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EL POETA A SU AMADA

AMADA, esta noche tú te has crucificado


sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado
y que hay un viernesanto más dulce que ese beso.

En esta noche rara que tanto me has mirado,


la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;


se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;


ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos dormiremos, como dos hermanitos.

Cesar Vallejo, Los heraldos negros (1918)


El soneto “El poeta a su Amada” fue creado por el poeta peruano Cesar
Vallejo y pertenece al poemario Los heraldos negros (1918) del mismo
autor.
Cesar Vallejo nació en La Libertad el 16 de marzo de 1892 en el seno de
una familia rural acomodada. Realizó sus estudios en la Universidad de
Trujillo, donde recibió influencias de figuras como Victor Raúl Haya de la
Torre. En 1918 escribió Los heraldos negros y conformó el grupo Colónida
junto a Abraham Valdelomar y Gonzáles Prada. En 1922 se vio envuelto en
disturbios, lo que lo llevó a tres meses de cárcel y posteriormente a escribir
Trilce.

Sumergido en crisis económicas vivió en París y recorre Europa. Con


visitas a la URSS y a España definió su ideología comunista con
Reflexiones al pie del Kremlin y España, aparta de mi este cáliz. Murió el
15 de abril de 1939 en París, consagrándose como gran artista ideológico.
Vallejo traslada a Perú a cada rincón del mundo. Protesta contra la
injusticia que ve nacer en su país y convierte ese deseo de imparcialidad
en una ideología comunista, traduciendo así su sentir por su país al
mundo.

Los heraldos negros pertenece a una corriente post-modernista aunque


muestra detalles pre-vanguardistas, pues con esta obra, Vallejo reforma
radicalmente los esquemas de una tradicional sociedad peruana. Aparecen
muy sutilmente indigenismo como muestra de que Vallejo lleva consigo
nostalgias de su pueblo. Ésta obra abrirá una brecha de una nueva
corriente en la vida intelectual peruana. Además es considerada en el
mundo una obra de literatura mundial.

Están presentes también temas como el existencialismo del ser humano y


de Dios, el amor dialéctico, la lucha entre eros y tanathos, la soledad, la
muerte, orfandad, entre otros. En 1918, tras la Primera Guerra Mundial,
emergen en los hombres sentimientos de incertidumbre e incredulidad
debido a que el mundo había perdido la sensibilidad que da sentido al
hombre y lo humaniza. Vallejo la muestra desde una perspectiva
existencial.

El soneto trata sobre la divinización del sacrificio de su amada. El


sacrificio se muestra desde una perspectiva humana y una divina,
indisolublemente. El poeta compara el amor que ambos han concebido es
como el amor divino que forjó el sacrificio de Jesús en la cruz. Al
establecer una igualdad entre lo humano y lo divino, el poeta escandaliza a
una sociedad que existe por sus creencias, pues en esa época la
religiosidad era muy conservadora, con costumbres muy arraigadas,
catalogando como pecaminosas a las relaciones prenupciales

Sentimientos como el amor eminente y glorioso, la libertad, la amargura, el


dolor, la timidez, la inocencia y la fuerza omnipotente; se hacen presentes
en el soneto.

El soneto esta conformado por dos cuartetos y dos tercetos. Su estructura


muestra una gradación descendiente, pues se manifiesta con intensidad el
momento glorioso de la unión de los amantes y finaliza con una proyección
de un eterno descanso, en el futuro. Además existe una dicotomía pues se
complementan las dos primeras estrofas con las dos últimas.

El soneto se divide en dos apartados. Las dos primeras estrofas conforman


el primer apartado. Éste establece una comparación entre el sacrificio de la
amada y el de la crucifixión de Jesús. La amada al entregase, lo hace
semejantemente a la entrega de Jesús por los hombres. Existe una
semejanza en la pureza, ya que en el poema no hay indicios de
sensualidad, de erotismo ni de morbo. Por el contrario, el momento esta
envuelto por una atmósfera sacra. Para demostrarlo el poeta se vale de
metáforas e imágenes o paralelismos religiosos, siendo la crucifixión la
imagen predominante para simbolizar el sacrificio de su amor. También
existe una similitud en la divinidad. La amada se entrega en alma y cuerpo
tal como lo hizo Jesús por los hombres en la cruz.

Los labios del poeta simbolizan los maderos de la cruz, donde el dolor se
presenta imprescindiblemente para consagrar la entrega. Pero existe un
viernesanto más dulce que ese beso (verso 4); día en que Jesús inmola su
amor y en el cual los amantes llegaran a consumar su unión en un punto
máximo, el cual no puede ser alcanzado por su condición humana, sino
solamente cuando el amor se transforma en divino.

La infinidad de la noche ha envuelto a los amantes y ha permitido que


ambos consumen su amor sin límites, y ha sido testigo de su unión. La
amada mira con compasión al poeta, y le ruega que se de cuenta del
sacrificio que ha merecido su amor. Que sepa que sus sentimientos van
más allá de una sociedad que condena esa unión.

