azul un gran festejo en honor
del Gobernador Juan Manuel de Rosas, porque había asumido por segunda vez el gobierno de la
provincia de Buenos Aires. 40 jefes indios y mucha indiada concurrieron a la fiesta que se
desarrollaba en la Guardia y en la plaza, todos vestidos a la federala con calzoncillos rojos, poncho
punzó y birrete colorado. Algunos caciques pronunciaron sus fogosos brindis y otros largos
discursos. Catriel, por ejemplo decía, según informa La Gaceta (N o 3651:31.7.35): "...Juan Manuel
es mi amigo muy bueno: nunca me ha engañado. Yo y todos mis indios hemos de morir por él. Si no
fuera por Juan Manuel, no nos veríamos como nos vemos hoy viviendo entre los cristianos, todos
unidos como hermanos. Mientras viva Juan Manuel, todos seremos felices; viviremos en orden y
sosiego al lado de nuestras mujeres e hijos...". Y Juan Catriel hijo, embrazó un gran retrato del
"Restaurador" (Garretón, sus escritos, comunicaciones y discursos I, p. 49). Al día siguiente se
trasladaron a Tapalquén donde continuó la fiesta hasta el día 27. Además, Catriel fue a Buenos Aires
para felicitar él personalmente al Gobernador: al menos se conserva una cuenta por gastos de él y
21 de su comitiva (AGN. S.X. 43-7-3:4.8.35). Rosas se preocupó también del mal de la vista del
anciano cacique y lo hizo atender. Durante otra fiesta en Azul, se bautizaron muchos indios de la
tribu en la iglesia de San Serapio. "Los indios, acompañados de sus padrinos, concurrieron en horas
de la mañana al templo... Las chinas completamente vestidas al uso de los cristianos y, los varones,
al modo de los paisanos" (La Gaceta,N°3711: 12.10.35).
Malones y malones
209
Hubo entonces terribles expediciones contra los ranqueles, los borogas de Caniuquir (1836)
y también contra los de Venancio Coñiupán de Bahía Blanca (1836), lo que suscitó una serie de
malones, primero sobre Bahía Blanca (1837). Hubo varios ataques sobre Tapalquén y las tribus de
indios amigos de Catriel: el 1º de julio de 1835. En la sorpresa aprisionaron a todos los indios y se
estaban llevando ya sus haciendas. Entonces reaccionaron las tropas del Cantón de Tapalquén y
reuniendo a los indios que se habían dispersado, los del cacique Painén. de Quinigual, de Nicacio y
el hijo del cacique mayor Juan Catriel. persiguieron a los malones . Algunos autores hablan de un
épico combate por el que recuperaron sus familias y en él que les hicieron importantes bajas. Entre
los caciques muertos se enumeran el cacique mayor Mayguyn de Chile, Güelé. Quinignerr. cinco
capitanejos y más de 200 indios (Parte del Cnel. Pedro Ramos). Rosas felicitó a sus "indios amigos"
y obsequió al Cnel. Ramos una condecoración.
La guerra no había concluido. Tales reveses sirvieron de estímulo para nuevos intentos y
revanchas. Las tropas de Azul y Tapalquén estaban sobre aviso día y noche y entrenaban a muchos
indios de Catriel y de Cac.huI en el arte de la guerra (Doc. Museo Arce No 27 y 62).
Se repitió el ataque a Tapalquén el 2 de octubre de 1836 (AGN. S.X. 20-10-1): 200 indios de
los 1000 que había en Blanca Chica atacaron el campamento y la toldería, pero fueron rechazados.
En enero de 1837 se acercó otro malón hasta Azul y en marzo a Santa Catalina (AGN. S.X. 25-5-1).
Entonces Rosas mandó otra expedición al desierto con 3070 hombres y 1200 indios amigos al
mando del Cnel. Del Valle que no es muy conocida quizás porque no hubo batallas brillantes. El
cacique Catriel "El Viejo" ya no estaba en condiciones para expedicionar, pero lo hacía su gente al
mando del cacique Nicasio. cuya acción en Salinas Grandes fue formidable. Ella tuvo como
consecuencia de que borogas. huilliches y ranqueles se confederaran para organizar juntos un gran
malón. Uno cayóel 13 deagoslode 1837 sobre Bahía Blanca, otro caería sobre Tapalquén, la guerra
probablemente en combinación con proyectos unitarios de Lavalle y de Baigorria.
El 20 de agosto de 1839, al toque de la diana, cayó el malón sobre Tapalquén. El coronel N.
Granada, jefe interino del Cantón, organizó de inmediato la defensa. Los indios atacaron en olas
sucesivas. Según unos habrían sido 1200 indios, según otros casi 6000. Granada, ayudado por
Catriel y sus fieles pampas sostuvieron un encarnizado combate, desde las ocho de la mañana hasta
las tres de la larde. Finalmente viendo los agresores que no los iban a vencer, iniciaron su retirada y
los defensores su persecución. (AGN. S.X. 27-7-6). No es el lugar para contar más detalles, a no ser
un resumen de los efectos enumerados en los partes: hubo 150 muertos en las filas enemigas y 60
entre los defensores. Los indios de Catriel fueron los más afectados. El decreto de Rosas del 24 de
agosto acordó sendos premios a los heroicos defensores de Tapalquén, sin excluir a los indios
amigos. Se repartieron algunos dineros y 400 "medallas de latón" (Comando General del Ejército,
ob. cit. IV. p. 396).
Durante la Revolución
Mientras algunos indios, munidos con el cintillo rojo, se dirigían a Buenos Aires para
saludar a Rosas, algunos enemigos agitaron sus toldos con falsas noticias. Decían que Rosas había
muerto y también los caciques Nicasio y Quinigual con muchos indios. Atemorizados levantaron
sus toldos y se concentraron alrededor de la casa del cacique mayor Juan Catriel (Arch. Arce Doc.
49). El Comandante de Azul, Cnel. Echeverría los tranquilizó y tranquilizó también a Rosas
diciéndole en la carta del 8 de septiembre que no había motivo de desconfiar de sus amigos, los
pampas. Que no estaban sublevados, que él mismo y el Mayor Eugenio del Busto habían estado
entre ellos examinando la situación (Rev. Archivo de Azul N" 2 p. 62). Un mes más tarde estalló la
Revolución de los Hacendados del Sur (Dolorcs) y allí nuevamente demostraron los indios de
Catriel su fidelidad a Rosas (Capdevilla R.: Tapalquén l.p. 104-107). En un primer momento hubo
una gran confusión entre los indios. Acudieron ante el Cnel. Granada y el Cnel. B. Echeverría, por
otro lado. Se les explicó la situación y 400 indios con los caciques Catriel, Cachul, Nicasio y
Quinigual acompañaron al Cnel. Echeverría para librar a Tandil de los sitiadores revolucionarios.
(AGN. S.X. 20-10-1). El 15 de noviembre vencieron a los unitarios invasores. Parece que de paso
saquearon a algunas estancias de "unitarios". pero, terminada la contienda, Catriel se avino a
devolver a los capataces de dichos establecimientos gran parte de lo robado: rasgo particularmente
notable. También por esta acción Rosas les obsequió medallas (AGN. Biblioteca Nacional N"
210
18.368). Entretanto, los indios y familias que habían quedado en el Arroyo de las Nievas,
obedeciendo una orden del Edecán Corvalán, se acercaron a Azul para protegerse mutuamente.
(Rev. Arch. Azul No 2 p. 183).
En agosto de 1840, con motivo del movimiento revolucionario del Gral. Lavalle, Rosas puso
una vez más a sus fieles pampas en pie de guerra y vencieron (R. Capdevilla: Tapalquén 1, p. 111).
A partir de 1840. Rosas cambió su actitud con los indios y aún con aquellos con quienes
había mantenido una guerra franca. En adelante se mostraría dispuesto a entrar con ellos en
"negocios pacíficos" haciendo del Fuerte de Azul el centro de estas gestiones. El mismo controlaría
estas gestiones confiando el trato directo a su ahijado Pedro Rosas y Belgrano. El primer tratado de
paz se selló con el cacique Painé de Leuvucó (La Pampa)en Azul, en abril de 1840. (Copia del 23 de
abril de 1840 en el Archivo de Azul). (Ver el texto en "Painé"). Intervino en calidad de lenguaraz el
capitanejo Calfiao, perteneciente a Catriel. Este presentó, a su vez ofrecimientos de paz de
Calfucurá. Rosas estaba contento con sus amigos pampas y decía en su mensaje ante la Sala de
Representantes en 1840: "Las numerosas tribus amigas continúan dando ejemplo de fidelidad". Pero
sus enemigos siguieron azuzando a los indios. El Gral. T. Brizuela en un mensaje o la proclama de
junio de 1840 decía:"... Vamos a consolar a los míseros esclavos de Rosas, los indios pampas".
(B.Lizonda-Borda.p. 148).
Ocurrida la muerte de Brizuela, los indios tapalqueneros estuvieron de fiesta.
“Estas son sus tierras”
Por una ley de 1840. Rosas concedió tierras a correligionarios suyos "en usufructo", ley que
afectó a los indios catrileros. Pero les concedió las tierras del Arroyo de Nievas en perpetua heredad
(A. Valverde: Ensayo histórico del Partido de OIavarría. p. 192 y J. Gálvez, de Juan Manuel de
Rosas, p. 32).
De Catriel y de sus indios hubo cada vez más noticias, porque se les acercaba la población
blanca. Así los visitó también en 1840 el viajero Willam Mac Cann. Dice que 3000 indios obedecían
entonces a Catriel. Pero no se acercó a ellos, sólo amigos podían hacerlo como proveedores, y de
vez en cuando los visitaron ladrones. Pero en general el prestigio de Catriel era reconocido hasta
entre los indios. Entre 1844 y 1846 se le incorporaron algunos contingentes ranqucles y pehuenches.
(Rcv. Archivo de Azul N" 2 p. 111).
Desde tiempo se llamaba a Catriel "El Viejo". En realidad Vuta Catriel significa en idioma
araucano Catriel padre. Ahora, sí, estaba viejo y achacoso. Leemos en una carta de 1848: "El 7 de
este mes. estuvo el cacique Mayor Catriel para solicitar licencia para bajar a la Ciudad para saludar
a S.E. Rosas, pues hallándose bastante achacoso, no quiere morir sino después de aver tenido el
placer de verse con S.E". Rosas, en respuesta, le envió el 12 de marzo, a un médico para que lo
asistiese. (Arch. Hist. Azul N" 78: 9.2.48).
El retrato de Catriel y su familia
El escritor Coronel Federico Bárbara en su libro “Usos y costumbres de los indios pumpas”,
nos dejó una pincelada para el retrato de Catriel El Viejo, diciendo:
"Yo lo conocí en el año 1848. y así decrépito vivía con cuatro mujeres, dos de ellas jóvenes
como de 20 años". Los documentos conocen dos de sus hijos: a Juan Catriel y a Juan Manuel,
oficiales del ejército ya en 1832. Una hija se había casado con el cac. Cayupán. Quizás el cac.
Nicasio es también uno de sus descendientes.
De pronto desaparece su nombre de la documentación histórica; sólo actuaron sus hijos, de
modo que podemos suponer que haya fallecido en 1849. Algún historiador quizás encontrará ese
dato registrado en alguna publicación vieja.
CATRIEL. Juan (IV). 1810-1866. cacique pampa, hijo del ya descripto. Oficial de la tribu
desde 1832. En 1848 heredó el cacicazgo de los pampas del Arroyo de las Nievas, sin que su
hermano Juan se opusiera a ello: pero ellos dos vivían, a lo menos desde entonces, separadamente.
El primer documento que nos da noticia de su gobierno es una curiosa noticia del Sr. Barragán,
fechada en Tapalquén el 6 de noviembre de 1848: "...Nuestro amigo, el cacique Juan Catriel... pidió
una escolta para matar al "gualicho" que tiene a mal traer a un hijo suyo" (Arch. Hist. de Azul 1848:
186). Además de ser supersticioso, se conoció a este indio como resoluto y cruel. Las muchas
211
guerras que ha vivido desde su juventud le han impreso seguramente un carácter especial. Lopez
Ancán, un indio viejo de Los Toldos, me dijo hablando del cacique Catriel. "Ha sido cruel. Mató a
su cuñado por una palabra equivocada en un mensaje. Catriel tenía 50 sirvientas (esclavas). Esto me
contó la cautiva Narcisa". El, ciertamente estaba consciente de su importancia y se dejaba halagar
de los políticos.
Había nacido entre Tapalquén y Azul por el año 1810. Recordaba las expediciones del
Gobernador M. Rodríguez y, tal vez. acompañó a su padre en las expediciones con el Cnel. Federico
Rauch. Conoció la amistad de Rosas y lo acompañó en la expedición al desierto. Se casó con doña
Juana, de la cual tuvo los hijos que, a su vez, cobrarían celebridad en la historia: Cipriano, Juan
José, Marcelino y Matilde.
A partir de 1850 figura en primer lugar en las listas de racionamiento, a continuación su
hermano Juan Manuel, Nicasio, Cachul, Quiñigual,Cayupan, etc. Se lo llama cacique principal y no
Cacique Mayor, como a su padre.
Con Rosas en Caseros
Al pronunciarse el Gral. J. J. de Urquiza en contra de Rosas, en 1851, éste buscó la ayuda de
sus indios amigos. En enero hizo obsequiar a 87 caciques y capitanejos en Bahía Blanca.
Efectivamente Catriel y sus indios acudieron al campo de la batalla en Caseros en compañía del
Cnel. Pedro Rosas y Belgrano y no abandonaron a Rosas hasta que el Gral. en Jefe A. Pacheco se
retirara. (Diario: La Tarde 19.4.52.). Se volvieron a Tapalquén y Azul. El Cnel. Hilario Lagos, quien
se había reconciliado con Urquiza. le escribió el 17 de marzo desde Azul que los indios pampas
estaban en paz (AGN. S.X. 10-4-7).
Consta por muchos documentos que el Gral. Urquiza ha asumido intensos contactos con las
tribus del interior. Mandó al Sargento Mayor F. Olivencio a Salinas Grandes, una y otra vez y no
estaba ajeno a los proyectos de malones a los pueblos fronterizos del Estado de Buenos Aires que se
había sublevado a la autoridad nacional, el 11 de sept. de 1852. Calfucurá quiso ir a Tapalquén para
quitarlos de entre los cristianos (AGN.X.18-4-6-:27.3.52). Los mismos Indios Amigos de Azul
invadieron las estancias del Ex Juez de Paz, Barragán y la Estancia Santa Catalina (24.3.) y luego se
supo que se habían puesto en marcha para incorporarse a Calfucurá y juntos atacarían la Fortaleza
Argentina. Calfucurá estableció entonces la Gran Confederación Indígena. Jn. de Comell escribió
entonces al Gobernador de Buenos Aires: "...Calfucurá domina, a los borogas y todas las indiadas
principales", (ib.).
El 6 de abril de 1852. estos "confederados" se lanzaron sobre Bahía Blanca, saqueando toda
la zona aledaña y llevándose las tribus amigas de Ancalao y la de Tandil (J. M. Catriel).
Continuaron las idas y venidas de embajadores a Salinas Grandes. “La tierra india a los indios”
era el grito de Calfucurá. Millalef decía entonces a los catrileros dr Tapalquén: que Calfucurá
vendría a ese punto para unirse esta indiada pampa y, a los que no quisieran salir de entre los
cristianos, matarlos, pues hoy es cuando deben unirse todos los indios para resistir a los cristianos
(27.3.52) (R. Capdevilla: Rosas y Belgrano y AGN X 18-4-8) Luego el Director Supremo decidió
que todos los asuntos de indios serían sometidos al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano. Luego , el 24 de
marzo, el Cnel. Lagos tuvo que comunicar que los indios amigos de Tapalquén marchaban por el
camino chileno a incorporarse a Calfucurá. El 6 de abril, Calfucurá puso en marcha un formidable
malón.
Entonces estalló la Revolución del 11 de Septiembre por la cual se sustrajo la provincia de
Buenos Aires a la influencia de Urquiza. El Cnel. Hilario Lagos se opuso a tal situación y marchó a
poner sitio a Buenos Aires. En cambio Rosas y Belgrano marchó con 500 indios de Catriel —que
habían vuelto a sus lares—. para ayudar a los "heroicos defensores de la Capital". Después de pasar
el Río Salado fueron atacados y vencidos (22.1.53) en el Rincón de San Gregorio. Los indios de
Catriel huyeron, pero tuvieron tiempo para arrearse de la Estancia de Cascallares (Part. de Alvear)
su pago por la campaña. (R. Yaben, Rosas y Belgrano) Rosas y Belgrano cayó prisionero, pero fue
perdonado y restituido en su cargo en Azul. Cuando Olivencio volvía a Salinas Grandes, Calfucurá
le aseguró que Urquiza le había enviado la orden de atacar los pueblos del sur. Efectivamente
invadió con más de 4000 indios en Sauce. Queuquén Salado. Tres Arroyos y Cristiano Muerto.
Manuel Baigorria, quien ha sido designado jefe de la frontera sur de Córdoba, buscó al Cacique
212
Coliqueo para que junto con los ranqueles se decidiera por la causa de Urquiza. (Véase lo expuesto
en la vida de Calfucurá para recordar cuál ha sido el maridaje entre Urquiza y los indios). Ni a
Catriel, ni a Rosas y Belgrano resultó fácil tomar partido por la Confederación o por Buenos Aires.
La política porteña
Los porteños liberales y progresistas siguieron con una política clara con respecto a los
indios de la provincia de Buenos Aires. Se pensaba adelantar la frontera y reemplazar a la población
aborigen por la del colono. En mayo de 1853 se construyó el nuevo Fuerte Esperanza (Alvear). Un
año más tarde se decretó la creación de un nuevo pueblo Tapalquén. Se trasladaría el fortín y el
campamento militar a las tierras de Catriel. Nada valdrían sus reclamos. A los indios se suprimió el
racionamiento. se les coartaba el comercio y ya se concentraban fuerzas para desalojarlos. Los
Catrileros tenían noticias. No obstante, el Cnel. Paunero pudo escribir al ministro (9.2.55)
"Cafulcurá está reuniendo las indiadas...".
“Los indios de Tapalquén están quietos y, al parecer, sumisos. Pero no deja de llamar la
atención el que me pidiesen licencia para salir a bolear, siendo esta la estación la menos aparente".
(Arch. Mitre XV. p. 197). Era evidente que buscaban tomar contacto con los indios de la
Confederación Indígena. Al mismo tiempo. Juan Catriel mandó a su hijo Cipriano con una
embajada a verse con el Presidente de la Confederación Argentina.
Campañas de desalojo
El 2 de marzo de 1855 el Gobierno de Buenos Aires decretó que se trasladara el Cantón de
Tapalquén y se construyera un nuevo Fuerte. El 9 del mismo mes: “que se adelante la frontera” y el
6 de mayo, la Cámara de Diputados autorizó al Cnel. Emilio Mitre a marchar a campaña. (Prado y
Rojas, A.: Leyes y decretos de la Prov. Bs. As.. T. V" p. 166 y Arch. Hist. La Plata: Catálogo VI p.
40).
Los indios de Catriel se agitaron y los pobladores se angustiaron: "Ven en cada paja un indio
grandote". El Juez de Paz de Tapalquén, siguiendo instrucciones superiores, había reunido los
materiales para la construcción del nuevo fuerte. Pero cuando, el 13 de mayo. dispuso su traslado y
el convoy entraba en el campo de la Tribu, los indios se reunieron y le negaron el paso. Integraba la
comitiva el Juez de Paz Ezequiel Martínez, un policía, los vecinos Saavedra y García, el capataz y
la tropa de las cinco carretas. El Juez de Paz se puso nervioso y mató al indio más próximo. Al
instante se armó la trifulca. Los indios apresaron al Juez de Paz y a los vecinos, mataron al policía y
al capataz y saquearon el cargamento de las carretas. El asunto tomó vuelo. Se hicieron empeñosas
gestiones para rescatar a los rehenes; hasta el mismo Gobernador Pastor Obligado escribió, el 19 de
mayo, al cacique Catriel, incriminándole su infidelidad y amenazándolo que lo iban a pelear por
todos los campos (Arch. Mitre XV p. 108 y 67). Efectivamente mandó al Gral. Hornos con 150
hombres a reforzar la tropa que habían reunido los Coroneles Villar y J. Martínez. Luego encargó al
mismo ministro de Guerra, B. Mitre, a efectuar la operación del desalojo en Tapalquén. En la
frontera se concentró también la Guardia Nacional. El Cnel. Laureano Díaz recibió (15.5.55) la
orden de llevar sus efectivos de la frontera de Bragado y 25 de Mayo sobre Azul. Uno de los
pobladores escribió el 19 de mayo al ministro D. Bartolomé Mitre: "El levantamiento del cacique
Catriel merece un castigo severo y yo los mandaría a todos a Martín García, dejando a las familias
en Buenos Aires, sobre todo los menores de 14 años, si es que con dichos indios no es posible
hostilizar a los ariscos (de Calfucurá) y sacar ventajas de esa manera, como se ha hecho en otras
partes en idénticas circunstancias". (Ésta fue la triste filosofía de muchos políticos y militares de la
época y los indios lo sabían). Antes de los sucesos de Tapalquén, el Cnel, Villar atacó los toldos de
CachuI por presuntos robos que sus indios habían hecho.
El 1º de mayo de 1855 ,pues, llegó el Cnel. B. Mitre al Azul; organizó el Ejército de
Operaciones del Sud y fijó como primer objetivo el ataque a las tribus de Catriel y Cachul.
Batalla de Sierra Chica
En su arenga, el 28 de mayo habría dicho, revoleando su látigo: "Con esta arma me basta
para terminar con los indios, respondiendo ellos hasta de la última cola de vaca de la Provincia". No
fue justamente una profecía: su campaña fue un fracaso. El mismo 28 llegó a Sierra Chica,
pensando caer el día 30 de sorpresa sobre las tolderías de Catriel. mientras que las tropas al mando
del Cnel. Laureano Díaz caerían sobre los toldos de Cachul. Catriel y Cachul, noticiados,
213
concentraron a sus lanceros sobre el Arroyo Tapalquén. L. Díaz y sus 100 hombres lograron apresar
las familias de Cachul y arrear sus haciendas. De pronto se vieron rodeados de los indios de
Calfucurá y de Coliqueo, quienes, sin atacarlos, les exigieron la entrega de los cautivos. Mientras
tanto las tropas de B. Mitre habían caído también sobre los toldos de Catriel. Este los esperó y al
toque de tres cornetas los mandó atacar ayudado también por los indios de Cachul. Usando una
vieja táctica, los indios empezaron a desbandarse, hasta que sus perseguidores hubiesen cansado sus
caballos. Y mientras los más avaros se echaban a robar, los indios se rehicieron y cayeron unidos
sobre sus agresores, quienes se replegaron hasta la Sierra Chica. Allí los sitiaron durante la noche y
el siguiente día. Y no llegaba la tropa de Díaz, y cuando llegaron Calfucurá y Coliqueo con sus
lanceros, la situación se hizo crítica. Sólo una huída durante la noche oscura pudo salvar la vida de
Mitre y de su gente. Dejaron pues prendidos sus fogones y atados su caballos, se alejaron
sigilosamente y de a pie el ministro de Guerra y los sobrevivientes, de la acción malograda. Llegado
al Azul, el 2 de junio. B. Mitre informó al Gobernador del revés sufrido y una semana más tarde
elevó una memoria sobre los sucesos (AGN. S.X. 27-7-6: 14 fojas y L. Díaz 6 f.). El Gobernador
aprobó, el 8 de junio la operación de Tapalquén (!), pero el día 20 llamó a Mitre a Buenos Aires,
dejando el mando del Ejército de Operaciones de Sud en manos del Gral. Hornos que contaba con
1700 hombres. (Arch Mitre XV p. 69).
El 9 de junio Catriel admitió entrar en negociaciones, prometió liberar al Juez de Paz
Ezequiel Martínez, pero exigió la entrega de los cautivos hechos en la tribu de Cachul. No se le
quiso complacer. El Cnel. Emilio Mitre, Comandante de Tapalquén Nuevo, pensaba expresar la idea
de los demás militares, cuando le escribió: "En cuanto a mis ideas sobre este punto, helas aquí en
pocas palabras: garantizarles todo lo que traigan, ofrecerles terrenos para sus toldos y algunas
raciones, pero con la condición precisa e indispensable que han de venir a establecerse al lado del
pueblo nuevo, para tenerlos a mano y sin perjuicio de degollarlos a todos en una noche". (Así
escribió a su hermano, el Ministro: Arch Mitre XV 129).
En julio, Catriel entregó al Sr. Ezequiel Martínez y el mismo mes, el Sargento Mayor de
Ingenieros. Ludovico d'Horbourg. efectuó la delimitación del nuevo Fuerte y Pueblo de Tapalquén.
Los trabajos realizados por las tropas de Hornos y E. Mitre concluyeron en agosto. (R. Capdevilla:
Tapqalquén vol.1. p. 147).
Sublevación general
Estas operaciones y la presencia del Ejército de Operaciones del Sud en la zona india
provocó una sublevación general que arrastró hasta los últimos indios amigos (AGN. S.X. 27-7-).
En septiembre se desató el huracán, el malón de Calfucurá y de la Confederación Indígena.
Los indios invadieron las zonas de Tandil, Lobos y Tapalquén. La primera víctima sería el Cnel. M.
Otamendi con 187 soldados, atacados en la estancia San Antonio de Iraola. El 29 de octubre cayó el
malón sobre Tapalquén. A pesar de la constante vigilancia, arrebataron la caballada de la tropa de
Hornos. Este organizó de inmediato la persecución de los indios, contando con 1280 hombres y dos
cañones. A dos leguas del Fuerte, los esperaban 2000 indios formados en semicírculo. Fue tan hábil
y calculada la operación de los indios que lograron llevar el Centro del Ejército hacia un terreno
pantanoso (guadaloso) cerca de la Tapera de Barragán, donde empantanados, los porteños se
inutilizaron para la lucha y fueron vencidos. Hornos, salvando lo que pudo, regresó al fortín y de
noche hasta Azul, mientras que los indios destruyeron el nuevo pueblo Tapalquén. (Parte
reproducido en Capdevilla: TapaIquén I, p.156).
Emilio Mitre y Hornos con su Ejército tuvieron que enfrentar reiterados atropellos de los
indios en guerra, pero lograron rechazarlos sobre los arroyos Chapaleufú y Los Huesos, el 9 y 10 de
diciembre de 1855. El 13 de febrero de 1856 cayó otro malón sobre Azul. Los replegaron hasta la
Sierra de Sotuyo. Cuando a las tres, las tropas se iban a retirar, apareció otro malón de 1000 indios.
El día siguiente atacaron la estancia Santa Catalina y el Arroyo de las Nievas y recién el día
siguiente se retiraron, llevándose cuantioso botín. La prensa habló de 300 muertos que se debía
deplorar.
Nuevas condiciones de paz
214
Ante tan tristes acontecimientos, el Gobernador Obligado viajó a Azul con el objeto de
proponer a Catriel nuevas condiciones de paz. Este apareció a su presencia, pero se hizo el
desentendido, diciendo que no entendía su mensaje, porque su secretario no se hallaba. (Arch. Mitre
XV p. 85 y 86). El Gobernador insistió y le prometió que no iban a quitarles sus campos. Entonces
el cacique contestó más favorablemente, pero exigió ante todo la devolución de los cautivos hechos
en la tribu de Cachul y los que se retenían en el Fuerte de 25 de Mayo. El Gobernador encargó las
ulteriores gestiones al Gral. Hornos. Este tuvo que renunciar en junio y lo reemplazó el Cnel. M. de
Escalada. Buenos Aires comprendió que debía pactar con las tribus, como lo hacía el Gral. Urquiza
a nombre de la Confederación Argentina. Buscaron pactar con Calfucurá por intermedio de una
comisión del maestro E. Larguía, y el Comandante de C. de Patagones pactó con la tribu de José
María Llanquetruz. En mayo se propagó en la Capital la noticia de que Calfucurá aceptaba la paz.
Significativamente presidió la comisión salinera el cacique Catriel. Catriel tuvo entonees sus toldos
establecidos en Sauce. El mismo entró en negociación por la paz. Y en prueba de su sinceridad hizo
entrega de los cautivos. Francisco Alonso, quién recuperó a su hijo, dejó asentado un verdadero
elogio del cacique Catriel (Arch. Mus. Hist. Nac.Nº 3372: 5.6.56).
Catriel reanudó sus actividades comerciales en Azul. En julio vendió allí 154 vacas y 16
bueyes "con sus marcas, para que nadie pueda reclamarlos por ser comprados con dinero", dice la
guía escrita por su secretario Benjamín Olivera (Arch. Hist. Azul).
El General Escalada pidió entonces al nuevo Gobernador D. Valentín Alsina la autorización
de celebrar un tratado de paz con los caciques Catriel y Cachul que los comprometiera con la
política de Buenos Aires. Efectivamente fueron comisionados el Comandante J. 1. Rivas e Hilario
Lagos para que conferenciaran con Catriel en Guaminí y Sauce Grande. También el Cnel. Iturra
invitó al cacique a presentarse en Bahía Blanca con el mismo objeto. Juan Catriel le contestó el 6 de
agosto: "Juan Catriel nunca traicionó. Yo y Juan Cachul. mi segundo (cacique), estamos con la
mejor disposición a tratar la paz tan deseada... Esperamos las bases del Gobernó de la Provincia. El
10 o el 15 del corriente estaré con el Gral. M. Escalada. Esto me imposibilita ir allá. "(Arch.
Salesiano, Bahía Blanca).
Catriel, entre tanto, consultó a Calfucurá y envió a su hijo Cipriano a ver al Gral. Urquiza.
Parece que no opusieron razones. Pero el 5 de octubre se leyó en algún periódico de Buenos Aires
que 75 indios de Pichi Manuel (hermano de Catriel) habían partido de Paraná llevando consigo
30.000 cartuchos y al Cnel. F. Olivencio.
El 8 del mismo mes de primavera, la comisión encargada de preparar el tratado de paz
anunció que el "Cacique Mayor" estaba dispuesto, no así su hermano Juan Manuel.
El 25 de octubre se hizo un primer convenio con los caciquillos Nillayagui y Máximo
Cachul (AGN. S.X. 19-4-5: 20 fojas). Al mismo, tiempo se fundó junto a Azul la Villa Fidelidad
con terrenos donados al cae. Maicá y su tribu. (AGN. S.X. 19-7-3: 13 fojas).
El tratado de paz
El 31 de octubre el Jefe accidental de la Frontera Sur anunció a los caciques Catriel y Cachul
que la firma de paz era inminente y que devolviera los cautivos. (AGN. S.X. 19-8-4). Después de
Navidad Catriel devolvió a seis cautivos y pasado Año Nuevo, el 3 de enero de 1857. firmó en San
Benito, sobre el Arroyo Azul, el tratado de paz propuesto por el Gobierno de la Provincia (Arch.
Mitre XV p. 168). En Azul fue día de fiesta: se cantó un Te Dcum en la iglesia; hubo asado con
cuero y baile a la noche. Por el tratado se les reconoció a los indios el derecho de propiedad de sus
tierras, se les asignó raciones y sueldos. Por el artículo 6" se le concedió al cacique Catriel "por un
acto de benevolencia del Superior Gobierno, el título de General y Cacique Superior de las
Tribus del Sur y el uso de charretas de Coronel" (AGN S.X 19-9-4).
El Coronel de Escalada puso especial énfasis sobre la liberación de cautivos. El mismo
reunió fondos para gratificar su rescate. (Publicó un folleto bajo el título: "Suscripción para el
rescate de cautivos", Bs. As. 1857). El Cuartel General de San Benito era el escenario de tales
"negocios". El 12 de febrero se presentó allí la mujer de Juan Catriel. dona Juana, presentando
algunas cautivas que eran de la zona azuleña. Antes que volviesen los indios de Catriel a sus tierras
en Tapalquén, hubo un pequeño malón en la zona. Catriel aseguró que no habían participado indios
de su tribu. El 9 de marzo, el Gobierno reconoció por un nuevo documento las propiedades de
215
Catriel situadas entre Tapalquén y Curamalal (Arch. Mitre XV p. 167 y 379). Tapalquén Nuevo fue
abandonado. Entonces, sí, volvió la indiada de Catriel. El Cnel. Escalada fue a su encuentro y en su
primera entrevista, el 21 de marzo, consiguió que 700 indios marcharan a imponer la paz a los
indios malones que aún merodeaban la zona. Los pobladores de Azul los recibieron sin miedo, de
manera que los indios entraban y salían y participaban de la vida social. En mayo levantaron sus
últimos toldos en Sauce Grande y un mes más tarde, volvió también la tribu de Cachul a sus tierras
de Tapalquén.
La guerra civil y los indios
Mientras la provincia de Buenos Aires se alegraba por las paces realizadas. los políticos y
los militares de la Confederación se comunicaban: "Que por más que hagan paz Mitre, Hornos,
Díaz, Alvarez y Zapiola, no podrán resistir la terrible invasión que prepara Calfucurá. Los indios de
Catriel y Cachul tomarán parte". (AGN. S.VII 14-1-13 T. 124, p. 126). En esos días ocurrió también
la sublevación de los indios amigos de 25 de Mayo. También algunas cautivas escapadas afirmaron
que el Gral. Urquiza estaba preparando una invasión, (ib. 19-8-2). En Consejo de Ministros
acordaron entonces en Bs. As. que las fuerzas combinadas debían caer indefectiblemente sobre
Calfucurá. También los indios de Catriel, militarizados y racionados, debían participar con 300
mocetones. (La Tribuna. 22.10.57 y S.X. 19-7-3). Según el Cnel. Granada "Catriel se demostró en
todos los parlamentos franco y leal". No tan leal ha sido el Gobierno al promulgar, el 16 de octubre
la ley 179 que concedió a particulares propiedades sobre el Arroyo Azul.
En Buenos Aires se preparaban dos expediciones militares, una contra los ranqueles y otra
contra Calfucurá, ésta al mando del Gral. N. Granada y la otra saldría de Fortín Acha al mando del
Cnel. Emilio Mitre. Ambas agrupaciones indígenas contaban con el apoyo de la Confederación
Argentina. La expedición contra los ranqueles fue un fracaso, sin encuentros: la sequía y el vacío de
la pampa los liquidó (Ver Calvain). La campaña contra Salinas Grandes se describe en la biografía
de Calfucurá. Hubo unos malones en Flores. Quequén y Cristiano Muerto, antes de que saliera esta
expedición. El 27 de noviembre arribó el Gobernador Alsina a Azul y ordenó la marcha para el día 3
de diciembre. El cacique Catriel, obeso, viejo y herido, acudió en coche, vestido de uniforme y se
presentó con su "estado mayor". El Gobernador lo saludó efusivamente. Se incorporaron 200 indios
al mando de Cipriano Catriel y 100 al mando del "adivino" cae. Lucio López. El resto quedaría a la
disposición del Gobierno con quien habían hecho el tratado. "Han traído caballos. Es mozada
escogida, en excelente disposición", dice Granada en su informe. (EI Nacional. 24.l2.58
En enero estuvieron en Pillahuincó. Algunos indios salineros querían despistarlos, pero los
apresaron. Y, cuando en una reyerta de borrachos algunos soldados dijeron "que en los próximos
ejercicios los iban a liquidar a todos, algunos atemorizados desertaron y volvieron al Azul
(Monferrant: El Ejército de Operaciones del Sur y la batalla de Pigüé, 1962, p. 91). Catriel mismo
informó del suceso a Granada. El gran choque se produjo el 15 y 16 de febrero en Pigüé. (Véase lo
dicho en la biografía de Calfucurá).
Al hijo de Catriel le encargaron "entretener al cacique Calfucurá con promesas. como lo dice
él mismo en una nota publicada en El Nacional, 2 de marzo de 1858. Este le contestó que había
venido porque tenían sitiado a Cañumil y por orden del Gral. Urquiza. 1500 indios se enfrentaron a
1608 de Conesa y 706 de Paunero y la artillería de Granada. Sin embargo estos no obtuvieron un
verdadero triunfo; y no lo fue su marcha a Salinas Grandes: porque Calfucurá les hizo el clásico
vacio. Sin embargo los indios del Arroyo de las Nievas regresaron raleados y con heridos (Arch.
Mitre XVIII p. 10).
En abril de 1858, el Tnte. Cnel J. Ignacio Rivas fue promovido a Jefe de la Frontera Sud y
por muchos años quedaría en contacto con las tribus de Catriel. Comandante de Azul era entonces el
Cnel. M. Echenagucia. Por él Catriel reclamó sus haberes y raciones y un aumento, porque se le
habían agregado más indios, hasta el cae. Millacurá de Calfucurá (AGN. S.X. 19-9-4 y 19-8-6).
Catriel. consciente de ser "indio amigo", transmitía a las autoridades militares toda noticia
obtenida de Tierra Adentro. Y sus indios debían servir, ya en defensa de los poblados y de las
propiedades, ya marchando a la vanguardia del Ejército. Siempre había unos cien indios en servicio,
es que la conquista del desierto, la guerra de las fronteras y la guerra civil con las autoridades de la
Confederación Argentina lo exigía. Pedro Rosas y Belgrano y Manquellán empezaron a cinchar
216
para la Confederación (Arch. Urquiza T. 140: 6.4.58 y T. 152). Ya mencioné la ley 176 que
concedió tierras por Tapalquén y en el Partido de Saladillo se fundó el Fortín La Parva "para
mantener quietos a los indios amigos". Se los tenía quietos también por medio del pago de los
sueldos: 550 $ a tres caciques: 440 S a 8 capitanejos y 100 $ a 84 soldados c/u.
En la segunda mitad del año 1858, se perfiló la abierta guerra civil entre Buenos Aires y la
Confederación. A Catriel lo pusieron en prueba los unos y los otros. En octubre se publicó en
Buenos Aires una nota de Calfucurá dirigida, el 6 de agosto, al Gral. Urquiza en la que decía que
"Dn. Juan Catriel jugaba a dos cartas. Iré a pelearlo para que vean lo que valen las lanzas chilenas".
No me parece inverosímil. -y lo creen algunos,- que esa carta fue fraguada por I. Rivas. También el
Cnel. O. Llano lo hirió al cacique que usaba quepis de Coronel. En Bahía Blanca fue asesinado José
M. Llanquetruz, el cacique amigo de Patagones.
Al complicarse el conflicto nacional, el Gobierno bonaerense incrementó las contribuciones
para Catriel, como gastos "para repeler con las armas la guerra que de hecho ha declarado el
Gobierno de las Provincias Confederadas". Catriel denunció que el Cnel. Pedro Rosas y Belgrano
había venido a invitarlo a reunirse con ellos para invadir a Azul, que le pagarían el doble de lo que
percibía de Buenos Aires (Arch. Mitre XVI p. 19 y 31). Catriel quedó fiel a su compromiso.
Cuando el cacique Juan Catriel visitó. En enero de 1859, con una nutrida comitiva a Buenos
Aires, fue atendido con lujo y prodigalidad (como se informa en la Revista Todo es Historia Nº416,
Buenos Aires, marzo de 2003)
Calfucurá, puesto en pie de guerra por el Paraná, atacó, el 19 de mayo de 1859 a Bahía
Blanca. En cambio Rivas organizó un contraataque a los indios salineros. El 5 de junio convocó a
los indios de Catriel a un parlamento para invitarlos a "participar en la presente guerra". Catriel,
Cachul y Millacurá y todos los indios amigos prometieron ayudarlos. Les prometieron 80.000 $ y
200 $ mensuales a los jefes y 80 $ a cada soldado a más de la ración de carne, yerba y vicios.
(AGN. S.X. 20-2-2). Les proporcionaron también armas. Luego, en julio los movilizaron: 395
indios de Catriel y 42 capitanejos marcharon a Santa Catalina para ponerse a las órdenes de Rivas.
Entre tanto se concentraron también los enemigos para el malón a Cruz de Guerra. Federico
Olivencio mandó, el 25 de agosto de 1859, esta arrógante nota al Comandante de 25 de Mayo: "En
la madrugada del 27 me aproximaré a ese punto a tomar posesión de él por orden del Sr. Presidente
de la República, Capitán General de sus Ejércitos, Dn. Justo José de Urquiza. Marcho a la cabeza de
una fuerte división compuesta de 4000 indios de lanza y 500 cristianos de carabina y sable. No
quieren derramar sangre y prometen no causarles perjuicios" (Arch. de Bragado y AGN. S.X. 20-2-
2). Toda la tropa de la frontera bonaerense marchó a liberarlos, entre ellos un gran número de indios
de Catriel. Los "indios federales" evitaron el choque. (Arch. Mitre XVI p. 42). El cacique Catriel.
interinamente, ocupaba la comandancia del Fuerte de Azul (ib.) Catriel agradeció esa confianza con
éstas líneas: "El pueblo de Azul... por humanidad ha dado en delegar en mi persona el cargo de
Comandante General. Puede descansar en él el celo de su amigo que tiene hoy la oportunidad de
ofrecerse a V.E. como siempre". (Ib. 8.8.59).
No van a Cepeda
Cuando B. Mitre concentraba las fuerzas bonaerenses en Pergamino para oponerse al avance
del Gral. Urquiza sobre la Provincia, el malón no había desaparecido aún. Rivas, antes de partir a la
contienda de Cepeda, conferenció con Catriel y Cachul en "La Parva". Les mandó marchar en
dirección a Mulitas y 25 de Mayo (ib. 6.9.52); pero pronto regresaron y Catriel envió a su hijo para
que explicara al Cncl. Rivas que no podían expedicionar con caballos mancados".
El 23 de octubre de 1859 tuvo lugar la batalla de Cepeda en la que el general Urquiza
impuso sus armas a las de Buenos Aires. Pocos días después, entró en acción el malón salinero,
primero en Veinticinco de Mayo (29.10.59), donde se portaron caballerosamente, quizás por la
valiente inercesión del cura Francisco Bibolini y la generosa acogida de los pobladores.
El 10 de noviembre, Pedro Rosas y Belgrano. nombrado jefe del sur de la Provincia. se
apoderó de la Plaza de Azul. ¿Qué actitud debía adoptar el cacique Catriel en tales circunstancias?
Creo que pensó que le convenía plegarse. Nicolás 0campo. en cambio, marchó con tropas porteñas
sobre Azul y volvió a rendir la Plaza de Azul, con tanta más facilidad, porque los jefes P. Rosas y
Belgrano y F. Olivencio estuvieron en desavenencia. (Más datos en bibliografía de Calfucurá)
217
El Pacto de Flores del 10 de noviembre, devolvió a la provincia una tranquilidad relativa,
porque aún andaban los maloneros por el sur (Tandil). Calfucurá. Luego, renovó sus relaciones con
los hombres de Buenos Aires y llamó a Rivas compadre. Suspicaz, le dice el 20 de septiembre de
1860: Si Derqui y Urquiza han hecho la paz, ¿por qué pelean ellos como muchachos mal educados?
Se rescataron cautivos o prisioneros de la guerra anterior. En estas gestiones intervino también
Catriel.
¿Desalojar o exterminarlos?
¿Sabía que el coronel Rivas pensaba volver al plan de exterminio de 1855? Pues. el 9 de
diciembre éste escribió al general Mitre, gobernador de la provincia, que "la presencia de Catriel,
Cachul y Millacurá, aunque en paz, era tan perniciosa corno si estuvieran en guerra... Sí, sus indios
roban pequeñas puntas de hacienda y propongo la rendición de tan inquietos vecinos. Se han
establecido en una corta extensión: al norte (en) Blanca Chica: al este (sobre el) Arroyo Azul: al
oeste, (en) las Sierras y al sur. (en) los nacientes del Tapalquen. Es fácil arrimar tropas sin ser vistas.
Rodeados los indios de este modo, podrían ser atacados los toldos... tomar la mayor parte de indios
para hacer de ellos lo que dispusiera el Gobierno..." El gobernador desaprobó el proyecto. (Arch.
Mitre Xll. p. 31. 69 y 9)
Resulta tan extraña esta carta aun para quien ha visto muchas otras de idéntica filosofía.
Algunos estancieros, herederos (entre comillas) de sus campos en el Valle de Olavarría. expresaron
también las mismas ideas (AGN. S.X. 20-7-2). Pero cuando en 1861 estaba por estallar de nuevo la
guerra, volvieron a alabar a Catriel y a llamarlo cacique Coronel.
En mayo. A. Gelly y Obes, ministro de Guerra de Buenos Aires, viajó al Azul. Atendió allí
las comisiones de Calfucurá y dio una corta entrevista a los caciques de Catriel. De allí escribió éste
al general B. Mitre que mandaría a su hijo Cipriano y representantes de los caciques Cachul,
Cañumil y Lucio para que se entrevistaran con él. (El Nacional. 5.5.6)
Visita de un misionero
Coincidió en ese tiempo otra visita notable, la del venerable misionero P. Simón Guimón.
Vino con permiso del gobernador, para abrir en Azul una misión entre los indios. En sus visitas a los
toldos iba observando sus usos y costumbres. En su visita a la casa del cacique Catriel, éste le decía
que, antes de autorizar su establecimiento, debía convocar un parlamento general. Y en el
parlamento fue rechazado. sobre todo por el Machí (Adivino) Lucio, quien decía que Guchauentrú
(su Dios) se lo había exigido en sueño. Entonces el misionero no pudo quedar ni un día más (P.
Bourenne: Vida de1 venerable P. Miehel Garicoits. p. 196). Esta noticia se presta para múltiples
interpretaciones. Quizás señala cuanta preponderancia iba cobrando el caciquillo Lucio López (El
adivino).
De nuevo la guerra
Entretanto, se renovó la guerra entre Buenos Aires y la Confederación. El gobernador Mitre
fue designado jefe de los porteños y Urquiza aceptó enfrentar las tropas del interior a las de Buenos
Aires. Ambos jefes gestionaron nuevamente la adhesión de las tribus indias. Cristo y Olivencio
fueron a Salinas Grandes: pero Catriel comunicó que quedaría fiel a sus tratados. Catriel a su vez
reprochaba a Calfucurá porque se dejaba uncir las manos.
En Pavón (17. sept. 61). Mitre quedó dueño del campo de la batalla y Urquiza se retiró con
sus tropas: no así los jefes puntanos y cordobeses. En sendas montoneras se desplegaron en la
provincia de Buenos Aires y en el interior. El comandante de Azul. dejando en la Plaza al coronel
Juan Catriel. "quien estaba perfectamente de acuerdo con nosotros", salió a perseguirlos.
Nefastos proyectos de Rivas
Hay otros documentos que confirman la fidelidad de Catriel en sus compromisos. Tanto más
nos extraña la actitud del Cnel. Rivas, adoptada con él. Con cierto disgusto reproduzco algunos
textos demostrativos que han sido publicados en Archivo de Mitre, publicac.ión de La Nación en
1912. Las cartas oficiales son casi correctas, pero en las cartas familiares propone a Mitre dar
golpes a los indios de Catriel; exterminarlos; hacerlos pelear contra los otros. "Haríamos un servicio
al país eliminando en una noche esos 500 perros rabiosos" y finalmente le da cuenta de alguna
acción realizada y se queja de que el Sr. Presidente no apruebe sus planes. Pero a través de todas
218
estas pruebas, la figura de Juan Catriel se va agrandando. Conociéndolas, podemos comprender
mejor los sucesos posteriores.
Calfucurá escribía entonces: “Bartolomé Mitre y Buenos Aires quieren agarrarme y Rivas y
Machado dicen que cuando me agarren, Calfucurá verá a dónde irá a parar…Nunca me han de
agarrar.
“Rivas y Machado habían querido jugar traición a Catriel, porque habían sabido que estaba
en amistad conmigo. Machado reunió 2000 hombres y Rivs otros 2000. Amigos federales le
avisaron y Catriel hizo sus preparativos para defenderse. Rivas, al saberlo, dijo : Estos “punetaros”
indios han sabido nuestro intento. (vea más en la biografía de Calfucurá).
Los indios pampas, conscientes de sus derechos sobre las viejas querencias, se opusieron a
todas las tentativas de quitarles las tierras del fértil Valle de Olavarría. hasta su derrota definitiva en
1878.
En I862, Rivas había vuelto a Azul, después de su larga persecución del Chacho y de la
montonera. Y concibió el plan de sembrar la discordia entre Catriel y algunos caciques
subordinados. El 1° de diciembre hizo el primer pacto con el caciquillo Lucio, quien le prestaría
150 indios cuando los necesitase. Empezó a favorecerlo con regalos, yeguas y racionamientos, una
casa. "pues está de espaldas de las tribus que él no aprecia". En cambio, al campamento de Catriel
hizo un atropello nocturno por el capitán Michenburg y 25 soldados, que luego decía que se habían
extraviado (18.1.63). El cacique huyó de su rancho y alarmó a su tribu, lo que se le reprochó, luego.
Rivas. aparentando humanidad, propuso al cacique construir un nuevo rancho en los nuevos toldos
(es decir, removiéndolos de su sitio). El mal rancho que había tenido como residencia... lo había
hecho Escalada. Y decía a Mitre: así lo sacaría de encima del pueblo: pues con su presencia privan
de la ocupación de los mejores campos. (Arch. Mitre XXIV. p. 11)
Protestas de fidelidad
Después de malos diálogos, Catriel también escribió al Sr. Presidente, diciéndole: "(Rivas)
no me hizo dar un mal paso ni tener la más pequeña mala intención. Yo siempre he creído que el
Gobierno apreciase nuestro comportamiento", y explica que ese atropello de Michenburg en plena
noche les causó alguna desconfianza. como era natural... (15.3.63)
El Cnel. Rivas, en una carta de tono oficial, decía que propondría a Catriel la paz bajo las
siguientes condiciones: I") debía rechazar al malón: 2") debía ayudar a la autoridad nacional: 3")
admitir maestros en su tribu: y 4°) entregar a los ladrones. Dos días más tarde, el 1º de febrero de
1863, cambió de levita al escribir al presidente Mitre: 'Yo .soy de opinión que es necesario darles un
buen golpe (a los indios de Catriel) para que aprendan a obedecer y tengan miedo. Cuando hicieron
paz ( en1856), la habían recibido sin ningún golpe serio..." (Arch. Mitre XXIV. p. 11). No pasó una
semana que volvió a insistir en la idea: "Machado puede traer 800 hombres y del Centro o Norte...
No dudo que cumpliendo con su deber cada jefe, se mataría una gran cantidad de indios y se
tomaría mucha chusma, que es lo principal (ib. IX, 66). Para dar más peso a su idea. habló de
alarma entre los estancieros por carta del hijo de Rosas y Belgrano y de la noticia de que (los
políticos contrarios) habían comprado a Catriel (ib., p. 12). Catriel. quien se enteró de estas noticias,
aseguró que eran infundios. Hasta Calfucurá se quejó al Sr. Presidente de que "muchos jefes nos
dan tratos malos y nos miran como a perros." (A.E.M. 2187 y Arch. Mitre XXIV. p. 9 y 114)
Promueven discordias
Un mes más tarde, el 14 de marzo, Rivas comunicó que había celebrado un nuevo convenio
con el cacique Lucio, pero que no quería dar sueldos a los indios de éste "hasta que haga una prueba
de sangre". Y en la misma fecha avisa que había ocurrido un robo de 54 caballos y como medida
había apresado al hijo de un cacique muy ladrón.." (Este era una noticia para publicar). "La medida
dio buen resultado" (ib. XXIV, p. 14). Y continúa con su cantilena: "Las tolderías empiezan a dos
leguas escasas de este pueblo al Noroeste y se prolongan hasta Tapalquén". Quince días después
movilizó a 50 indios de Lucio y los llevó a Blanca Grande, y comunicó a Mitre: "Se porta bien. Eso
me hace creer que harán algo bueno". De regalo les mandó 100 yeguas (ib.. p. 15). Tal favoritismo
sería el preludio de un enfrentamiento. Pero. antes que el caciquillo Lucio López pudiera humillar a
219
su viejo cacique, murió el 26 de julio en una reyerta de borrachos. El cacique Chipitruz fue su
heredero, asumiendo el cacicazgo de tres fracciones de indios prácticamente apartadas de la
obediencia de Catriel: los indios de Lucio, los de Calfuquir y los de Cumihuala. Ya geográficamente
estaban algo separados. Los toldos de Catriel se hallaban entre Azul y el Arroyo de las Nievas. Un
mapa del Cncl. Rivas ubica la toldería de Chipitriz al otro lado del camino. (A.E.M. No 2257).
En septiembre de 1863, el coronel llamó al cacique Catriel para explicarle los proyectos de
una nueva línea de fronteras. "Catriel se mostró comprensivo", porque le prometió ventajas y
gratificaciones: pero Catriel, según su costumbre y conveniencia, decía que nada podría resolver por
sí solo; que convocaría a sus caciques y oficiales a un parlamento para discutir con el Jefe de la
Frontera punto por punto. La reunión se hizo. pero "resultó negativa —decía Rivas— (ib. p. 18s).
No quieren mudarse. Catriel pide que los dejen y que las fuerzas se sitúen donde quieran. Esto es un
bien que jamás me figuré conseguir, pues me situaré a espaldas de ellos y los tengo a mano para
cualquier momento preciso..." Les volvió a hablar sobre el traslado al otro lado del Arroyo
Tapalquén: pero ellos se aferraron diciendo que los campos que ocupaban eran suyos, heredados de
sus padres: que allí habían nacido ellos y sus hijos... Sólo Chipitruz se mostró dispuesto a
trasladarse donde Rivas iba a establecer el campamento, porque les había prometido que les iba a
"donar" en propiedad la suerte de una estancia, (ib.AEM. Nº 8857)
Ataque desautorizado
Rivas no quedó con palabras, pues mandó al Cnel. N. Ocampo y a los indios de Chipitruz a
operar sobre los indios ladrones de Catriel. El no lo hizo, porque no tenía la autorización de Mitre y
"porque los gauchos tenían miedo a los indios. El 1º de diciembre informó que los expedicionarios
habían regresado de esa operación", la más difícil que se haya practicado en la frontera, cual era
hacerlos pelear unos contra otros... (¡ sic!) "Ocampo ha marchado de la laguna Frías, a las 9 de la
noche. con 250 indios de Chipitruz en dirección a Tapalquén. para que cayesen de espaldas al
cacique Catriel... Se le han tomado muchas yeguas, caballos y vacas, etc., a más 25 chinas, entre
chicas y grandes... Catriel queda en su casa lleno de miedo y nosotros tomamos la preponderancia
necesaria para meterlo en un zapato, el día en que malee." (Arh. Mitre XXIV, p. 22)
¡Métodos siniestros! Y el pobre Catriel "sólo hizo protestas de cariño... que no quería la
guerra". Pedía por la libertad de los presos. Mientras Rivas informó (oficialmente) al ministro de
Guerra que había operado sobre los indios de Catriel. porque se habían pronunciado "contra
nosotros" (A.E.M. No 2645: 7.12.63). Recomendó la conducta de Chipitruz y pidió racionamiento
para él y su tribu y "una suerte de estancia para sacarlos del atraso y hacerlos entrar en la vida
social". (A.E.M. 18.12.63)
¡Rivas lo tuvo jurado! A la semana, escribe de nuevo al Sr. Presidente: "Si a usted no le
parece mal, en una noche se librará el país de esa caroña, y tengo confianza y son pocos los que se
escaparán. Yo no quiero salvar mi responsabilidad con el Gobierno, pues tengo conciencia que es el
mayor servicio que puede hacerse al país: matar esa chusma. Y para ello creo que todos los medios
son buenos... Yo lo haré sin que se sepa, autorizado por mí".
Tales principios maquiavélicos no fueron capaces de denigrar el honor de los caciques que
no tenían los estudios ni la cultura de un Rivas. (Arch. Mitre XXIV, P.24)
Rivas insiste
Atinadamente, el presidente Mitre desechó la expedición, por inhumana sugerencia (ib.
16.12.63). ¿Pensaría en la batalla de Sierra Chica? Rivas, en cambio, volvió a insistir. "Es necesario
definir la situación equivocada de los indios de Catricl... Son una amenaza para la frontera. Hoy
están concentrados en el Arroyo de las Nievas... más fácil pues la operación..." Decía también en
esta carta que el Cnel. B. Machado quería crear una División por el malestar de los indios
tapalqueneros y la amenaza de una invasión de Calfucurá. Y que los indios de Chipitruz estaban
"cada día más decididos a obrar de un modo formal sobre Catricl. pues ellos dicen que después de
lo habido, no habría paz", (ib. 19-12.63)
Por otra carta más, nos enteramos de que Machado y Chipitruz estaban avanzando ya,
cuando una nueva contraorden de Mitre los hizo retroceder las 20 leguas andadas. Y Rivas,
gruñendo, le escribió a Mitre: "Mi marcha a emplazar el nuevo Cuartel en Tapalquén se retarda,
220
porque temo que Catriel. tan luego que sepa que me muevo, es probable que aprieta el gorro y
entonces sea peor, pues se irán antes de darles un buen golpe." (7.1.64 ib. Arch. Mitre p. 22). "Dos
días más. y el golpe se habría dado y el país tendría quinientos perros rabiosos menos... Respeto sus
órdenes y las obedezco, pero no me convencen, porque yo soy de los que piensan que para
exterminar indios, todos los medios son buenos..." (ib. p. 27) "...Si no fuera por usted, hace tiempo
que hubiera marchado a aumentar el número de los que se sacrifican por libertar su país." (ib. p. 29)
Quedamos completamente perplejos ante tales expresiones manifestadas con tanta
insistencia nada menos que al Sr. Presidente de la Nación argentina. Mitre, si bien autoriza avanzar
la División a Tapalquén y construir allí nuevos cuarteles y hasta un pueblo (Olavarría). no quiso
autorizar una campaña exterminadora contra Catriel. Los políticos contrarios tenían caldeados sus
ánimos desde su elección. (A.E.M. 22 y 27.1-64 y Arch. Mitre 22IV. 27)
Que el ministro de Guerra no estaba ajeno al pensamiento de Rivas, lo prueba una carta de
aquél a Rivas, fechada el 4 de julio, en la que le habla de Calfucurá y de Catriel. diciendo: "Buen
par de piezas, para adornar la horca" (AGN. S.X.2-2-2). Y en otra le dice: que, si hubiese invasión
de indios, tomara caballos de donde pudiera y que armara a los indios amigos para que prestasen
servicios. Machado decía que había conseguido una "política en cadena".
Catriel pide consideración
¡Cómo contrasta el lenguaje del cacique Catriel! escribiendo al capitán encargado de los
Indios Amigos, sargento mayor Juan Cornell, el 22 de enero de 1865:
"Espero que en adelante se nos trate con más consideración, obligando el Gobierno a la
persona encargada de darme las raciones, lo haga con más religiosidad" (Arch. Mitre XXIV. p. 126).
Existe en el Archivo dcl Estado Mayor dcl Ejército una copia de una licitación por raciones a
Catriel, Cachul. Millacurá y Calftucurá del 7 de febrero (Doc. 860): pero nos podemos preguntar si
de veras las entregaron "religiosamente".
En el ano 1865 estalló la Guerra del Paraguay, que interrumpió varios proyectos de avances
militares en las fronteras o los postergó. Tampoco cesó la guerrilla india en esas fronteras. Catriel y
los suyos quedaron tranquilos, tanto que Rivas escribió informando que "a pesar de haber separado
siete caciquillos suyos y sus familias (de Ramón Lucio López. Chipitruz. Calfuquir. Manuel
Grande, Varela, Cumihuala y Cholaylaf). Estos fueron uniformados e incorporados al ejército en
dos compañías de indios amigos y alojados cerca del nuevo campamento (A.E.M. 2480 y 16.5.65).
Se les escribió una solicitud de donación de una estancia para presentarla a las cámaras legislativas.
Hasta se les proporcionó maracas para sus haciendas.
Concesiones del cacique
¿Qué se hizo por Catriel? Con tal que los dejaran en sus campos del Arroyo de Nievas,
aceptó también el avance de las tropas hasta Tapalquén y el establecimiento del nuevo pueblo.
Ahora no puso obstáculos a que las carretas pasaran con el material de construcciones entre sus
toldos.
En marzo recibió en su rancho al Cnel. Rivas y la embajada de Calfucurá, Namuncurá y
Quentriel, donde conferenciaron, reconciliados, sobre los acontecimientos políticos y sobre la paz y
fueron juntos a ver las obras del Fuerte Tapalquén. Ya no era el cacique de 1855. Los años y los
golpes lo habían ablandado. Pero quedó el cacique consciente de sus derechos y de su tradición.
Declarada la guerra al Paraguay, el coronel Rivas salió de Azul para ir a desempeñar
notables funciones en las campañas del Paraguay. Su reemplazante en esta fronera, el Cnel. Benito
Machado, quiso monopolizar en sus manos las relaciones con los indios, pero en ellas fue tan infeliz
que le causó la baja del Ejército.
Actuación desatinada de Machado
En una de las primeras entrevistas con el cacique Catriel, el 19 de mayo de ese año, trató de
convencerle que fuera a vivir al Azul, prometiéndole conseguirle una casa. En diciembre cayó un
malón sobre la zona de Tapalquén y permaneció allí 3 días saqueando haciendas. Machado no hizo
nada para repelerlo. En cambio, cuando un mes más tarde vino de Salinas Grande una importante
comisión, mandada por Calfucurá, Machado encargó a los caciques Chipitruz, Calfuquir y Manuel
Grande para que apresaran sus integranles y los saquearan. (Enero 1866). Porque apresaron dos
hijos de Calfucurá, éste reaccionó vehementemente y provocó una situación difícil, de manera que
221
el Gobierno optó por destituir al Cnel. Machado. Catriel, temiendo un mal desenlace, había reunido
unos 1.000 indios. El Cnel. Barros fue encargado de restablecer la paz. El 7 de febrero se presentó
en el Campamento de Tapalquén. Allí prometió en presencia de Catriel que iba a liberar a los
rehenes y reanudar las relaciones de paz con el cacique Calfucurá y procurarles raciones.
Visita de otro misionero
De nuevo los visitó un misionero con el propósito de establecer entre ellos una misión
católica. Fue el franciscano Fray Pedro María Pellici, inspector de los colegios de Propaganda Fidei.
En presencia del Cnel. Barros tuvo una larga conferencia con el cacique Catriel. No se opuso a su
idea, de manera que el misionero solicitó al vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, Dr.
Marcos Paz, el permiso y el apoyo del Gobierno Nacional. Paz propuso el asunto al Gral. Mitre, que
se hallaba en el Paraguay. Este le contestó que Misión en el Chaco o la Patagonia, sí, pero en la
frontera debía respetarse la autoridad de los jefes militares. Y no se hizo nada positivo. (Arch. Mitre
VI, p. 134 y 138)
Ultima intervención por la paz
Los militares persistían en la idea de fomentar la discordia entre los pampas azúleños y
tapalqueneros y mantener a uno 500 indios de Chipitruz militarizados. En cambio. Catriel veía con
buenos ojos las gestiones por la paz realizadas en Salinas Grandes por orden del Cnel. Alvaro
Barros. A consecuencia vino una nutrida comisión salinera pidiendo permiso para conferenciar con
Catriel y visitar la tribu de Coliqueo. Pidieron que algún capitanejo del cacique Catriel, el hijo del
cacique Manuel Grande y el capitanejo Manuel Railef, los acompañara. No tres, sino nueve los
acompañaron al fin.
Esta intervención por la paz y armonía entre los indios es la última noticia que tenemos de
Juan Catriel. pues antes de la Navidad de 1866 el Cnel. A. Barros tuvo que comunicar al Gobierno
que el cacique había muerto. No conocemos las circunstancias de ella ni tenemos noticias de su
entierro. G. Cuadrado Hernández en su buen artículo titulado "La Dinastía de los Catriel". en la
Revista 'l'odo es Historia. Nº 91. p. 54. dice: "Su muerte constituye un enigma". Desconoció la
carta de Barros fechada el 24 de diciembre de 1866 en Azul en la que dice: "...Por la muerte del
cacique Catriel ha tomado el mando de la indiada el hijo mayor Cipriano. Es un indio joven, de
buen carácter y fácil de encaminar bien. El nuevo cacique me ha pedido obtenga del Superior
Gobierno el sueldo de 1.300 $ que gozaba el padre y la casa (ofrecida a su padre) que aún no se ha
comprado. La casa pertenece al Sr. Anacarsis Lanús. Catriel está en posesión de ella y reclama su
escritura: paga 500 $ de alquiler mensualmente..." (A.E.M. N" 3807)
El gran cacique había muerto. Juan Catriel gobernó su tribu durante dos décadas difíciles y
si me he excedido en registrar sus detalles, puede ser que por ellos conozcamos mejor la situación
de los indios, particularmente de los indios amigos que buscaban mantener la paz y la prosperidad
de sus familias. "La Civilización" pagó en plata y vidas sus errores, pero no le dio la paz anhelada.
En todas las guerras la opinión pública ha sido engañada.
Muchos aspectos de la vida del cacique Catriel han quedado en olvido: por ejemplo, su
actuación en el seno de su tribu y en el corro de su familia: Catriel como estanciero o su vida social
y comercial. Su historia continuó en sus hijos, primero en Cipriano, que gobernará durante 8 años
los destinos de su tribu; luego Juan José. como veremos. Marcelino lo acompañará en el ocaso de la
tribu, como también sus hermanas, la maestra Matilde. Hortensia y Rosario. De sus tres esposas
conocemos un solo nombre. Juana y nada más.
Bibliografía: Alvaro Barros: Fronteras yTerritorios federales cíe las pampas clel Sud (1872):
G. Cuadrado Hernández: La Dinastía de Los Catriel (en Todo es Historia, N"91 y 106). Alberto
Valverde: "Antecedentes históricos del Partido de Olavaria, 1967 y Juan Catriel" (trabajo
presentado al 6º Concurso de monografías sobre la historia de los pueblos de la Prov. de Buenos
Aires. La Plata 1972).Guillermo Palombo iene varios artículos y reproducciones de documentos
sobre Azul y los indios de Catriel. Alberto Sarramone: Cariel y lo indios pampas de Buenos Aires
ed. Bilos 1993 y Cat riel y los indios pampas Bs.As. 1993
Su fotografía se confunde por algunos autores con las que tenemos de su hijo Cipriano; p. ej.
G. Cuadrado Hernández en TH 106, p. 56.
222
CATRIEL,. Juan Manuel, 1832. cae. pampa, hermano del cacique Juan Catriel, ambos
descendientes de Catriel "El Viejo".
En cierto momento se apartó de la política conciliadora de su hermano. Vivía en Sauce
Corto. Se había emparentado con Calfucurá. Era quizás más estanciero y menos militar.
C A T R I E L Vº
CATRIEL (V), Cipriano, nac. 1837. muerto 1874. cae. pampa, tercer hijo , no el mayor de
Juan Catriel, con quien convivió situaciones difíciles. Como vimos, desempeñó ya en sus años
mozos comisiones políticas, ya en Buenos Aires, ya en Paraná o en Salinas Grandes, lo que indica
de una dotación especial, y hasta el dominio de varios idiomas. G. Cuadrado Hernández, en su
artículo en Todo es Historia. Nº 106 (1976), con el título "San" Cipriano Catriel, dice que su nombre
indio había sido Mari Ñancú. Así lo afirmó el Dr. Zeballos en su novela Calvucurá. No hllo esto
documentado.
Para iniciar la reseña de la vida de Cipriano Catriel, me refiero otra vez a la carta del Cnel.
Alvaro Barros, fechada en Azul el 24 de diciembre de 1866, que dice: Por la muerte del cacique
Catriel, ha tomado el mando de la indiada el hijo mayor(¡sic!). Cipriano. Es un indio joven, de buen
carácter y fácil de encaminar bien. Si los libros bautismales del archivo parroquial de Azul de la
época no mienten, Cipriano Catriel había nacido el ano 1837; mientras que Marcelino está asentado
en el ano 1830 y Juan José para el ano 1831. No fue, entonces, el hijo mayor, lo que explicará mejor
ciertos acontecimientos posteriores a la elección. No cabe duda que el padre le tuvo preferencia y lo
ha previsto como sucesor suyo. Tuvo 19 anos escasos, cuando asumió una de sus más importantes
misiones, el 13 de febrero de 1856: después de la batalla de Sierra Chica y el malón a Veinticinco de
Mayo fue enviado como Jefe de la embajada al Sr. Presidente J. J. de Urquiza en Paraná. En esa
oportunidad tuvo que explicar porqué habían aceptado el tratado de paz con el Gobierno de Buenos
Aires. En vísperas del choque bélico en Cepeda, el cacique Juan CatricI se excusa por medio de su
hijo ante Urquiza de que no podía participar en la Campaña con él. Y nuevamente en vísperas de la
batalla de Pavón tuvo que encabezar una comisión diplomática esta vez para el Gobernador de
Buenos Aires. Así nos resulta fácil pensar que el mismo padre lo haya designado como sucesor. La
carta arriba citada me hace creer que el jefe militar lo había confirmado ya, pues solicitaba en su
nombre el sueldo que su padre había gozado y la casa que ocupaba el padre. Esto indica también
que gozaba de gran estima entre los militares. "Es un indio joven de buen carácter". Tuvo cerca de
30 años en el momento de asumir el mando. Hablaba castellano y estaba integrado en la sociedad
azuleña. Alternaba su residencia en Azul con la casa sobre el Arroyo de Nievas. La casa de Azul aún
se conserva en la intersección de las calles Colón y Corrientes. Usaba sábanas blancas; vestía en
ocasiones la casaca miliar, y sino, el traje de paisano. Para sus cartas usaba un membrete. "El
Cacique Mayor en los Pampas, Cipriano Catriel" y firmaba con un sello. Para su hacienda tenía su
marca y en el Banco su cuenta corriente. Era amigo de los blancos y siempre se gloriaba de ser
auténtico argentino.
Retrato del cacique Cipriano Catriel
El Dr. Zeballos lo describe como "uno de los indios más arrogantes y hermosos y de salvaje
continente que he conocido" (Calvucurá ed. 1954. p. 141 ).Si observamos su retrato fotográfico, no
descubrimos nada que revelara "su salvaje continente". sino vemos a un joven decidido y orgulloso
por lucir el uniforme militar y su sable. Ciertamente sentíase comprometido con la bandera
argentina.
Una de las primeras noticias de su gobierno es ésta: que ofreció al Cnel. A. Barros un buen
grupo de indios de lanza para repeler la invasión en La Tigra v en Paragüil. Los indios capitaneados
por Cazuán y Manuel Railef los persiguieron entre el 29 y 31 de enero de 1867 (A.E.M.). Persistía
la tirantez con los caciquillos separados "por obra y gracia del ahora General Rivas". Efectivamente,
en mayo de ese año viajaron Chipitruz y Cumihuala con el lenguaraz Ciríaco a Buenos Aires, donde
fueron bien atendidos y regalados (A.E.M. 23.5 y 27.6.67).
223
Tenemos también la noticia que el cacique Quentriel había venido con su gente con permiso
de establecerse sobre el Arroyo de Nievas, cerca de Catriel. y como éste, recibió una casita en Azul.
Dos meses después de asumir Cipriano su cargo de jefe, Calfucurá firmó el nuevo tatado de
paz. Entre los 9 artículos, el 3º decía que el gobierno permitía hacer boleadas en sus campos menos
en lo campos que ocupan las tribus amigas de Catriel y Cachul. Parecían anunciar mejores
relaciones.
Dos acontecimientos ingratos
Dos acontecimientos del año 1867 debían incidir especialmente sobre la vida de estas tribus:
1° la ley 215 del 13 de agosto sobre el avance de las fronteras hasta el Río Negro, no bien terminara
la Guerra del Paraguay y el decreto de la fundación del pueblo de Olavarría, el 25 de septiembre del
mismo año. La guerra fría que se mantenía con las tribus de la pampa bonaerense entraba así en la
fase de guerra declarada. Sólo se esperaba el regreso de las tropas del Paraguay para poder lanzarlas
en persecución del objetivo. Al leer Catriel el texto publicado en la prensa, quizás se consolaba con
la frase: "Se acordará a los indios todo lo que fuere necesario para su existencia fija y pacífica por
convenios entre el Gobierno y las tribus".
En cambio, el decreto de la fundación de Olavarría afectó sus tierras, tantas veces
cuestionadas, pues se adjudicaron 16 leguas cuadradas para el pueblo. De nuevo habrá intentos de
conseguir su desalojo de las ricas tierras azuleñas. Ramón V. Sarmiento escribió entonces en un
artículo de los Anales de la Sociedad Rural (11. p. 357): "...Después de la Guerra al Paraguay hay
que comprar a Catriel sus campos: decirle que vaya a lo de Calfucurá que es usurpador y éste, vaya
más allá del Río Negro".
Calfucurá. siempre atcnto a las noticias y novedades, reaccionó con un primer ataque a la
zona de Olavarría. el 13 de diciembre. El Cnel. Barros, fundador del nuevo pueblo, persiguió con
indios de Quentriel a los malones, quienes les dieron un pequeño combate en Caleu Huincul (Loma
de la Gaviota), a 20 leguas de Olavarría (A.E.M.). Catriel no le dio ningún contingente, diciendo
que no podía obligar a sus indios a servir, desde que el Gobierno no les daba ni el sueldo de soldado
(Barros: Fronteras y Territorios federales, p. 195). Barros quiso cerciorarse si Catriel y sus indios
habían participado en el malón: pero el informe de la comisión investigadora decía que en sus
toldos todo estaba tranquilo (A.E.M. 30.1.68). En febrero se produjo un segundo malón y Catriel
marchó a repelerlo. "Catriel se ha portado como no se esperaba." (Arch. M. Paz VI. p. 142 y A.
Mus. Hist. Nac. 14.2.68)
Más tropas, más inseguridad
A fines de marzo volvieron tropas y jefes militares de la Guerra del Paraguay para ubicarse
de nuevo en la frontera; pero no por ello hubo mayor tranquilidad. Los indios catrileros se alertaron,
ante todo por manifiestos abusos cometidos en la entrega de su racionamiento, de manera que el
mismo Cnel. A. Barros tuvo que intervenir ante los responsables, en Azul (A.E.M. 14.5.68). Los
indios de Chipitruz. y Manuel Grande quisieron indemnizarse por sus propias manos. El 23 de
septiembre salieron a juntar haciendas en las estancias y agredieron a los soldados que venían en su
persecución. Llegaron hasta el puesto de Manuel Andrada, a 4 leguas de Azul, y de allí arrearon 800
vacunos con rumbo a Sierra Chica. El Cnel. Barros reunió al Regimiento 16 y la Guardia Nacional
para que actuaran sobre las tribus, pero no se atrevieron a entrar en Los Toldos. El Cnel. Conesa,
quien informara el 29 sobre el incidente al inspector general de armas, le dice que había ordenado se
le presentasen los caciques Chipitruz y Calfuñir. El parlamento se efectuó a las dos de la tarde,
haciendo de mediador el inglés Fermín Whitte. Le dijeron, entonces: "que no querían hacer mal.
pero que se les hacía entender que el jefe de la frontera les robaba las raciones: que por su culpa no
entregaban los sueldos: que había sido autorizado y debía recibir refuezos para atacarlos y concluir
con ellos. Que por tanto estaban en alarma con el caballo ensillado día y noche y que no era extraño
que algunos indios de Manuel Grande, que era el más conmovido, hubiesen cometido el hecho de
Tapalquén. No podían declarar quienes habían sido (los autores), pero que tranquilizarían a los
indios. (A.E.M. No 4414: 29.10.68)
224
Más larde se presentó el cacique Quentriel a cuya tribu pertenecían los indios presos en
Olavarría. El prometió devolver 30 vacas. Ciertamente “hubo mal tráfico de raciones y los indios
venden 10.000 cueros por año autorizados por el Jues de Paz.". (ib)
El Cnel. Conesa se presentó también a Catriel para conversar sobre los incidentes. También
el Cnel. Barros parlamentó con él, porque quería provocar la restitución de lo robado.
"Catriel sólo dio evasivas" —decía Barros en su informe del 23 de noviembre— (A.E.M.).
Ya no gobernaba esas parcialidades. El coronel pasaría a los capturados por las armas, y propuso
suspenderles la entrega de raciones. Hay en el informe de Conesa un párrafo más llamativo: "Como
creo que la mente del Gobierno es dominarlos por la fuerza. he creído no deber comprometer
imprudentemente el resultado de una operación que debe ser combinada y general sobre todas las
tribus, en un choque aislado que por falta de elementos podía no ser favorable".
En estas frases se observa el viejo proyecto en contra de los indios amigos, los pampas.
Avance de fronteras
Entretanto, se preparó un gran avance de las fronteras en casi todos los frentes. No se debía
provocar a los indios ni expedicionar contra ellos. Hubo, bajo la presidencia de Domingo F.
Sarmiento un gran cambio de comandantes en las fronteras. M. Charras fue a Junín y avanzó a
Ancalú Grande. J. C. Boer fue a Nueve de Julio y avanzó hasta Gral. Paz (C. Casares). En las
fronteras Sur, el Cnel. F. Borges sustituyó al Cnel. A. Barros en Olavarría, Lavalle Sud y Blanca
Grande, J. Campos ocupó el Fuerte Belgrano y José A. Llano a Bahía Blanca. El Gral. Ignacio J.
Rivas sería el comandante general con asiento en Azul.
Bautismos
Siguiendo los acontecimientos de la zona catrilera. anotamos que en mayo de 1870 hubo una
pequeña invasión en la zona de Tapalquén. Barros decía que las sospechas caían sobre el cacique
amigo Juan Varela, heredero de la tribu de Cachul; porque venían con lanzas coloradas y creía que
habían huído luego a Salinas Grandes. Yo no creo que Varela haya organizado un malón a la zona
de sus propias tierras, pero creo que algunos indios habían ido a robar, estimulados, como otras
veces, por comerciantes inescrupulosos. Son muchos los testimonios de la época que hablan de la
triste situación moral de la población en esta parte de la frontera.
Contrasta un testimonio del R. P. Daniel Urbani, fechada en Olavarría el 31 de octubre de
1869 y dirigida a la curia episcopal de Buenos Aires, diciendo: "...Muy cerca de este pueblito hay
muchos indios amigos. Muchos de ellos, particularmente el cacique Varela, desean con bastante
empeño cristianar a sus hijos..." El cacique Catriel hacía bautizar a sus hijos: a Ignacio, el 8 de
octubre de 1871 (la partida le asigna 34 años y a su esposa, Lorenza, la madre de Ignacio,30; el 2 de
enero bautizó a Tomasa, cuyos padrinos eran el Cnel. de Elía y el Gral. Rivas, respectivamente. El
17 de marzo hizo bautizar a su hijo Cipriano de 9 años; sus padrinos fueron el Cnel. Francisco de
Elía y doña Genoveva Avendaño. Santiago Avendaño era su consejero y lenguaraz, prácticamente su
secretario.
Juego de intrigas
Cipriano Catriel no tuvo la perspicacia de su padre y se dejó engatusar y sería el juego de las
intrigas de los jefes militares. En noviembre de 1869 el Gral. Rivas dio en Azul un banquete en
honor del coronel de ingenieros Juan F. Czetz; quien acababa de delinear las nuevas fronteras.
Invitaron también al cacique Catriel y a "sus notables”, haciéndole creer que la fiesta se daba en su
honor (A. Martínez: San Carlos de Bolívar. 1967. p. 133). Ahora, mientras se halagaba a Cipriano
Catriel, se desacreditó a los caciquillos de Tapalquén, quienes anteriormente habían sido
favorecidos para tenerlos enfrentados a los Catriel. Pasaban raciones y gratificaciones a los de
Catriel y a los otros acusaron haber perpetrado robos. (.Anales de la Sociedad Rural N" 12. 1870)
Luego estalló la revolución de López Jordán en Entre Ríos y el Gral. Rivas fue destinado
para sofocarla. El 30 de junio de 1870 ocupó la comandancia general el Cnel. Francisco de Elía
(muchos documentos dicen Elias). Era un veterano en el trato con los indios. Estimulado por los
vecinos de Azul, planeó una acción "punitiva" sobre los indios amigos de Tapalquén: esperaba
buenos frutos, sin medir las posibles consecuencias. Algo semejante realizó el comandante de Bahía
Blanca (el 4 de abril del 70), pues atacó por sorpresa la tribu de Cañumil, los apresó y les quitó sus
haciendas. La reacción de Calfucurá fue tremenda. Vino en violento malón y con carta de protesta,
225
y prometiendo mayores medidas si no libertaban a los presos. En realidad. los militares creían ya
venida la hora de cumplir la ley 215 de trasladar las fronteras hasta el Río Negro, dejando la
retaguardia "desierta de tribus indias". El Congreso concedió, el 22 de julio, veinte millones para
esta empresa. En este contexto hay que leer la gestión del Cnel. Elía de Azul.
...y el coronel de Elía
"El 3 de agosto de 1870 tuvo una primera entrevista "con el cacique superior de todos los
pampas", decía en su informe el coronel (A.E.M. N o 6011); trató con él cómo proveer la seguridad
de la frontera. "Por pedido de vecinos "convocó a los caciques y capitanejos a una nueva reunión, el
9 de octubre. En ella participó también el Juez de Paz D. José Botana. Se hizo un convenio y se
levantó un acta en siete artículos (publicado por J. Walther (Conquista del desierto, ed. 1964,p.783,
según las Memorias del Min. de Guerra 1871). Por él se nombró "jefe principal" al cacique Cipriano
Catriel: se sometería a los disidentes por la fuerza como enemigos del gobierno de la Nación. Se
designó segundo jefe a Calfuquir. Debían reconocer al Jefe de la Frontera y cooperar en su defensa.
Se señaló como disidentes a los caciques Manuel Grande, Ramón López, Cachul y Chipitruz.
Catriel convocaría a un parlamento general para el 11 de octubre: prepararía los medios para
someter al cacique Manuel Grande y procederían a aprehender al cacique Ramón López con todos
sus ladrones. El 15 del mismo mes se efectuó otra reunión de caciques. Acudió también el cacique
Manuel Grande. Llegaron al pueblo tocando cornetas y vivando al Gobierno. El coronel desarmó a
los visitantes, entregando a Catriel sus lanzas (La Nación. 19-10-70). Entretanto, 900 indios
estuvieron boleando avestruces con permiso del mismo coronel... Para que Catriel estuviese dócil a
todo lo que se le propondría había llamado previamente al cacique diciéndole que repartiría 30
arados, 30 yuntas de bueyes y semillas de maíz a su tribu y que le haría un nuevo rancho en el
Arroyo de las Nievas. Y el biógrafo y pariente de Cipriano Catriel agrega en su artículo, aparecido
el 7 de abril de 1908 en El Comercial de Azul, que el coronel le dio una escolta de 50 hombres a las
órdenes del Tute. Pablo Tapia. Recibió uniforme de coronel y sombrero tricornio, además rnontura
con pistolera y un brcck, porque era pesado. En una nota del 26 de octubre resume sus logros de
estas entrevistas con Catriel:"En dos entrevistas con vecinos y militares nombraron cacique primero
y segundo: ayudarán, si hace falta, a someter por la fuerza, especialmente a los apartados Quentriel
y Ramón López". Y para esta acción pedía autorización.
Efectivamente, Ramón López fue apresado y 26 indios más. y les quitaron sus haciendas, a
las que llevaron a la estancia de Blanca Grande —dice de Elía al ministro M. de Gainza— (A. Mus.
Hist. Nac. N" 5072 y 5092). Y el 5 de noviembre informó que habían dado un golpe a las
parcialidades de Manuel Grande. Quentriel y R. Lopez, porque estaban en rebelión con el Superior
Gobierno. Dice, que les dio un golpe antes de que lo notasen para así someterlos sin derramar
sangre: los hizo reconocer a Cipriano Catriel como cacique mayor, pues como hijo heredero del
cacicazgo le correspondía ese título.
La gestión había sido lucrativa para el coronel, como nos informa una nota del Archivo del
Estado Mayor del Ejército del 10 de noviembre de 1870. "Catriel entregó 600 vacas. Boleando fuera
de la línea las juntaron".
Unos 200 indios de Catriel estuvieron en Sauce Grande y allí se enteraron de que Calfucurá
estaba preparando otro malón de protesta, como el que había llevado sobre Tres Arroyos.
Efectivamente, el malón cayó el 23 de octubre sobre Bahía Blanca. Cipriano Catriel quiso mostrarse
ajeno a tales acciones y en prueba de su fidelidad entregó al Juez de Paz 30 indios por haber sido
ladrones. Diez fueron enganchados en la frontera, a los 20 restantes los soltaron porque no eran
culpables. Los acusados han apelado, porque querían ser juzgados por el Superior Gobierno con
quien habían hecho el tratado. (A.E.M.. 24-1.71).
Hizo apresar al Adivino
Según el coronel de Elía. los indios de Manuel Grande y Calfuquir que tuvieron sus toldos
desde el Arroyo de las Nievas hasta Brick y Navas —con el centro las lagunas "Frías", "Rojas".
"Obligado" y "Burgos"—resolvieron dar un golpe a Catriel. Invitarían al coronel a un asado y baile,
lo apresarían y cargarían sobre Catriel. Se descubrió la maquinación del Adivino y Catriel ordenó
apresarlo. El comisario M. Andrada fue con un cabo y el sargento Fernández para un previo
reconocimiento antes de ejecutar la orden. (Podemos dudar de que Catriel haya dado esa orden,
226
porque no mandó a sus agentes). A la madrugada penetraron en el rancho del Adivino. Al instante
aparecieron indios montados. Derribaron al comisario e hirieron a sus acompañantes (R. Capdevilla:
Tapalqué II, 68). Esto fue para el coronel de Elía la clarinada para poner en práctica su proyecto.
Trajo las fuerzas de Blanca Grande, movilizó a Catriel y 300 de sus indios y Celestino Muñoz y
Matías Miranda incorporaron la Guardia Nacional y a muchos voluntarios de Azul y Tapalquén y
juntos marcharon sobre los toldos de Calfuquir. Chipitruz y Manuel Grande.
Combate en la Laguna de Burgos
El Cnel. Elía asumió una diplomacia nueva con respecto a los indios amigos, seguramente
perniciosa para el país.
El 3 de mayo de 1871, los diarios de Buenos Aires anunciaron ya el choque de las tropas con
los indios sublevados de Azul, porque el juez de paz José Batana anticipó su salida en un
comunicado al ministro Malaver. Ese mismo día el Cnel. de Elías dirigió la operación, llevando
consigo a 80 infantes. 50 lanceros, 100 Guardias Nacionales y 300 indios de Catriel. Entre las 9 y
10 de la mañana éstos se chocaron con unos 500 indios que se habían reunido en la Laguna de
Burgos (Cuartel 7" de Tapalquén) sobre el camino que va de Azul a Tapalquén y hacia la azotea de
Torres (Estancia La María). Según el relato de A. del Valle (Recordando el Pasado) que es el más
dramático, los indios tapalqueneros habrían atacado primero y con tal vehemencia que sólo la
aparición de Cipriano Catriel pudo salvar la situación. Según otros, (Cnel. A. Barros, a quien
considero más autorizado), los tapalqueneros fueron atacados sin previo aviso, mientras estaban
reunidos en parlamento en el campo de la Laguna de Burgos. "Los indios habrían peleado con
Catriel, pero no resistieron a las fuerzas nacionales y se retiraron". Se dispersaron y fueron
perseguidos hasta Blanca Grande, catorce leguas, dice el parte de Elia. El coronel A. Barros precisa:
"El coronel Elía se lanzó sobre las tolderías abandonadas y arreó con la mayor parte de las
haciendas para Blanca Grande (su estancia). Las familias y el resto de las haciendas las llevó Catriel
a sus toldos y. como en otras oportunidades, los voluntarios buscaron asimismo su botín". (Barros:
Territorios y Fronteras, Ed. Hachette. p. 145)
Informes
El juez de paz. en su primer informe a nombre del coronel de Elía: dice: "Fueron vencidos y
perseguidos dejando prisioneras sus familias y sus haciendas en poder de los indios del cacique
Catriel. (Hubo 80 muertos y 400 prisioneros). De los dispersos, unos se presentaron y piden
protección, otros huyeron a Calfucurá y esperarán invadir como en 1855. Gravemente herido fue
Manuel Grande y muerto el cacique Calfuquir con varios hijos de los caciques y notables guerreros.
Quedaron así sin jefe importante.
"El coronel Francisco Elías que dirigió el combate con acierto y felicidad, me hizo
comunicar estos datos por chasques y verbalmente". El día 4, el ministro Malaver elevó el "parte de
la sublevación" al gobernador C. Tejedor. El jefe de la Frontera Sud, Joaquín Sosa, elevó, a su vez,
su parte diciendo: "Calfuquir, Manuel Grande y Chipitruz, por no haberles dado las raciones...
fueron batidos por la fuerza de esta División con los indios de Catriel. el 3 de mayo, en sus
campos.Unos ochenta son sus muertos y otros tantos prisioneros, a más de 400 chinas". (A.E.M.:
5.5.71)
Completo las noticias con el relato de A. Barros: "No huyeron a Calfucurá... Al otro día se
presentaron al juez de paz pidiendo protección. Este no estaba a su favor, tomó los cien indios
presos y los entregó a Elía. quien los llevó a Blanca Grande. El resto, 300. se presentó al jefe de la
Frontera Oeste (J. C. Boer) protestando su fidelidad..."
El comandante Juan C. Bocr decía en una nota, el día 8 (A.E.M.): "Ayer se han presentado
en este Fuerte (Gral. Paz) los caciques Chipitruz. Manuel Grande y otros con 550 indios de todas
sepas y tamaño de lo que doy cuenta al Gobierno, y pido una resolución".
El día anterior, el cacique Raninqueo había avisado desde su toldería en La Verde: "que en
consecuencia de desavenencias entre los caciques Catriel y Manuel Grande han tenido una gran
pelea... ha venido con 300 hombres. dejando en Tapalquén las familias y cuanto poseían. Ayer llegó
a este punto y hoy pasa al Campamento". (A.E.M.)
227
No en todos los acontecimientos se han conseguido tantas notas de información: pero como
jugaron en ellas propios intereses no concuerdan en todo.
A raíz del incidente hubo un cruce de cartas entre de Elía y el juez de paz Botana. El primero
exigía la entrega de los indios que se habían apresado. "Debo dar cuenta al Gobierno Nacional".
Botana había acordado con Catriel que todos los indios derrotados quedarían en el pueblo hasta que
dispusiera de ellas el Gobierno Nacional. "Hasta los indios protestaron por la inconsiderada
resolución de V.S." (A.E.M.: 5.5.72)
Se conserva una nota más extensa del juez de paz, fechada el 10 de mayo (A.E.M.). Reseña
nuevamente los acontecimientos. Cree que Calfuquir y Manuel Grande han muerto. "Un hijo del
cacique Chipitruz se presentó en este pueblo, pero ignoro su paradero. Los hijos de Manuel Grande,
quienes como el padre tienen fama de audaces y más de 50 indios de Calfuquir se fueron a vecinos,
entregaron sus armas, pidieron protección de las autoridades civiles... no servirán más a las órdenes
de Catriel y están dispuestos a ir donde el Gobierno los envíe y continúa, pero el coronel de Elía por
un imprudente celo de sus fueros militares, pidió entregara los dispersos que se presentasen. Temo
imploren el perdón de Catriel o incorporación a Calfucurá, sin que en ninguno de los dos casos se
logre el fruto que los hacendados y vecinos honrados e inteligentes de Azul esperábamos con tanta
justicia recoger"... Luego hace más reproches al coronel de Elía. "a quien secundo con la mejor
voluntad, después del trágico fin de nuestro inolvidado comisario de policía, Sr. Andrade, cuyo
patriotismo utilizó, sin mi anuencia". Y termina así: "Si no se cumplen mis temores, felicitaré al
Gobierno, como lo felicito desde luego por la parte de provecho material que hasta hoy vemos
recogida.
Este "provecho material" es detallado en la nota del 11 de mayo (A.E.M.). "Este partido
reunió 1.500 a 1.600 vacunos (NB. quizás más) marca de indio, pocos orejanos, doce a catorce mil
vendieron entre los indios vencedores sin orden ni acuerdo de los jefes. Elía remitió a su estancia en
La Blanca un notable trozo de ganado vacuno, caballos y yeguarizos". Botana pide autorización de
venta de cueros sin marca, poniendo la del juzgado... "Catriel protegerá la operación de marcar". En
cambio, de Elía comunicó el día 8 al Gobierno, que Catriel había sido racionado.
En toda esta aguda historia Catriel ha sido instrumento poco inteligente. La injusticia de esta
gestión ha sido patente. ¿Qué actitud tomó el Gobierno en el asunto? En su conocimiento estuvieron
los informes de Azul y del Fuerte Gral. Paz.
El Sr. Presidente D. F. Sarmiento propuso al ministro C. Tejedor ubicar a los indios de
Manuel Grande y Chipitruz en otro lado. dándoles tierras como se hizo con Coliqueo.
El coronel de Elía fue citado a Buenos Aires para informar y responder a cargos que se le
habían hecho (A.E.M.: 15.5.71). El juez de paz Botana informó entonces que al norte de Azul se
había notado una invasión. "El coronel Elía, que debía salir a la Capital, marchó a La Blanca, por
temor de una fuerte invasión", (ib., 15 de mayo)
La misma fecha lleva otra nota en que el mismo Cnel. de Elías (sin mencionar su evasiva,
informa sobre las noticias del Cnel. Juan C. Boer sobre Manuel Grande, Chipitruz y los 550 indios).
"Los tiene a su lado hasta que la Superioridad resuelva. Estimo inconveniente su presencia en la
Frontera". Y propone "o traerlos a Martín García para evitar los continuos robos... En cualquier
parte son perjudiciales a la marcha progresiva de nuestro país" (ib. N o 6336). En los diarios se
leyeron serias críticas a la gestión del comandante de Elía. El mismo coronel se quejó al Gobierno
que "el coronel Barros había hecho manifestaciones en contra delante del cacique Catriel. Calfuquir,
Manuel Peralta. Raylé y el indio Melín" (A.E.M. 17.5.71). En Azul se publicó un folleto anónimo
sobre los abusos cometidos con los indios amigos. Se cree que ha salido de la pluma del Cnel. A.
Barros. Pero lo notable en el asunto es que en Azul se levantaron firmas para solicitar al Gobierno
que no retirase al Cnel. de Elía de la Comandancia. Y en el archivo del Estado Mayor se conserva
también una carta sellada por Cipriano Catriel con fecha de 22 de mayo. Pero a los dos meses, el
comandante en jefe de Elía fue reemplazado por el Cnel. N. Ocampo, quedando de Elía como
subalterno. Al año murió a consecuencias de heridas recibidas en un acto electoral en Flores.
Un nuevo atropello
Entretanto, el ministro de Guerra, a la sazón, CarlosTejedor. correspondió a la consulta del
Cnel. Juan C. Boer. ordenándole, el 24 de mayo. "remitirá bajo custodia a los caciques y capitanejos
228
cabecillas de la sublevación (¡ sic!) a los demás desarme..." Esta orden dirigida al Gral. B. Victorica
le fue transmitida al Cnel. Boer por el Gral. Emilio Mitre, el 29 de mayo. Juan C. Boer, no
disponiendo de suficientes tropas para reducir a 600 indios, les dijo con astucia, que se presentaran
al día siguiente sin armas para recibir las raciones. "Todos se presentaron —dice Barros— y allí
fueron reducidos a prisión. Los caballos pasaron a ser propiedad del estado cortándoles las orejas.
Parte de ellos le dieron al cacique Raninqueo. 300 indios fueron destinados como soldados a los
cuerpos de línea de las fronteras: los caciques y capitanejos fueron remitidos a Buenos Aires y de
allí pasaron a Martín García en calidad de presidiarios (A. Barros, ob. cit.. p. 146). El 7 de julio
comunicó el Gral. Victorica al Gobernador haber cumplido la orden (A.E.M.). - Hoy día, quizás, se
haría distinto el proceso.
Cuando, a fines de julio, volvió el Gral. Rivas al Azul, parecía haber finalizado la asonada
de la Laguna de Burgos. Llegó sin embargo a tiempo para participar en el reparto de haciendas
tomadas. "Sean rematadas", propuso, y el ministro Gainza estampó la consulta con un "Procédase".
(A.E.M. 27.7.71)
En realidad todo esto fue el preludio de nuevos hechos tan o más importantes en la vida del
cacique Cipriano Catriel: la batalla de San Carlos y la sublevación de sus propios hermanos durante
la Revolución de 1874.
El general I. Rivas, quien conoció muy bien al cacique Calfucurá, no dudó de que la acción
del 3 de mayo en la Laguna de Burgos traería su cola. Apenas había vuelto de sus operaciones en
Entre Ríos, movilizó, armó y vistió a 400 indios de Catriel (A.E.M. 14.7.71). Conferenció varias
veces con el cacique Cipriano hablándole de los peligros de la frontera. En agosto reemplazó a los
Guardias Nacionales del Fuerte Lavalle por indios de esta tribu. Un mes más tarde escribió al
ministro Gainza que indios de Catriel prestaban servicios también en Pillahuincó, donde debía
preparar una expedición contra Calfucurá (A.E.M. 9.9.71). A más del servicio en las fronteras,
"prestan el de escoltar a los Guardias Nacionales y hacen descubiertas". Rivas, pues. se reconcilió
con los catrileros. hacíales grandes regalos. Propuso a las Cámaras un proyecto de ley para que
donaran veinte leguas cuadradas al cacique y a su tribu. Pero el proyecto no fue tomado en cuenta.
(Anales de la Sociedad Rural X. 1876, p. 219)
En la intensa correspondencia del Gral. Rivas con el Gral. Gainza (sobre la cual me referiré
más extensamente en la biografía de Calfucurá) resulta la opinión de que estaba convencido de que
Catriel le sería fiel a él y al Gobierno. El mismo cacique se lo manifestó aún en el momento en que
le propuso el plan de la expedición a Guaminí y Salinas Grandes. (A.E.M. 17.2.72)
Batalla de San Carlos
Antes que entrasen en operación, Calfucurá en persona trajo uno de sus mayores malones
sobre la frontera del Oeste: un malón de protesta (como lo había sido pocos meses antes el de Bahía
Blanca): un malón conbinado con más de 5.000 indios.
El día 3 de marzo de 1872, cundió por los telégrafos la noticia del malón que se aproximaba.
El día 4 lo supieron también el Gral. Rivas y el ministro de Guerra. El día 5 pasó una fracción del
malón por la Blanca Grande para recuperar las vaquitas de la estancia del Cnel. de Elía. El 5.
invadieron La Verde, donde el cacique Raninqueo estaba radicado. Desde allí mandó el cacique
Calfucurá una arrogante carta de protesta y provocación: "Señor Coronel: hoy le participo que el día
5 me vine a sorprender el cacique mayor Andrés Raninqueo con toda la indiada: así es que me vine
con 6.000 indios a vengarme por la gran picardía que hicieron con Manuel Grande y Chipitruz y
demás capitanes: en fin. muchas picardías que han hecho con los soldados de Manuel Grande y creí
que le mandase hacer lo mismo a Raninqueo. porque ustedes no lo vuelvan a hacer con él."
(Reproducido en A. Barros, ob. cit.. p. 132)
El Gral. Rivas, comandante en jefe de la Frontera Oeste y Sud y el comandante J. C. Boer
reunieron con toda premura todas las tropas disponibles y movilizaron el uno, la tribu de Catriel y el
otro, la de Coliqueo, y marcharon a librar la batalla de San Carlos (Part. de Bolívar).
Aquí enfoco sólo la actuación de Catriel. Rivas emprendió la marcha en Azul. el 6 de marzo
de 1872. Lo acompañó su escolta y "los indios amigos capitaneados por el general Cipriano
Catriel". Los condujo primero hacia Blanca Grande. "A la mañana, en momentos en que debía
229
ponerme en marcha con la División, estalló entre los indios un movimiento de desobediencia a su
cacique general —dice Rivas en su parte—: negándose a seguir la columna..., obligándome así a
perder algunas horas en proteger a Catriel para sofocar aquel motín. "Rivas hizo apresar al
capitanejo cabecilla y algunos otros y, parece, hubo fusilamientos a voluntad del cacique que en
tales circunstancias no negó su fibra cruel". Tuvo que quebrar de modo semejante "la pereza y mala
voluntad" de otro grupo de indios que se hallaban en el Fuerte Lavalle con el Tte. Cnel. Leyría. Al
fin Rivas tuvo que dejar a 300 que no pudo hacer marchar. Estos alegaban que sus caballos no se
hallaban en condiciones, pero se guardaron para sí sus otras razones que no resulta difícil adivinar.
A la madrugada del día 8 de marzo, se enfrentaron los dos ejércitos a espaldas del Fortín San
Carlos. El cacique Juan Calfucurá tendió en línea a 3.500 indios escogidos bajo los mandos de
Reuquecurá, Catricurá, Namuncurá y el ranquel Epugner. El Gral. Ignacio Rivas y el Cnel. Juan C.
Boer les opusieron una tropa de menos de 2.000 soldados, incluyendo los 1.000 indios de Catriel y
unos 150 de Coliqueo. En la vanguardia de toda la línea estableció a los indios amigos. A la
izquierda el cacique Cipriano Catriel con 800 indios y a la derecha el cacique Simón Coliqueo con
150 indios suyos y también la vanguardia del Centro era 200 indios y 50 Guardias Nacionales.
Rivas y Ocampo ocuparon el Centro. En mi libro Cotiqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, visualicé
las posiciones, (ed. 1991 p. 198)
El ala derecha debía atacar primero. Ni la arenga fogosa, y en su idioma, pudo convencerlos.
Entonces, Catriel pidió al Gral. Rivas un piquete de 50 tiradores para su retaguardia de manera que
fusilarían a los que quisieran desertar. El parte de Rivas y de Boer se diferencian bastante en los
detalles cuando hablan de las actividades de los indios amigos. Rivas destaca el valor de los
catrilcros y Boer atribuye los primeros avances a Coliqueo y a los suyos. Las líneas adversarias
fueron quebradas y los indios fueron perseguidos en su retirada, ya que se trataba de quitarles el
arreo de unos 70.000 vacunos y 15.000 yeguarizos que habían reunido en los partidos de Nueve de
Julio, Veinticinco de Mayo y Gral. Alvear.
Después de la batalla. Catriel estrechó efusivamente la mano del Gral. Rivas. contento por
haber demostrado su fidelidad al Gobierno. "Con la sangre de sus indios acababa de darle una
manifiesta prueba de su lealtad". Los telegramas informaron primero escuetamente, luego los partes
de varios militares informaron a la superioridad y a la prensa. Las felicitaciones del Presidente y de
oficiales del Ejército llovían sobre Rivas. Pero no he visto felicitación alguna que se haya dirigido
al cacique amigo Cipriano Catriel. Su secretario, Santiago Avendaño. se presentó como "Intendente
de los Indios Amigos" al gobernador con algunos reclamos de racionamiento. En septiembre, al fin,
les mandaron "unos ponchos que ya no usa el Ejército" y un tílbury para el cacique general.
Los indios siguieron en servicio en las froneras, mientras Rivas hacía gestiones de paz con el
cacique Calfucurá. pues el poderío de Calfucurá no estaba quebrado, como algunos han afirmado.
En mayo de 1872. el Gobierno tuvo cierta noticia de que Calfucurá tenía la intención de
apoderarse de Catriel y desquitarse de su afrenta y que lanzaba ya otros malones al sur. (A. Museo
Histórica Nacional No 6125: 14.5.72 y 26.5 y 9.8.72)
Nueva movilización
En junio de 1872, Rivas movilizó a 350 indios más de Catriel y solicitó caballos para éstos.
Calfucurá puso sus condiciones a las propuestas de reconciliación con Catriel: debía solicitar la
libertad de los presos en Martín García, de Manuel Grande y demás víctimas de los acontecimientos
en la Laguna Burgos y en el Fuerte Gral. Paz (ib. ?6198 y 6232). El Gobierno reclamó por nuevos
atropellos de los salineros, hasta en Tapalquén (15.6.72: sumario 9.8.72). El ministro Gainza
escribió entonces a Rivas. el 24 de agosto: "Tratado hecho o no, en septiembre ha de marchar sobre
Salinas". Rivas no marchó. Véase la biografía de Calfucurá donde detallo el misterioso juego de
Rivas. Sí, le hablaba al Ministro de sus preparativos para el avance definitivo.
El 31 de enero de 1873, Rivas realizó un nuevo convenio con el cacique C. Catriel para
afianzar su lealtad para nuevas empresas proyectadas. Pues de pronto corrió la voz de que Calfucurá
reunía a los indios araucanos para un malón (Arch, Municipal de 9 de Julio L.28 p.4 y 26) Y Murga
supo por informes de Angol (Chile) que Reuquecurá había hecho un convenio con los caciques
Quilapán y Quilahueque para que viniesen a invadir a Azul y la Guardia Blanca (AEM 7.3.73) Estas
noticias produjeron un gran revuelo entre los jefes de fronteras. El Ministro de Guerra se preocupó
230
mucho de que Catriel y sus indios fuesen ganados como auxiliares en caso que se produjera el
malón. El 28 de marzo le escribe a Catriel( Arch. Museo Histórico Nacional N" 6600) que espera
su cooperación en caso que Calfucurá atacara. Y enviándole una montura con estribos de plata, le
pidió nuevamente su eventual cooperación: el 1° de abril de 1873 Rivas solicitó 900 vestuarios para
sus indios amigos en vista de movilizarlos (A.E.M. 1.4 y 23.4.73.). Se le contestó que no había
fondos para revistar a los indios de Catriel. El 31 de marzo escribió Rivas: “Mañana marchará
Murga a Carhué. Los indos de Catriel se incorporarán en Sauce Corto (AMHN Nº 6627 ss) ..Que
Murga había marchado con 200 soldados y 300 indios amigos de Catriel a las órdenes del capitán
Peralta…La expedición fracasó .. y todo quedó en silencio”
Su familia
Poco puedo decir de su familia. Quedan algunas anotaciones de bautismos, donde nos
enteramos que don Cipriano Catriel estaba casado con tres nujeres: con Lorenza, Rafaela y
Eufemia. De Lorenza Toribio presentó dos hijos para bautizar. El bautismo de Cipriano se realizó
cuando tenía nueve años, el 27 de marzo de 1871. Su padre declaró que tenía 34 años y su madre,
Lorenza de Catriel 30. Los padrinos de la ceremonia fueron el coronel De Elía y Genoveva de
Avendaño.
El segundo hijo fue Ignacio, bautizado el 8 de octubre de 1871. Arch. parroquial de la
Catedral de Azul, L.Baut. Nº 14 y 15 f. 75 y 460.
Rafaela Burgos, quien declaró haber nacido el 3 de marzo de 1873
Eufemia presentó a su hija Tomasa, bautizada, me parece, el mismo día, y cuyos padrinos
fueron Santiago Avendaño y su señora Genoveva Montenegro de Avendaño.
La etnóloga Berta Kössler de San Martín de los Andes trabajó en la genealogía de los Catriel
hasta pocos días antes de su muerte, ocurrida en 1965. El informante principal fue Catriel “Huinca”,
llamado también “el abuelo”, que era nieto de Cipriano Catriel e hijo de la india Callvu Guor o
Calfuñir y de Cipriano (hijo). La señora murió a los 115 años, informó J.E. Cordeviola; el trabajo
inédito estaba en manos del profesor Augsto Cortazar”, que yo no logré consultar.
236
En Azul se conserva la casa donde habitaba el cacique y su familia. El grupo convivía con
los azuleños sin dificultad. Los Catriel tenían otra casa sobre el Arroyo de Nievas, en su campo. En
el Museo Municipal de Azul se conservan algunas pertenencias suyas. Su recuerdo no se extinguirá.
Bibliografía
Aquerreta, Cl. E. Los caciques Catriel. 1976.
Arena. José Matilde. Catriel 1944: L. Prensa 21.4.64. Olavarría ayer y hoy, 1964.
Ensavo histórico del Partido de Olavarría. 1967.
Benigar. Juan. El calvario de una tribu (extracto Rev. Biblos. Azul 11, 1926).
Caras y Caretas. 1899. Catriel y la Reina Bibiana: 27.3.1909:
El cac. Cipriano. Catriel y las memorias de Avendaño. (Hux)
Cuadrado Hernández.G. San Cipriano Catriel. En: Todo es Historia N" 106. 1976.
Cuadrado Hernández. La Dinastía de los Catriel. En Todo es Historia 91, 1974
D'Aurignac, Romain: Amérique du Sud, Paris 1977 (trad. Eudeba).
Ebelot, A. Les derniers jours de la tribu de Catriel, 1876.
Franco. Luis, Cipriano Catriel. En La Prensa 12.12.65 y Los Grandes caciques de la Pampa.
González, Miguel H. Catri-Mapú. Monografía sobre los Catriel con foto de Cipriano 1967.
La Nación. 19.X. 1870 Indios de Azul pactan. 3 V 71 Derrota de indios rebeldes, etc.
Montenegro. Juan. El acique Cipriano Catriel (en Caras y Caretas. 1909).
Montencgro.Juan. Historia de Azul. En El Imparcial. 1908 No 3357 ss.
Biblos. Revista de Azul 1926 No 11, artículo sobre Catriel (Ronco B.).
Capdevilla. R., Tapalquén. vol. I y II.
Del Valle, A.. Recordando el pasado. 1936.
Copello, L.. Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios. 1945.
Anales de la Sociedad Rural N" 12, 1870.
Yaben, R., Vida militar y política de Julio Campos. Cap. X.
Salvaire, Jorge María. Cartas en Anales de la Congregación de la Misión y libretas.
Costa, J. A.. Roca y Tejedor, p. 30-46. Reyes. J., Fojas de servicio de... 1928.
Palombo. Guillermo: Apuntes sobre un lenguaraz:, Don Santiago Avendaño (1834-1874).
CATRIEL (VI). Juan José, cacique pampa, hermano y sucesor del cacique Cipriano Catriel.
Este cacique empezó a ser noticia a partir del asesinato del hermano, a causa de la
Revolución del año 1874, el 19 de octubre de ese año. como arriba relatamos.
Juan José nació en 1831 en el campo de las Nievas (cerca de Azul). Al fallecer su padre, el
cacique Juan Catriel, no asumió el cacicazgo: lo hizo su hermano menor Cipriano, quien había
secundado mucho a su padre y poseía mejores dotes militares y diplomáticas. Era muy allegado a
los jefes de la frontera. La viuda de Juan José Catriel contaba en 1923 que su esposo no había
querido asumir el mando por no estar de acuerdo con los tratados de su padre hechos con los
cristianos (Todo es Historia. Nu 106). Juan José se dedicaba a la cría de ganado. La disconformidad
con muchos actos de gobierno de su hermano y la turbulencia de la Revolución Mitrista llegó a
trocar su carácter y su suerte. Hilario Lagos y Julio Campos consiguieron ganar para la causa del
gobierno autonomista las tropas indígenas de Catriel. sublevándolos contra su propio cacique. Ellos,
en nombre del gobierno, reconocieron la nueva autoridad en su tribu, aprobando el cacicazgo de
Juan José Catriel al que dieron buenas muestras de confianza, a tal punto que lo nombraron jefe
interino de la frontera Sur con asiento en la Blanca Grande (Yaben:.Campos, ob. cit., p. 125:
30.11.1874). Los indios de Catriel no acudieron a la batalla de La Verde: pero su fidelidad a los
gubernistas contribuyó al triunfo definitivo de éstos. Muchos deploraron entonces la muerte de
Cipriano Catriel y presagiaron nada bueno para Juan José. En un artículo de los Anales de la
Sociedad Rural Argentina, J. M. J. decía (T.X., p. 83.1876): "...Si la muerte de Cipriano Catriel fue
un error, mayor error fue entregar el cacicazgo a Juan José Catriel. que representa el viejo espíritu
indio envidioso y desleal con los cristianos".
Después de la Revolución
237
Esa revolución del 74 trajo como consecuencia un cambio radical entre los jefes militares de
la frontera. La frontera Sur fue confiada al coronel Nicolás Levalle. El estableció su campamento
principal en la Blanca Grande, contando con 300 hombre y 600 indios de Catriel. Este debía ser el
punto de partida para la gran acción bélica planeada desde tanto tiempo: llevar las fronteras
definitivamente hasta el Río Negro, eliminando las indiadas no sometidas. En Blanca Grande
congregó el ministro Adolfo Aisina una extraordinaria asamblea de jefes militares. Surgió también
la pregunta qué iban a hacer con los indios de Catriel. "Quieren echarnos de los campos que
habitamos ahora y mandarnos a otros parajes, aun sin habernos comunicado los motivos de esta
medida tan triste e importante", decía el cacique Juan José Catriel a los misioneros, quienes, el 17
de mayo, lograron tener una entrevista con él para preguntarle formalmente si admitía en sus
terrenos la misión y la escuela, como su hermano lo había permitido. El cacique, quien había estado
ausente 6 meses, por servicio militar, estaba al tanto y no quiso saber nada de misión hasta que la
situación se apaciguase. (Así concluyó la misión de los Padres Lazaristas en Azul el 27 de marzo de
1876.)
Persistía el viejo problema y la lucha por la tierra catrilera y el proyecto de desalojarlos. En
la carta que el coronel Marcelino Freyre enviara, el 9 de marzo del 1875, al Dr. Zeballos. habla
primero de la reunión de los jefes, y luego de robos escandolosos que las tropas nacionales habían
hecho a los indios de Catriel (Arch. de Lujan. Museo Colonial). Cada vez más los oprimieron con
servicios a prestar. Durante meses tenían que acantonarse y les hablaban de que se iba a
expedicionar contra los indios de Namuncurá. Y cuando desertaban, los buscaban en sus toldos y
los mandaban a la prisión de Martín García. No tenían ni tiempo de ser padres de familia y en las
distribuciones de las raciones siempre les faltaban peso y calidad. Las efemérides militares cuentan
que el mismo 9 de enero, el capitán Laciar y 40 del Regimiento 5° sorprendieron al cacique Cachul
y lograron apresar a toda la tribu que estaba en paz y servicio: apresaron al cacique (pariente de
Catriel). a 7 capitanejos y 57 indios, además de 164 mujeres y niños.
Así se trató a los leales
El cacique Juan José fue llamado a Buenos Aires: y como le retuvieron bastante tiempo.
algunos indios creyeron que lo habían apresado. Indios que estuvieron en servicio en el Fuerte
Lavalle (sur) o Sanquilcó, se inquietaron cuando alguien decía que iban a matar a su cacique. Parece
que algunos comerciantes lo habían dicho (Arch. E. M. 27.3.75). El coronel N. Lcvalle llamó a
Marcelino Catriel, hermano del cacique Juan José, para que él los apaciguase. Los diarios de la
Capital hablaban ya de sublevados en el Fuerte Lavalle. Luego volvió el cacique Juan José y se
distensionó la congoja indígena (La Prensa. 8.4.75). El mismo cacique escribió entonces al ministro
Adolfo Alsina para informarle sobre lo ocurrido en el Fuerte Lavalle. Le decía: "...Esa gente creía
que (yo) estaba preso en Buenos Aires y que se me iba a fusilar e intentaron por eso sublevarse:
pero llegado al Azul, mandé chasqui el mismo día y todo concluyó (A.E.M. 7.4.75). Hoy están
conformes con mi presencia, pero sí. tienen un disgusto por saber presos esos capitanejos que V.E.
debe perdonarlos". (A.E.M.. Doc. 6964)
En la misma carta él dice al ministro de Guerra: "Pido nombre intendente al Sr. Luis Félix
Briones, vecino de Buenos Aires (en reemplazo del Sr. Aveldano. Intendente de los indios amigos
anterior, muerto junto con el cae. Cipriano Catriel). quien es mi apoderado general para todos mis
asuntos para que me entreguen las raciones". (ib.)
En los mismos días. el sargento Nadal fusiló al capitanejo Martín Tomás de Catriel. "por
noticias de que se iba a sublevar". (A.E.M.. Doc. 1233: 24.4.75)
El 7 de mayo de 1875 se le ordenó al coronel N. Lavalle que apresara a otros indios más,
como se desprende de la nota del coronel L. Vintter del 9 de junio de Blanca Grande, que, según
decreto del 7 de mayo. habían mandado 144 indios de la tribu de Juan José Catriel a "Las Flores" y
están presos del Regimiento 5º porque querían sublevarse. Sólo dos escaparon (A.E.M.. Doc. N"
233. 9.6.75). Poco después. se levantó un sumario en la Frontera Sur por robos de ganados en
Tapalquén, cuando, en cartas privadas, los mismos jefes se acusan de robos escandalosos
perpetrados a los indios de Catriel.
Ante el avance, rumores de malón
238
A todas estas contrariedades se sumó el rumor de que Namuncurá tenían la intención de
invadir a Catriel o más bien de hacer justicia como lo hacía su padre en Sierra Chica, en Tres
Arroyos, Bahía Blanca y en San Carlos. El Gobierno Nacional y los jefes militares estaban
considerando y preparando el avance definitivo (A.E.M. 7-2.75.Doc. 6909). Los indios sabían que
se les pondría como avanzada, como en otras ocasiones. Supieron lo que había dicho el ministro A.
Alsina en su mensaje al Congreso, el 25 de agosto del 75, por el que explicó su plan de avance y
solicitaba 200.000 $ y el 5 de octubre 400.000$ más para los equipamentos y la gestión. Estaban
informados sobre lo que estaban haciendo los ingenieros F. Melchert y A. Ebelot.
Se les propone un nuevo convenio y desalojo
En tales circunstancias se les propuso a Catriel y a sus indios un nuevo tratado de paz. El
coronel N. Levalle era el encargado de "realizar la renovación del tratado de la mejor manera".
Transcribo el tratado fechado el 1º de septiembre de 1875: (A.E.M.. Doc. 1241)
"Convenio celebrado entre el comandante en gefe de la Frontera Sud. en representación del
Gobierno Nacional y el cacique general de la tribu amiga de Dn. Juan José Catriel: El Comandante
en Gefe de la Frontera Sud. coronel Dn. Nicolás Lavalle, plenamente autorizado y en representación
del Exmo. Gobierno Nacional. y Juan José Catriel, Gefe de la tribu amiga, en su representación, a
primero de septiembre de mil ochocientos setenta y cinco, reunidos en el Fuerte Lavalle por mutuo
convenio y teniendo a la vista las bases estipuladas por S.E., el Señor Ministro de Guerra, a fin de
celebrar este convenio, han covenido en lo siguiente: Artículo 1°: Juan José Catriel con su tribu,
desde este momento se pone a las órdenes del Exmo. Gobierno Nacional en la condición de Guardia
Nacional movilizada, él y su Tribu, quedando en consecuencia, sujeto a las leyes militares y a las
órdenes inmediatas de los Gefes que le están destinados.
Artículo 2°: Juan José Catriel, desde el momento de firmar el presente convenio, gozará de
su haber como Gefe de la Tribu, así como cada uno de los de ella gozará el que le corresponda,
según su clase, con arreglo a lo que está presupuestado para los demás Cuerpos del Ejército.
Artículo 3°: Juan José Catriel y su tribu, debiendo uniformarse y entrar a ser, desde hoy,
fuerza regular a las órdenes del Gobierno y debiendo, en consecuencia, usar uniforme, éste ha
quedado acordado de la manera siguiente: para los Gefes y Oficiales: Bombacha grana o chiripá y
blusa o camiseta con las insignias de su clase: y para la Tropa: Chiripá azul, camiseta, poncho,
sombrero con una divisa que indicará la superioridad y bota. En cuanto al racionamiento, por el
momento seguirán recibiendo las raciones de la manera que las han recibido hasta aquí, o serán
racionados diariamente como las demás tropas del Gobierno, según lo exijan la mejor manera de
alimentarse, o como mejor convenga, según lo exijan las necesidades del servicio.
Artículo 4º: El Gobierno pondrá a disposición del Casique General Catriel 1º Agrimensores
para medir y delinear los campos a donde debe situarse su tribu. 2º Instrumentos de labranza y
semillas. 3° y todos los demás elementos necesarios para construir alojamientos en su nuevo
campamento. 4º El Gobierno nacional por sí, o de acuerdo con el de la Provincia, hará extender a
nombre del cacique General, de los Jefes de Familias o Caciques, la Escritura de terrenos o campos,
cuya propiedad les será reconocida.
Artículo 5°: El cacique Juan José Catriel, tan pronto como el Gefe de la Frontera Sud ponga
a su disposición los elementos necesarios para trasladarse a su nuevo campamento, lo hará.
Artículo 6°: El presente convenio será duradero y para siempre, y en fe de lo cual, lo firman
el Comandante en Gefe de la Frontera, en representación del Exmo. Gobienio Nacional y Juan José
Catriel, cacique General de la Tribu amiga, por sí. y en representación, obligándose de la manera
más seria al fiel cumplimiento de este convenio. En el Fuerte Lavalle a primero de septiembre de
mil ochocientos setenta y cinco. Firma: Nicolás Levalle. Por autorización del cacique General, Dn.
Juan José Catriel, por no saber firmar: Nasario Iranzo.
El documento se presta para muchos comentarios. Se desprende de él que se hizo con Juan
José Catriel, lo que jefes anteriores habían querido hacer con sus caciques anteriores. No conocía
todos los trasfondos, pero los vislumbraba. Callaba ante esta nueva violencia legal. A su tiempo hará
lo propio.
239
En cuanto a la entrega de nuevas tierras, el documento no define la superficie ni la
ubicación. Pero el ingeniero A. Ebelot nos informa en su libro Frontera Sur, Recuerdos y Relatos de
la Campaña del Desierto: 1875-1879 (Ed. Krafl. Bs. As. 1968. p. 53 y 59) que él había recibido el
encargo de medir una legua cuadrada para el cacique y 170 hectáreas para jefes secundarios y 35
hectáreas a cada indio sin Jerarquía, ubicándolas al Sur del Fortín Aldecoa, incluyendo en su
perímetro la laguna Paragüil.
Lo más grave era la total militarización de la tribu que debían ubicarse en dos campamentos,
uno entre Blanca Grande y Sauce Corto (Mayoguello) y otro a la derecha de la Blanca Grande. Allí
trasladarían sus familias.
Buscando quien los defienda
El convenio fue como un operativo de sorpresa. El coronel llamó al cacique al Fuerte
Lavalle y sin que mediara consenso de su parlamento, lo hizo firmar, el 24 de septiembre: es decir,
tuvo que firmar Nasario Iranzo (A.E.M., 24.9.75). En Azul hubo gran alegría, exceptuando quizás
algunos comerciantes. Ya se presentaron compradores de los campos de los indios. Estos, en
cambio, se inquietaron aún más. Los capitanejos manifestaron su completa disconformidad, también
porque no habían sido consultados. Juan José llevó el asunto hasta el despacho del señor Presidente:
le mandó una comitiva en comisión y una carta, fechada el 9 de noviembre: su portador responsable
fue el capitanejo Juan Gallardo (hermano de la esposa de Juan José Catriel): y el Tnte. Primero,
capitanejo Ciríaco Romero, a los que acompañaron otros mocetones. Entre tanto, los indios fueron
puestos bajo una disciplina que no soportaron, dice Ebelot en su libro (p. 40). Por encargo del Sr.
Presidente, el ministro de Guerra, Dr. Adolfo Alsina, se trasladó al Azul para conferenciar con el
cacique Juan José Catriel y sus capitanejos. Efectivamente, el cacique se presentó: estaba rengo y
acudieron los capitanejos principales. Estos levantaron enseguida su queja de cómo era posible que
les despojasen de sus campos. El ministro les respondió —anota la memoria de Juan Montenegro en
1888 en El Imparcial No 40—: "que era resolución irrevocable".
—Veremos —dijeron el cacique y los demás.
—No. Tienen que salir.
Entonces, el cacique pidió plazo, a lo menos, para poder levantar sus cosechas. (Esta reunión
se efectuaba en diciembre). Finalmente agacharon la cabeza y firmaron: pero no estuvieron
conformes. Ni en Buenos Aires se creyó en la sinceridad del arreglo. El periódico ilustrado El
Mosquito de Buenos Aires publicó entonces una caricatura de Adolfo Alsina y de Catriel en el acto
de celebrar el convenio. (Alsina: Memoria Especial, 1877. p. 54)
Ellos volvieron a sus toldos y Alsina a Buenos Aires. De allí volvió una comisión de
Namuncurá. que con el sacerdote Jorge Ma. Salvaire habían ido a Buenos Aires para mover una vez
más el asunto del tratado de paz. Ya en el camino de ida se habían cruzado con una comisión de J. J.
Catriel que iba a Salinas Grandes para informar sobre los acontecimientos en el campo de Las
Nievas.
Desde ese momento se iba gestando la gran sublevación que a continuación vamos a reseñar.
Coincidían los desengaños de los catrileros con los de los salineros y nuevamente se convocó a un
gran malón, un malón combinado con fuerzas ranqueles y chilenas junto a las de Namuncurá y las
que incorporaría Catriel. El malón se presentó primero en Veinticinco de Mayo (el 12 de nov. 75):
luego en Tres Arroyos (el 12 de diciembre). Al principio de diciembre se sublevaron y desertaron 25
indios en Blanca Chica: otros 40 fugaron del Fortín Avellaneda y en vísperas de Navidad el
capitanejo Manuel Peralta manifestó al coronel Lavalle que existía un plan de sublevación general.
El Comandante General llamó entonces al cacique Juan José Catriel para interrogarlo, pero éste le
rió en la cara diciendo que Peralta era un viejo borracho y se retiró. (J. Montenegro, ib. 1908, N" 4 y
carta de M. Freire al Dr. Zeballos, en el Museo de Luján; Mulazzi, J. A.: Cla Rome-co. p. 68)
Perseguidos en retirada
El 29 de diciembre, finalmente, el Jefe de la Frontera, el coronel N. Levalle. se puso en
marcha con su tropa que reunió en Azul, Tapalquén y los demás puntos de la frontera, para
perseguir a los indios en retirada y para arrebatarles el mayor número de animales que llevaban
como botín (R. Capdevilla: Tapalquén II, p. 200). El día 30 de diciembre llegó el ministro de Guerra
Adolfo Alsina con 400 hombres y dos ametralladoras al Fuerte de Azul. El mandó limpiar los
campos de rezagados y atacar a los fugados. La indignación de los porteños fue grande y la prensa
echó un tintero lleno de críticas sobre los Jefes responsables. El periódico satírico de Antonio
Perulero representó al ministro AIsina. en el número del 6 de enero de 1876. entregando a Catriel un
escrito en el que se leía la leyenda: "Y ese tratado, amigo. se cumplirá también como los anteriores".
El coronel Freyre, jefe de la frontera del Oeste decía en carta al Dr. Zeballos, el 9 de enero: "Estoy
cansado de tanto luchar contra los ladrones Winter y Benavidcs. Se ocupan sólo en poblar estancias.
Todas las haciendas de Catriel han sido robadas por ellos, 6.000 vacas. 5.000 ovejas. Todos los
indios que cubrían la línea de la frontera sur, se sublevaron matando la guarnición de los fortines.
Levalle no ha hecho nada y la División (del Oeste) no ha recibido ninguna nota de él". (Consulté
esta carta en el Museo Histórico de Lujan).
Sin embargo, tenemos noticias de algunos encuentros con los indios de la espectacular
retirada de los Catriel escoltados por los malones de Namuncurá. Hubo un choque en el Fortín
Aldecoa, el 30 de diciembre; en la laguna La Bandurria, el 31 y en El Sauce, el 1º de enero de 1876.
A partir de este momento la tribu del campo Las Nievas empezó su vida nómade, a la que no
estaba acostumbrada y ya no tendrá más paz, la guerra estará pisando sus talones por tres años más.
hasta su destrucción.
Juicio histórico
Si hacemos un juicio sobre aquellos acontecimientos, debemos considerar que la
sublevación no brotó de una veleidad india, sino era la respuesta a sentimientos y derechos heridos.
Habían servido mucho y con lealtad, pero no fueron considerados en sus reclamos justos. Un juicio
singular es aquella carta que el 10 de diciembre de 1878 enviara el coronel Donovan al coronel
Julio Campos, después que Juan José Catriel y el resto de su tribu se había entregado en Bahía
Blanca: "Por la carta que le dirigió Juan José Catriel estará usted impuesto de lo mal que se ha
procedido con éste y sus indios. Usted se ruborizaría, si leyese el sumario que yo he instruido a
Catriel y que Vinter ha elevado reservadamente al general Roca. Las declaraciones de Juan José y
de Marcelino honran altamente a usted, así como denigran a otros, y según Vinter, lodo lo que
declaran estos caciques es la verdad y justifica el alzamiento de ellos".
241
He buscado localizar ese sumario, per no lo pude encontrar. Ha sido un despojo violento y
¡tan poco valía la vida de estos indios amigos! En abril de 1876 el ministro de Gobierno Aristóbulo
del Valle, pidió al Juez de Paz de Azul que cooperase con el agrimensor Eduardo Moreno, quien
había sido designado para medir el campo (de Catriel) para invernadero de caballos del Estado en
terrenos que ocupaban las tribus de Catriel (Periódico de Azul El Tiempo, 8.7.1873). Y el 8 de enero
de 1878 se instaló allí una Colonia Rusa.
LA CONQUISTA DE TRES MIL LEGUAS CUADRADAS
Y LA PERSECUCION DE LAS TRIBUS DE CATRIEL
El plan de avanzar las fronteras hasta el Río Negro ha sido cosa resuelta ya en 1867, cuando
las Cámaras votaron la ley 215. Los ministros de Gainza y Alsina venían preparando la ejecución de
ese plan. con la mentalidad de su época liberal.
A pesar del Gran Malón, o incentivado más por él, Adolfo Alsina lanzó todas las fuerzas a la
conquista del Oeste de la Provincia y de la Pampa. Seis columnas salieron a ocupar los puntos más
estratégicos para los indios para las futuras operaciones y estableció, como primera etapa, la nueva
línea de fronteras con Fuertes, Fortines y la Zanja de contención, muchas veces criticada.
N. Levalle avanzó con sus tropas hasta Carhué, hecho histórico y duro golpe para
Namuncurá. S. Maldonado ocupó con su División a Puán. M. Freyre avanzó hasta Guaminí. C.
Villegas, hasta Trenque Lauquen y L. Nelson, hasta Italó. (Hay buenos croquis y mapas de eso)
En el país, sobre todo en Buenos Aires, se había formado una conciencia, una mística, que
aplaudía como gesta nacional, como "punto de partida de nuestra nacionalidad", "la ocupación de
los territorios ocupados por los indios", "el indio era un cáncer que corroía las entrañas del país:
decía Schoo Lastra en su libro “El Indio del Desierto”. "Había que facilitar a la Provincia de Buenos
Aires y a la Nación nuevas posibilidades para su progreso económico y social. (J. Walter, ob. cit.,
1964. p. 526), etcétera".
LA RENDICION DE CATRIEL
CATRIEL (VII). Marcelino. 1830-1916, cacique pampa, hijo de Juan Catriel y hermano de
los caciques Cipriano y Juan José Catriel.
Quien conoce la historia del cacique Juan Catriel y de sus hijos Cipriano y Juan José Catriel,
sabe también lo que le ha tocado vivir a Dn. Marcelino, su hermano. En realidad éste fue el mayor
de los tres hermanos. Según la fe de su bautismo, había nacido un año antes que Juan José, o sea en
1830. Muchos autores creyeron que Marcelino era el último de ellos; era el último en importancia y
actuación.
En 1874, cuando durante la Revolución Mitrista, Juan José arrebatara el cacicazgo a su
hermano Cipriano, Marcelino se constituyó en segundo cacique de la importante tribu que a su
tiempo contaba con más de diez mil almas. En su éxodo, tras la espectacular sublevación a fines de
diciembre de 1875, Marcelino acaudilló una porción de sus indios y tuvo que sostener varios
ataques de las tropas expedicionarias que lo perseguían hasta el 30 de octubre de 1878.,fecha en que
tuvo que rendirse a la División Vintter en los derrames del Chadicó en el Pozo de Cuadrín (Olasc.
IV, p. 72). Sorprendidos, tuvieron que entregarse en calidad de prisioneros, Marcelino Catriel y su
escribiente, Blas Ramón, 24 indios de lanza, 43 mujeres y 48 niños. Juan José Catriel se hallaba a
14 leguas y vino más tarde a entregarse con su gente.
Los prisioneros fueron llevados primero al Fuerte Argentino (Bahía Blanca). Marcelino.
Juan José y algunos más fueron llevados al presidio de Martín García y juntos fueron bautizados en
el Batallón de Artillería, el 11 de agosto de 1879. Los Padres Lazaristas los habían catequizado
como tantos otros que habían venido a Buenos Aires en calidad de prisioneros. Es posible que
Marcelino Catriel haya recobrado su libertad, terminada la Conquista del Desierto, y haya ido a
245
Fortín Conesa, donde gran número de sus indios cultivaron los campos de la “Colonia Catriel”. Pero
por decreto presidencial del 5 de agosto de 1898 hubo un replanteo de esas tierras, “la mensura y
replanteo del pueblo de la Colonia Conesa”. En 1903 se tuvieron que trasladar a Peñas Blancas, a
una zona donde faltaba hasta el agua. El croata Ing. Juan Benígar, que compartía esa vida, describió
esa situación en: " El calvario de una Tribu". (Se conoce un extracto del manuscrito publiado en:
Rev. Biblos, Azul 1926, Na 11, p. 30-48). Sólo la Reina Bibiana mantuvo el ánimo de los
desgraciados sobrevivientes de la tribu de Catriel. Marcelino no fue a vivir a ese rincón, sino volvió
al Partido de Olavarría, donde vivió sus últimos años como cantero en el Cerro Sotuyo, próximo a
Sierras Bayas, donde murió en 1916. Con Juana Gallardo tuvo 6 hijos, entre ellos a Matilde Catriel.
a quien el Dr. José Arena dedicó un artículo en La Prensa (21.6.1964) bajo el título “Una auténtica
india”, que había nacido en la isla Martín García en 1882. Según otra noticia de La Prensa del 14 de
diciembre de 1966, Juan Catriel, también nacido en Martín García, fue hijo del cacique Marcelino
Catriel. En 1883 se bautizó allí a Marcelino (h) de 5 meses, el 2 de septiembre, por el capellán
Alfredo de Carol. Se asienta como hijo de Marcelino Catriel de Azul y de Anita. En la zona de
Olavarría hay algunos descendientes suyos, pero probablemente no saben de su trayectoria azarosa
y triste. Quizás lo recuerdan como buen abuelo y estimado bisabuelo.
CATRIEL, José, 1866, capitanejo pampa del cacique Lincopán (A.E.M. 3807, carta de
Calfucurá a Ignacio Coliqueo).
CATRUEL (Catri Nahuel, Catruén) 1774 era cacique puelche; decían que había nacido
tierra adentro de donde había venido “al amor de sus parientes” (Crivelli, en TH. 1991 p.14). 1774
una partida de Salto lo encontró bagualeando con una cuadrilla de indios. Decían que Catruel era
primo del cac. Toroñam. Pero me resulta difícil aclarar si tenía parentesco con los Catriel. 1776 el
censo de Diego de las Casas nombra a Catruén como vecino de Rainao, Llancán y Aygopillán en
Colulauquén, La Pampa (De Angelis IV 1910 p. 584)Fines de marzo de 1779 se concentraron
muchos caciques con Calpisquis en los montes al Oeste de Salinas Grandes: Catruén, Linco
Pangui,Toró, Calfiquil, Cactuquí, Catumilla y Cheuque Huala, como demostración de fuerzas y para
intimidar a los epañoles, que no cesaron de expedicionar a Salinas Grandes. Mandaron a Lincopán
para gestionar la paz (como lo hacían en Chile (Crivelli ib y AGN S,IX 1-6.2) Los españoles de
Buenos Aires, en cambio, les prohibieron comerciar (sal) como lo habían hecho hasta entonces. En
1781 lo encontró Zizur en oportunidad de su expedición a Salinas Grandes y lo describió “como
mozo de unos 30 años, de regular estatura, color no muy moreno y todo su semblante muy
modesto” (Diario ed. 1973 p.96). 1787 se nombra al cac. Catruel entre los puelches, afincado entre
los pehuenches, bajo el mando general del cac. Goyco a orillas del Río Diamante (Arch.Mend. doc.
20 y 35). Se le reprocha en el parlamento del 17 de octubre en el Fuerte San Carlos porque era
amigo del cac. Llanquetruz y porque había ido a Buenos Aires a pedir la paz; pero en realidad fue
allí para conseguir la libertad de familias cautivadas. El 23 de Noiembre se acercó nuevamente a la
frontera de Buenos Aires, entrevistando al Comandante de la Expedición que iba a Salinas Grandes.
Los acompañó hasta la laguna Cabeza de Buey y Tenemeché, que era el nombre antiguo de la
Laguna Blanca. (AGN. IX 7-8-1; 13-8-17 y 1-5-1 f.172) Y no hubo invasión de indios. El l7 de
Junio estuvo otra vez en un parlamento de los pehuenches en San Carlos. Durante la anterior
contienda de los pehuenches de Malalhué contra los sureños de Rayguán, Catruén había sido un
factor de unión y reconciliación. Después de la muerte del cac. Pinchitur fue a parlamentar con el
cac general de los ranqueles en la Pampa, el cac. Carripilún para impedir una sublevación.
Catruén murió en 1789 de viruela y su sucesor era el cac. Quentriel. 1796 el hijo Catruén se
unió con los ranqueles, primero con Carripilún y luego Caullamanque y se estableció en Villacura
(Arch. Mend. 1796 doc. 19)
246
CATRUÉN hijo, participó en 1814 en el parlamento histórico del Gobernador José de San
Martín con los caciques del sur de Mendoza (C.Rusconi vol V p.94)
Si no me equivoco, él mismo fue perseguido por la división de Juan Manuel de Rosas en su
Expedición al Desierto en 1833. Según el Diario de éste, el 16 de Julio de 1834 fue tomado preso.
Tendría entonces más de 80 años. Había escapado al primer rastreo, pero luego se entregó en
Chadileufú. Porque el hambre los hacía salir de su escondite. Con él estaban Calfuén y Nahuelán y
70 indios de lanza y sólo 32 mujeres. (Informe de Rosas AGN.S.X. 27-5-5) Una de sus esposas
hablaba castellano (AGN IX 1-5-6 f. 399)
CATRI GNIR, 1870, cac. chileno que permitió que se ocupara de nuevo la región de la
antigua ciudad de Villa Rica (Universidad Nac. del Cuyo: Centenario de la Campaña del Desierto,
1979 p. 155)
CATRI GUÁN (Catruhan o Catriquen) 1796, participó en la Guerra Pehuenche con los de
Barbarco de Rayguán. También figura entre los pehueches del Sur de Mendoza 1814, de la
obediencia del cacique amigo y gobernador Ñeycuñán, 1852 aparece un cacique Catruhán entre los
caciques obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca
ETIM: Guan o Guanque: avestruz; catri: cortado o muerto.
CATRI HUAL, 1795, cac. pehuenche en la Misión de Quilacahuín y Cuyunco.
CATRI LAF, 1796, cac. ranquel de Quecheregua que participó en la Guerra Pehuenche
contra los huilliches de Rayguán de Barbarco (Neuquén) Arch. Mend. Doc. 37, 8.12.97.
CATRI LEF, Ambrosio, cac. araucano que en 1850 vivía en Pitrufquén (Chile). 1853 se
hizo bautizar y fue un gran amigo de los misioneros y de los cristianos. Murió a los 70 años
(Lotear,W. On Häuptlingen, 1942 p.31)
J.Pintos : en Relatos 1988 p. 351, le dedica una hermosa página: “Entre los hombres ilustres
y heroicos que se destacaron en la Independencia de Chile al separarse de España, este cacique
merece un destacado lugar. El se hizo patriota. La mayor `parte de los caciques había abrazado la
causa de los españoles realistas. El se hizo patriota. La naturaleza le había dotado de una robusta
constitución física y de un temple poco común: perspicaz,activo, infatigable y –lo que más lo
enaltecía- de sentimientos nobles y magnánimos…Después de la batalla de Maipú, se retiró
contento, sin haber recibido o pedido recompensa alguna. Tuvo un gran cariño a sus amigos
cristianos. Para Pascua venía a la Misión de San José de Mariquina a festejar, a pesar que no era
bautizado. A los 70 años pidió el bautismo y allí murió el 15 de Agosto de 1853.
CATRI LEO, 1778, cac. araucano de Tucapel viejo, al S.O. de Nacimiento. Allí asistió al
Parlamento que el Gobernador Ambrosio O´Higgins convocara para el 6 de octubre de 1778. En su
discurso pidió que les enviaran misioneros (R.Lagos: Colegio de Chillán p.219) En 1787 salvó con
otros la vida del Obispo Marán, cuya vida o muerte se decidió por un partido de chueca (Campos
Menchaca: Nahuel Buta p. 246). Al estallar en Chile la Guerra a Muerte, (en 1819) dos caciques
Catrileo se alistaron en las filas de los caciques realistas. El uno era señor de Purén y el otro, de
Nielol (ib.163) Intervinieron en el combate de Yumbel (1819). Catrileo de Purén mató en un
formidable ataque al Comandante General Andrés Alcázar (22-26.9.1820). Se había aliado con los
indios de Mariluán de Collicó, con los indios de Calfuqueo, de Boroa y de Curriqueo de Truftruf.
Catrileo era el más implacable adversario de los indios lumaquinos. Aquellos fueron apoyados por
los caudillos relistas Pico, Carrero y Benavides (T.Guevara: Los araucanos en la Revolución de la
Independencia 1910, p.90, 155, 197 etc.)
Mientras estos maloneaban, los Patriotas de Prieto, Bulnes y F.Ibañes decidieron atacarlos
en su propio nido (ib. Cap. VII, Campos Menchaca p. 456 y Vicuña Maqueña: Guerra a Muerte 450
y 321) A fines de Diciembre partieron con 2000 soldados de la Araucanía. El 12 de enero de 1821 se
enfretaron Salazar y Liempí con Catrileo, frente a Lumaco. Carrero perdió su bagaje y Catrileo de
Purem, su vida, igual que 200 de su bando. Según las memorias de Domingo Salvo, éste había
muerto al gobernador Ruiz, como también al Mariscal Alcázar.
247
CATRILEO, 1820 cac. boroga quien entre 1822 y 1824 emigró al Sur de la Provincia de
Buenos Aires , pues en un legajo del Archivo se habla de la cautiva María Martínez quien iba en
bergantín a Buenos Aires y que fue cautivada cerca de allí. Luego trasladada al poder del cacique
Catrileo en la Provincia de Valdivia (AGN S X 24-9-1) La había comprado por 258 $. A los seis
meses recobró la libertad. Parece que a Catrileo le gustó la Argentina, porque volvió a la Pampa. El
28 de Mayo de 1830 no quiso participar en la Junta General en lo del cac. Rondeao. Allí decidieron
matar al cac. Curitripay, sus dos hijos y al cac. Catrileu (J. Fernández, Nuestra Historia, oct.2000
p.96 ) El 9 de febrero de 1837 vino para el malón de protesta por los ataques a los borogas de
Cañiuquir y de Coñuepán (ib. S.X. 25-5-1) Catrileo entró más tarde en negociaciones con el
gobernador Juan M. de Rosas y su teniente lugar Pedro Rosas y Belgrano. José María Catrileo, su
hijo mayor se presentó en Azul y recibió racionamiento (Rev. Del Arch. de Azul Nº 2 p. 134 y 145)
En 1851 mató al capitanejo Zúñiga en el combate de Tucapel (Chile). 1859 estuvo, quizás de visita,
en la toldería de Calfucurá en Salinas Grandes. Este pidió entonces al Gral. Urquiza un vestuario
para él. Pero en 1860 lo expulsaron los indios salineros, porque se había opuesto a los planes del
aventurero francés Antoine Orellie de Tounens, quien, apoyado por Namuncurá y Quilpán, se había
proclamado Rey de Araucanía y de la Patagonia. 1863 vivió en la zona de Angol, donde,parece,
concluiría su vida en paz. Ese mismo año David Honorato lo fotografió con su familia. Se halla una
copia en el Museo Histórico Nacional y está reproducida en “Cultura Mapuche” de C. Alduarte del
Solar p.12. El anciano cacique era un apreciado e importante amigo del Gobierno chileno, 1870 se
entrevistó con Anthony Orelliè en su segundo viaje a la Araucanía (Beremendi, J.F. Orelliè Antoine
I; en documentos para la historia Argentina II 1974 p. 51)
CATRILEO, Manuel, 1920, cac. araucano, oriundo de Huentelolen; vivía en la ciudad de
Temuco. Era hombre civilizado y culto. Allí presidía la Sociedad Caupolicán, dedicada a la defensa
de su raza y al cultivo de su tradición (Diccionario Histórico Geográfico chileno, 1926)
CATRI LEVI, cacique araucano que 1835 luchó contra el cac. Colipí y tropas chilenas.
Luego pidió perdón al General M. Bulnes (25.5.1835).[Esta fugaz noticia traje del AGN Biedma
S.VII 10-4-2-14; ]
CATRI LIPI, 1857. Capitanejo de Calfucurá (AGN S.VII 14-2-3 T 124 p. 248
CATRI LONCO, 1836, cac. pampa quien ese año fue muerto en el sur de Córdoba con el
cac. Toriano ( M.Rivas: Melincué p. 16 ) ETIM: Cabeza rota
CATRILLÁN ver Catremillán o Salas, Martín
CATRILLUR, 1822, cac. pampa. Según el diario de Pedro A. García de la expedición
pacificadora a la zona de Tandil (p.119), su toldería fue la población más rica, pues poseía más de
10.000 cabezas de ganado. Pero no tenemos noticias personales de él.
CATRI LLÁN,1822, capitanejo pampa que tenía cinco toldos cerca de la Guardia de
Montes, igual como los caciques Neculpichuí y Chañapán. 1852 está en la lista de los caciques
obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca. Rosas lo llama Catrullán.
CATRI MILLÁN “El Viejo” (Catumillan) 1786, cac. de la nación auca, pertenecía a la
obediencia del cacique principal Lorenzo Calpisqui. Los dirios de las expediciones de M.Pinazo
(1788) y de Hernández (1790) lo nombran. Un documento de Chascomús de 1786 ubica sus toldos
en la zona de los Sauces, inmediato a la Sierra de la Ventana. Por las comunicaciones de las
Comandancias de Ranchos, Chascomús y Monte, sabemos que tuvo mucho contacto con Buenos
Aires; seguramente contactos comerciales. AGN IX 1-5-1. En 1800 visitó a Buenos Aires con los
caciques Luna, Quelentur y Nahuelpán (pampa ranqueles). También lo sindicaban entre los “aucas”.
Era vecino del cacique Guayquilef (1799). En otros documentos lo llaman cacique pampa,
embajador de otros caciques pampas como Quirque Ancavilú, quienes , en 1809, avisaron al
gobierno de la Capital que había movimientos de otras naciones en Tierra Adentro (AGN IX 1-5-1
Chascomús 30.6.o9 y Sánchez Zinny: Guardia de San Miguel del Monte, 1939 p.130. En
septiembre de 1806 el cacique pampa ranquel y el indio Felipe ofrecieron su ayuda en nombre de 16
caciques para luchar contra los ingleses (Zerda p.57) F. Catimilla y Aucavilú visitaron en 1809 al
Virrey de Buenos Aires.
248
CATRI MILLA, Mariano, 1856, capitanejo del cac. pampa Maycá. Ese año se creó junto a
Azul la Villa Fidelidad para los indios amiogos de esa tribu. M. Catrimilla recibió asignado un solar
de 50 m x 50 m (Rev. Archivo de Azul Nº 1, 1940)
CATRI NAO es el nombre complementario de los hermanos Pincén y de Maldonado
CATRINAO, 1851, capitnejo boroga. Figura en la lista de caciques obsequiados en Bahía
Blanco como hijo de Inaiquén (7.1.1851) También figura 1854 entre los caciques que estaban
haciendo un tratado de paz con el Gobierno de Córdoba (Arch. Córd. Secc. Gob. T 239). Más tarde
figura entre los indios del cac. Vicente Piseñ (Pincén); por ejemplo en el tratado de paz que este
mismo hiciera con el Gobierno de Buenos Aires, el 13 de Mayo de 1875 (Clifton Goldney:M.
Namuncurá p.213) El mismo cac. Vicente Pincén firma el tratado de paz como Vicente Catrinao
Piseñ. Esto indica a lo menos que los Pincén estaban entroncados por casamiento en la familia de
los Catrinao. Si queremos saber algo más de su vida, debemos leer la historia de Pincén.
En la persecución de los Pincenes por la División del Cnel Villegas de Trenque Lauquen,
Vicente fue el primero en caer en sus manos. El capitanejo Catrinao se presentó el mismo, el 25 de
noviembre de 1878 al Cnel. Villegas con 13 indios y 13 mujeres (Olasc. IV p.97) Entre los
prisioneros de las expediciones figura el capitanejo Cueza, hermano de Catrinao Yocuqueien. Es
una denominación misteriosa). Catrinao es también llamado Catre nagú. Cueza es llamado hermano
de Catrinao Yucuquein.
ETIM: Nao:tigre; catri: cortado
CATRI REN, 1837, capitanejo del cacique boroga Martín Collinao AGN S.X. 25-5-1)
CATRI RUPAI, 1797, cac. chileno que vivía en Chacal-co. Había participado en la Guerra
Pehuenche. Pero desde 1797 hicieron la paz y fue subvencionado por el gobierno chileno
(T, Guevara, 1910 p.24) ETIM: Rupan: cráneo, Catri: partido
CATRUEN, 1774 jefe de huilliches ranqueles. Vino de Tierra Adentro y se reunió con otros
ranqueles para cazar yeguas cimarronas cerca de la Guardia de Salto. Pero fue liberado, porque se
informaron que era amigo de los cristianos, como Toroñam, su primo. Otro primo era Caniupí,
parientes de Nahuelpán. Cuando uno de los suyos fue asesinado, apaciguó a su gente, argumentando
que “así como había indios malos, también había cristianos malos AGN IX 1-5-3. En agosto de
1774 Pinazo dio orden que no podían pasar con mercaderías; que los tomasen presos y “los echasen
a la otra vanda (al Uruguay) AGN IX 1-6-1. Así le pasó a Toroñán, primo de Catruen y nunca
regresó .1779 vivía en Salinas Grandes. 1783 fue atacado y tuvo grandes pérdidas El murió en 1789
víctima de la viruela. Su hermano Quentrepí asumió el gobierno de su tribu. El estrechó aún más los
lazos con el Oeste. Había sido secretario del cac. Calpisquis. Una de sus mujeres hablaba castellano;
era una hermana del cac. Calpisqui. Ella murió en 1805.
CATRUÉN, 1833, durante la expedición al Desierto de Rosas, otro Catruen fue apresado
con Cayupán en el sur del Río Negro (en Valcheta) y conducidos a presencia del Gral Rosas
CATU HUÉ, Francisco, 1751, cac. pehuenche que residía enCaglo (Chile), donde lo visitó
el misionero jesuita Benardo Haevstadt, el 26 de Noviembre de 1751
Caupolicán nació en Palmaiquén, a principios del siglo XVI. En 1540 Pedro de Valdivia,
saliendo del Cuzco, emprendió la conquista de Chile, fundando a su paso los pueblos de Santiago y
La Serna. En 1541 se organizó la primera resistencia araucana, pues destruyeron el pueblo de
Santiago y sostuvieron un recio combate con los españoles. Estos habían capturado a siete caciques
que los mantuvieron como rehenes y garantía de paz. Pero luego los decapitaron, entre ellos al
cacique gobernador Michilongo. Así provocaron la guerra de Arauco y Caupolicán. quien se
destacaba por su valor y fuerza, fue nombrado el "toqui", es decir, el jefe de la guerra. Valdivia, el
primer gobernador, había emprendido su conquista del sur, fundando en 1550 a Concepción, en
1552 a Villarrica y La Imperial, al mismo tiempo que Villagra fue a descubrir el territorio del Cuyo
y Francisco de Aguirre la zona de Santiago del Estero (Argentina).
El primer choque, que los españoles denominan levantamiento, se produjo en Tucapel, el 2
de marzo de 1553. Caupolicán dirigió la batalla en persona. Los indios, exacerbados por las
crueldades perpetradas por los españoles, sacrificaron hasta el último prisionero: entre ellos halló su
muerte el conquistador Pedro de Valdivia.
Francisco de Villagra, segundo gobernador de Chile, continuó la guerra y la marcha
española hacia el sur. Caupolicán lo derrotó en abril de 1557; destruyó la población fortificada de
Concepción y ocupó otras plazas españolas. Puso sitio a La Imperial y de estas muertes consiguió
que las tropas españolas retrocedieran hacia el norte.
El joven gobernador García Hurtado de Mendoza, sucesor de P. de Villagra, logró derrotar a
Caupolicán en Monte Pino, cerca de Concepción. Lo sorprendió el 1º de abril de 1557 en Peteroa,
cuando estaban reunidos (400) en una "borrachera". García Hurtado levantó su campamento en
Millarapue (hoy Melirupu), donde Caupolicán y los suyos lo atacaron, el 30 de noviembre de 1557.
El toqui montaba un caballo blanco que había pertenecido a Pedro de Valdivia: desafió al
gobernador a un duelo individual. "Desafiándome en forma, como si fuera hombre de gran
punto",decía luego el gobernador en carta a su padre, el Virrey del Perú. García Hurtado no aceptó
el desafío; pero le demostró su radicalismo, ahorcando ante la vista de los indios a 30 capitanejos.
Al cacique Galvarino, a quien habían apresado en el encuentro de Las Lagunillas, el 8 de noviembre
anterior, le cortaron los brazos y lo soltaron para escarmiento de los demás. Este siguió peleando
con una lanza atada a su brazo mutilado. Y cuando lo apresaron de nuevo y veía que lo iban a
ahorcar, pidió que lo colgaran en la cima del árbol más alto para que los hermanos lo vieran y
porque había defendido su raza. En esa batalla perdieron los indios a 6.000 hombres (Ercilla: Cant.
XXII).
251
Caupolicán, tras numerosos encuentros, cayó prisionero. Miguel Avendaño y Velasco le
había tendido una celada y fue condenado a una ignominiosa muerte. Ercilla dice que propuso hacer
un pacto de reconciliación, pero Reinoso, el comandante de Tucapel, lo hizo "empalar en una estaca
agudizada que le atravesó las entrañas". Esto, en Cañete, en 1558. El Padre Diego Rosales, en su
Historia de Chile (escrita 1674) cree que no fue muerto de ese modo; que, por haber aceptado el
bautismo, en el que le dieron el nombre de Pedro, se le mitigó la pena y se le dio el garrote (Vol. L
1877, p. 393).
Caupolicán perdura en el recuerdo como héroe de la independencia mapuche. Nicanor Plaza
lo inmortalizó en piedra en el monumento que erigió en la plaza de Temuco. La mujer de
Caupolicán se llamaba Fresia Cudén.
(Etimología: Licán: piedra cristal Cau pu: prob. de Queupú: piedra negra "Cristal de piedra
negra" [entre los borogas seguían usando el nombre Queupulicán).
CAYU FU o Caillufú, 1864, capitanejo huilliche del cac. Quiñiforo. Figura en un tratado de
paz.
CAYU HUEQUE (Cayuequé, cayeco), 1774, cac. huilliche al que esperaban los pampas
con mucha gente. En Noiembre de 1780 estaba en Chanacul (Patagonia) sobre el Río Colorado.
1787, el cac. pehuenche Ancanamún avisó en Mendoza que 5000 huilliches y pampas de habían
reunido en Chimpaymi. Que Cayuéque estaba junto a los caciques Paillantur y Llanquetruz (Rev
Est. Hist.Mendoza II p.205). Fray Francisco Mendez, en su viaje a los pehuenches, en 1791,
encontró al cac. Cayuhueque en la zona de Bariloche junto con el cac. Macunvuna (F.Fonk, 1900
p.301). Decía que era gnte del sur y que no entendía la lengua araucana. ETIM: “Seis Guanacos.
CAYUL o Cayulén, 1872, capitanejo ranquel del cac. Marino Rosas. 1873 estuvo en el
entierro del cac. Calfucurá en Salinas Grandes (AME doc. 1232). En realidad figuraba en la lista de
los capitanejos ranqueles ya en 1854. Pero recién en la última fase de la Guerra de la Conquista del
Desierto es más nombrado. A fines de 1878 Cayul y Queupú, el uno con 500 indios y el otro con
100 picunches, estaban dispuestos a someterse a las tropas nacionales; pero viendo las injusticias
cometiodas con algunas tribus, como con Catriel, ya desistieron a dialogar. (Carta de Donaván a J.
Campos, 10.12.78). Julio A. Roca destacó, entonces, al capitán V.Lasciar con un piquete del
Regimiento 5º para someterlos. Este, en su informe, llama a Cayul “el más activo del cac.
Reuquecurá y el que sigue en importancia a Namuncurá” (Olasc. I. 104). Lo alcanzó en Cochiló y le
mató unos 37 indios y apresó el resto que no habían escapado antes. El 9 de enero de 1879, Lasciar
llegó con los presos a Puán, trayendo consigo al cac. Cayul, siete capitanejos, 108 indios de lanza y
132 de la chusma (AEM Nº 1388) La primera Brigada no halló a Reuquecurá. Los presos,
mortificados por toda clase de privaciones soportaron también el enganche en el ejercito
expedicionario y finalmente fueron atacados por el Cnel. Saturnino Torres, el 30 de nov. de 1882.
Rev. J.E.Hist. Mendoza XI p. 147)
Cien años más tarde, el nieto del cac. Cayul, Don Francisco Cayulén, contó su historia al
estanciero Aarón Esevich en la Estancia El Recado, en Juan J. Paso (Prov. Bs. As.) Este lo
rememora en su libro “Campos de Afuera”. El cac. Cayul terminó su vida como prisionero de
guerra (E.Bidondo: Historia del Regimiento 5º p. 132)
CAYULAN,1837, cac. pampa amigo (Lista AGN X. 25-5-1.
CAYULEF, 1878, cac. pampa, hijo de Huayquilef y hermano de Tripaylaf.
1861 hallamos (igual como Tripaylaf) a Cayulef entre los indios de la tribu de Llanquelén,
establecidos en Junín (BA) y allí fueron incorporados violentamente en la tribu de Coliqueo.
Cuando ésta se trasladó hacia la zona que hoy es Los Toldos (Part. Gral. Viamonte) se produjo una
resistencia, pues los caciquillas Seguí, Tripaylaf y Cayulef no querían moverse de sus tierras; pero
253
el cac. Raninqueo los sometió a la fuerza (Hux: Coliqueo 1980 p. 63) Fue probablemente Faustino
Cayulef que 1876 fue asentado en el censo que le anotó la edad de 96 qños y que dejó en la tribu de
Los Toldos alguna descendencia (Hux, trabajo genealógico sobre familias de la Tribu de Coliqueo)
CAYUNAO, 1787, cac. puelhe que vivía sobre el Río Diamante en la vecindad del cac.
Ronco (Arch Mend. Doc. 37) Les tocó la Guerra Pehuenche. En 1820- 1822, Cayunán no quiso
participar en las correrías de José M. Carreras, el exdictador de Chile que hiciera tanto revuelo en la
Pampa. Se unió entonces con el grupo del cac. Nicolás Quintana, adheridos en obediencia a Buenos
Aires. 1832, aún, estaba en la zona del Diamante. 1880 falleció “el indio Cayunao ya muy viejo”.
Había sido prisionero de los expedicionarios de 1878/79 y por el Cnel. Ortega ha sido traído al
campamento del Rodeo del Medio (Mendoza) (C. Rusconi, ob cit. T.IV p.98).
CAYNAO, capitanejo ranquel. En 1833 vivía en Ocobal (segíun dice en sus Memorias
M.Baigorriqa) 1864 era de la escolta del cac. Mariano Rosas (Arch E.Mitre lista del R.P.Donati de
1870)
CAYUNDO, Francisco (o Callando) puede ser Cayunán de 1806) 1806 se da el dato que en
Junio de ese año había ido a Buenos Aires. En Agosto de ese año acompañó al Comandante
Francisco Terrada en su viaje a Salins Grandes (Documentos para la Historia Argentina, ed. Fac. de
255
Fil. Y Letras T.IV p. 149 y en Abastos de la ciudad y campaña de Buenos ASires 1773-1789, Bs.As.
1914)
CAYUN CURA, Antonio (Cayancura), 1908 falleció este capitanejo pehuenche ya
centenario, Vivía en la margen derecha del Arroyo Butacó (Neuquén) “Seis piedras)
CAYU NIRRE, Fermín, capitanejo pehuenche o puelche de la agrupación de Goyco. Murió
en combate, el 16 de diciembre de 1803 junto a los cacioques Caronao y Epumay a manos del cac.
Llanquepy y de los pehuenches del sur (huilliches) (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza;
Arch. Mend, doc. 46. “seis zorros”
CAYU PÁN, 1776, cac. puelche que vivía en Colulauquen, al Sur de Toay, La Pampa.
Según el censo de Las Casas tenía 15 toldos y dos grandes posos en Chin y otro en Anpiel (De
Angelis IV p. 584). Luis de la Cruz habla de él en su diario del viaje de 1806 por la Pampa.
ETIMOL: Seis pumas (Pangui)
El cac. Nicolás Quintana se opuso con un grupo más reducido a la gestión de Carrera y en
su propaganda ganó al cac. Cayupán (Coñopán) para su causa, lo que disgustó al cacique mayor
Pablo, de manera que le mató un pariente, el cac. Caniullán Lo dice él mismo en una comunicación
del 15 de Septiembre de 1821, agregando que temía que le iban a invadir. Entre tanto J.M.Carrera
había sido fusilado en Mendoza. Por eso, el mismo cacique boroga (Pablo) como Cayupán, entró en
negocios de paz con el Gobierno de Buenos Aires. Así se presentó al Cnel. Pedro A. García en
Tandil, en 1822. En 1824 el Gobernador de Buenos Aires lo nombra entre los caciques
favorablemente dispuestos. Vivía en las Sierras de la Ventana. 1825 participó también del
parlamento de paz convocado por los hermanos Oyuela en la zona de Bahía Blanca(13.12.25. AGN
X 27.7-6
1825 vino de Chile el gran cac. Venancio Coñuepán (no estoy seguro si era o no hermano de
Cayupán), quien era amigo de O¨Higgins y oficial en el ejército del Libertador José de San Martín.
Este er a patriota fanático y decidió en varios combates contra los realistas de la Araucanía. Luego
vino con el patriota cacique Melipán por encargo del gobierno chileno a la Pampa para perseguir a
los realistas emigrados a la Prov. de Buenos Aires. Ante la dificultad de no poder volver por los
pasos de la Cordillera, se presentó sus credenciales al Gobierno de Buenos Aires en Tandil,
ofreciendo sus servicios. [Véase la importante biografía de Venancio Coñuepán y el libro Caciques
Borogas y Araucanos, ed. por El Elefante Blanco B.A. 2004]
Siguiendo las huellas de Panancio Cayupán, lo encontramos en lalista de los caciques
reunidos para tratar la paz, en el Arroyo Epecuén. El nuevamente figura entre los caciques mayores,
como los caciques Pablo y N. Quintana. Se los consideraba “jefes de la coalición y agentes de la paz
256
de Patagones”, según anotó el Comandante M, Dupuy (AGN VII 10-4-14). Los caciques habían
pedido que convocasen para esa reunión de paz a los caciques “chilenos” Pablo, Coñuepán, Uñol,
Urenamón, Cañiullán, Neculhueque, Chisca y Victoriano, hijo famoso del cac fallecido cac.
Calpisquis (Cayupulqui) Luego aceptaron el tratado de paz propuesto por los emisarios del
Gobernador (Presidente) Rivadavia (AGN X. 27-7-6 fecha 25.4. 1826) Prometieron reconocer la
soberanía, respetar la paz con todas las provincias, evitar malones y procurarían que el cac. chileno,
llamado Toriani, emtregase al rebelde Pincheira, quien esgrimía aún la bandera realista. En la lista
no puedo distinguir cuáles han pertenecido al cac. Cayupán, sólo los cacique Calquín, Joaquín
(Pqan) y Millao. Estaban también presentes caciques chilenos quienes habían luchado en el bando
de los realistas en Chile, como Rondeao, Alón y Caniullán.
La paz duró poco. A poco andar fueron atacados por la expedición del Cnel Federico Rauch
con indios tehuelches y pampas que había incorporado para perseguir a los pincheirinos que habían
maloneado en “Los Toldos Viejos (Dolores, pueblo naciente). En la zona de Epecuén atacó a los
indios de Coñuepan (Pañuepán), Uño y Caniullán en sus tolderías que habían adoptado lña paz. En
el segundo ataque mató más de cien y capturó a unos 400 indios en el combate del Arroyo de la Paja
(28.12.1826) Los caciques Cayupán, Uñol y Pablo escaparon también a los ataques del 3 y 23 de
enero de 1827 y huyeron hasta Salinas Grandes /AGN X 14-3-1). Al mismo tiempo un ejército
chileno al mando del Gral. Bulnes, Beauchef y Venancio Coñuepán (el otro) combatieron a los
pincheirinos atrincherados en Neuquén. Este (“otro” Coñuepán se presentó poco después al Cnel.
Estorba en Tandil, presentando a sus indios al servicio de esta trierra. El Gobierno y el Comandante
General, J.M.de Rosas conversó con él, pues hablaba bien el castellano y le confirmó l grado militar
de Teniente Coronel. Luego pudieron sus indios participar en la fundación de Bahía Blanca. (Ver
Coñuepán, Venancio)
Panancio Cayupán, en cambio se reconcilio con elos caciques pampas Catriel y Cachua
quienes lo habían perseguido empujados por el Cnel. Rauch y también con Llanquelén en una
conferencia en Parlermo. Rosas decía en una carta a Facundo Quiroga, que a Cayupán lo tenía de
amigo desde antes de la Revolución de diciembre. Elaño 1829, pues, ocurrieron importantes hechos
políticos. A raíz de la sublevación del General J.Lavalle y su campaña por la Provincia de Buenos
Aires, se le plegaron las fuerzas militares de Bahía Blanca que entonces estuvieron al mando del
Cnel. R. Estorba y del Tnte. A. Morel. Los soldados ya estaban en marcha para unir sus fuerzas a
los indios de Coñuepán y de los tehuelches de los caciques Negro y Chañil, cuando éstos de pronto,
obedeciendo a secretos direcciones del Comandante General Jn. M. De rosas, se sublevaron y
levantaron sus armas contra las fuerzas bahienses llegando al Río Napostá e hicieron una masacre
traidor. Esto ocurrióel 30 de enero de 1829.Allí murieron el Tnte. Morel, 10 oficiales y 106 de la
tropa. Los mismos vencieron al Cnel. Federico Rauch en la Acción de las Vizcacheras. Los
documentos hablan además de unchoque habido con los borogas de Guaminí y ellos, pero no pude
precisar ni la fecha ni otros detalles (C. Grau: Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra p. 248). No
por nada exigían los borogas a Rosas las cabezas de Catriel, Cachua y Panancio Coñuepán. 26.7.29)
El año 30, Rosas y particularmente las tropas de Bahía Blanca intensificaron la lucha contra los
indios chilenos y “ranqueles” de la pampa. El 12 de abril, el Cnel. Narciso del Valle atacó la toldería
de Chocorí. Este se presentó, haciendo cargos por el injustificado ataque, diciendo que él no había
maloneado, sino Cayupán. (Ver Chocorí 1830 en el parlamento de Tandil y 32 caciques. AGN X.23-
9-4).
No obstante, J.M. de Rosas admitió la tribu de Cayupán frente al naciente fortín de
Tapalquén, avecinándola a la tribu de Catriel. Pero cuando se trató de fundar el Fuerte de Azul,
(Fundado el 15 de Diciembr e de 1832) y poblar estancias vecinas, Rosas dispuso el traslado o
desalojo de sus indios de manera más diplomática.
En septiembre de 1832, escribió Rosas al Cnel. Vicente González, alias “El Carancho”,
diciéndole: “..Para que la medida del desalojo de los indios surta los efectos del bien general que he
tenido en vista al resolverme a esta empresa, es necesario que no les falte en los puntos donde se les
ha situado, la manutención. Esto es por ahora lo principal. Para los de Venancio puede usted por
orden mía (dar) cada mes 150 cabezas de yeguarizos de dos años arriba. Que no vengan a
257
buscar(los), sino se las lleven; así no roban y se puede reconocer (la) ruta directa que abre huella
que sirva en lo sucesivo…”(Comando General del Ejército: Política seguida con el indio; T.V p.57)
Las palabras de Rosas son bastante claras. El 4 de noviembre, dos meses más tarde, el Cnel.
Rodríguez escribió al Cnel . M. Delgado, destacado entre los indios borogas de Masallé: “Serán
batidos con expedición combinada los indios rebeldes del cac. finado Toriani, Cañumil y
Namuncurá” (Hago notar que esta misma alianza será instrumento para castigar a los borogas en el
asalto de Masallé, en octubre de 1834).
En enero (21.1) del año 1833, estando decidida prácticamente la Expedición combinada al
Desierto, se afirmó que Lepil estaba en Maulí, Chagallo y Cayupán en Choele Choel y que
esperabana un nuevo contingente de indios chilenos, para acometer en masa a los borogas. Cayupán
(creo que es el mismo Panancio) sdsreía pues uno dfe los blncos de la expedición. En mayo, el
comandante Olivera de Patagones avisó al jefe de la Vanguardia de Rosas, el General Angel
Pacheco, estando en marcha sobre el el Río Negro, que Chocorí y Cayupán estaban en Choele
Choel a 20 leguas del Campamento, cada uno con 50 indios.
Pacheco destacó, entonces, al 2º escuadrón de Hilario Lagos por un vado peligroso hasta el
lugar denominado San Gabriel (17.5. 1833). No lo hallaron.
En una nota del Diario de Rosas se dice para el 9 de Julio: El cac. Cayupán, a quien corrió
Lagos, es tehuelche. (Me despista eta nota. A qué Cayupán se refiere) Estaba con Chocorí, aunque
vivía más distante; en su fuga se había dirigido allí.
En Agosto, en pleno invierno y sobre suelos pésimos lo buscaron de nuevo el Mayor Ibañes
y sus soldados. Las instrucciones que J.M. de Rosas había mandado al Cnel Ramos, decía con
propio puño y letra que por falta de víveres debía enviarle sólo los presos importantes. Si no tenía
esa importancia, luego de tomarles declaraciones, los dejara atrás con un guardia, a cuyo jefe
instruiría para cuando quedaran solos, los ladeara al monte y allí los fusilase..que si luego eran
echados de menos los prisioneros, podía decirse que, habiendo querido escapar, la guardia había
cumplido con su deber de hacer fuego sobre ellos. No convenía, al avanzar sobre una toldería,
tomar muchos prisioneros vivos, pues con dos o cuatro bastaba, y si había más, en caliente no más
debían matarlos. No había como guardar los prisoioneros seguros. (AGN S.V.26-5-5 y S.X. 27-5-7)
Este mismo Cnel. Ramos tuvo “la suerte” de batir a un grupo de indios de Cayuqueo que
había venido a insultar a Rosas en la Posta del Arroyo Quetroqueyú sobre el camino de Tapalquén a
Bahía Blanca. Siguiendo sus rastros los alcanzó en la zona de Salinas Grandes. En el combate
murieron un hijo de Cayupán, llamado Millao, y 55 indios, el 16 de agosto (Comando Gral ob cit. vº
p.503).
Pocos días después, el 20 del mismo mes Rosas comunicó al General Tomás Guido que
Cayupán había disparado a tierra de los tehuelches, cuando lo corrieron en Mayo y Junio. Que los
tehuelches le tenían miedo y que no los dejara bajar con su hacienda vacuna para venderla en
Patagones. Que sólo 200 tehulches sobrevivían; los demás habían sido muertos por los chilenos (ib.
T.V p.45)
Una nueva búsqueda, en septiembre, por el Cnel. Felipe Julianes dio en vacío, pues Cayupán
había mudado de nuevo sus toldos. En cambio la segunda campaña de Leandro Ibáñez con 200
hombres y 100 indios amigos dio en blanco. El 12 de septiembre de 1833 había salido del
Campamento General. Pasaron por Patagones y costeando el Río Negro, tras fatigosas marchas,
sorprendieron, a la madrugada del 6 de octiubre, la toldería de Cayupán, mientras que los indios se
estaban bañando en el Arroyo (ib. T.V, p.64). Según el parte, murieron 20 indios y 5 chinas, entre
ellas la esposa del cac. Cayupán. (Otro parte habla de 36 muertos). Apresaron 76 indias entre
grandes y chicas y les tomaron su hacienda. (Diario de Rosas, ed. Sudestada p. 171 – 173).
Cayupán, del que dicen que fue uegro de Catriel, había estado cazando con 15 indios y se escaparon
por un pajonal. Entre tanto, el Cnel Julianes salió a la isla Choele Choel para vigilar los accesos a la
misma, para atajar a Cayupán si pasaba por ahí. (Comando del Ejército, ob cit. T.v. p.573). El 14 de
octubre de 1833, Rosas se informó del triunfo de Valchitas. Para festejarlo hizo sonar unas salvas y
dianas, -dice él en su Diario (p.118). El día 12 de noiembre, la columna expedicionaria del sur había
vuelto al Campamento General.
258
El 17 de noviembre de 1833, el alférez E. Quiros avisó al Cnel. Ramos que él había
descubierto el paradero actual del cac. Cayupán, sobre el Río Colorado. Con el Mayor Mariano
Calderón fueron a atacar la toldería. Allí en la sorpresa e mataron 6 indios y apresaron 14 varones y
15 chinas; pero el cacique se escapó. Continuaron su persecución para evitar que se uniera con otro
grupo de indios que el Cnel. Miranda había vencido (AGN S.X.27-6-1 y 27-5-5 y S.V 26-5-6 )
En realidad Cayupán y su compañero de infortunios, el cac. Huilli Calquín y 45 indios
venían a presentarse al Cnel.Ramos. (AGN S.V 26-5-6 y S.VII 1-2-6 ic. 187) Los apresó aúnque se
hallaban en estado lamentable, en Médano Redondo. El 1º de diciembre los presentaron a Rosas en
el Cuartel General. En carta a Pacheco resume la vida del cacique, del cual dice que le había
mandado buscar a Chile. En carta a los borogas, Rosas resume su triunfo como para infundirles
miedo y respeto y comprometerlos más con sus ulteriores planes (12.12.1833) “Es preciso que os
convenzáis que para esos indios malos y orgullosos os respeten, devéis hacer lo que os aconsejo,
que es lo mismo que yo hice con Cayupán y Güilli Calquín”. El Cnel. Pedro Ramos los había
apresado en Médano Redondo. “Estos no querían ser buenos y cada día eran más orgullosos. Los
mandé atacar a muerte. En el Río Valcheta, en la tierra de los Tehuelches , tuvo lugar el ataque que
mandó el capitanejo Mariano Calderón (AGN X. 27-5-5). Allí murió una porción; les tomó mi gente
a casi todas las familias y solo escaparon Cayupán y Archimán, alias Güilli Calquín con algunos
indios y muchachos escondidos. Después de esto, viéndose perdidos, solos en el caballo montados,
sin tener qué comer, pidieron perdón a Dios de sus pecados y dijeron: Bamos a entregarnos a ese
hombre que es justo y después que nos ha castigado, debemos creer que nos perdonará”. “Así lo
hicieron y habiéndose presentado con 53 personas de toda clase, incluso 35 indios grandes, los
perdoné y se hallan hoy a mi lado sin que nada les falte y muy contentos y subordinados. Así pues
habéis de hacer vosotros con esos indios malos..” (Comando General del Ejército ob. cit. T.V. p. 75)
Rosas al dar cuenta de la campaña, el 25 de marazo de 1834, enumeró a Cayupán y los
entregados entre los prisioneros.
OTRO CAYUPÁN, 1847, caciquilla ranquel (porque vivía entre los ranqueles); figura
también como Caniupán, Coñopán, Caiupán o Venancio hijo. Fundándonos en el testimonio del
mismo cac. Cayupán ante el Cnel Beos en 1869, él era hijo de aquel cacique mayor de la pampa,
vencido en el Arroyo Valcheta. Era hermano del cac. Millao y su hijo era el capitanejo
AntenaoAparece en documentos a partir de 1847. Así el 27 de septiembre de ese año figura en la
lista de racionamiento de caciques en el Fuerte de Azul. Y en vísperas de la batalla de Caseros,
figura en semejante lista de 87 caciques y capitanejos obsequiados por orden de Rosas en Bahía
Blanca (7.1.1852) Allí se dice que era capitán del cac. Canué, boroga, quien actuaría Lugo como
indio amigo incorporado al Regimiento 7º del Cnel. Baigorria en la Frontera Sur de Córdoba 1859.
1864 encontramos al capitanejo Cayupán como jefe de la escolta del cac. ranquel Mariano Rosas
(Lista del Arch. de Emilio Mitre) En su nombre ejecutó alguna misión diplomática ante el
Gobernador de Córdoba (AEM 14.9.64) y también ante el Gobierno Nacional para concertar un
tratado de paz por intermedio del Cnel. Manuel Baigorria. Efectivamente el cac. M. Baigorrita lo
firmó en Poitahué el 18 de junio de 1865 y luego por el cac. Mariano Rosas. Vivía pues cerca del
toldo del Jefe ranquelino en Leuvucó. Manuel Baigorria lo recuerda en sus Memorias y también
Lucio V. Mansilla en su libro Una Excursión a los Indios Ranqueles. 1865 figura entre los
firemantes del tratado de paz de Baigorrita que gestionara el Cnel. Manuel Baigorria (AEM Doc.
820). También en 1870, su hijo desempeñó una misión por el tratado de paz en Río Cuarto. Se
llamaba sobrino del cac. Mariano Rosas (Prob. por línea materna). Cayupán firmó también el
tratado de paz en 1876 en la renovación del tratado de Julio A. Roca (AEM doc. 1260) .
Es interesante leer lo que Mansilla escribe de él: lo acompañó con 40 indios “vestidos de
parada; montando briosos corceles, enjaezados con todo lujo pampeano, grandes testeras, colera,
pretales estribos y encabezadas, todo de gusto chileno, mjores ponchos y sombreros; algunos bota
fuerte o de potro o espuelas sobre pie pelado” E n el parlamento era activo y dominante.
En otro lugar dice Mansilla: “Estábamos a la altura de la casa del capitanejo Caniupán,
amigo ranquelino, que había conocido en la frontera; indio manso y caballero, de los pocos que no
piden cuanto sus ojos ven”.
259
Julio A. Roca en una carta del 19 de junio de 1877 dirigida al Ministro A. Alsina, habla de
él, en oportunidad de quejarse de que los ranqueles robaban para los chilenos, diciendo: “Hará
como un año, que el capitanejo Cayupán, especie de diplomático de la Pampa que se da mucha
importancia como tal y afecta un aire grave y solemne en sus parlamentos, dándoles un tal carácter
a las conversaciones, visitas y pedidos que V.E. talvez conozca, pues es aquel a quien le robaron una
de sus mujeres en Buenos Aires; se me presentó con un hermano que había venido a visitaro, según
decía, de las costas del Nahueví, afluentedel Neuquén, de donde él también es oriundo, a pedirme
en nombre del cac. Baigorrita, su jefe, adelantara 300 vacas de un trimestre que ya se iba a vencer.
Después…las llevaron en dirección a Chile. Era un regalo de Cayupán, consejero e íntimo de aquel
cacique”. (Publicación del Museo Roca, Bs. As. Documentos vol Vº, 1966 p. 248).
Del mismo año del 24 de Septiembre de 1877 sacamos del periódico de Dolores “La Patria”
la siguiente noticia: El cacique Cayupán que es uno de los más prestigiosos capitanes ranquelinos se
ha establecido en Villa Mercedes, donde se cree vayan en breve a establecerse muchos indios de su
tribu, que le está subordinada. Mientras que Cayupán estaba en Buenos Aires, entró la viruela en sus
toldos y se llevó toda su familia y parte de la del cac. Baigorrita con ella por los vínculos de
parentesco. Dicen que el cvacique Baigorrita…mientras que Cayupán estaba en BuenosAires, le ha
embrujado la familia y mientras que Cayupán pensando más sensatamente que queda uya..por los
descendientes de Baighorrita. Este ha sido un motivo de desavenencia entre ambos y una de las
causas por las cuales Cayupán ha tomado la resolución reestablecerse entre cristianos.
Desde 1878 hasta 1880 vivía en la Reducción que los Padres Franciscanos habían fundado
en Villa Mercedes (S. Luis). Su casa estaba en el centro de la misma. Según una memoria del Padre
Marcos Donati, publicada en el periódico porteño América del Sur, del 10 de Mayo de 1878, 300
indios estaban reducidos en 16 cuadras. El 7 de Octubre de 1877 había puesto allí la piedra
fundamental de una capilla. Entre los reducidos estaban, además de Cayupán, los capitanejos
Ñancumán, Villarreal, Coliqueo (un Coliqueo) y Peñaloza. En el mismo periódico apareció (el 9 de
marzo de 1878) un artículo sobre la reducción, escrito por el Inspector de Misiones,R.P. Montes
Gutiérrez, señalando la situación de los indios “sometidos” como angustiosa y miserable. “Las
promesas del Gobierno Nacional no se habían cumplido. Las pasó al gobierno provincial y de éste a
nadie”. “Los que quedaban en el desierto esperando como eran recibidos sus compañeros, han
comprendido que la broma era pesada. Para sostenerse y no tener pan, más vale no someterse y
procurarse uno como pueda. Si el misionero por celo apostólico iba a los indios, los jefes le han
hecho objeto de ultraje delante de ellos. ¿Cómo podía ser escuchado? Cuando el misionero
denunció unos abusos, ministros que necesitaban a los jefes de las fronteras para las elecciones, no
los han castigado y entregaron al misionero a éstos. Así se han visto arrojados dignísimos
misioneros de las reducciones… El Estadocompró para la Reducción 66 cuadras, pero el jefe
entregó 16 cuadras y tomo las restantes cuadras El misionero denunció el hecho al Ministro. Este
avisó al militar yéste intimó al misionero que abandonase la Reducción dentro de veinticuatro
horas. Hoy la mitad de aquella reducción ha vuelto al desierto y la otra, muy apretada, será
transportada a la Pampa..” (ib. 24,3,78)
Estos indios que querían vivir en paz, como colonia cristoiana, ueron nuevamente
militarizados y tuvieron que acompañar la expedición del Cnel. Rudesindo Roca contra los toldos
de los ranqueles de Leuvucó, donde Cayupán tenía parentela. En octubre, formaba con sus indios el
Piquete de Indios Auxiliares. “Esta y las subsiguientes campañas fueron una verdadera “limpieza”
del desierto, minuciosa y dcruel, liquidadora de tribus”. (R.Pastor, La guerra contra el indio en San
Luis.1942 p. 327) Ni le dieron la paga de soldado y su gente sufría hambre y ultrajes y finalmente
sus familias fueron echados de la Reducción. He leído una serie de protestas en el libro de Fray
Quirino Porreca: Relación sobre las misiones franciscanas en la República Argentina, Río Cuarto
1894) Además muchos sufrían la viruela, epidemia que siempre hacía estragos entre los indios.
Para la Campaña del Desierto de 1879, Cayupán fue enganchado de nuevo con 50 indios
auxiliares en la 3ª División, que operaba en la Pampa al mando del Cnel. E.Racedo. W, Cazenave:
Album Centenario deictoria, Sta. Rosa 1982 p. 26 s). Les tocó colaborar en la persecución y
destrucción de la tribu de Baigorrita, su amigo. Al establecerse la población y el campamen5to de
260
Victoria (La Pampa) en 1879, 80% eran indios (243), entre ellos el cac. Cayupán con dos
capitanejos y 50 indios suyos.
Pero Cayupán no concluyó su vida allí. Tenemos esta última noticia: El 30 de noviembre de
1882, la Primera Brigada de las Campañas del Sur al mando del Tnte. Rufino Ortega estaba en una
operación intensa al Sur de Ñorquín. Allí el alférez I.Albornoz apresó un centenar de indios, ntre los
cuales estaban los capitanejos Cayupán y Nahuelpán “dignos descendientes de los grandes caciques
uelches o ranquelesde la pampa. (Walter, Conquista del Desierto 3ª ed. p. 691).
María Isabel Unepeo, sobrina del cac. Cayupán, ofreció al investigador Carlos Rusconi, en
1940, la siguiente información: Decía que la muje de este cacique se llamaba Llancray, de la cual
tenía cuatro hijos, llamados Antenao y Millao,los varones y Nagüelpán y Neneig, las mujeres. La
misma decía que el cac. Melideo había su tío, es decir hermano del cac. Cayupán Iº (Rusconi,C.:La
hija del cacique Malinqueo, 1941, en Anales Soc. Cient. Arg. Bs.As. T. 131 p. 268ss)
Un último reportaje del historiador pampeano José Depetris a Dña Ignacia Cayupán (en
Memorias de las Jornadas Ranquelinas p.17, entrevista de 1991 y trae foto): Doña Ignacia Cayupán
es nieta de José Cayupán, célebre capitanejo de Manuel Baigorrrita, e hija de Santiago Cayupán
(Tnte Cnel. De Auxiliares que comadaba un escuadrón de Indios Amigos de la 3ª Diviosión que
penetró en 1879 en la Pampa con el Vcnel. Racedo. Formaban la última toldería cera del pueblo
Victorica. “A mi papá llevarpon al Chaco a pelear. Cuenta de costumbres; nombra a los guerreros:
Llancaqueu, Ramón Caleo o Santos Morales y a cristianos..Mi papá se entregó para que lo
cristianaran..Habla de últimas rogativas cuando era niña. En cuanto al parentesco con Baigorrita,
José Cayupán que era su abuelo, era primo y cuñado del famoso cacique Manuel Baigorrita y de su
lugarteniente Maniqueo y Llanquetruz Guzmán. Su padres murieron cuando era niña (pichi malén)
Fue criada por el Comandante de Victoria. Se casó con un italiano. Finalmente cantó un tayel que
cantaba la abuela en el toldo.
CAYUPÁN, 1866, cac. entre los pehuenches de Huitran levo. Talvez ha sido hermano del
arriba nombrado. Este Cayupán estaba con los caciques Reuquecurá y Chocorí con 300 indios
chilenos. Negociaba con los tehuelches (Noticia del Archivo Municipal de 9 de Julio B.A. Lib.7
p.9) En 1870 se suicidó un hijo suyo, por haber bebido mucho. Entonces el cacique, siguiendo la
denuncia de su machí, acusó de maléfico al cac. Paillalef y por eso lo fue a maloquear. Al día
siguiente ya rodearon sus toldos, sacaron al cacique al campo y lo lancearon y después le quitaron
sus caballos (C.Rusconi T.Iv p. 101). Durante la Conquista de Desierto se hallaba aún al sur de
Neuquén (j.M. Raone, 1980 p.49).
CAYUPEL, Lorenzo, cac. pampa, quien estuvo presente en el entiero del cac. Juan
Calfucurá. Firmó la proposición de paz, en octavo lugar, el gran documento del 3 de junio de 1873
(AEM Doc. 1232). Dudo si era un hijo del cac. Lorenzo Cayupulqui.
CAYUPÍ, 1850, cac. araucano. Según el Padre Luis Mansilla Vidal fue el indio más célebre
de Nehuentué en la Isla Santa Inés (antes Cayullanca). Usaba el apellido de generación en
generación, excepción entre los indios de entonces. (Diccionario Histórico Geogr.fico de Chile,
Santiago 1929 p. 127) ETIMOL: Cayú:seis; pichón: plumas.
CAYUPÍ, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita y según la lista del P. Donati de 1870,
habría sido un hermano del cac. Baigorrita (hijo del cac. Pichún). 1851 fue obsequiado por orden de
Rosas enAzul con 150 yeguas (R.Capdevilla: Pedro Rosas y Belgrano, 1973 p.91)
CAYUPIL, Pascual (o Cayupulqui, Cayupilque) 1782, cac. puelche o pampa. Era hermano
del célebre cac. Lorenzo Calpisquis o Cayupilque. Con él pactaron los jefes de varias expediciones
a Salinas Grandes. Pablo Zizur lo caracteriza en su Diario de la Expedición de 1781 como
rencoroso y vengativo. A los dos hermanos los llama “Jefes de una nación disminuída, en plena
decadencia, amagada a todo rumbo por las parcialidades autóctonas y los cristianos”. Ciertamente
es una calificación equivocada. Tenía unos 500 indios en dos tolderías. Ellos al ofrecer la paz, no
omitieron decir que los cristianos les habían muerto muchos parientes. ¡Cuánta historia no escrita
contienen estas palabras! Véase la biografía de Calpisquis. Puede ser que sean descendientes del
gran cacique pampa Mayu Pilqui Ya. Los conoció también el misionero jesuita Tomas Falkner.
Varias expediciones españoles encontraron a Lorenzo y a Pacual en la zona de Salinas Grandes. En
261
1878 mostraron que estaban en paz con el Gobierno Virreinal. 1781 el Gral. Manuel Zizur en su
expedición de reconocimienmto de la ruta terrestre de Buenos Aires a Carmen de Patagones,
celebró un primer tratado con ellos. Pero este tratado no prosperó poque Pascual Cayupulqui y su
comisión fueron detenidos en su viaje a Buenos Aires; lograron escapar.
Pascual Cayupulqui en 1882 viajó de nuevo a Buenos Aires con una ilustre comitiva para
concertar, en nombre de su hermano, un tratado de paz definitiva con el Gobierno de la Capital.
Exigía fundalmentalmente que respetaran su soberanía desde el Río Salado hasta el Río Colorado.
Estarían obligados a dar aviso de sus movimientos y si hubiera invasión ranquel, con quienes
estaban en litigio. Se canjearon los prisioneros y volvieron con buenos regalos AGN IX 32-8-3;
27.7.82. El cac. Pascual era un diplomático versado y hablaba en castellano.
EL TRATADO
El tratado aprobado el 27 de Julio (AGN IX 9-8-3, f.132) estipulaba que podían potrear
desde la Laguna del Monte, Laguna Blanca a Lagona Palantelén. Ellos exigían como límite el Río
Salado del Sur.
Si queremos penetrar más en los acontecimientos de su vida, tenemos que leer lo que
sabemos de su hermano Lorenzo. Éste murió en 1896. No sé qué ocurrió al cac. Pacual Cayupulqui
en adelante.
CAYUPULQUI , Pascual IIº (?)
Luego después de un lapso de tiempo encontramos documentos que hablan de un Pascual
Cayupulqui o Cayupí. En 1822, el cacique Callupilque pidió al gobierno de Buenos Aires la
libertad de algunos indios y de los sobrinos del cac. Pitriloncó (e.d. Pichiloncó) AGN S.VII Biedma
10-14-13: 7.1.20. En 1822 lo encontramos gestionando, de nuevo, la paz después de las invasiones
de los chilenos con J.M.Carrera y la expedición del Gobernador M.Rodríguez contra los pampas. A
este mismo gobernador se presentó en nombre de los caciques pampas, aunque el ofendido cac.
Ancafilú no quería saber nada de tales gestiones. El gobernador aceptó la propuesta y designó al
Cnel. Pedro Andrés García para que organizara una expedición pacificadora y tratara con los
caciques. Este, entonces, encargó al cac. Cayupil para que convocara a los caciques a un parlamento
solemne. En febrero o sea al mes, volvió Cayupil con un intérprete para avisar que a lo menos 15
caciques, los que nombró, aceptaban un tratado de paz. Cayupil no acompañó la comitiva del Cnel
García hacia el campamento de los pampas, cuyo cacique principal era el cac. Lincón, porque tuvo
que quedar como rehén en Buenos Aires, junto con el cac. José Antiguán. Durante la excursión
pacificadora en la zona de Tandil llamó al cacique Antiguán para que fuese su intérprete. Lo mandó
a la zona de la Ventana para que preanunciara su llegada y sus propósitos. 22 caciques participaron
del caluroso parlamento, el 16 de Mayo de 1822. Ellos insistían en que habían pactado con los
Virreyes; que el Río Salado debía considerarse como límite de sus respectivos territorios. Existe un
interesante diario de esta expedición pacificadora y un interesante mapa. (De Angelis IV p.102 s.)
El gobernador nada convencido del resultado del tratado, organizó una nueva expedición (no
pacífica) para forzar la conquista del sur bonaerense. Adelantó un respetable ejército hasta Sierra de
la Ventana. El 7 de Mayo de 1823 tuvo una conferencia con los caciques Cayupilqui y Lincón. No
quisieron responder a sus preguntas, sino exigían les mandase emisarios para tratar los asuntos en
parlamento y consejo. Pero así le tendieron una celada fea y finalmente atacaron sus columnas.
Cayupilqui aceptó negociar de nuevo con el Comandante General J.M. de Rosas, quien también
desaprobaba las expediciones de Gral. Rodríguez. Esta nueva tregua fue cortada por un malón
pincheirista sobre Los Toldos Viejos (hoy Dolores), el 11 de septiembre de 1826. Allí el cacique
Pascual halló su muerte entre los defensores contra el sitio. Las familias y las haciendas de su
tribu fueron presa de los chilenos. (Raone: Fortines p. 319)
CAYU PICHÚN, 1847, capitanejo salinero de Calfucurá. Este lo nombra en una carta del 4
de octubre de ese año (AEM). En una lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca, poco antes de
la Batalla de Caseros figura como cacique segundo (7. 1. 52). En 1859 Calfucurá solicitó para él al
Gral. Urquiza un vestuario militar.
262
Otro CAYUPI: Según las Memorias de Manuel Baigorria Cayupí era hijo del cac. Pichún y
nieto del cac. Llanquetruz IIº. 1854 Cayupí figura en la lista de los capitanejos del cac. Llanquetruz
IVº, al hacer éste, en 1854, un tratado de paz con el gobernador de Córdoba (Arch. Córdoba)
CAYUPIL, cacique que al fin del siglo XX se hallaba afincado en la zona del Bolsón
(Chubut) . Allí los encontró el R.P.Domingo Milanesio en 1897. También Mons. Juan Caglieri los
visitó en 1902 y catequizó a los caciques Quelchamar, Canquel, Cayupil, Sayhueque y Sacamata y a
sus indios que se habían salvado de la Guerra de la Conquista del Desierto (C.Bruno: los Salesianos
en la República Argentina I. p. 440) También los menciona el misionero Vacchina en sus Memorias
(ed. Nota 222)
CAYU PÌLLÁN, cac. araucano de Mununquintue (Chile). Era toqui de los caciques
chilenos Hualchenquen, Canjuror, Llaullau, Carampangue, Antecul, Chicauenhuel.
CAYUQUÉ, 1870, cacique del grupo de los tehuelches septentrionales. Según G. Musters
era subalterno del cac. Casimiro Biguá. Llegaban con frecuencia a Carmen de Patagones, donde los
vianderos les proporcionaban tal cantidad de bebidas alcohólicas que se emborrachaban antes de
entrar en la Guardia. Estando en este estado, se sucitaron con frecuencia riñas y disputas. Cayuqué
fue víctima de una de éstas, en 1870. Musters lamentó su deceso, pues lo consideraba como un buen
amigo. (G.Musters,: Vida entre los patagones ed. 1964 p. 398)
CAYUQUÉ, 1839, cac. huilliche, hijo del cac. Chocorí con quien compartió una agitada
historia. El halló su muerte en un malón combinado contra el Fuerte de Tapalquén y los indios
amigos de la zona. En el combate murieron muchos, como dice el parte del 20 de agosto de 1839
(AGN X. 27-7-6)
CAYUQUÉN o Cayuque y Calliqueo, 1787 se conoció como cac. huilliche del Neuquén.
Durante el enfrentamiento de los pehuenches de Malarhüe contra los de Barbarco, documentos
mendocinos lo cuentan entre los indios de Pichintur y Millaguín de Malalhué (Doc. 19; 29.6..96) y
doc. 21; 16.5.96) El cacique Mellado informó, en 1806, a Luis de la Cruz que Cayuquén se había
pasado a los pehuenches, porque se había casado con una mujer de Gueyeltué. Otro documento
mendocino dice que ha visitado, en 1800, al gobernador de Mendoza junto con el cac, Sevín y su
comitiva.
CAYUQUENAO (Cayiquenao), 1857, capitanejo ranquel, hermano mayor del cac. Mariano
Rosas y es por consiguiente hijo del cac. Painé. No tendrá las cualidades exigidas para el cacicazgo
ranquelino, cuando se trató de la elección del sucesor de su padre y luego de su hermano Calvaiñ.
En una carta del 9 de noviembre de 1869, Mariano Rosas le decía al P. Donati: “Dígale al Sr.
Coronel Mansilla que deseo la paz cuanto antes; y para que no haiga desconfianza, mando a mi
hermano mayor el llamado Cajiquenao, para hacer los tratados y con toda mi facultad” (L.Massa:
Histoia de las Misiones Salesianas en la Pampa p. 257).
CAYUQUEO, 1845, capitanejo del cacique Collinao. Falleció en Buenos Aires en el
hospital el 8 de oct. de 1845. Hacía dos años que el cacique lo había mandado como chasqui (AGN
X 26-5-2).
CAYUQUEO, 1863, capitanejo huilliche, -quizás el mismo sea Cayuqué 1870. Asistió al
parlamento de paz con el cacique Benito Chicoleo en Carmen de Patagones .
CAYUQUEO, Martín, 1834, capitanejo boroga que vivió el atropello de los indios chilenos
en el Asalto de Masallé. Luego se acogió al amparo del Fuerte de 25 de Mayo con el cac. Caniullán,
hermano del cac. principal Mariano Rondeao, que fue muerto el 8 de septiembre de 1834. Martín
Cayuqueo integró más tarde el Regimiento de Indios Amigos de 25 de Mayo, al mando del cac.
Martín Rodeao. Y más tarde lo hallamos radicado con los indios del cac. Ignacio Coliqueo en Los
Toldos (Part. de Gral. Viamonte, a lo menos desde 1862. Entre la misma tribu se hallaba también su
primo el capitanejo Sandoval Cayuqueo. Este tuvo que llevar más de una vez cartas de Coliqueo al
cac. Calfucurá en Salinas Grandes para mantener la paz entre sus tribus. (Hux: Coliqueo, 3ª.ed.
EUDEBA p. 53). Martín Cayuqueo nunca figuró como oficial( o capitanejo) de la Trbu de
Coliqueo; pero en la tribu de Calfucurá se le trató como tal. Estuvo presente en el entierro de
Calfucurá y firmó el proyecto de tratado de paz del 3 de junio de 1873. Estuvo allí también en 1875,
cuando el P.Jorege María Salvaire visitó la tribu de Namuncurá (Copello, Gestiones p.88) El
“capitanejo” Martín Cayuqueo se interesó también por la liberación de las comisiones indias
263
apresadas. Martín Cayuqueo se ausentó de Los Toldos en abril de 1876, para incorporarse en la
tribu de Namuncurá, cuando se había producido el malón grande y se iniciara el avance de Alsina. Y
con este avance se inició una tenaz persecución de los indios salineros. Al regresar a Los Toldos
impresionó con sus relatos al cac. Justo Coliqueo de manera que éste también quiso sublevarse en
ese momento.
Martín Cayuqueo terminó sus días en Los Toldos; falleció el año 1884. Se había casado con
Clara Pañilhué y dejó una larga descendencia.
Cayuqueo, Felix, 1970. Un caso particular es el “Cacicazgo” de Don Félix Cayuqueo, indio
de la tribu de Coliqueo, que he tratado personalmente. Y tengo muchos datos de su genealogía.
Félix Cayuqueo nació el 22 de junio1899 en la tribu de Coliqiueo y murió allí el 5 de marzo de
1970. Era hijo de Alfonso Cayuqueo con sobrenombre Plan Toró (1820-1911) chileno, casado con
Juana Lepimain. Félix se casó con Tránsita Clorinda Collipal (hija de Carmen Collipal fall. 1975)
Doña Transita me preparó el mejor mate que tomé en mi vida. Vivían en un rancho en un bajo con
un horno para cocer el pan en el patio. (Poseo fotos) Sus hijos son Rómulo A., 1920; Magdalena
Elena n.1921, la que más historia ha hecho. Marcelino Adolfo n. 1831, Paulino Saturnino 1933 y
Felix Victoriano 1936. Elena Cayuqueo, muy promocionada por los militares y políticos en
Buenos Aires pensó y logró con propaganda periodística para su padre el título de cacique de la
tribu de Coliqueo, título que se adjudicó a sí misma ,después del fallecimiento de Don Félix.
Después de su entierro un grupo de familiares se constituyó en “parlamento” e hicieron una
elección por aclamación. Un mes después del fallecimiento de su padre, el domingo 24 de Mayo de
1970 la familia Cayuqueo y algunos adictos se reunieron en la Tribu para un asado; unas 50
personas. Allí se anunció que se procedería a la elección del nuevo “cacique” de la Tribu de
Coliqueo. Félix Cayuqueo (hijo) reseñó brevemente la actuación de su padre y agregó que por
resolución de una comisión de aborígenes radicada en Buenos Aires se había resuelto otorgar el
cargo vacante a su hermana Magdalena Elena Cayuqueo y así quedó consagrada la nueva titular
( tengo el periódico La Idea de Los Toldos, 29.5.70) Guardo muchos recortes periodísticos y
fotograsfías. Pero tales propagandas fueron resistidas por los descendientes de los caciques
Coliqueo, por la Comisión de Participación y Desarrollo de la Tribu de Coliqueo y muchos indios.
El cacigazco se extinguió en esa tribu con la muerte del cac. Simón Coliqueo. En realidad Elena
Cayuqueo vivía en Buenos Aires, tuvo tres departamentos ricamente instalados y cuando hablaba de
los indios, hablaba más bien de indios de la zona norte del país. Por su logro periodístico fue
constituída Vicepresidente primera de la Coordinadora de Instituciones Indígenas. Ahora que su
hijo ha muerto ya no se presenta más con ese título. Lit. Revista Gente: El cacique Félix Cayuqueo
(4.8.66); Rev. Primera Plana: Una entrevista con el “cacique” Félix Cayuqueo (1965). La Nación:
Murió ayer el cacique Cayuqueo( 6.3.70) y La Razón: Desaparece una reliquia (6.3.70) Rev. Ahora
Nº 55. El Municipio de General Viamonte 2.11. 1972
CAYUQUEO, 1877, capitanejo que actuó en el robo de los 53 “Blancos” del Cnel. Villegas,
el 21 de octubre de 1877. Así lo cuenta el mismo Cnel Conrado E. Villegas en una carta enviada a
Ataliva Roca (En: Publicaciones del Museo Roca Buenos Aires. Documentos. Tom VI p. 158) Con
gran astucia los habían sacado del corral burlando la vigilancia de los centinelas. Luego Villegas
destacó al Mayor Sosa en su persecución. Los halló en Tromenlauquen, a 50 leguas, donde tenían
10 toldos. Estaban jugando. Los sorprendió la tropa y en el combate mataron unos 50 indios. El
cacique (dice así) que los mandaba se llamaba Cayuqueo y el capitanejo Neculche. Sólo tres se
escaparon y uno de ellos estaba herido. Sosa rescató la caballada y quitó a los indios unos 300
caballos más y cautivó a 36 chinas. (“Aquí se renovó la escena aquella”) –dice el texto entre
paréntesis. “Cada caballo que me llevaron ha valido el pellejo de un indio. Pincén se ha mudado 30
leguas más allá de estos toldos que han sdido destruídos con sus moradores y hoy está en un paraje
llamado Luan Lauquén” “Los milicos han pilchado bastante: mantas, estribos de plata y frenos,
juegos de botones, pues el cacique Cayuqueo era platero. Estos indios son chilenos y son los que
siempre venían a robar caballos”. Creo que han sido parientes de Martín Cayuqueo.
CAYUQUEUFÚ, Andrés, 1751, cac. pehuenche en Río Rugaico (Chile), donde fue visitado
por el misionero Brnardo Haevstadt, el 14 de noviembre de ese año.(Diario)
264
CAYUQUEN o Cayenguen, 1812, vivía al pie de la Sierra Volcán junto al tío Raimán
(Seinan). Se presentó ese año al Cabildo de Buenos Aires. En un documento del año 1813 se llama
Cahuanagüen, pero se identifica con lo agregado que era sobriono de Raimán. Habría expresado al
Cnel. Pedro Andrés García su deseo de incorporarse al ejército. Ha devuelto hacienda robada por
otras tribus. (Crónicas Militares II p. 100; Marfany, R. La guerra con los indios nómades Sep. p. 10.
Acuerdos del Cabildo de Bs.As. S.IV. V. p.41)
CAYUQUERQUER, 1780, cac. patagón del Río Sauces (Colorado o Negro). Según una
nota de la Comandancia de Chascomús de ese año habían venido los caciques Chancul y
Cayuquerque. 1750 habían pertenecido a la Misión Jesuítica de Nuestra Señora de los
Desamparados. 1780 pusieron en apuro la expedición del Capitán Juan José de Sardén, encargado
de poblar con su gente “vaga” los puntos fronterizos de avance. Se salvaron del fuego, cuando
prendieron fuego a los campos, porque se echaron al lago Esquivel (29.11.1770) (Walter: Conquista
del Desierto ed. 1964 p. 140) ETIMOl: cayú: seis; quirque: lagartijas
CAYUQUINO o Calluquín, 1834, capitanejo ranquel, incorporado a la tribu amiga de Junín
del cac. Santiago Llanquelén; y con él compartió los acontecimientos buenos y trájicos de esa
década. (René Pérez:Apuntes para la historia de Junín p.31)
CAYU MUR, Antonio, 1850, cac. pehuenche-huilliche del Neuquén. Falleció en 1911 a los
90 años de edad. Durante la persecución de la Conquista de Desierto había caído prisionero y el
Cnel. R. Ortega lo confinó en el campop de concentración en Rodeo del Medio (Mendoza)
CAYU HUN o Caiuyuhun, 1877, capitanejo pampa del cac. Juan José Catriel en Tapalquén.
En su retirada de Azul buscaron refugio en Traico, a 12 leguas de Guatraché en la Pampa; pero allí
fueron atacados por la expedición del Cnel. T. García (González, M.H.: Catrimapú p.16)
CAZUAR o Cazuán, quizás Cayuán), 1866, caciquilla de la tribu de Catriel en Tapalquén.
Ese año se destacó por su misión pacificadora ante Calfucurá en nombre del Cnel A. Barros y en la
acción contra la invasión a las zonas de la Tigra y de Paragüil, al sur de Olavarería, bajo el mando
del mismo militar. (A.Barros: Fronteras y Territorios Federales al Sur p. 180 y 191).
CACOVA NAVI, 1598, cac. comechingón en el pueblo Yguín Sacate, Córdoba;
encomendado de Mitre (A.Montes, ob. cit. 1954 p. 89)
CEBUL o Zelín ver Lleubulicán
CELÍN (o Zelín), 1573, capitán del pueblo Quilsñanque en los llanos del Río de la Plata.
Estaba sometido al “Cacique Grande”. 1582 figura en la lista de los caciques encomendados por la
distribución de Juan de Garay en el distrito de Buenos Aires (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p.66 y
Acta Congreso 25º I.Am.I. p. 99)
CENTENO (Zenteno), 1819 se conoció al cac. Zenteno entre los pampas por el informe de
la expedición de Manuel Ramírez que escribió al Cnel José de la Serna, el 2 de agosto de 1919, de
su expedición que había llevado sobre los caciques Cueto y Zenteno (Arch Hist. Nac. Nº 1128)
CENTENO, Juan, 1872, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. El Cnel. Rivas lo nombra y
alaba su particular fidelidad. Arch Hist. Nac. Nº 5998). Después de haber sufrido las dolorosas
vicisitudes de la Revolución del año 74, la sublevación del año 1875 y la persecución durante los
años 1876 a 1878, participó en la rendición y finalmente fue trasladado a tierras australes
inhóspitas. Sabemos que el capitanejo Juan Centeno viajó en compañía de la “Cacica “Reina
Bibiana” a Buenos Aires para pedir al gobierno tierras donde ese resto de tribu podría vivir.
(González, M.H.: Catrimapú p.18)
CENTENO (Zenteno), 1969, vivía un capitanejo Centeno en el Departamento Picunches en
la estancia del Ingeniero Cayol. Según información de éste al Padre Hux habría sido hijo de una
dama de la aristocracia de Concepción. Su apellido paterno habría sido Anturrupay. Veraneaba en
Medio Luna.
CENECHO o Ynecho, 1561, cac. araucano cuyas tierras se hallaban en Uspallata
(Mendoza). Pedro del, Castillo encontró al cacique encomendado de Juan Cuevas (J.T.Medina T.XV
CENTRÉ, (prob. Quintré), 1867, capitanejo ranquel que invadió en Melincué junto con el
cacique Epuán y Llancube.
CENVALCO, 1879, cac. picunche del Neuquén, cerca de Balbarco (Olasc. 1930 II p. 164)
265
CEUNAIM, 1710, cac. pampa. Un excautivo declaró, el 20 dediciembre de 1710, que 400
indios de los caciques Cauchal, Melcagüe y Ceunaím habían atacado a tropas vaqueras (Arch. S.
Luis Nº 18)
CETITIAN, 1707, cac. puelche que vivía al sur de Mendoza sobre el Río Diamante
(Rusconi ob. cit vol IV)
CEUVALCÓ, 1880, capitanejo huilliche de Purrán. Al ser este cacique apresado, se entregó
con los capitanejos Changul, Milla y González y 100 indios más (Olasc.II. 184)
CICHUELQUIAM, 1670, cac. poya en Termal (Teka Mal), en la zona septentrional del
lago Nahuel Huapí. Según el Padre Mascardi, la hermana, india principal de la tribu, se llamaba
Reina (Furlong: Nicolás Mascardi, 1963 p.129; P. Rosales: Historia del Reino de Chile p. 511 y
Vignati : Antecedentes, 1995 p.45 le llama cacica Cieleuquian.
CINCHEL ver SINCHEL
CINCHA, 1573, cac. comechingón de Sitina, Quileno, Córd.; encomendado de Cabrara
(Montes
p.51)===================================================================
=======================================================================
=======================================================================
=============================================================
CINOTA, 1573, cac. comechingón de Sinisacate, localidad de Higuerita, Córd.;
encomendado de Méjica (Montes 1954 p. 47)
CINO CHARABA, cac. comechingón del pueblo Nulo Sacat, Cord.; encomendado de Maía
(Montes p. 87)
CIQUENA, siglo XVI, cac. huarpe(¿) que residía cerca de Coro Corto, Dep. La Paz, Mend.;
encomendado de Santo de Medrano y luego de Diego de Velazco (Cabrera: País del Cyuo p.250)
CIRIEME, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires; encomendado por el
repartimiento de Juan de Garay, el 28 de marzo de 1582 a D. Alonso Gómez
CITON AMARAC, cac. comechingón de Lava Sacat, Ansenuza, Córd.; encomendado de
Barrientos (Montes 1954 p. 91)
CITON CHARABA, 1573, cac. comechingón de Calapilitin, Salsipuedes, Cord.;
encomendado a Mejía
CITON CHARABA, 1587, cac. comechingón de Citinaha, en Tulian- Cabidche, Córd.;
encomendadote Suárez (Montes p. 56)
CITON LOBI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vichi aha, en Tulian- Cabiche,
Cord.: encomendado de Suárez (ib. p.61)
CITON ACAN, 1575, cac. principal comechingón de Calcan o Yocon, S.E. de Soto,
Córdoba; encomendado de Bustamante Montes p.55 Junto con Coynomas y Yolumín, Lutulumban y
Quilombe (Montes 1956 XII)
CIVIPÁN o Sivipan, 1801 cac pehuenche. Visitó con cac. Colemilla y otros al gob. De
Mendoza
CIVITACAN, 1582, cac. comechingón de Cacalpel, S.E. de Soto, Cord.; encomendado de
Bustamante (Montes p.56)
CLA HUÁN,1864, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lita del P. Donati) ETIM:
Cla:3 y avestruz
CLA HUEQUE ver QUIA HUEQUE
CLANCAY, Don Jacinto, 1695, cac. huarpe de Jáchal, San Juan; encomendado de M.de
Silva (Arch.Mend.)
CLA PAN ver QUILAPAN de Collicó
CLA PIL, 1820, cac. pampa, entre los que se habían adherido al guerrillero J.M. Carrera,
con Uñol, Coñuepán, Millao y Huincatrú. Los pampas leales al Gobierno de Buenos Aires bajo la
jefatura del cac. N. Quintana, los sitiaron, pero luego se hizo la paz. 1841 una lista del Archivo de
Mendoza lo enumera entre los 12 caciques chilenos que se hallaban en territorio argentino. 1847,
otro documento del mismo repositorio dice que Clapí, Mariguán y otros pasaban anualmente la
266
Cordillera, después de haber hecho una invasión en territorio argentino (Comercio ilegal) en
nombre del cac. Zúñiga y los venden en Concepción o en alguna toldería.
CLAQUEO, Francisco, alias Catalán, fue capitanejo de la tribu de Coliqueo, boroga como
éste; nacido en la Argentina en 1842. Se casó con Petrona y más tarde con Lorenza Coliqueo, la hija
mayor del cac. Ignacio Coliqueo, después que el Cnel. Manuel Baigorria la había abandonado. Ella
murió en Los Toldos en 1921 y dejó una larga descendencia. (Ver Coliqueo)
CLARA,, 1600, cacica, hija del cac. Tabalque (En Rev. Junta Est. Hist. De Mendoza
I.p.468)
CLAUNÁNC, 1870, cacique ranquel de Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CLEIPAN ver QUILAPAN
CLEMECUE,1582, cac, querandí del distrito de Buenos Aires, quien por la repartición de
Juan de Garay fue encomendado a Miguel del Corro (Rev. Geogr.. Americ. Nº 40 p. 17)
CLEN, José Sánchez, 1873, firma como caciquillo 2º el gran documento de la propuesta de
paz presentado por el cac. Bernardo Namuncurá (AEM. Doc. 1232) ETIMOL: Clen:cola
CLEN CHEU,1873, otro capitanejo que firmó el mismo documento (Clen Cheuque:cola )
CLEN TARÚ, 1641, uno de los principales caciques araucanos que fue a recibir al
Gobernador Baydes y celebró con él en Quillin un solemne pacto de paz. Clentarú heredó 1655 del
cac. Lauquemapu el título de Toqui. Tuvo estrepitosas victorias. 1654, el Maestro de Campo, Don
Juan, cuñado del Gobernador Salazar, ordenó una entrada a los mapuches, Era tiempo de la llamada
“Guerra Lucrativa”, que consistía en traerse esclavos y botín. El Maestro de Campo y su tropa
fueron rechazados en el Río Bueno y luego huyó hasta Concepción. En 1855 organizó una segunda
expedición con 700 españoles y 1700 indios auxiliares. Pero el cacique Clentarú, toqui de
Maquehua y su vice, el cac. Chicaguala organizaron en secreto una sublevación general como
respuesta a la ofensiva de los Salazares. La sublevacion se propagó hasta el Río Maule. De los
30.000 indios amigos no quedaron más que 30. El 14 de Febrero de 1655 desbarataron al ejército de
Don Juan y en pòcos días destruyeron las plazas principales en tierra araucana: a San Pedro,
Colcura, Buena Esperanza, Nacimiento, Talcamahuída, San Rosendo, Santa Juana, San Cristóbal,
San Martín, Arauco, Chillán y Boroa. 1300 españoles cayeron en prisión de los indios y 396
estancias fueron saqueadas. (Gay. Historia, 1847 vol. III p. 193 y Campos Menchaca, Nahuel Buta
p. 403) ETIMOL: Trarú es un ave de rapiña “Cola de Trarú”
CLEÑÁN, Manuel, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo. Nació en Guaminí en el año
trájico, en el que los borogas de Rondeao, Melín y otros caciques sufrieron un asalto en Masallé.
Sus padres eran chilenos: Andrés Ancaín y María Claqueo. Recordemos que el apellido
antiguamente no se transmitía de padre a hijo. El se casó en primeras nupcias con Carmela Collinao
(alias Lalnfuy, 1838-1901) y más tarde también con Juana Anteche. Incorporado en la tribu del cac.
Ignacio Coliqueo, fundó una gran familia cuya genealogía he seguido hasta hoy. Debido a su valor y
su alcurnia araucana fue nombrado capitanejo de esta tribu en 1875. Murió en el Cuartel 2º de Los
Toldos (en el Campo de la Tribu) el 25 de agosto de 1908.
CLEOALTIE,1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CLEOCUR, 1564, cacique (huarpe?) de Paraguaya; encomendado de Diego Velasco. Su
sucesor fue el cac. Levín.
CLOKOSK, 1890, cac. tehuelche de quien Clemente Onelli publicó el retrato fotográfico y
la foto de su cráneo, sacada después de su muerte. (Onelli: Trepando los Andes 1904, p. 135)
CLUSGELL, 1750, cac. tehuelche del que habla el P. Thomas Falkner en :Descripción de la
Patagonia, edición 1774 p. 146
COASPÓN, 1582, cac querandí del distrito de Buenos Aires por el repartimiento de J. de
Garay.
COBIL NAGUAN, 1591, cac. comechingón de Monteln halon, 4 leguas de Soto, Córd.
Encomendado de Bustamante (Montes, 1954 p. 58)
COBUSOTE o Rucutaguay, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires por el
repartimiento de Jn. De Garay; encomendado de Diego Olavarreta (el documento lo anota como de
nación Lojae Emelaguac)
COCALA, 1599, cac. de Panzona (San Luis) (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 242)
267
COCLEOUQUIAN o Ciocleuquean), 1670 cac. poya (P.Mascardi en Furlong, G. 1963)
COCO LLAQUE, 1582, cac. querandí del distrito de Buenos Aires; encomendado de Juan
Basualde por el repartimiento de Juan de Garay.
COCOMEL,1582, cac. querandí que figura en el repartimiento de Juan de Garay, 28.3.1582
COCOYANTA CHARABA, 1595, cac. comechingón de Cocoyanta, Quebrada Chilca,
Córd.;encomendado de Burgos (Montes 1954 p. 66)
COCUGUI o Cocoqui, Francisco (alias Aguayxacan), 1632, cac. huarpe (?) de Valle Fértil
(S. Juan). Por rebellión fue condenado a muerte. Lo sucedió el cac. Sapatay (Cabrera: Aborígenes
del país del Cuyo p. 250)
COCHA LEVI, 1564, cac. huarpe de las tierras de Bincha, Mendoza: encomendado de
Diego Velaso.
COCHE,1852, cac. ranquel; era primo o hermano del cac. Calvaiñ y Mariano Rosas. 1852
realizó un primer viaje en misión diplomática con el Cnel Baigorria a Palermo en Buenos Aires para
entrevistarse con el General Urquiza. En una carta del 26 de enero de 1858, Mariano Rosas le dice
al Presidente J.J. de Urquiza, que su hermano Coche, el que le había avisado de la muerte de su
hermano el General Galbán (Calvaiñ) ha fallecido también. Y agrega: Yo estaba enteramente
tirado”. (Arch. Urquiza AGN S. VII. T. 158 p. 181) Etimol: Che: gente; Co: de la “aguada”.
COCUI COCHI, 1837, cac. tehuelche (según un informe sobre malones de tehuelches
(AGN X. 25-5-1: 14. 8. 37)
COCHU CHARABA, 1620, cac. comechingón de Cuchi Corral, en las Sierras Grandes,
Córd. Era descendiente del cac. principal Ancalán (G. Terrera 1974, p. 143)
COHIQUIMILL, 1806, cac. huilliche del que nos proporciona Luis de la Cruz alguna
información. 1800 había organizado un malón contra los pehuenches. Venía con 1800 indios, su hijo
Pichi Cohiquimill y los caciques Nupaya, Guerahueque y Nayquepaña. El capitan Pedro Baeza fue
avisado a tiempop y orgqanizó con sus tropas y 140 indios pehuenches de Rayguaán la defensa.
Los pehuenches no se atrevieron a atacar a un número superior, pero el cac. Rayguán los provocó y
los irritó que finalmente se lanzaron sobre los huilliches. Ya pronto le mataron el caballo a
Cohiquimioll y un trabucazo derribó a su hijo y así resultó fácil lancear al cacique que se había
quedado de a pie. Los huilliches se desbandaron; entonces , no pocos se despeñaron en un
precipicio. Allí perecieron unos 80 huilliches (De Angelis I p. 290) “Milla:oro”; cohün: caliente
COIA MUTA, 1870, capitanejo ranquel, hermano del cac. Baigorrita. Decían que era ladrón
y pendenciero.
COIBASIN, 1586, cac. comechingón de Coibasin, Córd.; encomendado de Bustamante
(Montes, 1954 p. 56)
COIBINCHA o Cobincha, 1552, cac. huarpe (?) “tras la Cordillera de nieve”, en el valle
Nahuel Turata, dice un documento , Fue encomendado de Juan de la Cueva por Valdivia .(Medina
T.XX p. 308) Coibin puede ser Confín.
COIFÍN, Mariano. 1786 – 1876, capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo. Era tío de los
hijos de Ignacio Coliqueo. 1871 era el más anciano de los capitanejos y el más estimado por sus
juiciosos consejos. Había nacido en Chile y murió en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires), poco
después de haber recibido el santo bautismo de manos del misionero R.P.Pablo Emilio Savino,
cuyas palabras elogiosas sobre él y su familia se verifican también por otros documentos. Igual
como Ignacio Coliqueo y muchos borogas se salvaron de la Guerra a Muerte, huyendo a la pampa
argentina. Y del asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834, logró escapar nuevamente de sus
adversarios y se asentó cerca del Fuerte 25 de Mayo (Part. 25 de Mayo). Allí se unió en casamiento
con María Alonso Carranza que había nacido en 1806. En los libros bautimales de la Tribu de
Coliqueo están anotados como hijos de este matrimonio: Vicente (n.1858), Ramona (1866),
Eduardo (1864), Luisa (1869) y Gregorio (1871) Aquí vemos un ejemplo de fecundidad araucana
hasta en la ancianidad. Tengo elaborado una amplia genealogía de la familia y una fotografía del
grupo familiar.
Mariano Coifín compartió en todo la historia de los Coliqueo (ver Hux: Ignacio Coliqueo
el Indio Amigo de Los Toldos en 4 ediciones. Al fallecer en 1871, el cacique principal Ignacio
Coliqueo en su pueblo “de la Tapera de Díaz” y en el campo donado, al cacique y a la Tribu, le cupo
268
el honor de pronunciar el primer discurso de despedida a su jefe amado. En vísperas de la Batalla
de San Carlos de Bolívar, en marzo de 1872, Mariano Confín estaba de viaje a La Verde para visitar
a su pariente, el cac. Andrés Raninqueo, y allí fue apresado por los indios salineros de Salinas
Grandes. No sé cómo ni cuando se liberó. Con certeza sabemos que cerró sus ojos en su rancho en
Los Toldos, en enero de1876. ETIMOL: queo:ser; coifín: anciano
COIFÍN, Vicente, (1852 – 1921) En 1876 era capitanejo de la Tribu (boroga) de Coliqueo.
Como hijo mayor de Mariano Coifín, fallecido éste, le correspondía ser el capitanejo sucesor de ese
grupo familiar y como oficial del ejército naconal. Había nacido en la Pampa en 1858. Se casó con
Mercedes Ferreira (1869-1958), hija del caciquillo José Baldebenítez de 25 de Mayo. Se conocen
13 hijos, sí, una gran descendencia. Vicente Coifín se mantuvo fiel a los caciques Coliqueo, aún en
los momentos más difíciles.
COILÁ o Coylá, Felipe, cac.pampa que en 1858 estaba con los indios de Catriel; más tarde
se radicó con los indios borogas de Ancalao, sobre el Arroyo Pareja, cerca de Bahía Blanca. Allí lo
conoció el explorador suizo Jorge Claraz. En junio de 1863 fue herido en un atropello (AEM), Más
tarde, en 1872, aparece entre los indios del cac. Vicente Piseñ (Pincén) al Norte de la Prov. de
Buenos Aires. El 8 de julio de 1872 invadió con un grupo de indios la estancia del Gral. Emilio
Mite, al Sur de Junín. El mayordomo Don Atanasio Quitiño, apoyado por el capitán Ataliva Roca y
80 indios, lograron replegarlos. En el Morro (cerca de Junín) los atacaron y les quitaron el arreo. En
Mayo de 1874, Coilá y su guerrilla atacaron al convoy del Ingeniero Huergos en Pichihuitrú, cerca
también de Junín. El ingeniero tenía la misión de proyectar la vía del Ferrocarril Transandino. En un
combate sostenido mataron al Sargento Orellano del piquete del convoy y se llevaron su caballada
(Hux: El combate de Pichihuitru (corrijo), en Rev. Historia de Junín Nº 44, 1972. doc. AEM
19.8.74)
El 8 de agosto del mismo año, Coilá apareció nuevamente, ésta vez en “El Estaqueadero”. El
Capitán de la Guardia Nacional de Junín, Don Pablo Vargas, un oficial y 32 G.N. salieron en su
persecución. Allí Coilá fue herido. Los habían avistado en Médano y los atacaron en “La Caldera”,
cerca de El Morro, zona de Junín. Allí fueron derrotados, Coilá herido y apresado junto con
Manqueo. Murieron unos cinco indios, otros escaparon heridos y todos los demás abandonaron su
arreo (J. Sánchez: Efemérides Militares II p. 37 y A..H. Nac. Nº 9126 y 8472) El Cnel. Borges había
estado ausente; pero el Tnte. Emilio Sáenz había marchado con 50 soldados hacia El Estaquearero y
el Mayor B. Moritán llegó hasta la Estancia “La Avanzada”, cuando se enteraron de la exitosa
jornada de Pablo Vargas y sus G.N. juninenses. Felipe Coilá que contaba entonces 40 años de edad,
fue conducido al cuartel de Junín y allí lo fusilaron, e igualmente a Manqueo (Comunicación de
F.Borges AEM: 19.8.1874) ETIMOL:Coilá significa “mentira”. John Maguirre publicó
su foto 1967.
COILÁ, 1880, cac. huilliche al Sur de Neuquén (Raone, 1980, p. 49)
COILLÁ, 1908,cac. mapuche de la parte oriental de Angol en Chile (T.Guevara )
COIPIO LAQUEAN, 1617, cac. araucano de importancia en Chile (Gay: Documentos
1876 II p.255)
COISECE, Antonio 1832 , capitanejo boroga; pertenecía al cac. M. Rondeao en Guaminí.
Era su ayudante. Lo recomendó al Gobernador Rosas por su valor desplegado en la batalla del
Arroyo Pelicura, el 9 de agosto de 1832 (AGN X. 27-7-6).
COLAEN, 1607, cac. comechingón de Mandala, Córd.; encom. a López (Montes 1954 p.
58)
COLA HUINCA, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. 1879 aparece en la lista
de los prisioneros de la quinta División de la Expedición del Desierto, mandada por el Cnel. Hilario
Lagos, cuando avanzó a Luan Lauquen (Olascoaga 1930 II 180) ETIMOL: prob. Coila
“Mentira de Cristiano”
COLANCÓN, 1787, cac. pehuenche del sudeste mendocino (quizás era Cola Ñanco y n
verbalizante: ser)
COLASTINÉ,1653, cac. alzado del distrito de Buenos Aires F:F: Outes: Los querandíes,
1936 p.9) Debe haber sido uno de los caciques “deportados para ser adoctrinado”.
269
COLCOL o Colcolo, 1670, cac. serrano (Puelche de la Sierra del Sur bonaerense). Fue
apresado por una de las frecuentes “entradas” por las que solían traer de 300 a 800 indios para las
encomiendas (estancias) del distrito de Buenos Aires. 1673, Colocol era encomendado de Alonso
Guerrero de Ayala con 21 serranos más y 3 tubichaminís (Arch G. Ind. 31). 1677 se aumentó el
número a 70 (Como lo dice un padrón) Arch. G. Ind. 134 Charcas 283. En 1683 se dice en un
documento del mismo archivo 175 Charcas 105, que Colcol, el cac. viejo, había fallecido y que
Alonso Salnil Colcol de 22 años era su sucesor. El documento nombra también a una hija llamada
Lucía, agregada a los querandíes de Tubichámini en la Encomienda de F.Morón (ib. BA. 8)
ETIMOL: Colo Colo: es el gato montés (manchado)
COLCOLAYÁN, 1707, cac. pampa que se hallaba en la Reducción de Río IVº. Según los
españoles estaba concertando una sublevación con los caciques Matara, Mayupulqui y Andrés
Liquid (P.Cabrfera: Tesoros del Pasado Argentino; la Cruz en la pampa p. 68 y 78) 1751 había sido
uno de los fundadores de la Reducción en el Espinillo (zona de Río IVº con los caciques Ucacha,
Goyco y Morcoyán (ib)
COLCHECAL, 1810, capitanejo norpatagónico (tehuelche ) de la Prov. del Chubut. Era
considerado como cacique amigo, junto con el cac. Yanqué, a pesar de que un año antes había
invadido la Península Valdez con los caciques Coquiel, Tranamá, Faloco, Gagula, Agolco, Someca,
Cutater, Cayucal, Zauque (Cheuque), Zenchil (Sinchel), Selú y otros (R. Extraigas: Sangre en la
Península Valdés. Martirio del R.P. Bartolomé Pogio (en Boletín Acad.Nac. de Hist. V, 35, 1964,p.
316)
COLDOPI, 1594, cac. comechingón de Cam Chasa, Panaholva, Córd.; encomendado de
Jaymes (Montes 1954 p.66)
COLECALLAL,1826, capitanejo boroga que asistió al parlamento de paz en el Arroyo
Pecuén (AGN. X. 27-7-6 Nº 9) ETIMOL: Calla: matorral; colü: rojizo.
COLE GÜINCA, 1792, cac. pehuenche (huilliche) de Barbarco. 1792 fue maloqueado por
el cac. Llanquetruz. 1798 acompañó al cac. Rayguán en un malón contra Pichintruz. Este fue al
punto más álgido de la Guerra Pehuenche. (ver Rayguán). Arch. Mend. Doc. Nº 21: 21.5. 1796.
ETIMOL: Huincá: cristiano; colü: rubio, rojizo
COLEGUÍ, 1842, cac. pampa. El cac. Painé avisó a Pedro Burgos, Comandante de Azul,
que el 7 de septiembre los indios de Coleguí y Mehincá habían invadido desde Sauce (Córdeba)
hasta Cruz Ala, Esquina y Desmochados y que Pichún y Baigorria tuvieron que acompañarlos por
ser amigos (Rev. Museo de Azul Nº 2 p. 105) Sospecho que Coligüí debe ser Coliqueo)
COLE LLAN, 1841, cac. chileno en tierra argentina (El documento de Mendoza enumera a
doce caciques.
COLE MAGÜIDA, 1658, cac. pehuenche quien actuó en un malón sobre el valle de Uco,
en Mendoza. Fue apresado y ahorcado ETIM: “Sierra colorada”
COLE MÁN (Colimanque) 1825 figura en la lista de los caciques ranqueles que asistieron
al parlamento de paz sobre la Laguna Guanaco (AGN X. 7-7-2) ETIM: Cóndor colorado o bayo
COLEMILLA o Columilla, Buta Colemilla) 1770. cacique pehuenche unido a los puelches
de la pampa. Buta Colemilla es el padre, quien en 1770 acudió al parlamento de paz de la Laguna
de los Huesos, al que el capitán Manuel Pinazo había convocado para el 20 de Mayo, antes de
emprender la expedición contra los tehuelches (Grau. en La Nación: 9.3.1943) Colemilla no lo
acompañó en su recia expedición. El censo de 1776 ubica su toldería en Guadamco, cerca de
Renancó con 24 soldados a su servicio en 11 toldos. (Las Casas). Un hijo se llamaba Puilalef (prob.
Paillalef). Antemilla era su hermano, que residía entre los pehuenches primero en Trecamalal sobre
el Río Neuquén, más tarde en el Campanario (Mendoza). Antemill estaba enemistdo con sus
propios hermanos.
El Gobernador Ceballos tenía como proyecto realizar una entrada general “exterminadora”,
“para escarmentar y pacificar el país”. El proyecto no fue aceptado. No obstante varios Maestres de
Campo hicieron expediciones. El Comandante General de Mendoza José de Amigorena hizo una de
32 días en 1779, pero después debió ofrecer un tratado de paz., porque varios caciques pehuenches,
entre ellos el cacique Colemilla, se habían dirigido al Virrey J. de Vértiz, invocando su protección y
270
ayuda (Torre Revello “Aportación para la biografía de José de Amigorena en Rev. Hist. Arg. Am.,
Mendoza Nº 3 / 4, 1958. p.l6).
Durante la larga Guerra Pehuenche Butacolemilla se acercó progresivamente a los indios
amigos de Malalhué. El Capitán Francisco Barros, en su Diario de expedición al Sur de Mendoza
(Arch. Mend. Carp. 30, Doc. 2) anota para el 26 de Julio de 1790 que Colemilla se le había
incorporado. Otro documento (Doc. 3) nos dice que Colemilla se había escapado, como por
milagro, de una gruesa columna de mil huilliches, ranqueles y mamuiliches, que habían venido a
maloquear al cacique gobernador de Malalhué. También estuvo en el parlamento que hiciera F.
Esquivel Aldao, después de su expedición al sur en 1792. Dos años más tarde avisaron los indios de
Barbaco, que se acercaba una invasión de 600 huilliches desde Chile, de la provincia de Valdivia.
A fines de 1795 estalló una gran disputa entre los malalhueche y los indios de Barbarco,
cuyo jefe principal era el cacique Rayguán. En Malalhué, en una junta de guerra, el 16 de
Diciembre de 1795, los indios amigos informaron al capitán F. Barros que Rayguán se había alzado
y preparaba un malón. Se le envió una comisión de paz invitándole a que se presentara en Mendoza
a tratar sus asuntos. Él contestó que no bajaría a la provincia, que tenía buenas lanzas. Barros aceptó
el reto y partió con 230 indios contra Rayguán que vivía en la costa del Río Neuquén. En su Diario
señala el día 10 de Enero de 1796 como la jornada del choque grande. Esta acción sucitó un
conflicto con indios y españoles de Chile. Colemilla “del Valle Ranquel” (Neuquén) se había
incorporado a los indios de la expedición de Barros, poco antes del día del enfrentamiento.
A su regreso, el lº de Marzo de 1796, Colemilla y 12 caciques celebraron un parlamento de
despedida y evaluación, en el que consideraron los reclamos del gobernador de Chile por el ataque a
Rayguán, jurándose mutua ayuda.
Rayguán lanzó su malón de revancha, dando muerte al cacique Pichintur. gobernador de
Malalhué.
Y en su retirada, atacó también a la toldería de Guayquinao y Colemilla y a la de su suegro
Ligñan; destrozó sus toldos, arreó hacienda, pero la gente logró escapar a los montes. (ib., Doc. 20)
Poco después, los norteños de Malalhué hicieron una nueva expedición contra Rayguán, al que
mataron el 6 de Abril y saquearon sus toldos, Esta Guerra Pehuenche no podía seguir así. El
gobernador Amigorena de Mendoza convocó entonces a los indios a un nuevo parlamento en San
Carlos, citándolos para Agosto del mismo año, parlamento al que asistió el cacique Colemilla.
A su vez, el marqués de Avilés de Concepción (Chile) convocó a los pehuenches argentinos
y a Amigorena a otro gran parlamento de paz que se realizaría en la plaza de Los Angeles en el año
siguiente. El parlamento se hizo en Chillán. Butacolemilla y su hijo Pichicolemilla se alistaron entre
los que viajarían a Chillán. en nombre y como representantes de los pehuenches de Malalhué (Doc.
39:27.12.1798)
A su regreso, el gobernador de Mendoza, José de Amigorena convocó a otro parlamento al
Fuerte San Carlos, porque no estaba conforme con la situación. El 31 de Mayo de 1799 reunió,
pues, a todos los caciques amigos. En un acto espectacular depuso al cacique gobernador de
Malalhué, Millagüín, porque no había querido presentarse en Chillán. y nombró en su lugar a
Pichicolemilla como gobernador de sus parcialidades y como teniente le dio a Pañichiñe. En cuanto
a Butacolemilla propuso que se estableciera en Barbarco, donde habían muerto, hacía poco. al
cacique gobernador Rayguán, porque —decía— que lo habían pedido algunos caciques chilenos.
Butacolemilla le dijo insistentemente que quería quedarse con su hermano en Malalhué. (Doc. 39)
Más tarde hubo otro parlamento de paz, porque los ranqueles del cacique Carripilún también se
avinieron, entretanto, a aceptar la paz con el Gobierno de Mendoza. El cuñado de Butacolemilla fue
designado para ir a invitarlo. (Doc. 46)
COLIPÍ, Juan (o Lorenzo), 1819, cac. araucano de las faldas del Nahuelbuta (Chile).
Dominaba las tribus de Remehuinco, entre Lumaco y Puren. Al estallar la Guerra a Muerte,
prolongación de la Guerra por la Independencia chilena a partir de 1818, Colipí y su hermano el
cac. Pinolevi se alistaron entre los partidarios de la nueva Patria (entre los patriotas), quizás más por
el odio que tenían a sus contrincantes entre los realistas del cac. Maguín.
Colipí imponía presencia por su físico; era grueso, de cara ancha, formidable. Embestía con
furia en los combates; su voz era de trueno. Desconfiaba de todos y por eso también podía ser
cruel. Dicen que tuvo veintitres mujeres. Si sospechaba que alguna le había sido infiel, la castigaba
haciéndola arrastrar por algún trecho atada a la cola de algún caballo brioso. El mismo lanceó a los
delincuentes en su corral y a los que la machí señalaba como dañinos. Nadie tenía tanta hacienda y
tantas prendas de plata como él. Sus hijos de más fama fueron los capitanes Juan, Llanquilef, Luis
Marileo y Lorezo Colipí, quien alcanzó el grado de Teniente del ejército chileno.
276
En 1819, Colipí se hizo amigo personal del capitán Manuel Bulnes, el futuro presidente de la
Nación chilena. Vivía entonces entre Angol y Sauces, región a la que se trasladó entonces desde su
locación anterior, en Lilpuill. Compartió con Bulnes y los caciques Venancio Coñuepán y Quilapí
las Campañas al Sur, penetrando en la Araucanía. B. Vicuña Mackenna en su libro la Guerra a
Muerte, enumera también a otros caciques que participaron en las malocas y atques a los indios
realistas, pimero de los llanos chilenos, en Coyquemán, en Angol; contra Juan Huillamán de
Temalemu, Maripil de Quechereguas, Ancapí, Paillamilla, Millaquiñir y Manguil Huenú de Colicó.
Durante la campaña del septiembre de 1820, Colipí desplegó una actividad inusitada, estimulado
por el sueldo de dos mil pesos (Guevara: Los araucanos en la Revolución de la Independencia, ed.
1910 p.134). Pero en 1822 abandonó la lucha.
Trece años después, el 2 de enero de 1835, fue atacado en su toldería de Los Sauces; pero,
apoyado por un piquete de la caballería chilena y sus indios, maloqueo en respuesta la toldería de su
adversario, el cac. Cuilí, al que mató. Cuarenta caciques se presentaron entonces al General Manuel
Bulnes; entre ellos Cheuquecoy, Tropa y Catrilevi, pidiendo perdón. (AGN Biedma VII 10-4-14)
Colipí seguía fiel a la “Patria Nueva”, aún durante la guerra contra la coalición de Perú con
Bolivia. En esa guerra murió su hijo Lorenzo, quien se había hecho famoso por su defensa de los
puentes estratégicos. El Gral, Bulnes mandó al cac. Colipí una sentida carta de pésame que redcibió
con estóica impasibilidad, diciendo sólo: “Era hijo mío”. La ortografía moderna escribe los nombres
de sus hijos como Antonio Külapi y Lorenzo Külapi Kabeton. Otro hijo se llamaba Pedro y otro
Marileo Había Colipí en Mulchen y en Lumacó.
El cac. Colipí murió ya muy anciano en 1850, envenenado, según se dijo-, por José
Antonio Zúñiga a ruegos de su rival, el cac. Manguín Huenú. El Diario de Valparaíso “El Mercurio”
del 6 de febrero de 1850, hizo una crónica de su entierro. Los araucanos se juntaron en Purén en un
gran “Traun” (junta) en el que eligieron como sucesores al cac. Catrilevi, su yerno y a Pedro Colipí,
su hijo. Al año siguiente sus hijos vengaron la muerte de su padre, matando al famoso José Zúñiga.
La venganza era entre los araucanos algo sagrado. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 166).
COLIPÍ, Lorenzo 1780 – 1838, cac. araucano de Purén. Era padre del cac. Luis Marileo y
de Felipe Colipil, abajines de Chile (J.Bengoa: Historia del pueblo mapuche 1985 p. 73 y 301)
COLIPÍ, Marileo, 1868 cac. araucano de Purén, descendiente del cac. Juan Colipí (Rusconi
ob cit. IV p.108).
COLIPÍ, 1844, capitanejo ranquel agregado a la tribu pampa de Catriel en Azul , En 1845
se presentó al Comandante Pedro Rosas y Belgrano en Azul junto con los caciques Llusquén,
Cayucal, Pillán, Paguilpil, Loncón y Güillipán .
COLIQUEO, Antonino
COLIQUEO, Antonino nació en la Pampa en 1849 y murió en 1917 en Los Toldos, hoy
ciudad. Era hijo del cacique Ignacio Coliqueo y de Felipa Quintuill. Según una breve autobiografía
habría nacido en el paraje Malloqueán (Mallo Quingán: "Represa Grande"), probablemente en el
Dep. Chicalcó, lote 21 Fracc C Secc 23 La Pampa). De los hijos de Coliqueo fue el que mejor
educación ha recibido. Cuando el coronel Manuel Baigorria se casó o se unió con su hermana
Lorenza Coliqueo, Antonino fue a vivir al lado de él en Tres de Febrero y pudo aprender las
primeras letras. El 23 de Junio de 1857 Baigorria escribió al Gral. Urquiza que había recibido cuatro
indios de Coliqueo y el hijo menor (Antonino) en reemplazo del que antes había dejado para que se
los hiciera educar y enseñar la amistad que siempre le he profesado (AGN. S.VII T.120). Y pasó
luego al colegio de Río IVº (marzo 1860/ 1861). Pero después del traslado de la tribu a la frontera
de Buenos Aires (Los Toldos), el cacique Ignacio Coliqueo solicitó en 1866 permiso para poder
enviar a su hijo de 14 años a un buen colegio de Buenos Aires. Antonino fue así admitido en el
Colegio de Francisco Larguía, de Catedral al Norte y recibió una beca de 400$ del gobernador
(1866). Poco antes, el niño había tomado parte en la batalla de Pavón, con doce años y se había
extraviado, como informaron luego al general B. Mitre (Arch. Mitre IX p. 31 y 216). En el colegio
se destacó entre los hijos de los Mitre y Alsina y otros de la sociedad por su buena conducta y
aplicación. En esos años, 12 hijos de caciques cursaban en aquel colegio. En oportunidad de
solicitar la donación de las tierras de Los Toldos (partido de Gral. Viamonte) su padre visitó a
Antonino en Buenos Aires. En 1867 estuvo de nuevo en su Los Toldos.
El padre cacique quiso encaminar a Antonino a la carrera militar. Solicitó por intermedio
del coronel Juan Cornell el grado de alférez y un destino para el joven. El coronel lo recomendó al
ministro de Guerra con una buena carta (Arch. Estado Mayor Nº 4030) y así recibió el grado
honorario (no de línea) de alférez. El y su padre insistieron en la solicitud de que recibiera el grado
efectivo y el reconocimiento como capitanejo. El 25 de abril de 1868 el Presidente Bartolomé Mitre
y el general Paunero firmaron el despacho (diploma) que le otorgó ese título militar. El original se
halla en el Archivo del Estado Mayor. Doc. 4472 del 25 de Mayo de 1868, firmado por B. Mitre y
Paunero. A partir de allí figura también en la lista de los oficiales (capitanejos) de la tribu. La lista
de Prest del 18 de nov. de 1868 indicaba que se había casado y tenía una escolta de 21 indios de
lanza. Era además lenguaraz y consejero de su padre y redactaba en español lo que le dictaba el
cacique Ygnacio en araucano. El año 1868 los visitaron el Dr. Pastor Obligado, entonces secretario
del Consejo de Instrucción Pública (ministro) y el coronel Alvaro Barros. Y hablando de su deseo
de tener colegios en su campo, como lo habían solicitado ya varias veces, el ex gobernador Pastor
Obligado propuso que nombrara a su hijo como maestro. Pero Ygnacio Coliqueo tenía otros
proyectos y le hizo graciosas objeciones (M. Hux: Coliqueo. 2a. ed.. p. 112). Antonino siguió
prestando servicios como militar y actuó en muchos episodios de la frontera, como en la batalla de
Los Huesos, el 25 de octubre de 1867, por cuya acción el cacique lo recomendó al ministro de
Guerra (A.E. Mayor Doc. 4139).
En 1871 murió su padre en el accidente ya mencionado y su hijo Justo, hermano mayor de
Antonino, asumió el cacicazgo, hasta que fue muerto en 1876.
En este breve lapso ocurrieron hechos graves que afectaron a la tribu. El gran malón de
Calfucurá y la batalla de San Carlos (de Bolívar), el 8 de marzo de 1872; el malón y saqueo sufrido
en Los Toldos, el 19 de septiembre del mismo año; su breve cautiverio y su liberación (Hux, ib.
1980 p. 152). En mi monografía mencionada traté in extenso, lo que Dn. Antonino en su
autobiografía recordó escuetamente.
Antonino fue maltratado aun cuando fue a agradecer al coronel F. Borges por haberlos
liberado. En octubre del año siguiente la tribu fue atacada por sospechas infundadas o porque los
militares querían sublevarla y así eliminarla, como lo habían hecho con las demás tribus. Faltaba
Antonino para contestar una carta, luego, Justo su hermano cacique lo destacó con 20 hombres a
282
pedir explicaciones cuando el coronel Borges los atacó por segunda vez (Véase el relato en
Hux,Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos. p. 167-169). Durante la Revolución de Mitre se
portaron con suma prudencia. En 1875 hizo gestiones ante el Presidente Avellaneda y el ministro
Alsina para pedir los sueldos atrasados y alivio en los servicios, alegando la extrema pobreza que
padecían en ese momento. Quizás pensaban más en los compromisos que les podía traer la
Conquista del Desierto planeada por el ministro Alsina (Arch. Est. Mayor No 6988 y7010). En mi
libro he transcripto unas páginas del comerciante de la tribu y amigo de Antonino mismo, Don
Electo Urquizo, sobre un robo espectacular de cien vacunos suyos, habiendo participado la
autoridad política de Bragado. En el mes de septiembre de 1874 los visitó el misionero Padre
Salvaire para ver si había posibilidad de abrir una misión en su tribu.
Don Antonino. quien había sido bautizado ya y conocía personalmente al Arzobispo
Aneiros de Buenos Aires, se prestó para escribir una carta muy positiva al Sr. 0bispo (Hux, ib. ed
1980 p. 184).
Dos años actuaría entre ellos un generoso e inteligente misionero lazarista, el P. Pablo
Emilio Savino. También de este tiempo hay cartas y recuerdos de Antonino (ib. p. 191ss). Otro
acontecimiento fue la breve sublevación de su hermano Justo, en trance de delirio (agosto de 1876,
ib. p. 219) y el día dramático de la batalla de la Tapera de Díaz que pude narrar según testimonios
de testigos del hecho e incluso reproducir un sentido discurso de Anionino ante parlamentarios de
los maloneros (ib. p. 228). En el interín de la ausencia de Justo, poco antes que fuera lanceado por
los mismos maloneros, Simón Coliqueo, el hermano que le seguía en edad, fue nombrado cacique
responsable y aprobado por el Gobierno como tal. Simón comunicó al ministro que había nombrado
como segundo cacique a su hermano Antonino. En su parte sobre la batalla lo recomienda también
por su eficaz colaboración para que pudieran mantenerse firmes en el campo y leales al Gobierno y
a sus compromisos. Ya anteriormente había recibido ascenso a Capitán. Después de este nuevo
desastre su pueblo quedó completamente destruido; Antonino se apersonó de nuevo solicitando la
exoneración de la tribu del servicio militar; así no tuvieron que participar en la Conquista del
Desierto.
Don Antonino, en la autobiografía que publicó recientemente su nieto, el Dr. Haroldo
Coliqueo (Los Toldos, Raices mapuches. 1985), menciona particularmente la lucha que
mantuvieron él y sus hermanos para conservar la posesión de sus tierras donadas. Un pariente, el
caciquillo Juan Peinequeo, obedeciendo directivas de políticos como Don Ataliva Roca, después de
separarse en sublevación de la tribu, en 1877, inició ante los tribunales un largo y penoso juicio
reclamando como propiedad más de la tercera parte de las seis leguas cuadradas de su campo, pleito
que ni siquiera terminó con la muerte de Peinequeo.
En septiembre de 1902. murió el cacique Simón Coliqueo, dejando asentado el deseo que no
eligieran más cacique, porque estaban integrados totalmente al régimen municipal (entonces del
Partido de Nueve de Julio y pronto del nuevo Partido de General Viamonte en 1908). No habían
obtenido aún la colonización ni la individualización de los títulos del campo de la tribu, como lo
propuso el gran abogado Dr. Estanislao S. Zeballos. Quizás por ello se formó una comisión de 39
destacados miembros, quienes el 20 de octubre de 1903 ante el escribano Marambio Catán en Los
Toldos nombraron como director y apoderado general a Don Antonino que no quiso ser designado
cacique ni capitanejo. Fueron de abogado en abogado, de demanda en demanda hasta que el Poder
Ejecutivo inició la propia demanda y designó depositarios para los campos de la tribu. Pero no es
nuestro tema prolongar esta historia: sólo la evoco como caso singular.
La familia de Antonino Coliqueo vivía un tiempo en Nueve de Julio —donde él era incluso
concejal—, más que en la estanzuela del campo. En 1892, no bien inició Don Electo Urquiza la
fundación del nuevo pueblo Los Toldos, Antonino compró toda una manzana (cuatro solares
céntricos Nº 80 por 600 $. En el museo del Indio de Los Toldos se conserva la boleta de compra y el
plano original del pueblo). En 1908 se creó el nuevo Partido de Los Toldos. Antonino se había
radicado ya definitivamente en este pueblo, donde desempeñó cargos honoríficos en la comuna. Fue
Juez de Paz y, en 1913 vicepresidente del Concejo Deliberante. En 1910. la Revista P.B.T. y Caras y
Caretas Nº 720 le hicieron un reportaje sobre la tribu y publicaron alguna esquela suya
reproduciendo su impecable escritura y su fotografía.
283
La Revista de la Policía, en La Plata, también publicó en 1900 un artículo de Antonino y
reprodujo su foto y la de su familia, su esposa Casiana Galfuín y sus hijos Carmen Simón, Rufina
Felipa, Ana Apolinaria, Alpio Anionino (“el curita”) y Sixta . Otros dos habían muerto.
Don Antonino Coliqueo murió en Los Toldos el 13 de julio de 1917, dejando en Los
Toldos una notable descendencia.
COLIQUEO, Simón, 1840-1902, cacique de sangre boroga, pero nacido en la Pampa. Era
el segundo hijo del cacique Ignacio Coliqueo y de Felipa Quintuil . Era hermano de Justo Coliqueo.
Allí, en la parnpa, consiguió la amistad de Manuel Baigorria y de sus púntanos, como también de
los indios ranqueles de Mariano Rosas y de Baigorrita. Fue bautizado, probablemente por el
puntano Simón Echeverría, quien celebraba liturgias domingueras en ese agreste ambiente
pampeano.
Para educarse en las primeras letras fue enviado a San Luis. Dicen que extrañaba mucho;
pero toda su vida fue amigo de los blancos ("cristianos") y se preocupaba por la educación de sus
hijos o indios de la tribu. De joven lo llamaban El Huinca, quizás porque su tez era más clara que la
de los otros. Su padre lo envió como acompáñante de comisiones políticas a la gran urbe. Así, en
1860 acompañó a su tío el capitán Lorenzo Garay (Coliqueo) para gestionar un tratado de paz con el
gobierno de Buenos Aires. Tenía 20 años, cuando conoció al general Bartolomé Mitre. Al año se
destacó notablemente en la lucha de Pavón, de manera que las tropas de Buenos Aires lo
aplaudieron estruendosamente por su bravura y la de sus 300 indios en el campo de la batalla. Salvó
la infantería y la artillería del general Mitre. Y éste lo premió regalándole una espada con grifo de
oro y con la inscripción "al vencedor de Pavón". Su padre estuvo entonces enfermo en el hospital de
Rojas. Al radicarse en Los Toldos y servir como oficial del ejército, demostró también su amor por
la paz y al trabajo.
En 1869 fue ascendido a capitán del Ejército y en 1872 después de su brillante acción en la
batalla de San Carlos de Bolívar, a sargento mayor, ascenso cuyo despacho militar se conserva en el
Musco del Indio de Los Toldos, firmado por el presidente D. F. Sarmiento, el ministro de Guerra y
los principales generales. Más tarde fue designado mayor de la Guardia Nacional en Nueve de Julio,
donde desarrolló una intensa actividad política (más referencias véanse en mi libro “Coliqueo”).