La Muerte ha estado alegre (verso 6) pues al compenetrarse han muerto


las individualidades, han muerto ella y él. Ahora no existen dos vidas, sino
sólo una y es la que ambos conciben con su amor.
Esa unión renace nuevamente en setiembre. En plena primavera ha
florecido el más humano beso (verso 8); ya que esa unión de ambas vidas
sólo es posible a través de un contacto físico, carnal.

El segundo apartado comprende las dos últimas estrofas. Éste trata sobre
un descanso eterno unidos.
La entrega ha significado una unión eterna por eso ambos tocarán sombra
juntos, muy juntos. Su amor, y por lo tanto ellos, envejecerá
paulatinamente y su excelsa amargura (verso 10) descansará dulcemente
en la infinidad de la vida eterna. Por fin la inocencia de su amor será libre
y sobrevivirá en una esperanza perpetua.

Ya no existirá la clemencia ni reproches en los ojos de la amada. Tal vez


existieron anteriormente porque el amante falto a su amor en alguna
ocasión. Ahora la amada puede estar segura, de que el poeta vivirá
siempre para ella. Ni la persecución ni las miradas que condenan su unión
podrán separarlos.

El soneto cuenta con una rima consonante. Existe serventesios cruzados


(ABAB) en los cuartetos: sacrificado – llorado – mirado – oficiado (veros 1-
3-5-7); beso – beso – hueso - beso (versos 2-4-6-8).

Las repeticiones o anáforas construyen un ritmo fuerte, que manifiestan


convicción y valor en la voz poeta: “beso” (versos 2, 3 y 8); “y” (versos 3, 4,
6, 8, 11, 12, 13); “más” (versos 4 y 8); “juntos” (verso 9); “amada” (verso 1 y
9); “en esta noche” (versos 5 y 7); “dos” (veros 2, 9 y 14); “que” (versos 3, 4
y 5) y “ha” (versos 3y 5).

Los recursos estilísticos son indispensables para expresar el


agradecimiento del poeta por la entrega de la amada.
La aliteración dan fortaleza al igual que el ritmo: los dos maderos
curvados (verso 2); moriremos los dos juntos, muy juntos (verso 9);
nuestra excelsa amargura (verso 10); nuestros labios difuntos (verso 11);
los dos dormiremos, como dos hermanitos (verso 14).

El hipérbaton permite organizar la rima: en esta noche tú te has


sacrificado (verso 1); En esta noche de setiembre se ha oficiado (verso 7);
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura (verso 10); Y en una
sepultura los dos dormiremos, como dos hermanitos (versos 13 y 14).
La abundancia de conjunciones forman un polisíndeton: la Muerte ha
estado alegre y ha cantado en su hueso (verso 6); mi segunda caída y el
más humano beso (verso 8); Y ya no habrán reproches en tus ojos
benditos; ni volveré a ofenderte (versos 12 y 13).

El poeta utiliza el método comparativo para exhortar la inocencia de su


unión: los dos dormiremos, como dos hermanitos (verso 14) y viernesanto
más dulce que ese beso (verso 4).
Las metáforas y las imágenes son el instrumento principal del poeta. Ellas
sostienen el tema del poema: tocado a sombra nuestros labios difuntos
(verso 11), los labios de ambos se mantendrán unidos incluso en la
posteridad; dos maderos curvados de mi beso (verso 2), los labios del
amante representarán la crucifixión de su amada.

La personificación permite dar vida a algunos elementos con la intensidad


del amor de los amantes: se irá secando a pausas nuestra excelsa
amargura (verso 10); la Muerte (…) ha cantado en su hueso (verso 6).

El poeta utiliza un registro formal, y hasta cierto punto arcaísmos. El


verbo auxiliar “hacer” es el más frecuente en la construcción de oraciones.
Además, el poema cuenta con un rica adjetivación para atenuar o vigorizar
la descripción de la entrega: dos maderos curvados de mi beso (verso 2);
viernesato más dulce (verso 4); noche rara (verso 5); Muerte (...) alegre
(verso 6); segunda caída(verso 8); humano beso (verso 8); excelsa amargura
(verso 10); labios difuntos (verso 11) y ojos benditos (verso 12).

Cesar Vallejo comprende desde su perspectiva liberal, que el amor


concebido por los amantes no debe conocer de límites ni temores. La
pureza del amor puede llegar a través de los cuerpos a un punto máximo,
en el que ese mismo amor se descubre tan divino como el de Jesús por los
hombres.
Utiliza recursos que se complementan entre sí, como el hipérbaton para
construir la rima que otorgará dulzura y pureza al sentimiento de los
amantes.

Vallejo rompe con los esquemas de una sociedad crédula y escandalizada


por la concepción del amor entre dos enamorados. Construye un nuevo
camino para la literatura peruana, caracterizándose por su estilo sutil, que
muestra nostalgia por su pueblo y a la vez reclama la injusticia.
Desviste la pasión para mostrar el amor puro a la sociedad que vive
enmarcada por tradiciones, y que son aquellas creencias las que no las
deja vivir en libertad.

1560 palabras

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