En 1871 falleció su padre. Sin ninguna discusión reconoció el cacicazgo de su hermano
Justo, a quien secundó como cacique segundo de la tribu. Lo reemplazó durante algunos períodos
de enfermedad, pues padecía desequilibrios mentales.
En 1872 después de haber sufrido un terrible saqueo por los malones de Pincén y
Namuncurá, no pidió dinero ni hacienda al gobierno, sino una escuelita para su tribu. En 1875 llegó
a su tierra el misionero lazarista P. Pablo E. Savino con el deseo de establecer en Los Toldos una
misión para su evangelización: Simón favoreció al misionero ya en la presentación en el primer
parlamento y luego durante los dos años de su permanencia. (Hux: ib.ed. 1980 p. 193 ss). El cacique
mismo acudía a la escuelita, a la nochecita para aprender más.
La tribu fue castigada por dos malones más y dos atropellos de la tropa de la frontera, en los
que triunfó por su prudencia y decisión. En 1874 el coronel Borges apresó unos cuantos capitanejos
y al cacique Justo Coliqueo, su hermano. Simón fue elegido entonces cacique responsable. Al año
volvió Justo, gracias a las intensas gestiones de su hermano por su liberación. Simón no se opuso a
que aquel asumiese nuevamente el cacicazgo. Pero ese a los pocos meses se sublevó en un estado
de turbación y angustia, ya que la tribu sufría gran pobreza y no recibió sueldos ni racionamientos, a
pesar de sus constantes servicios en la frontera. Los indios del Oeste, en vista de la planeada
expedición al desierto del ministro Alsina, presionaban sobre Justo. Este se sublevó y condujo a una
porción de indios al desierto. El día anterior hacía un ñguilatún al que invitaba a toda la tribu. Luego
se fue sin avisar a su hermano a dónde iba. Podía preveerse que volvería con un malón. Así lo dejó
286
dicho. Simón se dirigió a los jefes de la frontera y pidió ayuda y protección. El mismo organizó la
fortificación alrededor de la azotea-negocio y patrullaba en vigilancia. Efectivamente vino el malón
y se libró la singular batalla de la Tapera de Díaz, el 9 de octubre de 1876. Don Electo Urquiza en
sus Memorias describe como testigo y actor que fue, lo que había sucedido (Hux. ib. ed 1980 p.
225-237). Fue como un milagro que los conjurados defensores no sucumbieron a las vehementes
embestidas de los indios de Pincén y Epugner unidos a los de Justo. Un pequeño destacamento de
Bragado, sin embargo, acudió y logró salvar sus vidas. El pueblo de Los Toldos (en La Tapera de
Díaz) quedó destruído y el campo saqueado. Justo, arrepentido, quiso volver a su tierra; pero fue
lanceado por los malones. Este fue el último malón que atacó a Simón y a su gente. La tribu quedó
destruida y en gran pobreza, los comerciantes y aún el misionero, se retiraron del lugar. Sólo por un
constante trabajo y por la capacidad de resistencia se mantuvieron y recuperaron su campo. Por él,
tuvieron que librar otras batallas con abogados y escribanos.
Simón Coliqueo vivía, desde entonces más tiempo en Nueve de Julio que en su campo,
donde tenía una cómoda casa y la estima de sus vecinos. Llegó a ser concejal y líder mitrista. Allí
formalizó su casamiento con Luisa Pascual (Acevedo) de San Luis recibiendo en 1891 el
sacramento del matrimonio cristiano. Reconoció como hijos legítimos a Ignacia (17 años), Higinia
(12 años), Angel Ignacio (11 años y Guillermo Avelino (9 años) Tenemos una foto de Simón con
estos dos niños. El mismo procuró que sus indios pudiesen ser bautizados. En 1892 el cura de
Nueve de Julio fue a bautizar unos 300 y también otros tantos en 1897 y de muchos el cacique salió
padrino (Hux. ib. p. 242 y Libros bautismales de 9 de Julio).
Más tarde se estableció en el nuevo pueblo de Los Toldos que Don Electo Urquizo fundara
en 1892 al borde del campo de la tribu, sobre la actual estación de Los Toldos. Allí, en casa de su
hermano Antonino, falleció el 22 de septiembre de 1902, a consecuencia de un hachazo recibido
en un entrevero por cuestiones de ritos tradicionales que quería impedir.
Su entierro fue una demostración de la estima que había gozado entre indios, militares y
civiles. Sus últimos proyectos fueron: normalizar los títulos de propiedad de su tribu y suspender
definitivamente el régimen tribal para que su gente fuese reconocida como argentinos no
discriminados e integrados al régimen municipal. Durante muchos años se conservó un monumento
en el centro del cementerio, donde fuera enterrado. Bien mereció que se conservase para siempre.
Simón Coliqueo tuvo 5 hijos con Luisa Pascual (1853-1935): Ignacia (1874 – 1970); Ignacio
Angel Coliqueo (1880 – 1960; éste en 1951, durnte el gobierno de Perón, fue nombrado como
Cacique Honorario de las tribus araucanas de la Provincia de Buenos Aires. Guillermo Avelino
(1883-1949); Hijinia S. (1877 – 1945) y Honoria. Según la ley de los araucanos que en Israel se
llamaba Ley del Levirato, fallecido su hermano Justo Coliqueo, tomo consigo a su mujer Andrea
López (nac. 1841) y con ella tuvo una hija en 1881, llamada Fermina Coliqueo.
COLI TOPEL, cac. ranquel, 1820 figura en la lista de los caciques adictos a J.M. Carrera.
COL ÑANCON, 1750, cac. pehuenche que menciona el Padre T. Falkner en su libro de
1774, Descripción de la Patagonia.
COLO COLO, 1655, gran cac. araucano de Purem, hijo del cac. Pencheo. Era amigo de los
españoles y no participó en la gran sublevación. No obstante fue tomado preso en Angol, el año
1693 (Gay; Historia 1874 vol III p.129 y Beauchef: Memorias p. 359 y 386) ETIM: gato montés
COLO CHINTANA, 1573, cac. comechingón de Minga Solo, Campana,; encomendado de
Mitre (Montes 1954 p. 69)
COLO FUL, 1842, cac. chileno presente en el parlamento de paz en Manquehue Los
caciques Güillipán y Coloful que habían participado en la guerra contra Manguin, participaron en
el parlamento con los hermaanos Calfucurá y Namuncurá. A la vez participaron los caciques
Chocorí y también Iculmané y Colomé, primos hermanos de Ant. Namuncurá y Jn. Calfucurá (Carta
de Rosas y Belgrano del 7.2.41 (En Capdevilla, R. P. Rosas y Belgrano 1973 p. 62)
COLO GNÉ,1840, cac. ranquel del cac. Painegnerr. ETIM: gné o ñé es nariz
COLO GUÁN, 1776, c. pampa ranquel que figura en el censo de de Las Casas. Residía
sobre el Chadileufú (De Angelis IV p. 586) ETIM. : Guán o Guanque es avestruz
COLO HUALÁ o Colchalá, 1856, cac. huilliche ubicado cerca de Carmen de Patagones. En
mayo de 1856 participó en un malón con Llanquetruz, Paillacán y 300 tehuelches, pampas y
chilenos. 1860 el Comandante de C. De Patagones lo utilizó para humillar al cac. rival Chingoleo.
Hizo un tratado de paz con él y el cac. Sinchel (Arch. Mitre XXII p.80)
COLO HAM NAVAN, 1573, cac. comechingón de Salacho Coybana, Rique Lene, Códoba;
encomendado de Jaymes (Montes, 1954 p. 71)
COLO HAM, 1595, cac. comechinmgón de Chila, Córd.; encomendado de Burgos (ib. p.50)
COLO HOYAPANA, 1573, cac. de Nabal, S.E. de Soto, Córd; encomendado de Velásquez
(Montes 1954 p. 58)
COLOMAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Tontele, en Tulián Chabiche, Córd.
(Montes, 1954 p. 61)
COLONAMÚN, 1776, cac. pampa ranquel sobre el río Chadileufú; figura en el censo de
Las Casas (De Angelis IV p. 586)
COLOMILLA ver COLEMILLA
COLONET,1842, cac. araucano chileno que asistió a un parlamento de paz en Maquehue,
donde estuvo también una comisión de Calfucurá y B.Namuncurá (R. Capdevilla: 1973 p.62)
Coloné era primo hermano de los caciques Bernardo Namuncurá y Jn. Calfucurá. Y con ellos hizo
paz. Y les decía que pensaba estar junto a ellos. Véase el asunto de Guzmané
COLO OPAN, 1573, cac. comechigón de Atan Huenen, Valle Catapas, Cord.; encomendado
de Velásquez (Montes p. 55)
COLO PICHÚN (o Colopí), 1740, cac. serrano o puelche, según el P.Lozano; cac.
pehuenche y cac. pehuenche según el Padre T. Falkner. Según Rod. Casamiquela, era araucano. El
288
actuó junto con el cac. Bravo o Cangapol en la zona del río Negro. Vivía casi establemente en el Sur
de la Prov. de Buenos Aires, al pie de Cerro Volcán. ETIM: Pluma colorada
COLOQUÉ, 1582, cac. del distrito de Buenos Aires que figura en la lista del repartimiento
de J. de Garay . Parece que, igual que otros caciques de la lista, era araucano.
COLO TALINA. 1576, cac. comechingón de Nocathanen, hoy Mocatine, Cord.;
encomendado de Velásquez (Montes p. 58)
COLPA CHARABA, 1575, cac. comechingón de Colpa Navira, Calamuchita, Córd.
encomendado de Villalba (Montes p. 78)
COLPI NAHUEL, 1656, cac. araucano. Ese año, al frente de 6000 indios libró una batalla
a los españoles de Chile y fue muerto junto a otros diez caciques más (Gay, Hist. Vol. III p. 155)
ETIM: Nahuel: tigre; Colpi: con manchas
COLQUE MÁN, Juan , 1820, cac. pehuenche chileno, patriota de Angol; enemigo de los
borogas durante la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1910 p. 134)
COLUBI CHIN NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Colubi chin, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Chavez (Montes, 1954 p. 77)
COLU CALQUIN, 1776, cac. pampa ranquel. Según el censo de Las Casas, vivía en
Marivil; tenía 16 conas y 10 toldos. Allí había cinco pozos (De Angelis IV p. 584
COLU CULLEN, 1820, cac. pampa del oeste neuquino que sabía malonear o vaquear en la
llanura bonaerense. El nombre confirma la opinión de que era tehuelche (Cullen prob. clen)
COLU MAO, 1879, capitanejo ranquel que durante la Conquista del Desierto en su última
fase fue capturado en Cochi Có junto con el capitanejo Fortuna (Olascoaga 1930 II p. 223)
COLU MACÜN, 1826, prob. cac. pampa que ese año participó en un malón a Salto. En su
persecución y para su escarmiento salió el Cnel. F. Rauch hacia la Sierra de la Ventana y sorprendió
los toldos de los caciques Colú Macín (Macan), degolló a buen número de indios y aprisionó a 200
de ellos, recogiendo 60 cautivas y más de 10.000 cabezas de ganado (Best: Historia de las guerras
argentinas p. 336 y Bidondo: Hist. Del Reg. 5º) ETIM: “Poncho colorado”
COLU NAO, 1879, capitanejo ranquel a quien capturó la columna expedicionaria del Gra.
Rudesindo Roca. (R.Pastor: La guerra con el indio p. 504) ETIM: Nao: tigre
COLU NA, 1793, cac. huilliche que vivía en la zona de Carmen de Patagones. Lo nombra
Fray Francisco Méndez (en Fonk,F: Diario de Fray Francisco M. II p. 125)
COLLI HUACA, 1880, capitanejo pehuenche de Neuquén, a quien deportó el Gral. Ortega
al campo de concentración, en Rodeo del Medio (Mend.). Falleció en ese campamento (donde había
viruela, a la edad de 65 años (Rusconi,C. IV p. 111) ETIM: Vaca rosilla
COLIHUEQUE, 1655, en el año de la gran sublevación fue muerto junto con el cac
Colicheu por el Gobernador González y Montero. (Ver RP.Diego Rosales: Historia General del
Reino de Chile ed.1877
COLLÍN (Colín), 1790, cac. principal comarcano de Quilacahuín (Osornio). En agoste de
ese año, asistió al parlamento de caciques con el misionero franciscano en Rahue. El R.P. Alday les
propuso su proyecto de establecer una misión entre el Río Bueno y río Canoas. Se lo concedieron.
Pero en 1820, envueltos en la Guerra a Muerte, dejaron al sacerdote solo, porque huyeron de
los ejércitos patriotas. (Lagos: Hist. De las Misiones del Colegio de Chillán p. 361 y Diccionario
Histórico y Geografico chileno 1928 p. 192)
COLLÍN, Neculqueo (Coilill, Colell, ) 1786 – 1876, capitanejo boroga pariente del cac.
Ignacio Coliqueo y con él hizo la trayectoria de la tribu de Coliqueo. (Ver Coliqueo). Era en Los
Toldos de los viejos y nobles capitanejos. 1864 figura en la lista de los oficiales que servían en la
Frontera del Oeste bonaense con 29 indios a su cargo. Así era oficial del escuadrón de indios
amigos hasta muy avanzada edad. En el entierro solemne del cac. Ignacio Coliqueo (en Febrero de
1871) pronunció un impresionmante discurso de despedida. Cuando cumplía 90 años, pidió al
misionero Pablo E. Savino el sacramento del bautismo, A pocos meses murió en paz rodeado de
numerosísima familia. El primer casamiento hizo con Inaipán, chilena y con ella tuvo 9 hijos y en
el segundo matrimonio con Llanquei o Lorenza Calquín tuvo a lo menos tres hijas. Es frondoso el
árbol genealógico
289
COLILL o Colín, Colell o Quintuill, Felipa: 1804 – 1894, boroga, chilena, esposa del cac.
Ignacio Coliqueo, desde 1836, después del Asalto de Masallé. Su padre ha sido el cac. Collin o
Collel y su madre doña Jacinta, como consta en la partida del bautismo de la anciana (“cacica”). Su
pariente Antonino Coliqueo fue su padrino (Libro de bautismo de la parroquia de 9 de Julio Nº 23
foja 407. Ha acompañado a su esposo en tantos momentos que se anotan en la biografía del cacique
Ignacio Coliqueo. Era madre de 8 hijos, dos (Justo y Simón) serían caciques de la tribu
COLLIN, Pedro, 1834, capitanejo del grupo boroga en Guaminí fue el enviado a informar
a los jefes militares de Bahía Blanca sobre los sucesos fatales en Massallé. Fuera de eso no tengo
más noticias de él.
COLLINAO, Martín (o Martín CAMPOS COLLINAO) se menciona en 1820, como. hijo
del famoso cacique patriota chileno Melipán, y hermano o primo hermano del no menos famoso
cacique Venancio Coñuepán y hermano legítimo del cacique Pedro Melinao. Estos se llamaban
araucanos, por haber nacido en la Araucanía. Todos ellos a su tiempo vinieron a la Argentina, a raíz
de la guerra. Intervinieron en la lucha por la Independencia chilena y en la Guerra a Muerte,
continuación de aquella, desde 1818 en el sur de Chile y en el sur bonaerense, más tarde bajo la
bandera federal de Rosas. Anteriormente en 1817 colaboró con San Martín: estuvo en Cancha
Rayada y probablemente también en la batalla de Maipú. Con el coronel A. Pacheco lucharon desde
1819 con denuedo en los encuentros con los realistas en Nacimiento y en la batalla del Bío Bío.
Melipán y Venancio hacían tremendas persecuciones a las tribus borogas y huilliches que aún
siguieron a los jefes y bandoleros realistas. En una de estas excursiones contra el viejo cacique
pehuenche Toriano en 1822. llegaron hasta Melincué, en el límite de las provincias de Córdoba y
Santa Fe. En diciembre de 1824 volvieron a pasar la Cordillera con 900 hombres encargados por el
gobierno chileno de perseguir a los borogas y los pincheiristas concentrados en la Pampa. Los
secundó en esta tarea el teniente Juan de Dios Montero con 70 coraceros chilenos. No sabemos ni el
número de los encuentros. Estando en Salinas Grandes enviaron sus primeros mensajes de paz al
comandante militar de Tandil, coronel B. Estomba, quien los acogió luego favorablemente.
D.Venancio Coñuepán y su hermano Martín Collinao se presentaron al mismo jefe en el Fuerte de
Tandil y poco después al Comandante General J. M. de Rosas en Buenos Aires. Ellos le mostraron
títulos y credenciales: el primero era teniente coronel del Ejército chileno y amigo personal del
expresidente general B. 0'Higgins. Gustosos aceptaron el ofrecimiento de los caciques para reprimir
a las hordas pincheirinas. A sus indios llevaron para la fundación de la nueva Fortaleza Protectora
Argentina en Bahía Blanca. Venancio y Collinao realizaron con el coronel Estomba la primera
exploración de los campos hasta Bahía Blanca, luego, el 12 de marzo de 1828. marcharon con el
Ingeniero Parchape en la vanguardia del convoy fundador. El cacique Melipán, entre tanto, se había
trasladado al Río Colorado; allí soportó un funesto malón de los pincheiristas, justo en el momento
en que 300 indios, a las órdenes del teniente Montero, se habían marchado para Bahía Blanca. El 8
de Abril se anunció de Bahía Blanca y Tandil que Melipán había muerto en manos de sus enemigos.
Sus hijos ardían por venganza. Auxiliados por el teniente Morel y 25 carabineros, marcharon
en número de 458 indios contra los enemigos. Los alcanzaron en Chadileufú y les dieron un buen
golpe. J. M. de Rosas, al felicitarlos, expresó que el gobierno contaba con gusto algunos servicios
más de los fieles chilenos patriotas: ellos mismos temieron entonces volver por los pasos
cordilleranos, bloqueados por sus enemigos. Así vinieron a establecerse a orillas del R. Napostá a
un cuarto de legua de la Fortaleza Argentina, haciendo causa común con la bandera federal. aún
cuando su jefe inmediato, el coronel B. Estomba participaba en diciembre de 1828 de la revolución
unitaria. Después de la matanza de Bahía Blanca (el 30 de enero de 1829 que detallaremos en la
biografía de Coñuepán), Collinao quedó con poca gente al Río Napostá; dice el coronel J. Garretón:
"unos se habían disparado a la Pampa, mientras Venancio seguía en campaña." Su hijo Mariano y
Martín Collinao se destacaron nuevamente en la batalla de las Vizcacheras, el 28 de marzo de 1829,
luchando contra los revolucionarios de Lavalle, Estomba y Rauch (Sarciat: Chapaleufú, p.59).
Rauch, llamado "carnicero de indios", fue degollado en este encuentro.
Vencidos los pincheiras, el cacique Toriano y 2000 huilliches confabulados de Cheuqueta y
Calfucurá, serán una nueva amenaza para la tribu de Coñuepán y Collinao; más aún por hábil
diplomacia, consiguieron un tratado de paz con el gobernador J. M. de Rosas, en marzo de 1831. A
290
fines de noviembre, dos caciques querían volverse. El Comandante Martiniano Rodríguez, llamó
entonces a Venancio y a Collinao y con regalos obtuvo que quedasen un tiempo más (AGN VII
Biedma 10-4-14 :27.11.31) Los llevó a una expedición contra la tribu de Toriano, a quien
sorprendieron: le mataron unos cien indios y al cacique lo trajeron prisionero (1° de junio de 1832)
Durante la Campaña del Desierto del año 33 intervinieron como auxiliares del coronel
Miranda. Al cacique Venancio y al "Capitán" Collinao y a Guayquir les encargaron seguir con 120
indios amigos suyos el rastro de indios ladrones hasta el corazón de la Pampa, pues a espaldas del
Ejército, de la División de Rosas, habían invadido la Provincia de Buenos Aires. En 1834 Don
Venancio y Collinao debían ser el dócil instrumento para humillar a los borogas de la zona de
Guaminí. En la guerra chilena de 1819 a 1824, estos realistas de Cautín habían sido opositores de
Melipán y Venancio Coñuepán. Collinao estuvo en el "vidrioso" parlamento de los indios amigos
con J. M. de Rosas (Dic. de 1833) y luego enviado como mensajero de Rosas con cartas falsificadas
a las chacras de Carhué (27.2.1834), donde a pocos meses los borogas sufrirían dos desastrosas
invasiones "con anuencia de Rosas y Don Venancio",-decían los caciques Cheuqueta y Calfucurá en
el sorpresivo Asalto de Masallé. Degollaron a los dos caciques principales, a Rondeao. a Melín y
mataron a unos mil indios, el 8 de septiembre de 1834.
Collinao y Raynao debieron participar en la expedición que hiciera la División de Bahía
Blanca "a favor de los borogas desarmados". Se les hacía creer a los sobrevivientes que iban a
desagraviarlos: en realidad se dirigían hacia las tolderías de los ranqueles y así los borogas fueron
llevados a enfrentar a propios parientes que se habían ido a refugiar entre los ranqueles. (Ver
Cañuiquir) Martín Collinao y los indios de Venancio atacaron al cacique Mariqueo (AGN.S.X.24-8-
6:3.11.34). Recién el 31 de diciembre volvieron a sus toldos, para volver nuevamente a la lucha
entre indios. Dos veces en 1835 fueron movilizados, contra los ranqueles- Esta era la Guerra a
Muerte en la Pampa argentina. En marzo del año siguiente las tropas de Bahía Blanca atacaron las
tolderías del cacique Juan Ignacio Cañiuquir, cacique principal de los borogas sobrevivientes. Sus
indios fueron masacrados: también pereció el cacique Cañiuquir.
Ante tales atrocidades los mismos indios de Coñuepán y Collinao se sublevaron: durante el
regreso de esa expedición hubo robos y estragos entre los campos de cristianos, hasta apresaron al
cacique Venancio.
Bien pronto les tocó el turno de las "atenciones militares" para con los indios amigos de
Coñuepán y Collinao. El 24 de agosto de 1836 cayó un malón de los 2000 huilliches confabulados
con J. M. Rosas sobre los toldos del Napostá. Allí mataron unos 400, entre ellos al cacique
Venancio, apoderándose de sus familias y haciendas. El pueblo de Bahía Blanca no fue atacado y se
salvó "en ese día de susto y de carnicería", decía el cura párroco en el libro de defunciones del
pueblo.
Es interesante cómo, más tarde, el cacique Martín Collinao recuerda a Rosas el hecho y el
duelo de Bahía Blanca. La carta del 15 de noviembre de 1851 fue publicada por Juan Maguire en su
libro Loncagüe (1967 p.l41). En ella se ofrece nuevamente como "patriota y federal hasta los
agüellos... Soy federal hasta la muerte.—le dice en vísperas de Caseros—; ande muera mi Señor
Gobernador, yo he de morir junto". Y sigue historiando como historiador de su propia tribu:
"...desde el año 28 he acompañando al Señor Gobernador Don Manuel Dorrego,. cuando he caído a
esta provincia (con) mi finado mayor hermano Benancio Campos Coñiopán. S.E. sabe muy bien lo
que he servido a la patria en contra de los españoles con el Sr. Gobernador Ambrosio
(0'Higgins)...con mi hermano Benancio y (el Gral.) Ramón Freire acompañándolos a la guerra...
Desde que murió mi finado Coronel Don Martiniano Rodríguez (17. 3. 1841). estoy en compañía
del Coronel Don Juan Aguilera. Cuando mataron a mi hermano Benancio en la revolución de los
indios en Bahía Blanca, me dijo S.E.: “Míreme. No llore tanto por mi (su) hermano Benancio. No
tenga cuidado, - me dijo S.E.- que tengo mil cuatrocientos (soldados) y siempre me desquité (de) la
guerra que me hicieron los indios. Su Excelencia me dijo que (he) había de estar en la Guardia del
Monte. Yo le dije a S.E. que quería estar en Bahía Blanca, ande murió mi finado hermano. Le dije a
S.E. que podían decir los enemigos de los indios que yo estaba escondido por haber muerto a mi
hermano. Por hoy estoy desquitándome de lo que me hicieron los indios. Ahora estoy en este punto
(Bragado). Cuando estuve en Bahía Blanca (con) el Coronel Martiniano (Rodríguez) y vinieron
291
avanzando los indios del cacique Rinque (16 de diciembre de 1837),.apresamos a 309 indios
(AGN.S.X. 25-5-1) y le quitamos la hacienda en Pillahuincó. También fuimos avanzando a tierra
adentro; tomé (preso) al cacique Maulí con toda su familia (22 de marzo de 1839: AGN S.X.
1839...y nuevamente al final de la carta rememora) Cuando me mandó a los boroganos, los indios
boroganos me mataron a mi hermano Venancio... y firma
“ Martín Campos Collinao, cacique."
Continuemos nosotros, historiando un poco más: Durante la Revolución del Sur. en 1839.
Collinao y 80 amigos suyos reforzaron la división de Bahía Blanca que desbarató la Revolución
Unitaria. En agosto de 1840 Collinao y su tribu se trasladaron por orden del gobernador a la
Frontera de Tandil y Azul, aún a las órdenes del coronel Martiniano Rodríguez.(A.E.M.
Doc.9217:del 27.1.69) Ya en abril de 1840 había asistido al solemne parlamento de paz en el que los
emisarios del cacique ranquel Painé aceptaron el tratado de paz (AGN.S.VII. 1-2-10 Doc.323 y Rev.
del Archivo de Azul IIº p.75 ss) Luego pasó a incorporarse a la tropa del Sargento Mayor R.Maza,
para expedicionar.
Intercalo una lista de los oficiales de la tribu de Collinao , fechada el 3 de agosto de 1837
(AGN. S.X. 25-5-1)
Luciano Campos - lenguaraz
Martín Collinao - cacique mayor
Juan Lleubulicán – cacique 2º
Pascual Cañió - ayudante del cacique
Painemil - capitanejo
Francisco Millagur - capitanejo
Rannín (Prob.Rayún) - teniente
Suguey - teniente
Coyam - alférez
Catrileo - alférez
Canió Guir - sargento
Bartolo Colipí - sargento
Nao Güel - cabo
Millaleo - cabo
Coyllá - cabo
Gerón Guanquiel - cabo
Fermín Colfío ( hijo del cacique Juan Lleubulicán
Del mismo año data otra lista similar de 55 personas con el título: "Lista del cacique
Collinao que se hallan en la casa de la Piedad", indicando los aportes. (AGN S. III. 17-8-5)
No hay seguridad cuántos y cuales han sido destinados a acompañar al Sargento Mayor
Eugenio del Busto en marzo de 1846, porque el Comandante General Dn. Angel Pacheco quiso
que el Cnel. Juan Aguilera con la tropa veterana de Bahía Blanca fuese el grupo fundador. Pero
Rosas dio preferencia al vaqueano expedicionario de la Pampa, el Sarg. Mayor Eugenio del Busto
para iniciar la fundación del Cantón de Bragado.
Uno de sus primeros pobladores, un viejo amigo de los Collinao y Melinao, chileno que vino
con ellos a la pampa, don Fabián González, escribió en sus memorias: "En marzo de este año (1846)
se fundó el pueblo de Bragado bajo la denominación de "Campos de Rosas" por el entonces
sargento mayor Don Eugenio del Busto nombrado jefe de esta frontera por orden del Gobernador
Don Juan Manuel de Rosas, siendo Comandante General de los Departamentos Norte y el Centro el
General Don Angel Pacheco. Las fuerzas que componían las guarniciones de este campo eran: dos
escuadrones de Blandengues de la Nueva Frontera; un Escuadrón del Regimiento VI. de milicias de
Campaña; un Escuadrón escolta de S.E. y los indios amigos del cacique Collinao".
Con esta fuerza y la de 25 de Mayo expedicionó del Busto para reprimir un fuerte malón, el
28 de abril de 1846. Recién a los dos meses volvieron al campamento. En marzo de 1847 se retiró el
mayor del Busto, entregando las fuerzas al coronel Aguilera, quien aceptó el efectivo de sus fuerzas
con el resto de la vieja división de Bahía Blanca, de manera que acantonó a mil hombres en
Bragado: 80 indios amigos de Collinao y Raylef prestaron servicios regulares (Memorias de F.
González). En 1851 volvió Eugenio del Busto a Bragado con la efectividad del grado de Coronel-
El viejo poblador Mariano Biaus inició un ominioso pleito contra el cantón militar y el naciente
pueblo, lo que quizás apuró la aprobación del ejido y de las autoridades municipales.
Los indios amigos también tenían en el pueblo sus casas y mandaban a sus hijos a la escuela
pública; hacían bautizar a sus hijos y vivían bastante integrados en la comunidad fronteriza. De toda
su vida privada no nos queda ningún testimonio a no ser una memoria retrospectiva de Don
Fernando Coñequir, pero que no dice nada en concreto de los Collinao.
Cito nuevamente un párrafo de la carta del cacique Martín Campos Collinao dirigida en
1851 a Rosas, fechada en "Campos de Rosas. Bragado Grande, el 15de noviembre de 1851"..."Mi
respetado, nuestro amado padre: Esta sólo se dirige a S.E.(p)a.saludarlo con el debido respeto que
(le) debo: a felicitar a nombre de la Confederación Argentina, deseoso de pelear contra los salvajes
Unitarios (y) Urquiza (el) traidor de la Patria" Soy patriota y federal hasta los agüellos -"
Efectivamente, en 1852, la División de Bragado intervino a favor de Rosas en las contiendas contra
la Campaña Libertadora y todo el pueblo debió evacuarse ante el avance de las tropas del Gral.
Urquiza. Fabián González no detalla lo ocurrido. Sólo dicc:"El 10 de Febrero la fuerza regresó al
mando del Cnel. Aguilera, la que reorganizó en dos escuadrones y dos compañías de infantería, una
de línea, otra de Guardia Nacional y el Escuadrón de Indios Amigos de los caciques Collinao y
Raylef, conociendo un tofal de 500 hombres."
293
Estos participaron también en la Revolución del 11 de Septiembre de ese año (1852) y poco
más tarde en el sitio del general Hilario Lagos a la Capital. A fines de 1853 regresaron las fuerzas y
con ellos el cacique Collinao.
En 1854 fue Comandante en jefe de la Frontera Oeste el Coronel Laureano Díaz. La
población tenía ya el aspecto de pueblo respetable y fue visitado por el gobernador Pastor Obligado
y también por el Obispo de Buenos Aires Monseñor Mariano Escalada, quien predicó allí una
misión.
El 15 de Febrero de 1854 murió el cacique Martín Campos Collinao" de enfermedad
natural y en servicio activo de la Patria". Ocupó su lugar como cacique principal de los indios
amigos de Bragado su sobrino, el cacique Don Pedro Melinao. cuya historia también reseñamos.
En el Archivo General del Ejército hay un documento (legajo personal) de fecha 1º de mayo
1854 que reseña los servicios prestados de Martín Collinao- Y en el archivo parroquial están
asentados los bautismos de los Collinao: Juana (LB.9). Transita (ib), Pedro, Liberato (LB 19).
Andrea (n. 1824) y el casamiento de Francisca Collinao (en.1842) con el cacique José Lleubulicán).
Santiago Avendaño en sus Memorias hace este postumo: “Collinao y su pequeña tribu prestó
en Bragado importantes servicios y casi todos han sucumbido en defensa de nuestros intereses, sin
que ningún gobierno haya hecho mención jamás de su mérito. Sólo Rosas confirióle el empleo de
Coronel al cacique Collinao con goce de todas las prerrogativas que correspondían a ese rango; pero
tan pronto que cayó Rosas, Collinao cesó de gozar las que muy justamente había merecido por la
lealtad y murió, hace poco tiempo (ed. el Elefante Blanco, 1999 p.7)
(Etimología:"Tigre Colorado"),
1. Origen y familia
Venancio Coñuepán fue un célebre cacique chileno, culto y cristiano, altivo y guerrero hasta
su muerte. Queda la duda si era hijo del cacique Melipán o de Calfupang de Piuchén, Prov.
Imperial. Estos Se conocían como caciques llanistas (Lelfunche) y patriotas o caciques de Lumacó,
Repocura y Choll Choll (Bengoa, 1985 p. 143). En el mapa de Manuel J. Olascoaga de 1870,
reproducido en B. Vicuña Mackenna (Guerra a Muerte) está la zona bien señalada. Entre la Laguna
de Lumaco y el Río Cautín tuvo su malal o lugar fortificado en el que se resguardaba su tribu. No sé
dónde se educó. Hablaba el español y era amigo personal de 0'Higgins. Sus hijos Mariano y Ramón
Cayupán estudiaron en Concepción y en Santiago. Mallorca era capitán y otro hijo se llamaba
Huanaco y otro Millapang. En las cuentas de Juan M. de Rosas aparece también el capitán Don
Venancio, hijo del cacique Don Venancio. Según el diccionario histórico geográfico de la
Araucanía, otro hijo se llamaba Domingo Coñuepán y fue, en 1889. cacique general de Araucanía.
Un nieto era el cacique Dios Quidel Coñuepán que falleció el 29 de marzo de 1945 en Temuco a la
edad de 112 años. B. Vicuña Mackenna enumera también a los hermanos de Don Venancio:
Panncio Cayupán, Calfupang, Huenchenahuel, Nahuelán, Pencón, Hilcán, Millipáng, Cayumán
Huircañ, a los que agregaría a Collinao y Melinao (quizás primos hermanos). Además de su gran
parentela, contaba con la amistad de los caciques Painemal (y sus hijos Melillan, Painemal y
Bulnes Painemal), Paillal, Nahuelhual y Colipí.
298
Juan Colipí de Angol y Venancio Coñuepán eran los rivales irreconciliables del cacique
manco Francisco Mariluán de Collicó y de Mañilhuenu (Magüiñ) del Río Malleco, el cacique
principal de los huilliches, cuyos aliados eran Catrileo, Curriqueo y Calfuqueo. Estos sostuvieron la
bandera realista de Benavides, Sánchez. Alcázar y Pico.
En un parlamento en Arauco (10.7.19), el mariscal español Andrés de Alcázar trató de ganar
a Don Venancio para su causa. V. Coñuepán era un cacique maduro, guerrero famoso que usaba una
lanza de 8 varas de largo y solamente él era capaz de manejarla. Lo respetaban y lo temían en las
cuatro provincias indianas —dice B. Vicuña Mackenna—. Su astucia y su prudencia corrían a la par
de su bravura (ob. cit. p. 454).
299
Andrés de Alcázar (jefe realista) convocó, pues, a los principales pehuenches para una
entrada al sur y contaba con Colipí y Venancio, pero nadie de ellos apareció entonces.
A principios de 1820 Don Venancio se retiró a su residencia, 20 leguas más al sur de
Lumaco, mientras que su hermano Venancio Cayupán se fue a la Pampa argentina, se incorporó con
los caciques Uñol, Millao, Clapil, Huincatur y Pablo Lepnopán a las excursiones vandálicas del
dictador chileno J. M. Carrera. En ese tiempo, un ejército realista puso sitio a la tribu de su cacique
amigo, a Juan Colipí. A una nueva llamada de Alcázar, en Mayo de 1820, llegaron a reunírsele los
caciques Cayumilla. Colón-Pillán y Millaleu. El 29 de Agosto llegó también el esforzado Coñuepán
trayéndole como prenda de su amistad la cabeza del cacique llanista Millamar que se había aliado
con Mariluán. . Colipí y V. Coñuepán recibieron entonces la "gratificación” de 2.000 $.
El 24 de diciembre del mismo año los realistas del coronel Pico y los indios de Toriano
dieron un fuerte golpe a Chillán; pero fueron detenidos. La proyectada expedición contra Mariluán,
en el sur, se puso en marcha recién a fines de diciembre de 1820. El sargento mayor llevó a
Coñuepán y sus indios hacia Boroa, Tolten y la Imperial. El 6 de Enero llegaron a las tolderías de
los caciques Lempí y Peñoleo. Pero Benavídez encerró a los patriotas en Lumaco. Ibañez se retiró al
Bío Bío, dejando a sus caciques un piquete de 50 hombres al mando del capitán Salazar y del
sargento Juan de Dios Montero. Entonces se acercaron los realistas de Antonio Carrera y 600 indios
de Boroa, Purén y la Imperial al mando del cacique Catrileo para batir a los enemigos lumaquinos.
Lempí organizó a sus conas y con Salazar les infligieron una completa derrota, el 12 de Enero de
1821. Más de 200 realistas perecieron en la batalla. Después de festejar el triunfo, Don Venancio
movió a sus indios hacia el Nacimiento y los incorporó al vencedor de Concepción (Freire) para
llevarlos contra Benavides. Eran 2.000 de sus lanceros, quedándose él con una reducida escolta. El
18 de Febrero se reunieron nuevamente en Santa Juana. Venancio finalmente pudo marchar sobre
Mariluán; pero le dieron sólo 400 soldados del Ejército Nacional y así volvió a internarse por el sur
de la Araucanía.
No cuento aquí los muchos encuentros de los patriotas con los realistas; me refiero a lo que
se sabe de las actividades de Venancio Coñuepán.
El estableció su campamento en Maquehua, al sur del Río Cautín, en la confluencia del R.
Quepe y desde allí lanzaba sus excursiones de piratería- El 20 de Marzo de 1821, el Director
Supremo B. O' Higgins escribió al general Beauchef: "El cacique Venancio ha derrotado dos veces a
los indios rebeldes. La Provincia de Cautín está tranquila". Combatió así a sus enemigos de Boroa,
imponiéndoles un tributo forzoso y sustrayéndoles algunos caciques para la causa de la Patria. La
campaña duró más de un año. En 1821 vengóse con tropas del Mayor Ibañez de los indios borogas.
Venancio tenía unos 40 a 50 años; estaba incorporado al Ejército chileno con el grado de Sargento
Mayor. (AGN S,VII: 10-4-13) Era “Un señor de la tierra”, rico y con muchas familias (Molinari,
1969 p. 44)
Entre tanto en el oriente de la Cordillera había sido vencido también el dictador J. M.
Carrera (Sept. 1821). En Octubre, el capitán M. Bulnes y Don Venancio iniciaron una enérgica
acción contra los indios realistas de Tru Tru, de Purén y de Boroa, mientras aquellos estaban
maloneando a otros patriotas. El 6 de Octubre de 1821 se presentaron en Santa Juana y al día
siguiente combatieron en Ñuble. Y pasando por el Malal de Coñuepán. se enfrentaron, el 17 de
Noviembre, a los hermanos Pincheira en Chillán. El 24 del mismo mes sorprendieron al general J.
M. Pico, comandante en Jefe de las fuerzas realistas que tenía su campamento en las tierras del
cacique Mariluán. Allí libraron una importante batalla de "una muchedumbre de indios" por la que
los patriotas lograron dispersar a los realistas. Al día siguiente se midieron nuevamente en el Cerro
Nibillinto, cerca de Angol y nuevamente se impusieron los patriotas, después de haberles matado
unos 60 indios. Animosos penetraron luego en los llanos, en dirección a La Imperial. Casi a diario
hubo escaramuzas, durante la marcha de todo un mes.
En vísperas de Navidad, el 24 de Diciembre de 1821, presentaron batalla al temido cacique
Curriqueo de Truf Truf, al sur del Río Imperial y a sus numerosos aliados (4.000 dice un autor). Se
ha perdido el parte oficial de aquella acción, si bien se sabe que la lucha duró seis horas y que unos
200 indios borogas cayeron junto a su cacique principal Curriqueo. Tomás Guevara dice en su libro
(1910, p. 303) que Curriqueo quería decidir la batalla por un duelo individual, provocando al
300
cacique Cayumán Huircañ, hermano de Coñuepán y que éste lo mató. De esta manera consiguió
Venancio dominar a los caciques Ñonquín, Calfuqueo, Rondeao y Melillán.
Agrego otro dato concerniente al mismo año; el sacerdote Diego León de Villafañe, ex
jesuíta del Tucumán, se presentó al general 0'Higgins en Santiago, porque quería iniciar una misión
apostólica en la Araucanía y pidió que lo acompañara el capitán Santiago Lincogur, ex oficial del
general Belgrano. 0'Higgins le entregó cartas para el cacique Coñuepán, quien se había apoderado
de aquella provincia y también instrucciones para que Lincogur tratara de pacificar a sus paisanos.
Este, hijo de cacique, primo de Venancio Coñuepán, tradujo las cartas al idioma mapuche. Pero,
ante el estado caótico de la Araucanía, el Padre Diego León debió abandonar sus proyectos y
Lincogur no volvió ya.
La guerra no estaba terminada, pero las marchas habían inutilizado muchos caballos.
Venancio Coñuepán no abandonó el proyecto de destruir al cacique Mariluán.
En 1822 no quiso acompañar al general S. Beauchef en su expedición a Valdivia. En marzo
acompañó al capitán M. Bulnes, junto con Lorenzo Pinolevi para ir a combatir nuevamente al
general Pico y a los realistas del cacique Mariluán. Perdieron la batalla en el campo del cacique
Colimán de Quilapalo en cuatro minutos (dice Vicuña Makenna). No obstante, poco después se
rindió el caudillo Bocardo con 4.000 realistas. El general Pico permaneció en el campo de Mariluán.
Nuevamente lo buscaron y lo batieron en el estero de Pile, afluente del Bío Bío. Fue una batalla de
indígenas, donde las lanzas de Mariluán y Mangüil se midieron con las de Coñuepán y Pinolevi
(Peñolevi). Los llanistas de Collicó y los huilliches de las montañas los estaban arrollando ya a
éstos últimos, cuando una compañía venida de Chillán cambió la suerte de la batalla de tal manera
que "los indios del Rey" se echaron a la fuga, dejando en el campo de la batalla unos 60 muertos. El
combale de Pile fue la última de aquellas campañas que mantuvo el carácter de lucha de montonera
contra la emancipación. En adelante la guerra sería esencialmente indígena, entre araucanos y
guerrilleros.
En Abril de 1822 invadieron los pincheiristas la población de Linares y Don Venancio corrió
allí para pelearlos, que efectuó el 26 de ese mes. Entre tanto, el cacique Melipán (patriota) llevó
como 1.000 indios para perseguir a los pehuenches al oriente de la Cordillera. Venancio se dirigió
una vez más al sur "talando" las reducciones del cacique Mariluán y presentando batalla en Pureo,
Purén y Lumaco "donde corrió sangre a torrentes".
El 17 de diciembre de 1822, el general Beauchef volvió de Valdivia y atacó, el 21 de
Diciembre, al viejo cacique Calfucurá y a Melillán, señor éste de Boroa y aquel de Pitrufquén. El
primero huyó, pero volvió al día siguiente sumiso, prometiéndo entregarse al caudillo F. Palacio; así
pudo recuperar a sus familias y sus haciendas. En esta acción tomó parte también el sargento Juan
de Dios Montero también patriota.
Así llegamos al año 1823. El Cnel. Beauchef se retiró a Valdivia, donde se enteró que el
comandante en jefe R. Freire se había levantado contra el gobierno de 0'Higgins.
Entonces renunció a su cargo de jefe de la Frontera. Ya cité la cariñosa carta del cacique
Coñuepán a su viejo amigo B.O’Higgins, ofreciéndole la ayuda de los araucanos y su techo para
resguardarse. Venancio siguió firme en su propósito de aniquilar a los borogas (realistas) del sur.
Junto con las tropas de los capitanes Carrera, Ruiz y Bulnes hacía sus malocas y guerrillas. Se
destacó en el combate de Collicó, el 23 de marzo de 1823, contra el cacique Mari-luán y contra el
general Pico. En abril de 1824 combatió en Tucapel contra las tropas que comandaba el Fraile
realista Ferrebú. En Mayo vencieron a Mariluán.
4. En Tandil (1827)
Apenas se supo del cambio de gobierno en Buenos Aires (en 1827), el cacique Venancio
Coñuepán buscó el contacto con J. M. de Rosas. El 8 de Agosto de 1827, el coronel R.Estomba
comunicó al gobernador desde Tandil que "el cacique Melipán con un sargento de la República de
Chile, llamado Benancio y un teniente Juan de Dios Montero con 1.000 indios y más de 30 soldados
se hallaban a cien leguas de la Sierra de la Ventana. El gobierno chileno los ha enviado a perseguir a
los que desbarataban la provincia de Concepción. Han venido con otros caciques que antes fueron
nuestros enemigos y hoy se muestran adictos; pero no creyéndose suficientes, piden auxilio, lo que
forma el objeto de la misión".
El gobernador opinó oportuno auxiliarlos; con todo, encargó a Estomba vigilarlos
(AGN.S.X. 14-8-1). Poco después Don Venancio "el culto y bárbaro" llegó con algunos indios a
Tandil. "Vino por provisiones" —dice Estomba al comandante de Carmen de Patagones, el 22 de
Agosto— y que los caciques eran conocidos como aliados y servidores del gobierno chileno. Juan
Cornell en sus Memorias dice que llegó también hasta Kakel para entrevistarse con él. Jorge
Fernández dice (en Nuestra Historia p.82) que se presentó también a Rosas en su estancia Los
Cerrillos.
Coñuepán contó que el 8 de Julio habían sostenido un combate en Bucal con indios chilenos
enemigos y que les quitaron familias y cautivos. Que el 6 de Agosto habían sido atacados por unos
mil indios y 500 españoles a las órdenes de Pincheira en Chadileo y que lograron rechazarlos. Que
el cacique patriota Melipán había inspirado valor a todos (AGN.S.X. 14-6-t: 2.10.27).
302
A principio de Septiembre, el teniente Torres y el sargento Fabián González fueron
encargados de entrevistarse con los nuevos amigos venidos de Chile. No los hallaron en la región de
la Sierra de la Ventana, en cambio encontraron al cacique pampa Cachul con unos 600 indios que se
decían amigos (Crespi Vals: El Coronel R.Estomba. p. 50). Poco después fueron apresados (J. L.
Molinari en Bol. Acad. Hist. Nac. 1969).
El 3 de Octubre de 1827 Estomba notificó al gobernador una nueva visita de Coñuepán
(Coybuepan) acompañado de una comisión de 40 indios y 7 cazadores del ejército chileno. Para
ganar la simpatía del gobierno de Buenos Aires trajo dos cautivas de Salto (que habían liberado) y
decía que por falta de caballos no había traído más (AGN.S.X 14-6-1). Decía que era amigo
particular del Director de Chile Don Bernardo 0'Higgins y ofrecía sus servicios al gobierno
argentino, a la vez que presentó despachos militares de su país. Entregó también una carta el
teniente Monteros con idénticos ofrecimientos. Estomba las envió al Comandante General J. M. de
Rosas diciendo que el cacique Venancio era portador de importantes noticias relacionadas con la
comisión a su cargo (Archivo Hist. de la Prov. de Bs. As.: Primer Congreso de Hist. de los pueblos
III p. 147).El gobernador Dorrego aceptó el ofrecimiento y decidió otorgarle un ascenso (20 de oct.
27) "Por cuanto atendiendo a los méritos, servicios, valor conocido, buena conducta y amistad
acreditada a la Patria del Sargento Mayor Don Benancio Coyhuepan, he tenido a bien nombrarlo,
como le nombro Teniente Coronel a Guerra al servicio de la Patria" (AGN S.X. 27-7-6: 22 Oct. 27;
firmado el despacho por Dorrego y Balcarce). De esta visita a Buenos Aires da cuenta una carta de
Rosas: "El respetable cacique Don Venancio fue recibido lo mejor posible; ha sido alojado en mi
casa, donde se le ha prodigado el mejor obsequio... regresará agradecido" (Rosas a Estomba. Primer
Congreso ib.). El 25 de Octubre el gobernador lo despidió comisionándole a ajustar la paz con los
indios "al otro lado de la frontera" (AGN S.X. 14-10-6).
El "Teniente ascendido a Coronel de Guerra" movió su indiada hacia el Colorado, 1.200
hombres, porque había recibido un refuerzo con los caciques Alcafilú y Ñancufilú de Maquehue.
Juan de Dios Montero estaba con ellos e informó a Estomba que los españoles del fascineroso
Pincheira habían reunido más de 1.000 hombres y que los naturales de ellos eran aún más; que
habían tomado todos los caminos y habían cortado toda correspondencia, de manera que nadie de
ellos (de Melipán y Venancio) podía pasar a Chile .Esperaba que esta provincia les ayudara y
reconociera sus méritos.
Poco después se supo que esos chilenos de la bandera realista habían atacado a los indios de
Don Venancio de manera que tuvieron que retroceder hasta la Sierra de la Ventana (AGN.S .X. 14-
6-1). Informaron que la Tinta y el Neuquén estaba atestado de indios y por eso pedían los dejasen
venir "bajo tiro de cañón" (a la Fortaleza Argentina). El 12 de noviembre el gobernador facultó a
Rosas que distribuyese a los indios en los puntos que creyera conveniente. Estomba incorporó a 200
indios amigos, entre ellos a los hermanos de Coñuepán: los caciques Pedro Melinao y Martín
Collinao. El día 30 de noviembre de 1827 habían vuelto de un reconocimiento del sur (ib). En
recompensa recibieron en donación una cierta cantidad de yeguarizos. Entre tanto el coronel Rauch
recibió la orden de marchar a destruir a los indios chilenos y cristianos (que luchaban con los
Pincheiras). Decía también la orden: "Hará lo mismo con los ranqueles y especialmente con el
cacique Pablo. El premio será el reparto de las haciendas. Destruidos los salvajes, procederá a hacer
lo mismo con los indios amigos" (A.E.M. Doc 13 fecha:13.10.1827). Tal era la situación de los
indios. Pero Rosas tenía su propia política. Mientras que Rauch hacía estragos, Rosas entregaba
yeguas (Primer Congreso ob. cit. p. 151 :8.1.28).
El 1° de diciembre de 1828 estalló la revolución unitaria del Cnel. Juan Lavalle. quien
derrocó al gobernador Manuel Dorrego y lo hizo fusilar, el 13 de Diciembre en Navarro. J. M. de
Rosas había sido su brazo derecho en la lucha contra los unitarios. J. Lavalle logró comprometer al
cacique Coñuepán y a sus indios. El coronel Federico Rauch también se plegó a los revolucionarios.
También el comandante R. Estomba de Bahía Blanca se pronunció por la revolución, el 10 de Enero
de 1829. Ya marchaba el coronel Andrés Morel con el Regimiento de Coraceros para incorporar a
los indios amigos y ponerlos bajo las órdenes de Estomba; a pesar de que Montero o Yturra
avisaron a Morel que los indios estaban amotinados y apabullados por emisarios de Rosas. Pero
como los vio dispuestos a seguirle, no les hizo caso, "olvidado de su desgracia en Toldos Viejos,
pereció él y la mayor parte de los coraceros que mandaba", dice Juan Cornell en sus Memorias
304
(Acad. Nac. Hist. Conquista del Desierto 1980. I p. 112) y continúa: "El asesinato fue tan espantoso
que es preciso detallar sus pormenores para que sirva de ejemplo a otros jefes en lo sucesivo.
"Don Andrés Morel salió de Bahía Blanca como queda dicho, con el Regimiento de
Coraceros del que era segundo jefe. Salieron también a sus órdenes parte de la indiada del cacique
Don Venancio con los borogas y los sargentos mayores Montero e Yturra, 2º jefe de Don Venancio
para el servicio en la frontera. A su salida los mencionados Montero e Yturrra dieron muy
oportunamente aviso a Morel que los indios estaban amotinados y seducidos por los emisarios de
Rosas; pero este jefe no dio crédito y creyó al contrario, que pelearían a la par del Regimiento en
favor de Lavalle. Los regaló y los vistió de ropa a su salida y marchó con ellos sin prevenirse. Y
tanta fue su imprudente confianza que hasta les permitió tomar el flanco derecho del Regimiento
que marchaba en columna de camino, carabinas a la espalda y cubre llaves puestos. Los indios con
el Regimiento formaron dos columnas paralelas.
"A las dos o tres leguas de camino, la columna de indioss dio frente a la izquierda y, a la voz
de-"Yá" (a la carga), tomaron por el flanco derecho al Regimiento. La confusión y el pavor se
apoderó de todos. La derrota y la mortandad fue completa, murieron Morel, sus oficiales y tropa,
entre estos el ayudante D. Severo Cornell, mi hermano mayor.
"El desgraciado Regimiento de Coraceros concluyó su carrera asesinado en el Napostá
Grande, con excepción de uno que otro disperso, de unos 20 o poco más que el Sargento Mayor
Montero, el capitán Don Martiniano Rodríguez y el teniente Mariano Viejo pudieron reunir,
defendiéndose en retirada. La indiada entretenida la una en perseguir a los dispersos y la otra en
tomar los despojos sobre el mismo campo de la catástrofe, no se obstinó en perder más hombres que
los ya perdidos por concluir con aquel cuerpo y restos del Regimiento que se defendía con bravura
y de consiguiente desistieron de perseguirlos y se volvieron al campo".(Relato del Sarg. M. Juan
Cornell)
Crespi Valls puntualiza que el 30 de enero de 1829 murieron el coronel, 10 oficiales y 106
soldados a manos de los indios de los caciques Negro, Chañil y Conuepán. Crespi Valls niega que el
cacique Don Venancio Conuepán haya estado implicado en la masacre traidora porque este
acompañó entonces al coronel Pancho el Ñato. Según el contemporáneo Juan Carretón ha sido el
homónimo Venancio Cayupán quien participó en la sublevación del Napostá. Martín Collinao,
primo hermano de Coñuepán, había quedado en la toldería con el resto de su gente.
Continúo con la cita del relato de Juan Cornell: "Montero los hizo marchar (a los chilenos de
Coñuepan) sin pararse a las tolderías de los indios asesinos y (mandó) arriar para el cuadro
prisioneras a todas las familias. Los viejos y los muchachos poca o ninguna resistencia hicieron. La
empresa se logró y todas las familias en mucho número fueron conducidas al cuadro.
"Algunos de los escapados dieron aviso a los indios, cuando por desgracia, aún conservaban
entre ellos prisionero al sargento mayor Yturra, el capitán y alguna tripulación de un buque llegado
al puerto con bastimento y como veinte de tropa que con su oficial se habían rendido con armas.
"Los indios lamentando el cautiverio de sus familias, propusieron al comandante del Puerto,
sargento mayor entonces D. Narciso del Valle, un canje de todos los prisioneros en su poder por
todas sus familias. Montero aconsejó a Valle que no se fiara de los indios y como el número de
individuos de familia sería lo menos 15 por uno de los prisioneros cristianos pusieron por condición
de dar uno por uno hasta no dejar ninguno de los nuestros y entonces entregarles el resto. Los indios
no admitieron la condición, sino que les entregaran sus familias y ellos después entregarían los que
estaban en su poder.
"Valls, como lo hiciera Morel, no desconfió de los indios; les envió sus familias.Los indios
se burlaron después, dando muerte a todos los cristianos con excepción de Yturra que ganó el
cuadro, cuando lo mandaron de parlamento los mismos indios".
Durante la campaña, Rosas dirigió varias cartas al viejo cacique Coñuepán; por ejemplo, el 4
de junio le informa sobre la persecución de Chocorí y la del cacique Venancio Cayupán quien, se
había unido al cacique Chocorí en la Isla Choele Choel para disparar luego al río Valcheta en el
Chubut. No nos extraña que Venancio Coñuepán pensara alejarse y retornar a Chile. (AGN.VII
Biedma 10-4-8). Pero Rosas lo disuadió diciendo: "Mi estimado amigo D. Venancio Coñoepán, es
conveniente que se venga ahora en marcha a cortar 70-80 leguas de jornada, sino sería muy lejos
para su tierra sin destruir los animales que trae. Venga al Arroyo Napostá. a tres leguas de Bahía
Blanca. Pacheco tiene buena pradera en Choele Choel. Quédese dos meses en Napostá; lo espero
306
para Agosto. Supe por prisioneros que Chocorí y cien habían venido a Bahía Blanca para robar.
Mira si los descubre en el camino; persíguelo para acabar a este pícaro ladrón; se lo encargo mucho
que lo ataquen ochenta a cien. Saludos de su afectuoso compatriota [sic!] Juan Manuel de Rosas"
(Diario de Rosas, Ed. Sudestada, p. 415 y AGN.S.X. 27-5-6). Rosas escribió también al general F.
Quiroga, el 20 de Julio, diciéndole que pensaba enviar a 300 hombres con el cacique Don Venancio
para que se cruzaran hasta Chile acuchillando en su tránsito a todas las tribus que encontraran. "Don
Venancio es un cacique chileno que está conmigo desde antes de la Revolución de Diciembre
(1829). Vino persiguiendo a los Pincheiras y no ha podido regresar por los enemigos y ahora
aprovecha la ocasión para irse a su tierra; tiene como 300 indios. Pero creo que todos no han de
querer irse. Ya ha llegado a Bahía Blanca y pronto ocupará este Río [Colorado]". (Diario, p. 158).
¿Dónde había estado antes? En la columna del coronel P. Ramos y con el capitán Yturra había
seguido los rastros del cacique Maulí hasta Salinas Grandes, sin alcanzarlo ni quitarle el robo que
había perpetrado a retaguardia de la división de Rosas. Yturra quiso volver a buscarlo cuando lo
halló cerca del Cuartel General, porque llegaba para entrevistarse con el Brigadier General. El día
20 llegaron al Cuartel de Bahía Blanca y el mismo día se presentó ante el cacique coronel en su
toldería. Al día siguiente marcharon el capitán Yturra, Don Venancio, los capitanejos Collinao y
Guayquir, el ayudante Leuful (Leubulicán) y 112 conas armados de lanza, más treinta con sables y
boleadoras, llevando cada uno cuatro caballos. Tomaron la dirección de Sierra de la Ventana y
llegaron hasta Curamalal. El 23 de Agosto encontraron un campamento de indios recién
abandonado, pero debieron descansar sobre el Arroyo Quitreleufú. El día 24 llegaron hasta la laguna
Guatraché en la Pampa, pero no pudieron alcanzar a los fugitivos y tras una reunión de consejo,
decidieron regresar (J. Carretón: Escritos, comunicaciones y diario.Ed. en 1946, vol. I. p. 189). El
29 del mismo mes estuvieron de vuelta en los toldos de Don Venancio. El día 30 se incorporaron 60
a las fuerzas del teniente coronel Miranda. En nota del 3 de Septiembre, J.M. de Rosas criticó a
Yturra por no haber seguido los rastros. Miranda en su segunda expedición hacia Puán y Salinas
Grandes batió una gran partida de indios "que estaban buscando avestruces en las inmediaciones de
Salinas Grandes". La mayor parte logró escapar.
El 10 de Diciembre de 1833, Venancio Cayupán (el que había marchado al sur) estaba preso.
Rosas convocó entonces a los caciques a una reunión. Don Venancio Coñuepán no asistió; estuvo
enfermo. La propuesta de Rosas era clara: si los pampas y borogas deseaban gozar de su amistad,
deben atacar a los ranqueles y batir a Llanquetruz. Una semana más tarde hubo otra reunión en el
Fuerte, a la que Don Venancio pudo asistir. Rosas acusó ante los caciques Catriel y Venancio a los
borogas de Guaminí, acusándolos de falsos.
En adelante, aún cuando había licenciado las tropas y vuelto a Buenos Aires, logró más con
su "diplomacia y exigencia" que con su campaña: eliminar a los caciques principales de la llanura
del Plata.
A partir de diciembre de 1833, Rosas concentró su atención sobre los borogas, ex realistas
radicados en Guaminí y aledaños. Estos a su vez, desconfiaban cada día más de su amistad.
Después del parlamento de Bahía Blanca, Rosas dispuso, el 12 de Diciembre, que el cacique
Quechán regresara al campamento de los borogas y que éstos montaran de inmediato y persiguieran
a los ranqueles. Más tarde les reprochó que le habían robado y que tenían relaciones con los
ranqueles. Estando aún en Bahía Blanca, el 8 de Enero de 1834, llegó a manos del edecán de Rosas
esta enigmática carta: "...El General debe estar enojado al ver que los caciques borogas se han
contentado con montar a caballo para perdonar a los ranqueles ladrones... Si Quechán y
Guayquimilla quisieran despedirse de Don Venancio y fuesen a su campo o Don Venancio estuviera
en esa, debe usted instruirle bien de lo que debe contestar, pero no diga que todo viene de mí
(Rosas), porque puede que algún día haya que tratar algo con él..." (AGN S.X. 27-5-3). Rosas tenía
sus propios planes y los irá cumpliendo.
307
El 11 de Enero el teniente Pablo Millilicán, sobrino del coronel Don Venancio y escribiente
de los caciques borogas, advirtió por escrito al coronel Delgado que los borogas temían por lo mal
que Don Venancio había despachado a Quechán. Poco después enviaron una comisión selecta para
que parlamentaran con el Sr. Edecán Corvalán y sus oficiales en el Napostá. La conferencia duró
seis días. Luego Pablo Millilicán envió una dramática carta a Rosas, diciéndole que los borogas del
cacique mayor Rondeao se habían sentido menospreciados como perros; que le rogaban de rodillas
que no los atacasen. (AGN.S.X. 24-9-1).
Unas semanas más tarde se entrevistó el cacique Don Venancio con el brigadier general J.
M. de Rosas (16.2.34), pues había recibido una carta del general Bulnes de Chillán, fechada el 30
de Enero de 1834. Avisaba en ella que 2.000 indios del sur del Río Bío Bío habían salido a
malonear a la llanura argentina... Rosas agarró la carta, la modificó y la divulgó así falsificada:
según el aviso del comandante general de la Frontera, general Manuel Bulnes, venían indios del Bío
Bío a invadir las pampas. Que el ejército chileno iba a excursionar hasta el lado oriental de la
Cordillera, los atacaría con los indios aliados o los destruiría a su regreso (Arch. de San Luis N°
5270: 4.4.34). Al mismo tiempo encargó a Cachul y a Venancio divulgar esta versión entre los
indios. Venancio la envió a los borogas. Y Millilicán notificó a Rosas que el capitán Collinao había
llegado hasta su chacra en Carhué con saludos y comunicaciones del cacique Venancio. Es evidente
que Rosas aprovechó al cacique Venancio como emisario diplomático. Además ubicó una fuerza de
vigilancia de los de Coñuepán sobre el Río Colorado. "Están con cuatro ojos". Al mismo tiempo
destacó piquetes al mando de R. Maza y Eugenio del Busto y al cacique Cachul cerca de los
borogas; decían que estaban a la expectativa de los 2.000 que vendrían de Chile. En abril se repitió
el aviso de invasión por carta del Presidente chileno, el general Joaquín Prieto y en mayo se supo
que los 2.000 esperados se habían dirigido hacia los manzaneros del Neuquén (AGN.S.S. 24-9-1,
fha.: 7.5.34).
El Asalto de Masallé : 8 a 13 de septiembre de 1834
"Los indios chilenos fueron llamados por los ranqueles —dice Rosas en otra carta, dirigida
al general José F. Aldao—. Cuando estos ordenaron que les dijeran que viniesen a robar, me lo
avisaron, pidiéndome al mismo tiempo permiso para venir a situarse en Salinas. Yo creí conveniente
dársela" (ib). Calfucurá mismo, afirmaría más tarde que Juan M. de Rosas lo había llamado. (Arch.
Mitre).
El 27 de Septiembre se presentaron en Bahía Blanca los caciques Calfucurá y Tranamilla
con 6 o 7 de sus indios "enemigos", incluso algunos capitanejos (AGN.S.X. 24-8-6: 14.10.34).
"Venían a entretener o engañar y robar haciendas" —dice Rosas en carta al coronel M. Delgado de
25 de Mayo. Que había dado órdenes sobre el modo de conducirse. Aquí se descubren ciertos rasgos
de la política de Rosas para con los indios. Aseguraban a esos caciques que al día siguiente su
fuerza marcharía contra el enemigo; pero a los autores del malón, a los que llevaban el botín, no los
persiguieron.
El 29 de Septiembre de 1834 Rosas felicitó al coronel Rodríguez (oficialmente) por haber
apresado a Tranamilla, Calfucurá y 14 más. Rodríguez había avisado de su visita.Pero en la guerra
se miente... El día 10 de Octubre Rodríguez envió un parte sobre una expedición sin mencionar el
apresamiento; por lo demás no consta por hechos posteriores que dichos caciques hayan sido
apresado.
Si me excedí en datos o detalles, lo he hecho para demostrar hasta qué punto Rosas había
comprometido al cacique Don Venancio Coñuepán, el viejo enemigo de los borogas en la Guerra a
Muerte en Chile. Los borogas continuaban afirmando que Rosas y Venancio los habían engañado y
entregado. Y el 3 de Octubre parecían dar la prueba, diciendo que Venancio había estado once días
con los enemigos (AGN. ib).
Don Venancio tuvo que acompañar a la División de Bahía Blanca a la Expedición que los
borogas pedían clamorosamente para vengar a sus "enemigos traidores". Pero resultó ser una
expedición contra los ranqueles y los borogas que se habían refugiado entre ellos y no contra los
huilliches de Chile, a quienes Venancio fue a avisar que debían retirarse, pues las fuerzas de Bahía
Blanca pasarían por Salinas Grandes. Recién el 5 de Noviembre partió la División de Bahía Blanca
y Coñuepán (hijo, probablemente) con 60 indios (AGN.S.X. 24-8-6, fha.: 11.11.34 y S.(V.) X 28-7-
4 p. 152). En la laguna Puán se iban a incorporar 400 indios de Guaminí, pues Eugenio del Busto
movilizó a los borogas (ib. 3.10) y con ellos atacó el 3 de Noviembre unas tolderías de Manqueo,
Ancapí, Marileo y Antevil, borogas o parientes de los borogas, de manera que Cañiuquir y los suyos
no querían atacarlos y trataron de rescatar los prisioneros que sobrepasaban los 200. Fue
precisamente el cacique Venancio quien tuvo que atacar a Manqueo. Este enfrentamiento le interesó
a Rosas más que la persecusión de los "enemigos" chilenos. La expedición concluyó el 31 de
Diciembre de 1834. Yanquetruz se había escapado y de los chilenos no hablan los informes. El parte
de Zellarrayán del 11 de Noviembre en Salinas Grandes fue corregido por Rosas antes que se
publicara (AGN.S.X. 24-8-6). Rosas escribió a M. Rodríguez ya el 29 de noviembre: "...Celebro
que Venancio se conduzca bien y que sea útil; le felicito por el triunfo en la guerra de indios. Le
hablo confidencialmente (ib)."
Durante el año 1835, Rosas envió otras expediciones contra los ranqueles y los boroganos
que se les habían unido.Venancio y sus indios debieron intervenir. Creo que Venancio hijo salió a
campaña, porque el padre estaba enfermo. S. Avendaño en sus Memorias (ed. 1999 p.38/39) dice:
“El cacique Venancio Conuhuepang se hizo tan acreedor a la estima del Gobierno por su fidelidad y
309
por su guerra sin descanso que hacía a los Ranqueles, que el Gobierno le hizo hacer una casa buena
en Bahía Blanca para él y su familia. Calfucurá había aparentado no hacer caso de él; ni se
interesaba tenerlo a su lado, ni de incomodarlo más. Esto fue mentira. Así que se vio algo afianzado,
entabló relaciones secretas con subalternos (suyos), diciéndo que se echará repentinamente sobre
ellos para acabar con Venancio; que ellos tomen parte en el motín, engañando a Venenacio para que
abriera la puerta de su azotea y luego lo asesinasen “
La primera expedición a la Pampa salió el 26 de Febrero, al mando de Eugenio del Busto y
los indios de Cañiuquir. En mayo marchó el coronel R. Maza desde Bahía Blanca con 900 hombres
y 290 indios del cacique Venancio y Meligür. Se internaron para pelear a Llanquetruz. Al mismo
tiempo marcharon 200 auxiliares desde San Luis y 200 desde Córdoba y Mendoza. (Véase la
biografía de Llanquetruz el IIº). Y una tercera expedición partió el 8 de Noviembre desde Bahía
Blanca a las órdenes del coronel Martiniano Rodríguez con 457 blandengues, 156 dragones y 210
indios de Venancio y Meligür. Penetraron también en tierra ranquelina. Se ve que la Expedición del
Desierto del ano 33 no había concluído aún. Todas las expediciones hacían bajas y cautivos. El
sargento mayor Yturra tuvo el mayor éxito en su ataque sorpresivo sobre la tribu de Paillán, el 21 de
Noviembre. Llanquetruz nuevamente se escapó y se escondió enfermo y triste en el inhóspito oeste
pampeano.
Sí. el año 1836 iba a ser trágico para los dos grandes caciques políticamente antagónicos y
sus tribus. El primero "había caído en desgracia" ante Rosas al no efectuar el exterminio de
Mariqueo y demás borogas a fines de 1834. Rosas mandó atacar su toldería en el Arroyo del
Pescado, sobre el viejo Camino Chileno. La División de Bahía Blanca los alcanzó el 22 de marzo de
1836 y mataron a 900 indios valientes en el combate del Arroyo Languillú, donde combatieron
Venancio y sus indios con la tropa de Bahía Blanca. (AGN.S.V. 23-4-6 y Comando General del
Ejército: ob. cit. vol. IV p. 372).
Al regresar estas columnas con los cautivos y el botín, se sublevaron los indios de Venancio,
horrorizados ante el espectáculo de la matanza cruel. Dieron muerte a unos 70 soldados y atacaron a
troperos y cuanto cristiano se le cruzaba. Apresaron en su protesta también al cacique Venancio
Coñuepán (h).
Cundió la consternación entre los indios y hasta los de Chile clamaron por venganza,
uniéndose viejos realistas con viejos patriotas. Los sobrevivientes de los indios de Guaminí se
coaligaron con los recién llegados con Calfucurá y con J. Raylef y Tracamán y en Agosto se
dirigieron hacia Bahía Blanca. El 5 de Agosto se supo que el coronel Francisco Sosa (el temido
Ñato y carnicero de indios) había muerto misteriosamente en su estancia del Sauce Grande.
Testimonios sobre la muerte de Don Venancio Coñuepán (el 24 de agosto de 1836)
Para terminar esta larga y dramática historia, menciono el raro documento que es el
inventario de los bienes del cacique Coñuepán, extendido en Buenos Aires, el 11 de junio de
1838 a favor del único hijo (Ramón) sobreviviente —dice el texto— mayor de edad y heredero del
finado coronel Don Benancio Cayhuepán (Coñuepán). Enumera los patacones de plata, bolivianos,
peruanos, españoles y otros; sus prendas de plata como arreos, espuelas y facones, ropas, casacas y
hasta una bandera argentina "de regular uso". Falta la hacienda y la tierra que podía haber invocado
como propiedad. (publicado en Boletín Acad. Nac. Hist. vol. 42 p. 213-218).
La pampa india no se había aquietado aún.El 31 de Agosto de 1837 acudieron los indios de
Raylef, Lincogur y Tracamán para defender y vencer a Coñuepán y su tribu (AGN.S.X. 20-10-1). El
1º de Octubre cayó otro malón de más de mil indios coligados sobre las tribus amigas de Tapalquén,
pero fueron rechazados. Juan Raylef con 1.700 indios de Chile había venido a hacer justicia india,
pero Rosas obtuvo de él un nuevo aliado; el cacique Calfucurá lo castigará en su regreso.
Los herederos de la tribu de Coñuepán serían sus hermanos, los caciques Collinao y Melinao
y su hijo Ramón Coñuepán, y más tarde ocupará sus tierras bahienses el cacique Francisco Ancalao,
cuya historia narramos ya arriba.
(Etimología: Pan [pangui]: puma y cachorro [coñue]: "Cachorro de Puma").
COÑUEPÁN, Venancio, hijo del cacique Venancio Calfupang tuvo un hijo que se llamaba
también Venancio Coñepang. Participó en toda la historia de su tribu, en la guerra a muerte, en la
emigración a la Argentina y en las guerras que Rosas provocó entre las tribus de la pampa
bonaerense. En 1833 participó con el grado de capitán en la expedición de Rosas a las órdenes del
coronel Manuel Delgado. Durante el crítico año de 1834 el teniente coronel Pablo Millalicán se
comunicó constantemente con su sobrino Venancio Coñuepán para defender a sus boroganos ante
Rosas y su padre, el cacique Don Venancio. En los años 1835 y 1836 participó en las expediciones a
las tierras ranquelinas y aún en aquella en que se dio muerte al cacique Ignacio Caniuquir. Al
regresar de esa expedición, sus propios indios se sublevaron y tomaron preso a su cacique Venancio
(h). Es posible que lo hayan muerto en esa oportunidad, en Abril de 1836. Después del gran malón
en Agosto de 1836 en que fue muerto, su padre, ya no figuraba. El 12 de Octubre de 1866, el
gobierno de la provincia otorgó en propiedad dos leguas cuadradas a los caciques Andrés Ancalao,
311
Linares y Venancio. Ignoro si éste Venancio era un descendiente directo de los Coñuepán (Muzlera,
J.: Leyes y decretos de la Provincia de Buenos Aires, p. 156)
Tomás Guevara en su libro “Historias de Familias, siglo XIX ed.2002 p.175, agrega: “Su
hermano Juan Millapang se sublevó, cuando se fundaron los pueblos Cagtün y Cholchol. Este quiso
fundar el Cnel. Gregoria Urrutia al otro lado del río, en territorio de Ancamilla. Antonio Paynemal
aconsejó fundarlo a este lado en lo de Millapang.
Venancio Coñuepang se refugió en el Fuerte de Temuco. Se disgustó con Millapang.; cuando
le murió un hijo. En el entierro se pelearon y murió Venancio.
COÑUEPÁN, Ramón era hijo del gran cacique Don Venancio Coñuepán. Fue el más
instruido de sus hijos. No sólo estudió en Concepción, sino también en Santiago, la capital de Chile,
aún cuando su familia había traspasado la Cordillera para ubicarse en Bahía Blanca. Esto se
desprende de una carta de Rosas al Presidente de Chile, del 5 de Agosto de 1830. Posteriormente se
reunió con sus familias y participó en sus trágicos momentos. Durante la Expedición de Rosas del
año 1833 figura en las listas de revista como teniente 1º o teniente 1° graduado de capitán o
ayudante de su excelencia (Comando General del Ejército, ob. cit. vol. V p. 206 y 219). En 1835
Rosas lo destinó para desempeñar una misión de paz entre los indios amigos de Llanquelén. (R.
Pérez: Aportes para la historia de Junín, p. 32). Es posible que no haya estado con su padre ni con
su tribu el día que los invadieron (24 de Agosto de 1836). A los dos años, como dije arriba, se le
extendió el inventario de los bienes de su padre (AGN.S.X. 20-10-4 Juzgado de Paz de Bahía
Blanca; publicado en Bol. Acad-Nac. Hist. 1969). Rosas quiso que se trasladara a la Guardia del
Monte, pero él se opuso, porque quería quedarse donde descansaban los restos de su padre. Su tío,
el cacique Martín Collinao, radicado posteriormente con su tribu y la de Pedro Melinao en Bragado,
solicitó el permiso "para que mi sobrino Ramón Coñuepán se reuniera con ellos" y fuese su
escribiente. (15. de nov. de 1851). Santiago Avendaño, el Excautivo da unos recuerdos de este su
amigo: “El hijo Ramón (Coñuepán) fue solicitado por el Gobierno para tenerlo en Buenos Aires, en
un cuerpo de línea, en el que ascendió a capitán. Retirándose del servicio, el Gobierno tuvo a bien
darle un empleo de Sargento Mayor con el sueldo (correspondiente) y otros auxilios, dándole por
residencia una casa cerca de Santos Lugares, donde vivió con mucha comodidad, pues lo vi hacer
uso del diccionario en una duda que tuvimos en 1850. Ramón Coñohepang (sic) era un excelente
gramático. Poseía un estante lleno de libros, su buen reloj, su butaca, un escritorio con todos sus
accesorios. Vestía siempre pantalón de paño fino, azul con franja; casaca de presillas y su gorra
bordada, sin descuidar jamás su corbata ni el lustre de sas botas.(Santiago Avendaño, Memorias ed.
1999 p.38)
CONUEPAN, Venancio IIº era cacique araucano, nieto del gran cacique Venancio. Fue
hombre bien instruido, dispuesto siempre a la conciliación, quizás en un sentido derrotista; pero
veía en la resistencia militar un movimiento suicida y admitía el avance colonial (José Bengoa:
312
Historia del pueblo mapuche,1985 p. 265 y 295). En 1881, su hermano Millipán,. en cambio,
asumió el liderazgo de la insurrección en Choll Choll. Venancio se fue con bandera blanca al Fuerte
Nielol. Después de la ocupación definitiva de la Araucanía en 1883. se lo nombró "Cacique General
de la Pacificación de la Araucanía". Mas tarde su hijo llegó a ser diputado chileno. En la casa del
nieto de éste, llamado don Venancio Coñuepán Huenchual, se conserva un sable del ejército que le
regalara el general Urrutia a Venancio II°, cuando le confiriera el título de "Cacique General"
.También conserva allí cuadros de la época (ib. p. 324). El viejo cacique Venancio (IIº) murió en
octubre de 1884 a consecuencia de la peste. Domingo Coñuepán, su hijo, comunicó la noticia al
general Urrutia (ib. pág. 338).
COÑA, PASCUAL, , 1847 – 1927, cac. araucano, famoso por su información bilingüe que
el Padre Guillermo Moesbach, franciscano de Panguipulli volcó principalmente en su libro “Vida y
costumbres de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo XIX, con prólogo de R. Lenz,
Santiago, Chile, 1930 464 pág.; reeditado en 1988 bajo el nombre de Manuel Coña. No sé si este
cacique tiene parentesco con los Coña de Los Toldos. Sé que estuvo un tiempo en la Argentina.
COPAHUE, 1830, cac. Huilliche que maloneaba a los pehuenhes y picunches. En Lai Lai
fue herido mortalmente y murió. Lo enterraron en una “tranque” en el cerro. Su hijo Pichi Copagüé
heredó su cacicazgo.
COPAI NAO, 1875, capitanejo salinero, según un documento del Archivo Salesiano de
Bahía Blanca.El excautivo Santiago Avendaño lo menciona para el año 1857, cuando integró una
embajada del cac. Calfucurá con el cac. Güenchuquir.
COPIL CAN, 1582, cac. Comechingón de Cutupa, S.E. de Soto, Córdoba; encomendado de
Bustamante (Montes, 1954 p. 57)
Copiliacan, 1582, cac. comechingón de Copil Pitín, Córdoba; encomendado de Bustamante
(Montes p.57)
COQUIEL, 1808, cac. Norpatagónico quien con el cac. Colechecán y otros invadió la
Península Valdés
CORIA, Arístides, 1864, capitán que pertenecía a la tribu de Catriel. Ese año luchó en Las
Cortaderas y en la batalla de Currumalal (Pigüé), el 20 de abril de 1857 con 300 inios del cac. Juan
313
José Catriel. Fue vencido por el caciquillo y Sargento Mayor Pichihuincá. En adelante Coría sería
cacique de los indios amigos de Puán.
CORO CORTO, 1567, cac. huarpe de Corocorto (La Paz en Mendoza). Él habrá dado el
nombre a ese lugar. Cercano vivía el cac. Cayuayo. (J.A. Verdaguer: Lecciones de historia de
Mendoza, 1918)
CORÓN, o Coronao o Coronado, cac. ranquel. 1836 – 1874. vivía en El Cuero, en el límite
de La Pampa con Córdona. Su hijo figura más con el nombre Raynao o Antonio Corón. Aparece un
Coronado (quizás antepasado de Corón en 1810 en el Diario del Cnel. Pedro A. García en
oportunidad de su expedición a Salinas Grandes. Era entonces cac. subalterno del cac. gobernador
Curripilún. El Cnel. García le desconfiaba y lo llamó carnicero y nulo. 1823 el cac. Santiago
Llanquelén lo desplazó de El Cuero (Arch San Luis Nº 4646: 26.ll.23). 1825 participó en el
parlamento de paz en la laguna Guanaco (AGN X. 27-7- 6). En diciembre de 1832 el gobierno de
San Luis hacía averiguaciones sobre el hábitat de los indios ranqueles, porque un gran contingente
con el cac. Santiago Llanquelén se había puesto a las órdenes de J.M. de Rosas y él los estableció
cerca del Fuerte Federación (Junín) De las averiguaciones resultó que Coronado vivía de vuelta en
El Cuero, a 37 leguas del Fuerte San Lorenzo. La noticia se tomó en cuenta en la expedición al
Desierto; y así salió la Vanguardia a las órdenes del Teniente P. Torres al Centro del “país de los
ranqueles” y atacó el 27 de junio de 1833 la toldería de Huinca Renancó por sorpresa (Best: Guerras
Argentinas p. 345 . Resistieron en el primr momento, pero dejando dos muertos, abandonaron la
lucha y huyeron sin que sus adversarios pudiesen alcanzarlos, porque habían pasado por tierras
guadalosas. Poco después el Gral. Huídobro volvió a ocupar El Cuero con sus tropas; quiso
aprovechar las buenas pasturas para reponer a sus caballadas.
CORÓN o RAINAO, Manuel, caciquillo pobre que vivía sobre la laguna de El Cuero,
admitió al Cacique Ignacio Coliqueo, quien se salvó en el Asalto de Masallé en 1834 y huyó a la
Pampa, despojado de todo, hasta de su familia. Allí en 1848 , fundó su nueva familia y su pobre
tribu. Hay que leer el relato o el libro sobre el Cac. Ignacio Coliqueo. Su antirosismo y su amistad
con el unitario Manuel Baigorria los implicó en malones o expedidciones combinados con ejércitos
unitarios, requeridos por Justo José de Urquiza actuaron en Cepeda y Pavón, ésta vez con Mitre,
porque huyeron a la Prov. de Buenos Aires cuando el ejército del Centro a cargo de Juan Saa , había
decidido atacarlos y eliminarlos. Luego toda la tribu se radicó en la frontera (entonces) en Los
Toldos (Part. de Gral Viamonte). Allí vivió Manuel Rainao como caciquillo agregado y formó una
gran parentela. En 1864 figuraba en la primera lista de los oficiales con sueldo en cuarto lugar
“Manuel Raynao, alias Corón. Y el cacique Principal Ignacio Coliqueo le asignó unos 300 hectáreas
para él y su descendencia. Estaba casado con Juana Llanquelén, hija del cac. Santiago Llanquelén.
En el Archivo del Ejército hay un legajo personal de él, porque pertenecía como oficial a los indios
movilizados. El malón que sobrevino a la tribu de Coliqueo el 19 de septiembre de 1872, llevó
consigo al capitanejo Rainao como prisionero, cuando el resto de la tribu había sido liberado; pero a
pocos meses después volvió también él a Los Toldos. Dicen que el cac. Raynao murió el 24 de julio
de 1874 . Ha sido un caciquillo humilde y sufrido.
Un primer dato de un cacique Rainao tenemos del Censo de Diego de Las Casas de 1776.
Anota el cacique de Colulauquen, Provincia de la Pampa.
. 1916 le estaba asignado una parcela de 293 hectáreas en el campo de la Tribu de Coliqueo.
Sus hijos: 1. Manuel Antonio Rainao (alias Cuminao o Corón) nac. 1836 c.c. Mercedes Painequeo
: 3 hij.
2. Cecilia Reinao 1847, cas. c. Salas, Catrtillán :10 hij.
3. Justa Supaifil Rainao 1850 – 1874 cas. c. Lorenzo Inaipil
4. García Reinao (El Renguito), músico;sabía divertir con su “quincircahué”
5. Lorenzo Ineignerr Rainao cas. c. Lorenza Inaipil
6. Albina Rosario Rainao (1884-1970) c.c. José Angel Cortés n. 1882
7. Infante Corón n. 1859
8. Rosa Rainao o Corón cas. c. Julián Painegual-Coliqueo 1902- 1967
314
CORONDA (alias Caquín) 1579, cac. principal del Río Coronda e Islas (En Actas de
Córdoba I. p. 58)
CORONEL, Joaquín, 1807, cac. ranquel que quedó muy impresionado por la lucha de los
criollos contra los ingleses invasores. A su regreso a su toldería aconsejó hacer la paz con los
cristianos. 1810 vio al Cnel. Pedro A. García en oportunidad de su expedición a Salinas Grandes.
Éste lo llama soberbio y de carácter moderado, (Diario en De Angelis III. P. 232 y 245)
CORONEL, 1870, capitanejo ranquel a quien conoció L.V. Mansilla. Era capitanejo del
cac. Mariano Rosas y a veces de Baigorrita. (Mansilla: Una Excursión a los Indios Ranqueles ed
1890 p. 574. El figura también en la lista de caciques y capitanejos de 1872, hecho por P.Donati.
CORREA, Faustino, capitanejo y lenguaraz del cac. Martín Rondeao (boroga) en 25 de
Mayo (19.2.1867 doc. AEM). Anteriormente había estado al servicio del cac. boroga Ignacio
Coliqueo como Tnte. graduado y escribiente con sueldo de capitanejo (M.Hux Coliqueo 3ª ed. p. 47
y 67) Es posible que no haya sido indígena; pero era bilingüe.
CORRECHO, 1552 cac. huarpe (?) que vivía en el valle de Uspallata; encomendado a Juan
de la Cueva por el descubridor de Chile Valdivia; el hijo se llamaba Chacha.
COSAMBI, 1576, cac. comechingón de Chilan Quisna, S.E. de Soto, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes p.57)
COSAMBI, Chio, 1578, cac. comechingón de Colo Mampa, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Albornoz (Montes 1954 p. 66).
COSAN PICHE, 1579, cac. comechingón de Quiche Quile, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p.71)
COQUIEL O COSAQUI QUIEL, 1810, cac. amigo en Patagones junto al cac. Cochecal
(Bol. Ac.N. Hist. T. 35).
COSCOLA,1573, cac. huarpe (?) que vivía cerca de Mendoza; encomendado a Bohórquez.
COSITONOS, 1585, cac. comechingón de Cala o Camla, Riquehene, Córdoba;
encomendado a Jaymes (Montes p. 66).
COSLE o KOSLEY,1584, cac. michilingue principal de San Luis. Ya lo encontraron en la
primera conquista (1584/85). Se le consideró o se le“declaró” alzado y fue batido enérgicamente
por el Capitán Tristán de Tejeda en los Cerros del Morro (San José del Morro). Durante otras
batidas en Talan e Intuhuasi se dispersaron. Algunos huyeron hasta Melincué. Al dispersarse sus
indios, prometió la paz y consintió en la fundación de San Luis (R. Pastor: Guerra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 291). Juana Cosley, hija del cacique, bautizada y casada con Gómez
Isleño, recibió tierras en Río Quinto.
En 1597, el cac Cosley en la jurisdicción de Mendoza sufrió por una nueva “expedición de
sometimiento” (U.Núñez: Hist. De San Luis I. p. 60 y Cabrara : Aborígnmes del Cuyo p.87)
COSNON0, 1585, cac. comechingón de Colón Colón, Río IIIº, Córdoba; encomendado de
Villalba (Montes 1954 p. 78)
COTAR, Manuel, 1873, cac. araucano de Trumpulú (Chaima) de la zona de Temuco
(boroga) Concurrió al parlamento de Salinas Grandes en oportunidad del entierro del cac.
Calfucurá.
Participó en la última sublevación araucana en 1881 (ANALES UNIV. CHIL 1881 p. 104)
El cac. Cotar murió en esa batalla frente a Temuco. 1883, terminada la conqista chilena, se fundó la
ciudad de Temuco.
En la Tribu de Coliqueo en Los Toldos (prov. de Bs.Aires) encontramos familias con el
apellido Cotar hasta hoy. Segundino Cotar cas,c. Benedicta Venera Rayú; Bonifacio Martín Cotar
cas. c. Zulma Nélida Marifil; Sabino Cotar cas. c. Isabel Mariqueo.
COTCUTA, 1563, cac michilingue del Valle de la Vera Cruz, Prov. de Conlara, según
Diego Rodríguez Fragosa. (Cabrera, aborígenes del Cuyo p. 254)
COCENTA, 1573, cac. michilingue del valle de la Vera Cruz, junto con el cac. Oyoplante y
con los cac. Comismirena, Vipuehuita y Calapal huita (J T. Medina: Doc. Inéditos II 1959 p. 397)
315
COTINA, 1579, cac. michilingue del Valle de la Vera Cruz, Prov. Conlara (San Luis)
(Cabrera: aborígenes del Cuyo p.255)
COTILA, 1796, cac. ranquel, presidió una comisión en Córdoba en nombre del cac.
Carumán para confirmar la paz celebrada el 16 de nov. de 1796.
COTRÓN, Juan, nac. (1841-1901) en Junín se casó con Fermina Ulgué, nac 1841 en Chile
Sus hijos: Carmen n, 1863; José, con sobrenombre “Sembrén”,n.1865; bautizado en la capilla de
Los Toldos de Coliqueo en la octava de la Ascensión de 1876 (Lib. Baut.) Manuel, n. 1870,
Federico, n. 1873; Victoriano, n. 1875; Petrona Cotrón.
COTRÖN, José o Cotrón Viejo, 1804 – 1869. Nació en Chile y murió en Los Toldos (B.A.)
Lo conocemos como capitanejo del cac. Ignacio Coliqueo. Participó en su andar histórico Estaba
casado con Rosa Rinque y con Pitripán y dejó una nutrida descendencia.
Entre sus hijos figuran Juan Cotrón, Eusebia Cotrón (alias Tripayhuán); Juanita Cotrón y S.
Cotrón (1944 – 1873)
En 1868 murió de la peste negra que hacía estragos en la zona. (Hux: Anotaciones de los
libros de bautismos ).
COXA NAVAN, 1573, cac. comechingón de Chibas Checo, Minas, Córdoba; encomendado
de Funes (Montes p. 66)
COYA, 1573, cac. comechingón de Moyo Sacat, Cruz del Eje, Córd.; encomendado de
Tejada. (Montes 1954 p. 49)
COYAN COLA, 1584, cac. comechingón de Cachi Minguita, Mala Mala, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p.66)
COYA QUÉ, 1800, capitanejo pehuenche, estaba a las órdenes del cac. Quintregui. En 1800
fue atacado por los huilliches de Llanquetruz, cuando españoles y pehuenches querían vengar la
muerte del canónigo Cañas. Hubo 100 muertos (De angelis I 1910 p. 291: Relato de la Cruz).
COYÉDER, 1865, cac. tehuelche que estuvo en tratado de paz con C. de Patagones.
CONOMAS, 1575, cac, comechingones de Yocon , Cruz de Caña, Córdoba; encomendado
de Bustamante (Montes 1954 p. 62)
COZE MECHECAN, 1579, cac. comechingón de Coze Hen, Pinas, Córdeba; encomendado
de Jaymes (Montes p. 67).
CREUIL o Cruiel, 1863, capitanejo de Salinas Grandes, cuñado de Calfucurá. Integró
algunas comisiones de paz ante las autoridades de Buenos Aires (Arch. Mitre XXIV p.84 y 89)
CREYU, 1658, cac. pehuenche junto a los caciques Alayu, Amain, y Saquiyú (Canals Frau:
Población prearaucana del Neuquén y Mendoza, 1938 p.67)
1714 hubo un cac. Quereyo “auca de la guerra de Chile”
CREYU, Ignacio (variantes de la grafía: Creyo, Chreyu, Quereyu), 1751 cac. puelche entre
los pehuenches del Sur de Mendoza. Era hijo del cac. Pantucuero y sobrino del cac. Chiquiyu. En
1751 lo encontró el misionero jesuita Bernardo Haevstadt en Malahua, junto al cac. Marivutai y
Huele Calquín (Haevstadt 1891 II p. 912) En 1769 participó en la sublevación pehuenche y luego
en la Guerra Pehuenche. 1776 figura en el censo de de las Casas en el paraje Jarrín, cerca de Colu
Lauquen; tuvo 20 soldados y 10 toldos, Era un aliad o del cac. Llanquetruz, gobernador de los
huilliches del sur. El mismo Llanquetruz también había sido ranquel en la Pampa. Los huilliches
sostuvieron una larga guerra contra los pehuenches de Malalhue, quienes estaban comprometidos
con el Gobernador de Amigorena de Mendoza.
A fines de 1784, Creyó asociado de Llancatur, se presentó al cac. Ancanamún, Gobernador
del grupo de Malalhue, pidiendo su incorporación a esa fracción y ofrecía su obediencia. Anca
Namún lo recibió con cierta desconfianza y le comunicó que debía avisarlo al Gobernador José de
Amigoren. Luego que supo que era yerno del cac Paillantur, sospechó que fuese un espía.
Amigorena mandó cien hombres y convocó a los pehuenches aliados a un parlamento en el
Diamante (más tarde San Rafael), y que Creyó debía asistir a la reunión. Este, dos días después del
aviso, se fugó, diciendo que había soñado que le iban a matar. Los caciques enterados, dieron el
respectivo aviso. Luego se conjuraron los caciques Lincopay, Lingay, Malgamain, Pichintur y
Capihuán con el propósito de matarlo., más todavía cuando Mendoza ofrecería 200 yeguas al que
316
trajera la cabeza de Creyó. El 28 de 1785, los conjurados se acercaron a su toldería. El día 29
hicieron el asalto. Hallaron al cacique en estado de ebriedad. No obstante se resistió a sus captores,
hasta que por mano de su compañero, el capitanejo Angenao, cayó muerto. Junto con él murieron el
cac. Goyco y cuatro indios más. El 7 de Febrero de 1785, los capitanejos Antepán y Tolay
Anguenao presentaron su trofeo al Comandante de San Carlos, don Miguel Trilles Meneses, y éste.
a su vez, informó de todo al Gobernador de Amigorena. Les pagaron las 200 yeguas y colgaron
sobre una caña encima del muro del Fuerte la cabeza del difunto cacique, para que sirviese de
escarmiento. Este proceder fue desaprobado por el Presidente y el parlamento de Lonquilimo en
Chile, donde se ofreció la paz al cac. gobermnador de los huilliches el cac. Llanquetruz. En
Mendoza el General de Amigorena fue suspendido por dos años de su cargo (L. Funes: Historia de
Mendoza). Pero la Guerra Pehuenche seguía por más de diez años más.
CRIO NAVIRA, 1599, cac. comechingón de Canchivira, Río IVº; encomendado de Tejada
(Montes p.76)
CRIMAN (prob. Curri Manque), 1866, cac. tehuelche que presenció el parlamento por el
tratado de paz con el cac. Casimiro Biguá, el 5 de junio de ese año. (AEM doc. 876)
CRIMÉ, 1865, cac. tehulche. Estuvo en Buenos Aires, cuando Juan Cornell hizo un tratado
de paz con el cac. Chiquichán y otros, el 15 de julio de 1865.
CRISTIANO, cac. phuenche de Mendoza, natural de Uñusquín de los desiertos de Antuco,
dice un documento de 1847, en el que se dilucidó el asunto de la muerte del. cacique pehuenche
Guzmané El proceso que se inició en Mendoza, dice que CRISTIANO ERA CACIQUE POR
HERENCIA, pero no indica su ascendente. Había venido a la Pampa para visitar a su cuñado. El
cac Juan Calfucurá. Aliado entonces del Gobernador Juan Manuel de Rosas. Visitó también al cac.
Pichún y al Coronel Manuel Baigorria en la Pampa. Estuvo presente, cuando el cac. Porrán (Purrán)
sublevó a la tribu de Ayllal y a otros que Surita ( traficante chileno) venía a buscar para llevarlos a
Chile. Contaba también cómo le mataron a Guzmané. Las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño (ed. El Elefante Blanco1999 p.111 – 124) explican extensamente esa desavenencia y la
muerte del cac. Guzmané, pero sin nombrar al cac. Cristiano. Pero sí, lo hace Jorge Rojas Lagarde
en su artículo :”Robo de ganado en la Argentina”, incluído en el libro: Santa María de los Angeles,
de Raúl Morris p.48-85.
Los Hermanos CRISTO o Carrelang
El cacique CRISTO, es llamado "el Indio Cristo" o Sargento Cristo o Cristóbal Carrilán.
Era el mayor de tres hermanos, como dice Santiago Avendaño en sus Memorias (ed. 1999 p. 350 s).
1852 en 25 de Mayo “iba ascendiendo y merecía el aprecio de todos por su valor, su fidelidad y
moderación. Sus hermanos se llamaban Felipe y Manuel”.
El caciquillo emergió del grupo boroga que después del Asalto de Masallé en 1834, se retiró
a la cercanía del Fuerte 25 de Mayo, como Caniullán y Lorenzo Coliqueo. Allí encontramos dos
capitanejos Cristo, uno llamado Manuel y otro José quien debe haber sido el que muchos
documentos denominan sencillamente el Indio Cristo, el cacique Cristo o el Mayor Cristo.
Aparentemente estaban en paz, hasta la caída de Rosas. Cuando en septiembre de 1852 estalló la
guerra civil entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación, les resultó difícil discernir con
quien afiliarse, especialmente porque los emisarios del general Urquiza hacían fuerte proselitismo
entre los indios. Primero, los indios amigos de 25 de Mayo no querían participar con Calfucurá en
la consigna de la Confederación Indígena. Pero cuando vieron como el ejército de Mitre atacaba a
los indios de Catriel y cuando supieron que el coronel Pedro Rosas Belgrano y Eugenio del Busto se
habían separado de la política de Buenos Aires para favorecer a la Confederación, siguieron un
llamado de F. 0livencia y de Calfucurá, sin levantar los toldos, ni llevar las familias. Baigorria dirá
más tarde "que se sublevaron porque se les hizo feo servir a los unitarios, cuando Rosas Belgrano,
Lagos y Bustos estaban con la Confederación. Por eso fue aliado de Juan Calfucurá sin robar ni
dañar, pero les han llevado a las familias a Palermo donde son esclavos" (AGN. Arch. Urquiza
T.124 p.248).
El Excautivo Santiago Avendaño, quien conocía a los Indios Cristo, cuenta como se
enemistaron con el capitán José Valdebenito. Cuando éste tuvo noticia que estos indios habían
tomado contacto con Calfucurá, Valdebenito avisó al Comandante que debía apresarlos. De noche,
317
porque tuvieron aviso, salieron estos indios, pero fueron arreadas sus familias y su hacienda. El
Ministro de Guerra de Buenos Aires pidió que remitiesen a las mujeres. Fueron violadas y
maltratadas.(Avendaño explica drásticamente la situación) Los indios huídos de 25 de Mayo
hicieron todo lo posible para recuperar a sus familias.
En la carta al Presidente J. J. de Urquiza le pide su intervención para recuperar las familias
del mayor Andrés y del capitán Cristo.
Continúa Avendaño, diciendo: “El Indio Cristo, sus hermanos y sus compañeros habían
resuelto ir a implorar la protección del cacique Calfucurá, el cacique más poderoso...Buscaron,
pues, muy a pesar suyo, el amparo del enemigo, a quien jamás habían perdonado la traición alevosa
perpetrada contra Rondeau y los suyos. Pero hicieron de la necesidad una virtud y se dirigieron a
Calfucurá.
“No fue necesario rogarle mucho. Ya antes este cacique había pretendido quitar a la frontera
por medio de alguna maña, a tan leales y valientes defensores; pero ellos siempre contestaron
negativamente, apuntando con el dedo la matanza de Mazallé y Chailgua Nguillú, donde perecieron
Rondeau, Melín y Alón, con otros muchos gallardos varones. Esta vez, Calfucurá olvidó todo y
contestó al embajador de Cristo:
-Hacen bien en pensar esto y venirse a mí. Nadie es mejor amigo de ustedes que yo.
Cualesquiera que hayan sido los motivos por los que ustedes han sido mis enemigos, deben
olvidarlos, porque somos indios y los indios no debemos ni podemos ser enemigos unos de otros. El
enemigo de los indios es uno solo, el cristiano....”
No quiero aprovechar demasiado de este documento interesante. Otros testimonios
completan esta historia de los Indios Cristo de 25 de Mayo. En un gran parlamento deciden efectuar
un malón sobre 25 de Mayo y si posible, liberar a las familias de Cristo, Andrés (Ancalao) y
Lorenzo (Coliqueo) apresadas.
Pero en Buenos Aires, de inmediato se dijo que se habían sublevado y los comandantes de
25 de Mayo y de Azul corrieron a saquear sus toldos y sus campos, llevándose las familias y
repartiéndolas en Azul. Bragado y Buenos Aires.
Es notable cuánto ha movido el cacique Cristo para liberar y poder recuperar a sus familias
durante varios años, igual que el capitán Lorenzo Coliqueo Garay. A poco de sublevarse Cristo, el
comandante Antonio Llorente le ofreció concertar la paz y prometió 1.500 a 2.000 yeguas a cambio
de la cabeza de Calfucurá (AGN.S.X. 19-4-5.4.11.56). Poco antes llegó el señor Larguía para
gestionar la liberación de sus familiares, como se dice en una nota del Juez de Paz de 25 de Mayo,
J. M. Calleja, al de Mercedes, P. Aranguren: "En estos momentos que es la una y cuarto de la tarde
(del 25 de octubre de 1856), aviso a usted que ha llegado el Sr. Larguía (maestro del hijo de
Calfucurá que con éste iba a pedir la liberación de cautivos), dejando a los indios a distancia de 50
leguas de este pueblo, y a sus hijos cautivos en poder de Calfucurá. Su misión era pedir las familias
de los indios sublevados de este punto para el rescate de los hijos de Larguía. Le dijeron un ciento
de amenazas, tanto Calfucurá como el sublevado Andrés. La contestación que se prepara es decirle
que venga, que lo primero, antes de entrar en pelea, será acuchillar a las familias de los prófugos. Se
espera por momentos al general Hornos con 400 hombres y en el Bragado hay 1.500 hombres
reunidos por lo que creo que no se la llevarán de balde..." (G. Palombo: Avendaño. p. 9). Realmente
Cristo movió a medio mundo por el amor que tenía a su familia. Hasta el cacique José María
Llanquetruz le escribió desde Balcheta (al sur de Carmen de Patagones) diciéndole que ha visto a su
familia en Buenos Aires en Palermo y que no le falta nada (3.8.57). En 25 de Mayo se decía que
Cristo estaba dispuesto a volverse para unirse con la tribu de Maicá en Villa Fidelidad cerca de
Azul: pero Calfucurá ya se había enterado (AGN. S.X. 19-73). Calfucurá. no obstante. se interesó
por el rescate de las familias cautivas: el 26 de marzo de 1857 cayó en malón sobre 25 de Mayo
para hacer cautivos y canjearlos, luego, con esas familias: lo mismo hicieron Cristo y Coliqueo en
Pergamino, el 29 de septiembre del mismo año y ofrecieron sus cautivos en Buenos Aires en canje
de las familias buscadas. El mismo Presidente Urquiza escribió al gobierno de Buenos Aires por
esta cuestión y éste envió al cura Lorenzo Balmaceda, el 28 de noviembre de ese año para que
tratase con Cristo, en ese momento en Paraná, con una importante comisión (AGN. S. VII. T. 128 y
T. 140) con cartas de Calfucurá. A principio del 1858 Cristo quiso ir personalmente a Buenos Aires
318
(así lo dice Calfucurá a Urquiza (T. 140. p.370). Y otra vez fue a Paraná pasando por Rosario con
los hijos de Calfucurá: Namuncurá, Catricurá y Curapán. Y Urquiza envió más cartas a Buenos
Aires, recomendó a Cristo y su pedido. Por ej.: escribió a Daniel Goodland: "Consiga la devolución
de la familia del cacique Cristo y remítala a Rosario. La retención de esa familia nada importa para
ese Gobierno" (Arch. Urquiza T. 128 p. 101). Seguramente no he abarcado toda la documentación.
El capitán Cristo actuó pues con Calfucurá y también con Coliqueo al servicio de la política
de la Confederación. En Febrero de 1858, el cacique Cristo estuvo con Calfucurá en la batalla de
Pigüé, donde se replegaron ante el ejército porteño. Pero también estuvo presente en la batalla de
Cepeda, donde el ejercito de Mitre fue vencido (oct. 1859). Después de la batalla, incorporado con
20 capitanejos y sus indios a las órdenes del coronel Pedro Rosas y Belgrano, agentes de la
sublevación de la Provincia de Buenos Aires, fueron a sitiar a 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Rosas
y Belgrano se apoderó también de Azul (10 de nov. 59). El coronel N. Ocampo rindió la plaza y fue
designado por el gobierno de Buenos Aires, jefe de la Frontera sur. Cristo y Rosas y Belgrano se
retiraron a Rosario. El 29 de octubre Calfucurá se acercó con 2000 indios a 25 de Mayo; es cuando
el cura Francisco Bibolini montando a caballo sale al encuentro del “salvaje” Los indios entraron en
paz porque fueron muy obsequiados.
Entre tanto Urquiza y Mitre habían hecho las paces. Buenos Aires trató de extender su
influencia sobre las tribus del interior. Cristo y Coliqueo mandaron en octubre de 1860 comisiones
de paz a presencia del general Mitre (Arch. Mitre XI p. 134), también con el trasfondo de pedir la
liberación de sus familias perdidas en 25 de Mayo. Se hizo averiguaciones en Azul y otros puntos
de la frontera. Rivas informó el 27 de diciembre de 1860 sobre el paradero de algunas familias:
"...Los indios de esa tribu fueron distribuidos por mí, en 1858, por autorización del gobierno.
Manuela, hija del cacique Cristo, está en mi poder; otra María, de 8 años la tiene el comandante
Facio. Está la china Felipa, mujer del capitanejo Lorenzo Garay (Coliqueo)..." (AGN. S. X. 20-7-2
y 20-2-2) Y Julio de Vedia escribió desde Bragado: (20 de enero de 1861)."El Indio Cristo ha
solicitado se le remita ya su familia. Haré en consecuencia que el capitanejo Lorenzo Garay
(Coliqueo) pase hasta Azul para que se entienda a este respecto con su familia..."En Paraná se pagó,
el 21 de marzo de 1861, al sargento Cristo Carrilán una cierta suma (A.E.M. Doc. 1510 y 2063);
pero no vi documento alguno que testimonie que haya recuperado a su familia.
Cuando las relaciones entre Paraná y Buenos Aires se volvieron tensas, en 186l, los indios
invadieron una vez más por orden de...” En mayo operaba con F. Olivencia (Arch. Mitre XXI p. 12)
y poco después escribió el vicepresidente general Pedernera a Calfucurá, exhortándolo a movilizar a
sus conas contra Buenos Aires. "Le recomiendo en todo al Mayor Cristo, que es un verdadero
amigo de usted y un jefe patriota y buen servidor..." (J. Maguire: Loncohué. p. 147). Cuando
Baigorria se vio traicionado, se sublevó para entregar su fuerza al ejército de Buenos Aires.
Coliqueo lo acompañó: separándose casi violentamente de los ranqueles, saliendo de El Cuero,
donde había permanecido unos años. Cristo trató de disuadirlo y como no lo escuchó, lo maloqueó,
quitándole caballos (M. Hux: Coliqueo. p. 49). Coliqueo participó en la batalla de Pavón (17.9.61) y
decidió la victoria a favor de Buenos Aires.
Cristo operó en el interior con Olivencia en combinación con los ranqueles y Calfucurá.
Pues, después de la batalla de Pavón, hubo luchas de guerrillas indias y de montoneras. El 2 de
noviembre Calfucurá estuvo en Cabeza de Buey (Bolívar) esperando la incorporación de F.
Olivencia y del cacique Cristo (Arch. Mitre IX p. 19 y AGN. S.X.20-7-2). Un mes más tarde se
decía que Cristo había pasado por la Guardia de la Esquina, rumbo al desierto. Coliqueo,
establecido ya en la frontera Nor Oeste de Buenos Aires, deseaba recuperar al cacique Cristo y pidió
por carta al gobernador B. Mitre que influyera "para que viniese el Mayor Cristo con el coronel
Baigorria a vivir con ellos en Los Toldos" (Part. Gral. Viamonte). Mitre le contestó que, mientras
durara la guerra, no podía quedar en esto: Que Cristo estaba en Paraná y Baigorria en San Luis (M.
Hux: Coliqueo p. 59 y Rev. Museo Mitre Nº 9).
Cristo se acercó al Partido de Bragado en junio de 1862; pero para invadir. Más adelante la
figura de Cristo fue eclipsándose: quizás habitara entre los indios ranqueles o entre los salineros. El
día del fallecimiento de Juan Calfucurá, el 3 de junio de 1873, estuvo en el gran parlamento, para el
319
entierro de su amigo. Firmó como Nº 40 el gran documento del proyecto de un tratado de paz
(AEM. Doc. 1232).
Lo más notable de este cacique ha sido el amor que tuvo a su familia, cuyo retorno buscó
con tesón y perseverancia. No sabemos mucho más. Un documento mencionado nombra a dos de
sus hijas, Manuela y María. Otro. dice que Cristo era padre del lenguaraz Andrés y que Lorenzo
Coliqueo fue sobrino de él. Páez. J.. en "La Historia Popular", Nº 10. 1970. p. 64. publica su retrato
fotográfico. (Arch. Urquiza T. 163. fha. 28.3.59)
CRISTO. Manuel, 1866, capitanejo boroga, era hermano de José Cristo (Cristóbal
Carrelang). También él se ha salvado en 1834 del Asalto de Masallé y se afincó en la toldería de
indios amigos, cerca de 25 de Mayo. En 1866 figura en la lista de revista del cacique Mariano
Rondeao. Era sargento 2º del escuadrón de indios amigos, entre 1866-1870. Sirvió una temporada
en el Fuerte de Bragado con el cacique Melinao. Su hijo. Santos Cristo, concurrió en 1858 a la
Escuela de Bragado, cuyos registros aún se conservan. (Moya, J.: Contribución a la historia de
Bragado, p. 94).
CUAL, 1852, cac. tehuelche. Ese año estuvo en Carmen de Patagones comerciando. Le
llamaban cac. Cual con otros caciques tehuelches: Antonio, Guachi, Vicente, Vera y Civi. Según
C.V. Burmeister, él heredó su cacicazgo de Chiquichano. El 1º de enero de 1885 tuvo que entregarse
(prisionero) a las tropas expedicionarias en Junín de Los Andes, junto con el cac. Sayhueque. Más
tarde se afincó en la zona del Bolsón, donde lo encontró el misionero salesiano Monseñor Caglieri,
en 1892 junto con los caciques Sacamata y Quichamal.
CUANESE, 1833, cac. huilliche o tehuelche, amigo del cac. Chocorí (Diario de Rosas).
Vivía al Sur del Río Chubut.
CUAN GUANQUE, 1834, caciquello boroga que, después del asalto de Masallé, siguió con
el cac. Meligur, sometido a Calfucurá. 1840 se presentó en Tapalquén con el cac. Carupán (AGN X.
CUASTRO, cac. patagón (Artículo de L. Espinosa en Nueva Provincia Bh. Blanca 8. 10.
1972)
CUBUCOTE, 1582, cac. “de nación Caltis” en el distrito de Buenos Aires; encomendado qa
Pedro Fernández por el repartimiento de Juan de Garay.
CUBUSOTE, 1582, cac. de la nación lejao Emalagual” del distrito de Buenos Aires;
encomendado a Diego de Olabarrieta por el reparto hecho por Juan de Garay. La documentación
agrega un segundo nombre en guaraní: Urucutaguay, que hace difícil conocer su origen (Lehmann
Nitsche 1930 Nº 32 p. 283 y 288)
CUCALTEC, 1710, cac. pampa que fue invitado a malonear en la Prov. de Córdoba
(Cabrera, Aborígenes del país del Cuyo p. 255
CUCALTIAMA o Cucaltiam, Cukastian, 1714, cac. puelche de Casuati (Sierra de la
Ventana). Era enemigo de los huilliches. Su hermano era el cac. Pascual quien en ese año invadió la
Prov. de Mendoza acompañado de indios “Gualiche” (creo huilliches) o gente de arriba, de los
caciques Chuque (Cheuque), Chiqueyú y Quereyü (Creyú). Las tropas de Mendoza les salieron al
paso y Calcutián y Pascual fueron apresados. ( Arch. Gral. Indias carp. 99 y Arch. Mendoza y
publicado en R.U.N C. Cordoba XVI (3/4) 1929 p. 176)
CUCO o Uco, 1560, cac. en Tupungate, Mendoza, junto al cac. principal Guarinay. 1564
vivían en el valle de Uco, quizás denominado según su nombre (Chaca: Historia de Mendoza 1961
y J.T. Medina, Documentos vol XV p. 427)
CUCTREPÁN, 1787, capitanejo puelche de la tribu de Roco
CUCUEBO, 1658, cac. puelche de Casulo, hacia el Cerro Nevado. Su cac. principal se
llamaba Yucunta (Rusconi, C. vol. IV p. 118)
CUCULLÁN,1804, cac. pehuenche. Pobablemente ha participado en la Guerra Pehuenche y
ese año visitó al gobernador de Mendoza para renovar contactos de paz, junto con los caciques
Ucumán y Tucumán. ETIM: Llanca: collar y Cucu: nieto
CUCULLAR (probalemente Cucullán), 1670, cac. poya del lago de Nahuel Huapí
(Mascardi, 1670 p. 123)
320
CUCUTIEN o Cocutien, 1833, cac. puelche, hijo del cac. Leypán de Butanilagüé, donde
residía el cac. Barbón. Fue muerto por las tropas expedicionarias al mando de J.F.Aldao (Rev. Junta
Est. Hist. Mendoza V p. 117)
CUELLAN o Cuel, Quel, 1821, cac. pampa que no se plegó a las guerrillas del chileno
J.M.Carrera, sino que permaneció fierl al Gobierno de Buenos Aires junto con el cac. principal Nic.
Quintana. Un documento de 1824 lo ubica en la zona de la Sierra de la Ventana. Era favorable a la
paz. (Comando General del Ejército ob. cit. III. P. 525). 1825 participó en el parlamento de paz en la
Laguna Guanaco, el 20 de dic. de 1825 (AGN X 27 – 7 – 6)
CUENU MAIN, (prob. Huenumain) 1787, cac. pehuenche de Malalhué que se conoce por
los documentos de la Gurra Pehuenche. ETIM: Main: cóndor y Huenu: del cielo
CUENPU LLAN, 1787, cac. pehuenche que fue muerto ese año por la sorpresa que les
dieron los huillihes de Llanquetruz ( Guiñazú ).
CUENTE, 1879, cac. picunche del cac. principal Purrán
CUERAL, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
CUEVAS Y PALÁN, Martín (o De las Cuevas y Palán), cac. gobernador de Tolten (Chile)
1683 – 1707, a su vez hijo del cacique gobernador y abolengo de toda una serie de caciques
gobernadores cuya lista se detalla en el artículo de Gabriel Guarda: “Caciques Gobernadores de
Tolten”, publicado en Rev: Genealogía Nº 19, Santiago, Chile, 1966. Martín de las Cuevas y Palán
era Maestre del Campo, cac. Gobernador y fundador de la Misión de Tolten, en cuya iglesia está
enterrado. Le siguieron Don Juan de las Cuevas Canielú, cac. gobernador muerto en 1723; Don
Diego de las Cuevas Huenchú Yecu, cac. gobernador de Valdivia, muerto en 1739; Don Manuel de
las Cuevas y Palán, cac. gobernador, muerto en Tolten en 1770; Don Francisco de las Cuevas
Quilcan, nacido en Tolten, educado en el colegio jesuítico de Valdivia, en 1772, cac. gobernador;
Don Bartolomé de las Cuevas Lipileu, cac. gobernador, muerto en 1793 y Don N. De las Cuevas
Callumanque, en 1797 cac. gobernador y agregado del Batallón Fijo de Valdivia. Es uno de los
casos notables: caciques gobernadores recomendados como beneméritos del Reino por Cédulas
reales. Se destacaron por su comprensión de la convivencia pacífica y por el celo por la religión
católica.
CUGUETA, Juan, cacique de Concepción (Casamiquele 1995 p. 63)
CUFRÉ, 1855, capitanejo huilliche, En septiembre de ese año peleó junto con el cac.
Llanquetruz IIIº en la estancia de Iraola contra la tropa del Cnel. N.Otamendi. El famoso Cufré fue
herido por dos balazos. (Arch. Mitre XV p. 131.
CUHIL CURA, 1840, cac. pehuenche (entre los huilliches, pariente del cac. Juan Calfucurá
y de sus hermanos Antonio Namuncurá y Reuquecurá. ETIMOL: Cuhuel: pene; de Curá: piedra.
CUHIMÍ LLANCA o Cuhuni Llanca, 1770, cac pampa que estuvo presente en el
parlamento de paz en la laguna de los Huesos, celebrado con el Piloto Manuel Pinazo, antes de
emprender la expedición contra los teheulches ETIMOL. llanca:perla o collar y ¿Cuhimi ?
CUIJAL, 1783, cac.auca que se había conjurado con los caciques Guchulep y
Guchumpilqui (h) por la muerte del cac. Guchumpilqui (padre) que decía que era causada por el
cac. Chulilaquín (Villarino, B. Diario en Col. De Angelis II p. 27)
CUILLIPÁN ver Huillipán
CUIMAN, 1865, cac. araucano chileno quien en ese año había entrado en el Sur argentino
para proteger en nombre del gobierno de Chile a colonos de ese país. Valentín Sayhueque se le
opuso y lo echó del país. ETIM: Manque : cóndor y cuifí: viejo
CUIMOSQUE, 1866, cac. tehuelche que figura en el tratado del cac. Casimiro Biguá.
(AEM. doc. 876)
CUIQUEL,1870, capitanejo ranquel que conoció el Cnel. L.V. Mansilla (Excursión a los
Ranqueles ed. 1890 p. 754) ETIM: prob. cuifí Nahuel “tigre viejo”
CUITIÑO, (apellido español), 1833, capitanejo ranquel que vivía cerca de la Laguna del
Recado (Trenel) Fue muerto en una expedición combinada en el Arroyo Rosario, llamado también
de los Molles, en San Luis, el 7 de oct. De 1834. (R. Pastor: Guerra contra el indios ..San Luis p.
114 y 412.
321
CULA LÁN, Francisco, 1778, cac. boroga de Tolten. Era cristiano y castigaba a los que
robaban. (Lagos R. :Colegio de Chillán p. 233.) 1836 participó de un malón llevado contra la tribu
de Venancio Coñuepán y Bahía Blanca, en venganza de las matanzas entre los borogas de Guaminí.
ETIMOL: Clá: tres y lan: muertos o Llanca: perlas
CULA LITÁN, alias Achailán, 1576, cac. querandí sometido por las fuerzas de Juan de
Garay que venía de Santa Fe para fundar por segunda vez a Buenos Aires (F.F.Outes: Una luz sobre
los querandíes B.A. 1936 p.11)
CULAMPAYA o Lucampayao, 1593, cac. huarpe (?) de Mendoza. En un proceso, el indio
Chilón fue su intérprete, porque conocía la lengua del Cuyo. Decía que había presenciado la
fundación de Mendoza. (Arch. Mend.)
CULEBRA, es traducción del nombre Vilú. Ver Juan de Dios Vilú
CULE CLEN, 1822, cac. ranquel que acudió con 320 indios al parlmento que el Cnel.
P.A.García había convocado a la zona de Tandil. Vivía sobre el Arroyo Quetrocique (De Angelis IV
p. 160)
CULIPÁN, 1594, cac. michilingue de San Luis. Vivía próximo a la tribu de Culugualla
(Arch. Mend. 1594 y P. Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 257)
CULIPIS, alias Chihuinca, 1805, cac. puelche de Neuquén, abuelo de Tomasa Culipis,
informante de Carlos Rusconi (ob. cit. IV p. 119. La esposa de Culipis se llamaba Manquel
CULIPIS, Ana, , 1865, cacica, hija del cac. Culipis y esposa del cac. Cayutur. 1879 fueron
apresados por las tropas del General Ortega y fueron llevados al campo de concentración en Rodeo
del Medio, Mendoza. Falleció a la edad de 99 años a raíz de una epidemia, en 1886 (C. Rusconi IV
p. 119)
CULIPIS, Andrés, 1880, capitanejo puelche, hijo de la cacica Ana Cullipis. Falleció en
1916 a una edad avanzada. Estaba casado con Ana Formá y Julia Rangol. En el campamento de
Rodeo del Medio lo consideraban como cacique. Era sobrino del cac. Valentín Sayhueque (ib)
CUQUIL, 1878, cac. huilliche o ranquel. El 26 de oct. de 1878 fue tomado preso, cuando se
presentó en comisión de paz en Villa Mercedes con Huancamill, Levicurá y Chancolita y buen
número de indios (AEM. 1878)
CULU CALQUÍN, 1776, cac. pampa de Marivil (en la Pampa) a medio día de (L)Antorué
(Toro Muerto). Tenía 10 toldos y 5 posos, según el censo de de Las Casas (Stieben: La
Pampa, su historia y geografía p. 13) ETIMOL: Colü: colorado o morado y Calquí: aguilucho. Cf
Colu Cal.
CULI HUENTRÚ, o Culuentrú, Venancio, cac, salinero, que firmó el gran documento en
el día de la muerte del cac. Calfucurá 3.6. 1873 (AEM doc. 1332)
CULUIL, 1864, cac. araucano que invadió con indios y cristianos chilenos nuestras
fronteras junto con los caciques Curín, Pablo y Guichangüer (AEM. 8.12.64)
CUMAQUEN, 1573, cac. comechingón de Umba Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes 51)
CUMI HUALÁ, o Comihualá, 1863, caciquillo pampa de la tribu de Catriel cerca de Azul.
El Cnel. J.I. Rivas quiso separarlo de la rtribu de Catriel a él y y a las parcialidades de Calfuquir,
Chipitruz, Lucio López y Manuel Grande. “Tengo plena confianza en Calfuquir y Cumihualá,
-decía el Coronel en una carta del 14 de marzo de 1863 (AEM),- Son caciquillos muy valientes y
decididos por mí, pues me lo han probado siempre”. A partir de ese momento integra la lista de
revista como oficial del ejército con sueldo y racionamiento. Para defenderse de los vecinos
inescrupulosos se hizo confeccionar una marca de hacienda y la registró ( el 27.2,65). En mayo de
1867 Cumihualá viajó con Chipitruz y demás comitiva a Buenos Aires, para gestionar la donación y
escrituración de sus tierras, como lo habían conseguido algunos caciques de indios amigos. El
trámite nunca se terminó.
A penas hubo cambio de cacique en la tribu de Catriel, asumiendo Cipriano Catriel el
cacicazgo, las parcialidades separados de la tribu de Catriel, cayeron en desprestigio ante las
autoridades militares y se llegó a un feo enfrentamiento en la Batalla de la Laguna de Burgos, el 3
de mayo de 1870, la que detallé en la biografía de Catriel y de Chipitruz. Luego desaparece
Cumihualá, sea que emigró, sea que haya muerto. ETIM: Hualá: pato y cume: hermoso.
322
CUMI LAF, 1774, cac. pehuenche chileno pasado a la Pampa. Era el padre del cac Huichal.
Tuvo tres hermanos capitanejos: Catrinahuel, Cayu nahuel y Limaicó. Güichal, su hijo ha sido
quemado por las tropas expedicionarios en Chadileufú (La Pampa), ETIM: “hermosa laguna”.
CUMI LAO, llamado también “el Indio Rico”. (Según escribió el R.P. Bentevoglio de Río
IVº; doc. 1029), 1879 era uno de los principales caciques de la indiada del cac. Namuncurá. Con él
compartió la larga persecución que la Conquista del Desierto les impuso. En ese año vivía en Puen
Cahué, en el valle del Río Negro, donde lo buscó la División de Levalle (Olasc. II p. 34). El 28 de
junio lo encontró el Tnte. Torres y lo trajo con cien prisioneros. No se habla en el parte de sus bajas
que habrá tenido. Al encontrar otra partida, se sentía incapaz de atacarla. Cumilao era viejo ya. Lo
sacó, pues, entre los prisioneros para que fuera a intermediar con proposiciones de paz para esos
indios. Pero el cac. Marillán lo puso de lado y cargó la tropa de Torres. En el combate murieron 17
indios y 114 fueron entonces los prisioneros (Olascoaga II p. 169) G. Terrera da noticias de un
Cumilao que en 1885 se entregó en Junín de los Andes, junto con el cac. Sayhueque y muchos jefes
e indios (Walter 1864 p. 741)
R. Casaniquela 1995 en nota 157 dice que Kúmlau era aónikenk (tehuelche meridionl. Debe
ser el mismo Cumilao rendido en 1885.
CUMILLÁN ver Cumiñán
CUMINA, o Cuminay, 1615, cac. huarpe (?) del camino de Mendoza a San Juan, en la zona
de Huanacache. Sus tierras lindaban con la del cac. Tabalque.
CUMINALA (prob. Cumi huala), 1860 cac. pehuenche del Neuquén, pariente del cac.
Paillalef.
CUMI NAO, 1813, cac. araucano de Santa Fe (Chile). Cuminao, Marinao y Huayquinao
fueron atacados y vencidos y emigraron más al Sur, a la zona de Maquehua. Escapando de la Guerra
de la Independencia, cayeron en la red de la Guerra a Muerte, pues, los atacaron los caciques
patriotas Huichacura y Curamil de Collahué e Imulaf (o Emulaf). Lograron emigrar a la Argentina.
ETIM: hermso tigre
CUMI NAO, 1852, capitanejo ranquel, hijo del cac. Nahuel Cheo quien llegó ese año a
Buenos Aires para entrevistarse con el Gral. Justo José de Urquiza en Palermo. Más tarde, parece,
siguió actuando entre los ranqueles y fue como tutor del futuro cac. Baigorrita (si no era otro con el
mismo nombre). Durante la Conquista del Desierto, ante la gran preocupación, huyó a la Patagonia;
allí fue atacado nuevamente y rendido en 1884 por el Sargento Mayor Miguel Linares. Estaba
entonces con el cac. Huenchunecul. (AEM)
CUMI NAO, 1873, capitanejo del cac Pincén. Figura en el tratado de paz que ese ha hecho
en 1873.
CUMI ÑÁN, 1790, cac. pehuenche que participó en la guerra peheunche. Los documentos
asientan a la vez a un capitanejo Cumiñán. Por ejemplo en el Diario de la Expedición de F. Barros:
21.7.1790 (Arch. Mend. Doc.2 y doc.43)
CUMI ÑÁN, 1798, capitanejo pehuenche. Era hijo del famoso cac. Carilef. Figura en las
listas de parlamentos de paz (Arch Mend. Doc 19). En 1805 participó con su padre en la fundación
del Fuerte San Rafael sobre el Río Diamante y fue su poblador. Estuvo pues en el famoso
parlamento con el Padre F. Inalicán y el Comandante Miguel Trelles. Este prometió darles un
rancho edificado y terreno para sembrar, vacas y ovejas para criar y todo auxilio para subsistir.
(A.Simón: Fray F. Inalicán p.68). En 1806 y 1807 llegó a Mendoza para visitar al Sr. Gobernador y
para comerciar con varios caciques. El P. Inalicán (mapache de origen chileno) lo alaba en sendas
notas. 1815 dice de él que ha sido leal y que debería haber recibido sueldos por sus muchos
servicios que ha prestado desde el tiempo del gobernador de Amigorena. Ha sido buen chasque.
Tenía 6 hijos; a todos los bautizó el P, Inalicán en San Rafael (A.Simón p. 63 y 68)
CUMIÚ o Cumió, Chimiantü, 1779, cac puelche serrano, Había pertenecido a la tribu del
cac.Lorenzo Calpiquis y en el tratado de Calpisquis en 1790 figuró su nombre. Más tarde pertenecía
al cac. Toriano. Vivía en la zona de la Sierra de la Ventana. El cac. Quiñigual era su vecino. 1832 se
le incorporaron 200 indios chilenos. Rosas, sabiéndolo, mandó a atacarlos. Así salió el Cnel.
Manuel Delgado con 400 borogas a pelearlos. Cien indios murieron en la refriega del 9 de agosto de
1832. (AGN. X. 27-7-6). Cumio huyó a tiempo hacia la Cordillera. En enero de 1833 había vuelto,-
323
decía un indio delatador,- con los caciques Luciano, Nahuelcurá, Calfucurá y Cheuqueta con gran
número de indios. En mayo de 1833 se dijo que se había unido con los indios de Cheuqueta con un
gran contingente de indios y se hallaban en la zona de los manzaneros. Todos ellos entraron en
contacto secreto con Rosas y en septiembre de 1834 cayeron sobre el campamento de los borogas
en Masallé (ver Rondeao, asalto de Masallé) AEM Nº 233 y AGN S.X. 24-8-6. En 1837 participó
en el malón que los indios chilenos coaligados con Calfucurá, Cheuqueta y Quilapí pegaron sobre
Bahía Blanca (ver cac Coñuepán) AGN X. 25-5-1 :14.8.37) Un año más tarde Cumio entró en
alianza con los ranqueles del cac. Painé de Leuvucó.
CUMIÚ, 1859, capitanejo huilliche salinero, junto a Calfucurá. Probablemente ha sido un
hijo del cac. ya mencionado. 1859 Calfucurá pidió al Gral. Urquiza un vestuario para él. Pero
después no lo nombran otros documentos hasta 1879. Allí se menciona durante la Conquista del
Desiertro, pues en junio de 1879 fue tomado preso por la quinta División en la zona de Toay, junto
con los caciques Huanchileo, Huilligual, Bema, Catriñán, además de 705 indios, como dice el Cnel.
Hilario Lagos en su parte (Olascoaga 1930 II p. 180)
CUMIÚ MAIN.1788 es mencionado entre los pehuenches en el Diario de la expedición de
F. Esquivel Aldao que llegó hasta el Neuquén. Se incorporó el 11 de febrero en Batrulan (En: Rev.
Est. Hist. Mendoza VIII 1936) ETIMOL: Main; cóndor; hermoso
CUNAMPA, 1689, cac. huarpe (?) de Huanacache (C, Rusconi IV p. 123)
CUNAQUÉN, 1806, cac. huilliche que con 200 indios salió al paso de Luis de la Cruz en su
paso por la pampa. Quiso impedir que avanzara hacia el oriente de la Cordillera.
CUNCHA MANQUE, Juan, 1752, cac. huilliche de Barbarco, afluente del río Neuquén
(Ranquileofú), donde lo visitó el misionero P. Bernardo Haevstadt, el 29 de febrero de ese año. (Su
diario vol II p. 933)
CUNELIPI o Cumilipi, 1787, cac. pehuenche de ”Los Pinales”, Neuquén
CUNILÁN, 1870, capitanejo ranquel del cac.Mariano Rosas (Lista del P.Donati)
CUNTENO,1612, cac. araucano de la región de Elicura. El estuvo presente en el
parlamento de Paicaví, el 7 de diciembre de 1787.
CUNTI HUEL, 1868, cac. pampa. Ese año acompañó al Cnel Alv. Barros con 20 indios
amigos en el combate de la zona de Laleu- Huincul, al Sur de Olavarría (J. Arena: Hist.del Partido
de Olavaría p. 294)
CUN TRUZ o Cuntrur, Cuntu o Curitur, 1790, cac. pehuenche de Malalhué. Participó en la
Guerra Pehuenche, 1790 figura como capitán amigo. Encontramos también su nombre en la lista del
cac. Roco (Arch. Mend. Doc. 37) Fue muerto el 6 de abril de 1796 en el ataque que los indios
huilliches y ranqueles de Barbarco atacaron a los indios de Malalhué. En la acción murieron cutro
caciques: Pichintur (el cac. gobernador), Ñancutripay, Güenucal y Cuntrurs (Arch. Mend doc. 21)
ETIMOL: Truz (Tureu): churrete (pájaro) y cun: ir
CUÑI TRIPAY (0 Cunitipai) 1790, cac. pehuenche de los indios amigos de Malalhué. Más
tarde lo encontramos en la pampa. 1820 no se adhirió a la guerrilla del chileno J.M.Carrera, sino
apoyó al gobierno de Buenos Aires. (Comando General del Ejército ib. cit III p. 203)
CUÑUIMIL1792, cac. pehuenche rebelde, dice F. Esquivel Aldao en su Diario de la
Expedición.
CUPAI ANTU, Francisco, 1751, cac. araucano chileno. Ese año el 1º de Noviembre lo
visitó el misionero R.P.Bernardo Haevstadt (Su Diario)
CUPAI NAO, 1852, capitanejo pehuenche de Mañedehué (Chile) El mató a su hermano y a
su sobrino por haber acogido al misionero capuchino. Murió de un balazo y un lanzazo en el
corazón. (J. Pintos R. P. 297)
CUPAI NAO, 1859, capitanejo salinero. Calfucurá pidió ese año al Gral J.J. de Urquiza un
vestuario para su capitanejo (quizás se ha incorporado hacía poco).
CURÁ (H)UINCUL, 1582, señalado como “de nación Chanás” en el distrito de Buenos
Aires; encomendado por el reparto de Juan de Garay ETIMOL: Cura: piedra; huincul: colina de.
CURÁ, Manuel, 1873, capitanejo salinero que asisistió al gran parlamento en el día del
fallecimiento del cac. Juan Calfucurá (3.6. 1873) AEM doc. 1232)
324
CURABO, cac. huilliche que 1863 asistió al parlamento de paz del cac. Chingoleo con el
Comandante de Carmen de Patagones (ver Chingoleo)
CURA CHÉ, 1879, cac. pehuenche, hermano del cac Huincaleo, hijos del cac Llanquileo
CURADO, 1820, capitanejo chileno que acompañó a J.M. Carrera y que en 1822 molestó al
Cnel. Pedro A. García en su gestión pacificadora en Tandil (Comando Gral del Ejército III. 426)
CURAL, 1765, cac auca principal con Guayquitripay, situados cerca de Salinas (no de la
Pampa). Los tehuelches habían vuelto. AGN IX, 1-4-5.
CURAL o Curual, 1878, capitanejo ranquel, baqueano. En la retirada de las tribus guió una
patrulla del capitán Urriqueo a “Pelados” y a “F.Venado”. Fueron sorprendidos y muertos por el
Cap. Ruiz. (Olascoaga 1940 I. p.64)
CURA LEO o Curaleu, 1806, cac. pehuenche que había ido “en conchavo” a los huilliches
y supo que los indios de Llanquetruz y los llanistas querían matar a Don Luis de la Cruz (De
Angelis I. p. 138) ETIMOL: Cura: piedra y del río o qizás Curru:negro; Río Negro
CURA LEO, 1872, cac. pehuenche, hijo del cac. Caipí. Lo representó en enero de 1872,
cuando los pehuenches (picunches) hicieron un tratado de paz con el general chileno Mendez
Urrejola (AEM Nº 6464) y cuando poco después, el 27 de agosto del mismo año hicieron un
parlamento de paz con el jefe de la frontera argentina en San Rafael, Y el 20 de febrero de 1879
participó con el cac. Udalmán, Purrán, Zuñiga (h) y 200 indios en otro parlamento en Collanta.
(AEM doc. 8122). Luego acompañó la historia del cac. Purrán.
CURA LLÁN, 1788, cac. pampa. Manuel Pinazo lo encontró en su expedición a Salinas
Grandes (Diario). 1826, el Cnel Federico Rauch lo atacó y destruyó a su tribu (Barros,A.:Territorio
p. 163)
CURA MILLA, cac. araucano quien en 1784 salvó la vida del obispo Morán ganando el
partido de chueca que perdió el cac. Ancatemú (Lagos )
CURA MILL, 1813, cac. mapuche de Collahué, Chile. Molestó a los caciques patriotas de
Santa Fe (Chile) , llamados Cuminao y Marinao, de manera que éstos prefirieron emigrar a la
Argentina. (Guevara, 1910 )
CURA MILL, 1908, cac. mapuche de Collahué, Chile. Se reunió con Esteban Romero y
junos atacaron al cac. Coñuepán.
CURANG,, 1819, cac. ranquel que invadió la provincia de Buenos Aires con Manquelef y
Epuñán. ETIMOL: Angué : mejilla y prob. currü : negra
CURRÁN o Currián, 1847, cac. pehuenche amigo de Mendoza quien, como otros, han sido
invitados a pasar a Chile para tomar parte de la guerra de Zúñiga (Sosa Morales, El Comandante
Rodríguez p.52 y Jorge Rojas Lagarde : Robo de ganado y comercio ilegal de hacienda en Chile.
CURRÁN, 1866 capitanejo del cac ranquel Mariano Rosas
CURA QUILLA, 1586, cac. pehuenche del valle de Uco (Mendoza); encomendado de
Diego Gómez (Arch. Mendoza)
CURU ANGUÉ, cac. boroga quien en 1834 escapó en el asalto de Masallé y fue
perseguido. Avendaño en sus Memorias dice que murió 1834. Era hermano de Curritripay.
CURU , curü, carri,curri son sinónimos de negro o morocho
CURLALITÁN, alias Achailén, 1582, cac. querandí, encomendado por Juan de Garay
CURU ANCA, 1783, cac. auca que Basilio Villarino encontró en Huechu Lafquén en su
exploración del Río Negro. Estaba con los caciques Guchumpilqui, Llancapí, Román y mucha
indiada (Col. De Angelis II )
CURU ANTE, 1751, cac. pehuenche, a quien visitó el misionero jesuita Bernardo
Haevstadt (15.11). 1776 figura en el censo de de las Casas, en Remelcó, cerca de Guadamco (La
Pampa) (De Angelis IV p. 584) ETIM: Ante; sol; curri : “oscuro”
CURUBALTA (o Curubaltu), 1778, cac. del Río Colorado (de los Sauces) Según un
documento mendocino estuvo enfrentado a los caciques auca Guchulaf, Alcaloán, Chaña vilú y
Ñancuvilú. Era rico; tenía mucha hacienda y muchas manzanas (Arch Mend, carp. 40 doc 25)
CURI CAL,cac. picunche. 1782 aseguró al Capitán de la expedición chilena que iba en
busca de la Ciudad de los Césares, que él sabía que existía. (Raone: Fortines p. 132) “Lana negra”
CURICAL, 1879, capitanejo del Neuquén ( ver Antical)
325
CURRICAL es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén (Decreto
1964)
CURRI CHÉ o Cusiché y como vimos, Curiché. 1880, capitanejo picunche del cac Purrán
(Raone : Fortines p. 132)
CURIECÚ, 1875, cac. salinero, pariente del cac. Namuncurá, según su propio testimonio en
carta al Sr. Arzobispo de Buenos Aires (L.Copello: Gestiones del ASrzobispo Aneiros..1945 p. 207)
Curiecú no estaba conforme con el arreglo de paz y mandó una comisión a Bahía Blanca
junto con Gabriel Raíñ, hijo (o pariente, no más) de Namuncurá .(Arch. Salesiano, Bah. Blanca)
Cartas del Cnel. Yturra.
CURRIEL, 1769, cac. serrano. Es otro nombre del cac. Miguel Yahatti. El 20.6 de 1770
pidió la paz; pero poco después Manuel Pinazo juntó gente “para pasar a cuchillo a Curruel, porque
corre constantemente a los tegüelches para invadir con ellos los pagos de Magdalena y Matanza.
1820 favoreció la paz de los pampas en la estancia de Miraflores. Estuvo en los parlamentos del
Arroyo de Chapaleufú. El Gobernador Rodríguez, poco después, rompió la paz.(véase la nota
biográfica de Ancafilú). En1822 estuvo en el parlamento de paz con el Cnel Pedro A. García. G.
Terrera dice que era el padre del cac. Cachul. ETIMOL: Currünahuel : tigre negro
CURRUÉ, 1856, cac ranquel. Manuel Baigorria lo redujo a la paz (V. Barrio Imposti: Río
IVº y el Cnel Mansilla 1961 p.9)
CURRUEQUE o Curru hueque, 1845, caciquillo pampa de Tapalquén. Ese año acompañó
al Cnel. Villar en la persecución de un malón del cac Rinque. Falleció el 9 de enero de 1851 “de
muerte natural”. Le había asistido el Dr. Manuel A. Garayo (Capdevilla, 1973 p. 91)
CURRUGAL, 1870, cac. salinero de Namuncurá. Ese año participó en la invasión a Bahía
Blanca. ETIMOL: Hualá : pato zambullidor; currü: negro.
CURIFIL o Curuil, 1862, cac. salinero, cuñado de Juan Calfucurá en cuyo nombre
desempeñó varias misiones diplomáticas (AEMNº 2 y 21; 1862)
CURRU GUILLÍ, 1776, cac. pampa que vivía en Anturé (Toro Muerto) cerca de Marivil,
La Pampa, según el censo de de Las Casas. Un hermano se llamaba Huila Güillí. Era ladino e
intérprete. 1780 estuvo preso en los cárceles de Córdoba. ETIMOL: Huillín: nutria y negra
CURU GUANQUE,1750, cac. pehuenche, según dice el P. T.Falkner (Cusú Huanque)
CURRU GUER ( más conocido por zorro negro), se lo consideraba huilliche. 1774 hubo un
grave encuentro con los tehuelches, donde murieron cuatro caciques y mucha indiada. Fue la
continuación de la expedición de M. Pinazo. (C. Monaut: Ranchos 2005, p. 27)
CURRU HUÁN,1798, capitanejo pehuenche quien al fin de la Guerra Pehuenche asistió al
parlamento de paz, el 31 de Mayo de 1798 (Arch Mend. Doc. 43). 1824 se nombra como hijo del
cac. Colicheo de Quilahueque (T. Guevara 1910 cap. IX))
CURRU GUANQUÍN, 1836, cac. pampa de Tapalquén. En la sorpresa del 1º de octubre de
ese año fue apresado por sus adversarios, al igual que Catriel, Nicasio y Quiñigual. Luego fue
liberado por las tropas regulares de ese punto (Gaceta 5. 10. 1836)
CURRU GÜIL (o Curuil), 1861, cac. salinero de Calfucurá. Ese año llegó a Bahía Blanca
en busca de 500 yeguas. Después de la muerte de Calfucurá desempeñó otra misión a Buenos Aires
(Copello: Gestiones del Arzobispo p. 195)) Era amigo de Cipriano Catriel y con él participó en la
Revolución de 1874.
CURRU HUENTRÚ o Curruentrú, 1864, capitanejo ranquel de la escolta del cac. ranquel
Mariano Rosas. (Lista del Arch. Em. Mitre)
CURRU HUENTRÚ,1799, cac. pampa ranquel que en la Laguna del Monte comerciaba
con los que expedicionaron a Salinas Grandes, entregando cautivas por mercadería.
CURRU HUINCA, 1819, cac. huilliche o boroga de la Reducción Boroa (Chile). Actuó en
la Guerra en el bando de los realistas con Calfuqueo, Curriqueo al este de Truf Truf (Tenemos una
carta del cac. Curruhuinca a Ignacio Coliqueo; eran compañeros en su juventud) Curruhuinca era
respetado como parlamentario y como guerrero, dice T.Guevara en su libro de 1910 cap VII) Uno
de sus hijos habría sido Esteban Romero, cacique y guerrero. Más tarde se conocía a Curruhuinca
como jefe de los huilliches, rico y armado hasta con carabinas. Calfucurá estaba en buenas
326
relaciones con él; pero de pronto se sublevó contra el amigo e invitó a puelches y huilliches a
invadir en las pampas (AGN S:X. 27-7-6) 1846 estuvo con 3000 indios pehuenches en Angol
convocados por J.A. Zúñiga. Era uno de los principales caciques. Resolvieron pasar la Cordillera y
establecer campamento en Auca Mahuída para buscar hacienda (Arch. Mend. Doc.12 del 24.1.47).
1849 estuvo con Calfucurá en Salinas Grandes, invitado por éste. (AGN X. 27-7-6) Qué han hecho,
no sabemos.
ETIM: Huincá: cristiano y currü: negro
CURRU HUINCÁ (IIº), 1882, cac. de la zona del lago Nahuel Huapí. Se lo conoció por la
expedición de los Andes en 1882. Ese año lo visitó el capellán militar José M. Beauvoir. Allí
empezó a catequizar a sus indios y bautizó a buen número. Uno de los hijos del cacique se llamaba
Abel. El 15 de diciembre de ese año se presentó con 180 indios a la columna expedicionaria.
Informó sobre las tolderías en la Cordillera y consintió en acompañar la tropa hasta el lago Lácar,
donde vivían los indios de Ñancucheo. Colaboró en la fundación de los fuertes Chacabuco y Maipú.
1884 tenía ya casa fija de madera (Campaña de los Andes p. 332 y Acad Hist. Nac Conquista II p.
403) Se afincó luego cerca del Lago Lácar y Lolog o en Chapelco . Pero siguió en servicio de las
tropas nacionales hasta la gran rendición de los indios neuquinos, el 1º de enero de 1885 en San
Martín de los Andes (Walter, ed. 1964 p. 741) 1898 ayudó en la fundqación de San Martín de los
Andes como pueblo. En diciembre de 1900 los salesianos iniciaron su obra de evangelización en
esa tribu y en la de Namuncurá, ya sometidas. Desde entonces el cacique se llamaba Bartolomé
Curruhuinca y que estaba casado con Margarita Calfunirín. Sus hijos eran Abel y María (entre
otros). María se casó con Ignacio Yanquín.
Dicen que el viejo cac. Bartolomé Curruhuinca murió en Chapelco. (Raone: Fortines p. 135
y Memorias del Padre Beauvoir 1883. Ocampo, R.: Historia del Regimiento 7º, ed. 1930 p. 200)
En 1895 visitó a la familia la comisión científica del Museo de la Plata, bajo la dirección de
F. Moreno. Desconozco sus informes. En 1917 se nombra en carta de Andrés Painemilla al cac.
Trem Huentrú Curruhuinca. En el libro de C.Curruhuinca y Luis Roux intitulado: Las matanzas del
Neuquén,ed. 1985, se dice que en 1898 hubo una sublevación. Y que sólo la tribu de Curuhuinca se
atrevió a regresar a Neuquén. Hoy sus descendientes están “metidos” en el parque nacional
despojados y restringidos en sus derechos.
CURRUHUINCA, Abel, nac. 1865, cac. neuquino; era hijo del cac. Bartolomé
Curruhuinca, quien estaba casado con Margarita Calfunirín. Con su padre se entregó a la tropa
expedicionaria de la Conquista del Desierto. El 26 de enero de 1885 reconocieron con su tribu
plenamente la soberanía argentina. Colaboró en la construcción de fortines. Se afincó cerca del
Lago Lácar. Firmó el 4 de febrero de 1898 el acta de la fundación de San Martín de los Andes. En
un documento del Ejército se mandaba que lo tratasen bien, porque era útil. Después de la muerte
de su padre heredó el cacicazgo de la tribu. Juan Raone publicó su fotografía en “Neuquén, la
provincia de los grandes lagos; Nº2 p. 18. Figura también en Bertha Kössler: Der Medizinmann am
Lanín, 1963 y el cacique Curruhuinca con su familia frente a su casa buena.
CURRUHUINCA, Gregorio se presentó como cacique en 1963 en el Primer Congreso del
Area Araucano Argentino. Traía dos lenguaraces, Paillán y Huenuquir. (Primer Congr.A.A. I. p.52)
CURRUHUINCA, Francisco 1980, tiene su ubicación en el Parque Nacional y lo lamenta
porque esto le impone una limitación en todo su haber.
En 1990 el P.Meinrado Hux visitó, en compañía del obispo Jaime Denevares, el rancho del
cacique F. Curruhuinca. Les presentó a su esposa y a sus hijos: Elvio, Elisa y Juana . Contó con
pena sus sucesivos despojos y su forzosa ubicación en una reserva sin reconocimiento oficial. Que
le prohibían cortar leña y les dejan mantener no más que cinco animales. Cuando asistió a la Misa
en Pill Pill, yo le saludé en idioma mapuche. Pero oyendo alguna frase más, me dijo: Padre,
mándeme algo para que yo apenda hablar en mapuche. ¡Qué triste!
CURILEUFÚ, Fancisco, 1774, uno de los principales caciques de Chile
CURILEBÍ, 1622, cac. araucano del la tribu de Rua o Ruya. Según el Padre Rosales estuvo
presente en el parlamento en Chillán “vestido de gala de pellones de guanacos pintados.
CURUYÁN o Currullán, 1845 cac pehuenche. Aparece en el proceso por la muerte de
Guzmané (S.Avendaño)
327
CURIÑAMCU es nombrado por Leonardo León Solís: El surgimiento del cac Curiñamcú
1765 – 1767)
L. León habla de un levantmiento en 1765. En 1770, Curiñán volvió a inquietarse, hasta que
los españoles hicieron una nueva alianza con los pehuenches con el propósito de llevarlos a guerrear
a los huilliches (esos eran indios que en el siglo XVII se habían retirado al Sur del Río Tolten,
debido a los frecuentes ataques que habían sufrido de parte de los españoles. Curiñancú, noticiado
de los planes pehuenches, se les adelantó, atacó por sorpresa a su cac. gobernador Coligurú, lo tomó
preso como también a su hijo, a los cuales los hizo matar (R. Latcham; Los indios de la Cordillera y
la Pampa, en Revista Chilena de Hist. Y Geogr.. Nº 67, 1930 p. 140 y Lagos, ob. cit. p. 227)
A principio de 1773 Curiñán y Leviant concluyeron sus ataques; pero aún andaban rumores
que huilliches y los de Maquehua iban a robar en la zona de Buenos Aires. El Maestro Pinazo sabía
de eso. El gobernador Jáuregui convocó entonces a otro parlamento a Tapihué cerca de Yumbel
(Vicuña. Guerra a Muerte p. 791)
El cac. gobernador de Angol recibía dedsde entonces una subvención del Estado, como
consta en dcumentos de la Bilioteca Nacional (T. Guevara 1910 p. 24.
CURI ÑÁN, 1798 era capitanejo pehuenche. Estuvo presente en el parlamento de
reconciliación en San Carlos. Parece que no era nada del Curiñancó arriba mencionado, pues
petrtenecía al grupo de los pehuenches de Malalhué (Mendoza). 1803 acompañó a algunos caciques
en una visita al gobernador de Mendoza (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza
CURI ÑAM,1834, capitanejo ranquel agregado a los indios amigos de Santiago Llanquelén,
cac. en Junín (B.A.) En 1838, esa tribu numerosa fue atacada por los ranqueles de los cuales se
había separado (R. Pérez: Aportes para la Historia de Junín p.31) Curiñám logró escaparse en el
cruel malón al malal de Llanquelén y volvió a someterse a los ranqueles del cac. Payné, como rezan
documentos del Archivo de San Luis (7.1.1839; 24.2. 1841; 15,4. 1841)
El cac. Payné hacía entonces gestiones de paz ante el gobierno de Córdoba y para esto eligió
al capitnejo Curiñam como gestor. Así era jefe de una comisión. Payné en sus cartas lo presentó
como “mi Capitán”. Pero en Córdoba le dijeron que estos asuntos debían tratar con el General J.M.
de Rosas y lo enviaron al Gral Pacheco. En una carta posterior, el cac. Payné de Leubucó se queja
de que le hayan matado al capitán –creo que habla de Curiñam-, y se queja al gobernador de
Córdoba de que no le hayan cumplido promesas anteriores. (Arch. San Luis, 8 de nov. de 1841, doc.
7936)
CURIÑÁN, 1847, cac. chileno. Un documnto del Arch. de Mendoza (Doc. 12, Carp. 123)
dice: “ De Chile vienen anualmente caciques a invadir. Clapí, Mariguán, Curiñán y Deunutrur que
habitan en Boroa y más al Sur; luego comercian sus poductos del malón en Concepción y en sus
mismos toldos”.
332
CURU ÑANCU CANIÚ, 1873, capitanejo del cac. Vicente Pincén (Piseñ). Figura en el
tratado de paz que éste hiciera ante el Cnel. F. Borges, el 14 de junio de 1873 con el gobierno
argentino.
CURI ÑAN, 1880, cac. que vivía entre los picunches de Taquimilán con indios del cac. F.
Purrán en Neuquén (J. Raone: Fortines p. 132)
CURIPÁN, Juan Antonio, 1907 cac. araucano. Díaz Meza publicó su foto en su libro: En la
Arasucanía. Breve relato del último parlamento en Coz Coz, el 18 de enero de 1907. Santigo
1907 .
CURI PÁN, 1826, capitanejo ( prob. boroga) estuvo en el parlamento del 25 de Abril de
1825 sobre el Arroyo Pecuén y en 1838 Currupay figura como aliado de los ranqueles de Payné.
CURI PEL, 1852, cac. huilliche de Chocorí, Figura en la lista de caciques obsequiados en
Bahía Blanca por orden de Rosas. Quizás es el mismo que nombra el cac. Calfucurá en carta del 20
de Sept. de 1854, en la que avisa que entró a robar Curaval ,Uniqueo y Curiqueo (AGN S.X. 18-10-
6)
CURRIPIL, LLamiñáñ, Huemán y Catrimán, 1760 son caciques pehuenches del Norte.
Aceptan formar pueblos. Los huilliches, no.
CURRI PIL, 1760, cac. principal de los pehuenches chilenos. Ese año, misioneros jesuitas
visitaron en la confluencia del Río Neuquén y Marín Leuvú a los caciques de las reducciones
pehuenches, a Curipil, Rapoñán, Llamiñán y Huemán.El mismo año, los huilliches los molestaron.
Ya en 1756 estuvo en un parlamento de paz en Salto de Laja. En 1758 lo visitó el Obispo
Pedro A. de Espiñeira. Curipil vivía en la confluencia de los dos ríos nombrados. El diario
menciona también a su madre que tenía 120 años y no le faltaron dientes. Tenía dos mujeres, dos
nietas y tres esclavos beliches y puelche. Mandaba a 260 indios guerreros.
CURRIPILÚN ver Carripilún “Oreja negra” (no verde como algunos creían)
CURRI PULQUI, 1776, cac pampa, ya viejo de Checau, que quiere decir “Médano
Colorado” (?). Vivía cerca del cac Ñancopillán. En el censo de de las Casas se le atribuye una
escolta de 18 soldados y 10 toldos (De Angelis IV p. 584. 1751 el Padre jesuita Bernardo Haevstadt
había encontrado a Currupulqui en la zona de Malal Hue entre pehuenches.
CURU PUENTRÚ, (prob. Huentrú), 1799, cac pampa puelche. Ese año lo encontró Manuel
Pizarro en su expedición a la laguna del Monte. 1803 lo enontraron en Cabeza de Buey (AGN IX 1-
4-6)
CURRI QUEO, (CURRIQUÉ) Ignacio EN 1819 era cacique mayor de los borogas de
Chile; era toqui y machi supremo que dominaba las tierras desde Truf Truf hasta Chaima (Llaima),
de Pillanleufú al Pillanmallín. Según Tomas Guevara, era hijo del cac. Melillán Painemal de Chol
Chol, precisamente de Carriringy, a la derecha del Río Chol Chol. Y que era nieto del cac.
Quechacheque (Quechu Hueque) Iquelme Painemal de Villarrica. Yo no sé si no tiene que ver
con Coli gner, el toqui boroga. Ciertamente había varios Curriqueo.
Más llamativo me parece lo que dice el jesuita P. Bernardo Haevstadt en su diario 2º vol.
p.63 (“ Chilidugu”) para la fecha 20 de febrero de 1752, que visitó al cac. Ignacio Huenchunahuel,
padre de Curriqueú, amigote de los españoles. (NB.Curriqueo y Coliqueo son apellidos de la tribu
de Coliqueo en Los Toldos Prov. de Bs.Aires). Cuatro días más tarde, el 24 de Febrero de 1752, el
misionero asistió al entierro del hermano de Huenchuñamcú y describe bien la ceremonia.
En 1800 Juan de la Piedra en su Expedición a Salinas Grandes encontró allí al cac. Antimán
junto al cac. Curuqueo (Mariluz Urquija,Joé M. :El Virreinato del Marquez de Avila 1799-1801 p.
231) En 1810, el Cnel . Pedro A. García encontró también en Salinas Grandes (13.11. 1810) al cac.
Alonso Antimán con el cacique Coliqueo. Más tarde estaban luchando en Chile durante la Guerra a
Muerte (ver Antimán)
De todo modo Curriqueo era de la alta nobleza araucana. (T.Guevara 1910 p. 96 y 59) Sus
hermanos habrían sido, según el mismo T. Guevara,, los caciques Antonio, Ramón, Necul (creo ser
Curín), Calfuill, Mulato, Bulnes Painemal, Martín Salas, Maliqueo y Mariqueo; todos realistas
(amigos de los españoles al sur del Bío Bío) y opositores de los ejércitos patriotas en el proceso de
la Guerra a Muerte.El mismo autor p.96 enumera los realistas de 1919, al parecer todos parientes de
333
Curriqueo: “El cacique Melillán Painemal de Carirringi, cuyo padre fue Quechachoque Iquelme
Painemal, antes en Villarrica; ahora en Chol Chol. Los hijos son los caciques Antonio, Ramón,
Nerculqueo, Calfuill, Mulato, Curriqueo, Bulnes Painemal y Martín Salas. Un documento de
1822, el Diario del parlamento del Cnel Pedro A. García anoya el 23 de Junio que el cacique
boroga Nécul del grupo chileno que emigró a la pampa argentina a raíz de la Guerra a Muerte, era
hijo del cacique Melillán de Chol Chol, hermano de Bulnes, Painemal. Curriqueo y Salas. Hablando
del cac. Ancapí, cac. angolino, anoté lo siguiente: En la Guerra a Muerte Ancapí participó en el
bando de los patriotas con los caciques Venancio Coñuepán y Colipí. En 1820 Ancapán
expedicionó contra los indios de Marimán y (2.5.1820) contra los pehuenches. Al año siguiente, el
Cnel. Manuel Bulnes incorporó en su ejército a los caciques Minche, Payllamilla y sus hermanos
Tromo, Millaleo, Quintre, Calvuén. Lincogür, Calvugür, Meligür y Rayñancú. Estsos llegaron en
noviembre hasta el Río Imperial, replegando las fuerzas del Cnel. Pico. Allí se les hizo frente el
famoso cacique Ignacio Curriqueo con sus borogas y…Bulnes tuvo que retroceder y fue
perseguido hasta Concepción (Campos Menchaca, Nahuel Buta p. 164). Pero la guerra siguió
adelante y los patriotas ganaron de nuevo terreno. Como otras tribus, Ancapí emigró a la Argentina,
donde aún fueron perseguidos por los patriotas chilenos (y sigue la historia de Ancapí, Marileo,
Mariqueo, Antivil entre los ranqueles). Mariqueo y el cac. Ignacio Rojo (traducción de Coliqueo)
se hallaban en 1747 en la Misión Jesuítica al Sur del Río Salado.
Entre los hijos del Cacique Mayor Ignacio Curriqueo creo poder señalar a
Ignacio Coliqueo (1796-1871), cas. con Felipa Quintuil y cas. con Inaipán (sus hijos eran
Antón y Antonio)
Francisco Calfuqueo (1797-1885), cas. con Mica Lienleo,
Lorenzo Coliqueo o Meliqueo y Garay (1806- 1861),
Ignacio Chaima(Coliqueo) y
Nécul o Neculqueo el cacique. Hay también un capitanejo Neculqueo, prob. su hijo
Andrés Raninqueo. 1816 – 1877
(ver Hux: Ignacio Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos 4ª. Ed. Los Toldos 1999) Los
hijos que Ignacio tuvo con Ineipán (de la cual no tenemos datos) se llamaron alguna vez Curriqueo,
otras veces Coliqueo. Antón Coliqueo o Curriqueo había nacido en 1830, e.d. antes del Asalto de
Masallé (1834) donde Ignacio Coliqueo con 38 años ha perdido por segunda vez, su familia. Su
hermano Ignacio Segundo Chaimaqueo (1816 – 1907), capitanejo de la Tribu se casó con Ursula
Mancé. También su hijo Alfonso Chaimá Coliqueo o Coliqueo era capitanejo de la Tribu y se casó
con Carmen Milláo . En vez de decir tengo un árbol de Curriqueo y Coliqueo, tengo que decir :
tengo un monte genealógico,
Estos, que se llamaban borogas, (no “chilenos”), eran bravos guerreros, célebres por su
agilidad y su ligereza en mudanzas de campamento. Vicuña Mackenna dice en su libro “La Guerra a
Muerte”, que era raza extrajera”, sea por entroncamiento de cautivas españolas, después de la
destrucción de las siete ciudades en 1600, sea a causa de gente naufragada en las costas del
Pacífico. Yo que conozco mucha documentación de la “nobleza araucana” y especialmente de los
borogas, que tenían la tez más clara, los ojos nada achinadas, el cuerpo robusto y erguido que
extrañó ya al conquistador de Chile, Valdivia. Hay una hipótesis, la cual tomo en serio, que la casta
de los jefes araucanas formaban una nobleza propia, casándose entre sus familias, pero que eran
generosas en aceptar en sus tribus araucanos morochos con sangre peloponésica, inmigrada por el
Océano Pacífico; mientras se cree que esos “araucanos blancos” habían venido antes y como los
vikingos desde la tierra de Abrahán con cultura superior. ( ver lo dicho en la introducción) .
LA GUERRA A MUERTE 1819 - 1823 EN CHILE
El cac. Curriqueo vivía en el Sur del río Bío Bío. Su hijo Ignacio Coliqueo nació en 1896 en
Huincul, a 60 Km. al Oeste de Temuco y al Sur de Imperial. Parece que durante la Guerra por la
Independencia no habían sido requeridos para intervenir, pero después de la Batalla de Maipú se
inició una guerra más al Sur que se conoce por Guerra a Muerte. El Sur estaba en manos de los
realistas que fueron reforzados por contingentes de España y del Perú. Los indios al sur del río Bío
Bío fueron integrados en las filas de los “realistas” y los llanistas “patriotas” integraron
contingentes de guerreros indígenas en sus filas, que lucharon por recuperar y extender territorios
334
para la Chile libre. Hubo muchísimos encuentros o peleas entre 1819 y 1827. Luego intervinieron
todavía guerras intestinas: del Exdictador José Miguel Carrera y luego los bandoleros de los
hermanos Pincheira y Zúñiga, que malograron los deseos de los borogas de vivir en paz.
En 1819 las tropas de Freire y del cac. Calfucurá “el Gordo” desplazaron a los indios de
Curriqueo del Paso de Llaima. De esto tenemos noticias por una carta del general argentino Angel
Pacheco. Más tarde – se dice- que el joven Juan Calfucurá ocupó el campo de Llaima, echando a
Coliqueo y Curriqueo (Casamiquela R. 1995 p.4)
Los grandes adversarios de Curriqueo eran los caciques (patriotas) Venancio Coñuepán y
Juan Colipí. Los aliados de Curriqueo, además de sus hermanos eran los caciques Ñonque y
Rondeao al sur de la Provincia de Cautín; Venancio Calfuqueo, en Boroa; Catrileo, en Purén; y al
Oeste, en Nueva Imperial y Quepe, Ambrosio Peñolef y Huircán. Curriqueo acampaba en Queupe.
Más al sur contaba con las fuerzas del cac. Marilán y Manguín, Pillahueque, Quillahueque y
Nahuelcura y en los Andes con el cac. Toriano. Para 1820, dice T.Guevara, vivía Curriqueo en
Pillanlelfún y Calfuqueo en Boroa e Imperial.
En 1820/21 les toco a los borogas la más ardua guerra. El joven Capitán Manuel Bulnes, más
tarde Presidente de la República chilena, oganizó fuertes expediciones contra los bravos realistas
que obedecían las órdenes de los Generales Pico y Bocardo. A Bulnes acompañaron los indios de
Venancio Coñuepán, Peñoleo y Lempi. Se afiliaron también los caciques Minhe Payllamilla y sus
hermanos Tromo, Millaleo, Quintre, Calvuén, Lincogür, Calvugür. Meligür y Rayñancú. Estas
tropas llegaron, en noviembre, hasta el Río Imerial, replegando las fuerzas del General realista
Pico. Allí se les hizo frente el famoso cacique Curriqueo con sus borogas y…Bulnes tuvo que
retroceder y fue perseguido hasta Concepción, (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 164) - Las
primeras victorias de Bulnes las obtuvieron en Gualeguayco y en Ñibilinto, el 24 y el 25 de
diciembre de 1821. Animados por estos triunfos, prosiguieron su marcha hacia el Sur, a la tierra
araucana. Allí los aguardaban los bravos borogas. Tras innumerables guerrillas en La Imperial,
Curriqueo les presentó una formal batalla al mando de unos 4000 indios.
Pero el 24 de Diciembre de 1821 ha sido un día fatal. No han quedado relatos de aquel
terrible choque, señal que incluso para las tropas de la Patria ha sido un desastre. (Vicuña
Mackenna: La Guerra a Muerte, ed 1972 p. 624)
Sabemos solo que la lucha duró seis horas; que tuvo lugar a orillas del río Imperial y que en ella
murió también en heróico combate Curriqueo, el cacique mayor, junto con unos 200 indios de los
suyos. (T.Guevara 1910 p.303). El brve parte del Cnel. Freire señala la retirada (el 17 de enero de
1822 de una disminuída columna de Bulnes y de sus auxiliares, la llama desastrosa (Vic. Mackenna
p. 625)
Según datos recogidos por T.Guevara, el cac. Curriqueo habría retado al cac. Cayumain
Huilcán de Maquehue, subdito del cac. Ancafilú, a quien se conoció por muy valiente; pues lo
provocó a un duelo singular: Curriqueo con lanza y ese otro sacó su trabuco y mató al “Negro”.
Grande fue el duelo de los borogas y “arribeños” y no pocos de sus parientes y amigos emigraron a
la Argentina, para empezar una nueva historia en la zona lacustre de Guaminí y aledaños.
Un año más tarde, el 23 de diciembre de 1822, fue atacado el cac. Painemal en Pitrufquén
por las tropas expedicionarias del Gral. J. Beauchef. Éste los sitió en su misterioso Malal (lugar
fortificado); era porque allí solía refugiarse el realista Sargento F. Palacio. El cac. Melillán Painemal
se escapó del cerco “y el recinto con sus rebaños y sus mujeres quedó por nuestras armas”, -dice el
mismo Beauchef en sus Memorias. Más tarde se presentó el cacique para pedir la libertd de los
suyos, prometiéndoles que les iba a entregar al caudillo Palacios (relista).
CURRIQUEO. 1834 figura un capitanejo Curriqueo entre los borogas apresados después
del Asalto de Masallé. Era probablemente un hijo del cac. mayor. Relato los eventos de septioembre
de 1834 más extensamente en la nota biográfica de Rondeao y de Melín. El capitanejo Curriqueo
siguió a Calfucurá como prisionero junto con el cac. Meligur, heredero de M. Rondeao (AGN X.
335
24-8-6) Un poco más tarde lo hallamos en el toldo de Alonso Guayquil, situado en las
inmediaciones del Fuerte Cruz de Guerra de 25 de Mayo. Figuran en el censo de 1836: Curriqueo
(nac. 1806), Calfuqueo (nac. 1796), Neculqueo (nac. 1816), Guentequeo (nac. 1828). Quizás eran
hermanos entre sí. En el mismo censo y grupo, pero en otros toldos se nombran a Raninqueo (n.
1816), quien sería más tarde cacique segundo de la tribu de Ignacio Coliqueo. En la misma tribu
apareció más tarde el nombre del capitanejo de Alfonso Curriqueo, Carriqueo o Coliqueo
(indistintamente) nacido en 1841, como hijo de Chaima Coliqueo (o Curriqueo) casado con Felipa
Ñonque y su hermano Juan Curriqueo (o Coliqueo a veces).
CURRIQUEO, 1833, es otro caciquillo que no compagina con los datos del capitanejo
Curriqueo, que arriba nombramos. El 21 de junio de 1833, el Tnte. Miguel Miranda mandó un parte
de su expedición contra los indios de Chocorí, del otro lado del Río Colorado, quien dice que no los
alcanzaron en la fuga; que sólo consiguieron que se les pasara Curriqueo y su hermano, indios del
finado Reinaquel, que se hallaba prisioneros de ésos desde que mataron al cacique (AGN. 27-5-6)
CURRUQUEO, 1865, capitanejo entre los ranqueles, sobrino del cac. Mariano Rosas.
Quizás es el mismo de quien Calfucurá decía que estaba por invadir con Curval y Unequeo . (AGN
X. 1-10-6) .
CURRU QUEUPU, cac. pehuenche a quien el misionero Haevstadt visitó en 1751. El
decía que era amigo de los españoles y que era hijo del cac. Huenchrunahuel. La anotación del
diario del misionero ya cité en Curriqueo (Iº) con diferencia ortográfica. NB.Posiblemente el
araucanista interpretó el Queo como derivado de Qeupú: pedernal. Es el único queupú.(La cünga es
“queo”)
CURRU GUENTRÚ, 1799, cac puelche. Ese año lo encontró la expedición a Salinas
Grandes en la zona de la Laguna del Monte. Les entregó una cautiva por pilchas usadas. (AGN
Gob. Cabildo Bs As. S.IX 22-3-5 ETIMOL: Huentrú: hombre y curru: negro
CURRI QUIL, 1836, capitanejo ranquel agregado a la tribu de Santiago Llanquelén en
Junín.
CURI TRIPAY, o Curutipay, Curuchipay, Currsipay), 1780, cac. pampa ranquel , hijo del
cac. Chacalén. Era sobrino del famoso cac. Lorenzo Calpisquis. Barrionuevo Imposti (p.87) cuenta
cómo el padre había hecho un tratado de paz con el Gobierno de Córdoba. En esa oportunidad fue
lenguaraz Francisca Bengolea, la hija del Comandante de Punta del Sauce (La Carlota). Ése su
padre había fallecido en una invasión del año 1775. Francisca fue cautivada y dada en matrimonio
con solemnes ritos al cac. Currutripay, quien le dio dos hijos, un varón y una niña. En 1796
Francisca quiso visitar a los suyos en la Carlota por dos lunas, pero el cacique retuvo a sus hijos
(cita A. De Lezcano Colodrero: “Linajes de la Gobernación de Tucumán”, 1968: Bengolea) El 1º de
enero de 1805 la mujer de Curi Tripay cooperó con el Gobernador a celebrar un tratado de paz
“disfrazada de varón” (Arch. de Córdoba Tribunales, Escribanía 4, 1805, Leg.25 exp. 10) El
gobernador le ofreció ayuda; entonces ella pidió dinero para rescatar a sus hijos retenidos. Era
difícil, porque estaba casada y el padre tuvo sus derechos.
El hijo o hermano del cac. Curitripay era el cac. Avuné (o Avouné). También eran hijos
Calfiao, Antiguán y Huillitruz. 1780 sufrieron un ataque por las tropas mendocinas, de lo cual se
quejaba el cac. Avouné en 1810 ante el Cnel. Pedro A. García en su estadía en Salinas Grandes.
Curriquil asistió también al parlamento convocado por el jefe de la expedición porteña a Salinas
Grandes (ver su Dirio con fecha 16.11. 1786). Sus indios estuvieron con Cayué (Cayuhueque),
Cacupí y Guanquené (Guanquenecul). Curitripay invitó también al cac. Antemán (AGN IX. 1-4-2 y
1-5-9)
1788, otra expedición salinera al mando del Comandante M. Pinazo, pasó por la toldería de
Curritripay. 1790, alguien lo sindica como cacique de nación auca (AGN IX. 1-4-2)
1805 recibió otra visita (Salto; 21.5.05). También Don Luis de la Cruz lo nombra como uno
de los guerreros quien en la Guerra Pehuenche apoyaba a los huilliches. Vivía entonces en
Rencancolob. Se enojó, porque ni de la Cruz ni el cac. Carripilún lo hayan visitado al pasar por su
territorio pampeano (De Angelis I. P. 139). El Cnel. Pedro A. García, anotó en su Diario de la
336
Expedición a Salinas Grandes, en 1810, que Curritripay era un pampa bueno y que merecía la
estima de todos. Por eso quiso hacer su parlamento en su tierra (De Angelis IV p. 121)
En la colección de Angelis IV. 1910 p. 119) encontré la siguiente noticia: que el cac. pampa
Avouné era sucesor del cac Currutripay. Y que era hermano de los caciques Calfiao, Huilletrú y
Antiguán y del capitanejo Erna. ¿Cuándo murió Curritripay?
(Otro cac..Curritripay), en 1820, durante la esfervescencia que sucitó el Exdictador J.M.
Carrera en la Pampa, Curritripay vaciló un momento en adherírsele; pero luego se unió al bando del
cac. Nicolás Quintana, quien cultivaba especial amistad con el Gobierno de Buenos Aires. Vivía
entonces en Sañiqueló (Part. de Salliqueló hoy) En marzo de1821 lo visitaron los lenguaraces
Morales y Gutiérrez. Lo nombran como “pasado con los porteños”. Curritripay devolvió en ese
tiempo algunas cautivas que provenían de la Guardia de Rojas.(Comando Gral. del Ejército III. P.
202, 217 y 233 y Todo es Historia Nº 7 p.30) Estuvo también en el parlmnto con el Comandante
Gral. Cornelio Saavedra, con quien renovó el tratado de paz. Y en 1822 asistió su hijo Calfiao a otro
gran parlamento con el Cnel Pedro A. García en tierra del cac. Lincón. Pero bien pronto, el
Gobernador Rodríguez rompió esa paz y provocó una gran sublevación. El 25 de abril de 1823,
Curritripay firmó una solicitud enviada dede su toldería de Hilgüé al Gobernador de Córdoba,
pidiendo que interviniera para restablecer la paz en la pampa, turbada por el Gral. Carreras y por las
expediciones de los gobernadores de Buenos Aires y de Santa Fe, pues el Gobernador López de
Santa Fe, había hecho una audaz expedición al centro de la pampa, hasta los toldos del cac. Lienán
(en 1823). Curritripay levantó entonces su toldería estableciéndola a distancia. Es posible que
estuiera entre los 400 indios que en septimbre del mismo año, trataron recuperar en un malón lo que
habían perdido. El Gral Estanislao López les salió al encuentro en el Arroyo de Pavón, pero el
choque le salió desfavorable.
A poco tiempo, su hijo Calfiao maloneó en las estancias al Norte de Buenos Aires junto con
el cac. Catriel y el “gaucho” Molina, hecho caudillo entre los indios, después de las injusticias
sufridas en la estancia de Miraflores en 1821. Pero Curritripay era un hombre que buscaba la paz.
Un documento mendocino de 1824 decía que Curitripay estaba en paz como otros caciques (Pablo y
Quichán) en Sierra de la Ventana. En 1825 asistió también a los parlamentos de paz sobre la Laguan
Guanaco (2. 12. 1825) y sobre el Arroyo Pecuén /AGN X. 27-7-6); 15 II 26)
Jorge Fernández (en Rev. Nuestra Historia oct. 2000 p.96) dice que se había presentado en
1830 a una junta general sobre el Chadileufú con el cac. Rondeao y 400 Pincheirinos. Que allí
decidieron matar al cac. Curitripay y sus dos hijos junto con el cac. Catrileu. Lo que avisaron a
Rosas.
No pasó nada.
En 1832 estaba maduro el plan de hacer un violento avance de las fronteras por una
expedición combinada. En vista de ello, el Gobierno de San Luis averiguó el paradero de las
tolderías y lo mismo hacían los gobiernos de otras provincias. Curitripay, Payllantur y el ranquel
Llanquelén (IIº) “estaban algo más adentro” que Güenín de Marivil; estuvo en plena Pampa Central
(Arch San Luis Nº 4646) Casi se puede dudar de que todas estas noticias se referían a un mismo
Curritripay; pero no tengo asidero para negarlo.
El General M. de Rosas, en plena campaña, el 12 de septiembre de 1833, expresó su
pensamiento y su plan al gobernador de Mendoza, diciéndole que esperaba despejar la tierra hasta el
Río Colorado hasta el próximo verano. “Es preciso destruir las tolderías, si queremos adelantar la
industria rural… Entonces quedarían sólo los indios de Curritripay y sus aliados sobre la frontera de
Mendoza y San Luis” (AGN S.V. 28-4-4). Esperaba que también ellos fuesen envueltos y
destruídos. Y me parece que así ha ocurrido, pero no llegué a conocer documentos al respeto. El
Excautivo Santiago Avendaño dice que él y su hermano Curruangué fueron muertos en el asalto de
Masallé, en 1834. Ed. El Elefante Blanco, 1999 p.34. Cito el pasaje: “los caciques que logaron
montar a caballo y refugiarse, aunque perseguidos de cerca, fueron Curutripay, Nahuelquintui,
Calfutrú, Marileofú,Curuangué, Millabozo y Millapulqui. Estos llegaron al toldo de Rondeao casi al
mismo tiempo que sus perseguidores. El indio emisario había asesinado ya al cac. Rondeao, al
tiempo que pretendía ponerse en fuga. Los caciques ya mencionados fueron rodeados y lanceados y,
337
un momento después, los invasores se repartieron en grupos en todas las direcciones para
sorprender a los que aún ignoraban estos sucesos”.
Curritripay merecía una muerte más humana y más honrosa.
CURRI TRIPAY, 1821, cac. araucano de Quilacoya (Concepción) del cual hablan las
memorias del Cnel. Beauchef. Más tarde estuvo también en la Argentina, según el documento nº 8
carp. 123 del Arch. de Mendoza. Allí en la lista del 23 de julio de 1841, figura como uno de los
doce caciques chilenos que vivían en la Argentina, como “Currutí”, abreviado.
CUSAMBICH, 1573, cac. comechingón o huarpe de Mendoza en el valle Panaholva. Lo
llaman “gran cacique”. 1573 dejó su gobierno a su sobrino Tabequitín. En 1594 se dice que ese
cacique era muy viejo. Canals Frau: Las terminaciones “ya”, en GAEA, 1947 p. 151.
CUSIABAN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Alomaha, en Telame, Córd.;
encomendado a Suárez (Montes 1954 p. 55)
CUSI NAVIRA, 1590, cac. comechingón de San Sacat, en Tulián Cabiche, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes p. 60)
CUSI JILAP (quizá Curilaf) 1783, cac. auca, adversario del cac. Chulilaquín, según dice
Basilio Villarino en su diario (De Angelis 1910 V. P. 580)
CUSLE, 1602, cac. puntano de Cusle (quizás comech.); encomendado de Zurita (Montes
p.77) Ver Kosley
CUTAY, 1751, cac. serrano (puelche) incorporado a la misión jesuítica de Nuestra Señora
del Pilar. Fue elegido corregidor del nuevo pueblo (Lehmann Nitsche 1923)
CUTOR, 1790, cac. pehuenche mendocino quien entonces fugó de la frontera (Morales
Guñazú p.54)
CUTURRUJO, 1870, cac, araucano de Elqui, Chile
CUXI HANAPA, 1773, cac. comechingón de Paltan, Penlovo, Córd. ; encomendó de Luna
(Montes p.70)
CUYÉN NAHUEL, Felipe, cac. araucano a quien visitó el 13 de noviembre de 1751 el P.
Bernardo Haevstadt en Rugaico. (Diario del misionero )
Cuyueque ver Cayo hueque.
CUYUNTA (o Cuyunda), 1600, cac. comechingón que vivía en Teñtica; encomndado de V.
De Córdoba. (Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 342 y 353)
__________________________________________________________________________
_
CHAGALLO, 1837, cac. chileno que llegó con su familia a Carmen de Patagones. Las
primeras noticias de él son de 1833, estaba al Sur del Río Colorado . Pudo esquivar los ataques de la
campaña de J.M. de Rosas, que pensba perseguirlo como a Maulín y Cayupán. 1845 apareció con
339
una comitiva al Azul buscando la paz. (Rev. Arch. de Azul p. 27). Hablaba en castellano y en un
idioma distinto de los indios chilenos. Era mapuche según estudios recientes; pero su mujer Wezel
era tehuelche (Casamiquele: Rectificaciones p. 110) Su hijo mayor se llamaba Chagallo chico o
Juan Chagallo y su nieto, José María Chagallo. 1851 está en la lista de caciques obsequiados en
Bahía Blanca por orden de Rosas (20.12.51; AGN X 27-7-6)
1857 se presentó ante el Comandante de Carmen de Patagones para formalizar un tratado de
paz. En 1860 volvió reafirmar su voluntad de mantener la paz con el gobierno de Buenos Aires. Lo
atendió el Cnel. J. Murga, al igual que los caciques Paillán e Huincagual
1863 viajaron su nieto José María Chagallo y su lenguaraz Antonio Negrón a Buenos Aires
para gestionar la entrega de raciones que les correspondían, según su tratado. Así dice el Ministro de
Guerra, el 11 de agosto de 1863: “Deseando el cac. Chagallo (h) mandar a su hijo y el capitán
Negro, para saludar a V.E y manifestarle los buenos sentimientos que los animan, le he dado pasaje
en el Bergantín Río Negro y con este motivo me permito recomendar a V.E. los buenos servicios
que siempre ha prestado dicho cacique. A su influencia y trabajos se debe la paz hecha con el cac.
Yanquetruz y la que acabo de hacer con el cac. Hincaval. El se queja de que estos servicios no le
han correspondido. Efectivamente es cierto, que es él que menos regalado ha sido de todos los
caciques que acostumbran venir aquí; y él tiene poca gente. Si V.E. creyera conveniente el hacerle
un pequeño obsequio, él lo agradecerá y será un estímulo para que preste nuevos servicios.
Dios guarde a V.E. Por autorización del Sr. Comandante (firma) Mariano Ruiz” (AEM doc.
689). Un mes más tarde firman un tratado de paz en Buenos Aires (doc. 707 y 1449 del 23.9.1863)
Este tratado es idéntico al que se hiciera con el cac. Sayhueque. En el artículo 8º se dice: El hijo del
cacique Chagallo chico (José María) recibirá 400 $ mensuales, debiendo revistar en la lista donde lo
hacen los caciques Chingoleo e Huincaval. Al cac, Chagallo Chico: 110 yeguas..” Firma el
documento José María Chagallo, en representación de su padre, el cac. Chagallo Chico y el
lenguaraz José Antonio Negrón y el Presidente Mitre con su Ministro Juan A Gelly y Obes.
Espontáneamente reconocieron su sujeción al cac. mayor Benito Chingoleo.
Según el explorador suizo Jorge Claraz, quien reconoció la zona norpatagónica hasta el valle
del Río Chubut, Chagallo tenía su toldería en Makintschav. Tenemos también la noticia del enero de
1870, que Chagallo se presentó en C. de Patagones con muchos indios y los caciques Queupumí,
Pran, Hincabal, Casimiro y Chingoleo (h), siempre en busca de relaciones de paz. 1872, Juan José
Chagallo hizo un nuevo tratado de paz con el Comandante Liborio Bernal. Es probable que entre
tanto el cac. Chagallo Chico haya muerto. Ya no cobraba José María Chagallo los 400 $. El tratado
fue firmado por el Sargento Miguel Linares en nombre de Juan José Chagallo (sic) Vi el texto
original del 8 de octubre de 1872 en Neuquén en casa de J.M. Raone. Juan José había ido a Buenos
Aires con el mismo lenguaraz Juan Antonio Negrón. Fue, cuando acudió a la iglesia metodista para
pedir un pastor protestante, sino iba a pedir uno católico.(sic)
Clifton Goldney en su monografía sobre Namuncurá, ed. 1956 p. 150, cita una carta de
Chagallo que había escrita en 1875, en defensa de sus derechos y del de las tribus indígenas,
diciendo: “Dios nos ha hecho nacer en estos campos y éstos son nuestros. Los blancos nacieron del
otro lado del agua grande y vinieron después a éstas, que no eran de ellos, a robarnos los animales
y buscar plata de las montañas. Esto dijeron nuestros padres y nos dijeron que nunca olvidáramos
que los ladrones son los cristianos, no (nosotros) sus hijos. En vez de pedirnos permiso para vivir en
los campos,nos echan y nos defendemos”
Efectivamente, en 1885, el Gral Vintter en su última campaña consiguió la rendición de
varios caciques, entre ellos el cac. Chagallo. Finalmnte firmó un trtado semejante al que había
firmado Sayhueque; éste fue tomado preso. El diario La Prensa del 23 de Febrero de 1885 hace
siguiente referencia: Chagallo se expresa medianamente en español. En el curso de la conversación
manifestó que sus tierras se dedicaban a la agricultura, habiendo sembrado toda clase de legumbres”
Seguidamente la nota periodística decía que el Gral Victorica había acompañado al cacique al
despacho del Vicepresidente de la República. Terminado su viaje a Buenos Aires era destinado junto
con su tribu a Colonia Gral. Frías.
Lit: M.T. Boschin y L.R.Nacussi: Aproximación hacia la reconstrucción etno histórica de la
cuenca del Limay y zonas adyacentes, siglo XVIII a XIX. Informe presentado al simposio del IVº
340
Congreso de Arqueología en San Rafael (Mendoza) p. 13. Dos caiques mapuches casados con
tehuelchas. Basilio Chulilaquín 1782 y Chagallo, 1862 con hijas de otros jefes. Y Memorias del
R.P. Vacchina Nota 151.
CHAGA NAURE, 1573, cac. michilingue de Quiqui Naure, “en camino de Cuyo”;
encomendado de Montanez (Montes, 1954 p. 79)
CHAGA NAURE, 1599, cac. comechingón sin otro dato (C. Rusconi IV p. 130)
CHAGA NAVI, 1602, cac. comechingón de Chac Chac Lin, Córd.; encomendado de Jaymes
(Montes p.67)
CHAGA PANTA, 1602, cac. michilingue de Malancha, San Luis; encomendado de Quevedo
(Montes p. 78)
CHAGQUEI HUENU, Ignacio,1751, cac. araucano chileno a quien visitó el jesuita
P.Bernardo Haevstadt el 22 de noviembre de ese año (Diario en el libro Chili dungú )
CHAYGUANGO, 1734, Capitán de indios pampas en la frontera de San Luis. Era salinero.
(Acta Capitulares de San Luis p. 185)
CHAIMÁ COLIQUEO, Ignacio segundo, 1816 – 1907. Capitanejo de la tribu de Coliqueo;
hijo del cac boroga gobernador Curriqueo (muerto en1822) y hermano de Ignacio Coliqueo (1796 –
1871). Chaimaqueo estaba casado con Carmela Mancé (1796 – 1876), famosa machí muy
respetada. Compartió las vicisitudes de la tribu de Coliqueo. Poseemos una foto de la Familia
Coliqueo de Panunzi, de 1865, donde figuran también Chaimaqueo y otros hermanos de Ignacio
Coliqueo. Dejó en Los Toldos una numerosa descendencia. (ver Hux: Ignacio Coliqueo, el Indio
Amigo de Los Toldos, 4 ediciones)
CHAIMÁ COLIQUEO o Curriqueo, Alfonso, (1841 – 1937) capitanejo boroga de la tribu
de Coliqueo, hijo del Ignacio Segundo, recién nombrado. Estaba casado con Carmen Millao cuya
descendencia anoté en mi trabajo genealógico inédito. Chaimá es un topónimo del vulcán y río
Llaima.
CHAILLÁN, Antonio, 1868 capitanejo (boroga) del caciquillo Ramón Tripailaf. Se hizo
capitanejo ese año, cuando Tripailao se separó con el cac. Raninqueo de la tribu de Coliqueo,para
establecerse como una nueva tribu en”La Verde” Part. de 25 de Mayo. Pero en 1872 fueron
deportados por el cac. Juan Calfucurá, después de la Batalla de San Carlos de Bolívar. (ver la nota
biográfica de Calfucurá y Hux: Coliqueo)
CHAIQUEC, 1720, cac. ranquel puelche ranquel, hijo del cac. Ereguereyán
(Casamiquela,1965 p.92)
CHAHUEN, 1781, cac. auca que iba a Buenos Aires (L. León Solís, 1991 p. 53)
CHALAS NAURE, 1573, cac. comechingón de Chala Sacate, Río IIº,Córdoba;
encomendado a Velasco (Montes 85)
CHALCA NAVAN, 1576, cac. comechingón de Toc Toc, Río Soto, Córdoba; encoendado a
Velasco (Montes p.60)
CHALEMÍN, 1630, cac. de San Juan (Latcham. En Rev Chil. Hist. Y Geog.. T.63 y Strube
Erdmann, Toponimia indígena de Cuyo 1962)
CHALGA, 1576, cac. comechingón de Colo Henen, Sur de Soto, Córd.; encomendado de
Velásquez (Montes p. 56).
CHALILEO, 1834 cac. boroga. Después de la muerte de Rondeao en el Asalto de Masallé,
se fue con Meligur al cautiverio de Salinas Grandes y fueron apresados por el cac. chileno Railef
1837.
CHALENE, 1825, cac. auca perteneciente a la tribu de Pety (pampa puelche)
CHALINA, 1809, cac. auca del Norte de Patagonia (Extraigas: Sangre en Valdés, en Bol
BANH T.35 p. 318.
CHALÓN, 1573, cac. comechingón de Nyerchi Sacat, en S. Higuerita, Cordoba;
encomendado de Mejía (Montes p. 50)
CHALTEI, Juan, 1688, cac. de San Juan (Rusconi C. P. 131)
CHALLAO, 1561, cac. huarpe (?) en Challo, Mendoza; encomendado de Lope de Peña (ib)
CHAMA MONAL 1598, cac. huarpe de Nolitonguie, a 20 leguas de San Juan (ib)
341
CHAMERA o Lutero, 1600, cac. michilingue de San Luis, pueblo Sileguache; encomendado
de Juan Jofré (Arch. Mendoza 19.56.1600)
CHAMPAYO, 1873, cac. de la región Norpatagónica cerca de Patagones. Era sobrino de
Chañil.
CHAMOLÉ, 1573, cac. comechingón de Ati Sacat, en Conchuluca, Córd.; encomendado de
Chávez (Montes p. 46)
CHAMU MALLÉN, cac puelche, 1863 de la zona de Carmen de Patagones.
CHANACUL, 1780, cac. patagón o pampa. Vivía con el cac Cayuhuerquen sobre el Río de
los Sauces (R. Colorado) inmediatamente a la Sierra de la Ventana. Según el R.P. Sánchez Labrador,
vivían allí tres caciques patagones con 80 toldos (Chanacul, Sacachú y Taydoco) Habían
pertenecido al grupo de los fundadores de la Misión de nuestra Señora de los Desamparados (1750)
que a poco tiempo después tuvo que abandonarse por los ataques del cac. Cangapol (Bravo).
Dobritzhofer lo cuenta entre los Chechehets y DÓrbigny entre los puelches.
CHANALIL, 1833, cac. pampa que, durante la expedición de Rosas al Río Colorado, le
franqueó a un hijo para que fuese su chasqui (AGN X. 27-5-5) ETIM: pude ser Trana mill
CHANAVILÚ 1822, en la reunión con el Cnel. Pedro A. García figura en la lista de los que
se opusieron a los ranqueles que no querían aceptar la proposición de paz (ver Avouné)
CHANCAY, Jacinto, 1692, cac pehuenche de Angacao en San Juan; era hijo de Lorenzo
Chancay
CHANCAY, Lorenzo, 1650, cac. pehuenche de Jácal o Angacao en San Juan (Arch de
Mendoza).
CHANCOLITA (o Chacalito) ver Huenchugnerr
Chanchuelo, 1781, cac. pampa patagón del cac. Negro o Chañil. Según las anotaciones de
Bas. Villarino, era astuto y buen baqueano. Le mandó con cartas hasta Buenos Aires. Solía bagualar
en la zona de Azul. (AGN IX 1-5-3; De Angelis V. 1910 p. 357) Chanchuelo ha sido lenguaraz del
cac. Lorenzo Calpisquis.
CHANGUL (probablemente Chancul), 1879 pehuenche del Neuquén. Se sometió después
de la captura del cac. Purrán. (Olascoaga II p. 164 y 184)
CHANILAO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. (El nombre sería Estanislao)
CHANISTÁN VIEJO, 1870 capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
CHANQUEI GÜENU, 1730, cac. araucano que asistió el 13 de octubre de ese año a un
parlamento en Concepción.
CHANQUE LÁN, Pedro, 1873, capitanejo (pampa) del cac. Pincén y Nahuel Payún
(Quizás es Cheuquelán)
CHAÑAL,1776, cac. ranquel de Relauquén, próximo a Chaichigüé. Tenía 20 toldos y 30
guerreros (Censo de de Las Casas en De Angelis IV p. 584)
CHAÑA FILÚ (o Chañabil), 1778, cac. auca o pampa del Río Sauces (R. Colorado). Ese
año un cautivo escapado decía en Buenos Aires, que 1500 indios aucas a las órdenes Guchulaf,
Alcaloán, Chañafilú y Ñancufilú se habían reunido para hacer la guerra a los indios tehuelches
(Arch Mend. Doc. 25: 26.8.78) En el famoso encuentro del Cnel. Pedro A. García, en 1822, con los
caciques pampas del Sur de Buenos Aires, los caciques Chañafilú, Chañapán, Neculpichuy y
Triguín presentaron la séptima división consistente de 450 indios. Decía que eran ricos en hacienda
y caballada (Diario de P.A.García en De Angelis 1838 vol. VI) Chañabil se halló de nuevo en 1830
en un parlamento de Tandil en 1830 con 32 caciques (Fernández, 2000 p.18)
CHAÑA PÁN, alias “León tirado”, 1822, cac. pampa, unido al cac Chañafilú, como dije
arriba, y con Catrillán. Tenía su toldería cerca de la laguna del Monte con unos 400 indios y mucha
hacienda. (De Angelis, 1910 IV p. 126) 1833 estuvo unido a los indios de Catriel que no
acompañaron a Rosas Pero Rosas le hizo entregar 4000 $ por ofrecerse. (Cuenta Nº 134) ETIM:
Pangui: león y chaña: tirado.
CHAÑAS, 1820, cac. pampa que se menciona en el tratado de paz de Miraflores (Ancafilu)
CHAÑA PÍ, 1808, cac. pampa que pasó en esa fecha por Cruz de Guerra (Part. de 25 de
Mayo) (AGN IX 1-4-2)
CHANEL o CHAÑIL ver LLAMPILCÓ o cac. NEGRO Iº
342
CHAÑIL o Chanel se llamaba tanto el hijo del cac. Negro Iº como su nieto
CHAÑIL o Chanel, 1825 cac. tehuelche o huilliche es hijo del cac. Negro IIº A partir de
1825 lo vemos comprometido con la política de Rosas (AGN S. VII Biedma 8.2. 1825) y S.X. 27-5-
5) Acompañó al Cnel. F. Rauch en 1826 y 27 en sus recias expediciones y al Cnel Estomba en
1827. Estas alianzas tuvieron su origen en enfrentamientos que tuvieron su indios con los indios
chilenos patriotas que habían traspasado la Cordillera en 1822 y 1824 con los caciques Melipán,
Venancio Coñuepán, Uñol etc. Rosas en su Memoria del 22 de julio de 1828, dio cuenta de sus
pactos con Chañil, quien representó los prncipales caciques pampas y a todos los tehuelches. En
1829 tomó parte en la revuelta de los indios contra el Cnel A. Morel y su tropa que marchaba ya
desde Bahía Blanca a unirse con el revolucionario Lavalle. 1830 estuvo en un parlamento de Tandil
con 32 caciques (Fernández J. 2000 p. 18) Chañil era lugarteniente de su padre que se había
radicado cerca de Bahía Blanca. 1833 estuvo todavía allí (ver cac. Negro)
CHAPA NAVAN, 1592, cac. comechingón de Chaocima, a tres leguas al S.O. de Quilino,
Córdoba; encomendado de López (Montes 1954 p. 47)
CHAPINGO, 1791, cac. pampa de la Sierra del Bolcán (AGN. IX 1-5-1; Ranchos:
27.8.1791)
CHAPO NONO, 1576, cac. michilingue de Chapo Navira del Morro, San Luis; encom. De
Moxica (Montes p.77)
CHAQU FAELNA, 1783, cac. auca, enemigo del cac. Chulilaquín (Diario de Villarino; De
Angelis V 580)
CHAQUELO, 1723 cac. mendocino (C.Rusconi IV)
CHAQUE MATRÁ, 1877, cac. mayor de Chile (araucano) que mandaba a 600 guerreros.
(Arch Mus. Hist. Nac. Nº 10.604) “en Colicó, del otro lado de la Cordillera”.
CHAQUEPIL ver CHEUQUE PIL
CHAQUETA, 1834, cac. tehuelche que en Carmen de Patagones hizo un tratado de paz
(26.9.34) con el Comandante Olivera. (AGN VII Biedma 10-4-14)
CHARABA CHAYAL, 1581, cac. comechingón de Quisqui Sacat, Río IIº, Córdoba;
encomendado de Hernández (Montes p.87)
CHARAL BALDA, 1573, cac, comechingón de Tisusta Sacat, Ceballos, Córdoba;
encomendado de Mejía (Montes 88)
CHARAVÍ, 1793, cac. ranquel. Ese año exigió la devolución de su hermano
CHARNAN, 1831, estuvo en un parlamento en Tandil AGN VII Biedma. 19.11.31)
CHARY MATA, cac huilliche, 1883 lo encontró el misionero salesiano P.Milanesio en
Travesía de Valcheta (Chubut).
CHARÚ, 1824 cac. que vivía en Sierra de la Ventana. En abril de 1826 participó en el
parlamento de paz en Epecuén (AGN X. 27-7-6)
CHAS, Cristóbal, 1607, indio mendocino del Valle de Uco; encomendado de Urbina. La
esposa del cac. se llamaba Cheuqueta
CHASIC CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chasio Sacat, Río Ceballos;
encomendado de Mejía (Montes p. 85)
CATACAN, 1598, cac. comechingón de Capallamí, Ansenusa, Córdoba; encomendado de
Barrientos (Montes p.91)
CHATAN CHARABA, 1577, cac. comechingón de Tequil, Ischilín, Córdoba; encomendado
de Ardiles (Montes p. 51)
CHATEY, 1691, cac. pehuenche de Coro Corto (hoy La Paz), Mendoza; encomendado de
María Morales.
CHAUCU MALLÁN, 1780, cac. pampa, sobrino del cac. Negro (AGN IX 16-3-3). 1788
recibió del Virrey un bastón de mando.
CHAUGET prob. Cheuqueta), 1878 cac huilliche que vivía sobre el Río Neuquén. Mientras
el cac. Purrán ocupaba el lado Sur, él y su tribu de unos 80 indios estaban al Norte del Río.
343
CHAUQUE LLÁN (Manquellán creo debía ser), Justo, 1864, capitanejo del cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Prov. de Bs.As) Era pues boroga o ranquel ETIM: Llanca: collar de
cheuqueta: avestruz
CHAVALA ACCAN, cac. comechingón de Anisacate, Tanto, Córdoba; encomendado a
Velásquez (Montes p. 84)
CHAVARÍ, 1783, cac. auca. Parlamentó durante el malón a Navarro (20.8.83) reclamando a
su hermano preso. (Tabossi p.124)
CHAVICA, 1564, cac. huarpe(?) de la Provincia de Paraguaya; encomendado de Diego
Velasco (J.T. Medina)
CHAVI HINE, 1586, cac. comechingón de Chabi Sacat, Córdoba; enomendado a Espinosa
(Montes p. 57)
CHAYUIN, 1879, cpitanejo pehunche. Sus tolderías estaban a corta distancia de Quene
Hué, que descubrió B. Herrera (Olascoag. 1930, II p. 42)
CHECO, 1750, cac. serrano, encomendado a Juan Maciel.
CHECU ÑÁN, 1826, cac. boroga que estuvo en el parlamento en Epecuén (AGN 27-7-6)
CHECHUENTUYA, 1750, cac. tehuelche del que habla el Padre.Falkner (De Angelis I.
p.339) 1748 vino a establecerse con el cac. Marique con 24 toldos en la Misión de Ntra. Señora del
Pilar. “Pero, acabada la yerba y las galletas, levantaron sus carpas”. Dos años más tarde volvió con
sólo 9 toldos, pero su permanencia duró poco. En 1749 empezó “el alboroto con los tehuelches”.
Era hermano de Marique. Puelche según el P. Sánchez Labrador. (quizás Chuhuentuya)
CHECHEL, cap. boroga, hijo del cac._Antepán , nieto del cac. Meligüer
CHEGLEN, (quizás Treglén), 1790, cac. peuenche al Sur de Malalhué (Arch. Mend.)
CHEGÜES, 1792, cac tehuelche de Puerto Deseado que entró en contacto con el Tnte. de
Navío Juan j. de Elizalde. Los hermanos del cacique eran Vicente y Coayuja.
CHEHUEL, 1880, capitanejo entre los tehuelches en Chevu Chehuel (Neuquén)
CHEINE, 1651, cc. Puelche de la zona del Lago Nahuel Huapí (al Este). Ese año misionó
allí el Padre Diego Rosales (Jesuita chileno: Historia del Reyno de Chile, ed. 1877 p. 431-438) El
pidió al cacique que hicieran la paz con los pehuenches, sus enemigos mortales.
CHEL CHEL ver Chule Chul
CHELO, 1870, cristiano alzado que llegó a ser capitanejo entre los ranqueles. Su nombre
verdadero era Eleuterio Gómez. Chelo no es nombre indio.
CHENIL, 1827, cac. tehuelche, primo del cac. Chañil. Actuó con Rauch en sus
expediciones (AGN X 14-6-1)
CHEQUÍN, 1825 cac. ranquel que asistió al parlamento de paz en Laguna Guanaco (AGN
X 27-7-6
CHERREGALLO, 1833, cac. huilliche quien entonces había huído a tierra tehuelche junto
con el cacique Collipán, a dos jornadas de Carmen de Patagones. Las tropas de Rosas lo
encontraron. (AEM Nº 233)
CHEUAIN VUDÚ,Wenceslao, 1751, cac. pehuenche, al que visitó el Padre Bernardo
Haevstadt en Rahué (Chile)
CHEUQUE es lo mismo que choique (avestruz)
CHEUQUE o Zauque, 1808, cac tehuelche del Chubut. Ese año invadió con Colchecan y
otros la Península Valdez
CHEUQUE COY, 1834, cac chileno en la pampa. Se presentó al General Bulnes en la
oportunidad de su expedición. (AGN. S.VII. Biedma 10-4-14)
CHEUQUE GUALÁ, 1778, cac. pampa puelche. La columna expedicionaria de Manuel
Pimaza lo halló en el camino a Salinas Grandes, en Cabeza de Buey (hoy Bolívar). Manifestó que
quería vivir en paz y y pidió un tratado (escrito), él y el cac Cactuquí AGN IX 1-4-14 y 13-8-17.
Pero en Navidad de ese año atacó con 700 indios la Guardia del Monte AGN IX 1-4-6/1-6-2 y 1-4-
5.
CHEUQUE FILÚ, Juan, 1873, capitanejo salinero que firmó el gran tratado de paz
preparado por Bernardo Namuncurá (AEM doc. 1232).
344
CHEUQUE HAN, 1880, cac. huilliche, hermano del cac. Purrán. Vivía en Taquimil
´(Raone: Fortines p. 133)
CHEUQUE LEMU, Cristóbal, 1772, cac. pehuenche de Colque. Estuvo en el parlamento
de Tapihué (Chile) y firmó el tratado de paz.
CHEUQUÉL , 1848, cac. ranquel que en el malón a Rojas fue muerto como también el cac
Mainquén. (Avendaño, Memorias de un Excautivo)
CHEUQUEL , 1870, cac. “seño y dueño de las tierras de Copahué. 1870 permitió al Dr.
Pedro Ortiz Vélez utilizar las termas para curarse de una enferma. El doctor era argentino, pero
residía en Chillán (De Palma, Donato, Patología de las Campañas del Desierto 1982 p. 339)
CHEUQUE LÉN, 1776, cac. ranquel de la Pampa según el censo de de Las Casas. Tenía 10
toldos en Checal có, un día de Meucó. (De Angelis IV p.584) Len:ser; Cheuque: avestruz
CHEUQUE LÉN,1881, establecido en 3 chacras donadas por el Gobierno en Cruz Alta,
cerca de Junín junto con Patricio Farías, Negrete , restos de la tribu de Pincén. (Hux: Revista
Historia de Junín Nº 46 1972 ; entroncado en la familia de Pincén)
CHEUQUEL, 1848 cac. ranquel que junto al cac. Mainquen en oportunidad efectuaron un
malón a la zona de Rojas (Avendaño, Memorias del Excautivo ).
CHEUQUEL, MARIANO, 1872, cac picunche o pehuenches. Vivía en la zona de Ñorquín.
Con el cacique Caepí y Trolote, su capitanejo Huenchulao firmó un tratado de paz el 27 de agosto
de ese año en San Rafael. Pero antes había aceptado ya un pacto de amistad con el General Urrutia
en Angol (Chile) AEM doc. 6464 : 1.1.72) Según una carta del Arquitecto Rafael Cayol dirigida al
autor, murió este cacique muy anciano en Las Lajas, donde Cayol tenía su estancia. La mujer de
Mariano se llamaba Queupú.
CHEUQUEL, Manuel, 1872, cac. pehuenche que hizo el tratado de paz junto con el cac.
Caepí. Arch, Mend. Carp. 123 doc. 44)(Parece ser el mismo anteriormente nombrado, con otro
nombre según otra información). Era hermano del cac. Purrán. 1880 tuvo que entregarse al Gral.
Uriburu y su columna expedicionria, después que Purrán había sido capturado
CHEUQUEL se llama una de las 23 agrupaciones indígenas actuales en Mallín de los
Caballos de Neuquén. Su reserva se reconoció por decreto de 1964. Entre sus jefes estaban los jefes
Daniel Cheuquel, Painemil y un Morales (Acad.Hist. Nac. Conquista III Nº6 p.633)
CHEUQUE LLÁN (o Chacquelán), 1806, cac. pehuenche, según el diario de Luis de la
Cruz, vivía en Pel Lauquen. Era hijo del cac. Leylo y sobrino del cac Manquel. El 3 de noviembre
de 1833 fue atacado durante la Expedición al Desierto por las tropas del Cnel. F. Sosa y un grupo de
borogas en la “Travesía de los Ranqueles” Estaba entonces junto a los caciques Ancapí, Marileo y
Maniqueo, caciques borogas. (Anschüttz: Expediciones a los Ranqueles,en Rev. Militar 1944 nº
526)
CHEUQUE LICÁN, 1825, cac. araucano chileno que vivía en Quilpo, según las Memorias
del Cnel Beauchef p. 379)
CHEUQUE MANQUE,, 1751, cac. araucano que vivía en Llallegure, donde lo visitó el
misionero jesuita P.Bern. Havestadt, el 25 de diciembre de 1751 ETIM: Manque: Cóndor y ligero
CHEUQUE MILLA, Martín 1776, cac. pampa registrado por el censo de de Las Casas. Su
padre se llamaba Cheuquemilla y su hijo se llamaba Ayllapí. Tuvo un cautivo mulato, llamado José.
Parece que tuvo especial relación con los borogas de Chile. Ya en 1751 el P. Bern. Havestadt había
visitado un cac. Cheuque Milla en Chuicaicó.
Y a la distancia de dos generaciones, encontramos a Martín Cheuque Milla, comprometido
con los realistas con Huenchuquir y Lincopí, en la Guerra a Muerte (T.Guevara, 1910 p.90 y Vicuña
Mackenna p. 121)
CHEUQUE NAO alias Carriquenao, 1852, cac. ranquel, hermano mayor del cac. Mariano
Rosas de Leuvucó; era también hijo del cac. Painé. Figura por primera vez en una lista de caciques,
obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca. Mientras el Cnel. Lucio V. Mansilla estaba en Río
IVº, Cheuquenao desempeñó alguna misión diplomática. (Barrio Imposti: Una apostilla p.31)
CHEUQUE PÁN, 1787, cac. huilliche neuquino que participó en la Guerra Pehuenche.
(Documentos de Mendoza) ETIMOL: Pángui: Puma y Cheuque : ligero como avestruz
345
CHEUQUE PÁN, 1837 capitaejo ranquel emisario de paz del cac. Canuepán y
Guayquenecul llegando al Cnel. Ramírez del Busto (Rev. de Bragado vol 6)
CHEUQUE PÁN, 1872, capitanejo salinero de nombre Andrés. (Arch Mus. Hist. Nac Nº
6205 AGN)
CHEUQUE PÁN, 1879, cac. huilliche o picunche, hermano del cac. Purrán en Taquimilán.
Con éste sufrió los ataques de las tropas expedicionarias.
CHEUQUE PIL o Cheuque fil, 1834, cac. boroga quien se refugió después del asalto de
Masallé entre los ranqueles de la Pampa. En noviembre del mismo año fueron atacados por las
tropas de Bahía Blanca, como lo contamos en las notas biográficas de los caciques Cañiuquir y
Coñuepán. En 1837 estuvo entre los que atacaron a Bahía Blanca y su Fortaleza. El Cnel Francisco
Sosa lo había desacreditado poco antes de morir, porque escribió que Cheuquepil era enemigo de la
Provincia. El le retenía su “china”. (AGN X. 24-8-6)
C H I N G O L E O (1836 – 1867)
CHINGOLEO o Chincoleo, Benito y unas veces Benito Villar Chingoleu, era cacique
araucano-huilliche, pues hablaba el araucano, cuando su vecino el cacique Sinchel hablaba "el
pampa" o patagón del Norte. Chingoleo nació en 1836, año en que hubo ese gran malón sobre Bahía
Blanca y contra la tribu de Venancio Coñuepán. Su padre era el cacique Cheuqueta, chileno,
invasor, que había luchado en 1834 contra los borogas,. porque eran realistas y él había sido
patriota, como Calfucurá. Chingoleo era pues hermano de los caciques José María Llanquetruz y
Menguelao y fue el tío del cacique Sayhueque. Ha tenido una azarosa juventud y parece que cayó,
estando en brazos de su madre, prisionero del cacique Raylef en el malón sobre Bahía Blanca.
(Gaceta. 5.10.1837 y AGN, S.(V) X. 28-11-3 y S.I, 1-2-3)
Su padre buscó congraciarse con el comandante militar de Carmen de Patagones,
solicitando un tratado de paz. El 13 de Junio de 1856 hizo bautizar a Chingoleo, dándole tres
nombres: Benito, Antonio y Villar. En algunos documentos mantenía el apellido del comandante
como nombre, agregando a su apellido Chingoleo el de su padre: Cheuqueta. Los indios de
Cheuqueta estaban en paz con el gobierno, cuando algunos cristianos mataron, el 27 de Octubre de
1858, a José María Llanquetruz, que había sido el sucesor de Cheuqueta. Los hermanos de
Llanquetruz se apresuraron a pedir la renovación del tratado de paz que el gobierno les había
otorgado el año anterior. Y el comandante Fourmantín de Carmen de Patagones permitió que
Chingoleo y su hermano Menquilao viajaran junto con su primo Valentín Sayhueque a Buenos Aires
para tales gestiones. Efectivamente lograron su intento. El 10 de Mayo de 1859 firmaron con el
ministro de Guerra, el general Bartolomé Mitre, el nuevo contrato, por el cual el cacique Benito
Chingoleo Cheuqueta fue reconocido como cacique mayor de esas tribus del sur.
“Se transcribe a continuación el arreglo que el Gobierno de Buenos Aires, en la fecha 11 de
Mayo de 1859, celebró con el cacique Menquilao, hermano mayor del finado cacique José María
Bulnes Chingoleo sea quien reemplace a Yanquetruz en Patagones, cuya medida ha merecido la
entera aprobación del Gobierno de Buenos Aires; y habiendo venido a Buenos Aires el referido
cacique Chingoleo a conferenciar, en cuyas conferencias ha desistido enteramente de toda
pretensión relativa a la muerte de su digno hermano Yanquetruz, se ha convenido hoy por ambas
partes en los siguientes artículos que tendrán el valor y la fuerza de un tratado.
Art.1º: Se declara subsistente y obligatorio para ambas partes el tratado celebrado en 1857
entre el Gobierno y el finado Yanquetruz. En su consecuencia, su hermano menor Chingoleo, que
entra en su lugar, tendrá el título de comandante del territorio de la Pampa adyacente a la
jurisdicción de Patagones en la clase de Capitanes – grado teniente coronel y con el medio sueldo
de 1800 $ mensuales que gozaba Yanquetruz y se obligaba a cumplir todas las estipulaciones que el
finado Yanquetruz debía cumplir, así como el Gobierno de Buenos Aires se obliga a cumplir todo lo
que prometió en dicho tratado de 1857.
Art, 2º: Deseando el Gobierno de Buenos Aires favorecer, en cuanto le es posible, a sus
amigos indios, consciente en alterar a favor de ellos el dicho tratado en la forma siguiente: El sueldo
349
es de 50 $ mensuales señalado a cada uno de los 80 indios de los cuales habla el artículo 8º de dicho
tratado, será, desde el 1º del corriente, de 140 $ mensuales, como soldados dependientes del
Gobierno y el sueldo de 100 $ señalado a cada uno de los 8 capitanejos de que habla el mismo
artículo, será, desde igual fecha, de 200 $ mensuales. De igual modo las raciones, según dicho
artículo, debían darse cada seis meses al cacique Yanquetruz, se darán cada mes al cacique
Chingoleo y consistirán [...]
Art. 4º: Aunque el tratado de 1857 nada señaló, ni nombró siquiera al expresado cacique
Menquilao, ni tampoco al cacique Sayhueque, primo de Yanquetruz, y aunque, por lo tanto, no está
obligado el Gobierno a darles cosa alguna...dará un sueldo de 600 $ mensuales, 50 yeguas cada 6
meses. Todo será entregado al cacique Chingoleo en Patagones por medio del ciudadano Alejo
García.
(Firman) Buenos Aires, 10 de Mayo de 1859 y se transcribe el tratado de Yanquetruz
celebrado en 1857. (El original se halla en la carpeta 74 de Dn. Juan Raone)
El cacique Sinchel de San Gabriel (al norte de Carmen de Patagones) logró otro tratado de
paz con el Gobierno de Buenos Aires, el 17 de Agosto de 1860, pero practicamente fue sometido al
cacique B. Chingoleo, quien vivía entonces en Sauce Blanco (cerca del Fortín San Javier, al lado de
la estancia de Dn. José P. Comunicación del Comandante Terrada, en el Museo del Indio, en Los
Toldos.
Chingoleo fue querido y favorecido por todos los oficiales de Patagones, sólo Carlos Terrada
hace algunos reparos: Lo llama “un nuevo Yanquetruz” y califica a su tratado de paz como
“inmoral”, porque estipuló 80 vestuarios, cuando no necesitaba más que 30 (Arch. Mitre XXII 80).
“Juega a las carreras sus sueldos y es mal vecino de Sinchel a quien sustrajo gente. Sin embargo, el
mismo comandante Terrada, cuya correspondencia nos fue regalada, cambió luego su opinión y
favoreció algunas nuevas solicitudes del cacique. El 31 de Octubre del año 1860, se dirigió B.
Chingoleo al General Mitre, pidiendo la libertad de dos indios suyos, hechos prisioneros en la
batalla de Cepeda (Arch. Mtre XXII p.72) Le dice también que ha sido llamado a Patagones, porque
se habían recibido avisos –de malones y se quería tomar medidas de seguridad. Que en
consecuencia ha mandado descubiertas hasta Choele Choel. “Haré siempre lo posible – le dice,- en
llenar mis deberes a que estoy obligado con S.E. por el tratado de paz”(Museo del Indio,Los
Toldos). El 27 de Octubre de ese mismo año se presentó en la tolderia de San Gabriel con 8
capitanejos; así lo dice en la carta al comandante Terrada que transcribió Dn. Alejo García. El 28 se
reunió a su gente para un gran baile (rogativa) en San Javier y recién el 31 salieron al
reconocimiento de los campos. Durante los dos meses siguientes puso gran empeño para que se le
edificase una casa, como le habían prometido por tratado de paz ya a su hermano Yanquetruz. El 1º
de Enero de 1859 se le había comprado el terreno (Arch. Mitre XXII p. 48). En 1863 se le edificó
una choza en Mercedes (hoy Viedma).
Por lo demás, Chingoleo mostróse generoso y dispuesto al servicio en la frontera. El 29 de
Enero de 1863 prometió a los municipales de Carmen de Patagones asegurar la paz en el Valle del
Río Negro desde Potrero Cerrado hasta Sauce Blanco. Esto permitió a los blancos iniciar
establecimientos rurales y solicitar al gobierno su posesión.
Transcribo la lista de los indios amigos pertenecientes a Chingoleo, con fecha 3 de Enero de
1861: Comandante Benito Chingoleo Cheuqueta – mayor Manquelao Cheuqueta – Valentín
Sayhueque –capitanes: Miguel Linares – Bonifacio Rial-Calfú –Capagñán – Canaché – Carcamán –
Yamur – Güica (sic); luego siguen 60 soldados.
Su hermano Menguelao falleció en Marzo de 1863 y Chingoleo quiso renovar su tratado y
nombramiento como jefe de la tribu (Arch Mitre,XXIIV p.49). Chingoleo, pues, crecía de año en
año en poder y estima.
En Abril se le encargó que preparase el terreno para lograr un tratado de paz con los indios
huilliches del cacique Reuquecurá (hermano de Calfucurá). Antes de emprender su importante viaje
a la Cordillera, prometió avisar toda novedad (Arch.Mitre XXIV p. 48) En carta del 13 de Abril al
coronel Julián Murga dio cuenta de una importante reunión de caciques y de las dificultades que
había que allanar (ib.p.100). En la reunión habían estado los caciques Utrailán Petinhué,
Molfinqueo, Mapichén, Huincaval, Paillacán, Paillaquir, Raihueque (sic por Sayhueque), Curabó,
350
Nahuelquir, Tuxapán, Guachupar, Cayuqueo, Subonao, Pentrillán y Güillé. Utralán y Saihueque
fueron los que más apoyaron la causa de un tratado de paz. Otros estaban decididos a organizar
nuevas invasiones, por resentimientos de anteriores ultrajes recibidos por el comandante J. Oligario
Oquera. Al fin la situación se calmó. También algunos tehuelches deseaban entrar en el movimiento
pacifista. Por eso Inacayal llegó a Carmen de Patagones. Se le hizo esperar hasta que hubiese vuelto
el cacique Chingoleo.(ib. p.45). Huincalén y Sayhueque hicieron entonces un tratado por separado,
aunque en el artículo 5º quedaron subordinados al cacique Chingoleo (AEM. Doc. 672 del 20.5.63 y
Doc. 694). La Casa Aguirre Murga hizo un contrato de aprovisionamiento de la tribu de Chingoleo,
el 15 de Abril de ese mismo año. (AEM. Copias de Contratos p.41)
El Cnel. Murga pensó entonces subordinar a Chingoleo unos 200 indios. Éste tenía entonces
el grado de coronel. Podría tener una liga más fuerte que la de Calfucurá o la de Catriel.
“Chingoleo reune las condiciones que necesitaría esta liga, -decía Murga-, para no llegar a ser un
caudillo temible. Tiene un carácter dócil, buenas intenciones y apego a la vida civilizada, que lo
hará salir (de su cargo), sin que lo echen”. [¿Quiénes?]
"Las tiene también para ser reconocido y respetado por los caciques, por los enlaces de
parentesco y amistad que lo unen a los principales y por la posición que le da su tratado con el
Gobierno.., En la reunión convocada, acordaron todos reconocerlo como “Cacique Mayor y Jefe
de las Indiadas”. Murgas lo caracterizó como “cacique principal de la Patagonia”. El nombró
como segundo a su sobrino Valentín Sayhueque; para el Sur; a Quintraillán; al Norte y a Huincaval
en el Limay." (Arch. Mitre, XXIII. p. 45;fecha: 12. 7. 63). Su lenguaraz se llamaba Masada.
El 23 de Septiembre de 1863 se hizo otro tratado con el cacique Chagallo Chico (AEM,
1445). Por él se compromete también a obedecer las órdenes del cacique mayor Chingoleo. El
cacique Calfucura con cierto desagrado vio crecer la influencia de Chingoleo y diplomáticamente
tomó contacto con él, enviándole a su hijo Gabriel con una comisión y otra más tarde a las órdenes
del cacique Piguelmán: "para conversar con el cacique Chingoleo y el comandante J. Murga".
No sólo indios lo visitaron. Arribaron a sus toldos también dos misioneros suizos,
pertenecientes a la iglesia anglicana, los pastores Juan Húnziker y Teófilo Schmid, en 1864. Lo
hallaron en San Gabriel y allí establecieron una misión "protestante" (M.A. Vignatti “Misionando
por la Patagonia Austral”,Bs.As. 1964, p. 80). Schmid dice, entre otras cosas, de Chingoleo: "El
cacique posee el grado de coronel en El Carmen y como oficial, toma parte en las procesiones. Sus
dos esposas tejen muy bien. Algunos de sus indios hablan dos y más idiomas aborígenes..." Esto
mismo comprobó el viajero y explorador suizo Jorge Claraz en su viaje al Chubut, del que nos dejó
un diario y dos vocabularios, uno en araucano y otro en idioma "pampa"(norpatagónico). Se hizo
acompañar por indios que hablaban araucano, pampa (puelche) y el tehuelche y los interrogó
durante su viaje. A Chingoleo lo encontró en Sauce Blanco. Estaba borracho.
CHIPITRUZ, José. 1775-1880. (Tripitrus). 1860, cacique pampa del grupo de los indios
amigos de la zona de Azul y Tapalquén.
Era hijo del cacique Lucio López, llamado “El Adivino”, pues en la tribu de Catriel era
consultado como machí o adivino. El Dr. Zeballos, en su libro Viaje al País de los Araucanos (1882.
p. 71) dice que Chipitruz era un tigre en sus buenos tiempos, soldado de la nación, según él decía
desde 1828, porque había preferido luchar contra los indios chilenos... A la muerte de su padre, en
1863, empezó a destacarse y, debido a los planes políticos del coronel Ignacio Rivas, tuvo que
351
oponerse al cacique mayor Juan Catriel. Con sus favoritismos, Rivas logró introducir divisiones
entre los pampas. Rivas, pues, hizo su primer pacto con Chipitruz, el 1º de diciembre de 1862.
Recibía regalos y Catriel. atropellos. En marzo del año siguiente celebró un nuevo convenio con el
cacique Lucio, pero le dijo que no le daría sueldos hasta que hiciera “una prueba de sangre” (AEM,
14-3.63). En abril movilizó 50 indios de Lucio y entonces les mandó cien yeguas precio que debía
entonarles para un próximo enfrentamiento. Efectivamente, el cacique Lucio se declaró
independiente del cacique mayor Catriel, adjudicándose 300 indios de pelea (Alvaro Barros:
Territorios y Fronteras, ed. Hachette, p. 143). Pero antes que Lucio pudiese humillar a su viejo
cacique, murió apuñalado en una borrachera, no sabemos por quién, el 26 de julio de 1863. Su hijo,
José Chipitruz. comunicó esa infausta noticia al ministro de Guerra.
Luego fue elegido por todos los capitanejos adictos como cacique principal y sucesor. El
coronel I. Rivas aprobó la elección, pues. veía a Chipitruz “ bien dispuesto”; dispuesto hasta
oponerse a Calfucurá, - decía Rivas a Bartolomé Mitre (AEM. Nº 2187). La tribu de Chipitruz le
dio la primera prueba de lo estipulado en octubre, cuando propuso el traslado de todos los indios.
Catriel se negó rotundamente. Chipitruz aceptó la propuesta por la promesa que les asignarían
tierras suficientes y 300 vacas a cada cacique y capitanejo. (Arch. Mitre XXIV. p. 20: 16.10.63)
Durante la noche del lº de diciembre, el coronel Ocampo llevó a 250 indios suyos a una
difícil operación contra la tribu de Catriel, le hicieron un saqueo bajo el pretexto de que sus indios
habían perpetrado robos en las estancias (AEM. 7.12.63). No bastaron las vaquitas conquistadas,
recibieron más regalos y racionamientos y se inició la formal gestión para que se les escriturase la
suerte de una estancia de dos leguas cuadradas: pero debían mantenerse dispuestos para nuevas
agresiones (ib.. 16.12.63). Chipitruz mismo viajó a Buenos Aires para entrevistarse con el general
B. Mitre, quien le agradeció los servicios prestados. El coronel Benito Machado se propuso
entonces, crear una división de 500 indios amigos de las parcialidades de Chipitruz, Calfuquir y
Manuel Grande, para utilizarlos en acciones contra el temido cacique Calfucurá de Salinas Grandes
(ib.. 2.12.63). Eran siete caciques y 20 capitanejos que ya le obedecían (AEM. 30.1.65).
Prosperaron. Ya tenían sus marcas propias para las haciendas y renovaría la solicitud por la
donación del campo.
Estallada la guerra con el Paraguay, cupo mayor responsabilidad a los indios amigos en la
defensa de las fronteras. El Gobierno uniformó a 400 indios y los estableció en un nuevo
campamento en Tapalquén (16.5.65). Casi al mismo tiempo se anunció un malón de 200 indios que
habrían sido de la tribu de Catriel (ib., 24-5.65). En diciembre cayó un gran malón sobre sus
haciendas en Tapalqué. El jefe inerino de la frontera, el coronel Benito Machado, no hacía nada para
recuperar las 30.000 vacas robadas. El tenía su propia política para con los indios: la llamaba “de
encadenamiento”. Un mes más tarde, Calfucurá envió una comisión de paz a Tapalquén, la que
encabezaron dos hijos suyos. B. Machado, no muy prudente, los hizo apresar y saquear sus arreos y
aperos por intermedio de los indios de Chipitruz y Calfuquir, comprometiendo no sólo a los indios
amigos, sino también la seguridad de toda la frontera. Para restablecer la paz, el Gobierno ordenó el
desempleo del coronel Machado, reemplazándolo por el coronel Alvaro Barros. Este devolvió a los
prisioneros la libertad, restableciendo las relaciones con los salineros y los catrileros. Poco antes de
la Navidad de 1866, estos últimos tuvieron que enterrar a su cacique principal, Juan Catriel.
Siguió en el mando de la tribu, su hijo Cipriano Catriel. Entonces, se inició otra época de
distinta diplomacia, pues los jefes de la frontera empezaron a favorecer a éste y a menospreciar al
cacique Chipitruz y a sus adictos. Ante las dificultades. José Chipitruz viajó a Buenos Aires
acompañado por el cacique Cumihuala y aunque fue regalado, no consiguió que les pagaran con
regularidad sus sueldos, ni que recibiesen las raciones a su tiempo (AEM. 23.5.67). En cambio,
ahora, el cacique Catriel fue el favorecido. Un día (3.11.68), los indios de Chipitruz irrumpieron en
la estancia de Manuel Andrade, porque les había robado sus raciones.
En 1870, el coronel de Elías reemplazó al coronel Ignacio Rivas en la frontera Sur, mientras
durara la Revolución de López Jordán en Entre Ríos. Este coronel, aconsejado por algunos vecinos
de Azul, llegó a celebrar un convenio particular con el cacique Cipriano Catriel y sus capitanejos,
encargando y facultándolos para que sometieran con la fuerza de las armas a los indios que desde
tanto tiempo desconocían la autoridad de los caciques Catriel. (El tratado o convenio del 9 de
352
octubre de 1870 fue publicado por J. Walther en el Anexo de su libro Conquista del Desierto, ed.
1964. p. 783). Los acontecimientos se precipitaron, como más detalladamente cuento en la biografía
de Cipriano Catriel, hasta desencadenarse
en la Batalla de la Laguna de Burgos (Cuartel 7º de Tapalquén). Apresaron primero al
cacique Ramón López; concentraron las fuerzas de Blanca Grande, la Guardia Nacional de Azul y
muchos vecinos voluntarios, además de trescientos indios de Catriel. Declararon a los indios de
Chipitruz, Manuel Grande y Calfuquir “sublevados” y marcharon contra ellos (3.5.71). El 3 de
Mayo, los hallaron reunidos en parlamento, cerca de la Laguna de Burgos, pero no querían pelear
contra las fuerzas nacionales. Fueron atacados, se dispersaron, mientras que las fuerzas del coronel
de Elía y los indios de Catriel se lanzaron sobre las tolderías y las haciendas de ellos. Todas sus
familias cayeron en sus manos. Se esperaba que los vencidos se refugiaran en Salinas Grandes, bajo
el amparo de Calfucurá. Pero ellos demostraron con hechos patentes su lealtad, pues se presentaron,
parte al Juez de Paz de Azul, quien los hizo apresar y parte (550) al coronel J. C. Boer, jefe de la
Frontera Oeste con asiento en el Fuerte General Paz (AEM. 7.5.71). Este los desarmó con engaño y
los apresó para mandarlos a la prisión de Martín García o a los cuerpos militares. (J. Walther:
Conquista del Desierto, ed. 1964. p. 450)
Calfucurá, entonces, sintiéndose solidario con los hermanos de su raza, organizó un gran
malón y llegó a medirse con las fuerzas del general Ignacio Rivas y del coronel Juan C. Boer, el 8
de marzo de 1872, en la batalla de San Carlos (Bolívar). “Vine para vengar la gran picardía que
hicieron con Manuel Grande y Chipitruz...” (M. Hux: Coliqueo, ed. 1972, p. 148). Calfucurá, a
pesar de presentar su brillante tropa de 6.000 indios, perdió esta batalla por la eficaz actuación de
los indios amigos en el ejército opuesto, los de Catriel y los de Coliqueo y por una eficaz
conducción de la batalla por Rivas y Boer. No obstante, el saldo del malón fue desastroso.
Entretanto, Chipitruz y los suyos quedaron en prisión: no sabemos hasta cuándo. En mayo
de 1872 llamaron al cacique José Chipitruz a presencia del ministro de Guerra, quien deseaba
informarse mejor de los acontecimientos ocurridos en Tapalquén. Más tarde, recobró la libertad y se
instaló en las Sierras Chicas (Part. de Olavarría), ya que las buenas tierras habían pasado a manos
“cristianas”. Allí José Chipitruz murió en 1880, a la edad de 105 anos, según informó su hermano
Quiñelef. El Dr. Zeballos, en su "Viaje al país de los Araucanos" en 1879/ 80 no se contentó en
recoger noticias; registró hasta las tumbas de los jefes indios. Así desenterró el esqueleto del
cacique Chipitruz, que medía 1,50 m de altura. Era, pues, bajito como muchos de los pampas. Su
cráneo llegó al Museo de La Plata (Catálogo Nº 241). El Dr. Ten Kate le dedicó un estudio
antropológico en la Revista del Museo de La Plata (1922, p. 212).
(Etimología: Chipi: prob. tripay: salió y truz [de trarúj: carancho).
CHIQUE PAY, Alonso 1658, cac. de la zona del río Bermejo en San Juan. Pedía amparo y
que no le privasen de su libertad y que lo dejasen en sus tierras. (Acevedo, E.: Documentación
histórica relativa al Cuyo, Mend. 1963 doc. 560)
CHIQUEYO o Chiquiyú, 1714, cac. puelche pampa “de tierra adentro” (Sierra de la
Ventana) Era hijo del cac. Antecuero y su hermano se llamaba cac. Pantecuero (ver Cucaltiamo)
ETIM: Chique: pulga y Yú: nariz
CHIQUI CHANO, 1865, cac. pampa tehuelche meridional. Lo llamaban también Chique
Chan y el inglés Musters le llama Jacke chan. T.Harrington cree que había sido cruza de gününa y
aeónikenk. Ch. Musters dice que hablaba el idioma pampa y era cacique del Chubut; por tiempo
vivía en Santa Cruz. “Chiquichano era un indio muy inteligente; hablaba tanto el pampa, como el
tehuelche y el español. Su conversación era extensa y agradable. Guarda fotos y cartas. Era un
asíduo visitante de Patagones; hasta se le ha visto comerciar en Azul”. Creo que el explorador Jorge
Claraz también lo conoció. Era pariente del cac. Cual. 1865 era sucesor del cac. Francisco. Ese año
hizo un tratado de paz con el cac. Llanquetruz IIIº. Tenía varios hijos; los mayores se llamaban
Nahuelquir, Golvin Jetro y Juan Chiquichano.
Cuando el cac. Casimiro (Bigois), apoyado en el favor del Gobierno, extendía su poder,
Chiquichano aceptó que ese fuese el cac. principal. El mismo hizo un tratado de paz en Carmen de
353
Patagones, el 15 de Julio de 1865 junto con los caciques tehuelches Antonio Vicente Yaques, Yuchel
y Crimé. (AEM. Doc. 826 y 823 y 1423) En el documento 826 de 1867 son puestos a las órdenes
del cac. “Francés” para radicarse en el Valle del Chubut con la obligación de proteger a los galeses.
El 6 de septiembre de 1867, seis caciques pidieron ser racionados por la Colonia Galesa. Decían que
obedecían al cac. Chiquichano desde hacía dos años; porque su anterior jefe “Francisco” había
muerto estando en Buenos Aires. Los seis caciques se fueron a Buenos Aires el mismo año y por el
mismo asunto; entre ellos también Uaisho, el hermano de Chiquichano, Qucham, Chico Poum (hijo
del jefe del mismo nombre), Francisco, Yelulay y Bisel. Pero los documentos afirman que
Chiquichano no había sido tehuelche, como Galatch y Sagmata.
1875 estuvo en Río Chubut. Distaba unas 50 millas del cac. Foyel. (ver Paesa: Influencia del
ambiente histórico en la evangelización salesiana. En: Primer Congr. Area Araucano 1963 II p. 317)
Más tarde, cuando la inexorable Conquista del Desierto llegó a domeñarse de la Patagonia,
Chiquichano se adhirió al amparo del cac. Valentín Sayhueque y, como éste, se entregó al Ejército
en Junín de los Andes, el 1º de enero de 1885, “vencido por el hambre y la persecución” (Walter J,:
Conquista del Desierto ed. 1964 p. 741) Ya el 3 de octubre anterior se habían presentado al Cnel.
Lassier: Chiquichano, Inacayal, Foyel y varios capitanejos y 66 indios de lanza. Este encargó a
Chiquichano que buscase las familias. Antes que las hallara, ellas habían sido atacadas, el 11 de
octubre de 1884. En el combate en defensa de las familias se había destacado Juan Chquichano, el
hijo del cacique, su padre. El parte enumera a 36 muertos y entre los prisioneros: 1 capitán, 7 indios
y 120 mujeres y niños (AEM 18.10.84) El 20 de febrero de 1885 era el día de la gran rendición de
los jefes y familias.
Una última noticia del cacique extraemos de la Biografía de San Juan Bosco (vol XII p. 259
del año 1885) Antonio Oneto llegó a visitarlos en el valle del Chubut. Y al preguntar a sus indios si
admitirían a un sacerdote misionero católico, Chiquichán, “optima persona”, respondió que viniesen
ya dos de los Padres. Pues Oneto invitó al Obispo Mons. Cagliero: “Vengan pues dos de los Padres
de ustedes y haremos maravillas en el Chubut”.
CHOCORÍ
CHOCORÍ: 1833, cacique (gobernador) huilliche (pehuenche del sur). Este cacique entró
como oveja negra en la historiografía argentina, porque por los Expedicionarios al Desierto, él y
Llanquetruz fueron declarados "los enemigos principales", cuya persecución fue tenaz sin que
lograran aprehenderlos.
Su origen es desconocido. Algunos documentos lo denominan como cacique chileno, otros
lo llaman pampa-puelche y Rosas cree poder afirmar que había nacido en los montes del Río
Colorado. Su padre (desconozco su nombre) había sido engrillado por el comandante Fourmantain
en Carmen de Patagones y falleció en 1850 (Casamiquela. 1965, p. 116). Chocorí fue padre del
cacique Valentín Sayhueque y de Antiglef (o Antelef) y tío del cacique José María Llanquetruz
(AGN. S .X, 18-4-8, p. 122). Otros hijos se llamaban Cayuqueo, Zumehueque (nac 1903). El
nombre de la esposa era Llikelachen y/o Leikelachen. El cac. pehuenche Antical de Malalhué era su
amigo.
Desde el año 1828 recogemos los primeros datos: El y Antical atacaron al cac Neycuñán,
gobernador de los pehuenches de Malalhué y lo mataron. Según información del comandante
Martiniano Rodríguez de Bahía Blanca, Chocorí había robado, y por eso el coronel Narciso del
Valle le hizo un malón, el 12 de Abril de 1830, arrebatándole su caballada, a pesar de que él
afirmase que no había robado y que el autor del robo había sido Cayuqueo. En Septiembre de 1830
huyó con su gente de Bahía Blanca, porque los Pincheira atacaron a los indios de Tetruel. Rosas le
mandó luego armas y 600 ovejas. “Que no ataquen a los borogas” (J.Fernández 2000 p, 101 y AGN.
X. 23-9-4
EN Agosto de 1831 acudió a Tandil a un parlamento de 30 caciques que Gervasio Rosas
había convocado (AGN. Biedma. VII, 10-4-14:19.11.31). “Además del cac. Martín Toriano,
estuvieron sus caciques amigos de Chile (sic) Chocorí, Quiñehual,Cheuqueta, Cumiú, Namuncurá y
Calfucurá quienes se retiraron a las históricas Salinas Grandes de la Pampa o al Río Colorado”
Rosas quiso valerse de él, como de otros muchos, para su plan de la conquista del sur. Ante los
indios borogas Rosas lo declaró enemigo de ellos (Grau: El Fuerte de 25 de Mayo,p. 120).
Efectivamente, los caciques huilliches (patriotas) Jn. Calfucurá, Antonio Namuncurá, Cheuqueta y
Cumiú se habían conjurado contra los borogas, y Chocorí unióse a ellos. Rosas prohibió que
Chocorí entrase en fuerte alguno, ni en tribu amiga. En 1832, el coronel Delgado se alió con
borogas para buscarlo; pero él escapó. En su parte, dice Delgado: "Los batiremos a muerte... según
355
orden de V.E.". El cacique Toriano, otro de sús amigos, quizás pariente, cayó por otra expedición.
(AGN. S.X, 27-7-6, y Clifton Goldney: Manuel Namuncurá, Ed. Huemul, p. 189)
Delgado y muchos sabían que estaba preparándose la expedición combinada, ideada por
Rosas y por eso desistieron los huilliches de su campaña contra los borogas. En diciembre de 1832,
se presentó Chocorí con 200 indios en el Fuerte de Patagones. Primero cundió el pavor, porque se
creyó que venían en malón, pero después se comprobó que habían venido para comerciar y no se les
negó entrada (AGN.S.X, 40-7-10: 4.1.33). En Febrero del año 33, cuando se movilizaban las tropas
para la Expedición al Desierto, avisó el comandante de Carmen de Patagones que había recibido
noticias de que se hubiesen concentrado muchos indios: 300 en Choele Choel, 1.300 entre los
manzanaeros y 250 en las costas del Río Colorado. Se temía una próxima invasión. J. A. Carretón
habla en su crónica de un amago de invasión a Bahía Blanca, el 18 de Enero y que los puelches de
Chocorí eran los más peligrosos (Carretón: Escritos, memorias y diario vol. I, p. 16). El 20 de Enero
hubo un choque con indios en Salinas Chicas, al sur de Bahía Blanca. (AEM, Nº 25)
Rosas pensó que iban a destruir primero a los ranqueles de Llanquetruz (II) y luego a los
indios de Chocorí, "el más poderoso cacique del Río Colorado". Supo que tenía también tolderías
en Choele Choel. Allí envió a su vanguardia al mando del general A. Pacheco (Comunicación del 22
de marzo de 1833). En las instrucciones que enviara al general Huídobro, el 15 de Marzo, para las
operaciones de la división del Centro precisaba que Chocorí estaba en la Isla Nº 10 del mapa de
Choele Choel. Pero esa división no llegó a apoyar esa operación en el sur (Comando Gral. del
Ejército, ob. cit.. Tomo V, p. 289). Rosas se enfadó por las "picardías" de Chocorí, porque sabiendo
que las tropas avanzaban sobre el Río Colorado, él invadía a retaguardia la zona de Bahía Blanca,
arrebatándole las buenas caballadas de reserva (abril/33;ib. p. 525 y 531). En Mayo estuvo de nuevo
en Choele Choel, a 10 kilómetros de San Gabriel. El 26 de mayo, divisó la vanguardia al mando de
Fco. Sosa y C. Ferrat las tolderías de Chocorí y organizaron un primer ataque contra los indios de
Payllarén. Dieron muerte a 25 indios, el resto se escapó (AGN. S.X, 18-4-8). El mismo teniente
Cayetano Ferrat, en un nuevo desembarco en Choele Choel, atacó, el 12 de Junio, otros toldos y
apresó allí una parte de la familia de Chocorí, el cual estaba entonces acampando a 6 leguas de
Bahía Blanca, Napostá arriba, lo que indujo a Rosas a creer que estuviese en contacto con los
borogas. Destacó pues a su tropa más ligera al mando de los coroneles Miranda y Rodríguez a
perseguirlo; pero no lo alcanzaron. Recién en Julio (3 y 13 VII) lograron entablar combate contra
los indios de los caciques Chocorí, Maulín, Catrenén, Epullán, Llanquimán y Painén, sobre el Río
Colorado, más arriba de Choele Choel. Tras una tenaz resistencia a las tropas rosistas, Chocorí huyó
acompañado de su hijo, el cacique Pichi Chocorí y del cacique Painén. En la persecución se
desprendió hasta de su coraza y de su sable, decía el parte (AGN. S.VII, Pacheco 1-2-6, Doc. 126 y
Carretón, ob. cit. I, p. 37 y 179). Decía que mientras los indios avanzaban en escuadrones, ellos los
atacaban con descargas cerradas de fusil. "Lucharon con desesperación. La mayoría de los puelches
quedó tendida en el suelo. Los cristianos mataron aún a los heridos. Sólo conservaron a dos
prisioneros, según orden del comandante general J. M. de Rosas". Chocorí sufrió derrota tras
derrota en su retirada; pero el orgulloso cacique no quiso evadirse a Chile. Volvió con una reducida
tropa al Colorado donde observó que los expedicionarios cuidaban el paso a Choele Choel. Se
encaminó al Río Negro, y allí se informó de la horrorosa limpieza de su Isla Choele Choel, cuyos
detalles repugna asentar. Desde allí partió hacia la confluencia del río Neuquén y Limay y tomó
contacto con 100 indios venidos de Chile. El general Pacheco prosiguió su persecución, mientras
que Rosas comunicaba a su coordinador, el general Facundo Quiroga (31.7.33): "Siento la grata
satisfacción de comunicar a V.E. el ejemplar escarmiento de este aguerrido invasor". Pero Chocorí,
a quien algunos creían muerto, nunca dejó que lo capturaran, y sufrió con resignación los
infortunios de la guerra.
Dos mil indios huilliches chilenos esperaban el regreso de las tropas nacionales para entrar a
operar contra sus enemigos, los borogas de Guaminí y Salinas Grandes. Aquellos socorrieron a
Chocorí y lo admitieron en su coalición. Pero cuando entraron en nuevos contactos con Rosas,
Chocorí tuvo que apartarse de ellos y no participó en el asalto de Masallé contra los borogas de
Rondeao y Melín, el 8 de Septiembre de 1834.
356
En 1836 Chocorí se adhirió de nuevo a la coalición de Calfucurá y Cheuqueta unidos con los
ranqueles de Pichún y Painé para malonear en el sur.Lo mismo dice el excautivo S. Avebdaño en
sus Memorias que Cheuqueta y Chocorí en 1837 estaban en relación con Calfucurá. No sé si estuvo
en la batalla de Tapalquén, pero sí, según la documentación, estuvo en ese otro malón contra Bahía
Blanca, el 14 de Agosto de 1837 (AGN. S.X, 18-4-8). En consecuencia, el coronel Pío Yturra, a
quien le habían quemado su casa de negocio, ofreció expedicionar con 90 hombres contra Maulín y
Chocorí. Pero de nuevo, éste no dejó que lo atraparan. En un nuevo malón que llevaron en 1839
sobre Tapalquén fue muerto uno de sus hijos, llamado Cayuqué. (AGN. S.X, 27-7-6, véase biografía
de Catriel)
A partir de 1840, Rosas adoptó una actitud más conciliadora para con los indios, quizás por
la guerra con los unitarios. Azul fue entonces el centro comercial y lugar de tratados, a cargo de
Pedro Rosas y Belgrano.
1841 Calfucurá tomo contacto con caciques chilenos y a la vuelta convocó a “una junta
general de la cual resultó hacer la paz” En 1842, estuvo Chocorí en Maquehué, Chile, en un
parlamento de paz (R. Capdevilla: P. Rosas y Belgrano, 1973, p. 62). En Diciembre de 1845 llegó
Antiglefi. hijo suyo, a Azul, acompañando una comisión de paz del cacique Paillanquir. Fueron bien
tratados y recibieron una parte de la hacienda que el hijo de Chocorí estaba reclamando. Decía que
su padre vivía en Chimegüén (Chimehuín), un río afluente del Collón Cura (Rev. Archivo de Azul,
Nº 2, p. 120). En 1844 Yturra intentó una vez más sorprenderlo (8.11.44, AGN. S.X, 18-4-8). Por
medio del coronel P. Rosas y Belgrano sabemos que Cheuqueta había hecho tratado de paz, antes
del 4 de Noviembre de 1846, fecha de la comunicación, y "Chocorí está en Bahía Blanca. Hizo
tratado con S.E. y hoy es uno de nuestros amigos" (Rev. Archivo de Azul, Nº 2, p. 145). En Enero
de 1852 fue obsequiado de nuevo en Azul; su capitanejo Cristóbal pudo retirar 25 yeguas. (R.
Capdevilla, ob. cit., p. 91)
Después de la caída de Rosas en 1852, Chocorí ya no acudió a Azul por racionamientos,
sino que los solicitaba en Carmen de Patagones. Allí hizo un nuevo tratado de paz. El mismo no
pudo acudir al parlamento por haber estado enfermo, por su vejez. Pero el 31 de Mayo de 1852 se
presentó en Patagones el hijo con 11 capitanejos y pidió que los dejasen ubicarse en el Potrero de
San Francisco, 19 leguas más al norte de Patagones. Allí parece que Chocorí concluyó sus días.
Según el explorador suizo Jorge Claraz, que durante su viaje al Chubut indagó sobre él, fue
asesinado y la bruja de Makaihue (Maquehué, Chile) habría señalado a seis asesinos (Diario de
1865). Puede ser que su muerte esté conectada con una última noticia del 4 de Julio de 1854 (AGN.
S.X. 18-10-6); el comandante Rafael Bourgeois de Bahía Blanca avisa que Calfucurá había
informado de que tehuelches y chilenos invadieron Patagones y que allí les han muerto muchos
indios. Habían participado además de Chocorí, los caciques Llanquetruz (III) y los chilenos
Tralqueo. Mulfiqueo y Guay, 520 soldados y 300 huilliches. No debemos olvidar que estábamos en
plena guerra civil y que los agentes de la Confederación incitaban a los indios a atacar las
poblaciones fronterizas de la provincia de Buenos Aires.
Chocorí así, se presenta como una víctima de las políticas argentinas, tanto en tiempo de
Rosas como después.
CHODAN, 20. 12. 1825, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en Laguna
Guanaco (AGN X. 27-7-6)
CHODI, 1875, hijo del cac Trecán de la falda de la Cordillera (Aluminé). Ese año visitó al
cac. Namuncurá en Salinas Grandes, en el tiempo que también llegó a Salinas Grandes el misionero
lazarista Jorge María Salvaire. Namuncurá escribió al Sr. Arzobispo Aneiros de Buenos Aires
pidiéndole que interviniera ante el gobierno para que mandase 400 animales para el cacique Chodi.
Me pregunto si el Arzobispo sabía algo de este cacique o los hombres del Gobierno de Buenos
Aires. Yo no encontré más documentos que hablen de él. ETIMOL: Chods: color amarillo
CHOIQUE o Cheuque filú, 1840, caciquillo adicto a la tribu de Catriel en Azul. Por
muchos años quedó incluído en las listas de proveeduría de los indios amigos. (Rev. Del Arch Azul
Nº 1 y Nº 3)
357
CHOIQUE FILÚ, 1873, capitanejo pampa, presente en el parlamento de paz, el día de la
muerte del cac. Calfucurá en Salinas Grandes(AEM doc. 1232, 3.6.1873)
CHOIQUEVIL Y ANTEVIL, 1834 huyeron de Guaminí a los ranqueles
CHOIQUE MÁN, 1820, cac. araucano de Angol quien se presentó en el bando de los
patriotas durante la Guerra a Muerte. Creo que era pariente del cac. Cheuquemanque (T.Guevara
1910,124)
CHOIQUE PÁN, Andrés, 1871 dicen que era hermano del Cnel. Eugenio del Busto. Vivía
en la zona de los indios amigos de Catriel. Se destacó en la batalla de la Laguna de Burgos (3.5.
1872), y cuando peleó en la batalla de San Carlos de Bolívar, (8.3.72) y de nuevo a las órdenes del
Comandante F. Leyría. Vivió por muchos años en Azul y murió allí “muy viejo y en total
indigencia” (M.H.González: Catrimapú p. 12) ETIMOL: Bangui: puma y Choique o Cheuque:
ligero como Ch.
CHOLAYLAF, o Choylaf, 1863, caciquillo de la tribu de Catriel (pampa). Debido a la
política del Cnel. I. Rivas, se unió a las parcialidades disidentes y apartadas de Catriel, junto a
Chipitruz y Man. Grande. 1865 figura aún en la lista de los oficiales de los indios amigos (AEM.
30.1.65)
CHOLO CACHE QUILANA, 15573, cac. comechingón de Chiquita, Panaholva, Córdoba;
encomendado de Luna (Montes p. 68)
CHOLQUIN, 1602, cac. puntano de Cusa Cala, Oeste de la Sierra de San Luis;
encomendado de Moxica (Montes 78)
CHOLON, 1783, cac auca, adversario del cac. Chulilaquín (Diario de B. Villarino en Col.
De Angelis V 1910 p. 580 )
CHOLLO, 1879, cac. araucano del Sur. (C. Rusconi IV p. 141)
CHOME ONTA, o Yomeanta, 1594, cac de Chulupte, San Luis; encomendado de G.
Albornoz. Fue traslado entonces a las lagunas Guanacache (R. Pastor: Guerra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 83, 200 y 219) Un siglo más tarde (1681) encontramos allí al cac.
Tomás Garpalás y a Pascual Sayanca. Al grupo lo llamaban “chismes” (Cabrera: Aborígenes del
país del Cuyo p. 88) 1748 eran 500.
CHONCOAN o Choncian, 1833, cac. pampa, víctima de la Expedición al Desierto de
Rosas, según éste lo dice en su Diario el 25 de marzo de 1834 (Diario, ed. 1965 p. 184).
CHONGOLA, 1591, Cac. comechingón, de Tunin Polas, Punilla; encomendao de Pérez
( Mntes p.88)
CHOPÁ, 1783, cac. auca. B.Villarino lo enumera entre los enemigos de Chulilaquín. Había
muerto al cac. Guchumpilqui. (Diario de Villarino, De Angelis V. 1910 p. 580
CHOPÁ, 1870, capitanejo del cac. Mariano Rosas (Lita del P. Donati en el Museo del Indio
de Los Toldos).
CHOROÍN, 1851, capitanejo pampa del cac. Llusquen, obsequiado en Bahía Blanca el 20
de diciembre.
CHORONTA o Chorionta, Churiunta, Relanta, 1562, cacique cuyano de Mendoza. Era uno
de los indios “cazados” ocupado en trabajos de servidumbre y mitaya. Ese año estuvo en Canigües
(Sani gües), encomendado de Diego Velasco (Núñez Historia de San Luis I. p.57 y 91). Otro
documento lo ubica en Zambra ( Cuyo), por ej. Latcham, en Rev. Chil. Hist. Y Geogr.. 929 p. 263 y
J.T. Medina 1901)”Domingo Amigo Zapata llevó de Mendoza a Chile en una collera la mujer del
cacique Choromta, entre otras” (Núñez)
CHOTANEA, 1573, cac. comechingón de Pana holva, Córdoba; encomendado de Jaymes
(70)
CHUA, 1743, cac. puelche de Mendoza, “salteador” que asechaba a las tropas de carretas
que venían de Mendoza. Con crecido número se fue a unir al cac. Calelián) (Arch de Ind 170
Charcas 217 y AGI 550 Charcas 317. Acuerdos 8.10. 44 y 13. 2, 45)
CHUA LLÁN, 1872, capitanejo ranquel de la lista del cac. Mariano Rosas (P. Donati)
CHAI MAN, 1880, capitanejo huilliche, que vivía, a lo menos entonces, cerca del Lago
Nahuel Huapí, donde lo conoció el explorador P. Francisco Moreno (Rev. Mus. La Plata VIII 253.
Caimán era el hijo mayor del cacique Molfiqueo.
358
CHUCAO o chucán, 1796, cac. huilliche, unido al cac. Rayguán durante la Guerra
Pehuenche. Con él fue al asalto de Malalhué, el 6 de abril de 1796, donde mataron al cac. principal
Pichintur. “ Entre Rayguán, Chucán y Manqueo le sacaron la lengua” (Arch Mend. Carp.123 doc 23
y 36) Los indios de Malalhué no tardaron en desquitarse y mataron a su vez al cac. gobernador
Rayguan de Barbarco. Su sucesor, el cac. ranquel Curripilún reunió, en 1797, nuevamente los indios
de Chucao e Huircán y llamó también al chileno cac. Naupayán; pero este se negó a participar en la
guerra (ib. 2l.11.97) ETIMOL: Chucau: nombre de un pájaro del bosque.
CHUCATE, 1829, cac. tehuelche; probablemente él que ese año amagó junto con el cac.
Chanel (Negro) el Fuerte de Carmen de Patagones. (AGN S. VII Biedma )
CHUCOYA NAVÁN, 1596, cac. comechingón encomendado de Peralta (Montes 59)
CHUCUN CHARABA, 1573, cac comechingón de Tucum Sacat, Salacate, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes 73)
CHUCUTI NAVAN, 1573, cac. comechingón de Tunguis Navan, Riquelhene, Córdoba;
encomendado de Jaymes
CHUCHIL, 1864, capitanejo ranquel de la tribu de Leuvucó (Lista de Emilio Mitre)
CHCHU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chucho Lauleta, Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre (Montes p. 68)
CHUCHUN CHARABA, 1573, cac. comechingón de Chuchun Sacat, Olahen, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes 86)
Cheyú ver Creyú
CHULAYA, 1649, cac. puelche quien fue asesinado ese año, según la Historia de Enrich
I.555
CHUGUEI QUÉN o Chuguiquen, 1851, cac. araucano, que ese año fue obsequiado en Azul
con 400 yeguas. (Capdevilla: Rosas y Belgrano, 1973, p.91) Al año apareció en la frontera con 300
indios de lanza y 900 familiares y junto con el cac. Guichal robó más de 500 yeguas. Quizás tiene
que ver algo con el cac. Chuiguigenao, que figura en la Memoria del Gral. J. Beauchef, 1827, y es
llamado toqui de los araucanos (Memorias p. 378 y Allende: Fonteras p. 65 y 59)
CHUICA, 1820, cac. pehuenche realista que fue atacado por los pehuenches de Antuco y el
cac. Manguín (T. Guevara, 1910, p. 197)
CHUILQUIL, Jacinto, 1878, cac. ranquel que fue capturado por las tropas expedicionarias
del Cnel Rudecinda Roca, en Mercedes. (Olascoaga 1930, I. p. 103 : 28. 10. 1878).
CHULCHU, 1606, cac. mendocino del Valle de Uco; encomendado de G. Ortis de Urbina
(Arch. Mend)
CHULIA, 1875, cac. pmpa de las tribus de Catriel (Del Valle: Recuerdos del Pasado I. p.
255)
C H U L I LA Q U Í N
DÍAZ, Vicente era otro hijo del cac. Manuel Grande y figura (por poco tiempo) como
capitanejo militarizado..
DÍAZ, Manuel, 1863, cac. de San Javier (Proc. De Santa Fé), era chaqueño que amagaba las
fronteras más al Sur, como lo sabemos por comunicaciones del Cnel. M. Charras de Junín (AEM :
23.7.63). No paece que haya pertenecido a la familia ya reseñada. El apellido, como en los casos
anteriores es epañol.
DIELMI, 1820, cac. pampa, -creo-, quien en noviembre de ese año llegó a Navarro para
avisar que las hordas de J.M. Carreras vendrían en malón, pues se reunían en la laguna del Monte y
que tomarían el camino de las expediciones a Salinas Grandes (Comando Gral del Ejército, ob. cit.
III. P. 197)
DIEMPUMI, Juan ( o Campú mi), capitanejo boroga de la tribu de Coliqueo (Raninqueo).
Esta, en 1862,llegó a las lagunas de Junín y se incorporó los restos de la tribu de Llanquelén, lo que
dio lugar a enfrentasmientos. Por eso Juan Diumpumí fue enviado en comisión ante el Jefe de la
frontera, Cnel. Julio de Vedia que estacionaba en Bragado. Le pidió en nombre de su cacique
carabinas y tiros para someter y castigar a esa parte de la tribu que se había sublevado. Como no
hallamos más documentación de él (a no ser que tuviera también otro nombre) podemos suponer
que fue muerto en ese tiempo..
DOENOYAHAL, José o Dunoyal, J., 1747, figura como cacique entre los puelches serranos
o pampa serranos; diuhet, según el Padre Falkner o Lozano. Ese año, los Padres Jesuitas iniciaron
una misión para los indios del Sur de Buenos Aires, con el nombre de Misión de Nuestra Señora
del Pilar. El cac. Doenoyahal se integró entonces con gran parte de su tribu. El 1º de enero de 1751
se estableció en el pueblo nuevo indígena el primer cabildo. José Doenoyahal fue designado
corregidor de la población; Ignacio Olán y Francisco Chacahuac eran alcaldes, Tomás Yemehuech
era alférez real y hubo también cuatro regidores. Debido a los feroces ataques del cac. Cangapol y
sus indios, en respuesta a injusticias sufridas de parte de los españoles, esta Misión y otras dos más
tuvieron que abandonarse. Y no hubo más noticias de los indios fieles de la Reducción. (G.Furlong:
Los Indios Pampas, Puelches y Patagones, 1936 y el P. Sánchez Labrador ed. 1960 y mi nota
biográfica sobre Cangapol)
DEKOTEK (o Doquetec), 1775, “cacique entre la nación pampa”, figura en el mapa de
Cano y Olmedilla (ver Lehmann Nitsche 1930, p. 282 Nº 32)
DOLORES, José, 1879, cac. picunche del Neuquén.
DOMINÍ,, 1859, cac. salinero quien envió al capitanejo Finacú al Azul. (Dudo que este
nombre haya sido su nombre corriente) Capdevilla: Rosas y Belgrano, 1973 p. 103)
DOMINGO, José, 1879, cac. huilliche al Norte del Río Limay quien huía de la persecución
de las tropas de la Conquista (Olascoaga 1930 I. p. 139)
DONDEAO es Rondeao
DONGUIL, 1819, cac. huilliche chileno de Pitrufquén (T. Guevara 1910 p. 90)
DON JUAN ver cacique Juan (el don a veces es sinónimo de cacique)
DORAHÉ, Juan José, 1879, cac. huilliche quien entonces tenía su toldería al Norte del Río
Limay, cundo lo sorprendió el Capitán José U. Fernández, el 2 de febrero de ese año. Fue una
víctima como tantos de la Conquista del Desierto (Olascoaga 1930 I. p. 139)
DUGUE GUALA o Dugi Huala, 1671, vice toqui araucano de Aylla-curi-che en Maquehua.
Fue atacado por los españoles en el Río Aillipén; le hicieron gran mortandad entre sus indios y
capturaron a tres caciques, a Clentarú, a Lupitarú y a él y los colgaron en la horca. (Gay: Historia
1847 III p. 268)
DUGUI HALA, 1762, cac. Huilliche chileno quien en el gran parlamento de Nacimiento
ese año, se opuso, como Curiñamcu, que se establecieran Reducciones en sus tierras y por eso los
364
tomaron presos. Por instancias del cac, Llanca huenu fueron liberados; pero luego prepararon una
turbulencia. Incendiaron muchos trabajos de los misioneros después del levantamiento en Navidad
de 1766 (Noggler: 400 años Misión en la Araucanía – escrito en castellano, ed. en Temuco 1982)
Dugulef, 1820, cac. chileno del bando de los patriotas, compañero de los caciques Colipí y
Coñuepán. (T.Guevara, 1910 p. 134) ETIMOL: “Habla ligero (lef)
DUGUI NAM, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P. Donati)
DULCHEBES, 1582, cac. de “nación Caltis”, trasladado al distrito de Buenos Aires y
encomendado por J. de Garay a Sebastián Balle.
DUMONCÁN, 1824, cac. Gobernador de Chile, Su hijo, José Painemilla aconsejó al cac.
Mariluán que hiciese término a la Guerra a Muerte, proponiendo al Gobierno chileno la paz (T.
Guevara 1910, p. 351) (Ver Mariluán)
DUMOLEO, 1820, cac. chileno del partido patriota, aliado en la Guerra de la
Independencia con los caciques pehuenches. Luchó con Ancapí y Paillamilla en Huequén
(T.Guevara 1910 p. 124)
DUMUY, 1852, caciquillo salinero que por intermedio del capitanejo Lefiñancú recibió
obsequios de Rosas en Bahía Blanca, poco antes de darse la batalla de Caseros (AGN 7.1.1852)
DUQUINAO, 1864, capitanejo ranquel de la escolta de Mariano Rosas (Quizás Dugui
Nam)
DURETE, es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas de la Provincia de Neuquén,
cuya reserva fue reconocida por decreto de 1964.
ECHAGNERR, o Echaguer, 1879, capitanejo ranquel del cac. Lemor que estaba huyendo
de la persecución de las tropas de la Conquista. Fueron alcanzados y atacados en la laguna Remecó
(26.1.79) por el Mayor Monteagudo y el Regimiento 6º. Echagnerr y 61 indios con 153 de la
chusma cayeron prisioneros, mientras que el cacique Lemor y unos 27 indios murieron en el recio
combate. (Memoria de Guerra 1879 p. 225) ETIMOL: Echa: creo que es Vuta (gran o viejo) ;
gnerr: zorro.
ECHA MAR, 1879, capitanejo pehuenche que durante la Conquista del Desierto fue
capturado por las fuerzas del Mayor Herrera (Olascoaga I. p. 135) ETIMOL: Gran liebre (mará)
ECHANTE, 1564, cac. pehuenche de Paraguaya, cerca del Valle de Jauría (Mendoza);
encomendado de Diego de Velasco (J.T. Medina TomoXV) ETIMOL: Gran Sol
EGLANZ, (seguramente mal escrito) 1833, cac. ranquel que actuó con Llanquetruz (IIº) en
la batalla de las Acollaradas (16. 3. 33) Fueron vencidos por la División del Centro de Huídobro.
EJUI TRIPAY, 1845, capitanejo huilliche del cac. Cheuqueta, Decía ser primo de éste. Ese
año se presentó en Azul para recibir racionamientos.
ELÁN ver Ilán
ELIMA u Olima, 1564, cac. pehuenche de Colata; encomendado de Velasco (J. T. Medina
1901)
ELYL, cac. tunuyán (?) que vivía próximo al Tunuyán (Mendoza); encomendado de Coria
Bohórquez (Cabrera: Aborígenes del país de Cuyo p. 265)
EMI GUAN ver Evi Guán
ENA, 1806, capitanejo ranquel del cac. Carripilún y su pariente. De él escribe Luis de la
Cruz en su Diario. Vivía, dice, en Guentecán, al Este de Güiguanca. Una de sus mujeres era cautiva
criolla de Antuco; se llamaba Petrona Martínez. (De Angelis I p. 240).
ELAO, cac ranquel en Leuco (creo en Leuvucó). 1837 llegó hasta su toldería la Expedición
del Cnel Ramírez y de del Busto (Hux: Los Militares de la Comandancia de Bragado, 2005 ; del
Busto)
ENEF HUEQUE, 1824, cac. araucano chileno, hijo de Paillahueque (T.Guevara 1910 cap
IX)
ENEQUILLE, 1825, cac. pampa. Estuvo enfrentado con el Gobernador de Buenos Aires
con los caciques Catrepán y Pichiloncoy (AGN Biedma VII 10- 4 – 14) Vivía cerca del río
Colorado.
365
ENTREQUÉN o Entrinquén, 1806, capitanejo ranquel o pampa a quien De la Cruz
encontró cerca de Salinas Grandes, cuando arreaba 1500 animales. Era hermano del cac.
Mariñancú.
ETIMOL: Quen: ser, Entrín: débil
ENTE NAN, 1810, cac. ranquel a quien llegó a conocer el Cnel. Pedro A. García durante su
expedición a Salinas Grandes En su diario dice que éste era perverso “Ñandú hambriento”
EPÍ NAO, 1801, cac. pehuenche que visitó con otros caciques las autoridades de Mendoza
(Arch. Mend.) ETIMOL: Epú: dos y nao: tigres
EPÚ ÁN, caciquillo ranquel. 1819 llegó de Chile el cac. Negro a lo de Curritripay invitando
a los ranqueles a invadir. En Diciembre de 1822 concurrió al parlamento de paz al pie de la Sierra
de Tandil. También estuvo en el parlmento de Laguna del Guanaco 1825 convocado por los
hermanos Oyuelas (AGN X. 27-7-6) Con Millán y Güenín es el primero de la lista de 40 caciques,
lo que podría indicar que tuvo mucha importancia. También el 19 de Nov. de 1831 figura en otra
lista de 30 caciques que se habían congregado para parlamentar con J.M. de Rosas en Tandil.
(AGN. Biedma S. VII. 10-4-14) ETIMOL: Epú:2 y äntü: soles
EPUAR, 1864, cac. huilliche, padre del cac. Ignacio Blanquillo y sobrino de Quintrel. Vivía
en dependencia de Juan Calfucurá. (AEM. 29.9.64)
EPU CAL. 1787, caciquillo pehuenche del cac. Roco quien residía sobre el Río Diamante
(San Rafael, Mendoza) (Arch Mend. doc. 37 Lista de Roco) ETIM: “dos águilas”
EPU CHAIN, 1879, capitanejo ranquel. Lo encontraron los expedicionarios del desierto en
el Río Chadileufú (La Pampa) (Olascoaga 1930 II p. 19)
EPU(H)ELO ChARABA, 1573, cac. comechingón de Cara Sacat, Córdoba; encomendado
de Mejía (Montes p.85)
EPUEQUE o Epu hueque, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita que figura en
el tratado de paz. El Cnel. Baigorria lo nombra también en su libro famoso “Memorias” ETIM:
“dos llamas”
EPUGNERE,1790, cac ranquel (creo) quien, como un cac. Payné figura en el tratado de paz
del cac. Lorenzo Calpisquis (AGN IX. 24-1-6)
EPUMUR
EPUMUR (alteración de Epugner): 1794. cacique araucano. Según dice el coronel Pedro A.
García en su Diario de 1810, lo conoció en Salinas Grandes y averiguó que era oriundo de Valdivia
y decía ser descendiente del gran cacique Colo Colo. Actuó en nuestra pampa junto con sus
hermanos Victoriano y Quinteleo. Documentalmente aparece por primera vez en 1794 en el sur
mendocino, como uno de los 12 caciques chilenos en la Argentina (Arch. Mend. Doc. 9). En 1800
lo buscaron en Cabeza del Buey (Bolívar), pero el jefe de la frontera tuvo que informar que no
había encontrado a los indios de Epumur "mis antiguos amigos" (AGN. S. IX. 1-4-2). Al año
siguiente estuvo de nuevo en buenas relaciones, (ib. 1-4-6: Monte 6.8.01) En oportunidad de la
primera invasión inglesa demostró nuevamente su amistad hacia el gobierno de Buenos Aires; el 15
de Septiembre ofreció con los caciques pampas su colaboración para luchar contra "los colorados".
El 29 de Diciembre, el mismo cacique Epumur, se presentó en compañía de los caciques Erepuente
y Turuñanque en el Cabildo de Buenos Aires, ofreciendo de nuevo su ayuda, diciendo que tenían
7.000 indios en Tapalquén, listos para actuar contra los ingleses. Epumur decía que podía ofrecer
2.870 indios guerreros armados de lanza, bolas y coletos de cuero, que estaban acampados en el
paraje, llamado Cabeza de Buey (Acta del Exmo. Cabildo de Bs. As. Serie IV, Tom. II. p. 102 y W.
Zerda, 1934: Los indios y las invasiones inglesas, p. 63). Se les agasajó agradeciendo su amistad.
Durante la expedición del coronel Pedro A. García, llevada a cabo con gran aparato a
Salinas Grandes, en 1810, Epumur tuvo contactos amistosos con él y su tropa. García dice de él en
su Diario (De Angelis III, p. 228) que era un buen viejo, juicioso y que tenía cierta viveza en los
ojos y un rostro venerable. Pero se puso en aprietos, cuando el 1° de Noviembre vino a pedir al
coronel García que le prestara 30 soldados para que pudiera vengar un agravio. Por supuesto, se los
negó. Más tarde, el cacique se disculpó por la molestia. El y sus hermanos, los caciques Quinteleu y
Victoriano, con Carripilún, Quidulef, Quilán, Paillantur, Lincón, Mecal y Turuñán aceptaron la
propuesta de un tratado de paz. Epumur defendió al coronel contra algunos caciques inquietos. Y
366
viendo que el Cnel. García regresaba con dificultades, Epumur le envió una escolta y baqueanos
para que los condujeran de aguada en aguada.
Desde entonces, Epumur mantuvo relaciones amistosas con el gobierno y el Cabildo de
Buenos Aires. En 1811 envió a su hijo, el cacique Evinguán., a presentarse al Sr. Presidente del
Triunvirato. La entrevista tuvo lugar el 5 de Oct. de 1811. ( Walther, Jn.: Conquista del Desierto, ed.
1864 p. 174). Tres meses más tarde, (el 17de Enero de 1812),el viejo cacique fue presentado en el
Cabildo por el coronel García y con los caciques Seiman (Raiman) y Cayengen (Cayuqueu). Decía
que tenía sus toldos cerca de Salinas Grandes. El triunviro F. Chiclana los recibió afablemente. En
mayo del mismo año vino su hermano Quinteleo a presentarse en Buenos Aires ante el mismo
Cabildo. El 13 de Febrero del siguiente año volvió el hijo de Epumur con tres acompañantes y su
lenguaraz. Trataron la cuestión de cómo adelantar las fronteras y poblar la llanura (Comandancia
General del Ejército, ob. cit. I. p. 448). Eviguán ofreció, por encargo de su padre, armas, gente y
caballos para cualquier acontecimiento en que quisiesen utilizarlos en defensa de la causa patria.
1. Su aspecto
Epugner era un indio consciente de su ascendencia de caciques ranqueles, aunque es
probable que su sangre haya tenido alguna mezcla, porque el coronel Lucio V. Mansilla, buen
observador, que lo conoció en Leuvucó en 1870, lo describe: "Como de 40 años. bajo. gordo,
bastante blanco y rosado, ñato, de labios gruesos y pómulos protuberantes, lujoso en el vestir, que
parece tener sangre cristiana en las venas. ...Es el indio más temido entre los ranqueles por su valor,
por su audacia, por su demencia, cuando está beodo, que ha muerto a varios indios con su propia
mano, entre ellos a un hermano por parte de la madre. Finalmente dice que es generoso y
desprendido,. manso, estando bueno de cabeza, que, no estándolo, le pega una puñalada al más
pintado". (Mansilla: Una Excursión a los Indios Ranqueles, ed. 1890, p. 208. donde inserta también
un retrato o dibujo de él.) Roberto Capdevilla hizo un dibujo según el retrato o la descripción de
L.V.Mansilla. Roberto Landaburu lo publicó en “Estampas”, Venado Tuerto, 1987.
367
2. Su origen
Por la partida de bautismo, el que recibiera en 1879 en la isla Martín García, siendo
prisionero, sabemos que nació en Leuvucó, actual prov. de La Pampa, en el año 1814. como cuarto
hijo del cacique Paine Gner (Painé) que gobernó a los ranqueles desde 1837 hasta 1844: y que su
madre se llamaba Quilche. El clan de los Painé era numeroso. Entre ellos se destacaban los
hermanos de Epugner: Calvaín, Mariano, (conocido por Mariano Rosas). Menos conocidos son
Huenchugner,( el embajador). Melideo, Cheuquenao o Carriquenao, Coche. y su hermana
Guneigner. Muerto Painé, su padre, en 1844, Calvaín gobernó a los ranqueles hasta su trágica
muerte en 1858, pues fue víctima de su curiosidad, cuando halló los pertrechos bélicos que
abandonara la malograda expedición de Emilio Mitre. Entonces Mariano fue proclamado
gobernador sucesor y, creo, que condujo a los ranqueles con acierto hasta su muerte en 1877.
No he de explicitar aquí lo que ambos vivieron durante ese medio siglo, porque se relata en
la biografía del cacique Mariano Rosas.
Todos los indios, pero mucho más los hijos de caciques, se ejercitaban asiduamente en el
manejo de las armas y en las estrategias de la guerra. Se hacían diestros para la caza y como
oradores de parlamentos. Recogí algunos episodios de la vida azarosa.del cacique Epugner.
Contaría unos 30 años de edad, cuando quiso desafiar al que sería el general Juan Saa., un valiente
puntano que vivía entonces refugiado entre los indios de la Pampa. Dice Nicolás Jofré en su
artículo: "El General Juan Saa, alias Lanza Seca, quiso enfrentarlo, por que le molestaba que un
cristiano refugiado en su aduar tuviera tanta fama. Montó, pues, su caballo de guerra y frente al
rancho de Saa gritaba, remolineando su lanza: "¡A ver: saliendo cristiano! ¡Sacando tu lanza,
cristiano Toro. Aquí está Epugner Rosas!" Paso por alto la novelada riña. Al fin, el puntano le
traspasó el muslo con un lanzazo certero y Epugner dio por perdida la pelea. al estilo de un torneo
medieval.
El coronel Manuel Baigorria fue su mejor amigo, y éste era el jefe del campamento de los
300 unitarios refugiados, en su mayoría puntanos. Los ranqueles se dejaron influir por las
aspiraciones políticas de estos unitarios. Epugner acompañólos en varias expediciones que tenían
tanto el carácter de malón como de acción política antirrosista. No por nada exigió Rosas la entrega
de la cabeza de Baigorria, si querían hacer un tratado de paz, ya desde 1840. Hicieron el tratado,
pero no aceptaron en absoluto esa condición; no iban a traicionar a un amigo.
Después de la caída de Rosas en la batalla de Caseros, el general Urquiza indultó al coronel
Manuel Baigorria y lo comprometió con el oficio de comandante general de la frontera sur de
368
Córdoba y por su amistad personal en la lucha contra los "porteños alzados". En vísperas de la
batalla de Cepeda (1859), Epugner engañó a su amigo Baigorria, "se hizo el zonzo", abandonó las
filas del ejército y se retiró con sus indios arreando hacienda que iban encontrando a su paso (M.
Hux: Coliqueo. 1980. p. 38). Coliqueo se mantuvo fiel.
Después del cambio de Presidente, Baigorria y sus indios amigos fueron puestos en un
aprieto (como lo explico en “Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos”) y se apartaron de los
hombres del Paraná, quienes no toleraban a esos unitarios. Estos se separaron"de los federales
traidores". El cacique Mariano Rosas y los indios de Epugner, en cambio, juraron fidelidad al
general Pedernera, a Derqui y a Urquiza, que se aprestaban para una nueva guerra civil. Epugner
era entre los indios ranqueles considerado como generalísimo, porque Mariano Rosas, fiel a su
juramento de juventud, no quiso guerrear ni malonear contra los cristianos. Con muchas objeciones
había aceptado la jefatura y el cacicazgo de su hermano difunto Calvaín ( en 1858).
Epugner hostilizó a la tribu de Coliqueo, cuando ésta en 1861 fue a poblar un campo en la
provincia de Buenos Aires (Hux. ib. p. 71). Estos acompañaron en Pavón (1861) el ejército de Mitre
y en gran parte definieron la batalla. En noviembre del año siguiente, Epugner salió a saldar cuentas
con Coliqueo, maloneó con 1.200 lanceros en la zona próxima del campamento de éste, pues había
oído que iba a acompañar una expedición de tropas porteñas contra sus tierras ranquelinas.
Efectivamente, estaba formándose un proyecto de invadirlos por tres columnas. El coronel Julio de
Vedia.jefe general de esta operación, utilizó la ayuda de los baqueanos y fieles indios de Coliqueo y
llegó a la zona de las tolderías ranqueles, pero sin grandes sucesos. Ellos habían salido a malón y no
se produjeron enfrentamientos notables. Reinaba entonces una apremiante sequía. (Hux. ib. p. 75ss.)
La guerra civil había concluído y las guerrillas del Interior habían sido doblegadas. Los
ranqueles se habían unido en muchas oportunidades con estas guerrillas que actuaron en su
provincia. Se alistaban con banderas coloradas de los federales. En Enero de 1867 Epugner
participó en la Revolución del Cuyo con unos 500 indios: Se reunió con las tropas rebeldes de Juan
Saa. El 31 de Enero de 1867 atacaron al general Paunero en Río Cuarto (R. Yaben: Biografías
Militares, I, p. 153). Lucharon a fines de Marzo en Villa Mercedes contra las tropas del general
Arredondo. Y el lo de Abril de 1867 continuó esta lucha en la batalla de San Ignacio sobre el Río
Quinto. Epugner acompañó con 500 indios a los mil revolucionarios de los hermanos Saa y de Juan
de Dios Videla. Fueron arrollados y dispersados por las tropas nacionales (R. Yaben: Biografías
Militares. 1.789: y J. Sánchez: Efemérides militares I. p. 138). Pero el malón más notable fue el que
lanzó Epugner sobre la población de La Paz en Mendoza. C. Rusconi anota las reminiscencias de un
viejo mendocino, D. Ernesto Díaz Reynoso, que suena a leyenda, si no hubiese sido auténtica
verdad: "El 20 de Noviembre de 1868, el cacique Epugner con 300 indios y unos 100 montoneros
invadió la población y hasta la iglesia de La Paz. antes llamada Villa Vieja. Saquearon hasta la
Virgen del altar y se llevaron su manto como apreciado botín. En la finca de mi padre hicieron una
gran comilona, llevándose luego el arreo de miles de cabezas de ganado". (C. Rusconi, 1962 Tomo
IV. p. 150: Partes militares en Arch. Mend. 28.11.68 y Museo Hist. Nac. Nº 3990: 2.12.68).
Desde 1872 Epugner mantenía correspodencia ininterrumpida con los padres misioneros.
Quería la paz. En cambio, los jefes de todas las fronteras interiores estaban ahora más empeñados
en la guerra de la conquista del desierto y estudiaban atentamente el modo “cómo hacer desaparecer
ese puñado de salvajes". Ya en Octubre de 1875, escribió Julio A. Roca al ministro Alsina que el
tratado de paz con los ranqueles resultaba muy caro al país; que había que dar por rotas las paces.
Antes que rompieran la marcha, en 1876, seis columnas del ejército preparadas por el ministro A.
Alsina para conquistar quince mil leguas de tierras, los indios del sur, que iban a ser los
directamente afectados, se sublevaron en diciembre de 1875 con la esperanza de diferir y anular el
proyecto. Los ranqueles se abstuvieron de intervenir. Epugner más bien avisó al general Arredondo
que se estaba preparando una invasión.
En el año 1877 se enfermó su hermano Mariano, y es conmovedor leer las cartas que
enviara a su amigo misionero, cuando se había producido la muerte del cacique general, ocurrida
el 18 de Agosto de 1877, expresándole sus sentimientos y proyectos. (doc. 769 del Archivo de los
Padres Franciscano en Río IVº)
“Leubucó, septiembre 4 de 1877
370
Al R.P Marcos Donati:
Mi reverendo padre y amigo: El objetivo de la presente es poner en su conocimiento que el
18 del próximo pasado tuvimos que lamentar la muerte del cacique general, ocurrida el 18
de agosto de 1877.
Mi padre hoy soy yo quien lo represento y para el efecto he tenido a bien reunir a todos mis
capitanejos y decirles : Señores, ha muerto mi hermano; pero soy yo quien lo va a
representar. Y yo no pienso perder la paz por nada y es preciso que me ayuden a quedar bien.
Mi Padre, yo estoy dispuesto a cumplir con la paz y si mis capitanes no me ayudasen,
entonces tomaré las medidas que me convengan. Usted sabe que yo no tengo ese corazón
que tenía mi hermano.
Mi padre, yo he de hacer cumplir. No crea que por materia de tres o cuatro diablos yo he de
quedar mal; no, mi amigo.
También quiero decirle otra csa: que pienso mandar a mi sobrino a Buenos Aires. No sé
cuándo será; pero es preciso que me ayude en lo que sea posible.
Es cuanto se le ofrece a este su amigo y mi señor Epumer Rosas”
En Octubre volvió a escribir al misionero (doc. 80 de Río IVº) diciéndole: ..."Yo pienso solo
en conservar la paz. Tengo presente que mi hermano Mariano Rosas, un día antes de morir, me
aconsejó que siguiese en paz, haciéndome presente que me dejaba su familia y yo era quien debía
dolerme de sus hijos..." Agrega que ha mandado una comisión de paz al Sr. Presidente de la
República” .(Hay foto de la embajada) Se queja de que el coronel Racedo le hubiese sonsacado al
cacique Ramón y algunas de sus familias que le pertenecían.
Después de las solemnes exequias que se habían hecho a Mariano Rosas,. Epugner asumió
el generalato sobre las tribus ranquelinas y sus 600 y más guerreros. No resultó fácil mantener la
paz, porque las provocaciones eran muchas y grandes. El coronel Eduardo Racedo ordenó otra
expedición contra los ranqueles. en 1877, cuando ya el 10 de Enero de ese mismo año había escrito
al Padre Marcos Donati: "Hace trece días, nos han invadido y matado... Había sido por otros...
Debemos buscar los medios pacíficos para conservar la paz y yo y el hermano la deseamos." (ib.
Doc. 715). Ahora se ordenó al teniente Alberto Capdevilla apoderarse de la caballada del caciquillo
Ramón Cabral o Platero, a fin de obligar a sus indios a someterse y bajo escolta de 300 soldados
buscaron a los 400 indios para llevarlos al Fuerte Sarmiento. Esto lo hacían el 18 de Septiembre de
1877, un mes después de la muerte de Mariano Rosas. (Yaben: ob. cit. II. p. 258)
En toda la pampa se propagaron la guerra y las guerrillas y bien podían pensar los ranqueles que
ellos no serían tratados de mejor modo, aunque el tratado de paz podía darles alguna esperanza.
Epugner intensificó su acción pacifista, mientras las tropas nacionales dieron golpes de muerte a
tribus y tribus a corta distancia, en la misma Pampa. Ese año Epugner mantuvo una frecuente
correspondencia con el Padre Marcos, su amigo. Otras notas las dirigía al coronel Julio A. Roca y
envió comisiones de paz a Buenos Aires.
Con cuánta alegría habrá recibido a sus emisarios, cuando pudieron renovar su tratado de
paz, pues después de seis años debía ser renovado. Desde Diciembre de 1877 el documento estaba
listo. Pero su trámite se retrasó por la muerte del ministro AIsina. El 24 de Julio de 1878 las
comisiones de Epugner Rosas y de Manuel Baigorrita firmaron el nuevo contrato; es decir, el
cacique Huenchugner y el secretario de Epugner, Martín López; el representante de Baigorria, el
cacique Cayupán y su secretario, Patricio Uribe; y el comisionado del ministro de Guerra, el coronel
Manuel J. Olascoaga (AEM: doc. 1346. publicado en Walther: Conquista del Desierto. Anexo). El
Padre Donati también era testigo, quien había hablado personalmente con el ministro de Guerra. El
30 de Julio firmó el tratado también el Presidente Avellaneda. Quedó así aprobado y ratificado.
Por el artículo 1º. prometieron paz y obediencia al gobierno; por el 2º, se asignaron sueldos
mensuales a los principales caciques y racionamientos a las tribus;.. 7°, se obligaron a entregar los
cautivos; 8º, prometían proteger a los misioneros; 10º, perseguirían a indios gauchos y ladrones;
11°, por cualquier malón quedaría roto el tratado... El tratado durará permanentemente, mientras
ambas partes le presten cumplimiento. Esta última anotación indicaba que el tratado era frágil.
Podemos decir que en realidad no era un tratado sincero. El conquistador de la Pampa estaba
371
resuelto a jugarse y a la primera transgresión comprobada o no, el ejército iba a lanzarse sobre esas
tierras ranquelinas. (Rev. 'Todo es Historia. Nº 130. p. 33)
Inserto la siguiente carta que demuestra los sentimientos del cacique Epugner:
“Linjaló, julio 4 de 1878.
"Al Excmo. Sr. Ministro de Guerra, General D. Julio A. Roca
"Excmo. Señor: Pongo en conocimiento de V.S. que mando mi comisión para renovar el
tratado de paz con el Excmo. Sr. Presidente de la República y V.S. que es el único que quiero para
mí y para mis indios.
"Conociendo el bien que hemos recibido hasta el presente con el apoyo del actual
magistrado, durante seis anos que duró la felicidad y el bienestar en nuestro país, y que conocemos
el buen resultado que consigue uno con la paz y el perjuicio que trae la guerra, siendo que hoy me
encuentro con tantas familias, los de mi hermano Galván. y Mariano y las mías y lo mismo mis
indios.
"Más antes no he mandado la Comisión por haber sabido que V.S. se hallaba enfermo,
después del fallecimiento del Ministro Alsina y no se había recibido del Ministerio.
"Ahora que se ha recibido del Ministerio, mando a mi sobrino Sandalio y un escribano y un
lenguaraz y un sobrino más que va a verse con mi "hermano"; y creo que serán bien recibidos de
V.S. Y mi sobrino va con el objeto de renovar el tratado bajo las bases que las disponga V.S.: que el
presente tratado las raciones no nos alcanzan y muchos quedan sin raciones... Le suplico que el
tratado del año 78 nos aumente las yeguas en 400 y demás raciones, que me hace el favor de darme
30 yuntas de bueyes para hacer nuestras cementeras, para atraernos al trabajo y me asigne sueldos a
dos lenguaraces.
"También suplico a V.S. sobre los terrenos; que no salgan (más adelante) los fortines más al
sur. V.S. sabe qué territorios son nuestros y (pido) para mí respecto, que el Excmo. Sr. Presidente y
V.S. me den una escritura firmada que de esa manera sean los terrenos respetados por la Nación.
"Espero que V.S. se digne ordenar que se me entregue un hermano mío, llamado Butafra...
También digo a V.S. como conclusión, que tengo en mi poder un capitanejo viejo del tiempo de mi
padre y el que me dirige con sus buenos consejos, que conserve la paz con el gobierno y todos sus
jefes. Se llama este capitanejo Pinaas.
"Sr. General, le mando cinco cautivos en prueba y deseo de conservar la paz.
"Sin más, saludo a V.S. y a todos sus jefes
s.s. Epumer Rosas" (Reprod. en Piana: Toponimia de la Pampa, 1981 p. 267ss.)
Igual que en otros frentes, los militares no dejaron ni respiro a los perseguidos, ni rincón
para buscar refugio. Rudecindo Roca salió al frente de una nueva expedición. Contaba con el
Regimiento 9º de caballería, el Batallón 3 de Línea, 50 voluntarios y 29 indios (Walther: Conquista
del Desierto, ed. 1964, p. 567).Eran 6 jefes, 10 oficiales y 279 soldados a tres caballos. Salieron con
el propósito inquebrantable de exterminar las tribus ranquelinas.
El 14 de ese mes llegó esa fuerza a Leuvucó. Allí se enteró que Epugner se hallaba en
Poitahué. Le envió, pues, una carta ordenándole que se presentase, porque su presencia tenía por
objeto estipular un nuevo tratado de paz. (En la guerra se miente. Era un ardid para que pudiesen
caer sorpresivamente sobre ellos.) Así lo hicieron el día 18 cayendo sobre los toldos de Melideo.
Luego llegaron a Poitahué; pero tal como en Leuvucó hallaron también allí y en Trenel sólo toldos
abandonados (Piana, ib. p. 276). Descansaron y acamparon en Poitahué. De allí Rudecindo Roca
desprendió destacamentos "para buscar la sumisión de Epugner y Baigorrita, según que lo habían
prometido". Estos, en cambio, vieron claramente que habían sido burlados en sus derechos y
aspiraciones y prepararon un golpe de revancha. "Quien patalea no ha muerto".
El 21 de Noviembre de 1878, al aclarar, cuando se aproximaba un temporal., los indios
ranqueles atacaron el campamento del invasor en sus campos. El ataque fue rechazado. Pero
Rudecindo Roca prefirió entonces retirarse a Villa Mercedes. El Coronel Winter telegrafió entonces:
"Ranqueles y los de Namuneurá están por invadir (a Rudecindo. Roca): No habrá invasión contra
nosotros. Somos nosotros que tomaremos la ofensiva contar ellos" (Piana, ib. p. 275: 22.11.78). En
el botín de Rudecindo Roca había 1 cacique (Melideo), 5 capitanejos y 76 indios. Regresó el 25 del
mismo mes con 230 indios de “chusma”, todos casi desnudos y medio muertos de hambre.
373
En otra carta al gobernador, dice Rud. Roca. (algo confuso), que traía 180 indios y 488 de
pelea y 230 de la chusma. El general Julio A. Roca estaba perfectamente de acuerdo. Ya el 23 de
Octubre había escrito a Rudecindo, su hermano:
"Perfectamente bien... Mande un muchacho de los tomados con pliegues de Epugner y
Baigorrita, diciéndoles que se toman estas medidas en represalias de los robos y muertes cometidos
por sus indios y si quieren vivir en adelante en paz con el Gobierno de la Nación, es necesario que
se vengan a situarse con sus tribus en los puntos que se les designará, donde se les dará vacas,
ovejas y mucho dinero: que de otra manera tendrán que emplearse en someterlos por la fuerza o
destruirlos... Si estas proposiciones no dan resultado de atraer a buenas a algunos indios, es
necesario llevarles expediciones ligeras y caer a fondo sobre las tolderías.
"Avise al Cnel. Racedo que debe encontrarse en Sarmiento, a pesar de las negociaciones,
ordene sin pérdida de un momento, una salida a los toldos de los indios gauchos de Peñaloza y
Goyse..." (Piana, ib. p. 272s.)
El 11 de Diciembre de 1878, partió esta otra expedición a tierras ranquelinas con el firme
propósito de capturar a los caciques Epugner y Baigorrita. Llevó consigo su Batallón de Infantería,
el Regimiento 4º de caballería y 100 indios amigos, que sacó de las reducciones recientemente
organizadas por los misioneros franciscanos. El capitán Ambrosio Carripilán era el jefe de estos
ranqueles auxiliares. Se dirigieron nuevamente al corazón de las tierras ranquelinas. Llegaron
exploradores para avisar que en la noche del 18 habían visto fogones encendidos en Leuvucó. En
efecto, Epugner Rosas había venido con pocos indios a levantar la cosecha de cebada. Entonces
Racedo destacó al capitán del Escuadrón de Ranqueles Ambrosio Carripilún y 30 indios para
apresar al cacique Epugner. Se les entregó sin resistencia, quizás porque no lo hicieron de modo
violento, sino diplomáticamente. Se entregó con 3 indios y 8 mujeres diciendo, que aún confiaba en
la buena fe de los cristianos. El hijo de Epugner y el secretario capitán Cabral se escaparon. Esa
“comisión” había salido a las 6 de la madrugada del 19 de Enero de 1879 y volvió con el cacique a
las once del mediodía.
Leuvucó, pertenece al departamento Leventué, lote 12 Frac A Secc VIII, y que los
entendidos traducen por Leuvu-có: "Manantial que desborda", era el lugar de asiento de una toldería
grande; un pueblo con ranchos, corrales, palenques y negocios: punto central de varias rastrilladas,
que así quedó borrado del suelo como por un cataclismo. Y peor aún. estos caciques ranquelinos
fueron humillados y su pueblo perseguido y destrozado. No escribo más comentario que éste:
mansamente se entregó el temido cacique Epugner, mientras estaba espigando en su campo
de cebada como la pobre Ruth de la Biblia.
Entretanto, varias patrullas lo buscaban en Quiñé Huitrú y otros lugares más. Recién el 2 de
Enero el Cnel Racedo telegrafió al Gral. Julio A. Roca: "Epumer preso con 300 individuos"
(Olascoaga vo1.I. p.105). El grueso del ejército se dirigió hacia la Laguna Trapal. El mayor Sócrates
Anaya atacó a los indios en Pichiguengan, Anquel Huitrú, en Meucó, Ñerecó y Sanquilcó,
reuniendo 180 prisioneros, sin contar los muertos. (R. Yaben: Biografías sudamericanas, I, p. 230)
El teniente coronel Coquet se dirigió a Coló Tracal y trajo 80 prisioneros. El grueso del ejército se
movió de Aucamelén a Poitahué y de allí regresaron para llegar al punto de partida el 21 de Enero
de 1879.
El capitán Martín López, a quien el Comandante Moreno había mandado a Tierra Adentro
para que estuviese como escribiente del cacique Epugner, escribió al Padre Marcos Donati el 1º de
Julio del año 1879: “P.S. A Epugner Rosas lo llevaron a Martín García con familia y Pincén.
Estas expediciones en cinco columnas eran las acciones preliminares para la definitiva
limpieza del "desierto", (la del Cnel E. Racedo):"expedición minuciosa y cruel liquidadora de
tribus." (R. Pastor, ob. Cit. p. 327). El misionero Padre M. Alvarez resume la triste historia con estas
palabras: "Estos infelices eran perseguidos con un encarnizamiento increíble. A esto se agrega que
374
al mismo tiempo los diezmaba la terrible viruela negra. Vagaban por la pampa sin dirección ni tino,
huyendo siempre y siempre cayendo en manos de los “cristianos”. Los que se obstinaban, morían a
bala, y los que se entregaban morían también por la viruela". (Crónica del Colegio Apostólico de los
Padres Franciscanos de la Propaganda Fide. Río IVº, 6 de Junio de 1882)
El coronel E. Racedo, al informar, el 2 de enero de 1879, sobre la captura "del bandido
Epugner Rosas" (sic) y 300 indios, decía que estaría el día 4 en Guaminí con 73 indios y chusma:
que eran de Mala Huacá. "Estos indios servirán en la próxima salida" (sic). (Olascoaga. I. p. 103 y
105).
Poco después Epugner Rosas fue enviado a Buenos Aires y recluído en el presidio de la isla
Martín García, donde había, a la sazón, la espantosa peste de viruela. Allí lo visitó el R.P. J. Birot,
infatigable lazarista; lo catequizó y lo bautizó junto con el cacique Pincén, como consta en el libro
de bautismos de la capilla de la isla (lib. 3, fol. 84, fha. 15 de Septiembre de 1879), "por la
circunstancia de la epidemia y porque había manifestado positiva disposición". El acta decía que
Epugner contaba entonces, en 1879, 65 anos (habría nacido en 1814) y que estaba casado con
Rosita Rupagurr.
El 1º de Junio de 1880, el Gral. Luis Maria Campos dispuso a Matoso, que “ saquen los
grillos a los caciques Epugner y Pincén...-sean prisioneros como los hermanos Catriel”. El informe
del 3 del mismo mes confirmó que la orden se había cumplido. (Arch. Gral. de la Armada).
De sus últimos años sabemos poco. Epugner se salvó de la peste. Según el historiador
Jacinto del Viso, obtuvo su libertad en 1883 ("Acotaciones a la Conquista del Desierto", en Rev.
Univ. Nac. de Córdoba, 1934, p. 8). Allí dice que el senador Cambaceres había pedido su liberación
y que lo llevó como peón a su estancia "El Toro", situado en el partido de Bragado. Según una
375
tradición lugareña estaría sepultado en el sitio donde se erigió la capilla de la estancia. (Todo es
Historia. No 130,p. 34)
(Etimología: "Dos zorros" [gner]).
Omití en esta crónica o biografía del cacique Epugner la última expedición contra los
ranqueles, llamada “Tercera Epopeya Nacional” que dirigió el Gral. Julio A.Roca, Ministro de
Guerra entonces, en cinco columnas hacia el Interior de la pampa. La tercera columna salió en dos
brigadas de Villa Mercedes,una, y la otra del Fuerte Sarmiento. El Gral Racedo comunicó al Gral.
Roca el día 23 de Junio de 1879: “La Pampa está limpia..Los soldados han cumplido dignamente su
misión”. Racedo con sus tropas regresó en Septiembre a sus cantones. Trajeron 641 prisioneros, 49
cautivos rescatados, 130 indios de lanza y 469 de chusma, sometidos por la fuerza, de los cuales
317 fueron conducidos a Villa Mercedes por el Mayor Juan Ant. Alvarez y 118 a Río IVº por el
Comandante Sócrates Anaya. Hubo 153 muertos por la viruela; dos fugaron de la Guardia. No hay
noticias fidedignas sobre cuántos han muerto por las armas. El escuadrón de “Indios Amigos” fue el
que más bajas sufrió.
Triste historia la de un pueblo aniquilado en la pampa verde, que se hizo un desierto
humano. Allí se inicia una nueva historia en ascendente desarrollo.
EPUGNER o EPUMER CHICO, 1870. cacique ranquel. Era hijo mayor del cacique
Mariano Rosas, cacique gobernador de los ranqueles residente en Leuvucó (La Pampa) quien
falleció allí en 1877. Debemos a la pluma del R.P. Moisés Burela una caracterización de este joven
cacique. En su Informe al Ministro de Guerra, escribe el 25 de Mayo de 1870 (p. 3): "Epumer
Rosas, es joven apreciable por sus buenos sentimientos y cariño que profesa a los cristianos.
Mediante nuestra súplica. tomó la palabra para calmar a los indios, cuando L. V. Mansilla se
aproximaba y mandó custodiar la persona del Coronel..."
Más adelante, y hablando de la familia de Mariano Rosas, dice: "Con la primera mujer,
buena y linda, tuvo 22 hijos vivos y 10 muertos". Entre los mayores nombra a Epumer, Güiquimer,
Amoán, Lincón, Puitrín y Linocpán. En 1878, Epumer era uno de los caciques para quienes el
tratado de paz con el Gobierno nacional preveía sueldo de capitán; no así el de 1872. Pero justo
después de haber firmado el Gobierno el tratado de paz, se inició la gran persecuciónen. Epumer
huyó hasta el Neuquén alto, escapando a los expedicionarios de Roca. Halló acogida entre los
indios de Purrán. Patrianú (así dice el documento) estaba acompañado por Guayquigner, capitanejo
del finado cacique Mariano Rosas.
EPULAF, (o Lepulaf), 1788, cac. pampa que halló el Piloto M. Pinazo en su tercera
expedición a Salinas Grandes (AGN S,IX 13-8-17; 15 fojas ETIMOL: “dos lagunas”, Epú
lafquén
EPU LAY, 1802, cac. pehuenche quien encabezó una comisión de paz hasta Mendoza.
Volvió allí en 1804 con los caciques Tripay, Nagürl, Anchín, Vic. Goico y Colipy (Arch. Civ. Y
Administrativo, Mendoza)
EPU LEF o Epuler, 1848, capitanejo de la tribu de Catriel (Ronco: Cuentas de proveedores ,
en Cuaderno de Azul Nº1 1940)
EPU LEF, 1882, cac. huilliche chileno; era hermano del famoso cacique Quilapán, a quien
sucedió en el cacigazgo, Ambos eran hijos del cac. patriota Mañín (Manguín). El 31 de diciembre
de
1882, el Coronel Gregorio Urrutia celebró con él un tratado de paz sobre las ruinas de
Villarrica, reconociéndolo como Vuta Toqui (último gran jefe). Pero cuando, al otro día, el Coronel
quiso pasar más adelante, se le opuso el cacique altivamente. Finalmente, viendo la calma del
militar chileno y oyéndolo decir que venía en paz y pasaría donde él quería, el araucano se encogió
376
y se retiró con cierta indignación y resignación. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 199-204) Epú
leufú: Dos ríos
EPU LLANCA, 1770, cac. pampa puelche que se nombra en el Diario de Hernández, pues
estuvo presente cuando el Piloto Manuel Pinzo clebró un tratado de paz con 12 caciques en la
Laguna de los Huesos. Lo acompañó también junto al cac. Lincón y Lepín a la expedición contra
“los tehuelches”. La toldería de Epu Llanca estaba, donde se crearía el pueblo Olavaria (J.Arena y
otros: Historia del Partido de Olavaria p. 144 y mapa) Etimol. Epú: Dos, llancá: perlas.
EPU LLAN o Epullhan, Ypullán, Epuillán, 1833, cac. pampa. Probablemente descendiente
del arriba mencionado. Cuando Rosas preparaba la Expedición al Desierto y recogía datos sobre la
ubicación de las diferentes tribus, averiguó de algunos prisioneros que los caciques Epullán, Imulán
y Reynqué habían estado robando en el Bolcán (AGN X. 27-5-5; 21.1.33). Más tarde supo que el
Cnel. N. Del Valle quería perseguir a Epullán y Yemuel, porque estaban con cien indios sobre el
Arroyo Cristiano Muerto. Estaban además de acuerdo con Chocorí y Cheuqueta, quienes querían
invadir a los indios amigos borogas de Cañiuquir, Rondeao y Melín. Del Valle decía a Rosas que
impediera para que se unieran los pampas con los que venían de Las Manzanas; porque unos 200
pampas de Lepil, Paillarén, Payner, Upañán, Imolao, Reinquín y Epullán se habían congregado (J.
Carretón: Escritos I. p. 16: 18.1.33). Del Valle, pues, expedicionó contra éstos. Aunque no hubo una
formal batalla, les mató 39 indios. Claro está que Rosas con sus tropas expedicionarias seguirá
buscando a Epullán y a los demás. De todos ellos doy noticias en sus notas individuales. Epullán
murió en combate con las tropas del Cnel. Miranda, el día 9 de septiembre de 1833. El 13 de
septiembre Rosas pasó este mensaje o “Santo” por las filas de su División: Epullán y Quillipayún
han muerto” (Carretón: Escritos Diario I. p. 202)
Un año más tarde aparece (en la documentación histórica) un capitanejo Epull entre los
borogas. Pienso que era un descendiente del cacique pampa, quien se incorporó a ellos durante la
expedición del desierto (AGN X. 24-9-1: 27. 12. 34) (Véase también Inenpullán de 1787)
EPUMAY O EPUMÁN, 1797, cac. pehuenche que había participado en la Guerra
Pehuenche junto con los de Malalhué. Hecha la paz, acudía con frecuencia a la ciudad de Mendoza,
como se desprende de los anales del Cabildo mendocino. Solía presentarse en compañía de los
caciques Udalmán y Nahuelquín y los capitanejos Nahuelcán, Caltimán y Curiñán. El 16 de
diciembre de 1803, el cac. Llanquepy atacó su toldería. El cacique supo escapar; pero algún hijo, “el
mocetón Epumay” fue muerto. El cacique Epumán, los caciques Uculmán, Nahuelquín y otros
viajaron a Mendoza para informar al gobierno de Mendoza. (Morales Guiñazú:Aborígenes de
Mendoza). 1806, Don Luis de la Cruz, al pasar por la Pampa, se enteró que Melinaquel y
Epumanque estaban cerca de la Laguna Huechulafquén, entre muluches y huilliches (De Angelis I
p. 223)
Luego hubo un largo silencio respecto a la vida del cac. Epumay; no he encontrado
documentación. Aparece de nuevo con las guerrillas de los pincheirinos. 1829 se acercaron a
Carmen de Patagones él y los caciques Neculmán, Mulato, Cañiuquir, Rondeao y Mañil, quienes
habían luchado en Chile en el bando de los realistas. Amagaron al pueblo del Sur; pero fueron
rechazados. (Comando General del Ejército, ob. cit. IV p. 200. En 1830 entró con Llanquitruz,
Guzmané, Tori y 800 indios en la liga “unitaria” y de Pincheira (J. Fernández, 2000 p.99) ETIM:
dos cóndores
EPUMAY, 1878, capitanejo pehuenche – ranquel que se había agregado a los indios del cac.
Baigorrita y con esa tribu sufrió los horrores de la Conquista del Desierto. Fue muerto por las tropas
del Cnel. E. Racedo, el 26 de octubre de 1878, con 50 indios.
EPUMAY, Ceferino, vivió en Los Toldos en la Tribu de Coliqueo. Fue considerado como
capitanejo agregado de esa tribu. Ignoramos el nombre de su padre. Se casó con Cenobia Pitromay
y Manuela quien era buena tejedora. Tenemos alguna fotografía de él y algún tejido de ella en el
Museo del Indio en el Monasterio. Los viejos me contaron que Ceferino había sido un buen
narrador y que había sido tío del santito Ceferino Namuncurá.
EPU ÑÁN, cac. pehuenche, quien ese año llegó a Mendoza para renovar el contrato de paz.
El 23 de junio de 1804 Justo de Molina de Vasconcelos llegó a su toldo en Cerro Puntilla de
Huincan (hoy Ruta 40) Existe un Diario de Justo Molina.
377
EPU ÑÁN, 1845, cac. pehuenche (prob. un descendiente del ya mencionado) Ese año llegó
a Mendoza para solicitar al gobierno provincial la merced de una parte de los campos de Vutamilla,
al Sur de Malalhué. El Comandante Rodríguez informó entonces al gobierno con estas palabras:
“Son sucsores de los correteados más allá de Limen Mahuída y Río Grande; ahora asoman sumisos
a implorar permiso para pisar la extensa tierra de Malalhué y el Nevado que habitaban antes de su
último alzamiento y guerra, en que hemos perdido tantas y tan importantes personas” (Sosa
Morales: El Comandante Rodríguez p. 67) En este informe se refleja la larga historia de la guerra de
los pehuenches y de las expediciones contra los huilliches y aún los malones de los pincheirinos que
tuvo su punto más álgido en el Desastre de Chacay (1830)
El gobernador de Mendoza comisionó al Tnte. Plácido Zeballos para que visitase las
tolderías de Las Barrancas y arreglara el conflicto sucitado, pues poco antes hubo un terrible
proceso cuando varios caciques mataron al cac. gobernador de los pehuenches mendocinos
Guzmané (+1845). El Gobernador reunió en febero a los caciques Epuñán, Caepí, Caipí, Llampí,
Ñancamil, Nahuel Ñire y otos, para preparar con ellos un proyecto de tratado de paz. Se le presentó
el Capitán de Indios Amigos de Chile (Zúñiga), pidiendo explicaciones por qué pisaba estas tierras
y no quiso aceptar sus credenciales. Quizás por esto, algunos indios sospechaban mala intención del
comisionado. Epuñán y Nahuel Ñirre evitaron al Capitán mayores inconvnientes. Pero el conflicto
de los indios arribeños de Barbarco siguió latente. (Creo que esta cuestión de la incorporación de las
tierras al Virreinato del Río de la Plata y a la República Argentina merecería un estudio por
separado). Epuñán y Nahuel Ñirre consiguieron la tierra solicitada al Sur de Malalhué (ver también
lo dicho en la nota de Caepí).
Al establecer, en 1852, Juan Calfucurá su gran Confederación Indígena, el cac. Epuñán
se sometió a las directivas de este jefe de Salinas Grandes. 1852 Epuñán encabezó la lista de 87
caciques de Calfucurá quienes fueron obsequiados por orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X.
18-4-8). Allí se menciona también un hijo llamado Mariano Epuñán.- Calfucurá lo recomendó en
cartas diriigids al Presidente Justo José de Urquiza (AGN S.VII 14-4-1; p.31, 1859)) Más tarde
habla de él al Gral. Bartolomé Mitre (Arch. Mitre XXIII p.15). En una carta del 1º de Mayo de 1861
le dice, que irá “su hermano” Epuñán. Esto no indica que había sido su hermano carnal, sino que él
era su amigo. Llama la atención que en otra carta del 7 de diciembre de ese año le diga Calfucurá,
que Luiguiñ, Epuñán y Lincopán se le hayan arrodillado (AEM. Nº 3807)Puedo creer que lo dice de
un capitanejo ranquel homónimo Juan Epuñán. El Cnel. O. Llanos de Bahía Blanca avisó en 1867
que ha perseguido a 20 indios de Epuñán, porque habían invadido en Pigüé. (AEM 25.6. 1867).
Había diferentes Epuñán.
En 1873, el día de la muerte de Calfucurá estuvo también en la gran reunión y más de un
Epuñán firmaron el gran proyecto de un tratado de paz :,El Nº 1º es el cacique Epuñán; Nº 66, Justo
Epuñán y Nº 71 otro Epuñán (AEM doc. 1232) Me puedo imaginar que el cac. Epuñán ha sido un
hombre de mucho valer.
EPUSDEO, 1852, capitanejo ranquel, hermano del capitanejo Canué,y suegro del cac
Calvaiñ (Galbán). Tengo un solo dato de él: Ese año se presentaron con el Cnel. Manuel Baigiorria
al Gral. J.J. de Urquiza (Memorias de Baigorria)
EQUILIMA o Esquilita, 1552, cac. Huarpe. Fue dado en merced a Juan Cuevas por el
conquistador de Valdivia. El documento señala su asiento así: “ de tierras de la Cordillera de la
nieve, en el Valle que se dice Nahuel Turata” (J.T.Medina Doc. XV p. 308)
EQUÍN, 1573, cac. comechingón de Eluj Sacat, en Calcite, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p.48)
EQUÍN o Euquén, 1810, cac. ranquel quien se presentó en Salinas Grandes, cuando el Cnel
Pedro A. García llegó allí con su importante expedición. Lo nombra en su Diario el día 19 de
noviembre (Col. De Angelis T.III 1935)
EREGUERE YÁN,1707, cac. puelche pampa. Decía que provenía de la zona de las laguns
Lep Lep, al sur de Córdoba, donde antes había montes de achiras. Según Casamiquela sus hijos
eran Chaiqueo, Fransquito, Milandelgul e Ignacio Sacahueque. Los clasifica (tan característico en
él) como tehuelches del Norte. En 1707, el estanciero Antonio Hernández Garay se internó en la
Pampa para fundar una estancia grande en plena tierra india. Sus peones y vaqueros entraron en
378
combate con los indios y fueron muertos, lo que sucitó un gran proceso en Córdoba contra los
“indios alzados”. Se decía además que el cacique reducido Liquid había invitado a los caciques
pampas al malón, a fin de vengar la prisión y deportación del querido cac. Mayu Pulquiyá (1705).
(Ver Liquid) Sí, estaban reunidos en consejo en Las Pulgas. Entonces, el Capitán General D.
Esteban de Urigar resolvió expedicionar contra ellos para escarmentarlos. Recién meses más tarde
pudo realizar su expedición a la Pampa y trajo prisioneros a los caciques Milancoayocán,
Ereguereyán e hijos, a Andrés Liquid y otros más. Nueve caciques fueron llevados a la cárcel de
Córdoba; otros, entre ellos tres hijos de Ereguereyán, fueron condenados a “minas perpetuas” en
Salta. Al año, es decir, el 29 de Julio de 1709, los caciques encarcelados lograron escapar de la
prisión y entraron a la iglesia de la Merced de los Padres Dominicos, pidiendo asilo. Los Padres
reconocieron el derecho de asilo; pero el gobernador pidió y exigió que regresaran a la cárcel,
ofreciéndoles bajo juramento garantías de que no los matarían. Pero, pocos días después, durante la
noche, fueron asesinados todos, pues los balearon a los enjaulados desde el techo abierto. (¡Horror!)
Así muieron los caciques Ereguereyán y sus compañeros pampas. (P.Cabrera: Tesoros del Pasado
Argentrino; la cruz en la pampa, 1929 p. 99 y P. Grenon: Los Pampas, 1927) En un doumento de
1708 se nombran sus hijos :Ignacio, Marcos, Frasquito e Illugú.
ETIMOL: Quizás Nguerro o gnerre: zorro, pu: sol y Yan
ERRE PU ENTE, 1787, cac. pampa ranquel del que da noticia el informe del excautivo
Blas de Pedrosa (AGN S. IX. 24-1-8 y 9-1-3 Había sido cautivo del cac.ranquel Antuán). 1806, en
oportunidad de la invasión inglesa, ofreció sus servicios al Cabildo de Buenos Aires, junto con los
caciques Epumur y Turuñán. Por años mantuvo relaciones pacíficas con el gobierno patrio. (AGN
IX 1-5-9; Cruz de Guerra 25.9. 1808) ETIMOL: Erre :zorro; Pu: plural ; Antu: sol
ERMULAO, 1834, cac. huilliche chileno, que en septiembre de ese año participó del malón
que llevaron los caciques Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y Tranamilla a los borogas de Rondeao
y Melín en el Asalto de Masallé. (ver cac. Rondeao).
ESCA CACHI, 1588, cac. comechingón de Esca Cachi, Calamochita, Córdoba;
encomendado de Palencia (Montes p.79)
ESCALANTE, 1798, cac. al Norte de la Patagonia, según el diario del viaje desde Puerto
Deseado hasta Río Negro de Francisco González (ed. Vignatti, 1965 p.65). Puede ser que se
llamaba también Escaquén, que se presentó 1782 en Río Negro (Entraigas: El Fuerte del Río Negro
p. 196)
ESCA LOPEN, 1580, cac. querandí al Norte de Buenos Aires que figura en el reprtimiento
de Juan de Garay, publicado por A. Tanix en Rev. Museo Mitre 1951 y 1953
ESTANISLAO, o Chamilao, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla en su
libro Excursión a los Indios Ranqueles. Pero figura también desde 1864 en documentos militares
(AEM. 14.7.64) Había ido a malonear, cuando el cacique Mariano Rosas estaba gestionando un
tratado de paz con el Coronel M. Baigorria A su regreso, el cac. Mariano Rosas y Ramón Cabral
querían quitarle el arreo. Pero entonces vino una delegación chilena, a cuyo servicio Estanislao
había ido a malonear y por eso los dos caciques suspendieron su intento. G.A. Terrero afirma que
Estanislao era muy querido y que alcanzó mucha edad. No sé de dónde sacó estos datos.
ESTENCE, 1561, cac. huarpe del Valle Güentata, uno de los principales que encomendó
Pedro del Castillo cuando estaba fundando a Mendoza (Rusconi, C. IV 153)
ESUMPIL, 1858, cac. ranquel. La única referencia de él, creo, nos da una carta del cac.
Juan Calfucurá al Coronel Manuel Baigorria, el 4 de nov. de 1858, en la que dice, que unos
comerciantes cristianos habían ido a los ranqueles con aguardiente y que les han despojado y han
muerto al cacique Esumpil. (AGN S.VII 14-3-14, T, 152 p.97)
EUCA LLÁN, 1808, cac. ranquel en Cruz de Guarra (Part. de 25 de Mayo). Es llamado
cacique amigo junto con Epùmur ( AGN IX. 1-5-9; 25.9.08)
EVID NAVIRA, 1592, cac. comechingón de Cochue Nin, Valle Concarán, Córdoba;
encomendado de Zurita.
EVIN GUÁN o Evinguanao, 1810, capitanejo pampa ranquel, hijo del cac. Epumur, sobrino
del cac. Quinteleu, a quien acompañó en 1811 hasta Buenos Aires, para presentarse ante el
379
Triunvirato. (Walter: Conquista del Desierto ed 1964 p. 174) En 1813 estuvo de nuevo en la Capital,
ofreciendo la paz y su apoyo “en nuestra causa”. Cuando el chileno J.M. Carrera reunió a los
caciques y tribus de la Pampa para que lo acompañaran en sus vandalicas expediciones, Evinguán
se mantuvo adicto al Gobierno de Buenos Aires, junto al grupo pampa conducido por el cacique
Nicolás Quintana (Comando Gral. del Ejército: ob. cit III. P. 216)
EVISNERU (Evisnavira), 1594, cac. Comechingón del Valle de Conlara, mientras se funadó
la población de San Luis. Pablo Cabrera enumera como compañeros a los caciques Sacaguanán,
Caymbel, Chamera, Cotina, Vipuchita y otros. (aborígnes del país del Cuyo p. 96). 1604 los
encomenderos se plaitearon por las tierras del cac. Evisnerü (R. Pastor: La guerra con los indios en
la jurisdicción de San Luis)
FARÍAS, 1870, capitanejo boroga del cac. Pincén (de Vuta Piseñ) y yerno del mismo,
porque se había casado con la mayor de sus hijas. (Farías, José 1880 estuvo en el vecindario de
Junín)
FARÍAS, Juan, 1875, capitanejo boroga de Pincén (creo). El 27 de marzo dio aviso que los
indios de Catriel en el Fuerte Lavalle se iban a sublevar. Y así ocurrió meses más tarde (AEM
27.3.75)
FARÍAS, Lisandro, 1875, capitanejo boroga en comisión de paz llegó a Junín para hablar
con el Cnel. Borges. Cuando llegó, toda esa comisión fue tomada presa y fue llevada a la prisión de
Martín García y más tarde incorporado al Regimiento 1º de Artillería, a pesar de que el cacique
Justo Coliqueo había hecho gestiones para su liberación, pues era cuñado. (AEM. 2.7.1875) En la
tribu de Coliqueo había algunos parientes (ib. Nº doc. 7057)
FARÍAS, Patricio, capitanejo de la tribu de Pincén, hijo de José Farías. Éste estaba casado
con una de las hijas menores de Pincén (D. Schoo Lastra, un artículo en La Prensa. y Hux: La lanza
de Pincén y la reverada en el rancho del Campo de la Cruz, en Rev. Historia de Junín Nº55, 1973 y
Hux: Gnealogía de Pincén)
Durante la gran persecución de los expedicionarios al Desierto, se entregó junto con Pancho
Pincén y Pichi Pincén. Con numerosos indios fueron llevados presos a los cuarteles viejos de Junín.
Allí sufrieron hambre y los horrores de la peste de viruela. 1880, los que habían sobrevivido fueron
repartidos en las estancias del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires. 1881,el Ministro de
Guerra, el Gral. B. Victorica, autorizó a la municipalidad de Junín comprar dos chacras para
entregarlas al caciqaue Nahuel Payún y a los capitanejos Cheuquelán, Farías, Neculpán y Juan
Negrete (M.Hux: Los indios del Campo de la Cruz. En Rev. Historia de Junín Nº 46 sept. 1972 p.
14-19. Patricia Farías, casado con Isabel Pincén, crió una respetable familia, cultivando muy
buenas relaciones con el vecindario de Junín. (D.Schoo Lastra: La India Isabel: en La Prensa, cuyo
recorte tengo, sin saber la fecha) Su parentela se extendió también en la tribu de Coliqueo en Los
Toldos (M.Hux: La Composición de la población de la Tribu de Coliqueo; ensayo genealógico,
manuscrito).
FARÚ, 1839, capitanejo huilliche del cac. Mircán. Lo conocemos únicamente porque tomó
parte en la batalla de Tapalquén, el 20 de Agosto de 1839 (AGN S.X. 27-7-6)
FAUSTINO ver Huenchuquir, Faustino (el diplomático de la pampa)
FAUSTO o Faustino, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita, antes de Llanquetruz.
Figura en el tratado de paz del cac. Mariano Rosas (Está también en la Lista del P. Donati)
FAYPO, 1582, cac. guaraní trasladado al distrito de Buenos Aires y encomendado por Juan
de Garay a Fernández de Zárate. Garay vino con unos mil indios guaraníes en 1580 a Buenos Aires.
FELICIANO, 1878, capitanejo ranquel que cayó en la red de los expedicionarios al
Desierto de la División de Rudesindo Roca (Olacoaga I. 118: 25.11.78)
FELIPE, 1593, cac. huarpe (?) de Mendoza. Don Felipe era encomendado de Alonso Videla
(Arch. Mend)
FELIPE, 1830, caciquilla puelche o tehuelche del grupo del cac. Negro. Con éste
acompañó, en 1827, al Cnel Federico Rauch a su expedición “punitiva” a la Sierra de la Ventana
(AGN X. 27-7-6: 30.4.30) El 19 de noviembre participó con 30 caciques al parlamento de paz
convocado por J.M. de Rosas en Tandil AGN X. 23-9-4). Durante la campaña de Rosas en el año
380
1833, era considerado como cacique amigo. Y como se había destacado en esa Campaña, recibió de
Rosas una especial gratificación (AGN X. 24-7-10)
FELIPE, cac. pampa del cac. Panancio Cañiupán. Figura entre los caciques Calfiao,
Canuanté y Petí. Actuaba en la zona de Bahía Blanco. Su hijo mayor se llamaba Millaqueo y su
sobrino, Aquiner. (AGN X, 18-4-8: 1852) Fue él que avisó en agosto de 1837 en Bahía Blanca que
se preparaba un malón. Venancio Coñiopán era su pariente (quizás hermano) que fue muerto en
1836. Por eso vino el malón de revancha al año. (Ver Venancio Coñiopán)
FEMÍN o Famín, 1801, cac. pehuenche. Varias veces llegó a Mendoza para visitar al
Gobierno (Comandancia Gral. del Ejército II p.1889 (Quizás se llamaba Fermín)
FERCU LLÁN, 1789, cac. huilliche de Neuquén quien ese año sucumbió en la batalla que
se dieron los indios de Pichintur cuando fue a liberar al cac. Currilipí, sitiado por los huilliches.
(Arch Mend. Carp. 86 y Sosa Morales: El muy maganífico Señor José F. Amigorena p.87)
FERNÁNDEZ, José, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. Figura en la Lista sel P.
Donati, donada al Museo del Indio en Los Toldos.
FERNÁNDEZ , Manuel, alias “El Sordito”, 1874, capitanejo de los indios amigos de
Catriel. Con este cacique compartió una historia muy difícil. La última noticia es que estaba en
servicio en el Fuerte Lavalle, antes del sublevamiento de los indios allí establecidos.
FERNÁNDEZ, Santos ver Huenchul
FERRADA, Agustín, 1872, cac, picunche del Neuquén que hizo un tratado de paz junto con
el cac. Caepí. Vivía en Las Barrancas (Neuquén)
FERREYRA, Juan José, 1879, capitanejo ranquel que fue capturado por las tropas
expedicionarias del Cnel. Hilario Lagos (Olascioaga II p. 202: 10.6. 79)
FERREYRA, Manuel ver Pichihuinca, cac. amigo de Catiel
FERREYRA, Martiniano, alias Melillán, 1828, nacido en 25 de Mayo y murió 1878 en Los
ToldosProv.Bs. As.). Fue capitanejo de la tribu boroga de Coliqueo. Parece que se incorporó en su
oficialidad en 1869 (Comisión Investigadora de la Tierra de Coliqueo p.58) Estaba casado con
Eustaquia Seguí y en segundas nupcias con Llanqueifil, viuda del capitán José Baldebenitez de 25
de Mayo. De allí su apellido Ferreira. Era hermano de Josefa Ferreira, de Rosa Ferreira alias
Quieillán y de Epullán, De todos ellos hubo numerosa descendencia en la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos (Ver Hux: Composición de la Trbu de Coliqueo y algunos ensayos genealógicos, inédito)
FERREYRA CURRUPÁN ver Currupán
FILIPÍN, Mauricio, 1980, cac. neuquino de una de las 23 agrupaciones reconocidos por
decreto de 1964 J. Raone reprodujo su foto en “Neuquén, la Provincia de los grandes lagos.” Ed.
Siringa 192 p. 39. (En Chacal có Sur)
FILU MIL, 1906, cac. araucano, hijo del cac. Lienán de Temuco quien se casó con la
“bruja” de Huallo, según investigaciones de T. Guevara.
FINACÚ, 1852, capitanejo salinero del cacique Dominí. Ese año vino en comisión hasta
Azul. Capdevilla, R.: Rosas y Belgrano p. 103)
FITUGÚN, 1791,cac. araucano de la zona de Villa Rica. Ese año vino a la pampa con otros
caciques y 96 indios para incorporarse en la tribu de Lorenzo Calpisquis de la zona del Bolcán
(AGN. S.IX 1-5-1: Ranchos, 27,8.91) Los caciques acompañantes eran Caneculú, Topalasquén y
Maricol.
FLACO, Manuel, 1678, cac. pampa, nombrado por el Gobernador A. Robles, quien salía
casi anualmenmte a “recoger” indios para las encomiendas del distrito de Buenos Aires. (Robles; en
Documentos históricos Geogr.ficos Ed. 1941 p. 306)
FOYEL: 1869, cacique manzanero (huilliche) del Neuquén. Según R. Casamiquela, Foyel
era pampa; primo hermano de Inacayal del Lago Huechulafquén. Era hijo mayor del cacique
Paillacán. De él habla el explorador G. Cox (Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia,
1862-63, p. 214). Lo encontró en una borrachera en la tribu de Huincahual. También otro
explorador inglés, Ch. Musters, lo halló cerca del lago Nahuel Huapí. Conoció su toldo y su familia
y conversaba con él. El es quien nombra a su padre. El le contaba que había nacido en 1825. Le
hablaba de su proyecto de poblar y explotar la Isla Choele Choel para comerciar con Valdivia. En
sus tierras había cristianos valdivianos y su secretario, Antonio Guaitú, era un chileno educado por
los Padres misioneros (Musters: Vida entre los Patagones, ed. trad. 1964, p. 387). Musters, así como
Francisco Moreno lo caracterizan como hábil cazador. Las tribus de Foyel y Quintuhual vivían en
paz con los tehuelches e incluso aceptaron al cacique Casimiro como cacique principal del sur. En
1875 vivía Foyel sobre el Río Chubut a diez leguas de Chiquichano. Hubo una cierta rivalidad entre
Foyel y el cacique Saihueque, quizás porque no participaban de sus fiestas y se había alejado de su
dominio (Musters, p. 316). Foyel selló un tratado de paz con la comandancia de Carmen de
Patagones. No tenemos conocimiento del documento, pero figura en los contratos de los
proveedores que, en nombre del Gobierno le debían entregar raciones: "100 yeguas al corte, 150
libras de yerba “paranaguá”, 500 libras de fariña, etc." (AEM, Libro de Contratos de Contaduría
1877,1878 y 1879. p.132-202)
Cuando la Conquista del Desierto se extendió también sobre la zona austral y los Andes del
Sur, los caciques se unieron con Sayhueque, con la esperanza de poder resistir a los ataques
militares, y continuar así en paz como el cristiano les había prometido en sendos tratados. Se
presentaron a su vez Foyel, Inacayal y Chagallo con bandera blanca al comandante Bernal en
Carmen de Patagones pidiendo protección. (Raone, “El Pampa Ferreyra, 1980, II., p. 161)
Las tropas expedicionarias del general Conrado E. Villegas, sin embargo, invadieron sus
tierras. Entonces se unieron más aún a los hermanos manzaneros, comprometiéndose a pelear hasta
la muerte. Foyel, Inacayal y Chagallo tenían entonces, en Diciembre de 1883, unos 350
383
combatientes. Foyel estableció sus toldos cerca del Río Tecka. Cuando se les acercaron
exploradores galeses, los mataron: por eso se dio a la región el nombre del Valle de los Mártires. En
esas zonas inhóspitas sufrieron hambre en tal medida que decidieron entregarse a las tropas
nacionales. El 3 de Octubre de 1884 se presentaron al coronel Lassier, tanto el cacique Foyel, como
Inacayal y Chiquichano, algunos capitanejos y 66 indios de lanza, pidiendo piedad. El coronel
retuvo a los caciques y envió a Chiquichano con una escolta al mando del teniente lº Francisco
Insay para buscar a las familias. Estas se resistieron a entregarse en calidad de prisioneros y hubo un
breve combate en el que se destacó el hijo del cacique Chiquichano, el 18 de Octubre de 1884. El
saldo del encuentro fue que mataron a 36 indios y llevaron prisioneros a un capitanejo, siete indios
y 120 de la chusma (AEM, Doc. 8480, fha. 12.11.84). Este fue el último combate que se libró en la
Campaña del Sur. Los caciques se rindieron en Junín de los Andes, el 1° de enero de 1885, y las
familias se presentaron allí mismo en Febrero del mismo año. (Informes de Villegas en Memorias
del Ministerio de Guerra, 1884/85)
Durante ese mismo año, los caciques fueron trasladados a Buenos Aires. Francisco Moreno
consiguió el permiso de llevarse al cacique Foyel al Museo de La Plata con algunos familiares,
seguramente con la esperanza de utilizarlos para estudios etnográficos. Allí les sacaron fotografías,
a él, a su esposa y a su hija Margarita y grupos familiares que fueron publicadas por Alejo M.
Vignati ("Iconografía Indígena" I, en Rev. del Museo de La Plata, Nº 10, 1942). Foyel decía y
repetía que sus tribus eran nómades, pero que no habían robado ni molestado a ninguno de los
huincas. Que esa era la vida de sus antepasados. Era penoso ver a Foyel y a sus familiares padecer
la nostalgia de la Patagonia. Finalmente, el Gobierno los dejó en libertad y pudieron volver al Sur.
Se afincaron de nuevo en Tecka, donde los visitó el Padre Salesiano B. Vacachina (ver sus
Memorias) y el gobernador Tello. (R. Entraigas, "Una excursión a los indios tehuelches", (1895), en
Historia, año 1, 1965, N° 41, p. 105)
Francisco P. Moreno visitó a Foyel en 1896; lo recibió junto al Río Caleufú, cerca de Tecka,
con muestras de amistad y gratitud. Pobre Foyel... Fue el momento en que recibía la triste noticia de
que debía abandonar el valle de Tecka, porque había sido adquirido por unos señores de Buenos
Aires. (Luis Franco, Grandes caciques de la Pampa, p. 111)
(Etimología: Voye o Voigue: canelo y la "1" verbalizante: ser). Foto reproducida en Vignati,
Iconografía Aborigen, I, La Plata 1942. Hux: Caciques Huilliches y salineros; ed. El Elefante
Blanco Bs.As 2004 p. 376 – 378.
FRAGA, José cac. ranquel. Lo llamaron también “El Coronel Fraga”, como se llamaba el
Cnel Fraga. Su nombre indígena era Nahuel Huirín, según un estudio de José Depetris, Sta. Rosa,
quien publicó también su Fotografía. Pues éste era hijo del capitanejo Gabriel Larsen Huirin, quien
era de la tribu de Raninqueo en La Verde (25 de Mayo) un desprendimiento de la Tribu de
Coliqueo. Su esposa era la hija del cacique Epugner. El capitánejo Huirín en 1872 fue llevado por
Calfucurá en su asalto a La Verde. Alfredo Fraga se casó con Margarita Rosas y viven actualmente
en Victorica (La Pampa) En cambio “el Coronel Fraga” en 1879 fue llevado a la Isla Martín Gracía
y sólo sé por las averiguaciones de Depetris, que concluyó su vida en 1930 en La Pampa.
Mi amigo Don José de Petris en 1995 me mandó una foto en color de los hijos de Alfredo
Fraga, nativos del lote 21 en el campo de la tribu de Luis Baigorrita: de Jesús Fraga, Alfredo Fraga,
Carlos Fraga y Rolando Fraga. Se habían educado en un colgio católico.
FRAGI, Antig, 1833, aparece en las cuentas de Rosas (AGN S.X. 40-7-10: 30.10. 1833 Nº
206).
FRAI PÁN o Frai Pangue, cac. pehuenche al Sur del Río Salado. El Comandante Rodríguez
lo favoreció consiguiéndole una donación de tierra entre los ríos Malalhué y río Grande (Mendoza).
Según cuentan, retribuyó a su bienhechor, ayudándole en sus contrabandos, custodiando hasta a los
gendarmes desarmados (Sosa Morales: El Comandante Rodríguez 1968 p. 18 y 67)
FRANCISCO, 1779, cac. tehuelche del Río Negro, según informa J. Viedma al Virrey J. de
Vértiz. Enumerando las tribus comarcanas del Río Negro, decía: “en la margen de este río, por la
parte Norte, hay otro cacique, llamado Francisco con 35 tolderías de Tigüelchús. Dentro de poco
esperan al cac. Julián de la Bahía San Julián” (AGN IX 16-3-2 y Comandancia General del Ejército
I. p. 297). El 10 de Noiembre de ese año, entró el cac. Francisco en el Fuerte del Río Negro a
384
caballo y muy embriagado. Y como el centinela quiso atajarlo, lo atropelló. Viedma lo hizo atar,
pero luego salió en defensa el cacique llamado Capitán. Entraron en una conversación acalorada.
Viedma astutamente apostó una muchacha que entendía su idioma y así se enteró de un plan
siniestro. Francisco esperaba la incorporación del cacique Negro del Río Colorado para atacar
juntos a los españoles. Viedma quiso prevenmir al peligro y dispersó a la indiada, antes que se
incrementara su número.
En abril de 1780 apresaron al cacique Francisco de nuevo, por noticias de que sus indios
habían robado caballos. Vino la intérpreta Teresa para pedir al Comandante la libertad de su
cacique, la que se le concedió el 17 de abril, porque también el cac. Negro se había empeñado por
él. (Entraigas: El Fuerte del Río Negro p. 102) El mismo autor nos cuenta (p. 281) cómo fue
muerto, pues dice que el Sargento Boves de Carmen de Patagones salió en busca de aventuras y
hazañas; invadió la toldería del cac. Francisco “para cazar indios y chinas”, Se defendieron con
palos y lo que encontraron a mano. El cacique fue muerto junto con siete indios y siete de la
mujeres. Otro autor cree que fue atacado en diciembre de 1784 por el Piloto Juan de la Piedra y
cruelmente degollado durante una arrogante expedición; pero éste no volvió de las Sierras de la
Ventana, pues su tropa fue rodeada y los más responsables fueron lanceados (Yaben: Biografías
Militares II p. 811; Best: Guerras Argentinas p. 319; AGN IX. 8-1-16) Yo creo que se trata de un
mismo hecho. Loreto Galvez decía en 1784, que los toldos del cac. Francisco estaban a 20 leguas de
Patagones y que eran indios atrevidos y de malos sentimientos. Había que sorprenderlos y traerlos
prisioneros al Fuerte. Entre tanto convenía entretenerlos con regalos. Y agrega que Boves fue
encargado de llevarles el “insulto” y que salió con 21 hombres…(AGN.ib.) y así se hizo.
FRANCÉS, O Francisco Huascao 1865, cac. tehuelche que hizo un tratado de paz, junto
con otros caciques tehuelches en Buenos Aires, el 15 de Julio de 1865 (AEM. Doc. 826). Fue
sucesor del cac. Francisco, quien murió en Buenos Aires, mientras hacía las gestiones por un tratado
de paz. Los caciques se obligaron a “ceder el Valle del Chubut para la Colonia” (galesa). Juan
Cornel, el Capitán encargado de los indios amigos, se dirigió en nota al Cnel. Murga para decirle,
que el Exmo. Sr. Vicepresidente de la Nación, D. Marcos Paz, había dado autorización verbal al
Ministro de Guerra para proveer los artículos y vestidos que les iban a regalar al cacique y a cuatro
capitanejos y que los transportarían en el bergantín Río Negro. Este cacique Francisco se estableció
más tarde con su familia en la misma Colonia Galesa (A. Canclini: en Academia Hist. Nac.
Investigaciones y Ensayos Tom. III p. 92)
FRANGOL (prob. Rangol), 1870, capitaejo ranquel. Lucio V. Mansilla lo menciona (ed .
1890 p. 574)
FREPALLÁN, 1846, cac. pehuenche amigo del Sur de Mendoza. También él fue invitado a
Chile a participar de la guerra con Zúñiga. Temiendo males, que le hicieran lo que han hecho al cac.
Guzmané, se pusieron en marcha, “pero volvieron antes de cruzar la Cordillera por miedo a
sucumbir en el camino” (Arch. Mend. Doc. 12 : 24.1..1847)
FRUCAL (prob. Trucal), 1851, capitanejo salinero de Calfucurá (AGN S.X. 20-10-4:
20.12.51)
FRUELCHÉN, 1840, capitanejo pampa, incorporado al ejército en la División Sur del
Cnel. Granada (AGN. Biedma VII. 10-4-14)
FUELLEF , o Hüellef), 1833, cac. pampa pehuenche; vivía cerca del cac. Barbón., sobre el
Salado. En abril de ese año fue muerto por la columna expedicionaria mendocina con 30 indios
más. (Diario de J. Velasco en: Rev. Junta Est. Hist. Mendoza V. 1937)
GABRIEL, (Graviel), cac. Huarpe, 2.6. 1690, soltero; encomendado a Antonio Pereda en
las Lagunas y Chomes. Su cacique principal se llamaba Pablo (Arch. Mend. Carp. 29 doc.5)
GABRIEL ver Gabriel Rayíñ (Raín), primo hermano de Calfucurá. Ver Ceferino
Namuncurá y su madre, pues una es su “madre” y otra la “madre de leche” : Ignacia Rañín y
Rosario Burgos.
GALELIÁN ver Calelián
385
GALELIANO, 1553, cac. araucano; encomendado en Valdivia, en el Lebo de Cavintuán
(Prov. de Concepción) junto con los caciques Millapoa, Catapala, Chauque y Mallonga (C.Rusconi,
ob cit. IV p. 155)
GALINIANO, cac., 1741 en Salinas Grandes. Era un cacique temido. Sin embargo José
Zárate quiso hacer una expedición por sal. Sabemos sólo que el cacique fue muerto en Julio de
1741, cerca de Luján. ( Cayetano Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina vol IV. p. 524)
GALÚN, 1838, cac. araucano que participó en el asalto de la tribu de Llanquelén en Junín
(BA) junto con los caciques Quintocuray, Carmelina, etc (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín
p.66 y Hux: nota biográfica de S.Llanquelén)
GALVÁN ver Calvaiñ
GALVARINO, 1557, cac. araucano. El Gobernador chileno García Hurtado de Mendoza se
había dispuesto a internarse con su ejército español para traspasar la tierra mapuche. Pero numerosa
indiada se le opuso en Lagunillas. Hubo una encarnizada batalla, en la que el cacique Galvarino fue
apresado; y para dar un ejemplo de escarmiento, los españoles le cortaron las manos y lo
despidieron. Comenta el Padre Campos Menchaca en su libro : Nahuel Buta (p.55) que es
desagradable encontrarse en la historia con hechos de tales crueldades, cuando esos hombres
defendían su libertad y su tierra. Alonso Ercilla y Zúñiga en su gran poema “La Araucana” ensalza a
este cacique como ejemplo de virilidad mapuche (Canto XXII). Efectivamente fue héroe, pues, así
mutilado, se puso de nuevo frente a sus conas infundiéndoles gran valor para la lucha. En la batalla
de Millarapue fue tomado prisionero por segunda vez y no le perdonaron la vida.
ETIMOL: Calvú :azul; reni: lanza (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 529)
GARAY O GUERAY ver Lorenzo Coliqueo
GARCÍA, 1872, capitanejo pampa de Catriel (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 6552) El nombre
completo es Manquén García (AEM doc. Nº 1232)
GARCÍA, Bibiana, alias Reina Bibiana, 1878, verdadera jefe espiritual del resto de la tribu
de Juan José Catriel. Este grupo ha sido deportado, después de su rendición, primero a Conesa y
luego a tierra inhóspita de Peñas Blancas en Río Negro. 1903 solicitó al gobierno nacional las
tierras de Peñas Blancas. Les dieron esa tierra árida y sin agua. El ingeniero Juan Benigar, quien
vivió algunos años con esta parcialidad indígena, describió su miseria en un libro que sólo
parcialmente ha sido publicado con el título : “El Calvario de una tribu” (En Rev. Biblos, Azul 1926
Nº11. La foto de la Bibianay su delegación en Caras y Caretas 1899 y reprod. en: González,
M.H.Catri Mapú, 1967.
GASPAR, 1690, cac. pehuenche en Corocorto (Mendoza), entonces de 34 años; casado con
Constanza y encomendado a Catalina Roca (Arch Mend. Carp. 29 doc. 6)
Gaspar ver Goico
GALLO, Cristóbal, 1740, cac. puelche serrano. Era hermano del cac. Cangapol (Bravo).
1741 aceptó también la propuesta de un tratado de paz, reconociendo el río Salado como límite del
“país”. (Arch Gral. Ind. 197 Bs. Aires 302; nov. de 1741 y Arch Gral. Ind. 168 Charcas 317 (1744)
y 221.
GALLO ver Chagallo 1881 cac. tehuelche.
GALLUPA, 1831, capit. chileno del cac.Venancio Coñuepán (AGN Biedma VII 10-4-14)
GAUQUINER (prob. Guayquiner), 1879, cac. ranquel huído y refugiado en las tolderías del
cac Purrán.
GAYCHUL, Felipe, 1821, cac. ranquel. Ese año lo mandó el cac. Lienán a Buenos Aires
para avisar al Gobierno que el cac. Curritripay estaba dispuesto a aceptar la paz. (Rev. Todo es Hist.
Nº 7 p. 30)
GEIJEIYÚ (mala grafía, seguramente), 1750, cac. puelche al que conoció el P. Falkner (De
Angelis I. 332)
GERARLUÍN (grafía dudosa) 1603 “cacique de la Sierra, junto con el cac. guaraní
Tamendicú en las islas, fueron encomendados por Hernandarias de Saavedra 6.2.1603 al capitán
Vítor Casco de Mendoza, conquistador y poblador de Buenos Aires” (Registro Estadístico Bs.As.
1860 p. 35)
General ver Querenal
386
GERÓNIMO, 1617, cac pampa en la primera Reducción de Río Cuarto (Grenón: Los
Pampas, 1927 p. 16)
GÉREZ, Godoy, 1874, capitanejo pampa ranquel que figuraba en el escuadrón de “Indios
Amigos” de Olavarría.
GERVASIO, 1882, cac. huilliche del Neuquén. Su toldería y la de Nahuelquiel y de
Antener, estaban cerca de Huechu Lafquén. Allí los buscó la columna expedicionaria del Tnte, Cnel
Moritán, el 27 de diciembre de 1882. No los encontró, porque habían huído a tiempo. El Cnel. Roa
los buscó de nuevo en febrero de 1884, durante 18 días de marcha y tampoco pudo encontrarlos.
(Walter: Conquista del Desierto ed. 1964 p. 706 y 737)
GINEAO, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir. Había participado con éste en
la Guerra a Muerte en Chile; emigró con él y sucumbió en la cruel matanza en Languillú, el 26 de
abril de 1836, en la que las tropas mataron a 250 indios que se habían declarado “amigos”
(Comandancia Gral del Ejército ob. cit. IV p. 374)
GIRACHE, 1573, cac. comechingón de Calabini, Ansenusa, Córdoba; encomendado de
Villegas (Monte p. 91)
GODÍNEZ, Gaspar, 1579, cac. mendocino, heredero del cac. Yauqueta (Cheuqueta) ya
difunto. (J.T.Medina, Colección Documentos inéditos II. 1959 p. 463)
GOICO, Don Juan, 1723, cacique puelche. Cacique amigo de los españoles. Fundador de
una larga dinastía de puelches ubicados entre los pehuenches del sur de Mendoza. En 1713
poblaron ya un púcará en la característica zona de “El Escorial”. En 1751, cuando se trató de
fundar la Reducción de San Francisco del Espinillo en Río Cuarto, se propuso llevar allí a la gente
de Goico con la de los caciques Ucacha, Morcoyán, Colcolián, seguramente por su carácter manso
(P. Cabrera: Tesoros del Pasado Argentino: La Cruz en La Pampa. p.54). Pero parece que no fueron
trasladados, pues el 28 de noviembre de 1753 hubo otra propuesta (Arch. Mend. carp. 29 Doc. 21):
Una representación de hacendados pidió al gobierno de Mendoza que los retiraran al otro lado del
Río Diamante: que, a pesar de que vivían entre cristianos, eran borrachos y polígamos y robaban en
las estancias. Creo que, si los Goico hubiesen escrito sus quejas e historia, podríamos juzgar más
equitativamente la situación.
Por entonces Dn. José Francisco de Amigorena fue nombrado Comandante General y
Maestro de Campo y más tarde, Gobernador de Mendoza. Era severo y eficaz en sus gestiones.
Conforme al espíritu de su época, atacó a las tolderías para “someterlas” y llevar luego a los
sometidos y escarmentados a nuevas conquistas. Torre Revello en: Aportación para la biografía de
Don José Francisco de Amigorena, en RHAA Mendoza vol III p. 16, afirma, que a los hermanos
Goico encargó ver al cac. Carripilún, porque había invadido a Mendoza a corta distancia de
Mendoza.
En abril de 1779 Amigorena hizo su primera expedición al Río Diamante y al Atuel. (Arch.
Mend. carp. 86) Esta “expedición de castigo y apaciguamiento”. tocó también a la tribu de Goico. Y
peor fue la del año 1780 (Arch. Mend. carp. 107: ed. Col. De Angelis V.1835, p.103-115).
Amigorena venía a vengar —decía— e1 último malón sobre Río IVº. Encontraron a mil indios
quienes echaron una bandera blanca al viento, dando a entender que no querían guerra, que estaban
en paz. Había 21 “mandones” e intérpretes que se pusieron en contacto con Amigorena. Pero el
quinto día les dio un ataque sorpresivo y les mató los caciques y muchos indios: otros lograron huir.
Allí debe haber muerto Dn. Juan Goico, como también su pariente, el cacique Güentenao, porque su
hijo Marcos estaba casado con Doña Ignacia Güentenao.
GOICO, Pascual, 1790, cacique puelche. Uno de los hijos de Juan Goico. Juan de Videla
habla, en una carta el 30 de abril de 1790, al Gobernador José F. de Amigorena: de Don Pascual, el
Goico y su familia.
387
GOICO, Marcos, 1780, cacique puelche. Hijo de Don Juan Goico y su sucesor. “Era
valiente y de singular estatura y llegó a superar los cien años de vida. Desde 1780. es decir, desde
que asumió la jefatura de su tribu, vivía en paz con los españoles y el Gobierno de Mendoza. El 16
de diciembre de 1782 el cac. Marcos Goico firmó un tratado de paz; también firmó su hijo
Antepán y los caciques puelches de la tribu de Roco del Río Diamante [Yo tengo copia de ese
tratado]. Tenía su toldería en la zona del Río Diamante y el Atuel. (Rusconi, C: “Ultimos reductos
de los caciques Goico”. en Rev. Mus. Hist. Nat. Mendoza 1956). Sin embargo es llamativo que los
documentos de la guerra Pehuenche desde 1787 a 1797 no hablen de él. Recién al fin casi de esta
guerra, Marcos Goico tomó parte en los parlamentos de paz (carp.30 doc.34 San Carlos. 12.8.97 y
1798). después del Gran Parlamento en que se reconciliaron los pehuenches y huilliches,
Amigorena confió al cacique Marcos Goico la misión de traer a los caciques ranqueles y a su toqui,
el cacique Carripilún a sellar también su paz. Le mandó a ellos, porque le unía a ellos cierto
parentesco. Y Don Marcos llevó la misión con éxito a cabo. El 30 de Junio de ese año, acudió
Carripilún con mucha indiada a ese otro histórico parlamento en el que Amigorena hizo y deshizo
las paces. Allí concurrieron también los hijos de M. Goico. los caciques Vicente y José Goico.
(Arch. Mend. Doc. 43 y 46).
Los Goico, en adelante, fueron bien vistos en Mendoza. 1801 la visitaron, llevando la queja
de que les habían muerto a un hijo de Don Marcos. Y otra vez. en 1803. vinieron José Goico, 7
caciques y 3 capitanejos con la cacica María Josefa Roco, para quejarse del atropello que pampas y
pehuenches les habían infligido. (Comando General del Ejército: ob.cit.II p. 190) 1805. Don
Marcos Goico estaba muy en favor de la fundación del Fuerte San Rafael. Su hijo cedió para ella la
tierra necesaria y firmó el tratado de paz con el Comandante M. Telles Meneses. (Arch. Mend. doc.
19: 3.5.05). Los indios del Diamante confiaron mucho en su cura mapuche, el franciscano fray
Francisco Inalicán. Las crónicas de Mendoza anotan otra visita de los Goico para el año 1808,
porque volvieron a renovar el tratado de paz junto con los caciques Manquepú, Guanquenán y
Putrui.
En tiempo del Gobernador D. José de San Martín aún perduraba la estima y la influencia de
los Goicos que se expresa en un obsequio que les mandó, el 2 de mayo de 1814 (Arch. Mend. carp.
123 doc. 2). No figura en la lista de los caciques reunidos en parlamento del 23 de octubre de 1814,
en el que el Padre Inalicán explicara a los indios la grave situación de Chile, después del desastre de
Rancagua. ¿Qué había pasado? ¿En qué culpa habrá incurrido? En una nota que el Gobernador
dirigía a fray Inalicán, el 11 de setiembre de 1815, le dice que le indultaba de la pena, siempre que
tanto ese cacique (viejo) como el cacique Vicente Goico se presentaran en el Fuerte San Carlos ante
el Sr. José León Lemos para que los acompañara a la ciudad de Mendoza donde debían prestar
servicios en la tropa durante cinco años. (Draghi, 1944 II p.462 y C. Rusconi: Ultimos reducidos.
1956).
Probablemente tuvo que pagar así su fidelidad a los españoles. Según unos ,habría muerto en
1818, según otros, en 1820.
GOICO, Vicente, 1799, cacique puelche. Era hijo del cacique Marcos Goico y heredero de
su cacicazgo. Tenía entonces ya muchos antecedentes y probada virtud. Había sido capitanejo
responsable de una fracción de su tribu. En 1799 fue escuchado en el parlamento de paz y varias
veces visitó a Mendoza como comisionado. Era amigo del Padre Francisco Inalicán y cuando se
trató de fundar el Fuerte San Rafael, en la confluencia del Río Diamante y del Atuel, él estaba
dispuesto a ceder el terreno para la obra, pues entendía que ésa beneficiaría a su tribu en paz.
Probablemente por una infidencia o imprudencia en favor de los realistas chilenos, en 1815, fue
detenido y condenado al servicio forzoso durante cinco años en el Ejército de los Andes. Ignoro si
también ha traspasado la Cordillera. En 1820 estuvo de nuevo en su tribu en San Rafael. Dos cartas
de Don Pedro Molina al Gobernador hablaron, en 1822, de él. No creo que se haya prestado para las
campañas del resentido General Chileno José M. Carrera, pues seguían como “auxiliares de los
Andes”, en paz con el Gobierno. Los caudillos Pincheiras trajeron muchas agitaciones entre las
tribus allá y acá. Goico se retiró a Mendoza, viviendo en “El Retamo” - dice Rosas en su Diario de
1833 (ed. Sudestada p.150) - Entre 1827 y 1828 hubo grandes malones en el Neuquén y en el Sur
388
bonaerense. En octubre de 1828, el gobernador de Mendoza. Juan Corvalán mandó al General José
F. Aldao para que los atacase, donde los hallara. Aldao, entonces Jefe de la frontera y Comandante
de San Carlos, reunió dos compañías de infantería y cuatro escuadrones de caballería y buscó
también a sus indios “auxiliares” de San Rafael. El 20 de octubre lo acompañaron en el Paso del
Río Diamante, llamado “Los Aucas” o “Paso La Jaula”, cuando de pronto fueron atacados por
tropas pincheirinas, quienes enarbolaron la bandera española. Hubo un encarnizado combate, cuyo
golpe principal sufría la tribu de Goico. El cacique y gran parte de sus conas fueron muertos en la
pelea. Pero como los atacantes también sufrieron numerosas bajas, se retiraron al fin.
Vicente Goico había demostrado con su sangre su fidelidad. Aldao fue decorado con una
Medalla de Oro (D. Hudson: Recuerdos históricos sobre la Provincia del Cuyo. p.192 y Comando
General del Ejército: ob.cit.IV p.209: R. Yaben: Biografías militares. interpreta los hechos al revés,
l.p.92; Sosa Morales: El Comandante Rodriguez:, 1968).
GOICO, Juan, 1828, cacique puelche. Este era un hermano del cacique Vicente y de José
Goico. hijo de Marcos Goico y de Ignacia Güentenao. Después de la muerte de Dn. Vicente, en
1828, le cupo la tarea de regentear a su castigada tribu. También él quiso mantenerse fiel al
Gobierno mendocino.En 1833 tuvo que acompañar con 26 de sus indios la tropa expedicionaria de
la División a cargo del Gral. Aldao. Eran sus baqueanos y exploradores. Juan Goico era de edad
avanzada —dice el Diario de J. Velasco— pero no había perdido su vigor guerrero. “Son nuestros
aliados y pacíficos defensores de nuestra Provincia. A principio de marzo de 1833, Juan Goico se
incorporó con 26 indios baqueanos en el Río Atuel. Y ya el 17 de ese mes atacaron en Ranquilcó la
toldería del cacique Yaupilán. El Comandante Rodríguez, quien dirigía la operación, entregó a
Goico los 39 indios apresados. El cacique había podido huir. (Sosa Morales: El Comandante
Rodríguez, p.22) Al internarse en la Pampa, descubrieron las tolderías de los caciques Barbón,
Picún, Levián y Fuellef, en una Isla. El 14 de abril, los atacaron por sorpresa en Butanilagüé;
apresaron al anciano cacique Barbón y más de 70 indios. En la lucha mataron a los otros caciques y
unos 40 indios que se habían resistido. El Cnel. J. Velasco ordenó al cacique Goico que matase al
cacique Barbón, porque había sido malonero. Juan Goico se resistió por razones de humanidad.
Pero cuando, después de un fracaso, le reiteraron la orden, dejó que sus indios lo mataran. El Diario
de J. Velasco anota para el 16 de mayo de 1833: “Hoy murió el cacique Barbón en las lanzas de sus
indios: su cabeza quedó (expuesta) en un atalaya, a orillas del río para escarmiento de Yanquetruz y
otros pícaros que han dejado de ser fieles a su protector (J. M. de Rosas) (!). Finalmente tuvieron
que volver sin haber escarmentado a los ranqueles de Llanquetruz”.
Según anotaciones del Archivo de San Luis, Juan Goico tuvo que cxpedicionar otra vez, en
abril de 1834, en la zona del Río Barrancas (en el límite de Mendoza con Neuquén).
Junto con el capitán J. A. Rodríguez atacaron en Palas Magüida a unos indios que volvían de
Chile con algún arreo. El cacique Lencatró y 30 indios se les habían adelantado y así les resultó más
fácil tomar la chusma y algunos arreos.
En 1839 Juan Goico se hallaba en San Luis, cuando su anciana madre mandó a su hermana
Indamain y a su sobrina Duchaypill a buscarlo (Carta del 10.6.39). Por otra documentación de 1842
sabemos que seguía prestando servicios y que era racionado. Sus familias eran ganaderas; pero
además explotaban una salina, vendiendo sal en la ciudad. En 1875 vendió la cacica Doña Lastenia
las tierras de las salinas a un cura, llamado Manuel Marco (Arch. Civ. y Admin. de Mendoza) El
cacique Juan Goico falleció bien anciano en 1861, rodeado de sus familiares y vecinos. Conocemos
los nombres de cuatro hijos: Javier. Vicente. Marcos y Juan. Este último fue el heredero del
cacicazgo.
GOICO, José, cacique puelche, era hijo del cacique Marcos Goico y hermano de Vicente.
Ya en 1799 actuaba como capitanejo de esa tribu de San Rafael (R. Diamante).
GOICO, Juan (III), cacique puelche del R. Diamante (San Rafael). Fue el último de los
Goico que gobernaba esa tribu desde 1861 hasta su muerte que ocurrió en 1908. C. Rusconi pudo
389
averiguar que murió en una pelea a armas blancas, sostenido con un tal Lorenzo Moya, puestero en
Ranquilcó (Mendoza).
Cuando el cac. Juan Calfucurá ya se había instalado en Salinas Grandes y formado con
prisioneros o voluntarios, Manuel Grande obedecía a sus órdenes.
Tenía sus toldos en la quebrada de Pigüé. El capitán Manuel Grande era considerado buen
guerrero y disponía de bastante gente. Calfucurá lo buscó para que lo acompañara en algunas de sus
invasiones. En 1854, por ejemplo, Benito Machado corrió para repeler “el malón de Calufucurá y
Manuel Grande". Supongo que acudió también a la batalla en Sierra Chica, en 1855. cuando
Calfucurá y Coliqueo liberaron a los indios pampas de Catriel y Cachul de los ataques del ejército
de Mitre. En fin, se opuso a todas las operaciones del Ejército del Sur. El 30 de octubre de 1857
condujo con el cacique Blanquillo un malón de 500 indios a Quequén y el siguiente día sostuvo el
combate de “Cristiano Muerto” contra el Regimiento “Sol de Mayo”, pero fueron dispersados
(Romeo: Tres Arroyos, p. 35, y Monferrán Monferrán: Batalla de Pigüé- p. 51). Calfucurá no lo
tomó en serio y decía al coronel Yturra en una carta que Blanquillo y Manuel habían ido sin orden
suya. Que no vengará a los que habían muerto, porque habían ido a robar por las estancias de los
391
cristianos (Arch. Salesiano en Bahía Blanca: Legajo Yturra- Paesa B C 3 C :6.11.57). Luego le tocó
a Manuel Grande acompañar a Calfucurá en la gran batalla de Pigüé (15.2.1858), porque fueron
atacados por los porteños, pues obedecían a las autoridades de la Confederación en conflicto con los
de Buenos Aires. Es probable que Manuel Grande haya acompañado a los indios de Calfucurá al
malón sobre Bahía Blanca, el 19 de mayo de 1859, que fue como un preámbulo de la bátalla de
Cepeda.
En 1867 cambió nuevamente la situación de Manuel Grande. Juan Catriel había muerto y su
hijo. el cacique Cipriano Catriel sería el favorecido de los jefes militares de Azul y las tribus de
Tapalquén y Olavarría serían mal vistos. Y la envidia no era tampoco cosa desconocida entre los
indios. El cacique Chipitruz, por ejemplo, no quiso entender que el Gobierno ofreciese la paz y
racionamientos al cacique Calfucurá. Tenemos noticias de que Manuel Grande trató de arrebatar la
ración y la punta de ganado que un hijo de Calfucurá con algunos indios iba llevando hacia Salinas
Grandes (AEM. 15.1.67). No obstante, Calfucurá no quiso romper las relaciones con este cacique
pampa. En diciembre de 1867 requirió una vez más su ayuda, porque quiso que su hijo acompañase
a su comisión a una entrevista con el cacique Coliqueo. No sabían ni los salineros qué proyectos
estaban madurando en la mente de Calfucurá.
En marzo se repoblaron las fronteras con militares que volvían de la Guerra del Paraguay.
En ese entonces se cometieron manifiestos abusos con las tribus amigas de Azul y Tapalquén, como
lo denunciara el coronel A. Barros. Les robaban las raciones; quizás las mismas tropas no las
recibieron suficientes ni a tiempo. También los caciques Manuel Grande y Chipitruz se dirigieron al
ministro de Guerra reclamando por justicia. El coronel Barros indagó sobre las causas de sus
reclamos y tuvo que informar que había abusos. Propuso que Fermín Withe de Olavarría los
racionase. Recordó al Gobierno el pedido del mes de mayo ppdo., de que a los hijos de Manuel
392
Grande (M. Díaz) y de Chipitruz se les otorgase el título de capitanejos honorarios y el
correspondiente uniforme, “ya que están sirviendo en las filas del Ejército desde tanto tiempo”.
Las injusticias cometidas dieron lugar a que los indios hicieran un reclamo espectacular:
Organizaron una pequeña invasión en la chacra del comisario Manuel Andrada, persona que más
escandalosamente les había estafado. El hijo del cacique Cachul e indios de Manuel Grande se
juntaron 800 vacunos y los estaban arreando hacia Sierra Chica. El coronel Barros mandó
perseguirlos y rodear sus toldos. El coronel Conesa fue a parlamentar con los caciques Chipitruz y
Calfuquir en presencia del Sr. E. Withe: “Dijeron que no querían hacer mal ninguno. Le hacían ver
que el jefe de la frontera les robaba las raciones y que por su culpa no les entregaban los sueldos:
que supieron que había sido autorizado para atacarlos y concluirlos. Que por tanto estaban en
alarma con el caballo ensillado, día y noche. Y que no se extrañaban que algunos indios de Manuel
Grande, quien más se siente conmovido, hayan hecho el atropello, en lo de Manuel Andrada. Otro
cacique llegó también a disculparse” (AEM. 3.12.68). El informe del coronel Conesa al ministro
termina con esta frase: “Como creo que la mente del Gobierno es dominarlos por la fuerza, he
creído no deber comprometer imprudentemente el resultado de una operación que debe ser
combinada y general sobre todas las tribus”. (Arch. Estado Mayor No 4.414: Muestra claramente la
situación).
Bajo la presidencia de don Domingo F. Sarmiento, el ejército hizo un gran avance de las
fronteras. Hubo cambio de jefes en muchas comandancias. El coronel Ignacio Rivas y el coronel de
Elías, quienes siguieron actuando en la frontera sur de la provincia de Buenos Aires, siguieron
alabando al joven cacique Cipriano Catriel y miraban con celo a sus caciques que ya no pertenecían
a su obediencia, por maquinación de los jefes militares.
A mediados del ano 1870. el coronel F. de Elía asumió la comandancia de la frontera Sur.
Estimulado por vecinos de Azul, quiso realizar una acción contra los indios amigos de Tapalquén,
similar a lo que el comandante de Bahía Blanca J. O. Llano había hecho contra la tribu de Cañumil,
el 14 de abril del mismo año, pues salió a sorprender a la tribu, apresó al cacique y a la mayor parte
de la tribu, quitándoles, con la ayuda de voluntarios del vecindario, toda su hacienda. Pues se decía
entonces: “Robar a los indios no es pecado”.
El 3 de agosto, el coronel conferenció con el cacique Cipriano Catriel, halagándolo con el
título de “Cacique Superior de todos los pampas”. Al mismo tiempo halagaba a Namuncurá
entregándole raciones, para neutralizar a los salineros (el Gobierno desautorizó esto último). El 9 de
octubre quiso reunir a todos los caciques y capitanejos de la zona. Invitó para la reunión también al
juez de paz de Azul, don José Botana (AEM No 5.072: 16.10.70). El proyecto del coronel y de
algunos comerciantes vecinos era, lo que se expresa en el acta levantada: (publicado en Walther:
Conquista del Desierto. Anexo 8º) “De conformidad general acordaron los caciques y capitanejos
que se hallaban presentes, nombrar como su jefe principal al cacique Cipriano Catriel... y que los
indios que se encontraban independientes a su mando, en lo sucesivo se someterían a la autoridad
de dicho cacique y el que así no lo hiciere, no sólo se considerará rebelde, sino enemigo del
Gobierno de la Nación...”
En el artículo 4º se señaló como disidentes a los caciques Manuel Grande, Ramón López,
Cachul y Chipitruz. Catriel debía por eso convocar a un nuevo parlamento para el 11 de octubre,
para considerar los medios a tomar para someter al cacique Manuel Grande y aprehender al cacique
Ramón López.
La nueva reunión se hizo el 15 de octubre (Arch. Mus. Hist. Nac. N” 5.092 y La Nación,
19.10.70). Esta vez vino también el cacique Manuel Grande con sus capitanejos. “Vinieron con
cornetas al pueblo, dando vivas al Gobierno”. El coronel de Elías los desarmó y depositaron las
armas al pie de Catriel. Este lucía un nuevo uniforme de coronel que le habían regalado: un
sombrero tricornio, una montura con pistolera y un breck fueron otros regalos que se exhibieron. Y
para mayor autoridad, recibió una escolta personal de 50 hombres al mando del teniente Pablo
Tapia.
393
En la reunión se resolvió lo convenido en las reuniones anteriores. Y que se debía someter
por la fuerza a los apartados de Quentriel y Ramón López. Poco después, Ramón López y 26 de sus
indios fueron apresados y sus haciendas llevadas a Blanca Grande.
El coronel de Elías escribió, el 5 de noviembre, al ministro de Guerra solicitando
autorización para hacer arreglos con Calfucurá, Manuel Grande, Quentriel y Ramón López y otros
quienes estaban en rebelión con el superior gobierno e informó que les había dado a éstos un golpe
antes que lo notasen para someterlos sin derramamiento de sangre. Decía que los hizo reconocer la
autoridad de Cipriano Catriel, porque el cacicazgo le correspondía por herencia. (AEM. 5.11.70)
Juan Montenegro, pariente de Catriel. quien conocía personalmente a estos indios, escribió
en 1908 una serie de artículos que se le publicaron en Azul en el periódico El Imparcial. En la 2a y
3a entrega habla de los acontecimientos del ano 1870 y 1871, que resume: “Los indios de Manuel
Grande, Calfuquir y del Adivino, ubicados entre el arroyo de las Nievas hasta Bricole y Navas, en el
centro las lagunas “Frías”. “Rojas”. “Obligado” y “Burgos”, resolvieron darle un golpe a Catriel y
al coronel de Elías. Los invitaron a un baile y asado; pensaban, apresarían al coronel y cargarían
sobre el cacique (Catriel). Pero se descubrió el plan. Y el 2 de mayo, de madrugada, el comisario
Manuel Andrada, un cabo y un sargento, se acercaron al rancho del Adivino López, lo penetraron
para... De pronto aparecieron unos indios montados, derribaron al comisario y a los acompañantes y
los dejaron heridos.” No bien lo supo el coronel de Elía, concentró su fuerza, trajo también la que
estaba en Blanca Grande, pidió refuerzos de Nueve de Julio y juntó unos 300 indios de Catriel, a C.
Muñoz, a M. Miranda, la guardia nacional de Azul y a muchos voluntarios de allí y de Tapalquén.
Luego marcharon contra los toldos de Calfuquir, Manuel Grande y Chipitruz. El 3 de mayo, los
diarios de Buenos Aires anunciaron ya que había ocurrido un choque de nuestras tropas con los
indios “sublevados” de Azul. Efectivamente, ese día de Elía cruzó las armas con unos 500 indios
cerca de la laguna Burgos (Cuartel 7º de Tapalquén).
Según el relato de A. del Valle, los indios tapalqueneros habrían atacado primero y con tanta
vehemencia que sólo la aparición de Catriel salvó la situación. Según otros, aquellos indios fueron
atacados mientras estaban parlamentando. Los indios habrían atacado a Catriel, pero no querían
atacar a la fuerza nacional y se retiraron. Los persiguieron hasta Blanca Grande —14 leguas—, pero
las más de las tropas se lanzaron sobre las tolderías y empezaron a arrear indias y haciendas cuantas
encontraban. Catriel y de Elía volvieron “bien pagados”, como tantos otros voluntarios: 80 indios
fueron muertos y muchos apresados y 400 chinas fueron reducidas a prisión. Otros indios se
presentaron a las autoridades de Azul (Juez de Paz) pidiendo protección; otros huyeron hasta los
toldos de Calfucurá. Calfuquir fue muerto y el cacique Manuel Grande fue herido gravemente, de
manera que corría la voz que él también había muerto. (Parte del coronel Joaquín Sosa del 6 de
mayo de 1871).
El 8 de mayo avisó el coronel J. C. Boer, jefe de la frontera Oeste en General Paz al ministro
de Guerra que el día anterior se le habían presentado en el Fuerte el cacique Chipitruz, Manuel
Grande y otros con 550 indios y pedía instrucciones del Gobierno. Decía que las informaciones de
Azul y la de los indios eran contradictorias.(AEM. 8.5.71)
A su vez, el cacique Andrés Raninqueo de La Verde avisó que a causa de una desavenencia
entre Catriel y Manuel Grande 'han tenido una gran pelea” y que, dejando a sus familias, habían
venido a su toldería en número de 300 y 154 de las familias. Decía que el portador de este informe
era su capitanejo Ramón Tripailaf. (AEM.7 y 13.5.71). Avendaño, anotó una página en sus
Memorias sobre estos acontecimientos que él compartió con Catriel, paso por paso y termina: " El 9
de Mayo me recibí de la comisaría de Azul").
Entretanto, se produjo un desentendimiento entre el juez de paz de Azul y el jefe de la
frontera, por la distribución de los presos y el botín. Recién el 10 de mayo informó el juez de paz
oficialmente al Gobierno sobre lo ocurrido y atribuye todo a una sublevación de los indios. Dice
también que el hijo de Manuel Grande, Manuel Díaz, que tenía fama de ser audaz y más de 50
indios se habían presentado a pobladores amigos y sin armas, para pedir su protección: pero que el
coronel de Elía los reclamaba. Decía también que hacendados y vecinos esperaban buenos frutos de
esta expedición. (AEM, 10.5.7f)
394
Realmente, desde tiempo se meditaba entre civiles y militares de la zona cómo se podría
desplazar las numerosas tribus entre Azul y Tapalquén. En una nota del 11 de mayo se detallan las
“grandes ventajas” que esto traería consigo. “Este partido reunió 1.500 a 1.600 vacunos, doce a
catorce mil vendieron entre los indios catrileros sin acuerdo y sin orden y también de Elía remitió
un lote a su hacienda”.
De Elía, a su vez, avisó el 8 de mayo al Gobierno nada más que esto: La tribu de Catriel ha
sido racionada (!). Entre tanto, se esperaba una resolución sobre la suerte de los 550 indios que se
habían presentado en el Fuerte General Paz. El presidente Sarmiento propuso al ministro C. Tejedor
que ubicara a esos indios de Manuel Grande y Chipitruz en otro paraje, concediéndoles una porción
de tierra (AEM. 15.5.71). El coronel fue llamado a Buenos Aires. Pero él contestó que había
rumores de malón y tenía que suspender su viaje a la Capital. Que se había ubicado en Blanca
Grande. Propuso al Gobierno llevar a los 550 indios detenidos en el Fuerte General Paz, a la isla
Martín García para evitar en el futuro los robos. “En cualquier parte son perjudiciales a la marcha
progresista de nuestro país”. (AEM. 15.5.71)
El ministro de Guerra, ante la situación compleja y comprometedora, dio finalmente, el 24
de mayo, la orden al coronel B. Victorica “de remitir bajo custodia a los caciques y capitanejos y
cabecillas de la sublevación” (sic). “A los demás desarme...” Esta orden le fue transmitida al
coronel J. C. Boer, el 29 de mayo, por intermedio del general Emilio Mitre. J. C. Boer. no teniendo
suficientes tropas para reducir a los 600 indios, los engañó diciéndoles, que al día siguiente se
presentasen sin armas para recibir racionamiento. “Todos se presentaron, dice Alvaro Barros (en:
Fronteras y Tierras federales, ed. Hachclle, p. 146) —y allí fueron reducidos a prisión—. Sus
caballos pasaron a ser propiedad del Estado y parte dieron a los indios de Raninqueo para tenerlos
contentos. Más de 300 indios fueron detenidos y destinados como soldados a los cuerpos de línea de
las fronteras: los prisioneros del combate de Azul pasaron a la frontera sur. Los caciques y
capitanejos fueron remitidos a Buenos Aires y allí —el 30 de julio— pasaron al presidio de la isla
Martín García. El 7 de junio el coronel B. Victorica comunicó al ministro de Guerra que su orden se
había cumplido. (AEM. 8.8.71)
Manuel Grande encontró en el arzobispo Aneiros un buen defensor y el cacique amigo Justo
Coliqueo intercedía por él ante el Gobierno por interpuestas personas. Entre los papeles del Dr.
Zeballo encontré una carta de Justo Coliqueo al cacique Catriel, con fecha del 11 de diciembre de
1872, pidiéndole que intercediese por la libertad del cacique Manuel Grande, carta que entregó
Chaima Coliqueo, el hermano de Ignacio Coliqueo.
La contestación de Catriel fue lacónica: Es el peor criminal y no debe usted pedir la libertad
de él.
Puede ser que alguna crítica de la prensa bonaerense haya favorecido su más pronta
liberación. Juan Montenegro, en su ya citado artículo, aduce otra razón, diciendo que fue puesto en
libertad, porque en un motín suscitado en la isla Martín García había defendido a los oficiales.
El 11 de septiembre de 1873. el cacique Manuel Grande y 4 capitanejos, acompañados de
dos mujeres, fueron conducidos a Buenos Aires para presentarse al señor inspector general de
Armas, coronel B. Victorica, quien les dio la libertad y quizás le proporcionó algún caballo.
¿Adónde iban? Fue momento triste para este cacique, que había sido rico, había sido jefe de una
considerable tribu, no tener ni casa. ni familia donde retirarse. No pudo aventurarse a volver a
Tapalquén. Buscó llegar hasta Los Toldos de Coliqueo (entonces en el partido de Nueve de Julio).
El 6 de octubre llegó al campo de la Tapera de Díaz, pidiendo amparo y hospitalidad. El cacique
Coliqueo lo recibió sin reparo. Creo que no bien se supo en la comarca su regreso, se le juntaron
algunas de sus familias que después de la batalla de Burgos se habían dispersado.
Apenas llegó la noticia a oídos del coronel Hilario Lagos, comandante del Fuerte General
Paz, mandó a Coliqueo una carta (21 de octubre) pidiendo explicaciones y como no la contestó
enseguida, porque en ese momento faltaba el escribiente, Antonio Coliqueo, su hermano, el coronel
marchó ya en la madrugada siguiente sobre los toldos de los indios amigos. Invitó también al jefe de
la Guardia Nacional de Junín, quien acudió con 60 hombres de su guarnición. Al entrar en el campo
de la tribu, hicieron un gran barullo, “entraron a sangre y fuego”, atrepellaron a unas pobres chinas
viejas, las tiraron al suelo y así atacaron a los indios como a enemigos en los primeros toldos. Los
maridos las defendieron, lo cual suscitó una pequeña escaramuza, en la que resultó herido de
hachazo un indio, y un guardia nacional, de nombre Correa, recibió un buen lanzazo.
Los Coliqueo se abatataron al principio, creyendo que se trataba de una invasión de mucha
tropa del Gobierno, y que aquellos pocos soldados eran la vanguardia con la que el jefe de la
frontera se había adelantado. Don Justo Coliqueo llamó a sus hermanos y capitanejos para deliberar
cómo podrían salvarse y salvar a la tribu. No sabían a qué atribuir aquel atropello: pues no habían
dado lugar para ser atacados, y de esta manera. El comandante Lagos formó cuadro con sus
veteranos y detrás de ellos, los de Ataliva Roca. El cacique Justo y sus capitanejos parlamentaban,
mientras que unos indios de Manuel Grande iban alborotando a los demás indios, excitándolos a
que peleasen a Lagos, saqueasen sus casas de comercio y fugasen a Tierra Adentro. Decían que el
jefe de la frontera venía a llevarlos a todos a Martín García. Así se alborotaron los indios, corrieron
a tomar sus armas y se disponían a pelearlos. Coliqueo, empero, quiso ser prudente: quiso dar y
pedir explicaciones al jefe militar; pero le resultó imposible. Justo ya no podía contener a su tribu y
se puso al frente de sus conas.
Los tres hermanos Coliqueo convinieron entonces en que iban a aprehender al comandante
Hilario Lagos y al jefe de las Guardias de Junín y los mandarían a Buenos Aires escoltados por una
buena parte de la tribu para entregarlos al ministro de Guerra.
Todo esto nos cuenta un testigo ocular, don Electo Urquizo, en sus Memorias. (Ed. ECA BA,
1983, p. 181 ss.)
396
El cacique estaba indignado y envió dos notas de quejas al juez de paz de Nueve de Julio
para que éste también informara al Gobierno. Transcribo una de estas notas con toda su ortografía
propia, sacada del Archivo Municipal de Nueve de Julio. (Lib. 28 f. 42/43).
Manuel Grande había extendido sus comunicaciones a todos los rumbos, seguramente para
conseguir que su gente dispersada se reuniese de nuevo. El ministro de Guerra dio orden a H. Lagos
que no permitiese comunicaciones ni con Namuncurá, ni con Reumay ni con Lincopán (A.M.H.N.
N” 8.339,12.2.74). También el general Rivas se alertó, porque Manuel Grande y Namuncurá se
carteaban (ib. Nº 8.344). Lagos quiso apaciguarlo, diciendo que Manuel Grande procedía bien,
mejor que Coliqueo, (ib. Nº 8350)
El 10 de marzo de 1874. el coronel F.Borges interceptó en Junín a tres comisiones, una de
Pincén, otra de Nahuel Payún y una tercera de Namuncurá: a las tres las redujo a prisión. Y de
Coliqueo exigió que remitiera a Junín las familias que pertenecían a la tribu de Manuel Grande y se
hallaban en su campo. Coliqueo se negó arguyendo que eran parientes suyos (A.M.N.N. Nº
8.417,10.5.74). Decía el jefe de la Frontera Norte, coronel Borges. que chismes decían, que algunos
indios de Coliqueo habían salido fuera de la frontera sin permiso ni pasaporte. Y Pedro Córdoba de
Nueve de Julio decía que Coliqueo estaba sublevado e invitaba a huir al desierto. (Arch. Mund. de 9
de Julio, Lib. 28, f. 49. 9.3.74)
Entonces, el coronel Borges se puso en marcha con 250 hombres con rumbo a la tribu de
Los Toldos con la intención de reducir a los culpables. Para asegurarse, habían llamado a los
coroneles S. Maldonado y H. Lagos para ocupar los puestos de la salida hacia La Pampa.
El mismo 10 de marzo se acercó a Los Toldos, a la hora de la siesta. Simón Coliqueo salió a
su encuentro con unos 20 hombres y pedía mil perdones, atribuyendo la falta de cumplimientos a
sus órdenes a la enfermedad de su hermano Justo.
“Los recibí malamente, dice Borges en su relato, y mandé que regresaran a Los Toldos a
todo galope para que, cuando yo llegare, estuvieran prontos los indios y sus familias que habían
pedido. Llegado allí, procedí a formar a todos los capitanejos; hice traer a Justo Coliqueo y en
presencia de estos y demás indios lo destituí del mando y lo reduje a prisión, así como también a
ocho de los principales capitanejos que saqué a elección...” Eran medidas fuertes. Le tocó también
el turno a Manuel Grande: “Llamé a Manuel Grande, le hice reunir a sus indios y familias y le
ordené marchara al Fuerte Gral. Paz. Hice completar el contingente pedido por Lagos y marcharon
en el acto a la frontera; e hice reconocer a Simón Coliqueo como jefe de la tribu...
“Todo esto, como verá V.E., importa haber disminuido notablemente el poder de esta tribu,
quitándole todo lo más viril de ella, que era Manuel Grande y las 250 lanzas, que es como una
tercera parte, sacando también los capitanejos de más influencia. Y castigando a su jefe con la
destitución y prisión, cosa que jamás había figurado, ni había ejemplos de ellos...” (AEM. Nº 6731)
“He tenido la desgracia que se me presentaron sumisos y arrepentidos; creí encontrarlos
armados, como sucedió con Lagos: entonces habría dejado ni uno solo sin sufrir las consecuencias y
habríamos hecho desaparecer como tribu esta canalla, arreando con todo. Pero como han pasado las
cosas, hubiéramos hecho la segunda edición de lo que ha sucedido en el sur (con Cañimil. Chipitruz
y Manuel Grande), una gran impertinencia.
“Ahora, pues, estamos en situación de hacer algo que nos conviene muchísimo; y es
disminuir el poder de Catriel, fomentando a costa de éste a Manuel Grande, enemigo
irreconciliable. Había sido fuerte y rico: hoy está pobre y está por eso en la miseria. Mi plan será,
dar a Manuel Grande el campo de “La Verde” (Partido Veinticinco de Mayo) que ocuparon
anteriormente los de Raninqueo. En cuanto a 1os presos, pienso mandarlos a Buenos Aires, pues no
había lugar allí. En Martín García estarían bien”. (A.N.H.N. Nº 8.362 y 8.364 del 12 y 15 de marzo.
Lista de presos AEM Nº 6.682 y 1.212; M. Hux: Coliqueo. ed. 1980, p. 169-174).
Si para los jefes de la frontera no era fácil elegir el partido que tomar, al estallar la
revolución de protesta en 1874, encabezada por el general Mitre, cuánto más difícil era la elección
para los jefes de las tribus amigas. Apenas se dio el pronunciamiento de la revolución, el Gobierno
Nacional movilizó a los indios del Fuerte Gral. Paz y de la Tapera de Díaz (el 25 de setiembre/74).
Mientras los de Coliqueo fueron puestos a las órdenes del teniente coronel Henestrosa, Manuel
Grande y Tripailao con sus indios fueron puestos a disposición del teniente coronel Z. Supisiche, en
San Carlos.
El comandante del Fuerte Gral. Paz marchó con su guarnición a Mercedes. Era alsinista y
quiso servir lealmente al nuevo Gobierno de Avellaneda. En cambio, F. Borges, el comandante de
Junín, pidió exoneración de su cargo y como no se lo dieron, marchó a encontrar la muerte en la
batalla de La Verde, el 26 de noviembre.
399
La marcha de los revolucionarios se inició en el sur. Les incorporaron a unos 800 indios de
Catriel y las tropas del general Rivas de Azul. Lagos consiguió capturar al cacique Cipriano Catriel
y a incorporarse a gran número de los catrileros, después de la muerte espectacular de ése.(Véase lo
que escribí en la nota sobre Cipriano Catriel). Nueve de Julio también fue un centro de lucha,
mientras que el fuerte Gral. Paz quedaba con una corta guarnición al mando del mayor Pedro
Córdoba. En cierto día, Nueve de Julio fue sitiado por un grupo de revolucionarios encabezados por
el conocido “choiquero” Policarpio Caro. El juez de paz, en esa emergencia, hizo llamar a los indios
de Manuel Grande; pero el cacique no quiso acudir ese 6 de octubre, porque tenía otro destino y no
sabía a quién ayudar. El juez de paz de Nueve de Julio, don Nicolás Robbio, logró convocar una
comisión de un capitanejo y 20 indios a una conferencia. Les echó en cara su desobediencia y su
deslealtad. Manuel Grande en ningún momento se había comunicado con los rebeldes y fue a
disculparse personalmente al comandante Pedro Córdoba. (AEM, Nº 6.839, 15.10.74)
El coronel D. Julio Campos e Hilario Lagos, los jefes de las tropas gubernamentales,
enviaron refuerzos a los guardias nacionales de Nueve de Julio y los indios fueron racionados. Pero
aún corrían rumores que ellos estaban simpatizando con los revolucionarios. Es que el Juez de Paz
de Lincoln, el teniente Pedro Henestrosa, se había declarado revolucionario. Coliqueo por eso lo
abandonó, porque no quiso ser desleal al Gobierno elegido. Manuel Grande y Tripailaf pasaron una
dura prueba por el decreto del 11 de noviembre, que disponía el cese del racionamiento. Pero se
mantuvieron tranquilos. Apenas había capitulado el movimiento revolucionario, los dos caciquillos
solicitaron el permiso para ir a Buenos Aires para presentar su acatamiento al nuevo Gobierno y
hacerle presentes sus apremiantes necesidades. Hilario Lagos recomendó el pedido al ministro de
Guerra, dicióndole: “Tienen importancia por las ulteriores operaciones” (sic!). (AEM. 30.12.74)
El 9 del mismo mes, el Sr. Arzobispo cursó la solicitud al ministro de Gobierno. Dr. A. del
Valle. Ademas, solicitó la libertad de once prisioneros de la tribu, detenidos aún en el Cuartel de
Artillería; pero el ministro sólo consintió que vinieran sus familias a Buenos Aires. El mismo día en
que redactaron la carta Manuel Díaz y F. Sevilla, Manuel Grande y Tripailaf fueron llamados a
prestar servicios en San Carlos con un buen contingente (e.d. más de 100 indios). (AEM. Nº 7568.
5.8.76)
En noviembre de ese mismo ano 1877 tuvieron que dar una prueba de sangre de su fidelidad.
80 indios escogidos de las dos tribus acompañaron la expedición del coronel T. García: eran un total
de 400 hombres, que buscaron un choque con los indios de Catriel.
Los militares pensaban que se iban a desquitar de las pérdidas habidas en el asalto de la
Laguna de Burgos, en 1870. De Puán salieron el 9 de octubre de 1877. El 22 del mismo mes, el
mayor Sosa descubrió los toldos de Catriel en Tromen Lauquen. No fue un éxito ese primer choque.
Les dieron el golpe decisivo el 11 de noviembre en Treycó, a 12 leguas de Guatraché. Fue un día de
gran matanza: mataron unos 150 indios de Catriel, entre los cuales se hallaron los capitanejos
Railef, Tiburcio, Arrióla, Chulia y Sigüey. Además, apresaron a 152 indios de lanza y 302 de la
chusma. El día 14 entró la División vencedora en Puán.
Hasta el ministro Alsina se impresionó del lastimoso espectáculo. (Véase biografía de J. J.
Catriel)
404
Tenemos un censo más de las mujeres y de los niños que habían quedado en el Fuerte de
Gral. Belgrano, es decir, cerca del campamento militar en Carhué. (AEM, 1.6.78)
Había 153 mujeres y solo 19 niños y 15 niñas. Lamentablemente ningún indio ha escrito la
historia de su tribu o de su familia; quedamos dependiendo de los documentos militares de la época
de la Conquista del Desierto.
De 1879, sí, tenemos dos datitos más: Monseñor Antonio Espinosa, acompañado de los
Padres Salesianos P. Costamagna y Luis Botta, integraron la columna de Julio A. Roca en su marcha
hacia el Río Negro, “para hacer todo el bien posible durante la marcha y para conocer el terreno a
fin de procurar establecer misiones permanentes en aquellos lejanos parajes”.
El miércoles de Pascua, el 16 de abril, partieron desde Buenos Aires al Azul. El sábado
siguiente marcharon hacia Carhué, donde llegaron el 26 de abril. Espinosa anota entonces en su
diario: “Además de la población, encontramos junto al Carhué las dos pequeñas tribus de Manuel
Grande y de Tripailao. Allí sólo bautizamos párvulos por no tener tiempo suficiente para instruir a
los adultos.”
“De las familias de los cristianos bautizamos a 16; de la tribu de Manuel Grande veintisiete
y de la tribu de Tripailao, dieciocho. Además, bendijimos el matrimonio de Ramón Tripailao, hijo
mayor del cacique (del mismo nombre), que desde chico es cristiano y fue educado en esa Capital.
Se casó con una cautiva cristiana, llamada Manuela Pedernera...”
“Mucho sentimos no poder permanecer por más tiempo en Carhué, donde tanto los
cristianos como los indios tienen gran necesidad de misioneros; pero nos era absolutamente
necesario seguir con el Ejército, sin cuya compañía no habríamos podido internarnos en el desierto.
El 29 de abril salimos de Carhué...” (transcripto en L. Copello: Gestiones de Mons. Aneiros en
favor de ios indios, ed. 1945, p. 264 s.). Antes de partir, Mons. Espinosa envió desde ese punto un
telegrama al Sr. Arzobispo, pidiendo un capellán para la población, diciendo que se estaba
construyendo una capilla. (Copello. ib., p. XVI)
Otro testimonio tenemos de la pluma del Padre D. Costamagna, quien entonces escribió a su
superior general, don Juan Bosco, diciéndole que el corazón le había latido fuertemente a la vista de
los indios; pero que no sabía cómo se los iba a arreglar con ellos.
“Allí encontramos al hijo de Tripailaf que hablaba el castellano. Me recibió cordialmente,
me condujo a presencia de su padre y me servía de intérprete... Los indios se mostraron muy
dispuestos para que los instruyésemos en la religión católica...”
Y continúa: “¡Miseria, gran miseria reina bajo los cueros de estas tolderías! Antes, estos
indios vivían de la caza y ahora se pasan todo el día con una pequeña ración de carne que el
Gobierno les da; y luego, bienaventurado el que pueda conseguir algún pájaro... y el que no, se
contenta con roer los huesos...” (carta publicada por el Padre Paeza en: Primer Congreso Area
Araucana Argentina, B.A. 1963, p. II, p. 312 de Boletín Salesiano. 1879)
En los mismos días, les visitó el periodista de J. A. Roca, Dn. Remigio Lupo, quien compuso
también un libro bajo el título: Conquista del Desierto (BA, 1938). Lo repito, pues lo había anotado
como presentación. Le agradecemos, porque ha descrito a los dos caciques. Después de haber
descrito a Tripailao como imponente, bajo. cerdoso y de duro semblante, dice de Manuel Grande:
“...es el revés de la medalla. Es alto, robusto de cuerpo, de bigote escaso y duro; sus facciones son
más suaves y su ánimo más comunicativo... Habla regularmente castellano y parece que tiene placer
en responder a las preguntas que se le dirige. Manuel Grande ya no es joven. Dice tener 70 anos,
pero es tan fuerte como el que más de los mocetones de la tribu. Su memoria es privilegiada y hace
continuamente alarde de su fidelidad inquebrantable respecto del Gobierno: cinco o seis veces le oí
pronunciar la palabra patriotismo que decía entender y practicar, siguiendo los propósitos del
Gobierno. Conoció al general Pacheco y dijo que había sido su amigo. Cuando penetramos en su
toldo, Manuel Grande se hallaba sentado a la derecha; se levantó haciendo gala de que también
conocía las reglas de urbanidad..”.
Sería demasiado larga la cita completa de las observaciones. Habla de sus tres mujeres y de
su segundo hijo que era pendenciero y borracho, Vicente Díaz. que llevaba el nombre y apellido de
su padrino. Fue encomendado a Mons. Espinosa para otra visita. Manuel Díaz más tarde fúe
apresado y remitido a los Cuarteles de Retiro. Allí recibió el bautismo y la bendición de su
405
matrimonio, el 9 de septiembre de 1880. Fue trasladado a varios puntos. Su padre, Manuel Grande,
quedó en Carhué. Allí lo visitó de nuevo en 1881 monseñor Espinosa, acompañado, entonces, por el
Padre Jorge Salvaire. Quedaron allí desde el 29 de enero hasta el 23 de febrero. Entre tanto, los
militares habían traído otras parcialidades o tribus mansas, las de Mármol, de Canales y la de Arias.
En Carhué hicieron entonces 202 bautismos, dieron 339 comuniones y bendijeron 68 matrimonios.
(Diario de Mons Espinosa, p. 118-122.
LA FAMILIA DE MANUEL GRANDE
Finalmente, trato de reconstruir la composición de la familia de MANUEL GRANDE,
nacido en 1790. Estaba casado con Marica. Sus hijos llevan el apellido Díaz; será que la madre era
Díaz
El cacique Manuel Díaz es el hijo mayor, nacido en 1859 y murió en 1896;
A él y a su hermano he dedicado una reseñita aparte .
El capitanejo Pancho (Francisco) Díaz era secretario de su padre, Manuel Grande; ambos
recibieron alguna enseñanza en Buenos Aires.
El capitanejo Juan Díaz era de la familia del cacique Manuel Díaz
Hay otros hijos creo son del cacique: Vicente, Simón, José, Peregrino, Manuela, Agustina,
Elena, Felisa, Sofía, Juliana y Nicasia
El capitanejo Manuel Díaz - Huenchugner, prob. hijo mayor del cac. Manuel Díaz ,
nació en 1867. Se casó con Petrona Cabral y tuviron los hijos que están anotados en libros de
bautismos correspondientes a la Tribu de Coliqueo:
Cipriano Díaz cas. c. Anastasia Carranza
Cecilia Díaz
Jacinta Díaz
Tránsita Díaz
Lorenza Díaz cas. c. Braulio Cleñán
Fermín Díaz nac. 1892 cas. c. Manuela Farías
Eusebia Díaz cas. c. Simón Chaima Coliqueo.
En 1879 fueron enganchados en la División del coronel Levalle y marcharon hacia el Río
Negro. En 1881 Manuel Grande estuvo de nuevo en Carhué. Allí durante la misión de Mons.
406
Espinosa y del Padre Salvaire, Manuel Grande recibió los sacramentos del bautismo y del
matrimonio cristiano. Adoptó el nombre Nahuel.
Según dice el historiador M. H. González, el cacique Manuel Grande habría terminado sus
días en la población de General Acha (La Pampa). Efectivamente, los contingentes de Carhué se
trasladaron en 1883 a esa primera Capital de La Pampa. El cura de Carhué atendía entonces también
en Gral. Acha.
El cacique Manuel Grande ha tenido una vida muy difícil. De él hay una foto en el libro de
Remigio Lupo.
GRANI, Nahuel, 1793, cac. pehuenche quien se agregó a las tribus del cac. Lorenzo
Calpisquis (AGN 1766-1809)
GRAN QUEN PAQUI, Luis, 1730, cac. araucano de Arauco. Ese año asistoó a un
parlamento en Concepción.
GRE NAMÓN es gnere namún
GRINEL, 1865, cac. tehuelche (1867 lo llaman Granel) ha hecho un tratado de paz en
Carmen de Patagones
GUACHÁN o Maciel, cac. puelche pampa, unido al cac. Lorenzo Calpisquis. 1781 visitó
como embajador a F. Viedma en Carmen de Patagones. En Mayo de 1783 tomó parte en el malón
sobre el Pago de Magdalena y fue muerto.
GUACHÁN QUIR, 1777, (algunos lo identifican con Maciel) era considerado cac.
huilliche que se presentó cerca del Lago Llanquihue con los caciques Trevqueguir, Nunguir y
Queupul (Diario del Padre Benito Delgado (citado en R.Lagos: Colegio de Chillánp. 292) Crivelli
1996 p. 181 afirma que en 1783 pertenecía a la parcialidad del cac. Negro. Quiso atacar al cac.
Calpisqui, porque tenía presa a su mujer (AGN IX 1-6-2 p. 421-423 y 712)
GUACHI QUIN, 1878, cac. salinero del cac. Namuncurá. Hambre y desnudez lo obligaron
a entregarse a las tropas expedicionarias el 11 de nov. de 1878, junto con los caciques Cañumil y
J.J. Catriel y mucha indiada. (Olascoaga I. p.93)
GUACHIQUIT,1678, cac. serrano que fue “corrido” o “recogido” por el Gobernador A.
Robles en uno de sus raides (Documentos Histórico Geogr.ficos ed. Peusser 1941 p.313)
GUACHULET, 1778, cac. auca que residía “a un día de camino” del paso del Río Sauces
(R. Negro) hacia la Cordillera. Pertenecía al grupo de Chañafilú, Alcaloán y Ñancufilú. Eran ricos
en haciendas (Arch. Mend. 26.8.1778)
GUCHULAP, 1780, cac. huilliche, estuvo en el parlamento del cac. Calpisquis en Salinas
Grandes.
GUACHU PAR, 1863, capitanejo tehuelche, quien en abril de ese año asistió a una junta de
paz en Carmen de Patagones con el cac. Chingoleo y el Cnel. Julián Murga. (Arch Mitre XXIV
p.100)
GUACHUQUEO ver HUE(N)CHU QUEO
GUALA CAN, 1655, cac. arauucano, padre del cac. Leubupillán y Chicahuala. Actuó en la
sublevación general de ese año, en protesta a la “Guerra Lucrativa” de los hermanos Zalazar
(Campos Menchaca: Nahuel Buta p.119) Era de Maquehua ETIMOL: Caniu:cresta y hualá: de
pata
GUALA GÜENO ANGTE, 1770, cac. pehuenche quien visitó la plaza de Luján (B.A.) en
compañía del cacique Calelián con intención de comerciar. (Arch Gral. Ind 167 Charcas 317)
GUALÁ, Alejo Carmen, 1854, capitanejo ranquel. Era sobrino del cac. Pichún Gualá.
Figura en el tratado de paz en 1854 en Córdoba (ib.Secc. Gobierno T. 239 p. 92) ETIM: Gualá;
pato o bandurria
HUALÁ, Ramón, 1983, cac. contemporáneo del Neuquén, Departamento Huilliche, de la
Reducción del cac. Chiqui Lliuhuín, cruzando el río Malleco; estancia Mamil Corral. En esa fecha
tenía unos 80 años.
407
GUALÁ, 1810, cac. chileno boroga, quien vivía entre los ranqueles, después de la
dispersión de 1834. Había emigrado de Chile durante la Guerra a Muerte. Su descendencia se halla
en la Tribu del cac. Coliqueo en Los Toldos (Bs. As.) Estaba casada con María Avendaño quien dejó
a sus descendientes su apellido. Así hubo un capitanejo Fermin Avendaño o Neculhuál (1837 –
19299), y éste se casó con Ceferina Unepú y con Jacinta Traipán. Hijo de éste y su sucesor fue
Martín Neculhual Avendaño, nacido en 1863 quien se casó con Manuela Aingual o Anigual. De
ellos y de más familiares nos dan cuenta los libros bautismales de Nueve de Julio (año 1892). Allí
consta que el mismo día se bautizaron los abuelos, los hijos y los nietos. (D. José Guerrero de Junín
dedicó una película documntal a una bisnieta, Dña. Vera Avendaño y yo el relato documental bajo el
título: “Los últimos pasos de Doña Vera Avendaño”
GUALA VIRA, 1593, cac. comechingón de Biliaquira, Calamochita, Córdoba (Montes p.76)
GUALA PÍ, 1575, cac. comechingón de Gualapí Navira, Calamochita, Códoba;
encomendado de Villalba (Montes p.79)
GUALCUSA, José, 1685, cac. huarpe de las orillas del Río Bermejo (San Juan);
encomendado de Pedro Balmaceda (Arch. Mend.)
GUALDO, 1575, cac. comechingón de Chaquén, Mogotes, Córdoba; encomendado de L.
Correa (Montes p. 67)
GUALI, 1834, capitanejo ranquel de la tribu de Santiago Llanquelén en Junín. Ese año pidió
permiso para visitar a sus hermanos ranqueles, los caciques Canigüé y Collipay. 1835 figura
nuevamente entre los indios amigos de Junín con 190 indios (R.Pérez: Apuntes para la historia de
Junín, La Pata p. 130)
GUALI ME CO, 1740, cac. serrano de la agrupación del cac. Bravo. Estuvo en contacto
con los Padres Jesuitas, cuando fundaron su Reducción de Pampas. Lo nombran los historiadores
jesuitas P. Lozano y Sánchez Labrador.
GUALI ME LIEF, cac. pampa. 1825 participó en el parlmento que convocara Rosas en la
zona de Tandil con pampas y tehuelches (AGN, S.X. 27-7-6)
GUANALCOA, 1591, famoso toqui araucano por sus numerosas victorias. Murió a la edad
avanzada. Su sucesor fue el cac. Quintungüenu
GUALIPAY, 1825, cac pampa ranquel. Asistió el 20 de diciembre de 1825 al parlamento de
paz en la Laguna Guanaco (AGN X. 27-7-6)
GUAL PALÁS, DON TOMÁS o Guarpalás, 1681, cac. huarpe de la laguna Guanacache
(antes llamadas chismes), encomendado de José Pardo de Parragues (Cabrera: aborígenes del Cuyo
p.88)
GUAL QUIN o Gualquén, 1879, capitanejo pampa. En la gran persecucuión de la
Conquista del Desierto fue capturado por las tropas de la Conquista de Desierto. Fue capturado por
las tropas de Hilario Lagos en la Laguna del Perro, a dos leguas al sur de Chicalcó. (Olascoaga II
1930, 199)
GUALQUÉN o Hualquén, 1761, cac. pampa que vivía cerca de el Volcán (Mar del Plata)
(Casamiquela 1965 p. 119) ETIMOL: quén o queo : ser; hualá: pato.
GUAL QUÍN, Pablú, 1879, capitanejo ranquel que fue perseguido y apresado por Fraga
junto con 27 indios. (Olascoaga II p. 224)
GUALI CAL, Francisco, cac. picunche, sobrino del cac. Purrán. Se presentó a la tropa
nacional, el 31 de Mayo de 1878 con 900 indio, agradeciendo, porque no lo habían atacado.
(Morales Guiñazú, Aborígenes de Mendoza p. 185)
GUALTA NAURE, 1573, cac. comechingón de Gualta Naure, Calamochita, Córdoba;
encomendado de Villegas
GUALTI ÑANCU, 1787, cac. pehuenche del Sud de Malalhué (Mendoza) (Arch. Mendoza)
GUALTI UNTA, 1596, cac. huarpe puntano, sujetro al cac. Guaya Cunta de Mendoza.
Gualtiunta era heredero del cacique Macha o Malcha, según el documento de la encomienda de
Francisco de Bravo. Luis de Guevara se lo disputó. (Canals Frau: Arreglo entre encomenderos
pantanosa del siglo XVI. En Anales de Mendoza V 1944 p. 251)
GUAMBI, 1577, cac. comechingón de Anipur Sacat, Río IIº; encomend. de Ardiles (M. 48)
408
GUAMBE TALA, 1573, cac. comechingón de Anipur Sacat, Río IIº, Córdoba;
encomendado de Villegas (Montes 84)
GUAMPI, 1594, cac. comechingón de Camin Yoga (Caminiaga), Córdoba; encomendado
de Lossa (Montes p.46)
GUANAVI, 1562 cac huarpe (?) de Mendoza, cuya tierra se hallaba en la parte occidental de
la Cordillera; encomendado por Villagras a Pedro de Cisternas (J.T.Medina 1901)
GUANCHICA, 1612, cac. huarpe de San Juan de Natiloquie junto al cac. Alibe (Cabrera ib.
p. 270).
GUANCHO CAL, 1790, cac. pehuenche. En Mayo de ese año pidió ayuda en Malalhué
contra sus enemigos Guanacol, Caniguán, Antemil y Guayquinao (Arch Mend. 18.5.1790)
GUNCHU PÁN (prob. Huenchu Bangui) 1776, cac. pehuenche de la Pampa. Figura en el
Censo individual de Diego de Las Casas (De Angelis V, 1837)
GUANI MAIN, o Quani Manque, 1797 cac peheunche. Actuó en la Guerra Pehuenche.
Asistió entonces a un parlamento de paz en San Carlos. 1800 visitó la ciudad de Mendoza en
compañía de otros caciques (Arch. Mend.) 1804, según el diario de Molina de Vasconcellos, vivía
cerca del cac. Buta Colimilla.
GUANI, 1854, capitnejo ranquel del cac. Yanquetruz (h). Figura en el tratado de paz en
Córdoba. (Arch Cord. Secc. Gob. T. 239)
GUANO CAL, 1790, cac. pehuenche que asistió al parlamento del 18 de Mayo de ese año
en Malargué (Arch Mend. Carp. 30 doc. 2) Creo que es el GUANCHO CAL, 1790.
GUANQUE NECUL , o Guanquene, Guanque nei gual) 1796, cac. peheuche huillihe,
hermano del cac. general de Barbarco, el cac. Rayguán. Y con él actuó en la Guerra Pehuenche..
Con anterioridad (1787) vivía entre los puelches del Río Diamante (Arch Mend. Carp. 30 doc. 37).
El año 1790 se presentó en San Carlos pidiendo ayuda contra sus enemigos (ib doc.1). La guerra de
los pehuenches del Sur contra los del Norte lo desplazó varias veces. 1792 se dice que era cacique
de Tierra Adentro y que venía con sus familias y las de tres caciques más a radicarse en el Arroyo de
los Sauces (Noticia de Colomer, desde Fuerte de Ranchos 1972, en Lehmann Nitsche 1922 p.80)
Estuvo en compañía de los caciques Cainamín, Josuanché y Guichulef. El 16 de Mayo de 1796, el
Gobernador de Mendoza, J.F. de Amigorena mandó cartas a Raiguán y a su hermano Guaquenecul y
a su sobrino José, ofreciéndoles las condiciones de paz, si la querían; sino los haría reducir por los
jefes militares de Chile (véase Rayguán y Arch Mend. Carp. 30 doc 22) . Pero los ánimos de los
pehuenches de Malalhué estaban demasiado cargados de ira y odio que fueron a matar al cac.
Rayguán, en Julio de 1797. Amigorena quiso reconciliar a los parientes ofendidos y mandó
cuantiosos regales, también a Guanquenecul en Barbarco; entre ellos un bastón de mando. Y le
ofreció un tratado de paz (Arch Mend. 12.8. 1897). Los enviados que debían entregar los regalos,
no llegaron (o no querían llegar) “por la gran nevada”; quizás temían de ser atacados. Recién en
1799, Amigorena consiguió que Guanquenecul y el temido cacique ranquel Carripilún vinieran al
parlamento de paz a San Carlos. (Arch. Menmdoza. Carp. 30 doc. 46: 4.7.99).
La paz era urgente, sino los jefes militares de Chile iban a apoderarse de esas indiadas. Y
parecía que tenían ganas de apoderarse de sus territorios que por la creación del Virreinato del Río
de la Plata se los habían quitado.
Los indios aprovecharon la situación tensa para conseguir algunos privilegios. Amigorena,
entre tanto, había muerto. El 26 de octubre e 1802 se presentaron otra vez en San Carlos los
caciques Guanquenecul, Pañichiñe, su hermano Millaquín, Carinao, Carilef y otros, o sea, los más
importantes caciques pehuenches del Sur, cada uno con 20 indios y algunas mujeres. Dijeron que
habían pasado tantas lunas y no se había nombrado al “Capitán de Indios Amigos”. Pedían, pues, lo
nombrasen, sino iban a Chile a fin de que el Preidente de allí lo nombrase, pues ya lo podía haber
hecho el Virrey. (Arch. Mend.) Guanquenecul volvió nuevamente a Mendoza en 1804, acompañado
del cacique Goico. Y su última visita que pude regitrar la hizo en 1808 (Comando Gral del Ejército
II p. 190)
GUANQUÉN, Manuel (o Guanquin, Huankel). Este cacique puelche pampa pertenecía al
grupo del cac. Lorenzo Calpisquis. El Maestre de Campo general Juan Manuel Pinazo lo vió en las
dos expediciones, en 1787 y 1888 en su expedición a Salinas Grandes. Era del Río Colorado. En
409
1790 hubo otra expedición de “paz” al Río Colorado. J.A. Hernandez, el cronista del “Mariscal”
J.M. Pinazo lo menciona en su diario (AGN IX 1-5-9 y 13-8-7) y se hizo la paz con el cac.
Calpisquis y sus tribus confederadas.
Luego nos faltan testimonios de este cacique Guanquén hasta la época de Rosas. No sé si
era el mismo o su sucesor a quien Rosas declaró en 1831 “enemigo”. En 1832 dio orden de atacarlo
a él y a su tribu, porque eran malos y perjudiciales (AGN X. 27-7-6: 17.9.1832). El Mayor Pedro de
la Peña con el Regimiento 6º y unos cuantos voluntarios, que nunca faltaban cuando se trataba de ir
a robar a los indios, se pusieron en marcha contra esa tribu. Salieron de El Paso del Costero del
Salado hacia el Arroyo dek Gualicho, donde esperaban encontrarlos. Rosas les había encomendado
que procurasen que no hubiese dispersos en la Sierra de Tapalquén, ni en Tandil ni en el Arroyo
Azul (ib). Esto quería decir que debían eliminarlos o apresarlos. El 30 de Septimbre de 1832 los
atacaron y los exterminaron a todos. Después atacaron también los toldos que se hallaban a orillas
del Arroyo del Gualicho. Mataron a 40 y apresaron a 70. A estos les dijeron que tenían que
entregarse; pero ellos se resistían o trataron fugarse; pero cayeron durante la persecución. Los
indios decían que venían de Villa nueva (Azul) y esperaban la llegada de Pedro Burgos (el fundador
de Azul) para que los auxiliase con yerba y yeguas. La chusma fue enviada a Chascomús; pero de
pronto los mataron también. (AGN. X. 27-7-6: 30.9.32: diez fojas). El cac. Tomás, hermano del cac.
Guanquén, estaba en Ranchos con otro grupo de indios. En la madrugada del 1º de octubre “fueron
sorprendidos, batidos y muertos, como V.E. lo ordenó”. Matamos a 40 y 25 se escaparon; habían
estado muy lejos. No los molestaron, sino les decían que el gobierno había dado orden de castigar a
los subordinados, ladrones y malos” (ib.)
Un poco más tarde, el 5 de diciembre, el Cnel. Pedro Burgos avisó al gobernador J.M. de
Rosas que se había valido de 84 caballos de los que quitaron en los toldos del finado cacique
Guanque (R.Yaben: Biografías Militares I. p. 714). Era un preludio de la Expedición al Río
Colorado en 1833. Al concluir esa campaña, Rosas dio cuenta de los resultados. En su informe
nombró la muerte del cacique Guanquén y de Pichiguanquén, es decir de un hijo. Nos parece hoy
que fueron unos indios inocentes y que fueron sacrificados para dar lugar al blanco. especialmente
en el caso de la fundación de Azul. ETIMOL: Guanque: avestruz
GUANQUE, 1852, capitanejo que pertenecía al cac. Manquefú (boroga). Ya en 1808 había
llegado a Mendoza un cacique Guanquenecul (puelche). Se presentó en paz con los caciques
Manquepú y M. Goico. (Arch. Mend).
GUANGAIQUÉN, 1883, capitanejo. El Cnel. Rodríguez dio cuenta al Miniterio de la
procedencia de él y del capitanejo Naipán, quienes habían invadido en Luan Lauquén. Pero en el
archivo falta la hoja correspondiente, aunque en el índice está registrada. AEM. doc. 2.5.1883).
GUANQUE PÍ, 1873, capitanejo pehuenche que figura en el anteproyecto del tratado de
paz de las tribus de Namuncurá, firmado el día de la muerte del cac. Jn. Calfucurá (AEM doc. 1232)
GUANQUI LLÁN, (prob. Guayquillán), 1833, cac. pampa ranquel, refugiado en “Chilque”
(La Pampa), según averiguó el Gral. J.F.Aldao, el 10 de octubre de 1833. ETIM: Collar de
avestruz.
GUANQUI LAUQUEN, 1641, uno de los principales caciques araucanos de Chile. Este
asistió al parlamento de paz de Quillín (ver Lincopichún)
GUANQUI LEFO, 1837 cac. pampa, pues figura en la lista de caciques amigos pampas con
Calfiao (AGN X 25-5-1: 15.2.37)
GUANQUI TRIPAY, 1765, uno de los principales caciques aucas que vivía en la Sierra de
Guaminí, cerca de Salinas Grandes. (AGN IX. 1-4-5: Matanza 21. 8. 1765).
GUANQUI TRIPAY, 1848, cac. pampa. Hay una cuenta de un proveedor de él en Azul
(Ronco: Cuentas de proveedores, en; Rev. Azul Nº 3, 1930)
GUANTENAO ver Guentenao
GUANTAÚ, 1881, capitanejo junto con las tribus de Manuel Grande y Tripailao en Carhué.
Allí fue visitado por Monseñor Espinosa y el Sacerdote J.M. Salvaire y regalado por ellos. Les
dieron víveres por mil pesos. (Espinosa, Mariano: Diario del Capellán de la Conquista del Desierto
1879, ed 1939 y 1968 Bs.As p. 128)
410
GUANTU COL, 1863, cac. araucano chileno que se adhirió a la proclama del aventurero
francés que se declaró “Rey de la Araucanía y de la Patagonia. (ver Quilapán y la literatura sobre
Orellie de Tounens)
GUAQUINCHAY (Huaquinchay), 1690, cac huarpe (?) de Guanacache.
GUARÁN, 1788, capitanejo tehuelche. El 12 de febrero de 1788 llegó a Chascomús (IX. 1-
4-3) GUARAVA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Guarava Sacat, Chela, Córdoba;
encomendado de Yrobe (Montes p. 68)
GUARA QUEQUE,1787, cac. pehuenche de la zona de San Rafael y Malalhué (Arch.
Mend)
GUAR CHÚN, 1842, cac. ranquel que invadió entonces con 114 indios ranqueles a la zona
de Rojas (seguramente con los unitarios) (AEM. 23.6.42)
GUARINAY, 1561, en el momento de la conquista española del Cuyo, era uno de los
caciques principales en Tupungato, junto con los caciques Machinti, Jocogolén, Yampilquenta,
Guatallari, Ucumale y Cuco. Ellos fueron encomendado a Diego de Velasco, a Juan Contreras y a
otros. J.T. Medina vol. XV p. 427 y Chaca: Breve historia de Mendoza, 1961)
GUAROCÁ, 1789, cac. patagón. Según cuenta el diario de Francisco González, Guaroca
había matado indios pampas. (Diario desde Puerto Deseado por tierra hasta Río Negro en 1789, ed.
por Acad. Nac. Hist. Bs.As. 1965)
GUARPALÁS, TOMÁS, cac. huarpe, 1681 en la lag. Guanacache. (ver Gualpalás)
GUASQUILAO ver Guayquilao
GUARQUINER,1879, cac. ranquel que en la gran persecución de la Conquista del Desierto
llegó a escaparse e introducirse en Neuquén Pero allí le esperaban nuevas penurias.
GUASATULLO, Juan, 1677, cac. de la encomienda de Díaz Barros en San Luis, junto con
Laguaguian y M. Zapata.
GUASEMIL, Juan (o Guasemnil), 1673, cac. serrano. Su hermano Juanillo Susecha fue su
sucesor en el mando. La tribu estaba asentada cerca del Río Areco en la Cañada de Moyano en el
Pago de Luján (Arch. Gral. Ind. 185 vta. Charcas 103) Allí figura también un cacique Ignacio. Es
posible que fueron trasladados allí.
GUATALLARI, 1560, cac.del Tupungato, súbdito del cac. Guarinay (Chaca: Historia breve
de Mendoza)
GUATAMALÍ, 1786, cac. pehuenche que vivía sobre el río Malalhué, donde hubo una gran
matanza. Era en la época de la Guerra Peheunche. Y también los expedicionaios que iban a Salinas
Grandes llegaron hasta sus toldos. Por ejemplo pidieron a la cacica María Josefa y a su hermano
caballos (De Angelis 1910 V. p.255)
GUATHÍN o Guatrin, 1744, cac. pehuenche que venía a Luján (Guardia de Luján) a vender
tejidos. Los acompañó el cac. Calelián. (Arch. Gral. Ind. 167 Charcas 317)
GUAYA CUMTA o Guaya Cunta), 1596, cac. huarpe (?), sucesor del cac. Larca de la
jurisdicción de Mendoza, ubicado en el Departamento Chacabuco (Arch. Mend. 31. 1. 1596)
GUAYA TENQUÍN, 1564, cac. mendocino del Valle del Río Diamante; encomndado de
Antonio de Niza. (Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 272)
GUAYAMA, Santos, 1870, mestizo huarpe, nacido en San Juan. Guerrillero y dedicado al
pillaje para favorecer a los menesterosos. La justicia persiguió a sus montoneros. Fueron vencidos
el 5 de Mayo de 1870, Guayama fue capturado y fusilado en San Juan. Su esposa se llamaba
Agapita González . C. Rusconi enumera a sus hijos 166)
GUAYAU NECUL, 1825, cac. pampa que asistió al parlamento convocado en Bahía
Blanca por los hermanos Oyuela. (Es probablemente Guanquenecul)
GUAYCOF, 1878, cac. ranquel, hijo del cac. Peñaloza. En octubre de ese año sucumbió en
un encuentro con las tropas expedicionarias que los perseguían para exterminarlos Olascoaga III.
P.145)
GUAYCOLÁN, Lorenzo (Guaygullán), 1798, cac. pehuenche que había participado en la
Guerra Pehuenche. En el gran parlamento de paz figura en la lista de caciques después de
Regullante con 9 indios presente. 1806 los ranqueles ofrecieron al Cabildo de Buenos Aires sus
411
servicios para luchar contra los ingleses invasores. Lorenzo Guaycolán también se ofreció junto con
Paillaguar y Catremilla (W. Zerda: Los indios y las invasiones inglesas p.63)
GUAYCOY o Güeycoy, 1833, cac. tehuelche que durante la expedición de Rosas al Río
Colorado, vino a Carmen de Patagones con sus familias y pedía permiso para establecerse cerca del
Fuerte del Río Negro. Se le asignó la Sierra de San José. El 29 de septiembre fue a conocer a Rosas
y a darle la prueba de su adhesión y confianza. Le dio algunos regalos, pues sería un instrumento
para tratar con los tehuelches (Diario de Rosas).
GUAY CHUL o Guaichu, 1821, cac. ranquel. Se conoció, porque concurrió al parlamento
de paz, convocado por el Comandante Cornelio Saavedra en la Pampa (AGN. Biedma S.VII 10-4-
14) Se presentó, sólo por un momento, al Exdictador chileno J.M. Carrera. Parece que se llamaba
Felipe Guaycochul, pues se presentó con el cac. Grande y Millacuel en Pergamino para conversar
con el Comandante de esa población. Los llamaban “caciques criollos” (Comandancia General del
Ejército III p. 235)
GUAYCHU LLANQUI ver Güenchu Llanca 1776
GUAYCHU MANQUE, o Huaychu Manque, 1751, cac. huilliche a quien visitó el Padre
Bernardo Haevstadt sobre el río Marbarco, afluente del Río Neuquén (Chilidungú II p. 933) Su hijo
se llamaba Mollfü Manque, que vivía en Neuquén) ETIMOL: según Berta Kössler, Leyendas p.80
Huaychu: significa guerrero .
GUAYLAQUÍN, capìtanejo ranquel que fue capturado por las tropas expedicionarias de la
Conquista del Desierto (Stieben: La Pampa p.57 )
GUAYLÉ o Guailé, Guaylef, 1827, cac. tehuelche que acompañó con gran número de
caciques e indios amigos al Cnel. Federico Rauch en su expedición “exterminadora” (AGN X. 14-6-
1: l.2.27)
También tuvo trato amistoso con el Cnel. B. Estomba en Bahía Blanca, junto con los
caciques Negro, Chañil y Tetruel. En 1829 se sublevaron por orden o propuesta de Rosas contra las
tropas de Bahía Blanca, porque se iban a incorporar a las tropas revolucionarias (unitarias) de
Lavalle. El 30 de enero de ese año hicieron una espectacular masacre (Ferracuti: Expediciones
militares en los orígenes de Bahía Blanca p.86 y 95)
GUAYMANÉ ver Guzmané, cac. pehuenche 1845
GUAYMAYÉ o Guaymallén, 1566, uno de los principales caciques de Mendoza que vivía
en el actual Departamento de Guaymallén. Llegando los conquistadores españoles, salió a rcibir a .
de Castillo, pues, en 1561, había venido a fundar a Mendoza. El cacique tenía ya un canal de riego
artificial, (L.Funes: Mendoza colonial, 1931 p. 8)
GUAYNI MAÍN, 1798, cac. pehuenche que había participado en la Guerra Pehuenche y
estuvo también en los parlamentos de paz (Arch Mend. Carp. 30 doc.34; 39; 43 y 46) Ha sido
diputado para asistir al parlamento de Chillán (Chile); pero notablemente no figura entre los
presentes en San Carlos, el 4 de Julio de 1799, o sea en ese último parlmeto de paz. El doc. 43 dice
que Guainimain había sido depuesto y en su lugar había sido cac. gobernador Pichi Colemilla.
GUAYNÁ (GUAINÁ), 1851, capitanejo salinero. Fue obsequiado con otros muchos por
orden de Rosas el 20 de diciembre de ese año en Bahía Blanca. (AGN X )
GUAYO (Bayo), 1564, cac. mendocino; tenía tierras en Malacacheuta. Era sucesor del cac.
Canasta; encomendado de Urbine (h) (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p.237)
GUAYON TOCSIN AGAN, 1585, cac. comechingón de Labac Tuspi, Rique Heme,
Córdoba; encomendado de Jaymes (Montes p. 69)
GUAYQUI ANTÚ o Huayqui antü, 1776, cac. pampa que Diego de las Casas censó en
Arpiel, lugar de montes. Era ya anciano y tenía 15 indios de escolta, incluso cinco hermanos y 10
toldos. (De Angelis IV p. 584)
GUAYQUI CAL, 1790, cac. pehuenche de Malalhué que participó en el bando de los indios
amigos de Mendoza en la Guerra Pehuenche. ETIM: Cal: lana (mecha de la moharra)
GUAYQUI FILÚ, 1770, cac. pampa que acompañó la expedición del Maestre de Campo
Gral. Juan Manuel Pinazo con los caciques comprometidos, en la expdición contra “los
tehuelches” . (El diario de Hernández en De Angelis, 1838 V.p.34s)
412
GUAYQUIGNER o Guaquignir, Pedro, 1772 cac. chileno que obedecía al cac. Curiñamcú.
Estuvo en el parlamento de Tapihue ese año. (L.León p. 182)
GUAYQUI GNER, o Guayquiñir, Guayquegüir, 1820, cac ranquel de la pampa, hermano
del cac. Peiné (Peinegnerr) .Ese año figura en la lista de los indios adictos al chileno J.M. Carrera.
Obedecía entonces al cacique Payllantur. Vivía en Guatraché (La Pampa). Manuel Baigorria lo
menciona en sus Memorias. 1826 asistió al parlamento de paz con los borogas en el Arroyo Pecuén,
el 25 de abril de 1826 (AGN X 27-7-6-9) Allí se escribió Uaiquiñer. Uno de sus hijos se llamó
Ancañir. 1846 vivía en Ayulcó (Tr)Romecó, donde tenía 40 ranchos y 240 indios (Arch.Cord. Sec.
Gobº T.204, E, leg.5 f. 283). 1854 figura un hijo Romero como capitanejo del cac. Calvaiñ (Arch.
Cord. Secc Gobº T. 239 p.92 y 95)
GUAYQUI GNER o Waiquigner, 1870, cac, ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas de
Leuvucó. Depués de la muerte de su padre, en 1877, él se llamó algunas veces con el nombre de su
padre Mariano Rosas. Pero no aceptó el cacicazgo general de los ranqueles, sino lo asumió su tío
Epugner Rosas. Con él pasó la peor época de los indios ranqueles, la persecución hasta el
exterminio En diciembre de 1878 Epugner fue capturado y Waiquigner hacía posible mantener un
poco unidos a los ranqueles que, como los indios de Baigorrita, también huían por La Pampa hacia
el Sur. La última noticia era que estaban huyendo por el Colorado con unos 100 indios, (Olascoaga
I. p. 143) Más tarde llegaron a los toldos de Purrán y de Zúñiga y se establecieron a la vera del río
Agrio. En Chile se decía que había sido muerto en el Departamento de Ñorquín (Neuquén) al igual
que el cac. Millaqueo (“El Ferrocarril”, Santiago 3.3.1883).
GUAYQUI HUENÚ, 1834, cac. patriota de Chile que se hallaba con Don Venancio
Coñuepán en Bahía Blanca. Mantenía buenas relaciones con los indios borogas (AGN X. 24-9-1 ;
27.2. 1834)
GUAYQUI GÜENÚ, ALONSO, cac.pehuenhe, 1778, hijo del cac. Gobernador de
Repocura (León p. 186)
GUAYQUI HUINCA, 1841, cac. boroga que entonces actuó con el cacique Ignacio
Coliqueo y con Manuel Baigorria. Lo nombra el parte sobre el ataque a Pergamino (Jiménez
Colodrero; Historia de Pergamino p. 167) Ellos actuaron con los unitarios.
GUAYQUI LAUQUEN,1774, cac. ranquel junto con Toroñán, Millán y Cateucapú a
quienes invadieron los caciques Nahuel Payún y Caneupí.
GUAYQUIL, 1797, cac, pehuenche quien después de participar en la guerra pehuenche,
estuvo también presente en el parlamento de paz (Arch. Mend. Doc 31: 17.3.97)
GUAYQUIL (Alonso) (1786 – 1859)
En 1834 se conoció como cacique boroga, hermano de los caciques Mariano Rondeao,
Francisco Caniullán y Alón. Había nacido en 1786 en Chile, cuando los pehuenches se peleaban
entre sí. Luego debió intervenir en la Guerra a Muerte de 1819 a 1824, siendo del bando realista.
También él emigró como otros, a la pampa argentina. Esperaban poder vivir en paz. J. M. de Rosas
no veía bien su presencia. Mucho sufrieron por el Asalto de Masallé (8.9.34), donde fueron muerto
su hermano y muchos borogas. Alonso Guayquil se salvó y ascendió al rango de cacique y se
recogió al amparo del Fuerte 25 de Mayo. Alonso Guayquil fue uno de los primeros que dieron
cuenta del Asalto de Masallé; los demás tuvieron temor a Rosas. El no, porque le había prestado ya
bastantes servicios, especialmente durante la Campaña del Desierto y en otras misiones (AGN.S.X.
40-7-10). Revestía en el Ejército como capitán. Como las fuerzas de Bahía Blanca y de 25 de Mayo
no les proporcionaron auxilios para perseguir a los agresores chilenos de Namuncurá y Calfucurá,.
estaban convencidos de que los invasores habían dicho la verdad, al decir que llegaban con licencia
de la oficialidad de Bahía Blanca y del cacique patriota Don Venancio Coñuepán. Su pariente
Cañiuquir quedó sobre armas, por miedo a otro malón (AGN S.X. 24-8-5). Era difícil reunir de
nuevo a los borogas dispersos y se resistieron a que Guayquil asumiera la jefatura: "No lo quieren
obedecer ni los suyos propios. Es muy tímido en todo". Meligüer, su sobrino, aglutinó de nuevo a
los desanimados, aún durante la marcha al cautiverio (ib. 17.10.34). Alonso Guayquil participó de la
expedición a Salinas Grandes y al país de los ranqueles, pero no fue la esperada expedición punitiva
contra los invasores. Rosas les asignó la tarea de anular a los ranqueles. En Febrero de 1835
expedicionaron de nuevo Guayquil, Alón y 85 indios borogas conducidos por el coronel Maza y el
413
capitán Eugenio del Busto y de nuevo contra los ranqueles y los borogas refugiados entre sus
toldos. No alcanzaron a combatir al cacique Llanquetruz.
En Abril de 1836 el cacique Guayquil fue atacado, cuando regresaba de cumplir una
comisión oficial. Estaba ya cerca de 25 de Mayo, en el paraje “El Tordillo”, a dos leguas de “La
Botija”. Le raptaron su mujer y arreáronle 50 yeguas con que lo había obsequiado el Gobierno.
J.M.de Rosas ordenó entonces al Cnel. Antonio Ramírez reforzar la zona con el Regimiento 2º
(AGN (V) X.28-9-5)
El mismo año las tropas bahienses lanzaron un cruel ataque contra los toldos del cacique
Ignacio Cañiuquir. En un primer ataque mataron unos 900 indios. A él lo mataron en un segundo
ataque y a unos 650 indios más en Abril de 1836 (Véase la biografía de Cañiuquir y AGN S.V (hoy
X.). 23-4-6 y Gaceta 2.8.36).
Tanto Alón como Guayquil se habían apartado ya y vivían en los alrededores de 25 de
Mayo, junto a la tribu de Caniullán. De ambas tribus tenemos un notable censo del 11 de Agosto de
1836, censo nominal que Carlos Grau insertó en su libro "Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de
Guerra", p- 291-294. De Guayquil se decía que tenía 50 años de edad. En 12 toldos tenía a 117
indios, entre chicos y adultos. En su primer toldo figuran también Calbuqueo – Curriqueo –
Neculqueo y Güentequeo. En el segundo era jefe el cacique Queupul. En el tercero, el capitanejo
Andrés Guayquil. En el cuarto, Antileo. En el quinto Poñolauquén. En el sexto Nicauqueu. En el
séptimo, Lorenzo (Geray o Coliqueo). En el octavo, Cheuquellanca. En el noveno, el capitanejo
Juanico. etcétera.
Cuando el 28 de Agosto de 1836 en Bahía Blanca habían dado muerte al fiel cacique
Venancio Coñuepán, se organizó un tremendo malón sobre Bahía Blanca que culminó en el ataque
del 24 de agosto de 1837. Alón, el hermano de Guayquil, fue muerto por los indios chilenos del
cacique Juan Raylef. A su regreso fueron atacados por J. Calfucurá y así cayó Meligüer con 250
borogas de nuevo bajo la esclavitud de Calfucurá. Se habían escapado de él poco antes (AGN.S.X.
25-5-1:9.2.37). En cambio Guayquil y Caniullán recibían raciones y prestaron servicios incluso en
Buenos Aires (Chacarita);
Alonso Guayquil era particularmente protegido por el sargento mayor José Valdebenítez o
Baldebenito, cacique de origen chileno, pero sin tribu e incorporado a la oficialidad del ejército
rosista: un estanciero, baqueano, lenguaraz y buen parlamentario, que fue muerto en 1859.
Aparéntemente los indios de Guayquil, como los del Indio Cristo, se dejaron seducir por la
política de la Confederación en contra del Estado de Buenos Aires. Era el Poder Ejecutivo de la
Nación que les exigía tal actitud por intermedio de los coroneles Pedro Rosas y Belgrano y Federico
Olivencia. Se incorporaron al ejército nacional (de Urquiza), pero las tropas provinciales les
quitaron familias y haciendas. Acorde con los planes bélicos, operaron antes de la batalla de Cepeda
y aún después, en malones sobre la frontera bonaerense, sobre todo en la zona de 25 de Mayo. Por
ejemplo, en la toma del Fortín Arévalo (22.3.59), el ataque a Tandil, después de la batalla de Cepeda
y la famosa toma del pueblo 25 de Mayo, el 29 de Octubre, en la que intervino el cura Bibolini.
El 5 de Diciembre de 1859, el cacique Alonso Guayquil fue muerto en el combate de San
Lorenzo (Tandil).
Sus descendientes se hallan entre las tribus de Rondeao de 25 de Mayo y de Coliqueo en Los
Toldos (Allende A.: Trabajos y Comunicaciones. Nº 6, La Plata, 1957 p.40).
Entre las anotaciones de las familias de la Tribu de Coliqueo hallamos:
Un hermano del cac. Alonso Guayquil : Andrés Guayquil (1804-1868) capitanejo
En 1836 estaba entre los refugiados de cerca del Fuerte Cruz de Guerra de 25 de Mayo. El
censo lo señala en el toldo Nº3. En diciembre de 1841 participó con su padre y con Coliqueo
(Lorenzo?) en un malón a Pergamino.Después de la muerte del padre siguió con Coliqueo en Los
Toldos (Bs.As.) y fue su capitanejo donde falleció quizás por la epìdemia que hubo. Algún
documento lo llama Huancamill, Andrés.
l. el capitanejo Sixto Guayquil m. 1876, cas. con Leona Segui y con Felipa Ñonqué
2.hijo: Antonio Huayquil (1851 – 1928)
3. “ Juana Guayquil (n. 1858 - ) cas. c. Antonio Anchipe y cas.c. Nicasio Farías
414
4 “ Rosa Guayquil (1876-1886)
Hijos de Antonio G.
Silvano Guayquil (1897 – 1981) cas. c Luisa Ma. Pacheco
Ignacio Guayquil cas. c. Natalia Milla
Pablo Guayquil (1911 –
Cipriano Guayquil
Además figura 1869 Domingo Guayquil como capitanejo de Coliqueo
Mientras esto sucedía en la falda de la sierra, en los toldos se veían escenas mucho más
repugnantes: Hicieron cuanto es propio de unos rebeldes enfurecidos; saquearon sin freno y
violaron y destruyeron…
-¡Ya no existen ni Guzmané, ni su hermano Leviván!- decían unos. Se llevaron a las dos
hijas de este último y a la principal esposa del primero. Mataron a otro que quiso defender al
cacique. ¡Tres muertos, tres cautivas, un saqueo horroroso y violaciones! Todo se hizo, cuanto se
puede esperar de escandalosos bárbaros rencorosos.
Cargaron en sus caballos hasta el telón de cuero que había servido de techo en los toldos.
No dejaron ni los objetos más despreciables, lo que no pudieron llevar lo echaron al río o lo
hicieron pedazos. Ya no había remedios. Con la muerte del cacique todo había concluído.
Y poco después Ailla llancá, el traidor, fue propuesto al gobernador de Los Angeles para
reemplazar a Guzmané. Allí no se conocía aún la trama de los funestos eventos. Mientras tanto, el
cac. Purrán regresó para su destino, llevándose un gran botín, él y su séquito, quedando así la
tribu en paz.
En 1846 Aillal fue aprobado como sucesor de Guzmané y nombrado cacique gobernador
por el gobierno de Los Angeles
Dejamos aquí el relato de Avendaño que describió estos eventos que terminaron con la vida
del cac. Guzmané el 6 de Junio de 1846 (Arch. S. Luis 6.6.46)
Es difícil agregar los acontecimientos y complicaciones posteriores. Avendaño habla de
Aillal que buscaba formar alianza de paz entre los muluches como con los ranqueles. Pero intervino
en ese tiempo el cac. Purrán que se apoderó de la buena tierra de los picunches. La intervención del
gobernador nuevo Pedro Pascual Segura (gob. 1845—1874), supo ganar la simpatía del cac. Aillal
e incorporó a sus indios como indios amigos auxiliares de Mendoza. A Guzmané habia dado el
título de “Cacique principal, amigo y aliado de esta provincia” que chocaba hasta a sus parientes.
Ahora, teniendo la noticia de su muerte, quiso averiguar e intervenir en el triste asunto. Ya el día 6
de Junio se habían presentado algunos indios en el Fuerte de San Rafael, pidiendo auxilio. Decían
que el cac Purrán y el cac. Cristiano habían atacado su tribu y que el cac. Llampi, súbdito de
Guazmané, quería perseguirlos para recuperar los cautivos y lo robado. Que sólo le quedaban 40
indios, que otros andaban dispersos, y por eso pedían esa ayuda. Que el cac. Coliné, hermano del
finado cac. Guzmané, seguramente se reuniría con ellos.
Este mismo cacique vino también a presentarse en el Fuerte de San Rafael. Los militares los
entretuvieron primero con promesas y regalos. Les decían que debían informarse mejor y que en
tales asuntos debían recurrir al Gobernador de Buenos Aires, J.M. de Rosas. Luego se convocó a un
parlamento para el 6 de Julio, donde aclararon que los indios de Guzmané habían acampado en
Guañespén y que los indios chilenos les decían que iban a arrear hacienda a Malbarco de la
República de Chile; luego vendrían a este lado de la Panmagüida (Cordillera) a agüaitar a Coliné.
Decían también que con el cac. Porrán se habían presentado Ayllal, José Caepí, Carriado y Llampi
con 233 indios; que a este último lo habían reducido con engaños y a su yerno el cac. principal ( a
425
Guzmané) habían dado muerte (Arch S. Luis 6.7.46). Decían también que habían venido de Santa
Bárbara bajo el control del Capitán Domingo Salvo. En Mendoza hubo otra junta con el cac. Nahuel
y el cac. Goyco, su segundo. Mandaron además al Alférez Juan Seguel a Tierra Adentro para hacer
averiguaciones sobre el asunto. Finalmente acusaron y apresaron al chileno José María Surita que
había actuado en nombre del gobierno chileno como agitador de los indios amigos de Mendoza.
Confesó que había pasado cerca del cacique Guzmané, porque ése pertenecía al Estado de Chile y
disfrutaba sueldos de ese país. Que después de una gran parlamento en Angol, de 3000 indios de
pelea, habían sido enviado allí por el Sargento Mayor J. Zúñiga. Que el padre de éste, el cac.
Alcalán, había dicho que los cristianos les quitaban más y más, que estaban por establecer un
campamento general en Auca Mahuida entre el Río Colorado y Neuquén. Zúñiga, a su vez, había
escrito que trataría impedir que se produjese esa gran invasión (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 12 y
Sosa Morales: El Comandante Rodríguez p.50. El Dr. Jorge L. Rojas Lagarde averiguó más cosas
sobre el robo y comercio ilegal de ganado en la Argentina, en el libro Santa María de los Angeles de
Morris, Raúl von B. 1997)
Sí. La invasión de los chilenos en 1845 y la muerte del cac. Guzmané levantó una polvareda
de acusaciones y complicaciones y no hubo venganza.
Como dije, el Gobernador Dn. Pedro P. Segura de Mendoza, quiso, a su vez, informarse de
los acontecimientos y causales. Salió con sus tropas a expedicionar y a inspeccionar. Llegó hasta
Malalhué y quiso encontrarse con el cac. Coliné; pero éste, no bien tuvo noticia de esta visita,
levantó con sus indios su campamento; ni tuvieron tiempo para apagar sus fogones. La expedición
que, según el diario del Cnel. D.E. Domínguez, duró del 8 de octubre hasta el 27 de diciembre, no
cumplió sus objetivos; solo resultó como una exploración Geográfica que podía ser utilizada para
nuevas conquistas
GÜEM TREPI, 1800, cac. pampa ranquel que se presentó también en el Cabildo de Buenos
Aires (AGN IX. 1-4-3)
HUE NAHUEL, Tomás, 1751, cac. araucano de Copiumo (Chile); lo visitó el Padre B.
Haevstadt (Diario) ETIMOL: Hue: joven; Nahuel: tigre.
GÜENALTO, 1869, cac. patagón, que Ch. Musters en su viaje por la Patagonia conoció.
De él dice en su libro Vida entre los Patagones, ed. Hachette 1964 p. 188, que era “el habitante más
antiguo” (o sea anciano) de la Patagonia. Aún organizó una caza de avestruces. Le pidió la brújula.
GÜENAN (quizás Huemán), 1854, capitanejo de Calfucurá (AGN X. 18-10-6; 20.9.54)
HUENCHE CAL, 1892, cac araucano de Huadaba (Chile) Y ese año murió allí (C.
Rusconi, ob. cit IV)
GÜENCHU o Güencho, 1820 cac. boroga. T. Guevara lo señala como hermano del famoso
cacique Venancio Coñuepán. Con él participó en la Guerra a Muerte y también emigró en
1824 a la Argentina. Desde que se ubicaron en la nueva Bahia Blanca servían en el Ejército
argentino. En 1833 participó en la Campaña de Rosas. Hay notas en las que nos informamos
de sus sueldos y de su vestuario. Tuvo que perseguir la tribu de Chocorí hasta el Chubut y
por esa acción recibió 90 $ (AGN X. 27-5-6 p. 472 y 40-7-10) Es probable que con su
hermano haya muerto en el asalto a su tribu. (ver Coñuepán V.) ETIM: Huentrú : n
HUENCHUNAHUEL, Ignacio, cac pehuenche que visitó el Padre Bernardo Haevstadt el
20 de febrero de1852. Lo visitó en la segunda expedición a los pehuenches y decía que era amigo
de los españoles.. El 24 de febrero de 1852 asstió al entierro del hermano del cacique Ignacio
Huenchunahuel, padre de Curriqueupú. Yo creo que el misionero en su gramática y Diario (p. 270)
demostró los apellidos como le parecía debían ser: Catriel era Cayrinahuel; Curriqueo, para él era
Curriqueupu y Huenchunahuel podría resultar Huenchual. El nombre Ignacio se repite en los
descendientes de Ignacio Coliqueo.
HUENCHUAL, aparece en la documentación histórica en 1820, como cac. araucano
(boroga) de Quepe, Prov. Cautín, Chile. Por la Guerra a Muerte emigró a la Argentina, Más tarde ha
sufrido los embates de los indios borogas de Guaminí (1834). Luego siguió al cac. Ignacio
Coliqueo. Con el Coronel Manuel Baigorria, refugiado unitario entre los ranqueles, hicieron algunas
incursiones, unas eran de carácter político.En diciembre de 1841 llegaron a sitiar el pueblo de
Pergamino (Historia de Pergamino de L.Giménez Colodrero p. 167) Y el 15 de diciembre de 1842
se transmitió de Salto el aviso de Calfucurá que el salvaje unitario Baigorria con unos 300 indios ,
acompañado del cac. Coliqueo y capitanejo Güenchual con Meliqueo Nahuel Chué de las tribus
borogas y ranqueles se habían movido hacia Mulitas (25 de Mayo) y Federación (Junín) (doc. 27 de
la Biblioteca Municipal de Pergamino).
HUENCHUAL, Pablo, probablemente el hijo del capitanejo arriba mencionado
1862 vino con la tribu de Coliqueo a establecerse en la Tapera de Dïaz (Los Toldos Bs.As) y
1868, el cacique A.Raninqueo anotó a Pablo Güenchual como capitanejo para su tribu separada, y
433
enviada a La Verde (25 de Mayo). 1872 parece, ya no estaba allí cuando Calfucurá con un gran
malón invadió ese campo y apresó la tribu de Raninqueo.
La noticia más interesante sacamos del libro del Teniente Coronel José Ignacio Garmendia
“Cuentos de Tropas, entre indios y milicos”, bajo el seudónimo Fortun de Vera. Son relatos en estilo
novelesco. “De buenas a primeras me encontré desterrado entre un enjambre de salvajes borrachos
y sucios..” Se ve que el tono no es del todo simpático. En la edición de Peusser de 1891 p. 62 dice
algo de la familia de Güenchual; pues Garmendia había ocupado un rancho fresco no lejos del
cacique. Frente a este alojamiento se encontraba el toldo del capitanejo Pablo Güenchual, patriarca
de numerosa familia, “en la que brillaban con cierta rústica coquetería algunas chinas regularonas
“Vinchual era un indio bajito de cierta edad, como son todos los indios, mientras no son
eternos de viejos.. Era amable y locuaz. A pesar de que eran seis sus mujeres, reinaba la paz entre
ellas y sus hijos. Todos vivían en el mismo toldo de cuero, largurucho como un zaguán y bajo como
un subterráneo, subdividido por unos tabiques, donde dormían separados por sexos. Huenchual y
sus mujeres a la derecha; en el centro las hijas mujeres y a la izquierda, los varones”
Garmendia no dice sus nombres, pero yo los hallé en los libros bautismales. En cambio no
hallé una hija de 20 años (en 1874), llamada Anaquel, quien se había enamorado del Cnel Ignacio
Garmendia.Decía que cuando se despedía de Los Toldos y no quiso llevarla consigo, se quitó la
vida arrojándose en una laguna honda. Cuando decía que tenía seis mujeres fantaseó.
Por eso puedo hacer un pequeño cuadro de las primeras geneaciones de la familia
Huenchual
Capitanejo Pablo Huenchual (1826-1888) cas.c.Juana Rumullpán n. 1826
Hija: Rosa Huenchual cas.c. Seijas
Cas. c Apolinaria Inaihual n. 1850
Hijos: Juan - Marciana, n.1876; Cas.c. Andrés Huechuqueo (1872 - Eufemia n. 1890
Antonio n. 1883, cas. c. Simona López Coliqueo.
Pedro Huenchual (alias Cuenca Huenchual) cas.c. Angela Lepimay (1842-
Florencio Huechual Cas. c. Pascuala Huechuqueo (1858-1945)
Hijos: 1.Pablo H. n. 1869 ; Cas. c. Faustina Huechuqueo (1881-1945)
Nietos: l. Juana H. 1897 cas. c. Anselmo Salas
2.Angel n 1899 cc. María Paez (2 hij.)
3.Pablo n. cc. María Purísima Avendaño (1902-1975)
4. Ángela 1906-1985 , su hijo: Agustín Huenchual
5. Pedro n. 1911
6. Alejandra H. c.c. Angel Meliú
7, Anselmo H.
8. Florencio H. Cc Francisca Páez (10 hijos)
9. Alberto H. 1903 – Cc Rafaela Pérez (1906-
10. Lorenzo H. 1901 -
No encontré a Ananquel, la hija mayor, la más bella, de 20 años y ya viuda, se enamoró del
Coronel. Y como no la llevó consigo, cuando se iba la tropa, ella se arrojó al jagüel que había en el
camino hacia Nueve de Julio, buscando su propia muerte. ( dice la novelita ib. p. 92)
El captanejo era muy respetado.Pero le aguadaron unos días amargos. Véase Hux:
Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos, ed.EUDEBA Bs. As. 1980 p. 172 y 212. En marzo de
1874 se presentó el Coronel F. Borges con su batallón en la Tapera de Díaz, porque quiso separar al
Cac. Manuel Grande que había recibido asilo en el campo de la Tribu, cuando éste había salido de la
prisión en Martín García. Borges humilló al cac. Justo Coliqueo, destituyéndolo y llevándolo con 8
capitanejos suyos a la prisión, a Matín García. Tras intensas gestiones de Simón Coliqueo, Justo, su
hermano, fue liberado como enfermo y más tarde también los capitanejos. Y en agosto de 1876, en
vísperas de un malón que los bucaba para reforzar la resistencia al avance del Cnel. Adolfo Alsina,
llevaron alguna gente; pero los demás quedaban firmes en el campo de la tribu. Justo antes de salir
hizo un asalto a la pulpería de Arzuaga y Urquizo, traía consigo cuatro capitanejos, entre ellos a
Güenchual para que lo apoyaran en el asalto. Ni lo defendieron y ni los comerciantes se aminoraron,
434
sacando sus armas los ahuyentaron(ib. 212). Pero la batalla de la Tapera de Díaz fue lo peor que
Pablo Güenchual y su gente han sufrido con la tribu de Coliqueo (ib)
Estas son las noticias que encontré con su nombre. Sobre su muerte de 1888 no tengo
detalles. Quizás en los libros de defunciones en Nueve de Julio habrá alguna noticia.
HUENCHUAL, 1852, capitanejo del cacique J. Calfucurá. Figura entonces en una lista de
caciques obsequiados en Bahía Blanca (en vísperas de la batalla de Caseros) . Luego se presentó
como comisionado del cacique salinero ante el Cnel. B. Machado con proposiciones de paz Es
posible que sea del mismo tronco como el capitanejo Pablo Huenchual. Entonces habría sido
llevado en 1834 como botín del Asalto de Masallé.. 1875 integró una vez más una comisión, junto
con el cacique Cañumil. Llegaron a Bahía Blanca para finalizar la gestión de la paz con el Gobierno
Nacional (AEM. Doc. 6909; febrero de 1875) Namuncurá no consiguió correspondencia a sus
propuestas. Le declararon la guerra y fue perseguido hasta su definitiva rendición en 1884.
Huenchual fue capturado en la gran persecución de la Conquista del Desierto. En junio de 1879, él
y 37 familias fueron deportados a prisión (Olascoaga 1930 I. p.302)
HUENCHU CURÍ o wenchecuri, 1825, cac. boroga, emigrado de Chile a la pampa
argentina. El Comandante de Carmen de Patagones lo recibió ese año en gestión de paz, enviado
por los caciques Coñuepán y Pablo Lepnopán (AGN Biedma S.VII 10-4-14). Pocos meses después
se harían los grandes parlamentos de paz.
HUENCHU GUALA, Diego, 1746, uno de los principales caciques araucanos de Chile en
la primera mitad del siglo XVIII. Estaba en guerra contra los españoles, luchando por sus libertades
y derechos. 1746 asistió al gran parlamento en Tapiqué. Asistieron 200 caciques. Se destacaron
Huenchuguala, Guayquinire y Pilquiner (Gay: Historia 1874 III. p. 528). El Padre Enrich en su
libro: Historia de la Compañía de Jesús en Chile, vol. I p. 449, cuenta que los españoles le han
muerto cruelmente. (Me pregunté si era él quizás un antecesor de Pablo Güenchual)
HUENCHU GNERR, o GÜENCHUGNER, 1840, cac. ranquel. Era hijo del cac. general
Painé, hermano de Calvaiñ, Mariano Rosas y Epugner, con quienes compartió una historia que no
cuento aquí; véasé la historia de esos tres caciques de Leuvucó (La Pampa)
Su padre murió el 15 de septiembre de 1844. Su sucesor, el cac. Calvaiñ continuó las
gestiones por la paz y mandó a su hermano a Azul al Cnel. Pedro Rosas y Belgrano, pidiendo 500
yeguas para obsequiar a los caciques que habían venido de Chile para negociar. Deseaban que así se
mantuviera la paz y no fueran a robar. Dicen que el Chancolito era su hijo. Huenchugner murió a
raiz de una invasión a San Luis (HUX: Caciques Pampa Ranqueles p. 136)
HUENCHU GNERR, 1874, capitanejo ranquel que llevaba el sobrenombre Chancolita.
Así se le nombra en el libro de bautismos en Villa Mercedes en 1879 y en un tratado de paz de los
ranqueles en Julio de 1878: “Huenchugner, alias Chancolita. Era hijo del cac. Huenchugner y nieto
del cac. Paine de Leuvucó. Durante la gestión del último tratado de paz, los jefes ranquelinos
mandaron a Huechugner al Padre Marcos Donati y con él fue en comisión a Buenos Aires, en
nombre de Epugner y Baigorrita. El Gobierno firmó el tratado (AEM doc. 1260 y doc. 810 en el
Archivo del Convento de Río Cuarto y Walter ob. cit. p. 815). Al capitanejo Huechugner se le daría
50 $ mensuales, como sueldo de oficial. Digo daría, porue bien pronto se inició la persecución de
los ranqueles. Después de tres meses de firmar ese tratado, el General Julio A. Roca exigió a los
caciques ranqueles, situarse donde él lo designare. La Conquista del Desierto había llegado a su
última fase y esto daría un pretexto para sublevarlos y luego atacarlos. En octubre del mismo año
ellos mandaron una comisión grande para buscar en la Comandancia de Villa Mercedes sus raciones
trimestrales. La integraron 94 indios y ocho mujeres. Habría sido la primera entrega de las raciones
prometidas por el tratado de paz con el Gobierno Nacional. El Comandante Rudesindo Roca mandó
apresarlos, alegando que querían romper la paz. Eso se hizo en el Pozo del Cuadril, a dos leguas de
Villa Mercedes. Mataron a 50, 5 escaparon y los restantes fueron apresados. Entre los prisioneros se
mencioana a los caciques Chancaleta (Huenchugner), Rancomín, Painé, Zapallo, Juancito, Chauquil
y Levicurá y 8 capitanejos (Olascoaga I. p.76; 27.10.78 y AEM: 28.10.78).
A pocos días salió la fatal expedición contra los ranqueles al mando del Cnel. Rudecinda
Roca (8.11.78), como lo detallo en las notas biográficas de Epugner Rosas y Manuel Baigorrita. La
Revista Todo es Historia Nº 130 menciona una última carta de Huenchugner, es del diciembre de
435
1878, en la que expresa al sacerdote M. Alvarez desde el Fuerte Sarmiento, que quería vivir en paz.
Estaba casado con Quintuigner, la hija de su hermano el cac. Epugner y su segunda esposa era Dora
Echeverría y la tercera Lomelán o Leomellán.
HUENCHU IL, caciquillo ranquel, que, según dice el Dr. Zeballos en su novela “Painé”,
ed. Hachette p. 261 y 322, ha sido señor de los montes de Carrilloo. Dice también que estaba casado
con Güeneigner, hija del cac. Gobernador Painé. Manuel Baigorria lo conoció en 1839 (Memorias).
En abril de 1846 participó de un gran malón en la zona de la Carlota, organizado por los unitarios y
en otro, poco más tarde con 300 indios al Río Tercero, cautivando gente para poder canjearlos con
los indios presos que tenía el Gobernador de Córdoba. (Arch. de Córdoba, Secc Gobº T. 204 E
Leg.5) 1847, cuando los hermanos Saa, sabiendo que habían sido indultados, evadieron de su exilio
y del campamento del Cnel. Manuel Baigorria. Huenchuil,- dicen-, mató cruelmente a dos
desertores cordobeses. Luego fue muerto por Juan Saa. (R. Pastor: Gurra con el indio en la
jurisdicción de San Luis p. 112 y AGN. X. 27-7-6. )
HUENCHUL, 1881, capitanejo pampa que tenía el sobrenombre Santos Fernández,
estuvo con otras tribus sometidas llevado a Carhué. Monseñor Mariano Antonio Espinosa dice en su
Diario del Capellán de la Expedición de 1879 (ed, Facultad, 1968 p. 128) que lo visitó en su
Campamento de Carhué y lo confirmó. Estaba ya bautizado.
HUENCHUL o Huenchuil, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista del Padre Donati
para incluirlo en el tratado de paz. Lo llamaban también Huenchulén. 1874 el Padre Donati bautizó
en Villa Mercedes a José G. Yancamil, hijo de Huenchuí y Chantuipán (Lib. De Bautismos de Villa
Mercedes 1872) . También el Excautivo Santiago Avendaño lo nombra en sus Memorias (ed. El
Elefante Blanco, Bs. As. 1999)
HUENCHULAF (o Penchulaf), 1781 cac. cerca de Salinas Grandes en La Pampa. El cac.
Negro decía que este cacique tenía cautivos.(L.Leon p. 138).
HUENCHU LAF o Huenchulao, 1872 capitanejo pehuenche del Norte de Neuquén. En ese
año, el Gral. Urútia de Angol (Chile) ofrecía a los caciques del Alto Neuquén un tratado de amistad
y mútua protección con la condición de que protegieran a los estancieros chilenos en su zona. En el
parlamento el capitanejo Huenchulaf representó al cac. Cheuquel. El gobierno argentino,conociendo
esas noticias (AEM 6464), convocó a los caciques pehuenches a un parlamento a San Rafael y
arregló con el cac. Caepí y los demás caciques un tratado de paz, en el que aceptaron el
reconocimiento de la soberanía argentina sobre los valles neuquinos. (AEM 27.8.1873). Más tarde
Huenchulaf se unió con el cac. Purrán.
HUENCHULAF, cac. de Quepe (Chile). 1881 viajó a Santiago de Chile para impedir la
fundación del pueblo “Quepe” (J. Bengoa: Histori del pueblo mapuche p.341)
HUENCHU LAO, 1873, dos capitanejos salineros que firmaron el largo documento del
proyecto de un tratado de paz, el día de la muerte de Calfucurá (AEM doc 1232)
HUENCHU LEO, 1870, cac. ranquel del cac. Mariano Rosas ( lista del P. Donati)
HUENCHU LEVI, 1767, cac. llanista en el parlamento de Nacimiento con el Obispo
Espiñeiro.
HUENCHU LLANCA, Diego, 1751, cac. araucano de Temucucui (Chile) Lo conocmos por
la visita y el diario del Padre Bernardo Haevstadt, del 24 de noviembre de 1751.
HUENCHU LLÁN,o Güenchullán, 1776, cac. pampa Lo nombra Diego de las Casas en su
censo (De Angelis IV p. 586). 1806 lo visitó también Don Luis de la Cruz, el 15 de junio, en swu
travesía por la pampa. Lo halló en Putrimal, camino a Loncoché (De Angelis I. p. 223) Lo nombra
como caciquillo, perteneciente a Payllaquín.
HUENCHU MÁN, 1825, capitanejo ranquel que asistió al gran parlamento de paz en
Laguna Guanaco (AGN X. 27-7-6). También 1852 se halla en una lista de caciques obsequiados por
orden de Rosas en Bahía Blanca. ETIM: Cóndor macho
HUENCHU MÁN, Manuel, 1872, capitanejo pehuenche del Norte de Neuquén. El 27 de
agosto de ese año estuvo en el parlamento de los pehuenches (picunches) en San Rafael para
concertar un tratado de paz con el Gobierno argentino. Pertenecía al cacique Juan Millalén, alias
Juan Chico Arch. Mend. doc 44 y AEM. 27.8.72).
436
HUENCHU NAHUEL o Güenchuel y Buenchenahuel, 1820 cac. mapuche patriota,
hermano del cac. Venancio Coñuepán (T. Guevara 1910 p. 124)
HUENCHU NAHUEL, Ignacio, 1752, cac. pehuenche a quien visitó el misionero
Bernardo Haevstadt el 20 de febrero como anota en su diario vol II. De él dice que fue el padre de
Curuqueupu y que era amigo de los españoles. (Lo nombré ya con los Huenchual)
HUENCHU ÑANCÚ, 1752, cac. pehuenche. Lo visitó el 24 de febrero de ese año, como
anota el misionero Haevstadt en su diario del segundo viaje cerca de Malalhué (Mendoza). El
misionero asistió al entierro del hermano de Huenchu Ñancú y al cortejo fúnebre, que describe así:
“Un jinete que condujo con un lazo el caballo, sobre el cual yacía, boca arriba, el cadáver, vestido
de poncho y con su trarilonco (vincha) atado alrededor de la cabeza. Sobre el vientre llevaba un
gorro grande de cuero, adornado con cobre rojizo. Seguía otro caballo enjaezado, que era el caballo
que solía montar el difunto, cuando estaba vivo. Cerraba el cortejo un tercer jinete que llevaba un
cordero. La restantante multitud de hombres y mujeres ya se había dirigido al lugar de la sepultura.
Por otro camino más breve. Allí sacrificaron tanto el caballo como el cordero; lo mismo hicieron
con dos yeguas, destinadas a los que habían acudido al funeral. Se distribuyó la carne, el sebo y los
intestinos entre los presentes, junto a una liberal cantidad de bebida. La piel de aquellos caballos y
yegueas, unidos todavía a sus respectivas cabezas y las patas se pusieron de tal manera, que
mirados de lejos, parecían estar aún vivos y parados. Terminadas estas exequias, todos asistieron a
la doctrina cristiana y algunos niños fueron bautizados.(Padre Bernardo Haevstadt:
Chilidungu;Leipzig 1777 2 vol. Y otras ediciones. 1748 a 1768 estuvo entre los pehuenches)
GÜENCHU NAHUEL, 1869, capitanejo salinero. A lo menos, el cac. Jn. Calfucurá pidió
en una carta al jefe de la frontera sur obsequios para Güenchunahuel y Pichinlaf (AEM 19.9.69).
GÜENCHU NAO, 1875, capitanejo huilliche del cac. Reumay de Salinas Grandes. 1873
figura en el largo documento del proyecto de un tratado de paz (AEM . doc. 1232) y en noviembre
era portador de una carta de su cacique al Cnel. Cerri de Bahía Blanca (Clifton Goldney: Manuel
Namuncurá p. 67 y 203 ed. Huemul 1956)
GÜENCHU NECUL o Huenchenecul 1884, cac. manzanero – huilliche. Estaba en paz con
los blancos y los caciques, hasta que lo acosó la Conquista de Desierto, pues lo persiguió la
columna expedicionaria del Cnel. Villegas en 1884. Los atacó la tropa del Sargento Mayor Miguel
Linares. El 1º de enero de 1885 se rindieron con los demás caciques del Neuquén en San Martín de
los Andes El 25 de febrero el Cnel. Villegas comunicó al Minitro la rendición de esta tribu (Walter:
Conquista del Desierto 1964 p 734 y 740)
GÜENCHU GNERRE o Huenchugnerr, Güenchunar, 1819, cac boroga de la Imperial
(Chile) que en 1819 hasta 1824 actuó en la Guerra a Muerte. Luego emigró a la Argentina. Un
diario de Mendoza publicó el 10 de Mayo de 1824 una lista de caciques chilenos que se habían
afincado en la Sierra de la Ventana. Lo nombra en tercer lugar. El documento remarca que eran
pacíficos. Antes, probablemente estuvo en contacto con el Exdictador de Chile J.M.Carrera (véase
Huenchuquir) ETIMOL: zorro macho.
GÜENCHU PÁN, 1776, cac. pampa que vivía sobre el río Chadilufú, según el Censo de
Diego de las Casas (De Angelis )
HUENCHU PILLÁN o Guanchupillán, 1593, cac. araucano (J.T.Medina: Doc. Inéditos
1960 IV )
HUENCHU QUEO, 1655, cac. araucano que durante la represión de la sublevación
araucana fue apresado y por orden de Casanote fue ahorcado (Gay: Historia 1847 III. P. 192)
HUUECHU QUEO, 1834, capitnejo boroga que estuvo entre los inmigrados en la zona de
Güaminí. Sufrió con las tribus de Rondeao y Cañiuquir el asalto de Masallé. No sé como le fue;
pero un documento del 27 de diciembre de ese año dice que figuraba entre los que cumplieron el
pedido de Rosas de entregar cautivos.
HUENCHU QUIR, Faustino (entre las variantes está cac. Faustino o Huechuquil,
Vanchuquir y Santiago Avendaño dice Güenchú Quirque), cacique mapuche. Ya en 1819 era
cacique muy respetable, un diplomático que dominaba el castellano casi como el araucano. Mucho
tiempo estuvo al servicio de los caciques salineros. Desempeñó numerosas embajadas de Calfucurá,
437
sobre todo cuando se trataba de gestionar un tratado de paz. Las noticias de él oscilan entre 1819 y
1879. T. Guevara, hablando de la Guerra a Muerte, lo enumeraba entre los partidarios de los
realistas. Vivían en la Costa del Mar: Huenchuguir, Rincopí y Cheuquemilla. (Guevara 1910 p. 90).
Busqué su nombre en las listas de los borogas realistas. No asistió en los parlamentos de 1825 o
1826 (AGN X. 27-7-6) Pero documentos del Archivo de San Luis de septiembre de 1831 dicen que
por medio de Huenchuquir el Gobernador de San Luis ha podido celebrar un pacto de paz con el
jefe ranquelino Llanquetruz (R. Pastor: Guerra con los indos de San Luis p. 374) También el
Gobernador de Córdoba quiso entrar en gestiones de paz y canje de cautivos (Arch de San Luis:
Carpeta Indios). Un año más tarde, el gobernador de San Luis informó al de Mendoza que
desconocía la ubicación del cac. Faustino, pues Rosas exigía información más amplia en vista a la
Campaña al Desierto (ib. 10.12.32). Durante la expedición Combinada del año 1833, Faustino
Huenchuquir se consideraba como indio amigo. Fue él que daba noticias al Gral. Facundo Quiroga
sobre los movimientos de los ranqueles (Diario de Rosas, ed Sudestada 1965 p. 146)
Huenchuquir se habrá incorporado a Calfucurá, cuando éste, después del asalto de Masallé,
consiguió el permiso de afincarse en Salinas Grandes (La Pampa) Calfucurá se hizo poderoso tras
incorporación de varias parcialidades oriundas de Chile. Faustino Huenchuquir, o era pariente de
Calfucurá o se hizo pariente después y gozaba de su plena confianza. Quisiera que los documentos
hablaran mucho más de él, porque merecería una buena biografía. Pero siempre se mantenía en
segundo plano.
En diciembre de 1852, cuando Rosas hizo obsequiar a muchos caciques y capitanejos para
conseguir su adhesión en vísperas de la batalla de Caseros, Huenchuquir figura en la lista
inmediatamente después del cac. Juan Calfucurá. Después de la derrota de Rosas en Caseros, es el
emisario de Calfucurá ante el gobernador y luego presidente Justo José de Urquiza ya en Buenos
Aires, ya en Paraná y San José en Entre Ríos. Santiago Avendaño, en sus Memorias dice, que en
“1852 vino con una comitiva de 107 indios a arreglar los negocios de paz con el gobierno de
Buenos Aires, después de la caída de Rosas, por parte de Calfucurá y se ha ocupado sucesivamente
como enviado en este mismo asunto de las negociaciones con el Gobierno de la Confederación,
desde 1855 hasta el año 60” . “En 1857 Güenchuquir, Güerao, Copainau y el negro “Cisterna”
fueron como embajada de Calfucurá a Buenos Aires, pidiendo libertad de los indios presos de 25 de
Mayo, de Cristo, Lorenzo (Coliqueo) y otros” (Memorias del Excautivo S. Avendaño, ed. El
Elefante Blanco 1999 )Desde el momento en que el Cnel. Pedro Rosas y Belgrano, jefe de la
frontera Azul, abandonase la política de los porteños y se encargara de las relaciones con los indios
en nombre de la Confederación Argentina, Huechuquir se relacionó con él. Luego de haber sufrido
la derrota de Pîgüé, en febrero de 1858 ante el avance del ejército porteño, “el Capitán Mayor
Faustino Huenchuquir” vino con nueve indios al Azul para verse y hablar con el Cnel. Ignacio
Rivas, a fin de solicitar la paz, ofreciendo la entrega de cautivos que tuvieran en Salinas Grandes.
Hay que leer la nota biográfica de Calfucurá (por ej. En Hux : Caciques huilliches y salineros, ed.
El Elefante Blanco 2004) para darse cuenta de lo que ha luchado en esos años de enfrentamientos y
guerras civiles.
En Mayo de 1861, cuando los indios preveían que el General Bartolomé Mitre iba a
dominar la política argentina,-así lo sospecharon también los indios de Coliqueo- , Calfucurá envió
a Faustino Huenchuquir con una gran comisión para ponerse en contacto con el Gral. Bartolomé
Mitre (Arch. Mitre XXIII p.15) Y los de Buenos Aires creyeron oportuno conseguir su adhesión
para la nueva lucha que se definiera en Pavón, en octubre de ese año. Faustino Huechuqueo siguió
fielmente la políica de su cacique principal, un tanto oportunista. Año tras año se presentó en algún
punto de la Provincia de Buenos Aires, cumpliendo algún recado ante los jefes militares de la
frontera. En marzo de 1865, ante el Cnel. B. Machado; en diciembre de 1866, ante el Cnel Osornio
(A.E.M. tiene muchos documentos). En 1970, cuando Calfucurá se había sublevado ante “las
picardías que en Bahía Blanca habían hecho con la tribu de Cañumil, realizó dos malones en
protesta y para presionar a fin de conseguir la liberación de la tribu de su yerno, envió a
Huenchuquir su confidente al jefe de la frontera Norte. “El Coronel Faustino Güenchuquir envió al
capitanejo Gabriel Rallín (Rayún) al Cnel. Francisco Borges en Junín con una carta suya,
solicitando que parlamentara con él en presencia de los caciques Coliqueo y Raninqueo , afincados
438
ya en “Los Toldos” Prov. de Bs.Aires. En la carta se lee esta frase: “Puede preguntar al Cacique
Comandante Raninqueo qué clase de hombre soy yo y que he hecho los tratados”. Y propone
estrechar las relaciones en esa frontera. “Yo no tengo queja de usted ni usted de mí” (AEM Nº
6256) En oportunidad de un viaje a Buenos Aires en compañía de una comisión fue fotografiado
(Foto que repeodujo J.W. Maguire en: Loncohué, 1967 p. 842 Lam. XV) . ¡Cuánto se puede
meditar ante ese retrato!
El 3 de junio de 1873 falleció su gran amigo y pariente, el cac. Juan Calfucurá. Para su
entierro se reuniron todos los grandes caciques de la pampa y de allende las Cordilleras. 200
caciques y capitanejos firmaron el proyecto de un tratado de paz (AEM. Doc. 1232) Seguramnte
hubo gran consenso que Manuel Namuncurá debía ser el sucesor de Calfucurá, pues también su
padre lo había favorecido y preparado para esa responsabilidad, Pero había que respetar las leyes de
la tradición araucana por la que el hijo mayor heredaba normalmente el cacicazgo del padre. El hijo
mayor de Jn. Calfucurá era José Millacurá que se consideraba incapacitado para esa función. Se
nombraron otros candidatos. Bernardo Namuncurá, un hombre de gran formación, había sido
secretarioo de Calfucurá; era primo hermano de Manuel Namuncurá. Se consideraba también el
derecho de Juan Morales Catricurá, segundo hijo de Calfucurá. Mientras que varios descendientes
de Calfucurá apoyaban esta candidatura, Alvarito Reumay, el cuarto hijo varón de Calfucurá
propuso y apoyaba a Namuncurá. Cuando el parlamento tomó síntomas de agresividad, intervino el
gran consejero de los caciques, Faustino Huenchuquir y propuso formar, al menos por el momento,
un Triunvirato constituido por los caciques Manuel Namuncurá, Bernardo Namuncurá y Alvarito
Reumay. Esta solución diplomática fue aceptada y aparentemente puesto en práctica. Los tres solían
firmar las cartas y fueron consultados en cuestiones de importancia. Pero Manuel Namuncurá iba
asumiendo cada vez más las responsabilidades políticas y guerreras. (Clifton Goldney: M.
Namuncurá p. 59)
¿Qué hacía Faustino Huenchuquir en 1876, durante la sublevación y durante el avance de
Alsina que fue el inicio de la metódica persecución de las tribus de la pampa ¿
Los documntos que conozco no lo nombran hasta 1877. En septiembre de ese año encabezó
una nueva comisión a Buenos Aires y se presentó al Sr. Arzobispo Aneiros y al Gobierno Nacional
para pedir ceptaran sus proposiciones, El diario católico “América del Sur” del 16 de septiembre de
1877 dio cuenta de esta visita; pero ya era tarde para tales gestiones. Las tropas pisban las huellas
de los indios y los ataques de 1878 eran de exterminio. Las divisiones de los Coroneles T.García y
N. Lavalle se internaron en los Valles de Salinas Grandes y de Chilué. Este último encontró en
Hucal Grande indios de Cañumil y de Huachuquil (Huenchuquir) (R.Yaben: Biografís militares
sudamericanas I. 801) A los dos caciques los apresaron y los llevaron a Buenos Aires. Mientras que
a los indios los distribuyeron en los diferentes campamentos de prisioneros o a los cuarteles
militares. Según telegrama del Cnel. Vintter “venían desnudos y hambrientos” (AEM 26.11.78)
Faustino Huechuquir fue detenido en el Batallón de Artillería. Sólo los Padres Lazaristas lo
consolaron en esas trites circunstancias y lo prepararon para el bautismo. El domingo 11 de Agosto
de 1879 fue bautizado en la iglesia parroquial del Pilar (L.Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros
a favor de los indios, 1945 p. 176) En la misma solemne ceremonia se bautizaron también los
caciques Juan José Catriel y su hermano Marcelino, Juan Melideo y José Cañumil. El diario
“América del Sur” decía el otro día que, por disposición del Arzobispo Aneiros fueron vestidos
convenientemente y les entregaron una generosa limosna. Consultando los libros bautismales
encontré una lista Nº 3 que nos informa sobre “ Huenchuquir, hijo de Claqueo y Leflenpán, de 70
años de edad”. Era pues hijo del cacique boroga Claqueo. La edad se le habrán calculado a ojos. En
oportunidad de su visita a Buenos Aires en 1877, el diario “América del Sur” decía que él tenía
unos cien años. Si en 1819 actuaba como guerrero, en 1879 tenía más que 70 años.
Valorando su actuación en nuestra pampa, tengo que decir que era un hombre recto y
prudente, estimado por sus dotes y quzás por su formación. ETIM: Lagarto macho
FAUSTINO, cacique que no creo sea el mismo Huenchuquir. Un documento del Archivo
Provincial de Córdoba (Sec. Gobº T.94 Leg 48 3 fojas) de 1827 trata de un cacique Faustino.
Contiene el plano de la Reducción de Indios y una lista completa de los integrantes. Encabeza la
439
lista el cac. Faustino de 40 años (soltero) y los capitanejos Ramón (de 30 años) y Linco (también de
30 años) Contiene el Plano de la Reduccion de Indios, pero no señala el sitio donde habitaban.
Huenchu Quirque, 1645, cac. mapuche de la zona de Cautín. Por un atropello (maloca) que
recibieron los indios de La Imperial, por el cual que murió el anciano cac. Coñuemain, se sublevó y
se asoció Huenchu Quirque al cac. Ampallante en una guerra de venganza (Gay: Historia …
HUENCHU GNER, Francisco o Huener, alias SORIA (1806 – 1877) capitanejo boroga
de la tribu de Ignacio Coliqueo. Tengo muchas anotaciones genealógicas, pero no tantas notas
históricas. Sus familiares son oriundos de la zona de Boroa, sufrieron la Guerra a Muerte, emigraron
a la Prov. de Buenos Aires (Guaminí), luego a los ranqueles; fueron involucrados en la Guerra Civil
entre unitarios y federales. Fueron integrados en la lucha por la unidad nacional 1852 – 1861; se
ubicaron luego en Los Toldos (Prov. de Buenos Aires) y vivieron los días felices y dolorosas de la
Tribu de Coliqueo (Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los Toldos)
Su padre fue Ignacio Lemugner y su madre Inaillan Soria, en algunos documentos llamada
Inaillán Namiur (1766-1877) . Un censo levantado en 1876 en la tribu de Coliqueo anota que ella
tenía 110 años. De ella adoptaron futuras generaciones el “alias” Soria.
Francisco Soria (I) (1806-1877)fue capitanejo de Coliqueo. Casado con Juana Caniullán
“alias” Vaicurray, hija del cac. boroga Caniulef. Y murió en 1863. Anoto seis hijos;
1. Juana nac. 1839;
2. Ignacio Huener Soria nac. 1848; cc. Ignacia Coliqueo (hija del cac. Simón C.)
3.Nicolás Huener Soria; cc. “ “
4. Francisco nac. 1845 que será capitanejo también en la Tribu de Coliqueo;
5 . Antonia Huener Soria nac, 1852;
6. María Huener Soria (1850 – 1902)
Linconer Soria, nac. 1832, era hermano de Francisco Huener Soria
HUENER SORIA, Pancho o Francisco, capitanejo de la tribu de Coliqueo, (1845 – 1904).
Como estaba casado con tres mujeres tenía un montón de hijos que no voy a anotar aquí. Su primera
esposa era Aurelia Quemehuenche; su segunda mujer era Epumay y la tercera, Andrea Carranza o
Caniulef nac. 1859. Eran de la “nobleza araucana”. La tradición familiar no supo mantener
recuerdos de sus antepasados.
HUENTÁN, 1881, cac. huilliche, quien cayó prisionero en manos del Comandante
Saturnino Torres durante su expedición al lago Nahuel Huapí el 23 de agosto de 1881.
HUENTE CURA, o Huene Cura era toqui 1604 - 1610, en Chile; antes cacique sufragáneo
del toqui Clentarú (Gay: Historia III. Cap.XX.) Murió 1610.
HUENTE CURA, o Güente Curá,1817, cac. huilliche chileno; Clifton Goldney en su libre
Man. Namuncurá p. 73 y 246 afirma que Huentecura era padre del famoso cac. Juan Calfucurá.
Al escribir la nota de la vida del cac. Calfucurá (Hux: Caciques Huilliches y Salineros, ed. El
Elefante Blanco, Bs.As. 2004 , especialmente p. 84ss “Origen, procedencia y famlia del cac. Juan
Calfucurá“, hablé de su tío abuelo Juan Calfucurá, pero poco de sus padres. Ahora quiero incluir la
nota biográfica que Santiago Avendaño en sus Memorias asentó, sin que tenga seguridad de que
todo es histórico y correcto:
“Güente Curá (trad. encima o sobre la piedra): Así se llamó un indio natural de la tierra de
los güilliches y que, por las desavenencias entre los suyos se vio obligado a emigrar, buscando el
sosiego entre los muluches. [Angel Pacheco decía que lo vió al Este de Maquehua, al pie del volcán
Llaima y J. Claraz 1866 decía que vivía a orillas del arroyo Llaima, al pie del cerro Yeltué.]
Dirigióse a Collicó Mapú al país de El Agua Colorada (es un lago), con sus pocos animales y su
familia que constaba [entonces] de su mujer Amuizeo, en la cual tenía los siguientes hijos:
Callibucura (Calfucurá), Namondcura, (Antonio Namuncurá), Cathre Curá (Catricurá) y
Reuquecurá. Los tres primeros eran ya mozos, siendo el último aún chico, cuando emigró.
En Collicó se dedicó a la labranza, imitando a los naturales de allí y vivió muchos años en la
oscuridad hasta su muerte; pues pertenecía a la clase de cüme que güentrú (es decir: de buena gente)
sin título. Así es que ninguno de sus hijos alcanzó a ser noble, sino [se contaban] entre los medios,
que aún entre nosotros se tocan para subir mañosamente al poder. Pero Caillbucurá (Calfucurá), el
hijo primogénito, era dotado de esa fibra y osadía que era necesaria para conseguir grandes fines; y
440
de un mozo, que corría por aquí y por allá en busca de juegos y diversiones, resultó un héroe. El, a
su tiempo, determinó tomar un camino que más tarde le condujera a una posición elevada. Empezó
a inducir a algunos amigos y conocidos a que lo siguieran en sus viajes que había pensado
emprender, conduciendo mercaderías a los Borohueches (ubicdos en la pampa argentina, para
conseguir en cambio animales, etc. Es el primer capítulo de las Memorias del Excautivo Santiago
Avendaño, ed. El Elefante Blanco, Bs. As. 1999 p. 21)
HUENTE COL, 1820, cac huilliche chileno, nieto del cacique mayor Colicheo de
Quilahueque. Tenía a su lado a los hermanos Curihuán y Lemunao. Huentecol era hermano de los
caciques Quilahueque y Montri. 1810 estuvo en Salinas Grandes, cuando llegó allí la importante
expedición del Cnel Pedro A.García en busca de sal y para tomar contacto con los caciques de la
zona. Lo menciona en su diario el 19 de noviembre de 1810.
En 1863 se afirma que Güentecol era sucesor del cacique Mañil, al otro lado del Río Quilla
del Salto (Beramendi, J. F.: Orellie, Antonio en: Documentos para la Historia Argentina II 1974. )
Propuso, pues, realizar un gran malón con Orelliè.
GÜENTE MAINQUE, 1797, capitnejo pehuenche que asistió, al fin de la Guerra
Pehuenche, al gran parlamento de paz (Arch. Mend. )
HUENTE MANQUE, 1603, cac. araucano chileno. El Padre Campos Menchaca cuenta en
su libro: Nahuel Buta p. 233, que su tribu tenía una monja cautiva, llamada Sor Francisca Ramírez
de las Hermanas Isabelas.
HUENTEL, 1822, cac. patriota chileno que actuó con el cac. Coñuepán (T. Guevara, ob. cit.
1910 p. 303)
HUENTE MIL o Güentemil, 1847, capitanejo araucano. Se presaentó con el capitán
Nicolás de Valdivia y fue obsequiado (Ronco: Caciques y la frontera. Manuscrito inédito p. 6 ,
Azul)
GÜENTENAO, 1780, cac. puelche que vivía entre los pehuenches del sur mendocino. Su
hijo se llamaba Antepán. Fueron atacados, igual que los indios de Roco y Ancai en Mamuil Mapú,
durante la gran expedición del Gobernador de Mendoza José de Amigorena en el paraje El
Campanario. Torre Revello, el biógrafo de Amigorena (Aportación para la biografía..en Rev. Hist.
Americ. Y Arg. Nº 3 y 4 p.17) resume los hechos así: “El 10 de marzo de 1780 en Corral de
Guanacos se le presentó el capitanejo Lemus, e interrogado por el lenguaraz, dio buena información
sobre la situación de los temibles Güentenao y Roco y sobre sus andanzas en Mamuil Mapú (La
Pampa). Vivían, decía, a 14 legas de ese paraje. Amigorena, quien en 1777 defendiera ante el Virrey
de Vértiz la política de la pacificación por las armas, preparó de inmediato el ataque de estas tribus.
El 14 de marzo cayó con 300 soldados e indios amigos sobre sus toldos. Hubo combate. Entre los
muertos se hallaron los caciques Llinguenque, hermano de Ancán y Güentenao, “el más viejo y
famoso, que maloneaba nuestra zona” (Diario de la expedición, en De Angelis IV p. 590) Entre los
presos estaba una hija a la que llamaban cacica. Era aún soltera por no haber en la nación quien
pudiera pagar las cien pagas por su mano…La bautizaron con el nombre Ignacia. Se casó con el
cac. Roco y en 1805 fundó el pueblo San Rafael. Su hermano se llamaba Rayguan, el pehuenche, no
el de Barbarco. En el resumen de la batalla se dice: En el Cerro Campanario, a 129 leguas de
Mendoza, hicimos 106 muertos, 123 prisioneros…Esa cacica Ignacia se presentó en Mendoza, el 16
de diciembre del mismo año, en el Cabildo con un respetable séquito, a presencia de todas las
autoridades. Como dijimos, estaba casada con el cac. M. Roco, cac. principal de los que habían
quedado después de la refriega “de escarmiento e intimidación”. La acompañaron María Yanquipí y
sus hermanos Rayguan y Raigapán, su cuñado Antepán y Peñafil y sus lenguaraces C.Labrín y
J.Guajardo. Venía, decía, a hacer proposiciones de paz en nombre de los suyos, como habían hecho
siempre en el Reino (de Chile). Cuando, después de un trabajoso parlamento que duró tres horas, se
quiso concluir un tratado de paz, ella decía que era necesario el consentimiento de su esposo que no
pudo acudir por estar enfermo. Pidió que firmaran todos el documento y que lo llevaría a
consideración del cacique principal, su esposo; que dejaría de rehenes a María y demás gente de la
comitiva. Así se hizo y en enero se concluyó el tratado de paz, por el que se les dio otra residencia, a
200 leguas de Mendoza
441
GÜENTENAO, 1797, cac. pehuenche (puelche); era el hijo de Antepán y nieto de M.
Goico. Participó en la Guerra Pehuenche a favor de los indios amigos de Mendoza. En un momento
quiso asociarse a los indios peheuches de Chile; pero el cac Caullant, gobernador de aquellas
parcialidades bregó por la paz en un parlamento convocado por A. O`Higgins. (ver Caullant). Según
Jorge Fernández (2002 p.44) en 1832 se presentó en Bahía Blanca con el caciqueToriano.
HUENTAU (prob. Güentenao), 1872, cacique que firmó el 1º de enero de ese año un tratado
de amistad y defensa mútua en Angol, ante el Gral. Urrutia. Representaba al cac. Llancaqueo. Pocos
meses después, los caciques pehuenches de los valles de Mendoza y Neuquén fueron invitados a
firmar en San Rafael otro tratado de paz en nombre del gobierno de la Nación Argentina, por el que
reconocerían y reconocieron la soberanía argentina sobre esos valles fértiles. Durante la Conquista
del Desierto , 7 años después, Güentenao fue atacado por el Cnel. Rubial. Lo halló el 20 de abril de
1879 sobre el río Trapa Trapa. Y el 23 de agosto lo mató el Cnel. Saturnino Torres, en la zona del
río Barrancas, donde murieron 14 indios más. (Rev. Junta Est. Hist. De Mendoza IX p. 147)
GÜENTE NAHUEL, 1770, cac. pampa, que participó en el parlamento, convocado por el
Maestre de Campo M. Pinazo en Laguna de los Huesos y lo acompañó en la expedición “contra los
tehuelches” (Diario de Hernández, Juan Antonio publicado por de Angelis, 1838, vol.V)
GÜENTE NAHUEL, 1863, capitanejo huilliche del Neuquén. Participó en el parlamento de
paz del cac. Huincaval con el Comandante de Carmen de Patagones. El 7 de octubre de ese año
llegó a reclamar sus regalos, cuando, en realidad, había sido obsequiado por más de 2000 $, en
oportunidad de hacerse el tratado de paz con el cac Inacayal. Luego tuvo que ser atendido en el
Hospital por enfermedad que trajo de la ciudad y de una paliza que le había dado el cac. Inacayal
(AEM. 7.10.63) 1872 participó en otro parlamento de paz con Domingo Salvo jefe y traficante
chileno en la Cordillera, junto con el cac. Purrán y otros.
HUENTENÚ, 1767, cac. boroga chileno que, junto con su hermano, el cac Ancalemu y
Ancalicán apresaron al obispo Marán. Pero como otros caciques abogaron por la libertad del
Prelado, jugaron según su costumbre la decisión por unos partidos de “chueca”, que resultaron a
favor del Obispo. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 244)
HUENTEQUEO, 1824 – 1907, cac. boroga que vivía en Tucapel. Era hombre de paz. 1859,
por ejemplo, impidió una sublevación. El Padre Ortega de la orden de San Francisco se había hecho
muy amigo del cacique y le asistió hasta en los últimos momentos de su vida. Nos dio un testimonio
de su admiración por el cacique bondadoso. Antes de morir confió su cacicazgo y sus tierras al
Padre y decidió que tuviese voz y voto en los parlamentos. El Padre aceptó el título, pero la tierra
repartió entre sus parientes y los pobres de la tribu. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 294)
GÜENTU, Vicente, 1872, capitanejo del cac. Pincén. Ese año, una expedición contra los
indios de Pincén (Piseñ) fue tomado prisionero. A Güentenú se le inculpó, haber participado en
varios malones. Sí, en marzo de ese año, en oportunidad del gran malón de Calfucurá y
confederados, en la batalla de San Carlos (Part. de Bolívar), habían invadido en diversas fracciones
los Partidos de 25 de Mayo y de Nueve de Julio. También se dijo que había muerto al Coronel
Heredia y había tomado parte en la invasión a la tribu de Coliqueo (Los Toldos, Prov. Bs.As.), en
septiembre de ese año. Entendamos, él participó en la guerra. Parece que al fin ha sido fusilado.
HUENTU LÁ, 1864, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P. Donati, que se
conserva en el Museo del Indio en Los Toldos).
HUENU ÁN, o Güenuam, 1854, capitanejo ranquel (o era salinero que fue a vivir entre los
ranqueles). 1854 era chasqui de Calfucurá (AGN X. 18-10-6). 1864, cuando el Cnel Manuel
Baigorria se empeñaba en hacer un tratado de paz con los ranqueles, él lo obstaculizó (R. Pastor:
Guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis, 1942 p. 143) 1879 figura su nombre entre los
prisioneros de la quinta División de los expedicionarios (J.Walther: Conquista del Desierto ed. 1964
p. 636) ETIM: Antü: sol; huenu: del cielo
GÜENU ANGTE o Guala Güenu Angte, 1744, cac. pehuenche. Ese año llegó a la Guardia
de Luján, recién establecida. Venía acompañado de Güilligner y Calelián con intención de
comerciar. (Arch Gral Ind. 167 Charcas 317)
442
HUENU CALQUÍN , toqui (chileno) sucesor de Vuta Pichón. (1620 ?). El perdió su vida en
un combate en Elicura. En seguida se eligió a Curante. (Pavez 2005 p. 46)
HUENU CAL, cac. pehuenche, del cual tenemos una primera noticia de 1751. 1794 estaba
implicado en la Guerra Pehuenche. El 2 de Mayo de ese año, asistió a un parlamento de paz con 12
caciques. Prometió su colaboración con el Gobierno de Mendoza. Tuvo que acompañar más de una
expedición y fue muerto en su toldería por un “malón de revancha” de los indios de Barbarco, el 6
de abril de 1796 (Arch. Mend. Carp. 30)
GÜENU CANTU, 1737, cac. ranquel. Según dice el Padre Falkner, este cacique había
atacado, en Agosto de 1737, a los campos y poblados de Areco y Arrecifes, fortín de poca
protección. El Capitán Juan de Melo y el Alférez Esteban del Castillo salieron a una campaña de
extermino. Ellos llamaron a 2000 indios de Chile para una segunda invasión. Los acompañó el cac
Curruloncó con sus indios. (Acuerdos Bs.As II T. VIII p. 409, 410 y 495) Falkner: Descripción de
la Patagonia. Lo sindica como Taluhet)
HUENU CAPÍ, 1796, cac. pehuenche huilliche de los de Barbarco. Estaba implicado en la
Guerra Peheunche. Después de la muerte del cac. gobernador Rayguán (Mayo de 1797), ese
Huenucapí mandó un chasqui y una comisión al cac. general de los ranqueles chilenos en nombre
del cac. Carripilún, al cac. Naupayante pidiendo que viniese a ayudarles a vengar la muerte de su
cacique. Este, empero, no quiso acudir. (Arch. Mend. 1797 y Sosa Morles: El Comandante
Rodríguez )
GÜENU CAR, o Güeñicar, 1814, cac. pehuenche que asistió al parlamento convocado por
el Padre Inalicán y el cacique gobernador Ñeicuñán. San Martín solicitó su apoyo a la causa patriota
(A. Simón: Fray F. Inalicán, 1944.)
GÜENU CHAN, 1851, capitanejo salinero de Calfucurá. Ese año fue obsequiado por orden
de Rosas en Bahía Blanca AGN. X. 20.10.51)
GÜENI CHULÁN, 1880, cac. picunche, unido a Purrán. Trataron como resistir a la
invasión de los expedicionarios (ver cac. Purrán)
GÜENU FILÚ, 1870, cpitanejo de Reuquecurá (huilliche salinero) (Raone: Fortines 1963
p. 133)
HUENU HUALA, 1585, cac. araucano chileno. En la sublevación araucana, le siguió el
cac. Painé Ñandú. (Cmpos Menchaca: Nahuel Buta p. 228)
GÜENUIÑ o Huenuim, Güenín, 1820, cac. ranquel que vivía en Marivil (La Pampa). No se
dejó arrastrar por el guerrillero chileno J.M. Carrera. 1822 asistió al parlamento de paz con el Cnel
Pedro A. García en la zona de Tandil. En la lista es el tercero. El protegió al Coronel en su viaje de
regreso. 1825 estuvo tambien en el parlamento de la Laguna del Guanaco. En vísperas de la
expedición de 1833 al Río Colorado, El Gral J.M. de Rosas pidió a todos los gobernadores informes
sobre el paradero de tribus. El de San Luis contestó, que Güeñín estaba en Marivil, a 20 leguas de
El Cuero (Arch S. Luis, 10.12.32). Hacía poco que había ido a Río Cuarto, afirmando que era indio
amigo y avisando que se estaba gestionado un malón que atacaría zonas de la Provincia de Córdoba
(Arch S. Luis, caja 32 Nº 4390)
Durante la Campaña del Desierto, él informó a Rosas que los indios de Mamuil Mapú (La
Pampa) se estaban mudando, lo que Rosas comunicó a F. Quiroga, para que la División de la
Izquierda estuviera sobreaviso (Diario de Rosas: 24 de marzo de 1833; AGN. S. X. 27-5-6). La
última noticia que pude rastrear de él es que trajo un cautivo escapado del Rincón de Agua, que
decía que los caciques Güeñi, Coronado, Mellín y Güechi se habían refugiado al Cerro Colorado
(AGN.X. 27-5-6).
GÜENU LEPE, 1742, cac. puelche. Según el Padre Falkner, ese año había hecho un tratado
de paz con el gobernador de Buenos Aires. El P. Falkner lo conoció en 1744, cuando volvió a
Buenos Aires para reafirmar la paz. Decía que era sobrino del cac Bravo (Cangapol) como Ayelepe,
que lo acompañó. (Arch Gral.Ind . 163 Charcas 317). En otro documento del Archivo General de
Indias se dice, que había venido a la frontera acompañado del cac. Calelián con cien indios pampas
y serranos, porque venían a comerciar sus ponchos. Poco después se supo que lo mataron al cac.
Güenu Lepe en el paraje “Monigotes” (Part. de Junín) junto con el cacique Canclava y 32 indios
(ib.).
443
HUENU LET, 1766 , cac araucano fue muerto en la sublevación que inscenó el cacique
Agustín Curiñancú para destruir todas las Reducciones chilenas (Campos Menchaca: Nahuel Buta
p. 150 y 461 y Noggler: 400 años de misión en la Araucanía p. 184s)
GÜENUL, 1872, capitanejo del cac. Ñancucheo. El 8 de octubre de ese año se presentó en
la Comandancia de Carmen de Patagones para firmar el tratado de paz (AEM. Doc. 1185)
GÜENU LINCÓN, 1825, capitanejo pampa ranquel, que estuvo en el parlamento de paz en
Laguna de Guanaco, el 20 de diciembre de 1825 (AGN. X. 27-7-6)
GÜENU LLAN, Miranda, 1868, capitanejo del caciquillo Tripailaf. Ambos habían
pertenecido a la tribu de Coliqueo en Los Toldos (Part. Gral. Viamonte). 1868 se desprendió una
parte de esa tribu para formar en La Verde (Part de 25 de Mayo) una nueva agrupación de indios
amigos bajo el mando del cac. Andrés Raninqueo. Esta agrupación fue destruída en 1872 por la
famosa invasión de Calfucurá , antes de la batalla de San Carlos de Bolívar.
HUENU MAN, Pascual, 1774, era uno de los princpales caciques de los cuatro Buta Mapú
de Chile (Campos Menchaca: Buta Nahuel p. 152. Era cac. pehuenche ya en 1758, cuando lo vistó
el Obispo franciscano de Concepción, Mons. Pedro Angel Espiñeira, quien hizo su primer viaje a
los pehuenches (Relación del viaje y misión a los pehuenches 1758. En: Jorge Pinto y otros:
Misioneros.. Temuco 1988 p. 233- 249.
GÜENU MILLA o Quenomilla, 1782 cac. ranquel que participó en la Guerra Peheunche.
Ese año se mudó de Mamuil Mapú al Río Diamante y actuó con el cac. Llanquetruz. 1776 lo anotó
en su Censo Diego de las Casas ubicado a orillas del río Chadileufú (De Angelis IV p. 586). En
febrero de 1792 las tropas del Gobernador de Mendoza J. de Amigorna, atacaron su tribu
terriblemente (Arch. Mend. Doc.4: 1792.)
GÜENU MILLA, 1890, cac. pehuenche chileno que falleció ese año en Valle Hermoso
(Mendoza), según averiguó Carlos Rusconi (ob. cit IV p. 174)
HUENU MILLA, Andrés, 1863, capitanejo boroga en la tribu de Ignacio Coliqueo.
HUENU ÑAN o Veniñam, 1854, cac araucano chileno, que ese año participó en un malón
sobre Bahía Blanca en compañía del cac. Ñanquetruz (Llanquetruz?). Saquearon principalmente la
hacienda de la tribu del cac. Andrés Ancalao. En esa acción murió un hio del cac Hüenuñancú.
ETIMOL: Ñandú: Aguilucho; Hüenu: de arriba
HUENU ÑAN, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. Figura en la lista del Padre
Donati.
HUENU PANGUI, Francisco o Güenupagi, 1751, cac. pehuenche que vivía en Malal hué,
donde lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt, el 16 de diciembre de ese año. (Diario del segundo
viaje)
HUENU PAN o Güenipan), 1852, figura entre los primeros caciques que fueron
obsequiados en Bahía Blanca, el 7 de enero, es decir, en vísperas de la Batalla de Caseros. Figura
nuevamente en 1873 como Nº 9, entre los caciques salineros, en el gran proyecto de paz (AEM.
Doc. 1232)
GÜENU PIL, alias Lonco Güenupil), 1834, figura en una lista de caciques borogas que se
habían salvado del asalto de los indios chilenos de Calfucurá (AGN.X. 24-9-10: 27. 12. 349) Creo
que Güenupil, que en 1875 aparece en Neuquén, era el mismo. Podemos imaginarnos la trayectoria
e historia de este cacique. En ese año firmó con el Comandante del fuerte de Carmen de Patagones
un tratado de paz (AEM doc. 1239: 4.8.75) Según ese contrato debían recibir sueldos y raciones y
ellos debían ayudar en el ejército. 1877 se quejaron al Arzobispo Aneiros diciéndole (porque el
Gobierno no los había atendido) que estaban ahora peores que antes y sufrían hambre. Que estaban
acampados en el Rincón de la Espuela del R. Colorado con 350 personas, esperando que el
Gobierno cumpla las obligaciones del tratado, Y que 800 estaban aún en la Cordillera. (L. Copello:
Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios, 1945 p. 221) En 1880 estaban las tres tribus
de Güenupil, Queupil y Yancamil en la zona del Lago Aluminé. Tenían sólo 139 hombres, 12
capitanejos y 78 soldados. Entonces les administraron algunas raciones. (Acad. Hist. Nac.
Conquista del Desierto I. p. 220).
GÜENU QUEO, Domingo, o Venuqueo, era capitanejo boroga quien en el asalto de
Calfucurá en Masallé se ha salvado; no se sometió a Calfucurá. Luego no sé si se juntó en La
444
Pampa con el cac. Ignacio Coliqueo que era probablemente su pariente, o se fue como otro grupo
de los Coliqueo con los Caniullán y Rondeao a 25 de Mayo. Máximo Castro editó en 1909 el libro:
La Tribu de Coliqueo, sus miembros en 1869 (Bs.As. Imprenta Tranant, 46 pág. Allí leemos que
Domingo Güenuqueo era capitanejo de de esta tribu. Que estaba casado con dos mujeres: primero
con Irene Carranza o Nahuelhual y con una segunda mujer, llamada Lorenza Llancavil; que tenía un
hijo llamado como el padre :Domingo Güenuqueo, y una hija Maeñ Huenuqueo. Y que murió en
1892. Debe haber más documntación sobre su presencia en la tribu de Ignacio Coliqueo. Por el año
1869 encontré una anotación que tení a su cuidado 32 personas: 7 varones, 12 mujeres y 15 niños.
Otra noticia es que el cac. Calfucurá avisó en 1854 al gobierno de Buenos Aires que Güenuqueo,
Curriqueo y Curruval habían ido a malonear, pues obedecían las directivas del Jefe de la
Confederación recibidas por intermedio del Cnel . Baigorria (AEM. 20.9.1854)
Por otra partida tengo la lista de revista de la Compañía de Indios Amigos, fechada en el
“Fortín Hombres sin Miedo, del 1º de febrero de 1866, firmado por Mariano Rondeao por su tío el
cac mayor Martín Rondeao quien había sucedido al cac. Mariano Rondeao, fallecido a mitad de
1862, cuando el cac. Ignacio Coliqueo con carta del 12 de Julio de 1862 envió a su hermano
Chaima Coliqueo a 25 de Mayo para que consolara a la familia, sus parientes y para felicitar al
cac. sucesor. (Hux: Caciques Borogas y Araucanos ed. El Elefante Blanco, Bs. As., 2004 el capítuo
dedicado a los Rondeao. Transcribo esa lista de oficiales de los Indios Amigos en 1866. transcrita en
Comisión Investigadora de la Tribu de l Cac. Coiqueo, La Plata, 1940, p. 293
Clases Nombres Destino
1. Teniente primero Don Martín Rondeao P.
2. Alférez Francisco Rondeao P.
3. Mayor Lorenzo Cayupulqui P.
4. Tenientejo Domingo Güenuqueo P.
5. Tenientejo Faustino Correa
6. Alferezejo Manuel Guayuquimil
7. Alferezejo Francisco Caniullán
8. Sargento Manuel Ancavil
9. Sargento Tomás Colimán
10. Sargento Manuel Rondeao
11. Sargento Casimiro Arce
12. Sargento Mariano Teuque
13. Sargento Benjamín García
14. Sargento Faustino Lorea
15. Cabo Antonio Teuque
16. Cabo Toqui ante.
No cabe duda que Nº 4 es el capitanejo Domingo Güenuqueo y estuvo prestando servicios
en 25 de Mayo. Y si en el censo de 1836 de los toldos de lo indios de 25 de Mayo como habitante
del toldo 3 está el nombre Güenuquebú es el mismo como Domingo Güenuqueo, sabemos que ha
nacido en 1803. (Carlos Grau: El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata, 1949 p.293)
Habría fallecido a los 89 años de edad, en 1892.
HUENUQUEO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P.Donati). Según el
libro bautismal de Villa Mercedes Moreno Huenuqueo estaba casado con Ignacia Aincal. Su hija
que trajeron para bautizar tenía 60 años.
HUENUQUEO, cacique manzanero. Eduardo Moreno en su libro “Reminiscencias de
Francisco P. Moreno ( Bs.As. 1942 p. 44), anota siguiente dato de 1878: que el cac. Huenuqueo,
estando en Buenos Aires, murió y por eso sus hijos, entre ellos el Capitánejo Prailán, atacaron a
Francisco Moreno .
HUE POTAÉN, 1583, cac. araucano de Llifén. Su esposa Janequeo, heroína de su raza, fue
muerta cruelmente por el Gobernador Alonso Sotomayor (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 68)
HUE QUÉ, 1821, cac. araucano chileno, implicado en la Guerra a Muerte en el bando
realista hasta el 26 de noviembre de ese año, la batalla de Zapata en San Carlos (Chile). Como el
445
cacique principal los abandonó, los caciques Hueque y Trarulemu se retiraron a Angol. (T.Guevara
1910 p. 193)
GÜERA HUEQUEN, 1787, cac. ranquel entre los pehuenches del Neuquén, compañero del
cac. Llanquetruz en la Guerra Pehuenche. 1787 era uno de los maloneros que atacaron los toldos del
cac. Currilipí, junto con Coñumil, Güenumilla, Cheuqueprán y Marihueque. En el documento es
nombrado Huerahueque. (Arch. Mendoza 1787 doc. 4). Francisco Esquivel Aldao, que pocos meses
más tarde realizó su expedición punitiva contra los huilliches, halló a Güerahueque, Cañumil,
Ancaín y Llancamán (Relación de la campaña del 26 de eno de 1788 (En Rev. J.Est.Hist Mendoza
VIII, 1938 p. 319; original en Madrid). 1806, Luis de la Cruz en su viaje de Chile a Buenos Aires
cruzó su territorio y no fue bien visto por sus indios; hasta le decían que los caciques Llanquitur y
Güerahueque habían montado a caballo para matarlo. (De Angelis I p. 139, 29.5.06). Pero estaban
por ir a Chile para comerciar (L.León p. 124) ETIMOL: Huera: malo y Huequen: especie de
perros
GÜERA, Manuel o Guerra, 1876, capitanejo de la tribu de J.J.Catriel. Durante la Conquista
del Desierto, viéndose tan perseguido, se presentó al Sargento M. Sosa, cerca de Toay para
entregarse. Fue conducido con los prisioneros de guerra hacia Carmen de Patagones (Periódico :La
América del Sur, 31.3. 1878) Ten Katen hizo un estudio sobre su cráneo en el Museo de La Plata y
publicó un artículo en la Revista del Museo de La Plata 1922 p. 212)
GÜERAL, 1838, capitanejo ranquel. Según las Memorias del Cnel. Manuel Baigorria
habría sido sobrino del cac. Llanquetruz IIIº. 1872 figura también en la lista del Padre Donati (lista
para el tratado de paz, Donada al Museo del Indio de Ls Toldos).
ETIMOL: Huera: malo; L es len: ser
GÜERAO, 1834, cac. boroga que ese año se sometió en el Asalto de Masallé al cac.
Calfucurá. (S. Avendaño: Memorias del excutivo)
GÜEREÁN, 1834, cac. boroga, sobrino del cac. M. Rondeao. 1826 estuvo presente en el
parlamento del Arroyo Pecuén (Pigüé). En la lista de 27 caciques es el Nº8 (AGN.X. 27-7- 6 )
Antes del Asalto de Masallé, donde fue muerto su tío, se presentó en 25 de Mayo con mensajes.
Luego ya no hallamos su nombre en los documentos. Quizás haya muerte también ese mes de
septiembre de 1834.
GÜRE CHÉ,, 1837, capìtanejo pampa de la tribu de Pichi Caliao (AGN X. 25-5-1:
22.1.37)
GÜERE NAMÚN, 1820, cac. pehuenche, que figura en la lista de J.M.Carera como adicto
suyo. Era, según esa lista, súbdito de Chulaqui (Chulilaquín) y vivía en Lilque. (Comandancia Gral.
del Ejército, ob. cit. III. P. 205)
GÜEREVIL, 1843, cac. ranquel del cac. Pichún, que encabezó una comisión enviada a
Calfucurá (Avendaño )
GÜERO MENU, 1683, cacique de los “Tubichaminí” del Distrito de Buenos Aires (Arch.
Gral. Ind. 182 Charcas 104)
GÜERQUEN o Huelquen, 1750, cac. tehuelche que el Padre Falkner conocía y menciona
en su libro de 1774 p. 140. 1761 vino el cac, Rafael (Yahatti) a la Comandancia de Matanza
diciendo: Que llega de su pelea y no trae novedad. Mató a 8 indios tehuelches, uno de ellos era
Güerquen (AGN IX 1-4-5) ETIMOL: Huerquen: mensajero.
GÜETÉ o Güetel, 1834, cac. boroga a las órdenes de Meligur, sometidos por Calfucurá
después del asalto de Masallé. 1836 participó en el malón a Tapalquén (J. Arena: Historia del
Partido de Olavaria p. 186). Más trarde se refugió entre los ranqueles. Lo recuerda Manuel
Baigorria en sus Memorias. Participó también en el malón de 1839 contra la misma zona de
Tapalquén y los indios pampas. En el Archivo de San Luis figura en una lista de caciques
regenteados por el cac. general de los ranqueles (27.5. 38)
ETIMOL: Huetel : mulita
GÜETEN, 1879, caciquillo del cac. Purrán, entre los picunches y manzaneros.
HUETRAGÁN, 1864, cac. araucano chileno que tenía 200 indios. Estaba en tratativas de
paz con el gobiernos de Mendoza y con San Luis. El mismo documento que lo menciona dice que
Quilapán tenía otros 200 indios y Caneupán, 1000 (AEM sept. de 1864)
446
HUEZA, Mariano o Huesa ), 1870 capitanejo de la tribu de Pincén. Emilia Mansilla de Los
Toldos, la nieta de Pincén, recordaba al capitanejo Hueza.
ETIMOL: Huedsa : malo
GÜEZA HUENTRÚ, 1834, cac. boroga, que se ha salvado de asalto de Masallé (27. 12. 34)
ETIMOL: Hombre feo o malo
GUESUÉN 1840, capitanejo pampa que entonces estaba incorporado a la división sur del
Cnel. Granada (AGN Biedma VII 10-4-14)
GUIAQUENOR, 1838, cac. ranquel que obedecía al cac. Peiné Arch. San Luis 27.5.38).
Sospecho que el nombre está mal escrito por Guayquigner.
GÜIBA, 1673, cac. serrano, hermano del cac. Don Ignacio AGN IX. 1-5-9 : 1758 y Arch
Gral. Ind. 185 vta. Charcas. Güibar fue a auxiliar a su tío Gualquén contra los tehuelches.
GÜI CAL, en enero de 1834 se agregó a las tolderías borogas en Guaminí con 12 toldos y
26 familias (AGN X. 24-9-1)
GÜICHABI, 1797, cac. araucano chileno que participó en el malón contra los huilliches del
difunto cac. Rayguán de Barbarco El era de Mabugüe (Arch. Mend. doc. 37 de 1897).
HUICHA CURA, 1813, cac araucano, del bando realista, amigo de Curamil y de Imolaf.
Molestaron o maloquearon a los patriotas Marinao, Cumina y Antepán Huayquenao de Santa Fe
(Chile) (T. Guevara, 1910 ,cap. VII) Allí dice que era de Maquehua, vecino del cac. Nahuelhuán.
Otra fuente dice que era de Collage. Con su padre, el viejo y gordo Calfucurá luchó junto a los
caciques Curriqueo, Calfuqueo y Manguín, hasta que el General Beauchef lo doblegó a su bando.
GÜICHAL, o Huichal, Güichel. NB. Hay dos caciques GÜICHAL contemporáneos entre
los ranqueles, de los cuales el Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias del Excautivo ed. El
Elefante Blanco, Bs. As. p. 70 ss. nos da buena información, pues con ambos tenía amitad y
vecindad.
Güichal, el viejo el año 1840 tenía unos 70 años de edad. 1834 se onoció como ranquel
emparentado con los borogas que en 1834 se refugiaron en La Pampa. Era una persona muy
respetada y desempeñaba misiones aún en Buenos Aires. 1834 entregó a Rosas cuativas de varios
caciques (AGN X. 24-9-10). 1835 Rosas encargó al Cnel Eugenio del Busto a atacar y
perseguir a los ranqueles de Llanquetruz y Pichúñ con una expedición combinada. Del Busto salió
del Fuerte 25 de Mayo con dos escuadrones del Regimiento 3º y con el cac. Cañiuquir y sus indios.
El 1º de marzo e 1835 se reunieron con la tropa que el Mayor Maza traída de Tapalquén. Este se
había incorporado 190 indios. Un tercer contingente salió al mismo tiempo desde Bahía Blanca con
200 indios del cac. Venancio Coñuepán. El Sargento Mayor Eugenio del Busto se dirigió con sus
indios a Toay (La Pampa), donde tenía sus toldos la tribu ranquel del cac Pichún Guala . Allí
tuvieron un choque de armas el 7 de marzo, como se lee en el Diario de la Tarde del 30 de marzo de
1835. El encuentro con los indios de Llanquetruz y del cac. Pichún no ha sido una sorpresa para
éstos ; ya habían sido avisados de esta operación y se dispusieron a huir. El Mayor Maza a su vez
penetró en la zona boscosa que se llamaba Nahuel Mapú, y persiguieron a los fugitivos y a borogas
refugiados entre los ranqueles y los toldos de Llanquetruz y fue a capturar los caciques Güichel y
Lamen (Anschütz: Algunas expediciones a los ranqueles, en Rev. Militar 1944 Nº 6256 y Hux: Los
Militres de la Comandancia de Bragado, 2005 p. 18) A su vez, Rosas había convocado tropas del
Cuyo para esta expedición combinda: 200 hombres de San Luis y 200 de Mendoza. El saldo de la
expedición, fue, según los partes, 133 indios muertos, 252 prisioneros y 34 cautivas rescatadas y
mucha hacienda apresada (Hux biografías de Llanquetruz y Cañiuquir y AGN. X. 24-8-6).
Y las expediciones, especialmente del Sarg. Mayor Eugenio del Busto, excautivo también,
contra las tribus ranquelinas siguieron año tras año sin tregua, hasta 1839, año en que estalló la
Revolución de los unitarios. Rosas cambió entonces la política con los indios, para no tener más
frentes de guerra.
En 1838 ya el cac. Güichal se menciona entre los caciques que obedecían al cac. Painé,
quien buscaba conseguir un tratado de paz con el gobernador de San Luis, El documento señala a
Güichal como tío del cac. Pichún y hermano del cac. Llanquetruz. Y dice que en la conversación
hablaba de platería y de las herramientas del platero. Dice también que el Tnte. León Homero le
447
había regalado un reloj. Estaban tan apurados para conseguir un trtado de paz, porque Rosas retenía
como prisioneros al hijo mayor de Painé , a Mariano (Rosas) y al hijo adoptivo del cac. Güichal,
Manuel Güichal, de doce años y una herman de Pichún de 14 años. Los habían cautivado en 1836
los indios de Santiago Llanquelén, cuando habían quedado en la retaguardia durante un malón hacia
la zona de Rojas. Llanquelén los hizo entregar a Rosas, con quien estaba muy comprometido .
Pichún rescató a su hermana, pero no a los dos muchachos, lo que provocó una venganza y gran
mortandad de la tribu de Llanquelén (ver la nota biográfica de Llanquelén). Rosas trató bien a sus
rehenes, incluso los hizo bautizar y dióles el apellido Rosas. Y el joven Manuel Güichal era su
padrino.
Los caciques ranqueles habían mandado en 1840 una gran embajada al Cnel Pedro Rosas y
Belgrano al Azul; consultó al Gral. J.M. de Rosas y éste pidió la cabeza del unitario Baigorria, no se
consiguió ni lo uno ni lo otro. El General Angel Pacheco, sabiendo que buscaba gestionar la paz,
invitó a Güichal a presentarse a él en Rojas para tratar con el Gobernador de Buenos Aires J.M. de
Rosas. Pero no se animó a visitarlo. (Arch. Bibl. Nacional: Papeles de Rosas T.V Nº 838)
En 1840, los caciques ranqueles tenían la palabra de la firma de un tratado en Azul, si
entregaban la cabeza del “salvaje” Baigorria. Güichal decía que esto debía consultar con los
caciques.
En 1841 llegron a Buenos Aires con las mismas gestiones ante Rosas, ofreciendo la paz
bajo la condición de que concediese la libertad de los hijos de los caciques y los demás que
Llanquelén había apresado. El cac. Güichal, de Pichún, era un hombre de 70 años de gran respeto y
prudencia. Había dejado su familia : a su esposa, su hijo Quichao,que más tarde figuraría, sus tres
hijas: Chivillcó, Calfupí y Paillarai y como 4ª Rumeilcó. Entregó a Rosas 10 cautivas de Buenos
Aires. Una de sus esposas fue alojada en una casa de Santos Lugares; allí se hallaba Rosas.
Esperaron un año y tres meses sin verlo..Luego los retó por haber degollado a S. Llanquelén y
quedó retenido en rehén, 12 años,(!) hasta desùés de la Batalla de Caseros, donde se salvó la vida;
mientras que los dos hijos de Painé y de Pichún se habían fugado y volvieron a sus familias.
Quedó en abatimiento la mujer de Güichal y murió. Rosas le procuró entonces una mujer,
una chica de la tribu de Caniullán, pero exigió que quedase en la Chacarita de los Colegiales. Fue
atendida por el capitán Dn. Juan Farías
Después del 3 de Febrero de 1852, Urquiza le dio la libertad al viejo cacique Güichal, pero
fue aprisionado en el campo de la batalla, pasando por Tapalquén y no volvió a su tierra. Su mujer
quedó con otros en Traplquén (Avendaño ) El llegó más tarde a los suyos en Toay. Más tarde tuvo
algunas visitas y gestiones pacíficas con los Gobernadores de San Luis y Mendoza (Ach. Mend.
Caja 123 doc. 1957)
El cac. Güichal (el viejo) murió en la Batalla de Pigüé, el 15 de Febrero de 1858, cuando los
porteños avanzaron contra los ranqueles y los salineros, poque habían hecho causa común con el
Gral J.J. de Urquiza y la Confederación, cayó en manos de la vanguaredia del Cnel. Iturra de Bahía
Blanca (Memorias del Cnel. López Osornio. Manuscripto en el Archivo de Tandil)
HUICHAL, 1879, capitanejo pehuenche a quien atacó entonces el Cnel. M. Bedoya con la
segunda División expedicionaria. Se decía que había sido el hijo del cac. Cumilán. Fue quemado
por las tropas nacionales en Conhelo. (Olascoaga II. P. 223)
HUICHUAL, 1875, capitanejo ranquel. Probablemente era pariente del cac. Güichal arriba
tratado. Tuvo trato con el Comandante de Bahía Blanca desde 1857. Llegó a ofrecer sus servicios al
Cnel. Iturra, un año antes que mataran a aquel Güichal (Arch. salesiano de Bahía Blanco 25. 12.
57). Años más tarde siguió tratando al Cnel Iturra y fue obsequiado por él. El 2 de abril de 1875 el
cac. Namuncurá avisó a Iturra que el capitán Güichal había sido muerto con el cac. principal de
Callicó, llamado Güelepán (AEM. doc 1372).
GÜICHA LAUQUÉN o Güichán, 1825, capitanejo ranquel, hijo del cac. Pichún. Estuvo en
ese año en el parlamento del Arroyo Pecuén (Pigüé) (AGN. X. 27.7-6)
GÜICHANGAR, 1864, cac. chileno que invadió la zona de Río Cuarto con el cac. Curín.
Fue batido por el Cnel. Antonino Baigorria (AEM : 10.12.64) Ya 1841 Rosas habló de Güichar
(Rev. J, E. Hist. Mendoz VI p.252).
GÜICHA MILLA o Huichal Milla, 1881, cac. picunche del Neuquén, que fue atacado por
los expedicionarios de la Campaña de los Andes. El 1º de enero de 1883 fue hecho prisionero junto
con Huenchu Necul e Inacayal. (Walter: Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 733)
HUICHA ÑIR, 1880, capitanejo ranquel que fue víctima también de la Conquista del
Desierto. En enero de ese año, cuando Rubial se aventuró a apresar al gran cac. Purrán, mataron a
Huichuñir (Periódico mendocino El Constitucional 19.2. 80 p. 3)
GÜICHA PAN, 1788, cac. pehuenche del bando de los huilliches. Fue muerto por los
soldados de la Expedición de Esquivel Aldao.(En: Rev. J.Est. Hist. Menmd VIII )
GÜICHAO, 1873, capitanejo que firmó el gran anteproyecto del tratado de paz (AEM doc.
1232 en Salinas Grandes)
450
GÜICHA QUEO, 1838,capitnejo ranquel, llegó a San Luis, como emisario del cac. Painé
para promover un tratado de paz.
GÜICHUILEP, 1792, cac. puelche de Tierra Adentro. Se hallaba en el Arroyo de los Sauces
(Colorado) con los caciques Cainamún y Güerquene (AGN IX 1-5-1)
GÜICHUN o Güichon, Guychun, capitán de los indios amigos de Malalhué, 1780 (Torre
Revello: Amigorena)
GÜIGÜI ANTE 1776, cac. ranquel que residía en Anpiel con Canipayún, según el censo de
Diego de las Casas (De Angelis 1910 pI. P. 223)
GÜIGU LAO, 1851, capitanejo del cac. Manqué (salinero). Fueron obsequiados por orden
de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10-4)
HUIHUÁ, Cipriano, 1875, capitanejo del cac. pampa Juan José Catriel quien acompañó al
Padre Jorge M.Salvaire (20.12.75) en su misión.
HUIHUIR, 1826, cac. chileno pincheirista, que había maloneado en el Sur. El Cnel.
Federico Rauch salió con 800 hombres (indios pampas y tehuelches) a persegutrlo en la Sierra de la
Ventana. Los aniquiló a arma blanca (Emilio A.Bidondo: Historia del Regimiento 5º, 1960)
GÜILCAPÍ o Güircapí, 1787, cac. pehuenche de los huilliches que residía en los Pinares
(N
HUILEGAL, 1879, cac. que fue atacado en Pichi Carhué (Dep. Atreuco) por el Tnte. Cnel.
Godoy. A tres leguas de Malal Huacá fue tomado prisionero y también una parte de su tribu
(Olascoaga II p. 215)
HUILCAÑ ver Cayumán Huilcañ
GUI LLÁN, 1833, cac. ranquel que iba de malón con Llanquetruz hacia Río Cuarto, cuando
lo sorprenió la División expedicionaria del Gral. Huídobro.
HUILI CAHUEL, 1870, capitán ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del P Donati)
HUILLI CALQUÍN, 1833, cac. ranquel. Fue tomado preso durante la Expedición al
Desierto (Informe de Rosas al fin de la Campaña).
HUILLI CAL, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista del cac. Baigorrita (Lista del
P. Donati en vista al tratado de paz)
HILLI CHENE, 1791, cac. chileno de Villa Rica, que vino a la pampa “por comercio”
(AGN S.IX 1-5-1; Ranchos, 27.8.91). También Luis de la Cruz lo nombra en su diario del viaje por
la pampa de 1806. Lo llama Güilguichini. (De Angelis I. p. 223)
GÜILLI GUAL o Willegal, cac. ranquel que durantre la gran persecución del Desierto fue
apresado el 18 de Mayo de 1878 por el Mayor Pereyra de la Columna del Cnel. Hilario Lagos. El
ataque tuvo lugar en Conqueló. El parte dice que 4 fueron muertos y 50 llevaron prisioneros a Pichi
Carghué; pero llegaron sólo 46 (Olascoaga II. P. 202 y 215)
GÜILLI HUAN, 1863, capitanejo boroga perteneciente un tiempo a la tribu de Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Prov. Bs.As.) . 1834 se había salvado también el día del asalto de
Calfucurá en Masallé. No sé si huyó con Coliqueo a la Pampa o con el cac. Caniullán a la cercanía
del Fuerte 25 de Mayo (Part. de 25 de Mayo) Ësto me parece más probable; porque el Misionero
Pablo Emilio Savino anotó en su libro de bautismos de 1876, que Huillihuan o Willihuán, el
capitanejo, estaba casado con Petrona Baldebenitez o Ferreira, la viuda del caciquilla José
Baldebenítez (primo hermano de Coliqueo) de 25 de Mayo, la que había nacida en 1826 y bautizó
su hija Concepción Huillihuan, nacida en 1854, adoptada por Doña Petrona, dice el libro de
bautismos de la tribu de Coliqueo de 1876. Por entonces la viuda Petrona Ferreira de Baldebenítez
se había casado ya con Ramón Cayún de la Tribu de Coliqueo, hijo de Félix Willcain (nac 1838 –
1905), cuyos hijos eran: Micaela (n.1871), Félix (n. 1863), Dionisia (1864 – 1968), José o Pepe (n.
1861), Jacinto (n.1872), Mercedes (n. 1876 - 1918) y Lorenza Cayún.,( m. 1994) Petrona Fereyra
falleció el 16 de Agosto de 1905 y su segundo esposo, el 20 de diciembre del mismo año (según el
libro del Dr.jur. Máximo Castro: Tribu de Coliqueo, Miembros que la formaron en 1869, Bs. As.
1909 p. 11 y 19)
Otro documento del 28 de agosto de 1891 nos muestra una carta y el asiento de Escritura
310 del escribano S. Torres por la que solicita la tierra que según la ley de gratificación de los
expedicionarios del Desierto le correspondían, porque había servido bajo las órdenes del Cnel
451
Villegas. Revisando listas de varias tribus, no hallé su apellido entre los capitanejos, es d.ecir, entre
los oficiales. Creo que podré encontrar algunas noticias más. Tengo anotado también que
Huyllyhuan ha fallecido en 1906.
GÜILLI, 1835, cac. boroga, quien había luchado en a Guerra a Muerte con los realistas de
Chile. Murió en la guerra el 20 de Mayo de 1835. Un cacique patriota había sido atacado y
buscando la revancha, cruzó con una gavilla la Cordillera y mató a Cuillí (AGN Biedma VII 10-4-
14)
GÜILLI GNERR, 1774, cac. pehuenche quien llegó ese año con el cac. Güenteangte a la
Guardia de Luján para comerciar (Arch. Gral. Ind. 167 Charcas 317)
GÜILLI GURI 1622, estuvo presente en un gran parlamento ( dice el Padre Diego Rosales)
GÜILLI LEMU, 1797, cac. pehuenche quien participó en la Guerra Pehuenche. El 8 de
diciembre de ese año, tomó parte en el malón de venganza por la muerte del cac. Rayguán. (Arch.
Mend. doc. 37, de 1797) Huillí o Güillí significa “del Sur”
GÜILLI MAÑ, 1774, cac. chileno que vino a los toldos del cac. Nahuelpán en la Pampa
(AGN. IX. 1-4-2) 1820 luchó contra los patriotas de Chile. Vivía en Chichelemu y Sauces (T.
Guevara 1910 p. 124)
GÜILLI ÑAN , 1844, capitanejo ranquel que ese año se incorporó a la tribu de Catriel,
probablemente por casamiento (Arch. Azul y Rev. Del Museo de Azul Nº2,p.111)
GÜILLI PÁN, Ignacio, 1834, capitanejo boroga, pariente del capitán Pablo Millalicán En
una carta (y hay muchas de él con una letra característica), poco después del asalto de Masallé de
1834, el 5 de octubre dice Millalicán de su primo: “es primo de los capitanes borogas de Melignerr”
(AGN X 18-10-6) Fue el encargado de dar aviso al cac. Venancio Coñuepán y a los jefes militares
de Bahía Blanca la noticia del malhadado asalto del 8 de septiembre de ese año (AGN. X, 24-8-6).
1841 figura en un documento chileno de Concepción que lo enumera en una lista de caciques que se
hallaban en la Argentina (Grau: Fuerte de 25 de Mayo p. 146 y 272). Su hijo se llamaba Lincopán,
primo hermano del cac. Namuncurá. Linopán murió en 1874.
GÜILLI PÁN o Güillipel: 1622, cac. pehuenche y unido a puelches del cac. Tinaqueupú,
indio de la Cordillera, dice R.Casamiquela 1985 p. 141.
GÜILLI PÁN, 1872, capitanejo ranquel; era suegro del cac. Baigorrita. Figura en la lista
del Padre Donati. Parece que ya en 1819 pudo asistir al parlamento de paz con el Cnel. Cornelio
Saavedra en la toldería de Lienán. Ha sufrido épocas de varias guerras entre los ranqueles. Y en la
gran persecución de 1879 fue atacado en Traru Lauquén por el Mayor Sosa. Tuvo que rendirse y fue
llevado entre los prisioneros. (Olascoaga II p. 191 y IV p.34)
HUILLI QUEO, 1872, cac. manzanero junto a los caciques Sayhueque y Ñancucheo. En la
Campaña de la Conquista del Desietrto fue llevado prisionero a Buenos Aires. Por eso sus hijos, los
capitanejos Prailán y Llofquén asecharon al Perito Moreno, cuando iba explorando en el Sur
(Moreno, E.: Reminiscencias 1942 p.44)
GÜILLI TAN, 1837, participó con los indios chilenos de Calfucurá, Namuncurá,
Cheuqueta y Cumiú en el malón contra Bahía Blanca (AGN X. 25-5-1) Debe ser Huillipán.
GÜILLITUR Y GÜELECALQUÍN, caciques puelches que atacaron en 1776 el Fuerte de
San Carlos, recién construido. (L. León: p. 43)
GÜILLI TAQUERA, Francisco, 1735, fue uno de los principales caciques araucanos,
representante de los Llanos de Chile. El 13 de octubre de 1735 asistió en Concepción a un
parlamento de paz, que ratificó lo resuelto en 1726 (Gay: Historia III p. 496)
HUILLI TRÚ, o Huiletru, cac. pampa ranquel. Era hijo del cac. Curritripay, hermano de los
caciques Avouné, Antiguán, Calfiao y del capitanejo Erna. El Cnel. Pedro A. García habla de él en
su diario de la reunión de caciques en 1822 cerca de la Sierra de Tandil. Visitó primero el toldo de
Antiguán y encontró allí al cac. Huillitrú. También vio a su esposa y sus hijos (De Angelis IV. p.
119). A en 1820 había aceptado el tratado de paz con el gobierno de Buenos Aires. Pero después se
sucitó la guerra por la invasión del Gral. Rodríguez contra los pampas (y no habían ayudado a
Carrera en el Asalto de Salto). El nombre figura de nuevo en los informas del Cnel. Fderico Rauch,
quien lo había enganchado con los indios pampas y tehuelches para perseguir a los indios chilenos
que se afincaron en la Provincia. Al cacique lo llama Villitrú. Cuando Rosas preparaba su Campaña
452
al Desietrto, llamó de nuevo a los caciques amigos para hacer un nuevo tratado de paz, el 19 de
noviembre de 1831. Huillitrú aparece de nuevo en la lista de 15 caciques y 15 capitanejos que
asistieron a un nuevo parlamento convocado por Rosas en Tandil (AGN, Bied,ma VII. 10-4-14).
Allí es anotado como quinto. El y el cac. Pichimanque pidieron que los Blandengues no
abandonasen el campamento de Kakel Huincul .Luego perdí su rastro. Habrá que leer la historia de
sus hijos y hermanos para conocer más datos.
GÜIMI LLANCA, 1875, cac chileno de cuya muerte informó el cac. Namuncurá al Cnel.
Iturra en carta del 2 de abril de ese año (AEM. doc. 1372); a la vez habla de la muerte de Güelepán
y Güichal. Hace suponer que ha habido un enfrentamiento y que Iturra conocía esa gente.
HUINCÁ, 1863, capitanejo del cac. Chingoleo en la zona de Carmen de Patagones. (AEM.
doc. 672 Tratado de paz). 1884 figura como Teniente 1º de “Indios Auxiliares de Linares” como
acreedores al premio de tierras otorgadas a los Expedicionarios por Ley 1628/ 84 (Academia Hist.
Nac; Congreso de Hist. 1974 p. 340) Debemos suponer que ha servido siempre como indio amigo
en el Ejército, junto con los caciques Linares, hasta la terminación de la Conquista del Desierto.
ETIMOL: Huinca: extranjero o “gringo”; originriamente Inca y significaba “ladrón”
HUINCA, 1879, capitanejo huilliche; probablemente hijo de Huincabal. Lo vió el periodista
R. Lupo preso en Guaminí, el 23 de Abil de 1879. Había sido capturado por el Comandante Godoy,
el 18 de febrero de ese año (Olascoaga I. 117 y 141)
HUINCA BAL o Huincaval, 1860, cac. pehuenche neuquino de los nacientes del río Limay.
Ya en 1860, el Comandante de Carmen de Patagones propuso al Gobierno de Buenos Aires hacer un
tratado de paz con él y el cac. Paillacán, pues de las dos tribus formaron una (Arch. Mitre XXIV p.
107). En 1861, el Cnel Murga, Comandante del Fuerte del Río Negro y dueño de una importante
casa de negocios en el pueblo, atrajo a varios caciques para hacer un tratado de paz con la Provincia
de Buenos Aires (entonces en pugna con la Confederación hasta la batalla de Pavón). Celebró varios
tratados y proveía en nombre y a cuenta del gobierno artículos de racionamiento. Decía que él
estaba formando una liga de indígenas bajo la conducción del cac. amigo Chingoleo, que sería
capaza de enfrentarse con la liga que había formado el cac. J.Calfucurá en Salinas Grandes. Así
atrajó también a Huincaval y a su hijo Inacayal. En el primer parlamento, en abril de 1863, asistió
también el cac. Reuque Curá (Arch Mitre vol. XXIV p. 100) En otra reunión aún más importante, el
17 de junio del mismo año, firmaron el documento del tratado (AEM. doc. 694) en presencia de los
caciques Chingoleo, Chagallo y del capitanejo Cachimain, éste, representante del cac. Laca Laca,
además el Capitán Miguel Linares. El Presidenete B. Mitre y el Ministro J. A. Gelly y Obes lo
aprobaron y lo firmaron el 10 de agosto de 1863.
Entre tanto, el Cnel. Julián Murga celebró otros tratados de paz. Mientras tanto el cac.
Huincaval esperaba la aprobación definitiva del suyo y la entrega de sueldos y racionamientos. En
un nuevo parlamento grande Murga dispuso, el 16 de Julio del mismo año, que el cac. Chingoleo
fuese considerado Cacique Mayor y pedía la adhesión de Huincabal, Quintraillán, Sayhueque y
Reuquecurá. Cada tribu debía proporcionar por turno un piquete con un capitán para el servicio a
las órdenes del Capitán Linares. Huincabal le ofreció de buen grado a su hijo y seis soldados. En
Octubre se despidió de J. Murga y de Carmen de Patagones, después de haber recibido buenos
regalos.
En el año anterior, el viajero Guillermo Cox había visitado al cac Huincabal y escribe en su
libro “Viajes en las regiones septentrionales de la Patagonia” que publicó en 1863, un lindo
recuerdo. Dice que lo halló en Caleufú, territorio de los manzaneros, donde más tarde acamparía el
cac. Sayhueque; que eran indios más mansos que los salineros y no maloneaban.
En la fiesta patria, el 9 de Julio de 1872, Huincabal celebró un nuevo tratado de paz con el
nuevo Comandante de C. de Patagones, el Cnel Liberio Bernal. Lo firmó Inacayal en nombre de su
padre. Pero el padre siguió firmando en las listas de la contaduría hasta que desapareció esa cuenta,
el 26 de agosto de 1879. Será que el gobirno haya suspendido el racionamiento o haya fallecido. No
cabe duda que ha presentido la triste suerte de su tribu mansa, a consecuencia de las campañas y
expediciones de la Conquista del Desierto.
ETIMOL: Nabal: (nahuel): tigre; huinca: importado, extranjero
GÜIÑA, 1880, cac. tehuelche, radicado cerca de río Gallegos. Huiña: gato montés
453
HUINCA FILÚ, 1873, capitanejo salinero que firmó el anteproyecto del tratado de paz el
día de la muerte del cac. Calfucurá (AEM. doc. 1232)
HUINCAL, 1881, capitanejo neuquino pehuenche que vivía entonces en Trurrún, cerca del
arroyo Cheuquil, afluente del Aluminé.
HUINCA LEO o Huinca leú, 1868, capitanejo manzanero de la liga del cac..Chingoleo y de
M. Linares. Figura en un tratado de paz concertado en Carmen de Patagones con los caciques
Queupumé y Purrán. Desde enero de 1870 recibió sueldos y racionamientos, porque estaba con sus
indios en servicio como indios amigos. (AEM. 12.1.70). En 1881, sus toldos estaban en Chimahuén
(prob. Chimehuín), cerca del río Colón Curá. Tenía trigales y otros sembrados. Pero fue atacado, a
raíz de la Conquista del Desierto. Se le imputaron robos en San Ignacio, junto con Ñancucheo a la
primera Brigada. Una partida de expedicionarios del Gral. Ortega los atacó el 28 de marzo de ese
año. Finalmente se entregó, el 18 de diciembre de 1882 y el Comandante H. Palacio los llevó al
campamento del Nahuel Huapí junto con los caciques Treleu, Curuhuinca y Ancayal. (AGN X. 43-
6-10)
HUINCALEO, 1881, cac pehuenche. Vivía en el paraje de San Ignacio (Neuquén), donde
vivirán más tarde los descendientes del cac. M.Namuncurá. Huincaleo fue atacado el 26 de marzo
de 1881 por los expedicionarios de la primera Brigada. Otro Huincaleo, hijo de Llanquileo, vivía en
Trequelcura.
HUINCÁN, 1831, cac. que participó con otros 15 cacques en una “conferencia de paz” en
Tandil.
HUINCA NAHUEL, cac. ranquel. Calfucurá lo llama en una carta de 1854 “cacique
general” (AGN. X. 18-10-6: 18-5-1854) Se quejaba y decía en tono amenazador: “Tengo cien
capitanes y cuatro caciques generales: Pichún, Calvain, Huincanagüel y Nagüelcheo y toda la gente
innumerable y los trece pueblos argentinos (=provincias) al mando del Gral Urquiza.
HUINCA MÁN, capitanejo salinero, que en 1873, firmó el documento del anteproyecto de
un tratado de paz. Había estado en Chile firmando paces con Domingo Salvo, jefe del Ejército y
traficante ilegal de hacienda de la Argentina. Estuvo con los pehuenches en 1872. (J. Bengoa:
Historia del pueblo mapuche Santiago 1985 p. 93)
HUINCHÁN, 1840, cac. ranquel, entonces viejo y muy estimado. Cuando el cac. Painé
quiso formalizar el tratado de paz con el gobernador Rosas, éste lo mandó como cabeza de la
comisión delegada. Llevaba diez cautivos con el fin de rescatar a Mariano Rosas, el hijo del cacique
general (Zeballos: Peiné, ed. Hachette p. 276)
HUIÑOL ver Uñol
GÜIRCA LAFQUÉN, cac. picunche que integró una embajada de Marihuán ante el cac. Jn.
Calfucurá. Lo retaron por tantos muertes injustas ( Avendaño: Memorias ed 1999)
GÜIRCAIN, cac. chileno que en 1834 no aceptó la proposición de asaltar a los borogas de
Guaminí. (S.Avendaño : Memorias de un Excautivo. Ed. El Elefante Blanco 1999 p. 32) ª ..Sólo el
cac. Güircáin manifestó su oposición, diciendo:
Nosotros hemos venido siempre creyendo que haríamos un comercio inocente. Ahora
sabemos que su pensamiento va más allá. Yo no diré ni una palabra más; pero tampoco ayudaré en
esto. ¿Qué razón tenemos para hacer la guerra a gente de nuestra misma sangre y a los que siempre
nos han recibido bien? Acaso nuestras familias y nosotros mismos no estamos ligados a éstos por
medio de nuestros corzones llenos de agradecimiento? ¿Acaso ignoramos que de nuestra tierra de
Ragcó han salido todas las gentes que se han venido a establecer en estas llanuras? No. Todos los
indios han salido de allí y se han extendido por todas partes. ¿Por qué hemos de convertirnos en
matadores, después de haber sido Guthranes (visitantes) y de haber venido como comerciantes. Yo,
pues, no entro en nada”. Calfucurá disimuló con sonrisa la negativa, para vengarse más tarde
haciéndole pagar esta oposición con la cabeza”.
GÜIRCAN, 1837, cac. boroga que vino de Chile a vengar las matanzas de los borogas por
un malón a Bahía Blanca. Acompañó en esa oportunidad al cacique J. Railef. En su regreso a su
país con cautivos y hacienda, Calfucurá les hizo una emboscada, los atacó en Litrán (Neuquén) y
Loncoluán. Huircán cayó prisionero y lo ultimaron cruelmente. Esta versión difiere de la otra que
dice que fue atacado en el río Quintuco y Agrio por los indios del cacique Guzmané.
454
GÜIRCA ÑANCÚ, 1845, cac. pehuenche fue enviado por otros caciques para hacer en
nombre del cac. Aillal la paz con los ranqueles del cac. Pichuiñ. Esto fue después de la muerte del
cac. Guzmané.
GÜIRCAN, 1820, cac. boroga que paricipó en la Guerra a Muerte. Luchó a favor de los
patriotas, después que había huído de sus paisanos realistas. Cuando en 1821, el general Bulnes y el
cac. Coñuepán invadieron la Araucanía, él y su hijo, el cac. Huñún de Quepe, no pudieron sino
volver a defender a las tribus hermanas. Más tarde emigraron a la Argntina y allí vivió 15 años.
Tanto los borogas de Bahía Blanca como los de Guaminí (de Rondeao) se mostraron sumisos a
Rosas. Huircán, Llancamán, Marileo y el hijo del cac. Cañiuquir estuvieron conferenciando con el
Cnel. Eugenio del Busto el 19 al 21 de Agosto de 1834, No sospecharon que pronto serían víctimas
de un gran atropello que se les hizo con anuencia de Rosas y de las autoidades militares de Bahía
Blanca. Pues, el 19 de septiembre del mismo año, los caciques Calfucurá, Namuncurá (el tío del
cac. Namuncurá), Cheuqueta y otros con más de mil indios irrumpieron a los toldos de los borogas
en Masallé y mataron primero a los caciques principales Rondeao y Melín y como mil indios más y
apresaron gran parte de sus indios. Y a los que no habían alcanzado, los buscaron en otro malón (a
Cañiuquir) AGN. X. 24-8-6 y HUX: Caciques Borogas, ed. El Elefante Blanco BA. 2004 p.25 y 49
biografías de Cañiuquir y Rondeao. Huircán escapó del funesto atropello y se refugió entre los
ranqueles con el cac. Marileo; pero luego en diciembre lo hallamos en la lista de los que
correspondieron a Rosas en su pedido, que cada cacique debía entregar a sus cautivos (AGN. X 24-
8-6: 27.12.1834).
El Sarg. Mayor Eugenio del Busto, excautivo y ahora observador de los indios borogas de
Guaminí, escribió el 24 de enero de 1835: “Han llegado a este punto el cacique Güircán con 12
toldos y 26 indios de pelea y las familias de éstos. El día 20 llegó el cac. Llaima Manque con 8
toldos y 18 indios de pelea y sus familias. Los arribos de indios se suceden, indicando el cansancio
de pelea ..” (ib.). Eugenio del Busto tuvo que movilizar una y otra vez a los indios borogas en
expediciones a los indios ranqueles junto con los militares de Bahía Blanca. Luego sucedieron muy
tristes matanzas en 1836: En marzo fue destruída la tribu de Cañiuquir y en Agosto la de Venancio
Coñuepán (Hux ib.p.32 y 345)
Avisados los indios parientes y amigos de Chile que el gran cacique D.Venancio Coñuepán
había caído traidoramente, más de 1000 indios al mando de los caciques Railef y Ancafilú cruzaron
la Cordillera y cayeron en malón sobre Tapalquén y Bahía Blanca.
Ahora me viene la duda, si lo que escribí arriba correspondería como continuación. T.
Guevara en su libro de 1910 ya muchas veces citado, dice que luego se dirigían a Salinas Grandes
donde hallaron al cac. Huircán con Calfucurá y que el cac. Ancafilú lo enfrentó y lo mató. Ahora no
sé si ese enfrentamiento se dio así, no más, o en la retirada, donde Calfucurá les había hecho una
emboscada.
ETIMOL: Huircá : Pinta o mancha blanca y Ñ (Ñandú): avestruz o ñancú; aguilucho.
HUIRCA PÍ, 1787, cac. pehuenche huilliche. El 17 de octubre de ese año, Huircapí acudió
al parlamento que convocara el gobernador de Mendoza J. de Amigorena y “aceptó vasallaje
español” . Diez años más tarde, en 1797 los caciques Huircapí y Chucao estaban apoyando al cac.
ranquel en Barbarco (Arch Mend. Doc. 36)
HUIRÍO ver cac. Huirio Lienán o Ramón Lienán
HUIRPÁN, cac. chileno (patriota) 1830, hermano del cac. Venancio Coñuepán (Hux:
Caciques Borogas ed. 2004 p. 319 dice Huircan.) Este recibió regalos de Rosas, cuando manifestó
que quería volver a Chile (AGN Biedma VII. 10-4-14: 29.11. 1831) y no se salvó de los
acontecimientos fatales de 1834 a 1836. ET: Puma con pintas
HUIRRI ÑANCÚ o Güininanco, 1814, cac. pehuenche de Malalue que asistió al
parlamento que hizo convocar el Gobernador Gral José de San Martín al margen del río San Pedro
(Arch.Mend. carp. 123 doc. 1) ver Inalicán
GÜIRRILIFI, 1881, capitanejo de Sayhueque (picunche) en lucha de las tropas
expedicionarias (Raone: Fortines, 1963 II p. 543)
GÜIRRIN, Gabriel, 1873, capitanejo salinero; figura en el gran documento proyecto del
tratado de pàz (AEM doc. 1232).
455
GÜIRRIÚ, cpitanejo del cac. boroga Andrés Raninqueo recién separado de la tribu de
Coliqueo en Los Toldos Bs.As. 1872 fue llevado por Calfucurá de laVerde a Salinas Grandes. Más
tarde vivió en San Ignacio en Neuquén, colonia de los descendientes de Namuncurá. Allí murió,
creo, en 1930 Su hijo se llamaba José Fraga (Nahuel Huirrín). José Depetris publicó fotos de
descendientes. Ver Fraga.
HUIRRHUIRR, 1826, cac. pampa. En octubre de ese año hubo un gran malón de
pincheiristas sobre la zona de Dolores (Los Toldos Viejos). Entonces el Preidente B. Rivadavia
encargó al Cnel. Federico Rauch perseguir a los maloneros. Hizo cuatro expediciones. La primera
salió el 25 de octubre de Los Toldos Viejos (Dolores) con 800 hombres; no encontró indios. Luego
se presentó un cautivo huyendo, llamado Eugenio del Busto, quien supo el paradero de alguns tribu.
Así cayeron, el 1º de noviembre sobre la tribu de Huirrhuir que estaba desprevenido. Degollaron a
cuatro caciques y 200 indios y les quitaron 60 cautivos y 16 mil animales. (R. Muñiz: Los indios de
la pampa, 1939 p. 129. (AGN. X. 14-3-1 y Hux: Los Militares de la Comandancia de Bragado,
Eugenio del Busto .2005 p. 8)
HUITRAI LLÁN, o Utrillan, 1862, cac. pehuenche que vivía a orillas del río Chemehuín.
Allí lo visitó el viajero G. Cox 1862 (Su libro:Vijes en las regiones septentrionales de la Patagonia
ed 1863 p. 133. Otra ed. El Elefante Blanco 1999)
HUITRAINAO, 1852, capitanejo boroga, figura entre los caciques obsequiados por orden
de Rosas en Bahía Blanca en enero de 1852, en vísperas de la batalla de Caseros. Su nombre está
entre Meligher y Lincopán (AGN X 18-4-8).
HUNIGUÁN, 1819, cac. ranquel. Estuvo presente en el parlamento convocado por F.
Chiclana en la toldería del cac. Lienán (La Pampa) (Chiclana, Feliciano: Actas de las reuniones y
convenios celebrados entre los caciques ranqueles, en Gaceta de Buenos Aires, 1819 y Diario del
viaje 23 de oct. a 27 de nov.1819: en Rev de Acad. Nac. Hist. 1945 XIII p. 132-139)
HUÑÚN, 1820, capitanbejo boroga de Quepe (Chile), hijo del cac. Huicañ. Estaba
implicado en la Guerra a Murte y luego emigraron a la Argentina. Su padre fue muerto en 1837.
GÜINUL BILÚ o Onolbilú, 1650, cac. puelche, según el Padre Rosales (Historia General
del Reyno de Chile, Valparaíso 1877, III p. 438 y I. 106) y poya, según el Padre Mascardi, 1670.
Debe haber vivido en la zona del Lago Nahuel Huapí .
CUI QUENOR (Guayque ñer), 1838, cac. ranquel. Se halla su nombre en la lista del cac.
Painé presentado al Gobernador de San Luis, cuando estaba en tratativas de un tratado de paz (Arch
de San Luis).
GUISEL,1782, cac. huilliche que Basilio Villarino halló en Choele Choel con 53 indios
(Diario del reconocimiento de río Negro, 1782 en: De Angelis VI 1837 )
GUISOYÁN, 1774, cac. Pehuenche quien dio datos sobre la ciudad de Césares (en Rev. Est,
Hist. Mend. XI p. 96)
GUITRAL,1851, cac. pehuenche (quizás Quetral) (Arch. Mend. Carp. 123)
GUITRALAS, 1806, cac. huilliche .Don Luis de la Cruz habla de él en su Diario del viaje..
(En: De Angelis 1835 vol.I.)
GUITRE, 1836, capitanejo ranquel que participó en el malón sobre Llanquelén y Rojas. Ya
se iba con 53 caballos de la reserva de los ranqueles para venderlos en Chile, como decía cuando
fue atajado y apresado por el Cnel R. Maza, el 26 de junio de 1836 . Juan R.Moya dice en su libro:
Contribución para la historia de Bragado p. 18, que dejó en el encuentro con los del malón 70
muertos y cita La Gaceta 2.8.36. Algo diferente Hux: Caciques Pampa Ranqueles, ed. El Elefante
Blanco 2004 p. 97 y 102)
GITIN, 1585, cac. comechingón de Labac Viltich, Rique hene, Córd; encomendado a
Jaymes (Montes p.69)
HUIBAN CHUCTAVÍ ,1580, cac. comechingón de la zona de Cruz del Eje, Ischilín
(Terrera)
__________________________________________________________________________
INA CA YAL: 1824 - 1888. cacique tehuelche del Norte (huilliche); era hijo del cacique
Huincaval, como lo manifsló él mismo en carta al general B. Mitre (Arch. Mitre XXIV, p. 111). En
1863 se lo conoció desde que, junto a su padre, iniciara tratativas de paz con el gobierno de Buenos
Aires por medio de la comandancia de Carmen de Patagones. Mantuvo correspondencia con Mitre
en esa gestión (Arch. Mitre, XXIV). El 2 de Agosto escribe: "Soy comisionado por mi padre, el
cacique Huincaval. para realizar tratados de paz". En otra nota dice que irá a Buenos Aires
acompañado de los caciques Chagallo Chico, Sayhueque, Quintraillán y los tehuelches. "Todos
somos unos. También tengo parientes en San Gabriel: Cinthel (Sinchel), Miguel (Linares) y todos
los Linares y Chincoleo, mi cuñado" (ib.. p. 109). A. M. Vignati, quien publicó unas fotografías de
Inacayal viejo (Iconografía aborigen Nº 1: los caciques Sayhueque, Inacayal y Foyel. En Rev.
Museo de La Plata Nº 10, 1942, p. 13 ss.), anota los nombres de los siguientes hijos de él: Trolong,
Utrak, Sakak, Millaleufú y Marihueque.
El 12 de junio de 1863, en una junta grande de caciques en Carmen de Patagones decidieron
firmar la paz. Inacayal presentó cartas de recomendación autorizadas, para el comandante Julián
Murga, para el coronel Baigorria y el coronel Alvaro Barros. Sólo esperaban el retorno del cacique
Chingoleo. El 17 de Julio se selló el tratado para Huincaval y su hijo (AEM, doc. 677). Faltaba la
aprobación del Presidente Mitre y su ministro, la que fue dada el 10 de Agosto en Buenos Aires,
según los documentos 691 y 693 (AEM.). La carta que acompañó Murga al Presidente enviándole
la copia del tratado, decía que Inacayal pedía 200 yeguas y no 100, porque era cacique (Arch. Mitre
XXIV, p. 111). Cox, en su Diario afirmaba que Inacayal era "de mucha consideración aquí y en toda
la pampa" (Cox, p. 186). Ciertamente, de toda esta actuación se desprende que Inacayal era un
hombre inteligente y activo. Lo elogiaron también otros viajeros, entre ellos Ch. Musters y en 1875,
el Perito Moreno. Según ellos, sabía hablar bien el castellano: no sé cómo lo aprendió. No sabía
escribir, pero siempre tenía un escribiente a sueldo. Al firmarse el tratado, firmó "a su ruego" Juan
Iribarne.
Durante 20 años pudo gozar la paz y los beneficios emanados de los tratados hechos para
asegurar la paz al sur bonaerense, paz que posibilitaba el comercio y daba garantía a la integración
nacional. El 9 de Julio de 1872 Inacayal firmó un nuevo tratado de paz, esta vez con el teniente
coronel Liborio Bernal, el nuevo comandante de Carmen de Patagones. En el artículo 6° del tratado,
Inacayal se compromete a reconocer "como jefe de los campos" al cacique Miguel Linares (antes
Benito Chingoleo), a quien tenía que apoyar con un piquete permanente de indios. Al cacique
Inacayal se le pagaba 300 yeguas. Los contratos de racionamiento fueron firmados hasta 1879 por
Huincabal, luego firmó sólo Inacayal. Deducimos de ello que su padre había fallecido.
Inacayal vivía en 1872 en Tekel Malal (Nahuel Huapí). No he consultado las dos cartas de
Bernal de 1872 que se hallan en el Arch. Museo Histórico Nacional (AGN) Nº 6171). Un censo de
1877 asigna a Inacayal 1.500 indios y a Sayhueque 9000. Francisco Moreno, a su vez, lo encontró
en 1875 a orillas de lago Nahuel Huapí. En su Diario anotó: "Inacayal es el cacique más accesible á
los halagos de la civilización. (Reminiscencias, p. 35)
458
En 1880 los militares proyectaban extender la Conquista del Desierto más al sur del Río
Negro. Alvaro Barros, quien fuera nombrado primer gobernador de Neuquén, tomó contacto con
Inacayal. Le escribió el 2 de Abril de ese año desde Viedma (AGN, S.VII, 7-5-3), diciéndole que lo
recordaba con simpatía y con mejor voluntad, según ya le había manifestado el año anterior. Le
encargó que cuando viera al cacique Sayhueque, le aconsejase hiciese, ver "cómo se han abatido
grandes caciques de ayer". Que tome ejemplo y que no se fíe de su secretario Loncoche.
En 1881. Inacayal. Foyel y Chagallo se presentaron ante el coronel C. Villegas, encargado
de la Campaña de Los Andes del Sur. Llevaron una bandera blanca, No querían caer bajo la dura ley
del cañón. Conferenciaron con él en presencia del coronel L. Bernal, con quien habían hecho su
último tratado. Villegas se mostró duro con ellos y los conminó. Inacayal, en su discurso decía, que
ellos eran pobres, pero felices y que no molestaban a nadie, ni a los huincas que se habían radicado
en sus tierras. "Mi finado padre,- decía,- firmó tratados de paz con el Gobierno y siempre los
cumplió; y yo, hace 9 años, firmé con el Sr. Bernal". Decía que ellos eran unos 3.000 indios.
En Abril del mismo año, Inacayal asistió a una reunión de las tres brigadas expedicionarias y
todo pareció quedar en paz.
Pero en 1882, cuando en noviembre Villegas inició una nueva y dura campaña en los Andes,
Inacayal tuvo que plegarse al criterio y partido de Sayhueque, pues sabían que iban a ser
perseguidos. Primero se presentó en el Fuerte Junín de los Andes. Se entrevistó con el jefe de la
Plaza, el mayor Roque Peiteado. Lo recibió bien, como también a los demás caciques, les dio
raciones y luego los envió a buscar a sus familias. Así fue de regreso al Chubut, pues entonces
estaban asentados en las orillas del Río Tapeley (Apulé o Appeleg) en la provincia del Chubut,
como anteriormente lo habían estado en Lipandicán. Sus familias estaban dispuestas a protegerse,
reunidas todas las tribus o retirarse a los refugios de la Cordillera.
Los buscó la expedición del coronel Lino O. de Roa. El 27 de Marzo de 1883, entrando en el
Valle del Alto Senguer (en Appeleg) tuvo una escaramuza con unos 400 indios de Inacayal.
También los indios disponían de fusiles. Pero cuando se percataron de la gran cantidad de los
expedicionarios, desistieron de la lucha (AGN. Territ. Nacionales, Min. Interior. doc. 1359. Ley
14/1883). Poco después, un telegrama anunció al ministro de Guerra que Inacayal, Sayhueque,.. se
habían presentado en el Fuerte Junín de los Andes. Si no me engañan los documentos, habían sido
llamados a los simples efectos de prestar acatamiento al gobierno, pero los militares aprovecharon
su diligente presentación para apresarlos. Pues el teniente Vicente Lasciar salió con los caciques
Inacayal, Foyel, su primo hermano. Chiquichano, Salvutia, Huenchenecul, Cumilao, Pichi-
Curruinca, y otros, y 76 lanzas con el fin de conducir a todos los indios e indias de las tribus para
someterlos al Gobierno nacional y para que fuesen incorporados a la vida civilizada. Pero el general
Wintter dispuso que la mitad volviera y que Chiquichano activara la presentación de las tribus.
Quedaron como rehenes los caciques Inacayal y Foyel. Una escolta bien armada acompañó a los
que regresaron con esa misión. Según el informe militar, los indios hallados no mostraron buena
cara: "evidenciaron veladas amenazas". Entonces el teniente Insay actuó "a su manera". Esto
ocurrió el 18 de Octubre de 1883. Ordenó romper el fuego y mataron unos 36 indios, de manera que
la gente empezó a desbandarse. Los soldados expedicionarios los perseguieron. Del resultado no
quedó constancia alguna. No obstante, las tribus se presentaron en Junín de los Andes a efectuar su
rendición: los de Inacyal, el 18 de Diciembre de 1883 y los de Sayhueque, el 1º de enero de 1885.
Inacayal fue remitido a Buenos Aires en calidad de prisionero. Tenía entonces 59 años. El
Perito Moreno pidió al Gobierno que se lo dejaran para llevarlo con él al Museo de La Plata de
reciente creación (Vignati. ob. cit.. p. 23). Inacayal abrumado por la tristeza, ni comía. Allí murió el
24 de septiembre de 1888. Un hombre de paz, como tantos indios del "Desierto": fue enredado en
una guerra que la historia ha de juzgar. En el Museo de La Plata se conserva el cráneo de Inacayal
con el Nº 1834. Allí se conserva también su cuero cabelludo y una máscara de yeso con el Nº 5438.
Clemente Onelli nos ha dejado un emocionante párrafo en el que cuenta los últimos
momentos de la vida de Inacayal: "Inacayal, poderoso cacique araucano, hecho cautivo en la guerra
del desierto, vivía libre en el Museo de La Plata: ya casi no se movía de su silla de anciano. Y un
día, cuando el sol poniente teñía de púrpura el majestuoso propileo de aquel edificio, engarzado
entre los sombríos eucaliptos... sostenido por dos indios, apareció Inacayal, allá arriba, en la
459
escalera monumental. Se arrancó la ropa. la del invasor de su patria, desnudó su tronco dorado
como metal corintio, hizo un ademán al sol, otro larguísimo al sur; habló palabras desconocidas y
en el crepúsculo, la sombra agobiada de ese viejo Señor de la tierra se desvaneció como la rápida
evocación de un mundo. Esa noche misma, Inacayal moría."
Qué contraste con la descripción de Cox, quien lo vio en su tierra veinticinco años antes.
"Inacayal me agradó al momento; tiene un ademán franco y abierto, la cara inteligente y sabe algo
de castellano. Es de cuerpo rechoncho, pero bien proporcionado. Me gustaba ver a nuestro amigo
montado en su caballo overo, con freno guarnecido de plata, con grandes copas y estribos del
mismo metal; las piernas forradas de shumeles (botas de potro) nuevos; el pie armado de grandes
espuelas de plata: chiripá de paño fino y una chaqueta de oficial de caballería argentino que le había
regalado el gobierno del Plata". (Cox, ob. cit., p. 168)
¿Y su gente? Por la ley 1628, el mayor Inacayal se hacía acreedor a tierras donadas a los
expedicionarios y sus indios figurarían como "indios auxiliares de Linares". Pero el Perito Moreno
constató en su viaje de 1896 que aún existían familias en el mismo lugar en que los había hallado en
1880; pero ya les habían advertido que debían desalojar el valle "pues lo ha adquirido un señor de
Buenos Aires". Triste historia del despojo (Acad. Hist. Nae. Conquista I, p. 96). En el Museo de La
Plata se conservan esqueleto, cráneo y su mascarilla. Su foto la publicó Vignati en Iconografía
Aborigen I, La Plata, 1942.
INAI PÁN 1872, capitanejo ranquel; hermano del cac. Baigorrita, según que dice el Padre
Donati.
INAI QUEÑ. alias Vicente Inaquén, cac. boroga. Un documento de 1852 dice que era el
padre del capitanejo Catrinao. Así me parece que sería el Vuta Pincén, padre de Vicente Pincén
Catrenao (AGN X. 18-4-8: 7.1. 52) ver Pincén
INAL, 1822, cac. patriota chileno que acompañó al cac. Venancio Coñuepán en sus
campañas contra los indios realistas (T. Guevara, 1910 p. 303). Luego actuó también en la
Argentina. 1839 tomó parte en el asalto de Tapalquén (AGN X. 27-7-6)
INAL, 1864, capitanejo ranquel, que figura en la lista del tratado de paz ( Lista del P. Donati
está en el octavo lugar, entre los oficiales del cac. Mariano Rosas) 1852, figura ya un capiitanejo
Inal Paynen Ñancú y me pregunto si no es un hijo del cac. Painé
INALICÁN,Felipe (Hinalicán o Don Felipe) Era un importante cac. araucano de La
Imperial. 1723, cuando sus paisanos estaban sublevados, él ayudó y defendió a los misionros. Su
mayor gloria será que pudo ver que su hijo se había hecho sacerdote y misionero (Campos
Menchaca: Nahuel Buta p. 439)
INALICAN, Francisco, 1792-1823. No fue cacique. sino hijo de cacique Felipe Inalicán.
Francisco estudió con los Franciscanos y se hizo sacerdote y misionero franciscano y un gran
protagonista entre las tribus pehuenches de Mendoza. Según su biógrafo Arnoldo Simón (en “Fray
Francisco Inalicán”, San Rafael. 1944) habría nacido en Chillán; pero opino que nació en la
Imperial, pues era hijo del cacique Don Felipe Inalicán y de Dña. María Nita. Fue educado en el
Colegio de Chillán que la orden franciscana regenteaba allí para los hijos de caciques. Luego
solicitó el ingreso en la Orden. Fue aceptado y en 1794 hizo allí profesión religiosa. Al año, fue
ordenado sacerdote, el primer sacerdote de su raza, después de dos siglos y medio de contactos con
el blanco en Araucanía. Para la zona fue un día de felicidad al que no quiso faltar el gobernador
O’Higgins. Más tarde se ordenaron otros dos hijos de caciques: Francisco Millapichún y Juan
Calfugür. Estos dos harían causa común con los realistas en la primera lucha por la Independencia.
El joven fray Inalicán. en cambio, quedó comprometido con la causa de la Patria y por ello tuvo
grandes dificultades en su comunidad, a pesar de sus excelentes servicios. En 1804 lo enviaron al
convento franciscano de Mendoza, donde le encargaron la docencia de la gramática en el colegio.
Pronto efectuó también giras misioneras entre sus paisanos, los pehuenches del sur mendocino,
entre los cuales cobró enorme prestigio. El 2 de Abril de 1805 estuvo en la confluencia de los ríos
Diamante y Atuel, asistiendo al parlamento de 23 caciques y 11 capitanejos. Allí trató de suavizar y
superar las desavenencias habidas desde largos años atrás. Fray Inalicán les había obsequiado
presentes como solían hacerlos las autoridades en tales parlamentos de paz. Favoreció también la
460
idea de establecer un pueblo y un fuerte en esa zona, que ellos mismos podrían poblar, y se ofreció
como capellán de la nueva comunidad. (Arch. Mendo. Doc. 19) Los caciques Carilef, Cumiñán y
María Josefa Roco se comprometieron los primeros a establecerse en la Reducción (Informe del P.
Inalicán en Arch. Gral..Ind. Pág. 92 Nº 4: del 2.4.1805). El Virrey marqués de Sobremonte,
efectivamente, nombró al P. Inalicán capellán del naciente pueblo de San Rafael. Allí desplegó una
labor abnegada y fecunda entre los indios de la zona, atendiendo también a los soldados y sus
familias que servían en la frontera. Erigió la capilla y fundó la primera escuela del sur mendocino y
así se hizo también maestro rural. En 1807, la guarnición de San Rafael era de 50 hombres. El
maestro Arnaldo Simón (su biógrafo) destacó sobre todo la labor cultural y religiosa del fraile
mapuche.
Describe también su físico, pero no sé en qué datos se basa. También Ricardo Jamo dedicó
unas páginas a este fraile en su libro,”El surgimiento de un pueblo” San Rafael.
En 1810 hubo que trasladar al pueblo. probablemente por una creciente. Estallada la
Revolución de 1810, Inalicán apoyó la causa de la Independencia, es decir. aceptó la autoridad
provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata y Santiago de Chile. Estaba atento a los
acontecimientos. En Chile los indios se dividieron en dos bandos apoyando unos a los patriotas,
otros a los realistas. Inalicán era un entusiasta propagador de la “santa causa” (de la Patria nueva) y
le tocó inervenir en política, cuando en 1814 José de San Marín se hizo cargo del gobierno de la
provincia de Mendoza. Mientras elaboraba el proyecto de liberación de Chile, encontró en Inalicán
un cabal colaborador y amigo. No bien se supo del revés de Cancha Rayada, San Martín encargó
por intermedio de Inalicán a los pehuenches del sur la vigilancia de los pasos andinos. Por su orden,
Inalicán convocó a los caciques y capitanejos a un gran parlamento en Malalhué que se celebró el
23 de octubre de 1814 (Arch. Mend. Carp. 123. doc. 1 y 3). También se presentó el comandante
general de la frontera. Don José Desusso con 22 jefes. Con claridad expuso el P. Inalicán acerca “de
la desgraciada situación” de Chile y los arengó a secundar al nuevo gobernador de Mendoza. Dn.
José de San Martín.
Se ha conservado una hermosa correspondencia que hubo entre el general D. José de San
Martín y el Padre Inalicán y también cartas intercambiadas con los sub siguientes gobernadores que
le confiaron hasta las tareas de un Juez de Paz de la zona sureña. Incluso propagó semillas de
sementeras y plantas forestales: pero no descuidó su ministerio sacerdotal. Tuvo misiones hasta en
San Luis.
Antes de partir el Ejército Libertador a Chile, San Martín promovió la llamada Guerra de
Zapa, haciendo creer a todo el mundo que invadiría al país hermano por los pasos del Sur. Así se
presentó el mismo San Martín con el Padre Inalicán en otro parlamento que se prolongó durante
ocho días y que tuvo por objeto solicitar a los indios el permiso para cruzar su territorio con las
tropas. Los caciques Ñeicuriñán, Millarín, Carripil y 17 más firmaron el tratado propuesto. En
realidad no cabía otra finalidad que hacer creer a las autoridades realistas en Chile, que la contienda
se jugaría en el sur. San Martín guardó su secreto severísimamente y partió por otro lado, como
sabemos, por los pasos de Los Patos y Uspallata para penetrar por Chacabuco hacia la capital
chilena. Inalicán fue patriota de alma y transmitió esta conducta a los pehuenches mendocinos. (A.
Simón cita varios documentos extraídos del Archivo de Mendoza). El mismo contribuyó al
equipamiento de las tropas de San Martín, donándole la mitad de su sueldo durante los meses de
preparación. Seguramente habrá gozado con las victorias de Chacabuco y Maipú.
Pero fray Francisco Inalicán volvió a su labor misionero, catequizaba, bautizaba y celebraba
la Santa Misa. En 1818 llegó a San Rafael el Padre Diego León de Villafañe, un sacerdote de 78
años, lleno de ilusiones y celo apostólico. Pedía quedarse con el P. Inalicán algún tiempo para
aprender el idioma araucano. Dicen, que Inalicán había escrito una gramática. Dos años quedó con
él. Luego cruzó la Cordillera para ir a misionar en la Araucanía. acompañado del capitán Loncogür,
pariente del Padre Inalicán. El relato del Padre Villafañe fue publicado en la Revista ARCHIVUM,
Tom. VIII. (edit.. Junta de Hist. Eclesiástica Argentina p. 271 ss.)
En diciembre de 1820 Inalicán experimentó una gran alegría, al acompañar en Mendoza la
ordenación sacerdotal de su sobrino Francisco Millapichún, hijo del cacique gobernador de Valdivia
(Milla Pichún). Pronunció para él un hermoso sermón (Arch. Eclesiast. de Mendoza).
461
Es posible que la Orden de San Francisco conserve más documentos que no hemos
consultado aún, quizá podríamos conocer mejor lo que él hizo para la Orden y la Misión. En 1822,
el gobernador de Mendoza D. Pedro Molina, lo nombró capellán de las Milicias de la Frontera (15
de Febrero de 1822). No era fácil tarea en este tiempo de agitación por las guerrillas pincheirinas y
la guerra civil. Y hay que recordar lo que fue la vida de los soldados destinados al servicio en las
fronteras. El P. Inalicán atendía la capilla de San Rafael y la de San Carlos.
En 1823 volvió a su patria. No conocemos los motivos que le hicieron abandonar sus indios
y soldados del sur mendocino; quizás la obediencia franciscana, quizás un quebranto de su salud o
un asunto de su familia. Se conoce solo la noticia de que en 1823 ayudó a los misioneros, mientras
se propagaba una sublevación, por la Guerra a Muerte (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 439).
El biógrafo del Padre Inalicán afirma que este buen sacerdote mapuche murió a fines de
Julio de 1824 en la tierra que lo había visto nacer (ob. cit. p. 124).
Sospecho que la muerte lo sorprendió en el Convento de Chillán, no a los 70 años, sino a los
41 años. No tenemos aún la fecha cierta de su muerte ni el testimonio de su entierro.
Otro historiador mendocino (L.F. Napolitano) opina que falleció el 20 de Diciembre de 1825
y por ello N. Bustos publicó un artículo para el sesquicentenario de su muerte, el 20 de diciembre de
1973.
INAI PIL, o Ineypil, 1834,cpitanejo boroga, inmigrdo de Chile a la zona de Guaminí. Había
evadido la Guerra a Muerte; pero este grupo no gozaba de paz, tampoco en la nueva patria. Rosas
los utilizó primero para su Campaña al Desierto. En 1833 Inaipil acompañó al Cnel. Delgado con 50
lanzas en una expedición contra los ranqueles (AEM doc. 244). Pero 1834, después de la Campaña
del año 1833, Rosas siguió la guerra contra los indios. Permitió que los viejos enemigos chilenos
atacaran ese gran grupo de Guaminí en el Asalto de Masallé. Ineipil escapó de la refriega (AGN 24-
8.6) (ver Rondeao) El Cnel. Delgado los incorporó nuevamente para la expedición contra los
ranqueles y los borogas refugiados en su tierra. Entre los 192 prisioneros se menciona a Inaipil
junto con los caciques Mariqueo, Marivil, Antivil y Antileo (ib). No encontré más noticias sobre él
INANICÚ, 1834, cac. boroga chileno es uno de los sobrevivientes del Asalto de Masallé
que seguía a Calfucurá con Meligur (AGN X. 26-8-6)
INAN GUAYLO, 1857, cac. pehuenche gobernador de los picunches, como dice el cac.
Calfucurá en una carta al Gral. J.J. de Urquiza. Había mandado a su hijo Pastor a entrevistar al
Presidente en Entre Ríos (Arch. Urquiza AGN T. 130)
INA QUEUPÚ, 1657, cac. pehuenche de Viluco. Una de los diez caciques que, en 1655, se
habían sublevado contra los españoles. Luego invadieron hasta la zona de Maule. El hermano de
Inaqueupú se llamaba Ayllacuriche. (Gay: Historia 1874 p. 155)
INA RÉ, 1858, cac. salinero. Lo conocemos por una carta que escribió al cac. Cañumil,
poco antes de la batalla de Pigüé. ETIMOL: Ina: cerca de y Re (rehué escala sagrada)
INA TARÚ o Ynay tarú, 1830, cac. boroga venido de Chile por la Guerra a Muerte. Igual
que los grandes caciques Rondeao, Melin, Cañiuquir etc., entró en una especie de tratado de paz con
el Gral. Rosas (28.11. 1830). Luego no oímos más de él. Es posible que haya vuelto a su país.
ETIM: Ina: cerca de Trarú: churrete, ave de rapiña
INCANTINUC, Don Antonio, 1632, cac. de San Juan (Prob. huarpe) Vivía sobre el
Bermejo. El documento mendocino dice que se había sublevado contra las autoridades (-contra los
intrusos, diría él-), por lo cual se le intimó con la última pena. En realidad se le trasladó a las
lagunas del Rosario. Fue encomendado a Petrona Mallea.
INCUL, 1582, cac. “de los palmerales”, llamados querandíes. Juan de Garay lo incluyó en
su repartimiento de tierras y encomiendas de indios. El documento dice que era de nación Calcilaca.
Sin que especifique lo que quiere decir con ello.
INCUPÚ LLÁN, 1787, cac. pehuenche del sur de Mendoza que participó en la Guerra
Pehuenche.
INCURAO, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas (Lista del Padre Donati)
INCHATEY, 1690, cac. principal de los pehuenches mendocinos del Sur. En ese año tenía
18 años y estaba casado con Juana. Era cacique por el fallecimiento del padre. Pertenecía a la
462
famosa encomienda de Catalina Roco, cuyo apellido perduraría entre los indios. (Arch. Mend. Carp.
29 doc. 6).
INCHEL ver Sinchel
INEUPU LLÁN, 1787, es quizás el mismo como Incupullán y talvez Gúenu Pillán. El 17 de
octubre de ese año acudió a un parlamento en San Carlos. Amigorena lo señala como cacique
chileno que aún no se había sometido, aún no había rendido vasallaje a la Nación Española. Me
pregunto si el nombre tiene que ver con Epullán. De todo modo me parece un nombre mal
transmitido ( Arch. Mend. Carp. 35 doc. 35 y carp. 29 doc.7)
INGA LEUBÚ, 1806, cac. huilliche del cual Luis de la Cruz, el viajero, da alguna noticia
(De Angelis I. p. 139) ETIM: Inga es como auca:salvaje. Leubú es río.
INGA MAIN o Hingamain, Lingamain, 1797, cac. pehuenche de Barbarco. En la Guerra
Pehuenche actuó con el grupo de Rayguán. F. Esquivel Aldao decía en su diario de 1792 que era
chilno. En un asalto de los pehuenches de Malalhué a su toldería por revancha a su ataque a
Pichintur, fue “retado” por el cac. Millagüin, fue muerto, como también Rayguán, su cacique
gobernador, en Mayo de 1897 (Arch. Mend. Doc.. 32 y 21 del 14.7.97) ETIMOL: Inga:
bravo y ligh: blanco
INECIAN, 1561, cac. pehuenche o huarpe de Mendoza; residía entonces en Tomanya. Fue
encomendado a Juan Gómez de Benito. Documentos de 1596 aún lo nombran. (Arch. Mend. Fide
C. Rusconi)
IÑA GÜÉ o Ingahué, 1879, capitanejo ranquel. Aparece en la documentación de la
Conquista del Desiertto. La División al mando del Cnel. Hilario Lagos (Vª Div.) lo apresó en Luán
Lauquen con Cumio, 12 capitanejos y 700 indios (Olascoaga II 1930 p. 180)
IOFQUEIÑ, 1834, cac. boroga que se sometió a Calfucurá
IRGUÍN o Irquín, 1833, capitanejo pampa, a quien Rosas hizo particular atención durante la
Campaña al Desierto. (AGN X. 40-7-10)
IRLANMILGUÉ, 1854, cac. pampa. Vivía entonces a 8 Km. de Lien Mahuída, según anotó
el viajero Dr. Edmundo Day, en su libro: Expedición por el Chadi Leufú en 1854. El cac. cayó bajo
la ley de la Conquista del Desierto en 1879 (Olascoaga, 1930 II, p. 253 y 283).
IRSCHIQUIG, 1880, cac. tehuelche, según G. Terrera. Viendo el peligro que les esperaba,
cuando la Conquista del Desierto se había trasladado hacia el Sur, se incorporó a la liga del cac.
Valentín Sayhueque. (ver su historia).
ISLAI o Isla, 1870, capitanejo ranquel del que da noticia el Cnel. Lucio V. Mansilla en su
libro :Una Excursión a los Indios Ranqueles, ed. 1890 p. 574.
ITALÓN, 1832, cac. boroga de la zona de Güaminí. El Cnel. Manuel Delgado lo nombra
junto con los caciques que le habían acompañado a la expedición ordenada por Rosas contra las
tribus Quiñigual y Quilapí, a los que aniquilaron. (AGN X. 17-7-6).
ITURRILLA, Nicolás, 1786, cac pampa. Vivía cerca del fortín San Lorenzo del Chañar en
la Provincia de San Luis. 1786 se mostró dispuesto a aceptar el bautismo cristiano. El apellido es
cristiano, pero puede ser adoptado, de manera que su nombre indígena sería otro (Mariluz Urquijo:
Virreinato del Río de la Plata ed. 1964 p. 227.
IVICHA, 1574, cac. huarpe del valle de Güentota (Mendoza); era encomendado de Cuevas
(Arch. Mend.)
JACINTO, 1820, caciquillo pampa. en nombre del gobierno de Buenos Aires entrevistó a
los caciques Ancafilú, Curunahuel y Antepán para que devolviesen hacienda robada, si querían vivir
en paz (AGN Biedma S.VII. 10-4-13: 25.2.20)
JACHAS, 1564, cac. mendocino (huarpe) que residía en Paraguaya; encomendado de
Velasco (J.T.Medina 1901)
JACHARÉ, 1594, cac “michilingüe” de San Luis; encomendado de Cepeda (P.Cabrera:
Aborígenes del país de Cuyo p. 179)
JAGUÁN, 1827, cac. tehuelche que fue incorporado por el Cnel F. Rauch para la expedición
contra los indios de la Sierra de la Ventana (AGN X, :1.2. 27)
463
JAGUAREY, 1582, cac. guaraní traído por Juan de Garay al distrito de Buenos Aires y
regalado (encomendado) en el repartimiento a Pablo Cimbrón. (Tandix, A. En Rev. Museo de Mitre
1851 y 1853)
JAKECHÁN, 1873, cac. tehuelche a quien visitó el viajero Ch. Musters en el Valle del Río
Negro.
JALAMELEK, Juan Largo o Xamelec, 1752, cac. pampa (serrano prob.). Lo llamaron Juan
Largo, quizás porque era alto. El Gobernador Robles en su informe sobre reducciones cita un
antepasado de 1678 (probablemente: Jacinto Xamalec (Documentos de Hist. Y Geogr. Ed. Peusser
1941 p. 309.
JAMPEN, 1582, cac. que figura en el repartimiento de tierras y encomiendas de Juan de
Garay en el distrito de Buenos Aires. Fue encomendado a Pedro de la Torre (querandí)
JAMIQUELÉN, 1820, cac. pampa entre los que no se adhirieron al terrorista chileno Gral.
José Miguel Carrera (ver diario de Yates) . Quedó fiel al gobierno de Buenos Aires (Comando Gral.
del Ejército ob. cit. III p. 216)
JARAMILLA, José, 1930 capitanejo tehuelche. En el Museo del Indio se conserva(ba) la
flecha roja que le causó la muerte y que extrajo su propia madre del cadáver.
JANCA MILL o Huancamill, 1878 figura entre los caciques que obedecían al cac. Purrán.
El 26 de octubre de 1878 fue tomado prisionero por Rudesindo Roca, cuando se le presentó en
comisión para gestionar la paz (Olascoaga I. 76 y II, 97. Está en la lista de 22 caciques que
obedecían a Purrán. Tuvo su toldería en el ángulo donde se juntan el Valle del Río Negro y los
Arroyos Codihué y Huaychol. Era rico y audaz.
JANCA QUEO, cac. boroga que fue tomado prisionero en los avances de la Conquita del
Desierto, por la campaña que llegó a Mahuída (Olascoaga I. 235) (ver Yancaqueo)
JANQUE NÁN, 1833, probablemente capitanejo chileno. Fue tomado prisionero en la Posta
Lafquén Monocó (AEM doc 278 y Diario de la Tarde: 27.9.33)
JANDELI, 1827, cac. tehuelche que fue incorporado por el Cnel. F. Rauch para la
expedición a la Sierra de la Ventana ( AGN X. 14-6-1)
JARAMILLA, 1819, cac. huilliche que actuó en la Guerra a Muerte junto con el cac.
Calfucurá, El Viejo, y con los realistas de Valdivia. Era secretario del “Cacique Gordo”. (Vicuña
Mackenna: Guerra a Muerte ed. 1974 p. 644)
JARAMILLA, Cenobio, 1882, cac. tehuelche o araucano refugiado y establecido en
Gobernador Costa , Prov. Río Negro.
JURÚA (XAURÚA), 1596, cac pehuenche del valle que tomó su nombre en el Sur de
Mendoza.
JÉREZ, Máximo, 1890, capitanejo del resto de la tribu de Catriel en Piedra Blanca. Viajó a
Buenos Aires con la “Cacica” Bibiana o Reyna Bibiana para solicitar el título de sus tierras . La
Rev. Caras y Caretas publicó una fotografía de la Comisión. Otro relato trae Miguel Hangel en su
monografía “Catri Mapú” Olavaria 1967.
JERÓNIMO, 1690, cac. principal de los puelches del Sur del Diamante; encomendado a
Catalina Roco. El 11 de diciembre de ese año murió en la chacra de Agustina , la hija soltera de
Catalina. Ella heredó o asumió el cacigazgo. (Arh Mnd. Carp. 29 doc. 6)
JERÓNIMO o Jerónimo Flores, 1690, cac. de la misma encomienda de Cat. Roco. Era
casado con Francisca de 42 años. El documento nombra a sus hijos: Juan de 15 años, Manuel de 7 y
José de 3 años. (Arch Mend. Carp. 29 doc. 6)
JETRUEL (prob. Quentriel), 1827, uno de los caciques pampas del cac. mayor, llamado
cac. Negro, que se incorporaron a la columna del Cnel F. Rauch para su expedición cruel contra los
indios “chilenos” en la Sierra de la Ventana (AGN X. 14-6-1: 1.2. 27)
JOAQUÍN ver Joaquín Pan o Guayquipán
JOCOLÍ, 1562, cac. huarpe (creo) de la Prov. de San Juan (A. Gargajo: Los descubridors del
Cuyo. En: Bol. Inv. Hist. Bs.As. XXI p. 84)
464
JOCJOGOLEN, 1560 cac. mendocino en el Tupungato. Aparece en el documento junto con
el cac. principal Guarinayn encomendado de Velasco (Chaca, Dionisio: Breve histori de Mendoza,
1961)
JOERCAYTA, 1593, cac. huarpe, que vivía en Canuma. (Cabrera: Aborígenes del país del
Cuyo )
JOSÉ, 1838, cac. ranquel. Lucio V. Mansilla lo menciona en su libro. Podría ser José Viejo
que encontramos entre los habitantes de la tribu de Coliqueo (ver Viejo)
JOSÉ, 1851, cac. mendocino que, según el documento del Archivo de Mendoza era padre
del cac Reupí. Ya en 1846 es nombrado junto con los picunches (pehuenches) Ayllal, Caepí etc. En
el proceso por la muerte del cac. gobernador de los pehuenches cac Guzmané.
JUAN, o Don Juan el Bueno (sic), 1690, cac. puelche en la reducción del Diamante;
encomndado al Capitán Diego Gómez Parado. El cacique tenía entonces 35 años; estaba casado con
Dña. María y tenía allí dos hijos. Cinco años más tarde figura nuevamente en un censo de
reducciones (Arch. Mend. Carp. 29 doc. 5 y 10)
JUAN, o Don Juan, 1690 cac. puelche; encomendado a Catalina Roca. Tenía entonces 37
años y estaba casado con Dña. Constanza (Arch. Mend. Carp. 29 doc. 6)
JUAN, o Don Juan, 1690, es otro cacique de este nombre y que figura en la encomienda de
Dña. Catalina Roca. El cacique tenía entonces 53 años y estaba casado con Dña. Lorenza. Estos
indios son los predecesores de los caciques Roco.
JUAN, o Don Juan, 1658 cac. pehuenche. Se le nombra en un proceso por transferencias de
encomiendas. (Cabrera: Aborígenes del país de Cuyo)
JUAN o Don Juan, 1852, figura en la lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca por
orden de Rosas. 17.1.52 está enumerado entre los salineros. El 17 de marzo de 1872 fue tomado
preso.
JUAN, 1574, cac. mendocino que junto con los caciques Veca y Larca fue encomendado a
Alonso Reinoso. (Verdaguer: Historia Eclesiástica del Cuyo I. p.73)
JUAN ANTONIO,1848, capitanejo que recibió racionamiento en Azul (Ronco: Cuentas de
proveedores, en Rev. Azul Nº 3 1930)
JUAN JOSÉ, 1819, cac. chileno patriota del Río Cruces. Ese año fue atacado por la
montonera realista de Valdivia, de Jaramilla y los indios de Calvucura (el Gordo). En Vicuña
Mackenna: obr. Cit. p. 644)
JUANCHO, 1858, cacique que menciona el cac. Cañumil en una carta del 1º de enero de
ese año.
JUANILLO, 1658, cac. araucano, hermano del cac principal Bartolomé Yogarri. Eran
amigos de los pehuenches de Mendoza (Cabrera: Los araucanos en territorio argentino, en Acta 25º
Congr. Americanistas I. p. 102) En 1658, estos hermanos se unieron al malón del cac. araucano
Tomaqueupú. Fueron apresados. Bartolomé fue ejecutado y Ruanilla condenado a galera. Al pasar
la Cordillera, escapó. 1660 participó en otro malón en la Provincia de Mendoza y San Luis;
entonces fue muerto. (R. Pastor Guerra con el indio en la Jurisdicción de San Luis p. 333)
JUEBAYAN, Antonio, 1678, cac. pampa del que informa el Gobernador Robles quien
buscaba indios para las estancias (reducciones decía) ( Comisión Oficial del iVº Centenario de la
Fundación de Buenos Aires: Documentos Histor. y Geogr. Ed. Peusser 1941 p. 309)
JUGALBAMPEN, 1582, cac. que figura en el repartimiento de encomiendas y estancias
por Juan Garay en la Jurisdicción del distrito de Buenos Aires. El documento dice que era de nación
Meguay, sin explicar lo que significaba. (A. Tandix, 1951 y 1953 en Rev. Del Museo de Mitre)
JULIÁN o Julián Gordo, alias Camelo, 1778 ver Gordo
JULIÁN,, 1781, cac. tehuelche del que informa Ant. Viedma, Diario 1780 – 1783 (De
Angelis VI. 1837). Dice que comerciaban con caballos.
JUNGULO, 1598, cac. comechingón, el más famoso cacique de las Sierras de
Comechingones por la cantidad de oro y plata que poseía Su capital era Malanchay que estaba muy
poblada. (Aníbal Montes ob. cit p. 78) También él fue encomendado a Quevedo.
JUSTO, Fermín,1870, capiatejo del cac. Raninqueo, quien se formó su tribu en La Verde
1869 con parte de la Tribu boroga de Ignacio Coliqueo. A poco tiempo después, en 1872, fueron
465
invadidos por el gran malón de Calfucurá y llevados a prisión (presos) hacia Salinas Grandes ( ver
Raninqueo)
JYALEP, 1750, cac. pehuenche que el P. Falkner nombra en su libro sobe la Patagonia
editado en 1774 en Hereford (Inglaterra)
KELTCHAMEN, cac. tehuelche, 1880. Era ya viejo, acongojado por la persecución que se
hacía a sus indios por la Conquista del Desierto. Clemente Onelli le insistía que hiciera un tratado
de paz; pero él contestó: “Para qué nos vamos a poner en tanto trabajo. Ya van a encontrar, lo
mismo, la forma de quitarnos el campo, los animales y todo lo que tenemos en él” (Federico
Escalada: El complejo tehuelche , 1949 p. 303/306)
KENGGEL, 1870, cac. tehuelche. Se había educado en la colonia galesa del Chubut. Elund
Morgan escribe, que, siendo niños, eran compañeros de banco en la escuela y que había aprendido
su idioma, el galés.
KIDEL, Juan, cac. sabio de Truf Truf, en una extensa llanura a la izquierda del Río Cautín,
desde Temuco a Lamuco; rico y de autoridad. Poseía platería, hacienda y tenía su cabalgadura
completamente cubierta de plata (Raúl Morris Bennewitz: Notas sobre Alta Frontera (Los Angeles
2001 p. 47) Una hija estaba casada con Kuriwinca.
KILAPÍ ver Quilapí N:B: Una corriente moderna quiere formar una escritura que no se
encuentra en la secular tradición.
LABAN GUERRI (Laban gnerri), 1776, cac. pampa, establecido con 10 toldos y 20 indios
en Chaichigüé . Figura en el Censo de Diego de las Casas en De Angelis IV p. 584)
LACA LACA, 1863, cac. huilliche que entró en trato comercial a Carmen de Patagones.
Allí desempeñó una intnsa actividad militar y comercial el Cnel Julián Murga, desde 1862 hasta
1874. Tuvo un trato frecuente con los caciques y representantes de las tribus del Sur. Para varios de
ellos pidió permiso para celebrar un tratado de paz. Esperaba formar con ellos una coalición que
podría contrarestar el poder de Calfucurá.
El 2 de diciembre de 1862, Murga informó al Ministro de Guerra en Buenos Aires que había
entregado regalos al cac. Laca Laca y adjuntó la cuenta (AEM Nº 2045). Le había dado prendas de
plata a nombre del Sr. Presidente. Y la respuesta del 3 de enero de 1863 decía: “Se ha mandado
pagar los artículos que se relaciona con dicha cuenta”. Tres semanas más tarde, Murga volvió a
escribir que el cac. Laca Laca deseaba entrar en un tratado de paz. Casi al mismo tiempo el Cnel
Murga concertó tratados de paz con los caciques Chingoleo, Sayhueque, Chagallo y Juan José
Huincaval e Inacayal. En el parlamento decisivo de éstos estuvo también el capitanejo Cachamán,
subordinado del cac. Laca Laca. (AEM doc. 693 y 694)
No pude hallar el tratado de paz celebrado con éste último cacique; pero hay documentos
que lo suponen: Por ejemplo uno del 16 de Mayo de 1865 que dice: “Relación de los efectos para el
cac. Laca Laca…según el tratado que tiene convenido y se celebrara a su llegada en el presente año:
e1 vestuario fino para el cacique; 6 id. Para capitanejos; 44 para indios” (firma Mariano Ruiz y Vº
Bº Murga). Quizás la guerra del Paraguay haya mermado tales regalos; pero se celebraron aún otros
tratados. No sé si el lago Laca Laca de San Martín de los Andes tiene el nombre del cacique o al
revés.
LACA GUANAN, 1593, cac. michilingüe (quizás) de San Luis que residía en Sopotac en la
encomienda de Gabriel Rodríguez de León (Arch. Mend. 5.11.1593)
LACAMTU, Santiago, 1751, cac, serrano (puelche) que se integró a la Reducción jesuítica
de Nuestra Señora del Pilar en la Prov. de Buenos Aires (Estación Castelli). Allí fue elegido regidor
del pueblo aborigen. (Lehmann Nitsche: Grupo Het, 1923)
LADIMÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido con los guerrilleros de los
Hnos. Pincheira. Actuaba con los caciques Neculmán, Arrigí, Coleto y otros, cerca del río Curileubú
(río Negro) (Comandancia General del Ejército IV. p. 231)
LAGANA PISTIGA,1573, cac. comechingón de Laga Naure, “camino del Cuyo”, de la
encomienda de Montañez (Montes p. 78)
LAFI NUR (prob. Lefi gnerr), 1870, cac. salinero. Decía que era cuñado de Calfucurá. En
octubre de 1872 fue enviado a Bahía Blanca en comisión del cac. general. A pleno día fue asesinado
466
él y su comitiva de indios, a tres leguas de Bahía Blanca, que naturalmente indignó a los indios de
Salinas Grandes (AEM doc. 6308). El 19 de octubre, el Cnel. Murga avisó al gobierno que temía un
malón, a pesar de que dos comisiones habían venido y, para hacer un tratado de paz, habían
adelantado la entrega de algunos cautivos. En Noviembre de ese año, el Gral. Ign. Rivas decía al
Ministro de Gainza, que sus gestiones se hacían difíciles, porque el asesinato de Lafinur y de sus
indios aún quedaba impune. (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 6338) ETIM: Zorro ligero
LAFQUÉN José Manuel, 1868, capitanejo de la tribu de A. Raninqueo (antes de Coliqueo),
boroga. Fue dado de alto en el momento de independizarse esa tribu para establecerse en La Verde
(Hux: Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos y Comisión investigadora de la Tierra de Coliqueo,
La Plata 1940 p. 382)
LAIQUELÉN (Layquelén), 1878, capitanejo pampa que conocemos sólo por documentos
militares de la Conquista del Desierto. El 16 de octubre de 1878, el Cnel. Freyre comunicó al Gral
Julio A. Roca que había apresado al cac. Laiquelén con 95 indios de pelea y 253 de chusma junto
con los capitanejos Canolo, Atorey y Calfumor y 80 indios más (Olascoaga I. p. 52, 70, y 99). Ellos
fueron confinados en el Campo de Concentración de Rivadavia en Mendoza. El documento habla
de muchos muertos, sin especificar el número. El encuentro tuvo lugar en Utracán, a 35 Km. De
Guaminí (AEM: 30.10.78) ETIM: Los Difuntos
LALEYUTA, 1612, cac, comechingón de Malarante, San Luis de la encomienda de
Quevedo (Montes p. 71)
LALYUTA, 1694, cac. comechingón de Sauleta, Chilca, Córdoba; encomendado de Ardiles
(Montes p.71)
LALÉN, 1594, cac. mendocino. Tenía su tierra en “Cabaneto”; encomendado de Diego de
Velasco (J. Medina 1901)
LAL HUERQUI (HUERQUE), 1878, cac. huilliche que dependía del cac. Treuquen, en el
Alto Limay. (Olascoaga IV. p. 144) 1878, cuando Namuncurá se vio obligado ante la persecución de
los expedicionarios abandonar la Pampa, éste cacique lo adoptó en su toldería. Esto nos hace pensar
que era pariente. ETIM: Huerque: llama, lai:muerto
LALPE, 1794, cac. pehuenche huilliche que aparece como mensajero de paz durante la
Guerra Pehuenche. El 2 de Mayo de ese año se presentó en el parlamento de doce caciques
pehuenhes en Malalhué. Se presentó como enviado de las cuatro naciones huilliches, para solicitar
la paz con ellos, que eran los pehuenches del Norte. Se le contestó que invitaban a sus caciques
principales: a Caniupayún, Quintrepí, Trecalén y Caripilún, a que viniesen a cuatro meses para
concertar la paz (Arch Mend. Carp. 30 doc 9). El 27 de Noviembre de 1794 volvió el correo
diciendo que el cac. Lalpeán, el cac. ranquel Raihuán y Guayquinao con Roco y Pichintur iban a un
parlamento “Pan Pehuenche” a Los Angeles (ib doc. 13). No tengo más noticias de él.
LAMOVIL o Amoifil, 1847, capitanejo ranquel, sobrino del cac. Pichún. Después del
entierro del cac. Painé que murió en 1844( sic), al que asistieron muchos caciques, vino este
capitanejo a Azul junto con el cac. Huenchugnerr, hermano del finado Painé Gnerr, y pidieron al
Comandante Pedro Rosas y Belgrano 500 yeguas “para obsequiarlas a los visitantes”. Les contestó
el jefe de Azul, que entregaran a sus cautivos y les enrostró, porque habían salido 200 a malonear.
Pero ellos decían que era mentira (Capdevilla: Rosas y Belgrano p.76). NB. Una esposa del cac.
Coliqueo se llamaba Amoifil.
LAMI NAO, 1797, capitanejo pehuenche; asistió al parlamento del 12 de octubre de 1797
(Arch. Mend).
LAMITER, 1575, cac. mendocino (prob. huarpe) que residía en “Símil tara”; encomendado
de Coria Bohórquez (Cabrera: Aborígenes del país Cuyo p. 283)
LAMUÍN O LAMEN, 1806, cac. pampa. En 1806 Luis de la Cruz pasó por su tierra y lo
visitó. (Diario en de Angelis IV p. 223). Creo que es el mismo que en 1835 fue capturado por los
expedicionarios del Sarg. Eugenio del Busto, quien tenía el encargo destruir al cac. Llanquetruz
(7.3.35: la noticia es sacada del Diario de La Tarde con fecha 30.3.35). Allí se dice que Antil era su
hijo.
467
LANCA NAHUEL, 1612, cac. araucano principal de Malleco. Era Toqui general “de una
provincia de la Cordillera nevada”. Aparece en una relación del Padre Valdivia (Gay: Documentos
1876 II. P. 282) ETIM: Lanca = Llanca de Nahuel: tigre
LANCAN(a)O, 1879, capitanejo ranquel que durante la gran persecución de la Conquista
del Desierto fue capturado el 28 de Mayo de ese año, por los expedicionarios del Cnel Anaya en
Ranquelcó. Con él apresaron a 10 soldados y 51 de chusma. Luego escapó con seis. (Olascoaga III
p. 91)
LANDAO, Juan, 1821, caciquillo de la pampa. Creo que provino de la familia del cacique
Lienandu de 1779. Se lo sindicó a éste como auca perteneciente al grupo del cac. Lorenzo
Calpisquis. En la Comandancia de Chascomús, que, como en todas las comandancias de la frontera,
confiscaba las novedades de Tierra Adentro. Se comunicó el 18 de nov. de 1779, que el cac.
Lienandu era “auca”; que su cacique Manquel venía de la Sierra del Volcán, donde había estado con
el cac. Lorenmzo Calpisquis (AGN. IX. 1-5-9) y el 8 de junio del mismo año; que el cac. Landao
venía de 20 leguas al interior para comerciar en esta frontera (AGN IX. 1-4-3).
1820 Juan Landao empezó a ser más noticia. Tenía entonces una particular realción con el
lenguaraz Pablo Pérez. Cuando en 1820, éste fue destacado para buscar colaboración de los pampas
a fin de hostilizar a los raqnqueles, Landao le ofreció 200 indios. No creo que haya tenido en su
tribu tantos guerreros; pensaba quizás que podría conseguirlos entre las demás tribus pampas.
Parece que no se llevaba bien con el cac. principal que era Ancafilú. Cuando el Gobernador de
Buenos Aires, en 1821, atacó a los pampas, en vez de los ranqueles que habían participado en el
asalto de Salto con el chileno Carrera, Landao descubrió a su amigo, el lenguaraz, el plan de tender
al ejército una emboscada. (ver Ancafilú) El Cnel Juan Cornell en su Memoria (Academia Hist.
Nac. 1980 I. p. 104) dice, que Landao había vivido pacíficamente cerca de Camahuída y Kakel
Huincul (Part. de Maipú). Habrá participado también en el parlamento de Miraflores, donde Ramos
Mejía firmara con los caciques en nombre del gobierno de Buenos Aires. No sé qué fin ha tenido;
solo los hijos se nombran en adelante.
LANDAO, Mariano y Miguel, 1832, caciques pampas. En febrero de 1832 participaron con
el Cnel Burgos en la fundación de Azul, pues con él han salido en su convoy desde Chascomús. En
el camino han hecho alguna ratería. Manuel Burgos dice en su informe que iban en caballos que
habían quitado a Guanqué. (Rev. Azul Nº 2 1930).
Había en Azul un capitanejo Manuel Landao que más tarde obtendría un lote en la Villa
Fidelidad, al otro lado del Río Azul, donde viven aún algunos descendientes. El 25 de agosto, en
oportunidad de una fiesta en homenaje al Gobernador Juan M. de Rosas, Manuel Landao hizo
bautizar a tres de sus hijos (Del Valle: Recordando el Pasado 1936 I. 381).
LANGUES, 1584, cac. comechingón de Chichile, Mala Mala, Córdoba; encomendado de
Funes (Montes p. 67)
LAN QUE GNERRI, 1776, cac. pampa de Chaichigua, a un día de Checán. Diego de las
Casas anota en su Censo que este cacique tenía 9 toldos y 20 indios de escolta (De Angelis (De
Angelis IV p. 584) .
LANTÚ, 1873, capitanejo salinero que firmó el gran proyecto de un tratado de paz (AEM
doc .1232)
LANUZ, 1879, capitanejo que se entrgó en enero de ese año a la columna expedicionaria
del Cnel M. Freyre. Fue llevado en calidad de prisionero junto con el capitanejo (Ll) Zanquemán,
19 indios de lanza y 52 de la chusma (Olascoaga 1930 I. 103)
LAPEN, 1873 figura en el gran proyecto de tratado de paz en Salinas Grandes (AEM doc
1232).
LARCA, 1552, cac. comechingón. Vivía en en el departamento (hoy) Chacabuco;
encomendado de Francisco Bravo y más tarde de L. De Guevara. Vivía cerca de los caciques Veca
y Juan. (Verdaguer: História eclesiástica del Cuyo I. p.73). En 1595 le sucedió el cac. Guayacumta,
llamado también Gualliunta (Canals Frau: Un arreglo entre los encomenderos de indios puntanos
del siglo XVI, en AIEA Mendoza V. 1944 p. 251s)
LARCO, 1573, cac. comechingón. Vivía en la jurisdicción de Mendoza; encomendado de
Rodríguez de Quiroga (Colecc. J.T. Medina, Doc. Ined. II. 1959 p. 453 y 463)
468
LARCO NAURE, 1573, cac. comechingón de Nunosacate, Sierra de los Llanos, Córd.;
encomendado de Quevedo (Montes p.70)
LAREÑ, cac ranquel, padre del cac Ramón Cabral; su madre era Rupaical (Depetris, La
Pama (Santa Rosa)
LASE PIUQUE, 1655, cac. araucano chileno. Los españoles le obligaron a guerrear contra
el cac. Piurume; pero él los traicionó, según Alonso de Solorazano y Velasco (Gay: Documentos
1876, II. P. 432)
LAUPI, 1851, cac. pehuenche (picunche) del Neuquén. El 26 de febreo de ese año participó
del parlamento de paz en Mendoza, junto con los caciques Caipé, Rencamil y Pichulán, su
hermano. Purrán era su yerno. El parlamento quiso restablecer la paz turbada por el asesinato del
cac. Guzmané en el Sur de Mendoza en 1846
LEFI GÜEQUE o Levihueque, 1797, capitanejo pehuenche. Su nombre figura en las listas
de varios parlamentos por la paz (durante la Guerra Pehuenche). Los indios de Malalhué combatían
a los de Malbarco (Neuquén). Los documentos mendocinos lo señalan como “capitán amigo”
(Arch. Mend. doc. 19: 21,43 etc)
LEFI HUEQUE, Ignacio, 1797, cac. araucano de Santa Fe (Chile). Después del gran
parlamento fue subvenconado por el estado chileno. 1774 ya era cac. gobernador (T. Guevara,
1910 p.24)
Ver Neculhueque y Ranguil hueque en Chacaicó
LEVI HUEQUE, 1875, cac. araucano, que junto con Millahueque estaba en Salinas
Grandes, cuando llegó allí el R.P. Jorge M. Salvaire (Hux: Una excursión Apostólica del P. Salvaire
a las Salinas Grandes, ed. ECA, Bs.As. 1979)
LEVI LAO, 1851, capitanejo salinero; figura en la lista de caciques y capitnejos que por
orden de Rosas fueron obsequiados en Bahía Blanca. (AGN X. 20-10-4).
LEVI MANQUE, cac. boroga, traficante de haciendas (L.León 1991 p. 90)
LEVI MÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido con los que provocaron el
desastre de Chancay, al Sur de Malalhué, donde traicionaron al exgobernador Corvalán de Mendoza
y su comitiva (ver Neculmán). Todo obedecía a una pugna entre unitarios y federales. El
Gobernador y 26 hombres notables habían sido invitados a un parlamento; los encontraron en
perfecta formación. Pero a una señal, los indios se precipitaron sobre esa comisión y los ultimatron.
A pocos días después, los indios fueron atacados en el Combate de Chilecito, el 28 de junio, donde
fueron heridos los caciques Neculmán y Levimán; mientras que Raygüe fue muerto. (Gaceta
12.8.30 y AGN X. 14-3-1)
LEVI MANQUE, 1827, cac. pehuenche de Ranque (Chile). Ese año acompañó al Cnel.
Beauchef en su expedición a la Argentina en persecución de los bandoleros pincheiristas, él y su
indiada y “el ladino” Juan José (quizás J.J.Levicurá) Y tuvieron éxito en el asalto del Campamento
de los Pincheiras en Neuquén (Memorias Militares del Cnel. Jorge Beauchef , Santiago Ch.p.53 y
257). Por esa actuación no me atrevo a identificar a Levimán de 1830 con Levimanque de 1827.
LEPI NAHUEL, 1765 era cac. principal pampa puelche. Antepán er su hermano. 1766 el
cac. Lepín Nahuel había acudido al Cabildo de Bs. As., ofreciendo reunir parientes y aliados para
atacar a los “tehuelches”. Porque había habido malones contra esos. 1767 Lepinahuel y su hermano
estaban bagualeando en Cabeza del Buey, mientras sus toldos estaban en la zona de Guaminí. A la
vez pedía poder asentar a sus familias junto a la laguna Salada, sobre la banda septentrional del Río
Salado (Levaggi, 1995 p. 112s) En 1768 noticiado de ello, el Comandante de la Guardia de Luján,
José Vagué, estando en Cañuelas, salió a correrlos. Sus soldados volvieron deshechos sin haber
batido a los indio, sólo los ahuyentaron. Pero tuvo también noticia de otros caciques, de
Antepangui, Tranamän y Lencomán y que entre ellos había un lenguaraz chileno (C. Correa Luna:
Villa Luján p.20-22) En el archivo de Luján debe haberse anotado la noticia de que el 19 de Julio de
ese año los indios habían hecho un consejo de guerra. El 21 de diciembre de 1768 los caciques
Lepín y Flamenco solicitaron la paz. Entonces el Comandante Vagué hizo un tratado con los
caciques Lepín Nahuel y Flamenco: ”paz, alianza y cambio de cautivos”. Además prometieron
perseguir a los ranqueles, sus enemigos.(AGN IX 1-6-1 El 19 de Junio de 1769, el cac. Lepín vino a
Luján para informar sobre avances de tehuelches y que el cac. Flamenco se les había unido. Este
entre tanto, se había retirado al Río Colorado, donde los tehuelches se habían atrincherado ante el
ataque del cac. Lincon, a quien habían robado hasta su mujer. En estas circunstancias se podía
planear una expedición a cargo del Maestre de Campo Juan Man. Pinazo. El conocía mucho de la
473
topografía por sus expediciones a las Salinas Grandes. Anticipando las tácticas de Rosas, quiso
aprovechar los antagonismos raciales.
En febrero de 1770, el cacique Lepín pidió un cambio de hábitat por encontrase hostigado
por los “aucas” (Levaggi, 1995, 113) El Gobernador Francisco Bucarelli (1765- 1770,
aprovechando la disponibilidad de los caciques hizo preparar un tratado de paz. El Maestre del
Campo, Manuel de Pinazo acordó ese tratado con 12 caciques en la Laguna de los Huesos, el 20 de
Mayo de 1770 (AGN IX. 1-7-4) ( Grau, en La Nación s. S. 9.3.1943; Levaggi, 1995 p. 114)
Lepinahuel, cabeza principal, fue obligado a retornar a Buenos Aires y entregar a un sobrino de
“rehén”, porque él no tenía hijos propios. Al fin cada cacique debía mandar un rehén.
Recordemos que en todo el Virreinato había una posición ofensiva contra los Indios. El
Gobernador Juan de Vértiz quería una acción combinada en todos los frentes pero los Comandantes
preferían una acción por secciónes: Mendoza (Guerra Pehuenche) – San Luis- Córdoba (Maestre de
Campo José Ant. Baigorrí) – la Pampa y la Prov. de Buenos Aires, La expedición del Maestre
Pinazo del 1º de octubre hasta el 6 de Diciembre desde la avanzada de Palantelén (Part. de Bragado)
hasta el Río Colorado con un equipo de 232 blandengues y 171 vecinos voluntarios, 291 indios de
lanza y 168 de boleadoras, conducidos por los caciques Lepi Nahuel,Tambú Nahuel,Cadú Pangui,
Linco Nahuel, Tranamanque, Alca Luán, Colu Milla, Caullam Antü, Nabal Tripay, Cuhumi Llanca,
Epu Llanca y Quinte Llanca. Les encargó que trajeran también al cac. Rafael Yahatti, sino, trajeran
su cabeza a la Comandancia de Luján. En la nota biográica de cada uno he tratado de escribir algo
sobre la participación en esa expedición.
También en Chile, después de una gran sublevación, hubo grndes parlamentos y tratados de
paz. Se habán gastado enormes sumas para “comprar” la paz y la tanquilidad. Tengo una lista de
261 caciques en el parlamento de Tapihué.
En el Diario de Juan Antonio Hernández tenemos un resumen de las actuaciones. ( Col. de
Angelis 1910 IV p. 547 – 563). También hay cartas de Juan M. Pinazo enviadas al Gobernador (en:
Lehmann Nitsche: el Grupo Het, BA. 1923 y otros investigadores modernos:Levaggi, Crivelli
Montero, Federico Bras Harriott). 291 indios de lanza se integraron en la expedición.
En el avance hasta el Río Colorado no hallaron toldería tehuelche; estos habían huído a
tiempo. El 22 de octubre decidieron regresar. El Tnte Macedo y 30 inmdios de Lepín y Alcalán
fueron encargados a explorar las Sierras de la Ventana (Casuhatti). El 11 de noviembre encontraron
un grupo de teheulches custodiando una yeguada en un corral natural. Los atacaron en la madrugada
del 15 de noviembre; era una madrugada de mucha neblina. Les mataron 102 indios y les sacaron
4000 yeguas (Bernández 122 y 114).
El 27 de noviembre supieron del paradero del cac. Guayquitripay. Si bién él no era
tehuelche, acaudillaba también indios tehuelches. El 28 se les acercaron durante la noche y al
aclarar el día, los rodearon y los sorprendiron. Les mataron 150 indios y los toldos fueron
destruídos (Diario p. 557) Los indios amigos se horrorizaron ante la crueldad de la matanza y
pidieron moderación para que no matasen a sus parientes que Guayquitripay les había apresado en
una maloca.
A más, estas tropas volviendo mataron a los caciques Lepi Nahuel y a Lincon “porque
,-decían los españoles,- eran traidores”.
LEPÍN, (Lepinagüel) 1765, cac. puelche; era hijo del cacique Marcos Goico de la zona del
Diamante (Prov. de Mendoza) Un hermano se llamaba Antepán. Este llegó en agosto de ese año a
Buenos Aires y decía que su hermano Lepín venía con 400 indios a bagualear (malonear anotaron
en Buenos Aires). 1780, el Gobernador de Mendoza José de Amigorena expedicionó contra los
puelches y pampas; los “castigó” con mano dura. También el cac. Lepín fue muerto (Diario en: de
Angelis 1835 Tom. V y 1910 T. V. P. 587 – 594)
LEVIN, 1863, cac. huilliche en Canelo. En el parlamento con Anthony Orelliè de Tounens,
Levín era orador, con dos lenguaraces (Beramondi, J.F.: Orellié Antoine Iº, 1974)
LEVÍN , o Lafín, 1871, capitenjo salinero, cuñado del cac. Juan Calfucurá. 1871 fue
muerto, cuando iba con una comisión de paz a Bahía Blanca (ver Lenguing).
LEPÍN, 1827, cac. huilliche que actuó en Chile, en la Guerra a Muerte en el bando realista y
luego en combinación con José Antonio Pincheira, J. Zúñiga y alguna tropa de los caciques
474
Cañiuquir y M. Rondeao los acmpañron en Mendoza. Los Pincheira vinieron en 1827 de Chile a
invadir las fonteras de Mendoza, San Luis, Córdoba y Buenos Aires. Luego no figura más hasta el
año 1837, en que se adhirió a la coalición de Calfucurá, cuando él cayó en un malón del 14 de
agosto sobre Bahía Blanca. (Creo que la documentación que he consultado no es clara)
LEVÍN, 1880, cac. picunche al Norte del Arroyo Cochicó, sobre la falda de Sierra Cochicó.
LEFINAO, capitanejo boroga, casado con una hermana del cac. Ignacio Coliqueo. En
1861, el cac. Pincén se separó de Coliqueo, cuando los Coliqueo vinieron desde las tierras
ranquelinas a la Provincia de Buenos Aires. En 1874, Lefinao, pertenecía aún al cac. Pincén, cuando
fue apresado en Junín. Allí se habían presentado varias comisiones de paz y fueron apresados y
llevados a Martín García. No sólo Pincén, sino también los Coliqueo pidieron por su libertad.
Namuncurá envió una carta con fecha de 4 de sept. de 1874 al Comandante Ataliva Roca en Junín y
el cac. Justo Coliqueo, quien se decía sobrino de Lefinao, envió su solicitud por su liberación al
mismo Gobierno Nacional, el 2 de Junio de 1875 (AEM 2.6.75) En adelante quedó con su familia
en la Tribu de Coliqueo
LEFI NAHUEL, 1870, capitanejo del cac. Cipriano Catriel ( sin otro dato)
LEVI NIRRE o Lefi gnerr, 1797, cac. pehuenche que vivía en Dumn. Participó de la Guerra
Pehuenche, operando en el grupo de los indios amigos de Malalhué. Así figura, por ejemplo, en el
parte del malón (de la expedición) del 8 de diciembre de 1879 que estos llevaron en revancha de la
ofensa recibida contra los indios del cac. Rayguán de Barbarco, ya finado. En la misma oportunidad
llevaron también un ataque contra la toldería del cac. Calfuqueo de Antuco, quien se defendió,
asociándose a los caciques Mariqueo y Buchapang (Vuta Pangui) (Arch. Mend. doc. 37: 1797).
En 1806 lo conoció el viajero chileno Luis de la Cruz. En su Diario asentó muchas noticias
sobre los pehuenches del occidente y del oriente de la Cordillera. El 1º de Abril de ese año reunió en
un parlamento un buen número de sus caciques; allí estuvo también Levinirre (De Angelis I. 126)
Mucho más tarde, en 1846 creo encontrar de nuevo noticias de él en la documentación del
sumario y proceso que se hizo, a raíz del asesinato del cac. gobernador Guzmané de los pehuenches
al sur de Mendoza. El mismo gobernador de la provincia se puso en campaña. El 11 de octubre de
1846 convocó a los jefes pehuenches al Fuerte San Carlos para un parlamento. En su diario figura
pues el nombre de Lefñir y Nefñir. ETIMOL: Nirre (gnerr) zorro y lef: ligero
LEVI NIRRE, según G.Terrera (ed. Plus Ultra 1974) existió otro “Lefignerr”, cac. ranquel
de gran sabiduría y poder entre las familias de la nación ranquelina. Ese cac. era ya totalmente
ciego; vivía alrededor de 1730 a 1760. No conozco la fuente de información.
LEVI PÁN, o Libypán, 1796, capitanejo pehuenche de la tribu de Buta Colemilla; era
cuñado del mismo. En la Guerra Pehuenche estaba del lado de los “indios amigos” de Malalhué. Su
nombre figura en varias listas de parlamentos : el 29 de enero de 1796, 1º de marzo (Arch. Mend.
Doc 18 y 20) Este fue el año más dramático en esa guerra. Levipán actuó en la expedición contra la
tribu de Rayguán. Después del encuentro acompañó a un cac. huilliche ciego hasta su toldería, lo
que demuestra sentimientos humanitarios de compasión. Un año más tarde, el gobernador José de
Amigorena escribió al Virrey Sobremonte que, en consecuencia de un parlamento, el capitán
Levipán, “nuevo en esta frontera” tuvo que ir a los ranqueles que el gobernador no les mandaba
gente para que se maten entre ranqueles.
También estuvo en el parlamento final de la Guerra Pehuenche, el 31 de Mayo de 1798.
Entonces es llamado cacique Levipán. En esa reunión de caciques, el gobernador Amigorena
depuso al cacique gobrnador Millagüín, humillando una vez más a los pehuenches, que tanto lo
habían secundado en la guerra (Arch. Mend. Doc. 43)
LEVI PÁN, alias López, n.1850 en Chile. Llegó ser capitanejo de la tribu de Coliqueo
(boroga), En el libro de bautismos de Nueve de Julio Nº 23 foj. 162 se asienta el matrimonio
cristiano Indica que se casó con Jacinta y que su hija se llamaba Andrea López. Que era de sangre
noble se concluye que esa Andrea López ( o Levipán) se hizo esposa del cac. Justo Coliqueo (1838
– 1876 ) y tuvieron 3 hijos: Benito Coliqueo (1866- ), Antonio Coliqueo (1875 – 1875) y Justo
Felipe Coliqueo. Al fallecer Justo Coliqueo en 1876, su hermano el cac. Simón Coliqueo tomo a
Andrea López consigo, según la costumbre de ellos (levirato) y de ellos nacieron Honoria Coliqueo,
Fermina Coliqueo y Julio López Coliqueo. Hay otros parientes en la población de la Tribu de
475
Coliqueo; por ej. Mariano Levipán, nac. 1857 casado con Agustina Amuillán y hay descendientes.
Una hermana se llamaba Catalina Lópz . Era una familia muy apreciada.
LEVI PÍ o Levipe, Juan Manuel, l816 – 1881, era otro capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo. Primero era capitanejo entre los ranqueles. En Junio de 1857, el Cnel. Manuel Baigorria
escribió al cac. Calfucurá que Manuel Levipí y el cac. Llanquetruz se hacían amigos de Buenos
Aires; pero que él quedaba firme con el Presidente Urquiza. Juan M. Levipé había nacido en Chile.
y murió en Los Toldos (Prov. Bs.Aires ). Estaba casado con Carmen Cañiuquir (boroga), que depués
del asalto de Masallé en 1834 vivía en las inmediaciones del Fuerte de 25 de Mayo. Desde 1869
figura en la lista de capitanejos u oficiales con goce de sueldos del cac. Ignacio Coliqueo. Su hijo
Esteban le siguió en el cargo, cuando en 1881 falleció su padre. Estaban Levipí nació en 1860 y
murió en 1905 .
Se casó con María Sabina Pacheco. Y con Rosa Coronado; María Levipí se casó con
Eustaquio Carranza; Juana Levipí, con Damián Coliqueo; Carmen Levipí con Felipe Colín; y Juan...
LEVIPÍ, Esteban (1860 – 1905), capitanejo de la Tribu de Coliqueo en Los Toldos. Estaba
casado con Rosa Coronado nac. 1858. Su hija María se casó con Eustaquio Carranza , paisano muy
respetado que yo también conocí y cuya fotografía poseo. Juana Levipí se casó con Damián
Coliqueo; era hija de la segunda esposa María Sabina Pacheco. Carmen Colipí se casó con Felipe
Colín y Juan Levipí…etc
LEVI PÍ, 1861, capitanejo de la tribu de Calfucurá en Salinas Grandes. El 26 de Abril de
ese año, Calfucurá en una carta dirigida al Gral. Bartolomé Mitre, le decía que el Cnel. Rivas había
tomado a Levipí como amigo. El cacique estaba aún comprometido con el Gral Justo José de
Urquiza y la Confederación.. Levipí fue mensajero de Calfucurá en muchas gestiones, lo que
insinúa saber que conocía el idioma castellano. La misión quizás la más difícil, era la que empeñó
en oportunidad que el hijo mayor de Calfucurá J. Millaqueo no regresó de su comisión en Bahía
Blanca, después de haber firmado un tratado de paz. No sabían si estaba preso o si estaba muerto.
Había sido muerto en forma misteriosa, lo que traería consecuencias graves.
ETIMOL: Levi : ligero y Pi: prob. P(angu)i.
LEVI ÑAMCÚ o Lebyñam, 1787, cac. pehuenche que figura en la lista de los súbditos del
cac. Roco de de la zona del Diamante (Mendoza)
LEVI ÑANCÚ, Manuel, 1863, capitnejo huilliche, hijo del cac. Antonio Namuncurá Es
entonces hermano del cac. Bernardo Namuncurá y como éste, estuvo en Salinas Grandes al servicio
del cac. Calfucurá y de su sucesor Manuel Namuncurá. En Chile había recibido una buena
formación, igual como su hermano. 1863 llegó a ese nuevo destino. Así lo dice Namuncurá en una
carta del 3 de junio de 1863 dirigida al Sr. Arzobispo Aneiros de Buenos Aires, encomendando al
portador (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros a favor de los indios p. 196)
LEVI QUEO, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista de Donati) Hay
en la misma documentación un Leviqueo, perteneciente a Baigorrita.
LEVI TAN (Creo que debería escribirse Levipán) 1897, cac. de una tribu del Neuquén
(Raone: Fortines p. 49 de 1980)
LEVIÚ, 1860, cac araucano chileno quien se adhirió al aventurero francés Antoine Orelliè
que llegó a proclamarse “Rey de la Araucanía y de la Patagonia”
LEVI HUAN, (Leviuan), 1707, cac. pehuenche – huilliche que tenía su toldería cerca de
Rucachoroy (Neuquen) Fue hermano y sucesor del cac. Collihuala
LEPIÁN, 1776, cac. pehuenche ya anciano que vivía en Trenel (La Pampa). Tenía 10 toldos
y 20 soldados de escolta (Puede ser que sea el mismo nombrado arriba)
LEGER MILLA, 1820, cac. boroga, hermano del cac. Venancio Coñuepán, a quien
dedicamos arriba varias páginas. Con él compartió los años dramáticos de la Guerra a Muerte en
Chile y después vino a la Argentina. También él entró en contacto con el Gobierno de Buenos Aires.
El 21 de noiembre de 1831 Rosas le halagó con regalos, porque necesitaba a sus indios para la
Campaña del Desierto. Pero pocos años después, él, su hermano y gran parte de los indios de Colicó
cayeron bajo la espada exterminadora de los emisarios de Rosas en 1836 (ver Coñuepán)
LEGI PILÚN, 1700 – 1730, cac. pehuenche del Sur de Mendoza, según G.H. Terrera :
Caciques y Capitanejos.
476
LEIBÓN, 1870, capitanejo ranquel del cac. Ramón Cabral . Durnte la gran persecución de
los ranqueles en 1878/79, Leibón se presentó en Trenque Lauquen con 50 indios, incluso familias.
Decía que deseaba ir con el cac. Ramón a la Reducción de Nuevo Sarmiento; que lo llamaran al
cacique para comprobar la,verdad. No sabía que todos los ranqueles habían “caído bajo la rueda
aplastante de la Conquista “ Olascoaga IV p. 52)
LEI ÑÁN, 1797, capitanejo pehuenche quien intervino en la Guerra Pehuenche con el grupo
de los indios amigos de Malalhué. En abril de 1796 fue el encargado de transmitir al gobierno de
Mendoza la mala noticia del cac. Rayguán y los sureños contra los peheuches del Norte (Arch.
Mend. doc. 21)
LEJEB, 1783, cac. auca considerado por el cac. Chulilaquín como uno de sus adversarios
(Diario de B, Villarino (de Angelis V, 1910 p. 580)
LELI DEO, 1840, capitanejo ranquel del cac. Painé de Leuvucó (H.G. Terrera)
LEMÁN, 1814 , cac. pehuenche de Mendoza. El 20 de marzo de 1815 se presentó en Luján
acompañado de su hijo. Vino lesionado y se quejó de que la 2ª División de la Infantería, que
marchaba al Alto Perú, había asaltado a él y a sus compañeros que habían venido al pueblo de
Pergamino. Decía que en la noche anterior su hijo había perdido un ojo por su brutalidad. Meses
más tarde se le dio una “gratificación” por aquel insulto. (AGN VII Biedma 10-4-13)
LEMOR, 1879, cac. ranquel que durante la gran persecución de los ranqueles en 1878,
huyó como todos los paisanos. En enero de 1879 estuvo con un grupo de los indios de Pincén y de
Baigorrita,cuando, cuando un piquete del Mayor Monteagudo a las órdenes del Mayor Benjamín
Herrera llegó a atacarlos a orillas de la laguna Remecó. Fue un violento ataque , y mtaron a 27
indios, según el parte, y apresaron a 41 indios de lanza y 153 de la chusma. Entre los muertos estaba
el cac. Lemor y el capitnejo Echagnerr (Memoria del Min. De Guerra y Marina 1879 p. 2125 y 579)
LEMPÍ o Lienpí, 1821, cac. araucano de Lumaco (Chile) , intervino en la Guerra a Muerte
a favor de los Patriotas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 455.)
LEMU DEN, 1787, capitanejo de la tribu de Roco (puelche) en la zona del Diamante (San
Rafael) Arch. Mend. doc. 37)
LEMU NAHUEL, Juan, 1751 cac. araucano de Antuco. Allí lo visitó el Padre Bern.
Haevstadt (Diario de su viaje a los indios pehuenches)
LEMU NAHUEL o Lemunal, 1813 cac. pehuenche del sur de Mendoza Ese año se presentó
en el Fuerte San Carlos, junto con la cacica María Josefina, viuda del cac. Roco, y el capitán
Ñeicuñán. Venían a pedir perdón y clemencia de los caciques e indios enemigos. El R.P. Francisco
Inalicán, a la sazón cura del pueblo de San Rafael, dirigió entonces una nota extensa al Tnte
Gobernador de Mendoza, apoyando esa solicitud altruista a favor de los rebeldes arrepentidos .
(Marco del Pont, Raúl, Historiadle Sur Mendocino, San Rafael 1948 p. 141). Figura también en la
lista de los presentes en el parlamento del 23 de Octubre de 1814 pedido por el Gral. San Martín. El
gobernador de los pehuenches mendocinos era el cac. Ñeycuñán. ETIMOL. Tigre del bosque.
LEMUNAO o Limonar, 1847. Cac. pehuenche chileno de Colicó. Decía que era sobrino
del cac. Calfucurá “El Gordo” de Colicó. (Rob. Lenz, Estudios araucanoos, Santiago Ch. 1910).
1847 se documentó su presencia en la Argentina, pues el 19 de agosto de ese año, los caciques Painé
y Pichún avisaron que sabían que los caciques Lemunao y Chicagual habían venido con 800 indios
a Salinas Grandes y que otros 1000 venían a Leubucó (La Pampa). Necesitaban sustento para tanta
gente que habían estado también presentes en el entierro del cac. Painé (m.1844). Como habían
entrado en tratado de paz, no querían que ellos fueran a malonear, como probablemente había sido
su intención. Así pidieron al Comandante Pedro Rosas y Belgrano en Azul que les regale yeguas.
Efectivamente se les correspondió, pues, el 27 de noviembre este Comandante dio cuenta a Juan M.
De Rosas “..que al cac. Lemunao habían entragado en Azul 300 vacas. El cac. Lemunao tenía 1000
indios”. Por el año 1853, según el P. Lothar Witt (“Von Häuptlingen und Zauberern”, trad. De
caciques y machis ,1963 p. 64) este cacique asaltó y saqueó la misión de Tolten. También sabemos
que ha recibido en su toldería al famoso aventuraro francés Antoine Orelliè, quien se atribuía a si
mismo el título de ser el Rey de la Araucanía y de la Patagonia (D.J. Galtoire: Quién fue el Rey de
la Patagonia, Bs. As. 1972 p.101) Cuando su primer intento fracasara, volvió en 1868. El cac.
477
Lemunao fue a la Argentina, a San Antonio, a esperarlo, pues venía de Bahía Blanca, y lo acompañó
hasta Chile.
Ese mismo año, Lemunao entró en gestiones de tratado de paz con el Comandante de
Carmen de Patagones. El tratado sería como el permiso de inmigración y el pedido de protección. El
25 de Agosto de ese año lo mandaron a Choele Choel (AEM 25.8.68) Y el 13 de octubre de 1869
Limonao y Santiago Albarracín, comisionmado del Gobierno Nacional, firmaron un tratado de paz,
el que fue aprobado por el Presidente Domingo F. Sarmiento y su Ministro de Gainza. El
documento fue publicado en las Memorias del Miniterio de Guerra 1870 p. 291 – 294. Los
documentos originales se hallan en el Archivo del Estado Mayor, doc. 5686, y su proyecto de 1869 :
doc. 997 y doc. 5402). Actuaron en el cometido dos hijos de Lemunado: Huenichal (o Huayhual) y
Mariano Ruiz. Ellos viajaron a Buenos Aires, donde se declararon súbditos argentinos y solicitaron
maestros y sacerdotes para su gente. Trabajarían la tierra de Choele Choel y servirían como Guardia
Nacional; por eso tendrían sueldos. Si en ártículo 2º dicen, que no reconocen a otro cacique , ni a
Calfucurá, ni a Reuquecurá (que eran sus parientes), los miltares por esas actitudes intentaron
contrarestar el poder de los salineros y cerrar el camino del “escandaloso comercio de vacas con
Chile”. Calfucurá lo entendió todo bien. El viajero inglés Ch. Musters, quien en Mayo de 1870 llegó
a visitar los chilenos recién inmigrados, menciona el proyecto de colonizar la Isla. Dice que ellos
importaron pobladores de Valdivia acostumbrados a labrar la tierra al otro lado de la Cordillera.
Buscaban, empero sus provisiones y herramientos en Carmen de Patagones (Musters: Vida entre los
Patagones ed. 1964, p. 386/ s.) Oro decía a Quiroga, el 25 de agosto de 1869, -hablando de este
cacique y de sus proyectos: “Son parisienses en comparación con los pampas. Manda a sus hijos a
Buenos Aires (Arch. Mus. Hist. Nac. doc. 4295) (similar era Coliqueo)
El 13 de junio de 1870, el cac. Lemunao hizo bautizar a uno de sus hijos en Carmen de
Patagones y le puso el nombre de Antonio Lemunao (quizás en homenje a Antoine Orielliè) El acta
de bautismo dice que es hijo del cacique Lemunao y de Catalina Huenulef. Otros hijos han nacido
en Colicó (Chile). Se dice que Antonito había nacido en Cheuqueiliyeo. Todavía hoy se encuentra el
apellido Limonar o Lemunao en la reserva neuquina de Chiquiluhuín, Departamento Huilliches.
Pero, sí hay un pero, el cacique Lemunao no disfrutó por mucho tiempo los beneficios del
tratado de paz. El Cnel. Julián Murga invadió la isla por orden superoior, lo que sucitó una protesta
formal y tan fuerte que el Presidente Sarmiento tuvo que mandar el retiro de las tropas (Ver
Calfucurá : Nueva ocupación de Choele Choel)
1872 ya no figura Lemunao en las cuentas de los proveedores y es probable que haya vuelto
a su país allende de los Andes. ETIMOL: Nao: tigre del bosque: Lemu.
LEMUNAO o Limonar, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas a quien enviaron
ante el Cnel. Lucio V. Mansilla a Río Cuarto para preparar el tratado de paz con el gobierno
nacional.( 5.2. 1870). Mansilla y los Padres Franciscanos de Río Cuarto lo concretaron un poco más
tarde, como diremos al tratar la vida del cac. Mariano Rosas. En agosto de 1874, Limonar se integró
a la Reducción de Río IVº junto con el capitanejo Morales y 40 indios suyos que pronto se habían
multiplicado. (Arch del Convento de los Franciscanos en Río IVº doc. 479, ahora publicado por ese
Archivo: “Cartas del Desierto”, 1998) 1876, el Misionero en una comunicación al gobierno da
cuenta de su laboriosidad, de sus sembrados y decía que hacían transacciones bancarias (Arch. Río
IVº doc. 490 y 676)
LEMUN CÓ, 1846, capitanejo pampa del cac. Quentriel. (AGN X. 42-5-7: Carpeta Indios)
LEMUNIER (Lemugnerr), 1766 – 1877, capitanejo ranquel. Ignacio Lemugner era casado
con Inaillán Soria, alias Ñamigur. Su hijo era el capitanejo Huener (alias Soria) 1806 – 1877. Este
se incorporó a la tribu de Ignacio Coliqueo y llegó a radicarse con él en Los Toldos (Bs.As.), donde
dejó una numerosa descendencia, cuyo árbol genelógico he elaborado. (Véase la nota de Huener).
Lemunier (-llamándolo como lo llaman los documentos que vamos a nombrar-) figura en
1873 en el documento del proyecto del tratado de paz que se firmó en Salinas Grandes el día de la
muerte del cac. Juan Calfucurá (AEM. doc. 1232). Lemunier no ha ido a Los Toldos, sino quedó en
tierra ranquelina, donde era capitanejo. También él y su gente cayeron bajo la violencia de la
Conquista del Desierto. Atacados en sus toldos, en 1878, huyeron con el cacique Epugner y con
Baigorrita. “Lemur” fue atacado nuevamente en enero de 1879 por el Tnte Cnel. Benito Herrero en
478
Remecó (Dep.. Guatraché La Pampa), donde apresaron una parte de su gente. Lemunier fue
perseguido nuevamente por la División Vª que había salido de Trenque Lauquen. El 22 de Mayo fue
apresado, después que les había escapado cuatro veces e incluso les había quitado algunos caballos.
Esto ocurrió en Curru Pichi Nahuel. El parte militar dice simplemente que luego murió y lo mismo
un hijo suyo, y que entre los prisioneros había 27 indios de lanza y 7 mujeres (Olascoaga 1940 II. P.
183s). Vuletín, Alberto en su libro “La Pampa” ed. EUDEBA 1972 p.75 afirma que el combate
había tenido lugar a cinco leguas al oeste de Limacó hué.
LENGUING, 1871, capitanejo salinero, hijo de Calfucurá. Éste escribió en una carta del 15
de febrero de ese año: “Mando a mis hijos Namuncurá, Catricura y Lenguing (AEM 15.2.71)
LENTACAY, 1596, capitanejo comechingón, entonces vecino de San Luis en Nartec. Estaba
subordinado al cacique Uatonta, en la encomienda de Francisco Martínez (Arch Mend. 30.9.1596)
LEPICHO HUAN, 1553, cac. araucano de Chile. Formaba entonces con los caciques
Turigaina y Navalguinmo el Lebo de Lucone (Merced dada por Pedro de Valdivia en Concepción
1.7.1553)
LEOFÚ, Pablo, 1873, capitanejo boroga del cac. Vicente Pincén, pues firmó en el tratado de
paz de éste (AEM. doc 1209)
LEÓN, Pablo o Pangui o Antepangui 1761, cac. puelche que con el cac. Calelián había
estado en Manantiales de Calelián (lugar hoy del Partido de Alberti, Prov. Bs.As.) En una excursión
de caza les siguieron el rastro hasta Cruz de Guerra (AGN IX. 1-4-2: San José de Luján: 1.4. 1761)
En un movimiento similar los indios de Guaminí, Lepín y Antepán con 300 indios, llegaron hasta
Cabeza de Buey. Los españoles no los pelearon. Averiguaron que el cac. León estaba con el cac
Tranamán, y 100 puelches estaban con el indio Almada; el grueso en Guaminí (Correa Luna C.:
Villa Luján en el siglo XVIII, 1916 B.A.) León es traducción de Pangui.
LEÓN ANCAFILÚ 1821, cac. araucano chileno de Maquegua, implicado en la Guerra a
Muerte.
LEPEM, capitán araucano “indio del poniente”, es decir chileno, 1833 estuvo en la toldería
del cac. Rumiante y en un parlmento con Cachua (Biblioteca Nacional: Papeles de Rosas T.IV S.VI
(cambió a X) leg. 838, doc. 18143/44) Se le invitó a buscar a los suyos.
LEPI es LEVI o LEFI
LEPILAR o Lepil, 1826, cac. pehuenche que participó en el parlamento de paz sobre el
Arroyo de Epecuén con 37 caciques; la mayor parte eran borogas. (AGN . Sala X, 27-7-6) Lepil con
32 caciques estuvo en el parlamento de Tandil (ver Chocorí). En Agosto de 1830 su capitanejo
479
Huequil y su lenguaraz Domingo pidieron auxilio y protección en el Fuete Argentino (Bahía
Blanca). En 1833, antes que Rosas partiera a la Campaña del Desierto, los caciques Lepil,
Payllarén, Painer y Upañán con 200 indios hicieron un malón sobre la zona del Bolcán (Sierra de
Tandil) y pensaban, según se tomó declaración, combinarse con otras tribus del Sur a avanzar con
una gran invasión antes que Rosas hiciera su entrada (AGN S.X. 27-5-5: 22.1. 1833)
Las tropas de Bahía Blanca, al mando del Cnel. Narciso del Valle, siguieron su rastro y los
batieron en Salinas Chicas. Fue un combate sangriento. Mataron a 40. Hay un relato de 20 páginas
sobre la “gloriosa jornada”, donde se dice que el cacique Lepil había quedado prisionero entre los
cadáveres. Se le impugnaba de haber tenido la intención de atacar “las tribus amigos borogas de
Cañiuquir; seguramente se decía esto para confundir y comprometer a éstos. No sé si Lepín se les
escapó del campo de la batalla; lo cierto es que un cacique Lepil estuvo en un gran malón “de
revancha” contra Bahía Blanca, el 14 de agosto de 1837. Lepil acompañó entonces a los caciques J.
Calfucurá, M. Namuncurá, Quilapán y Chocorí (AGN X. 12-4-7)
LEPI MÁN, 1758, cac. pehuenche. En el Diario del Obispo de Concepción Fay Pedro
Angel Espiñeira (ed. por Jorge Pintos en Temuco, 1988 p.233- 249) se dice que el cac. Lepimán
estaba contento de su visita. (En la Tribu de Coliqueo figura en varias familias este apellido; pero no
de capitanejo ni cacique) . Dña Sara Lepimán de Pilquil fue la que revitalizó en la Tribu de
Coliqueo la artesanía de tejedora.
Cacique gobernador Coñuexan (Coñuepán) con 4.000 indios, en Mallo Leubú, Arroyo Las
Tunas (Part. Cnel. Suárez).
1. Aucallán (Aucal) en Tromé Lauquen (Puán)
2. Epumer. en Ingu Lauquen
3. Colitropel. en Iapaló (¿ )Italó?)
4. Caloetiz, en Curamalal (Part. Saavedra)
5. Lincón, en Mula Manquín
Otro contingente de 1.400 indios adictos a Carrera atacaron, el 13 de Diciembre del mismo
año, la zona de Melincué. Los persiguió el general Estanislao López de Santa Fe, pero sin éxito. En
cambio, el comandante de la Frontera Norte de la provincia de Buenos Aires, el general Cornelio
Saavedra. trató de recuperar la voluntad de los ranqueles, ofreciéndoles una amnistía y un nuevo
tratado de paz. El anterior había sido sellado en 1819. Sí, éste fue firmado el 30 de Enero de 1821
en el campo del cacique Lienán.
TRATADO DE PAZ
En 1823, el Cnel. Lantaño los buscó en Antuco y Epulauquén y no los pudo encontrar. En
Abril del mismo año, aparecieron ante las puertas de Linares (Chile), donde fueron batidos. Antonio
Pincheira halló allí su muerte. El jefe sucesor fue su hermano Santos, pero poco después se ahogó
en un río de la Cordillera. Pablo Pincheira, el más feroz, tomó entonces el mando de los
guerrilleros. Se hizo llamar “Cacique Pablo”. Este contaba con la colaboración de los caciques
Neculmán, Coleto y Trequemán. En otra batalla de Longaví, en diciembre de 1823 mató al
Comandante chileno.
Desde entonces, en Chile se iba aquietando la Guerra a Muerte. y los Pincheiras y secuaces
del lado argentino, trajeron La Guerra a Muerte a estos lados. El 1º de Septiembre, los Pincheiras
malonearon en Salto y Rojas, con 400 indios y 35 del guerrillero chileno (31.6.1826). Rauch fue
atacado, pero rechazó la indiada. El coronel napoleónico batió en el Arroyo Dulce a los chilenos que
huyeron despavoridos. Otro grupo fue acuchillado; 300 muertos quedaron tendidos. (La Gaceta del
6 de Septiembre de 1826 y el parte en AGN . S.X del 31 de Agosto de 1826. A los diez días, más
de 500 de ellos atacaron Los Toldos Viejos (Dolores), el 11 de Septiembre de 1826 (A. G.N. Sala
X 14 – 3 – 1, 11 páginas). Fue una desastrosa destrucción; mataron a 100 coraceros, acantonados
allí, sólo 56 se salvaron.. También tenemos noticias sobre una invasión de indios y cristianos bajo
483
la orden del “Teniente del Rey” Morón. Este y un tal Galán se acercaron a la población
exhortándola que se rindiese en Ranchos. Los cristianos entraron en un guadal y los chilenos los
atacaron en cinco trozos (Dorcas, 1939, Nuestra Señora de los Dolores, pág. 32).
Entonces, El Coronel F. Rauch acudió con toda su tropa al Sur e inició una expedición tras
otra, enganchando y asociando a unos 900 indios tehuelches antagónicos a los chilenos. A esos
chilenos pasados a la Argentina quiso atacar en primer lugar. Los Pincheiras entre tanto habían
atacado en otra zona; “El Coronel Pincheira (Pablo) batió al cacique Lepil. También la toldería del
(verdadero) cacique Pablo fue atacada dos veces, la primera vez el 28 de Noviembre de 1826 y la
segunda vez, en Epecuén, el 3 de Enero de 1827. Los corrieron más de 100 leguas y mataron unos
100 en la persecución e hicieron 400 prisioneros, los otros se dispersaron. Los partes de Rauch del
26 de Diciembre de 1826 fueron publicados en El Mensajero Argentino, el 10 de Enero de 1827
(AGN. S.X. 14-3-1 y 14-6-1). F. Rauch obró según la orden recibida el 13 de Octubre de 1826
(AEM doc. !3) que lo instruía a que marchara a destruir a los indios chilenos; que hiciera lo mismo
con los ranqueles y especialmente con el cacique Pablo. Hecho esto, procediese a hacer lo mismo
con los indios amigos (sic!). Las cuatro campañas del coronel F. Rauch fueron crueles y de
exterminio. Premiaba a los indios enganchados con las haciendas sustraídas o con prisioneros
traídos de la expedición. El tuvo que pagar su actividad exterminadora con su vida que los indios le
quitaron en la batalla de las Vizcacheras.
Al fin del año 1827, llegó el General chileno Borgoño con un notable ejército de 1157
hombres al Este de la Cordillera. Los formó en tres cuerpos, uno al mando del Cnel. J. Beauchef;
otro al mando del Comandante Manuel Bulnes y el tercero al del Tnte. Cnel. V. Carrero.
Internáronse por el “Descabezado de Maule”. Corrieron a los José y Pablo Pincheiras, hacindoles
algunas bajas y les quitaron 300 cautivos (ver Yaben, Biografías militares, vol I. pág. 502). Les
hicieron un vacío y se salvaron y seguían residiendo en su “Fuerte”. Otros, canzados de la
guerrilla,.dice T.Guevara, los abandonaron.Más éxito tuvo la tropa bajo las órdenes del Comandante
Manuel Bulnes. Como venía mal tiempo, les ofrecieron un indulto, que rechazaron escribiendo al
General Borgoño en un papel sucio palabras necias, con fecha del 10 de Febrero de 1828 y en
Mayo de 1828 el Gral. Borgoño daba por terminada su expedición y regresó.Los Pincheirinos
resistían hasta 1832 en que el Gral. M.Bulnes les asestó el golpe mortal..
Anteriormente en 1824, el cacique Melipán con el Tnte. Montero había entrado a la pampa
con 1000 indios patriotas y un piquete de 70 coraceros, con la orden de expedicionar contra los
realistas en la llanura pampeana. Tuvo encuentros con los pincheeirinos (realistas) en Salinas
grandes y en Bucal (el 8 de Julio de 1827), mientras su hijo Don Venancio Coñuepán colaboraba
con un equipo de sus compatriotas en la instalación del Fuerte Argentino en Bahía Blanca, tuvo
lugar otra batalla más importante. El cacique Luis Melipán de Trapa Trapa fue muerto en la
primera semana de Abril de 1827 sobre el río Colorado. Los sobrevivientes clamaban por venganza.
Después del duelo por el cacique patriota, partieron ( el 16.4) sus indios, auxiliados por un piquete
de las fuerzas del Cnel. Estomba y el Tnte. Morel . Eran 450 hombres en total. Marcharon con
rumbo a Mamuel Mapú (La Pampa) y lograron destruir un campamento de sus enemigos, el 15 de
Mayo de 1828 en el Chadileufú (río Salado). Los Pincheirinos reaccionaron y atacaron hasta la
guarnición misma de Bahía Blanca, el 25 de Agosto de 1828. La expedición de Morel, trajo unos
dos mil indios y los asentaron con el cacique Venancio Coñuepán en el Napostá.Esto se halla
documentado en Hux, Caciques Borogas y Araucanos, pág. 141 ss, ed. Marymar Bs.As.1992 y ed.
El Elefante Blanco 2004).
En Octubre de 1828, Los pincheirinos hicieron malón en la zona de la Laguna Blanca, donde
Rosas estaba edificando otro Fuerte de la Frontera adelantada.
En ese tiempo, el Gobierno de Mendoza (unitario) entró en buenas relaciones con elllos y
los Videla de San Luis ganaron a los ranqueles para que apoyaran la causa unitaria. En Mendoza el
gobernador Juan R. Corvalán había sido derrocado y tuvo que ir hacia Malargüé con sus tropas, al
parecer para buscar ayuda de los indios de Neculmán y se lo prometiron y lo invitaron a un
parlamento. (Creo que el mejor relato sobre la tragedia de Chacay, 11.6.30 escribió Mnsr. José
Aníbal Verdaguer en su “Historia Eclesiástica del Cuyo”, ed Milán 1931/32 , volumen II p. 60 y ss.
484
Hago un resumen.) El exgobernador Jn.Corvalán con 32 acompañantes de importancia en Mendoza
iban al encuentro del Cacique Neculmán; eran el Dr. Maza, Gatica, Hilarnes y José Ma. Lima.
Viendo los indios que no les habían traído lo prometido, empezaron a robarles y desaparecieron.
Quedó sólo Neculmán con su escolta, que se acercaba hacia el gobernador depuesto y su comitiva.
Cuando Neculmán se venía, adelantó un peón llamado José M. Lima, que debía dar a los
“visitantes” falsas noticias que parecían verosímiles. Solicitaron que el Cnel. Pincheira iniciase un
tratado de paz con Mendoza, presentándose como mediadores. Por las nuevas instancias por los
caciques para que pasasen a su campo, se adelantó Corvalán, su comitiva y algunos oficiales. Allí
encontraron a los indios formados en batalla. Inmediatamente invitaron a uno que contase el
número de indios; habiendo empezado a verificarlo, luego que llegó a la mitad de la línea, se
corrieron los indios por los flancos y formaron un círculo, encerrando en él a la comitiva. De pronto
el cacique Coleto dio la señal de cargar y el primer bolazo mortal recibió D. Felipe Videla y
consecutivamente fueron asesinados, Dn. Juan Corvalán, Dn. Gabino García, el Dr. Jn. Agustín
Maza, Dn. Juan Francisco Gutierrez, el Cnel. Rosas, Dn. Gregorio Soto, Dn. José Hilarines y veinte
o treinta individuos de tropa. Luego los indios ensillaron a gran prisa y marcharon a unirse a los
suyos para nuevas fechorías de los pincheirinos y unitarios.
LEPUIL, 1832, capitanejo boroga, quien emigró de Chile durante la Guerra a Muerte. El 9
de agosto de 1832 fue atacado y herido en un combate sobre el Arroyo de Pelicura en la Sierra de la
Ventana. El Cnel. Delgado, que tuvo conocimiento de su presencia en la tribu de Quiñigual, por
orden de Rosas fue a atacarlos con 400 borogas de Guaminí. El combate duró desde las once hasta
las cuatro de la tarde (AGN S.X. 27-7-6 6 foj.) (Ver Quiñigual)
LEPULAF ver Epulaf 1788
LEUBU LICÁN,1612, cac. araucano que nombra Luis de Valdivia en su relación en:Gay:
Documentos 1876 II p. 281) ETIMOL: Licán: piedra y Leufú: del río
LEUBU PILLÁN, 1611, cac. araucano principal de Malleco. En una salida de españoles fue
apresado; pero luego recobró la libertad junto con su sobrino Ancanamón (Gay: Documentos 1876
II p. 281) Allí figura como Levenpillán. 1655 se hallaba en Tromecó. Una hija estaba en la casa del
Capitán Juan de Fontalba (Gay: Historia, 1847 III. p. 113). 1655 se realizó la gran sublevación
araucana en protesta a la “Guerra Lucrativa” de los Zalazares. Diez caciques fueron muertos y
destruídas sus tolderías. En su defensa acudió también el cac. Leubupillán con 800 indios y
Guayquilao con 200. Pero llegaron tarde. ETIMOL: Pillán: espíritu y leufú: del río
LEVOE PILLÁN, Andrés, 1751, cac. araucano que vivía cerca de la confluencia de los ríos
Rugaico y Minico (Chile), donde lo visitó, el 12 de noviembre el P. Bernardo Haevstadt (Su Diario
en Chilidungú vol II 1777 y otras ediciones)
LEUCATRÓ, 1834, cac. pehuenche.El 17 de abril de ese año, el Capitán Rodríguez con 15
granaderos mendocinos e indios del cac. Goyco, atacó en Palao Magüida (Sur de Mendoza) a los
indios de Leucatró “en su nueva toldería”. El cacique y 30 indios estaban a la sazón ausentes en
busca de alimentos silvestres. Les arrebataron la Chusma y los caballos. (Arch de San Luis doc.
5289)
LEU CON, 1860, cac. mapuche que apoyó con el cac. Quilapán los proyectos del
aventurero francés Anthony de T. Orelliè, aunque luego se preoclamara Rey de Araucanía y la
Patagonia.
LEU MÁN, 1790, cac. pehuenche del Norte de Malalhué. Estaba comprometido en la
Guerra Pehuenche. En un ataque los huilliches lo llevaron prisionero y también su hacienda fue
robada. En oportunidad de realizarse una campaña contra los huilliches, se presentó al jefe
mendocino Francisco Barros, el 23 de agosto de 1790 (Diario en Arch. Mend. Doc. 30)
ETIMOL: Manque: Cóndor y leu (leufú) del río
LEU MILLA, cac. boroga chileno. No se comprometió con los patriotas, aunque su
hermano, el cacique Venancio Coñuepán estaba comprometido. (ver: Cnel. Prudencio Arnold:
Rectificaciones del folletín “La Dinastía de las Piedras” del Dr. Est.S. Zeballos B. As. 1884 “.
ed.1888. ETIMOL: Oro del río
LEU QUI, 1859, capitanejo salinero del cac. Calfucurá, quien lo recomendó al Gral Urquiza
(AGN Biedma S. VII 14-4-1) ETIM; (Guay)qui: lanza Leu: dura
LEYMI, 1810, cac. pampa ranquel. en oportunidad de la expedición del Cnel. Pedro A.
García a las Salinas Grandes lo vio en el parlamento que se había convocado. En su diario dice que
éste era amigo y pariente del cac. Victoriano (de Angelis III p. 232)
LEY PÁN, 1831, cac. pampa que fue atacado por los pincheirinos y muerto por ellos
(Rosas: Diario de la Campaña al Desierto ed. 1965 p.50) En abril de 1833, el cac. Barbón habló al
expedicionario Cnel. Jorge Velazco de ese cacique (Rev. Est. Hist. De Mendoza V 1937 p. 117 y
Arch. S.Luis doc. 4212) Creo que no se debe identificar con el cac. Laypáng de 1787 que era
huilliche)
LÍAS CHARABA, 1574, cac. comechingón de Lías Sacat, Río 2º, Córdoba; encomendado
de Cárdenas (Montes p. 86)
486
LIBAPI, 1573, cac. comechingón de Machin Sacat, Mar Chiquita, Córd.; encomendado de
Villegas (Montes p. 91)
LIBY PÁN, 1796, capitanejo pehuenche del cac. Colemilla. Pertenecía al grupo de
Malalhue (Diario de F. Barros 1796, 2 de marzo ; en Rev. Est. Hist. De Mendoza VIII)
LICAN NAHUEL, 1770, cac. pampa puelche que acompañó al Piloto Manuel Pinazo en su
expedición contra los “tehuelches”. Antes asistiò con 11 caciques más al parlamento de paz,
celebrado en la laguna de los Huesos. El 23 de Noviembre, regresando de la expedición al Sur,
Pînazo traicionó a los caciques Lincón y Lepín, los hizo matar. Licán Nahuel heredó entonces a los
indios de la tribu de Lepín Nahuel en la Sierra de Cairú (Tapalquén). (Diario de J.A. Hernández en
De Angelis IV p. 547- 563) Lepín Nahuel fue muerrto en 1770, su heredero era Lican.
LICAN QUEO, 1872, capitanejo del cac. Baigorrita, según informa la lista del P. M. Donati
(lista que fue donada al Museo del Indio de Los Toldos) Durante la persecución de la Conquista del
Desierto, 1878 Lincanqueo cayó prisionero de la columna del Gral. Rudecinda Roca ( como lo
comunica en una carta del 25 de nov. a su hermano, Julio A.Roca; en Olascoaga I. p. 118) (ver
Lienqueo : boroga entre los ranqueles de Baigorrita)
ETIMOL: Queo: ser y lican: blanco
LICOBEL, 1837, cac. chilerno que participó ese año en el malón a Bahía Blanca, en
venganza de la matanza que se había hecho entre las tribus boroganos; especialmente del cac.
Venancio Coñuepán. (AGN S.X. 25-5-1: 14.8. 37)
LIEFCURA es Leficurá (hijo de Calfucurá)
LICU PICHÚN, 1612, cac. araucano. Participó en el parlamento de Paicaví (Chile), el 7 de
diciembre de ese año y fue nombrado Toqui para que condujera la guerra por la costa del mar hasta
Valdivia. Efectivamente reunió a varias tribus para la campaña. (Gay: Documentos, 1876 II. P. 284)
ETIMOL: Pichún: pluma y lic.: blanca.
LIENÁN, (Huirío Lienán y Ramón Lienán) 1820 caciques borogas de la zona de Temuco.
Durante la Guerra a Muerte estuvieron comprometidos, como el padre, el cac Nahuelhuén de
Cudileufú (Sudoeste de Lautaro) más tarde en Chollcholl y finalmente en las colinas de Temuco,
estuvieron luchando con los indios realistas. Se hiz rico y estimado. Se casó con la hija del cac.
Vichacura. Esta primera mujer se murió y entonces se casó con su hermana que le dio estos
importantes hijos : Ramón Lienán, Huirio y Corinda y más tarde trajo una cautiva a su casa,
llamada Lorenza. Los “aribanos” lucharon contra los abajinos y los del bando de los patriotas,
resistiendo a la invasión del Gral M. Bulnes y de los indios llamados patriotas al mando del cac.
mayor Venancio Coñuepán, Freyre etc. También el cacique Calfucurá (el Gordo) concertó con el
cac. Colipí un malón a la tribu de Nahuelhuen e hicieron un ataque simultáneo, tomando la tribu en
tenaza. En ese ataque murieron los caciques Nahuelhuén, Inal y Nahuelhual.
A consecuencia, el cac. Manguín organizó un malón de revancha. La venganza para los
mapuches era algo sagrado. El cac. Huirío Lienán fue uno de los primeros en presentarse para la
expedición, pues debía vengar la muerte de su padre. Huirío recordaba más tarde aquella acción y
decía que uno de sus compañeros se había llamado Piseñ. Carlos Rusconi cuenta de otra maloca al
mando de Ramón Lienán que hiciera en Cholchol contra el cac. Coñuepán para vengar la muerte
de dos de sus hijos.
Frente al predominio de los patriotas Huirío emigró a la Argentina, vegando allí muertes de
sus paisanos, los borogas que habían sido muertos por tropas de Bahía Blanca (Masacre de la tribu
de Cañiuquir y Coñuepán). Venancio Coñuepán aún era contrario a los realistas, pero fue muerto
por orden de Rosas. Así Huirío acudió en 1837 al malón sobre Bahía Blanca. Allí fue tomado
prisionero, - recordaba en su avanzada edad- , y fue llevado a la Isla Martín García. Durante la
Guerra al Paraguay recibió la libertad, en vista de que iba a participar en esa campaña. Huirío
contaba esto al R.P. Gunkel, cuando tenía más de cien años.
Vivía entonces en Temuco. En 1881 se sometió a la conquista chilena. El 24 de febrero de
ese año se fundó en sus territorios el Fuerte Temuco. Tendría su casa donde está el Hotel de la
Frontera. Antes tuvo su toldo en Cudileufú. Era el más longevo de la familia. Se había casado con
Isabel, la hija del cacique Pancho Curamail, cuyo padre había sido el cac. Huichacura de Collage.
487
Entre sus hijos podemos nombrar a Ramón Lienán, Nahuelhuén y Clorinda Lienán. Hirío Lienán
falleció en Temuco en el año 1904. Se le hizo un entierro solemne, al que asistieron todos sus
parientes y amigos de raza.
(Hugo Gunkel Lüer escribió sobre: El cacique Huirio Lienán, antiguo dueño de las tierras
de Temuco, en: Boletín Univ. Chile, Santiago Nº43, 1963 p. 55 – 59 ETIM: Lien y ant¨: sol
radiante. Gevara, Tomás y Lienán, Ramón narraron la historia de su familia en: Historias de
familias, siglo XIX ed Colibrís p. 97 – 104 (bilingüe con otografía moderna) 2002.
LIENÁN, (Lienandu. Lienán): 1779, cacique pampa-ranquel. Ese año estuvo boleando con
el cacique Lorenzo Calpisquis y Tegtui. Su nombre aparece también en el Diario del capitán F.
Barros de 1795/96, en oportunidad de su expedición al sur mendocino, en Rev. Est. Hist. De
Mendoza VIII 1938. Se presentó sobre la marcha a una junta de caciques y dijo que en Mamuil
Mapú (La Pampa) no había sublevación (Arch. Mend. doc. 19). El cacique vivía pues en la Pampa,
quizás en la zona de Toay. En 1810 lo trató también el coronel Pedro A. García en Salinas Grandes
(19.XI. 10: Diario}. Chilenos recientemente inmigrados hacían incursiones de aprovisionamiento en
las estancias del sur de Córdoba y de Santa Fe. y parece que Lienán los secundó. El brigadier D.
Cornelio Saavedra había sido nombrado en 1819 "Delegado Directorial para la pacificación de la
campaña": así, se ocupó en primer lugar del norte de la provincia de Buenos Aires, mientras que
otros (M. Rodríguez, p.ej.) empezaron a trazar las fronteras del sur. En octubre de 1819, se internó
con el Dr. Feliciano Chiclana casi 200 leguas Tierra Adentro para celebrar en Mamuil Mapú un
tratado de paz con los ranqueles que ya habían mostrado simpatías con el gobierno de Buenos Aires,
durante las invasiones inglesas y aún antes. El parlamento principal se celebaría en la toldería de
Lienan. Después de largas deliberaciones, en las que intervinieron los lenguaraces Florencio
Gutiérrez y Manuel Pilquelén, Saavedra propuso un tratado de paz. Los caciques Carripilún,
Lienan, Paillán, Millanamún y Quinchao, en total 17 caciques aceptaron sus propuestas. Fue el 27
de noviembre de 1819. En sus discursos, los caciques hacían galas de americanismo y afirmaban
que no dejarían pasar a los "maturangos" (los españoles). Según Eliseo Tello: Topomimia indígna
araucana del Territorio de la Pampa. Ed 1942 y 1958: el cac. Lienan vivía entonces en Charanantué.
Durante la campaña arasadora del ex brigadier chileno José M. Carrera, le resultó a Lienán
muy difícil no adherirse al caudillo. Sin embargo, se sumó al bando opuesto , al del cacique Nicolás
Quintana y quedó fiel al gobierno de Buenos Aires. Era el Nº 2 de la lista de 15 caciques
comprometidos a resistir a los "chilenos". Hasta se constituyó en protagonista: el 30 de Enero de
1821 envió a los caciques Grande, Felipe Guaychui y Millacuel al ya nombrado brigadier general
Cornelio Saavedra con cartas, diciendo que el cacique Curitripay, quien había participado en la
célebre invasión de los "chilenos" en diciembre último, estaba arrepentido. El emisario encargado,
J. Ulloa, convocó a Nicolás Quintana y a Lienán con sus caciques y capitanejos a Mari Mamuel.
para el día 15 al 17 de Marzo, para considerar la situación de los indios y tribus.
El cura párroco de Pergamino consideraba a Lienán como "íntimo amigo" y propuso
llamarlo para gestionar el rescate de cautivos (Comando General del Ejército. ob. rit. III. 261). Otro
amigo del cacique era Florencio Gutiérrez, un conocido lenguaraz, encargado de gestionar nuevos
tratados y convenios entre los indios, después que se acallara la revolución de Carrera, para así
recuperar los cautivos y las cautivas. Los ranqueles pedían indulto y Saavedra concedió a sus
enviados nuevas garantías de paz. (AGN. Biedma S.VII 10-4-13).
El gobernador Martín Rodríguez, en cambio, había realizado su primera expedición
desastrosa al sur bonaerense. Y, a pesar de que el coronel P. A. García concertara en 1822 un
importante tratado de paz, apenas retornara, el gobernador empezó a preparar otra expedición, esta
vez combinada con las milicias de varias provincias. El 6 de Marzo de 1823 inició su segunda
campaña y, casi al mismo tiempo, el gobernador de Santa Fe, el general Estanislao López, marchó
con 800 hombres hacia el centro de la pampa. Habían marchado 17 días, cuando detectaron la
toldería del cacique Lienán. El gobernador, entonces, eligió a los 200 más "guapos" para darles una
sorpresa en la madrugada del 17 de Mayo de 1823. Fue exitosa la acción, según el parte. En él. dice
que han muerto unos cien y han recuperado 440 cautivas y mucha hacienda (AEM. doc. 230/23 J) y
que no pudieron seguir adelante para sorprender también a la tribu de Curritripay, por la falta de
488
aguadas. Incluso debieron abandonar algunas haciendas que estaban arreando y que eran de Lienán.
Diezmada la tribu, sobrevivió a esta guerra.
El 25 de abril de ese mismo año, varios caciques ranqueles pidieron desde la toldería de
Hilgüé al Gobernador Bustos que interviniera para restablecer la paz. Y creo, que con espeanza
Lienán se presentó, en Diciembre de 1825, en la Laguna Guanaco (Córdoba) para celebrar un nuevo
tratadode paz. Los jefes ranqueles (50) se juntaron allí con los emisarios de las provincias de
Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. El 20 de Diciembre fue el acto más solemne en que sellaron la
paz. con la esperanza de poder vivir una época mejor. Lienán escoltó a los emisarios en su
regreseso. (AGN. S.X. 27-7-6: Biedma S. VII 10-4-14; Arch. Córdoba L.102: 1821 y L.282 Leg.
32). No tenemos otras noticias para completar su biografía. Ha sido un jefe importante.
(Etimología: Lien y antú: sol resplandeciente).
LIENANDE, 1593, cac. araucano (Chile). Era también uno de los luchadores por su libertad
y sus derechos. El Gobernador Martín García de Oñez y Loyola se vio obigado a sellar la paz en La
Imperial, el 22 de nov. de 1593 (J.T. Medina: Documentos Inéditos IV 1960 p. 377)
LIEN ANDU, 1779, cac. auca. Un documento de la frontera del 17 de octubre de ese año
dice que él y el cac. Manquel estaban boleando en el Bolcán con el cac. Lorenzo Calpisqui (AGN
IX 1-5-9. Chascomús ) Es posible que este nombre se deterioró en Lañado (ver su nota)
LIEN CURA, 1641, cac. araucano quien fue a recibir al Gobernador Baydes con unos 60
caciques y lo condujeron al gran parlamento de paz en Quillan. Liencura era entonces ya anciano
(Gay: Historia,1847, III capítulo Vº) ETIM: piedra brillante
LIEN CURA, Justo, 1873, capitanejo salinero que firmó también el gran proyecto de
tratado de paz, el día del falleciminmto del cac. Jn. Calfucurá (AEM doc. 1232)
LIEN LEU, 1797, cac. araucano chileno que vivía en Pichiñancu y estaba subvencionado
por el Gobierno de Chile conforme un tratado de paz. (T.Guevara, 1910 p.24)
ETIM: “río brillante”
LIEN MILLA, 1820, cac. boroga, pariente del cac. Venancio Coñuepán. Con él vino a la
Argentina y con él se afincó en la proximidad de Bahía Blanca. El 19 de 1831 se le nombra en el
parlamento que Rosas hizo convocar en Bahía Blanca, pues debía prepararse para una campaña
contra los caciques Toriani, Chocorí y Quiñigual (AGN Biedma Sala VI 10-4-14)
LIENPICHÚN 1612, cac araucano ver Licupichún
LIEN PÍ, 1820, cac. mapuche. En la Guerra a Muerte sostuvo la causa de los patriotas junto
con los caciques Quilapí y Pinolevi. El 12 de enero de 1821 intervino en la batalla con el Gral.
Salazar en Lumaco contra los caciques Mariluán, Catrileo y Carreneo (Vicuña: Guerra a Muerte p.
507) P(angu)i es puma
LIEN QUEO, es probablemente el mismo como Licanqueo, 1872: boroga entre los
ranqueles.
LIEN TUR (Iº), En 1622 fue elegido toqui, sucesor del cac. Lonco Tregua. Ese cac.
araucano, amigo de los españoles, estuvo en el parlamento de la paz con los pehuenches con el
Marqués (Casamiquela, 1995, p.52 y 141) 1628 vivía en Rere, entre los españoles. Pero viendo el
mal trato que éstos hacían para con los indios y particularmente con parientes (pacíficos), se
indignó. Se le despertó el resentimiento racial y buscó aliar a los mapuches en una acción de
revancha. Consiguió gran apoyo y hasta el gran cacique Ancanamún quiso participar. Invadieron el
Nacimientro y La Imperial en 1628 y, al año, incendiaron a Chillán. Para salir de entre los cristianos
sin ser molestado, tuvo que trasmontar la Cordillera y pasar por los pasos neuquinos, pues, cuando
se retiró de la Imperial con su botín, Juan F. de Rebollo lo perseguía sin alcanzarlo. En otra
expedición lo alcanzó Gregorio Sánchez Osorio. Lientur le aplicó la clásica táctica araucana: se
echó a huir; paró en un paraje favorable y lo derrotó al cristiano y a su tropa en una emboscada.
Otra vez llegó a los campos de Yumbel, que él conocía bien y tuvo la audacia de avisar a los
españoles que los vería en los llanos. Efectivamente, el agilísimo Lientur invadió la zona de
Yumbel, el 15 de Mayo de 1629, acompañado de 800 mapuches. El Capitán Juan Fernández de
Rebolleda salió furioso a desbaratarlo; pero éste lo atrajo hacia los Cangrejeras, un día de tormenta.
Lientur buscó ventajas en corridas de ziczac a todo galope, como las liebres, mientras caía la lluvia.
Los españoles, cambiando el cuadro creían que buscaba el flanco o la espalda. En cambio él buscó
489
poner la espalda al viento y a la lluvia, para que los castigara a los españoles y no pudieran encender
las mechas de sus arcabuces. Tras una feroz lucha a lanza y arma blanca, Lientur quedó dueño del
campo de la batalla. Luego marchó al saqueo e hizo cautivos. El Padre Campos Menchaca, quien
cuenta todo esto en estilo ágil, da cuenta como fue cautivado el Capitán Francisco Núñez de Pineda
y Bascuñán, quien más tarde nos dejara el interesante libro “Cautiverio Feliz” (ed. en Colecc.
Historiadores de Chile, 1863, T. 3, 560 pag.) El autor había estado preso del cac. Maulican en 1629;
en 1673 escribió su obra famosa). Da un testimonio de la mentalidad noble y justiciera de los
mapuches. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 104)
En diciembre de 1640, Lientur ya anciano, se pesentó al llamado del Gobernador Baydes e
hizo un tratado de paz que les garantizara la libertad y la posesión de sus tierras. Todos estos
trastornos no habrían ocurrido, si el Rey Felipe IVº no hubiese decretado, el 13 de abril de 1625:
“poner fin a la guerra defensiva en Chile y atacar y cautivar a los araucanos por contumaces en
rechazar la paz”.
Por avanzada edad renunció al mando y le siguió el cac. Buta Pichún
LIEN TUR, 1852, capitanejo ranquel que figura en la lista de los obsequiados por orden de
Rosas en Bahía Blanca, el 5 de enero de 1852 (AGN X. 18-4-8). Me pregunto si de veras 70 jefes
indígenas han sido obsequiados (en vísperas de la batalla de Caseros).
LIG LLAN,1819, cac. araucano de Tromen, quien intervino en la Guerra a Muerte en el
bando de los patriotas. El 26 de noviembre de 1821, después de la batalla de San Carlos, se retiró,
como lo hicieron también Coñuepán y Melillán Painemal (T. Guevara 1910 p. 96 y 193)
ETIMOL: “perla blanca”
LINGAIMAIN o LIGAIMÁN ver Ingamain, 1797 cc. Pehuenche del cac. Rayguán de
Babarco.
LIG ÑÁN, 1796, cac pehuenche; suegro de Colemilla. En la Guerra Pehuenche actuó en el
grupo de los indios amigos del Gobernador de Mendoza. Por documentos del Archivo de Mendoza
nos enteramos de las siguientes actuaciones: 1782 visitó al Gobernador con otros tres caciques para
agradecerle su intervención que impidiera la traición del cac. Bergamain (Arch. Mend. Carp. 102).
El 6 de Mayo de 1796 estuvo en el parlamento de Malalhué, en el que eligieron al cac Millaguín
como cacique gobenador, sucesor de Pinchitur. En la misma oportunidad dio cuenta del daño que
recibieran él y su yerno por el malón de los indios de Rayguán, pues, en su retirada de Malalhué,
pasaron a “visitar” a sus toldos, llevaron sus haciendas y les mataron sus ovejas. La gente logró huír
hacia las montañas (ib. doc. 21). Figura también entre los presentes en el parlamento del 31 de
mayo de 1798, en el que el Gobernador Amigorena depuso a su cacique gobernador y canceló
entonces la Guerra Pehuenche en el ambito mendocino (ib. doc. 43). El 4 de Julio de 1899 estuvo en
otro parlamento en San Carlos, en que se selló la paz con el cac. Carripilún y los ranqueles (ib. doc.
46)
Como última señal de su vida puedo señalar el acta y la información que tenemos del
parlamento que Fray Francisco Inalicán convocara en 1814 a San Rafael. Allí se pronunciaron a
favor de la política de la Revolución Americana. Ligñancú aparece en el listado de los caciques
encabezada por el cac. Neycuñán (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 1)
LIGUÁN, 1826, cac. boroga. Figura en la lista de los caciques que vinieron al parlamento
de paz en el Arroyo Pecuén (Piüé), el 25 de abril de ese año. Entre los 37 caciques es el Nº 20
(AGN X. 27-7-6) ETIM. Huanque: avestruz y ligh: blanco
LI LEO, 1880, capitanejo picunche. A lo menos actuó en el grupo del cac. Purrán (Rusconi
vol. IV p. 201)
LI LOÁN,1864, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas de Leuvucó (La Pampa).
Figura en la lista de los oficiales, cuando se gestinaba el primer tratado de paz por el Cnel. Manuel
Baigorria. (ver Memorias del Cnel. Manuel Baigorria)
LIMAY, Francisco (o Ligmain), 1617, cac. pampa de la Reducción de San Esteban de
Bolón, en la zona de Río IVº (Padre Pedro Grenon: Los Pampas y la Frontera del Sur. Documentos
para la historia de la Reducción. Córdoba, 1927 2da parte) ETIM: “Cóndor blanco”
LIMAY, 1792, capitanejo pehuenche. El 10 de septiembre de ese año estuvo en San Carlos,
participando en el parlamento con el cac. Llanquin. Asimismo aparece su nombre entre los
490
participantes de la firma de la paz que Ramos Mejía celebró en Miraflores (Part. Maipú) en nombre
del gobierno de Buenos Aires con los indios pampa (La Gaceta 12.4.20) Se hizo para que no se
afiliaran a la guerrilla del Ex dictador de Chile José Miguel Carrera.
LIMAY CÓ, 1830, capitanejo pehuenche pampa de la tribu de Cumilaf. Era su hermano,
como también de los capitanejos Catrinahuel, Cayunahuel
LIMPAY, 1787, cac. pehunche del sur de Mendoza; era cuñado del cac. Calfuqueo. Murió
1787 de viruela, según dice una carta de F. Esquivel Aldao dirigida al Gobernador Amigorena
(Arch. Mend. Julio de 1787)
LIMUNAO ver Lemunao
LINARES, Antonio, 1863, mestizo entre los manzaneros, capitanejo. Era uno de los seis
hermanos que se destacaron en el servicio militar en la zona de Carmen de Patagones y de Bahía
Blanca. Siempre fieles a las autoridades militares, fueron muy apreciados. Con sus indios formaron
una tribu a las órdenes de Miguel Linares. 1879 Antonio actuó en la Conquista del Desierto ; pero
en 1881 figura aún en la lista de los Indios de Linares. Alvaro Barros cree que ese año se ha disuelto
la tribu de Linares. Por la ley 1628, Antonio y su hijo Marcelo se hicieron acreedores al premio de
los expedicionarios, pero no tengo constancia de que hayan recibido tierras (Acad. Hist. Nac. 2º
Congr. 1974 I. p. 340)
LINARES, Fernando, 1863, capitanejo entre los manzaneros en la tribu de su hermano
Miguel. Sirvió en el ejército como Indio Auxiliar. Tenía su estancia en el Bajo Hondo, al sur de
Bahía Blanca, pegado al campo de Jorge Claraz ( Hux: Jorge Claraz (1832 – 1930) Biografía de un
explorador suizo en el Sur agentino Ed. Pucara 1977). Varias veces fueron atacados por malones
salineros. El malón de 1870 les fue especialmente fatal. Fernando Linares fue muerto en marzo de
1876 por pobladores de Bahía Blanca (Raone: El pampa Ferreira, baqueano y lenguraz 1981 p. 148
ed Bibl. Suboficial vol 150)
LINARES, Ildefonso, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares, su hermano. Ch.
Musters lo conoció y lo nombra en su libro: Vida entre los Patagones. También el periódico The
Standard de 19 de octubre de 1871. Monseñor Espinosa lo casó en su gira por San Javier, el 20 de
abril de 1880; había sido bautizado con anterioridad (Diario de Mons.. Espinsa). El acompañó al
Gral. Wysoski en la Conquista del Desierto de 1879. Y más tarde se dedicó a la ganadería en su
estancia.
LINARES , Luis, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares. También lo menciona el
viajero Ch. Musters en su libro: Vida entre los Patagones.
LINARES, Manuel, 1863, capitanejo de la tribu de Miguel Linares. Era cuñado del cac.
Sayhueque y compadre del cac. José María Llanquetruz. El acta del bautismo de su hijo de 1858
dice, que Llanquetruz fue su padrino (sic!). Ese mismo año firmó un tratado de paz con el gobiero
de Buenos Aires en Carmen de Patagones. Los Linares pertenecían originariamente a la obediencia
del cac. Benito Chingoleo en Sauce Blanco, cerca del Fortín San Javier. En marzo de 1868, su
hermano Miguel asumió la jefatura de esa tribu. Ya figuró el 1º de enero de 1861 en la planilla de
los indios amigos del cac. Chingoleo.
Manuel Linares es el típico indio manso, baqueano y lenguaraz, acompañante de
exploradores y viajeros en la Patagonia. Ch. Musters no sólo lo menciona, sino lo describe como lo
había encontrado en San Javier, en el toldo de Chalupa “bien vestido con poncho y chiripá de tela,
botas de cuero y ropa blanca bien limpia. Llevaba en la cintura un revólver…”
1872 vivía en “Potrero Cerrado”, a dos leguas del “Rincón de Brizuela” de Alderete. Ese
mismo año, Manuel Linares acompañó con cinco indios más al explorador Mayor MarianoBejerano
desde Camen de Patagones por el Valle del Río Negro hasta el Cerro Nevado del Valle Rico
(Memoria del Min. De Guerra 1873 p. 348 – 359). También asistió al Tnte. Cnel. Martín Guerrico
en su exploración del Río Negro. En sus informes Guerrico caracterizó a Man. Linares como guía
inteligente y práctico. Gozaba a la vez grande estima entre los indios de los caciques Sayhueque,
Reuquecurá e Inacayal. Así Guerrico en su expedición de 1872 pudo conferenciar con los caciques
mencionados (Almeida, Juan Lucio: Modesta victoria; cabalgata histórica de las exploraciones de
los ríos Negro, Limay y el Lago Nahuel Huapí Bs. As. 1966 p. 80) Nuevamente en 1875 lo contrató
el explorador naturalista Perito Moreno para que lo acompañara con una buena escolta a la tierra de
491
los manzaneros. Los Linares eran bien vistos entre las tribus del sur y lazos de parentesco los unían
a varias de ellas, especialmente con la familia de Sayhueque. 1875 vivía aún en Potrero Cerrado, a 9
leguas de Carmen de Patagones junto con otro hermano, llamado Mariano. No compagina con esta
historia el artículo del The Standard del 19 de Octubre de 1871 que lo cree muerto, víctima de una
reyerta. El hermano Fernando, sí, fue muerto, pero en marzo de 1876. De la muerte de Manuel no
tengo noticia.
LINARES, Manuel En 1980 Sister Hilger visitó a éste (capitanejo) perteneciente al cac.
Ancapán (Prov. Neuquén). Tenía 40 familias (Hilger, María Inés (Sister) : Araucanian child lif and
its cultural background (Chile- Argentina) Publ. Smitson Inst. vol 133 Nº 42, Washington 1957 con
fotografías)
LINARES, Mariano, 1870, capitanejo de la tribu de su hermano Miguel Linares. Sirvió en
el ejército nacional como soldado y capitán. Figura en las lisatas de los Indios Auxiliares en la Plana
Mayor. 1881 se hizo acreedor del premio de los expedicionarios del Desierto y de la Campaña del
Sur.
Tuvo su estancia en el Valle del Río Negro. Monseñor Espinosa dice en su diario con fecha
del 13 de abril de 1880: Confirmé en la estancia a Mariano Linares. No sé a quién confirmó. Vecino
es Vicente Viloche y Cúneo”. En 1885 se hospedó en esa estancia también el misionero Domingo
Milanesio y el Obispo Mons. Juan Cagliero. Estaba a una legua de San Javier. La familia numerosa
de Mariano Linares era ya cristiana, “algo” civilizada. Celebraron allí también una santa misa en su
rancho. (De Salvo: Cagliero Civilizador. La obra magna del Apóstol de la Patagonia. B.As. 1936 p.
107)
LINARES, Miguel, 1837-1907, era cacique entre los manzaneros (él mismo era mestizo),
oficial del Ejército Argentino. No conocemos su origen con certeza, pues M. A. Vignati creyó que
su padre había sido blanco de Salto y R. Casamiquela, que ha sido de Chagallo, de la tribu de
Pichalao. 1995 (p. 103) escribió el mismo que los Linares eran oriundos del bajo valle del Río
Negro Ciertamente no era tehuelche, sino manzanero mestizo. Miguel Linares nació donde hoy está
la ciudad de Viedma, en 1837. Su familia vivió largos años en la zona de San Javier; no sé donde se
educó, pues sabía leer y escribir, y fue el maestro del joven cacique Llanquetruz. En sus toldos
habría, quizás, un maestro de escuela. En la década del 60 había allí un maestro suizo, llamado Don
Alfredo Schauenberg, percibía sueldo y enseñaba a 36 niños (Diario de Monseñor A. Espinosa).
Una hija del cacique Miguel Linares, llamada Eusebia, formalizó matrimonio con un noble
emigrado de Francia, Dn. Benigno Entraigas, y serían los padres del benemérito salesiano R. P. Raúl
Entraigas, historiador y escritor conocido.
Miguel Linares entró, desde joven, en el servicio militar. Y como su cacique Benito
Chingoleo estaba en tratado de paz, él también cobraba sueldos. En la lista de Chingoleo figuraba
inmediatamente después del mayor Manquilao Cheuqueta, hermano de Benito Chingoleo
Cheuqueta y el mayor Valentín Sayhueque, sobrino del cacique Chingoleo. (Arch. Gral. Del
Ejército)
A pesar de sus múltiples servicios, Miguel Linares iba formándose su propia tribu. Como
militar ascendió a sargento mayor. En marzo de 1867 asumió las responsabilidades de cacique
mayor y de comandante de la liga manzanera, siendo oficial no ya de la Guardia Nacional, como lo
eran los indios amigos en general ,que habían hecho un tratado de paz con el gobierno; fue oficial
del Ejército Nacional, aprobado por el Congreso de Buenos Aires. Anteriormente, el general B.
Mitre lo había aprobado como "honorario". (Constancias en el legajo personal del Archivo General
del Ejército)
La tribu de Linares había pasado a revistar, como consta en las planillas que se conservan.
Allí figuran también los caciques Valentín Sayhueque, Apolinario Maciel, Inacayal, Manuel Linares
y Ñancucheo... Y hay listas donde figuran hasta las mujeres y los niños.
El cacique Linares fue uno de los promotores de muchos tratados de paz celebrados en la
comandancia de Carmen de Patagones y opino que actuaba más desinteresadamente que el coronel
Julián Murga, quien podría proveerse de buenas ganancias a través del aprovisionamiento de los
indios por la Casa Aguirre y Murga. Linares estuvo en los parlamentos de los tratados de Chingoleo
492
y de Sayhueque, en Mayo de 1863, y de los caciques Huincabal o Inacayal, en Junio del mismo año;
de Cayupán, en 1865 y de Reuque Cura, en 1866; de Queupumé, Purrán e Huincaleo, en 1868 y de
Limonao (Lemunao) en 1869.
A pesar de sus servicios en las guarniciones, no olvidaba a su tribu. Esto lo ilustra un
documento, fechado el 25 de Agosto de 1869, por el que se permite al cacique Miguel Linares
formar un pueblo y establecer una escuela agrícola (Arch. Mus. Hist. Nac., doc. 4292). Alcibíades
Lappas en su artículo :La Masonería en la Ocupación del Desierto, en Revista Historia Nº 8, 1981 p.
188 habla de esta solicitud , en Mayo de 1869 y dice que D.Sarmiento por malos informes sobre
Linares no podía acceder a la petición. (Su hijo Domingo Oro los había visitado el año anterior)
Pero el documento arriba citado retrae esa negativa. Ch. Musters, que los visitó en 1869/70, no dice
que tales proyectos se hubieran realizado. Pero en su libro dice que San Javier era el cuartel general
de los Linares. Estuvo pues en la casa del cacique Miguel, que le pareció "largucha y baja", pasando
á la sala donde sus dos esposas estaban sentadas ocupadas en coser. Allí tomó unos mates. Pero el
cacique no se presentó; había salido en persecución de unos indios de Calfucurá que habían atacado
una tropa de carretas. En cambio, el viajero encontró al hermano Antonio Linares. (Musters: Vida
entre los patagones, p. 365)
Anteriormente tuvo entre sus toldos la presencia de dos pastores de origen suizo,
pertenecientes a la Sociedad Misionera de Inglaterra, Don Teófilo Schmid y Federico Húnziker.
Jorge Claraz, otro suizo, pero explorador y estanciero del vecindario (de la China Muerta) también
lo ha tratado y visitado. En aquel entonces, Linares tenía unos 50 indios de lanza al servicio del
gobierno y por ello recibía sueldos y víveres; pero el contacto con los soldados de la frontera, a los
que Musters llama "indolentes y fanfarrones", no tuvieron buena influencia entre ellos.
El Perito Moreno, quien los conoció en 1875, decía que Miguel Linares tenía mucha
influencia entre los indios, porque era pariente y compadre de los principales caciques de la zona.
El cacique tuvo mucha actuación en el período de la llamada Conquista del Desierto, aunque
él habría preferido la paz a la guerra. En 1876, en pleno avance de las tropas de Alsina, viajó a
Buenos Aires para renovar el tratado de paz de Reuque Cura y para reclamar pagos atrasados para
sus 8 capitanejos y los 116 soldados (AEM, 2.6 y 12.6.76). En 1877 fue destacado para esperar a los
1.100 indios de Catriel que iban a entregarse, después de haber soportado la diezmante persecución
hasta la Pampa. M. Linares acompañó al coronel Bernal en su exploración de los caminos de Choele
Choel hasta Carmen de Patagones, acompañados por 50 soldados de la Comandancia y 175 indios
suyos y algunos de la tribu rendida de J.J. Catriel. En 1879, M. Linares se incorporó a la División
del general Julio A. Roca en Choele Choel, capitaneando al "Escuadrón de Lanceros de Indios
Auxiliares". Allí el fotógrafo Antonio Pozzo les tomó una fotografía (publicado en Abad de
Santillán, Enciclopedia Argentina, T. III, p. 29). Cuando, el 3 de Junio de ese año, el ministro en
Campaña había llegado a Carmen de Patagones, cursó una nota al recién nombrado jefe de la línea
militar del Río Negro, coronel Conrado E. Villegas, avisándole "que los indios Guardias Nacionales
de Linares han sido licenciados definitivamente para que trabajen en libertad" (Olascoaga: I. p.
267). El sargento mayor Miguel Linares debía recibir la medalla que se otorgaba a los jefes que
actuaran en la Campaña del Río Negro. Aún en 1883 la reclamaba. Al mismo tiempo quedaron
cesantes los sueldos y las raciones para sus indios. Sin embargo, fueron incorporados de nuevo para
las Campañas del Sur. Finalmente, fueron incluídos en la nómina de los acreedores al premio
otorgado en tierras, en virtud de la ley 1628 del año 1879/1881 a los expedicionarios. (Ver la lista
en: Academia Nacional de Historia, 2° Congreso de Hist. Arg. Reg. 1974, 1. p. 337 y 345 y R.
Entraigas: Los Salesianos en la Argentina, 1969 III, p. 224)
Durante la campaña del teniente Lino O. Roa (1883-1884), el sargento Miguel Linares
comandaba una patrulla y tuvo que operar contra sus propios amigos y parientes, los indios de
Sayhueque, Huenchunecul, Cumilao y los tehuelches del Chubut, En 1884 acompañó al cacique
Namuncurá en su rendición y sometimiento. Lo acompañó en el vapor hasta Buenos Aires. (Clifton
Goldney: M. Namuncurá, p. 161, el 17 de junio de 1884)
En 1893 pasó a la reserva y en 1894 a la Plana Mayor: en 1896 a retiro efectivo.
Mucho podría habernos contado de su vida militar. Pero aparentemente no ha dejado ningún
relato personal. En su empleo fue fiel y cumplidor.
493
Los misioneros que lo han tratado y han tomado contacto con su gente, nos han dejado
algunos recuerdos positivos de él. En 1880, Monseñor A. Epinosa llegó a sus toldos, media legua de
San Javier, y allí realizó seis bautismos (Diario, p. 93). En 1885 los visitó Monseñor Juan Cagliero,
junto con el padre Domingo Milanesio. Ellos celebraron la santa misa en el rancho del cacique.
Había allí muchos chicos y parientes del cacique. El mismo año, monseñor Cagliero los visitó de
nuevo y luego redactó un relato sobre esta familia que se publicó en el Boletín Salesiano en Turín
(Nº 3, 1886. que yo no he consultado aún).
(Bibliografía: Marta C. Belfiori, Los Linares, en Acad. Nac. Hist.. 1974,1, p. 91-100. Su
fotografía en A.G.N., B. 112.494).
LINARES, Feliciano: Cacique también entre los indios de San Javier. Fue hermano y
sucesor del cacique sargento mayor Miguel Linares. Sus indios, después de haber servido a la
Patria, fueron desplazados a Catan Lil y más tarde a Aucapán, una región árida a mil metros de
altura en la Precordillera, a 35 kilómetros de San Martín de los Andes (Neuquén). La investigadora
Mabel R. de Bianchi y otros le han dedicado una página en Cuadernos del Instituto Nacional de
Investigaciones Folklóricas, Bs. As., 1961. II. p. 208) e incluyeron una fotografía del anciano
cacique y de su esposa, doña Ignacia Antileo. Averiguaron, ante el Juez de Paz y el sacerdote, su
edad y él tenía unos 110 años y ella 80. Estaban Aurora de 40 años, Transito, Margarita y Martín, el
más pequeño, que contaba 12 años. También se hallaba de unos 80 años que estaba casado con
Manuela Tropán y con su hermana, llamada Margarita. (Ver también Ceferino Namuncurá)
LOS LINARES DE LA TRIBU DE COLIQUEO:
1.Cacique Antelén, cac. boroga emigrado de Chile por la Guerra a Muerte con el
cac.Maiqano
Rondeao a la zona de Guaminí. En oporttunidad del Asalto de Masallé en sept. de 1834 logró
fugarse con Mariqueo, Marileo y Coliqueo, internándose a las tierras ranqulinas. Aún en 1870 había
un capitanejo Feliciano Antelén entre los Ranqueles.
2. Antelén Linares n. 1862 cas. c. Ignacia Narcisa Tanilaf , n. 1866, como dicen los libros
de bautismos, es el primer matrimonio Linares que conocemos en la población de Los Toldos, en el
campo de la Tribu de Ignacio Coliqueo y que dejó una gran descendencia que está presente hasta
hoy. Los enlaces matrimonioales me indican que provienen de la nobleza araucana. Los Linares se
casaban con hijas de las familias de los caciques o capitanejos.Su historia es la de los Coliqueo.
3. Los hermanos de este Linares:
a)Fernando Linares n. 1852 cas.c. Cecilia Cumen y cas. c. Carmela Collenao; su hija Ignacia
Linares cas. c. Angel Melín
b.Emilio Linares (1863-1940) cas.c. María Cleñán , nac. 1862 hija de Man.Cleñán
Entre sus hijos Olegario Linares (1892 – 1978) cas. c Elvira Medina 8 hijos
Gervasio Linares (1886-1979) cas. c Aurelia Caitú ; muchos hijos
c.Martiniano Linares n. 1869 cas. c. Aurelia Quemehunche n. 1872
“Comprendiendo Lucio, así el último de los indios, el pérfido fin que su separación
entrañaba, aprovechó, como en estos casos lo hacen, la oportunidad de hcerse con cuánto se
le ocurría pedir. Y fue insaciable en sus exigencias.
“Catriel, por su parte, sin que esto lo inquietase en el fondo, porque en tales casos es
valor entendido entre ellos, quiso sacar parte también.
“El jefe de la frontera hacía concesiones extraordinarias a Lucio, para que se
decidiera, y a Catriel, para que se estuviera quieto hasta que llegara la hora del desenlace. El
Gobierno invertía en todo esto sumas ingentes. El entusiasmo de los indios de Lucio crecía
con los regalos; las borracheras se repetían. La oportunidad de caer sobre los indios de Catriel
se postergaba, hasta que por fin, en una borrachera, Lúcio López fue muerto a puñaladas”..
Al fin, no puedo admitir las frases de una carta de su hijo Chipitruz, por la que avisa al
Gral. Mitre el fallecimiento de su padre, ocurrida en la madrugada del 26 de Julio de 1863 ,
“que nos ha llenado de profundo sentimiento y del que, creo, V.E. participará al saberlo,
puesto que el referido cacique ha llenado con lealtad sus convenios establecidos con el Sr.Jefe
de esta frontera.. En el dia de la fecha (1º de agosto), en reunión general he sido nombrado
por unanimidad del cacique principal, nombramiento que el Sr. Coronel (Rivas) reconoce..”
Luego promete lealtad y saluda (Arch. Mitre XXIV p. 119)
Luego le tocó al cac. Chipitruz sufrir la política manoceada por el Gral, Rivas de la
que habló Barros. (Ver Chipitruz)
LOPEZ, Ramón, 1870, caciquillo de los indios agrupados por Catriel en la zona de
Azul y Tapalquén. A raíz de la política que buscaba dividir a los que se habían unido, también
Ramon López, como Chipitruz y Manuel Grande fue declarado disidente. El Cnel. Francisco
de Elias, suplente del Cnel. Rivas, quiso apoyar al nuevo cacique Cipriano Catriel y someter a
la fuerza a los disidentes, llevándolo a la batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de
1871. Fue un duro golpe que detallé en la biografía de Cipriano Catriel y de Chipitruz;
prácticamente allí se disolvió la tribu de Ramón López. El cacique y 75 indios suyos fueron
deportados como prisioneros a la laguna Blanca Grande. Otros caciques y muchos indios
fueron llevados como prisioneros a Bueno Aires y a Martín García. (Arch. Museo Hist. Nac
doc 5072: 16.10.70 sobre su captura)
LÓPEZ, Martín, 1869, capitanejo de la tribu de Coliqueo, en Los Toldos. Era de la
familia del caciquill0 José Victorino, López Nahuel, del cual leemos algunos datos un poco
más arriba. También éste fue bautizado, como sus hermanos. Hubo en la tribu de Coliqueo
(Prov. Bs.As.) varias familias de apellido “López” y eran considerados de la nobleza
araucana: López-Coliqueo; López Colín; Levipán- López; López-Meliú, etc. Para saber algo
más de su historia que le ha tocado vivir, léase mi libro M. Hux: Coliqueo el Indio Amigo de
Los Toldos ed. 3ª 1980 o 4ª 1999.
LORENZO, 1751, cac. pehuenche de Cayenqué, cerca del Río Taiyen (Chile). Lo
visitó en ese año el misionero Jeuita Bernardo Haevstadt. En su diario anota el 3 de diciembre
de 1751 sólo su nombre.
LORENZO Es el nombre de varios caciques importantes que a veces son nombrados
con el nombre Lorenzo sólo: L. Calpisquis; L. Coliqueo; L. Quidulef y L. Sevillán
LORENZIN, 1780, capitanejo del grupo del cac. Negro y vivía cerca de Carmen de
Patagones. 1780 alguien avisó que en la Sierra de la Ventana estaba preparando un gran
malón. J. Viedma dio aviso al Virrey y éste concentró tropas para atacarlos. El choque se
produjo el 24 de noviembre de ese año. Lorenzín fue muerto, informa Viedma. (García
Enciso: La gesta de Patagones, ed. EUDBA 1972)
LUAN , Mariano, 1834, capitanejo boroga de la zona de Guaminí, venido de Chile a
raíz de la Guerra a Muerte. Después del Asalto de Masallé, Rosas exigió que entregasen los
cautivos, y él cumplió (AGN. X. 24-9-1: 27.12.34 ETIMOL: Luan : guanaco
LUAN, 1851, capitanejo de Calfuvcurá. Es posible que se trate del mismo boroga,
porque Calfucurá se había adueñado de muchos indios borogas. 1851 figura en la lista de los
obsequiados en Bahía Blanca.
LUAN CHE, 1834, capitanejo boroga. Después del Asalto de Masallé (1834) huyó a
las tierras ranquelinas. Con los ranqueles fue perseguido en 1878 por los expedicionarios de
la conquista del desierto. Tropas del Gral. Rudesindo Roca lo atacaron, al mismo tiempo que
a los indios de Mariqueo, Pichintrú, Feliciano Anteleo y Melideo (Rev. Junt. Hist. De
Mendoza III p. 157)
LUCA CHARABA, 1598, cac. comechingón de Luca Sacat; encomendado de Cornejo
(Montes ob. cit. p.86)
LUCA VIATO, 1573, cac. comechingón de Quiloto Gualato, Sierra de Unacauche:
encomendado de Castañeda ( Montes p. 79)
LUCANÉ, 1727, cac. pampa- tehuelche. A lo menos figura entre los caciques
tehuelches y pampas que el Cnel. F. Rauch, ese año, había conchavado para su expedición
aniquiladora a la Sierra de la Ventana y Curamalán. Junto con Lucané figuran, entre otros, los
caciques: Negro, Chañil (h), Chulilaquín, Niguiliyé, Felipe etc. (AGN. X. 14-6-1). Rauch
decía que los había encontrado en Bahía Blanca, deseosos de marchar contra los chilenos.
1834, terminada la campaña del Desierto del Gral. J.M. de Rosas, se iniciaron otras
expediciones exterminadoras dirigidas de lejos y hábilmente por el “Héroe del Desierto”, J.M.
de Rosas. El asalto de Masallé 1834, la masacre de Cañiuquir 1836 y de Coñiupán 1836 y sus
tribus, fueron momentos tremendos. De Lucané tenemos este dato, que merecería mayor
investigación: En un conato de sublevación, el cacique Niquinille (Niguiliyé), estando en
servicio en el Fortín Colorado, pasó a la toldería de Lucané y…no sabemos qué hubo
después. (AGN Biedma S. VII 10-4-14)
LUCANEN, Juan, cac. puelche hijo del cacique…Este exalumno salesiano misionó
en su tribu y en la de su tío el cacique Cual. Su madre lo alabó. (Memorias del P. Vacchina
ed. por P. Marcos Vancini)
LUCERO, Nicasio, capitanejo pampa, quizás de Catriel. 1871 invadió con salineros
en Fortin Reunión (AEM. 14.1.71)
LUCIANO, 1833, cac. huilliche que se preparó con un grupo de caciques para invadir
a los borogas: Con Cumiú, Calfucurá, Namuncurá y Quiñigual, porque así lo había insinuado
en nombre de Rosas el Cnel. N. Del Valle de Bahía Blanca (AGN. x 27-5-5: 21.1. 33) Ver
Calfucurá.
LUCIANO, 1873, capitanejo de la tribu de Calfucurá y de Namuncurá. Si la
declaración del excautivo José Flores era correcta (17.12.73: Arch. Mus. Hist. Nac. doc
8039), el capitanejo Luciano habría sido cristiano que había hecho carrera entre los indios. Y
porque se casó con una chica de la nobleza, llegó a ser capitanejo. El mismo le habría dicho
que no podría volverse por haber causado una muerte.
Posiblemente es el mismo Luciano que murió luego a manos de las tropas
expedicionarias en un encuentro del 26 de junio de 1879, en un ataque que hizo el Mayor
Ilesca en Choique Mahuída. Los indios fueron sorprendidos y no tuvieron tiempo para
organizarse a un combate. En el ataque murieron “el capitanejo Luciano y nueve indios”,
-dice el informe,- y tomaron prisioneros a 6 indios y 53 de la chusma. Después atacaron el
cac. Cumilao y 120 indios (Olascoaga II p. 187 o 149 y Ocampo: El Regimiento 7º p. 138 y
R. Ortega 188)
LUCIANO, 1873, capitanejo de la tribu de Nahuel Payún o de (Vuta Piseñ)Pincén.
Con estos dos es nombrado en el tratado de paz (AEM 14.6. 1873 doc. 1209) ver Pincén
LUCHO ver Baigorrita , Luis (Ranquel)
LUCOPÓ, 1872, capitanejo manzanero que M. Bejerano nombra en su diario de la
exploración del Río Negro (En:Memoria del Min. De Guerra, 1873)
LUCHIN, 1591, cac. comechingón de Cochan Peña, a 3 leguas de Dean Funes,
Córdoba; encomendado de Ardiles (Montes p.47)
LUIAY, 1820, cac. pampa que se adhirió al tratado de paz sellado en Miraflores y
Kakel.
LUIGUÍN,, 1866, cac. chileno, probablemente pariente de Calfucurá que se le ha
incorporado ese año, según la carta de Calfucurá dirijida al cac. Coliqueo, el 7 de diciembre
de ese año. Nombra también a Ñancucheo como capitanejo de Luiguiñ (AEM 1866)
LUICA TRÚ, cac. mapuche 1835. Su mujer se llamaba Yauñir (sin otros datos)
LUINRRIQUÉ, 1835, cac. pehuenche que vivía cerca de Limén Mahuída. Según dice
Manuel Baigorria en sus Memorias, era dependiente del cac. Painipil.
LUISA, cacica, esposa del cac. boroga Ignacio Cañiuquir. 1827 fue hecha prisionera
en un ataque del Cnel F. Rauch a Epecuén (Grau: Fuerte 25 de Mayo, La Plata 1949 p. 116)
Rosas la empleó como instrumento de sus gestiones políticas con los borogas de Guaminí. La
retuvo en su estancia “Los Cerrillos”. Ella le dio mucha información sobre tribus y sus
relaciones. El 30 de noviembre de 1830 decía Rosas: “La misión de la china Luisa, esposa del
cac. Cañiuquir, ha tenido resultados prósperos para la Provincia.. El Comandante Miranda fue
con 30 indios a Los Toldos, ahora volvió con 60. Cañiuquir está en la casa de Ezcurra
(seguramente para pedir la liberación de su esposa.) Los indios estuvieron con el Gobernador
en la Estancia San Martín” (Arch. Mus. Hist. Nac. Nº 1951)
Durante la expedición al Desierto, en 1833, estuvo en el Fuerte 25 de Mayo de Cruz
de Guerra. Rosas le dictaba lo que debía decir: “La cacica Luisa, mujer del cacique Cañiuquir
debe decir que ha recibido 100 $; quiere quedarse allí y hará algunos trabajos, tejerá..” (AGN.
X 27-5-5: 7. 2. 33). Así estuvo de rehén varios años. Por ella, quizás, se salvaron en octubre
de 1834 el cac. Francisco Caniullán con alguna gente, escapando a los malones del Asalto de
Masallé, pudiendo establecerse en el vecindario del Fuerte. (Hay un censo nominal de 1836)
En 1837 estuvieron en calidad de “cautivos” en Chacarita de Colegiales (Bs.As.)
Cómo y por qué llegaron a ese destino, no sé. El hecho lo conozco por una lista de
racionamiento para los caciques Caniullán, Guayquil y la cacica Luisa, cautiva en Chacarita
de Colegiales”. (AGN. X 25-5-1) Cañiuquir y su tribu habían sido sacrificados ya en 1836.
LUIVIPORÓ, José María, 1872, cac. pampa que halló Bejarano en su exploración en
Bajada de Balcheta (Memoria o diario en. Mem. Del Min. De Guerra y Marina 1873)
LULÚ MACHO, 1598, cac. comechingón de Pagachi, Valle Cantaper, Córd.;
encomendado de Astudilla (Montes p. 59)
LULÚ MA, 1579, cac. comechingón de Tuluspa Sogo Nache, Salsacate, Córedoba;
encomendado de Velásquez.( Montes p.58)
LULUEN, 1787, capitanejo puelche, que vivía al sur del puente del Río Grande de
Malalhue (Mendoza).
LUMICAVA, 1584, cac. comechingón de Ansenuza, al Oeste de Mar Chiquita de
Córdoba; encomendado de Barrientos (Montes p. 91)
LULLA MUCH, 1843, cac. tehuelche. Gardiner lo conoció al Norte del Río Negro.
Tenía 1200 indios. (olvidé anotar la fuente de la información).
LUNA, 1802, cac de la nación auca, compañero y vecino del cac. Negro en la Costa
Patagónica (AGN. IX. 1-4-3: 21. 1 o 2 Chascomús) En 1800 visitaron al Virrey los caciques
pampa ranqueles Catrimilla, Luna, Quelentrur, (H)Oguín y Nahuelpán. En 1801 recibió una
subvención (Mariluz Urquijo,J. El Virreinato del Río de la Plata 1964 p. 229 y AGN
Contaduría Leg. XIII 22-3-5 y 22-2-3). En diciembre de 1806 se presentó en Buenos Aires el
cac. Epumur en nombre de los ranqueles y de los pampas, entre ellos Luna Quintuy. Se
ofrecían para luchar contra los ingleses invasores (Zerda W. Los indios y las invasiones
inglesas 1934 p.63) En el mapa que reproduce Pedro Sarciat en su libro :”El Pago de
Chapaleufú” 1945 p. 28 figura una laguna, llamada “Cacique Luna” en el campo Nº 364, a 50
leguas al Sur de la Laguna Vizcacheras.
LUNA, Fortunato, 1861, capitanejo de la tribu de Ignacio Coliqueo. Estando entre los
ranqueles de la tribu de Llanquelén en Junín con un resto de la tribu de Santiago Llanquelén,
fue incorporado violentamente a la tribu de Coliqueo (Hux: Coliqueo ed. EUDEBA 1980 p.
63) Estaba casado con Olga Olaya y su hijo se llamaba Justo Fortunato murió 1875. En la
invasión de 1876, es decir en la batalla de la Tapera de Díaz, su familia fue hecho prisionera.
( Hux ib p. 232)
LUPITARÚ, 1671, cac. araucano. Ese año una expedición lo sorprendió junto con el
cac. Clentarú y Dugue guala cerca del rio Allipén. Hicieron una gran mortandad entre sus
indios y a tres caciques los colgaron de un árbol para escarmiento de los demás (Gay: Historia
1847 III. p. 268/69. ETIM: Trarú: carancho; lupi: …
LUPIL (Lepil), 1815 cac. mapuche. Entró en nuestro país ese año y se radicó en el
Valle del Río Negro. Era amigo del cac. Chocorí, con quien “boleaba” a vecs. Las tropas
expedicionarias del año 1833 al mando del Cnel. Angel Pacheco lo persiguieron y les tomaron
400 prisioneros, mientras que otros pudieron huir a Chile. Dionisio Schoo Lastra transmite el
siguiente relato (que se halla en AGN S V. 26-5-5) en su libro “El Indio del Desierto, primera
ed.1928, p.84): “Una mañana de mediados de Julio de 1833, al salir el sol, desprendidos de la
División Pacheco, 25 nadadores con su caballo, en pelo, se lanzareon a través de un brazo del
Río Negro para atacar los toldos de la gente de Veylocurá y Lupyl. Otros tantos soldados con
el Teniente Ferrat, embarcados en dos botes la noche anterior, siguiendo el curso del agua,
debían avanzar simultáneamente hacia los mismos toldos por la espalda. Detenidas las
embarcaciones por obstáculos del cauce, los hombres siguieron a pie, debiend cruzar doce
cuadras por entre bañados con el agua en la cintura, quebrando el hielo con las culatas de las
tercerolas. Llegados, encontraron los toldos vacíos. Pero a poco de estar aparecieron las
familias indígenas. Se habían ocultado en un curioso escondrijo. Las aguas del río habían
descendido, pero capas de hielo habían quedado en las riberas donde se habían ocultdo. El
frío les obligó salir. La mayoría de los soldados que habían marchado sin mujeres, se unían a
las indias, lo cual era autorizado por el Comandante de la campaña como medio de dulcificar
los rigores de la campaña y la temperatura glacial”
LLANCAMIL (I) (Yancamilla o Ñancamil): 1806, cacique ranquel, hijo del cacique
Carripilún y hermano del cacique Gobernador Neicuñán, quienes participaron en la Guerra
Pehuenche. Neiycuñán era sucesor del cac. Pichi Colemilla. Llancamil en 1806 acompañó a
Luis de la Cruz en su viaje por la pampa (De Angelis I. p. 129). Luego adhirió a la causa de la
Independencia Argentina. Fue estimado en Mendoza. Pero cuando la guerrilla pincheirina se
expandía sobre Mendoza, en 1828. los caciques Antical y Chocorí mataron(¿) al cacique
gobernador Ñeycuñán. Chocorí y el cac. Antical se apoderaron de su cacicazgo y de sus
indios. Mendoza, mal informada, le envió un bastón de mando en señal de aprobación. Pero
Llancamilla (Ñancamil o Llancán) quiso vengar al hermano y armó una coalición con los
caciques Toriani. Neculmán, Paillalef. Llanquetruz y el pincheirista José Hermosilla con 200
pincheirinos, armados con fusil: juntos, le lanzaron a Antical un malón de 5.000 hombres, el
que fue muerto y con él un centenar de indios. (Información del Diario del gobernador Segura
en su expedición de 1846: véase Ñeycuñan y Guzmané. Comando Gral del Ejército ob. cit. IV
p. 451: 28 de Mayo de 1828) Etimología: Llanca: pepita (perla) de: milla: oro.
LLANCAMIL (II): 1876, capitanejo ranquel, sobrino del cacique general Mariano
Rosas y del cacique Epugner. Siendo hombre de confianza de su tío Mariano, éste lo envió, en
Marzo de 1876, a Río IVº para conferenciar con el coronel Julio A. Roca. Había nacido en
Quenyam, en la zona de Leufucó, en el año 1849. El Padre Marcos Donati, al bautizar, en
Marzo de 1874 a José Llancamil en Villa Mercedes, anotó que tenía 25 anos y que era hijo del
capitanejo Huenchuil y de Chaupuipán (Lib. Bautismal, de Villa Mercedes). Vivió los
acontecimientos de las tribus ranquelinas hasta 1878. Ese año llegó el cacique Ramón Cabral
a la Reducción denominada “Sarmiento Nuevo” con más de 400 indios; los establecieron
como “sometidos” en “El Tala”, lo que disgustó a Epugner, quien los atropelló. Llancamil fue
encargado de arreglar la cuestión.
En octubre de 1878 integró una gran comisión que, según el tratado de paz
últimamente hecho y aprobado, se acercó a Villa Mercedes para retirar las raciones y
haciendas ofrecidas. De improviso (traidoramente) fueron atacados y apresados, de manera
que Llancamil quedó en prisión, cuando los otros ranqueles fueron atacados o dispersados y
echados de sus campos. Después de la Conquista del Desierto, Llancamil recuperó su libertad
y volvió a establecerse en la Pampa, pero sólo en la zona inhóspita del Salado, porque las
tropas y los "gringos" habían ocupado la zona buena.
El 12 de agosto de 1882, Luis M. Campos fundó el fortín Gral. Acha y el pueblo
contiguo, que sería la primera capital de la Pampa Central. Victorica ya se había fundado, el
12 de Febrero de ese mismo año, después que las tropas habían ocupado definitivamente a
Poitahué, donde establecieron el Regimiento de Indios Amigos que obedecía al cacique
Ramón Cabral.. Junto a General Acha se estableció también la tribu de los indios amigos de
Pichihuincá.
Cuando se supo que en la pampa había aún, o de nuevo, grupos indígenas, la policía
de estos pueblos principiantes hizo averiguaciones. Por unos bandoleros se supo "que al Oeste
merodeaba un grupo de 400 indios alzados al mando de los caciques Yancamil y Peinecó".
Esta es una versión que se oficializó por vía jerárquica. Otra versión es que el capitanejo o
cacique Yancamil con 400 indios se acercaba a Victorica para establecerse en paz cerca de ese
fortín. Así, el cacique adelantó una comisión de 70 indios amigos para pedir el permiso y
preguntar en qué condiciones podrían hacer este paso. Tras ellos venían unas 300 mujeres
con niños. Estaban muy hambrientos y desposeídos.
Entonces se despachó desde General Acha una patrulla de 150 hombres al mando del
mayor Nicolás Santerbo, por ausencia del coronel Rodríguez y el comandante Anaya. Pero no
fueron para escoltarlos ni para protegerlos, sino para atacarlos y quitarles la poca hacienda
que tenían. Esto ocurrió a fines de Julio de 1882. Los indios, al darse cuenta de este
movimiento, retrocedieron en fuga. Cuando llegó el destacamento al Salado Chico
(Algarrobos, Dep. Chalileo), el mayor Santerbo desprendió una patrulla de 25 hombres hacia
Puelén. La conducían el teniente Tránsito Mora y Simón Martín, hasta las aguadas y la
rastrillada chilena. Entre Buta Ranquil y Copel, la patrulla fue arremetida (primera versión, o)
la indiada fue arremetida (segunda versión). Los indios tuvieron que replegarse hasta el
Cochicó. Las tropas habían muerto a un bombero; otro escapó. Según un informe los indios
tuvieron una pérdida de 150 conas, mientras que la tropa de Acha lamentó la pérdida de 8
hombres. Este fue el resultado del “combate en Cochicó”, el 12 de Agosto de 1882. La
patrulla regresó hasta Puente de Tierra del Atuel, donde se encontraron con el resto y
regresaron a Gral. Acha.
Algunos pobladores han tratado de recoger la tradición oral del hecho. En ella hay
algunas diferencias por nombres, números (30 indios muertos), y otros detalles. El parte
oficial se escribió el 18 de Agosto de 1882. Fue redactado por el coronel Anaya, el 26 de
Agosto.(Se conserva en el Archivo del Estado Mayor del Ejército (Servicio Histórico) de
Buenos Aires.). Al coronel Rodríguez se le instruyó un sumario, por su ausencia, pero no
conocemos la sentencia.
Al celebrarse el cincuentenario de la fundación de Victorica y del combate de
Cochicó, la comisión directiva de la Biblioteca Bartolomé Mitre se negó a adherirse al
homenaje que se quería rendir a los "Héroes de Cochicó", motivando su abstención con estas
palabras: "Por ser acto que tiende a perpetuar errores históricos". Llancamil salió con vida de
la persecución. Pero tres años más tarde, en 1885, fue capturado cerca de la laguna Meucó,
dice W. Cazenave en el Album del Centenario de Victorica (1982). Por orden expresa del
general Julio A. Roca se le respetó la vida. Rudecindo Roca, su hermano, pidió la entrega del
prisionero para que trabajara en los yerbales de Misiones. Y hacia esa zona subtropical tuvo
que marchar con los que le quedaban. En el camino se sublevó, dominó la tripulación de la
lancha y se lanzó a la costa paraguaya, donde los indios guayaquíes le dieron asilo. Tampoco
el gobierno paraguayo concedió la extradición del fugado. Allí, en el Paraguay, vivió algunos
años. Le nacieron varios hijos en Encarnación. Finalmente, cuando supo que en la Argentina
se le concedía amnistía e indulto, regresó. Se le dio un campo en "El Arbol Solo" y murió en
la Pampa, su Pampa. Estaba casado con Tránsito Gil de Villa Mercedes. Su hijo Gregorio
Llancamil se afincó en Colonia Mitre (donde lo visitó en 1947 el Dr. Carlos Rusconi).
Llancamil es ahora un topónimo de la Pampa. (Alberto Vuletín: La Pampa, 1972. p. 131)
No he podido consultar el libro: Yancamil, el último grito ranquelino, de Ferrari,
Horacio Daniel. Ed. Colegio Salesiano San José, Rosario 2000, 191 pág., ilustrado.
En 1925, el misionero Padre Pozzoli y 3 saleianos más visitaron los ranchos de
Yanquemil. Gregorio era el último sobreviviente del combate de Cochicó. Este era hijo de
Luis (Lucho) Baigorrita. El Padre Pozzoli sacó fotos.
LLANCÁN (IANCÁN), 1770 cac. pampa puelche. Lo vió Juan Antonio Hernández,
el autor del diario del capitán de la Expedición del Maestre Manuel Pinazo en 1770 contra los
“tehuelches”(En. De Angelis V.) Lo vio en Cabeza del Buey (Part. de Bolívar), junto con el
cacique Lorenzo Calpisquis. 1776, Diego de las Casas en su Censo “Noticias Individuales
(De Angelis IV p. 584) dice que había encontrado la toldería de Llancán en Colulauquen, a
cinco leguas de Tregua. Tenía 10 toldos y 30 indios de escolta. Disponía de tres ojos de agua.
La primera noticia que tenemos de este cacique es de 1744, cuando vino a Buenos
Aires, acompañado del cac. Güenu Angte de “nación pegüenche”, seguramente para negociar.
LLANCÁN, 1814, cac. pehuenche. Ese año concurrió al parlamento que por orden
del Gobernador José de San Martín el sacerdote había convocado. Y aparece en la lista del
cacique gobernador Neycuñán (Arch. Mend. Carp. 123 doc.1)
LLANCA CÓ, 1837, capitanejo pampa de Calfiao (AGN X. 25-5-1: 15-2-.1837)
LLANCAO, o Llancanao, 1870, capitanejo ranquel del cac. Baigorrita. Lo menciona
Lucio V. Mansilla en su libro: Una Excursión a los Indios Ranqueles ed. 1890 p. 574 y figura
en la lista de capitanejos del Padre M. Donati de 1870.
LLANCA ÑER o Ñancagüer, 1846 , a poco de haber muerto el cac. pehuenche
Guzmaé por el malón del cac. Purrán, el Goberndor de Mendoza salió a Campaña para
recoger noticias sobre esa muerte. Convocó en San Carlos a los caciques pehuenches a
parlamento general, al que concurrió también el cac. Llancañir (Arch. Mend. 11.10.46). De
las averiguaciones y del proceso levantado, se desprendió que agentes chilenos (Surita y
Zúñiga) habían invitado las tribus mendocinas a pasar a Chile para la guerra. Llancañir ha
sido invitado también (Arch. Mend.doc. 12: 24.1.47) (Ver más bjo el título “Guzmané”).
1852 figura Ñancagñer en la lista de los caciques y capitanejos de Calfucurá que
fueron obsequiados en Bahía Blanca en vísperas de la batalla de Cepeda.
Nota : En los documentos se confunden a veces Ll, Y y Ñ
LLANCA PÁN, 1782 capitanejo pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche.
Pertenecía al gupo de los huilliches. El 16 de diciembre de 1782 estaba presente en el
parlamento de paz con Rampapán, Antepán y los caciques Roco. Fue muerto en oportunidad
de un ataque a los pehuenches de Malalhué (Arch. Med. doc. 5: 27.8.92)
LLANCA PÁN,1824, cac. ranquel. Ese año estuvo en la zona de la Sierra de la
Ventana , junto con los caciques Pablo (Lepnopán) y Curritripay. Se dice que estaban
dispuestos a tratados de paz, cuando antes, probablemente, participaron en la guerrilla del
Brigadier chileno José M. Carrera. Llama la atención que no estuviera en los grandes
parlamentos de Guanaco o Pecuén que se realizaron en 1825 y 1826.
LLANCA PÍ, machí de la tribu de Namunmcurá (Foto en el Museo de Tandil)
LLANCA PÍ, 1783, cac. puelche de Huechún Lauquén. Ese año visitó junto con el
cacique Guchumpilqui al explorador Basilio Villarino. (Diario de éste en De Angelis 1837 VI
y Plus Ultra 1972)
LLANCA PICHÚN, 1782, cac. pehuenche de la Reducción de Ranco (Chile). Ese
año fue interrogado si sabía algo de la Ciudad de los Césares (De Angelis I. 1910 p. 385)
LLANCA QUEO, o Llancaquén, 1860, cac. pehuenche chileno. Ese año escibió al
Gobernador sobre el incumplimiento del tratado hecho por Benavides. El periódico “El
Meteoro” de Los Angeles del 1º de Mayo de 1869 lo llama “uno de los más prestigiosos
caciques pehuenches, igual que el cac. Purrán. Y como éste había molestado a los aventurosos
comerciantes chilenos, se propone darle el cacicazgo principal al cac. Llancaqueo. “Es indio
muy bueno con nosotros “ (ib. 30.9.69) En la edición del 9 de octubre de 1869 dice para el 30
de septiembre ppdo. “Ayer, 29, ha salido de ultra Cordillera Mateo Sepúlveda, vecino de este
pueblo (Antuco) y nos da las noticias siguientes: “que a los chilenos que fueron con los
pehuenches a negociar en las pampas, les ha ido mal. Trayendo pocos animales.
“El comerciante Santos Cid de Quiyeco fue alcanzado en el camino por los indios
pampas y quitándole 160 animales vacunos, 56 caballos, un número regular de prendas de
plata y bastante paño, resto que le había quedado después de sus compras. La escapada hizo
casi desnudo y a pie. En este estado ha marchado 12 días, logrando al fin ser encontrado por
el cac. Llancaqueo pehuenche quien le franqueó caballos hasta donde invernaba; sin cuya
generosidad habría perecido en el desierto.
El periódico “El Meteoro” del 9 de octubre del mismo año de Antuco, trae una carta al
Intendente: acusó al cac. Purrán de que, según Mateo Sepúlveda, hace mucho daño al
comercio (llamado illegal) Bueno sería que el Intendente tomase algunas medidas, que
detuviese a este mal indio en sus avances para hostilizar a muchos compatiotas o por lo
menos retirarle el cacicazgo y darselo a Llancaqueo, indio que talvez es de más prestigio y
muy bueno con nosotros, como está probado por todos los que han tenido trato con él y sus
mocetones (Jorge L. Rojas Lagarde: El comercio de ganados robados con Chile en el siglo
XIX. En: Morris, Raúl “Los Angeles” 2001 p. 101) Sería interesante tener tales noticias
detalladas de muchos caciques.
El 1º de enero de 1870, se hizo representar por el cacique, al celebrarse en Angol un
convenio con el General Urrutia con los pehuenches del Alto Neuquén. Según ese convenio
recibirían sueldos, siempre que se comprometiesen proteger a los hacendados chilenos,
afincados al este de la Cordillera (AEM. doc. 6464) Noticiado el Gobierno Argentino de tales
convenios, inició de inmediato una gestión de tratado de paz con los mismos picunches para
reafirmar ante ellos la soberanía argenrtina. Así se celebró en San Rafael (Mend.) el primer
tratado de paz con ellos, el 11 de agosto de 1873 (AEM doc. 1181 y Arch.Mend. carp. 123
doc 45) Para ese acto el cac. Llancaqueo se hizo representar de nuevo, esta vez por el
capitanejo Antical. Vivía en Ranquilón hasta la gran prsecución de la Conquista de Desierto.
Entoncs, parece que se corrió a Campana Mahuída (Olascoaga I. 225). No tengo registrado
ningún hecho bélico que le haya afectado directamente.
ETIMOL: Queo: ser y Llanca: perla
LLANCA QUEO, 1870, capitanejo ranquel que Mansilla menciona en su relato o
libro Excursión a los Indios Ranqueles ed. 1890 p. 574.
LLANCA QUIR o Llancaquirque, Llanquin, 1792, cac. pehuenche que armado de
lanza y cota” intervino en la Guerra Pehuenche. Ese año acompañó al Comandante F.
Esquivel Aldao en su expedición contra los huilliches, de la cual Esquivel escribió un diario
(publicado en:Rev. Junta Est. Histde Mendoza VIII 1938) Hecho la paz, se dedicaba más al
comercio. 1806 lo encontró Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa, llevando cinco
cargas de sal de Salinas Grandes. Había dicho que mataría al viajero chileno, pero después se
retractó (En: de Angelis I ). 1845 estuvo de visita en Azul y en la tribu de Catriel. Donde le
dieron un gran recibimiento. El Comandante Pedro Rosas y Belgrano, encargado de las
relaciones pacíficas con los indios, le dio algunas raciones. (Arch Azul, Revista p. 113)
La información recogida por el gobernador de San Luis sobre el asalto y asesinato del
cac. Guzmané decía, que ni Llancaquir ni Llenquir habían participado en el asunto, porque
entre tanto estaban boleando y maloqueando en otra parte. (Arch. S. Luis 6.6.1846)
ETIMOL: Quirque: lagarto; Llanca:collar
LLANCA QUIR, (según Terrera p. 187) era un cacique tehuelche que vivía sobre el
río Negro entre 1830 y 1870. Estaba en paz con los cristianos, igual que su amigo Sayhueque.
1879 lo encontraron los expedicionarios en el Sur de Neuquén (J. Raone 1980 p. 49)
LLANCATUR es Llanquetruz Iº
LLANCA VILLA, 1798, cpitanejo pehuenche del grupo de Malalhué. Participó en
los últimos parlamentos que concluyeron con la Guerra Pehuenches (Arch. Mend. Doc. 43:
31.5. 1798).
LLAN CÚ, o Ñancú), José. Capitanejo de la tribu de Coliqueo cuyos datos
conocemos del libro de bautismos del R. P. Pablo E.Savino (hoy en el Museo del Indio de Los
Toldos) de 1876, porque él y toda su familia se bautizaron allí. Estaba también entre los
capitanejos que habían sido presos en la Isla Martín García, en 1872. José Llancú nació en
1841 en la Pampa. Estaba casado con Isidora Pithrufill, nac. en la Pampa en 1842. Sus hijos:
Juana (nac. 1863); Martina (nac. 1865); Teresa (nac. 1869); Luis (nac. 1871) y Nazario (nac.
1873). Eufemia Llancú, nac. 1848 se casó con Martín Rayú. La señora Isidora murió en Los
Toldos en 1881 y Don José en 1888. Creo que su progenitor ha sido Llanculao (Ñanculao),
quizás él se llamaba también así, del cual se dice que había estado 2 años y medio preso y que
era tío del cac. Justo Coliqueo. Su apellido no perdura en la comunidad de Los Toldos.
LLANGA NAO, 1811, cac. araucano de Lebo (Chile). Era hermano del cacique
principal Cataguanquelén ( Gay: Documentos 1876)
LLANGRETAUN,1822, cac. ranquel que concurrió con el cac. Neculhueque al
parlamento convocado por el Cnel Pedro A. García en la zona de Tandil (De Angelis IV p.
160)
LLANI NAO, 1787, capitanejo pehuenche que figura entre los asistentes al
parlamento de paz con el cac. Roco. (Arch. Mend. doc 37) ETIM: Lami: hermano, amigo y
Nao: del tigre
LLAN QUEL, o Llanquelén, Chacalén, 1776, cac.ranquel o pehuenche, según el
censo de Diego de las Casas ese año. Vivía sobre el río Chadileufú de la Pampa, en el paraje
Poto (De Angelis IV p. 584) Llanquel puede ser Ranquel porque la “r” es semejante “Ll” en
idioma mapuche
LLANQUE LEMUS, 1776, cac. pampa. Según el censo de Diego de las Casas era ya
anciano en ese año. Vivía en Trenel; tenía 10 toldos y 20 indios. Sus tres pozos eran cercados.
LLANQUE o Yanque, 1593, cac. mendocino de la encomienda de Luis de Guevara,
cerca de Tumbra.
LLANQUÉ o Yanqué, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir en Guaminí.
Vivió toda la tragedia de los borogas huídos de Chile. Véase la biografía de Cañiuquir. Con
éste fue muerto por el segundo ataque que las tropas de Bahía Blanca a sus indios, el 26 de
abril de 1836.
YANQUE o Llanqué, 1843, cac. Raquel que hizo en ese año un malón a Cruz Alta
junto con Painé, Calván y Coliqueo, en diciembre. (Ver Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos y Memorias de S. Avendaño) . El Gobernador de Córdoba les mandó atacar los
pueblos de Santa Fé y ellos creyeron que Cruz Alta estaba en el territorio santafesino.
LLANQUE, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla en su libro (ed.
1890 p. 574) Una Excursión a los Indios Ranqueles.
LLANQUE o Yanqui, 1852, capitanejo salinero de Calfucurá. Figura en la lista de los
obsequiados por Rosas, con fecha 7 de enero. (varias veces citado )
LLANQUE aparece como abreviatura de Llanquetruz.
LLANQUELÉN :
Pero no todas las rencillas (de 1765 hasta 1799) estaban apagadas con el tratado de
Paz. Las Actas Capitulares de Río Cuarto (ed. 1947.p. 179) nos informan, con fecha 4 de
Enero de 1806, que el cacique Chacalén (Santiago Llanquelén) había notificado que el
cacique Carripilún estaba disgustado y a puntó de sublevarse. Más tarde, este jefe ranquel
Carripilún se vengó de Llanquelén. En Julio de 1816 invadió los toldos de Llanquelén,
matando gran parte de los indios y llevándose el resto como cautivos, como también toda su
hacienda. El cacique Llanquelén (h) despachó dos chasquis de urgencia a San Luis, donde
llegaron recién el 24 de Julio, pidiendo un auxilio de tropas para rescatar a los sobrevivientes.
En Córdoba pidió pasaporte para ir a Buenos Aires (Arch. Cord. Tom. 48 y Tom. 53). Lo
mismo pedía el cacique Quichudeo en Mendoza (Arch. Mend. Carp. 20 doc.10,fecha: 21 de
julio de 1816).
Los indios que habían podido escapar, fueron a reunirse con las tribus establecidas
entre Sierra de la Ventana y Tandil, según anota Carlos Grau (Fuerte 25 de Mayo en Cruz de
Guerra, La Plata 1939). Este publicó el interesante mapa de la provincia de Buenos Aires,
editado en 1824 en Londres por D. B. Muñoz. Allí figuran entre las tribus de la Nación
Pampa los "Toldos del cacique Llanquelén, ubicados en lo que serían los partidos de Pringles
y Suárez. Debajo del nombre de la mencionada tribu se lee este texto: "Aquí se reunió el
Congreso de 22 caciques el 27 de Abril de 1822 para tratar con la comisión del Gobierno de
la Provincia de Buenos Aires".
En 1822 , el coronel Pedro A. García, pues, fue encargado de pacificar a los indios
pampas por un tratado de paz, después que el gobernador M. Rodríguez había fracasado en su
atropello en su expedición de 1821. (Ver Ancafilú)
En su Diario (publ. De Angelis IV. p. 126), García nombra a los indios de Llanquelén
que tenía diez agrupaciones de toldos y 200 indios de pelea, en el llamado 6 0 escuadrón de
indios pampas. El cacique Llanquelén tomó parte en las deliberaciones sobre el tratado de
paz.
Pero las promesas de paz duraron muy poco. La conquista de los campos del sur de la
provincia de Buenos Aires era el objetivo preferido del gobernador y los indios siguieron
agitándose.
En 1823 un comerciante encontró al cacique Santiago Llanquelén en El Cuero (límite
de la Pampa con Córdoba) y le habló del alboroto de los indios chilenos venidos a la pampa.
[Algún tiempo pensaba que allí sería otro grupo de un cacique Llanquelén] Que Quichudeo le
había avisado que en Leubucó habían saqueado (Arch. San Luis 26 dic. 1823). El, empero,
buscaba la paz. En Abril de 1823 firmó entre otros ranqueles una solicitud al Gobernador de
Córdoba, pidiendo que interviniera para restablecer la paz en la Pampa, turbada por el Gral.
J.M. Carrera. Pero en realidad, Santiago Llanquelén con sus indios se apoderaron en 1823 de
la zona de El Cuero, desplazando al cac. ranquel Corón (o Coronado), lo que vengarían con la
expedición de los indios con Baigorria en 1838 (Ver Corón)
En 1824 se lo nombró a él o a algún hermano entre los caciques de la Sierra de la
Ventana que estaban dispuestos a realizar otro tratado de paz (AEM. 10.5.24). Efectivamente
asistió al gran parlamento de paz que se reunió el 13 de diciembre de 1825 en la zona de
Bahía Blanca, convocado por los hermanos Oyuelas y el 20 del mismo mes en Laguna del
Guanaco (Córd.), donde asistieron 50 caciques: él es el Nº 6 en la lista. (AGN. S.X. 27-7-6)
Como los indios chilenos a las órdenes de los hermanos Pinchcira seguían invadiendo,
el presidente Rivadavia despachó al coronel Federico Rauch a expedicionar en el Sur. Las
expediciones del ex oficial de Napoleón eran de exterminio. En su segunda expedición con su
Regimiento y más de 900 indios tehuelches y pampas, atacó también la toldería de
Llanquelén (AGN. S.X. 14-3-1). En el resumen que hizo de la acción dice simplemente, que
había matado en esa tribu unos cien individuos y que cautivaron otros 400 y sus haciendas.
Como razón o justificación de tales hechos decía simplemente, que se habían sublevado y que
hacían invasiones a las estancias de la civilización. La colaboración de los indios pampas y
tehuelches resultaba como una siembra de nuevos odios.
Juan Manuel de Rosas, el hombre que intervino durante una generación en los
destinos de nuestro país, manejó a muchas tribus, como mejor le plugo. No estaba de acuerdo
con aplicar una política ofensiva contra los pampas. El mismo fue encargado, en 1826, por el
gobernador Las Heras, del "negocio pacífico con los indios y el avance de la frontera". Fue
alma y promotor de la fundación de Junín (Federación), Cruz de Guerra de 25 de Mayo,
Blanca Grande y Bahía Blanca. Para mayor seguridad de estas fortalezas, ubicadas en puntos
estratégicos, ideó el sistema de situar en su inmediación una tribu de indios amigos, con
sueldos y raciones, que anoticiarían las novedades del campo, defenderían a estos puntos
contra los invasores que no tardarían en presentarse por el avance de la conquista y la
alteración de la paz. Su presencia daría posibilidades al comercio de los incipientes pueblos.
Antes de que el Fuerte Federación se hubiese terminado, fue atacado y su rancherío
destruido. El jefe de la frontera, entonces el general Angel Pacheco, se lamentaba y se
quejaba al gobernador Juan José Viamonte, escribiéndole, el 14 de Octubre de 1829: "Es una
lástima la destrucción del Fuerte Federación por los indios, porque es un punto de absoluta
necesidad para su ocupación" (AGN. S.VII. 1-2-4 Doc. 4ó). Juan M. de Rosas, entonces,
quiso llevar a Junín a la tribu sumisa de Santiago Llanquelén; en Bahía Blanca estableció a
los indios amigos (chilenos) de Don Venancio Coñuepán; a Tandil llevó a los indios de los
caciques Collinao y Melinao; y para Azul, que se fundara algo más tarde, destinó las tribus de
Catriel y Cachul.
El año 1829 convocó a los caciques nombrados a Chacarita de los Colegiales e hizo
con ellos un tratado de paz., cuyo texto no he hallado. Luego de esta entrevista, una parte de
los indios de Llanquelén pasarían a proteger el nuevo establecimiento de Tapalquén con 39
agrupaciones de toldos (Capdevilla: Tapalquén 1965 I. p. 70). Mas tarde volverían a Junín.
En ese tiempo los llanquelenes en Tandil sufrieron una prueba humillante, pues una
expedición de las tropas de Bahía Blanca, al mando del coronel N. del Valle, llegó en cinco
días de marcha al "Arroyo Pantanoso" (Tapalquén traducido), donde atacaron a los indios.
como lo harían a continuación en el Arroyo Mayoguello. En la madrugada del 12 de Abril de
1830 mataron al cacique mayor Vilcay y a un cacique Llanquelén ( un capitanejo, un hermano
o sobrino del cacique Santiago Llanquelén de Junín). Murieron, además. el capitanejo Tralca
y 140 indios más, y apresaron a 180 chinas, 87 niños y 37 ninas. A los caciques amigos que
los acompañaron, les cedieron 37 indios parientes (A.G.N. S.X. 27-7-6 y 14- 3- 1).
Rosas los quiso mansos y continuaba favoreciéndolos. Hizo llegar a Junín a los
sobrevivientes de Tapalquén. a principios de 1832. Consta que les dio raciones (AGN. S.V.
28-4-4:4.12.32). Los vigilaba el coronel Pedro Ramos, comandante de Junín. Esto se
desprende de un documento fechado allí, el 18 de Marzo de 1832 (AGN. S.X. 23-7-3). En él
informa el Comandante de la Frontera Norte que el indio Mariano (hijo del cacique Santiago
Llanquelén) sabía de proyectos de invasión desde Salinas Grandes y que ellos serían el primer
objeto de sus robos. El mismo cacique Llanquelén decía al comandante que quería mudar sus
toldos 10 o12 leguas más hacia el sur en esa contingencia. (Aquí se ve los motivos de la vida
azarosa y movediza, que mudaban los toldos no por instinto nómade, sino por necesidad de
salvamento).
El general Pacheco, entonces, les hizo una visita y averiguó sobre el cacique Paillán,
quien había conducido una invasión a Lovoy en Córdoba. En el parlamento con el cacique S.
Llanquelén, el 20 de Marzo de 1832, éste decía de Paillán que siempre había sido salteador y
que era enemigo suyo; porque había esclavizado a su padre. Este luego, logró escaparse,
aunque intentaran perseguirlo para degollarlo. Que entonces se refugió entre los chilenos
(venidos a la Pampa), donde todavía se hallaba. (AGN Biedma S.VII. 10-4-14).
Ni Pacheco, ni Rosas, dudaron de la fidelidad de los llanquelenes. Después de otro
parlamento, el mismo Pacheco lo señaló como "hombre de talento y fiel, amigo del Gobierno
y del General Rosas", (ib. 2.2. 1833: Pacheco a Rosas).
Estos indios, numerosos por cierto, constituían una comunidad abierta y acogedora
para la población del Fuerte Federación. En un censo de 1834 se señalan 110 personas entre
oficiales, tropas y familias como, pobladores del mismo Fuerte. En la tribu, algo distante,
había entre 500 y 600 indios de pelea, que significa una población de más de 2.000 almas
entre chicos y grandes. 250 familias tenían quintas sembradas de maíz. zapallos, sandías y
hasta cosechaban nueces y duraznos y (lo que extraña) hubo un ensayo de cultivar yerba
mate. "El cacique tiene una quinta como de dos cuadras (dice el documento); tiene 200 vacas,
100 caballos y una majada de ovejas y unas 300 cabras." (AGN. S.V.(ahora X) 26-3-6).
También sabemos que, más tarde, tuvo una casa en el Fuerte Federación. Se observa a través
de estas noticias la personalidad de un cacique activo.
El censo que mencionamos fue confeccionado, mientras parte de su tribu acompañaba
a J. M. de Rosas en su Campaña al Desierto (1833/34). Poco después se confeccionó otro
censo importante y prolijo que reproduzco del libro de Rene Pérez: Apuntes para la historia
de Junín. (La Plata. 1950, p. 31. según A.G.N Sala V. (X) 26-3-6.
CABEZAS DE
Caciques Capitanejos Indios Chinas Niños Total Yeguas
TOLDOS
Cac. Santiago
1 -- 57 24 16 98 30
Llanquelén
Cac. Francisco
1 -- 59 24 17 101 30
Calfulén
Cac. Curiñán 1 -- 29 18 21 69 19
Capit.
-- 1 24 17 17 59 16
Quintrequeo
Capit. Aylapán -- 1 4 4 6 15 4
Cac. Santiago
1 -- 14 22 24 61 16
Almada
Capit.
-- 1 29 56 43 129 35
Nahuelquín
Cac. Quintulén 1 -- 6 8 10 25 7
Capit.Meliñán
-- 1 12 19 28 60 16
(Meloguán)
Cac. Quichudeo
1 -- 12 16 27 56 --
II
Capit. Caigüé
-- 1 -- -- -- 1 --
(Carangué)
Capit. Curriquil -- 1 5 6 6 18 6
Capit. Quichudeo -- 1 36 40 40 117 32
Ranqueles
Cac. Calquín 1 -- 26 21 20 68 18
Capit.
-- 1 24 17 11 53 14
Quintrequal
Capit. Cayuquín -- 1 10 8 6 26 7
Capit.
-- 1 23 28 22 74 20
Puelmán,baqueano
Capit. Melimán -- 1 24 27 15 67 18
TOTALES 7 12 394 349 329 1097 287
Además:
Cap. Traical -- 1 12 9 10 32 --
Capit. Guali -- 1 190 ¿Se fue a los ranqueles?
LLANQUELÉN DURANTE LA EXPEDICION AL DESIERTO Y OTRAS
OPERACIONES
Rosas señaló a Llanquelén como modelo a otros caciques. Así escribió el 24 de Marzo
de 1833 al cacique Cañiquir: "...ustedes criarán a sus hijos felices y en perpetua paz y a sus
haciendas. Sembrarán todo lo que quieran, como lo ha hecho Llanquelén en la Federación que
ha hecho una huerta grande" (AGN S.V. 35-2-6). Rosas supo moldear a los caciques pampas
de manera que le prestaran los más leales servicios: a veces le tributaron honores rayanos en
el fanatismo, llamándolo "Padre" y "Segundo Dios". En enero de 1833, en plena preparación
de la Expedición al Desierto, Francisco Llanquelén (o Calfulén), el hermano de Santiago
Llanquelén, asistió a un nuevo parlamento en la residencia de Rosas, en Chacarita (AGN S.X.
27-5-5: 7.1.33). Una primera reunión hizo en su estanca “San Martín” y luego en “Chacarita”
a la que asistieron además de Francisco Llanquelén, Calhueque, Juan Catriel y Venancio
Coñuepán, comprometiéndose a participar en la Campaña al Desierto (Arch. S.VII 10-4-13)
Para ganar su simpatía, le regaló al cac. Llanquelén cien yeguas. Por eso resultó también fácil
ese otro parlamento en Junín a cargo del general Angel Pacheco. Leyendo las 14 páginas que
escribiera Rosas para instrucción de Angel Pacheco, su pariente (fecha 11.1.83), se conoce el
método y el estilo de Rosas, no exentos de refinada intriga y matizados con amenazas o
promesas para comprometer a las tribus indígenas. Pacheco debía comprometer a la tribu de
Llanquelén con el gobernador de Buenos Aires; distanciarlos de los ranqueles del cacique
Llanquetruz y disipar los recelos contra sus enemigos, los borogas; finalmente, debía -aunque
el documento no lo menciona,- convocarlos a concurrir con un contingente a la Expedición al
Río Colorado y obligar al resto a proteger la avanzada del Fuerte Federación. "El Gobierno
está en guerra con Llanquetruz; --dice el documento-. Deben ser sus enemigos y cortar toda
relación con él, si no deben irse y serán perseguidos... Este es el plan que les hacemos. Usted
dirá que los protegeré. Han de dar pruebas de amistad desde el juramento de las paces, que
tuvo lugar en Chacarita (1829). paces acordadas conmigo. Y más, desde que el Gobierno les
da lo necesario para que se mantengan sin necesidad de robar... [Se refiere a los sueldos del
título de teniente coronel para el cacique y los de los oficiales (capitanejos), incorporados al
ejército, y a las raciones que se daba a la tropa]. Si no se convencen, iré yo con Catriel..."
De cuanto se desprende del informe del general Pacheco, el parlamento del 2 de
Febrero de 1833 fue satisfactorio. Se habían leído primero las comunicaciones de Rosas en
castellano y un lenguaraz las iba traduciendo al mapuche. El cacique Llanquelén contestó en
solemne peroratoria. Agradecía la llegada del general Pacheco y expresaba que estaban bien
allí y deseaba tener una casita en el Fuerte, donde podría resguardar a su familia en caso de
guerra o cuando tuviera que ausentarse. Santiago Llanquelén aceptó que comparecería a un
parlamento de guerra con Rosas y Catriel. en el campo de Tapalquén. (ib. 6 fojas) Cuatro días
después, el caciquillo Francisco, dos capitanejos y una escuadrilla de conas iniciaron su
marcha hacia Tapalquén. Más tarde les siguió el cacique Don Santiago con su escuadrón
(AGN. S.VII. 10-4-8. doc. 124). Rosas sabía uncir a "sus bueyes". El 21 de Marzo anotó en su
contabilidad una salida de 800 pesos destinados para el cacique Llanquelén. Cuando el 3 de
Abril. Rosas y su Ejército Expedicionario llegaron a Tapalquén, ya estaban esperándolos los
caciques pampas Catriel y Cachul, Llanquelén, Pablo, Nicasio y Anguepán. Con ellos Rosas
realizó un parlamento y luego incorporó 300 indios de lanza. El general no admitió más,
porque le faltaban caballos y quería ahorrar gastos. Así despachó a los que sobraban a sus
respectivas guardias de Azul, Tapalquén, Tandil y Federación. El día 12 de Abril, la columna
expedicionaria rompió la marcha. La tropa indígena estuvo capitaneada por el mayor Eugenio
del Busto, ex cautivo de una tribu araucana. (Diario de Rosas. AGN. S.X. 40-7-70) No
detallaré las acciones de la Expedición. Menciono una carta del general Pacheco, escrita en el
campamento del Colorado, el 1º de Diciembre de 1833, en la que dice que el cacique
Llanquelén se había destacado en toda la campaña y elogia su fidelidad (AGN. S.VII. 1-2-9, 5
fojas). Al final de la campaña, Rosas los gratificó y pudieron regresar al campamento de
Federación ( Junín) sin grandes pérdidas. Algunos indios fueron enganchados de nuevo para
las campañas siguientas contra ranqueles y borogas.
Desde que vivía en su fuerte, Llanquelén se sentía más seguro; pero no descuidaba
mantenerse alerta y vigilante. Los indios se dedicaban a la ganadería, a la agricultura y a
"peonar en las estancias", de las cuales a la vez eran seguros defensores. Pero el ano 1838
aportó a estos indios nuevas zozobras y desventuras. La lucha de Rosas contra los indios del
sur (1830-1833), contra los borogas y ranqueles (1834-1837) se cristalizó en 1838 contra el
"forajido unitario", el coronel Manuel Baigorria, quien refugiado en tierra ranquelina. había
reunido un campamento de 300 correligionarios puntanos, en la cercanía de Trenel, llamado
también Laguna del Recado. Baigorria se relacionaba no sólo con los indios, sino también
con los grupos políticos de Paz y Lavalle. Los baqueanos más conocedores de la pampa,
Eugenio del Busto y Antonio Ramírez, habían guiado ya varias expediciones a ese nido
unitario. La respuesta del desierto no dejóse esperar, pues Baigorria también trajo a sus
contingentes hacia el noroeste de la provincia de Buenos Aires y al sur de Santa Fe.
Detallaremos el ataque que hicieran a la tribu de Llanquelén hasta dentro de la
fortificación. Este malón fue como el estreno del nuevo cacique general de los ranqueles,
Painé o Painegnerr. Este ocupó entonces el cargo de Llanquctruz en la Pampa.
En 1837, el Mayor Eugenio del Busto hizo otras invasiones a la pampa. (Hux, Los
Orígenes de Bragado, 1995 p.37 y siguientes y Hux: Los Militars de la Comandancia de
Bragado, 2005 p. 15-30) El 7 de Marzo de 1838, Eugenio del Busto llevó a 200 hombres a un
nuevo ataque hacia Trenel. lugar de residencia de Baigorria. En respuesta apareció, el 23 de
abril, este unitario con una considerable fuerza ranquelina en la zona de Junín. Mejor
información sobre los trágicos acontecimientos no podemos hallar que en las Memorias del
excautivo Santiago Avendaño (ed. 1999 p. 64ss). Los transcribo aquí:
“-¿Dónde están mis dos hijos y el hijo del chezcui Painé, el sobrino de Güenchul y los
otros que tan traidoramente nos arrasaste aquella vez? ¿Y no es ese mi cuchillo que dejé a mi
hijo en la cintura, cuando me lo cautivaste? – Cuchillo decía Pichuiñ por una espadita con
conteras y empuñadura de plata que había dejado a su hijo y era la que ceñía Llanquelén en
ese día.
“Contestó el desgraciado prisionero en estos términos:
- Yo no soy traidor. Como hombres libres, yo y mi hermano nos aliamos a los
cristianos, porque nos convenía Esto no es traicionar. Y nos ha seguido nuestra gente por su
propio gusto, sin resistirse uno. Nosotros no hemos ido a buscarlos a ustedes para invadirlos.
Cuando se tomaron sus hijos y otros, yo estaba en la obligación de hacerlo así, porque habían
invadido la frontera, que estaba bajo mi cuidado, como amigo y aliado del Gobierno. Yo no
pude tolerar que malones entraran y salieran a mi vista, cautivando, matando y llevando
cuanto había a su paso. Traicionero habría sido, si no hubiera hecho lo que hice.
- Por eso te protege Dios hoy,-replicóle Painé.
- Está bien,-dijo Yanquelén. Tampoco a ustedes los favoreció, cuando sus hijos
cayeron en mi poder.
- ¿Y a dónde han arrojado a los tantos que nos habían tomado? –preguntó
Güenchuil.
- Llanquelén continuó diciendo:
- No los he arrojado. Los tendrá el Gobierno en su poder. A Güenchuil y a
Panguitruz los hace educar para que algún día puedan ayudar a sus paisanos. Los otros están
bien tratados. La espada que tengo ha sido suya en un tiempo (y la tocaba dirigiéndose a
Pichuiñ): La he tenido porque a mí me correspondía tenerla, por haber sido suya. Ahora, que
soy prisionero, volverá a su primer dueño; y el mismo contento que sentí yo, entonces, por
haberla tomado, lo sentirás vos, que la recibes esta vez.
Diciendo esto, se la desprendió, y entregándola a Pichuiñ, le dijo:
-Yo le devuelvo su espada. Su hija, ya la tiene en su poder. A su hijo se lo entregará
Rosas.
“Entonces, se levantaron Pichuiñ y Painé con todos los demás. Y el cacique Pichuiñ le
dijo:
-¡Llanquelén! Habías cometido la gran culpa de alzarte, desconociendo mi autoridad,
la que todos los que ves acatan y respetan, y te convertiste en nuestro enemigo, cuando Dios
ha dicho ya a sus mayores que los indios deben ser unos entre sí. Así , pues, que todo el que
obra como usted, no es indio, y por tanto le tratamos como enemigo. Yo no hago más que lo
que debo hacer, y le condeno a que sufra la misma pena que su hermano; que sea puesto
donde él está. Y todo quedará concluido.
“Llanquelén preguntó con serenidad, dónde estaba su hermano, y le contestó Painé:
- En la zanja.
Entonces el prisionero comprendió todo el valor de las palabras que Pichuiñ había
pronunciado y su ánimo desmayó completamente. Luego dijo:
- ¡Determínese pues por mí!
Painé le replicó:
-Sí, ya se va a determinar.
Acto contínuo fue llevado hasta el foso, donde vio con sus propios ojos todo el horror
que se había cometido. Vio a su hermano dentro del foso, la cabeza separada del cuerpo,
vestido como había estado. Allí se le mandó tirarse al suelo. Hecho esto, se le dejó llorar un
momento y luego fue degollado por el cacique Anequeo.”
LLANQUELÉN, Pedro
L A DINASTÁ D E L O S LL A N Q U E T R U Z
Según averiguó el estanciero Rafael Cayol, vivía por Palau Mahuída en el actual
departamento Picunches, frente al Pozo Gualicho (Ruta 231) en el valle del Río Agrio. En
cambio Diego de Las Casas dice en su Noticia Individual o censo de 1776 que era cacique
ranquel; (en: De Angelis IV, p. 586). Pero por la ruda expedición del Gobernador José de
Amigorena se fue a vivir con las tribus huilliches y llegó a ser el cacique principal o
gobernador de los indios del Sur.
Entre los caciques que lo acompañaban estaban su hermano Paillantur, Creyo ( o
Quereyó); su yerno, Curibil; y sus hermanos, Antemain, Ñancucheo y Ancain; Quila Ñancú,
Buenomilla, Guayllolú, Paillapán, Caniumilla, Coñiuhuín, Curinlacay, Cheuquepán,
Coñugüil, Caranagüel. Cayuhueque, Cayuimán, etc.
Estaban en paz con el gobierno de Chile, pero en conflicto con los pehuenches de más
al norte, en la zona de Malalhué (Mendoza) y con el gobernador José F. de Amigorena. quien
apoyaba a éstos material y militarmente. En varias oportunidades manifestó el general
Amigorena su interés por mantener ese conflicto y el antagonismo. Hacer pelear a los unos
contra los otros, fue uno de los métodos en la guerra contra los indios; es decir, se procuraba
que se eliminaran entre sí para luego ocupar “el desierto”.
Los grandes contrincantes de Llanquetruz fueron los caciques gobernadores
Ancanamún y Pichintur de Malalhué, cuyas biografías son sumamente interesantes.
ASPECTOS DE LA GUERRA PEHUENCHE
Vamos a enumerar idas y vueltas, los vaivenes de los ataques a Malalhué y a Barbarco,
pues esto es cuanto transmitieron los documentos archivados . Casi nada pude averiguar en
cuanto a vida íntima o vida tribal.
No sé en qué momento exactamente empezó esta guerra pehuenche. Opino que los
prolegómenos fueron los malones que azotaron los campos desde 1751 hasta 1769. El
misionero Padre Bernardo Havestadt, por ejemplo, en 1752 no pudo llegar a Mendoza,
porque los de Malahué se lo prohibieron. En 1759 hubo un primer malón a la zona del río
Diamante. En 1760 acosaron nuevamente los huilliches a los pehuenches mendocinos (Lagos:
Chillan,p. 138), pues no aceptaron la propuesta del gobernador chileno D. Guillermo y
González, que quería formar reducciones o pueblos estables entre los indios. En diciembre de
1764, en oportunidad de un gran parlamento en El Nacimiento, al que asistieron más de 200
caciques, Curiñancu, en nombre de los huilliches, se opuso a ese sistema. Por eso fue preso,
medida que provocó de inmediato una sublevación. Ya en 1763 habíase producido otro
enfrentamiento entre huilliches y pehuenches (E. Acevedo: Documentos históricos relativos al
Cuyo No 823). El choque ocurrió en Coquilo (Mendoza). En enero de 1764 andaban aún 600
huilliches, unidos a pampas costeando las Cordilleras, de manera que los pehuenches
fronterizos de Mendoza pidieron socorro a la ciudad (Arch. Mend.Doc.23; fecha 1.10.64).
El gobernador chileno Guillermo y González tuvo que liberar a Curiñán, en pro de la
paz, después que sus indios hubieran destruido, justo en Navidad de 1766, los trabajos de
varias reducciones en Angol y Boroa (A. Nogglcr: Vierhunden Jahre Araukanermission; es
decir, 400 años de misión araucana, 1973 p. 184s.).
Ese año (1777) llegó a Mendoza un hombre fuerte, un vasco, que hará conocer su
terquedad, el comandante José F. de Amigorena, elegido Maestre de Campo y gobernador de
Mendoza, quien fomenta y dirige la guerra pehuenche durante el último cuarto del siglo
XVIII. En ese momento las provincias del Cuyo habían pasado a pertenecer al Virreinato del
Río de la Plata (1776).
Los pehuenches siguieron en un estado de guerra. En diciembre de 1777 asaltaron en
Achiras la tropa de carretas en la que iba el canónigo Ignacio Pedro Cañas. Los indios se
ufanaron por el botín apresado. Carripilún se gloriaba, por ejemplo, de tener el cáliz del
canónigo.
En 1778 se envió a San Carlos un nuevo comandante, llamado Francisco Esquivel
Aldao, que mucho tendrá que ver con la lucha de los malalches contra los huilliches. Y
Amigorena, confirmado por el Virrey, organizó en Febrero-Marzo de 1779 una expedición al
sur mendocino. En Chile se sabía que los huilliches y pampas se aprestaban a nueva invasión.
Hay un diario de la expedición: “Noticia diaria de todo lo acaecido en la expedición efectuada
contra los indios bárbaros, al mando del Maestre de Campo D. José Francisco de Amigorena,”
1779, febrero-marzo (inéditó; está en Río de Janeiro). En Chile se conserva otro documento:
“Diario de la expedición contra los indios Bárbaros por el comisario de Guerra. D. Pedro
Núñez de Guzmán, 1779 marzo”. (Acevedo: ob. cit., Documento No 1029).
Casi a continuación, Amigorena lanza otra expedición, la segunda, en que se relata en
el “Diario de la persecución de los indios, en la invasión que hicieron en la Provincia de
Mendoza, el día 1° de abril de 1779”, por el Maestre de Campo D. José Fco. de Amigorena.
(Su manuscrito está también en la Colección de Angelis en 1a Biblioteca Nacional de Río de
Janeiro).
No pude interiorizarme sobre estas expediciones porque no han sido publicados ni
consultados estos documentos. El Virrey J. J. de Vértiz no sólo aprobó lo actuado por
Amigorena. sino que le animó a otra “entrada formal” (Arch. Mend. Carp. 107: 10.12.79).
Así organizó Amigorena su tercera expedición, cuyo diario está publicado en la
conocida Colección de Angelis, 1910, IV. p. 578-594: “Diario de la expedición entre el 8 de
Febrero y 31 de Marzo de 1780, que de orden del Excmo. Virrey hizo D. José F. de
Amigorena contra los indios bárbaros pegüenches”. Lo acompañaron 150 soldados y los
indios amigos de Malalhué, ejercitados en anteriores expediciones. (Ver Ancanamún)
Expedicionaron hasta 129 leguas, llegando hasta el Campanario. El resumen de la actuación
indica que mataron 700 indios y apresaron 706. (Las cifras no son siempre exactas) Entre las
primeras víctimas se hallaron los caciques puelches Güentenau y Llinghueque. Esta acción
fue recordada entre los indios de la Pampa y del Sur como una agresión injusta; así se lo
manifestarían, aún en 1810, los caciques que se reunieron en Salinas Grandes con el coronel
Pedro A. García. En su avanzar, los mendocinos, encontraron una toldería: se les tomó las
haciendas, les hicieron el cerco y... El Virrey había ordenado que “en vista de la mala fe con
que procediesen, no les diesen cuartel a los indios y los pasasen por las armas”. En otro lugar,
encontraron 1.000 indios, quienes lanzaron una bandera blanca al viento, dando a entender
que querían paces. El Maestre de Campo así la prometió, siempre que devolviesen las
haciendas y los cautivos recogidos en el último asalto. Pero luego los aprisionó por sorpresa
“para que así quedasen más castigados”. Entre los prisioneros había unos cinco caciques
(Arch. Gral. Ind. Bs. As., Leg. 143: 6.9.80).
Con esta expedición y por el tratado de paz del 16 de Octubre de 1780, los indios
pehuenches de Malalhué quedaron definitivamente comprometidos a defender con su vida las
estancias mendocinas contra los ataques de los pehuenches del Neuquén. (Arch. Mend. Carp.
30, doc. 11). El general Amigorena envió el documento del Tratado de paz al Virrey,
agregándole un proyecto para “la conquista pacífica (?) de 17.000 leguas cuadradas,
situadas en la mejor tierra del universo”. Por ello hubo 15 expediciones más bajo la dirección
personal o no, del “Gran Capitán”.
Amigorena realizó, pues, una cuarta expedición partiendo el 24 de mayo de 1781 a
Mamuil Mapú (La Pampa), acompañado por buenos baqueanos. (Comando General del Ej.:
ob. cit. II, p. 55) Por el último tratado de paz había comprometido también al grupo puelche a
las órdenes de los caciques Güentenao y Roco, restos de antiguas poblaciones sobre el cauce
del Río Diamante.
1782 Llanquetruz se mudó también al R. Diamante con los caciques Puelán y
Huenumilla, quzás durante la breve ausencia de las tribus del cacique Roco, quienes se habían
ido al Campanario. (Arch.Mend. Carp. 107)
De hecho, no sé si en esta expedición, los indios de Llanquetruz fueron atacados. Sólo
sé que el comandante de la Guardia del Monte alertaba en diciembre de 1782 porque
Llanquetruz estaba preparando una invasión a India Muerta.
Amigorena. durante los meses de Mayo y Junio de 1783, partió con una quinta
expedición, esta vez a la zona cordobesa y puntana donde destruyó a varias tolderías. (Arch.
Mend. Carp. 107:25.12-83. El original del Diario está inédito en Río de Janeiro.)
La consecuencia de esta expedición fue un nuevo y gran malón hasta el nuevo Fuerte
de Río Cuarto, y sobre la ruta que iba de Córdoba a Buenos Aires (Arch. Córd. Sec.
Gobierno, Tom. 7 No 6). De nuevo pensó el Virrey Vértiz en una batida general de indios en
combinación con las fuerzas de Córdoba y de Cuyo. La aprobación real llegó recién en 1784.
Así pensaba que había que mantener las fronteras y batir a los indios cuanto se pudiera (Torre
Revello: Aportación para la biografía de Amigorena, p. 21).
El 24 de octubre de 1783, Amigorena hizo una junta de guerra con el cacique
gobernador de Malalhué, Ancanamún, y los pehuenches de la zona, para renovar el tratado de
paz. (Acevedo: ob. cit. y Arch. Mend. Carp. 107) Y con la autorización del Virrey Loreto
emprendió su sexta expedición, combinada ésta con tropas bonaerenses al mando del coronel
Balcarce, con 1.000 soldados cuyanos. Abarcó los días desde el 10 de Marzo al 4 de Mayo de
1784 (su Diario está en Río de Janeiro. Hay documentación en Arch. Mend. Carp. 107 y
Carp.86: 6.5.84). Llegó hasta el Desaguadero y Currilauquén (La Pampa). Amigorena llevaba
900 hombres. A su paso destruyeron todas las tolderías. Muchos indios fueron alertados a
tiempo y lograron huir. Los expedicionarios llegaron hasta Culú Culú, a 3 leguas de Lobos.
(Parte del 27.7-1784)
Ignacio Escalante atacó a los indios de Llanquetruz: “Hice la matanza en sus toldos
ranquelinos de Manantiales”, dice. (Arch. Mend. Doc. 46/99)
LA VENGANZA DE LLANQUETRUZ
El Virrey Loreto opinó que era preferible concertar una paz general con los indios y
aceptar como límite y frontera el Salado del sur.
El cacique Ancanamún siguió dando muestras de adhesión a la causa del gobernador
Amigorena. Le avisó en noviembre de 1784 que Llanquetruz, Payllantur, Buenomilla y otros
preparaban un nuevo malón y que lo habían invitado a participar en él. Que había llegado el
cacique Creyó, yerno de Paillantur, pidiendo incorporación a sus indios, pero que lo
consideraban espía de los huilliches. (Sosa Morales: El muy magnifico Amigorena, p. 37). El
comandante general Amigorena les envió a Dn. Pedro Encinas con cien hombres, quien
convocaría a los caciques a un parlamento sobre el Diamante. El cacique Creyó pensó que el
día de la cita no había llegado aún; apareció dos días después excusándose, pues había soñado
que Amigorena lo iba a matar. Efectivamente, Amigorena había mandado a 30 hombres para
que lo “asustaran” (8.1.1785) y prometió a los caciques de Malalhué 200 yeguas al que le
llevara la cabeza de Creyó. El 29 de enero de 1785 dieron una maloca. Fue fácil matarlo
porque lo hallaron ebrio.El 7 de Febrero trajeron su trofeo Y Amigorena pagó las 200 yeguas.
Esta acción significó como echar leña al fuego de la guerra. Llanquetruz pidió entonces (el 25
de Febrero de 1785) al Presidente de Chile hacer un tratado de paz. El. Gral. Amigorena fue
arrestado durante dos años.
Parece que en el choque cautivaron y mataron a pehuenches amigos. Esto lo deduzco
de la solicitud del 13 de junio (Arch. Mend. Doc. 27). por la cual los pehuenches amigos
piden al Virrey la devolución de sus familiares apresados.
Como siempre, después de un golpe, hubo acuerdos de pacificación. A fines de
Febrero de 1785, en “un acuerdo extraordinario de justicia”, se ofreció la paz al cacique
Llanquetruz y a los huilliches que la habían solicitado al Presidente y Capitán General de
Chile pues, a causa de la muerte de Creyó, aquél había acudido a un parlamento en
Lonquilino. (Funes: Mendoza Colonial, p. 66) El presidente chileno sólo quiso que el cacique
gobernador Caullant y el cacique gobernador de Malahué, Ancanamún, firmaran a su vez esta
paz. Este último no quiso reconciliarse con los huilliches. porque le habían muerto a su padre.
(Sosa Morales: ob. cit. Cap. V)
A raíz de los acontecimientos, Amigorena fue suspendido en sus funciones de
comandante y gobernador intendente, hasta que fuera restituido en su cargo por el
gobernador. No obstante, en Octubre de 1785 llegó un aviso a Mendoza por intermedio del
cacique amigo Ancapán; decía que los caciques Llanquetruz y Payllantur se aprestaban en
Chimpay para invadir con 5.000 indios las fronteras de Buenos Aires y Mendoza.
Entonces, de Mendoza enviaron 400 hombres armados con fusiles y con alguna pieza
de artillería para que reforzaran el Fuerte San Carlos. El 9 de febrero de 1786, Amigorena
cursó “un oficio” al Virrey Loreto, dándole cuenta de la visita del cacique Ancanamún y de su
renovado aviso de que 5.000 huilliches y pampas estaban reunidos en Chimpay, a 140 leguas
al este del Corral de Guanacos; sus jefes eran Payllantur, Llanquetruz, Laypán, Coñumilla,
Coñiului, Curulacay, Cheuquepán, Caranagüel, Cayuhueque. etc. (AGN. S. VI 3-1-2)
Amigorena era hombre de mano firme; en catorce o quince expediciones “pacificaría
el sur”, pues desde 1786 hasta 1792 trató de someter o eliminar las fuerzas indígenas. No
cejó, ni cuando entraba en conflicto con las autoridades del país vecino, que sólo con tiempo
iban a ceder su influencia al este de la Cordillera, particularmente sobre el Neuquén. También
los indios se daban cuenta de eso. Ancanamún informó, por eso, que las autoridades chilenas
pensaban levantar un fortín en su tierra.
El malón se lanzó con furia desatada. El primer golpe de los huilliches cayó de nuevo
sobre el cacique mayor Currilipí, gobernador de los pehuenches de los Piñones.. El jueves 20
de Febrero de 1786 aparecieron los malones. Los caciques parientes de Malalhue armaron en
seguida 150 hombres a las órdenes de Pichintur y los unieron a los 200 de Currilipí. En un
primer momento pensaron pedir también la colaboración de los españoles de Penco, que se
hallaban relativamente cerca. No he encontrado parte que dé cuenta de la acción. Pero estoy
enterado de que Llanquetruz fue rechazado por los indios de Pinchitur, Canuemain,Currilipy,
Calfiqueo, Pituimain y Llurculún (Giñazú).
El cacique Curillipí fue el más interesado en conseguir tal suma. Con solicitud hacía
las averiguaciones del andar de Llanquetruz, hasta que en Diciembre pudo seguir sus rastros,
acompañado por el capitán chileno Francisco Vivanco. También Pichintur lo acompañó con
40 indios. En Carrera Malal, en el Paso de Villarrica, le tendieron una emboscada el 16 de
Diciembre de 1788,, mataron a casi toda su gente y lograron degollar al cacique Llanquetruz.
(De Angelis I. p. 240) El historiador V. Carvallo Goyeneche opina que Llanquetruz murió
como un héroe. (Diccionario histórico-geográfico. 1926.p.242 y Arch. Mend. Carp 39).
El cacique Currilipí entró precisamente el 1º de enero de 1889 en Los Angeles,
orgulloso de su victoria y haciendo ostentación de la cabeza de su rival, ensartada en una pica.
Dicen los documentos que fue muy agasajado (Arch. Mend. doc. 39 y Arch. Fond. Vicuña
Mackenna, VI 948. Allí dice el documento chileno que Llanquetruz era natural de la
Cordillera de Ranquil). El cacique Roco, a su vez, se apresuró a llevar la noticia a Mendoza,
donde echaron a vuelo las campanas de la iglesia y cantaron un Te Deum en acción de
gracias.
El comandante general D. José Fco. de Amigorena informó al Virrey Loreto lo
ocurrido (13.1.89), manifestándole su propio punto de vista sobre los acontecimientos. Le
decía: “Encarnizados de este modo los pehuenches con los huilliches, no cesarán de pelear los
unos con los otros; y ahora, más que nunca, me prometo que se encenderá la guerra entre
ellos: y habiendo acabado los nuestros con Yanquetruz y con su familia, ha de querer tomar
venganza el que entre al mando. Los pehuenches con la ayuda prometida les han perdido el
miedo... Adelantándolos un poco, conservarán la guerra... y no incursionarán”. (AGN S.VI 7-
8-2 y Comando General del Ejército: ob. cit. II, 186). Este es un ejemplo típico de nuestro
país aplicado al abroigen. Es éste un ejemplo típico de la política de la época colonial.
LLANQUETRUZ (IIº)
Su familia
Los documentos históricos nos han conservado los nombres de sus mujeres: una se
llamaba Curú Luán, otra Rumayvil. otra Amuy Gnerr y quizás una cuarta Cuse lam que
significa vieja hermana.
Su primera actuación
LA MUERTE DE LLANQUETRUZ
Desde joven sobresalía como guerrero; desde su niñez respiró aire de guerra. No
obstante sería uno de los caciques más dispuestos a comprometerse por tratados para vivir en
paz.
Con el traslado de varias tribus chilenas a la Argentina, la Guerra a Muerte daba sus
últimos coletazos en la pampa argentina. Juan Manuel de Rosas, que sabía de la alianza de los
caciques huilliches: Cheuqueta, Chocorí, Namuncurá y Calfucurá, quiso aprovechar su
antagonismo con los borogas, establecidos en Guaminí y alrededores para incitarlos a
maloquearlos y así lo hicieron en 1834 y 1835 (véase Melín y Cheuqueta). Aquellos patriotas
se reunieron en el país de los manzaneros, mientras Rosas hacía su Expedición al Colorado, y
luego, el 8 de Septiembre de 1834, cayeron sobre los borogas en Masallé. En 1836. la misma
coalición, en combinación con las tropas de Bahía Blanca, cayó el 24 de Agosto con 2.000
indios sobre las tolderías del noble cacique don Venancio Coñuepán establecido, desde 1827,
a orillas del Napostá. Es probable que el joven J. M. Llanquetruz haya acompañado a esos
guerreros. Bien pronto llegó de Chile el cacique boroga J. Railef con 1.700 indios para vengar
la traición y los ataques a los indios de Coñuepán, lanzando un recio malón sobre Bahía
Blanca el 24 de Agosto de 1837.
Guillermo Cox dice haber oído que el joven Yanquetruz fue tomado prisionero en esa
oportunidad y que fue llevado a Chile. También Jorge Claraz, otro explorador, anotó en 1865
que Llanquetruz había sido llevado a Valdivia y que pudo frecuentar un colegio de los Padres
Franciscanos. Aprendió, pues, el castellano, a leer y escribir.
Quizás, después del parlamento de paz en Maquehue, en 1842, pudo volver con su
padre quien había ido allí para participar en el parlamento. Otros dicen que se había escapado.
Poco después inició buenas relaciones con el gobernador J. M. de Rosas y el coronel Pedro
Rosas y Belgrano, encargado de los asuntos indígenas en Azul. Este lo recibió varias veces
con prodigalidad, como también a los huilliches y tehuelches que le acompañaron. Con J.
Calfucurá de Salinas Grandes mantuvieron también buenas relaciones, si bien el "joven
altanero" nunca simpatizó demasiado con él.
Cheuqueta estaba en paz con el gobierno. El 4 de Diciembre de 1846 se acordó un
tratado en Azul y otro en Carmen de Patagones. No sabemos cuándo murió el padre de
Llanquetruz, pero fue antes de 1852.
LLANQUETRUZ EN SU AUGE
Fue entonces cuando Llanquetruz adquiere perfil histórico. Asumió, pues, el cacicazgo
de su padre. Con 38 indios de pelea y sus familias se estableció provisoriamente en las
cercanías de San Javier, mientras que las demás familias e indios se quedaron más al norte,
sobre el río Limay y afluentes. El se acercó buscando comerciar, aprovechando las ventajas
del tratado de paz. El comandante de Carmen de Patagones era entonces el coronel P.
Fourmantain (1852-1855). Allí empezó a extender su dominio sobre varias tribus tehuelches
de más al sur. No quiso ir a Chile con el tío Chocorí. a pesar de sus instancias (AGN. S.X.,
18-4-8). En 1852 inició sus gestiones para un tratado de paz; con el comandante Fourmantain
se había hecho amigo y compadre. Este daba buenos y positivos informes. "Todo el tiempo
que ha permanecido aquí, se ha distinguido por su amistad para con los cristianos, cuyos usos
y costumbres ha adoptado —dice el 5 de Octubre de 1852 al ministro Galán—. Sus indios,
lejos de permanecer en salvaje abandono en los toldos, se ocupan en siembra de trigo y se
conchababan casi todos en el tiempo de cosecha, haciéndose así muy útiles para éste
vecindario. Cuando el infrascripto vino a hacerse cargo de la Comandancia, muy luego se le
presentó Yanquetruz a ofrecerle su amistad y colaboración y a manifestarle que deseaba, hacía
tiempo, cristianarse; suplicaba al infra suscrito fuera su padríno. Desde entonces ha
demostrado más aún sus muestras de amistad y estimación por los cristianos...
F. Fourmantain".
RETRATO DE LLANQUETRUZ
No tenemos ninguna fotografía de él; pero varios escritores que lo han conocido y lo
han tratado, ensayaron su descripción, quizás con menos arte que lo habría hecho Lucio V.
Mansilla. Lo vieron altó, musculoso, de continente serio y grave y de agilidad felina. A los
esfuerzos de su brazo debía que lo respetaran. Era altivo y orgulloso; miraba a los chilenos
(de Calfucurá) comó a extraños. Era bueno, a no ser que estuviera ebrio, pues en tales
condiciones había que evitarlo, -decía el Juez de Paz Man. B. Alvarez. Este escribió el 15 de
Abril de 1857 al general Mitre (Arch. Mitre, XV, p. 174): "Conviene saber que este indio es
un genio en la guerra y debe a la fuerza de su brazo el respeto y la consideración que le
tributan, a pesar de ser un joven, todos los tehuelches del Sud, con excepción de unos pocos
caciques opuestos á la paz, que él llama intrusos, y se propone a exterminarlos. Es valiente y
generoso a toda prueba. Es pariente y amigo de Catriel y Cachul... Cuenta además con la
amistad decidida del cacique (Ignacio) Coliqueo, (entonces) segundo jefe de las fuerzas de
Calfucurá. Y así como asegura que éste (Calfucurá) es cobarde, dice que aquél (Coliqueo), su
amigo, es el más valiente de aquellas tribus. (H. Hux: Coliqueó, p.29 2ª ed. 1972)
Más adelante, cuando hablemos de la política porteña enfrentada a la de las demás
provincias confederadas, comprenderemos mejor el significado de estas expresiones y las
actitudes que adoptará el cacique Llanquetruz. Era pues, un indio amigo y salvaguardaba con
sus indios a Carmen de Patagones con lealtad. Vestía como paisano rico y lucía con fruición
su chapeado y bridas de plata. Participaba en el pueblo en oficios religiosos y en diversiones
públicas.
En el invierno de 1852 (9.7.52), arribaron a Carmen de Patagones su tío de Choele
Choel y muchos caciques tehuelches. El coronel Fourmantín los saludó e hizo obsequios a los
caciques Antonio, Guachi, Chivi, Vicente, Santa Cruz y a los capitanejos Vera, Yaquene,
Francés, Orgepug y Gual. Llamó también al cacique Llanquetruz y le comunicó que les
ordenara establecerse en Balcheta, porque tenía mucho ascendiente sobre los tehuelches y
pampas. Estos le hicieron caso: Chocorí, en cambio, prefirió ir a situarse en San Francisco, 19
leguas más al norte. (AGN. S.X. 18-4-8: 24.9.1862,6 foj.)
G. Ch. Musters, quien visitara los toldos de los tehuelches, anotó en su libro (Vida
entre tos patagones, Ed. Hachette, p. 184): "El poderoso Lenkatrú consiguió reconciliar a
todos los indios bajo su mando; pero después de su muerte rebrotaron entre ellos las
querellas".
Frente a repetidos fracasos, los jefes militares porteños entendieron que debían
adoptar otra política con el aborigen. El 28 de Febrero de 1856, el coronel Juan Cornell,
antiguo gestor de tratados de paz, se dirigió al cacique Llanquetruz invitándole para que
viniese al Azul a tratar la paz, ya que Catriel también la aceptaría (Arch. Mus. Hist. Nac., doc.
3345 y 3359; 3361). Dos meses más tarde volvió a escribirle que el mayor Calzadilla haría los
arreglos de paz.
Entre tanto, fue designado comandante de Carmen de Patagones el coronel Benito
Villar, con instrucciones para restablecer la paz con los indígenas del sur.
La primera respuesta fue negativa, pues en la mañana nebulosa del 31 de Mayo de
1856, 300 indios chilenos, pampas y tehuelches invadieron Patagones, guiados por el cacique
Llanquetruz, al que acompañaron los caciques Colohuala, Paillacán y Huincabal (AGN., S.X.,
19-4-5: 4.6.56). Llanquetruz vestía un rico uniforme con charreteras, pero que le quedaba
mal. El comandante Villar logró ponerse al habla con el "jefe sublevado", aconsejándole que
no siguiera esas actitudes hostiles hacia el gobienio de esa provincia (Arch. Mitre, XV, p.
344). Llanquetruz dejóse convencer y en señal de nueva amistad le dejó en rehén a su
hermano menor, quien a poco después sería bautizado con el nombre de Benito Chingoleo
Cheuqueta.
Se ha conservado mucha correspondencia de este cacique pues, además de saber
escribir, tenía siempre un escribiente a sueldo-. Uno de ellos se llamaba José María Márquez
Bravo. No he consultado todas sus cartas: la del 5 de Junio de 1856 tiene 23 fojas y otra de
julio tiene 12. (AGN, S.X., 19-4-5).
El comandante Villar creyó maduro el asunto de un tratado de paz, pues el mismo
cacique decía que siempre había tenido interés en vivir en paz para que prosperase su gente.
En Octubre se esperaba también la celebración de un tratado con Calfucurá y Catriel, esto se
esperaba conseguir gracias a cuantiosos regalos.
El 3 de Febrero de 1857, el cacique Llanquetruz, su primo Sayhueque, cuatro
capitanejos y 26 indios se presentaron al comandante, ofreciendo su obediencia. El coronel B.
Villar los felicitaba y les dio regalos por valor de 2.900 pesos, cantidad que habían sobrado
después de haber reparado el fuerte. Les prometió un sueldo de 300 pesos mensuales.
Llanquetruz hasta decía "que esperaba órdenes en la presente guerra".
Le decía también que tenía su gente en Chinchinal, 140 leguas más arriba y que eran
más de 300 indios de pelea (AGN, S.X., 27-7-6). El comandante hacía una larga y
concienzuda preparación para el tratado de paz (ib. legajo de 60 páginas). El gobierno pidió
prudencia y vigilancia; que se hicieran tratados también con otros caciques para no cargar
toda la confianza en Llanquetruz.
El 13 de Abril del mismo año, Llanquetruz volvió con 34 indios y 6 chinas y dos
cautivos. Trajo consigo al cacique Chagallo. Todos se mostraron dispuestos a celebrar la paz
con el gobierno. Se les brindó toda clase de atenciones y se les entregó muchos regalos, cuya
cuenta ascendía a 12.000 pesos. (AGN. S.X., 27-7-6; 7.5.57)
El cacique viajó a Buenos Aires para entrevistarse con el gobernador Pastor Obligado.
Anotició también de su viaje al cacique Catriel diciéndole que esperaba encontrarse con él en
la ciudad (AGN. S.X., 19-7-3). El Juez de Paz de Patagones, Manuel B. Alvarez, le dio una
carta de recomendación para que la entregase al general B. Mitre (Arch. Mitre, XV, p. 173).
Entre otras cosas, decía: "El cacique Llanquetruz ha propuesto espontáneamente hacer un
tratado de paz con el gobierno, arrostrando voluntariamente todos los inconvenientes de un
viaje de mar para hacer conocer la lealtad de sus intenciones y el propósito firme en que está,
de ponerse a disposición del gobierno y concurrir al exterminio, si es preciso, de los indios
chilenos con los auxilios que el gobierno agregue a los recursos con que él mismo cuenta para
el éxito de su empresa... Conviene sepa que este indio es un genio para la guerra...". Mientras
que Calfucurá y Cristo devastaban la zona de 25 de Mayo, el gobernador Pastor Obligado
paseaba con Llanquetruz por las calles de Buenos Aires (Arch. Mus. Hist. Nac., Doc. 10.880).
Transcribo el texto:
"El cacique José María B. Llanquetruz, deseando establecer una paz sólida y duradera
con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y deseando éste prestar a dicho Cacique tode
el apoyo y protección posible, de manera que todo redunde en favor de la seguridad y el bien
del país en general, han convenido ambas partes en:
—Art. 1º: La Tribu de Indios del Cacique José María B. Llanquetruz y los amigos de
él, podrán venir libremente a comerciar en el pueblo de Carmen de Patagones y en cualquier
otro de la Provincia de Buenos Aires y las personas como también los animales y efectos que
conduzcan o que lleguen a adquirir legítimamente. serán completamente respetados. De igual
modo, todo habitante de la Provincia de Buenos Aires que quiera ir a comerciar con dicha
Tribu e indios, podrá hacerlo libremente y su persona, como también los animales y efectos
que conduzcan o lleguen a adquirir legítimamente, serán completamente respetados y
protegidos.
—Art. 2°: El Cacique Llanquetruz reconoce que sus antepasados cedieron por tratado
al antiguo Gobierno del Rey de España las tierras que se conocen por ’de Patagones hasta San
Javier'.
—Art. 3º: Además, el cacique pone ahora a disposición del Gobierno de Buenos Aires
una extensión de 13 leguas, desde San Javier para afuera sobre el margen norte del Río
Negro, para que en el límite de dichas 13 leguas pueda el Gobierno formar una población que
se denominará Guardia de Obligado y que será destinada a procurar la civilización y adelanto
de los Indios.
—Art. 4º: El gobierno de Buenos Aires encarga al Cacique Llanquetruz el formar con
su gente dicho pueblo, en terreno de labranza y de manera que él pueda estar a la vanguardia
de Patagones sobre la Pampa, y para su primer fomento entregará al Cacique Llanquetruz
algunas herramientas, arados, bueyes y granos para siembra: en el concepto de que los
ranchos se construirán con las maderas y pajas que allí se producen; pudiendo el Cacique
Llanquetruz hacer delinear el pueblo y las quintas, de modo que crea mejor; pero deberán
dejarse una gran plaza, donde más adelante el Gobierno construirá una iglesia y Casa de
Escuela para la instrucción de los Indios.
—Art. 5º: Se declara al Cacique D. José María Llanquetruz, Comandante en Jefe de
todo el territorio de la Pampa, que es adyacente a la jurisidicción de Patagones y en cuya
posesión se halla hoy.
—Art. 6°: Si el Gobierno de Buenos Aires determinase poblar o fortificar la isla de
Choele Choel o algún otro punto militar en todo el curso del Río Negro, el Comandante
Llanquetruz le prestará todos los auxilios de brazos y patas (solicitados) por el Gobireno, para
lo cual celebraría con el Comandante Llanquetruz el competente arreglo.
—Art. 7º: El Comandante Llanquetruz vendrá a establecerse y fijar su residencia en el
Paso de Balchetas, como 55 leguas afuera de Patagones y. aunque él declara que puede
disponer de más de mil hombres de armas, como todo, deseando no ser muy costoso al
Gobierno, sólo vendrá con una fuerza de 80 hombres y además ocho caciques.
—Art. 8º: La fuerza de la que habla el artículo anterior, se pone a las órdenes del
Gobierno de Buenos Aires y el Comandante Llanquetruz gozará, como jefe inmediato de ella,
de la clase de Capitán con grado de Teniente Coronel y el sueldo de 100 $ mensuales y cada
uno de los dichos caciques tendrá el sueldo de 100 $ mensules, y cada uno de los 80 hombres,
el de 50 $. Se dará también a cada uno de los 80 hombres, una vez cada año el vestuario de un
gorrete, una camiseta o blusa, un chiripá, dos camisas y dos calzoncillos. Se dará, además, al
Comandante Llanquetruz cada seis meses un tercio de yerba, una barrica de azúcar, seis
arrobas de fariña, un rollo de tabaco y 100 cuadernillos de papel. Todos estos artículos, como
también el dinero para dicho sueldo, se pondrán por el Gobierno en Patagones, donde el
Comandante Llanquetruz mandará a recibirlos; pero no se entregarán los artículos. ni correrán
los sueldos, sino desde que el Comandante Llanquetruz venga realmente a situarse con dicha
fuerza en Balchetas.
—Art. 9º: De igual modo, para la mantención de dichas fuerzas, se entregarán al
Comandante Llanquetruz 50 yeguas todos los meses; y cuando no hubiese yeguas, se le
entregará 50 $ por cada uno de ellas.
—Art. 10°: El Comandante Llanquetruz se obliga a estar siempre pronto con dicha
fuerza para proteger y apoyar la defensa de Patagones, obrando a las órdenes del Comandante
de ese punto y según las instrucciones que de él reciba.
—Art. 11°: Deberá también el Comandante Llanquetruz: 1. Establecer un correo que
cada 15 días vaya desde el punto de su residencia al pueblo de Carmen. 2. Transmitir al
Comandante de Patagones y a cuantas autoridades del Gobierno le sea posible toda noticia
que adquiera acerca de intentos o movimientos de indios enemigos. 3. Vigilar y defender las
costas marítimas del territorio que queda bajo su mando, contra cualquiera que intente
apoderarse o establecerse en ellas sin previo permiso del Gobierno de Buenos Aires.
—Art. 12º: Serán indios enemigos del Cacique Llanquetruz todos los indios que sean
enemigos del Gobierno de Buenos Aires; y si fuese atacado u hostilizado por algunos de ellos,
recibirá de las fuerzas y de las autoridades del Gobierno toda la protección y auxilios que
fuesen posibles, según sean las circunstancias del caso.
—Art. 13º: En caso que el Gobierno resolviese atacar o expedicionar contra indios
enemigos, el Comandante Llanquetruz estará obligado a ponerse en campaña con una
columna que no deberá bajar de 500 hombres, debiendo obrar en todo con sujeción a las
órdenes que le comunique el jefe o autoridad que el Gobierno designe al efecto.
—Art. 14º: Llegado que sea el caso del artículo anterior, el Comandante Llanquetruz
y los caciques, capitanejos y soldados que compongan la columna, recibirán, mientras dure la
campaña, los sueldos que entonces se fijarán y serán además alimentados por cuenta del
Gobierno, para todo lo cual estas fuerzas serán revistados, cuando el Gobierno lo disponga,
por medio del comisionado que al efecto nombrará.
—Art. 15º: Estando hoy el Cacique Llanquetruz en posesión de la parte Sud del Río
Negro, en todo el curso de este río y en posesión, en consecuencia, de todos los pasos de él, se
obliga también a oponerse absolutamente y a impedir por todos los medios, a que pase cosa
alguna a la parte Norte, sean indios o negociantes, armas, efectos o animales.
,
Y en fe de todo lo que queda pactado, se firman dos ejemplares de un tenor, que serán
ambos sellados con el gran sello del Estado de Buenos Aires, a veinticuatro de mayo de mil
ochocientos cincuenta y siete".
Firma: José María B, Llanquetruz: José del Carmen Márquez, secretario.
Valentín Alsina(Gobernador). José María Zapiola (Ministro de Guerra).
Las cosas de Llanquetruz "marchaban con viento en popa", mientras que en otros
frentes había tremendas luchas. En Febrero de 1858, por ejemplo, la batalla de Piguüé, con la
derrota de Calfucurá y la efímera ocupación de Salinas Grandes. Calfucurá se había retirado a
tiempo y volvió con malones sobre Bahía Blanca y 25 de Mayo y cumplía las consignas del
general J. J. de Urquiza.
Llanquetruz, en cambio, pudo viajar en paz. El 18 de marzo de 1858 estuvo en Bahía
Blanca, desde donde se carteó con el coronel Machado y el coronel Antonio López Osornio,
al que mandó duraznos de Río Negro (Memorias de l.ópez Osornio, manuscritas, existentes
en el Archivo Municipal de Tandil). En otra carta cumplió con su deber al avisar que había
noticias de que el cacique Reuquecurá preparaba una invasión a Carmen de Patagones (AGN,
S.X, 20-7-1, fha.17.6.58). En aquellos días estaba todo listo para hacerle una casa a expensas
del estado, con un presupuesto de 12.350 pesos (ib. 1.9.58). El plano incluía dos piezas
grandes, una cocina y un zaguán.
En octubre estuvo de nuevo en Bahía Blanca para reunirse con otros caciques y
militares. Según las Memorias del ya citado coronel López Osornio (p. 51), Llanquetruz había
llegado allí con 50 indios de escolta. Pero lamentablemente bebió por demás y, como lo había
dicho ya el Juez de Paz de Patagones, una vez ebrio era insoportable. agresivo e injusto. Y en
una provocación en el "boliche" fue muerto el 24 de Octubre de 1858, cuando no tenía ni
40 años de edad.
Dejo hablar los testimonios que nos narran, con ciertas variantes, las circunstancias.
El coronel López Osornio anota en sus Memorias (p. 51): "El 25 de octubre de 1858
vino un chasque de Bahía Blanca con la noticia de que allí habían muerto al cacique
Yanquetruz a puñaladas. Este cacique se lo llevaba tomando y formando desórdenes, teniendo
todo el pueblito en alarma. Ya había abofeteado a un sargento de la Guardia Nacional y a otro
le disparó un trabucazo. Lo vio el capitán Méndez; éste lo agarró a puñaladas con otros y lo
mataron pegándole 20 y tantas, y a los 20 indios que venían con él, los prendieron también.
Está preso el capitán Rodríguez, porque tiene la culpa de varios desórdenes".
Jorge Claraz, el explorador del norte patagónico, anotó en su Diario de 1865 el
testimonio de dos capitanejos que lo acompañaban en ese viaje al Chubut y que habían sido
testigos oculares de la asonada: "Vera y Huinca han estado en Bahía Blanca, cuando mataron
a Yanquetruz. Todos los indios, 10 soldados que lo acompañaban, quedaron recluidos en el
Fuerte; durante un mes quedaron en prisión. Les quitaron todo, los caballos, los cuchillos,
tiradores, ponchos y recados. Rufino se ha hecho un buen botín." (Manuscrito, págs. 4-5;
ed.Marymar ; Hux, Caciques Huilliches y Salineros,1988 p.39)
Un año más tarde, el coronel F. Iturra escribió al hijo de Llanquetruz: "Recibí un mate
del coronel Conesa que pertenecía a su padre fallecido. ¿Cuánto podrá costar, querido amigo
y chaquín?" (Arch. Salesiano de Bahía Blanca: 24. 12 1859)
Augusto Guinnard, en su libro “Tres años de esclavitud entre los Patagones”, escribe
más o menos lo mismo: "En 1859 (equivoca la fecha), Llanquetrú fue a Bahía Blanca para
entenderse con los soldados argentinos respecto de la organización que debía dirigirse contra
las tribus pampeanas y mamueluches sometidas a Calfucurá. Como suelen hacerlo, los muy
amantes de las bebidas alcohólicas, entró en una pulpería —despacho de licores— para
entregarse al placer de beber; pero se encontró allí cara a cara con un oficial argentino, que al
reconocerlo, le reprochó amargamente la muerte de varios parientes, oficiales como él y
víctimas de su malón. Las respuestas inconvenientes que le hizo Llanquetruz le irritaron de tal
modo que sacó de pronto una pistola y le destrozó la cabeza.
Los indios (de Calfucurá), entre quienes yo viví en aquella época, en calidad de
cautivo, habían jurado muchas veces la muerte de Llanquetruz a quienes exacerbaba
profundamente: pero cosa extraña, al conocer el fin trágico de este jefe, olvidaron todos sus
adversidades y no pensaron más que en vengar por él la muerte de uno de los suyos."
El anuncio de la muerte de Llanquetruz corrió por todas las tribus. El cacique
Calfucurá, por ejemplo; escribió al general Urquiza, el 4 de noviembre de ese año:
"Ahora ya no tengo tanto miedo a la gente, porque ahora los tehuelches (huilliches) no
se han de venir". (AGN, Arch. Urquiza, T. 155, fol. 81)
LA SUCESION DE LLANQUETRUZ
LA FAMILIA DE LLANQUETRUZ
No resulta fácil señalar los integrantes de la familia del cacique José María B.
Llanquetruz Cheuqueta, aunque varios autores, entre ellos M. A. Vignati (Iconografía
Aborigen I, "Los caciques Sayhueque y sus allegados", en Revista Museo de La Plata II, N°
10,1942. p. 13-48), lo han intentado.
Pocos meses antes de morir, como dijimos al inicio de esta reseña, Llanquetruz
presentó en la parroquia de Carmen de Patagones a dos hijas de distinta madre para
bautizarlas: María Dolores Delfina, de José Ma. Yanquetruz y de Mashal Chiuhaete, anotó el
cura párroco en el libro de bautismos N° 4. Mashal era la hija de la cacica Millaray, muerta en
1915. Según Vignati, Dolores Llanquetruz se conoció también con el nombre de
Guwishchüm.
La otra era Aniceta, hija de J. M. Llanquetruz y Calfutrai de la pampa. (El cura anota
Pichiché Calfutrai. Pichi ché significa: niña). En 1859 bautizó a una niña de 5 años con el
nombre de Francisca, pues su padrino era el Cnel. Francisco Formantín; ella era hija de J. M.
Yanquetruz y Machai (Lib. Baut. Nº 5).
El hijo mayor Yemul Antü o Imüll, se llamaba también José María Llanquetruz y era
ya capitanejo de la tribu, al fallecer su padre. Su madre habría sido Trentril, según R.
Casamiquela en Rectificaciones etnológicas, 1965, p. 111)
En “La Nación” del 27 de Marzo de 1918 se lee la noticia de que el gobierno había
ofrecido una protección al cacique José María Llanquetruz, donándole a él y a sus 35 familias
en abril de 1916, 10.000 hectáreas (en la zona de Presidente Roque S. Peña, en Colelache,
provincia del Chubut, tierra improductiva).
La vida de este cacique nos ha demostrado un Llanquetruz valioso e inteligente, indio
dispuesto a la paz y la convivencia con el cristiano. Con todo, cayó entre los lazos de la
apasionada política argentina y del alcoholismo importado por el comerciante blanco quizá
con pingües ganancias.
Bibliografía
R. Casamiquela, El linaje de Yanquetruz, Santa Rosa, La Pampa 1973, 22 pp. "El alma
de Yanquitur" (poesía), en periódico Neuquenia, IV, 1954 Nº 20. L. Franco, "Yanquetruz", en
La Prensa del 9.10.1966. E. Sánchez Ceschi, Crónica de Carmen de Patagones, Bs. As. 1938.
M. A. Vignati, "Un capítulo de etnohistoria norpatagónica: José María Bulnes Llanquetruz",
en Investigaciones y Ensayos, Acad. Hist. Nac. Nº 13,1972.
LLANQUETRUZ (IVº),
Guzmán (Yanque y Yanqui): 1838, cacique ranquel.
Guzmán Llanquetruz de Poitahué (La Pampa) era un cacique ranquel de pura cepa,
pues era descendiente de los caciques gobernadores Llanquetruz I, Rayguán, Carripilún y
Llanquetruz IIº, el que fuera perseguido tan intensamente por Rosas. Llanquetruz Iº había
sido su abuelo, muerto en 1788 en el Paso de Villarrica Algunos creyeron que Guzmán
Llanquetruz era hijo del cacique Pichún Guala; pero hay dos documentos que lo señalan
como sobrino de él, aunque sí, lo amaba como a un hijo y lo iba criando, después que
falleciera su padre. Sería éste uno de los hijos de Pichún caídos en la batalla de Las
Acollaradas, el 16 de marzo de 1833: Paila o Rulcó? En la vida del cacique Pichún Guala
diremos que, cuando su padre murió, él cedió el mando general de los ranqueles al cacique
Painé y así se originó otra rama de caciques generales, los de Leubucó: Painé (+1844).
Calvaín (+1858), Mariano Rosas (+ 1877), Epugnerr y la otra rama de Poitahué: Llanquetruz
(+1855), y Baigorrita(+l879). El nombre (o apellido) Llanquetruz lo había heredado, pues, de
su abuelo y el nombre Guzmán lo llevaba en honor del gobernador de Córdoba, Dn. Alejo
Guzmán.
En 1852, Guzmán Llanquetruz entró en la documentación histórica, cuando acompañó
al coronel Manuel Baigorria con más de cien ranqueles a Buenos Aires, porque el general J. J.
de Urquiza los había citado. Llanquetruz encabezó la comisión como capitanejo junto con
Coche (primo hermano de Calvaín). Cumiao (hijo de Nahuel-cheo). Epusdeo (hermano de
Canué) y Nahuel Quintrú (según las Memorias de Baigorria). Desde entonces sería fiel
seguidor de la política de Urquiza, también en la lucha contra los separatistas de Buenos
Aires.
En 1854 ya era cacique y como tal hizo un tratado de paz con el gobernador Alejo C.
Guzmán en nombre del cacique general Pichún. Intervino en la gestión el capitán José
Baigorria y el lenguaraz Luis Castro, maestro de castellano de Llanquetruz. En la lista de los
capitanejos que aspiraban a obtener sueldos como oficiales del ejército, figuran "Capitanejos
de la familia: Carripilún,. Alejo Carmen Guala Yanquitrú,. Loncolí, Panguitruz (Mariano
Rosas), Alcanñanque. Coliqueo y Painemán. Otros capitanejos: Renque, Aillal, Manquetrú,
Millamán, Llanquenau, Nagüel Payún, Guaní. Reumaillao, Romero, Huerpunir y Cayul."
(Arch. Córd. Secc. Gob., T. 239. p. 92)
El proyecto de paz propuesto por el teniente Luis Benítez. contenía los siguientes
puntos (ib. p. 88: el 18 de julio de 1854): 1°) Deben ser respetados sus indios en todas las
provincias de la Confederación. 2°) Pueden comerciar y trabajar libremente. 3°) La misma
libertad deben tener los cristianos argentinos que fuesen de estos pueblos. 4°) No pueden
invadir ni pueden reunirse con ningún enemigo de la Confederación o del Sr. Presidente
Urquiza, ni con algún enemigo de los Generales Pichún. Calbán. y Calvucurá. que declare a
cualquiera de estos la guerra. La paz que se ha celebrado hoy sea duradera".
En el mismo legajo del Archivo de Córdoba (p. 116) hay unas cartas de él, enviadas el
25 de julio de 1854 desde Ranquel Mapú y firmadas con su nombre corriente: Yanque, en las
que llama al gobernador "cuñado y amigo", como lo sabían hacer los indios.
De la correspondencia de Manuel Baigorria entresaco unos pasajes ilustrativos. El 22
de enero de 1854 le escribió el cacique Pichún: "Yanquei es mi sobrino y un segundo mío,
nombrado cacique ya para reemplazarme. Es como un hijo de mi corazón..." (ib. p. 148)
Parecía que el cacique Pichún sentía que su estrella estaba declinando, cuando escribía
esta carta. Efectivamente, el 25 de mayo de 1855 murió en su toldo de Poitahué. (Arch. Córd.
Secc. Gob. T. 240, p. 46)
Nadie contó las circunstancias de su entierro, pero todos conocían su testamento o su
última decisión: que Llanquetruz (IVº) gobernara a su tribu hasta que su hijo Baigorrita
tuviese edad y experiencia suficiente para asumir esa responsabilidad.
Al cacique Guzmán Llanquetruz le tocó participar en la guerra de la Confederación
Argentina contra el Estado de Buenos Aires. Con el coronel Manuel Baigorria se adhirió a la
política del general Urquiza, quien veía bien que los indios incursionaran las fronteras
bonaerenses. El intervino también en la devolución (comercialización) de los cautivos. De eso
también hay constancias en el Archivo de Córdoba y en el Archivo del general Urquiza (por
ej. T. 128, p. 103). También los jefes de Buenos Aires enviaban emisarios y dineros a todas las
tolderías para "comprar" su ayuda o neutralidad. Cuando el cacique José María Llanquetruz
de Carmen de Patagones hizo un tratado de paz con el gobierno de Buenos Aires, en mayo de
1857. envió una copia del documento al coronel Manuel Baigorria para que lo hiciese conocer
a los ranqueles (AGN, S.VII, 14-2-2. p. 11). Y aparentemente impactó mucho, de manera que
Baigorria se quejó a Calfucurá de su amigo Llanquetruz, escribiéndole el 5 de junio de 1857,
que Juan Manuel, Levipí y Yanquetruz estaban haciéndose amigos de Buenos Aires y que le
había mandado a Baigorrita para que los aconsejase (Arch. Urquiza. T. 119). Tres meses más
tarde se había acabado ya esa veleidad, pues el mismo coronel M. Baigorria escribió luego al
Sr. Presidente Urquiza en agosto: "En el caso de invasión a Buenos Aires, Llanquetruz, Levipí
y Juan Manuel concurrirán a sostener a los pueblos confederados". Y en septiembre decía que
el cacique Yanqui pedía protección en caso que los de Buenos Aires invadiesen. (Carta
publicada en Loncagüé. por J. Maguire, p. 143)
Efectivamente, el general Emilio Mitre organizó entonces una expedición contra los
ranqueles; pero lo vencieron la sequía de la pampa y la inexperiencia de los baqueanos y sin
que hubiera encontrado a sus enemigos, quienes, sin embargo, lo seguían obsrvando desde los
montes, E. Mitre emprendió una penosa retirada, perdiendo hombres, animales, y debió
abandonar aun las piezas de artillería y munición. Es sabido que el cacique Calvain,
inspeccionando ese pertrecho bélico, provocó con un tiro de revólver una explosión de
pólvora: hallaron él y unos cuantos indios de escolta la muerte en el accidente. Esto consternó
a los ranqueles quienes fueron a hostigar a los huincas brujos. El 31 de enero. Emilio Mitre se
hallaba rodeado por indios de Coliqueo y Yanquetruz (IVº)y en mucho aprieto, cerca de Río
Cuarto. (Arch. Mitre, XVIII, p. 44 y Arch. Mus. Hist. Nac., doc. 19759)
Aún se estaban estudiando planes para someter la provincia de Buenos Aires que en
dos frentes había castigado a las indiadas adictas al general Urquiza (por esta expedición y la
batalla de Pigüé y expedición a Salinas Grandes). Los ranqueles se impacientaban. En julio de
1858 (Arch. Urquiza, T. 145, p. 225), Apolinario Baigorria había escrito al Presidente Urquiza
que el coronel Baigorria se hallaba en las tolderías de Yanque y que Coliqueo esperaba su
regreso para invadir a Buenos Aires. Por entonces se avecinaba la batalla de Cepeda.
Manuel Baigorria informó, en enero de 1859, al Presidente Urquiza que, según orden
verbal, había entregado cien yeguas a Calfucurá. cien a Yanquetruz y cien a Canué.
"Aseguróle que Canué, Yanquetruz y Coliqueo seguro le responderán" y que por la invasión a
Santa Fe había escrito al cacique Mariano Rosas (sucesor de Calvaíñ) y a Yanquetruz. (AGN,
S.VII, 14-4-2, T. 158).
El 23 de Octubre de 1859 se produjo el choque en el Arroyo del Medio, la batalla de
Cepeda, donde Manuel Baigorria colaboró con el ejército de Urquiza aportando un
contingente de 300 guerreros, entre los cuales ya no luchó el cacique Yanque. (M. Hux:
Coliqueo. ed. 1980, p. 37)
Después de la separación de Manuel Baigorria y la tribu de Coliqueo de las tierras
ranquelinas, declinó la estralla de Llanquetruz para dar lugar al cacique M. Baigorrita la
jefatura de los indios de Poitahué, tal como su padre lo había previsto.
Llanquetruz IVº seguía siendo cacique segundo de las tribus de Poitahué, aunque con
menos predomonio que su antecesor. Siempre estaba en el consejo de los jefes ranqueles y
participaba en las decisiones de los parlamentos, cuya historia evocamos en las biografías de
Baigorrita y Mariano Rosas. Llanquetruz es considerado en los tratados de paz de 1870 que
promoviera el coronel Lucio V. Mansilla y en el de 1872 celebrado en Poitahué y Leubucó
por los padres franciscanos de Río IVº. y nuevamente en 1878. Algunas veces se carteaba con
los misioneros, porque se preocupaban verdaderamente por los ranqueles. (En Arch.
Convento Franciscano. Río IV. Doc. 232)
Una lista de indios de guerra que se confeccionara en 1877. después de la muerte del
cacique general Mariano Rosas, asignaba a Epugner 600 indios, a Baigorrita 600 y a
Yanquetruz 300. (Mus. Hist. Nac., Doc. 10604)
A pesar del solemne tratado de paz, sellado y firmado por el Congreso y el Poder
Ejecutivo el 24 de Junio de 1878, los ranqueles cayeron luego bajo la ley de la Conquista del
Desierto. Poco después de la promesa de paz, el coronel Rudecindo Roca se lanzó sobre sus
tolderías. Entre sus prisioneros estaba el cacique Yanquetruz y allí perdemos su rastro.
LLANQUETRUZ, Juan, cac, contemporáneo situado al norte del Chubut. Nació en
1890 como hijo de Yemul, alias José María Llanquetruz (1830-1915). Fue entonces nieto del
crac. Llanquetruz IIIº de Carmen de Patagones. Rodolfo Casamiquela lo llama “el último
cacique de los tehuelches”, al que vio en 1950 en Pirren Mahuída. (El Linaje de Yanquetruz,
Sta. Rosa 1973 p. 12) Agrego que era cacique de tehuelches, como ya su abuelo había
ejercido cierta autoridad sobre los tehuelches, sin haber sido tehuelche.
LLANQUI FI o Yanqufí, María, 1787, cacica pehuenche, contrajo en Mendoza un
tratado de paz . (ver: Roco)
LLANQUI GÜEN ( Yanqui hueñ) 1825, cac. pampa ranquel, uno de los 40 asistentes
al parlamento de paz, conocado por los hermanos Oyuelas (es el Nº 14). Quizás se pueda
identificar Llanquihuen con el cac. Güenín que 1820 vivía en Marifil . El 30 de Mayo de
1834 se acercó a Carhué a lo del cac. Rondeao (AGN X. 24-8-6). Después del Asalto de
Masallé (8.9.34), se vio traicionado por las tropas de Bahía Blanca y el Gobernador de
Buenos Aires (ib. 3.10.34)
LLANQUI LEF, 1820, cac. chileno, hijo del cacique patriota J. Colipí, que actuó en
la Guerra a Muerte (T. Guevara, 1910 p.90). Su descendencia, los Ancatruz, vivían en la
Provincia de Neuquén por Rucachoroy. Su hija María Llanquilef se había casado con el
cacique Diego Ancatruz (C. Rusconi 1962 p. 41) ETIMOL: según Meyer Rusca: llancün:
perderse; lef (leufú) río
LLANQUI LEO, 1870, cac. pehuenche que vivía en Quineniyén. Su hijo, el cac.
Huincaleo se presentó en 1880 a las autoridades militares para ofrecer su sometimiento, Otro
hijo de Llanquileo fue el capitanejo Curaché (Rusconi IV p. 210)
LLANQUI MÁN o Yanquimán, 1833, cac. pampa ranquel. Fue perseguido y vencido
por los expedicionaros de la Campaña al Desierto, en ese año. Sus indios y los del cac.
Chocorí habían invadido la zona de Bahía Blanca y robaron así a retaguardia a las tropas de la
División de Rosas 400 caballos. Rosas, no bien tuvo noticia de ello, mandó dos piquetes en su
persecución; uno al mando del Capitán F. Rodríguez, al que destruyeron en Posta Lafquén
Monocó. El Tnte. Miranda dio una gran vuelta al Sur hacia las Salinas y el 9 de septiembr
logró capturar a Yanquimán. Lo llevó a presencia de Rosas al Cuartel General sobr el Río
Colorado. Allí le tomó declaraciones y… creo que lo hizo fusilar. (Carretón: Escritos,
discursos y diario I. p. 198 y AGN X 40-7-10) Rosas gratificó a cada uno de los indios que
ayudaron a apresar a Yanquimán con 25 $.
LLANQUEIÑ o Yanquin, cac. ranquel e hijo o sobrino del cac. Pichún. Este lo
mandó en 1843 con una embajada al Gobernador López de Córdoba (Memorias de
Avendaño)
LLANQUÍN, 1790, cac. pehuenche del grupode Malalhué que actuó en la Guerra
Pehuenche. Eswe año se anotaron varias noticias de él. El 9 de Julio de ese año había muerto
a un sobrino suyo n la jurisdicción del cac Canignán. Por eso hubo un amago de maloca
contra la toldería de Canignán; pero el Comandante Francisco Barros, acudiendo con su tropa,
pudo evitar el desenlace. Durante tres años, Barros realizó un censo entre los indios de
muchachos que podían engancharse para la guerra contra los huilliches. El cac. Llanquir (sic)
tenía dos capitanejos, 28 lanceros y 8 con hondas disponibles. Yanquin, efectivamente asistió
a esa expedición (Diario de F. Barros en Arch. Mend. Carp. 30 doc. 2) Después de una nueva
expedición al Sur, en 1792 al mando del Comandante F. Esquivel Aldao, Llanquín y Roco
recibieron la orden de situarse más cerca de San Carlos. Fue así un aliado de Menmdoza y
guerrero activo en la Guerra Pehuenche.
ETIMOL: Llanca: perla y “n” verbalizante: ser
LLANQUÍN, Ignacio, cac. contemporáneo en la costa oriental del Río Limay. Su
foto se muestra en el Museo de Bariloche. Estaba casado con María Curruhuinca de San
Martín de los Andes (C. Rusconi. IV. p. 210)
LLANQUÍN, 1858, capitanejo ranquel, hijo del cac. Pichún Gualá. Creo que es el
mismo como el “cac.” Llanqueiñ arriba.
LLANQUI NAO, José Antonio, 1860, era cac. pehuenche, nacido en Chosmalal y
murió en 1865.
LLANQUI NAO, José Domingo, 1865, cac. pehuenche, hijo y sucesor de José
Antonio. Vivía sobre el Río Barrancas, al sur de Malalhué (Mendoza). Su esposa se llamaba
Rosario Viló. Son datos que tenemos de Luisa Yanquinao, nieta de José Domingo y Juliana
Correa. Decía que Yanquinao estaba enterrado en Curileo y Viló en Río Barrancas. (El
testimonio y la foto fueron publicados en el periódico “Los Andes” de San Rafael, el 18 de
Julio de 1960).
LLAYLLOLÚ, 1787 cac huilliche a quien cita el Gral de Amigorena en su diario el
7.6. 1787)
LLAU PÍ, o Llaupé, Llauilau, 1833, cac. pehuenche del Sur de Mendoza. Durante la
Expedición al Desierto, el Comandante Rodríguez perseguía a la tribu de Yaupilau. El 17 de
marzo de 1833 casi los había alcanzado; pero por la indiscreción de un baqueano, pudieron
huir a tiempo. Los expedicionarios les quitaron 100 ovejas, 16 caballos y una vaca de cría y
39 individuos de la chusma, -dice el parte.
1845 el cac. Llaupi, acompañado del cacique Aillal, llegó al Azul y Rosas y Belgrano
les dio raciones y regalos en señal de paz. En junio de 1846 fue asesinado el cac. general del
Sur de Mendoza, Cac. Guzmané. Como era pariente de Llaupi, éste quería vengarlo y pidió
ayuda al Comandante de San Rafael. Pero allí tardaron en atenderlo, diciendo que debía
dirigirse al Gobernador de Buenos Aires. Pensó entonces unirse a los caciques Coliné y
demás parientes (Arch San Luis 6.6.46). Con engaños invitó el cacique chileno Zúñiga a los
caciques del Sur de Mendoza que fueran a Chile, porque dependían de ese país.: a Ayllal,
Yaupí, Forí y Coliné. Forí le mando uno de sus hijos. Yaupí y Frepallán volvieron con la
excusa de que tenían miedo morir en el camino. (Arch Mend. Doc 12: 24.1.47).
Al mismo tiempo salió el Gobernador de Mendoza a campaña hacia el sur para
averiguar la verdad de lo ocurrido entyre los indios, El 11 de octubre de 1846 convocó a San
Carlos a un palamento general. Aparecieron el cac Tripaiñán y comisionados de los caciques
Ayllal, Caepí, Llaupí, Yancanir y Nefñir. El gobernador retuvo rehenes y convocó a los
caciques. Impresionados por la presencia de su tropa se le presentaron recién en Mendoza con
promesas de paz y acatamiento: Yaupi, Pichiñán y Neculán…(N.Sosa Morales: El
Comandante Rodríguez, 1968 p.22 y 52) En enero figura Llaupí en la lista de caciques
obsequiados por Rosas en vísperas de la batalla de Caseros.
LLEBUL, Juan, o Cebul, Zebul, y más correcto Leubu licán. 1834, cac. boroga;
figura en la lista del cacique del cac. Martín Collinao, hermano de Melián (AGN. S, X. 24-9-
1). Se habían venido a la Pampa con Vernancio Coñuepán de Chile, durante la Guerra a
Muerte en ese país y se afincaron sometidos al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en
Bahía Blanca. Después de un gran malón que diezmó a esas tribus, Collinao y su segundo
cac. Leubulicán con su gnte fueron trasladado a Azul. En 1841 pertenecían aun al grupo de
los amigos de Azul. Más tarde fueron enviados para la fundación de Bragado (1846) (AGN X.
20.10.2). Ver Collinao. Juan Lleubul estaba casado con Juana Rosa y su hijo se llamaba
Fermín Confío
Etimología: Licán: piedra; del Leufú: del río
LLELFI ÑIR o Lelfinir, 1846, cac. pehuenche que conocemos a través de los
documentos del proceso, sucitado en Mendoza a raíz del asesinato del cac. general Guzmané.
Lelfú y Curigüinca eran principales caciques que habían respondido al llamado del cac.
Zúñiga para el parlamento en Angol. Iban a invadir las Provincias de Mendoza y de Buenos
Aires (Arch. Mend. Doc. 12; 24.1.47) Morrison lista de caciques p. 62.
ETIMOL: Lelfú: llanura Ñir (gnerr): zorro del
LLEMBU LICAN, Juan: 1772, cac. araucano de Repocura Chile. Tenía una capilla
en su campo y decía que quería ser enterrado en ella. Murió a fines de 1822 (Gay: Historia
III. P. 429)
LLEREQUÉN, 1825, cac. tehuelche o pampa que estaba a las órdenes del cacique
mayor Pety (AGN Biedma, S.VII. 10-4-14)
LLILBIL.1830, cac. ranquel. Manuel Baigorria lo nombra en sus Memorias. El lo ha
encontrado en el camino de los toldos de Raymán al toldo de Llanquetruz en su primerta
época entre los indios.
ETIM: LLi: embrión y Filú: de víbora
LLI GÜEQUEN o Llingüequen, Llengguenquen, 1780, cac. pehuenche que fue
víctima de la Guerra Pehuenhe. Murió el 14 de marzo de 1780 junto con los caciques
Güentenao y Longopay, en la batalla del Campanario, al sudeste de Malalhué. Murió a manos
de los expedicionarios del Comandante J. de Amigorena en su segunda expedición de
sometimiento de los indios. (Diario en De Angelis IV p. 590). El gran cacique Ancanamún
era su hermano ETIMOL: Lli: pichón de , hueque: llama
LLOCO PAN, 1780, cac. pehuenche. Ese año se presentó al Gobernador de Mendoza
el Gral José de Amigorena, para concertar la paz. Otra vez estuvo en la Sala capitular de
Mendoza (20.4.81. ver Roco)
LLOFQUEIÑ, cac. boroga que en 1834, después del Asalto de Masallé se sometió al
cac. Calfucurá (Avendaño) En otra página lo llama Yofquein o Llofquén. En 1837 éste
cacique recibió de Calfucurá 500 yeguas; sus caciquillas 250 y sus capitanejos 125.
(Avendaño ) Esto nos dice que era un cacique importante.
LLOFQUEN, 1875, capitanejo manzanero del cac. Huilliqueo (Neuquén) según
Eduardo Moreno: Reminiscencias de Francisco P. Moreno Bs. As. 1942 p.44)
LLOGÑIG, 1787, cac. puelche que vivía entre los pehuenches a orillas del Río
Diamante (Arch. Mend. doc. 37; carp. 2: 1787)
LLONCAPAY VER LONCO PAY
LLONCÓN, 1890, cac. araucano chileno. Su fotografía y la de su mujer fue
publicado por Carlos Aldunate del Solar: Cultura Mapuhe; album muy ilustrado. Santiago
1978 y 1983.
ETIMOL: Loncó:+ n : ser cabeza, ser cacique
LLONQUE NAO, 1854, capitnejo ranquel. Figura en la lista del cacique Guzmán
Llanquetruz, en el documento preparatorio del tratado (Arch. Córd. T. 239 p. 92)
LLUMUL ANTE o Yugulan, 1838,cac ranquel. Era cacique por ser de noble estirpe,
por ser hijo del cac Melián. 1838 participó en el malón contra la tribu de Llanquelén (en
Junín). El joven Avendaño, el cautivo, era amigo de Yumulán (Memorias del Excautivo
Santiago Avendaño. Ed. Eudeba 1999)
LLURCULÚN, 1787, cac. phuenche del grupo de Malalhué, activo en la Guerra
Pehuenche.
LLUS QUÉN, alias Pacheco, n.1836. 1870, capitanejo. Había pertenecido a la tribu
de Coliqueo. En el año 1869 al separarse el cac. Andrés Raninqueo de la tribu de Ignacio
Coliqueo en Los Toldos, se radicaron en La Verde (Part. 25 de Mayo) Por el gran malón de
1872 los indios del cacique J.Calfucurá los apresaron y los llevaron a Salinas Grandes.
Pacheco Lausquen volvió más tarde a Los Toldos de Coliqueo y allí crió su familia: a María,
Pepa, Pedro, Sabina, Angela etc. Luisa se había casado con Silvano Guayquil y murió en
LosToldos en 1881, a los 83 años. ETIMOL: Laufquen : la laguna Ver
Pacheco
Guerra a Muerte
Termina la guerra
El 20 de abril de 1824, el gobierno chileno fue informado que Mariluán
había ofrecido la paz: "Mariluán se reúne a la Nación Chilena. V.E. conoce bien
el talento militar de este respetable corifeo, pues tiene grande ascendiente en los
ánimos de sus súbditos naturales. Este, pues, halagado por mis invitaciones, me
protesta amistad a presencia del Comandante Barnachea, a Don José
Guayquillanca, su sobrino, a Don José Payllamilla, sobrino del cacique
gobernador Dumacán y a Don Juan Marillanca, hijo del capitanejo Carrianca
(Vicuña Mackenna p. 777).
En junio de 1824, los Pincheiras y sus montoneros buscaron nuevamente
la incorporación de Mariluán. pero en seguida los abandonó en el Río Duqueco
para buscar definitivamente la paz.
El 10 de enero de 1825 se sometió formalmente al gobierno patrio
chileno, en el parlamento que se celebró en Tapihué, cerca de Yumbel. El tratado
con el Cnel. Pedro Bernachea en Los Angeles lleva la fecha 7 de enero de 1825
y su texto fue publicado por el Dr. Jorge Pavez ( en Anales de Descalificación,
2005, París p. 47 ss) En 1827 reiteró su juramento en otro parlamento y así se
hizo la paz en la Araucanía (Campos Menchaca: Nahuel Buta, p. 165). No sé
cómo concluyó su vida. Lo conocemos en cuanto luchó por sus convicciones y
sus simpatías o antipatías, que hizo con tremenda consecuencia.
(Etimología: "Diez Guanacos" [Luán: guanaco]).
MARI LLAN, Juan, 1822, capitanejo chileno llanista del gran cacique
Mariluán. Fue su embajador en 1824, cuando inició los trámites de la paz y
reconciliación (T.Guevara, 1910 p. 351 y Vicuña Makenna p. 778)
MARI LLÁN, 1878, cac. salinero de Namuncurá que apareció en los
documentos cuando las tropas expedicionarias iniciaron la úlima fase de la
persecución. Seguramente ha vivido muchos otros momentos con la tribu de
Namuncurá. Su nombre figura ya en 1873 en el anteproycto del tratado de paz
que más de 200 caciques y capitanejos firmaron el día del fallecimiento de
Calfucurá (AEM doc. 1232: 3.6.1873). En 1878 huyó en compañía de los
caciques Querenal y Carrenque hacia el Sur. Acompañóle una de sus mujeres de
Namuncurá y dos de sus hijas. De manera que se ve que era hombre de
confianza del cacique General de las Salinas.
El 11 de junio de 1979 el Sargento F. Monteagudo descubrió su paradero
a unas seis leguas del Chadileufú (Olascoaga II. P. 110). El Comandante
Saturnino Torres, sabiendo esa noticia, salió a buscarlo. Le mandó primero una
vieja para decirle que enytregasen sus armas y se sometieran, que serían bien
tratados. El cacique le contestó que dudaba de su palabra, que pelearía antes de
entregarse. Luego, el General Napoleón Uriburu cuenta en un dramático
informe sobre el encuentro que tuvo lugar el 28 de junio de 1879 en la zona de
Auca Mahuída, cuyo resultado habrían sido 14 muertos, 5 indios prisioneros y
106 de la chusma; los demás escaparon y se dirigieron al país de los manzaneros
(Olascoaga II p.32 y 187 y 151 y 167)
Marillán fue nuevamente objeto de perecución durante la Campaña de los
Andes, al Sur de Patagones que dirigía el Gral E. Villegas en 1883 . (Su
informe fue publicado en 1883). En noviembre de 1882 Marillán y los suyos
fueron atacados por el Tnte. Coronel Ruibal entre el Cerro Relem y Chañy en
Neuquén y nuevamente logró escaparse, dejando en manos de sus perseguidores
24 prisioneros de sus familiares (chusma, como se decía entonces) ib. p. 213.
Luego perdí yo también la pista de este cacique desafortunado. Talvez ha ido a
Chile
En la Pampa , en el Departamento Limay Mahuída existe su nombre
como topónimo- antropónimo que recordará a la población al cacique
perseguido.
MARI LLANCA, 1820, cac. patriota chileno que peleba en la Guerra a
Muerte junto con los caciques Catrillanca y Huayquillanca, que probablemente
eran sus parientes (T. Guevara, 1910…)
MARI MÁN, 1774, cac. pehuenche que residía cerca del volcán Osorno
y el Río Bueno (Chile) Informó al Capitán don Ignacio Pînuer que sabía algo de
la Ciudad de los Césares (Rev. Junt. Hist. Mend. IX p.96)
MARI MÁN, 1881,cac. araucano que vivía en Cudihué (Chile)
MARINAHUEL, 1783, era señalado por el cac. auca, como enemigo de
Chulilaquín (Diario de Villarino, en de Angelis V p. 580)
MARI NAO, 1821 – 1882, cac. patriota de Santa Fe (Chile) en la guerra
a muerte estaba peleando junto con el cac. Cuminao.(T. Guevara, 1910
Cap.VII). 1852 era cacique en Mañedehue, cerca de Panguipulli, Sud/Oeste del
lago Calafquén. Su hijo mayor era Callfunao. Acogió bien a los misioneros
capuchinos. Por eso fue muerto por dos indios, inhumanamente sacrificado. Su
hermano Cypriano mató a los dos, padre e hijo por ingratitud, envidia y por odio
a la fe; por eso son mártires. (Relaciones de las Misiones Capuchinas en Jorge
Pinto Rodríguez: Misioneros en la Araucanía ,1600 - 1900, Temuco 1988 p.
297)
MARIN o Maríñ, Marinahuel 1820, cac. patriota de Trihuelmu, cerca de
Angol. Se incorporó también en la Guerra a Muerte como patriota junto con el
cac Juan Millanamún al cac. Venancio Coñuepán (T. Guevara 1910 p. 124)
1825 se halló un cacique Marín en el parlamento de paz con los pampas y
ranqueles en la laguna de Guanaco. Si es el mismo que nombramos, habría
inmigrado a la Pampa, como tantos otros por la Guerra a Muerte en Chile.
1847 aparece su nombre en una lista de caciques racionados en Azul
(Rev. Arch. Azul Nº 2 p. 145). 1874 un cac. Marín estuvo sujeto al cac. Rondeao
en Cruz de Guerra en 25 de Mayo y con él fue envuelto en la Revolución de B.
Mitre (septiembre de 1874). En el combate de Saladillo fue herido por el Cnel.
M. Espinosa. Fue apresado y llevado a la Isla Martín García. 1877 aún se
hallaba allí. El cac. Namuncurá pidió al Gobierno Nacional su libertad. No sé si
llegó a gozarla. En la Isla o Cárcel de Martín García había una gran epidemia de
viruela (A. Rodríguez 25 de Mayo p. 118 y E. Zeballo; Calfucurá ed. 1934 p.
247)
MARI ÑÁN, 1776, cac pmpa ranquel que vivía cerca de Chaquilque. De
las Casas en su Censo le atribuye sólo 10 indios de escolta y 6 toldos (en: De
Angelis IV p. 584) No sé decir si él fue muerto a raíz de una invasión a Cabeza
de Tigre y Cruz Alta el 26 de septiembre de 1785. 250 indios lucharon contra 60
soldados al mando del Comadante Ventura Montoya (ver Est. R. Barbero: Cruz
Alta, 1990 p.50 ).
MARI ÑÁN, 1806, cac. boroga que se había criado en la Pampa con el
cac. Quichepí. Don Luis de la Cruz, al cruzar la Pampa en ese año, lo vió y le
habló en idioma puelche. Le dijo que había robado su mujer a los huilliches.
Estuvo anteriormente en la Guerra Pehuenche. (Luis de la Cruz, en De Angelis .
p. 151)
MARI ÑANCO, Leandro, 1865, cac. mapuche de Valdivia, Chile
La primera documentación que de él tenemos es un pasaporte extendido
el 10 de abril de 1865 en Valdivia para él y dos hermanos: Juan José Levicurá y
Bernardo Namuncurá, parientes del cac. Juan Calfucurá de Salinas Grandes,
con quien han actuado anteriormente ya y luego. (Ver nota biográfica de
Bernardo Namuncurá) El pasaporte era para ir a Buenos Aires (AEM). Una
segunda nota que lo nombra es un parte de 1870 del malón a Tres Arroyos y
Pillahuincó, pues, él y su hermano encabezaron un escuadrón de indios. (ver
nota biográfica de Namuncurá)
MARI PÁN, 1787, capitanejo de los puelches del cac. Roco sobre el río
Diamante (Mendoza) Arch. Mend. Doc. 37 : 1787) ETIM: Diez pumas
MARI PÁN, 1825, cac. pehunche que participó en el parlamento de paz,
el 13 de diciembre de ese año, convocado por los hermanos Oyuela. También
estuvo en ese otro parlamento en Tandil. Es probablemente pariente del cac
Millagüín que intervino en la Guerra Pehuenche ya en tiempo del cac.
gobernador Ancanamún quien era su hermano (Arch. Mend. Doc. 31: 1797)
MARI PÁN o MARIPÁN MONTERO, cacique de Maquehue (Chile)
Don Agustín Montero le dedicó una reseña en el libro “Historias de familias del
siglo XIX” de Tomás Guevara ed. Temuco 2002 cap. XVII p. 141 - 144 )
“Nuestra familia nace del guerrero incomparable Francisco Montero, así
lo llamaban los indios a Juan de Dios Montero que conocemos en la biografía
de Venancio Coñuepán”. (Don Agustín menciona un folleto de Joaquín Vallejos
que reseñó la historia de ese personaje) Era Sargento chileno del ejército que se
sublevó contra el Rey (el gobierno español). En una entrada que hizo llegó a la
tierra de Venancio Coñuepán de Choll Choll y lo acompañó con un piquete de
70 coraceros. Así entró en la lucha contra los realistas y sus indios aliados. Se
hizo como mapuche, hablaba en idioma araucano, se ponía poncho y chiripá y
se dejaba crecer el pelo. Se casó con la hija del cacique Ancafilú, padre de
Domingo Melifilíu. La niña se llamaba Ngümayfilú, pero le decían mallé. “De
esta unión salió Maripang Montero, mi padre”
Después de buenas actuaciones en tierra araucana, al sur del Bío Bío, el
gobierno despachó a 4000 indios con el cac. Venancio Coñuepán y sus patientes
a pasar a la Argentina persiguiendo a los realistas que se habían escapado a la
llanura pampeana y “Francisco” es decir Juan de Dios Monteros le acompañó
con 70 coraceros. Llegaron a Melincué, de donde mandaron correspondencia a
Chile diciendo que no habían tenido éxito, ni podían volver, porque los realistas
ocuparon todos los pasos de la Cordillra (ver Hux, Meinrado: el gran artículo
biográfico sobre Coñuepán (ya en Caciques Borogas y Arucanos ed. El Elefante
Blanco Bs. As. 2004)Origen y familia – su actuación en Chile – su actuación en
la llanura bonaerense – en Tandil (1827) – en Bahía Blanca (1828) – durante la
revolución de J. Lavalle – durante la Campaña de Rosas al Desierto (1833) –
Después de la Expedición al Desierto – el año 1836, trágico para Cañiuquir y
Coñuepán).
1827 se presentaron al Cnel. Estomba en Tandil y por él se
ofrecieron al nuevo Gobernador de la Provincia Juan Manuel de Rosas.; quien
los aceptó como también al cac. Melipán. Acompañaron al grupo fundador de
Bahía Blanca. Coñuepán con 30 indios y Juan de Dios Montero con 25
coraceros formaban la vanguardia. Sufrieron luego un revés por los inios
pincheirinos. “Monteros ardía por vengar la derrota “ (Arch Gral Nac. S.V. 16-
10-5) Entre la tropa formaba el Tnte . Montero con 25 carabineros. En otro
ataque Montero recibió una grave herida. Para que quedara, Estomba le dijo “en
forma reservada” que tenían el proyecto de una próxima expedición y lo
necesitaba.
Cuando el 1º de diciembre de 1828, los jefes de Bahía también se
adhirieron con los unitarios, J.M. de Rosas ganó a los indios en secreto. El 3 de
enero de 1829, en marcha ya , el Cnel Morel y sus coraceros, los indios, después
de haber sido obsequiados y vestidos, flanquearon la columna, pero
sorpresivamente hicieron un tremendo ataque a esa columna y mucha matanza.
Y luego Monteros e Yturra hicieron arriar los dispersos, viejos y muchachos, los
llevaron al cuadro del Fuerte, pero luego los indios sobrevivientes atacaron a los
blancos. Yturra, el 2º capitán de la tribu de Venencio Coñuepán y el 1º ,Juan de
Dios Maripán Montero se salvaron. El hitoriador Crespi Vals puntualiza, que
murieron diez oficiales y 106 soldados. El cree que Venancio Coñuepán no
estaba en esa acción, sino su hermano Panancio Cayupán.
Ya en 1831 Don Venancio Coñuepán pidió permiso para irse a Chile,
pero Rosas lo retuvo con regalos (AGN VII 10-4-14: 29.11. 31) Y allí siguió su
(triste) historia hasta agosto de 1836, cuando en un tremendo malón lo mataron.
De Juan de Dios Montero Maripang ya no tengo noticias. Su nieto dice en
Historia de Familias del siglo XIX p. 142 : “legaron en correrías hasta Bahía
Blanca. Allí los vencieron los indios pampas. Al capitán Montero lo llevaron a
un fuerte argentino, donde el comandante mandó fusilarlo.” Yo digo que esto no
es exacto. Supe que se había trasladado a Buenos Aires y que Rosas lo hizo
fusilar allí.
El resto nos informa de cosas familiares: “”Quedó en su lugar (de cacique
de Maquehue) su hijo también llamado Maripang Montero. Se casó con la
hija del cacique Cayuqueo de Forohué (boroga pariente del cac. Curriqueo). Una
prima de ésta, del mismo lugar y otra mujer de Maquehue.
“Tuvo tres hijos: Huenchú, Manuel y yo (Agustín Montero) y cuatro
hijas. Heredó el valor de su padre. Pocas veces desamparaba el sable de la
cintura. Era el capitán preferido de su tío Domingo Melifilú. Nadie le ganaba en
conocer las costumbres antiguas en la repartición de los bienes de un muerto,
para hacer pagar una mujer; tasar un perjuicio cualquiera, decir los actos
prohibidos, conocer las verdaderas brujerías y cuando era bueno hacer un
malón. Los demás caciques lo buscaban para consejero en las demandas y las
resolvía con muy buenas palabras.
“Maripang, como era pariente de los Filú de Maquehue, siempre los
acompañó para apoyar su gobierno,
“Maripang murió en 1899, a la edad de unos 65 o 70 años. Su entierro se
efectuó en Maquehue con extraordinaria concurrencia. Entre los asistentes se
hallaba el Intendente de la Provincia. Quedan aún descendientes de la familia
Montero”
Esas últimas noticias nos alegran más que las noticias sobre campañas
militares y políticas.
Agrego solamente un dato más sobre Maripán (o Maripán Montero: 1875,
figura como cacique de Manuel Namuncurá en Salinas Grandes. (La Pampa). En
septiembre de ese año fue en comisión a Bahía Blanca para arreglar con el
Coronel Pío Iturra la paz de los salineros. No hay otro documento que hable de
él, sólo una vez más aparece, en el momento en que Namuncurá se iba a rendir
al Gobierno Nacional. Pues se presentó en 1884 en el Fuerte que había sobre
Remecó, entregándose con 5 capitanejos y 135 indios de lanzas. Las familias las
trajo más tarde. Todos fueron llevados a Codihué a disposición del Coronel
Belisle. (AEM doc. 8454) Maripán volvió más tarde a Chile, su patria.
MARI PIL, 1776, cac. pampa ranquel de Chaichiguán. Según el censo de
Don Diego de las Casas, tenía allí 14 toldos y 26 familias (en De Angelis IV p.
584) ETIMOL: Mari: diez y Pil es apócope de Pillán.
MARI PIL, 1820, cac. chileno patriota de Quecheregua. Era amigo del
cac. Venancio Coñuepán y participó con él en la Guerra a Muerte. Después del
golpe de Talcahuana, el 2 de Mayo de 1820, busacó la paz y no sé si ha vuelto a
pelear. (Guevara: 1910 p. 124 y 134)
MARI PIL, 1879, cacique que actuó entre los picunches con el ac.
Huenupil en el Neuquén. Puede ser que esos dos eran parientes o hermanos. (J.
Raone: Fortines p. 132)
MARI POL, 1776, cas. pampa censado por Diego de las Casas en
Médano Teguas (prob. Tregua), estaba a tres días de Metrequel. Allí tenía 5
toldos y 10 familias (en De Angelis IV p. 584)
MARI VIL, Juan José, 1894, capitanejo salinero, hijo del cac. Juan
Andrés Antemill. (según dice una carta del 13 de julio de 1894, e el Archivo
Salesiano de Bahía Blanca)
MARI VILO, 1864, cac. araucano de la región de Maquehue. En junio se
1864 invadió en la Provincia de Buenos Aires junto con el cac Quilapán
En la Tribu de Coliqueo hubo y hay muchos con el apellido Marifil
MARI VUTAI, 1752, cac puelche entr los pehuenches de Malalhué. Allí
lo vio el misionero P. Bernardo Haevstadt y también Fray Espiñero (Diarios
respectivos) Lo encontró junto con los caciques Huelecalquín y Chueyu, hijo del
cac. Pantucuero con 200 ginetes.
MARRIO, 1825, cac. puelche que en ese año visitó a las autoridades de
Mendoza para arreglar la paz.
MARMOL, José, 1881, caciquillo ranquel quien, sometido durante la
persecución de la Conquista del Desierto, apresado, fue enganchado en el
ejército expedicionario, porque era baqueano. En 1881 su tribu estaba asentada
en las inmediaciones del Fuerte de Carhué al igual que otros restos de tribus.
Allí los visitaron Monseñor Mariano A. Espinosa y el P. Jorge M. Salvaire
(Diario ed. 1968 p. 118- 122. Luego los indios fueron trasladado a General
Acha, cuando la División se adelantaba para la fundación de ese pueblo.
Finalmente se afincaron sus descendientes en el Oeste seco de la Pampa (creo en
Colonia Puelches)
MARIÑ, Juan, capitanejo puelche de la tribu del cac. Manuel Grande y
sobino del cac. Juan Curuiñ. Hay descendencias en la Tribu de Coliqueo (Los
Toldos) 1874 fue tomado preso y llevado como también su cacique a Martín
García. Quemeñ Marín y Evaristo Mariñ son los más conocios en la Tribu de
Coliqueo.
MARÓ, 1787, cac. puelche, que es de la lista del cac, Roco (Arch Mend.
1787)
MARTÍN, capitanejo ranquel que el 21 de octubre de 1877 hizo bautizar
a su hija en Villa Mercedes. Era cacique o capitanejo de Poitahué que se
sometió al régimen de Reducciones; 1872 se hallaba en Totoritos.
Hay varios caciques que se nombraban sólo con el nombre cristiano
MARTÍN, por ejemplo Martín Colical, Martín Calfunao, Martín de
Raninqueo, otro de Coliqueo.
MARTÍNEZ, 1822, cac. chileno. Ese año inmigró a la Argentina a raíz
de la Guerra a Muerte y con el cac. Collipal salió a invadir campos, seguramente
para aprovisionarse. (Comando Gral. del Ejército III p. 488). No cabe duda que
éste ascendió al rango de casique por casamiento y servicios.
En la tribu de Coliqueo. El capitán Agustín Martínez acompañó a
Coliqueo 1862 en la expedición de Julio de Vedia contra los ranqueles. Juan
Martínez era el lenguaraz del cac. Raninqueo, cuando éste se formó su propia
tribu en La Verde. En 1872, después del gran malón de Calfucurá fue llevado
preso a Martín García también Carlos Martínez (nac 1849) sobrino de Coliqueo
quedó preso dos años y medio en Martín García etc. (ver Hux: Coliqueo, el
Indio Amigo de Los Toldos y mi trabajo genealógico, en borrador)
MARTÍNEZ, Domingo, 1983, cacique contemporáneo que vive en
Pocitos de Quichana, cerca de Esquel (Chubut) Suele convocar para las
rogativas anuales tradicionales.
MASA o Maza, 1870 capitanejo de la tribu de Manuel Grande. Con éste
compartió la azorosa historia de la batalla de la Laguna de Burgos (Azul). Huyó
con 500 al Fuerte Gral Paz en busca de protección; allí fueron apresados y
llevados a Buenos Aires. Con Manuel Grande llegó a la tribu de Coliqueo donde
en 1874 fue apresado de nuevo. El 25 de octubre de 1875 fugó a los toldos de
Namuncurá.
Mirando mis borradores de genealogías de la Tribu de Coliqueo en Los
Toldos (Bs. As.) veo que hubo y hay muchos Maza, por ej. Esteban Maza
n.1849 hijo de Huenchual Maza y Carmen Cañiuquir; casado con Manuela
Chraihuen; Maza Juan n. 1842 cas, N. Millacurá; Masa, José n. 1823, Masa,
Bartolomé, nac. 1876 etc.
MASADA, Santiago, 1866 capitanejo y lenguaraz del cac. Calfucurá
MASAHUA, 1860, cac. pehuenche de Malargüe (Mendoza)
Masi, 1833, cac. boroga de la zona de Guaminí. AGN X. 27-5-6 p.536
MASCUICAR ANTÜ, 1738 cac talhuet (?) que trajo un malón sobre
Areco y Arrecifes (Dean Funes , Gregorio: Ensayo de la Historia Civil de las
Provincias Unidas, 1816/17 II. p.70)
MASUCHA, 1872, capitanejo pehuenche (picunche) que se nombra en el
tratado de paz del cac. Caepí.
MASUE CHE (o Masuchén), 1872, capitanejo pehuenche que se nombra
en el tratado de paz del cac. Caepí. Junto con éste vivió largos años en
Tupungato
MATAMALA o Matomala, 1787, cac. pehuenche, pariente del cac.
gobernador Ancanamún de Malarhué. Tomo parte en la Guerra Pehuenche como
amigo de Mendoza. El 7 de octubre de 1787 estuvo presente al celebra un
parlamento después de la expedición contra el cac. Llanquetruz sobre el río
Salado. (Arch. Mend. 1787) Estuvo también cuando se eligió al cac. Pichintur
como cacique gobernador y con él hizo la expedición se 1788 contra los
huilliches, ya a las órdenes del cac Canuepayún (ver Pichintur). 1795 se
presentó como embajador de los pehunches a las autoridades de Mendoza con
una nutrida comisión y luego estuvo en el parlamento de reconciliación en San
Carlos. Después de la expedición de Pichintur contra los huilliches de Barbarco
(Neuquén), pues se convocó ese parlamento de reconciliación. Pero sólo cinco
caciques aparecieron,, entre ellos Matamala (Arch Mend. 1795)
MATE MAN o Matemanc, 1879, cac. pampa desplazado entre los indios
del Neuquén. Cayó bajo la rueda de as expediciones de la Conquista del
Desierto. En Mayo de ese mismo año 1879 fue alcanzado y atacado por las
tropas del Cnel. Saturnino Torres, cerca del Arroyo Vuta Leubú. Fue apresado y
muerto el 5 de Mayo de 1879 (Olascoaga 1930 II 179 y 160.
ETIMOL: Matü,ligero, rápido y Manque: cóndor
MATÍAS, capitanejo salinero que firmó el gran documento (AEM Nº
1232: 3.6.73)
MATI LLANCA, Lorenzo, 1751, cac. araucan que vivía cerca de
Mulchen (Chile) donde fue visitado por el Padre B. Haevstadt (Diario 1777)
MATURANO, José María, 1822, cac. pehuenche (Rusconi, IV p. 225)
MATURO o Matra, 1600, cac. pampa de una encomienda de San Luis,
más tatrde de Pedro de Herrera (Cabrera. Tesoros del Pasado. La Cruz en la
Pampa p. 63) 1617: “Maturo” estuvo encomendado de Gerónimo de Cabrera en
la estancia El Tambo, de Río Cuarto (como Liquid o Capaquén) Tenía entonces
30 años de edad. (Arch. de Tribunales de Córdoba. Escritura 1, leg. 53-2)
MATURO, Ignacio, llamado “Don Ignacio”. Decían que era “serrano
indómito” (Anales XXVº Congr. De Americanistas. 288; Ref. de 1673)
En 1686 apareció un cacique Ignacio en el Pago de Luján Bs.As, en la
Cañada de Moyano, a 6 leguas al oeste de dicho río. Era sucesor del cacique
Juan Guasemil y hermano de Guiba y de Juan Susicha (Casamiquela, 1969, Un
nuevo panorama, Santiago Ch. p. 15. 1686 que deportado al Uruguay con toda
su gente (Faillety, L.S. Pampa Simi Bs. As. 1957 nomenclatura de etimologías.
1690 aparece un Don Ignacio Maturo y de nuevo en la región de Río Cuarto
(Arch. Gral. Ind 189 Charcas 109) En cierto momento hizo de intérprete para el
cac. Bravo (Cangapol) (fide P. Cabrera, Tesoros del Pasado: La Cruz en la
Pampa, 1827 p.55).
Y habrá sido él que fue acusado en Córdoba de haber muerto al estanciero
Antonio Garay en Guaminí (?) en Noviembre de 1707 (ver Liquid) 1751 estuvo
en la Reducción “El Espinillo”.
MATURILLO, José Gabriel, 1751, cac. pampa, al parecer, nieto del cac.
Maturo. 1751 pertenecía a la Reducción San Francisco del Espinillo en Río
Cuarto, la que fundara el Obispo Argandaño. Allí recibió el bautismo en 1751
junto con 130 indios más. El contrajo matrimonio cristiano con doña María
Josepha (P.Grenón: Los pampas y la frontera del Sud, Córd. 1924 p. 71 y Fassi,
Juan RP. En el periódico El Heraldo, Reducción, 1938 Nº 11 y 21 y P. Cabrera.
Tesoros del Pasado Argentino: La cruz en la Pampa, 1927 p. 173 y 53). En
ciertos momentos sufrieron ataques de los indios ranqueles.
MAU HUEQUE o Mauleque, 1792, cac. pehuenche que participó en la
Guerra Pehuenche en el bando de los huilliches de Barbarco. Ese año acompañó
a los caciques Güerahueque, Coñumil y Cheuquepán en la expedición contra el
cac. y tribu de Currilipí en el Campanario. (Arch. Mend 1792 ver Currilipí)
ETIMOL: Mau (mahuída) y hueque:
carnero
MAULÍ o Mailí, Maulé, cac. pampa de Valcheta compañero de Chocorí,
Chagallo y Cheuquepán. Desde 1830 la División de Bahía Blanca a las órdenes
del Cnel. Martiniano Rodríguez no daba tregua en la persecución de los
caciques Maulí, Cheuqueta, Chocorí y Toriano. Maulín fue también un blanco
de la Expedición de Rosas al Río Colorado en 1833.(Ferrecutti, Expediciones
militares en los orígenes de Bahía Blanca 1962 p. 98) En enero de ese año se
había informado que se habían reunido Maulí, Chagallo, Cayupán y Lepil para
ir a batir a los borogas (AGN X 27-5-5). Todavía no era la hora para eso. El 13
de julio de 1833 los Coroneles M. Rodríguea y Miranda persiguieron a Mauli
con 150 soldados, entre ellos indios baqueanos. Pero Maulí se había escapado a
tiempo con Llanquimán. Rosas en su Diario lo da por vencido en fecha 16 de
Julio, pero pronto se percató que ese cacique había ido a malonearlo por la
espalda; pues habían asaltado por La Posta Minocó (Partido Laprida) y le habían
arrebatado los animales de reserva. Además mataron allí al Capitán Rodríguez y
4 soldados que empezaron a perseguirlos. Y porque luego detectaron que iba
retirándose por entre los borogas para ir a Chile, algunos creyeron que éste era
boroga también. Sus indios fueron atacados nuevamente en “La Japonesa”
(26.8.33). Rosas ya anticipadamente anunció a los borogas que habían derrotado
a Chocorí y a Maulí (J. Garretón: Escritos, comunicaciones y diario 1946 I. p.
166 y 179). En diciembre, las tropas de la columna expedicionaria de Rosas
atacaron los últimos restos de Maulín y Catrenén. 92 indios se presentaron
espontáneamente. El 28 del mismo mes llegaron al Campamento General sobre
el río Colorado (AEM oc. 247). Llegaron 20 carretas llenos de prisioneras; entre
ellas también las mujeres del cac. Maulí.
En enero de 1834 Maulí estuvo cerca de Bahía Blanca y hacía
declaraciones más fantasiadas sobre embrollos entre los huilliches, borogas y
ranqueles (AGN X 24-9-1). Maulí siguió siendo un problema para Rosas.
En agosto de 1836 (es decir después de los grandes ataques a los borogas
de Guaminí y zona aledaña, y el año 1837, después que se había producido dos
malones sobre Bahía Blanca, las tropas del Sur expedicionaron nuevamente
contra los caciques y restos de tribus. El 16 de diciembre de 1837, el Cnel. Del
Valle sorprendió las tolderías de Renqué (Rinqui), Maulí, Millaquelén y
Guayquinecul. Hubo 93 muertos y 309 prisioneros AGN X.25-5-1) El 9 de junio
de 1837 la tropa expedicionaria del Cnel Ramírez y del Sargento Eugenio del
Busto encontraron a los toldos viejos de Maulín y Calfutró en Leucó (creo
Leuvucó)
Finalmente en 1839, el 22 de marzo, el Coronel en su expedición a
Salinas Grandes apresó al cacique Maulí y a 12 indios (AGN X. 18-4—8). El
cacique Martín Collinao en una carta, dirigida 12 años después al Gobernador
J.M.de Rosas, le recuerda que él acompañando al Cnel. Martiniano (Rodríguez)
había perseguido al cac. Rinque y había traído prisionero al cacique Maulí con
toda su familia (Carta pubicada en J.W. Maguire: Loncagüe, 1967 p. 114) -
¡Cuánta lucha, pobre Mauli!
MAILÍ, 1838, cac. ranquel del cac. general Painé, dice un documento
del Archivo de San Luis (Carpeta Indios 27.5.1838). No creo que fuese un
Maulí.
MELIGÜER EN 1835
En Marzo y Abril de 1836, Rosas lanzó dos fuertes ataques contra los
indios del cacique mayor Juan Ignacio Cañiuquir, establecidos sobre el Arroyo
del Pescado. En el primer ataque, el 22 de Marzo, abatieron a 900 indios
"amigos" y el 26 de Abril a 650 en el Arroyo Llanguillú. Allí halló el digno
cacique Cañiuquir una muerte cruel.
Todo esto que narramos en dos líneas horrorizaba a Meligüer y a los
demás borogas. No se habían visto semejante crueldad, ni en la Guerra a Muerte
en Chile. Se sublevaron estos indios que se habían aceptado como "amigos" y
entraron en coalición con Calfucurá y otros caciques chilenos y los ranqueles de
Pichún, Painé, Güelecal y Güelé. (AGN S.(V) X. 23-4-6 y Comandancia
General del Ejército", ob. cit. IVº. p. 399 y 401).
Lo invitaron a Meligüer a unirse a un malón sobre Bahía Blanca.
Efectivamente el 24 de Agosto de 1836 cayeron con 2.000 indios sobre la
población y el Fuerte y sobre la toldería de Venancio Coñuepán, quien fue una
de las primeras víctimas. Mataron a unos 400 indios (AGN S.VII 10-4-14). En
Octubre, los mismos maloneros asolaron la zona de Tapalqué, atacando las
tribus de Railef, Melinao y Tacunao y probablemente también a los pampas
(AGN S.X.20-1-1).
Meligüer estaba entre los maloneros, quizás por fuerza. No había
aceptado la invitación del coronel Delgado de acercarse al Fuerte 25 de Mayo,
como lo habían hecho ya después del Asalto de Masallé sus tíos Francisco
Caniullán, Guayquil y sus hermanos menores.
Hallé una nota del 9 de Febrero de 1837 sobre la fuga de la prisión de
Melinao en Adriloncó, a 20 leguas de Salinas Grandes; los caciques Alón,
Meligüer y Pedro Guayquil estaban separados. ¿Cómo y cuándo se había
apresado a Meligüer?
Sabemos que en 1837 llegó un gran contingente de indios patriotas al
mando del cacique mayor D.Juan Railef, padre del otro Railef de Tapalquén y
pariente de Coñuepán. El 5 de julio una cautiva escapada trajo la noticia de que
un gran malón de chilenos salineros estaba en preparación y que Alón y
Meligüer se les unirían (Colección Arce Nº 61. Olavaría: 5.7.37).
Aparentemente estos dos malones marcharon hacia Bahía Blanca. El 13 de
agosto apresaron de nuevo al cacique Meligüer, a Quilaleo y 250 indios más:
mataron al cacique Alón y 8 capitanejos y al día siguiente cayeron sobre la
misma población de la ciudad sureña. Fueron rechazados, pero se llevaron un
buen botín. Quizás yo debería haber profundizado estos embrollos, pero opino
que merecerían una monografía aparte. Rosas estuvo contento. Lo sabemos,
porque el comandante de 25 de Mayo, Don Felipe Julianes, convocó a los indios
amigos de ese lugar y les leyó una carta de Rosas anunciándoles que sus armas
habían triunfado sobre el malón. La carta lleva como fecha el 17 de noviembre
de 1837 (AGN. S.X.25-5-1).
Nota complementaria:
EL TESTAMENTO DE ANTONIO PAYNEMAL
Del libro Historias de familia del Siglo XIX por T. Guevara y M.
Mañquelef 2002 p. 194:
CACIQUE MELÍN
MELINAO Iº
ACTUACION EN CHILE
Pedro Melinao había sido cautivado, pero en 1837 pudo volver. Tal es lo
que dice el documento del 9 de febrero de 1837 (AGN S.X. 25-5-1). "Llegó a
Bahía Blanca con bandera de parlamento, el cacique Melinao. hermano de
Collinao, con los capitanejos Catrileo y Meliñancú. Han podido escapar de la
vigilancia de los indios enemigos, después de seis meses de prisión, el domingo
pasado, cuando le habían dado tres días de licencia para darle de comer a los
caballos. Estuvieron en Adriloncó a 20 leguas de Salinas. También estuvieron
por separado los caciques Alón, Meligur y Pedro Guayquil (cerca de Bahía
Blanca)."
Y de nuevo Melinao debió expedicionar y guerrear a las órdenes del
coronel Martiniano Rodríguez, en diciembre de ese año (1837), contra el
cacique Rinque y en el año 1839 contra el cacique Maulín. En 1841 murió en
Bahía Blanca su jefe, el comandante Rodríguez y, por orden del gobernador
Rosas, el coronel Juan Aguilera tomó a su cargo las tribus de Collinao y
Melinao, llevándolos a la frontera de Tandil y Azul (AGN S.X. 20-10-1). Esta
última era de reciente creación.
CACIQUE MAYOR
MELIPÁN
MIEL, Juan, 1862, capitanejo del cac. Juan Calfucurá. Ese año integró
una comisión ante el Gobierno de Buenos Aires junto a los hijos de este cacique
llamados Curumán y Levicurá. En una de esas gestiones de paz ante los jefes de
la frontera, fue tomado preso en Junín, él y sus 40 indios de la comitiva. (AEM
18.13.74). Un año y medio más tarde solicitó el cac. Justo Coliqueo su
liberación, argumentando que era su pariente. En ese momento se hallaba en el
Batallón Provincial, incorporado como soldado. (AEM doc 5057)
ETIM: el nombre puede derivarse de Miguel
MIGUEL (Migl), cac. puelche. El 11 de diciembre de …, Tomás avisó al
Comandante del fuerte Zanjón, que el cacique Güelegüete, en un avance, ha
muerto al cacique Migl, Yati y dos hermanos y cinco indios (Priegue: Rev.
ETNIA Nº3, Olavarría 1966) Yo creo que debía decir Miguel Yatti o Yahatti.
Miguel, José, 1852, cac. pampa, que fue obsequiado en Bahía Blanca por
orden de J.M. de Rosas con muchos otros caciques . Su capitanejo se llamaba
Inaquén. Su nombre aparece una vez más en un documento; en el parte de los
expedicionarios el 4 de febrero de 1879 describiendo el ataque de las tropas
nacionales en Punta Palmar (Olascoaga I. p. 116)
MILA CIQUE o Melatuc, 1677, cac. tehuelche. 1704 estaba sobre el
lago Nahuel Huapí (Furlong, G.: Entre los tehuelches 1943 p.90) y en 1770
aparece entre los caciques pampas de las Pulgas. Melatuc era hermano de
Sacabique (R. Casamiquele: Un nuevo panorama. 1969 p. 39)
MILA MATCANAN, 1585, cac. comechingón de Achala, Córdoba;
encomendado a Mitre (Montes p.65)
MILBA,1810, cac. pampa que el Cnel. Pedro A. García encontró en su
expedición a Salinas Grandes. En su diario (de Angelis III. P. 242) lo señala
como “cacique feroz de aspecto y condición”
MILE LEUCO, 1783, cac. auca que B. Villarino clasifica como enemigo
de Chulilaquín (en de Angelis V. P. 580)
MILI PÁN, 1848, cac. araucano chileno que figura en la lista de caciques
chilenos en Tierra Adentro (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 8)
MILIQUEO ver Meliqueo o Millaqueo
MILQUI ÑIR, 1820, cac. araucano de Colicó. En la Guerra a Muerte era
del bando patriota y obedecía a Venancio Coñuepán (Vicuña Mackenna, ob.cit.
p. 186)
MILLA (o Milla Catreu) 1810, cac. ranquel que obedecía al cac.
Carripilún. Pedro A. García en su diario de la expedición a Salinas Grandes (De
Angelis III. P. 244) dice, que Milla era malo y poco faltó que él, Neuquén y
Coronda lo atacaran.
1859 un cac. Milla estuvo entre los salineros de Calfucurá, pues éste
solicitó para Milla, Pinás y Quentriel un vestuario AEM 1959)
MILLA, 1880, capitanejo pehuenche. Después de la captura del cac.
Purrán, se entregó con 100 hombres al Cnel. Uriburu (Olascoaga II. P. 165 y
184)
Millabozó y Millaboz, 1834 en Masallé se escapó. Lo dice Santiago
Avendaño en sus Memorias ed. El Elefante Blanco Bs.As. 1999
MILLA CAL, 1833, cac. pampa que fue atacado y muerto por los
expedicionarios de Rosas, el 8 de julio de ese año. (AGN X. 27-5-3)
MILLA CAVÉ, 1872, capitanejo ranquel de Baigorrita. Figura en la lista
del P. Marcos Donati) ETIMOL: Cavén: espina; milla de oro
MILLA COYÁN, 1797, cac. araucano de Colhué (Chile). Había tomado
parte en la Guerra Pehuenche. Pero después del tratado de paz de 1797 se
mantuvo fiel; y más, porque cobraba sueldos del gobierno chileno. (T. Guevara,
1910, p. 24)
MILLA CUEL, 1820, cac. ranquel. Ese año se adhirió al revoltoso
exbrigadier chileno J.M. Carrera; pero el 30 de enero de 1821 llegó a Buenos
Aires, acompañado del cacique Felipe Guaychul para solicitar la paz y
prometiendo someterse a los caciques Lienán y Curritripay, quienes habían
celebrado ya en 1819 un tratado de paz; pues decían que estaban arrepentidos.
Se los admitió bajo dos condiciones: Debían devolver las cautivas y separarse
de Carrera. El Brigadier Cornelio Saavedra concertó entonces con ellos la paz e
hizo acompañarlos por el lenguaraz Dionisio Morales hasta su toldería. (Rev.
Historia Nº 7, 1967 p.30) y AGN S.VII Biedma 10-4-13: sept. 1821) ETIM:
Cuel: montón de oro
MILLA CURÁ, 1700, cac. pehuenche, según G. A. Terrera (p.195). Se
conoció también como Millacuya, pero es por la pronunciación de la “r” entre
los araucanos. ETIM: piedra de oro
MILLA CURÁ, Manuel, 1820, cac chileno de Colcura y San Pedro,
Durante la Guerra a Muerte simpatizó con los patriotas. Ya era viejo, dice T.
Guevara (1910 p. 196)
MILLA CURÁ, Juan Vicente, noveno hijo de Juan Calfucurá. Nació en
la Pampa en 1850 y murió el 27 de Abril de 1867 en Buenos Aires, atacado del
cólera. De él tenemos pocas noticias, porque estaba en la sombra de sus
hermanos mayores, respectivamente de los hijos de Namuncurá. Vivió sus 17
años de vida con su padre famoso y tuvo alguna comisión o embajada.
MILLA CURÁ, Lucio, capitanejo pampa de la tribu de Catriel. Su
nombre se halla en la documentación de la Batalla de Pigüé, que tuvo lugar el
16 de febrero de 1858. Lucio Millacura vivía allí cerca. “El 4 de Febrero se
escapó el indio Moyano de las tolderías de Millacurá, el que se halla acampado
en Huilgüé (lea Pigüé) con un gran número de cautivas y haciendas y con la
fuerza de unos 300 lanzas de pelea, incluso los viejos. Venían de 20 leguas
arriba de los derrames del Arroyo Guaminí. Dijo Urquiza (en pugna con los
porteños) les había comunicado por medio de Calfucurá que se cuidasen de la
fuerza de Bahía Blanca y no temiesen las fuerzas de Azul, Bragado o Mulitas.
Que el indio Cristo había traído el parte. Dijo también que no había peleado,
porque no quería dejar las familias. Que con él estaban Blanquillo, Colecal, y
Cayún” Cita de El Nacional, del 22 de enero de 1858; reprod. Monferran
Monferran: El Ejército de Operaciones del Sur 1962)
El 7 de abril vino el indio José Chico del capitanejo Millacurá de
Guaminí y declaró en los toldos de Catriel lo siguiente: Que el cacique (sic)
Millacurá quería venirse con los indios; que juraba estar bajo las órdenes de
Catriel. Esto declaró también el capitanejo Pichihuincá. El cac. Catriel había
sellado un tratado de paz ya en 1856, hecho que estimuló a varios caciques a
hacer lo mismo. Millacurá fue admitido. El 19 de julio de 1858 entregó a “tres
infelices criaturas, llamadas Angelita, Petrona e Isabel y recibió por ellas 200 $
(AGN X. 19-8-5 f) Lucio Millacurá figura todavía en 1865 en la lista de los
caciques racionados por el gobierno nacional junto con Catriel, Cachul y
Calfucurá.
MILLA CHEU (Millacheo), 1611, cac. araucano de Mouilli, Chile (Gay:
Documentos 1878 II. P. 206)
MILLA CHEN, 1834, cac. boroga que en Asalto de Masallé, en
septiembre de ese año, no había huído (AGN X. 24-8-6)
MILLA VILÚ, 1744, cac. pehuenche que ese año había venido a Luján
para comerciar, acompañado del cacique Güeña Angte (Arch. Gral. Ind. Charcas
317 MILLA FILÚ, 1847, cac. araucano que ha sido racionado en Azul. (Rev.
Azul Nº 2 p. 145)
MILLA VIL, 1860, cac. araucano, que apoyó al “Rey Orellié”
(aventurero francés) junto con el cac. Quilapán. (ver esa reseña)
MILLA GUÁN, 1797, cac. pehuenche de Colicó que intervino en un
gran malón contra los indios de los pehuenches-huillines de Barbarco. El jefe de
la invasión ha sido el célebre cac. Leviñir. (Arch. Mend. doc. 37 de 1797)
MILLA GNERR (o Millagüir), 1782, cac. huilliche chileno del Río
Bueno
El decía saber algo de la Ciudad de los Césares. (De Angelis I. p. 375)
MILLAGÜIR, Francisco 1837, capitanejo boroga patriota como el cac.
Martín Collinao. Había venido a la Argentina con el cac. Melipán (ver éste) En
1837 estaba incorporado al Ejército Argentino (AG. X. 25-5-1)
MILLA GÜIR, Nolasco, 1821, cac. patriota en la Araucanía. El también
participó en la Guerra a Muerte (T. Guevara 1910 )
MILLA GAN, o Millagrán, 1820, cac. pampa que con el grupo del cac.
Quintana quedaron files al Gobierno de Buenos Aires y no se adhería al Gral.
Carrera (AGN S. VII 14-4-3) Su toldería fue destruida por los expedicionarios
de Rosas. Este, en su Diario lo dice en fecha 16 de Julio de 1833: “destruidos…
los de Lupo, Maulí, Painén, Milán y Millagrán.” (AGN X ) En 1830 había
estado en un parlamento con el Cnel. Rodríguez en Tandil (Fernández, Jorge :
historia de los ranqueles 2000 p. 18)
MILLA GUAYQUI o Millaguay, Vicente, 1873, capitanejo salinero, que
firmó también el gran anteproyecto de un tratado de Paz ,cuando Calfucurá
había muerto (AEM doc 1232). En 1875 estaba preso y retenido en Bahía
Blanca. Namuncurá se empeñó mucho para conseguir su libertad. Parece que el
Cnel Cerri lo atendió, pues el 10 de noviembre de ese año le agradece el jefe
salinero y le manda saludos en nombre de Vicente Millaguay.
MILLA GUN, 1890, cac. araucano que acompañó al sabio Carlos
Ameghino e sus viajes por la Cordillera (C. Rusconi)
MILLA GÜELÉN, 1837, cac. huilliche. El 16 de diciembr de ese año, el
Cnel. Del Valle de Bahía Blanca llevó un ataque contra sus toldos, por el que
murieron 93 de los indios de Reuque, Martín, Mullagulén y Guayquinecul
(Comando General del Ej. Vol. IV p. 409)
MILLA GÜENU, 1774, cac. Pehuenche, hermano del cac. Toroñán. Ese
año se han retirado de la frontera (AGN IX. 1-4-2: Escobar 13.9.74)
MILLA GÜÉN, 1797, cac. araucano de Colicó (huilliche). El 8 de
diciembre de ese año tomó parte en el malón de los Curá, llanistas e huilliches
contra la tribu del finado cac. Rayguán de Malbarco (Neuquén), a pesar del gran
parlamento de paz que se había celebrado para pacificarlos y terminar la Guerra
Pehuenche. (Arc. Mend. Doc. 37, 1797)
MILLA GÜEQUÉN, cacique entre los salineros firmó en 1873 el gran
proyecto de tratado de paz (AEM doc. 1232) .1877 era de los principales del
cac. Namuncurá (Anales Museo Hist. Nac. Nº 10.604)
MILLA HUAL, 1851, capitanejo de Calfucurá quien fue obsequiado
entre muchos en Bahía Blanca por orden de J.M. de Rosas. (AGN X. 20-10-4:
20.12.51)
MILLA HUENTE (o Millavente) 1783, cac. araucano, señalado como
enemigo del cac. Chulilaquín, en el diario de B. Villarino (De Angelis V, 1910 .
580)
MILLA IN, 1879, cac. pehuenhe del Neuquén. En esa emergencia de la
Conquista se unía al cac. Reuquecurá. Vivía en Catan Lil. Cansado por las
persecuciones sufridas y a causa del hambre que sufrían se presentó al Tnte.
Cnel Ortega con su tribu, a fines de diciembre de 1882. No tengo más datos,
aunque nos preguntamos:¿Qué pasó después?
MILLA IN CARRICAL, es actualmente una de las 23 agrupaciones
indígenas del Neuquén cuya reserva fue reconocida por ley del gobierno de
Neuquén. El jefe vive a 40 Kilómetros de Loncopué Nor Oeste de la Prov. de
Neuquén. En 2000 la comunidad tenía unas cien familias.
MILLA LAF, 1751, cac. araucano que vivía a cuatro leguas de Mulchén
(Chile). Allí lo visitó el misionero Bernardo Haevstadt (Diario de 1777)
MILLA LAF, 1870, capitanejo de la tribu del cac. Mariano Rosas en
Leuvucó (según la lista anotada por el Padre Donati)
MILLA LAUQUEN, o Millalaf, 1864, capitanejo ranquel que figura en
la lista de Mariano Rosas en 1870 confeccionada por el P. Donati. En 1872, en
otra lista. Carlos Rusconi averiguó que vivía en Trarú lauquen. Que era muy
conceptuado. Estaba casado con una hija del cac. Pichún. También Lucio V.
Mansilla lo menciona en su libre Excursión a los Indios Ranqueles )ed. 1890 p.
573) Un hijo suyo se llamaba capitanejo Huichal
MILLA LEF,, 1850, capitanejo del cac. Calfucurá (Allende: La frontera
y la campaña del Estado de Buenos Aires La Plata 1957 –Tesis p. 14).
MILLA LÉN, 1806, cac. ranquel que De la Cruz nombra en su Diario el
29 de Mayo de 1806. Decía que comerciaba con Mendoza.
MILLA LEU, Juan (Millaleo), 1806, cac. huilliche. Su vasallo, -dice
Luis de la Cruz- fue entre otros , el cac. Lincopay (En De Angelis I. p. 201 y
125). Vivía en la zona de Colicó. 1820 intervino en la Guerra a Muerte,
lidiando en el bando de los patriotas. El 12 de Mayo de ese año, se reunió en
Angol con el Comandante General de las Fronteras, Dn. Andrés Alcázar, igual
que Cayumilla y Colonpillán. Luego se les unió también el esforzado Venancio
Coñuepán (Coihuepán). Éste trajo como regalo la cabeza del cac. Millamar,
aliado del cac. Mariluán, del bando opuesto Poco después fueron sitiados por las
tropas que V. Benavides había reunido. Ante la imposibilidad de poder resistir,
capitularon bajo garantía de vidas, pero esta cláusula no fue respetado. Los
indios de Mañil (Manguín) hicieron un festín de crueldad, aún con los niños y
las mujeres. Allí murieron también las esposas de los caciques angolinos, de
Juan Millaleu, José Quilapí y Pascual Canimir (B. Vicuña Mackenna: Guarra a
Muerte 1972 p. 314 y 316). Millaleo había peleado ya en septiembre contra los
caciques Quilapí y Meligür y peleó más tarde contra el famoso cac. Colipí
(T.Guevara, 1910 p. 155 y 295)
MILLA LEUVÚ, Juan, 1726, cac. araucano que figura en la lista de los
asistentes al parlamento de Negrete (Chile) (F. Enrich: Historia de la Compañía
de Jesús en Chile, 1893 II. P. 138)
MILLA LEUVÚ, 1776, cac. araucano. Estuvo el 8 de octubre de ese año
con el cacique gobernador Levhual y otros caciques reunido en parlamento. El
habló en representación de 14 caciques, porque era considerado como buen
orador (R.Lagos: Historia de las misiones del Colegio de Chillán entre los
araucanos, Barcelona 1908)
MILLA LEMO, 1550, cac. araucano que participó en la gran
sublevación de ese año. En 1563 renovó la Guerra de Arauco junto con las tribus
del cac. Antü Huenú. La sublevación se extendió hasta Mataquito. En febrero y
marzo de 1564 pelearon fuertemente alrededor de Penco (Concepción) en Chile.
Pedro de Villagra defendía la plaza. En un reto a duelo entre Antühuenu y
Lorenzo Bernal del Mercado salieron sin vencer y sin ser vencidos. 1568
Millalemo y Lonconabal rechazaron otro ataque español a pedradas, desde su
púcara de Lincoya y, en 1569, lograron que el General Miguel de Avendaño y
Velazco y sus españoles abandonasen a Arauco y Cañete (M. Campos
Menchaca: Nahuel Buta 1972 p. 60 y 54)
Lemu: bosque de oro o dorado
MILLA QUELEN (MILLALEN) 1872 VER CHICO, JUAN
MILLA LUÁN, 1792, cac. pehuenche entre los huilliches que actuó en la
Guerra Pehuenche. El 3 de junio de ese año fue muerto en Vuta Coifín, junto a
los caciques Llancán, Quilapí, 58 indios y 12 indias; 160 fueron apresados por la
expedición de F. Ezquivel Aldao, que operó al Sur mendocino, hasta Zapala
(Diario de F. Ezquivel, publicado en Rev. Junta Est. Hist. de Mendoza VIII.
Batalla del Río Picún Lebuín 1792)
MILLA LUÁN, 1872, capitanejo pehuenche. Fue representante del cac.
Purrán, cuando éste hizo el tratado de paz, el 27 de agosto de 1872 en San
Rafael (Mendoza). Pocos meses antes, el Gobierno chileno les había ofrecido un
pacto de amistad (AEM.doc 1181/ 1182 y arch., Mend. Carp. 123 doc. 43) Por el
tratado se les garantizó la posesión de las tierras al Sur del Río Neuquén. 1876
se registró la información que Millaluán y Tranamán (huilliche) y sus dos
cientos indios lanceros habitaban a la derecha del Río Barrancas, afluente del
Río Colorado, en el Paso de la Laguna Maule y que hacían negocios vendiendo
hacienda a Chile (Olascoaga IV 42). Estaban fichados para la Conquista del
Desierto.
El 18 de Noviembre de 1878 los atacaron tropas nacionales (ib. IV. P. 92).
Olascoaga dice que habían atacado al Tnte. Tejedor. Un documento del archivo
de Mendoza (doc 1355: del 30 de noviembre de 1878) dice que Tejedor atacó y
aprisionó a los caciques mendocinos: Juan Díaz, Viló y su hermano José
Dolores Vilú y que llevaron a los mismos al Fuerte San Martín (Neuquén); que
mataron al cac. Millaluán y diez más. El periódico mendocino El
Constitucional del 4 de febrero de 1879 habla de una expedición de Ortega
contra Curaleo, afluente del Neuquén y de un encuentro habido el 9 de enero en
que tomó 35 prisioneros y mucha hacienda de los caciques Udalmán, Tranamán
y Millaluán. Las tribus se habían fugado. Decía el informe que en la región
había muchos chilenos con autoridades propias. En realidad esa zona de los
picunches fue zona de disputa ya en el siglo anterior. Millaluán murió en la
batalla, en Salinas de Nathuncó (Olascoaga, IV p.92) después de haber intentado
en compañía de unos 500 indios pehuenches, el rescate de su gente aprisionada
en el Fuerte Cuarta División.
MILLA LLECÚ, capitanejo pampa del cacique Juan Catriel IV. 1857
presidió una comisión por el tratado de paz que se estaba preparando
(Avendaño, Anexo)
MILLA MAIN (Millamanque), 1796, cac. Pehuenche-huilliche de la
agrupación de Barbarco. Intervino en la Guerra Pehuenche con los jefes del Sur
luchando con los de Malalhué y sus aliados de Mendoza. Éstos apoyados por el
Gobernador José de Amigorena y sus tropas fronterizas les llevaron varios
ataques. Durante la expedición de 1788, F. Esquivel Aldao y sus indios amigos
llegaron, el 21 de febrero a Treca Malal (Corral de los Loros). Allí saludaron
ceremoniosamente a los capitanes Antemil, Millamain y Matamala con sus
escaramuzas de alegría. Luego fueron a la toldería de Pichintrú, donde hubo
gran regocijo y recibimiento (C. Rusconi: Poblaciones Pre y Posthispánicas I,
1961 p. 402). Hubo entonces un motivo particular para renovar las rencillas
viejas: Un sobrino del cacique Gobernador de Malalhué, el cac. Pichintur, fue a
casarse a lo del huilliche Millamain. Disgustado Pichintur, fue a maloquearlo. El
Gobernador de Mendoza, noticiado del acontecimiento, convocó a los caciques
pehuenches a un parlamento a San Carlos. Sólo pocos se presentaron: el fiel
Canuguán, Roco, Llanquín y tres capitanejos, en representación de los demás
caciques. Amigorena reprochó la conducta de Pichintur; le culpó además la
muerte del cac. Pellón y exigió la devolución del botín traído de la toldería de
Millamain. Pichintur no se conformó a lo ordenado. Amigorena convocó
entonces a otro parlamento en diciembre, del cual resultó la resolución de una
nueva expedición contra los indios del Sur (10.1.96) (arch. Mend. Doc 15 de
1795, carp. 19 y N. Sosa Morales: El muy magnífico Señor Don José F.
Amigorena, cap. X)
La expedición estaba a cargo del Comandante Francisco Barros. Su diario
(Arch. Mend. Carp. 2.20 doc. 20) señala lo que tratamos de resumir en la
biografía del cac. Rayguán. Lo batieron el 10 de enero de 1796. Pero tres meses
más tarde, en el momento en que Pinchitur había vuelto de un viaje a Chile,
Rayguán y sus indios, ayudados por los caciques chilenos Calfiqueo y
Coñuemain, cayeron, el 6 de abril de ese año sobre la toldería de Pichintur,
hacienda mucha mortandad y mucho daño. Entre los muertos se contaba en
primer lugar los caciques Pichintur y Millamain, uno de los caciques atacantes.
(arch. Mend. Doc. 21)
Los Malargüenches en presencia del Comandante Gral. Amigorena
juraron vengarse. Éste entonces, preparó su séptima expedición al Sur. El 27 de
Mayo de 1797 el Comandante Esquivel Aldao informó que en Barbarco había
tenido un nuevo choque entre los indios de Millaguín (sucesor de Pichintur) y
Millamain (ib. doc. 30) y con el cacique Hingamain. Los invasores no pudieron
llegar hasta los toldos de Barbarco, pero unos chilenos aprovecharon, entre
tanto, para robarles allí. Luego corrió de nuevo la voz que los sureños estaban
preparando un nuevo malón. Entonces los indios del Norte (Malalhué), sin pedir
licencia al Gobernador y en pleno invierno (14.7.97) salieron a expedicionar al
Sur, en prevención bajo la dirección del flamante cacique gobernador
Millagüín, y a solo tres días de marcha batieron a sus enemigos, haciéndoles
gran matanza. En sus manos pereció el cac. Gobernador Rayguán, Ingamain y
Millamain (Arch. Mend. Doc. 32)
MILLA MAIN, 1820, cac. Pampa, quien, como el cac. Nicolás Quintana,
no quiso hacer causa común con el rebelde Exdictador chileno José M. Carrera.
(Comandancia Gral. del Ejército Vol. III p. 216).
MILLA MÁN (Millamanque), 1850, capitanejo ranquel que obedeció al
cac. Llanquetruz (hijo) en Poitahué. 1854 se incluyó en el tratado de paz que
los ranqueles hicieron con el Gobernador de Córdoba (Arch. Cord. Secc. Gob.
1854)
MILLA MAN o Villamán, 1874, capitanejo de Reuquecurá en Neuquén.
Vivía al pie de la Pampa de Lonco Luán, en el valle de Quila Chanquil, al sur
del lago Aluminé. (Félix San Martín: Neuquén, 1919 p. 143) .1874 ya era viejo.
Es posible que se pueda identificar con el arriba mencionado. Tenía cuatro
mujeres, a pesar de su mucha edad. La preferida se llamaba Aillá Calquín,
hermana del cac. Guzmané, gobernador de los pehuenches mendocinos, que fue
muerto cruelmente en 1846. De esta mujer tenía mellizos varones. Una de sus
hijas se llamaba Mari Rayén (10 flores) , que fue muerta en una reyerta en 1876
(ib. 176). Este cacique cayó también bajo la ley de la Conquista del Desierto. En
Noviembre de 1882, durante la Campaña de los Andes fue atacado por el Cnel.
Ortega, y perseguido al igual que los indios de Reuquecurá, Inacayal y
Namuncurá. Según el parte del Sargento Torres Ibáñez murieron tres capitanejos
y 364 indios y 1721 fueron tomados prisioneros, entre los cuales se contaba dos
caciques y cuatro capitanejos. Existe una foto de Villamain y su gente en AGN
B.123,817; B. 114.926 y toldos 116.134.
PICHI MILLAMÁN (hijo), capitanejo picunche. El mismo historiador
F. San Martín cuenta que otro Pichi Millamain había vengado la muerte de su
padre, matando al cacique Guzmán (1846) Creo que no es cierto. Más tarde se
ha entregado al Ejército Nacional con quienes tuvo que luchar contra los propios
picunches. Éstos lo agarraron en un ataque y lo lancearon cruelmente.
MILLA MAR (quizás Millamán), 1819, cac. araucano realista, que
durante la Guerra a Muerte luchó como aliado del cac. Gobernador Mariluán
(B . Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 114). El cacique Venancio
Coñuepán, jefe de los indios patriotas, lo degolló y llevó su cabeza
triunfalmente a Angol para regalarla al Comandante General A. Alcázar y Ruiz,
el 29 de agosto de 1819.
MILLÁN o Millaín, 1787, cac. Pehuenche o puelche que vivía entre los
pehuenches. Figura ese año en la lista de los indios amigos del cacique Goico, al
Sur del Río Diamante (Arch. Mend. Doc 24: 1787).
MILLÁN, Don Pedro (o Millahuán), 1740, cac. “pampa carayhel”, uno
de los fundadores de la Reducción Jesuítica en la pampa, llamada Nuestra
Señora de la Concepción (Lozano, Historia 1740 p. 373)
MILLÁN, 1774, es llamado cacique ranquel maldito como Cateucapú,
Guayquilauquen y Toroñán, en conflicto con Nahuel Payún.
MILLÁN, Nicolás, 1819, cac. Principal en el parlamento convocado por
Feliciano Chiclana en la toldería del cac. Lienán, en noviembre de 1819. Allí
juraron el tratado de paz propuesto. 1820 no se adhirió a la guerrilla del Ex
General chileno J.M. Carrera, sino se pronunció a favor del gobierno de Buenos
Aires, junto con el grupo de caciques pampas que obedecían al cacique Nicolás
Quintana. En Julio de 1824 siete caciques, entre ellos Millán, se presentaron al
Gobernador de Córdoba, solicitando un tratado de paz general, porque el
gobernador les estaba peleando. Los caciques Nicolás Millán, Nahuel y Quintuy
se ofrecieron quedarse como rehenes, mientras se hiciera las gestiones
pertinentes. Pero esas gestiones del gobernador Bustos iban lentas (M.Rivas:
Melincué, 1968 p. 12) En abril de 1826 se convocó a un parlamento general
sobre el Arroyo Epecuén al que pudo presenciar este cacique. Se incluyó en el
tratado también a los indios borogas inmigrados (AGN X. 27-7-6). Ya antes, el
20 de diciembre de 1825 Millán figura entre los primeros caciques que se
habían congregado en el parlamento de paz sobre la laguna del Guanaco para
concertar el tratado general con tres provincias. Millán figura como Nº 1, Epuán
y Güenín protegieron la comisión cristiana con 1000 indios. 1830 estuvo
también en el parlamento de Tandil con 32 caciques y capitanejos.
(Fernández, J. 2000)
Pero en 1833 fue perseguido a raíz de la Expedición combinada al
Desierto. Rosas en su Diario anota para el día 16 de Julio (en los originales del
Archivo General de la Nación p. 112) que han sido destruidas las tolderías de
Lupo, Loncará, Calrén, Painé, Milán y Milagrá, etc. El 9 de agosto se informó
que en la isla Choele Choel había tres caciques; pero se escaparon a los
perseguidores: Tumuñá, Painé y Millán. Los alcanzaron, sin embargo, el 21 de
Agosto. Millán y Pichilonco y 9 se tiraron al agua; se ahogaron o fueron
muertos. Al cac. Painé tomaron prisionero junto con 76 indios de pelea y 110 de
la chusma.
MILLA NAGÜEL o Millanaquel, 1770, cac. serrano, dueño de indios
tehuelches, según reza una información del cantón del Zanjón de octubre de
1770: “Flamenco tiene 170 tehuelches y 1000 serranos al otro lado del Río
Colorado que le dejó el cacique Milán Aquel (es Millanaquel ) (AGN IX 1-5—
9) Millanagüel había invadido a la zona de los aucas por haber hecho paces con
los españoles y parece que murió en la batalla.
MILLA NAMÚN, Ignacio , 1751, cac. araucano que vivía en Dumco
(Chile). Allí lo visitó el misionero Bernardo Haevstadt. (Diario del R.P. ed.
1777)
MILLA NAMÚN, 1820, cac. araucano de Trihue Lemu. Participó en la
Guerra a Muerte en el bando de los patriotas con el cac. Colipí (T.Guevara 1910
p. 134). Después del rudo golpe sufrido el 2 de Mayo de 1820 en Talcahuano,
buscó un convenio de paz.
MILLA NAMÚN, (Millanamón), 1819, cac. ranquel. El 19 de
noviembre de ese año asistió al parlamento que convocara D. Feliciano
Chiclana en la pampa; el 20 de diciembre de 1825 estuvo presente en el
parlamento de la Laguna del Guanaco. No sabemos más de él.
MILLA NAMÚN, 1875, capitanejo de la tribu pampa de Catriel.
También de él tenemos pocas noticias. Debemos recordar lo que ha vivido esa
tribu en Azul y Tapalquén, sabremos que ha sufrido mucho. 1875 se había unido
con el gran malón de los indios salineros y catrieleros, ante manifiestas
injusticias. Y sufrió también la gran persecución del Avance de Alsina hasta que
se entregó con su gente que le había quedado, el 31 de marzo de 1878. Traía
consigo 658 indios de la tribu acéfala que perteneciera a los caciques Catriel.
(Periódico La América del Sur, 31. 3. 78)
MILLA NÁN, 1798, cac. pehuenche que participó en la Guerra
Pehuenche en los vaivenes de los malones y expediciones En junio de 1798
participó en el parlamento de San Carlos que debía sellar definitivamente la paz
entre los indos pehuenches de aquí y de allí, del Norte y del Sur. (Arch. Mend.
Doc. 43 y AGN IX 26-2-9)
1806 lo conoció Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa. Le decía
el cacique que tenía su casa en Michingelú, un poco al Oeste de Loncoche. Le
dijo también que esa zona era muy poblada: Aquí hay indios como arena”. Un
hermano de él se llamaba Numu Gurri (Namún gnerr) que fue asesinado en
Santa Catalina por un español. ETIM Nán es prob. ñancú y de
oro o valiente
MILL NAO, 1797, cac. pehuenche de Malalhué a quien le tocó también
participar en la Guerra Pehuenche, fines del siglo XVIII, Lo conocemos por las
listas de los caciques presentes en los distintos parlamentos: del 12 de octubre
de 1797; del 31 de Mayo de 1798 (Mend. Doc. 43) y del 4 de Julio de 1799
(Arch. Mend. Doc. 46).
En 1801 se lo ha visto en Mendoza peticionando que les diesen a los
pehuenches “un nuevo Capitán de Indios Amigos”, Los documentos dicen
también que su hijo homónimo ha sido reconocido como capitanejo. Morales
Guiñazú en su libro: Los primitivos habitantes de Mendoza 1938 p. 76, afirma
que el cacique Marcos Goico quería matar al cac. Millanao, porque éste había
muerto a su hijo,
MILLANAO (Sánchez Millanao). 1874, capitanejo del cac. Manuel
Namuncurá en Salinas Grandes. El 11 de marzo llegó con una comisión del
cacique a Junín, donde tomaron presos a tres comisiones de paz (AEM. Nº
6669)
MILLANAO, 1872, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas en
Leuvucó. Figura en la lista de los oficiales que anotara el Padre Marcos Donati.
Lucio V. Mansilla lo nombra también en su libro :”Excursión a los Indios
Ranqueles”, ed. 1890 p. 575.
MILLAN CAL, 1833, cac que fue muerto durante la Expedición al
Desierto (Diario de J.M. de Rosas, ed. 1965 p. 184) ETIMOL: Cal: pelo ;
Milla: de oro,dorado.
MILLAN CÓ, 1801, cac. pehuenche que visitó al Gobernador de
Mendoza.
MILLANCHE, 1873, capitanejo del cac. V. Pincén (Figura en el tratado
de paz de éste)
MILLANEN, 1806, cac. pehuenche. Luis de la Cruz habla de él en su
Diario de su viaje por la Pampa. Dice que la mujer de él era la viuda del famoso
capitanejo Tricao. Había sido cautivada en un malón. Tricao había ido en
maloca contra alguna tribu huilliche y esos pehuenches lo han perseguido y
matado (Col. De Angelis I. p. 236)
MILLAN HER o Villanher, capitán salinero; figura en el proyecto de
tratado de paz de 1873 del 3.6.73, día del fallecimiento de Calfucurá.
MILLAN QUELÉN o Millanguelén, 1837, capitanejo huilliche o
pampa. El 16 de diciembre de 1837, el Cnel. Del Valle y la División de Bahía
Blanca atacó a su tribu, la de Renque y de Martín Guayquinecul. Se salvó, pues
en 1848 figura su nombre en la cuenta de proveedores de Azul (B. Ronco:
Cuentas de proveedores en Rev. Azul Nº 3 p. 134) ETIM: Huanguelén:
estrella Milla :dorada
MILLA ÑANCÚ, 1751, cac. araucano de Cudileuvú, al que visitó el
Padre Haevstadt el 13 de diciembre de ese año. ETIMOL: Aguilucho
(dorado) valiente
MILLA ÑANCÚ, 1861, capitanejo salinero de Calfucurá. En Mayo de
ese año lo mandó con cartas en comisión al General Bartolomé Mitre a Buenos
Aires (Arch. Mitre XXIII p. 15)
MILLA ÑANCÚ, 1870 figura en la lista de los capitanejos ranqueles del
cac. Baigorrita (Lista del P. M. Donati)
MILLAO, 1820, este cac. chileno entró en el escenario de la Provincia
de Buenos Aires. El 30 de enero de ese año, reaccionando los indios amigos
bonaerenses (pampas) contra las inmigraciones o invasiones chilenas, “cercaron
a cinco caciques ladrones: a Unos, Coñuepán, Millao, Clapil y Huincatrú”.
(Comando Gral. del Ejército vol. III p. 298)
En abril de 1825 Millao estuvo en un gran parlamento con los borogas y
ranqueles sobre el Arroyo Epecuén (AGN X. 27-7.6)
Durante la Expedición al Desierto de 1833, Rosas lo hizo
perseguir. El 12 de agosto de ese año, el General A. Pacheco informó que se
había tomado prisioneros indios de las tribus de los caciques Maulín, Painén, y
Millao. “Algunos otros indios han muerto soldados que habían pedido permiso
para ir en pequeñas partidas a buscar chinas”. (Diario de Rosas, ed. 1965 p.
161). Antonio Garretón dice en escritos y Comunicaciones y el diario de la
marcha de 1833 (BA. 1946 p.193) : para el 16 de agosto de 1833: “Murieron
Millao y Pichilonco. (Compárese lo dicho en Millán, N.)
MILLAO o Villao, 1870, capitanejo ranquel. Era hijo del caciquillo
Caupán y de su mujer Llancray. Su hermano se llamaba Antenao. 1873 firmó
como delegado ranquel en Salinas Grandes el documento del proyecto del
Tratado de Paz (AEM doc. 1232)
MILLA PAL, 1694, cac araucano. En ese año fue elegido toqui por sus
cualidades de jefe en la emergencia de la Guerra. Era General de los
Butalmapus. Intimó al jefe español Pedreros: que no cruzara sus territorios,
porque alteraría la paz jurada anteriormente. Como ése no quiso dar oídos, lo
cercaron sobre el Río Quede y le dieron muerte (Gay, Historia 1847 vol III
MILLA PAN, 1787, cac. pehuenche que obedecía al cac. Roco sobre el
R. Diamante (Arch. Mend. Doc. 37) ETIMOL: Pan (payún) barba dorada-
MILLA PAN, 1819, cac. araucano, hermano del famoso Don Venancio
Coñuepán. Con él participó en la Guerra a Muerte por la Independencia de
Chile, es decir, en el bando de los patriotas. No encontré documento que
comprueba que haya emigrado con su gente a la Argentina, cuando Don
Venancio actuó largos años en la zona del río Napostá de Bahía Blanca (Vicuña
Mackenna :Guerra a Muerte p. 186 y T.Guevara, 1º910 p. 124 y 303) ETIM:
Pan (pangui: puma) val.
MILLA PÁN, 1820, cac. boroga, hijo del cac. principal Pablo Lepnopán.
Emigró a la Argentina evadiendo la guerra. 1820 se adhirió al Exdictador
chileno José Miguel Carrera. En noviembre de ese año, ese mandó a su hermano
en comisión al Gobernador de Santa Fe en Rosario, en representación suya y del
cac. Joaquín Pan. Es probable que haya participado también en el asalto de Salto
y de otras acciones de aquel guerrillero. En 1832 se había afincado en Trome
(Arch. San Luis 14.6.1832)
MILLA PÁN, 1872, cac. ranquel. Era cuñado del cac. Blanco (Doc.
Convento de Río IVº, ahora publicado “Cartas del Desierto” 1998 k.o. IVº Univ.
Nac.
MILLA PÁN, 1873, cac. picanee que figura en el tratado de paz que
hiciera él y el cac. Purrán. En el documento se nombran como sus capitanejos a
Cheuquilán, Carriló, Anguel y Huequemán. (Arch. Mendoza doc 45: 11.8.73)
Puede ser que es el mismo que en 1881 aparece como cacique de Colcho.
MILLA PAY, 1787, cac puelche de la agrupación del cac. Roco (Puede
ser Millapayún).
MILLA PÍ, 1884, capitanejo del cac. Namuncurá y con él se rindió el 28
de Mayo de ese año a las fuerzas nacionales en Ñorquin. (Walther: Conquista
del Desierto, ed. 1964 p 738) ETIMOL: Pi es P(angu)i : puma valiente
MILLA PICHÁN (prob. Milla Pichún), 1819, cac. gobernador de
Valdivia. Su hijo Francisco Millapichán se ordenó ese año de sacerdote. Por ser
patriota, tuvo que ordenarse en Mendoza. El Tnte. Coronel Pablo Millalicán era
su tío y también el sacerdote araucano Francisco Inalicán era su pariente, quien
asistió a su ordenación en Mendoza. (A.Simón: Fray Francisco Inalicán, 1944 p.
105/106)
MILLA PIL, cac. ranquel, 1804 Diario de J. Molina de Vasconcellos dice
que era de Carripilún en Marivil, es decir, en Curalauquen (en Mamuil Mapú)
Dep. Leventué.
MILLA PUÉ, 1810, cac pampa ranquel. El Cnel Pedro A. García lo
nombra en su diario de la expedición a Salinas Grandes (De Angelis III, p. 232 y
250), pues lo visitó. El cacique Joaquín anunció su llegada y la del cacique
Antüpán. Efectivamente, el 20 de noviembre de ese año, estando en la laguna de
los Paraguayos, se acercó la comisión de su tribu en orden de batalla, pero con
bandera blanca, trayendo un mensaje de los caciques de los caciques Millapé,
Joaquín Coronel y Lemí.
En el turbulento año 1829 no quiso hacer causa común con el guerrillero
chileno J.M.Carrera. Vivió entonces sobre el río Barrancas, afluente del río
Tapalquén.
MILLA PULQUI, 1833, capitanejo de la tribu boroga de Rondeao.
Participó con el ejército de Rosas en la Expedición al Desierto. Un año más
tarde fue muerto en el Asalto de Masallé, el 8 de septiembre de 1834. (Zeballos:
Calfucurá ed. 1961 p.32 y Del Valle: Recordando el Pasado vol I. p. 13)
ETIM: Flecha dorada
MILLA QUEO, 1822, cac. pehuenche que vivía en “Alamos”, zona de
Malalhué (Mendoza). Creo que éste fue visitado en 1804 por Juan Molina de
Vasconcelles.
MILLA QUEO, 1820/21 (quizás el mismo) había estado actuando con el
Exdictador y guerrillero chileno José Miguel Carrera, Pero pronto se apartó de
él y se unió con el grupo de caciques pampas que permanecieron fieles al
Gobernador de Buenos Aires. En 1822 informó sobre la actuación de los
Pincheiristas chilenos (Morales Guiñazú: Aborígenes de Mendoza. 1937 p. 256).
También un documento mendocino del 10 de Mayo de 1824 le nombra entre los
caciques que entonces eran favorables al gobierno de Mendoza que sufrían los
ataques de los Pincheirinos. Aquellos caciques confiables eran: Pablo
(Lepnopán) Curritripay, Quinchán y Millaqueo (Comando Gral. del Ejército vol
III p. 525)
MILLA QUEO, José, (Millaqueo-curá), 1837, cacique salinero, hijo
mayor del cacique Calfucurá (huilliche). El primer dato que de él tengo es del
14 de agosto de 1837, porque tomó parte en el gran malón sobre la zona de
Bahía Blanca en venganza de las matanzas hechas entre los indios por la
División de Bahía Blanca, aún entre los indios amigos (de Coñuepán, Venancio)
(AGN X 25-5-1) Seguramente ha sido educado en Chile y fue una esperanza de
Juan Calfucurá. En vísperas de la batalla de Caseros, en 3 de Febrero de 1852,
figura en la lista de caciques obsequiados por orden de Rosas. Rosas confiaba en
los indios de Calfucurá, desde que los llamó de Chile en 1834..
Viendo la derrota de Juan Manuel de Rosas, Calfucurá empezó una
política nueva; convocó a todos los caciques de la Llanura del Plata para formar
una confederación indígena. Invitó a huilliches, borogas, ranqueles, pampas
catrileros y otros a unirse y a pelear juntos contra las pretenciones de los
blancos. Rompió, pues, su amistad con los jefes militares de Bahía Blanca; no
quiso recibir ya ni sueldos ni subvenciones. En marzo de1852 atacó la Fortaleza
Protectora Argentina ( muy cerca de la ciudad), pero estaba tan bien defendida
que Calfucurá prefirió retirarse con su indiada. Pero Millaqueo no iba con él.
Había sido capturado por la tropa bahiense y en un confuso episodio fue muerto.
Su padre creyó que lo retenían como prisionero y empezó una serie de gestiones
para salvarlo. Interpuso la autoridad del Cnel. Pedro Rosas y Belgrano,
Comandante de Azul. Mandó a sus capitanejos Levipí, Marifil, Juan y Lincalén
para pedir la libertad de su hijo Millaqueo y la de su sobrino Aquiner. El
Coronel nombrado los mandó al Jefe de la Frontera, el Cnel Hilario Lagos,
quien le entregó una carta que decía que oportunamente haría averiguaciones y
los informaría; así dilató el asunto. El 8 de Junio se presentó otra comisión al
Comandante de Bahía Blanca (ahora Bourgeois). Le entregó regalos de parte de
Calfucurá y el pedido y ofrecimiento de concluir un tratado de paz con el
Gobierno de Buenos Aires a través de las autoridades de Bahía Blanca.
Al fin, Calfucurá se cercioró que su hijo querido había muerto. Entonces
juró que haría una terrible venganza. Fue el motivo porque en adelante
favorecería la política del Gral. Justo José de Urquiza, opuesta a la política del
Estado de Buenos Ayees.
Al cumplirse un año de la muerte de Millaqueo, cayó con su malón sobre
Azul; “para vengar la afrenta y obedeciendo a ordenes de Urquiza (Véase la
nota biográfica de Calfucurá)
MILLA QUEO, 1872, capitanejo pehuenche entre los huilliches del Sur
de Neuquén; figura en el tratado de paz del cacique picunche Caepí (AEM Nº
1181). Pero en 1878 fue atacado por las tropas de la Conquista del Desierto, él y
los indios de su hermano Juan Chico (AEM 29.5.1878), después de haber
firmado en San Rafael otro tratado de paz. Un año después de la muerte de su
hermano, Millaqueo (caciquillo) y su gente fueron atacados nuevamente (en
diciembre de 1882) por las tropas al mando de Ruibal y O´Donell. Sólo el
capitanejo Millaqueo y 13 indios de lanza lograron escapar y se fueron a Chile
(Campaña de los Andes 1882 p. 213)
MILLAQUEO, 1840, capitanejo del cacique Painé de Leuvucó. Este
capitanejo intervino en la gestión de un tratado de paz. El 23 de abril de 1840 se
presentó a Rosas con una comisión, pidiendo firmara un tratado de paz (AGN
S.VII 1-2-9, doc. 169, de12 fojas) pues los gobernadores de San Luis y de
Córdoba les habían dicho que debían ir a Buenos Aires y hacer este tratado con
el Gobernador Juan Manuel de Rosas. Éste los atendió bien y los despidió con
promesas y regalos (Rev. Azul artículos. Ver cac. Painé)
Pasaron años de luchas y no se oía nada de ese Millaqueo, hasta 1863. El
10 de abril de ese año 80 indios de Millaqueo participaron en un malón
organizado por Calfucurá Y nuevamente el 10 de abril de ese año 80 indios de
Millaqueo participaron en un malón, organizado por Calfucurá (AEM 10.4.63).
Nuevamente, en 1871, en plena gestión del tratado de paz del cac. Mariano
Rosas, se decía que los caciques Güenchú, Millaqueo y Tapayú estaban
realizando un malón (Arch. Municipal de 9 de Julio, Lib. 7 y AEM 24.9.71) En
1872 el tratado se concluyó por intervención de los padres Franciscanos de Río
Cuarto. En la lista del Tratado Millaqueo es nombrado como capitanejo del cac.
Baigorrita y ya en la lista del P. Donati en 1870.
MANUEL MILLAQUEO (1841-1885) estaba entroncado en el árbol
genealógico del cac. boroga Ignacio Coliqueo, pues se casó con la segunda hija
de este cacique Carmen Coliqueo (1850-1921) Estos tuvieron un solo hijo,
Faustino Millaqueo (1872-1944) y éste con Filomena Méndez tuvieron 8 hijos;
entre ellos Manuela Millaqueo (1901- 1975) que se casó con Gerónimo Simón
Coliqueo (1896 - ) ; Felisa Millaqueo (1904- ) cas. con Antón Marcial Coliqueo
(1895-1956); Clemente Millaqueo fue largos años jefe del Registro civil en Los
Toldos. Y todos tenían buena descendencia en la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos. No me cave duda éstos Millaqueo también eran de la nobleza araucana .
(Tengo en borrador un frondoso árbol genealógico)
Son varios los documentos que Amigorena hizo redactar durante el gran parlamento
que nuevamente realizó en San Carlos entre el 10 y el 12 de Agosto. Por supuesto. los retó
como desobedientes, y porque habían contrariado también a las autoridades chilenas. Los
pehuenches pidieron perdón y que no los desamparasen, prometiendo mantener la paz con los
de Barbarco y que iban a resguardar los boquetes de la Cordillera de su territorio para que no
sufrieran daños en los potreros de Chile (ib. Doc. 30 y 33). Copias de estos documentos
fueron enviadas a Buenos Aires y a Chile.
Se agrega aquí la lista de los jefes pehuenches (súbditos de Millagüín) que asistieron
al parlamento (Arch. Mend. Doc.34):
“Millaquín (gobernador - Antipá. alias Barba (Su segundo) - Pichicolemilla
- Ranguillante - Guayquilao - Leviant - Guanimain - Carilef – Millano-. Barbitas-
Carenao -(estaban ausentes Roco -Vutacolemilla. -Ligñam y 3 más): y los capitanejos:
Caripán - Pañichiñe - Millantur - Pivaitruyu - Pichigual - Levihueque - Güentemain -
Laminao - Güichuqueo - Pireñán - Canigüir. Manquipí - Caniumanque y los puelches:
cacique Bartolo Güelecal y capitanejos Marcos Goicó, José Antehuánque y Gaspar Goicó.
Además. 340 indios”. La nota está firmada por el lenguaraz y capitán D. Francisco Ant.
Gallardo (Gajardo. sic.). Asistió también el P. Antonio Rivas de Chillán.
Desconciertan las noticias de los documentos siguientes del Archivo de Mendoza,
porque el documento Nº 35 del 9 de Septiembre de 1797, empieza con estas palabras: “Orden
verbal: Salir al día siguiente a campaña a auxiliar a los indios a castigar con ellos (oficiales y
tropas) a sus enemigos en el Río Neuquén. 500 hombres cada uno con cuatro caballos:
Capitán Isidoro Laina de la Maza y de la Artillería. Sebastián Undiano”.
El 5 de Septiembre escribió Amigorena: ‘.50 hombres dispuestos. Deben esperar la
orden de Sobremonte”.
Opino que no todos los documentos son siempre testimonio de la verdad.
¿Qué hizo esta expedición? -No lo sabemos hasta ahora. En vez de un relato.
encontramos el documento 36, en el cual Amigorena avisa al gobernador intendente
Sobremonte de que el cacique Carripilún, el sucesor del cacique Rayguán en Barbarco, estaba
procurando la ayuda del cacique Naupayán, principal de los ranqueles para invadir a los de
Malargüé y a vengar la muerte de Rayguán. Le ruega dar noticia de esto al Sr. Presidente de
Chile para que se entere de que los de Rayguán andan buscando pelea. Y termina así: “Yo
trato de traerlos a la paz”.
El documento 37 del 27 de diciembre de 1797 contiene importantes comunicaciones
de Chile y la convocatoria de parte del capitán general Avilés de Chile a un parlamento
general que se celebraría en Los Ángeles en Febrero de 1798. Nos enteramos de que varias
parcialidades chilenas se habían maloqueado, atacando y arrasando a los pehuenches de la
parte de la Cordillera. Se había combatido en varias reducciones.
Amigorena quiso conocer quién de sus indios amigos iba a marchar a Chile. Por eso
los visitó el 29 de diciembre en Malalhué. Se presentaron 200; aseguraron que querían la paz.
En doc. 39 se anotan los nombres de los principales: “Carilef.- Caráneo - Guanimán - etc.
Amigorena no se ajusta a la verdad, cuando en otra comunicación dice que marcharían 14
caciques y 10 capitanejos y 35-40 indios amigos hasta Chillán y que debió vestirlos y darles
una escolta de 6-8 soldados (29 de diciembre de 1797). Sabemos que deseaba arreglar en su
propia jurisdicción la cuestión de la pacificación de los indios de Malalhué y de los de
Barbarco. El mismo hubiera debido ir a Chile.
El 9 de Enero dirá en otra comunicación, cuya copia está registrada en el Archivo de
Mendoza, que los indios de Malalhué estaban dispuestos a ir a Chillán, pero que pedían 25
hombres para protección y escolta y 25 para proteger a sus familias en ausencia de ellos (Doc.
40). Agregó una lista de lo que necesitaban los caciques.
El 17 de enero de 1798 (Doc. 41) escribió al virrey Olaguer Feliú en Buenos Aires,
que los pehuenches de Barbarco habían sufrido un ataque de huilliches y llanistas y
preguntaban si los suyos debían ir a Chillán. Que esperaba respuesta.
Finalmente, la cuestión fue arreglada con la partida de una comisión al mando del
cacique Carilef, bilingüe y muy bien conceptuado. (AGN. S.IX. 26-2-6)
El 3 de Marzo de 1798 se celebró el parlamento en Chillán. Los de Barbarco habían
llegado ya, cuando se presentaron los de Malalhué. El ambiente fue grandioso, solemne y
pacífico. El cacique gobernador de Villacura, Caullant, se ofreció como mediador de las
parcialidades enemistadas. Carilef, pariente de Caullant. aceptó las propuestas. Fue
obsequiado y felicitado. Retornó contento porque informaría buena noticia a su cacique
gobernador Millaquín y al capitán general José de Amigorena. El gobernador y capitán
general de Chile, a su vez, informó a Amigorena de los buenos sucesos de Chillán. Lo exhortó
a que procurase consolidar la paz con los indios de Malalhué, Barbarco y Villacura y calificó
de delito la no concurrencia del cacique Millagüín.
El gobernador Amigorena convocó entonces, a un parlamento general, no bien
hubieron retornado los enviados. Y, a pesar de que había nevado en San Carlos, acudió allí
con 250 hombres. Se reunieron 19 caciques. 14 capitanejos y 413 indios. En la plaza habían
levantado una gran enramada y ceremoniosamente se celebró el encuentro, el lº de Junio de
1798. (Doc. 43. con lista nominal de los jefes asistentes.)
Tras los saludos y felicitaciones a los que se habían presentado en Chillán, Amigorena
impuso un gran silencio... Luego encaró al cacique gobernador Millagüín. al que había
ubicado después del cacique Carilef: y le preguntó con tono desenvuelto, por qué no había ido
a Chillán. A lo que éste contestó, que se consideraba joven e inepto para hablar en el
parlamento.
Amigorena lo apostrofó y preguntó por qué se había presentado armado ante el
Capitán de Amigos, cuando los buscó para ir a Chillán.
A esto le respondió, que había estado borracho.
Entonces con voz estentórea, Amigorena dijo, que en el acto lo declaraba depuesto
de su cargo. Lo intimó a enviarlo engrillado a Buenos Aires. Millagüín escuchó
humildemente estas sentencias. (Arch. Mend.. Carp. 29. Doc. 43)
El capitán Antepán rompió finalmente el silencio y luego, todos pidieron al capitán
general moderara su enojo y redujera el rigor de la sentencia.
Amigorena propuso como cacique gobernador de los indios de Malalhué a
Pichicolemilla y como segundo a Painichiñe, hermano del cacique Millagüín. Los pehuenches
los aceptaron con aplausos y tres cañonazos sellaron su alegría.
Luego ratificaron el pacto o tratado hecho en Chillán prometiendo paz con los de
Barbarco y Villacura: vivirán en paz y armonía.
Como último punto a considerar propuso Amigorena, por insinuación del Presidente
de Chile, que Buta Colemilla se trasladara a Barbarco. Este reaccionó con vehemencia: que
no había prometido nada de esto y que quería vivir junto a su hermano, el cacique
Pichicolemilla, de cuya jurisdicción no lo sacarán a no ser con un par de grillos. Que
Barbarco tenía un destacamento de aragoneses para protegerlos de los huilliches. (AGN. S.
IX. 26-2-6 y Arch. Mend. Doc. 43)
Un mes más tarde, el gobernador Amigorena llamó al caudillo y cacique general de
Barbarco, el cacique Carripilún y a sus ranqueles, para celebrar con ellos también un tratado
de paz. Este, sucesor del cacique Rayguán, acudió prestamente al parlamento con muchos
indios. El acto se celebró el 4 de Julio de 1798 en San Carlos.
No sólo aceptó las propuestas de paz, sino aún el cacique gobernador de Malalhué lo
recomendó en su discurso, el que resumido se conserva en el Documento 47 del Archivo de
Mendoza. En consecuencia, Carripilún recibió también la aprobación como cacique
gobernador y un bastón de mando dorado. Fueron agasajados espléndidamente. Amigorena
presentó más adelante la cuenta de 2.301 pesos. Hay que tener en cuenta que él acudió con
250 hombres y que los indios eran 334 y la lista de prest enumera a 20 caciques y otros tantos
capitanejos. (Arch. Mend. Doc. 46 y AGN S. IX 26-2-6).
Este fue el último acto político del “magnífico Señor Don José de Amigorena”
(Morales Sosa lo nombra así), pues el 2 de Octubre de 1799 falleció en Mendoza.
El cacique Millagüín continuó viviendo en Malalhué—, siempre respetado y
respetando al cacique gobernador Pichicolemilla.
Las crónicas de Mendoza señalan que el 22 de octubre de 1801 hubo una visita de
varios caciques en la ciudad; entre ellos figura Millagüín y su hermano Pañichiñe, y también
un segundo Millagüín, probablemente hijo del cacique depuesto (Morales Guiñazú, ob.cit. p.
224)
En 1820 el Padre Francisco Inalicán desde San Carlos comunicó que el cacique
Millagüín había avisado que su hermano, el cacique Pañichiñe, había fallecido y que había
enviado, como era su costumbre, palabras de consuelo. (Arch. Mend. Carp.123, Doc. 3)
Aún en 1822 y 1823 se mostró fiel, informando al gobierno mendocino sobre las
andanzas de los Pincheiras (Morales Guiñazú ib.p. 256) Se lo ha visto en Santiago, en plena
Guerra a Muerte (T. Guevara. 1910 p. 124). El año 1823 nos dio la última referencia
importante del cacique gobernador.
(Etimología: Zorro dorado.)
MILLA TUR, 1796, cac. Pehuenche de Malalhué. En Mayo de 1796 figura por
primera vez en la lista de presentes en el parlamento de San Carlos. Se eligió en esa reunión a
Millagüín como cac. Gobernador de Malalhué (Arch. Mend. Doc 21) Parece que intervino
poco en la Guerra Pehuenche
1806 lo vio Dn Luis de la Cruz en el rancho del cac. Manquel. Le dijo que era boroga
y que siendo chico, se había venido a lo de Quinchepí. Le habló también de un sobrino
llamado Mariñán (De Angelis I. 1910 p. 223) Dijo también que tenía parientes en la Pampa y
que había ido a comerciar a Buenos Aires.
1808 vino a Mendoza en visita oficial con los caciques Manquepú, Guanquenecú,
Putrui, Marcos Goico y Pichicolemilla.
1814 asistió al parlamento celebrado por orden de San Martín, a orillas del Río San
Pedro (Malargüé) bajo la presidencia del cac. Gobernador Ñeycuñán y de Fray Francisco
Inalicán. Millantur figura en segundo lugar en la lista de los caciques presentes y hay otro
Millantur allí anotado.(Arch. Mend. Carp. 123 doc. 21) Todos los caciques se mostraron
favorables a la causa patriota del Libertador. Sin embargo, los pehuenches no querían entrar
en la Guerra a Muerte que tanto estrago haría, también en el sur de Chile.
1820 Millatur visitó al Gobernador de Santiago (Chile), no sé en qué misión.
(T.Guevara 1910 p124)
MILLA RUEL o Millasuel, 1740, cac que conoció el Padre Thomás Falkner (A
Description of Patagonia 1777 p. 140). Casamiquele cree que era tehuelche. Más tarde este
nombre se transformó en Villaruel, bien conocido entre los ranqueles.
MILLI CHARABA, 1584, cac. Comechingón de Charilo, Yaco, localidad de
Copacabana, Córdoba; encomendado de Jaime (Montes ob. Cit. p. 47)
MINCHEL 1857, capitanejo pehuenche, hijo del cac. Guayque. El Cnel Manuel
Baigorria lo cita en sus Memorias. Este se había casado con una sobrina del cac. Llanquetruz
IIº
MINCHI QUEO, 1821, capitanejo boroga, hijo del cac Meliñancú que luchó en el
bando patriota en la Guerra a Muerte. Con el Capitán Bulnes hizo la campaña del Sur.
MINQUÍN CHARABA, 1573, cac. Comechingón de Minquita Gualento, La
Vinacanche, Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p. 79)
MISCAN NAVAN, 1598, cac. Comechingón de Nolamo en Tulián -, Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 59)
MISCAN, 1598, cac. Comechingón de Miscan Hene, Tama halon, Córdoba ;
encomendado de Noble (Montes p. 68
MISQUI,1657, cac. araucano que luchó en la reacción a la “Guerra Caliente”; hizo un
levantamiento, junto con el famoso Mestizo Alejo. Tomaron la ciudad de Concepción por
asalto. Pero más tarde fue atacado y vencido por tropas españolas en Laja- Furt y les
impusieron sus condiciones de paz.
1660 murió el Mestizo Alejo y Misque fue elegido sucesor. Capitaneó a los mapuches
sublevados. Nombró como segundo cacique a Colicheuque. 1661 reunió de nuevo gente para
un malón sobre Concepción. Jerónimo de Molina los derrotó y les mató centenares de indios
en la cercanía del Salto del Laja. Luego españoles disfrazados de indios, se acercaron a
Mizque, quien cayo en la trampa. Lo rodearon y lo capturaron. Uno de los españoles, llamado
Juan García, le cortó una oreja. El cacique, avergonzado de tanto ultraje y humillación pidió
que lo ultimasen. Pero los militares prefirieron llevarlo vivo a la plaza de Buena Esperanza.
Allí murió poco después de pena. (Gay, Historia 1847 vol. III. P. 191 y Campos Menchaca:
Nahuel Buta p. 135)
MISTI CHARABA, 1578, cac. Comechingón de Misti pitin, S.E. de Soto, Córdoba;
encomendado de Velásquez (Montes p. 58)
MITA MULA, 1787, cac. Pehuenche. Estuvo presente, cuando Llanquetruz
sorprendió a los pehuenches de Malalhué (Arch. Mend.)
MOCAS, 1591, cac. Comechingón de Cochan Hen a 3 leguas So, de Dean Funes,
Córdoba; encomendado de Ardiles (Montes p. 47)
MOXCO MAGUAN, 1573, cac. comechingón de Moc Sacat, Cruz del Eje, Córdoba;
encomendado de Suárez (Montes 58)
MOHUI NAVIRA, 1579, cac. comechingón del pueblo Ytotoco, Río Quinto,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes p.81)
MOGNIN, 1879, capitnejo ranquel. Estuvo entre los ranqueles huídos a Cochicó,
perseguido por las tropas expedicionarias de Anaya (Olascoaga II p. 249)
MOLLFÜ MANQUE: cacique araucano de Neuquén, hijo de Huaichu Manque
(contó Painé Filú a Berta Kössler ETIM: Sangre de Aguilá.
MOLLFIQUEO, (o Mollfiqueupú, dice Moreno ) 1854 cac.(boroga) entre los
huillihes. Su padre se llamaba Pinti Hueque y su hijo Treculeo (considerado como
manzanero) En Julio de 1854 participó de un malón con Traiqueo, Llanquetruz y Chocorí –al
parecer por insinución del Gral J.J. de Urquiza- contra Patagones y luego contra los indios
amigos de Bahía Blanca de los caciques Ancalao y Lorenzo (AGN X. 18-10-6. Ver lo reseña
de Ancalao). 1863 asistió a la junta de paz de los caciques Chingoleo y Reuquecurá. 1875, el
Cnel. PíoYturra lo llama “capitán del cacique Sayhueque” y junto a él lo encontró el Perito
Francisco Moreno.
1881 lo halló también la Conquista del Desierto. El 24 de marzo de ese año, el
Sargento M.M. Vidal lo atacó en su toldería de Quequemotrén, cerca de Caleufú (J.Walther:
Conquista del Desierto, ed. De 1864 p. 668). 28 indios cayeron en sus manos, los otros
lograron huir hacia la Cordillera, abandonando en las manos de sus enemigos 843 vacas, 600
yegueas y 4000 ovejas. F, Moreno en “Apuntes Preliminares del Río Negro” 1897 p.41)
describe el camino entre las tolderías de Sayhueque (Río Caleufú) y Mollfiqueo (Río Collón
Curá) y de Ñancucheo Río Mallecó), o sea en el Pais de las Manzanas. ETIM: Mollfi:
Sangre y queo : ser.
MOLLFUNQUEO, Antonio en traducción capitanejo Antonio SANGRE
GRANDE , nac. 1826 en tierra adentro dice el acta de bautismo y de casamiento en 1876 el
misionero R.P.Pablo E. Savino y no recordó a sus padres, pero al padre le decían Sangre
Viejo nacido en 1806 en Chile (boroga y de la parentela de los Coliqueo) y a la madre
conocemos del acta de casamiento de Francisco; se llamaba Juana
Antonio Sangre se casó con Juana Cümén, nac. en 1851 en tierra adentro (La Pampa)
También sus hijos Andrés y Francisco, son anotados en el libro de bautismos el día 7 de Julio
y el 1 de Nov. de 1876. Hay testimonios que ha sido fiel en la batalla de la Tapera de Díaz el 9
de oct. de 1876.
SANGRE, Andres, en 1866 fue nombrado capitanejo en la misma tribu. No tengo
otros datos de él.
SANGRE, Franciaco, el segundo hijo de Mollfunqueo (Sangre), Antonio y de Juana
Cümén o Tranamill. Se casó por la iglesia en 1904 en Los Toldos con Venera Avendaño
Neculhuán. Legitimó a sus hijos: Vicente (de 6 años), Pedro (de 4 años), Josefa (de 2 anos) y
Victoriana (de 1 año). Yo traté con gusto con Pedro, que era un viejo resero y pastoreaba su
caballo en la banquina de la calle de tierra. Buen narrador. Estaba casado con Juana
Maldonado
Murió el 20 de agosto de 1974
MOLINA, José Luis, 1823, gaucho célebre que había sido capataz de la
Estancia Miraflores de Ramos Mejía, donde en marzo de 1820 se había
celebrado un tratado de paz en nombre del Gobernador Pero por una injusta
agresión a esos indios pampas y de la misma estancia, se alzó con los mismos
indios y acompañó o dirigió un importante malón. (No era ni cacique ni
capitanbejo, era cristiano) (Capdevilla, R.R. Gauchos célebres: José L. Molina
y otros, Tapalquén 1972)
MOLÓN CHARABA, 1575,cac. comechingón de Molon Naviora,
Calamuchita, Córdoba; encomendado de Villalba (Montes p. 75)
MOLONGO, 1785, cac. pampa que vivía en Guaico. El 7 de febrero de
ese año, Miguel Telles Meneses, Comandante de San Carlos (Mendoza) pidió su
destitución (Rusconi vol V)
MON, 1839, capitanejo chileno que tomo parte en el malón o asalto de
Tapalquén. (AGN X. 27-7-6: 20.8.39) ETIMOL: Mon (moncoy) redondo
MONCHE PAILLAMILLA, 1821, cac. patriota que actuó en la Guerra
a Muerte en Chile. Vivía en Vutacó al Norte de Angol T.Guevara 1910 p. 255)
MONGORÉ o Mangoré, cac. timbú. 1529 se opuso a la primera invasión
española en el litoral argentino; destruyó el primer fuerte “Santi Spiritus (Prov.
Sta. Fe), que erigiera Don Sebastián Gaboto. En el encuentro perecieron 110
españoles (Dr. Arnold Mayer: Del Plata a los Andes, Bs. Aires Ed. Huarpes 1944
p 57)
MONTERA, 1872, capitanejo de la tribu del cac. Baigorrita (Lista
/Donati)
MONTERO, Maripán, cac. boroga, hijo del Sargento Mayor Juan de
Dios Montero, casado con una india, hija del cac. Aucamilla. Su padre actuó en
la Guerra a Muerte a favor de los patriotas y luego en la Argentina, porque
acompañó por encargo del gobierno chileno al cac. mayor Melipán y al cac.
Venancio Coñuepán (1824) en persecucón de indios realistas, traspasados a la
Pampa. 1827 ofreció con los mismos indios patriotas sus servicios y los de sus
70 cazadores al Gobierno de Buenos Aires. Juan Manuel de Rosas los recibió y
le reconoció el título de Sargento Mayor. Ayudó tambien en la fundación de
Bahía Blanca (del Fuerte Argentino) Vicuña Mackenna en su libro Guerra a
Muerte (1972 p. 708) hace una breve reseña de su vida . Domingo Pronsato en
su estudio sobre los orígenes y consolidación de Bahía Blanca, Bah. Blanca
1956 p.26.) Montero, Maripán, era hijo del Sarg. Mayor Juan de Dios Montero)
Queda en la penumbre la fecha y la circunstancia de la muerte de Juan de
Dios Montero. R. Muñiz en “Los Indios Pampas” p. 140 dice que fue fusilado
por orden de Rosas en 1829 “por sospechas” en el Cuartel del Batallón
Suipacha. Es que el 30 de enero había avisado al Cnel. Estomba que se plegaba
a la Revoluión Unitaria de que le aguardaba una sublevación de los indios
amigos. Hay otra versión que dice que fue fusilado, sí, por orden de Rosas en
1850.
Su hijo Maripán fue llevado más tarde a Salinas Grandes. Era sobrino del
cacique Domingo Painefilú de Maquehua en Chile. El siguió desde entonces
hasta la rendición del cac. Namuncurá en 1884 con la familia de los Curá. Murió
en 1899.
MONTRÉ o Montrí, 1870, cac. mayor chileno, nieto del cac mayor
Colicheo de Quilahueque. Sus hijos se llamaban Carihuán y Huentecol (T.
Guevara, 1910 cap. IX) 1863 acompañó al aventurero francés Antoin de
Tounens Orelliè en su aventura efímera, declarándose primer Rey de la
Araucanía y de la Patagonia.
1873 estuvo en Salinas Grandes el día de la muerte del cac. Calfucurá y
firmó también el gran documento Proyecto del trtado de paz (AEM doc. 1232)
De nuevo apareció su nombre en la documentación de la Conquista del
Desierto. En un estudio sobre el número de guerreros que podrían intervenir
contra la conquista, se calculaban 6000 indios de lanza de los caciques Montré,
Clahueque y Chaquematrá, chilenos todos (Arch. Museo Hist. Nac. , hoy AGN
Nº 10.604)
MORA, Francisco, 1877, capitanejo y oficial de los indios ranqueles
reducidos en Villa Mercedes (Hay un asiento en el Libro de Bautismos del Padre
Donati en la Parroqua de Villa Mercedes)
MORALES MELLAO, cac. picunche que vivía en Las Lajas (Neuquén)
(F.San Martín: Neuquén, 1919 p. 108)
MORALES es actualmente una de las 23 agrupaciones aborígenes del
Neuquén, cuya reserva fue reconocida por un decreto provincial en 1864
MORALES,, Santos, capitanejo o caciquillo ranquel que sobrevivió las
penurias de la Conquista del Desierto. Mostraba siempre sumisión y obediencia.
Me resulta difícil dar noticias de su juventud y familia de origen. Walter
Cazenave publicó una reseña más extensa en el periódico de Santa Rosa La
Pampa: La Arena 1993 en Caldenia: Morales Katrenaw, un héroe olvidado de la
Colonia Mitre. Dice que su nombre indígena era Katrenaw y que pertenecía a la
obediencia del cac Mariano Rosas de Leuvucó. Mis datos se inicián en 1874.
Ese año “llegó con alguna indiada y la del cacique Linconao (Ramón) Cabral
de la Pampa para integrar la Reducción que los Padres Marcos Donati y Moisés
Alvarez de Río Cuarto querían fundar. Linconao presentó 105 personas y el
capitanejo Villarreal 230, y el indio (Catrenao) Morales o Cabral trajo unos 40
de los suyos y se instalaron cerca del Fuerte Sarmiento. 1875/76 los documentos
de los Padres Franciscanos en Río Cuarto dicen que sus indios sembraban,
tejían, comerciaban y hasta han tenido cuenta bancaria (Arch del Convento
Franciscano doc. 479, 490 y 694; hoy publicados en Cartas del Desierto-Río IVº
1998
El Fray M. Álvarez en su Crónica dice: “Todo vino al suelo por la orden
del Ministro de Guerra que mandaba militarizar a todos los indios”. Primero
fueron distribuíos en los fortines. En 1878 empezó la gran persecución; ellos
tuvieron que marchar con los expedicionarios como “Auxiliares de Sarmiento
Nuevo”. En 1879 fueron movilizados para la Conquista del Desierto, División
de Rudecindo Roca que corria con premor inhumano contra todas las tribus
ranquelinas. El Teniente Morales expedicionó, seguramente contra sus
sentimientos de nativo, a las órdenes del Cnel. Benito Meana. Éste en su “Libro
de Oro” recuerda como un día estuvieron rodeados de 70 indios “adversarios” y
tuvieron que abrirse paso a paso “hachando lanzas”. Después del avance de
Roca, fueron desplazados una y otra vez.
En virtud de la ley del 2 de octubre de 1882, los caciques Santos Morales
y Ramón Cabral recibieron ( en el papel) en propiedad 80.000 hectáreas en el
Oeste de la Pampa seca. Formaron, efectivamente, allí la Colonia Emilio
Mitre,en la Sección XVIII, Fracc. D y C. (Dep. Chalileo) Sus campos fueron
medidos por el agrimensor Ramón B. Castro (Informe y Duplicado en Dirección
General de Tierras en Santa Rosa, La Pampa . 1885, el Tnte Santos Morales,
casado con Salustina Alfonso, hizo bautizar en Villa Mercedes a su hijita
Aurelia Morales.
En 1891 los misioneros franciscanos con Fray Quaranta visitaron el
rancherío. “En Mayo le hicimos (a Linconado Cabral) una visita, pidiéndole que
ayudara en la conversión de los indios..(se reunieron 150 indios de todas las
edades. Linconao traducía nuestra instrucción a su idioma. El domingo 27
Linconao vestido de gala conducía la indiada a la iglesia” (Relato del P.Quaranta
publicado en Historia de Intendente Alvear por Carlos N. Caccia 1904 p. 123)
En otro lugar, el Padre Quaranta dice de la misión de Santos Morales; En la
Colonia Indígna Pastoril “Emilio Mitre” tengo proyectado edificar una capilla y
un salón para escuela. El Gobierno quiere que se reunan los indios dispersos.
Hemos cristianado 1941 indios de los caciques Mariano Rosas, Santos Morales,
Tripailaf, Pichihuinca, Linconao, Mariqueo, Puluán, Pacheco, Caleo, Baigorrita.
Lucho Baigorrita vivía cerca de Sañué Mahuída (Sierra del chancho), otros
están en Blanca Grande, cerca de General Acha.
1907 el corresponsal de la revista Caras y Caretas se vino de Buenos
Aires hasta la Colonia Emilio Mitre y nos trajo una foto preciosa del cacique
Santos Morales bien trajeado con manto y ropa de invierno, pañuelo al cuello y
sombrero. Otra foto y recuerdos nos dejó Luis F. Ruiz en su libro “Los indios
araucanos en la República Argentia Bs.As. 1929 p. 60 Sonriente con el mate en
una mano y el bastón en la otra. Lo visitó en 1924. Era laborioso y progresista y
el mismo gestionó asuntos atenientes al bienestar de su gente. Por su propia
iniciativa construyó con sus hombres una línea telegráfica que por buen tiempo
unía, a través de 150 Kilómetros la Colonia Mitre con Telén.. En 1910 consiguió
que el Estado abriera una escuela. Consiguió el correo y con razón gozaba de
gran estima de sus paisanos. En esos años ya misionaron los salesianos en vasta
zona pampeana, que conocían a Santos Morales como buen amigo. Y fueron los
salesianos quienes lo asistieron en sus últimos días. El Padre Durando lo
visitaba con cierta regularidad. Por él sabemos que su nombre era Catrenao y su
apellido Morales. En 1825 el P. Pozzoli, José Durando y dos salesianos más
visitaron en la Colonia E. Mitre, a Ramón Cabral y Santos Morales, en Pichi
Mericó. Hubo 31 bautismos y 7 matrimonios cristianos. En Santa Isabel, a 4
leguas de la Colonia Mitre encontraron a Antonio Morales y Carmen Morales,
seguramente eran hijos del cac, Santos Morales.
Walter Cazenave en su reseña biografica no precisa la fecha de su
muerte; pero nos ha dejado muchos recuerdos de este cacique. Luis F.Ruiz
decía que era un aborigen de la Pampa que bien merecía un monumento. El era
el verdadero fundador de la Colonia Emilio Mitre.
Finalmnte añado que Rodolfo Casamiquela escribio una pequeña
monografía: Informe sobre la Colonia Emilio Mitre mimiografiado) La vi en la
Biblioteca de Santa Rosa La Pampa y tengo copia, pero no la tengo a mano. José
de Petris de Santa Rosa se especializó en Genealogía aborigen de la Pampa y
creo que siguió tambén las huellas de los Morales. Algunos Morales tengo
anotados entre los viejos pobladores de la Tribu de Coliqueo. Me llama la
atención Gabriel Morales nac 1821 y muerto 1881 casado con Carmen Mancé
murió 1885.
MORCOYÁN o Morcoyún, 1709, cac. pampa cuyo nombre aprece en el
proceso de los “caciques sublevados” en el Sur de Córdoba (Ver Liquit o
Ereguereyán). 1751 propusieron a Morcoyán para la fundación de la Reducción
en Espinilla, en la zona de Río Cuarto, junto con la gente de Ucacha y de Goico
(P. Cabrera : Tesoro del Pasado Argentino 1927 p. 54)
MORCOYÁN, 1882, capitanejo puelche que fue capturado en Neuquén
y traído por el Cnel. Ortega a Mendoza. Falleció en Cuadro Nacional (Depart.
de Malalhué)
MORIBEL, o Morribel, 1836, capitanejo boroga de la tribu de Cañiuquir
con quien había actuado al servicio de J.M.de Rosas en diversas expediciones y
en premio (¡) fue muerto en el ataque cruel que les hicieron las tropas bahienses,
el 26 de abril de 1836 (Véase la nota del cac. Cañiuquir)
MORO OTALAYA, 1579, cac. pampa de Río Vº, del pueblo Chalanta,
Cordoba encomendado a Mitre (Montes p. 78)
MOSCA PAYÉN (Moqsha,en aimará) cac. del siglo XVI que vivía en
Sillicha (Strube Erdmán: Toponimia indígena del Cuyo 1962)
MOTURA cf. Maturo) , 1600, cac. puntano (Rusconi IV p. 240)
MOZAN,, 1564, cac. puelche que vivía en Palaya (Alto Río Grande) Su
heredero se llamaba Guanagual (J.T. Medina 1901 Documntos y Latcham, Rev.
1929 p. 263)
MUCHICHI NAVIRA, 1590, cac. comechingón delpueblo Taltan, Sierra
de Calamuchita, Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 79)
MUGELUP (Muguloop, escribe el inglés), 1750 habitaba a orillas de Río
Luján, dice el Padre Thomás Falkner en Description of Patagonia 1774 p. 121)
Había sido traído del Cuyo. Lo clasifica entre los “taluhets”, como también a
Alcachorro, Calelián, Mayupulquiyá, etc. Ya no les quedaron más que 300
indios (R. Pastor: Guerra con el indio en..San Luis, Bs.As. 1942 p. 78)
MULATO, 1820, cac. boroga, oriundo de la zona de Villarrica. Era hijo
del cac. Melillán Painemal, hermano del cacique Curriqueo, Bulnes Painemal y
Martín Salas. Era tío del cac. Mariano Rondeao (T. Guevara 1910 p. 96)
El cac. Mulato tomó parte en la Guerra a Muerte, apoyando al bando de
los realistas. Por el año 1824, tal vez, emigró a la Argentina. Puede ser que haya
participado en el malón que los pincheirinos llevaron sobre Los Toldos Viejos
(Dolores); a lo menos el Cnel. Rauch los atacó en la acción de Tapalqué, el 29
de octubre de 1826. El parte debe contener algún error al decir que la División
Cramer había muerto a cuatro caciques, entre ellos al cacique Mulato y a 200
indios (AGN X 27-7-6). Otra información dice, que el 3 de noviembre (1826)
Rauch avanzó sobre la toldería del Arroyo Melihoigüé y mató a unos 200 indios.
El 13 de diciembre Rauch llevó los prisioneros a Tandil. Entre ellos se hallaba la
mujer de Mulato y una hija (AGN X 14-3-1).
El cac. Mulato siguió actuando entre los Pincheirinos, siempre en unión a
los caciques borogas: Neculmán, Trocomán, Cañiuquir y Rondeao (tío carnal de
Mulato), creo hasta 1830. Estos han hecho bastantes estragos en la zona
mendocina. En marzo de 1832, el Cnel Manuel Bulnes de Chile, trajo una fuerte
expedición sobre los pincheirinos. En una de sus sorpresas perecieron los
caciques Necul, Coleto y Trocomán (Best: Guerras Argentinas I. p. 340) Una
comunicación boroga de 1833 decía, hacía tres años que se había separado del
grupo y también su hijo Piena y que se había radicado en Sanquilque. Pero había
hecho amistad con el cac. Llanqueruz (IIº), igual que Marileo, Güelé y Antivil
(AEM doc. 244). El 2 de febrero de 1833, el Cnel Pacheco, brazo derecho para
J.M. de Rosas, durante la preparación de la Expedición al Desierto, le avisó que
Mulato estaba con Llanquetruz. Y sería uno de los blancos principales de la
Expedición combinada.
Rosas estaba disgustado porque en la batalla de las Acollaradas (en marzo
de 1833) había borogas en las filas de Llanquetruz. Exigió que fuesen muertos.
El cacique amigo Santiago Llanquelén había escrito en febrero que se cuidara
del cac. Cañiuquir, porque estaba en comunicación con el cac. Mulato, adicto a
Llanquetruz. Escribió entonces “Si no dan pruebas de adhesión, los castigaré
como a traidores, como perseguía a Quiñigual” (AGN X 27-5-6 y Sala V (hoy
otra ubicación) 35-2-6 del 24.4.1833.
Rosas, conociendo estas noticias, llamó a los caciques borogas de
Guaminí a una junta a Bahía Blanca. Allí les explicó que tenía noticias de que
el cac. Mulato estaba en Sanquilcó, enfermo y en desacuerdo con los otros
caciques. Les mandó que marchasen sobre su toldería y que cortasen a él y a sus
dos hijos las cabezas y arrearan a los otros borogas distantes (AGN X. 27-5.6).
La información que se conoció luego dice literalmente así: “Hicimos la
expedición con todos los indios por engaño, haciéndoles creer que íbamos a
poner en las inmediaciones un campamento general. Después de tres días,
llegmos a los toldos del cacique Mulato. Siempre era amigo (sic). Era preciso
esperarlo y pedir su venia para cortar a Llanquetruz. Este dijo que el mismo
desearía perseguirlo, si tuviese la salud. Seguimos y encontramos unos toldos.
Ibamos como de paz. Llanquetruz había huído ya. Se mandó al capitanejo
Ineypil con 50 indios. En un monte descubrieron gente y hacienda huídos de los
borogas. Los saquearon. El 13 de Mayo hicieron una junta y resolvimos
regresar. Llegamos el 2 de junio…” La expedición contra los ranqueles debía
satisfacer a Rosas, pues “hicieron mucho castigo y mucha mortandad entre los
indios de los caciques Mulato, Marileo, Calfulén y Lincolaf ( AGN S.VII 1-2-6 :
19.7.33).
Cañiuquir , más tarde, expresó al mismo General J.M. de Rosas, que
estaban arrepentidos de la expedición que hicieron contra el cac. Mulato.
El 16 de septiembre del mismo año (1833) Cañiuquir avisó que había
peste y mucha mortandad entre los indios de Multo, Marileo, Calbulén y
Lincolaf (AGN X 27-5-7). Más tarde Mulato fue llamado a otro gran
parlamento para el 6 de octubre de 1833 que se haría entre muchos caciques
borogas. (AGN X 27-5-6 p. 588). Se ve que Rosas trabajó prolíjamente y mucho
con los borogas, sin descubrirles su verdadera intención. Fue allí en la reunión
cuando exigió de nuevo que expedicionasen contra los ranqueles, si querían ser
sus amigos. El 17 de enero de 1834, el Tnte. Pablo Millalicán informó a Rosas
que los caciques borogas no querían expedicionar, ni guerra; querían vivir en
paz. Y dos días después le escribe que el cacique Mulato había muerto,
diciendo: “Dios ha castigado al cac. Mulato” (AGN X. 24-9-1; esto era
“lisonjear” a Rosas. En su informe final sobre la Expedición y Campaña
entregado al Inspector Piñedo el 25 de marzo de 1834, nombra entre los muertos
durante la expedición al cacique Mulato (AGN X 27-5-3) había entregado al
cac. Mulato. (AGN X 27-5-3) y continúa: “Los ranqueles que por hambre
fueron a robar a Esquina, castigados con la muerte del cacique Mulato y dos
jefes más, han sido atacados por los borogas y un piquete nuestro” (Dirio de
Rosas, ed. 1865 p. 184)
MULATO,1872, capitanejo ranquel que figura en la lista de oficiales del
cac. Baigorrita (Lista del P. Donati) De él escribe Lucio V. Mansilla en su libro
Excursión a los indios ranqueles ed 1890 p. 574)
MULATO, cac. tehuelche(?) que 1778 visitó las autoridades y comercios
de Carmen de Patagones (Entraigas R.: Fuerte de Río Negro , Don Bosco 1960
p.91
MULATO, José María, cac. tehuelche 1880, que vivía sobre el Río
Gallegos (Sta. Cruz), El P. Raúl Entraigas reprodujo su fotografía en: Los
Salesinos en la Argentina 1983 I. p. 411.
MULMUY, Don Gaspar, 1695, cac. huarpe de San Juan. Vivía en el Valle
de Mogua; encomendado de Pedro Balmaceda (Arch. Mendoza)
MULUN NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Mullun Auleta, Sierra de
Calamuchita; encomendado de Chávez (Montes p. 79)
MUNDINA, 1573, cac. comechingón de Mundina Sacat en Quilicita;
encomendado de Cabrera (Montes 49)
MUNI MÁN, 1785, cac. pehuenche que durante la Guerra Pehuenche
fugó de la frontera (Morales Guiñazú: Habitantes Aborígenes de Mendoza p. 54)
MUNOPIS, 1600, cac. comechingón del pueblo Muniguarago, Río
Quinto, encomendado de González (Montes p. 79)
MUN QUE PÍ,1787, cac. pehuenche, presente en Malalhué (es quizás
Manquepí)
MUSUY NAVIRA, 1586, cac. comechingón en Itotoc
MUY MUY, Don Francisco, 1688, cac. huarpe en el Valle Fértil (San
Juan); encomendado de Balmaceda. (Arch. Mend.)
MUY ZULUQUE, 1768, cac. pampa de Río Quinto. Había sido de la
parcialidad de Yahatti en la Prov. de Buenos Aires. (Arch.Gen. Ind. 36 Charcas
212)
NAA NAURE, cac. comechingón de Tatal Calta, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 79)
NABAL HUENÍ (Nahuel Huenü), 1779, cac. pampa que fue censado por
Diego de las Casas (De Angelis IV p. 586, Nº 51.
NABAL TIPAY, cac. puelche pampa. El 20.5.1770 estuvo presente,
cuando el Comandante Manuel Pinazo celebró el tratado de paz con 12
caciques, en la laguna de los Huesos y participó en su expedición contra los
“tehuelches” hasta el Río Colorado. Lehmann Nitsche publicó en 1923 una carta
de 1770, en la cual se lo llaman “auca”; pero no me parece acertado. ETIM:
Tripay: sale y nabal: (nahuel)
Nacayal ver Inacayal
NACUI LUÁN, 1831, cac. ranquel. Hallamos su nombre en la lista de
30 caciques presentes en el parlamento de Tandil, el 19 de noviembre de 1831
(AGN Biedma VII 10-4-14)
NADIRA, 1590, cac. comechingón de Nadira, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p.79)
NAGÜEL, 1804, cac. pehuenche que ese año se presentó al Gobernador
de Mendoza Aparece documentalmente de nuevo en 1846, en oportunidad del
proceso que se hizo después de la muerte del cac. gobernador Guzmané y el
saqueo de su tribu. Los caciques Nagüel y Coliné querían salir a vengarlo y
pidieron ayuda (Arch. Mend. 24.1.47): doc. 12 y Arch. de San Luis, Junio de
1846.
La Pampa se llamaba Nagüel Mapú. El tigre era típico de la
Pampa.
NAGÜEL, 1824, capitanejo boroga, hermano del cac. Don Venancio
Coñuepán, ambos muy comprometidos con el bando patriota en la Guerra a
Muerte en Chile y luego vinieron a la Argentina y se afincaron sobre el río
Napostá en las inmediaciones de Bahía Blanca. (ver Coñuepán)
NAHUEL (Nauhouel), 1783, cac. auca, enumerado entre los enemigos
del cac. Chulilaquín, en el Diario de Basilio Villarino (de Angelis V, p. 580)
NAGÜEL, 1824, cac. pampa – ranquel. Ese año solicitó con seis
caciques más al Gobernador de Córdoba un tratado de paz; luego lo pidieron
también al Gobernador de Buenos Aires (Rivas, M.: El Mangrullo de Melincué,
1968 p. 12) Retuvieron como garantía a los caciques Millán, Nahuel, Quintuy y
Carrenao.
NAHUEL, 1851, capitanejo del cac. Llusquén (ranquel) obsequiados por
orden de Rosas en Bahía Blanca (AGN X. 20-10-4: 20.12.51)
NAHUEL, JOSÉ VICTORIO LÓPEZ ver LOPEZ cap. de Ignacio
Coliqueo
NAHUEL, 1885, capitanejo del cac. Sayhueque (manzaneros) con quien
compartió la época de paz (con tratado y sueldos); pero luego también la
malhadada Conquista del Desierto. Como Sayhueque, se entregó a las tropas
expedicionarias en Junín de los Andes, en enero de 1885.
NAHUEL, 1852, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas. 1852 ya era
lenguaraz de la tribu. 1864 figura entre los capitanejos de la tribu, en la lista
que se hizo para el tratado de paz que el Cnel. Manuel Baigorria estaba
promoviendo. Éste mismo lo menciona en sus Memorias y también Lucio V.
Mansilla en su libro: Excursión a los Indios Ranqueles (1870). Y también está
en la lista que confeccionó el P. M.Donati 1872, donada al Museo del Indio de
Los Toldos.
NAGÜEL BEDE, 1611, cac araucano principal de Lincoya (Gay:
Historia 1876 II p. 206).
NAGÜEL ÁN, cac. boroga, hermano del cac. Venancio Coñuepán. Actuó
en el bando de los patriotas en la Guerra a Muerte. En 1824 vino a la Argentina.
El 20 de diciembre de 1825 asistió al parlamento de paz, celebrado sobre la
Laguna del Guanaco (es Nº 14 en la lista. AGN X. 27-7-6)
1830 fue perseguido por la División de Bahía Blanca. Vivía entonces con
70 guerreros en Chaciles. El 8 de enero (1833) fueron atacados como también
Cayuán y Calquín en Valcheta. Fueron aniquilados por la Expedición al
Desierto. (AGN X 27-5-5; 25.12.33) ETIMOL: An : sol y del tigre
NAHUELÁN, 1879, picunche. Durante el avance de la Conquista del
Desierto se resistió y huyó de los ataques. Para recuperar a los prisioneros se
unió a los caciques Udalmán y Guayquillán; hicieron ataques a los nuevos
fortines, por ej. Guanacos (19.1. 1881) y en Alargué (12. 12. 1981) (Walther;
1964 p. 657)
NAHUEL ANTÚ, Juan, 1751, cac. pehuenche de Collun (Chile) al que
visitó el Padre Bernardo Haevstadt (su Diario de 1777, el 23 de diciembre de
1751)
NAHUEL CAN, 1806, capitanejo pehuenche que ese año visitó al
Gobernador de Mendoza con Uculmán, Epimán, Nehuelque y otros jefes de la
parcialidad ( Comando Gral. del Ejército vol II p. 191)
NAHUEL CAYÚ (Nahuel puede ser como nombre y Cayú el apellido)
1878, caciquillo, acampado en Pillín Toro, en el tiempo en que avanzaban las
tropas de la Conquista del Desierto. Fue atacado por la compañía del Cnel
Nelson. Según el parte mataron a tres y 47 fueron apresados. (Walther:
Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 569) ETIMOL: creo que es Payú: barba del
Nahuel: tigre
NAHUEL CO, 1881, cac. pehuenche al Sudeste de Alargué, quien,
durante la Conquista del Desierto, fue capturado y trasladado al Sur mendocino.
Murió allí en 1881 a buena edad.
NAHUEL CURA o Naquincura, 1833, cac. araucano chileno. Era hijo
del cac. Lemunao de Collicó. Emigró a la Argentina, probablemente a raíz de la
Guerra a Muerte o con Calfucurá por el año 1831. Luego actuó entre los indios
de Calfucurá en Salinas Grandes,
En 1833 estaban por regresar con Cumiú, V. Cañigual, Calfucurá y
Cheuqueta; pero Rosas quiso impedir su paso por Choele Choel. Después de la
batalla en Salinas Chicas, les dieron un golpe en Cristiano Muerto, el 21 y 22 de
enero de 1833 (AGN X 27-5-5)
1837, el Cnel Antonio Ramírez quiso establecer un cantón militar
sobre la laguna La Barrancosa (Hoy Olascoaga, Part. de Bragado) y halló a
Nahuelcura establecido a corta distancia sobre la laguna del Pozo Pampa con
700 indios. Los atacó sorpresivamente y los dispersó. La cota de malla del
cacique fue entregada a Rosas, quien la donó al Museo de Santo Domingo
(C.Grau:Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra p. 171 y Hux: Los orígenes de
Bragado p. 38 “2 de Oct. de 1837”) Y Nahuelcura siguió lidiando y
acompañando a los caciques chilenos en Tierra Adentro, dice un documento
mendocino. El 3 de Julio de 1841 figura como 13º en otra lista.
Calfucurá que no quiso perder el liderazgo que había adquirido decía en
una carta al General J.J. de Urquiza, que disponía de 100 capitanes y de cuatro
caciques generales: de Pichún, Calván Pichún, Huinca Nagüel y Nagüelcheo
(AGN X. 18-10-6). Manuel Baigorria, al mencionarlo en sus Memorias, dice
que Nahuelcheo era hijo del cac. Cuminao. Calfucurá lo llama yerno y la
“cacica” Transita Aigual decía que era hermana de Nahuel.
NAHUEL CHAO, 1873, capitanejo salinero, que firmó en junio de ese
año el gran documento del proyecto de un tratado de paz (AEM doc. 1232)
NAHUEL CHÚ o Nahuelcheu, 1832, caciquillo boroga, quien a raíz de
la Guerra a Muerte en Chile, vino con Coliqueo a la Argentina y con él maloneó
en 1832. 1837 la expedición del Cnel Ramírez y de Eugenio del Busto llegó
hasta los toldos de Nauelchú; pero a tiempo habían huído. Luego de sufrir la
política y los ataques de Rosas a los borogas, se fue con Coliqueo a establecerse
entre los ranqueles . 1839 participó en el gran ataque a Tapalquén, que considero
como el último coletazo de la Guerra a Muerte, porque era en venganza de las
muertes de 1836 (ver la historia de Cañiuquir). De 1842 sabemos que el Cac.
Coliqueo y M.Baigorria con 300 indios y los capitanejos Huenchual, Meliqueo
Güeraquil y Nahuelchué avanzaban en dirección de la frontera Oeste de Buenos
Aires.
Intervino más tarde en la lucha entre el Estado de Buenos Aires y la
Confederación Argentina desde 1852 hasta 1861, obedeciendo órdenes del
General Justo José de Urquiza. Había entrado también en tratados de paz
gestionado por Manuel Baigorria y los caciques de Leuvucó, primero con el
Gobierno de Córdoba y luego con el Presidente Urquiza (Tratado de 1854: Arch.
Córdoba Secc. Gobº T. 239)
Calfucurá que no quiso perder el liderazgo que había adquirido, decía en
una carta al General J.J. de Urquiza, que disponía de 100 capitanes y de cuatro
caciques generales: de Pichún, Calván Pichún, Huinca Nagüel y Nagüelcheo
(AGN X. 18-10-6). Manuel Baigorria, al mencionarlo en sus Memorias, dice
que Nahuelcheo era hijo del cac. Cuminao. Calfucurá lo llama yerno y la
“cacica” Transita Aigual decía que era hermana de Nagüelcheo y tía de José
Victorio Nahuel (López)(AGN S: VII 14-1-15)
1857, obedeciendo al plan político del Gral. Urquiza, invadió con
Coliqueo y sus indios a Pergamino. Lo habían hecho ya el 9 de diciembre de
1841 (Giménez Colodrero: Historia de Pergamino 1945 p. 167). R. Pastor relata
una anécdota de ese malón oído de un testigo presencial (Reinaldo Pastor:
Guerra con el indios en la jurisdicción de San Luis, 1938 p. 135): “En la
invasión a Pergamino, Felipe Saa, rabioso y con soberbia increpó al cacique
Nahuelchel (diciéndole): es cobarde volvernos sin hacerles nada a éstos!
¡Amuyuy! Los tres Saa, otros cristianos, Nahuelcheu y otros capitanes hicieron
girar sus potros y cargaron con furia incontenible; traspasaron la línea y
lucharon adentro de los cuadros. El caballo del cacique cayó muerto, pero éste
se salvó echándose a la grupa del potro que montaba Don Felipe (Saa)”. Véase
también el folleto de Prudencia Arnold, titulado: Rectificaciones del folletín
Calfucurá de Zeballos (p.26) Bs. As 1884. 1843 tomó parte en el malón de Cruz
Alta (S. Avendaño : Memorias del Excautivo ed. Elefante Blanco 1999,.. y 69)
En el Archivo de Urquiza (hoy AGN S.VII Tom. 127, se encuentran
páginas sobre el negocio de las cautivas hechas en Pergamino y al mismo
tiempo (1857) por Calfucurá en 25 de Mayo. 1858, el Cnel. Emilio Mitre hizo
una entrada al país de los ranqueles, la que la impericia y la reinante sequía
frustró por completo. Las patrullas de la frontera sur de Córdoba (de la
Confederación) inspeccionaron las huellas, luego que el ejército de E. Mitre se
había retirado. Éstas informaron que la rastrillada de los invasores pasaba a 20
leguas de Nagüelcheo y a 40 leguas de Coliqueo. (Arch. Urquiza AGN S.VII T.
137 p. 382)
Nahuelcheo no acompañó a Coliqueo, cuando éste se separó de los
ranqueles y con Manuel Baigorria se trasladó a la Provincia de Buenos Aires y
luego se radicó en Los Toldos (Part. de Gral. Viamonte) NB. Todos estos
acontecimientos y más s e cuentan en HUX: Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos en 4 ed. por ej. EUDEBA 1880)
La tribu de Nahuelcheu siguió participando en los destinos de los
ranqueles, como los conté especialmente en las notas biográficas sobre los
caciques Mariano Rosas y de Epugner.
Pienso que era el mismo, o su hijo, que, en 1873 mandó una carta
al Padre Donati (Arch. Convento Franciscano de Río IVº doc. 331 (public. En
Catas el Desierto 1998…). Los ranqueles, a pesar de sus reiterados tratados de
paz, fueron atacados hasta el exterminio por las tropas de la Conquista del
Desierto.
El 10 de noviembre de 1878, Nahuelcheo fue atacado por el
Comandante José A. Ferreira a 14 leguas de Leuvucó. Los indios se dispararon.
Tres fueron muertos y 43 cayeron prisioneros. El cacique también se escapó.
Pero en enero de 1879 fue atacado nuevamente. Nahuelcheo y Payllán Pacheco
se presentaron entonces en la Comandancia de Italó (el 16 de enero de 1879),
pero en el acto los tomaron presos. (Olascoaga Galíndez vol. IV 1940 p. 100)
Luego no pude seguir su historia.
Sin embargo en mis anotaciones genealógicas de la Tribu de Coliqueo
hay algunas pistas de sus familiares: El capitanejo José Victorino López Nahuel
lo menciono aparte. Hay toda una lista de Nahueles. Petrona Nahuelcheo es
llamada hermana del capitanejo José V.Nahuel López; Gabriel Nahuel casada
con Josefa Curumañé (de Azul) fue bautizada en 9 de Julio (LB.1 Nº79) y sus
hijos también. Nahuelcheo está con un “Alias Corón”. Catalina Nahuel o
Ñonque se casó con el capitanejo Martín Rayú (1848- 1890) y Petrona Nahuel
con Tomás Rayú (1888 – 1957), Modesto Nahuel (1893 – 1943) se casó con
Rita Rinque Otros son más recientes.
NAHUEL CHÉ, 1819, cac. araucano emigrado a la Pampa. En ese año
estuvo presente cuando Don Feliciano Chiclana celebró con ranqueles y pampas
una junta de paz en la toldería del cac. Lienán. El Ex dictador y guerrillero J.M.
Carrera no ganó a Nahuel para sus planes. En una lista interesante en que
enumera a los caciques adictos suyos, lo nombra como contrario y adherido al
grupo del cac.Mayor Nicolás Quintana que apoyaba la política de Buenos Aires.
(Comando Gral. del Ejército vol. III. P. 216 y 293)
NAHUEL GÜELÉ, 1804, cac. pehuenche que junto con otros jefes
pehuenches visitó al Gobernador de Mendoza
NAHUEL GUOL (Gnerr), 1878, cac. salinero que aparece en la
documentación de la Conquista del Desierto. Fue atacado por tropas de
Marcelino Freyre en agosto de 1878.
NAHUEL HUALA, Alonso, 1723, cacique araucano “amigo”. En la
sublevación de ese año, no se plegó al malón, sino que ayudó a los misioneros.
(Campos Menchaca: Nahuelbuta p. 439)
NAHUEL HUAL, 1822, cac. araucano que durante la Guerra a Muerte
apoyó al bando patriota, acopañando al cac. Don Venancio Coñuepán (T.
Guevara, 1910 p. 303). Más tarde llegó a malonear en la Argentina. Es posible
que se haya afincado con Don Venancio en Bahía Blanca (Ver: Coñuepán) “pato
valiente”.
NAHUEL HUÁN, Marcelino, 1908, cac. mapuche de Quequé, Prov.
Cautín en Chile. Era jefe de 46 familias (150 indios) de raza pura, según T.
Guevara.
NAHUEL HUÉN (Huenu) 1820, cac. mapuche, realista en la Guerra a
Muerte, Era de la zona de Temuco, donde tuvo su malal. Era padre del cac.
Ramón Lienán y de Huirrió Lienán y primo del cac. Manguiñ. Era joven,
cuando estalló la Guerra a Muerte. Con 300 indios dominaba la zona de la
Provincia de Cautín, desde el río Cautín hasta el Pillanlelvún (T.Guevara: 1910
p.87 y 197). Era contrario a los caciques de Maquehua,
Como tantos otros vino a la Argentina, acompañando a los
caciques Inal y Nahuelhual Pero vino 1837 para vengar la muerte del cac.
Venancio Coñuepán y Cañiuquir. Al querer volver a su patria fue traicionado por
el cac. Calfucurá y el chileno Colipí, cuando entraron en la Cordillera y no
pudieron escapar a la refriega (ver Lienán)
NAHUEL HUEQUE, 1820, cac. pampa de la agrupación del cac.
Lienán. Vivía en paz con los cristianos. No obstante, el Cnel. Federico Rauch en
su expedición “punitiva” de 1826 atacó a él y a su indiada acampada en la
región de la Sierra de la Ventana. (A. Barros: Fronteras y Territorios Federales
ed. 1957 p. 164) Etimol: Hueque: llama y nahuel : bravo
NAHUELÁ o Navelá, 1869, capitanejo pampa de Tapalquén. Ese año
anduvo maloneando en la Frontera Sur. “Todos tenían cañas coloradas” (quizás
por Rosas). Fueron perseguidos; pero no los alcanzaron (AEM 2.6.1969)
NAGÜELLÁN o Cuellán, 1819, cac. ranquel que tenía su toldería sobre
la laguna del Guanaco. Estaba sublevado por ofensas recibidas y se preparaba
para invadir con Paillatrú, Lienán y dos caciques más (Arch. Córd. Secc. Gobº
caja 53 y H. Lobos: Frontera Sur de Córdoba, Córd. Junta Est. Hist., 1978 p. 65)
En abril de 1823 vario caciques ranqueles, entre ellos Nahuelán y
Quilapán pidieron desde la toldería de Hilgüe al gobernador de Córdoba,
interviniera a restablecer la paz. Ésta se firmó en 1825 en la Laguna del
Guanaco. (AGN X.7-6-5)
NAHUELEF o Nauelef, 1826 figura entre los caciques tehuelches que
ratificaron un tratado propuesto por Rosas en Tandil. Ya había estado en el
parlamento, convocado por los hermanos Oyuela (Comando del Ejército vol. IV
p. 26)
NAHUELÓN, 1879, capitanejo ranquel. El 2 de abril de ese año se
presentó con 21 indio y 74 de la chusma en el Fuerte Sarmiento (Córdoba) para
reducirse. Eso los salvó de las expediciones del Ejército en la Conquista del
Desierto (Olascoaga IV p. 105)
NAHUEL NIRRE, 1847, cac. pehuenche que vivía al sur de Malalhué.
Ese año, un año después del asesinato del cacique gobernador Guzmané, recibió
una porción de campos en Butamilla, por una gestión del Comandante
Rodríguez con quien mantenía buena relación. En 1851, el Comandante recibió
noticias de que algo raro pasaba entre los indios de Barracas. Efectivamente D.
Plácido Zeballos encontró allí al Capitán de Indios que estaba al servicio del
Gobierno de Chile. D. Manuel Palacios conferenció con los caciques Nahuel
Nirre y Goyo Bilo (Vilú) y con ellos concertó que se convocara a las tribus a un
parlamento para el día 7 de febrero. “A la hora indicada, -dice la reseña de ese
día-, entró ceremoniosamente el gran cacique Nahuel (Nirre) y ocupó su sitial,
llevando su toqui de piedra (una especie de bastón de piedra) que le distinguía
en su alta jerarquía”. Sus palabras eran muy sensatas. Se quejó, porque el
General Pedernera había ejecutado en Malalhué a 16 indios pacíficos y una
china “sin motivo ni causa alguna”, Durante cuatro días se hizo fiesta que debía
terminar con un nuevo tratado de paz. Por fin llegó el cacique Caepí, quien creó
una situación algo difícil para el emisario Zeballos (Sosa Morales: El
Comandante Rodríguez 1968 p. 67 y 97).
El 26 de febrero hubo otro parlamento. Era el tiempo del enfrentamiento
de la Confederación con el Estado de Buenos Aires. (Arch. Mend. doc. 15).
Cuando en 1872, el Gobierno Nacional propuso al cac. Caepí y a sus
pichinchees otro tratado de paz, para contrarrestar las proposiciones chilenas,
Nahuel Nirre no figura más. Esto nos puede hacernos creer que no vivía ya.
(Arch.Mend. carp. 123 doc. 44) ETIMOL: Nirre : gnerr/zorro y valiente
NAHUEL PÁN, 1770, cac. pampa, llamado también Navalpán. Era hijo
del cac. Lincón (Linco nahuel) y primo del cac. Toroñán. Tenían sus toldos al
Sudoeste de las Sierras del Cairú (hoy Partido de Olavarría) Estos pampas
estaban enemistados con los tehuelches del Sur de la Provincia de Buenos Aires.
Doce caciques acudieron a la Laguna de los Huesos (Part. de Gral. Viamonte)
invitados por el Comandante Manuel Pinazo a concertar un tratado de paz con
el Gobierno de Buenos Aires. Por esta concertación se obligaron también a
acompañar al Comandante M. Pinazo y su tropa a una expedición contra los
tehuelches. El joven Nahuelpán acompñó a su padre y a los demás caciques e
indios, entre los cuales había unos cuantos “nahueles” ; eran devotos del felino
de la Pampa: Lepi Nagüel, Tambu Nagüel, Nabaltripay, etc. (Diario de la
Expedición, en De Angelis IV. 1910 p. 547) NAHUEL PAN: 1770, era el cacique
pampa, llamado también Nabalpán.
En el formidable ataque que hicieron el 23 de Noviembre de 1770 a los dichos
tehuelches, vengando ofensas anteriores, les mataron unos 150 indios. Ellos se vengaron de
nuevo, poco después, matando al cacique Lincón. De esta manera Nahuelpán se hizo cacique
heredero de la tribu de Lincón, su padre, (ib. p. 552) En 1774 Nabalpán volvió a hacer una
alianza de amistad con el cacique Toroñán y los tehuelches (AGN.S.IX. 1-4-4 p.410 y 1-5-3
p.214)
Nahuelpán se acercaba con cierta frecuencia a la frontera. En 1774 estuvo en Salto,
cuyo comandante informó entonces a Buenos Aires que Casuel (pronúnciese Catriel) era
amigo, como también el cacique Toroñán y su primo Nabalpán (=Nahuelpán) (AGN. S.IX, 1-
4-2: Salto). Poco antes había estado en Escobar. "En Septiembre avisó Nagüel Pan, el hijo del
difunto Lincón, que habían llegado a sus toldos los caciques Paynepán, Güillipán y Calfumán.
Que se irá tierra adentro con estos sus parientes, por recelo al cacique Caullamán, su
contrario", (ib.. 1.9.174). que en vez de alianza, traba la guerra. Que uno reciba el bastón de
cacique principal y así introduciremos la envidia (AGN IX 1-6-1 p. 598
Caullamán se había sublevado en 1772, viendo que los españoles no observaban el
tratado de paz y poco después se trasladó a Chile, donde desempeñaría un papel importante
en la Guerra Pehuenche. En 1793 lo buscaron los ranqueles para que los ayudase a defenderse
contra los pehuenches de Malalhué. El comandante general de Mendoza, Dn. José F.
Amigorena, dirigía prácticamente esa Guerra Pehuenche. Hacía frecuentes parlamentos,
buscando compromisos y apoyos para sus expediciones más al sur. No llamó sólo a los
pehuenches de Malalhué al Fuerte San Carlos, sino también a los puelches del Río Diamante
y a los pampas de "Nagüel Mapú". Así nos enteramos por la documentación mendocina que el
2 de Mayo de 1794 Nahuelpán estuvo en San Carlos en una de esas juntas grandes. (Arch.
Mend. doc.. 9)
En 1800, estuvo en Buenos Aires visitando al Virrey, junto con los caciques
Catrimilla, Luna, Quelentrur y Olguín. como se desprende de un documento de la sección
Contaduría. (Mariluz Urquijo: El Virreinato del Río de la Plata en la época del Marqués de
Avila [1799-1801], Bs. As. 1964, p. 229)
En 1806 recibió en su toldería la visita del viajero Dn. Luis de la Cruz. (Diario, en De
Angelis I, p. 126)
En 1820/21 lo hallamos mencionado en el grupo de caciques que sostuvieron al
gobernador de Buenos Aires, rechazando las proposiciones del insurrecto chileno José M.
Carrera (ver Quintana). Y en Diciembre de 1825, Nahuelpán asistió al gran parlamento de paz
sobre la Laguna del Guanaco. (AGN, S.X. 27-7-6)
(Etimología: o pan [payún] Barba de Tigre.) Lo nombramos aquí por los que siguen.
NAHUEL PAYÚN (III): 1854. capitanejo pampa, quizás hermano o hijo del
anteriormente nombrado. En 1854 figura como capitanejo que preparaba un tratado de paz de
los ranqueles por intermedio del coronel Manuel Baigorria, entonces jefe de la frontera sur de
Córdoba. Lo aceptó el gobernador Alejo Guzmán. (Arch. Córd. Secc. Gob.. T. 239. 92)
Creo que es el mismo que más tarde hizo causa común con los caciques hermanos
Pincén, agregados o vecinos de los ranqueles de Toay. Antes pertenecían a Coliqueo. y es
interesante señalar que Justo Coliqueo el hijo mayor del cacique Ygnacio Coliqueo se haya
casado con Rosa Nahuelpán. Pero en el año de peste (de viruela), en 1864 enfermó y murió,
lo que trastornó a su esposo terriblemente. (En el libro Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, ed. EUDEBA 1980 p. 92 : Venganza de Justo Coliqueo por el gualicho) “Justo
Coliqueo, hijo del cacique Principal, de 39 años de edad, a la asno, tuvo una gran avenencia
con su padre – Conozco el episodio por dos fuentes que me indican el año, pero n especifican
la fecha: Lo cuentan el Coronel Prudencio Arnold en su librito: Rectificaciones del folletín
“La Dinastía de las Piedras”, del Dr. Zeballos, Bs.As., 1884 y don Emilio Carballeda, de
Nueve de Julio en su “Crónica Retrospectiva”, manuscrito inédito. Ambos conocieron a los
actores. Don Justo era un indio amante de su tradición y algo predispuesto a trastornos
mentales.
Su mujer, doña Rosa Nahuelpán había caído en enfermedad grave; y preguntada por
su marido quién tenía la culpa de su mal, quién le había dado el gualicho, ella dijo: “La mujer
mayor de tu padre tiene la culpa de mi muerte”.
Dicen que Justo le contestó: “Bueno, muere no más, que ella también va a morir”.
Pocos días después de haber muerto su esposa, Justo entró en el rancho de su padre y,
en su presencia, asesinó a la “culpable”. Don Ignacio, una vez salido de su asombro, aunque
esto era un caso bien conocido entre los indios, salió a concentrar sus fuerzas para enfrentarse
a los que apoyaban al hijo sublevado. Mediaciones oportunas evitaron el desenlace fatal;
aconsejaron a Justo, viviese por algún tiempo lejos de su padre ofendido.
Poco después, el cacique Ignacio Coliqueo mandó al Coronel Prudencio Arnold una
comisión de amistad. La componían Pancho Calfuqueo, hermano del cacique, el hijo de éste,
su yerno José Platero y otros más. Le trajeron una carta del cacique Ignacio Coliqueo y un
poncho hecho por su primera mujer, del cual decía la carta que lo protegería:” teniéndolo
puesto, ningún indio de mi gente lo mataría”. (P. Arnold p. 26)
Nahuelpán es llamado también tío por los hijos del cacique Vuta Pincén. En 1857,
Calfucurá aprovechó sus servicios en oportunidad de una misión diplomática en Salinas
Grandes e hizo un convenio con el Gral. Urquiza (quien estaba empeñado en doblegar a los
porteños separatistas).
Cuando en 1860 Coliqueo llegó a la provincia de Buenos Aires, para vivir en ella,
Nahuelpán no quiso ir con él, sino maloneó con Pincén. En 1873 hizo una gestión de tratado
de paz en nombre propio y del cacique Pincén y el gobierno de Buenos Aires se lo otorgó.
(AEM. doc.. en Carpeta 91.: Copias de Contratos. Véase Vicente Pincén, en el libro
“Caciques Borogas y Araucanos)
Poco antes, Pincén había invadido la tribu amiga de Coliqueo y éste se había
vengado, invadiendo los toldos de aquél. (Ver: M. Hux: Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos. CAAP. XXI)
Pero la paz duró poco tiempo. Parece que las pagas estipuladas por el tratado de paz
no se cumplían, ni se dejaba en libertad a los indios presos que ellos pedían. En Enero de
1874, tanto Nahuel Payún como Pincén pidieron 1.500 yeguas y 100 vacas por carta y por
intermedio de una comisión que arribó a Junín para que se entrevistase con el jefe de la
frontera. Este tildó el pedido de insolente... (AEM. doc.. 1209). Y a otra comisión que
arribara al mismo punto, el 10 de Marzo de 1874, el coronel Hilario Lagos la apresó
sencillamente, lo que causó una serie de reclamos ante el Ministerio de Guerra y ante el
Arzobispo de Buenos Aires.
Con el avance de la frontera por Alsina en 1876, tanto Pincén como Nahuelpayún. se
sintieron agredidos. En efecto, el coronel Conrado E. Villegas, fundador de la Comandancia y
del pueblo de Trenque Lauquen, se había propuesto combatirlos y eliminarlos. Una
expedición tras otra salía desde Trenque Lauquen hacia el Oeste y no volvían sin haber hecho
estragos entre los indios (véase la historia de los Pincenes, libro Caciques Borogas y
Araucanos). Deben haber vivido en permanente zozobra. En Noviembre de 1877, los
expedicionarios llegaron hasta Toay. En Marzo de 1878 volvió el mayor Ruiz a la
Comandancia.
Pero también los indios sabían jugarse la vida. El 17 de Julio de ese mismo año, los
hijos de los caciques Nahuelpán y Pincén invadieron con 600 indios el Fuerte de Puán, pero el
coronel García organizó a tiempo a su tropa y rechazó el audaz ataque.
El 8 de Septiembre de 1878, el coronel Villegas destacó al mayor Ruiz con 50
hombres del Regimiento 3° de Caballería a atacar los toldos del cacique Nahuel Payún. Según
las Efemérides de Sánchez II p. 68, mataron un capitanejo y 4 indios, tomaron 21 prisioneros
(entre ellos un capitanejo; rescataron 1 cautivo y quitaron 80 caballos. El 11 del mismo mes
atacó a los indios de Pichi Pincén. En Octubre, salió desde Trenque Lauquen una columna de
800 hombres y el 11 de Noviembre (1878) cayó el cacique Vicente Pincén en la red del
sargento mayor Rafael Solís. Este cacique, ya apresado y detenido en la comandancia de
Trenque Lauquen, envió a un anciano de su tribu a comunicar a su hermano Francisco Pincén
y al cacique Nahuel Payún que viniesen a rendirse ante el coronel Villegas. Este envió una
nueva expedición a buscar a esos indios. Destacó al sargento mayor Germán Sosa y a 100
hombres. A ellos se rindió el cacique Nahuel Payún con la gente que le había quedado. El día
1º de Diciembre de 1878 se presentaron en paz y el día 6 arribaron a Trenque Lauquen, donde
se los consideró prisioneros de guerra.
El 15 de Diciembre se presentaron también los capitanejos Antelan y Nicacú, hijos de
Pincén y el día 26, el mayor Bravo trajo a los caciques Pancho Catrenao Pincén, a Pichi
Pincén y a muchos indios más. Los documentos dicen que el mayor Bravo los atacó y los
apresó: "a los dos caciques Nahuelpán y Pichipincén, 51 indios de lanza y 174 de la chusma,
más cuatro cautivos que tenían. (Olascoaga, IV, p. 99 y I. 124. E. Stieben, La Pampa, p. 42: El
periódico El Constitucional de Mendoza, 23.1.79, p. 2)
Todos los "rendidos" fueron llevados a un cuartel o campo de concentración de Junín
(Bs. As.). Los nombres de los jefes son éstos: Nahuel Payún. Pichi Pincén. Pichinao, Reynen
(Rayún), Huillicán, Chanán, Urquiza, Rinquén, Nahuelché, Huenchoal, Cascia, Tacunao y
Pancho Pincén; mientras que Vicente Pincén y su familia fueron transportados a Buenos Aires
para ser recluidos en Martín García. 200 indios debían integrar cuerpos militares.
No podemos ni imaginarnos las penurias que sufrieron los indios prisioneros. El cura
párroco de Junín, Pbro. Manuel Seijas, hacía lo posible para atender especialmente a los
enfermos. Una carta de éste, la que dirigió al arzobispo de Buenos Aires, dice: "...He
bautizado a 53 de los variolosos, los cuales se encuentran sin cama. todo en lamentable
estado..." (Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios, 1945. p. 180).
Según un informe del Tnte. Baldomero Lamela de Junín, del 23 de Noviembre de 1880, estos
prisioneros habrían hecho tres años de servicios "y han hecho la Campaña de Junín en la
división del Coronel Godoy y a mis órdenes inmediatas."
Un poco más tarde, el mismo cura párroco solicitó al Gobierno un terreno para estos
indios desheredados de la Pampa e instrumentos de labranza. Se apersonó al ministro de
Hacienda, Dr. Demaría. Si bien tuvo cierto éxito, a través de lentas gestiones, antes de
entregar terrenos, dispersaron a los indios supervivientes, según la orden del ministro de
Guerra, fechada en Buenos Aires el 30 de Octubre de 1880. "El Teniente Baldomero Lamela
debe internar a los indios reunidos del capitanejo Nahuel Payún en las cercanías del Fuerte
Lavalle (hoy General Pinto), en la segunda línea del Norte de la Provincia de Buenos Aires.
Lleva instrucciones para distribuir a esos indios en las poblaciones interiores, remitiendo aquí
a los caciques y sus familiares". Y tres semanas más tarde, Baldomero Lamela informó al Dr.
Victorica: "Cheuquelán es peligroso. Lo mando. No así Nahuel. Se debería darle una chacra o
quinta en Junín. No costará 10.000 $: se hará un ciudadano útil. Se le deben sueldos de tres
anos de servicio". El mismo decía en otra nota: "La tribu del cacique Nahuel Payún ha sido
dispersada según la orden del Ministro de Guerra, distribuyendo a los indios y familias en
establecimientos rurales con el fin de que perdiesen sus hábitos de tribu. De esta tribu quedan
el cacique y los capitanejos, a quienes, en atención a su condición y servicios anteriores,
nuestro gobierno está en el deber de atender y contribuir a que se proporcionen los medios
independientes (sic) de subsistencia sobre la base del trabajo como medio civilizador." (AEM.
doc.. 8199 fha.29.1.81) El mismo documento lleva este agregado: "El Presidente de la
República, en acuerdo de Ministros, resuelve: autorizar al Ministro de Guerra para invertir la
suma de 2.400 pesos fuertes en la compra de dos suertes de chacras del Partido de Junín para
ser donadas con prohibición de enajenarlas, al cacique Nahuel Payún y los capitanejos
Cheuquelán, Farías, Neculpán y Juan Negreti, distribuyéndoles además los instrumentos y
elementos de labranza para que se establezcan y fijen en ellas su residencia. Cesando desde
entonces el racionamiento que actualmente se les hace, a cuyo servicio se imputará este gasto.
Comuníquese al Ministro de Hacienda y Comandante General Roca."
El 18 de Febrero de 1881 fueron puestos en posesión de las tierras en el lugar que se
llamará "Campos La Cruz", nombre significativo para esta gente que había caído bajo la dura
ley de la Conquista del Desierto. (Véase M. Hux: "Los Indios del Campo La Cruz", en
Revista Historia de Junín, año 4. 1972, Nº 46. p. 14-19 y N°55) Según averiguó el conocido
investigador pampeano, D. Enrique Stieben, el cacique Nahuel Payún ha muerto en Telén,
Prov. La Pampa, en 1908, siendo centenario ya. No ha dejado descendencia en la Colonia
indígena de Junín. Su hermana Rosa Nahuelpán, casada con el cacique Justo Coliqueo. en Los
Toldos (Part. de Gral. Viamonte). ha muerto joven de pese de 1864. De ella nació Lorenza
(llamada Lorencita). que luego se casaría con un hijo del Coronel Manuel Baigorria. habido
de la hija mayor del cacique Ignacio Coliqueo. llamada Lorenza. Poseemos la famosa
fotografía de la familia de los Coliqueo El coleccionista John Maguire reproduce en su libro
Loncagüé (BA. 1967) fotos de platería que había pertenecido a Nahuel Payún.
Juana Inaical, esposa del cacique Nahuelpán y Petrona Nahuelpán de Neculpán
reclamaron, en 1892, los premios y tierras debidos por los servicios militares del cacique Era
capitán y baquiano en la Expedición o Campaña del Río Negro, a las órdenes del Gral.
Villegas (Hay noticia de la muerte de Nahuel Payún en el Registro del Escribano Abel G.
Pérez, 1892 Nº 369 y 266 que no he consultado)
(Etimología: Payún: barba: de Nahuel: tigre).
NAMUNCURÁ, Bernardo
NAMUNCURÁ, Bernardo, en 1863 era cacique huilliche, hijo del cacique Antonio
Namuncurá, quien era hermano y compañero de Calfucurá. Se crió junto a los hijos de
Calfucurá en Salinas Grandes; era su sobrino preferido. Tuvo oportunidad de educarse en
Chile y luego su tío Calfucurá lo tomó a su servicio como secretario. En una carta de Junio de
1873, en la que da noticias al arzobispo de Buenos Aires sobre la muerte del cacique general
Juan Calfucurá, le dice: "Yo soy el escribano de este desierto; que hace más de diez años que
estoy en esta parte de la Argentina. Yo soy chileno. Mi padre es cacique y yo indio, lo mismo
como mi padre y mi madre. Mi hermano lleva mis pasaportes que me han dado en mi
República. Se llama Manuel Lefiñancú. Espero que atenderá el pedido que te hace para mí el
Señor Don Manuel Namuncurá.'' Y le promete servir para el bien; propagando la religión y la
civilización”. Probablemente ha sido bautizado. Hablaba y escribía correctamente el
castellano.
Efectivamente, tenía un pasaporte chileno extendido en Valdivia en 1865, lo mismo
que sus hermanos Juan José Levicurá (o Leviñancú) y Mariñancó, con fecha 10 de Abril (L.
Copello, Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios p. 191).
NAMUNCURÁ, Ceferino
NAMUNCURÁ, Ceferino: 1886 -1905. No ha sido ni cacique ni capitanejo; pero
como ha cobrado tanta fama y aceptación en nuestro pueblo como el príncipe araucano de
Salinas Grandes o más correctamente como "Lirio de la Patagonia" y como "El Santito de la
toldería", quiero incluir algunos datos biográficos de él. La bibliografía "ceferiana" es ya
abundante. Los mejores estudios son del Padre Luis J. Pedemonte, del escritor novelista y
biografista Manuel Gálvez y del Padre salesiano Raúl Entraigas: “El Mancebo de la Tierra”.
Ceferino Namuncurá es hijo del cacique general Manuel Namuncurá y es opinión
general que Rosario Burgos ha sido su madre. Como su padre convivía con Rosario Burgos y
con Ignacia Ynaipán, pudo también a ésta llamar madre. En 1900 Manuel Namuncurá pidió
la gracia del sacramento matrimonial. Pero el misionero salesiano le decía, que el cristiano se
casaba con una sola mujer. Entonces el cacique respondió que se quedará con Ignacia y
despedía a Rosario. Y así se asentó en 1900 en el acta del casamiento civil y en el de registro
parroquial.
En 1891 Namuncurá se trasladó con su gente a San Ignacio, cerca de Junín de Los
Andes, en Neuquén, donde el gobierno le había asignado 8 leguas cuadradas para su tribu. El
padre de Ceferino viajó varias veces a Buenos Aires por la gestión de la entrega de la tierra y
de los títulos e hizo estudiar allí a algunos de sus hijos. Esto despertó en el niño Ceferino el
deseo de poder ir él también a estudiar. En 1897 le complació su padre y lo llevó a la Capital,
presentándolo nada menos que al presidente de la Nación para que lo recomendara. Su
primera ubicación (25.8.97) en un taller en Tigre, no resultó aceptable. Pero cuando entró, el
20 de Septiembre de ese mismo año, en el Colegio Pío IXº de los Salesianos, se sintió
contento. Gran esfuerzo fue para el pequeño araucano de once años para adaptarse a este
nuevo ambiente. Lo hizo. Tenía entre sus compañeros a Alpio Antonino Coliqueo de Los
Toldos, al que llegué a tratar personalmente y a Carlos Cardel que sería famoso tanguero.
Ceferino en todo momento se destacó como muy piadoso.
El 8 de Septiembre de 1898 tomó su primera comunión; el 5 de septiembre de 1899
recibió la confirmación. En 1900 frecuentó ya el tercer grado y en 1902, el 6º grado. Hasta
1903 frecuentó esta escuela como interno. Los Padres Salesianos vieron en él deseos de
llevar una vida consagrada a la religión y al apostolado.
Entre tanto, su padre efectuó el casamiento civil y religioso en la población de
General Roca, el 12 de Febrero de 1900 con Ignacia Rañil, no con Rosario Burgos, a la que
abandonó desde entonces, como dijimos arriba.(Ignacia era de la nobleza araucana y Rosario
era una cautiva blanca bonita) Pero Namuncurá reconoce en el acta ante el jefe del Registro
Civil Dn. Alberto Lizarriaga (acta 2) a 12 hijos, entre ellos los de Rosario Burgos: Clarisa,
Ceferino, Alfredo, María, Aníbal y Fermina. El Padre A. Stefanelli extendió el acta del
casamiento religioso y la asentó en el libro de la Iglesia de San Miguel (G. Roca) en el Lib. de
Casamientos de 1900 folio 58.
La salud de Ceferino no era buena. En 1902 se advirtieron los primeros síntomas de
tuberculosis. Lejos se estaba de conocer los antibióticos. Se le quiso curar con descansos y
cambios de aire, primero a Urribilarrea, luego a Carmen de Patagones o Viedma y finalmente
en Roma, mientras que iba estudiando, según las fuerzas físicas se lo permitían. El 19 de Julio
de 1904 se embarcó con monseñor Juan Cagliero en Buenos Aires para ir a Italia. Un
hermano fue a despedirlo en representación de su padre. En Turín y en Roma fue objeto de
admiración y monseñor Cagliero lo presentó incluso al Papa Pío X.Este le tomó mucho cariño
y no dejó de destacar su noble alcurnia araucana.
Pero la tuberculosis se había agravado y no la detuvo un traslado a Frascati, de clima
óptimo. 1905 los Padres Salesianos lo internaron en el hospital de los Hermanos de San Juan
de Dios en la Isla de San Bartolomé en el Tigre. Allí murió confortado por los santos
sacramentos, el 11 de Mayo de 1905, a las 6 de la mañana. Entre sus últimas palabras se
anotaron su oración : “¡Sálva a los míos, Señor!”
Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Campo Verano (38, fila 20). Ha sido
estimado y llorado no sólo por los Padres Salesianos y sus paisanos; incluso el Papa exclamó
al recibir la noticia de su fallecimiento: "Era una bella esperanza para las misiones de la
Patagona, pero ahora es y será, su más fuerte intercesor".
Me emocionan las palabras que el anciano Manuel Namuncurá pronunció en su visita
en el Colegio Pío IXº, en Buenos Aies ,donde el niño Ceferino había recibido la primera
enseñanza, pues hacía poco había recibido la noticia de la muerte de su hijo.
“Con firmes palabras en idioma mapuche manifestó sus sentimientos. El hijo que
lo acompañaba decía;
“ El señor cacique, mi padre, me ordena que traduzca las expresiones que acaba
de pronunciar. Ha dicho:
Mucho he sentido la muerte de mi querido hijo lejos de la patria, sin tener el
consuelo de abrazarlo y darle el último adiós Pero me consuela que lo ha hecho por mí
el inolvidable amigo monseñor Cagliero y los salesianos que lo asistieron. Resignado en
mi dolor, acatando la disposición de Dios, no tengo sino palabras de reconocimiento
hacia los salesianos que lo educaron. Y lo mismo sus hermanos, mis hijos”. (Eduardo A.
González)
NAMUNCURÁ, Manuel: 1811-1908, cacique salinero, tercer hijo del gran cacique
Juan Calfucurá y su sucesor en el cacicazgo, en la lucha por la paz y la supervivencia de sus
tribus. Era de noble estirpe, destacado miembro de un clan araucano que ha dejado huella en
la historia argentina, ya por sus antecesores, sus hermanos y compañeros de armas, ya por sus
numerosos hijos, entre los cuales sobresale ''El lirio de la Patagonia", el venerado Ceferino
Namuncurá.
''Poseemos mucha documentación, más que de ningún otro cacique, acerca de la
actividad del último monarca o soberano de la Pampa. De él da Mons. Juan G. Durán
testimonio en su libro Namuncurá y Zeballos; el archivo del cacicazgo de Salina Grandes ed.
Bouquet 2006. Como él o con él nos fundamentamos bastante en este ensayo. También hay
otras publicaciones sobre este General y Monarca mapuche. E1 libro clásico es el del teniente
coronel Adalberto Á. Clifton Goldney.”El cacique Namuncurá (ultimo soberano de la
pampa)”, Bs. As. ed. Lib. Huemul, 1956. Con anterioridad, en 1946, él mismo le había
dedicado un primer ensayo, bajo el título :Monografía del Indio Coronel de la Nación don
Manuel Namuncurá. También ese otro clásico del Dr.Estanislao S. Zeballos, Calvucurá y la
dinastía de los Piedras, cuya primera edición hizo Peuser en 1884. Si bien el autor ha tenido
contactos personales con el cacique Manuel Namuncurá, no ha podido describir escenas ni
fisonomías tan logradas como las de Lució V. Mansilla en Una Excursión a los Indios
Ranqueles, en 1870. El conocido novelista Manuel Gálvez en “El Santito de la Toldería”
(vida perfecta de Ceferino Namuncurá), ed.Apis. Rosario, 1967 (primera ed. 1947), ha dejado
sobre él unas páginas bien documentadas. Hice un primer ensayo en el libro Caciques
Huilliches y Salineros.
Daremos unos lineamientos para una biografía más completa que se escribirá sobre
este hombre perseguido y respetado, casi legendario y sin embargo histórico. Legendarias han
sido algunas interpretaciones de la época de la Conquista del Desierto que serán rectificadas
por la documentación presentada.
3. Después de Caseros
6. El retrato de Namuncurá
"Apareció la señora y una hija, bien vestidas, para ofrecernos en un plato de madera,
dura y tallada, trozos de carne asada. No faltó el vino. El cacique me presentó a su esposa, es
decir. a la primera, doña Ignacia Inaipán, hermana del capitanejo Ignacio Paillán, porque
ahora tiene en su compañía otra más joven. Con mucha dignidad y reserva ella me saludó sin
omitir recordarme el gran favor que había hecho a su hermano Ignacio, cuando estaba preso.
Saludé también a algunos hijos y sobrinos; se habían introducido en el toldo para saludar al
"Ropa Negra", al "Patirú Salvera", pero pronto se retiraron sin que el cacique les dijera una
sola palabra. Mientras probábamos los primeros bocados, empezamos a platicar, ayudados
por el escribano y lenguaraz Manuel Freire. La voz fuerte del cacique no era la del
parlamentario, sino la del huésped amable; su mirada cobraba aire paternal .Fueron momentos
inolvidables..."
Este es el cacique Namuncurá, el cacique general de las tribus salineras que en caso
necesario convocaba hasta 6.000 indios y cuidaba por el bien de más de 10.000 indios e
indias. Pero los eventos históricos que hemos de narrar no le hicieron fácil su tarea.
El padre murió cuando todos sus jefes se hallaban reunidos y se habían pronunciado
por el tratado de paz. Las primeras gestiones pues debían concretar estos deseos de paz,
porque se trataba de asegurar su subsistencia, su vida y su campo. "Mi padre falleció estando
en tratados de paz ...y yo sigo las ideas de mi padre"-escribió más tarde al Padre Donati,
pidiéndole su intervención para conseguir el tratado de paz como él lo había gestionado para
los ranqueles. (Arch. Convento Franciscano, de Río Cuarto, doc. 832) También en su carta del
11 de Junio de 1873, por la que comunicaba la muerte de su padre, pidió al Arzobispo de
Buenos Aires su mediación para que atendiera a la comisión que llevaba el proyecto de paz a
proponer al Gobierno Nacional para su aprobación. Namuncurá se animó cuando vio que el
proyecto de tratado del cacique Pincén, elaborado también por el mismo Bernardo
Namuncurá, habrá sido aceptado (AEM. Carpeta de Contratos Nº 991. Ver biografía de
Vicente Pincén). Pero era exageradamente exigente como para que fuese atendida su
propuesta.
Copio, pues. el texto del tratado, que hace poco fue publicado en la Revista Nuestra
Historia II p.47 - 50 por N. Chindemi como doc. 45 que pertenecía a la colección de Patricio
Maguire:
“El General Don Ignacio Rivas, Comandante General de las fronteras del Sud de la
Provincia de Buenos Aires, como representante del Exmo. Gobierno Nacional, por una parte,
y el Cacique Don Juan Calfucurá, por la otra, que reconoce y acata la Soberanía y autoridad
de la Nación, han convenido en celebrar un tratado de paz, sólido y duradero, bajo las bases
siguientes:
Art. 1º-El Cacique Don Juan Calfucurá promete por el presente tratado reconocer y
acatar la Autoridad Nacional y todo lo que de ella emana.
Art.2º- Se compromete solemnemente a hacer la entrega de todos los cautivos de
cualquier parte de la República que fueran y se hallen en las tribus de su dominio, sin oponer
ninguna excusa para su retención.
Art. 3º- Entregará a las autoridades Nacionales los Capitanejos o Indios que perturben
la paz, invadiendo cualquier punto de las Fronteras, como también el botín que hayan hecho.
Art. 4º- Siendo indispensable para el cumplimiento de los artículos contenidos en este
tratado la ocupación del Carhué, como punto estratégico, el Cacique Don Juan Calfucurá y
sus Tribus no se opondrán ni directa ni indirectamente a su ocupación, por el contrario,
contribuirá con cien de sus indios y un capitanejo de confianza a la cabeza para aumentar la
fuerza cristiana y hacerla así más respetada de sus indios.
Art.5º- El Cacique Don Juan Calfucurá mandará al lado del Comandante General a su
hijo Reumay, con seis hijos más de los principales Caciques de sus Tribus, como garantía de
lo estipulado, el Gobierno Nacional por su parte les promete, a este Cacique y sus Tribus el
racionamiento por trimestre de lo siguiente:
2300 dos mil trescientas yeguas o vacas al corte
1800 mil ochocientas libras yerba
1000 mil libras azúcar
1000 libras tabaco
1000 cuadernillos papel
2000 libras fariña
1100 cuartas aguardiente y 25 fanegas de maíz
Art.6º- La distribución de la hacienda y artículos expresados anteriormente, se hará de
acuerdo y conformidad con el enviado que arribe a este punto representando al Cacique Don
Juan Calfucurá y sus Tribus.
Art.-7º Además de las raciones que el Gobierno les acuerda, les dará por una sola vez
todos los utensilios necesarios para la labranza, con tal que prometan dedicarse a ella.
Art.8º.- Si el Cacique don Juan Calfucurá y sus tribus aceptan establecerse en algún
punto del Sauce Corto, que el Comandante General les indique, o en último caso en el Pihué,
el Gobierno les promete además de los útiles de labranza, hacerles construir casas para él y
sus caciques, a fin de que vivan y gocen de los beneficios de la comodidad.
Art.9º.- El Cacique Don Juan Calfucurá se obliga por el presente convenio a entregar
los desertores y criminales que busquen refugio entre sus Tribus, con el propósito de evadirse
de la acción de la justicia, y el Gobierno a su vez le acuerda también la devolución de los
indios que fuesen criminales y busquen amparo entre los cristianos para sustraerse a la
persecución; dando con esto una prueba de reciprocidad, equidad y justicia.
Art.10º.- Será indispensable y obligatorio que todo cristiano que haya de ir a tierra
adentro, lo verifique muniéndose de un pasaporte de la Comandancia General que esprese el
motivo de su viaje; y todo aquel que no lo tuviese, será capturado por la orden del Cacique
don Juan Calfucurá y entregado al Gefe de las fuerzas de Carhué.
Art. 11º.- Ningún Indio podrá hacer viaje a las Fronteras sin el previo pasaporte de su
Cacique que esprese el término de su licencia y el objeto que le trae, debiendo considerarse
prófugo el que no venga munido de él y será arrestado por las Autoridades Militares dando
aviso a su Cacique.
Art. 12º.- Quedado estipulado que es absolutamente prohibido a las Comisiones que
reciban las raciones de haciendas para el Cacique Don Juan Calfucurá y sus Tribus la venta de
todo o una parte de ellas.
Art.13º. Sólo están autorizados para la venta de animales orejanos, no pudiendo de
manera alguna realizar la de animales marcados.
Art.14º - La primera invasión después del cange de este tratado que pueda sobrevenir,
de cualquier magnitud que sea, se tendrá por suficiente razón para invalidarlo, a menos que el
Cacique Don Juan Calfucurá pruebe que las invasiones no pertenecen a sus Tribus y en tal
caso, el tratado se conservará con toda su fuerza y valor.
Art.15º.- Así mismo quedará sin efecto este tratado si alguna de las partes falta a lo en
él estipulado, siempre que en el término de dos meses no se dieran esplicaciones
satisfactorias.
Art.16º.- El Gobierno indultará a todos los cristianos que se hallen refugiados entre
los Indios, siempre que lo soliciten, después de ratificarse este convenio, y los que no lo
hicieren, quedan sujetos a la pena que la ley les acuerda en todo tiempo.
Art.17º.- El Cacique Don Juan Calfucurá, pedirá el concurso que necesite en caso de
inobediencia de alguna de sus Tribus, y el Gefe de las Fuerzas en Carhué, se lo prestará hasta
haber conseguido el completo sometimiento de los rebeldes.
Art.18º.- De las Fuerzas que ocupen a Carhué, se le formará al Cacique don Juan
Calfucurá una Escolta de un número conveniente, y será destinada únicamente a la seguridad
y respeto de su persona, debiendo ser compuesta de una parte de soldados del Gobierno y otra
parte igual de indios del contingente, que presentará el Cacique General Don Cipriano Catriel.
Art.19º.- Cada ración trimestral será entregada al Enviado que el Cacique Don Juan
Calfucurá designe, y serán recibido en este pueblo del Azul o en Carhué, una vez situado allí
la fuerza del Gobierno, pudiendo los Caciques agraciados nombrar a sus apoderados, en caso
de no poder venir personalmente a recibirlas.
Art.20º.- El presente tratado durará el término de seis años y empezará a regir desde el
momento que tenga lugar el cange de él, pudiendo ser renovado después de su vencimiento,
por común acuerdo de las partes contratantes.
(Firmado) Ignacio Rivas
Por fallecimiento del Señor General Don Juan Calfucurá, queda de Cacique Principal
el Señor Don Manuel Namuncurá y el Señor Don Alvarito Reumay y firman.
Y por no saber firmar éstos dos dhos. Caciques, firmo yo a ruego como Secretario
Mayor
(Firmado) Bernardo Namuncurá
Buenos Aires
Julio 1º de 1873
Aprobado
Sarmiento
(Hay un lacre) Uladislao Frías”
---------------------------------------------------------
Copio también una carta publicada en: L.Copello:.”Gestiones de1 Arzobispo Aneiros
a favor de los indios”, 1945, p. 193:
No encontré las cartas que a la vez remitió al ministro de Guerra y al Sr. Gobierno
(Presidente de la Nación). Pero sus pedidos, fundados en el tratado de paz de su padre, serán
los que se mencionan en esta carta, la cual se diferencia de las muchas que conozco que haya
dictado Namuncurá precisamente por los pedidos: 40.000 pesos oro: 4.600 animales y
raciones. M Monseñor acogió la comitiva salinera muy bien; hizo una presentación a las
autoridades (Sr. Gobierno) y con fecha 11 de Julio contestó a esta carta que se ha preocupado
y se preocupará por sus encargos.
"...mucho sentimiento me causó la gran noticia de la muerte de su señor padre, que
tanto han sentido sus buenos hijos. Dios no me concedió la gracia de conocerlo
personalmente, pero sí, de amarlo en vida y en muerte.
"Hago todo lo posible recomendando al Excmo. Gobierno sus asuntos." (Copello, p.
196). Y el Gobierno trató de complacer en algo al nuevo jefe salinero que no les era un
desconocido. Seguramente más de un militar habrá dicho "mueras y no esperen más". El 8 de
Septiembre del mismo año, el general Rivas recibió del ministro una caja de regalos para
Namuncurá y sus capitanejos (AEM. 8.9.73). En Octubre avisaron a Namuncurá que había
1.200 vacas en Bahía Blanca para él. El ministro escribió que se le den regalos "sin alteración
del tratado". Es decir que reconoció que existía aún el tratado. Además, mandó que fuera una
comisión hasta los toldos y "pueden dar dinero, además de los sueldos" (AEM.;10.10.73). En
Mayo se había hecho un tratado con los pehuenches (AEM, 17.3. 73), en Agosto con Purrán y
los picunches (11.8.73, ib.). Pero la respuesta para Namuncurá se dejó esperar. Recibía, sí,
regalos que lo debían entretener.
Namuncurá, en cambio, estaba "diez ojos" para saber qué iban a hacer los
comandantes de la frontera, después que hubiera fracasado la invasión en Marzo-Abril del
mismo año del general Rivas. Namuncurá estaba enojado por el adelantamiento de la
Comandancia Sur al Sauce Corto, donde se creó el nuevo Fuerte denominado San Martín. Por
eso ya en Marzo, durante aquella expedición, hizo un llamado a su hermano Reuque Curá
encargándolo de hacer un pacto con los caciques trasandinos Quilapán y Quilahueque para
traerlos a la guerra y al malón, noticia que el cónsul argentino en Angol telegrafió al gobierno
argentino, el 7 de Marzo de 1873 (AEM, 7.3.73). Por eso hubo mucha indiada en el entierro
de Calfucurá y en los parlamentos subsiguientes. La guerra estaba en cierne y en la mente
tanto de los militares argentinos, como en la de Namuncurá, aunque él prefería la paz. "No es
justo que nosotros, los americanos quedemos sin campo. Olvídense de Carhué..." (Arch.
Museo Hist. Nac., 30.1.73)
El coronel Lagos, que reemplazó al coronel Borges en la comandancia del Oeste
durante la revolución y elaboró un propio plan para asaltar a los salineros, avisó al ministro de
Guerra de que había movimientos en Salinas Grandes. En el archivo municipal de 9 de Julio
(Lib. 28, p. 18) leemos en fecha 5.6.73: "Hay 1.500 a 2.000 indios chilenos en Salinas. Se
sabe que Calfucurá ha muerto."
Ambas partes habían roto la paz: lo lamentaba Namuncurá, pero había que dar una
lección a los que querían quitarles su tierra. Aun durante el avance de Rivas, Namuncurá
envió una comisión (3.1.74: Mus.H. N. Nº 8328 y 8329) al coronel Hilario Lagos con carta en
la que expresó su deseo de formalizar el tratado de paz. Lo mismo hizo algo más tarde su
hermano Alvarito Reumay: pide relacionarse por su intermedio con el Gobierno nacional y
buen trato. Efectivamente, Hilario Lagos avisó al ministro Gainza la llegada de comisiones de
Namuncurá, Reumay y Lincopán con pedidos, excusándose de las invasiones (ib. Nº 8337). Y
dos días más tarde, el 12 de Febrero, comunicó a Rivas que habían venido "comisiones indios
de Namuncurá, Reumay, Lincopán, Melinián, Güenuqueo y Bernardo Namuncurá,
reanudando sus tratados con el Gobierno, rotos con el Sr, Ignacio Rivas" (AEM. 12,2.74). El
ministro Gainza entonces, comumicó a Rivas que Namuncurá pedía raciones por intermedio
de H. Lagos y que éste retenía la comisión. (Ib. Nº 8341).
Rívas, entre tanto escribía al ministro una reflexión sobre los resultados de su
expedición a Salinas Grandes y le decía: "Debemos tomar Carhué.''(M.H.N. Nº 8388 del
10.2.74). Conociendo el asunto de las comisiones, quiso que no las dejaran hablar con los
indios amigos de Catriel o de Coliqueo y aún habla de un posible malón. (Ib.,Nº 8339 y 8343)
Por el momento querían mantener buenas relaciones con los salineros y Namuncurá y,
aunque el plan definitivo estaba concebido, faltaba esperar la oportunidad. El 21 de Febrero
se firmó un contrato de racionamiento de la tribu de Namuncurá por 3.050 pesos fuertes a
cargo del proveedor Juan Deagustine (h). Pronto se retractó Gainza, cuando. el 4 de Marzo
escribió que no entregasen raciones a Namuncurá (AEM, 4.4.74,); El 3 del mismo mes mandó
dos cartas, una a Borges, diciéndole: "escriba a Namuncurá y a Pincén, entreguen a los
caciques culpables de la invasión y si invaden nuevamente, serán castigados duramente"
(A.M.H.N. Nº 8349 y 8350). y a Rivas le decía, que Lagos creía que Coliqueo no obraba bien
y que poseía cartas de Namnncura y Pincén a éste. Rivas contestó que adjuntaba carta
aclaratoria de Namuncurá.
El ministro Gainza dirigió una carta a Namuncurá, el 4 de Marzo de 1874, diciéndole
que, aunque sus capitanejos habían invadido so pretexto que no habían recibido las raciones,
debían ser castigadas. Y le promete que las raciones le serán entregadas en Nueve de Julio,
como él lo había deseado. ¿Cómo se conjuga con la orden del mismo día de no entregar
raciones a Namuncurá? Será que Rivas no lo debía hacer. ¿Y Borges? Rivas echó a volar una
sospecha de que Pincén estaba por invadir. (A.M.H.N. Nº 8361).
Es que entre tanto habían ocurrido graves acontecimientos que bien podían ser
provocaciones. Como Lagos, en Octubre de 1873, así el coronel Fco.Borges humilló la Tribu
de Coliqueo, destituyendo al cacique Justo Coliqueo y apresando a muchos capitanejos y
deportando la gente de Manuel Grande. Esto ocurrió el 10 de Marzo (M. Hux; “Coliqueo”,
Capítulo XXIII). Y el 11 del mismo mes, apresó en Junín a tres comisiones de paz: la de
Pincén y la de Nahuel Payún, la de Justo Coliqueo y la de Namuncurá cuya lista nominal se
halla en el Archivo del Estado Mayor, doc. 6682. Los de Namuncurá eran los capitanejos
Sánchez Millanao y Mariano y los indios Paulino, Chuenché, Painemán, Scallán e Urriqueo.
Gainza, después de haber leído los informes de Borges, le escribió, el 19 de Marzo,
que debía mostrarse alerta ante los indios y que Rivas decía que Namuncurá estaba deseoso
de reanudar tratados de paz (ib.. Nº 8368). Es extraña la conducta de estos militares; querían
ser proveedores de los indios y a la vez buscaban cómo pelearlos. Rivas había enviado una
comisión a los toldos de Chilihué para reanudar la paz. Así lo escribe Namuncurá en su carta
al ministro Gainza en Salinas Grandes, el 21 de Marzo (ib.. N° 8373), que complacido había
recibido la comisión del gobierno para tratar la paz. Lo felicitaba también por el triunfo sobre
López Jordán en Entre Ríos. El mismo día se dirigió al Arzobispo Aneiros de Buenos Aires,
quien, a la vez que atiende la comisión del Gobierno, aprovecha para saludarlo junto con sus
hermanos Alvarito Reumay, Calficura, Levicurá, su secretario Bernardo Namuncurá y su
pariente Cañumil y demás caciques y capitanejos. Manifiesta que tiene muy grandes deseos
de vivir en paz con los cristianos y por eso tiene que tratar con el Gobierno nacional; así
verían sus caciques y capitanejos subordinados que es mejor vivir en paz que estar en guerra e
invadir, que no trae buenas consecuencias. Y añadió: "Aunque algunos caciques y capitanejos
se oponen a mi determinación en tratar esto, no obstante serán convencidos que en la
actualidad estoy desengañado de vivir en guerra y que es mejor vivir en paz".
Le dice que le escribe por consejó del capitán Tapia y para que proponga al Gobierno
nacional que le pase el racionamiento de los cuatro mil seis cientos animales (como lo había
pedido el año pasado) y los racionamientos regulares. Pedía un racionamiento para su
secretario Bernardo Namuncurá y para Calficura y Reumay y "vestido" de general y
vestuarios para los demás caciques y que sean atendidas sus comisiones caracterizadas y
autorizadas... "He dispuesto pedir al Sr. Ministro de la Guerra el racionamiento de animales
en la forma siguiente: A mí se me pasen 2.600 por Azul; a Calficura y Reumay 2.000 por
Nueve de Julio; a Pissén 1000 por Junín y al cacique Cañumil las raciones correspondientes
por Bahía Blanca." Sin duda, quería estar en buenas relaciones con estos cuatro puntos
principales. Esto mismo pedía también el Sr. Ministro y esperaba —decía— la aprobación del
Superior Gobierno Nacional y la orden para que pudiese mandar su comisión ante el Sr.
Presidente y "seguir en adelante la senda de amistad y de progreso y de paz para con todos los
cristianos". Pero exigía que fueran sacando las fortificaciones allí "afuera" y que no permitiría
tomar el Carhué para hacer allí un fuerte. "No permite quitar los campos por fuerza. Ni
permitirá ocupar militarmente la Isla Choele Choel..." (Carta publicada en L. Copello.
Gestiones del Arzobispo Aneiros.(ob cit.1945. p.197-199).
El ministro de Guerra escribió el 12 de Abril a Borges que contestara a Namuncurá
que el Gobierno no aceptaba sus imposiciones y exigencias, y aunque deseaba la paz con los
indios por ser argentinos. Dio órdenes de entregar los animales correspondientes al tratado al
cacique Pincén, pero a cambio de rehenes como garantía de la inviolabilidad del tratado.
Y en la misma fecha, el ministro Gainza escribió al general Rivas que Namuncurá
había pedido el doble y que el Gobierno no aceptaba tales exigencias.
Rivas, en cambio, quiso demostrar al ministro que la situación de los salineros era
apremiante, que había espantosa pobreza de manera que unos y otros se escapaban de la
vecindad de Namuncurá. El 18 de Abril le escribió a Gainza que se preparaba para la
ocupación de Carhué y Salinas Grandes (A.M.H.N. Nº 8390, 8392 y otros), lo que comunicó
con alegría a los demás jefes de frontera. El día 20 escribió el ministro al coronel F. Borges
que Rivas, ocupará el Carhué y que, si sostenía esa posición y ellos ocupaban a Choele Choel,
darían a Namuncurá el golpe de gracia.
En cambio, Namuncurá seguía insistiendo en la correspondencia (cartas del 5 de
Abril, 15 de Abril, 29 de Abril, etc.) que se prosiguiese la gestión por la paz, disculpando
alguna maloca que hubiera habido de indios en extrema pobreza. Enviaba nuevamente
comisiones al Azul. Toda esta documentación se halla en el Archivo del Museo Historico
Nacional, hoy Archivo General de la Nación, en la correspondencia del ministro Martín de
Gainza.
Monsr. Durán (2002 p. 882) publicó una carta del 12 de Abril de 1874 donde el
P.Salvaire da cuenta de una comisión de Namuncurá llegada a Azul y que el Cnel. Rivas no
los trató bien.
Pero Rivas, de pronto habla de paz, de pronto de la conveniencia de expedicionar a
Carhué y Salinas. Pide caballos y armamentos o pide racionamiento para Namuncurá (ib. Nº
8441 y 8444), por haber iniciado un trabajo de paz con él. Además, había que suspender el
proyecto de la ocupación de Carhué por falta de caballos (ib. 8449) Hasta accedió al pedido,
por intermedio del Padre Salvaire, que misionaba entonces por Azul entre los indios de
Catriel, de dar la libertad al capitanejo Ignacio Paillán, cuñado de Namuncurá. ( El 17.6.74, se
lo comunicó a Namuncurá y éste le contestó con una carta de agradecimiento, el 7 de Julio,
publicada en Copello. ob. cit., p. 71 -74). En la carta dirigida al misionero le dice: "...me
parece que ya nos estamos viendo como amigos, como si estuviéramos dándonos la mano". Y
le comunicó que había fallecido su primo hermano el capitán Lincopán. Le pide también
interceda para que se le envíe pronto el racionamiento para saciar el hambre de los indios y
que incluso, hasta a su familia había llegado la carestía y no quería que sus indios
malonearan. También Namuncurá había entregado algún cautívo (AEM,27.4.74). A varios
capitanejos permitió que se ausentasen de Salinas: a Claqueo, Fernández, y Cañumil.
Raninqueo se independizó de nuevo; pero son cosas que en este trabajo resumido no cabe
relatar. Namuncurá procura estar en paz con todo el mundo. Por eso tiene comunicaciones
con Murga, con Sayhueque en Carmen de Patagones y con varios jefes militares. Pocos días
antes de estallar la revolución de Mitre, Namuncurá se dirigió a Ataliva Roca, en Junín (el 4
de Septiembre, doc.. Nº 120 en Papeles del Dr.Zeballos, registrados en el Museo de Luján).
Le agradece por su mensajero, el capitanejo Paillán, las atenciones recibidas. Desea estar en
paz. Pero protesta porque Borges y Lagos hayan apresado las comisiones y pide la libertad de
Lefinao.
Durante la revolución, Namuncurá se abstuvo de intervenir, no como lo hizo en la
década del 50, ni tampoco fue solicitado a intervenir, como Catriel. Rivas fue uno de los jefes
que primero se adhirió al movimiento de protesta contra la elección del binomio Avellaneda -
Alsina. También Borges acompañó a Mitre en la batalla de La Verde y allí se sacrificó. En
cambio Lagos y Roca apoyaron francamente la represión y el gobierno elegido. Después de la
derrota, Mitre entregó, el 2 de Diciembre la espada. Sólo el cacique Catriel y su secretario S.
Avendaño fueron sacrificados. Pero hubo un gran cambio en el plantel de los jefes y oficiales
militares, y por ende una nueva expectativa en el ánimo de Namuncurá.
Martín de Gainza tuvo que resignar al ministerio sin haber realizado su proyecto de
avanzar las fronteras más allá de Salinas Grandes, porque Rivas le había fallado. Una última
comunicación de Rivas a Gainza es del 5 de Diciembre de 1874 (M.H.N. Nº 8437),
diciéndole que había llegado una numerosa comisión de Namuncurá y que había una carta de
Tripailaf que pedía racionamiento. El nuevo gobierno no aceptaba de por sí tales
obligaciones. Este período es poco tratado por los historiadores.
"El Tratado de Paz del Cacique Gral. Dn. Manuel Namuncurá con el Superior
Gobierno de la Nación Argentina.
El 3 de mayo de 1875 se ha dado publicidad ante todos los caciques de la oferta de los
arreglos de paz, recibidos por la persona de Dn. Francisco Pío Iturra por Bahía Blanca y dado
publicidad (a) los escritos, recibidos en la misma fecha por la comisión del cacique Dn.
Manuel Grande, encabezada por el capitán Francisco Díaz con relación a los arreglos de paz
dirigidos por el Gefe de la Frontera del Oeste, Dn. Hilario Lagos, presenciados por todos los
caciques que a continuación se espresan:
Cacique General
Dn. Manuel Namuncurá
Cacique 1º
Dn. Alvarito Reumay
Dn. Juan Morales Calficura
Dn. Bernardo Namuncurá
Dn. Juancito Calfucurá
Dn. Levicurá
Dn. Mariano Carimán
Dn. Benito Pichicurá
Dn. Juan Blanco
Dn. Ferreira Carripán
Dn. Justo Liencurá
Dn. Juan Miel
Dn. Vicente Villaguayquí
Dn. Linquí (o Rinquí)
Dn. Necol(h)ual
Dn. Güenupán
Dn. Pichi Ñancuvil
Dn. Gabriel Güirriú
Dn. Caruhal
Dn. Villa comeo (Creo Milla )
Dn. Migañancó
Dn. Cayupil
Dn. Coñoluán
Dn. Yuhienfil
Dn. Curuentró
Dn. Repel
Dn. Llanquelem
Dn. Huincarrén
Dn. Panguinao
Dn. Blanguelé
Dn. Cayuquep
Dn. Epuñán
Cacique 2º
Dn. Güenuqueo
Dn. Perucho
Dn. Catrimáñ
Dn. Antemill
Dn. Quiñepán
Dn. Pichi Necol
Dn. Lefián
Dn. Calderón
Dn. Catrenao
Dn. Blanquillo
Dn. Lincopán
Dn. Llanquemán
Dn. Praimañ
Dn. Huillical
Dn. Nagüelual
Dn. Carinao
Dn. Abelino
Dn. Clahuán
Dn. Faustino Guaychuquir
Dn. Melín
Dn. Ancatrú
Dn. Paillanao
Dn. Cotar
Dn. Quiñegual
Cac.1º
Dn. Cañiumil
Cac.2º
Dn. Gorosito
Dn. Villanher
Dn. Ponse
Dn. Guenchulaf
Dn. Quiñenao
Dn. Pantaleón
Cac.lº
Dn. Villagüeque (Millahuequé)
Cac.2º
Dn.Querenal
Dn. Lefí hueque
Dn. Paillao
Dn. Callfueque (Calfu hueque)
Dn. Huichal
Dn. Villapán (Milla pangui)
Dn. Cayupí
Cac. 1º
Dn. Huanhenhér (Anegner)
Cac. 2°
Dn. Marillán
Dn. Painín
Dn. Benancio
Dn. Pichipil
Dn. Paztú
Dn. Turá (de Iturra)
Cac.1°
Dn. Pichún
Cac.2°
Dn. Andrés
Dn. Lienquén
Dn. Necol
Dn. Pichihuetral
Dn. Curuleu
Cac.1°
Dn. Güichanhér
Cac.2°
Dn. Tapayo
Dn. Nagüelpán
Dn. Raín (Gabriel Rayün)
Dn. Comehuencho (Quemehuencho)
Dn. Melimañ
Dn. Güenchulen
Dn. Painén
Dn. Colu huinca
Dn. Manquinao
Dn. Lemunher
Cac. 1º
Dn. Vicente Pissén
Cac. 2°
Dn. Puelu hán
Dn. Lefnó
Dn.Catrinao
Dn. Pichi Pissén
Dn. Pichi Pinas
Dn. Collú
Cac.1°
Dn. Nagüelpayún
Cac. 2º
Dn. Necolpán
Dn. Reñaigüén
Dn. Llancao
Todos estos caciques constituyen cargo con sus defendido por sus (h) antecesores;
como será: Carué, Arroyo del Pezcado y del Pihué y del Sauce y Guaminí y Puhán.
Art. 2a. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide un racionamiento de seis
mil animales vacunos y yeguarizos por ser racionados todos los caciques; lo mismo un
racionamiento de vicios de entretenimiento.
Art. 3°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide un racionamiento por
separado del Art, 2º para los caciques Dn. Juan Morales Calficura y Dn. Cañumil por Bahía
capitanes no expresados y los tratados de paz fueron aceptados con gratitud, según las
condiciones siguientes:
Art. 1°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá por su posición pide que la línea
de fortines que se halla en su punto que permanece, no sea movida más afuera por ser lindera
de los campos heredados de su posición y que consta haberlos Blanca, y al Cacique Dn.
Reumay, Alvarito otro racionamiento por separado por la frontera del Oeste y al Cacique Dn.
Vicente Pissén otro racionamiento por separado por parte de la frontera del Norte y para el
Cacique General Dn. Manuel Namuncurá juntamente con su secretario Dn. Bernardo
Namuncurá y el cacique Dn. Leficurá otro racionamiento por separado por parte de la frontera
del Sur.
Art. 4 a. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide una asignación de un
sueldo para su misma persona y para la persona de su secretario el Cacique Dn. Bernardo
Namuncurá y para el Secretario Dn. Manuel Freire que reviste en su estado, y para el Cacique
Dn. Alvarito Reumay y para el Cacique Dn. Juan Morales Calficura y para el Cacique Dn.
Leficurá.
Art. 5°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá, que el racionamiento para su
personal y los caciques de su mando sea medianado por su persona misma y la de su
secretario Dn. Bernardo Namuncurá en la distribución entre sus caciques y presenciado por
una persona comisionada por (h) orden del Superior Gobierno Nacional para que tome
conocimiento en la distribución del racionamiento.
Art. 6º. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que el Superior Gobierno
Nacional cumpla las condiciones entabladas en este Tratado y no se tenga orijen (necesidad)
de hacer invasiones grandes como las dos invasiones grandes hechas últimamente por culpa
del Gral. Rivas, del Cacique Catriel y de Santiago Abeldaño que han dado orijen a las dos
invasiones usurpando de las raciones que el Superior Gobierno Nacional estimaba pasarle.
Art. 7°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que el racionamiento del
cacique Dn. Juan Morales Calficura juntamente con el (del) Cacique Cañumil sea medianado
por la persona de Dn. Francisco Pío Yturra por Bahía Blanca y el racionamiento por el mismo
Cacique General Don Manuel Namuncurá y el Cacique Secretario Dn. Bernardo Namuncurá
y el Cacique Leficurá sea medianado por la persona de Dn. Matías Minana por el Azul y el
racionamiento para el Cacique Dn. Alvarito Reumay sea medianado por el Gefe de la frontera
del Oeste por el Nueve de Julio.
Art. 8°. El Cacique General Dn. Manuel Namuncurá pide que las asignaciones
espresadas en el Art. 4° sean acompañadas cada persona con sus grados correspondientes y
sus despachos.
Art. 9º. El General Don Manuel Namuncurá pide que el Gefe de la frontera Costa
Sud, Coronel Dn. Nicolás Levalle, mande a un oficial en comisión de la tribu del Cacique
Curiecú con relación al Superior Gobierno Nacional para entenderse en los arreglos de paz
comprometiéndose a mandar por su parte a una persona de su confianza la de su Secretario
Dn. Bernardo Namuncurá ante el Superior Gobierno Nacional para quedar definidos y
firmados los tratados de paz.
Art. 10°. El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que estos tratados sean
dados en publicidad por la prensa, dando una prueba de amistad para con los Gefes de las
fronteras y con el Superior Gobierno Nacional, previniendo que el Cacique General Don
Manuel Namuncurá espera unas fuerzas de indios fronterizos de Chile que en breves días
deben llegar a este punto y según sean aceptados los tratados con el Superior Gobierno de la
Nación argentina, entrarán en tratados los caciques aliados de que espera el Cacique General
Dn. Manuel Namuncurá de lo que estima quedar al respecto de los tratados con el Superior
Gobierno Nacional.
Art. 11º.- El Cacique General Don Manuel Namuncurá pide que todos los indios que
se han ido por la fuerza con los caciques Raninqueo, Tripailaf y Marilef y quieran de su
voluntad regresar a sus campos presentándose ante su persona, les permita salir en libertad el
Superior Gobierno Nacional, comprometiéndose a recibir el Cacique General Don Manuel
Namuncurá a todas las personas que estimen ir a visitarlo conduciendo algún obsequio(de)
que estima mucho esas visitas; y también espera que el Superior Gobierno Nacional ponga en
libertad a todos los indios que hayan sido tomados por la fuerza de la administración pasada y
se halle bajo las órdenes del Superior Gobierno Nacional, sean puestos en libertad,
previniendo que en el Chaco se hallan unos cuantos y en Martín García se halla Manquehuán
y unos cuantos más.
Salinas Grandes, 3 de Mayo de 1875. P. A. del Cacique Gral. Dn. Manuel Namuncurá,
Bernardo Namuncurá, Secretario."
Aprovecho el espacio para señalar el parentesco más cercano de Namuncurá de los nombrados
HERMANOS (hijos de Calfucurá)
1. José Millaqueo o Millacura
2. Juan Morales Catricura
3. Cac. Manuel Namuncurá
4. Alvarito Reumay o Runay
5. Mariano Carrumain o Carumanque
6. Manuel Pastor (cura)
7. Pereyra Carupán (Cura)
8. Neli Cura o Chico
9. Juan Miauin
10. Vicente Milla Cura
11. Antu Cura o Quiñé Ante
12. Quintuno
13. Pulqui Cura
14. Huicha Cura
15. Lefi Cura o Lief Cura
16. Benito Pichi Cura
17. Bernardo Cura “el guacho”
18. Juan Miguel Carmaro
19. Pascual
20. Juancito Calfucurá
21. Meli Cura
22. Carupán
Cuatro días después fue la última batalla, aquella en la que Namuncurá debió retirarse.
En cuanto al número de indios opinaba el coronel Levalle la siguiente cantidad: De
Namuncurá: 1 cacique principal, 6 caciques, 70 capitanejos, 2.300 lanzas, 7.500 chusma. De
Catriel: 1 cacique principal, 1 cacique, 45 capitanejos, 760 lanzas, 3.000 chusma. De
Reuquecurá: 1 cacique principal, 5 caciques, 60 capitanejos, 2.200 lanzas, 6.000 chusma.
Suman: 3 caciques principales, 12 caciques, 175 capitanejos, 5.260 lanzas, 16.500 chusma.
(Publicado en Memoria del Ministerio de Guerra, 1877.En el Archivo del Museo Histórico
Nacional [ hoy AGN.] Nº 10.604, hay otra estimación de todos los indios que podrían
oponerse a la conquista del desierto: 19.600 chilenos de allende la Cordillera; 3.200
picunches, 11.500 huilliches o manzaneros, incluído Reuquecurá; 1.000 de Queupumill, 1.500
ranqueles, 1.500 de Namuncurá y 150 de Pincén.
El cacique Namuncurá será tenaz en la lucha y tenaz en su búsqueda de un convenio
de paz que le devolviera y garantizara los campos de Carhüé. En ese invierno mandó
Namuncurá una carta con sus proposiciones concretas al ministro Adolfo Alsina, cuyo texto
deducimos solamente de la carta respuesta del ministro con falaces promesas, aunque después
de un nuevo e importante malón sobre Olavarría (Clifton Goldney la transcribe en el anexo
XXI, p. 226s.). Primero le recrimina las invasiones, cuya historia Namuncurá había hecho
según otro punto de vista. Luego le dice: "...Para terminar y para darle una prueba de que el
Gobierno no le engaña, cuando le dice que está dispuesto a hacer tratados con Ud., le
propongo lo siguiente:
"Las fuerzas del Gobierno se retirarán de Carhué, Puán, Guaminí, Trenque Lauquen e
Italó y ocuparán una línea que pase por el Sauce y por el Tordillo. Cada tres meses recibirá
Ud. el racionamiento con hacienda, yerba y tabaco en la cantidad que se convenga. Usted, sus
parientes, hermanos y demás capitanejos recibirán un sueldo con arreglo a sus clases.
"Esto es lo que el Gobierno les ofrece. Si Ud. acepta, necesito saber, cuáles son las
garantías que Ud. me da de que su tribu no invadirá ni dejará invadir a los chilenos, ni a
Catriel. El Capitán Solano deberá ser despachado por Ud. con la respuesta a esta carta antes
de cumplirse veinte días de haber llegado a los toldos de Ud..."
Namuncurá no tomó en serio esta carta; retiró sus toldos de Chilihué hasta el Valle de
Namuncurá (Travesía) y Trarú Lauquen (más tarde General Acha). El 9 de Octubre, el mismo
día que sus maloneros y los de Pincén cayeron sobre el Partido de 9 de Julio y la tribu de
Coliqueo, Levalle inició su marcha hacia Salinas Grandes por orden de Alsina (Tel. del
7.10.76) y Ruibal atacó sorpresivamente a la invernada de Namuncurá. Fue el tiempo de la
guerra aguda.
Un mes más tarde Namuncurá había aceptado la comisión de Rufino Solano y lo
despachó con cartas para el Presidente y el Arzobispo Aneiros. Quiere afianzar la paz: se
queja de hechos escandalosos; pide sueldos y racionamiento por intermedio del capitán
Damasio Tapia y su hijo Catalino. La carta señala como lugar del envío a Salinas Grandes y
con fecha, el 9 de Noviembre de 1876. Le dice al Arzobispo que la comisión está presidida
por el capitán R. Solano y le recuerda que en 1875, "cuando vino Salvaire, estábamos en
principios de tratados de paz. Había que seguir la guerra por disgustos y desavenencias con
los indios de estas nuestras tierras y las fuerzas cristianas." No busca la guerra. Que
desocupen sus tierras que reclama al Superior Gobierno y acepta los tratados de paz. Por el
contrario, perderían... que los indios pierden poco. Repite el pedido de 20.000 pesos por la
toma de Carhué. Como señal de confianza manda a su sobrino Amaro, para que lo eduquen en
Buenos Aires y recuerda al Padre Salvaire (reproducción de la carta en Clifton Goldney, p.
227. y la respuesta en p. 229). El 7 de Diciembre le contesta que no aprueba la guerra y
"ustedes deben hacer todo esfuerzo para cortarla. Persuádanse que el gobierno debe ser
respetado". No todas las frases deben haber convencido a Namuncurá, ni tampoco pudo evitar
la guerra que ya se había desatado. En Diciembre, Pincén hacía otro malón sobre la zona de
Junín. En cambio Namuncurá volvía a pedir la paz por una comisión y carta dirigida al Dr.
Alsina. Pedía la paz y lo necesario para vivir y la devolución de Carhué (Memoria del Min. de
Guerra, 1877, p. 153). De la respuesta del ministro de Guerra se desprende el tenso clima,
cuando le dice el 25 de Febrero: "El Capitán Rufino Solano no quiere ir a los toldos, porque
dice que sabe positivamente que lo van a matar. Creo que esto no será una dificultad para
hacer los tratados, desde que Ud. acepta la propuesta que le hice en mi nota anterior
(¿fecha?). He comisionado al Comandante Wintter para que represente al Gobierno en las
negociaciones y Ud. nombrará a la persona que lo ha de representar a Ud... Espero que ésta
será la última que le escriba sobre estos asuntos y tengo esperanza de que llegaremos a hacer
una paz verdadera y larga." (Clifton Goldney. p. 230, reproduce la carta extraída de F. M.
Vélez, “Ante la posteridad”. El original se halla entre los papeles del Dr. Zeballos en el
Museo de Luján.)
Si comparamos los tratados de paz realizados en esa época, puede observarse que
poca o ninguna sinceridad hay detrás de la letra; fue un elemento táctico más en la lucha
contra el Indio. No sé si Wintter efectivamente llegó a Salinas Grandes; de todos modos los
jefes de las divisiones nunca retrocederían ni abandonarían a Carhué.
Namuncurá retiró entonces sus toldos unas 16 leguas más al oeste de Chilihué, sin
abandonar su campamento militar en Salinas Grandes y Chilihué.
Las Cámaras autorizaron al ministro de Guerra a invertir en su proyecto seis millones
de pesos (ley del 12 de marzo de 1877). Se trabajó en la frontera nueva y en la construcción
de la zanja defensiva. Había dinero, buenas tropas, ferrocarril y telégrafo y buena parte ya
conquistada. Ni soñar que iban a pagarles a los caciques por los campos tomados, como lo
reclamaba Namuncurá. (Memoria del Dr. Alsina, del 1° de Agosto de 1877. Hay una edición
de EUDEBA 1977)
En Agosto del mismo año arribó otra comisión salinera a Buenos Aires para gestionar
el tratado de paz definitivo: encabezaba el equipo político el cacique Carapán, el coronel
Huenchuquil y el capitanejo José Platero que antes había pertenecido a la tribu de Coliqueo.
“El Nacional” publicó (el 13 de Septiembre de 1877) dos cartas que habían entregado al
capitán y lenguaraz Rufino Solano y L. Copello publicó en su libro Gestiones del Arzobispo
Aneiros... (p. 219) otra, dirigida al Arzobispo de Buenos Aires, todas fechadas en Salinas
Grandes, el 23 de Agosto. Quedan por conocerse las cartas que dirigieron al ministro y al
Presidente de la Nación. [ver Durán 2006 Namuncurá y Zeballos]
Alvarito Reumas escribe a su amigo Solano: "En virtud de los tratados de paz que
celebramos por medio de nuestras comisiones que mandamos ante el Superior gobierno y ante
el Señor Ministro de Guerra y ante las demás personas de alto grado, a fin de definir los
tratados de paz que hoy afirmamos y por tanto espero que Ud. nos ayude y dirija a nuestras
comisiones ante aquellas personas de la repartición nacional (en) sus misiones de que
cargan." También le pide ropa e hilos para tejer”. Lo mismo le dice Bernardo Namuncurá, el
redactor de ambas notas a Solano; repite casi textualmente lo citado arriba y sus pedidos son:
que le dé cuenta de unos dineros (5.000 pesos) que le debía un tal Racholete y lo que debía el
Padre Salvaire. Agrega a sus saludos los de su esposa Juana. La carta al Arzobispo está
firmada por Alvarito Reumay, el hermano de Namuncurá, del que se dice ser el segundo
personal. Le encomienda la comisión que representa al cacique general Manuel Namuncurá, a
las tres personas que representan el gobierno de la tribu y sus secretarios que los mandan
"ante todas las principales autoridades nacionales, civiles, militares y eclesiásticas, para
definir los tratados y (poder) vivir como hermanos". Dice, además, que han recibido tres
notas "que acreditan que nos dejan los campos libres; tales son (los de) Carhué, Guaminí,
Puán y Chililafquén y que solamente tomarán los del Sauce hasta el Tordesillo para la línea de
Frontera y de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires y en esta conformidad quedamos
atendidos y solamente falta que el Superior Gobierno disponga ordenar, se nos pasen los
racionamientos..."
La respuesta concreta a estos pedidos de tratado de paz fue una acción militar bien
preparada, conforme al plan de Alsina. En Octubre lanzan seis columnas a una violenta
ofensiva general. Julio Argentino Roca escribió entonces a su hermano Ataliva Roca en Junín:
"Me he enterado de que Alsina piensa tomar la ofensiva; es el único medio de acabar con los
indios". (Publicaciones del Museo Roca, Documentos VI. p.157)
En Septiembre de 1877, el coronel E. Racedo atacó a los ranqueles. Entonces,
partieron: 1. Nicolás Levalle con su División de Carhué; 2. S. Maldonado, desde Puán; 3. M.
Freyre desde Guaminí; 4. C. Villegas desde Trenque Lauquen y 5. L. Nelson desde Italó. La
División Puán atacó las tribus de Catriel en Treycó. Fue terrible (véase la historia de Catriel).
La de Trenque Lauquen atacó las columnas de Pincén, al que tomaron preso. La División del
coronel Levalle debía atacar a Namuncurá. Este salió de sus campos y se retiró a
"Duraznillo", a 12 leguas, porque tenía noticias que le iban a producir un malón. "De Chiloé
fue a Feneiché", —declaró una ex cautiva—; cada uno de sus guerreros disponía de tres
caballos y arreaban vacas o novillos." (AEM, 17.12.77)
Y aun así, de nuevo insiste el cacique en querer definir el tratado de paz para vivir
como hermanos. El 7 de Diciembre envía de nuevo una comisión a Buenos Aires con carta al
Presidente de la República Argentina (publicada por Clifton Goldney en su obra citada, p.
230-233). La inicia con un tono muy optimista: "Excelentísimo Señor: Hemos arreglado
felizmente con el Excelentísimo Gobierno de la Nación nuestros tratados que son una garantía
para la tranquilidad de nuestras familias y al mismo tiempo para los pobladores, que es como
si dijéramos: la tranquilidad y bienestar de todo el mundo.
"Pero hoy nos es indispensable, para afianzar más (la paz) estos tratados, hacer
presente al Excelentísimo Gobierno ciertos hechos de alta importancia para evitar abusos y
verdaderos escándalos..." Firman la carta Bernardo Namuncurá, Manuel Namuncurá, Alvarito
Reymay y el segundo secretario Manuel Freire. Acusan a los Procuradores y Proveedores que
hacían fraudes en la distribución de raciones, cuando según el tratado anterior entregaban
animales y especies. Propone como su representante general y procurador en la Capital a
Dámaso Tapia. Reclama por injusticias de los jefes de las fronteras, despojos y apresamientos.
Piden o reclaman el racionamiento semestral de 4.000 animales y sus sueldos y una
indemnización de 200 millones de pesos por los campos ocupados en Puhán, Guaminí,
Carhué y Chipilaf. Namuncurá se mantiene en la propuesta que hizo en el momento de morir
su padre, el cacique Calfucurá. Si formulaba estas exigencias es que el Gobierno los ha
acostumbrado a ellas, cuando los necesitaba.
La comisión portadora de esta carta debía estar aún en Buenos Aires, cuando cundió la
noticia de que el Dr. Adolfo Alsina había muerto. El 28 de Diciembre sé sentía mal. El delirio
de la fiebre le hacía repetir ideas coherentes, pero en palabras recortadas: Namuncurá...
Levalle... indios,.. expedición,.. dice Enrique Sánchez en la biografía que dedicó a Adolfo
Alsina. Murió el 29 de Diciembre de 1877. Adolfo Alsina no pudo terminar su obra de
conquista, aunque Levalle y sus tropas le respondían, más que el general Rivas al ministro
Martín de Gainza. No desmerecía el reconocimiento que la propaganda de sus sucesores
querían quitarle; pero cabe la pregunta: ¿era necesaria esta guerra? ¿Era justo rechazar con
engaños las aspiraciones de paz de los pobladores autóctonos?
Las tropas y divisiones del extinto ministro estaban en marcha. Levalle, reforzado con
la División de Puán, se dirigió a Salinas Grandes y a Chilué. El 7 de enero de 1878 enfrentó
en batalla a los indios de Namuncurá y fue un encuentro tan violento que más de cien indios
fueron muertos y 200 tomados prisioneros (Parte del 28.1.78).
Fue ésta la más sangrienta campaña de estos meses de ofensivas en todas las fronteras.
Namuncurá no se dio por vencido; no se entrega, sino busca un nuevo canal para sus
gestiones por el tratado de paz. El 5 de Febrero se dirigió desde Trunaqué al misionero
Donati, franciscano de Río Cuarto que había logrado ya grandes cosas para los ranqueles
(Arch. del Convento Franciscano de Río IV. Nº 832). Le dice:
"Usted ha ayudado a Mariano Rosas y a Epugner a arreglar la paz. Falleció Mariano.
Epugner se mantiene fiel al Gobierno de Nicolás Avellaneda. Mi padre falleció estando en
tratados con el Presidente de la Nación Domingo F. Sarmiento. Me ha dejado el Gobierno de
las tribus de su mando. Sigo las ideas de mi padre tan conocido en la Nación India. Quiero
entrar en arreglos con el Superior Gobierno y mandé comisiones al Señor Arzobispo y para
S.E. al Gobernador de la Provincia, don Emilio Castro. Me traían nuevamente la guerra que
había sostenido por las revoluciones que hubo. El coronel Nicolás Seballos (sic. por Levalle)
pisó mi territorio. Sírvase ayudarme ante el Superior Gobierno, ante N. Avellaneda y Adolfo
Alsina..."
La carta es larga, y dice que ha mandado otra comisión a Buenos Aires al mando de
Pichicurá, que todavía no ha vuelto a sus tierras. Habla de las relaciones que han tenido antes
con los ranqueles a través del coronel Baigorria. Habla de la visita del Padre Salvaire que lo
ha protegido y lo ha hecho acompañar con las mayores autoridades de su tribu hasta el Arroyo
del Pescado. Que después de la Revolución del 74 ha mandado muchas comisiones. Que se
siente engañado suponiendo que debía ser por alguna traición. Y efectivamente "vino Levalle
a pisar el campo, a cautivar familias y pasar por las armas a mis indios; pero aunque esto ha
sucedido y por lo mismo (ya dicho) estoy dispuesto a seguir la buena armonía. No sé cuál
será la disposición del Superior Gobierno. Parece que ha tomado la mira de seguir la guerra
para concluirnos. Que si es así tendremos que estar nuevamente en guerra y nosotros
tendremos que cautivar familias y matar unos a otros... Yo no quiero seguir la guerra ni perder
mi trabajo..." Pide que lo comunique al Sr. Arzobispo para que los aconseje y lo comunique al
Superior Gobierno para que se consiga la estabilidad de un armisticio y el tratado de paz
definitivo. Luego hace un repaso de lo que ha vivido con su padre: "A mí me ha criado en la
falda de la Cordillera de los Andes, en esta parte de la Argentina, de este lado de la Cordillera.
Mi padre ha merecido tener influencia con el Gobierno de Chile y ha peleado en favor de la
Patria (del bando patriota) y ha peleado a los caciques que estaban de la parte de la República
Argentina (los borogas, realistas) que no querían tomar orden del Gobierno Argentino, en
tanto extraño, hasta que los ha concluido y después de esto ha sido merecedor de ser llamado
por el Gobernador D. Juan Manuel (de)Rosas y se ha recibido del campo que ocupó por el
llamamiento del Gobernador de Rosas en todo lo que corresponde a Salinas Grandes, dando
una estabilidad al tratado de paz en toda la administración, mientras duró el gobierno de D.
Juan Manuel de Rosas. Mi finado padre ha sido un hombre de tal condición, que suponía ser
adivino; que cualquier cosa que iba a suceder lo tenía que saber. Y esa condición yo no la
tengo. Pero sé que mi finado padre me ha dejado el cargo del gobierno de todas sus tribus y
(las) gobierno por Dios que me sostiene, que, si Dios permite, podré castigar a aquellos
hombres que me traicionaron y espero que Dios me ha de ayudar en el triunfo; que si Dios no
permite que salga victorioso, entonces podremos morir todos nosotros que, después de
muertos no sentiremos nada y nuestros hijos serán cautivados; pero si Dios permite mi
triunfo, he de ser victorioso, me ayudará en todos mis pasos y Dios castigará a todos los que
me traicionaron. Que como gobierno a mi Nación... me toman mi campo y me traicionaron...
"Esta remito por mano de Epumer. Recibirá los recuerdos de mis dos subalternos, mi
hermano D. Alberto Reumay y el cacique, mi cuñado, D. Bernardo Namuncurá sss. Sello.
Manuel Namuncurá."
El Padre Marcos Donati se dirigió en seguida al Arzobispo Aneiros para ver si hacía
algo en su favor. Monseñor Aneiros le contestó el 11 de Junio: "He hablado con el Ministro y
me dice que Namuncurá no ha mandado personas de representación: que manda pedir cosas y
mientras tanto prepara invasiones. Pero éste era otro ministro y encaraba los asuntos de otro
modo."
Bernardo Namuncurá se dirigió entonces al coronel H. Moreno (el 19 de Junio)
buscando su apoyo e intervención (doc.. 888, Arch. Franciscano de Río IVº):
"Soy [en el rango] el tercer cacique de esta tribu". Le pide ayuda para que consiga del
Gobierno Nacional lo que pidieron ya el cacique general Manuel Namuncurá y el general
Alvarito Reumay. 'Pedimos las paces y no nos contesta. Nuestras comisiones están allí sin que
sepamos si están vivos o muertos."
Todas las tribus del "desierto" estaban huyendo desde que Roca ordenara limpiar la
pampa. Hubo sorpresas sobre grupos que descansaban en tal o cual laguna, no eran combates.
Naturalmente, al ser atacados, muchos intentaron defenderse; otros se entregaron antes de
haber sido atacados. Marcelino Freyre, el jefe de la División de Guaminí, realizó en Enero de
1879 una rápida expedición sobre tolderías que habían pertenecido a Namuncurá y a
Baigorrita: rodeó y capturó (indios) el 21 de ese mes en Caichué y Trolfán, en el cruce del
Chadileufú. En la sorpresa murieron un cacique, tres capitanejos y 51 indios de lanza y
apresaron dos capitanejos, 148 indios de lanza y 420 de la chusma entre los cuales había 38
cautivas (R. Yaben, Biografías militares, II, p. 667). Algunos prisioneros decían que
Namuncurá debía estar en el Limay, pero Roca sabía que estaba con su tío Reuquecurá. El 18
del mismo mes. Clodomiro Villar hizo tres batidas por Nacaró Remecó y Trarú Lauquén. En
su parte dice, que ha producido 272 bajas: 43 indios muertos, 42 prisioneros y 158 de la
chusma (Piana, Toponimia, p. 281). El 23 de Junio, Levalle dio cuenta de otra expedición a
Lihue Calel, donde apresaron 37 familias. En Urrelauquen mataron a los caciques Querenal y
Anegner de Namuncurá, de mucho prestigio entre los salineros. No querían abandonar sus
dominios. En el parte Levalle agregó: "Puedo asegurarle que en la parte sur de Buenos Aires y
puntos recorridos por la División de mi mando no existen indios: la Pampa está limpia... Los
jefes, oficiales y tropa han cumplido dignamente con su deber y felicito a V.E. por el brillante
resultado de la ocupación del río Negro, obra grandiosa que viene a resolver para siempre la
cuestión fronteras, debatida durante tres siglos.(SIC!) (Piana, “Toponimia”, p. 288)
Toda esta carta refleja la mentalidad de esa generación y debería ser discutida e
interpretada. Aquí sólo diré que Levalle se refiere a la gran Campaña del Desierto en 1879,
después que más de 50 incursiones habían limpiado la pampa haciéndola "un desierto
humano" para ser ocupada en nombre de la Nación; se llevó así la línea de frontera
(provisoriamente) hasta el Río Negro y Neuquén. En cinco columnas partieron hacia esa
meta, cada una de distinto acantonamiento. 6.000 soldados partieron en Mayo. Roca comandó
la Iª División y pasó por tierras salinera hacia Choele Choel. Supo que Namuncurá estaba en
Neuquén con el cacique y pariente Reuquecurá, su tío. Roca mandó a Namuncurá y a
Reuquecurá una intimación. No sabemos si ambas llegaron a destino. Ya estaba decidida la
campaña de los Andes, cuando avisó, tanto al ministro sustituto, como al ministro del Interior,
que los había conminado, que Reuquecurá debería responder por haber acogido a Namuncurá.
(24 de Mayo de 1879)
Algunas divisiones encontraron a su paso grupos de indios de Namuncurá, no en
actitud de combate, sino en la huída, quizás rezagados. Grande fue la sorpresa, cuando el 24
de Mayo un soldado de la División de Levalle encontró cerca de Trarú Lauquen (hoy Gral.
Acha) el archivo de Calfucurá y Namuncurá en dos cajas de madera no bien enterradas, parte
en buen estado, parte dañada por la lluvia. Levalle entregó esa correspondencia al Dr.
Zeballos que venía tras los expedicionarios investigando los terrenos y hurgando en los
médanos y cementerios de los indios. Algunas cartas publicó, otras aprovechó en sus libros:
Viaje al País Araucano (1881),Descripción amena de la República Argentina (1881/83),
Calvucurá y la dinastía de los Piedra (1884). En ese primer libro (p. 192) escribe que buscó
enterratorios en Quiñé Malal, Dep. Utracán. Encontró un documento con el timbre del
gobernador de la Provincia de Buenos Aires. "Volví al médano, escarbamos como el minero
que busca la veta y sentí un verdadero arrebato de gozo más intenso e inefable. ¡Había allí un
archivo del Gobierno o cacicazgo de Salinas Grandes, confiado en depósito a los médanos por
los indios fugitivos que esperaban, sin duda, volver pronto a sus viejos dominios. Se hallaban
allí —dice el Dr. Zeballos, quien completó esa colección por una donación de documentos
que el coronel Levalle había quitado a los indios— comunicaciones intercambiadas de
potencia a potencia entre el Gobierno argentino y los caciques araucanos y cartas de los jefes
de las fronteras, las cuentas de los comerciantes y listas de las tribus y de sus jefes
dependientes del cacicazgo de Salinas Grandes. La herencia y la colección del Dr. Zeballos
han pasado a distintas manos en distintas provincias, una parte al Museo de Luján. Estas
cartas fueron guardadas allí bajo un hermético sigilo, porque había correspondencia que
comprometía a ciertos personajes. Pero han pasado más de cien años y ya era hora de levantar
el velo, por lo menos para una discreta utilización del valiosísimo material histórico. Yo recibí
permiso para sacar fotocopias y Monsr. Juan G. Durán en su libro “Namuncurá y Zeballos
ed. Bouquet 2006, analiza el Archivo del Cacicazgo de Salinas Grandes (1870 – 1880)”
Ya habían llegado tropas y jefes al Río Negro; Villegas con sus soldados al río Limay,
estableciendo en la confluencia de estos dos ríos el Fuerte Primera División, cuando
Namuncurá tuvo otra sensible pérdida. El 1° de Julio de 1879 el comandante Justo Aguilar
encontró y peleó a un grupo de salineros en Neuquén. Cayeron prisioneros dos hijos de
Namuncurá y una de sus esposas. El parte del coronel Uriburu no da sus nombres.
Había empezado la conquista del Neuquén, y la persecución de los caciques que
durante mucho tiempo habían vivido en paz y al servicio de la Nación. Reuquecurá, Purrán y
Sayhueque aglomeraron a varias tribus picunches y restos de la pampa. Inútil la resistencia.
El 25 de Enero de 1880 tuvo lugar la captura traidora de Purrán. (Véase la vida de Purrán)
Namuncurá y muchos indios huyeron ante las tropas del coronel Villegas, encargado
de la "limpieza" del Neuquén, cruzaron la frontera y entraron, a lo menos temporariamente,
en territorio chileno. Allí, el coronel Urrutia, quien había vuelto de la campaña del Perú a la
conquista de la Araucanía, y también el coronel Bulnes tomaron contacto con Namuncurá y le
ofrecieron ayuda, incluso para reconquistar tierras argentinas; él no quiso aceptar tal
ofrecimiento. Reuquecurá volvió al valle de Pullmarí y en Mayo de 1883 este cacique se
entregó a las tropas argentinas. Sus indios y los de Namuncurá habían intentado aún un ataque
al Fortín Primera División con la intención de rescatar prisioneros que había allí. Los
historiadores exageran cuando mencionan a mil indios: fueron cien que pelearon contra la
guarnición que a la sazón eran 15 hombres dbel Regimiento 7° de Caballería. El encuentro
ocurrió el 16.1.82.
Namuncurá, que también había retornado al valle de Pullmarí, hizo en Octubre de
1882 un primer ofrecimiento de sometimiento por intermedio de su secretario, Juan
Paillacurá. Pero los militares decían que esto lo hacían para ganar tiempo y huir nuevamente.
Efectivamente, no se presentó en la fecha concertada, aunque había dejado como rehén a su
hijo Mauricio de unos 15 años (Parte de Rufino Ortega en “Campaña de los Andes” y
Memorias de Guerra, 1883). En Diciembre, el coronel Ortega y el mayor Daza salieron a
expedicionar contra él con la intención de cumplir la orden de Roca, que se lo capturase.
Daza casi lo prende en Mamuil Malal, pero nuevamente escapó el viejo cacique con una
agilidad que sorprendió a los soldados, pero cayó en manos de la tropa parte de su familia.
Daza dice: "su esposa, que era de raza blanca, y Manuelita Rosas Namuncurá, hermosa niña
de 18 años cayeron prisioneros, además de tres hijos varones, tres indios de lanz a y dos
mujeres de la servidumbre. La esposa estuvo temerosa al principio e hizo decir por el
lenguaraz que ella. en otros épocas, había salvado la vida a muchos cristianos y que así
esperaba hiciera Daza con su familiar" (Olascoaga y Clifton Goldney, ob.cit., p. 152). Daza
no omite describir el aspecto físico de las mujeres; confesaron que habían estado prontas para
huir con Namuncurá a Chile. También el comandante Godoy habla en sus partes que su
brigada había capturado familiares del cacique, entre los cuales estaba "el hijo mimado de 14
o 15 años, de fisonomía simple e inteligente, maneras desenvueltas y aspecto altivo".
Apresados ellos se esperaba próxima la rendición de Namuncurá.
Efectivamente, Namuncurá mandó por segunda vez a su secretario Juan Paillalef para
que se presentara ante el coronel Rufino Ortega con nuevas proposiciones de paz. El 10 de
enero de 1883 se le dio un plazo de 20 días para presentarse. No lo hizo; pero dos días más
tarde llegó un enviado secreto de Millamain, quien pedía protección para poder presentarse.
No es fácil describir los momentos, cuando se vio acorralado el grupo disminuido de
Namuncurá; hasta tuvo que comprobar cómo en su último rincón de Pullmarí habían
levantado el fortín "Paso de los Andes”,(Abril de 1883). Cinco herrmanos estaban ya en
Chile. Ellos no estaban de acuerdo de que ni Namuncurá ni Reuquecurá se entregasen. Estos,
sin embargo, no pudieron tomar otra resolución. En esos dramáticos momentos Namuncurá
acudió a otro misionero, pidiendo consejo y ayuda: esta vez fue el Padre Domingo Milanesio.
Estaba a la sazón misionando en el Campamento Roca a los indios prisioneros.
Sobre la rendición de Namuncurá hay muchos testimonios: El periódico “Los Andes
(Abril de , 292-296) ; y los historiadores salesianos: P.Domingo Melanesio;
P.Cayetano Bruno;: Raúl Entraigas: Los Salesianos en la Argentina, Vol. II, p. 305-311 y el
P.Pascual R. Paesa : Patirú Domingo p. 170 - 177)
Visitó al Presidente Julio A. Roca, el 26 de Junio, quien como regalo les hizo entregar
500 pesos. En la casa del Dr. Zeballos recibió otro uniforme de coronel. No faltaron
caricaturas en los periódicos. Se le fotografió con el vestuario de Coronel que le entregó el
Dr. Zeballos para sacarle la foto; luego se sacó una foto con los suyos: tres mujeres (Rosa
Burgos, Canayllancatú, hermana del cacique Namuncurá e Ignacia Raillín y seis varones: bien
adelante el niño Juan José Levicurá, sobrino del cacique, y atrás Juan Quintana, hijo de su
hermana, Vicente Millacura y Mariano Curumanque, hermanos del cacique y el intérprete
Regino Islas de Carmen de Patagones, y no se fotografiaron algunos más que pertenecían a la
embajada. (Foto reproducida en USS: Caciques Huilliches y Salineros, ed. El Elefante Blanco
2004 pág. 290). Las notas periodísticas decían que los llevaron al teatro y a recorrer la
ciudad. Finalmente, recibió el permiso de ubicarse con su gente en Chinchinal hasta que se le
asignara por ley una parcela grande de tierra para vivir. Ha declarado su sumisión ante el
mismo Presidente.
Parece que en esta oportunidad fue hasta Bragado buscando la hija de su capitanejo
Gabriel Raiñ, llamada Ignacia Inaypán (nac. en 1862) y como ella no se encontraba en
Bragado fue a caballo hasta la tribu de Coliqueo, donde la muchacha se hallaba visitando
familias de su parentela. Esto es aún hoy tradición oral en Los Toldos. Hacía un año su joven
y querida esposa que era de raza blanca y su hermosa hija Manuelita Rosas han sido tomadas
prisioneras por las tropas del Cnel. Daza. También trajo a su casa la joven Rosario Burgos
(nac. 1866. Esta había sido cautiva . Creo que ella era más bonita y más sana que Ignacia.
De Buenos Aires volvió a Chimpay, en la provincia de Río Negro, sección 21, entre
Choele Choel y Chelfororó. Había buscado a los indios que le quedaron fieles hasta ese
entonces. El general Wintter les dio permiso para radicarse en Chimpay; pero no les dio
hacienda ni otra cosa sino promesas. Pero dio aviso (20.2.85) a las autoridades nacionales de
esta radicación. Así, el Presidente Roca presentó a las Cámaras un proyecto de Ley para
donarles tierras y el sueldo de mayor de Guardia Nacional. En la sesión de diputados se trató
el asunto el 19 de agosto: "Los antiguos caciques Namuncurá, Reuquecurá y Sayhueque
recibirán cada uno una legua cuadrada de campo y 60 pesos m/n mensuales". Pero el asunto
pasó a nuevos estudios.
Entretanto, Namuncurá perdió a un hijo de 3 anos por sarampión. Lo comunicó al
general Wintter el 6 de Febrero de 1885. El niño se llamaba Juan José Levicurá (AGN, S.VII,
7-5-3). Pero al año le nació el hijo que más gloria le iba a dar: Ceferino Namuncurá. Le
dedicamos ya un párrafo biográfico aparte. Nació el 26 de Agosto de 1886. El cacique
Manuel Namuncurá fue su padre a los 75 años. El cac. Juan Calfucurá (m.1873) era su abuelo
y Huntecurá, su bisabuelo.
Cuando el cacique quiso recibir el sacramento de la confirmación y del matrimonio
cristiano (estaba ya bautizado), el misionero le dijo: “El cristiano tiene una sola mujer. ¿Con
cuál te quedas?” El se quedó con Ignacia que era un poco más vieja y de la nobleza araucana.
En el bautismo del niño Ceferino, el 24 de diciembre de 1888, anotaron a Rosario Burgos
como la madre de Ceferino.Ese año Namuncurá volvió a Buenos Aires para hacerse curar por
el Dr. Manuel Biedma, acompañado por el sobrino Juan Coñuel, como lenguaraz.
En 1888 aún estaba en discusión la ley de donación de tierra para Namuncurá. La
Revista de la Sociedad Geográfica Argentina (IV, 1888, p. 172-77) menciona el proyecto de
ley, propuesto por Víctor M. Molina. Según ella se crearía una colonia indígena en la Sec. IX
Sud de Río Negro; seis leguas cuadradas, una para el cacique y 300 lotes de 25 hectáreas para
los demás.
En ese mismo año los visitó en Chimpay el misionero Padre Domingo Milanesio, el
que le había aconsejado la rendición. En esta visita cordial, Namuncurá permitió que
bautizara a su hijo de dos anos, el 24 de Diciembre de 1888, con el nombre de Ceferino, pues
el día de su nacimiento se celebraba la fiesta de San Ceferino y el nombre le gustó al Cacique,
porque Ceferino Epumay, que entonces vivía en Los Toldos de Coliqueo (Prov. Bs. As.), era
su tío y llevaba este nombre. La partida del bautismo se halla asentada en el Lib. 29 de
bautismos, fol. 127, de la parroquia de Carmen de Patagones. En 1897 Ceferino ingresó en el
Colegio Pío IXº en Buenos Aires, donde descubrió su vocación religiosa.
En Mayo de 1892 Namuncurá y los suyos se mudaron a otras tierras y se dirigieron en
nuevo éxodo hacia San Ignacio, en la confluencia del Arroyo San Ignacio con el Río Aluminé
en Neuquén, pues tenían la promesa de que les iban a dar allí nueve leguas cuadradas. La ley
Nº 3092 de 1894, finalmente, ley de donaciones a indios, asignó, según el proyecto anterior al
cacique Namuncurá y a su tribu 8 leguas cuadradas sobre la margen derecha del Río Negro.
Namuncurá se presentó entonces con su primo hermano Bernardo en Buenos Aires, porque
nuevamente le habían desalojado "judicialmente" de la zona del Aluminé. Se le decía cuál
sería el beneficio de esa ley del 17 de Agosto de 1884. Pero Namuncurá insistía que se le den
las tierras de San Ignacio en Neuquén (sec. XXX). En Septiembre se aclararon detalles y en
Febrero se aprobó la mensura realizada por el agrimensor Max Berlín, que la había iniciado el
22 de Enero de 1895. Tres leguas fueron asignadas a Namuncurá por Escribanía General de
Gobierno. Las cinco leguas restantes no fueron escrituradas y no hubo sucesión ni inscripción
en el Registro de Propiedad. Muchos seguían viviendo a 40 kilómetros de Junín de Los Andes
en San Ignacio. (Bernard, Tomás D., “El aborigen rioplatense en la historia y ante la ley”,
1963, en Bs. As.)
Allí vivió sus últimos años y allí, en San Ignacio, departamento de los HuiIliches,
siguen viviendo sus descendientes, algunos de destacada actuación.
En 1897 Namuncurá viajó a Viedma para pedir al Superior de los Salesianos un
misionero estable para su gente. Monseñor Cagliero le insinuó que dejara a su hijito Ceferino
que lo acompañaba, para que lo educaran, pero Namuncurá no quiso separarse de su
benjamín. Este, en cambio, le insistía tanto que quería estudiar en Buenos Aires, que
finalmente lo acompañó y lo confió al Colegio Pío Nono, por recomendación del Presidente
Sáenz Peña. De todos estos viajes de Namuncurá hay constancia en el periodismo y las
memorias de algunos escritores. Todos hablan de un gran aplomo y digno porte del cacique.
Testimonios que ha recogido Clifton Goldney en su monografía, detalles que omitimos aquí.
Julián Namuncurá, nacido en 1876, juntamente con los hermanos tomaron entonces
el gobierno de la colonia indígena en el campo donado en San Ignacio.
Alfredo Namuncurá, nacido en 1890, fue su sucesor. Existe en el Museo de Tandil
una fotografía de él y de su familia, sacada en 1948 por D. Eliseo Tello. Falleció en 1948
Aníbal Namuncurá, nacido en 1896, lo reemplazó en 1961. Sister Hilger, que lo
visitó en 1979 en Collón Curá (San Ignacio) decía que su gente eran 45 familias (p.351
Araucanian child life and its cultural background (Chile-Argentina) Publ. Smitson Inst.Misc.
vol 133. 1957)
Andrés Namuncurá, hijo de Alfredo Namuncurá, fue reconocido como cacique en
1968.
Celedonio Namuncurá, nacido en 1921, es actualmente el cacique jefe de la
comunidad de San Ignacio, una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén.
El cacique Benigno Namuncurá fue nombrado Jefe de la Confederación Indígena
del Neuquén, en 1980.
Juan Namuncurá es actualmente diputado nacional.
Marcelino Rosario Namuncurá, nacido en 1911 y fallecido en 1981, ha sido jefe de la
reducción indígena de Sañi Có.
NECUL MAN, Juan. 1806, “cacique pehuenche arrogante y malo”. según Dn. Luis
de la Cruz (en 1806). Su antepasado fue aparentemente el cacique Ñonque y su madre, una
cautiva argentina. El viajero dice en su Diario el día 10 de abril de 1806 (De Angelis I. 1910.
p. 137) “Había venido de la toldería del cacique general Manquel de Antuco y traía una
tropilla gorda”. En la Guerra a Muerte se había agregado a los Pincheiras del bando realista,
junto con Toriano y Chiuca. Ellos dominaban los valles trasversales hasta los pasos de Chillán
y el Descabezado de Maule.
Juan Neculmán era oriundo de Llico, dicen B. Vicuña Mackenna en su libro “Guerra a
Muerte” (ed. 1972 p. 123) y T. Guevara en su obra citada (de l9l0.p. 90 y 200). A fines de
1821., el general Prieto, en su retirada a Arauco, marchaba quemando y matando. Creía que
había muerto el cacique Neculmán (Vicuña Mackenna ib. p. 615, nota). Neculmán, a su vez,
seguía la guerrilla de los pincheiros. En el año 1829 y en el siguiente, maloneó hasta cerca de
Carmen de Patagones y en el sur de Mendoza, desde Aguanta hasta Chacay. En enero,
Neculmán, Trocomán y Mulato, entre otros, dirigieron un malón hasta cerca de Mendoza, la
cual estaba entonces en conflicto con la provincia de San Juan y en el mismo seno de su
gobierno se produjo una crisis.
La masacre de Chacay 11 de junio de 1830
El exgobernador Corvalán entró en negociaciones con los indios y los hermanos
Pincheiras. Estos pidieron un parlamento general en los toldos del cacique Neculmán. En
consecuencia,. el exgobernador Corvalán, acompañado del Dr. Maza, de Gatica, Hilarnes,
Lima y García, llegaron hasta cerca de Malargüe (7 de junio de 1830). A los tres días llegaron
los caciques Neculmán, Rondeao. Coleto, Mulato y otros. Ellos habían conferenciado también
con el exfraile. general J .F. Aldao. Recibieron algunos regalos, pero viendo que no iban a
cumplir con sus exigencias. empezaron a robar. No obstante, la comitiva mendocina,
alarmada por falsas comunicaciones, solicitó a los indios y a los Pincheiras su apoyo para
destruir el gobierno de José Videla Castillo. Cuando recibieron el mensaje de un chasque
indio, comunicando que sus fuerzas estaban en marcha, todos se dirigieron a Pichi Chacay.
entregando la custodia de sus caballos a particulares. Los indios, bien pronto, les arrebataron
buena parte de esa caballada.
El día 11, excusándose porque algunos indios habían sido ladrones, prometieron
darles satisfacción en el parlamento, en su presencia. Invitaron a los mendocinos a pasar a su
campamento. Allí hallaron a los indios en perfecta formación. Neculmán dijo entonces a José
Aldao, que contase a los presentes. Apenas llegó a la mitad de las filas, los indios se corrieron
por los flancos y formando un círculo. encerraron a la ilustre comitiva.
El cacique Coleto, hijo del cacique Neculmán. dio la orden de cargarlos y fue él quien
dio el primer golpe mortal a Dn. Felipe Videla. Masacraron uno por uno a toda la comitiva y a
una veintena de soldados que los acompañaban.
En todo el país hubo gran estupor y en Mendoza un gran duelo, cuando se conoció la
noticia de la trágica matanza de Chacay del 11 de Junio de 1830. Se ha escrito mucho sobre
este acontecimiento del año de los unitarios en el gobierno de Mendoza. Sin duda, hubo
tramas secretas que no nos permiten descubrir toda la historia.
Los caciques llegaron a disculparse después (Gaceta de Bs. As. 15.7.30; Verdaguer:
Historia Eclesiástica del Cuyo vol. II p. 60 ss. Revista Junta de Est. Hist. de Mendoza, IV
1935. p. 61-125 y AGN S. X. 27-76 y S. Avendaño, Memorias ed. 2000 p. 104 s. relato
vívido)
La guerrilla de los indios siguió asolando la provincia de Mendoza; por eso salió a
campaña el teniente coronel M. Virto y los enfrentó en la batalla de Chilecito, el 28 de Junio
del mismo año (Gaceta de Bs. As.. 12.8.30)
El gobernador Juan Manuel de Rosas intervino, entonces, en el caso y exhortó aun al
gobierno chileno a concertar medidas de paz con los indios, para poder acabar con la guerrilla
de los Pincheira y sus secuaces. El 16 de Octubre partió el general Juan Gutiérrez a
encontrarse con Neculmán y Trocomán, pero halló la muerte en un enfrentamiento. En Marzo
de 1832, el general chileno Manuel Bulnes cruzó la Cordillera con 2.000 soldados, invadió la
zona de Robles y Atuel y atacó el campamento de los Pincheiras en Coymuelo. F. Aldao. a su
vez, hizo otra expedición, para vengar el nuevo malón de Neculmán a la población de Luján
(Prov. de Mendoza).
Ese mismo año, en fecha incierta o imprecisa, fue muerto el cacique Neculmán.
Varios jefes militares se atribuyeron “la gloria” de haber muerto al famoso cacique. Así, el
general Bulnes afirmó, el 14 de enero de 1832, haber muerto al legendario jefe Neculmán, a
Coleto y Trocomán en un combate desigual en Epulafquén. (T. Guevara, Historia de la
Civilización Araucana y Juan Walther, Conquista del Desierto, ed.1964, p. 254 , Avendaño
Memorias ed 1999 p.199 - 303)
(Etimología: Man (manque): Cóndor + veloz.)
NEGRO I (Chanel o LLampilcó) Era cacique del grupo de los “pampas” (del norte de
la Patagonia y sur de la provincia de Buenos Aires). En 1750 se incorporó a la Misión de los
Padres Jesuítas en Nuestra Señora de los Desamparados, en la zona marplatense, junto con los
caciques Taychocó y Sacachú y sus indios. Su nombre "Negro" proviene de una traducción
como de Calfigner (1774):Zorro Negro. Algunos autores opinan que, por pintarse su gente la
cara con color negro y rojo, le habían dado ese apodo. Pero podría ser una adaptación del Río
Negro (Currú leufú). En 1778 ya lo llamaban "viejo" (Viedma AGN. S. IX. 16-4-1 y
Entraigas: Fuerte del Río Negro, p. 45 y 54). Era entonces jefe de 102 toldos de pampas y
tehuelches, situados entre el Río Colorado (Sauce) y el Rió Negro. Aún antes de que los
españoles exploraran y poblaran el estuario del Río Negro, el cacique Negro había entrado en
negociaciones de paz con la Capital y tuvo un permiso del Virrey J. J. de Vértiz para
comerciar libremente en Buenos Aires, lo cual también hacía con las columnas
expedicionarias que casi anualmente iban a Salinas Grandes (de La Pampa) en busca de sal.
El 15 de Diciembre de 1878, Juan de la Piedra partió desde Montes y fue en seis
buques con Francisco de Viedma hacia la Patagonia codiciada por los ingleses (véase el libro
del Padre Falkner, de 1774). El cacique Negro hizo contacto con estos advenedizos, sus
nuevos vecinos. Presentó la carta de franquicia, recibida del Virrey y un pasaporte. Lo hizo
acompañado de sus hijos Carlos y Gabriel; decía que vivía por la parte norte del Colorado.
(Entraigas: ib., p. 161)
El 8 de diciembre de 1778 una partida de 50 hombres con alférez fueron a reconocer
el campo hasta “Los Cerrillos” por haberlo pedido el cac. Negro. En caso de encontrar indios,
los pelearía. Era un cacique inquieto (Moncaut, C. :Ranchos p. 67 y p. 68 Nota 14)
Había estado en guerra con los indios aucas, que eran pobres. Era amigo del cacique
Julián. Tenía en sus toldos cautivas españolas de las chacras de Buenos Aires (ib., p. 54) Los
jefes españoles se dieron cuenta que podían conseguir de él cualquier cosa, especialmente
caballos, suministrándole aguardiente. El cacique Negro se ofreció para hacer llegar una
misiva al Virrey. (B. Villarino: Diario, AGN. S.IX, 16-3-2,1779; su mapa de la zona de
Carmen de Patagones está reproducido en Entraigas, ob. cit. p. 192)
En su primera carta, Villarino dice al Virrey, que estaban cercados por los indios. Que
las principales tolderías estaban a orillas del Río Sauce (R. Colorado) y los primos del
cacique Negro estaban sobre el Río Negro. Sobre el Río Colorado estaba otro capitán
emparentado, el cacique Quilignerr... con unos cien toldos. Los españoles, por temor a un
malón, tomaron como rehén o prisionero a Francisco Chanel, hermano del cacique Negro en
abril de 1780 (Entraigas p. 102); pero tuvieron que soltarlo.
Luego se dieron cuenta de las rivalidades enre los caciques Chulilaquín y el cacique
Negro.
Y siguiendo viejas tácticas, trataron de alimentar el fuego del recelo. El 7 de Julio de
1780 regalaron a Chulilaquín un bastón de mando y un vestido de brocado, como lo habían
dado al cacique Negro. Este había transformado su bastón de mando en rebenque.
Los españoles asesinaron al capitanejo Chiquito, lo que enturbió las relaciones
amistosas desde un principio. Por el cacique Chulilaquini se supo que en la región de la Sierra
de la Ventana se encontraba un gran contingente de araucanos para un próximo malón y que
Chanel (el cac. Negro) participaría con su gente. Efectivamente, el malón se hizo sentir en
Melincué, Luján, Areco y Matanza, en ese año 1780 y en 1781 en el pago de Magdalena. El
Virrey organizó en seguida una contraofensiva a las órdenes del Comandante Juan de Sardén,
por la que los indios sufrieron sensibles bajas, entra ellas al caciquillo Lorenzín. En
noviembre salió la expedición de Manuel Zizur al Sur de Buenos Aires (Véase el capítulo
dedicado al cac. Calpisquis, Lorenzo)
Basilio Villarino preguntó entonces al Virrey, si debía prender al cacique Negro y
atacar a su gente, y si así fuera, que lo haría con ardides, atrayéndoles con abundante
aguardiente. Pero, aunque el Virrey lo autorizó, no pudo capturar al cacique. (Zizur ,Pablo:
Diario de Buenos Aires por tierra al río Negro en 1781, en. De Angelis IV. 1836 , p. 121)
1781, al arribar Pablo Zizur a los toldos del cac. Lorenzo Calpisqui, el cac. Negro
estaba con éste “asilado” (refugiado) por haber muerto un pariente de Chulilaquín (Zizur p.
93) Enemistado con los indios de Salinas Grandes y los ranqueles, el cac. Negro se fue,
cuando éstos se presentaron a Pablo Zizur (ib. p.93)
En 1783 el piloto Villarino remontó el Río Colorado y Francisco de Viedma se dirigió
por tierra hasta tos toldos del cacique Negro. El 8 de Julio, el cacique se anticipó con regalos
a la visita. Lo hallaron el 19 de ese mes. Nuevamente se mostró amigo y se ofreció a llevar
cartas a Buenos Aires. Decía que iban a bagualar a la zona del Bolcán (Sierra de Azul).
Después de la retirada de los españoles, el cacique se tranquilizó. Pero otra vez los españoles
lo desacreditaron, por ir a bagualar. Decían que había ido a malonear. En 1782/83 la amistad
de Chanel con los españoles era manifiesta. Y Viedma pidió al ministro que facilitara las
bases para un tratado de paz (AGN. S.IX, 8-1-16; of. 197). Según dice el historiador Deán
Funes, el cacique Negro junto con el cacique Lorenzo Calpisquis, con Guayquilef y Quintún,
habría formalizado un tratado de paz en 1784. En Enero había estado en Buenos Aires,
especialmente para reclamar la libertad de sus hermanos prisioneros en la Capital. Otro
hermano suyo había sido atacado en el Río Negro. Dicen que venía adelantándose al jefe
español Basilio Villarino diciéndole: "Amigo". Se sorprendió cuando comprobó que venían a
atacarlos y se escapó a tiempo. Fue éste el cuarto hermano vejado por los españoles de
Patagones.
En 1784 supo que el Virrey Loreto y su sucesor Cristóbal N. del Campo habían dado
la orden de atacarlo, no sin ofrecerle su amistad (Raone, ob. cit. p.298). Por eso se retiró con
sus indios a la zona de la Sierra de la Ventana. El 1° de Enero de 1785, el piloto Juan de la
Piedra salió con sus tropas para expedicionar contra los indios de la Sierra. El 22 de Enero
estableció campamento al pie de las mismas sierras. Al día siguiente mandó una tropa selecta
para que asaltara las tolderías. Al mismo tiempo, los indios asaltaron el campamento
español. El superintendente Juan de la Piedra y Francisco de Viedma fueron las primeras
víctimas del astuto asalto.
EL ASALTO A LOS ASALTANTES
El alférez Lázaro Gómez relató luego las peripecias sufridas. Tres días duró el sitio,
aunque a los indios les habría resultado fácil hacer una masacre y el exterminio total, no los
mataron. El cacique Negro sólo pedía explicaciones por qué habían apresado a sus cuatro
hermanos, dándoles a los españoles una lección de humanidad indígena. Las tropas que
habían salido para exterminar las tolderías, fueron rechazadas. Muchos españoles murieron en
el combate, otros cayeron prisioneros. El 25 de Enero, el cacique Lorenzo Calpisquis, cacique
amigo de Chanel, que había acudido en su ayuda y protección, ofreció a los sitiados un
armisticio. Fueron a parlamentar el mismo cacique Negro, Maciel y Alejandro, y así los
españoles se reanimaron con la buena noticia. Les exigieron la devolución de los cuatro
hermanos y de sus familias presas en Buenos Aires. Pudieron regresar 157 españoles. El 3 de
Febrero llegaron a Carmen de Patagones. Incluso había recibido de los indios algunos
caballos para el retorno. (AGN. S. IX. 8-1 -16, of. 201 y Arch. Gral. de Indias 328 Charcas: el
cacique Negro propuso canje de prisioneros y renovación de la paz). El 16 de Febrero llegó
allí otra comisión del cacique Negro con las mismas exigencis: “Paz y Libertad”. El Sargento
J.A. Chinchón que transmitió estas noticias, añadía la frase: “Habría que vindicarse a su
tiempo por su escarmiento” (AGN S.IX. 8-1-16 of. 201)
En 1786 el cacique Negro presentóse de nuevo en Buenos Aires ofreciendo
nuevamente la paz, "no obstante los daños que le causara el superintendente Juan de la
Piedra". El Virrey M. de Loreto la aceptó con agrado y le regaló un bastón con puño de plata
(que era señal de síndico, en idioma mapuche "Calpisquis"), y un pellón encarnado.
Pero el cacique Negro no pudo gozar por mucho tiempo de esa paz, que merecía su
noble actuación. En una reyerta, en 1786, el cacique mató a un cacique araucano. El hijo de
éste juró entonces vengarlo como pudiera. Acudió, pues, a una fiesta en la que la mayor parte
de los indios se emborrachó; también el cacique Negro. "El chileno —dice el ex cautivo
Pedro Pedrosa en sus Memorias (AGN, S.IX, 1-5-3 y24-l-8)-lo mató (en 1786) con toda
frialdad y se arrogó después a quedar tranquilamente en la toldería"
SUCESIÓN
Aunque algún documento diga que la hegemonía del cacicazgo había pasado al
cacique huilliche-ranquel Llanquetruz y que tuvo gran influencia sobre los indios del sur del
río Neuquén, siendo el jefe de la Guerra Pehuenche, llevó ataques a los pehuenches del sur de
Mendoza, los indios pampas-tehuelches entre el Colorado y el Neuquén fueron conducidos
entonces por el cacique Llampilcó o Negro IIº, hermano del difunto cacique Negro Iº. Blas
Pedrosa, en cambio, decía que le había sucedido su hijo pequeño (Chañil) y que los hermanos
del difunto vivían más al sur (AGN. S. IX, 1-5-3). Un sobrino del cacique muerto se llamaba
Chacumallán. Recibió en el Fuerte del Río Negro, en 1788, otro bastón de mando, que
implicaba cierto reconocimiento de su autoridad. (AGN. S .IX, 16-3-3). Otras noticias en el
Diario de Viedma sobre la exploración del Río Negro, se hallan en:. Bibl. Nac. 0216; AGN.
S.IX, 16-4-1)
(Etimología: Chanel, hel o nahuel; tigre + Cha: Vutá, que significa el padre o el viejo).
NEGRO II
NEGRO, 1819, cac. araucano de las costas de Chile. “Se ha costeado a Lomapú con
el designio de tratar con los caciques Curritripay y los ranqueles (de la Pampa) para invadir la
frontera, especialmente la de San Luis . Epuán, “el Petizo”, estaba muy de acuerdo. El cac.
Negro había matado a muchos negros del Ejército de los Andes y apresado a soldados que
vendió luego en Salinas Grandes. Este cacique Negro parece que se llamaba también
Quintana (H. Lobos: Frontera Sur de Córdoba, 1979 p. 119)
NEGRO, capitanejo tehuelche, hijo d el cacique J.J. Chagallo. Según el tratado de
paz del 23 de septiembre de 1863 en Carmen de Patagones, cobraba como el cacique
Chagallo Chico 400$ mensuales. Era educado y hablaba castellano. Los indios habían oído de
la venida de misioneros extrangeros a la Patagonia. José A. Negrón se presentó en una de sus
idas por el tratado en Buenos Aires a la Iglesia Metodista (22.2.1864). No sé qué éxito ha
tenido, Seguramente los visitaron luego los dos misioneros suizos F. Húnziker y Teo Schmid,
quienes trabajaron por la Missionary Companí de Inglaterra (ver. Alc.M. Vignati: Misionando
por la Patagonia Austral, 1858-1865, Bs.As. 1964). Otro suizo, el explorador Jorge Claraz, en
su diario del “Viaje de exploración al Chubut”, ed. Marymar Bs. As. 1988, hace referencia a
este capitanejo. En un documento de 1868 figura Juan A. Negrón como miembro de la tribu
de Inacayal. Obedecían como indios amigos al mando del cacique general Benito Chingoleo y
después de su fallecimiento al del Mayor Linares.
NEICÚ, 1820, cac. pampa. Fue atacado el 25 de febrero de ese año por unos 150
hombres del guerrillero chileno José M. Carrera, mientras avanzaban hacia San Luis
(Comandancia Gral. del Ejército vol. III. p. 231) “Ñeicú: terremoto”
NEICÚ LLAN, Faustino, 1866, capitanejo pampa ranquel agregado con sus indios
reducidos al Regimiento 7º de caballería del Coronel Manuel Baigorria en la frontera Sur de
Córdoba (AEM 1.5.66) ETIM: Neyecullán: tener cosquilla
NEUCU ÑIL, 1852, capitanejo boroga (pampa) que pertenecía a la tribu de Ancalao
en Bahía Blanca. En un malón había sido capturado como muchos de esa tribu. Pero con
Ancalao pudo regresar más tarde. Un hijo fue detenido como rehén en Azul (ver la nota sobre
Ancalo y AGN X 18-4-8 y Revista Azul Nº 3,1930, p.134) ETIM: prob. Ñil (ñirr) zorro y
necul : ligero
NEIGUAL, Manuel, cac. tehuelche que vivía en Choiquenilahué (Chubut), cuya
fotografía reprodujo la Revista Austral Nº 165 (1945). Allí se dice que era cac. tehuelche
entre los años 1930- 1940. Yo creo que fue pampa ranquel que fue desplazado de la Pampa
por la Conquista del Desierto. El Dr. E. Palavecino lo vio a orillas del Lago Buenos Aires en
1934 e hizo su cefaloscopía. ¿Porqué no averiguó detalles de su vida? ETIM: Gualá:
pato y nei (necul) : veloz.
NEI GUAN, 1819, cac. ranquel que concurrió al parlamento convocado por Don
Feliciano Chiclana en la toldería del cac. Lienán, (ver la nota de éste)
Neicu Mill, 1783, cac. auca del Neuquén. En el diario de Villarino es nombrado entre
los enemigos de Chulilaquín (De Angelis V 1910 p. 580)
NEUCU CHEO (prob. Ñancucheo), 1785, cac. huillihe del grupo del cac.
Llanquetruz (Iº) que participó en la Guerra Pehuenche.
NEUCU PANGUI, 1782, cac. pehuenche que vivía en Río Bueno (Chile) (En 1774 se
conoció ya un cac. Andrés Naipangui en la Reducción de Malleco. Nos parece una grafía
alterada
NEUQUE PAN, 1782, estaba sobre el Río Buno en Chile. 1820 se hallaba en la
Argentina (si es el mismo) Estuvo en Kakel Huincul (Part de Maipú), cuando el estanciero
Ramos Mejía propuso el tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires. El General
Rodríguez atropelló a los pampas, cuando en realidad se había propuesto perseguir la
guerrilla del exdictador J.M.Carrera. El capataz de la Estancia Miraflores, amigo de los indios
pampas, exoficial de San Martín, que se llamaba José Luis Molina, se había casado con la hija
del cacique Neuquepán. Sufriendo en la estancia el mismo atropello se sublevó y encabezó
una sublevación y un malón contra Dolores en 1823 (P.Capdevilla: Gauchos célebres,
Tapalquén 1972)
NEUPAYANTE ver Naupayán
NEUQUÉN, 1810, cac. ranquel que obedecía al cac. general Carripilún. Según el
Cnel. Pedro A. García que lo vio y trató en 1810 durante el tiempo de la expedición
importante a Salinas Grandes y quien nos dejó un intresante diario, dice que tenía entonces
unos 70 años. Era ciego o casi ciego. Decía que si había visto a españoles, los había visto en
luchas y peleas (NB. Y creo no fue por falta de él) Se le presentó en compañía de los caciques
Milla y Coronado (Currunao). El Coronel dice que , cuando oyó el estampido de un cañón, se
cayó en tierra. (Diario de García en De Angelis III. Ed 1910 p. 245)
Los filólogos buscaroon largamente el significado de este nombre NEUQUÉN (del
río y de la Provincia). El historiador neuquino Dr. Gregoria Álvarez en la publicación
“Primer Congreso del Área Araucano Argentino” vol. II p. 109, señala varias interpretaciones
de este topónimo; no pensó en patronimio. El río Neuquén en su parte superior se llamaba
antiguamente Rancul leufú.
NEICU ÑAMCO: capitanejo pehuenche, 1758 visitado por el Obispo Fray Pedro
Angel Espiñeira, Obispo de Concepción, quien nos dejó un relato de su viaje y misión,
publicado por J. Pintos: Misioneros, Temuco 1988 p. 233-249. El capitanejo era de la parte
del Norte entre Dagueguo y Nauquem .Estaba vestido todo a lo español con camisa, calzones,
botas con hebillas de plata, corvo guarnecido de lo mismo, hebillas, espuelas, freno, todo de
plata. Tiene dos mujeres que compró a la nación puelche y cinco hijos. Deseaba una Misión
en Rainleu.
ÑANCÚ, 1851, capitanejo del cacique Llusquén (Creo, ranquel) ese año fue
obsequiado por Rosas en Bahía Blanca.
ÑANCÚ o Ñanco, 1826, cac. boroga que asistió con 37 caciques al parlamento de
paz en Epecuén. (AGN: X. 27-7-6)
ÑANCU CHEL, 1873, cac. salinero que asistió al parlamento en que se aprobó el
proyecto de tratado y asistió al entierro de Calfucurá, fallecido el 3 de Junio de 1873.
ÑANCUCHEU, 1873, capitanejo del cac. Purrán. Figura en el tratado de paz del 11
de Agosto de 1873. Vivía en el Sur de Neuquén.
ORKEKE
ORKEKE: Nacido en 1811 y muerto en 1883, era cacique tehuelche de Río Chico
(en la confluencia) y Salinas del Santa Cruz. Gracias a la visita que le hiciera G. Musters en
1869 tenemos buenos datos sobre él que complementan los que se han archivado,
especialmente en oportunidad de su captura, en 1883. Hay también una fotografía de él. El
viajero inglés G. Musters (en su libro “At Home witht the Patagonians”, 1871, capit. 2) lo
señala como alto, de seis pies; de unos sesenta años y aún ágil... de porte grave y solemne. Su
cabellera negra estaba levemente veteada de gris; tenía ojos brillantes e inteligentes: nariz
aguileña, labios delgados y firmes, diferentes de la que nos imaginamos en un indio patagón.
La frente achatada afeaba un poco el rostro. Parecía inteligente... Gustaba en su lenguaje de
dichos enérgicos y graciosos. No era dado a la bebida ni reñía... Estaba casado con Adad, de
la cual tuvo una hija. De esta también hay una fotografía sacada en el año 1883, cuando la
hija tenía unos 10 años (reproducida en la Revista Todo es Historia, 1966 Nº 10, p, 59. La
foto fue sacada por Spegazzini en el Hotel de Inmigrantes, en Buenos Aires). Por entonces no
tenía hijo, pero decía que tenía un gran afecto a su sobrino. Su hermano se llamaba
Tanquelao. R. Casamiquela cree que su abuelo se había llamado Orquinquen o
Ulquinquenque (1781). Musters afirma que Orkeke ha sido elegido cacique en una junta con
los indios de los caciques Huinchel (Sinchel) y Casimiro (Biguá).
Vivía en paz, practicando la caza y la pesca, como todos los indios patagones. Durante
la Campaña del Desierto de Rosas, en 1833, su tribu fue atacada y su familia deportada en
cautiverio. Se produjo entonces una gran protesta entre los patagones. Juan Lucio Almeida
excribió: "El cacique más hospitalario de la Patagonia, el invariable amigo de los cristianos,
fue tomado prisionero con toda su toldería y fue remitido a Buenos Aires".
No sé cómo fueron liberados.
El 19 de Julio de 1883 fue hecho prisionero de nuevo con 54 indios y deportado a
Buenos Aires. Veamos los testimonios. El coronel Wintter, gobernador de la Patagonia,
informó al ministro de Guerra: "En cumplimiento de la orden de V.E., zarpé del puerto de
Patagones el 16 de Julio de 1883), a bordo del "Villarino", en el que hice embarcar 30
individuos de tropa del Regimiento 1° y 39 caballos. El 18, después de una travesía feliz, el
Cnel. Lino O. de Roa con 30 soldados fue a intimidar a una tribu que se hallaba a unas 15 a
17 leguas (del Puerto Deseado). El 19 trajo 52 indios, incluso la chusma y unos 200 animales
yeguarizos... Había una batida general de Roa y del Mayor Linares y del Tnte. Gordan y 30
individuos entre los ríos Deseado y el Chubut y el Atlántico. Es una región desértica,
despoblada. Daré más información. Mañana salgo para Chubut... para ponerme en
comunicación con los caciques Sayhueque e Inacayal (sometidos en 1885, recién) que se
hallan sobre el Luyé. (Parte publicado en La Prensa del 31.7.1883)
Los prisioneros del Río Deseado llegaron el 18 de Julio a Buenos Aires. La Prensa
protestó, el 1° de Agosto, bajo el título: "La Civilización barbarizada". En la nota decía que
una tribu mansa fue apresada injustificadamente y despojada: se pedía que les devolvieran su
propiedad. Otro periodista atenuó la acción militar, pues en La Nación escribió bajo el título:
"Reparando Errores", que los indios de Orkeke habían sido bien atendidos por el Sr. Ramón
Lista, pues habían hecho un paseo a Palermo y una visita al Sr. Presidente.
La Prensa narró, asimismo, que habían presenciado una función en el Teatro Colón,
con gesto serio y sin reírse. (No estaban para reír. habrían preferido ver sus campos yermos).
Cuando R. Lista los presentara al público, ellos agradecieron con un canto.
También habían cantado, cuando aquella noche los atacaron, porque estaban en una
reunión religiosa. Y de pronto, inesperadamente aparecieron los soldados. Un pasajero de
aquel "Villarino" que viajó con los prisioneros hasta Buenos Aires, Dn. Nicolás Larraín,
recordaba una de aquellas escenas: "Luego se vio bajar de las alturas y montañas una multitud
de indios que venían a caballo cantando y rezando en alta voz, de un modo particular por la
monotonía de la música y extraño lenguaje. Eran 17 varones y 37 mujeres y niños, indios que
componían la parcialidad del cacique Olqueque y que tenían levantados siete toldos a 15
leguas del Deseado. Algunos venían con las caras pintadas en fajas negras que corrían sobre
las cejas y formaban un óvalo bajando por los carrillos hasta terminar en el mentón. Llamaron
desde luego mi atención la uniformidad del traje, la resignación que todos manifestaban, el
semblante de bondad de los varones, cierta altanería en las mujeres y sobre todo, el canto
monótono y plañidero de la multitud que repetía: "Le que(h)hueque yaquev deya le yu. le yu
queleló", canto triste que repitieron al despedirse de aquellas costas y que me conmovió hasta
el extremo de hacerme verter lágrimas de conmiseración."
El cacique Orkeke llegó enfermo, quebrado, a la Capital y fue internado en un
hospital; por eso no fue fotografiado. El 12 de Septiembre de 1883, a poco de llegar, murió,
seguramente de pena. Ni pudo descansar su cuerpo en tierra bonaerense. Se desecó su
esqueleto, que se conserva aún en el Hospital Militar; en cambio, su cabeza (cráneo) está en
algún estante con su número en el Museo de La Plata. Su gente consideró sucesor a su hijo
llamado Chacuala o Cochengan. El botánico Spegazzini lo folografió.
(Etimología: dicen que significa Nariz de loro.)
Bibliografía:
Rev. Todo es Historia; Nº 10, p. 10-56 y Nº 16, 1966, p. 56-57. El cura P. Bibolini de
25 de Mayo compuso una larga poesía, "La glorificación del cacique Orkeke", 1884 por su
imprenta de El Pampero (24 páginas).- Rev. Argentina Austral, Mayo 1945; "Semblanza de
Orkeke", p. 10 y Noviembre de 1960, Vestigios araucanos.
T. Caillet Bois: "Una semblanza de Orkeke, último jefe de los tehuelches", en Rev.
Argentina Austral, 1945. p. 10-13. Leoncio Deodat: "La captura de la tribu de Orkeke", en El
Orden, periódico de Puerto Deseado en 1937 y por separado (102 páginas). Deodat:
"Onomásticos araucanos, Orkeke", nota necrológica. J Lenzi: "Orkeke", en Rev. Argentina
Austral, Nº 168, 1945, p. 41 -44. Vignati, M. A.: Iconografía aborigen III, "La Tribu de
Olkelken", en Revista del Museo de La Plata, Nº 14. 1946, p. 276-299).- Nota necrológica en:
La Nación: 12. 9. 1883.
E L C A C I Q U E PA I N E GNERR DE LEUVUCÓ
En cambio, el cacique Painé (de Leuvucó) hizo un nuevo intento para llegar a
arreglos de paz, iniciando gestiones para un tratado con los gobiernos de Córdoba y de San
Luis. Así nos enteramos por un parte del gobernador F. Reynafé, enviado al comandante
coronel Estanislao López de Santa Fe, del 11 de Agosto de 1835: que Painé prometía
suspender sus ataques, siempre que le ayudaran a concertar algún tratado. Se avendría a venir
a vivir donde se le destinase. (Arch. hist. Sta. Fe, T. 5 Nº 57). Mientras estos gobernadores
estaban tratando con los indios, Juan M. de Rosas exigió las facultades extraordinarias, de
manera que él solo podría ultimar y firmar tratados de paz con los indios. Entretanto, el
cacique Llanquetruz había sufrido nuevos ataques y derrotas, infligidas por parte de las tropas
de Bahía Blanca, reforzadas por contingentes de indios borogas (21.11-35). De inmediato
Painé, juntamente con Llanquetruz y su hijo, envió urgentes comisiones para gestionar la paz
ante el gobernador de San Luis. (Arch. S. Luis doc. 6215: 15.1.36)
Pero el gobernador de Buenos Aires despachó otra expedición combinada contra los
ranqueles; los veteranos bonaerenses al mando de los coroneles R. Maza y E.del Busto y las
tropas cordobesas, al mando del teniente coronel P. Argañaraz. Cuando E. del Busto marchaba
por Junín, encontró una cuadrilla de ranqueles robando a los indios amigos de Llanquelén.
Entonces corrió la voz de que habían apresado a Painé, pero las noticias posteriores no lo
confirmaron. En cambio, fue apresado un hermano de Llanquetruz y se decía Llanquetruz
buscaba cómo incorporarse a las tribus del Moróte, cerca del Fuerte Federación (Junín).
Painé evitó el choque con estas tropas combinadas; se retiró al interior de la pampa,
protegiendo la retirada del ya enfermo cacique gobernador LIanquetruz. Fue entonces, cuando
el cacique moribundo delegó sus responsabilidades y su gobierno en el cacique Painé y no en
su hijo Pichún (Arch. S. Luis, Carpeta Indios 27.5.38). Así Painé quedó también con el resto
de las fuerzas de Llanquetruz. El documento es interesante también en este sentido: indica
una lista de caciques que con él deseaban mantener la paz con el gobierno puntano: Painé.
Pichún, Guayquignor, Pancho, Guichal (hermano de Llanquetruz), Antemañ; otro Ilan o Elán,
Guilé, Güete, Peñipil, Mailí, Calfutrú, Güiché, José. Estos eran entonces los sufragáneos.
Además el llamaba aliados suyos a Currupay, Güiquenor, Maliqueo y Carrepay.
Investido con este nuevo mandato, antes que hubiese muerto el gran cacique
Llanquetruz, y viendo que no había progreso en las gestiones de paz y quizás guiado por otros
políticos "del desierto", como Calfucurá y el coronel refugiado Manuel Baigorria, adoptó una
nueva política. A mediados de 1837 Painé y Baigorria llevaron un malón de 700 indios hasta
Río IV: devastaron la zona de Las Pulgas, invadieron el Morro y Renca y, en Diciembre,
Baigorria los dirigía hacia el norte de la provincia de Buenos Aires y al sur de Santa Fe. No sé
si estas incursiones tenían un carácter político a favor del unitarismo. Fueron rechazados en
la batalla del 22 de Dciembre de 1838 en Pedernal y San Lorenzo, donde sufrieron numerosas
bajas (unas cien). Dentro de la misma campaña, debemos destacar también el ataque a la
toldería de Llanquelén. Sus indios habían acompañado como indios amigos al coronel
Eugenio del Busto a importantes entradas a la pampa, por ejemplo sobre Trenel , El Cuero y
Toay. Como hemos hecho notar en la biografía del cacique Santiago Llanquelén. Éste se había
comprometido con la guerra de Rosas contra la raza ranquelina y participó en las entradas del
Sargento Mayor Eugenio del Busto. Los indios de Painé y Pichún querían vengar éstas y
anteriores ofensas .
En un avance hasta las puertas del Fuerte Federación en noviembre de 1836
,recibieron (el falso) aviso de que Calfucurá estaba avanzando, dejaron el choque con
Llanquelén para más tarde y maloneaban en la zona de Rojas. Entre tanto dejaron en un bajo
su caballada, sus carruajes y a sus niños y mujeres que los venían acompañando. Llanquelén
tuvo noticia de esto y mandó arrebatar todo este botín. El Excautivo S. Avendaño nos cuenta
en sus memorias muchos detalles. Al cacique Painé le dolió que le hayan cautivado a su hijo
Mariano, un hijo de Pichuiñ y una hija y otros familiares y 1341 caballos. Llanquelén hizo
entrega de los prisioneros a Juan M.de Rosas que los retuvo en largo cautiverio. Los
ranqueles juraron venganza y la cumplieron en Abril de 1838. Según Santiago Avendaño, que
describe este trágico suceso del 23 de Abril de 1838, tuvo lugar poco después de la muerte del
cacique Llanquetruz.
En Diciembre del mismo año Baigorria, Painé, Pichún y sus ranqueles de la pampa
central llevaron un gran malón sobre la zona del NO. bonaerense y Sur santafesino, pero
fueron frenados en el Combate de Los Leones (20.12.38) y en La Tranquera de San Loreto
(21.12.38)
En 1839, Painé participó con sus ranqueles en otro gran malón contra Tapalquén y
Blanca Grande; y tuvo poco éxito en la batalla del 20 de Agosto de 1839 (AGN S.X. 27-7-6).
Allí murió otro hijo de Painé y el cacique Pichún salió mal herido (parte del general
Granada). Probablemente aprovecharon la esfervescencia política que estalló con la
Revolución de los Libres del Sur. También en San Luis participaron en la Revolución
Unitaria con Baigorria y los Videla. El 3 de Noviembre de 1839 hubo un primer choque en
Santa Catalina con las tropas del general Lucero (Arch. San Luis N o 7533 y ss.). Y al año
siguiente, el 11 de Noviembre, otro, en un nuevo intento revolucionario de la fracción unitaria
en San Luis. (AGN. S.VII Biedma 10-4-14, p. 430)
En 1840. Rosas, apretado por la Revolución de los Unitarios, inició otra política con
respecto a los indios, precisamente con los de Painé. Aceptó propuestas de paz de parte de
éste ante los gobernadores de San Luis y de Córdoba y recibió en Azul la comisión enviada
por Painé que presidía el capitanejo Millaqueo, el 23 de Abril de 1840. El general Pedro
Rosas y Belgrano y el edecán de Rosas asistieron a un parlamento, al que habían invitado
indios amigos de Catriel y sus lenguaraces, al capitanejo Pichi Callfiao y a Collinao de Bahía
Blanca.
El cacique Millaqueo manifestó que con el cacique Querón, el capitanejo Nahuelpán
y Huayquilaf y 23 indios del cacique Painé, había ido a ver al gobernador de Córdoba y que
éste, al igual que el de San Luis, los había remitido al gobernador Juan Manuel de Rosas para
que resolvieran con él un tratado de paz. Que estaba con facultades delegadas para ello.
Adujeron otros argumentos más para demostrar su sincero deseo de paz y armonía. Rosas,
quien no asistió al parlamento, contestó con una carta de 19 puntos que no transcribo. En
resumen: los felicitó, les entregó obsequios y los invitó a concretar el tratado, cuando hubiese
terminado la guerra con los franceses. (Arch. de Pacheco AGN S.VII. 1-2-9 T. V y Rev. del
Museo y Archivo de Azul Nº 2, 1962, p. 75-81)
Guichán, el hijo de Painé, se había escapado en esos días de la Quinta de Palermo.
Rosas, en vista de su nueva confrontación política en el interior y con el exterior, accedió a
negocios pacificadores para con las tribus que aún subsistían, después de su larga guerra de
eliminación. Pero el nuevo proyecto no pudo prosperar, porque los ranqueles se unieron a los
proyectos de Baigorria y de los unitarios. Con este proscripto invadieron el 11 de Noviembre
de 1840 la misma San Luis y atropellaron y expoliaron al gobernador Calderón (U. Núñez:
Historia de San Luis, II. 1967. p. 433). Fueron vencidos o a lo menos rechazados después por
F. Aldao en Las Quijadas: pero, mientras éste último expedicionaba en La Rioja, los indios
volvieron sobre la ciudad puntana el 10 de Abril de 1841 (Núñez, ib. p. 460 y Memorias del
Cnel. Manuel Baigorria). Se comprende que, tanto el gobernador de Córdoba como el de
Buenos Aires, hicieron gran esfuerzo y presión para que los indios ranqueles entregasen a
Baigorria y a los demás unitarios refugiados en la pampa. Rosas, por ejemplo, retuvo la
comisión de Painé en Tapalquén y le hizo informar al cacique sobre sus victorias. Ellos
entregaron a un tal Lorenzo Cabral, pero a su amigo Baigorria nunca lo traicionarían.
Los generales Angel Pacheco, Oribe y M. López le manifestaron a J.M. de Rosas que
sería beneficioso mantener una relación amistosa con Painé y sus ranqueles (2.4.41). Painé se
mostró impaciente frente al gobernador de San Luis y le escribió e! 8 de Noviembre: "No he
mandado chasques, porque me mataron al Capitán Curiñán... Yo creo que el haber cumplido
con el Gobernador, será la causa que a mí no me cumplen." (Arch. San Luis 8.11.41)
A su vez, el general unitario La Madrid envió al cacique Painé y a sus indios una
carta (el 10 de Septiembre de 1841) invitándolos a hostigar a los federales. La batalla del
Rodeo del Medio anuló las combinaciones previstas. Los ranqueles invadieron una vez más
con Baigorria, Coliqueo y Pichún la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe y llegaron
hasta las puertas de Pergamino (12.12.1841: Giménez Colodrero: Historia de Pergamino, p.
167).
Si bien el vigor físico del cacique Painé y su predominio político iban disminuyendo,
pues Baigorria y su amigo Ygnacio Coliqueo empezaban a sobresalir, las invasiones de los
ranqueles se iban repitiendo en la zona norte de Buenos Aires y al sur de Santa Fe. (AGN
S.VII. Pacheco 1-2-13 T. 10: 23.5.42; Arch. de San Luis Nº 8651: 25.9.42: en Arroyo del
Medio: 2.10.43: véase Best: Las guerras argentinas, p. 93: y Piccirilli: Diccionario Biográfico
por V. González: en Chañaritos, el 7 de Abril de 1844, R. Yaben: Biografías militares II ,
p.851: Best, ob. cit., p. 357 y Prudencio Arnold: Un soldado argentino, p. 132).
Finalmente, recién después de la muerte del cacique Painé,Pichuín y Galbán (Calvaín,
el hijo de Painé) celebraron en 1846 un tratado de paz con el gobierno de Córdoba (Arch.
Córdoba, Secc. Gob. Tom. 200).
En una de esas comunicaciones (ib. p. 438), leemos: "Se pide a Calbán que continúe
las paces como las llevaba su finado padre". El cacique Painé había muerto en la noche del
15 de Septiembre de 1844 en su toldo de Leuvucó. Su hijo Calvaín le hizo un terrible
entierro, que describe el Excautivo Santiago Avendaño en un impresionante capítulo de sus
memorias (ed. El Elefante Blanco, Bs.As. 1999 p. 91- 98. El drástico relato había sido
publicado ya en Revista de Buenos Aires en 1867 y ha sido analizado por Alberto Rex
González: "Las exequias de Painé Güor", en Relaciones Soc. Arg. de Antrop. XIII, Bs. As.,
1979. p. 137-161). Dn. Carlos Mayol Laferre, en su conferencia “El cacicazgo de Painé (1836
– 1844)”, en Río Cuarto en octubre de 1992, presentó la fotocopia del informe de José Tralma
y su compañero Necul, testigos oculares de los hechos, y que enumera la lista de las mujeres
sacrificadas durante el trágico funeral, documento que se halla en Arch. Cord. Gob. Tom. 192
leg. 4 f. 199 y 199 v.)
Pienso que sería excesivo incluir todo ese relato tan vivo y tan trágico, hoy tan fácil de
leerlo en las Memorias de Avendaño (Ed. El Elefante Blanco, Bs.As. 1999). Pero asiento aquí
algún párrafo del mismo:
“En una noche del mes de Septiembre de 1844 murió de improviso, quizás de
afección cardíaca, el muy respetado cacique Painé, en su toldo de Leuvucó. Su hijo mayor, el
cacique Calvaiñ, le hizo un entierro espectacular que voy a relatar, según la información que
he recogido.
“Inmediatamanete después de morir el cacique Painé, su hijo primogénito Calvainé
(sic) sucedió a su chau (padre). En el parlamento que convocó, ordenó disponer el cadáver
como era costumbre: que vistiesen al difunto en su lecho con todas sus prendas. Mandó a la
vez chasques a todos los caciques. Se dirigió particularmente al cacique Pichuiñ,
encareciéndole todo el sentimiento posible. Y le pidió fuerza armada para hacer una junta
general de todas las mujeres de sus departamentos para hacer una ejemplar limpieza de
brujas, quienes se habían ensañado con el cacique de más nombradía. Pichuiñ mostró su pesar
hasta donde pudo y condescendió con la requisición de mandar gente armada de lanza y bola.
Mientras tanto en el teatro del suceso todo era un labirinto, un frenesí, una locura feroz.....
“A las mujeres traídas les formaron un cerco todos los hombres de a caballo y con
lanzas...Vino Calvaiñ y determinó que todo hombre que en aquella reunión de mujeres tuviese
dos, dejaría matar a una, y el que tuviese tres, dejaría matar a dos y él que tuviese una, la
perdería....Era una necesidad de dar un golpe a las brujas, y era un deber cumplir con la ley
del caso....
“En medio de este caos se presentó Calvaiñ con su escolta; ordenó con voz clara que
de estación en estación (del camino fúnebre de unas ocho cuadras) se fueran entresacando de
la multitud ocho mujeres y las fueran matando, y así hasta llegar a la loma, donde había dos
algarrobos y donde se había mandado cavar la sepultura.
Para señalar el poderío del cacique gobernador de Leuvucó agrego una lista de
caciques que le obedecían, distinta de las que presentan Zeballos. (ob. cit., p. 272) y R.
Pastor, (ob. cit., p. 93):
PAINE CAL, 1750, cacique pichi huilliche, dice el P. T. Falkner en su libro ed. 1774
p. 128.
PAINE CHIÑE (creo que era Pañichiñe) Cacique pehuenche. Participó en la Guerra
Pehuenche en el bando de los de Malargüe. El 17 de junio de 1795 estuvo en San Carlos
participando del parlamento de reconciliación y el 6 de julio de 1799 en al parlamento de la
paz definitiva (Arch Mend. Doc. 47)
Durante la ceremonia, el Goberndor de Mendoza había depuesto al cac. gobernador
Millaquín e hizo sucesor al cac. Pichi Colemilla. Además designió como 2º cacique al cac.
Painechiñe (Arch. Mend. doc. 43: 31.5.98) y AGN IX 26-2-6). El mismo asistió a otro
parlamento de reconciliación, esta vez con los ranqueles, el 4 de Julio de 1799 (Arch. Mend.
doc.46) ETIMOL: Chiñe: zorrino; y painé: gris, plateado
PAINE FILÚ, 1820, cac. araucano de la zona de Maquehua. Durante la Guerra a
Muerte actuó con Ancafilú, Ñancufilú, Filumilla (todo el clan de los vilú). Combatieron a los
borogas, sus vecinos realistas. Ancafilú era tío de Painefilú (ver su nota biográfica). Painefilú
aparece en alguna documntación argentina. Estuvo en el gran malón contra Bahía Blanca, el
14 de agosto de 1837 , cuando venían a vengar la muerte del cac. patriota Don Venancio
Coñuepán (ver Raylef) .
PAINEFILÚ, 1980. Así se llama una de las 23 agrupaciones indígenas del Neuquén,
cuya reserva fue reconocida por un decreto del Gobierno provincial en 1864. Se conoce las
sucesiones de los caciques Painefilú de este siglo, pero no se conocen las conexiones con los
del siglo pasado. Yo conocí al cac. Lorenzo Painefilú que vivía en Malleco, cerca de Junín de
los Andes, Neuquén. Era un promotor de la comunidad y de la cooperativa indígena, fundada
por los Padres Salesianos. Yo lo escuché mientras dirigía un discurso en araucano a sus
paisanos reunidos con el Obispo Jaime Nevares, oportunidad en que se fundó una cooperativa
de cooperativas indígenas. La humilde figura se elevó en la fuerza de sus palabras cargadas de
tradición. El Padre Bruno, en su obra: Los Salesianos en la Argentina vol II, 1983 p. 312
publicó una foto del cac. Painefilú y su lenguaraz
PAINE FILÚ, Mariano 1895, abuelo de los actuales Painefilú de Malleco (N) con 60
a 70 familias
PAINEFILÚ, Manuel, 1961 tenía 70 años. Estaba casado con Sofía Reñancó, de 60
años y con Gregoria. Su sobrino reconocido lenguaraz, se llamaba Huenuquir. (Cuadernos
Folklóricos, 1961 p. 233 ) Willi Hassler describió una ceremonia religiosa de esta tribu, bajo
el título “Fervor de la tierra”, publicado en el periódico “Neuquenia” IV 1955 Nº 22, con tres
fotografías. Nidia Zaav escribió en 1955 sobre esta fiesta aborigen, vista en el Parque
Nacional Lanín, donde se habían reunido representantes (unos 500) de tres tribus.
El cac. Painefilú contó a la Sra. Bertha Kössler de sus antepasados del Mallecó y
decía que Neculmán había sido su tatarabuelo .
PAINE GUAL, 1863, cac. boroga, hermano del cac. Pedro Guayquil. En Julio de ese
año se dirigió en carta al Presidente Bartolomé Mitre. (Arch. Mitre XXIV p. 125)
No sé cual ha sido la relación con el cac. Ignacio Coliqueo. De todo modo tanto
Painegual como Guayquil se han entroncado con las familias principales de la Tribu de Los
Toldos.
Painegual, Maximiliano (1867- ) se casó en segundas nupcias con María Pilar
Coliqueo (1869-1943) (hija del cac. Ignacio Coliqueo, cac. principal de Los Toldos BA.)
Hijos l. Gervasio Painegual; 2. Justo Painegual 1899- 3.Fortunata Painegual o
Pichigual (1905-1939), cas. con Salvador Coria. 4. Julio Painegual 1901- 1967 soltero 5.
Eusebia Painegual cas. con Victoriano Rinque (8 hijos) (Vive en Flores, Bs.As.)
PANEL (prob. Paine Nahuel) 1826, cac. pampa que figura en la lista de los caciques
presentes en el parlamento de paz en Pecuén: En 1833 fue tomado prisionero con Payllarín y
Lepín.
PAINE LEF, 1890, cac. araucano que acompañó a los geógrafos como baqueano
(Carlos Ameghino).
PAINELEF, Mariano murió en Septiembre de 1931 en Neuquén, casi centenario (La
Verdad, Junín 16.9.31)
PAINE LEF, Pablo, 1970 cac. pehuenche de Piedra Pintada (Prov. Neuquén). Tenía
30 a 40 familias (Hilger, Sister María Inés, en Araucanian child life and its cultural
background of Chile & Argentina) Smithsonian Ed. 1957 p. 351), contiene fotos de sus
visitas.
PAINE MAL (prob. Paine mán), Juan, 1820, cac. patriota chileno de Carriñirre
(Villarrica). Era hijo del cac. Mellillán. Luchó en la Guerra a Muerte con el Capitán Bulnes
junto al cac. Venancio Coñuepán. Antonio Painemal era su hijo más destacado (T. Guevara,
1910 p. 96 y 303) En 1908 este cacique fue llamado cuñado de Ramón Lienán.
PAINE MANQUE o Paynemán, 1776, cac. pehuenche de la Pampa, que fue censdo
por Diego de las Casas en Quilquil, a dos leguas de Colu lauquén. Tenía 14 indios (4 hijos
incluídos) en su escolta. Tenía 4 `pozos cercados tras un médano. (De Angelis IV p. 584)
Luis de la Cruz lo menciona también en 1806 en su diario del viaje por la Pampa..
PAINE MANQUE, 1776, pehunche de la Pampa, con 30 indios a orillas del
Chadileufú, según el censo de De las Casas (De Angelis)
PAINE MÁN, 1788, cac. ranquel. El 19 de marzo de ese año,la tropa expedicionaria
del Capitán Francisco Esquivel Aldao se estaba retiranddo con gran botín, cuando se le
presentó el cac. Pablo Lepnopán, prometiendo entregarles las cabezas de los más rebeldes, la
de Llanquetruz y la de Paynemán, si dejaran en libertad a los prisioneros. Esto fue un
episodoio de la Guerra Pehuenche (Diario de Esquivel Aldao en: Rev. Junta Est. Hist. de
Mendoza VII 1938)
PAINE MANQUE, 1612, cac. araucano de Elicura (Chile); estuvo en el parlamento
de Paicaví en 1612
PAINE MÁN, 1854, capitanejo ranquel del cac. José María Llanquetruz, quien
entonces hizo un tratado de paz en Bahía Blanca.
PAINÉ MAIÑ, cac, ranquel, 1848 durante una invasión a Coro Corto con Baigorria
fue herido por un tigre y fue curado en el toldo del cac. Antonio Pegüi por sus tres mujeres.
PAINE MILLA, 1837, capitanejo boroga. En una lista del cac. Collinao del 3 de
agosto de 1837 en Azul, figura como oficial suyo. También hallamos su nombre en la larga
lista de caciques obsequiados en Bahía Blanca por orden de Rosas el 7 de enero de 1851.
Estaba entonces entre los oficiales de Calfucurá. 1859, éste pidió por o para el capitanejo
Painemill un vestuario al Gral. J.J. de Urquiza, Ha sido absorbido por la tribu de Calfucurá y
pienso, no voluntariamente.
PAINE MILLA, José María, 1903, cac. del Neuquén. Su tribu fue reconocida como
una de las 23 agrupaciones indígnas y su reserva se le ha reconocido por decreto del
Gobierno de la Provincia en 1964. Según decían, vivían ya en 1885 allí, después de la
rendición general de los indios neuquinos (Congreso Nacional de Historia: Conquista del
Desierto ,1980, vol III p. 633). En esa reserva viven actualmente las familias de Painemil,
Quinchao, Puel, Cheuquel y Morales. (creo que son de origen ranquel. Conforme a la ley
1532 del 16 de octubre de 1884, el Gobernador del Territorio Nacional debía procurar su
colonización, pero no hubo presupuesto para ello. (Ib. Gladys A. Varela de Fernández: El
acceso a la Tierra Pública de las tribus indigenas del Neuquén) . Máximo Painemil vivía en
Cerros Coloados.
El 7 de febrero de 1903, el cac. José María Painemilla escribió al Ministro de
Agricultura que él era vecino del Territorio Nacional del Neuquén; vivía en el paraje Tratayén
sud. Que durante la Conquita del Desierto se había sometido espontáneamente. Que entonces
había sido capitanejo del cac. Villamay, a quien había sucedido el cac. Nicolás García.
Muerto éste, recayó en él el cacicazgo. Que con su tribu había sido deportado a Mendoza.
Que el 1º de diciembre de 1885 se le había extendido el documento de licencia. Que ha
servido tres años y medio en la División de Río Negro y en la primera Brigada del Neuquén.
Que según la ley debían concederle una porción de tierra a cada tribu y familia. Que tenía 97
familias, que algunas estaban aún dispersas, que quería reagrupar. (Expediente Nº 5638). Es
un documento interesante que trasluce los sufrimientos de una tribu.
PAINEMILLA,1881, cac. de Ranquenhué (Chile). Ese año, el gobieno chileno, ante
la sublevación de tantos caciques, hizo un tratado de paz con él y 15 caciques más y en
consecuencia recibían pensiones del estado. Efectivamente Painemal quedó fiel durante el
levantamiento de Villarrica. Habrá previsto la inutilidad de prolongar la lucha contra las
armas modernas. De esta tribu, proviene el famoso cac. Pasual Coña, informante del Padre
Guillermo Moesbach para su libro :”Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la
segunda mitad del siglo IXº (1930 p. 247 y 280 y N. Noggler: 400 años de Misión en la
Araucanía p.51).
PAINEMILLA, Andrés, 1888, cac. araucano chileno-argentino. Su padre había sido
chileno Su tio Pascual Painemilla gobernba (por orden del gobierno chileno, decía) a unos
9700 indios araucanos. Desde 1888 vivía en Huechueun (Manzanal) con el cacique
Tremhuentrú Curruhuincá. Y desde Junín de Los Andes, escribió el 9 de abril de 1917 una
carta al misionero salesiano que se conserva en el archivo salesiano de Bahía Blanca (AC 3C)
en la que contaba algo de su vida y que ahora vivía en el paraje llamado Jacinto Arauz. Que
había sido cristianado ya en Chile y que su reducción estaba progresando.
PAYNÉN (Painé), 1833, cac. pampa que en 1833 fue perseguido por los
expedicionarios de Rosas. Fue atacado por sorpresa en la isla Choele Choel, el 3 de julio de
ese año. En el choque murieron los caciques Millao y Pichiloncoy y 53 indios. Paynen fue
apresado con 6 indios y 60 indias. El Gral. Pacheco en su parte decía a Rosas que Paynén era
una pieza valiosa, porque había estado al tanto de todos los planes y movimientos de los
indios. Rosas le contestó que el cacique prisionero había llegado, pero que no trajeron
muchos prisioneros. J.B. Garretón anotó entonces en su diario para el día 21 de septiembre:
Llegó el Comandante Zellarrayán conduciendo prisionero al cacique Paynén y lo presentó al
Sr. General del que que habló el día 2. Rosas en su diario había anotado ya el 16 de Julio:
“Tolderías vencidas de los caciques Lupo, Loncurá, Maulí, Catruén, Payné, Millán, Tumiñó,
Picú, Turipá y Pitriloncó. (AGN S.X 27-5-3) “Paynén, caudillo de unos 40 años, conserva
gran crédito entre los indios enemigos por su valor y porque era de los primeros en las
incursiones a las provincias. Contaba que en una acción por el Salto (en 1820), el cabllo que
montaba fue baleado por un cañón y el ginete herido en los pies; perdió la mitad de uno.
Hablaba castellano..” (Juan A.00 Garretón: Escritos y Diario de la marcha de 1833
Bs.As.1946 I. 193 y 205) Era pues fácil tomarle declaraciones. Después lo dejaron
incomunicado. Parece que Rosas le perdonó la vida y lo incorporó en la tribu de Catriel. Con
éste y el cacique Nicasio repelió el 1º de octubre de 1835 el malón de los salineros ,chilenos y
ranqueles que atacaron el Fuerte de Tapalquén (R. Capdevilla: Tapalquén en la historia, T.
1965 I. p.85)
PAINEMAL CUYO NOMBRE COMPLETO ERA: QUECHAN CHOIQUE
IQUELME PAINEMAL, que mostraba que era de la nobleza de ambas razas. Era cacique
araucano de los “abajines” de Villarrica. Estaba en 1819 en Chol Chol, comprometido con los
borogas realistas. Era el padre del cac. Melillán Painemal. A la vez era abuelo de la
importante descendencia de Melillán Painemal: de los caciques Antonio Painemal, Ramón
Painemal, de Necul Painemall, de Calfuill, de Curriqueo, de Bulnes Painemal y Martín Salas.
(Ver sus notas biográficas)
PAINEMAL, Antonio, hijo del cac. Melillán Painemal, nieto de Quechan Choique
Iquelme Painemal, cac. “abajino”. Gobernó durante 50 años en la zona de Choll Choll
(Carrerriñe). Antonio Paimemal era amigo del Gobierno de la Patria. Aconsejó que Gregorio
Urrutia fundara el pueblo Chol Chol a este lado del Río. Entonces Urrutia mandó a hacer el
Fuerte en la misma casa de Millapang (hermano de Venancio Coñuepán). Éste se refugió con
otros caciques en el Fuerte de Temuco para no verse expuesto a los malones de los “rebeldes”
(realistas). En el capítulo XXIV de Guevara – Manquelef :Histroria de familias del siglo XIX,
se lee que Antonio Paynemal era natural de Carürïungui
PAINE ÑANCÚ, 1574 – 1584, cac. mestizo, cuyo nombre verdadero era Alonso
Díaz. Se puso al servicio de los Araucanos y tomó el nombre Paineñamcú. Por su arrojo y
valor llegó a ser nombrado Toqui en 1574 para 9 años. Indignado por ver la esclavitud de los
indios que él mismo había experimentado, provocó una sublevación general de los araucanos
en 1584 Fue vencido por los españoles y tomado preso y después de haber confesado, fue
ejecutado empalado.
El cac. Cayancura asumió entonces su cargo, acompañado por los caciques
Ñancunahuel y Huenuhuala. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1972 p. 228)
PAINE ÑANCU,1850, cac. ranquel, hijo del cac.Painé. Se llamaba a veces Ñancu
Güete o simplemente Güete.
PAINÉ ÑÁN o Paynán, 1833, cac. ranquel que estuvo en contacto con Rosas (AGN
X 27-5-7: 20, 9. 33). Posiblemente era hermano de la esposa del cac. Cayupán, tío de M.I.
Unepeo.
PAINEO, cac. chileno que invadió en julio de 1880 la Provincia de Buenos Aires
“Está con lanzas nuevas (de Chile) Está en Luan Lauquen o Laguna del Carancho (AGN doc.
Victorica, leg.3, Junín 1980, 23. 11.)
PAINEO, 1877, capitanejo ranquel, hijo del cac. Mariano Rosas. Vivió la tragedia de
los ranqueles perseguidos, en la última fase de la Conquista de la Pampa. Huyó y pudo
salvarse. 1881, volviendo a la Pampa con otros hermanos y parientes, intentaron robar a la
guarnición de Puán. Se escapó y luego se refugió en Chile para volver más tarde al Neuquén.
PAINEO,, 1970, (actualmente) es una de las 23 agrupaciones indígeneas cuya reserva
fue reconocida por ley del Gobierno de la Provincia en 1964, decreto 1039 / 72)
PAYNE PÁN, 1774, cac. pampa de la agrupación de Nagüelpán (AGN IX. 1-4-1 :
Salto 1.4.74)
PAYNÉ PÁN, 1937, cac. ranquel. Ese año visitó a sus toldos el Dr. José Imbelloni.
Luego publicó un artículo en la Revista de Geografía Americana VII Nº 43 p. 227 – 237, bajo
el título: Las dos aspiraciones del cac. Painepán, con varias fotografías. El cacique tenía 70
años.
PAINE QUEO, 1751, cac. araucano que el P. Bernardo Haevstadt visitó el 5 de
diciembre de ese año en Putaco (Vuta Có). El llama al cacique Painequeupú. 1758 el Obispo
de Concepción Fray Pedro Angel Espiñeiro lo visitó, según leemos en su diario (ed. Por Jorge
Pintos:Misioneros, Temuco 1988.P. 260 ) El cacique pidió misionero para su gente.
ETIMOLOG: Queo: ser y Painé color de muchas gamas
PAINE QUEO, 1776, cac. pampa que fue censado en Checaleo, La
Pampa por Diego de las Casas (De Angelis) El encontró al cacique con 17
indios y 7 toldos, al lado 8 pozos cavados; señal que habría más gente.
PAINE QUEO,1833, cac. pampa ranquel; algunos lo señalan como
chileno. En marzo de ese año fue sorprendido por la expedición de la División
de F. Aldao. Llegando a la zona del Salado, tuvo noticias de que Llanquetruz y
Painequeo se hallaban al sur de la isla en el Paso de Trascaltué. Entonces hizo
avanzar la tropa del Cnel. Velasco. El 31 de marzo hallaron a Painequeo con
pocos indios. Lo apresaron como también 18 indias con niños. Otros se le
escaparon. El cacique, al ser interrogado, decía que tenía 70 años. Les dio
buena información geográfica. Poco después hallaron también a los caciques
Barbón, Picún y Levián.. El 10 de abil, el cac. Painequeo fue muerto en su
propia toldería, por orden del Cnel. Velasco. (Su diario publicó la Rev. Junt.
Estud. Hist. De Mendoza V. p. 115) y Newton: Félix Aldao p. 114)
PAINEQUEO, 1845, capitanejo pampa; revestía en la lista de oficiales
del cac. amigo Quentriel (AGN X. 42-5-7 Carpeta Indios). Si Calfucurá avisó al
Gobernador Rosas en 1848, que Painequeo había salido a robar a las serranías
de Tapalquén, creo que se refería a este capitanejo (Rev. del Arch. de Azul p.
189)
PAINEQUEO o Payneken, 1843, cac. huilliche. “Cacique poderoso del
Sur de Río Negro y al Este de la Cordillera que contaba con unos 1500 indios”,-
decía entonces el marinerto inglés G.H. Gardiner (En su diario de la exploración
de la Patagonia Autral, y en: E. Fitte: Los primeros misioneros protestantes en la
región magallánica, en Bol. Acad. Nac. Hist. Tom. 35 ,1964)
1877 visitó al cac. Painequeo y su tribu el misionero lazarista Pablo E.
Savino en Rincón Grande del Rio Colorado. De allí enviaron una carta al
Arzobispo de Buenos Airs. (L.Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros en
favor de los Indios Bs.As. 1945 y M.Hux en varios artículos sobre este
misionero que actuó dos años en Los Toldos de Coliqueo.
PAINEQUEO ( o Painco), 1882, cac. huilliche o ranquel, que, después
de la limpieza de la Pampa, venía a pedir ubicación como indio amigo cerca de
las primeras poblaciones pampeanas, junto a Llancamill; pero fueron atacados
en la batalla de Cochicó, el 19 de agosto de 1882 (Ver Llancamill)
PAINEQUEO, Juan
PAINEQUEO, Juan. Cacique boroga entre los ranqueles. Nacido en
1826, murió en 1900 en Junín (Prov. Bs. As.). Había nacido en Chile. Era hijo
del cacique Lecaniqueo, llamado también Painequeo y de Rosa. En 1893 dijo
que no recordaba su apellido, cuando el sacerdote hizo las anotaciones para su
casamiento cristiano con María Inaical, nacida en 1863 de Chomelef, llamado
Inaical, y de Ailen (Lib. de Matrimonios Nº 12 de Nueve de Julio. 1893. Nº156).
En los libros bautismales figuran otras dos esposas. María Unaiché y María
Chanán. Así tuvo tres Marías.
La primera etapa de vida de este cacique no lo puedo documentar, pero
debe haber acompañado al cacique Ignacio Coliqueo en su migración, y era su
pariente. En 1861, estuvo en la proximidad de Junín, donde vivía un resto de la
tribu de Llanquelén que había sido casi destruida en 1838. Al venir Coliqueo y
su tribu a establecerse en la frontera Oeste de Buenos Aires, Coliqueo,
Raninqueo y su gente permanecieron un año (1861) a orillas de la laguna Mar
Chiquita. Al salir de allí para establecerse definitivamente en la Laguna de la
Tapera de Díaz del (entonces) Partido de 9 de Julio (hoy Los Toldos, Partido de
General Viamonte), la tribu de Coliqueo incorporó, no sin resistencia o por
fuerza, a los capitanejos Pedro Llanquelén, Tomás Rosas, Juan Painequeo,
Cheuquellán, F.Luna, Romero y José Victorio López con sus familias.
Estuvieron también las familias de Unaiché, Trayal, Meneses, Clauán y
Balmaceda. (M. Hux: Coliqueo. ed. 1980 p.63 y La Composición de la Tribu de
Coliqueo, trabajo genealógico manuscrito y un manuscrito que complementa el
libro de Máximo Castro: La tribu de Coliqueo en 1869. B.A. 1909: "Gente de
varias tribus que no pertenecieron a la de Coliqueo, que han sido incluídos por
el Dr. M. Castro". Se incluyeron allí especialmente los incorporados en Junín,
pero no al capitanejo Juan Painequeo. Esto y la posterior actitud de Painequeo
me hacen pensar que él pertenecía antes a la tribu de Ignacio Coliqueo y que se
habría separado de ella por su casamiento con María Ünaiché, cuando no por
otras circunstancias. Poco después de haberse incorporado en Los Toldos, figura
entre los capitanejos de la Tribu, que gozaban de sueldo y racionamiento, debido
al tratado de paz celebrado con el gobierno de Buenos Aires, en vísperas de la
batalla de Pavón. Pero me llama la atención que Juan Painequeo y José
Victoriano López Nahuel tuviesen sus toldos algo distante de la población
compacta que configuraba entonces la tribu (M. Hux. íb.p.66 carta catastral). En
1869 tuvo a su cargo 41 personas: 18 indios de lanza. 10 mujeres y 13 niños.
Mostró ser valiente en todos los momentos de la lucha a favor de la tribu
y en la defensa de la frontera. En 1868 es recomendado por su actuación en el
"Combate de Las Toscas" (M. Hux, ib.p.96). En 1873 detuvo a los Guardias
Nacionales que llevaban la orden de invadir la tribu de Los Toldos (Hux,
ib.169). Por eso el coronel Hilario Lagos ordenó remitirlo a la Comandancia
como preso, lo que no se hizo (Carta Nº 22 del Archivo del Museo del Indio.
Los Toldos)
En 1875, ya no vivía en Los Toldos, se había trasladado con un grupo a
Junín. El Padre Pablo E. Savino, misionero de la tribu de Coliqueo, les hacía
visitas para extender hasta ellos su misión y bautizó algunos de sus indios. No
obstante su alejamiento, reclamaba la posesión de las chacras en Los Toldos y
figuraba como actuante en ésta tribu, cuando estuvo a cargo de Simón Coliqueo.
Cuando en 1876 una parte de la tribu se sublevó y acompañó a Justo Coliqueo al
malón contra su propia población, produciéndose la batalla de la Tapera de Díaz,
(10.Oct. 1876), Painequeo estaba entre los defensores en la fortificación que
habían hecho. Con él también sus subalternos, entre ellos el capitajeno
Bartolomé Ulluán, a los que Simón Coliqueo en su parte oficial recomendó
(Hux, ib. p. 236). Poco después se realizó un censo en la tribu. Juan Painequeo
figura en él.
En noviembre de 1877 se sublevó Painequeo, -dice Antonino Coliqueo, el
hermano del cacique Simón Coliqueo, en su autobiografía manuscrita. Se
trasladó nuevamente a Junín. quizás influído por la política del poderoso
caudillo Ataliva Roca. En 1881 había obtenido un decreto administrativo del
gobernador Dardo Rocha, ”que le daba la mitad de las seis leguas del campo" en
Los Toldos (Antonino Coliqueo y doc. 920. Arch. Histórico de la Provincia de
Bs. As.. La Plata).
Su nueva tribu en Junín se constituyó con unos 8 o 10 capitanejos, 40
indios de lanza y 250 de la chusma. El año 1879 había iniciado un pleito contra
el cacique Coliqueo por el que pretendió que se le diese la tercera parte de las
seis leguas de campo en Los Toldos, no la mitad, como decía el documento
posterior de Antonino Coliqueo. Nos preguntamos por qué pudo pretender esto.
El 27 de febrero de 1879 presentó sus quejas por las diferencias, diciendo que
Coliqueo era un indio feroz que quería quedarse con las seis leguas solo, que las
vendería a unos cristianos que los quieren explotar por una bota de caña. (El
documento consultado en el Archivo de la Plata. C. 13 A. Nº 4-27,. dice:
"Nicasio B.Carbonell reclama a nombre del capitanejo Juan Painequeo...)
Otro reclamo similar se halla en el Archivo del Museo Roca, en Buenos
Aires. Painequeo o sus apoderados similares se dirigieron también al Arzobispo
Aneiros "porque hasta la fecha no hemos conseguido los terrenos que el
Gobierno nos ha ofrecido para formar nuestras viviendas y dedicarnos al
trabajo..." (L. Copello: Gestiones del Arzobispo en favor de los indios, p- 222.
fecha 2-6-81). Efectivamente el Dr. Dardo Rocha accedió a resolver el pleito.
Seguimos el texto del manuscrito de Antonino Coliqueo, publicado por su nieto,
Dr. med. Haroldo Coliqueo en su breve libro: Raíces Mapuches. 1985: "En el
1881 volvió aquí con un decreto administrativo del Dr. Dardo Rocha que se le
diera la mitad de las seis leguas. Con Simón, fuimos a Buenos Aires y nos
presentamos al Gobernador de la Provincia, patrocinados por el Dr. Benjamín
Candrot. El Gobernador se declaró incompetente, recurriendo a la Corte
Suprema, cuyo resultado fue la sentencia del 21 de abril de 1883, al que se dio
cumplimiento el 15 junio de 1885.
"Esta cuestión ha costado sacrificios, tiempo y dinero, para evitar la
pérdida de tres leguas del campo. Ha sido una lucha de cuatro anos".
El fallo de la Corte Suprema (Serie II Tomo 6 p.388) decía que debía
reponerse a Coliqueo y su tribu en el pleno goce de la posesión de la totalidad
del campo que le fuera concedido por leyes de 1866 y 1868.
En junio de 1885, Simón Coliqueo libró un poder para Antonino Coliqueo
en el juicio sobre disolución de condominio que les había promovido Dn. Juan
Painequeo: y confirió el asunto y un poder al Dr. Gallegos "contra Painequeo y
Dionisio Rosas".
Los "juninenses" movieron un nuevo proceso, desde marzo de 1885 ante
el juzgado de Mercedes: Juan Painequeo por sí y los suyos, con los viejos
capitanejos B.Ulluán, Pablo Huenchual y Dionisio Rosas. Libraron también un
poder para el Dr. Francisco Oliver: Federico Peinequeo, Fermín Peinequeo,
Natalia Peinequeo, Catalina Peinequeo, Mercedes Peinequeo, Bartolo Juan,
Estanislao Acuña, Ignacio Blanco, Vicente Llanquelén, Dionisio Rosas, Pablo
Rosas, etc. (Arch. Tribunales de Mercedes, hoy en Junín)
Como se ve, no figuraba ya el cacique Juan Painequeo. sino sus hijos o
yernos. Había muerto el 22 de marzo de 1900 en Junín y Simón Coliqueo
murió el 22 de septiembre de 1902 en Los Toldos. El 5 de octubre de 1904. los
demandantes juninenses retiraron su reclamo ante el juzgado del distrito, sin
éxito. Pero en 1906 se agregó un nuevo escrito corriente a fojas 211 de los Autos
de Painequeo; Dn Juan y otros contra Coliqueo, Dn. Simón, sobre cesión en
condominio) Pero luego hubo paz.
El entroncamiento con la tribu de Coliqueo se ve en mi trabajo
genealógico:
1.Lecaniqueo (alias) Peinequeo cac.boroga chileno cas. c. Josefa
Naitugual
2. capitnejo Juan Painequeo (1826-1900) cas.con María Inaical m. 1885
3. hijos Federico Peinequeo n. 1851 cas, con María Unaiche
Juana Peinequeo (1854 – 1885) bautizada en Junín
4. Nahuel Painequeo (1848 – 1898) cas. c. Toribia Ulluoa
5. hijos: Natalia – Fermín – Mercedes – Catalina n. 1866 c. c. Damián
Blanco
6. Manuel nac. 1871 – María – Asunción Peregrina todos Painequeo
PAYLLA TUR: 1806, cacique pampa ranquel. Luis de la Cruz menciona en su Diario
de viaje por la Pampa en 1806 que, haciendo la travesía de Trioaque y Meucó, hacía un alto
para encontrarse con los caciques Manquel, Paillatrú y Quillán; decía que Paillatur se había
alzado en Chaquilque. (De Angelis I., 1835, p. 205)
En 1810, mientras arribaba el coronel P. A. García con su expedición a Salinas
Grandes, llegó a ese punto un grupo importante de caciques, entre ellos Paillatur. Se hallaron
en el parlamento del 4 de Diciembre, además, los caciques Quinteleo, Victoriano, Payllaín,
Huayquimill. Quillán y Millapué (De Angelis II, 1910, p. 234). Decía que los caciques tenían
ya poca autoridad.
En 1819 llegó la noticia de que Paillatrú, Villán. Nagüelán y dos caciques más, de más
allá de Salinas Grandes, estaban preparando una invasión para vengar ofensas. (Arch. Cord.
Scc. Gob. Caja 48 y 43, Carp. 1, 37 y 59)
En 1820, el cacique vivía en Trarú Lauquen (Dep. Utracán, La Pampa) y era
considerado como cacique gobernador. Fue uno de los principales adictos del ex dictador de
Chile J. M. Carrera. Así lo afirmó éste en una lista que se conserva en la colección de B.
Vicuña Mackenna. Obedecían entonces a Payllatrú. los caciques Cariañé. Trarú, Guayquigner,
Hipólito y otros. En 1821 se separaron de Carrera; pero en 1824 y 1825 aterrorizaron de
nuevo a pueblos fronterizos; invadieron la zona de Sampacho, San Lorenzo, El Morro y
Portezuelo (Arch. San Luis). En septiembre de 1825, 200 indios al mando de Paillatrú estaban
nuevamente alzando sus lanzas. Por eso, Leoncio Suárez pidió al gobernador de San Luis que
mandasen una carga de aguardiente y que se cumpliera el tratado de paz. El 20 de diciembre
de 1825 Pallatrux (sic) asistió al gran parlamento de paz, a orillas de la Laguna del Guanaco
(Córdoba). Se les prometió pagarles anualmente una cierta cantidad de ganado y víveres. No
obstante las promesas de paz para con los gobiernos del Interior, Paillatrú tomó parte en un
nuevo malón sobre la provincia de Buenos Aires. P. Lucero comunicó entonces al gobernador
de ésta que Paillatrú había invadido Santa Catalina; que robaba y no mataba. Aprovechando
quizás la circunstancia de que tuvieran mucha hacienda. -Anzorena y Lucero con 300
cristianos le dieron un malón y mataron en sus toldos a “las viejas”, cautivaron a sus niños y
llevaron haciendas y platerías como botín. Esto tuvo fatales consecuencias. Paillatrú se armó
para el malón de venganza. Para prevenir su ataque, los puntanos armaron, a su vez, una
columna de 600 hombres y avanzaron hasta la laguna del Chañar. Los indios se hallaron en
marcha y sus “bomberos” descubrieron la presencia de los cristianos. En una noche oscura,
los indios atacaron a los acampados y toda la columna fue sacrificada. Basilio Sosa, quien
había sido soldado de San Martín, fue el único que logró escapar. Desnudóse y colocóse una
vincha y blandía una lanza; así lo tomaron por uno de ellos. Fue quien pudo informar sobre el
desastre del Chañar. Los indios continuaron invadiendo los indefensos pueblos del Norte
del Departamento de San Martín y Pringles; y mataron y robaron a mansalva (R. Pastor: La
guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis, 1942 p. 363s.). Conociendo estas
circunstancias, se comprende que se negara a participar en un nuevo parlamento en 1826.
(AGN S.VII Biedma 10-4-14: fecha 7.6.26).
Juan M. de Rosas, en su minuciosa preparación de la expedición combinada al
Desierto, pedía informes sobre la ubicación de las tolderías de Llanquetruz (II), de Parlatrú
(sic) y de Currutripay. (Arch. San Luis Doc. 4646)
El cacique Payllatrú (Pallan) fue muerto el 6 de Octubre de 1834 en la acción del
Arroyo del Rosario (Molle. San Luis) por el coronel Argañaraz en una lucha desigual. (D.
Núñez: Historia de San Luis II, p . 409)
PAYLLA YÁN, 1777, cac. pehuenche del Río Bueno. El ofreció tierra para establecer
la Misión que los caciques Neigurú y Queupul habían solicitado (H. Brudny 1972 p. 240)
PAYLLA YÁN, 1814, cpitanejo pehuenche que asistió con el cac. goberador
Neycuñam a un parlamento de paz, convocdo por el franciscano Fray Inalicán. Y en 1825
estuvo en otro parlamento a orilla de la Laguna del Guanaco (AGN x 27-7-6: 20. 12. 25)
PAYNA NIRRE, 1822, cac .pehuenche del Sur de Medoza “Nirre” es gnerr: zorro
PAYENTIGAC, 1880, cac. tehuelche en Palancó sierra y río al Este del Río Gande
(Strube Erdmann 1943)
PECHA ALAO, 1887, cac. tehuelche en Valcheta (Río Negro) según el Diario de
Carlos Burmeister 1888 : Ultimas exploraciones de la Patagonia.
PEDRO, 1673, cacique lagunero y pampa (de las lagunas de la Prov. de Buenos
Aires) Arch. Gral Ind. 31 Charc. P. 211.)
PEDRO, cac. ranquel, 1819 presente en el parlamento convocado por F. Chiclana en
la Pampa (ver Lienán)
PEDRO, 1852, cac que figura en la larga lista de caciques obseqiados en Bahía
Blanca por orden de Rosas.
PEDRO, 1879 cac. pehuenche. 1880 llegó a Mendoza ofreciendo paz al Gobierno
(Arch Mend. )
PEGÜEIÁN cac. ranquel con el sobrenombre “Come Perros”. Tres mujeres lo
cuidaban (Avendaño: Memorias del Excautivo )
PEGÜIL, 1847, capitanejo de Calfucurá. Vino en comisión al Azul
(AGN X 20-10-2)
PEGUEIPIL,1843 en diciembre tomo parte en un malón de los caciques
ranqueles con Baigorria a Cruz Alta. Y era por equivocación, porque el
Gobernador de Córdoba los envió a los pueblos de Santa Fe (El Gob. López era
rosista)
PELANTARÚ (probablemente Payllan trarú o truz), en 1598 era cacique araucano, uno de
los indios más belicosos de su raza. Su primera gran hazaña fue que venció el 23 de diciembre de
1598 con 600 indios al ejército español, guiado por el gobernador García Oñez de Loyola, a quien
lanceó personalmente y cuya calavera le serviría de signo para la convocatoria de las tribus a la
sublevación general. Esta dio por saldo la destrucción de las siete ciudades del sur de Chile. En la
fiesta del triunfo, Pelantarú fue proclamado toqui general. El y Ancanamún se encargaron del sitio de
Villarrica, que duró cuatro años y cuando quedaron ya pocos españoles, la destruyeron (7.2.1602):
pudo reconstruirse hacia 1883. En 1612.el misionero Padre Luis de Valdivia convocó a los araucanos a
un gran parlamento en Paicaví. Pelantarú no acudió a la cita, ni se sintió obligado a cumplir sus
conclusiones. En 1617 estuvo maloneando de nuevo y fue apresado. El Padre Valdivia se preocupó
mucho por él. Cuando creyó que sería ahorcado, el Padre Luis le ofreció o le consiguió la libertad,
sólo pedía que apoyara la causa de la paz. Libre, entonces, optó por quedarse en el Fuerte hasta que se
hiciera efectiva la paz. Entre tanto envió a sus mensajeros para que exhortasen a todos los indios
también por su voluntad a concertar la paz con los españoles. De esta manera se llegó a celebrar un
nuevo parlamento el 15 de octubre de 1517. Jurada la paz quiso que el padre Valdivia educara a su
hijo Lipañancu y a su sobrino Calbumanque. Estos fueron instruidos y bautizados; el primero con el
nombre de Felipe (nombre del Rey de España) y fue su padrino el gobernador Don Lope de Ulloa y
Lemus. El otro recibió el nombre de Don Lope (sic!).
M. Campos Menchaca, que en su libro Nahuelbuta relata esta historia, la
termina con el relato de un épico desafío entre Ancanamún y Pelantarú que se
habría producido durante una borrachera con que éste quiso festejar su
liberación. No tuvo consecuencias dramáticas, porque reconocieron que todos
habían estado borrachos. Pelantarú siguió gozando de gran estima y se considera
un símbolo de la raza altiva.
(Etimología: probablemente Carancho de espaldas).
PELAYTAY, Don Juan, 1696, cac. huarpe de las lagunas del Rosario:
encomendado de Nicolás de Viscarra (Arch. Mend.) Su nombre se ha hecho
topónimo.
PELGAMAIN, 1787, cac. pehuenche, Era sobrino del cac. Ancanamún
de Malalhue. Un escribiente español lo hizo “Bergamain”. Tomó parte en la
Guerra Pehuenche.
ETIMOL: Pel: cuello; ca: otro manque (main) : cóndor
PELGAMAIN, cac. manzanero, 1861. En junio de ese año llegó a
Carmen de Patagones, encbezando una importante comitiva (AGN X 20-7-1 : 12.6.61. son
6 fojas)
PEL QUE PANGUI, 1750, cac. picunche, citado por el Padre T. Falkner en su libro,
ed. en 1774 en inglés.
PEL QUE LEO, 1875, cac. salinero que firmó el importante proyecto de tratado de
paz (AEM Nº 1232)
PEL TA GÜINA, 1593, cac. huarpe milcayac, sucesor del cac. Tunuota (Canals Frau:
Un interesante pleito del siglo XVI, en Anales Inst. Etnog. Americ., Mendoza VI p. 133
ETIMOL: Pel: cuello de Huiña: gato
PELLÓN (sobrenombre del cac.Caniumain), 1787 actuó en la Guerra Pehuenche,
1787 estuvo en un parlamento de paz en Malalhue (Arch. Mend. Doc. 35: 17. 10. 1887) El
censo realizado en Malalhué en 1790, le asigna 29 hombres de armas. No era un censo de
población indígena, sino se contaba cuántos se ponían a disposición para la expedición contra
los huilliches. Pellón mismo había pedido ayuda al gobierno mendocino, pero no se alistó
bajo el argumento que tenía su hacienda demasiado lejos. (Arch. Mend. doc.30 y 35). Pero
por las actas del parlamento realizados en San Carlos en 1895, nos enteramos que Pellón
había muerto y que su muerte se inculpaba al cac. gobernador Pichintrú (Arch. Mend. Carp.
19 y Sosa Morales: El muy magnífico señor Dn José F. de Amigorena, 1965 cap. 1)
PEN CHAN, 1836, capitnejo boroga que fue muerto en el ataque contra Tapalquén y
los indios amigos (Gaceta 5.10.36. El ataque tuvo lugar el 1º de octubre)
PENIUDÍN, 1825, cac. auca del cac. mayor Pooti (o Petí) (AGN S.VII 10-4-14:
24.2.25)
PENTRILLÁN, 1863, cac. huilliche. Asistió al parlamnto de paz con Benito
Chingoleo en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.100) ETIM: Llanca:perla y pentil:
apartada
PEÑA CAL,, 1806, cac. pampa amigo. También en su nombre el cac. Epumer ofreció
su ayuda para repeler a los ingleses invasores (Zerda: Los indios y las invasiones inglesas,
1934, 63)
PEÑA LEFI, 1774, cac. pehuenche. Ese año invadió a Salto y Areco en la Prov. de
Buenos Aires (AGN IX 1-4-1: 25.5.74). En 1780 asistió a un parlamento de paz en Mendoza
y en diciembre de 1782 vino a Buenos Aires y estuvo en la Sala Capitular de esa ciudad junto
con Ignacio Guenenau y María Yanquilefi de Roco… Peñalefi pudo regresar, pero esa señora
fue retenida como rehén (ver Roco y Guentenao). En ese tiempo Peñalef participó en la
Guerra Pehuenche. Una última noticia de él de 1807 dice, que visitó una vez más a Mendoza
para renovar tratados anteriores.
PENOLEF, Ambrosio ver Pinolef
PEÑALOZA, 1870, cac. ranquel. Estaba en la lista que hiciera el P. Donati de los
caciques y capitanejos del cac. Mariano Rosas de Leuvucó. Llevaba un nombre español,
quizás adoptado del Chacho Peñaloza, con cuya montonera los ranqueles actuaron durante
varios años. Peñaloza era primo hermano del cac. Baigorrita. H. Greslebín en su
“Interrogatorio ranquel” (en Cuadernos de Invest. Folklóricas 1961) averiguó que en la zona
de Toay tenía su campo y su toldería y que ha muerto, reclamando sus derechos sobre el
paraje que hoy ocupa la ciudad de Villa Mercedes y exclamando “Siendo mío Fuerte
Pulgas” .Según otros documntos ha tenido una residencia cambiante: Ha estado en Jarilla, al
sur de Buena Esperanza; más tarde en Pichi Quingán o Quenhán. Su hijo Goyse vivía en
Médano Colorado y exigía tributo al que pasara por allí. Onésimo Leguizamón dice que
Peñaloza habitaba en los Montes de “El Cuero” y Lucio V. Mansilla, a su vez, dice que
consideraba suyas esas tierras heredadas de antiguos pobladores de su apellido.
Peñaloza era un jefe inquieto entre los ranqueles. 1864 aparece en los documntos
como capitanejo. 1867, Manuel Baigorria con su Regimiento 7º fue a pelearlo, porque había
maloneado y le sustrajo 70 familias (Yaben: Biografías Militares I. p. 425) En 1870, poco
antes que L.V. Mansilla ratificara su tratado de paz en Leuvucó, Peñaloza había realizado una
invasión en la campiña cordobesa, peligrando por ello las gestiones de paz de Mansilla, (Una
Excursión a los Ranqueles ed. 1890 p. 574) El cac. Mariano Rosas pidió entonces al Padre
Moisés Burela, en presencia del Coronel Mansilla, que retara a Peñaloza (Informe del Padre
Burela, en mi copia p. 12) . En 1872, Peñaloza estuvo presente, cuando los Padres Alvarez y
Gallo propusieron la nueva versión del tratado de paz con autorización nacional. En la lista
de caciques y capitanejos que confeccionó el Padre Donati figura su hijo como capitanejo.
El cacique Peñaloza Quinchao había murto el 21 de junio de 1871, en el
asalto del Fuerte Sarmiento. Lo dice Carlos José Rodríguez, historiador y abogado de Río
IVº en su “Historia de Río IVº; defensa del Fuerte Sarmiento y muerte del cacique Peñaloza”
( Se conserva el escrito en el Archivo Municipal de Río IVº)
Este librito destaca:
Iº La leyenda: El Mayor D. Cristóbal Baez, 1889 manco del brazo izquierdo en la
muñeca e iutilizado el brazo derecho, fue el defensor del Fuerte Sarmiento; el mató al cac.
Peñaloza.
II. La foja de servicios del Mayor D. Cristóbal Baeza, Legajo personal Nº 112 del 3 de
enero de 1876, incorporado al cuerpo de inválidos. 21 de enero de 1876, inf. De Victorino de
la Plaza
III. Antecedentes del asalto a Sarminto: 1871 a las órdenes del Tnte. Coronel Plácido
Laconcha (del 7º de Caballería) en lucha permanente contra el indio ranquel. Jefe Dn.
Antonino Baigorria (expedicionó en 1871 a los toldos, por orden del Gral. Arredondo). Ant.
Baigorria ha recibido el parte: El cacique Peñaloza se preparaba para invadir en busca de su
mujer, Dña. Fermina Zárate, al Fuerte Sarmiento o Villa Mercedes. Vino el malón. No estaba
el jefe de guarnición en Sarmiento, Egidio Sosa. Había escasa fuerza.
IVº El Asalto: El 1º de junio de 1871 dormían. Con las primeras luces del 2 de junio,
tropel y gritería. 200 indios asaltaron los cercos y la puerta. La guarnición corrió (en paños
menores) a tomar las armas. El Mayor Baez con el sable y la pistola. El que más luchaba y
forcejaba era el cacique Peñaloza. A él se fue Baeza y le echó un tiro certero y lo volteó
mortalmente herido. Por esto se desbandó la indiada atacante. Recogieron heridos, se llevaron
cautivos, hacienda, caballos. El héroe Mayor Baeza quedó herido gravemente en el brazo
izquierdo y derecho. El parte no habla de sus heridas.
Vº Muerte de Baez…
Los capitanejos Goyse y Tapayo, los subordinados del finado cac. Peñaloza, siguieron
maloneando.Pero en 1878 tuvieron que enfrentar la gran persecución de la Conquista del
Desierto, como los otros caciques ranqueles. Peñaloza hijo huyó ante el avance del Cnel.
Rudecinda Roca, pero lo alcanzó a él y su familia en la zona de Trenel y tomaron a 370
prisioneros ( Ed. Racedo: Memoria descriptiva 1881 ed. 1965 p. 131 y Olascoaga I p. 106 y
Todo es Historia Nº 295,enero de 1992) He leído que Peñaloza hijo murió en Tucumán, el
21 de febrero de 1879.
PEÑI PIL o Peñaipil, 1837, capitanejo ranquel. Era hijo del cac. Llanquetruz IIº,
hermano del cac. Pichún Gualá, según nos informa Manuel Baigorria en sus Memorias.
Participó en el malón de 1837 (AGN X 25-5-1). Después de la muerte de su padre, se integró
a la tribu de Painé de Leuvucó (Arch. San Luis: 27.5. 38) Peneipil dejó también descendencia
en la tribu de Coliqueo. Por ej. Pedro Peneipil, hijo de Peneipil, y Aiquil, nac. 1832 se casó
con Angela Lepimay n. 1842, cuyos hijos Ambrosia y Lucía están anotados en libros
bautismales.
PEÑAIPIL, 1885, cac. ranquel que fue atacado y apresado durante la Conquista del
Desierto. El Gral. Ortega lo llevó preso al Campamento de Concentración en Rodeo
del Medio (Mendoza). Su esposa se llamaba Maipa y sus hijos: Chicao, Isabel y
Ramón. 1885, enganchado en el Ejército, se hallaba en Ñorquin. Puede ser que sea el
mismo que nombramos arriba como Peñipil.
PEÑOLEO, Lorenzo, 1820, cac. “abajino”, principal de Lumacó (Chile). En la
Guerra a Muerte era lugarteniente del cac. patriota Don Venancio Coñuepán, con quien luchó
activmente contra sus congéneres realistas. El viajero Básil Hall, viajero y escritor inglés, lo
conoció y lo describió en Travels in Chili, Perú and México p. 360: “Era este un hombre alto,
de anchos hombros, con una enorme cabeza de cara cuadrada, en cuyo centro se distinguían
dos pequeños ojos ocultos por las quedejas de sus espesos cabellos que le caían por las
mejillas hasta los hombros, dando a todo conjunto, desde el postigo de la ventana a que se
hallaba asomando, el aspecto de una colmena de abejas”. Como militar se unió al Capitán
M. Bulnes en su expedición al Sur y fue el terror para los indios “godos” de Purén y Boroa.
“Venancio, Peñoleo y Lempi eran tres lanzas muy famosas que en 1822 tenía la patria en la
tierra mapuche”, escrbió B. Vicuña Mackenna en “Guerra a Muerte”. En la batalla de Pile, en
marzo de ese año se destacó principalmenmte. Más tarde hallamos en su lugar al cac.
Ambrosio Pinolefi.
PERALTA, Manuel, alias Juanchu Millán, 1868, capitanejo de la Tribu de Catriel en
la zona de Azul. Hay anotaciones de él desde la fundación de Azul (1832). En ese entonces
estuvo en contacto con la División de Bahía Blanca con el Cnel. Juan Aguilera. Estando éste
en Azul le servían los capitanejos Manuel y Cipriano Peralta (lenguaraces) Luego, creo,
fueron con esta División a Bragado, donde el Cnel. asumió en 1847 la Comandancia de
Bragado. Ya enstando en Azul Rafaela Peralta se casó con el capitanejo Ramón L.Melinao, de
la familia cacical. También en la tribu de Coliqueo en Los Toldos, Part. De Gral. Viamonte,
hubo Peraltas que anoto aquí:
l. Peralta, Augustina, nac. 1867 en el Campamento de Gral. Paz ,era hija de José
Peralta (indio) nac. 1838,cas. con Juana
2.Peralta, Justa, nac. 1841 (según el Censo de 1875 en la Tribu de Coliqueo
3.Peralta, Remigia cas. con Pedro Cleñán. Su hijo era Andrés Cleñan
4. Peralta, Calisto, cas. con Helena Díaz (familia de cacique. (Ver Man. Grande)
Su hijo se llamaba Marcos Peralta cas. c. Eulogia Acuña (1904)
5. Conejo Peralta. Un edocumento dice que “debe ser tomado preso” (Era de
Tripailaf)
6. Peralta, Ignacia, cas. con Celestín Manquillán
Con la tribu de Catriel les ha tocado momentos difíciles, especialmente durnte
la Revolución de 1874 (ver Cipriano Catriel). Cipriano Peralta se glorió haber sido en 1868
uno de los primeros pobladores de Olavarría.
PÉREZ, Pedro, 1871, capitnejo pehuenche que obedecía al cac. Purrán en el
Neuquén. En Mayo de 1871 avisó el cac. Caepí que esos dos preparban un malón. (Hago
notar que a veces un apellido español se tomaba como nombre y finalmente quedaba como
apellido como Bulnes, Guzmán o Pérez Meliú, que después era Pérez en la Tribu de Coliqueo
de Los Toldos.
PEREIRA, Juan , 1883, cac. huilliche que vivía en Choele Choel, donde los misionó
el Padre Salesiano Domingo Milanesio. Era un resto de las tribus de Purayén y Cipriano
Traimán, en total unos 1000 indios. Su nombre es español
PERINGO, 1872, capitanejo ranquel que el Padre Donati anotó en la lista de
capitanejos del cac. Baigorrita.
PESCADO, 1880, cac. tehulche de Río Gallegos (Santa Cruz) (Hasta el apellido
habían perdido)
PETAX, Francisco, 1699, cac. huarpe de la zona de Guanacache (Mendoza).
PESI, 1864, capitnejo ranquel del cac. Mariano Rosas.
PESIN HUE, 1863, cac. huilliche, que participó en el parlmnto de paz del cac.
Chingoleo
PETÍ, 1770, cac. pampa ( En realidad se llamaba Petizo). Ese año, vino a Areco a
comerciar y en 1780 pasó “el caciquillo Petizo” por Chascomús, para ir a comeriar a Buenos
Aires (AGN IX 1-4-3) .
PETÍ (o Petey y Pety). 1820. cacique pampa. Entonces estaba asociado al
cacique Maycá. Asistió, el 3 de diciembre de 1825, en Bahía Blanca a un
parlamento de paz, convocado por los hermanos Oyuela. En la lista de los
caciques asistentes es el quinto. También en 1826 acudió a Tandil por idénticos
fines. No obstante haber buscado la paz, el coronel F. Rauch lo declaró rebelde,
al iniciar su expedición eliminatoria a la zona de las sierras bonaerenses. El 28
de noviembre atacó su toldería en las Sierras de la Ventana. En su segunda
expedición, casi inmediatamente después de terminar la primera, salió con 900
indios tehuelches y atacó, el 3 de marzo de 1827, las tolderías de Petí, Maycá,
Uñol, Llanquelén y Coñuepán, cerca de la laguna Epecuén. Petí se escapó.
En 1830, el coronel del Valle de Bahía Blanca realizó otra expedición al
Sur, en busca del cacique Chocorí. En el camino halló toldos de la tribu del
cacique Petí, de Maycá y Calfiao. Se habían reunido, al sentir su llegada y
decían que eran indios de paz y que no habían robado. A los cinco días, después
de un buen descanso, volvió la tropa bahiense para atacar esos toldos. No
estaban entonces ni Maycá ni Petí. Pero los indios se defendieron, y hasta las
mujeres peleaban. La refriega fue cruel; mataron unos 140 indios. Entre los
caídos se hallaron los caciques Vilcay y Llanquelén. (AGN. S.X. 27-7-6:
30.4.30)
Otra expedición contra los sobrevivientes realizó el coronel Manuel
Delgado. Juan Cornel, al referirse al encuentro, lo llama “La graciosa jornada
del Sauce Corto”, porque los indios querían engañar a sus adversarios armando
a las mujeres con palos y apostándolas en la cima de un médaño. Pero la risa de
las muchachas las traicionó y muchas cayeron muertas en la encarnizada lucha.
De nuevo se salvó el cacique, pues el 15 de febrero de 1837 lo vemos en la lista
de los caciques amigos. Siempre habría sido “amigo”. (AGN. S.X. 25-5-1)
PETÍN HUE o Petuy, 1863, cac. huilliche del cac, Reuquecurá, que asistió a una
reunión de paz en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p. 100)
PEU NAQUÍN, 1783, cac. auca; uno de los conjurados contra el cac. Chululaquín,
después que éste había muerto al cac. Guchumpilqui (Diario de B. Villarino,en De Angelis V.
1910, p.580)
PEU CÓN, 1820, capitanejo araucano chileno, hermano del famoso cac. Venancio
Coñuepán. (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 455)
PEUTRÍ MILLA (Peutril), Manuel, 1840, capitanejo pehuenche que servía en la
División Sur del Cnel. N. Granada. (AGN S.VII Biedma 1-4-14)
PEYEI NÁN (Peyeumán ) 1879, cac. ranquel que conocemos sólo documentalmente
por dos partes de los expedicionarios de la Conquista del Desierto. El 5 de Mayo de ese año
fue muerto por las tropas de S. Torres en la confluencia de los ríos Negro y Neuquén. Muriron
15 indios y 62 fueron apresados, entre ellos la familia del cac. Rosas y de Reinaquel
PEYTREN, 1878, capitanejo ranquel. En Mayo de ese año pidió protección para que
pudiera venir a agregarse a la Reducción del cac. Ramón (Cabral) (Periódico: La América del
Sur, Bs. As. 7.5.1878)
PIBATRUÍN, 1798, capitnejo pehuenche (Arch. Mend. doc. 43 :1798)
PICELÁN, 1788, cac ranquel “rebelde”. Fue muerto por orden del Capitán F.
Esquivel Aldao, según el informe del 26 de enero de ese año. (Rev. Junt. Estud. Hist.
Mendoza VIII, 1938 p. 319. El nombre puede tener algo de Piseñ o Pincen.
PICÚN, 1833 capitanejo pampa, del cacique Pagué. Durante la expedición combinada
al Desierto fueron atacados por la División de F. Aldao en el Paso de la Balsa del río
Chadileufú y fueron fusilados por orden del Cnel. Velasco, el 11 de abril de ese año.
(Newton: Félix Aldao p. 111 y Rev. Junt. Est. Hist. Mendoza V. 130) ETIMOL: Picú : del
Norte y N o Ñ (ñancú)
PICU ÑANQUE, Santiago, 1774, cac. araucano. Fue uno de los embajadores del
estado de Arauco, reconocido por el Gobirno, por el gobernador Jáuregui, el Virrey y el Rey
Carlos IIIº. Se alojaba en la casa de los Jesuitas en Santiago. (Campos Menchaca: Nahuel
Buta p. 152)
PICHI, José, 1872. capitanejo del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
ETIMOL: Pichi: pequeño o hijo y lo contrario: Vuta: grande, viejo, padre
PICHA LEO, Andrés, 1884, cac. tehuelche. Vivía entonces en Valcheta, donde lo
visitó el Padre Milanesio (De Salvo: Monsr. Cagliero Civilizador, Bs.As. ed. Difusión 1939 p.
102)
PICHAPY,1804. cacique “moluche famoso de lejanas tierras” (chileno). Ese año
llegó a Mendoza con una gran comitiva y fue agasajado. Había venido por el Sur y en paz.
Decía que quería conocer. El cac. Vicente Goico, para agasajarlo, pidió medios del
gobernador, llamándolo “distinguido cacique de gran renombre del Sur” (Arch. Mend. 1804)
PICHI CAL ver Pichi Calquín
PICHI CALFIAO o Picho Colfellar, capitanejo pampa, unido a Catriel (ver Calfiao)
En abril de 1840 es mencionado por haber estado presente en el parlamento de paz de
los ranqueles y con ellos vivió desde 1841. (Museo de Luján. Arch. Q. 890)
PICHI CALQUÍN (o Pichical), cac. ranquel; probablemente el hijo del Cacique
Calquín, que prtenecía a los indios amigos de Santiago Llanquelén en Junín. 1838 fueron
atacados por el malón tremendo de los ranqueles de la Pampa. Pichi Calquín es mencionado
en las Memorias del Cnel. M.Baigorria. Carlos Rusconi averiguó que Pichi Calquín ha
muerto en Chile. Pichicalquín es también el nombre de una india suicida, protagonista de la
novela de Torres Ibañez 1924, Bibl. Suboficial, Bs.As.
PICHI CAIA, 1898, cac. tehuelche o advenedizo entre los tehuelches del Chubut. El
nombre es híbrido. Su padre se llamaba Shamata (F.P. Moreno: Apuntes Preliminres en Rev.
Mus. La Plata 1898, p. 235)
PICHI CAPEL, 1832, cac. pehuenche. Ese año fue atacado por tropas del Gral. Jose
F. Aldao. Huyó al deierto, dejando a muchos muertos (Walther: Conquista ed. 1964 p. 253)
PIHI COLEMILLA ver Colemilla
PICHI COPAHUE, 1835, cac. huilliche, hijo del cac. Copahué. En una maloca fue
muerto él y su mujer Pirpillán. Parece que por culpa de ella o porque la culparon.
ETIMOL: Copahué es topónimo que significa azufre (Las termas de Colahué)
PICHI CUBILCUÓ, 1786, cac. pampa de Laguna Blanca. Así dice el diario de la
expedición de Pablo Zizur a Salinas Grandes (De Angelis IV 1910 p. 255) Saliendo del
Arroyo Carileu hacia la laguna Blanca, lo encontraron. Se enojó, cuando los vio pasar por sus
campos.
PICHI CURÁ, 1822, cac huilliche. Apareció en el gran parlamento convocado por
Pedro A García al pie de la Sierra de Tandil. Lo acompañaron Niquiñilé y Quiñifolo. Será de
la dinastía de los Curá? (Diario de García – Hernández, en De Angelis iV 1910 p. 132)
PICHI CURÁ, Benito, cac. huillich de Salinas Grandes. Era el hijo menor del cac.
Jn. Calfuurá. No tenemos fecha de su nacimiento. Sabemos que el padre lo mandó joven a
estudiar a Buenos Aires; pero luego por su creciente amistad con Justo J. de Urquiza, lo
mandó luego a Paraná. Más tarde volvió a Buenos Aires en algunas misiones diplomáticas,
como leemos en la carta del 6 de julio de 1863 (Arch. B. Mitre XXIV p. 92) “..Hace mucho,
mandé a mi hijo Pichicurá y al Mayor Andrés y el capitán Quinchuquir y otros..”. En marzo
de 1867 estuvo otra vez en la Capitl con seis capitanes (29.3.67). 1873, al avisar al Arzobispo
Aneiros la muerte del cac. Calfucurá, le encomendó B. Namuncurá a su hermano Pichicurá a
transmitir la infausta noticia, porque había sido conocido del Arzobispo por algunos
contactos con el Prelado. Aún, cuando la Conquista del Desierto los había echado de Salinas
Grandes y perseguido sin piedad, Namuncurá mandó a su hermano Pichicurá en julio de
1878, a Buenos Aires con cartas, suyas para que intentara una vez más la gestión por la paz
interrumpida desde 1875 (Olascoaga IV. 43) Es posible que más tarde haya ido
definitivamente a Chile; pero de aquí en adelante no tenemos ya noticias suyas.
PICHI CURRU HUINCÁ, debe haber sido descendiente de los Curruhuinca que
eran borogas que vinieron a la región de los huilliches del Neuquén (Ver Curruhuincá).
Pichicurruinca se rindió (es decir se presentó) con Sayhueque y otros caciques con sus
respectivas tribus, el 1º de enero de 1885 en San Martín de los Andes. Queriendo rendir
homenaje, fueron agredidos y apresados (ver Sayhueque)
PICHI FILÚ, 1860, cac. pampa o de la Pampa que tenía su toldería cerca de
Tripahué, entre médanos. (Zeballos: Calfucurá y la Dinastía de la Piedra ed. 1934 p. 410)
PICHI HUALÁ, 1794, cac. pehuenche que participó en la Guerra Pehuenche,
primero como capitanejo del grupo de Malalhué. En varoios actas de parlamentos es
mencionado. (1794-1798). Tomás Guevara señala a un Pichihualá como oriundo de
Curampangue, quien en la Guerra a Muerte colaboró con el grupo de patriotas, (Guevara
1910 p. 197)
Por otra fuente nos enteramos que “al tornar en 1833 el coronel Hilario
Lagos la isla Choele Choel, libró un duelo personal con el cacique Pitriloncoy:
saliendo triunfante Lagos y el cacique habría rendido sus armas, escapando en
su caballo ligero para que no lo matasen”. (Abad Santillán: Enciclopedia
Argentina II, “Duelos”. p. 109). Con Pichiloncoy huyeron también los caciques
Chocorí, Millán. Maulí y Paynén y otros que se escondieron en los montes o se
tiraron al agua helada del Río Negro para salvarse a nado. El sargento Pancho
Sosa siguió sus rastros y sobre la rastrillada chilena sorprendió a 200 indios. El
8 de julio del año 1833 murió el cacique Pichiloncoy y con él el cacique
Millacal y 53 indios. Entre los prisioneros había 6 lanceros y 70 mujeres. La
variedad de comunicaciones dan variedad de caídos y presos, no sólo por la
pluma de Rosas. Este anota en su Diario para el 8 de agosto (AGN, S.X. 27-5-
3): “Toldería de Pitriloncó destruida, dos indios y 17 de la chusma prisioneros.
Murieron los caciques Pichiloncoy y Millacal. Al general F. Quiroga escribió el
31 de julio: Lagos... tuvo la fortuna de sorprender las tolderías del cac.
Pitriloncón, matarle casi todos tos indios de pelea y todas sus familias y caballos
y regresó el 9...”.
Pichiloncoy merecía mejor suerte en su vida; es mi opinión.
(Etimología: Lonco: cabeza + pichí: pequeña, o jefe pequeño.
PICHI LONCÓ IIº, 1865, cac. pampa. En Noviembre de ese año, participó en un
malón a Tres Arroyos. El Cnel. Barros, noticiado del hecho, el día 15, fue a esperar a los
invasores sobre el Arroyo Pillahuincó Grande (Part. Pringles). El 17 venían con arreo y los
atacó. Mataron a algunos pampas, otros fueron tomados presos; entre éstos se hallaron
Pichiloncó y Juan José, y se rescataron 1500 animales. (A. Barros: Fronteras y Territorios
Federales, ed. Hachette p. 173 y J. Mulazzi: Tres Arroyos, 1938 p. 41)
PICHI LLANQUETRUZ, así llamó Namuncurá a Jodé María Llanquetruz (IIIº)
Pronsato, Dom. 1954 p. 104. (Ver Llanquetruz, José María)
PICHI MANQUE (Pichimán), 1776, cac. pampa ranquel que vivía en Chaquihué.
Media legua de Canquai, camino a Tunas. Según el censo de Diego de las Casas, tenía 10
toldos y 3 pozos (De Anglis IV 1910 p. 584)
PICHI MÁN, 1846, cac. pehuenche, invitdo por Zúñiga a Chile ( Morris von
Bennewitz, R. y Rojas Lagarde, Jorge: Robo de Ganado en la Argentin, 2001 p.62)
PICHIMÁN (Pichuimán) 1820, cac. pampa, que vivió en Kakel Huincul, al Sur de la
Prov. De Buenos Aires, Pero por el atropello de la expedición del Gobernador Rodríguez se
alejó de la frontera, donde se le consideraba indio amigo. Con Ancafilú, Landao, Antonio
Grande y Huillitrú, sin embargo, estaría en el malón con el Gaucho José Luis Molina, en
1825. (Suárez García: Historia del Partido de Lobería, 1949 p. 102)
PICHI MILLAMÁN ver Millamán o Villamain de quien era hijo.
PICHI NAHUEL, capitanejo ranquel o salinero, pues firmó el gran documento del
proyecto de tratado de paz en junio de 1873 (AEM. doc. 1232)
PICHI NECUL, capitanejo ranquel que figura en el mismo documento Nº 1232)
PICHI TRÚ, 1878, capitanejo ranquel capturado en noviembre de ese año por los
expedicionarios.
PICHI ÑAM, 1848, capitanejo pehuenche que fue acusado en Mendoza de haber sido
implicado en el malón contra Guzmané y su murte; pues estaba junto con los caciques Porrán
(Purrán), Yaupí y Cristiano. (Comandancia Gral. Del Ejército vl IV p. 456) “Pequeño
aguilucho”
PICHI ÑAN, 1906, cac. que vivía en el Chubut, trashumano de la Ppampa,
seguramente. Ese año lo visitó el Padre Juan Mazio en su casa, sita en el Valle de Trelev.
PICHI PILLÁN, Cristóbal, 1758, cac. pehuenche de Ruculhue (Chile) Al fundarse el
Colegio de los Padres Franciscanos de Chillán, los caciques Pichipillán y Lorenzo Coñuemán
fueron los primeros en llevar a la escuela a sus hijos. Este era un colegio para hijos de
caciques en que se habrán formado muchos de la nobleza araucana; pero no conocemos las
listas de las inscripciones (Rob. Lagos: Historia del Colegio de Chillán, 1980 p. 124)
PICHI PILÚ, Manuel, capitanejo ranquel, que en 1875 firmó el gran documento en
Salinas Grandes.(Proyecto de tratado de paz).
PICHI PIL,1641, cac. Araucano que participó en el parlamento del Río Quillín el 6
de enero de ese año. Dicen que por su intriga fue apresado el cac. Buta Pichún. (Campos
Menchaca: Nahuel Buta 1942 p. 113 ETIMOL: Pillán: espíritu y pichi pequeño /
diablo
PICHI PILL, 1834. Capitanejo boroga del cac. Meligur (antes Melin). Había actuado
en la Guerra a Muerte en Chile y luego del 1822 emigró a la Argentina. 1834 y 1835 sufrió
los malones de sus adversarios “patriotas”, de Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta etc. Se
salvó y tuvo que llevar la infausta noticia en nombre de sus caciques al Fuerte 25 de Mayo
(AGN X. 24-8-6: 7.10.34) También compartió con los borogas las fatales expediciones
contra los ranqueles, cuando debían ir contra Calfucurá y los demás invasores. Murió en el
injusto ataque que hicieron el 26 de abril a la tribu de Cañiuquir (ver nota biográfica de
Cañiuquir)
PICHI PINCÉN, cac boroga – ranquel 1850 era sobrino del cacique Vicente Pincén
y de su hermano Francisco Pincén (Ver su historia)
PICHI PURRÁN o Pichi Prán, capitanejo huilliche, el hijo del cac Purrán.
PICHI PUEL, 1861, cac. Salinero de la obediencia de Calfucurá
PICHI QÜINCA, 1823, cac. Pehuenche. Entonces visitó a Mendoza por razón de
tratar o renovar la paz. (No sé si sería Pichi Huinca)
PICHINTRUZ
El acontecimiento que más afectó fue la muerte del cacique Paine (Gnerr) y su
entierro espectacular el 15 de Septiembre de 1844. Su sucesor era su hijo mayor , el cacique
Calvaín (o Galván). Pero los malones siguieron sucediéndose, como también gestiones por un
tratado de paz. Por ejemplo, en 1845, después de la muerte del cacique Guzmané, una
comisión de los caciques Marihuán, Güircañamcú y Meligual se presentó al cacique Pichuín.
Este había asentado su toldería en Poitahué y todavía mantenía relaciones
diplomáticas con el fin de concluir el tratado de paz, sacando alguna ventaja. Rosas atendía a
sus comisiones por medio de su ahijado, el coronel Pedro Rosas y Belgrano en Azul. En
diciembre de 1847 llegó allí una comitiva de Pichún, encabezada por su hijo Manuel Guichal
de unos 25 años, con 150 indios. Otro acompañante era Locolil, hijo adoptivo de Pichuín,
quien reemplazó a Güichalá que se había muerto. Baigorria pudo evitar que no hubiese
matanza de mujeres en el entierro de .Calvaiñ
Se los atendió con prodigalidad, pero se les exigió que entregasen al unitario Manuel
Baigorria. quien los había conducido a la guerra. El capitanejo respondió con firmeza que no
entregarían a su amigo (R. Capdevilla: Rosas y Belgrano y Memorias de Baigorria Cap. V.).
Baigorria, quien era llamado por Rosas "forajido", estaba implicado en negocios con Chile.
Parecía comprometido también en el malón al cacique Guzmané (en 1845). Pichún defendió a
su yerno de todas las sospechas (Arch. Mend. Carp. 123, Doc.12: fha. 24.1.47).
En Abril de 1846. los unitarios habían movilizado a los ranqueles a un gran malón,
pues. Pichún. Calvaín y Guayquiner (hermano de Painé) invadieron la zona de Río Cuarto:
Antepán y Quechudeo, a La Carlota: y Baigorria con Coliqueo marchó a Rosario, donde
contaría con amigos unitarios. Pocos meses después invadieron con 300 indios a Río Tercero
haciendo muchos cautivos con el fin de liberar a los indios prisioneros que tenía el
gobernador de Córdoba. (Arch. Córdoba, Sec. Gob., T. 204 E: 5 fojas 273 y 292)
A raíz de la evasión de los Hnos. Saá y otros puntanos que se habían agrupado con
Baigorria, éste pasó una tremenda crisis, como lo escribe en sus Memorias., viendo que ni
Pichún le tenía ya plena confianza. Se apoyó en adelante más en el cacique Ignacio Coliqueo.
De pronto nos encontramos con la noticia de la muerte del cacique Pichuín.. Trascribo
la enternecedora carta del cacique Calvaín dirigida al coronel Manuel Baigorria por la que
cuenta de la muerte del cacique Pichún, su pariente:
"Leubucó, el 11 de junio de 1855.
"Mi apreciado suegro: ...El día sensible y triste, el 25 de mayo, vimos morir a nuestro
padre, el gobernador Pichún, como le será (triste) a usted el día que recibe ésta. Antes de
morir me hizo llamar para aconsejarme que hoy en día no quedaba otro más que yo y usted:
que unos a los otros nos entendamos y nos miremos como hermanos. Y así mismo advierto a
usted, ahora en la ocasión, no porque haiga muerto nuestro padre, no lo he de mirar en menos
a usted. Ahora en la ocasión lo debo de apreciar de que los dos quedamos pobres con haber
perdido un padre. "Y ahí mando a Catrenao con (las) demás palabras (para que a) usted
se vuelva a repetir las buenas palabras que me ha dado mi hermano Epugner y mi ayudante
Manuel Pineda que usted les había dado por lo que estoy agradecido de usted. Así. viste, ha
de tener presente los consejos que le ha dado el finado Llanquetrú, así no debe olvidar usted
este aviso que le doy a usted. Les participará a todos los gobernadores de estas provincias, en
mayor parte al Presidente Urquiza. Yo he mandado a San Luis (la noticia) de la muerte de
Pichún... Mando una manta que el Sr. Presidente Urquiza había pedido". (Arch. Cord. Sec.
Gob., T. 240. p. 46). Manuel Baigorria escribió, entonces, el 18 de Junio al gobernador Alejo
Carmen Guzmán de Córdoba: "Recibí la comunicación del cacique Galbán que anuncia el
fallecimiento de nuestro amigo el cacique Pichún y otra de los enviados de Manquellán. Estos
dos caciques me mandaron (también) relaciones verbales con Catrenao y Loncolí y piden (lo)
ponga (esa noticia) en conocimiento del Sr. Gobernador y del Sr. Presidente y que era preciso
que yo me vaya a hacer algunos arreglos según la orden de Pichún al punto de morir.
"Les contesté que... debía esperar órdenes... Pichún me había llamado en una anterior
para recomendarme su familia, por cual objeto despaché a mi hermano; y desgraciadamente
no lo alcanzó en vida..." (Arch. Cord. Sec. Gob.. T. 240. p. 45)
El gobernador Alejo C. Guzmán permitió a Baigorria que atendiera a la familia de
Pichuín, en oportunidad del entierro del cacique. Luego éste le contó en carta del 20 de Junio
de 1855: "Felizmente se ha conseguido ya, que no reciban ningún impulso de la desgracia que
siempre en un caso de estos saben recibir esas desgraciadas chinas" (ib.. T. 240. p. 50). Es
decir, pudo evitar que hubiese sacrificios humanos, como los había habido en el entierro de
Painé.
Si bien Calvaín era desde la muerte del cacique Painé (1844) el responsable más
importante de los asuntos ranquelinos, Llanquetruz (IVº). el sobrino de Pichún, asumió el
gobierno de la tribu de Pichún, esa otra rama del tronco ranquelino en Poitahué. Y su sucesor
habría de ser el cacique Baigorrita, hijo de Pichún (véase su biografía). A éste lo promocionó
en particular el coronel Manuel Baigorria: era su tutor y su padrino, por voluntad del mismo
cacique Pichuín.
El 5 de Junio de 1857 lo envió con cartas al cacique Calfucurá, quien había hecho un
tratado de paz con el general Justo José de Urquiza. En la carta decía: "...Le mando a
Baigorria. mi tocayo (esto es. al hijo de Pichún), para que afiance la amistad con él y le
aconseje: no pierda ni él ni Yanqui (Llanquetruz) su amistad, como la tenía el difunto mi
hermano Pichuín". (AGN, Arch. Urquiza, T. 779)
No podemos indicar la edad que alcanzó Pichuín. No debe haber sido muy mayor
cuando falleció. En 1830 es llamado ya cacique..Baigorria habla en sus Memorias de que
Lorenza Coliqueo, la hija mayor del cacique Ignacio Coliqueo le era prometida en
matrimonio y que murió antes de que formalizara el matrimonio. A consecuencia, ésta misma
fue prometida al Cnel.. Baigorria y la casó siendo muy joven,en vísperas de efectuar la
campaña de Cepeda, en 1859 (Memorias de Baigorria). Anteriormente pues había tomado el
compromiso de casarse con la hija menor de Pichún que aún era una "chinita, pero no se
realizó el casamiento". En las mismas memorias leemos el nombre de una de las esposas de
Pichún: Montiguana. En el relato sobre el malón contra la tribu de Llanquelén, en 1836,
leimos que su mujer principal era Mainque
Enumero los hijos del cacique Pichuín, según podemos conocerlos a través de esas
mismas Memorias de Baigorria y las de una nieta, llamada Josefa Poncela (La cumbre de
nuestra raza. vol. III, S. Rosa, La Pampa. 1942. p. 290): Cayupí., Guicha Leuquén (Guichal),
Llanquín, Carruén, Fernández, Baigorrita y Lucho y las hijas: María y Celia. Los últimos
hijos los tuvo con la cautiva Rita Castro, a la que Baigorria dio la libertad. Una hija de
Pichuín se casó con el capitanejo ranquel Millalauquén; a otra cautivó Llanquelén. Otro
documento nombra también a Caniupuel, quien, en 1836, cayó en prisión como Mariano
Rosas (Rev. Todo es Historia, No 130). Llanquetruz era su sobrino favorito y favorecido.
Si analizamos las noticias que tenemos de Pichuín, sobre todo por las que nos dio el
coronel Manuel Baigorria, descubrimos a un indio de buena humanidad, de fidelidad a la
tradición ranquel y de un apasionamiento político que lo llevó a la guerra junto con los
unitarios del interior. Avendaño, el cautivo que lo trató muy de cerca, lo caracteriza así:
“Pichuín era indio de una capacidad admirable, prudente y por consiguiente de un corazón
muy sano,..tan ponderado por su madura capacidad”
OTRO PICHÚN
El Pichún de 1878, capitanejo ranquel, debe haber sido de la parentela o sucesión de
Pichuín Gualá. Lo conocemos a través de documentos de la última etapa de la Conquista del
Desierto. En 1878, poco después de haberse ratificado por cuarta vez el tratado de paz de los
caciques ranqueles con el Gobierno nacional, irrumpieron las tropas del general Racedo en
sus tolderías, con la orden de limpiar la Pampa. Pichún huyó junto con el cacique Baigorrita
desde Toay hacia el sur. En Febrero de 1879 fueron alcanzados por una columna del coronel
Marcelino Freyre. El 15 de Febrero, yendo de Trecán hacia Quenquez, encontró su columna
el campamento del cacique Baigorrita y apresó por medio de una fuerte sorpresa a 103 indios
de lanza y 296 de la chusma. El parte dice que fueron muertos sólo el cacique Pichún, tío (sic)
de Baigorrita y unos 45 indios y a los capitanejos Lencué, Lincopal y Chincol (AEM. 17.2.79
y Olascoaga vol.I. p. 117). Su tumba se habría cavado en Médano Alto de la Laguna Corta.
(Noticia del 30 de mayo de 1879. Comisión Nacional del Monumento a Roca: La Conquista
del Desierto. Bs. As. 1940, III. p. 94)
PICHÚN, capitanejo boroga, hijo del cac. Ignacio Cañiuquir (según Mem. de
Manuel Baigorria
PICHÚN CÓ, 1850, cac. pehuenche del SO. De Malalhué (Mend.) en el límite con
Chile.
PILQUIL, Yenquen o Llenquei cc. María creo que fue capitanejo pampa
PISEÑ O PINCÉN
Vuta Pisén ha criado una respetable familia. En 1868 sus hijos eran
considerados hábiles guerreros, y caciques por la ley de herencia. Entre ellos se
destacó particularmente el cacique Vicente Catrinao Picén, nacido
probablemente en 1829 por Carhué. Le antecedió en edad el capitanejo Pancho
Catrinao Picén. Llevaron estos dos apellidos, quizá por sentirse de la nobleza
araucana por ambas partes, por padre y madre. Los documentos militares los
citan con el nombre Pincén, pero ellos en momentos importantes, como cuando
suscribieron un tratado de paz, lucían el nombre completo. Desde que ellos
intervinieron en la política y en la guerra, no es fácil señalar si tal o cual
documento se refiere a uno o al otro. Tampoco he encontrado un documento que
señalase la desaparición de Vuta Pisén (Pincén, padre); pero debía ser después
de 1878 / 79.
NB. Ignacio llama a Vicente Pincén Chalú que significa yerno, Es que
Justo Coliqueo estaba casado con Rosa Nahuelpayún, la que quería con
locura .Y cuando en 1864 murió de peste, lo sintió tanto que se enloqueció, de
manera que le tuvieron que internar en Buenos Aires dos años. Es pòsible que
alguna machí culpaba a Vicente Pincén como causante del embrujo.
Dos años más tarde, el 20 de octubre de 1869, Pincén hizo otra intentona
de invasión por el Partido de Lincoln, pero fue derrotado sobre la laguna Arín
(hoy Estancia Tres Bonetes). Es que el avance de la frontera Norte desde Junín
hasta Ancalú (hoy General Pinto) y de 9 de Julio hasta Carlos Casares (Fte. Gral
Paz) ha sido un escándalo para los de Pincén, que se habían radicado en el
oeste bonaerense. Y en 1870 volvieron las tropas de la Guerra de la Triple
Alinza en el Paraguay volvieron a las fronteras dispuestos a adelantar las
fronteras hasta el Río Negro. Y en 1876, el avance del Gral Adolfo Alsina con
seis columnas inició la terrible Conquista del Desierto. Por entonces se inició la
lucha del coronel Conrado E. Villegas, establecido en Trenque Lauquen, cuyo
primer objetivo era la eliminación de la tribu de Vicente Pincén, ya
independiente, en el Oeste bonaerense.
El Gral Ignacio Rivas, ya en 1870, recibió del Ministro de Guerra el
encargo de iniciar esa Conquista; pero el General quiso prepararla con mucha
escrupulosidad y fue “distraído” también por la Revolución del Gral. Ricardo
López en Entre Ríos.
En cambio, el Cnel. Francisco Borges, impaciente, se ofreció al Gobierno
iniciar una expedición contra el “Capitnejo” Vicente Pincén, que se supo, había
establecido su toldería en el “Médano del Avestruz”.
Lo contaremos al tratar de ese segundo Pincén, hijo más notable de Ta
Piseñ.
Una comunicación del coronel Villegas, fechada el 18 de noviembre de
1878, nos hace ver que Ta Pincén aún vivía en la Pampa: enumera los parajes de
los capitanejos de la tribu; y veremos cómo fracción por fracción fue cautivada
o se entregó, pero de Ta Picén los documentos ya no hablan más a no ser la
noticia que se hallaba en Toay..." (Memoria de Guerra, año 1878, p. 133).
¡Qué tristes deben haber sido los días y meses que vivía el viejo en
soledad hasta su muerte!
Padres de Vuta Piseñ Padre del Capit. Catrenao Nahuel Payún, padre
(tío)
¿? ¿ ? Vicente Inaquel
-
I.Vuta Piseñ cac. boroga nac? Por la Guerra a Muerte emigró de Chile a Carhué 1824 nac.
Francisco
esposa de Ta Piseñ
Cas.con …Catrenao Cas. con ..Nahuel Payún
II. Hijos de Ta Piseñ
1) Francisco Catrinao Piseñ (Pancho) nac. En Carhué 1824 (L.Baut.)
Casado con Paula Laitú (Rinque), nac 1829,hija del cac. Rinquenecul de Chadileufú e Inayman.
La familia de ella vivía desde 1862 en Los Toldos, Part. G.Viamonte. Se casaron cristianamente el
15 .9. 1879 en la Isla Martín García L.B. I. foj. 33. Su hermana Rosa Rinque se casó con José
Baigorria “el Viejo” en Los Toldos
2) Vicente Catrinao Piseñ nac. en Carhué 1829 (Decía Martín
Coliqueo)
3) José Piseñ, nac. 1849 El nombre José le dio el misionero al bautizarlo en la Isla Martín
García, porque no tenía nombre cristiano (está entre paréntesis).y tiene el apellido de la madre
como ilegítimo
4) Isabel Picén Se casó con el capitaneko Patricio Farías. Desde 1881 radicados en el Campo
de la Cruz de Junín( (Ver Hux en Rev. Historia de Junín Nº55 de 1973)
5) María Piseñ (en cada generación hay una María Pincén o Martina que llegó a tener el
apellido Mansilla.
6) Luisa Picén sabemos que era hija de Vuta Pincén por la
testamentaria
7) Leflay Piseñ es llamado hermano de Vicente Picén
8) Justo Pincén (1825-1925) Vivía en Trenque Lauquen. Cuando había muerto, nadie
reclamó su cuerpo.
9) Rosa Pincén ( 1864- 1917) Se casó con Antonio Mansilla en Trenque Lauquen. Sus
hijos eran Ignacio Mansilla (1872), Pascual M. (1878) Fernando M (1882) y Benito Pincén En Los
Toldos
Después del ano 70, una sorpresa tras otra, una expedición seguida de
otra, cayeron sobre el cacique Vicente Pincén y su gente que se habían
aquerenciado en el Oeste bonaerense. Estaba en buenas relaciones con
Calfucurá y se sabía respaldado por él.
Se enganchó en los grandes malones que Calfucurá lanzara en junio de
1870 sobre Tres Arroyos y en octubre a la zona de Bahía Blanca, que los
salineros tomaban como un justo reclamo y una protesta por lo que el
comandante Llano había hecho contra la tribu de Cañumil. (Véase la historia de
Calfucurá 1870). Cuando se trataba de lograr componendas, Namuncurá
escribió al coronel F. Elía, el 6 de noviembre de ese mismo año, que los
capitanes Anegner y Pichen (Coliqueo decía Piseñ y nosotros ahora, Pincén),
Necul y Millahueque habían iniciado la invasión a Bahía Blanca, pero añadía:
"Viendo tantos capitanes, me puse en marcha con 700 indios (Arch. MHN Nº
5129).
Nota: Anegner 1866 capit. de Coliqueo. Se casó una hermana suya con el capit. Francisco Coliqueo.
1868 se fue con el cac. A.Raninqueo a La Verde. 1869 encabezó una invasión a Chadicó. 19.11.69 maloneó en
Ancalú y Chiquilof, cuando Charras avanzó la frontera. Creían que lo habían muerto En el malón sobre Bahía
Blanca, se hallaron con él sus hijos (23.10.70). En el malón de 1872 traicionó al cac. Raninqueo y se fue con
Calfucurá. Estuvo en el malón sobre los Coliqueo (19.9.72) “era importante y temido. Murio en Julio de 1874.
La historia de Anegnerr (hijo) sigue aún hasta despues de 1879.
Millahueque, cac. de Namuncurá, firmó en 1873 el gran proyecto de tratado. 1877 era cac. principal de
Namuncurá.
Necul es Rinque Necul o Rinqui. Proviene de Necul que conocemos desde 1822 como boroga emigrado
a raíz de la Guerra a Muerte. Era hijo del cac. Melillán de Cholchol; hermano de los caciques Bulnes, Painemal,
Curriqueo (padre de Coliqueo) y Martín Salas. Renqui Necul que en 1834 fue llevado a Salinas Grandes, fue dos
años más tarde entregado por Calfucurá a Rosas “porque era el enemigo más malo de S. E. (Arch. Azul
16.1.1846 carta de Calfucura a Rosas) y una carta del Juez de Paz al Edecán de Rosas decía:” Ayer llegó el
capitanejo el caciquillo Renqui, llamado Necul..”, pariente de Rinquinecul. Tengo la historia de José Rinque o
Rinquenecul , caciquillo que habría venido de Chile en 1826. Según las Memorias de Manuel Baigorria no
pertenecía al grupo de borogas de Guaminí, quiso unirse a Cheuquetruz y Chocorí para atacar a los borogas.
Antes se había visto en un parlamento convocado por Rosas en Tandil (1826). Con otros maloneó en el “Bolcán”
(Part. Tapalquén . El Cnel. Del Valle los persiguió. 1837 hubo otro ataque por el mismo Jefe bahiense. El 22 de
marzo, el Cnel. Yturra en una expedición a Salinas Grandes atacó al cac Rinqui en Pillahuincó
(J.Maguire.Loncagüe p. 141) . 1844 fue perseguido en Tapalquén Más tarde estaba entre los ranqueles con
Coliqueo,pero no lo acompñó en su éxodo a Los Toldos en 1860. Pero Coliqueo lo buscó en oportunidad de la
expedición de Julio de Vedia a los ranqueles en 1862 y radicó al caciquillo Andrés Rinque con su gente (45
indios y 60 de familias) en Los Toldos como cacique con doble sueldo. Estaba casado con tres mujeres: con
Inaimán de Chadileufú (La Pampa), con María Olivar, prob. Cautiva criolla y con Juana Callfutrai. India de
Azul, nacida en 1836. Una de sus hijas, PAULA LAITÚ RINQUE, se casó cristianamente en 1879, en la prisión
de la Isla Martín García con FRANCISCO (Pancho) Piseñ.). Pero ya era su mujer y tenían hijos anteriormente.
El cac. Andrés Rinque falleció el 4 de Mayo de 1868 de cólera. Su sucesor en la tribu de Coliqueo fue Nazario
Rinque, nac. en 1850, csado con Rosa Lloftui Curinao (Su alta como capitanejo era el 1º de Agosto de 1869. Y
otro hermanastro, llamado Salvador Rinque, nac. 1854, llegó a ser también capitanejo en la Tribu de Coliqueo.
Doble fue la táctica que adoptaron los indios con la que buscaron
mantenerse en sus tierras, ya atemorizando con sus guerrillas y malones, ya
buscando comprometer al blanco para tratados de paz. En la historia de los
ranqueles (Mariano Rosas) y la de Calfucurá resaltan estas dos características.
Pincén era reacio a un tratado de paz, quizás no esperaba ni resultados
definitivos, ni ventajas pasajeras. Calfucurá trató de convencerlo, como lo dice
él mismo en una carta dirigida al coronel J. Murga, del 6 de febrero de 1871:
"...Le doy a saber que el capitán Pisen recibió la carta que (le) ha mandado: así
es que lo he convencido a que se hagan los tratados con usted... que le escriba al
Superior Gobierno (como le dijo Ud.). Y le escribí de los dos capitanes, de
Pincen y Pichi Quintré. Pronto irá la comisión..." (AEM 25.2.71). Y Murga
escribió efectivamente al gobierno desde Patagones, que Calfucurá
recomendaba darles un aumento de raciones para racionar a Antemil, Pisen y
Quentriel "quienes han venido aquí con ese objeto... Los caciques Pisen y
Quentriel son de los más importantes y han figurado en todas las últimas
invasiones" (AEM: 25.2.71).
NB. Tngo una nota biográfica de Quentriel, cac. muy importante; que se llamó hermano de Juan
Calfucurá, muy movedizo, progresista y de política cambiante. En Caciques Pampa Puelches, ed. El Elefante
Blanco 2003 p. 215 – 221. Otra biografía de Antemil, también hermano de Juan Calfucuá, más comerciante que
guerrero, 1869 se estableció cerca de la toldería de Vicente Pincén. También hacía gestiones para un tratado de
paz. Y volvió a Salinas Grandes; pero finalmente en 1894 se estableció en Junín de los Andes.
Pero las gestiones por un tratado de paz no prosperaron y los capitanes de
Pincén volvieron a guerrear en la frontera Oeste y Norte de la Provincia de
Buenos Aires.
La fama de Pincén crecía, yendo de boca en boca, pero las perspectivas para su futuro
se hacían cada vez más sombrías. Un artículo firmado con las iniciales J.M.J., publicado en
los Anales de la Sociedad Rural Argentina (ano 1876 T.X.) decía textualmente: "...Pincén es el
indio más audaz, activo y emprendedor de toda la Pampa y el que ha hecho más daño en los
últimos años y nos lo está haciendo actualmente...".
La opinión pública exigía, pues. un escarmiento. "Para nosotros la
persecución de los indios es cuestión de progreso", rezaba un slogan (Arch. de
Marcos Paz, T. IV p.334).
El coronel Conrado E. Villegas, comandante de la frontera del Oeste
desde 1876 hasta 1878 se propuso arrebatarle la fama al cacique, batirlo y
conducirlo prisionero. En un primer atropello, por una nada, Villegas no perdió
la vida en una celada que le hiciera Pincén, en junio de 1876 (J.F. Mayo:
información Histórica. pág.8).
El ministro Adolfo Alsina estimuló al coronel Villegas para que
expedicionara contra Pincén con estas palabras: "Pincén, el indio indómito y
perverso, azote del Oeste y Norte de la Provincia, jamás se someterá a no ser
que por un golpe de fortuna, nuestras fuerzas se apoderen de su chusma. Si esto
último no sucede. Pincén se conservará rebelde, aún dado el sometimiento de
todas las otras tribus hostiles... Espero que a fines de octubre, podré desprender
columnas ligeras sobre Catriel y sobre Pincén con orden terminante para que los
persigan con vigor y sin descanso" (Memoria del Min. de Guerra y Marina.
1877. p. 130).
De esta manera el "Toro Villegas" había acabado con el mito del "terrible
Pincén". Los diarios de Buenos Aires se hicieron eco de tales eventos. Irma C.
Cendón publicó en CHNCD (Congreso Hist. Nac. de la Conquista del Desierto)
1980, vol III p.324 noticias aparecidas en los diarios porteños, por ej. en La
Tribuna el 11, 12 y 13 de Nov. de 1878 y 22 de Dic./78. Describe la prisión del
cacique en Martín García, un mes más tarde; lo mostraba como un niño,
llorando desconsoladamente por su imperio perdido (sic).
Puedo insertar aquí unos versos de Ñusta de Piorno (en Cantos para la
Laguna Redonda, Trenque Lauquen. 1969. canto 5°).
"Este dolor antiguo:
Despojado del toqui y la arrogancia
de su inútil color estrepitoso,
con la estatura floja y un pañuelo
de oscura soledad sobre los hombros,
desciende aquel cacique bravo,
desciende aquel muy toro.
PINCÉN CATRINAO, Francisco o Pancho era hijo del mismo cac. Vuta
Piseñ, era hermano del cacique Vicente Pincén. De Francisco Piseñ conocemos
un documento biográfico preciso: las partidas de su bautismo y de su
casamiento religioso realizados en Martín García, el 15 de septiembre de 1879.
(Don José Mayo me proporcionó la copia del libro de bautismos Nº 3, partida Nº
800 y la del libro de matrimonios Nº 1. partida Nº 10) y Juan J. Estevez publicó
fotocopias ob. cit. p.248 y p 251. De ellas se sabe que Pancho Pincén había
nacido en Carhué el año 1824 (5 años antes de Vicente) y que era hijo del finado
Ayllapán y de la finada Amuypán. (Aylla Payún y Amui Payún)
NB. Tengo anotado un Aillapangui, cac. araucano que en 1776, después de la muerte de O´Higgins
por el cacique Lebián) fue decapitado y su cabeza fue llevado a Los Angeles y otro Aylapán, Francisco, cac. de
(Aclaración: Esta anotación, no es equivocada, ni tampoco es un
Malleco (Chile).
enigma. La práxis de los curas era que, si los padres o el padre no eran
bautizados, se anotaba el apellido de la madre; como en los hijos ilegítimos, si el
padre no lo declara como suyo, se hacía lo mismo. Además sabemos que entre
los mapuches, muchas veces no se transmitía el apellido de padre a hijo Algunas
veces adoptaron el apellido del abuelo; por ejejemplo el caso de Juan
Calfucurá.. Francisco Pincén nunca aparece con otro “apellido” que Piseñ o
Pissen. Nahuel Pan, tío de Francisco Pincén,tiene algo que ver con Aylla Pan y
con Amuy Pan. Pan es lo que sería el apellido, aquí apócope de Payún . El
cacique parienete se llamaba Nahuel Payún.
(Etimología: ortografía usada por los indios: Piseñ o Pissen Prob. viene de
pire: nieve o cordillera nevada [r araucana es como s] y ñ : ñancú: aguilucho
"aguilucho de la cordillera nevada"]). El autor del artículo aparecido en el
periódico EL SIGLO Bs.As. 13 de Diciembre de 1876 se refiere a un artículo
del Dr. Zeballos, aparecido en La Prensa, el 17 de Nov. de 1876, hace
rectificaciones en ese artículo. Escribe “PISSEN, que quiere decir nieve”.
---------------------------------------------------------------------------
Creo que puede interesar la continuación del ensayo genealógico de los
Pincén
Vuta Piseñ o Ta Piseñ casado prob. con una Catrinao y una Nahuelpan
Hijos de Ta Piseñ
l. FRANCISCO (o PANCHO) PISEÑ ( CATRINAO ) nac. en Carhué 1824 -
casado con Paula Laitú (Rinque), nac 1829
2. VICENTE PISEÑ CATRINAO nac. 1829 en Carhué
3. JOSÉ PISEÑ nac 1849 El nombre José le dio el misionero en el bautismo
Hijos de José Nahuelpayún (Picén) nac. 1819 (según Lib.Baut. de Mart. García
1879 Nº 627) tenía 60 años)
1. Luisa Picén (en la Isla M. García se cegó por viruela como también Manuel)
2. Ignacia Picén (Ignacia María fue bautizada el 1.1.1883, teniendo 25 años)
3. Manuel Picén (Los tres estuvieron en el Presidio de la Isla . Vic. Piseñ era su
tío)
……. .Cheuquelén era capitán 1º del cac. Nahuel Payún
PICHI PISÉN ….. (ignoramos sus hijos, nietas y nietos)
--------------------------------------------------------------------------------------------------
----
Nietos del cacique Francisco Pincén Catrinao
1. Martina Pincén (nieta por vía materna) nac. 1866- 1978 c.c. Anonio
Mansilla (en un reportaje en la Revista Siete Días, Año 3 Nº 146 del 23 de
Febrero de 1870, Martina llama “abuela” a Paula Rinque y que no era alta
como el cacique; “tío”, a Nicasio “el hijo menor de Vicente Piseñ; tía, a
María y dice que mamá ha muerto antes de 1970; Nosotros quedamos solos
con mi otro abuelo y con mi tío, hermano de mi mamá. Cuando nos dejaron
venir a Trenquelauquen: La abuela quería ver al marido, pero mataron al
marido, el cacique Pincén..Vinieron de Buenos Aires en tren de carga hasta
Bragado . (Pasaron visitando a parientes en Los Toldos)
Hijos de Martina 1866 – 1978 (112 años de edad) se crió junto a Paula
Rinque de Pincén. Se caso con Cheuquelén
Benito Venancio (Cheuquelén) n. 4.7.1938. cas. c. Nélida Garay (hij. SilviaA.
Liliana B. y Norberto
María Mansilla n. 21,11.1940 cas. c. Salvador Somoza (hij..Marcela y
Mariana)
Angela Josefa n. 13.8.46 cas. c. Alberto Cimas (hij. Gabriela y Angela
Evangelio Cheuquelén , alias Cacho .Su hija Angelita Josefa Mansilla de
Fosati
Sus hijos. En Los Toldos (de Coliqueo):Angela Mansilla 1891 LBaut 23,207
Emilia Mansilla 1898 – 1973
Anita Mansilla 1898 -
Ignacio Mansilla 1900 -
Rufina Mansilla 1904
- 1950
3.Rosa Pincén nac. 1864 murió 1917 (ya nombrada arriba)
_________________________________________________________________
Otros Bisnietos
Lorenzo Cejas Pincén en Trenque Lauquen “Barón de Carhué” Foto en “La
Opinión” del 5.2. 1987)
Andrés Cejas Pincén, su hermano. Dicen que son nietos de Marcelina Pincén
LOS HERMANOS PINCHEIRA, 1819 – 1832 : Antonio, Santos. Pablo y José Antonio,
hermanos que arrastraron a muchos indios a la guerrilla vandálica. Eran oriundos de
una familia de huasos alzados de la zona de Penco (Concepción). Lucharon a favor
de los realistas en Chile y en la Argentina. Empezaron a destacarse en la Guarra a
Muerte, después de la batalla de Maipú, e hicieron causa común con los pehuenches
cordilleranos. En enero de 1820 lucharon como oficiales del General Sánchez frente
a Chillán con la colaboración del cacique Neculmán, pero fueron derrotados En otro
encuentro, el 16 de Febrero de 1820, nuevamente fueron derrotados; por eso se
refugiaron entre los pehunches en Barbarco (Neuquén) y Mendoza. En un malal
fortificado en Alincó se creyeron seguros. Hicieron otro intento de montonera en
Lumaco (Chile) sin mayor éxito. En 1822 ya tuvieron más fuerzas y en Mayo
atacaron a San Carlos (en Chile) y saquearon El Parral. En Abril de 1823 murió
Antonio Pincheira y su hermano Santos se ahogó en el río Los Sauces, en `plena
Cordillera. Su hermano Pablo, el más malvado de la familia, salteador vulgar, astuto,
osado y feroz , se hizo llamar “cacique Pablo”; en cambio, el Gobierno de Chile los
declaró “fuera de ley” y organizó una expedición tras otra para destruir sus
montoneras: una en 1823, la segunda en 1826, la tercera en 1827 y la cuarta y
decisiva en 1832.
En 1823 el Cnel. Lantaño los buscó por Antuco y Epulauquén; no pudo encontrarlos.
Y en abril aparecieron ante las puertas de Linares (Chile). Fueron rechazados. Antonio
halló allí su muerte. Después tomó el mando de la montonera José Antonio. Ya que en
Chile la guerra se había aquietado, se instalaron en la Argentina el campo de sus correrías,
no sin dejar devastada la zona de Curicó. El 1º de septiembre malonearon en Salto y Rojas
(Prov. De Bs.Aires).Los batió el Cnel Federico Rauch. Diez días después 500 de ellos
atacaron Los Toldos Viejos (más tarde Dolores) e hicieron un masacre terrible. Lo que
provocó una expedición terrible del Cnel. Federico Rauch. Entre tanto otro grupo de los
montoneros pincheirinos asolaron los pueblos por Concepción en Chile (en noviembre de
1825) Y nuevamente tuvieron que huir. La tercera expedición del ejército chileno vino al
mando del Gral. Borgoño compuesto los 1157 hombres en tres columnas. Les ayudó
también el Cnel. J. Beauchef y la cuarta campaña se hizo a las órdenes del Cnel. Manuel
Bulnes y del Tnte Cnel. Vicente Carrero. Los corrieron y llegaron a rescatar 300 cautivas.
Pero como el tiempo era lluvioso y frío en invierno, el Cnel. Beauchef envió un mensaje a
José Antonio Pincheira, que estaba bien atrincherado en Butalón de la Cordillera del
Viento. Pero sabiendo que el invierno era su mejor aliado, rechazó el indulto ofrecido en
un papel sucio y con palabras necias, con fecha 10 de Febrero de 1827.
En 1829 se presentó en Carmen de Patagones, exponiendo sus deseos de entrar en tratado
de paz con el gobierno de Buenos Aires; “que era buen cristiano y tenía deseos de vivir en
el seno de la civilización”.
Entre tanto el Gobierno chileno había mandado a los caciques Melipán y Coñuepan a
perseguirlos con 1000 indios patriotas y 70 coraceros con la orden de expedicionar contra
los realistas de la pampa. (Ver las notas biográficas de estos caciques). Melipán perseguía a
los pincheirinos sobre el Río Colorado y fue muerto el 13.8.27), mientras Venancio
Coñuepán con su equipo colaboró en la fundación de Bahía Blanca. En 1828 aparecieron
los pincheirinos con 450 hombres ante la nueva fortaleza de Bahía Blanca. Juan Manuel de
Rosas, Comandnte General de la Campaña, encontró el modo cómo alejarlos de la
Provincia de Buenos Aires.
Los pincheirinos tomaron contacto con el gobierno de Mendoza que después de sitiar
la ciudad, aceptaron un tratado de paz. Para no exceder en información, diré: que después
de muchos tira y aflojas, terminó su presencia en un escandaloso masacre en El Chacay, el
11 de Junio de 1830. En Mendoza hubo una revolución contra el Gobernador Corvalán,
jefe de los federales. El depuesto Gobernador y el Gral. Aldao pensaban utilizar las fuerzas
del Cac. Neculmán y de los pincheirinos para la lucha política. Ellos pidieron un tratado de
paz y que se concentraran en El Chacay. Corvalán con 30 ciudadanos distinguidos acudió y
allí encontraron a los indios tranquilos y en formación para recibirlos. Pero a una señal se
abalanzaron sobre los mendocinos y los mataron traidoramente.
Rosas, ahora gobernador de la Provincia de Buenos Aires, hizo grandes esfuerzos para
separar a los indios del grupo de montoneros y el Gobierno de Chile mandó a 2000
soldados al mando del Gral. Manuel Bulnes. Los peleó en “El Roble” y en “Alamito”,
cerca de Malargüé.
Poco después José Antonio Pincheira pidió indulto al Gobierno de Chile y así se retiró
para ser luego administrador de la estancia de Bulnes en Chile (sic!)
BIBLIOGRAFÍA : Gregorio Älvarez 1961 y Vicente Osv. Cutolo: Nuevo Diccionario
Biográfico Argentino vol V. p. 498ss .Avendaño, Santiago, Memorias ed. 1999 p.199
PINEDA, Manuel (Pinda), 1857, capitanejo ranquel. Era hijo del cac. Calvaiñ. En
1857 ya era lenguaraz y fue ascendido a capitanejo. 1858 murió su padre trájicamente, en
el accidente que conocemos. Mariano Rosas fue el sucesor de Calvaiñ. y recomendó al
Gral J.J. de Urquiza a Pineda en su primera carta. (AGN. S:VII Arch. De Urquiza T. 124,
135, 127 y 158)
PINHUEL (PI NAHUEL), alias Cañiu huel, 1884, cac. pampa que entonces vivió en
Príngles. Monsr. A.M. Espinosa lo bautizó allí, según anota en su Diario (Diario del
Capellán de la expedición de 1879 Bs. As.Ed. 1968 p.138) El mismo anota los dos
nombres. ETIMOL: Pi: se llama; nahuel: tigre o caniu: cachorro de tigre
PINALEFE, 1782, cac. pehunche que asistió ese año al parlamento de paz con Roco
PINOLEFI, Ambrosio, 1819, cac. “abajino” y patriota de Purén, pariente o
hermanastro del cac. Colipí (h). Lo llamaban Huinca Pinolefi; otros lo llamaban Piñoleo.
Había estudiado en el Colegio de los Padres Franciscanos en Chillán. Le gustaba vivir con
los criollos, por eso le llamaban Huinca Pinolefi. El viajero inglés lo visitó en su casa que
era de adobe y tejas cerca de Nacimiento. (José Bengoa: Historia del pueblo mapuche,
Santiago 1985 p.73)
“Pinolevi era fuerte y bastante corpulento. Había abandonado la vestimenta
indígena..Hablaba el español con mucha facilidad y parecía estar muy a gusto en la
conversación. Tiene el rango de Teniente Coronel en el ejercito chileno y recibe
remuneración como pago por su amistad”…Se destacó en la Guertra a Muerte junto con su
hermano Catrileo; luchaba a la par de Liempí y Quilapí, en Nacimiento (1819), en Lumacó
y Angol y el 27 de noviembre de 1821 en Concepción. En tiempo de paz cultivaba sus
propios viñedos. (T. Guevara 1910 p. 197 y 255). Parece que murió en 1858. Sus hijos
Juan Pinolefi y Manquillán mantuvieron su bandera.
PIÑOLEO (puede tratarse del mismo ya mencionado inmediatamente arriba)
Era cacique pehuenche chileno, de las afueras de Nacimiento. Poseía una casa bastante
buena, dice Eduard Poepping (Viaje por Chile, traducicido , extracto por Carlos Keller en
Rev. Museo Hist. Nat., Santiago Ch. 1, Nº 3 ,1942) Era hombre de buen porte y ya canoso.
Tenía traza de hombre acostumbrado a mandar y vestir a la moderna. Tenía puesta una
casaca militar y una gorra con galón. Hablaba bastante bién el español y como había
pasado algún tiempo en Concepción, ya habían sacado provecho de la cortesía hispana y se
disculparon por no estar terminado el arreglo de su casa. Colocaron mantas sobre los
escaños que se habían colocado para nosotros (Pöeping y el cac.Zuñiga) Las mujeres
estaban vestidas a la usanza india, con el lindo adorno de la cabeza de perlas azules,
prendedores, chaquiras etc. Pero su chamal no era de tela de lana, azul o negro, tejidos por
ellas mismas, sino de tela inglesa, roja y amarilla” ( Morris von Bennewitz, Raúl 1997:Los
Plateros de la frontera ,ed. Univ. Temuco) p. 160.
El anciano cacique tomó asiento frente a nosotros, sin quitarse naturalmente el gorro y
preguntó al joven Zúñiga, que cuál de nosotros era el mejor amigo de su padre. Vino el
pariente, el cacique Catrileo, hombre pequeño, pero fuerte..
PINOLEFI, Juan, 1853, cac. “abajino” chileno, era hijo y sucesor de Ambrosio
Pinolefi en Purén. Ha nacido allí en 1839. También él siguió apoyando la causa chilena,
aún contra los hermanos de raza que frente el avance de las fronteras reaccionaron. 1853
fue retenido por algún comando chileno en rehén por su acatamiento. Y en 1868 fue
muerto por el indomable cacique Quilapí y sus indios aliados, por su chilenofilia. El diario
El Meteoro del 14 de noviembre de 1868 anunció así su muerte: “Pinolevi y Catrileo .
estos dos caciques de Purén, amigos leales al gobierno, acaban de ser asesinados. No
conocemos los motivos ni los pormenores; pero es fácil presumir que han sido asesinados
por su adhesión al gobierno y por indios enemigos de éste…(J. Bengoa, ob. cit. p. 201) En
su foja militar se ven servicios de alférez (1859); fue guardia de la sede presidencial etc.
PINQUI LLANCA, Manuel, 1875, capitanejo ranquel que firmó el gran documento
del gran tratqado de paz propuesto por los caciques confederados en Salinas Grandes
(AEM doc. 1232) Este mismo apellido pervive en la Tribu de Coliqueo en Los Toldos
(Prov. Bs.As.)
PINTU LLANCÁ, 1650, cac. puelche que participó en el parlamento convocado por
el misionero P. Diego Rosales en la zona del lago Nahuel Huapí.
ETIMOL: Pintu: pedazo de llancá: perla o collar
PIÑA CAL, 1750, cac. auca que estaba aliado a la tribu de Cangapol (El Bravo). Lo
llevó a la Misión Jesuítica con una comitiva de 500 hombres, a fin de engañar a los Padres.
Pero el 28 de agosto de 1750 diron a la Misión su sorpresa y ataque (Sánchez Labrador .El
Paraguay Católico 1772 p. 130)
PIÑI GUANQUEN, 1833, cac. pampa que fue perseguido y muerto por los
expedicionarios de Rosas (Informe de J. M. de Rosas del 25.3. 1834) (Peñi y huanque )
PIO ÑAM, 1804, cac. pehuenche. Ese año visitó con otros caciques al Gobierno de
Mendoza (Arch. Mend.)
PIQUEL MAN, 1863, cac. salinero. En junio de ese año fue enviado por el cac. Juan
Calfucurá al Comandante de Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.89)
PIQUINA NAVIRA, 1574, cac. comechingón de Canchisara , Altantina, Córdoba;
encomendado de Nieto ( Montes. Ob. cit. p.66 )
PIRE VUTAN MAPÚ, 1752, cac. pehuenche de “los montes andinos”, dice el P.
Haevstadt, quien lo había visitado ese año Pire: nieve ; vuta mahuída: gran cordillera
PIRRÁS: 1858, capitnejo pampa. Lo hallamos junto a los caciques Quentriel,
Cañiumil y Cristo AEM 13.2. 58)
PISCA GUARA CHARABA: cac. comechingón de Pisca Huara Sacat, San Roque,
Córdoba; encomendado a Yrobi (Montes ob. cit. p.87)
PISQUIN CHARABA, 1775, cac. comechingó de Seques Pisquin, Mogotes, Córdoba;
encomendado de L. Correa (Montes p. 71)
PITRI ES COMO PETRÍ o PICHI
PITRI HUEN, 1878, cac. pehunche de Catan Lil
PITRI ÑÁN, 1797, capitanejo pehuenche de Malalhué. Asistió en ls parlamentos de
1797 y 98, que pusieron fin a la Guerra Pehuenche ETIM: Pequeño aguilucho
PITRI ÑAN, 1900 capitanjo pehuenche que vivía al Oeste del Río Barrrancas estaba
unido a la tribu de F. Purrán.
PITUI MAIN, 1787, cac. pehuenche de Malalhué, activo en la Guerra Pehuenche.
PITUAN (Pitiñán) 1879, cac. pehuenche, que en la campaña del Desierto fue
perseguido por la cuarta División. El Sargento Mayor Illesca atacó a sus indios en el
margen izquierdo del Río Agrio. Según el parte del 19 de Mayo de 1879 mataron a seis
indios y apresaron a 58. Los otros huyeron por los cerros (Olascoaga II p. 181 y 162 ed 1ª
Y II 216)
PICHU ÁN, 1868, capitanejo del cac. Raninqueo (boroga). Se incorporó entre sus
capitanejos al separar una parte de la Tribu de Coliqueo, para irse a La Verde (Part. 25 de
Mayo). (ver nota de Raninqueo)
PIU LÁN, 1788, cac. pehuenche o ranquel que vivía en la Cordillera al Sur de
Mendoza (Diario de Esquivel Aldao, 26.1. 1788). Fue atacado el 16 de Febrero de 1788,
igual que Caullant.
PIUNTA, 1573, cac. huarpe de Mendoza (ciudad). Su tierra se llamaba Sampacha
Ajan que tomó en encomienda Coria Bohorques. 1625 aún se le nombra como cacique.
(Cabrera: Aborígenes del país del Cuyo p. 303).
Piurume, 1655, cac. araucano comprometido en la gran sublevación
PIUTRIN ROSAS, 1870, capitanejo ranquel. del cac. Mariano Rosas de Leuvucó
(Piutrin es nombre; a veces se llamaba Piutri nao). Era hijo del cac. Mariano y de Emilia
Nº 6 de la lista. Se casó con Mónica Cornejo.
PIVAITRÁN,1797, capitanejo pehuenche. Estuvo en el parlamento de Malalhué, el
12 de octubre de ese año.
PLATERO, Ramón ver Cabral; alias Platero
PLATERO, José (alias Cayumill o Cayumán), capitanejo de la tribu boroga de
Coliqueo en Los Toldos. Era hermano de Andrea López Platero (Cayumán), nac. 1841 y
hermano de Catalina López Platero. Los tres eran hijos de Levipán (alias López) y Jacinta.
Las dos hermanas se casaron con el cacique Justo Coliqueo (1838-1876) y tuvieron
importante descendencia (Ver Coliqueo, Justo)
José Platero había nacido en 25 de Mayo, en 1838 (4 años después del Asalto de
Masallé) y murió en 1877. Era indio bravo y cristiano. Probablemente su madre había sido
cristiana. Cuando Coliqueo se radicó en La Tapera de Díaz (Los Toldos BA.) el se vino a
este pueblo, quizás por el casamiento de sus hermanas. Era capitanejo de esta tribu.
Él en la tribu de Coliqueo se casó con dos hijas del cacique Ignacio Coliqueo: con
Anita (1848-1936)y con Agustina Coliqueo (1856-1901) La hermana de José
Platero, en cambio, Catalina Cayumill, se casó con el cacique Justo Coliqueo, el hijo y
sucesor de Ignacio Coliqueo. ¡Qué importantes entroncamientos!
José Platero, además de ser buen guerrero y cheuquero, desempeñaba el oficio de
platero. No sé si alguna vez se podrá conocer alguna pieza suya ( quizás en la colección de
John Maguire, que rastreó ya de joven la tribu de Los Toldos.) Sabía castellano y por eso
recibió del cacique varias misiones diplomáticas, por ejemplo, ante el Presidente D.F.
Sarmiento y ante el Arzobispo Aneiros en Buenos Aires.
Como lenguaraz cobraba un sueldo de 300 $. El 3 de Junio de 1873 fue el delegado del
cacique Coliqueo en el entierro del cac. Juan Calfucurá en Salinas Grandes y firmó el
documento del proyecto detratado de paz . (AEM. Doc. 1232) En 1876 acompañó al
cacique Justo Coliqueo, cuando éste se sublevó y lo acompañó en la Batalla de la Tapera
de Diaz, cuando éste quería integrar su gente en el Gran Malón de Namuncurá para
contrarestar al avance conquistador de las seis columnas del Ministro Adolfo Alsina.
(Conté el episodio en todos los detalles en mi libro Coliqueo, el Indio Amigo de Los
Toldos, ed. EUDEBA 1980 capítulos XXX a XXXIII) Justo Coliqueo no pudo arrastrar a
su gente y cuando reconoió su error, que había tomado su resolución en arranques de
locura, quiso volver a Los Toldos; pero fue perseguido y lanceado por orden del cac.
Pincén. José Platero no volvió a Los Toldos; sin embargo su familia quedó allí. Acompañó
el último malón que se dirigió a la zona de Junín (parte de Ataliva Roca del 11. 12.76)
El 23 de agosto de 1877 llegó a Buenos Aires en su última misión diplomática ante el
Arzobispo Aneiros, pues la tribu de Namuncurá en la zona de Salinas Grandes estaba en la
angustiada situación de ser extinguida (L. Copello: Gestiones del Arzobispo Aneiros 1939
p. 220)
Don José Cayún, hombre de la Tribu de Coliqueo, empapado de la tradición de su
gente, me decía, que había oído decir que José Platero había muerto en un combate por un
trabucazo del Coronel E. Villegas, a quien había dado primero un lanzazo. “Estoy herido,-
dijo volvió la brida y fue a morir aparte”
Lo mismo dice el Cnel. Villegas a su amigo, el Cnel Ataliva Roca, en una carta,
fechada en Trenque Lauquen, el 26 de septiembre de 1877. “Es una vergüenza, mi amigo,
lo que sucede y lo que sucederá, mientras no les llevemos la ofensiva a los indios. Guerra a
Muerte les debemos hacer. Nada de tratados… Varias veces he pedido permiso para
invadir y no me lo han dado.
“Cuando la refriega del 1º de Junio, el indio Platero me pegó un lanzazo en el costado
izquierdo, le cazé (sic) la lanza y le devolví el obsequio con un confite de mi revolver,, el
que el imbécil, en vez de trgarlo por la boca, como es natural, se lo engulló por el ombligo.
Ahora he sabido que al llegar a Los Toldos murió. Esto me lo ha dicho un cautivo. ¡ Que el
diablo lo conserve en una guampa1… Ese indio era el que más atacaba, y cuando le pegué
el balazo, sujetó el caballo y me dejaron todos”. (Publicaciones del Museo Roca, Bs.Aires.
Documentos vol. V. p. 258 y doc. Original :77.12) Otros detalles en Hux: Coliqueo ed
Eudeba 1980 p 204, 206 y 224).
En mi trabajo genealógico en borrador tengo muhos parientes y descendientes de José
Platero anotados y también con el nombre Coliqueo y Cayumán
Andrés Platero, hermano de José y Luis (nac. 1851) Andrés,. nacido en 1836. Casado
con Juana Calfitray de Azul. Y su hijo nació 1862.
Antonio Platero (al Lefilaf) cas. con Ignacia Peinequeo, fall. En Los Toldos 1884.
Sus hijas : Carlota. nac. 1874. cas. 1893 con Mnuel Farías y Juana Platero, nac 1863.
Hermana de José Platero: Catalina Platero esposa de Justo Coliqueo cuyos hijos
Se llaman Juan Platero, Pastor Huenchupán y Damián López (tengo alguna duda aquí)
Nietos hay montones. Yo conocí a Hipólito Platero Coliqueo, nac. 1870, hijo de José
Platero y Ana Coliqueo Y todos figuran en libros de butismos.
PLATERO, JUAN,en 1870 era capitanejo de la tribu de Rondeao en 25 de Mayo. En
marzo de ese año tenía dos hijos, Cirilo y Nicanor, en el Colegio de Catedral al Norte del
Maestro Larguía, calle San Martín en Buenos Aires. El Presidente Sarmiento aprpobó con
su firma la solicitud de la internación de estos dos hijos y los recomendó en una esquela
(Arch. Est. Mayor 7.3.1870)
Platero, Luis, 1869 capitnejo y lenguaraz del cac. Raninqueo (boroga), cuando este
cacique se formó su propia tribu en La Verde. Figura en la lista de los capitnejos. Luego
esa tribu en marzo de 1872 fue invadida por el gran malón de Calfucurá. No sé si Luis
Platero ha sido llevado como cautivo a Salinas Grandes. Creo que volvió a la tribu de
Coliqueo (Los Toldos)
PLATERO, Pancho, 1867 capitanejo del cac. Jn. Calfucurá en Salinas Grandes.
Como sabía castellano, igual que sus hermanos le encargaron varias misiones diplomáticas
en Buenos Aires En abril de 1867 se presentó al Presidente Mitre y al Gobernador de la
Provincia (AEM. ). En 1872 durante el gran malón que se desarrolló en la batalla de San
Carlos de Bolívar, salvó la mujer del cac. Raninqueo, cuando éste fue invadido y apresado
(A:M:H:N: doc. 6150: 28.5.73) En 1875, cuando las tribus de Salinas Grandes hacían un
gran intento de conseguir un tratado de paz definitivo, él no quiso entregar su cautiva. Pero
con el avance de Adolfo Alsina en 1876 /77 y la Campaña del Desierto perdió todo.
1882 estaba aún con los caciques Manuel Namuncurá y Reuquecurá, cuando el Mayor
Peiteado de la IVª División los atacó, el 5 de Diciembre, en el río Chimehuín. Platero
escapó, pero le quitaron 22 indios que lo acompañaban y los llevaron a prisión. (Walther:
Conquista del Desierto ed. 1964 p. 696)
PLATERO, Martín, 1878 capitanejo de la tribu de Catriel. Había sufrido los reveses
de esa tribu hasta su rendición a las tropas de la Conquista del Desierto el 31 de marzo de
1878, cuando se presentaron 658 indios en Carmen de Patagones (Periódico La Amércoca
del Sur). El 18 de Febrero de 1880 se bautizó y se casó por la Iglesia con Dominga Castro.
“Rezaron mucho”,- dice Monsr. Espinosa en su Diario (ob. cit. p. 81)
PLATERO, Pedro, 1864, capitanejo entre los tehuelches. Ese año, él y su hijo
acompañaron al misionero protestante (de la Sociedad misionera inglesa). Don Teófilo
Schmid en su viaje a Carmen de Patagones ( Diario del misionero, publicado por A.M.
Vignattti bajo el título “Misionando por la Patagonia Austral, ed. Acad. Nac. Hist. 1964 p.
115) habla de él. A Pedro Platero trataron varios exploradores, como Ch. Musters y Vaite
H. Stierling, Jorge Claraz . Y en 1886, M. Fontana, quien atestigua que el capitanejo o
caciquillo sabía hablar en inglés. El Pastor Arnaldo Canclini ha publicado varios trabajos
sobre los misioneros protestantes, Por ej. 1979: La Conquista Espiritual; el aporte
protestante; en Congrso Hist.Nac. Conquista del Desierto vol III p. 85-97
PLAZA, Mariano, 1863, cac. pampa (de Nahuel Mapú). El 3 de marzo de ese año
escribió el Gobernador de San Luis que estaba dispuesto de hacer un tratado de paz con él
(Arch. Mend. Carp. 123 doc 24)
POCOBA HUYBANA, 1598, cac. comechingón de Chilomina Niclistaca, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 68)
POCHIAN, 1582, cac. de nación guaraní, que por la distribución de las encomiendas
en el Distrito de Buenos Aires por Juan de Garay fue tomado por Pedro Rodríguez.
POLOMAS, 1820, cac. chileno que con J.M. Carrera participó en el asalto de Salto
(Prov. Bs.As.)
POLO, Juan, 1658 cac. puelche. Su tierra se llamaba Polo, en la zona mendocina de
Malargüe.
Era hermano del cacique Bartolomé Yoyarri. Los españoles lo apresaron y lo estaban
llevando a Chile, cuando se escapó durante el paso por la Cordillera. Más tarde fue
apresado de nuevo y llevado a trabajos esforzados en Callao. Había sido amigo del cacique
Tranaqueupú.
POLOCÓN, Luis, 1715, cac. pehuenhe, encomendado de Luis de Lemos Barros.
(Arch. Mend. Carpeta 30 doc. 18)
Polocon es en 1593 lo mismo que Payllamain. (ver)
POLON CAR, Felipe, 1685, cac. mendocino; encomendado del Sargento Mayor Luis
Chirimos de Posadas. Tenía entonces 41 años; estaba casado con Juana (Arch. Mend. Carp.
29 doc. 10)
POLOTO, 1598, cac. comechingón de Poloto Sacat, Candelaria, Córdoba;
encomendado de Sosa (Montes 87)
POLOTO AGAN, 1587, cac. comechingón de Sibac Chi, Candelaria, Córdoba;
encomendado de Albórnoz (Montes 88)
POMAT NAURE CHARABA, 1573, cac. comechingón de Pomat Naure Olaeta,
Calamuchita, Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p.79)
POMASAS, 1575, cac. comechingón de Pomasas Navira, Calamuchita, Córd.:
encomendao de Villalba
PONCE, 1878, capitanejo que vivía con los salineros. Durante la última fase de la
Conquista del Desierto fue perseguido por tropas al mando del Tnte. Cnel. T. García. Se
escapó de una sorpresa el 5 de octubbre de 1878, junto con el cacique Hucú Chuquil, y
alarmaron a las demás tribus. Pero, sí, perdieron 106 indios que les tomaron prisioneros
(Olascoaga-Galindes IV p. 61)
En la Tribu de Coliqueo de Los Toldos hallmos rastros en las varias familias de la
nobleza aaucana
PONCE O CAYUPÁN, Manuel nac. 1846 en Los Toldos; cas. con Agustina Meliú
Coliqueo
PONCE, Martín nac. 1862, hijo de Mauricio Ponce y Eulogia Acuña.
Martín se casó con Petrona Díaz (del cac. Díaz) Sus hijos: Martín 1888; Andrea
1890; Eleuterio 1892, Pedro 1894 y Teodora 1901
PONCE, Anita, nac. 1868 h. de Ponce Cayupán (m. 1877) y Agustina Meliú, viuda de
Coliqueo
POPIS NAVIRA, 1586, cac. principal del Río Vº; empadronado por Abreu
PORAN ver Purrán
PORROYÁN, Gerónimo, 1880, cac. de La Paz (Mendoza), huarpe. Allí tenía un
campo escriturado, me dijo su nieta que es profesora en Mendoza.
POS MAY (prob. Por Man), 1752, cac. auca de la zona de la Concepción (Misión
jesuítica del Sur de Buenos Aires) De él nos da noticia una carta del Maestre de Campo D.
Lázaro de Mendinueta, dirigida en ese año, al Gobernador de la Prov. de Buenos Aires,
diciéndole que se le había presentado, el 13 de Ocubre de 1752, en el Pueblo de
Concepción los caciques Posmán (“auca de nación”) e Ignacio, quienes manifestaron a los
Padres Jesuitas, que querían hacerse critianos. Mendinueta mandó entonces al Capitán
Juan Blas Cayu a reconocer la toldería de Posmay y ratificar lo dicho por éste y el número
de gente bajo su mando. El capitán lo halló así; pero estando allí, llegó otro cacique
(malhechor de estos campos) José Yati, que a dos o cuatro leguas tenía dos toldos
esperando a otro cacique (malo como él) llamado Malecá. Apresó a Yati, lo puso en cepo y
luego lo pasó a cuchillo. (Arch. Gral. Ind. 315 Charcas 2219. En la biografía de José Yati
daré mejor información, demostrando que las noticias mandadas al Rey de España, a veces
eran armadas y a veces eran falsas. (Arch. Ind. Nº 6 7 7474; El cac. Pos may trajo
cautivos.)
POTAN COLAN, 1573, cac. comechingón de Tabale Chame, Córdoba; en comendado
de Espinosa (Montes 60)
POTE GÜER, 1723, cac. auca que vivía a orillas del Río de los Sauces (R.
Colorado).
PORTILLO, capìtanejo del cac. Jn. Calfucurá. En agosto de 1858 acompañó a su
cacique hasta el Palacio de San José en Entre Ríos y se presentaron al Gral. Justo José de
Urquiza (Clifton Goldney: Manuel Namuncurá ) Estaba en amistad con el Gral. Urquiza
hasta la batalla de Pavón, en 1861; después se plegó a la montonera con Juan Pueblas y
Ontiveros e invadieron los departamentos de San Javier y de San Alberto, el 23 de marzo
de 1863 (Arch Mitre XXIV p. 265) y en enero de 1864 invadieron la zona de Villa
Mercedes con 800 ranqueles (R. Pastor: Guerra con el indio en la jurisdicción de San Luis
p. 467)
POYO, 1573, cac. comechingón de Quisquisacate, Córdoba; encomendado de Luna
(Montes p. 50)
PRAI LÁN. 1878, capitanejo de los manzaneros; era hijo del cacique Huenuqueo
quien murió estando en Buenos Aires. Y por eso sus hijos atacaron a Francisco Moreno
(Moreno, Ed. :Reminiscencias 1942 p. 44)
PRAI MÁN,1873, capitanejo boroga del cac. Vicente Pincén. Figura en su tratado de
paz.
PRAI PANGUI (alias Perucho) 1751, cac. pehuenche que fue visitado por el Padre
B.Haevstadt.(Diario 1777 II p. Era hermano del cac. Huenchu Ñancú .
PRAL, cac. que estaba con el cac. Toriano y Zúñiga (Fernández 2002, p.44)
PORRAN es Purrán
PRAYEL (Prai nahuel), 1885, capitanejo del cac. Sayhueque, en el momento en que
éste se entregó al Ejército en San Martín de los Andes (Walther: Conquista del Desierto,
ed. 1964 p. 741)
PTUIPÍ, Pedro, 1751,cac. araucano en Chule (Chile). El 31 de dic. De ese año lo
visitó el Padre B. Haevstadt (Diario de 1777 II )
PUÁN, 1861, capìtanejo salinero (Arch. Mitre XXII p. 61) ETIMOL: Pu: dos;Ante:
soles
PU ANTE, 1657, cac. araucano. Su hijo era el famoso Mestizo Alejo, porque su
madre era la cautiva Beatriz Gutiérrez de Albornoz. Ambos, caciques, estaban con los
sublevados en 1657.
PU CHAÑAR, 1790, cac. pehuenche del sur de Mendoza. Ese año fugó de la frontera
con Mainquemán, Alcahuenche y Catiguán y otros (Morals Guiñazú: Aborígnes p. 54)
PU CHARABA, 1773, cac. comechingón de Pú, Sierra de Calamochita, Córd.;
encomendado de Yrobi ( Montes p. 79)
PUCHUL MÁN, 1879, cac. ranquel. Durante la Expedición al Desierto fue capturado
por la fuerza de Trenque Lauquen al mando del Mayor Ruiz, en Colo Lauquen. Los hallaron
de a pie (Olascoaga I. 134 : 27. 1. 1879) cf. F.Pincén
PUEL, 1845, capitanejo pehuenche, integrado en la tribu de Calfucurá. 1845
desempeñó con el cac. Aillal una misión en Azul (Rev. Arch. De Azul p. 113)
PUEL, Vicente, 1970 en Lago Aluminé, Neuquén, con 30 familias, actualmente en
Angostura, una de las 23 agrupaciones indígenas reconocidas por decreto de 1964. Los visitó
Hilger, María Inés (Sister) y editó en 1957 su libro Araucanian child life and its cultural
PUEL ÁN, 1782,cac. Pampa ranquel (“de Mancé Mapú”: tierra de montes). 1782
asaltó en Pergamino una tropa; estaba de malón. Luego se mudó al Diamante con Huenumilla
y apoyó a Llanquetruz Iº. Un excautivo decía que él guardaba el cáliz robado a un canónigo
(A. Mend carp. 117) NB. Lo mismo se decia de Carripilún.)
PUEL CA, 1865, cac. Tehuelche de más al sur del Chubut, que por intermedio del
cacique Chagallo se sometió con otros al Gobirno de Buenos Aires por un tratado de paz
fechado el 15 de Julio de ese año, celebrado en Carmen de Patagones (AEM doc. 826)
PUEL GNER, 1786, cac. Pampa ranquel. Ese año llegó una expedición a Salinmas
Grandes. El cac. Antemán que vivía en Picherñancú, a 36 leguas de allí, notició de eso al cac.
Puelgnerr,que vivía a una jornada corta hacia el Norte; declaró Blas Pedrosa (Memoria de este
excautivo AGN S. IX. 24-1-8; relato de 38 págias)
PUEL HUAN, JUAN (o Gómez Quiñehuán) 1868, capitanejo del cac. Ignacio
Coliqueo en Los Toldos (Bs.As.) y al separarse una parte con el cac. Raninqueo para ir a
establecerse en La Verde del Part. De 25 de Mayo, lo acompañó. En 1872, en opotunidad del
gran malón del cac. Jn. Calfucurá,se sublevó y se entregó con otros sublevados a Calfucurá en
vísperas de la batalla de San Carlos de Bolívar.
En 1873, cuando se estaba estableciendo una Confederación de las tribus de la
Llanura del Plata, firmó el gran documento, la gran lista de caciques y capitanejos que pedían
el tratado de paz. Llegaron esos jefes indígenas justo en el momento de la muerte de Jn.
Calfucurá. (firmó “Pueluan”) El 1º de Agosto de 1878 se presentó en el Fuerte Italó (extremo
de la zanja de Alsina). El comandante comunicó entonces: “se pesentó el capitanejo Pueloán
con 50 indios de sus familias (AEM : 1.8.78)
El 5 de Agosto se presentó el capitanejo Puelán Pacheco con 14 indios en Río
Cuarto. Fue en el momento que los ranqueles habían logrado concertar su último tratado de
paz. Pronto serían perseguidos. Una de la descendencia, María Pacheco, nacida en Los
Toldos en 1862, sabía contar como en 1872 fueron llevados prisioneros a Salinas Grandes.
EN LOS TOLDOS (PROV. BS. AS.)
PUELHUAN, Juan, alias Juan Gómez Quiñehuán estaba integrado junto con
Tripailaf de Junín incorporado en la Tribu de Coliqueo, asentada en Los Toldos desde 1962 en
“La Tapera de Díaz” El era hijo de Antonio (Marihuán) según el apellido de la madre: Gómez
Quiñehuán. En la familia de Gómez Quiñehuán cada uno tenía su propio nombre indígena:
Antonio Marihuan; Benita Huaymihuán; Concepción Montuihuán; Rosario Moneihuán etc.
Tenían su campo propio.
Bartolomé Gómez Quiñehuán murió en 1890
Antonio Gómez Quiñehuán (alias Marihuán) su hijo cas. con Petrona Huechuña,
Unmadugmuí, sus hijos. Juan o (a) Huanquepí – Juana (a) Leftuihuán – Juan Puelmán –
Rosario (a) Moneihuán – Clara (a) Calquiñche – Concepción (a) Montuihuán - Ulluhuán
Quiñehuán (este era en 1890 capitanejo de Juan Peinequeo en Junín y se había casado con
Juana Peinequeo en Cuartel 10 de Junín (Mi trabajo genealógco daría más detalles)
PUEL MAN,1750, cac “Vuta Huilliche”, según el Padre Falkner. Vivía al sur de
Nahuel Huapí (Chubut). Vivía con Paniacal Tepuanca
PUEL MAIN (a. Puelmac), 1789, cacique ranquel entre los huilliches. Participó en
varios encuentros en la Guerra Pehuenche. El 5 de febrero de 1789, a duras penas se salvó en
un ataque. 1795, después de un duro golpe de malón en la zona de Barbarco, J.F. de
Amigorena invitó a los huillihes y ranqueles del Neuquén y de la Pampa a un parlamento de
reconciliación. Sólo cinco caciques se presentaron a la cita; entre éstos el capitanejo Puelmán
(Arch. Mend. Carp. 19) Cuando la Guerra Pehuenche estaba en su cenit, el capitanejo
Puelmain apoyó al cac. Gobernador Rayguán de Barbarco. Con él y 14 caciques más
expedicionaron, en abril de 1796 contra las tolderías de Malalhué, donde mataron al cacique
gobernador Pichintur y a mucha indiada, haciéndoles gran despojo de hacienda. (Arch. Mend
doc. 21 carp. 19) Es comprensible que no se haya presentado a otro parlamento de
reconciliación, convocado por el Gral. J.F. de Amigorena (17.8.96). Pero luego vino a traer
una carta de los caciques del sur. Cuatro caciques habían pedido la paz y la devolución de los
prisioneros.
El 17 de noviembre de 1796 los caciques ranqueles Treglén y Carripilún hicieron un
tratado de paz con el Gobierno de Córdoba (AGN S.IX 10-4-5)
1806, el viajero Luis de la Cruz conoció al cac. Puelmanqueo. Había vulto a las
pampas como Carripilún. Creo identificarlo con el cac. Puelmain. Desde Antuco acompañó a
Luis de la Cruz hasta la toldería de Carripilún, porque en su juventud había vivido algunos
años con éste y fue también su consejero. En el camino Puelmain habló a de la Cruz sobre la
Guerra Peheunche. De la Cruz lo llama un buen baqueano.
Su hijo se llamaba Leubumanque y su mujer Imiguán. Vivían entonces en Marifil (De
Angelis 1910 I. p. 126, 193, 291 etc.) En 1826 encontramos entre 37 cacique un cac.
Puelmáin que habían acudido al parlamento de paz a orillas del Arroyo Pecuén (AGN S.X.
27-7-6: 25.4.26)
PUEL MÁN, 1834, cac. ranquel , integró la tribu del cac. Santiago Llanquelén cerca
de Junín. El censo de esa Tribu le asigna 28 varones, 28 mujeres y 22 niños (R.Pérez: Apuntes
para la hisitoria de Junín p. 31 La Plata 1950).
PUEL MÁN, Juan, 1863, cac. huilliche que asistió al parlamento en el cual Benito
Chingoleo hizo un tratado de paz en Carmen de Patagones (Arch. Mitre XXIV p.100).
Monseñor Espinosa, misionando en la Guardia Mitre en 1880, asistió al casamiento religioso
del cac. Juan Puelmán con la chilena Rosario Piñú (Diario de Mnsr. Mario Ant. Espinosa
6.2.80)
PUEL PÍ, 1825, cac. tehuelche que acudió al parlamento convocado por los
Hermanos Oyuela, el 13 de dic. de ese año en Bahía Blanca (AGN S.X. 27-7-6 ) Su dirio se
perdió. Según el fichero, había estado en el Archivo de la Prov. de Bs. As. en La Plata. Quizás
se encuentre el documento en alguna colección privada.
PUÉN, (prob. Puel Ñancú), 1787, cac. pehuenche en Malalhué (Lista de un
parlamento)
PUEN LLALLÍN, 1789, cac. huilliche de la Guerra Pehuenche. Fue muerto ese año.
PUE VIL, Pedro, 1872, capitanejo del cac. boroga Andrés Raninqueo en la Verde.
Éste había pertenecido a la Tribu de Coliqueo en Los Toldos. De él habla el cacique
Raninqueo en una carta del 5 de marzo de 1872, en la que cuenta cómo su tribu había sido
sorprendida y que toda la tribu fue llevada al cautiverio de Salins Grandes. Lo llamaban
también el “Negro Puevil” o “Tapayo Puevil”. En Trenque Lauquen conocí a una de sus hijas,
más que centenaria, Dña. Felipa Puevil (o Colín según la madre) de Gómez. Fallecía allí en
1975. Me hablaba con tristeza de sus experiencias, especialmente en su juventud.
Una de las esposas del cacique Ignacio Coliqueo de Los Toldos se llamaba Juana
Amuifil Puefil que murió en 1864, de la cual nacieron dos hijas :Ana Coliqueo 1846 – 1936 y
Agustina Coliqueo, 1856 – 1901 (ver el árbol gnealógico de Coliqueo.
ETIMOL: Pue: vientre, panza y vil o vilú (de) víbora
PUGNON, 1877, cac. Picunche entre los de Purrán. Tenía 250 indios (Arch.Museo
Hist. Nac. Nº 10.604, ahora en AGN.)
PUICHENCHO, 1826, cac. boroga. Figura como tercero en la lista de 40 caciques
asitentes al parlamento de paz a orillas del Arroyo Pecuén (AGN S:X 27-7-6: 25.4.1826)
ETIM: prob. Piuchén: murciélago y ?
PUIELÁN, cac. en 1830, estuvo en el parlamento de Tandil (ver Chocorí o Cayupán)
(Ferandez, Jorge 2000 p. 18 )
PUÍN, 1861, cac. Salinero de Calfucurá. Ese año estuvo en Azul comerciando y con
noticias de su cacique 1874 avisó al cac. Cañumil, que 650 indios huilliches se aproximban a
la frontera Sur de Buenos Aires para ir a comerciar en las tolderías del cac. Puín. A pesar de
que parecía haber tenido gran poder económico, no tengo más noticis de él. (Arch. Mitre
XXII p.37 y AEM 11.8.74
PUIR CAPY (o Purá capy), 1787, cac. huilliche que intervino en la Guerra
Pehuenche. El 17 de octubre de ese año, después de haber sufrido con Llanquetruz un ataque
por los Malalches, vino al parlamento de reconciliación. Pero no era definitivo. También él
volvió a malonear junto con el cac. Rayguán, después de la muerte del cacique General
Llanquetruz Iº. 1796 participó en el gran malón que hicieron a los indios de Pichintur en
Malalhué (Arch. Mend. 21.5.96)
PUITCHUALAO, 1876, “jefe de los Gennakén (pampas del sur)”, dice P. Moreno
(en Reminiscencias p. 117) Tenía 8 toldos. Habrá tenido entoncs 60 años de edad. Su
hermano mayor se llamaba “Capitán Chivo”
PULCAY, 1834, cac. pampa ranquel de Llanquetruz IIº En la batalla del Arroyo del
Rosario (Prov. De San Luis), el Cnel. Argañaraz dio a sus indios una gran derrota, entre el 16
y 17 de octubre de ese año (Urbán Núñez: Historia de San Luis II p. 409)
PULQUI CURÁ, 1860, caciquillo salinero; fue uno de los hijos de Calfucurá sin
destacarse. ETIMOL: Curá: piedra y pulqui (de) flecha
PULQUI LEN, 1834, cac. entre los borogas de la Prov. de Bs.Aires (AGN X. 24-9-1)
PULTI ÑANCÚ, 1789, cac. huilliche del Neuquén que fue muerto en la Guerra
Pehuenche en un ataque a la tribu de Rayguán (Arch. Mend. 5.2. 89) ETIMOL:
pultü:colgado
PULLADA, 1802, cac. pehuenche. Ese año llegó con otros caciques de su parcialidad
a Mendoza para renovar los tratados de paz (Arch. Mend. 1802)
PUNISA, Agustín, 1598, cac. comechingón de Punisa Agustín, Salsacate, Córdoba,
encomendado de Díaz (Montes 71)
PUNIZA, COSTIN, 1573, cac. comechingón de Pitopahalo, Salsacate, Córdoba:
encomendado de Mitre (Montes p.70)
PUNZUMIA, 1767, cac. del Río Grande (AGN S,IX 1-5-9: 9.5. 1767)
PU ÑANCO (Puñanco), 1776, cac. Pampa, que Diego de las Casas censó en
Currumán. Tenía 20 toldos y 30 indios de escolta. Dice que también estaba en Las Tunas, en
el paraje Caichigüé que traduce por corciadero de yeguas.
PUÑA LEF, 1774 cac. ranquel, que ese año fue a Buenos Aires para vender sus
productos con Toroñam. En ese mismo tiempo se apresó a Nahuel Pán y saquearon sus toldos.
Puñalefi propuso invadir; pero los parientes de Nahuelpán no querían poner en peligro a que
degollasen a los presos (AGN IX. 1-6-1 foj. 633). 1776 Puñalef vivía en Colchagüé y Trenel
(La Pampa) sobre el camino a las Víboras, descubierto por el Coronel José B. de Acosta y el
Maestre de Campo Ventura Montaya en su expedición durante el mismo año. Diego de las
Casas en su censo le asignó 10 toldos, 10 indios y sus familias y 7 pozos.( De Angelis IV p.
584)
Más tarde fueron víctimas de una invasión del Comadante General de Mendoza, José
F. de Amigorena, acompñado de los indios amigos de Malalhué, en 1780. Esa fatal expedición
se combinó con otras que salían de Buenos Aires y de Córdoba. El 20 de abril de 1781
parlamentaron los caciques Roco, Pienpán, Llocopán y otros más en la Sala Capitular de
Mendoza (Torre Revello: Aportación para la biografía de don José Francisco de Amigorena o
en: Rev. Hist. A.A., Mendoza 1958 p. 21 y 26) Puñalef y los suyos hicieron un tratado de paz
en 1784 junto con los caciques Roco y Pienpan con el Gobernador de Mendoza, quien los
situó a orillas del Arroyo Llancha en Chacaycito (cerca de Malalhué). Lo que más pedían era
la devolución de sus familias que habían sido llevadas cautivas a Buenos Aires. (Arch. Mend.
Carp. 29, doc. 27: 13.6. 1784 )
PURA LLÁN , Pedro (Purayán), 1881, capitanejo picunche que conocemos sólo
através de algún documento de la Conquista del Desierto. Fue atacado por la tercera Brigada,
durante la Campaña al Sur, el 29 de abril de 1881 en Epulauquén, donde lo apresaron junto
con 37 indios. No sabemos cuántas bajas le han hecho. (Walther: Conquista del Desierto ed.
1964 p. 674)
En 1883 misionó en Choele Choel el misionero salesiano P.Domingo Milanesio. Allí
encontró en el campamento de concentración a unos 1000 indios y entre ellos a Pedro
Purayán, a Cipriano Traimán y a Juan Pereyra. Hizo 78 bautismos y esperaba volver más
tarde. (C.Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. p. 29)
PURAY GÜÉ, 1842, cac. pampa. Durante once años estuvo al servicio de Juan
Manuel de Rosas en Santos Lugares. Cobraba 100 $ como sueldo. En 1852 acompañó a
Rosas a la Batalla de Caseros. Después de su derrota partió con los indios amigos de
Tapalquén, pues había pertenecido a la agrupación de Catriel. Siguieron obedeciendo las
órdenes del Cnel. Pedro Rosas y Belgrano. Tuvo un hijo que se llamaba Orellano. Quizás era
nieto de aquel capitanejo Orellano que Rosas había hecho fusilar en Tapalquén en noviembre
de 1833.
Puraygüé y su hijo se presentaron el 17 de noviembre de 1853 en el Fuerte Argentino
(Bahía Blanca) sin armas “con el solo objeto de conocer, saludar al Comandante Julián
Martínez y ofrecer o confirmar la paz. Decían que vivían desde tres meses a 10 leguas antes
de legar a Salinas Grandes, sobre el Arroyo Pichihal (Antes en Arroyo Chico) con 200 indios.
Y que mantenían la independencia, aunque se hallaban cerca de las tolderías de Calfucurá.
(AGN X. 18-8-1)
En Junio de 1854 volvió a Bahía Blanca. El Comandante conferenció con él y le
prometió gestionarle un subsidio de 500 $ mensuales. El 15 de Agosto del mismo año, el
Comandante de Bahía Blanca informó al Ministro de Guerra que hacía un mes y medio que el
cacique Paraygüé había muerto de repente y con lápiz agregó a la nota, que no había
pagado los 500 $ (¿ Lo habrán muerto por el dinero?) (AGN S.X. 18-10-6)
PURRÁN, Feliciano
PURRÁN,. Feliciano (otras variantes: Prán, Porrán, Purrán) . fue el cacique mayor
de los picunches cordilleranos del Neuquén. en el último cuarto del siglo XIX. de la zona en
que actuaron un siglo antes los grandes caciques huilliches y ranqueles Llanquetruz y
Rayguán, etc. La vida de Purrán resultó sumamente dramática, debido a que coincidió con la
última etapa de la Conquista del Desierto. Su vida se prestaría para una novela histórica como
la esbozó el Dr. Gregorio Alvarez en su librito Purrán, Neuquén, 1981. Fiel a mi propósito.
presentaré solamente lo que rescatamos de la documentación contemporánea.
El mismo ha dicho que nació en “La Chimba”, un barrio de Mendoza y no pocas
veces hacía alarde de ser argentino (aunque Alvarez. p. 17, le reproche haber sido
chilenófilo). Desconocemos a sus padres. Sus hermanos se llamaban Cheuquellán y Santuno
(Olascoaga: ob. cit. vol.I p.97); también el cacique general Quinchao de Lonquimay (Chile)
era su pariente. Entre los hacendados chilenos que desde tiempo inmemorial ocupaban
fracciones de tierra en el lado Este (oriental) de la Cordillera, tenía varios amigos. También
tuvo amistades con los choiqueros. Conocía bien a Saturnino Torres que de gaucho choiquero
mendocino llegó a ser de los más bravos jefes expedicionarios de la Conquista.
Feliciano Purrán se hizo rico por trabajos rurales en las estancias, por comercio de
hacienda y, -dicen-, por haber descubierto unas minas de oro.
Pechmann lo describe así: “Era alto; medía quizás un metro setenta. Era grueso y
fornido y de cara lampiña. Usaba bigotes delgados sobre el borde del labio. Tenía cara
redonda, ojos negros y una mirada simpática. El pelo era negro, recortado sobre los hombros,
como cualquier gaucho de la época. Vestía camisa blanca, saco y chiripá de paño negro y
calzoncillos cribaos. Sus botas eran de caña larga y usaba sombrero”. Diría que es una opaca
pintura del cacique fuerte que tenía dotes para el mando y energía para enfrentar diversas
situaciones.
En un episodio de 1846, Purrán se hizo famoso. - Si no me confundo,- aquel Porrán ,
que maloqueó contra el cacique gobernador Guzmané en el sur mendocino fue este Purrán. A
Guzmané mataron en Junio de ese año. El asunto era medio turbio y echó mucho polvo al aire
(como solemos decir, al hablar mucho de tales asuntos). Se averiguó que bajo presión de
agitadores chilenos y del sargento mayor Zúñiga., habían ocurrido los hechos. En realidad
era una maloca de revancha, pues Guzmané había hecho la suya, atacando una tribu
desamparada en Chile.
Sobre los móviles y los acontecimientos nos informó, como nadie, de la maloca a la
tribu de Guzmané, quien era cacique gobernador de los pehuenches del Sur de Mendoza, el
Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias que pude editar por la edtorial El Elefante
Blanco en 1999. Página 288 hasta página 292 habla de ese episodio, que resumidamente
aproveché en el libro “Caciques Pehuenches” bajo el título “El Cacique Guzmané”. Se trató
de invasión, revancha y nueva revancha, según el axioma araucano: “La revancha es
sagrada”. Eso lo vimos ya en los episodios de la larga Guerra Pehuenche. Aquí, el cac.
Guzmané, aprovechando que los hombres de armas estaban ausentes en cacerías, atacó en el
lado chileno una tribu, cautivó a jóvenes y viejos; hizo un tremendo saqueo y mataron
prisioneros y permitieron toda clase de violaciones. Al salir dejaron el resto en miserable
estado.
Este atropello exigió un castigo y una revancha. Y esa expedición fue organizada
con aprobación y ayuda de la población de Los Angeles. Y ganaron por dadivas y títulos al
cac. Ayllallanca, como entregador, pariente de Guzmané. El cac. Purrán dirigía el contingente
chileno y picunche y volvió con gran botín, dejando después de la dramática muerte de
Guzmané su tribu en paz.
Hubo indios de Santa Bárbara entre ellos y al mando del capitán chileno Domingo
Salvo. El gobernador (Segura) de Mendoza se puso en campaña al sur para averiguar mejor el
episodio y establecer de nuevo la paz en su provincia. De los indios, unos se les sometieron,
otros siguieron al cacique Purrán. En adelante éste sería el cacique mayor de los picunches en
el norte neuquino y en sus tierras aledañas al sur de Mendoza.
En 1850 invadieron nuevamente ese sur de Mendoza con los indios de Antulán y su
yerno Pichulén, un hermano de Guzmané y un hermano de Ayllal y Ñancu Llenguir. Dice el
documento 14 del Archivo de Mendoza (Carp. 123, del 22 de Agosto de 1850) que los
reconocieron por el modo de hablar. El 26 de Febrero de 1851, un emisario del gobierno
mendocino convocó a un parlamento a Purrán, Caepí, Rancamil, Pichulén y Antulán, para
ganarlos para la paz. Pero en marzo de 1852 les llegó una formal invitación de Chile,
invitándolos a la guerra. Esta vez se opuso Purrán y se impuso en el parlamento que
celebraron con los emisarios chilenos a orillas del Río Barrancas. (Arch. Mend. Carp. 123,
doc. 15: 5.3.52).
Con los caciques huilliches Llanquetruz(IIº), Chingoleo y Sayhueque. entró en
contacto con el gobernador de Buenos Aires. Y fue invitado a celebrar un tratado,
prometiéndole que sería racionado. Efectivamente, en Marzo de 1868, Queupumé, Prán
(Purrán) e Huincalén y Chagallo Chico figuran en las listas de los caciques racionados. En
cuanto a Prán (Purrán) fue racionado recién en 1877 en Carmen de Patagones (AEM doc
3064) por la Casa Aguirre y Murga.
En 1870, al terminar la Guerra del Paraguay, debía entrar en vigencia la ley 215 de
1867, que ordenaba el avance de las fronteras (interiores) hasta el Río Negro y la Conquista
del Desierto. Este movimiento suscitó de nuevo la discusión sobre fronteras (exteriores) entre
Argentina y Chile que se desarrolló con bastante animosidad. Chilenos influyentes, como
Urquijola, que mantenían fundos al Este de la Cordillera, convocaron a los caciques
principales a un parlamento en Angol e hicieron un tratado de amistad entre ellos y el General
en Jefe de Operaciones en la frontera de Araucanía. El 1º de Enero de 1870 firmaron este
convenio (AEM: doc. 6464):
Art. 1º -Desde la fecha de la ratificación de los presentes tratados de paz, que ambas
partes se comprometen guardar fiel y solemnemente, los capitanejos arriba mencionados que
firman el presente tratado de paz por sí y por los caciques que representan, se comprometen a
mantener y hacer mantener a sus tribus la más completa paz con el Gobierno y pueblos de la
República Argentina: y por su parte el Gobierno de la República Argentina se compromete a
proteger y amparar la residencia tranquila y permanente de dichos Caciques, Capitanejos y
sus tribus en el territorio que actualmente poseen hasta la margen derecha del Río Neuquén.
Art. 2 -Siendo respetado como neutral, por los tratados celebrados con las tribus del
Cacique Caepé, el campo intermedio de la línea de fronteras hasta la margen izquierda del
Río Grande, está convenido con el citado Cacique y su tribu, que el Gefe de la Frontera podrá
establecer los fortines que juzgue convenientes: y en el caso de establecerse algún poblador
de una u otra de las partes contratantes en el espresado campo neutral, será con licencia por
escrito precisamente del Gefe de la Frontera, en todo lo que también convienen el Cacique
Purrán y sus subordinados.
Art. 3 -Los permisos para bolear en su territorio serán igualmente dados por el Gefe
de la Frontera, a quien dará aviso previo el Cacique antes de salir los Indios a ese objeto. Y en
este caso se fijará el número de los que vayan.
Art, 4 -Los cautivos o prisioneros que al tiempo de ratificar estos tratados se
encuentren en poder del Gefe de la Frontera o en el de los Caciques y sus tribus se entregarán
reciprocamente sin cargo alguno.
Art. 5 -Los Caciques y Capitanejos quedan solamente obligados a entregar al Gefe
de la Frontera a los desertores o grupos de soldados armados que vayan a asilarse entre ellos o
en sus tribus, debiendo el espresado Gefe de la Frontera satisfacer los gastos de la remisión y
hospedar (con generosidad) a los individuos que vengan desempeñando esta comisión,
prestando para ello el auxilio si fuese necesario.
Art. 6 -El Gobierno Nacional se compromete a hacer respetar la ocupación del
terreno fijado, al sud del “Río Neuquén” para residencia de las tribus, en el cual podrán vivir
pacíficamente bajo, el amparo del Gobierno: y en el caso de ser alguna vez desconocida la
autoridad del Cacique principal Purrán por una parte de los Indios, el Gefe de la Frontera
cooperará a restablecer la obediencia de los Indios a su Cacique, considerándose como
enemigos comunes la tribu que se rebelase.
Art. 7 -El Gobierno Nacional costeará la educación elemental primaria de dieciocho
jóvenes indígenas (escojidos entre los hijos de los Caciques y Capitanejos y siendo este
número permanente), debiendo completar su enseñanza con un año de agricultura práctica en
la Escuela Nacional de este ramo en Mendoza.
Art. 8 -Se declara libre entre las tribus y las poblaciones de la República todo
comercio lícito con tal que las personas que lo ejerzan se presenten munidos de un pasaporte
que justifique su procedencia y buena fe, y para facilitar las relaciones con los Indios Amigos,
a más de las tres postas ya establecidas en la Junta de los ríos “Atuel” y “Salado” una, otra en
“Chenquecó” y la tercera en las “Barrancas”, se establecerá una cuarta en la Costa del “Río
Neuquén” en el paraje más a propósito, que más adelante se fijará y al cargo de una persona
de confianza de los Caciques y del Gefe de la Frontera. Los seis caballos con que debe
habilitarse esta posta serán entregados por la Comandancia en Gefe de la Frontera.
Art. 9-Los Caciques se comprometen a no dejar pasar por sus territorios ninguna
invasión dirigida contra las poblaciones de la República Argentina y a dar aviso de cualquiera
otra, que. aunque no deba pasar por sus territorios, tengan noticia de que se dirije contra las
referidas poblaciones, cooperando con sus armas a las órdenes del Gefe de la Frontera para
impedir o castigar la invasión.
Art. 10 -Los Caciques signatarios de este tratado reconocen la soberanía de la
República Argentina sobre todo el territorio de la República: y el Gobierno Argentino
reconoce a las tribus del Cacique principal Purrán y sus subordinados la posesión tranquila de
las tierras que actualmente ocupan hasta el límite fijado por el artículo primero, mientras dure
el presente tratado de paz.
Art. 11 -El Gobierno de la República Argentina se compromete a dar anualmente un
sueldo de doscientos pesos bolivianos al Cacique principal Purrán, ciento sesenta al Cacique
Llancaqueo y ciento sesenta al Cacique Aillal.
Art. 12 -Los Capitanejos, lenguaraces, etc. de las tribus aliadas por el presente
tratado, tendrán los sueldos siguientes:
Este tratado de paz fue distribuido mediante varias copias. Una envió D. Uladislao
Frías al ministro de Guerra y otra está en el Archivo del Estado Mayor del Ejército (doc.
1181). El texto del convenio originó muchas interpretaciones, más, si consideramos que creó
un precedente jurídico en el territorio neuquino, cuando la frontera no había sido fijada aún
más allá de Bahía Blanca. Si bien Purrán fue racionado, no creo que lo haya sido en toda la
extensión del texto. Quizás Purrán también sabía que la paz no dependía de este papel y que
los militares habían puesto sus muros en sus tierras, incluso querían saber dónde iba a cazar.
Chile y Argentina tenían hecho un tratado sobre territorio indio...
En el año 1876 Julio A. Roca escribió al Presidente Sarmiento que esas tribus
acudían al llamado de las autoridades chilenas y el principal de ellos, Feliciano Purán (sic)
que tenía su residencia en Campanario, 12 leguas al sur de Neuquén, que se titulaba
Gobernador y General. Además era rico y recibía sueldos del Gobierno chileno para hacer
respetar los intereses y la vida de sus ciudadanos. (Walther: Conquista. p. 558) Y un año más
tarde, el 19 de junio, escribió el mismo coronel J.A. Roca al ministro Alsina: “Me dicen que
hay indios muy ricos y muy adelantados entre los pehuenches (indios de los Pinares): un Ayal,
secretario de Purrán, los Pichunes, Reglepán, los González y otros más. Purrán, cacique
importante, cuida de un Señor Francisco Méndez Urrejola, de Chile, bastante número de
vacas que algunos hacen subir a diez mil. Otros caciques arriendan sus campos, como los
Quilospe en los vertientes del Neuquén a unos dinamarqueses, que a su vez subarriendan. Un
indio Agustín (Terrada y Vilú). medio cristiano, tiene una estancia en las costas del Barranca...
Parece pues que está de por medio el honor de la Nación en averiguar qué hay de verdad en
todo esto y qué provecho se puede sacar de estas tribus (sic): saber si son aptos o no para el
trabajo o tiene que sucumbir como los Pieles Rojas ante las necesidades siempre crecientes de
la civilización”. (Texto impreso en Publicaciones del Museo Roca: Documentos vol V. p. 249.
Es un texto significativo que descubre ciertas mentalidades de los expedicionarios).
Sí, los ojos de los militares se habían puesto sobre ellos. En Memorias del
Ministerio de Guerra y Marina, 1877, p. 476, se afirma que los caciques Cheuquel y Purrán se
hallaban en la margen sur del Río Neuquén con unos 80 indios. En cambio en el Documento
Nº 10604 del Archivo del Museo Histórico Nacional (ahora del AGN) hay un estudio sobre el
potencial de los indios del sur: sobre los del Collicó en Chile, los picunches y huilliches. los
ranqueles y los de la llanura pampeana.
“... De este lado de la Cordillera: PICUNCHES (Gente del Norte)
Cacique Mayor Pichi Prán Indiada 2500
Cacique Mayor Manquillén (P) y Meliqueo (hijo) 500
Cacique Mayor Pugnón 300
.....3250 (sic)
Las manzanas HUILLICHES
Cacique Mayor Sayhueque Indiada 9000
Cacique Mayor Inacayal 1500
Cacique Mayor Reuque Curá 500
11.500
Colorado Apartada de Pichi Prán
Cacique Mayor Queupumill 1000 ”
CAPTURA Y PRISION
Pocos días después, el 15 de Enero, el mismo diario publicó la noticia de que la IVa.
División había batido y expulsado hacia Chile a los indios de Purrán, Nahuellán, Curaleo y
Llancamill, haciéndoles grandes pérdidas. Purrán pidió a su pariente y amigo Quinchao asilo
en Lonquimay. Este pehuenche accedió (Casamiquele, 1995 p. 101)
El mayor Ruibal logró atraer a su campamento al cacique general José Félix Purrán
y lo apresó, después de haber dado muerte a los caciques Chauquillán e Huichañir. Murieron
en la sorpresa además 138 indios de lanza y les tomaron 60 prisioneros entre indios guerreros
e indias. Les quitaron 485 vacas, 415 yeguas y 2.200 ovejas, dice el parte.
Esta es quizás la más sobria y la más verídica versión del acontecimiento que
procuré profundizar por otras versiones del hecho. Las noticias de la guerra. destinadas a ser
publicadas no eran siempre veraces, a lo menos en los detalles. ¿No lo vimos acaso durante la
contemporánea guerra de las Malvinas?
La obra tantas veces citada de Olascoaga reproduce otras partes (II p.96 y IV p. 30).
Félix San Martín en su libro Neuquén (1919, p. 30) dice: “El hecho de que Purrán, viéndose
arrojado de sus campos, acudiera en demanda de protección ante las autoridades chilenas (?)
y luego se refugiara entre los moluches, ha hecho considerarlo, tal vez no sin fundamento,
como el menos argentino de los caciques aucas” (No suscribo tal juicio). Bustos Dávila dice
así (ob. cit. 1966. p. 189): “Fue tomado preso por el Mayor Manuel Ruibal en las Juntas del
Lonquimay con el Bío Bío, en territorio chileno, traído a Mendoza, se lo condujo a Villa
Mercedes,. de donde por tren fue llevado a Buenos Aires y en últimas instancias a Martín
García...”
El teniente coronel Guillermo Petchmann nos da un relato más detallado en su libro
poco divulgado, a pesar de las dos ediciones de 1918 y 1939 de su libro El Campamento de
1878 (bajo el seudónimo: Cadete X). Resumiré el capítulo “Captura trájica del cacique
Purrán”.
Los primeros días de enero de 1880 integraban la IVa. División en Chosmalal el
Regimiento Nº 11, al mando del teniente coronel M. Nadal y el 2º del mayor Manuel Ruibal
con el Batallón Nueva Creación. Ellos siguieron la rastrillada fresca de los indios; siguieron
con cautela... De pronto se hallaron frente a la indiada, ignorando que eran de Purrán y que
estaban sobre el Bío Bío. Un chileno se presentó con cartas. Estaban en territorio chileno.
Ruybal mintió diciendo, que venía un gran ejército para arreglar la paz. Que el cacique
viniera a conferenciar. Fue el chileno y volvió con el mensaje de Purrán que él no quería
pelear, que quería la paz.
Más tarde llegó un capitanejo con dos soldados. Fueron obsequiados. Así, durante
tres días de idas y venidas, se esperaba que Purrán se aviniera a presentarse. Pero Purrán no
quiso hacerlo, a pesar de muchas promesas. “...Si no pasa, lo pelearemos; así son las
órdenes”, le mandaron decir.
La respuesta a esta intimación fue entonces, que vendría a los tres días. El mayor
hizo llevar víveres y asientos a la orilla del Río; apostó diez hombres escondidos a dos
cuadras, uno con una trompeta. La señal para el asalto se daría, si el mayor se quitaba el
quepis y se frotaba la cabeza; entonces habría que apoderarse del cacique y matar a los que se
resistiesen.
“El cacique cruzó el caudaloso río en una embarcación con 25 acompañantes,
alentado por las promesas y garantías que le hiciera el representante del Gobierno Argentino.
Desembarcó pues el jefe de los pehuenches y picunches. Nuestro jefe lo recibió con brazos
abiertos y con apretones de manos. En el lugar empezó a rondar el mate. Como lenguaraz
actuó el alférez Ferreyra, a pesar de que el cacique hablaba castellano, si bien con
dificultades.
Ferreyra, en nombre de Ruibal, hacía cargos por esperar tanto y por excesos de su
gente. El contestó que hacía muchos años que su gente no hacía guerra y que vivía
tranquilamente.
“Nuestro jefe estaba algo nervioso, olvidando la señal a los 15 minutos se sacó el
sombrero. El trompa tocó diana y ya cargaron sobre el parlamento, desplegados en guerrilla y
hacían fuego a la orilla enfrente (...)
Los parlamentarios traían puñales y boleadoras en la cintura, incluso Purrán,. quien
las esgrimió con presteza. Los desgraciados indios huyeron a pie, perseguidos por los
soldados que. al alcanzarlos, les daban la muerte. Algunos se lanzaron al agua ahogándose o
fueron alcanzados por nuestras balas. La indiada del otro lado. dando alaridos echaron pie en
polvo.
Mientras tanto, el desventurado Purrán era obligado a rendirse, después de haber
hecho toda la resistencia posible con sus boleadoras y dirigiendo improperios al Mayor y a los
soldados. Un hermano suyo tuvo igual actitud, hasta... El cabo Baigorria. y el soldado
Ferreyra dieron en tierra con Purrán. Asegurado de los brazos. se levantó del suelo y mirando
al mayor Ruibal. le dijo: Bueno, no matar a mi gente!” Se refirió a que no molestasen a su
gente del otro lado. El mayor hizo cesar el fuego, que por sí solo se hizo inútil, ya iban lejos.
Purrán miró por todos los lados, buscando a algunos de sus caciques, pero no
encontró a ningún paisano, todos y todo habían concluído...
Un momento después, apareció el sargento González con una manta fina y un
tirador... Nuestro jefe presentó las prendas al cacique, preguntándole si las conocía. Purrán
contestó tristemente: “Sí, mi hermano”
-¡Caramba!- exclamó el mayor -. Bueno, tenés que perdonar, porque estas son las
consecuencias de la Guerra. - El cacique movió la cabeza y murmuró algunas palabras que se
podían traducir en—: “No tengo más remedio”.
“El Sargento lo había corrido por la costa del río y. al alcanzarlo. según su propia
confesión, tuvo el cuidado de no agujerear la manta, al herirlo, se la levantó con una mano y
con la otra le hundió el puñal repetidas veces. El que esto escribe vio el cadáver, un momento
después, acribillado por terribles heridas...
“Del campamento indio sacaron 150 lanzas y ponchos y mataron a los heridos.
“A las cinco de la tarde hicieron montar al cacique y toda la tropa se retiró. De
noche apuraban, temiendo algún ataque de los indios. En la retirada se encontraron con el
mayor Taboada: “Tengo el gusto de presentarle al general José Félix Purrán”. El jefe le tendió
la mano...” - El comentario corre por cuenta del lector-.
La versión del propio Ruibal, transcripta en su biografía “El Coronel Manuel
Ruibal”, escrita por el coronel Héctro E. López Cabanillas, es ésta:
Después de un ataque por el Fuerte IVa. División, el 3 de Enero de 1880, donde
trataron de rescatar a 300 prisioneros.., fue desprendido (Ruibal) con 50 hombres de la
División, en fecha 22 del mismo mes. con la orden de perseguir al cacique Purrán, hasta darle
alcance ...Alcanzado, la tarde del 23. en las márgenes del Bío Bío. en la confluencia del
Lonquimay con aquel (río). habiendo tenido para esto que pasar los Andes a la parte
occidental, siendo, después de un pequeño combate al llegar al río,. rodeado por toda la
indiada de aquel cacique, la que pasaba en una cantidad de más de mil guerreros. Y,
permaneciendo así sitiados hasta la tarde del día 25, en que resolvimos salir del asedio en que
ya hacía tres días me hallaba, sosteniendonos para conseguir un rudo combate con aquellas
hordas salvajes y del que resultó la captura de aquel audaz cacique, consiguiendo así salvar la
tropa que se me había encomendado para el desempeño de tan delicada misión... En este
hecho de armas recibí tres contusiones de arma blanca y varios bolazos, siendo ascendido por
el Exmo. Gobierno de la Nación con fecha del combate al empleo de Sargento Mayor y 2º
jefe del Regimiento Nº 11 de caballería de Línea”.
El coronel Ortega, quien a su vez ha hecho una larga expedición, fue el encargado
de llevar a los presos al Campo de Concentración del Rodeo del Medio (Mendoza). El
Constitucional anunció el 13 de Marzo de 1880, que el Cacique General de las tribus del sud
de Neuquén, José F. Purrán, que había sido capturado por el mayor Ruibal, había sido traído
(por Ortega) a esta ciudad como prisionero. Que en su correspondencia se hallaron cartas de
autoridades chilenas que lo incitaban a combatir contra la Nación Argentina”. (El periodista
no prueba esta aserción, ni se ha visto tal colección de cartas)
De modo que el cacique Purrán fue llevado vía Villa Mercedes a Buenos Aires y no
fue tratado con atención, como lo prueba esta noticia del diario La Nación del domingo 9 de
enero de 1882: “En un infecto calabozo del Cuartel que ocupa en esta ciudad el “10 de
Línea”, se encuentra un individuo a quien los sufrimientos han degradado. Se lo ve tendido en
el suelo, donde no se advierte ni el miserable montón de paja, que sirve de colchón en las
últimas prisiones. Apenas contesta a las preguntas que se le dirigen y llora, a veces, tal es su
abatimiento. Se queja de hambre y de la desnudez en que vive brutalmente tratado por la
soldadesca, que no ve en él sino un salvaje. Su espíritu abatido tiene de vez en cuando
relámpagos que revelan su ardor de otro tiempo y que asoma a sus ojos sombríos. Ese infeliz
es el cacique Purrán”. (A continuación habla del Padre Esquiú).
Ocho años sufrió prisión: primero en el Retiro y luego en Martín García.
José Félix Purrán solicitó su liberación, él mismo, en 1886. El 23 de Agosto ppdo. ha ido a
Buenos Aires en libertad, con su mujer y tres hijos, por orden telegráfica de Pellegrini (cita
del documento del Archivo Gral de la Armada) De allí fue sacado por influencia del mayor
Zacarías Taboada, quien había sido expedicionario al sur durante la Conquista del Desierto.
Lo buscó porque tenía noticias de que Purrán conocía ciertas minas de oro. Durante el viaje al
Sur, descansando un día ya en Chosmalal, la primitiva capital de Neuquén, Purrán se fugó en
un momento de descuido, huyó a Chile, donde vivió hasta su muerte. (Raone 1991 p.221).
Pedro Nazarre Piñero. quien investigó el asunto, escribió sobre esta fuga en el
periódico local de Zapala “La Cordillera”, en 1940 y que yo he leído por la reproducción del
Dr. Gregorio Alvarez en su libro “Neuquén”, 1981. Según él, Purrán habría cruzado la
Cordillera por Moncol, costeando la laguna del Laja y habría llegado a las casas de Mirrihué,
el hermoso fundo de Don Calixto Padilla. Otro opinaba que se había ido a la estancia de su
amigo y padrino Don Juan Bautista Jiménez. De todo modo “el gran gobernador neuquino”
murió humillado y desterrado a una edad avanzada. Según me refirió el ingeniero y arquitecto
R. Cayol, quedan aún descendientes suyos en El Huecú. En 1905 se conoció a Pichi Purrán,
alias Juan Purrán a orillas del río Barrancas y dice C. Rusconi haber averiguado que murió
ahogado en él. José Bengoa nos dice en su Historia del Pueblo Mapuche (1985 p. 192) que
Purrán se había casado con una hija del cacique “arribano” Quilipán y mantenía buenas
relaciones con él, como también el cacique Aillál. su lugarteniente.
(Etimología: Purrá (número 8) y n: verbalizante: ser, o nao: tigre.)
Textos de la época tradujeron “Vale por ocho”
Bibliografía: Gregorio Alvarez: Purrán. 1981: y otros libros suyos. J. Raone:
Fortines y Neuquén: San Martín F.: Neuquén, 1919 y 1930: Guillermo Pechmann:
El Campamento de 1878, bajo el seudónimo Cadete X, 1918 y 1939: G. Alvarez: El
ocaso de Purrán: en Neuquenia, Nº 28. 1956: M. Olascoaga: “El Brujo de la
Cordillera”, en: Rev. Junt. Estud. Hist. de Mendoza, XIII, 1938.
PURÉN,, siglo XVI,, cac. araucano que ha dado el nombre a una ciudad de Chile y a una
0
PUTRUI, 1808, cac. Pehuenche que visitó entonces al gobernador de Mendoza en
compañía de los caciques Manquepú, Guanquenahuel y M. Goico (Arch. Mendoza)
PUSCAMA, Pablo, 1789, cac. Huarpe del Valle Fértil (San Juan) (Cabrera:Aborígnes
del país del Cuyo p. 304)
PUCHALAU, 1586, cac. comechingón de Puy Sacat, Río Tercero, Córdoba;
encomndado de Lori (Montes. P. 80)
PUIL, 1835, cac. boroga qu fue sometido por Calfucurá (S.Avendaño). Creo que es
Puevil, ya visto.
QUAL ver Cual y Qualquín ver Calquin
QUECHAN CHOIQUE IQUELME PAINEMAL 1819 nombrado omo cac.
araucano
de Villarrica, padre del cacique Melillán Painemal y abuelo de Antonio, Ramón,
Necul, Calfuill, Curriqueo, Bulnes Painemal y Martín Salas. Importantes caciques
borogas. Todos participaron en la Guerra a Muerte. Ese año Quechán estuvo en Cholchol. La
acumulación de sus nombres significa que.se sentía de la nobleza de ambas razas. ETIMOL:
Quechan : Bandada de choique (avestruces) Ver la genealogía del cac. Ignacio Coliqueo
(Ver Melillán Paynemal)
QUECHÁN, o Quechan vil, 1820 estuvo en la pampa argntina y se adhería a los
caciques que apoyaban el Gobierno de Buenos Aires y no a J.M. Carrera. En los parlamentos
del cacique Nicolás Quintana se le nombró.
1832, el Cnel. Manul Delgado, acampado cerca de los indios borogas en Guaminí,
llevó a 400 de ellos a una expedición contra las tribus del cac. Vicente Quiñigual y Cumiú y
200 chilenos del cac. Quillapí. Entre los jefes borogas que participaron los partes nombran a
los caciques Rondeao, Melín, Caniullán y Quechán. El 9 de agosto tuvieron un reció encuntro
en Pelicura.
Luego, en preparación de la Expedición combinada al Desierto (1833) Rosas
enganchó a los más adictos. El 14 de marzo de 1833, se presentó el capitanejo Quechán,
probablemente un hijo del cac. Quechán. Se lo enganchó y se le entregó para sus indios 920 $
(AGN SX. 40-7-10)
M.Delgaco, al marchar, por orden de Rosas, a una nueva expedición, informó a Rosas,
el 8 de junio de 1833, que le acompañaron el cac. Melín y el capitanejo Quechán. El 20 de
septiembre, Rosas dispuso darle una gratificación al cacique Quechán y al cacique Lorenzo
(AGN S.X. 40-7-10) – Ese mismo día Rosas clebró un parlamento con los caciques borogas;
les hizo serias advertencias y les exigió con amenazas que hicieran guerra y expediciones
contra los ranqueles, entre los cuales había refugiados de su propia parcialidad (ib. 27-5-7).
En diciembre de 1833, Rosas estaba empeñado en reunir el mayor número de
cautivos, quizás por fines publicitarios. Para ello había enviado a los Capitanes Plaza, Castro
y Quechán (Ib. 12. 12. 33)
A principio de enero de 1834, Rosas convocó a varios caciques a un parlamento a
Bahía Blanca. Los retuvo más de una semana. Los borogas de Guamioní, recelosos de lo que
ocurría en la toldería de Venancio Coñuepán, habiendo sido éste famoso jefe patriota de la
Guerra a Muerte en Chile, buscaron información por medio de una carta del escribiente
capitanejo Millilicán dirigida a Quechán. En ella preguntaban por qué tardaban en volver los
caciques (AGN SX 24-9-1). El día 14 de enero volvieron Quechán y Guayquil. Decían que
les había ido mal. Así comentó una carta de Millalicán, porque Rosas había usado con los
borogas un lenguaje muy duro. No sé porque no encontré más noticias sobre Quchán.
Supongo que él, como todos estos borogas habrá sufrido el malón de los chilenos de
Calfucurá, Namuncurá, Cheuqueta y otros patriotas, enemigos de ellos y comprometidos por
un contrato secreto con Rosas. (Véase la historia de Rondeao, Melín etc.)
ETIMOL: Quechán: ser muchos.
QUECHUDEO (o Quichudeo) 1788, cac. Pampa. Su padre vivía junto al cac.
Llanquetruz 1º entre los hilliches, desde que Amigorena de Mendoza los había atropellado en
1780 y expulsado de la Pampa. El padre fue muerto por los expedicionarios de Esquivel
Aldao (Diario, 16 de febrero de 1788) Estaban en la Guerra Pehuenche.
Quicho, el joven, al terminar esa guerra, vivía en la Jarilla (Córdoba) obedeciendo al
cac. Santiago Llanquelén, como cacique agregado. Dicen que era travieso y bravo y por eso
gozaba fama entre los indios. Era yerno del cac Carripilún, quien era entonces el cacique
Gobernador de los ranqueles. Con el Gobierno de San Luis mamtenía buenas relaciones.
1806 lo conoció el viajero chileno Don Luis de la Cruz en su viaje por la Pampa. El
parlamento de los caciques pehuenches y raqnqueles decidió, entonces, que Quechudén
acompañara durante el viaje de paz a Luis de la Cruz hasta Melincué (De Angelis I, 1910 p.
210)
Al año siguiente, el jefe militar del Fuerte San Lorenzo quiso que su tribu se
trasladara al “Corral de Chañar”. Pero el 13 de diciembre , Quichusdeo y seis caciques
amigos más pidieron en San Luis un parlamento para explicar el por qué no podían cumplir
esa orden por ahora. El cac. Güelecán hacía de interprete (Arch. S. Luis).
1814 se llegó a saber que en sus tolderías había”marranos”, es decir chilenos realistas
quienes allí se refugiaron, entre ellos el Padre Pisá. Desde San Luis mandaron al cacique
regalos para que entregara a ésos. (Arch San Luis: Carpeta Indios 1814). Se conserva también
una carta del Gral. José de San Martín al Gobernador de San Luis en la que indica al
Gobernador cómo debía tratar al cacique (Dragui Lucero,J.: Relaciones indígenas.En: . J.E.H.
Mend. 18 p. LXIV
El cac. Carripilún se disgustó con el cac Santiago Llanquelén y su yerno Quechusdeo
y los invadió en Julio de 1816 y los maloqueó; les mató gran número de indios, cautivó a
otros y les quitaron haciendas. Quichusdeo mandó entonces un urgente mensaje al
Gobernador de Mendoza (El 21.7.1816), informándole del atropello y pidiendo auxilio (Arch.
Mend. carp.20 doc.10) Llanquelén y Quechudeo también ayudan al Gobernador de San Luis;
pero el mensaje llegó recién el 24 de Julio. Su gente , entre tanto, habia disparado entre los
pampas de la Sierra de la Ventana y de Tandil (Arh San Luis, carp. 19 doc 2474) El cacique
había pedido a lo menos 60 hombres y los mensajeros traían unas mantas para conseguir unos
caballos, porque querían recuperar lo que habían perdido, Además prometieron ser siempre
fieles y fronterizos de este pueblo y que, concluída la expedición, harían ante ese gobierno un
armisticio de paz y fidelidad.
Fue el alcalde del Fuerte San Lorenzo el primero que informó del conflicto. El creyó
que la causa de todo lío era que los citados caciques no querían participar en el malón a Río
Cuarto. (R. Pastor: La guerra con el Indio en la jurisdicción de San Luis p. 356)
En San Luis mismo había, entonces, un clima político muy tenso. Unos culparon a los
otros de que querían ayudar a los indios. Porque eran de la misma fracción política (Arch. S.
Luis doc. 1478: 31.7. 1816) Don Pedro J. Gutiérrez llamó a los indios y tambien a Quichudeo
a un parlamento en San Lorenzo. Por un altercado de palabras, Quichudeo se enojó y dio a
Gutiérrez dos latigazos con sus riendas y quiso acometerlo con su sable. A lo menos, así se
quejó éste ante el Gobernador, el 15 de octubre del mismo año (ib. doc. 2523)
En el mismo archivo de San Luis hay cartas del cacique Quichudeo al Gobernador
Dupuy, en las que Quichudeo agradece por las atenciones recibidas y éste le agradeció sus
servicios (ib. doc. 2834 Carpeta Indios) Encontré también una nota del Teniente Gobernador
Dupuy del 13 de abril de 1818 en que dice haber recibido chasquis del cacique [RIE HM VI
620]
Como señalé en la biografía de Santiago Llanquelén, éste vivía desde entonces entre
los pampas. Sus toldos figuran en el mapa de D.Benito Muñoz, en campos que hoy son del
Partido de Pringles y Suárez. (A lo menos creo que era una fracción de éste cacique)
1820 no quiso hacer causa común con el guerrillero chileno José M. Carrera, sino se
pronunció con los pampas de N. Quintana a favor del Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires.
Más tarde parte de sus indios habían vuelto a los campos de Jarilla. Así llegó una
comisión pacificadora que invitó a los caciques a un parlamento a orillas de la laguna de
Guanaco (Córd.) Les dijeron que no fueran más al sur, porque allí, en el Salado, estaba el
ejército de Pincheira y había reunido mucha indiada que carneaba por día hasta 40 reses y que
habían pasado 200 indios y 200 critianos para el lado del Indio Pablo (cac. P. Lepnopán).
Quichudeo participó en el parlamento de Guanaco, que se inauguró el 20 de diciembre de
1825 (AGN X. 27-7-6)
Cuando seis años después, el cac. Llanquelén hizo un tratado de paz con el
Gobernador Juan M. de Rosas, éste quiso que se radicara con sus indios en las inmediaciones
de Junín, entonces llamado Fuerte Federación. Quechudeo quiso acompañarlo. Un censo de
1834 indica cuantos caciques y capitnejos e indios se habían incorporado en esa tribu de
Junín. (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín , La Plata 1950 p. 31 y AGN S,V,
(anteriormente) 26-3-6) . El capitanejo Quichudeo tenía 117 indios y otro capitanejo
Quichudeo tenía 56 indios a su cargo.
Una carta de J.M. de Rosas prueba que Quichudeo mantenía buena relación con él,
pues el 27 de marzo d 1834 le escribió que había vuelto de la Expedición al Desierto sin
cuidado y que se hallaba en el Fuerte Argentino (Bahía Blanca) (AGN S.X. 24-9-1)
Pero luego Quechusdeo participó en trájicos acontecimintos, sin que haya dejado
propias constancias. Pero hubo grandes malones y expediciones rosistas esos años. Sufrieron
el malón sobre la fortificación del cac. Santiago Llanquelén en abril de 1838. Unos indios del
cac. Quichudeo lograron huir a tiempo, otros fueron llevados como prisioneros de
Man.Baigorria y los indios ranqueles. Parece que entre ellos iba la hija de Quichudeo y que el
Cnel Manel Baigorria se había enamorado en ella (La Nación 12.4.1937).
Uno de los capitnejos de Quechudeo pudo volver a Junín con un grupo de indios
amigos del cac. Mariano Lllanquelén, sucesor del cac. Santiago Llanquelén, En 1840, el
capitanejo Tomás Rosas levantó una queja contra él, porque su padre había sido muerto por
Quechudeo por culpa de cuatro “chinas”. (AGN X. 23-7-3 y S. VII 1-2-9)
Otro Quichudeo fue incorporado a una tribu de ranqueles. Con ellos invadió en 1846 a
Achiras juntando haciendas; pero el cac. Calvaiñ lo hizo apresar, porque no quería que les
turbara las buenas relaciones con el Gobierno de Córdoba y con el cac. Canué trató quitarles
la hacienda mientras regresaban del malón, pero fue herido de un lanzazo .(Arch Cord. Secc.
Gobº T. 204 E.S. f. 257) Por intervención del Cnel. Manuel Baigorria le perdonaron a
Quechudeo..
Ese mismo año participó también en un malón en La Carlota y Río Tercero, pero esto
era una acción organizada por los unitarios (ib.T. 204 E.5)
El ll de noviembre de 1849 el cac. Quechudeo asestó un lanzazo al Capitán Saa, pero
éste tuvo una carabina para defenderse.
El Excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias trae un caso curioso que no quiero
desperdiciar. En la edición de El Elefante Blanco de 1999 p.79 leemos lo siguiente:
El cacique Pichún buscaba hacer la paz con Córdoba. Había (entre los ranqueles) un
capitnejo llamado Quechuz(d)eo, que, siendo un indio en el Bragado, donde se crió y de
donde más tarde fugó, buscaba el amparo del cac. Painé. Este lo recibió y le hizo capitanejo
por ser sumamente baqueano de todos los pueblos fronterizos y era él que dirigía siempre con
acierto el golpe sobre poblaciones o cantones. Este Quechuzeo, pues, orgulloso con el
ascendiente que tenía con Painé, no respetaba a nadie ni nada, haciéndole más atrevido aún,
que el renombre que todos le daban era “El Auca”, es decir el inquieto, el alzado. Se había
casado con dos hijas de Painé.
Sucedió que, mientras ambas embajadas, la de Pichún y la del cac. Gobernador, se
hallaban llenando su respectivas funciones, cruzaban dede Buenos Aires con dirección a
Córdoba una Galera que conducía a un joven sobrino del Gobernador de Córdoba, a su
hermana, vestida con hábito de Carmelita y algunas otras personas de su compañía y servicio;
entre todos eran cinco personas, incluso un negrito de unos 9 años.
Quezudeo, que se había sustraído de sus toldos con unos cuantos de sus satélites, sin
meter ruido;porque tenía su choza algo retirada, se lanzó en pesquisa de topas que venían de
las Provincias para Buenos Aires, o iban de allí a las Provincias. Y quiso la fatalidad que se
encontrasen con estos viajeros en plena marcha. Tan pronto como los pocos soldados que
escoltaban la galera y los hombres que la tiraban, vieron a los indios, se pararon, cortaron las
correas y despejaron el carruaje plantado, disparando todos para salvarse. La angustia de los
que iban dentro es imposible bosquejarla, porque se veían con el temible enemigo que
llegaba, hallándose en el más espantoso abandono.
Llegan los indios y echan pie en tierra. Quezudeo manda que bajen todos los que
están adentro. Cumplida esta aterradora orden, manda que matasen al joven viajero, e
inmediatamente fue ejecutado. Las dos señoras, la criada y el negrito fueron separados por
unos indios, mientras los otros subieron a la galera y robaron de ella todo cuanto formaba su
equipaje. Sacaron ropas de mucho valor, fuentes, platos y cubiertos de plata; no dejaron nada
sin llevar o romper y desaparecieron internándose al desierto.
Los de la escolta y los tiradores llegaron por cierto al pueblecito de Frayle Muerto y
dieron aviso de lo ocurrido, de donde, sin pérdida de tiempo, se participó al Gobernador de la
Provincia. El chasque llegó al amanecer a Córdoba y dio cuenta del suceso.
Inpuesto el Gobernador López de la maldad de los indios en la que culpaban
injustamente a (Manuel) Baigorria, se violentó tanto, que contra toda costumbre y contra su
mismo precepto mandó llamar al cac. Melián (en ese momento como embajador de paz en la
ciudad) muy temprano. Al embajador extrañó el llamado tan perentorio y en una hora en que
no había costumbre de recibirlo; sin embargo se fue, lleno de zozobra, porque se presajiaba
algo extraordinario.
Cuando llegó a la casa del Gobernador, éste ya estaba de pie, saliendo a recibirlo el
intérprete Aguaya, quien lo introdujo en la sala. Poco después se presentó el Gobernador
saludando a Melián de un modo extraño, frunciendo el seño y sólo le largó dos dedos de la
mano, cuando siempre había salido él mismo al umbral de la puerta a dar la mano al huésped.
Melián fue invitado a sentarse y se sentó; el Gobernado también y su intérprete hicieron lo
mismo. Entonces López dijo que dijese a Melián lo siguiemte: ¿Qué es lo que han pensado de
mí? Vinieron solicitando la paz, dando tantas seguridades de que ese pícaro Baigorria no
invadiría y todo había sido para engañarme!¿Qué dices ahora de la buena fe de Pichún y de la
hombría de bien del salvaje unitario Baigorria?
¿Qué digo de qué?- replicó el cac. Melián, porque ignoraba el objeto de esas
preguntas. Entoncs, levantándose López, se le acerco al embajador y con tono amenazante le
dijo: “Vos sos un viejo embustero! Pichún, un traidor! Y ese Baigorria, un insigne pícaro!
Después que se les ha tratado bien, se les ha regalado cuanto se ha podido, han traicionado
ustedes esa paz que tan mañosamente me hicieron creer. Ha invadido, pues, el salteador
Baigorria. Me han asesinado a mi sobrino, llevado cautivas a dos señoras (una de ellas , mi
sobrina), dos sirvientes y matando alevosamente al que las traía. Han robado cuanto hallaron,
rompiendo lo que no pudieron llevar. La paz que viniste a ofrecer, es un juguete que es
preciso cortar. Yo no puedo permitir que por (ilegible en el original)… respetemos la paz.
Hoy mismo regresarás a decirle a Pichún que su sobrino queda preso, hasta que me sean
devueltos los cuatro cautivos y todas las piezas de la vagilla de plata que han robado. Que vea
si uno le puede creer sus protestas de amistad.
Señor, dijo Melián, creí estar en uno de esos sueños espantosos y sin saber qué
contestar,- Sr., yo ignoro esto, como creo que Pichún lo ignora, pues a tener intención de
traicionar, ¿habría mandado a su sobrino o a mí? - Sí, dijo López, siempre ignoran los indios
todo; pero no ignoran lo que es la mala fe y el robo…Melián regresó..legó llorando. La paz se
ha rota por una partida de indios- entre tanto llegaron dos indios con 3 yeguas y dijeron que
Quechuzeo pedía disculpa etc., pero Llanqueiñ quedó preso.
Allí no termina la historia azoroza del capitanejo Quechuzeo Ese mismo año participó
en un malón a la Carlota y Río Tercero, en combinación con los proyectos de los unitarios.
R. Pastor y otros tras él cuentan que el 11 de noviembre de 1849, en un combate
individual, Baigorria asestó un lanzaso al Capitán Juan Saa. Y éste tenía una carabina y le
rompió su quijada . Pero esta es una leyenda. Baigorria en sus Memorias la desmiente. Pero
sé que ese autor también se equivoca diciendo que el mismo Juan Saa había muerto en duelo
y en esa misma fecha .
QUECHU LEF, 1847, capitanejo anquel que había ido a malón a San Luis. Pero
como los ranqueles estaban en gestiones por un tratado de paz, el cac. Calvaiñ devolvió la
hacienda y un cautivo. (Rev. Arch. Azul p. 173)
QUECHU REU,1806, cac. Ranquel. El viajero Luis de la Cruz lo encontró con
Carripilún (De Angelis I. 1910 p. 210)
QUECHU RONTA, 1630, cac. Puntano (fide: Saldeña Retamar, Hoja Puntana
1.3..1927)
QUECHU VIL, 1870, capitanjo pehuenche. Vivía cerca de Mechanquil y del puente
del Río Grande (Mendoza)
QUEDEQUEU, 1776, Cacique de la Pampa. (D. de las Casas: Censo . en De Angelis
IV 587)
QUEHUÉ, 1878, cac. huilliche. Antes de la persecución de los ranqules vivía cerca
del Fortín Mercedes (R. Colorado) y tuvo su toldería en Fortín Rincón Grande (Olascoaga IV
75, 77)
QUEDEL, 1870 capitanejo ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUELABÁN, 1878, capitanejo ranquel. Huyó ante la amenaza de la llegada de los
expedicionarios del desierto (División IIIa) Quelabán y Ludabán habían escapado al Capitán
Alvarez en Remecó; pero les tomó 22 prisioneros (R. Pástor, ob. Cit. p.500)
QUELA HUEQUE ver Quilahueque
QUELASQUÉN (Quila lafquén), 1783, cac. Auca y es enumerdo entre los enemigos
de Chulilaquín (Diario de Villariono: De Angelis V. 1910 p.500)
QUELCHAMAR o Quilchamar, 1892, cac. Tehuelche. Monsr. J. Cagliero,
misionando en El Bolsón (Río Negro) lo halló junto con los cacs. Canquel, Cayupil,
Sayhueque, Sacamate y Yauanche. (En: Relaciones de Mnsr. Cagliero y Cayetano Bruno: Los
Salesianos I. p. 440.
QUE LEAL, 1851, capitanejo ranquel de Painé Ñancú. Figura en la lista de caciques
obsequiados por Rosas en Bahía Blanca el 20.12.51 (AGN X. 20-10-4)
QUELMACUY, 1825, cac. Araucano chileno que acompañaba al cac. Pablo
(Lepnopán), a Coñuepán y a Uñol en la pampa.
QUELEMASÚN, 1824, cac. Araucano. Informó al Gobierno de Mendoza que estaba
con los caciques favorables a Mendoza, como Pablo, Curritripay, etc. (Comando Gral del Ej.
III p , 525)
QUELEMAIN o Quelesenain, 1710 , cac. Puelche serrano. Los Actas Capitulares de
San Luis anotan para ese año, que el cac. Melcagüén de Chiloe se había reunido con tres
caciques en la Sierra Casuhatti: Sanchal, Quelesenain y Sacachú conviniendo que iban a
apresar a toda tropa que viniese de Buenos Aires, Córdoba y San Luis (Acta Capituares p. 123
QUELEN TRUR, 1800, cac. Pampa. Ese año éste visitó con cuatro caciques más al
Virrey de Buenos Aires. (Mariluz Urquija: El Virrinato del Río de la Plata 1964 p.229).
Ver Olguín ETIMOL: Trur: trarú= Carancho. Y quelén: colorado
QUELO CHUSCA, 1584, cac. Comechingón de Camiuta Sacat, Ansenuza, Córdoba;
encomendado de Barrientos (Montes p.91)
QUELQUEM, 1760, cac. Pampa. En esos años se puso en contacto con los
comandantes del Fortín Zanjón. Ofreció su obediencia y la del cacique Quiba, a la vez que
pedía protección, porque estaban temiendo un ataque de los tehuelches y aucas. (AGN S,IX
1-5-9: 1.11. 1760)
QUELU PICHÚN, 1710, cac. Huilliche (dice Bárbará 1897 p. 7) “Pluma roja”
QUELLALCHE, 1564, cac. Huarpe de las lagunas Huanacache (Mend) Latcham: Los
indios en la Cordillera y la Pampa. En Rev.Chil Hist. N. 1929 p. 263
QUELEF, 1833, cac. puelche de la zona del Atuel. Fue atacado por la División
Expedicionaria mendocina en 1833. El Tnte. Rodríguez lo persiguió en el Salado y lo mató en
la confluencia de este río con el Atuel, el 7 de abril de 1833 (Diario de Jorge. Velasco (Cnel):
Diario de la expedición sobre los indios del Sur En: Rev J.E.H. Mendoza V, 1937 p. 75 – 164
QUELLI PAYÚN, 1833, cac. Pampa. Fue muerto por los expedicionarios de Rosas,
el 13 de sept. de 1833 (Garretón,J.: Escritos 1819 – 1852, con el diario de la Expedición al
Desierto (Bs.As. 2 vol 1846) I. 202
QUELLE CÓY, 1833, cac. tehuelche que trajo al campamento de Rosas hacienda
para venderla (Garretón ib. I. p. 2o6
QUEMA, 1598, cac. huarpe que vivia 20 leguas de la población de San Juan
QUEME LLÁN, 1806, capitanejo ranquel (de Mamuil Mapú). Luis de la Cruz, en su
viaje por la Pampa, lo encontró con Mariñán, arreando unos 1500 animales hacia la Cordillera
(Diario en De Angelis I. 1910 p. 190 ETIMOL: Cüme: hermosa Llanca: perla
QUEME, 1825, cac. tehuelche que obedecía al cac. Ancafilú en el Sur de Buenos
Aires.
QUEME HUENCHE, una familia famosa dentro de la Tribu de Coliqueo con un
árbol genealógico frondoso con señales de nobleza araucana.
La primera generación formó Necul Quemehuenche cas. con Micaela Leftuileu (n.
1812)
La segunda generación:Juan José Quemehuenche (1840-) cas. c. Josefa Coliqueo
(Maliqueo) (1848 -) y Juan Quemehuencho (1839- ) y Mariano Quemehuencho ( )
La tercera generación; Mariano 1867- 1927) boroga de la tribu de Coliqueo. Casado
con Macedonia Coliqueo (1870- 1927) Hijo de Juan José Quemehuencho nac 1867, casado
con Joefa Coliqueo (o Maliqueo) n. 1848 y Juan Quemehuencho n. 1839
La cuarta generación forman 9 hijos de Mariano y Macedonia Coliqueo (Platero)
l. Mariano Q. – 2. José Raimundo Q. se casó con Petrona Catalán,hija de Lorenza
Coliqueo (Antes de Baiorria) – 3. Nicanor Q. – 4.Catalina Q.- 5. Regina Q.- 6.Casiana Q. de
Cleñan 7.Aurelia Q. – 8. María Q. y Eulogio Q. El entroncamiento con Coliqueo y con
Cleñán es muy fuerte.
La quinta generación nietos de Mariano Q. y Macedonia Coliqueo (de Justo
Coliqueo)
José Quemehuenche padre y luego José Quemehuenche hijo han sido famosos
“hueseros” con una experiencia singular de arreglar quebraduras, enderezar columnas
vertebrales sólo con el tacto y el masaje, que sorprendió aún a los médicos. Los llamaban “El
indio de los huesos”, el huesero o el Indio de Los Toldos. El Municipio, periódico de Los
Toldos publicó el 17 de abril de 1969 un artículo sobre el Indio de los Huesos.
QUEM PIL, 1875, cac. huilliche que, según tratados, cobraba sueldos y recibía
raciones (J Raone: El Pampa Ferreira, 1981 p. 130).
QUEMPÚ, 1834, cac. pehuenche, según dice el Cnel. Manuel Baigorria en sus
Memorias . Etimolog. Quempú: suegro, pariente
QUEMPUMNÉ ,1875, cac. huilliche, que cobraba entonces sueldos (Raone: Ferreira
p. 130 QUEMUN PÉN, 1598, cac. Encomendado a V. Casero en el Distrito de Buenos
Aires
QUENDIPÉN o quengipen, 1582, cac. de “nación Meguay”, encomendado al mismo
Juan de Garay en el distrito de Buenos Aires, al igual que Tubichaminí y Bagual. (Más tarde
los llmaban querandíes, que significa gente de los palmaverales). El documento de la
encomienda se halla en el Arch. Gral. Ind. 178 Charcas 104: “Os doy y hago merced de..(F.
Outes (1897 p.22) Este cree que Quenguipén era el mismo Tubichaminí (ver su nota
biográfica)
QUENTACÓ, 1847, capitanejo . En octubre de ese año llegó a Río Cuarto por
encargo de su cacique Canué de la Jarilla, avisando que 50 indios habían salido a malón con
Guayqueo y que tras ellos salían Coliqueo y Baigorria (Rev. Arch. De Azul Nº 2 p. 163)
QUENTREPY o Quentre, 1787 , cac puelche pampa, sucesor del cac Catruén quien
ese año falleció de viruela. Siguió su política de conciliación. (AGN IX. 1-6-5 foj. 551) Vivió
sobre el Río Diamante junto con el cac. Roco. Anteriormente se decía que vivía “del otro lado
del Bolcán, en el Arroyo Colorado”. En 1779 pasó por Ranchos y decía que era hermano de
Catriel (AGN IX 1-5-1 foj. 274) 1800 visitó al Virrey de Buenos Aires junto con los caciques
Negro, Luna, Guayquilao y otros (Mariluz Urquija: El Virreinato 1964 p. 229) Se ve que se
había trasladado a los huilliches. 1805 llegó una expedición a su toldería (AGN IX 1-4-2).
Estaba con el cac. Antemain. 1806 Luis de la Cruz, el viajero de la Pampa, se informó que
Quichrepí ya había muerto de viruela. (AGN IX. 1-6-3). Sabemos también que el cac.
Mariñán se había criado con él en la Pampa.
QUENTREL o Quentarel, 1845, capitanejo pampa que figura en la lista de indios
amigos (AGN S.X. 42-5-7, carpeta Indios)
QUENTRIEL (o Guentarel)
QUENTREL, Mariano (Quentriel), 1847, era cacique pampa-puelche del
grupo de la tribu de Catriel de los Arroyos Azul y Tapalquén.
El aseguró en 1862 que era indio mestizo: que su madre había sido
cristiana de Bragado y su padre se llamaba Pichi Huincá (Arch. de Vedia doc. 1º
dic. 1862). Un documento de 1856 nos presenta dos hijos de él llamados
Nicanor Alonso, muchacho rubio, de 15 anos, y Enrique Alonso, trigueño, de
10 años. Su madre, pues, tendría el apellido de Alonso (Arch. Mus. Hist. Nac..
doc. 3372). Juan Manuel de Rosas lo había buscado entre los indios pampas
amigos para que se encargase en Santos Lugares de los indios al servicio del
Restaurador de las Leyes. Efectivamente, figura como “capitanejo encargado”
en las listas de Preste en lós años 1845 a 1847 (AGN S.X. 43-7-3). Allí crió a su
familia. Decía que el capitanejo Nicasio Maceda y Pedro Mario Maceda (2º
ayudante) eran sus hijos. Más tarde dirá también que el cacique Calfucurá era
su hermano político. Efectivamente, su hijo Juan Quentren llamaba a
Calfucurá “tío”. Esto decía no sólo que era de la nobleza araucana, sino también
que gozaba de gran estima aquí y allá.
Después de la muerte de Quiñigual (h), el que durante la Expedición de
Rosas se había entregado con 80 indios, Quentriel fue encargado del resto de la
tribu.
En 1852, en vista de la contienda con el general Justo J. de Urquiza, este
“cacique” fue obsequiado al igual que un centenar de caciques, por orden de
Rosas. Quentriel participó en la batalla de Caseros, pero producida la derrota, se
fue con su gente de nuevo al valle de Tapalquén, incorporándose a Catriel.
Durante la contienda de Caseros le habían apresado a su hija Manuelita, la que
reclamó durante diez años, pero la habían mandado (o vendido) al Uruguay.
En 1855 estuvo acampado sobre el Arroyo Pul, cuando el general Mitre
invadió las tribus de Catriel y Cachul. Mitre sufrió una derrota debida a la
intervención de Calfucurá y de Coliqueo con sus indios. Quentriel ni se había
enterado del asunto, ni lo buscaron las tropas del ejército bonaerense, aunque se
hallaba bastante cerca. (A. Mitre. XI.p.245)
En 1856 se hallaba con su tribu en Pichicul. El nuevo comandante de
Azul lo hizo llamar, porque preparaba un tratado de paz para los indios de
Catriel. (A.M.H.N. Nº 3372; 5.6.56)
En estos años hubo una carrera entre porteños y los de la Confederación,
quién ganaba más indios para su causa. Ambas partes enviaron embajadas y
dineros a las tolderías y ofrecieron tratados de paz. Parecía que Justo J. de
Urquiza había ganado la confianza de “todo el desierto”, pues a través de las
gestiones del coronel Manuel Baigorria se le adhirieron los ranqueles, los de
Coliqueo y los de Calfucurá. Hasta hubo “licencias” y estímulos para que
invadiesen las fronteras de la provincia de Buenos Aires.
El 10 de mayo de 1857 escribió al coronel Echenagucia al general B.
Mitre “que un cautivo escapado de las Sierras de Curamalal, donde el cacique
Quentriel tenía sus toldos, decía que este cacique pertenecía a las tribus de
Calfucurá. Que haría diez días que ese cacique había estado donde el cacique
Quentrel, exhortándolos a que participaran en el malón que saldría en la
próxima luna de junio” (E. E. Monferrán Monferrán: El Ejército de operaciones
del Sud. p. 24). Entonces, los militares porteños decidieron realizar una
expedición a fondo hasta Salinas Grandes. La noticia llegó a tiempo a las
tolderías. El 15 de diciembre de ese año, escribió Calfucurá al comandante
Fourmantín de Bahía Blanca, que había soñado que le iban a invadir. Por eso
había mandado descubiertas a los diferentes rumbos. Que Quentriel (Quentrael)
también había mandado descubiertas o exploradores hacia Mulita (Veinticinco
de Mayo) y Coliqueo (los de 25 de Mayo). Poco antes, el hijo de Quentriel había
estado en “San José”. Se llamaba Juan Quentriel y sobrino de Calfucurá. Había
traído cartas para J. J. de Urquiza. (Arch. Urquiza. T. 128. p. 101)
En enero de 1858. salió el ejército de Buenos Aires al mando de los
coroneles Emilio Mitre, N. Granada y Conesa. Calfucurá vino a su encuentro. El
15 de febrero se produjo una batalla (de Pigüé) bastante espectacular. Los de
Calfucurá tuvieron que replegarse. El ejército, animado por el éxito, prosiguió
su marcha hasta los montes de Salinas Grandes. El 13 de febrero había apresado
a un indio de los toldos de Quentriel (Quenthrel), pues estaban sobre un arroyo,
no lejos de Pigüé. Este declaró que Calfucurá había estado en sus toldos
influyendo a su cacique para que lo acompañase. Se encontraba con Collinao,
Pirras, Cañumil y Cristo, éste con mensajeros del coronel Baigorria. También
habían llegado dos oficiales del general Urquiza con 60 cristianos enviados por
éste. (AGN. S. X, 19-9-4).
En su marcha por el “camino viejo de los chilenos” hacia Salinas
Grandes, el Ejército del Sud encontró sobre el Arroyo Leufucó la toldería
abandonada de Quentriel (“El que había estado en Santos Lugares”, agrega el
informe). “Me quedé admirado al ver las zanjeadas y huertas y potreritos.
Hallamos una gran cantidad de pollos y gallinas de todas las edades; muchos
zapallos, melones, choclos, algarroba; huevos de gallina, avestruces mansitas y
un guanaco criado guacho. Se encontraron estribos y espuelas de plata y algunos
chapeados: guitarras, un acordeón (parece que para los chorros faltaron solo la
radio y el televisor).En fin —continúa la crónica—, mil cosas. Acampamos
sobre los toldos”. En las Memorias manuscritas del coronel Osornio se completa
la lista de lo hallado en el Arroyo Pul y en la laguna Leufucó: “...cueros, ollas,
platos, morteros y 500 animales.” Los indios habían huído poco antes. Lo
mismo han hecho los de Calfucurá en Salinas Grandes. Sin haber tenido otro
choque, la expedición de Granada volvió atrás, y Calfucurá, Cañumil, Collinao
y Quentrel volvieron a sus campamentos. (AGN, S.X. 19-9-4: 6.4.58).
En vísperas del choque de la Confederación con los de Buenos Aires en
Cepeda (1859) hubo nuevos intentos para atraerse a los indios a sus respectivos
planes. Calfucurá jugaba entonces a dos cartas y hasta se aprovechó de la
situación. Pidió, por ejemplo, un uniforme para Quentriel y maloneó con éste
“donde le habían mandado”.
Mariano Quentrel era entonces, ya dueño de una importante tribu y
segundo de Calfucurá, desde que el cacique Coliqueo se había separado de él.
Eran emparentados de manera que Calfucurá y Quentrel se decían hermanos y a
sus hijos: sobrinos.
Después de la segunda contienda en Pavón, Calfucurá y sus caciques se
abrieron a favor del general B. Mitre y buscaron celebrar también un tratado de
paz para poder cobrar racionamiento.
Tengo, a la vista copia de una carta de Mariano Quentrel (hijo) dirigida al
coronel Sánchez (AEM, Doc. 1757: 2.6.62). en la que agradece su nota y el
racionamiento, diciéndole. sin embargo, que no había suficiente y reclama o
protesta, porque las tropas habían muerto a 16 tehuelchcs que habían venido a
sus toldos a comerciar.
En otra carta se realza su prestigio, pues, el 30 de octubre de 1862,
escribió el comandante de Azul al ministro: “Ha llegado el cacique Quentriel —
que tiene igual prestigio o más que Calfucurá y jamás había llegado ni mandado
(comisiones) a este punto—. Vino a pescar y a buscar raciones. Fue bien
atendido. Parece que tiene simpatía al Gobierno y me asegura que su hermano
Calfucurá también.” (AEM 30. 10. 62))
En 1863 vivía aún con Calfucurá en Monte Chilué, al lado del cacique
mayor Juan Calfucurá, "su hermano" (AEM. 7.3.63) y estaba en buenas
relaciones con el gobernador de Buenos Aires. (Arch. Mitre XXIV. p. 113).
En 1865, había madurado un plan nuevo de Quentriel: quiso
independizarse; fundar un pueblo como el cacique Ygnacio Coliqueo y vivir
como indio amigo. Se lo confió al coronel Ignacio Rivas (Arch. de Vedia.
16.3.1865). Para poder realizar su propósito, pidió aÍ coronel A. Barros
protección del Ejército, pues pensaba separarse de Calfucurá, quien no tenía sus
miras de paz. Quiso venir a su antiguo asiento en Curamalal.
Se le dio el permiso, se le ayudó y le prometieron volver a racionarlo
(AEM, 15.4.66). Al final lo ubicaron en Blanca Grande . Pero tuvo la desgracia
que gran parte de sus indios lo abandonasen para irse de nuevo a Salinas
Grandes. Alvaro Barros escribió entonces al Dr. M. Paz, vicepresidente en
función, que Quentriel, quien había sido 2º cacique de Calfucurá, ya era un
cacique sin importancia: por eso el Gobierno no debía hacer sacrificios por él. Y
agrega: No volverá a Salinas Grandes. (Arch. de M. Paz. vol. VI, p. 51)
En otra carta le dice que había pedido casa en Azul: que se le podía dar
una que no tenía títulos o hacerle un rancho, (ib.. p. 51)
Pero un grupo de 50 indios volvió, entonces, a su obediencia y
establecieron sus toldos sobre el Arroyo Corto (Quetro Leufú), a 10 leguas de
Tapalquén. Quentriel pidió en esos días permiso para ir a Buenos Aires y
comunicarse con las Autoridades del Gobierno para gestionar la propiedad del
terreno. (30. VII 67 AEM)
El coronel Alvaro Barros lo recomendó, pues halló en él un gran
colaborador. Ya en febrero de 1867 lo había acompañado para rechazar un
malón. Quentriel había sido el último en abandonar la persecución de los
invasores. Por eso recibió una gratificación en suministros (AEM. 15.4.67). El
13 de diciembre del mismo año, participó en otra campaña y en recompensa
recibió cien animales (AEM. 4.1.68). En 1868 ayudó con sus indios a repeler un
malón en Sauce Corto y Parahuel y “sin recompensa” (dice el coronel Barros en
su libro Fronteras y Territorios Federales, ed. 1957, p. 195). Hubo otras
actuaciones de estilo.
Grave resultó el atropello del coronel Francisco de Elías, quien había
favorecido a Cipriano Catriel sobre los demás caciques de Azul y Tapalquén,
que llegó a enfrentarlo a sus caciquillos. El coronel Rivas, comandante durante
largos años en la Frontera Sud, había hecho lo contrario. De Elías convocó a
unas conferencias públicas en las que se resolvió en conformidad con los
vecinos de Azul. “someter por la fuerza” a los caciques “distantes”, entre los
cuales se incluyó a Quentrel. Así lo asentó el coronel de Elías en el tratado o
convenio del 15 de octubre de 1870. Quentrel mudó entonces sus toldos: volvió
a reunirse con Calfucurá, quien estaba en el cenit de su poder, aunque mantenía
permanentes relaciones con el gobierno argentino. Entonces, escribió al
comandante de Carmen de Patagones solicitando que el cacique Quentriel fuese
racionado por ese punto y no ya por Azul (AEM, 25.2.70).
QUENTRE MAIN, 1848, cac. pmpa que recibía raciones en Azul (Rev.
Azul Nº2 Cuentas de proveedores).
QUENTRE MILL, 1870, capitanejo ranquel del cac. Mariano Rosas
(Lista del P.Donati).
QUEO es abreviatura por Coliqueo (apellido) Así figura en alguna carta
el cac. Ignacio Coliqueo y también de su hijo, el cac. Simón Coliqueo
QUEOPÓ ANTE o Queopú Ante, 1626, cac. Araucano principal de Elicura, sucesor
de Vuta Pichún y Lientur. El nuevo gobernador del Reino de Chile recibió el 13 de abril de
1626 una real cédula por la cual quedó autorizado a hacer la guerra contra los indios
araucanos. Se hizo entonces una guerra ardorosa; “las piezas debían ser herradas”, es decir,
los mapuches debían ser marcados por el fuego y debían ser anotados en un libro. Pero hacia
el final del período gubernamental de Don Fernández de Córdoba, éste recibió al cac. Queupu
Ante, quien le ofreció la paz, también en nombre del cacique General Ancanamún.
El Gobernador les puso una condición imposible; quería que se trasladasen a tierras
cristianas y conviviesen con ellos. Los indios no quisieron abandonar sus tierras, Entonces el
gobernador impruente dijo a los representantes que habían acudido al parlamento, que podian
retirarse a sus tierras y afilar sus lanzas para la guerra, porque él se la iba a hacer en invierno
y en verano, hasta hacerlos salir de sus tierras por la fuerza. Amargados se retiraron los
caciques, diciendo: “Los españoles dirán después, que nosotros somos los malos y que no
queríamos la paz…Si quieren la guerra, nosotros se la vamos a hacer…”
Valiente y tenazmente guerreó el airado Queupó Ante. 1634 llevó un ataque a la
misma fortaleza de Concepción. (Gay 1876 II p. 374)
Fue muerto en uno de esos encuentros y su cabeza fue enviado a Santiago, para que
la colocaran en una picota alta en la Plaza de Armas, mientras repicaban las campanas para
celebrar la muerte del guerrero indomable. Sin embargo, él había buscado la paz y no se la
dieron. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1974 p. 387-390) Su sucesor fue Vuta Pichón.
QUEUPU TRO, 1820, cac. Araucano, hermano del cac Mañil (Manguil) quien se
enroló en las filas de los realistas durante la Guerra a Muerte. 1840 fue diputado para
entrevistarse con el Comandante Zamarón en gestiones de la paz. (M. Campos Menchaca,
Nahuel Buta p. 685)
QUEPAY ÑAN, 1834, capitanejo pehunche. Ese año Rosas en su síntesis de la
Expedición al Río Colorado, lo enumera entre los prisioneros de la guerra. (Diario, ed.
Sudestada 1965 p. 184) 1845, él o uno de su familia llegó con el cac. Aillal al Azul y fueron
racionados (Arch.Hist. de Azul, leg. 28 de 1845) ETIMOL: Cüpai: viene; el ñancú, el
aguilucho
QUEPEN, Tomás, 1582, uno de los caciques que por el repaqrtiminto de mercedes
por Juan de Garay, fue afincado en el Distrito de Buenos Aires. Me parece un típico ejemplo
que explica cómo se manejaban los nombres de las naciones americanas. El texto de la
encomienda dice: “Os doy y hago merced un cacique Thomás Quepen y por otro nombre
Quayesmeyay Emelaguay, con el pueblo cocobes con todos los indios y sujetos” (Arch Gral.
Ind. 178 Charc. 104 y 179 Charcas 104) ”..de un cacique que se llama Tomocpen y por otro
nombre Quanmeyan y Melayguay”.
QUEPE QUEPE SO, 1600, cac. puntano de San Luis, antecesor del cac. Aucal en
Gualusatec.
QUEPE QUEPE SO , 1791, cac. puntano
QUEPETIÉN, 1617, cac. Pampa de la Reduccióm de Pampallacta, Río IIIº,
empadronado por Meneses. Pidió que lo dejaran allí. Alfaro, el Defensor de Indios lo ha
visitado en Yucat y Lacla (P: Cabrera: Tesoros del Pasado Argentino; La Cruz en la Pampa I.
p.17)
QUEQUEN, 1750, cac. tehuelche que conoció el Padre Falkner junto al cac. Ajó. En
su libro Desacripción de la Patagonia ed. 1774 reproduce un mapa y señala su toldería.
QUEQUEN, 1853, vivía a 10 leguas de Salinas Grandes con el cac. Puraigüe, sobre
el Arroyo Pichihal con unos 200 indios. No estaba sometido a Calfucurá, igual que Quentriel.
Él también había estado en servicio de Rosas en Santos Lugares, cobrando un sueldo mensual
de 100 pesos (AGN X. 18-8-1 ETIMOL: Queque es un guiso de papas y n: ser
(verbaliza)
QUÜERAO, 1834, capitanejo boroga. El 14 de enero de ese año estuvo en un
parlamento en Bahía Blanca con comisionados de Rosas (AGN X. 24-9-1) ETIM:
Huera:malo y ao (nao) tigr
QUEREGUEREYÁN, 1707, cac. Pampa de la zona de Río Cuarto. Los 3 hijos se
llamaban Marcos, Ignacio y Frasquito. Un documnto dice que estaba entre los asesinos del
estanciero Antonio de Garay de Calamuchita (ver Liquid)
QÜERO CUAL, 1833, cac. puelche. En ese año, durante la Expedición al Desierto,
fue atacado por tropas del Comandante Hilario Lagos ETIMOL: Huera: feo y hualá:
pato
QUERÓN; cac. ranquel. Un documento sin fecha dice que mandó a su hermano
Calquitrín ante el Gobernador de Córdoba, pidiendo efctos (En. Rev JEH:Mendoza VII, 1937
p.311) (Compare Quirón) 1840 integró una comisión del cac. Painé para pedir al Gobernador
de Córdoba un tratado de paz (En :Rev. Arch.Azul Nº2 p.75) 1850 lo mencionó también
Baigorria.
QUESUÉ, 1825, cac. tehuelche que se había reunido con Caná ..(AGN VII Biedma,
10-4.14)
QUETE LELIÁN 1596: ETELIÁN (Cabera: Tesoros del Pasado I. p.78)
1698: Quetelián, Pedro, cac. puntano de Alcatoga (Arch Mend.)
1707 Cetilián, en Río Cuarto (Cbrera: Tesoros del P. I p. 77
QUETE LOAN, 1557, cac. araucano del Sur de Chile. (Gay Documentos II, 1876
p.94. De él tenemos noticias por el capitán Juan Ladrillero, quien lo visitó en su viaje al
Estrecho de Magallanes ETIMOL: Quete: Colorado y luán:
guanaco
QUETE PANGUI, Ignacio, 175l, cac. araucano que vivía sobre el Río Malleco
(Chile
El Padre Haevstadt lo visitó allí, el 18 de noviembre de ese año. (su Diario de 1777 )
QUETUTI, 1582, cac. de la jurisdicción de Buenos Aires por el reparto de Juan de
Garay. Fue encomendado a Pedro Luis.
QUEU PÁN, 1873, cac. pampa de Catriel. Se halló en Salinas Grandes, cuando se
suscribió el proyecto de paz, en Mayo de ese año. Después del avance de Alsina (1876) ante
la persecución de las tropas expedicionarias huyó a Colorado arriba.
QUEUPE LICO o Queupu Licon, 1612, cac. araucano chileno que estuvo en el
parlamento de Paicaví.
QUEUPÚ, 1775, uno de los caciques del Río Buenos (Chile)
QUEUPUL o Queipul, Juan, 1777, cac. pehuenche- huilliche algo inquieto. Sin
embargo, pidió un misionero para su territorio. Se presentó con el cac. Neigurú en el Colegio
de los Padres Franciscanos en Chillán juntamente con los caciques Trevqueguir,
Guachanquir, Tangol y Pallallán (Lagos,R.: Historia del Colegio de Chillán ,1908 p. 295) El
sacerdote que lo bautizó le dio el nombre Juan (Brudny, Heinrich: Restauración de la Misión
en Araucanía (en alemán) p.240)
1782 lo hallaron los buscadores de la Ciudad de los Césares (en Angelis I. p.880) 1792 se
produjo en su zona un alzamiento que desde tres años venía gestándose. Sus indios aliados
irrumpieron la Misión del Río Bueno y mataron al Padre Cuzcos. Juan Queipul no estaba allí,
cuando mataron a su amigo. A su regreso mató al asesino (Lagos p. 328 y Brudny p. 249)
Extrañó que Quepul no estuviese presente en el parlamento de la pacificación de los
pehuenches quienes se habían enfrentado tanto en Chile como en la Argentina durante la
Guerra Pehunche. Es que Vuchagner, Loncochino y Queipul habían estado presos. El primer
parlamento de reconciliación tuvo lugar en 1793 en Negrete y en Rahue. En 1819 Queipul
participó en la Guerra a Muerte. (T.Guevara 1910 p. 90) R. Lagos publicó en su libro una
fotografía de Don Juan Queipul, cacique de 110 años en 1903; era nieto del cac. Juan
Queipul del Río Buenos (Valdivia).
QUEUPUL o Queupil, 1858, cac huilliche de la aglomeración del cac. Juan
Calfucurá en Salinas Grandes. Ese año estuvo con su cacique General en la Batalla de Pigüé.
Luego evadio el avance del Cnel. N. Granada, quien volvió después de comprobar que sus
toldos habían sido abandondos. Queupul llegó como primer explorador detrás del ejército en
retirada hasta Carhué y pudo asegurar a su cacique General que las tropas porteñas se habían
vuelto a su campamento. (AEM 22.2.58)
QUEUPÚ ANTE ver Quepo Ante
QUEPU MIL, o Quempumil Juan, 1862 capitanejo boroga del cacique Ignacio
Coliqueo, cuando emigraron de las tierras ranquelinas y fue con su tribu a establecerse en Los
Toldos (la Tapera de Díaz) Prov. Bs.As. Cuando en 1862, después de la batalla de Pavón, se
disponían a abandonar su campamento provisorio en Junín, trataron llevarse consigo restos
de la Tribu de Llanquelén; pero se resistieron los capitanejos Mariano Seguí, Pedro
Llanquelén, Tripailaf y Quidulef. El 18 de Mayo de 1862, el cac. Raninqueo delegó al
capitanejo Juan Qeupuil a denunciar a los jefes de Junín y de Bragado la situación tirante de
esos capitanejos (ranqueles) y para pedir un piquete de 50 soldados con fusil y así los trajeron
a Los Toldos. Bastante pronto esos restos de Junín entraron en el elenco de capitanejos de Los
Toldos junto a Peinequeo. (AEM 1753: 18.5.62)
Juan Quepuil se casó con Juana Peinequeo y su hijo Cristo Queupuil se casó con
Josefa Nautuihuán o Rosas.
Habría seguramene más que contar de esa época de la vida de Queupú. He leído que
participó el 16 de Mayo de 1880 en un ataque al nuevo Fuerte División IVª, pues los indios
intentaron arrebatar al invasor los prisioneros que allí habían llevado (Juan Raone, El pampa
Ferreira, 1981, vol. II, habla de un robo espectacular de caballos [p. 113], del ataque al fortín
Guanacos, hoy Andocillo, el 22 de 1880, donde perdieron 60 indios, ib. p. 119).
En enero de 1882 quiso asaltar por segunda vez el acantonamiento de Chosmalal
(Pechamnn, El Campamento de 1878, p. 67). Se había coaligado con Sayhueque y el
empobrecido Namuncurá. Destruyeron la guarnición. Peor, el 29 de Noviembre Ruibal los
atacó de sorpresa en el Lago Icalma. Allí murieron 14 indios (Raone: ib. p. 192).
En diciembre de 1882, Ruibal pisó nuevamente las huellas de Queupú y llegó hasta el
Bío Bío. El 15 de ese mes peleó a sus indios sobre el lago Huemicó y Sat. Torres los acosó
por el otro lado. Localizado el cacique, se le envió una intimación —dicen los partes—, para
que se sometiera como lo había hecho Millamain, hacía poco. Le prometieron un nuevo
tratado de paz (¡sic!).
El contestó que le parecía bien, pero primero debía reunir a su gente dispersa. A los
pocos días, el cacique contestó que el capitán Albornoz, allí presente, carecía de autoridad
para concertar tratados de paz. Que el gobierno enviara a otra persona más jerarquizada para
eso y con autorización del gobierno. El mismo regresó al campamento con carta del mayor
Ortega y autorización para iniciar la negociación... Pero el cacique ya no estaba allí. Había
huído una vez más (Raone, ib.,p. 202 y Campañas del Sur, 1882, p. 215). Entonces el coronel
Daza lo buscó con 120 hombres en varias expediciones.
El 29 de Noviembre de 1882, Saturnino Torres y su gente hallaron al cacique Queupú
con indios de Painé y Nahuel sobre el arroyo que corre entre los lagos Icalma y Moquehue,
protegidos por tropa chilena del fortín Lincura. Les hizo saber que le habían robado 700
caballos. Los chilenos entregaron 116. (Raone, ib., II, p. 218)
En la laguna Quincura, en la naciente del Bío Bío, la fuerza argentina había levantado
un fortín donde guardaron unos prisioneros quitados al cacique Queupú. Este intentó
arrebatarlos en un ataque con unos cien mocetones. (Fide el periódico de Río Negro)
En 1883, Reuquecurá y Sayhueque, caciques igualmente perseguidos, se sometieron
en una rendición; lo mismo hizo un poco más tarde el cacique Namuncurá; porque su gente se
había desangrado en una larga guerra.
El 29 de Febrero de 1884, el capitanejo Queupú (probablemente un hijo del cacique)
atacó el Fortín de San Martín de Los Andes y también al Fuerte de Junín de los Andes
(Walther, Conquista, ed. 1964, p. 729). El general Wintter lo rechazó y lo mismo hizo el
capitán Hon. Iturra. (Sánchez, Justo, Efemérides militares, p. 190,.25 de Mayo de 1884)
El cacique Juan Queupumil, que siete años atrás escribió como cacique general al
arzobispo de Buenos Aires, que a él no lo iban a apresar, fue muerto teniendo su lanza en
manos junto a Meliqueo, Manquepú y Neculmán, otros nobles araucanos. (F. San Martín
afirma que había sido muerto por soldados chilenos, porque no había querido dar apoyo a la
revolución contra el presidente Balmaceda y que les habría dicho: "Yo argentino; ésta no es
mi patria". Pero opino que en realidad se refiere a un hijo del cacique Juan Queupumil.)
(Etimología: Pedernal y oro [milla]).
Bibliografía:
Juan Raone, El pampa Ferreira, 1981 y Fortines: F. Ugarteche, El Tnte. Gral. Dn.
Rufino Ortega, 1913; S. Oyarzún, Rasgos biográficos del Gral. R. Ortega, 1906; H.
Cabanillas, El Cnel. Manuel Ruibal, un héroe de la conquista del desierto, 1955; S.
Magnesco. El Comandante Torres (Vida en la frontera), 1898; Oberlein, El Tnte. Cnel. Dn.
Saturnino Torres, en Rev. J. E. H. de Mendoza XIV. Campaña de los Andes, B.A., 1883.
QUIBA, 1760, cac. tehuelche mencionado en una carta de Dn. Zabala al Gobernador
desde Zanjón (Cit. Lehmann Nitsche: Grupo Het, 1923)
QUICHAO, 1879, capìtanjo ranquel. El Dr. Dupont escribió durante la expedición
conquistadora de Racedo a la Pampa: “Al acabar la selva de Poitahué, situado a la derecha del
camino, se hallan, a la izquierda, dos lagunas; en la llanura los vestigios de los toldos, donde
vivía el que fue el capianejo Quinchao (Dep. Leventué). Hace dos meses, falleció de viruela
en el Cerro Carriló, donde hallamos su original sepultura. (Racedo,E.: Conquistya del
Desierto, 1940 p. 119)
QUICHO HOYBANA, 1579, cac. comechingón de Muscahalo, Minas, Córdoba;
encomendado de Yames (Montes p. 69)
QUICHULEP ver Guidulep 1744
QUICHU QUIR,1863, cac. salinero. Ese año, el cac. Jn. Calfucurá lo mandó en
comisión ante el Gral. Batolomé Mitre (Arch. Mitre XXIV p. 92)
QUIDEL, 1821, cac. araucano del bando realista. Actuó con los caciques Manguín y
Curriqueo (boroga). Tenía su residencia en Truf Truf /T.Guevara, 1910 p. 197)
QUIDEL, 1872, capitanejo pampa ranquel del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUIDI GUANCHÚ,1767, cac. pampa serrano. Los documentos retuvieron su
nombre que dicen que había ido a robar hacienda (AGN IX 1-4-?: Ecobar 1.2.67)
QUIDU LEF, 1787, cac. ranquel, hermano de Quinteleo. 1787 estuvo en Malalhué y
seguramente le tocó actuar en la Guerra Pehuenche. 1806, Dn. Luis de la Cruz se informó
sobre los caciques de esa guerra, y entre otros, le nombraron a Quidulel (De Angelis I. p. 139)
. 1810 lo conoció el Cnel. Pedro Andrés García durante su expedición a Salinas Grandes, que
describió luego en un gran memorandum (diario). Se presentó este cacique con ranqueles de
Epuner. Parecía que el Coronel García le cayó en gracia. El 4 de noviembre de 1814, el Cnel.
García lo presentó al Cabildo de Buenos Aires; había venido con su escolta para presentar
ciertas quejas contra los cristianos. Decían que estaban dispuestos como su pariente
EPUMER, a colaborar con el Cnel. García (quien quiso adelantar las fronteras y fundar un
pueblo en Salinas Grandes.) Pedían sin embargo que les auxiliasen en caso de ser atacados
por indios del Sur o del Oeste con quienes, manifiestamente, no estaban de acuerdo. Yo
sospecho que los unos consideraban a los otros como intrusos en la zona tan rica para el
comercio. El 8 de noviembre se despidieron con un tratado de mutua ayuda (en el bolsillo). El
cac. Quidulef decía que mandaría a su hijo a Buenos Aires. Este y sus acompañantes fueron
muertos por desertores, a orillas de la laguna Calelián (Part. Alberti) y esto fue un asunto muy
engorrososo. Con una suma buena de dinero el cacique se dio desagraviado y prometió que
iba a proteger a los expedicionarios que venían a Salimas Grandes.
1820 no se dejó empaucar por el exdictador y guerrillero chileno Gral José Miguel
Carrera. Véase también lo escrito sobre Quinteleo, su hermano. Ellos temían siempre de ser
desplazados por los chilenos invasores que aumentaron entonces de día en día en la Pampa, a
raíz de la Guerra a Muerte. Quidulef quedaba fiel y en buena relación con el Cnel. García.
1822 acudió al gran parlamento que éste había convocado al pie de Tandil. Después
de confirmar la paz, Quidulef acompañó a la comitiva del Coronel para protegerla contra
cualquier inconveniente. (Diario de la expedición de 1822 a los campos del Sur de Buenos
Aires en De Angelis 1910 IV. Pag 161 ss.) También estuvo en las juntas de paz en 1825 en
Bahía Blanca y en 1826 en Tandil y en el Arroyo Pecuén. Se le vió siempre decidido por la
paz. No obstante tuvo que sufrir un cruel ataque del Cnel . Federico Rauch quien llevó a unos
900 indios tehuelches a guerrerar contra los indios pampas y chilenos (1826 – 1827).
1832 Quidulef se hallaba cerca del cacique Quiñigual, cuando Rosas despachó al Cnel
Delgado con 400 indios borogas para atacar a éste, porque había oído que había aceptado al
cac. Quilapí y 200 chilenos.
Una última noticia del cac. Quidulef data del 15 de Febrero de 1846, porque había ido
a Azul junto con los caciques Raylef y Lorenzo a presentarse al Gral Pedro Rosas y Belgrano,
el encargado para las relaciones pacíficas con los indios (doc. Arch. Azul). Es posible que
éste Quidulef haya sido el hijo, capitanejo Quidulef. Este estuvo en la gran reunión de
caciques para firmar el anteproyecto de una Paz General con los salineros (AEM doc.1232,
1873) y parece que estuvo en el entierro del cac. General Juan Calfucurá, quien falleció el 3
de Junio de 1875)
1881 QUIDULEF o QUIDUL era el cacique lider de la resistencia contra el avance
de las tropas chilenas sobre Temuco. No sé si hay un parentesco de este cacique con los arriba
nombrados (J.Bengoa: Historia del Pueblo Mapuhe, Santiago Ch. 1985 p. 296)
ETNOL: Lef (leufú) :río y quido: solitario, solo
QUIEPEI ÑAN, 1845, capitanejo del cac. Juan Calfucurá, en cuyo nombre se
presentó entonces con una comisión de 25 indios, acompañados también por el cac Aillal en
Azul (Rev. del Arch. de Azul Nº 2 p. 113) Ver Ayllal (Aylla llanca) hermano del cac.
Guzmané; comprometido con Purrán y otros chilenos en la muerte de Guzmané que provocó
un proceso en Mendoza. No sé si Calfucurá tenía que ver algó con ese asunto.
QUILA CURÁ, cac. araucano del siglo XVI (R.Latcham: Los Indios en la Cordillera
y en la Pampa en el siglo XVI, 1929 p.177) ETIM: Quila (cla) : tres y curá: piedras
QUILA HUEQUE, Faustino, 1840. Cac. de Perquenco y cacique mayor de los
araucanos en Collicó. Era hijo del cac. Güentecol, nieto del cac. Colicheo y hermano de los
cac. Nontri , Curihuán y Lemunao (J. Bengoa: Historia del Pueblo Mapuche, Stgo 1985 p.
194). No cabe duda, era de la nobleza araucana, poderoso entre los arribanos. Era también
compñero de armas del cac. Quilapán y del cac. Juan Calfucurá, en la Argentina. Quilahueque
vino con frecuencia a Salinas Grandes. Está su nombre en una lista de 1841 que enumera a
“los caciques chilenos en tierra argentina”. Arch. Mend. 23.7.1841)
1857 vino a Salinas Grandes “a traer lanzas” (y probablemente para llevarse vaquitas),
lo que comunicó Calfucurá al Gral. Justo José de Urquiza, quien tenía mucho interés en que
se armasen con él para la guerra contra los porteños disidentes (AGN VII 14-2.5; Arch.
Urquiza T. 124 pag. 248). 1860 se adhirió, igual que Quilapán, al aventurero francés Antoin
Orellié de Tounens, quien se autotituló (por momentos) “Rey de la Araucanía y la Patagonia”
Ellos espraban con un contingente francés hacer frente al avance chileno sobre la Araucanía.
(A.Galatoir: Quién fue el Rey de la Patagonia, Bs.As. 1972)
1863 Quilahueque se halló de nuevo con Calfucurá. Se lo comunicó al Gral. Mitre,
con quien estaba gestionando un tratado de paz (Arch. Mitre XXIV p.93)
Cuando en 1869 el Gral. Cornelio Saavedra (descendiente del que fuera presidente de
la Primera Junta de 1810 en Buenos Aires) iniciaron la Guerra de Exterminio y dejara un
saldo lamentable entre los indios, los caciques “arribanos” buscaron entablar negociaciones
de paz.
Quilapán de Perpenco se presentó en la Intendencia de la Provincia…el día 25 de
septiembre de 1869 en la sala del Despacho del Intendente y expuso por si y en
representación de los caciques José Santos Quilapán de Chanco, Montri de Perquenco.
Calvucoi de idem, Curriqueo de Chanco, Epuleo de Colico, Ñancucheo de idem, Levín de
Changlo, Huenchulao de Perquenco, Nahueltripay de Chanco, Quiñenao de Salto, etc.
estando presentes los caciques Nahueltripay, Quinchaleo, Pichulao y Liquén que, deseando
poner término al estado de guerra…”reconociendo los crímenes que nos hicieron reos en las
épocas pasados, vemos que el Gobierno es demasiado indulgente(sic?) perdonándonos Io que,
siendo el Gobierno la más firme garantía para asegurarnos nuestro terreno I demás bienes que
nos pertenecen, I que a fin de ponernos al abrigo de las autoridades de la República, como
verdaderos ciudadanos chilenos, nos comprometemos a respetar I hacer obedecer las
siguientes bases como garantía de la paz que nos concede el Supremo Gobierno de la
Nación:
1º Nos comprometemos a entregar desde luego todos los cautivos…El texto que se elaboró en
esa Intendencia está firmado en Collipí, el 5 de Julio de 1871, recopilado en J. Bengoa:
Historia del Pueblo Mapuche, Stgo. 1985 p. 232 ss. Y también la respuesta del Ministro de
Guerra que aplaudía el tratado)
Quilahueque con otros acompañantes viajó entonces a la Capital Santiago de Chile y
se entrevistó con el Sr. Presidente y demás autoridades de la Capital.
Al volver a Los Angeles, se enteró de que Quilapán y los demás caciques no
aceptaban el tratado en los términos en que se había sellado. No había consultado al consejo
de guerra. El pacto no se aceptó y Quilahueque se retiró a su soledad, mientras la guerra
continuó.
1873 vino a Buenos Aires, desde Angol, el aviso al Gobierno Argentino de que el
caciue Reuquecurá, el hermano de Juan Calfucurá, había ido a realizar un convenio con los
caciques Quilapán y Quilahueque para traerlos a un malón sobre Bahía Blanca (AEM: 7.3.73)
Poco después falleció el cac. general Juan Calfucurá, quien con sus caciques aún esperaba
conseguir un “pare” de la Conquista del Desierto. En 1877 , en plena marcha del avance de
las columnas de Alsina, los militares hicieron una lista estimativa de los indios de guerra de
aquí y de ayende de la Cordillera quienes podrían ser sus opositores. Asignaron a
Quilahueque 5000 indios, a Quilapán 8000 y a Montré 6000 (A.Mus.Hist. Nac (Ahora AGN)
Nº 10604) Aquí se me acaba la historia de ese cacique Faustino Quilahueque. Ni sé quién
había sido su sucesor. (“Tres hueques es d. llamas”)
QUILA LÉN, 1820, cac. boroga, que , a raíz de la Guerra a Muerte, emigró a la
pampa argentina, como otros muchos. Documentalmente lo encontramos presente en la junta
de paz en 1826 a orillas del Río Pecuén (AGN X. 27.7.6). En realidad ha vivido las
alternativas de sus compatriotas. En 1834 sufrió el Asalto de Masallé del que se salvó junto
con el cac. Meligur, sucesor del cac. Rondeao, quien había sido el cac. principal de la
aglomeraión de indios en Guaminí. Éste había sido la primera víctima de esa acción de la
Guerra a Muerte en la Argentinma. (AGN X ib. 5.10 y 7.10 .1834)
QUILA PÁN, José Santos, 1820 - 1875, era cacique araucano huilliche
de Truf Truf. Era hijo del gran cacique Manguín Huenú (muerto en 1867). Con
él actuó en la Guerra a Muerte en el bando realista. Luego tuvo su residencia en
Chancó, pero hacia 1829 su padre y Quilapán mismo pasaron con los Pincheira
al territorio argentino. No sé qué parentesco le unía al cacique Juan Calfucurá,
quien por su Asalto de Masallé (1834) se hizo dueño de Salinas Grandes.
Quilapí estuvo muchas veces allí con Calfucurá de visita o combinando
planes y proyectos. El 14 de Agosto de 1837 acompañó a los indios de
Calfucurá en el gran malón sobre Bahía Blanca. Encabeza, en el parte oficial, la
lista de los caciques agresores (AGN.S.(V.) X. 28-11-3 y S.I. 1-2-3 y S.X. 25-5-
1).
Quilapán no se afincó en la Argentina, pero oportunamente volvió a
intervenir en malones y negocios; en 1858, el cacique Catriel detuvo una
comisión de ése "porque los pampas desconfiaban de los chilenos" (Arch. Mitre
XVII p.74).
Manguín (Manil Bueno) y su hijo Quilapán con Quilahueque eran los
jefes indiscutidos de los araucanos, que en Chile llaman arribanos y que eran los
líderes de la resistencia contra el avance de las fronteras chilenas a la tierra
araucana. Buscaron realizar alianzas hasta en el extranjero. En 1860 escribió una
carta al Presídente de la Confederación Argentina, general Justo J. de Urquiza, a
quien explica razones de su lucha contra el "Gobierno de Santiago". Sabía de su
amistad con los indios y de su lucha contra Buenos Aires. A mí me parece que la
carta de Manguín no llegó a su destino, sino que fue interceptada. José Bengoa
reproduce en su libro Historia del Pueblo Mapuche (p. 193) algunos trozos de la
carta. Invocó los límites de sus tierras, aprobados en los tratados de paz con el
Rey de España, que ubicaban la frontera en el Río Bío Bío y continuó: "Después
en los años siguientes se han ratificado estos tratados muchas veces sin
alteración alguna, hasta el año 1793 (en Negrete) que fue el último que yo
alcancé a presenciar y tendría doce o catorce años" (Manguín). Más adelante
decía: "El gobierno patrio (de Chile) mandó a proponerme la paz en 1837 y mi
respuesta fue decirle que ésta se mantendría fielmente, siempre que se respetase
la línea del Bío Bío y no se permitiese pasarla a ningún cristiano a poblarlo y
menos a fuerza armada". Luego explica cuánta amenaza sufría su pueblo y que
por eso solicitaba ayuda, ya que a través del pacto que ha hecho con Calfucurá,
se considera aliado del gobierno argentino. Quilapán viajó a la pampa llevando
consigo esta carta destinada al general Urquiza.
Quilapán ha muerto al cacique Huinca Pinolefi de Purén, porque había
pactado con el gobierno chileno. (Campos Menchaca: Nahuelbuta. p. 174. Este
autor historió este asunto). Quilapán de Truf Truf, ese año 1860, aceptó en sus
tolderías al aventurero francés Antoine Orelié de Tounens, ciertamente porque
esperaba recibir armas y quizás alguna tropa auxiliar de Francia, con cuya ayuda
podrían detener los avances del ejército chileno.
Antoine Orellié vino a la Araucanía y concibió la idea, propia de un
megamaníaco, de fundar un reino entre los indios. Sólo se comprende por la
situación en que éstos se hallaban que tan pronto se consiguió la adhesión de los
caciques Quilapán y Quilahueque que disponían de más de 1.000 indios
guerreros. Entre los caciques sufragáneos se nombran Leviú, Meliú, Millcafill y
Huentecol (o Guantacol).
El 17 de noviembre de 1860, en una gran reunión mapuche, se proclamó
Orellié rey de la Araucanía. Su reino abarcaría desde el Bío Bío hasta el
Reloncaví (siete provincias chilenas). El 19, Orellié nombró a Quilapán ministro
de Guerra y Presidente del Consejo, a Quilahueque, ministro de Justicia y a
Antonio Mariluán, Min. de Agricultura. Por un nuevo decreto se anexó la
Patagonia.
Pero su gobierno duró sólo un año, porque el gobierno chileno, informado
de lo ocurrido, mandó tropas para capturarlo y luego lo juzgaron. Los jueces lo
consideraron loco y mandaron a despacharlo a Francia. Allí Orellié publicó un
libro titulado “Antoine Orellié, primer Rey de la Araucanía y de la Patagonia, su
advenimiento al trono y su cautividad en Chile; relación por él mismo (París
1863).
En 1864 Quilapán parece haber sido llamado por los ranqueles
(argentinos) o por la montonera federal que, en combinación con ellos actuaron
y malonearon en la provincia de Córdoba, poco después de la expedición de
Julio de Vedia contra tos ranqueles. En marzo de 1864 avisó al cónsul M.
Tocornal desde Chile que Quilapán marcharía en abril a la pampa argentina,
donde permanecería durante el invierno (AEM: 10 fha: 21.3.64 y 6.6.63). En
junio volvió a informar que los indios de Nauquepán de Boroa, Marivilo de
Maquehue, Quilapán de Collicó y Payllagüeque de Dumo o Perquenco habían
cruzado la Cordillera en número de 1.000 (ib.). A mitad de julio, los ranqueles
confirmaron su llegada y a mitad de septiembre el jefe del Estado Mayor avisó a
sus jefes que el cacique Caneupán (sic) había hecho declaraciones de que él
tenía 1.000 hombres; Quilapán: 100; Hueytrayán: 200; además el cacique
Ramón: 1300. Tenía noticias de que los militares de Buenos Aires invadirían en
seis columnas; que ellos harían la paz con Mendoza y de San Luis, pero que no
querían saber nada de Coliqueo ni de Baigorria (AEM 14.9.1864).
La planeada Conquista del Desierto se detuvo, entonces, porque la
Argentina se había comprometido en la Guerra contra el Paraguay y Chile había
entrado en una guerra contra España y no se dio el avance de las tropas huincas
(por el momento). Los indios chilenos de Quilapán volvieron entonces, a su
país, seguramente con algunas vaquitas de la Pampa.
En 1867 murió el padre de Quilapán, el cacique Manguín Huenú,
cuando tenía unos 86 años. Había estado enfermo del pulmón. Quilapán y
Epulef eran sus principales herederos. El primero tenía ya fama adquirida, que
no le resultó difícil asumir la gobernación de los indios "arribanos". Así lo había
dispuesto su padre, tomándole un juramento que impediría con todas sus fuerzas
el avance de los huincas chilenos.
Conquista del Desierto y Pacificación del Sur
Ese mismo año el general C. Saavedra había recibido de su gobierno la
orden de correr la frontera hasta el Malleco y el Congreso Nacional de Buenos
Aires, a su vez, ordenó avanzar la frontera hasta el Río Negro, en cuanto
volviesen las tropas del Paraguay.
Quilapán en Chile estuvo muy activo: el 26 de abril de 1868 ganó la
batalla de Traigüén y de Pelco en Cañete y meses más tarde en Purén. Ha habido
combates en Coipue, Tijeral, Centinela, Perasco y Collipulli. En Hualinucicó
fue escarmentado y a los pocos días maloneó sobre Angol (Busaniche: Estampas
del Pasado 1959, p. 544 y Cecilio Echeverría: Anotaciones sobre el cacique
Quilapán, ed. Museo Hist. Provincial, Rosario 1940).
El cacique Juan Calfucurá, a su vez, estaba muy alarmado por lo que
podría pasar en la pampa argentina y cuando tuvo noticias de que las tropas
nacionales habían ocupado la isla Choele Choel, un paso de fácil comunicación
con los chilenos, protestó enérgicamente y comunicó que había llamado a 6.000
indios huilliches. El presidente Sarmiento dispuso entonces el retiro de las
tropas de allí. Ante sus jefes militares justificaba la medida diciendo que venían
6.000 indios comandados por los caciques Quilapán, Calfucoy, Marihual y
Calvuén; que habían peleado cinco veces las tropas de Chile, habían tomado
cuatro fortines... muerto a 630 soldados... hecho a 205 cautivos... entre ellos dos
argentinos que iban a pactar. Prefirieron venir a pelear a la República Argentina.
Son 3.500 indios, quedando 5.000 en Collicó (Zeballos: Calvucurá. ed. 1957, p.
125: texto que corresponde a la carta de Bernardo Namuncurá, reproducida en
A. Barros: Fronteras y Territorios Federales, p. 86). Sobre el desarrollo de la
guerra en la Argentina léase lo escrito en la historia de Juan Calfucurá.
En Chile, el general C. Saavedra estaba dispuesto a la guerra total, que en
su libro llamaría “La Pacificación de la Araucanía”. Pero antes -y esto
pertenecía a la diplomacia de la época, - convocó a los indios a dos
parlamentos: los del sur a Tolten (2 de enero de 1870) y a Ipinco (18 de enero),
al que asistieron 60 caciques. Quilahueque de Perquenco se había adelantado a
estos parlamentos y se había presentado el 25 de septiembre de 1869, en el
despacho del Intendente General Saavedra ofreciendo en nombre propio y en
representación de los caciques José S. Quilapán de Chancó, de Montrí de
Perquenco, de Calvucoy, Curriqueo, Epuleo, Ñancucheo. Levín, Huenchulao,
Nahueltripay- etcétera. Se elaboró un documento de convenio que el cacique
mismo llevaría a Santiago, la capital. Efectivamente fue bien recibido por el
presidente y otras autoridades. Pero al volver a sus tierras tuvo que comprobar
que se había excedido en su proceder y que el convenio no fue aceptado por
ninguno de los caciques que pretendía representar.
El aventurero francés Antoine Orellié había aparecido una vez más entre
ellos con su idea fija de formar el reino de la Araucanía y la Patagonia. Había
viajado por la Argentina y entrado en ese territorio por el Paso Chaima. C.
Saavedra encaró en esa junta de paz con los arribanos la cuestión y ofreció dos
talmudes de plata al que le trajese la cabeza "de su Majestad, el Rey". Pero éste
huyó de inmediato, aunque en 1874 intentara de nuevo entrar en su reino, fue
apresado en la Argentina antes de que llegara a destino. Fue devuelto a Francia
donde murió en 1878.
En Mayo de 1870, Saavedra declaró la guerra a los indios del Sur y nadie
duda en afirmar que la guerra en el Malleco fue dura (J. Bengoa: Historia del
Pueblo Mapuche 1985, p. 239 ss).
El comandante Valenzuela entró en el territorio de Chancó con 440
hombres arrasando y apresando. Pero Quilapán había retirado ya a su gente al
sur del Cautín. La Guerra del Exterminio consternó al pueblo chileno, pero
desmoronó la unión mapuche. Saavedra convocó para el 21 de Enero de 1871
un nuevo parlamento en Lumaco. Tenía la fama de ser "Brujo". Consiguió entre
los asistentes el consentimiento para edificar allí un Fuerte. Y por el miedo a la
carabina de repetición Spencer, alguno que otro cacique se presentó a los jefes
militares con proposiciones de paz.
En verano de ese año, Quilapán juntó la gente, y formó un gran ejército.
Entre sus soldados se hallaban también grupos de argentinos. Pero, después del
fracaso de Collipulli (25.1.71), emigraron en masa a la Argentina.
Desde el año 1873, el coronel Basilio Urrutia, intendente de Arauco,
reemplazó al general Saavedra y continuó la ocupación de "los terrenos
rescatados de la barbarie".
Quillapán no había perdido nada de su valor y de su belicosidad, basada
en su sentimiento "patriótico de araucano libre". Quilapán y Quilahueque
apoyaron a los indios salineros del cacique general Juan Calfucurá en su lucha
"contra la injusticia contra su raza y por un tratado duradero que les garantizara
sus territorios". Estuvieron presentes en la batalla de San Carlos (8.3.72) y en el
gran parlamento de la propuesta del tratado de paz, después de esa derrota,
como asimismo en el entierro de Calfucurá, muerto el 3 de junio de 1873)
(AEM: 6.6.1873).
En 1875 se enfermó el cacique José S.Quilapán y murió en su tierra,
llorado por todos los mapuches. Fue un araucano de convicción que soñaba en
renovar las proezas de los caciques valientes del siglo XVI.
Su hermano, el cacique Epulef asumió entonces la jefatura de sus indios.
Siguió la lucha por la independencia y supervivencia de los araucanos. Al
estallar la guerra del Pacífico, convocó a los jefes mapuches para su sublevación
general (septiembre de 1880). cuando en la Argentina la Conquista del Desierto
había hecho grandes avances e inició su última etapa entre los huilliches del
Neuquén y de más al sur. Cuando en marzo de 1881 volvieron las tropas
chilenas al Sur, el general B. Urrutia encaró también la última fase para
proponerles la conclusión de la guerra. También Epulef tuvo que rendirse y se
retiró avergonzado. (Campos Menchaca: Nahuelbuta. p. 208). No hubo ya un
toqui como Quilapán. En el lugar de la residencia habitual de Quilapán se
edificó el pueblo que se llamaría Lautaro.
(Etimología: Quila: tres: pan [pangui] pumas o leones).
En el Archivo Histórico de Rosario (Prov. De Santa Fe) existe un cuadro
del cacique Quilapán al oleo, donado por una familia Echevarría. La ficha dice
que es obra de Martín L. Boneo, pintor del siglo XIX y dice que el valiente cac.
araucano falleció en Chile en 1873 (Debía decir en 1875). Es un retrato de la
cara 60 cm x 60 cm, pelo largo von una vincha. También la Enciclopedia
Argentina de Santillán VI p. 620 trae una foto de Quilapán. Cecilio Echeverría,
según la misma Enciclopedia, escribió “Anotaciones sobre el cacique Quilapán,
Rosario 1940”, existente en el Museo Histórico Provincial de Rosario.
QUILA PÍ, o Quilapú, 1810, cac. puelche serrano, hijo del gran cacique
Lorenzo Calpisqui o Cayupulqui. El Coronel Pedro A. García lo conoció en
oportunidad de su expedición pacífica a Salimas Grandes. Como dice su diario,
estuvo en el parlamento, al que había convocado a los caciques y capitanejos.
De él dice también que había sido implicado en un robo de 400 animales (De
Angelis 1910 III. 231)
En 1832 se anotó esta otra noticia: El Cnel. Delgado y 400 indios borogas
de Guaminí fueron a atacarlos. Quilapí tenía su toldería sobre el Arroyo
Balquiles. Luego atacaron también al cac. Quiñigual en Pelicura (Sierra de la
Ventana) AGN X. 27-7-6. Según Crivelli (1996 p. 145) el cac. Quillapil murió
en un combate contra las fuerzas de Rosas. (Parte de Delgado del 13 de 8 de
1832 en AGN VII. 10-4-14)
QUILAPÍ, José, 1820, cac. araucano de Quequen (Chile, hoy de Los
Sauces). Era uno de los patriotas decididos en la Guerra a Muerte. El se destacó
por su valor y no por el número de sus guerreros. Luchó al lado del Gral. Freire
y del cacique Colipí. Le decían “el Napoleón”, porque era peueño, membruno y
de porte airoso. En la segunda mitad de septiembre de 1820 luchó con el Gral.
Alcázar Llevaron las de perder y peor que la situación, cuando el Gral. Alcázar
había capitulado en Chillán (27.9. 1820). Contra las cláusulas de la capitulación
los enemigos sacrificaron las familias de los caxciques José Quilapí, Juan
Millaleu y Pascual Caminir. Quilapí se destacó en el sitio de Talcahuana.
Ocultamente había franqueado el cerco que les habían tendido los sitiadores. Le
acompañaron 40 indios y echaron a los realistas de sus posiciones (25.11. 20). A
los dos días, los atacó nuevamente en Chepe, Gavilán y Concepción.
(T.Guevara, 1910, p. 197)
Quilapí siguió al Gral Freyre, aunque casi todos los indios patriotas se
habían retirado a sus casas, después de la batalla de San Carlos de Cile (26 de
sept. 1921. Ibid. P. 193). Ëstos son los pocos datos de fuente militar que
conseguimos .
QUILAPIL, cac. puelche pampa, hijo del cac. Callfilqui (dice Civelli
1996 p. 195). Murió en un combate contra las fuerzas de Rosas (García 1974
p.66 y 104; Diario de Mateo Dupín; parte de Delgado del 13 de Agosto de 1932
–AGN S.VII 10-4-14)
QUILA PIL, 1879, cac. en Neuquén Raone, Fortines, 1980 p. 49.
QUILAPÍ, (Kilapí)Juan es actualmente una de las 23 agrupaciones indígenas del
Neuquén que el gobierno aprobó por decreto de 1964. Se halla en Chorriaca a 50 km. de
Chosmalal.
QUILAM (PE) HOYOPANA, 1576, cac. comechingón de Taba, Sierra de Soto,
Córdoba; encomendado de Velasquez (Montes p. 60).
QUILAM BE NAGUÁN, 1574, cac. comechingón de Ciguigasta, Córdoba;
encomendado de Figueroa (Montes p. 47)
QUILAM BI, 1573, cac. comechingón de Quilambi Sacat, Conchulaca , Córdoba;
encomendado de Luna (Montes p 50)
QUILAMBI NATIAN. 1676, cac. comechingón de Toc Henen, Sierra de Soto,
Córdoba; encomendado de Velázquez…
QUILA QUIRQUE, 1611, cac. araucano de Levo (Chile) Gay:Documentos 1878 II.
206)
QUILASTUN, 1573, cac. comechingón de Yilisacat, Río Navidad, Córdoba;
encomendado de Villegas (Montes 89)
QUILAYA, 1589, cac. huarpe(?) sujeto al cac. Auchuleta; encomendado de Adrián
Cornejo (Cabera: Aborígenes del país del Cuyo p. 306)
QUILCHAMA o Quilamar o Quilchamal, 1897, cac. en tierra de los tehuelches.
Vivía en Arroyo Verde; pero es posible que haya sido desplazado por la Conquista del
Desierto. Parte de su tribu eran tehuelches y otra parte pampa, pues vivía entre el Río
Senguel (hoy Guenguel, y Santa Cruz. 1903 visitó esa tribu el explorador Onelli (Su libro:
Trepando los Andes, 1930 p. 80) Existe una fotografía del cacique y su familia AGN Archivo
Gráfico) ya muchas veces publicada.
En la actualidad hay un cacique Quilchamal. 1892 concurrió con 100 hombres al
Camaruco de Pasto Blanco (Chubut).
QÜILI CANTA, 1541, cac. picunche de Chile que intervino con el cac. Michilongo
en la gran sublevación en el Valle del Aconcagua, con 16.000 indios (G.Bibar: Crónica de
Chile 1558 p. 50)
QÜILI CA, Don Marcos, 1688, cac. de San Juan sobre el Río Bermejo; encomendado
de Alonso de Pozo y Lemus (Arch. Mend.)
QÜILI CA, 1865, capitanejo puelche que vivía al sur del Río Grande.
QÜILI LABA, 1573, cac. comechingón de Quilo Sacat, Salsacate, Córdoba;
(Montes 71)
QUILI LÁN, Quelelán) 1833, cac. pampa que fue hallado y atacado en la isla del
Salado por la División mendocina que se combinó con la de Rosas, la Expedición al Desierto
(Diario de J. Velasco: 31. 3. 1833) ETIMOL: Perla roja
QUILINCHO NAVIRA, 1573, cac. comechingón de Quilinauleta, Sierra de
Calamuchita; encomendado de Chávez (Montes p, 79)
QÜILINER,1779, cac huilliche araucano que tenía mucha toldería sobre el Río
Colorado, cerca del cac. Negro y del cac. Capeyán, al que llamaban Capitán. Andaba
boleando yeguas y bagules, dice Viedma en un informe al Virrey José de Vértiz, el 15 de
octubre de 1879. En 1880, Quiliner y Chanel (cac. Negro) estaban juntando indiadas para
invadir o para perseguir indios ladrones o para impedir “que nosotros pobláramos los montes
de manzanas y la Isla Choel Choel. (Entraigas: El Fuerte del Río Negro, 1960 p. 130) Luego
hubo un gran silencio, en el espacio en que no se asentaron noticias sobre él. El 14 de
diciembre de 1833, casi terminada la Campaña de Rosas, se le presentaron los caciques Qüilli
y Capeyán. Los tomaron prisioneros y …(mutis!) AGN Nº 274 ETIMOLOG: Zorro
surero
QUILIS CHICA, 1573, cac. comechingón de Paca Llahayo, holoa, Córdoba;
encomendado a Luna (Montes 70)
QUILIS CHILI NAURE, 1573, cac. comechingón de Quilis Sauleta, Sierra de Achala,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes 71)
QUILIS CHUCTANI, 1579, cac. comechingón, de Tichi, Tama hola, Córdoba,
encomendado de Chávez (Montes 79)
QUILIS NAVA, 1573, cac. comechigón de Nasa Capaca, Panaholva, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p.79)
QUILIS NAVAN, 1576, cac. comechingón de Quilis Henen, Sierra de Soto, Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes 59)
QUILIMITAMUX, Don Juan, cac huarpe (?) de San Juan Cabrera (Cabrera,
aborígenes del país del Cuyo p. 307)
QUILOVIS, 1573, cac. comechingón de Quilpovis Sacat, Córd. Encom. de Yrobi
(M.87)
QUIPO ACAN, 1576, cac. comechingón de Quilpo Epitin (actual Quipo);
encomendado de Bustamante.
QUIQUELEO, 1820, cac. pampa que participó con el Gral José M. Carrera en el
saqueo del pueblo de Salto. De él sabemos que sacó de la iglesia parroquial a la señora María
Candelaria Cejas de 19 años y la llevó al cautiverio (Comando Gral. Del Ejército III p. 213)
QUILUSQUIL, 1750, cac. “patagón o tehuelche”. . El 18 de septiembre de ese año
llegó con cuatro caciques más a la Misión de Nuestra Señora de la Concepcién (Sanchez
Labrador: Paraguay católico 1772 p. 142)
QUIMI CHALCURO, 1573, cac. puelche de Tarunpano, Uco, Mendoza
encomendado de Coria Bohorques (Arch. Mend,)
QUINCUELÍ, 1826, cac. pampa ranquel que estuvo en el parlamnto de paz sobre el
Arroyo Pecuén (AGN S.X. 27-7-6)
QUINCHA HUALÁ, 1876, cac. picunche al sur de Neuquén. Allí lo halló el Perito
Moreno en Caleufú, junto con Sayhueque. Según éste , era un cacique muy dado a la bebida.
Se opuso al viaje de Moreno al Lago Nahuel Huapí. Durante la Campaña del Sur fue hecho
prisionero y llevado al Campamento de Concentración en Rodeo del Medio (Mendoza) por el
Gral. Ortega.
QUINCHÁN, 1819, cac. pampa. Ese año se halló en el parlamento convocado por F.
Chiclana en la toldería del cac. Lienán. Comprometido así con el Gobierno de Buenos Aires,
en 1820 no quiso unirse con el guerrillero chileno, el Gral. José M. Cvarrera, sino quedó con
el grupo del cacique N.Quintana. Aún en Mendoza se supo que él era un hombre de paz (doc.
Arch. Mend. 1824). 1825 asistió al parlamento grande sobre la laguna Guanaco (AGN.27- 7-
6)
Pero en 1833 fue atacado por la Expedición al Desierto. La División mendocina al
mando del Gral. J.Aldao lo halló en la Isla del Río Salado, el 31 de marzo (Diario de J.
Velasco) ETIMOL: Nao: tigre y quicha: apareado
QUINCHAU, Peñaloza ver Peñaloza
QUINCHAU, 1841, cac. pehuenche chileno, pariente y amigo del cac. Purrán, quien
estuvo en la Argentina en 1845 (ver Guzmané). Una lista que enumera en 1841 18 caciques
chilenos en Tierra Argentina, lo incluye. 1878 lo conoció Francisco Moreno (Rev. Mueo La
Plata VIII p. 238). 1879 estuvo entre los picunches a quienes la Conquista del Desierto
empujaba a la Cordillera neuquina y finalmente huyó a Chile. No fue alcanzado por los
expedicionarios que habían atacado a la tribu de Purrán. Pero el 16 de abril de 1880 tropa de
la IVª División lo atacó en tierra chilena, en la Rinconada del Río Limay en Chile y lo
mataron, como también a Pichi Quinchau. Tenía entonces aun unos 400 indios. Tengo una
cierta inseguridad, si este Quinchau o Quinchao es el mismo de 1841 o es el capitanejo
ranquel, hermano de Baigorrita.
QUINCHAO, 1870, cac. ranquel, hermano del cac. Baigorrita (Lista del P. Donati)
QUINCHAO, Manuel, cac. contemporáneo que vive en Nirecó (Nequén). Su tribu
está ubicado en Zapala, es un resto de aquella tribu de 1880. Quinchao es una de las 23
agrupaciones indígenas ( en Laguna Miranda, cuya reserva fue reconocida por decreto de
1864 (Foto del cacique en el libro Neuquén Nº2 . 50)
QUINCHAO, 1804, cac. pampa que entonces estaba en el sur de Mendoza.
QUINCHI PÍ o Quinchupi, 1806 cac. pampa mencionado en el Diario de Luis de la
Cruz (De Angelis I. )
QUINCHU GNERR (Quinchiquir), 1860, capitanejo salinero, pariente de Juan
Calfucurá. Para él desempeñó varias misiones diplomáticas. “Quiere ser amigo”, dijo el Cnel
Machado al Gral. Mitre, en 1863 (Arch Mitre XXIV p. 94). En 1865, en oportunidad de
desempeñar una nueva misión a Tres Arroyos, donde se hallaba acampado el Cnel. Machado
con sus tropas, le ofreció nuevamente la amistad de Calfucurá, a la vez que le entregó un hijo
para que lo educase, lo que era una señal de confianza (AEM 21,2,65)
QUINSI NAVIRA, 1590, cac. comechingón de Luyumba, Sierra de Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Fonseca (Montes p. 78)
QUINTANA, Nicolás, 1819, cac. pampa de apellido criollo. Heredó su apellido
probablemente de un Comandante de la frontera de Luján, llamado Nicolás de la Quintana .
En realidad había tres caciques Quintana :Nicolás, Manuel y Santiago que tratamos
por separado. Nicolás es el más nombrado. Se criaron en la frontera y por eso sabían
castellano.
1819 lo visitó el lenguaraz Ulloa en Lolo Mapú y lo invitó a un parlamento que se
haría con la presencia de Don Feliz Chiclana en la toldería del cac. pampa Lienán. Hablaron
de la paz y de castigar a los ladrones. Chiclna no había llegado a tiempo y los 12 caciques
empezaron a desconfiar y finalmente, el 20 de noviembre, llegó a la toldería del cac.
Curritripay, donde recibió una solemne acogida. Luego fueron al “pillan lelfún” de Lienán.
Allí, 17 caciques juraron la paz
Al poco tiempo sobrevino una gran agitación entre las tribus de la Pampa a raíz de la
llegada del ex dictador de Chile, el Gral. José M. Carrera. El cac. Nicolás Quintana se
encargó entonces a mantener unidos a los caciques pampas, porque habían jurado su fidelidad
al Gobierno de Buenos Aires. En un gran parlamento del 18 al 26 de diciembre de 1820
reafirmaron su compromiso y juraron su fidelidad al Gobierno de Buenos Aires: los caciques
Millagur, Lieñán, Payllaquín, Neculché, Hilario, Nahuelpán, Huenuim, Huechum, Neyen,
Payllanam, otro Neyen, Millanam, Quechudén, Cayunán y Carrañé, junto con el cac.
principal Nicolás Quintana (AGN VII Biedma 10-4-13)
Quintana, apenas tuvo noticia del asalto cruel al pueblo de Salto, mandó mensajeros,
prometiendo a la población su ayuda. Los indios montoneros se acercaron también a sus
toldos, el 18 de febrero de 1821 y les robaron haciendas, porque N. Quintana los había tenido
en jaque meses atrás ((ib. 10-4-13) Más tarde rescataron cautivas de entre los malones
(Comando Gral del Ejército III. p. 217) Luego hubo una rivalidad entre los lenguaraces y
gestores de la paz y las relaciones del gobierno con esos indios (ib. p. 232)
En diciembre de 1825 Nicolás Quintana asistió al parlamento de paz en Laguna del
Guanaco con los ranqueles. También en abril de 1826, en otra junta sobre el Arroyo Pecuén..
No mucho después Manuel Quintana y sus hermanos y familias fueron atacados por
la expedición exterminadora del Cnel. Federico Rauch acompañado de unos 900 indios. A
Nicolás Quintana lo llevaron prisionero a la Isla Martín García. Manuel Quintana fue
fusilado. Nicolás Quintana enfermó en el hospital, pidió libertad y consideración, porque
había sido mediador de la paz y prometió trabajar siempre por la paz (AGN VII 10-4-14 y
S.X. 14-6-1 p.4) .
El 27 de noviembre de ese año, marchó “escarmentado” con Dn. Vicente Aspillaga a
una nueva conferencia de paz. Y allí se interrumpió el hilo de su historia que queríamos
seguir, porque hemos de reconocer sus méritos.
QUINTANA, Santiago también se expresaba en perfecto castellano y se decía “ser el
cacique mayor de todos”, según el testimonio del lenguaraz Gutiérrez. Vivía en la zona de
Epecuén. El 11 de febrero de 1818 suscribió con el Gobernador Castro de Córdoba un tratado
de paz “de alianza y confederación”, ratificando el anterior del Gobernador Ocampo del 25 de
enero de 1815. Allí suscribió con el nombre Santiago Quintana de la Vega (Barrionuevo
Imposti: Historia de Río IVº 1988 I. p. 151)
QUINTA NAURE, 1573, cac. comechingón de Quileta, Sierra de Vinacanicha,
Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes 79)
QUINTE LEF, 1839, cac. ranquel. Posiblemente era un hijo de Quinteleo. 1839 tuvo
comunicaciones muy amistosas con Juan Manuel de Rosas.
QUINTE LLANCA, 1770, cac. pampa . Es uno de los 12 caciques que acudieron a la
Laguna de los Huesos para celbrar un parlamento de paz con el Gral Manuel Pinazo. Pero
luego éste los llevo al sur a una expedición contra los tehuelches en las serranías bonaerenses
(Ver Lepi Nahuel o Lincón) ETIMOL: Perla buscada (quintu)
QUINTEN, 1819, cac. ranquel que participó en el parlamento convocado por
Feliciano Chiclana. Sus actas fueron publicados en la Gaceta del 19 de noviembre de 1819 ;
había sido realizado en la toldería del cac. Lienán.
QUINTEP, 1806, cac. pampa, se había casado con una hija del cacique Carrilón, dice
Luis de la Cruz en su Diario de viaje por la Pampa (En: De Agelis 1910, I. 129)
QUINTEPÍ o Quinchepí, 1804 es menciondo en el Diario de Justo Molina de
Vasconcellos (AGN IX. 39-5-5) Lo encontró en la Pampa. Su toldería estaba en Leumapú,
cerca de Salto. Un hijo acompañó al viajero.
QUINTO NAHUEL, 1798, cac. patagón “con gran indiada”, dice Francisco González
en su Diario (ed. por M.A. Vignatti, Acad. Nac. Hist. 1965 p.45) G. Musters lo encontró en
1868, 70 años más tarde, cerca del Lago Nahuel Huapí. Lo describe como viejo, bajo, robusto
y solemne. Tenía fama de ser peleador, cuando se hallaba en estado de embriaguez. Decía que
era pariente del cacique Casimiro. Su hermano era uno de sus capitanejos. Eran de
procedencia valdiviana (Musters: Vida entre los Patagones, ed. 1964 p. 268 y 273. En el mapa
adjunto figura la ubicación de su toldería.
QUINTO QUEO, 1863, cac. huilliche, hijo del cacique Juan Calfucurá en Salinas
Grandes. En una carta, dirigida en abril de 1863 al Comandante Rivas le dice: “Viene de
Patagones el tocayo de mi hijo Quintuqueo..”
QUINTRA QUEO, Lorenzo, 1874, capitanejo de Salinas Grandes. Se incorporó
luego con Curaqueo al cacique Raninqueo, libre ya de su prisión en Salinas Grandes.
Quintraqueo pasó con 17 acompañantes por Azul (AEM 29.9.74) (Ver Quintrequeo de
Peinequeo)
QUINTRAI LLÁN, 1863, cac. huilliche. Ese año estuvo en Carmen de Patagones
con Sayhueque y Reuquecurá, pidiendo al Comandante Murgas un tratado de paz (Arch.
Mitre XXIV p.50 y 105)
QUINTRE, 1821, cac. chileno; en la Guerra a Muerte luchó con el bando patriota.
QUINTRE MIL, 1864, capitnejo ranquel. Figura en la lista del cac. Mariano Rosas
de Leuvucó. 1870 en la lista del Padre Donati. Ver Quentre Mil.
QUINTRE QUAL, 1834, capitanejo ranquel, incorporado a la tribu de Santiago
Llanquelén en Junín (R.Pérez: Apuntes para la historia de Junín, La Plata 1950 p. 31)
QUINTRE HUÉ o Quinteué, 1810, cac. pampa ranquel que se presentó al jefe de la
Expedición a Salinas Grandes, Cnel. Pedro A. García. (Su Diario 10. 11. 1810 De Angelis III
p. 232) “Se presentó con bandera blanca y sus indios en orden de batalla.”
QUINTREPÍ o Quinchreipí, 1787, cac. puelche que tenía su toldería vecina a la del
cac Roco sobre el Diamante. Ha tenido intervención en la Guerra Pehuenche que se canceló
en 1898. Ha sido “visitado” en oportunidades de expediciones a Salinas Grandes: en 1787,
1788, 1799 (AGN IX. 1-4-2). 1794 fue invitado a San Carlos para celebrar la paz con los
indios de Malalhué. 1805 recibió por cuarta vez visitas de los expedicionarios a Salinas
Grandes. Debemos tomar en cuenta que aquellas expedicioneros no se contentaban con cargar
sus carretas con sal. ¿Por qué se llegaron hasta el Río Diamante? Quintrepí murió en 1806,
según las noticias que nos da Luis de la Cruz en su Diario (De Angelis, 1910 I. p. 152 y 205)
QUINTRE PIL, cac. gobernador pehuenche. Manque decía de él que Quiñepil (sic)
ha sido tan guerrero que siempre estuvo con la lanza en la mano. Maloqueaba a los huilliches
y llanistas y a los de Mamuil Mapú. Pero tuvo que sufrir también los reveses.
QUINTRE PIL, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Baigorrita.
QUINTRE QUÍ, 1784, cac. gobernador de los pehuenches; uno de los principales de
la Guerra Pehuenche. No era ni del bando de Barbarco ni de Malalhué. Sí, peleó contra
Currilipí y secundó a Llanquetruz 1º en 1784 en el Campanario. (Luis de la Cruz Diario En
De Angelis 1910 I p.291) parece ser el mismo que nombramos como Quiñepi o Quintrepí.
QUINTRE QUEO (Quintriqueo), 1834, capitanejo de procedencia chilena; pero
entonces incorporado a la tribu de Llanquelén en Junín (René Pérez 1950 p. 31)
QUINTU CÓ,1834, cac. boroga que por el Asalto de Masallé fue a incorporarse a la
tribu de Juan Calfucurá. Dicen que Calfucurá lo hizo degollar, quizás por una discusión
vehmente.
QUINTU CURÁ, 1838, cac. chileno que en abril de ese año participó en el asalto de
la tribu de Llanquelén en Junín (René Pérez, Apuntes para la hist. de Junín, 1950 p.65)
QUINTU HUAL, 1873, cac. huilliche de la zona de Geylun, o sea pampa de Nor
Patagonia.
QUINTUV (quizás Quintulev), 1822, cac. huilliche que nombra el Cnel Pedro A.
García en el Diario de su expedición pacificadora al Sur de Buenos Aires (De Angelis 1910
IV p. 126) 1826 participó también en el parlamento que los Hermanos Oyuelaa habían
convocado en la zona de Bahía Blanca (AGN X. 27-7-6)
QUINTUILL o Coillil, Felipa era la esposa del cac. Ignacio Coliqueo (boroga de Los
Toldos) Ella nació en Chile en 1796 y murió en Nueve de Julio en 1894. En el libro Coliqueo,
el Indio Amigo de Los Toldos de M. Hux hay muchas noticias de esta buena esposa que
participó en el recurrido de esa Tribu (de Boroa a la Pampa – entre los ranquels - éxodo
durnte la guerra por la unidad nacional – radicada en La Tapera de Díaz (Los Toldos, Part. De
Gral. Viamonte. Después de la muerte de su esposo en 1871 vivió en la Rinconada de su hijo,
el cac.Simón y más tarde en la casa del mismo que adquirió en Nueve de Julio. Es posible que
Ignacio perdió a su familia en 1834 en el Asalto de Masallé y se tomó entonces a Felipa como
su mujer, cuyo primer hijo nació en 1838. Sus hijos son:
1. Justo Coliqueo 1838 – 1876, cac, sucesor
2.Simón Coliqueo 1840 – 1902 cac. sucesor
3. Lorenza Coliqueo 1846 – 1921
4. Ignacia Coliqueo 1847 - 1926
5. Carmen Coliqueo 1848 - 1919
6. Antonino G.Coliqueo 1849 – 1917
7. Micaela Coliqueo 1851 - 1929
8. Martín Coliqueo 1862 - 1934 Omito el frondoso árbol genealógico
Tenemos una preciosa fotogrfía de la familia de 1865. En ella se nota la voluntad de
asimilarse en vestido y costumbres a los blancos; excepto la mamá Felipa Quintuil y su hija
Ignacia que se presentan con atuendo tradicional hermoso y rico. Querían vivir cerca de los
cristianos y pidieron maestro y sacerdote.
En 1875 llgó a la Tribu el Misionero Pablo Emilio Savino. En la reunión que convocó el
cacique Simón presentó al sacerdote a Dña. Felipa diciendo: “Aquella es mi madre, Felipa
Quintuil”, señalando una anciana muy pulcra, vestida a la usancza antigua. El misionero la
saludó, pero ella sólo dirigió hacia él una mirada apática sin abrir la boca. Ella era estimada
por sus habilidades de buena costurera y en la fabricación o instalación de un toldo, - me
decía su nieta Ignacia.
Algo más tarde vivió en la azotea en la Rinconada que Simón Coliqueo se había
edificado y se adquirió una casa en Nueve de Julio. En abril de 1892 hubo una Misión para
los indios de la Tribu. En el libro de Bautismos de la parroquia de Nueve de Julio se anotaron
280 bautismos en el libro de bautismos Nº 23. El cac. Simón Coliqueo fue padrino de muchos
niños y tuvo la alegría que también su anciana madre, Dña Felipa Quintuil de Coliqueo
recibió la gracia del bautismo. Ese mismo año falleció. Se me extravió la fecha que había
sacado del libro de defunciones. (Creo que fue el 18 de dic. de 1892)
QUINTU LEMU, 1875, capitanejo salinero. Ese año lo mandó el cac. Namuncurá a
Bahía Blanca para entregar al Cnel. Iturra la gran propuesta de paz con una carta de Bernardo
Namuncurá. Ver AEM doc. 2312
QUINTULÉN, 1834, cac. ranquel incorporado a la tribu de Santiago Llanquelén en
Junín (René Pérez: Apuntes Hist. de Junín 1950 p. 31)
QUINTU LIPE, cac. tehuelche actual. Estos últimos años se hallaba al Oeste del
Chubut, en la frontera con Chile. ETIMOL: Lipi pluma y quintu: buscada
QUINTÚ N (Quintuín), 1790, cac. puelche; estuvo con el cac. Lorenzo Calpisquis, 2º
cacique de su tribu. En 1790 viajó su hijo a Buenos Aires, lo que se registró en Ranchos
(Diario de J.J. Hernández AGN IX 24-1-6) EIMOL: tigre buscado
QUINTUNGÜEME, cac. chileno, sucesor del cac. Guanalcaleu en 1591. Murió
despedazado (Pavez, Jorge )
QUINTU NAO, 1864, capitanejo ranquel que figura en la lista del cac. Mariano
Rosas (1872 lista del P. Donati ) . También Lucio V. Mansilla lo menciona en 1870.
QUINTUY o Quintuni, 1784, cac. puelche que estaba en paz con Buenos Aires y
solía ir a la Capital a comerciar, igual que Lorenzo, Toro y Guayquilef (Arch. Mus. Hist. Nac.
Doc. 7 de 1795) Ver Quintún. 1806 ofreció al Cabildo su ayuda para repeler a los ingleses
invasores (Zerda: Los indios y las invasiones ingleses, 1934 p. 49 y 63) 1824, terminada la
segunda expedición del Gobernador M. Rodríguez al Sur de Buenos Aires, siete caciques
solicitaron de nuevo la paz y seis quedaron en rehenes: Quinty, Nicolás, Millán, Nahuel y
Carrenao. Se hizo varios tratados de paz, pero Quintuy no figuraba más (AGN X 27-7-6 y
M. Rivas: El Mangrullo de Melincué p. 12)
QUINTUY, Nahuel figura como capitanejo salinero en el tratado de paz de 1873
propuesto por los caciques sufraganes de Namuncurá (AEM doc. 1232)
QUIÑA, 1658, cac. puelche, sujeto al cac. Goico en la zona del Diamante (Mendoza)
Arch Mend .
QUIÑA GUIRRI, 1782, cac. pehuenche chileno que supo de los Césares “Un zorro”
QUIÑA PAL: 1867, cac. pampa de Tapalquén. En marzo de 1867 invadió en Tres
Arroyos (AEM)
QUIÑE PIL ver Quentre pil
QUIÑE ANTE, 1859, cas. salinero (Arch. Urquiza)
QUIÑE CHEO, 1852, capitanejo ranquel que figura en listas de obsequios.
QUIÑE FORO, 1822, cac. huilliche, según decía Pedro A. García en su diariode la
expedición pacificadora a la zona de Tandil. (En: De Angelis, 1910 Iv p. 126), pues asistió el
27 de abril al parlamento de paz junto con los caciques Niguiñillé y Pichicurá.
QUIÑE FORÓ: 1866 era cacique pampa puro que se llamaban también quirquinches
(G. Musters). En la primavera de 1866 llegó con algunas capitanejos a Carmen de Patagones,
solicitando por intermedio del coronel J .Murga un tratado de paz con el Gobierno nacional,
como se había concertado con el cacique Benito Chingoleo. Estaba dispuesto a ubicarse él, un
capitanejo y 50 indios en la Segunda Angostura para vigilar los campos y estar a las órdenes
de esa comandancia como soldados (A.G.N.), toda vez que se necesitasen sus servicios.
Esperaba recibir el sueldo de $ 600 mensuales y $ 200 para el capitanejo y otras cosas como
se había convenido en el racionamiento de los indios de Chingoleo. El coronel Murga, que lo
recomendó al general Mitre, opinaba que así no harían daño en la zona (y era un precedente
de la conquista del Chubut, que ese año el explorador suizo Jorge Claraz había abierto para
los científicos (Véase M. Hux: J. Claraz, biografía y Diario de viaje de exploración al Chubut
1865 /1866, Ed. Marymar, Bs. As. 1988). Murga ponderaba a Quiñeforo como de mucha
influencia en el Río Negro. Tras información al respecto, el general Mitre y su ministro J.
Martínez autorizaron el tratado, con fecha 12 de Marzo de 1867 (AEM, Doc, 892), exigiendo
que debían mandar copia para la aprobación. No ubiqué esa copia, pero como se los racionaba
desde entonces, debo suponer que se había aprobado. .
El explorador inglés Musters estuvo en su toldería, en el preciso momento en que
Teneforo (sic) estaba en Carmen de Patagones para recibir raciones y animales. En su libro
´”Vida entre los patagones”, escribe: "Algunos de ellos están al servicio del Gobierno
argentino y en situación de ser llamados por el Mayor Linares. Los Tehuelches llamaron a los
'pampas' del Norte Patagónico 'quirquinches', porque algunos vivían en cuevas como ese
animal llamado quirquincho y era un sobrenombre despectivo".
En 1872, el comandante Liborio Bernal renovó el contrato con Quiñiforó. Su familia
vivía entonces en el paraje de Treneta de Río Negro, hasta el año 1877. Después, durante los
avances de la Conquista del Sur, ya no se la nombra más.
(Etimología: Quiné: 1 [uno]; foro: diente o hueso.)
QUIÑE GUER (Quiñiher), 1836, cac. boroga de Chile que murió en el Asalto de
Tapalquén, el 1º de octubre de ese año (Capdevilla: Tapalquén I p. 86)
QUIÑE GUAL, Vicente (o Quiñigual) en 1824 era cacique araucano huilliche. Según
las Memorias de Juan Cornell, el padre de Quiñigual había sido muerto por la tercera
expedición del general M. Rodríguez al sur bonaerense. Creo que era de esos caciques que,
evitando la Guerra a Muerte en Chile, emigraron a la pampa argentina. En 1826 estuvo
presente, cuando unos 40 caciques hicieron un parlamento de paz sobre el Arroyo Pecuén.
(AGN, S.X, 27-7-6; 25.4.26)
A raíz de un malón lanzado por los pincheirinos a Los Toldos Viejos (Dolores), el
coronel. Federico Rauch realizó dos expediciones "punitivas". Eran de exterminio. Se hizo
acompañar con un gran contingente de indios tehuelches. Arrasaron la zona de Epecuén y
Sierra de la Ventana. En un arroyo que había sobre el camino a Guaminí, atacaron la toldería
de Quiñegual. El arroyo lleva hoy su nombre.
El cacique se salvó y se presentó al parlamento convocado por J. M. de Rosas en
Tandil. Gervasio Rosas lo anotó en el acta del 19 de Noviembre de 1831 en octavo lugar.
(AGN, S.VII, Biedma, 10-4-14)
Pero, en preparación a la Expedición al Desierto, Rosas lo utilizó como "conejo de
experimentación"; quiso probar la fidelidad de los borogas en Guaminí. El coronel M.
Delgado tuvo que reunir a 400 borogas y realizar con ellos una "expedición punitiva",
perseguir y exterminar a los "indios enemigos", obligados a cortarles la retirada a Chile. Se
tuvo aviso de que 200 indios de Quilapí venían a reunirse con el cacique Cumiú y el cacique
Vicente Quiñegual. Los atacaron el 9 de Agostó de 1832 en el Arroyo Pelicurá, en la Sierra de
la Ventana y causaron la muerte de unos cien indios. El combate duró desde las once de la
mañana hasta las cuatro.de la tarde (AGN. S.X, 27-7-6; 6 fojas)
QUIÑE HUAL, Juan, capitanejo salinero que 1873 firmó el proyecto de Tratado de
paz (AEM 1232)
QUIÑE HUAL, Vicente, capitanejo de la tribu de Namuncurá . Ambos han sido
pobablemente hijos del viejo Quiñegual. También él firmó en 1873 el gran proyecto de
tratado de paz en Junio (AEM 1232) En Octubre de 1875 , el cac. Namuncurá lo envió a
Olavarría con 15 indios para escoltar al misionero R.P. Jorge María Salvaire que se disponía
viajar hasta Salinas Grandes. Acompañó también al sacerdote en su regreso (M. Hux: Una
excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes en 1875; ed. E C A 1980)
QUIÑEL ( prob. Quiñe Nahul) según las Memorias de Santiago Avendaño era cac.
boroga que en 1834 fue sometido por el cac. Calfucurá.
QUIÑE LAF, 1880, capitanejo picunche. El expedicionario Cnel M. Ruibal lo buscó
y lo halló, el 10 de Mayo de 1881 en su toldería a orillas del Arroyo Llamuncó (Neuqén).
Había huído y sus toldos estaban quemados dice el parto.
QUIÑE LEF,1870, cac. pampa, hermano del cac. Chipitruz, quien fuera muerto en la
batalla de Burgos, en Mayo de ese año.
El Dr. Zeballos visitó en 1880 un cac. Qiñelef en su toldería cerca de Lavalle. Con él
estaba su cuñado Maldonado a cargo de unos 20 indios y 40 mujeres (Zeballos: Viaje al país
de los araucanos ed. 1934 p. 90)
QUIÑE MÁN o Quiñemay), 1844, capitanejo ranquel del cac. Peiné Gnerr. Con el
Cnel Manuel Baigorria y mil indios invadió hasta el departamento de Rosario. En la batalla
de la Horqueta y del Zapallar se toparon con las tropas de Rosas y murió en la batalla del
Zapallar en el enfrentamiento con las tropas del Cnel. Prudencio Arnold en febrero de 1845.
(ver 1845 cac. Guzmané y el comercio de los chilenos)
QUIÑE MANQUE, 1622, cacique del Toqui Rua o Ruya que era puelche. Se
encontró en 1644 con el Marqués de Baydes en el parlamento de paz, según el P. Diego
Rosales: Hist. Geneal del Reyno de Chile , 1877 p.171)
QUIÑE NAO, Martín, 1824, cac. araucano que participó en la Guerra a Muerte en
Chile.
Era nieto del cac. Colicheo de Quillahueque (T.Guevara 1910 cap. IX) Ver Manguin.
QUIÑE NAO, 1836, capitanejo o “cabecilla” ranquel. Fue muerto en la Pampa por la
expedición de la División del Cnel. Eugenio del Busto en 1846 desde Bragado a Toay.
(Hux,M. Comandantes de Bragado y Moya: Contribución a la historia de Bragado La
Plata,1957 p.62)
QUIÑE NAO, 1873, capitanejo pampa ranquel que firmó en Salinas Grandes el
proyecto grande de paz (AEM. doc. 1232)
QUIÑE PÚN, 1873, suscribió el gran proyecto de paz en Salinas Grandes y figura
como cacique primero. (AEM doc. 1232) ETIMOL: quiñe: una y pun: noche
QUIÑE TRU, capitnejo salinero que firmó el mismo documento (AEM 1232) en
1873
QUIÑE LÍ, 1806, cac. araucano que nombra el viajero D.Luis de la Cruz (En: De
Angelis I. p.223)
QUIÑI LLÁN, 1806, cac. huilliche que tenía su toldería en Nahuel Mapú (La Pampa)
(según el Diario de Luis de la Cruz)
QUIÑIR (Quiñigner), 1836, capitanejo ranquel que murió en Tapalquén en el malón.
QUIÑIR, 1872, cac.huilliche. Aparece en el tratado de paz de los caciques Quepumil
y Yancamil en Carmen de Patagones.
QUIÑI YANCO, 1814, cac. pehuenche de la lista del cac. gobernador Ñeycuñán, en
San Rafael.
QUIÑOL, 1826, cac. boroga que asistió a los parlamentos de paz en Bahía Blanca,
convocado por los Hermanos Oyuela (dic. 1825) y sobre el arroyo Pecuén, el 25 de abril de
1826. Compartió la historia de los caciques borogas ( Ver:Rondao y Melín etc.)
QUIÑULEF, Antonio, 1838, capitanejo ranquel, integrado a la tribu de Llanquelén
en Junín. Cuando esa tribu fue asaltado, ese año, este capitanejo ha sido apresado, junto a su
hermana y otros familiares. 1840 viajó a Buenos Aires, porque llegó a saber que los ranqueles
Baigorria en sus Memorias (ver Querón)
habían hecho un tratado de paz y habían entregado sus cautivos. Por 500 $ pudo
rescatar a su hermana que Rosas hasta entonces había retenida. (AGN VII 1-2-9, febrero y
mayo de 1840)
QUIRÓN, 1850, cac. ranquel de apellido castellano. Lo menciona el Cnel. Manuel
QUIRQUI LEF, 1835, cac. de Tapalquén (pampa) que tuvo trato amistoso con J.M.
de Rosas (R.Capdevilla: Tapalquén I. p. 88 y 107). En 1839, después de la Revolución de los
Libres del Sur, los caciques pampas lo mandaron a Buenos Aires para averiguar si Rosas vivía
aún.
QUIRQUI QUEO,, Juan M., 1833, capitanejo tehuelche que participó en la Campaña
de Rosas y recibió una gratificación de 240 $ (AGN. X. 40-7-10)
QUIRQUI NAO, 1796, cac. pehuenche del grupo de Malalhué (Arch. Mend. 16.5.
1796)
QUISQUE CHARABA, 1573, cac. comechingón de Quisqui Sacat, San Roque;
encumendado a Yrobe (Montes p.71)
QÜITIÑO,1833, cac. ranquel con nombre cristiano. El 29 de abril de ese año de la
Expedición al Desierto, el Gral. Huídobro debía atacarlo en la laguna del Recado. (primer
nombre de Trenel, La Pampa).
QUITI QUIVIS, 1562, cac. araucano de la Cordillera nevada, a 40 leguas de La
Serna. Era compañero del cac, Guanavi. (J. T. Medina: Documentos vol. XIX p. 136)
RACU BIL, 1806, cac. pehuenche que vivía en Cachacama, a orillas del río
Yobarrana, cerca de Luján (Mendoza). Según el diario de Luis de la Cruz, en ese año ya había
muerto, cuando de la Cruz visitó a los pehuenches ETIM: prob. Bil (vilú) víbora y Racu
(rancul) del totoral.
RACUN CURA , 1881, cac. salinero. Monseñor A. Espinosa lo visitó en el
campamento de los indios rendidos en Gral. Roca (Colonia Catriel) . Tres años más tarde los
halló en Chichinal (Diario de Monsr. Ant.Espinosa ed 1939 p. 139)
RAFAEL (creo Rafael Yatti), 1750 cac. pampa serrano, que estuvo en la Misión
jesuítica. Era “ladino”; es decir, sabía castellano. 1761 pidió permiso para establecerse cerca
del fortín Zanjón. 1770, en el parlamento de paz a orillas de la Laguna de los Huesos, el
Piloto M. Pinazo exigió a los 12 caciques presentes que llevasen al Gobernador Bucarelli la
cabeza del cacique Rafael, porque ése no quiso participar en el parlamento. Lo buscaron en la
expedición que Pinazo con los 12 caciques y sus indios hizo contra los “tehuelches del Sur”
(ver Yahatti)
RAGUIL ANTE,1797, cac. pehuenche de Malalhué. Estuvo en el Parlamento que
tuvo como finalidad de dar término a la Guerra Pehuenche. (Arch. Mend. )
RAMÓN o Ramón Melillán (Painemal), hermano de Necul, Mulato Curriqueo etc.
(ver Melillán)
RANGUÍN o Rañin o Rallín, 1857, capitanejo del cac. Melinao IIº. Su hijo Domingo
Ranguín frecuentó la primera escuela de Bragado. Algunos creemos que Ceferino
Namuncurá era hijo de Ignacia Inaypán hija del cac. o capitanejo Gabriel Rañin de Bragado.
(Ver Namuncurá, Ceferino)
En los libros de bautismo de Bragado figuran Calderón Ragui, Paula, Josefa y
Carolina Raguin. Antes vivían por Azul con el cacique Collinao.
RAÑIN, 1869 , cacique patriota, pero no sometido al gobierno chileno.
RANGUÍN (o Ranguin) 1864, capitanejo ranquel de Mariano Rosas. (Arch. Mitre )
RAIGA PÁN, 1780, cac. pehuenche que, después de la expedición de Amigorena,
asistió en ese año al parlamento de reconciliación (Arch. Mend. )
RAIGÜÉ o Raihué. 1830, cac. huilliche; estaba establecido en Chacay Mallín oValle
Amarillo. Estaba casado con Gueneigpán y con Utrufigán. Los hijos del primer matrimonio se
llamaban Panguitrú, Caniú y Panguilem. S. Avendaño anota en sus Memorias a Raihue como
hijo mayor a Epiú, casado con Pichi Quintuí cuyos hijos eran Melitón que recibió el nombre
del abuelo Raihué) y Mariñancú. Al cacique se le aconsejó que se hiciera amigo del
Gobernador José F. de Amigorena. En 1897 se le invitó al parlamento de reconciliación en
San Carlos (Arch. Mend. 12.10.97).
El excautivo Santiago Avendaño en sus Memorias (ed. El Elefante Blanco 1999)
detalla los momentos más álgicos de este cacique, pag. 99 y sig.) Se hizo muy amigo del
Gobernador Don José de Aldao. Cuando su hijo Caniú tuvo 15 años de edad ,el Gral. de
Aldao le propuso que ese hijo fuese a su casa para educarlo y sirviera de regüel. Fue enviado
a Mendoza bajo los mejores auspicios de paz. Allí se le trató de un modo muy satisfactorio.
“Pasaron así tres años en paz completa, durante los cuales no se veía otra cosa que
arrias conducidas por cristianos con importantes mercaderías para cambiarlas por vacas y
yeguas u ovejas que poseían los indios.
“Raihué aprovechó la quietud, pero alguién la minaba: el famoso Pablo Pincheira,
apoyado por el cac. Neculmain y por un grupo considerable de cristianos de mala laya.
Trataron secretamente de entenderse con los caciques subalternos de Rayhué, preguntándoles
cómo miraban tranquilos el egoísmo de aquel que juntaba todo para sí.. Raihué no ha hecho
otra cosa que aprovecharse de ustedes. Les toca ahora a ustedes aprovecharse de sus manadas,
de sus ropas, de su plata y verán que habían sido engañados.
Estos mensajes fueron divulgados con mucho sigilo por el capitán Zúñiga, intérprete
hábil y astuto de Pincheira…..
El cac. Raihué descansaba, porque convivía en la paz y armonía que mantenía no sólo
con todos los jefes de naciones indias, sino también con los gobiernos cristianos.
Entre tanto estalló una revolución en Mendoza y ocurrió la fatal sorpresa en Chacay
Mallín, donde fue muerto una importante comisión de la Ciudad (Ver Neculmán)
“Entonces Caniú, hijo menor del cac. Raihué, que estaba en casa del General Aldao,
fue despachado desde un lugar que se llamaba “El Retamo” para que se incorporara a su
padre y solicitara de él algún auxilio….Justamente el día en que llegó a su tierra, -era la hora
de entrarse el disco del sol,- subió a una de las últimas lomadas, antes de llegar a su casa, y
vio desde allí grandes polvaredas en diferentes direcciones hacia el Sud Oeste. Llegó
finalmente y encontró en el patio a su padre asesinado por sorpresa, en esa misma mañana; su
toldo estaba hecho pedazos; las petacas abiertas y rotas. No halló ni vestigios de tantas
haciendas que había poseído su padre. No halló alma viviente en aquel recinto, hecho un
cuadro de horror. Sólo encontró unos perros y unas gallinas. No había nadie que le informara
del suceso o de sus deudos.
Las Memorias de Santiago Avendaño se extiende aún más; pero invito a los lectores a
leer los originales.
Caniú se unió a algunos fieles que se habían salvado y sepultó al padre. Su hermano
Epiú se había salvado con sus hijos y su mujer y también halló a su madre y la otra mujer de
su padre, a una jornada de allí. Epiú quería irse a los ranqueles de Llanquetruz que era primo
hermano de su difunto padre. Otros propusieron irse a Neculmán en Trapa Trapa y Caniú
propuso que se amparasen en San Rafael.
Aquí dejamos la impresionante historia del cac. Raihué, cac. gobernador del Sur de
Mendoza.
RAYLEF, Juan
Raylef, José María, 1799 – 1874, cacique araucano, era hijo del cacique
patriota Don Juan Raylef, quien murió en 1837, a su regreso de un malón de
desagravio a Bahía Blanca.
José María acompañó a su padre en los primeros momentos de la Guerra
a Muerte. Pero desde 1824 acompañó la indiada del cacique Venancio
Coñuepán, con quien se había emparentado. También él llegó a la pampa
argentina por encargo del gobierno de Chile en persecución de los indios y
guerrilleros realistas. Fue pues, también compañero de los capitanejos Martín
Collinao y Pedro Melinao.
En 1827 los Pincheiras, sus enemigos, habían cortado los pasos y caminos
de manera que no se atrevieron a retornar a su país y ofrecieron sus servicios al
gobierno de la Provincia de Buenos Aires por intermedio del comandante del
Fuerte Independencia de Tandil. (Véase lo relatado en la reseña de V.
Coñuepán). Con éste llegaron a participar en la fundación de Bahía Blanca.
(1827). Pero desde 1830 radicaron a los indios de J.M. Raylef en Tapalquén, en
el vecindario de las tribus de Catriel y de Cachul. Una comunicación del
Comandante de Tapalquén en 1830 hace un elogio de él. Del cac. José María
Raylef, hijo de Juan Raylef, escribió a J.M. de Rosas: “El cacique Raylef, jefe
araucano, aquí asentado “es hombre de mucho juicio y muy laborioso; tiene una
chacra bastante grande, siembra maíz, porotos, zapallos, papas y otra porción de
cosas y sus indios casi todos trabajan y ningún vecino se queja de él” En un
censo realizado en Tapalquén, en las tribus de Catriel de 1832 se enumera 1742
indios de Catriel, 344 de Cachul, 198 del cacique Trancamán; 141 del cacique
Railef , (2 oficiales, 57 conas, 41 mujeres y 40 niños); 60 de Cayupán y 70 de
Quiñigual. (AGN. S.X. 43-1-2 y C. Alquereta: Los caciques Catriel, 1976 p. 67)
Más tarde repartió la gente de Railef a lo menos en dos partes. El
capitanejo Manuel Raylef siguió con la tribu de Catriel en Azul, hasta su
eradicación y persecución por la campaña de Adolfo Alsina, en 1876. Unos se
rindieron el 31 de Marzo en Carmen de Patagones; otros fueron vencidos en la
batalla de Treyco (La Pampa), el 11 de Noviembre de 1877, donde murió el
capitanejo Raylef y 150 indios, 302 indias fueron hechas prisioneras por las
tropas del Cnel. García .
1833 todos los indios de Raylef participaron en la Campaña del Desierto
y fueron reconocidos por su fidelidad. Cuando, en 1835, Rosas asumió por
segunda vez la gobernación de la provincia de Buenos Aires, toda la tropa de
Tapalquén y con ella los indios amigos de su vecindario festejaron el
acontecimiento con asado, vino y discursos, de los cuales hay noticias
documentales. También el cacique Railef pronunció un discurso, del cual La
Gaceta de Buenos Aires, del 31 de Julio de 1835, incluyó el párrafo que cito:
“Decía que él no era de esta tierra y que sin embargo, Juan Manuel de Rosas los
miraba al igual que los pampas y que se ofrecía a pelear en defensa de su
amigo...” (Gaceta Nº 3651)
No creo que, un año más tarde, habría dicho lo mismo, cuando tras la
matanza de los borogas de Masallé y de Cañuquir, Rosas permitió a los
huilliches que matasen a su gran amigo y patriota Don Venancio Coñuepán y a
su tribu. Fue entonces, cuando su padre, el cacique Juan Raylef llegó a Bahía
Blanca con unos 1700 indios para desagraviarlos. En su reseña arriba hice
mención del desastroso fracaso de esa expedición y el total despojo a su regreso
y la muerte del cac. Juan Raylef en Qintuco, preparándose para cruzar la
Cordillera.
RANI LEO, 1869, cac. araucano chileno que hizo frente a la Guerra del
Exterminio iniciado por el Gral. Cornelio Saavedra. No luchó contra el Cnel.
González en la zona de Maquegua. Primero le hicieron proposiciones de paz los
caciques Rañín con 300 indios y Coñuepán (hijo). Ni Lemunao ni otros de
Chollcholl aceptaron sumisión al Gobierno chileno; pero les hicieron un
cuantioso robo a los mapuches que un autor actual calculó en 100.000 U$S
(J.Bengoa: Historia del Pueblo Mapuche, 1985 p. 213)
RANINQUEO, Andrés
DISGUSTO Y SEPARACIÓN
Benito Tripailao
José M. Lafquén
Miranda Güenullán
Antonio Chaillán
Filiberlo Albarracín
Martín Arina
José M. Guayquil
Llanquelén
Catrilén
Mariano Calderón (escribiente)
El campo en La Verde
¿Qué sucedió, entre tanto, con el campo de Raninqueo y su tribu? Varias
manos querían apoderarse de él. Se vendió el trigo acumulado y todo lo que era
transportable. En septiembre de 1872 se creó allí, por disposición del Gobierno,
una comisaría de policía, utilizando para ella los edificios existentes para
oficinas y guardias. Don Agustín Martínez se instaló allí con una pequeña
"comisión" (A. González Rodríguez: Orígenes y Crónica Vecinal de 25 de
Mayo. 1904).
En el año 1878, el campo fue donado a la familia del malogrado ministro
A. Alsina en reconocimiento de sus servicios por la Conquista. Los
descendientes de Raninqueo, 15 años más tarde. les hicieron pleito. Lo ganaron.
Pero no consta en documento alguno que hayan disfrutado de ese inmueble.
El mismo documento nos informa de la muerte cruel que sufrieron los caciques
Pichintur, Ñancutripay y Cuntrurs y de varios mocetones. A Pichintur lo ultrajaron cortándole
la lengua y gritando: “Ya murió el hablador” —porque estaba en constante comunicación con
los mendocinos y porque tenía un don especial para convencer a los demás. (Arch. Mend., ib.
doc. 23)
Los invasores estuvieron todo ese día en la toldería del finado cacique gobernador
juntando cautivos y haciendas, recuperando así sus propias familias cautivadas anteriormente.
Estuvieron de fiesta y liquidaron dos majadas de ovejas. Al anochecer se pusieron en camino,
(ib. doc. 25, 26 y 23, de Abril de 1796)
Los malalches sobrevivientes y humillados, de inmediato avisaron a las autoridades
mendocinas, pidiendo con urgencia un parlamento para confirmar al cacique sucesor y para
tomar medidas punitivas, (ib. doc. 21 y 22)
Este parlamento se realizó efectivamente desde el 6 al 16 de Mayo de 1796. José de
Amigorena confirmó al cacique Millagüín, al que habían elegido como sucesor de Pichintur.
E! comandante recogió la mayor información posible sobre los últimos acontecimientos y
renovó su tratado de paz y la promesa de ayuda y protección.
Redactó también una carta para Rayguán. En ella le decía que estaba informado de los
acontecimientos últimos; pero quería que estuviesen en paz y no que los hermanos se
matasen. Lo invitaba a llegarse hasta allí. a su frontera, con algunos caciques, para concertar
un nuevo tratado de paz. (doc. 27; 18.5.96). Hizo llevar la carta a Barbarco por el cacique
Guayquenecul, hermano de Rayguán, y José Antehueque, su sobrino, y les decía que si no
aceptaban las propuestas, los haría reducir por jefes de Chile (sic) (doc. 22 y 27).
El teniente coronel de Milicias, D. Simón Gorordo, discutió la paz con los ranqueles
de la pampa, por encargo del gobernador Sobremonte. (Las gestiones se hallan en: AGN.
Secc. Gob. Copiador de decretos, 1799. S. IX 16-2-5 F. 55,68,70.93. 136: 1800 S.IX 16-2-6 F.
72. 98. 148. etc.)
Los ranqueles de Rayguán se excusaron, el 16 de Agosto de 1796, por no haber
acudido al parlamento y decían que vendrían a buscar a sus mujeres y amigos. Pero Millagüín
no se mostró dispuesto a devolverles familias, haciendas, ni rehenes (el hijo de Rayguán y
uno de sus sobrinos) hasta que no hubieran firmado la paz. (doc. 29 Arch. Mend.)
En el acta del primer parlamento escribió Amigorena: “Arden los ánimos: quieren
hacer una expedición punitiva contra Rayguán y los de Barbareo. Piden nuestro auxilio y que
vaya yo y Carilef. Habrá que condescender” (Reservado).
Amigorena desenvuelve en esa situación su juego diplomático. No actúa, pero deja
actuar. Cuando en noviembre escribe al gobernador intendente de Córdoba (Sobremonte) que
los pehuenches habían pedido 60 hombres para ir a matar a Rayguán, agrega, que no dará
auxilio hasta que lo ordene el gobernador intendente y el Virrey. Pero ya el 18 de Junio de
1796 el capitán de Amigos tuvo que acceder. La expedición no obtendría el éxito buscado,
(ib. doc. 30)
Había pasado menos de un año, cuando Amigorena convocó a otro parlamento en San
Carlos. En presencia de los caciques amigos, se leyeron y tradujeron cartas de Rayguán. del
comandante de Los Angeles, del gobernador de Concepción y del presidente de Chile. Se les
exigió devolver a los huilliches prisioneros y haciendas. Los pehuenches de Malargüé se
mostraron desconformes; decían que Rayguán quería cautivos y animales, pero olvidaba que
él se había llevado todo; que ellos habían enviado a un pariente de él para solicitar la
devolución de los cautivos, a lo que había contestado que aún no los podía devolver, porque
estaba con ánimo de maloquearlos otra vez. Amigorena replicó, que trataran de disuadirlo;
que lo invitasen a llegarse hasta allí y que quedarían amigos como antes. Que no fueran a Los
Angeles, donde los habían citado, que el camino era largo y pedregoso. Que tratasen estos
asuntos en esta jurisdicción, (ib. doc. 31 del 3.3.97). Notamos que el Capitán Gral. de
Amigorena, consciente de su “argentinidad” desde que el Cuyo se había separado de la
Intendencia de Chile, no dejó que los indios siguieran otra política.
En Mayo de 1797 se difundió la noticia de que el cacique Rayguán estaba preparando
otro malón para atacar a Malalhué. Los malalche lo sabían por un ex cautivo, hermano de
Millagüín, y por el capitanejo Rapimanque. Entonces Millagüín convocó a sus indios a una
junta de guerra y decidieron atacar a los sureños antes que lo hicieran ellos. Pidieron
urgentemente cien hombres al Comandante General con el fin de prevenir la invasión. Este no
accedió (doc. 33: 16.5.97). En cambio, el comandante de San Carlos sí, los acompañó.
En rápida expedición, 300 pehuenches llegaron a los toldos de Millamain; los atacaron
y lo mataron junto a cinco indios más. Los otros huyeron y dieron aviso de los
acontecimientos al cacique Rayguán, quien juntó cien hombres y fue al encuentro de los
invasores. Chocaron sobre el Río Cudileufú (Curri Leufú). En este combate murieron los
caciques Rayguán e Hingamain y otros seis. Los malalche rescataron a 4 cautivos y 7
ranqueles. Los demás se salvaron en la fuga; entre ellos desapareció también el capitanejo
Rapimanque (h). al que habían traído con ellos. No llegaron a la toldería. (Arch. Mend. Doc.
30)
En su informe, de regreso, F. Barros señalaba que los indios nada habían hecho contra
los españoles. Que vengar oprobios, era cosa permitida o sagrada entre ellos. Que los chilenos
habían arreado mucha caballada de Rayguán (Caja 30, doc. 30: 12.8.97). Amigorena hizo
entonces un nuevo parlamento con los pehuenches de Malalhué y se presentó en San Carlos
con 150 hombres. Los indios se excusaron y prometieron paz con los de Barbarco y
guardarlos boquetes de su territorio (ib. doc. 33) y agregaron: “Para que no se infieran daños
a los potreros de Chile”.
Esto escondía una cuestión que a fines del siglo XIX sería de nuevo motivo de
fricciones entre Argentina y Chile. En Mayo de 1797 murió Raiguán, el cac. ranquel del
Sur.
Amigorena reunió y habló a los 12 caciques y 15 capitanejos del grupo de Malalhué;
lo hizo en tono severo y les comunicó las cartas de Chile que hablaban de las gestiones de
esas autoridades por la paz. La carta del presidente de Chile, Marqués de Avila y la del
comandante de Los Angeles decían que sus tropas se habían retirado de Barbarco; y que en
Febrero de 1798 se haría en Chile un gran parlamento de paz y reconciliación.
La continuación de estas gestiones están incluidas en las biografías de Carripilún,
cacique sucesor de Rayguán y de Millagüín.
(Etimología: Rayen: flor de Huanque: avestruz)
RAI GUÁN, 1780, cac. pehuenche, “tocayo” del cacique ranquel. Los documentos
distinguen claramente entre uno y otro. El cacique pehuenche era hijo del cacique Güentenao
muerto en el asalto del Comandante Amigorena, el 14 de marzo de 1780. Su hermana fue la
famosa cacica Ignacia Gëntenao, quien no se había casado, porque no encontraba quien
pudiese pagar las cien pagas por su mano. Pero muerto su padre, se hizo esposa del cacique
mayor Roco. Raiyepán fue también hermano de éstos. Los tres se presentaron en Mendoza, el
16 de diciembre de 1780 con un gran séquito, pidiendo al Cabildo un tratado de paz, y se les
dio la gracia. Pero se les pidió que mudasen sus toldos a otro punto a 200 leguas de Mendoza.
Pero luego no tenemos casi noticias de este Rayguán, que no quiere decir que no haya
tenido su importancia. En 1800 atacaron al cac. Raiguan el cac. Cohiquimill (quizás
Guayquimill) con 1800 indios. El se defendió auxiliado por el Sarg. Pedro Baeza. El choque
fue violento. Mataron el caballo en que montaba este cacique, mataron también a su hijo y
hubo un gran desbande. El viajero Don Luis de la Cruz habla en su Diario de él y dice que
hubo 80 muertos. (De Angelis 1910 I. p.290)
RAY HUAN, 1880, capitanejo huilliche que se agregó al cac. Feliciano Purrán. Tenía
tolos en Ranquilón y en Ñorquín.
RAYI MÁN, 1730, cac. araucano (mencionado por Gay: Historia vol III. ) Quizás
tiene que ver con los Rayman.
RAY GÜÉ, 1828, cac. pehuenche (picunche). Lo agredió el Cnel. Félix Aldao, el 18
de enero de ese año (Arch. Mend.) J.Godoy se refugió por dificultades políticas entre los
indios. Halló a los caciques Ladimán, Raygüé y Coleto. Raygüé muió poco después del
masacre de Chacay en el combate de Chilecito en 1830. (Ver Neculmán, Memorias de
Avendaño , p. 140 s.y La Gacta del 12.8. 1830) ETIMOL: Hüé: lugar de Rayen: flores
RAYÚ, Martín , 1846 – 1890, capitanejo del cac. Coliqueo de quien era pariente, Más
tarde estaba con el cac. Raninqueo. Los nietos, que yo traté con frecuencia, me decían que
ellos venían de Bragado. Me pregunto si tiene algo que ver con el cac. Gabriel Rallín o Rañín
( ls letras y y ll y ñ se confunden a veces) que pertenecía a la tribu de Collinao y Melinao,
más tarde, desde 1861 al servicio del cac. Calfucurá y Namuncurá , pues tenía fama de
diplomático.
Un hermano de Martín se llamaba Tomás Rayú.
Martín Rayú (o Rayü) se entroncó en la tribu de Coliqueo, seguramente desde 1862,
cuando se establecieron en La Tapera de Díaz (Los Toldos de Gral. Viamonte) Murió allí
mismo en el campo de la Tribu.
Se casó con Eufemia Llancuy, (Ñancú), nac. 1848 y con Catalina Ñonqué (otra
familia entroncada con la flia del cac. Ignacio Coliqueo y de la nobleza araucana). Según los
libros bautismales tuvo 11 hijos:
1.Pedro Rayú n.1873 – cas. con Cenobia González
sus hijos: Pedro Rayú 1908 – 1976 cas. con Juana Cayuqueo
sus hijos: Agustín Rayú + 16.1.48
Omar Rayú
Lucio Rayú
Delia R. 1920 - cas.c.Claudio F. Calderón
Mirta R. cas. con Gómez
Natalia R. n. 1910 c.c. Marcelino G. Cayuqueo
Sus hijos (de Natalia):Adolfo C. – Juan Ign. - Alberto –
Marciano – Héctor- “El Zurdo” - Elvira - Horacio Raúl
2. Benedicta Venera Rayú 1881 - cas. con Segundo Cotar 1903 - 1990
Sus hijos (2) Martín Bonifacio Cotar ,1937 - cas. c. Zulma Marifil
Sus hijos: Rufino Cotar
Sabino Cotar - 1968, cas. c. Isabel Mariqueo
3. José Zoilo Rayú – sept. 1981, cas.c. Valentina Rainao ( Crón) 1896 – 1958 ( 7
hijos)
Sus hijos: Fortunata Rayú (1907- c.c Rufina Rayú 1914 – 2006
Sus 5 hijos: Segundo Zoilo cas.c. Paulina Maza / hij.:Luis Alb +Sofía
R.
Crispina Rayú (solt.)
Avelino Martín (1938 - (soltero)
Oscar Alberto Rayú cas. con
Rufina Rayú
Segundo Rainao (1911 - 3 hij. con Julia Bossi y Videla…
Valentina Rayú ( 1919 – cas. c. Mauricio Catamarca (6 hijos)
Chola – Rodolfo – Raúl – Martín – Carlos – Mabel
4. Catalina Rayú cas. c. Florntino Juan Rayú 1905 – 1994
Sus hijos José Rayú cas c….
María Angélica Rayú cas. c. Juan L. Laspade
Sus hijos: Ana María (1965
Roberto Ad. Rayú cas.c. Mabel E. Videla
Miguel Angel y María Ester cas. c. Agustín
Rayú
5 Felisa Rayú 1887 - cas. c. Ramón Soria (1915 –
Sus hijos (hij. nat.) Alberto César Rayú
Héctor Rayú
Ricardo Soria
6. Tomás Rayú (1888 – 1957) (Hijo de Martín y Catalina Ñonque) cas. Petrona
Nahuel
Sus hijos: Venera Rayú (1923 - (h.nat Oscar José)
Juana Rayú cas. c. Antonio Anchipe (1872 –
Eleuterio Julián Rayú (1911 – 1990) cas. c. Gregoria Cayún
Sus hijos : María Anchipé cas.c López
Adele M. Anchipe cas c. Ferreira (1939- 5 hij.
Viviana 1964 –Juan Carlos 1965+1971 - Antonito
Norma Beatriz 1979 – Hugo Hilario – Nélida -
Saul Anch. O Rayú cc. María Est. Ancay; Sus
hijos:
Nelson Javier 1980 – Mario Alb. 1978 – Nancy- Gustavo – Miguel
Julio – Domingo – Domingo Oscar - María Elena – Raúl etc
7. Hermenegildo Rayú (1930 – 2000 en.) cas.c Antonia Claudia Calderón (1934 -
Sus hijos l. José Luis Rayú (1958 - Cas. Julia Varela 1955 (Jefe de la
oficina del Monastero Benedictino Sta. María de Los Toldos)
Una hija: Florencia Rayú
2. Oscar Alfredo Rayú (1963 –
3. Norma Elida Rayú (1965 –
4. Hermenegildo Antonio (1968 –
5. Claudia Irene Rayú
8. Juana Rayú (1909 – 2000 cas.c Ambrosio Bravo 1909 – 1996
Sus hijos: Raúl Ignacio Rayú (h.nat.) cas c. Alicia Catalán (2 hij.) Jorge y
Daniel
Luis Pablo Bravo (1944 cc. Cicuto 3 hij.
Roberto Daniel Bravo (1948 – C.c. Isabel Carranza (1948 –
4 hij. Graciela – Andrea – Mariela _ María José
Ambrosio Bravo (solt) c.c Juana Rayú 4 hij
Nicolás Bravo
9. Florentina Juana Rayú (1905 – 1994 cas. c. Catalina Rayú de Rayú
Sus hijos: Adolfo Roberto Rayú cas, c. Mavel Ester Videla
Hijos: José Oscar - Roberto Javier-Miguel Angel María Ester
José Oscar (1926 – 1997)
María Angélica Rayú Vda. De Lespade
Hijos.Mabel Videla ,Pascuala Rayú y Rufina Rayú
REUMAY, Alvarito
REUMAY, Alvarito: 1847, cacique huilliche. Era el cuarto hijo del cacique Juan
Calfucurá. Alvarito puede ser el nombre que adoptó en honor del coronel Alvaro Barros. Se
crió, pues, en Salinas Grandes, junto con Catricurá, Namuncurá y otros tantos hermanos de la
gran familia cacical. Una primera noticia documental de Reumay es de 1847; pues recibió
raciones en Azul. Desde 1862 desempeñó muchas comisiones diplomáticas en nombre de su
padre. En Agosto quedó algún tiempo en Buenos Aires, quizás para aprender castellano y algo
más. El 1º de Marzo de 1863 encabezó con Blanco una comitiva de 30 indios y volvió a
presentarse ante Mitre con cartas de su padre. También en 1866 dirigió con Vicente Millacurá
otra embajada, esta vez para visitar al cacique Coliqueo. Al regresar fue detenido, por poco
tiempo, por tropa de la frontera. En una carta de Coliqueo a Calfucurá, que se interceptó. ese
cuenta acerca de una derrota de Pincén y termina la carta diciendo: "Usted sabe lo mucho que
lo estimo, como se lo habrá dicho su hijo Umay" (Reumay).
El 25 de Octubre de 1870, dirigió un malón de protesta contra Bahía Blanca, porque
su comandante y la guarnición habían atacado y saqueado a la tribu amiga de Cañumil. Este
era pariente de Calfucurá. Reumay habría estado también en la batalla de San Carlos, el 8 de
Marzo de 1872, como en la mayoría de los acontecimientos de las tribus salineras.
El 3 de Junio de 1873, perdió a su padre Juan Calfucurá. No era fácil, entonces, elegir
al sucesor, pero por consejo de algún capitanejo viejo, constituyeron por el momento un
triunvirato que integraban los caciques hermanos Manuel Namuncurá, Alvarito Reumay y el
primo Bernardo Namuncurá. Pero bien pronto se impuso el cacique Namuncurá, quien
respetaba no sólo diplomáticamente, sino fraternalmente, a sus hermanos. Todos estaban
convencidos que en esos momentos tenían que estar unidos, si querían gozar de la paz. El año
1875, cuando los militares argentinos preparaban "casi" sigilosamente el avance definitivo de
las fronteras, los salineros no ignoraban sus planes. Se esforzaron por conseguir del Gobierno
nacional un tratado seguro y concluir las gestiones que ya su padre efectuaba durante años.
Había que garantizar vidas, campos y haciendas. Alvarito Reumay se comunicaba
principalmente con el coronel Pío Iturra de Bahía Blanca. Se presentó también personalmente
al comandante Cerri (Sept. 75) y estuvo con el misionero Jorge María Salvaire, al llegar éste a
Salinas Grandes (Hux, Excursión apostólica del Padre Salvaire a Salinas Grandes, Bs. As.,
ECA, 1980). Alvarito Reumay tuvo varios contactos personales con el Padre Salvaire.
Menciono especialmente el encuentro del 17 de noviembre: "...Esta tarde, el cacique Reumay
vino a conversar conmigo, dice el sacerdote-. Me abrió del todo su corazón bueno; me habló
de Dios —“Chao”,el Padre—, de su fe y de su oración. Y escuchó con gusto mi testimonio de
fe cristiana. La fe de ellos es la de los profetas de Israel, igual que su moral y su conducta".
(Ib.. p. 127)
Terminada la delicada misión, el Padre Salvaire regresó a Buenos Aires. Lo acompañó
una caracterizada comitiva con la esperanza de conseguir con la ayuda del sacerdote y el
arzobispo de la Capital el tratado anhelado para poder evitar la Guerra de la Conquista.
Finalmente, advirtieron que era tarde, cuando se cruzaron con una comitiva de Catriel que les
anunciaba su mala situación, y que era inevitable la sublevación. Así se desató el Gran Malón
a fines de Diciembre de 1875.
También el cacique Reumay actuó en esa gran invasión a vasta zona, encabezando un
contingente de 1.500 indios. M. du Flurer (en "Una expedición al desierto", en Anales de la
Sociedad Rural Argentina, 1876), describe al "héroe de Diciembre de 1875", que puso sitio a
las tropas nacionales en Laguna del Monte. Remitió a sus jefes una carta "en estilo
macarrónico a la vez que arrogante" diciendo que había venido con 1.500 indios y otros
tantos estaban por llegar. Que tenían la orden del jefe, Namuncurá, de pelearlos, pero como
los consideraba como hermanos, no quería llegar a extremos. Pidió que abandonasen el sitio y
se fuesen por donde habían venido, etc.
Le contestaron negativamente. Y viendo defraudada la primera negociación,
comenzaron las hostilidades. De noche largaron sobre las caballadas de los blancos
(cristianos) yeguas con cueros atados en las colas, para provocar la dispersión de la hacienda
que se asustaba. Los guardias hicieron fuego sobre esos animales. Pero luego, a las cinco de
la mañana, los indios atropellaron el Fuerte con inmenso griterío. Durante la noche del 14 de
Diciembre, sorprendieron la guardia frente a la laguna y consiguieron arrebatarles unos cien
caballos ensillados y mulas. A medio día armaron otro tumulto.
Al clarear el nuevo día, enviaron un mensajero a parlamentar. Llevaba en la punta de
la lanza erguida un papel. El enviado se acercó a una cuadra de la primera guardia y, al clavar
la caña, recibió una lluvia de balas que le hicieron "brincar". "Cómica escena —anotó un
testigo ocular—, disparó ileso."
Esa noche hubo otro amago favorecido con la luna clara, pero cayeron en una trampa.
Los indios se acercaron silenciosamente por la laguna, pero se abrieron fuegos contra ellos
desde tres direcciones; la tropa se había colocado estratégicamente. "Día y noche nos
amenazan. Estamos herméticamente sitiados".
Alvarito Reumay puso también sitio a la joven población de Olavarría. Y tenemos una
carta de él que enviara al comisario de esa población alerta; fue publicada en el periódico
bonaerense La República, el 11 de Enero de 1876.
"Señor Comisario Don José Aguirre:
Sr. Comisario: Tengo el gusto de escribirle i aserle saber que oy ey bisitao a sus
campos. Ud. abrá bisto el número de jente que ey traío a estas fronteras. Pero mi benida á sido
por lo que el Gobierno ha querido (ha)cer con mi hermano mayor (el) General D. Manuel
Namuncurá i más nos manda a desafear. Oy me i(he) presentado y espero acampar hasta diez
días; quiero verme con el valiente Levalle (Cnel.), amigo, por librar a Ud. y a los
comerciantes la vida. Espero me entregará las casas de negocio(s). Si se meten a valientes, yo
no me le (h)aré a un lao, conque más tarde verán la indiada. Y espero que me conteste sin
falta ninguna (y) con el mismo portador de ésta, su amigo Alvarito Romay.
Vale: Yo sería muy gustoso darle la mano derecha a los comerciantes, porque yo sé,
ellos no son los culpables; mas sé que ellos son los que trabajan para el bien vivir."
Pero por más impresionante que fuera esa gran invasión, los indios no pudieron
impedir que en fecha prevista avanzaran las seis columnas expedicionarias bien equipadas por
el ministro Alsina. Las tribus salineras fueron expulsadas de sus campos y perseguidas a
muerte desde 1876 hasta 1884. Namuncurá huyó a tiempo al Neuquén; pero allí también
fueron atacados por la Campaña del Sur; porque la Conquista del Desierto ya no respetaba
tribu alguna. Namuncurá y Alvarito Reumay se unieron con los indios neuquinos del cacique
Purrán. Este fue perseguido hasta más allá de la frontera con Chile y capturado en la
Rinconada del Río Lonquimay. Reumay se presentó entonces con los caciques Carapán
Pereyra, Cañumil y Melicurá al comandante militar chileno, quien los recibió favorablemente.
Ese año viajó Estanislao S. Zeballos por la Pampa y halló la toldería de A. Reumay
abandonada; era aún una aldea de toldos de cueros. Denominó, pues, el lugar "Reumay" que
quedaba a orillas de la Laguna Verde, cerca del fortín El Sauce, del Departamento Utracán.
(Zeballos. Viaje al país araucano, 1881. p. 183 s.)
El cacique Alvarito Reumay, pues, concluyó sus días en el país hermano, en la
Araucanía de sus antepasados, seguramente añorando sus años prósperos pasados en nuestra
Pampa.
REUQUECURA, Santiago
REUQUECURÁ, Santiago (Reuque): 1800-1887. cacique huilliche de la dinastía de
los Piedra. Era hijo del cacique Huentecurá, hermano de Juan Calfucura y Antonio
Namuncurá y tío de Manuel Namuncurá , de Reumay y sus hermanos salineros. Reuquecurá
había nacido en Pitrufquén, Departamento de Villarrica (Chile), a fines del siglo XVIII. y
murió en Roca (Río Negro) en 1887.
Al ver que su hermano Juan Calfucurá prosperaba mucho en la Pampa argentina, él
también quiso imitarle. Se ubicó en la Cordillera neuquina, en la zona del lago Aluminé, entre
la Cordillera Huaidog (actual Chaichil) y el Río Malléu, en la costa del Río Catanlil y al
Norte del Río Picún Leufú. Allí reunió una importante indiada. Además de ser ganadero,
mantenía un activo comercio con Chile. Más tarde, ante el peligro de la Guerra de la
Conquista, se confederó con los caciques manzaneros Queupú, Millamain, Nahuelpán,
Painefilú, Puelmac y Huenufil. Reunió una fuerza de más de 2000 indios guerreros.
Aparentemente Reuquecurá no era un guerrero nato, como Calfucurá, sino
comerciante. No obstante, su hermano de Salinas Grandes y más tarde su sobrino Namuncurá,
lo llamaron de vez en cuando y con ellos entró en malón, cuyo botín llevaba por los pasos
conocidos a Chile.
En 1850 llegaron cien de sus guerreros a Tapalquén y arrebataron unos mil caballos a
los indios amigos de Catriel. (Capdevilla, Tapalquén, I, p. 120)
En 1856, cuando el cacique José María Llanquetruz entró en relación amistosa con el
comandante de Carmen de Patagones y celebró un tratado de paz, Reuquecurá también quiso
obtener ese beneficio. Llegóse a Choele Choel con 600 indios; pero el coronel Villar no lo
quiso como vecino y salió a atacarlo, produciéndole considerables bajas. (AGN, S.X, 19-4.5
fecha :1.8.56 y S.VII, 14-2-3, fcha. 4.9.57)
Reumay volvió, entonces, al Río Pulmarí durante el verano, hasta la cosecha de los
piñones de pehuén; luego bajó a los cañadones del Aluminé y del Catanlil.
En 1863, el teniente coronel Julián Murga, socio de la gran Casa Comercial de
Carmen de Patagones, fue autorizado para realizar convenios y tratados de paz con los
caciques de la zona. Lo hizo con los caciques Chingoleo, Sayhueque, Huincabal y
Quintraimilla. También Reuquecurá solicitó un convenio de paz y pidió permiso para
comerciar en esa plaza. (Arch. Mitre XXIV, p. 50 y 105 fha. 30.7.63)
Algo o alguien lo impulsó a hacer malones. El general O. Llano de Bahía Blanca lo
acusó de haber hecho una invasión en Mayo de 1863 a la zona del Río Colorado. En agosto
del año siguiente, el coronel N. Granada, estacionado en 9 de Julio (Bs. As.), tenía noticia de
que Reuquecurá estaba en la frontera Sud con 200 indios y que esperaba unos 300 chilenos
más. Habría dicho que venía en paz a comerciar. Los militares que disponían de poca fuerza
en la frontera a causa de la movilización de tropas para la Campaña del Paraguay,
desconfiaban de su palabra. Había dicho que iba a Salinas Grandes. Coliqueo con sus indios
amigos fue movilizado para pelearlo (Arch. Municipal de 9 de Julio, Lib. 7, fol. 9. fha.30.8.66
y AEM, 6.9.66). En Octubre de ese año los jefes de la frontera facilitaron también a Calfucurá
un tratado de paz (doc. 896, AEM, 9.1.67 firmado por Marcos Paz y el ministro Martínez) y
al mismo tiempo hicieron idéntico convenio con el cacique Reuquecurá (ib.. Doc.895. ver:
Raone 1995 p.220)). El vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, el Dr. M. Paz, observó
entonces, el 2 de Octubre de 1867, que se había favorecido demasiado a Reuquecurá. (Arch.
M. Paz, Vol. VI, p. 365)
Las listas de proveedores comprueban que recibió suministros del estado hasta 1877 y
que le fueron derogados el 20 de Agosto de 1879, cuando la Conquista de Roca ya había
llegado hasta el Río Negro.
No sé si, como el cacique Quilapán, estuvo involucrado en el asunto del
establecimiento efímero del Reino de la Araucanía y de la Patagonia, idea que había lanzado
el aventurero francés Antoine Orellié, quien fue tomado preso y devuelto a Francia. Pero en
1868 intentó la empresa por segunda vez. Entonces visitó con el cacique Lemunao la toldería
del cacique Reuquecurá en el Río Picún Leufú. Buscó su adhesión. Pero de nuevo fue tomado
prisionero (Galatoire, Quién fue el Rey de la Patagonia, 1972, p. 102). A su nuevo regreso, en
1872, pasó de nuevo por su toldería.
Reuquecurá, entretanto, estaba en paz con el Gobierno argentino y de él recibía
suministros como los indios amigos que servían en las fronteras. Era una especie de
ocupación, un precedente para la Conquista. Cuando en 1869, el coronel J. Murga, por orden
del Presidente Sarmiento, quiso ocupar la isla Choele Choel, Reuquecurá, en unión con
Calfucurá, se lo impidió. (A. Barros, Territorios y Fronteras Federales, Ed. Hachette, 1975, p.
65 s.)
Al terminar la Guerra del Paraguay, hubo muchos incidentes en la frontera,
provocaciones que justificarían el avance militar decretado por la ley 125 de 1867. Calfucurá
fue el juez defensor de su raza, lanzó varios malones de protesta. Creo que siempre contaba
con el respaldo de Reuquecurá. Este lo acompañó con mil indios en la gran batalla de San
Carlos de Bolívar, el 8 de Marzo de 1872. Perdieron la batalla, pero no el prestigio y no
omitió llevarse un cuantioso botín.
El mismo año, el explorador sargento Bejerano halló a Reuquecurá a orillas del Río
Chimehuín (Diario de Bejerano, 26.7.72); los toldos de Ñancucheo los halló al pie del volcán
Villarrica, sobre el arroyo Malleo, donde hoy se encuentra un resto de la tribu de Namuncurá.
En verano se hallaba en la zona de Pulmarí y Aluminé y en invierno en el Cañadón Sto.
Domingo y Charahuilla (Encina, Moreno y Cía. Mensura del Triángulo)
Ese mismo año, Reuquecurá entró en contacto con el teniente coronel M. Guerrico,
explorador del Río Negro. (A.M.H.N., Doc. 6233, 29.8.72)
El 3 de Junio de 1873 murió su hermano Juan Calfucurá en Salinas Grandes, cuando
hacía grandes esfuerzos para asegurar sus posesiones por un tratado de paz. Debe haber
asistido a los funerales y las reuniones consiguientes por las que se eligió al sucesor. En un
nuevo parlamento grande, Namuncurá y todos sus caciques adictos firmaron y juraron un
nuevo proyecto de tratado de paz, el 3 de Mayo de 1875 (AEM. Doc. 1232).También
Reuquecurá había acudido a la cita (AEM,Doc. 1372), pero no fue incluído en la lista de los
caciques firmantes. El ya tenía tratado de paz y era racionado. Cuando de nuevo las tribus se
vieron frustradas y amenazadas por la resolución de emprender la Conquista. Namuncurá
organizó juntamente con Catriel el Malón Grande de fines de 1875, del cual Reuquecurá
aparentemente no participó. Pero en Marzo de 1876, se asustó, cuando avanzaron las seis
columnas conquistadoras al corazón de la Pampa. Los documentos dicen que Reuquecurá
invadió en Abril de ese mismo año en Tres Arroyos y Juárez y presentó batalla al coronel S.
Maldonado y a su tropa. (Olascoaga, I, p. 41)
Viendo que la resistencia de los salineros era ineficaz, no quiso comprometerse más
con ellos, aunque eran sus parientes. En cambio, fue muy hospitalario con los que huían ante
la persecución. Así aceptó a Namuncurá, a Alvarito Reumay y a otros parientes que venían
buscando refugio en los Andes neuquinos. Por ello se le suspendió el suministro de raciones,
enviándole recriminaciones amenazantes. En el Museo (Archivo) de Luján, en la colección
del Dr. Zeballos se conserva una carta de Reuquecurá dirigida al Cnel Villegas, por la que
pedía racions atrasadas desde dos años-
En Enero de 1879, la Primera Brigada del Ejército Expedicionario marchó en procura
de su toldería; pero sólo encontró la del capitanejo Cayul cerca del Lago Aluminé (AEM, doc.
1388). En Mayo, acampado en Panguecó, recibió esta otra intimación: "Si no procede de
inmediato a responder, como es debido, será tratado como los demás rebeldes".
Se estableció entonces en la confluencia del Río Limay del Arroyo Picún Leufú y en
Rumecó, el arroyo que desemboca en el lago Ñorquín.
En Agosto de 1879 escribió al coronel Villegas que se entrevistaría con él, cuando se
le ordenara. No se concretó esta entrevista. En cambio, los más bravos expedicionarios
Saturnino Torres y Manuel Ruybal y sus tropas buscaron su refugio, y también la toldería del
cacique Queupú. Hallaron algunas de sus familias y pocos indios, porque Reuquecurá, a su
vez, estaba expedicionando en la zona del Fuerte Gral. Roca (20.5.80) y por Choele Choel
con el objeto de liberar a los prisioneros. El ataque de Ruibal a su toldería fue fulminante:
dejó los toldos vacíos. El teniente coronel Guillermo Petchmann en “El Campamento de
1878” describe las escenas horribles y el delirio de los atacantes y concluye con estas
palabras: "dejo a la imaginación del lector la reconstrucción de aquellas aventuras... No
trajeron heridos, ni chusma vieja. Nadie pudo precisar el número de arreos que conducían.
Los prisioneros de "chusma" eran 150 y los indios de lanza 18."
Los militares aún no finalizarían su guerra. El 15 de Marzo de 1881 partió la 2ª
Brigada de Villegas en busca de los 200 indios de Reuquecurá. "Había que hacer limpieza,
como en la Pampa". Estaban en Pulmarí (o Quelmary) en lugares escondidos. Aunque él
recorriera los valles, no encontró a los indios de Reuquecurá. Más tarde supo que se habían
trasladado a Rümecó. Allí, pues, los buscó el coronel J. Daza con 120 hombres, en el mes de
Diciembre. Sobre la marcha, le enviaron un mensajero para que le propusiera condiciones.
Pero Reuquecurá demoró la respuesta para tener tiempo de escapar. Daza siguió sus pisadas
hasta el Paso Llaima. El ejército se había apoderado de sus tierras y de sus "veranadas".
Entonces el cacique Santiago Reuquecurá huyó a Chile con la gente que aún le quedaba. M.
Bulnes le habría ofrecido 2.000 hombres, si quería enfrentar las tropas argentinas. Dicen, que
no aceptó el ofrecimiento y quedó poco tiempo en territorio chileno. El viejo cacique regresó
a fines de Abril de 1883 hasta el Fortín del Paso de la Patria o Paso de los Andes a su querida
tierra de Pulmarí. Envió al general Villegas un nuevo mensajero para decirle que estaba
dispuesto a rendirse. Manuel Ruibal fue destinado a recibirlo (capturarlo) en Haichol. El 30
de Abril bajaron de sus escondites el cacique y 40 indios de lanza más 60 de las familias. El
resto 89 indios de lanza y 181 de chusma esperaba órdenes. Ruibal los condujo al
campamento del Regimiento Nº 11 en Codihué (Departamento de Picunches). El topógrafo E.
Encina y Moreno les sacó fotografías y el Padre Domingo Milanesio empezó la
catequización de los niños y de las mujeres, pero pronto serían trasladados al fuerte Gral.
Roca. Así bautizó un poco apurado a 32 niños y algunos pocos adultos. (Ruibal fue padrino
de algunos de ellos.) Entretanto, se rindieron también los caciques Lefícurá y Coñomé (o
Coñahuá) con 89 lanzas y 181 de la chusma. Casi al mismo tiempo se sometieron también
Millamain y Manquiel. Otros quedaron en Chile (J. M. Raone, "La rendición de los caciques
Reuquecurá y Sayhueque". en Revista del Museo Provincial de Neuquén. año I, tom. 2). Hay
que reconocer que se presentaron pacíficamente. Ellos fueron agredidos cuando querían vivir
en paz.
Según averiguó Carlos Rusconi, Reuquecurá murió en Gral. Roca en el año 1887:
murió viejo y de muerte natural. Ciertamente es también una de las grandes figuras de la
dinastía de los Piedra.
En el Archivo Gráfico (AGN) de Buenos Aires están las siguientes fotografías: 1.
Ruibal con Reuquecurá (B. 115.999); 2. Reuquecurá y sus hombres (s/Nº): 3. Bautismo en la
tribu de Reuquecurá (s/Nº); 4. Bautismo de Caonulhuá, Levicurá y Reuquecurá (s/Nº); 5.
Indios de Reuquecura en Codihué (s/Nº).
(Etimología: Cura: piedra: reuquen: agitada. J. Claraz lo llama "Reoke".)
REUQUE MÁN , Ignacio, 1772, cac. costino (Chile). En el parlamento de Tapihue
estuvo presente. No se conoce aún su filiación. En 1774 se casó en el rito católico en Santiago
(Ch) León p. 186
RIAMIO, 1582, cac. huarpe (?) de las Lagunas de Huanacache; encomendado de
Diego de Velasco (Rusconi IV. P. 320)
RINQUE, José (Rinquenecul o Baigorria, alias José Viejo ), caciquillo araucano,
venido a la pampa argentina durante la Guerra a Muerte, según dice Manuel Baigorria en sus
Memorias.Guayquinecul asistió en Tandil a un parlamento, en 1826 junto a unos 50 caciques
convocados por J. M. de Rosas. Parece que no pertenecía al grupo de borogas asentados en
Güaminí; sino se estaba por unirse con los caciques Cheuquetruz y Chocorí que venían desde
la región de las Manzanas. Cuando Rosas estaba preparando la Expedición al Desirto para
eliminar de la Provincia de Buenos Aires a los indios, sobre todo a los chilenos que se habían
venido de Chile, Reinqui, Epulán y Lepil con unos 200 indios estaban maloneando (cazando)
por el “Bolcán” (Part. De Tapalquén). El Cnel. Del Valle salió con sus tropas de Bahía Blanca
a perseguirlos. No le dieron batalla, pero en la persecución mataron 39 indios y tomaron a
309 prisioneros (NB. No concuerdan los números) ( Garretón,J. Escritos…Diario (de Rosas)
T. I. p. 16 y AGN S.X. 25-5-1: 18.1.33)
En diciembre de 1837, el mismo Cnel. Del Valle realizó otra expedición sobre las
tolderías de Guayquinecul, Millanquelen y Martín. El cac. Reinque no se hallaba; había salido
a malón sobre la zona de Salto. Les mataron 93 indios, -dice el parte del 16 de diciembre
(AGN X. 25-5-1). El 22 de marzo de 1839, el Cnel. Iturra de Bahía Blanca, en su expedición
con tropas bahienses y acompañado de los indios amigos del cac. Collinao, atacó al cac.
Rinqui en Pillahuincó y le quitó hacienda (Carta de Collinao a Rosas, el 15 de nov. de 1851
desde Bragado, publicada en J.Maguire: Loncagüé, 1967 p. 141)
El 20 de agosto del mismo año 1837 hubo un fuerte ataque al Fuerte de Tapaluén,
donde estaban estacionados también indios amigos. Según el parte del Cnel. Nic. Granada, los
jefes del malón fueron Calfucurá y Renqué (NB: podría ser Reuquecurá), en venganza, como
parece de la matanza que habían hecho en las tribus de Ignacio Cañiuquir y de Venancio
Coñuepán. Entre los atacantes había contingentes chilenos, ranqueles y borogas. En trabajosa
batalla fueron rechazados.
El Cnel. Juan Cornell, quien había estado en contínuo contacto con los indios amigos
de la Provincia de Buenos Aires, cuenta en sus memorias que el cac. Renguí había invadido
las estancias de Quequén Grande y que sus indios habían dado muerte al Juez de Paz de Bahía
Blanca, Dn. Pablo Acosta, a quien encontraron en el camino de viaje. El Sargnto Mayor
Yturra, apenas tuvo noticias, salió entonces con 50 soldados a perseguirlos. Los peleó en
Sauce Corto, a 50 leguas de Bahía Blanca. El caciqe. escapó con pocos indios, dice el informe
(AGN X. 18-4-3: 8.2.44 y Memorias de J. Cornell, en Academia Nac. Hist: Conquista del
Desierto 1980 I p. 116.
En diciembr de 1845, Calfucurá apresó al capitanejo Necul (Avendaño: Neculhual),
pariente de Rinquinecul. Lo mandó engrillado a presencia de Juan Manuel de Rosas como
prueba de su fidelidad y éste lo hizo fusilar (B.Ronco: Prisión del cacique Necul; en Revista
Azul I. 1930 Nº 5 p. 137)
En septiembre de 1847, un hijo del cac. Calfucurá avisó al jefe de la Frontera que una
division de ranqueles, 150 indios al mando del rebelde cac. Rinqui, había salido por la Sierra
Tinta hacia la costa del mar. El Cnel. Juan Cornell dice que eludió su persecución y fue a
invadir también la zona de Azul.(La estancia de Barragán, dice Santiago Avendaño en sus
Memorias :”A pesar de aquel golpe, Renguí no desistió de ser ladrón; contínuamente se dejó
sentir, ya sea por el Sur, ya sea por el Centro. En una de ellas, que Calfucurá me dio aviso,
invadía a Bahía Blanca. Salí yo –dice J.Cornell- con dos escuadrones desde Indio Rico y me
embosqué por el Curru Malal para esperarlo en su paso. Pero, fuese que Calfucurá le diese
aviso del peligro, o por efectos de la casualidad, no invadió esa vez a Baía Blanca, sino entró
en la frontera de Azul” (ib. p. 116 y AGN X. 17-8-1, 4 foj.) Debe haber sido traficante de
hacienda robada
También en 1848 atacó con una treintena de indios los campos de Tapalquén y
nuevamente en diciembre de 1851, con 400 indios. Entre ellos había chilenos. (González
Rodríguez: Orígnes y Crónca Vecinal de 25 de Mayo, 2da. Edición 1940 p. 43)
Después hubo un silenio grande. Es posible que haya muerto sin que se hayan
registrado las circunstancias. Creo que el cac. Andrés Rinqui continuará ,ya no como
guerrillero sino más mansamente su historia. La viuda de José Baigorria o Melín o José el
Viejo fue Rosa Rinque cas.con Andrés Rinque
RINQUE, ANDRÉS, cac. nac. 1809. 1859 entre los ranqueles. Murio el 4 de Mayo
de 1868 de cólera en el campo de la Tribu de Coliqueo en Los Toldos (Bs.As.)
Probablemente se haya incorporado a la obediencia del cac. Ignacio Coliqueo cuando
estaba todavía en El Cuero (La Pampa). Pero no vino con él emigrando a la Provincia
de Buenos Aires, cuando evadieron por una gran persecución. Los de Coliqueo
huyeron con el Cnel. Baigorria y su Regimiento 7º, viéndose traicionado y perseguido
incluso por los indios de Mariano Rosas de Leuvucó. En 1862 Coliqueo se afincó en
Los Toldos de la Provincia de Buenos Aires. Pero Coliqueo buscó a Rinqui cerca de
Leuvucó durante la expedición al “país de los ranqueles” al mando del Cnel. Julo de
Vedia, en 1862 (Hux: Coliqiueo el Indio Amigo de Los Toldos ed. EUDEBA, Bs.As.
1980 , p. 75 – 84 y Hux, M. El General Julio de Vedia, su vida y trayectoria militar,
ed. Nueve de Julio 2006) El cacique Coliqueo informaba al Presidente B. Mitre en
varias cartas sobre los acontecimientos durante esa campaña. Ya regresado le dice en
una carta del 16 de enero de 1863: “…También le doy parte de haberse presentado el
cacique Rinqui con cuarenta y cinco indios de lanza y demás familias, que ascienden a
un número de sesenta; éste se me ha presentado; y se conoce verdaderamente que
quiere estar en mi compañía, y como en otros tiempos ha pertenecido a mi tribu, ahora
ha visto su desengaño y se me ha presentado con toda su familia; es una prueba de
buena intención ..” (Arch Mitre vol. XXIV p. 97)
Coliqueo lo incluyó ya en la primera lista de caciques y capitanejos, en 1864, que
recibían sueldos , aprobada por el Presidente B. Mitre en enero de 1864. “Rinqui, cac.
agregado 500 $”, dice el documento.
Puedo presentar la familia del cac. Andrés Rinque, nac. creo, en 1809 y murió en
1868.
Casado 1º con Inaimán de Chadileufú
Su hija: Paula Llaitú Rinque nac. 1829, se casó con.el cac. Francisco Piseñ – por el
misionero, 15.9.79, en la Isla Martín García.
Hijos de ellos:Simón – Martín – Ignacia – Martina y Adela (Paula murió 1917)
(Véase la biografía del cacique Francisco Piseñ.
Otra hija nacida en Chadileufú fue (nac. 1830) Rosa Rinque que se casó com José
(Meliú) Baigorria con obrenombre que se casó con el capitnejo José Baigorria, hermano del
Coronel Manuel Baigorria.
Otro hijo del cac. Andrés Rinque, casado en 2as.nupcias: Nazario Rinque , el
capitanejo, sucesor, nac 1852 cac.con Rosa Lloftui Curinao
3er casamiento con Juana Callfutrai, india de Azul nac. 1836
Sus hijos: Salvador Rinque – Uinmané – Manuel (n. 1862)- Juana (Calvetrai n. 1862)
Huircán Feliciano – Manuela (Calfutrai) cas. c. Juan Toledo
DETALLES: 1.Paula Laytú (Rinque) se casó en Martín García con el cac. Francisco Piseñ y
pasó sus últimos días en Trenque Lauquen (ver Francisco Piseñ)
2.Rosa Rinque es un caso particular de una descendencia numerosa en el
Campo del cac. Coliqueo, en Los Toldos. Nació en 1829 y murió en 1926. Se casó con el cac.
José (Melín) Baigorria, llamado “El Viejo” (1826-1893) En su descendencia figuran
Baigorria (padre) y Rinque (madre)
hijos de José y Rosa: 1. Juana Melín Baigorria (1852- 1865) c.c.1º José Carneiro
(español) 2º cc. Castillo Simón .Sus hijos conservaron el apellido de la madre:Baigorria
1. cacique Roco(sic)
2. cacique Antepa (yu) n, alias Barbas
3. cacique Cayunao
4. cacique Antepán
5. capitanejo Cayonao
6. Panguechingue
7. Epucal
8. Millán
9. Millapy
10. Caniuñam
11. Maro
12. Cuntrur-(m.-l796)
13. Lemudén
14. Inuminao
15. Llaninao
16. Caniuimán
17. Maripán
18. Millapán
19. Cuctrepán
20. Catruén
21. Turco
22. Burén
23. Lebyñam
24. Millain
25. Carenao
26. Quintrepy
27. Neddihueñen
Puelches:
28. Guñanquenecul
29. Ancaín
30. Llanquelén
31. Calbuyfmain
32. Aylapy
33. Logñig.
RONDEAU, Mariano
3. Sometido a Rosas
A partir de 1832, Mariano Rondeau tuvo una conducta más sosegada entre
sus hermanos en Guaminí o sobre el Arroyo Cahuinque o en "la chacra de
Cargüé sobre el camino de Guaminí a Toay". La fuerza de los pincheirinos se
había disuelto. Rosas, en cambio, trató de aprovechar su sometimiento para sus
ambiciosos planes de conquistas y luchas que iban madurando desde que
asumiera el cargo de Comandante General de la Campaña de la Provincia de
Buenos Aires. Gobernó tres años la provincia con facultades extraordinarias y
ahora se iba a volcar a resolver viejos problemas con los indios, ya de modo
pacífico, ya por medio de la fuerza militar. De todo modo veía mal que su
provincia se poblara más de indios.
Durante el invierno de 1832 (julio-agosto), lanzó a 400 indios de
Rondeau. su hermano José Melín, de Francisco Caniullán, Alón y Cañiuquir
contra las tribus de Quiñigual,(Ver Quiñigual), Cumiú y 200 indios chilenos
de Quilapí. El coronel Manuel Delgado los guió e informó a Rosas cómo los
destruyeron en la batalla de Sanquilcó (Cuartel 8° de Puán) y en Pelicura
(Arroyo del Partido de Tornquist), el 9 de agosto de 1832. Mataron unos 150
adversarios, apresaron 200 cautivos y se apoderaron de sus caballadas. (AGN.
X.S. 29-7-6 y La Gaceta: 10.9.36). Al recomendar su conducta, Manuel Delgado
menciona además de los caciques, al ayudante de Rondeao, llamado Antonio
Coisece y al capitanejo Andrés de Alón, quien fue herido, como también lo
fueron el capitán Mariqueo, Colemilla y Leupil, Quechán y Cayumil. Esta
expedición fue considerada por los agredidos como una gravísima ofensa que
clamaba por venganza.
En otra expedición fue apresado el cacique Toriano. Decían que se había
sublevado y en marzo partieron unos 4.000 hombres desde Bahía Blanca. Los
borogas mostraron mucho interés de que Toriano fuese eliminado; había sido
anteriormente adversario de ellos y solicitaron su cabeza. Rosas en una carta
decía que "por humanidad" no lo había entregado y que lo ha hecho fusilar en
Bahía Blanca, el 30 de agosto de 1832.
Rosas proyectaba, lo que Julio A. Roca diría más tarde: deseaba: "limpiar
y despejar la provincia de Buenos Aires de indios". (Carta del 12.9. de 1832). En
otra carta decía al Gobernador de Mendoza: “Es preciso destruir las tolderías, si
queremos adelantar la industria rural” (AGN.S.X.28-4-4)
El 30 del mismo mes y año sus tropas batieron a muerte, "como V. .E. lo
ha ordenado", al cacique Guanquén y su tribu, asentada entonces sobre el
Arroyo del Gualicho.
En enero del año 1833 supo que el cacique Epullán se concentraba para
malonear y que esperaba a los indios de Chocorí para atacar a los indios borogas
de Rondeao y Cañiuquir. Estos, avisados de este proyecto, pidieron a Rosas
protección (1.2.33).
Una semana más tarde se quejaron por unos desertores, que habían
robado a los caciques Melín y Rondeao sus mejores caballos. Rosas aprovechó
la circunstancia para impresionarlos e influir sobre ellos; les mandó 10 caballos
de buena calidad y 500 yeguas para consumo- (AGN S.X.27-5-6).
RONDEAO, Querupil
RONDEAO. Querupil, capitanejo boroga, hijo del finado cacique
Mariano Rondeao, quien murió el 11 de noviembre de 1836 cerca de 25 de
Mayo, hallándose en la tribu de Guayquil.
RONDEAU, Francisco
RONDEAU. Francisco, cacique boroga, nacido 1821 y muerto en 1886. Era
hijo del cacique Mariano Rondeao (Iº) y de María Mareus. Se casó con
Marcelina Correa, hija de Antonio Correa y de Isabel Ferreira, según dicen
documentos de la parroquia de 25 de Mayo.
Ha nacido en momentos en que el padre estaba peleando en la Guerra a Muerte
en Chile y de muy pequeño se asentó con su familia en la zona de Guaminí. En
1834, en el asalto de Masallé, perdió a su padre y su madre se refugió en 25 de
Mayo. José Valdebenito pudo ayudarlos, cediéndoles tierra entre Mulitas y
Durañone. Allí se establecieron también los restos de las tribus de su tío
Francisco Caneullán y Guayquil.
En un precioso censo de 1836, realizado en los toldos de 25 de Mayo,
figura un capitán Panchito como dueño del toldo No 2 de la tribu de Francisco
Canuellán. (Gran: Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, p. 291). La edad de su
mujer estaba estimada en 40 años, como la de él y tenía 7 hijos.
Desde 1852 vivía en el pueblo de 25 de Mayo. No sé con certeza, pero
aparentemente ese capitán "Panchito" de 1836 es el que conocemos en 1867
como fuerte ganadero y a la vez alférez y capitanejo. Francisco Rondeao es uno
de los tres capitanes de la tribu a quienes el gobierno de la provincia de Buenos
Aires donó, el 1º de octubre de 1867, cuatro leguas cuadradas de campo.
Además él compró en el mismo partido otras dos fracciones de campo (el
duplicado del documento se halla en el Archivo de Geodesia en La Plata; tiene
los Nº 148 y 125 del Partido de 25 de Mayo).
Francisco Rondeao figura en todas las listas de revista de la Compañía de
Indios Amigos de 25 de Mayo: es decir, prestó servicios en la frontera como
oficial y tenía sueldo y racionamiento. Opino que fue hermano del entonces
cacique principal don Martín Rondeao y de Manuel Rondeao.
Un episodio de los acontecimientos de la Revolución del 74 hizo
memorable a Don Francisco Rondeao. Los indios "mansos" se habían
incorporado al jefe, el coronel Jacinto González y juntos engrosaron el ejército
revolucionario del general Rivas (de Mitre).
El coronel Mariano Espina los hostilizó en el campo de Bartolón (más
tarde de I. Barrios) junto a la cañada del Saladillo: Se trabaron en lucha. Una
bala certera derribó el caballo de Mariano Rondeao, el hijo predilecto de Pancho
Rondeao, que se dejó caer al suelo. Viéndolo desde cierta distancia, su padre se
abalanzó rápido como un rayo entre los pelotones enemigos hacia el lugar donde
yacía su hijo. "¡Vení. te salvo!" —le gritó en su idioma. Mariano se incorporó y
asiéndose de la cola del caballo de su padre, retornó a su bando.
Aquí se comprobó una vez más que el amor paternal entre los aborígenes
para con sus hijos era muy grande (González Rodríguez: Orígenes y Crónica
Vecinal de 25 de Mayo. p. 118).
En 1878 compró otro campo de 1449 has., junto al campo de la tribu,
sobre el camino a 25 de Mayo. A esa estancia denominó "Estancia San Roque".
La heredaría su hijo predilecto, Porfirio Rondeao.
RONDEAO, Martín
RONDEAO, Martín, nac. 1822, Este cacique boroga también era hijo del
cacique Mariano Rondeao (Iº). Tenía 12 años cuando mataron a su padre en
Masallé: creció al amparo del Fuerte 25 de Mayo, junto al cacique Francisco
Caniullán. Se casó con Francisca Marín, nacida en 1837, hija de Juan Marín y
Jacinta Caniullán (Libro 15 de Matrimonios de 25 de Mayo. fol. 213).
Tenía 40 anos, cuando fue elegido como cacique principal de los indios
amigos de 25 de Mayo. En el servicio militar, el Ejército Argentino le había
otorgado el grado de teniente 1º de Caballería de Línea. Con sus conas defendió
a "su" pueblo contra una invasión salinera, el 4 de enero de 1863.
Constantemente servía un contingente de 50 conas en la frontera del Oeste, ya
en los fortines, ya patrullando entre 25 de Mayo y Huetel. El coronel Julio de
Vedia pidió su colaboración, cuando en noviembre de 1863 adelantó la
Comandancia General del Centro a “Cla Lafquén”, donde fundaría Nueve de
Julio (Hux: Coliqueo. p. 80). Le unía una especial amistad con las tribus mansas
de Melinao y de Coliqueo, de quien se decía sobrino. Como ellos, presentó una
solicitud por concesión de tierras al gobierno de la Provincia. Pidió cuatro
leguas en el partido de 25 de Mayo. Ya el 6 de febrero de 1864, el gobernador
Mariano Saavedra en nota al general Juan Gelly y Obes, se mostró favorable al
pedido y presentó el proyecto a las Cámaras. El capitán Juan Cornell hacía de
intermediario entre la tribu y el gobierno. Pero la ley de donación no la firmaron
antes de 1867.
Entre tanto estalló la Guerra del Paraguay. Las tropas desguarnecieron las
fronteras y el peligro de nuevos ataques contra las fronteras había aumentado.
Por eso, el comandante de la Frontera Oeste convocó a los indios amigos a un
parlamento y les inculcó que asumieran las nuevas responsabilidades (AEM
7.4.65).
Luego se enumeran los soldados entre los que están Canuellán, Epullán y
otros nombres conocidos (Comisión Investigadora: La Tierra y la Tribu de
Coliqueo, La Plata. 1940. p. 401).
Ese mismo año, Juan Cornell decía al ministro en carta del 27 de
noviembre (AEM. doc. 3646) que Martín Rondeao, por sus servicios de 30 años,
merecía ser promovido a capitán de Caballería; que sus cualidades personales de
juicio y probidad granjeaba la estima de los jefes de las fronteras.
Ellos todavía esperaban la donación y escrituración de sus tierras. En
1867, Rondeao envió una comisión a Buenos Aires integrada por el capitanejo
Faustino Correa (exescribiente de Coliqueo). Alonso Sosa, el lenguaraz e indios
representantes de los capitanes Martín, Francisco y Manuel Rondeao con cartas
para solicitar la entrega de las tierras que desde tantos años ocuparon en el
partido de 25 de Mayo.
La mensura. Duplicado Nº 55 del Partido 25 de Mayo de 1866 los ubica
junto a la estancia de Baldebenítez al sur de las Lagunas Manantial y La Brava,
dejando al oeste la Tapera de la Cruz de Guerra y al norte, el éjido del pueblo 25
de Mayo.
Las Cámaras aprobaron, el 30 de septiembre de 1867, la donación de las 4
leguas solicitadas para los capitanejos Martín, Francisco y Manuel Rondeao y su
tribu (Resistro Oficial p. 137 y Muzlera: Leyes, decretos y resoluciones de la
Prov. de Bs. As., Tom. III p. 436 Ley 512). La ley fue sancionada el 1° de
octubre por el gobernador de la provincia de Buenos Aires. El campo, conocido
como Campo de Valdés, fue medido y mensurado con el Duplicado Nº 179 del
Partido de 25 de Mayo. El mismo año el gobierno vendió también al capitanejo
Francisco Rondeao otras 337 hectáreas, a 3 km. del Ejido, en Médanos "Los
Pueblitos", cuya mensura realizó el agrimensor Miguel Vaschetti (Duplicado
148). Martín era el mayor ganadero de ellos.
En ese tiempo, se ubicó otra tribu emparentada —la de Raninqueo—. en
el partido de 25 de Mayo. La ubicaron sobre el Arroyo Vallimanca y en la
Laguna La Verde. El gobierno les donó seis leguas cuadradas, el 18 de octubre
de 1868.(Hux: Coliqueo, ed. EUDEBA 1980 p. 97)
En 1869 varios caciques amigos solicitaron a las autoridades militares que
se los exonerara del servicio militar. Así lo hizo Martín Rondeao el 5 de
noviembre de ese año. Pero el coronel Antonio Osorio lo obligó a continuar en
el servicio, ya que por el avance de las fronteras había más trabajo. Desde
entonces se le reconoció el grado de capitán de Caballería de línea y recibió los
correspondientes sueldos.
Don Martín fue para su tribu como un padre. Su hija Matilde Rondeao
(1848-1874) instruía a los indiecitos en la Escuela Indígena (más tarde No 5
"Domingo Faustino Sarmiento" de 25 de Mayo). Fue asimismo el consuelo de
su gente en todas las penurias sobre todo durante la epidemia del cólera de 1868,
que se llevó un millar de vidas del partido. En 1871 llegó también la fiebre
amarilla y en 1876 una nueva epidemia de viruela. (Hux: ob. cit. p. 216).
El Arzobispo de Buenos Aires D. Federico Aneiros, mucho se preocupó
por la misión entre los indios y él mismo estableció contacto con los indios de
25 de Mayo, pues, en marzo de 1873 llegó a ese pueblo con dos Padres
lazaristas para predicar una misión. E1 R.P. Emilio George quedó encantado de
las buenas disposiciones de estos indios (L. Copello: Gestiones del Arzob.
Aneiros, p. 47-49). El 6 de Septiembre de 1874, el cacique Martín Rondeao
comunicó por carta al Sr. Arzobispo Aneiros el fallecimiento de su hija, la
maestra. Más tarde, en 1876, los visitó el misionero Pablo Emilio Savino,
misionero en la Tribú de Coliqueo. Encontró en 25 de Mayo un cuadro
espantoso: la tribu se estaba muriendo de viruela (Hux, Coliqueo ob. cit. 1876)
Fatales habían sido las dos acciones de guerra: la invasión de Calfucurá
en 1872 y la Revolución del año 1874. No hallé datos sobre la actuación de los
Rondeao durante la invasión ni en la batalla de San Carlos. Pero sí en cuanto a
su actuación durante la Revolución del 74. El Comandante de 25 de Mayo,
coronel Jacinto González, los había incorporado a las tropas del general Rivas,
quien combatió contra las tropas nacionales. Estuvieron en el primer choque de
los mitristas en el Combate del Saladillo y acompañaron a Mitre en La Verde, el
26 de noviembre en su retirada hasta Chivilcoy. Allí los indultaron, después que
Mitre firmara su capitulación, el 8 de diciembre. (Arch. Municipal de 25 de
Mayo y González Rodríguez: Orígenes y Crónica Vecinal, p. 119).
Los Rondeao continuaron tan buenos y laboriosos como antes. Así lo dice
un artículo de los Anales de la Sociedad Rural Argentina. (Tomo X, de 1876-
p.219).
Lamentablemente ignoro los últimos acontecimientos del cacique Don
Martín Rondeao. De él poseemos un retrato fotográfico de Carlos Roever, calle
San Martín 91 de Buenos Aires..
==================================================
ROSAS, MARIANO
1. Mariano Rosas es uno de los más conocidos caciques ranqueles y quizás el más pacífico
de los caciques gobernadores de esa "Nación" en nuestra Pampa Central. Su lista genealógica
empieza con el cacique Llanquetruz (1), muerto en el ano 1787: cacique Cumepayú o
Caniupayú. muerto en 1794; Rayguán, m. en 1796; Carripilún, hasta 1819; Pablo Lepnopán,
hasta 1826; Llanquetruz (II), m. en 1838; Painé Gner, m. 1844; Calvaín. m. en 1858. Estos
fueron los antepasados de Mariano Rosas en el gobierno de los ranqueles.
Su padre fue el cacique Painé Gner y su madre se llamaba Quilche. Tuvieron muchos hijos.
Los documentos nombran como hermanos de Mariano Rosas a Carriquenao, Calvaín,
Huenchugner, Epugner,. Melideo, Moreno o Cheuquenao, Chantuipán, Coche y Cayomota.
En cambio, conocemos sólo a tres hermanas: a Guneigner, que se casó con Güenchuil o Pablo
Güenchual, Vivían todos en Leuvucó. ( al Norte de La Pampa),Era una toldería famosa, que,
entre otros, visitara el coronel Lucio V. Mansilla. En su libro Una Excursión a los Indios
Ranqueles (1870), nos describe con arte y gracia lo mucho que ha observado allí y nos deja
un verdadero retrato del cacique Mariano, que transcribimos parcialmente ya al principio de
este relato histórico. (Cap. 33. Ed. de M. de Vedia, II. p. 84 y 92)
"Mariano Rosas es hijo del famoso cacique Painé: jefe de una confederación
indígena...Es prudente, sesudo, persistente y conciliador...hábil y elocuente orador y
gobernante... Pertenece a la categoría de los hombres de talla mediana. Es delgado, pero tiene
unos miembros de acero. Nadie bolea ni piala ni sujeta un potro como él... Una negra
cabellera larga y lacia, nevada ya (en 1870) cae sobre sus hombros y hermosa frente
despejada, surcada de arrugas horizontales. Unos grandes ojos rasgados, hundidos, garzos y
chispeantes, que miran con fijeza por entre largas y pobladas pestañas, cuya expresión
habitual es melancólica, pero que se anima gradualmente, revelando entonces orgullo, energía
y fiereza; una nariz pequeña, deprimida en la punta de abiertas ventanas, signo de
desconfianza, de líneas regulares y acentuadas; una boca de labios delgados que casi nunca
muestra sus dientes, marca de astucia y crueldad; una barba aguda, unos juanetes saltados,
como si la piel estuviese disecada, manifestación de valor, y unas cejas vellosas, arqueadas,
entre las cuales hay unas rayas perpendiculares, señal inconfundible de irascibilidad,
caracterizan su fisonomía, bronceada por naturaleza, requemada por las inclemencias del sol,
del aire frió, seco, penetrante, del desierto pampeano. Vestía con cierta distinción de gaucho
rico"...
Así recibió a Mansilla: "Con camiseta Crimea, cordoré adornada de trencillas negras,
paño de seda al cuello. chiripá de poncho inglés, calzoncillo con fleco, bota de becerro,
tirador con cuatro botones de plata y castor fino, con ancha cinta..."
Valga esta descripción por una imagen fotográfica que hubiéramos querido insertar.
(Varias imágenes he visto de un supuesto retrato de él, por ejemplo en Rev. Todo es Historia,
No 130, Marzo 1978. Roberto Capdevilla , de Venado Tuerto, en 1987 publicó un dibujo que
se inspiró en las expresiones de Mansilla).
2. Primeros años
Nació en la Pampa entre 1818 y 1820, cuando ésta estaba convulsionada por el rebelde
ex dictador de Chile, el general José Miguel Carrera. Ya era un muchacho cuando Rosas
organizó la famosa Expedición al Desierto. Vio como su padre fue vencido en las
Acollaradas, el 16 de Marzo de 1833, donde perdió 160 indios, y más sufrió cuando las
divisiones de la frontera Centro-Oeste de Buenos Aires expedicionaron en su tierra. Vivían
entonces en continua zozobra, porque el gobernador Juan M. de Rosas tenía jurado que no
descansaría hasta eliminar al cacique Llanquetruz y humillara a sus ranqueles. Así
comprometió a sus veteranos del Fuerte de Bahía Blanca y del de 25 de Mayo y a los indios
amigos y a los borogas de Guaminí a perseguirlos, como lo reseñé en otro lado.
En mayo de 1838, el moribundo cacique Llanquetruz (II) delegó su cargo de
gobernador de la Nación Ranquelina. no en su hijo Pichún, sino en el cacique Painé Gnerr,
hijo del cacique Guayqui Gnerr.
En la biografía del cacique Llanquelén detallé la terrible enemistad de los ranqueles
con el cacique de Junín que , según ellos, los había traicionado una tras otra vez. Le juraron
venganza. Así ya en 1836 querían atacarlo en su establecimiento cerca del Fuerte Federación
(hoy Junín). Pero por falsa alarma, llevaron el malón hacia Rojas. Habían dejado a diez
leguas de Federación la caballada de reserva, sus hijos y algunas mujeres. Llanquelén que
estaba informado de eso, salió a campaña y apresó todo ese “depósito”. Tomaron 1341
caballos, y entre los prisioneros un hijo y una hija del cacique Pichuín y Mariano Panguitruz,
hijo de Painé, un sobrino del cacique Güichuil y otro hijo de Llumulán. (Avendaño, Memorias
ed. 1999 p. 64).
Los dolidos padres y todos los ranqueles ofendidos, organizaron nuevamente un
malón en Marzo de 1838 después de haber enfrentado una expedición militar que libró una
batalla en la Laguna del Recado (en Trenel), desfavorable a los ranqueles. Ellos se juntaron
para un gran malón para vengarse de la “afrenta” de Llanquelén y sus indios. A pesar de que
estos se refugiaron en su Malal fortificado, éstos sufrieron una desastrosa derrota, el 23 de
Abril de 1838.
Los caciques ranqueles supieron que sus hijos prisioneros habían sido enviados a
Buenos Aires a disposición del Gobernador Jn.M.de Rosas. Engrillados fueron trasladados a
Santos Lugares y a Palermo a la chacra de Rosas. Allí el Gobernador les prestó a los
muchachos muchas atenciones y empezó a quererlos. A Mariano le hizo bautizar, dándole su
apellido “Rosas” que conservaría toda la vida. Les hizo enseñar el castellano y trabajos
rurales y luego los llevó a su estancia “El Pino”.
Cuando Mariano se enteró de que su padre había enviado comisiones de paz y pedía
su liberación, un gran deseo de volver a los suyos se apoderó de él y preparó en secreto su
fuga y la de Güichal, hijo del cacique Pichuín. En realidad Painé hizo un gran esfuerzo
diplomático, ya en Mayo de 1838, ante el Gobernador de San Luis, pidiendo por intermedio
del capitanejo Güenchual aceptara sus garantías de paz y que intercediese ante el Gobernador
de Buenos Aires por la liberación de su hijo Mariano y el hijo de Pichuín. (Arch. S. Luis
26.5.38)
En 1840 llegó a Buenos Aires el anciano cacique Güinchal con una importante
embajada, trayendo diez cautivas en rescate de los dos hijos cacicales. Al jefe de la embajada
Rosas retuvo un año y meses como rehén y exigía la entrega del caudillo Manuel Baigorria.
Según Santiago Avendaño (ib.p.71), Rosas había permitido a los dos jóvenes volver bien
regalados. Pero según otra documentación, principalmente una carta del 23 de Abril de 1840
dirigida al cacique Painé, se dice claramente que habían fugado secretamente, enderezando su
ruta por Bragado .Un nuevo enviado de Painé, Millaqueo, firmó en Azul el tratado de paz,
después que los gobernadores de Córdoba y de San Luis le habían dicho que sólo con Rosas
podía arreglarlo. Allí dijeron que Mariano Rosas, el fugado estaba con Painé y decía que
había sido bien tratado (AGN.S.VII (Arch. Pacheco 2-2-9 fecha 23.4.1840) Era cuando
Rosas inició otra diplomacia con los indios, porque se veía frente a la sublevación de los
unitarios.
El tratado de paz de 1840 contiene 19 propuestas, 12 fojas. Rosas mandó una carta
a Painé y a su hijo Mariano, reprochándole su proceder.
Poco después el liderazgo del jefe federal (Rosas) fue puesto a una gran prueba por la
Guerra civil, la Revolución Unitaria.
Manuel Baigorria refugiado unitario en la Pampa, logró con mucha astucia que los
ranqueles lo acompañaran a provocar la revolución en San Luis y con más astucia pudo
impedir que los indios no entraran en la ciudad, y que no obstante pudo copar la ciudad natal,
acompañado de Eufrasio Vidal y 25 inios elegidos. (Más detalles se leen en las Memorias del
Cnel. Baigorria, ed por El Elefante Blanco en 2006).
Mariano Rosas tenía entonces unos 22 años y pronto sería capitanejo de sus tribus. Se
alegraba de que Painé, su padre, siguiera en gestiones de paz, pues él había empezado a
conocer la vida cristiana y quería evitar peleas. Las gestiones se prolongaban, hasta que la
inesperada muerte del cacique gobernador Painé, el 15 de Septiembre de 1844, privara a los
ranqueles de su valeroso jefe. Ya hemos recogido las noticias sobre el espectacular entierro
que le hizo su hijo mayor, el cacique Calvaín. Después de ese horrendo acto, el parlamento
reconoció al mismo Calvaín como gobernador de la Nación Ranquelina asentado en
Leuvucó. Desde entonces el Cnel. Manuel Baigorria, siempre unido a la coalición de los
unitarios, se apoyó más en el cacique Pichuín, hijo del cacique Llanquetruz, asentado en la
zona de Toay.
Tres meses más tarde, el coronel Emilio Mitre inició su expedición sorpresiva contra
los ranqueles de Leuvucó: 2.000 hombres partieron de Médano Acha (Part. de Vedia), el l0 de
enero de 1858. Pero la sequía reinante y el desconocimiento geográfico de sus jefes y
baqueanos, los condujo al fracaso. (A.M.H.N. No 10759 Memoria de E. Mitre y otros
informes: AGN S.X. 19-8-2: plano, ll fojas.)
El 2 de Febrero, indios del cacique Coliqueo estuvieron sobre los rastros de la
expedición y de los rodados de su artillería. Los observaron desde un monte, a 20 leguas de
los toldos de Nagüelcheo ("Monte de la Tinajera"), donde hallaron caballada, gorras y
camisetas de los porteños.(Arch. Urqu. T.137 p.155) Los vieron cansados, sedientos y con las
monturas aplastadas; pero no los atacaron. Sólo dieron aviso al general Urquiza (AGN Arch.
Urq. T. 137, 382). El día 7 (dice otra carta), los vieron en Carrilauquen, a una legua del punto
anterior. Les tomaron un prisionero para llevarlo a presencia del cacique Calvaín. Vieron que
tenían menos caballos, pues se les iban muriendo de sed y que habían abandonado tres piezas
de artillería (ib. p. 135): luego los vieron en retirada desde Chamalcó. Los invasores habían
fracasado. (Arch. Mitre XVIII. p. 85 v Anschütz: "Algunas expediciones a los Ranqueles,
después de la campaña de 1833-34", en Rev. Mi litar N" 526. 144, p. 1058-1063)
El episodio militar tuvo un corolario trágico, pues los caciques e indios fueron a
verificar e inspeccionar lo que los porteños habían abandonado. Encontraron cañones, fusiles,
cajones de munición, etc. El cacique Calvaín quiso probar algún revólver e ingenuamente tiró
sobre envases de pólvora, lo que produjo una gran explosión que causó su muerte y la de 23
acompañantes.
No tenemos una descripción pormenorizada de esos momentos, ni relato del entierro
de Calvaín, ni del parlamento de la elección del sucesor. Pero sabemos que el parlamento
eligió por aclamación a Mariano Rosas como cacique gobernador de los ranqueles. El hecho
debe haber ocurrido alrededor del 23 de Enero de 1858. Los expedicionarios regresaron el 27
de Enero. En una carta del 26 de Enero el neoelecto cacique gobernador dirigió una carta al
coronel Manuel Baigorria. en la que el hecho se da por conocido. En la misma fecha remitió
también una comunicación al Sr. Presidente de la Confederación Argentina, diciendo:
"Ranquel mapú: Hace cuatro meses [NB. debería decir 4 días], mandé a mi hermano Coche
(para) hacerle saber de la muerte de mi hermano, el general Galbán y además (de) mis indios..
Y así soy el Gobernador de ellos. Vinieron chasquis de caciques chilenos a verme y
saludarme y a sentir la muerte (de mi hermano) y quieren que yo sea el sucesor. Es el Capitán
Pinedo que va en comisión (pues) el hermano que sabía mandar, había fallecido. Yo estaba
enteramente tirado. Los chilenos quieren que yo mande.(Que yo asuma el mando)
"Unos indios me han hecho quedar mal. Yo di licencia (conforme a las instrucciones
recibidas) a invadir a Buenos Aires y en el camino asaltaron a algunos hombres en el Arroyo
de Pavón a haciendas porteñas. Por (orden del) el Presidente asaltaron el Arroyo y atacaron
una casa... No puedo remediar el mal si mato a los malhechores; el consejo no lo quiso. El
General Mariano Rosas lo resolverá con el Señor Presidente. Yo trabajo por la paz. Firma:
Mariano Rosas y Martín Quenón." (AGN S.V11. 14-4-2. Arch. de Urq, T. 158 p. 181)
En la misma fecha envió esta otra carta al coronel Manuel Baigorria que muestra la
situación, cuando Mariano Rosas asumiera su cargo de cacique general o cacique gobernador:
"...Chescui (suegro), yo no quería ser gobernador de los indios; siempre desconfían
me habían de hacer mal. El Señor Presidente y usted me han puesto en este "lleibo" (lío?) que
estoy sufriendo ahora... Yo no le digo a usted ni al Señor Presidente... Yo soy guapo y capaz
de cumplir. Haré cumplir a mis indios... Me apuntó y lo (ha) hallado bien de que yo sea
Gobernador en el lugar del finado mi hermano. Por eso estoy sufriendo todos los males que
hacen mis indios a las provincias ... (Había recibido cartas reprensivas, por los
acontecimientos. Baigorria, en cambio, había comunicado al Presidente Urquiza que el
cacique Ramón había causado los malones).
"Me dicen que yo soy compel (cómplice?) en el malón. No. No quiero la guerra, que
hizo Rosas, sino la paz..." (Arch. Urquiza T. 135 p.119)
En otra carta, del 21 de Abril de 1858, leemos "Una comisión del ‘Cacique Prisionero'
Mariano Rosas, compuesta de dos capitanejos y ocho indios, trajo la noticia de que Mariano
Rosas había sido aclamado como Cacique de los Ranqueles. No ha querido aceptar ese título
sino en forma provisoria, hasta que surgiera la autoridad designada por la Confederación..."
(AGN S.VII, 14-3-3 p. 121. 5 fojas)
El 28 de Julio de 1862, el ministro de Guerra Juan A. Gelly y Obes escribió al coronel Emilio
Mitre, jefe de la Frontera Norte, que era preciso marchar contra los ranqueles, cuanto antes,
que el ejército poseía ya buenos baqueanos, como Coliqueo y Baigorria. De inmediato
empezaron los preparativos; concentraron fuerzas en Bragado, Rojas y Río Cuarto. Los
primeros estarían al mando de Julio de Vedia; los segundos, al mando de E. Mitre y los
terceros al mando de Baigorria. El mando general fue confiado al coronel Julio de Vedia,
entonces jefe de la frontera del oeste bonaerense. Su división llevaría contingentes de los
indios del cacique Ygnacio Coliqueo y de la tribu de Melinao. Emilio Mitre saldría de Rojas
hacia Melincué y la Esquina. (Hux: Coliqueo, capítulo XI. "Coliqueo y la expedición a los
ranqueles" y más explícito en Hux: El General Julio de Vedia, su vida y trayectoria militar,
2828 - 1892, ed Cooperativa de Nueve de Juio 2006)
El 26 de Septiembre de 1862, mientras una "flota" de ranqueles maloneaba en La
Carlota (El Sauce), Mariano Rosas envió una comisión de paz. a Río Cuarto. El comandante
de la plaza los apresó, incluso al lenguaraz.
W. Paunero, en cambio, opinó que había que soltarlos, porque habían llegado en
carácter de parlamentarios y con cartas de Baigorria. Mariano Rosas pedía que algunos
personajes o Baigorria se llegasen a sus toldos a fin de convenir un tratado de paz. Llamaron,
pues. al coronel M. Baigorria para que él contestase la carta: que así como Calfucurá, Catriel
y Coliqueo y otros habían delegado a sus enviados a Buenos Aires, debían ellos hacerlo y que
serían bien tratados (Arch. Mitre XI, p. 210); que el general Paunero había comisionado
además a don Justo Daract de San Luis para convenir con ellos. Pero como éste no llegó a
Leuvucó, Mariano Rosas creyó que lo querían traicionar.
Ya no era un secreto para el desierto que se estaba preparando una expedición a la
pampa. En Leuvucó y en Salinas Grandes se estaba convocando a grandes consejos. Poco
después llegó a conocimiento del general B. Mitre la noticia de que los ranqueles habían
reunido unos 4.000 indios para un gran malón, a las órdenes de los caciques Mariano Rosas,
Epugner y M. Baigorrita. (Rivas: Melincué. p. 20)
Lo que había de cierto es que 1.000 indios, al mando de Epugner, hermano de
Mariano Rosas, habían salido de los toldos para "bombiar" y recoger noticias en todos los
rumbos. Se fraccionaron por grupos de 40 ó 50 y se acercaron a los puntos más significativos
para observar los movimientos militares. Llegaron a 25 de Mayo, a Olascoaga y cerca de la
Tapera de Díaz,. donde se hallaba la toldería del cacique Ygnacio Coliqueo. Ante todo
buscaron contactos con los indios amigos que hablaban su propio idioma. Supongo que poco
averiguaron. Donde fueron advertidos, fueron corridos y rechazados. Hay partes interesantes;
por ejemplo el del cacique Luis R. Melinao sobre un encuentro habido en Cla-lafquén (hoy 9
de Julio): Allí luchó el 24 de Octubre contra ranqueles y salineros. El 7 de Noviembre se batió
en El Hornito (hoy Zavalía) y Julio de Vedia dio cuenta de un asalto al Fortín Ituzaingó (hoy
San Emilio).
El 22 de Noviembre, Mariano Rosas avisó al coronel Iseas que sus indios habían
retornado y que nada notable hallaron en su recorrida: que en la provincia de Córdoba habían
ido por Saladillo, Cabeza de Tigre y Lobato. Pedía canjear los prisioneros. (AEM fha.25 y
29.11.62)
Para Mariano Rosas quedó rota la paz y no hubo otra alternativa que organizarse para
la defensa. No podía contar ya con la ayuda de Calfucurá. Este. pues, escribió a Mitre que él
estaba en paz y que no había avanzado, cuando invadieron a los ranqueles. "Estaba bien
hecho, porque no quieren vivir en paz". (AEM Nº 2187)
Pero los ranqueles seguían maloneando. M. Baigorria escribió que habían invadido la
Reducción (Prov.Córdoba) y no los pudo alcanzar. Otros pelotones asaltaron una tropa de
carretas en Las Cañitas (Estación Donován). a cuatro leguas de San Luis (23.2.64). Epugner
Rosas y el cacique Blanco llegaron hasta Manantiales (Informe del gobernador Barbeito AEM
2.3. 64). Y en Mayo hubo otros malones en la zona de Río Cuarto. "Cuatro veces en un mes
nos han atacado", decía el parte del 12 de Mayo (AEM) y el 16 de Junio estuvieron de nuevo
a las puertas de Río Cuarto. (AEM 21.6.64) '
En Julio, un tal Estanislao encabezó otro malón. Curiosamente, Mariano Rosas y el
cacique Ramón Cabral estuvieron a punto de arrebatarles el arreo, cuando se percataron de
que eran indios chilenos de Quilapán a quienes debían agasajar (AEM 14.7.64). Parece que
los habían llamado. Ya en Marzo se supo que iban a llegarse hasta allí.
El 25 de Julio de 1864 malonearon en Reducción y en Agosto, guerreaban con el
montonero M. Costas. (AEM 6.8.64)
No puede extrañarnos que los generales porteños propusieran que se realizaran otras
expediciones contra los ranqueles y darles un buen golpe, ya que otra política no había
fructificado. (Arch. Mitre, XXIV. p. 263: 38.8.64)
El coronel J. Iseas estaba informado de tales proyectos. Avisó, entonces, que en los
campos de los ranqueles había tribus chilenas, y que Mariano Rosas decía que había hecho la
paz con la provincia de San Luis (AEM: 14.9.64). Decía también que el Cnel. Manuel
Baigorria estaba resentido. En otra nota de la misma fecha decía que los caciques Caneupán,
Quilapán y Huetrayán estaban dispuestos a hacer la paz con Mendoza y San Luis, pero no
querían relación con Baigorria ni con Coliqueo, que se habían pasado al partido de los
porteños. En Octubre, el cacique Epugner y unos 400 indios estuvieron de nuevo en campaña
en la zona de La Carlota. Hilario Lagos y el comandante 0'Gorman les salieron al paso en Las
Tunas (el 19 de Octubre) y M. Baigorria e Iseas, en Paso de Argañas y Antonino Baigorria en
Quebrachitos (AEM 16.11.64). Paunero. quien informó sobre estas acciones, no supo de otros
resultados sino el de la recuperación de haciendas.
El Presidente Mitre hacía grandes esfuerzos para pacificar el desierto; autorizó varios
tratados de paz, con los caciques del sur. En noviembre, finalmente, llegó a hacer arreglos de
paz con el cacique Mariano Rosas, mientras el Cnel.Emilio Mitre inspeccionaba la nueva
línea de fronteras (AEM 20.12-64. Informe en Memoria del Min. de Guerra, 1865, Anexo p.
40)
Mariano Rosas había enviado a su sobrino Curruqueo en comisión ante el coronel José
Iseas para sondear las condiciones de un tratado de paz. Encontré dos cartas al respecto: una,
del 6 de Enero de 1865. en el Archivo de Emilio Mitre (Vedia) y otra más, dirigida también al
coronel Iseas, depositada en el Archivo General de la Nación, en la cual hacía sus exigencias
de racionamiento y de suministro de yeguas. No todos los militares estuvieron de acuerdo.
Julio de Vedia, por ejemplo, insistió, el 1° de Abril, en que se debía expedicionar de nuevo
sobre los ranqueles.
Pero el 2 de Abril del mismo año estalló la Guerra con el Paraguay y se hizo más
imperiosa la pacificación del Interior. El coronel Manuel Baigorria se presentó entonces a los
indios, ofreciéndose como mediador. Desde la toldería del cacique Baigorrita envió carta
suya, de su ahijado y una comisión al coronel Emilio Mitre, fechadas en Toay, el 5 de Mayo
de 1865, por las que le hizo proposiciones de paz (Arch. de Emilio Mitre). Decía que el
gobernador Daract de San Luis había autorizado a celebrar la paz. Dos días más tarde,
también el cacique Mariano Rosas envió dos cartas y una comisión ante el mismo coronel
Emilio Mitre, comandante en jefe de las fronteras. Sus enviados eran: Moreno (o
Cheuquenao), el hermano carnal de Mariano, el tío Guayque y el lenguaraz Villarreal. Venían
a manifestarle el sumo interés que tenían para celebrar un tratado de paz con la República.
(AEM: 7.5.65) La respuesta fue favorable y el coronel Manuel Baigorria elaboró las bases del
tratado a celebrarse con los comisionados de ambos caciques primero, las que ratificarían sus
parlamentos y el coronel Emilio Mitre, quien iría a Río Cuarto para esos asuntos. Si el
coronel Manuel Baigorria hubiese tenido la habilidad del escritor Lucio V, Mansilla, podría
habernos contado los pormenores de sus entrevistas y parlamentos. Por ahora disponemos
sólo de escuetas comunicaciones y el texto del tratado de paz.
El 30 de Junio de 1865 informó el coronel Emilio Mitre al ministro de Guerra Juan A.
Gelly y Obes que se había logrado concretar tratados de paz con los caciques Manuel
Baigorria (Baigorrita) y Mariano Rosas, los que fueron firmados en Río Cuarto por el coronel
Manuel Baigorria y los comisionados de los caciques. Que los caciques a su vez los
ratificaron y firmaron en sus tolderías el 18 y el 21 de Junio, respectivamente, y que se habían
enviado copias (idénticas a la que le remitía ahora) a los gobernadores de Córdoba, San Luis
y Mendoza.
Se había hecho este tratado de paz para mantener tranquilos a los ranqueles y
apartarlos de la influencia de los montoneros de San Luis y de La Rioja. El Gobierno nacional
insistió, en Octubre de ese año, que no se deje de racionar a los indios. ¿Qué significó la
solicitud militar dirigida en Octubre al ministro de Guerra, que mandara armas para 500
hombres al Fuerte Mar Chiquita (de Córdoba), "para llegar hasta Los Toldos"? Y la respuesta:
"No se aprueba 'por ahora' la expedición a los toldos"? (AEM 11 y 14.10.65) El Gobernador
de San Luis Daract escribió, el 28 de Diciembre de 1865 al Cnel. Cruz Gorordo, que el
cacique Mariano quería volver al tratado de Paz (AEM Nº 9081).
Ciertamente habían ocurrido robos de hacienda perpetrados por indios; entonces los
militares querían declarar nulos los tratados. A mediados de Septiembre 10 indios,
probablemente de Baigorrita, habían robado caballos en El Molle. y 14 indios de Mariano
Rosas robaron caballos al mismo regimiento de Baigorria. El coronel J.Iseas, enfurecido,
decidió apresar a todo indio que cayera en sus manos, aunque fuera la comisión que quisiera
retirar raciones, hasta que se le devolviera la caballada. Incluso pasó la noticia de que el
cacique Baigorrita estaba sublevado (AEM 5.11.65). Baigorrita, sin embargo, estaba muy
empeñado en mantener la paz. Así se lo comunicó él mismo al Inspector General de Armas,
coronel Martínez, el 19 de Octubre. Y el cacique Mariano se dirigió al gobernador Justo
Daract de San Luis pidiendo que no considerara roto el tratado de paz. (AEM 28.12.65 doc.
9081)
Poco se ha estudiado la participación de los ranqueles en los movimientos
revolucionarios y de los montoneros. Aquí sólo consideramos los que fueron involucrados en
la política de los vencidos en Pavón. Ciertamente el tratado de paz ha sido una imposición de
"unitarios".
Los indios se informaron de todas estas noticias y opino que fue por ellas que el
cacique Mariano Rosas envió de nuevo comisiones de paz. Una, a las órdenes del capitanejo
Nahuel Quintú, llegó a Río Cuarto. Quería saber en qué condiciones los coroneles Francisco
de Elía y Plácido López ofrecían la paz. No llegaron a ningún acuerdo. Y hubo nuevos
malones, sobre todo en la zona de Las Tunas (Córdoba). En Noviembre, según informó el
comandante Antonino Baigorria, unos 150 indios se le habían enfrentando con gran osadía; se
llevaron cautivos de San Gerónio y Villanueva.(AEM:22.11.67)
Mariano Rosas habíase negado a presentarse a una entrevista con el coronel Mansilla.
Este le envió como prueba de su amistad su banda militar (A.M.H.N. doc. 4166). Arredondo
escribió al ministro, que estaba conforme con el proyectado viaje de Mansilla (10.6.69). El
misionero Fray Donati quiso adelantarse a la visita militar y pidió autorización para internarse
incluso al ministro Avellaneda. Pero Mansilla lo hizo desistir de su proyecto, invitándolo a
que lo acompañara, (ib. 15.6.69) Mariano Rosas, sin duda, quería llegar a la situación de un
tratado de paz con la condición de poder quedar en sus tierras, lo que el misionero también
quería conseguir. En cambio, los militares tenían como meta el avance de las fronteras hasta
el Río Negro y empujar las tribus fuera de las zonas conquistadas. Se ofrecían tratados de paz
como a foráneos, sin ofrecerles la integración y la posesión de sus tierras. En Junio, Mariano
Rosas escribió de nuevo cartas a Mansilla, enviadas por intermedio de los capitanejos Piutún
y Coche, diciéndole que tanto él como Baigorrita estaban con buenas disposiciones para la
paz. Mansilla le contestó que, viendo sus buenas disposiciones, les enviaba en comisión al
teniente Gabriel Baigorria y les pedía que ellos, a su vez, enviasen su comisión para
entrevistarse. Que las bases del tratado de paz serían las siguientes:
1° Compra de tierras hasta El Cuero.
2° Entregar cautivos.
3° Entregar cristianos refugiados.
4º Prohibir el comercio a los chilenos.
5º Ofrecer la paz extensiva.
6º Permiso para ir a comerciar.
7º Que el tratado se rompería si hicieran invasiones. (AEM doc. 5272: 9-6-69)
Gabriel Baigorria estableció relaciones cordiales con los caciques. Mariano Rosas. "El
General de las Tribus Ranquelinas en Leubucó", se dirigió, el 29 de Julio al Presidente de la
Nación. Para apurar la gestión por el tratado de paz; le envió toda la correspondencia que
había recibido el último año con propuestas de paz, diciéndole que le había escrito, hacía un
año, sin haber recibido respuesta. Que quería saber si el Gobierno Nacional estaba dispuesto a
arreglar una perfecta paz.
Toda esa correspondencia se conserva ahora en el Archivo del Estado Mayor: 20.7.69:
-1. Fco. de Elía a Mariano Rosas. 25.6.68: El Gobierno quiere la paz. El tratado se
haría en Río IVº, sin necesidad de enviar gente a Buenos Aires.
-2. Fco. de Elía a Mariano Rosas, 12-7-68: Envíe comisión y cambie cautivos por regalos.
-3. F. de Elía a Mariano Rosas, 13-7-68: Habla de la invasión al Cuero y pide mandar
comisión. -4. F. de Elía a Mariano Rosas. 19-7-68: Dos indios vinieron a mi casa en comisión.
-5. F. de Elía a M. Rosas.4-8-68: Van los chasques de vuelta. Compré cautivos. Desea el
tratado de paz. Mande en comisión a Villarreal. –
-6. F. de Elía a M. Rosas, 21-12-68: Mande un cacique o capitanejo para tratar la paz.
-7. Mansilla a M. Rosas, 8-2-69: Está en el cargo desde enero. No discute los motivos por qué
no se ha hecho el tratado. Propone una entrevista. Si no seguirán en guerra.
-8. Mansilla a M. Rosas, 8-2-69: "Yo me trasladaré un día señalado con 50 hombres y 30
infantes a un punto de este lado del Río Quinto, rumbo al sud de Santa Catalina. Usted elegirá
el punto. Yo iré adelante con mi 2º y el capellán Padre Donati. A media legua dejaré la escolta
y vendría a usted..." (Hay un mapita.)
-9. Mansilla a M.Rosas. 2-5-69: Casi no creía en su buena disposición. Pide comisión.
-10. Mansilla a M. Rosas. 9-6-69: Envió al teniente Gabriel Baigorria a proponerle las bases
para el tratado de paz.
El secretario Martín López, al que los indios llamaban capitanejo Achauhuentrú, había
sido educado en Córdoba en el Colegio de los Jesuitas.
No era fácil aceptar la paz, incluída la condición de entregar al ejército sus tierras del
Río Quinto. El 6 de Enero llegó al Fuerte Sarmiento el hermano del cacique Mariano, llamado
Cheuquenao, para avisar que el tratado había sido aceptado. El 12 regresó también la
comisión de Rivadavia, el que vino acompañado por cien indios encabezados por el
capitanejo Achauhuentrú, e.d. Martín López, por Cayupán y Linconao, hermano del cacique
Ramón. Decían que venían a manifestar la aceptación del tratado en nombre de los caciques
Mariano Rosas, Manuel Baigorria, Yanquctruz y Ramón. (Ecos de Córdoba, del 21 de enero
de 1870 (Na 2069), decía que no poco habían contribuido los regalos que les había enviado el
Padre Moisés Burela.
El Presidente Sarmiento firmó a su vez el tratado, no sin introducir algunas
modificaciones, lo que disgustó al coronel Mansilla. Sarmiento le dirigió algunos reproches
por haber negociado la paz por su propia autoridad. (Arch. Vedia y Mitre)
También los acompañantes de la comisión de Rivadavia decían que el Padre Burela,
prior de Mendoza y capellán de San Rafael, tenía mucha influencia entre los ranqueles,
porque les había remitido cuantiosos regalos por el rescate de cautivos. En la colección de
John Maguire se ha encontrado una carta, que debía haber estado en el archivo del convento
de Mendoza. Es una carta del 12 de Enero de 1870, enviada por el cacique Mariano Rosas y
su escribiente Martín López, dirigida al Padre Vicente M. Burela, en la que dice que ha
reunido ocho cautivas y que a tres las envía con la comisión de su hermano Chuquenao, el
teniente Ambrosio Mansilla., un hermano del cacique Ramón, un cunado de Baigorria y
Amado Cayupán. Y dice, además, que en cuanto al tratado tenían dificultades por
desconfianzas, y agrega: "Creo que no habrá inconvenientes para el tratado de paz. Sólo
algunos artículos no nos convienen: por ejemplo: la venta de terrenos... No falta más que se
arregle pronto el tratado". (Publicada en J. Maguire: Loncahúc, p. 148)
Al Padre Donati, en cambio, escribió el cacique, que hasta que no se hubiera ratificado
la paz, no habría ninguna esperanza de rescates de cautivos. (Arch. Río IVº; Nº 140: 13.1.70)
El periódico Ecos de Córdoba anunció, el 21 de Enero, que el gobierno había ratificado un
tratado de paz con los caciques Mariano Rosas, Manuel Baigorria, Yanquetruz y Ramón, pero
con cargo de someterlo al Congreso Nacional. Fue una nueva comisión a los toldos y el 29 de
Enero hubo otra junta a ocho cuadras de ellos, para ratificar algunas enmiendas que el
Gobierno nacional había propuesto. Quedaron en pie las condiciones:
1º: Debían entregar a los ladrones.
2°) Garantizar la vida de los cristianos que se hubieran internado en sus toldos.
3º) Pagar lo robado.
4º) Vender una franja de tierra sobre el Río Quinto: 250 x 20 leguas por 2.000 pesos y
1.000 yeguas.
5º) Ayudar en las guerras exteriores...
Que los caciques prestasen protección a los sacerdotes misioneros.
La nación se obligaba a pagar sueldos a los caciques: 150 pesos mensuales a M. Rosas
y M. Baigorria; 50 pesos a Yanquetruz y a Ramón: y 20 pesos a 66 capitanejos:
además, 1.000 pesos y 600 yeguas a los indios: maíz, arados, ropa para los capitanejos
y uniformes para los caciques. Una casa para el cacique y una capilla para el
sacerdote.
El texto del tratado del 22 de enero de 1870 existente en el doc. 5686 del Arch.del Estado
Mayor de Bs. As.; consta de 31 artículos y empieza casi como el de 1865: "En el Nombre de
Dios Todopoderoso, Creador del Ciclo y de la Tierra, que a todos los hombres impone el
deber de vivir en paz y amarse como hermanos, el Coronel Don Lucio V. Mansilla, jefe de la
frontera Sud y Sud Este de Córdoba, como representante del Gobierno Nacional, y el
Capitanejo Achauentrú, como representante del cacique Mariano Rosas, autorizado a su vez
por los caciques Baigorria, Yanquetruz y Ramón, han concluido en celebrar un tratado de paz
sólido y duradero, bajo las condiciones que se estipulan a continuación, sirviendo de testigo y
de consejero del referido Capitanejo Achauentrú. el Reverendo Padre Frai Vicente Burela, en
virtud de los poderes que ha recibido i presentado del cacique Mariano Rosas..."
El Padre Burela gozaba de mucha confianza entre los caciques, y estos lo nombraron
asesor del representante del cacique y fue el encargado de llevar el tratado a Buenos Aires
para su ratificación por las autoridades nacionales. Mansilla lo recomendó a algunos amigos
suyos en Buenos Aires. Acompañaron al Padre el capitán Demetrio Rodríguez que llevó
cartas para el brigadier general Emilio Mitre, inspector y comandante general de Armas y
para el ministro de Guerra Martín de Gainza con fecha 5 de Febrero (AEM, doc. 5686). El
tratado fue aprobado y devuelto a Mansilla. (Las Memorias del Ministerio de Guerra de
1869/70. página 291, publican estas notas: pero por un error publicó un tratado realizado en
Carmen de Patagones)
Hacía ya un ano que Lucio V. Mansilla proyectaba un viaje a las tolderías. Ahora, que
se había logrado la firma de ese tratado, le era más fácil realizarlo. Tres fueron .sus
propósitos: iba a aclarar el tratado; a observar vida y costumbres de los indios y a reconocer
los terrenos ranquelinos. Pudo unir sus deseos de aventurero a los propósitos apostólicos de
los misioneros que lo iban a acompañar.
El 5 de Febero se dirigió por carta al ministro Gainza, pidiéndole que acelerara ante el
gobierno la ratificación del tratado. En otra carta solicitó al coronel Arredondo el permiso
para ir a los toldos de Mariano Rosas y de Manuel Baigorrita. (AEM, doc 5797: 27.3.70)
Dos circunstancias casi malograron sus proyectos: En Marzo de 1870 se produjo un
malón en territorio cordobés. Si hubiesen sido los ranqueles los invasores, se habría
inutilizado el tratado; pero de inmediato pudo comprobarse que los invasores habían sido
indios de Salinas Grandes (AEM: 28.3.70). Más grave era la situación personal de Mansilla.
En Buenos Aires se le había iniciado un sumario por delitos políticos. El general Emilio Mitre
escribió entonces al coronel Arredondo, que el permiso para la expedición de Mansilla
entorpecería la causa que se le seguía. (Cartas del 7 y 9 de Abril mencionan la suspensión
interina de Mansilla).
De todos modos, el coronel Mansilla había partido ya el 29 de Marzo con la pequeña
escolta de cuatro oficiales, dos sacerdotes franciscanos y once soldados desde el Fuerte
Sarmiento, dirigiéndose hacia Leubucó.
Al mismo tiempo había emprendido un viaje apostólico a Los Toldos el muy
venerable misionero dominico fray Moisés Vicente Burela. (Su biografía [1825-1881 ] fue
escrita por fray Rubén González en “Los Dominicos en la Argentina”, Tucumán, 1980. p. 85-
108. En ese trabajo recogió los infundios y calumnias vertidas por Mansilla contra el Padre
Burela en artículos de la prensa y en el mismo libro, Una Excursión a los Indios Ranqueles.)
El Padre Prior Burela había ido a Buenos Aires a fines de 1869, donde celebró un
contrato con el Gobierno nacional que le otorgaba el permiso para gestionar la redención de
cautivos. El Dr. Nicolás Avellaneda, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, le
autorizó para ir a las tolderías, para poder rescatar cautivos y estableciese una Misión en un
punto central, desde el cual podría extender su acción hasta las tribus de Yanquetruz,
Baigorrita, Ramón y Mariano, juntamente con los padres de la Propaganda Fide de Río
Cuarto.
Veamos también brevemente el itinerario del coronel Mansilla como él nos informó:
El 29 de Marzo salida del Fuerte Sarmiento para tierra adentro. Le alcanzó aún el permiso de
Arredondo. Le acompañaron los Padres Marcos Donati y Moisés Alvarez.- Laguna Alegre -
Monte de la Vieja - Zorro Colgado - Pollo Helo - Ushelo - Cola Mula - Ralincó - Tremencó -
Médano del Cuero - Chamalcó - Laguna del Calcú Mulén - y ya se acercaban a las
poblaciones ranquelinas. Por todas partes halló hostilidades. Casi tres días estuvieron
rodeados y demorados en el campo. Finalmente, les llegó un chasque del cacique general con
una comisión que los debía conducir a Leubucó (1° de Abril de 1870).
El Padre Burela nos cuenta, que a la llegada del coronel, el coronel Ayala formó a 15
hombres desarmados, a los que se agregó Senecio Flores con la escopeta del Padre, para hacer
alguna salva a la llegada. En realidad fue más solemne el recibimiento del Padre Burela que el
del jefe de la frontera de Córdoba. Mansilla magnifica las escenas que describe. No cabe duda
que usó su arte literario en descripciones de personas y situaciones. Prueba es el retrato que
Mansilla hiciera del jefe ranquelino Mariano Rosas.
El cacique pidió al Padre Burela que lo acompañara en el recibimiento que tendría
lugar en el patio de su toldo. Hubo una breve ovación al Presidente de la República, al general
Mariano Rosas y al coronel Mansilla por su llegada. Según anotaciones del Padre Burela. esto
se hizo por iniciativa de Jorge Macías-. Dice el Padre Burela que hubo algunos momentos
desagradables por el estado de embriaguez de los hombres, pues Mansilla repartía mucho
alcohol y no se hablaba del tratado de paz. Lo mismo dice también el Padre Moisés Alvarez
en su Crónica del Convento de San Francisco de Río IV, en el capítulo 8º. Mariano Rosas no
bebía mucho y vigilaba que no hubiese desmán alguno. Dice también el Padre Moisés que,
si los Padres no le hubiesen acompañado, los indios habrían muerto al coronel y a su escolta.
El día 2 de Abril -cuenta Burela-. fue un día de calma. Por la tarde lo llamó el cacique
general para contarle que se había perdido un chico, hijo de una cautiva y le pedía que
encendiera una vela bendita y rezara para que lo encontrasen. Lo mismo contó al coronel
Mansilla. Este le prometió que al día siguiente se celebraría una misa con dicha intención,
para congraciarse. Efectivamente, se celebró la misa en el rancho del sargento Arellano, con
asistencia de todos los cristianos que vivían en la toldería. Fue probablemente la primera misa
en esas tierras la que celebró el Padre Marcos Donati. El niño no apareció. Y por eso el
cacique se expresó muy despectivamente de esa misa. Luego aconsejó al coronel entrevistarse
con el cacique Baigorrita en "Quenque" y que luego harían un parlamento general. (Véanse
los capítulos 40 y 45 a 50 de “Una Excursión a los Indios Ranqueles” de Mansilla). El
P.Ernesto. Szanzo, en su libro “Raices y claves de la Patagonia” Bahía Blanca, 1998 p 62
dice, que el día 13 de Abril hubo una misa, en la cual se bautizaron 18 niños y entre ellos dos
hijitas del cacique Mariano Rosas.
A pesar de las solemnes reuni0ones y prome,sas, los ranqueles sospecharon que no se iba
a cumplir lo pactado. El coronel Arredondo, no bien tuvo noticia del regreso del coronel
Mansilla, escribió al ministro de Guerra (20.4.70) que el viaje de Mansilla había sido
provechoso, pidiéndole que activara el tratado de paz ante el Congreso Nacional. A la
semana propuso que en cumplimiento del tratado podía adelantarse lo convenido para los
indios, porque sabía que la paz dependía de este cumplimiento.
A fines de Mayo (27.5.70), el Cnel. Arredondo recibió una notable comisión ranquel
en Villa Mercedes que venía para recibir sus raciones. No sé cómo se arregló, ya que el
Congreso Nacional ni entonces, ni nunca aceptó el tratado del ano 70. En prueba de fidelidad,
el cacique Mariano Rosas avisó que se estaba preparando un malón, a la vez que reclamaba
los sueldos que Ies correspondían según el tratado. (AEM: 20 y 27.7.70 y A.M.H.N.)
Si recordamos los hechos ocurridos ese mismo año en Azul con la tribu de Catriel y
sus aliados y en Bahía Blanca con la tribu de Ancalao, no nos extrañará que se estuvieran
preparando nuevos malones y en círculos militares organizándose nuevas campañas contra los
indios. Los legisladores votaron dos millones de pesos para el trabajo del avance de las
fronteras (Ley 385: A.M.H.N. doc. 4790). Cuando Arredondo supo que de nuevo venía una
comisión a comerciar y a reclamar sus raciones, escribió al ministro M. de Gainza una carta
de ocho páginas, pidiéndole que solucionara la cuestión del tratado (AEM: 14.8.70). El 19 de
Agosto se lo autorizó a licitar el racionamiento de las tribus de Mariano Rosas y de Manuel
Baigorria; pero la licitación se hizo recién en octubre con la cláusula que estipulaba que a
partir del 1° de Diciembre podrían retirar sus raciones. (AEM doc 6147. S. Echeverría)
En noviembre hubo una maloca en alguna estancia; los indios alegaron que el
gobierno no pagaba y se veían en la necesidad de robar. Pero los caciques devolvieron lo
robado. (AEM: 16 y 20.11.70)
Los misioneros les enviaron varias cartas aconsejando a los caciques y a sus indios
que no invadiesen. Mariano Rosas contestó al Padre Marcos Donati: "Me lamento que hayan
robado, pero comprendo que la pobreza es grande. Nuestra riqueza son los hijos muchos."
(Arch. Río IV, No 163, 154, 172).
Hubo una invasión a la zona de La Carlota, pero no por indios ranqueles, como se
comprobó efectivmente. Sin embargo, las tropas invadieron en revancha a las tierras del sur
del Río Quinto. Mariano Rosas reaccionó con prudencia y energía. Escribió al mayor Pando,
encargado de la operación: "Me extraña que usted, en vez de seguir el rumbo de los invasores,
haya venido al Cuero. Creo que fue un malón de Calfucurá... No podré quedar conforme.
Prevengo a usted no se atreva a pisar otra vez con gente armada este punto." (AEM: 7.12.70,
y R. Pastor: ob. cit. p. 181)
Los caciques, a pesar de todo, seguían insistiendo en el pedido del tratado de paz.
"Todos los indios lo quieren, como hermanos (que) somos". (A.M.H.N.. doc. 6189: 27.7.72)
En cambio. Arredondo seguía con el ojo encima de ellos. Apenas supo que había ocurrido
otro robo en Jagüeles y Corralito, envió una expedición ligera a perseguir a "los indios
gauchos". Pocos días antes se había quejado al ministro de Gainza de que el Padre Marcos
Donati propusiera al coronel J. A. Roca para gestionar la paz; no quería ver menguada su
autoridad (A.M.H.N.: 17.8.72). La historia los mostrará pronto a ambos como contrincantes
políticos.
El ministro le contestó que el gobierno le ordenaba concertar un nuevo tratado de paz
con los ranqueles (ib. 19.8.72). Este encargó entonces a fray Moisés Alvarez (no al Padre
Marcos Donati) efectuar una nueva tentativa para conseguir el consenso para un nuevo
tratado de paz. El Padre Donati había fomentado y mantenido ese deseo entre los caciques,
como lo comprueba la colección de cartas depositadas en el Archivo del Convento
Franciscano en Río IVº. El 15 de Julio, por ejemplo, le escribió el cacique Mariano Rosas,
que estaba contento porque iba a visitarlos. En Septiembre el Padre consiguió el permiso del
gobierno provincial para que fuese a vivir a la Reducción de Villa Mercedes (Arch. Río IVº
No 244; 4.9.72). Casi al mismo tiempo, el coronel José M. Arredondo remitió un telegrama al
Superior del Convento de Río IVº, pidiéndole que delegara a un sacerdote a Tierra Adentro
con el fin de rescatar cautivos y promocionar un nuevo tratado de paz (ib. Nº 253: 10.9.72).
Este comisionó entonces al Padre Moisés Alvarez., quien pidió que lo acompañara el Padre
Tomás M. Gallo.
( en sus Crónicas. Cap. 10, Nº 66, decía que solicitaba al acompañante "por temor").
El 3 de Octubre del mismo año, emprendieron los dos frailes el viaje desde Villa
Mercedes hasta Leuvucó y Poitahué. Nadie huyó de su presencia, ni nadie los molestó. En
Leubucó se reunieron con el cacique Mariano, mostráronle sus credenciales y le hablaron del
tratado de paz. Hallaron al cacique malhumorado, diciendo que no quería resolver nada por sí
solo. Pidió a los sacerdotes que hablaran primero con el cacique Baigorrita en Poitahué,
diciendo que él se uniría a su criterio. No les ofreció hospedaje. Se quejó mucho por
Arredondo que los había invadido y porque el Padre Donati no se había presentado, cuando
había sido designado por el gobierno para tratar la paz.
En Poitahué hallaron mejor acogida y después de unas juntas prolongadas que se
hicieron en el Médano Colorado, firmaron, el 20 de Octubre, un tratado de paz de 23
artículos, valedero para seis años: pero quedaría roto, si se produjeran nuevas invasiones de
sus indios. Cuatro días después aceptó también el cacique Mariano Rosas el tratado de paz en
Leuvucó. Se hicieron varias copias. El texto fue publicado también en el periódico cordobés
“Ecos de Córdoba”. Una copia se halla también en el Archivo Franciscano de Río IVº; es la
que el Padre M. Donati enviara al superior de su convento. La copia que se envió al ministro
se halla en el Archivo del Estado Mayor del Ejercito, documento N q 1188, y lleva las firmas
de los dos caciques principales: Mariano Rosas y Manuel Baigorrita. Por una carta del
cacique Mariano al Padre Donati, del 25 de Octubre, nos enteramos de que el cacique no
estaba conforme con todos los términos del tratado. "También quieren comprometerme a que
deba prestar auxilio en caso de que la República se viese invadida por extranjeros. A mí no
me conviene... A lo que me comprometo es a no ayudar ni desayudar. Yo sólo quiero vivir en
paz" (Arch. Río IVº Doc. 257). El Coronel Arredondo expresó al ministro su conformidad
sobre la gestión de los frailes (A.M.H.N. doc. 6325). El 6 de Diciembre el presidente y el
ministro de Guerra estamparon su firma aprobatoria sobre el documento (AEM N o 1188).
Arredondo ya lo había firmado.
En esos años hubo una correspondencia fluida de los caciques con los padres
franciscanos: también más tranquilidad y los pobres de las tolderías deseaban "gozar un poco
de los regalos de la civilización". Nos sonreímos al leer los pedidos que les hacen en sus
cartas. La esposa de Mariano Rosas, la señora Tripaimain. pedía un asador, añil. café y dos
tijeras (doc. 324: 27.7.73 Río IV). Hubo quien pedía cornetas, un acordeón, paños finos, hilos
y agujas.
Los misioneros Donati y Alvarez trabajaron para instalar colonias indígenas a modo
de reducciones, tanto en Villa Mercedes, como en el Fuerte Sarmiento o se empeñaron en
rescatar cautivos, empleando los fondos que para ello habían podido reunir. El 4 de Agosto de
1873, el Padre Donati preguntó por carta al jefe de la frontera, qué ayuda daría a los indios
que se trasladarían a la reducción y le manifestó que había pedido al Gobierno un terreno para
la reducción . (Documento reproducido en el Boletín de Río Cuarto N o 5 y Arch. Río IVº
Nº338, sobre Roca y la Reducción. Otras citas en Salvatore Zavarella: Pionerí franciscani
nella Pampa, Assis [Italia], 1983, tesis doctoral que explota el Archivo Franciscano, pero
desconoce mucho de nuestra historia y resta méritos a Donati).
Ni el gobierno ni los militares apoyaban debidamente esa obra: la desubicaban y
dispusieron una reubicación de las tribus en la frontera. Es comprensible que Mariano Rosas
y los demás indios ranqueles se resistieran a tales proyectos. "Digo a usted que es imposible
aceptar tales proposiciones... Tengo en vista los sucesos anteriores. Siempre los tengo en mi
cabeza, los cuales se los haré saber por extenso:
"Por primera vez hubo una gran traición en el lugar denominado Laguna del Guanaco,
en donde resultó una mortandad terrrible, después de haber (habido) un quebrantamiento de
armas y haber puesto una cruz, juraron por ella que no faltarían a las proposiciones que por
ambas partes aceptaron. Ese (tratado) duró poco tiempo.
"Y por este tenor siguieron (otros) sucesos: "Por primera vez (en) la Laguna del
Guanaco; la segunda vez: en El Lechuzo; la tercera vez: en El Sauce; la cuarta vez: en las
inmediaciones de Nagüelló. Y por este tenor en Luán Lauquen; en la Laguna del Recado; dos
veces en Licanché; en Toay; en Ampuil; en Rigancó... Vea usted. Padre, todos los
antecedentes que tengo para no entregarme ciegamente.
"Yo trabajaré sin descanso a fin de con servar la paz; pero salir a los cristianos me es
imposible, porque todo hombre ama el suelo donde nace." (Arch. Río IVº doc. 170, Rosas al
Padre Donati). También el 2 de Marzo de 1874 le dice que le culpan de cinco invasiones.
"Yo no tengo intención alguna de perder la paz por nada"(ib.Doc 394). Y en otra le
repitió: "Yo no pienso en ninguna otra cosa, sino en cumplir las condiciones de la paz. Los
indios han hecho una entrada al Fortín Charlone: me dicen que han arreado trece caballos
patrios y que son de Peñaloza. Con esta fecha mando una comisión armada a juntar los
caballos y que los lleven a entregarlos." (ib. Doc.334)
El 7 de Junio de 1874, el Padre Donati partió para Buenos Aires con una comisión
ranquelina de ambas tribus (de M. Rosas y de Baigorrita) para asegurar el favor del gobierno
y para entregar cautivas redimidas. El 23 de ese mes se presentaron ante el arzobispo D.
Federico Aneiros y con su recomendación se apersonaron al Presidente D. F. Sarmiento y al
ministro Martín de Gainza. Querían aclarar el asunto de los sueldos y de las tierras.
Indirectamente conocemos la respuesta; pues Gainza escribió al cacique Mariano Rosas, el 15
de Julio, que el Presidente prometía facilitarles lo necesario para que viviesen y trabajasen en
paz (A.M.H.N. Nº 8467}. En otra ocasión le ofreció casa y raciones (ib. 8458). Eran
promesas... El Padre Donati. en cambio, a su regreso comunicó al compañero, el Padre M.
Alvarez, que el gobierno no pagaba los sueldos. (Arch. Río IVº, Nº 446)
Ese año 1874. además, hubo entre indios y soldados una espantosa epidemia de
viruela. Y en Septiembre estalló la revolución mitrista que resultó muy infortunada para las
tribus en general. El coronel Julio A. Roca se enfrentó al coronel José Arredondo, quien con
sus efectivos se había plegado a la revolución, movimiento de protesta política. Esta nueva
lucha civil entre los cristianos desconcertó a los ranqueles; pero no fueron comprometidos en
la guerra, como lo fueron los de Catriel y otras tribus del sur. El coronel Julio A. Roca hizo
decir a los ranqueles de la pampa que el gobierno quería que se mantuviesen en paz (Arch.
Río IVº. Nº 464). Julio. A. Roca fue el vencedor sobre este sector afectado por la sublevación,
y fue nombrado comandante en jefe de la frontera sur de Córdoba y San Luis.
Me falta un eslabón histórico para poder explicar por qué, el 20 de Diciembre de
1874, cien ranqueles expedicionaron al mando del cacique Melideo, hermano del cacique
Mariano y de tres hermanos del Indio Blanco. Llegaron a la Frontera Norte de Buenos Aires.
Fueron advertidos en el Fortín Chañar y Fortín Gainza. El teniente coronel E. Laprida salió al
encuentro. A fines del mes estuvieron en la zona de La Carlota. (AEM.-31.12.74) Por la carta
de Mariano Rosas al Padre Donati, fechada en Leubucó el 12 de Diciembre, vemos que el
cacique no estaba conforme. Pero no hubo mayores consecuencias. (Arch. Río IVº. Doc. 482
y 486)
Tampoco le gustó al cacique que tantos indios suyos se hubieran ofrecido a vivir en
las reducciones cerca de las fronteras, porque veía debilitarse su fuerza militar.
El 30 de Abril de 1875, mandó a su hijo Manquegnerr con 300 indios al Fuerte Villa
Mercedes para reclamar los "regalos" estipulados en el tratado. Pero el sustituto del general
Roca los despachó sin atenderlos, diciéndoles que debían esperar la vuelta del general. Este
escribió al Padre Donati, el 19 de Mayo, que las comisiones del cacique Mariano Rosas y de
Baigorrita debían ir a Buenos Aires y presentarse al señor Presidente (Boletín de Río IVº, Nº
5). Así lo hicieron.
En Buenos Aires no recibieron muestras de simpatía: incluso el ministro les decía que
el tratado era insostenible y que había que trasladar a los indios, también a los reducidos.
-"El precio a que se compró la paz con Mariano Rosas es caro, carísimo... -decía
Alsina a Roca-, y en caso de renovar la negociación, deben ser alteradas dos de las bases
existentes: No darles todo y exigir otra compensación (servicio) y no contentarse en que no
invadan". (Olascoaga: La Conquista del Desierto, I.p.30).
El ano 1876 se inició con la guerra de la Conquista del Desierto. El Malón Grande
que quería atrasar o impedir el Avance de Alsina, planeado ya sin secretos, casi aceleró la
ejecución de ese plan. Los caciques ranqueles se abstuvieron de intervenir, conscientes de sus
compromisos. Roca decía que las tierras ranquelinas eran como un oasis de paz (Doc. Río
IVº, 295). El general Roca continuó su política de paz (el tenía sus propios proyectos). Encaró
también el ajuste y la renovación de los tratados que se habían concertado por seis anos.
También los Padres franciscanos eran sus intermediarios, quienes mantenían constantemente
contactos (a lo menos epistolares) con los caciques ranquelinos.
El 8 de Marzo de 1876, Roca le decía al Padre Donati que tenía ajustadas ya las paces
con Baigorria y Cayupán y para comprar un terreno, esperaba una resolución del gobierno.
Efectivamente se había dirigido al ministro de Guerra, pidiéndole aprobara los nuevos
tratados, arreglados con Mariano Rosas y con Baigorrita, a lo que asignaba artículos
adicionales, con respecto al tratado de 1872. Creía que los comisionados de los caciques
estarían dispuestos a aceptarlos. Hacíale ver que le resultaba difícil racionarlos en fecha
(AEM: doc. 7367). No quiso demorar a las comisiones, porque entrarían en sospechas. El
ministro de Guerra intervino. Bartolomé Mitre, aprobó el 10 de Abril las bases de este arreglo
del tratado (AEM: doc. 1260 y 1178); el 24 de Junio de 1878, el tratado sería renovado una
vez más. (AEM: doc. 1346)
Convenía que esta parte del "Desierto" estuviese en paz, mientras se guerreaba
cruelmente más al sur. (¡Y qué cerquita!) Los indios perseguidos hicieron varios llamados a
los caciques ranqueles para que participaran en la lucha de su raza.
A Mariano Rosas, toda esa situación le dolía y mantenía su angustia y su
desconfianza. Confiaba sólo en los sacerdotes amigos, como decía en la carta del 5 de
Septiembre de 1876. (Río IVº. doc. 653).
Nos parece que fue la última carta que dirigió a su amigo, el Padre Donati. De allí se
fue silenciando por una grave enfermedad.
Cuando Aisina, jefe de la gran ofensiva en el sur de La Pampa, se enteró de los nuevos
arreglos de Roca con los ranqueles, protestó diciendo, que el tratado hecho con Mariano
Rosas era oneroso. "(¡15.000 pesos va a pagarles por trimestre!" (AEM: 6.10.76). Pero Roca
se entendía con el ministro interino y con el Presidente, cuya candidatura había apoyado.
Pronto sería él mismo su ministro de Guerra y algo más tarde su sucesor.
Por la correspondencia de los ranqueles con el Padre Donati nos enteramos de que a
fines de ese año hubo una ligera expedición que iba para atacar sus toldos, el 27 de Diciembre
de 1876 (Arch. Río IVº. Doc. 715: Epugner Rosas a Donati: 10.1.77). Y parece que la razón
de este ataque fue que los indios de Melideo habían salido a robar. (El parte del coronel Luis
M. Campos falta en el Archivo del Estado Mayor del Ejército)
Son bien elocuentes estas palabras y nos dejan la imagen del cacique Mariano Rosas,
venerado por todas las tribus ranquelinas y aún más allá de su tierra pampeana. Era un digno
vástago de la nobleza araucana y respetuoso para con todos los hombres, aún con los blancos
que tanto le habían hecho sufrir. La Providencia le ahorró los sufrimientos que su gente tuvo
que enfrentar durante los siguientes dos. tres años, en la última fase de la Conquista del
Desierto. Esta última historia de la persecución y aniquilación de las tribus ranquelinas la
resumimos en las biografías de los caciques Epugner y Baigorrita, Ramón Cabral y algunos
otros más.
La noticia de la muerte de Mariano Rosas corrió de tribu en tribu, aunque pocos
caciques del sur pampeano y de Chile pudieron acudir al entierro, por la cruenta guerra que
aquí y allá tuvieron que enfrentar.
La primera nota periodística sobre este acontecimiento la encontré en el diario “La
América del Sur”, Nº 449. del 26 de Agosto de 1877 (Bs. As.), bajo el título: "Muerte de un
cacique":
"Acaba de morir el poderoso cacique de la tribu de los Ranqueles, de muerte natural.
Mariano Rosas. Era una autoridad del desierto. Por su influjo. su valor y. sobre todo, por su
prudencia, ha sido posible mantener(se) la paz con él: y el General Roca había logrado
imponerle respeto e inspirado confianza..."
A mi investigación deben haber escapado otras comunicaciones, pues el 27 de Agosto
del mismo año, Ataliva Roca, estacionado en Junín, tuvo ya noticia del deceso del cacique.
Escribió entonces a su hermano Julio Argentino, que temía que la muerte de Mariano Rosas
pudiese desatar una invasión a la provincia de Buenos Aires.
El diario La América del Sur Nº 456 del 2 de Septiembre de 1877, publicó una
hermosa nota sobre "Las Exequias de Mariano Rosas":
"Las exequias que los Ranqueles han hecho al cacique Mariano Rosas han sido
verdaderamente regias. El cuerpo de Mariano ha estado expuesto a la puerta de su toldo por
espacio de 24 horas y lo rodeaban más de 200 mujeres que lloraban como las antiguas
plañideras. Todos los objetos de que se había servido en vida, estaban a su cabecera; es decir,
el apero, lazo, boleadora, etc.. etc.
"A las 24 horas después de haber dejado de existir, fue llevado a su última morada.
acompañándolo todos los indios de Ramón, de Cayomuta, de Epugner y de Baigorrita. Las
mujeres lloronas seguían las angarillas en que iba conducido por cuatro mocetones. Llegado
que hubo el cortejo al sitio donde debía ser sepultado el cadáver, varios cautivos e indios
procedieron a abrir un gran hoyo. Mientras unos hacían esta operación, otros degollaron tres
de los mejores caballos del finado y una yegua gorda. Después de haber concluído de abrir el
hoyo, se hicieron las ceremonias de estilo. En la fosa se sepultaron los caballos, la yegua,
varias prendas del finado. etc., para que pudiese emprender su largo viaje con felicidad.
Encima de todo se puso el cuerpo de Mariano y los capitanejos fueron los primeros que
echaron tierra sobre su cadáver.
"En ese mismo lugar, las mujeres han pasado dos días llorando y los hombres
desechando penas, es decir, emborrachándose. He aquí cómo cumplen sus últimos deberes los
hijos de la Pampa".
No sé quién ha sido el observador que transmitió estas noticias al diario porteño.
Quizás el periodismo cordobés a su vez haya hecho eco al acontecimiento. Parece que ni el
jefe de la Frontera, ni el amigo misionero estuvieron en Leuvucó para consolar y acompañar a
sus deudos. El coronel Manuel Baigorria había fallecido dos años antes. Ellos podrían
habernos dejado sus observaciones y su juicio valorativo de esta gran figura de la Pampa, que
se destaca entre los demás caciques contemporáneos.
Su tumba, que debiera haber sido sagrada, fue profanada por las tropas
expedicionarias del coronel Eduardo Racedo, cuando en Noviembre entraron en Leuvucó a
sangre y saco, haciendo estragos y espantos. Alguien trajo como botín el cráneo del cacique
Mariano Rosas que más tarde formaría parte de la colección del Dr. Estanislao S. Zeballos y
más tarde formó parte de las colecciones antropológicas del Museo Natural de La Plata.. El
23 de Junio de 2001 , esta reliquia fue repatriada y restituída a la comunidad ranquel a orillas
de la laguna de Leuvucó, 25 Km. al Norte de la ciudad Victoria en La Pampa. El Diario La
Nación del 21 de Junio de 2001 página 17 reproduce el hermoso monumento dedicado “a los
ranqueles”
La sucesión en el cacicazgo, normalmente, recaía en el hijo mayor de un jefe
mapuche. En este caso, Mariano Rosas (hijo), alias Guayquigner, cedió el cargo a su tío
Epugner, gran guerrero. Los tiempos eran difíciles.
20. Una palabra más sobre la familia de Mariano Rosas, el cacique de Leuvucó
Al inicio de esta biografía nombré a los padres del cacique Mariano Rosas y a sus
hermanos. Su padre fue Painegnerr (o Painé) 1780 – 1844 y su madre Quilche. El hijo
sucesor del cac. Painé fue Calvain que murió trájicamente en 1858. Le sucedió Mariano
Rosas.
El coronel Lucio V. Mansilía conoció en 1870 la familia “real”. Habla de cinco mujeres de
Mariano Rosas y conoció a tres de sus hijas. Pero el P. Burela averiguó en 1870, que tenía 22
hijos vivos y 10 muertos. El Padre nombra a la primera mujer de nombre Tripaimán "de buen
físico"; otra ha sido Mercedes Villegas y las dos hermanas Daniela y Perfecta Capdevilla.
Otra se llamó Emilia, quien luego convivió con el cacique Epugner, hermno de Mariano
Rosas. En los libos bautismales de Villa Mercedes figura también Adoración Contrera. De
Petris, J.C. de Santa Rosa dice en su estudio genealógico que la principal esposa de Mariano
había sido Petrona Carripilún, quien murió en Gral. Acha en 1890.
Anotaré los nombres de los hijos que hallé en diferentes documentos:
Epugner (chico) Rosas, nac. 1857. m. en 1877, de viruela; "manso y favorable a los blancos".
Guayquigner (Waiquiner o Güinquigner), nac. 1859; quizás el Manquegnerr de 1875 o
Mariano Rosas IIº
Amunao, Manuel "Tigre Caminador", casado con Juana Cardozo: inteligente, sabía leer y
escribir.
Puitrinao o Puitrín (hijo de Emilia y Mariano), nac. 1869; se casó con Mónica Cornejo.
Duguinao (según Mansilla).
ROSAS, MARIANO
=======================================================
ROSAS, Mariano (IIº), hijo del cacique Mariano Rosas, el General ranquelino de
Leubucó.
No hay que confundirlo con el sobrino del mismo nombre. Este es hijo de Pitrinao y el otro
hijo del cacique Epugner y de Emilia Nantius, nacido también en Leuvucó.
El 21 de Mayo de 1878, el períódico La América del Sur (de Bs.As.) incluía ésta
noticia: “Mariano Rosas. Este joven indígena se educa actualmente en el Colegio Nacional de
Buenos Aires. Va a emprender una expedición al desierto para somter a los indios, llevándolos
por el trabajo a la Civilización. Quiere que le den los niños para ser educados en la ciudad y
pidió 10.000 $”. Parece que ha sido mentalizado o sus palabras eran una avivada. En el
Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, en La Plata, existe esta su solicitud con
fecha 8.8.78; Catálogo VI p. 279.
En la iglesia del Pilar encontramos a otro Mariano Rosas, entre los bautizados, el 20
de julio de 1879, hijo de Cayupí de 26 años, incorporado en el Batallón de Artillería, cuando
murió su padre en 1877; pero ni Baigorrita quiso asumir esa responsabilidad sobre la tribu,
sino que llegaron al consenso que asumiera Epugner el cacicazgo, porque era el hermno
mayor del “General” Mariano Rosas (Iº) Este tuvo la satisfacción de que el Gobierno
aprobara, el 24 de Julio de 1878 de nuevo el tratado de paz (AEM doc. 1346, publicado por J.
Walther: Conquista del Desierto, ed. 1964 p. 815 Anexo) . A Epugner chico se le asignó 100 $
mensuales. Pero fue un engaño. Pues poco tiempo después cayó una fuerte expedición al
mando del Cnel. Eduardo Racedo sobre las tribus ranquelinas. Y luego una expedición tras
otra debían “barrer a los salvajes de la Pampa”. Los que podían huir se iban al Neuquén, pero
siempre fueron perseguidos por las tropas expedicionarias. En diciembre de 1878, Epugner
había vuelto para levantar algo de su trigal que había sembrado. Una patrulla lo descubrió y lo
apresó. Entre tanto Mariano IIº y sus primos, los caciques Patrianú y Guayquigner estaban
traspasando la gran “Travesía” para irse al Neuquén. Les quedaban sólo unos cien indios de
lanza. El cacique F. Purrán les dio acogida y protección, hasta que los ataques se le venían
también a él y a su tribu.
Por una página de la “Historia Eclesiástica del Cuyo” de Monsr. J.A. Verdaguer (tomo
II. P. 763) nos enteramos de que en 1881 Mariano Rosas había dirigido un último malón
contra la población mendocina de La Paz. Que se han llevado cautivos que luego el Padre
Prior Moisés Vicente Burela, amigo de su padre, consiguió rescatar. (Me cuesta creerlo).
En 1883, el Coronel Ortega, al cautivar las familias de Namuncurá, le cautivó a
Mariano Rosas unos 70 indios e indias, entre los cuales estaba su tía “la anciana esposa del
cac. Mariano Rosas Iº; le mataron dos capitanejos y 50 indios. Pero él logró huir”.
Al terminar mi reseña de Mariano Rosas, me pregunto qué tendría que contestar al
General Julio Argentina Roca, quien en 1877 escribió, que el honor de la Nación soberana
exigía que sucumbiera todo un pueblo ante las necesidades crecientes de la civilización.
(Roca: en Publicaciones del Museo Roca en Bs. As.. Documentos, vol Vº 1966 p. 249)
ROSAS, Francisco (Pancho) 1852, capitanejo de la Tribu de Catriel (Figura entre los
caciques y capitanejos obsequiados por Rosas en Bahía Blanca en vísperas de la Batalla de
Tres de Febrero.
ROSAS, Nahuel, 1850, caciquillo de la tribu de Catriel. La documentación consultada
dice poco o nada de él. 1875 figura entre los sublevados de Azul. Luego fue perseguido, como
todos los indios de Catriel, por los avances de la Conquista de Alsina. En marzo de 1878 se
presentó con 658 indios en Carmen de Patagones pidiendo aceptaran su rendición. Le
acompañaron también los capitanejos Reilef, Platero, Manuel Guerra y Millanamún (noticia
del Diario América del Sur del 31 de marzo de 1878)
ROSAS, Simón, 1867, cac. salinero. De su primera actuación no estamos informados.
Tomás Rosas decía que tenía parientes en la tribu de Calfucurá. 1867 acompañó Simón a
Vicente Calfucurá, hijo del Cacique General Juan Calfucurá junto con el capitanejo Platero
hasta Buenos Aires. En Azul encontraron al Gobernador quien los animó a continuar el viaje a
Buenos Aires para presentarse al Sr. Presidente. Estando allí, murió el capitanmejo Vicente
Calfucurá, atacado por la peste del cólera.
Simón Rosas ha participado en muchos acontecimientos de Salinas Grandes que
reseñamos en las biografías de Juan Calfucurá y de Manuel Namuncurá.
Durante la época de la “Conquista del Desierto” emigró al Sur o fue capturado. En
1880 lo encontró Monseñor Antonio Espinosa en la Colonia Conesa, campo de concentración
de indios rendidos. El misionero anotó en su Diario (p. 81) para el día 16 de febrero de 1880,
que los caciques y capitanejos lo habían recibido con un canto en araucano. Ese día bautizó
18 niños. Tres días después, Monsr. Espinosa asistió a un gran consejo o parlamento de
representantes de todas las colonias que se habían reunido frente al rancho del cacique Simón
Rosas. Discutían sobre la nota que habían recibido del Gobierno y sobre la visita próxima del
Gobernador A.Barros. Ese mismo día Monsr. Espinosa bendijo el matrimonio del cacique
Simón Rosas con doña Manuela Fernández. Antes había bautizado al cacique, porque deseaba
ser cristiano (Diario p.82)
ROYOANQUÉ, 1879, cac. del Sur de Neuquén (huilliche)
ROHUAN (Rowan), 1870, cac. pehunche de los Piñares de Neuquén (Olasc. I. p.
165)
RUA, 1650, cac. puelche de Malalhué o del Diamante (Mendoza), antecesor y abuelo
de Bartolomé Yoyarri.
RUCA LAUQUÉN, Angelito, 1751, cac. araucano de Voyelum, cerca del Río Trayen
(Chile). Ese año lo visitó el Padre Bernardo Haevstadt (su Diario ed. 1777)
RUCA N, 1821 cac. araucano, cuñado del cac. Venancio Coñuepán, pues se había
casado con su hija María. Estuvo participando en la Guerra a Muerte comprometido con los
patriotas (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte, 1972 p. 455)
RUCA ÑEÑQUI,1674, cac araucano; vivía en Rucachoroy (Chile). De malonero se
hizo un fiel soldado del Rey (Gay: Histopria 1874 III p. 324)
RUGUI LLANCA o Ruqui llanca), Juan Bautista, 1870, capitanejo salinero; primo
hermano del cac. Manuel Namuncurá. Cuando éste asumió el gobierno de las tribus salineras,
lo mandó varias veces a gestiones diplomáticas. 1875, por ejemplo, acompañó al Padre Jorge
M. Salvaire. Era hijo del cac. Martín Ruguillanca
RUGUI LLANCA, Martín, 1851, cac. salinero. Es decir, en 1851 era aún capitanejo
(Rughuil) del cac. Lluquen. Quizás ha sido su sucesor. Bajo el cacicazgo de Manuel
Namuncurá ascendió a cacique. 1875 habían apresado a dos de sus hijos en Bahía Blanca.
Luego el Comandante Cerri los liberó y los devolvió con una carta al cacique Ruguillanca
(AGN doc. 1244; 28.10.75)
RUHIQUÉN, en agosto de 1780, cac. que había participado en el malón que se
dirigió sobre Luján. Fue muerto por la tropa del capitán Balcarce (AGN IX 1-7-4)
RUILAPI, 1821, cac. patriota chileno (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte p. 388)
RUIZ, Adolfo ver Payllá
RUL CO, 1833, capitanejo ranquel, hijo del cac. Llanquetruz (IIº). Murió en la batalla
de las Acollaradas (Memorias de Manuel Baigorria)
RUMI LLÁN, 1818, capitanejo ranquel del Sur de Córdoba, entre los que han hecho
un tratado de paz (Barrionuevo, Imposti. Hist. de Río IV vol I. p.151)
RUPAYÁN, 1774, cac. pehuenche que dio noticias sobre la ciudad de los Césares
RUYAN QUEO, Manuel, 1879, fue apresado durante la Conquita del Desierto y fue
incorporado al Batallón de Artillería en Buenos Aires, Fue bautizado el 20 de Julio de 1879 en
la iglesia del Pilar, junto con su hermana Agustina. Ambos eran hijos del cac. Martín
Ruyanqueo.
RURU PÁN, 1797, cac. pehuenche que conocemos por haber estado en el parlamento
de reconciliación en el Fuerte de San Carlos. (Mend) Arch de Mend. Doc 31 de 1797).
RUYA o Rua, cac puelche, 1622 participó en el parlamento en la estancia del Rey en
Chillán con el Marqués, según el R.P. Diego Rosales.
SABAYA, 1573, cac. comechingón de Un Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p. 31)
SACAMIQUE o Chacabique, 1708, cac. puntano, hijo del cac. puelche serrano
Ereguereyán.
SACACHÚ o Yacachú, 1710, cac. puelche serrano. Ese año quiso invadir con el cac
Melcagüén a la tribu de Yahatti en la tierra de Casuatti (Acta del Cabildo de San Luis p. 123)
El Padre Falkner lo llama Secanchú y el Padre Dobrizhoffer, Sejechú. (Chú es país).
SACA CHÚ,1748, cac. tehulche, patagón o Chechehet. Ese año se integró con 1200
indios a la Misión Jesuítica de Nuestra Señora de los Desamparados. El misionero lo llama
“astuto”. Había cinco caciques en la Misión: Quisquil, Chanal, Taychoco, Chanal, Sacachú y
Pagá. Sabiendo que el cac. Bravo (Cangapol) estaba sublevado, tuvieron miedo.
Efectivamente en 1751, éste consiguió que abandonaran la Misión. El hermano de Sacachú y
un lenguaraz de la Misión fueron detenidos. Algunos indios, al salir, robaron a los Padres.
Más tarde algunos caciques volvieron a pedir misioneros. El 24 de Febrero de 1751, la Misión
o pueblo de los Patagones fue destruído. (G.Furlong: Entr e los Pampas, Bs.As 1938 p. 195)
SACAGUA, Dn Juan, 1688, cac. principal de San Juan en El Leoncito, Departamento
de Calingasta; encomendado de Juan G. Morales (Arch. Mendoza 1688).
SACA LOCA, 1573, cac. comechingón de Lulache, Chila, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 69)
SACA MATA (Zakamata), 1883, cac. tehuelche o puelche del sur (Chubut). Era hijo
del cac. Nahuelpán. 1883/84 lo visitó el Padre Milanesio (Salesiano) en Valcheta. Sacamata y
Andrés Pichalao tenían entonces unos 300 indios. Uno de los jóvenes hacía de maestro de los
niños de la tribu. (Academia Hist. Nac. Conquista III 1980 p.72)
1892 Monsr. J. Cagliero tomó contacto con él. Cagliero escribió sus Relaciones. (Arch
Salesiano Bs. As) En 1895 encontraron a Sacamata en Tecka junto con el anciano cacique
Foyel y el Gobernador Tello. “Sacamata y su sobrino, el capitanejo Eduardo Prané vestían
chiripá, saco y chaleco de paño oscuro y sombrero castaño y bota de potro. Sabían hablar en
castellano; pero eran parcos en sus expresiones. El cacique era cristiano, amigo del Padre
Milanesio, quien lo había bautizado en Valcheta. También su hijo Venancio ha sido bautizado.
Vivía aún el padre de Sacamata, pero en un estado de decrepitud, llamado “Nahuelpán” (R.
Entraigas: Una Excursión a los indios tehuelches; en Revisata Historia X. (1965) Nº41 p.
105)
1897, el Padre Milanesio volvió a encontrar al cac Sacamata junto con una gran
población indígna de los caciques Quelchamar, Canquel, Cayupil, Sayhueque y Ñancucheo
(Cay. Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. 1982 p. 440)
SAC MARU, 1678, cac. serrano, que fue “cazado” por el Gobernador Robles
(anualmente hacía una expedición para recoger indios para las encomiendas del Distrito de
Buenos Aires) (Documentos Histórico Geográficos ed. Peusser 1941, p. 313)
SACA PERÚ, 1678, “Indio indómito e infiel de la nación serrana y pampa”, dice el
Gobernador Robles. Ha sido cazado por tropas de Buenos Aires y fue deportado a la
Reducción de Santo Domingo Soriano, al Uruguay, “naturalmente” separado de su familia.
Alli se trasladaron también indios charrúas con quienes entraron en conflicto. El documento
consultado dice, que se había originado la pelea, porque supieron los adverarios que los otros
habían muerto a españoles. (Arch Gral. Ind. 140 y 141 Charcas 38: año 1686)
SACA TOCO, 1564, cac. chiquillán del Valle del Río Diamante (Mendoza);
encomendado de Niza )
SACAR, cac. tehuelche que se nombra en el tratado de paz de Chagallo, firmado en
Carmen de Patagones, el 15 de julio de 1865. “Deberá ser sometido por el cac. Chagallo”.
SAFI CURÁ (es probablemente Leficurá), 1841, capitanejo chileno que participó en
un malón sobre Pergamino en compañía del cac. Ig. Coliqueo y de Baigorria. (Hux: Coliqueo
1980 p. 35)
SAGUISGNER Y SEQUELQUIÁN, 1658, caciques pehuenches del Cuyo. Figuran
en un proceso en Mendoza (en Cabrera: Los aborígenes del Cuyo p. 188 – 192)
SAILÄ (quizás Rayla) 1882, capitanejo del cac.Reuqueurá (huillihe); fue tomado
prisionero durante la Campaña del Sur, el 4 de diciembre de 1882 por la tropa del Tnte. Cnel.
Godoy.
SALA CATA, 1677, cac. serrano puelche. Ha sido “cazado” y encomendado a Dn.
Cristóbal Ponze de León. Se empadronaron 70 indios, en la Jurisdicción de Buenos Aires.
(Arch. Gral Ind. 134 Charcas 283: 10.1.1678)
SALA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Salsacat, Chocho Coma Hal,
Córdoba; enomndado de Pérez .
SALA GUA,, 1677, cac. serrano (puelche). Fue cazado, pues 150 hombres hicieron
una “entrada” y trajeron a 300 indios del Sur de Córdoba. Fue encomendado a Cristóbal
Ponze de León con 8 indios más.
SALAN, 1562, cac. mendocino en Omantaisa; fue encomendado a Jufré.
SALAS, Martín, 1821, cac. boroga de Chile. Era hijo del cac. Melillán de Cholchol.
Sus hermanos se llamaban Necul, Mulato, Curriqueo y Bulnes; su abuelo Painemal. Eran del
bando realista, como la mayoría de los borogas (T. Guevara 1910 p. 96) Más tarde emigraron
a la Argentina. Hasta hoy hay descendientes del cac. Martín Salas en la tribu de Coliqueo en
Los Toldos (Proov. De Buenos Aires)
Por ejemplo: Salas, Remigo (alias Catrüllán) 1873-1934 , hijo de Martín Salas
Catrüllán y Cecilia Rainao o Leftuigner, estaba casado con Damiana Coifín. Su hija Rosario
Rainao de Cortés, que yo conocí, me dijo que eran 5 hijos: Remigio, Rosario, Valentina,
Cecilia, Gerónimo y Carmen Salas-Rainao. Entre los muchos descendientes que tengo
anotados nombro uno mäs: Salas, Marcos se casó con Pascuala Coliqueo, hija de Antonio
Coliqueo y Agustina Meliú. Por el constante entroncamento con nobles vemos que
pertenecían a la nobleza araucana.
SALCASACAN, 1579, cac. omechingón de Com Com o Chavay Cayac, Córdoba;
encomendado de Velazquez.
SALCHORABA, 1573, cac. comechingón de Salsacate, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p.71)
SALDA CHARABA, 1574, cac. comechingón de Saldán Sacate, Córdoba;
encomendado de Peralta (Montes p. 88)
SALMÓN, 1822, cac. ranquel, que ese año se presentó en el parlamento en la zona de
Tandil, convocado por el Cnel. Pedro A. García. Estuvo con 100 indios armados. (De Angelis
1910. I. p. 160)
SALQUA CHE, (alias “del Bastón”), 1768, cac. serrano. De él dice el documento:
“entiende la lengua tehuelche; había estado en el Río Negro. Vino con Nisac Sac al Fortín El
Zanjón y quedó en la Sierra Grande. Había comerciado hacienda con los indios aucas”. (AGN
IX Zanjón 26.11. 1768)
SALTA GUACAY, 1587, cac. comechingón de Pina Tuspi, Salsacate, Córdoba;
encomendado de Albornoz (Montes p.70)
SALTAN COLO, 1573, cac. comechingón de Pina Panholva, Córdoba; encomendado
de Luna (Montes p. 70)
SALVAPÉN, 1582, cac. de la nación Chubuhet encomendado por Juan de Garay en
la Juriadicción de Buenos Aires de Antón Rodríguez (Lehmann Nitsche 1930: El Idioma
Chechehet p. 282)
SALUTIA, 1885, cac. de la tribu de Sayhueque. Con él se rindió a las armas del
ejército en Junín de los Asndes, el 1º de enero de 1885 (Walther: Conquista del Desierto, ed.
1964 p. 741)
SALLANCA VER SAYANCA
SALLA OMPEM, 1582, cac. encomendado por Juan de Garay a Antonio Rodríguez
en el distrito de Buenos Aires
SAM SLIK, capitanejo tehuelche, 1863, hijo del cacique Casimiro de Santa Cruz
(Foto) (Ver Caimiro o Biguá)
SAMANQUIEL, 1586, cac. mendocino del Valle de Uco; encomendado de Diego
Gómez (Arch. Mend.)
SAMALÉ, 1880, cac. tehuelche, cerca de Río Gallegos. Estaba reducido con 20
indios (Arch. Gral. Ind. 189 Charcas 109)
SAN ANTE, Juan, 1690, cac. pampa del Río Cuarto. Estaba reducido con 20 indios
(Arch. Gral. Ind. 189 vta. Charcas 109)
SANCHAL, 1710, cac. tehuelche. Estuvo en Casuhatty, prov. de Bs. As) con
Sacachú, Quelesnain y Melcagüén. Según dice un documento, se habían conjurado atacar a
toda tropa de carreta que viniera de Buenos Aires, Córdoba o San Luis (Acta Capitular de San
Luis p. 123)
SANCHEZ MILANO, (Sánchez puede ser nombre), 1874, capitanejo de Pincén,
SANCHEZ CLEN, José 1875, capitanejo de Salinas Grandes. Figura en el gran
documento del proyecto de un tratado de paz (AEM doc 1232)
SANDOVAL ver Cayuqueo, Sandoval
SANGRE GRANDE, Antonio, (1806 – 1869) capitanejo de la tribu de Coliqueo.
Pariente de Coliqueo.
Ver Grande o Mollfinqueo que es Sangre en mapuche.Es un apellido muy presente en
la Tribu de Colique en cuatro formas:l.Mollfinqueo, 2. Sangre, 3. Sangre Grande y 4. Grande
1. Antonio Sangre Grande n. 1806 (Sangre Viejo)
2. Antonio Mollfinqueo nac. 1836, baut. 7.7.1876, cas. c. Juana Tranamill, nac. 1851,
Ha sido capitnejo en la Tribu de Coliqueo
3. Antonio Sangre - Su hijo:Francisco Sangre cas. con Venera Avendaño (de Fermín
Avendaño)
Sus hijos: Vicente S. – Josefa S, - Victoriana S. – Pedro S.
Pedro Sangre era un buen resero que he tratado con cariño (nac. 1894 y m. 1974)
Casado con Juana Maldonado. Sus hijos: Benjamín – Fermín – Martín Pedro – Elena
– Venera – Juana Rosario
4. Ignacio Grande nac. 1839 cas. c. Carmen Millao
(Véase la biografía del cac. Manuel Grande también pariente de los Coliqueo)
1. Origen y juventud
El Dr. Zeballos. que lo conoció, escribió en su libro “Conquista de 15.00 leguas”, (Ed.
Hachette, 1958, p. 321): "Sayhueque es un indio de raza pampa y araucana, bastante
inteligente y digno de mandar en jefe a las indiadas". Francisco Moreno, quien lo visitó,
averiguó que era hijo del cacique Chocorí (véase su biografía), huilliche o pampa puelche. M.
A. Vignati averiguó que una de sus esposas se llamaba Llikelachem o Leikelachem, una
pampa del norte de la Patagonia. Otro autor dice saber que su madre había sido cautiva
chilena y parece que ha sido cristiana. Entre los hermanos de Valentín Sayhueque conocemos
los nombres de Antelef, Cayuqueo y Zumehueque. Era primo también de los caciques José
María Llanquetruz, de Benito Chingoleo y de Manquiel, hijos del cacique Cheuqueta.
Sayhueque tuvo una juventud difícil por los hechos de guerra. Ya en 1828, Antical y
su padre estuvieron con la guerrilla de los Pincheiras y mataron al cacique gobernador de
Malalhué. También maloneó en la zona de Bahía Blanca. Dicen que en Septiembre de 1830
Chocorí huyó de Bahía Blanca después de la matanza en Tetruel. Rosas logró atraerse a
muchos caciques, apartándolos de los Pincheiras. En 1831 Chocorí se vio con Rosas en
Tandil; pero después lo declaró enemigo y lo enemistó con los indios borogas. Al año
siguiente fue perseguido. Pero luego se lo vio en Carmen de Patagones comerciando. Y en
adelante siempre actuó en esa zona sureña. Por una carta sabemos que su abuelo había sido
encarcelado (engrillado) por el comandante antereior al comandante Fourmatín. Fue liberado
y vivió hasta 1850. En otra carta de 1863 decía al comandante J. Murga: "Mi Padre y el de
Chingoleo han sido hombres de paz en este pueblo, y nos aconsejaron hacer lo mismo. Mi
padre estuvo en paz desde el comandante mayor García." (Arch. Mitre, XXIV, p. 106)
Rosas quiso destruir a Chocorí por la Expedición al Desierto en 1833; llegó a apresar
parte de sus familias, pero él huyó a tiempo. Muchos creyeron que había sido muerto en esa
persecución, porque se desprendió de su coraza y de su sable, que fueron levantados. Pero la
misma documentación dice que huyó acompañado de su hijo, Pichi Chocorí, y del cacique
Painén (AGN. S.VII. 1-2-6, Doc. 126). Marcharon al país de las manzanas y encontraron
amistad con los indios chilenos acaudillados por Calfucurá, quien venía a malonear sobre los
borogas (realistas). En fin, el pequeño Sayhueque no supo de paz, hasta después de 1840,
cuando Rosas dejó de perseguir a los indios. Chocorí y su familia (tribu) vivía entonces en
Chimegüín, que es un río afluente del Collón Cura, que fue siempre la querencia de
Sayhueque. La suposición de que Chocorí había muerto en 1833, dio pábulo a la opinión de
que Utraillán había sido regente del menor Sayhueque y que Miguel Linares lo había
educado. Esto último puede tener cierta dosis de verdad; también Andrés M. Carretero decía
que se había educado en Carmen de Patagones. Hablaba castellano y sabía escribir.
En 1845 llegaron sus hermanos al Azul y fueron tratados como amigos. En 1846, su tío
Cheuqueta había hecho un tratado de paz con el coronel Pedro Rosas y Belgrano en Azul. Y
poco después se tuvo noticia de que Chocorí mismo había ido a Bahía Blanca. "Hizo un
tratado de paz y hoy es uno de nuestros amigos" (Arch. Azul. Rev. Asul. Nº 2, p. 145).
Después de la caída de Rosas, acudía a Carmen de Patagones, pidiendo un nuevo tratado de
paz. El 31 de mayo de 1852 se presentó allí un hijo (Sayhueque tenía entonces 29 años), con
11 capitanejos, pidiendo que los dejasen ubicarse en el Potrero de San Francisco, 19 leguas
más arriba al norte de Carmen de Patagones y parece que allí Chocorí concluyó su vida,
quizás en 1854.
"El cacique Saihueque, deseando establecer una paz sólida y duradera con el Gobierno
de la República Argentina, y deseando éste prestar a dicho cacique todo apoyo y protección
que le sea posible, de manera que todo redunde en fabor [sic] de la seguridad y el bien del
país en general, han convenido ambas (partes) en ajustar y celebrar el arreglo comprehendido
en los artículos, fundados en el tratado solemne y se obligan a cumplir con exactitud y
lealtad.
Art. lº.- La Tribu e Indios del cacique Sayhueque y los amigos de él podrán venir
libremente a comerciar en el pueblo de Carmen y en cualquier otro de la República Argentina
y las personas, como también los animales y efectos que conduzcan o que lleguen a adquirir
legítimamente serán completamente respetados. De igual modo todo habitante de la
República Argentina que quiera ir a comerciar con dicha Tribu e Indios, podrá hacerlo
libremente y su persona como también los animales o efectos que conduzcan o lleguen a
adquirir legítimamente, serán completamente respetados y protegidos.
Art. 2°.- Si el Gobierno de la República Argentina determinase esplorar el Río Negro
u ocupar algún punto militar en todo el curso de él, el cacique Sayhueque le prestará todos los
auxilios que le sean posibles, los que serán debidamente remunerados y pagados por el
Gobierno.
Art. 3°.- El cacique Sayhueque se obliga a estar siempre pronto con su indiada para
proteger y apoyar la defensa de Patagones, obrando a las órdenes del Comandante de este
punto y según las instrucciones que de él recibiere.
Art. 4°.- Queda obligado el cacique Sayhueque a tratamiento (comunicarle) al
Comandante de Patagones y cuantas autoridades le sea posible, toda noticia que adquiera
acerca de intentos o movimientos de indios enemigos.
Art. 5º.- El cacique Sayhueque reconoce al Cacique Chingoleo por amigo del
Gobierno y Gefe de los Campos y serán indios enemigos del Cacique Sayhueque todos los
indios que sean enemigos del Gobierno. Y si fueren atacados u hostilizados por algunos de
ellos, recibirá de las fuerzas y de las autoridades del Gobierno toda la protección y auxilio que
fuesen posibles, según sean las circunstancias del caso.
Art. 6º.- En caso que el Gobierno resolviese atacar o expedicionar contra indios
enemigos, estará obligado el Cacique Sayhueque a ponerse en campaña con todos sus indios;
debiendo obrar en todo con sugeción a las órdenes que le comunique el Gefe o Autoridades
que el Gobierno designe al efecto
Art. 7º. Llegado que sea el caso del articulado anterior, el Cacique Saihueque, los
Capitanes y Soldados de que se componga su Tribu, recibirán mientras dure la campaña, los
sueldos que entonces fijarán y serán además alimentados por cuenta del Gobierno, para todo
lo cual serán revistados cuando el Gobierno lo disponga.
Art. 8°. El Cacique Saihueque gozará 420 pesos mensuales, debiendo revistar en la
lista donde lo hacen los de Chingoleo y Huincalén.
Art. 9°. El Gobierno se obliga a dar cada año al Cacique Saihueque cien yeguas, una
rezma de papel y a vestir a todos los indios hasta el número de cincuenta, dándole un
vestuario fino para el cacique, 6 para capitanejos: Un sombrero, un poncho de paño, un
chiripá, una camiseta, un par de calzoncillos, un par de botas y un pañuelo de seda. Y para los
soldados una camisa, un chiripá, un par de calzoncillos.
Y en fe de lo que queda pagado (pactado), se firman los ejemplares de un mismo
tenor, firmados por el Señor Comandante del Fuerte, Teniente Coronel D. Julián Murga, en
representación del Excelentísimo Gobierno de la República Argentina y por el Cacique
Sayhueque firmará a su ruego el Señor D. José Rial, los que serán sellados con el sello de esta
Comandancia y sometidos al Excelentísimo Gobierno para su aprobación. Firma: Julián
Murga. A ruego del Cacique Saihueque por no saber firmar, José Rial. En Patagones, a 30 de
Mayo de 1863. (es copia) Mariano Ruiz."
El texto del tratado daría motivo a varios comentarios sobre la política aplicada a los
indios. Cada tratado tiene sus motivaciones, a veces hasta comerciales de ciertos militares. El
comandante Murga invitó a Valentín Sayhueque y a sus indios a festejar el tratado, que trajera
un parejero para correr carreras y que a la vez invitara a todos los caciques porque a él le
gustaba eso "y no andar matando gente" (carta del archivo de Sayhueque, confiscado por
Villegas más tarde, AGN. S.VII, 7-5-3). Así hizo Murga varios tratados en nombre del general
B. Mitre, hasta con Reuquecurá, hermano de Calfucura y pagó en regalos 63.000 pesos para
unos 2.000 indios (Arch. Mitre XXIV, p. 50). En realidad estaba formándose una coalición de
huilliches en torno a Chingoleo-Linares y Sayhueque, que podía contraponerse al jefe
salinero. Al morir Chingoleo, (1867) ocupó el cargo de "Comandante e Inspector" el coronel
y cacique Miguel Linares de San Javier. En la lista de revista Sayhueque figura entonces
como Mayor del Ejército. "Este cacique es amigo desde muchos años y su lealtad al tratado es
primera garantía para la propiedad en el Partido de Patagones. Es tan fuerte como Reuque
Curá" (Arch. de M. Paz, 2.10.67). Sayhueque reside sobre el Arroyo Caleufú, en el país de las
manzanas y su jurisdicción se extiende hasta Teckel, donde nace el Río Chubut".
Editorial Plus Ultra editó en 1984 un estudio de Curruhuinca-Roux, bajo el título "Las
Matanzas del Neuquén", enjuiciando la "invasión" del coronel Uriburu en Neuquén, la
campaña al Nahuel Huapí (1881) y la Campaña de los Andes (1882) como la Conquista del
Chubut, cuando la legislación nacional exigía otros fines, métodos y el respeto a los indios
que se presentaran o reconocían la autoridad nacional.
Sayhueque, realmente, esperaba que sus tribus fueran respetadas, pues durante más de
20 años habían mantenido la paz y habían servido a mantenerla. Era amigo de los cristianos y
respetado por los indios.
Sayhueque escribió hermosas cartas expresando al Gobierno sus sentimientos de paz y
aun su agradecimiento por lo que había recibido: yerba, azúcar, harina, galletas, etc., que
antes no habían conocido, pero afirma convencido que "Dios nos ha dado estas llanuras y
estas montañas para habitar en ellas. Nos ha provisto de ganado, de cuyos hijos tiernos
sacamos el cuero de nuestra ropa. También poseemos el avestruz y el armadillo..." (AEM)
En 1880, siendo ya presidente Julio A. Roca, su ministro de Guerra, B. Victorica,
ordenó al general Villegas una batida de "pacificación y sometimiento" de los indios
"rebeldes" y la ocupación militar del territorio. Así salieron las Brigadas a la Campaña del
Nahuel Huapí y a las Campañas de los Andes. Se procedió también al hostigamiento del
gobernador de Las Manzanas. Lo exasperaban a él y a sus vecinos y luego se los perseguía
como sublevados. Ocurrió también que un arreo de mulas de San Juan enviada al Neuquén
fue atacada por indios al pasar por Choele Choel. Se lo atribuyó a los indios de Sayhueque
(Olascoaga, IV, p. 182), pero posteriores investigaciones demostraron que indios salineros
habían intentado arrebatarles el arreo, el 29 de Septiemre de 1879 (J. Raone, Los tratados de
paz con los indios del Sur, manuscrito, p.51 que me dejó consultar). Sayhueque aseguró su
inocencia al Sr. Jones, jefe de la Colonia Galesa en el Chubut.
A. D. Ygobone escribe en su libro “La epopeya patagónica y las misiones
patagónicas” (1945, p. 270). que los caciques Sayhueque, Ñancucheo, Mollfiqueupu,
Naquipichún y Janka Kirque con 453 indios celebraron un traun (consejo de guerra) en Quem
Quem Treu, el 3 de Febrero de 1880. Cinco horas a caballo... largas exposiciones y quejas
acerca de que el Gobierno no cumplía. Luego, el 12 del mismo mes, Sayhueque escribió una
carta a Francisco Moreno, diciéndole que comprobase su comportamiento. Que lo tuvo de
rehén para cambiarlo por los 68 indios que el Gobierno tenía retenidos en la Guarnición de
Choele Choel. (AGN, S.VII, 7-5-3)
Entre tanto, los militares avanzaban contra esa y otras tribus. De Sayhueque decían
que no tenía tanto poder como se había dicho y que era amigo de Purrán, que se perseguía a
muerte (Olascoaga, ob. cit. II, p. 98). Un recuento de indios de 1877 asignaba a Sayhueque
9.000 indios (A.M.H.N., Nº 10604). Alvaro Barros escribió, el 2 de abril de 1880, a
Sayhueque desde Viedma, que considerara como se habían abatido caciques grandes de ayer y
le aconsejó entregarse y que no se fiara de su secretario. (AGN, S.VII. 7-5-3, Archivo del
cacique). A lo que el cacique respondió el 26 de Mayo: "Soy muy poco sordo para
comprender aquel estilo que se escribe y únicamente se falta el explicar(me) bien en idioma
de Castilla, de los cristianos... A Dios gracias, tengo a mis habitantes adelantados en
civilización..." (AGN, ib. Son 7 páginas y el secretario Loncoché escribió 9 páginas y declara
que no tiene doble moral, que ha recibido buena educación y de amor legítimo. Nº 419, 427 y
431). El cacique envió una comisión encabezada por el capitanejo Vera para renovar las
buenas relaciones con el comandante de Patagones y su gobernador. A su regreso llevaban
una carta del secretario del gobernador de la Patagonia en que le decía al cacique, que enviara
con confianza a sus capitanejos para tratar sobre la paz; que serían respetados (AGN, S.VII,
7-5-3). Pero no creyeron en las palabras y promesas. como cuando, el 6 de Diciembre de
1879, le escribiera el gobernador Alvaro Barros que no temía a Sayhueque, pero que no
quería pelearlos, que procuraba convencerlos a elegir el verdadero camino de la prosperidad.
(AGN, S.VII, 7-5-3)
El 9 de Febrero de 1881 escribió una carta muy solemne al general Conrado Villegas
con el encabezamiento: "Gobernación indígena de las Manzanas en el Río Caleufú". El
motivo de la carta era pedir la libertad de uno de sus hijos y de 68 indios prisioneros por un
crimen que se les imputó injustamente. Dice también en ella, "por ser puramente inocentes
del crimen que se les ha suplantado (a) los autores del asesinato de los carreteros de
Neuquén".
Ya estaban en camino las dos brigadas que iban a atacarlo, la primera a las órdenes del
teniente coronel R. Ortega: y la segunda, al mando del coronel Vinter. Esta llegó a Collón
Cura. Los indios habían huído, pero el sargento Acosta descubrió al hijo de Sayhueque.
llamado Tocomán. quien sostuvo, el 24 de Marzo el ataque en La Rinconada y Traful. Hay
varios relatos discordantes sobre el hecho. Las Memorias del Ministerio de Guerra (Anexo de
1881. p. 72) publican una nota del general Villegas que dice que el sargento Acosta con 5
soldados habían muerto unos 40 indios. La nota es del 30 de Marzo. García escribió el 15 de
Abril al Padre Fagnano (salesiano) que habían obtenido una brillante victoria sobre la
aguerrida tribu de Sayhueque. (Entraigas, Los Salesianos en la Argentina. Vol. III, 1973, p.
202)
Otra noticia difundida era que el teniente Tejedor hacía arrear 1.000 animales,
producto del ataque a las tolderías de Sayhueque (25.III.81) y que dos días después se
hicieron nuevos ataques (Ocampo, Historia del Regimiento 7º. p. 176). El capitanejo
Trocomán fue herido: otro hermanito, también hijo del caciques Sayhueque de unos 12 años,
escapó, montando en pelo. (Walther, Conquista del Desierto, ed. 1964, p. 674 y 666)
El cacique escribió el 3 de Abril de 1881 en nombre del "Gobierno aborigen
argentino" desde el Río Limay. manifestando su inocencia (y por consiguiente protestó contra
la agresión injusta), diciendo correctamente: "A causa de esto. amigo, le pido que eleve al
Gobierno todas mis protestas y las aflicciones que he sufrido. No soy culpable de nada: soy
un noble criollo y, por derecho, dueño de todas estas cosas. No soy extraño de otro país, sino
nacido en esta tierra y un argentino leal al Gobierno..." (Lewis Jones, “Una nueva Gales en
Sudamérica”, p. 138: Jones fue director de la Colonia Galesa en el Chubut).
Continuaban las expediciones que limpiaban el Neuquén y Sayhueque protestó una
vez más por carta, firmada por su secretario José Antonio Loncochino, del 22 de Noviembre
de 1881 dirigida al explorador Erasmo Obligado, diciéndole: "El cacique quiere saber por qué
está en Limay y qué intenciones le traen. El 6 de Septiembre ha mandado una carta a la Casa
del Gobierno, protestando su paz que religiosamente ha observado ya (durante) 20 años. Se
extraña que el Gobierno haya olvidado aquel fiel cumplimiento.
"El 20 de Marzo fueron atacados por Villegas y Bernal; se salvaron. (Le) tomaron
preso al capitanejo Praillanca y 20 indios. Murieron cuatro." Y termina diciendo que desea la
paz y libre comercio el uno con los otros. (Almeida, Modesta Conquista, p. 132)
Al otro día recibió la respuesta de E. Obligado, quien se hallaba prácticamente a la
misma altura del río en su barco, de manera que los indios le gritaban en coro: "Huincá, ¿qué
negocio traendu?"
En la carta le decía al cacique: "En vista de mostrarse ustedes siempre hostiles, me
veo obligado a regresar, debiendo prevenir que el Superior Gobierno sabrá castigarlos."
Frente a los sistemáticos ataques, los caciques pensaban que unidos podrían
resistirlos. Después de las batallas de los primeros días de Enero de 1882, los expedicionarios
habían muerto a centenares de indios y fueron aprisionados otros tantos. A estos intentaron
liberarlos. Sayhueque, Ñancucheo, Reuquecurá, Namuncurá y Queupú, con un millar de
indios, sitiaron el Fuerte Primera División, que en estos momentos estaba escasamente
defendido. El capitán J. Gómez con 16 hombres del Regimiento 7° y 14 peones, se
defendieron heroicamente y en media hora de lucha les hicieron 21 bajas, de manera que
retrocedieron. (Enrique C.Recchi, “Pequeña historia del Fortín lª División)
Los combates, las expediciones, los desalojos que en esos meses se dieron, llenarían
paginas y capítulos. Y Sayhueque siguió escribiendo cartas pidiendo paz, como aquella que
escribió el 20 de Noviembre de 1882. En una libreta manuscrita que pertenecía al general
Villegas y que se archivó en el Museo de Bariloche, se lee: "Sábado, 25 de Noviembre de
1882... Creo que dentro de poco podré comunicar al país el sometimiento de la mayor parte
de los indios que habitaban el cuadrilátero, formado por los ríos Neuquén y Limay, Cordillera
de los Andes y Lago Nahuel Huapí y quizás también algunos de los que habitan al Sud del
Limay y esto me sería sumamente satisfactorio, pues seres que hoy son perjudiciales a la
sociedad, mañana redimidos de la barbarie, entregados a la civilización, serán una palanca de
nuestra futura grandeza."
Y en la misma libreta se lee en fecha 26 de Noviembre del mismo año: "El mismo jefe
me comunica que Sayhueque e Inacayal han ido a presentarse al Chubut a la Colonia Galesa.
¡Ojalá!"
A un mismo tiempo la Brigada 3ª, al mando del coronel Palacios, emprendió, el 15 de
Noviembre de 1882 una nueva expedición a la zona del Nahuel Huapí. El día 25, destacó al
comandante Rosario Suárez, con 155 hombrs y 15 indios auxiliares para buscar y batir a
Sayhueque; el teniente coronel Torres debía batir a la tribu de Ñancucheo. A mediados de
Diciembre hubo un enfrentamiento con Sayhueque, como informó, el 23 de ese mes el
comandante Suárez al general Villegas:
"...Han tomado prisioneros a indios de Sayhueque, a quien se le ha dado ocho días
para que se presente; de lo contrario el Gobierno le hará la guerra." Decía también que estaba
informado que no se presentaría. Reforzó su defensa y mandó levantar el campamento a
orillas del arroyo. El comandante Suárez lo denominó "Arroyo del Triunfo". (AGN, S.VIIL 7-
5-3)
También una patrulla del teniente Trayman atacó a Sayhueque, el 2 de Enero de 1883
(Ocampo, “Historia del Regimiento 7°”, p. 199). Sus indios lo rodearon, pero en el momento
justo llegó el grueso de la tropa y fueron derrotados y perseguidos. Así, como aquí,
Sayhueque escapó a varias expediciones, mientras se retiraba hacia el Chubut; primero a
Schinni.
El 9 de Enero la Tercera Brigada al mando del coronel Palacios salió de nuevo en
busca de Sayhueque e Inacayal, con quien se iba a juntar. Pero en Lipanduán no los hallaron.
Destacaron al capitán A. Drury para bolear guanacos. En Apulé encontró una toldería y unos
400 indios de pelea; 70 tenían unos Remigtons que habían conseguido en la Colonia Galesa.
Se trabaron en pelea y los expedicionarios se veían en harto aprieto, hasta que les llegó un
buen refuerzo. Los indios perdieron unos 50 hombres (según algunos: 80) y 1.000 prisioneros
de la chusma; y ellos tuvieron 11 muertos. Este fue el combate de Apulé o Apelec, al sur del
río Limay, del 22 de Febrero de 1883. Sayhueque. Inacayal y Foyel se escaparon de nuevo.
(Ocampo, Hist. del Regimiento 7°, p. 238)
El general Villegas escribió el 5 de Mayo del mismo año en tono de triunfo:
"Al sur del Limay quedan los restos del cacique Sayhueque, huyendo, miserables y sin
prestigio" (Walther, Conquista del Desierto, ed. 1964, p. 726). El Neuquén había sido
limpiado.
El general L.Wintter, reemplazante del general C. Villegas y gobernador de la
Patagonia, encargó a los Regimientos 5° y 7° de Caballería al mando del teniente coronel
Lino O. de Roa, acabar con las indiadas de Sayhueque, cuya toldería se hallaba ahora en
Maquinchao. Wintter escribió al ministro de Guerra, el 21 de Julio de 1883,. que habían
capturado al cacique Orkeke y su tribu; y continúa: "Mañana saldré para el Chubut para
ponerme en comunicación con los caciques Sayhueque e Incayal... Se halla sobre el Luyé."
(La Prensa. 31.7.83 y AEM, 21.7.83)
En septiembre partió de Roa en una nueva "expedición punitiva" contra Sayhueque e
Inacayal. Son noticias salteadas y fragmentarias. Si Sayhueque hubiese escrito un diario...
Exploraban la zona de Maquinchao y nada hallaron. El 21 de Noviembre salió del Fuerte
Villegas hacia el Río Valcheta con 100 hombres y 40 indios amigos, al mando del mayor M.
Linares. Los primeros días de Diciembre capturaron unos indios que hablaron de Sayhueque,
que se había retirado desde hacía un mes al sur del río Chubut y que estaría en el paraje
Schiunique Paria (Juncal del Sol) con unas 400 lanzas y que allí había tenido lugar un gran
parlamento al que habían concurrido los caciques Inacayal, Foyel, Chagallo, Salvutia, Rayel.
Nahuel, Pichi Curruhinca, Cumilao, Huichaimilla, Huenchunecul, Huilcaleo y Sayhueque y
unos 440 guerreros. Que habían resuelto pelear hasta morir, cuando en realidad decidieron
buscar una rendición honrosa.
Durante el año 1884 los expedicionarios estaban empeñados en atrapar a Sayhueque.
Y mientras grandes caciques, como Reuque Cura y Namuncurá se entregaron, el ex
gobernador de Las Manzanas iba marchando y esquivando. Según Curruhinca Roux,
"...subiendo y bajando; del Nahuel a Gualkaina; de Gualkaina a Cushamen; del Neuquén al
Chubut; de Tecka a..." Distancias y dificultades que ni los hebreos en su partida de Egipto
tuvieron que superar.
El general Wintter organizó nuevas expediciones; tres columnas ligeras salieron con la
orden de atacar a Inacayal y a Sayhueque, aunque éste había prometido presentarse en Nahuel
Huapí (Best, Guerras argentinas, p. 403). Destacó al coronel Lasciar al Chubut y al mayor
Vidal por otro rumbo y la tercera columna al Nahuel Huapí, al mando del mayor Gómez.
Tras una primera comunicación con Sayhueque, le conminaron que se presentara y
que iban a obsequiarlo en Junín de Los Andes (antes Chimehuín). Tras una refriega en el
paraje Jínua (Río Genua), el 3 de Octubre de 1884, se presentaron ante el coronel Lasciar los
caciques Inacayal, Foyel y Chiquichano, varios capitanejos y 66 indios de lanza con el fin de
someterse al Gobierno nacional. Lasciar retuvo a Inacayal y a Foyel como rehenes, mientras
que Chiquichano debió ir en busca de las familias. Estas se resistieron a entregarse en calidad
de prisioneros; y el teniente 1° F. Insay ordenó abrir fuego contra ellos y entonces se
entregaron. Fue el 12 de Noviembre de 1884. Lo hicieron 127 indios. (AEM. Doc. 8475)
Entre las últimas noticias está lo que escribió en 1892 el R. Padre Pedro Bonacina,
misionero salesiano que se encontró con él y su gente: "Desde Choele Choel, la Isla Grande,
fui también a los toldos de Sayhueque (en Valcheta), quien a la sazón estaba de paso para
Valcheta. El Cacique, el gran rey de su tiempo... Como no estaba en su toldo, lo hice llamar
por medio del alcalde Gavina, y acudió. Esperaba ver un indio gigantesco, coronada la testa
de vistosas plumas, distintivo de los caciques... El actual Sayhueque ya no era el de antes. Lo
había visto en 1888 al norte de la isla Choele Choel. Su rancho estaba rodeado de otros cien.
Tenía unos cien flecheros y hombres armados de boleadoras. Un numeroso cortejo de mujeres
y niños le seguía. Pero ya entonces se advertía que su estrella iba declinando. Sin embargo,
algo conservaba de su altivez y poderío del rey de las pampas. ,
"Mas ahora, en 1892, todo estaba concluído. El cacique se me presentó ya viejo,
decaído, aplastado. Es un indio... de fisonomía repulsiva, siniestra. Alto, encorvado,
desgarbado, zurdo... acompañado de sus tres mujeres y un hijo menor con traje de policía,
porque en esos días el Gobierno lo había obligado a engancharse. Sayhueque vestía chiripá y
poncho y traía la cabeza ceñida con una vincha vieja. Calzaba botas de vaca y montaba un
buen tordillo. Eso sí, a caballo se engrandecía... pero de a pie no era más que un indio viejo."
(Memorias manuscritas del Padre Bonacina, en el Archivo Salesiano de Bahía Blanca)
TAYCHOCÓ o Daychocó, 1748, cac. tehuelche (patagón). Ese año se presentó con
80 familias en la Misión jesuíica de Nuestra Señora del Pilar. “Mostró grande amor a los
misioneros. 1749, el Padre M. Ströbel pidió por intermedio de una comisión indígena más
sacerdotes para la Misión. Pero fue una época de grandes tensiones en la pampa. Los
ranqueles y dos hermanos del cac. Calelián habían asaltado una tropa de carretas. Por eso,
cuando los emisarios de Taychocó llegaron a Buenos Aires, fueron apresados. Los sacaron de
la casa de los jesuítas. Los jueces, ciertamente, no hallaron culpa en ellos; pero han sido
molestados. Sufrieron tres meses la prisión, lo que alarmó también a los indios de la Misión
en el Sur, en el Volcán. Muchos desertaron. Pero Taychocó se quedó. (Sánchez Labrador:
Paraguay Católico, 1772 ed. G. Furlong 1936 . 123)
Los Padres buscaron otro sitio para la Misión de los Tehuelches. El Gobierno les
cedió la tierra y la aprobación; así fundaron Nuestra Señora de los Desamoparados. La
atendieron los Padres M. Ströbel y N. Balda.
La sublevación del cac. Cangapol (el Bravo) obstaculizó la nueva misión; al fin la
destruyó y apresó a los indios, el 24 de febrero de 1751. Los Padres se habían retirado a
tiempo.
El 18 de septiembre del mismo año, cinco caciques patagones se presentaron en la
Misión de Nuestra Señora de la Concepción, porque valoraron el sistema de los Padres
Jesuitas. Pero allí tampoco pudieron mantenerse, a raíz de la presente guerra (ver Cngapol)
Sobre la etnía de este cacique disputaron ya los Padres Jesuítas. El Padre José Sánchez
Labrador lo llama tehuelche (meridional) en su libro:Paraguay Católico, 1772 p. 119.El Padre
Martín Dobrizhoffer, en su obra Historia de los Abipones 1784, lo llama “patagón” y el Padre
Tomás Falkner en su obra de 1774 ( p. 131) lo llama “chechehet o puelche.
TAYU NUEL, 1678, cac. serrano, buscado y empadronado por el Gobernador A.
Robles (Documentos Histórico- Geográficos, ed. Peusser Bs. As 1941 p. 313).
TECI, 1878, caciquillo ranquel. El 30 de octubre de ese año fue apresado junto con
los capitanejos Coñolo y Calfunao y 23 indios más.
TECO, 1678, cac. serrano buscado y empadronado por el Gobernador A. Robles en
Documntos Historico – Geograficos, ed. Peusser, 1941 p. 313).
TEGTUI, 1779, cac. puelche del grupo del Volcán; estaba con el cac. Lorenzo
Calpisqui o Cayupulqui (AGN IX 1-5-9: Chascomüs 18. 10. 79)
TELEMONIÁN ver Condié en el Río Matanza siglo XVI.
TENÍN, cac. pampa que figura entre los asistentes al parlamento del 13 de diciembre
de 1825 convocado por los hermanos Oyuela (AGN X. 27-7-6)
TENECU CUPO, 1705, cac. del Valle de Tunuyán (puelche o pehuenche)
TENECHÍN, 1579, cac. comechingón de Tenechin, Pinas, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 72).
TENE FORO, 1873, capitanejo huilliche que vivía cerca de Carmen de Patagones.
TENE ÑAN, 1782, cac pehuenche del Río Bueno de Chile.
TEN QUIN, 1564, cac. mendocino del Río Diamante; encomendado de Niza y
Bohorques.
TEGLÉN o Treglen, 1796, cac ranquel. Para arreglar la paz con él se hizo desde
Códoba una expedición (de intimación). El cac. Carripilún se adhirió también al ofrecimiento
de la paz (Real Academ,ia de Historia, Madrid 13 Mata Linares XI: 1796)
TEPU ANCA (prob. Epú Anca) 1750, “pichi huilliche”; así lo llama el P. Falkner en
su obra de 1774 (p. 128)
TERCU PI, 1782, cac. pehuenche entonces ya anciamno. Se presentó en Mendoza
(Arch Mend. Carp 107)
TERRADA, Jun Agustín ver Vilú, cac. picunche en 1872.
TERU LIPE (prob. Traru Lipe), 1612, cac. pehuenche de Purén, Chile. Ese año fue
tomado como rehén en el Fuerte Paicaví. Fue liberado por intercesión del Padre Horacio,
Misionero Jesuíta. En una reunión de paz, los caciques Ancanamún, Ainaviú y Pelantarú se
sublevaron y atacaron también a los sacerdotes presentes. El cac. Terulipe quiso salvar al
Padre Horacio; disparó con él llevándolo en ancas, pero el cac. Ancanamún los corrió y clavó
la lanza primero en el sacerdote y luego en Terulipi. Así murió con los mártires de Elicura.
(Campos Menchaca: Nahuelbuta, 1972 p. 344-357).
TEREU LIPE, 1770, cac. pehuenche. Durante la sublevación de ese año buscó
refugio con 20 familias en Chillán. Allí los mataron cruelmente (Carvallo y Goyeneche, V.
Descripción Histórica Geográfica del Reino de Chile –escr. 1796- ed. Stgo. 1875 )
TERU LIPE, 1787, cac. araucano que intervino el 28 de noviembre en el asunto de la
captura del Obispo Francisco de Marán. Durante el viaje por la Araucanía le acecharon los
indios de Ancatenu y Huentenú en Tirúa. Después de presentarlo en palamento, unos querían
que se respetase su vida y otros, no, de manera que al fin quisieron decidir por unos partidos
de chueca el asunto. Curamilla prestó el equipo que jugaba a favor del Obispo y si ganaba
había que respetar la vida del prelado. Tereulipe debía ser el juez. Los de ese equipo salvaron
la vida del obispo, porque alcanzaron primero los puntos establecidos y Tereulipe proniunció
la sentencia que la voluntad de Nguenechén (Dios) era que el Obispo viva (Campos
Mancheca: Nahuelbuta, 1972 p. 250-252)
TETRUEL o Tetruil, 1825, cac. pampa o tehuelche. Figura en la lista de los caciques
presentes en el parlamento del 13 de diciembre de ese año, convocado por los hermanos
Oyuela en la zona de Bahía Blanca. Era el cac. segundo de 40 nombrados, lo que señala su
importancia. Y luego Tetruel y Chañil viajaron con una comisión de 16 indios a Benos Aires
para ultimar los requiitos del tratado de paz propuesto. 1826, el Cnel F. Rauch utilizó primero
a 400 y luego 900 indios pampas y tehuelches, entre ellos al cac. Tetruel, para sus
expediciones “contra los chilenos” y pampas de Salinas Grandes y Curamalal (AGN X. 14-6-
1) y Sarciat:Chapaleufú 1945,48). En abril de 1827 integró a los mismos indios el Cnel.
Estomba en su expedición fundadora de Bahía Blanca (Diario de la expedición, publicado por
E. Ferrecuti: en Expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca P. 77) Era decidido
custodio de la misión del Ingeniero Parchape a los campos del Sur y valiente integrante del
grupo fundacional de la Fortaleza Protectora de Bahía Blanca. En 1830 estuvo en el
Parlamento de Tandil . El cacique Tetruel informó sobre el masacre de los pincheirinos, de
Zúñiga, 400 pincheirinos y 80 cristianos, en Colins y Finel. En la madrugada del 25 de
septiembre del año 1830 los pincheirinos atacaron su toldería sobre el Arroyo Curamalal.
Hubo gran matanza y se apropiaron de sus familias y sus haciendas. (Jorge Fernández: El
Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827-1831) B.A. 2000 en Rev. Nuestra
Historia Nº 49/50 p. 18 y 100)
TEUQUE, 1878, capitanejo boroga de la tribu de Rondeao. Actuó en la batalla del
Saladillo (ver Rondeao).
TEUQUE,1834, cac. boroga. No se sometió a Calfucurá (Avendaño ,Memorias
p.469) Era cacique mayor en 25 de Mayo, en 1857 con Guayquimill, Cristo y Caneuqueo
THEUQUE GUIR, 1777, cac, huilliche. (Estuvo en el parlamento.)ver Tevque Guir)
THIPAINÁN ( Tripai ñancú) , 1879, cac. picunche que se hallaba con el cac. Purrán.
THOEL, Silvestre, 1751, cac. serrano. Era aguacil mayor en la Misión jesuítica de
Nuestra Señora del Pilar (Prov. Bs.As.)
THEVQUE GUIR, (Teuqueguir) 1777, cac. huilliche chileno estuvo en el
parlamento ( RP. Roberto Lagos: Hit. Del Colegio de Chillán , p. 292 )
TIBURCIO, 1877, capitanejo pampa de la tribu de Juan José Catriel. Atacó ese año a
Puán. (ver Catriel, Juan José)
TIBICHAMINÍ ver Tubichaminí
TIGNAN, 1573, cac. comechingón de Milanga Sacat en Calacite, Córdoba;
encomendado de Cabrera ( Montes p. 49)
TILIBIA, cac. pampa 1579, empadronado por Abreu en el Río Vº en el pueblo
Cayetón.
TULINA, 1600 cac. comechingón de Gutimba, Los Llanos, Córdoba; encomend. de
Díaz (Montes p. 67)
TINAQUEUPÚ, 1622, puelche entre pehuenches de la Cordillera. Estuvo en el
Parlmento del Marqués ese año en la Estancia del Rey con los Caciques Güillipel, Guilliguru
y Puya (según el Padre Diego Rosales y Casamiquela 1995 p. 141.)
TILTO MAULI, apellidado del cac Ancal, pehuenche de 1791 (Cabrera: Aborígenes
del Cuyo p. 322)
TIMBAC SARA, 1586, cac. comechingón de Guaquli Tilara, Sierra de Achala,
Códoba; encomendado de Tejada (Montes p. 68)
TIMBAS, 1573, cac. comechingón de Ati Sacat, Conchuluca, Córdoba; encomendado
de Chávez (Monts p. 46)
TIMBILAS NAVIRA, 1579, cac. comechingón de Timbilas, Córdoba; encomendado
de Mitre (Montes p. 80)
TIMICHO, 1577, cac. comechingón de Chimuli Sacat, S:O: de Quilcia, Córdoba;
encomendado de Ardiles
TIMICHO, 1591, cac. comechingón de Checun Sacat, S.O. de D.Funes, Córdoba;
encomendado a López
TIMPALSA NAURE, 1573, cac. comechingón de Tala Naure, Sierra de Calamochita,
Córdoba; encomendado de Montañés (Montes p.80)
TINCA, 1573, cac. comechingón de Caminsis Sacat, Córdoba; encomendado de
Mejías
TINGA AMA, 1573, cac. comechingón de Tungi Sacat, Nusacate, Córdoba;
encomendado de Cabrera
TINTIBUR, 1792, cac. huilliche o ranquel que concurrió al malón contra Currilipi y
el 10 de marzo de 1794 asistió al parlamento de paz en San Carlos ( Arch. Mend. doc. 4, 8 y 9
de 1794)
TINTILA, 1584, cac. comechingones de Chacha Voca, Mala Mala Córdoba;
encomendado de D. Funes (Montes p. 67)
TINTIN NAGUNIS, 1598, cac. comechingón de Tintin Sacat, Serrazuela, Córdoba;
encomendado de Tejada.
TINTIN TALA, 1575, cac. comechingón de Tintin Talalo, Córdoba; encomendado de
Ardiles (Montes p. 51)
TIN TIN, 1578, cac. comechingón de Patun, Río Quinto, Córdoba; encomendado de
Mitre (Montes 79)
TINTIN NAVIRA, 1579, cac. comechinón de Guaslaco, Río Quinto; encomendado de
Mitre ( Motes p. 79)
TINTIRA HARABA, 1583, cac. comechingón de Muxigasta, Puchun, Córdoba;
encomendado de Coria (Montes p. 69)
TIQUI CHARABA, 1575, cac, comechingón de Tiqui Navira, Calamuchita,
Córdoba; encomendado de Villalba -
TIQUILIS, 1583, cac. comechingón de Guaco Sacat, S.O. de Quilino, Córdoba;
encomendado de Cabrera
TISCAP AHA, 1573, comechingón de Tava Baca, Panaholva, Córdoba; encomendado
de Luna (Montes p. 72)
TIRUA, 1612, cac. araucano de Chile; estuvo en el parlamento de Paicaví, el 7 de
diciembre de 1612.
TOCABO, 1598, cac. comechingón de Chicona Loma, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vellicia
TOCANA, 1573, cac. comechingón de Alisacat, Conchuluca, Córdoba; encomendado
de Ardiles (Montes p.46)
TOCLO SICLA, 1573, cac. comechingón de Halamo, Córoba; encomendado de
Tejada (Montes p. 57)
TOCO GASTA, 1598, cac. comechingón de Ciqui Ulpa, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vellicia
TOCOLINA, 1596, cac. huarpe de San Luis, aquien sucedió el cac. Macha, tributario
de Larca (Canals Frau: Arreglo entre encomenderos del siglo XVI (En Anales Inst.
Etnogr. Americ., Mendoza V, 1944 p. 251)
TOCOLMA, 1596, cac. cuyano, antcesor del cac. Larca; encomendado de L. de
Guevara
TOCO MÁN, 1883, cac. huilliche del Neuquén, hijo del cac. Valentín Sayhueque.
TOCONON CHUCTAVI, 1591, cac. comechingón de Visi Hen, Tulia Cabiche,
Córdoba; encomendado de Suárez
TOCONON COSTIN, 1576, cac comechingón de Toconon Henen, Córdoba;
encomendado de Velazquez (Montes 60)
TOCSAN CACHI NAGAN, 1587, cac. comechingón de Nasi Vagan, Salsacate,
Córdoba; encomendado de Albornoz (Montes p.70)
TOCUYO, 1890, capitanejo pehuenche del Neuquén
TOCHI, 1579, cac. comechingón de Muni, Río Quinto , Córdoba; encomendado de
Mitre (Montes 79)
TOGUIN MAZA, 1584, cac. comechingón de Viche Sacat, Mojigasta, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p. 73)
TOJO, 1870, capitnejo ranquel del cac. Mariano Rosas en Leuvucó (Lita del P.
Donati)
TOLAY, 1785, capitanejo phuenche de Malalhué que intervino en la Guerra a Muerte
( 7.2.1785)
TOLEDO, Faustino, 1855, capitanejo ranquel en Junín. (R.Pérez: Apunts para la
Histoia de Junín.
En la tribu de Ignacio Coliqueo de Los Toldos (B.A.) encontramos unos cuantos de la
familia Toledo que alguna vez se transformó en Unaiché o Mellado.
Por ej. Toledo Unaiché , Juan n. 1860 cas. c. Francisca Calfiao n. 1880 es hijo de
Manuel Unaiché y Juana Toledo - Maros Toledo Colhuán n. 1853 era hijo de Ignacio
Toledo Colhuán. cas. c. Rosa Seguí , hija de Leona Seguí (Seguí era caciquillo en Junín) y
otros…
TORIANO, Martín
TORIANO, Martín, algunas veces llamado Toriani, era en 1820, “cacique mayor de
los indios (pehuenches) chilenos”.
En su juventud fue salteador de caminos, también lo hacía en la Pampa argentina.
En 1818 luchó primero a favor de los realistas con Curriqueo (Grau: Fuerte de 25 de Mayo, p.
114) En 1820 y 1821 se reunió con los caciques Juan Neculmán y Chuica y los pehuenches de
Neuquén y de Mendoza. Hizo causa común con los Pincheiras y sus guerrilleros realistas (T.
Guevara: ob .cit. l9l0 p. 200) V. Benavides, después de su derrota en Concepción (27.10.20).
llamó a Toriano, “el más viejo y respetado”, a Magüin y a Mariluán y los comprometió para
la guerra en Yumbel (Vicuña Mackenna: Guerra a Muerte. p. 411). El 24 de Diciembre de
1820, el general Pico, ayudado por Toriano. dio un golpe furioso a los patriotas en Chillán (ib.
p. 443). En 1822, las expediciones de los generales Freire y Bulnes que penetraron en la
Araucanía, cayeron también sobre los pehuenches.
Ocurrió entonces que el cacique Melipán se decidió a pelear “por la Patria”,
haciéndolo contra Toriano, matándole unos 200 hombres. Finalmente lo empujó hacia la
pampa argentina. Melipán accionó entonces con más de 1.000 indios comprometidos con los
patritoas. Y el Gobierno le encargó perseguir a las tribus realistas hasta la misma Pampa. Así
llegó a cruzar la vasta planicie, llegando en Abril de 1822 hasta Melincué. Más tarde se
afincaron los indios de Melipán y V. Coñuepán en la Argentina. En 1825, varias provincias
buscaron realizar una junta de paz con los nuevos habitantes chilenos de la Pampa y con los
viejos pobladores. Toriano se presentó a la cita y asistió al parlamento de paz que se efectuó a
orillas de la laguna del Guanaco (Prov, de Córdoba) el 20 de Diciembre de 1825. Asistieron
en la reunión unos 50 caciques y más de mil indios (AGN S. X 27-7-6). En otra reunión
similar, al que asistieron pampas y borogas sobre el Arroyo Pecuén, el 25 de Abril de 1826, la
concurrencia estableció entre otras cosas en el Artículo 9º que se mandase chasque al cacique
Toriano para que como cacique mayor de los indios chilenos, entonces en paz con la Capital
de Chile, entregase a los hermanos Pincheira. Que él podía movilizar unos 4000 indios y 100
más del cacique Zúñiga. Este Zúñiga era compinche de hacía tiempo. El sargento mayor Juan
de Dios Montero, patriota, que acompañaba el contingente de Melipán y Coñuepán, escribió
el 2 de Noviembre de 1827 al coronel Estomba, comandante de Tandil, que los “españoles”
(realistas) del fascineroso Pincheira y Toriano mantenían un efectivo de 1.000 y más naturales
y estaban sobre armas; que habían tomado todos los caminos y cortado toda correspondencia
con Chile de manera que no podían ni regresar ni concluir su misión. Que ofrecía, en
consecuencia, sus servicios a esta provincia (Bs. As.) (AGN S. X 14-6-1). En la biografía de
Melipán y de Venancio Coñuepán -opino que- he demostrado qué acogida les dio Rosas.
Toriano concurrió también al parlamento de Chacarita habido con Rosas. Rosas lo armó, el 23
de Nov. de 1830. Hacía poco que Toriano y sus aliados habían hecho un malón a la gente del
cacique M. Rondeao (11.XI. 1830. Fernández,J. 2001 p 108) Al regresar de Buenos Aires, el
Comandante Miranda y el cacique Caniullán con 50 soldados de escolta, encontraron en
Guaminí la chusma de los borogas sola, porque los guerreros habían ido a invadir a la tribu
de Toriano.Luego se unieron con los ranqueles y unitarios de Córdoba (Fernández, J. 2000
p.99)
Juan M. de Rosas, antes de decidirse a realizar la Campaña al Desierto, envió unas
expediciones por medio de su activo ejército de Bahía Blanca, mientras que buscaba
contactos diplomáticos aún con los indios de Chile y su gobierno nacional. Con lisonjas o por
medio de amenazas imponía a ellos planes y proyectos.
El 12 de Abril de 1830, una expedición al mando del coronel N. del Valle atacó la
toldería del cacique Chocorí. Este huyó a los toldos del cacique Toriano que se hallaban
entonces sobre el Chapaleufú. Poco después Manuel V. Maza escribió al gobernador Rosas
por intermedio del coronel Angel Pacheco una elogiosa carta sobre Toriano, diciendo: “El
cacique Toriano es uno que, hace tiempo, es amigo. Tiene sus tolderías... en el Colorado. El,
en prueba de su amistad, se declaró enemigo de los Pincheiras y de los que no eran amigos
nuestros. Felizmente todos ahora parecían conciliados y se mostraban en amistad con el
Gobierno. El Comandante Miranda con 30 fue a los toldos (de Toriano). Media tribu salió a
recibirlos. Regresó con 60 indios y capitanes. Está en (la estancia) San Martín con el
Gobernador. Vinieron dos oficiales que han estado con el cacique Caniuquir; está en casa de
Ezcurra. Morales puede escribir a Toriano...” (Arch. Mus. Hist. N 1951: 30.11.30).
A principios de 1831, Toriano hizo un tratado de paz con el coronel Martiniano
Rodríguez de Bahía Blanca. El 3 de marzo de 1831 Alonso Rosas llegó con cuatro caciques
de Toriano a Bahía Blanca: con Catreu, Pral, Huentenao Leffenal y con Capainá. Pincheira.
entre tanto, había perdido fuerzas, especialmente después de la Matanza de Chacay.
J. Fernández que se documentó especialmente sobre esta época en su trabajo de
2001 en “El Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827 – 1831) Bs.As. en
Revista Nuestra Historia Nº 49 / 50, dice que el 11 de Mayo de 1831 Julián Hermosilla tuvo
un ataque sobre el Río Diamante, tomó 200 caballos, hizo 55 cautivos, entre ellos la mujer de
Hermosilla.
Rosas escribió entonces al gobernador de Mendoza (el 19 de Julio de 1831): “A mis
combinaciones se ha debido que el poder de los Pincheiras se fuese debilitando... Yo trabajé
con suceso, consiguiendo separar de los Pincheiras a las tribus fuertes de los Boroganos,
haciendo alejar de la Cordillera a Toriano...” (Diario de J.M. de Rosas, Ed. Sudestada. 1965.
p. 53)
Sí, el cacique Toriano se había declarado amigo de Rosas, pero después invadió y se
retiró a Salinas Grandes. (AGN 5. VII Biedma 10-4-14 del l.6.31 y S (.V) X. 28-6-2). El 25
de Agosto de 1831 atacó y asesinó al cacique Reynaquel (AGN S. VII Biedma 10-4-14).
Gervasio Rosas convocó a los indios a un parlamento en Tandil. La lista de los
caciques presentes la encabezó el cacique mayor Toriano y siguen: 2. Calfián. 3. Tacumán,
4.Antuán. 5.Guilletrum. 6.Aciduám. 7.Charnán. 8.Quiñigual. 9.Chocorí. 10.Chananil:
11.Huincán. 12.Cano antig.. l3.Epuán, 14.Nacui luán, 15.Felipe. Y los capitanejos eran:
Voluan, Amagual, Mancoln, Llanca deu, Vo luán, Candel,. Llimelín, Güené, Quiñeguán,
Guaylé, Llaiquimil, Tranual, Raupiñ,. Viñanque, Chananil (por Cheuqueta) (AGN S.VII
Biedma 10-4-14: 19.11.31. Chocorí fue excluído).
Pero las promesas de paz se esfumaron pronto. Aparentemente los jefes de Bahía
Blanca recibieron la orden de atacar a Toriano en la primera oportunidad que les pareciera.
Tal se desprende del documento del 10 de Abril de 1832: AGN S 32-6-1)
En mayo de 1832. unos 2.000 indios de la obediencia de Toriano invadieron la zona
de Azul y de Tapalquén, “en un malón de desagravio” (Diario de la Comandancia de Bahía
Blanca).
Casi al mismo tiempo, el coronel M. Rodríguez organizó sigilosamente una
expedición al Chadicó, a unas 30 leguas al noroeste de Bahía Blanca: estaban faltos de
caballos. Así. el 27 de Mayo de 1832, partió el coronel con 164 soldados sin caballos, a pie.
con rumbo a los toldos de Toriano. El cacique viejo estaba aún durmiendo, cuando el 1º de
Junio 1832 lo atacaron sorpresivamente, rodeándolo. Los indios que no habían salido en
malón, no lograron organizarse. Lo primero fue logrado en 15 minutos: les arrebataron la
caballada. En la pelea murieron más de 100 indios. El cacique y más de 1000 indios fueron
conducidos como prisioneros, llevando consigo a 37 cautivas y 400 vacas que venían bien
para la hambrienta guarnición de Bahía Blanca. (Parte del 10 de Junio de 1832: AGN. S .X.
27-7-6).
Confirma el Sargento Mayor Dn. Fabián González la información en su “Resumen
de los servicios del Sarg. Mayor Fabián González (inédito, cuya copia poseo): “El 1º de Junio
de 1832 acompañé a las tropas de Bahía Blanca (100 infantes,30 caballos, 20 montados, 40
leguas al NO, en 5 días) que atacaron sorpresivamente a las tribus del famoso cacique Toriano
en sus mismas tolderías, situadas en los montes de Mamuil Mapú, cuyo resultado fue la total
destrucción de aquella masa formidable de bárbaros”
Cuando los indios de Toriano, que habían salido en malón, llegaron de nuevo a su
toldería,. encontraron sólo vestigios de su desgracia que se completaría con la noticia del
fusilamiento de su anciano cacique Toriano. (Ferracuti: Las expediciones militares en los
orígenes de Bahía Blanca, p. 98 ss)
El coronel M. Rodríguez fue ascendido, por esta acción militar. J.M. de Rosas, a su
vez, procuró explotar ese “triunfo resonante”. Los borogas, resentidos contra el cacique
Toriano desde tiempo atrás, solicitaron la cabeza del cacique prisionero. El 25 de Agosto ya
se la iban a entregar, cuando Rosas ordenó fusilarlo. Murió el 30 de Agosto de 1832 (Grau:
Fuerte de 25 de Mayo. p. 121)
M.A. Vignati opinaba, en Ensayos e Investigaciones (Acad. Nac.Nº. 13,. 1972, p.
104) que la documentación existente en el Archivo General de la Nación había sido alterada y
citó un relato de Fitz Roy sobre los sucesos, como sigue: “...El comandante Rodríguez atacó
su toldería (la de Toriano), poco antes de salir el sol y capturó a los ancianos, mujeres y niños.
Toriano fue fusilado a sangre fría junto con otro cacique y varios indios de menos categoría:
luego le cortaron la cabeza y la conservaron en el Fuerte por algún tiempo, para convencer a
sus secuaces de su muerte. Era tanto su prestigio que su gente había creído que era
invencible”. (Fitz Roy: A narrative. 11 p. 106)
Rosas hizo comunicar a los borogas de Masallé que, unidos a las tropas de Bahía
Blanca (a las órdenes del coronel Rodríguez) y de Tandil (de Del Valle) debían combatir a
muerte a los rebeldes indígenas enemigos del finado Toriano,. de Cañiumcuil, Cumiú, Lipil,
Cayupán. Pichín, Chocorí. Choiqueta, Chañincuil, Namuncurá y otros (Carta de M.
Rodríguez al teniente coronel D. Manuel Delgado. Jefe de la División de Boroganos).
Pero justamente estos “enemigos rebeldes” actuaron contra los borogas de Guaminí,.
dos años más tarde, en el asalto de Masallé del 8 de Octubre de 1834, con anuencia de Rosas
y de los jefes militares de Bahía Blanca (Verse Rondeao o Melín).
[Como curiosidad agrego que en Estados Unidos había también un cac. Toriano
famoso]
TORO, Manuel (Torele), 1781, cacique pehuenche (pehuelche) que vivía cerca del
Río Colorado. En 1782 tenía unos 40 toldos en la zona de la Sierra de la Ventana. Hasta fin
del siglo, hizo causa común con los caciques Lorenzo Calpisquis, Guayquilef. Quintuni y
Negro. Ellos concertaron tratados de paz con los Virreyes de Buenos Aires.Vivía ya en 1781
en la zona de Casuhatti. Era un cacique de mayor edad y con múltiples conexiones, incluso en
la zona del Río Colorado (Zizur 1781 p. 81) y con parcialidades no aliadas con Calpisquis.
En 1786, el cacique Toro y el cacique Chanel (Negro) recibieron del Virrey de
Buenos Aires un bastón de mando con puño de plata y un pellón encarnado, regalo que les
halagaba (Torre Revello: Sociedad Colonial, 1970, p.7 1) El año 1788 lo halló Manuel Pinazo
en Salinas Grandes. En 1790 acampó por Tapalquén. Desde allí viajó a Buenos Aires para allí
visitar al Virrey. En 1792, de nuevo visitó al Virrey comunicándose con él por intermedio de
su lenguaraz Juan Gregorio Girado que dominaba el idioma “pehuelche” (AGN S.IX 1-4-3; p.
225 – 340) Chascomús 29.9.92). Hubo visitas anteriores también, de manera que vemos que
estos caciques eran bastante desenvueltos. “Decían de él que era leal y nada interesado”
En 1794, los caciques Cañiupayún, Lorenzo (Calpisquis), Toro y Carripilún hicieron
una junta de paz en Salinas Grandes —era durante la Guerra Pehuenche— y solicitaron que
los indios de Malalhué, al mando de Pichintur, se unieran a ellos en la paz (Arch. Mend. doc.
8: 21.3.94). El 2 de mayo del mismo año se realizó otro parlamento general de paz y también
en 1795 fueron reconocidos como “indios de paz, indios amigos en la pampa y en la Sierra de
la Ventana” (Arch. M.H.N.99. Doc. 7) El cacique Toro asistió al parlamento de paz en el
-Octubre de 1796 fue sucedido por su hijo (según AGN. S.IX 1-4-3 p. 336) sin indicar su
nombre ; pero indica siguientes legajos: AGN IX 1-4-3; 1-5-1 p. 275; 1-6-5 p. 551 y 1-6-6 p.
613)
Sin embargo tenemos otra noticia de 1802, que decía que el cac. Toro había ido
nuevamente a Buenos Aires. presentándose también en el campamento del Monte. Fue quizás
su última visita al Virrey. (Sánchez Zinny: Guardia de San Miguel del Monte. pp 129 y 377 y
AGN S. IX 1-4-6)
TORO MELÍN, 1821, cac. patriota en Chile. Era hijo del cac. Meliñancú (T.
Guevara, 1910 p.295)
TOROÑÁN, 1774, cac. pampa ranquel. Era hijo del cac. Catruen, primo de
Nahuelpán y sobrino del cac. Lincón. Ese año comieza a haber noticias de él, porque los
españoles habían decidido avanzar sobre sus tolderías. A la comandancia Cañada de Escobar
había llegado “el cac Alfigner (alias Zorro Negro) con la noticia de que el cac. Nahuel Payún
y Caneupí avanzaban a Toriani ( lea Toroñan) Millán, Catencapu y Guayqui Lauquen, -los
cuatro ranqueles malditos”. Toroñán vivía en Cruz de Guerra (Partido de 25 de Mayo).
Habían hecho una alianza con Nahuelpán y tehuelches. En oportunidad de ir a Buenos Aires
en razón de comrcio fue apresado. (Joseph Vague AGN IX 1-6-1 escribió el 19 de Agosto de
1774 que el cacque Toproñam pasaba a la Capital con algunos indios y chinas a vender sus
productos. Dice también que una partida de aucas había llegado a los toldos de Nahuelpán. Lo
confirmaron cinco indios de Caniupy y que traían algunos ponchos de sus parientes de Chile.
Mandaron a Toroñam a Buenos Aires, donde vendería mejor (pero pensaban que los iban a
apresar). El 28 de Agosto de 1874 fueron apresados . Sus toldos fueron atacados con la orden
de matar a todos los mayores de 8 años (AGN. IX 1-6-1 p. 614, 619, 622 y IX 1-4-4 p. 110,
112, 420 s y 425 y IX 1-6-1 p. 614 y 619) En Agosto de ese año se escribió esta nota: “El cac.
Toroñán, su hijo, 14 indios y 7 chinas acaban de ser asegurados en la cárcel de esta ciudad,
dispuestos para embarcarse para Montevideo (AGN IX 1-5-9, Zanjón oct. 1774 y 1-4-1 . 412
y 1-6-1 p. 619. Este hecho se consideraba entre los indios como injusto y produjo un
movimiento entre los ranqueles que querían vengar al cacique prisionero. 1775 el cac.
Toroñán (hijo) se presentó como rehén por su padre prisionero (Crivelli en Rev. Todo es
Historia 1991). Pero ése no volvió del Uruguay. 1779 participó en una concentración de
fuerzas en el Oeste de Salinas Grandes, mientras que enviaron al cac Catruen como delegado
a Buenos Aires a gestionar la paz y libre comercio. Ese también fue aprisionado (Crivelli ib.)
Se decía en 1779 que Catruén, no obstante de gestiones de paz, estaba planeando un ataque a
Salto en represalia de la captura de su primo Toroñán y de otros parientes suyos (ib. Todo es
Historia 1991 AGN IX 1-4-4 p. 485 y 1-5-1 p. 172s). - Triste historia.
TORO o Toyo (según la pronunciacón de la “r”), 1872, capitanejo ranquel del cac.
Mariano Rosas de Leuvucó. Posteriormente huyó con los indios de Baigorrita ante el avance
de los expedicionarios. 1879 fue alcanzado y muerto en Luan Toro (Depart. Conhelo, La
Pampa) por el Regimiento 6º de Línea (Piana: Toponimia de la Pampa ed. EUDEBA 1981 p.
75)
TOS, 1608, cacique sanjuanino sobre el camino a Mendoza
TOSCUNO, 1613, cac. sanjuanino encomendado a Lemos (Rusconi vol IV. )
TOTAMO, 1588, cac. querandí del distrito de Bueno Aires (Outes, F. Luz sobre
querandíes. 1936 p. 11) El P.Alonso de Bárzana, jesuíta, escribió en 1594 a su Provincial de
otro cacique en Singlitón (Sta. Fe). Decía que tenían otro idioma.
TOTOC CHARABA, 1575, cac. comechingón de Taca Sacat, Olahen, Córdoba;
encomendado de Bustamante
TRACA NATO, 1836, cac. araucano que participó en el malón contra Bahía Blanca
(1837) que debía vengar la muerte del cac. Venancio Coñuepán (AGN X. 20-10-1: 24.8.37)
TRAFEL ver Trapel
TRAI CAL, 1834, capitanejo ranquel; figura en la lista de la tribu de Llanquelén de
Junín. ETIMOL: Trai: grito del ; Calquin: aguilucho
TRAY GUÁN 1797, cac. ranquel. En ese entonces estaba en enemistad con
Llanquelén (Arch. Mend. 1797 doc. 31)
TRAI MÁN, 1881, capitanejo pehuenche – huilliche que obedecía al cac.
Sayhueqe. El 23 de abril de ese año, el Sargento Mayor Julio Alva ordenó su captura, el día
que viniera con 80 indios a Carmen de Patagones. Vinieron, porque el Gobernador les había
prometido un pedazo de campo. El Mayor Lucero había conferenciado con ellos sobre el tema
en Piedra de Aguila “Y no hubo ningún barullo”. El 6 de Mayo vino, pues, conducido por otra
partida de soldados al mando del Comandante Gil (Campaña al Lago Nahuel Huapí)
1883, el Padre Dominmgo Milanesio halló en Choele Choel unos 1000 indios en el
campo de concentración, pertenecientes a las tribus de Cipriano Traimán, Pedro Purrayán y
Juan Pereira (C. Bruno: Los Salesianos en la Argentina I. 1982 p. 291)
TRAI PÁN,, 1860, cac. pehuenche de Malalhué. El cac Llancaqueo reclamó ese
año al Gobernador de Mendoza por haber entregado y traicionado al finado cac. Traipán
(Arch. Mend. Carp. 123 doc. 20. No explica el asunto).
TRAI PE, 1821, cac. araucano de la Reducción Muco, donde hoy es el pueblo
Lautaro (T.Guevara , 1910 Cap. VIII) Traipe actuó en la Guerra a Muerte con Curriqueo y su
hermano Maliqueo en la zona de Temuco
TRAIPÍ, Miguel, 1875, caitanejo de Namuncurá en Salinas Grandes. En Mayo de
1875 fue enviado con el famoso documento y cartas con proposiciones de paz al Cnel. Yturra
en Bahía Blanca. Poco tiempo después en idéntica misisión se apersonó al Cnel. Levalle. Este
retuvo la comisión, lo que sucitó una gran indignación en Salinas Grandes. Fue éste un
momento álgico para los salineros, porque veían venir el avance de A. Alsina, cuando ellos
querían salvar su situación por un tratado de paz. Entendieron que los estaban entreteniendo.
Namuncurá en represalia retuvo de rehén al capitán Salvador Correas. Coincidió esa agitación
con el viaje del Padre Salvaire a Salinas Grandes. Miguel Traipi y Salvador Correas habían
acompañado al Misionero hasta el Fuerte Lavalle, donde tuvo que abandonar su primer
intento de llegar a presencia del cac. Namuncurá. Durante ese viaje, el capitanejo M. Traipí se
enfermó y su hija Lucía que lo acompañaba, fue violada en ese Fuerte. El Padre Salvaire tuvo
que abandonar entonces su primer intento de su excursión apostólica. El cac. Namuncurá le
envió entonces una carta, expresándole el disgusto que tenía por la retención de los
capitanejos Traipí, Payllanao y Calfunir. (Hux: Una excusión apostólica del Padre Salaire a ..
Ed. ECA 1979 p. 27. 29 y 77)
TRAIPI LAFQUÉN, 1770, cac. araucano – pehuenche de Quecheregua se sublevó
con el cacique levantizco Curiñán. La Paz celebrada luego en Negrete costó vacas y mucha
plata (Menchaca, Nahuel Buta p. 151) . 1797 aún seguía recibiendo subsidios del Gobierno.
TRAI QUEO, 1854, cac. huilliche; hizo un malón con los caciques Llanquetruz IIIº
y Chocorí sobre Carmen de Patagones y la tribu de Ancalao. Decían luego que lo haían hecho
por orden del Gral Urquiza (AGN X 27-7-6).
TRALCA, 1830, capitanejo pampa que fue muerto por la expedición del Mayor
Villalba, el 30 de abril de 1830 (AGN X. 27-9-6) Tralca : fusil o estampido de fusil
TRANA MÁ, 1825, cac. ranquel o pehuenche que asistió ese año a dos parlaments
de paz, en abril con los hermanos Oyuela y en diciembre sobre la laguna de Guanaco (AG X
27-7-6)
TRANAMÁN, 1872, cac. pehuenche (picunche) del Neuquén. En agosto de 1872,
el Gobernador de Mendoza ofreció a los cacques picunches un tratado de paz, para
contrarestar la influencia chilena en la zona. El lenguaraz chileno Miguel Castro presentó
para eso a los caciques Caepí y Tranamán y luego a sus capitanejos Necul y Lincomán. (El
tratado se halla en el Archivo de Mendoza, carp. 123 doc. Doc 44) Tranamá vivía sobre el Río
Barrancas frente al Paso de la laguna Maule. Tenía unas 200 lanzas. Comerciaba con Chile
(Olascoga I. p. 42) 1879 fue atacado por las tropas expedicionarias del Cnel. Ortega, al Norte
de Neuquén. La división salió de San Rafael y el 9 de enero atacaron a los indios de
Tranamán , Udalmán y Millaluán. Les hicieron 35 prisioneros y tomaron mucha hacienda.. El
parte no nos indica a cuäntos han muerto. (Olascoga I. p.114 y 235) ETIMOL: Trana:
derribado, manque: cóndor
TRANA MILLA, 1820, cac. araucano de Huequeñ (Chile) Por entonces estaba
afiliado al bando los de patriotas, participando en la Guerra a Muerte.1834 acompañó a los
caciques Cheuqueta, Calfucurá y A. Namuncurá a la Pampa para el asalto de las tribus
borogas de Guaminí y Masallé (El 8 de sebtiembre de 1834. Estaban de acuerdo con los
militares de Bahía Blanca; lo prueba el hecho que Calfucurá y Tranamilla se presentaron aún
antes de que se presentaran los damnificados por el malón, para avisar la muerte de los
caciques mayores Rondeao y Melín y mucha gente (AGN X 24-8.6; 14.10.34). Rosas no
quiso que los borogas expedicionaran contra los invasores chilenos, -pues él los había
contratado-,. En cambio debían expedicionar contra los ranqueles y aún contra sus hermanos
borogas que se encontraban refugados entre ellos. Desconcierta esta carta, entre la frondosa
correspondencia de Rosas, que escribió el 20 de septiembre de 1834, en la que felicita al
Cnel. M. Rodríguez diciendo: “El mérito de esta jornada es altamente recomendable…Los
indios felizmente apresados; a Chanamilla y Calfucurá…deben ustedes conservarlos en
completa seguridad. A nadie den libertad hasta que yo mismo lo permita…” Por otros
documentos sabemos que las tropas habian llegado a Salina Grandes y cerca, asaltaron una
toldería; pero no era de los huilliches, sino de borogas que el cacique Cañiuquir quiso
defender. Se decía que el cac. Calfucurá había huído. Yo, de todo modo, creo que ni
Tranamán ni Calfucurá han sido presos.
23 años más tarde, el cac. boroga Ygnacio Coliqueo se queja de Tranamil (puede ser
del mismo que nombramos aquí) “..que es él que más viene en las invasiones a corresponder
el servicio que le hicimos”. Suena enigmático, pero quizás da una pista para mayor
investigación. (AEM Nº 4139: 23.10.67) ETIMOL: Oro: milla Trana: labrado o matillado
TRAPOLL (o Trapell, Trafell) 1869, cac. chileno que vino a reforzar las fuerzas de
Calfucurá, quien quiso defender a todo trance la isla Choele Choel. En septiembre de ese año,
Calfucurá lo mandó junto con Gabriel Raiñ y Huenchuquir al Azul para que buscasen la
ración trimestrial de los salineros. Pero los militares los retuvieron. Entonces Calfucurá hizo
una protesta vehemente (AEM doc de 15.8.69 y 19.9.69) ver Namuncurá 1869
TRARIPA, 1870, capitanejo boroga del caciquillo Juan Painequeo o ya de Coliqueo
TRAREÚ, 1877, (de la tribu de Piseñ) representante del cac Payún [ver Nº 324]
TRARÚ, 1820, cac. borog chileno, entonces adherido al guerrillero Gral J. M.
Carrera. Según información de éste, vivía en Ganzú Lauquen (hoy Santa Teresita, Dep.
Guatraché, La Pampa) Después del asalto de Masallé en 1834, estuvo con los caciques que
entregaron cautivos a Rosas (AGN X. 24-9-1) ETIMOL: Trarú : carancho
TRARÚ LEMÚ, 1821, cac. araucano de Angol. Implicado en la Guerra a Muerte,
junto con los realistas. En la batalla de Zapata en San Carlos, el 26 de noviembre de 1821,
después que Benavídes había huído, se retiró también Marihuán a sus tierras (Guevara T.
1910 p. 193)
TRECA LEN,1794, cac. ranquel de las pampas. El 2 de Mayo de ese año estuvo en
un parlamento de paz en San Carlos (Mendoza). Don Luis de la Cruz en su Diario dice que
Trecalén era hijo de Manquiel ETIMOL: Treca : loro Len: ser, es
TRECA MÁN, 1806, cac. pehuenche “Reducido en Antuco”; era el hijo del cac.
Topalasquén. En 1806 avisó al viajero Luis de la Cruz, durante su viaje por La Pampa, que se
cuidase del cacique Curalén, porque quería matarlo (Diario en De Angelis I. 1910, p. 136) El
mismo viajero lo describe de rostro agradable, afable, cálido, fiel y rico en hacienda. Había
estado en abril en el congreso (parlamento) convocado por de la Cruz, con Manquelipe y
otros.1819 estaba por entrar en guerra contra los patriotas que venían avanzando hacia el sur;
pero el Gral Alcázar consiguió convocar a un parlamento en Antuco. Allí Trecamán,
Calfuqueo y Huancamilla prometieron mantenerse en neutralidad .
TRECÁN, 1845, capitanejo pehuenche al servicio de Calfucurá En Rev. Arhivo
Azul Nº 2, 113). 1849 llegó de nuevo al Azul junto con el capitnejo Pegüil, desempeñando
una misión en nombre del cac. Calfucurá. 1865 estuvo en Salinas Grandes. Llevaba a 200
indios y estaba munido de un pasaporte de Valdivia, como Bernardo Namuncurá y se llamaba
primo hermano de Calfucurá. 1875 había muerto ya, cuando su hijo el capitanejo Chodi llegó
a Carmen de Patagones para buscar raciones del Estado (AEM 11.8. 65 y y 1875)
TRECA NAO, 1836, cac. chileno que maloneó con el cac. Raylef (AN X. 20.10.1;
25.8.36)
TRECU LEO, José María, 1867 – 1946, capitanejo huilliche; era hijo del cac.
Molfiqueo (Trad. Sangre). Vivía en San Ignacio, Depart. Huilliche, ( Neuquén)
TREGLÉN (Cheglén) 1796, cac. pampa ranquel del Río Quinto que ha dado
muestras de fidelidad en la Frontera. 1786 había hecho un pacto de paz con el Gobenador de
San Luis; quiso asegurarse su querencia sobre el Río Quinto, como el cacique J. G. Blanco
(Mariluz Urquijo, 1964 p. 229 y Arch. De Córdoba, Sec. Gobº T. 20). 1796 renovó la paz con
el Comandante Gordo y se ofreció para defender con sus indios la frontera en caso de
invasión (ib.) El 16 de noviembre de 1790, el cac. Treglén, cac. principal, fue obsequiado en
Córdoba con un rico uniforme y espada (doc. 46, 1799) Barrio Nuevo Imposti: Historia de
Río Cuarto vol. I p.88) A esa propuesta de paz se adhirió también el cac. Carripilún. En el
gran parlamento de paz y de reconciliación en Chillán en marzo de 1798, aportó noticias y
ofreció su cooperación (AGN Sec.Gobº ,Intendencia de Còrdoba 1798/ 99)
TREGÜENTO 1882, cac. huilliche, que estuvo con el cac. Curruhuinca en el Lago
Lácar. De allí escribió una carta al Gral. Wintter (Cliften Goldney: Namuncurá p. 151)
TREHUEL PIE, 1872, capitanejo ranquel que figura en la lista de capitanejos de
Mariano Rosas en Leuvucó. Lista del Arch. de Emilio deVedia y Mitre.
TREINAO (PROB. RAINAO) 1881, cac. pampa, al que las tropas expedicionarias
hallaron sobre el Río Limay. Concluída la Campaña, el 6 de Mayo de 1881, lo dejaron a
orillas del Lago Nahuél Huapí (AGN S.VII 7-5-3)
TRE LEUF (Tre Leufú) 1882, cac. huilliche. Lo sometieron las tropas del Cnel. N.
Palacios de la Brigada del Cnel. Godoy, junto al los caciques Inacayal y Curuhuinca (AGN. X
43-6-10) Trelew, topónimo galés tiene la misma pronunciación
TREQUE PÁN, 1881, capitanejo picunche, sometido por las tropas expedicionarias
TRERQUE GÜIR, 1777, cac. huilliche
TRETUC, 1820, cac. pampa, incluído en la lista de los caciques que aceptaron el
tratado de paz de Miraflores (ver Ancafilú).
TREURE PÁN, 1833, cac. pampa que fue muerto por los expedicionarios de
Rosas (Inorme de Rosas en AGN X 27-5-33: 25.3.34)
TREUTRIF, 1887, capitanejo pampa del sur de Valcheta, Río Negro. Pertenecía al
cac. Sharmata.
TRICA MÁN, 1829, cac. pehunche que entonces se adhirió a los pincheirinos. El
14 de enero de 1832 murió en el campamento de ellos en Neuquén por el asalto eficaz del
Gral. M. Bulnes (chileno) y sus tropas. Murieron a la vez los caciques Neculmán y Coleto (h)
(T. Guevara Historia de la Civilización III. p. 254) ETIM: Manque: Cóndor Treca:
derribado
TRICAO, 1796, capitanejo pehuenche que fue muerto en un malón contra los
huilliches, anota Luis de la Cruz en su diario (en: De Angelis I. p. 236) Calfuqueo lo mandó
salir de su antiguo malal para esa expedición. Una noche fue sorprendido, muerto cuando
dormía. Su mujer había sido la mujer del cac. Millanán, la que había raptado.
TRICNÍN ( o Trinín, Triguín) 1820, cac. pampa que fue incluído en el tratado de
paz de Miraflores (7.3. 1820). Pero cuando pronto después, el Gobernador M. Rodríguez
expedicionó hacia el Sur y atacó a los pampas en el Río Chapaleufú, en vez de atacar a los
carreristas invasores. Tricnin acudió también a la defensa de los pampas. 1822 acudió con
tantos otros pampas y tehuelches en el parlamento que convocara el Cnel. Pedro Andrés
García en la zona de Tandil en 1826.
TRINTRICA,1860, capitanejo puelche. Vivía a 40 Kms al NO de Llancanelo
TRINTRI LONCÓ, 1820, cac. pampa que estuvo presente en el parlamento de paz
en la estanci Miraflores. Era un amigo de Ancafilú. (cabeza o cabello rizado
TRIPAY ANTE, 1620, cac. araucano que vivía sobre el río Puele. ( Etim: “Sale el
Sol”)
TRIPAY (ANTE) o Tipay, 1776, cac. pampa del Arroyo Cayrü. Ese año lo nombró
Manuel Pinazo en el diario de su expedición y lo llama cacique de paz (en De Angelis 1938
T.Vº y A. Yunque: Calfucurá. 71) En 1878 Tripay fue al encuentro del Maestre de Campo
Pinazo en Cabeza del Buey (hoy Bolívar) para comerciar con los expedicionarios En De
Angelis 1838 T.V Escobar 11. 12. 78) 1776 había sido censado por Diego de las Casas. Anotó
10 soldados de escolta y 6 toldos (en De Angelis IV. 1910 p.584. Más tarde, en 1801 y 1804
las crónicas mendocinas anotan su visita. En esa estaba acompañado con Anchín y Epulay
TRIPAY, 1655, cac. araucano que acompañó en su guerra de resistencia al cac.
Caupolicán y también Alcatripay (que puede ser de la misme estirpe. (Ver Caupolicán)
TRIPAY, José Victorio Ver López Nahuel (1862 en Junín; luego en Los Toldos)
TRIPAILAF, Benito, 1865, capitanejo pampa, hijo del caciquillo Ramón Tripailaf,
quien, estando en Junín, en el campo de Llanquelén, fue incorporado 1862, no sin resistencia,
en la Tribu del cac. Ignacio Coliqueo. 1868 se separó de ella para acompañar al cac.
Raninqueo quien formó entonces una tribu aparte en La Verde (Part. De 25 de Mayo). El
hijo, Benito Tripailaf pudo incorporarse como alumno en el Colegio de Larguía en Buenos
Aires, Catedral al Norte, becado por el Gral Mitre. Llegó a expresarse en francés e inglés. Un
día volvió a su tribu, donde quedó atrapado, porque su padre lo incluyó en la lista de los
capitanejos con sueldo ( y no “por su sensualidad”, como dice Alvaro Yunque en Calfucurá p.
376) Fue una época brava para ellos, como se leerá a continuación. Más tarde lo hallaron
también los misioneros lazaristas en Carhué, donde se había ubicado la tribu de Manuel
Grande y de Ramón Tripailaf.
T R I P A Y L A F, Ramón
Ramón Tripailaf entró, parece, por primera vez en la documentación militar en 1862,
siendo capitanejo de la reducida tribu de Pedro Llanquelén en Junín. Esa tribu había sido
deshecha en 1838, Tripailao se juntó probablemente más tarde a los sobrevivientes. La tribu
del cacique Ignacio Coliqueo, en su emigración del país de los ranqueles (en 1860) y que iba
a afincarse en “La Tapera de Díaz (Los Toldos, Partido de Gral. Viamonte), quiso incorporar
ese grupo a su tribu. Se resistieron, de manera que el cacique Raninqueo, en ausencia del cac.
Coliqueo, pidió ayuda militar en la Comandancia de Bragado. Y así quebraron su resistencia.
A poco de asentarse en “Los Toldos”, Coliqueo le dio a Tripailaf el empleo de un
oficial con sueldo del estado. Quizás reconoció su valor. Los ranchos o los toldos de
Peynequeo y Tripailaf estaban a unas cuadras distantes de los de los Coliqueo. Así lo señala el
plano catastral del agrimensor Octavio Pico, Duplicado Nº 14 del Partido de Gral. Viamonte
(Geodesia La Plata)
En la lista de oficiales de 1864 aún no figuran ni Peinequeo ni Tripailaf. 1865 el
“capitanejo” Ramón Tripailaf , acompañado de su hijo Benito y del indio Nahuel, su
lenguaraz, hizo una visita al Presidente Bartolomé Mitre y fue bien atendido. Puede ser que a
consecuencia de esta visita fue incluído en la lista de oficiales con sueldo.
. En el momento de la entrega oficial de la donación de la tierra de Coliqueo y su
tribu, Ramón Tripailaf entró en conflicto con el cacique principal y hubo disputas acaloradas.
Se preparaba el camino para la separación. Tripailaf y el cacique Raninqueo solicitaron el
arbitraje para el justo reparto de la tierra. Primero se les propuso que ocuparan unos sobrantes
que el agrimensor O.Pico había incluído. Pero no. Los disidentes solicitaron al Jefe de la
Frontera y al Sr. Presidente de la Nación un nuevo destino en la Frontera y un nuevo empleo
en la defensa de la Frontera (Arch. E.M., Marzo de 1867) De paso solicitaron al Gral. Mitre
la admisión de sus hijos en un colegio en Buenos Aires.
Se les propuso el nuevo destino en la Frontera adelantada hasta Loncagüé, al mando
del Cnel. Osorio. Finalmente recibieron la ubicación para sus toldos y la donación de seis
leguas cuadradas en la zona de la laguna La Verde (Partido de 25 de Mayo)
El 15 de Diciembre de 1868, Raninqueo y Tripailaf se dieron de baja en la lista de
revista de Coliqueo. En Noviembre ya de ese año, se confeccionó una nueva lista para las
tribus de Raninqueo y R. Tripailaf. Este figura como Sargento Mayor y cacique segundo de la
Tribu de Raninqueo (Hux. Coliqueo el Indio Amigo de Los Toldos ed. 3 de EUDEBA p. 97)
Dos capitanejos y 378 indios se fuerton a La Verde.
A continuación de la lista del Tnte. Cnel. y cacique Andrés Raninqueo, sigue la lista
del Sargento Mayor Ramón Tripailaf (segundo cacique) y Capitanejo: Benito Tripailao
En 1869 hubo un avance de la fronteras, lo que ofendió enormemente a las tribus que
tuvieron noticia de los planes futuras del Ejército. En 1870 además hubo graves atropellos a
los indios amigos del cacique Cañumil de Bahía Blanca y en Azul a los indios de Chipitruz y
Manuel Grande: dos saqueos y muchísimos prisioneros (como lo cuento en las biografías de
Cañumil y de Catriel). 500 lanceros de Chipitruz y Manuel Grande huyeron a la Verde y
luego se presentaron al Jefe de la Frontera Oeste, en el Fuerte de Garl. Paz, pidiendo amparo.
Pero éste Coronel completó el atropello, apresando a todos, por consejo del Ministro de
Guerra.
El cacique Juan Calfucurá de Salinas Grandes vino con un gran malón a vengar
esas injusticias. De paso se incorporó también las tribus de Raninqueo y de Tripailaf, pocos
días antes de la batalla de San Carlos de Bolivar (8.3.1872)
Tripailaf había sido informado de este plan con anticipación y, enojado como estaba
por los atropellos mencionados, se sublevó incluso contra su jefe, el cacique Raninqueo. Se
entregó con su gente a Calfucurá. Pero éste llevó a los indios de Raninqueo como cautivos
con cuantioso botín a sus tolderías en Salinas Grandes (AEM. Nº 6150 fha. 28.5.72) Los tenía
severamente vigilados. Tripailaf y los suyos andaban más libres.
En 1874, Tripailaf estaba boleando con indios del cacique Pincén, en Las Tunas (Part.
De Trenque Lauquen). Entre tanto deportaron a Raninqueo y a sus indios más al Oeste para
que no se escaparan a los cristianos.
Ocurrió durante la Revolución de Mitre, que el cacique Tripailao se presentó con 60
indios de lanza y 166 de chusma en el Fuerte de General Paz (Carlos Casares). De inmediato
fueron mandados a la Verde, donde habían estado antes. Y también un contingente del cacique
Manuel Grande fue llevado al mismo destino. Este, salido de la prisión de Buenos Aires, se
había juntado una paisanada y se refugió en la tribu de Coliqueo. Pero los Jefes de la
Frontera, temiendo que ese aumento de gente en “Los Toldos” podía traer malas
consecuencias y en un ataque que no llegó a causa mayor, exigieron que el cacique M.Grande
con su gente se separase de los Coliqueo y fuese a La Verde. Fue donde el mismo año se libró
la batalla en la que el nacionalista Coronel Arias sitiado por las tropas del Gral. Bartolomé
Mitre no sólo se sostuvo, sino que llevó a los revolucionarios a entregarse y a cancelar la
campaña.
No sé qué había pasado a los indios amigos de Tripailaf y de Manuel Grande. Pero a
consecuencia de la reorganización del Ejército, el Gobierno cortó a todos los indios amigos el
suministro de sueldos y raciones (Arch Municipal de Nueve de Julio, Lib.28 p.72; fha.
11.11.74)
El Ejército preparaba un gran avance de las fronteras, que el Gral. Adolfo Alsina en
1876 iba a avanzar con seis columnas del Ejército. Las tribus del Interior, sabiendo aún
detalles de este proyecto, organizaron rápidamente un gran malón a fines de 1875. Los indios
salineros y los de Catriel convocaron a todos los “paisanos” para prevenir y si posible impedir
el avance militar. El cacique Justo Coliqueo (hijo de Ignacio Coliqueo) pensaba aceptar la
invitación y arrastró una pequeña parte de sus indios al “Desierto”; su hermano Simón y gran
parte estaba en servicio en destacamentos. Justo Coliqueo sublevó a las tres parcialidades
vecinas al Fuerte Gral. Paz para incorporarlos a las tropas de Namuncurá y de Pincén. Pero
los suyos en Los Toldos se resistieron heróicamente, como describo in extenso, describiendo
la batalla de la Tapera de Díaz, del 9 de Octubre de 1876. Perseguidos llegaron a los indios de
Tripailaf, M. Grande y M. Díaz y los arrebataron consigo, porque el Comandante Matosso no
los protegió. El cacique Tripailaf lo acusó, meses más tarde, en una carta dirigida al Ministro
de Guerra. Le decía que la guarnición del Fuerte había hecho fuego contra ellos. Mientras
peleaban con heroísmo contra los invasores para resistirles (AEM. Nª 7899 fha. 10. 8. 77)
“Tuve que entregarme, decía en la carta. Y continuó, que el cacique Pincén le había muerto a
su hijo Andrés y que con violencia trató apoderarse de una de sus hijas.. Tuve que entregarme
“no por voluntad, sino por fuerza”.
Entre tanto Manuel Grande, Tripailaf y Man. Díaz siguieron en compañía de V.Pincén.
Se sospechaba que Pincén volvería contra “Los Toldos” de Coliqueo, pero maloneó en
Diciembre del mismo año en la zona de Junín.(Memoria de la Guerra de 1977 p. 232 y 235)
Y una vez más fueron deportados. El Tnte. Marcelino Freyre informó, el 26 de
Febrero de 1877 (AEM) que los toldos de Namuncurá, R. Tripailaf, Manuel Grande y de Juan
José Catriel se hallaban al Oeste de Salinas Grandes, escalonados entre 16 y 22 leguas sobre
el Camino de los Chilenos. Y agregó que Manuel Grande y Tripailaf estaban esperando la
oportunidad para escapar a la vigilancia de Namuncurá (Alsina: Memoria especial. EUDEBA,
Bs.As. 1977 p. 220).
En Julio de 1877, las tribus de Manuel Grande y R. Tripailaf se presentaron al
Comandante de Carhué, 141 indios de pelea y 300 de familias, entregándose y pidiendo
disculpa por sus errores (Walther, Conquista ed. 1964 p. 230) En la carta, arriba ya citada le
decía al Ministro Alsina: “..A costa de mil sacrificios y espuesto a perder mi vida y la de mi
familia, he conseguido volver a ponerme a las órdenes del Gobierno”.
Ese mismo año 1881, los indios de la Tribu de Tripailaf fueron movilizados para la
tercera batida de la Pampa, puestos a la orden del Cnel. Villar y la de José Daza. Colaboraron
también en la fundación de General Acha, la primera Capital de la Provincia de La Pampa.
1882 se fundó una pobre escuela para los indiecitos de Tripailaf y de Pichihuincá. Esa
parcialidad se había agregado allí. (Stieben: La Pampa p. 83)
El cacique Tripailao figura aún en 1895 en el Censo Nacional de Población en la
Pampa..
Sus hijos : Ramón José Tripailaf (h) – Benito Tripailaf _ Andrés Tripailaf (al que
mataron en 1876) –Sixta Tripailaf (asentada en el libro de bautismos de Nueve de Julio Nº 11
p.229 – Isaac Joaquín Tripailaf (nac. 1871 (Lib.Baut. Nº 24 p. 520, h. de Sixta Tripailaf de
Labbé.
J. Depetris averiguó los nombres de otros hijos de Tripailaf: Pedro Tripailaf,
Victoriano, - Mariano – Francisco – Lorenza y Cita y sigue la pista del puestero Victoriano
Tripailaf
Sixta Tripailaf se fue con un francés Bautista Labbé, me dijo Ilda A Labbé. Zenón Labbé,
descendiente de Sixta figura entre las primeras autoridades de Carlos Casares (Cuartel 8º de 9
de julio, entonces) En el mismo 9 de Julio vivíeron en la casa del fundador , Julio de Vedia,
una flia. Labbe. La señora era maestra, de las primeras maestras de ese pueblo.
Por la Ley 3154 de 1894 el Gobierno debía al cacique Tripailao tres leguas cuadradas,
como “expedicionario”. Recién el 24 de Febrero de 1900 se fundó la Colonia Pastoril de San
José para los indios de Ramón Tripailaf y Manuel Pichihuincá.
Ignoro cuando ha partido a la eternidad. Su hijo Ramón José fue su sucesor,
acompañado por Benito Tripailaf, el que sabía francés e inglés..
R. Elizondo publicó una foto del Sargento Mayor Ramón Tripailao, en su artículo de
la Revista El Monitor de la Educación Comun, 1932 (Se le dio entonces la edad de 70 años)
Binayán, 1963 p. 275). Yo incluí la Foto en su reseña en Caciques Pampa Ranqueles ed. El
Elefante Blanco Bs.As. 2004 p.324.
(ib. p. 325) :El lector que ha repasado las vidas de estos caciques pampa-ranqueles se hará
una imagen más real de la situación de nuestros aborígenes, condicionada por la terrible
conquista de la pampa. ¡Cuánta guerra, cuánta sangre valiente vertida, cuánto anhelo de paz
defraudado!
No me constituiré en juez; sólo quise ser portavoz de la verdad histórica con un
sentimiento de cristiana humanidad. “Perdónanos, Padre, nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Si pudiéramos rehacer nuestra historia....
TRIPAI, Nahuel, 1851, capitanejo salinero que fue obsequiado en Bahía Blanca por
orden de Rosas (AGN X. 20-10-4)
TRIPAY ÑÁN, 1806, cac, pehuenche que conoció Luis de la Cruz en la Pampa.
1846, después del asesinato del cacique gobernador Guzmané, el Gobernador de la Provincia
de Mendoza quiso realizar una investigación sobre los hechos y encargó al cac. Tripaiñán a
convocar los caciques pehuenches del Sur (AGN X. 5-6-4) Existe un diario del viaje de ese
Gobernador Segura (Ver Guzmané)
TRIRE PÁN, 1798, cac. pehuenche que se presentó en el parlamento de San
Carlos que dio término a la larga Guerra Pehuenche (Arch. Mend. doc. 43 ,1798)
ETIM.“Acomoda la barba”
TRITI GÜEN 1806, cac. huilliche que nombra el diario de Luis de la Cruz (De
Angelis I. p. 223)
TROCO ver Roco
TROCO MÁN, 1830, cac. pehuenche que estaba comprometido en la guerrilla de
los picheiristas. En enero de ese año fueron atacados por la expedición del Gral. Virto, junto
con él los caciques Neculmán y Mulato. Fue una época brava para el sur de Mendoza. La
Campaña del General chileno Manuel Bulnes destruyó en tierra argentina, en 1832, el nido de
los Pincheira que habían establecido en Coyamuelo (Depart. De San Rafael.) En la sorpresa y
persecución hubo un gran masacre. Muriron también los caciques Trocomán, Coleto y
Neculmán (Ver Neculmán)
TROCO MÁN, 1881, cac. huilliche del Neuquén. Era hijo del cac. Sayhueque. Se
destacó en las últimas batallas de la Conquista del Desierto. El 30 de marzo de 1881 atacó
con sus indios la caballada de la Iª Brigada que avanzaba hacia el Lago de Nahuel Huapí. En
Traful hizo otro tanto. Luego se entregó junto con su padre y tantos indios, el 1º de nero de
1885 en Junín de los Andes. En 1900 vivía en el paraje llamado “Contra”, según averiguó el
historiador Juan Raone. En 1907 solicitó la propiedad de esas tierras y en ellas reunió la
familia del finado cacique Manuel Baigorrita.
TROLÓN o Tolón, 1775, cac tehuelche del Río Limay (Neuquén) Trolón y Guatoc
eran hijos del cac. Manquenai, como averiguó el Padre Nicolás Mascardi (Casamquela, 1965
Rectificaciones p.24)
TROMEN CO, 1880, pehuenche del Neuquén. Tromen es como rancul planta de
bulbo cometible
TROMO, 1821, cac. araucano chileno que luchó en el bando patriota. Tenía su
toldería en Butacó al Norte de Angol (T. Guevara 1910, 295)
TROPA, 1835, capitanejo ranquel. En enero de ese año atacó a una tropa chilena en
Salinas Grandes. Probablemente les arrebató algún arreo. Luego se disculpó al Gral. Bulnes
(AGN VII Biedma 10-4-14)
1870 lo conoció el Cnel. Lucio V. Mansilla y en 1872 figura entre los participantes
del parlamento de paz que convocaron los Padres M. Álvarez y T. Gallo en nombre del
Gobierno..
TROYAL, 1841, capitanejo ranquel que asumió el mando de la parcialidad del cac.
Meliguán en Junín (Prov. Bs.As) por fallecimienmto de éste. Pertenecían a la tribu reducida
de Llanquelén.
TRUNI QUE, 1841, capitanjo ranquel. Ese año acompañó al Cnel. Manuel
Baigorria y a los indios de Ignacio Coliqueo en un malón sobre Pergamino, una posición de
los federales. El 13 de octubre de 1851, invadió con 200 indios la zona del Pozo Pampa, cerca
de Olascoaga, en el Partido de Bragado. El Comandante del Fortín de Los Angeles (cerca de
C.M.Naón) persiguió a Truniqué con 150 hombres. Tras una marcha forzada de todo un día,
los alcanzó y los derrotó y recuperó el botín que se llevaban. El parte nombra entre los
muertos al capitanejo Truniqué (J. Sánchez: Efemérides militares, 1906, II p. 113) fecha: 14
de oct. de 1851.
TRUNIQUE, 1860, capitanejo de la tribu de Melinao de Bragado y de la
Barrancosa
TSEU (CUM) ANTÚ, 1750, cac. puelche, señalado por T.Falkner como Taluhuet.
Estaba con Carulonco. Después malonearon sobre Areco y Arecifes (dice C.Moncaut en su
libro "Ranchos). El Padre Dobrizhoffer narra que se había integrado en la Misión de Nuestra
Señora del Pilar junto con el cac. Marique (Falkner ob. 1774 p. 132 Y Dobrizhoffer p. 67)
TUBICHÁMINÍ (QUERANDÍ)
UAIS´HO, 1867 cac. tehuelche del Valle de Chubut, hermano del cacique
Chiquichán. En septiembre de ese año llegó a Buenos Aires en representación de su hermano
con 6 indios más para solicitar su racionamiento que esperaban recibir por la Colonia Galesa
(Juan Raone: Tratados de paz con los indios del sur , 1977 p. 86).
UATONTA, 1596, cac. huarpe en Ñartac (Mendoza)
UBIQUIAN o Ucequián, 1593, cac. mendocino que residía en Canscari (Morales
Guiñazú: Población Indígena p. 13) Su hijo se llamaba Aymagua y su hermanastro Lincao.
Vivían junto al cac. Payllamay (Arch, Mend.)
UCACHA, Diego, 1707, cac. “manso” en Tegua, Río Cuarto (pampa) Ese año fue
interrogado por la muerte del estanciero Garay y la sublevación del cac. Liquid y de otros
pampas. 1727 fue asesinado su tío Chincha (A.Vítulo: Historia de Río Cuarto p. 46) en
Sauces (Córdoba) 1751 fue propuesto para integrar la Reducción del Espinillo, junto con
Goico. Morcoyán, Setetián, Viucho y Colcolyán (Pablo Cabrera: Tesoros del Pasado 1927, I.
p.54) Diego Julio Ludueña de la localidad de Ucacha escribió un pequeño libro sobr este
cacique 2001.
UCAMANI, 1688, cac. tehuelche del sur argentino ( ver Gumelto)
UCUMANI, 1879, uno de los últimos caciques tehuelches (Federico Escalada: El
Complejo tehuelche 1949 p. 310).
UCUMALE, 1560, cac. mendocino de Tupungato (Chaca : Breve Historria de
Mendoza 1961)
UCULMÁN o Ulcamán, 1804, cac. pehuenche que visitó entonces al Gobernador
de Mendoza y de nuevo en 1806 acompañado de otros caciques (Arch. Mend.).
UCHA, Don Juan, 1688, cac. huarpe de San Juan; encomendado de Juan Gregorio
Morales (Arch Mend.)
UCHIMBO, 1573, cac. comechingón de Nilange Sacat, Quilino, Córdoba;
encomendado de Castañeda (Montes p. 49)
UDALEVI, 1664, cac. araucano de Purén (Chile). 1663 fue nombrado toqui
general, después de la muerte del cacique Colicheuque. Él nombró como cacique 2º al cac.
Calvu ñancú. En un encuentro con las fuerzas españoles, al mando del Capitán Lara, fue
muerto y también unos cien de sus indos fueron sacrificados.(Gay: Historia III 1874 p. 229)
Le sucedió el cac. Ayllacuriche.
UDALEBI, Ramón, 1782, cacique costino que participó del parlamento del 12 de
diciembre de 1782 en Santiago con O´Higgins
UDAL MAN
UDAL MAN, 1872,. cacique generalmente considerado como picunche del
Neuquén; pero era de origen pehuenche de Chile. Vino a la zona de Neuquén, traído quizás
por los estancieros chilenos para cuidarles las ‘veranadas´,y los campos que ocupaban al este
de la Cordillera tal como los caciques Vilú y Caepí. Más tarde se incorporó a la liga del
cacique Purrán.
Udaldmán vivía en Traico Malal y tenía unos 70 indios de lanza en la margen norte
del Río Curileo (Negro). Una legua más al oeste vivía el cacique Viló con 40 indios y más al
sur el capitanejo Lincó y una legua más allá el cacique Caepí con otros 80 (Memoria del Min.
de Guerra, 1877, p. 476 y 579).
La primera noticia de Udalmán la tenemos del Cnel. Manuel J. Olascoaga, quien
hizo estudios y cartografía en Chile y escribió entre sus libros, uno anónimo o bajo el
seudónimo Mapuche en 1899 donde dice que el General M. Bulnes ha estado a lo menos en
1868 y 1877 con el cac. Purrán en Pinares. En la junta que se reunió estaban los caciques
Rowan, Udalmán, Cheuquel y otros, de cuya junta salieron emisarios a los caciques ranqueles
de la Pampa, a Baigorrita, Epumer y Cayupán que mantenían tratados de paz con el gobierno
argentino, instándolos a nombre del General Bulnes (chileno) que no respetaran a las
autoridades argentinas, en razón que era Chile que gobernaba a todos los indios, a cuyo
mérito hubo un parlamento en Poitahue entre los ranqueles para contestar a los emisarios
presididos por el cac. Meliqueo del Neuquén. Aquí está plantado el gran problema de
Udalmán y sus conaturales en la Cordillera.
Ya desde 1872 Udalmán era noticia en la Argentina. Olascoaga dice que Bulnes a lo
menos en 1868 y 1877 ha estado con Purrán en Pinares. El 1° de enero de 1872 hubo en
Angol (Chile) una importante concurrencia de caciques y el comandante general hizo un
convenio con los caciques picunches: con Purrán. Huenten, Huenchulao, Vilú, Curaleo y
Caepí. Aunque Udalmán no es nombrado en el documento que se envió por intermedio del
consulado argentino en Chile a Buenos Aires, opino que no ha sido ajeno al tratado o
convenio de paz. cuyo texto he transcripto en la biografía de Purrán. Las tribus pehuenches de
ultra cordillera debían reconocer al gobierno chileno como fiel amigo con el que mantendrían
buenas relaciones y protegerían vidas y haciendas de los chilenos residentes al otro lado de la
Cordillera. Este documento llegó a manos del gobierno argentino con el que Chile mantenía
cierta tirantez por cuestiones de límites en las Cordilleras. El gobierno argentino dispuso
entonces convocar, a su vez, a los caciques pehuenches y picunches a un parlamento de paz
en San Rafael. a fin de presentarles un tratado por el cual reconocerían la soberanía argentina.
La duda entre los indios a quién obedecer, era una cuestión vieja, si pensamos en la Guerra
Pehuenche del siglo XVIII en la que los pehuenches de Malalhué fueron apoyados por tropas
mendocinas y los de Malbarco y del Neuquén en general por tropas chilenas.
El 27 de Agosto de 1872, el jefe de la frontera sur de Mendoza, coronel Ignacio M.
Segovia, en representación del gobierno nacional, firmó un tratado de paz con los
representantes de los caciques pehuenches que vivían en las Barrancas y de este lado del río
Neuquén: con los caciques Caepí. Tranamán. Udalmán, Millalén y Cheuquel, por el cual
recibirían sueldos y raciones. Ante todo debían mantener la paz con el Gobierno y Pueblo de
la República Argentina y este se comprometía a protegerlos y respetar sus tierras y
residencias. Udalmán figura en el documento con dos capitanejos: Manuel Barros y Pablo
Manque (doc. 43. Carpeta 123 del Archivo de Mendoza).
El 14 de Diciembre de 1872 se convocó a nuevo parlamento a los caciques Juan
Millán, Udalmán y a Juan A. Terrada y Vilo. También acudió a la cita el cacique Cheuquel,
hermano de Purrán con su escolta. (AEM: 11.2.73) Entonces se ratificó el tratado de paz,
firmado pocos meses antes.
No obstante estos compromisos, Udalmán y sus indios fueron atacados, el 22 de
Diciembre de 1873, por una pequeña expedición que dirigió el comandante Saturnino Torres,
uno de cuyos partes decía que Udalmán había hecho una invasión en Coihuecó, provincia de
Mendoza: 350 indios a las órdenes del cacique Udalmán lucharon durante cinco horas contra
los 35 Guardias Nacionales de Torres. En el combate murieron 60 indios y también el capitán
Paez (AEM: 24.12.73)
Un mes más tarde, el 13 de Enero de 1874, fue denunciado otra invasión. Dos días
antes Udalmán había invadido Río Grande. En la represión murieron 7 indios y un cacique
(AEM).
Llegó la conquista del deierto.
La Conquista del Desierto penetró en su territorio en 1878. Al año siguiente la
frontera debía haber sido adelantada hasta el Río Negro y Neuquén, previa “limpieza” del
territorio a recorrer. Las tropas mendocinas tenían a su cargo esas operaciones en el sur de
Mendoza y al norte de Neuquén.
Del primer choque fue protagonista el teniente coronel L. Tejedor. El 18 de
Noviembre de 1878, al atacar las tribus de Udalmán y Millahuán, 120 indios pelearon por
detener el Regimiento 7º de Caballería y 50 paisanos voluntarios (que venían a robar a los
indios). El combate se produjo en Salina Natumo, cerca del Río Negro. (AEM. Doc. 1355).
Murieron 20 indios y se tomó prisioneros al cacique Juan Viló y a su hermano. (El
Constitucional, periódico de Mendoza. 5.12.78 p.2). El mismo año los expedicionarios
desalojaron a los salineros y a los ranqueles de sus tierras pampeanas. Algunos lograron huir a
las Cordilleras y fueron a refugiarse entre los pehuenches o picunches.
La IVa. División estaba al mando del teniente coronel Napoleón Uriburu, cuyo
recorrido salía de San Rafael, hasta Malargüe y el Neuquén. El 2 de Enero de 1879, partió el
comandante Rufino Ortega desde Malargüe (llamado entonces Arroyo del Alamito o Fuerte
San Martín AEM. doc. 8075). También él atacó al cacique Udalmán y a sus indios, el 9 de
Enero de 1879. Estos los rechazaron a pedradas y mataron al capitán Bru y a tres soldados. En
cambio el comandante Ortega apresó unos 35 indios y algunos hacendados chilenos, recogió
mucha hacienda de Udalmán, Tranamán y Millaluán (El Constitucional. Mendoza 4.2.79).
Esto suscitó una gran alarma entre los hacendados chilenos, que no sólo protestaron, sino que
manifestaron que eran argentinos. (Olascoaga, vol I..p. 114 y Universidad Nac. del Cuyo:
Centenario de la Campaña al Desierto, Mendoza, 1979. p. 88).
En este sentido el estanciero Francisco Méndez Urrejola comunicó al coronel
Taboada desde El Alamito. que habían hecho un parlamento con los caciques Udalmán,
Purrán, Chiquillán,. Zúñiga y Curaleo y con 160 mocetones en Cayanta (Depart. Minas. prov,
de Neuquén) para proponerles que renovaran el tratado de paz y comercio, reconociendo al
Gobierno la posesión de las tierras de los caciques y de los pequeños arrendatarios, y además
que fuesen invitados a otro parlamento en El Alamito. El Gobierno prometió garantías de vida
a los hacendados chilenos. A los indios se les contestó con la expedición del avance
definitivo de las fronteras y pronto marcharían las cinco divisiones al Sur.
El 5 de Mayo de 1879 la IVa. División llegó a la confluencia del Río Negro y
Neuquén y fundó allí el Fuerte IVa. División, que sería la base de la nueva población de
Chosmalal, que había sido la tierra preferida y querencia del cacique Purrán. Este, previsor, se
retiró más arriba, y según su ejemplo, siguieron también los indios de Udalmán, cuya toldería
estaba entonces en Piñín Mahuida.
Salían del nuevo Fuerte expediciones ligeras. El 8 de mayo atacaron los toldos de
Udalmán. Saturnino Torres, que era siempre el primero en atacar, regresó con 9 prisioneros
(Olascoaga II. p. 179) En otro combate apresaron al cacique Matemán, cerca del Arroyo Vuta
Leubo y luego lo mataron. (Olascoaga II p. 179)
Al retirarse los indios y pasar por la estancia de un canadiense, llamado Price (dice
el documento), éste y su peonada corrieron a los indios, quienes mataron al animoso
estanciero, mientas sus peones mataron al “bandolero” Ramón Sosa. (Olascoaga, II. p. 180)
El 6 de Septiembre de 1879, unos 500 indios coaligados por los caciques
Guayquillán, Udalmán y Zúñiga y capitanejos de Purrán intentaron asaltar el nuevo Fuerte
la IVa. División, con la intención de liberar a los prisioneros, que allí tenían; pero fueron
rechazados. (AEM Doc. 8122) En la acción murió un hermano del cacique Udalmán.
(Olascoaga, IV p. 176).
La situación de Udalmán se hizo insostenible, cuando el 25 de Enero de 1880 el
teniente coronel M. Rubial apresó al cacique gobernador F. Purrán en la confluencia del
río Lonquimay y el naciente Bío Bío. A consecuencia de ello sus indiadas huyeron a Chile
como los de Namuncurá , Reumay, Reuquecurá, Queupú y Zúñiga (Olascoaga IV p. 30)
Y ya no tenemos más noticias de este cacique.
(Etimologia Man [que]: Condor y udal (udan): apartado.
Espero que algún valiente mendocino investigue y nos demuestre la situación de los
descendientes de las familias pehuenches, cacicales o no, en la actualidad, como se hace
últimamente con los descendientes de las familias ranqueles en La Pampa. Talvez podemos
darles nuestra mano de amistad y reconciliación y prestarles la ayuda necesaria para que
puedan forjarse un porvenir en paz.
UIMINAY, Francisco, 1622, cac. hurpe del Valle de Tabalque,cerca de Mendoza.
(Quizás se llaba Cumi Nay que significa Buen amigo).
UISEL, 1867, capitanejo tehuelche del cac. Chiquichano, en el Valle del Río Chubut
ULAYONA, 1598, cac. comechingón de Anchulla, Los Llanos, Córdoba;
encomendado de Vallicia (Montes p. 65)
ULI CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vitigasta, Nondohua, Córdoba;
encomendado de Castañeda (Montes p. 52)
UILLI PÁN (Huillipán), 1879, capitanejo ranquel en Trarú Lauquén (Olascoaga II.
35 ) Era de los que huían de la Pampa central (Ver Huillipán)
ULLOA, 1836, capitanejo pampa de Tapalquén (Capdevilla: Historia de Tapalquén
vol p.127)
ULLUÁN, BARTOLOMÉ , 1862 capitanejo ranquel que estaba en Junín con el
resto de la tribu de Llanquelén, emparentado con el caciquillo Peinequeo. Al pasar la tribu de
Coliqueo para ubicarse en Los Toldos (Part. De Gral Viamonte) después de la batalla de
Pavón, incorporaron casi violentamente a ese grupo y los llevaron consigo al nuevo
destino.En 1869, al separarse el cac. Raninqueo y el caciquillo Tripailaf para ubicar la nueva
tribu en La Verde (Part. De 25 de Mayo), Bartolomé y sus familias los acompañaron (Hux:
Coliqueo, el Indio Amigo de los Toldos, ed. EUDEBA, 1980 p. 97-99) Pero por el gran malón
de Calfucurá en marzo de 1872, la tribu fue deshecha y apresada. Los Ulloa escaparon y
volvieron a la tribu de Coliqueo y en el ataque o en la batella de La Tapera de Dïaz, en
octubre de 1876 permanecieron entre los fieles defensores. Pero ya desde la distribución de
las Tierras donadas a Coliqueo y a su tribu, Peinequeo, pariente del cacique Coliqueo se sintió
postergado y empezó a pleitearlo para conseguir una parte de la tierra especialmente después
de la muerte del cacique principal. En 1880 Peinequeo y Ulluoa con sus familias se
trasladaron a Junín llevaron con ayuda de abogados su pleito al Juzgado de Mercedes durante
20 años, hasta que se murieron Coliqueo y también Peinequeo, en 1906. (Ver Peinequeo)
Su familia:
El capitanejo Bartolomé Ulluán (o Gómez por su padre, el capitanejo Gómez
Quiñehuán) y su madre era Manuela Calquín que murió en 1869) dejó descendencia tanto en
la Tribu de Los Toldos como en Junín. Bartolomé Ulluán se casó con Juana Ñauñan o
Uaniqueo, muerta en 1886 , dice una escritura de 1905)
- Su hija Benigna Ulluán, nac. en 1856. Sus hijos habidos con Nahuel Peinequeo
fueron: Fermín, Mercedes y Catalina Peinequeo.
Otra hija se llamaba Toribia Ulluán (1846- 1878) . Nació en Junín. Casó a Nahuel
Peinequeo (que figuraba como esposo de Benigna Ulluán) y aceptó sus hijos. Toribia tuvo a
Natalia nac. 1868 que está anotada en el libro de bautismos del misionero Pablo.E. Savino en
en Los Toldos (o Junín, pues misionó también allí) en1876 .
ULLU MAN, 1584, cac. comechingón de Moxeguasta, Mofingasta, Córdoba;
encomendado de Funes (Montes p. 69)
UL PAN, Don Miguel, siglo XVI, cac. comechingón (de “nación sauleta”); era hijo de
Felipe Caleyuta. (Cabrera: Aborígemes del Cuyo )
UL PAN, 1612, cac. puntano (michilingüe) de Malanchay, San Luis; encomendado de
Quevedo (Montes p. 78)
UL QUINQUE 1780, cac. tehuelhe del Puerto Deseado que informó a Viedma sobre
habitantes de la Cordillera.
ULTU CURACA, Don Sebastián, 1723, cac. huarpe de Coro Corto, Dep. La Paz,
Mendoza.
UMI GUANQUI, 1776, cac. pampa ranquel que fue censado por Diego de las Casas
(De Angelis IV. P. 585) ETIMOL: Huanque: avestruz
UNAI CHÉ, 1847, capitanejo pampa, sometido al cac. Calfucurá. Ese año estuvo en
Azul cumpliendo una misión en nombre del cacique. Las cuentas de proveedores lo anotan
también en 1848. 1851 estaba en la lista de los caciques y capitanejos obseuiados en Bahía
Blanca por orden de J.M.de Rosas. Era entonces cacique y sus capitanejos se llamaban Juan
José (Catrilef) y Güelimán. Tenía 150 lanzas y unos 450 de chusma (Allende: La Frontera y la
campaña del Estado de Buenos Aires, La Plata 1957 p. 65) En la Pampa hay un topónimo
homónimo (A. Vuletín: La Pampa,ed EUDEBA 1972 p. 201)
ETIMOL: Unai: bueno y valiente; che: gente
UNAI CHÉ, 1879, capitanejo pampa incorporado en el ejército expedicionario como
baqueano; desde el 26 de enero de 1879 con 70 indios amigos junto al Regimiento 6º
(Olascoaga II. P. 35. Los Unaiché se habían separado de Salinas Grandes después de la
muerte de Calfucurá en Junio de 1873.
La familia Unaiché tuvo presencia en la Tribu de Coliqueo: Los viejos eran Manuel
Unaiché cas. c. Juana Benita Caucau. Su hijo era Francisco Unaiché (alias Toledo o Coillil).
Otro era Juan Unaiché (alias Juan Toledo) nac. 1860 cas. c. Francisca Calucau o Calfiao y
Carmen Unaiché cas c. Andrés Balmaceda en Junín. Otro es Gerónimo Unaiché, capitanejo
pampa que se incorporó a la tribu de Pincén y luego de Tripailao (1877)
UNE QUEO, 1854, capitnejo boroga. Según una carta de Calfucurá, estaban por
invadir ese año los caciques Curruval, Unequeo y Curruqueo (AGN X. 18-10-6).
UNUNENGA, 1612, cac. araucano que asistió al parlamento de paz en Paicaví
(Chile)
UNGU ÑAN o Ungañan, 1833, cac. pampa que vivía sobre el Río Colorado y fue
perseguido por los expedicionarios de Rosas. En Julio de ese año, el Cnel. Francisco (Pancho)
Sosa y el Comandante Hernández con 200 soldados sorprendieron sus toldos. El cacique
logró escaparse; pero en un segundo ataque, el 16 de agosto, fue derrotado y muerto, como
también los caciques Millao y Pichiloncó (AGN S.V (antes) 26-5-5) y (AEM Nº 274)
UNO BILÚ (quizás Ina Vilú), 1670, cac. huilliche que vivía al norte del lago Nahuel
Huapí. Era amigo del misionero Padre Nicolás Mascardi y de los españoles (relato del Padre
Mascardi, 1670 p. 118, 120 y 130: RP. G.Furlong: Entre los Tehuelches de la Patagonia
1943)
UÑOL, 1819, cac. chileno que ya estaba actuando en la pampa argentina, primero
unido al cac. Pablo (Lepnopán), luego se unió a los Pîncheiras. 1819 robaron en Salto, él y
los indios de Millao, Clapil e Huincatrú (AGN S.VII Biedma 10-4-13)
1825 estuvo presente en el parlamento convocado por los hermanos Qyuela en
diciembre de ese año en Bahía Blanca. En la lista de los caciques es el sexto. El Cnel. Rauch
los atacó a esos caciques chilenos que se habían introducido en Curamalal y Epecuén. Los
atacó el 3 de enero de 1827. Uñol se escapó y se unió a la guerrilla de los hermanos Pincheira.
Tres veces atacaron a los borogas, chilenos realistas. (Ver Moya: Contribución a la historia de
Bragado p. 18)
UPA ÑÁN (prob. Epuñan), 1833, cac. puelche junto a Lepil y Payllarén . Sufrió por el
avance de Rosas en el Sur (AGN X. 27-5-5: 21.1.33)
URE NAMÓN, 1825, cac. chileno en la Argentina junto a Uñol, Pablo, Cañiullán y
Cañiuquir (AGN S,VII Biedma 10-4-14)
URQUIZA, 1864, capitanejo ranquel, sobrino de Namuncurá (AEM: 8.7.1877)
1864 invadió con 58 indios cerca de Río Cuarto y atacaron una tropa de carretas (AEM.
29.10.64) El Cnel Antonino Baigorria salió entonces para perseguirlos. Los atacó en
“Quebrachos” a 8 legus de Río Cuarto. (Alfredo Vítulo: Historia de Río IVº p. 163),
1871 el cac. Calfucurá pidió al Cnel. Murga regalos para él. (AEM. 19.1.71)
Durante la Conquista del Desierto en 1879 fue tomado prisionero por las tropas que
avanzaban al mando del Alferez J. M. Rivarola (Olascoaga II. P. 243)
URQUIZANO,1873, capitanejo del cac. Vicente Piseñ. Figura en el tratado de pas
(ver Pisén)
URRIQUEO, (Quizás Curriqueo)1869, cac. huilliche de la obediencia del cac
Namuncurá. En septiembre de 1878, cuando la Conquista del Desierto estaba en su última
fase en La Pampa, invadió a Venado Tuerto; pero fue batido y muerto por el Mayor Ruiz
(Olascoaga I. p.64) Sólo el capitanejo Liripín y su hijo se salvaron huyendo. ETIMOL:
Urre: amargo y queo: ser, es
USCUBA, 1590, cac, comechingón de Solin Sacat en Cauta Calo, Córdoba;
encomendado de Gallegos
USIL, 1573, cac. comechingón de Cin Sacat en Nunsacate, Córdoba; encomendado
de Tejeda (Montes p. 47)
USUSACAN, 1579, cac. comechingón de Ususu Pitín Tamahalón, Códoba;
encomendado de Tejeda (Montes p. 47)
UTA BLAME (quizás Vuta Blame) , llamado “El Exelso”, el Señor del Valle de
Elicura (Chil). 1612 tenía 70 años y había peleado ya 50 años contra los españoles. En el
Parlamento de Paicaví, en diciembre de 1612, al que asistieron 73 caciques, éste cacique
gobernador tuvo una actuación positiva. Pero Ancanamún salió de la reunión ofendido y
quiso matar a dos sacerdotes jesuítas españoles. Utablame trató calmar a su colega. La
respuesta de Ancanamún fue un terrible lanzaso que atravesó el pecho del anciano cacique
quien cayó desangrándose. También los sacerdotes Horacio y Martín fueron sacrificados a
pesar de que algunos caciques y conas los defendían. (Gay: Documentos 1876 II p. 284 y
Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 144-354.) A Utamblame sucedió su hijo Chenaede. Gay
completa el relato, enumerando quince caciques “que venían en traje de nesues, a modo de
sacerdotes suyos, con bonetes redondos en las cabezas y encima de las camisetas unas yerbas
(algas) de la mar que se llaman cochayuyos, colgando muchos por delante y por detrás, a
manera de borlas y dalmáticas, las cuales con insignias entre ellos de una superstición que
llaman regüetum. La usan solamente en paz y quietud que es la mayor señal que ellos pueden
darnos de ella”. (interesante nota)
UTARIQUE, 1749,según el Padre Ströbel era cacique tehuelche. (Ver: Mathias
Ströbel, Memoria sobre el estado de la Misión de los Pampas, 1749 ed en Rev. Estudios 1925
p. 54. O, su libro que tiene dos volúmenes)
URTILLO, 1786 – 1797, cac. reducido en San Luis (Casamiquela …. P. 99)
UTRAI LLAN (Huitraillán), 1863, cac. pehuenche que vivía a orillas del Arroyo
Chemehuín en Neuquén (según Guillermo Cox, “Viajes en las regiones septendrionales de la
Patagonia, 1862- 1863, en Rev. Anales NUCH p. 133 y El Elefante Blanco BA. 1999) Ese
mismo año estuvo en un parlamento del cacique Benito Chingoleo en Carmen de Patagones
(Arch. Mitre XXIV p. 100). Según A.M. Vignatti, tuvo que ver con la educación del futuro
cac. Sayhueque.
UTRAI NAO, , 1852, cac. salinero que figura en la lista de los obsequiados en Bahía
Blano por orden de Juan M. de Rosas en vísperas de la batalla de 3 de Febrero de Caseros.
UZEL, (o Wezel, Güisel), 1781, cac. huilliche o tehuelche. Basilio Villarino lo halló
cerca de la desembocadura del Río Colorado. Vino a verlo con 18 indios y con una tradutora.
Villarino, al año, exploró el Río Negro. Estando en Choele Choel, supo que el cacique Güisel,
proveniente del Río Colorado, se había instalado con sus toldos en un potrero a retaguardia, lo
que causó a los españoles no poca inquietud (Diario de Villarino de 1782 (ver Uisel)
VACAYA ACAN, 1579, cac. comechingón de Ylitin tuspi , Tamahalon, Córdoba;
encomendado de Velázquez
VACONA, 1573, cac. comechingón de Sin Vanacona, Nunsacate, Córdoba:
encomendado de Tejeda (Montes p.51)
VAGON CHARABA, 1583, cac. comechingón de Talamo Puchun, Córdoba;
encomenddo de Coria (Montes p. 72)
Valacta, 1590, cac. comechingón de Cuchi Corral, Córdoba; era hijo del cac. Ancalán
(G. Terrera 115)
VALDEBENITO, José (1809-1859) Hay una variedad de denominaciones como:
Benito Valdez, Valde Benitez. Era considerdo como caciquillo que vivía en 25 de Mayo. Era
también conocido como Mayor o Sargento Mayor Valdebenítez.
Había nacido en Chile, en la zona de Los Angeles. Es posible que sea un descendiente
de los Valde Venito: José, Pedro, Santiago , que se conocían en el siglo anterior como
capitanes de indios amigos entre los de Maquegua, en Chile. Tuvo sólo 16 años –decía-,
cuando los indios pincheirinos lo trajeron a la Argentina. Luego entró en contacto con los
jefes del ejército argentino en Tandil. Fue apreciado por su habilidad lingüística, “era ladino”
y también su mujer de apellido Ferreira.
En las Memorias del Excautivo Santiago Avendaño (ed. El Elefante Blanco 1999)
leemos que “con el cac. Venancio Coñuepan estuvieron otros chilenos:Francisco Yturra, José
Benítez Valdez y Domingo Castro, chilenos y Lucio Campos con el cac. Collinao. Estos se
constituyeron en pequeños reyezuelos de pueblos fronterizos y cometieron toda clase de
delitos con los habitantes. A más de adoptar una vida repugnante, el José B. Valdez se hizo
odioso por sus robos y aún perdió el prestigio entre los malhechores a los que había
favorecido”. Creo que es un juicio demasiado apasiondo.
En 1825, Rosas lo llamó al parlamento junto a la “China Tadea” por tratar el asunto de
las tierras de Tandil (Capdevilla: Pedro Ross y Belgrano, Tapalquén 1973 p. 35) Fue dado de
alto en la milicia de la Provincia de Buenos Aires. Rosas sabía premiar a las lanzas chilenas
con distinción (a lo menos, en esa época) y consiguió apartarlos de la influencia de los
Pincheira. El 22 de marzo de 1828 Rosas escribió una nota en Cerrillos, en la que decía que
buscaba ayuda para ubicar lugares de fortificación, por ejemplo los servicios del Indio
Lenguartaz Manuel Baldebenito, avecinado en la ciudad y la China, su mujer, ambos
cristianos de conducta ejemplar y crédito entre los pampas…que habría largas y penosas
conferencias para cumplir con el decreto del Presidente B. Rivadavia que propone fundar
fortificaciones 1º en la Laguna Curalafquén, 2º en la de Cruz de Guerra y 3º en Laguna del
Potroso (AGN Dr, Juan A. Farini; Legajo 17)
José Valdebenito (no Manuel que creo era una equivocación) fue dado de alto como
Teniente 2º de un escuadrón al mando del Cnel. Izquierdo, con asiento en Luján. El 18 del
año 1830, éste le consiguió el ascenso a Teniente 1º. Por no sé qué desacuerdo Valdebenito
pidió su separación.
El era indio y veía en que apuros iban a llevar a sus congéneres y compatriotas. Se fue
al Campamento de los borogas en Guaminí. Era amigo del Teniente Cnel. Pablo Millalicán, el
escribiente y lenguaraz de los caciques mayores y cobraba sueldos de la Provincia,
Durante la Expedición al Desierto (1833) participó en la vanguardia de Rosas. Luego
ha sido dado de alto en la Plana Mayor del Fuerte de 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Y desde
entonces su vida quedó comprometida con esa plaza fortificada.
Estuvo presente en el gran parlamento del Napostá que sería decisivo para el futuro
de los borogas (Ve Rondeao). Es probable que animó a esos caciques que cumpliesen las
duras exigencias de Juan Manuel de Rosas y expedisiesen contra los ranqueles y los
sobrevivientes del Asalto de Masallé (1834). Intervino también en el asunto de la entrega de
las cautivas de los ranqueles que Rosas encargó a los borogas.
En 1839 residía en el Fuerte de Cruz de Guerra; cultivó una pequeña estancia en el
Partido de 25 de Mayo. Era el alma del escuadrón “Mayo” y seguía siendo consejero de los
sobrevivientes de los borogas que se refugiaron al vecindario del Fuerte, de los que existe un
interesante censo.
En el año de la Revolución de los Libres del Sur que era el principio de la Campaña
de los unitarios, hubo en el pueblo una especial celebración en honor de Rosas. De ello
leemos en una carta del Cnel. V. González : “Hubo una formación de toda la guarnición de mi
accidental mando y vecinos de este punto, como igualmente los indios amigos, para felicitar a
S.E., nuestro Ilustrísimo Restaurador de las Leyes…Del mismo modo les hablé a los indios
amigos por medio del Lenguaraz José Baldebenito. Ellos han jurado que darán la última gota
de sangre por Don Juan Manuel de Rosas y que no conocen más pàdre que (a) él”.
La lanza de José Baldebenitez era temida; era un bravo guerrero y lo demostró en la
persecución de varios malones a la zona de 25 de Mayo. Siempre estaba unido a los borogas
de los caciques Rondeao y Caniullán, Siempre se mostró desafecto a Calfucurá y a sus indios.
Hubo hechos y casos que le han hecho una figura casi legendaria. El recurdo de esas luchas,
siempre desiguales en fuerzas, perduran en las tradiciones familiares y algunos se registraron
en las crónicas del pueblo 25 de Mayo. Yo conocí en Los Toldos, en la tribu de Coliqueo la
nieta de José Valdebeníto, cuando tenía más de 100 años; ella y su sobrino Don Pepe Cayún
se recordaron de las peleas del caciquillo José con los malones. Su casa estaba sitiada varias
veces.
El 12 de junio de 1840 un malón se llevó la caballada de los caciques Caniullán,
Guayquil , Ayudante Mayor Toribio Castro y el Capitán José Valdebenito; los alcanzaron
(Elogio al Tnte José Valdebenito en Crónoca de 25 de Mayo p.33) El 7 de septiembre de 1840
hubo un enfrentamiento en Laguna del Trigo, hoy Norberto de la Riestra contra unitarios del
Cnl. Pedro Oroña. Se puden leer datos ampliatorios en C.Grau: El Fuerte de 25 de Mayo en
Cruz de Guerra, La Plata 194l p. 197-199).
1846 participó en la expedición del entonces Sargento Mayor Eugenio del Busto en la
persecución de indios que regresaron de su invasión al Noreste de la Provincia de Buenos Aires.
Siguiendo sus rastros llegaron hasta las tolderías de Toay. He rescatado el diario que abarca los
meses Mayo a Junio de 1846 aun no publicado. En mi libro (Los Orígenes de Bragado, Brag. 1995
p. 88 ss) se reproduce una extensa carta del fundador de Bragado (Eug, del Busto) - noiembre de
1847 sobrevino un malón a “Mulitas” (nombre antiguo del lugar de 25 de Mayo). José
Baldebenito con su escuadrón Mayo y los indios amigos de los capitanejos Andrés y Lorenzo
(Gueray o) Coliqueo los persiguió por espacio de 16 leguas, hasta la laguna de Cabeza de Buey.
El 21 del mismo mes informó por intermedio de su escribiente Miguel Calderón al Comandante
del Fuerte (él dice fortín) Cruz de Guerra de 25 de Mayo, que había cumplido con su misión con
resultado feliz. El, sin embargo, debe haber sido empobrecido y saqueado por los invasores, como
se despende de la solicitud del Cnel. Francisco Yturra al Gobierno: pidió 250 vacas y 150 yeguas
para auxiliar a su suegro Baldebenito.(AGN X. 17-8-1) quien buscó entre los indios y encontró a
su hija que volvió a Chile a los Angeles. Ha perseguido a los indios 14 leguas y resultó su empeño.
LA FAMILIA DE VALDEBENITO:
Transcribo ese documento porque nos informa sobre varios lazos de parentesco:
Bahía Blanca, Setiembre 13 de 1847
Año 38 de la Libertad y 32 de la Independencia
Y 18 de la Confederación Argentina
Solicitar que si S.E. lo tiene a bien se le auxilie a su hermano político Don Miguel Seguel y Don Pedro
Isla (que han venido del Pueblo de los Ángeles en la República de Chile) con cuatro hombres de esta guarnición
para conducir el ganado y yeguada que voluntariamente les ha dado, con el objeto de socorrer a su suegra Dña.
Feliciana Baldebenitro.,
Exmo Señor.
Don Francisco Yturra, Sargento Mayor de la Plana Mayor de esta Guarnición, con el mayor respeto
tiene el honor de presentar ante la Superioridad De V. E. haciéndole presente: Que con motivo de hallarse en la
República de Chile, en el Pueblo de los Ángeles, la Señora Madre de su Esposa que lo es Doña Juana Seguel de
Yturra; y deseando su querida suegra Doña Feliciana Baldebenito saber de su hija querida (a quien perdió entre
los Indios, hace muchos años) , Comisionó a su hijo Miguel Seguel y a Don Pedro Isla, para que , pasando por
medio de los indios bárbaros vieren el modo de poder conseguir, llegar hasta donde se hallaba su querida hija
Juana, esto lo han conseguido, Exmo. Señor, pasando infinitos trabajos entre los Indios, con peligro de perder
sus vidas, hasta lograr el objeto que se habían propuesto; así es que , habiendo llegado a ete destino con
felicidad, el suplicante se ve en el caso de auxiliarlos para su regreso al Pueblo de su Origen, franqueando 250
vacas y 150 yeguas, para su regreso y auxilio de su suegra Doña Feliciana Baldebenito; y al efecto de dar
cumplimiento a esta su buena voluntad, por el aprecio que hace de la familia de su esposa; es que rendidamente
pide y suplica que teniendolo a bien V.E. se digne concederle el correspondient Pasaporte por la Policía,
cediendo cuatro hombres de esta Guarnición para que los acompañen y ayuden a conducir ese ganado y yeguada
hasta el lugar de su destino: de donde los cuatro hombres regresarán con su hermano político Don Miguel Seguel
quien les entregará en esta Guarnición al Señor Comandante en Jefe por todo lo que, a V.E. con el más humilde
respeto, pide y suplica se digne concederle la gracia que solicita a fin de llevar el objeto que se ha propuesto:
cuya gracia espera merecer de la benignidad de V. E., Exma. Señoría, Francisco Yturra. [AGN S.X 17-5-1]
El Tnte Cnel Comandante accidental del Fuerte Argentino,José Luis Palavecino concede el piquete el
14 de septiembre y el importe exigido [AGN S.X. 17-8-1] y también el Pasaporte.
La madre del Cnel. Francisco Yturra, es decir la esposa del cac. José Baldebenito era
hija del cac. Mariano Rondeao y se llamaba Josefa Llanqueivil o también Josefa Ferreira. Era
cristiana; había nacido en 1786 y murió en 1848. Ignacio Coliqueo de Los Toldos se decía
primo hermano de José Valdebenítez.
De este matrimonio conocemos como hijos: a Petrona Baldebenítez que se casó con el
capitanejo Ramón Cayún de la Tribu de Coliqueo (en Los Toldos BA); a Martiniano
Valdebenítez, alias Melillán, que actuó también en la tribu de Coliqueo y fue capitanejo del
cac. Raninqueo en 1869 y a Epullán o Maicuel y Juan José Baldebenitez (hijo), nacido en
1852.
DESPUÉS DE LA CAÍDA DE ROSAS
El Excautivo Santiago Avendaño dedica en sus Memorias en el último capítulo
(XII.pág. 335 ss) relatos sobre José Valdebenito. Lo conoció personalmente y en 25 de Mayo
vivían también sus padres y parientes.
La cita que reproduzco muestra como el lenguaje y los criterios pueden cambiar con
un cambio político, cuyos juicios apasionados pueden ser injustos o a lo menos exagerados.
“Después de la caída de Rosas en la batalla de Caseros (3 de Febrero de 1852) donde
intervino también José Valdebenito, la situación política se cambió radicalmente. Pero “el
Gral. Justo José de Urquiza, Director Provisorio de la Confederación Argentina, se mostró
pródigo, con Baldebenito, elevándole al rango de Sargento Mayor, salteando por encima de
otras escalas indispensables en la carrera de soldados. Rosas le había mantenido años con el
grado de Teniente 1º y fue sorprendente ver un bípedo con charretas sin más título que el de
ser cristiano renegado, asqueroso por su habilidad de vivir con varias mujeres juntas (indias,
por cierto), como cacique con sus primitivas costumbres.
“Este chileno inmoral acumuló una fortuna, no porque sus sueldos fuesen tan
crecidos, ni él era capaz de formarla con ellos; pero sí de sus correrías por los campos so
pretexto de tomar haciendas alzadas. Este perverso caudillo, desde la caída de Rosas, se
desenfrenó; fue puesto al frente de una meritoria tribu (la de Rondeao) de fieles indios….Se
formó una estancia cerca de la Cruz de Guerrta, a costa de los servicios de los indios y de
intereses de los vecinos.
“Nadie pudo hacer reclamos, ni si quiera censurar la osadía de los ladrones; se veía
en peligro de ser asesinado la misma noche, ya por el mismo chileno o por uno de sus
muchachos criminales.
“Se reclamó una vez al Juez de Paz, y éste contestó lo siguiente: ´Pero vaya usted y
véalo…´
“No se ha permitido a nadie que revisase el rodeo y sabemos que todos los días matan
vacas y yeguas ajenas con lo que mantiene ese número de bribones. Alguien se presentó al
Coronel (anciano Jefe) y este le contestó: ´¿Qué quiere que yo haga?”…
“En 1854 cambiaron las autoridades civiles y militares. Valdebenito se hizo más
mimado y se puso peor, entonado por la impunidad. Por lo menos fue el mismo de antes.
“Había un capitán Velez (Juan de Dios) chileno y compañero de aventuras de
Valdebenito, pero hombre juicioso y moderado. Ha sido un padre de familia honrado y buen
ciudadano…
Viendo las maldades que Valdebenito cometía… se hizo contrero y con él el Teniente
Cándido Loaiza…Finalmente Veliz se separó del servicio”
(Saltando un párrafo leemos:) “Había en 25 de Mayo un vazco español con casa de
negocio, habilitado por Valdebenito. Allí lo envenenaron a Cándido Loaiza, porque estando
borracho, habló mal de Valdebenito.
INTERVENCIÓN CONTRA EL INDIO CRISTO
“Quedaba a Valdebenito un enemigo más que le causaba fiebre, porque lo envidiaba
por el aprecio que de todos merecía y estaba resentido contra él.
En 1856, Valdebenito no pudo aguantar ya la sombra que le hacía, según le parecía,,
el benemérito indio Cristóbal Carrelang (llamado el Indio Cristo), quien mereció el aprecio de
todos por su valor y su fidelidad y moderación. Valdebenito lo difamó y se decía que
Valdebenito estaba enojado de los tres hermanos, denominados “Cristos” y también supo que
uno llamado Cristobal estaba en relación con Calfucurá”.
(NB. Estos acontecimientos los reseñé en el artículo “Los hermanos Cristo o
Carrelang en el libro Caciques Borogas y Araucanos, ed. El Elefante Blanco 2004 Bs.As
p.160-166 y aquí bajo su nombre)
Durante la guerra civil y el sitio de Buenos Aires les resultó difícil discernir con quien
afiliarse, especialmente porque los emisarios del Gral. Urquiza hacían fuerte proselitismo
entre los indios. En un principio los indios amigos de 25 de Mayo no querían participar con
Calfucurá en la consigna de establecer la Confederación Indígena. Pero cuando vieron como
el ejército de Mitre atacaba a los indios de Catriel y cuando supieron que los Coroneles Pedro
Rosas y Belgrano y Eugenio del Busto se habían separado de la política de Buenos Aires para
favorecer a la Confederación Argentina, siguieron el llamado de F. Olivencia y de Calfucurá,
sin levantar los toldos ni llevar a sus familias. Baigorria dijo más tarde: “que se sublevaron
porque se les hizo feo servir a los de Buenos Aires, cuando Rosas y Belgrano, H. Lagos y E.
del Busto estaban con la Confederación. Por eso se acercaron a Calfucurá. -
“Valdebenito avisó al Comandante de la Plaza que debía asegurar a los Crtistos"
(Avendaño continuó p.212-213) y este permitió que Cristóbal y sus hermanos fuesen sacados
de sus domicilios, los ranchos a orillas del pueblo 25 de Mayo, y puestos en prisión; matarlos
era imposible. Avanzada la noche iba con algunos indios jóvenes. Pero los buscados habían
desaparecido. Esto era lo que quería el caudillo, pues podía demostrar su relación con los
indios de afuera…
“Valdbenito arreó con todas las familias de los Indios Cristos. Los introdujo a la
Fortaleza en arresto. Se avisó al Gobierno. El Ministro de Gobierno aprobó la acción y
mandó que las chinas fuesen remitidas a la Capital. (Fueron repartidas) Fueron violadas. Los
que llegaron a Buenos Aires fueron atendidas en “maestranza”.
En los meses y años siguientes, los indios huídos de 25 de Mayo hacían todo lo
posible para recuperar a sus familias. Era cuando fueron a implorar la protección del cac.
Calfucurá. Buscaron, pues, a pesar suyo, el amparo del enemigo. (véase ese artículo sobre el
Indio Cristo)
Esto ocurrió durante la Guerra Civil entre la Confederación y el Estado de Buenos
Aires. La frontera de Buens Aires fue objeto de malones dirigidos por los agentes de la
Confederación; malones de ranqueles o malón de salineros.
La Tribuna del 17 de enero de 1854 y el Nacional del 3 de enero de 1854 hablan de un
importante malón. No tengo transcripta sus detalles. El mismo periódico. La Tribuna del 6 de
marzo de 1855 da cuenta de otro malón a 25 de Mayo, que fue rechazado por la intervención
de Valdebenito. El 2 de Junio de 1855, Valdebenito acompañó al Cnel. Laureano Díaz de
Bragado a la sorpresa contra la tribu de Cachul, mientras que el Gral Mitre atacó a la tribu de
Catriel. Ambos intentos fracasaron (ver biografía de Cachul y AGN X. 27-7-6) En 1856,
cuando se acercó otro malón ocurrió lo que acabé de contar : el atropello a la tribu del Indio
Cristo.
1858 El cac. José Valdebenito acompañó al Coronel porteño Emilio Mitre en su
expedición contra los ranqueles, pero debido a una gran sequía resultó un fracaso. Fue
ascndido en el acto a Sargento Mayor. Debido a su vaquía se salvó buna parte de la tropa (ver
la nota sobre Calvaiñ) José Valdebenito había salido enfermo y volvió más enfermo. El
domingo 6 de marzo de 1859 m u r i ó en 25 de Mayo. Sus restos fueron trasladados a la
iglesia de 25 de Mayo; más tarde, al cementerio viejo, donde el Consejo Deliberante de 25
de Mayo mandó levantar a su memoria un monumento. Lo reproduce A.González Roríguez
en su libro “Crónica Histórica de 25 de Mayo p. 42 y consultamos la nota del cura poeta,
Pbtro. Francisco Bibolino en el libro de defunciones Nº 307.
El Pare Bibolino compuso en 1859 un poema sobre la entrada del cacique Calfucurá a
su pueblo 25 de Mayo, después de una famosa conferencia que tuvo el cura con él al borde de
la laguna vecina que sigue llamándose aún Laguna del Cura. Allí le pidió al cacique que no
hiciera muertes en su pueblo. Y en la página 17 de ese poema impreso en 1884, dedicó un
recuerdo póstumo al cacique José Valdbenmítez, diciendo:
“Cacique Baldebenito “Martín Rondeao y Caniullán
y guapos capitanejos Teuque y Nahuel Mapú
hasta el cementerio en suplicante ademán
acompañaron los restos llamando a Vuicha Huentrú (Dios)
- Las muy piadosas chinas - Nuestro amigo Uaguimí
Para acompañamiento a su mejor caballo
Con los niños y las niñas degollar queriendo ahí
Fueron del campamento. En honor del finado”
- -Manuela, Juana y Rosa
arrojando sus añillos Estos versos se refieren al entierro
adentro de la gran fosa de Juan de Dios Veliz; pero describen
junto con los gemidos. Seguramente también la situación del
entierro del cacique José Baldebenítez.
VALDEBENÍTEZ, Benito , hijo del cac. José Valdebenítez cas. con Ana
Calderón. (No tengo más datos de él, que tendrían que buscarse entre los indios
amigos de Bragado)
VALDEBENÍTEZ CALDERÓN, Benito,1845, capitanejo de la tribu de
Melinao. Se radicaron en Bragado al fundarse ese Fuerte o pueblo. Pertenecía a la
nobleza araucana. Se casó con Agustina Coliqueo, la hija del cac. Ignacio Coliqueo de
Los Toldos (Prov. De Buenos Aires) El hermano se llamaba Ucal Calderón y es
probable que ese era el apellido de la madre de Benito y de Ucal.
VALERIANO, 1810, cac. pampa. El Cnel Pedro A. García lo encontró en
Salinas Grandes, en oportunidad de su expedición grande (ver su Diario en de Angelis
1835 T. III y EUDEBA 1974).
VANEL CHEO,, 1834, capitanejo boroga que por el malón y asalto de
Masallé fue apresado por Calfucurá (Cata a Urquiza del 1. XII de 1857 Arch. Urquiza
en AGN. S.VII)
VANTA VANTAN, 1579, cac. comechingón de Paga Lenta Halo, Tama Halo,
Córdoba; encomendado de Velázquez (Montes p. 72)
VARELA, Juan, En 1855 fue heredero del resto de la tribu de Juan Cachul.
En 1863, cac. pampa de Tapalquén. Unido a la tribu de Catriel, crecía en importancia,
cuando, en 1863, el Cnel. Ignacio Rivas quiso debilitar el poder de Catriel separando
de su jurisdicción a las parcialidades de Varela, Chipitruz y Manuel Grande. Varela
era el cacique principal de ese nuevo bloque. 1864 pidieron al Gobierno de la Comuna
de Azul la aprobación de una marca de hacienda, porque no sólo los indios les estaban
robando, sino más los “cristianos”. En ese entonces le obedecía también el cacique
Cachul. Varela solicitó por intermedio del Cnel. Juan Cornell la devolución de algunas
familias de Cachul, las que en la campaña de Mitre y Laureano Díaz en 1855 los
caciques Melinao y Rondeao les habían arrebatado. Se hizo la averiguación y de
Bragado como de 25 de Mayo vino la contestación que ninguna de esas familias
quería volver (AEM 29.5.68) El mismo Cnel. Juan Cornell, encargado de las
relaciones de los indios amigos, pidió ese mismo año al Inspector de Armas B. Názar,
de parte del principal cac. Juan Varela , para él el título honorario de Sargento Mayor
y para los capitanes Manuel Grande y J. Chipitruz, el título de Capitanes Honorarios.
Tenían así sueldos y recibían raciones para sus indios que servían en la frontera o
cuando los llamare el Comandante de Azul.
El primer cura párroco de Tapalquén, Pbtro. Daniel Urbani, escribió el 31 de
octubre de 1869 que, estando muy cerca de ese pueblo muchos toldos de indios
amigos, muchos de ellos, particularmente un tal cacique Varela, deseaban con bastante
empeño cristianar a sus hijos. Consultó pues al Sr. Obispo, si convenía administrarles
el bautismo .
Desconocemos la respuesta del Obispo; pero conocemos las objeciones que
dificultaron la administración de este sacramento a hijos de padres “infieles”, es decir
no bautizados.
Ramón Rafael Capdevilla en su libro “ Tapalqué en la historia” (vol. II 1965
p.69) afirma que el cacique Varela fue muerto en un duelo singular que sostuvo con
el poblador tapalquenense Dn. Eusebio Barraza. Lamento que no haya indicado ni la
fecha ni otro detalle. Debe haber sido antes que ocurriera el atropello de Mayo de
1871 en la batalla de la laguna de Burgos (Véase la nota biográfica de Cipriano
Catriel o de Chipitruz) Los sobrevivientes de la tribu de Juan Varela se refugiaron en
Salinas Grandes, poniéndose a las órdenes del cacique Jn. Calfucurá.
Sucesor de Juan Varela fue Pedro Varela Melín .
Isabel Varela (1853-1890 llamada “La Cautiva” dio al cacique Ignacio, cuando
ese tenía 73 años, una (última) hija, María Pilar Coliqueo (1869-1943) Esta se casó
con el estanciero vecino Modesto Medina. (La cantante de fama Pichimalén es una
descendiente de ella)
En la tribu de Coliqueo he establecido un frondoso árbol genealógico de uno
de los tres hijos del cac Varela .
I. Anacleto Varela II. Gumersindo Varela y III. Rosa Varela.
1.Anacleto Varela cas. c Indalecia Ayllapán
2. 7 hijos: Antonio – Isabel- Juana – Pilar – Cirilo –María y Magdalena
cas. con. Cayú c. c.Videla López Cayú Quevedo soltera
3.Antonio Varela 1932 y Zulema Angélica Cayú 1934
4 3 hijos: Clide Varela cc. N. Cambareri 2 hij. José y Miguel
Julia Varela 21,12.1955 cc. José Luis Rayú 1958 1 hij. Florencia Rayú
VARELA MELÍN, Pedro, cac. pampa, 1871, heredero del cac. Juan Varela,como ya
dije arriba. Llegó a ser cuñado del cac. Namuncurá en Salinas Grandes. 1875, el año de
las grandes decisiones y gestiones por un tratado de paz, Namuncurá le confió una gestión
diplomática ante el Cnel. P. Yturra en Bahía Blanca (Arch. Salesiano de Bahía Blanca
2.12.75)
VATANA, 1598, cac. comechingón de Tahene, valle Cantapes, Córdoba;
encomendado de Astudilla.
VAYO, 1596, cac. comechingón de Tocancich, Sierra de Taras, Córdoba,
encomendado de Maldonado (Montes p. 80)
VAYO, 1602, cac. comechingón de Guata Sigui, “nación Pasca”; encomendado de
Quevedo (Montes p. 78)
VECA, 1574 – 1588, cac. mendocino; encomendado de Alonso Reinoso, junto con el
cac. Lara (Verdaguer: Historia Eclesiática del Cuyo I. p. 73)
VECUTI, 1873, capitanejo pampa ranquel de la tribu de Vicente Piseñ (Ver V. Piseñ)
VENANCIO, 1817, cac. puelche de la zona de San Rafael (Mendoza). Acompañó
con 200 indios el ejército del Gral. San Martín en su campaña libertadora. (Periódico: El
Verdadero Amigo del País Nº 20, del 2 de marzo de 1832 San Rafael ) Yo anoto mi duda
si no se confundió con otro cac. Venancio.
VENANCIO, 1877, capitanejo ranquel de la lista de la tribu de Man. Baigorrita.
VENI NAM ver Huenu Ñancú
VEÑA (Hueña o Feña), 1834, capitanejo boroga que después del asalto de Masallé
quedó con el cac. Meligüer, Millalicán, el escribiente de los borogas, lo llama en una
carta “el gran Capitán Veña”. Y no conozco más datos de él.
VERA o BERA, 1865, cac. tehuelche, cacique principal entre los indios de más al
sur del Río Chubut. Desde tiempo venía a Carmen de Patagones a comerciar con los
cristianos. Algún tiempo se radicó en Valcheta. Estuvo presente en el parlamento de paz,
que hiciera el 15 de julio de 1863 Julián Murga con el cac. Chingoleo (AEM doc. 826)
El mismo hizo un tratado de paz, el 26 de agosto de 1867 en Camen de Patagones
(AEM doc. 826) El explorador del Chubut, Jorge Claraz, se llevó al capitanejo Vera en su
viaje por el Río Chubut en 1865/66, porque era baqueano y lenguaraz (Diario de Claraz
fue editado por Ed. Marymar B.A. 1988 . Contiene interesantes vocabularios del idioma
pampa y de araucano. M. Hux edito una biografía de este explorador .)
VERA, Rufino, 1880, cac. tehuelche de Santa Cruz. Lo conoció Francisco P. Moreno.
Lo trajo a La Plata, donde fue empleado del Museo (Rev. del Museo de La Plata VIII,
1898 p. 312) Tenía 45 años, cundo le scaron dos fotografías . Rufino Vera había sido
lenguaraz del cac. Inacayal, quien también acabó sus días en el Museo de La Plata. (ver
Inacayal)
Tengo una reproducción de un cacique tehuelche que falleció, según se afirma a la edad
de 152 años. Dibujo de A. Jonza, C. Rivadavia
VEYLO CURÁ, 1833, cac. pampa que fue atacado por la división del Gral. Angel
Pacheco en la zona de Choele Choel. En Julio cruzaron campos y ríos helados para atacar
su toldería. Los partes son horrorosos y me repugna incluirlos ( ver Lupyl y Schoo Lastra
El Indio del Desierto, primera ed. p.87)
VICENTE, 1798, cac. tehuelche, hermano del cacique Chegües. 1792 era ya casado
con una “mujer despejada y ladina, llamada Coyocha”, dice Elizalde, -la que ha sido
amiga del Piloto Peña. (Ratto, Hector: Actividades marítimas, Cádiz 1929p. 188). Tenía
una agraciada hija de nombre Mariquita.
Vicente vino a bordo diciendo que un Cristo (Crucifijo) le había hablado. Y en su
nombre pidió algo para fumar y un poco de harina. Le acompañó en la circunstancia el
cac. Conoria y un tal Capón. (Elizalde…Extractos, p.18. Fco. Gonzales: en su viaje a pie
de Puerto Deseado hasta Río Negro en 1798 fue acompañado por el cac. Vicente y sus
guías indios y con su tribu (49 toldos) desde el 20 de agosto hasta el 12 de diciembre.
(González escribió su Diario ed por Vignati 1965 por Acad. Hist. Nac p. 30 y nota 3 p. 53)
En una ceremonia María actuó como sacerdotisa y dirigía a la tribu en ese rito. Hablaba
también en español y alababa a Cristo.
En 1817 fue muerto por un desertor que vivía en la tribu de Chicoleo y también fue
herido su hijo.
VICNTE, Cacique teche. 1830 estuvo en un parlamento con Chocorí y Reynán, en
total 32 caciques con el Comandante Rodríguez en Bahía Blanca (Jorge Fernández: El
Coronel Pincheira y los indios realistas de la Pampa (1827-1831) en Rev. Ntra Historia
Nº 49/50 Bs.As. 2000)
VICENTE, 1845, cac. tehuelche, fue quizas un descendiente del cac. Vicente
anteriormente nombrado. Se conoció también como Vicente Yaques. 1845 llegó a Azul,
como tantos otros caciques que Pedro Rosas y Belgran obsequiaba en nombre del
Gobernador Rosas para mantener la paz, mientras estaba ocupado en la Guerra Civil. El
también recibió raciones. 1852 es nombrado junto con otros caciques tehuelches, entre
ellos Antonio, Guachi y Chivi (AGN X. 18-4-8: 9.7.52) Algún tiempo estuvo en San
Gregorio (Arch. Azul 1845). En la lista de los caciques obsequiados en Bahá Blanca en
vísperas de la batalla de Caseros figura un Vicente “del cac. Inaiqueñ”. Este puede ser
otro. 1865 los caciques entraron en un tratado de paz con el Gobierno nacional (con
Mitre) los caciques del Sur: Antonio, Chiquichán (de Santa Cruz), Vicente Yaques, Ynahel
y Crimé (AEM doc. 538 del 12.8.67 y doc. 826 y 1423) Ch. Musters habla de un cacique
Jackerman o Jackechán, puede ser Vicente Yaques
VICTORIANO, cac. puelche ranquel, hermano de Quinteleo y Epumer. Un
documento afirma que han sido hijos del cac. Lorenzo Calpisquis. En 1810 vivían entre la
Laguna Salinas Grandes y Santa Isabel, al Norte de Salinas Grandes. Epumer vvía en
Cruz de Guerra (Fuerte 25 de Mayo (desde 1827) y Quinteleo hacia el Río Colorado. Los
tres visitaron al Cnel. Pedro A. García, cuando en 1810 hizo su expedición a Las Salinas
Grandes. En su Diario (publ. por De Angelis III 1910) caracteriza a Victoriano como
veraz y fiel amigo. Y a Quinteleo como hombre de entendimiento.
1820 Victoriano estaba en Chile, actuando con el Cnel. Pico en la Guarra a Merte.
Este lo mandó con 600 indios y una patrulla chilena a las tolderías de los pehuenches del
lado argentino. No conozco detalles de esa actuación. Al fin de esa campaña, se radicó en
la Provincia de Mendoza. En 1823 un documento habla de triunfos suyos (en De Angelis
IV. 1910 p. 179)
En febrero de 1825, los caciques pampeanos, ante la constante inmigración de indios
chilenos en la Pampa, pidieron al Gobierno de Buenos Aires que convocara a los caciques
chilenos a un parlamento de paz, a Pablo, Coñuepán, Uñol, Caniullán, Cañiuquir,
Neculhueque y Chisca o “Victoriano”, como era hijo del famoso cac. Lorenzo
Calpisquis,quien hiciera las paces con los Virreyes (AGN VII. Biedma 10-4-14)
Aunque se hicieron parlamentos de paz, hubo nueva invasión de parte de indios
chilenos comprometidos cn los guerrilleros pincheirinos. Entonces el Gobierno encargó
al Cnel. Federico Rauch a perseguirlos; pero él hizo aún más atacando con el auxilio de
900 indios tehuelches a los pampeanos y demás tribus pacíficas en Curamalal y a lo largo
del camino chileno hacia Salinas Grandes. En su parte final afirmó Rauch que los
caciques Hipólito, Victoriano y Pablo (Lepnopán) habían pasado a los chilenos invasores.
Por otro lado, no me consta que Rauch haya alcanzado a estos indios, ni los haya
hostilizado como a otros. No obstante, allí en 1827 se me corta el hilo de las débiles
noticias sobre la vida de Victoriano.
VICOLA, 1598, cac. comechingón de Acagasta, Los Llanos, Córdoba;encomendado
de Vellica (Montes p. 65)
VIDAL, 1884, captanejo salinero que con Namuncurá se entregó en Ñorquin
VIEJO, 1781, Basilio Villarino en su segundo reonocimiento del Río Negro, se
encontró en Choele Choel con el cac. Viejo y el cac. Francisco.
“EL VIEJO” o JOSÉ (MELIN) BAIGORRIA, capitanejo de la tribu de Ignacio
Coliqueo .(Nació 1826 – muró 1893) , casado con Rosa Rinque (1829-1926 ) hija del cac.
Andrés Rinque de la tribu de Coliqueo con muy frondosa descendencia aún hoy presente
en la población de Los Toldos. Es posible que ese José Baigorria “El Viejo” haya sido
pariente del Cnel Manuel Baigorria. Rosa Rinque es la hermana de Paula Rinque, esposa
del cac. Francisco Piseñ
Sus hijos: l. Juana Melín Baigorria –(sus hijos Teodoro B.- Santiago Baig.– Arturo
Baig .- Juana Avelina Baig.) 2. María Baigorria cc. Colín, A.M. 3. Dionisio
Hermenegildo Baigorria 1899-1942 4. Rosa Melín Baigorria (Rinque) cas.c González y
con Isid. Huenchual. 5. Florentino Baigoria 6. Victoria Baigorria (1888-1968) 7.
Fortunato Baigorria 8. Eufemia Baigorria (1869-1918) (sus hijos Tito Baig. Rinque –
Máximo Baig. Rinque _Teresita Baig. Rinque 9. Paulina Baigorria (1874- 10. Manuel
Baigorria (1879 - 11. José Baigorria 12 Eugenia Baigorria etc.
VIEJA, 1782, cacica huilliche la que conoció el Capitán Villarino en su viaje de
exploración del Río Negro. Ella vino a verlo acompañada de la lenguaraza Teresa, -anota
Villarino en su diario. Había a la vez en la Isla Choele Choel un cacique llamado “Viejo”,
en buenas praderas. Villarino deseaba tomar posesión de esas tierras (De Angelis V. 1910
p. 515)
VILACHICHIS, Juan, o Velachichis, 1673, cac. pampa “en las cabezas de Luján”.
Pertenecía al grupo de los tubichaminí (Torre Revello: Las encomiendas de los
Tubichaminí y Vilachichiz, en RUNC 1958 p. 238 de Arch. Gral. Ind. 186 Charcas 103).
En 1673 figura en el padrón con 29 años, viudo con un hijo de 7 años.
Otro “Belachichí ayudó en 1744 a descubrir las Salinas Grandes. Ese descubrimiento
dio origen a las grandes expediciones en busca de sal y (algo más)(sic). (Carlos Grau:
Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, La Plata 1949 p.11)
VILCAY, 1830, cac. mayor de los pampas. A pesar de haber tenido cierta
importancia, tenemos solamente el dato de su exterminio. Pues, el Cnel. N. del Valle de
Tandil, salió ese año en abril a perseguir a indios maloneros (quizás cazadores). Y llegó a
la toldería de Chocorí, quien le aseguró que no había robado. Al otro día, cuando querían
visitarlo de nuevo, ya no estaba; había huído. Al regresar la tropa, hallaron los toldos de
los caciques Calfiao, Maycá, Petí y Cañiuante. Los hallaron reunidos y sus parlamentarios
decían que no habían robado ni querían pelear; que los dejaran en paz. Y para satisfacerlos
les dieron 200 vacas.
A los cinco días, los expedicionarios del Mayor Villalba, 90 hombres y algunos indios
amigos volvierom sobre la pista. Atacaron, el 30 de abril de 1830 la toldería del cacique
Vilcay y Llanquelén sobre el Arroyo Mayo Güelo. Estos se defendieron como pudieron,
incluso las mujeres. Los caciques principales Maycá, Petí y Cañiuante con un buen
contingente estaban ausentes (boleando avestruces). Así los atacaron y les mataron dos
caciques, un capitanejo y 140 indios y apresaron 80 “chinas”, 87 niños y 37 niñas. (AGN
X. 27-7-6) Así se preparó la Campaña de Rosas.
VILI NAVAN, 1598, cac. comechingón de Vita Gualata, Sierra de Vinachauche,
Córdoba; encomendado de Castañeda (Montes p. 80)
VILILTO, 1573, cac. comechingón de Chuap Sacat, Quilino. Córdoba; encomendado
de Cabrera (Montes p. 48)
VILÓ, José Dolores, 1872, capitanejo pehuenche; uno de los hermanos Vilú (trad.
Víboras)
VILÓ, Gregorio (Goyo) cac. pehuenche amigo. 1852 se presentó en el parlamento
convocado por el Capitán de Indios Amigos, Plácido Zeballos junto con el cacique Caepí
(Arch. Mendoza, doc. 15 y 16: 1852)
VILÓ, o Terrada y Viló, Juan Agustín, 1872, cac. pehuenche del sur de Mendoza, por
Malargüe, San Rafael y Las Barrancas. En Mayo de 1862 hubo allí un levantamiento por
malos y falsos anuncios del alferez Vallejos. Estaban arreando sus haciendas hacia el Río
Grande. (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 21)
1872, los terratenientes chilenos que tenían veraneadas y campos arrendados en la
zona de los pehuenches del Este de la Cordillera, consiguieron que los caciques bajaran a
Angol (Chile) para concertar un convenio de amistad y mutua ayuda con el Gral. Urrutia,
quien les prometió una gratificación mensual si se comprometían a proteger a los
hacendados chilenos en su lado. Firmaron el convenio el 1º de enero de 1872 o un poco
antes. Cuando el cónsul argentino, destacado en Chile, se había enterado de eso, dio aviso
( 1.1.72) al Gobernador argentino y de inmediato se trabajó para convocar a los mismos
caciques al Fuerte de San Rafel para hacer con ellos un tratado de paz, en el que
reconociesen la soberanía nacional sobre su territorio, prometiéndoles seguridades y
sueldos. (Ver lo diho en la nota biográfica de Caepí).
El 27 de agosto de 1872 se reunieron los caciques del Río Barrancas y de este lado
del Río Neuquén en San Rafael y firmaron el tratado, cuyas copias se hallan en el
Archivo del Estado Mayor (hoy tiene otro nombre) Son los documentos 1181 y 1182 y en
el Archivo de Mendoza: carp. 123 doc. 39 y 40) y poco después se hizo un idéntico
tratado con el cac. Purrán.
En el documento aparecen también los capitanejos Antonio Viló y Juan de Dios Viló.
El cac. Caepí, como cacique gobernador de los indios picunches, tendría el sueldo de 200
$; los otros Viló, 150 $ y otros algo menos según su rango. El tratado debía renovarse a
los cinco años. (infomación del periódico de Mendoza “El Constitucional”, al dar la
noticia, dice también que los chilenos les habían propuesto otras variantes.
En 1878 se les intimó a los caciques por el Comandante Saturnino Torres, que si no
firmaban el nuevo tratado, serían considerados enemigos. Era la hora de la Conquista del
Desierto en su última fase. Y ellos lo sabían. Como dieron largas al asunto, el Tnte. Cnel.
L. Tejedor dispuso que se atacasen las primeras y más próximas tolderías y luego él
mismo dirijió el segundo ataque, por el que tomó prisioneros al cac. Juan Agustín Terrada
y Vilú y a su hermano José Dolores. Mataron al cac. Millalén y 29 indios (AEM doc. 1355
y El Constitucional, Mendoza 5.12.78)
En 1879 avanzó la IVª División expedicionaria al mando del Tnt. Cnel. Napoleón
Uriburo, por el Sur de Mendoza hacia Neuquén. “Consideraron” a las tribus picunches
refractarios, mientras que políticamente respetaron a los estancieros chilenos; así era la
orden que el Gral. J.A. Roca le había dado. Antes que partieran de San Rafael, esos
estancieros por su cuenta habían convocado a los caciques a un parlamento en “El
Álamo” y luego mandaron un petitorio al Sr. Presidente Roca. Este dispuso que, habiendo
concluído la cuestión de límites con Chile y los estancieros se consideraban ciudadnos
argentinos, había que respetarlos.
La anciana Luisa Yanquinao o Viló contó aún en 1961 de lo que habían sufrido sus
antepasados Dn. J. Agustín Viló, quien estaba casado con Manuela Viló en Río Barrancas
(Curileo al Norte) y de José P. Yanquinao. Decía que el cacique Viló ha sido enterrado en
Chile (información de periódico “Los Andes” de San Rafael; 19.11..61 )
VILU CHE,1834, capitanejo boroga que, después del Asalto de Masallé caminó con
el cac. Meligüer a Salinas Grandes (AGN S.X. 24-8-6).
VILU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Vilchi Sacate, Chocho, Cona Hal,
Córdoba; encomendado de Suárez
VILUMILLA, cac. Araucano, en 1722 toqui hasta su muerte, jefe de la sublevación
general contra los españoles. Era el Señor de Maquehua. Respetaba a los misioneros. Y
aún los avisó antes de que se produjera la sublevación para que se retirasen para que nadie
los molestara. 1726 se hizo la paz.
Cuando los misioneros franciscanos abrieron un colegio en Chillán destinado para la
educación de los hijos de caciques, Vilumilla decía que, para ser valeroso, sus hijos no
necesitaban saber leer ni escribir. Otro dia, en una bravata dijo que le gustaría jugar a la
chueca con la cabeza del Gobernador español. Vilamilla en general ha dejado un mal
recuerdo. (Campos Menchaca: Nahuel Buta, 1972 p. 430 – 434 y Gay: Historia 1847 III p.
364) - Elegido en 1760 Antivilú (prob. Un hijo del Vilumilla) como toqui, no aceptó el
cargo y fue elegido Curiñancú (en 1760).
VILU MILLA, 1820, cac. de Maquehua que intervino también en la Guerra a Muerte
junto con su hermano Ancafilú, Loncofilú, Loncomilla y Painefilú. Era sobrino del
famoso cac Ancamilla (T. Guevara 1910 cap. VII) Jose Bengoa en “Historia del pueblo
mapuche” p. 105, hablando de los mapuches de Tolten, dice que los Vilú de Maquehua
poseían una historia que se remontaba a la llegada de los españoles.
VILLA CAVE, 1872, capitanejo ranquel de la tribu de Mariano Rosas (Lista del P.
Donati , donada al Museo del Indio, Los Toldos)
VILLA FEI CHICO, 1875, capitanejo salinero, firmó el documento Nº 1232 de
AEM, el propuesto tratado de paz, como también Vicente Villa Guayquil y Villagüeque.
VILLA MAIN,1818, cac. amigo ranquel, que hizo en “El Arbol” un tratad de paz. En
La Carlota (Punta del Sauce) se decía amigo, pero sus indios siguieron robando
(Barrionuevo Imposti, Historia de Río Cuarto ,1980 I. p. 151)
VILLA MAIN, (prob. Villa Manque), 1882, cac. picunche o pehuenche austral,
pertenecía al grupo del cac. Queupú. Figura en los documentos de la Conquista militar del
Sur. Al iniciar la Campaña de los Andes, en Noviembre de 1882, se reunieron los caciques
Villamain, Reuqucurá, Namuncurá, Quepú y otros para determinar qué actutud iban a
asumir. Villamain, previendo las desgracias, propuso que se sometieran y que así
recibirían raciones del Gobierno. Casi lo mataron los caciques presentes. Después se alejó
de ellos y en secreto mandó un mensajero al Gral. Ortega pidiendo permiso para
presentarse con su gente. A los seis días de haberse iniciado la Campaña, en diciembre de
1882, Villamain se entregó con cien indios y varios capitanejos en Taleufú (Costas del
Llamuco) En febrero de 1883 los encontraron en Ñorquin los Padres Salesianos Milanesio
y Bouvoir. Allí les dieron catequesis y consiguieron bastantes conversiones. Lucharon
contra muchas dificultades; especialmente por su pobreza en que los hallaron y por el
carácter brutal del cacique que era un borrachón, dice uno de los misioneros en sus
recuerdos. Además el ambiente soldadesco no les era favorable. El Padre Milanesio tuvo
muchas conferencias con ellos en que les hablaba de Dios, aunque muhos le decían que
sus padres les habían enseñado de otra manera. (Boletin Salesiano, Turín Nov. de 1883 y
el Padre Pascual Paese en su libro Patirú Domingo 1964 p. 324) Enrique Mases sacó una
hermosa fotografía, las mujeres y niños sentado en el pasto y el cac. parado en uniforme
de marino parado frente el típico toldo (Vr tapa de Indios y Soldados, ed. El Elefante
Blanco 2002). Otra foto se sacó del cacique y su tribu, incluso con los salesiano
catequizantes (ib. y AGN Arch. Gráfico B. 114.926, B. 123.817 que lleva la leyenda “El
capitanejo Villamain con indios de Peleg”. En Mayo de 1884 Monseñor Espinosa visitó
también a esta tribu “rendida”. El día 8 bautizó a 13 indios y confirmó a 36 ya bautizados
y el día 12 bautizó al cacique y a 35 indios más. (Diario del Capellán de la Expedición de
1879 , Monsr. Mariano Antonio Espinosa Bs. As. 1939 p. 144 )
Addenda: Hay fotografías de los toldos de los indios de Villamain (toldos provisorias)
en Quilacheuquil sobre el arroyo Curá Culén (Neuquén) y la otra del cac. Villamain, su
familia y mujeres está expuesta en el Museo del Indio en Los Toldos.
ETIMOLOGÏA: Milla : oro y Mainque: Cóndor (de oro)
VILLA NAMÚN, Juan, 1870, capitanejo del cac. Cipriano Catriel en Azul. De él dice
G. del Valle en su libro “Recordando el Pasado” que ha sido un baqueano sagaz. Y que en
la batalla de la Laguna de Burgos, el 3 de Mayo de 1871, había provocado al cac.
Calfuquir a duelo individual y que finalmente le ha cortado la cabeza, la que llevó como
trofeo al cacique Cipriano Catriel. Este se lo habría devuelto diciendo :”Toma, penacho
para tu lanza”.
VILLAN HER, 1877, capitanejo de Namucurá. Éste pidió al Ministro de Guerra su
libertad, cuando lo tenía prisionero. ETIMOL: Zorro dorado
VILLA PÁN, 1826, capitanjo pampa o boroga, que se halló presente en el
parlamento del Arroyo Epecuén, primero en la lista de los capitanejos (AGN X 27-7-6)
VILLA HUEQUE (o Millahueque), 1859, capitanejo de Calfucurá en Salinas
Grandes. Lo recomendó al Gral. Urquiza (AGN S.VII 14-4-1)
VILLARREAL, Juan, 1872, capitanejo ranquel y lenguaraz del cac. Ramón Cabral.
Su mujer era hermana de la india Carmen que nombra Lucio V. Mansilla en su libro y
llegó a ser su comadre (Una Excursión a los Ranqueles ed 1890 p. 144) Villarreal se hizo
mérito durante las gestiones por un tratado de paz. Era amigo también de los Padres
franciscanos. En una carta, fechada en Carriló el 28 de febrero de 1871, le dice al Padre
Marcos Donati: “Querido Padre: Usted es el único a quien puedo dirigirme con más gusto
que a ningún otro, para decirle que medie con el Coronel, a fin de que no se interrumpan
las paces por la invasión de Peñaloza…” (Arch Convento franciscano en Río Cuarto doc.
173). El capitanejoVillarreal correspondió entre los primeros a la iniciativa del Padre
Donati, de establecer en el Fuerte Sarmiento un plantel misional (una Reducción
misionera). El 25 de Mayo de 1874 se integró allí con 250 indios. “Querían vivir
cristianamente”. Más tarde llegó también el capitanejo Linconao, hermano del cac.
Ramón, con 105 indios . Eran mansos y apreciados. Decían que no querían pelear. El
Padre Donati quiso ser su capellán (Recibió su nombramineto el 22 de sept. de 1874 y
fundó allí una escuela. Una señora enseñaba en la “Colonia Indígena”. Se sembraba los
campos y prosperaban como la Colonia de Villa Mercedes. El P. Donati fundó luego otra
reducción en “Tres de Febrero”. Pero la orden de militarizar a todos los indios, también
los de la Reducción y la marcha a la Conquista del Desierto, todo desbarató. A los
hombres los obligaron a marchar a la guerra a pelear contra sus propios hermanos. La
acción de los misioneros fue ridicularizada e inutilizada. (S. Zavarella: Pioneri
Franciscani nella Pampa, tesis en 1985 p. 144 ss). En 1880, el Padre M. Älvarez se quejó
de que los militares los restringían en su labor pastoral. En 1882, parte de los reducidos
fue trasladada a Victoria en la Pampa y en 1888, otra parte a General Acha. No sé cual ha
sido el final de la vida del capitanejo Juan Villarreal. (Lor. Massa: Historia e las Misiones
Salesianas de la Pampa vol. I. p. 178 y 290) José Carlos Depetris de Santa Rosa tiene
varios trabajos sobre colonias indígenas en La Pampa y traslado de los restos de (tribus)
ranquelinas a la Pampa Central en : Crónicas ranquelinas 1998 ss.
La familia está presente también ente los pobladores de la Tribu de Coliqueo de Los
Toldos que se desprende del libro de bautismos del misionero Savino en 1876: Sinforosa
Villarreal nac. en Río IVº en 1856 cas. con Vicente Pedro, también nacido en Río IVº en
1850, “comerciante en la Tribu” presentó para el bautismo a su hijo Cayetano y la Sra.
Sinforosa.Su hijo se llamó Cayetano Villarreal.
VILLAVIEN, 1791, cac. auca que se hallaba “en las primeras Sierras” dice una nota
de Chascomús (AGN S.IX 29.3.1791)
VILLAVI ÑAM, 1774 cac. , hermano del cac. Cayumán,envió una propuesta a
través del cac. Carrupí: canjear a su hermano preso por cautivos comprados a los
pehuenches. Pero no la aceptaron (AGN IX 1-6-1: 22.9. 1774)
Villi ver huilli
VINCA-L, 1875, (Huinca nahuel), capitanejo salinero que firmó el gran proyecto de
tratado de paz. doc. 1232 de AEM.
VINCA MELINHER, (es Huinca Meli Gnerr) 1875, capitanejo salinero, firmo el
doc.1232 de AEM.
VINTICO, 1590, cac. comechingón de Vintico, Sierra de Calamuchita, Córdoba;
encomendado de Fonseca .
VIÑACA, 1573, cac. huarpe de Huanacache; estuvo con el cac. Tabalque;
encomendado de Lope de la Peña (J.T. Medina vol. XV)
VIÑOL es UÑOL
VIPICHITA, 1652, cc. puntano de Lolma (Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 335)
VIPUEHITA, 1573, cac. al que llaman Solma de la Provincia de Conlara en el Valle
de Vera Cruz (J.T. Medina II. Dic. Inéditos 1959)
VISCALANXEN, 1778, cac. pampa de Chadilauquén, según el censo de Diego de las
Casas (De Angelis IV p. 584)
VITIE POLQUE, 1600, cac. comechingón de Doldelgues, Río Tercero, Córdoba;
encomendado de Ávila (Mntes p. 79)
VITULO, 1598, cac. comechingón de Ayapayo, Chulume, Córdoba; (Montes. p. 76 )
VITURRO, 1774, cac. ranquel, hijo del cac. Toroñam, apresado y deportado en
agosto de 1774. Estaba con el cac. Carrupí, desde el incidente. No quiso participar en el
malón ranquel. (AGN IX 1-6-1, p. 653- 656; 665-667; 6.1. 1775), pero los “hispano
criollos” atacaron las tolderías aliadas de Miguel Yati, Alequete, Calfignerr y Caullamán.
Los caciques lograron escapar..
En la Tribu de Coliqueo hay muchas familias Viturro, según los libros bautismales,
incluso entroncados en la descendencia de Coliqueo. Un ejemplo: Eusebia Coliqueo (!930
– 1994 ( de la línea de Chaima Coliqueo) estaba casada con Juan C. Viturro. Sus
hermanas ern Juana Aurora Coliqueo y María Micaela Coliqueo. – Alejando Viturro n.
1871 cc Paula Mendoza – Rosa Biturro nac. 1870 - Ramón Biturro n. 1877- Valentín
Biturro n. 1868 – su hija Isabel Biturro nac. 1889 - Venturo Biturro (1894-1977) –
Gregorio Bit, nac. 1901 – Julia Dionisia Benítez de Viturro 1915 - 2003 – Julio Celso
Viturro cas.c. Marta Lenzuain - María Julia, su hija n. 1971 y Martín Abel 1970
VIVANCO, Francisco, 1788, cac. pehuenche chileno que intervino en la Guerra
Pehuenche, acompañando a los pehuenches mendocinos de Malalhué. Con Pichintur y
Curilipí persiguió a Llanquetruz, a quien hallaron en el Paso de Villarrica y donde lo
victimaron el 16 de diciembre de 1788.
VUNÍN, 1851, capitanejo de Calfucurá. Fue obsequiado ese año en Bahía Blanca
(AGN X.20-10-4: 20.12.51)
VURIL, 1777, cac. chileno, principal de Puyehué (Lago Llanquihué) (Diario del R.P.
Benito Delgado, del 12 de octubre de 1777; fide R.Lagos: Colegio de Chillán, 1908
Barcelona ETIMOL: Vuri: a espaldas, detrás y la “l” (nahuel): tigre
VURE UPÁN, 1797, cac, pehuenche del grupo de Malalhué. Figura en la lista del
parlamento de paz 1797, al fin de la Guerra Pehuenche.
VUTA GNERR o Vuchaguir, 1792, cac. pehuenche de Río Bueno, sublevado
entonces. Había estado preso.
VUTA significa “el padre”, el “viejo” o el Grande – Pichi significa: el pequeño, el
joven , el hijo.
VUTA PICHÓN ,cac. araucano; fue sucesor del cac. Lientur. Fue herido en el asunto
de Alvarrada. Vuta Pichón sucedió en el cargo de Toqui al cac. Huenucalquín. Perdió su
vida en un combte en Elicura. En el momento se eligió como sucesor a Curante .
VUTA PIHCÚN, Niolás, 1751,cac. araucano que tenía entonces su propia capilla
cerca del Bío Bío. El Padre B. Haevstadt lo visitó allí el 4 de noviembre de ese año.
VUTA PISEÑ el padre de los Pincenes (ver Piseñ)
VUTRI ÑAN,1870, capitanejo pehuenche (vutril: un montón de)
Wa es como Hua o Gua We como Hue o Güe
WACHUL CO, 1870, capitanejo ranquel que menciona L.V. Mansilla
WALDEMÁN, 1879, cac. picunche. Fue atacado por la tropa de S. Torres, el 8 de
Mayo de 1879, río arriba del Neuquén (Olascoaga II p. 114)
WAFIL, 1883, capitanejo del cac. Namuncurá. El Tnte. Gorordo lo atacó el 1º de
febrero de ese año. Sánchez, J.: Efemérides Militares, nombra el encuentro para el 1º de
Febrero. Hubo muertos y prisioneros.
WEULÉN, 1879, cac. huilliche que conocemos por acciones militares en el Sur
WILLINER ver Huilligner
XAI MAN, (prob. Raimán) 1804, cac. de la nación peguelchu (AGN IX. Chascomús:
16.12. 04)
XARBA, 1573, cac. comechingón de Pus Cat Córdoba; encomendado de Cabrera
(Mont p.50)
XUMIA, 1564-1573, cac .puelche de Ulloalla, en el Valle del Diamante, Mendoza
(Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 336)
YAHATTI
YAHATTI, José. 1740. cacique pampa serrano. Hijo del cacique Yatti o
Yahatti de 1707. De él tenemos más noticias porque estuvo en contacto con los
misioneros jesuítas.
Entre tales movimientos de exterminio y deculturación de la pampa, la
guerra contra el indio se había endurecido. No obstante y para la pacificación de
los indios, los Padres Jesuítas de Buenos Aires iniciaron su obra misional entre
los indios de las pampas al sur de Buenos Aires. Correspondían a la solicitud de
algunos caciques y recibieron la autorización en el Acuerdo del Cabildo de
Buenos Aires, el 9 de febrero de 1740. Ese mismo año, los Padres Manuel
Querini y Matías Strobel abrieron al sur del Salado la primera Misión
(Reducción), llamándola Misión de Nuestra Señora de la Concepción. El
cacique Yahatti fue uno de los fundadores que se integró con su gente, como
también los caciques Lorenzo Machado, José Acazuzo, Lorenzo Masiel y Pedro
Millán. En poco tiempo se les habían incorporado 340 indios. Pero la presencia
de soldados españoles y la actuación de varios Maestres de Campo
obstaculizaron esa acción de paz y evangelización.
El cacique José Yahatti pronto quiso cristianizarse, y también dos hijos
suyos fueron bautizados allí. En premio de la buena conducta, los misioneros
confirieron a José Yahatti el cargo y el bastón de "calpisqui". es decir de fiscal
de la Misión. En cambio, su hermano Felipe Yahatti, quien había trasladado
también algunos toldos del Volcán a la Misión de la Concepción, no se mostró
tan dispuesto a la conversión- dice el Padre Sanchez Labrador en su libro
“Paraguay Católico”, escrito en 1772: publicado en “Los indios Pampas,
Puelches y Patagones” por el P. G. Furlong, 1936, p.153-.
Según una carta del Teniente de Milicias Cristóbal Cabral, enviada el 2 de
noviembre de 1741 desde Sierra de Cairú, dirigida al Gobernador D. Miguel de
Salcedo, Cabral estaba empeñado en “pacificar” a los pampas y por ello mandó
a llamar al cacique Felipe Yahatti, quien se presentó con su hermano el cac.
José Yahatti. A éste lo mandó a Buenos Aires y al primero lo retuvo con los
indios de 15 toldos para que los secundaran en sus acciones de guerra,
especialmente para combatir al cacique Calelián (h). La documentación se halla
en el Archivo General de Indias en Sevilla.
El Gobernador de Buenos Aires se apresuró a comunicarle al Rey que la
Expedición del Tnte. Cristóbal Cabral con 500 hombres había logrado imponer
la paz, conforme a sus órdenes, (las que eran: "que los que no den motivo a
insultos: que los atraigan más por agasajos que por fuerza de armas y que se
guarden los pactos"). El Gobernador decía en esa carta del 20 de noviembre de
1741, que la paz se había concertado provisoriamente,"quedando en bajar para
su final conclusión, los principales caciques de la nueva Reducción de los Indios
Pampas... para arreglar la forma" (Arch. Gral. Ind. Secc. 5 Audiencias Charcas
221). En 1742 hubo una gran feria de ponchos y fiesta, al celebrar la paz.
El año siguiente, el mismo Gobernador concertó la paz con 20 caciques
en Cairú, la sierra de Azul, entre los cuales se hallaron los hermanos Yahatti. En
el proceso que se hiciera más tarde a los pampas (en 1752), Yahatti declaró que
los dos caciques habían abandonado la Misión, volviendo al Volcán, su habitat
ordinario. Pero consta por otros documentos que no han perdido el contacto
cordial con los sacerdotes. El Padre Sánchez Labrador cuenta que el cacique
Felipe Yahatti, yendo en comisión a Luján, fue apresado y condenado a
muerte a principio de 1748, (probablemente bajo la acusación de que había
tomado parte en algún malón). Tres hermanos de Yahatti y los caciques Marique
y Chuyuntuya fueron a Buenos Aires a hablar con los misioneros y después de
cuatro meses de prisión, los misioneros consiguieron su libertad. (Ver proceso
de 1752 y los relatos del P. Sánchez Labrador en Suárez García: Historia de
Lobería, 1940 p.44-46).El cac. Marique acompañó a los Padres Jesuitas a la
nueva Reducción “Nuestra Señora de Concepción” En su historia se cuenta
también como en 1750 los caciques se escandalizaron de las autoriddes en
Buenos Aires
José Yahatti, entre tanto, se había establecido a una legua del campo de la
Misión: cuando ocurrieron hechos violentos en la otra Misión, la de Nuestra
Señora del Pilar, en ocasión de la sublevación del cacique Nicolás Cangapol.
comúnmente conocido con el nombre de el cacique Bravo, como su padre
Cacapol. El Gobernador José de Andonaegui envió a expedicionar al Maestre de
Campo D. Lázaro Bernardo de Mendinueta a cargo de 150 soldados. Llevaba la
orden de que "todos los indios que viniesen de la Sierra, se pasasen a cuchillo,
porque no necesito (ni yo) ni el Rey en sus dominios perversos indios que no
obedecen a ambas Majestades" (Arch. Gral. Ind.).
De esto se informaron también los misioneros, pues, el Maestre de Campo
Mendinueta llegó a establecerse en la Misión de la Concepción. Allí hizo tomar
presos a dos o tres caciques menos sumisos y prohibió que se diese acceso
alguno a indios de afuera, "antes, que los pasasen por armas". "Llegó confiado a
la Misión el cacique José Yahatti, quien por su buen comportamiento en la otra
Reducción del Pilar obtuvo el bastón de Capitán o Corregidor de aquel pueblo.
Amaba a los Misioneros y dos hijos eran cristianos. Estaba (aún) a una legua de
la Misión. (Entonces) el Maestre del Campo, sabiéndolo, envió a un capitán
(Juan Blas Gago) y tropas a encontrarlo e informarse a qué venía.
"Los españoles le tenían aversión por cosas antiguas. Al llegar contra
órdenes, le dieron a entender que no venía de paz. Amenazaron a los indios con
que los acribillarían, sin dejar ni uno con vida. Se pusieron a la justa defensa.
(Los españoles) no necesitaron otro "Santiago" para acometerlos. Cargaron
sobre los indios indefensos: quitaron la vida a los grandes. sin dejar cuartel a las
infelices mujeres, de las cuales perecieron algunas a los filos de los alfanges con
los que les partían los pechos... A los demás con muchachos y muchachas
llevaron cautivos.
"El cacique Yahatti, desde que vio acercarse los españoles, clamó que
venía en paz y que le permitieran ir a ver al Maestre de Campo. Se entregó a los
españoles, seguro de su inocencia. Lleváronle a la Reducción, donde aún estaba
el Maestre de Campo. Lo aseguraron en un cepo, suponiéndolo culpable. Lo
sacaron sólo para necesidades de la naturaleza.
"En una de esas ocasiones huyó a la iglesia (de la Reducción).
Advirtiéronlo los valientes soldados españoles, y en tropel con todas sus armas
entraron a buscarlo, menos reverentes al lugar sagrado que un infiel que buscó
en él su asylo... El cacique Yahatti no se dio por seguro, sino agarrándose del
altar mayor, haciendo fuerza para que no lo llevasen.
"Aquí fue la barbaridad, que no se hiciera verosímil, a no haberse
ejecutado a la vista de dos sacerdotes misioneros y de mucho pueblo. Sacaron
los alfanges los soldados y a Yahatli, agarrado al altar, dieron tantas cuchilladas
que quedó mal herido y todo bañado en sangre. Los manteles del altar mismo, el
presbiterio y la puerta de la sacristía teñidas en sangre del infeliz Yahatti.- ¡Grita
la atrocidad irreverente e inhumana!
"Falto ya de fuerzas para mantenerse asido al altar el indio, le tiraron y lo
arrastraron los soldados, sacándolo por la sacristía al patio de la Casa de los
Misioneros. donde, echando el colmo de su maldad, le acabaron de quitar los
pocos alientos que le restaban de vida.
"Acudieron oyendo la gritería los Padres Juan Reus y Agustín Rodríguez,
misioneros nuevos (en el establecimiento): pero ya tarde y sin poder remediar
nada, ni administrar el sacramento al desdichado Yahatti".
Termina el Padre Sanchez, su relato diciendo: "A la profanación de esta
Reducción, siguió su total destrucción. (Mientras) que,. ejecutadas estas
muertes, volvieron los soldados a Buenos Aires con los cautivos, llenos de
gloria y fama militar. .." (Sánchez Labrador ib. p. 154).
Contrasta la información con la que se mandó a la Corona, totalmente
distinta a la que nos transmitió el Padre Jesuíta. El Maestre de Campo D.
Lázaro. B. de Mendinueta escribió el 13 de octubre de 1752, desde la Misión de
Concepción, al Gobernador Joseph de Andonaegui. diciéndole: "... Dos
caciques. Posmay e Ignacio vinieron a la Reducción diciendo que querían ser
cristianos. Luego mandé a reconocer sus toldos al Capitán Juan Blas Gago. Allí
llegó el cacique José Yati, quien tenía a 3 ó 4 leguas dos toldos: esperaba a otro
perverso. El Capitán le invitó a que arrimara sus toldos a la Reducción. Luego
vino a toda carrera y el Capitán entró en sospechas. Lo hice meter en el zepo (a
quien tengo intención chusear en el camino, porque sus maldades merecen eso y
mucho más...) Felipe es hermano del que tengo asegurado: por lo que V.M. le
parece, los llevaré conmigo a mi retirada, por convenir así al servicio de Dios y
del Rey".
Y para completar esta fraguada y mentida información, agregó la
contestación de Madrid del 22 de noviembre de 1753: "Se ha recibido
información, fines de octubre de 1752: Mendinueta envió presos a los más in-
quietos y avisa al Gobernador haber pasado a cuchillo al cacique Don Joseph
Yati con otros siete Indios..."(Arch. Gral. Ind. Secc. 5 Audiencias de Charcas
Leg. 221 y 163. reproducidos por Celia N. Priegue en “Patagonia Documental”,
Bahía Blanca N" 8 1982/83 con el título: "Nuevos aportes sobre dos caciques
tehuelches septentrionales de la provincia de Buenos Aires".
Francisco de Viedma conoció en 1784 a otro José Yahatti que era baquiano y
"ladino", que quiere decir versado en varias lenguas. (De Angelis 1. p.457) El
Diario de Félix de Azara de 1796 (Reconocimiento de indios y fronteras, en De
Angelis VI, 1836 p.82) habla de un Miguel Yati Güé, al que conoció en
Chascomús, donde —decía— quería acabar sus días.
Ese cacique Miguel Yati junto con el cacique Miguel Landau (más larde en
Azul) se hicieron cargo de la Comandancia de Chascomús en Navidad de 1790.
El cac. Miguel Yahatti pidió allí el bautismo para él y su familia, es decir
para dos esposas, 5 hijos, 2 hermanos y un cuñado y otro. (Infome del Virrey
Arredondo (citado en Tabossi, Ricado: Historia de la Guardia de Luján 1969 p. 141
El Diario de Pedro Pavón: (Colecc. De Angelis IV 564ss) de 1772 nos da
buenas noticias de Tomás Yatti. Escribió, al descubrir su habitat y su toldería que:
“de a diez toldos se alternaban entre lomadas y lagunillas accidentadas, cerca del
Volcán. En Monte de los Huesos, al pie de una laguna grande, vino el cacique
Tomás Yati a hablarnos, quien nos dio unas cuantas reses de las que tenían..."
En 1778 Tomás Yahatti llevó cartas a la Guardia del Zanjón de Juan de la
Piedra desde Carmen de Patagones (R.Entraigas: Fuerte de Río Negro, 1960 p.37).
Con todas estas noticias espigadas de la vida de una familia cacical, tenemos
bastantes pruebas de su fidelidad hacia los nuevos pobladores de América y que
merecían mejor consideración.
YAHUABINA, 1704, cac. de la Cordillera del sur, al que visitarn los misioneros del Lago
Nahuel Huapí. El Padre Laguna (van der Meeren) lo llamaba “huillipambo”
YAL CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yalsacate, Punilla, Córdoba; encomendado
de Pérez (Montes 82)
YAL CHARABA, 1598, cac. comechingón de Cupil, Córdoba; encomendado de Navarrete
(Mont. 85)
YAL CHIMBO, 1573, cac. comechingón de Yal Sacat, Mondolma, Córdoba;
encomenddo de Tejeda (Montes p. 52)
YAL GA CHARABA, 1573, cac. comechingón, de Yal Sacat, Chocho Cona Hal,
Córdoba; encomendado de Pérez (Montes 62)
YALEP, 1750, cac. pehuenche que conoció el Padre Falkner (De Angelis I. p. 232)
El nombre es semejante a Ayelep que en el siglo XVIII era pariente de Cangapol.
YAL FUE, 1827, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en el Arroyo
Epecuén en abril de ese año (AGN X. 217-7-6)
YAL NAVAN, 1576, cac. comechingón de Yal Henen, Minas, Córdoba; encomendado de
Velázque (Montes p. 73)
YALIS, 1573, cac. comechingón de Quiloasa, Mar Chiquita, Córdoba; encomendado de
Villegas (Montes p. 91)
YALIN, 1573, cac. comechingón de Pira Imba Sacat, Río 2º, Córdoba; encomendado de
Villegas ( Montes p. 87)
YAMPI ver Llampi
YAMPILAO, 1833 o Yaipilao o Yanpilán, cac. pehuenche-ranquel de Ranquilcó,
Mendoza. En marzo de ese año fue sorprendido por los expedicionarios al mando del Gral.
Ruiz Hidobro. Logró escapar como también Llanquetruz (Diario de Rosas, ed. 1965, p. 71 y
144)
YAMPLIQUENTA, 1560, cac. mendocino, que vivía junto al cac. Guarinay (Chacha:
Breve Historia de Mendoza, 1961). 1581 estuvo asentado en Tupungato y en el Valle Uco. El
sembraba sus campos. (Arch. Mend.)
YAMQUINCHEN,1674, cac. “poya” del Nahuel Huapí. El Padre Mascardi narra que le
habían avisado que este cacique quería matarlo; pero en realidad vino por la doctrina.
YAMUR, 1861, capitanejo huilliche del cac. Benito Chingoleo en Carmen de Patagones.
YANA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yana Auleta, Córdoba; encomendado de
Montañez
YANA MINE, 1573, cac. comechingón principal de ocho pueblos, de Yana Mine,
Milauga Sacat, Córdoba; encomendado de Luna (Montes p.52)
YANCA ver Llanca por ej . Yancamil o Yanquelén
Yan puede ser Ñan por ej. Yancucheo es Ñancucheo
YANÉ, 1836, capitanejo del cac. Cañiuquir (boroga). Con él murió en el masacre del 26
de abril de 1836. (Ver Cañiuquir)
YANE CHIN, 1579, cac. comechingón de Hilegua Hen, Pinas, Córdoba; encomendado de
Jaymes (Montes p. 68).
YANFUL, 1833, capitnejo pampa que acompañó a Rosas en su expedición al Desierto.
Recibió como sueldo 930 $, más que el cac. Catriel
YANQUETA , quizas Cheuqueta, 1570, cac. mendocino. 1579 le sucedió el ac. Pileta.
(J.T. Medina II Doc. Ined. 1959, p. 463)
YANQUE PÍ, María, 1780, cacica pehuenche ranquel , hermana de los cac. Rayguán y
Raugapán.
YANQUI HUÉ, 1878, cac. pehuenche que vivía cerca de la laguna Carrilauquen, margen
izquierda del Río Barrancas, Mendoza. Su esposa se llamaba Mallín. El murió en la Guerra de la
Conquista.
YANQUI LLACAN, 1598, cac. comechingón de Soco Posopos, Valle Contpas, Córdoba;
encomendado de Astudillo (Montes 60)
YANTRÉ, cac. 1830, que asistió al parlamento de 30 caciques en Tandil (J.Fernández
2000, p. 18)
YAPA CHARABA, 1573, cac. comechingón de Camibasa, Córdoba; encomendado de
Suárez (Montes p. 62)
YAPA MIS HOYBANA, 1573, cac. comechingón de Yapis Tocto, Riquehene, Córdoba;
encomendado de Jayme
Yapa Yolanca (quizás Tapallo Llanca), 1870, capitanejo de Calfucurá que condujo una
invasión a la Provinmcia de Córdoba y fue peleado el 7 de dicviembre de 1870. Peligró por eso
la paz firmada con los ranqueles. (AEM 7.12.70)
YAPEL CHE, 1750, cac. tehuelche, según escribe el Padre Falkner en sus recuerdos
YAPILIO, 1825, cac. pampa, que figura en primer lugar en la lista de los caciques que
han asistido al parlamento convocado por los hermanos Oyuela, el 13 de diciembre de 1825
(AGN X, 27-7-6)
YAQUES, Vicente ver cac. Vicente
YAQUILOY, 1620, cac. huilliche del Lago Nahuel Huapí. Vecino del cac Llaquilé (P.
Cabrera: Los araucanos en el territorio argentino; en Acta Congr. American. 1970 I. p. 103)
YAQUIN CHE, 1577, cac. coechingón de Cami basa, Córdoba; encomendado de
Espinosa (Montes 46)
YARAUM, 1883, capitanejo pehuenche en Salinas Gr., Oeste del Neuquén. Éste, junto
con el cac. Caén, fue apresado por las tropas expedicionarias del Gral. Ortega. Los llevó luego al
campo de concentración en el Rodeo del Medio (Mendoza) y allí fueron ultimados por sus
propios indios por sospechas que los habían traicionado. (Rusconi IV p. 371)
YARCETE,1707, cac. auca al sud de Malalhué
YATI ver YAHATTI
YAUPÍ, 1845, cac. y Gürcalafquén integraron una embajada del cac. Marihuán,
picunche, “anciano y juicioso” ante Calfucurá. Lo retaron (Avendaño S. Memoria del
Excautivo ) Era tío del cac. Juan Ignacio Paillalef. Éste confesó que el ganado robado en la
Argentna se vendía en Santa Bárbara, Los Ángeles, Nacimiento y San Carlos. Y que Zúñiga era
el gran comerciante. Se hizo un parlamento ante los reclamos del Gobierno Argentino en Agosto
de 1845 (Ver el caso del
cac. Guzmané. (Rojas Lagarde, Jorge 2004 p. 137 ss.)
YAUPILAF, 1833, cac. ranquel de Buta Ranquil. El 23 de marzo de ese año fue atacado
por los expedicionarios de Mendoza al mando del Cnel. Jorge Velasco. El cacique se hallaba con
800 hombres (Diario de Velazco, en Rev. Junta Est. Hist. de Mendoza V., 1937, p. 75-164)
YBAT, 1573, cac. comechingón de Alia Sacat, Córdoba; encomendado de Cabrera
(montes p.46)
YBIA CHARABA, 1573, 1579, cac. comechingón de Ibia Sacat , Lagoa San Roque,
Cordoba; encomendado de Yrobe Montes 89)
YBIS NAVIRA, 1579, cac. comechingón de Cuio, Río Cuarto, Córdoba; encomendado
de Mitre (Montes 78)
YBRA, 1573, cac. comechingón de Ibra Sacat, Quilino, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes 48)
YBULIB HOYBANA, 1579, cac. comechingón deYbriligua henen, Pinas, Córdoba;
encomendado de Jaymes (Montes p. 68)
YCHILI CHARABA, 1594, cac. comechingón de Tiquin, Sierra de Achala, Córdoba;
encomendado de Mitre
YEBUL, cac. araucano (fide Pavez 2002 p. 30)
YELULA, 1867, cac. tehuelche. En septiembre de ese año llegó con 6 caciques y
capitanejos tehuelches a Buenos Aires. Él representó al cac. Francisco, agregado a Chiquichán
YEMEHUECH, Thomás, 1747, cac. pampa que se había agregado a la Misión Jesuítica
de Nuestra Señora del Pilar en el Sur de la Provincia de Buenos Aires. Allí lo eligieron alferez
real. (doc. Biblioteca Nacional, según Lehmann Nitche 1923)
YEMÜLL ANTU, alias José María Yanquetruz, era el primer hijo del cacique José
María Llanquetruz (IIIº) y de Mashal o María Pill, que era de la zona del Bragado. Yemull Antu
tenía grado militar y sueldo. Murió en Carhué Guiyen (Chubut) el 9 de Julio de 1916. Había
nacido en 1835. Su sucesor fue Juan Llanquetruz en Blan Cuntre (Chubut)
YEMUUELL HAN Y EPULL HAN, 1833 caciques huilliches maloneros. En enero de
ese año los vieron y atacaron en Salinas Chicas,(al sur de Bahía Blanca) y el Arroyo Quequen.
Según confesión de prisioneros, venían con 100 indios y esperaban un refuerzo de los caciques
Chocorí y Cheuqueta para ir luego a atacar a indios enemigos, los borogas Cañiuquir, Melín y
Rondeao (AGN X. 27-5-5).
YEPELYE,1746, cac. serano, según el Padre Ströbel. Se había agregado a la segunda
Misión o Reducción de Nuestra Señora del Pilar y fue alcalde de la misma. El Padre Falkner lo
llama Yepelche. (Ströbel, 1746 p. 447 y Falkner, 774 p. 140. Ver Mayupilquiyá)
YESNANDO, 1834, cac. boroga; era yerno del cac. Cañiuquir. El 21 de enero de 1834 se
había agregado con 26 toldos (60 indios) al campamento de Guaminí. Había estado entre los
ranqueles. Sin embargo les aguardaban grandes penurias, como a los borogas en general (Ver
Rondeao y Cañiuquir).
YIUYARIC, 1658. (es llamado también Don Bartolomé). Importante
cacique puelche. Era dueño de extensas tierras en el sud mendocino, desde la
Laguna Grande hasta más allá del Payen. 1658 participó en una sublevación
general originada por malos tratos de los indios por parte de los españoles. Fue
tomado prisionero por el General M. Carbajal y Saravia en el Cuyo. En el proceso
se anotó que sus indios ni sabían el araucano ni el milcayac. En el acta del proceso
mendocino lo llaman también Yoyaric. Fue condenado a muerte porque había
sublevado a huarpes, puelches y pehuenches y hasta el cacique araucano
Tonaqueupú. Su hermano, el cacique Juanillo, quien sabía araucano, fue trasladado
a Chile para penar en una galera en Callao. En el Paso por la Cordillera se fugó y
volvió para planear otra invasión para el ano 1660; pero el teniente corregidor de
Mendoza,. Sargento Mayor Gonzalo Fernández de Lorca lo persiguió y lo mató
cerca de Mendoza. (R. Pastor: La Guerra con el Indio en la Jurisdicción de San
Luis. p.334). Se averiguó también el nombre del abuelo que era el cacique Rúa.
R. Casamiquela en su obra de 1969 (p. 111) cree que este cacique puelche
había de ser tehuelche septentrional (pampa de la Palagonia).
YLAQUILE, 1620, cac. huilliche del Lago Nahuel Huapí, Juan Fernández
lo nombra en su diario de viaje de 1621. (.. ) NB. No me recuerdo de dónde saqué
el dato y el nombrado diario
YNABALBURI, 1611, cac. araucano (Gay, Documentos II. 1876, p. 206)
YNAYGUNO, 1672, cac. 72, cac. araucano de la Prov. de Loico (Chile)
YOBA HUANQUILANO, 1573, cac. comechingón d Pulista Halo, Sacat,
Córdoba; encomendado de Mitre.
YOBATI NAVAN, 1576, cac, comechingón de Yobati henen, Sierra de Soto,
Córdob; encomenado de Velázquez (Montes p. 62)
YOCALU, Don Juan, 1576, cac. huarpe (llamado también Anacasta;
encomendado de Sánchez Molina (P.Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 338)
YOCOLI, 1802, cac de Tunumaya o Tulumaya
YOCOTA, 1573, cac. comechingón de Cinis Cate, Higuerita, Córdoba;
encomendado de Mejía (Montes p. 47)
YOCUNDA, 1574, cac. comechingón de Soconda. Altantina, Córdoba;
encomendado de Nieto ((Monte p. 71)
YOCUNDA CHARABA, 1575, cac. comechingón de Yocunda Sacat, Sierra
de Calamochita, Córdoba; encomendado de Martín (Montes 80)
YOFQUEIÑ, 1834, cac. boroga que en el Asalto de Masallé se sometió a
Calfucurá (Avendaño Santiago: Memorias del Excautivo ed. 1999 Bs.As.)
YOLA, 1573, cac. comechingón de Chana Sacat, Córdoba; encomendado de
Cabrera (Montes p. 47)
YOLOME, 1594, cac. comechingón de Toma Halon, hoy Chacras, Córdoba;;
encomendado de Nóbile (Montes p. 72)
YOLOMEN, 1576, cac. comechingón de Chemelan, Valle Salsacate,
Córdoba; encomendado de Velázquez (Montes 76)
YOLOMEN, 1576, cac. comechingón de Yalga henen, Min, Córdoba;
encomendado de Velázquez (Montes 70)
YOLONE, 1574, cac. comechingón de Canta Cola Halo, Campana,
Córdoba; encomendado de Nóbile (Monts 66)
YOMEONTA o Chome Onta, 1594, cac. puntano de Chulupte (S. Luis):
encomendado de Gregorio Morales de lbornoz (Arch. Mend)
YONGLISLE, 1829, cac. pehuenche comprometido con Neculmán y los
pincheirinos (Comando Gral del Ejército IV p. 200)
YONGO CHARABA, 1575, cac. comechingón de Yongo Navira,
Calamochita, Córdoba; encomendado de Villalba (Montes 81)
YONOS CALNA, 1573, cac. comechingón de Yonos Costin, Salsacate,
Córdoba; encomendado de Mitre (Montes 74)
YOSUANCHE, 1792, cac. pampa, junto a los caciques Guichulep y
Guenaquene, sobre el Arroyo de los Sauces (Lehmann Nitsche: Grupo liguuístico
“Het”,1923 Rev. Museo La Plata Nº27 .
YOUZON,1866, cac. tehuelche quien junto con el cac. Casimiro Biguá hizo
el tratado de paz con el Gobierno de Buenos Aires (AEM. Doc. 876: 5.7. 1866)
YOVAY MULAN, 1594, cac. comechingón de Tia Sacat, Valle Salsacate,
Córdoba; encomendado de Díaz (Montes p. 72)
YOYARRI, Bartolomé es Yoiaric
YOYO BILO, 1851, cac huilliche. Estuvo en el parlamento en Barrancas con los
picunches y prefirió vivir en paz y no ir a la guerra a Chile (Arch. Mend. Carp. 123 doc. 15)
,,0YPACHI NAGUAN, 1573, cac. comechingón de Camara Sacat, Los Quiscales,
Córdoba; encomendado de Suárez (Montes p. 55)
YQUIL CHALQUILANA, 1573, cac. comechingón de Yatahalo. Panaholva, Córdoba;
encomendado de Lupo (Montes 73)
YQUIN CHARABA, 1581, cac. comechingón de Aminta, Anisacate, Córdoba;
encomendado de Hernández
YSI CHUCTANI, 1579, cac. comechingón de Semin Picha, Tamahalon, Córdoba;
encomendado de Uel.. (falta algo)
YTIZ HONO, 1573, cac. comechingón de Chulume, Río 3º, Córdoba: encomendado de
Fonseca ( )
YUAN GUAILO, 1857, cac. picunche del Sur de Mendoza. Ese año Jn. Calfucurá le
mandó por su hijo Pastor un mensaje y regalos (AGN S.VII. Urquiza Tom 130 p. 137)
YUCAN ANTU,cac. pampa ranquel, hermano del cac Caniupayún, como Ruiquilante
YU CHARABA, 1573, cac. comechingón de Yu Sacat, Norte de Quilius, Córdoba;
encomendado de Mejía (montes 52)
YUCA, 1582, cac. de la nación Chanás y por el repartimiento de Juan de Garay
encomendado de Pedro Sánchez de Luca, en el distrito de Buenos Aires (Tandix, Aurelio:
Reprtimiento de indios en 1582 en Rev. Museo Mitre Nº4)
YUCAMIL, 1847, cac. pehuenche
YUCLETA, alias Magüilta, 1600, cac. puntano de Siliguasi ( C. Rusconi IV )
YULUMÍN, 1575, cac. comechingón de Yulcemin Sacat, S:E: de Soto, Córdoba;
encomendado de Bustamante (Montes p. 62)
YUMUL-ÁN (Llumulán) 1836, cac ranquel que promovió la invasión a Llanquelén en
Junín; pero esa vez fueron a Rojas (Avendaño S. Memorias del Excautivo ed.1999 El Elefante
Blanco )
YUMBA, 1598, cac. comechingón de Nondolma, Córdoba; encomendado de Ludueña
(Montes p. 49)
YÚNGULO, Don Juan, 1587, cac. comechingón de Guana en la Prov. Conlara (San Lis).
Fue visitado por el conquistador Francisco Villagra y lo obsequió con oro y cristales de beriles
(P. Cabrera y Strube Erdmán)
YUNARLO, 1594, cac. comechingón de Chila, Mojigasta, Córdoba; encomanddo de
Ardiles (Montes p.67)
YUPIL, 1865, capitanejo salinero del cac, Huenchugnerr (Arch. Mitre XXIV p.47)
YURE LÁN, 1826, capitanejo ranquel que asistió al parlamento de paz en Lag. De
Guanaco (AGN X. 27-7-6 : 20.12. 1826)
YUSCABEL, 1830, cac que participó en el parlamento de 1830 en Tandil (ver Chocorí)
YUTMA INCHITA, 1573, cac. comechingín de Yutma Sacat, Río Ceballos, Córdoba;
encomendado de Mejías (Montes p.89)
ZABALA, 1873, capitanmejo incrporado al servicio de la frontera en San Quilcó (Prov.
De Buenos Aires) Memoria del Ministerio de Guerra 1873 p. 583.
ZANQUIMÁN (prob. Yanqui Mán), 1879, capitanejo ranquel. Cayó también “bajo la
rueda de la Conquista del Desirto”. El 5 de enero de 1879, el Cnel. Freyre dio cuenta de su
apresamiento por sus tropas y con él apresaron a 19 indios de lanza y 52 de la chusma.
ZAPATA, Miguel, 1677 cac. de la encomienda de F.Díaz Barros en San Luis. Es
probable que lleve el apellido de otro encomendero ( Barrionuevo Imposti: Historia de Río
Cuarto Tom.I p.30 .1988 Río Cuarto)
ZELAO, 1863, caciquillo pampa del cac. Chipitruz en Tapalquén
ZELÍN o Celin), 1573, compañero del cac Tanga, era cacique de los llanos del Río de La
Plata. 1582 figura en el reaprtimiento de Juan de Garay en el Disrito de Buenos Aires, como
capitanejo del cac. Grande Quilasñanque (P. Cabrera: Aborígenes del Cuyo p. 66 )
ZORRO NEGRO ver cac. Negro o Calfi gnerr 1774 o Curru gnerr
ZOY HUY,Miguel (Quiori) 1818, capitanejo
ZULO NAURE, 1573, cac. comechingón de Gaule Naure, “camino de Cuyo”;
encomendado de Martínez.
ZUMUG HUEQUE o Sumin güeque, 1878, cac. huilliche, hermano del cac. Sayhueque..
1872 representó a su hermano en la junta parlamentaria para un tratado de paz y en 1875 lo
conoció el investigador Francisco P. Moreno en su toldería ( ver Sayhueque)
Z Ú Ñ I G A, José Antonio
ZUÑIGA, José Antonio (1802 – 1851), hijo del Capitán de (Indios) Amigos como su
abuelo, José Antonio en Valdivia, y José Zúñiga, hijo de José Antonio y su sobrino Fidel. Algún
autor chileno dice que Zúñiga padre era cacique con el nombre Alcapán, y que su hijo se llamaba
Neculpán. (Alcapán significa puma macho y Neculpán, puma ligero). Casi siempre es llamado
José Antonio Zúñiga. Era mestizo y cristiano y su madre cristiana también. Era india, pero de la
buena sociedad, de la cual recibió una buena educación. No es raro de que adoptara el hijo el
apellido de la madre, especialmente si era cristiana. Aun en nuestra zona los párrocos no
anotaban al padre si no era bautizado (o escribían en el libro de bautismo: hijo de padre infiel)
En Chile se casaban bastantes chicas de caciques con un jefe indio)
El principal abolengo de su apellido puede haber sido el Virrey Gaspar de Zúñiga que
trajo su apellido al Perú. El hijo del Marqués de Zúñiga ha sido misionero jesuíta y provincial de
esa orden. En 1686 abrió en Colihuaca, cerca de Rucachoroy (Neuquén) una Misión.
José Antonio Zúñiga era bautizado, sabía leer y escribir y tenía unos dotes de
diplomático, orador, comerciante y militar admirables; pero también un carácter tremendo, una
voluntad imponente y una facilidad de relacionarse con amigos y contrarios. Todo esto lo
sabemos por hechos puntuales de su vida que fueron registrados en sendos documentos y
archivados.
Era uno de los personajes más destacados y de gran influencia entre los indios araucanos,
ya por sus dotes personales, ya por sus cargos políticos de Capitán de (Indios) Amigos y luego de
1830, Comisario de Naciones, cargo que no dependían de los gobernadores de distritos sino del
gobierno central de Chile.
Hay muchos testimonios sobre él. Actuó en Chile y en la Argentina. En Chile era
considerado por muchos un héroe; en cambio en el Este de la Cordillera era considerado como
jefe de bandidos y de traficantes ilegales de hacienda de la Argentina.
La información principal la saqué de la monografía “Fray Querubín María Brancadori :
Documentos relativos a la Araucanía 1837 – 1852, editados por el Prof. Rolf Foerster por
Publicaciones del Archivo Franciscano, Santoiago de Chile 2006. Contienen diarios de ese
misionero de Arauco y cartas del mismo. Pero consulté también los libros de Ignacio
Domeyko:La Araucanía y sus habitants, Santiago 1844 y Tomás Guevara: Historia de la
Civilización de Araucanía ed. 1977 vol. II.
En mi libro Caciques Borogas y Araucanos , edit. Marymar, Bs.As. 1992 p.185 a 187,
hice un primer ensayo biográfico sobre éste Zúñiga, que luego mi amigo Joge L. Rojas Lagarde
retomó para su trabajo sobre “malones y comerció de ganado con Chile en el siglo XIX, Bs.
As. 1995 y que quiero ampliar con más datos que he recogido entre tanto .
Juventud de José Antonio Zúñiga
Nació en la época de la Guerra por la Independencia Chilena en 1802 en el Fuerte de
Arauco, en el hogar de un viejo Capitán de Amigos
Aquí reproduzco el árbol genealógico de página 36 de Foerster:
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -
ZÚÑIGA (padre) Cap. De Amigos casado con una mujer mauche
______________________________________________________________________________________________
Comisario Cap. De Amigos º casado con una mapuche
José Antonio +1851 Juan Manuel +1848 María Rosario Petrona Contreras e Ignacio Z.
________________________________________________________________________________________________
hijo mayor 2º hijo 3. hijo monja trinitaria Fidel Z. (Cap. Amigos
J osé Zuñ. Pedro Zuñ. +1851 Juan Zuñ +1851
_______________________________________________________________________
Allí, el 28 de Mayo los Pincheiras habían celebrado una junta general con 16 caciques
principales. Curitripay no aceptó la invitación. Por eso decidieron matarlo a él y a sus dos hijos
y a Catrileo (AGN X. )
Desde “Los Maitenes” mandaron a Zúñiga a ponrse en contacto con los borogas. “El
Capitán José Antonio Zúñiga marchó en apoyo de los borogas”; porque el cac. Rondeao había
apoyado a ellos en la campaña de Mendoza (1830).
Zúñiga que se comunicó con Rosas en señal de amistad, le prometió entregarle 12
cautivas y 4 varones. Había traído de Mendoza 400 lanceros y el cac. Mariano Rondeao, otros
300. Sí, Rosas quería separarlos de los Pincheira.
Otro testimonio dice que Zúñiga estaba con los Pinheiras y el cac. Neculmán en el
masacre de Chacay (Mendoza), el 11 de junio de 1830, donde se presentaron a una comisión de
representantes del depuesto gobierno de Mendoza. En vez de prometerles su ayuda, los mataron
a los 30 hombres de importancia. (Ver Hux. Caciques Pehuenches, ed. El Elefante Blanco,
Bs.As. 1991)
El 20 de Julio el cac. Caniullán y 200 indios juraron en Chacarita ante Rosas separarse de
Pincheira (AGN 24-7-2) Rosas , sabiendo lo que pasó en Chacay, temía que los Pincheia y
borogas se unieran con los unitarios . Por eso mandó por intermedio de Zúñiga una carta a
Pincheira que no apoyara al General Paz ni a Llanquetruz quienes estaban realizando la campaña
contra Córdoba.
El 10 de agosto de 1830 el cac. Tetruel, un importante “cacique amigo” desde antes de la
Fundación del Fuerte Argentino de Bahía Blanca, pidió a Rosas ayuda, porque Zúñiga con 400
lanzas y 80 cristianos con fusiles habían hecho un masacre en las tribus de Colins y Finel.
El 29 de septiembre Zúñiga avisa que hubo tres choques sableando.
El 25 de Septiembre de 1830 los pincheirinos atacaron los toldos el cac. Tetruel en el
Aroyo Curamalal, hicieron una gran matanza y mataron al cacique Tetruel; se apoderaron de las
familias y las haciandas ( Fernández., Jorge: El Coronel Pincheira y los realistas en la pampa; en
Revista Nuestra Historia 2000 p. 18 y 100 (AGN.X.23-9-4)
Luego Zúñiga estuvo con el cac. Cañiuquir (quizás se encontró con el Capitán Eugenio
del Busto, el del duelo en Junín, quien desde dos años y por encargo de Rosas estuvo entre los
borogas (él era excautivo y hablaba bien el “mapudsungún”) para separar los borogas de los
Pincheira. De allí . J.A. Zúñiga se comunicó con cartas con el Gobernador Rosas. Este tuvo
interés en ganarlo para su causa.
El 24 de Agosto de 1830, Zúñiga mandó una carta
El 28 del mismo mes y año escribió desde Carhué; firma de nuevo su amistad . Es tan
intrigada la historia en este período de la preparación de la Expedición al Desierto combinada
que me pierdo en esta reseña breve. Y son tantas las mentiras que se decían unos a otros.
El Comandante Miranda con el cac. Caniullán y 50 soldados habían estado con Rosas en
un parlamento de paz en la Chacarita (23.Xi.1830). Cuando llegaron a Guaminí, encontraron
sólo la chusma, pues los caciques con sus conas habían salido a perseguir a Toriano que estaba
en la Cordillera buscando unirse con Chocorí. El ataque definitivo se dio recién el 1º de junio de
1832 (AGN X.27.7-6) Rosas lo hizo fusilar el 30 de Agosto de 1832, antes que lo entregase a los
borogas que pedían su cabeza. (C. Grau: Fuerte de 25 de Mayo de 1939 p. 121)
Un importante acontecimiento del año 30 fue la Gran Junta en Chadileo (L Pampa) El
Mayor Delgado hizo un riesgado viaje hasta Chadileo, a 50 leguas a SO. De Salinas Grandes. 57
caciques y 4000 indios se daban cita el 14 de diciembre de 1830: Los caciques Cañiuquir,
Rondeao,Alón, Mlin con el Cnel Miranda. Vino también el cac ranquel Llanquetruz y Rosas le
mandó regalos.(AGN VII 3-3-2). Lo ranqueles vinieron con ropa festiva. Llanquetruz prometió
paz; pero se fue enojado. Rosas mandó el 21 de Diciembre 314 $ para el caudillo José
Valdebenito de 25 de Mayo . También hubo regalos para Vicente Quiñegual, hijo del cac Chocorí
y sus indios pampas. El caudillo y escribiente de los borogas de Guaminí decía que Juan M. de
Rosas estaba muy apurado para conquistar a toda la Nación Indiana.
No es fácil seguir la actividad política y militar del Capitán José Antonio Zúñiga .
En el 28 de Mayo de 1831 dice un documento que el Capitán José Antonio Zúñiga se
puso en contacto con los borogas de Guaminí. En 1832 Zúñiga se había juntado con Toriano.,
que fue fusilado, como dije arriba. Era también el momento del ocaso de los hermanos
Pincheira., especialmenter por la intervención del General Manuel Bulnes. Este salió en enero de
1832 con 2000 hombes al Este de la Cordillera, guiado por un expincheirino. En el campamento
del menor, José Antonio Pincheira (de 29 años) hizo una espectacular sorprea, después se
presentó en Mendoza. El 12 de enero de 1832 Bulnes atacó en el “Roble Huacho” las hordas de
Pablo Pincheira, lo apresaron y dos días después lo fusilaron. En el asalto dieron muerte también
al cacique Neculmán. Dos de los colaboradores íntimos de los Pincheira. Hermosilla y José
Antonio Zúñiga, salvaron su vida, porque se habían separado del grupo poco antes (Hux:
Caciques Pampa Ranqueles, ed. El Elefante Blanco Bs.As. 2004 p.70 – 76, Los Pinheira 1819 –
1832)
ZUÑIGA DE VUELTA EN SU PATRIA
En diciembre de 1832 el capitán Zúñiga se presentó con Gatica en Chillán. Y como se
había ofrecido al Gobierno de Buenos Aires, ofreció sus servicios (como Comisario de
Naciones), cuando se había apagado ya en Chile la Guerra a Muerte. Y después del gran malón
del cac. Calfucurá a los borogas y tribus aledañas de Masallé y Güaminí, “llamado por Rosas”,
como decía él más tarde, decidió irse definitivamente a su país y consiguió que su familia, su
madre, su mujer y su hermana y su concubina, llamada Feliciana, volvieran a Chile. Y él fue
nuevaente incorporado al ejército chileno.
Un retrato de la época: Un oficial francés, Dn. Agustín Bardel, viceconul de
Concepción (en Chile) describe creo fielmente al Capitán de (Indios) Amigos: “El Capitán
Zúñiga era entonces (en 1836) un hombre de 34 años. (Había nacido pues en 1802) Era de talla
meridiana. Su fisionomía, sin ser bella, es la de un militar nato”.
El viajero Ignacio Domeyko anota en su Diario p. 174: Cuando llegué a Tucapel, en casa
de un medio indio español, se hospedaba allí el comisario gubernamental Zúñiga, famoso por su
fuerza y coraje, para el cual yo llevaba órdenes y una carta confidencial del presidente de la
República. (luego se desplaya por sus competencias y cualidades) “Entre los indios era famoso
por su fuerza y coraje; con su puño derribaba al cacique más fuerte, a doscientos pasos alcanzaba
su laque (boleadora) el caballo de un canalla escapando. Con igual destreza manejaba el sable,
la pica y el cuchillo; se abalanzaba (aúnque era) uno contra diez…
Me dirigí directamente a la vivienda del Comisario. Bajo un roble ramoso estaba una casa
con techo de juncos, y frente a ella sobre los palos se apoyaba un tejado a modo de porche. Bajo
este tejado sobre un banco estaba sentado Zúñiga, bien proporcionado, un poco gordo, de cara
llena y redonda, algo morena, ojos chispeantes, que por su color competían con su cabellera y
bigotes negros. Llevaba un poncho de listas azules y rojas vivas, del cual asomaba el cuello y los
galones de un uniforme rojo y más abajo , amplios pantalones de montar del mismo color,
estribus plateados y un sable resonante. Sobre una mesita delante de él había un gran vaso,
medio vacio y en el piso diez caciques sentados con piernas cruzadas y cabizbajos. Zúñiga con
su brazo derecho se apoyaba sobre la mesa y en la izquierda tenía un tabaco echando humo. En
el patio había una gran cantidad de indios y caballos.
“Zúñiga, sin moverse del lugar, me tendió con serenidad su mano tan gruesa y ancha que
no podía asirla, y tan seca y dura como una tabla. Le entregué en medio del silencio general, los
escritos gubernamentales, provistos de sellos rojos. Leídas las cartas, el comisario se levantó un
poco del banco y habló en araucano con voz baja y ronca a los caciques, informándoles que
viene de la Capital un amigo del presidente, un gran caballero. Esto no impresionó demasionado
a los oyentes.
“Declaré que al día siguiente me gutaría seguir el camino y que necesitaba un intérprete
y guías. Zúñiga llamó uno de los capitanes de amigos y le ordenó que me llevara a casa del
misionero. Allí –dijo-, podrán ustedes pernoctar cómodamente y tendrán lo necesario.
“A la puesta del sol nos apeamos junto a una iglesia, donde nos recibió el misionero
italiano, fray Querubín Brancadori de la orden de los franciscanos de Chillán…”
Zúñiga no solo buscaba una posición militar en su país, sino se hizo un gran comerciante de
hacienda que sus amigos le traían de la Argentina, recogida en malones. Una noticia de 1841
decía que los caciques Clapil , Mariguán y Deuputrur pasaban anualmente la Cordillera. Después
del malón vendían su producto en nombre del cac. Zúñiga en Concepción.
En 1846 el cacique Curruhuinca estuvo con 3000 indios pehuenches en Angol, convocados por
José Antonio Zúñiga para pasar la Cordillera y establecer campamento en Auca Mahuída para
buscar haciendas (Arch. Mend.).
Un episodio de 1845 es característico en la vida de Zúñiga: La muerte del cacique
Guzmné y el gran malón que desde Angol envió a la Argentina como para demostrar que la
tierra allende de los Andes eran chilnas. Zúñiga por ejemplo era Cacique general de los
pehuenches, adicto al Gobierno de Mendoza, pero cobraba sueldos del Gobierno chileno. Por
qué y como fue mueto en un asalto horrible y bien documentado, léase la historia de Guzmané.
Este había sufrido un ataque de medio parientes de Chile y quiso vengarlo. En secreto
invadió una toldería en un valle chileno. Y se dio el caso que los hombres guerreros estuvieron
reunidos cazando y parlmentando. Averiguando eso,entró con sus guerreros las tres tolderías;
mató a los mayores, cautivó a los jóvenes, recogió todo lo que les podía ser útil o destrozaron el
resto, como también los toldos. Cuando volvieron los guerreros , buscaron ayuda y consuelo
entre las tribus vecinas, especialmente del Sarg. Mayor J.A. Zúñiga. Pero como tardaron en
expedicionar contra Guzmané, éste quedó ya despreocupado.
El mismo tiempo estaban reuniendo como 3000 indios para un malón al sur de Mendoza;
pues el padre de J.A. Zúñiga, llamado cacique Alcapán decía que los cristianos les quitaban más
y más sus tierras y estaban por establecerse por Auca Mahuídea, entre los ríos Colorqado y
Neuquén, donde ellos tenían su campamento general (Arch. Mend.carp. 123 doc. 12). En
Concepción hubo un gran parlamento en 1846 al que asistieron cuatro caciques gobernadores.
Era un momento de gran recogida de hacienda, utilizando con habilidad las relaciones de
los Zúñiga, José María Surita y caciques Purrán, Aillal y Curriñán y el Comandante Domingo
Salvo de Santa Bárbará, comprometiendo también a los ranqueles de Toay y a Calfucurá e
Salinas Grandes.
Quedaría mucho que aclarar en esta vida de José Antonio Zúñiga, de la familia de los
comisarios y capitanes de Indios Amigos. Sólo termino con los datos de la muerte de él.
MUERTE DEL CAUDILLO en 1851
El Gral Cruz (1801-1875) primer Intendente de Concepción y caudillo. enemigo del Gral
Manuel Bulmes sucitó en Concepción y Coquimbo una revolución, antes que asumiera la
presidencia D. Manuel Montt. El General Manuel Bulnes entonces, antes de inicar la campaña
contra los sublevados, delegó el mando en su sucesor en la magistratura; tomó el mando del
ejército y marchó contra los revolucionarios que se acercaron a Los Amgeles.
Eusebio Ruiz que se adhirió en Nacimiento a la revolución, consiguió arrestar en el acto
al Comisario General de Indígenas, el sargento Mayor Don José Antonio Zúñiga. Ese comunicó
el hecho a Concepción y pidió instrucciones para proceder. pero el comunicado no llegó al
destinatario. Entonces Ruiz puso a Zúñiga en libertad exigiéndole que se presentara a las
autoridades en Los Angeles. En el camino lo hicieron acompañar por el Capitán Pablo Zapata y
éste había sido compañero de armas en otro tiempo. Zúñiga se le escapó, penetró en la
Araucanía y juntó a los caciques amigos. Aunque el Gobierno no creyó oportuno emplear a los
terrribles indios, pero habí que restar al enemigo esas fuerzas. Bulnes mandó regalos, hasta ropas
a los caciques. Finalmente Zúñiga se unió al ejército del Gral. Bulnes. Las fuerzas beligerantes
se encontraron en reñida batalla en el campo de Loncomilla, cerca de Talca, el 8 de diciembre
de 1851, peleando sin dar cuartel a los prisioneros. El General Cruz fue completamente
derrotado, quedando el campo sembrado de cadáveres.
Antea de esta batalla ocurrió otro hecho, surgido de vejos antagonismos: El cacique
Loremzo (o Juan) Colipí de Amgol, o emtre Lumacó y Purén, igual que su hermano, el cacique
Ambrosio Pinoleo, residente en Purén, actuaron durante la Guerra a Muerte, muy activamente
en el bando de los patriotas. Esta guerra se pudo concluir en Chile con un patlamento de paz, en
1827. Pero los antagonismosno no se habían extinguido en 1850. A raiz de la muerte corrió la
voz que el gran cacique Manguin Huenú, no sé por qué motivo particular, convenció al Capitán
de Indios Amigos, José Antonio Zúñiga, que liquidara a su rival, al anciano cacique Lorenzo
Colipí, envenenándolo. Efectivamente murió envenenado. Así corrió la voz o la sospecha. El
Historiador Tomás Guevara en su libro Historia de la Civilización, nos dice en la pág. 192 en
nota 2: "Corrieron entre los indios de ese tiempo que un ajente secreto de Manguil había
envenenado a Colipí; mas los informes que nos han suministrado algunos indíjenas de su
comarca y don Daniel Sepúlveda, nos permiten afirmar que murió de tifus, en un viaje de Sauce
a Purén" El diario de Valparaíso "El Mercuio" del 6 de Febrero de 1851 publicó una crónica de
su entierro. Al año sus hijos mataron al famoso José Antonio Zúñiga y a dos de sus hijos: a Pedro
y a Juan Zóñiga. La venganza entre los araucanos era algo sagrado; y los veredictos de las
machís, aún los absurdos, eran respetados. (Campos Menchaca: Nahuel Buta p. 166 y Guevara,
T.: Histoia de la Civilización de Araucanía)
La última fecha nos da una carta de Fray Querubín María Brancadoni. amigo del difunto,
carta del 31 de diciembre de 1851, hablando del "finado Comisario Sargento Mayor Don José
Antonio Zúñiga". Editada por el Prof. Rolf Foerster en :Documentos relativos a la Araucanía.
Santiago 2006.
______________________________________________________________________
Aquí termino mi recogida de datos históricos biográficos de los Caciques y Capitanejos
de la Lllanura del Plata, aunque traspasélos límites de nuestra llanura pampeana por las ,muchas
implicaciones de las tribus y jefes de parcialiddes em las zonas zraucanas. Espero que estas
historias povenientes de documentación contemporánea, traigan a luz la verdad, el conocimiento
e Paz
1793 Parlamento y tratado de paz con 527 caciques en Chile (Negrete)
1796 Exped. de F. Barros contra el cac. Rayguán Parlamento con Amigorena
1798 Parlamento y tratado de paz en Chillán
1799 20.6.99 Parlamento y Paz en San Carlos. Fin de la GUERRA PEHUENCHE